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Padilla Castro Fatima Karla

El teatro de Lope de Vega y Juan Ruiz de Alarcón


La dama boba y Las paredes oyen.
Lope de Vega Carpio fue un importante y reconocido dramaturgo, poeta y autor de
múltiples obras pertenecientes al Siglo de Oro español. Pero su importancia en el teatro
radica en la renovación que este le dio a la forma en que se conocía, escribía y por
consiguiente representaba el teatro.
Hasta antes de su intervención, el teatro debía cumplir las llamadas tres unidades: de
tiempo, de acción y de espacio y temáticamente las obras se clasificaban en tragedias,
comedias y dramas. Lope rompe estas normas y las actualiza.
Es decir, la unidad de acción, que consistía en que la obra debía atender a un solo
tema y por norma no desviarse de él, Lope lo actualiza añadiendo tramas secundarias de
acción que se entrecruzan. Mientras que la unidad de tiempo se refería a que el tiempo de la
acción de la obra no debía durar más de 24 horas, con el fin de obtener mayor credibilidad,
cosa que Lope rompe, creando obras que ocurren en más de un día. La unidad de lugar se
refería que como requisito básico las obras debían mostrarse y desarrollarse en un solo
escenario, lo cual tampoco cumple Lope, pues ocupa diversos escenarios para así lograr
representar sus distintas tramas.
Mientras Lope creaba sus obras ignoró todas las normas preestablecidas y a su vez
las dotó de una gran complejidad y dinamismo, consolidándose con un gran éxito. Debido a
todos los cambios adjudicados por el autor, el nombre con el que se reconocían las obras
anteriores se volvió obsoleto, pues en esta nueva categoría ya no existían solo personajes de
alta sociedad o baja, sino que coexisten, llevando así a Lope a llamar a todas sus obras
comedias. En cuanto a estructura, lo ideal era que tuviera cuatro o cinco actos, cosa que
también reestructuró, componiéndose sólo por tres actos.
Por su parte Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza fue un importante dramaturgo
novohispano de origen mexicano, aunque las características de su obra la delimitan dentro
de los siglos de oro español. Los críticos de distintas épocas han cuestionado si el
dramaturgo forma parte de las letras coloniales mexicanas o si su corpus dramático es un
fidedigno ejemplo del teatro barroco. Esta postura resulta tanto de la falta en sus comedias
del espacio geográfico y medio ambientes americanos como de su identificación con
España, sin importar que nació en México sumándole que el dramaturgo se radica en
Madrid, a partir de 1613 hasta su muerte en 1639; y su producción teatral, dirigida a un
público madrileño, reproduce el modelo de la Comedia Nueva cuyo enorme representante
ha sido Lope de Vega y Carpio.
Su naturaleza de criollo lo hace buscar desesperadamente un sentido de pertenencia,
evidentemente hacía lo españolizado, y es así como hace todo lo posible para alejar su
origen ligado a América, puesto que eso lo haría ver aun inferior y problematizaría la muy
buena relación existente con la corona.
A pesar de que sus obras eran muy buenas, y fue reconocido en la esfera literaria,
jamás genero lazos concretos con algún otro personaje del entorno. Al contrario, tuvo que
enfrentarse a ellos más de una vez (en las conocidas sátiras de Quevedo, etc.).
Lo más destacable de sus obras teatrales podría resumirse en la creación muy
definida de los personajes, muchas veces difícil de comprender en una primera lectura,
aunado de un importante y bien logrado juego de palabras que dieron como resultado un
florido lenguaje lleno de refranes con riqueza de significados.
A diferencia de Lope de Vega, sus obras eran moralizantes, con un ataque implícito
a los vicios y costumbres de la época. En comparación a sus contemporáneos su obra es
escasa, pero sustanciosa, por lo cual tuvo un gran recibimiento en el extranjero y su obra
fue múltiples veces imitada, especialmente en Francia.
Ahora bien, la dama boba es una obra claramente teatral terminada de escribir,
según el manuscrito autógrafo de Lope, el 28 de abril de 1613. La dama boba nos plantea
como tema central, el amor, pero desde una perspectiva platónica, la cual habla del amor
como habilidad para la apertura del conocimiento. Explícitamente ejemplificado con la
dama quien se cultiva y nutre la mente por estímulo del amor, ya que quiere conquistar a
Liseo quien se ha enamorado de su hermana por su inteligencia.
Es una obra compleja parte de ello podemos verlo en la deconstrucción del amor
que Lope realiza, pues deja de mostrarlo con una sola cara, no se idealiza y se muestran
(aunque brevemente) las facetas del amor. El amor sensual, los celos y la pasión desmedida
ejemplificada en el monólogo de Finea:
de conservar la belleza
“¡Amor, divina invención de nuestra naturaleza,
o accidente o elección! tú fuiste el divino genio
Extraños efectos son que me enseñaste y me diste
los que de tu ciencia nacen, la luz con que me pusiste
pues las tinieblas deshacen, el nuevo ser en que estoy.
pues hacen hablar los mudos; Mil gracias, Amor, te doy,
pues los ingenios más rudos pues me enseñaste tan bien,
sabios y discretos hacen. que dicen cuántos me ven
No ha dos meses que vivía que tan diferente soy.
a las bestias tan igual, A pura imaginación
que aun el alma racional de la fuerza de un deseo,
parece que no tenía. en los palacios me veo
Con el animal sentía de la divina razón.
y crecía con la planta; ¡Tanto la contemplación
la razón divina y santa de un bien pudo levantarme!
estaba eclipsada en mí, Ya puedes del grado honrarme,
hasta que en tus rayos vi, dándome a Laurencio, Amor,
a cuyo sol se levanta. con quien pudiste mejor,
Tú desataste y rompiste enamorada, enseñarme.” (acto III)
la escuridad de mi ingenio;
Aunque sigue presente el tema principal, que como ya dije es el amor, en este
mismo ejemplo (monólogo) el autor ejemplifica uno de los subtemas importantes, el poder
cambiante del amor, como lo dice Finea: “Extraños efectos son los que de tu ciencia
nacen”. Aunque esto también se ve ejemplificado en ambas hermanas que sufren un
considerable cambio a causa del amor.
Con lo anterior vemos la propia complejidad otorgada a los personajes y la
inesperada transformación de estos. Dentro de esta obra está muy presente la calidad
poética que Lope decidió incluir en el teatro. Ya que hay diversidad de diálogos en los que
parece que se lee poesía.
Aunque los personajes principales pertenecen a la clase alta, existe una variedad de
lenguaje cuando cedé la voz a los lacayos, creando así una mayor credibilidad y un
increíble juego de perspectivas, donde incluye ironía y humor respecto al tema base que es
el amor. Lo muestra como un tópico y lo entrelaza con el materialismo humano, la
incansable búsqueda de la belleza y los sentimientos sinceros. Se muestra al amor como un
juego con el vaivén de los personajes, algo fácil de cambiar y arreglar, pero sin dejar de
lado la transformación beneficiosa de los personajes.
Mientras que las paredes oyen Fue publicada en 1628, contenida en la primera parte
de las obras alarconianas. Es considerada uno de los mejores ejemplos de la obra de enredo
de los siglos de oro, pues Alarcón logra un perfecto equilibrio entre la ironía y la comedia
de enredo.
Al ser una obra moralizante, se puede identificar como tema central la importancia
en la expresión de las ideas, es decir, un pensamiento bueno, dará beneficios mientras que
uno malo, aun expresado de la mejor forma, o sin ser intencionado siempre traerá
desgracias.
Deja una reflexión importante “todo lo que decimos terminara siendo del
conocimiento de todos” razón por la que se debería pensar en la consecuencia antes de
decir algo.
La pieza se divide en tres actos, debido a que era lo conocido en la época, gracias a
Lope de Vega. Todos cumplen con el papel al que se vienen forzados por su postura social
y su trascendencia teatral. En el conjunto de los nobles, contamos, antes que nada, con don
Mendo, galán llamativo, de bastante buena postura social y de buena planta; las damas lo
admiran. Al fin, consigue que doña Ana, de quien lleva un largo tiempo enamorado,
comprenda y valore sus virtudes, por esa razón le proporciona su amor. Es valiente y
resolutivo, como se espera de su postura social.
El Conde, primo de don Mendo, es otro galán, aunque su mediación es ya más
reducida. Consigue el amor de Lucrecia una vez que ya estaba desesperado de lograrlo.
Doña Ana, mujer viuda, es protagonista primordial. Tiene una buena postura social,
aunque su viudez la tiene triste; es astuta y precavida en su historia social con
implicaciones sobre su honra.
Doña Lucrecia, mujer, es prima de doña Ana. Además, emplea las mismas armas
que su prima, aunque no está tan presionada por el ambiente social.
El lenguaje es vivo, expresivo y conveniente. Todos los personajes mantienen el
decoro poético, o sea, trabajan y hablan como se espera de su condición socio-económica.
Con todo, Beltrán, ejemplificando, siendo un criado, se expresa con mucha propiedad,
ironía y humor. El humor está además presente en la obra, casi todo de lenguaje, más que
de actividades. Se suceden con fluidez, gracia y acierto. La repetición de la expresión “las
paredes oyen” crea un efecto metafórico importante cuando se cierra el acto.
A continuación, una ejemplificación de la viveza y ritmo de la comedia, extraído del acto
II:
ANA.-
¿Qué sirven falsas excusas,
qué quimeras, qué invenciones,
donde la misma verdad,
acusa tu lengua torpe?
Hablas tú tan mal de mí
sin que contigo te enojes,
¿y enójaste con quien pudo
contarme tus sinrazones?
Quien te daña es la verdad
de las culpas que te ponen.
pecaste y yo lo supe,
¿qué importa saber de dónde?
Pues nadie me ha referido
lo que hablaste aquella noche.
Verdad te digo, o la muerte
en agraz mis años corte.
Y siendo así, sabes tú
que son las mismas razones
las que aquí me has escuchado
que las que dijiste entonces.
Y pues las sé, bien te puedes
despedir de mis favores,
y, a toda ley, hablar bien,
porque las paredes oyen.
(Vase doña ANA.)
MENDO.-
Vuelve, escucha. dueño hermoso,
lo que mi fe te responde;
y pues oyen las paredes,
oye tú mis tristes voces.

De Vega, Felix Lope. La dama boba. Vol. 410. Linkgua, 2010.


Valverde Ferrer, Concha. El TEATRO DE lOPE DE VEGA Y SU RELACiÓN CON LA
PRECEPTIVA CLASICA. 1 de agosto de 2008.
Ruiz de Alarcón y Mendoza, Juan. Las paredes oyen. Fundación El Libro Total proyecto de
responsabilidad social e intelectual de la firma Sistemas y Computadores S.A. 1990.
Valcárcel Martínez, Simón. Juan Ruiz de Alarcón: «Las paredes oyen»; análisis y propuesta
didáctica. 8 de agosto de 2020. https://leeryescribirblog.wordpress.com/2020/08/08/juan-
ruiz-de-alarcon-las-paredes-oyen-analisis-y-propuesta-didactica/
Padilla Castro Fatima Karla

El teatro de Lope de Vega y Juan Ruiz de Alarcón

La dama boba y Las paredes oyen.

Lope de Vega Carpio fue un importante y reconocido dramaturgo, poeta y autor de


múltiples obras pertenecientes al Siglo de Oro español. Pero su importancia en el teatro
radica en la renovación que este le dio a la forma en que se conocía, escribía y por
consiguiente representaba el teatro.
Hasta antes de su intervención, el teatro debía cumplir las llamadas tres unidades: de
tiempo, de acción y de espacio y temáticamente las obras se clasificaban en tragedias,
comedias y dramas. Lope rompe estas normas y las actualiza.
Es decir, la unidad de acción, que consistía en que la obra debía atender a un solo
tema y por norma no desviarse de él, Lope lo actualiza añadiendo tramas secundarias de
acción que se entrecruzan. Mientras que la unidad de tiempo se refería a que el tiempo de la
acción de la obra no debía durar más de 24 horas, con el fin de obtener mayor credibilidad,
cosa que Lope rompe, creando obras que ocurren en más de un día. La unidad de lugar se
refería que como requisito básico las obras debían mostrarse y desarrollarse en un solo
escenario, lo cual tampoco cumple Lope, pues ocupa diversos escenarios para así lograr
representar sus distintas tramas.
Mientras Lope creaba sus obras ignoró todas las normas preestablecidas y a su vez
las dotó de una gran complejidad y dinamismo, consolidándose con un gran éxito. Debido a
todos los cambios adjudicados por el autor, el nombre con el que se reconocían las obras
anteriores se volvió obsoleto, pues en esta nueva categoría ya no existían solo personajes de
alta sociedad o baja, sino que coexisten, llevando así a Lope a llamar a todas sus obras
comedias. En cuanto a estructura, lo ideal era que tuviera cuatro o cinco actos, cosa que
también reestructuró, logrando una composición por sólo tres actos.
Por su parte Juan Ruiz de Alarcón y Mendoza fue un importante dramaturgo
novohispano de origen mexicano, aunque las características de su obra la delimitan dentro
de los siglos de oro español. Los críticos de distintas épocas han cuestionado si el
dramaturgo forma parte de las letras coloniales mexicanas o si su corpus dramático es un
fidedigno ejemplo del teatro barroco. Esta postura resulta tanto de la falta en sus comedias
del espacio geográfico y medio ambientes americanos como de su identificación con
España, sin importar que nació en México sumándole que el dramaturgo se radica en
Madrid, a partir de 1613 hasta su muerte en 1639; y su producción teatral, dirigida a un
público madrileño, reproduce el modelo de la Comedia Nueva cuyo enorme representante
ha sido Lope de Vega y Carpio.
Su naturaleza de criollo lo hace buscar desesperadamente un sentido de pertenencia,
evidentemente hacía lo españolizado, y es así como hace todo lo posible para alejar su
origen ligado a América, puesto que eso lo haría ver aún inferior y problematizar la muy
buena relación existente con la corona.
A pesar de que sus obras eran muy buenas, y fue reconocido en la esfera literaria,
jamás generó lazos concretos con algún otro personaje del entorno. Al contrario, tuvo que
enfrentarse a ellos más de una vez (en las conocidas sátiras de Quevedo, etc.).
Lo más destacable de sus obras teatrales podría resumirse en la creación muy
definida de los personajes, muchas veces difícil de comprender en una primera lectura,
aunado de un importante y bien logrado juego de palabras que dieron como resultado un
florido lenguaje lleno de refranes con riqueza de significados.
A diferencia de Lope de Vega, sus obras eran moralizantes, con un ataque implícito
a los vicios y costumbres de la época. En comparación a sus contemporáneos su obra es
escasa, pero sustanciosa, por lo cual tuvo un gran recibimiento en el extranjero y su obra
fue múltiples veces imitada, especialmente en Francia.
Ahora bien, la dama boba es una obra claramente teatral terminada de escribir,
según el manuscrito autógrafo de Lope, el 28 de abril de 1613. La dama boba nos plantea
como tema central, el amor, pero desde una perspectiva platónica, la cual habla del amor
como habilidad para la apertura del conocimiento. Explícitamente ejemplificado con la
dama quien se cultiva y nutre la mente por estímulo del amor, ya que quiere conquistar a
Liseo quien se ha enamorado de su hermana por su inteligencia.
Es una obra compleja parte de ello podemos verlo en la deconstrucción del amor
que Lope realiza, pues deja de mostrarlo con una sola cara, no se idealiza y se muestran
(aunque brevemente) las facetas del amor. El amor sensual, los celos y la pasión desmedida
ejemplificada en el monólogo de Finea:

“¡Amor, divina invención Tú desataste y rompiste


de conservar la belleza la escuridad de mi ingenio;
de nuestra naturaleza, tú fuiste el divino genio
o accidente o elección! que me enseñaste y me diste
Extraños efectos son la luz con que me pusiste
los que de tu ciencia nacen, el nuevo ser en que estoy.
pues las tinieblas deshacen, Mil gracias, Amor, te doy,
pues hacen hablar los mudos; pues me enseñaste tan bien,
pues los ingenios más rudos que dicen cuántos me ven
sabios y discretos hacen. qué tan diferente soy.
No ha dos meses que vivía A pura imaginación
a las bestias tan igual, de la fuerza de un deseo,
que aun el alma racional en los palacios me veo
parece que no tenía. de la divina razón.
Con el animal sentía ¡Tanto la contemplación
y crecía con la planta; de un bien pudo levantarme!
la razón divina y santa Ya puedes del grado honrarme,
estaba eclipsada en mí, dándome a Laurencio, Amor,
hasta que en tus rayos vi, con quien pudiste mejor,
a cuyo sol se levanta. enamorada, enseñarme.” (acto III)

Aunque sigue presente el tema principal, que como ya dije es el amor, en este
mismo ejemplo (monólogo) el autor ejemplifica uno de los subtemas importantes, el poder
cambiante del amor, como lo dice Finea: “Extraños efectos son los que de tu ciencia
nacen”. Aunque esto también se ve ejemplificado en ambas hermanas que sufren un
considerable cambio a causa del amor.
Con lo anterior vemos la propia complejidad otorgada a los personajes y la
inesperada transformación de estos. Dentro de esta obra está muy presente la calidad
poética que Lope decidió incluir en el teatro. Ya que hay diversidad de diálogos en los que
parece que se lee poesía.
Aunque los personajes principales pertenecen a la clase alta, existe una variedad de
lenguaje cuando cedé la voz a los lacayos, creando así una mayor credibilidad y un
increíble juego de perspectivas, donde incluye ironía y humor respecto al tema base que es
el amor. Lo muestra como un tópico y lo entrelaza con el materialismo humano, la
incansable búsqueda de la belleza y los sentimientos sinceros. Se muestra al amor como un
juego con el vaivén de los personajes, algo fácil de cambiar y arreglar, pero sin dejar de
lado la transformación beneficiosa de los personajes.
Mientras que las paredes oyen Fue publicada en 1628, contenida en la primera parte
de las obras alarconianas. Es considerada uno de los mejores ejemplos de la obra de enredo
de los siglos de oro, pues Alarcón logra un perfecto equilibrio entre la ironía y la comedia
de enredo.
Al ser una obra moralizante, se puede identificar como tema central la importancia
en la expresión de las ideas, es decir, un pensamiento bueno, dará beneficios mientras que
uno malo, aun expresado de la mejor forma, o sin ser intencionado siempre traerá
desgracias.
Deja una reflexión importante “todo lo que decimos terminará siendo del
conocimiento de todos” razón por la que se debería pensar en la consecuencia antes de
decir algo.
La pieza se divide en tres actos, debido a que era lo conocido en la época, gracias a
Lope de Vega. Todos cumplen con el papel al que se ven forzados por su postura social y
su trascendencia teatral. En el conjunto de los nobles, contamos, antes que nada, con don
Mendo, galán llamativo, de bastante buena postura social y de buena planta; las damas lo
admiran. Al fin, consigue que doña Ana, de quien lleva un largo tiempo enamorado,
comprenda y valore sus virtudes, por esa razón le proporciona su amor. Es valiente y
resolutivo, como se espera de su postura social.
El Conde, primo de don Mendo, es otro galán, aunque su mediación es ya más
reducida. Consigue el amor de Lucrecia una vez que ya estaba desesperado de lograrlo.
Doña Ana, mujer viuda, es protagonista primordial. Tiene una buena postura social,
aunque su viudez la tiene triste; es astuta y precavida en su historia social con
implicaciones sobre su honra.
Doña Lucrecia, mujer, es prima de doña Ana. Además, emplea las mismas armas
que su prima, aunque no está tan presionada por el ambiente social.
El lenguaje es vivo, expresivo y conveniente. Todos los personajes mantienen el
decoro poético, o sea, trabajan y hablan como se espera de su condición socio-económica.
Con todo, Beltrán, ejemplificando, siendo un criado, se expresa con mucha propiedad,
ironía y humor. El humor está además presente en la obra, casi todo de lenguaje, más que
de actividades. Se suceden con fluidez, gracia y acierto. La repetición de la expresión “las
paredes oyen” crea un efecto metafórico importante cuando se cierra el acto.
A continuación, una ejemplificación de la viveza y ritmo de la comedia, extraído del acto
II:
ANA.-
¿Qué sirven falsas excusas,
qué quimeras, qué invenciones,
donde la misma verdad,
acusa tu lengua torpe?
Hablas tú tan mal de mí
sin que contigo te enojes,
¿y enójaste con quien pudo
contarme tus sinrazones?
Quien te daña es la verdad
de las culpas que te ponen.
pecaste y yo lo supe,
¿qué importa saber de dónde?
Pues nadie me ha referido
lo que hablaste aquella noche.
Verdad te digo, o la muerte
en agraz mis años corte.
Y siendo así, sabes tú
que son las mismas razones
las que aquí me has escuchado
que las que dijiste entonces.
Y pues las sé, bien te puedes
despedir de mis favores,
y, a toda ley, hablar bien,
porque las paredes oyen.
(Vase doña ANA.)
MENDO.-
Vuelve, escucha. dueño hermoso,
lo que mi fe te responde;
y pues oyen las paredes,
oye tú mis tristes voces.

De Vega, Felix Lope. La dama boba. Vol. 410. Linkgua, 2010.


Valverde Ferrer, Concha. El TEATRO DE lOPE DE VEGA Y SU RELACiÓN CON LA
PRECEPTIVA CLASICA. 1 de agosto de 2008.
Ruiz de Alarcón y Mendoza, Juan. Las paredes oyen. Fundación El Libro Total proyecto de
responsabilidad social e intelectual de la firma Sistemas y Computadores S.A. 1990.
Valcárcel Martínez, Simón. Juan Ruiz de Alarcón: «Las paredes oyen»; análisis y propuesta
didáctica. 8 de agosto de 2020. https://leeryescribirblog.wordpress.com/2020/08/08/juan-
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