Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Partitura del Epitafio de Seikilos. Presenta notación musical alfabética, por encima
de la letra, escrita en griego clásico.
No se conoce prácticamente nada de lo compuesto o ejecutado antes del siglo III
a. C. y los testimonios que nos proporcionan información sobre la música en
Grecia son de varios tipos: escritos literarios, históricos, filosóficos o científicos,
que describen o se refieren de alguna manera a la naturaleza de la música, a sus
reglas y a sus poderes benéficos; una colección de unos cuarenta fragmentos
musicales, entre los que destaca el Epitafio de Seikilos, inscripción grabada en
una lápida datada entre el siglo II a. C. y el siglo I d. C. (representado al margen);5
una serie de instrumentos reales en estado muy precario recogidos en las
excavaciones arqueológicas, y una rica iconografía de instrumentos y músicos
representados principalmente en vasos, relieves y mosaicos.
Del estudio de los fragmentos de música que se han conservado, se sabe que la
rítmica de la música griega era muy flexible y variada, y no buscaba el
isocronismo. La métrica poética determinaba el ritmo musical.6
NOTACIÓN BIZANTINA
Años después, Bizancio pasó a ser un centro cultural importante desde el
momento en que el emperador romano Constantino el Grande estableció en él su
residencia y transformó su nombre por el de Constantinopla (año 330). El imperio
allí fundado siguió con las tradiciones musicales practicadas, la cual se basaba en
el canto griego, el sirio y el de las sinagogas, por tanto, la música efectuada en la
iglesia bizantina era en un recitativo litúrgico y el canto propiamente dicho. Para el
primero se utilizaba la notación fonética, la misma del alfabeto; y para el segundo,
la neumática.
La notación fonética se desarrolló alrededor de los siglos V y VI a partir de los
sistemas de acentuación de la poesía alejandrina, por lo que podemos decir que
sus signos establecían las diferentes fórmulas de recitación, en ese sentido, eran
pues, signos más literarios que musicales.
Notación Bizantina
Para escribir las melodías se utilizaba la notación neumática, la cual nació de la
fonética y tuvo un desarrollo que duró hasta el siglo XIX. Un neuma era un signo
colocado sobre una sílaba para recordar su realidad sonora con respecto a las
sílabas anteriores; expresaba pues, no una nota o un intervalo, sino un
movimiento de la voz. Con este tipo de notación se describían las alturas
interválicas y las formas de ejecución.
NOTACIÓN GREGORIANA
Tal vez estemos frente a la notación que dio génesis a nuestra manera actual de
escribir la música. Al igual que en Oriente, la monodia tradicional de la iglesia de
Occidente se transmitió de forma oral, con la diferencia de que en ciertos
repertorios orientales se transmiten actualmente de esa manera. Hacia los años
830-850, en el norte de Francia se empezó a formular un sistema de escritura que
tenía como fin recordar las melodías de las distintas piezas; para ello emplearon
neumas, término que en sus orígenes significaba el gesto que realizaba la mano
del director al dirigir el coro, por lo que su forma de expresión más primitiva fue la
quironómia. En el canto gregoriano se utilizaron neumas fonéticos para las
lecturas, y neumas melódicos o de acento para los cantos propiamente dichos.
Los neumas de acento designaban un movimiento ascendente o descendente
concreto, a través de unas fórmulas cuya escritura o grafismos era distinto, según
la escuela de notación.