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Ediciones del Caxicondor, 2016.

La tentación de los asesinos!: primera edición Editorial Tour Eiffel,


Valparaíso, 1922.
Las tres tragedias del lamparero alucinado!: primera edición Editorial
Agitación, Lima, 1923.
Segunda edición: Iberoamericana, España, 2009.
ISBN: 978-956-9507-01-4
Este libro ha sido financiado por el Fondo del Libro, modalidad
Investigación, convocatoria 2015, en el marco del proyecto
“Sobre lejanos puertos anclan los buques del viento. El movimiento
Rosa Náutica y su irradiación a la vanguardia húngara de entreguerras”.
El postfacio ha sido redactado por Cristian Olivos Bravo a partir de
la investigación realizada en conjunto con Jorge Muñoz Sougarret.
La portada es un grabado en linóleo de Chanchano Libos, libre-
mente inspirado en un diseño original de Remenyik. Las ilustracio-
nes son linóleos de Chanchano, exceptuando el frontispicio y la pri-
mera ilustración de La tentación..!, que son de Jesús Carlos Toro, así
como el frontispicio de La angustia!
Diagramaron Felipe Moncada y Eduardo Aravena. En su composición
se utilizaron las tipografías Australis y Minion Pro, en sus versiones
regular, cursiva y negrita.
El Caxicóndor agradece calurosamente a Eduardo Aravena y Perro
Sur, Felipe Moncada e Inubicalistas, Harol Bustos y Taller Cerro,
Macarena Cebrián y Fundación Huidobro, Gladis Yurkievich, Alejan-
dro Olivos, Juan Esteban Ramos, Ernesto Guajardo, Cristóbal Gaete,
Hugo Herrera, Patricio Lozoya, Archibaldo Peralta, Carlos Carroza,
Jovana Skarmeta, Ernesto Pfeiffer, Cristián Warnken, Gonzalo Cata-
lán, Mº. Ximena Urbina, Begoña Alberdi, Patricio Lizama, Pedro Pa-
blo Zegers, David Castro, Juan Cameron, Virginia Vizcaíno, Irmtrud
König, Carolina Almarza, Norma Rojas, Sebastián Muñoz.
Índice

Antena ............................................................................................. 10

La tentación de los asesinos! ........................................................ 19

Cartel n°III ...................................................................................... 31

La angustia! ................................................................................... 33

Cartel n°IV ...................................................................................... 49

Los muertos de la mañana! .......................................................... 55

Cartel n°V ...................................................................................... 72

Posfacio ............................................................................................ 81

Apéndice: El lamparero alucinado, por Magda Portal ...............125


E
ste libro va dedicado al puerto que propició tan improbable
cruce de destinos lejanos en sus callecitas empinadas; al
escenario fabuloso y trágico de aquél fecundo encuentro
en las artes y la conciencia social, como solo podía brotar en
Valparaíso aquel mítico año de 1922.

Y va dedicado a Zsigmond Remenyik y su destino de heroico


antihéroe herido en la lucha por la libertad de la vida creativa,
entrañable náufrago de la revolución arrojado a estas costas
para dejar su llamita de imaginación rebelde escondida en
papeles fantasmas de bibliotecas allanadas.
Nota del editor

Hemos respetado las peculiaridades lingüísticas de los textos


presentados a continuación, incluso algunas que pueden
ser consideradas errores ortográficos o de puntuación, por
considerarlas parte inseparable del fenómeno literario de las
vanguardias, especialmente en la extraña cruza de la vanguardia
húngara con la porteña.
Es así como en Antena puede leerse vertijinosa con j, dá o Cárlos
con tilde en la a. En Las tres tragedias... estas peculiaridades
abundan pues Remenyik no dominaba la lengua castellana recién
aprendida. En La tentación de los asesinos! contó con sus amigos
chilenos para corregir algunas erratas, pero en las otras dos estaba
librado a su suerte.
Lo mismo vale para el texto de Magda Portal, que llamó al húngaro
sigmon remeyiek y escribió su texto sin mayúsculas, salvo en las
palabras JUSTICIA, SOLEDAD y Lima.
Los puntos suspensivos entre corchetes que se encuentran en los
carteles indican palabras ilegibles en los manuscritos originales,
por tachaduras del autor o manchas de humedad y mordeduras de
ratones.
El Arte nuevo y la nueva Literatura pelos de sus pantanos, alarmadas de ver
han recorrido los circuitos ideológicos salir una Luna nueva, una luna de madera
hasta en los países mas antipódicos a forrada en papel plata... Se cansaron por
Chile. Han hecho su trayectoria subso- fin, los batracios de protestar por el orto
lar y clandestina al principio, abierta y imprevisto del astro nuevo. Callaron y se
magníficamente frutal mas tarde. Europa adormilaron, como en un proceso inver-
es hoy el tablero de una planta eléctrica, so, del estado de anfibios adultos, amaes-
donde se abren bajo el gobierno de fos- trados en el Brek-ek-ekex aristofánico1, al
forescentes operadores, las múltiples estado de renacuajos. Entonces, hombres
rosas amarillas de las ampolletas. Y de de buena fé que callaron en medio de la
ese enorme tablero parten incontables noche, descifraron los signos nuevos
ISMOS, cables submarinos o terrestres aparecidos en el Zodíaco del mundo. Sus
que han buscado los intersticios eocéni- tablas, repletas de los futuros jeroglíficos,
cos, transpasando invertebradamente los esperaron la llegada de los hermes naci-
estratos seculares para trasmitir a las 4 dos en el Espíritu nuevo, el ázoe actual
esquinas de la Rosa Náutica la nueva vita- que llena de ozonos saludables los pul-
lidad eléctrica, la futurista sensibilidad y mones adolecentes Nacidos con la clave
la debiscencia jugosa del humour que en de las nuevas palabras, los hermes uni-
Europa, corazón del planeta, han susti- versales lanzaron a los aires las granadas
tuido a los ancestralismos fatalistas. maduras de sus ideaciones hiperlícitas,
Las manifestaciones perforantes de las que caían sobre los tejados de las ciu-
aquellos epimeteos adolescentes que en dades milenarias y sobre los sombreros
los estrados académicos, un día cualquie- de copa de los octogenarios viandantes,
ra, gritaron su credo arbitrario, su nuevo haciendo bailar ante sus ojos empavo-
Credo, el oxcido de sus nervios voltaiza- nados imágenes poliédricas. Y por la
dos ante el aspecto de las modernas ciu- imposición, hasta contra los mas incom-
dades, que sinfonizan la hora actual con prensivos, de una cosa primicial y men-
la respiración de los mil pulmones de sus talmente nutricia, los augurales posee-
ucinas acezantes, sonaron a cosa absurda dores de las claves filoneistas2 del Arte y
y combatible hasta en los paises mas ecuá- la Literatura lograron, en el proceso de
nimes y espirituales, porque es condición 12 años de implantación, una personería
de los hombres no creer sino en lo que les cívica de novadores y revolucionarios
enseñaron. Aquellas subversiones men- que les permite y les permitirá efectuar
tales imprevistas provocaron reacciones la aclimatacion completa de las nuevas
subterráneas y ataques sin cuartel. Espe- fórmulas. Así es como hoy, en Europa, el
cialmente, las mediocridades híbridas Arte nuevo y la Literatura libre son cosa
que se alimentan con los residuos de lo del día, cosa naturalísima. Pocos la com-
que devora la gran Bestia de la Incomp- baten. Por el contrario, todos tratan de
rensión, mancharon con su verba cartula- iluminarse, de "encontrarse sonoros”, se-
ria y con su ideología de prendero, los ini- gún la expresíon francesa, para ponerse
ciales gritos jóvenes. Luego las transpa- a tono con las anticipaciones de los mas
rentes mediocridades locales reafirmaron espirituales.
las impugnaciones de los otros, y hubo un Sólo en nuestro Chile, Laponia espi-
admirable coro de ranas, entre los tercio- ritual, está aún por conocerse todo ese

12
enorme ciclo de ideología nueva. Se la co- agujereados al instante por el trépano de
noce algo entre nosotros, que nos hemos nuestra curiosidad vertijinosa; y quedan
eximido por nuestra propia cuenta de como los discos rojos y blancos de un
seguir las aguas de los cetaceos literarios shooting saloon. Así somos Pasado, Pres-
de campanillas de nuestro Mar Artico… ente y Futuro. De aquí que no queramos
Demas está decir que críticos esquimales, nada con el ZOO del Arte oficial; caldo de
como ese señor ALONE, ignoran en ab- gelatina para todos los bacilos del pseudo
soluto las nueva manifestaciones intelec- arte. EL CAMOUFLAGE LITERATURA
tuales. and Co. ya nos atosiga. En él hay toda la
Ha bastado, sin embargo, lo relativa- escalonada cretinidad de los manicomios.
mente poco que conocemos estas lite- (No nos convenció el fantoche de M. Pan-
raturas, entre nosotros los jóvenes para toja, con dinero y sin talento, como no nos
que informándonos circunstancialmente, convence tampoco Pedro Prado, con algo
encontráramos los viaductos propios, que de talento, pero maleado por el ambiente
irreveladamente presentíamos en la nie- y propenso a las vulgares fumisteries de un
bla anterior. Y por ellos hemos entrado sin Lomice Terreux3).
demora, encendiendo las linternas sordas Una expedición nueva de hecatónque-
de nuestras emociones acrobáticamente ros4 intelectuales sube a las planicies del
lógicas. Pero nadie, ni nosotros mismos Sol. Somos la generación naciente. He-
tenemos derecho a juzgar, todavía, el mos nacido en el Espíritu Nuevo de Apol-
valor de nuestra obra, a no ser en la com- linaire, Marinetti, Huidobro: de modo
paratividad de un comentario amical e que no tenemos necesidad de sacudir las
iluminativo. Pertenecemos al futuro, y en paredes ahumadas de los figones literarios
el futuro nos explicaremos solos. Tendre- antecedentes. Tal SELVA LIRICA, anuario
mos por norma la celeridad evolucional hidrogáfico y dermatológico de tres gene-
de la Rosa de los Vientos. Nada de células. raciones reglamentariamente atrofiadas
Las poleas de trasmision del mundo tala- por el PATHOS romántico.
dran nuestras membranas auriculares, y Los viejos "poetas" en sus sillones va-
despertados de los eglójicos adormila- letudinarios, harían bien en saludarnos,
mientos, engranamos nuestro corazón agitando las banderas grises de sus ma-
al gran sistema nervioso de las máqui- nos. Ellos y todos los que viven la actua-
nas futuras. Tenemos la juventud de los lidad de hace 50 años, deberán abrir las
calendarios, que hacia la tarde ya no son ventanillas de sus desvanes psicológicos,
sino un montón de hojas amarillas: pero para vernos, a nosotros, que vivimos la
nuestra hora la viviremos cien años mas actualidad futura.
tarde. Tanto dá. No nos preocupamos.
Cien planetas nacen cada mañana en los La dirección del movimiento van-
horizontes de nuestras pupilas. Todos son guardista chileno.
Neftalí Agrella, Julio Walton, Martín Bunster, Jacobo Nazaré, Salvador Reyes, A. Rojas Giménez,
Rafael Yepes Alvear, Alfonso Leon de la Barra, Próspero Rivas, Segismundo Remenyik, Pablo
Christi, Francisco Carocca, Cárlos Ramírez B., Eugenio Silva, René Silva, Julio Serey, Cárlos Toro
Vega, Ramón García y Boente, Gustavo Duval, Marko Smirnoff, Ramón Corujedo, R. Hurtado,
Oscar Chavez, Humberto Coriolanni, Fernando García Oldini ---Adhesiones: Vicente Huidobro,
Jacques Edwards, Guillermo de Torre, Jorge-Luis Borges, Norah Borges, Manuel Maples Arce.

13
Notas al manifiesto Rosa náutica

1. El Brek-ek-ekex aristofánico es una alusión a Las ranas de


Aristófanes. En esa comedia los batracios forman el coro, que croa
burlescamente cuando Dioniso cruza la laguna Estigia, en su viaje
al Averno buscando un buen poeta trágico, pues hace poco habían
muerto Esquilo y Eurípides:
—¡Sigan con su chillido... a mí nada me importa!
—Pues seguiremos croando de la mañana a la noche, el día entero.

2. Filoneísmo: inclinación exagerada por la novedad y la


originalidad.

3. El personaje invocado como Lomice Terreux en el manifiesto


hace referencia a Paul Masson (1849-1869), el mayor bromista de su
tiempo en Francia. Su seudónimo Lemice Terrieux tiene el mismo
sonido en francés que “Le mystérieux” (El misterioso). Siendo
Procurador de la República en la India, escribe una carta firmada
por un tal Joseph de Rosario a un diario de gran circulación en
Francia, denunciando las aberraciones cometidas por el gobierno
francés al expulsar a los jesuitas, según la ley de disolución de
las congregaciones religiosas de 1880. El gobierno le encarga a
él la investigación. Viaja por todo el país a costa del estado para
finalmente informar que debió tratarse de una farsa, pues jamás
hubo jesuitas en las Indias francesas.
Disfrazado de mayordomo anuncia en la entrada de un gran baile
que este se ha suspendido, inunda París de invitaciones a una
fiesta en casa de una víctima inocente o despacha pianos de cola y
grandes muebles a quien nunca ls pidió…
En 1891 publica un Diario de juventud del príncipe de Bismarck, que
por poco no causa una guerra entre Francia y Alemania. Ya famoso
por estas y muchas otras bromas pesadas, anuncia que pronunciará
una conferencia sobre “la fumisterie” desde la antigüedad hasta
nuestros días (fumisterie se refiere a los ductos de calefacción, pero

14
también en lenguaje coloquial a las bromas y farsas), y ante un público
numeroso y ansioso por reírse un rato pronuncia un aburrido discurso
sobre la calefacción a lo largo de la historia…
En 1894 postula a la Academia Francesa y al mismo tiempo al
cargo de “Verdugo de la República”. Dos años más tarde lanza una
encuesta sobre los ruidos en el amor, prometiendo el anonimato a
los que respondan: “Le estaría muy agradecido si quisiera darme a
conocer lo más pronto posible cuales son las frases, interjecciones
u onomatopeyas que se le escapan más a menudo en las horas de
éxtasis”.
Colette cuenta que estando de vacaciones en una playa, veía a Masson
llenar cantidades de fichas. Al consultarle qué hacía, respondió:
­—Trabajo. Trabajo en mi oficio. Soy encargado del catálogo de la
Biblioteca Nacional. Apunto títulos.
—¿Puedes hacerlo de memoria?
—¿De memoria? Dónde estaría el mérito? He constatado que la
Nacional es pobre en obras latinas e italianas del siglo XV. También en
manuscritos alemanes. También en memorias íntimas de soberanos,
y varias otras lagunas más... Esperando que la suerte y la erudición
las llenen, inscribo los títulos de obras extremadamente interesantes
—que deberían haber sido escritas... Que al menos los títulos salven el
prestigio del catálogo, del Khatálogo...
—¿Pero esos libros no existen?
—¡Ah! Yo no puedo hacer todo.

4. Hecatónqueros: en la mitología griega los Hecatónqueros, también


conocidos como Centimanos, eran gigantes con 100 brazos y 50
cabezas, hijos de Gea y Urano.

15
l as tres tragedias
del l amparero
alucinado !

Zsigmond Remenyik presenta en este libro


sus tres epopeyas de:

La tentación de los asesinos! O. P. 85


La angustia! O.P. 92
Los muertos de la mañana! O. P. 93
Con los Carteles III, IV, V y VI, O. P. 94-97

Dios le guarde en sus pensamientos!


!
20
1

Era triste!
había venido de tierras lejanas
perdiendo a menudo al salir de ellas las luces sin dejar huellas
tras de sus pasos.
Grandes y tristes iglesias situadas en la niebla había, pero él las
rodeaba porque asesinó y tenía en su alma cruda brutalidad y, contra la humani-
dad odio!
Pasaba a través de altos montes oscuros. Vinieron animales
salvajes, lobos y osos, pero vieron sus ojos terribles en los que traía dos cuchillos y
una media luna con siete estrellas
arrancaron
hacia sus cuevas y aullando comiéronse sus criaturas espantosamente!
No era principio ni era fin!
Grandes campos infructíferos había entre las montañas, era
salvaje, todo, él iba a traves de caminos anchos y largos que yacían como caballos
blancos bajo la luna,
oh infeliz!
signos raros pendian de los olmos en los valles y había guerreros
oscuros y sangrientos de los pasados siglos allí
pero él
gritaba ante el futuro, con pensamientos terribles en su cerebro!
negando los dioses
la fé
y el alma!!!
en su cabeza oscura había crueldad y contra la
humanidad horrible odio!

Llegaba hasta las aguas.


Grandes ríos grises fluían del norte y algunos barqueros espera-
ban a la orilla, sus cabezas en quietud mortal!
Ellos le preguntaban como ciegos y pálidos:
adónde vas?
Y él respondió con el gesto de los profetas y de los asesinos:
Conocéis vosotros al asesino que lleve en su sangre cruda bruta-
lidad y contra la humanidad odio? Le conoceis vosotros?
Yo soy!!
Y arrebataba las orillas del río, rompía las raices de las islas y
variaba el órden de la naturaleza!

21

Así llegó la tercera noche.
Entonces sintió sueño en su cerebro y en su corazón, escaló
las cimas de las montañas, sacó de sus ojos la media luna con las siete estrellas
y las puso sobre el cielo!
y durmió durante siete largas noches!
teniendo
en sus dos manos verdes los dos cuchillos que sacara de sus ojos cerrados.

Por la mañana de la octava noche sacó la media luna con las siete
estrellas y los dos cuchillos
y en sus ojos abiertos
los puso otra vez! y bajó de las cimas arrodilladas
vió campos alegres
y lagos azules en la lejanía, hasta que en grandes manchas cubrió la nieve al sol!
Todo estába en el espacio:
la tierra
la energía
y la materia!!
y todos sus socios
pasados en el asesinato tenían las rejas de los calabozos ante sus frentes.
El era libre! con la naturaleza de los lobos, habiendo sido su
padre un sepulturero y su madre tenido la señal de los mártires!
y él era uno en Jesús,
y con rotos vestidos cómo pasó a
traves de las colinas, quien no podía perder nada ya!
arrebató las cruces de los fosos!
Grandes lámparas verdes
viajaban, como peregrinos cansados, en la profundidad!
El hacia ellas iba
teniendo una gran sed,
y junto a las parvas lejanas ladraron los perros
y una campana!
una voz del Este, de donde era hijo!!

22
4

Dejó atras las lámparas verdes que viajaban a través de las


colinas, como peregrinos cansados
y alcanzó las parvas saltando en el crepúsculo!
y allí, arrodillados en la sombra amarilla, algunos músicos de
cabezas tristes y pechos inclinados
tocaban en sus violines y guitarras las más
alegres canciones, pero sentado en sus ojos estaba el hambre!
El los vió
y les preguntaba:
Véis la sombra de los árboles? Las montañas bajaron del Este, ya vienen.
Qué queréis? Y soy el asesino! Véis la media luna con las siete estrellas y los
dos cuchillos en mis ojos abiertos? Yo tambien soy un músico! Pero desprecio los
instrumentos. Me siento arriba de las montañas, y oigo las voces, los gritos de la
naturaleza! Oigo las tempestades de la mar y el llorar de las tierras infructíferas!
Las selvas gritan, las oís? Sois los asesínos, de las voces y de los hechos, que son
hermanos entre sí. Yo os desprecio! Tenéis hambre? Sobre las pampas pastan los
animales del patrón: arrojadlos por el Oeste!! Allí oíd mi grito en las noches. Yo os
llamaré.
Ellos dejaron sus instrumentos a la sombra de las parvas, arro-
jando los rebaños hacia Oeste!

Llegaba la noche
los árboles le saludaron
pero él era ciego, no los sintió.
Estaba bajo un gran viento Norte. Sintió hambre y se entró a un
establo
donde sentados peones de caras destrozadas, bajo la luz
oscura, bebían leche, comían tocino y pan.
El sentóse entre ellos y dijo: Tengo hambre!
Ellos dividieron su armuerzo con él.
Estaban sucios y hablaban muy sencillamente.
Usaban estas palabras:
miseria!
trabajo!
el futuro!
profetas!
salvación!


23
pero estaban fatigados y
descansaron en sus camas con sueño profundo.
Entonces salió él fuera de las casas, y puso arriba del establo
la media luna con las siete estrellas, para que hicieran guardia durante el sueño de
los peones,
pero los dos cuchillos dejó en sus ojos ciegos.
Grandes perros pálidos ladraban cerca de las fuentes
y el
patrón dormía sobre las parvas!
El subió a los galpones y graneros,
vió las siluetas de los rebaños y los músicos, en la cima de las
montañas lejanas,
sacó los dos cuchillos de sus ojos ciegos
y los cruzó encima de la cabeza del patrón
que dormía!

6
Después bajó de los galpones y graneros
descolgó las lámparas oscuras de las paredes
y con ellas allegó fuego a las parvas, galpones y graneros!
y entró en el establo de nuevo mientras dormían su sueño
profundo los peones, les movía los hombros y les despertaba.
Ellos se levantaron y él les mostraba las parvas, galpones y
graneros ardiendo.
Los animales temblando acudian y él alzando
sus dos manos decía:
Miráis mis manos y no sentís miedo! Véis las tierras infructí-
feras. Hace gran viento norte y no tenéis frío. La tierra es vuestra e imploráis la
salvación. Ahí están las fuentes, laváos en ellas vuestros cuerpos sucios, ocupad las
casas del patrón
y trabajad
por vuestra felicidad. Yo voy al sur! Tenéis frío? Ahora están las parvas y graneros
ardiendo: Calentad vuestros cuerpos! Cuando veáis la salida del sol, venid
al sur vosotros tambien!
Los peones lloraban de alegría,
venían grandes árboles
gritando
y las grandes lámparas verdes, como peregrinos cansados en la profundidad
y se sentaron todos juntos a las parvas, graneros y galpones
ardiendo entre el viento norte,
a calentar sus cuerpos fríos.

24
7

Ahora atravesaba cementerios, y vió cadáveres al borde de


nuevas sepulturas
y allí luchaban los sepultureros con los cadáveres!
El vió los sepultureros
y recordó a su padre
lloraba mucho ahora
y sintió sueño otra vez.
Se durmió, y vió en sueños grandes montañas, y mares e
iglesias en la niebla
y vió virgenes muertas que le miraban, y habían
sido fructíferas!
y vió los socios de su fé tras las verjas de los cala-
bozos, llamándole, griando su nombre,
y vió su madre que estaba arriba de las montañas arrodillada.
Lloraba ahora mucho
Era media noche cuando se levantó
Subió sobre los árboles
dividió la media luna con las siete estrellas en el cielo y tras
ellas salió.
No vió a nadie
llevando su sombra a través de los campos infructíferos!

Vagaba en la niebla
Grandes cuervos negros volaban en el aire gris
y vió un convento arriba, al lado de las colinas perdidas en la
niebla
Grandes setas venenosas crecían bajo los campanarios, y a todos
lados fosos profundos y torcidos mostraban
cuevas de serpientes
Ahora sintió el principio
del
fin!
Sentóse sobre las colinas y dijo:
Hay que cambiar el orden de la naturaleza!
Hay que cambiar la materia, pero quién tiene la fuerza de los
lobos? Yo soy el asesino y mi padre fué un sepulturero y mi madre tuvo la señal de
los mártires! El dios está sentado arriba de mis palmas, y yo soy el asesino!

25
Oyó entonces la voz de una súplica embotada en la profundidad,
se levantó de las colinas grises,
vió una gran puerta abierta, y escaleras rotas que guíaban hacia
un sótano
La media luna con las siete estrellas bajaron del cielo vil, ellas se
acostaban ante la puerta como perros fieles
mirando los ojos
tristes del asesino, de la materia de las cuales era su cuerpo!

Entró en seguida al sótano y vió una multitud de monjes bajo


la luz de la lámpara, que arrodillados en las piedras duras comían el cerebro y co-
razón de la humanidad. De las paredes pendían cadáveres verdes y caía del techo
sangre coagulada!
El asesino entonces rompió sus propias piernas y de su pecho
arrebatado sacó su pulmón e hígado y sus tripas sucias y mostrándoselos a los
monjes a la luz de las lámparas, les dijo:
Yo soy el
asesino, y el dios está sentado encima de mis palmas! Ahora quiero para mi la
fuerza. Yo cambiaré el órden de la naturaleza. La media luna con las siete estrellas
son mis socios, entendéis? Vosotros sois ratones del pasado y yo grito al futuro,
oíd. Ahora están las montañas y los mares, la materia y la fuerza esperando mi grito
en la noche. Qué queréis? Cuando salga el sol saldrá también la niebla, y vosotros
estaréis muertos. Comed mis tripas y bebed la sangre que cae del techo del sótano!
Y esperad temblando la salida del sol, cuando llegue la muerte cruel!

10

Ellos, temblando comieron sus tripas, pulmón y estómago,


llorando le imploraban piedad;
pero vieron los dos cuchillos en sus ojos ciegos,
temblando esperaban la muerte con la salida del sol!
El sacó las lámparas de sobre sus cabezas rotas
subió las escaleras de nuevo
hizo señas a la media luna con las siete estrellas, y las puso otra
vez dentro de sus ojos,
caminaba en la niebla!
Grandes árboles milagrosos se levantaron
arriba en las colinas, y animales salvajes venían con inquietud montaña abajo!

26
y asi llegó con la lámpara hasta una meseta donde vió unos
verdugos borrachos que bailaban gritando cerca de una mesa sangrienta y no lejos
de ellos había siete cadalzos son siete cadáveres de ahorcados!
El los veía y les habló así:
No hay
muerte! Yo soy el asesino que tiene el poder de fecundar la materia. No hay muerte,
por que la energía es eterna. Levantáos!
y sacó las siete estrellas de sus ojos
y las puso en las manos de los siete
hombres ahorcados!
Ellos se levantaron
tenían
cuerpos verdes
y sus dedos eran de azúcar!
Usaban sus manos por pies
y siguieron así al asesino,
bajando las mesetas.

11

Llegaron cerca
de un valle
donde sentadas en multitud había de mujeres que tenían pies
negros y en sus bocas tenían velas ardientes.
El las miraba,
estaban solas
y eran estériles
hasta que en sus ojos mostraron la alegria de los niños!
y vió los ahorcados
los de cuerpos verdes
y dedos de azúcar.
Dijo pues a las mujeres cuyas tetas eran botones de diamantes:
Yo soy el asesino y esos cadáveres de ahorcados traen mi leche.
Tienen cuerpos verdes y sus dedos son de azucar! Los queréis?
y las mujeres que tenían pies negros y velas ardientes en la boca,
contestaron con gran alegría:
Sí, los queremos!
El asesino puso las lámparas sobre las cimas
de las montañas, y miraba a los ahorcados
como procreaban con
las mujeres solas y estériles
que tenían en la boca velas ardientes y
esperaban al hombre del futuro.

27
12

Luego se levantó
y abrió las puertas de las ciudades, rompió las chimeneas de las
fábricas y arrebataba los barrios!
Salió el sol tras de las montañas:
Entonces huían de las fábricas y barrios los miserables! Los tra-
bajadores con sus manos rotas y los niños pequeños llorando de hambre y las hijas
de la noche!
y ellos temblando le preguntaban:
Oh, di qué quieres?
y él
por contestación arrebataba los palacios de los ricos también. Las campanas de los
campanarios tiró a las aguas del mar, y sacó los dos cuchillos de sus ojos,
y hablaba así:
Yo soy el asesino, y el dios está
sentado arriba de mis palmas. Yo conozco los secretos de la naturaleza, tengo mi
cuerpo de la materia del sol, la luna y las estrellas! Mi padre era un sepulturero y mi
madre tuvo la señal de los mártires! Mi leche tuvieron los cadáveres de los ahorcados
y cuando ví la materia gastada sabía que la naturaleza hay que cambiar, porque tuve
la fuerza de los lobos!
Buscad la libertad!
y ellos lloraban
gritando!
Los trabajadores rompieron sus instrumentos sangrientos
y las hijas de la noche lavaban sus caras en lágrimas de los niños inocentes!

13

Salió el sol!
Entonces el mostraba todo, las montañas y las selvas vírgenes y
los campos fructíferos, las colinas verdes, los ríos y los mares
y dijo:
Ved! somos todos de la misma materia! Somos hermanos de los
animales, de los árboles, de las flores y yerbas! Ved: la luna sigue las huellas del sol,
y en los ojos de los cadáveres prenden otravez su fuego las estrellas! En el principio
era la fé!
y besaba las colinas
y las estrellas de los ojos de los cadáveres.
Estaba sentado sobre las montañas!
ahora venían los músicos y los peones
los árboles bailando de las selvas
y los animales salvajes!
28
Todos por él clamaban
por que Él tuvo el poder
y la fé
cuando la luna con las siete estrellas
salió de sus ojos y subió al cielo,
oh mi vida!
miserable!
¡quién yo soy
en la tentación
del asesinato!

29
30
CARTEL N° III
OP . 94
La tentación de los asesinos!

Ahora se levantaron las serpientes otra vez en mi cerebro, despues que ya se ali-
mentaron en mi corazón, para que salgan con mis gritos y voces extrañas a ocupar
las selvas y campos vírgenes! Yo estoy muy seguro de los dolores que vendrán con
la pérdida de las palabras y gestos y con la salida de las serpientes que yo tenía en
mi sangre, porque yo sé que con las palabras y gestos pronunciados perdemos poco
a poco la fuerza para vivir, llegando siempre más cerca por el hecho y la palabra a lo
que cumplir y pronunciar nacimos del plan de la materia, lo que como cumplimos
y pronunciamos llegará la muerte “cruel”!

Pero yo sonrío no más, mis gritos levantan las polleras de las mujeres, como fueran
las banderas de la vida! Oh arte, parece que fuera un jinete pálido y castrado al lado
de la vida, que vivimos nosotros, con una sonrisa infeliz! Nosotros, que subimos
por las cumbres, gritando la anarquía! sin ser fanáticos, porque despreciamos el
fanatismo! Negamos la religión! porque no hemos visto al dios bueno, y sabemos
que el dios nunca existió para la humanidad pobre e infeliz y cuando a veces se apa-
reció nació de una cobardía desgraciada, lo que no conocemos nosotros, teniendo
el valor! Tenemos un deber para con nosotros y para la humanidad: cambiar la
vida, y purificarnos hasta que no reconozcamos la moral de la muerte, lo que puede
levantarnos con un gesto feliz y dichoso hasta el suicidio!

31
3

Mis palabras primitivas en esta tierra donde no podía hablar yo bien, únicamente
del amor y del dolor y de la miseria en que a veces me encontré, se pierden como
me voy a perder una vez yo tambien! Porque tenía la naturaleza de los lobos, y la de
los salvajes, gritando palabras, y levantando gestos, lo que no comprendió nadie!
Llegué a saber sobre las colinas que toda lucha es inmoral lo que no es contra los
animales y contra las gentes más primitivas, con las armas más sangrientas, en un
tormento superior como lo hicieron las primeras criaturas humanas de esta tierra!
En el principio era el hecho! y despues nació la palabra para matarlo como un mi-
serable, cobardemente!

Yo nací con tentaciones terribles y con algunos vicios de la vida, para vivir, sufrir
y despues perderme en ellos! Entiendo y comprendo todos los hechos de los revo-
lucionarios criminales y amantes! tengo dentro de mí tristeza de los aventureros y
la alegría de los inocentes! En esta tierra donde yo amé, y sufrí, se levantaron unas
tentaciones en mi cerebro, y yo siento que tengo que cumplirlas! Para la vida tie-
nen derecho únicamente los valientes, sean ellos los del crímen o los del amor! Las
tierras que yo recorrí, ya me saludan, y los puertos y metrópolis futuros me llaman
con sus gritos desde la profundidad! El beso de mi madre me manda para que yo
pueda subir por las torres de la humanidad, y el beso de mi última mujer me llama
con una dulzura mentirosa para quedar en los fosos de su matriz! Yo contesto para
el grito de los puertos y metrópolis futuros, y salgo hacia ellos con las antorchas
sangrientas, donde tengo que cumplir mi tentación con que nací de la voluntad de
la materia y de la fuerza en una noche!

El año 1922, en Chile

32
!

33
34
0

ANGUSTIA!
de la bebida, lo que me hace sentar sobre las iglesias y de las 29 mujeres pasadas,
que sus tetas celestes clavaron en mi cerebro.
ANGUSTIA
de los callejones que me siguen con braseros hirvientes por sus espaldas y
la de la miseria de los puertos.
la de la siphilis que nos espera
con sus velas amarillas en las noches de color limón.
ANGUSTIA
de los espectros infelices de
Beetowen, Tolstoj, Schacespeare, Dante, Bou-
dleaire, Voltaire, Verlein, Dosztojevszkij, Schuman, Sofocles, Homer, Ady, Hogel,
Schopenhauer, Kant, Diderot, Liszt, Ibsen, Flaubert, Haeckel, Darvin,
etc, etc!
que con sus ideologias pasadas toda la media noche
vuelven a asustarnos llegando atravez un camino verde bajo la luna!
entónces yo tengo en mi mano la mano de la
MUERTE
que repinta
las paredes claras con morado, y cambia los vidrios grises en mis ojos con vidrios
oscuros y trágicos,
para dejarme después solo bajo una lámpara de gás,
de que abrio su cañón sin allegarlo al fuego!

35
1
En la noche abrieron las ventanas manos invisibles ¡y los callejones tres veces repi-
tieron los gritos perdidos,
que parecieron levantar los techos de
los cuartos ¡las lámparas de gas se apagaron solas,
PUERTO!
con mil
cajones de salvarsan1 para un feliz embarque, ya vienen los resguardos con las lám-
paras verdes,
y con las pistolas de Frommer Baeby2 vestidos de
Hamlet el príncipe danés en traje de fantasia!
BARRACAS!
de depósito
de wisqui legítimo,
(John Walker, Inglaterra.)
a quién no le gustaria un trago trágico bajo tal facilidades de pago con la vida.
INTENDENCIA
escritorios de la sección
PERMISOS DE FIJAR CARTELES!
las calles abrieron
sus estómagos!
y llega la noche
teatros sin entrada se llenan, y el direc-
tor de la Ca. de Tramvias Eléctricas
el mismo empuja los carros llenos
por falta de la electricidad! y llega la hora de los espectros,
ahora
1 bimm
12 bamm, y
4 bumm, junto son 16,
los maestros de las escuelas se despiertan con sus zapatillas de noche y apuntan
todos los números existentes en la tabla de la clase.
no vijila nin-
gún cachaco por las esquinas! ahora abren las ventanas manos invisibles, y las
lámparas de gas se apagan solas,
los que no tienen que co-
mer ni beber andan por la calle con ansuelos largos en sus manos para pescar los
espectros de la media noche,
que tengan para el desayuno algo
para comer!

1 La Arsfenamina, comercializada como Salvarsan, es una droga introducida en 1910 como el primer
tratamiento efectivo contra la sífilis.
2 La Frommer baby es una pistola de bolsillo creada por Rudolf Frommer en 1912 para el ejército
húngaro.

36
2

HOSPITAL,
Sala de operaciones, con 24 mujeres y hombres durante la operación
del sexo! enfermeras de doble corazón colgadas por la pared y los médicos en los
frascos de medicina!
quién hace entónces la operación
un portero de la caja de ahorros ha sido el mejor poeta del país! él no tiene que
comer, y el socio de un almacen de música se dice que vive en la I. Comisaría! o en
la II, o en la III, o en la IV, o en la V, o en la VI, o en la VII, o en la VIII!
CAMINO REAL!
automóviles! ranchos! perros!
árboles! campo! viento del norte! en las montañas cae nieve! los campesinos duermen
ante de la puerta de la iglesia! una matrona embarracada encendió la biblioteca
pública por la orilla del río!
ESTACION!
toca la cam-
panilla, el jefe de la estación abre las puertas del escuzado, el cajero corta su cabeza
y la pone en la caja sobre los boletos,
y su cintura con su miem-
bro deja en la cama de su mujer!
el expreso de! (11 1/2) llega una actriz del
teatro azul en sus manos con velas amarillas, llega el dueño de una fábrica de
aspirina, y llega un negro de Africa para establecerse como portero en un hotel!
UN BANCO!
(THE FIRST NATIONAL CANADIAN
BAN NEW YORK CORPORATION!)
fondo: L. 400.000!
ladrones en el Banco, los mismos del asesinato de un joyero los de la alta escuela,
la policía sabe todo, pero les deja y calla porque está pagada ya, los accionistas
ocupan las 3 sillas del palco mirando la 1, série
de la pelicula colosal
LA DAMA INMACULADA?
de la
PERLA WHIFT!1

1 Pearl White (1889-1938) fue una actriz norteamericana, apodada la “Stunt Queen”, la Reina Especia-
lista del cine mudo. Decía haber actuado en Cuba durante un tiempo con el nombre de Miss Mazee,
interpretando canciones americanas en una sala de baile. Sus viajes como cantante la habrían llevado a
Sudamérica, donde trabajó en casinos y salas de baile. En sus últimos años cayó en el alcoholismo y las
drogas. Murió de cirrosis hepática.

37
3

CIRCO!
CASA DEL JUEGO!
TRIBUNAS DE CARRERAS!
los pobres hacen la huincha por sus pelos,
los huincheros no tendrán plata para afeitarse después; todo el mundo juega falso:
los acróbatas
y los boxeadores son impotentes y no valen nada
para el matrimonio;
un mendigo busca el centro de la tierra; SELVA VIRGEN!
indios! el vendedor de la imágen de los dioses; la serpiente aven-
tura!
¡AVENTURA!
los tesoros de los incas, una noche en el boliche de la frontera chileno argentina
entre las rocas cordilleranas,
entre gauchos e indios! al tango
el licor de caña: y sobre las cabezas con una luz pálida y trágica la luna!
UN CALABOZO!
en los cerros!!
los guardias con los fusiles cargados hacen
sus paseos por ida y vuelta! las ciudades se tapan con una frazada de color gris,
la niebla cayó!
en las calles se prendieron fuego las lámparas! los cuartos se ahorcaron por el techo
de los palacios,
y el arzobispo con sus llaves falzas abre la
puerta de la catedrál,
para robar las cruces y reliquias de oro para empe-
ñarlas en una agencia de la capital!
un suicida arrebata los puentes del
rio, se para todo movimiento, todo el mundo cierra la puerta de su casa, la niebla
cayó,
se apagan las luces eléctricas,
y alguien repica las campanas en los campanarios,
y en la niebla en las casas de puertas cerradas se levanta
LA ANGUSTIA!
apagando las lámparas y abriendo las ventanas en to-
das las calles y callejones de la ciudad!

38
4

La niebla cayó!
las campanas repican en la niebla espantosamente! algunos marineros del puerto
andan vagando a travez de las avenidas muertas
con antorchas lacres en sus manos!
todas las ventanas están abiertaz
parecen ojos ciegos
en la noche!
y el mar
levantándose en un temporal!
los ladrones!
en el fondo
de un callejon! los marineros borrachos de antorchas lacres en sus manos
suben por los pasajes de los cerros!
una mujer gorda se aparece
bajo las puertas, sonriendo y dice a los borrachos:
tengo una virgen
vale 7 oros! ahora no anda nadie por la calle ¡cayó la niebla, venid!
y ante las
antorchas lacres levantan las cortinas oscuras de la oscuridad!
CUARTO!
la niña! los marineros cuelgan las antorchas en la pared!
queréis tomar
algo?
aguardiente!
y la mujer cierra las puertás de calle!
ahora no anda nadie
afuera, la niebla cayó !la niebla cayó!
baile!
vale 7 oros?
mujer cierra las
puertas del cuarto! toman! la niña gritando lleva a los borrachos hácia un rincón!
la mujer cierra las ventanas también!
no hay nadie?
nadie!!
los borrachos cuelgan sus vestidos bajo las antorchas lacres y
bailan así!
la niña grita, qué queréis?
en la ciudad repican las campanas
espantosamente! y la mujer cierra las claraboyas del techo!

39
los borrachos
sacan sus ropas sucias, y las cuelgan sobre las antorchas lacres!
oh, por dios,
por dios,
DIOS!
el callejón se hinca de ro-
dillas ante el puerto de la ciudad en la niebla!

Las antorchas lacres se apagaron sobre las cabezas de los borrachos! y la virgen
deflorada con su matríz sangrienta
yacía por el suelo
y la mujer abriendo las
puertas de la calle:
ahora puedes irte, son las 2 1/2 en la noche ¡algo tenia que
suceder en la ciudad, parece que fuera muerto todo! te reciben todavía en algunas
casas ! ahora ya puedes irte! A TRAVEZ DE CALLEJONES!
sobre la ciudad anclan los buques levantados
por el viento!
las casuchas al
lado del mercado suben por los cerros! ella los sigue,
vagando,
los bo-
rrachos sacan sus ropas y vestidos de las paredes, y en sus manos con las antorchas
lacres bajan hacia el puerto!
y la mujer se sienta sobre
el techo de la casa, en su boca traendo los 7 oros,
esperando el amanecer!
EN UNA PLAZUELA CON PARQUE!
ella llegaba hasta allá sin encon-
trar a nadie! ahora vienen dos mujeres borrachas
por encima de los alam-
bres eléctricos hácia ella! la miran y se van otra vez sin decir nada!
y vie-
nen las ladrones tristes á travez del parque con las manos vacias,
en esta
noche sucedió toda la tragedia de la humanidad, ellos dirigen sus pasos hácia los
calabosos para entrar por las puertas abiertas de ellos!

42
y vienen
13 jóvenes
mudos y
ciegos todos 13,
con lámparas lilas en sus manos,
abandonados de la universidad, los jinetes trágicos de la ciencia.
a dónde se van?
se desaparecen todos!
ANTE UNA CASA
DE LA NOCHE!
“te reciben todavía en algunas casas” ¡golpea por la pared! en las ventanas
iluminadas se aparecen las mujeres de velas amarillas!
la preguntan:
¿que quiéres!
quiero descansar, trabajar!
mi vida es infeliz, no tengo nadie ¡estoy cansada!
y ellas con una risa que
levanta la niebla sobre los callejones!
andate al cementerio! allá puedes
acostarte, y cambiar tu vida infeliz por una más dichosa! andate al cementerio!
y bautizan con sus leches podridas a los hombres hincados de
rodillas ante ellas,
bajo las velas amarillas que tienen en sus manos!

43
6

Caminaba a travéz de un puente del río! y el guarda del puente


con sus
perros de ojos grises
la preguntó:
que ha sucedido en la ciudad y en los
puertos! los prisioneros se arrancaron de los calabozos! y yó hasta aquí como
repicaban las campanas por la noche!
contestó:
se cayo la niebla
nada mas! y en la niebla los callejones se hincaron de rodillas ante el puerto, pero
todo era inútil, ¿dónde está el cementerio?
el río es también
un cementerio!
entonces pasaba por la orilla del río, gritaban espantosa-
mente desde los puertos
y los cementerios por la cumbre del cerro levan-
taron sus cruces mojadas!
POR UN CAMINO SOLO!
entre palos crucifi-
cados de la corriente!
todo perdido!
todo!
TODO!
!TODO PASO EN LA MISMA NOCHE¡
EN SUS OJOS TRAIA
LA ANGUSTIA
DE LA MUERTE!

ANTE LA PUERTA DEL CEMENTERIO!


venía un hombre entónces!
ella ya sentada sobre el tronco de una árbol,
pálida y triste y cansada, y
él le dijo a ella:
que buscas aquí?

A-LA-MUERTE!

se sentó junto a ella:


ándate a tu casa! éres todavía jóven, que tienes?
amor? engaño? tiénes los ríos azules en los ojos y el olor de los campos!
no es posible que vivas en la ciudad!
y ella con los cementerios sobre su
pecho:

44
amor? no tenía amor todavía con nadie! no conocía la bondad!
hoy como la niebla cayó los callejones hincaron la rodilla ante los puertos, pero to-
do, todo era inútil! estoy enferma!
y tengo el olor de los mari-
neros de las antorchas lacres, que me defloraron! mi cadáver está sobre la ciudad,
y sobre los callejones y puertos! no tengo a nadie! el
hombre sencillo
en su vestido de trabajo ante la puerta del
CEMENTERIO!
yo soy un herrero! tenía que arreglar la puerta de hierro del cementerio en la noche,
la cerré y no voy abrirla nunca jamás! la niebla cayó, verdad! quién comprendería
la vida? nadie! ven conmigo me dijiste, no conociste nunca la bondad! yó te la
mostraré! creo que éres limpia! yo te daré casa, donde puedas vivir y trabajar,
como vivo y trabajo yo
también! ya saldrá esa espantosa noche, quién sabe para que vamos a despertarnos
mañana! se dice que tiene que cambiarse la vida! hablan mucho! pero la bondad
y la verdad tienen que vencer! ven conmigo!
y con
mano en la mano se bajaron dejando a trás ellos la puerta cerrada del cementerio!

Por el
AMANECER!
LA CIUDAD
EL PUERTO
LOS CERROS
ENLA N E L !
I B A
los buques
anclados sobre la ciudad! y repican las campanas todavía espantosamente!
así llegaron ellos juntos hasta el rio!
UN PUENTE!
sobre el rio!
a dónde vamos? tengo frío! la niebla! ved, aqui está un puente,
oye como repican las campanas!
en el puente!
espera un suicida!

NOSOTROS SOMOS UNOS!

45
EN LA N E L !
I B A

46
PALABRAS OLVIDADAS:
TU ERES MI VIDA
YO SOY TU MUERTE!
y el suicida:
alguien cerraba las puertas del
cementerio! quién comprenderia el tumulto de la vida! quién? yo voy a morir!
ellos dos llegaron hasta las primeras casas de la ciudad ya,

UNA AVENIDA!
EL PUENTE SOBRE EL RIO.
Y EL SUICIDA
CON 3 LAMPARAS

DE COLOR CAFE!
ellos andan a travez de
parques juntos en la niebla!
YO ESTOY SENTADO
SOBRE LAS CUPULAS
DE LAS CASAS
DE LA NOCHE!
CON TODAS LAS TRAGEDIAS
DE LA VIDA
DE LA HUMANIDAD

los
puertos hincan la rodilla ante los callejones!

LA ANGUSTIA PASO!

ellos andan a travez de
una pesadilla lacre hácia las estrellas de café!

47
48
CARTEL N° IV
OP 95
La angustia!

Nadie sabía mejor que nosotros que hay una [...] inseparable entre el arte
y la vida, que parece ser capaz a separar a la humanidad de sus ideologías pasadas y
humedas y pudridas levantandola hasta los horizontes más sanos de la naturaleza!
porque
el arte nuevo,
el arte!
EL ARTE!
no conoce a nadie.
el es hijo salvaje y primitivo
de padres
neurastenicos, que no
habían tenido nunca la potencia a nacerlo un hijo sin tener la neurastenia
EL ARTE
viene y que se va! gritando las palabras mas grotescas y brutales sin temer a ruido
de los siglos futuros!
y los siglos pasados se han muerto ya
EL ARTE
viene con su [...] recor-
tado y con su cuerpo que es igual de lo del dios y de la tierra y estrellas y viento y
yerba,
su vestido el crimen,
y sus representantes
LOS ARTISTAS
tienen la
fuerza sustancial, sensual y espiritual!
HAY UNA MENTIRA!
y esa mentira sienta sobre todas las iglesias, colegios y
occupa los puestos del congreso
la MENTIRA!
de la religión
y de la moral!
ellos son unica-
mente las armas más desgraciadas de la humanidad cobarde y infeliz,
que no ha llegado a saber todavía
que fuera de la RAZON, y
de la BONDAD,
no hay nada en esta tierra
que podría hacernos feliz!

---------------

49
Por eso teneis que buscár
entre las caidas huellas
de la cultura
a estos [...]
y ya seguidos [...],
que a ellas representan!
el arte nuevo
tiene sus raices en las estrellas, y se tapa con las gorras
rojas
de la
REVOLUCION
entra por todas las calles de la ciudad
sube por todos los barcos de la bahía,
y camina atravez de los campos y
montañas con su poncho [...] en las noches!
ante el arte no elite imposible!
Wilde era muy maricon,
pero tenía razon
diciendolo:
que la vida copia
al arte! Nosotros estamos en la guardia!
somos 777!
y ocupamos las montañas
y puertos
y ciudades,
nuestro arte nos tapa
con su poncho [...]! Somos los sanos del futuro! ya profesando la imagen del
dios y del hombre nuevo,
en nuestros talleres
en los conventillos
cuarteles
y fábricas,
y tapamos con
nuestro poncho [...] las ciudades y campos contra los pensamientos ”eternos”,

que se aparece en la forma de un viento [...]


y como vino,
así tambien se irá

---------------

50
--------------

LA RELIGION!
“ MORAL! MENTIRAS!
nosotros que somos los pillos y los rotos más falsantes
en la vida, tenemos
un HONOR!!
leal y sano
bello y orgulloso
en el arte!

LA FUERZA! del genio


que tenemos y sentimos,
como lo sienten y tienen
la fuerza del cuerpo
los atletas y salvajes,
no nos negamos, lo anunciamos con gritos invencibles entre los campos y
montañas!
no somos ruiseñores porteños
con cuerdas sobre nuestra espalda,
estamos
crucificados en el tiempo y en el espacio!
somos HOMBRES
bellos,
fuertes,
vivos y
orgullosos,
y donde pasamos prendimos fuego las ciudades, y los campos pierden su voz,
nadie sabrá mejor que nosotros
que tenemos el poder a
cambiar la materia y el orden de la naturaleza! Somos los [...]
verdes y azules
del sueño de los navegantes
que nos llevan hacia
una isla inexplotada y desconocida abrumadora
de donde podemos a dejar
a subir nuestros globos multicolores hacia el cielo!

---------------

51
Tenemos que decir gracias para
Lombrosio!
que nos descubrio con la
mas brutal crueldad, que tenemos nuestras raizes cerebrales en el crimen!
de mi parte yo reconosco mi genio del criminal,
del asesino y salteador.
pero con el arte yo llegué
a purificarme
bajandome hacia el nivel
de un aventurero!
llegué a reconocer la esencia
rigorosa de la vida
en la AVENTURA!
Siento tambien una inquietud eterna en mi cerebro y sangre
y pienso levantar
una casa
para mí en el futuro
una casa de piedras lacres bajo del cielo vil
con letras y signos
verdes en su frente y con una bandera negra contra el viento!
y tendre mis puertas siempre abiertas
que vengan!

VENGAN!!
todos
en el día
y en la noche
los VIVOS!
que tienen las señales
en sus frentes del hombre sufrido
luchado
y al fin sin embargo
vencido!

52
Sabeis muy bien
que nostros gritamos
LA LUCHA
contra
vosotros. Tened miedo, y susto! Porque llegaremos con las armas invencibles
de las palabras y
lucha.
ocuparemos vuestros collegios y
museos y
academias,
y teatros,
y haremos
a pedazo vuestras
iglesias y
cementerios!
nos manifestamos
una lucha political y
artistical,
tenemos que luchar contra los vivos
debiles no más,
porque los nuestros
salen muertos ya,
los moribundos ván a morir,
y los vivos fuertes y
bravos
y crueles
son a nuestro lado
en nuestras trincheras
bajo nuestras banderas
a que
sonríen las estrellas
el sol y
la luna, y la madre materia la abrasa
como sería su
hija fiel!


1922, 5 de setiembre, Valparaíso.

53
54
!

55
56
1

ZSIGMOND REMENYIK

presenta al

los cinco muertos


y al conventillo
cojo panadero,

y la morgue
y la muerte la hembra,
el médico,
los conventilleros

en
la
EPOPEYA III
OP. 93
LOS MUERTOS DE LA MAÑANA
dirección artistical de
MARINETTI!
las decoraciones son de
MARC CHAGALL
KANDINSKI, Y
ARCHIPENCO!

Las tragedias tienen que ocurrir en las calles públicas y abiertas.


los teatros están cerrados, porque el DRAMA salió de ellos, como resul-
taban pequeños y cerrados
con los techos y paredes,
hasta el que el DRAMA y el sol y las ciudades
y campos y puertos son inseparables!
la TRAGEDIA está dentro de la vida activa,
ocupa las calles y conventillos, y en esos escenarios terribles aparecen con sus vidas
trágicas,
TODOS!
no hay diferencia entre actor y público!
los teatros son superfluos!
el DRAMA nace
crece, y
muere
dentro
de la vida de las calles, fábricas, puertos y conventillos.

57
2

ANTE LOS HORNOS DE LA PANADERIA:


EL CUERPO DEL DIOS!
los techos de la panaderia suben hasta las estrellas y allá quedan colgados
y clavados!
el pan caliente fluye de los hornos hirvientes por la calle
pero allá los amontonan los empleados de la panadería como colinas amarillas
poniendo encima de ellas una bandera negra!
el
panadero cojo tiene un cuerpo de sacos de harina, y la cabeza del panadero cojo es
un pan batido con ojos de anis!
la gente de las calles pasa
ante las colinas amarillas de la bandera negra,
vienen las mujeres de cinco
tetas,
y vienen los trabajadores de la imprenta con las manos pintadas
de color azul,
pero quedan parados por la esquina mirando las colinas ama-
rillas de pan;
y viene la HEMBRA!
con pies de madera sobre las calles,
con pelo de lino, flaca y alta con cabeza de caballo, con los dientes de una calavera!
con la luna de plomo bajo sus ojos
y con las avenidas iluminadas
en su cinturon!
la hembra es la mujer del panadero cojo!
ella se sienta sobre las colinas amarillas de pan,
porque ella es la amante
del dueño de la panadería también!
a la 1 de la mañana!
vienen,
con sus ruidos moribundos de trenes de la noche por la orilla del mar!
y de los garages salen los maquinistas,
y ellos ocupan la otra esquina de
la calle a frente de las colinas amarillas de pan!
entonces la hembra se
pone una bufanda de paja encima sus hombros,
ya terminaba el turno del
panadero cojo también!
y ellos juntos se van hasta el conventillo
“LA UNION”

58
la panaderia cierra sus ojos
y queda dormida!
en la noche bajo las estrellas de dulces,
y los
siguen las colinas amarillas de pan, atravesando las avenidas, calles y callejones!

59

3

EN EL CONVENTLLO
“LA UNION”
el conventillo tiene 3 pisos
53 chimeneas y
248 ventanas por la calle¡
aquí vive la PESTE!
aquí come y duerme en los catres grazosos,
colgando sus banderas hediondas por la pared!
las escaleras
con lámparas grises sobre sus espaldas
suben hasta el techo,
el conventillo
es igual a un cementerio grande en la lluvia triste del otoño!
viene el
panadero cojo y
la hembra,
los siguen las colinas amarillas de pan,
ellos entran por el conventillo,
una pieza!
prenden la luz!
las paredes abren sus estómagos,
y ahora la hembra:
tu eres
un animal! vivimos en la miseria! que estás esperando? ved las paredes, aquí vive y
duerme la peste! no me comprendes?

60
y él, con un gesto
silencioso,
en la profunda noche:
Oye como respira toda la casa! y las
calles y el puerto también! oh ven para acá ¡hoy en la noche tenemos luna llena!
vamos a dormir?
y la hembra con una sonrisa cruel:
quien quiere
dormir? quien? aquí duerme la peste no más? ya se acostó en tu cama vete a dormir
con ella cuando quieras ¡vete!
y el:
ved las colinas amarillas
de pan! nos siguen con sus banderas negras y ahora nos esperan por la calle! ellas
me quieren siempre! que quieren! que quieren! y los miserables ante la panadería
¡oh terrible es! terrible¡
y ella:
con la
sombra que llena el conventillo y las calles como una cortina oscura sobre nuestro
corazón:
Oye!
tengo un pensamiento sobre mi vida, sobre la mía y nada más! tengo 33 años,
la vida corre, tu llenas a todo el conventillo con tus ideas estúpidas sobre el pan,
y sobre la luna, y otras tonterias! tu eres un animal! cuando sería posible, serías
dos! eres el panadero del cuerpo de dios! todo eso para reirse¡ ahora vamos a dor-
mir! dormimos tres horas! y nos levantamos a las 5! entonces te hablaré de una
cosa, que tengo ya hace siete días en mi cerebro!


A penas se acostaron bajo las velas azules de la miseria,
las paredes
abrieron sus estómagos, las ventanas se cayeron por dentro de la pieza y el techo
se levantaba hacia el cielo¡ y con gritos espantosos aparecieron
los habitantes del conventillo en sus trajes de noche,
entre las
ruinas de las paredes y de las ventanas y puertas¡
y ella,
con sus tetas
sobre la cabeza del cojo:
que sucedió? qué? qué?

61

y ellos gritaban continuamente,
mostrando con las manos a ella:
la hembra¡ la hembra¡ la amante la de toda
la calle¡ ella¡ todas las noches como tu te quedas dormido, ella se vá¡ a donde se vá?
duerme junto con tu amo¡ con el gordo de la panadería¡ y se sienta sobre las coli-
nas de pan¡ y nosotros¡ en la miseria¡
en la miseria¡ por ella todos¡ todos por ella no más¡
y el cojo ante las ruinas de la pared y de las ventanas y puertas al frente con los
conventilleros:
callad vosotros¡ callad!
y la hembra
con una risa espantosa sobre la cama,
y el tumulto gritando
entre las ruinas:
Nosotros lo oimos cuando te grita ¡animal¡ animal¡ en todas las noches¡
la calle queda parada¡ te quiere ella matar¡ quiere ser libre¡ libre¡ ten cuidado¡ echa
a ella a fuera¡ ella se sienta sobre las colinas de pan¡ te siguen ellas, y cuando ella te
mate, nosotros moriremos de hambre¡ oh¡ oh¡ oh| tu no puedes dejár a eso| echa a
fuera a ella| echala a fuera!
y él,|
agarrando la mano de la mujer:
oh oye lo que gritan| entre las paredes| las ventanas y el techo se caían| que
es lo que gritan, oiste? oiste? || ? oh dime que no| que no|
y ella
tapaba con sus palmas las roturas de la pared y dijo:
Tranquilizate|
ellos son borrachos todos! y andan gritando puras mentiras! Ved, ya se acostaron
a dormir otra vez! ven para acá y habla de tus lunas y colinas amarillas de pan, yo te
voy a escuchar con toda atención| ya se retiraron acostarse otra vez. Oyes las siete
campanas de la ciudad? ya se pasó la media noche también| toda la ciudad duerme|
seas tranquilo¡ ellos son los conquistadores del pan y por tu vida tienen miedo pero
quien te quiere matar? ya son las 3 de la mañana| tenemos 2 horas para
dormir no más| ya salieron todos a dormir, ved no te molestan las 7 campanas de
la ciudad? cuando tu quieres yo te taparé con mis palmas las ventanas y las roturas
de la pared también que puedas dormir tranquilamente! oh, que vida| oh, que
vida| anda acostarte|

62
5

Los grandes carros silenciosos del sueño salieron de sus ojos¡ el cojo se despertó|
había todavía profunda noche,
estaba solo entre las ruinas
de la pared, y de las ventanas y puertas, se levantó y con gritos espantosos llamaba
su mujer|
no la encontraba,
entonces temblando golpeaba
por las puertas y paredes de todo el conventillo, despertando los habitantes con
su grito espantoso en las pesadillas,
que salieron todos
de sus piezas,
como cadáveres verdes
de los cementerios|
les preguntaba:
No habeis visto a mi mujer?
los grandes carros silenciosos salieron de mis ojos| a donde se fué ella? quedé solo
entre las ruinas de las paredes y de las ventanas y puertas| cuando vosotros habeis
retirado ella tapaba con sus palmas las roturas de las ventanas que no me molesten
las siete campanas de la ciudad en el sueño¡ pero los grandes carros silenciosos
salieron de mis ojos¡ a donde se fué ella? a donde?
y ellos abrieron
las ventanas de sus piezas,
y las puertas grandes del conventillo
y
como un coro trágico gritaban hacia el cojo:
a donde se fué ella? a
donde? cuando tu dormiste, ella abrió las puertas de la pesadilla, y salió por la
calle? a donde se fué| nosotros la hemos visto, ved, la peste está sentada sobre la
ciudad, la peste| LA PESTE| todos los barcos de la bahia son infestados y ese con-
ventillo también| a donde se fué ella? a donde? ella tiene un amante de cinco ojos
verdes, quien duerme en la morgue| |EN LA MORGUE| para allá se fué| para allá|
a su amante de cinco ojos verdes se llama lobo| LOBO| ya todos vamos a morir| la
peste esta sentada en las cumbres de los cerros: ved| y las calles| las calles parecen
ataudes abiertos| ved| oh| oh| oh| vete para allá¡ por la morgue| mátala, y vá a
salir todo lo que sufrimos nosotros, y que sufre tu también| por la morgue¡ por la
MORGUE|
y el cojo abrió
las cañerias
de la tragedia|

63
4

Por la orilla del mar estaba


LA MORGUE|
en la morgue¡
el, cuando andaba por la calle, vió a la peste sobre la ciudad|
y por las cumbres de los cerros¡ como miraba a él| y, al conventillo, esperando la
mañana|
y vió que las colinas, de pan se descansaron dormidas en las calles ante
los conventillos, para conquistarlos contra la muerte,
grandes lobos verdes vagaban por las calles en la noche, el cojo los siguió,
no había nadie en los caminos, unicamente el dolor ocupaba los cerebros
y la peste que estaba sentada sobre la ciudad, con su pecho arrebatado¡
le dijo.
tengo que matarla oh mi vida terrible¡ los hornos hirvientes de la panade-
ría me siguen¡ la peste está sentada sobre la ciudad¡ lobos verdes andan vagando
en la noche| y ella? y ella? y yo? y yo? toda la ciudad| la peste nos acerca con su
pecho arrebatado| y en todo eso dentro estamos nosotros los lobos¡ los lobos|
y ya llegaba
hasta
LA MORGUE¡
hasta la morgue¡

64
en sus orejas repicaban las palabras espantosas de los conventilleros:
cuando tu dormiste ella abrió la puerta de la pesadilla y salió para la calle¡
todos los barcos de la bahia son infectados y el conventillo tambien| ella tiene un
amante de cinco ojos verdes quien duerme en la morgue| matala y va a salir todo
lo que sufrimos nosotros y que sufres tu tambien|,,
golpeaba las puertas de la morgue| venía
el médico¡
EL MEDICO¡
con los anteojos grises, en su delantal
sangriento, y con guantes de goma¡
el cojo gritaba:
viene la peste¡ viene la peste¡ la peste¡
LA PESTE¡
que quieres?
y el cojo ota vez:
estoy buscando mi mujer| vivo en
el conventillo “LA UNION”| quedé dormido en la noche| y cuando me desper-
té, ya se desapareció ella| me dijeron que ha venido para acá, por la morgue| con
su amante| con el lobo| con el LOBO| déjame entrar| ya ved, viene la peste¡ la
peste¡ no la ves?
y el médico abriendo las puertas
ante él, levantaba las cortinas oscuras de la noche encediendo la lámpara sobre los
cadáveres de la morgue,

65
y le dijo a él:
ven a quien buscas?
la peste llega acercandose, ya viene, verdad¡ a quien buscas| toda la ciudad duerme
pensaba que yo soy el único quien está despierto con mis problemas terribles de la
humanidad, y de la mujer¡ entre¡ mi vida? entre los libros y cadaveres, ved¡ tenía
una mujer no, salió por la calle ella tambien¡ la espero tadas las noches, ay¡ yo
muerdo mis dedos, mis brazos del dolor, ay, me entiendes?| ya pensaba que ella
viene, para llear mi vida con sus lágrimas inocentes otra vez, oh porque no viene¡
porque? entra| ven, porque tengo fiebre yo, y quien sabe yo seré el primero tal vez
a quien abraza con sus brazos verdes la peste¡

3

Pero el cojo gritaba con brazos levantados por su mujer
las calles se lavaron sus caras en las lágrimas de él,
entonces el médico:
ved, ahora vamos a cerrar las puertas de la morgue y andamos juntos a
buscar a tu mujer| la vida es muy extraña, verdad¡ quien sabe que lo que harías tu
con ella, algunas tonterias tal vez, para que ella no tenga valor¡ fijate, nosotros dos
somos los conquistadores de la ciudad en esta noche¡ ved, aquí tengo tres muertos
ya puestos en la mesa, los trajeron recien de los cerros, te voy hablar de ellos cuan-
do se amanece¡
ponte mi sobretodo, yo tengo mejor salud| ven¡
y empezaron a andar por las calles
y avenidas;
llegaron hasta el puerto|

y ante los BOLICHES¡ de la noche bajo los últimos rayos de la luna que goteaba
como la nieve| los llamaron las mujeres desde las mesas en la profundidad|
entraron|
y el bolichero con sus dos manos cortadas como los agarro:
que quereis?
ya todos estában borrachos| ellos dos quedaron parados ante los
barriles hirviendos del alcohol¡ entonces vieron todas las mujeres desnudas atras
las cortinas de los locales separados| allá estaba la mujer del cojo tambien|
ella asustándose gritaba, y el cojo sobre las mesas
con los brazos levantados del dolor:
mientras me llevaron los carros grandes y silenciosos del sueño, tu me
abandonaste me dejaste solo| la peste viene, no ves? las calles todas me gritaron
que eres una puta| que eres una puta| te busqué ya en la morgue, y tu amante don-
de está? te buscó en mi corazón, en mi cerebro, ved, viene la peste, viene la peste,
te perdono, ven conmigo no más, tengo sueño otra vez¡

66
y ella con una risa espantosa sobre el miembro de su amante:
ay, tiene sueño, vete pues
a dormir| un animal, un cojo de quien se rie todo el mundo | quieres tomar algo|
ved al cojo, al cojo, al animal| a dormir pues, a dormir
y el cojo como arrebataba el techo del boliche, en el pleno tumulto:
oh eres una
hembra la mas terrible de la tierra¡ las calles me gritan: mátala, mátala|
viene la peste, la peste| los hornos me esperan| y todo se paso como un sueño de
la noche| me dijiste a las 5 de la mañana te voy a despertar, y te diré algo| son las
5 ya¡ que lo que me quisiste deciir? que cosa? que?
y la mujer,
con su risa terrible
hacía él
te quise decir: yo soy de la calle¡ sigo las huellas de la noche|
tengo cien amantes, y yo te voto, para que sirves tú? viene la peste? que venga| no
tengo miedo de nadie| mi cuerpo es de las colinas y valles y mesetas, soy libre| libre|
mi sangre es de puro alcohol| mi matriz cubre al cielo, como una alcoba oscura del
deseo| soy libre¡ vete a tu conventillo, la peste viene| a tus hornos de pan¡ la ciudad
ya está perdida¡ y está pérdida la tierra, la vida, yo y tu también¡ ¡Vete¡

2

Ahora el llamó al médico y ellos dos salieron para la calle otra vez¡ y el
médico lo llevába hasta
LA MORGUE¡
y abriendo la puerta de
ella le dijo:
ved¡ ahora andamos junto con los problemas de la humanidad y de la
mujer¡ ella te dijo: la ciudad está perdida ya¡ mentira¡ mentira¡ hasta que los con-
quistadores estan despiertos, no está perdida nada|,
entonces golpearon las puertas de la morgue en la noche¡ la abrieron¡
entraron 4 hombres que traían un cadaver de una mujer sobre sus hombros¡ le
dijeron sencillamente:
la encontramos en la bahía| ya estaba medio muerta, en un rincon donde duermen
los albergues de la playa¡ nos dijo, yo voy a morir| viene la peste, pero no la espe-
raré¡ llevais mi cadaver por la morgue, allá me espera mi hombre¡ decidle a él, que
me perdone| sufrí mucho y reconozco mi culpa, pero yo había sido bien castiga-
da| ahora me purificé, y le voy a seguir con mi dolor y lagrimas y deseos hasta la
muerte| él era siempre puro y limpio el me comprenderá perdonandome y me
guardará en zu corazón y cerebro como yo lo guardo a él en mis deseos y pasiones¡
y así seremos felices y dichosos sobre las colinas eternas de la muerte¡

67
ahora el médico con un gesto trágico,
se crucificaba sobre el cuerpo de la mujer| y los cuatro hombres con
las luces verdes de la angustia,
como decían
hacia él:
ved|
nos dijeron en el puerto que viene acercándonos la peste| verdad? verdad? los ce-
rros están en una niebla extraña y humeda, y su niebla ya llegó bajándose hasta
las primeras calles de la ciudad¡ oh dime, que vamos hacer cuando venga la peste?
vamos a morir en la mañana? vamos a morir?
y el médico:
id por las calles y encendeid las lámparas en todas las
casas y conventillos¡ por la mañana yo voy a salir también de aquí con mi compa-
ñero para conquistar a vosotros contra la muerte| encendeid todas las lámparas
para que cuando la peste llegue hasta las avenidas centrales también, veaís los ca-
minos hasta las panaderías y hospitales donde nosotros os esperamos¡
los 4 hombres salieron temblando para avisar a los habitantes
de los conventillos en las avenidas y en el puerto, para que enciendan las lamparas
antes que llegue la niebla de la peste,
bajandose desde los cerros
hasta la ciudad|

68
1

Y el médico,
sobre el cadaver de su mujer hacia el cojo asía
oh
ved| ya estamos juntos¡ te ablé antes de mi mujer, ved, a quien esperaba yo desde
años en todas las noches, preguntando de mi mismo siempre porque no viene ella?
porqué? y hoy cuando la peste ocupaba los cerros de la ciudad, llegaba ella tam-
bien| muerta¡ muerta|
y el cojo tambien
entre los cadaveres de la morgue:
la peste viene| la peste y mi mujer
me abandono, me siguen las colinas amarillas de pan, que vamos hacer? que? que?
yo tengo el mayor dolor en mi cerebro, puedo olvidarla jamás? oh nunca| nunca|
me va seguir ella siempre ya¡ y una noche| y una noche| como paso contigo hoy|
llegará ellá muerta tambien¡
y se inclinó
profundamente emocionado,
y el médico ahora:
ved¡ la peste
viene, tenemos que levantarnos para conquistar la ciudad contra ella, dejando los
cadáveres y nuestros dolorosos problemas sobre la mujer aquí| nosotros ya estamos
juntos| tu quisiste matarla, muy mal lo hubieras hecho| porque nuestras mujeres
pasadas nos siguen, sean ellas muertas o vivas, igual| tu mujer anda por las ca-
lles, tal vez borracha y enferma despues, pero llevando un recuerdo triste y trágico
siempre en su corazón| la mía llegó esta noche| cansada la pobre, y muerta, de un
rincón donde duermen los albergues de las playas: llevadme a la morgue¡ allá me
espera mi hombre, decidle a él, que me perdone, se lo ruego, yo sufrí mucho, ahora
me purificá en el sufrimiento y castigo, y le voy a seguir con mi dolor y lágrimas y
deseos por él, hasta su muerte¡ el era siempre puro y limpio| él me comprenderá,
perdonarme, y me guardará en su corazón y cerebro como yo le guardo a él en
mis deseos y pasiones y así sremos felices y dichosos sobre las colinas eternas de
la muerte
y enseguida como se levantó,
abriendo las puertas
de la morgue;
ya les vieron
por las calles y avenidas y sobre los conventillos como pasaba con sus luces grices
la peste|
le dijo:
ahora terminaban nuestros problemas de la mujer, el dolor se muere con noso-
tros| vamos por las calles, tu te vas a ocupar en las panaderias, abriendo las puer-
tas ante los pobres y hambrientos| yo voy a ocupar| los hospitales, para conquistar
contra la peste la ciudad| ahora cerramos la puerta de la morgue¡
ved, ya encendieron en los conventillos las lámparas| toda la ciudad se despertó y
la peste ya anda por las calles| vamos¡

69
0

La peste ya ocupaba los conventillos, y puso su bandera oscura


sobre los boliches del puerto y sobre las calles y callejones de la ciudad
la gente rotosa y hambrienta
ocupaba las avenidas,
mujeres-hombres-

en una multitud trágica con las lámparas encendidas en la niebla ante las panade-
rías y hospitales|
el cojo ante los hornos hirvientes con su cabeza,
de pan batido con ojos de aniz, y con cuerpo de sacos de harina,
y el
médico en las puertas abiertas del hospital¡ sus manos parecían cuervos oscuros y
trágicos de la tristeza e infelicidad|
los boliches temblando
esperaron en el puerto|
la morgue se levantó y se sentó sobre la ciudad¡
y las colinas de pan,
y los hospitales
empesaron andar por las calles
como conquistadores tristes e infelices
como cuervos oscuros y trágicos
hacia las luces grises
y apagadas
de la
peste¡

70
El fin del mundo llegará junto con mi muerte !

71
CARTEL N° V
OP 96

Los muertos de la mañana


(1922. IX. 11.)

La naturaleza!
fábricas,
campos,
ciudad!
puertos!
buques
cementerios,
casas de mujeres,
la morgue.
teatró,
hippodromo,
circo,
coliseo,
escuela,
biblioteca,
sotanos!
palacio,
járdin!
un camino
avenidas,
panadería!
callejones!
conventilló!
el mar,
la playa,
sala de juego!
iglesia!
son los poderes
de mis palabras trágicas,
la vida corre en una ligerosa
cinematográfica,
acompañando por la orquesta
fenomenal del dolor!

---------------

72
Naturalmente tengo
algunas ideas originales sobre la problema
metafísica de la risa tambien igualmente
una del llorar!
el unico quien no me compren-
dio, encontrando una diferencia enorme
entre mi arte y personaje!
entre el modo de mis pensamientos y vida,
era un frutero
frances!
?
en el sentimiento no tengo límites!
no puedo reconoscer la musa de los
tibios que parecen [...] una tetera comprada
en la agencia en el lugar de su corason!
odiar,
o
amar, amar!
abrasar o
matar!
fecundar a la mujer,
o
ahogarla con mis lagrimas!
oh soy embustero!
falsante!
con nadie mejor que conmigo mismo! Soy
el hombre del corason quadrado

en el camino trágico
del crimen, hasta donde yo llegaría en mis dos manos
verdes llevando la antorcha lacre del sacrificio de los
millones
enterrados!

---------------

73
No me importa que
muera todo el mundo, pero grito con una voz
espantosa hacia la revolucion y
la guerra!
odio la idea del pacifismo!
porque
pacifismo da la
tranquilidad,
y la muerte!
lo que
tengo la locura innegable en mi cerebro, lo
que pide al movimiento y la lucha eterna! La
humanidad!
hablar y preocuparnos con ella
sería
una falta de las dimensiones de mí! tengo mi
horizonte arrebatada en mis gustos y
en mis labios!
y a donde vivir
veo mis signos
señales
sobre todas las mañanas
sobre las chimeneas de las fabricas,
sobre todos los buques del mar,
y sobre todos los aeroplanes
y sobre todas
las torres amarillas de la tierra,
como me tapo
con una capa de la niebla gris, que no me
vea nadie.
sino hoiga mi voz todo el mundo,
no sabiendo que de donde viene ella,
que viene de las
iglesias o de los boliches, o de las casas de la
noche, o de los cuarteles, o de las morgues
viene ella!

---------------

74
Llegaré una
vez hasta el punto cuando diré
no es necesario el
arte!
voi a negar
la utilidad de la literatura! y mandaré
todos los literatos y artistas para la mierda!
vivir la vida es el
arte real! los cojos, ciegos, mudos y sordos y
otra junta de los miserables humanos
que no
sirven para nada pensaron a hacer una con-
currencia para la fuerza pura y cruda y sal-
vaje, y invencible!
prefiero un boxeador negro
con su musculatura de fiera
mil veces ante
que a un intellec-
tual!
reconosco un derecho!
el derecho de la fuerza!
el
derecho de la ciencia,
lo del arte, y
lo del pensamiento
no elite!
es una men-
tira universal, que se vá sin descubrido
y iluminado
con las luces
del incendio de las
ciudades que los hombres de la fuerza mate-
rial
con el derecho bruto y sagrado
prendieron fuego!

---------------

75

Siento el olor [...]


del arte antiguo,
y la imbecilidad de
lo del presente,
y veo las columnas monumentales
de lo del futuro!
vendrá un tiempo
cuando no
existirán artistas, ni arte! en el proximo
tiempo los boxeadores serán los poetas y
pintores y escultores sobre todas las
tendencias,
ya libradas del atavismo de la
imbecilidad!
las tragedias saldrán del teatro a
ocupar las calles y puertos, las líneas subirán
hasta las montañas y colinas y edificios, y los
colores ván a bajar de los horizontes levantes
del sol!
la música nascerá del andillo
de los ferias y del viento y del mar! Y el bai-
le
como una fantasía macabra y gallarda,
bajo las siete estrellas del cielo,
mientras yo tendré en una
mano los siete peces de [...]
para repar-
tir entre los hambrientos, y en la otra siete
gotas de mi leche,
para [...]

76
CARTEL N° VI
OP 97

Cartel especial y anexo


para los C. III, IV y V
Las 3 trag. del lamp. alucinado

1.

Ved, aquí viene el lamparero alucinado!


Yo soy el lamparero ese!
no quiero decir
sobre mí sino lo más esencial!
pero yo no
acabo las 20 líneas! y talvez el redingot de
esta charge me esta estrecho!
Cartel!
mis pies
estan en la tierra, pero yo me clavo el craneo
con las tachuelas de oro del decorado celeste!
mi cuerpo es un gran arco
que toca el violon
de la eternidad!
Tres profetas de la Biblia, con
aspectos de muyiks en [...]
y los angelitos
del Paraíso, en galería,
escuchan el solo de mi violon, que yo
ejecuto en el teatro de nuestra epoca!
tengo un oficio transcendental!
he sustituido los faroles de cochera
de la literatura ignorante y primitiva
en tierras salvajes y degenerados por mul-
ticolores lamparas vivas
de mi invencion!
no dire como
ni por que, sino
cuando?
yo los encontre a la vuelta de una es-
quina!
toda mi literatura es así
imprevista, toda di a la vuelta
de una esquina!
pegaban en las calles
los carteles de la funcion siempre poster-
gada de sus esperanzas!

77
---------------

no había espectadores, y la taquilla


estaba exámine! ni una hoya de cuatro dobleces,
vagamente aparecida a la cartera de un
millionario absurdo, habían tipografado algunos
signos raros!
ayer no más, cuando la ciudad
estaba en oscuras, y ellos vagaban con linternas
sordas, y llaves maestras para abrir las
cajas de fondos de los cerebros!
en una otra
hoya mayor, donde la desesperación de las
cajistas arrojo letras diversas, como los niños
malos lanzan barro a los vidrios engra-
vonados de un bar,
decían algunas palab-
ras agresivas! Pero todavía eran ingenuos
como escolares, unos escolares, que causan
ataque cerebral a sus profesores!
ya el oto-
ño había nevado en los mongítos y en
los cuellos finísimos! el viento, con su lá-
tigo hacía ensayar a las hojas las rondas
para el proximo ballet automnál!
y el sol
usa una lejana libra esterlina, suspen-
dida en la niebla, desde cuando sin
duda un muchacho de
millionario la arrojo arriba jugando a las
,,chapitas”.
Entonces llegé yo!
el lamparero
alucinado!
a colgar en sus divanes
y sotanos
y bancos telarañosos
las lamparas alucinantes de mi arte!

Valparaíso, 1922. IX. 17.


78
79
Bela Uitz, Géprombolók nº3, aguafuerte y aguatinta.
POSTFACIO

ZSIGMOND REMENYIK Y EL MOVIMIENTO VANGUARDISTA


DE VALPARAÍSO EN LA DÉCADA DEL ‘20

1. Hungría o la patria rechazada


En este país, me sentí rodeado de bárbaros, de salvajes, de
extranjeros, familia y amigos incluidos. Remenyik, El extranjero

Hungría era a principios del siglo XX parte del Imperio Austrohúngaro, un


país donde la nobleza campesina se había visto recientemente obligada a aliarse
con la burguesía judeoalemana, constituyendo una clase dirigente decadente
y retrógrada. Los pocos intelectuales afines a las ideas republicanas se vieron
sobrepasados por los belicosos nacionalistas hasta que la llamada "Revolución
de los Crisantemos" estableció una república democrática, bajo la dirección
del conde Mihály Karoly. Pero los vencedores de la 1ª guerra mundial habían
dejado a Hungría con un tercio de su territorio, y una situación desastrosa que
la joven república no pudo superar. Dado el enorme apoyo popular que tenían
los comunistas, el conde Károly renunció, y en marzo de 1919 los revoluciona-
rios de Bela Kun proclamaron la dictadura del proletariado sin derramamiento
de sangre. La "República de los Consejos" expulsó a las tropas intervencionistas
y comenzó la reorganización socialista del país. Confiaba para esto en el apoyo
de la revolución rusa y del proletariado internacional, pero fue derrotada por
el ejército real de Rumania, aliado a la reacción húngara y a las potencias oc-
cidentales: después de 133 días de república socialista la monarquía fue res-
taurada en Hungría, que volvió a ser un país feudal, ahora además agotado y
reducido territorialmente.
Por otro lado el principio del siglo XX es la época de oro de las letras hún-
garas: sus escritores se entusiasman con la literatura occidental –Occidente es
precisamente el nombre de su revista–, y se oponen al feudalismo imperante en
el país. Este ímpetu se verá interrumpido por la contrarrevolución y la catás-
trofe de 1919.
La nueva generación se divide entre los partidarios del nuevo régimen,
los burgueses liberales, los que buscan acercar a los intelectuales y los campe-
sinos, y los revolucionarios que difunden las vanguardias europeas. "El más
desesperado y el más radical de estos jóvenes rebeldes es sin duda Zsigmond
Remenyik."1

1 Georges Ferdinandy: L'oeuvre hispanoaméricaine de Zsigmond Remenyik, Mouton, La Haya-


París, 1975.

81
Calle de Budapest en 1919, con afiches que llamaban a defender la revolución.
Abajo el de Bela Uitz, que llevaba toques rojos en las vestimentas, las banderas y las letras.

82
2. Aktivizmus

¿Quiénes son los pequeños burgueses? Todos aquellos que


no se dicen: el hombre sólo existe creando. Sándor Barta

El Activismo fue un movimiento literario y artístico de vanguardia que


concibió la obra de arte como un elemento de acción política. Los Activistas
húngaros se decían herederos de "Los Ocho", un grupo de artistas que hacia
1909 intentó hacer de la pintura –influenciada por Cézanne y los cubistas– un
arma para el cambio social, siguiendo a Georg Lukács y otros pensadores radi-
cales. Si "Los ocho" provenían de la clase media, los Activistas eran proletarios,
por lo que su protesta fue más radical. Su propósito era poner la estética de
avanzada al servicio de las masas.
Lajos Kassák fue obrero metalúrgico antes de ser poeta whitmaniano; más
tarde, influenciado por distintos ismos, creará manifiestos vanguardistas, nove-
las, collages y poemas visuales dadaístas, así como las revistas más estimulantes
–y más perseguidas– de Europa central. Aparecida en 1915, A tett (La acción)
seguía el modelo de la berlinesa Die Aktion (donde colaborara Otto Gross), y
buscaba la total reestructuración de la sociedad en Hungría y el mundo. Su
diseño mostraba la influencia del Expresionismo, el Cubismo y el Futurismo.
Pero al contrario de Marinetti, Kassák no mostraba entusiasmo alguno por la
guerra. Se negó a apoyar la participación de Hungría en la 1ª guerra mundial, y
esta oposición, sumada a sus actividades poco patriotas –publicación de obras
de artistas de "países enemigos", exposiciones de artistas socialistas, lecturas de
escritores de izquierda– le valió la censura del imperio Austro-húngaro: antes
de un año de su aparición A tett fue prohibida. Pero pocas semanas después
aparecería Ma (Hoy), "el principal medio de expresión de la vanguardia hún-
gara", donde se reunían las manifestaciones más comprometidas de la vanguar-
dia internacional y los principales escritores húngaros de izquierda.2 A través
de los artículos de Ma, y de las exposiciones de artistas activistas como Sándor
Bortnyik o Béla Uitz,3, Kassák continuó el asalto a la moral burguesa que había
iniciado con A tett, y su propaganda revolucionaria aceleró la caída del imperio.
La “Revolución de los Crisantemos” fue saludada como un gran triunfo para
los trabajadores, pero pronto el nuevo Consejo Nacional del conde Károly se
reveló como una democracia liberal apoyada en las clases medias y sus valores,
precisamente lo que Kassák estaba combatiendo: el proletariado debía ser el
portador legítimo de la nueva cultura.
Los artistas Activistas, que demandaban una revolución de tipo bolche-
vique, le dieron su apoyo a Bela Kun. La intelectualidad húngara, con Lukács

2 S.A. Mansbach: Confrontation and Accommodation in the Hungarian Avant-Garde, Art


Journal,Vol. 49, No. 1, From Leningrad to Ljubljana: The Suppressed Avant-Gardes of East-Central
and Eastern Europe during the Early Twentieth Century (Spring, 1990)
3 Uitz fue cuñado y colaborador de Kassák. Además de linóleos abstractos, en 1923 creó la serie de
aguafuertes «Géprombolók», donde el protagonista, partidario de la revolución proletaria, atacaba
con furia al sistema capitalista. Se exilió en Rusia.

83
a la cabeza, apoyó inmediatamente a la nueva República de los Consejos. Los
artistas tuvieron trabajo en las nuevas academias, escuelas y talleres de arte
proletario surgidas por doquier, y sus obras se vendían. Por primera vez los
pintores de izquierda sintieron que su arte participaba en la construcción de
una nueva sociedad. Pero a poco andar Bela Kun respondió a las amenazas de
la reacción interna y externa con medidas represivas. El entusiasmo popular
disminuía y surgían voces críticas. Los artistas permanecieron fieles a Kun, y se
entregaron a la creación de afiches que inspiraran la defensa del régimen, como
el de Uitz “Vöros Katonak, Elore!” (¡Soldados rojos, adelante!), o cuadros que
representaran los ideales comunistas, como “La locomotora roja” de Bortnyik.
Entre las voces críticas estaba la de Lajos Kassák, que calificó al gobierno de
satélite de Moscú y declaró su oposición a Kun y su política cultural. Pensaba
que serviría mejor al arte y a la nueva sociedad manteniendo su independencia
crítica. Esta posición le costaría la cárcel, el cierre de Ma y el alejamiento de
sus amigos: la mayoría de la vanguardia seguiría fiel al gobierno. Pero estas
querellas no durarían mucho, ya que la reacción estaba a la vuelta de la esquina
y pronto todos tendrían que partir al exilio.

3. La vanguardia húngara en Viena



Soles ríen en los huecos de mis axilas,
¡bebe de mis senos la lecha blanca de la vida! Erszi Ujvári

Las revistas de vanguardia en el exilio publican una cantidad impresionante


de importantes autores. Entre los muchos húngaros, Tibor Déry y Lajos Kassák
hoy son traducidos a varias lenguas, y Sándor Barta fue un autor reconocido
en Rusia. Entre los occidentales destacan Apollinaire, Arp, Borges, Cendrars,
Cocteau, Maïakovski, Tzara, Soupault; en pintura los húngaros Bortnyik, Uitz,
János Mattis Teutsch y László Moholy-Nagy 4 –pilar de la Bauhaus–, junto a
Archipenko, Picasso, Chagall, Grosz, Kandinsky, etc. Nunca las revistas hún-
garas tuvieron un abanico tan rico de colaboradores. Kassák publicó a estos
escritores y artistas en su “Biblioteca Horizonte” –donde también aparecieron
antologías de la vanguardia checa y rusa–, y a los húngaros en la colección “Los
libros de hoy”.
El grupo vanguardista de Viena vive intensamente, liberado tanto del fa-
moso “pudor húngaro” como de la “moral socialista”, escribiendo y pintando
sin tabúes, sintiendo como propios los acontecimientos del mundo. El Acti-
vismo, a pesar de su apertura a las distintas vanguardias europeas, en Viena
se acercó cada vez más al expresionismo alemán, por proximidad geográfica e
ideológica. Ambos movimientos comparten el pacifismo, el anhelo de revolu-
4 En 1922 Kassák escribió en colaboración con Moholy-Nagy El libro de los nuevos artistas, donde
sostiene que el dadaísmo era “el ritmo inicial de la creación”, pero “rechazando cualquier diletantismo”,
considera el arte como “una actividad laboral”, creada por un «individuo colectivo». «La construcción
poética, un legado de la vanguardia húngara», Manuel Sánchez Oms, Antigrama, n° 23.

84
Portadas de A tett y Ma, esta útlima con una xilografía de János Mattis Teutsch.

85
Dos xilografías de Sándor Bortnyik: retrato de Lajos Kassák y portada para un libro de Sándor Barta

86
ción, y un mismo destino: derrota en la guerra, revolución aplastada, exilio. La
producción literaria del expresionismo se caracteriza por el irracionalismo, el
patetismo, el lirismo y por un tono profético, revolucionario y desesperanzado
a la vez.
Como todas las vanguardias los Activistas plantearon en manifiestos su
ideario, que podría resumirse así:
–Rebelión artística y social contra la civilización, mezclada con una visión
de amargo desencanto y desesperada nostalgia de bondad. “El escritor no me-
rece tal nombre, si no cree su deber el destruir el mundo tal cual es” –dice el
expresionista alemán Ludwig Rubiner. “No nombraré, ni por un montón de
estiércol, a un ser civilizado”, exclama Sándor Barta en su manifiesto El hombre
con cabeza verde, rebelándose contra la falaz quimera del humanismo y la ra-
zón, y añorando ardientemente un mundo de belleza, justicia y verdad.
–Independencia del individuo frente a la sociedad, la historia, los partidos
políticos: “No tenemos raíces en el pasado, ni riendas para el futuro… La voca-
ción del artista es despertar a la humanidad perdida por la ignorancia de los
oprimidos y la especulación de los poderosos. ¡Contra cualquier dictadura de
clases, anunciamos la comunidad de las individualidades victoriosas, contra
toda moral de Estado, la ética colectiva!”, anuncia el manifiesto de Kassák en
húngaro y alemán “A los artistas de todas las tierras”, aparecido en Ma el 1º
de mayo de 1920. El artista debe propiciar la revolución, sin perder nunca su
libertad creadora.
La vanguardia húngara, dividida entre los fieles a Ma y los comunistas orto-
doxos con su órgano Egység (Unidad) –y por su lado Barta con su revista El
ahorcado–, no estuvo exenta de bulladas polémicas. El 1º de mayo de 1922 los
comunistas comandados por Bela Uitz ingresan a una manifestación “maísta”
en París para sabotearla, pero son rechazados después de un acalorado in-
tercambio de opiniones y empujones. Hacia 1927 los que vuelven con Kassák a
Hungría, después de la liberalización del país, se verán aislados en un ambiente
de estancamiento y lasitud, indiferente a las aspiraciones de la vanguardia. Y
los que parten a la URSS –como Barta–, se verán obligados a acatar servilmente
las directrices culturales del partido.
Sin embargo la lucha de los Activistas no fue en vano, pues inspiró a muchos
creadores inconformistas. Sin ella no podría comprenderse, por ejemplo, la vida
y la obra de Zsigmond Remenyik, ni el carácter combativo de la vanguardia de
Valparaíso. Asiduo colaborador de Ma, Remenyik llevará en su corazón la convic-
ción revolucionaria, y en su maleta la xilografía “Aktivizmus” de Bortnyik5. En
este bello grabado –que apareció en la edición internacional de la mítica revista
en 1920– los transeúntes porteños pudieron ver a los activistas sublevando a las
masas y a las ciudades mismas, en audaces gubiazos constructivistas.

5 Sándor Bortnyik fue uno de los artistas húngaros más importantes del siglo XX. Después de
poner sus gubias y pinceles al servicio de la revolución, el exilio lo llevó a Viena y luego a Weimar,
donde se acercó a la Bauhaus. Al volver a Hungría abrió un taller en Budapest –con alumnos de la
talla de Vasarely–, fue director de la Academia de Bellas Artes y se dedicó a los afiches publicitarios.

87
4. El extranjero

En 1920 tomé rumbo a América Latina, joven y sin ninguna responsabili-


dad. Casi no tenía nada que perder… Remenyik, Amerikai ballada

Remenyik nace con el siglo en una familia empobrecida de la pequeña nobleza.


Educado en un colegio católico, muy pronto reniega de su entorno social y
adopta ideas izquierdistas. Abandona sus estudios de derecho y se dedica a la li-
teratura, acercándose al grupo vanguardista de Lajos Kassák. Durante la Repú-
blica de los Consejos “practicó el activismo político propagando el panfleto
Agitáció (Agitación) entre los estudiantes de su antigua escuela provinciana.”6
Al caer la Räterepublik, el exilio dispersa a los vanguardistas húngaros por
Europa: Francia, Alemania, Rusia, Austria. Remenyik se reúne con Kassák en
Viena. Este le entrega revistas, proclamas, grabados; aquél sus textos. Su pri-
mera publicación –el poema “Las almas elegidas”– aparece el 1º de mayo de
1920 en Ma.
Pero Zsigmond no se halla a gusto en Viena, donde los socialistas dispu-
tan mezquinamente esperando su revancha en Hungría. Ni la efervescente vida
cultural europea, con Francia a la cabeza, puede entusiasmarlo: "...el ejército
francés ahoga frente a sus ojos a la democracia húngara recién conquistada
–dice Ferdinandy– y para él, Apollinaire es un voluntario de ese país". Ha asis-
tido al derrumbe de su clase social, al desmantelamiento de su país a manos de
las democracias occidentales y a la incapacidad de la internacional obrera para
salvar a la república socialista. Su estado de ánimo es de un desencanto abso-
luto. En el viejo mundo no hay esperanza. Sólo le queda un camino: la aventura
en un continente remoto. Más allá del océano estaba Sudamérica, y más acá de
las vanguardias, “la verdadera vida”.
Su ruta pasó por Hamburgo, Amsterdam, Rotterdam, Pernambuco, Mon-
tevideo, Buenos Aires. A poco de llegar trabaja en una oficina de cambios. A
fines de ese año es vendedor ambulante en Asunción. El año siguiente trabaja
en un hotel de Bs. Aires, y –según sus novelas autobiográficas– de cargador,
cazador de ballenas, leñador y pastor de ganado en las Malvinas, Bolivia, Perú
y la Patagonia, alojándose en bodegones y burdeles y mezclándose con todas
clases de gentes. “A fines de 1921 ya lo encontramos en Valparaíso, donde llegó
a conocer las barriadas de las colinas y del puerto…” (Scholz). Aquí se dedica
al contrabando y toca el piano en bares, pela papas y limpia pescados a cambio
de comida. Pronto publicará sus primeros textos en español. “Rompe con su
lengua materna, para poner su talento al servicio de la colectividad humana
que le ofrecerá trabajo, estima y hogar.”7
Esta colectividad es el pueblo de Valparaíso, los trabajadores y prostitutas
del barrio puerto, los habitantes de los cerros aledaños. Y también los escritores
y artistas.
6 Lászlo Scholz, prólogo a El lamparero alucinado de Remenyik, Iberoamericana, 2009.
7 Ferdinandy, Op. Cit.

88
Al poco tiempo de llegar ya forma parte del grupo de inquietos creadores
que buscan subvertir la cultura y la sociedad chilenas. “En esta época el autor
pasaba sus días en V., movido puerto del Océano Pacífico. Vivía de trabajos oca-
sionales, limpieza de pescados, pelado de papas, ayudando en construcciones,
cobijándose por las noches en el taller de un sastre. Menciono esta circunstan-
cia como información, como debería mencionar el viento que trae polvo del
lado de los Andes, el olor a pescado que da náuseas, el olor del petróleo, los
hombres en harapos y descalzos arrastrándose al borde del mar.” Una noche el
sastre llega acompañado de una muchacha “flaca de piernas torcidas” y lo echa
a la calle. Se va a un restorán donde había trabajado, a preguntar si podía pelar
papas o limpiar pescado. La dueña le dice: “No esta noche. Pero siéntate. Puedes
tomar un café. Además puedes escuchar a Agrella que acaba de llegar en barco
y se lamenta de sus sufrimientos. En vez de comer y largarse, habla toda clase
de cosas insensatas.” Era este un joven flaco, sin afeitar, con las manos sucias.
“Esa noche el escritor conoció definitivamente la solidaridad irracional de los
pobres y los enfermos.” Habiendo decidido ya dormir en un portal entre los
perros callejeros y otros vagabundos, Agrella lo invita a su casa: una tienda de
cueros abandonada. “Invitó al escritor a acostarse tranquilamente sobre el suelo
podrido y a cubrirse con pedazos de sacos.” Así relata Remenyik su encuentro
con el rotoso paladín de la vanguardia porteña8. Agrella le presentó al resto de
artistas y agitadores del puerto, que lo acogieron de inmediato y lo llamaron
afectuosamente “Sergié”. El revolucionario grupo de artistas se reunía – ­ según
su novela autobiográfica Az idegen (El extranjero)– en la tienda de música La
Scala de Milano, para discutir “las distintas maneras de salvar la humanidad y
de cambiar los fundamentos de este mísero mundo”.

5. Manifiestos rebeldes en Chile

Más hermanos nuestros son los artistas de Argentina,


Bolivia y Perú, que todos los rastacueros de la política en esta tierra.
1er Manifiesto a los Artistas y Estudiantes de Bellas Artes”. Grupo Spartacus

En Santiago la agitación también había comenzado. “La bohemia estudiantil


antioligárquica y el anarquismo –con participación de obreros y artesanos– fue
una marea ascendente, convirtiéndose en un destacado actor político y social
junto al movimiento obrero en formación”. 9.En 1906 nace la Fech para la defen-
sa de los estudiantes y los obreros contra las autoridades académicas y la pre-
potencia de la oligarquía, enfrentándose a la fuerza pública en manifestaciones
y protestas –como la de 1915 contra la intervención militar de Estados Unidos
en México. En 1911 crean la revista Juventud, y en 1920, Claridad, donde reu-
nieron a poetas malditos, filósofos y anarquistas: Verlaine, Baudelaire, Corbière,

8 Agrella Emléke (Memoria de Agrella), en Aguida mon amour, Editio Plurilingua, Budapest 2000.
9 Bernardo Subercaseaux. Historia de las ideas y de la cultura en Chile, Tomo III, Universitaria, 2004.

89
Portada del número 7 de la revista Claridad.

90
Kropotkin, Bakunin, Proudhon, Marx, Nietzche, Apollinaire y Rimbaud. En
las revistas de la Federación se podía conocer el moderno movimiento musical
francés, o a los pintores locales con influencia cubista. Colaboraron entre otros
Pedro Prado, José Domingo Gómez Rojas, Neruda, Huidobro y Fernando Gar-
cía Oldini, el único crítico que valoró a los nuevos autores.
Claridad solidarizó con Recabarren preso en Tocopilla, alzó la voz por
Sacco y Vanzetti y se opuso a la movilización del gobierno contra Perú, cuando
la “juventud dorada” pedía armas. “En Claridad se ataca con saña al Gobierno
de José Luis Sanfuentes, culpable de la masacre de obreros de la FOCH de
Magallanes, el 27 de julio de 1920, y se sindica directamente como responsables
del crimen al gobernador Alfonso Bulnes y al comandante J.M. Barceló. Como
respuesta, protegida por el gobierno, una turba de la "canalla dorada" –entre los
cuales se contaba el Padre Hurtado– asaltará el local de la Federación de Estu-
diantes y de la revista Númen, destruyéndolo. Por esos días muere en la cárcel,
víctima de torturas, el poeta Gómez Rojas, no sin antes haber anunciado que
llegará el día "de la gran libertad sobre la tierra grande", y a causa de estos mis-
mos tratamientos policiales enloquecen y mueren en la prisión los dirigentes
anarquistas de la IWW., Hernández y Lagos. Es justo recordar también los
escritos de Juan Gandulfo, el que después de estar encarcelado por el gobierno
publica una de las más estremecedoras acusaciones al sistema penal chileno."10
“En un principio la emoción fue. Agú. Lo elemental. La voz alógica. El
primer grito de la carne. Hoy sólo queda la palabra sobajeada y sobajeada,
lunar postizo, colorete. ¡EL GRITO!… ¡EL GRITO!... ¡EL GRITO!” La Fech
fue vanguardia política y artística: Claridad publica en 1920 el “Primer Mani-
fiesto Agú», firmado por Zain Guimel y Juan Martín –Alberto Rojas Jiménez
y Martín Bunster–. “Es conveniente recordar que para algunos comentaristas
"dadá" es la onomatopeya del primer sonido emitido por un niño, o sea, lo
que en "chileno" viene a corresponder a "agú". Se asegura que para ingresar al
Movimiento Agú "no se necesita aprendizaje, ni lecturas, ni erudición”. A pesar
de tales facilidades para el ingreso, Agú fue bastante efímero y no tuvo mayor
resonancia."11 Claridad anuncia que Vicente Huidobro ha enviado un "Mani-
fiesto Dadá" de Picabia y promete publicarlo, y comenta que Joaquín Edwards
Bello está dentro de tal corriente.
En 1921, paralelamente a la Fech, nace la Confederación de Estudiantes
Revolucionarios –o Soviet de Estudiantes– de la unión de los grupos Lux (Me-
dicina), Spartacus (Bellas Artes), Renovación (Leyes), Rebelión (Estudiantes
Secundarios) e Insurrección (Economía). En 1921 el “Grupo Universitario
Lux” publica en Claridad una “Declaración de Principios” y un “Manifiesto
del Grupo Universitario Lux a los Estudiantes e Intelectuales de Chile”, ins-
taurando “un sujeto colectivo que, con un lenguaje beligerante y disidente,
toma posición y divide el campo político al identificar un “nosotros” –los estu-

10 Jorge Teillier, "Alberto Rojas Giménez: El guitarrero vestido de abejas", prefacio para Chilenos
en París, de A. Rojas Giménez, Editorial Universitaria y U. de Concepción, 2000.
11 Teillier, Op. Cit.

91
diantes, los intelectuales– y un “ellos” –el régimen capitalista y sus instituciones
represivas”12. El sujeto colectivo detrás de los manifiestos insurrectos de toda
América es casi siempre una asociación de individuos libres y solidarios contra
la injusticia y decadencia de la sociedad burguesa, y a favor de una hermandad
latinoamericana.
El grupo Lux ataca el capitalismo y la propiedad privada; las desigualdades
que genera y las medidas demagógicas que los gobiernos introducen para
controlar el descontento, así como el fomento del nacionalismo y la invención
de conflictos con países limítrofes para desviar la atención de los problemas
sociales. Promueve una colectivización de los medios de producción y del pro-
ducto del trabajo para terminar con la explotación. Este “anarquismo estudian-
til” es nietzscheano y antiautoritario, anticapitalista y pacifista, rupturista con
“los valores tradicionales que oficialmente sustentaba la sociedad chilena como
el sentido de la patria, Dios, la propiedad, la familia, el orden, y la justicia”.13 En
agosto de 1921, el Grupo Universitario Spartacus lanzó en Claridad su “Pri-
mer Manifiesto a los Artistas y Estudiantes de Bellas Artes”, en el que llaman a
los artistas a la rebelión: “Mientras nuestros camaradas de otros países están
constantemente alzando sus voces de protesta contra la injusticia imperante,
nosotros, los artistas de Chile estamos todavía sumidos en una vergonzosa
inacción”.14 La misma sociedad que genera ignominiosas desigualdades so-
ciales, produce también artistas esclavos que buscan agradar al poder político y
económico celebrando los valores burgueses. “Hasta ahora hemos vivido supe-
ditados a los intereses del capitalismo burgués, que nos estruja, nos humilla y
exige de nosotros un arte nauseabundo y pastoso (…) Por eso nos declaramos,
desde luego, enemigos de este sistema de explotación inveterada y servilismo.
Porque es injusto y porque –obtuso y mediocre– mutila y destroza nuestras
mejores iniciativas.” El grupo Spartacus exige mayor libertad y autonomía en
la Escuela de Bellas Artes y otras áreas del mundo artístico, como son los comi-
tés y consejos que controlan la actividad plástica, los mecanismos de elección
de estos consejeros, la representatividad del Estado en estos organismos, y la
prensa de la élite con sus críticos conservadores que determinan los gustos del
público; también “denuncia las campañas gubernamentales del año veinte que
al fabricar un posible conflicto con Perú, permitieron el asalto y la persecución
de la Fech” (Lizama). El artista académico, aferrado a la tradición y la imitación
de los maestros, se cierra a las nuevas corrientes extranjeras, promoviendo un
arte chovinista. El arte nuevo debe ser fraternalmente cosmopolita: «Odiamos
la guerra y el capitalismo –su causa primera– porque ello nos obligará un día
a alzarnos en armas contra nuestros camaradas, los artistas de otros pueblos».
Aspiraban a vivir al margen de los “egoísmos mediocres de las castas oligárqui-
12 Patricio Lizama, Vanguardia chilena: manifiestos, revistas e intelectuales. Revista Mapocho nº71, 2012.
13 Fabio Moraga, Historia de la Federación de Estudiantes, Tomo 1, Muchachos casi silvestres. La
Federación de Estudiantes y el Movimiento Estudiantil Chileno, 1906-1936, Santiago, Ediciones de
la Universidad de Chile, 2007, citado por Lizama.
14 Klaus Müller-Bergh, Gilberto Mendonça Teles, Vanguardia Latinoamericana. Historia, crítica y
documentos, Iberoamericana, Madrid, 2009
cas” y de su mercantilismo, emancipándose de la tiranía del cliente burgués.

6. Juventudes ultraestridentes

Frente a los eunucos academicistas, los ULTRAS estamos


desvirgando el himen del Futuro. Manifiesto ultraísta

En diciembre de 1921 aparece en los muros de México D.F. «Actual N°1,


Comprimido estridentista de Manuel Maples Arce». Esta “Hoja de vanguar-
dia” –que contó con «iluminaciones subversivas de Guillermo de Torre, Mari-
netti y otros”– despertó inmediatas antipatías y rechazo al vociferar: “Muera el
cura Hidalgo» y otras frases destinadas a escandalizar al burgués mexicano. “La
estrategia de estas hojas volantes y de los manifiestos estridentistas era lanzar
una diatriba cáustica e iconoclasta contra todo lo establecido: el academicismo,
la solemnidad, la religión, los héroes nacionales, los patriarcas de la literatura
nacional”15: “CAGUÉMONOS–. Primero: En la estatua del Gral. Zaragoza,
bravucón insolente de zarzuela, William Duncan del film intervencionista del
imperio, encaramado sobre el pedestal de la ignorancia colectiva” (Manifiesto
estridentista, Puebla, 1923).
El Estridentismo fue la frenética y contradictoria vanguardia mexicana,
entusiasta del futurismo italiano y su amor por la guerra y la velocidad de los
motores, pero también compañera de ruta de la revolución mexicana –Maples
publicó en 1924 “Urbe, Super poema bolchevique”, dedicado a los obreros mexi-
canos. “Tal como el surrealismo quiso ponerse `al servicio de la revolución’ el
Estridentismo se puso al servicio de la mexicana”.16 De hecho su actividad se
limita a los años de dicha revolución. Así lo explica Germán List Arzubide, el
cronista “oficial” del grupo: “Como revolucionarios integrales, sabíamos que
toda revolución que no se decapita a tiempo, acaba de hacerse reaccionaria…”
El Estridentismo desarrolló una gráfica sorprendente en sus numerosas re-
vistas (Ser, Horizonte, Irradiador, etc.), auspiciadas por el generalote Heriberto
Jara. «Es innegable que este movimiento literario, cuyo punto central ubicóse en
la ciudad de Jalapa (donde uno de los fundadores, Manuel Maples Arce, tenía
un puesto burocrático que le facilitaba la publicación de libros, folletos y revis-
tas en la imprenta del Estado), ha sido uno de los responsables de la renovación
espiritual»17 Alrededor de Maples Arce se fue organizando un intrépido grupo
de creadores: los escritores List Arzubide, Arqueles Vela y Salvador Gallardo,
los pintores Ramón Alva de la Canal, Fermín Revueltas y Leopoldo Méndez. La

15 Hugo Verani. Las vanguardias literarias en Hispanoamérica (Manifiestos, proclamas y otros escri-
tos). Fondo de Cultura Económica, México, 1995.
16 Stefan Baciu. Antología de la poesía surrealista latinoamericana. Ediciones Universitarias de Val-
paraíso, 1981.
17 Stefan Baciu, Surrealismo latinoamericano. Preguntas y respuestas, Ediciones Universitarias de Valpa-
raíso, 1979.

93
“Grabado estidentista“ de Jean Charlot y portada xilografiada de Ramón Alva de la Canal

94
fotógrafa revolucionaria italiana Tina Modotti, Diego Rivera y Jean Charlot18
también fueron cercanos al grupo.
Uno de los iluminados subversivos de Actual, Guillermo de Torre, fue
figura central de la vanguardia española, y el mayor activista del Ultraísmo
–movimiento vanguardista fundado en Madrid por Rafael Cansinos-Assens.
También fue vanguardia artística y política: «ULTRA es el reflector estético del
bochevismo». El ultraísmo produjo gran cantidad de revistas (Gran Guiñol, Hori-
zonte, Prometeo, Parábola, Prismas, Reflector, Tableros, Tobogán, Ultra, etc.). En
Ultra (Madrid 1921-1922) colaboraron Buñuel, Gerardo Diego, Gómez de la
Serna, Pierre Albert Birot, Apollinaire, Cendrars, Cocteau, Max Jacob, Tzara,
Derain y el chileno Salvador Reyes.
Poeta y crítico, de Torre publicó en 1920 el “Manifiesto Vertical”, ilustrado
por Barradas y Norah Borges, que también ilustró su poemario Hélices de 1923.
En 1925 apareció su monumental Literaturas europeas de vanguardia que ejer-
ció una enorme influencia en España y América Latina: “Para nosotros fue una
especie de biblia”, diría Alejo Carpentier. Polemizó con Huidobro en su artículo
“La poesía creacionista y la pugna entre sus progenitores”. Nombrado “Presi-
dente Dadá” por Tristan Tzara, fue uno de los firmantes del poema automá-
tico enviado por Borges al rumano, y estuvo entre los firmantes de la proclama
ultraísta en Prisma, revista mural de Buenos Aires –ilustrada con una xilografía
de Norah.
La hermana de Borges se convertiría en su musa y luego en su esposa y
colaboradora. Viajaron en 1927 a Argentina, para volver en 1932 a Madrid;
en1936 trabajaron para la Oficina Republicana de Turismo en París. Luego de
la derrota se instalaron definitivamente en Buenos Aires, donde el español fue
un pilar de la editorial Losada. El argentino se unió al ultraísmo en Madrid,
para luego importarlo a Buenos Aires. «Existen dos estéticas: la estética pa-
siva de los espejos y la estética activa de los prismas. Guiado por la primera,
el arte se transforma en una copia de la objetividad del medio ambiente o de
la historia psíquica del individuo. Guiado por la segunda, el arte se redime,
hace del mundo su instrumento, y forja –más allá de las cárceles espaciales y
temporales– su visión personal» (Manifiesto del Ultra). En diciembre de 1921,
durante su breve temporada vanguardista, Borges empapelaba la ciudad con
Prisma, "hoja mural que dio a las ciegas paredes y a las hornacinas baldías una
videncia transitoria y cuya claridad sobre las casas era ventana abierta frente a
cielos distintos". "ULTRA. Nosotros los ultraístas en esta época de mercachifles
que exhiben corazones disecados i plasman el rostro en carnavales de muecas,
queremos desanquilosar el arte. Lícito i envidiable como cualquier otro placer".
Manuel Maples Arce, Guillermo de Torre y Jorge Luis Borges, actores prin-
cipales de las vanguardias en México, España y Argentina, dieron su adhesión
a otra proclama exaltada: el manifiesto “Rosa Náutica”, publicado en Valparaíso
18 Siqueiros y Orozco han reconocido su deuda con Charlot, Alva de la Canal aprendió de él la
xilografía, y por si fuera poco “el “redescubrimiento” de José Guadalupe Posada como artista “serio”
se debe a Jean Charlot, quien encontró sus grabados polvorientos en los talleres de A. Vanegas
Arroyo…” S. Baciu, Jean Charlot estridentista silencioso, Ed. El café de nadie, México, 1982.

95
96
en 1922, en la revista mural Antena. Junto con Actual y Prisma tejieron “una red
poética sobre las paredes latinoamericanas, de Norte a Sur”.19

7. 1922: el año heroico de las vanguardias


Para mí, vanguardismo equivale a extremismo y antiburguesismo:
puentes de una revolución moral. Guillermo de Torre

Antena fue el resultado de los esfuerzos de dos poetas que no han tenido
mayor reconocimiento en la historia oficial de la literatura chilena. El viñama-
rino Julio Walton Hesse fue un entusiasta animador del ambiente artístico del
puerto. Poeta y dibujante, su incansable actividad generaba sin cesar revistas y
libros ilustrados. Organizaba una concurrida tertulia literaria en su casa. En la
década siguiente proseguiría su labor cultural en Santiago creando la “Casona
del escritor”. 20 En 1920 crea junto a Luis Roberto Boza y Pascual Brandi la
revista Siembra, "la más importante de Chile” según Sara Vial. “La revista prác-
ticamente se armaba en los altos del Bar Alemán, en donde tenía su taller de
publicidad el poeta Pascual Brandi, vecino al del pintor Camilo Mori, por lo
cual no era nada raro que las obras del pintor nacido en el cerro Santo Domingo
aparecieran reproducidas allí”.21
El gran amigo de Walton fue Neftalí Agrella, “poeta vagabundo, de cier-
tas ideas anarquistas, fundador de varias revistas, traductor de Apollinaire y
envidiado protagonista de un legendario encuentro con Marinetti en Nueva
York” (Scholz). Primer poeta del norte grande, Agrella había llegado al puerto
en 1918. Mientras trabaja como obrero gráfico se acerca a los escritores del cír-
culo del Ateneo de Valparaíso, del que llega a ser secretario de redacción. Parti-
cipa en la creación de la Asociación de Artistas de Chile con el escultor Macho
Vásquez, los pintores Carlos Lundstedt y Roko Matjasic, y los escritores Zoilo
Escobar, Alejandro Galaz, Jacobo Gutiérrez, Luis Enrique Délano y Jacobo
Danke. “Todo empezó en un pequeño bar que había en la calle Lira, adyacente
a la residencia de Zoilo Escobar, estos inquietos hombres planificaron la futura
Asociación de Artistas, que fue fundada de hecho en 1922.”22
Ese año fue según Borges, “la fecha iniciadora de una nueva era en las le-
tras». Aparece el Ulises de Joyce, El castillo de Kafka, The waste land de T.S.
Eliot, Siddharta de Hesse, Sonetos a Orfeo de Rilke, Imagen –libro ultraísta de
Gerardo Diego. En América, Trilce de Vallejo, 22 poemas para ser leídos en el
tranvía de Oliverio Girondo, Andamios interiores de Manuel Maples Arce…
En Chile Pablo de Rokha lanza Los gemidos y Alberto Rojas Jiménez crea

19 Juan Manuel Bonet en El lamparero alucinado, Iberoamericana, 2009.


20 Librería donde funcionaba también la Editorial Documentos de Walton, que publicó, entre otros,
a Huidobro, animador de las nuevas tertulias. «Pertenecía a un porteño con cara de gringo jovial y
bondadoso, Julio Walton, poeta revolucionario». Volodia Teitelboim, Huidobro, la marcha infinita,
Sudamericana, 1996.
21 Claudio Solar. Historia de la literatura de Valparaíso. Ediciones de la gran fraternidad de
escritores y artistas de Valparaíso. 2001.
22 Julio Flores, Valparaíso cultural y artístico, Ilustre Municipalidad de Valparaíso, 1978.

97
el grupo poético “Uremia”. En Europa y América se publican libros, se crean
revistas, se difunden manifiestos. En México, Actual n°2 aparece en febrero, el
n°3 en julio.
El 1° de noviembre Vicente Palés Matos y Tomás Batista publican el «Primer
Manifiesto Euforista» en Puerto Rico: “¡Hagamos una nueva historia, una nue-
va tradición, un nuevo Pasado! ¡Y los que detrás vengan que destruyan como
nosotros, que renueven! ¡Bienvenido el vértigo, el peligro, la locura! ¡Abajo las
mujeres románticas, el poeta melenudo, los niños llorones, los valses, la luna,
las vírgenes y los maridos! ¡Madre Locura, corónanos de estrellas!” Y al año
siguiente: “Va nuestro segundo manifiesto a todos los que sientan en sus venas,
aún caliente, la sangre primitiva de los antiguos y fuertes pobladores de nuestro
continente. Proclamemos la grande República Eufórica Americana”.23
En la América tropical las vanguardias nutren su moderna rebeldía con
la savia poderosa de los pueblos precolombinos y africanos. Entre el 11 y el
18 de febrero, en el Teatro Municipal de Sao Paulo tuvo lugar la “Semana de
arte moderno”, apoteósica eclosión del Modernismo. Este movimiento artístico
quiso crear una verdadera cultura del Brasil, liberada de los valores occiden-
tales; las vanguardias europeas debían ser asimiladas según las necesidades de
la realidad brasileña. La Semana reunió en lecturas, exposiciones, conciertos
y conferencias a pintoras como Anita Malfatti y Tarsila do Amaral, músicos
como Heitor Villa-Lobos, y escritores como Mario y Oswald de Andrade. 24

8. El manifiesto Rosa Náutica y la generación naciente

Pertenecemos al futuro, y en el futuro nos explicaremos solos.


La dirección del movimiento vanguardista chileno

En marzo aparece en las calles de Valparaíso un insólito cartel. Es el primer


y único número de la “Hoja vanguardista Antena”, que presenta el manifiesto
“Rosa Náutica” ilustrado por la xilografía “Aktivizmus”. Entre los 27 firmantes
encontramos en primer lugar a Agrella, seguido de Walton, los “agüístas” Mar-
tín Bunster y Alberto Rojas Giménez, Salvador Reyes, “Segismundo” Remenyik,
Cárlos Toro Vega, Marko Smirnoff, Cárlos Ramírez B., Oscar Chávez y Fernan-
do García Oldini, además de muchos desconocidos. Adhieren Huidobro, J. L. y
Norah Borges, Maples Arce, Guillermo de Torre y “Jacques Edwards”. Este últi-
mo es Joaquín Edwards Bello –“Chargé d’affaires DADA au Chili” (Encargado
23 Claudia Apablaza: Manifiestos vanguardistas latinoamericanos, Barataria, Barcelona, 2011.
24 Estos paladines de la vanguardia brasileña animarán durante toda la década esta corriente “anti-
eurocéntrica” en las artes. Mario publicó en 1922 Paulicéia desvairada (algo así como Sao Paulíada
desvariada). Texto fundacional de la vanguardia brasileña, se abre con un manifiesto –“Prefacio
interesantísimo” donde postulaba el nuevo lirismo proveniente de un inconsciente pre-verbal, y
se cierra con un “oratorio profano” en verso donde los burgueses interpretados por un coro de
Castrati–, los artistas tradicionales, los modernistas y la musa –Minha Loucura-- cantaron sus
respectivas partes desde distintos lugares Sao Paulo aquella legendaria semana… Oswald lanzará
en 1928 el Manifiesto Antropófago: “Plaga de los llamados pueblos cultos y cristianizados, es en
contra de ella que estamos actuando. Antropófagos.”

98
de asuntos DADÁ en Chile)– tal como aparece firmando su “folleto de compo-
siciones ultraístas y dadaístas” Metamorfosis, donde aparece “proclamado pre-
sidente DADÁ por Tristán Tzara en la proclamación universal de presidentes
en el “Salon des Indépendants”, París 1919”. El poemario –dedicado a Tzara,
“inventor de la lengua francesa” se abre con el manifiesto «Espiral»: “América,
equilibrio vacuno, repugna a DADÁ. La seudo solidez mental americana reirá
el chiste cien años después. América es simplemente abono. ESTAFA”.
¿Quiénes fueron esos firmantes? Según Nelson Osorio, “Martín Bunster
abandonó pronto el ejercicio literario”. Teillier cuenta que hacia fines de 1922
se produce una polémica en torno a Los gemidos. Alone y Silva Castro lo atacan,
García Oldini, Aliro Oyarzún y Neruda lo defienden. “Tercia entonces uno de
los autores del Manifiesto Agú, Martín Bunster, el que afirma que Pablo de
Rokha es un seguidor de Agú, ya que ellos reivindicaron por primera vez "El
sobresalto, el mordisco, lo espontáneo, la voz alógica..." “
Alberto Rojas Giménez nació en Valparaíso en 1900. "Lo rodea cierto pres-
tigio, sin duda, por ser uno de los fundadores de la afamada revista Claridad”,
y por haber huido “aún adolescente, con una muchacha" (Teillier). Es probable
que haya frecuentado la bohemia artística del puerto antes de trasladarse a San-
tiago, y que en ese ambiente encontrara a Agrella y Walton. Para de Rokha fue
un "hipante ángel demoníaco", y su vida bohemia trascendió quizás más que
su obra. Inició estudios de arquitectura, donde conoció a Paschín Bustamante,
el pintor que cambió su pasaje a París en primera clase por dos en segunda,
permitiéndole llegar a su idolatrada ciudad-luz. Allí vivió la escena artística,
escribiendo crónicas y críticas de arte. "He visto en Chile hombrecitos de jugo-
sos apellidos saquear e incendiar valientemente una biblioteca, empastelar la
imprenta de un semanario libre y les he vuelto a ver en París a estos mismos
hombrecitos entrar con timidez en un café de melenudos de Montparnasse y
pasar entre las mesas tropezando con las sillas y mirando hacia el suelo con el
aire de perros apaleados." De vuelta en Chile, ahogado por el ambiente local,
arrastra su bohemia cada vez más miserable de norte a sur, hasta terminar con
una muerte a la altura de su leyenda de poeta maldito. Una noche fatalmente
lluviosa de 1934 se encuentra bebiendo en la “Posada del corregidor”. Obligado
a pagar de alguna manera, deja su chaqueta en prenda y sale al encuentro de
una pulmonía fulminante.
Él fue quizás el contacto con Borges: "...Yo mantuve correspondencia con
Pablo Neruda, con Salvador Reyes y con Alberto Rojas Giménez, y publiqué
en Proa, a principios de la década de los veinte, los poemas que ellos me envia-
ban... Pero mi gran amigo epistolar en Chile fue Rojas Giménez.”25
25 “La última carta me llegó antes de su trágica muerte. Durante más de diez años nos escribimos
al menos una vez al mes. A través de él yo estaba al tanto de lo que ocurría en la literatura chilena.
¡Qué curioso nunca llegamos a conocernos personalmente! Claro, los viajes no eran fáciles por
esos tiempos. Rojas Giménez estuvo varias veces a punto de venir a Buenos Aires, y alguna vez
yo le prometí ir a Santiago, pero no era fácil cruzar la cordillera... Era un excelente poeta. En Proa
aparecieron algunos poemas de Carta-Océano, su libro. Cuando viajó a París escribió unas crónicas
muy lindas, que yo hice publicar en Buenos Aires, en la revista Nosotros. Era además un excelente
prosista. Yo no sé si se conserva lo que él escribió, ¿quizá se perdió todo? Me contaron que llevaba

99
Salvador Reyes llega en 1920 al puerto, donde conoce a Rojas Jiménez, y
con él la bohemia y la vida nocturna, que retratará en varias de sus novelas,
como Piel Nocturna –rebautizada Valparaíso puerto de nostalgia y traducida
al francés por Francis de Miomandre. Su novela de piratas Ruta de sangre será
calificada de obra maestra por Alone. Nacido en Taltal –otros dicen Copiapó–
en 1899, publica en 1925 el poemario Barco Ebrio. "Salvador Reyes ensaya en
Chile la poesía del mar, a la manera de Rimbaud y Tristan Corbière. Nos mues-
tra escenas de la vida nocherniega de Valparaíso, sus mancebías y bares, y de
los malecones, decorados de grúas y gaviotas, muchachas de vivir alegre que
sentían por los escritores, artistas y marineros, inesperados caprichos. Humo
y whisky”26. Fue diplomático, y Premio Nacional de Literatura en 1967. Borges
incluyó a Salvador Reyes en el Índice de la nueva poesía americana: «En Chile,
Reyes ensalza el cabaret y el viento del mar, un viento negro y de suicidio, que
trae aves marinas en su envión y en el cual las persianas de Valparaíso están
siempre golpeándose»
“…y aquellos sobre los cuales apenas nada sabemos, y sobre los cuales nos
gustaría saber más, ese “Pablo Christi” que huele a seudónimo, ese Marko Smir-
noff que también…”27. Más que un seudónimo, este Smirnoff fue un inmigrante
ruso que vivió en el puerto en esos años, trayendo consigo las ideas y el arte de
la revolución de 1917. Según Remenyik el «agitador» vivía con su madre en una
habitación donde acogían a otros emigrantes necesitados de techo (Los juicios
del dios Agrella). « ...cabe destacar –en el ámbito plástico– a un segundo inmi-
grante dentro del grupo que ha sido escasamente considerado por la crítica:
Marko Smirnoff, propagandista ruso que conocía bien la vanguardia de su país
y que habría motivado, de manera paralela al expresionismo, una migración de
referencias visuales desde el constructivismo».28
Oscar Chavez colaboraría con de Rokha una década más tarde en la re-
vista Multitud. Fernando García Oldini fue el poeta, periodista y diplomático
que mencionamos como defensor de los nuevos escritores desde las páginas
de Claridad. Colaboró también en Siembra con poemas y críticas musicales, y
más tarde en las Notas de arte de Juan Emar en La nación, junto a su esposa, la
pintora Sara Malvar. “La floración de su jardín se ha llenado de los versos blas-
femos de los poetas malditos”, escribió en Las últimas noticias Roberto Meza
Fuentes, a propósito de su libro Y dolor, dolor, dolor de 1919. “Amor… En la
mañana diáfana abandonémonos/ al claro regocijo de abismar los sentidos en
la vida sin fondo de las cosas pueriles; dejemos que se bañen de estupor las
pupilas/ ante el milagro trémulo del agua que sonríe…” Murió en Ginebra en
1965. Hoy funciona en Petorca la «Escuela Municipal Fernando García Oldini».

una vida bohemia. Una semana antes de su muerte yo recibí una carta suya. Le contesté, como
siempre lo hacía, pero no tuve respuesta... (De un diálogo con Roberto Alifano).
26 M. Latorre, La literatura de Chile, Universidad de BS. Aires, 1941.
27 Juan Manuel Bonet, Op. Cit.
28 Begoña Alberdi Soto, «La otra vanguardia: el expresionismo de Valparaíso en su revista Litoral»,
Revista Mapocho nº71, 2012.

100
Estos noveles creadores, recreando el eterno gesto juvenil de renegar la ge-
neración precedente, se enfrentan con sarcástica virulencia al medio cultural
chileno y al arte oficial. Atacan a críticos y escritores consagrados, señalan-
dolos con nombre y apellido –Alone, Pedro Prado, el grupo del anuario Selva
lírica–, enrostrándoles su desconocimiento de las vanguardias internacionales
y su estancamiento en un romanticismo caduco. Sólo reconocen la influencia
de Marinetti, Apollinaire y Huidobro.
Marinetti lanza su primer manifiesto en 1909, en el que proclama el culto al
peligro, a la energía, a la velocidad, exaltando la guerra, las fábricas, las grandes
urbes y sus multitudes, los autos, los aviones. De aquí la “futurista sensibilidad”
del manifiesto porteño, con su “corazón engranado al gran sistema nervioso de
las máquinas futuras”. De aquí también su antirromanticismo –y el “Chopin a
la silla eléctrica” de Maples Arce, que es un eco del “Matemos al claro de luna”
del italiano. Este vanguardismo belicista –una mezcolanza de nacionalismo y
corporativismo, misoginia y amor libre– terminará en fascismo militante, con
Marinetti voluntario en la guerra de Etiopía, y a sus setentaytantos años en la 2ª
guerra mundial, siempre apoyando incondicionalmente a Mussolini.
Apollinaire publica en 1913 el manifiesto La antitradición futurista de Mari-
netti; seducido por la “modernolatría” del futurismo, así como por la simulta-
neidad, las innovaciones tipográficas, las “palabras en libertad” y otros precep-
tos futuristas, también cantará a la ciudad, al progreso industrial y a la guerra.
“La influencia de Apollinaire en la Rosa Náutica es inmediatamente visible; el
Espíritu Nuevo, doblemente mencionado, “el ázoe que llena de ozonos salu-
dables los pulmones adolescentes”, es un lema acuñado por Apollinaire y fun-
damentado en su conferencia sobre El Espíritu Nuevo y los poetas.” También
este había comparado el arte y la artillería –metáfora que le costaría la vida al
ser herido por un obús en la 1ª guerra mundial–, así como Agrella y cía. “lanza-
ban a los aires las granadas maduras de sus ideaciones hiperlícitas…” E
El primer caligrama de Apollinaire, «Lettre-Océan» –Carta-Océano, como
el poema de Rojas Giménez– representa ideográficamente dos figuras con for-
ma de flor que tienen como centro a la torre Eiffel. “La torre metálica, la más
alta construcción del mundo, situada en el epicentro de París, convertida en
antena telegráfica que emite sus mensajes hacia los cuatro puntos cardinales del
planeta –dice Yurkievich–, es considerada por los poetas como el símbolo de
la nueva era”. Huidobro, por su parte, había publicado –en francés– su poema
Tour Eiffel en 1918, en el que habla de un pájaro que canta en las antenas telegrá-
ficas, del viento eléctrico de Europa, de la Rosa de los Vientos. Instalado en Madrid
desde ese año, “será uno de los desencadenantes más activos del Ultraísmo, como
lo reconocen Rafael Cansinos-Asséns y Guillermo de Torre”. Piensa Yurkievich
que el manifiesto chileno puede haber sido suscitado por las revistas ultraístas
que llegaron a Valparaíso, y por la influencia –más cercana– de Huidobro. Dice
uno de sus manifiestos –también en francés: “Hay que ser poeta para enhebrar
las palabras de todos los días en un filamento Osram incandescente…”
El formato de Antena –cartel y hoja volante– cumple la función de dirigirse

101
102
directamente al lector, saltándose la incomprensión de los críticos “esquimales”.
Este gesto, “que emana directamente –como señala Hugo Herrera– del objetivo
más reconocido y transversal de las vanguardias, el cuestionamiento de la rela-
ción arte/vida»29, se realiza paradójicamente a través de un lenguaje difícil de
digerir por el transeúnte común, lleno de alusiones francófilas, palabras raras
y metáforas alambicadas : «La insistencia en el deslumbramiento metafórico
torna su lengua demasiado artificial e indirecta», sostiene Yurkievich. Este
«paroxismo neologista» sería una influencia directa del Manifiesto Vertical de
Guillermo de Torre: «Apoteosis de Hoy: Vibración concéntrica del momento
poliédrico, al ritmo de las hélices cosmogónicas… Y una gavilla de relámpa-
gos verbales ilumina las rutas exaédricas, donde los púgiles poetas adámicos
viven la vitalidad de cada instante cultivando la antifilosofía de sus acrobacias
espontáneas».
Remenyik cuenta en su novela Vesz es Kaland (Peligro y aventura) que
Agrella, Walton y Smirnov constituían su círculo de amigos íntimos. Ferdi-
nandy piensa por ello que el manifiesto Rosa Náutica nació en ese círculo, y
que el aporte de Remenyik podría haber sido el conocimiento de primera mano
de las vanguardias europeas. Lázslo Scholz piensa que Remenyik tuvo una
importante participación, al notar ciertos errores ortográficos, como acentos
ausentes o mal colocados –corazon, Cárlos–, frecuentes en sus obras castella-
nas. Por su parte Nordenflycht desestima este argumento : los errores serían
erratas de imprenta, ya que el Cartel nº III de Remenyik «tiene un tono muy
diferente a Rosa Náutica, lo cual nos inclina a pensar que Rosa Náutica tuvo
como principal redactor a otro de los firmantes, más allá de los aportes que
pueda haber realizado Remenyik”30. Este sería Agrella, cuyos hai-kais de esa
época habrían tenido el mismo humor burlón. “No obstante, lo que sí parece
importante reconocer es el aporte activista de Remenyik, que va a dar un sello
particular a la vanguardia porteña y que en el ámbito nacional va a incorpo-
rarse en fecundo diálogo con la poesía de raigambre popular de De Rokha,
a partir de U en 1926.” A Ferdinandy le debemos el rescate del manifiesto de
entre los papeles de Remenyik que quedaron en poder de su viuda, junto con
su libro «porteño» –La tentación de los asesinos– y su libro «limeño» –Las tres
tragedias del lamparero alucinado. “(Rosa Náutica) forma parte de esos mani-
fiestos latinoamericanos, hoy difíciles de hallar (…) en este caso encontrado en
Budapest al fondo de las maletas de un escritor húngaro”.
Debajo de la lista de firmantes puede leerse: “Cartel publicado por la Edi-
torial Tour Eiffel”–Valparaíso…” La torre cantada por Cendrars, Apollinaire
y Huidobro, “situada en el epicentro de París, convertida en antena telegráfica
que emite sus mensajes hacia los cuatro puntos cardinales del planeta , es
considerada por los poetas como el símbolo de la nueva era” (Yurkievich).

29 Hugo Herrera Pardo, «`Próximo a publicarse´. Sobre los paratextos sin texto de la vanguardia de
Valparaíso», Chancacazo, Stgo, 2014.
30 Adolfo De Nordenflycht, “La vanguardia de Valparaíso: expresionismo de/en la periferia”,
Estudios Filológicos 47, 2011

103
En la página opuesta aparece la siguiente declaración: «En Junio aparecerá el
primer número de nuestro ideario de Arte y Literatura actual, TOUR EIFFEL ».

9. La vanguardia porteña prosigue su ofensiva: la revis-


ta Elipse y La tentación de los asesinos

Yo conozco los secretos de la naturaleza, tengo mi cuerpo de la


materia del sol, la luna y las estrellas! Remenyik, La tentación de los asesinos

Aunque al parecer nunca apareció aquél ideario, en abril de ese movido


1922 Agrella y sus amigos lanzan la revista Elipse, “Ideario de nuevas litera-
turas”, que muestra en portada un soberbio “Dibujo original de J. C. Toro”. El
contenido incluye el dibujo de Toro “Éxtasis dinámico” y textos de Agrella,
Walton, Rojas Giménez, Smirnov (con v esta vez), Próspero Rivas, Oscar Cha-
vez, Cárlos Ramírez, Julio Serey, Eugenio Silva Espejo y Jean Cocteau. Aparte
del francés, se trata del mismo grupo –aunque más reducido– que firmó Rosa
Náutica, presentando aquí un “Manifiesto de los Nuevos Poetas”. Esta nueva
proclama cuenta además con las firmas de los “rosanáuticos” Ramón García
y Boente, Ramón Corujedo y Francisco Carocca. Aparece también un “Pedro
Christi”, que bien podría ser el “Pablo Christi” de Antena, y Roberto Idiáquez.31
Se trata de un manifiesto menos sarcástico que el anterior, que intenta defi-
nir las aspiraciones del grupo vanguardista y responder a las críticas que parece
haber recibido: “Mentalmente ligados a las transmutaciones estéticas del siglo
en marcha, nosotros, desde nuestro plano sud-occidental, sentimos la necesi-
dad de impostergables renovaciones. En el cultivo íntimo de nuestras expre-
siones personales habíamos, antelativamente, adoptado una intención neta-
mente actual de creación y expresión. Desde ese momento, hemos abandonado
el lirismo secular metrificado, romántico o simbolista, invadiendo los campos
recién amanecidos del Imaginismo moderno.
Como es lógico, al imprimir esta dirección a nuestras concepciones intelec-
tuales, nos hemos encontrado obstruidos por los paseístas (conservadores del
pasado), obstinadamente intransigentes. Éstos, que hasta hoy se creen dueños
del campo de las plasmaciones mentales, apelan y apelarán a sus agotadas fuer-
zas para mantener en pie la arruinada armazón de sus normas expresionales.
Oponiéndose ellos, por propio instinto de conservación, a nuestro avance tor-
rentoso, se ve desde luego que no podrán detenernos.”32
31 Mientras despuntaba la “Generación del año 20”, algunos escritores, como Victoriano Lillo,
Luis Roberto Boza, Leonardo Eliz, Araya Bennett, Luis Hurtado López, Oscar Chávez, Zoilo
Escobar, Roberto Idiáquez de la Fuente y Pascual Brandi, fundan una nueva entidad que llamaron
el “Ateneo”. Julio Flores, Op. Cit.
32 Klaus Müller-Bergh, Gilberto Mendonça Teles. Op. Cit. Elipse no pudo ser hallada en bibliotecas
ni archivos chilenos; puede ser que haya viajado con Remenyik a Europa ya que Müller-Bergh tuvo
acceso a ella: “…publicación más comedida, ecléctica, exquisita y artísticamente ambiciosa, Elipse
tiene una visión objetiva, analítica, volcada al presente y al porvenir…»

104
105
Dos caligramas aparecidos en la revista Elipse.

106
Sostienen los nuevos poetas que toda la literatura sudamericana carece de
vitalidad, exceptuando a Argentina, “que marcha hoy a la vanguardia”. La lite-
ratura está estancada en la vulgaridad y el arribismo por la “estupidez local o
territorial” de los escritores oficiales y consagrados. “Por muchos signos, este
estado de cosas toca a su fin. Nosotros aceleraremos su caída con nuestras
punzantes rebeliones, que no son sino el resultado de nuestra juventud.” Estos
jóvenes saben que su acción renovadora será a su vez reemplazada por la de
sus sucesores. Por lo pronto su programa incluye conocer a fondo las nuevas
“perspectivas artísticas”: “Ya, entre nosotros, existe una pequeña preparación
comprensiva de las nuevas teorizaciones. Conjuntamente, existe también un
prejuicio, resultado de la epidérmica interpretación de algunos: que los nuevos
poetas, participantes de aquellas exigen que todos formen parte en las nue-
vas columnas, impulsados por un proselitismo capcioso; que aceptan todas las
escuelas por snobismo, sin comprender ninguna. Eso y algo más ya se ha dicho,
en contra nuestra.”
Después de proclamar la necesidad de “una renovación total de nuestro
Arte y de nuestra literatura”, se alinean –en el lenguaje abracadabrante de Rosa
Náutica– con las vanguardias europeas: “El Ultraísmo español, ya cosmopoli-
tizado, quiere decir esto, es decir, enmarcar nuestras subjetividades, no en el
claroscuro romántico y extático, sino hacerlas vivir vida propia dentro de los
subplanos del lirismo noviespacial y tetradimensional. Pero advertimos que,
dentro de nuestra órbita ecléctica, tienen y tendrán cabida desde las polirrít-
micas mecanizaciones futuristas hasta las inquietantes y subterráneas transgre-
siones dadaístas que llevan en sí el germen de la futura estética de lo Absurdo.”
En agosto “Tour Eiffel” lanza su primer libro en castellano de Remenyik La
tentación de los asesinos– escrito en Valparaíso entre el 26 y el 29 de diciembre
de 1921, según el manuscrito encontrado entre sus papeles junto con dos ejem-
plares del libro, sus hojas de publicidad y una crítica –en muy mal estado, con
hongos, marcas de pasos y desgarrones, roídos por las ratas. El libro fue im-
preso en la “Imprenta Viñamarina” por Amador Basualto R. y Cárlos Ramírez
B., el tipógrafo vanguardista que había firmado Rosa Náutica y colaborado en
Elipse. «El tiraje fue de 500 ejemplares, 450 en papel de diario, recubiertos con
cartón verde, ilustración de la cubierta en rojo, la de la página de guarda en
blanco y negro; 37 ejemplares en papel-cartón, con cubierta celeste, en estos
ejemplares las ilustraciones y los caracteres son rojos. Por último 13 ejemplares
fueron puestos en venta con la firma del autor y del dibujante.» 33 Esta singular
edición constituye para Hugo Herrera «una reducción de la distancia alienante
entre materialidad y textualidad» y por lo mismo, «un ataque directo contra
el copyright y su imposición de una inmaterialidad trascendental, inmutable y
perpetuadora, sometida a las leyes del mercado».
Una de las hojas publicitarias fue reproducida en la edición de Iberoameri-
cana. En las variadas y bellas tipografías de la Imprenta Viñamarina podemos
leer: “…Tour Eiffel presenta a Zsigmond Remenyik, escritor activista húngaro
33 Ferdinandy, Op. Cit.

107
Cartel publicitario para La tentación de los aasesinos!, Valparaíso, 1922

108
y al dibujante mexicano Jesus Carlos Toro con el libro extraño La tentación de
los asesinos…”
Ciertamente extraño, especialmente en el puerto de aquél entonces, este
poema narrativo –o “epopeya” expresionista– no vendió ni un ejemplar. La
historia fluye como el viaje onírico del héroe –un alucinado asesino revolucio-
nario– entre coloridas visiones metafóricas34. Como buen héroe expresionista,
es un ser sediento de vida y de justicia, atormentado por una sensibilidad exa-
cerbada hacia el drama humano y natural: “Me siento arriba de las montañas, y
oigo las voces, los gritos de la naturaleza!” –eco del grito que escuchara Edvard
Munch unas décadas antes en los orígenes del expresionismo pictórico. Al igual
que su creador, el asesino también había viajado desde las lejanas tierras del
este, anunciando y propagando la revolución. Nuevo Maldoror –enemigo y a la
vez benefactor de la humanidad–, es un Zarathustra revolucionario que baja de
la montaña a apurar el gran mediodía con el fuego y los cuchillos, superhombre
que puede subvertir el orden humano y el orden natural: “Y arrebataba las oril-
las del río, rompía las raíces de las islas y variaba el órden de la naturaleza!”
El libro está enteramente escrito en este tono profético, lleno de imágenes
atroces en su belleza. “Vinieron animales salvajes, lobos y osos, pero vieron sus
ojos terribles en los que traía dos cuchillos y una media luna con siete estrellas,
arrancaron hacia sus cuevas y aullando comiéronse sus criaturas espantosa-
mente”. Cada capítulo es una parábola visionaria surgida del inconsciente de
Remenyik, que se transfiguró poéticamente en este exaltado profeta activista:
“El era libre! Con la naturaleza de los lobos, habiendo sido su padre un sepultu-
rero y su madre tenido la señal de los mártires! y él era uno en Jesús, y con rotos
vestidos cómo pasó a traves de las colinas, quien no podía perder nada ya!”
Llegado a estas nuevas tierras el asesino escala “montes oscuros”, atraviesa
desiertos y selvas vírgenes –pobladas de guerreros de los siglos pasados–, baja a
los valles y finalmente al mar. “Los tres primeros capítulos constituyen una ten-
tativa para orientarse en este mundo nuevo que es Chile” (Ferdinandy). Luego
llega donde unos músicos “de cabezas tristes y pechos inclinados” tocan alegres
canciones, “pero sentado en sus ojos estaba el hambre!” El asesino los incita
a rebelarse contra el patrón. Los músicos dejan sus instrumentos y lo siguen.
Prosigue Ferdinandy: “No es difícil reconocer en esta escena a los artistas al
servicio del orden establecido que cantan, hambrientos, en vez de utilizar sus
fuerzas para transformar el mundo…”.
Sigue su camino hasta que siente hambre y entra a un establo donde comían
unos peones “de caras destrozadas”. Los explotados comparten su alimento con
él, hablan un rato de miseria, trabajo, salvación, y se duermen agotados. Él sale,
prende fuego a los graneros, y despierta a los peones diciéndoles que ocupen
las casas del patrón y trabajen por su propia felicidad. “Este es el rol del artista
según el credo expresionista: la enseñanza de la revolución”.
En el capítulo 7 nuestro superhombre llora dolores humanos, por sus
34 Cuenta Jószef Goldstein –amigo de la infancia de Remenyk y luego de Bs. Aires–, que en una
discusión, “Sziga” se había levantado, “pálido pero decidido”, diciendo: “Un día tendré que matar!”

109
padres muertos y sus compañeros presos, el imposible futuro de vida y bel-
leza: “Y vio vírgenes muertas que le miraban, y que habían sido fructíferas!”
Su camino lo lleva a un convento: de la infancia de Remenyik entre los curas
surgen imágenes de enfermedad y muerte, cuervos negros, hongos venenosos,
cuevas de serpientes. En un sótano, los monjes “comían el cerebro y el corazón
de la humanidad”, entre cadáveres y sangre coagulada. El asesino, sacándose
las entrañas y dándoselas a comer, les anuncia que morirán en la revolución
inevitable.
Finalmente, después de dejar a los ahorcados tratando de concebir con las
mujeres estériles al hombre del futuro, llega a la ciudad: “Los trabajadores con
sus manos rotas y los niños pequeños llorando de hambre y las hijas de la
noche”. Entonces destruye la civilización, las fábricas, las ciudades, las igle-
sias, los palacios de los ricos, para celebrar el éxtasis de la comunión con la
naturaleza, mientras sale el sol y bailan los árboles: “Ved! Somos todos de la
misma materia! Somos hermanos de los animales, de los árboles, de las flores
y yerbas!”
Ferdinandy y Scholz afirman que el diario La Estrella de Valparaíso publicó
una reseña de La tentación…, y citan párrafos, aunque nosotros, al revisar di-
cha publicación en la biblioteca Santiago Severín, no la pudimos encontrar
en todo el año 1922. Hugo Herrera sugiere que el artículo puede haber for-
mado parte de un suplemento literario que no se conservó. Las modernísimas
tendencias de la literatura: el activismo declara que el grupo de Valparaíso
tenía “un vasto y valioso programa accional” cuando Remenyik les entregó dos
obras inéditas. Decidieron lanzar la colección con una de ellas para probar que
la vanguardia había ganado hace tiempo derecho de ciudadanía en Europa, no
siendo desconocida más que en Chile. “Este cuaderno de 16 páginas, por su
estilo, su forma y hasta por su impresión, extrañará a quien está habituado a los
libros corrientes, de la literatura usual. Su autor, el escritor Z. Remenyik perte-
nece a los más libres de los intelectuales de la nueva generación de su país…”
El libro, “rotundo y verdaderamente original” fue publicado para “demostrar
que las literaturas libres: cubismo, futurismo, creacionismo, ultraísmo, acti-
vismo, expresionismo, atraccionismo, etc. son una cosa definida sólo que aquí
no entendida y apreciada, pero que allá en sus respectivos países de origen
(Francia, Italia, España, Hungría, Alemania), constituyen la literatura que en
un muy próximo mañana sustituirá inevitablemente, a las desgastadas expre-
siones estéticas y los estrujados conceptos literarios en uso (…) Conjunto con
este primer libro, se publica un Cartel III, en que el autor del libro expone
líricamente su espíritu complejo y extraño y que revela la reciedumbre tanto
conceptiva como experiencial de los escritores activistas”. El artículo termina
con una exposición de los principales rasgos del activismo húngaro de Viena.
Posiblemente Ferdinandy lo encontró entre los papeles de Remenyik, pues lo
cita extensamente. Afirma haber encontrado ahí el mencionado Cartel Nº III,
una hoja impresa sin firma, probablemente “destinada a facilitar el trabajo de
los críticos”.
Se trata de una página dividida en cuatro párrafos numerados. “El primero

110
es la visión de la creación artística”: las serpientes de su sangre, que se alimen-
taron del corazón del artista, al salir hacia el mundo, lo debilitan y lo acercan a
la muerte. “El segundo párrafo es el elogio de la vida: el arte no es más que “un
jinete pálido y castrado” comparado con la vida de los anarquistas, de los va-
lientes”, que deben purificarse para cambiar la vida –idea que Remenyik habría
tomado del manifiesto de Kassák “A los artistas de todas las tierras”. En el tercer
párrafo el autor lamenta las dificultades de comunicación que experimenta en
Chile: “Mis palabras primitivas en esta tierra donde no podía hablar yo bien…”,
y reafirma la primacía de los hechos sobre las palabras. “Finalmente, el último
párrafo es la confesión de la confusión que reina en el espíritu del joven aventu-
rero.” Ferdinandy considera a este cartel como una denuncia de su aislamiento
y miseria, y de la inmoralidad de los poderosos; como un enredado manifiesto
que intentaba iluminar las relaciones del autor con el mundo circundante, la
creación y sus deberes hacia la vida. Por su parte Schwartz ve la influencia de
Nietzsche en la negación de Dios y la exaltación del superhombre: «Tanto en
el estilo como en el contenido, el Cartel nº III se distingue de todos los otros
manifiestos del continente. Redactado en primera persona, muy emotivo, lleno
de imágenes onírico-simbólicas, se parece al libre flujo asociativo de tenden-
cia surrealista. Predominan las imágenes bíblicas, cierta estética feísta y de la
belleza del mal, características del expresionismo alemán. El poeta es descrito
como un ser poseído, profético, obligado a elegir entre el arte y la vida, el dis-
curso y la acción, optando por esta última. Hay una visión nihilista, en la cual
el anarquismo aparece asociado con un fatalismo apocalíptico».35

1o. El enigma de Jesús Carlos Toro


Él era, que há héchó los dibujós de La Gran Ciudád Dinamica,
El Teátró, El Carrusel, etc. e illustrába la epopéya La Tentacion de los
Asesinós, de Zs. Remenyik! Remenyik, Los juicios del dios Agrella!

¿Dónde habrán ido a parar aquellos perdidos “dibujós” y su incógnito au-


tor? Remenyik lo recuerda con afecto en Peligro y aventura. Quizás lo único
que podamos saber de ese ilustre desconocido que sigue siendo hasta ahora
Jesús Carlos Toro –o Cárlos Toro Vega, según firmó Rosa Náutica– es que fue
un artista de excepcional talento, lo bastante reconocido en nuestro medio
para aparecer con su trabajo en distintas publicaciones durante los años ’20.
“El interesante pintor mexicano Carlos Toro Vega o Jesús Carlos Toro –del que
conocemos otros buenos grabados en Elipse, en Rodó, y en la página literaria
del diario santiaguino La nación36. Aunque tampoco hemos podido encontrar
la revista Rodó, sí pudimos acceder a los grabados que realizó para las Notas de
Arte de Juan Emar, y para Nguillatun, la revista de Agrella y Pablo Garrido de
1924. También colaboró en Litoral, aparecida en el puerto en 1928, donde com-
partió páginas con el jovencísimo Carlos Hermosilla, anudando así la tradición
35 Jorge Schwartz, Las vanguardias latinoamericanas, Fondo de Cultura económica, México, 2006.
36 Juan Manuel Bonet, Op. Cit.

111
Dos grabados de Jesús Carlos Toro, aparecidos en 1924 en las Notas de Arte del diario La Nación, y en la revista Nguillatún de Valparaíso

112
combativa del grabado en Valparaíso, desde el “Aktivizmus” de Bortnyik hasta
la escuela del querido maestro de la estampa porteña.
Pero acerca de su lugar de nacimiento, cuando llegó a Chile, si volvió a
México o se quedó acá, donde aprendió el grabado –si es que estudió arte–, o
si tuvo contacto con los artistas estridentistas… Ni rastro. En Chile nadie sabe
nada; preguntamos a varios artistas mexicanos, incluido uno experto en histo-
ria del grabado en México, y no se pudo averiguar nada. Nos queda el testimo-
nio de Remenyik: ”J. C. Tóró era un mejicanó, pintor i dibujante, que su pádres
nunca há conocidó; él era un biscó, se alojába ordinariamente en la cása de los
Smirnov, a comér se há idó al puertó, donde lavába plátos i limpiába pézes en
lás cocineriás por almuerzós i comidás!”
Las ilustraciones para La tentación… constituyen un hito en la historia de la
gráfica en Chile. Asimilando el influjo estético de la vanguardia centroeuropea
en el Valparaíso cosmopolita de los años 20, un artista mexicano creó una obra
poderosamente original. Toro supo leer tan bizarro texto y crear imágenes de
una intensidad equivalente: el perturbador emblema de portada que parece un
signo mágico, y la magistral ilustración de la página de guarda: visión simul-
tánea de las múltiples escenas del libro, condensadas en un único fresco divi-
dido según la geometría vanguardista.

11. El puerto, la angustia y la peste.

vamos por las calles, tu te vas a ocupar en las panaderías, abriendo


las puertas ante los pobres y hambrientos... Remenyik, Los muertos de la mañana!

El 31 de julio de 1922 Remenyik termina de escribir su segunda epopeya:


La angustia! Si La tentación... es el libro de un hombre que viene con los ojos
poblados por los grandiosos paisajes de América Latina, a los pocos meses de
vivir en Valparaíso, su visión se ensombrece. El escritor, que se había identifi-
cado con el asesino que se sentaba sobre las montañas, se sienta en el primer
capítulo sobre las iglesias, y en el último, sobre las «casas de la noche.» Nue-
vamente nos ofrece una prosa poética experimental, que pinta con imágenes
palpitantes el estado tormentoso de su alma: la angustia causada por el alcohol,
la sífilis, la miseria de los puertos, los fantasmas de su pasado... «las 29 mujeres
pasadas, que sus tetas celestes clavaron en mi cerebro.” Angustia de los grandes
espíritus del pasado que vienen a penar la noche porteña. En su enumeración
“las faltas de ortografía abundan de manera más que molesta” (Ferdinandy) :
“Beetowen, Boudleaire, Verlein…” Luego vienen innumerables escenas fantás-
ticas, como en un film surrealista ambientado en Valparaíso, en bodegas llenas
de “wisqui” y “Salvarsan”, en el puerto, donde los pobres hacen “la huincha por
sus pelos”, el director de la compañía de tranvías empuja los carros por falta de
electricidad, el arzobispo roba las reliquias de la iglesia y la policía está coludida
con los ladrones. “...el cajero de la estación corta su cabeza y la pone en la caja

113
114
Ilustraciones del autor para Los muertos de la mañana! y Las tres tragedias del lamparero alucinado!
sobre los boletos, y su cintura con su miembro deja en la cama de su mujer!”
Imaginería nítida de un delirio anclado en la realidad, en las calles sufrientes
del puerto, en las aventuras latinoamericanas de Remenyik –bebiendo con gau-
chos e indios en un boliche fronterizo, o pegando carteles con sus compañeros
de agitación. Delirio consciente de uno que vivió la miseria, y que siente como
propia el hambre de su prójimo: “los que no tienen que comer ni beber andan
por la calle con ansuelos largos en sus manos para pescar los espectros de la
media noche, que tengan para el desayuno algo para comer!”
Ferdinandy, al comparar La angustia! con La tentación…, concluye: “El caos
es más completo”. Son ocho capítulos, numerados del 0 al 7, con una libre dis-
posición tipográfica de líneas y párrafos. En el capítulo 4 se inicia algo como
una historia; una cabrona gorda vende una virgen a un grupo de marineros
borrachos, luego esta se refugia en el cementerio donde conoce al cerrajero
que tenía que arreglar la puerta de hierro: “No voy a abrirla nunca jamás!” Se
van juntos, la angustia pasa, pero Remenyik queda sentado sobre los burdeles
“CON TODAS LAS TRAGEDIAS DE LA VIDA DE LA HUMANIDAD”.
La tercera epopeya –“Los muertos de la mañana”– se inicia como un drama
que quiere salir de los teatros a “las calles públicas y abiertas”. Remenyik pre-
senta a los personajes: “al cojo panadero, la hembra, el médico, los conventille-
ros”, “y la muerte y la morgue, los cinco muertos y al conventillo”. Una de esas
viviendas populares que Remenyik habitó también en Buenos Aires o Lima, el
conventillo “La unión” es aquí más que un decorado. Es el trágico espectro del
mundo pobre del puerto; un personaje principal derruído y hambriento –“las
paredes abren sus estómagos”– del drama llamado Valparaíso: “La TRAGEDIA
ocupa las calles y conventillos”, azota esos habitáculos atroces de la precariedad,
donde sobrevivían a duras penas los desheredados de la sociedad porteña.
"...según Gilberto Harris, la inmigración extranjera fue, en parte, de "prole-
tarios, aventureros, desertores y deudores"37. Remenyik, uno de esos aventure-
ros, llegó con la experiencia de una revolución aplastada y su anhelo de justicia
social aún vivo, al puerto donde el pueblo lo acoge generosamente; él se duele
de su condición miserable. La pobreza que conoció en Valparaíso debió ser más
extrema que la de Budapest o Viena: se cargan las tintas y todo es más deses-
perado, el hambre de los “rótosós y piojentós”, los bichos, el hedor, los conta-
gios: “EN EL CONVENTILLO “LA UNION”. Aquí vive la PESTE! Aquí come y
duerme en los catres grazosos, colgando sus banderas hediondas por la pared!”
Los hacinados conventillos eran caldo de cultivo para las frecuentes epi-
demias que diezmaron la población en el siglo XIX y comienzos del XX.
"Hay en abundancia ratas, zancudos, pulgas, mosquitos y arañas, todos
estos precursores de la peste bubónica"38.
El agua era escasa e insalubre, las lavanderas colgaban en los patios la ropa
de la gente acomodada, y en los charcos de las lavazas se podrían los excremen-
tos y orines de humanos y animales junto con la basura. “La opinión pública
37 María Ximena Urbina Carrasco, Los conventillos de Valparaíso (1880-1920), Ediciones
Universitarias de Valparaíso, 2002.
38 Urbina, Op. Cit.

115
asoció los conventillos y ranchos con el origen de las epidemias. Las autori-
dades buscaron fórmulas para que las basuras y aguas servidas de las partes
altas no contaminaran el plan, intentando separar ambas ciudades: la sana y
rica respecto de la enferma y pobre.”39 La oprobiosa segregación continuó y las
fórmulas de las autoridades siguieron sin solucionarla. Remenyik sabe que la
única salida a la espantosa pesadilla de la miseria es la acción directa: ocupar
las calles, las panaderías, los hospitales, recuperar la vida.
En el conventillo “La Unión” viven –extraños engendros– el panadero cojo
y su mujer. Ella, con una risa de calavera equina, le reprocha la pobreza en que
viven, se burla de él: “tengo cien amantes, y yo te voto, para qué sirves tú? mi
sangre es de puro alcohol, soy libre!” Por entre las ruinas de paredes y puertas
aparece el coro trágico de los conventilleros, gritándole: “ella! duerme junto con
tu amo! con el gordo de la panadería! y nosotros! en la miseria!” Y lo incitan a
matar a la yegua expiatoria: la hembra indomable. Los conventilleros solo ven
en ella a la puta que se vende al patrón y no piensa en la pobreza de los demás; la
culpan de todo como a una nueva Ramera del Apocalipsis. Pero es en realidad
la hermana espiritual del asesino panteísta de la primera epopeya –ella tiene la
luna de plomo bajo sus ojos, aquel la tenía en sus ojos junto con las estrellas.
Con su femineidad desbordante y telúrica ella amenaza al orden burgués con la
pérdida de los límites: “mi cuerpo es de las colinas y valles y mesetas, mi matriz
cubre al cielo como una alcoba oscura del deseo”.
En un ambiente definitivamente apocalíptico Remenyik termina excla-
mando: “El fin del mundo llegará junto con mi muerte!” Las escenas se suce-
den como fantasmagorías macabras: panes batidos que forman colinas ante las
cuales pasan los hambrientos. “y los miserables ante la panadería ¡oh terrible
es!” –dice el panadero de ojos anisados. Luego, atravesando la noche delirante
de un puerto condenado, la búsqueda de la hembra –siguiendo a grandes lobos
verdes–, hasta encontrarla en el burdel.
Ferdinandy considera que esta es la más lograda de las tres epopeyas, al
presentar una narración más coherente y un simbolismo más claro: el panadero
y el médico son los seres que pueden salvar a la ciudad, pero son dos burgueses
que “no se deciden a actuar sino cuando se ven atacados en su propia carne, por
intermedio de sus compañeras, que cumplen el rol de cordón umbilical entre el
hombre y las realidades de la vida”. Entonces los dos salen a las calles, decididos
a detener a la peste y las fuerzas de la opresión.
Nordenflycht destaca acertadamente el carácter irracional de la propuesta
artística de Remenyik, basada en una crítica a la realidad concreta del puerto en
esos años: «Una ciudad de la modernidad periférica que es el Valparaíso de la
oligarquía burguesa que ya experimenta la decadencia comercial a causa de la
apertura del Canal de Panamá y la política de sustitución de las importaciones
que se vislumbra después de la Gran Guerra Europea, que en los textos de
Remenyik se muestra desierta, fantasmal, sufriente, escalofriante; un puerto
que por las noches suelta sus demonios mientras la peste asola la ciudad. Junto
a la crítica social, la escritura de raigambre expresionista de Remenyik despliega
39 Urbina, Op. Cit.

116
una estética de lo grotesco, la desolación, la angustia, la alienación de unos
protagonistas trashumantes que se corresponden con unos escenarios urbanos
cuya arquitectura se orienta a ser una proyección de la interioridad de los per-
sonajes sin importar la lógica constructiva de los espacios». 40

12. Más carteles y un poema expresionista de Walton en Budapest

voi a negar la utilidad de la literatura! Y mandaré todos


los literatos y artistas para la mierda!
CARTEL N°V

En la maleta de Remenyik había tres carteles inéditos. Gracias a éstos sabe-


mos donde vivió por esos días. El cartel nº IV –Op. 95–, lleva la firma “R. Zs.,
922, 5 de septembre, Valparaíso, av. Pedro Montt 872”, el nº V, “922, IX, 11-
17, Calle Independencia 286, Valparaíso”, y el nº VI “922, IX, 17, Valparaíso,
Calle Independencia 286 en Chile”. Se trata de tres manifiestos destinados a
acompañar las tragedias, escritos nerviosamente, con tachaduras y borrones
ilegibles. Ferdinandy ve en ellos el testimonio –sin valor literario– de una crisis,
“una materia recogida de los ismos de Europa, definitivamente embrollada en
la cabeza de su portador”.
Detrás del Opus 95 viene un dibujo inédito de J.C. Toro destinado a ilus-
trar La angustia!, una frase repetida en cinco lenguas: “Bon, yo no puedo vivir,
señora!” y el pronombre yo también en cinco versiones. El cartel correspon-
diente a La angustia! es una declaración de guerra contra el mundo burgués,
exaltado manifiesto por un arte revolucionario, en el que el genio se identifica
con la fuerza de atletas, salvajes y criminales, y la creación con la aventura.
“La religión, la moral, MENTIRAS! Sabeis muy bien que nosotros gritamos LA
LUCHA contra vosotros. Tened miedo, y susto!”
El cartel nº V profundiza los tópicos remenyikianos con mayor virulen-
cia. La búsqueda apasionada de “la experiencia total” –“no puedo reconocer la
musa de los tibios que parecen tener una tetera comprada en la agencia en el
lugar de su corason”, el vitalismo nietzscheano que desprecia a los débiles con
fanfarronería vanguardista –“los cojos, ciegos, mudos y sordos y otra junta de
miserables humanos” y el cambio social a cualquier precio –“No me importa
que muera todo el mundo, pero grito con una voz espantosa hacia la revolución
y la guerra!” Por último distribuye siete peces a los hambrientos –“si queda
alguno después de esta matanza salvaje” –ironiza Ferdinandy. Pero también
reconoce sus contradicciones: “Soy embustero! falsante! Con nadie mejor que
conmigo mismo!”. En el cartel nº VI –el más literario–, Remenyik se identifica
con el lamparero alucinado y teoriza poéticamente sobre su obra: “las multi-
colores lamparas vivas de mi invencion!” Reivindica la espontaneidad de su
escritura –cercana al automatismo surrealista– y el gesto vanguardista de afi-
char la agitación: “toda mi literatura es así, imprevista, toda di a la vuelta de una
40 Nordenflycht, Op. cit.

117
esquina! pegaban en las calles los carteles de la función siempre postergada de
sus esperanzas!” La misión del artista –“oficio transcendental”– es superar el
realismo, socialista o no; alcanzar una torturada visión cósmica inspirándose
en la vida de la humanidad sufriente : “mis pies estan en la tierra, pero yo me
clavo el craneo con las tachuelas de oro del decorado celeste!” La creación artís-
tica nace desde el cuerpo en comunión con el universo: “mi cuerpo es un gran
arco que toca el violon de la eternidad!”
Aquella épica maleta guardaba aún un pequeño tesoro: la copia mecano-
grafiada del “poema vanguardista” El aullido de las rameras, de Julio Walton,
fechado el “1-2 Agosto, 1922”. « El manuscrito, después de unas peripecias ver-
daderamente surrealistas, recabó en los fondos de la Biblioteca Nacional de
Hungría, en Budapest.” 41 Llevaba la siguiente dedicatoria : «Para que Segis-
mundo Remenyik se acuerde que en Chile hay dos hombres: Agrella y yo».
Capítulo perdido de la olvidadiza literatura chilena, este poema –rescatado
gracias a la amistad del viñamarino y el húngaro– representa la floración sub-
terránea del expresionismo en Valparaíso. El fantasmagórico submundo del
puerto evocado aquí es el lado oscuro de «las modernas ciudades de usinas
acezantes» que tanto entusiasmaban al futurismo de Rosa Náutica; imágenes
macabras de putrefacción y muerte que hacen pensar en Trakl o Heym, en la
ciudad apocalíptica de los más desesperados poetas expresionistas.

«Grandes
pirámides
de muslos tatuados se entrelazan

a los esqueletos amarillos


y la carne
la carne
la carne
fabrica escale-
ras fantásticas
hacia oscuros dormideros»

La influencia de Remenyik es evidente: la disposición tipográfica, la caden-


cia de las frases, las palabras en mayúscula y las exclamaciones, la temática,
todo entronca directamente con las epopeyas del lamparero, especialmente con
La angustia! y Los muertos de la mañana! Y lo que distinguirá el vanguardismo
porteño del capitalino de Huidobro o Emar: su preocupación social. Si com-
paramos estos versos con los aforismos de Filigranas, publicados en 1920 en la
revista Siembra, comprenderemos el impacto que supuso la llegada del húngaro
para este joven escritor: «–Si quieres medrar en la vida, pertenece al grupo de
41 László Scholz, Julio Walton H.: El aullido de las rameras (Un texto inédito del grupo ´Rosa
Náutica´), Hispamérica, Año 20, No. 60 (Dic., 1991)

118
los mediocres ahogando los ímpetus de tu corazón. –No hables alto, porque si
lo haces asustarás a los imbéciles.»
Sin imitar servilmente el estilo de su amigo, Walton encuentra su propia voz
para articular el grito de su conciencia rebelada, sin importarle ya los imbéciles.
Su protesta es más visceral que política. No moraliza ya que es uno más de los
que buscan satisfacción entre las prostitutas y el alcohol, pero sabe que este
mundo oscuro, en el que fosforecen las visiones verdes y violetas de la enfer-
medad, es consecuencia de una sociedad injusta e hipócrita: «…¡aú! Repica la
lengua mohosa de las rameras tintineando en los cristales empañados de las
CASAS BURGUESAS! (…) La mujer honrada usa una máscara podrida…»
En los conventillos porteños la prostitución era la alternativa laboral para gran
cantidad de mujeres, y el alcohol, la letal anestesia para las miserias de la vida.
Walton empatiza con las rameras, las ve como víctimas del orden social –y de la
violencia de los proxenetas– , añorando un mundo donde la sexualidad vuelva
a ser un goce natural, no mancillado por el dinero, libre: «el simio en las selvas
africanas escucha ensimismado el ¡aú! ¡aú! ¡aú! ¡¡LIBERADOR!!»

13. Las cuatro tragedias del lamparero en Lima

Me atormentaba. «¿Por qué no nos casamos? ¿Por qué no le dí esa última


tranquilidad en su vida perdida y arruinada?» Remenyik, Peligro y aventura

Sándor Bortnyik pintó varios cuadros titulados “El lamparero”, imagen fre-
cuente en el activismo húngaro. La lámpara es la luz de la justicia en un mundo
oscurecido por la miseria, la explotación y la ignorancia; la luz exultante del
arte vanguardista, de la vida nueva. Los jóvenes de Rosa Náutica encendían “las
linternas sordas de nuestras emociones acrobáticamente lógicas”. En la obra
chilena de Remenyik la lámpara es un símbolo fundamental. “La tentación...”
habla de grandes lámparas verdes que viajaban como peregrinos cansados,
seguidas por el asesino sediento. En La angustia! son las luces turbias de la
noche y el delirio: hay un suicida sobre un puente “CON 3 LAMPARAS DE
COLOR CAFÉ!”. Y en “Los muertos de la mañana!” las lámparas encendidas en
los conventillos y en las manos de una multitud trágica son la esperanza en la
hermandad humana que puede vencer a la injusticia y la enfermedad.
En diciembre de 1923 la editorial limeña Agitación publica sus obras escritas
en Valparaíso bajo el título Las tres tragedias del lamparero alucinado!, con una
cubierta diseñada y dibujada por el autor. El libro no indica número de ejem-
plares ni impresor; está impreso en papel de diario, con caracteres pequeños y
borrosos en páginas sin guillotinar y pegadas a una tapa de cartón rojo. “Las
Ediciones Agitación son desconocidas hoy en Lima” –asegura Ferdinandy en
1968–. “Ni en el Perú, ni en los papeles del autor hemos podido encontrar el
más mínimo eco suscitado por esta publicación”, aunque reconoce que Luis

119
Alberto Sánchez y Magda Portal42 recuerdan al húngaro y sus actividades
literarias. Remenyik había llegado a Lima a fines de 1922. En Perú nuestro autor
siguió colaborando con publicaciones húngaras, aunque su principal ocupación
fueron los negocios ilegales. En Peligro y aventura cuenta la historia trágica de
su vida limeña. Conoció a una pobre muchacha arequipeña de origen indígena,
Aguida Aranibar y Reyes, que trabajaba como empleada en una casa burguesa.
“Poseía toda la dulzura, la paciencia y la tranquilidad de su raza”. Se enamora-
ron y ella huyó de la casa de sus patrones para vivir con Remenyik. A los pocos
meses quedó encinta, pero muy pronto se le declaró una antigua tuberculosis –al
parecer una fatalidad hereditaria. Se debilitó mucho durante el embarazo, hasta
que dio a luz a una niña. Aguida quería casarse, que la pequeña fuera bautizada,
y sufría más creyendo que su enfermedad era un castigo divino por sus pecados;
Remenyik no era entusiasta de esos ritos católicos, y la niña murió sin ser bende-
cida. La novela narra como el húngaro envolvió a su hijita, la puso en el pequeño
ataúd y la llevó al cementerio, donde un sepulturero negro le explicó –como
había predicho Aguida– que debían enterrarla fuera del cementerio. Sigue el pe-
noso relato de la enfermedad de la muchacha, el peregrinar por sanatorios de la
montaña y la costa, hasta su muerte en el hospital y el entierro: “Yo sabía que el
señor volvería” –le dijo el negro. Era el día de la independencia nacional. “¡No se
aflija señor, vuelva a la ciudad y festeje lo más grande que puede ofrecer la vida,
la libertad!”
Esto ocurría en 1924. Al año siguiente Occidente publica “El duelo de los
sepultureros”, prosa vanguardista en húngaro. A principios de 1926 Remenyik
retira sus ahorros y vuelve a Hungría, luego de trabajar en la construcción del
ferrocarril en Sudáfrica. “En octubre de aquel año, en el primer número de la
mítica revista Trampolín –renombrada Hangar para el segundo, Rascacielos para
el tercero y Timonel para el número final, Magda Portal le dedica un sentido
texto de despedida…”43
La experiencia sudamericana permanecerá en su vida como la más verdadera,
la que dejó la impronta más profunda en su obra. “Tengo que confesar que a pesar
de las duras pruebas, sufrimientos y luchas nunca, en ninguna parte fui tan feliz
como en ese periodo de mi vida. Me sentía en mi ambiente: vivía entre trabajadores
manuales, pescadores, leñadores, fogoneros, peones de las plantaciones, y si evoco
la humanidad, la honradez que llenaban sus almas sencillas, tengo la impresión
que hasta hoy es su recuerdo que me sustenta la vida”. Az idegen (El extranjero).

42 Magda Portal y Serafín Delmar animaron la vanguardia peruana en la década del ’20. «Sufrieron
persecución política, encarcelamiento y destierro al participar activamente del APRA (Alianza
Popular Revolucionaria Americana). El Manifiesto Bandera, publicado en 1926 en la revista
Rascacielos, declara: « NOSOTROS logramos el milagro de haber hecho vibrar la simpatía ideológica
de los hombres nuevos de Chile, después de una tradición de mutuos odios babeados de blasfemia
contra los derechos sagrados de la humanidad –nosotros no debemos nada al pasado… ». Claudia
Apablaza, Op. Cit.
43 Hugo Herrera, Op. Cit. Hemos incluído dicho texto en el apéndice al final del libro.

120
Portada de Las tres tragedias del lamparero alucinado! diseñada por el autor.

121
14. Epílogo

…mi vida, que siempre consagré a la causa de los perse-


guidos, desheredados y oprimidos, ahora está totalmente
desmoronada… Remenyik, Fragmento autobiográfico

Remenyik fue un extraño, un extranjero, por dondequiera que pasó. “Nadó,


sin duda –escribe Lászlo Scholz–, contracorriente toda su vida”. Singular y
sufrido destino. Renegó de su clase social, pero tampoco fue aceptado por la
izquierda, que lo llamaba sarcásticamente “el pequeño millonario de Eger”, y no
encajó en Viena entre los exiliados húngaros. Al llegar a Valparaíso compartió
el hambre, la bohemia y la amistad, pero no pudo afincarse como los pintores
Roko Matjasic o su compatriota Ladislao Cheney. En Lima el amor que podría
haberlo enraizado terminó en tragedia.
Al volver a Hungría fundó una revista con Sándor Bortnyik, Új Föld (Nueva
Tierra). Aparecieron sólo tres números, en los cuales inició una serie de artí-
culos sobre el vanguardismo hispanoamericano. El sexto trataría sobre Chile,
pero no llegó a aparecer. En 1929 escribió su último libro en castellano, Los jui-
cios del dios Agrella, novela vanguardista sobre el grupo de creadores porteños
y su cabecilla –cuya figura “sobrepasó los límites de lo real y se convirtió en un
personaje novelesco”.44 La impronta latinoamericana lo “extranjerizó” aún más.
Su obra fue incomprendida y rechazada por la crítica, y “…muy pronto quedó
marginado de todo y de todos (...) La materia «exótica» y la forma irregular,
muchas veces picaresca (de sus obras), provocaron, creemos, la incomprensión
y el rechazo de la crítica oficial; el Apocalipsis humano, su ambiciosa colección
de novelas con un título balzaciano sobre el desmoronamiento del mundo de
antaño de Hungría, está íntimamente ligada, en términos humanos y emocio-
nales, a lo que describió en sus novelas autobiográficas de América Latina»
(Scholz). La izquierda siguió atacándolo y el gobierno de turno –representante
de todo lo que él combatía– lo persiguió. En 1932 fue condenado “por incitar a
la revuelta contra el orden social y difamar la religión” con su libro Bolhacirkusz
(Circo de pulgas): el libro fue confiscado, él debió pasar cinco meses en prisión
y pagar una multa.
En 1939 viajó a Nueva York; dos años más tarde volvió decepcionado a
Hungría para sufrir las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, y luego del
estalinismo. De 1950 a 1954 es condenado al silencio por la dictadura comunis-
ta de Rákosi. Finalmente en 1960 es condecorado con la “Medalla del Trabajo”
y muere dos años después en Budapest. Hoy hay un museo en su ciudad natal
que rescata su vida y obra, y una escuela lleva su nombre.
Su anhelo había sido vivir, amar y trabajar en una sociedad igualitaria, entre-
gar su fuerza creadora en la Nueva Tierra que traería la revolución. El espan-
toso siglo XX se encargó de destruir sus esperanzas. Le quedó la literatura, que
44 Önéletrajz, (Autobiografía), texto inédito del 15 de febrero de 1933.

122
le reportó más amarguras que satisfacciones: «Considero mi obra un esfuerzo
vano y sin resultado alguno. He vivido en vano y he trabajado en vano –ésta
es la verdad45». Pero su mensaje traspasó las barreras lingüísticas y llegó a un
pequeño pero entusiasta grupo humano que lo acogió como al profeta criminal
de su epopeya. La heroica tribu de artistas pobres del puerto le enseñó la soli-
daridad y la bohemia; ellos asimilaron las enseñanzas del húngaro y su maleta
prodigiosa. Juntos emprendieron la lucha con sus armas ingenuas –palabras,
pinceles– pero no pudieron cambiar este “mísero mundo”.
Según Scholz, la vanguardia porteña –grupo menor­­– le dio a Remenyik un
valor exagerado, tomando a un escritor marginal de la periferia europea por
un representante del centro de la nueva cultura. Y a su vez el húngaro al volver
a su país “les asignó a varios miembros del grupo de Valparaíso una impor-
tancia que seguramente no tenían en el contexto continental latinoamericano.”
Aunque sus miembros no hayan sido “canonizados” por la crítica ni la acade-
mia, nosotros pensamos que el movimiento Rosa Náutica constituyó un po-
tente fenómeno cultural que produjo –además de páginas que merecen mayor
atención– una renovación enriquecedora de las letras y las artes en Chile. En
especial la ilustre tradición del grabado en Valparaíso no sería lo mismo sin la
influencia del Aktivismo y el Constructivismo que llegó con Remenyik y Smir-
noff. La obra «porteña» del húngaro, desenfrenada y errática, creó sin embargo
imágenes memorables de esa “belleza convulsiva” que quería André Breton, y
dejó en Chile y Perú la semilla de su alucinada y fraternal rebelión.

Marzo de 2016, Cerro Artillería.

45 Önéletrajz.

123
124
APÉNDICE1

las tres tragedias del lamparero alucinado


de sigmon remeyiek

chocaron en su frente todos los ventarrones de américa


-encendidas en sus ojos sus lámparas agónicas, paseó por la
miseria del mundo- derrepente se encontró en el perú -un día
en un idioma sin gramática, tiró su dolor en un libro fantástico
atrabiliario, genialmente humano -para hincar en las raíces
de la humanidad -mis ojos se iluminaron en la fantasía roja
de sus tragedias -donde la piedad es una vergüenza y solo la
JUSTICIA tiene sus rieles de virtud.
así gran lamparero alucinado, sus crímenes florecieron
enormes lirios blancos de pureza -para lágrimas congeladas en
el corazón de dios.
se fue por el camino del mar -hijo del mundo- en la
sentina de algún buque -palacio- alumbrando la miseria de los
hombres acongojados de SOLEDAD y de fatiga.

p. m.

(trampolín, octubre de 1926, Lima)

1 Ver cita de Hugo Herrera en el posfacio, págima

125
Este
libro
fue imagina-
do allá por el
2011; pasados los
años y sus obstáculos
pudieron empastarse los
1500 ejemplares impresos en
abril de 2016. Fue diseñado en los
Talleres Inubicôndores del cerro
Artillería en Valparaíso durante el
mes de marzo, 94 años después que la
hoja vanguardista Antena volara por los
aires porteños y que el activista errante
desmenuzara la tragedia a la luz de sus
lámparas delirantes en una pieza de
avenida Pedro Montt. Sean estas
páginas como la casa que alucinó,
“con todas puertas abiertas, con
letras y signos verdes en su
frente y con una bandera
negra contra el viento!
y tendre mis puertas
siempre abiertas”

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