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LA DISTOPÍA COMO MEMORIA:

LA REPRESENTACIÓN URBANA
DEL TRAUMA CULTURAL
JAPONÉS EN AKIRA
DYSTOPIA AS MEMORY: URBAN REPRESENTATION
OF JAPANESE CULTURAL TRAUMA IN AKIRA

RESUMEN ABSTRACT
El estudio del anime en la actualidad se The study of anime today is delimited by
encuentra acotado entre los extremos del the extremes of cultural determinism and
determinismo cultural y el transnaciona- transnationalism. However, in its apoca-
lismo. Sin embargo, en su modo apoca- lyptic mode, it appears closely entangled
líptico, aparece estrechamente relaciona- with Japanese national identity and his-
do con la identidad nacional y la historia tory, sometimes as a subversive agent of
japonesas, en ocasiones como un agente memory. In addition, if urbanism symbol-
subversivo de memoria. Si además el ur- ically reproduces the imaginary of each
banismo reproduce simbólicamente los historical moment, then it can be argued
imaginarios de cada momento histórico, that dystopias in apocalyptic anime convey
puede plantearse que las distopías del ani- certain ideologies about Japan’s past. This
me apocalíptico enuncian determinadas research analyzes the representation of
ideologías sobre el pasado de Japón. Esta the urban in its relationship with the past
investigación analiza la representación in the film Akira, proposing the following
urbana en su relación con el pasado en la hypothesis: rather than speculating upon
película Akira, planteando como hipótesis the future, its dystopia enunciates com-
que, más que elucubrar sobre el futuro, su mentary on Japan’s past national traumas.
distopía enuncia un comentario sobre los A textual analysis of the film is carried out,
traumas nacionales japoneses del pasado. concluding that the film decontextualizes
Se realiza un análisis textual de la película, and brings together several troubled epi-
concluyendo que el filme descontextualiza sodes of 20th century Japanese history in
y reúne diversos episodios conflictivos de one fabled historical moment that allows
la historia nipona del siglo XX en un mis- to reinterpret them from dissident stances
mo momento histórico fabulado que per- of memory.
mite reinterpretarlos desde posiciones de
memoria disidentes.
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ANTONIO
RIVERA ARNALDOS
Universidad Carlos III de Madrid,
España

Antonio Rivera Arnaldos (Murcia,


1998) imparte docencia en la Univer-
sidad Carlos III de Madrid. Sus intere-
ses de investigación alcanzan desde
la animación transnacional hasta las
políticas del espacio que se articulan
en las salas de cine. Es también pe-
riodista y crítico de cine y televisión.
Ha publicado textos en medios de
comunicación regionales y naciona-
les, participado en libros y moderado
mesas redondas sobre animación en
festivales de televisión.

PALABRAS CLAVE:
Distopía, anime, memoria traumática,
espacio urbano, imaginarios apocalípticos.

KEY WORDS:
çDystopia, anime, traumatic memory,
urban space, apocalyptic imaginary.

DOI:
https://doi.org/10.4995/caa.2023.18059
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La distopía como memoria: la representación urbana del trauma cultural japonés en Akira

Introducción
Una de las grandes preguntas que atravie- propone para clasificar las películas de
sa la literatura académica en torno al anime anime, el apocalíptico y el elegiaco, están
es si este medio puede ser considerado una estrechamente relacionados con la identi-
forma artística autóctona e inherentemente dad nacional japonesa y la negociación de
japonesa —y, en consecuencia, ser reapro- la historia reciente del país. El primero de
piado en la construcción del nacionalismo— ellos, en concreto, se caracteriza además
o si, por el contrario, ha devenido una forma por proyectar en el futuro fabulaciones ca-
expresiva multimedia inserta en los sucesi- tastróficas que, a menudo, se ambientan en
vos intercambios de la cultura global. espacios urbanos que se presentan como
distopías. Puesto que el urbanismo repro-
Dos de los tres modos de expresión duce simbólicamente los imaginarios de
posibles que Napier (2005 [2001]: 12) cada momento histórico (Ferrer Ventosa,

Fig. 1. La explosión de Tokio de 1988.


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2020: 530), reviste interés plantear que 2019, presenta la nueva ciudad como una
la convergencia de espacios y prácticas distopía donde el progreso tecnológico se
que dan forma a dichas distopías reve- da cita con el malestar social, las protes-
lan en realidad ideologías inscritas en los tas estudiantiles, la violencia policial, las
discursos de las obras de anime que las bandas callejeras, el autoritarismo y la
representan. Además, pese a que la ciu- corrupción. El largometraje ilustra un giro
dad japonesa contemporánea, con Tokio histórico en la industria del anime, que
como paradigma, se distancia del agota- rompe en parte con los estándares técni-
miento económico del pasado con un pai- cos de la animación japonesa de décadas
saje ultramoderno atravesado por imáge- previas para atraer a una audiencia global
nes digitales (Barber, 2006 [2002]: 110), (Wada-Marciano, 2012: 26). Sus imágenes
existe la sensación generalizada entre las futuristas, sin embargo, son fuertemente
poblaciones urbanas japonesas de que el reminiscentes de la cultura y la historia
progreso experimentado por el país en la recientes del país asiático.
segunda mitad del siglo XX ha significa-
do también la pérdida del contacto con Se plantea como hipótesis que, más
la naturaleza y con la especificidad japo- que elucubrar sobre el futuro, la distopía
nesa (Carmona, Sakai, 2014: 187; Fujiki, de Akira enuncia un comentario sobre el
2015: 156; Robertson, 1988: 497). De esta pasado. En concreto, sobre los traumas
manera, las ciudades, las fabulaciones nacionales japoneses de los holocaustos
apocalípticas, la identidad nacional ja- nucleares de Hiroshima y Nagasaki y la
ponesa y la negociación de los traumas drástica ruptura con la cultura tradicio-
de la historia reciente del país quedan nal causada por el crecimiento económi-
entreverados en determinados productos co y la posterior burbuja financiera de los
de anime. años 80. Se plantea asimismo que la pe-
lícula no solo representa dichos traumas,
Así, incluso aunque, como sugieren las sino que ofrece herramientas discursivas
visiones más globalistas, se hubiera di- para su negociación dentro de la memo-
suelto como parte de un catálogo global ria colectiva nipona.
de medios —desvinculándose de su espe-
cificidad histórica—, el anime continúa Este artículo consta de tres partes: en
en cualquier caso siendo un objeto de es- primer lugar, se realiza una revisión bi-
tudio provechoso a la hora de interrogar bliográfica para explorar los entrelaza-
la huella cultural de los distintos traumas mientos producidos entre cine, espacio
que marcan la identidad nacional japone- urbano y posmodernidad; en segundo lu-
sa desde la segunda mitad del siglo XX. gar, se ofrece una discusión teórica sobre
distintas posturas posibles con respecto
Por ello, esta investigación se pregunta a la relación del anime con la identidad
de qué maneras se relacionan el espacio nacional japonesa y su potencial para
urbano y la memoria traumática en el devenir un agente subversivo de memo-
anime, proponiéndose analizar la repre- ria en la relectura de la historia reciente
sentación de la ciudad en su relación con del país; en tercer lugar, se reconstruye
el pasado en la película Akira (Katsuhiro el discurso de la película precisando las
Ōtomo, 1988), que muestra la decadencia estrategias de enunciación mediante las
de la ciudad de Neo-Tokyo, una recons- cuales —como se ha hipotetizado— Aki-
trucción de la capital japonesa, que, en ra expresa, en forma de fantasía futurista
la ficción, quedó destruida por una explo- de una ciudad distópica, un comentario
sión en 1988, dando lugar a una Tercera sobre la negociación de los grandes trau-
Guerra Mundial. La trama, situada en mas del pasado de Japón.
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La distopía como memoria: la representación urbana del trauma cultural japonés en Akira

01
Cine, espacio urbano y posmodernidad
Prácticamente desde la aparición del 265) recurre a la idea de la triple natura-
cine, a finales del siglo XIX, la literatura leza de la imagen cinematográfica como
académica ha prestado atención a la re- un índice, un icono y un símbolo, por la
lación discursiva que este entabla con las cual se entiende el signo fílmico, respec-
ciudades. El sociólogo alemán Georg Sim- tivamente, como la huella física que la luz
mel, en su texto de 1903 The Metropolis and reflejada por los espacios de una ciudad
Mental Life (Die Großstädte und das Geistes- imprime en la película al rodar (índice), la
leben), planteaba los flujos de imágenes y representación de un contorno que per-
prácticas que atraviesan y construyen las mite al espectador reconocer una ciudad
ciudades en términos eminentemente ci- en una forma proyectada que se le pare-
nematográficos. Simmel concibe la ciudad ce (icono) y la reproducción de connota-
como un lugar de rápido e ininterrumpido ciones metafóricas asociadas a la imagen
intercambio de estímulos internos y exter- que se proyecta (símbolo). Esta relación, si
nos. En la metrópolis, afirma, el individuo se quiere, entre el significado urbano y el
es bombardeado por “the rapid crowding significante cinematográfico es particular
of changing images, the sharp disconti- en el caso de una película de anime como
nuity in the grasp of a single glance, and Akira, pues no existe en sus fotogramas
the unexpectedness of onrushing impres- una relación indéxica entre las ciudades y
sions” (Simmel, 2005 [1903]: 25).1 la película, pero sus imágenes mantienen
las funciones icónica y simbólica.
Pese a lo ilustrativo de esta afirmación,
diversos autores han actualizado las dis- Otras visiones menos preocupadas por
cusiones con respecto a la relación entre la forma que por el discurso fílmico su-
el cine y la ciudad adaptándolas al contex- gieren que el imaginario geográfico “is
to contemporáneo. Según Barber (2006 not a representation of an ontologically
[2002]: 7), desde su nacimiento y hasta la stable reality but rather is an active and
actualidad, el cine ha mantenido una rela- embodied spectatorial event” (Lukinbeal &
ción privilegiada con las ciudades, y esta Sharp, 2019: 1).2 Así, las ciudades cinema-
ligazón subyace en las maneras en que se tográficas serían constructos que, además
entienden y mediatizan la historia y los de reflejar una ciudad preexistente, ayuda-
cuerpos. Como apunta el autor: rían a constituir su significado y expresar
sus tensiones inherentes y esquemas so-
En su interacción con la ciudad, las ciales (ibídem, 3).
películas implican una multiplicidad
de medios, a través de los cuales […] El urbanismo condensa y reproduce sim-
proyectan inquietudes vinculadas a la bólicamente los imaginarios de cada mo-
memoria, la muerte y los orígenes de la mento histórico, de tal manera que las es-
imagen que sellan de un modo crucial el téticas que componen una ciudad actúan
cine y el espacio urbano. (ídem) como marcadores o rastros de las trans-
formaciones culturales que la atraviesan
Para aproximarse a esta interacción en- (Ferrer Ventosa, 2020: 530). En el actual
tre la ciudad y el cine, Fraser (2016: 264- capitalismo avanzado, el espacio urbano
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Fig. 2. La vista de Neo-Tokyo desde la puerta del bar.

Fig. 3. El camarero del bar, encarnación posmoderna de la actitud "blasée".


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La distopía como memoria: la representación urbana del trauma cultural japonés en Akira

se conforma con acomodo a la lógica cul- visuales con arreglo a los cambios socia-
tural inherente a este, el posmodernismo les relativos a las exigencias del sistema
(Jameson, 1991: 1). Así, las ciudades, en económico neoliberal, la globalización, la
su apariencia y funcionamiento, reflejan la hibridación entre lo orgánico y lo tecno-
cultura que las rige. lógico o el consumo de espectáculos. En
este marco de posmodernidad, la cultura
Algunos autores argumentan que las empresarial y tecnológica y su saturación
ciudades posmodernas, con su interés por visual de las ciudades permiten al cine
el espectáculo o la forma sobre la función, plantearse nuevos interrogantes sobre la
podrían considerarse de por sí cinema- posición de los habitantes citadinos con
tográficas (MacCannell, 2001: 53-54). En respecto al espacio urbano (Barber, 2006
ellas se configuran nuevos imaginarios [2002]: 9-10).

02
El anime como agente subversivo en la
memoria traumática japonesa
El anime es un objeto de estudio comple- japonés, encuadrándolo dentro de un “con-
jo por su diversidad en términos de histo- tinuum” de producción visual construido
ria, medios, géneros y estilos. Desde hace en función de flujos políticos, económicos,
décadas, su estudio está acotado entre los sociales, tecnológicos, étnicos y estéticos
extremos del determinismo cultural y el transnacionales que interactúan. Como
transnacionalismo (Wada-Marciano, 2012: plantea Wada-Marciano (2012: 75):
80). Aunque el medio posee elementos di-
ferenciadores significativos en la escala de The defining question of anime has long
su industria y las peculiaridades de su mer- been whether it should be understood
cado doméstico, la ligazón entre el anime as a visual and narrative form with par-
y Japón como realidad geográfica y cultu- ticular ties to Japanese society and its
ral concreta resulta cada vez más circuns- cultural traditions or as simply another
tancial a la hora de estudiarlo como forma mode of expression in multimedia, di-
artística en el contexto de la globalización. versified within the endless cross- cultu-
Los primeros ejemplos de cine animado ral exchanges of global culture.3
aparecidos en Japón datan de principios
del siglo XX, pero la coincidencia de ca- La búsqueda de una relación genealógi-
racterísticas posmodernas y movimientos ca entre el anime y otras formas artísticas
glocales es también considerada condición y culturales niponas previas cimienta la
favorable para el florecimiento definitivo asociación de este con la identidad na-
de manifestaciones de la cultura pop japo- cional japonesa. Yui (2010: 48), en cam-
nesa como el manga y el anime (Yui, 2010: bio, sostiene que es el propio país el que,
48). Tratando de esquivar el determinismo, en cierto modo, inventa esas tradiciones
teóricos como Brown (2006: 1) han alejado originales una vez el manga y el anime
el anime de la idea preconcebida de que han demostrado ser formas de creación
pudiera ser un reflejo del cine nacional exitosas en el mundo, de manera que se
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las pueda conectar con el nacionalismo permite a públicos de generaciones pos-


cultural. Al mismo tiempo, y en sentido teriores a las que sufrieron determinados
complementario, “these arguments of he- desastres asociar la memoria histórica con
ritages can also be resources paradoxically la vida contemporánea, uniendo memoria
for hybridization or glocalization” (ídem).4 privada y posmemoria para contextualizar
un hecho traumático pasado en la realidad
Así, la “transculturalidad” (Rojas-Sierra, japonesa actual de riqueza, globalización y
2018: 75) resulta un concepto necesa- cultura de consumo.
rio para pensar el anime. La industria ja-
ponesa del entretenimiento adopta una Así, el anime se ha constituido como
“identidad cultural global/local” (ídem), un agente de memoria capaz de socavar
construyendo apuestas estéticas de varias la cultura institucional, la censura infor-
capas que van de la cultura tradicional y mal del gobierno y la censura de la propia
popular nipona a la reapropiación y fusión represión de la consciencia individual,
de elementos nacionales con otros de las permitiendo conexiones disidentes entre
culturas propias de los mercados transna- la memoria histórica y el mundo contem-
cionales a los que el anime accede. poráneo. En él encontraron cabida ansie-
dades subconscientes que no encajaban
En su compleja conexión con la identidad adecuadamente en la consciencia social
nacional japonesa, el anime puede actuar oficial, bajo la superficie del milagro eco-
también como agente de memoria. A lo nómico de la segunda mitad del siglo XX.
largo de las décadas, el anime, como forma
de cultura popular, ha facilitado el proce- Esta función del anime como agen-
samiento y la actualización al momento te subversivo de memoria se desarrolla
presente de la huella cultural dejada en la especialmente dentro de lo que Napier
identidad nacional japonesa por eventos (2005 [2001]: 250) denomina el modo
traumáticos como la derrota de Japón en la apocalíptico: una tendencia del anime
Segunda Guerra Mundial, los bombardeos vinculada a la ciencia ficción, caracteri-
nucleares sobre Hiroshima y Nagasaki, el zada por fabulaciones de destrucción y
drástico proceso de modernización atrave- desastre y en diálogo con una identidad
sado por el país a finales del siglo XX y la nacional marcada por la derrota de Ja-
posterior explosión de la burbuja económi- pón en la Segunda Guerra Mundial y el
ca en que culminó, en la década de 1990, y, trauma de las bombas atómicas lanza-
más recientemente, el triple desastre de la das sobre Hiroshima y Nagasaki. Bartal
región de Tōhoku en marzo de 2011. (2016: 108-110) señala el estreno de la
serie de anime Space Battleship Yamato
Bartal (2016: 114) otorga a la representa- (Uchū Senkan Yamato, Leiji Matsumoto,
ción de eventos traumáticos en el manga 1974-1975) como la primera manifesta-
una doble virtud para la reconstrucción de ción de un género apocalíptico de manga
la memoria que debemos hacer extensible y anime que hace referencia indirecta a la
también a la animación. Por un lado, pre- memoria japonesa de la derrota bélica y
sentar los recuerdos e historias como cul- el holocausto nuclear a través del retra-
tura popular e incluso narraciones de gé- to de la vida en la Tierra tras una tercera
nero los transforma en mitos y fantasías, guerra mundial. A lo largo de las décadas,
generando una experiencia nueva que per- esta tendencia ha encontrado continui-
mite procesar una memoria reprimida u dad en series como Neon Genesis Evange-
oculta, considerada ilegítima en la cultura lion (Shin Seiki Evangerion, Hideaki Anno,
oficial. Por otro, la representación de reali- 1995-1996) y películas como X (Rintaro,
dades dentro de esos esquemas narrativos 1996) o la propia Akira.
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Fig. 4. Uno de los motoristas estrellándose contra el ventanal y los clientes de un restaurante en la zona alta de
la ciudad.

Fig. 5. Dos perros policía superpuestos a dos canes representados en un anuncio publicitario.
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Este modo apocalíptico propuesto por una añoranza generalizada de esa época
Napier conecta con lo que Imbert (2019: anterior a lo que, se entendía, había deve-
24) ha denominado, para referirse en ge- nido una confrontación del pueblo japonés
neral al cine concernido por los escenarios con la naturaleza (Fujiki, 2015: 156).
posapocalípticos, como “imaginario del
fin”. De acuerdo con el autor, las historias Napier (2005 [2001]: 275) conecta este
posapocalípticas posmodernas proyectan sentimiento melancólico con otro modo
en el futuro fatigas y nostalgias urbanas del anime, el elegiaco, una forma de cons-
del presente. En esas distopías, “presente truir las narraciones que privilegia la pér-
y futuro no se contradicen, más bien se dida, la ausencia y la nostalgia. Pese a que
funden; en el futuro, se buscan las res- también están conectados con el duelo,
puestas al presente” (ibídem, 525). Den- los productos de anime que habitualmente
tro de esta corriente, Imbert identifica un se clasifican dentro de la categoría elegia-
subgrupo de películas que tratan el pos- ca, como El viaje de Chihiro (Sen to Chihiro
humanismo como implícitamente posapo- no Kamikakushi, Hayao Miyazaki, 2001),
calípticas. Según el autor, estas historias Mi vecino Totoro (Tonari no Totoro, Hayao
presentan un mundo agotado y una nece- Miyazaki, 1988) y otras producciones de
sidad de crear nuevos seres para renovar- Studio Ghibli, distan mucho de los vincu-
lo, pero también para recuperar lo perdido lados al modo apocalíptico. La última de
—y menciona Akira como ejemplo de esta las películas citadas es un ejemplo para-
tendencia—: “En forma de distopía, y/o digmático: estrenadas en el mismo año, Mi
como prolongación científica del progreso vecino Totoro y Akira vehiculan, aunque de
tecnológico, surgen ficciones que buscan formas muy dispares, la misma ansiedad
en la criatura artificial lo que se ha perdido civilizacional por la relación con el pasa-
en la humanidad” (ibídem, 64). do. Sin embargo, la cultura nacida al calor
de los proyectos ideológicos furusato pue-
El desarrollo de la corriente apocalíptica de entenderse como parte de un proceso
en el anime coincide en el tiempo con la político que manipula la nostalgia con dos
popularización entre políticos, urbanistas propósitos: por un lado, enmascarar la
y publicistas japoneses de la idea de lo fu- responsabilidad del ciudadano por el cam-
rusato, un mantra cultural y político muy bio socioecológico, y por otro, crear una
vigente en la posguerra nipona que desig- mitopoyética colectivista que se apoye en
na un idealizado modo de vida tradicional la reificación de la tradición para lidiar con
y, hasta cierto punto, rural (Robertson, las consecuencias de los procesos de ur-
1988: 494). Con la burbuja financiera for- banización (Robertson, 1988: 508).
mada en Japón a finales de los años 80, en
las postrimerías de un crecimiento econó- Pese a su aparente incompatibilidad,
mico prácticamente ininterrumpido desde tanto el modo de anime apocalíptico como
el final de la Segunda Guerra Mundial y el elegiaco son pertinentes para el estudio
habiendo alcanzado una riqueza sin prece- de Akira y su inserción en la negociación
dentes, la sociedad japonesa cobró cons- subversiva del trauma nacional japonés en
ciencia de lo que se había dejado atrás en el marco cultural de finales de los años 80.
el camino hacia la modernidad, adoptando
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03
La distopía de Akira: trauma y negociación a
través de la fantasía urbana
Además de tratarse de su creación más el populoso centro urbano. Así, se analiza
famosa, la película Akira condensa una la representación de la distopía de Akira
serie de inquietudes temáticas, genéri- como un espacio urbano donde se articu-
cas y estilísticas que Katsuhiro Ōtomo ha lan determinadas relaciones jerárquicas
desarrollado en muchos otros trabajos en conectadas con la identidad nacional ja-
manga y anime a lo largo de su carrera. En ponesa y algunos de sus traumas históri-
concreto, la obra del autor japonés como cos, atendiendo a elementos del lenguaje
director y guionista de cine de animación audiovisual animado como la composición
está atravesada por una serie de motivos de los planos, el encuadre, el montaje, los
comunes que, como en el caso Akira, pa- movimientos de cámara o la música. La
san por un cuestionamiento de los cruces secuencia seleccionada comprende un
entre el progreso tecnológico, el poshu- sistema de lugares que evidencian la dis-
manismo y la distribución de la violencia tribución del poder y la violencia en el es-
en espacios urbanos futuristas. A este res- pacio de la ciudad fabulada de Neo-Tokyo,
pecto, cabe mencionar su trabajo en los mostrando barrios deprimidos, zonas aco-
largometrajes Metropolis (Metoroporisu, modadas y regiones excluidas del centro
Rintaro, 2001) y Steamboy (Suchīmubōi, urbano que asimilan la huella geográfica
Katsuhiro Otomo, 2004) y los segmentos de los traumas históricos del país. Ade-
que escribió y dirigió para las antologías más, se relacionan brevemente los hallaz-
Neo Tokyo (Meikyū Monogatari, Rintaro, Yo- gos de este análisis con lo expuesto por la
shiaki Kawajiri, Katsuhiro Ōtomo, 1987) y secuencia introductoria del filme, la que
Memories (Kōji Morimoto, Tensai Okamu- muestra la explosión de 1988, y por otra
ra, Katsuhiro Ōtomo, 1995). secuencia del último acto de Akira, la de
la transformación final de Tetsuo, para
En este apartado se analiza cómo Akira, ponderar la consistencia del discurso de la
en sintonía con otros trabajos de la filmo- película con respecto a la cuestión central
grafía de Ōtomo, aborda la negociación del estudio.
de algunos grandes traumas del pasado
reciente de Japón a través de una fanta- Pese a tratarse de una ciudad futurista y
sía futurista representada en la forma de joven, la Neo-Tokyo donde tiene lugar Aki-
una ciudad distópica. Para ello, se estudia ra se define a lo largo de la película por
principalmente la que denominaremos contraste con su homóloga devastada. O
secuencia de las motocicletas, correspon- con lo que queda de ella tras la explosión
diente al primer acto de la película, que de 1988: ruinas y el recuerdo —también en
puede desglosarse a su vez en dos tramas forma de huella física, un cráter— del trau-
paralelas que convergen: la persecución ma que las originó. Esta relación entre la
entre las bandas de moteros, desde los ba- ciudad distópica y su pasado se evidencia
rrios bajos hasta las afueras de la ciudad, desde la primera imagen de la película, un
y la huida del niño con poderes sobrenatu- gran plano general del paisaje del Tokio de
rales, que se desarrolla principalmente en 1988, que poco después es devastado por
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la explosión, representada con la forma de consumismo y de una realidad social con-


una gran esfera de luz blanca (Fig. 1). Un flictiva a medida que el camarero cambia
fundido encadenado traslada entonces al de canal. Ante este aluvión de imágenes
espectador de las todavía refulgentes rui- agresivas, el personaje, en contraplano, se
nas de Tokio al trazado de Neo-Tokyo, la muestra aburrido (Fig. 3), como una encar-
ciudad sustituta. nación posmoderna de la actitud “blasée”
que debía provocar en los sujetos citadi-
Posteriormente, el título de la película nos, según Simmel (2005 [1903]: 26-27), el
aparece superpuesto a una imagen del bombardeo de estímulos de la metrópolis
cráter causado por la explosión. El plano primisecular.
general, que no tiene continuidad de mon-
taje con la imagen anterior ni la posterior, Es en ese momento cuando la película
puede ser leído como un mensaje comple- presenta a sus protagonistas: Kaneda y
jo en sí mismo: en primer término, el nom- Tetsuo, dos jóvenes miembros de una pan-
bre del ser poderoso que catalizará a lo dilla de motoristas de Neo-Tokyo sin recur-
largo de la trama la trascendencia de uno sos económicos que asisten a una escuela
de los personajes hacia el poshumanismo pública donde los maltratan físicamente
y, en segundo término, el rastro geográfi- y que frecuentan peleas con otras de las
co del suceso trágico que condiciona gran bandas callejeras que alteran el orden de
parte de las creencias, normas y prácticas la distopía. Aunque Kaneda es el héroe de
que rigen Neo-Tokyo. Esta representación la historia, el auténtico protagonista de
conjunta del trauma y lo poshumano como Akira es Tetsuo, quien, en un accidente
vía para la superación de este, en el sen- durante una persecución en moto, adquie-
tido que plantea Imbert (2019: 64) —en re unos poderes similares a los de Akira y
otras palabras, una asociación mediante comienza un proceso de transición hacia
la superposición visual del pasado y el fu- lo poshumano. Tetsuo admira y envidia
turo—, es un motivo recurrente a lo largo a Kaneda por su actitud intrépida y este,
de toda la película. aunque lo considera su amigo, se mofa de
él y lo trata con cierta condescendencia.
La conjugación de distintos términos de
profundidad dentro de un mismo plano se La presentación de los protagonistas a
utiliza también a lo largo del filme para sig- través del encuadre anticipa este desequi-
nificar las desigualdades sociales que ver- librio de poderes que determinará luego
tebran la distopía. La primera imagen de las condiciones en que se plantea el pos-
las calles de Neo-Tokyo que nos muestra humanismo en el contexto de la fantasía
la película es la puerta de un bar, desde la urbana. Kaneda aparece primero, dentro
que se distingue claramente, de nuevo en del bar, pero la imagen —un plano me-
función de la profundidad, un mundo de dio— solo deja ver su espalda y parte de
rascacielos sofisticado, moderno y tecno- su cara lanzando una mirada de reojo. En
lógicamente avanzado, en último término, cambio, Tetsuo es presentado poco des-
y unos bajos fondos sucios y deprimentes, pués con un plano general que lo sitúa
en el primero (Fig. 2). Una vez la acción se como un personaje más desprovisto de
traslada dentro del bar, el espacio empieza agencia, como objeto de esas miradas de
a construirse a través de la vista general las que Kaneda es sujeto. La puesta en
de una pantalla, la del televisor del esta- escena, además, establece la relevancia
blecimiento, donde aparecen imágenes de las motocicletas como un factor de-
de violencia espectacularizada —en for- terminante en el reparto de roles dentro
ma de retransmisión de wrestling—, de del grupo. Las motos, de una avanzada
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tecnología acorde con la metrópolis futu- Como respuesta a la forma en que se ha-
rista que navegan, suponen una extensión bía puesto en escena la presentación pre-
del cuerpo y de la identidad misma de los via de los bajos fondos de la ciudad, esta
pandilleros, introduciendo en la esfera de secuencia de montaje incluye también de-
los protagonistas la idea de la trascenden- terminados puntos de vista picados, casi
cia de lo humano como búsqueda de res- cenitales, de la parte alta de Neo-Tokyo,
puestas para las ansiedades del presente, en apariencia más rica y sofisticada. Es-
en este caso señalando explícitamente la tos grandes planos generales subrayan,
unión de lo orgánico con las máquinas de nuevo a través de la profundidad de
como vía para ello (Imbert, 2019: 64). Ade- campo, la oposición entre los espacios
más, en el plano conjunto que completa elevados de la distopía, más confortables
la escena, la vestimenta de cada joven de y equipados con centros comerciales, y los
la banda replica el patrón de colores de su barrios marginales, a ras de suelo.
motocicleta, subrayando la centralidad de
los artefactos en la construcción de las Esos últimos espacios son escenario de
identidades dentro de la película. un sentimiento de malestar evidente con-
tra las jerarquías sociales, reproducidas y
Cuando los protagonistas salen a perse- perpetuadas también a través del espacio
guir a los miembros de una banda motera urbano. Durante la persecución, aunque
rival, denominada Los Payasos, tiene lugar colateralmente, es objeto de violencia la
la primera secuencia de montaje de la pe- comodidad de los escenarios de la vida
lícula, que introduce formalmente los pai- aburguesada de la que disfrutan algunos
sajes y ambientes que componen la ciudad habitantes de la distopía, privilegiados
de Neo-Tokyo. El segmento, que recuerda con respecto a los jóvenes motoristas: las
a las Sinfonías Urbanas —la corriente fíl- calles más limpias y lujosas, puestas en
mica de los años 20 del siglo pasado, cla- escena con perspectiva simétrica, o los
ve en la consolidación histórica de la re- restaurantes de lujo (Fig. 4). Mediante un
lación entre las metrópolis y el cine como contraplano de un sonriente miembro de
medio de representación—, combina por la banda de Kaneda y Tetsuo tras causar
corte distintas vistas de la urbe distópica. un accidente en esa zona alta de la ciudad,
El montaje se acompaña de una banda so- la película subraya que esta inversión vio-
nora que, al contrario que en las ficciones lenta de las jerarquías sociales provoca a
cinematográficas distópicas más reconoci- los protagonistas satisfacción expresa. La
das, no recurre a música electrónica o de secuencia de las motocicletas recupera de
sintetizadores, sino a música tradicional, nuevo, en este momento de la trama, la
de percusiones naturales y reminiscencias oposición entre términos de profundidad
premodernas que, incluso cuando la pelí- en una misma imagen, esta vez contrapo-
cula aún no ha revelado Neo-Tokyo como el niendo el submundo de suciedad, violen-
escenario de una potencial purificación del cia y ruptura con lo normativo que habi-
espíritu a manos de Akira que algunos de tan los protagonistas a unos rascacielos
sus habitantes ansían, conecta la ansiedad futuristas e infinitos que se pierden en el
futurista de la trama con la nostalgia por la horizonte.
tradición japonesa perdida que la subyace.
Imbert recoge esta dualidad entre proyec- En montaje paralelo con la persecución
ción y regresión propia de las fabulaciones de los jóvenes, la secuencia seleccionada
apocalípticas: “Los paisajes imaginarios recoge una segunda trama: la huida de
de las distopías permiten volver sobre los un hombre desconocido que atraviesa la
espacios triviales de la cotidianidad y apre- ciudad junto a un niño de rasgos avejen-
henderlos mejor” (2019: 525). tados. El chico, fugado de un laboratorio
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Antonio Rivera Arnaldos

Fig. 6. La gran explosión urbana sucedida al final de la película.

militar, está relacionado con Akira y es televisión retransmitido en un escaparate.


quien le otorga, tras el accidente de moto, Después, estas dos manifestaciones de la
sus poderes a Tetsuo. Mientras los dos per- dominación distópica —la violencia física
sonajes escapan de la policía, se muestran directa y la violencia simbólica que impli-
espacios urbanos compuestos por mul- ca la espectacularización de la primera—
titud de imágenes proyectadas desde es- quedan retratadas, en un mismo plano
caparates. Estas pantallas callejeras, que compuesto en dos términos de profundi-
narran a través de noticieros los enfrenta- dad, como dos manifestaciones posibles
mientos entre manifestantes y fuerzas de de una misma situación de dominación
seguridad que tienen lugar en las calles (Fig. 5).
de Neo-Tokyo, también cumplen, como en
el caso del televisor del bar, la función de Aunque no se llegan a explicitar las mo-
somatizar esa violencia del estado contra tivaciones tras la revuelta que ocupa las
los disidentes, convirtiéndola en imágenes calles de la ciudad, los cascos y banderas
amables y de consumo. Lo ejemplifica un rojas visibles en algunas de las imágenes
plano medio de los agresivos perros poli- invitan a identificar a los manifestantes
cía que dan caza a los dos fugados, monta- con los combativos movimientos estu-
do por corte con una imagen de dos canes diantiles de izquierda que vivieron su auge
que protagonizan un cómico anuncio de en Japón en la década de 1960. Si recoge
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La distopía como memoria: la representación urbana del trauma cultural japonés en Akira

Imbert (2019: 24) que las fabulaciones po- culmina en la escena del choque de Tetsuo
sapocalípticas proyectan en el futuro las y su moto contra el niño de rasgos ancia-
preocupaciones presentes, cabe añadir nos. La explosión que detona el accidente
que esas ansiedades del momento en que —recogida en un plano general— remite,
se produjo Akira tienen a su vez su raigam- salvando las diferencias de escala, a esa
bre en traumas de épocas pasadas y coin- otra explosión con la que daba comienzo
cidir, por tanto, con Bartal (2016: 114) en la trama. De esta manera, la proyección
que el anime puede devenir un agente de hacia el futuro se vincula de nuevo con, e
memoria capaz de subvertir la cultura ofi- incluso se codifica en los mismos motivos
cial; en este caso, incluso, deslocalizando visuales de, el trauma pasado cuya com-
temporalmente distintos focos de disiden- pleja negociación en la memoria colectiva
cia frente a la dominación estatal japone- habría originado la crisis urbana en un pri-
sa. De nuevo, como señala Imbert (2019: mer momento.
525): “Presente y futuro no se contradicen,
más bien se funden”. Tras el accidente, un grupo de militares
desciende sobre la escena en helicóptero
Mientras tiene lugar esta huida, la per- para llevarse a Tetsuo al mismo laborato-
secución entre la banda de motoristas rio del que se había fugado el niño con el
alcanza lo que los personajes llaman “la plan de controlarlo, solo para acabar acen-
Zona Antigua” (Ōtomo, 1988): las afueras tuando sus poderes y provocando su trans-
de la urbe colindantes con el cráter de la formación en un híbrido poshumano. La
explosión que destruyera Tokio, una parte partida de los militares, el auténtico poder
de la ciudad alejada del centro urbano a que domina Neo-Tokyo —hasta el punto de
la que se accede a través de carreteras dar un golpe de estado y derrocar a la jun-
cortadas y peajes abandonados. Es ahí ta ejecutiva que gobierna la ciudad—, se
donde, en última instancia, se produce el representa de forma significativa: por pri-
encuentro de Tetsuo con el niño de rasgos mera vez en el metraje, la inmensidad de
avejentados, que propicia la transforma- la urbe y sus rascacielos futuristas queda
ción ulterior del personaje en un híbrido contenida en un gran plano general que,
poshumano. La configuración visual de por medio de un zoom out, pasa de ocupar
esta última parte de la secuencia es signi- toda la pantalla a simular un marco que
ficativa por dos razones. Primero, porque contiene la ciudad, encerrándola y some-
presenta los alrededores del cráter como tiéndola a la mirada —y al poder discursi-
una zona prohibida a los habitantes de la vo del que se ha dotado a esta previamen-
ciudad. Esta prohibición debe interpretar- te— del oficial que lidera a los soldados
se como una forma de censurar, restringir que toman preso a Tetsuo. Al abandonar
o impedir el acceso —en este caso, tam- la zona, el helicóptero en el que se mar-
bién físicamente— a posibles reconstruc- chan los militares sobrevuela el cráter de
ciones subversivas de hechos traumáticos la explosión de 1988, que, visitado por los
pasados. En segundo lugar, porque provo- protagonistas y resignificado tras esta se-
ca una vez más la coincidencia, tanto en el gunda combustión que catalizará el proce-
espacio representado como en la estruc- so de trascendencia de Tetsuo y del resto
tura narrativa, de las huellas tangibles del de la urbe hacia la superación del trauma,
trauma pretérito y la apertura de una vía se inscribe por fin visualmente dentro de
hacia el futuro, representada en el proceso la trama de la película. Antes de concluir
de hibridación y trascendencia de Tetsuo. la secuencia, el helicóptero vuela también
por encima del estadio olímpico de la ciu-
El trabajo de la película con este con- dad, que se encuentra en obras. El punto
cepto de la colisión visual y narrativa de vista de la imagen desciende entonces
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al nivel del suelo para mostrar un plano espiritual animista de Japón, interpretan
general con la construcción en primer su aparición como la venida de Akira y una
término, llamando la atención sobre ella. oportunidad para el renacimiento y la puri-
Por un lado, el estadio es escenario de la ficación. Azuzado por la envidia que siente
transformación final de Tetsuo, en el últi- hacia Kaneda, Tetsuo acaba trascendiendo
mo tramo de la película; pero, por otro, re- la humanidad para convertirse en un ser
mite explícitamente a 1964, el año en que híbrido entre lo orgánico y lo tecnológico,
se celebraron los únicos Juegos Olímpicos pero la transformación resulta fallida. En
japoneses previos a 1988, y, con ello, a un la secuencia final, Akira, que se manifies-
momento de la memoria nacional japone- ta como un ente preternatural que arbitra
sa dominado por el recuerdo de las movi- esa trascendencia hacia lo poshumano,
lizaciones estudiantiles. Estas revueltas se hace desaparecer al personaje con una
dirigieron, precisamente, contra la tutela nueva y última explosión. Esta catástrofe,
estadounidense del país y su proyecto de representada con una esfera de luz blanca
modernizarlo, siempre con arreglo a una como la del desastre que daba comienzo
concepción occidental de la modernidad. a la película (Fig. 6), transforma una vez
más el espacio urbano. Así, el acceso de
Después de su cautiverio en el labora- los personajes a los lugares vedados de
torio, los poderes adquiridos por Tetsuo la memoria traumática oficial desemboca
se descontrolan y el personaje desata el en otra catástrofe y en la creación de una
caos en la ciudad a medida que avanza nueva huella física y cultural en el paisaje,
su transformación. Como se recoge en di- un segundo cráter, que, en consonancia
versos momentos de la película, algunos con el discurso de la cinta, deberá sugerir
fanáticos religiosos, representados con a su vez nuevas prácticas urbanas subver-
una apariencia que remite a la tradición sivas que permitan su negociación.

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La distopía como memoria: la representación urbana del trauma cultural japonés en Akira

Conclusiones
Este artículo identifica que la distopía de la historia del país. A este respecto, se
futurista que plantea la trama de Akira es han identificado varias claves interpretati-
el punto donde convergen —espacial y es- vas que se consideran relevantes para de-
tructuralmente— las distintas estrategias construir la articulación de este discurso
mediante las cuales la película enuncia un en la película: el motivo visual de la colisión
comentario sobre el pasado. La obra de como doble signo de pasado y futuro —hue-
Ōtomo aborda diversos traumas que con- lla traumática y, a la vez, punto de inflexión
dicionan la identidad nacional japonesa de desde el que se proyectan determinadas
su época: los bombardeos de Hiroshima y vías de trascendencia— y la contraposición
Nagasaki y la drástica modernización y de significados mediante el empleo de los
la burbuja financiera en que desembocó, distintos términos de profundidad.
pero también otros episodios conflictivos
de la historia nipona del siglo XX, como Por último, y a pesar de su mayor ade-
las movilizaciones estudiantiles contra la cuación al modo apocalíptico del anime
occidentalización y la tutela estadouni- propuesto por Napier (2005 [2001]: 250)
dense. Estos malestares correspondientes que al elegiaco, se propone que Akira sea
a distintas épocas son, además, reunidos, leída, por su coincidencia en el tiempo y
reordenados y representados dentro de la la contundencia de su discurso, como una
trama como propios de un mismo momen- forma de reacción al proyecto cultural
to histórico fabulado. Descontextualizan- vinculado a lo furusato, muy vigente en
do diversos focos históricos de disidencia la sociedad japonesa del momento de su
frente a diferentes agentes de dominación estreno. Si los discursos articulados en
social, la película propone una revisión de torno a este constructo ideológico trata-
los sucesos traumáticos que permita ex- ban de manipular la nostalgia de la socie-
traer de ellos lecturas provechosas para la dad japonesa por un pasado tradicional
interpretación del momento presente. y rural desaparecido para enmascarar la
responsabilidad por el cambio socioecoló-
Además, la enunciación de la película gico del país, la película busca explícita-
identifica y llama la atención repetidas ve- mente depurar esas responsabilidades y
ces sobre una relación fuerte y recíproca conectarlas con determinadas formas de
entre la tecnologización del espacio urbano violencia institucional practicadas por el
—o su posmodernización, espectaculariza- estado japonés. La fabulación urbana de
ción y mercantilización— y la dominación Akira no solo escruta los traumas pasados
ejercida a través de la violencia directa de que moldean la identidad japonesa de su
un estado distópico represor. Esta violen- momento, sino que los descontextualiza y
cia física, a su vez, es conectada directa y reformula para inspirar prácticas de me-
repetidamente con la violencia simbólica moria disidentes que, en última instancia,
que representa la censura de determina- puedan desafiar las constricciones de un
das formas de acceso a, y negociación de, presente en crisis para proyectar una tras-
la memoria de ciertos sucesos traumáticos cendencia futura.
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Antonio Rivera Arnaldos

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Antonio Rivera Arnaldos

Notas
1
“el rápido amontonamiento de imágenes cambiantes, la tajante discontinuidad de lo captado por una misma
mirada y lo inesperado de impresiones que se precipitan” (trad. a.).
2
“no es una representación de una realidad ontológicamente estable, sino más bien un evento espectatorial activo
e incorporado” (trad. a.).
3
“La cuestión definitoria con respecto al anime ha sido durante mucho tiempo si este debe entenderse como una
forma visual y narrativa particularmente vinculada a la sociedad japonesa y sus tradiciones culturales o, simple-
mente, como otro modo de expresión en una multiplicidad de medios, diversificado dentro de los interminables
intercambios interculturales de la cultura global” (trad. a.).
4
“estos argumentos sobre el patrimonio pueden ser también, paradójicamente, recursos para la hibridación y la
glocalización” (trad. a.).

© Del texto: Antonio Rivera Arnaldos.


© De las imágenes: Akira Committee.
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