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Municipalizar la escuela ~/ i 1

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♦ TOSÉ ANTONIO ENCINAS

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{e/esia de Quinua. H11a111anga, Pmí.

La política pedagógica nacionalista surgió con la reforma de 1903,


que centralizó la enseñanza arrancándola de manos de las municipalidades.
Tal medida ocasionó a la Escuela graves e irreparables perjuicios. Las
municipalidades, dentro de su limitada capacidad económica, faltos de
una colaboración didáctica, p ues hasta entonces la Escuela Normal no
había sido fundada, hicieron codo lo posible. En Puno nunca estuvieron
• las escuelas y los maestros en mejores condiciones que durante el régimen
municipal. Un período de progreso para la enseñanza primaria fue
cuando el doctor J. Eduardo Vargas desempeñó la alcaldía. Entonces se
compraron casas para locales de las escuelas dotándolas de un espléndido
material escolar y de útiles de enseñanza. Existía ya el propósito de
convertir las escuelas en escuelas-talleres, habiéndose adquirido para tal

106 ♦ ·
objeto el material respectivo. Las juntas Departamentales cumplían
igualmente su cometido, custodiando y dando empleo conveniente a las
rentas. En Puno, el Colegio Nacional era atendido de preferencia. Se
construyó un magnífico edificio para el flamante Centro Escolar. Veinte
y dos años después1 bl Eco de Puno registra una información que fue
enviada por el que escribe estas líneas al ministro doctor Oliveira, donde
con natural indignación comenta el hecho de que el Director del Centro
Escolar no tuvo una habitación donde recibir al redactor informante; la
escuela funcionaba en un gaipón de los extramuros de la ciudad; los
niños no tenían bancas donde sentarse, ni los maestros una silla donde
descansar. Ni pizarras ni mapas, ni cuadros intuitivos, ni herramientas de
los talleres. Todo había desaparecido por un descuido punible o por el
natural uso de las cosas. El Estado permanecía impasible ante ese
espectáculo doloroso contemplando la ruin¡ de la vieja Escuela l'viunicipal
y del Centro Escolar Nº 881, que tuviera el honor de dirigir. El ministro
0liveira no se dignó contestar la carta. :Mientras tanto el edificio del
Centro Escolar construido con las rentas del Departamento sirve como
cuartel, y aquel otro adquirido por la :i\,{unicipalidad fue demolido por
un prefecto megalómano.
Bastaría este hecho para demostrar el daño que hizo a la Escuela la
centralización de 1903, si no hubiera necesidad de agregar que dicho
régimen concluyó con el espíritu de emulación, de interés, de iniciativa
que las municipalidades de la República mostraron en favor de la Escuela.
Las municipalidades, privadas de las rentas destinadas a ia instrucción,

• fueron supeditadas .por las autoridades políticas, quiene.s no tuvieron


ante el pueblo la misma responsabilidad colectiva y solidaria. Los mismos
padres de familia, hasta entonces solícitos por este aspecto de la cosa
pública, dejaron que las cosas siguieran su curso. La situación fue peor
forma de 1903, en el orden económico, porque si bien es verdad que el Estado había
nunicipalidades. elevado el porcentaje de los sueldos, éstos eran pagados con retrasos
; periuicios. Las considerables teniendo los maestros que recurrir donde los agiotistas y
ómica, faltos d.e ofrecer en venta los libramientos. Semejante situación jamás se presentó
:uela Normal no en la época del régimen municipal. Tan pronto como el Estado asumió
:iunca estuvieron la admi_nistración de las escuelas, no tuvo, como hemos dicho, el personal
~rante el régimen técnico preparado para respaldar la reforma. Los prefectos fueron los
encargados de distribuir las escuelas y ubicarlas. Es de suponerse que
:l.Za. primat:ta fue
, Entonces. se todo fue hecho empíricamente; los prefectos siguieron las lineas generales
Lldla.
de una distribución meramente administrativa.
de un espléndido
En esta materia el ceq.tralismo hizo mayor daño porque el Plan de
l el propósito d.e
Estudios redactado desde Lima y los programas formulados fueron de
adquirido para tal

♦ 107
7
tal uniformidad que los maestros - a quienes se les exige cumplir el
programa- encontraron dificultad· de enseñado en la totalidad, tanto
por lo extenso de las materias, cuanto por la falta de relación con la
región donde está ubicada la escuela. Contando el régimen municipal
con el personal técnico necesario, seguramente hubiera alcanzado un
éxito sorprendente en la dirección científica de las escuelas. Se cometió
un error al centralizar la enseñanza sin fijarse en lo extenso dd territorio
dei Perú, en la falta de vías de co.municación y en la carencia de una
honesta y diligente administración central. El resultado no se hizo esperar:
las rentas sustraídas a las municipalidades no se invirtieron en su totalidad
en provecho de las escuelas; el servicio (écnico cayó en manos de gentes
sin preparación ni responsabilidad, la administración quedó en poder de
la burocracia limeña que ha hecho de la ociosidad no sólo un vicio, sino
I
una religión. Los asuntos de mayor urgencia, los casos más sencillos
eran materia de una serie de informes innecesarios, que acusaban una 1
pereza mental o una incapacidad para discernir. Una vez fue menester 1J
reparar el techo de una de las salas de clase del Centro Escolar. Se pidió
1 a Lima la autorización para efectuar los gastos necesarios. La autorización (
1
l. llegó cuando todo el local estaba en ruinas. No hubo otro remedio que
cambiar de casa, porque estaba en peligro la salud y la vida de estudiantes
y maestros.
Bajo un régimen municipal la labor de los normalistas hubiera sido
más eficaz y su acción más vasta. Libertados del caciquismo de Lima,
hubiera sido fácil libertarnos del de las provincias. Pero fue imposible
contrarrestar ambos elementos, estrechamente uf.licios para aniquilar la
vida espiritual y política de las provincias. La caída del régimen municipal ,
y la desaparición de la autonomía ha sido uno de los peores daños 1
irrogados al país. La autonomía m.unicipal .es la primera lección de
educación ciudadana que un maestro puede ofrecer a sus discípulos.
Cuando aquella autononúa no existe o cuando ha sido desvirtuada en su
esencia, nadie tiene derecho a exigir a un maestro que "enseñe educación
cívica", puesto que no existe la más genuina representación de un pueblo,
como es la Municipalidad.

(Un Ensqyo de Escuela Nueva en el Perú, Lima, Imprenta Minerva, 1932.


Edición facsimilar, CIDE, 1986)

108 ♦
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~us discípulos. José Antonio Encinas {1886~1958) dirigió una singular experiencia
svi.rtuada en su . educativa en las lejanas tierras de Puno, allá por la primera década del
señe educación-:- siglo XX. Adelantándose a su época, Encinas fomentó una formación
~ de un pueblo, en libertad, y estimuló la creatividad de sus alumnos. No es casual que
de tal escuela surgiera la primera generación de indigenistas puneños1
entre los que destacan Emilio Romero, Gamaliel Churata y Alejandro
t Minerva, 1932. Peralta. Posteriormente el maestro hizo una estadía en Cambridge, y
publicó Un Ensayo de Escuela Nueva y La educación de nuestros hijos.
Encinas también fue rector de San Marcos a la caída de Leguía (1930),
l marchando al exilio de~ués de su ciausura por Sánchez Cerro (1932);
J El texto que hemos seleccionado, es toda una declaración de sus
principios educativos.

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El maestro
como líder social
.••---·.,,

Unos 180 mil docentes del país culminan sus tareas educativas de
1984. Tendrán un merecido descanso antes de iniciar sus labores el
próximo año lectivo. Un reposo válido también para meditar en el
sentido que tiene ser profesor actualmente en el Perú.
Sobre el maestro peruano, muchos han escrito; pero nadie quizás
con tanto ardor y vigencia como don José Antonio Encinas. De este
ilustre puneño, hemos recogido algunas reflexiones. Para ello, hemos
dado forma a dispersos planteamientos que él hace sobre el docente
peruano en su obra Un ensayo de Escuela Nueva en el Perú (1932) .
Se trata de un documento que, por la misma riqueza de su conteni-
do, reivindica a José Antonio Encinas como un educador popular.
José Antonio Encinas

l más alto cargo que un ciu-


E dadano puede desempefia:r
en una democracia es el de
maestro ele escuela. Cuando la so-
Manteniéndola dentro del estre-
cho marco de una mera depen-
dencia administrativa sin libertad
para desenvolver la totalidad de
ciedad actual se sacuda del egoís- sus valores, se asfixia sin piedad,
mo y de los prejuicios que anqui- imponiendo a los estudiantes la
losan sus más vitales funciones y pesada tarea de tener que apren- José Antonio Encinas
cuando el maestro, por su parte, der lo que no se entiende, lo que
deje la ni tina y se transfom1e en no se quiere, lo que - a veces- el pen11anentes ele la sociedad.
un líder social, entonces el magis- espíritu repugna o rechaza. Puede afin11arse que el maestro
terio habrá sobrepasado en impor- El maestro, para cumplir las normalista ( de comienzos de siglo)
tancia a cualquiera otra actividad exigencias de una escuela mera- era el único elemento técnico con
humana. mente "administrativa", se sepa- que el país contaba para educar
ra del estudiante; busca un plano al pueblo. Sin embargo, los caci-
superior, desde donde va a impo- ques de provincias vieron de mal
El docente es, sobre todo, ner su voluntad sin medida algu- grado la presencia ele los nonnalis-
un educador na. La Escuela -por su naturale- tas en la dirección de las escuelas.
za- es un cuerpo colegiado don- Acostumbrados a considerar a !os
En lo inmediato, toda política de maestros y estudiantes persi- rn aestros como parias, dóciles a su
educativa contempla tres factores; guen un solo propósito; ponerse voluntad, incapaces de moverse
el Maestro, la Escuela y el Estu- al servic io de los intereses de la más allá de los muros de la Escue-
diante. Dentro de la administra- colectividad. la, cerradqs dentro de un empi-
ción escolar se comete un error El maestro, convertido en un rismo que momificó la enseñan-
man teniendo divorciados estos celoso guardián de la ley y de los za y, sobre todo, con una falta de
tres elementos. reglamentos, sacrifica la esencia preparación para convertir la Es-
La poca o ninguna ingerencia de las cosas por la forma; olvida cuela en una fuerza de acción so·
que los maestros tienen en la dis- que es un educador antes que un cial, el cacique se sintió mortifica-
cusión y la elaboración de leyes funcionario al servicio de la Ad- do cuando llegó el joven maestro
y reglamentos, ele planes y progra- ministración Pública. Corno pro- lleno de un sano optimismo, de
mas de estudio rompe la unidad fesional, el éxito de un pequeño .una voluntad inquebrantable, de
de todo sistema educativo, forjan- grupo de estudiantes, entrenados un espíritu de combate, para sa-
do u na Escuela que carece de doc- de propósito para dar un examen, car a la Escuela de los prejuicos
tJi..na y de propósitos definidos. tiene más valor que los intereses en que se debatía.
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cirnien tos que debe aprender y nómico . Desde el aüo 1870, en
Despertar la energía popular darse cuenta de la manera como que dejó de publicarse el magnifi-
los utiliza. El método es, pues, un co periódico titulado El Educador
La oposición 8J nonnalista ~Lle sis- instrumento para diagnosticar, pe- PopulaJ, ios maestros no tuvieron
temática y ]levada a ~abo sm pie- ro no para curar. en sus manos sino boletines de ca-
dad. Era para los cac1qu~s u~ ele- A pesar de su labor, los maes- rácter administrativo que nada
en to que pretend fa disocia!· el tros no reciben trato adecuado podían enseñarles, salvo el sinnú-
~rden social 'ense!"iand_o doctrinas del gobierno. Se trató en primer mero de obligaciones a las que es-
contrarias a la Const1tuc1ón del término de sembrar una odiosa di- taban condenados. Cuando los
¡ Estado' (esta fue una ele las acu- ferencia entre normalísta y no nor- norrnalistas inician su labor, las
saciones que se hiz? _al que estas malistas, diferencia que tuvo en revistas pedagógicas se multipli-
, líneas suscribe), soliviantando las Lima una insignificante influencia, can por todo el territorio del Pe-
masas populares, despertando las pero que fracasó en provincias. rú . Esas revistas no reciben un so-
donnidas energías del indio .._. Nunca tuvimos recelo ni rivalidad lo centavo de subvención. Al con-
Para ser maestro, se estudiaron alguna con nuestros compañeros trario, muchas de ellas fueron sus-
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ciedad .
.1e el maestro'
nzos de siglo)
) técnico con
para educari
rgo, los caci- J
ieron de mal .
los normalis-f
: las escuelas. doctrinas y métodos. En la prác- de labor (sin título pedagógico). pendidas por encontrarlas ¡aten-
nsiderar a los f tica, los maestros se independiza- No lo podíamos tener,puestoque tatorias a la disciplina del silencio!
s, dóciles a suf ron de las doctrinas y dieron un reconocíamos en ellos viejos sol- El resultado jnevitable de esta po-
de moverse. libre impulso a sus iniciativas. No dados que se habían mantenido en lítica fue la falta de personal no
s de la Escue-! podía ser de otro modo. Llegaron sus puestos a pesar de la indiferen- solamente idóneo, sino entusia~!,q
de un empi-f a comprender que su tarea no era cia y de la miserable condición y convencido de la elevadarnis16n
, la enseñan-1 enseñar en el sentido estricto del económica en que el Estado los que le toca desempeñar. Ningún
. una falta de} vocablo, sino conocer el esp fritu había colocado. Nosotros fuimos régimen de polftica educativa
wertir la Es· del alumno y determinar en él la los primeros en rendir homenaje puede tener éxito si se deja al
de acción so- mayor aptitud para asimilar y ela- a los maestros de escuela, en su- maestro en el más punible aban-
jó mortifica-l borar. marnos a sus filas para enaltecer- dono.
wen maestro J Es necesario insistir que el mé- los y defenderlos.
>timismo, de; todo tiene como propósito anali- No hay una sola iniciativa, una Maestro rural
)rantable, de f zar la conciencia del nifio, cono- sola institución que se haya crea-
,ate, para sa-f cer el poder de su mentalidad, do para dignificar al maestro, pa- Ya hemos dicho que el maestro
los prejuicos ,1 detenninar la cantidad de cono- ra levantar su nivel cultur;:iJ y eco- necesita de una cultura peda~~ógi-
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1

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ca esmeradfsima;- pero, también, a) La escuela debe dar a los J -
quien además va a ser factor prin- alumnos una insi:rncción general,, ca. e
cipal en la tarea de civilizar el social y técnica suficiente para 1 11anz
autóctono debe conocer Ja totali- permitirles una buena orientación , reg,J;.1
dad de su problema. Se cree gene- práctica en la vida. 1
(:Íj)ÍC
raimente que la soiución al deno- b) Debe tener, ante todo, un ia E
minado problema indígena es de carácter práctico a fin de facilitar posil
orden exclusivamente pedagógi- ai alumi10 la transición entre la es- ser i
co; mejor cticho, que para civili- cuela y la realidad integral de la o re,
zarlo hay que enseñarle a leer, es- existencia, de suerte que compren- ria -
cribir, contar y rezar.. Evidente- diendo el medio se haga rnaestro ¡ y:.ir
mente, pan llenar este objetivo de sí mismo. mas
fünitad:fsirno basta el clásico c) Debe habituar al niño a que ,; í1 l;

maestro de escuela con el silaba- analice y explique cientffica.rnen. no J,


rio en una mano y el catecismo te su trabajo, de modo que sea ca- , l.J lJ
en la otra. Tal supuesto es un ab- paz de remontarse de1 problema rncr
surdo porque el problema clel in - práctico a la idea general teórica, tro.
dio es fuHJamentalmente econó- y de aquí, en etapas superiores, a ccrl,
mico, esencialrnen te agrario, Un buscar la solución de nuevos µro. •~ue
""
que
maestro que ignore esta necesi- blemas.
Pero una 'B:scuela de Trabajo se ¡a}
dad o se muestre indiferente an-
asfixiaría e;1 el Perú si antes o si- lllUt
te ella n o cumple con la misión
multéinearnen te no se resuelven la v
social que le toca desempeñar. plíc
El maestro que ha convertido los problemas de orden social
y agrano. d ie
su misión en una rutina ha perdi- JllU(
do el dinamismo necesario para pit:i
trnnsfonnarse en un iíder social. lll 01
El Perú debe resoiver el problema Angustias profundas del maestro
de l
del indio median te una in tensa ac- en t
ción social, en la que el maestrn La difícil situación política de un
maestro se a;rava con d conílic io la p
debe ser uno de los elementos de pre,
mayo;· valía. Por eso, la prepara- moral qur. ')llfge cuando debe en-
$eñar a sus discípulos normas ele· lo (
ción del magir,terio no es un asun- [
to baladí, sin otra importancia orden c:tico-rehgioso y cívico, ,.1s
ofr<
que la de ilenar un simpie expe- GUfiles se encuentran en corn ¡.,l :i:a
de t
diente de carácter administrativo. an tftesis con ia reaiiclad. Lffi,
)Todo maestro en el Per(1 está obli- ciai, símbolo de la desigualdad y El Ca teclsrno patriótico trJS.::.,a, intr
gado a conocer la historia de la de la jr,jmtic.ia. Así er1 tendieron por ejemplo, las excelencias ck :m plo
evolución política y económica Cat;cora y Chuquihuanca la mi- régimen de gobierno sometido 2.ia 1Tl ()
del indio, el régim en administra- sión de un maestro y por eso vis- Constitución del Estado . El mac:s- tale
tivo antes y después de la con- lumbraror; ia posibilidad de trans- tro, en consecuencia, inculca en el tud
quista:-;l. proceso religioso, sus in- formar la Esc-uela en favor de los espíritu ele los niños -muchas T?,- ll tl,
dus tr:ias, la capacidad productiva, in te reses del indio. ces en f orrna in tuitiva- las obli;a· !a J
loo factores que detienen su pro- Pan conseguir este. la Escuela ciones ele un ciudadano con el E3· rnn
greso , etc. 1 debe preparar una generación que, tado, las garantías ofrecidas y os m il
Es interesante anotar que los sintiéndose unida al indio por tra- derechos c,)ncedidos. Pero el es ·U· ri tt
verdaderos representativos de la 1 diciones C!(; raza y ele histo ria, diante, antes de alcanzar la cju,::1- rc 11
revolución social en Puno -Telés- 1 conviviera con sus necesictade~ y danfa, sahe que las obligaclC' 1es
foro Catacora y ChuquiJrnanca 1 3US ambiciones. No una rnera ge- aumeman, que )as garnntfas '·º !'l!(
Ayulo- pasan por los claustros ! neración indiófila, destmada a de- existen y que los derechos 5t • d- de
!
de la Escuela Normal. Es que el fender al rndio o a tenderl e la m,'!- neran.
Es pues ;.1 na ítrisión obligar,, =n
rra
magisterio es la funci.ó,1 revolucio- no por un :;:spfritu de pi~claci .. Na- do
narla por excelencia. En ese ejerci- da de r;so. L2 6ener:1ci6n asi sdu• :naesno ::1. ensefiar lo ,~ue éS '_, ¡¡•.. tk
cio ;·10 c,:o,=n sino dos extremos; cada 1 -~br-- fnnrHI ;:;1JS ~entililii::ntos
!"
bertad de su!·~~agi.o, la libcrract Je COI

el maestro inofensivo - -some tido e intereses ~0~1 !os de.i 1nclio y sin-
0
oensarnie;r:n o la libertad j~ 11· !llt:
a la coy 1..1nci8 burguesa, si;1 mi go- t.]endo CC.,_c -_·er ~01.- SU3 /C:I18; sangre
1 i)renta ruandc el P~rl111ie.,,~·t~ ~s f¡ O'.

plo ele ideal ni u,1 átomo de im- indL:!.. Ta: ~s tl problern2 que la una i'icc1ón, cuando se Dcrsir, 'o, !ne
p1...1lso-- o aquél otro cuya vida es-- l\J"ur~\a Es1.:U1-]1a debe •s3~.l 11er. 3e er~car·--::e13. 0 se de~tierra -· o~ pa
tá j2Jon2cin p,:,r una-luc.ha pern1a- L~: -:sstHJa :1ue~/a de Je s~:.r u.ra ;:nen:,go-.; yolítico, del gobi:-. ri, baj
,·1enre ,.:;ontra el Poder qur:: abusa, BstiJela de 1l1rabajo. ~0r fint·S que cu:J.ndc, !f!S imprent:1s "1,civef~:·· 11 JJT
contra l1n,g::.1nonía que :1!)_::otbe
1c"": -ts·ta pe!'iif_-J::'- ~:.-- rtgrup;1 r -~a
1
!.'""):~· ,:;i- .-•:~g.Ln~.e ~1 estdn clau5t!:radas. no
gui:;r: :-~~ :.. ~-ir:2ii>1'_;3· '--in !J¡·~:~-;c.nr:.1 J c~e s~11 1'-;.:0 ,.i:· ,; ()1
todo _
i.il"'c~tad. contra ~1 <Jld~n .-:,{~--
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e ciar a los.
ión genera} el maestro mecaniza la ense-
ciente par~ ~~a para l_lenar las fo!ffialida~es
orientación reglaroentanas. Es decrr, ~os p1111-
cipios morales que req~ne_ren -~n
te todo, u11 la Escuela la may~r obJ~tlvac1 n
1 de facilitar asible en el med10 ~oc1al van a
nentrelaes. fer materia de repetu un texto
ltegral de la O
rezar. Proceder en foDTJa contra-
ue compren.. ria-O sea analizar, PTOJ?a~ar Y apo-
aga ,naestro yar enfáticamente obJet1vas nor-
mas de ética- sería sentar plaza
.l niño a que en las fijas revolucionarias, lo cual
:ntíficamen. no lo permitiría el Estado, menos
:) que sea ca. J la Iglesia. Aun e~ el caso de una
el problema l mera enseñanza libresca, el maes-
eral teórica, f tro no puede evitar -ni debe ha-
;upenores, aJ cerlo- que el niño observe y juz-
nuevos pro. l rue el contraste existente entre lo
que la Escuela le enseña como Mo-
e Trabajo se ~ ral o como Religión y lo que le
muestra la experiencia diaria de .
3i antes o si- 1 la vida. Así, el niño, bajo la sim- llo que la exuberante fantasfa es-
;e resuelven suma mensual de dinero significa
>rden sociat, plicidad de su_ lógica, no admite la pañola logró informamos. Feliz- sólo el pago de nuestros servicios
ética evangélica, puesto que se mente la crítica histórica va de- técnicos, pero no el pago de un si-

-l del maestro i
mueve dentro de una sociedad ca- purando y rectificando todo ·10
pitalista. Sin que le sea posible re- que hasta hoy se ha acumulado.
mo,1tarse a buscar la razón de ser El maestro no puede descuidar es-
lencio y de una confomlidad que
repugna. Quienes pretenden que
el maestro debe callar, obedecer

)Íftica de un
. el confllcto,
l
" de este contraste, el niño observa, te proceso si quiere dar a la His to-
en el pequeño mundo donde vive, ria su verdadero sentido.
la punzante desigualdad social, el Fuera de estas dificultades que
predominio de la riqueza, el triun- el maestro encuentra en el plano
y trabajar están en un error y co-
meten un acto de injusticia y de
insulto a la dignidad humana, su-
ido deb-c en-¡ poniendo que el maestro de las
5 normas de¡
fo de la fuerza. supe1ior de la educación del senti- nuevas generaciones debe ser un
y cívico, las La Iglesia misma se encarga de miento patriótico, se presentan esclavo o un lacayo destinado a
en completa ofrecer a los niños, el espectáculo otras en la obra de preparar al fu- preparar una generación moldea-
ad. ! de una organización : con sus pon- turo ciudadano. Ya hemos dicho da bajo el mismo criterio.
Jtico enseña. -r tífices y príncipes en posesión de cómo el medio político no es pro- El maestro debe tener libertad
encias de un . inmensas riquezas, con sus tem- picio para ofrecer a la Escuela el de opinar porque ante todo es un
ornetido a la plos repletos de oro, con sus cere- ejemplo permanente ele prácticas mentor social. Su misión no pue-
.do. El maes- monias de pompa y de lujo orien- y de virtudes cívicas y que, por de equipararse a la de un militar a
incu1ca en el 1 tales. En grado más elevado, el es- eso, mecaniza la enseñanza, cerrán- quien es posible pedirle la más ab-
- muchas ve- t tudiante juzga a la Iglesia como dola en las páginas de un catecis- soluta obediencia para man tener
:- las obliga- • una en tidad puesta al servicio de mo cívico. La Escuela se ve, así, la disciplina, que es a su vez la ba-
:10 con el Es-
la fuerza, del abuso y de la intole- apartada de un campo de obser- se de la jerarquía de un ejército.
rancia; nunca al servicio de los hu- vación y de experimentación que Pero pedir a un maestro semejan-
rccicías y los ?
Pero el estu- 1 mildes, ni de los pobres de espí- sería utilísimo para su obra edu- te sumisión es desvirtuar el propó-
zar la ciuda- ! ritu, menos junto a las grandes cativa, si el medio político le fue- sito de la Escuela y cambiar de
obligaciones 1 reivindicaciones sociales. ra favorable. rumbo a la educación humana,
:arantías 1,0 Si el sentimiento patriótico no que requiere de plena libertad.
~c.:hos se vu 1- puede ser exaltado en el sentido Si los maestros deben tener esta
de apasionar a los niños por la gue- libertad de opinar y de pensar~~
1 obligar a un f rra, tampoco puede ser respalda- Un maestro con y para la libertad orden a in ter.eses generales, es;r li-
que es la li- do por una falsa interpretación bertad debe ser sin límites cuan-
t libertad de de la Historia. En el Perú se llega El maestro, como nailie, debe vi- do se trate de asunto de carácter
:!rtacl de iin- t con facilidad a este error, especial- vir la libertad y propugnar la liber- técnico . Es un absurdo e insensa-
rlnmen to es I men te cuando se cuenta a los ni- tad. Libertad de sí mismo, de sus tez impedir que un maestro se
se persigue, t ños la grandeza del Imperio de los alumnos y de la comunidad. pronuncie sobre determinada dis-
,tierrn & 10, Incas y la vida de lujo y de pom- Los maestros - al ponemos 3.1 posición del gobierno en materia
.
e1 gobierno, i pa
b del Virreinato. Los niños viven servicio del Estado- no hemos <le enseñanza. El maestro pertene-
; ad,ersas al ajo la impresión de templos y de vendido nuestra conciencia, ni he- ce a una colectividad que por de-
adas. , jardines repletos de oro; de gobier- mos hipotecado nuestras opinio- finición es deliberan te.
rnc_j,iuL'.: ~r¡. 1 nos magnánimos; de asombrosas nes, ni hemos perdido nuestra ciu- Pocas son las escuelas qne edu-
conquistas; en fin, de todo aque- dadanía. E1 hecho de recibir una can a los n.ir1os en un ambienkcle
3l


Íibertad. Para ello, la presencia del de la Escuela formados en hileras,
médico, del psicólogo y del maes- alineados por orden dt:: talla, guar-
tro es necesaria. El maestro no dando el paso y bajo la mirada
puede llenar su misión sino a ba- hosca e inquisitiva del preceptor.
se del examen psicomédico. O el Los niños salían como deben salir,
maestro es a un mismo tiempo con entera libertad. Buscaban y
orientador y psicólogo o deja es- elegían camaradas; fonnaban gru-
tG misión a un personal especial- pos; organizaban partidos; los
111entt JJr1;;parado. maestros se confuncl ían con ellos.
En nuestra experiencia del Cen- Grupos de muchachos llenaban la
tro Escolar NO 881 (Puno), lo esen- calle en medio de una gran algara-
L~ial era el trabajo metódico duran- bía; los unos a los otros llamában-
" el aiio escolar, entendiéndose se a grandes voces; alguien daba
por tal la actividad integral del ni- una consigna; otro -seguramente
ii o dentro y fuera de la clase. Te- el jefe del g.rupo-,una orden; los
níamos en gran estima el método más tímidos y re traídos, los que
y el orden en el trabajo y sus
propias iniciativas; respetábamos
,u manera de aprender, dándole
toda la libertad posible para desen-
aún no sentían el impulso a la co-
lectividad, venían donde nosotros,
prendiéndose de nuestro brazo,
caminando así, en una perfecta
A
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volver sus aptitudes. Cuando l_a ¡ camaradería. cuan,
enseñanza, en sus múltiples mam- Es de imaginarse el con traste [Ít::!11¡
festaciones, ha logrado mantener ofrecido por esta Escuela con come
la libertad de criterio en el estu- aquella otra donde los niños sa- tone<
diante se puede estar seguro de lían a paseo cohibidos bajo la or- til- me dijo: Ju¿ e
que su conducta ha ele moverse den de guardar silencio en las ca- -¿Por qué no los d .:.' a usted Ct.:JlH:
dentro de esta norma de libertad. lles, de caminar por la misma ace- formados y en silencio v Ü !t tO lo piso~.
Los alumnos del Centro Escolar ra, de ir acompañado por un ca- hace el Seminario? tos, e
No 881 salían de paseo a estudiar marada impuesto por el maestro. Yo le conteste . . rn m
en las afueras de Puno. En estas Una vez un vecino al sentir el vo- -Porque esos chiquillos 10 son
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excursiones, los niños gozaban de cerío de los muchachos y ver el los presos de la cárce~ 111 .:studian podf
la mayor libertad. Nunca salieron desorden -que es el orden infan- para ser monag1...ilios. a puer
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