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Aunque sigue presente el tema principal, que como ya dije es el amor, en este
mismo ejemplo (monólogo) el autor ejemplifica uno de los subtemas importantes, el poder
cambiante del amor, como lo dice Finea: “Extraños efectos son los que de tu ciencia
nacen”. Aunque esto también se ve ejemplificado en ambas hermanas que sufren un
considerable cambio a causa del amor.
Con lo anterior vemos la propia complejidad otorgada a los personajes y la
inesperada transformación de estos. Dentro de esta obra está muy presente la calidad
poética que Lope decidió incluir en el teatro. Ya que hay diversidad de diálogos en los que
parece que se lee poesía.
Aunque los personajes principales pertenecen a la clase alta, existe una variedad de
lenguaje cuando cedé la voz a los lacayos, creando así una mayor credibilidad y un
increíble juego de perspectivas, donde incluye ironía y humor respecto al tema base que es
el amor. Lo muestra como un tópico y lo entrelaza con el materialismo humano, la
incansable búsqueda de la belleza y los sentimientos sinceros. Se muestra al amor como un
juego con el vaivén de los personajes, algo fácil de cambiar y arreglar, pero sin dejar de
lado la transformación beneficiosa de los personajes.
Mientras que las paredes oyen Fue publicada en 1628, contenida en la primera parte
de las obras alarconianas. Es considerada uno de los mejores ejemplos de la obra de enredo
de los siglos de oro, pues Alarcón logra un perfecto equilibrio entre la ironía y la comedia
de enredo.
Al ser una obra moralizante, se puede identificar como tema central la importancia
en la expresión de las ideas, es decir, un pensamiento bueno, dará beneficios mientras que
uno malo, aun expresado de la mejor forma, o sin ser intencionado siempre traerá
desgracias.
Deja una reflexión importante “todo lo que decimos terminará siendo del
conocimiento de todos” razón por la que se debería pensar en la consecuencia antes de
decir algo.
La pieza se divide en tres actos, debido a que era lo conocido en la época, gracias a
Lope de Vega. Todos cumplen con el papel al que se ven forzados por su postura social y
su trascendencia teatral. En el conjunto de los nobles, contamos, antes que nada, con don
Mendo, galán llamativo, de bastante buena postura social y de buena planta; las damas lo
admiran. Al fin, consigue que doña Ana, de quien lleva un largo tiempo enamorado,
comprenda y valore sus virtudes, por esa razón le proporciona su amor. Es valiente y
resolutivo, como se espera de su postura social.
El Conde, primo de don Mendo, es otro galán, aunque su mediación es ya más
reducida. Consigue el amor de Lucrecia una vez que ya estaba desesperado de lograrlo.
Doña Ana, mujer viuda, es protagonista primordial. Tiene una buena postura social,
aunque su viudez la tiene triste; es astuta y precavida en su historia social con
implicaciones sobre su honra.
Doña Lucrecia, mujer, es prima de doña Ana. Además, emplea las mismas armas
que su prima, aunque no está tan presionada por el ambiente social.
El lenguaje es vivo, expresivo y conveniente. Todos los personajes mantienen el
decoro poético, o sea, trabajan y hablan como se espera de su condición socio-económica.
Con todo, Beltrán, ejemplificando, siendo un criado, se expresa con mucha propiedad,
ironía y humor. El humor está además presente en la obra, casi todo de lenguaje, más que
de actividades. Se suceden con fluidez, gracia y acierto. La repetición de la expresión “las
paredes oyen” crea un efecto metafórico importante cuando se cierra el acto.
A continuación, una ejemplificación de la viveza y ritmo de la comedia, extraído del acto
II:
ANA.-
¿Qué sirven falsas excusas,
qué quimeras, qué invenciones,
donde la misma verdad,
acusa tu lengua torpe?
Hablas tú tan mal de mí
sin que contigo te enojes,
¿y enójaste con quien pudo
contarme tus sinrazones?
Quien te daña es la verdad
de las culpas que te ponen.
pecaste y yo lo supe,
¿qué importa saber de dónde?
Pues nadie me ha referido
lo que hablaste aquella noche.
Verdad te digo, o la muerte
en agraz mis años corte.
Y siendo así, sabes tú
que son las mismas razones
las que aquí me has escuchado
que las que dijiste entonces.
Y pues las sé, bien te puedes
despedir de mis favores,
y, a toda ley, hablar bien,
porque las paredes oyen.
(Vase doña ANA.)
MENDO.-
Vuelve, escucha. dueño hermoso,
lo que mi fe te responde;
y pues oyen las paredes,
oye tú mis tristes voces.