Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Antena ............................................................................................. 10
La angustia! ................................................................................... 33
Posfacio ............................................................................................ 81
12
enorme ciclo de ideología nueva. Se la co- agujereados al instante por el trépano de
noce algo entre nosotros, que nos hemos nuestra curiosidad vertijinosa; y quedan
eximido por nuestra propia cuenta de como los discos rojos y blancos de un
seguir las aguas de los cetaceos literarios shooting saloon. Así somos Pasado, Pres-
de campanillas de nuestro Mar Artico… ente y Futuro. De aquí que no queramos
Demas está decir que críticos esquimales, nada con el ZOO del Arte oficial; caldo de
como ese señor ALONE, ignoran en ab- gelatina para todos los bacilos del pseudo
soluto las nueva manifestaciones intelec- arte. EL CAMOUFLAGE LITERATURA
tuales. and Co. ya nos atosiga. En él hay toda la
Ha bastado, sin embargo, lo relativa- escalonada cretinidad de los manicomios.
mente poco que conocemos estas lite- (No nos convenció el fantoche de M. Pan-
raturas, entre nosotros los jóvenes para toja, con dinero y sin talento, como no nos
que informándonos circunstancialmente, convence tampoco Pedro Prado, con algo
encontráramos los viaductos propios, que de talento, pero maleado por el ambiente
irreveladamente presentíamos en la nie- y propenso a las vulgares fumisteries de un
bla anterior. Y por ellos hemos entrado sin Lomice Terreux3).
demora, encendiendo las linternas sordas Una expedición nueva de hecatónque-
de nuestras emociones acrobáticamente ros4 intelectuales sube a las planicies del
lógicas. Pero nadie, ni nosotros mismos Sol. Somos la generación naciente. He-
tenemos derecho a juzgar, todavía, el mos nacido en el Espíritu Nuevo de Apol-
valor de nuestra obra, a no ser en la com- linaire, Marinetti, Huidobro: de modo
paratividad de un comentario amical e que no tenemos necesidad de sacudir las
iluminativo. Pertenecemos al futuro, y en paredes ahumadas de los figones literarios
el futuro nos explicaremos solos. Tendre- antecedentes. Tal SELVA LIRICA, anuario
mos por norma la celeridad evolucional hidrogáfico y dermatológico de tres gene-
de la Rosa de los Vientos. Nada de células. raciones reglamentariamente atrofiadas
Las poleas de trasmision del mundo tala- por el PATHOS romántico.
dran nuestras membranas auriculares, y Los viejos "poetas" en sus sillones va-
despertados de los eglójicos adormila- letudinarios, harían bien en saludarnos,
mientos, engranamos nuestro corazón agitando las banderas grises de sus ma-
al gran sistema nervioso de las máqui- nos. Ellos y todos los que viven la actua-
nas futuras. Tenemos la juventud de los lidad de hace 50 años, deberán abrir las
calendarios, que hacia la tarde ya no son ventanillas de sus desvanes psicológicos,
sino un montón de hojas amarillas: pero para vernos, a nosotros, que vivimos la
nuestra hora la viviremos cien años mas actualidad futura.
tarde. Tanto dá. No nos preocupamos.
Cien planetas nacen cada mañana en los La dirección del movimiento van-
horizontes de nuestras pupilas. Todos son guardista chileno.
Neftalí Agrella, Julio Walton, Martín Bunster, Jacobo Nazaré, Salvador Reyes, A. Rojas Giménez,
Rafael Yepes Alvear, Alfonso Leon de la Barra, Próspero Rivas, Segismundo Remenyik, Pablo
Christi, Francisco Carocca, Cárlos Ramírez B., Eugenio Silva, René Silva, Julio Serey, Cárlos Toro
Vega, Ramón García y Boente, Gustavo Duval, Marko Smirnoff, Ramón Corujedo, R. Hurtado,
Oscar Chavez, Humberto Coriolanni, Fernando García Oldini ---Adhesiones: Vicente Huidobro,
Jacques Edwards, Guillermo de Torre, Jorge-Luis Borges, Norah Borges, Manuel Maples Arce.
13
Notas al manifiesto Rosa náutica
14
también en lenguaje coloquial a las bromas y farsas), y ante un público
numeroso y ansioso por reírse un rato pronuncia un aburrido discurso
sobre la calefacción a lo largo de la historia…
En 1894 postula a la Academia Francesa y al mismo tiempo al
cargo de “Verdugo de la República”. Dos años más tarde lanza una
encuesta sobre los ruidos en el amor, prometiendo el anonimato a
los que respondan: “Le estaría muy agradecido si quisiera darme a
conocer lo más pronto posible cuales son las frases, interjecciones
u onomatopeyas que se le escapan más a menudo en las horas de
éxtasis”.
Colette cuenta que estando de vacaciones en una playa, veía a Masson
llenar cantidades de fichas. Al consultarle qué hacía, respondió:
—Trabajo. Trabajo en mi oficio. Soy encargado del catálogo de la
Biblioteca Nacional. Apunto títulos.
—¿Puedes hacerlo de memoria?
—¿De memoria? Dónde estaría el mérito? He constatado que la
Nacional es pobre en obras latinas e italianas del siglo XV. También en
manuscritos alemanes. También en memorias íntimas de soberanos,
y varias otras lagunas más... Esperando que la suerte y la erudición
las llenen, inscribo los títulos de obras extremadamente interesantes
—que deberían haber sido escritas... Que al menos los títulos salven el
prestigio del catálogo, del Khatálogo...
—¿Pero esos libros no existen?
—¡Ah! Yo no puedo hacer todo.
15
l as tres tragedias
del l amparero
alucinado !
Era triste!
había venido de tierras lejanas
perdiendo a menudo al salir de ellas las luces sin dejar huellas
tras de sus pasos.
Grandes y tristes iglesias situadas en la niebla había, pero él las
rodeaba porque asesinó y tenía en su alma cruda brutalidad y, contra la humani-
dad odio!
Pasaba a través de altos montes oscuros. Vinieron animales
salvajes, lobos y osos, pero vieron sus ojos terribles en los que traía dos cuchillos y
una media luna con siete estrellas
arrancaron
hacia sus cuevas y aullando comiéronse sus criaturas espantosamente!
No era principio ni era fin!
Grandes campos infructíferos había entre las montañas, era
salvaje, todo, él iba a traves de caminos anchos y largos que yacían como caballos
blancos bajo la luna,
oh infeliz!
signos raros pendian de los olmos en los valles y había guerreros
oscuros y sangrientos de los pasados siglos allí
pero él
gritaba ante el futuro, con pensamientos terribles en su cerebro!
negando los dioses
la fé
y el alma!!!
en su cabeza oscura había crueldad y contra la
humanidad horrible odio!
21
Así llegó la tercera noche.
Entonces sintió sueño en su cerebro y en su corazón, escaló
las cimas de las montañas, sacó de sus ojos la media luna con las siete estrellas
y las puso sobre el cielo!
y durmió durante siete largas noches!
teniendo
en sus dos manos verdes los dos cuchillos que sacara de sus ojos cerrados.
Por la mañana de la octava noche sacó la media luna con las siete
estrellas y los dos cuchillos
y en sus ojos abiertos
los puso otra vez! y bajó de las cimas arrodilladas
vió campos alegres
y lagos azules en la lejanía, hasta que en grandes manchas cubrió la nieve al sol!
Todo estába en el espacio:
la tierra
la energía
y la materia!!
y todos sus socios
pasados en el asesinato tenían las rejas de los calabozos ante sus frentes.
El era libre! con la naturaleza de los lobos, habiendo sido su
padre un sepulturero y su madre tenido la señal de los mártires!
y él era uno en Jesús,
y con rotos vestidos cómo pasó a
traves de las colinas, quien no podía perder nada ya!
arrebató las cruces de los fosos!
Grandes lámparas verdes
viajaban, como peregrinos cansados, en la profundidad!
El hacia ellas iba
teniendo una gran sed,
y junto a las parvas lejanas ladraron los perros
y una campana!
una voz del Este, de donde era hijo!!
22
4
Llegaba la noche
los árboles le saludaron
pero él era ciego, no los sintió.
Estaba bajo un gran viento Norte. Sintió hambre y se entró a un
establo
donde sentados peones de caras destrozadas, bajo la luz
oscura, bebían leche, comían tocino y pan.
El sentóse entre ellos y dijo: Tengo hambre!
Ellos dividieron su armuerzo con él.
Estaban sucios y hablaban muy sencillamente.
Usaban estas palabras:
miseria!
trabajo!
el futuro!
profetas!
salvación!
23
pero estaban fatigados y
descansaron en sus camas con sueño profundo.
Entonces salió él fuera de las casas, y puso arriba del establo
la media luna con las siete estrellas, para que hicieran guardia durante el sueño de
los peones,
pero los dos cuchillos dejó en sus ojos ciegos.
Grandes perros pálidos ladraban cerca de las fuentes
y el
patrón dormía sobre las parvas!
El subió a los galpones y graneros,
vió las siluetas de los rebaños y los músicos, en la cima de las
montañas lejanas,
sacó los dos cuchillos de sus ojos ciegos
y los cruzó encima de la cabeza del patrón
que dormía!
6
Después bajó de los galpones y graneros
descolgó las lámparas oscuras de las paredes
y con ellas allegó fuego a las parvas, galpones y graneros!
y entró en el establo de nuevo mientras dormían su sueño
profundo los peones, les movía los hombros y les despertaba.
Ellos se levantaron y él les mostraba las parvas, galpones y
graneros ardiendo.
Los animales temblando acudian y él alzando
sus dos manos decía:
Miráis mis manos y no sentís miedo! Véis las tierras infructí-
feras. Hace gran viento norte y no tenéis frío. La tierra es vuestra e imploráis la
salvación. Ahí están las fuentes, laváos en ellas vuestros cuerpos sucios, ocupad las
casas del patrón
y trabajad
por vuestra felicidad. Yo voy al sur! Tenéis frío? Ahora están las parvas y graneros
ardiendo: Calentad vuestros cuerpos! Cuando veáis la salida del sol, venid
al sur vosotros tambien!
Los peones lloraban de alegría,
venían grandes árboles
gritando
y las grandes lámparas verdes, como peregrinos cansados en la profundidad
y se sentaron todos juntos a las parvas, graneros y galpones
ardiendo entre el viento norte,
a calentar sus cuerpos fríos.
24
7
Vagaba en la niebla
Grandes cuervos negros volaban en el aire gris
y vió un convento arriba, al lado de las colinas perdidas en la
niebla
Grandes setas venenosas crecían bajo los campanarios, y a todos
lados fosos profundos y torcidos mostraban
cuevas de serpientes
Ahora sintió el principio
del
fin!
Sentóse sobre las colinas y dijo:
Hay que cambiar el orden de la naturaleza!
Hay que cambiar la materia, pero quién tiene la fuerza de los
lobos? Yo soy el asesino y mi padre fué un sepulturero y mi madre tuvo la señal de
los mártires! El dios está sentado arriba de mis palmas, y yo soy el asesino!
25
Oyó entonces la voz de una súplica embotada en la profundidad,
se levantó de las colinas grises,
vió una gran puerta abierta, y escaleras rotas que guíaban hacia
un sótano
La media luna con las siete estrellas bajaron del cielo vil, ellas se
acostaban ante la puerta como perros fieles
mirando los ojos
tristes del asesino, de la materia de las cuales era su cuerpo!
10
26
y asi llegó con la lámpara hasta una meseta donde vió unos
verdugos borrachos que bailaban gritando cerca de una mesa sangrienta y no lejos
de ellos había siete cadalzos son siete cadáveres de ahorcados!
El los veía y les habló así:
No hay
muerte! Yo soy el asesino que tiene el poder de fecundar la materia. No hay muerte,
por que la energía es eterna. Levantáos!
y sacó las siete estrellas de sus ojos
y las puso en las manos de los siete
hombres ahorcados!
Ellos se levantaron
tenían
cuerpos verdes
y sus dedos eran de azúcar!
Usaban sus manos por pies
y siguieron así al asesino,
bajando las mesetas.
11
Llegaron cerca
de un valle
donde sentadas en multitud había de mujeres que tenían pies
negros y en sus bocas tenían velas ardientes.
El las miraba,
estaban solas
y eran estériles
hasta que en sus ojos mostraron la alegria de los niños!
y vió los ahorcados
los de cuerpos verdes
y dedos de azúcar.
Dijo pues a las mujeres cuyas tetas eran botones de diamantes:
Yo soy el asesino y esos cadáveres de ahorcados traen mi leche.
Tienen cuerpos verdes y sus dedos son de azucar! Los queréis?
y las mujeres que tenían pies negros y velas ardientes en la boca,
contestaron con gran alegría:
Sí, los queremos!
El asesino puso las lámparas sobre las cimas
de las montañas, y miraba a los ahorcados
como procreaban con
las mujeres solas y estériles
que tenían en la boca velas ardientes y
esperaban al hombre del futuro.
27
12
Luego se levantó
y abrió las puertas de las ciudades, rompió las chimeneas de las
fábricas y arrebataba los barrios!
Salió el sol tras de las montañas:
Entonces huían de las fábricas y barrios los miserables! Los tra-
bajadores con sus manos rotas y los niños pequeños llorando de hambre y las hijas
de la noche!
y ellos temblando le preguntaban:
Oh, di qué quieres?
y él
por contestación arrebataba los palacios de los ricos también. Las campanas de los
campanarios tiró a las aguas del mar, y sacó los dos cuchillos de sus ojos,
y hablaba así:
Yo soy el asesino, y el dios está
sentado arriba de mis palmas. Yo conozco los secretos de la naturaleza, tengo mi
cuerpo de la materia del sol, la luna y las estrellas! Mi padre era un sepulturero y mi
madre tuvo la señal de los mártires! Mi leche tuvieron los cadáveres de los ahorcados
y cuando ví la materia gastada sabía que la naturaleza hay que cambiar, porque tuve
la fuerza de los lobos!
Buscad la libertad!
y ellos lloraban
gritando!
Los trabajadores rompieron sus instrumentos sangrientos
y las hijas de la noche lavaban sus caras en lágrimas de los niños inocentes!
13
Salió el sol!
Entonces el mostraba todo, las montañas y las selvas vírgenes y
los campos fructíferos, las colinas verdes, los ríos y los mares
y dijo:
Ved! somos todos de la misma materia! Somos hermanos de los
animales, de los árboles, de las flores y yerbas! Ved: la luna sigue las huellas del sol,
y en los ojos de los cadáveres prenden otravez su fuego las estrellas! En el principio
era la fé!
y besaba las colinas
y las estrellas de los ojos de los cadáveres.
Estaba sentado sobre las montañas!
ahora venían los músicos y los peones
los árboles bailando de las selvas
y los animales salvajes!
28
Todos por él clamaban
por que Él tuvo el poder
y la fé
cuando la luna con las siete estrellas
salió de sus ojos y subió al cielo,
oh mi vida!
miserable!
¡quién yo soy
en la tentación
del asesinato!
29
30
CARTEL N° III
OP . 94
La tentación de los asesinos!
Ahora se levantaron las serpientes otra vez en mi cerebro, despues que ya se ali-
mentaron en mi corazón, para que salgan con mis gritos y voces extrañas a ocupar
las selvas y campos vírgenes! Yo estoy muy seguro de los dolores que vendrán con
la pérdida de las palabras y gestos y con la salida de las serpientes que yo tenía en
mi sangre, porque yo sé que con las palabras y gestos pronunciados perdemos poco
a poco la fuerza para vivir, llegando siempre más cerca por el hecho y la palabra a lo
que cumplir y pronunciar nacimos del plan de la materia, lo que como cumplimos
y pronunciamos llegará la muerte “cruel”!
Pero yo sonrío no más, mis gritos levantan las polleras de las mujeres, como fueran
las banderas de la vida! Oh arte, parece que fuera un jinete pálido y castrado al lado
de la vida, que vivimos nosotros, con una sonrisa infeliz! Nosotros, que subimos
por las cumbres, gritando la anarquía! sin ser fanáticos, porque despreciamos el
fanatismo! Negamos la religión! porque no hemos visto al dios bueno, y sabemos
que el dios nunca existió para la humanidad pobre e infeliz y cuando a veces se apa-
reció nació de una cobardía desgraciada, lo que no conocemos nosotros, teniendo
el valor! Tenemos un deber para con nosotros y para la humanidad: cambiar la
vida, y purificarnos hasta que no reconozcamos la moral de la muerte, lo que puede
levantarnos con un gesto feliz y dichoso hasta el suicidio!
31
3
Mis palabras primitivas en esta tierra donde no podía hablar yo bien, únicamente
del amor y del dolor y de la miseria en que a veces me encontré, se pierden como
me voy a perder una vez yo tambien! Porque tenía la naturaleza de los lobos, y la de
los salvajes, gritando palabras, y levantando gestos, lo que no comprendió nadie!
Llegué a saber sobre las colinas que toda lucha es inmoral lo que no es contra los
animales y contra las gentes más primitivas, con las armas más sangrientas, en un
tormento superior como lo hicieron las primeras criaturas humanas de esta tierra!
En el principio era el hecho! y despues nació la palabra para matarlo como un mi-
serable, cobardemente!
Yo nací con tentaciones terribles y con algunos vicios de la vida, para vivir, sufrir
y despues perderme en ellos! Entiendo y comprendo todos los hechos de los revo-
lucionarios criminales y amantes! tengo dentro de mí tristeza de los aventureros y
la alegría de los inocentes! En esta tierra donde yo amé, y sufrí, se levantaron unas
tentaciones en mi cerebro, y yo siento que tengo que cumplirlas! Para la vida tie-
nen derecho únicamente los valientes, sean ellos los del crímen o los del amor! Las
tierras que yo recorrí, ya me saludan, y los puertos y metrópolis futuros me llaman
con sus gritos desde la profundidad! El beso de mi madre me manda para que yo
pueda subir por las torres de la humanidad, y el beso de mi última mujer me llama
con una dulzura mentirosa para quedar en los fosos de su matriz! Yo contesto para
el grito de los puertos y metrópolis futuros, y salgo hacia ellos con las antorchas
sangrientas, donde tengo que cumplir mi tentación con que nací de la voluntad de
la materia y de la fuerza en una noche!
32
!
33
34
0
ANGUSTIA!
de la bebida, lo que me hace sentar sobre las iglesias y de las 29 mujeres pasadas,
que sus tetas celestes clavaron en mi cerebro.
ANGUSTIA
de los callejones que me siguen con braseros hirvientes por sus espaldas y
la de la miseria de los puertos.
la de la siphilis que nos espera
con sus velas amarillas en las noches de color limón.
ANGUSTIA
de los espectros infelices de
Beetowen, Tolstoj, Schacespeare, Dante, Bou-
dleaire, Voltaire, Verlein, Dosztojevszkij, Schuman, Sofocles, Homer, Ady, Hogel,
Schopenhauer, Kant, Diderot, Liszt, Ibsen, Flaubert, Haeckel, Darvin,
etc, etc!
que con sus ideologias pasadas toda la media noche
vuelven a asustarnos llegando atravez un camino verde bajo la luna!
entónces yo tengo en mi mano la mano de la
MUERTE
que repinta
las paredes claras con morado, y cambia los vidrios grises en mis ojos con vidrios
oscuros y trágicos,
para dejarme después solo bajo una lámpara de gás,
de que abrio su cañón sin allegarlo al fuego!
35
1
En la noche abrieron las ventanas manos invisibles ¡y los callejones tres veces repi-
tieron los gritos perdidos,
que parecieron levantar los techos de
los cuartos ¡las lámparas de gas se apagaron solas,
PUERTO!
con mil
cajones de salvarsan1 para un feliz embarque, ya vienen los resguardos con las lám-
paras verdes,
y con las pistolas de Frommer Baeby2 vestidos de
Hamlet el príncipe danés en traje de fantasia!
BARRACAS!
de depósito
de wisqui legítimo,
(John Walker, Inglaterra.)
a quién no le gustaria un trago trágico bajo tal facilidades de pago con la vida.
INTENDENCIA
escritorios de la sección
PERMISOS DE FIJAR CARTELES!
las calles abrieron
sus estómagos!
y llega la noche
teatros sin entrada se llenan, y el direc-
tor de la Ca. de Tramvias Eléctricas
el mismo empuja los carros llenos
por falta de la electricidad! y llega la hora de los espectros,
ahora
1 bimm
12 bamm, y
4 bumm, junto son 16,
los maestros de las escuelas se despiertan con sus zapatillas de noche y apuntan
todos los números existentes en la tabla de la clase.
no vijila nin-
gún cachaco por las esquinas! ahora abren las ventanas manos invisibles, y las
lámparas de gas se apagan solas,
los que no tienen que co-
mer ni beber andan por la calle con ansuelos largos en sus manos para pescar los
espectros de la media noche,
que tengan para el desayuno algo
para comer!
1 La Arsfenamina, comercializada como Salvarsan, es una droga introducida en 1910 como el primer
tratamiento efectivo contra la sífilis.
2 La Frommer baby es una pistola de bolsillo creada por Rudolf Frommer en 1912 para el ejército
húngaro.
36
2
HOSPITAL,
Sala de operaciones, con 24 mujeres y hombres durante la operación
del sexo! enfermeras de doble corazón colgadas por la pared y los médicos en los
frascos de medicina!
quién hace entónces la operación
un portero de la caja de ahorros ha sido el mejor poeta del país! él no tiene que
comer, y el socio de un almacen de música se dice que vive en la I. Comisaría! o en
la II, o en la III, o en la IV, o en la V, o en la VI, o en la VII, o en la VIII!
CAMINO REAL!
automóviles! ranchos! perros!
árboles! campo! viento del norte! en las montañas cae nieve! los campesinos duermen
ante de la puerta de la iglesia! una matrona embarracada encendió la biblioteca
pública por la orilla del río!
ESTACION!
toca la cam-
panilla, el jefe de la estación abre las puertas del escuzado, el cajero corta su cabeza
y la pone en la caja sobre los boletos,
y su cintura con su miem-
bro deja en la cama de su mujer!
el expreso de! (11 1/2) llega una actriz del
teatro azul en sus manos con velas amarillas, llega el dueño de una fábrica de
aspirina, y llega un negro de Africa para establecerse como portero en un hotel!
UN BANCO!
(THE FIRST NATIONAL CANADIAN
BAN NEW YORK CORPORATION!)
fondo: L. 400.000!
ladrones en el Banco, los mismos del asesinato de un joyero los de la alta escuela,
la policía sabe todo, pero les deja y calla porque está pagada ya, los accionistas
ocupan las 3 sillas del palco mirando la 1, série
de la pelicula colosal
LA DAMA INMACULADA?
de la
PERLA WHIFT!1
1 Pearl White (1889-1938) fue una actriz norteamericana, apodada la “Stunt Queen”, la Reina Especia-
lista del cine mudo. Decía haber actuado en Cuba durante un tiempo con el nombre de Miss Mazee,
interpretando canciones americanas en una sala de baile. Sus viajes como cantante la habrían llevado a
Sudamérica, donde trabajó en casinos y salas de baile. En sus últimos años cayó en el alcoholismo y las
drogas. Murió de cirrosis hepática.
37
3
CIRCO!
CASA DEL JUEGO!
TRIBUNAS DE CARRERAS!
los pobres hacen la huincha por sus pelos,
los huincheros no tendrán plata para afeitarse después; todo el mundo juega falso:
los acróbatas
y los boxeadores son impotentes y no valen nada
para el matrimonio;
un mendigo busca el centro de la tierra; SELVA VIRGEN!
indios! el vendedor de la imágen de los dioses; la serpiente aven-
tura!
¡AVENTURA!
los tesoros de los incas, una noche en el boliche de la frontera chileno argentina
entre las rocas cordilleranas,
entre gauchos e indios! al tango
el licor de caña: y sobre las cabezas con una luz pálida y trágica la luna!
UN CALABOZO!
en los cerros!!
los guardias con los fusiles cargados hacen
sus paseos por ida y vuelta! las ciudades se tapan con una frazada de color gris,
la niebla cayó!
en las calles se prendieron fuego las lámparas! los cuartos se ahorcaron por el techo
de los palacios,
y el arzobispo con sus llaves falzas abre la
puerta de la catedrál,
para robar las cruces y reliquias de oro para empe-
ñarlas en una agencia de la capital!
un suicida arrebata los puentes del
rio, se para todo movimiento, todo el mundo cierra la puerta de su casa, la niebla
cayó,
se apagan las luces eléctricas,
y alguien repica las campanas en los campanarios,
y en la niebla en las casas de puertas cerradas se levanta
LA ANGUSTIA!
apagando las lámparas y abriendo las ventanas en to-
das las calles y callejones de la ciudad!
38
4
La niebla cayó!
las campanas repican en la niebla espantosamente! algunos marineros del puerto
andan vagando a travez de las avenidas muertas
con antorchas lacres en sus manos!
todas las ventanas están abiertaz
parecen ojos ciegos
en la noche!
y el mar
levantándose en un temporal!
los ladrones!
en el fondo
de un callejon! los marineros borrachos de antorchas lacres en sus manos
suben por los pasajes de los cerros!
una mujer gorda se aparece
bajo las puertas, sonriendo y dice a los borrachos:
tengo una virgen
vale 7 oros! ahora no anda nadie por la calle ¡cayó la niebla, venid!
y ante las
antorchas lacres levantan las cortinas oscuras de la oscuridad!
CUARTO!
la niña! los marineros cuelgan las antorchas en la pared!
queréis tomar
algo?
aguardiente!
y la mujer cierra las puertás de calle!
ahora no anda nadie
afuera, la niebla cayó !la niebla cayó!
baile!
vale 7 oros?
mujer cierra las
puertas del cuarto! toman! la niña gritando lleva a los borrachos hácia un rincón!
la mujer cierra las ventanas también!
no hay nadie?
nadie!!
los borrachos cuelgan sus vestidos bajo las antorchas lacres y
bailan así!
la niña grita, qué queréis?
en la ciudad repican las campanas
espantosamente! y la mujer cierra las claraboyas del techo!
39
los borrachos
sacan sus ropas sucias, y las cuelgan sobre las antorchas lacres!
oh, por dios,
por dios,
DIOS!
el callejón se hinca de ro-
dillas ante el puerto de la ciudad en la niebla!
Las antorchas lacres se apagaron sobre las cabezas de los borrachos! y la virgen
deflorada con su matríz sangrienta
yacía por el suelo
y la mujer abriendo las
puertas de la calle:
ahora puedes irte, son las 2 1/2 en la noche ¡algo tenia que
suceder en la ciudad, parece que fuera muerto todo! te reciben todavía en algunas
casas ! ahora ya puedes irte! A TRAVEZ DE CALLEJONES!
sobre la ciudad anclan los buques levantados
por el viento!
las casuchas al
lado del mercado suben por los cerros! ella los sigue,
vagando,
los bo-
rrachos sacan sus ropas y vestidos de las paredes, y en sus manos con las antorchas
lacres bajan hacia el puerto!
y la mujer se sienta sobre
el techo de la casa, en su boca traendo los 7 oros,
esperando el amanecer!
EN UNA PLAZUELA CON PARQUE!
ella llegaba hasta allá sin encon-
trar a nadie! ahora vienen dos mujeres borrachas
por encima de los alam-
bres eléctricos hácia ella! la miran y se van otra vez sin decir nada!
y vie-
nen las ladrones tristes á travez del parque con las manos vacias,
en esta
noche sucedió toda la tragedia de la humanidad, ellos dirigen sus pasos hácia los
calabosos para entrar por las puertas abiertas de ellos!
42
y vienen
13 jóvenes
mudos y
ciegos todos 13,
con lámparas lilas en sus manos,
abandonados de la universidad, los jinetes trágicos de la ciencia.
a dónde se van?
se desaparecen todos!
ANTE UNA CASA
DE LA NOCHE!
“te reciben todavía en algunas casas” ¡golpea por la pared! en las ventanas
iluminadas se aparecen las mujeres de velas amarillas!
la preguntan:
¿que quiéres!
quiero descansar, trabajar!
mi vida es infeliz, no tengo nadie ¡estoy cansada!
y ellas con una risa que
levanta la niebla sobre los callejones!
andate al cementerio! allá puedes
acostarte, y cambiar tu vida infeliz por una más dichosa! andate al cementerio!
y bautizan con sus leches podridas a los hombres hincados de
rodillas ante ellas,
bajo las velas amarillas que tienen en sus manos!
43
6
A-LA-MUERTE!
44
amor? no tenía amor todavía con nadie! no conocía la bondad!
hoy como la niebla cayó los callejones hincaron la rodilla ante los puertos, pero to-
do, todo era inútil! estoy enferma!
y tengo el olor de los mari-
neros de las antorchas lacres, que me defloraron! mi cadáver está sobre la ciudad,
y sobre los callejones y puertos! no tengo a nadie! el
hombre sencillo
en su vestido de trabajo ante la puerta del
CEMENTERIO!
yo soy un herrero! tenía que arreglar la puerta de hierro del cementerio en la noche,
la cerré y no voy abrirla nunca jamás! la niebla cayó, verdad! quién comprendería
la vida? nadie! ven conmigo me dijiste, no conociste nunca la bondad! yó te la
mostraré! creo que éres limpia! yo te daré casa, donde puedas vivir y trabajar,
como vivo y trabajo yo
también! ya saldrá esa espantosa noche, quién sabe para que vamos a despertarnos
mañana! se dice que tiene que cambiarse la vida! hablan mucho! pero la bondad
y la verdad tienen que vencer! ven conmigo!
y con
mano en la mano se bajaron dejando a trás ellos la puerta cerrada del cementerio!
Por el
AMANECER!
LA CIUDAD
EL PUERTO
LOS CERROS
ENLA N E L !
I B A
los buques
anclados sobre la ciudad! y repican las campanas todavía espantosamente!
así llegaron ellos juntos hasta el rio!
UN PUENTE!
sobre el rio!
a dónde vamos? tengo frío! la niebla! ved, aqui está un puente,
oye como repican las campanas!
en el puente!
espera un suicida!
45
EN LA N E L !
I B A
46
PALABRAS OLVIDADAS:
TU ERES MI VIDA
YO SOY TU MUERTE!
y el suicida:
alguien cerraba las puertas del
cementerio! quién comprenderia el tumulto de la vida! quién? yo voy a morir!
ellos dos llegaron hasta las primeras casas de la ciudad ya,
UNA AVENIDA!
EL PUENTE SOBRE EL RIO.
Y EL SUICIDA
CON 3 LAMPARAS
DE COLOR CAFE!
ellos andan a travez de
parques juntos en la niebla!
YO ESTOY SENTADO
SOBRE LAS CUPULAS
DE LAS CASAS
DE LA NOCHE!
CON TODAS LAS TRAGEDIAS
DE LA VIDA
DE LA HUMANIDAD
los
puertos hincan la rodilla ante los callejones!
LA ANGUSTIA PASO!
ellos andan a travez de
una pesadilla lacre hácia las estrellas de café!
47
48
CARTEL N° IV
OP 95
La angustia!
Nadie sabía mejor que nosotros que hay una [...] inseparable entre el arte
y la vida, que parece ser capaz a separar a la humanidad de sus ideologías pasadas y
humedas y pudridas levantandola hasta los horizontes más sanos de la naturaleza!
porque
el arte nuevo,
el arte!
EL ARTE!
no conoce a nadie.
el es hijo salvaje y primitivo
de padres
neurastenicos, que no
habían tenido nunca la potencia a nacerlo un hijo sin tener la neurastenia
EL ARTE
viene y que se va! gritando las palabras mas grotescas y brutales sin temer a ruido
de los siglos futuros!
y los siglos pasados se han muerto ya
EL ARTE
viene con su [...] recor-
tado y con su cuerpo que es igual de lo del dios y de la tierra y estrellas y viento y
yerba,
su vestido el crimen,
y sus representantes
LOS ARTISTAS
tienen la
fuerza sustancial, sensual y espiritual!
HAY UNA MENTIRA!
y esa mentira sienta sobre todas las iglesias, colegios y
occupa los puestos del congreso
la MENTIRA!
de la religión
y de la moral!
ellos son unica-
mente las armas más desgraciadas de la humanidad cobarde y infeliz,
que no ha llegado a saber todavía
que fuera de la RAZON, y
de la BONDAD,
no hay nada en esta tierra
que podría hacernos feliz!
---------------
49
Por eso teneis que buscár
entre las caidas huellas
de la cultura
a estos [...]
y ya seguidos [...],
que a ellas representan!
el arte nuevo
tiene sus raices en las estrellas, y se tapa con las gorras
rojas
de la
REVOLUCION
entra por todas las calles de la ciudad
sube por todos los barcos de la bahía,
y camina atravez de los campos y
montañas con su poncho [...] en las noches!
ante el arte no elite imposible!
Wilde era muy maricon,
pero tenía razon
diciendolo:
que la vida copia
al arte! Nosotros estamos en la guardia!
somos 777!
y ocupamos las montañas
y puertos
y ciudades,
nuestro arte nos tapa
con su poncho [...]! Somos los sanos del futuro! ya profesando la imagen del
dios y del hombre nuevo,
en nuestros talleres
en los conventillos
cuarteles
y fábricas,
y tapamos con
nuestro poncho [...] las ciudades y campos contra los pensamientos ”eternos”,
---------------
50
--------------
LA RELIGION!
“ MORAL! MENTIRAS!
nosotros que somos los pillos y los rotos más falsantes
en la vida, tenemos
un HONOR!!
leal y sano
bello y orgulloso
en el arte!
---------------
51
Tenemos que decir gracias para
Lombrosio!
que nos descubrio con la
mas brutal crueldad, que tenemos nuestras raizes cerebrales en el crimen!
de mi parte yo reconosco mi genio del criminal,
del asesino y salteador.
pero con el arte yo llegué
a purificarme
bajandome hacia el nivel
de un aventurero!
llegué a reconocer la esencia
rigorosa de la vida
en la AVENTURA!
Siento tambien una inquietud eterna en mi cerebro y sangre
y pienso levantar
una casa
para mí en el futuro
una casa de piedras lacres bajo del cielo vil
con letras y signos
verdes en su frente y con una bandera negra contra el viento!
y tendre mis puertas siempre abiertas
que vengan!
VENGAN!!
todos
en el día
y en la noche
los VIVOS!
que tienen las señales
en sus frentes del hombre sufrido
luchado
y al fin sin embargo
vencido!
52
Sabeis muy bien
que nostros gritamos
LA LUCHA
contra
vosotros. Tened miedo, y susto! Porque llegaremos con las armas invencibles
de las palabras y
lucha.
ocuparemos vuestros collegios y
museos y
academias,
y teatros,
y haremos
a pedazo vuestras
iglesias y
cementerios!
nos manifestamos
una lucha political y
artistical,
tenemos que luchar contra los vivos
debiles no más,
porque los nuestros
salen muertos ya,
los moribundos ván a morir,
y los vivos fuertes y
bravos
y crueles
son a nuestro lado
en nuestras trincheras
bajo nuestras banderas
a que
sonríen las estrellas
el sol y
la luna, y la madre materia la abrasa
como sería su
hija fiel!
1922, 5 de setiembre, Valparaíso.
53
54
!
55
56
1
ZSIGMOND REMENYIK
presenta al
y la morgue
y la muerte la hembra,
el médico,
los conventilleros
en
la
EPOPEYA III
OP. 93
LOS MUERTOS DE LA MAÑANA
dirección artistical de
MARINETTI!
las decoraciones son de
MARC CHAGALL
KANDINSKI, Y
ARCHIPENCO!
57
2
58
la panaderia cierra sus ojos
y queda dormida!
en la noche bajo las estrellas de dulces,
y los
siguen las colinas amarillas de pan, atravesando las avenidas, calles y callejones!
59
3
EN EL CONVENTLLO
“LA UNION”
el conventillo tiene 3 pisos
53 chimeneas y
248 ventanas por la calle¡
aquí vive la PESTE!
aquí come y duerme en los catres grazosos,
colgando sus banderas hediondas por la pared!
las escaleras
con lámparas grises sobre sus espaldas
suben hasta el techo,
el conventillo
es igual a un cementerio grande en la lluvia triste del otoño!
viene el
panadero cojo y
la hembra,
los siguen las colinas amarillas de pan,
ellos entran por el conventillo,
una pieza!
prenden la luz!
las paredes abren sus estómagos,
y ahora la hembra:
tu eres
un animal! vivimos en la miseria! que estás esperando? ved las paredes, aquí vive y
duerme la peste! no me comprendes?
60
y él, con un gesto
silencioso,
en la profunda noche:
Oye como respira toda la casa! y las
calles y el puerto también! oh ven para acá ¡hoy en la noche tenemos luna llena!
vamos a dormir?
y la hembra con una sonrisa cruel:
quien quiere
dormir? quien? aquí duerme la peste no más? ya se acostó en tu cama vete a dormir
con ella cuando quieras ¡vete!
y el:
ved las colinas amarillas
de pan! nos siguen con sus banderas negras y ahora nos esperan por la calle! ellas
me quieren siempre! que quieren! que quieren! y los miserables ante la panadería
¡oh terrible es! terrible¡
y ella:
con la
sombra que llena el conventillo y las calles como una cortina oscura sobre nuestro
corazón:
Oye!
tengo un pensamiento sobre mi vida, sobre la mía y nada más! tengo 33 años,
la vida corre, tu llenas a todo el conventillo con tus ideas estúpidas sobre el pan,
y sobre la luna, y otras tonterias! tu eres un animal! cuando sería posible, serías
dos! eres el panadero del cuerpo de dios! todo eso para reirse¡ ahora vamos a dor-
mir! dormimos tres horas! y nos levantamos a las 5! entonces te hablaré de una
cosa, que tengo ya hace siete días en mi cerebro!
A penas se acostaron bajo las velas azules de la miseria,
las paredes
abrieron sus estómagos, las ventanas se cayeron por dentro de la pieza y el techo
se levantaba hacia el cielo¡ y con gritos espantosos aparecieron
los habitantes del conventillo en sus trajes de noche,
entre las
ruinas de las paredes y de las ventanas y puertas¡
y ella,
con sus tetas
sobre la cabeza del cojo:
que sucedió? qué? qué?
61
y ellos gritaban continuamente,
mostrando con las manos a ella:
la hembra¡ la hembra¡ la amante la de toda
la calle¡ ella¡ todas las noches como tu te quedas dormido, ella se vá¡ a donde se vá?
duerme junto con tu amo¡ con el gordo de la panadería¡ y se sienta sobre las coli-
nas de pan¡ y nosotros¡ en la miseria¡
en la miseria¡ por ella todos¡ todos por ella no más¡
y el cojo ante las ruinas de la pared y de las ventanas y puertas al frente con los
conventilleros:
callad vosotros¡ callad!
y la hembra
con una risa espantosa sobre la cama,
y el tumulto gritando
entre las ruinas:
Nosotros lo oimos cuando te grita ¡animal¡ animal¡ en todas las noches¡
la calle queda parada¡ te quiere ella matar¡ quiere ser libre¡ libre¡ ten cuidado¡ echa
a ella a fuera¡ ella se sienta sobre las colinas de pan¡ te siguen ellas, y cuando ella te
mate, nosotros moriremos de hambre¡ oh¡ oh¡ oh| tu no puedes dejár a eso| echa a
fuera a ella| echala a fuera!
y él,|
agarrando la mano de la mujer:
oh oye lo que gritan| entre las paredes| las ventanas y el techo se caían| que
es lo que gritan, oiste? oiste? || ? oh dime que no| que no|
y ella
tapaba con sus palmas las roturas de la pared y dijo:
Tranquilizate|
ellos son borrachos todos! y andan gritando puras mentiras! Ved, ya se acostaron
a dormir otra vez! ven para acá y habla de tus lunas y colinas amarillas de pan, yo te
voy a escuchar con toda atención| ya se retiraron acostarse otra vez. Oyes las siete
campanas de la ciudad? ya se pasó la media noche también| toda la ciudad duerme|
seas tranquilo¡ ellos son los conquistadores del pan y por tu vida tienen miedo pero
quien te quiere matar? ya son las 3 de la mañana| tenemos 2 horas para
dormir no más| ya salieron todos a dormir, ved no te molestan las 7 campanas de
la ciudad? cuando tu quieres yo te taparé con mis palmas las ventanas y las roturas
de la pared también que puedas dormir tranquilamente! oh, que vida| oh, que
vida| anda acostarte|
62
5
Los grandes carros silenciosos del sueño salieron de sus ojos¡ el cojo se despertó|
había todavía profunda noche,
estaba solo entre las ruinas
de la pared, y de las ventanas y puertas, se levantó y con gritos espantosos llamaba
su mujer|
no la encontraba,
entonces temblando golpeaba
por las puertas y paredes de todo el conventillo, despertando los habitantes con
su grito espantoso en las pesadillas,
que salieron todos
de sus piezas,
como cadáveres verdes
de los cementerios|
les preguntaba:
No habeis visto a mi mujer?
los grandes carros silenciosos salieron de mis ojos| a donde se fué ella? quedé solo
entre las ruinas de las paredes y de las ventanas y puertas| cuando vosotros habeis
retirado ella tapaba con sus palmas las roturas de las ventanas que no me molesten
las siete campanas de la ciudad en el sueño¡ pero los grandes carros silenciosos
salieron de mis ojos¡ a donde se fué ella? a donde?
y ellos abrieron
las ventanas de sus piezas,
y las puertas grandes del conventillo
y
como un coro trágico gritaban hacia el cojo:
a donde se fué ella? a
donde? cuando tu dormiste, ella abrió las puertas de la pesadilla, y salió por la
calle? a donde se fué| nosotros la hemos visto, ved, la peste está sentada sobre la
ciudad, la peste| LA PESTE| todos los barcos de la bahia son infestados y ese con-
ventillo también| a donde se fué ella? a donde? ella tiene un amante de cinco ojos
verdes, quien duerme en la morgue| |EN LA MORGUE| para allá se fué| para allá|
a su amante de cinco ojos verdes se llama lobo| LOBO| ya todos vamos a morir| la
peste esta sentada en las cumbres de los cerros: ved| y las calles| las calles parecen
ataudes abiertos| ved| oh| oh| oh| vete para allá¡ por la morgue| mátala, y vá a
salir todo lo que sufrimos nosotros, y que sufre tu también| por la morgue¡ por la
MORGUE|
y el cojo abrió
las cañerias
de la tragedia|
63
4
64
en sus orejas repicaban las palabras espantosas de los conventilleros:
cuando tu dormiste ella abrió la puerta de la pesadilla y salió para la calle¡
todos los barcos de la bahia son infectados y el conventillo tambien| ella tiene un
amante de cinco ojos verdes quien duerme en la morgue| matala y va a salir todo
lo que sufrimos nosotros y que sufres tu tambien|,,
golpeaba las puertas de la morgue| venía
el médico¡
EL MEDICO¡
con los anteojos grises, en su delantal
sangriento, y con guantes de goma¡
el cojo gritaba:
viene la peste¡ viene la peste¡ la peste¡
LA PESTE¡
que quieres?
y el cojo ota vez:
estoy buscando mi mujer| vivo en
el conventillo “LA UNION”| quedé dormido en la noche| y cuando me desper-
té, ya se desapareció ella| me dijeron que ha venido para acá, por la morgue| con
su amante| con el lobo| con el LOBO| déjame entrar| ya ved, viene la peste¡ la
peste¡ no la ves?
y el médico abriendo las puertas
ante él, levantaba las cortinas oscuras de la noche encediendo la lámpara sobre los
cadáveres de la morgue,
65
y le dijo a él:
ven a quien buscas?
la peste llega acercandose, ya viene, verdad¡ a quien buscas| toda la ciudad duerme
pensaba que yo soy el único quien está despierto con mis problemas terribles de la
humanidad, y de la mujer¡ entre¡ mi vida? entre los libros y cadaveres, ved¡ tenía
una mujer no, salió por la calle ella tambien¡ la espero tadas las noches, ay¡ yo
muerdo mis dedos, mis brazos del dolor, ay, me entiendes?| ya pensaba que ella
viene, para llear mi vida con sus lágrimas inocentes otra vez, oh porque no viene¡
porque? entra| ven, porque tengo fiebre yo, y quien sabe yo seré el primero tal vez
a quien abraza con sus brazos verdes la peste¡
3
Pero el cojo gritaba con brazos levantados por su mujer
las calles se lavaron sus caras en las lágrimas de él,
entonces el médico:
ved, ahora vamos a cerrar las puertas de la morgue y andamos juntos a
buscar a tu mujer| la vida es muy extraña, verdad¡ quien sabe que lo que harías tu
con ella, algunas tonterias tal vez, para que ella no tenga valor¡ fijate, nosotros dos
somos los conquistadores de la ciudad en esta noche¡ ved, aquí tengo tres muertos
ya puestos en la mesa, los trajeron recien de los cerros, te voy hablar de ellos cuan-
do se amanece¡
ponte mi sobretodo, yo tengo mejor salud| ven¡
y empezaron a andar por las calles
y avenidas;
llegaron hasta el puerto|
y ante los BOLICHES¡ de la noche bajo los últimos rayos de la luna que goteaba
como la nieve| los llamaron las mujeres desde las mesas en la profundidad|
entraron|
y el bolichero con sus dos manos cortadas como los agarro:
que quereis?
ya todos estában borrachos| ellos dos quedaron parados ante los
barriles hirviendos del alcohol¡ entonces vieron todas las mujeres desnudas atras
las cortinas de los locales separados| allá estaba la mujer del cojo tambien|
ella asustándose gritaba, y el cojo sobre las mesas
con los brazos levantados del dolor:
mientras me llevaron los carros grandes y silenciosos del sueño, tu me
abandonaste me dejaste solo| la peste viene, no ves? las calles todas me gritaron
que eres una puta| que eres una puta| te busqué ya en la morgue, y tu amante don-
de está? te buscó en mi corazón, en mi cerebro, ved, viene la peste, viene la peste,
te perdono, ven conmigo no más, tengo sueño otra vez¡
66
y ella con una risa espantosa sobre el miembro de su amante:
ay, tiene sueño, vete pues
a dormir| un animal, un cojo de quien se rie todo el mundo | quieres tomar algo|
ved al cojo, al cojo, al animal| a dormir pues, a dormir
y el cojo como arrebataba el techo del boliche, en el pleno tumulto:
oh eres una
hembra la mas terrible de la tierra¡ las calles me gritan: mátala, mátala|
viene la peste, la peste| los hornos me esperan| y todo se paso como un sueño de
la noche| me dijiste a las 5 de la mañana te voy a despertar, y te diré algo| son las
5 ya¡ que lo que me quisiste deciir? que cosa? que?
y la mujer,
con su risa terrible
hacía él
te quise decir: yo soy de la calle¡ sigo las huellas de la noche|
tengo cien amantes, y yo te voto, para que sirves tú? viene la peste? que venga| no
tengo miedo de nadie| mi cuerpo es de las colinas y valles y mesetas, soy libre| libre|
mi sangre es de puro alcohol| mi matriz cubre al cielo, como una alcoba oscura del
deseo| soy libre¡ vete a tu conventillo, la peste viene| a tus hornos de pan¡ la ciudad
ya está perdida¡ y está pérdida la tierra, la vida, yo y tu también¡ ¡Vete¡
2
Ahora el llamó al médico y ellos dos salieron para la calle otra vez¡ y el
médico lo llevába hasta
LA MORGUE¡
y abriendo la puerta de
ella le dijo:
ved¡ ahora andamos junto con los problemas de la humanidad y de la
mujer¡ ella te dijo: la ciudad está perdida ya¡ mentira¡ mentira¡ hasta que los con-
quistadores estan despiertos, no está perdida nada|,
entonces golpearon las puertas de la morgue en la noche¡ la abrieron¡
entraron 4 hombres que traían un cadaver de una mujer sobre sus hombros¡ le
dijeron sencillamente:
la encontramos en la bahía| ya estaba medio muerta, en un rincon donde duermen
los albergues de la playa¡ nos dijo, yo voy a morir| viene la peste, pero no la espe-
raré¡ llevais mi cadaver por la morgue, allá me espera mi hombre¡ decidle a él, que
me perdone| sufrí mucho y reconozco mi culpa, pero yo había sido bien castiga-
da| ahora me purificé, y le voy a seguir con mi dolor y lagrimas y deseos hasta la
muerte| él era siempre puro y limpio el me comprenderá perdonandome y me
guardará en zu corazón y cerebro como yo lo guardo a él en mis deseos y pasiones¡
y así seremos felices y dichosos sobre las colinas eternas de la muerte¡
67
ahora el médico con un gesto trágico,
se crucificaba sobre el cuerpo de la mujer| y los cuatro hombres con
las luces verdes de la angustia,
como decían
hacia él:
ved|
nos dijeron en el puerto que viene acercándonos la peste| verdad? verdad? los ce-
rros están en una niebla extraña y humeda, y su niebla ya llegó bajándose hasta
las primeras calles de la ciudad¡ oh dime, que vamos hacer cuando venga la peste?
vamos a morir en la mañana? vamos a morir?
y el médico:
id por las calles y encendeid las lámparas en todas las
casas y conventillos¡ por la mañana yo voy a salir también de aquí con mi compa-
ñero para conquistar a vosotros contra la muerte| encendeid todas las lámparas
para que cuando la peste llegue hasta las avenidas centrales también, veaís los ca-
minos hasta las panaderías y hospitales donde nosotros os esperamos¡
los 4 hombres salieron temblando para avisar a los habitantes
de los conventillos en las avenidas y en el puerto, para que enciendan las lamparas
antes que llegue la niebla de la peste,
bajandose desde los cerros
hasta la ciudad|
68
1
Y el médico,
sobre el cadaver de su mujer hacia el cojo asía
oh
ved| ya estamos juntos¡ te ablé antes de mi mujer, ved, a quien esperaba yo desde
años en todas las noches, preguntando de mi mismo siempre porque no viene ella?
porqué? y hoy cuando la peste ocupaba los cerros de la ciudad, llegaba ella tam-
bien| muerta¡ muerta|
y el cojo tambien
entre los cadaveres de la morgue:
la peste viene| la peste y mi mujer
me abandono, me siguen las colinas amarillas de pan, que vamos hacer? que? que?
yo tengo el mayor dolor en mi cerebro, puedo olvidarla jamás? oh nunca| nunca|
me va seguir ella siempre ya¡ y una noche| y una noche| como paso contigo hoy|
llegará ellá muerta tambien¡
y se inclinó
profundamente emocionado,
y el médico ahora:
ved¡ la peste
viene, tenemos que levantarnos para conquistar la ciudad contra ella, dejando los
cadáveres y nuestros dolorosos problemas sobre la mujer aquí| nosotros ya estamos
juntos| tu quisiste matarla, muy mal lo hubieras hecho| porque nuestras mujeres
pasadas nos siguen, sean ellas muertas o vivas, igual| tu mujer anda por las ca-
lles, tal vez borracha y enferma despues, pero llevando un recuerdo triste y trágico
siempre en su corazón| la mía llegó esta noche| cansada la pobre, y muerta, de un
rincón donde duermen los albergues de las playas: llevadme a la morgue¡ allá me
espera mi hombre, decidle a él, que me perdone, se lo ruego, yo sufrí mucho, ahora
me purificá en el sufrimiento y castigo, y le voy a seguir con mi dolor y lágrimas y
deseos por él, hasta su muerte¡ el era siempre puro y limpio| él me comprenderá,
perdonarme, y me guardará en su corazón y cerebro como yo le guardo a él en
mis deseos y pasiones y así sremos felices y dichosos sobre las colinas eternas de
la muerte
y enseguida como se levantó,
abriendo las puertas
de la morgue;
ya les vieron
por las calles y avenidas y sobre los conventillos como pasaba con sus luces grices
la peste|
le dijo:
ahora terminaban nuestros problemas de la mujer, el dolor se muere con noso-
tros| vamos por las calles, tu te vas a ocupar en las panaderias, abriendo las puer-
tas ante los pobres y hambrientos| yo voy a ocupar| los hospitales, para conquistar
contra la peste la ciudad| ahora cerramos la puerta de la morgue¡
ved, ya encendieron en los conventillos las lámparas| toda la ciudad se despertó y
la peste ya anda por las calles| vamos¡
69
0
70
El fin del mundo llegará junto con mi muerte !
71
CARTEL N° V
OP 96
La naturaleza!
fábricas,
campos,
ciudad!
puertos!
buques
cementerios,
casas de mujeres,
la morgue.
teatró,
hippodromo,
circo,
coliseo,
escuela,
biblioteca,
sotanos!
palacio,
járdin!
un camino
avenidas,
panadería!
callejones!
conventilló!
el mar,
la playa,
sala de juego!
iglesia!
son los poderes
de mis palabras trágicas,
la vida corre en una ligerosa
cinematográfica,
acompañando por la orquesta
fenomenal del dolor!
---------------
72
Naturalmente tengo
algunas ideas originales sobre la problema
metafísica de la risa tambien igualmente
una del llorar!
el unico quien no me compren-
dio, encontrando una diferencia enorme
entre mi arte y personaje!
entre el modo de mis pensamientos y vida,
era un frutero
frances!
?
en el sentimiento no tengo límites!
no puedo reconoscer la musa de los
tibios que parecen [...] una tetera comprada
en la agencia en el lugar de su corason!
odiar,
o
amar, amar!
abrasar o
matar!
fecundar a la mujer,
o
ahogarla con mis lagrimas!
oh soy embustero!
falsante!
con nadie mejor que conmigo mismo! Soy
el hombre del corason quadrado
en el camino trágico
del crimen, hasta donde yo llegaría en mis dos manos
verdes llevando la antorcha lacre del sacrificio de los
millones
enterrados!
---------------
73
No me importa que
muera todo el mundo, pero grito con una voz
espantosa hacia la revolucion y
la guerra!
odio la idea del pacifismo!
porque
pacifismo da la
tranquilidad,
y la muerte!
lo que
tengo la locura innegable en mi cerebro, lo
que pide al movimiento y la lucha eterna! La
humanidad!
hablar y preocuparnos con ella
sería
una falta de las dimensiones de mí! tengo mi
horizonte arrebatada en mis gustos y
en mis labios!
y a donde vivir
veo mis signos
señales
sobre todas las mañanas
sobre las chimeneas de las fabricas,
sobre todos los buques del mar,
y sobre todos los aeroplanes
y sobre todas
las torres amarillas de la tierra,
como me tapo
con una capa de la niebla gris, que no me
vea nadie.
sino hoiga mi voz todo el mundo,
no sabiendo que de donde viene ella,
que viene de las
iglesias o de los boliches, o de las casas de la
noche, o de los cuarteles, o de las morgues
viene ella!
---------------
74
Llegaré una
vez hasta el punto cuando diré
no es necesario el
arte!
voi a negar
la utilidad de la literatura! y mandaré
todos los literatos y artistas para la mierda!
vivir la vida es el
arte real! los cojos, ciegos, mudos y sordos y
otra junta de los miserables humanos
que no
sirven para nada pensaron a hacer una con-
currencia para la fuerza pura y cruda y sal-
vaje, y invencible!
prefiero un boxeador negro
con su musculatura de fiera
mil veces ante
que a un intellec-
tual!
reconosco un derecho!
el derecho de la fuerza!
el
derecho de la ciencia,
lo del arte, y
lo del pensamiento
no elite!
es una men-
tira universal, que se vá sin descubrido
y iluminado
con las luces
del incendio de las
ciudades que los hombres de la fuerza mate-
rial
con el derecho bruto y sagrado
prendieron fuego!
---------------
75
76
CARTEL N° VI
OP 97
1.
77
---------------
78
79
Bela Uitz, Géprombolók nº3, aguafuerte y aguatinta.
POSTFACIO
81
Calle de Budapest en 1919, con afiches que llamaban a defender la revolución.
Abajo el de Bela Uitz, que llevaba toques rojos en las vestimentas, las banderas y las letras.
82
2. Aktivizmus
83
a la cabeza, apoyó inmediatamente a la nueva República de los Consejos. Los
artistas tuvieron trabajo en las nuevas academias, escuelas y talleres de arte
proletario surgidas por doquier, y sus obras se vendían. Por primera vez los
pintores de izquierda sintieron que su arte participaba en la construcción de
una nueva sociedad. Pero a poco andar Bela Kun respondió a las amenazas de
la reacción interna y externa con medidas represivas. El entusiasmo popular
disminuía y surgían voces críticas. Los artistas permanecieron fieles a Kun, y se
entregaron a la creación de afiches que inspiraran la defensa del régimen, como
el de Uitz “Vöros Katonak, Elore!” (¡Soldados rojos, adelante!), o cuadros que
representaran los ideales comunistas, como “La locomotora roja” de Bortnyik.
Entre las voces críticas estaba la de Lajos Kassák, que calificó al gobierno de
satélite de Moscú y declaró su oposición a Kun y su política cultural. Pensaba
que serviría mejor al arte y a la nueva sociedad manteniendo su independencia
crítica. Esta posición le costaría la cárcel, el cierre de Ma y el alejamiento de
sus amigos: la mayoría de la vanguardia seguiría fiel al gobierno. Pero estas
querellas no durarían mucho, ya que la reacción estaba a la vuelta de la esquina
y pronto todos tendrían que partir al exilio.
84
Portadas de A tett y Ma, esta útlima con una xilografía de János Mattis Teutsch.
85
Dos xilografías de Sándor Bortnyik: retrato de Lajos Kassák y portada para un libro de Sándor Barta
86
ción, y un mismo destino: derrota en la guerra, revolución aplastada, exilio. La
producción literaria del expresionismo se caracteriza por el irracionalismo, el
patetismo, el lirismo y por un tono profético, revolucionario y desesperanzado
a la vez.
Como todas las vanguardias los Activistas plantearon en manifiestos su
ideario, que podría resumirse así:
–Rebelión artística y social contra la civilización, mezclada con una visión
de amargo desencanto y desesperada nostalgia de bondad. “El escritor no me-
rece tal nombre, si no cree su deber el destruir el mundo tal cual es” –dice el
expresionista alemán Ludwig Rubiner. “No nombraré, ni por un montón de
estiércol, a un ser civilizado”, exclama Sándor Barta en su manifiesto El hombre
con cabeza verde, rebelándose contra la falaz quimera del humanismo y la ra-
zón, y añorando ardientemente un mundo de belleza, justicia y verdad.
–Independencia del individuo frente a la sociedad, la historia, los partidos
políticos: “No tenemos raíces en el pasado, ni riendas para el futuro… La voca-
ción del artista es despertar a la humanidad perdida por la ignorancia de los
oprimidos y la especulación de los poderosos. ¡Contra cualquier dictadura de
clases, anunciamos la comunidad de las individualidades victoriosas, contra
toda moral de Estado, la ética colectiva!”, anuncia el manifiesto de Kassák en
húngaro y alemán “A los artistas de todas las tierras”, aparecido en Ma el 1º
de mayo de 1920. El artista debe propiciar la revolución, sin perder nunca su
libertad creadora.
La vanguardia húngara, dividida entre los fieles a Ma y los comunistas orto-
doxos con su órgano Egység (Unidad) –y por su lado Barta con su revista El
ahorcado–, no estuvo exenta de bulladas polémicas. El 1º de mayo de 1922 los
comunistas comandados por Bela Uitz ingresan a una manifestación “maísta”
en París para sabotearla, pero son rechazados después de un acalorado in-
tercambio de opiniones y empujones. Hacia 1927 los que vuelven con Kassák a
Hungría, después de la liberalización del país, se verán aislados en un ambiente
de estancamiento y lasitud, indiferente a las aspiraciones de la vanguardia. Y
los que parten a la URSS –como Barta–, se verán obligados a acatar servilmente
las directrices culturales del partido.
Sin embargo la lucha de los Activistas no fue en vano, pues inspiró a muchos
creadores inconformistas. Sin ella no podría comprenderse, por ejemplo, la vida
y la obra de Zsigmond Remenyik, ni el carácter combativo de la vanguardia de
Valparaíso. Asiduo colaborador de Ma, Remenyik llevará en su corazón la convic-
ción revolucionaria, y en su maleta la xilografía “Aktivizmus” de Bortnyik5. En
este bello grabado –que apareció en la edición internacional de la mítica revista
en 1920– los transeúntes porteños pudieron ver a los activistas sublevando a las
masas y a las ciudades mismas, en audaces gubiazos constructivistas.
5 Sándor Bortnyik fue uno de los artistas húngaros más importantes del siglo XX. Después de
poner sus gubias y pinceles al servicio de la revolución, el exilio lo llevó a Viena y luego a Weimar,
donde se acercó a la Bauhaus. Al volver a Hungría abrió un taller en Budapest –con alumnos de la
talla de Vasarely–, fue director de la Academia de Bellas Artes y se dedicó a los afiches publicitarios.
87
4. El extranjero
88
Al poco tiempo de llegar ya forma parte del grupo de inquietos creadores
que buscan subvertir la cultura y la sociedad chilenas. “En esta época el autor
pasaba sus días en V., movido puerto del Océano Pacífico. Vivía de trabajos oca-
sionales, limpieza de pescados, pelado de papas, ayudando en construcciones,
cobijándose por las noches en el taller de un sastre. Menciono esta circunstan-
cia como información, como debería mencionar el viento que trae polvo del
lado de los Andes, el olor a pescado que da náuseas, el olor del petróleo, los
hombres en harapos y descalzos arrastrándose al borde del mar.” Una noche el
sastre llega acompañado de una muchacha “flaca de piernas torcidas” y lo echa
a la calle. Se va a un restorán donde había trabajado, a preguntar si podía pelar
papas o limpiar pescado. La dueña le dice: “No esta noche. Pero siéntate. Puedes
tomar un café. Además puedes escuchar a Agrella que acaba de llegar en barco
y se lamenta de sus sufrimientos. En vez de comer y largarse, habla toda clase
de cosas insensatas.” Era este un joven flaco, sin afeitar, con las manos sucias.
“Esa noche el escritor conoció definitivamente la solidaridad irracional de los
pobres y los enfermos.” Habiendo decidido ya dormir en un portal entre los
perros callejeros y otros vagabundos, Agrella lo invita a su casa: una tienda de
cueros abandonada. “Invitó al escritor a acostarse tranquilamente sobre el suelo
podrido y a cubrirse con pedazos de sacos.” Así relata Remenyik su encuentro
con el rotoso paladín de la vanguardia porteña8. Agrella le presentó al resto de
artistas y agitadores del puerto, que lo acogieron de inmediato y lo llamaron
afectuosamente “Sergié”. El revolucionario grupo de artistas se reunía – según
su novela autobiográfica Az idegen (El extranjero)– en la tienda de música La
Scala de Milano, para discutir “las distintas maneras de salvar la humanidad y
de cambiar los fundamentos de este mísero mundo”.
8 Agrella Emléke (Memoria de Agrella), en Aguida mon amour, Editio Plurilingua, Budapest 2000.
9 Bernardo Subercaseaux. Historia de las ideas y de la cultura en Chile, Tomo III, Universitaria, 2004.
89
Portada del número 7 de la revista Claridad.
90
Kropotkin, Bakunin, Proudhon, Marx, Nietzche, Apollinaire y Rimbaud. En
las revistas de la Federación se podía conocer el moderno movimiento musical
francés, o a los pintores locales con influencia cubista. Colaboraron entre otros
Pedro Prado, José Domingo Gómez Rojas, Neruda, Huidobro y Fernando Gar-
cía Oldini, el único crítico que valoró a los nuevos autores.
Claridad solidarizó con Recabarren preso en Tocopilla, alzó la voz por
Sacco y Vanzetti y se opuso a la movilización del gobierno contra Perú, cuando
la “juventud dorada” pedía armas. “En Claridad se ataca con saña al Gobierno
de José Luis Sanfuentes, culpable de la masacre de obreros de la FOCH de
Magallanes, el 27 de julio de 1920, y se sindica directamente como responsables
del crimen al gobernador Alfonso Bulnes y al comandante J.M. Barceló. Como
respuesta, protegida por el gobierno, una turba de la "canalla dorada" –entre los
cuales se contaba el Padre Hurtado– asaltará el local de la Federación de Estu-
diantes y de la revista Númen, destruyéndolo. Por esos días muere en la cárcel,
víctima de torturas, el poeta Gómez Rojas, no sin antes haber anunciado que
llegará el día "de la gran libertad sobre la tierra grande", y a causa de estos mis-
mos tratamientos policiales enloquecen y mueren en la prisión los dirigentes
anarquistas de la IWW., Hernández y Lagos. Es justo recordar también los
escritos de Juan Gandulfo, el que después de estar encarcelado por el gobierno
publica una de las más estremecedoras acusaciones al sistema penal chileno."10
“En un principio la emoción fue. Agú. Lo elemental. La voz alógica. El
primer grito de la carne. Hoy sólo queda la palabra sobajeada y sobajeada,
lunar postizo, colorete. ¡EL GRITO!… ¡EL GRITO!... ¡EL GRITO!” La Fech
fue vanguardia política y artística: Claridad publica en 1920 el “Primer Mani-
fiesto Agú», firmado por Zain Guimel y Juan Martín –Alberto Rojas Jiménez
y Martín Bunster–. “Es conveniente recordar que para algunos comentaristas
"dadá" es la onomatopeya del primer sonido emitido por un niño, o sea, lo
que en "chileno" viene a corresponder a "agú". Se asegura que para ingresar al
Movimiento Agú "no se necesita aprendizaje, ni lecturas, ni erudición”. A pesar
de tales facilidades para el ingreso, Agú fue bastante efímero y no tuvo mayor
resonancia."11 Claridad anuncia que Vicente Huidobro ha enviado un "Mani-
fiesto Dadá" de Picabia y promete publicarlo, y comenta que Joaquín Edwards
Bello está dentro de tal corriente.
En 1921, paralelamente a la Fech, nace la Confederación de Estudiantes
Revolucionarios –o Soviet de Estudiantes– de la unión de los grupos Lux (Me-
dicina), Spartacus (Bellas Artes), Renovación (Leyes), Rebelión (Estudiantes
Secundarios) e Insurrección (Economía). En 1921 el “Grupo Universitario
Lux” publica en Claridad una “Declaración de Principios” y un “Manifiesto
del Grupo Universitario Lux a los Estudiantes e Intelectuales de Chile”, ins-
taurando “un sujeto colectivo que, con un lenguaje beligerante y disidente,
toma posición y divide el campo político al identificar un “nosotros” –los estu-
10 Jorge Teillier, "Alberto Rojas Giménez: El guitarrero vestido de abejas", prefacio para Chilenos
en París, de A. Rojas Giménez, Editorial Universitaria y U. de Concepción, 2000.
11 Teillier, Op. Cit.
91
diantes, los intelectuales– y un “ellos” –el régimen capitalista y sus instituciones
represivas”12. El sujeto colectivo detrás de los manifiestos insurrectos de toda
América es casi siempre una asociación de individuos libres y solidarios contra
la injusticia y decadencia de la sociedad burguesa, y a favor de una hermandad
latinoamericana.
El grupo Lux ataca el capitalismo y la propiedad privada; las desigualdades
que genera y las medidas demagógicas que los gobiernos introducen para
controlar el descontento, así como el fomento del nacionalismo y la invención
de conflictos con países limítrofes para desviar la atención de los problemas
sociales. Promueve una colectivización de los medios de producción y del pro-
ducto del trabajo para terminar con la explotación. Este “anarquismo estudian-
til” es nietzscheano y antiautoritario, anticapitalista y pacifista, rupturista con
“los valores tradicionales que oficialmente sustentaba la sociedad chilena como
el sentido de la patria, Dios, la propiedad, la familia, el orden, y la justicia”.13 En
agosto de 1921, el Grupo Universitario Spartacus lanzó en Claridad su “Pri-
mer Manifiesto a los Artistas y Estudiantes de Bellas Artes”, en el que llaman a
los artistas a la rebelión: “Mientras nuestros camaradas de otros países están
constantemente alzando sus voces de protesta contra la injusticia imperante,
nosotros, los artistas de Chile estamos todavía sumidos en una vergonzosa
inacción”.14 La misma sociedad que genera ignominiosas desigualdades so-
ciales, produce también artistas esclavos que buscan agradar al poder político y
económico celebrando los valores burgueses. “Hasta ahora hemos vivido supe-
ditados a los intereses del capitalismo burgués, que nos estruja, nos humilla y
exige de nosotros un arte nauseabundo y pastoso (…) Por eso nos declaramos,
desde luego, enemigos de este sistema de explotación inveterada y servilismo.
Porque es injusto y porque –obtuso y mediocre– mutila y destroza nuestras
mejores iniciativas.” El grupo Spartacus exige mayor libertad y autonomía en
la Escuela de Bellas Artes y otras áreas del mundo artístico, como son los comi-
tés y consejos que controlan la actividad plástica, los mecanismos de elección
de estos consejeros, la representatividad del Estado en estos organismos, y la
prensa de la élite con sus críticos conservadores que determinan los gustos del
público; también “denuncia las campañas gubernamentales del año veinte que
al fabricar un posible conflicto con Perú, permitieron el asalto y la persecución
de la Fech” (Lizama). El artista académico, aferrado a la tradición y la imitación
de los maestros, se cierra a las nuevas corrientes extranjeras, promoviendo un
arte chovinista. El arte nuevo debe ser fraternalmente cosmopolita: «Odiamos
la guerra y el capitalismo –su causa primera– porque ello nos obligará un día
a alzarnos en armas contra nuestros camaradas, los artistas de otros pueblos».
Aspiraban a vivir al margen de los “egoísmos mediocres de las castas oligárqui-
12 Patricio Lizama, Vanguardia chilena: manifiestos, revistas e intelectuales. Revista Mapocho nº71, 2012.
13 Fabio Moraga, Historia de la Federación de Estudiantes, Tomo 1, Muchachos casi silvestres. La
Federación de Estudiantes y el Movimiento Estudiantil Chileno, 1906-1936, Santiago, Ediciones de
la Universidad de Chile, 2007, citado por Lizama.
14 Klaus Müller-Bergh, Gilberto Mendonça Teles, Vanguardia Latinoamericana. Historia, crítica y
documentos, Iberoamericana, Madrid, 2009
cas” y de su mercantilismo, emancipándose de la tiranía del cliente burgués.
6. Juventudes ultraestridentes
15 Hugo Verani. Las vanguardias literarias en Hispanoamérica (Manifiestos, proclamas y otros escri-
tos). Fondo de Cultura Económica, México, 1995.
16 Stefan Baciu. Antología de la poesía surrealista latinoamericana. Ediciones Universitarias de Val-
paraíso, 1981.
17 Stefan Baciu, Surrealismo latinoamericano. Preguntas y respuestas, Ediciones Universitarias de Valpa-
raíso, 1979.
93
“Grabado estidentista“ de Jean Charlot y portada xilografiada de Ramón Alva de la Canal
94
fotógrafa revolucionaria italiana Tina Modotti, Diego Rivera y Jean Charlot18
también fueron cercanos al grupo.
Uno de los iluminados subversivos de Actual, Guillermo de Torre, fue
figura central de la vanguardia española, y el mayor activista del Ultraísmo
–movimiento vanguardista fundado en Madrid por Rafael Cansinos-Assens.
También fue vanguardia artística y política: «ULTRA es el reflector estético del
bochevismo». El ultraísmo produjo gran cantidad de revistas (Gran Guiñol, Hori-
zonte, Prometeo, Parábola, Prismas, Reflector, Tableros, Tobogán, Ultra, etc.). En
Ultra (Madrid 1921-1922) colaboraron Buñuel, Gerardo Diego, Gómez de la
Serna, Pierre Albert Birot, Apollinaire, Cendrars, Cocteau, Max Jacob, Tzara,
Derain y el chileno Salvador Reyes.
Poeta y crítico, de Torre publicó en 1920 el “Manifiesto Vertical”, ilustrado
por Barradas y Norah Borges, que también ilustró su poemario Hélices de 1923.
En 1925 apareció su monumental Literaturas europeas de vanguardia que ejer-
ció una enorme influencia en España y América Latina: “Para nosotros fue una
especie de biblia”, diría Alejo Carpentier. Polemizó con Huidobro en su artículo
“La poesía creacionista y la pugna entre sus progenitores”. Nombrado “Presi-
dente Dadá” por Tristan Tzara, fue uno de los firmantes del poema automá-
tico enviado por Borges al rumano, y estuvo entre los firmantes de la proclama
ultraísta en Prisma, revista mural de Buenos Aires –ilustrada con una xilografía
de Norah.
La hermana de Borges se convertiría en su musa y luego en su esposa y
colaboradora. Viajaron en 1927 a Argentina, para volver en 1932 a Madrid;
en1936 trabajaron para la Oficina Republicana de Turismo en París. Luego de
la derrota se instalaron definitivamente en Buenos Aires, donde el español fue
un pilar de la editorial Losada. El argentino se unió al ultraísmo en Madrid,
para luego importarlo a Buenos Aires. «Existen dos estéticas: la estética pa-
siva de los espejos y la estética activa de los prismas. Guiado por la primera,
el arte se transforma en una copia de la objetividad del medio ambiente o de
la historia psíquica del individuo. Guiado por la segunda, el arte se redime,
hace del mundo su instrumento, y forja –más allá de las cárceles espaciales y
temporales– su visión personal» (Manifiesto del Ultra). En diciembre de 1921,
durante su breve temporada vanguardista, Borges empapelaba la ciudad con
Prisma, "hoja mural que dio a las ciegas paredes y a las hornacinas baldías una
videncia transitoria y cuya claridad sobre las casas era ventana abierta frente a
cielos distintos". "ULTRA. Nosotros los ultraístas en esta época de mercachifles
que exhiben corazones disecados i plasman el rostro en carnavales de muecas,
queremos desanquilosar el arte. Lícito i envidiable como cualquier otro placer".
Manuel Maples Arce, Guillermo de Torre y Jorge Luis Borges, actores prin-
cipales de las vanguardias en México, España y Argentina, dieron su adhesión
a otra proclama exaltada: el manifiesto “Rosa Náutica”, publicado en Valparaíso
18 Siqueiros y Orozco han reconocido su deuda con Charlot, Alva de la Canal aprendió de él la
xilografía, y por si fuera poco “el “redescubrimiento” de José Guadalupe Posada como artista “serio”
se debe a Jean Charlot, quien encontró sus grabados polvorientos en los talleres de A. Vanegas
Arroyo…” S. Baciu, Jean Charlot estridentista silencioso, Ed. El café de nadie, México, 1982.
95
96
en 1922, en la revista mural Antena. Junto con Actual y Prisma tejieron “una red
poética sobre las paredes latinoamericanas, de Norte a Sur”.19
Antena fue el resultado de los esfuerzos de dos poetas que no han tenido
mayor reconocimiento en la historia oficial de la literatura chilena. El viñama-
rino Julio Walton Hesse fue un entusiasta animador del ambiente artístico del
puerto. Poeta y dibujante, su incansable actividad generaba sin cesar revistas y
libros ilustrados. Organizaba una concurrida tertulia literaria en su casa. En la
década siguiente proseguiría su labor cultural en Santiago creando la “Casona
del escritor”. 20 En 1920 crea junto a Luis Roberto Boza y Pascual Brandi la
revista Siembra, "la más importante de Chile” según Sara Vial. “La revista prác-
ticamente se armaba en los altos del Bar Alemán, en donde tenía su taller de
publicidad el poeta Pascual Brandi, vecino al del pintor Camilo Mori, por lo
cual no era nada raro que las obras del pintor nacido en el cerro Santo Domingo
aparecieran reproducidas allí”.21
El gran amigo de Walton fue Neftalí Agrella, “poeta vagabundo, de cier-
tas ideas anarquistas, fundador de varias revistas, traductor de Apollinaire y
envidiado protagonista de un legendario encuentro con Marinetti en Nueva
York” (Scholz). Primer poeta del norte grande, Agrella había llegado al puerto
en 1918. Mientras trabaja como obrero gráfico se acerca a los escritores del cír-
culo del Ateneo de Valparaíso, del que llega a ser secretario de redacción. Parti-
cipa en la creación de la Asociación de Artistas de Chile con el escultor Macho
Vásquez, los pintores Carlos Lundstedt y Roko Matjasic, y los escritores Zoilo
Escobar, Alejandro Galaz, Jacobo Gutiérrez, Luis Enrique Délano y Jacobo
Danke. “Todo empezó en un pequeño bar que había en la calle Lira, adyacente
a la residencia de Zoilo Escobar, estos inquietos hombres planificaron la futura
Asociación de Artistas, que fue fundada de hecho en 1922.”22
Ese año fue según Borges, “la fecha iniciadora de una nueva era en las le-
tras». Aparece el Ulises de Joyce, El castillo de Kafka, The waste land de T.S.
Eliot, Siddharta de Hesse, Sonetos a Orfeo de Rilke, Imagen –libro ultraísta de
Gerardo Diego. En América, Trilce de Vallejo, 22 poemas para ser leídos en el
tranvía de Oliverio Girondo, Andamios interiores de Manuel Maples Arce…
En Chile Pablo de Rokha lanza Los gemidos y Alberto Rojas Jiménez crea
97
el grupo poético “Uremia”. En Europa y América se publican libros, se crean
revistas, se difunden manifiestos. En México, Actual n°2 aparece en febrero, el
n°3 en julio.
El 1° de noviembre Vicente Palés Matos y Tomás Batista publican el «Primer
Manifiesto Euforista» en Puerto Rico: “¡Hagamos una nueva historia, una nue-
va tradición, un nuevo Pasado! ¡Y los que detrás vengan que destruyan como
nosotros, que renueven! ¡Bienvenido el vértigo, el peligro, la locura! ¡Abajo las
mujeres románticas, el poeta melenudo, los niños llorones, los valses, la luna,
las vírgenes y los maridos! ¡Madre Locura, corónanos de estrellas!” Y al año
siguiente: “Va nuestro segundo manifiesto a todos los que sientan en sus venas,
aún caliente, la sangre primitiva de los antiguos y fuertes pobladores de nuestro
continente. Proclamemos la grande República Eufórica Americana”.23
En la América tropical las vanguardias nutren su moderna rebeldía con
la savia poderosa de los pueblos precolombinos y africanos. Entre el 11 y el
18 de febrero, en el Teatro Municipal de Sao Paulo tuvo lugar la “Semana de
arte moderno”, apoteósica eclosión del Modernismo. Este movimiento artístico
quiso crear una verdadera cultura del Brasil, liberada de los valores occiden-
tales; las vanguardias europeas debían ser asimiladas según las necesidades de
la realidad brasileña. La Semana reunió en lecturas, exposiciones, conciertos
y conferencias a pintoras como Anita Malfatti y Tarsila do Amaral, músicos
como Heitor Villa-Lobos, y escritores como Mario y Oswald de Andrade. 24
98
de asuntos DADÁ en Chile)– tal como aparece firmando su “folleto de compo-
siciones ultraístas y dadaístas” Metamorfosis, donde aparece “proclamado pre-
sidente DADÁ por Tristán Tzara en la proclamación universal de presidentes
en el “Salon des Indépendants”, París 1919”. El poemario –dedicado a Tzara,
“inventor de la lengua francesa” se abre con el manifiesto «Espiral»: “América,
equilibrio vacuno, repugna a DADÁ. La seudo solidez mental americana reirá
el chiste cien años después. América es simplemente abono. ESTAFA”.
¿Quiénes fueron esos firmantes? Según Nelson Osorio, “Martín Bunster
abandonó pronto el ejercicio literario”. Teillier cuenta que hacia fines de 1922
se produce una polémica en torno a Los gemidos. Alone y Silva Castro lo atacan,
García Oldini, Aliro Oyarzún y Neruda lo defienden. “Tercia entonces uno de
los autores del Manifiesto Agú, Martín Bunster, el que afirma que Pablo de
Rokha es un seguidor de Agú, ya que ellos reivindicaron por primera vez "El
sobresalto, el mordisco, lo espontáneo, la voz alógica..." “
Alberto Rojas Giménez nació en Valparaíso en 1900. "Lo rodea cierto pres-
tigio, sin duda, por ser uno de los fundadores de la afamada revista Claridad”,
y por haber huido “aún adolescente, con una muchacha" (Teillier). Es probable
que haya frecuentado la bohemia artística del puerto antes de trasladarse a San-
tiago, y que en ese ambiente encontrara a Agrella y Walton. Para de Rokha fue
un "hipante ángel demoníaco", y su vida bohemia trascendió quizás más que
su obra. Inició estudios de arquitectura, donde conoció a Paschín Bustamante,
el pintor que cambió su pasaje a París en primera clase por dos en segunda,
permitiéndole llegar a su idolatrada ciudad-luz. Allí vivió la escena artística,
escribiendo crónicas y críticas de arte. "He visto en Chile hombrecitos de jugo-
sos apellidos saquear e incendiar valientemente una biblioteca, empastelar la
imprenta de un semanario libre y les he vuelto a ver en París a estos mismos
hombrecitos entrar con timidez en un café de melenudos de Montparnasse y
pasar entre las mesas tropezando con las sillas y mirando hacia el suelo con el
aire de perros apaleados." De vuelta en Chile, ahogado por el ambiente local,
arrastra su bohemia cada vez más miserable de norte a sur, hasta terminar con
una muerte a la altura de su leyenda de poeta maldito. Una noche fatalmente
lluviosa de 1934 se encuentra bebiendo en la “Posada del corregidor”. Obligado
a pagar de alguna manera, deja su chaqueta en prenda y sale al encuentro de
una pulmonía fulminante.
Él fue quizás el contacto con Borges: "...Yo mantuve correspondencia con
Pablo Neruda, con Salvador Reyes y con Alberto Rojas Giménez, y publiqué
en Proa, a principios de la década de los veinte, los poemas que ellos me envia-
ban... Pero mi gran amigo epistolar en Chile fue Rojas Giménez.”25
25 “La última carta me llegó antes de su trágica muerte. Durante más de diez años nos escribimos
al menos una vez al mes. A través de él yo estaba al tanto de lo que ocurría en la literatura chilena.
¡Qué curioso nunca llegamos a conocernos personalmente! Claro, los viajes no eran fáciles por
esos tiempos. Rojas Giménez estuvo varias veces a punto de venir a Buenos Aires, y alguna vez
yo le prometí ir a Santiago, pero no era fácil cruzar la cordillera... Era un excelente poeta. En Proa
aparecieron algunos poemas de Carta-Océano, su libro. Cuando viajó a París escribió unas crónicas
muy lindas, que yo hice publicar en Buenos Aires, en la revista Nosotros. Era además un excelente
prosista. Yo no sé si se conserva lo que él escribió, ¿quizá se perdió todo? Me contaron que llevaba
99
Salvador Reyes llega en 1920 al puerto, donde conoce a Rojas Jiménez, y
con él la bohemia y la vida nocturna, que retratará en varias de sus novelas,
como Piel Nocturna –rebautizada Valparaíso puerto de nostalgia y traducida
al francés por Francis de Miomandre. Su novela de piratas Ruta de sangre será
calificada de obra maestra por Alone. Nacido en Taltal –otros dicen Copiapó–
en 1899, publica en 1925 el poemario Barco Ebrio. "Salvador Reyes ensaya en
Chile la poesía del mar, a la manera de Rimbaud y Tristan Corbière. Nos mues-
tra escenas de la vida nocherniega de Valparaíso, sus mancebías y bares, y de
los malecones, decorados de grúas y gaviotas, muchachas de vivir alegre que
sentían por los escritores, artistas y marineros, inesperados caprichos. Humo
y whisky”26. Fue diplomático, y Premio Nacional de Literatura en 1967. Borges
incluyó a Salvador Reyes en el Índice de la nueva poesía americana: «En Chile,
Reyes ensalza el cabaret y el viento del mar, un viento negro y de suicidio, que
trae aves marinas en su envión y en el cual las persianas de Valparaíso están
siempre golpeándose»
“…y aquellos sobre los cuales apenas nada sabemos, y sobre los cuales nos
gustaría saber más, ese “Pablo Christi” que huele a seudónimo, ese Marko Smir-
noff que también…”27. Más que un seudónimo, este Smirnoff fue un inmigrante
ruso que vivió en el puerto en esos años, trayendo consigo las ideas y el arte de
la revolución de 1917. Según Remenyik el «agitador» vivía con su madre en una
habitación donde acogían a otros emigrantes necesitados de techo (Los juicios
del dios Agrella). « ...cabe destacar –en el ámbito plástico– a un segundo inmi-
grante dentro del grupo que ha sido escasamente considerado por la crítica:
Marko Smirnoff, propagandista ruso que conocía bien la vanguardia de su país
y que habría motivado, de manera paralela al expresionismo, una migración de
referencias visuales desde el constructivismo».28
Oscar Chavez colaboraría con de Rokha una década más tarde en la re-
vista Multitud. Fernando García Oldini fue el poeta, periodista y diplomático
que mencionamos como defensor de los nuevos escritores desde las páginas
de Claridad. Colaboró también en Siembra con poemas y críticas musicales, y
más tarde en las Notas de arte de Juan Emar en La nación, junto a su esposa, la
pintora Sara Malvar. “La floración de su jardín se ha llenado de los versos blas-
femos de los poetas malditos”, escribió en Las últimas noticias Roberto Meza
Fuentes, a propósito de su libro Y dolor, dolor, dolor de 1919. “Amor… En la
mañana diáfana abandonémonos/ al claro regocijo de abismar los sentidos en
la vida sin fondo de las cosas pueriles; dejemos que se bañen de estupor las
pupilas/ ante el milagro trémulo del agua que sonríe…” Murió en Ginebra en
1965. Hoy funciona en Petorca la «Escuela Municipal Fernando García Oldini».
una vida bohemia. Una semana antes de su muerte yo recibí una carta suya. Le contesté, como
siempre lo hacía, pero no tuve respuesta... (De un diálogo con Roberto Alifano).
26 M. Latorre, La literatura de Chile, Universidad de BS. Aires, 1941.
27 Juan Manuel Bonet, Op. Cit.
28 Begoña Alberdi Soto, «La otra vanguardia: el expresionismo de Valparaíso en su revista Litoral»,
Revista Mapocho nº71, 2012.
100
Estos noveles creadores, recreando el eterno gesto juvenil de renegar la ge-
neración precedente, se enfrentan con sarcástica virulencia al medio cultural
chileno y al arte oficial. Atacan a críticos y escritores consagrados, señalan-
dolos con nombre y apellido –Alone, Pedro Prado, el grupo del anuario Selva
lírica–, enrostrándoles su desconocimiento de las vanguardias internacionales
y su estancamiento en un romanticismo caduco. Sólo reconocen la influencia
de Marinetti, Apollinaire y Huidobro.
Marinetti lanza su primer manifiesto en 1909, en el que proclama el culto al
peligro, a la energía, a la velocidad, exaltando la guerra, las fábricas, las grandes
urbes y sus multitudes, los autos, los aviones. De aquí la “futurista sensibilidad”
del manifiesto porteño, con su “corazón engranado al gran sistema nervioso de
las máquinas futuras”. De aquí también su antirromanticismo –y el “Chopin a
la silla eléctrica” de Maples Arce, que es un eco del “Matemos al claro de luna”
del italiano. Este vanguardismo belicista –una mezcolanza de nacionalismo y
corporativismo, misoginia y amor libre– terminará en fascismo militante, con
Marinetti voluntario en la guerra de Etiopía, y a sus setentaytantos años en la 2ª
guerra mundial, siempre apoyando incondicionalmente a Mussolini.
Apollinaire publica en 1913 el manifiesto La antitradición futurista de Mari-
netti; seducido por la “modernolatría” del futurismo, así como por la simulta-
neidad, las innovaciones tipográficas, las “palabras en libertad” y otros precep-
tos futuristas, también cantará a la ciudad, al progreso industrial y a la guerra.
“La influencia de Apollinaire en la Rosa Náutica es inmediatamente visible; el
Espíritu Nuevo, doblemente mencionado, “el ázoe que llena de ozonos salu-
dables los pulmones adolescentes”, es un lema acuñado por Apollinaire y fun-
damentado en su conferencia sobre El Espíritu Nuevo y los poetas.” También
este había comparado el arte y la artillería –metáfora que le costaría la vida al
ser herido por un obús en la 1ª guerra mundial–, así como Agrella y cía. “lanza-
ban a los aires las granadas maduras de sus ideaciones hiperlícitas…” E
El primer caligrama de Apollinaire, «Lettre-Océan» –Carta-Océano, como
el poema de Rojas Giménez– representa ideográficamente dos figuras con for-
ma de flor que tienen como centro a la torre Eiffel. “La torre metálica, la más
alta construcción del mundo, situada en el epicentro de París, convertida en
antena telegráfica que emite sus mensajes hacia los cuatro puntos cardinales del
planeta –dice Yurkievich–, es considerada por los poetas como el símbolo de
la nueva era”. Huidobro, por su parte, había publicado –en francés– su poema
Tour Eiffel en 1918, en el que habla de un pájaro que canta en las antenas telegrá-
ficas, del viento eléctrico de Europa, de la Rosa de los Vientos. Instalado en Madrid
desde ese año, “será uno de los desencadenantes más activos del Ultraísmo, como
lo reconocen Rafael Cansinos-Asséns y Guillermo de Torre”. Piensa Yurkievich
que el manifiesto chileno puede haber sido suscitado por las revistas ultraístas
que llegaron a Valparaíso, y por la influencia –más cercana– de Huidobro. Dice
uno de sus manifiestos –también en francés: “Hay que ser poeta para enhebrar
las palabras de todos los días en un filamento Osram incandescente…”
El formato de Antena –cartel y hoja volante– cumple la función de dirigirse
101
102
directamente al lector, saltándose la incomprensión de los críticos “esquimales”.
Este gesto, “que emana directamente –como señala Hugo Herrera– del objetivo
más reconocido y transversal de las vanguardias, el cuestionamiento de la rela-
ción arte/vida»29, se realiza paradójicamente a través de un lenguaje difícil de
digerir por el transeúnte común, lleno de alusiones francófilas, palabras raras
y metáforas alambicadas : «La insistencia en el deslumbramiento metafórico
torna su lengua demasiado artificial e indirecta», sostiene Yurkievich. Este
«paroxismo neologista» sería una influencia directa del Manifiesto Vertical de
Guillermo de Torre: «Apoteosis de Hoy: Vibración concéntrica del momento
poliédrico, al ritmo de las hélices cosmogónicas… Y una gavilla de relámpa-
gos verbales ilumina las rutas exaédricas, donde los púgiles poetas adámicos
viven la vitalidad de cada instante cultivando la antifilosofía de sus acrobacias
espontáneas».
Remenyik cuenta en su novela Vesz es Kaland (Peligro y aventura) que
Agrella, Walton y Smirnov constituían su círculo de amigos íntimos. Ferdi-
nandy piensa por ello que el manifiesto Rosa Náutica nació en ese círculo, y
que el aporte de Remenyik podría haber sido el conocimiento de primera mano
de las vanguardias europeas. Lázslo Scholz piensa que Remenyik tuvo una
importante participación, al notar ciertos errores ortográficos, como acentos
ausentes o mal colocados –corazon, Cárlos–, frecuentes en sus obras castella-
nas. Por su parte Nordenflycht desestima este argumento : los errores serían
erratas de imprenta, ya que el Cartel nº III de Remenyik «tiene un tono muy
diferente a Rosa Náutica, lo cual nos inclina a pensar que Rosa Náutica tuvo
como principal redactor a otro de los firmantes, más allá de los aportes que
pueda haber realizado Remenyik”30. Este sería Agrella, cuyos hai-kais de esa
época habrían tenido el mismo humor burlón. “No obstante, lo que sí parece
importante reconocer es el aporte activista de Remenyik, que va a dar un sello
particular a la vanguardia porteña y que en el ámbito nacional va a incorpo-
rarse en fecundo diálogo con la poesía de raigambre popular de De Rokha,
a partir de U en 1926.” A Ferdinandy le debemos el rescate del manifiesto de
entre los papeles de Remenyik que quedaron en poder de su viuda, junto con
su libro «porteño» –La tentación de los asesinos– y su libro «limeño» –Las tres
tragedias del lamparero alucinado. “(Rosa Náutica) forma parte de esos mani-
fiestos latinoamericanos, hoy difíciles de hallar (…) en este caso encontrado en
Budapest al fondo de las maletas de un escritor húngaro”.
Debajo de la lista de firmantes puede leerse: “Cartel publicado por la Edi-
torial Tour Eiffel”–Valparaíso…” La torre cantada por Cendrars, Apollinaire
y Huidobro, “situada en el epicentro de París, convertida en antena telegráfica
que emite sus mensajes hacia los cuatro puntos cardinales del planeta , es
considerada por los poetas como el símbolo de la nueva era” (Yurkievich).
29 Hugo Herrera Pardo, «`Próximo a publicarse´. Sobre los paratextos sin texto de la vanguardia de
Valparaíso», Chancacazo, Stgo, 2014.
30 Adolfo De Nordenflycht, “La vanguardia de Valparaíso: expresionismo de/en la periferia”,
Estudios Filológicos 47, 2011
103
En la página opuesta aparece la siguiente declaración: «En Junio aparecerá el
primer número de nuestro ideario de Arte y Literatura actual, TOUR EIFFEL ».
104
105
Dos caligramas aparecidos en la revista Elipse.
106
Sostienen los nuevos poetas que toda la literatura sudamericana carece de
vitalidad, exceptuando a Argentina, “que marcha hoy a la vanguardia”. La lite-
ratura está estancada en la vulgaridad y el arribismo por la “estupidez local o
territorial” de los escritores oficiales y consagrados. “Por muchos signos, este
estado de cosas toca a su fin. Nosotros aceleraremos su caída con nuestras
punzantes rebeliones, que no son sino el resultado de nuestra juventud.” Estos
jóvenes saben que su acción renovadora será a su vez reemplazada por la de
sus sucesores. Por lo pronto su programa incluye conocer a fondo las nuevas
“perspectivas artísticas”: “Ya, entre nosotros, existe una pequeña preparación
comprensiva de las nuevas teorizaciones. Conjuntamente, existe también un
prejuicio, resultado de la epidérmica interpretación de algunos: que los nuevos
poetas, participantes de aquellas exigen que todos formen parte en las nue-
vas columnas, impulsados por un proselitismo capcioso; que aceptan todas las
escuelas por snobismo, sin comprender ninguna. Eso y algo más ya se ha dicho,
en contra nuestra.”
Después de proclamar la necesidad de “una renovación total de nuestro
Arte y de nuestra literatura”, se alinean –en el lenguaje abracadabrante de Rosa
Náutica– con las vanguardias europeas: “El Ultraísmo español, ya cosmopoli-
tizado, quiere decir esto, es decir, enmarcar nuestras subjetividades, no en el
claroscuro romántico y extático, sino hacerlas vivir vida propia dentro de los
subplanos del lirismo noviespacial y tetradimensional. Pero advertimos que,
dentro de nuestra órbita ecléctica, tienen y tendrán cabida desde las polirrít-
micas mecanizaciones futuristas hasta las inquietantes y subterráneas transgre-
siones dadaístas que llevan en sí el germen de la futura estética de lo Absurdo.”
En agosto “Tour Eiffel” lanza su primer libro en castellano de Remenyik La
tentación de los asesinos– escrito en Valparaíso entre el 26 y el 29 de diciembre
de 1921, según el manuscrito encontrado entre sus papeles junto con dos ejem-
plares del libro, sus hojas de publicidad y una crítica –en muy mal estado, con
hongos, marcas de pasos y desgarrones, roídos por las ratas. El libro fue im-
preso en la “Imprenta Viñamarina” por Amador Basualto R. y Cárlos Ramírez
B., el tipógrafo vanguardista que había firmado Rosa Náutica y colaborado en
Elipse. «El tiraje fue de 500 ejemplares, 450 en papel de diario, recubiertos con
cartón verde, ilustración de la cubierta en rojo, la de la página de guarda en
blanco y negro; 37 ejemplares en papel-cartón, con cubierta celeste, en estos
ejemplares las ilustraciones y los caracteres son rojos. Por último 13 ejemplares
fueron puestos en venta con la firma del autor y del dibujante.» 33 Esta singular
edición constituye para Hugo Herrera «una reducción de la distancia alienante
entre materialidad y textualidad» y por lo mismo, «un ataque directo contra
el copyright y su imposición de una inmaterialidad trascendental, inmutable y
perpetuadora, sometida a las leyes del mercado».
Una de las hojas publicitarias fue reproducida en la edición de Iberoameri-
cana. En las variadas y bellas tipografías de la Imprenta Viñamarina podemos
leer: “…Tour Eiffel presenta a Zsigmond Remenyik, escritor activista húngaro
33 Ferdinandy, Op. Cit.
107
Cartel publicitario para La tentación de los aasesinos!, Valparaíso, 1922
108
y al dibujante mexicano Jesus Carlos Toro con el libro extraño La tentación de
los asesinos…”
Ciertamente extraño, especialmente en el puerto de aquél entonces, este
poema narrativo –o “epopeya” expresionista– no vendió ni un ejemplar. La
historia fluye como el viaje onírico del héroe –un alucinado asesino revolucio-
nario– entre coloridas visiones metafóricas34. Como buen héroe expresionista,
es un ser sediento de vida y de justicia, atormentado por una sensibilidad exa-
cerbada hacia el drama humano y natural: “Me siento arriba de las montañas, y
oigo las voces, los gritos de la naturaleza!” –eco del grito que escuchara Edvard
Munch unas décadas antes en los orígenes del expresionismo pictórico. Al igual
que su creador, el asesino también había viajado desde las lejanas tierras del
este, anunciando y propagando la revolución. Nuevo Maldoror –enemigo y a la
vez benefactor de la humanidad–, es un Zarathustra revolucionario que baja de
la montaña a apurar el gran mediodía con el fuego y los cuchillos, superhombre
que puede subvertir el orden humano y el orden natural: “Y arrebataba las oril-
las del río, rompía las raíces de las islas y variaba el órden de la naturaleza!”
El libro está enteramente escrito en este tono profético, lleno de imágenes
atroces en su belleza. “Vinieron animales salvajes, lobos y osos, pero vieron sus
ojos terribles en los que traía dos cuchillos y una media luna con siete estrellas,
arrancaron hacia sus cuevas y aullando comiéronse sus criaturas espantosa-
mente”. Cada capítulo es una parábola visionaria surgida del inconsciente de
Remenyik, que se transfiguró poéticamente en este exaltado profeta activista:
“El era libre! Con la naturaleza de los lobos, habiendo sido su padre un sepultu-
rero y su madre tenido la señal de los mártires! y él era uno en Jesús, y con rotos
vestidos cómo pasó a traves de las colinas, quien no podía perder nada ya!”
Llegado a estas nuevas tierras el asesino escala “montes oscuros”, atraviesa
desiertos y selvas vírgenes –pobladas de guerreros de los siglos pasados–, baja a
los valles y finalmente al mar. “Los tres primeros capítulos constituyen una ten-
tativa para orientarse en este mundo nuevo que es Chile” (Ferdinandy). Luego
llega donde unos músicos “de cabezas tristes y pechos inclinados” tocan alegres
canciones, “pero sentado en sus ojos estaba el hambre!” El asesino los incita
a rebelarse contra el patrón. Los músicos dejan sus instrumentos y lo siguen.
Prosigue Ferdinandy: “No es difícil reconocer en esta escena a los artistas al
servicio del orden establecido que cantan, hambrientos, en vez de utilizar sus
fuerzas para transformar el mundo…”.
Sigue su camino hasta que siente hambre y entra a un establo donde comían
unos peones “de caras destrozadas”. Los explotados comparten su alimento con
él, hablan un rato de miseria, trabajo, salvación, y se duermen agotados. Él sale,
prende fuego a los graneros, y despierta a los peones diciéndoles que ocupen
las casas del patrón y trabajen por su propia felicidad. “Este es el rol del artista
según el credo expresionista: la enseñanza de la revolución”.
En el capítulo 7 nuestro superhombre llora dolores humanos, por sus
34 Cuenta Jószef Goldstein –amigo de la infancia de Remenyk y luego de Bs. Aires–, que en una
discusión, “Sziga” se había levantado, “pálido pero decidido”, diciendo: “Un día tendré que matar!”
109
padres muertos y sus compañeros presos, el imposible futuro de vida y bel-
leza: “Y vio vírgenes muertas que le miraban, y que habían sido fructíferas!”
Su camino lo lleva a un convento: de la infancia de Remenyik entre los curas
surgen imágenes de enfermedad y muerte, cuervos negros, hongos venenosos,
cuevas de serpientes. En un sótano, los monjes “comían el cerebro y el corazón
de la humanidad”, entre cadáveres y sangre coagulada. El asesino, sacándose
las entrañas y dándoselas a comer, les anuncia que morirán en la revolución
inevitable.
Finalmente, después de dejar a los ahorcados tratando de concebir con las
mujeres estériles al hombre del futuro, llega a la ciudad: “Los trabajadores con
sus manos rotas y los niños pequeños llorando de hambre y las hijas de la
noche”. Entonces destruye la civilización, las fábricas, las ciudades, las igle-
sias, los palacios de los ricos, para celebrar el éxtasis de la comunión con la
naturaleza, mientras sale el sol y bailan los árboles: “Ved! Somos todos de la
misma materia! Somos hermanos de los animales, de los árboles, de las flores
y yerbas!”
Ferdinandy y Scholz afirman que el diario La Estrella de Valparaíso publicó
una reseña de La tentación…, y citan párrafos, aunque nosotros, al revisar di-
cha publicación en la biblioteca Santiago Severín, no la pudimos encontrar
en todo el año 1922. Hugo Herrera sugiere que el artículo puede haber for-
mado parte de un suplemento literario que no se conservó. Las modernísimas
tendencias de la literatura: el activismo declara que el grupo de Valparaíso
tenía “un vasto y valioso programa accional” cuando Remenyik les entregó dos
obras inéditas. Decidieron lanzar la colección con una de ellas para probar que
la vanguardia había ganado hace tiempo derecho de ciudadanía en Europa, no
siendo desconocida más que en Chile. “Este cuaderno de 16 páginas, por su
estilo, su forma y hasta por su impresión, extrañará a quien está habituado a los
libros corrientes, de la literatura usual. Su autor, el escritor Z. Remenyik perte-
nece a los más libres de los intelectuales de la nueva generación de su país…”
El libro, “rotundo y verdaderamente original” fue publicado para “demostrar
que las literaturas libres: cubismo, futurismo, creacionismo, ultraísmo, acti-
vismo, expresionismo, atraccionismo, etc. son una cosa definida sólo que aquí
no entendida y apreciada, pero que allá en sus respectivos países de origen
(Francia, Italia, España, Hungría, Alemania), constituyen la literatura que en
un muy próximo mañana sustituirá inevitablemente, a las desgastadas expre-
siones estéticas y los estrujados conceptos literarios en uso (…) Conjunto con
este primer libro, se publica un Cartel III, en que el autor del libro expone
líricamente su espíritu complejo y extraño y que revela la reciedumbre tanto
conceptiva como experiencial de los escritores activistas”. El artículo termina
con una exposición de los principales rasgos del activismo húngaro de Viena.
Posiblemente Ferdinandy lo encontró entre los papeles de Remenyik, pues lo
cita extensamente. Afirma haber encontrado ahí el mencionado Cartel Nº III,
una hoja impresa sin firma, probablemente “destinada a facilitar el trabajo de
los críticos”.
Se trata de una página dividida en cuatro párrafos numerados. “El primero
110
es la visión de la creación artística”: las serpientes de su sangre, que se alimen-
taron del corazón del artista, al salir hacia el mundo, lo debilitan y lo acercan a
la muerte. “El segundo párrafo es el elogio de la vida: el arte no es más que “un
jinete pálido y castrado” comparado con la vida de los anarquistas, de los va-
lientes”, que deben purificarse para cambiar la vida –idea que Remenyik habría
tomado del manifiesto de Kassák “A los artistas de todas las tierras”. En el tercer
párrafo el autor lamenta las dificultades de comunicación que experimenta en
Chile: “Mis palabras primitivas en esta tierra donde no podía hablar yo bien…”,
y reafirma la primacía de los hechos sobre las palabras. “Finalmente, el último
párrafo es la confesión de la confusión que reina en el espíritu del joven aventu-
rero.” Ferdinandy considera a este cartel como una denuncia de su aislamiento
y miseria, y de la inmoralidad de los poderosos; como un enredado manifiesto
que intentaba iluminar las relaciones del autor con el mundo circundante, la
creación y sus deberes hacia la vida. Por su parte Schwartz ve la influencia de
Nietzsche en la negación de Dios y la exaltación del superhombre: «Tanto en
el estilo como en el contenido, el Cartel nº III se distingue de todos los otros
manifiestos del continente. Redactado en primera persona, muy emotivo, lleno
de imágenes onírico-simbólicas, se parece al libre flujo asociativo de tenden-
cia surrealista. Predominan las imágenes bíblicas, cierta estética feísta y de la
belleza del mal, características del expresionismo alemán. El poeta es descrito
como un ser poseído, profético, obligado a elegir entre el arte y la vida, el dis-
curso y la acción, optando por esta última. Hay una visión nihilista, en la cual
el anarquismo aparece asociado con un fatalismo apocalíptico».35
111
Dos grabados de Jesús Carlos Toro, aparecidos en 1924 en las Notas de Arte del diario La Nación, y en la revista Nguillatún de Valparaíso
112
combativa del grabado en Valparaíso, desde el “Aktivizmus” de Bortnyik hasta
la escuela del querido maestro de la estampa porteña.
Pero acerca de su lugar de nacimiento, cuando llegó a Chile, si volvió a
México o se quedó acá, donde aprendió el grabado –si es que estudió arte–, o
si tuvo contacto con los artistas estridentistas… Ni rastro. En Chile nadie sabe
nada; preguntamos a varios artistas mexicanos, incluido uno experto en histo-
ria del grabado en México, y no se pudo averiguar nada. Nos queda el testimo-
nio de Remenyik: ”J. C. Tóró era un mejicanó, pintor i dibujante, que su pádres
nunca há conocidó; él era un biscó, se alojába ordinariamente en la cása de los
Smirnov, a comér se há idó al puertó, donde lavába plátos i limpiába pézes en
lás cocineriás por almuerzós i comidás!”
Las ilustraciones para La tentación… constituyen un hito en la historia de la
gráfica en Chile. Asimilando el influjo estético de la vanguardia centroeuropea
en el Valparaíso cosmopolita de los años 20, un artista mexicano creó una obra
poderosamente original. Toro supo leer tan bizarro texto y crear imágenes de
una intensidad equivalente: el perturbador emblema de portada que parece un
signo mágico, y la magistral ilustración de la página de guarda: visión simul-
tánea de las múltiples escenas del libro, condensadas en un único fresco divi-
dido según la geometría vanguardista.
113
114
Ilustraciones del autor para Los muertos de la mañana! y Las tres tragedias del lamparero alucinado!
sobre los boletos, y su cintura con su miembro deja en la cama de su mujer!”
Imaginería nítida de un delirio anclado en la realidad, en las calles sufrientes
del puerto, en las aventuras latinoamericanas de Remenyik –bebiendo con gau-
chos e indios en un boliche fronterizo, o pegando carteles con sus compañeros
de agitación. Delirio consciente de uno que vivió la miseria, y que siente como
propia el hambre de su prójimo: “los que no tienen que comer ni beber andan
por la calle con ansuelos largos en sus manos para pescar los espectros de la
media noche, que tengan para el desayuno algo para comer!”
Ferdinandy, al comparar La angustia! con La tentación…, concluye: “El caos
es más completo”. Son ocho capítulos, numerados del 0 al 7, con una libre dis-
posición tipográfica de líneas y párrafos. En el capítulo 4 se inicia algo como
una historia; una cabrona gorda vende una virgen a un grupo de marineros
borrachos, luego esta se refugia en el cementerio donde conoce al cerrajero
que tenía que arreglar la puerta de hierro: “No voy a abrirla nunca jamás!” Se
van juntos, la angustia pasa, pero Remenyik queda sentado sobre los burdeles
“CON TODAS LAS TRAGEDIAS DE LA VIDA DE LA HUMANIDAD”.
La tercera epopeya –“Los muertos de la mañana”– se inicia como un drama
que quiere salir de los teatros a “las calles públicas y abiertas”. Remenyik pre-
senta a los personajes: “al cojo panadero, la hembra, el médico, los conventille-
ros”, “y la muerte y la morgue, los cinco muertos y al conventillo”. Una de esas
viviendas populares que Remenyik habitó también en Buenos Aires o Lima, el
conventillo “La unión” es aquí más que un decorado. Es el trágico espectro del
mundo pobre del puerto; un personaje principal derruído y hambriento –“las
paredes abren sus estómagos”– del drama llamado Valparaíso: “La TRAGEDIA
ocupa las calles y conventillos”, azota esos habitáculos atroces de la precariedad,
donde sobrevivían a duras penas los desheredados de la sociedad porteña.
"...según Gilberto Harris, la inmigración extranjera fue, en parte, de "prole-
tarios, aventureros, desertores y deudores"37. Remenyik, uno de esos aventure-
ros, llegó con la experiencia de una revolución aplastada y su anhelo de justicia
social aún vivo, al puerto donde el pueblo lo acoge generosamente; él se duele
de su condición miserable. La pobreza que conoció en Valparaíso debió ser más
extrema que la de Budapest o Viena: se cargan las tintas y todo es más deses-
perado, el hambre de los “rótosós y piojentós”, los bichos, el hedor, los conta-
gios: “EN EL CONVENTILLO “LA UNION”. Aquí vive la PESTE! Aquí come y
duerme en los catres grazosos, colgando sus banderas hediondas por la pared!”
Los hacinados conventillos eran caldo de cultivo para las frecuentes epi-
demias que diezmaron la población en el siglo XIX y comienzos del XX.
"Hay en abundancia ratas, zancudos, pulgas, mosquitos y arañas, todos
estos precursores de la peste bubónica"38.
El agua era escasa e insalubre, las lavanderas colgaban en los patios la ropa
de la gente acomodada, y en los charcos de las lavazas se podrían los excremen-
tos y orines de humanos y animales junto con la basura. “La opinión pública
37 María Ximena Urbina Carrasco, Los conventillos de Valparaíso (1880-1920), Ediciones
Universitarias de Valparaíso, 2002.
38 Urbina, Op. Cit.
115
asoció los conventillos y ranchos con el origen de las epidemias. Las autori-
dades buscaron fórmulas para que las basuras y aguas servidas de las partes
altas no contaminaran el plan, intentando separar ambas ciudades: la sana y
rica respecto de la enferma y pobre.”39 La oprobiosa segregación continuó y las
fórmulas de las autoridades siguieron sin solucionarla. Remenyik sabe que la
única salida a la espantosa pesadilla de la miseria es la acción directa: ocupar
las calles, las panaderías, los hospitales, recuperar la vida.
En el conventillo “La Unión” viven –extraños engendros– el panadero cojo
y su mujer. Ella, con una risa de calavera equina, le reprocha la pobreza en que
viven, se burla de él: “tengo cien amantes, y yo te voto, para qué sirves tú? mi
sangre es de puro alcohol, soy libre!” Por entre las ruinas de paredes y puertas
aparece el coro trágico de los conventilleros, gritándole: “ella! duerme junto con
tu amo! con el gordo de la panadería! y nosotros! en la miseria!” Y lo incitan a
matar a la yegua expiatoria: la hembra indomable. Los conventilleros solo ven
en ella a la puta que se vende al patrón y no piensa en la pobreza de los demás; la
culpan de todo como a una nueva Ramera del Apocalipsis. Pero es en realidad
la hermana espiritual del asesino panteísta de la primera epopeya –ella tiene la
luna de plomo bajo sus ojos, aquel la tenía en sus ojos junto con las estrellas.
Con su femineidad desbordante y telúrica ella amenaza al orden burgués con la
pérdida de los límites: “mi cuerpo es de las colinas y valles y mesetas, mi matriz
cubre al cielo como una alcoba oscura del deseo”.
En un ambiente definitivamente apocalíptico Remenyik termina excla-
mando: “El fin del mundo llegará junto con mi muerte!” Las escenas se suce-
den como fantasmagorías macabras: panes batidos que forman colinas ante las
cuales pasan los hambrientos. “y los miserables ante la panadería ¡oh terrible
es!” –dice el panadero de ojos anisados. Luego, atravesando la noche delirante
de un puerto condenado, la búsqueda de la hembra –siguiendo a grandes lobos
verdes–, hasta encontrarla en el burdel.
Ferdinandy considera que esta es la más lograda de las tres epopeyas, al
presentar una narración más coherente y un simbolismo más claro: el panadero
y el médico son los seres que pueden salvar a la ciudad, pero son dos burgueses
que “no se deciden a actuar sino cuando se ven atacados en su propia carne, por
intermedio de sus compañeras, que cumplen el rol de cordón umbilical entre el
hombre y las realidades de la vida”. Entonces los dos salen a las calles, decididos
a detener a la peste y las fuerzas de la opresión.
Nordenflycht destaca acertadamente el carácter irracional de la propuesta
artística de Remenyik, basada en una crítica a la realidad concreta del puerto en
esos años: «Una ciudad de la modernidad periférica que es el Valparaíso de la
oligarquía burguesa que ya experimenta la decadencia comercial a causa de la
apertura del Canal de Panamá y la política de sustitución de las importaciones
que se vislumbra después de la Gran Guerra Europea, que en los textos de
Remenyik se muestra desierta, fantasmal, sufriente, escalofriante; un puerto
que por las noches suelta sus demonios mientras la peste asola la ciudad. Junto
a la crítica social, la escritura de raigambre expresionista de Remenyik despliega
39 Urbina, Op. Cit.
116
una estética de lo grotesco, la desolación, la angustia, la alienación de unos
protagonistas trashumantes que se corresponden con unos escenarios urbanos
cuya arquitectura se orienta a ser una proyección de la interioridad de los per-
sonajes sin importar la lógica constructiva de los espacios». 40
117
esquina! pegaban en las calles los carteles de la función siempre postergada de
sus esperanzas!” La misión del artista –“oficio transcendental”– es superar el
realismo, socialista o no; alcanzar una torturada visión cósmica inspirándose
en la vida de la humanidad sufriente : “mis pies estan en la tierra, pero yo me
clavo el craneo con las tachuelas de oro del decorado celeste!” La creación artís-
tica nace desde el cuerpo en comunión con el universo: “mi cuerpo es un gran
arco que toca el violon de la eternidad!”
Aquella épica maleta guardaba aún un pequeño tesoro: la copia mecano-
grafiada del “poema vanguardista” El aullido de las rameras, de Julio Walton,
fechado el “1-2 Agosto, 1922”. « El manuscrito, después de unas peripecias ver-
daderamente surrealistas, recabó en los fondos de la Biblioteca Nacional de
Hungría, en Budapest.” 41 Llevaba la siguiente dedicatoria : «Para que Segis-
mundo Remenyik se acuerde que en Chile hay dos hombres: Agrella y yo».
Capítulo perdido de la olvidadiza literatura chilena, este poema –rescatado
gracias a la amistad del viñamarino y el húngaro– representa la floración sub-
terránea del expresionismo en Valparaíso. El fantasmagórico submundo del
puerto evocado aquí es el lado oscuro de «las modernas ciudades de usinas
acezantes» que tanto entusiasmaban al futurismo de Rosa Náutica; imágenes
macabras de putrefacción y muerte que hacen pensar en Trakl o Heym, en la
ciudad apocalíptica de los más desesperados poetas expresionistas.
«Grandes
pirámides
de muslos tatuados se entrelazan
118
los mediocres ahogando los ímpetus de tu corazón. –No hables alto, porque si
lo haces asustarás a los imbéciles.»
Sin imitar servilmente el estilo de su amigo, Walton encuentra su propia voz
para articular el grito de su conciencia rebelada, sin importarle ya los imbéciles.
Su protesta es más visceral que política. No moraliza ya que es uno más de los
que buscan satisfacción entre las prostitutas y el alcohol, pero sabe que este
mundo oscuro, en el que fosforecen las visiones verdes y violetas de la enfer-
medad, es consecuencia de una sociedad injusta e hipócrita: «…¡aú! Repica la
lengua mohosa de las rameras tintineando en los cristales empañados de las
CASAS BURGUESAS! (…) La mujer honrada usa una máscara podrida…»
En los conventillos porteños la prostitución era la alternativa laboral para gran
cantidad de mujeres, y el alcohol, la letal anestesia para las miserias de la vida.
Walton empatiza con las rameras, las ve como víctimas del orden social –y de la
violencia de los proxenetas– , añorando un mundo donde la sexualidad vuelva
a ser un goce natural, no mancillado por el dinero, libre: «el simio en las selvas
africanas escucha ensimismado el ¡aú! ¡aú! ¡aú! ¡¡LIBERADOR!!»
Sándor Bortnyik pintó varios cuadros titulados “El lamparero”, imagen fre-
cuente en el activismo húngaro. La lámpara es la luz de la justicia en un mundo
oscurecido por la miseria, la explotación y la ignorancia; la luz exultante del
arte vanguardista, de la vida nueva. Los jóvenes de Rosa Náutica encendían “las
linternas sordas de nuestras emociones acrobáticamente lógicas”. En la obra
chilena de Remenyik la lámpara es un símbolo fundamental. “La tentación...”
habla de grandes lámparas verdes que viajaban como peregrinos cansados,
seguidas por el asesino sediento. En La angustia! son las luces turbias de la
noche y el delirio: hay un suicida sobre un puente “CON 3 LAMPARAS DE
COLOR CAFÉ!”. Y en “Los muertos de la mañana!” las lámparas encendidas en
los conventillos y en las manos de una multitud trágica son la esperanza en la
hermandad humana que puede vencer a la injusticia y la enfermedad.
En diciembre de 1923 la editorial limeña Agitación publica sus obras escritas
en Valparaíso bajo el título Las tres tragedias del lamparero alucinado!, con una
cubierta diseñada y dibujada por el autor. El libro no indica número de ejem-
plares ni impresor; está impreso en papel de diario, con caracteres pequeños y
borrosos en páginas sin guillotinar y pegadas a una tapa de cartón rojo. “Las
Ediciones Agitación son desconocidas hoy en Lima” –asegura Ferdinandy en
1968–. “Ni en el Perú, ni en los papeles del autor hemos podido encontrar el
más mínimo eco suscitado por esta publicación”, aunque reconoce que Luis
119
Alberto Sánchez y Magda Portal42 recuerdan al húngaro y sus actividades
literarias. Remenyik había llegado a Lima a fines de 1922. En Perú nuestro autor
siguió colaborando con publicaciones húngaras, aunque su principal ocupación
fueron los negocios ilegales. En Peligro y aventura cuenta la historia trágica de
su vida limeña. Conoció a una pobre muchacha arequipeña de origen indígena,
Aguida Aranibar y Reyes, que trabajaba como empleada en una casa burguesa.
“Poseía toda la dulzura, la paciencia y la tranquilidad de su raza”. Se enamora-
ron y ella huyó de la casa de sus patrones para vivir con Remenyik. A los pocos
meses quedó encinta, pero muy pronto se le declaró una antigua tuberculosis –al
parecer una fatalidad hereditaria. Se debilitó mucho durante el embarazo, hasta
que dio a luz a una niña. Aguida quería casarse, que la pequeña fuera bautizada,
y sufría más creyendo que su enfermedad era un castigo divino por sus pecados;
Remenyik no era entusiasta de esos ritos católicos, y la niña murió sin ser bende-
cida. La novela narra como el húngaro envolvió a su hijita, la puso en el pequeño
ataúd y la llevó al cementerio, donde un sepulturero negro le explicó –como
había predicho Aguida– que debían enterrarla fuera del cementerio. Sigue el pe-
noso relato de la enfermedad de la muchacha, el peregrinar por sanatorios de la
montaña y la costa, hasta su muerte en el hospital y el entierro: “Yo sabía que el
señor volvería” –le dijo el negro. Era el día de la independencia nacional. “¡No se
aflija señor, vuelva a la ciudad y festeje lo más grande que puede ofrecer la vida,
la libertad!”
Esto ocurría en 1924. Al año siguiente Occidente publica “El duelo de los
sepultureros”, prosa vanguardista en húngaro. A principios de 1926 Remenyik
retira sus ahorros y vuelve a Hungría, luego de trabajar en la construcción del
ferrocarril en Sudáfrica. “En octubre de aquel año, en el primer número de la
mítica revista Trampolín –renombrada Hangar para el segundo, Rascacielos para
el tercero y Timonel para el número final, Magda Portal le dedica un sentido
texto de despedida…”43
La experiencia sudamericana permanecerá en su vida como la más verdadera,
la que dejó la impronta más profunda en su obra. “Tengo que confesar que a pesar
de las duras pruebas, sufrimientos y luchas nunca, en ninguna parte fui tan feliz
como en ese periodo de mi vida. Me sentía en mi ambiente: vivía entre trabajadores
manuales, pescadores, leñadores, fogoneros, peones de las plantaciones, y si evoco
la humanidad, la honradez que llenaban sus almas sencillas, tengo la impresión
que hasta hoy es su recuerdo que me sustenta la vida”. Az idegen (El extranjero).
42 Magda Portal y Serafín Delmar animaron la vanguardia peruana en la década del ’20. «Sufrieron
persecución política, encarcelamiento y destierro al participar activamente del APRA (Alianza
Popular Revolucionaria Americana). El Manifiesto Bandera, publicado en 1926 en la revista
Rascacielos, declara: « NOSOTROS logramos el milagro de haber hecho vibrar la simpatía ideológica
de los hombres nuevos de Chile, después de una tradición de mutuos odios babeados de blasfemia
contra los derechos sagrados de la humanidad –nosotros no debemos nada al pasado… ». Claudia
Apablaza, Op. Cit.
43 Hugo Herrera, Op. Cit. Hemos incluído dicho texto en el apéndice al final del libro.
120
Portada de Las tres tragedias del lamparero alucinado! diseñada por el autor.
121
14. Epílogo
122
le reportó más amarguras que satisfacciones: «Considero mi obra un esfuerzo
vano y sin resultado alguno. He vivido en vano y he trabajado en vano –ésta
es la verdad45». Pero su mensaje traspasó las barreras lingüísticas y llegó a un
pequeño pero entusiasta grupo humano que lo acogió como al profeta criminal
de su epopeya. La heroica tribu de artistas pobres del puerto le enseñó la soli-
daridad y la bohemia; ellos asimilaron las enseñanzas del húngaro y su maleta
prodigiosa. Juntos emprendieron la lucha con sus armas ingenuas –palabras,
pinceles– pero no pudieron cambiar este “mísero mundo”.
Según Scholz, la vanguardia porteña –grupo menor– le dio a Remenyik un
valor exagerado, tomando a un escritor marginal de la periferia europea por
un representante del centro de la nueva cultura. Y a su vez el húngaro al volver
a su país “les asignó a varios miembros del grupo de Valparaíso una impor-
tancia que seguramente no tenían en el contexto continental latinoamericano.”
Aunque sus miembros no hayan sido “canonizados” por la crítica ni la acade-
mia, nosotros pensamos que el movimiento Rosa Náutica constituyó un po-
tente fenómeno cultural que produjo –además de páginas que merecen mayor
atención– una renovación enriquecedora de las letras y las artes en Chile. En
especial la ilustre tradición del grabado en Valparaíso no sería lo mismo sin la
influencia del Aktivismo y el Constructivismo que llegó con Remenyik y Smir-
noff. La obra «porteña» del húngaro, desenfrenada y errática, creó sin embargo
imágenes memorables de esa “belleza convulsiva” que quería André Breton, y
dejó en Chile y Perú la semilla de su alucinada y fraternal rebelión.
45 Önéletrajz.
123
124
APÉNDICE1
p. m.
125
Este
libro
fue imagina-
do allá por el
2011; pasados los
años y sus obstáculos
pudieron empastarse los
1500 ejemplares impresos en
abril de 2016. Fue diseñado en los
Talleres Inubicôndores del cerro
Artillería en Valparaíso durante el
mes de marzo, 94 años después que la
hoja vanguardista Antena volara por los
aires porteños y que el activista errante
desmenuzara la tragedia a la luz de sus
lámparas delirantes en una pieza de
avenida Pedro Montt. Sean estas
páginas como la casa que alucinó,
“con todas puertas abiertas, con
letras y signos verdes en su
frente y con una bandera
negra contra el viento!
y tendre mis puertas
siempre abiertas”