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Ladrilleros de Selva Almada :Una literatura de puentes y salidas

RESUMEN:

Ladrilleros, de Selva Almada, plantea un realismo bastante contradictorio. En el presente


texto se buscará contraponer la posición de los autores Speranza y Cohan. A la vez, se
tomarán las voces críticas de los siguientes autores: Federico Ferroggiaro, Cristian Alarcon
Casanova, Ernesto Calabui. Aloma Rodríguez, Osvaldo Quiroga y Patricio Pron.

El lenguaje
El texto propone un narrador diferente, de voz compuesta de múltiples registros, uno de los
tantos es el habla popular con sus modismos, que podemos atribuir a los personajes.: “
Acollarar con Tamai le había valido a Celina el desprecio de su padre y sus hermanas. El
viejo no le pedonaría nunca haberle entregado la virtud a un cosechero pata sucia y muerto de
hambre, un medio indio de quien desconocía toda procedencia, encima con aires de gallito.”
(p. 24).
El tono vulgar de la obra, responde a un estilo de narrar salvaje que propone la autora.
Provoca un efecto de ambigüedad entre lo históricamente planteado: una literatura realista o
no realista. La exageración de lo que se presenta responde a “(...) una inadecuación esencial
entre el lenguaje y lo real.” (Speranza). Es decir, es clave para la autora servirse de este tipo
de lenguaje para mostrar la distancia entre la vida y la literatura.
A través del "lenguaje provinciano desbordado" se puede leer la masculinidad exacerbada y
el conocimiento profundo de las lógicas de los varones, sin matices de corrección política:
“Tenía que salir y garcharse una pendeja ahora mismo. Agarrar y oler una concha, meterle la
lengua hasta el fondo, chuparle todo el jugo a ver si se saca el olor a meo y a mierda del baño
de la bailanta, a ver si se saca el gusto a porrón tibio que le queda de anoche, y el ruido de la
música que le hace doler la cabeza” (p.127)
A salvo de la moral de clase media, Almada se mete con la lucha por el poder fálico, pero
también con el amor de los varones: “Le hubiera gustado que la última escena, esa que pasa
frente a los ojos justo antes de cerrarlos para siempre, fuese aquella en la que Ángel y él salen
del pueblo en la moto, en el medio de la noche, con el acelerador al taco.” (p. 143) Pone bajo
la lupa la sexualidad y el erotismo en la obra: “Ve otra vez la nuca que él mordisquea
despacito mientras con la mano levanta el puñado de cabellos oscuros y sedosos, los hombros
huesudos por donde va bajando con los dientes. Se ve soltando los cabellos y apoyando esa
mano en la pared mugrienta del baño (…) La otra mano soltando el cinturón, bajando la
bragueta, tironeando pantalón y calzoncillo; el otro ayudando con sus propias prendas, hasta
quedar los dos con los pantalones en las rodillas.” (p. 124).

El lenguaje conserva las huellas de una realidad experimental, que trata de encontrar, más
que una salida, una entrada sin salida.

El verosímil gauchesco
Lo realista se va construyendo, no solo a través del habla popular y el lenguaje
exacerbado, sino también a través de lo local, que conserva cierta tradición gauchesca, que la
autora busca retratar a través de la vida de campo, la cultura de los bailes y los encuentros :
“La cumbia está al taco en la bailanta recién inaugurada. Como cada vez que abre un nuevo
local en el pueblo, explota de gente las primeras semanas, mientras dura la novedad.En las
calles que rodean el galpón, hay un auto estacionado pegadito al otro. Si hasta la chetada se
anima a los suburbios cuando abre algo nuevo, podridos de ir siempre al mismo boliche:
vienen por curiosidad, por diversión, y porque clavarse a alguna chinita de los barrios es más
fácil. Y en el baldío de al lado, se alinean las motitos, un centenar, la mayoría con escape
libre porque el changuerío le gusta hacerse notar.”(p. 111)
También, Almada elige mostrar un mundo violento, hostil, duro y árido, un mundo que se
remonta al Martín Fierro: “Y todo empezó a puño limpio. Apenas se tocaron, los cuerpos se
reconocieron. Otra vez el olor de sangre del otro en los nudillos; el olor del enemigo,
renovado, tan parecido al propio.” (p.145).
Por otro lado, para continuar con el verosímil de lo gauchesco, el relato se vuelve oral, a
través de la voz del narrador que se mimetiza con la de los personajes, empatizando, muchas
veces con estos:
“Vamos, pájaro, vamos, acordate de algo.
Del padre no hubiese querido, sin embargo el muy hijo de puta se le aparece. No importa,
chango, no importa, vos seguí. A la final, mejor que sea del padre de quien se acuerde ahora,
porque es acordarse de él y sentir un fuego en las tripas, una rabia, unas ganas de encontrarlo
y cagarlo a trompadas, ahora que podría, ahora que es grande y podría llenarle la cara de
dedos sin esfuerzo.” (p. 33).

Realismo
La realidad no encuentra su salida en la tradición literaria, sino que se va introduciendo
cada vez más en una realidad desconfigurada, encerrada en su propio movimiento,
contradicción que no es superada en el interior de la obra.
Si bien Almada utiliza la descripción para mostrar la realidad de los personajes, el lector se
distancia un poco de esta, luego de reconocerla. Algo sucede en ese abrir y cerrar de ojos.
“Como si pasáramos por un paisaje que conocemos y de pronto algo extraño irrumpiera para
distorsionarlo.” Como sostiene Osvaldo Quiroga: “Almada construye imágenes valiéndose de
un lenguaje que nos arrastra hacia nosotros mismos. Y allí encontramos revólveres y
cuchillos, animales y seres humanos, tormentas y amaneceres que van y vienen mezclándose
en un torbellino de palabras.”
Si bien hay momentos en que los personajes buscan mejorar su forma de vida, no lo
logran.Hay una idea lukacsiana de no retorno de la propia realidad que asfixia a los
personajes. Éstos no ven modificada su realidad, ya que su destino está predicho, como
adelanta la voz narradora del relato: “A partir de ese día cada uno tuvo prohibido pisar la casa
del otro, pero no ser amigos. Es más,la enemistad de los padres, la sensación de estar
haciendo algo a sus espaldas, fortaleció su amistad. Pasarían unos años hasta que ellos
también terminaran enfrentados.” (p. 96). El Pájaro y Marciano podrían haber cambiado su
vida, pero no lo hacen.
Por otro lado, están definidos los roles y destinos de los hombres y las mujeres en la obra.
Ellos se dedican a la bebida, tienen problemas con la justicia y terminan fugados o
asesinados. Ellas son amas de casa, dispuestas para sus maridos y sus hijos. Se sobreponen a
los problemas y son las que sostienen a su familia
Los personajes no “ El sexo, la bebida, o las apuestas a las carreras de galgos se describen
como únicos reductos de felicidad y liberación de un grupo social que llega a la vida siendo
"changuitos indefensos" y con las cartas marcadas.”
- ¿ Qué tipo de realidad se busca representar en la obra? Relación más directa con la realidad.
Por ejemplo, a través del cuerpo, la sexualidad descarnada. La violencia arraigada en el seno
de la familia, en un pueblo y, finalmente, en todo un sistema social que vuelve sobre sí
mismo. Las posibilidades se cierran y el lector se asombra de ver aquello que ya sabe que
existe. La referencialidad a una realidad hostil, violenta y primigenia ya es descripta en otras
obras como El Martin Fierro. Selva Almada retoma esa literatura de principio de siglo XX, en
una época en que los emergentes sociales son otros, pero en definitiva no deja de cuestionar
la desintegración del sujeto en sociedad. En definitiva, podría pensarse que la literatura de
Almada propone un nuevo realismo desde la despreocupación por las formas, y la atención en
cómo se resuelve la tensión entre lo viejo y lo nuevo en la literatura argentina del siglo XXI.

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