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Volumen 111

Plan gene ral de la serie siste ma musculoesq uelético

Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas



PARTE 1 CIRUGÍA ORTOPÉDICA Y TRAUMATOLOGÍA

Sección 1 Generalidades
Recuerdo morfofuncional del sistema musculoesquelético
2 Histología del tejido conjuntivo. Implicación en la piel, sistema musculoesquelético
y articulaciones
3 Fisiopatología del tejido óseo
4 Valoración clínica y ortopédica. Pruebas diagnósticas
5 Diagnóstico por la imag en. Ecografía del sistema musculoesquelético
6 Lesiones de partes blandas: tendinopatías. Patología ligamentosa. Lesiones
nerviosas y vasculares
7 Lesiones articulares: esguince, luxación , subluxación, contusión y heridas arti-
culares
8 Fracturas: generalidades, meca nismos de producción, manifestaciones clínicas
y clasificación. Tipos y tratamiento
9 Fracturas: complicaciones, embolismo graso, síndrom e compartimenta[ y sín-
drome de dolor regional complejo idiopático
Sección 11 Miembro superior
10 Traumatismos del hombro: luxaciones esternoclaviculares, acromioclaviculares,
fracturas de clavícula y omóplato
11 Patología crónica del hombro
12 Lesiones traumáticas del plexo braqu ial
13 Traumatismos de la extremidad proximal del húmero. Traumatismos de la diá-
fisis
14 Traumatismos del codo
15 Fracturas de los huesos del antebrazo
16 Traumatismos de muñeca: fra ctura s de los huesos del carpo, fracturas del es-
cafoides y luxaciones del carpo
17 Fracturas osteoarticulares de la mano. Lesiones tendinosas. Lesiones ligamen-
tarias de los dedos. Mano catastrófica
Sección 111 Pelvis y miembro inferior
18 Traumatismos de la cintura pélvica: fracturas de pelvis y fracturas de acetábulo
19 Traumatismos de la cadera
20 Fracturas de la extremidad superior del fémur
21 Fracturas del fémur : diáfisis femoral y extremidad distal
22 Fracturas de la tibia: extremidad superior y diáfisis
23 Patología de la rótula: condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la ró-
tula
24 Les iones ligamentarias de rodilla
25 Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales
26 Fracturas del complejo articular del pie-tobillo
27 Esguince de tobillo. Metatarsalgias
• Afecciones medicoquirú rgicas para fisiote rapeutas

Sección IV Columna vertebral. Raquis


28 Síndromes dolorosos de partes blandas: cervicalgia, dorsalgia y lumbalgia
29 Patología de la columna vertebral: espondilolistesis, espondilólisis y malforma-
ciones de la columna
30 Desviaciones de la columna vertebral. Escoliosis
31 Patología del disco intervertebral
32 Traumatismos del raqllis

Sección V Miscelánea
33 Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en cirugía
ortopédica
34 Epifisiólisis traumáticas
35 Neuropatías compresivas periféricas
36 Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales del
hueso
37 Lesiones deportivas del sistema musculoesquelético. Lesiones musculares
38 Ortesis y prótesis del aparato locomotor

PARTE 2 ENFERMEDADES DEL SISTEMA MUSCULOESQUELÉTICO


39 Epidemiología de las enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido co-
nectivo
40 Artropatías inflamatorias crónicas: estudio especial de la artritis reumatoide y
artritis idiopática juvenil
41 Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías inflamatorias
42 Artropatías degenerativas: estudio general del síndrome artrósico y estudio clí-
nico de las principales localizaciones
43 Estudio general de las lumbalgias
44 Artropatías microcristalinas
45 Otras enfermedades del sistema musculoesquelético
46 Fibromialgia. Síndrome de fatiga crónica
47 Osteoporosis. Osteomalacia. Enfermedad de Paget
48 Lesiones óseas de origen vascular: osteocondritis y osteocondrosis
49 Enfermedades sistémicas: lupus eritematoso sistémico, esclerodermia y otras
conectivopatías
50 Síndromes miofasciales
Índice

Prólogo, XI

Prefacio, XIII

Parte 1 Cirugía ortopética y traumatología, 1

Sección 1 Generalidades, 1

1 Recuerdo morfofuncional del sistema musculoesque lético, 3


A. Córdova Martínez

2 Histopatología del tejido conjuntivo. Indicación en la pie l, sistema m usculoesq uelético


y articulaciones, 17
G. Pérez- Yarza y A. Asumendi

3 Fisiopatología del tejido óseo , 33


A. Córdova Martínez

4 Valoración clínica y ortopédica. Pruebas diagnósticas, 47


M. del Valle Soto

5 Diagnóstico por la imagen. Ecografía del sistema musculoe sq ue létic o, 59


J. F. Jiménez Díaz y J. G. Villa Vicente

6 Lesiones de partes blandas : tendinopatías. Patología ligame ntosa. Lesiones nerviosas


y vasculares, 71
R. Méndez Sánchez, J. L. Sánchez Sánchez y A. S. Puente González

7 Lesiones articulares: esguince, luxación, subluxació n, contus ió n y herida s articula-


res, 87
C. Moreno Pascual

8 Fracturas: generalidades, mecanismos de producción, manifestaciones clín icas y


clasificación. Tipos y tratamiento, 97
M. a T. La bajos Manzanares y N. Moreno Morales

9 Fracturas: complicaciones, embolismo graso, síndrome compartim enta[ y síndrome


de dolor regional complejo idiopático, 109
M. a J. Ca suso Holgado y N. Moreno Morales

Sección 11 Miembro superior, 117

10 Traumatismos del hombro: luxaciones esternoclavicu lares, acro m ioclavicula res,


fracturas de clavícula y omóplato, 119
R. Ouezada González y J. Seco Calvo

11 Patología crónica del hombro, 131


M. Sánchez Álvarez, J. Azofra Palacios y J. Seco Calvo

12 Lesiones traumáticas del plexo braquial, 141


M. Medina Sánchez e l. Esteban León

13 Traumatismos de la extremidad proximal del húmero. Tra umatis m os de la diáfisis, 151


H. Gómez Santos, A. Soriano Más y Á. Salgado Rodrigo

14 Traumatismos del codo, 163


J. Azofra Palacios, M Sánchez Álvarez y J. Seco Calvo

XXIII
• Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas

15 Fracturas de los huesos del antebrazo, 185


F. V. Martínez Garcia, C. Juárez Cordero y J. Seco Calvo

16 Traumatismos de muñeca: fracturas de los huesos del carpo, fractura del esca-
foides y luxaciones del carpo, 195
C. Juárez Cordero, F. V. Martínez Garcia y J. Seco Calvo
17 Fracturas osteoa rticulares de la mano. Lesiones tendinosas. Lesiones ligamen-
tarías de los dedos. Mano catastrófica, 205
J. Rodrigo Rodríguez

Sección 111 Pelvis y miembro inferior, 213


18 Traumatismos de la cintura pélvica: fracturas de pelvis y fracturas de acetábulo, 215
Á. Salgado Rodrigo, H. Gómez Santos y A. Soriano Mas

19 Traumatismos de la cadera, 225


A. Alonso Recio, A. l. Lozano Muñoz y V. M. Bárcena Tricio

20 Fracturas de la extremidad superior del fémur, 243


H. H. García Madrid y J. Seco Calvo

21 Fracturas del fémur: diáfisis femoral y extremidad distal, 253


H. H. García Madrid y J. Seco Calvo

22 Fracturas de la tibia: extremidad superior y diáfisis, 263


H. H. García Madrid

23 Patología de la rótula: condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la


rótula, 273
A. Córdova Martínez y J. Seco Calvo

24 Lesiones ligamentarias de rodilla, 293


M. Sánchez Álvarez, J. Azofra Palacios y J. Seco Calvo

25 Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales, 309


M. Sánchez Álvarez. J. Azofra Palacios y J. Seco Calvo

26 Fracturas del complejo articular del pie-tobillo, 323


M. a E. Aguilar Ferrándiz y B. Esteban Moreno

27 Esguince de tobillo. Metatarsalgias, 333


M. a E. Aguilar Ferrándiz y B. Esteban Moreno

Sección IV Columna vertebral. Raquis, 341

28 Síndromes dolorosos de partes blandas: cervicalgia, dorsalgia y lumbalgia, 343


J. Meroño Gallut y J. Ríos Díaz

29 Patología de la columna vertebral: espondilolistesis, espondilolisis y malforma-


ciones de la columna, 355
V. M. Bárcena Tricio, Á. Bezos Cuaresma y A. l. Lozano Muñoz

30 Desviaciones de la columna vertebral. Escoliosis, 365


M. del Valle Soto y J. Seco Calvo

31 Patología del disco intervertebral, 379


S. Pérez de la Cruz y J. Seco Calvo

32 Traumatismos del raquis, 393


S. Pérez de la Cruz
Índice .

Sección V Miscelánea, 407

33 Patologías congénitas del sistema músculoesquelético de interés en cirugía


ortopédica, 409
A. C. Cintra Viveiro

34 Epifisiólisis traumáticas, 427


Á. Bezos Cuaresma, A. l. Lozano Muñoz y A. Alonso Recio

35 Neuropatías compresivas periféricas, 433


l. Esteban León y M Medina Sánchez

36 Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales del


hueso,451
L. R. Ramos Pascua

37 Lesiones deportivas del sistema musculoesquelético . Lesiones musculares, 469


J. Seco Calvo y A. Córdova Martínez

38 Ortesis y prótesis del aparato locomotor, 487


J. J. Lorenzo González y C. Lorenzo Sánchez

Parte 11 Enfermedades del sistema musculoesquelético, 503

39 Epidemiología de las enferm edades del sistema osteomuscular y del tejido co-
nectivo, 505
L. C. Abecia lnchaurregui y E. Echevarría Ore/la

40 Artropatías inflamatorias crónicas: estudio especial de la artritis reumatoide y


la artritis idiopática juvenil, 513
M. Soto García y N. Pérez Villaverde

41 Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías inflamatorias, 525


S. Giménez Basa/lote

42 Artropatías degenerativas: estudio general del síndrome artrósico y estudio clí-


nico de las principales localizaciones, 537
S. Gil Orozko

43 Estudio general de las lumbalgias, 547


R. Fole López y B. Rodríguez-Borlado Díaz

44 Artropatías microcristalinas, 557


J. L. Casals Sánchez

45 Otras enfermedades del sistema musculoesquelético, 569


O. Rego Ojea y J. Seco Calvo

46 Fibromialgia. Síndrome de fatiga crónica, 583


A. M. a Martín Nogueras

47 Osteoporosis. Osteomalacia. Enfermedad de Paget, 597


A. Córdova Martínez

48 Lesiones óseas de origen vascular: osteocondritis y osteocondrosis, 613


C. Moreno Lorenzo, A. M. a Castro Sánchez y Á. Bezos Cuaresma

49 Enfermedades sistémicas: lupus eritematoso sistémico, esclerodermia y otras


conectivopatías, 631
M Soto García y N. Pérez Villa verde

50 Síndromes miofasciales, 643


A. M. a Martín Nogueras
Afecciones medicoquirú rgicas para fisioterapeutas

Glosa rio, 649

Índice analítico, 655

Anexos Web

1 Farmacología del sistema musculoesquelético. La musculatura esquelética. El


hueso y las articulaciones
A. Sahagún Prieto

2 Caso clínico. Mieloma múltiple en mujer menopáusica con dolor torácico ines-
pecífico
fvl. a J. Gimeno Tortajada

3 Casos clínicos para prácticas de aula


E. Echevarría Orella y J. Seco Calvo

4 Programa de propiocepción
J. Azanza Alvira
o
u

VO LUMEN 111

Afecciones medicoquirúrgicas
para fisioterapeutas
Parte 1: Cirugía ortopédica y traumatología 1
1

,
SECCION 1

Generalidades

1 Recuerdo morfofuncional del sistema musculoesquelético


2 Histología del tejido conju ntivo. Implicación en la piel, sistema muscu-
loesquelético y articulaciones
3 Fisiología del tejido óseo
4 Valoración clínica y ortopédica. Pruebas diagnósticas
5 Diagnóstico por la imagen. Ecografía del sistema musculoesquelético
6 Lesiones de partes blandas : tendinopatías. Patología ligamentosa. Le-
siones nerviosas y vasculares
7 Lesiones articulares: esguince, luxación, subluxación, contusión y heri-
das articulares
8 Fracturas: generalidades, mecanismos de producción , manifestaciones
clínicas y clasificación. Tipos y tratamiento
9 Fracturas: complicaciones, embolismo graso, síndrome compartimen-
tal y síndrome de dolor regional complejo idiopático
[§] OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Describir los procesos fisiológicos, su regulación e integración y cómo dichos procesos contribuyen al manteni-
miento de la homeostasis, en el sistema musculoesquelético en concre to.
• Reconocer los mecanismos de función y adaptación del sistema musculoesquelético ante cambios funcionales.

SISTEMA ESQUELÉTICO • Homeostasis de minerales: el tejido óseo almacena cal-


cio y fósforo para dar resistencia a los huesos y también
El número de estructuras esqueléticas diferentes en una los libera a la sangre para mantener en equilibrio su
persona es de unos 208 huesos, cuyos tama.ñ os oscilan des- concentración.
de el fémur (el hueso más largo del esquelero) a los dimi- • Producción de células sanguíneas: en la médula ósea
nutos huesos del interior del oído (donde se halla el hueso roja se produce la hemopoyesis para fabricar glóbulos
más pequeño del esqueleto que es el escribo en el oído me- rojos, blancos y plaquetas.
dio) . El armazón del cuerpo humano, adem ás de estos • Almacenamiento de triglicéridos: la médula ósea roja es
208 huesos, tiene un centenar de articulaciones y más de reemplazada paulatinamente en los adultos por médula
650 músculos, y roda actúa coordinadamente. ósea amarilla, que contiene adipocitos.
El hueso es un tejido que combina células vivas con ma- • Activación motora de los órganos internos: pues es el
teriales inertes (sales). De esta unión surge la fuerza, pero encargado de hacer que todos nuestros órganos desem -
también la ligereza y su resistencia. Al hueso se le conside- peñen sus funciones.
ra como un órgano, pues es el resultado del trabajo con- • Producción de calor: al producir contracciones muscuJares.
junco d e diferentes tejidos: hueso {tejido óseo), cartílago,
tejido conectivo denso , epitelio, tejido adiposo y tejido
nervioso. El tejido óseo desempeña varias funciones que atienden
distintas necesidades orgánicas, como manten er en
equilibrio la concentración de calcio y fósforo y producir
o
la hemopoyesis, entre otras.

o El tejido óseo está compuesto por células vivas y materia-


les inertes [sales!. lo que le confiere la fuerza, ligereza y
resistencia.
Estructura de los huesos
Los huesos se clasifican en diversos tipos según su fo rma.
Funciones del sistema esquelético Para estudiar su estructura se roma como modelo un hue-
El sistema esquelético tie ne diversas y variadas funciones so largo, como el fémur o el húmero, que consta de las si-
que atienden distintas necesidades orgánicas como son: guientes parees (Fig. 1- 1):
Sostén: los huesos son el soporte de los tejidos blandos • Diáfisis ® : es el cuerpo o porción cilíndrica principal
y el punto de apoyo d e la mayoría de los músculos es- del hueso.
queléticos. • Epífisis ® : son los extremos proximal y distal del hueso.
Protección: los huesos protegen a los órganos internos; • Metáfisis ® ;es el sitio de unión de la diáfisis con la epí-
por ejemplo, el cráneo protege al encéfalo, la caja torá- fisis. Su espesor va disminuyendo con la edad.
cica al corazón y a los pulmones. • Cartílago articular ® : es una capa delgada de cartílago
Locomoción y movimientos: en asoci ación con los hialino que cubre la parte de la epífisis de un hueso que
músculos. se articula con otro hueso.

3
4 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades

Cartílago
en superficie
Hueso largo
articular
([émur)

Hueso plano
(escápula)

Cavidad medular
(médula)

Diáfisis

Hueso Irregular
Hueso corto (vértebra)
(escaroides)

Figura 1-1. Esqueleto y estructura del hueso.

• Periostio <a> : es una capa resistente de tejido conectivo minada resorción, es parte del desarrollo normal del cre-
denso que rodea la superficie ósea que no tiene cartíla- cimiento, mantenimien to y reparación del hueso.
go articular. Protege al hueso, participa en la reparación
de fracturas, colabora en la nutrición del hueso y sirve Clasificación de los huesos
como punto de inserción de tendones y ligamentos. El cuerpo del adulto humano está formado por 208 hue-
• Cavidad medular <a> : es el espacio interno de la diáfisis sos, aproximadamente, que se clasifican según su forma y
que contiene a la médula ósea amarilla grasa. COnSIStencia.
• Endostio ® : es la capa que recubre la cavidad medular y
contiene células formadoras de hueso. Según su forma
Según su forma, se clasifican en:
Células del hueso • Huesos largos: son tubulares y constan de diáfisis y epí-
Los huesos conrienen varios tipos de células (véase este fisis. Tienen hueso compacto en la diáfisis y hueso es-
tema más extensamente en el capítulo 2) : ponjoso en el interior de las epífisis.
• Células osteogénicas: son células madres (stem celfs) no • Huesos cortos: son cuboides y tienen tejido esponjoso
especializadas que se encuentran a los largo del endos- salvo en su superficie. Por ejemplo: huesos del tarso y
tio. Son las únicas células óseas que realizan división ce- del carpo.
lular. Las células resultantes se t ransfo rman en osteo- • Huesos planos: son delgados y están compuestos por
blastos. dos placas casi paralelas de tejido óseo compacto que
• Osteoblastos: son células formadoras de hueso que sinte- envuelven a o tra d e hueso esponjoso. Brindan protec-
tiz..-m y secretan fibras colágenas y otros componentes or- ción al organismo. Por ejemplo: huesos del cráneo, es-
gánicos necesarios para construir la matriz osteoide e ini- ternón y omóplatos.
cian además la calcificación. Se convierten en osteocitos. • Huesos irregulares: tienen forma compleja. Por ejem-
• Osteo citos: estas células óseas maduras mantienen su plo: vérrebras y alg unos huesos de la cara.
metabolismo diario a rravés del intercambio de nutrien- • Huesos sesamoideos: están en algunos rendones a los que pro-
tes y productos metabólicos con la sangre. tegen del uso y desgarro excesivos. Por ejemplo: la rótula.
• Osteoclastos: son células grandes derivadas de la fusión
de muchos monocitos (un tipo de glóbulo blanco) y se Según su consistencia
agrupan en el endostio. Estas células liberan poderosas Según su consistencia, se dividen en:
enzimas lisosómicas y ácidos que digieren los compo- • Compacto (denso): el tejido óseo compacto maduro se
nentes minerales y proteicos de la matriz celular subya- compone de unidades estructurales denominadas osteo-
cence. Esta descomposición de la matriz osteoide, deno- nas (sistemas de H avers).
5

• Esponjoso o rrabecular: tiene el aspecto de una es-


ponja, con trabéculas (finas espículas anastomosa- De acuerdo con la natur aleza
das). del tejido in terpuesto
De acuerdo con la naturaleza del tejido interpuesto, se di-

o El hueso se clasifica de diversas formas, atendiendo a su


consistencia o a su forma.
viden en:
• Fibrosa.
• Cartilaginosa.
• Sinovial.
SISTEMA ARTICULAR De acuerdo con s u ga ma de movimientos
Funciones del sistema articular De acuerdo con su gama de movimientos, se dividen en:
Las articulaciones son el conjunto de partes blandas y du- • Sinartrosis: son articulaciones inmóviles (fibrosas). En
ras que conscituyen la unión entre dos o más huesos próxi- ellas hay dos o más superficies articulares soldadas en-
mos. Permiten que nuestro cuerpo se mueva de muchas tre sí por medio de un cartílago o tejido fibroso. No tie-
maneras. Algunas arriculaciones se abren y se cierran como nen movimiento. La bóveda del cráneo, por ejemplo,
una bisagra (es el caso de las rodillas y los brazos), mientras está formada por placas de hueso que deben permane-
que arras nos permiten realizar movimientos más comple- cer inmóviles para proteger el cerebro. Entre los bordes
jos: el hombro o la articulación de la cadera, por ejemplo, de estas placas hay uniones o articulaciones de tejido fi-
nos permiten realizar movimientos hacia adelante, hacia broso denominadas mtrmts cmneales. Las articulaciones
atrás, laterales y giratorios. fibrosas también mantienen los dientes fijos en la man-
díbula.
• Anfiarrrosis: articulaciones semimóviles (cartilagino-

o
Las articulaciones tienen dos funciones fundamentales:
por una parte, proporcionar a las palancas óseas el mo- sas). Entre ellas hay dos superficies articulares planas o
vimiento, y por otra, proporcionar estabilidad sin interfe- cóncavas recubiertas de cartílago articular y, en medio
rir en el movimi ento. de las dos, un fibrocartílago que se inserta en ambas su-
perficies; todo ello rodeado de unos ligamentos perifé-
ricos. Esta articulación es semimóvil y presenta poco
Clasificación de las articulaciones movimiento. Se encuentra entre los cuerpos vertebrales.
Las articulaciones se clasifican de acuerdo a diferentes cri- Cada una de las vértebras de la columna se mueve en re-
terios, fundamentalmente por su naturaleza y por la gama lación con la de arriba y la de abajo. Juntos, estos movi-
de movimientos que realizan (Fig. 1-2) . mientos le otorgan flexibilidad a la columna.

1. Sinartrosis 2. Pivotante (trocelana)

Codo

3. Esfera cavidad (enartrosis) 4. Plana (artrodia)

Cadera Tarso

Figura 1-2. Articulaciones del cuerpo.


Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades

• Diartrosis: articulaciones móviles o sinoviales (articula- que un músculo se inserte directamente en el esqueleto,
ción sinovial). Las principales articulaciones del cuerpo generalmente lo hace por medio de un tendón.
(ubicadas en la cadera, los hombros, los codos, las rodi- Los tendones son de estrucmra fibrosa y prolongan al
llas, las muñecas y los tobillos) son totalmente móviles. músculo hasta el punto de inserción; presentan formas va-
Contienen un líquido sinovial que actúa como lubri- riables (cilíndricos, aplanados, cortos, largos o se extienden
cante para ayudar a que las articulaciones se muevan en amplias membranas). Son muy resistentes y práctica-
con facilidad. En estas articulaciones de libre movi- mente inextensibles, de tal forma que la contracción del
mie nto y sinoviales, los bordes de los huesos que se ar- músculo puede actuar sin retardo, sin pérdida de fuerza
ticulan están recubiertos de cartílago hialino (o articu- frente a la palanca puesta en movimiento. Algunos múscu-
lar). Este tipo de articulaciones puede o no tener menis- los ocupan su aponeurosis para insertarse, como por ejem-
cos (los cartílagos que ayudan a encajar los huesos, plo los músculos que se insertan en la línea áspera del fé-
amortiguar las presiones y facilitar el movimiento de la mur (inserción aponeurórica). Las inserciones se denomi-
articulación). nan según la ubicación anatómica, es decir, existen inser-
ciones mediales, laterales, proximales o distales.

o Las articulaciones se clasifican, fundamentalmente,


por su naturaleza y por la gama de movimientos que
realizan.
Funciones de los músculos
Los músculos esqueléticos se contraen en respuesta a im-
pulsos nerviosos. Estos impulsos viajan por nervios moto-
res que terminan en los músculos, formando lo que seco-
SISTEMA MUSCULAR noce como ttniónneurommcularo placa motora.
La propiedad fisiológica básica del tejido muscular, y
Los músculos tienen diferentes formas y tamaños, difieren que caracteriza su función, es la contractilidad Ql> , pero ade-
en las fuerzas que pueden ejercer y en la velocidad de su ac- más tiene otras tres propiedades: la excitabilidad Ql> (capa-
ción. Los músculos se pueden clasificar de muchas mane- cidad de recibir y responder a un estímulo); la extensibili-
ras, dependiendo de su función, innervación, localización dad e (capacidad para ser estirado) y la elastic idad Ql> (o
en el cuerpo, número de vientres o estrucmra de éstos, se- propiedad por la que vuelve a su estado original después de
gún la dirección de sus fibras, estrucmra histológica (liso, ser estirado o contraído). Estas propiedades son las que
cardíaco y esquelético), tipo de movimiento que realizan, otorgan la función a los músculos.
etc. (Fig. 1-3). La contractilidad depende del componente muscular y es
Los músculos se agrupan formando haces o fascículos responsable de las funciones de movimiento, presión y fuerza.
de fibras musculares que terminan en una punta de tejido La excitabilidad es debida a la presencia de estructuras
fibroso colágeno y crean tendones o apo neurosis. Sus ex- neuromusculares especiales en la membrana de la célula
tremos se fijan sobre los huesos en dos o más puntos q ue muscular o fibras m usculares, la placa mo tora.
se conocen como origen e inserción. La mayoría de ellos se La extensibilidad y elasticidad dependen del compo-
sitúan sobre el esqueleto, pero hay músculos que se inser- nente conjuncivo, que es el responsable, por una parte, de
tan en la piel (músculos cutáneos), en las mucosas (lengua, proteger, individualizar y recubrir las estructuras contrác-
labios) o en un órgano blando (ojo, sinovial, aponeurosis, tiles y, por otra, de proporcionar las propiedades elásticas
etc.). Sin embargo, como se puede deducir, es muy raro y mecánicas del tejido.

Músculode
fibra estriada
J 1---------------,

Músculo Músculo Músculo Músculo Músculo


largo corto plano circular orbital

~!!J!!~=:::;J Tejido muscular


de fibra estriada
del corazón
~)
1
Músculo de
fibra lisa

Figura 1-3. Tipos de músculos.


7

El músculo esquelético tiene una respuesta mecánica a dricas. Su longitud es muy variable y puede oscilar desde
los requerimientos del movimiento, pero, además, el mús- 1 mm y 4 cm; en cambio, su diámetro es mucho más pe-
culo estirado puede producir también una respuesta refle- queño, se sitúa entre 5 y 100 pm.
ja, de naturaleza totalmente distinta a la anterior, genera- Las fibras esqueléticas tienen muchas parees iguales a
da por la estimulación de los propioceptores musculares de otras células, sin embargo, algunas de sus estructuras ce-
estiramiento (husos musculares y órganos tendinosos de lulares reciben nombres diferentes. Así, la membrana re-
Golgi). Se desencadenan reflejos medulares mioráticos, cibe el nombre de sarcolema y el citoplasma se denom i-
cuya expresión puede verse modificada por el tono muscu- na sarcoplasma. En el inrerior de éste existe u na gran can-
lar y otros factores moduladores adquiridos, como por tidad de haces finos de fibrillas , denominadas miofibri-
ejemplo con el entrenamiento. llas, que ocupan casi la totalidad del volumen ciroplas-
mático.

O
La contractilidad es la propiedad fisiológica que caracte-
riza la fu nción del tejido muscular. El tejido muscular esquelético está formado por fibras,
que son células largas, multinucleadas y cilíndricas.
o
Estructura de los músculos esqueléticos Las miofibrillas están co nstituidas a su vez por fibras
Un músculo esquelético es un órgano formado por células aún más delgadas llamadas miofilamentos. Las miofibrillas
musculares esqueléticas y por tejido conectivo; es esencial se dividen en una serie de unidades repetidas longitudinal-
para la transmisión de la fuerza generada por las células mus- mente conocidas como sarcómeros, que se alinean perfecta-
culares al esquele to. El tejido conectivo reviste cada célula mente a lo largo de la miofibrilla y constituyen la unidad
muscular y forma un envoltorio denominado endomisio. Lis funcional del músculo estriado. Cada sarcómero está deli-
células musculares se agrupan en haces o fascículos y están mitado por unas regiones denominadas discos Z (antigua-
rodeados a su vez de una cubierta conectiva denominada pe- mente líneas Z).
rimisio; el músculo entero dispone de una envoltura gruesa
llamada epimisio. Estas cubiertas de tejido conectivo se pue-
den continuar con el tejido fibroso que forma los tendones
y constituyen el anclaje del músculo al hueso (Fig. 1-4).
El tejido muscular esquelético está formado por células
En el interior del sarcoplasma de cada fibra existe una
gran cantidad de haces finos de fi brillas, denominadas
miofibrillas, compuestas por miofilamentos, y divididas
o
por sarcómeros, delimitados por los discos Z.
largas, de al1í el término de fibms, multinucleadas y cilín-

Fibra
muscular Sacrómero
Haz de fibras
musculares

~~~{JIIi)
AcUna '-v-' '-v-'
Línea Z Banda Banda Banda
A 1 A

Lm~z ~~~ ~~~ ~ 1

Músculo
bíceps Neurona
motriz "'
A~
'""'".3 "
' "' " ' "'" Miosina

\
Tropomiosina

;-----Banda A - - - - - ;
Disco Z l. Banda H l,;
!.~?.nd~-~-l
Nebulina
¡i ¡
1 TIIina
\
bat i : 1

'¡¡¡'
1

Figura 1-4. Estructura microscópica muscular.


8 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades
- "'

Desde los discos Z se extienden en ambas direcciones pies direcciones y semidos, nunca se abren al interior de
numerosos miofilamemos delgados que se intercalan entre ésta. En muchas células los túbulos T se colocan a la al-
los miofilamentos gruesos. La disposición intercalada de tura de los discos Z, pero en otras están en la región de
los miofilamentos da lugar a la aparición de unas bandas o un ión de las bandas A e I.
segmentos de diferente coloración al microscopio y que ha El retículo sarcoplásmico es un compartimento intrace-
servido para describir este músculo como estriado. La ban- lular que se dispone alrededor del sarcómero, entre los tú-
da A es una franja ancha y oscura, denominada así porque bulos T adyacentes, y forma una especie de envoltura de
al observarla al microscopio con luz polarizada refracta este formas irregulares. Está constituido por amplias redes de
tipo de luz; esta propiedad se conoce con el nombre de conductos y sacos conectados, con grandes huecos entre
anisotropía (A). Estas bandas se alternan con bandas claras ellos. El retículo sarcoplásmico de las células musculares es
o bandas!, que no refractan la luz polarizada, y se dice que en realidad un tipo de retículo endoplasm ático que carece
tienen la propiedad de la isotropía (I). de ribosomas. A cada lado de los tú bulos T se sitúan, en es-
La banda A es el segmento del sarcómero que recorre trecho contacto, dos cisternas terminales del retícul~ sar-
roda la longirud de los mioftlamentos gruesos, mientras coplásmico de sarcómeros adyacentes, formando lo que se
que en la banda I se encuentra parte del trayecto o longi- denomina la tríada.
tud de los miofilamemos finos. En el centro de la banda A
hay una zona más clara llamada banda H, que correspon-
La tríada es un elemento importante de la fibra, ya que
de a la región media de los miofilamentos gruesos, donde
permite que el impulso eléctrico que se desplaza por el
no se superponen con los finos. En el centro de esta ban- tú bulo T estimule las membranas del retículo sarcoplás-
da H se encuentra la línea M, que es el lugar en el que se mico.
localizan enzimas muy importames para el metabolismo
energético como la creatina-cinasa (CK).
Además de los filamentos descritos, existen otros deno- La fibra muscular esquelética contiene abundantes mi-
minados filamentos elásticos, que se anclan a los discos Z y toco nd rias, que son fundamentales para proporcionar
que proporcionan elasticidad a las miofibrillas y, en conse- energía para la contracción en forma de ATP (tri fosfato de
cuencia, a las fibras musculares. Las proteínas que forman adenosina). En el caso de este tipo de fibras, que realizan
esros filamentos son la titina o conectina -una gran molé- comracciones muy fuertes, los requerimientos energéticos
cula elástica que sirve para fijar los extremos de los miofi- son muy altos y su n úmero dependerá del tipo de metabo-
lamentos gruesos a los discos Z adyacemes- ; la nebulina lismo q ue desarrollen.
- una molécula más rígida que fija los filamemos finos a los
discos Z- y la desmina -una molécula fue rte y con menor Estructura molecular de los miofilamentos
elasticidad que conecta los discos Z de una miofibrilla con Formando parte de cada miofibrilla hay miles de m iofila-
los de las miofibrillas situadas alrededor-. Mediante es ta mentos (finos y gruesos) y su comprensión ha permitido
do tación de filamentos elásticos y esrabilizam es es posible descubrir el mecanismo de la contracción de las fibras
mantener la estructura regular del músculo esquelético, musculares (Fig. 1- 5) .
tanto en reposo como en contracción. Miofilamentos finos. El esqueleto del miofilamento
La fuerza generada en la contracción muscular es trans- fino está compuesto por una proteína denominada actiua;
mitida desde los discos Z a la matriz exrracelular mediante una proteína globular que cuando se encuentra aislada re-
unas estructuras subsarcolémicas denominadas costrímeros. cibe el nombre de actina G. Estas moléculas de actina G
Estas estrucruras están formadas por una proteína del ci- se polimerizan en número de hasta 400 para formar dos
roesquelero de gran tamaño, la distrofina, cuya ausencia o hileras fibrosas o cadenas trenzadas entre sí (se enrollan
disminución de su cantidad produce la distrofia muscular, una alrededor de la otra), dando lugar a la actin a fibrilar
una patología debida a la debilidad del sarcolema. o actina F. En los surcos de la hélice de la actina F se sitúa
El músculo estriado posee un desarrollado sistema de una proteína fibrosa, la tropomiosina (Tm), y cada molé-
membranas, que consiste en los tríbulos Ty el retículo sar- cula de ésta ocupa 7 monómeros de acrina. Cerca del ex-
cop!Asmico. Estas estructuras memb ranosas son muy im- tremo de la tropomiosina se encuentra un complejo pro-
portantes en la transmisión de la despolarización eléctri- teico, llamado troponina (Tn) formada por tres subunida-
ca desde la superficie celular hacia el interior de la célu- des: troponina e, capaz de unir io nes de calcio; troponi-
la, ya que regulan la movilización de Ca++ y con ello la na T, que se une a la tropomiosina; y troponina I, que tie-
propia conrracción muscular. Los rúbulos T son largos y ne un a función inhibidora o bloqueadora sob re la actina.
estrechos y se invaginan desde la membrana celular per- La proporción en el filamento fi no de cada una de estas
pendicularmente (o transversalmeme al eje de la célula, proteínas es 7: 1:1, es decir, por cada 7 monómeros de ac-
de ahí la inicial de su nombre); en el interior de la célula tina hay 1 molécula de rropomiosina y 1 complejo de ero-
se ramifican ampliamente. Forman una intrincada red ponina.
intracelular de canalillos que recorren el perímetro de
cada sarcómero, y extienden la activación eléctrica al in-
terior de la célula. En la luz del túbulo T el medio siem-
pre es extracelular y, aunque atraviesan la fibra en múlri-
La actina es la proteína fund amental del esqueleto del
miofilamento fino.
o
~~~~~~
Puentes Bisagras Cuerpo

Filamento de miosina

- Deslizamiento Sitios activos , Acyna

~--~-·
Troponina
Tropomiosina
1 •
1

Aclina

z ( Relajación ) z

~ ~ z\
'
111m: 1
M
m111 ~ ;z
~
\ z ( Contracción ) z/'
Dos cadenas
pesadas
~ ~!111 !111]~ ~
Z
1
M Z

Figura 1-5. Estructura molecular de los filamentos musculares.

Miofilamentos gruesos. Están formados por una pro- sina y les mantienen en una posición fija; o la miomesina,
teína denominada miosinn. Las moléculas proreicas se dis- siruada en la línea M y que mantiene la alineación de los
ponen en haces compactos de 150 a 360 unidades por filamenros gruesos.
cada miofilamenro grueso. Cada molécula de miosina esrá

o
formada por dos cadenas polipeprídicas enrolladas enrre sí
La miosina es la proteína fundamental del esqueleto del
y tiene una forma aproximada a un palo de golf o bastón.
miofilamento grueso.
En ella se pueden distinguir la meromiosina pesada o glo-
bular (MMP), con dos partes: la cabeza y el cuello; y la me-
romiosina ligera, cola (MML).
Las colas de las diferenres moléculas se empaquetan Contracción muscular
jumas y constituyen el eje cenrral o armazón del miofila- Al igual que las neuronas, las fib ras musculares esqueléti-
mento grueso, y las cabezas y cuellos se disponen sobresa- cas son células excitables. La estimulación que reciben a
liendo en disposición helicoidal. Cada cabeza forma un rravés de las fibras nerviosas motoras genera un potencial
ángulo de 60 grados alrededor de la circunferencia del de acción muscular que se extiende a lo largo de roda la
miofilamenro y tiene un desplazamiento de 14,4 nm a lo membrana o sarcolema y se traduce en una respuesta me-
largo de éste. Las moléculas de miosina están agrupadas de cánica denominada C01ltmcción muscular. La secuencia de
tal forma que las colas quedan en el centro de los miofila- acontecimientos que van a desarrollarse es la represen rada
menros y se extienden en las dos direcciones, dejando en en el esquema de la figura 1-6. De forma resumida se po-
el cenrro del filamenro una zona carenre de cabezas. Cada dría decir que estos cambios se inician con la liberación de
cabeza de la miosina conriene dos regiones para su unión calcio desde el retículo sarcoplásmico hacia las miofibrillas.
con la molécula de actina y dos puntos con actividad enzi- El calcio liberado se une a la tropo nina C en lugares espe-
mática para hidrolizar el ATP. Además de la miosina, en el e
cíficos (cada molécula de troponina puede fijar dos mo-
filamento grueso también se localizan otras proteínas: C, léculas de calcio, además de otras dos que se encuentran
H y X, que forman anillos alrededor de los haces de mio- permanentemente combinadas con ella). El complejo de
-
- --++++---
Ca\

~
2
' Tropomiosina

Potencia

~
-
de acción
Fuamento
delgado
D Puente entre aclina y mo,;o, "\
Actina Miosina

\ H-=:~M.
._ •
Retículo
endoplasmalico Filamento
grueso
--
:---. ADP
"'--..
/ \ P,

~~~
D Hidrólisis del ATP a Golpe de potencia

~~~ti· /-
ATP

f t Unión del ATP a la


V cabeza de miosina

Figura 1-6. Esquema de la contracción muscular.

troponina con los cuatro iones de calcio provoca cambios A pesar de los cambios en la lo ngit ud de la fib ra, o de
de conformación de la troponina T que hacen que la tro- las miofibrillas, o de los sarcómeros, como quiera que se
pomiosina gire y deje libres los denominados lugares acti- haga la medida, la longitud de los fila mentos finos y los
vos de la actina, que hasta entonces se encontraban física- gruesos permanece constante y ni la actina ni la m iosina
mente cubiertos por la troponina 1, y en este momento cambian de dimensión.
pueden unirse a las cabezas de miosina. El modelo de desl izamiento de los filamen tos, sugerido
por Huxley y Hansen en el año 1954, se ajusta a la perfec-
ción a lo que hoy se conoce acerca del mecanismo de la
O La un ión del calcio a la troponina C e limina una inhibición
constante del enlace a las cabezas de miosina. contracción. Además, se ha comp robad o su corresponden-
cia con las propiedades funcionales de las proteínas con-
tráctiles actina y miosina, ya que si se colocan en u n tubo
La contracción muscular se produce por deslizamiento de de ensayo (in vin·o) estas proteínas junto con ATP y Ca" ,
los filamentos gruesos y finos entre sí y da lugar a la disminu- se observa que:
ción d e la longitud del sarcómero. Durante el acortamiento a) Se produce la hidrólisis del ATP por acc ión enzimáti-
del sarcómero, los discos o líneas Z se acercan uno a otro, ca de las cabezas de la miosina y se libera energía.
aproximándose entre sí. La banda A mantiene su longitud y, b) La interacción entre la actina y la miosina se modifi-
por el contrario, las bandas H e I se acortan. La disminución ca como consecuencia de dicha hid rólisis. Este cambio
en la longitud del sarcómero se produce porque los filamen- conformacional es el origen de la generación de tensión
tos se deslizan unos sobre otros. Esta hipótesis también per- o del acortamiento d e la fibra muscular.
mite explicar los efectos del estiramiento pasivo del sarcóme- e) La ausencia de Ca•• impide la interacción entre la acti-
ro, en cuyo caso la anchura de la banda I aumenta de forma na y la miosina y este ion es un regulador básico y cen-
proporcional al grado de estiramiento producido. Según esta tral de la contracción.
teoría, durante el proceso de la contracción se producen
puentes cruzados entre los filamentos de actina y miosina, los El modelo del d eslizamiento de los fil amentos propone
cuales conforman un sistema de imbricación entre las cabe- que los finos se desplazan sobre los gruesos. Este desplaza-
zas de miosina y las moléculas de actina. La zona del cuello miento es posible po r la unión entre las cabezas de miosi-
de la miosina es capaz de doblarse sobre sí, actuando como na con p untos activos o complemencarios de la molécula
una bisagra; de esta forma pued e empujar la cabeza de mio- de actina. La formación de u niones o «puentes cruzados»
sina y obligarla a deslizarse sobre el filamento delgado. entre la actina y la miosina, que se activan y desactivan cí-
clicamente, constituye el proceso que conduce al acorra-
miento del músculo durante la contracción. En los puen-

o La con tracción muscula r se produ ce por d eslizamiento


de los filame ntos gruesos y fino s e ntre s í y da luga r a la
d is minución de la longitud del sa rcóme ro.
tes cruzados se produce la transducció n quimiomecánica o
la transfo rmación d e la energía q uímica almacenada en
energía mecánica.
Acoplamiento excitación-contracción Tabla 1-1 . Diferencias entre los músculos rojos y blancos
El papel del Ca++ para la formació n de puentes cruzados, al Factores Músculo rojo Músculo blanco
igual que la necesidad de su eliminación, es pues evidente. bioquímicos
Sin embargo, los mecanismos que determinan las variacio-
Vías energéticas Aeróbica Anaeróbica
nes transitorias de la co ncentración del ion constituyen un
aparrado importante. Al conj unto de m ecanismos que Sustratos Lípidos y Carbohidratos
unen los fenómenos eléctricos en la membrana celular con carbohidra tos
los fenómenos mecánicos en el citoplasma se les d enomi- Metabolitos CD2 y H2 D Ác ido láctico
na acoplamiento excitación-contracción.
La excitación celular, manifestada por el potencial de Enzimas Escasas Abundantes
glicolíticas
acción, se inicia cuando la fibra es excitada por una señal
nerviosa que se traslada desde la médula espinal a uavés de Mitocondrias Abundantes Escasas
una motoneurona. Cuando llega un potencial de acción a
Dependencia Mucha Poca
un botón terminal se desencadenan una serie de aconteci-
del 0 2
mientos, conocidos como transmisión neuromuswlar. El
estÍmulo se propaga con rapidez por la membrana celular, Actividad Baja Alta
de la que forma parte importante el complejo sistema de ATPasa de
las proteínas
túbulos T, en estrecho contacto con el retículo sarcoplás- contráctiles
mico a la altura de las tríadas. La membrana de los túbu-
los T y la de las cisternas del retículo sarcoplásmico contie-
nen proteínas integrales de membra na que funcionan
como proteínas canal y permiten el paso de Ca•• d e sus res- macroscópico se pueden diferenciar por su coloración dos
pectivos espacios líquidos hacia el citosol. tipos: rojos y blancos (Tabla 1-1).
Muchas proteínas integrales de la membrana del retículo
sarcoplasmático establecen contactos con las proteínas canal Músculo rojo
de la membrana de los túbulos T. Esto sugiere que uno de El músculo rojo es un tipo de músculo lenco, que debe su
los mecanismos mediante los que se puede liberar calcio a coloración a su alto contenido en mioglobina, la cual faci-
rravés de canales de la membrana del retículo sarcoplásmico lita la difusión de oxígeno y permite la realización de es-
podrfa ser un acoplamiento mecánico emre las proteínas ca- fuerzos sostenidos sin períodos de reposo. En estos múscu-
nal de los túbulos T, que actuarían como sensores de volta- los el ATP se produce en cantidades muy grandes por lo
je, y las proteínas canal de las cisternas del retículo sarcoplás- eficiente que es su actividad metabólica aeróbica. Los mús-
mico, llamadas también proteínas pie (su prolongación en el culos rojos también son capaces de llevar a cabo la glucó-
interior del citosol, la que parece establecer contacto físico lisis anaerobia y tienen algunas reservas de fosfocreatina,
con las prmeínas canal de los túbulos T, tiene forma de pie). pero su importancia funcional es escasa, ya que no pueden
Durante la activación celular, que se produce por el poten- proporcionar las grandes cantidades de ATP que se necesi-
cial de acción, la concentración de calcio en el citosol aumen- tan para la contracción sostenida. Por ello, si la carencia de
tará transitoriamente, permitiendo que se produzcan las m o- oxígeno hace imposible la prod ucción aeróbica de ATP
dificaciones de conformación de la uoponina y la uopomio- (por interrupción del flujo sanguíneo), la fosfocreatina al-
sina, que, a su vez, facilitarán la formación de enlaces entre la macenada se consume con rapidez.
actina y la miosina y el consiguiente acortamiento del sarcó- La aparentemente alta producción de ATP cuando el
mero (contracción). Pero la calidad del aumento transitorio aporte de oxígeno es adecuado tiene también sus costes
del Ca., intracelular es lo que permite la relajación después de para el músculo, y el precio que debe pagar el músculo es
la contracción. Esta transitoriedad depende de la capacidad de triple:
la célula para conseguir que la cantidad de calcio del cirosol l. Se convierte en absolutamente dependiente del aporte
recupere los valores normales, gracias a la existencia de pro reí- de oxígeno. Sin su presencia el ATP no puede ser gene-
nas capaces de movilizar el calcio en conua de su gradiente de rado más que en muy pequeñas cantidades.
concentración desde ese citosol hacia el espacio extracelular, y 2. Este tipo de músculos debe contener grandes cantida-
hacia los lugares de almacenamiento imracelulares. des de mitocondrias. Éstas ocupan un espacio que dis-
pu tan a la maquinaria contráctil, lo cual hace que, com-
parativamente a la hora de generar tensión, este tipo de

O La ca lidad del aumento transitorio del CaH intracelular es


lo que permite la relajación después de la contracción.
músculo sea más débil (por cada gramo de masa mus-
cular).
3. La hidrólisis del ATP por parre de la miosina se reali-
za más lentamente que en el músculo blanco. A pesar de
Tipos y propiedades de las fibras musculares esa menor rapidez intrínseca para utilizar la energía del
Existen varios tipos de músculos, que están adaptad os para ATP, lo cual podría considerarse como un factor nega-
llevar a cabo funciones diferentes. Desde el punto de vista tivo en la generación de tensión, es precisamente esta
característica la que facilita que este tipo de músculo sea resistencia a la fatiga, las capacidades glucolítica y oxidati-
capaz de adecuar a la perfección la producción de ener- va o la actividad ATPasa, presentan una gradación conti-
gía con su consumo. nua, que de forma aproximada permite dividir a las fibras
musculares en tres grupos (Tabla 1-2):
• Lemas oxidati vas (I).

o El músculo rojo es un músculo lento que presenta alto


contenido en mioglobina, por lo que puede realizar es-
fuerzos sostenidos sin períodos de reposo.
• Rápidas oxidativas (IIa), resistentes a la fatiga.
• Rápidas glucolíticas (Ilb), fatigables.

Además de estos eres tipos descriros, se han diferenciado


algunos con características intermedias: fibras Ilab, que
Músculo blanco se encontrarían entre las Ila y las Ilb, y fibras tipo llc, in-
En el músculo blanco (rápido), especializado en contrac- termedias entre las 1 y las IIa. El diferente porcentaje de
ciones breves pero intensas, los períodos de reposo permi- las fibras de cada variedad que existe en cada músculo de-
ten que el consumo de energía exceda, durante las fases de termina que éste sea de tipo rojo o blanco. Además, la
actividad, a la energía producida. Estos músculos no tie- proporción relativa de fibras puede variar dependiendo
nen necesidad de un mecanismo muy eficiente de produc- de la función que realizan. Los músculos que poseen so-
ción de energía. El volumen celular, que en el músculo bre rodo fibras rojas de contracción lenta están especiali-
rojo está ocupado por mitocondrias, aquí lo está por pro- zados en realizar movimientos lentos y resistentes a la fa-
teínas contráctiles que añaden capacidad de generación de tiga como puede ser el mantenimiento de la postura; los
tensión. Durante los pocos momentos de actividad que que contienen fibras blancas realizan contracciones rápi-
desarrolla el músculo blanco utiliza, fundamentalmente, das y cortas.
energía almacenada como fosfocrearina y pequeñas canti-
dades de energía procedentes de la glucólisis anaeróbica. Tabla 1-2. Tipos de fibras musculares esqueléticas
Libres por tanto de la necesidad de acoplar la produc- y propiedades más relevantes
ción de energía a su consumo, la mayor parte de los mús-
culos blancos tienen proteínas contráctiles que poseen una Tipo de fibra
capacidad intrínseca de hidrolizar ATP con mucha rapi-
dez. Esta especialización confiere a este cipo de músculo su
Estructura
propiedad funcional más importante: la rapidez en la con-
tracción (o su gran velocidad de acortamiento). Por ello Diámetro Pequeño Intermedio Grande
este tipo de músculo recibe también el nombre de rápido,
para diferenciarlo del músculo rojo, también llamado lento. Grosor de Ancho Intermedio Est recho
discos Z

Número de Alto Alto Bajo

o Desde el punto de vista macroscópico los músculos se cla-


sifican por su coloración en rojos y blancos; éstos están es-
pecializados en contracciones breves pero intensas.
mitocondrias

Unión
neuromuscular
Intermedia Pequeña y
simple
Grande y
compleja

Retículo Pequ eño Grande Grande


Otras clasificacion es sarcoplásmico

Además de la clasificación anterior, existe otra modalidad Contenido de Alto Alto Bajo
mioglobina
que divide a los músculos en dos tipos atendiendo a su for-
ma de contracción: tónica y fásica. Número de Muchos Muchos Pocos
Las fibras musculares tónicas poseen una velocidad de capilares
conducción eléctrica muy baja. Generalmente, el impulso
Metabolismo
no se propaga con facilidad y requiere múltiples estimula-
ciones para contraerse, pudiéndolo hacer de forma gra- Capacidad Alta Alta Baja
dual. Este tipo de músculo se corresponde con los emplea- oxidativa

dos en el mantenimiento de la postura. Capacidad Baja Alta Alta


Las fibras musculares fásicas pueden trabajar de modo glucolítica
oxidativo (fibras rojas), o de modo glucolftico (fi bras blan-
Mecánica
cas). La respuesta en este tipo de fibras es una «respuesta
todo o nada)), de cal forma que la excitación de la célula da Velocidad de Lenta Rápida Rápida
lugar a su contracción total. contracción

Resistencia a La Alta Intermedia Baj a


Características de las fibras musculares
fatiga
Las características funcionales de las fibras musculares, ta-
ATPasa miosina Lenta Rápida Rápida
les como la fuerza máxima, la velocidad de contracción, la
13

romuscular) y representa la unidad funcional de control

o Las fibras musculares se clasifican en lentas oxidati-


vas (11. rápidas oxidativas(llal. resistentes a la fatiga, y rá-
pidas glucolíticas (llbl. fatigables.
neuromuscular. Todas las fibras de esta unidad motriz po-
seen características metabólicas y contráctiles similares.
La fibra muscular se rige po r el principio del todo o
nada; es decir, q ue si se estimula la moroneurona y el estí-
CONTROL NERVIOSO DE LA CONTRACCIÓN mulo es lo suficientemente importante como para provo-
MUSCULAR car un potencial de acción, rodas las fibras musculares de
la unidad motriz se contraerán a la vez. Por lo ramo, para
Mecanismo variar la fuerza d e la contracción se deberá aumentar el nú-
La realización de un movimiento depende fu ndamental- mero de unidades motrices activadas o aumentar la fre-
mente de la coordinación de todos los grupos musculares cuencia del estímulo, ya que si le llegan estímulos repetiti-
que intervienen en dicho movimiento y no sólo d e la fuer- vos ames de que se haya relajado la fi bra muscular, ésta au-
za o intensidad de la contracción en sí misma. mentará su tensión.
Esta regulación se lleva a cabo por mecanismos de conrrol
central, que se encuentran interconectados entre sí y que con-
tinuamente están recibiendo información desde las estructu-
ras musculotendinosas, las articulaciones, los receptores del
El estímulo nervioso excita las motoneuronas a, que iner-
van las fibras musculares, por lo que es el responsable
o
funda mental de la contracción muscular.
dolor o de los órganos de los sentidos. Esta información es in-
tegrada en centros superiores como la formación reticular, los
ganglios basales y el cerebelo. Estos centros superiores anali- Modulación de la contracción muscular
zan la información recibida y por medio de ceneros inhibido- Existen unos mecanismos q ue permiten la gradación de la
res o activadores modulan la contracción muscular. tensión muscular de forma muy exacta y adaptada a las ne-
Entre las estructuras encargadas de remitir información cesidades del músculo y del organismo. De fo rma resumi-
hacia los cenrros superiores, destacan los receptores espe- da los factores q ue determinan la fuerza ejercida por un
cializados que se encuenrran en los músculos y tendones, músculo son:
denominados propioceptivosy que son sensibles a los cam- • Grado de activación, es decir, el número de fibras mus-
bios de longitud y de tensión. Transmiten la info rmación culares activadas.
a la raíz dorsal de la médula y, por medio d e inrerneuronas, • Frecuencia de estimulación que recibe cada fibra.
se co nectan con las neuronas motrices anteriores, que • Velocidad de acortamiento.
rransmiten su estímulo a los músculos. Este proceso se de- • Longitud inicial del músculo en reposo.
nomina arco reflejo y provoca una respuesta rápida e in- Área transversal del músculo y de la ordenación de las
co nsciente, incluso ames de que la información recibida fibras en su interior.
sea procesada en los centros superiores.
Los receptores propioceptivos son estructuras fusiformes Los procesos funcionales que mod ulan la contracción
con una disposición en paralelo, en relación co n la fibra muscular son:
muscular. Su importancia radica en el control y regulación • Sumación mecánica. Si los estímulos se aplican reiterada
de los movimientos y en el mantenimiento de la postura. y rápidamente, el resultado es u na contracción sosteni-
Otras estructuras sensoriales, como los órganos tendi- da denominada contracción tetánica o tétanos. Corres-
nosos de Golgi, presentan una distribución en serie en re- ponde a una sumación temporal de la actividad mecá-
lación con la fibra muscular y d etectan los cambios de ten- nica del músculo medianre la q ue se obtiene una canti-
sión. Cuando ésta es elevada, ejercen una inhibición refle- dad de fuerza varias veces superior a la de la contracción
ja, protegiendo al músculo y a los tendones de lesiones única. La frecuencia de estimulación es muy variable.
provocadas por cargas excesivas. • Sumación de unidades motoras. La fuerza rotal q ue pue-
Sin embargo, el responsable fundamental de la contrac- de desarrollar un músculo vendrá d ada por el número
ción muscular es el estímulo nervioso que se origina en la de unidades motoras activas en cada momento; a medi-
corteza cerebral y desciende por la médula espinal, d onde da que aumenta, se incrementa la fuerza. Para desarro-
excita a las moroneuronas a, que so n las que inervan a las llar una contracción de larga duración, la actividad se va
fibras musculares. Cada fibra muscular recibe generalmen- repartiendo entre las diferentes u nidades motoras. Este
te una sola terminación nerviosa, pero cada neurona mo- sistema permite un grado de conrrol y precisión ajusta-
tora puede inervar múltiples fibras musculares. La relación do para conseguir el movimiento exacto.
entre el número de fibras musculares por cada motoneuro- • Fatiga nwscular o disminución de la capacidad contráctil.
na viene d eterminad a por la función motriz del m(Jsculo; Durante un período de fuerte actividad contráctil, cuan-
es decir, si el músculo en particular tiene una función de- do el músculo trabaja por encima de su capacidad aeró-
licada y precisa, cada neurona inervará pocas fibras muscu- bica máxima, experimenta fatiga. Este fenómeno se tra-
lares, mientras q ue en los grandes grupos musculares cada duce en una d isminución de la fuerza y velocidad de
ne urona puede inervar a múltiples fibras. contracción, en un tiempo de relajación alargado y en la
Cada motoneurona a y las fibras musculares que ésta necesidad de un período de reposo para obtener los va-
inerva forman la denominada unidad motriz (unión neu- lores máximos de nuevo.
Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección J. Generalidades

lar (PCr) y el fosfato inorgánico (Pi) refleja estrecha-

o Los procesos funcionales que modulan la cont racción


muscular son la sumación mecánica,la sumación de uni-
dades motoras y la fatiga muscular.
mente la relación entre el ATP y el ADP (difosfato de
adenosina) y es, por tanto, un índice del potencial de las
mirocondrias para la fosforilación. La técnica también
permite calcular el flujo de ATP producido por la fosfo-
VALORACIÓN DE LA FUNCIÓN MUSCULAR rilación oxidativa, por la glucólisis anaeróbica o derivada
de la PCr. El tiempo de recuperación de la fosfocreatina
Los parámetros más importantes de la función mecánica se relaciona con la densidad y función mirocondrial.
muscular máxima son: • Actualmente la elecrromiograffa (EMG) es una técnica
• La fuerza de contracción muscular, medida como fuer- muy extendida en la valoración de la función muscular.
za o tensión. Consiste en registrar la actividad eléctrica procedente de
• El par de fuerzas o momento, es decir, la fuerza mulri- los músculos en reposo y durante la contracción. Es de
plicada por la distancia al eje de rotación, que es una gran utilidad en la investigación de la debilidad o atro-
magnitud que tiene en cuenta la palanca sobre la que fia musculares y resulta especialmente útil en la distin-
actúa éste. ción entre enfermedad del músculo y del nervio. La
• El trabajo total realizado en un desplazamiento. Es un electromiografía clásica proporciona daros acerca de la
parámetro más sensible que la fuerza máxima, ya que es calidad de la contracción muscular, pero no aporra in-
sensible a cualquier disminución en la producción de formación acerca de la magnitud de la contracción
una cantidad máxima de fuerza a lo largo de todo el muscular. Sin embargo, la electromiografía dinámica
campo cinético. permite obtener información precisa sobre la magnitud
• La potencia o trabajo efectuado por la unidad de tiempo. de la contracción de músculos aislados expresados como
• La energía de aceleración del par. Es la cantidad de tra- porcentajes de la contracción voluntaria máxima. Este
bajo realizado en el primer octavo de segundo de pro- índice es un reflejo de la imensidad del esfuerzo del
ducción del par de fuerzas. Es un indicador del recluta- músculo escudiado para un determinado movimiento.
miento muscular, de la «fuerza explosiva, del músculo. No es directamente superponible a los de fuerza muscular
puesto que hay otros Facrores que determinan las diferen-
Asimismo, hay numerosas técnicas para valorar la función cias en la fuerza real de un músculo sometido a esfuerzo
muscular. Entre ellas destacan: isotónico, como el cipo y velocidad de contracción, la po-
• La exploración física es una prueba cualitativa para eva- sición articular y la acción de músculos sinérgicos.
luar la función mecánica muscular. A pesar de sus defi- • Es interesante evaluar la resistencia muscular.
ciencias, es un método rápido, barato y sencillo que • La dinamometría, realizada en todas sus variedades, es-
debe formar parte de la valoración inicial del paciente tudia la fuerza en movimiento. El sistema permite me-
con problemas musculares. dir fuerzas, tiempo de reacción y relajación y la fatiga
• La valoración cuantitativa de la función mecánica mus- muscular.
cular se ha hecho tradicionalmente midiendo la tensión • Por último, no se deben olvidar las biopsias musculares.
generada en una contracción estática (isométrica, es de- Éstas permiten la valoración morfológica, bioquímica e
cir, sin movimiento articular detectable), medida con incluso molecular del músculo. Las biopsias muscula-
tensiómetros, o dinámica (isotónica o isocinética), me- res, tanto con aguja como mediante una incisión, se
dida con pesas o dinamómetros. consideran intervenciones menores. Pueden ocasionar
• En el proceso de valoración muscular hay que evaluar molestias, hematomas o dejar cicatriz y complicarse con
también otros parámetros como la estimación de la infecciones. Las muestras son, en general, muy peque-
masa muscular toral. Se puede hacer mediante una se- ñas, y sus resultados presentan una variabilidad en tor-
rie de técnicas más o menos sofisticadas como la bioim- no al 20 o/o, tanto en la clasificación de las fibras como
pedancia, potasio radiactivo o agua marcada con deute- en las concentraciones enzimáticas, y existe una gran
rio. Además, se han desarrollado índices bioquímicos variabilidad entre individuos.
como la relación en tre la creatinina y la alrura.
• Varias técnicas como la absorciometría de rayos X de dos
energías (DEXA), la ecografía, la resonancia magnética
(RM) o la tomografía compurarizada (TC) son capaces
La valoración de la función muscular es fundamental en
la práctica clínica del fisioterapeuta, y se puede realizar
o
mediante diversos procedimientos y técnicas.
de medir la masa regional. Las mediciones basadas en es-
tas últimas técnicas, aunque parecen las más precisas, son
caras y poco prácticas para evaluaciones seriadas. La reso- Nota del autor: Para facilitar al lector y al estudiante la
nancia magnécica es una herramienta importante para integración de conocimientos y su aplicación a la práctica
la valoración in vivo del metabolismo e nergético tisular. clínica, en el oe Anexo 3. Casos clínicos para prácticas de
La sintonización del equipo con la radiación emitida au la, se presentan casos prácticos para realizar prácticas en
por los protones permite medir el pH y la oxigenación el aula; para este tema se recomienda consultar el caso
intracelular. La relación entre la fosfocreatina intracelu- práctico séptimo.
~~ RESUMEN

• El s istema musculoesquelético está compuesto por músculos • Este sistema constit uye lo que se llama s is tema locomo-
y huesos. Los huesos construyen la estructura y proporcionan tor y está cons iderad o el de mayo r desa rrollo y volumen
soporte al cuerpo y los músculos hacen que se pueda mover. del cuerpo humano. Lo integran una serie de órganos y
• El siste ma musculoesquelético también es un sistema de estru ct uras, formados principalmente por componentes
soporte, alojamiento y protección de los órganos internos. de los tejid os óseos (huesos]. conjuntivo de nso (cápsulas,
Para cumplir su función, los huesos está n unidos por las tendones, ligamentos, fascias y aponeurosisl. cartilagino-
articulaciones, que están constituidas principalmente por so (superficies articulares, inserciones tendinosas!. que, a
ligamentos con la ayuda de los músculos. A su vez , los su vez, forman una serie de uniones entre sí denominadas
músculos s e unen al hueso mediante los tendones. a rticulacion es y el tej ido m uscular (m úsculos). Acompa-
• El sistema se ocupa del movimiento de nuestro organismo ñando a las estructuras mencionadas se unen vasos san-
al contraerse los músculos, gracias a los estímulos nervio- guíneos, li nfáticos y nervios con sus terminaciones nervio-
sos y a la irrigación vascular, que responde a órdenes que sas aferentes o sensoriales (husos neuromuscula res y
recibe del sistema nervioso y del sistema endocrino y que neurotendinososl y e fe rentes o motrices (p lacas neuro-
producen movimientos voluntarios . muscularesl.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Jara, A. (2011). Endocrinología. Madrid: Edicorial Médica Pana-


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cana. siología. Madrid: Edicorial Médica Panamericana.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cuáles son las funciones del sistema esquelético? 11. ¿Cuál es el mecanismo de contracción de las fibras muscu-
lares?
2. ¿Cuáles son las partes de las que consta un hueso?
3. ¿Cuáles son los tipos de células que contienen los huesos? 12. ¿Cómo se produce el acoplamiento excitación-cont racción?

4. ¿Cómo se clasifican los huesos según su forma? 13. ¿Qué tipos de músculo hay?
5. ¿Cómo se clasifican los huesos según su consistencia? 14. ¿Cuáles son las caracterís ticas de las fib ras muscu lares?
6. ¿Cómo se clasifican las articulaciones de acuerdo con su
15. ¿Cuáles son los factores que determinan la fuerza ejercida
gama de movimientos?
por un músculo?
7. ¿Cómo se clasifican los músculos?
16. ¿Cuáles son los procesos funcionales que modulan la co n-
B. ¿Cuáles son las propiedades de los músculos? tracción muscular?
9. ¿Qué es una miofibrilla?
17. ¿Cuáles son los parámetros más importantes de función
10. ¿Qué es un miofilam ento? mecá nica muscular máxima?
HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE

PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN

1. ¿Cuáles son algunas de las func iones que atienden distin-


tas necesidades orgánicas del s istema esquelético? Señale
la respuesta correcta.

2. ¿Cuáles son las pa rtes de un hueso largo? Señale la res-
puesta correcta.

El Diáfisis, epífisis y metáfisis.


El Sostén. f!l Las anteriores más cartílago articular, periostio y en-
mJ Protección. dostio.
11 Producción de células sanguíneas. IJ Todas las anteriores más cavidad medular.
llJ Todas Las anteriores son ciertas. 1!1 Ninguna de Las anteriores es correcta.
Solucio11~1 J mJ1
puguuta!

ENLACES DE INTERÉS. WEBGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA

GLOSARIO
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Comprender la estructura microscópica y la función del tejido conjuntivo.


• Conocer la clasificación de los diferentes tipos y formas de tejido conjuntivo del organismo huma no.
• Relacionar la organización supramolecular y la actividad funcional de dicho tejido y s us variantes, así com o las ba-
ses moleculares y fisiológicas que hacen posible esta organización.
• Aplicar los principios biopatológicos que rigen las lesiones de éstos.

INTRODUCCIÓN. DEFINICIÓN DE TEJIDO Tabla 2-1. Clasificación del tejido conectivo


CONJUNTIVO Y ORIGEN EMBRIONARIO.
Tejido conectivo Tejido conectivo Tejido conectivo
CLASIFICACIÓN regular o
propiamente dicho especializado embrionario
El tejido conjuntivo o conectivo puede definirse como
aquel tejido formado por diversos tipos de células separa- Laxo !areolar! Adiposo bla nco
das y embebidas en un abundante material inrercelular se- lunilocularl y pardo
lmu lti locularl
gregado por ellas mismas. Deriva del mesénquima primi-
tivo, que a su vez lo hace del mesodermo y de ciertas par- Denso: regular Ca rtilaginoso !hialino, Mesénquima
tes del ectodermo (ectomesénquima). La mat riz extracelu- !modelado! e elástico y fibroso!
irregular lno
lar ® (MEC) constituye una compleja red de macromo- modelado!
léculas que actúan como aglutinanre biológico universal
entre las células y que forman parte de estructuras alta- Reticular llinfoide Óseo
y mieloidel Mucoso
menre especializadas: cartÍlagos, tendones, huesos, dientes
y láminas basales. Además de esta función de soporte o ar- Elástico Ot ros : cemento, !gelati noso!
mazón, la MEC regula el comportamiento de las células dentina
que contactan con ella, pues influye sobre su diferencia-
ción, desarrollo, migración, proliferación, forma, recono-
cimiento, adhesión y metabolismo. Las moléculas de la
MEC que no se organizan en fibras constituyen la sustan- Fibras
cia fundamental. La clasificación se establece atendiendo a Las fibras pueden ser de colágeno, reticulares o elásticas.
las proporciones y distribución de sus componentes y a la
Colágeno (fibras colágenas}
especialización de éstos {Tabla 2-1) .
Son las fibras más abundantes del tejido conjuntivo. El co-
lágeno es producido por los fibroblas tos, sintetizado en
MATRIZ EXTRACELULAR: ORIGEN Y COMPOSICIÓN
forma de precursores (procolágeno) y ensam blado en el es-
MOLECULAR DE LA SUSTANCIA FUNDAMENTAL
Y DE LAS VARIEDADES DE FIBRAS pacio extracelular para fo rmar fibrillas. Desde el punto de
vista molecular, el colágeno está formado por u na triple
Son las propiedades de la MEC las que confieren a cada hélice formada por tres cadenas a polipeptíd icas entrelaza-
tipo de tejido conjunrivo sus características funcionales. das, que pueden ser iguales o n o (moléculas hom otriméri-
Está formada por: fibras y sustancia fundamental, más una cas o heterotriméricas) . El colágeno de tipo I, el m ás abun-
pequeña canridad de líquido inrersticial. dante en el tejido conjuntivo, es heterotrimérico, con dos

17
18 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades

cadenas iguales (al) y una diferente (a2), mientras que el pecial, las células reticulares. Mención aparre y como excep-
colágeno de tipo Il, presente en el cartílago, es homodimé- ción, las células musculares lisas y las células de Schwann
rico, con las tres cadenas iguales. Esta disposición le con- las sintetizan en otras localizaciones concretas relacionadas
fiere una considerable resistencia a las fuerzas tensoras. Al con las estructuras donde radican (nervios periféricos y tú-
microscopio de luz las fibras colágenas se tiñen muy bien nicas vasculares).
con eosina y otros colorantes ácidos, apareciendo típica-
mente onduladas y agrupadas en haces de espesor variable
y longitud indeterminada. En principio, las moléculas de
colágeno se dividen en dos grandes grupos: colágenos fi-
brilares y no fibrilares.
Las cé lulas reticulares se producen en los órganoslinfoi-
des (a excepción del timol y en la médula ósea. o
Fibras elásticas

o Las fibras de colágeno están producidas por los fibro-


blastos y son las más abundantes del tejido conjuntivo.
Organizadas en malla, las fibras elásticas conforman una
red entremezclada con el resto de fibras para limitar su dis-
tensión y evitar el desgarro (la elasticidad es la propiedad
Los colágenos fibrilares incluyen aquellos de los tipos J, que confiere a un material determinado adoptar su forma
II, III, V y XI, donde las moléculas de triple hélice com- inicial tras una distensión o estiramiento). Observadas en
pletamente procesadas se ensamblan regularmente alinea- fresco, son amarillentas (por ejemplo: ligamentum jlavum
das, exrremo con extremo y lado a lado, lo que resulta en o ligamentO amarillo). Son refringentes al microscopio de
una observación de bandas claras y oscuras alternas con luz y tienen en la orceína o resorcina/fuscina sus rinciones
una periodicidad de 68 nm viseas al microscopio electró- específicas. Es un compuesto resistente a la ebullición y a
nico de transmisión (MET). la digestión enzimácica por tripsina y pepsina, ácidos y ál-
Los colágenos no fibrilares no forman fibrillas ni se calis diluidos. Sin embargo, se digiere fácilmente por la
ensamblan superestructural mente para formar haces. El elasrasa pancreática. Conforma hebras delgadas (0,2-
más representativo es el colágeno de tipo IV, formador l ¡.¡m) en el conjuntivo común, bandas más gruesas en el
junto a otros de las membranas basales. El resto incluye conjuntivo laxo (5-15 ¡.¡m) o membranas elásticas en las
moléculas de colágeno asociadas a las fibrillas (les confie- paredes de las arterias de tipo elástico. En realidad, forma
ren estabilidad y flexibilidad) , colágenos formadores de re- mallas tridimensionales complejas que se observan, como
des hexagonales y los colágenos transmembrana. anteriormente se ha descrito, por efecto de la técnica de
preparación de muestras. Molecularmente, las fibras de
Fibras reticulares elastina están compuestas por dos componentes, un nú-
Las fibras reticulares son colágeno de tipo III (diám etro cleo central de elastina, y una red circundante de micro-
0,5-2 ¡.¡m) , el cual forma fibrillas y muescra asimismo un fibrillas, ral y como se aprecia en el MET:
patrón de 68 nm visco en un MET. Las fibrillas poseen un • Elas tina (glucoproteína de 72 kDa): molécula hidrófo-
tamaño reducido, menor que el de cipo 1, y no forman ha- ba que forma el núcleo central de las fibras y que per-
ces abundantes en el tejido, sino más bien conforman una mite que éstas se estiren y luego vuelvan a su forma ori-
retícula tridimensional compleja que da soporte a las célu- ginal. La molécula de elastina posee dos aminoácidos
las de los órganos que lo poseen y constituyen su estroma característicos: la desmosina y la isodesmosina, que son
(del griego stroma, «capa subyacente») . Forman por tanto los responsables de la unión covalente de las moléculas
el armazón conjuntivo de órganos linfoides (excepto el de elasrina entre sí. Se secreta al espacio extracelular en
rimo) y hemacopoyéticos. Forman igualmente redes de forma de tropoelasrina.
sostén en torno a células musculares, nervios y vasos de • Microfibrillas de fibrilina: rodean el núcleo central de
pequeño calibre y células de órganos predominantemente elastina y permiten el ensamblaje entre éstas y las molé-
epiteliales como el hígado, riñones y glándulas endocrinas. culas de tropoelastina para formar los haces de fibras
Son especialmente manifiestas en las primeras etapas de la elásticas aduleas y funcionales (Fig. 2 -1).
cicatrización y proporcionan un primer bastidor para la
posterior síntesis y sustitución paulatina de la MEC por fi-
bras de colágeno de tipo l, más resistentes. Las fibras reti-
culares no se ponen en evidencia con las técnicas de rutina
Las fibras elásticas conforman una red entremezclada
con e l resto de fibras para limitar su distensión y evitar el
desgarro.
o
(hematoxilina-eosina), pero tienen una apetencia caracte-
rística por las sales de piara, por lo que se ciñen con los mé-
codos específicos de impregnación argéntica (son, por lo
tantO, fibras argirófilas). Tambien se distinguen mediante Sustancia fundamental
la utilización de la técnica del PAS (ácido peryódico-reac- La sustancia fu ndamental forma pane de la MEC, junco
tivo de Schiff). Las fibras reticulares son sintetizadas por con las fibras. La conforman tres grupos de moléculas: los
los fibroblasros en el tejido conjuntivo propiamente dicho, glucosaminoglucanos, los proreoglucanos y las glucopro-
pero en los órganos linfoides (a excepción del timo) y en la reínas multiadhesivas o proteínas de adhesión. Todas las
médula ósea las producen un tipo de célula conectiva es- moléculas de la MEC comparten dominios comunes, y la
2 • Histología del tejido conjuntivo. Implicación en la piel, sistema mus culoesq uelético y articu lacio nes 19

Figura 2-1 . Estructura de los


proteoglucanos.

Fibrilla de
colágeno
lipa 1

integridad y funcionalidad de éstas dependen enorme- inregrinas y otros no inregrinas. Modulan y regulan por tan-
mente de las interacciones de aquéllas. Cada célula del te- to la adhesión, el movimiento y la migración de las células
jido conjuntivo segrega una proporción diferente de molé- sobre la matriz extracelular conectiva, estim ulando igual-
culas de la MEC, lo cual redunda en la existencia de mu- menee su proliferación y diferenciación. Las mejor conoci-
chas variantes del tejido conjuntivo, cada una con propie- das son la fibronecrina (condronecrina, osteonecüna), lami-
dades mecánicas y bioquímicas específicas de dicha varie- nina, nidógeno, enractina, tenascina y osteopomina.
dad. Por oua parte, la sustancia fundamental posee un alto
contenido de agua y escasa estructura morfológica; es un Agua y sales minerales
gel amorfo. En las secciones histológicas de rutina su con- Este líquido tisular se origina en el plasma sanguíneo, po r
tenido se pierde por efecto de la deshidratación del tejido, lo que su composición es m uy semejante. Se forma al p a-
por lo que normalmente sólo se encuentra el espacio vacío sar componentes contenidos en el plasma sanguíneo, a tra-
que ocupa entre células y fibras observables. vés de las paredes de los capilares, a los espacios intercelu-
lares, fundamentalmente, del tejido conjuntivo. Está cons-
Proteoglucanos
tituido por agua, iones y moléculas peq ueñas, incluidas
Complejos macromoleculares de proteína y polisacáridos. ciertas proteínas de bajo peso molecular, pero no por ma-
Forman grandes agregados. Cada proreoglucano consiste en cromoléculas, que son retenidas por la pared de los capila-
uno o varios glucosaminoglucanos (GAG) (Tabla web 2- 1) res. Es el medio a través del cual las células reciben el oxí-
ensamblados covalentemente a una proteína central a geno y los nurriemes y eliminan el CO, y las sustancias de
modo de cerdas sobre un cepillo. Estos proteoglucanos, a desecho. Cuando se altera el equilibrio; este nivel, se pro-
su vez, se pueden ensamblar (mediante proteínas de enla- duce el edema, signo característico en lesiones del sistema
ce o de unión) al ácido hialurónico (hialuronano), reme- musculoesquelético.
dando otra vez el mismo modelo de «cepillo>>. Estos agre-
gados de proteoglucanos resultantes pueden ser de tamaño
y complejidad variable. Los proteoglucanos más conocidos
son el agrecano, el sindecano, el versicano, el perlecano y
La sustancia fundamen tal es conside rada un gel amorfo,
por poseer un alto contenido de agua y escasa estructu-
ra morfológica.
o
la decorina, de mayor a menor tamaño y complejidad.

Glucoproteínas multiadhesivas o p r oteínas


de adhesión CÉLULAS DE LOS TEJIDOS CONJUNTIVOS
Y DE SOSTÉN: ORIGEN, ESTRUCTURA,
Son un pequeño grupo de proteínas localizadas en la matriz PROPIEDADES FUNCIONALES
extracelular y su importancia radica en la estabilidad que le
confieren a ésta. Poseen sirios de unión para los colágenos, Células mesenquimales indiferenciadas
los proteoglucanos y los GAG, y cambien se fijan a recepto- En el adulto permanecen algunas células mesenquimales
res de la superficie de las células conectivas, tales como las multipotemes, cuyo origen es el mesénq uima embriona-
~

Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección l. Generalidades ~

rio, y que suelen situarse en la vecindad de los vasos san- ciclad fagocítica, tratando previamente el espécimen con
guíneos, donde reciben el nombre de células adventiciales o hierro dextrano, azul rripán o tinta china.
perivasculares (pericitos), y en la médula ósea, donde se de- Igualmente pueden ser localizados en las secciones his-
nominan células del estroma (MSC). Funcionalmente po- tológicas utilizando inmunomarcadores y técnicas inmu-
seen un elevado índice mirórico y su propiedad biológica nofluorescentes e inmunohisroquímicas. De esta manera
más destacada es la mulripotencialidad respecto a la diferen- aparecerán como células fusiformes o estrelladas, con in-
ciación, por lo que son consideradas como células adultas clusiones en su citoplasma.
progenitoras mulriporenciales (MAPCs). Por su función es Vistos a través del MET, el macrófago presenta límites
más propio hablar de células madre, progenitoras o stem cells celulares irregulares, interdigitaciones y prolongaciones di-
(células troncales). gitiformes, un único núcleo escorado o arriñonado y en su
En el tejido conjuntivo adulto se encargan de la repara- citoplasma llaman la atención numerosas vacuolas de in-
ción-cicatrización poslesional del tejido y la neoformación clusión, lisosomas primarios y secundarios, RER y Golgi
vascular {neovascularización) para el rrofismo de éste. Bajo evidentes.
los estímulos y el microambiente adecuados no sólo se di- Los macrófagos se diferencian a partir de los monocitos
ferencian hacia fibroblastos, sino que cambien lo pueden sanguíneos, que migran desde el torrente circulatorio al te-
hacer hacia adipoblastos (preadipocitos), condroprogeni- jido conjuntivo para finalmente diferenciarse hacia aquéllos.
toras y osteoprogenitoras. La principal función de los macrófagos es la fagocitosis,
principalmente de bacterias y restos celulares. La otra acti-
Fibroblastos vidad funcional del macrófago es la de ejercer la función
La célula secretora principal del tejido conjuntivo común de célula presentadora de antígenos (APC). Expresan cier-
es el fibroblasto. Es la responsable de la síntesis de cual- tos productos en su superficie conocidos como clase JI del
quier elemento de la MEC visto hasta ahora. En el micros- complejo mayor de histocompatibildad (MHC II). Cuando
copio de luz, en secciones histológicas, aparecen como cé- un macrófago fagocita un antígeno extraño, lo muestra en
lulas fusiformes o estrelladas, de 20 a 30 flm, con un nú- conjunción con el MHC II para su interacción con los lin-
cleo grande y central. El citoplasma aparece abundante y focitos, que lo reconocerán y se activarán frente a dicho
basófilo, con presencia de RER (retículo endoplásmico ru- antígeno, dando lugar a una respuesta inmune celular
goso), aparato de Golgi, mitocondrias y vesículas de secre- frente a él. Bajo cierras circunstancias, cuando se topan
ción PAS positivas (proteoglucanos y glucosaminogluca- con cuerpos extraños de gran tamaño, pueden fusionarse
nos). En el MET se suele observar un núcleo alargado, con varios de ellos para formar una gran célula sincitial deno-
uno o dos nucléolos y orgánulos abundantes o escasos, de- minada célula gigante multinucleada o de Langhans. Adi-
pendiendo del estado funcional (síntesis/reposo). Los fi- cionalmente, los macrófagos son responsables de la secre-
broblastos quiescentes o «en reposo» se distinguen por su ción de varios factores inmunoactivos y de la inflamación
núcleo pequeño e hipercromárico, anclado en un citoplas- (Tabla web 2-2) .

o
ma escaso, acidófilo y pobre en orgánulos.
Los fibroblasros provienen de las células madre mesen-
El macrófago es la principal célula fagocítica del tejido
quimales, por diferenciación de éstas. Son capaces de divi- conjuntivo común y desempeña un papel fundamental en
dirse activamente, participando en la reparación tisular. Su la capacidad de respuesta inmune del tejido conjuntivo.
función principal es, como se ha mencionado anteriormen-
te, la síntesis y el mantenimiento de la MEC del tejido con-
juntivo. Pueden desplazarse en el seno del tejido conjunti-
vo, pero sin abandonarlo, y poseen una gran versatilidad Mastocitos
biológica: se pueden diferenciar hacia miofibroblastos (en Los mastocitos, descubiertos en 1878 por Paul Ehrlich,
las primeras fases de la reparación, en la erupción dentaria, quien los denominó células cebadas, son células globulo-
etc.), establecer uniones y comunicaciones intercelulares sas, grandes (20-25 flm), y poseen un citoplasma carga-
(nexos), e incluso ejercer un comportamiento de barrera. do de gránulos intensamente basófilos (visto en el mi-
croscopio de luz) y electrodensos (visto en el MET), y un
núcleo esférico y central, a veces enmascarado por los
O La célula secretora principal del tejido conjuntivo común
es el fibroblasto. gránulos. Con la técnica del azul de toluidina, los gránu-
los se observan de color rojizo (meracromasia). El masto-
cito posee un precursor en la médula ósea, que emigra
hasta el tejido conjuntivo y se diferencia a mastociro.
Macrófagos (histiocitos) Este precursor lo comparte con los basófilos (leucocitos
Es la principal célula fagocítica del tejido conjuntivo co- basófilos), con los que comparte gran cantidad de ele-
mún, pero también desempeña un importante papel cen- mentos de secreción y funciones, aunque son células di-
tral en la capacidad de respuesta inmune del tejido conjun- ferentes (Fig. web 2-1) .
tivo. Para ponerlos de manifiesto en las preparaciones his- Expresa receptores para el fragmento Fe de la IgE (in-
tológicas vistas en el microscopio de luz, ya que no son evi- munoglobulina E) en su superficie: si estas IgE se agregan,
dentes con las técnicas convencionales, se explora su capa- el masrocito se activa y degranula todo el contenido vesi-
2 • Histología del tejido conjuntivo. Implicación en la piel, sistema musculoesquelético y a rticulaciones 21

cular hacia el espacio extracelular, esto es, hacia la MEC.


Esre contenido granular consiste p rincipalmente en me-
diado res vasoactivos, ya que la funció n conocida d e los
La grasa bla nca actúa como reservorio y almacén de
energía con gran implicación en el meta bolismo de las
grasas y de los azúca res.
o
mastocitos es producir y almacenar potentes med iadores
qu ímicos d el proceso inflamato rio (Tabla web 2-3) . La
significación clínica más eviden te es la de estar implicados
en las reacciones de hipersensibilidad in mediara, al produ- Adipocitos pardos (multilocular es}
cir la característica si ntomarología dependiendo del siste- Tanto al microscopio de luz como al MET, los adipociras
ma afectado (broncoespasmo, rinorrea, eritema cutáneo- pardos aparecen co mo células poligonales, de unos 60 flm
urticaria, náuseas, ere.); el choque anafilácrico es la mixi- de diámetro m edio, con u n núcleo cen tral y citoplasma
ma expresió n en ind ivid uos especialmente sensibles. con vesículas claras, de diversos tamaños (grasa mulrilocu-
lar, no rodeada de membrana), con gran cantidad de mi-
rocondrias, q ue so n grandes y con abundantes crestas mi-
Los mastocitos produce n y almacenan pote ntes media-
O dores químicos del proceso inflama torio. tocondriales largas y estrechas. Estas mitocond rias contie-
nen u na proteína: la termogeni11a (UCP-1 ), capaz de des-
acoplar, de acuerdo con las necesidades, los procesos de
fosforilación oxidariva y transporte de electrones por las
Adipocitos cadenas respiratorias. De esta manera al fi nal de la cadena
D urante la formación del tejido adiposo, tanto en el desa- no se fo rmará ATP, sino energía en forma de calo r.
rrollo embrionario como en las etapas p renatal y posnaral,
las células mesenquimales pri mitivas, pluripo renciales, se
difere ncian hacia preadipocitos (lipoblastos o adi poblas-
ras). Estos preadipociros pueden seguir dos vías de d iferen-
La grasa parda se e ncarga de mantene r la tempe ratura
corporal, fu ndame ntalme nte.
o
ciación: hacia ad ipociras blancos uniloculares (que confor-
marán la grasa blanca o tejido adiposo blanco) y los adip o-
ciras pardos mulriloculares (que conformarán la grasa par- Condrocitos
da). Cada una de ellas posee una funció n específica: mien- Se dife rencian a partir de las cél ulas madre mesenquima-
tras la grasa parda se encarga de mantener la temperatura les, que lo hacen hacia células condroprogeni toras en la
co rporal tras el nacimiento fu ndamentalmente, la grasa cara interna del pericondrio, en los centros de condrifica-
blanca supo ne, en tre otras, un reservo rio y almacé n de ción durante el desarrollo embrionario y cub riendo las pie-
energía con gran implicación en el metabolismo de las gra- zas cartilaginosas en el tej ido adul to. Las células primera-
sas y de los azúcares. mente diferenciadas, los condroblasras, tienen tanto acti-
vidad mirórica como sintetizadora y se diferencian hacia
Adipocitos blancos (unilo cular es} condrocicos, que es la célula principal del cartílago, pero
Los adipociras blancos son células muy grandes (más de que en el tejido adulto es una célula poco activa. Si bien en
100 flm de diámetro), de morfología esférica, oval o poli- el microscopio de luz los condrocitos pueden variar algo en
gonal, por comp resión recíproca cuando se agrupan. Se en- su aspecto, en el MET se ve claramente q ue todos los con-
cuenrran rodeadas por una lám ina basal (lámina externa), d rocitos presentan el mismo aspecto, independ ientemente
y el citoplasma aparece ocupado por u na gran gota o encla- del tipo de cartílago al que pertenezcan, ya que las varian-
ve lipídico, carente de membrana, li mitándose a una estre- tes del cartílago las confiere la naturaleza de su MEC. Los
cha franja periférica que contiene algunos orgánulos: mira- condrocitos se hallan normalmente en grupos isogénicos y
co nd rias, RER y REL (rerículo endoplásmico liso), así se rodean del tipo de matriz que hayan sintetizado.
como pequeñas vesículas de pinocitosis. El núcleo es esféri-
co u oval y se sitúa excéntrico. Como el procesamiento de A con tinuació n, y en el sirio web, se presentan sucinta-
las muestras histológicas disuelve la gota lipídica, las células mente los aspectos más relevantes de los componentes ce-
aparecen vacías (células en «anillo de sello»). Para que esto lulares d el hueso (osreoblastos, osreocitos, osreoclastos y
no suceda, es necesario utilizar ti nciones y técnicas (críos- otras) . En el aparrado Estructura general del hueso, del ca-
rato) de preservación especiales para lípidos: Sudán, oil-red, pítulo 3, el lector encontrará desarrollados en profundidad
tetróxido de osmio, ere. En el microscopio d e luz y en el los contenidos referentes a la estructura general del hueso,
M ET aparecen como células grandes (hasta 2 00 flm), agru- ramo sus constituyentes celulares (aparrad o Consti tuyen-
padas en pequeñas porciones tabicadas de tejido conjunti- res celulares del hueso) como los no celulares (aparrado
vo laxo (lobulillos), ricamente vascularizado e inervado. El Consti tuyentes no celulares del hueso) o la médula ósea
ad ipocira blanco p romueve la incorporación de ácidos gra- (aparrado Médul a ósea) .
sos del torrente circulatorio y su conversión en rriglicéridos,
almacenándolos en su vacuola citoplasmárica. C uando es Osteoblastos
estimulado por impulsos hormonales o nerviosos, los trigli- Los osreoblasros se d iferencian a partir d e las células os-
céridos se escinden en ácidos grasos nuevamente, que pasan reoprogeniroras, que a su vez lo han hec ho a partir de las
a la circulación (movilización de la grasa blanca). células mad re m esenq uimales si ruadas en la médula ósea.
22 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección l. Generalidades

Mientras que las células osteoprogenitoras so n difíciles


de reconocer, aunque se encuentran en el endostio (limi- Otras células del tejido conjuntivo
tando los canales de H avers) y en el periostio (en la por- La población celular transitoria, libre, errante o migrato ria
ción interna u osteógena), los osteoblastos son fácilmen- completa la composición celular del tejido conj untivo co-
te reconocibles porque forman hileras de láminas seu- mún, ya que proviene del torrente circulatorio y aparece en
doepitelioides, en un a sola capa de células cuboideas o un momento determinado entre la matriz conectiva. Estas
prismáticas bajas, conectadas unas a otras por medio de células so n de estirpe sanguínea, y son los linfocitos y cé-
uniones de tipo nexo en las superficies del hueso en for- lulas plasmáticas, neurrófilos, eosinófilos, basófilos y mo-
mación (en el frente de osificación). Este hueso es el que nocitos.
ellas mismas están produciendo, ya que sintetizan la to-
talidad de la MEC ósea (colágeno de tipo 1 y proteínas de TIPOS DE TEJIDO CONJUNTIVO Y DE SOSTÉN
la matriz ósea), que se denomina osteoide cuando todavía
permanece sin mineralizar. El osteoblasto inicia y contro- Los tejidos de sostén pueden ser de diverso tipo.
la la mineralización, su función primordial es la síntesis
de productos y rara vez se divide, ya que por lo general Tejido conjuntivo regular o tejido propiamente dicho
son células posmitóticas. La organización general de este tipo de tejido conjuntivo,
el más extendido, supone la existencia de células que pue-
d en ser fijas (fibroblastos y mesenq uimales indi ferencia-
O En el proceso de formación de hueso, el osteoblasto ini-
cia y controla la min eralización.
das, con capacidad para diferenciarse en las anteriores) y
móviles o migratorias: macrófagos, mastocitos, linfocitos,
células plasmáticas y leucocitos; fibras de la MEC (coláge-
no de tipo I, elastina y reticulares-colágeno de tipo III), y
Osteocitos sustancia fundam ental amorfa: proteoglucanos y líquido
Son las células del hueso ya formado. Residen en oqueda- intersticial en cantidad variable.
d es o lagun as (osteoplasmas), en el interior de la matriz Atendiendo a las proporciones y distribució n d e sus
mineralizada, ubicadas a lo largo de la laminilla en el hue- componentes, se distinguen las diferentes variedades de te-
so maduro. Emiten numerosas prolongaciones que discu- jido conj untivo común o propiamente dicho.
rren por los canalículos calcóforos y que contactan con las
de células adyacentes, mediante uniones de baja resisten- Tejido laxo /ar eolar}
cia o nexos de unió n, lo cual permite el paso de iones y Todos los componentes propios del tejido conjuntivo es-
moléculas de bajo peso molecular. Tam o en el microscopio tán bien representados y en proporción equilibrada. Cons-
de luz como en el MET muestran una rípica citología de tituye la variedad más difundida, pues forma el compo-
célula quiescenre: gran núcleo con cromatina condensada, nente principal del estroma de los órganos. A veces contie-
escaso citoplasma y pocos orgánulos. ne abundantes adipocitos en su seno. Se trata de un tejido
celular bien vascularizado e inervado.
O Los osteocitos s on las células del hue so ya form ado. Tejido' dens o: r egular /m odelado) e irregular
(no m odelado)
Destacan el componente fibrilar y la escasez relativa de cé-
Osteoclastos lulas y sustancia fundamental amorfa. Se encuentra for-
Los osteoclastos son las células responsables de la resorción mando parte de los rendones, ligamentos, cápsulas de di-
ósea. Provienen de un precursor en médula ósea, común versos órganos, fascias musculares, duramadre, d ermis
con la serie granulomonocftica. Aparecen en el hueso profunda de la piel, etc. Atendiendo a que sus fibras sigan
como precursores osteoclastos inactivos y se diferencian y trayectos regulares o no, se distinguen dos subvarianres:
tornan activos por acción directa de los osteoblastos y de • Modelado o regular (tendones y ligamentos) (véase más
las células osteoprogenitoras, en un mecanismo complejo adelante, aparrado El tejido conjuntivo y su relación
y equilibrado que implica ligandos, receptores y biomodu- con el músculo estriado esquelético: endomisio, perimi-
ladores específicos. En el microscopio de luz aparecen sio, epimisio (fascias epimisiales). Estructura de los ten-
como células giganres, muy eosinófilas, de hasta 100 11m, dones. Unión miotendinosa. Un io nes osteotendinosas
multinucleadas. Se forman a partir de precursores de mé- y osteoligamen tosas (entesis) . Correlaciones clínicas.
d ula ósea, por fusión de éstas. Se encuen tran por lo gene- Biopatología, y el aparrado El tejido conjuntivo y de
ral en oquedades profundas de excavación o lagunas de sostén en las articulacio nes. T ipos. Membranas sinovia-
Howship y normalmente presentan actividad fosfatasa áci- les, cartílago articular, estructuras de adaptación (me-
da positiva. niscos).
• No modelado o irregular {dermis profunda) (véase más
adelante, aparrado El tejido conj untivo en la piel: der-
O Los o_ste.oclastos son las células res ponsables de la re -
sorcJon osea. mis e hipodermis. Variedades, funciones. Capacidad re-
generativa y reparación).
23

Tejido reticular (linforreticular y hematopoyético/


Consciruido por fibras reticulares que forman una malla y
por células reticulares que son las que las sintetizan (son fi-
broblastos modificados). En este entramado se alojan las
células del sistema inmune. Se encuentra sustentando los
elementos parenquimatosos de: hígado, médula ósea he-
matopoyética y los órganos y formaciones linfoides.

Tejido elástico
Predominan o destacan las fibras elásticas, entre las que se
disponen fibroblastos, algunas células migratorias y sus-
rancia fundamental amorfa. Se encuentra en: elligamenw
amarillo de la columna vertebral, la pared media de la aor-
ta, láminas limirantes elásticas de arterias y arteriolas, liga-
mento suspensorio del pene y ligamentos de las cuerdas
vocales (Figs. 2-2 y 2-3). Figura 2-3. Microfotografía por microscop ia electrónica de trans -
misión del tejido conjuntivo laxo. En el' centro de la imagen se ad-
vierte la elasti na, con un componente central amorfo e irregular,

o En función de las proporciones y distribución de s us com-


ponentes, en el tejido conjuntivo común se distinguen di-
fere nte s variedades: regular, d enso, reticular y e lástico.
rodeada de microfibrillas de fi b rilina. Subya cente a ésta, se ap re -
cia a la derecha parte del citoplasma de un fibrobl asto, y la izquier-
da fibrillas de colágeno de tipo 1en s ección longitudinal, con su ca-
racterística estria ción de 64 nm. Sob re la elas tina, a la derecha de
la imagen, se aprecian fibrillas de colágeno seccionado transver-
salmente, como pequeños círculos oscuros. En la parte super ior
Tejido conjuntivo especializado de la imagen, y extendiéndose a todo lo a ncho, una prolongación fi-
El tejido conj untivo especializado, puede ser, a su vez de broblástica [x 16.0001.
rres npos.
mita grupos de adipocitos que conforman lóbulos y lobu-
Tejido adiposo lillos. Existen dos variantes: tejido adiposo blanco o unilo-
La grasa del organismo, consriruida por tejido adiposo, cular (grasa blanca o grasa común}, y tejido adiposo pardo
puede considerarse como un órgano neuroendocrino difu- o multilocular (grasa parda). Las cantidades de uno u otro
so, con gran actividad metabólica, que representa una im- tejido varían mucho en las diferentes especies: el adiposo
portante reserva energética para el organismo. Constituye pardo es abundante en los animales que hibernan, mientras
alrededor del 15 % del peso corporal y puede considerarse que en el ser humano aparece mínimamente representado.
individualmente o como una variante del tejido conjunti- • Tejido adiposo blanco o unilocular (grasa blanca). Su co-
vo laxo. Su componente principal son los adipociws, célu- lor depende de la especie considerada y de la dieta: en
las adiposas o grasas. Siempre se asocia con tejido conju n- los primates y humanos es amarillo debido a su conte-
tivo laxo, ricamente vascularizado e inervado, el cual deli- nido en carotenos, mientras que en los roedores es casi
blanco. Macroscópicamente aparece uniforme, blando,
depresible y untuoso al tacto. Habitualmente se distin-
gue entre grasa estructural o constitucional, que cumple
con funciones de relleno (mejillas, almohadillas palmar
y plantar, grasa periorbiraria, perirrenal, en las almoha-
dillas articulares), y la grasa de depósito, que constituye
reservas fácilmente utilizables (el panículo adiposo -hi-
podermis o tejido celular subcutáneo-, la grasa mesen-
térica y la grasa rerroperiwneal). Estructuralmente se
encuentra dividido por pequeños tabiques d e tejido
conjuntivo que delimitan lób ulos, detectables a simple
vista (sobre todo en regiones como el panículo adiposo
de la región glútea) y lobulillos constituidos por adipo-
ciros. Por los tabiques co njuntivos discurren ab undan-
res vasos y nervios.
• Tejido adiposo pardo o multilomlar (grtZSa parda). Macros-
Figura 2-2. Fibras colágenas en el estroma de la glándula mama- cópicamente aparece lobulado y de color oscuro, locali-
ria. Obsérvese el trayecto ondulado de los gruesos haces de colá-
geno [tejido conjuntivo denso no modelado o irregular! y el aspec-
zándose -durante la vida fetal y en el recién nacido- en la
to de los fibroblastos, reconocibles por sus núcleos alargados y su celda perineal, hílio renal y regiones interescapular y farín-
aspecto fusiforme. Hematoxilina eosina (x 4001. gea. Su color pardo es debido a la abundancia de cirocro-
mos en sus mitocondrias y a la profusa vascularización del
EL cartílago prop iamente dicho carece de vascula rización
tejido conjuntivo acompañante. Microscópicarnente con-
e inervación propias y se nutre a partir de Los capila res
siste en grupos de células (adipociras pardos) con aspecto del conjuntivo del pericondrio o del Líquido sinovial en Las
epitelial, separados por tejido conjuntivo profusamente articulaciones.
vascularizado e inervado: glándula hibernante. El tej ido
adiposo pardo es activado por el frío, ya que su misión es
la de generar calor, mientras que el blanco se mantiene in-
activo ante dicho estímulo; por el contrario, la grasa par- Tejido óseo
da no es influida por el ayuno. En el ser humano y en los En lo que respecta al tejido óseo, es preciso tener en cuen-
animales no hibernames, la grasa sirve para proporcionar ta los siguientes aspectos:
calor en las primeras horas tras el nacimiento. • OrganiZ!lción geueral. El tejido óseo es un tejido conjun-
tivo especial cuya sustancia intercelular es sólida y mi-
neralizada; conforma los huesos. Acompañando al teji-

o La grasa orgánica es considerada como un órgano neu-


roendocrino difuso, con gra n actividad metabólica, y re-
presenta una importante reserva ene rgética.
do óseo propiamente dicho se encuentran el periostio y
el endostio. El periostio tiene una capa externa o fi bro-
sa (tejido conjuntivo denso) y otra interna u osteogéni-
ca (tejido conjuntivo laxo con células osteoprogenito-
ras). El endostio consiste en tejido conjuntivo laxo con
Tejido cartilaginoso células osteoprogenitoras. Anatómicamente, los huesos
En lo q ue respecta al tejido carrilaginoso, es preciso tener se clasifican en largos, cortos y planos. Los huesos lar-
en cuenta los siguientes aspectos: gos (por ejemplo, fémur) presentan unos extremos o
• OrganiZ!lción general. Tejido conjuntivo especial cuya epífisis y una porción central alargada o diáfisis. Los
sustancia intercelular es sólida, aunque deformable, con huesos cortos (por ejemplo, las vértebras) son similares
consistencia de gel, y no mineralizada; conforma las a las epífisis de los largos. Los huesos planos (como el
piezas cartilaginosas. Éstas, salvo las que entran a for- parietal} están constituidos por las llamadas tablas ex-
mar parte de las articulacio nes, están recubierras por te- terna e inrerna, que conforman el díploe óseo.
jido conjuntivo común: el pericondrio. El pericondrio Macroscópicamente, en los huesos se distinguen zonas
muestra dos capas: una externa o fibrosa (tejido conjun- compactas y esponjosas. Las diáfisis y las cubiertas de las
tivo denso) y otra interna o condrogénica (tejido con- epífisis, así como las tablas externa e interna, son de
juntivo laxo con cél ulas madre condroprogenitoras). h ueso compacto. Las partes internas de las epífisis y el
El cartílago propiamente dicho carece de vasos sanguí- díploe son de hueso esponjoso. Externamenre, salvo las
neos o linfáticos y de nervios, nutriéndose a partir de los superficies articulares, los huesos están revestidos por
capilares del conjuntivo del pericondrio, o del líquido periostio; internamente (canal medular d e las d iáfisis y
sinovial en las articulaciones. En su composición en- trabéculas del hueso esponjoso) por endostio.
contramos condroblastos (secretora) y condrociros El tejido óseo mantiene una composición puramente
(quiescente o basal), fibras (colágenas y elásticas) y sus- conectiva: sus células son las osteoprogenitoras, osteo-
tancia fundamental amorfa. La categoría de las fi bras blastos, osteocítos (que son las responsables del depósi-
(colágenas o elásticas), así como su proporción, definen to de hueso) y osteoclastos (que so n los responsables de
las variantes d e tejido cartilaginoso. la reabsorción del hueso). Contiene fib ras de colágeno
• Variedades: {de tipo I) en su matriz, así como sustancia fundamen-
- Hialino. Es el más común; en fresco y al microscopio tal amorfa (proteoglucanos), y esta MEC está minerali-
de luz aparece brillante, de ahí su nombre (/Jialos, zada por cristales de hidroxiapatita.
«vidrio>>). Su matriz contiene una cantidad modera-
da d e fibras colágenas (de tipo II mayori tariamente).
Se encuentra en la tráquea, laringe, bronquios, arti-
La s ustancia intercelular del tejido óseo es sólida y m ine-
ralizada.
o
culaciones y cartílagos costales.
- Elástico. Contiene algunas fibras colágenas y abun-
danres fib ras elásticas. Se localiza en el pabellón au- • Variedades:
ricular, conducto auditivo externo, trompa de Eusta- - Tejido óseo compacto. La matriz ósea se organiza en
quio, algunos carrílagos laríngeos (epiglotis y cunei- capas o laminillas paralelas y superpuestas que adop-
formes) y pequeños bronquios. tan tres configuraciones distintas: sistemas haversia-
- Fibroso (fibrocartílago). Contiene abundanres fibras nos u osteonas, sistemas intersticiales y sistemas cir-
colágenas (de tipo I); los condrocitos quedan aplas- cunferenciales. Los sistemas haversianos u osteonas
tados entre ellas y remedan fibroblastos. El pericon- están centrados por un canal (de Havers) que contie-
drio se confunde con el resto del tejido cartilaginoso. ne un vaso sanguíneo y una envoltura endóstica. Los
Se localiza en la sínfisis del pubis, meniscos articula- canales de Havers de osteonas veci nas se comunican
res, discos inrervertebrales (anillo fibroso) e inserción m ediante canales perpendiculares (de Volkman n)
de algunos tendones. (Fig. 2-4).
te abundante y viscosa. Apenas contiene fibras, y las que
hay son de tipo reticular.

EL TEJIDO CONJUNTIVO EN LA PIEL: DERMIS


E HIPODERMIS. VARIEDADES, FUNCIONES.
CAPACIDAD REGENERATIVA Y REPARACIÓN
La piel está formada por dos tejidos separados por una
membrana basal: el tejido epitelial, que forma la epidermis,
y el tejido conjuntivo, que conforma la capa subyacente a
aquél: la dermis. La unión entre la epidermis y la dermis se
ve reforzada por una estrategia de aumento de la superficie
de contacto, tanto más cuanto más firmeza se requiera de
ella (por ejemplo en zonas de carga y rozamiento máximo).
Al microscopio óptico, esta interfase aparece como una se-
Figura 2-4. Sección transversal de tejido óseo compacto. Se obser- rie de ondulaciones que corresponden a las papilas dérmi-
van numerosas osteonas (sistemas de Havers] de aspecto circular. cas que se imbrican perfecramence con las crestas epidér-
con un conducto central lcana l de Haversl rodeado de u na serie de micas. En los sirios donde la tensió n mecánica a la que esrá
laminillas concéntricas. En el cuadrante inferior izquierdo se apre-
sometida la piel es mayor, las crestas epidérmicas son mu-
cian tres conductos de Havers conectados entre sí por medio de
canales de Volkmann. Prepa ración por desgaste (x 1601. cho más numerosas y profundas, el epitelio epidérmico es
más grueso y las papilas dérmicas asimismo son más altas
(profundas) y se hallan más juntas. Este fenómeno se pue-
- Tejido óseo esponjoso. L1 matriz ósea también se or- de poner en evidencia en cierras partes de sopo rte de la piel
ganiza en capas o laminillas paralelas, pero la confor- en las superficies palmar y dorsal de pies y manos.
mación espacial es diferente: se forman trabéculas
anastomosadas revestidas por endostio, por lo que en Dermis
cada trabécula las laminillas se disponen paralelas unas La dermis se puede subdividir en tres tipos.
a otras y siguiendo las líneas de tracción mecánica que
han de soportar (no forman osteonas o brechas). Los Dermis papilar
osteocitos se alojan en la matriz ósea de las laminillas. La dermis localizada inmediatamente por debajo de la
Los osteoblastos y osteoclasros se disponen cerca del membrana basal consiste en tejido conjuntivo laxo con ha-
endostio. En los huecos que quedan entre la red rrabe- ces de colágeno de tipo I no muy gruesos y de tipo III. Las
cular se disponen tejido mieloide (médula ósea hema- fibras elásticas forman una red fina en esta zona. La dermis
ropoyética) y adipociras en cantidad variable. papilar es relativamente delgada, tanto como la profundi-
dad que posean las crestas epidérmicas y las papilas dérmi-
cas de la unión derrnoepidérmica a esa altura. Contiene un

o La matriz ósea del tejido óseo esponjoso se dispone en


laminillas dispuestas según las líneas de tracción mecá-
nica que habrán de soportar.
plexo capilar papilar que irriga la epidermis, pero que no
se introduce en ella, así corno terminaciones nerviosas, al-
gunas de ellas perforantes de la basal, que se incroducen en
el epitelio como terminaciones nerviosas libres, de tipo no-
ciceptivo generalmente. En la dermis papilar se ubican
Tejido conjuntivo embrionario igualmente por lo general los corpúsculos de Meissner.
En lo que respecta al tejido conjuntivo embrionario, pue-
de ser de dos tipos. Dermis reticular
En el plano más profundo con respecto a la anterior, su es-
Mesénquima pesor varía en las diferentes zonas del cuerpo, pero siempre
El mesénquima se encuentra en el embrión. Las células son alcanza un grado muy superior al de la dermis papilar, con
mesenquimales y forman un cirorretículo, que por lo ge- tejido conjuntivo denso no modelado y gruesos haces de
neral carece de fibras, por lo que la susrancia fundamental colágeno de tipo I dispuesms en todos los ejes del espacio.
es relativamente abundante y proporciona una consisten- La existencia de fibras elásticas también es considerable.
cia viscosa en fresco. Aunque bajo la observación microscópica de la dermis re-
ticular parezca que las fibras de colágeno siguen trayectos
Mucoso (gelatinoso) al azar, la ordenación de éstos forma, en un plano de ob-
Aparece en el cordón umbilical (gelatina de Wharton) y servación macroscópica, una compleja red de líneas regu-
vellosidades placentarias. Su consistencia es gelatinosa. Las lares de tensión mecánica que forma las d enominadas (y
células son escasas y de estirpe mesenquimal. Predomina la observadas a simple vista) lineas de Langer de la piel. La
sustancia fundamental amorfa, con elevado contenido en evolución de la cicatrización de las incisiones de la piel está
proteoglucanos. La sustancia fundamental es relativamen- relacionada con la dirección de la incisión con respecto a
estas líneas, y es más favorable cuando se realiza paralela- EL TEJIDO CONJUNTIVO Y SU RELACIÓN CON EL
mente a ellas. En la dermis reticular se pueden encontrar MÚSCULO ESTRIADO ESQUELÉTICO: ENDOMISIO,
igualmente terminaciones nerviosas de tipo encapsuladas, PERIMISIO, EPIMISIO (FASCIAS EPIMISIALES).
tales como los corpúsculos de Varer-Pacini y de Ruffini, los ESTRUCTURA DE LOS TENDONES. UNIÓN
más habituales, y en m enor medida los corpúsculos de de MIOTENDINOSA. UNIONES OSTEOTENDINOSAS
Krause. Asimismo, aunque de rivados epidé rmicos, las Y OSTEOLIGAMENTOSAS (ENTESIS).
glándulas sudoríparas, tanto ecrinas como apocrinas, y los CORRELACIONES CLÍNICAS. BIOPATOLOGÍA
complejos pilosebáceos arraigan en varias al turas en la der-
mis profunda, a veces en el límite con la hipodermis. El tejido conjuntivo forma parte de los músculos y rodea
todas y cada una d e las fibras musculares esqueléticas que
Hipodermis lo conforman, en niveles crecientes de organización, por lo
La hipodermis o tejido celular subcuráneo es una capa va- que esta relación es esencial para la adecuada transmisión
riable de tejido conjuntivo (laxo, adiposo o denso según su de las fuerzas de contracción muscular. En el extremo de
localización) y la mayo r parte de las veces se corresponde cada músculo, el tejido conjuntivo se reúne y constituye la
con la aponeurosis superficial de la anatomía macroscópi- mayoría de las veces el tendón o alguna otra estructura que
ca. Le confiere movilidad y laxitud, y en general aislamien- sirva de fijación de sus fibras colágenas al periostio y al in-
to, ya que la mayoría de las veces se corresponde con el pa- terior del h ueso. La relación del tejido conjuntivo con las
nículo adiposo. fibras musculares designa el nombre d e las cubiertas que lo
conforman:
Reparación del tejido conjuntivo dérmico o Epimisio. Es una capa de tejido conjuntivo denso que
El tejido conjuntivo dañado por cualquier noxa básica- rodea y envuelve la totalidad de la pieza muscular.
mente consiste en fi brina, tejido necró tico e infiltración o Perimisio. D eriva del epimisio y rodea grupos d e haces
celular de tipo inflamatorio. Tras la formación del coágu- de fibras musculares (fascículos).
lo, da comienzo la eliminación de las fibras colágenas da- o Eudomisio. Es una delicada capa d e fibras reticulares y
ñadas, sobre todo mediante la acción fagocítica de los ma- MEC conectiva que rodea cada célula muscular estria-
crófagos. Los fibroblastos migran y proliferan en el interior d a esquelética.
de la herida, procedentes de dos fuentes diferentes: la acti-
vación y entrada en división de los fib roblastos no dañados Los vasos sanguíneos y los nervios utilizan esta organiza-
y las células madre mesenquimales del tejido conjuntivo ción conectiva para llegar hasta el in terior del músculo .
dérmico. Estos fibroblastos proliferan y comienzan a sin- Una profusa y extensa red capilar se conforma de esta ma-
tetizar fibras colágenas y otros componentes de la MEC de nera, lo suficientemente flexible para adaptarse a los con-
un nuevo tejido conjuntivo cicatricial. Los primeros fibro- tinuos cambios de contracción y relajación y en íntima re-
blastos que entran en la lesión son los miofibroblastos, que lación individual con cada fibra muscular.
contienen abundante actina y miosina en su citoplasma, y
que expresan uniones entre sí y hacia las fibras de coláge- Estructura de los tendones
no, ejerciendo una fuerza contráctil que tiende a unir los Las propiedades biomecánicas del tendón son: elasticidad,
bordes de la lesión para intentar aproximarlos. La prolife- plasticidad y viscoelasticidad. Estos auibutos están condi-
ración también se produce a expensas de las células endo- cionados por determinados factores como las característi-
teliales y de la neoformación de vasos capilares, que asegu- cas estructurales del tendón, su forma externa, su vascula-
ran los nutrientes y el oxígeno adecuado para la síntesis de rización y su inervación.
componentes de la MEC, permitiendo igualmente el acce- El tendón está compuesto por tejido conjuntivo denso
so al sirio lesiona! de las células de la inflamación. A los 3 modelado, con abundantes fi bras de colágeno, escasas fi-
días el tejido cicatricial se caracteriza por ser predominan- bras elásticas y poca presencia de p ro ceoglucanos en la
cemente celular (fibroblastos más células de la inflama- MEC. La matriz excracelular de los tendones se compo ne
ción), con abundantes vasos en formación y nuevos haces de colágeno y elascina. El colágeno de cipo T representa del
de colágeno y todavía restos de fibrina si n eliminar (tejido 65 al 80 o/o del peso seco y proporciona a los tendones la
de gmmt!ación). A los 20 días, ya se pueden observar fibras capacidad de resistir aleas cargas; la elascina (del 1 al 2 o/o)
colágenas en gruesos haces y la restitución del tejido con- asegura la flexibilidad y las propiedades elásticas, y la sus-
juntivo dérmico, aunque no se producirá hasta casi 3 me- tancia fundamental (agua en un 70 o/o en su peso rotal)
ses después la restitución total de la fuerza censora y la fle- contiene proteoglucanos y glucoproreínas que representan
xibilidad y elasticidad normales del tejido. el 1 o/o del peso seco del rendón. Las células tendinosas, te-
nocitos o tendinocitos, son fi broblascos adaptados a la secre-
ción máxima d e colágeno y a estar emparedados entre los
El tejido conjuntivo dañado básicamente se compone de alramence desarrollados haces de disposición suavemente

o fibrina, tejido necrótico e infilt ración celular de tipo infla-


matorio .
Al procede r como fisioterapeutas, es fundamental respe-
tar el p roceso de reparación biológica de los tejidos.
espiral de fibras colágenas que lo rodean, adoptando una
morfolog(a aplanada con finas prolongaciones cicoplasmá-
cicas entre las fibras colágenas qu e le dan un aspecto de
«células aladas». En función de su actividad sintetizadora,
27

sus necesidades metabólicas, ya que sus requerimientos de


oxígeno y nutrienres son más bien bajos. Su irrigación sue-
le provenir de tres áreas: la unión miotendinosa, la unión
osreorendinosa y los vasos del tejido conjuntivo circun-
dante; pero el principal aporre de sangre al tendón proce-
de del tejido conjuntivo adyacente, a través de los vasos pe-
ritendinosos hasta el endotendón. Esto ocasiona que tras
un traumatismo, los rendones cicatricen {reparen el tejido
conjuntivo) con gran lentitud, ya que el tiem po de reno-
vación para el colágeno del rendón varía entre 50 y
100 días. La escisión de los rendones tiene buen pronósti-
co si se aplica el tratamiento quirúrgico adecuado con ra-
pidez y con el tiempo recuperan su resistencia. La repara-
ción depende de los fibroblastos de las vainas tendinosas o
Figura 2-5. Sección longitudinal de un tendón !tejido conjuntivo del peritendón externo en caso de no poseerlas.
denso modelado o regula r!. donde se aprecia la abundancia de fi-
La inervación de los rendones procede de los nervios de
bras colágenas empaquetadas en haces compactos paralelos. En -
tre ellas se encuentran los fib roblastos aplanados ltenocitos o ten- los músculos adyacentes y de pequeñas ramas nerviosas cu-
dinocitosl responsables de su secreción y mantenimiento. Hema- táneas. De acuerdo con sus diferencias anatómicas y fun-
toxilina eosina lx 1BOl. cionales, las terminaciones nerviosas pueden ser de tipo
encapsulado (corpúsculos de Ruffini, corpúsculos de Va-
activos o quiescentes, se suele hablar de tenob!astos y teno- ter-Pacini y órganos tend inosos de Golgi) o terminaciones
citos. En el microscopio de luz co n tinciones de rutina es- nerviosas libres. Son mecanorreceptores que se localizan en
ras extensiones no son observables, ya que los límites celu- el interior y en la superficie del tendón, y se encargan de
lares se confunden con la presencia de haces de colágeno converrir los estímulos aferenres de presión y tensión en se-
densamente empaquetados y en una característica direc- ñales nerviosas (Vater-Paccini y Golgi). Los corpúsculos de
ción ondulante, en donde aparecen los núcleos aplanados Ruffini funcionan como sensores de presión y tienen un
de los renocitos formando las clásicas hileras (Fig. 2-5) . umbral bajo anre este tipo de estÍmulos, son de adaptación
lema y responden a las cond iciones estáticas de posición y
esriramienro. Las terminaciones nerviosas libres se locali-

o El colágeno de tipo 1 representa del 65 al 80% del peso


seco del tendón y proporciona la capacidad de resistir al-
tas cargas.
zan en el interior de los rendones, y sobre todo en las cu-
bierras exrernas, y son los receptores del dolor. El número
y ubicación de las fibras y terminaciones nerviosas varía se-
gún la función del tendón, y su densidad es más significa-
A su vez, los tendones presentan una serie de revesti- tiva en los rendones más pequeños involucrados en los mo-
mientos de tejido conjuntivo, internos y externos, deno- vimientos finos y precisos.
minados peritenios o peritendones. El pericendón externo o
epitenio (epirendón) rodea externamente al rendón y se
continúa desde el perimisio. El peritendón interno o en-
dotendón es tejido conjuntivo laxo que subdivide en fascí-
El tendón es una estructura con una vascularización pre-
caria pero suficiente y su inervación procede de los ner-
vías de los músculos adyacentes y de pequeñas ramas
o
culos las fibras colágenas, como consecuencia de la incur- nerviosas cutáneas.
sión de extensiones del epitendón hacia el interior.
En algunos rendones que sufren rozam iento co nrra el
hueso u otras superficies, se observa la presencia de vainas
tendinosas o sinoviales, como en el tibia! posterior, los pe- Unión miotendinosa
roneos o los extensores y flexores de la muñeca y de la La unión miorendinosa es la zona de transición entre el
mano. Se trata de un revestimiento que consiste en una cu- músculo y el tendón. Es un área compleja, densa en meca-
bierta de dos capas: una exrerna de tejido conjuntivo fibro- norreceprores y sometida a grandes esfuerzos mecánicos
so que se une a las estructuras adyacentes y otra interna duranre la transmisión de la fuerza contráctil muscular al
unida firmemente al peritendón externo; de esta manera se tendón. Hisrológicamente so n regiones especializadas
establece un espacio vi rtual que contiene fluidos ricos en donde las fibras musculares se unen a las fibras de coláge-
mucopolisacáridos, parecidos al líquido sinovial, que pro- no del tendón para transmitir la fuerza de contracción. Ul-
porcionan lubricación y evitan la fricción que pudiera oca- traestrucruralmenre (viseas en el M ET), los extremos de las
sionar el movimiento del tendón dentro de esta vai na. El fibras musculares terminan en prolongaciones digitiformes,
revestimiento interno de estas capas es muy similar al de las en cuyo interior discurren los filamenros de actina que pro-
membranas sinoviales articulares, por lo que a las vainas vienen de la última sarcómera. Esta última sarcómera care-
tendinosas se les conoce también como vainas sinoviales. ce de líneas Z, por lo que estos filamentos se extienden más
El tendón es una estructura con una limitada vasculari- allá de su supuesta ubicación, para terminar uniéndose al
zación, pero contiene una cantidad de vasos suficiente para sarcolema de la prolongación digitiforme. Enrre las prolon-
28

gaciones digitiformes se observan las fibras de colágeno ten- miento interno sinovial de las articulaciones móviles o
dinosas. Esta disposición facilita una relación más íntima diartrosis. En las sinartrosis, el tejido deformable adecuado
entre las miofibrillas y las fibras de colágeno del tejido con- para su función es tejido conjuntivo fibroso (denso mode-
juntivo e incremema el área de contacto entre ellas (Fig. lado) o fibrocartílago . En las diartrosis, los elementos arti-
web 2-2). culances (fragmentos óseos) involucrados se mantienen
unidos por una cápsula fibrosa y eventuales ligamentos,
pero las superficies articulares no están unidas, sino sólo en

o La unión miotendinosa es densa en mecanorreceptores y


está sometida a grandes esfuerzos mecánicos.
contacto. Las superficies articulares están recubierras de car-
rílago hialino (cartílago articular}, y el coeficiente de fricción
es extremadameme bajo. Este coeficiente se hace casi nulo
por la presencia de un líquido viscoso, el líquido sinovial,
Uniones osteotendinosas que ocupa la cavidad sinovial.
y osteoligamentosas (entesis) La articulación está toralmenre recubierta por una cápsula
Los lugares de inserción de los tendones y ligamemos al fibrosa, que a su vez posee un revescimienro interno, la mem-
hueso son conocidos como elltesis. Hiscológicamenre se di- brana sinovial, excepto en los elementos articulantes. Es fre-
viden en fibrosas y fibrocartilaginosas, en función del teji- cuente asimismo encontrar en el interior de la cavidad estruc-
do presente en la zona de unión y en la transición que se turas inrraarciculares de carrílago fibroso que son discos arci-
verifique. En las fibrosas el tendón o ligamento se une bien culares fibrosos (meniscos) y rodetes articulares, así como al-
directamente ~1 hueso (atravesando el periostio), o bien in- mohadillas adiposas (tejido adiposo blanco estructural).
directamente vía periostio (en el propio periostio). En am-
bos casos, el tejido conjuncivo denso conecta el tendón o
ligamento con el periostio, sin evidencia de zona transicio-
nal fibrocartilaginosa. La entesis fibrocartilagillosa es una
La articulación está totalmente recubierta por una cáp-
sula fibrosa, con un revestim iento interno denominado
membrana sinovial.
o
zona de transición en la que el tendón transita gradual-
mente hacia el hueso a través de una secuencia de capas,
desde un tejido conjuntivo denso modelado, luego fibro-
cartílago, después fibrocartÍlago calcificado y finalmente el Cartílago articular
hueso. Las fibras de colágeno que se introducen profunda- El espesor del carrílago articular que recubre los elementos
mente en el hueso son gruesas y robustas (se continúan articulantes varía con la edad: más grueso en los jóvenes
con las fibras de colágeno de la matriz ósea); a menudo se (hasta 7 mm) y menor en los ancianos (menos de 2 mm).
encuentran mineralizadas en su interior y se denominan El cartílago articular es cartÍlago hialino modificado y no
genéricamenre fibras de Sharpey. Esta zona de transición posee pericondrio. Es el resm vestigial del cartílago que
tiene una longitud variable (desde 20-40 ¡.un hasta varios permanece en el hueso después de terminar la osificación
milímetros) y su grosor puede también variar en relación endocondral. Consta de cuatro zonas o capas d istingui-
con la cantidad de movimiento y de fuerza que se produ- bles, que sólo existen en este tipo de cartÍlago: superficial,
ce entre los haces de colágena. de transición, radial y calcificada (Fig. web 2-4) .
Las enresis son fácilmente lesionables, y lo acusarán en
situaciones de trauma agudo o sobrecarga, produciendo al-
teraciones tan frecuentes y conocidas por los especialistas
como el «codo del tenista» o <<del jugador de golf», «rodilla
del saltador» y coda la variedad de tendinopatías de inser-
El cartílago articular es cartílago hialino modificado y no
posee pericondrio. o
ción del tendón de Aquiles (Fig. web 2-3) .
Membrana sinovial
Recubre todas las superficies internas del espacio inrraar-

o Las entesis son zonas vulnerables que concentran una


gran carga de trabajo sobre una interfase de tejidos
duros-blandos.
ticular, excepm el cartflago articular. Se inserta en los bor-
des del cartÍlago medianre una zona transicional. La su-
perficie interna puede presentar pliegues, las denomina-
das vellosidades sinoviales. Las células (sinoviocitos), son
EL TEJIDO CONJUNTIVO Y DE SOSTÉN EN unas células poco diferenciadas, de dos tipos fundamen-
LAS ARTICULACIONES. TIPOS. MEMBRANAS talmeme: de tipo fibroblástico y de tipo fagocítico. Se dis-
SINOVIALES, CARTÍLAGO ARTICULAR, ponen por lo general en unas pocas capas, inmersas en
ESTRUCTURAS DE ADAPTACIÓN (MENISCOS) sustancia fundamental amorfa y sin fibras. En la sinovial
no hay membrana basal que separe estas células de la ca-
El tejido conjuntivo participa en todas las arriculaciones, vidad (dado que no es un epitelio: es una de las pocas ex-
ya sea como elemento articulante (huesos y cartílagos arti- cepciones de membrana de revestimiento interno que no
culares) o en las estructuras de refuerzo, estabilidad y adap- se halla tapizada por un epitelio) . Las células más internas
tación (cápsulas fibrosas, ligamentos y discos, y rodetes in- pueden descansar, dependiendo del tipo de diartrosis y su
traarticulares) de éstas, además de constituir el revestí- localización, sobre:
2 • Histología del tejido conjuntivo. Implicación en la piel, sistema musculoesquelético y articulaciones

• La cápsula fib rosa directamente (sinovial de cipo fi broso).


• Tejido conjunrivo laxo (sinovial de cipo areolar).
• Tejido adiposo (sinovial adiposa}.
La membrana sinovial tiene una excelente capacidad de
regeneración. o
L1 estructura histológica de una membrana sinovial cipo se
Estructuras de adaptación: menisco, rodetes
compone de:
• Capa íntima (celulm). De una a cuatro filas de células y discos interarticulares
embebidas en sustan cia fundamemal amorfa, si n fi bras. Estas estructuras están situadas dentro de la articulación;
N o hay membrana basal, ni uniones intercelulares. Las diseñadas para mejorar la fu nció n articular, hacen que el
células pueden ser de dos tipos: cartílago articular y las estructuras óseas soporten de una
- Células de tipo A: la mayoría, aspecro de macrófa- manera mucho más eficiente las p resiones a las q ue se ven
gos, fagocfticas. sometidas. Proporcionan gran estabilidad a la articulación
- Células de tipo B: de aspecro fibroblastoide, sinteti- y desempeñan un papel fundamental en la buena mecáni-
zan la sustancia fundamental sobre la que se asientan ca articular. Los meniscos (por ejemplo, los de la rodilla) se
y grandes cantidades de hialuronano polimerizado, dividen en tres zonas desde el punto de vista hisrológico:
que adjuman al líquido sinovial. • Zona cartilaginosa avascular (fibrocartílago): compren-
• Capa subíntinza. Tejido conjuntivo laxo muy vascular. de las tres cuartas partes más internas.
Capilares abundames, continuos y fenesrrados. Fibro- • Zona fibrosa (tejido conj uncivo denso regular): contie-
blasros dispersos, macrófagos, células cebad as, adipoci- ne capilares.
ros, etcétera. Zona parameniscal: constituida por tejido conjuntivo
laxo, con vasos provenientes de la cápsula que penetran
La articulación recibe vasos arteriales y venosos para las únicamente en el tercio externo del menisco.
epífisis, cápsula fibrosa y, sobre todo, muy abundame para
la membrana sinovial. Los linfáticos son asimismo abun- Esta distribución vascular perjudica la correcta vasculariza-
dantes en la cápsula y m uy numerosos e n la sinovial. La ción del sistema, sólo efectiva en su periferia, mientras que
inervación es fundamemalmeme para la cápsula fi brosa, las zonas más internas carecen por complero de irrigación
con fibras que recogen sensibilidades de posición, doloro- sanguínea directa. Esw compromete la reparación central
sas, extensión, presión, elongación, etcétera. de la estructura meniscal, de modo que sólo las lesiones pe-
riféricas podrían tener, de entrada, un mejor pronóstico en
la reparación/cicatrización, gracias al paramenisco, que sí
O El cartílago articular carece de inervación, y la membra-
na sinovial posee unas pocas fi bras vasomotoras. está vascularizado.
En el caso de los rodetes o discos in traarriculares (por
ejemplo, la articulación remporomandibular) el p rop io
d isco intera rticular es u na extensión hacia el interior de
Líquido sinovial la articulación por p arte de la cápsula; de este modo di-
Es un ultrafilrrado, dializado, del plasma sanguíneo y es vide en dos la cavidad: supradiscal e infradiscal. El disco
de color transparente-amarillento claro. Posee además interarticula r es tejido conj untivo fibroso (denso regular
ácido hialurónico polimerizado que disminuye la fric- o modelado). Al igual que en el caso anrerior, el árbol
ción y aumenta la viscosidad. El líquido sinovial se defi- vascular se extiende por la cápsula y de ahí hacia la peri-
ne por sus propiedades de viscosidad, elasticidad y plas- feria del d isco, pero la zona ce nera] del disco es totalmen-
ticidad. Puede contener una pequeña proporción de cé- te avascular.
lulas: sinoviociros, monociros, macrófagos, lin fociros o En cuanto a la biomecánica de estas estructuras, la mor-
neutrófilos. Reduce la fricción de las superficies articula- fología de las fibras colágenas que componen los men iscos
res para evitar su erosión. permite transmitir con eficiencia las fuerzas de compresión
El poder de regeneración de la membrana si novi al es en la articulación, absorber las o ndas de choque q ue se
muy grande; a la resección parcial o rora) d e ella (sinovec- producen en la acción de la articulación y contrib uir a su
romía) le sigue normalmente una buena regeneración. estabilidad.
Como se ha visco anteriormente, a la proliferación de fi- Nota del autor: Para facilitar allecwr y al estudiante la
broblastos (a partir de células madre mesenquimales) le integración de conocimientos y su aplicación a la práctica
acompaña la angiogénesis y neoformación vascular, que clínica, e n el GEl Anexo 3. Casos clínicos para prácticas de
propicia la migración d e los precursores de los histiociros/ au la, se presentan casos prácticos para realizar prácticas en
macrófagos procedentes de la médula ósea y de la circula- el aula; para este rema se recomienda consultar el caso
ción general en un proceso típico de reparación conectiva. práctico séptimo.
30

li1 RESUMEN

• El tejido conjuntivo es ubicuo en el organismo. Su relación conjuntivo común, a más consistentes como los cartílagos,
con los otros tejidos básicos y su presencia en los órganos incluso duros y mineralizados como el hueso.
es fundamental para su correcto funcionamiento.
• La relación en tre estas variantes conectivas es la base de
• El tejido conjuntivo supone el soporte estructural de los ór- la constitución del aparato locomotor, y las estructuras
ganos y proporciona su vascularización y nutrición, al tiem- que le proporcionan estabilidad son todas subvariantes de
po que favorece el intercambio de meta bolitas entre la san- estirpe conectiva, por lo que su biodinámica. tanto celular
gre y los tejidos. Asimismo, vehiculiza su inervación. como de la matriz conectiva, condicionará su comporta-
• Son las células del tejido conjuntivo las que sintetizan la miento fisiológico y su evolución o pron óstico en estados
matriz extracelular característica, y, dependiendo de su patológicos, ya que los procesos de naturaleza inmunitaria
composición, aparecerán sus variantes. Estas mismas cé- o inflamatoria se verifican en él.
lulas mantienen y reparan el tejido en caso necesario .
• Un adecuado conocimiento de las bases celulares y molecu-
• Las características de la matriz conectiva confieren al teji- la res de los tejidos conjuntivos ayudará al fisioterapeuta a
do su capacidad para adaptarse a los requerimi entos loca- comprender mejor el origen de las lesiones, su evolución y
les, proporcionando desde tejid os blandos como el tejido pronóstico, así como la naturaleza de su posible tratamiento.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Krstic, R. V. ( 198 9). Los tejidos de/hombre y los mmníftros (2"
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Cormack, D. H. (2001). Histología de Ha m (9a ed.). México: Harla. rial Médica Panamericana.
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ción nln anatomía ptztológica (3• ed.). Madrid: Elsevier. Médica Panamericana.

~ ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLE X IÓN

1. Los términos tejido conjuntivo, conjuntivo o de sostén, desig- 6. ¿Cuáles son las ubicaciones de la grasa estructu ral y para
nan, en sentido amplio, la MEC y las células que se encuen- qué sirven?
tran inmersas con ella, la produzcan o no. ¿Cuáles son los
7. ¿Qué diferencias existen entre el cartílago hialino de la trá-
tipos de tejido conjuntivo?
quea y el cartílago hialino de las articulaciones?
2. Las membranas mucosas con tienen tejido conjuntivo subya -
8. Las membranas serosas están formadas por un epitelio plano
cente al epitelio y a la membrana basal, que se suele denomi-
simple - mesotelio- derivado del mesodermo, una lámina ba-
nar carian o lámina propia y que suele ser un tipo de tejido
sal y un tejido conjuntivo subyacente ricamente vascularizado
conjuntivo laxo o areolar, muy vascularizado e inervado, que
e inervado de carácter laxo. Tapizan las cavidades internas del
puede contener glándulas que drenan a través del epitelio.
organismo y ha n de estar húmedas -lubrificadas-, ya que s us
Siempre húmedas, debido a la secreción de dichas glándulas,
hojas s ue len rozar y deslizarse entre sí. Son la pleura, el peri-
poseen una tonalidad rosa-rojiza que puede ser interpretada
cardio y el peritoneo. ¿Qué estructuras similares a éstas. pero
como signo diagnóstico bajo ciertas circunstancias nosológi-
de carácter puramente conjuntivo, conoce y cuál es su función?
cas. Elabore un listado de mucosas del organismo.
9. Los tendones son bandas de tejido conjuntivo denso modela-
3. En la actualidad hay descritos más de 25 tipos de moléculas
do que unen el músculo al hueso. Su relación con ambos se
de colágeno, pero ¿cuáles son los grandes grupos de coláge-
esta blece en dos regiones muy especializadas -la unión mio-
nos? Elabore una lista de cinco tipos de tejido conjuntivo y de
tendinosa y la unión osteotendinosa- cuya alteración concen-
sostén y s u respectivo tipo de colágeno principal en su MEC.
tra la mayoría de las lesiones deportivas de la actualidad.
4. ¿Quién proporciona el grado de hidratación y de consisten - ¿Cómo se denomina también a las uniones osteotendinosas y
cia para absorber traumas en el tejido conjuntivo? ¿Y el gra- osteoligamentosas? ¿Cómo se clasifican y cuántos tipos hay?
do de hidratación y ters ura en la piel?
10. ¿ Por qué el pronóstico de la rotura meniscal central linter-
5. ¿Cuál es la diferencia bioquímica esencial de las dos varian- na! es peor que si la lesión fuera periférica (parameniscal-
tes de tejido adipos o? externa l?
HERRAM IENTAS DE APRENDI ZAJE

CASOS CLÍNICOS

2.1. Varón de 35 años que acude a urgencias por bloqueo y derrame articular en la rodilla izq uierda, dolorosa a la movilización, sin
antecedente de traumatismo ni sintomatología previa. Con la práctica de una artrocentesis se evacúan unos 120 cm3 de líquido
articular de aspecto hemático lhemartrosl.
~
Dnarrollo del caso y
más C'aJos rlittirtu y
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN

1. El endomisio es un tejido conjuntivo que rodea: 2. Los dos tipos de células principales de la capa más super-
ficial de las membranas sinoviales son:
El Fibras musculares individuales.
lll Fascículos muscula res.
IED Epitelioides y fagocíticas.

D Miofibrillas individuales. mi Fibroblastoides y epitelioides.

!mi Todo el múscu lo. mi Multinucleadas y fa gocíticas.

1!1 Haces de tres a cinco fibras musculares. I!D Fagocíticas y fibroblastoides.


DI Plasmáticas y fibroblas toides.
Soluduut>s y md1 ~
pr~guntm \~

ENLACES DE INTERÉS. WEBGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA

GLOSARIO
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Describir los procesos fisiológicos, su regulación e integración y cómo dichos procesos contribuyen al manteni-
miento de la homeostasis en el tejido óseo en concreto.
• Reconocer los mecanismos de función y adaptación del teji do óseo ante cambios funcionales.

ESTRUCTURAGENERALDELHUESO nales longitudinales (canales o conductos de Havers) y


transversales (canales de Volkmann) que transportan los
El hueso es un tejido formado por células (2-5 o/o) en una vasos que posibilitan su nutrición, y nervios. El hueso
pequeña paree de su volumen y en una gran parte por ma- compacto predomina en el esqueleto apendicular y es ade-
teria no viva (95-98 o/o), constituida en la misma propor- cuado para resistir la flexión, la torsión y el cizallamiento.
ción de materia proteica y de materia mineral. La parte mi- El hueso esponjoso se halla constituido por un entrama-
neral es esencialmente hidroxiapatica imperfecta, rica en do de tabiques que se orienran de forma paralela a las lí-
carbonatos con pequeñas cantidades de sodio (Na), pota- neas de fuerza. Predomina en el esq ueleto axial y es ade-
sio (K), magnesio (Mg) y citrato. cuado para resistir las fuerzas de compresión y tensión que
El hueso tiene una corteza compacta (80 o/o del volu- se generan en esta región.
men total de hueso) que por su superficie interna se halla El hueso cortical está revestido por una membrana pe-
en continuidad con un hueso de aspecto esponjoso o tra- rióstica, q ue contiene arteriolas y capilares que atraviesan
becular (20% del volumen total de hueso) (Fig. 3-1). En la corteza, y que asegura la irrigación sanguínea del hueso.
el interior del hueso compacto existe una red de finos ca- Esta membrana perióstica varía con la edad; es más grue-

Vaso sanguíneo
Epífisis
Conduelo
osleona

Hueso
cortical

Tejido
subcondral

Canal medular
Fig ura 3- 1. Estructura del hueso.

33
sa, vascular y activa en el niño, y más delgada e inactiva en a la circulación. Para que estas células mononucleares cir-
el adulto. En la correza se observan unas unidades cilíndri- culantes puedan regresar por diapédesis al microambiente
cas llamadas sistemas de Havers u osteones que constan de óseo, deben adherirse a las células endoteliales. Se piensa
un conducro de Havers central que contiene la irrigación que esta adhesión es posible porque los osteoclasros y sus
vascular e inervación y unas láminas óseas concénrricas precursores expresan en su membrana una proteína deno-
que lo rodean. Los conductos de Havers discurren en una mi nada anexina 1/. Dado que en el hueso cortical no exis-
dirección longirudinal con ramas que conectan cada siste- te médula ósea, es probable que los osteoclasros que inter-
ma con los conducros de Havers circundantes. vienen en su remodelación procedan de precursores circu-
En el hueso esponjoso se observan trabéculas óseas con lantes que hayan emigrado del interior de los capilares san-
una distribución entrecruzada que dividen el espacio me- guíneos de los co nductos de Havers.
dular en comparrimentos comunicados. La principal dife-
rencia entre el hueso esponjoso y el cortical reside en la po- Dsteoblastos
rosidad del tejido óseo. Son células que intervienen en los procesos de osificación
endocondral e intramembranosa. La actividad de estas cé-
Constituyentes celulares del hueso
lulas aumenta cuando es necesaria la formación de n uevo
Al considerar las células de los huesos es necesario diferen- hueso. Los osteoblastos son numerosos en el h ueso en de-
ciar los elementos que pertenecen estrictamente al hueso sarrollo, pero comienzan a disminuir en el esqueleto adul-
de aquellos que perrenecen a la médula ósea. Aunque los to. Sin embargo, es capaz de responder a los estímulos pro-
progenitores de los osteoclasros son células hemaropoyéti- ducidos durante un proceso patológico. Los osteoblastos
cas, también son consideradas como células óseas. Por con- son células ricas en una isoenzima específica de la fosfata-
siguiente, se consideran como células óseas las células pro- sa alcalina.
geniroras, los osteoblasros, los osteociros, las células tapi- Los osteoblasros sintetizan el componente orgánico de
zantes del hueso (denominadas por los anglosajones bone la matriz ósea colágeno de tipo 1, proteoglicanos, proteínas
líning cells) y los osteoclasros (Fig. 3-2). implicadas en la adhesión celular, osteocalcina y factores
de crecimiento, y controlan el depósi to de las sales mine-
Células óseas precursoras (preosteoblastos rales.
y preosteoclastos)
Las células indiferenciadas del estroma presentan la capa-
cidad de proliferar dando lugar a los osteoblasros. Estos
derivan de las células del sistema hematopoyético.
Los osteoblastos intervienen en Los procesos de forma-
ción de nuevo hueso.
o
Los preosteoblastos son células de aspecto fibroblástico
cercanas a las superficies óseas, pero separadas de éstas por
otros tipos celulares (células del endostio, osteoblastos). Dsteocitos
Son difíciles de identificar en condiciones normales, pero Los osteocitos se originan a partir de los osteoblastos que
pueden observarse con facilidad si sufren una hiperplasia, han quedado encerrados en el interior del tejido óseo. Se
como por ejemplo en el hiperparatiroidismo. ocupan del mantenimie nto apropiado de la matriz ósea
Los preosteoclastos se adhieren a las superficies óseas y al debido a su propiedad de producirla en menor escala
fUsionarse entre sí dan lugar a los osteoclasros. Los preos- que los osteoblasros. También cumplen un papel en la
teoclastos de la médula ósea pueden dar lugar por fusión a resorción ósea, en un proceso llamado osteólisis osteocí-
los osteoclasros que remodelan el hueso esponjoso o pasan tica.

Condrocito la cuna Osteoblasto


hipertrófico
/ Osteoclasto
Condrocito /EB Osteoblasto ~

/8
/~
~
G]) 9
~
EB ~--ª---~--ª---€5-~
W ~.
Osteoblasto Osteoblasto •
Célu~ ( (
Preosteoblasto
Q) comprometido ~ Osteoc1lo

progenitora Q
J1
~ Adipocito
Osteoclasto Osteocito

Figura 3-2. Células del hueso.


3 • Fisiología de l tejido óseo 35

Cuando los osteoblastos que han permanecido en la gánica es digerida por colagenasas ácidas y arras enzimas
superficie finalizan la síntesis de matriz, se aplanan y se proteolíticas de origen lisosómico. Cuando se ha comple-
convierten en células de revestimiento (células del en- tado el proceso de resorción, los osteoclastos mueren por
dostio o lining cells) . Estas células, a través de la produc- apoptosis.
ción de facrores locales (citocinas), parecen desarrollar La calcitonina (CT) es capaz de inhibir fu ncionalmen-
un importante papel en el control del remodelado óseo. te a los osteoclastos a través de recep tores específicos, pero
Los osteoblastos que quedan en el espesor de la matriz el papel de esta hormona en condiciones normales parece
adquieren aspecto estrellado y pasan a denominarse os- poco importante. Los osteoclastos carecen de receptores
teocitos. Estas células se hallan en contacto entre sí y con para la PTH. Por otra parte, la actividad resorriva de los
las células de la superficie (células de revestimiento, os- osteoclastos y la osteoclastogénesis parece ser iniciada por
teoblastos) mediante finas prolongaciones tubulares de inrerleucinas producidas por células de estirpe osteoblás-
su citoplasma que recorren la matriz ósea en diversas di- nca.
recciones.
La cavidad de la matriz ósea que contiene el cuerpo
celular del osteocito se denomina laguna osteocitaria y
los diminutos canalículos que albergan sus prolongacio-
Los osteoclastos son los responsables de la rea bs orción
del hueso.
o
nes ciroplásmicas reciben el nombre de conductos calcó-
foros.
Células óseas de revestimiento
Las superficies inactivas del hueso están cubiertas por una

o Los osteocitos tienen una escasa actividad metabólica,


pero su preservación es necesaria para que el tejido óseo
mantenga sus propiedades biomecánicas.
capa de células planas muy delgadas, similares a las células
endoteliales. Al parecer derivan de los osteoblastos (man-
tienen una actividad de fosfatasa alcalina) pero se descono-
ce cuáles son sus funciones. Se cree que su papel más im-
portante es separar el flu ido intersticial de los fluidos del
Osteoclastos hueso y contribuir a mantener las concentraciones de calcio.
Son células multinucleadas, de vida media breve, relacio-
nadas con los procesos de resorción ósea. Derivan de célu- Constituyentes no celulares del hueso
las del sistema hematopoyético de la línea fagocitaria-mo- El agua represenra un 20 o/o del peso húmedo del tejido
nociraria. Son células ricas en anhidrasa carbónica y fosfa- óseo, el resto corresponde a la matriz ósea. Casi todo el vo-
tasa ácida resistente al tartrato (TRAP) importantes en la lumen de la matriz ósea se halla mineralizado (hueso cor-
resorción ósea. tical: 99,9 %; hueso esponjoso: 99,2 %), por lo que posee
Al igual que los osteoblastos, son células polarizadas en un componente orgánico y otro inorgánico. El componen-
las que los núcleos se sitúan en el extremo que se halla más te orgánico se halla integrado por colágen o de tipo 1 (85-
alejado de la superficie ósea sobre la que asientan. La adhe- 90 %) y una pequeña p roporción de otras proteínas (1 0-
sión de los precursores de los osteoclastos a la matriz ósea 15 %): proteoglicanos, proteínas implicadas en la adhesión
tiene lugar en aquellos puntos donde ésta queda expuesta celular, osteocalcina y factores de crecimiento; el colágeno
porque se separan entre sí las células de revestimiento al es el principal componente (90 %).
modificarse la conformación de su citoesqueleto. Las célu- La matriz orgánica corresponde aproximadamente a un
las de revestimiento son de origen osteoblástico y poseen 20-30% del peso seco del tejido óseo. La matriz inorgáni-
receptores para la hormona paratiroidea (PTH), por lo que ca corresponde a un 70-80 o/o del peso seco del tejido óseo
se ha sugerido que esta hormona interviene en el proceso. y aparece en forma cristalina disrribu ida a lo largo de las fi-
La adhesión de las células de estirpe osteoclástica a la ma- bras de colágeno, rodeadas por sustancia fundamental. El
triz es posible porque expresan en su membrana moléculas componente inorgánico de la matriz ósea está constituido
de adhesión de la familia de las integrinas. en su mayor parte por fosfato cálcico, en forma de crista-
Los osteoclastos, a medida que reabsorben el hueso, rea- les de hidroxiapatita.
lizan un movimiento de vaivén. El territorio sobre el que La matriz ósea que no se halla mineralizada constituye me-
se desplaza un osteoclasto durante el proceso de resorción nos del 1 o/o del volumen toral y se denomina osteoide. El os-
es varias veces superior al de la superficie de la célula y se teoide puede observarse en forma de finos ribetes de unas
denomina dominio osteoclástico. La TRAP es capaz de des- 1Omicras de espesor, que revisten la superficie de algunas tra-
fosforilat la osteopontina y la sialoproteína ósea, por lo que béculas y tapizan algunas cavidades imracorticales.
podría facilitar los movimientos de la célula al separarla de
estas proteínas de la matriz.
Los osteoclastos reabsorben el hueso en dos fases. Pri-
mero solubilizan el mineral y luego digieren la matriz or-
gánica. El mineral se solubiliza acidificando el microam-
La matriz ósea es la respo nsable de las extrao rdina rias
propiedades biomecánicas de l hueso. Las fibras coláge-
nas le proporcionan flexibi lidad y resistencia a la tensión,
o
mientras que las sales m ine rales le confieren dureza, ri-
biente creado entre la matriz ósea y la membrana fruncida gidez y resistencia a la compresión.
del osteoclasto. Una vez eliminado el mineral, la matriz or-
36 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección l. Generalidades

Célula madre Tejido


sanguínea compacto

Diáfisis

Médula
amarilla
...
Glóbulos rojos

Glóbulos
blancos
Tejido
esponjoso Cartílago epifisiario
Lugar donde se produce
el crecimiento en longitud
del hueso
@~ Médula ósea amarilla

i@
Plaquetas
formada por tejido adiposo
Periostio
recubrimiento fibroso
a partir del cual se va
engrosando el hueso Cartílago articular
oO Zona de unión
c~:g con olro hueso

Figura 3-3. Médula ósea.

del centro a la periferia, se transforma en grasa, de manera


Médula ósea que en el adulto todo es grasa excepto las metáfisis proxi-
La médula ósea es un tejido blando localizado en el inte- males y el esquelero axial (vértebras, pelvis, esternón y cos-
rior de algunos huesos del organismo, como el esternón, la tillas).
pelvis y el fémur. Consta de una matriz ósea mineralizada, En el nacimiento, la médula ósea roja está presente en
tejido conectivo y distintas células (Fig. 3-3). rodo el esqueleto, y a la edad de 20 a 25 años se observa la
La médula ósea está formada por una red de tejido con- presencia de médula ósea roja sólo en cierras porciones de
juntivo que contiene fibras en forma de malla llena de cé- las vértebras, esternón, costillas, clavículas, omóplaros, crá-
lulas. El tejido blando pulposo de la médula ocupa los es- neo y en las metáfisis del fémur y del húmero. El aumen-
pacios situados entre las trabéculas de la totalidad de los ro de médula ósea amarilla respecro a la roja en los últimos
huesos. En la médula ósea, el tejido fibroso da soporre a las años de vida se atribuye al aumento de las necesidades de
células progeniroras, que son células primitivas indiferen- células adiposas requeridas para reemplazar el hueso trabe-
ciadas de gran tamaño. En función de las necesidades, las cular que se pierde como consecuencia de la edad avanza-
células progenitoras se diferencian para dar lugar a un ripo da y de la osteoporosis posmenopáusica.
concrero de célula sanguínea (célula o glóbulo blanco, cé- Cuando se incrementan las demandas corporales de he-
lula o glóbulo rojo, o plaquetas). matopoyesis se produce una reconversión de médula ósea
La cantidad de médula ósea activa es aproximadamente amarilla en médula ósea roja.
de 2,6 kg. Existen dos tipos de médula ósea:
• Médula ósea roja. Es una médula activa desde el punto
de vism hemaropoyético. Está formada en un 40% por
agua, 40% por grasa y 20 o/o por proteínas. En la mé-
En la médula ósea, e l tejido fibroso da soporte a las célu-
las progenitoras primitivas indifere nciadas, que se dife-
renciarán para da r lugar a un tipo con creto de cé lula san-
o
dula ósea roja se observan células con prolongaciones guínea.
dispuestas en un entramado formado por fibras de co-
lágeno, células reticulares y vasos sinusoides. También
hay hierro, elemento preciso para la formación de la he-
METABOLISMO ÓSEO
moglobina.
• Médula ósea amarilla. Es inactiva hemaropoyéricamen- Una vez alcanzada la masa ósea máxima, lo cual ocurre ha-
te. Está formada en un 15 o/o por agua, 80 % por grasa cia el fin de la tercera década de la vida, su manrenimien-
y 5 % por proteínas. La médula amarilla se encuentra ro depende de un complejo y equilibrado proceso de re-
en las cavidades grandes de los huesos largos y está cons- modelación ósea. Éste se realiza en dos fases fundamenta-
tituida fundamentalmente por adipociras y una pocas les: la resorción comandada por los osteoclasros y la forma-
células sanguíneas primitivas. ción llevada a cabo por los osreoblasros.
Muchos factores, más o menos dependientes los unos
Las proporciones de médula ósea roja y amarilla dependen de los otros, influyen en la acumulación de masa ósea du-
de la edad del sujeto, pues durante la vida del individuo la rante el crecimiento. Entre éstos se incluyen factores gené-
médula sufre un proceso de conversión. Nace como médu- ricos: la raza, el género, los nutrientes (calcio, proteínas,
la roja y al año la apófisis y la epífisis sufren una conver- fosfatos), los factores endocrinos, las fuerzas mecánicas
sión a médula grasa. A partir del año, de forma centrífuga (actividad física, peso corporal) y la exposición a factores
37

Figura 3-4. Meta bolis mo óseo.


Preosteoblastos
Células Osteoblastos

) Osteocitos

)
~
8
L--------------------OPG OC

Glándulas paratiroideas

Detectan niveles bajos de


calcio sérico y aumenta la
sintesis de PTH

Mantenimiento
de la calcemia

Calcitriol
(1 ,25-0 H-0)

Calcitriol Calcitrio 1
(25-0H-D) (1 ,25-0H-D)

Higado Riñón intestino delgado L


J
Aumenta la formación de Aumenta la absorción de J
calcitriol Y. disminuye la calcio de la dieta
excrec1ón de calcio

de riesgo (Fig. 3-4). La mayorfa de mdos esms factores men- vez, modifican la concentración de las hormo nas y la res-
cionados también están involucrados e n el mantenimiento puesta biológica de los osteoblastos y los osteoclasms. De los
de la masa ósea en la edad adulta, así como en la pérdida ósea numerosos facm res que intervienen en el ámbim sistémico
en la vida, aunque en proporciones variables en compara- y local, se destacan los de naturaleza inmunoendocrina:
ción con su papel en la adqu isición del pico de masa ósea. • La hormona paratiroidt>a (PTH) se secreta en las glándu-
Las hormonas y el tejido óseo se encuenrra n en estrecha las paratiroideas y sus pri ncipales acciones son el aumen-
relación desde el mismo origen de la vida. El crecimiento, to tanm de la resorción ósea, como de la reabsorción ru-
densid ad e integridad de los huesos depende n de una ade- bular renal d e calcio y d e la absorción intestinal de calcio,
cuada funció n d e un grupo de hormonas, tales como la estimulando la síntesis renal de 1,25-vitam ina O y por lo
hormona del crecimiento (G H), las hormon as tiroideas tan m aum entando la calcemia. Su secreció n se incremen-
(T 3 y T 4), las hormonas sexuales (esrrógenos, progestero- ta cuando desciende la calcemia y disminuye cuando ésta
na, tesmsterona), la insulina, los facmres de crecimienro si- aumenta.
milares a la insuli na (IG F), el corrisol, la ho rmona parati- • La vitamina D es producida principalmente por la piel.
roidea (PT H ) y la calcironina (C T). Estas hormon as de- En la piel se simetiza por la acció n de la luz sola r sobre
ben tener concentraciones normales en sangre y van a de- el 7 -d ehidrocolestero l, p e ro de be tra nsforma rse e n
pender de la etapa de la vida por la que se encuentre tran- 1,25-vitami na O para ejercer actividad bio lógica. Esta
sitando la persona (niñez, puberal o de consolidación ósea t ransformación tiene lugar principalmenre en el ri ñón
o pospuberal}. por estímulo de la PT H . Produce un a umenro e n la ab-
sorción intestinal de calcio, mantiene los niveles norma-
les d e calcemia y contribuye a la mineralización normal

o La remodelac ión ós ea es un complejo y equilibrado pro-


ceso e ntre la resorción producida por los osteoclastos y
la forma ción deb ida a los osteoblas tos.
del hueso.
• La calcitonina es una ho rmo na secretada por las células
C parafoliculares del ti roides. Su secreción se estimula
por varios factores, pero fundamenralmenre por el a u-
La concentración de las hormonas q ue regulan el meta- mento de la calcemia. Sus efectos predominantes son el
bolismo del calcio determi na la direcció n del recambio descenso de la resorción ósea y de la reabsorción tub u-
óseo, pero los facm res locales modulan el efecm fi nal y, a su lar renal de calcio.
• Los estrógenos parecen ser obligatorios ramo para la ad- Otras hormonas actúan sobre el metabolismo del calcio
quisición d e la masa ósea pico como para el manteni- y del hueso, como los es reroides gonadales y suprarrenales,
miento de la masa ósea en los adultos. la riroxina, la insulina y la hormo na del crecimiento, aun-
• El IGF-1 es un factor esencial para el crecimiemo longi- que, a diferencia de las hormonas calciotropas, su secre-
tudinal del hueso, ya que estimula la proliferación y di- ción no depende fundamentalmente de la concemración
ferenciación de los condrociros en la placa epifisaria. exuacelular de calcio.
También imerviene en la formación de hueso rrabecu-
lar y cortical. Puede estimular la proliferación y diferen-
ciación de los osteoblasros, aumenta la símesis de colá-
geno de tipo I, fosfarasa alcalina activada y la produc-
El metabolis mo del calcio, regulado por la concentración
de las hormonas, determina la dirección de l recambio
óseo, y los facto res locales modulan el efecto final.
o
ción de osteocalcina.
• Sistema de minies entre las células óseas. Las células del es-
troma osreoblástico están esencialmente implicadas en OSTEOINMUNOLOGÍA
la función y diferenciación osreoclás rica a través del
contacto célula-célula. En la membrana de las células Cada día hay más evidencias de las imeracciones entre los
osreoblásricas existe el RANKL (ligando receptor del sistemas inmunitario y esquelético. La realización de esta
acrivador d el factor nuclear kappa- B), un factor miem- imrincada interacción se ha basado en el hecho de que en
bro de la superfamilia de ligandos del TNF-a (factor de el hueso existe un gran número de receptores de superficie
necrosis tumoral alfa) . Su producción es máxima en las celular, citocinas y vías de señalización que desempeñan un
células indiferenciadas del estroma y se reduce a medi- papel crítico ramo en el sistema inmunológico como en el
da que madura el fenotipo osreoblásrico. Este factor es- óseo. Por otra parte, no se debe olvidar la estrecha relación
timula la diferenciación, sobrevida y fusión de las célu- emre progenitores inmunes y el esqueleto, facilitada por la
las precursoras de osreoclasros, activa los osteoclastos médula ósea (Fig. 3-5).
maduros y prolonga su vida útil. Como resultado per-
mite la expansión de la masa osteoclásrica activa capaz Células T
de formar sitios de resorción ósea. Las células T actúan en la expresión y activación del
RANKL. El RANKL es una imporrame molécula que se
Los efectos del RANKL están mediados por su unión a un encuentra en la superficie de la membrana de osteoblastos,
receptor específico. El RANK (receptor del activador del células del estroma y linfocitos T, aunque son estos últimos
factor nuclear kappa-B) es una proteína transmem brana los únicos con la capacidad demostrada de secretario. Su
expresada por los osteoclastos al cual activan. La unión del principal función es la activación de los osteoclasros y se
RANK con su ligando (RANKL) induce la activación de piensa que puede estar involucrado en la maduración de
una cascada de eventos intracelulares que llevan a la dife- células dendríticas. La activación de los linfocitos T induce
renciación y activación de los osreoclasros. la expresión del gen de RANKL y conlleva un incremento
Además, existe una proteína que inhibe el desarrollo de la osteoclastogénesis y la resorción de tejido óseo.
de osteoclastos, la osteoprotege rina (OPG), también Aparte del RANKL, las células T producen muchas ocras
miembro de la superfamilia de receptores del TNF, que citocinas que modulan la actividad de los osteoclastos y os-
funciona como un factor soluble segregado por los osre- teoclastogénesis, como son el TNF-a, IL-6 e IL-1 7, que
blasros no anclados a la membrana. Actúa como receptor son estimulantes, mientras que la IL-4, IL-13 e IL-1 O son
señuelo, se une al RANKL y lo neutraliza {ocupa e impi- inhibidoras. Además de su efecto sobre la función de los
de su unión con el RANK). Inhibe la diferenciación, so- osreoclastos, las células T también pueden interactuar con
brevida y fusión de los precursores de osreoclastos, blo- los osteoblastos directamente, e indirectamente ejercen
quea la activación de los osteoclastos maduros e induce a efectos sobre el recambio óseo a través de sus interacciones
su apoptosis. con las dendríticas y las células B.
Por otra parte, muchas d e las hormonas regul adoras del
metabolismo fosfocálcico y algunas citocinas actúan esti- Células B
mulando la osteoclasrogénesis a través de la doble acción: Los progenitores de células B son capaces de diferenciarse
a) inhibir la producción de OPG, y b) estimular la produc- en osteoblasros in vin·o. Recientemente, se ha demostrado
ción de RANKL y d e glucocorricoides. En el otro extremo (en ratones) que las células B son una fuente de OPG y
están los estrógenos, que actúan inhibiendo la producción que ratones deficientes en células B muestran una reduc-
de RANKL. La producción de OPG es estimulada por ci- ción de la masa ósea, que es revertida mediante la transfe-
tocinas proinflamatorias, estrógenos y Ca++, mientras que rencia de células B.
disminuye por acción de la prosraglandina, la vitamina O
y la PTH. Citocinas y factores de crecimiento
Si bien el RANKL y la OPG están regulados por diver- Muchas citocinas son importantes reguladores de la fun-
sos factores, la expresión de RANK sobre células osteoclás- ción de los osteoclastos y osteoblastos. Los mecan ismos
ticas se basa en ser estable con una pequeña regulación por exactos d e cómo estas citocinas regulan a osteoblastos y os-
agentes osreorrópicos. teoclastos no se conocen, pero se cree que la mayoría ac-
39

Figura 3-5. Control molecular


Condrocitos
de la diferenciación celular
Mioblastos ~ ©ilos Osteoblástica ~ ósea.

@.,.,¡ / / O•l<ociW•

Myo~ 1 ~ ~
Célºd~steoprogeniloras-¡Preo~as-:-r @ ~@
/PPM!y (;)

mesenquim~R 1
unx2
°R 1
unx2
1
tosR 1
unx 2
r
Osteoblaslos Apoptosis
FGF Osx Osx
BMP Wnt Wnt .....---=:::-..
Wnt NFATc1 FGF ~
MITF NFATc1 Células del
SATB2 ATF4 linning
BAPX1

Osteoclástica OC maduro
oc activo
multinucleado

~
CMH

o
CPOC
Diferenciación

M-CSF/c-Fms
PU-1
cg
RANKL
Fusión

TRAF-6
FCRy
DAP1 2
@ Maduración

C-src
lntegrina ~3
MITF c-Fos DC-STAMP CIC-7
Bcl-2 NF-kB Gab2 Atp6i
NFATc1 Atp6v0d2 CatK
CAII

rúan indirectamente mediante el co ntrol de las interaccio- lada por diversos factores en diferentes etapas. Durante el
nes entre ambas estirpes celulares. desarrollo del esqueleto y la fo rmación de tejido óseo, el
Ya se he citado que varias cirocinas regulan la expresión RUNX2 (una proteína) es un factor clave de transcripción
de RANK y RANKL en osreoblastos y osteoclastos, o mo- para inducir el fenotipo osteogénico.
dulan la señalización intracelular mediada por RANK. En El RUNX2 (facto r de transcripción expresado por las
general, las ci rocinas proi nflamarorias, como la IL-1, células progenitoras que estimula la diferenciación ósea) es
TNF-a. e IL-6, parecen actuar siné rgicamente sobre la os- esencial para la diferenciación de los osteoblastos y tam-
reoclastogénesis y promover la función de los osreoclastos. bién para la formación de hueso embrionario. Es esencial
El TNF-a. mejora la estimulación mediada por RANKL, en la diferenciación osteoblástica y en la morfogénesis del
aumenta la movilización de células progenitoras de la mé- esqueleto y actúa como una proteína estructural para los
dula ósea y la osteoclastogénesis e inhibe la actividad osteo- ácidos nucleicos y factores reguladores implicados en la ex-
blásrica. La IL-1 , al igual que el TNF-a., activa la NF-ka- presión génica relacionada con el esqueleto.
ppa B, que promueve la supervivencia de los osreoclasros
y RANKL e induce la expresión de osreoblasros.
En general, las citocinas proinflamatorias, como la IL-1 ,
TNF-a e IL-6, parecen actuar sinérg icamente sobre la os-
o
o Los osteoblastos y las células del estroma son la princi-
pal fuente d e IL-6 en el hueso.
teoclastogénesis y promover la función de los osteoclastos.

DINÁMICA DEL HUESO


Su efecto sobre la resorción ósea es mediado principalmen-
te a través de la esrimulación de osteoclastos. La Contrariamente a la creencia popular, los huesos son en rea-
IL-17, una cirocina clave que interviene en la artritis inflama- lidad una estructura muy dinámica en constante remodela-
toria auroinmune, también aumenta la osreoclasrogénesis. ción. Este recambio óseo permite que el hueso se repare, por
Por el contrario, las cirocinas T h2 como la IL-4, IL - 13 e ejemplo después de una fractura, y que se adapte a las fuer-
IL-1 Osuprimen la osteoclasrogénesis y la activación de los os- zas que se le plantean. El esqueleto, a pesar de estar consti-
teoclasros. Orra clase de cirocinas que inhibe la osreoclasrogé- tuido en su mayor parte por matriz extracelular, es uno de
nesis es el inrerferón y (IFN-y), que suprime el RANKL. los sistemas más dinámicos del organismo y presenta fenó-
También, desde el punto d e vista de la formación del menos de crecimiento, modelado, remodelado y reparación.
hueso, hay que considerar que la diferenciación ósea osreo-
blástica consiste en la coordinación espacio-temporal de la
interacción de diversos factores endocrinos, paracrinos y
El hueso presenta fenómenos de crecimiento, modelado,
remod elado y r eparac ión.
o
autocrinos. La diferenciación de los osteoblasros es esrimu-
Figura 3-6. Dinámica del hueso: ( Crecimiento en longitud
Cartílago r····-···-····-·····---··-····:
áreas de crecimiento. : :
' '
____..! ~ ._j
es~~lgso~
Hueso
~·, ; A
¡ -;.¡

~
11 j
·
compacto ,......"l.!......~ ·

Cartilago de
crecimiento

Tejido conectivo
fibroso

Crecimiento en grosor
Vasos sanguineos

1
Crecimiento óseo lo que en el extremo de cada columna se observa un es-
Éste se inicia en la vida embrionaria y sigue hasta la puber- pacio vacío, rodeado por matriz cartilaginosa calcifica-
tad. Al nacer, el niño o la niña disponen d e 70 a 95 g de da, que corresponde al que anteriormente ocupaba un
masa ósea, lo que representa un 3-4% de su peso. Al fina- condrocito. Sobre esta matriz calcificada los osreoblas-
lizar la adolescencia, una chica tiene 2.400 g de masa ósea ros del estroma de la médula diafisaria depositarán hue-
(5% peso) y un chico 3.300 g (6% peso}, de los que el so plexiforme (osificación de tipo endocondral). En el
85 o/o es hueso cortical y ell5 o/o esponjoso; el pico de masa proceso del modelado óseo, este hueso inmaduro será
ósea se establece (peak bone mass-PBM-) en la juventud. sustituido por hueso laminar.
El crecimiento en longitud se efectúa mediante la adición
de hueso nuevo a la cara diafisaria de la placa de crecimien- La región periférica de la placa de crecimienro se denomi-
to o fois. La placa de crecimiento es una estrucrura con for- na zona de Ranvier, que es un anillo de sección triangular
ma de disco que se halla intercalada entre la epífisis y la diá- y base externa que rodea la regió n central de la fisis. Está
fisis. En la placa de crecimiento se distinguen dos regiones, constituida por células inmaduras con diferenciación con-
una central y otra periférica. La región central está constitui- droblástica y osteoblástica. Las primeras podrían contri-
da por cartílago hialino en el que se distinguen cuatro zonas buir al crecimienro circunferencial de la placa de creci-
(desde la epífisis a la diáfisis) (Fig. 3-6}: mienro y las segundas al crecimiento en longitud de la cor-
o Zona germinaL (capa de reserva o de reposo). Es la zona tical diafisaria. El crecimiento en espesor del hueso se lo-
más cercana a la epífisis. Está constituida por células gra mediante la aposición concéntrica subperióstica de te-
cartilaginosas aisladas de forma oval. En esta capa se jido óseo. Las células de la capa más interna del periostio
produce una intensa síntesis de matriz extracelular. se diferencian en osteoblasros que depositan hueso direc-
o Zona prolifemtiva. Está constituida por células cartilagi- tamente sobre la superficie externa de la cortical diafisaria
nosas que se disponen en columnas paralelas al eje longi- (osificación de tipo intramembranoso}.
tudinal del hueso. En esta zona también existe una inten-
sa síntesis de matriz extracelular. Las células de cada co-

o
lumna parecen dividirse al unísono, pero de manera asin-
crónica con respecto a las de las columnas restantes.
Zona de cartllago hipertrófico. Los condrocitos de esta
La unidad básica mu lticelular del hueso comprende los
osteocitos, osteoclastos y los osteoblastos. Su actividad
se rige por las fuerzas mecánicas, hormonas !por ejem-
o
plo, la hormona paratiroidea y la hormona del crecimie n-
zona maduran y adquieren forma redondeada, y su ta- to l. citocinas y factores locales.
maño aumenta a medida que se alejan de la epífisis.
o Zona de cartflago calcificado. En esta zona la matriz car-
tilaginosa se mineraliza. El núcleo de los condrociros Las hormonas (factores sistémicos) que intervienen en
pierde cromatina (cariólisis} y su citoplasma se vacuoli- el control del crecimiento óseo se pueden dividir en cuatro
za. Finalmente estas células mueren y desaparecen, por grupos:
· 3 • Fisiología del tejido óseo 41

• Hormonas necesarias para el crecimiento: hormona de probable que existan factores mecán icos de carácter local
crecimiento, hormo na tiroidea, insulina. que pueden influir sobre el mismo. En este sentido, existen
• Hormonas inhibidoras del crecimiento: co rrisol. datos que muestran que la tensión que ejerce el manguito
• Hormonas activado ras de la maduración: hormonas se- perióstico sobre ambos extremos óseos es un factor determi-
xuales. nante que contribuye a q ue aparezcan osteoclastos sobre la
• Hormonas reguladoras óseas: PT H, vitamina D y CT. superficie externa del cono metafisario. En las metáfisis, el
crecimiento óseo se asocia a fenómenos de resorción en la
Los fac tores locales que influyen sobre el crecimiento son superficie externa y de formación en la interna, mientras
de tipo nervioso, inmunológico y mecánico. El mecanis- que en las diáfisis ocurre lo contrario. Este p roceso se d eno-
mo por el que el sistema nervioso interviene sobre el creci- mina modelado óseo y permite que los distintos huesos con-
miento óseo parece ser de forma indirecta a través del con- serven su forma durante el proceso de crecimiento.
trol del flujo sanguíneo. Las cirocinas actúan tanto de En la infancia hay una muy alta tasa de recambio óseo
modo local como general, y lo hacen por su efecto modu- en el que la formación excede a la resorción. Por su parte,
lador del p roceso. Son importantes reguladores de la fun- en la edad ad ulta, la formació n y la resorción están en
ción de los osteoclastos y osteoblastos, y la mayoría de ellas equilibrio aproximado, pero en la edad avanzada se prod u-
parecen actuar sinérgicamente sobre la osteoclasrogénesis ce una pérdida neta de hueso.
y la promoción de la función de los osteoclasros.
El resultado de la acción de las fuerzas mecánicas de-
pende de su intensidad, su dirección y su sentido. Las fuer-
zas de compresión paralelas a la dirección del crecimiento
La tasa de recamb io óseo, ma triz de colágeno, tamaño, es-
tructura, geometría y densidad ósea se combinan para de-
o
terminar las propiedades mecánicas del hueso en general.
disminuyen la actividad de la fisis. Las fuerzas de tracción
paralelas a la dirección del crecimiento, si son de pequeña
intensidad, pueden incrementar ligeramente el crecimien- En el adulto, cerca de un 8% del tejido óseo es renova-
to, pero si son de gran magnitud pueden causar epifisióli- do anualmente (superior en el joven que el anciano). El re-
sis (véase el capítulo 34, «Epifiólisis uaumáticas») o fusión modelado óseo se lleva a cabo mediante la acción sucesiva
prematura. Las fuerzas perpendiculares a la dirección del de osteoclastos y osteoblastos sobre una misma superficie
crecimiento producen un efecto deformante que es direc- ósea. Cada «ciclo de remodelado» consta de tres fases: re-
tamente proporcional a la fuerza aplicada e inversamente sorción, reposo o inversión y formación (Fig. 3-7) .
proporcional al diámetro del hueso. En la fase de resorción, un grupo de osteoclastos se di-
ferencia a partir de sus precursores y erosiona la superficie
ósea dando lugar a imágenes en sacabocados conocidas

o Los factores locales que influyen sobre el crecimiento


son de tipo nervioso, inmunológico y mecánico.
como lagunas de Howship. Una vez finalizada la resorción
los osteoclasros son eliminados por apoprosis.
Durante la fase de formación, un grupo de osteoblasros
se diferencia a partir de sus precursores y rellena co n hue-
Modelado (remodelado) óseo so nuevo la zona excavada por los osreoclastos. Los osreo-
El modelado óseo es el mecanismo que permite una renova- blastos depositan en pri mer lugar matriz ósea no minerali-
ción constante del esqueleto antes de que cese el crecimien- zada, que forma una capa denominada ribete de osteoide.
to. El modelado está programado genéticamente, pero es Entre el depósito de osteoide y su mineralización existe un

Remodelación del hueso Células limitantesde


la membrana endósüca -
Hueso mineralizado
=r::J
- Quiescente
Revestimiento del hueso
Célutasque Retracción de células - - ,.o.....,_____,o-.,
sedenumban Reabsorción de ( ) Activación
membrana . _

Osteoclastos
~ Reabsorción
Estructura del hueso

Osteoblastos ~ Formación
Matrizosteoide ~

Mineralización

Estructura del hueso

~ El factor de crecimiento del hueso ·ayuda' a Unidad ósea estructural - -


'li!:l promocionar las células que reconstruyen el hueso
Figura 3-7. Remodelado óseo.
tiempo de demora de unos 1O a 2 0 días. Durante este pe-
ríodo, la matriz ósea sufre cambios en su composición y es-
tructura que la hacen apta para el depósito de mineral
El modelado óseo es e l mecanismo que permite una re-
novación constante del esqueleto antes de que cese el
o
crecimiento.
(maduración de la matriz). La fase de reposo o inversión es
un período de aparente inactividad.
La mineralización se inicia en la interfase entre el osreoi- El balance óseo corresponde a la suma aritmética del
de y el hueso mineralizado preexistente y avanza hacia la su- hueso ganado o perdido en cada ciclo de remodelado. Así,
perficie. A medida que este frente se desplaza, va dejando una vez instaurado un balance positivo o negativo, la velo-
tras de sí matriz ósea mineralizada en forma de cristales de cidad a la que se perderá o ganará masa ósea será directa-
hidroxiapatita. Una vez completado el depósito d e hueso, mente proporcional al número de BMU activas.
los osteoblastos que no se ha n incorporado a la matriz se La máxima masa ósea se alcanza a los 30 años de edad y
aplanan y pasan a formar parte del endostio (/ining cells). depende de factores genéricos (gen del receptor de la vira-
El conjunto de osreoclastos y osteoblastos que de mane- mina D) y ambientales (ingesra de calcio, ejercicio físico).
ra coordinada actúan en una superficie ósea durante un ci- De los 30 a los 40 años el balance óseo es igual a cero y la
clo de remodelado recibe el nombre de unidad rmdticelu- masa ósea permanece estable. A partir de los 40 años se
lar básica (basic mufticellular unit, BMU). Las BMU se ac- instaura un balance negativo y la masa ósea disminuye de
rivan de manera asincrónica, por lo que mientras unos ci- manera progresiva. En el hombre, la pérdida se realiza a
clos de remodelado se hallan en fase de resorción, otros se una velocidad constante (un 0,5% anual) m ientras que en
encuentran en fase de reposo o de formación. El nuevo la mujer se acelera durante los años de la menopausia. Esta
segmento de tejido óseo que resulta de la acción de cada pérdida «fisiológica>>de masa ósea determina que al inicio
BMU se denomina unidad estructural ósea (bone stmctuml de la octava década los hombres hayan dismin uido su masa
unit, BSU). El límite entre el hueso preexistente y la nue- ósea en un 20% y las m ujeres en un 30 %.
va BSU es identificable morfológicamente como una línea El control local del remodelado óseo se lleva a cabo a
ondulada y recibe el nombre de mperficie de inversión o de través de una serie de factores de crecimiento, citocinas y
cemento. facrores estimulado res de colonias. Estos factores son pro-
En la remodelación del hueso compacto, los osteoclas- ducidos por las células óseas y las células medulares adya-
tos, partiendo de un canal de Havers o de Volkmann, ex- centes (células hematopoyéticas, linfocitos, macrófagos).
cavan un túnel de sección circular. Por esta razón a las BSU
corticales se les llama también osteonas.
En la remodelación del hueso esponjoso, los osteoclas-
tos labran en la superficie de las rrabéculas excavaciones
Los factores locales intervienen en el control de la activi-
dad funcional de las célula s de las BM U y son clave para
el acoplamiento entre osteoclastos y osteoblastos.
o
poco profundas y de base ancha. Por esta razón, las BSU
trabeculares (paquetes trabeculares) tienen fo rma de lente
plano-convexa. Las células de linaje osreoblástico (liningcells), a través de la
Se denomina recambio óseo (bone tumove1~ al volumen producción de citosinas, son capaces de activar a los osteoclas-
total de hueso que es renovado por unidad de tiempo me- tos y de esta manera contribuir al inicio de los ciclos de remo-
diante el remodelado. El recambio óseo es direcramente delado. A su vez, ciertos fuctores liberados por los osteoclastos
proporcional al número de ciclos de remodelado en curso o por la matriz ósea bajo la acción de estas células son capaces
o, lo que es lo mismo, al número de BMU activas. La di- de activar a los osteoblastos. Algún estudio acerca del remede-
ferencia entre el volumen de hueso formado y el d e hueso lado óseo ha llegado a proponer modelos matemáticos capaces
reabsorbido por unidad de tiempo se denomina balance de predecir por medio de reglas críticas la regulación autocri-
óseo. Si la reabsorción y la formación son idénticas, el ba- na de los osreodastos en el control de estos procesos.
lance es igual a cero y el volumen rotal de hueso (masa
ósea) no variará en función del tiempo. Si la formación y MARCADORES BIOQUÍMICOS DE FORMACIÓN ÓSEA
la reabsorción no so n iguales, la masa ósea se modificará en
sentido positivo o negativo (Tabla 3-1). Los marcadores bioquímicos de remodelado óseo miden
los productos generados durante el proceso de fo rmación
Tabla 3-1 . indice de remodelamíento óseo o degradación de la matriz ósea y pueden determinarse en
la sangre y en la orina. Su análisis repetido en intervalos
Hueso cortical corros permite una evaluación del recambio óseo de forma
Factor
(dias)
seriada. Los marcadores óseos que m iden la actividad os-
Duración del período 24 21 reoblástica se denomi na n marcadores de formación y los
de resorción que deriva n del número o de la actividad de los osreoclas-
tos son los llamados marcadores de resorción (Tabla 3-2).
Duración del período 124 91
de formación ósea
Marcadores de fo r mación ósea
Tasa anual de 3.0 26,0 Existen diversos m arcadores de formaci6n ósea, que se d es-
recambio óseo
criben a continuación.
ción ósea. Sus niveles siguen un ritmo circadiano, con los
Tabla 3-2. Marcadores de remodelado óseo
valores más elevados por la mañana.
Marcadores Marcadores de resorción
de formación Propéptidos del procolágeno, aminoterminales
y carboxiterminales, del colágeno de tipo 1
Suero Suero
Son fragmentos procedentes de la rotura del colágeno de
Fosfatasa alcalina Fosfatasa ácida resistente al tartrato
total Telopéptido e-terminal del colágeno tipo 1 recién formado por endoproteinasas. Se considera
Fosfatasa alcalina de tipo 1 que reflejan la fase colágena de la formación ósea, si bien
ósea ~-crosslaps también pueden proceder de otros tejidos (piel, rendo nes,
Osteocalcina Telopéptido N-terminal del colágeno
Propéptido e-terminal de tipo 1 cartílago, válvulas cardíacas, grandes vasos).
del protocolágeno Al ser el colágeno de cipo I el principal producro de sínte-
de tipo 1 Orina
sis del osreoblasro, los propépridos carbox.irerminales y ami-
Propéptido Excreción urinaria de calcio
N-terminal del Hidroxiprolina noterminales serían, reóricameme, los marcadores ideales de
protocolágeno de Piridinolina formación ósea. Sin embargo, el hecho de que el colágeno de
tipo 1 Deoxipiridinolina tipo I aparezca también en otros tejidos distintos del hueso li-
Osteopontina o Telopéptido C-terminal del colágeno mita su uso en el estudio de la patología metabólica ósea.
sia loproteína de tipo 1
Alfa 2-glicoproteína-HS a.- crosslaps
Telopéptido N-terminal del colágeno Osteopontina o sialoproteína 1
de tipo 1 o fosfoproteína ósea
Sialoproteína ósea
Cociente calcio/creatinina en orina Es una glicofosfoproreína sintetizada por los osreoblastos
Catepsina K preosteoblasros y osreociros jóvenes. Está presente en la
matriz ósea mineralizada durante la osteogénesis casi al
Tomada de Romero, C. M. el al.(20121. Reumatol Clin, 149-152. Adap-
tada de: Torres el al. (2003). Endocrino/ Nutr, 50, 72. mismo tiempo que la fosfarasa alcalina.

Alfa2 -glicoproteína - HS
Fosfatasa alcalina específica del hueso Es un polipéptido circulante que se concentra selectiva-
La actividad de la fosfarasa alcalina procede de diversos te- mente en el hueso mineralizado en una proporción l OO ve-
jidos, mies como hígado, hueso, placenta, ere., pero son las ces mayor que otras p ro teínas plasmáticas debido a su ab-
isoformas ósea y hepática las más frecuentes (90 %). Am- sorción preferente en las superficies de absorción de la hi-
bas se encuentran en la misma proporción en el individuo drox.iapatita. Dado que su síntesis hepática es constante, su
sano y se diferencian en el parrón de glucosilación. cantidad en el suero estará en función del grado de forma-
La isoforma ósea posee la ventaja de no presentar varia- ción ósea, disminuyendo o aumentando al aumentar o dis-
ción entre sexos y no estar influida por el ritmo circadia- minuir respectivamente la formación de hueso.

o
no, de forma que presenta una baja sensibilidad y especifi-
cidad en el estudio de la enfermedad metabólica ósea.
El análisis de los marcadores bioquímicos de remodela-
La fosfatasa alcalina tiene una importante variabilidad do óseo, repetido en intervalos cortos, permite una eva-
interindividual. Para su interpretación hay que tener en luación del recambio óseo de fo rma seriada.
cuenta su importante aumento durante el crecimiento y
embarazo. Debido a su baja especificidad, origen óseo y
exrraóseo, su elevación no es capaz de de rectar cambios su-
riles del remodelamiento óseo de la osreoporosis. Marcadores de r esorción ósea
Históricamente, la determinación de calcio urinario fue la
Osteoca lcina primera prueba utilizada para evaluar la resorción ósea. Sin
La osreocalcina (bone GLA protein, BGP) es la proteína no embargo, el hecho de estar infl uida por diversos factores,
colágena más abundante de la matriz extracelular. Especí- tales como la ingesta cálcica, la absorción intestinal o el
fica del hueso y la dentina, se encuentra elevada en si- umbral renal de excreció n de calcio, la convierte en una
tuaciones de recambio óseo acelerado, posee una vida determinación con escasa sensibilidad y especificidad, por
media corra y se elimina por vía urinaria, por lo que sus lo que actualmente está en desuso (Tabla 3-2).
niveles estarán incrementados en situaciones de insufi-
ciencia renal.
Está sintetizada por los osreoblastos maduros, odonto-
blastos y condrocitos. Se considera un marcador sensible y
La determinación del calcio urinari o para evaluar la re-
sorción ósea es una prueba con escasa sensibilidad y es-
pecificidad, por lo que actualmente está en desuso.
o
específico de la actividad osreoblásrica, si bien en parte
puede derivar de la resorción ósea.
Es una de las prO[eÍnas óseas no colágenas del hueso y
llega a constituir el25% de las proteínas de la matriz. Una Hidroxiprolina
fracción de la proteína recién si ntetizada se libera directa- Se encuentra casi exclusivamente en las fibras colágenas, de
mente a la circulación en proporción al ritmo de forma- las que es el aminoácido más abundante. El 90% circula
44 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección l. Generalidades

como aminoácido libre y el 1Oo/o unido a péptidos que son


rápidamente eliminados por la orina d e forma no dializa- Catepsina K
ble. Estos péptidos provienen de la rotura del colágeno re- Actúa degradando el colágeno y su nivel en el suero refle-
cién sintetizado, por lo que su determinación se podría uti- jaría el número de osteoclastos, por lo que se ha sugerido
lizar como un índice de formación ósea. El inconveniente como marcado r de reso rción. Los fragmentos urinarios de
es su falta de especificidad al derivar de colágeno óseo y ex- la osteocalcina tamb ién proceden de la resorción de la ma-
traóseo. Por ello, y por la influencia que sobre ella ejerce el triz ósea y parecen ser más específicos.
aporte dietético, es considerada una prueba de bajo rendi-
miento y especificidad. PROPIEDADES BIOMECÁNICAS DEL HUESO
Galactosil-hidroxilisina y glucosil-galactosil- Los huesos responden a las fuerzas aplicadas sobre su su-
hidroxilisina perficie siguiendo un patrón característico:
Ambas se sintetizan durante la síntesis de procolágeno, la • La primera fase es elástica y depende de la rigidez del
primera sobre todo del colágeno óseo. No se metabolizan hueso. En esta fase la defo rmación es temporal y se
y sus niveles se ven menos afectados por la dieta. mantiene sólo du rante el tiempo de aplicación de la
fuerza, tras lo cual el hueso recupera su forma original.
Puentes de piridinolina y desoxipiridinolina • Si la fuerza aumenta, se entra en una fase plástica y el
Estos puentes son lugares de unión entre las moléculas de hueso, aunque se recupera parcialmente, queda defor-
colágeno d e ripo l. Son abundantes en varios tejidos. Se mado. Por último, cuando la fuerza aplicada es superior
considera que los marcadores más específicos del recambio a la resistencia del tejido se produce la fractura.
óseo son los puentes de d esoxipiridinolina.
La respuesta del tejido óseo frente a las fuerzas que se apli-
Puentes de telopéptidos
can sobre su superficie dependerá del tipo de fuerza, del
H acen referencia a los productos de degradación del colá- tipo de hueso, de su densidad, arquitectura y composición.
geno. Pueden determinarse tanto en la sangre como en la Además pueden ser aplicadas de forma perpendicular a
orina. Existen dos tipos: los telopéptidos carboxitermina- la superficie ósea (fuerza normal) o de forma oblicua (fuer-
les (ICTP, CTX) y los aminoterminales (NTX) del colá- za de cizallamiento).
geno.

Fosfatasa ácida tartrato resistente Sb


Es sintetizada y secretada por los osteoclastos durante la re-
las fue rzas que pueden actuar sobre el tejido óseo son de
tres tipos: tensión, compresión y torsión.
o
sorción activa del hueso. Para su interpretación hay que te-
ner en cuenta sus variacio nes con la edad y el sexo. Es ma- Los huesos largos, formados fu ndamentalmen te por te-
yor en niños. En el varón ad ulto no varía con la edad y en jido óseo compacto o cortical, son elásticos y poco plásti-
las mujeres se mantiene estable entre los 10-49 años, y au- cos. En estos huesos la resistencia será mayor cuando la
menta a los 50 años debido fundamentalmente a la meno- fuerza se aplica de forma vertical al sentido de la carga.
pausia. A partir d e los 50 años no se observan diferencias Cuando la fuerza se aplica de forma oblicua, la fase plásti-
significativas en cuanto al sexo. La fosfatasa ácida tarrraro ca se acorta y el hueso se fractura con más rapidez.
resistente sérica, además de ser específica del tejido óseo, En los huesos integrados por tejido óseo esponjoso, la
parece ser más sensible que el cociente urinario hidroxi- resistencia es mayor cuando la fuerza se aplica a lo largo del
prolina/creatinina para detectar pequeños cambios en la eje vertical de las trabéculas vertebrales y también cuando
remodelación ósea. es paralela a los sistemas trabeculares del cuello femoral.
Estos huesos, al ser menos densos que los fo rmados por te-
Sialoproteína ósea
jido óseo cortical, son menos elásticos y más plásticos, por
Es una fosfoproteína no colágena muy abundante en el lo que pueden prese ntar d efo rm acio nes mayores. Así,
hueso. Es sintetizada tanto por osteoblastos como por al- mientras que en los huesos integrados por tej ido esponjo-
gunos osteoclastos, si bien recientemente se ha demostra- so las fracturas se producen cuando existen variaciones del
do que refleja procesos asociados con la resorción ósea. 7 o/o de su longitud, en los integrados por tejido compacto
las fracturas se producen con variaciones del 2 %.
Cociente calcio/creatinina en orina Nota del autor: Para facilitar al lector y al estudiante la
El cociente urinario de calcio/creatinina tras un ayuno de integración de conocimientos y su aplicación a la práctica
12 horas se ha usado como medida indirecta de reabsor- clínica, en el Otl Anexo 3. Casos clínicos pa ra prácticas de
ción ósea, ya que, durante la etapa de destrucció n de hue- aula, se presentan casos prácticos para realizar prácticas en
so, el calcio que contiene pasa al líquido extracel ular y de el aula; para este tema se recomienda co nsultar el caso
aquí al riñón. práctico séptimo.
45

~~ RESUMEN

o El tejido óseo [huesos! junto con e l sistema articular y el cuales hay que añadir la suficiente estimulación a través
músculo constituye n el aparato locomotor. del movimiento.
o El tejido óseo es muy dinámico y está form ado por células
o La estatura definitiva que puede alcanzar un individuo, así
rodeadas de una s ustancia inerte y dura.
como la adecuada s a lud e integración de su tejido óseo,
o La remodelación ósea [formació n y deg rad ación! es un dependen en gran me dida de su constan te interacción con
proceso co ntinuo en el cual participa n numerosos elemen- las hormonas, desde la etapa embrionaria hasta los últi -
tos (bioquímicos, inmunológicos, hormonales, etc.l a los mos momentos de la vida.

Jara, A. (20 11 ). Entlocrinología. Madrid: Edi rorial Médica Pana-


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA
mencana.
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sevier España. siología. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

g ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cuáles son los constituyentes celulares del hueso? 8. En relación con el crecimiento óseo, describa las cuatro zo-
nas que se dis tinguen en la región central, const ituida por
2. ¿Cuál es el papel de los constituyentes no celulares de l cartílago hialino.
hueso?
9. ¿Cuál es la unidad básica multicelular del hueso?
3. Describa los tipos de médula ósea existentes.
10. Descri ba esquem áticame nte el proceso de mode lado óseo.
4. Enumere los factores inmunoendocrinos que intervienen en 11. Enumere los principales marcadores bioquímicos de forma-
la remodelación ósea. ción ósea.
5. ¿Cuál es el papel de las célu las T? 12. Enumere los principales marcadores bioquímicos de resor-
ción ósea.
6. ¿Cuál es el papel de las células B?
13. ¿Cuál es el patrón según el cual los huesos responden a las
7. ¿Cuál es el papel del RUNX2? fuerzas aplicadas sobre su superficie?
46 Parte 1. Cirug ía ortopédica y traumatología -Sección l. Generalidades

HERRAMIENTAS DE APRE NDI ZAJE

PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN

1. Señale la respuesta incorrecta:

El Los preosteoclastos se adhieren a las superficies


óseas y al fusionarse entre sí dan lugar a los osteo-
2. Señale la respuesta incorrecta:

El

La médula ósea es un tejido duro localizado en el inte-
rior de los huesos del organ ismo, donde e l tejido fibro-
clastos. so da soporte a las células progenitoras.
I:J Los osteoblastos sintetizan el componente orgánico de IJ!I Las proporciones de médula ósea roja y amarilla de-
la matriz ósea colágeno de tipo l. penden de la edad del sujeto, pues durante la vida del
individuo la médula sufre un proceso de conversión.
D Los osteocitos tienen una escasa actividad metabólica
pero su preservación es necesaria para que el tejido D La concentración de las hormonas que regulan e l meta-
óseo mantenga sus propiedades biomecánicas. bolismo del calcio determina la dirección del recambio
óseo, pero los factores locales modulan el efecto fina l.
1m Los osteoblastos reabsorben el hueso en dos fases:
primero s olubilizan el mineral y luego digie ren la ma- mJI Los efectos del RANKL están mediados por su unión a
triz orgánica. un receptor específico.
Snlllrior~rs y más ~
prtgrmtaJ y
ENLACES DE INTERÉS. WEBGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA

GLOSARIO
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Realizar una anamnesis orientada al diagnóstico de las patologías que afectan al sistema musculoesquelético, in-
terpretando su significado.
• Exploración del sistema musculoesquelético utilizando todos los métodos de valoración e instrume ntos necesa -
rios.
• Manejo de las escalas de evaluación del dolor.
• Hacer una inspección del sistema musculoesquelético y deducir qué estructuras se encuentran afectadas.
• Realizar una palpación protocolizada de superficie a profundidad.
• Valoración de la movilidad y de la función muscular utilizando los recursos necesarios.
• Conocer las aplicaciones de la etectromiografia.
• Interpretación de las pruebas analíticas.
• Elaborar, de forma sistemática, una historia clínica de tos pacientes con patologías del sistema muscutoesqueté-
tico.

GENERALIDADES • La exploración debe ser lo menos molesta posible.


• El explorador tendrá a mano todos los materiales nece-
El sistema musculoesquelético está formado por los hue- sarios para realizar el estudio. La camilla o mesa de ex-
sos, las articulaciones, los órganos activos del movimiento ploración tiene que ser rígida, con dimensiones adecua-
(músculos y rendones) y los elementos que lo controlan das y altura, a poder ser, regulable.
(sistema nervioso). • Los aparatos que se manejen para la exploración han de
La valoración del sistema musculoesquelético es in- estar validados internacionalmente y con la calibración
dispensable en la histo ria clínica para llegar al diagnós- y ajustes que especifique cada una de las marcas.
tico y tratamiento de enfermedades o lesiones que le • No conviene abusar de las pruebas complementarias, ya
puedan afectar, ya sean agudas o crónicas, locales o ge- que aumentan el gasto sanirario sin mejorar la atención
nerales. El exame n puede resultar extenso y requiere al paciente, aunque son necesarias en muchos casos para
una colabo ración activa del paciente, teniendo siempre co nfirmar un diagnóstico.
en cuenta que puede presentar limitacio nes funcionales
y dolores. Finalmente, hay que tener presente que muchas deficien-
A través de una buena explo ración se llegará al d iagnós- cias del sistema musculoesquelético se deben a alteraciones
tico de lesiones secundarias a traumatismos o sobrecargas, directas del propio sistema y otras son consecuencia de en-
procesos d egenerativos (artrosis), patologías inflamatorias fermedades de otros aparatos.
(artritis), enfermedades metabólicas, síntomas secundarios La evaluación debe incluir de manera sistemática una
a enfermedades de otros aparatos, rumores o alteraciones serie de aparrados (Tabla 4-1).
funcionales sin base anatomoparológica.
Existen una serie de principios que hay que tener en
cuenta para que la evaluación resulte satisfactoria:
• El ambiente ha de ser tranquilo, sin ruidos y con la tem-
La valoración del sistema musculoesquelético es clave
en la historia clínica para establecer un diagnóstico y
o
plantear un tratamiento.
peratura y luminosidad adecuadas.

47
- . . - . - - - . -
48 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección l. Generalidades

Se debe preguntar al paciente por la situación actual de


Tabla 4-1. Exploración del aparato locomotor
su enfermedad y cuantificar el grado de afectación, si ca-
Anamnesis programada mina sin ayuda o utiliza muletas, ortesis, silla de ruedas, si
precisa la ayuda de erra persona para las actividades de la
2 Exploracion básica sin aparatos: vida cotidiana (dependencia y grado de ésra).
• Inspección
• Palpación
• · Exploración articular
• Aná lisis motor activo y pasivo
• Pruebas musculares
La valoración de un paciente debe comenzar con la a na m-
nesis; el interrogatorio es clave para identificar el sínto-
ma principal del problema.
o
3 Exploración con aparatos: goniómetro, dinamómetro,
electromiógrafo, etc.

5 Exploraciones complementarias Evaluación del dolor


6 Diagnóstico por imagen Hay que preguntar por la localización y proyección del do-
6 Pruebas de laboratorio
lor y si tiene relación con el movimiento, debido a que en
la artrosis cede o disminuye con el reposo y se incrementa
con el movimiento, mientras que en la artritis suele ser
ANAMNESJS continuo (dolor inflamatorio) y en las rendinopacías, gene-
ralmente, es continuo aunque aumenta con los movimien-
La valoración de un paciente debe comenzar con la anam- tos. También es importante saber el número de articulacio-
nesis. El interrogatorio es especialmente importante, ya nes afectadas, tanto por dolor como por tumefacción.
que va a evidenciar los motivos por los que acude a la con- El dolor es una experiencia emocional desagradable,
sulta: dolor, alteraciones morfológicas o funcionales. personal y subjetiva, asociada a una lesión tisular real o po-
Las preguntas deben ser concisas, estar expresadas en un tencial. Su evaluación y medición es muy difícil y precisa
lenguaje claro y comprensible y no se debe sugerir ningún de una buena anamnesis:
tipo de respuesta. H ay que ir de las preguntas más genera- • ¿Dónde duele? (localización corporal, irradiación).
les a las más específicas o concretas. • Extensión del dolor (circunscrito o difuso) .
La anamnesis consta de una serie de preguntas clave: • ¿Cómo es el dolor? Tipo y patrón.
• Información general: nombre, edad, sexo, lugar de na- • ¿Cuándo duele y con qué se modifica?
cimiento y residencia actual, profesión, ocupaciones, • Duración del dolor: agudo, subagudo, episódico, rítmi-
otras actividades, miembro dominante, estado de salud co, crónico.
general (hírmacos que utiliza o ha tomado). • ¿Con qué se asocia el dolor?
• Antecedentes familiares: si existen familiares con la mis- • Intensidad del dolor. ¿Exige modificar el estilo de vida?
ma enfermedad ayudará a valorar causas genéricas.
• Antecedentes médicos personales (alergias, enfermeda- Puede ser continuo, intermitente, en reposo, nocturno,
des, lesiones, intervenciones quirúrgicas, ingresos hos- debido a cargas o sobrecargas o asociado a determinadas
pitalarios): cuándo ocurrió, número de episodios, tipo posturas o movimientos. Hay que saber si se asocia con
de atención médica que recibió, limitaciones, molestias otras alteraciones como desórdenes sensitivos o motores,
residuales, etcétera. trastornos circulatorios o psicológicos.
• Antecedentes de la patología actual: El dolor debe ser evaluado por el propio enfermo. Las téc-
- Motivo de la consulta. ¿Qué le pasa? ¿Desde cuándo? nicas que se utilizan para la evaluación intentan captar los da-
¿A qué atribuye la causa? tos subjetivos de los pacientes y transformarlos en daros obje-
- ¿Ha sido valorada esta patología por otro profesional? tivos y precisos. Existen muchas escalas para cuantificarlo y las
- ¿H a recibido o recibe algún tratamiento? más utilizadas son las que se exponen a continuación.
- Información sobre el dolor.
- ¿Tiene alteraciones de la sensibilidad?
- ¿Las alteraciones generan incapacidad funcional?
¿Existe dependencia?
El dolor es una experiencia emocional desagradable, per-
sonal y subjetiva, asociada a una lesión tisular real o po-
o
tencial y debe ser evaluado por el propio enfermo.
- Evolución del proceso hasta la fecha.

En este interrogatorio hay que identificar el síntoma principal


del problema, ya que nos puede proporcionar la clave del La escala analógica visual
diagnóstico. Esta primera referencia permitirá precisar el pro- La escala analógica visual (escala EVA) consiste en una lí-
blema clínico, que puede ser una mar.ifesración subjetiva o un nea horizontal de 1O cm en cuyos extremos se encuentran
hallazgo objetivo que el paciente ha enconreado en sí mismo. las posiciones extremas del dolor (en uno la ausencia del
Es muy importante interpretar el lenguaje del enfermo, dolor y en el otro el máximo dolor posible). Es muy preci-
traduciendo algunas expresiones para que la información sa y fiable en los pacientes que tienen buena visión y coor-
sea lo más precisa posible. dinación motora (Fig. 4-1) .
49

Sin dolor Máximo dolor o 2 3 4 5 6 7 8 9 10


Sin dolor Máximo dolor
Figura 4-1. Escala EVA.
Figura 4-2. Escala numérica de l dolor.
El resultado se obtiene pidiendo al paciente que marque
en la línea el punto que se corresponde con la intensidad del Escala de Keele
dolor y se mide la distancia en centímetros desde el extremo
izquierdo al punto señalado. Un valor menor de 4 significa
que el dolor es leve-moderado, de 4 a 6 es moderado-grave No dolor Suave Moderado Mucho Insoportable
y si es mayor de 6, el dolor es intenso o muy intenso.
Escala de Melzack
Escala numérica
La escala numérica es una horizontal de 10 cm, dividida
Suave Incómodo Penoso Horrible Agudísimo
mediante marcas verticales en 1O segmentos de 1 cm cada
uno. Está numerada del O al 1O, con indicadores en los ex- Figura 4-3. Escalas de Keele y de Melzack.
tremos que marcan ningún dolor (O) y máximo dolor (10)
(Fig. 4-2). Tiene la ventaja d e ser fiable y fácil de aplicar. • Postura general y proporcio nalidad del cuerpo.
• Tumefacciones, masas, inflamaciones locales o cambios
Escalas verbales de coloración.
Escalas verbales como la de Keele, que utiliza varios adje- • H eridas, callosidades, arrugas, cicatrices, etcétera.
tivos o descriptores (no dolor, suave, moderado, mucho e • Aparatos ortopédicos: corsés, bastones, ortesis o prótesis.
insoportable) y en la que el paciente señalará el que mejor
se ajusta al dolor que presenta, o la escala de Melzack, que La inspección ya comienza cuando el paciente entra en la
emplea otros términos {suave, incómodo, penoso, horrible sala de exploración, antes de iniciar la anamnesis. Debe ser
y agudísimo). Son escalas muy fáciles de aplicar, aunque estática y dinámica, si procede; la posición que adopta el pa-
menos fiables que las anteriores (Fig. 4-3). ciente puede permitir detectar dolores (posición anrálgica) .
Hay que observar al paciente de frente, de espaldas y de
Escalas gráficas perfil, ya que cada visión permite detectar alguna altera-
Las escalas gráficas son escalas que combinan la EVA con ción. Examinar la posición de la cabeza y el cuello respec-
las numéricas y verbales. Cabe destacar: to al tronco (el vértice estará alineado co n la línea ínter-
• Escala de grises de Luesher: va desde el blanco (no do- glútea), las si metrías de los hombros, escápulas, crestas ilía-
lor) hasta el negro (máximo dolor). cas, trocánteres y los pliegues cutáneos.
• Escala de expresión facial: especialmente indicada en Analizar movimientos cotidianos como caminar, sen-
pacientes pediátricos. tarse, levantarse, vestirse y desvestirse puede dar mucha in-
formación.
El examen de la piel es fundamental en el diagnóstico
En la evaluación del dolor articular hay que diferenciar
de muchas enfermedades reumáticas. Es preciso fijarse en
entre el dolor mecánico y el dolor inflamatorio. El dolor
la presencia de escaras, hematomas o áreas hemorrágicas,

o mecánico tiene mucha relación con el grado de actividad


articular, no se asocia con rigidez ni tumefacción y se
suele ir incrementando a lo largo del día. El dolor infla-
matorio, que se presenta en reposo, es continuo y fre-
manchas cutáneas, eczemas, etcétera.
El rubor sobre una articulación se p resenta en p rocesos
inflamatorios y es más visible cuanto más superficial es la
cuentemente de predominio nocturno. articulación.

EXPLORACIÓN
La inspección ya comienza cuando el paciente entra en la
sala de exploración, an tes de iniciar la anamnesis.
o
Es básica en el diagnóstico. D ebe ser minuciosa y ha de es-
tar estandarizada. El paciente tiene que estar cómodo y re-
lajado. Tiene varios apartados con un orden establecido. Análisis de la postura
Debe formar parte de la exploración del sistema muscu-
Observación visual o inspección loesquelético, ya que algunas posturas anormales pueden
Su objetivo es detectar todas las alteraciones visibles tanto estar relacionadas con enfermedades, aunque no todas las
en reposo como en movimiento: alteraciones posrurales son patológicas.
• Alteraciones morfológicas como hipertrofias, atrofias o El análisis se realizará desde los planos anterior, poste-
deformaciones. rior y lateral, buscando asimetrías, rotaciones, inclinacio-
• Dismetrías y asimetrías. nes o desniveles que alteren el esquema corporal. Se valo-
• Desalineaciones. rarán desviaciones axiales como gen u valgo o varo en el pla-
• Limitaciones funcionales apreciables y qué las provoca. no frontal, gemt rewrvntum en el plano sagital, etcétera.
50

las más profundas y procurando diferenciar todos los ele-


Análisis de la marcha memos que se superponen. No se debe intentar nunca la
El análisis de la marcha incluye una buena inspección y una palpación a t ravés de la ropa. Según muchos expertos, la
evaluación con diferentes equipos que aporran un análisis más palpación es la parte más difícil en la exploración del siste-
preciso. El estudio de la marcha (cinemática) y de las fum.as ma musculoesquelético; precisa un buen entrenamiento y
que intervienen en ella (cinética) ha de seguir un prorocolo experiencia para interpretar las percepciones recibidas.
para obtener los parámetros de interés diagnóstico. La palpació n implica algo más que usar las manos para
La marcha humana e se describe como un conjunto de mear. Es un método de exploración que nos adentra en la
movimientos cíclicos de las extremidades inferiores y del investigación de muchas patologías.
tronco que permiten el desplazamiento. Durante la mar- En una palpación hay que examinar y sentir todo lo qu e
cha, una pierna permanece apoyada soporrando el peso, se roca para llegar a una interpretación basada en el cono-
mientras que la otra se balancea hacia delante. El ciclo de cimiento y la experiencia. Cuando se palpa una articula-
la marcha va desde el apoyo del calón de un pie hasta el si- ción en m ovimiento para evaluar posibles factores limitan-
guiente apoyo del mismo calón, de modo que hay una fase res, las manos deben moverse lo menos posible.
de apoyo y otra de balanceo. La palpación manual puede realizarse con el paciente en
Para la obtención de los parámetros d e interés existen posición d e reposo o con movimiento (cuando se quiere
equipos que permiten realizar evaluaciones cuantitativas. palpar el movimiento de una articulación o el deslizamien-
Los métodos más sencillos utilizan cincas métricas, cronó- to de un rendón a través de una corredera). La palpación
metros y análisis visual, pero para realizar estudios cinéti- en reposo puede realizarse si n mover la mano e ir incre-
cos y cinemáticos precisos se recurre a acelerómetros, go- mentando la presión para detectar, de superficie a profun-
niómetros digitales, plataformas dinamomérricas, baropo- didad, las diferentes capas o desl izar las m anos sobre las zo-
dómerros electró nicos, elecrromiógrafos y sistemas de aná- nas que se quiere explorar.
lisis en dos y tres dimensiones; además, se precisa una pis-
ta de marcha de unos 10 metros o una cinca rodance.
Con el análisis de la marcha se puede d etectar:
• Alteraciones funcionales de las extremidades o de la co-
La palpac ión no debe realizarse en modo alguno a través
de la ropa.
o
lumna vertebral. Valorar si existe simetría y uniformi-
dad de movimientos durante la marcha.
• El rango de movilidad articular y si existen limitaciones. Palpación superficial
• La longitud de paso y la velocidad, que varían en fun- La palpación comenzará en las capas más superficiales (piel
ción de una serie de parámetros como la edad, el sexo y y tejido celular subcutáneo) para d etectar cicatrices, tem-
las características cineantropomérricas peratura cutánea, sudoración y la consistencia del pliegue
• La evolución del tratamiento prescrito. cutáneo mediante la prueba de Kibler:
• La prueba del pliegue cutáneo de Kibler se utiliza para
detectar el grosor, el grado de deslizamiento y zonas do-

o La marcha es el movimiento habitual más importante y


su observación proporcionará la primera impresión de la
dinámica corporal.
lorosas de la piel. El procedimiento para realizar la prue-
ba consiste en levantar un pliegue cutáneo entre el pulgar
e índice de ambas manos y hacerlo rodar en el tronco o
extremidades. En zonas dolorosas el grosor del pliegue
aumenta, se levanta con mayor dificultad que en situa-
Exploración de la proporcionalidad corporal ciones normales y adquiere una consistencia más sólida.
El estudio d e las proporciones corporales forma parre de la • Sudoración: una pérdida de secreción indica un posible
cineantropometría, que se encarga de medir el tamaño, trastorno endocrino o alteración del sistema nervioso.
forma, proporción, composición, m aduración y funciones • Temperatura de la piel: caliente (normal), muy caliente
del organismo. La exploración del sistema musculoesque- (procesos inflamatorios), fría (trastornos vasculares).
lérico permite detectar anomalías del desarrollo, asimetrías • Buscar edemas, inflamaciones, fluctuaciones, dolo r en
y d ismetrfas. Existen unos parámetros de proporcionalidad, puntos gatillo, nódulos subcutáneos, frecuentes en ar-
de modo que, si se dividiera la longitud del cuerpo en dos tritis reumaroide.
mitades, quedaría en la parte inferior de la sínfisis del pubis.

Palpación
Para realizar una palpación correcta es muy importante la pos-
La prueba del pliegue cutáneo de Kibler se utiliza para
detectar el gros or, el grado de deslizamiento y zonas do-
o
lorosas de la piel.
cura del explorador y la del paciente. La posición del pacien-
te va a depender de la localización de la zona que se debe exa-
minar: de pie, senrado, en decúbito o en posturas especiales.
Palpación musculotendinosa
La palpación se debe ejecutar de manera ordenada, exa-
minando con la mano (yema de los dedos índice, medio y Se continuará la palpación con capas más profundas, ex-
a veces el pulgar) desde las estructuras más superficiales a plorando músculos, rendones y ligamentos. Se p uede valo-
4 • Valorac10n clmrca y ortopedrca. Pruebas dragnos trcas 51

rar el cono muscular, tumefacción, crepitaciones o dolor a rosa o se aprecian deformidades o tumefacción, estos daros
la palpación. pueden orientar hacia determinadas enfermedades o frac-
Palpación de los músculos. Se realizará de manera curas. No obstante, la valoración específica de los h uesos se
sistemática, desde una inserción hacia la otra y perpendi- debe real izar mediante diagnóstico por imagen.
cular a la disposición de las fibras. H ay q ue explorar el
rono muscular en reposo y en tensión (normal, hiperto- Exploración vasculonerviosa
nía o aton ía), si existen contracturas, la capacidad de des- La palpación de vasos sanguíneos y nervios debe comenzar
plazamiento de las capas musculares y la sensibilidad al por localizar las estructuras que se quiere examinar. Las pa-
dolor. tologías vasculares pueden se arteriales o venosas. Las ve-
En los músculos se puede estudiar: nas se pueden apreciar acordonadas y duras, signos de fle-
• Masa muscular: q ue varía con la edad, el sexo, la cons- bitis o varicosidades. La palpación arterial permite encon-
titución corporal, la profesión, el estado nutricional y el trar puntos dolorosos relacionados con arceritis, claudica-
entrenamiento. En la evaluación del volumen muscular ción intermitente, etc. H ay que detectar si las paredes vas-
interviene la inspección y la palpación. Para la estima- culares son elásticas o rígidas (signo de esclerosis) y si se
ción de la masa muscular existen diferentes técnicas ci- siente el pulso.
neantropométricas que analizan la composición corpo- Para la determinación precisa y cuantitativa se recurre a
ral y otros métodos co mo la impedancia bioeléctrica o métodos instrumenrales como el doppler, la oscilografía, la
algunos índices bioquímicos. Se puede encontrar: pletismografía, la angiografía y la flebografía.
- Atrofia muscular: que consiste en una pérdida de vo- En la exploración neurológica, hay q ue comenzar pre-
lumen muscular y puede producirse por alteraciones gunrándose si es el sistema nervioso el que causa la mani-
musculares, inmovilizaciones, enfermedades neuro- festación y qué parte de él.
lógicas, desnutrición, edad avanzada, etc. La atrofia La exploración clínica del sistema nervioso tiene much a
muscular conlleva una pérdida de fuerza y suele importancia para el diagnóstico y debe abarcar la valora-
acompañar a las patologías articulares. ción de las funciones motoras, reflejas y sensitivas de todo
- Hipertrofia o aumento del tamaño del músculo: se el cuerpo. Además, hay que tener en cuenca el examen de
observa en individuos que realizan entrenamiento in- la forma de los nervios periféricos y determinar a la palpa-
tenso, en casos raros de miotonía congénita, etcétera. ción si existen e ngrosam ientos, ya que es muy útil en la va-
• Tono muscular o resistencia a la movilización pasiva: loración de los pacientes con neuropatías periféricas.
depende del sistema nervioso y su evaluación es difícil
si no se tiene experiencia. Entre las alteraciones del tono Exploración articular
se puede encontrar: La exploración articular debe ser sistemática, exhaustiva y
- Hiperconía o aumento del tono: hay diferentes for- bilateral. Comienza con la observación de las actitudes es-
mas de hiperronía y suelen estar relacionadas con en- pontáneas. Hay que detectar cumef.1cciones (derrames sino-
fermedades del sistema nervioso. viales, hemartros), dolores y limitaciones de la movilidad.
- Hipotonía o pérdida del tono normal: los músculos La evaluación de la movilidad articular, tanto activa como
están flácidos y hay una disminución de la resisten- pasiva, será la parte final de la exploración articular. La mo-
cia al movimiento pasivo. Se observa en patologías vilidad pasiva es mayor que la activa y se debe explorar incre-
del sistema n ervioso. mentando lenramente el arco de movimientos hasta que se
alcance la máxima amplitud. Se analizará si el rango de mo-
Palpación de los tendones. Se hará en la dirección de las vimientos es normal, está aumentado o disminuido.
fibras. Se d ebe valorar el dolor, edema, crepitación y mo- Asimismo, co mo gran parte d e la patología articular es
vilidad. La palpación se puede realizar estando el paciente asimétrica, hay que comparar la movilidad de una articu-
en reposo o en movimiento (activo o pasivo): durante la lació n con su contralatetal. Dada la enorme variabilidad
contracción isométrica y durante la relajación muscular. de amplitud de movimien tos que existe entre las personas,
Las vainas sinoviales, los ligamentos anulares y las bolsas dependiendo de las características genéticas, la edad o el
serosas o sinoviales se exploran para buscar tumefacción y sexo, la mejor referencia se enc uentra en la articul ación
crepitaciones. conrrala teral a la que se está explorando.
El examen se realizará en bipedestación para estudiar

o La atrofia muscular conlleva una pérdida de fuerza y sue-


le acompañ ar a las patologías articulares.
todo el tronco, en sedestación para valorar la a rticulación
temporomandibular, el raquis cervical y las exrremidades
superiores, y en decúbi to prono y supino para el raquis
dorsolumbar, las articulaciones sacroilíacas y las extremi-
dades inferiores. Hay que seguir un protocolo, reservando
Exploración de los huesos para el final el examen de las a rticulaciones dolorosas y en
La mayoría de los huesos son accesibles a la palpación; lo cada articulación se pueden valorar signos específicos.
normal es que sean lisos y, cuando se encuentran asperezas La excepción a esta sistemática es la exploración del lac-
en una cortical ósea, puede ser debido a secuelas de una tante y del niño pequeño, donde ha de primar su comodi-
fractura, a exosrosis o a periostitis. Si la palpación es dolo- dad y seguridad con el propósito de disminuir su oposición.
o La exploración articular debe ser sistemática, exhaustiva
y bilateral, y debe incluir la evalua ción de la estabilidad
para identificar lesiones capsuloligamentosas.
Tumefacción
Puede ser articular o periarricular. La tumefacción articu-
lar (derrame) puede ser debida a un aumento del líquido
intraanicular por causas inflamatorias (diferentes tipos de
arrritis), sépticas, hemáticas (secundaria a traumatismos) o
Dolor mecánicas.
El d olor articular puede aparecer en reposo, con los movi- Los derrames intraarticulares provocan fluctuaciones a la
mientos activos, pasivos o contrarresisrencia y/o a la palpa- altura de la articulación y se pueden detectar por palpación.
ción. La exploración debe permitir identificar las estrucru- La tumefacción también puede ser debida a la presencia
ras arriculares más sensibles a la palpación en reposo y rea- de quistes sinoviales como el quiste de Baker de la rodilla.
lizando movimientos articulares activos y pasivos. La tumefacción de origen periarticular se relaciona con
inflamación de rendones o vainas tendinosas (tenosinovi-
Ruidos articulares ris) que tienen una disposición alargada, con la misma
En condiciones normales, la movilidad arricular no produ- orienración que los tendones, quistes sinoviales o ganglio-
ce ruidos, pero en algunas circunstancias se pueden encon- nes o bolsas serosas (bursitis).
rear. En función de sus características se denominan roces, El calor articular aparece en patologías inflamamrias y
crujidos o chasquidos y cuando no se acompañan de dolor se puede percibir fácilmente en las articulaciones superfi-
suelen ser banales. ciales.
Los roces son unos ruidos muy débiles que se pueden
apreciar mediante la palpación. Se encuentran en algunas
enfermedades como la arrrosis.
Los crujidos articulares son ruidos similares a los roces,
La exploración articular comprende el estudio del dolor,
presencia de ruid os, existencia de deformidad y tumefac-
ción, asi como la realización de disti ntas pruebas y ma -
o
pero con mayor intensidad, por lo que son audibles. Tam- niobras.
bién pueden ser un signo de arrrosis.
Los chasquidos articulares son ruidos d e un tono más
alro que los crujidos, de duración corra y que suelen apa-
recer en los movimientos arriculares. Son bastante frecuen- Valoración de la movilidad activa
tes en los jóvenes y no tienen ningún significado patológi- Las articulaciones móviles se clasifican en función de los
co. A veces son producidos por roce o bloqueo articular, grados de movimiento y de sus características morfológi-
por roce de un tendón con una esrrucrura ósea o porque cas. La movilidad arricular se debe valorar en los tres pla-
hay cuerpos libres en la articulación. nos del espacio: flexión-extensión, abducción-aducción y
ro tación externa-rotación interna.
Los movimientos de flexoextensión se realizan en el pla-

o Los ruidos articulares pueden ser roces, crujidos o chas-


quidos, y cuando se acompañan de dolor son clínicamen-
te relevantes.
no sagital en romo a un eje transversal; los de abducción-
aducción se realizan en el plano frontal o coronal en torno
a un eje anteroposterior; y la rotación se realiza en el pla-
no horizontal o transverso, en torno a un eje verrical.
La amplirud de movim ientos pasivos se cuantifica go-
Deformidad articular niométricamente. El examinador realiza el movimiento sin
Es la alteración de la forma normal de una articulación de- la acción muscular activa del paciente. Siempre que sea po-
bida a variaciones en el tamaño o la posición d e las esrruc- sible hay que comparar con la articulación simétrica.
ruras esqueléticas. Pueden ser congénitas (algunas escolio- Cuando se encuentra un a movi lidad disminuida, el
sis o pies zambos) o adq uiridas en el curso de una enferme- problema puede estar en la propia articulación o en estruc-
dad (arrritis reumamide, arrrosis). turas vecinas. Ame un bloqueo articular, habrá que pensar
en una patología congénita o en una enfermedad inflama-
Pruebas de tracción y compresión articular toria o degenerativa que curse con dolo r e hipomovilidad
La tracción o distracción de las superficies arriculares pro- o en una lesión traumática.
duce una separación de ésras con disminución de la pre- La amplitud d e movimientos activos sirve para valorar
sión intraarticular. Cuando la tracción alivia el dolor, indi- también problemas musculares.
ca que está relacionado con fuerzas compresivas enrre las En muchas parologías se encuentra disminuido el arco
superficies arriculares, como ocurre en procesos inflamato- de movimiento: incongruencias articulares, patologías que
rios, degenerativos o aplastamienros; si por el contrario, cursan con dolor e inflamación, derrames articulares, cuer-
aumenta el dolor, podría deberse a un desgarro tisular. pos libres intraarticulares, cont racturas, hiperronía, inmo-
Cuando el explorador comprime las superficies articu- vilizaciones prolongadas o rigideces.
lares, provoca un aumento de la p resión y puede generar El arco de movimienro también p uede estar incremen-
aumenro del dolor cuando hay lesiones o sobrecargas car- tado: hipermovilidad benigna, síndrome de Marfan, enfer-
tilaginosas o meniscales. medad de Ehlers-Danlos, hipotonía, laxitud, etcétera.
53

o En co ndiciones normales el rango de movimiento pasivo


supera a la movilidad activa.
Los goniómetros se utilizan para medir la movilidad o po-
sición articular. o
Goniometría Evaluación de la fuerza muscular
La goniometría es un mérodo de evaluación precisa del Sirve para conocer el grado de equilibrio que existe en la
movimiento articular en los tres ejes del espacio. También musculatura simétrica y especialmente para valorar la pér-
se utiliza para medir el grado de alineación de dos superfi- dida de fuerza como consecuencia de enfermedades o le-
cies articulares y permite valorar los grados de un gemtval- siones, así como la respuesta al tratamiento.
go o varo; además, en fisioterapia permite determinar con La fuerza muscular se puede evaluar por métodos cuan-
precisión y objetividad la progresión del tratamiento de titativos utilizando dinamó metros o por métodos cuali ta-
muchas enfermedades o lesiones. tivos manuales.
Los goniómetros son unos instrumentos que se urilizan
para medir la movilidad o posición articular. El gonióme- Métodos cualitativos
tro más utilizado (goniómetro universal} consta de dos Emplean diferentes escalas manua les (p rueba muscular
brazos, unidos por un pivote, con una escala transportado- manual), entre las se encuentra la propuesta po r el Jv!ecli-
ra circular o semicircular en uno (de 180 o 360 grados} y cnl Research Cmwcil, que utiliza las calificaciones numéri-
un indicador en el orro. Pueden ser de un material plásti- cas 0-5, la de Kendall y McCreary, que utiliza porcentajes
co (transparente) o de metal. También existen gonióme- (de O a 100 %), y la de Daniels y Worrhingham, que urili-
tros de burbuja, etcétera. za la diferenciación entre normal, b uena, regular, pobre,
Para realizar una goniomerría correcta, el eje del go- indicios y cero (Tabla 4-2).
niómetro debe coincidir con el eje de movimiento articu- La exploración de la fuerza se real izará siguiendo un
lar, y el ángulo formado por los brazos del goniómetro ha protocolo estandarizado: la posición del paciente será có-
de corresponderse co n el formado por los huesos que se moda, el segmento proximal del músculo o grupo m uscu-
arriculan. lar que se va a valorar se mantendrá fijo, las órdenes que se
Los electrogoniómetros son unos aparatos que tienen den al paciente para iniciar el movimiento han de ser ver-
unos electrodos a la altura del eje de movimientos del bra- bales y sencillas y se valorará la contracción concéntrica.
zo proximal y distal y regisrran la medición por medio de Los segmentos del cuerpo q ue tienen una palanca corra
un software; se utilizan fundamentalmente para investiga- (dedos) están muy poco influenciados po r la gravedad.
ción. Este sistema de valoración de la fuerza es muy ucilizado por
Los indinómetros son unos instrumentos de m edición su sencillez, pero tiene el inconveniente de que es subjetivo y
de ángulos que se usan cuando no es posible realizar con depende de muchas circunsrancias. L-lli.Ie17.a muscular varía de
precisión una goniomerría, como ocurre en las mediciones unas personas a otras y depende de muchos fucrores: edad, sexo,
de las curvas o de la movilidad del raquis. Pueden ser me- entrenamiento, genérica, ere., y el examinador ha de tener en
cánicos o electrónicos (Fig. 4-4). cuenta rodas estas variables a la hora de realizar una evaluación.
La movilidad articular tambié n se puede determinar Las pruebas dinamomérricas no son adecuadas para los
con un estudio radiográfico en las dos posiciones extremas músculos débiles cuando no se pueden realizar movimien-
de movilidad; es muy útil en la evaluación de la movilidad tos contra la resistencia, como ocurre a menudo en lesio-
del raquis. nes de los nervios periféricos, y en estos casos son muy ú ti-
les las pruebas manuales.

Métodos cuantitativos. Eval uación de la fuerza


con aparatos
La fuerza máxima ® se define como la mayor fue rza que es
capaz de desarrollar un músculo o grupo muscular me-
diante una contracción voluntaria máxima. Se puede de-
terminar en términos absolu tos o en términos relativos
cuando se relaciona con el peso corporal del paciente.
Los mérodos cuantitativos de evaluar fuerza de manera
directa son:
• Evaluaciones isomérricas.
• Evaluaciones isotónicas.
Evaluaciones isocinéticas.

Toda evaluación de fue rza debe esrar prorocolizada. Es im-


portante la explicación de la prueba al paciente, realizar un
Figura 4-4. Goniómetro e incli nómetro de burbuja. calentamiento previo a la prueba, etcétera.
Tabla 4-2. Comparación de métodos cualitativos de evaluación de fuerza muscular: Escala del Medica! Research Councii(MRC),
Kendall-McCreary y Daniels-Worthingham

Grados de fuerza
Interpretación
en la escala MRC

o 0% Cero Ausencia de fuerza. No se aprec ia ningú n tipo de


contracción en el músculo explorado

5% indicios Fuerza residual. Se aprecia contracción muscular


mínima sin movimiento, incluso en ausencia de
gravedad

2 20 % Pobre Fuerza pobre. Es capaz de mover la articulación si


eliminamos la gravedad

3 50% Regular Fuerza débi l. El músculo puede mover la articulación


en contra de la gravedad, pero incapaz de resis tir
cualquier otra fuerza adicional

4 80 % Buena Fuerza buena. El músculo puede mover la articulación


en toda su amplitud contra una resiste ncia
moderada, pero no puede considerarse normal

5 100% Normal Fuerza normal. El músculo puede mover la


articulación en toda su amplitud y contra una
resistencia importante ap licada por el explorador. Se
puede considerar normal

La evaluación isométrica (estática) cuantifica la tensión


Fuerza máx ima es la mayo r fuerza que es capaz de desa-
que puede generar un músculo frente a una resistencia en au-

o
rrollar un músculo o grupo muscular med iante una con-
sencia de movimiento articular. Los equipos que se utilizan tracción voluntaria máxima.
para este tipo de evaluación son los dinamómetros isométri- Para evaluar la fuerza de manera directa se utilizan mé-
cos. Es ideal en aquellos casos en que está contraindicado el todos cuantitativos como evalua ciones isométric as, iso-
movimiento articular, aunque no mide potencia ni trabajo. tónicas e isocinéticas.
La evaluación isotónica mide la tensión producida po r
un músculo o grupo muscular sobre la totalidad o parte
del campo cinético de una articulación. La fuerza isotóni- ELECTRODIAGNÓSTICO PERIFÉRICO
ca se puede determinar mediante la contracción concéntri-
ca (aco rtamiento muscular) o la contracción excéncrica En el electrodiagnóstico actualmente se emplea la electro-
(alargamiento por una fuerza externa del músculo contraí- miografía o los estudios de conducción nerviosa.
do). Se pued en medir utilizando pesas u otros aparatos
más sofisticados como los dinamómetros. Electromiografía
Un músculo puede p roducir tensión dinámica tamo La electromiografía consiste en registrar la actividad eléc-
por acortamiento como por elongación. Cuando la fuerza trica procedente de los músculos en reposo y durante la
y la tensión producidas por el músculo superan a la resis- contracción. Es un mérodo muy útil para d eterminar la ac-
tencia externa opuesta, se produce aco rtamiento m uscular tividad muscular (actividad eléctrica) y sus patrones de ac-
y la contracción dinámica es concéntrica; si la resistencia tivación. Estudia los potenciales de acción de los múscu-
exrerna opuesta al movimiento excede la capacidad del los, por lo que proporciona información del es tado en que
músculo para generar tensión, se produce una elongación se encuentran los diferentes componenres de la unidad
muscular y la contracción dinámica es excéntrica. motora y aporta datos del funcionamiento de las moto-
Para la evaluación isocinética se usan los dinamóme- neuronas, la unión neuromuscular y el músculo. Permite
tros isocinéticos, que permiten cargar una articulación con realizar una medida indirecta de la fuerza eje rcida por u n
una resistencia variable, a un a velocidad predeterminada músculo, del comienzo de su activación y del nivel de fatiga.
(de 1o a 500°/s), de forma que el músculo puede generar Para recoger las señales electromiográficas se p ued en
la máxima fue rza posible durante todo el recorrido articu- utilizar electrodos de aguja o profundos (existen diversos
lar. Por tanto, el ejercicio isocinético permite que los mús- modelos) que se insertan en el viencre del músculo o elec-
culos puedan concraerse a su potencial máximo para todo trodos d e superficie. Los electrodos de superficie van pega-
el alcance cinético de la articulación. dos a la piel que recubre a los músculos que se pretende es-
Con los d inamómetros isocinéticos se puede valorar la tudiar; su mayor inconveniente es que cuanto mayor sea el
fuerza, el trabajo y la potencia muscular. Mediante esta grosor del tejido subcutáneo, menor será la señal registrada.
técnica también se puede d eterminar el tono muscular con La electromiografía de superficie es menos invasiva, pero el
mayor precisión que con la evaluación manual tradicio nal. registro presenta mayor número de artefactos (Fig. 4-5).
nervio periférico y el registro del potencial de acción resul-
tante q ue puede ser sensitivo o motor.

A' 1
DIAGNÓSTICO POR IMAGEN
El d iagnóstico por imagen se basa en la utilización de téc-
nicas para obtener imágenes del interior del cuerpo de for-
ma no invasiva, con fines diagnósticos, o para servir de
guía en la introducció n en el organismo de algunas tera-
pias. Se debe solicitar la técnica menos cruenta y menos
costosa que permita realizar un diagnóstico preciso (véase
Figura 4-5. Electromiografía de superficie con capacidad para
el capítulo 5 d e este manual).
ocho ca nales.

PRUEBAS DE LABORATORIO
L'l señal captada por los electrodos es amplificada y filtra-
da, y se convierte en señal digital. El músculo normal en re- Las pruebas de laboratorio son básicas para confirmar o excluir
poso no muestra actividad eléctrica, excepto la presencia oca- el diagnóstico de muchas enfermedades del sistema muscu-
sional y breve de potenciales de inserción (de poca d uración) loesquelético (especialmente las reumáticas) al aporrar datos,
que se originan al penetrar el electrodo en el músculo y de po- en muchas ocasiones, necesarios. L'llllbién son útiles para rea-
tenciales de placa cuando la aguja está en la proximidad de la lizar el seguimiento clínico y valorar la respuesta al tratamien-
placa morara. Al contraerse aparecen las señales de los poten- to. No obstante, las pruebas de laboratorio no son exclusivas
ciales de acción de las unidades motoras, cuyo número crece para identificar una patología, como tampoco lo es el diagnós-
a medida que aumenta la intensidad de contracción. tico por imagen, sino que son pruebas complementarias.
Esta técnica se utiliza en el estudio de la hiperactividad
o hipoactividad muscular (hipertrofia, debilidad o atrofia), Análisis de sangre
análisis de los equilibrios musculares (agon istas-antagonis- En una analftica sanguínea se ha n de considerar los si-
tas o musculatura simétrica), espasmos musculares, m io- guientes aspectos.
parías, distrofias, neuropatías, lesiones de plexos y de ner-
Hematocrito y hemoglobina
vios periféricos. Es una técnica que depende parcialmente
de la subjetividad del explorador, pero en la actualidad se En las enfermedades reumáticas puede haber anemia pro-
considera que tiene una gran sensibilidad y especificidad. ducida por el sangrado por la ingesta de antiinflamatorios
no esteroideos y también por la propia inflamación cróni-
ca de enfermedades como el lupus eritematoso sistemático

o La electromiografía es un método muy útil para determi-


nar la actividad mu sc ular (actividad e léctrica! y s us pa-
trones de activación.
o la artritis reumaroide.

Recuento de leucocitos
El número de glóbulos blancos o leucocitos aumenta en al-
Cuando hay una denervación de un músculo, a partir gunas enfermedades inflamatorias; mientras que con de-
de los 15 a 21 días se produce una actividad eléctrica es- terminados fármacos o en algunas enfermedades como el
pontánea en el músculo en reposo y durante la regenera- lup us puede disminuir.
ción nerviosa aparecen unos potenciales polifásicos de lar-
Recuento de p laquetas
ga duración denominados potenciales de recupemcióu.
Las enfermedades musculares, como la distrofia muscu- El n úmero de plaquetas puede ser bajo por la propia enfer-
lar u otras miopatías, tienen una escasa o nula actividad es- m edad o como reacción a un fármaco.
pontánea, pero durante la contracción voluntaria se ven
potenciales anómalos. Velocidad de sedimentación globular
Es una prueba muy sensible para deteCtar inflamación, pero es
muy inespecífica. Su incremento se debe al aumento de la con-
La electromiografía no aporta una valoración directa de la
centración de algunas proteínas que fuvorecen la agregación de

o fuerza y no es superponible a los métodos de evaluación


di recta, pero hay buena correlación entre los datos obte-
nidos mediante electromiografía dinámica y la dinamo-
metría isocinética.
los hematíes. Puede estar elevada en enfermedades reumáticas, en
infecciones o algunas neoplasias. Un 5-8 % de los individuos sa-
nos tiene una velocidad de sedimentación globular (VSG) eleva-
da y sus valores varían con la edad, el sexo, la forma y el tamaño
de los hematíes y con la presencia de proteínas no inflamatorias.
Estudios de conducción nerviosa
El estudio de conducción nerviosa es especialmente ütil Proteína C reactiva
para apoyar el diagnóstico de la enfermedad del nervio pe- Es un marcador inespecífico de inflamación. Los niveles de
riférico o neuropatía. Consiste e n la esti mulación de un e
proteína reactiva son m ás sensibles a la inflamación que
56

la VSG, ya que no se modifica con variables como la edad to rio el C3 y el C4, que suelen dism in uir en enferme-
o el sexo. En algunas enfermedades reumáticas existe una dades con un componente inflamatorio elevado debido
correlación elevada entre los valores de la proteína y la e a que se están consumiendo; así, en el lupus y en las en-
gravedad del proceso. fe rmedades por inm unocomplejos suelen estar bajos.
• Sistema H LA (human !eukocyte muigen): es un conjun-
Pruebas inmunológicas to de proteínas que están en la membrana de las células
El sistema inmu nológico interviene en la defensa contra y actúan a modo de señal. Muchas enfermedades se aso-
las infecciones, pero duran te el proceso inflamatorio, en al- cian a un H LA determinado y en las enfermed ades reu-
gunas enfermedades, se produce la síntesis de anticuerpos máticas el HLA-B27 se relaciona con las espondiloar-
dirigidos con tra estructuras propias d el organismo (enfer- rropatías, y especialmente con la espond ilitis anquilo-
medad es au toin m unes). La d eterminación d e estos au- sanre en un 95 % d e los casos.
roamicuerpos puede ayudar a co nfirmar el diagnóstico y
valorar el seguimiento d e estas enfe rmedades.
• Factor reumatoide: está p resente en la sangre del 7 0-
90% d e las personas que tienen artritis reumatoide o
Las pruebas de laboratorio s on básicas para confirmar o
excluir el diagnóstico de muchas enfermedades del sis-
o
tema mus culoesque lético.
enfermedad de Sjogren, pero también p uede estar ele-
vado en otras enfermeda des reumáticas, inflamatorias o
infecciones. Cuando la enfermedad está muy activa, los
niveles d e factor reumatoide suelen ser altos, mientras Estudio del líquido sinovial (artrocentesis)
que cuando está en remisión, puede llegar a desaparecer. En las articulaciones normales existe una mínima canti-
d ad de líquido sinovial que nutre y lu brifica los cartíla-
gos articulares y meniscos. En las patologías articulares

o
El 5-1O% de las pe rs onas s anas tie nen este au toanti- inflamacorias (artritis), el líquido au menta en cantidad y
cue rpo positivo y este porcentaje aumenta con la edad.
camb ia sus características (color, densidad, composició n
Por eso su presencia tiene que ser valorada junto con el
cuad ro clínico de cada paciente. y celularidad). Se p uede exrraer el líquido por artrocen-
tesis y su esrudio puede ayudar a realizar algunos d iag-
nósticos y a diferenciar las arrritis inflamatorias de las que
• Anticuerpos antin ucleares: son au toan ticuerpos d irigi- no lo so n.
d os contra an tígenos nucleares de las propias células. En el análisis macroscópico del líquido sinovial hay que
Son positivos en la mayoría de los pacientes con lupus fij arse en la apariencia, el color y la viscosidad, y en el es-
eritematoso sistemático, p ero también pueden presen- tudio microscópico hay q ue analizar el recuento celular
tarse en otras enfermedad es. H ay de diferentes tipos: (Tabla 4-3).
- Anticuerpos anti-DNA. Cuando el líquido sinovial es hemático (hemarrros) hay
- Anticuerpos ami-Ro y ami- La. q ue pensar en rotura de estructuras articulares (esguinces,
- Anticuerpos ami-Sm. rotura del ligamento cruzado an terio r o frac turas).
- Amicuerpo ami-Scl-70 .
Anticuerpo anti-cenrrómero. EXPLORACIONES ESPECÍFICAS DE TEJIDOS
• Sistema del complemento: es u n grupo de p roteínas
normales de la sangre q ue ju nto con los an ticuerpos En general, las pruebas complementarias sirven para con-
d estruyen las bacterias. Actúan amplificando la respues- firmar el diagnóstico clínico. Entre las pruebas comple-
ta inm une. Habitualmente se determinan en el labora- mentarias están: la punción, la biopsia y la arrroscopia.

Tabla 4-3. Características del liquido sinovial

Tipo Patologías relacionadas Aspecto Celularidad (leucocitos/IJll


% de neutrófilos IPMNI

Normal Incoloro, transparente o claro, <200


viscoso <25%

No inflamatorio Artrosis, osteocondritis, colagenosis, Amarillento, transparente, viscoso 200-2.000


(Grupo 1) sinovitis postraumática <25 %

Inflamatorio Artritis inflamatoria , artritis Amarillento, turbio, menos viscoso 2.000- 50.000
(Grupo lll reumatoide, lupus >50%

Purulento Artritis séptica Opaco, purulento, espeso >50.000


!Grupo 111) >75%

Traumático Traumatismos, hemartrosis Claro/turbio, hemorrágico 200-2.000


<25%
57

~~ RESUMEN

• El diagnóstico de las lesiones y enfermedades del sistema movilidad activa y pasiva, ya que pueden ser de gran ayuda
musculoesquelético requiere de un análisis protocolizado que diagnóstica. Para valorar la movilidad, se pueden utilizar
ha de comenzar con la anamnesis que evidencia los motivos diferentes métodos y aparatos como goniómetros, inclinó-
de la consulta. Hay que preguntar al paciente si siente dolor, metros, etcétera.
cuáles son sus características y realizar una valoración me-
• La valoración de la fuerza muscular tiene también una
diante alguna de las escalas validadas científicamente.
gran importancia, debido a que su pérdida acompaña a
• La exploración será minuciosa y ha de iniciarse con la ins- muchas patologías. Se puede estudiar con métodos cuali-
pección para detectar todas las alteraciones visibles, tanto tativos, que utilizan escalas manuales, o cuantitativos uti-
en reposo como en movimiento, incluyendo el análisis de la lizando dinamómetros.
postura y de la marcha.
• Otro método de diagnóstico muy útil para determinar la ac-
• La palpación comenzará por las capas más superficiales tividad muscular y nerviosa es la electromiografía, que
(piel y tejido celular subcutáneo!. seguirá con las capas consiste en registrar la actividad eléctrica procedente de
musculotendinosas y llegará a las estructuras más profun- los músculos.
das como vasos, nervios y sistema esquelético.
• En ocasiones para llegar a un diagnóstico definitivo hay que
• También hay que realizar una exploración articular, eva- recurrir a pruebas de laboratorio específi cas o al diagnós~
luando el dolor, la tumefacción, los ruidos articulares y la tico por imagen.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Hürer-Beckcr, A., Schcwe, H., Heiperrz, W. (2003). Fisiotera-


pia. Descripción de las técnicas y tmtamiento. Badalona: Pai-
Buckup, K. (20 13). Pruebas clínicas para patología ósea, articular dorribo.
y mmmlar: exploraciones, signos, síntomas. Barcelona: Masson. Jurado, A., Medina, J. (2007). Manual de pmebas diagnósticas.
Frisch, H. (2005). Método de exploración del aparato locomotor y 7immratología y ortopedia. Badalona: Paidorribo.
de la postura. Badalona: Paidorribo. Seidel, H. M., Ball, J. W., Dains, J. E., Flynn, J. A., Solomon, B.
Hislop, H. J., Avers, D., Brown, M., Won:hingham, D. (2014). S., Srewarr, R. W. (20 11). Manual M osby de exploración jlsi-
Témicas de balance muscular: Témicas de exploración manual ca. Madrid: Elsevier.
y pruebas funcionales. Madrid: Elsevier.

g ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿En qué consiste la escala EVA de evaluación del dolor? 9. ¿Qué es un goniómetro?
2. Señale cuál es el objetivo principal de la inspección. 10. Describa la clasificación de Kendall de fuerza muscular.
3. Indique algún método de análisis de la marcha. 11. ¿Cuál es el concepto de contracción excéntrica?
4. ¿Es importante el análisi5 de la marcha para valorar la lon- 12. ¿Qué es la electromiografía de superficie?
gitud de paso?
13. ¿Cuál es La utilidad de La eLect rom iog rafía en el diagnóstico?
5. ¿Cuál es la utilidad de la prueba del pliegue cutáneo de Kibler?
14. ¿Para qué sirve la prueba de la VSG y en qué se diferencia
6. ¿Qué es la atrofia muscular?
de la proteína e reactiva?
7. ¿Qué significado clínico tiene un chasquido articular?
15. ¿Qué significado tiene la positividad del factor reumatoi -
B. ¿C uáles son las ca usas de tumefacción articular? de?
58

HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE

PREGUNTAS DE AUTO EVALUACIÓN

1. En la explo ración articular ... , seña le la respuesta falsa :

IEI Los exámenes deben compararse con el lado contrala-


teral.
ma musculoesquelético:

fEI

2. Señale la respuesta correcta sobre la exploración del siste-

Se iniciará siempre por las zonas más distales.


1) La evaluación de la movilidad será la parte final de la ll:ll Comienza antes de iniciar la anamnesis, cuando el pa-
exploración. ciente entra en la consulta.
11 No se de be usar nunca el goniómetro. 11 Debe comenzar con la palpación de las zonas dolorosas.
1m Hay que valorar la estabilidad articular. mLa parte fundamental es la valoración objetiva con apa-
ratos.
~
&1/udtJtUI J m.áJ
p rrpmtns y
ENLACES DE INTERÉS. WEBGRAFÍA

BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA

GLOSARIO
~
ID
11
g

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Actualización en ecografía básica del sistema musculoesquelético.


• Exponer los conocimientos básicos de la técnica de ultrasonidos en el estudio de la anatomía ecog ráfica de las prin-
cipales articulaciones.
• Familiarización con el manejo de equipos de ultrasonografía .
• Dar a conocer las indicaciones de la ecografía en el ámbi to de la fisioterapia.

INTRODUCCIÓN poner de conocimientos profundos de la anatomía de las


estructuras osreomusculares y de la patogenia de la mayo-
La práctica del ejercicio físico y el deporte implica una se- ría de las lesiones para poder realizar de fo rma clara su
rie de beneficios para el organismo, pero en muchos casos diagnóstico y prescrib ir su tratamiento, o incluso realizar-
suele desencadenar, al igual que ocurre con el rrabajo físi- lo de forma ecoguiada por dicho especialista.

o
co y la práctica laboral, una serie de trasmrnos musculoes-
queléricos y lesiones, muchas veces recurrentes al reiterar-
El manejo de Lesiones traumát icas de pa rtes bla ndas
se en la práctica. Sus mecanismos de producción varían
debe ser realizado po r parte de especialistas en ultraso-
desde una irrupción brusca de la agresión, con la produc- nografía musculoesquelética.
ción de una lesión aguda, hasta la provocación de lesiones
por sobrecarga o sobreuso, relacionadas generalmente con
un mecanismo de repetición o reiteración de determinados En general, en este tipo de lesiones el objetivo será al-
gesms o movimienros de estructuras del aparam locomo- canzar tanto un diagnóstico exacto en el menor tiempo
tor necesarios para la práctica laboral o deportiva. posible para poder instaurar un tratamiento inmediaro
Para una correcta atención y tratamiento de las lesiones como realizar un seguimiento de la terapia de la lesión, y
del tejido musculoesquelético en la actualidad es funda- asf permitir acortar la recuperación. La técnica ecográfica
mental llevar a cabo un diagnóstico exacto y preciso de la es un pilar básico en el estud io de todas las lesiones; per-
lesión, o para descartarla o hacer un diagnóstico diferen- mite efectuar un control y seguimienro riguroso y detalla-
cial. Esto significa la necesidad de realizar, además de u na do de éstas y valorar su evolución temporal (diaria, sema-
completa anamnesis y exploración física, una técnica ex- nal, ere.).

o
ploratoria de imagen que permita objetivar la lesión y su
seguimienro ame la terapia prescrita. La decisión de reali-
Para establecer un diagnóstico exacto y preciso de las le-
zar una u otra técnica exploramria se adoptará basándose
siones del tejido musculoesqu elético, resulta im prescin-
en los daros obtenidos en la historia clínica y en la explo- dible realizar una técnica explo ratoria de imagen.
ración, si bien la ecografía musculoesquelética aventaja y
tienes m enos inconvenientes que la radiografía o la reso-
nancia magnética nuclear como técnica exploratoria de
NOMENCLATURA BÁSICA EN EL DIAGNÓSTICO
imagen en la mayoría de las lesiones de panes blandas.
POR ULTRASONIDOS
En la práctica diaria, el manejo de lesiones traumáticas
de partes blandas por parte de especialistas en ul trasono- La base física de los equipos de diagnóstico ecográfico son
grafía musculoesquelética permite aproximarse al estudio los ultrasonidos, que so n ondas acústicas de muy alta fre-
de la lesión de forma íntima y exacta, si bien requiere dis- cuencia, de 15.000 a 20.000 herzios, inaudibles para el

59
oído humano. El sonido se transmite a través de los distin-
tos medios, aunque es el medio líquido el mejor elemento
de transmisión en el organismo, a través del cual el sonido
viaja a la velocidad de 1.500 mis.
La ecografía <El> , por tanto, es la representación en for-
ma de imagen de los ecos reflejados en las distintas estruc-
turas del organismo. Estas imágenes se forman a base d e
integrar los sonidos en el tiempo que tardan en atravesar
distintas densidades, se reflejan en las superficies y rebotan
de nuevo a la sonda. La imagen ecográfica se forma cuan-
do el haz de ultrasonidos choca con los tejidos situados de-
bajo del transductor. Como consecuencia de ello, pueden
aparecer distintos tipos de imagen.
Clásicamente (Lin, Fessell, Jacobson, Weadock & Ha-
yes, 2000) se han distinguido cuatro tipos de imágenes
atendiendo a la escala de grises.
Figura 5-2. Imagen hipoecoica. En el estudio longitudinal realiza-
Imagen anecoica o anecogénica do a la altura de la articulación acromioclavicular, s e demuestra la
presencia de un abomba miento de la capsula articular lflechasl y
Se genera cU<111do un medio no contiene interfases en su por debajo una amplia zo na de contenido hipoecoico que corres-
interior y no se forman ecos; en este caso la imagen en la ponde al espacio articular.
escala de grises se ve negra por completo. Generalmente
son anecoicas las lesiones totalmente líquidas (Fig . 5-l), y gen se verá en gris más oscuro que el tejido circundante
pueden serlo también aquellas im;Í.genes sólidas que no (Fig. 5-2).
presentan interfases de intensidad s uficiente, por ser el pa-
rénquima muy homogéneo y predominantemente celular,
sin vasos ni colágeno. En estos casos, a diferencia de las le-
siones líquidas, no se observará la presencia del artefacto
La imagen hipoecoica se ve en gris más oscuro que el te-
ji do adyacente.
o
denominado refuerzo posteri01~

Imagen hiperecoica o hiperecogénica

O Las lesiones totalmente líquidas generalmente son ane-


coicas; la imagen se ve negra. Se produce cuando un tej ido p resenta muchas interfases
en su interior y aparece muy reflectante, con un color gris
claro o blanco (Fig. 5-3) .

Imagen hipoecoica o hipoecogénica


Es la imagen que se forma cuando el tejido en cuestión
tiene menos interfases que el tejido que le rodea. La ima-
La imagen hiperecoica se ve en gris más claro o blanco
que el tejido adyacente.
o

Figura 5-1. Imagen anecoica. En este examen ecográfico de una


lesión fibrilar en el músculo aductor largo, se observa un área irre- Figura 5-3. Imagen hiperecoica. La exploración ecográfica de la
gular de aspecto anecoico, por la ausencia de interfases en su in- articulación peroneoastragalina en la cara lateral del tobillo per-
terior. Dicha imagen corresponde a una colección de sangre for- mite visualizar una imagen hiperecoica lineal de 4 mm que corres-
mada como consecuencia de la rotura fib rilar del citado músculo. ponde a una calcificación.
61

Imagen normoecoica o isoecoica


Se establece cuando un tejido presenra la misma ecogeni-
cidad que otro al que se hace referencia.

ARTEFACTOS EN ECOGRAFÍA DEL SISTEMA


MUSCULOESQUELÉTICO
Dado que el ultrasonido es una onda de energía acústica,
ésta al chocar conrra los tejidos produce a veces artefactos,
que en muchos casos inducen a cometer errores en los so-
nografistas con poca experiencia. Por eso es necesario co-
nocerlos, ya que en cierras imágenes, incluso, pueden ser uti-
lizados para descartar patologías, teniendo por ramo una gran
utilidad diagnóstica. Se describen a continuación los arteFac-
tos más frecuentes en ecografía Qiménez Dfaz, 2010a).

Imagen « en cola de cometa» o reverberación Figura 5-5. Artefacto de sombra acústica posterior producido por
una calcificación en el tendón supraespinoso. Obsérvese que la
Cuando el sonido atraviesa dos superficies de una impe- sombra acústica de la calcificación borra la línea hiperecoica sub-
dancia acúsríca muy diferenre, y una de ellas es muy eco- yacente, que corresponde a la cortical del húmero. Se trata de una
génica, se produce este fenómeno que consiste en la repe- imagen típica de tendinosis ca lcificante.
tición de la imagen y su reverberación en planos más pro-
fundos hasta desaparecer. Se origina porque al chocar el
primer eco con el tejido fuertemenre ecogénico, rebota ha-
cia el transductor, vuelve a reflejarse en éste, y se repite el
La imagen «e n cola de cometa» indica la presencia de
cuerpos extraños o gas intr atis u lar.
o
ciclo hasta que pierde su intensidad y se agora.
Suele producirse frecuenremenre cuando el ultrasonido
choca con objetos metálicos, objetos de cristal y estructu- Sombra acústica posterior
ras que conrienen gas, lo cual sirve de ayuda en el diagnós- Se produce por la detención del ultrasonido en una su-
tico de cuerpos extraños o en situaciones de producción o perficie muy reflectante y, por tanto, muy ecogénica, que
inrroducción de gas en los tejidos. La imagen originada no deja pasar el sonido al siguiente medio. Supone una
también se llama •<en cola de cometa» o <<sombra sucia», ausencia de señal detrás del tejido, que provoca una zona
en caso de que sea gas el que la produzca. También, cuan- anecoica que se extiende en profundidad desde la zona
do se realiza un apoyo incompleto de la sonda sobre la reflectanre. Es típico de las superficies óseas, calcificacio-
zona lesionada, se puede provocar este artefacto de rever- nes (Fig. 5-5) , fibrosis o cicatrices de gran tamaño, pre-
beración, por interposición de aire enrre la piel y el trans- sencia de gas y ante la presencia de algunos cuerpos ex-
ductor (Fig. 5-4) . traños.

Las calcificaciones producen una imagen de sombra


acústica posterior.
o
Refuerzo posterior o realce
por transmisión
Este artefacto se produce cuando el ultrasonido atraviesa
un medio sólido que conriene en su interior un medio lí-
quido. En este caso, la zona posterior a la ocupación se ve
reforzada en su ecogenicidad y supone una amplificación
de los ecos posteriores a la zona de baja atenuación (la zona
líquida). Este artefacto ayuda ramo a diagnosticar derra-
mes y quistes como a di fere nciar lesiones hipoecoicas sóli-
das de formaciones líquidas (Fig. 5-6) al carecer las prime-
ras del refuerzo.

o
Figura 5-4. Artefacto de reverberación. Cuando hay mucha dife-
rencia de ecogenicidad entre dos superficies se produce este fenó- Los derrames producen una imagen de refuerzo poste-
meno. que recuerda una cola de cometa, como sucede al interpo- rior.
nerse aire entre el transductor ecográfico y la piel.
62 Parte 1. Cirugía or topédica y traumatología- Sección l. Generalidades

Figura 5-6. Artefacto de refuerzo posterior. En este examen pano-


rámico de la cara posterior de la rodilla se observa el refuerzo
acústico !flechas!. por debajo de un amplio quiste de Baker, en un
paciente de 64 años.
Figura 5-8. Artefacto de a nisotropía en el tendón. En esta imagen.
en la cual no se ha colocado el transductor perpendicularmente al
tendón, se observa n a la altura de la unión del tendón del cuád ri-
Sombra tangencial o efecto de ángulo crítico ceps con la rótu la las fibras tendinosas con aspecto h ipoecogéni-
Cuando incide el haz de ultrasonidos de forma tangencial co, debido al artefa cto anisotrópico.
sobre una superficie muy curva puede observarse este fe-
nómeno por la falta de retorno del eco en esa zona. Para Este artefacto es de util idad cuando se pretende dife-
estudiar la zona de sombra basta con mover el transductor renciar el tendón de otras estructuras próximas, de ma-
con un ligero desplazamiento (Fig. 5-7) , buscando la inci- nera que al produci rse la anisotropía se modificará el bri-
dencia perpendicular del haz ulrrasónico sobre el tejido. llo del tendó n. La imagen que produce la anisotropía
debe distinguirse de la que provoca la tendinosis, sobre
Anisotropía e todo en aquellas zonas de entesis donde el tendón cam-
Es un arrefacto del ultrasonido que se produce cuando éste bia de dirección y se angula para fija rse en la inserción
llega a estructuras lineales tales como tendones, nervios, li- ósea (Figs. 5-8 y 5-9). Por ello, se debe corregir y colocar
gamentos y músculos. Cuando el haz ultrasónico incide de el transductor en posición completamente perpendicular
forma perpendicular sobre el tendón, éste presenta un as- en estas zonas.
pecto fibrilar hiperecoico. Pero cuando la sonda se angula La anisotropía también es un artefacto útil para descar-
al menos 5 grados, en relación con el eje longitudinal de la tar patologías en las estructuras ligamen tosas (Figs. 5-10 y
estructura, y el haz incidente de ultrasonido deja de ser 5-11 ). Su visualización ultrasónica es más dificultosa debi-
perpendicular al tendón, aparece este artefacto que mues- do a q ue el ligamento histológicamente tiene sus fibras
tra esa zona tendinosa con un aspecto hipoecoico. En este más entrecruzadas que el rendón. No obstante, cuando se
caso, basta con corregir la angulación del transductor, para coloca la sonda en una posición angulada, la anisotropía
modificar el grado de ecogenicidad. q ue aparece va a ayud ar en muchos casos a descartar zonas

Figura 5-9. Artefacto de an isotropía e n el tendón. Sin embargo,


Fig ura 5- 7. Artefacto de sombra tangencial. Es te artefacto apare- cuando en el mismo paciente y e n la mism a zona se coloca la son-
ce e n una estructura curvilínea, como es e l tendón de Aq uiles, da pe rpe ndic ular a la piel desaparece el as pecto hipoecogénico en
c ua ndo el haz de ultrasonidos incide de form a tange ncial, provo- la entes is del tendón. De esta form a queda descartada la existen-
cando una s ombra a necoica bien delimitada !flechas !. cia de un proceso degenerativo te ndinoso.
63

VENTAJAS E INCONVENIENTES DE LA ECOGRAFÍA


APLICADA A LA LESIÓN MUSCULOESQUELÉTICA
La aproximación vertiginosa de la ecografía a la medicina
y a la traumatología del de porte se ha producido como
consecuencia de la gran cantidad de ventajas que aporta
esta técnica d iagnóstica sobre otras técnicas de esrudio, es-
pecialmente en la valoración de tejidos como el músculo,
ligam ento y rendón.
Entre estas ventajas hay que señalar las siguientes (Na-
zarian, 2008):
• Es una técnica cómoda y confortable y, por lo tanto,
muy bien aceptada por el paciente, especialmente por
los deportistas más jóvenes. Uti liza una tecnología lim-
pia y no radiante.
• Posibilita la realización de estudios comparativos con el
Figura 5-1 O. Artefacto de anisotropía en tendones curvilíneos. A miembro o lado contralateral sano para ayudar en la
través de un examen longitudinal sobre el tendón supraespi noso, confirmación diagnóstica.
se observa la presencia de una zona hipoecogénica lflechasl que • Permite la palpación ecográftca a través del transductor
borra su aspecto fibrilar como consecuencia de la incidencia obli-
y facilita la localizació n de la lesión en el punto de ma-
cua del haz de ultrasonidos sobre esta estructura curvilínea.
yor sensibilidad dolorosa (ecopalpación).
• Es una técnica barata, en comparación con otras técni-
de lesión, generalmenre relacionadas con roturas parciales cas utilizadas para el d iagnóstico de estas lesiones.
o completas delligamenro. • Su inocuidad y carácter no radiante son otras ventajas.
Cuando se estudia ecográficamenre el músculo y la son- • Su accesibilidad perm ite llevar a cabo un exhaustivo se-
da no se sitúa en posición perpendicular al plano muscu- guimienro evolutivo de la lesión y realizar el número de
lar, se comprueba que su ecoestrucrura tiene un predomi- exploraciones que sea necesario.
nio hipoecoico. Por ello, este artefacto puede simular la • Permite llevar esta técnica a «pie de pista» mediante equi-
presencia de una lesión muscular difusa, al presentarse con pos compactos de ulrrasonografía, lo que am plía su uti-
una menor ecogenicidad que el tejido normal que le rodea, lización clínica.
especialmenre en aquellos grupos musculares de forma • Posibilita realizar estudios dinámicos para lograr exactitud
convexa como son los aductores. en el diagnóstico de pequeñas lesiones, que pueden pasar
desapercibidas cuando las estructuras permanecen en repo-
so. Estas exploraciones dinámicas se llevan a cabo ramo

o La anisotropía es útil para dife renciar el tendón de otras


estructuras, ya que al producirse se modificará el brillo
del tendón.
mediante movimientos de contracción isométrica y relaja-
ción muscular, como a través de movimientos articulares
acüvos y pasivos que implican el desplazamienro de los te-
jidos blandos objeto de estudio (Tandon, 201 3).
• Permite diferenciar las estructuras vasculares, así como
la angiogénesis vascular propia de los procesos degene-
rativos mediante la utilización del ecodóppler de color.
• Logra conocer y objetivar no sólo el tamaño, longitud,
grosor y área, sino incluso también la forma, orienta-
ción y volumen de una posible lesión o patología me-
diante equipos que permitan visió n panorámica o la
utilización de tres dimensiones (30).
• Identifica las variaciones de la rigidez de los tejidos que
atraviesa mediante la utilización de la elastografía.
• Posibilita la visualización de la estructura anatómica, así
como de la posible lesión, para poder realizar procedi-
mientos diagnósticos y tratamienros ecoguiados.

La ecog rafía es la técnica de elección en la valoración de


músculo, ligamento y tendón.
o
Figura 5-11 . Artefacto de anisotropía en tendones curvilíneos. En
el mismo paciente, modificando la posición del transductor, llega
a desaparecer la zona de anisotropía. Así se elimina la posibilidad Los inconvenientes de la ecografía incluyen la deficien-
de establecer un falso diagnóstico de lesión tendinosa. te valoración del hueso y de las estructuras inrraarriculares,
64

si bien puede ser úril para sospechar fracturas o fisuras ño de la sonda, en la cual los puntos mantienen la distan-
óseas, y cada vez los equipos más avanzados tecnológica- cia relativa. De esta forma, se pueden visualizar en una
mente de ulrrasonografía permiten observar patologías pantalla áreas de exploración de hasta 60 cm con muy bue-
meniscales o de ligamentos intraarriculares como el cruza- na resolución espacial. Por ejemplo, se pueden obtener
do posterior. Otro inconveniente es el ser una técnica que imágenes de roda la longirud del aparato extensor de la ro-
tiene una variabilidad inrerobservador y que requiere tan- dilla, del rendón de Aquiles o de los músculos de la panto-
to de una excelsa formación previa como de una curva de rrilla. Esta aplicación tiene mayor consideración cuando se
aprendizaje muy larga, por lo que el manejo de la técnica reara de evaluar una amplia lesión muscular.
con poco tiempo de formación puede llevar a frecuentes Otra tecnología recientemente incorporada es un siste-
errores diagnósticos (Perscavage-Thomas, 20 14). ma de ecografía compuesta en tiempo real que aumenta
notablemente la resolución lateral de la imagen (sistema
AVANCES TÉCNICOS APLICADOS A LA ECOGRAFÍA Compound) y mejora la visualización, especialmente en
DE LA LESIÓN MUSCULOESQUELÉTICA aquellas lesio nes que afectan a los planos más profundos.
Esta mejora técnica consigue obtener una imagen compues-
Con el objetivo de mejorar la precisión y el rigor en el ta, que se forma al enviar haces de ultrasonidos desde varios
diagnóstico, evolución y tratamiento de las lesiones mus- ángulos, al aumentar la resolución lateral de la imagen.
culoesqueléricas, la ulcrasonografía dispone de nuevas apli-
caciones tecnológicas para que, incluso con un carácter
portátil, el paciente pueda en todo momento y lugar (sala
de urgencias, quirófano, ambulancias medicalizadas) ser
La técnica de visión panorámica está indicada para eva-
luar una amplia lesión muscular.
o
valorado con la precisión y sensibilidad diagnóstica que su
proceso lesiona! requiera. En definitiva, se trata de mejo-
rar las ventajas ya citadas. Dentro de estas nuevas tecnolo- Estudio en tres dimensiones
gías cabe señalar Oiménez, 2008) las que exponen a conti- Quizás sea la innovación técnica de mayor utilidad para el
nuación. estudio ecográfico del sistema musculoesquelético. A tra-
vés de ella se realiza un barrido transversal con acúmulo de
Imagen armónica imágenes sucesivas que forman un cubo o volumen de
Esta herramienta ecográfica utiliza transductores que emi- imagen ecográfica. Posteriormente se puede examinar y vi-
ten a 7,5 MHz y recogen la información con el doble de sualizar plano a plano para el análisis tomográfico de estas
frecuencia (14 MHz), permitiendo realizar exploraciones estructuras (Fig. 5-12) .
a mayor profundidad, pero con una resolución mucho ma- Este cubo representa la orientación espacial de la captura y
yor. De esta forma, se mejora ampliamente la calidad de las en él se distinguen tres planos ortogonales: el plano transver-
imágenes obtenidas en el estudio de los músculos, los ten- so, que cona a la estructura en un segmento superior y otro
dones y los ligamentos. Estas señales armónicas (tissue har- inferior; el plano coronal, que corra la estructura en un seg-
monic image) pueden alcanzar diferentes lugares anatómi- mento anterior y posterior; y el plano sagital, que corra la es-
cos con impedancias similares y así producir un mayor tructura en un segmento medial y otro lateral. De las combi-
contraste de resolución, especialmente en la superficie del naciones de estos planos se pueden generar múltiples imáge-
tendón y de la articulación. Estudios recientes han compa- nes, que configuran de manera perfecta el estudio de la lesión.
rado la visibilidad entre el ultrasonido convencional y el
armónico y han demostrado que éste supera en el diagnós-
tico de lesiones de hombro, como las que afectan al rendón
subescapular. Finalmente, con la utilización de la imagen
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armónica se reducen la mayoría de los arcefactos que se

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producen con otros equipos, como la reverberación, y ade-

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más mejora la relación ruido-señal. Esta eficacia también
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ha quedado demostrada en otras especialidades como la :':IW' ~-..,.1
cardiología y en la exploración del abdomen, de la mama /1~_:·- .· /" .
y de los vasos. 1 . -···:_-~ ~ /

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O Con la utilización de la imagen armónica se reducen la


mayoría de los artefactos. ~

- -
Crural
-
Axial ___ - - __ ¡, :.
1

Técnica de visión panorámica y ecografía


compuesta en tiempo real Figura 5-12. La imagen en tres dimensiones se obtiene través de
un barrido transve rsal con acumulación de imágenes sucesivas
Con la técnica de visión panorámica se obtiene una ima- que permiten observar el hematoma situado entre el músculo rec-
gen resultante de un barrido de longitud superior al rama- to femoral y el e ruraL
65

o
Con el estudio en tres dimensiones [30], se logra conocer
y objetivar la form a, orientación y volumen de una posible
lesión.

Sistema cónvex virtual


Con esta técnica se origina una imagen en la que los cris-
tales de una sonda lineal emiten en abanico controlados
electrónicamente, que aumenta hasra en un 40 o/o el cam-
po de visión y facilita la exploración en los planos más pro-
fundos.

APARIENCIA ECOGRÁFICA NORMAL


DE LAS ESTRUCTURAS ANATÓMICAS Figura 5-14. Patrón tendinoso normal de un tendón sin vaina. En
esta imagen ampliada del tendón de Aquiles se aprecian con deta-
A través de la ecografía se van a obtener imágenes de gran lle las fibras colágenas, rodeadas de una linea ecoica que corres-
ponde al paratendón.
definición anatómica dentro del aparato locomotor, que
permiten el estudio y la valoración de los rendones, los
músculos, los ligamentos, las bolsas sinoviales, los nervios, lo se denomina patrÓil fibrilar (Fig. 5-14). La sonda debe
el cartílago articular y la corcical ósea. La morfología nor- hallarse paralela al eje del rendón para que no aparezca el
mal de las estructuras anatómicas del aparato locomotor artefacto de la anisotropía. En los rendones con vaina sino-
susceptibles de ser estudiadas mediante ulrrasonografía se vial se puede apreciar que están rodeados por una fina lí-
describe a continuación (Álvarez, 2006). nea anecoica, nunca mayor a 1-2 mm, y el fondo es menos
ecoico (Fig. 5-15).
Tendón
En condiciones normales, al explorar correctamente un
rendón se evidencia un patrón o ecorextura fibrila r, con al-
ternancia de líneas paralelas hiperecoicas junto a otras hi-
La exploración ecográfica del tendón presenta un patrón
de alternancia de líneas para lelas hiperecoicas junto a
otras hipoecoicas.
o
poecoicas que parecen ser producidas por una serie de re-
flexiones especulares en los bordes de los haces colágenos
y en los sepros del endorenón. La histología del tendón de-
termina las características ecográficas. En corte longitudi- Ligamento
nal están constituidos por haces de fibras colágenas parale- Los ligamentos son estructuras hiperecogénicas, pero la
las, orientadas longitudinalmente, q ue se identifican en la ecotexrura fibrilar es mucho mas compacta y densa que en
ecografía como líneas hiperecogénicas situadas en un sus- el rendón; no obstante, también presentan una cierra ani-
traro conjuntivo más hipoecogénico, rodeado completa- sorropía cuando se exploran con u na cierra oblicuidad.
mente por una envoltura hiperecoica visible como una lí- El ligamento normal aparece como un estructura lineal,
nea regular, que es el pararendón (Fig. 5-13). Este mode- ecogénica y brillante, con una ecoestructura compacta y fi-

Figura 5-13. Patrón tendinoso normal de un tendón sin vaina. Ima- Figura 5-15. Patrón tendinoso normal de un tendón con vaina. Co-
gen longitudinal de un tendón de Aquiles, donde se aprecia una locando el transductor sobre el tendón tibial anterior ITA]. éste
gran definición de las fibras de co lágeno, separadas por tabiques aparece rodeado de una fina linea anecoica lxl que correspo nde al
de tejido conjuntivo. También se observan las líneas ecogénicas espacio tenosinovial, que suele estar ocupado por una pequeña
bien delimitadas, que corresponden al paratendón [flechasl. cantidad de líquido sinovial.
66

Figura 5-16. Ligamento normal. Colocando el transductor de for- Figura 5-18. Patrón muscu lar normal. A través de una sección longi-
m a paralela a la planta del pie. entre el astrágalo y el maléolo pe- tudinal de la cara posterior de la pierna, se observa el patrón en «plu-
roneo, se observa el aspecto fib rilar e hipoecoico del liga me nto pe- ma de ave» que forma la cabeza medial del gastrocnemio y el sóleo,
roneoastragalino anterior [PAAI que une ambas estructuras óseas. separados por la fascia. Las fi bras musculares son hipoecoicas.

brilar. Los ligamentos se identifican mejor cuando se colo- co. Sin em bargo, el perimisio, el epimisio, la fascia y las
ca la sonda entre los dos huesos, ya que aparecen bandas uniones miotendinosas tienen una esrruccura hiperecoica.
d e ecogenicidad variable adyacentes a las artic ulaciones C uando se realiza un co rre longicudinal, los septos fi broa-
que realizan un recorrido interóseo d e manera que saltan diposos aparecen como delgadas estructuras ecoicas que
por encima de los espacios articulares (Fig. 5-16). La vi- atraviesan oblicuamente el músculo, dando un aspecto
sualización ampliada de estas estructuras permi te ver un «penniforme o en penacho, similar al de las barbas de una
patrón fibrilar muy fino formado por finas líneas ecoicas pluma (Fig. 5-18) . Además, se ven las fibras musculares hi-
muy corras (Fig. 5- 17). poecoicas siguiendo la dirección de la contracció n hasca al-
canzar la aponeurosis, el tabique o el rendón. Todo el mús-
culo está rodeado po r la fascia hiperecoica, que lo separa
O La exploración ecográfica del ligamento presenta un pa-
trón o ecotextura fibrila r compacta e hiperecoica. d e otros grupos musculares contiguos.
Sin embargo, en un corre transverso, los septos aparecen
como líneas ecoicas corras y a menudo unidas sobre un fondo
hipoecoico integrado por los fascículos musculares, dando un
Músculo aspecto o patrón de «cielo estrellado». Este estudio tiene utili-
Este tejido presenta una cierta hipoecogenicidad en com- dad para valorar las relaciones de los músculos entre sí y para
paración con el rendón y en su interior se visualizan sepros visualizar cierras esrruccuras, como los rendones intramuscu-
más hiperecogénicos que corresponden a los septos fibra- lares, que se disponen en sentido transversal (Fig. 5-19) .
adiposos y a las fascias. La f:'lscia es el tejido q ue envuelve a las estructuras m us-
D esde el punto de visea ecográfico, el tejido del vientre culotendinosas. Sonográficamente aparece como una vai-
muscular tiene un aspecto predominantemente hipoecoi- na fibrilar hiperecoica que rodea al tejido muscular. En

Figura 5-17. Ligamento normal. En el exa m en del ligamento pero- Figura 5-19. Pa trón muscula r normal. En este corte tra nsverso de
neoastragalino a nterior [PAAI se observa n s us límites lxl y el fi no la cara poster ior d e la pierna se visualiza la cabeza m edial del
patrón fibrilar e hipoecoico que prese nta. músculo gastrocnemio y el sóleo separ ados por la fascia.
67

men te con un patrón homogéneo, pero con una buena de-


limitación de sus bordes. Es hab itual observar la presencia
de zonas de menor ecogenicidad que se relacionan con pro-
cesos degenerativos, mienrras que en otros casos la situación
anatóm ica profunda impide visualizar su inregridad.

El cartílago hialino tiene una apariencia hipoecoica o in-


cluso anecoica.
o
Hueso cortical
La ecografía es un buen método para visualizar d isrupcio-
Figura 5-20. Cartílago hialino. El corte transverso del cartílago femo- nes de la cortical, como ocurre en las fracturas. Al poder
ral a la altura de la articulación femoropatelar ICI permite determinar explorar el hueso en varios planos, se puede visualizar en
su forma de valle. así como el grosor y la nitidez de sus bordes. las fracturas si existe una alineación correcta o posibles des-
plazamientos de los extremos óseos, así como la formación
ocasiones se distingue la unión de las láminas aponeuróri- y correcta evolución o no del callo de fractura.
cas de dos músculos que están en conracto y es necesario, La superficie corrical del hueso se visualiza en ecografía
cuando se produce un traumatismo muscular, realizar el como una línea continua, lisa, m uy de nsa y reflecta nte,
examen detallado de estas láminas para descartar una roru- que produce sombra acústica posterior. Dado q ue los ul-
ra o la presencia de un fino hematoma. trasonidos se reflejan en la superficie ósea, sin poder pene-
trar en ella, el hueso subcortical no se podrá observar. Ade-
más, el periostio sólo podrá ser visualizado si es patológico,
La exploración ecográfica del músculo presenta un pa-

o trón predominantemente hipoecoico, en el vientre mus-


cular, asociado a estructuras hiperecoicas que se corres-
ponden con las fascias y las entesis.
como sucede en aquellas lesio nes q ue afectan a la cortical
ósea, al periostio o a los tejidos blandos en conracto direc-
to con el hueso (Fig. 5-22). En zonas articulares, el hueso
aparece recubie rto de una fi na línea o banda anecoica que
corresponde al cartílago hialino (Fig. 5-23).

Cartílago hialino y fibrocartílago


C uando el cartílago q ue cubre las superficies articulares es
de tipo hialino, se observa una fina banda homogénea re-
La cortica l del hueso se vis ualiza ecográficamente como
una imagen con somb ra acústica posterior.
o
lativamente anecoica sobre la cortical, que recubre el hue-
so, con unos bordes bien delimitados y suaves debido al
gran com ponente acuoso que contiene (Fig. 5-20). Nervios periféricos
Pero existe orro tipo de cartílago, más duro, que se deno- Los nervios periféricos se identifican a través de la ultrasono-
mina fibrocartílago, y que a través de la ecografía se muestra grafía gracias a su posición y al reconocimiento de su estruc-
como una estructura hiperecogénica (Fig. 5-21), general- tura interna. Los nervios periféricos, cuando son normales,

Figura 5-21. Fibrocartílago. En el exa men longitudinal de la cara


medial de la rodilla se observa la referencia ósea del fémur y de la
tibia, y entre ambas, el espacio articular. En el interior de esta zona Figura 5-22. Superficie ósea. La cortical ósea de la tibia, explora-
aparece una image n hiperecoica tria ngular que corres ponde al da mediante un examen transverso, se observa como una línea
menisco in te rno !Mil. por debajo del ligamento la teral interno conti nua, lisa y reflectante. Dicha imagen produce sombra acústi-
ILLII. Llaman la atención las áreas de menor ecogenicídad, corres- ca posterior, aunque por debajo se visualizan zonas ecoicas que
pondientes a zonas de degeneración (flechas!. corresponden a imágenes artefactadas.
68 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades

Figura 5-23. Superficie ósea y cartilago hialino. En esta image n se


aprecia la cortical del cóndilo femoral en un abordaje pos terior,
que aparece rodeada de una fina capa anecoica que corresponde al
ca rtílago articular [flecha). Figura 5-25. Receso articular vacío. El examen longitudinal sobre
el tendón del cuádriceps permite observar su aspecto fibrilar y ho-
mogéneo hasta alcanzar la rótula. Obsé rvese el espacio linea l ane-
tienen un patrón ecográfico uniforme, muy relacionado con coico, que corresponde al receso suprapatelar [RSlsituado por de-
su estructura histológica. A través de un examen transversal bajo del tendón. Esta imagen indica que el receso está desocupa-
muestran una imagen denominada ccen sal y pimienta)), con do de líquido sinovial.
puntos reAecrantes que representan el tejido conectivo de
sostén y que destacan sobre el fondo hipoecogénico de los Están formadas por dos hojas de tej ido sinovial que se
fascículos nerviosos (Fig. 5-24). En el estudio longitudinal muestran hiperecoicas, bien por la grasa que las rodea o
provocan una imagen alargada, fibrilar o fuscicular hipoecoi- como consecuencia de la interfase p roducida entre el teji-
ca, producida por los fascículos nerviosos, alternando con do circundante y el líquido sinovial que contienen en su
líneas más hiperecogénicas que representan el tej ido conecti- interior de forma fisiológica. Tanto las bolsas como los re-
vo o de sostén. En general, los nervios se diferencian de los cesos articulares, cuando están vacíos, tienen un pequeño
rendones por su ecotexrura, por la falta relativa de anisorro- contenido que se muestra como una fina banda hipoecoi-
pía, así como por su ubicación y proximidad a los vasos. ca (Fig. 5-25). En realidad esta estructura sólo se visualiza
en aquellos casos de patología articular, cuando la bolsa o
el receso tienen una cantidad de líquido superior a la nor-
O Los nervios periféricos mues tran una imagen caracterís-
tica «en sal y pimienta».
mal (Fig. 5-26).

Ecografía de las bolsas sinoviales


Las bolsas s inoviales se visualizan cuando existe derra-
m e s inovial. o
Son estructuras anatómicas que sirven para facilitar el des-
lizamiento de los distintos tejidos musculoesqueléricos.

Figura 5-24. Nervio perifé rico. Colocando el transductor en el eje Figura 5-26. Receso articu lar ocupado. En este estudio sagital del
axial de la muñeca, se observa en un plano superficial una banda tendón cuadricipital se observa s u patrón fib rilar. También apare-
hiperecoica que corresponde al re tináculo flexor [RFI. y por deba - ce un a imag e n anecoica d e as pecto oval que corresponde con el
jo apa rece una zona ova l de predominio hipoecoico, salp icada con receso s upra pa telar (RSI parcialmente ocupado por liqu ido s ino-
puntos ecoicos, que corresponde a l nervio mediano [x). vial y que se sitúa debajo del tendón.
69

Figura 5-27. La visualización de la aguja durante una infiltración


ecodirigida del hematoma (HI. situado dentro del bíceps femoral.
permite alcanzar con la aguja (xl el in terior del he ma toma enquis- Figura 5-28. Con la técnica de doble aguja del lavado percutáneo
tado sin dañar los tejidos adyacentes. de calcificacio nes se co locan éstas de forma que se vea la punta de
una de ellas junto al trazado longitudinal de la otra, siempre en la
proximidad de la calcificación.
INTERVENCIONISMO
La ecografía musculoesq uelética intervencionista es la apli- rualmenre deben ser elegidos los transductores de enrre 7 y
cación terapéutica de esta técnica de imagen cuyas indica- 12 MHz, la aplicación de sondas de mayor frecuencia permi-
ciones son múltiples, aunque las más frecuentes permiten re la identificación precisa del lugar más seguro para la inyec-
guiar la colocación de una aguja para la infiltración de un ción, especialmen te en pacientes con cavidades arriculares
fármaco o para la aspiración de una colección líquida (Fig. con movimiento limitado, o bien en aquellos casos de ensan-
5-27). En otras ocasiones puede facilitar algunos procedi- chamiento de las vainas tendinosas. La u tilización de agujas
mientos invasivos como el drenaje de hematomas o absce- de 21 G 1Y2 (0,8 X 40) suele ser adecuada, aunque se ha pro-
sos, la toma de muestras de biopsia y las técnicas de repa- puesto el empleo de una técnica con doble aguja (Fig. 5-28).
ración qui rúrgica meno r (Peng & Shankar, 20 14). La inyección de sustancias guiada por ecografía, en defini ti-
Para una mayor precisión, la ecografía intervencionista va, aumenta la precisión y reduce el riesgo de infiltración
debe preceder y guiar a la terapia con inyecciones locales errónea en otros rejidos, como rendones, músculos, nervios
siempre que sea posible desde el punro de visra prácrico, así o piel Qiménez Díaz, 2010a).
como para la evacuación de aquellas colecciones líquidas si- Las indicaciones más frecuentes en el rraramienro de la
ruadas en profundidad o cuando el proceso inflamatorio se lesión tendinosa son las peritendinosis, el lavado percutá-
encuentre localizado en la proximidad de escruccuras anató- neo de calcificaciones, la punción aspiración de bolsas si-
micas que podrían ser dañadas. El empleo de la ecografía in- noviales peritendíneas, el tratamiento ecoguiado de la apo-
tervencionisra para localizar aquellas colecciones líquidas si- neurosis plantar y la esclerosis vascular peritendinosa. La in-
tuadas en los tejidos blandos y en articulaciones mejora la filtración de entesopatías a menudo perm ite la realización
precisión en la aspiración diagnóstica de líqu ido sinovial, de renoromías, como sucede en el tratamiento de la tcndi-
parricularmenre en articulaciones pequeñas. Aunque habi- nosis de inserción de los extensores en la epicondilalgia.

~~ RESUMEN

• Con el objetivo permanente de mejorar la precisión y el ri- • Se trata de aprovechar las ventaj as ya conocidas de la so-
gor en el diagnóstico, evolución y tratamiento de las lesio- nografía, como son la accesibilidad, el bajo coste, la capa-
nes musculoesqueléticas, especialmente en el ámbito del cidad multiplanar, la posibilidad de realizar una explora-
deporte, se hacen impresci ndibles nuevas a plicaciones ción dinámica en tiempo real y la opció n de rea lizar un es-
tecnológicas de la ultraso nografía para que el paciente tud io comparativo con la extremidad contralateral sana.
pueda, en todo momento y lugar [impresci ndible en el ám- • Esta técnica en una herramienta básica en el diagnóstico de
bito de traumatología del deporte y labo ra l]. ser valorado la lesión y en el tratamie nto a través de cirugía mínimamen-
con la precisión y sensibilidad diagnóstica que su proceso te invasiva de pequeñas lesiones musculoesq ueléticas del
lesiona! requiera. deportista.
R. Méndez Sánchez, J. L. Sánchez Sánchez y A. S. Puente González

~ OBJETIVOS DEL APRENDI Z AJE

• Conocer las difere ntes estructuras que se consideran partes blandas, sus propiedades y sus funciones .
• Estudiar la fisiopatología, las manifestaciones clínicas y la va loración de las lesiones del tendón, conocimiento ne-
cesario para pode r realiza r una correcta interve nción fisioterápica.
• Saber clasificar las diferentes lesiones que se dan en la estructura tendinosa.
• Estudiar la fisiopatologia, las manifestaciones clínicas y la va loración de las lesiones ligamen tosas, así como sus
posibles clasificaciones.
• Estudiar la fisiopatología, las manifestaciones clínicas y la valo ración de las lesiones del sistema nervioso perifé-
rico, así como sus clasificaciones.
• Conocer las generalidades sobre los tipos de lesiones vasculares, su fisiopatologia general y su sintomatología
principal de ca ra, fundamentalme nte, a un diagnóstico diferencial.

GENERALIDADES DE LAS PARTES BANDAS siones que sufre la mayoría de la gente en un momento o
Y SU PATOLOGÍA en otro, especialmente en la práctica deportiva.
A su vez, el proceso fisiopatológico dependerá del tipo
Para entender mejor las diferentes lesiones de las partes blan- de lesión, atend iendo p ri ncipalmente a la evolución; es de-
das, su fisiopatología, sus manifesmciones clínicas y poste- cir, se puede disti nguir entre lesiones agudas, subagudas y
riormente proponer y llevar a cabo el tratamiento más ade- crónicas. El p unto de corre entre una lesión que se consi-
cuado, es importante tener unos conocimientos b<isicos so- dera aguda-subaguda frente a una lesión crónica difiere
bre el tejido conjuntivo, como común d enominador de las tanto por la patología en sí como por los autores o profe-
partes blandas {véanse los capítulos l y 2 de este manual). sionales que lo abordan.
Teniendo esro en cuenta, en este capítulo se va a prestar En las lesiones agudas-subagudas de las partes blandas
especial atención a las lesiones de los tendones y de los li- se puede considerar q ue el proceso fisioparológico suele
gamentos, además de tratar las lesiones de los nervios y de pasar por tres fases más o menos definidas: la lesión, la in-
los vasos. En el capítulo 37 se estudiarán las lesiones m us- fla mación y la reparación; o también se puede hablar de
culares, asociadas fund<unenralmente al esfuerzo físico-de- fase inflamatoria, fase p roliferativa y fase de remodelación.
portivo. Para el estudio de enfermedades m usculares, el Las fases pueden superponerse ligeramente, aunque suele
lector puede d irigirse al GEl anexo 3. Casos clín icos para prác- haber cierta independencia entre ellas en el proceso de re-
ticas de au la, donde, en el caso práctico noveno para prác- cuperació n tisular.
ticas de aula, se desarrolla un caso clínico sobre miopatía
(distrofia de Ouchenne).
Las lesiones de partes blandas se pueden producir po r
traumatismos, por sobrecarga, por sobreuso, fundamental-
Los síntomas clásicos de la fase aguda son el calor, ru-
bar, dolor, inflamación e impotencia funcional.
o
mente por los movimientos repetitivos, por algunas enfer-
medades (véanse los capítulos 45, 4 6 y 50, de este manual) En un primer momento, t ras la lesión, si llega a haber
y por alteraciones químicas como la que se produce en la lesión anatóm ica, las fibras rotas sangran y comienzan a
inflamación o en las intoxicaciones. Este amplio abanico llegar leucocitos, lo que se asocia a una vasodilatación y a
de posibilidades hace que las lesiones d e partes bla ndas a una extravasación plasmática en la zona: el edema. Éste
menudo sean cotidianas, lo que se traduce en que son le- está co nstituido, fundamentalmente, por líquido con célu-

71
72

las inflamatorias y proteínas, que, además de luchar contra atrofia y espasmo muscular, corticosteroides y otros fárma-
una posible infección, darán origen al tejido cicatricial. cos (13El véase anexo 1. Farmacología del s istema musculoes-
Además, la alta concentración de proteínas atraerá más lí- queléticol.
quido por el aumento de la presiqn osmótica. El dolor co- A continuación se abordan por separado las principales
mienza fruto de la irritación de las terminaciones libres, lesiones de partes blandas (tendones, ligamentos, tejido
por las sustancias químicas segregadas en la zona y por el nervioso, vascular y otros tejidos).
aumento de presión inrratisular a medida que aumenta el
edema, y suele ser un dolor más agudo, incenso y localizado. GENERALIDADES DE LAS LESIONES DEL TENDÓN
El proceso es el siguiente:
• Entre las 24 y 72 horas: comienzan los macrófagos a eli- Las tendinopatías son unas de las lesiones más frecuentes
minar el tejido muerto y los fibroblastos a formar el te- del aparato locomotor, con una alta incidencia tanto en el
jido de granulación que dará origen al tejido fibroso ci- mundo laboral como en el mundo d eportivo.
catricial. La complejidad de la patología del tendón exige cono-
• Entre las 72 horas y el 7° día: comienzan a formarse los pri- cer su estructura y su biomecánica. La función principal de
meros puentes fibrosos y a disminuir la vascularización. los tendones es soportar grandes fue rzas de tensión y su es-
• Hasta el l4° día: el tejido fibroso aumenta y aporta cada tructura está diseñada para ello. Desde el punto de vista
vez más resistencia a la cicarriz como para soportar ten- macroscópico, los tendones sanos son blancos, brillantes y
sión normal. rígidos, pero con cierto grado de flexibilidad. Dentro de la
• A partir de la 2a semana: cuando la cicatriz es más o me- macroestructura del tendón se distinguen tres regiones: la
nos consistente, comienza el tejido fibroso a adquirir unión musculotendinosa, el cuerpo del tendón y la unión
mayor resistencia, a la vez que a retraerse, comprome- osteotendinosa. Microscópicamente están compuestos por
tiendo las propiedades mecánicas y elásticas del tejido fibroblastos o tenocitos (son las células tendinosas), colá-
lesionado. geno (molécula fuerce y resistente configurada para sopor-
tar muy bien la tensión), tejido conjuntivo (rodea a los ha-
ces de colágeno, los ayuda a moverse y transporta los ele-

o En Las Lesiones agudas-subagudas de Las partes blandas,


el proceso fisiopatológico suele pasar por tres fases : in-
flamatoria, proliferativa y fase de remodelación.
mentos que los nutren) y matriz excracelular (es una sus-
tancia amorfa que contribuye a difundir los nutrientes, a
sintetiz.'lr el colágeno y es la responsable de las propiedades
viscoelásticas y de la resistencia a la compresión del ten-
En las lesiones crónicas de las partes blandas el proce- dón) (13El Vol. 11, capítulo 111.
so agudo-subagudo ha finalizado. Esto puede deberse a El tendón es una estructura con una irrigación vascular
que finalizó la fase de remodelación o cicatrización, com- y una inervación escasas, pero también lo es su metabolis-
prometiendo la fisiología normal del tejido lesionado, o a mo. Durante muchos años se ha pensado que esto era una
que el mecanismo lesional por sobrecarga o sobreuso ha de las causas de su lesión, pero actualmente se acepta que
sido prolongado en el tiempo. La fase crónica de las lesio- es la necesaria para su correcto funcionamiento.
nes de partes blandas se caracteriza por la existencia de do-
lor, generalmente menos incenso y más difuso, por no ha- Tendinopatía: tendinitis y tendinosis
ber inflamación, sino más bien fibrosis posterior a una fase Clásicamente se ha utilizado de forma indiscriminada el
aguda inflamatoria, por haber degeneración tisular, y/o término tendinitis G> para denominar a la mayoría de las
por existir una sensibilización periférica y central en rela- patologías relacionadas con el tendón, aunque en los últi-
ción con la lesión en cuestión. En algunas lesiones se con- mos años son numerosos los autores que abogan por aban-
sidera que a partir de la 3n-4n semana comienzan a con- donar este término para designar a las lesiones tendinosas
siderarse crónicas; orras, como por ejemplo en las cervical- como tendinosis e o tendinopatías, atendiendo a los ha-
gias, se puede considerar que son crónicas co n más de llazgos anatomoparológicos, histológicos y clínicos apare-
6 meses de evolución del dolor de forma intermitente, o cidos en sus estudios.
más de 3 meses si es de forma continua. En la terminología médica, el sufijo -itis significa «in-
Estas temporalidades descritas co ndicionan el trata- flamación», por tanto, una tendinitis es la patología del
miento de cada una de las lesiones en cada uno de los teji- tendón en la que éste se encuentra en una situación de pre-
dos blandos (cm Vol. 11, capítulo 7), ya sean lesiones muscu- dominio inflamatorio. Esto es característico de las lesiones
lares (aparrado Tratamiento de fisioterapia en las lesiones agudas de naturaleza traumática, como las concusiones, los
musculares), lesiones ligamentarias (apartado Tratamiento desgarros o las roturas del tendón.
de fisioterapia en las lesiones ligamentosas) o tendinopa- La etiología de la lesión del tendón más aceptada en la
tías (apartado Tratamiento de fisioterapia en las tendino- actualidad obedece a una lesión por sobreuso o sobrecar-
patías). ga, causada por microtraumatismos repetidos sobre el ten-
Algunos de los factores que pueden alterar estos proce- dón a lo largo de un dilatado período de tiempo. En este
sos normales de curación son: la propia naturaleza d e la le- caso no se podrá hablar de una lesión aguda sino crónica,
sión, el déficit de aporte sanguíneo, tensiones excesivas so- y por tanto, se la podría denominar tendinitis crónica,
bre el tejido lesionado (sobre todo en los primeros días), siempre y cuando se cumpla que el cuadro clínico del ten-
73

dón sea de predominio inflamatorio. Sin embargo, parece tendón, asociada a una paratendonitis externa don-
que esm no es así. de sí existe inflamación. También pueden verse afec-
Desde los trabajos de Ferretti (1986), Puddu, Cipolla & tadas estructuras cercanas al tendón como las bolsas.
Franco (1993), y Khan, Cook, Taunton & Bonar (2000),
son ya numerosos los estudios publicados que demuestran
que en análisis histopatológicos de las lesiones por sobre-
uso no se encuentran células inflamatorias a nivel tendino-
Según sea la porción del tendón afectada, se presentará
una u otra de las diversas formas de tendinopatía, por lo
o
qu e es fundamental atender al diagnóstico.
so, sino cambios degenerativos. Por tanto, no puede ser
utilizado el sufijo -itis para denominar este cuadro patoló-
gico sino el sufijo -osis, que significa <degeneración». En-
ronces, este cuadro clínico debería ser denominado tendi- Etiología de las tendinopatías
nosis. Realmente existen pocos estudios prospectivos, aleatoriza-
Algunos autores mantienen que no debe existir una dos y controlados que analicen todos los aspectos de las
dualidad tan excesivamente marcada entre tendinitis y rendinopatías, y, en especial, pocos estudios que investi-
tendinosis, cuando en realidad no se puede excluir de for- guen las primeras fases de esta patología. Como ya se ha
ma absoluta una enfermedad cuando predomina la otra. indicado, la sobrecarga mecánica y los microtraumarismos
Por tanto, los cambios degenerativos en el tendón parece de repetición parecen ser actualmeme los factores etiológi-
ser que pueden coexistir con hallazgos de carácter infla- cos más aceptados en las tendinoparías crónicas. Sin em-
matorio. bargo, están descritos una multitud de facrores intrínsecos
y extrínsecos que tienen relación con la patología y que,
posiblemente, sean factores predisponentes a ella, como

o En la actualidad se considera más conveniente utilizar el


término tendinopatía para referirse a la patología del ten-
dón.
son: las alteraciones biomecánicas, los desequilibrios mus-
culares, la laxitud articular, la edad, la cantidad de tejido
graso, causas hormonales, nutricionales, genéricas, medi-
camentosas, la hiperterm ia, errores en el entrenamienro,
deshidratación, reposo, etcétera.
Clasificación de las tendinopatías Los gesros repetitivos en el trabajo, la vida diaria o el de-
Un gran número de publicaciones se han referido al diag- pone producen microtraumatismos contin uos en el ten-
nóstico y clasificación de las diversas formas de rendinopa- dón. Esto, unido a algunos de los factores antes menciona-
rfa, y en ellas se concluye que se debe atender a cuál es la dos y sumado al facror tiempo, podría provocar una tendi-
porción del tendón afectada. En función de esto se pueden nopada crónica por sobreuso. El fenómeno es explicable
clasificar las rendinopatías en: basándose en las propiedades biomecánicas del rendón, y
• Tendinopatía aguda: la fuerza y tensión a las que se le somete. Las cargas fisio-
- Tendiniris: es la lesión aguda del rendón. Existe una lógicas generalmente producen un estiramiento del ten-
respuesta celular inflamatoria dentro del tendón. dón que no supera el4 %. Valores superiores a este 4 o/o le-
Debe tener una evolución menor de 3 semanas, sionan fibras tendinosas, mientras que estiramientos de
tiempo que se considera que tiene como duración la entre el 8 y el 12 % ocasionan una ro tura de la estructura.
fase aguda. Este cuadro clínico siempre es doloroso. Cuando se supera la capacidad del tejido para reparar los
- Paratendonitis: es la inflamación de las capas exter- defecros estructurales, comienza el ciclo de degeneración
nas del tendón (llamado paratendón) y engloba afec- del tendón.
ciones como la renosinovitis. En la fase aguda se pro-
d uce un edema con células inflamatorias, seguido al
cabo de horas o días de un exudado fibroso causante
En las tendinopatías crónicas, la sobrecarga mecánica y
los microtraumatismos de repetición parecen ser los fac-
o
de crepitación y limitación del recorrido del tendón tores etiológicos más frecuentes.
dentro de la vaina. Si este cuadro permanece en el
tiempo, aparece una marcada proliferación de fibro-
blasros y se desarrolla un tejido conectivo inmaduro
y una red de fibrina organizada: son las adherencias. Fisiopatología de las tendinopatías
• Tendinoparfa crónica: En la tendinosis se dan una serie de cambios fisioparológi-
- Tendinosis: es la lesión crónica degenerativa del ten- cos que Nirschl denominó tendinosis angiofibroblástica, y
dón. En histopatología aparece un aumento del nú- que se pueden resumir en: cambios celulares, cambios en
mero de fibroblastos, colágeno fragmemado y desor- el colágeno y cambios vasculares.
ganizado, hiperplasia vascular y en muchas ocasiones Entre los cambios celulares que se producen se advierte
presencia de microcalcificaciones. La característica la trasformación de los renocitos. Aumenta notablemente
principal es que no aparecen células inflamatorias. su metabolismo y se observa un cambio del tipo de coláge-
Este cuadro clínico no siempre es doloroso. no con degeneración del tipo I (que es el que aparece en el
- Tendinosis con paratendonitis: es la degeneración ten- tendón mayoritariamente) e incremento del tipo III. Esto
dinosa sin respuesta celular inflamatoria dentro del se sustenta en la hipótesis de que las microlesiones que
74 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección l. Generalidades

aparecen en los procesos degenerativos de los rendones


producen un deterioro gradual en la calidad de la matriz
extracelular, la cual experimenta una transfo rmación pau-
latina que convierte las fibras de colágeno de tipo 1 orga-
nizado en colágeno de tipo III con una disposición desor-
ganizada y al azar. Iwasaki et al demostraron que distintos
mediadores químicos pueden producir cambios en las cé-
lulas del mesénquima periósrico en condrocitos y osreoci-
tos. Esto explica la presencia de calcificaciones en algunas
tendinoparías.
En cuanto a los cambios en el colágeno, Leadberrer (1992)
demostró que el colágeno en las rendinosis aparece desor-
ganizado y con presencia de microdesgarros y signos de de-
generación hialina con cambios en la matriz extracelular. Figura 6-1. Postoperatorio inmediato tras sutura término-terminal
Además de estos cambios, Nirschl y Kraushaar hallaron no de rotura total de tendón rotuliano. Obsérvese el vendaje compresi-
vo, el control del sangrado y exudado mediante el drenaje y la cric-
sólo un proceso biológico incompleto de reparación, sino
tera pia loca l mediante Cryo-Cuff". [Cortesía del Dr. Jesús Seco).
también una pérdida fisiológica de la comunicación entre
el proceso de curación y la tendencia normal del organis-
mo a restaurar la estructura original del rendó n. Ellos ob-
servaron al microscopio electrónico que, en las zonas de
rendinosis, las fibras de colágeno no se conectan entre sí
para d ar continuidad y mantener la estructura del rendón,
como ocurre en condiciones normales. Adem<is, se obser-
va una desalineación de las fibras de colágeno y éste apare-
ce envuelto en una sustancia mixoide que actuaría como
un u pegamento lipofibroso», disminuyendo y alterando el
correcto deslizamiento de las fibrillas. Algunos trabajos ex-
plican que el colágeno sintetizado por los renocitos es de
baja calidad y más vulnerable, como consecuencia de la al-
teración del entorno y de las fUnciones de regulación de la
matriz exrracelular. Todos estos cambios en el colágeno se Figura 6-2. Retirada del drenaje. A las 48 horas de la cirugía. [Cor-
producen fundamentalmente y con más asiduidad en la tesía del Dr. J esús Secol.
unión osteotendinosa.
Entre los cambios vasculares se produce una hiperplasia
vascular. Los vasos sanguíneos en las tendinopacías se du- contrarresisrencia d el fisioterapeuta constituye la prueba
plican y endurecen su lámina basal. Además, muchos va- más relevante dentro del examen clínico. Las técnicas diag-
sos presentan obliteración de su luz, y la matriz d e coláge- nósticas que p ueden complementar la exploración física
no que los rodea es también de mala calidad; por tanto, son: la ecografía (muy específica y utilizada en rendones) y
aunque existe hipervascularidad, los neovasos que apare- la resonancia magnética.
cen no son funcionales. El rema d el rendón rotuliano se estudia en el capítu-
lo 25 , y si bien la rotura es quirúrgica (Figs. 6-1, 6-2 y 6-3),
En la tendinosis se producen una serie de alteraciones fi-

o siopatológicas como cambios celulares, en el colágeno y


vascu lares, lo que se conoce como tendinosis angiofibro-
blástica.

Cuadro clínico, exploración y diagnóstico


de las tendinopatías
El síntoma estrella que el fisioterapeuta encontrará en una
tendinopatía es el dolor en el rendón. Normalmente bien
localizado a la palpación, a punta de d edo o como máxi-
mo con dos dedos, y sin irradiació n. El dolor aparece con
la actividad y normalmente se encuentra relacionado con
actividades que provocan la sobrecarga en ese tendón. Figura 6-3. Inmovilizaci ón en -15 gra dos de extensión mediante fé-
Además de la palpación, la reproducción de la sintoma- rula rígida posterior abi erta , que permite tratamiento local. [Corte-
rología en las maniobras de ejecución de movimientos sía del Dr. Jesús Seco].
75

Figura 6-4. Cinesiterapia temprana. [Cortesía del Dr. Jesús Seco]. !Al Ejercico contrarresistencia en cadena abierta anterior. [Cortesía del Dr.
Jesús Seco]. (B) Ejercico contrarresistencia en cadena abierta posterior. [Cortesía del Dr. Jesús Seco).

el tratamiento de fisio terapia es fundamental en la recupe-


ración (Figs. 6-4, 6-5, 6-6, 6-7, 6-8,6-9 y 6-10). El craca-
mienco flsiocerapéucico de las tendinopatías se explica en
el GEl Vol. 11, capítulo 28.

GENERALIDADES DE LAS LESIONES


Ll GAM ENTOSAS
Los ligamentos, junto con las cápsulas articulares, son las
estructuras pasivas estabilizadoras de las articulaciones. Su

Figura 6-5. Mecanoterapia para lograr mayor rango de movimiento


articular. [Cortesía del Dr. Jesús Seco].

Figura 6-7. Electroestim ulación mediante corrientes exponenciales


excitomotrices. [Cortesía del Dr. Jesús Seco].

Figura 6-6. Deambula-


ción asistid a con mule-
tas. [Cortesía del Dr. Figura 6-8. Terapia con láser para favorecer la cicatrización. [Corte o
Jesús Seco]. sía del Dr. Jesús Secol.
76

Figu ra 6- 9. Ejercita- las lesiones ligamentosas, roda procedimiento de fisiotera-


ción en ciloergómetro. pia, ya sea preventivo o terapéutico, debe incluir ejercicios
[Cortesía del Dr. Jesús
Seco]. orientados hacia su recuperación (Figs. 6-11 y 6-12) .
Las propiedades mecánicas de los ligamentos están
acordes con su función estabilizadora y vienen determina-
das por su estructura -ricos en colágeno multidireccional
y proteoglicanos-. Esta estructura les proporciona propie-
dades viscoelásticas, en las que la velocidad condiciona la
deformación del tejido. Las propiedades mecánicas se pue-
den ver afectadas por diferentes factores como la localiza-
ción anatóm ica, la exposición previa de carga, la tasa de
elongación, la dirección de fuerzas aplicadas, el grado de
inmovilización y la edad.

Clasificación de las lesiones ligamentosas


Las lesiones ligamen rosas se pueden clasificar según varios
facto res: la naturaleza de la lesión, la localización d e la le-
sión y el grado de la lesión.

Según la naturaleza de l a lesión


Según su naturaleza lesional, se dividen en:
Lesiones crónicas con retracción: son lesiones posterio-
res a una cicatrización y/o período de inmovilización
prolongado que provoca una retracción del tejido cica-
rricial y del ligamento, lo que conlleva una limitación
función principal es limitar el movimienro arricular y con- del rango de movilidad arricular.
ferir estabilidad arricular entre los segmentos óseos, y aun- Lesiones crónicas por hiperlaxirud: son lesiones en las
que muchas veces se olvida su función propioceptiva, la que los ligamentos presentan mayor laxitud de lo nor-
cual juega un papel muy importante en el tratamiento de mal, lo que tiende a provocar una hipermovilidad o in-
cluso una inestabilidad arricular. Esto puede producir-
se, bien por sobresolicitación en un estiramiento duran-
re riempo prolongado (microrraumatismos), por no res-
petar la biología de la reparación tisular después de una
lesión aguda y comenzar antes de tiempo las tensiones
sobre el ligamento, o por la laxitud generalizada que
presenta cada persona, sobre roda en las mujeres o en
patologías del tejido conjuntivo.
Lesiones agudas: son las más frecuentes y son aquéllas
en las que el mecanismo lesiona) es puntual y momen-
táneo, generalmente por un traumatismo o movimien-
to forzado, que conlleva en mayor o m enor grado una
rotura anatómica de sus fibras.

Estas lesiones agudas se d enominan esguinces 0 , que


junto con las subluxaciones y luxaciones, se valorarán más
en profundidad en el capítulo 7, aparrado Esguinces.

Según la localización de la lesión


Según su localización, se dividen en:
• Lesiones en el cuerpo del ligamento: la rotura de las fi-
bras se produce en la zona central del ligamento. Esta
lesión es más característica en adultos jóvenes.
• Lesiones en la inse rción ósea: la rotura de las fibras
se produce en la unión del ligamento con el hue-
so. Son más características en adultos de mediana
edad.
Figura 6-10. Ejercicio propioceptívo sobre plato inestable. [Cortesía • Lesio nes de fracmra por avulsión: la rotura es en ellme-
del Dr. J esús Seco]. so, debido a una menor consistencia de éste con rela-
77

Figura 6-11. Serie de ejercicios de propiocepción sobre arena en la playa. [Cortesía del Dr. Jesús Seco].

ción al ligamento. Es m ás frecuente en niños y personas mación e importante limitación funcional asociada a
mayores. inestabilidad articular.
• Grado III: es una lesión grave con rotura toral del liga-
(Véase el capítulo 8, apartado C lasificación de las fractu- memo, dolor, inflamación y limi tación funcional total
ras por su mecanismo de producción) . y evidente inestabilidad articular.

Según el grado de la lesión


Según el grado lesiona!, se dividen en:
• Grado I: es una lesión leve con una rotura de fibras
Las lesiones ligamentosas se pueden clasificar según va-
rios factores: naturaleza de la lesión, localización y gra do
o
de ésta.
apreciable e n el microscopio y que conlleva escaso do-
lor, escasa inflamación y escasa limitación funcional.
• G rado II estable: es una lesión moderada con una rotu-
ra parcial macroscópica del ligamento, con dolor, infla- Etiología de las lesiones ligamentosas
mación y limitación funcional, aunque conserva la es- Son muchos los estudios epidemiológicos que incluyen a
tabilidad articular, generalmente por la integridad del las lesiones ligamentosas entre las más frecuentes, no sólo
resto de estructuras estabilizadoras. en la práctica deportiva, sino en la población en general.
• Grado II inestable: es una lesión moderada-grave, con La inmensa mayoría, por no decir casi la totalidad, de
rotura parcial macroscópica del ligamento, dolor, infla- las lesiones ligamentosas so n lesiones agudas provocadas
por traumatismos, directos o indirectos.
Los traumatismos directos podrían considerarse como
una contusión, que pued e conllevar rotura o no del liga-
mento, y por ramo ser una lesión aguda de éste.
Los traumatismos indirectos implican un alargamiento
brusco del ligamento, más allá de sus propiedades plásticas
de deformació n, lo que produce la ro tura a natómica. Es-
tos traumatismos indirectos pueden ser movimientos o
gestos bruscos que vayan más allá del rango normal de la
articulación estirando y rompiendo el ligamento (como
por ejemplo una inversió n forzada de tobillo al pisar mal).
También pueden considerarse indirectos los m ecanismos
en los que un traumatismo directo sobre uno de los hue-
sos de la articulación p roduce un estiramiento brusco del
ligamento (como ocurre al go lpear la pierna cuando está
en apoyo en entradas habituales del fú tbol).
Las lesiones crónicas por hiperlaxitud G> son muy poco
frecuentes; en ocasiones por microrraumatismos en estira-
miento de forma repetida, pero, generalmente, se deben a
precipitaciones en el tratamiento y recuperación de lesio-
nes agudas, ya que si no se respetan los tiempos que mar-
ca la biología de la cicatrización y la remodelación tisular,
se puede provocar que qued e una cicatriz más larga de lo
Figura 6-12. Ejercicio de control propioceptivo en apoyo monopodal normal, lo q ue implicará una insuficiencia del ligamento
y realizado sobre arena en la playa. [Cortesía del Dr. Jesús Secol. y, por tanto, una inestabilidad po r laxitud.
78

Figura 6-15. Aplicación local de electrote ra pia analgésica. [Cortesía


del Dr. J esús Seco].
Figura 6-13. Crioterapia local. Aplicación mediante sistema com-
presivo. Elevación del miembro. [Cortes ía del Dr. J es ús Seco]. • En las lesio n es agudas predominan los síntomas típi-
cos de las lesiones del tej ido blando que se han comen-
En estas lesiones no se abordará un subapartado para la tado al inicio del capítulo: calor, rubor, d olor, inflama-
fisiopatologfa de las lesiones ligamentosas, ya que se podrían ció n e impotencia fu ncional. Suele ser característico el
aplicar las generalidades explicadas anteriormente, en este dolor intenso, con una inflamación más o menos ráp i-
mismo capítulo, para las lesiones agudas-subagudas de par- da, según la graved ad de la lesión, y, como consecuen-
res blandas en general, con sus tres partes definidas en la cia, la im potencia funcional para el movimiento y/o
evolución: tras la lesión y el sangrado se producirá la fase de para la carga, en fu nción de la articul ació n comprome-
inflamación, la fase de reparación y la fase de remodelació n. tida. En muc has ocasio nes incluso aparece un hemato-
ma en la zona, o por debajo de la zona lesionada, entre
Manifestaciones clínicas, exploración y diagnóstico 24 y 72 horas desp ués d e la lesión. Se recom ie nda
de las lesiones ligamentosas el método RICE (rest, ice, compression, elevation} o
En cuanto a los aspectos del manejo clín ico de las lesiones C RICER (crioterapia, compresión, elevación y reposo)
ligame ntarias, se tratará en primer lugar lo relacio nado co n (Figs. 6- 13 y 6-14) ; para el dolor se recomienda aplicar
la sintomatología, para luego referirse en conjunto a la ex- electroterap ia analgésica (Fig. 6- 15).
ploración y el diagnóstico. • En las lesiones crónicas no predomina tanto el dolor y
sí las alteracio nes mecánicas y fu ncionales de la articu-
Ma nifestaciones clínicas lación, de tal forma que en u na retracción se presentará
Las manifestaciones clínicas de las lesio nes ligamentosas limitación del movim iento hacia el alargam ien to del li-
vienen condicionadas po r la naturaleza, gravedad y m o- gamento (barrera motriz patológica por defecto) y en una
men to evolutivo de la lesión: hiperlaxitud se observará que el movimiento va más allá
del lím ite articular normal (barrera motriz patológica por
exceso), con riesgo de subluxación articular, por lo que el
trabajo propioceptivo es fu ndamental (Fig. 6-16). En de-
porte de com petición se recomienda (McGuine, Brooks
& Hetzel, 20 11) la utilización de d ispositivos o venda-

Figura 6-14. Inmersión de la estructura lesionada e n baño de hielo . Figura 6-16. Eje rcicio de propiocepción sobre plano inestable, con
[Cortesía del Dr. Jesús Seco]. protección de un vendaje funcional. [Cortesía del Dr. J esús Seco).
1

6 • Lesiones de partes blandas : tendinopatías. Patología ligamentosa. Lesiones nerviosas y vasculares 79


J
Figura 6-17. Vendaje funcional pre-
ventivo de tobillo mediante material
inextensible. [Co rtesía del Dr. Jesús
Seco). (Al Colocación inicial del pre-
vendaje. (Bl Acabado final del vendaje.

jes funcionales (Figs. 6-17, 6-18 y 6-19), ya que dismi-


GENERALIDADES DE LAS LESIONES NERVIOSAS
nuye la incidencia de lesiones agudas aunque no su gra- PERIFÉRICAS
do de severidad.
En el Vol. 11 , capítulo 22, se han desarrollado en profundidad
Exploración y diagnóstico los concepros de neurodinami a (aparrado Generalidades
L-1 exploración de los ligam entos, ame una posible lesión , de las lesiones del apararo extensor de la rodilla) , neuropa-
se basa en valorar el grado de inflamación y dolor que exis- rodinámica (aparrado Tratamiento de las roturas de los
te y en buscar el compromiso m ecánico de ésros. Para ello rendones del aparato extensor), así co mo el de moviliza-
será fundamental rener en cuenta esros dos insrrumenros ción neuromeníngea (aparrado Tratamiento d e las fractu-
diagnósticos: ras de rórula) .
• Palpación: debe ser específica y minuciosa, y permite El sisrema nervioso periférico esrá formado por los ner-
identificar elligamenro lesionado , su grado de inflama- vios que salen del sistema nervioso central hasra rodas los
ción y su sensibilidad (véase el capírulo 4 , aparrado Pal- elementos diana de cada uno de ellos. Quedan por fuera
pación) . del cráneo y de la columna vertebral y se pueden dividir en
• Pruebas orropédicas: deben ser específicas para cada ar- nervios craneales y nervios espinales.
ticulación y para cada ligam en ro. Buscan, pasivamente, Los nervios periféricos esrán formados por las neuronas,
el alargamiento del ligamento para comprometer sus los ganglios nerviosos (donde se localizan los somas neuro-
propiedades mecánicas y ver en qué medida se co nser- nales y las sinapsis) y por sus envolruras de rej ido conjun-
va o no la estabilidad arricular. tivo, endoneuro , perineuro y epineuro.
La función general d e los nervios pe riféricos es la d e
Es muy imporrante hacer un diagnóstico diferencial, para rransmirir la info rmación sensitiva o vege tativa (aferen-
descartar que pueda existir una lesión ósea, bien un a fisu- te) d esde los receptores has ta e l sistema nervioso cen-
ra, una avulsión o una fractura. tral, y la información m o tora o vege tativa (eferente)
desde el sistema nervioso central hasta el órgano o es-
tructura diana.
O La exploración de las lesiones ligamentarias debe ser
realizada med iante manio bras específicas. El tejido nervioso, gracias a su tejido conjuntivo, posee
unas propiedades mecánicas q ue le permiten mantener la

Figura 6-18. Vendaje funcional preventivo de


arco plantar mediante material inextensible.
[Cortesía del Dr. Jesús Seco). (Al Colocación
inicial del prevendaje y las tiras de anclaje.
(B) Acabado final del vendaje.
80

Figura 6-19. Vendaje funcional preventivo de tobillo mediante material extensible. [Cortesía del Dr. Jesús Seco). (Al Alto, tipo bota. (BJ Bajo.
Tipo botín.

fisiología normal de su función mientras se adapte al mo- síndrome de G uillain-Barré entre otros, enfermedad de la
vimiemo del sistema musculoesquelético. Estas propieda- neurona motora lcm en el Anexo 3. Casos clíni cos para prác-
des m ecánicas son: ti cas de aul a, véase el caso práctico octavo para prácticas de
• Capacidad de desliZilmiento. El nervio se puede deslizar au la!.
tanto longitudinal como transversalmente entre el teji-
do que le rodea. Clasificación de las lesiones nerviosas
• Capacidad de soportar temiones. El nervio es capaz de so- Entre las lesiones nerviosas se pueden distinguir las lesio-
portar tensión longitudinal gracias a la consistencia del nes traumáticas y las lesio nes mecánicas, bien por compre-
tejido conjuntivo, fundamentalmen te d el perineuro. sión o por tensión.
Capacidad de soportar compresio11es. El nervio está pre-
parado para soportar compresiones gracias a la cantidad Lesiones nerviosas traumáticas
de tejido conjuntivo y a la distribución interna por fas- Seddon ya describió en 1972 una clasificación de las lesio-
cículos. nes traumáticas en tres categorías: neurapraxia (lesión ner-
viosa sin rotura anatóm ica de ninguna parte), axonorme-
Las lesiones nerviosas consisten en una alteración de la fi- sis (sección de los axones conservando la vaina de mielina
siología y función del tejido nervioso de forma total o y tejido conjuntivo) y neurotmesis (interrupción comple-
parcial. D estacan como consecuencias los trastornos de ta con solución de continuidad). Sunderland en 1968 pro-
conductividad y los trastornos que provocan irritabili- puso una clasificació n con cinco catego rías en lugar de tres
dad. Al margen de este capítulo, quedarían las lesiones (Tabla 6-1).
nerviosas traumáticas, como la del plexo braquial (véase
el capítulo 12), las neuropatías compresivas periféricas Lesiones nerviosas mecánicas
(véase el capítulo 35) , o las secundarias a una patolog{a Son las lesiones más frecuentes por las que se acude a fisio-
nerviosa propiamente dicha, como neuropatías o poli- terapia en la práctica clínica diaria, no sólo por la lesión
neuropatías que presentan etiol ogías muy diversas: in- nerviosa en sí, sino también por la cantidad de alteracio-
toxicaciones, infecciosas, enfermedades metabólicas, al- nes de otras estructuras que generan problemas mecánicos
coholismo, avitaminosis o desmielinizaciones como el sobre el nervio.

Tabla 6-1 . Clasificación de las lesiones nerviosas traumáticas según Sunderland

Grado Características anatomopatológicas Recuperación funcional


----·~----------
Tipo 1 Equivalente a la neuropraxia Recuperación funcional completa al cabo de días o semanas

Tipo JI Axones rotos con envolturas El tiempo de recuperación puede depender de los axones afectados,
conjuntivas intactas generalmente meses

Tipo 111 Axones y endoneuro rotos, con Recuperación funcional incompleta, con fibrosis, degeneración
perineuro y epineuro intactos neuronal y cambios degenerativos en el órgano diana

Tipo IV Axones, endoneuro y perineuro rotos, Recuperación funcional escasa


epineuro intacto

Tipo V Equ ivalente a neurotmesis Recuperación funcional espontánea imposible


81

sa, edema y posterior fibrosis inrraneural. A esto hay que


Etiología de las lesiones nerviosas sumarle que la compresión, si es m uy intensa, prolonga-
En las lesiones traumáticas la etiología es clara: traumatis- da o repetitiva, p uede afecta r, al igual que las lesio nes
mos directos o indirectos que afectan a la integridad ana- traumáticas, a la vaina de mielina y a los propios axones.
cómica del nervio en mayor o menor medida. Todo ello afectaría la conducción nerviosa y provocaría
En las lesiones mecánicas los mecanismos lesionales son la sinromatología.
dos: la compresión (véase el capítulo 35) o la tensión. En
ambos casos se tienen que sobrepasar los límites fisiológi- Manifestaciones clínicas, exploración y diagnóstico
cos y biomecánicos que posee el nervio periférico. de las lesiones nerviosas
Las compresiones nerviosas se pueden producir en cual- En cuanto a los aspecros del manejo clínico de las lesiones
quier parte del recorrido del nervio, aunque suelen existir nerviosas, se abordará en primer lugar lo relacionado con
determinados puntos de conflicto donde es más fácil y m ás la sinromatología, para referirse luego, en conjunto, a la
frecuente que se produzcan los atrapamientos nerviosos. exploración y diagnóstico.
Estos puntos de conflicto suelen ser desfiladeros anatómi-
cos por los que atraviesa el nervio en determinados puntos, Manifestaciones clínicas
desfiladeros musculares, aponeuróticos, ligamentosos, El cuadro clínico de las lesiones nerviosas periféricas está
óseos, etc. L1 alteración de estas estructuras, la inflamación definido por el tipo de fibras nerviosas que conriene el ner-
perineural, como en un síndrome comparcimentaiiC3El Vol. 1, vio lesionado. También influirá la intensidad y el momen-
capítulo 9), la aparición de elementos extraños, como ru- to evolutivo de la lesión.
mores, callos óseos, osreosíntesis, etc., pueden provocar
un conflicto de espacio, lo que exigiría que el abordaje
del tratamiento fisiorerápico comenzase por solucionar
estas compresio nes, antes de valorar el tratamiento qui-
Atendiendo a los tipos de fib ras nerviosas que tiene cada
nervio se podrá hablar de síntomas motores, se nsitivos o
o
vegetativos, que podrán aparecer aislados o juntos.
nhgico.
Las tensiones excesivas sobre el nervio vienen determi-
nadas por limitaciones del deslizamiento normal del ner- En las lesiones traumáticas, el inicio de los síntomas es
vio. Cuando un nervio no puede deslizarse normalmente, repentino y aparece después del accidente o traumatismo
aumentará la tensión sobre él. Generalmente esta falca de que provoca la lesión. En cambio, la sintomatología de las
deslizamiento es secundaria a atrapamientos nerviosos o a lesiones mecánicas aparece de forma progresiva y, normal-
la presencia de adherencias. mente, hay una serie de factores que pueden condicionar-
El nervio también es sensible a las irritaciones por aire- la; entre ellos están el momento del dolor y la posición o
ració n del medio químico en su entorno, por lo que la movimiento que lo exacerba.
existencia de inflamación extraneural o reacciones autoin- La sintomatología se localiza, fundamentalmente aun-
munes del cuerpo ame otros elementos, como por ejemplo que no exclusivameme, distalmente al punto de lesión en
en las hernias discales, pueden provocar una alteración de el nervio y sobre el recorrido y estructuras inervadas. En-
la función normal del nervio periférico. tre los síntomas se pueden destacar:
• Síntomas motores: debilidad muscular o paresia, hipo-
Fisiopatología de las lesiones nerviosas rreflexia osteorendinosa, atrofia muscular e incluso pa-
En las lesiones traumáticas se dan principalmente dos rálisis completa en las secciones o afectaciones axonales
problemas: la desmielinización y la interrupción axónica. completas del nervio.
En la desmielinización se destruyen las células de Schwann • Síntomas sensitivos: dolor, disestesias y parestesias.
y las vainas de mielina, lo que conlleva una afectación de • Síntomas vegetativos: trastornos vasomotores como hi-
la conducción nerviosa localmenre. La desmielinización perhidrosis, edema, palidez o rubor.
da lugar a una posterior remielinización alrededor del
axón, generalmenre en pocas semanas. La interrupción Teniendo en cuenta la intensidad o gravedad de la lesión,
axónica produce una degeneración de la parre distal del en los nervios mixtos (con todo tipo de fibras) primero se
nervio al traumatismo (degeneración walleriana) y del ór- manifiestan los síntomas sensitivos, comenzando por los
gano diana (muy evidente en el músculo por la atrofia y subjetivos y apareciendo después los objetivos en la explo-
déficit motor) . Cuanto más se conserven las envolruras ración; en segundo lugar, los síntomas vegetativos, y lo úl-
conjuntivas y mejor se produzca la regeneración axonal timo en aparecer, y que suele indicar una mayor gravedad,
disralmenre, mejor pronóstico habrá. Las categorías vistas son los síntomas motores.
según Sunderland marcan esra posible recuperación fun- Se debe tener en cuenca la existencia del fenómeno de
cional (Tabla 6 -1 ). doble síndrom e de compresión o compresió n escalonada,
En las lesiones mecánicas, tanto por compresión que podría entenderse como aquella afectación de un ner-
como por tensión, la fisiopatología es muy similar. El vio periférico que presenta sinromatología producto de la
fracaso de la irrigación inrraneural constituye el princi- suma de varias compresiones a lo largo de su recorrido.
pal problema de las lesiones mecánicas, ya que esto con- Cada una de estas compresiones se suma en su afectación
llevará la aparición d e hipoxia, falta de nutrición nervio- fisiopatológica del nervio, dando fundamentalmente sin-
romarología distal, pues ro que tras la última compresión se GENERALIDADES DE LAS LESIONES VASCULARES
habrán sumado rodas las posibles compresiones.
La mayoría de las personas con lesiones nerviosas que Las lesiones vasculares de la misma forma podrían clasificar-
acuden en busca de tratamiento suelen referir dolor, de ahí se en lesiones traumáticas y lesiones no traumáticas, que son
que las más conocidas y frecuentes en las consultas de fi- las más frecuenres y a las que se dedica este aparrado. Las pa-
sioterapia sean las lesiones neurálgicas. Destacan las ciáti- tologías traumáticas podrían clasificarse como secciones par-
cas, las neuralgias cervicobraquiales, las cruralgias, las me- ciales o completas, estiramienros, espasmos y contusiones.
ralgias parestésicas, las neuralgias intercostales, la neuralgia Dentro de las lesiones o afectaciones vasculares no trau-
de Arnold, la neuralgia del trigémino, etcétera. máticas, se pueden distinguir las lesiones arteriales, las ve-
nosas y las linfáticas.

O La neuralgia es motivo frecuente de consulta en La prác-


tica habitual del fisioterapeuta.
Patología arterial
Lo que se conoce como enfermedad arterial periférica
engloba rodas aquellas alteraciones que son el resultado de
la estenosis u obstrucción del flujo sanguíneo arterial. En
Exploración y diagnóstico las personas de edad avanzada este problema es sistémico,
El diagnóstico de una lesión nerviosa periférica se basa con los consiguienres problemas derivados de la afectación
fundamentalmente en las manifetaciones clínicas que coronaria y/o cerebral.
muestra el paciente. La exploración se dirigirá sobre todo La enfermedad arterial aterosderótica es un proceso
a confirmar el cuadro clínico y a intenrar determinar, de la difuso y progresivo, con distribución y sinromarología va-
forma más precisa posible, la zona de lesión y la causa: riables según la localización afectada. La etiología no está
• Inicialmente es imprescindible conocer perfectamente muy clara, aunque parece que se debe a la inflamación por
los recorridos de cada uno de los nervios y los mapas to- el depósito de lípidos en las paredes arteriales. Esto, a lo
pográficos que delimitan los territorios inervados, tan- largo del tiempo, termina por provocar placas de ateroma
ro para los dermatomas como para los mioromas y los por crecimiento de la matriz extracelular, acúmulo de cé-
escleroromas, fundamentalmente. Esto permitirá du- lulas musculares lisas, pequeños trombos y focos de necro-
rante la anamnesis, con los síntomas del paciente, iden- sis con potencial embolígeno.
tificar el nervio afectado o la raíz nerviosa afectada, di- Los factores de riesgo deben ser controlados para inter-
ferenciando así las afectaciones tronculares de las afee- ferir en la evolución de esta patología; entre ellos destacan:
raciones radiculares. tabaquismo, diabetes mellitus, sexo masculino, edad avan-
• La exploración comenzará con una inspección global zada, dislipemia (sobre todo hipertrigliceridemia y hiper-
para poder identificar alteraciones posrurales, funda- colesterolemia), hipertensión arterial, genéticos, etcétera.
menralmenre, pensando en los elementos que rodean a
los nervios y a posibles posiciones anrálgicas.
• Pruebas para la sensibilidad, para delimitar el territorio
afectado y su gravedad.
La enfermedad arterial periférica incluye toda alteración
consecuencia de La estenosis u obstrucción del flujo san-
guíneo arterial.
o
• Exploración de los reflejos osreorendinosos, que de es-
tar afectados presentarían una hiporreflexia, a diferen-
cia de la hiperreflexia característica de las lesiones neu- La isquemia que produce la arerosclerosis puede ser
rológicas centrales. aguda o crónica.
• Pruebas musculares, para valorar el tono y la fuerza de La isquemia crónica suele ser sistémica y tiene cuatro
contracción. estadios según la gravedad y los síntomas predominantes:
• Pruebas ortopédicas, que son específicas para cada nervio, • Asintomático.
como la prueba de Tinel, la prueba de Lassegue, etcétera. • Claudicación intermitente.
• Palpación del nervio, para determinar diferencias en la • Dolor isquémico en reposo.
localización y forma, así como en el grado de mecano- • Lesiones rróficas (úlceras y gangrena o necrosis).
sensibilidad a la compresión.
• Pruebas neurodinámicas, a través del compromiso mecá- La isquemia aguda se debe a un repentino descenso del
nico, para cada uno de los nervios, que permiten eviden- flujo arterial producido por una obstrucción arrerial. En
ciar el grado de mecanosensibilidad fundamenralmente a un 80% se debe a un embolismo, pero también puede ser
la tensión. por una trombosis arterial. La gravedad de la obstrucción
depende del tamaño del émbolo o trombo y del estado ge-
En el diagnóstico se puede contar con la ayuda de pruebas neral d e la circulación arterial previa.
complemenrarias, como los estudios radiográficos, ecográ- El cuadro clínico no suele ser evidente hasra que no se obs-
ficos, romografía comp utarizada, resonancia magnética o truye hasta un 70 o/o de la luz arterial, aunque no siempre se
electromiografía. También es muy importante hacer un correlacionan la obstrucción y el cuadro clínico. En la fase
diagnóstico diferencial con posibles afectaciones del siste- asintomática puede presentarse ausencia de pulso, sobre mdo
ma nervioso central. distal, y en la fase sintomática predomina el dolor de tipo is-
83

Patología venosa
Denrro de la patología venosa (véase el caso clínico 6-1),
destacan las patologías que derivan de una insuficiencia ve-
nosa y las obstrucciones por trombos.
La flebitis superficial es un proceso benigno que se
caracteriza por eritema, dolor y ligero ed ema a lo lar-
go de la vena afectada (Fig. 6 -20}. Esto es característi-
co en ocasiones tras tene r co locadas vías para medica-
ción.
La insuficiencia venosa puede diferenciarse en fun-
ción de las venas afectadas en insuficiencia venosa super-
ficial (varices superficiales) (Fig. 6 -21} o insuficiencia ve-
nosa profunda (varices profundas) (Fig. 6-22). En ambos
Figura 6-20. Flebitis superficial. [Cortesía del Dr. Jesús Seco]. casos, la fisiopatología radica en una insuficiencia veno-
sa que co nlleva una disminución del retorno venoso, fun-
damentalmente en los miembros inferiores, por la in-
quémico en forma de claudicación o en reposo. La claudica- competencia de las válvulas y la debilidad de las paredes,
ción intermitente suele ser la forma de inicio (fuse Il), con un que provoca un reflujo venoso y eleva la presión venosa.
dolor muscular intenso que obliga al paciente a parar de ca- La etiología puede ser primaria o idiopática, por altera-
minar; en reposo cede y al cabo de un tiempo de haber reini- ción de las paredes o de las válvulas venosas, que daría
ciado la marcha vuelve a aparecer. Cuando el dolor aparece como resultado las varices (dilatación de las venas con re-
también en reposo (fuse III), el pronóstico es peor y proba- corrido tortuoso), o secundaria a procesos trombóticos,
blemente haya otros problemas arteriales en otras regiones. en las que por la presencia de un trombo previo se ha
También se pueden unir síntomas parestésicos, asociados al producido la alteración valvular.
déficit vascular del nervio, enfriamiento de la zona y palidez. Entre los factores de riesgo destacan la edad avanzada,
En la última fuse aparecen las úlceras o la gangrena como evi- el sexo femenino, la obesidad, la bipedestación prolonga-
dencia de muerte o necrosis tisular por ausencia de irrigación. da, la exposición al calor, el embarazo, el estre ñimiento,
En las isquemias agudas el dolor es el síntoma principal. compresiones locales, etcétera.
Aparece de forma repentina, localizado en la zona de la La sintomatología comprendería:
obstrucción, con el tiempo se difumina y puede asemejar- • Dolor difuso que aumenta con tratamientos hormo na-
se a los síntomas descriros anteriormente: parestesias, pali- les, sedentarismo y cambios meteorológicos, debido a la
dez, enfriamiento, etcétera. hipertensión venosa. El dolor a veces aparece repentina-
Para el diagnóstico es muy importante tener presente el mente al levantarse, o puede ir au meneando progresiva-
diagnóstico diferencial con respecto a otras lesiones mus- mente a medida que pasa el día.
culoesqueléticas, ya que las lesiones vasculares pueden ser • Otras alteraciones sensitivas como presión, quemazón,
potencialmente más graves. Al margen de las característi- picor, pinchazos, que aumentan en el embarazo y la
cas del dolor y de tener en cuenta los factores de riesgo, se menstruación.
pueden utilizar pruebas complementarias como analíticas, • Pesadez, calambres y sensaciones de frío o calor.
ecografía dóppler, angiografía, angiorresonancia, pruebas • Edema en la zona, que aumenta con la bipedestación y
de esfuerzo, presión arterial, etcétera. mejora en reposo con la elevación, sobre todo e n los
miembros inferiores.
• Varices superficiales visibles, como varices reticulares o

o En las isquemias agudas el dolor es el síntoma principal,


por lo que hay que prestarle la máxima atención en la sin-
tomatología.
las telangiectasias.
• Cambios tróficos en la piel o incluso la aparición, en es-
tadios más graves, de úlceras cutáneas.

Figura 6-21. Ins uficiencia venosa s uperficial. [Cortesía del Dr. Jesús Seco).
84 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades

--....
Figura 6-22. Insuficiencia venosa profunda, con expresión en varices superficiales. [Cortesía del Dr. Jesús Seco).

Figura 6-23. Varices superficiales. [Cortesía


del Dr. Jesús Seco]. (Al Antes de la interven-
ción. (8) Tras la cirug ía.

Para el diagnóstico, aparte del análisis de los signos y sín- mente, se divide en sistema superficial y en sistema pro-
tomas, se pueden realizar determinadas pruebas específicas fundo. Tiene como función principal llevar la linfa, líqui-
para determinar el grado y la localización de la insuficien- do que se forma a partir del lfquido intersticial, hasta el to-
cia venosa, como la maniobra de Schwarrz, la maniobra de rrente venoso. Mantiene el equilibrio osmolar, devuelve lf-
Trendelenburg o la maniobra de Perches. Pueden realizar- quido intersticial al sistema venoso y tiene una función in-
se también otra serie de pruebas como el eco-doppler, la munológica al elimi nar elementos patógenos y toxinas.
pletismografía, flebografía o angiorresonancia. En cuanto El principal ente patológico del sistema linfático es el
al tratamiento, en ocasiones es quirúrgico (Fig. 6-2 3). edema linfático, que es un edema por exceso de linfa en
los tejidos con al menos 3 meses de evolución que no cede

o Es fund am e ntal establecer un diagnóstico diferencial


ante una patología venosa.
con la elevación del miembro (Fig. 6-24). Se produce
como consecuencia de una alteración en el balance de pro-
ducción de linfa y drenaje al sistema ve noso. El aumento
de producción puede deberse al incremento de la permea-
La trombosis venosa puede diferenciarse en profunda o bilidad capilar, la hipertensión venosa o la disminución de
superficial, según la vena en la que se aloje el trombo. En la la presión oncótica capilar.
trombosis venosa superficial se produce una inflamación alre-
dedor de la wna, con aumento de la temperarura, dolor y en-
rojecimiento, como en cualquier lesión inflamatoria aguda. Se
puede palpar un nódulo o cordón indurado correspondiente
al rrayecro venoso. La trombosis venosa profunda se produce
cuando el trombo se aloja en una vena profunda y provoca una
esrasis venosa con inflamación variable. L'l mayoría aparece en
las venas profundas de los miembros inferiores. La simomaro-
logía suele debutar con un dolor profundo en la pantorrilla
que aumenta con la flexión dorsal del rabillo (signo de Ho-
mans), se acompaña de edema y distensión venosa profunda.
Se puede acompañar, al igual que en la superficial, de sinroma-
cología sensitiva, eritema, calor y cianosis. Es potencialmente
grave y necesita de pruebas complementarias como la ecogra-
fía dóppler y la analicica para determinar el D-dímero.

Patología linfática
La pacología de los vasos linfáticos va íntimamente asocia- Figura 6-24. Edema.
da a la patología venosa, puesto que su recorrido hasta lle- [Cortesía del Dr. Vicente
gar a los confluentes yugulosubclavios es el mismo. Igual- Rodríguez Pérez].
85

Los sínromas son el imporcanre edema del segmento


afectado y la tirantez de la piel, con el signo de la fóvea po-
sitivo (al presionar con un dedo la depresión tarda varios
segundos en volver a la normalidad).
Ellinfedema puede ser primario, muy poco frecu ente, o
secundario a traumatismos o cirugías con extirpación de
ganglios linfáticos.
o

~~ RESUMEN

• Las lesiones de partes blandas engloban las lesiones de y que t iene re lación con una actividad q ue produ ce so-
los tendones, los ligamentos, los nervios y los vasos . breca rg a.

• Las lesiones de partes blandas de forma general se pue- • Las les iones ligamen tosas comprometen fundamental-
den dividir en lesiones agud as, generalmente traumáti- me nte la esta bilidad articu lar y pueden provocar una ines-
cas , y lesiones crónicas. En las lesiones agudas hay que tabilidad en las lesiones agudas, tras una ma la rehabilita -
comprender que la fisiopatología tras la lesión pasa por la ción o por una hiperlaxitud ligamentosa, y un déficit de mo-
fase inflamatoria, la fase proliferativa y la fase de re mo- vilidad en una retracción capsuloligamentosa. Las más fre-
delación. cuentes son las lesiones traumáticas, q ue se caracterizan
cl ínicamente por dolor, edema e impotencia funcional.
• En los tendones , actualmen te se acep ta que la s o bre-
carga mecánica y los microtraumatismos de repetición • Las lesiones de los nervios periféricos afectan a la conduc-
son los factores etiológicos principales en las tendino- ción nerviosa y provocan s íntomas en función del tipo de fi-
patías crónicas. S in embargo, es tán descritos una mul- bra s que contenga e l nervio a fectado. Pueden exis tir s ínto-
titud de factores intrínsecos y extrínsecos que tiene n mas sensitivos, vegeta tivos, o motores en los casos de ma-
relación con la patología y que pos iblemente sean fac- yor gravedad. La etiología puede ser traumática o mecáni-
tores predisponentes para ella. En las tendinosis se dan ca; destacan los sínd romes compresivos por su frecuencia
una serie de cambios fisiopatológicos que Nirschl deno- en los pacientes que acuden a fis iotera pia.
minó tendinosis angiofibroblástica, y que se pueden re-
sumir en: cambios celulares, cambios e n el co láge no y • Las lesion es vascu la res deben conside rarse con mucha
cambios vasculares. El cuadro clínico de la tendinopatía cautela por s er potencialmente graves en muchos casos y
se caracter iza por dolor localizado en el tendón, que debe estable cerse un diag nóstico d iferencial e ficiente con
aparece con la actividad o el trabajo contrarresistencia el resto de lesiones de pa rtes blandas descritas.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Jurad o, A., Medina, l. (2008). Tendón. Vr!lomción y tmrnmiellfo


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mcncana. Barcelona: Elsevicr.

g ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué fases se suceden en la fisiopatología de las lesiones 5. ¿Por qué es más co rre cto ut iliza r el té rmino tendinopatía
agudas-s ubagudas? para describir las lesion es tendinosa s?

2. ¿Qué caracteriza a las lesiones crónicas de las partes blan- 6. ¿Cómo se clasifican las tendinopatías?
das en general?
7. ¿Cómo es el cuadro clínico de las tendi nopatías?
3. ¿Cuál es el mecanismo principal de lesión en el tendón?
B. ¿Cómo se clasifican las le siones ligamentosas s egún e l gra -
4. ¿Cuál es la diferencia entre tendinitis y tendinosis? do de afectación?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Identificar Los distintos tipos de Lesiones articula res.


• Conocer los mecanismos de producción de las lesiones articulares cerradas.
• Reconocer los signos y síntomas que acompañan a estas lesiones.
• Saber la metodología de ex ploración con las ma niobras correctas.
• Valorar el grado de lesión y los criterios diagnósticos.
• Conocer las indicaciones terapéuticas más adecuadas, tanto ortopédicas como quirúrgicas.
• Establecer las medidas de prevención adecuadas.

LESIONES ARTICULARES CERRADAS Clasificación


El estudio de las lesiones articulares cerradas comprende Establecida por O ' Donoghue en 1973 {Tabla 7-1), los es-
los esguinces, las luxaciones y subluxaciones y, finalmente, guinces se clasifican en tres grados dependiendo de su afee-
las contusiones. ración anatómica:
• Grado 1: elongación del ligamento, sin lesión macroscópica.
Esguinces • Grado II: desgarro parcial con solución de contin uidad
Para el estudio de los esguinces es preciso desarrollar los si- que afecta a una parte del ligamento y, en ocasiones, a
guientes aspectos. la cápsula articular.
• Grado III: rotura completa de uno o varios ligamentos
Concepto y, habitualmente, de la cápsula (esta lesión suele co nlle-
Son lesiones de origen traumático que afectan a los liga- var inestabilidad articular).
mentos y a la cápsula articular.
Existen, además, otras clasificaciones que modifican o po r-
Epidemiología menorizan los grados basándose en la anterior (Tabla 7-2)
Los esguinces son la lesión rraumática más frecuente y o en función del porcentaje de fibras afectadas.
concretamente el esguince externo del tobillo. En la prác-
tica deportiva es también la lesión más frecuente, seguida Mecanismo de producción
del esguince del ligamento lateral interno de la rodilla; asi- El mecanismo más frecuente es indirecto: estiramiento del
mismo, son frecuentes los esguinces de las articulaciones ligamento tras sufrir la articulación un movimiento que
interfalángicas de los dedos de la mano y de la metacarpo- excede en alguno de sus rangos los grados de su movilidad.
falángica del 1.. dedo. Las articulaciones intervertebrales En el caso del tobillo, el equinovaro (inversión forzada); en
cervicales suelen lesionarse en los accidentes de tráfico
(«síndrome del latigazo cervical») {véase el capítulo 32,
aparrado Latigazo cervical) . Las lesiones ligamentosas Tabla 7- 1. Clasificación de los esguinces
combinadas son habituales entre las deportivas de la rodi-
lla (ligamento lateral interno y ligamento lateral externo) • Grado 1: elongación del ligamento
• Grado 11 : rotura parcial
{véase el capítulo 24, aparrado Tratamiento), incluso com- • Grado 111: rotura completa
binadas con otras estructuras articulares como los menis-
cos (véase el capítulo 25, apartado Lesiones men iscales) . Tomada de O· Donoghue, 1973.

87
Tabla 7-2. Clasificación de los esguinces según el tipo Tabla 7-3. Esguince. Sistemática de exploración
de lesión ligamentaria
• 1nspección
1. Sin solución de continuidad • Palpación de los puntos de inserción de los liga mentos
• Distensión fibrilar • Movilidad articular
• Elongación fibrilar • Maniobras de estabi lidad (bostezos, cajones, etc.l
• Rotura incompleta • Pruebas de imagen (si procedel
2. Con solución de continuidad
• Desinserción con fragmento óseo
• Desinserción sin fragmento óseo Diagnóstico
• Rotura completa, transversal o con des hilachamiento
La anamnesis y la exploración clínica son los pilares fu n-
Tomada de Borrell, Salo & Ferrán.
damentales. Las pruebas de diagnóstico por imagen ayu-
dan a confirmar el diagnóstico, establecer el grado d e le-
el caso de la rodilla, el valgo, combinado o no con rotación sió n y poner de man ifiesto lesi ones asociadas (fracturas,
externa o Interna. edema óseo, lesiones condrales).
En la anam nesis debe indagarse, además de por las ci r-

o El mecanismo de producción del esguince más frecu ente


es indirecto.
cunstancias del accidente y el traumatismo desencadenan-
te, los antecedentes de lesiones ligamentosas en la misma
u orra articulación (caso clínico 7 - 1). El lesionado puede
referir la percepción de un «chasquido» articular. Es im-
porrante preguntar por el grado d e impotencia funcional
Factores predisponentes y, parricularmente, si fue posible contin uar con la activi-
Determinados factores (locales o generales) pueden predis- dad que se estaba realizando o fue preciso abandonarla, in-
poner a sufrir esguinces o a la recidiva de éstos: cluso si necesitó ayuda externa para ser evacuado.
• Alteraciones de ejes: ralo varo, gemt valgo, etcétera. La exploración es variable en función del momento en
• Calzado inadecuado. que se realiza, por ramo, si el accidente es reciente debe re-
• Debilidad muscular. petirse a las 24 o 48 horas (Tabla 7-3). En cualq uier caso,
• Deficiente propiocepción. se inicia co n la inspección de la articulación, en la cual
• Laxitud articular generalizada. puede apreciarse, además del edema y la coloración de la
• Factores hormonales, como la relaxina en las mujeres. piel, los facto res predisponentes q ue presente el accide nta-
do (Fig. 7-1). El aumento de tamaño puede deberse a fe-
nómenos inflam atorios o a un exceso de líquido sinovial

o
Las lesio nes ligamentosas de la rodilla presentan una
(hidrartros ~)o sangre (hemartros ~ ) en el interior de la
mayor incidencia en las mujeres de portistas ; esta cir-
cunstancia parece estar en relación con la hormona rela- a rticulación (Fig. 7-2). En el caso de la artic ulación de
xina. la rodilla , la maniobra del choque rotuliano (Fig. 7-3)
cuando es positiva indica la presencia de un derrame arti-
cular I<B vídeo 7-1 ). La punción de la articulación (artrocen-
tesis ~ ) permite, además de aliviar la presión intraarticu-
Manifestacion es clínicas lar, comprobar si se trata de sangre 1® vídeo 7- 2), líquido
Las manifestaciones clínicas caracterís ticas son: dolor, ede- sinovial o una mezcla de ambos.
ma e impotencia funcional.
E l dolor es agudo en el momento de s ufrir la lesión,
pero puede disminuir de intensidad tras el accidente, aun-
que acostumbra a persistir en funció n del grado de lesión.
El edema se instaura progresivamente, a m edida que se
producen los fenómenos inflamatorios. La aparició n tem-
prana de un aumento de volumen en la zona de lesió n sue-
le implicar rotura de la cápsula articular, con extravasación
d e sangre y líquido sinovial.
La impotencia funcional (véase el caso clínico 7-1 ) ocu-
rre en función del ligamento afectado, el grado de lesión y
las lesiones asociadas.

o
El cuadro clínico de un esguince ag udo es muy caracte-
rístico. El lesionado presenta siempre dolor e impotencia
funcional, pero la intensidad es muy varia ble, en fun ción
del grado de lesión. Figura 7-1. Esg uince del complejo ligamentoso externo del tobillo.
Puede observarse el edema y el cambio de coloración de la piel.
Figura 7- 2. Aumento de tamaño en la articulación de la rodilla iz-
quierda, provocado por hemartros o hidrartros.

Figura 7-3. Exploración del signo del c hoque rotuliano para com- Figura 7-5. Maniobra de provocación del bostezo varo para com-
probar la presencia de der ram e a rticula r en la rodilla. probar la integridad del ligamento lateral externo de la rodilla.

El siguiente paso es valorar la movilidad articular y sus po-


sibles restricciones, que sugerirán ocupación articular (cuer-
pos libres, líquido). La palpación de los puntos dolorosos,
habitualmente sobre las inserciones de los ligamentos (ma-
léolos peroneos, cóndilos femorales, ere.) es de gran valor.
La realización correcta y metódica de maniobras de es-
tabilidad articular resulta funda mental para orientar el
diagnóstico; las citadas maniobras consisten en someter a
los ligamentos a tensiones para comprobar su integridad.
Maniobras como la tensión en varo o en valgo (Figs. 7-4,
7-5 y 7 -6) provocarán en caso de lesión de los ligamentos

Figura 7-4. Maniobra de provocación del bostezo valgo para com- Figura 7-6. Maniobra de provocación del bostezo equinovaro para
probar la integridad del ligamento lateral interno de la rodilla. comprobar la integridad del ligamento lateral externo del tobillo.
cante fiable con lesión del ligamento cruzado ante rior. Con
el fin de evitar falsos positivos, es muy importante realizar
las maniobras en el lado sano contralateral.

La exploración de la estabilidad articular, media nte la


realización metódica y correcta de las maniobras oportu-
nas para cada articu lación, es fundamental para estable-
cer el grado de lesión.
o
Las pruebas de imagen como la radiografía en proyec-
ciones, al menos anteroposterior y lateral, permiten apre-
Figura 7-7 .. Maniobra del cajón anterior para la articulación tibio- ciar lesiones óseas o condrales. La realización de radiogra-
tarsiana.
fías -a la vez que se somete a la articulación a maniobras
de varo, valgo o cajón, incluso con ayuda de instrumentos
mecánicos- fue muy utilizada en el pasado para valorar el
grado de lesión, pero ha perdido vigencia con la generali-
zación de la resonancia magnética. La resonancia magnéti-
ca es la técnica de elección para valorar la lesión capsuloli-
gamentosa cuando el cuadro clínico y la exploración son
compatibles; pero es preciso hacer constar que presenta
tanto f.1.lsos positivos como falsos negativos, por lo cual, en
ocasiones, para establecer el diagnóstico definitivo es pre-
ciso recurrir a la visión d irecta de la articulación mediante
la realización de una artroscopia ® ,que habitualmente se
utiliza para el traramienro de la lesión.

Tratamiento
Para una mejor compresión del tratamiento es convenien-
te hacer referencia al proceso de cicatrización de la cápsu-
la y los ligamentos. Son clásicos los estudios de Frank,
Akeson, Ami el & Coutts (1984), en los que mostraron
que, tras una fase en la que se forma una cicatriz desorga-
Figura 7-8. Signo del sulcus (su/cus sign testl en el hombro.
nizada, mediada por los fibroblasros, sucede una remode-
lación del tejido cicarricial. La consolidación de este tejido
correspondientes una apertura excesiva !<<bostezo» ® 1 de depende también del aporre de colágeno y glicosaminogli-
la articulación. Igual significado tienen las maniobras an- canos. Estos procesos conllevan un tiempo relativamente
teroposreriores, como el «cajón>> ® anterior o posterior prolongado y los trabajos realizados indican que la cicatri-
(Fig. 7 -7) !@ video 7-31. En el caso del hombro, la tracción zación primaria exige un tiempo mínimo de 3 semanas,
del brazo en dirección caudal puede provocar la aparición pero la remodelación definitiva puede tardar hasta 3 me-
de una depresión en el espacio subacromial (sulcus sigu) ses. Parece que el movimiento puede actuar como un estí-
(Fig. 7-8). En la articulación de la rodilla es de gran valor mulo en la cicatrización.
diagnóstico la maniobra de Lachman (Fig. 7 - 9)
!@ vídeo 7-41, cuya positividad se relaciona de manera bas-
Para planificar correctamente el tra tamie nto de un es-
guince deben tenerse en cuenta y respetarse los proce-
sos de reparación biológica de los ligamentos.
o
El tratamiento primario de estas lesiones se basa en la
aplicación de frío, un sistema de compresión elástico de la
articulación, elevación y reposo. Este método se conoce
por las siglas CRICER (criorerapia, compresión, elevación
y reposo) y debe realizarse durante las primeras 48-72 ho-
ras tras la lesión (Tabla 7-4).
Aunque habitualmente se han indicado los tratamien-
tos funcionales para los esguinces de grado I, las inmovili-
Figura 7- 9. Maniobra de Lachman para el ligamento cruzado an- zaciones rígidas (de yeso o material sinrérico) para los de
terior de la rodilla. grado II y III, y se reservan los tratam ienros quirúrgicos
cas como la criorerapia (al comienzo del proceso), la electro-
Tabla 7-4. Esguince. Tratamiento primario
terapia y el masaje, que fu.ciliren los procesos de cicatrización,
Método CRICER pero sin interferir en ellos. Las técnicas de propiocepción y
• Crioterapia potenciación muscular, imroducidas lo más precozmente
• Compresión posible y mantenidas por tiempo suficiente, son decisivas en
• Elevación
• Reposo el éxito del tratamiento y en la prevención de las recaídas.

para algunos casos {lesionados físicamente activos, como


Un esguince puede evolucionar a recidivante por un tra-
!amiento inadecuado, tanto de la fase aguda como de la
o
recuperación funcional.
deportistas), actualmente estas indicaciones están someti-
das a revisión.
Diversos trabajos han concluido que los tratam ientos
funcionales pueden ser más eficaces que las in movilizacio- Prevención
nes rígidas, pues acorran los tiempos de recuperación y d is- La prevención de los esguinces, debido a su frecuencia, es
minuyen el número de secuelas, ramo en los grados I y li un aspecto muy importa nte e n la prevención de lesiones.
como en algunos casos de grado lii. El fortalecimiento de la musculatura, el trabajo de propio-
cepción y la utilización de ortesis (rodillera, tobilleras, etc.)
o vendajes constituyen los fundamentos de la prevención.

o Los tratamientos funcionales, tanto en los esguinces de


grado 1como en los de grado 11 y 111, se consideran actual-
me nte como los más eficaces para tratar estas lesiones.
El fortalecimiento muscular puede realizarse mediante
bandas elásticas u otros aparatos que opongan resistencia.
El trabajo d e propiocepción, utilizando planos inestables u
otras técnicas, resulta fundamental y posiblemente debie-
La reparación quirúrgica se indica, sobre todo, en la ro- ra formar parte, como un elemento más, del entrenamien-
tura completa del ligamento cruzado anterior de la rodilla, to en la práctica deportiva.
en deportistas o personas que deseen llevar una vida física- Las orresis con refuerzos externos son un buen disposi-
mente muy activa. A pesar de ello, no hay evidencia de que tivo de prevención (véase el capítulo 38, apartado Orresis
los tratamientos quirúrgicos sean más eficaces que los con- de las extremidades inferiores) . El uso de ortesis de tobillo
servadores en la prevención de las complicaciones a largo se ha mostrado eficaz para disminuir la incidencia de recaí-
plazo. Una reciente revisión de la Biblioteca Coclmme con- das en el esguince externo de tobillo. Los vendajes funcio-
cluyó que: «No hay pruebas suficientes provenientes de nales (oo Vol. l. capítulo 171 tienen el inconveniente de que
ensayos aleatorios que comparen el tratamiento quirúrgi- se deterioran durante su uso y pierden eficacia. Existen es-
co venus el conservador de las roturas del ligamento cruza- tudios que demuestran una mejor relación coste-beneficio
do anterior. Sin embargo, hubo algunas pruebas de que el con la utilización de robilleras que con los vendajes.
tratamiento conservador de las lesion es agudas del liga-
mento cruzado anterior puede llevar a un resultado satis- Luxaciones y subluxaciones
factorio». Existe controversia a propósito del tratamiento El estudio detallado de estas lesiones articulares requiere
quirúrgico de la rotura parcial, en la cual puede intentarse tratar detenidamente siguientes apartados.
un tratamiento conservador y recurriese a la cirugía en caso
de fracaso, con episodios recurre ntes de inestabilidad (ines- Concept o
tabilidad fun cio nal articular ® 1 (véase el caso clínico 7-1). Pérdida de contacto permanente y mantenida de las super-
ficies articulares. C uando la pérdida de contacto no es
completa se produce la subluxación.

o La indicación quirúrgica en las roturas del ligamento cru-


zado anterior de la rodilla debe hacerse en base a la ac-
tividad del lesionado.
En ocasiones existen lesiones concomitantes como lesio-
nes neurales, vasculares, cond rales, óseas. También es posi-
ble que uno de los extremos articulares lesione la piel y deje
al descubierto parte de la articulación (luxaciones abiertas).
En el caso de los ligamentos externos del tobillo, una
extensa revisión de trabajos concluyó que en el grupo de Clasificación
tratamiento quirúrgico hubo pruebas limitadas de tiempos Las lesiones articulares pueden ser de diversos tipos:
de recuperación más prolongados, mayor incidencia de ri- • Traumáticas agudas: se producen como consecuencia de
gidez del wbillo, de terioro de la movilidad del tobillo y un traumatismo directo o indirecto.
complicaciones. • Traumáticas recidivantes: cuando tras haber sufrido una lu-
Los tratamientos funcionales se basan en la utilización, xación aguda, ésra se reproduce con frecuencia y con trau-
por un tiempo variable según el grado de lesión, de un siste- matismos de menor intensidad. Las más frecuentes son las
ma de contención (vendaje funcional u orresis) que restrinja de las articulaciones escapuJohumeral y femoropatelar.
parcialmente y lo más selectivamente posible la movilidad • Traumáticas inveteradas: se trata de luxaciones que no
del ligamento afectado. Paralelamente, deben aplicarse récni- son diagnosticadas en el momento de produci rse o en
92

los primeros días y permanecen en el tiempo. Habitual-


mente se trata de accidentados poli traumatizados opa-
cientes psiquiátricos.
• Patológicas: luxaciones que se producen como conse-
cuencia de otra patología arricular subyacenre (reuma-
tismos, infecciones, neuropatías).
• Congénitas: luxación del recién nacido o que aparece
como consecuencia de f.1crores predispo nentes en los
primeros meses de vida. Habitualmente afecta a la ca-
dera.

Mecanismo de producción
Las luxaciones se producen como consecuencia de un trau-
matismo indirecto o, menos frecuentemente, directo. La Figura 7-10. Luxación articulación escapulohumeral con fractura.
elongación violenta de uno de los extremos arriculares des-
inserta y desgarra la cápsula arricular parcialmente, al igual
que algunos de los ligamentos. nes radiográficas habituales, y es preciso entonces real izar
proyecciones especiales, como la rranstorácica. Particular-
Epidemiología mente difíciles de diagnosticar son algunas luxaciones
Las luxaciones se producen con mayor frecuencia en jóve- como la esternoclavicular posterior, que debe sospecharse
nes y personas de mediana edad, como consecuencias de tras sufrir traumatismos torácicos y puede exigir la realiza-
actividades deportivas, profesionales de fuerza y accidentes ción de una romografía compurarizada (TC).
casuales. En el diagnóstico de la subluxación adquiere especial
Las articulaciones más frecuentemente afectadas son: el importancia el interrogatorio al lesionado, pues, como ya
hombro (escapulohumeral y acromioclavicular), codo y se ha indicado, es posible que cuando se realiza la explora-
dedos; la rodilla (femoropatelar) con menor frecuencia, y ción ya se haya reducido; esta circunstancia es frecueme en
más raramente la cadera y el tobillo. la articulación femoropatelar y no es infrecueme en la gle-
Las luxaciones de cadera suelen ser consecuencia de ac- nohumeral.
cidentes de tráfico en la edad adulta, pero es la luxación
congénita más frecuente, como ya se ha señalado.
En otras arriculaciones, las luxaciones suelen acompa-
ñarse de fracturas, como es el caso de la articulación de Lis-
En un lesionado que presenta dolor precordial, tras un
traumatismo torácico o de la cara externa del hombro,
debe sospecharse una luxación esternoclavicular poste-
o
franc, de la columna cervical, etcétera. rior y es conveniente solicitar una TC si las radiografías
simples son normales.
Manifestacions clínicas
Los síntomas principales so n: dolor e impotencia funcio-
nal. La deformidad anatómica es el signo más característi-
co y típico de cada localización anatómica ("hombro en Tratamient o
charretera>>, "tecla acromioclaviculan>, etc.). El tratamiento se compone de tres pasos: reducción, con-
Pueden aparecer síntomas o signos adpicos (zonas de tención y rehabilitación.
anestesia cutánea, cianosis o palidez) que sugerirán posi- La reducción cerrada 1® videos 7-5 y 7-6) se efectuará
bles lesiones acompañantes. mediame tracción de la articulación (manual o mecánica) ,
La subluxación presenta un cuadro clínico menos lla- con las maniobras oportunas, tras comprobar que no exis-
mativo, pues es posible que la deformidad anatómica no ten contraindicaciones para realizarla (lesiones osteocon-
sea muy evidente e incluso el lesionado conserve parte de drales). Puede ser necesario apl icar anestesia general para
la funcionalidad de la arriculación; también es posible que realizarla.
la lesión se haya reducido espontáneamente tras haberse En ocasiones no se consigue realizar la reducción cerra-
producido. da (luxación irreductible) y es preciso hacerlo tras abordar
quirúrgicamenre la articulación (reducción abierta).Tras
Diagnóstico finalizar la reducción debe efectuarse una nueva explora-
Las manifestaciones clínicas y la exploración suelen bastar ción radiológica (Fig. 7-11) para comprobar que se ha rea-
para establecer el diagnóstico, pero debe completarse con lizado correctamente.
una radiograffa en al menos dos proyecciones, aunque en El segundo paso es inmovilizar la articulación por tiem-
ocasiones pueden ser necesarias otras. L1 exploración ra- po suficiente para conseguir la cicatrización de la cápsula y
diológica sirve también para diagnosticar lesiones asocia- los ligamentos. No existe consenso sobre el tiempo de in-
das, como fracturas (Fig . 7-10). Algunas luxaciones so n movilización, incluso algunos autores recomiendan, tras
difíciles de diagnosticar mediante la exploración (como la un breve período de tiempo (4-5 días), iniciar la moviliza-
luxación posterior de hombro), incluso con las proyeccio- ción precoz, ya que no se ha demostrado que una inmovi-
93

Concepto
Lesión producida por un traumatismo directo que afecta a
las estructuras articulares y que puede dañar el cartÍlago
condral. Se trata de una lesión muy frecuente y habirual-
mente poco grave. Suele afectar a las articulaciones de los
dedos de la mano, del pie y de la rodilla (sobre todo en la
articulación patelofemoral). Son frecuentes en el ámbito
deportivo y laboral.

Manifestaciones clínicas
Sus principales manifestaciones clínicas son el dolor y el
derrame articular, que habitualmente es un hidrarrros. La
impotencia funcional depende de la intensidad de estos
Figura 7-11 . Luxación de hombro reducida.
componentes y de las posibles lesiones acompañantes,
como fracruras condrales o más frecuentemente de las de-
lización más prolongada reduzca las msas de recurrencia en nominadas por Wagner fracturas por impresión de la super-
las luxaciones de hombro. El inicio lo más precoz posible ficie articular.
de la movilidad impide la aparición de rigideces, frecuen-
tes en el caso del codo. Diagnóstico
La recuperación funcional se basa en conseguir la mo- El diagnóstico se establece por las manifestaciones clínicas,
vilidad completa o el mayor arco posible y, en todo caso, pues las pruebas de imagen sólo son útiles para descartar
que no deteriore la funcionalidad de la articulación. La re- lesiones acompañantes. El antecedente de un traumatismo
cuperación del trofismo muscular es un objetivo también directo sob re la arricuJación, junto con la presencia de de-
prioritario. El entrenamiento de la propiocepción es fun- rrame articular y la limitación funcional, establecen el
damental para evitar las recidivas. diagnóstico.
Las luxaciones recidivantes d eben ser tratadas quirúrgi-
camente mediante las técnicas oportunas para cada articu-
lación. En las articulaciones interfalángicas de la mano son fre-
cuentes las contusiones, pero deben explorarse cuidadosa-
o
mente para descartar lesiones tendinosas acompañantes.

o Las lu xaciones recidivantes que má s frec uentemente


precisan tratamiento quirúrgico son las que afectan a las
articulaciones escapulohumeral y femoropatelar. Tratamiento
El método CIUCER, ya descrito, es el tratamiento de elec-
Dada la alta tasa d e recidivas, algunos autores reco- ción. La punción de la articulación, bajo estrictas medidas
miendan tratar quirúrgicamente el primer episodio de la de asepsia, puede ser necesaria cuando el derrame es muy
luxación escap ulohumeral, pero no es el criterio genera- abundante y provoca dolor por aumento de la presión in-
lizado. Igualmente, tampoco hay acuerdo en el trata- traarticular. La movilidad de la articulación debe recupe-
miento de la luxación acromioclavicular de grado III con rarse lo más precozmente posible para evitar secuelas.
amplia separación de los extremos articulares, y se pro-
pugna el tratamiento quirúrgico en deportistas y trabaja- LESIONES ARTICULARES ABIERTAS
dores de fuerza .
En lo que respecta a las lesiones articulares abiertas, se es-
Prevención tudiarán las heridas articulares.
Se basa en la realización sistemática de ejercicios de poten-
ciación muscular y propiocepción en aquellos colectivos Heridas articulares
que tienen mayor riesgo de sufrir estas lesiones (deportis- El estudio detallado de estas lesiones articulares requiere la
tas, trabajadores manuales) . revisión detenida de los siguientes aparrados.
En la prevención de las recidivas, a las medidas anterio-
res puede añadirse la utilización de algún soporte ortésico Concepto
(rodillera de centraje roruliano, soporte de hombro, ere.) Solución de continuidad que afecta a la piel, tej idos sub-
(véase el capítulo 38, aparrad o Orresis d e las extremidades yacentes y capsula articular, poniendo en comunicación la
inferiores) . articulación con el exterior.

Contusiones articulares Clasificación


El estudio de estos traumatismos articulares requiere la re- Estas lesiones se pueden clasificar en tres niveles, atendien-
visión detallada de los siguientes aparrados. do a su gravedad:
• Grado I: sólo afecta a las partes blandas. bienres sucios, y la conraminación de la herida por gérme-
• Grado II: gran afectación de las partes blandas, con leve nes es una complicación frecuente y grave.
afecración ósea y condral.
• Grado III: la herida anicular se acompaña de importan-
te daño en el hueso y el cartílago y suele existir conta-
Debe considerarse que toda herida articular, y particu-
larmente en ambientes laborales, está potencialmente
o
minación de la herida. contaminada .

Mecanismo de producción
Las causas habituales de las heridas articulares son los acci-
dentes de tráfico, accidentes de trabajo y las heridas por Tratamiento
arma de fuego. Su mecanismo de producción es la penetra- Es de especial importancia tratar la conraminación de la
ción, de fuera a dentro, de un agence punzante. También herida, o prevenirla si ésta no se hubiera producido. Por
puede producirlas una fractura o una luxación por meca- tanro, el tratamiento primario se basa en el lavado intenso
nismo de dentro a fuera. y en aislar la articulación del exterior mediante la coloca-
ción de alguna barrera estéril. Deben administrarse anti-
Diagnóstico bióticos y profilaxis antitetánica. Posteriormente, se reali-
Se establece por el cuadro clínico y por el grado de lesión za la regularización de los bordes de la herida, eliminando
mediante la inspección detenida; en ocasiones, bajo anes- los tejidos desvitalizados (Friedrich) , la limpieza exhausti-
tesia general de la herida. La exploración radiológica pue- va de la articulación, el tra tamiento de las lesiones conco-
de ser necesaria en caso de sospecha de fractura o lesión miranres y la sutura por planos. Es preciso colocar después
condral. Muchas heridas articulares se producen en am- una inmovilización.

lil RESUMEN

• Las lesiones articulares (Fig. 7-121. esguin- Lesiones articulares cerradas


ces , luxaciones, sub luxaciones y heridas ar-
ticulares, son los traumatismos más fre-
cuentes en el humano . Su diagnóstico es Esguince Luxación Contusión
habitualmente sencillo y está basado en las Lesión de los Perdida de Subluxaclón Traumatismo
ligamentos y contacto de las Pérdida parcial directo
manifestaciones clínicas y en la exploración. capsula articular, superficies t--- de conlaclo de las
sin pérdida de articulares superficies
• El esguince más frecuente es el que afecta contacto de las de manera articulares
superficies permanente
al complejo ligamentoso externo del tob illo. articulares
El tratamiento de los esguinces ha evolucio-
nado mucho en los últimos años hacia crite-
rios funcionales. Dolor Dolor Dolor Dolor
(+/++) (+) (+) (+)
Deformidad anatómica Deformidad anatómica Deformidad anatómica Derrame articular
• Existen controversias a propósito de las in- (+) (+H) (++) (+)
dicaciones quirúrgicas tanto de los esguin- Impotencia funcional Impotencia funcional Impotencia funcional
(+/++) (+++) (++)
ces graves (grado 1111 como de algunas luxa-
ciones.
• La prevención prima ria de estas lesiones Cricer, Reducción Reducción ( Cricer
Tratamiento funcional Inmovilización Inmovilización Artrocentesis
está basada en los ejercicios de potencia- Potenciación muscular Rehabilitación Rehabilitación
ción muscular y propiocepción. Propiocepción Cirugia en las
Cirugía en lesiones de recidivas
fogamenlo anterior
• Para las recidivas puede ser útil la utiliza- cruzado de rodilla
ción de soportes ortésicos.
• La cirugía se indica en las luxaciones recidi-
va ntes de hombro (escapulohume rall y rodi-
Prevención
lla (patelofemoral). Potenciación muscular
Prnpiocepción
Soportes ortésicos
Vendajes funcionales
Heridas articulares
Lesiones articulares abiertas j limpieza, desinfección, sutura
Alltibioterapia
Figura 7-12. Algoritmo de las lesiones Inmovilización
articulares.
M. a T La bajos Manzanares y N. Moreno Morales

[§] OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Definición y etiología de las fracturas óseas.


• Clasificación de las fra cturas óseas según distintos aspectos: localización, mecanismo de producción, línea fractua-
ria, estabilidad, energía del traumatismo, Asociación para e l Estudio de la Osteosíntesis, presentación, etcétera.
• Diagnóstico de las fracturas óseas ate ndie ndo a aspectos generales y locales en función de la anamnesis, cuadro
clínico y examen rad iológico.
• Proceso de consolidación de las fracturas óseas y s us fases.
• Tipos de tratamiento según sea una fractura cerrada o las abierta.
• Indicacio nes específicas de tratamiento conservador o quirúrgico según e l tipo de fracturas.
• Complicaciones generales y locales de las fracturas óseas.
• Pronóstico de las fracturas óseas atendiendo a factores generales y lo ca les.

GENERALIDADES ETIOLOGÍA
La palabra fi'llctum proviene etimológicamente del larín. En términos generales, cuando fUerzas externas inciden y supe-
Es una forma de participio del verbo fi'llngere, «romper>~, ran los límites de resistencia del hueso, se produce una ITacrura.
que se ha sustantivado: En este caso se dice que la ITactura es de origen traumático.
Pero podríamos hablar de otras situaciones no relaciona-
Fractura e (m) (fi'llctmn: «roto» + t-ttm (m): «cualidad», das con rrawnatismos. Tal es el caso de las ji'ftctttras porfotigrz
«resultado») o de estrés, resultado de aplicar una fUerza no excesiva o de
poca intensidad, pero sí repetida en el tiempo y de forma cí-
Pod ría definirse como pérdida de la continuidad de la clica. Son microfracturas trabeculares que producen debili-
sustancia ósea o solución de continuidad del hueso. Aun- dad en el hueso y terminan en solución de continuidad.
que en el caso de los huesos cortos, también puede consi- También se encuentran las ji'llcturrzs prztológicas, que se
derarse como fractura la alteración de la forma original. asientan sobre un hueso debilitado previamente por una
Co nvien e, no obstante, hablar más correctamente de patología. Causas frecuentes son: metástasis y neoplasias
unidad fracturaría e o foco de fractura e , entendiendo (véanse el capítulo 36 y el caso clínico en el GEl Anexo 2.
como tal no sólo la lesión del hueso, sino las que pueden Caso clínico mieloma múltiple) , enfermedad de Paget
sufrir los tejidos adyacentes como periostio, músculos, fas- (véase el capítulo 47), osteoporosis (véanse el capítulo 47,
cías, piel, nervios, vasos sanguíneos, etcétera. apartado Osteoporosis y el caso clínico 8-2), osteomalacia
(véase el capírulo 47, aparrado Osteomalacia), osteogéne-
En el manejo de las fracturas, es importante tener en sis imperfecta, infecciones óseas, etc.).
cuenta aspectos como la edad y el sexo del paciente, ex-

o tensión de la fractura, tipo de hueso, mecanismo de pro-


ducció n, enfermedades, afectación de partes bla ndas,
etc. , que son factores pronóstico muy importantes que
condicionarán el tipo de tratamiento y la aparic ión de
CLASIFICACIONES
En el estudio de las fracru ras existen numerosos modelos
complicaciones. de clasificación. A continuación se abordan las más impor-
tantes y más utilizadas.

97
98

Clasificación de las fracturas según su morfología


Según su morfología, las fracturas se pueden clasificar en
vanos npos.

Fracturas incompletas
El trazo no afecra a todo el espesor. Se dividen en:
• lncurvaciones traumáticas.
• Fracturas en rallo verde.
• Fracturas en rodete o en caña de bambú.
• Fisuras.
• Aplasramiento.

Fracturas subperiósticas
La fractura afecta a rodo el espesor del hueso pero con el Figura 8-2. Clas ificación según las líneas de fractura: IAI Trans-
versa. IBI Oblicua. ICI Espiroidea. IDI Con minuta.
periostio intacto.

Fracturas completas Clasificación de las fracturas por su localización


El trazo afecta a todo el espesor del hueso (Fig. 8-1). Se di- anatómica en el hueso
viden en: Según su localización, las fracturas se pueden clasificar del
• Únicas. siguiente modo:
• Múltiples. • En huesos largos: fracturas dia.fisarias, epifisarias, mera-
• Conminuras. fisarias.
• En huesos cortos y planos: en relación con la anatomía
Clasificación de las fracturas según las líneas particular de cada hueso.
de fractura • En niños: fracturas fisarias o epifisiólisis.
Según el trazo, las fractu ras (Fig. 8-2) se pueden clasificar • Fracturas articulares.
en:
• Transversas. Clasificación de las fracturas por su etiología
• Oblicuas. Según su etiología, las fracturas se pueden clas ificar en:
• Espiroideas. • Fracturas por traumatismos mecánicos.
• Fracturas por fatiga.
• Fracturas patológicas.

Clasificación de las fracturas por su mecanismo


de producción
Según su mecanismo de producción, las fracturas se pue-
den clasificar en:
• Fractura por mecanismo directo: producida cuando la
fuerza ha actuado en el mismo lugar de la lesió n (véase
el caso clínico 8-1) .
• Fractura por mecanismo indirecto: cuando la fuerza ac-
túa a distancia del foco de fractura (véase el caso clínico
8-2) (Fig. 8-3):
- Por flexión: en adultos da lugar a fracturas transver-
sas y oblicuas, en niños a fracturas en rallo verde.
- Por compresión: fracturas por aplastamiento.
- Por tracción: fracturas-arrancamientos.
- Por rotación: fracturas espiroideas.

Clasificación de las fracturas por la energía


del traumatismo que las causa
Según la energía del traumatismo, las fractu ras se pueden
clasificar en:
• Fractura de alta energía: necesita un gran traumatismo
para producirse.
• Fractura de baja energía: fracturas por fatiga, fracturas
Figura 8-1 . Fractura conminuta de codo. patológicas.
99

Figura 8-4. Clasifica ción de fracturas desplazadas: IAl Acabalga-


miento. lB) Se paración. ICl Enclavamiento. ID) Desplazamiento
lateral. lE) En angulación.

Clasificación de las fracturas por su estabilidad


Según su estabilidad, las fractu ras se p ueden clasificar en:
• Fractura estable: sin riesgo de desplazamiento.
• Fractura inestable: con riesgo de desplazamiento.

Clasificación de las fracturas por su número,


localización y momento de producción
Según su número, localización y momento de producción,
Figura 8-3. Frac tura espiroidea de húmero.
las fracturas se pueden clasificar en:
• Fracturas múltiples: un mismo paciente tiene varias
Clasificación de las fracturas por su momento fracturas en sirios diferentes:
de presentación - Polifracrurado: sin compromiso cardiopulmonar o viral.
Según el momento de su presentación, las fracturas se pue- - Polirrauma rizado: con compromiso cardiopulmonar
den clasificar en: o viral.
• Obstétrica. • Fracturas iterativas: repetidas en el tiempo.
Infantil. Fracturas ipsilarerales: afectan a huesos del mismo
• D el aduleo. miembro o del mismo lado del cuerpo.
Clasificación de las fracturas por su comunicación Clasificación de las fracturas según la Asociación
o no con el exterior para el Estudio de la Osteosíntesis
Según si comunican o no con el exterior, las fracturas se Según la Asociación para el Estudio de la Osreosíntesis, las
pueden clasificar en: fracturas pueden clasificarse por su gravedad siguiendo un
• Fractura cerrada: la piel que recubre el hueso está intac- código alfanumérico:
ta y en el caso de que existiera herida no guarda relación • Los huesos largos se identifican con un n úmero: húme-
con el foco de fractura. ro 1, cúbico y radio 2, fémur 3, tibia y peroné 4.
• Fractura abierta: existe una lesión en la piel, que comu- • Cada hueso se divide en tres fragmentos : proximal 1,
nica el exterior con el foco de fractura. Se usa la clasifi- diáfisis 2, distal 3 , maléolos 4.
cación de Gusrilo según la gravedad en tipos l, Il y III • La gravedad se d ivide en eres tipos: menos grave A, in-
y éstos a su vez en subtipos A, B y C. termedia B, más grave C.
• Es ros tipos se dividen a su vez en eres grupos (1, 2, 3) y
Clasificación de las fracturas por las relaciones éstos en eres subgrupos (. 1, .2, .3).
de sus fragmentos entre sí • Pueden añadirse calificaciones: 1 al 6 según la locali-
Según la relación entre los fragmentos, las fracruras se pue- zació n y extensió n, 7 para amputacio n es parciales,
den clasificar en: 8 para amputaciones torales y 9 para pérdida de blo-
• Fractura desplazada: los fragmentos óseos pierde n la re- que óseo.
lación entre ellos (véase el caso clínico 8-1) :
- Acabalgamiento. Ejemplo: fractura oblicua intermedia del extremo distal del
- Separación o diásrasis. h úmero: 13-B2. 1.
- Enclavamiento.
D esviación lateral. MANEJO CLÍNICO. JUICIO CLÍNICO
- Angu lación (varo/valgo, antecu rvatumlrecu rva-
tltm). En lo que respecta al diagnóstico, para establecer un juicio
• Fractura no desplazada: los fragmentos óseos mantie- clínico es precisa una correcta y co mpleta anamnesis, y el
nen su relación anatómica entre ellos (Fig. 8-4}. estudio detallado de las man ifestaciones clínicas.
100

de fractura de clavícula (sujetar el brazo con la mano


Anamnesis opuesta y rotar la cabeza hacia el lado lesionado). En
Es imporranre relacionar la lesión con una causa. Habi- fractura de cadera, especialmente en ancianos, miembro
tualmence el paciente refiere un golpe o una caída, pero en en aproximación, acortamiento y rotación externa.
otras ocasiones hay que recordar que no todas las fracturas • Limitación funcional: debido al dolor y a la pérdida de
están relacionadas con un traumatismo (fracturas patoló- continuidad en el hueso. Más importante cuanto más
gicas, fracturas por fatiga} . Por ello es imprescindible pre- complicada y grave sea la fractura. Aunque hay que tt:-
guntar al paciente por enfermedades previas ames de abor- ner en cuenta que en algunos casos el paciente puede in-
dar el interrogatorio acerca del traumatismo. cluso deambular, como es el caso de las fracturas incom-
En esre sentido, es fundamental que el paciente cuente pletas de cuello de fémur, fracturas por fatiga y fractu-
el tipo de actividad que esraba realizando en el momento ras de huesos corros.
del accidente, cómo ocurrió, la intensidad del golpe, pun- • Deformidad del miembro: es debida a la hemorragia
to de impacto, postura, superficie sobre la que cayó, direc- que motiva la tumefacción, al desplazamiento de los
ción de las fuerzas implicadas, etc.; en definitiva, todos elementos frucruarios, edema por compresión nerviosa,
aquellos aspectos que puedan ser de utilidad para acercar- contractura muscular, ere. Se puede citar la deformidad
nos al diagnóstico. de la muñeca «en dorso de tenedon> en la fractura de CoUes.
El paciente refiere, en la mayoría de los casos, un antece- • Equimosis: pueden tener relación con la lesión de par-
dente traumático, chasquido en la zona en el momento del tes blandas, debido a la contusión, y aparece inmediata-
golpe, dolor intenso e incapacidad funcional en la zona. mente; o bien guardar relación con el foco de fractura
(suelen aparecer a los 4 o 5 días) y extenderse a distan-
cia. En este caso es interesante por su valor diagnóstico
La causa de una fra ct ura habitualmente es traumática,

o aunque en ocasiones acontece de forma espontánea.


En la anamnesis es preciso determinar con exactitud el
mecanismo de producción de la fractura .
citar los siguientes signos:
- Signo de Destot: equimosis de escroto en fracturas
de acetábulo (véase el capítulo 18).
- Signo de Thiery: equimosis transversal sobre los nu-
dillos en fracturas de los metacarpianos (véanse el ca-
pítulo 17 y el caso clínico 8- 1).
Cuadro clínico - Signo de Kirmisson: equimosis en flexura de codo en
El cuadro clínico del pacienre puede ser general, frecuente fractura supracondílea de húmero (véase el capítu-
en polirraumatizados, o local. lo 14).
- Signo de Hennequin: equimosis en la cara interna
Cuadro clínico general del brazo y lateral de tórax en fracturas de cuello qui-
En ocasiones las fracturas pueden producir alteraciones del rúrgico de húmero (véase el capítulo 13).
estado general debido a sus complicaciones (sangrado, in- • Hematomas: en algunos tipos de fracturas se exrravasa
tenso dolor, lesiones viscerales, etc.}; por ello hay que bus- la sangre y se deposita en la proximidad del foco (frac-
car signos de choque hipovolémico, choque neurogénico, turas de epitróclea).
lesiones viscerales, lesiones del sistema nervioso central y • Flictenas o ampollas de líquido seroso: frecuentemente
sistema nerviosos periférico, así como de causas predispo- en fracturas de tobillo.
nentes como la enfermedad de Paget (véase el caso clínico • Daño cutáneo: en el caso de fracturas abiertas.
en el GEl Anexo 2. Caso clínico m ieloma múltiple}, infec- • Daño neurovascular distal: producido por el propio
ciones, etcétera. traumatismo o por el desplazamiento de los fragmen-
Rara vez, en jóvenes más frecuentemente, se dan hiper- tos. En ocasiones puede ser de tipo yatrogénico, provo-
termia y leucocirosis. cado por la exploración y manipulación. Puede haber
rotura de vasos, compresiones o contusiones que provo-
Cuadro clínico local quen desde isquemia en la zona hasta embolismos y
El cuadro clínico local puede acompañarse de los siguien- choque hipovolémico por hemorragia intensa. Estas si-
tes síntomas (véase el caso clínico 8-2): tuaciones producen complicaciones como síndromes
Dolor: es el síntoma más importante y fundamental. comparrimentales e incluso el fallecimiento del pacien-
Aparece bruscamente, de forma espontánea, continuo, te. Las lesiones nerviosas pueden ser simples contusio-
se mantiene en reposo y aumenta con el movimiento y nes o incluso secciones.
la palpación de la zona.
Crepitación: en el caso en que sea posible mover la zona, se Examen radiológico
percibe una crepitación por el roce de los extremos óseos. La exploración radiológica es obligatoria. Es además muy
Movilidad anormal: en fracturas completas el movi- útil para planificar el tratamiento, así como para determi-
miento de los extremos fractuarios sigue direcciones nar lesiones asociadas.
distintas. Hay que tener en cuenta algunos aspectos:
Actitud: es la posición que adopta el paciente con fines • Realizar al menos dos proyecciones de la zona (amero-
antiálgicos. Por ejemplo, «actitud de Desault>• en caso posterior y lateral).
101

Proceso de consolidación ósea


El hueso, a diferencia de otros tejidos, no posee un meca-
nismo de reparación cicatricial, sino una reparación espe-
cífica. Este proceso reparador se llama callo de jhtctrml.
Se desarrolla en diferentes fases:
• Fase de impttcto. En el momen to del impacm, el h ueso
absorbe una cantidad importante de energía, por lo que
se produce la fractu ra. Inmediatamente aparece una he-
morragia local, los vasos se destruyen alrededor de la
fractura y en el seno de ésta. A continuación, el hueso
Figura 8-5. Fractura de Colles. sufre necrosis. En este momenm com ienza la co nsolida-
ción.
• En el caso de fracturas de escafoides, repetir la proyec- • Fase de inflamación. A su vez se subdivide en:
ción a los 1O días para confirmar la lesió n, debido a que - Fase de hematoma. Una vez producido el hemamma,
la reabsorción ósea facilita el diagnóstico. por rotura de la arteria nurricia y de las venas centro-
• Deben incluirse en la radiografía las dos articulaciones medulares, se produce la coagulación, que forma una
q ue estén por encima y po r d ebajo de la fractura. red de fibrina que sirve de puente o guía para la pene-
• En el caso de los niños, d ebe realizarse una radiografía tración celular. Se desencadena entonces la liberación
comparativa del miembro sano para no confundir la lí- de mensajeros celulares, factores de crecimiento y ci-
nea epifisaria con la fractura. tocinonas (prostaglandinas, TGFB, IG F, BMP).
• Proyecciones especiales (Figs. 8-5 y 8-6): en el caso de - Fase de proliferación ce/u/m: Esta fase corresponde a
fractu ras de escafoides, meseta tibia(, cuello de fé mur, la proliferación de células mesenquimales y a la apa-
calcáneo, etcétera. rición d e tejido de granulación que invade el hema-
to ma, rodea a los fragmentos óseos y se extiende a las
En la imagen deben valorarse: la localización y caracterís- partes blandas.
ticas de la frac tura, las lesiones asociadas y el es tado del • Fase repamtivn. A su vez se subdivide en:
hueso subyacente. - Formacióll del callo blando. Las células mesenqu imales
En ocasiones debe recurrirse a mro tipo de técnicas de se van a diferenciar dependiendo de las cond iciones
imágenes como mmografías, gammagraffa y mmografías mecánicas: si existe reposo, se formará hueso; de lo
computarizadas. conrario, cartílago y tej ido fi broso inestable. También
influye la buena vascularización de la zona. En primer
lugar, se forma el callo periosral, sobre la tercera sema-

o La exploración radiológica es imprescindible, establece


el diagnóstico y determina la existencia de lesiones aso-
ciadas.
na, con una un ión elástica y fácilmente destructible.
En la medular, al ser mayor la vascularización, se for-
ma hueso trabecular con restablecimiento vascular. La
zona externa al trazo de fractura que ha estado en con-
TRATAMIENTO tacm con la musculatura es ocupada por tejido carti-
laginoso y fibroso que va a formar un nuevo periostio.
El tratamiento general de las fracturas requiere, en primer La movilidad del foco aún es posible, pero es de carac-
lugar, respetar el proceso de consolidación ósea. Hay que terística elástica y ya no hay crepitación.
tener en cuenta aspectos de atención urgente y, finalmen- - Formación del callo óseo. En esta fase se produce la mi-
te, decidir qué opción es la mejor, si la conservadora o la neralización del callo bland o. La osificación se genera-
quirúrgica. liza y desaparece el cartílago; la actividad condrogéni-
ca y osteoblástica da paso a la osteclástica, que junro
con la penetración vascular forman la base de las nue-
vas osreonas. En esta etapa han desaparecido las man i-
festaciones clínicas inflamamrias y si el paciente carga
sobre la zona lesionada no experimenra dolor.
• Fase de remodelación. El hueso fibrilar se transforma en
hueso laminar. Es una remodelación del callo que im-
plica su reorgan ización interna y dura meses.

El hueso no posee un mecanismo definido para una repa-

Figura 8- 6. Fractura de escafoides carpiano.


ración cicatric ial, sino para una re paración específica,
med iante un proceso reparad or que establecerá la for-
mación del llamado callo de fractura .
o
102

El tiempo de reparación de las fracturas depende de una Hay que descartar:


serie de factores: • Obstrucción o trastorno respiratorio.
Clase de hueso: el esponjoso consolida más rápidamen- • Hemorragia y shock.
te que el cortical. • Traumatismo craneoencefálico.
Tipo de fractura: la fractura transversa requiere una • Rotura de la aorta torácica.
consolidación más lema que la espiroidea. • Complicaciones viscerales.
Estado vascular: la patologfa vascular es un factor de
pronóstico negativo y retarda la consolidación. Una vez descartadas, o bien atendidas adecuadamente, las
Constitución general del paciente: el hueso sano cura situaciones anteriores, hay que valorar la fractura y poner
mejor que el patológico. especial interés en situaciones que requieren una urgencia
Edad: en los adultos se precisa el doble de tiempo que en el tratamiento como son:
en los niños. • Fracturas abiertas.
• Fracturas-luxaciones.
En algunas ocasiones el proceso de reparación no se con- • Fracturas con compromiso neurovascular.
solida, se produce proliferación fibroblástica y los frag- • Edema asociado a la fractura, como acontece en el tobi-
mentos óseos permanecen móviles; esta situación se llama llo y en la muñeca.
seudoartrosis. Las causas son: distracción y separación de
los fragmentos, interposició n de tejidos blandos entre los A continuación se exponen los objetivos y procedimientos
fragmentos, movimiento excesivo de la línea de fractura, del tratamiento de las fracturas óseas, haciendo distinción
infección, hueso debilitado previamente y mala irrigación entre las fracturas cerradas y las abiertas.
local.
Tratamiento de las fracturas cerradas
Una vez realizada la valoración general del paciente, siem-
El tiempo de reparación de las fracturas depende de fac-

o tores como la clase de hueso, el tipo de fractura, el esta-


do vascular, la constitución general del paciente y la
edad.
pre que esté en situación estable y se hayan tratado las le-
siones de mayor prioridad, se procederá al tratamiento de
la fractura.
Los objetivos del tratamiento serán:
• Lograr una buena consolidación ósea y evitar, a ser po-
sible, deformidades.
Tratamiento de urgencia
• Restablecer la función completa del segmento compro-
Conviene destacar en este apartado la importancia que metido.
puede tener el tratamiento de la fractura en un paciente. • Evitar complicaciones tempranas y tardías.
Es de vital importancia realizar un diagnóstico inmediato
del riesgo del individuo lesionado, especialmente si es po- Son tres los principios fundamentales del tratamiento:
litraumatizado. La atención a la fractura quedará en un se- • Reducción.
gundo plano. • Inmovilización.
El tratamiento comienza en el mismo lugar del acciden- • Recuperación funcional .
te con los primeros auxilios. Éstos deben ser simples pero
efectivos:
• Valorar que las vfas aéreas no están obstruidas.
• Comprobar pulsos.
Los principios fundamentales del tratamiento general de
las fracturas son: reducción, inmovilización y recupera-
o
ción funcional.
• Cubrir con material de tela limpia si hubiese una heri-
da para evitar su contaminación.
• En caso de hemorragia, detenerla mediante compre- Reducción. El objetivo es movilizar el fragmento fractura-
sión. do y alinearlo controladamente con el resto del segmento.
• El paciente no debe moverse por riesgo de lesión medular. Primero, se realiza una tracción seguida de un movimien-
• Si hubiese fractura, inmovilizarla provisionalmente. to del segmento, aplicando fuerzas inversas hasta llevarlo a
• Mantener la temperatura corporal. la posición de alineación más estable posible. Está indica
• Traslado a un hospital. su realización inmediata en fracturas desplazadas. Sin em-
bargo, existen contraindicaciones: fracturas no desplaza-
Ya en el centro hospitalario, el paciente recibe el traca- das, de reducción imposible, inestables.
miento de urgencia. Existen diferentes métodos:
• Manipulación cerrada: se realiza con o sin anestesia. Se
emplean maniobras manuales o de tracción mecánica
Lo fundamental es una valoración general, pero minucio-

o sa, para detectar algún trastorno que requiera prioridad.


Después, se deberá valorar la fractura y, por último, des-
cubrir cualquier complicación que pudiera presentarse.
sin abrir quirúrgicameme el foco de fractura.
• Manipulación controlada quirúrgicamente: está indica-
da en fracturas articulares, fracturas inestables o fractu-
ras de localización profunda.
103

Figura 8-9. Enclavado intramedular.

• Inmovilización con yesos o férulas articuladas o funcio-


nales.
• Fijación interna {Figs. 8-7, 8-8, 8-9 y 8-10): tornillos,
Figura 8-7. Fijación quirúrgica. Agujas de Kirschner y yeso. placas atornilladas, bandas de tensió n, enclavado intra-
medular rígido (Küntcher, Asociació n para el Estudio
Inmovilización o contención. En este sentido, cabe des- de la Osteosínresis}, enclavado intramedular flexibles
tacar la posibilidad de métodos conservadores u ortopédi- (Ender, Rush), agujas percucáneas, agujas de Kirschner
cos y de métodos quirúrgicos durante determinado tiem- (véase el caso clínico 8-1} .
po, según el tipo de fractura y su localización: • Fijación esquelética externa.
• Métodos de inmovilización no rígidos: cabestrillos, et- • Arrroplastia.
cétera.
• Inmovilización con yesos o férulas rígidas (véase el caso Recuperación funcional. Esta fase del tratamiento es fu n-
clínico 8-2) . damental. Las intervenciones fisioterapéuticas conseguirán

Figura 8- 8. Material de osteosíntesis. Figura 8-10. Osteosíntesis en tobillo.


104

- Seguidamente, se realiza la limpieza quirúrgica o des-


bridamiento, que consiste en escindir los tejidos ne-
crosados y contaminados, con el objetivo de obtener
un lecho limpio y sangrante, valorando la viabilidad
de la piel y de la musculatura. El desbridamiento
puede ser seriado, si se realiza varias veces cada 2 días
para valorar la efectividad, o bien radical, si se extir-
pa el tejido de forma agresiva para evitar así la sobre-
infección.
lilA IIIB IIIC
- Inmediatamente se procede a la antibioticotera-
Figura 8-11. Clasificación de las fracturas abiertas según Gustilo. pla.
• Fase 2. Estabilización:
la recuperación de la funcionalidad y evitarán complica- Fracturas de tipo 1 y II: se estabilizan con clavos in-
ciones leEJ Vol. 11, capítu lo 5). tramedulares, fresados o no fresados, según cada au-
tor.
Tratamiento de las facturas abiertas - Fracturas de tipo 111: se estabilizan con fijadores ex-
Cuando el foco fractuario comunica con el exterior o con ternos (osteota:xis) o tracción.
una víscera hueca (vejiga o recto) se considera que se trata • Fme 3. Cierre y cobertura:
de una fractura abierta. - C ierre directo (sutura primaria diferida o secundaria).
Siguiendo a Gustilo y Anderson (Fig. 8- 11), las fractu- - Cicatrización por segunda intenció n.
ras abiertas de huesos largos se clasifican en: - Reconstrucción vascular con sutura o injerto arterial
• Tipo 1: fractura abierta limpia con herida menor de o venoso.
1 cm. - Cobertura cutánea con injerto o colgajo.
• T ipo II: fractura abierta limpia con herida superior a - Reconstrucción ósea: con injerto, o métodos de
1 cm, pero sin lesión extensa de partes blandas, colgajos transporte óseo u osteogénesis de Ilizarov.
ni avulsiones.
• Tipo III: fractura abierta, segmentaría, con lesión de
Dada la complejidad de las fracturas abie rtas, siempre
partes blandas extensa o amputación traumática.

Antes de proceder al tratamiento de la fractura abierta hay


que tener en cuenta factores importantes que condicionan
son una urgencia quirúrgica y precisan de estrecha vigi -
lancia postoperatoria.
El tratamiento de las fracturas abiertas tiene como obje-
o
tivos fundamentales, y por este orden: salvar la vida del
el tratamiento: paciente, salvar el miembro, salvar la función.
• Valoración del estado general del paciente.
• Tiempo transcu rrido desde el momento del accidente
hasta la iniciación del tratamiento. Más de 12 horas es COMPLICACIONES
tiempo suficiente para que la herida esté infec tada. To-
das las fracturas abiertas se consideran lesiones contami- L1s complicaciones de las fracturas abiertas pueden ser ge-
nadas. nerales y locales. Aunque se tratarán con detalle en el si-
• Grado de contaminación. guiente capítulo (véase el capítulo 9), se enunciarán ahora
• Grado y extensión de la lesión de partes blandas: valo- las más relevantes.
rando la isquemia tisular y, en su caso, la viabilidad
muscular. Regla de las 4 C de Smille (color, consisten- Generales
cia, contractilidad y capacidad de sangrado). Las co mplicaciones gene rales de las fracturas abie rtas
• Presencia d e cuerpos extraños. son:
• Choque postraumático.
• Parada cardiorrespiratoria.

o Para valorar la lesión de partes blandas en fracturas • Hemorragia.


abiertas se emplea la regla de las 4 C de Smille: color, • Tromboembolismo.
consiste ncia, contractilidad y capacidad de sangrado. • Coagulación inrravascular d iseminada.
• Embolismo graso.
• Gangrena gaseosa.
El tratamiento realiza en tres fases: • Tétanos.
• Fttse l. Limpieza: • Fracaso multiorgánico o sistémico.
- En primer lugar se realiza un cultivo bacteriano que • Complicaciones psiquiátricas.
se repetirá al cierre cutáneo.
- A continuación, se realiza una limpieza mecánica por Locales
arrastre. Con una solución salina, irrigando a presión Las complicaciones locales d e las fracruras abiertas son:
sobre la zona y con cepillado de la zona. • Infecciones.
105

• Lesiones vasculares, nerviosas y musculotendinosas. PRONÓSTICO


• Distrofia refleja postraum~itica.
• Síndromes comparrimenrales. El pronóstico dependerá de fuctores generales y fuctores locales:
• Retardos de unión. • Factores generales: edad, estado general, complicacio-
• Seudoarrrosis. nes generales.
• Rigidez arricular. • Factores locales: energía del traumatismo, mecanismo
• Artrosis posrraumática. de producción, desplazamiento, estabilidad, conminu-
• Miositis osificanre. ción, lesión de partes blandas.

(1 RESUMEN

• La fractura ósea es la pérdida de la continuidad de la sus- sa, atender a los signos clínicos para el diagnósti co dife-
ta ncia ósea, aunque en el caso de huesos cortos también rencial y siempre completar con un correcto estudio radio-
puede considerarse como fractura La alteración de La for- lógico.
ma original. Es más correcto hablar de unidad fractuaria o
• El proceso de consolidación ósea está formado por una se-
foco de fractura, entendiendo como tal no sólo la lesión del
rie de fases que co nducen a la reestructuración total del
hueso, sino la que pueden sufrir los tejidos adyacentes
hueso fracturado.
como periostio, músculos, fascias, piel, nervios, vasos san-
guíneos, etcétera. • El tratamiento siempre se inicia con una atención de urgen-
cia donde se hace la valoración del paciente, prestando ma-
• Los mecanismos de producción de las fracturas son de ori-
yor importancia al estado general que a la lesión local. Lue-
gen traumático, por fatiga o estrés y por una enfermedad
go el tratamiento de la fractura va ría según sea cerrada o
subyacente o fracturas patológicas.
abierta. Atendiendo a diferentes factores se elegirá t rata-
• Existen múltiples clasificaciones en función de aspectos miento conservador o quirúrgico. Las fases de tratamiento
morfológicos, localización, edad, Línea de fractura, estabi- son: reducción, inmovilización y recuperación funcional.
Lidad, etiología, complicaciones, etcétera.
• Las complicaciones deben conocerse para poder evitarlas
• Es muy importante el diagnóstico correcto de la fractura, y pueden clasificarse en: generales, que afectan al estado
ya que condicionará La elección de tratamiento. Es funda- general del paciente, o locales, relacionas con la unidad
mental hacer una correcta anamnesis para valorar la cau- fracturaría.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA López-Durán, L. ( 1998). limtmrttofogía y ortopedia. Madrid: Lu-


zán 5.
Balibrea, J. L. (1999). Tmumatología y cimgía ortopédica. Ma- McRae, R. (2000). Ortopedia y fi'flctttms. Madrid: Marban.
drid: Marban. Sociedad Española de Cirugía Orropédica y Traumarología,
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logía. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Madrid: Editorial Médica.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Es más correcto hablar de fractura que de unidad fructua- 6. En cuanto al diagnóstico, ¿por qué es importante realiza r
ria? ¿Por qué? una correcta y exhaus tiva anamnesis?

2. ¿Por qué se producen las fracturas? 7. ¿Cuáles son Los signos clínicos característicos de las fracturas?

8. ¿Existen signos clínicos que sirvan de diagnóstico diferen-


3. ¿Cuáles son los aspectos más importantes relacionados con
cial entre distintos tipos de fracturas? ¿Cuáles conoce?
Las causas de Las fracturas?
9. ¿Qué tipo de pruebas complementarias se usan para hacer
4. ¿Cuáles son los factores más relevantes en los que se basan el diagnóstico definitivo de las fracturas?
las múltiples clasificaciones de Las fracturas?
10. ¿Cuáles son Los aspectos fundamen tales de la exploración ra-
5. ¿Qué clasificación se usa más? diológica de las fracturas que evitan d iagnósticos erróneos?
M. a J. Casuso Holgado y N . Moreno Morales

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Identificación de las fracturas óseas como lesiones traumáticas a las que pueden asociarse complicaciones de di -
versa índole y gravedad.
• Reconocimiento de las principales manifestaciones clínicas del síndrome de embolismo graso (SEG).
• Principales intervenciones o actuaciones para la prevención del SEG.
• Causas que pudieran disminuir el compartimento osteofascial o aumentar su contenido en el síndrome comparti-
menta[ agudo (SCA).
• Identificación de los principales signos y síntomas del SCA, entre los que cabe destacar la contractura isquémica
de Volkman.
• Tratamiento inicial ante la sospecha de un SCA.
• Clasificación actual del síndrome de dolor regional complejo ISDRC) y sus manifestaciones clínicas más habitua -
les.
• Manejo de traumatismos óseos que no evolucionen según lo esperado, y cómo mostrar una actitud de alerta ante
ellos.

tivo, en el presente capítulo se expondrán las principales


GENERALIDADES
características de cada una de estas tres complicaciones y se
Tal y como se expuso en el rema anterior (véase el capítu- hará mención a codos aquellos aspectos que puedan ser de
lo 8) , las fracturas óseas pueden ser definidas como la pér- especial importancia para la labor clínica diaria de los pro-
dida de continuidad normal de la susrancia ósea o cartila- fesionales de la fisioterapia.
ginosa a consecuencia de golpes, fuerzas o tracciones cuyas Para facilitar al lecror y al estudiante la integración de co-
intensidades superen la elasticidad del hueso. Se sabe, ade- nocimientos y aplicarlos a la práctica clín ica, en el GEl anexo 3.
más, que existen diversos tipos y clasificaciones de las frac- Casos prácticos para prácticas de aula se presentan casos clí-
turas en función de su localización, exposición al exterior, nicos para realizar prácticas en el aula; para este tema se re-
morfología, ere. De entre las complicaciones más frecuen- comienda consultar el caso práctico primero.
tes de escos traumatismos, han sido comentadas aquellas
que están directamente relacionadas con la unidad muscu- EMBOLISMO GRASO
loesquelética lesionada y con su abordaje terapéutico,
como pueden ser la osteoporosis secundaria a la inmovili- El embolismo graso describe la presencia de grasa en la cir-
zación, déficits o limitación de movilidad, pérdida de masa culación sanguínea asociada o no al desarrollo de un sín-
muscular, retracciones musculorendinosas, artritis y/o ar- drome de embolia grasa (SEG) de gravedad variable e
trosis, etcétera. identificable por sus signos y síntomas. Las manifesracio-
Sin embargo, existen otro tipo de complicaciones de los nes clínicas de dicho síndrome dependen del órgano o sis-
traumatismos óseos, de carácter sistémico y potencialmen- tema afectado, habitualmente del aparato respi ratorio, sis-
te graves, que pueden incluso ser fatales en algunos casos, tema nervioso central y hemacológico.
y que implican mecanismos fisioparológicos complejos, y
a veces no del codo esclarecidos, como son: el síndrome de
Definición
embolia grasa, el síndrome comparrimental agudo y el sín- El término embolismo graso hace referencia, por tanto, a
drome de dolor regional complejo idiopático. Por este m o- dos entidades aparentemente similares, donde una pudie-

109
110

ra ser o no, consecuencia de la otra: a) la presencia de gra- Tabla 9-1. Principales manifestaciones clínicas del síndrome
sa en la circulación sistémica, y b) el desarrollo de un sín- de embolismo graso
drome idenrificable por sus manifestacio nes clínicas y su
gravedad de grado variable. No obstante, lo primero pue- Signos y síntomas
de ocurrir sin lo último. • Antecedente de lesión traumática (fractura de huesos o
lesión del tejido adiposo)
Etiología y datos epidemiológicos Taquicardia
Taquipnea, disnea y cianosis
El SEG es una complicación potencialmente grave en pa- Fiebre
cientes con fracruras esqueléticas, fundamentalmenre en Petequias en la piel y en las mucosas
aquellos con fract uras cerradas d e huesos largos. D ada su Hipoxemia !evidenciada por la medición de gases ar ter iales)
Trombocitopenia
asociación con los politraumarismos, se presenta con ma- Disminución del hematocrito
yor frecuencia en la segunda y tercera décadas d e la vida. Edema pulmona r
Aunque cerca del 90 o/o de estos pacientes presentan fenó- Confusión, delirio, letargia, estupor y coma
menos subclínicos de embolismo graso, la incidencia del
SEG postraumárico de relevancia clínica está descrita en
un porcentaje muy inferior de casos. Aunque se descono- sanguíneo se instalen en un primer momenro en el arco
ce la incidencia real de este síndrome, se han descrito des- aórtico.
de un 0,6 hasta el 22 o/o de incidencia en pacientes poli-
traumatizados y un 5-10 o/o de muertes causadas por em-
bolismo graso en el mismo grupo de pacientes, por lo que,
aunque la mayoría cursen con síntomas mínimos y se re-
suelvan espontáneamente, es importante reconocer sus
Las lesiones petequiales propias del SEG tie nden a mani-
festarse normalmente en la zona del pecho, axila, con-
jun tiva y cuello entre las 24-36 horas posteriores al epi-
sodio desencadenante y suelen desapar ecer al rededo r de
o
síntomas para un tratamiento precoz. Esta incidencia ade- 1 semana después.
más parece aumentar proporcionalmente al número de
fracturas involucradas.
El SEG se ha asociado tam bién, aunque en menor me-
dida, con algunos procedimientos ortopédicos que impli- Fisiopatología
can manipulación de la m édula ósea, así como con otras Las teorías para rratar de explicar el mecan ismo de daño en
circunstancias tales como quemaduras extensas, pancreari- el SEG coinciden con la génesis del émbolo; esto es, la gra-
tis aguda, liposucción o infusión parenteral de lípidos. sa de la médula ósea en condiciones de trauma o ci rugía
ortopédica, y la inreracción de la grasa exógena con otros
factores en casos no traumáticos. Sin embargo, no existe

o El síndrome de embolia grasa ISEGI es una com plicación


potencialmente grave de las fra cturas, en particular en
fracturas cerradas de huesos largos.
acuerdo en el mecan ismo de daño sistémico, donde la in-
formación es aún insuficiente como para plantear conclu-
siones con certeza. En este sentido, la fisiopatología del
proceso viene explicada mediante dos teorías:
• La teoría mecánica habla de una obstrucción física del
Características clínicas vaso sanguíneo mediante la coalescencia de las gotas de
Como ya se ha comentado, el SEG se produce principal- grasa en el torrente vascular.
mente por las fracruras de los huesos largos. T iene una pre- • La teoría química explica el proceso por mediación de
sentación clínica clásicamen te bifásica: con un período las lipasas séricas q ue degradarían las gotas de grasas en
asinromárico y posteriores manifestaciones pulmonares, ácidos grasos libres, q ue a su vez funcionarían como tó-
neurológicas y en otros órganos a distancia. Por ello este xicos endoteliales que desencadenan una coagulación
síndrome aparece normalmente tras u n intervalo medio li- inrravascular con secreción d e TNF-alfa, IL-1 , FAP, se-
bre de síntomas de 24 a 72 horas y se suele manifestar pos- roronina, hisram ina y otros factores quimiotácricos.
teriorm ente por la tríada clínica: insuficiencia respiratoria,
man ifestaciones neurológicas y petequias, junto con otras
alteraciones analíticas tales como anemia y rrombopenia
(Tabla 9-1) .
La fisiopatología del SEG viene definida por aspectos me-
cá ni cos y otros de índole inmun ocitoquímica.
o
Cabe destacar en este aparrado, por considerarse de viral
imporrancia para el paciente y de fácil detección por parte
del fisioterapeuta, que las lesiones petequiales propias d el Diagnóstico
SEG tienden a manifestarse habirualmente en la zona del El diagnóstico del SEG sigue siendo un reto en la práctica
pecho, axila, conjunriva y cuello entre las 24-36 horas pos- médica diaria, puesto que no existen explo raciones que
teriores al episodio desencadenanre y suelen desaparecer al- permitan un diagnóstico de certeza, por lo que éste comi-
rededor de 1 semana después en el 20-50 o/o de los casos. núa siendo eminentemente clínico. En este semido, se han
Esta distribución estaría relacionada co n el hecho d e publicad o en las últimas décadas diversos criterios diag-
que las partículas de grasa libres presentes en el rorrenre nósticos, cales como los de Schonfeld, Lindeque o los de
111

Tabla 9-2. Principales criterios diagnósticos del s indrome sea posible, y la fijación precoz de las fractu ras, y que pue-
de embolismo graso de incluir además medidas más controvertidas como el uso
profiláctico de corticoides. Una vez establecido el cuadro
Criterios de Gurd y Wilson (el diagnóstico de síndrome clínico, una pronta sospecha diagnóstica y un tratamiento
de embolia grasa requiere de dos criterios mayores
o de un criterio mayor y tres criterios menores) de soporte adecuado pueden reducir de modo sustancial
las complicaciones y la mortalidad, que se estima es cerca-
Criterios mayores Criterios menores na alS-15 %.
• Insuficiencia respiratoria • Taquicardia [FC > 120 lpm)
• Afectación del SCN
• Petequias



Fiebre [T > 38 °C)
Anemia súbita inexplicable
Afectación del SNC.
Trombopenia
Aumento de la VSG
La inmovilización temp rana en el luga r de l trauma tism o
es fundamental para evitar un SEG. o
• Petequias
• Partículas grasas en el fondo SÍNDROME COMPARTIMENTAL AGUDO
de ojo
• Partículas grasas en la orina El estudio del síndrome compartimenral agudo (SCA) im-
• Partículas grasas en el plica conocer los siguientes aspectos.
esputo
Definición
Criterios de Schonfeld [se necesita una puntuación superior El SCA puede definirse como un conjunto de signos y sín-
a 5 puntos para el diagnóstico) tomas que se producen como consecuencia de un aumen-
• Petequias [5 puntos) to de presión en el compartimento osteofascial de una ex-
• Cambios en la radiografía de tórax [4 puntos) tremidad. Este aumento de presión compromete la perfu-
• Hipoxemia [3 puntos) sión capilar de los tejidos y puede causar anoxia celular e
• Fiebre [1 punto) isquemia muscular; en este caso se libera mioglobina de las
• Taquicardia [1 punto)
• Taquipnea [1 punto) células musculares lesionadas. Durante la reperfusión, la
• Confusión 11 punto) mioglobina pasa a la circulación junto con metabolitos in-
------------------------
Criterios de Lindeque [basados en parámetros respiratorios)
flamatorios y tóxicos. La mioglobinuria, la acidosis meta-
bólica y la hiperpotasemia pueden producir insuficiencia
• Pa0 2 < 8 kPa [60 mmHgl. [Fi0 2 21 %) renal y arritmias, y en casos extremos llegar a producir pa-
• PaC02 > 7,3 kPa [55 mmHgl o pH < 7,3 rada cardiorrespiratoria.
Frecuencia respiratoria sostenida > 35 !incluso después
de la sedación adecuada) Finalmente, cabe hacer referencia en este apartado, aun-
• Incremento del trabajo respiratorio que no es su objetivo, al síndrome compartimenral cróni-
co (SCC), que es aquel que se produciría por un aumento
FC: frecuencia cardíaca; Pa0/C02 : presión arterial oxígeno/dióxido
de carbono; SCN: sistema nervioso central; T: temperatura axilar; mantenido de la presión intracomparrimenral como co n-
VSG: velocidad de sedimentación glomerular. secuencia de movimientos repetitivos o ejercicio físico.

Etiología y datos epidemiológicos


Gurd y Wilson; esros últimos son los más aceptados (Ta- El SCA puede originarse por fracturas, contusiones, tras-
bla 9-2). Las pruebas de laborarorio y de imagen, tales tornos hemorrágicos, quemaduras, vendajes o yesos dema-
como hemograma, radiografía d e tórax o resonancia mag- siado apretados o tras p rocesos de revascularización des-
nética cerebral, pueden ser de utilidad en el diagnóstico de pués de isquemia crítica prolongada de una extremidad.
este síndrome, pero no son pruebas específicas de él. Un 40 % de todos los síndromes comparrimentales en las
La falca de uniformidad en los criterios utilizados para extremidades inferiores se asocia a fracturas.
establecer el diagnóstico ha llevado a tener una idea no
muy clara de la frecuencia en la presentación del SEG. La
variabilidad de sus manifestaciones, los grupos pequeños
estudiados y los procedimientos diagnósticos utilizados
han hecho de esta entidad un síndrome clínico complejo.
Las fracturas más frecuentemente asociadas al SCA son las
de antebrazo, s upracondíleas de húmero y diáfisis tibia l. o
La localización más frecuente en las extremidades supe-
riores se encuentra en el compartimento volar y dorsal del
O Los criterios diagnósticos de Gurd y Wilson son Los más
aceptados en el manejo clínico del SEG.
antebrazo o en la musculatura intrínseca de las manos. En
las exrremidades inferiores es más frec uente el comparti-
mento anterior (cuádriceps),seguido del lateral, posterior
profundo y superficial. Es más frecuente en pacientes jóve-
Tratamiento nes varones, y se estima una incidencia anual de 3,1 por
No existe tratamienro específico, motivo por el que es fun- cada 100.000.
damental su prevención, que comienza con la inmoviliza- Como ya se ha comentado, el SCA se produce por un
ción temprana en el lugar del traumatismo, siempre que aumento de la presión intracompartimental que provoca
una disminución de la presión capilar y conlleva una is- Las siguientes exploraciones complementarias pueden
quemia muscular y nerviosa, ocasionando necrosis muscu- ayudar con el diagnóstico: rad iografía simp le para descar-
lar, anestesia y paresias o parálisis (Fig. web 9-1). Por tan- tar enfermedad ósea asociada y ecografía dóppler o reso-
to, y de forma general, se podrían englobar las casusas del nancia magnética para visualizar hematomas intramuscu-
SCA en dos grupos fundamentales: lares. La arteriografía es de utilidad en caso de abolición de
• Causas que provocan la disminución del compartimen- pulsos en la extremidad inferior o en caso de grandes he-
to: vendajes o yesos compresivos, quemaduras circula- maromas para conocer el origen del sangrado. En caso de
res y congelaciones, aplastamiento y cierre incorrecto de déficit motor, se puede considerar la realización de electro-
celdas aponeuróticas. miograma. La medición de la presión intracompartimen-
• Causas que provocan aumento del contenido del com- tal es un procedimiento habitual y que ha demostrado dis-
partimento: hematomas, edema postisquémico, hemo- minuir de forma significativa el infradiagnóstico y las
rragias intracompartimenrales por fracturas, traumatis- complicaciones asociadas.
mos y osteotomías. Como conclusión se podría decir que, dada la rápida
instauració n de este síndrome, el d iagnóstico precoz es de
Manifestaciones clínicas vi ral importancia, y el tiempo es, asimismo, un factor pro-
Dentro de las manifesmciones clínicas, el dolor es el sínto- nóstico fundamental. Por esta razón, el fisioterapeuta debe
ma fundamental: es intenso, excesivo o mayor de lo que mostrarse alerta (véase el caso clínico 9-2) ante traumatis-
cabría esperar. Se incrementa con la extensión pasiva de los mos que no evolucionen según lo esperado y entre sus fu n-
músculos afectados, y se acompaña de tensión, hinchazón, ciones cabe destacar la vigilancia de éstos. Deberá derivar
alteraciones sensitivas, d isminución de la motilidad, ciano- al paciente al servicio médico correspondiente ante la apa-
sis y disminución del pulso arterial. En el caso de los rición de los síntomas clínicos que pudieran hacer sospe-
miembros superiores, puede aparecer también la denomi- char de la instauración de un SCA.
nada contmctttm isquémica de Vofkman, que se caracteriza
por una contractura en flexión de los músculos (antebrazo
en pronación, flexión de codo y muñeca, dedos en garra),
junto con anestesia cutánea y alteraciones tróficas de la piel
Ante traumatismos que no evolucionen según lo espera-
d o. y s i hay sospecha clínica de un SCA. el fis iote rapeuta
debe mostrarse a te nto y de rivar a l paciente.
o
(Fig. 9-1).

O En el SCA el dolor es e l s íntoma fundamental. Tratamiento


El tratamiento inicial ante una sospecha de SCA es la ele-
vación de la extremidad y, en caso de ser secundario a un
Diagnóstico vendaje, retirarlo lo más rápidamente posible (véase el caso
El diagnóstico es eminentemente clínico. Se utiliza la regla clínico 9-1).
de las 6 P: do lor (pain), presión, falta de pulso (pufse- En casos leves, la administración de corricoides ende-
/essness}, palidez, parálisis y parestesias. Como ya se ha co- venosos puede ayudar a reducir la inflamación, pero siem-
mentado, el sín toma principal es el do lor intenso que no pre bajo observación médica y control clínico frecuente.
responde a la elevación de la extremidad ni al tratamiento En caso de persistencia del cuadro clínico, la fasciotomía
analgésico, y que aumenta al estiramiento pasivo de los es el tratamiento de elección, que consiste en realizar in-
grupos musculares del compartimento afecto. cisiones a lo largo del compartimento afectado y dejarlas
abiertas hasta la desaparición de las manifestacio nes clíni-
cas (Fig. 9-2) . Después se puede realizar un cierre diferi-
La regla de Las 6 P: dolor (painl. presión, falta de pulso

o (pu/selessnessl. palidez, parális is y parestesias, es de


gran utilidad para establecer e l diagnóstico, ya que éste
es fundamentalmente clínico.
do. Las complicacio nes más habituales son la infección y
la dehiscencia de sutura. Posteriormente se debe realizar
tratamiento fisiore rápico.

Figura 9-1. Contractura de Volkman. Figura 9-2. Fasciotomía en el a ntebrazo.


J
113

o
El tratamiento inicial ante la sospecha de SCA es mante-
ner elevada la extremidad y, si presenta un vendaje, reti- del síndrome de dolor regional complejo
rarlo inmediatamente.
Clasificación Lesión Manifestaciones clínicas
(IASP, 1994) nerviosa frecuentes
SÍNDROME DE DOLOR REGIONAL COMPLEJO
IDIOPÁTICO Tipo 1 No • Dolor
desproporcionado
respecto al
El estudio del síndrome de dolor regional complejo idio-
desencadenante
párico implica conocer los siguiences aspectos. • Alodinia/hiperalgesia
• Edema blando
Definición • Cambios en la
temperatura y
El síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es un tér- coloración cutánea de
mino relativamente nuevo, introducido en 1994 por la In- la zona
ternatiouaf Association for the Study of Pain (IASP) para • Alteraciones Fase
sudo motoras inflam atoria
englobar una serie de patologías que parecen tener un me- • Alteración del flujo
canismo fisiopatológico común y características clínicas si- sanguíneo
milares. Por tanto, el SDRC hace referencia a una variedad • Osteoporosis
• Espasmo y debilidad
de condiciones dolorosas de localización regional, poste- muscular
riores a una lesión, que presentan predominio distal de sín- • Déficit de movilidad
tomas anormales y que exceden en magnitud y duración al articular
curso clínico esperado del incidente inicial, por lo que oca- Tipo 11 Si • Deterioro motor
sionan con frecuencia un deterioro motor importante y importante: atrofia
una progresión variable en el tiempo. Con anterioridad a muscular, mioton ías,
1994, los térm inos más empleados para denominar a este disclonias, temblor Fase
esencial distrófica/
trastorno fueron la distrofia simpática refleja, Sudeck o cau- • Edema duro atrófica
salgia, entre otros (Tabla web 9-1 ). • Sintomatología de
tipo 1
Clasificación y manifestaciones clínicas
IAPS: lnternationai Association for the Study of Pain.
Como ya se ha comentado, la IASP en una conferencia de
consenso quiso evitar la dispersión de nomenclaturas según
la localización, la etiología o la f.1se evolutiva de los sínto- Etiología
mas, por lo que definió el SDRC clasificándolo en tipo I y En la etiología del SDRC se han descrito numerosos
tipo JI, según hubiera asociada o no una lesión nerviosa pre- factores desencadenantes, entre ellos traumatismos, in-
via. Las manifestaciones clínicas de este síndrome pueden ser movilizaciones, intervenciones quirúrgicas, enfermeda-
igualmente muy variadas, pero, en general, se puede hablar de des neurológicas, cardiovasculares e idiopáticas. Algu-
alteraciones sensoriales, autonómicas y motoras (Tabla 9-3). nos autores sugieren que existe mayor predisposición a
C lásicamente se considera que pueden existir tres fases desencadenar o agravar un SDRC en aquellas personas
clínicas en el desarrollo evolutivo del SDRC: fase aguda o con tendencia a padecer determinados factores psicoso-
inflamatoria, fase distrófica y fase atrófica. ciales, como ansiedad o d epresión, así como factores ge-
El SDRC d e tipo I, que se co rrespondería al antiguo néticos.
término distrofia simpática refleja, se define corno un sín- Sin embargo, los mecanismos fisioparológicos implica-
drome doloroso desencadenado después de un aconteci- dos en la aparición y perpetuación de este síndrome no
rni enco nocivo, con dolor espontáneo y alodinia/hiperal- han sido aún aclarados, aunque parece que están implica-
gesia que sobrepasa la zona de distribución de un territo- das diferentes alteraciones, como la inflamación neurogé-
rio nervioso periférico y que es desproporcionado al suce- nica asociada a una actividad neuronal anormal, la disfun-
so desencadenante, acompañado de edema o alteración del ción autonómica y los cambios de neuroplasticidad en el
flujo sanguíneo cutáneo o alteraciones sudomotoras, sin sistema nervioso central.
que haya una lesión nerviosa evidente u otras patologías
que pudieran asociarse a dichas alteraciones. Epidemiología
El SDRC de cipo TI, que se correspondería con lo que se La prevalencia del SDRC tras una fractura previa oscila en-
llamaba causalgia, tiene las mismas características, pero en él tre el 0,03 y el37 %, según diferentes estudios retrospecti-
existe una lesión nerviosa total o parcial previa y evidente. vos. Afecta más a mujeres, en una proporción 2-3:1, con
un pico máximo entre la quima y la séptima décadas de
vida, y aparece predominantemente en las extremidades

o La evolución del SORC pue de desarrollarse en tres fases


clínicas: fase aguda o inflamatoria, fas e dis trófica y fase
atrófica .
superiores.
La mayoría de los pacientes han sufrido previamente un
episodio traumático, aunque en un 5- l O% aparece es pon-
114

táneamente sin evidencia de lesión previa. Hasta en el


40 o/o de los casos se asocia con una fractura o cirugía pre-
via, como por ejemplo la descompresión del nervio media-
Para el diagnóstico del SDRC, los criterios más aceptados
son los llamados criterios de Budapest, propuestos por la
IASP en 2007.
o
no. También puede aparecer tras lesiones radiculares, le-
siones de la médula espinal o en mínimos traumatismos
como esguinces. No se ha observado correlación emre la Tratamiento
gravedad de la lesión inicial y la de los síntomas del Dada su complejidad, no existe un tratamiento específico
SDRC. y es recomendable el abordaje multidisciplinar de los en-
fermos, con tratamiento no sólo farmacológico, sino con
Diagnóstico terapia física, ocupacional, psicológica e incluso unidades
El diagnóstico del SDRC está basado en las manifestacio- de dolor, donde destacan los bloqueos nerviosos.
nes clínicas observadas en el paciente. La anamnesis y la Existen pruebas de la eficacia clínica de los limpiadores de
exploración física son las dos herramientas diagnósticas radicales libres (dimetilsulfóxido tópico al 50 o/o, N-acetilcis-
fundamemales. Igualmente, pueden ser de utilidad prue- teína), gabapentina, corticoides y fármacos bloqueadores de
bas complementarias que ayuden a valorar alteraciones los canales de calcio, entre otros. La terapia física o fisiotera-
del flujo sanguíneo, de la mineralización ósea o la tempe- pia es imprescindible no sólo en la prevención, sino también
ratura. en el tratamiento precoz y de las fases tardías en el SDRC de
Actualmente, los criterios más aceptados para el diag- tipo L Las técnicas de rehabilitación varían en función de los
nóstico de esta entidad son los propuestos por la IASP en signos predominantes y se ha comprobado que para el trata-
el año 2007, conocidos como criterios de Budapest (Ta- miento del dolor la técnica más efectiva es el uso de corrien-
bla web 9-2). tes tipo TENS (neuroestimulación eléctrica transcutánea).
Así, para el diagnóstico del SDRC se debe cumplir la Para los pacientes que presentan síntomas ansiosos y/o depre-
presencia de un dolor regional, que sobrepasa un dermato- sivos, la psicoterapia de soporte es una buena técnica que pue-
ma o un territorio nervioso único, cominuo o evocado, de de ofrecer una contención de estos síntomas.
una intensidad y/o duración desproporcionada al trauma-
tismo o lesión que lo haya podido provocar, y que se aso-
cia a una serie de símomas y signos por alteraciones senso-
riales, autógenas, motoras, vasomotoras, sudomotoras y
En el manejo clínico de los enfermos con SDRC, el abar-
daje multidisciplinar es fundamental para lograr un tra-
o
tamiento eficaz.
tróficas .

• RESUMEN

• De entre las complicaciones potencialmente graves que se


asocian a los traumatismos óseos cabe destacar: el sín-
drome de embolia grasa [SEG), el síndrome compartimen-
factor crucial y es de vital importancia. Dentro de las ma-
nifestaciones clínicas, el dolor es el síntoma fund a mental.
El tratamiento inicial ante una sospecha de SCA es la ele-
ta! agudo [SCA) y el síndrome de dolor regional complejo vación de la extremidad y, en caso de ser secundario a un
idiopático (SDRC). vendaje, retirarlo lo más rápidamente posible. Las últimas
investigaciones recomiendan que, en casos de sospecha de
• La historia clínica típica en el SEG es la de un paciente jo-
SCA grave, el paciente debe ser sometido a monitorización
ven que ha presentado una fractura cerrada de un miem-
de la presión intracompartimental para disminuir así las
bro inferior y es trasladado desde el lugar del accid ente sin
secuelas graves y complicaciones a largo plazo.
inmovilizar. El síndrome suele aparecer tras un primer pe-
ríodo asintomático, de entre 24 y 72 horas, con un cuadro
• El SDRC presenta un cuadro complejo, de etiopatogenia no
característico de insuficiencia respiratoria, alteraciones
totalmente aclarada. Existen teorías que relacionan un es-
neurológicas y exantema petequial (éste último es el signo
tado inflamatorio mantenido con importancia del estrés
clínico más específico, aunque también el más tardío).
oxidativo, sensibilización central y periférica o la posibili-
• El SCA es poco frecuente pero potencialmente muy grave y dad de una etiología autoinmune locorregional desencade-
con grandes repercusiones funcionales. El tiempo es un nada por un traumatismo.
Parte 1: Cirugía ortopédica y traumatología

SECCIÓN 11

Miembro superior

1O Traumatismos del hombro: lesiones esternoclaviculares, acromioclavi-


culares, fracturas de clavícula y omóplato
11 Patología crónica del hombro
12 Lesiones traumáticas del plexo braquial
13 Traumatismos de la extremidad proximal del húmero. Traumatismos
de la diáfisis
14 Traumatismos del codo
15 Fracturas de los huesos del antebrazo
16 Traumatismos de muñeca: fracturas de los huesos del carpo, fracturas
del escafoides y luxaciones del carpo
17 Fracturas osteoarticulares de la mano. Lesiones tendinosas. Lesiones
ligamentarias de los dedos. Mano catastrófica
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Comprender los aspectos más relevantes de la fisiología articular de complejo óseo y de la cintura esca pular.
• Diferenciar las características más relevantes de las lesiones traumáticas del co mp lejo escap uloclavicular.
• Conocer los elementos generales relacionados con el tratamiento médico para la reparación estructu ral de las le-
s iones descritas.
• Conocer las herramientas necesarias para el abordaje del proceso de rehabilitación desd e una perspectiva inte-
gral y multidisciplinaria.

GENERALIDADES lacionados co n el tratam iento d el mang uito ro rado r


GEl véase
Vol. 11, capítulo 11.
El complejo del hombro se encuentra e n el conrexw fun-
cional de las cadenas musculares y osteoligamentarias, re- Aspectos anatómicos y cinemáticos relevantes
lacio nadas co n la elevación de la exuemidad superior; de- La escápula es un hueso p la no e irregular que co necta
pende de la inreracció n de la aniculación glenohumeral, con el tórax a través de una unión móvil (especialmente
acromioclavicular y esternoclavicular. Esms cadenas esdn mediante el subescapular y el serrato anterior) y se p resen-
vinculadas de manera esnecha con la unión escapulowrá- ta como el punro d e inserción de diversos músculos. Su
cica, la columna cervicomrácica y la caja wrácica. Para movilidad está d eterminada especialmente po r el trape-
abordar los fenómenos dinámicos con suficiencia, es nece- cio, romboides y serram anterior. Presenta particularida-
sario incluir dentro de la noción del movimiento del hom- des estructurales, dentro de las que se puede incluir la es-
bro (especialmenre de aquél que implica su elevación) a la pina en su borde posterior y superior, la que corre de den-
cinrura escapular y la relación escrecha del serram amerior, tro hacia fuera en forma oblicua y que culmina en un a
el dorsal ancho y el trapecio. promine ncia conocida co mo ac romion. En su cara ante-
Para lograr los fines que este rema busca, es necesario rior presenta al proceso coracoideo, que sirve de unión de
hablar de una manera general d e la escápula, la clavícula y diferentes estructuras princip almente tend inosas y liga-
el manubrio estema], así como d e sus articulaciones y me- mentarías. Otros elcmenws que se deben destacar son la
dios de unión relacionados. fosa glenoidea ubicada en su extremo superolateral, do n-
Con el fin de f.1cilirar allecmr y al esrudianre la integra- d e se ubica el lábrum - un fibrocartílago que mejo ra la
ción de conocimienros y aplicarlos a la práctica clínica, en co ngruencia en la unión co n la cabeza hume ral-. As imis-
el GEl anexo 3. Casos clínicos para prácticas de aula, se pre- mo, se destaca en el reborde superior de la escápula, en su
sentan casos prácticos p ara realizar prácticas en el aula; terci o distal y antes del origen del proceso coraco ideo,
para este rema se recomienda consultar los casos pnicricos una depresión o muesca co no cida como escotadu ra su-
segundo y tercero. praescapular, lugar por d onde atraviesa el nervio del mis-
mo nombre.
FISIOLOGÍA ARTICULAR La clavícula es un hueso largo con forma d e «S>> itálica
que se articula con el manubrio del esternón, en su parte
En este aparrado sólo nos referiremos a los aspectos anaro- inferior con la primera cost illa, en su cara medial, y lateral-
mofuncionales en sí. Para ampliar información sobre los mente con la escáp ula a la altura del acrom ion. Este hueso
principios biomecánicos de la articulación del hombro re- tiene una doble curvatura de co nvexidad proximal y eón-

119
120

cava en su región más lateraJ, si se observa desde una vista la traslación posterior entre estos dos huesos. Asimismo, li-
an teroposterior. mitan que el extremo d istal de la clavícula cabalgue sobre
La articulación acromiodavicular se forma por la el acromion.
unión lateral de la clavícula y la parte más distal de la espi- La retracción de la escápula a la almra del acromion está
na escapular, conocida como acromion. Es una articulación limitada por la cara anterior de la cápsula y el ligamento
atípica debido a que es sinovial plana, inicialmente, para trapezoideo. La protracción está limitada por la cápsula
convertirse en fibrocartilaginosa hacia el final de la adoles- posterior y el ligamento conoideo.
cencia. Presenta una superficie articular oval en el extremo La elevación distal de la clavícula está limitada por la
distal de la clavícula, con una faceta similar en la cara ante- tensión de ambos ligamentos coracoclaviculares y la parte
rior de la superficie medial del acromion. La superficie arri- superior de la cápsula. El descenso de la clavícula se limita
cular d e la clavícula presenta una tendencia a montarse en- por su impacto en la región articular inferior.

u
cima del acromion debido a la pendiente inferomedial de su
línea articular. La articulación acromioclavicular es suscep-
Los ligamentos de la articulación acromioclavicular ge-
tible de presentar luxaciones, especialmente ante fuerzas ex- neran el má xi mo soporte contra la tensión e n sentido
tremas que se ubican en la zona más distal del hombro. posteri or sobre la articulación.
La inervación de la articulación acromioclavicular se
produce a través de los nervios supraclaviculares, pero con
contribución del pectoral lateral y el axilar. Su irrigación es El movimiento axial sobre la articulación acromioclavi-
a través de las arterias supraescapulares y toracoacromiales. cular se presenta cuando la escápula rota medial o lateral-
Su estabilidad la obtiene de una membrana sinovial en la mente, lo que genera tensión sobre el ligamento conoideo
cara interna, una incompleta cuña de fibrocartílago ubicada y la articulación acromioclavicular. La escápula rota en la
en la parte superior de la cápsula que actúa como un d isco ar- articulación acromioclavicular en los primeros 20 a 25 gra-
ticular y divide el espacio articular. Superiormente, la articu- dos y genera tensión sobre los ligamentos coracoclavicual-
lación gana soporte por las fibras del trapecio y del deltoides res. El resto del movimiento rotacional de la escápula es
que la cruzan. Presenta, asimismo, dos engrosamientos capsu- permitido por la rotación de la clavícula en la articulación
lares: los ligamentos acromioclaviculares superior e inferior. esrernoclavicular, donde se llegan a alcanzar 40 grados.
La articulación esternoclavicular es la t'mica articulación
verdadera entre el tronco y la extremidad superior. Se en-
El ligamento más resistente que une la clavícula con la

o escápula es el coracoclavic ular, que se divide en dos fas-


cículos: el conoide y el trapezoide. Conecta el extremo
dis ta l de la clavícula con la a pófis is coracoides.
cuentra conformada por el manubrio esternal en su cara
superolateral, la clavícula proximal y la parte medial y su-
perior d e la primera costilla.
Es una articulación de encaje recíproco, pero que fun-
cionalmente está cerca de comportarse como una diartro-
El ligamento conoideo, que presenta la forma d e un sis con rotación en todos los planos. Menos de la mirad de
cono invertido, se dirige desde la base de la coracoides en la región articular de la clavícula se articula en la escotadu-
dirección superomedial hacia el tubérculo conoideo, en la ra del manubrio esternal, lo que la hace u na articulación
su perficie inferior de la clavícula. inestable sin el soporte ligan1entario.
El ligamento trapezoideo parte de la superficie superior Está dividida en dos compartimientos sinoviales por la
de la coracoides para dirigirse horizontal y lateralmente a la presencia del di sco inrraarricular, el cual actúa absorbien-
cara inferior de la clavícula. Este ligamento es más firme que do las fuerzas transmitidas desde el eje de la clavícula.
el conoideo. Anteriormente se les observa como ligamentos La cápsula articular se engrosa anterosuperiormente y
perpendiculares, lo que genera un espacio en donde se ubi- posteriormente, aumentando así su estabilidad. Además, la
ca una bolsa sinovial. La disposición d e sus fibras permite a estabilidad se alcanza por el ligamento intraarricular (aso-
la articulación del hombro permanecer lateral. ciado al disco articular), el ligamento interclavicular y el
No existen conexiones musculares directas entre el acro- cosroclavicular (romboideo), que cuenta con band as ante-
mion y la clavícula. Los movi mientos de la articulación rior y posterior. El músculo subclavio, que hace descender
acromioclavicular producen movimientos recíprocos en la la clavícula, aporta un mínimo de estabilidad. La articula-
articulació n esrernoclavicular, como resultado de la acción ción es más inestable anteriormente.
indirecta de los músculos que mueven la escápula. D etrás de la articulación esternoclavicular del lado de-
La disposición de la arriculación acromioclavicular per- recho se encuentran los vasos braquicefálicos y la vena sub-
mite a la clavícula rotar, moverse en el sentido anterior y clavia derecha, y del lado izquierdo, la arteria carótida co-
posterior, así como ascender y descender. El eje de movi- mún y la vena subclavia izquierda; en un plano más pro-
miento ro tacional pasa a través de la mitad del camino en- fu ndo se encuentra la tráquea y el esófago.
tre la articulación acromioclavicular y la región distal de la
clavícula. El eje para los movimientos restantes pasa a tra-
vés de los ligamentos costoclavicular y coracoclavicular.
El ligamento co noideo lim ita la traslación anterior d e la
La epífis is med ial de la clavícula es la última en os ifi car-
se !a lrededor de Los 23-25 añosl. por lo que es importan-
o
te no olvidar las Les iones fisiarias en esta zona.
escápula con respecto a la clavícula. El trapezoideo limita
1O • Traumatismos del hombro: luxaciones esternoclav1culares. acrom1oclav1 culares. fractu ras de clav1cula ... 121

La articulación esternoclavicular se mueve como resul- miemos de la escápula y del acromion durante los movi-
tado del movimiento clavicular. El comportamiento osteo- mientos de la cintura escapular y la elevación de la exrre-
cinemático es un componente del movimiento de la cintu- midad superior. Por otro lado, la mayoría de los movi-
ra escapular en varios planos. La clavícula se mueve cra- mientos de la articulación acrom ioclavicula r ocurren des-
nealmente sobre un eje horizontal a través d e su región pués de 90 grados de elevación de la extremidad superior,
proximal durante la elevación de la cintura escapular, pro- lo que tiene un interés clínico fundamental. El comporta-
duciendo un movimiento de la esternoclavicular sobre el miento rotacional de la clavícula previamente descrito re-
disco inrraarticular y el esternón. percute en la articulación acromioclavicular, aunque no re-
Artrocinemáticamente, durante la abducción del hom- basa los 1O grados (frente a 50-70 grados en la esternocla-
bro, la convexidad de la clavícula rueda en sentido craneal, vicular). Esto puede explicarse al entender que mientras
medial y dorsal; mientras se desliza caudal, lateral y ventral que el movimiento esternoclavicular se produce sobre un
de manera discreta. Por otro lado, la clavfcula se mueve en punto relativamente fijo, los movimientos rotacionales en
retracción dentro d e un plano transverso sobre un eje ver- el extremo final de la clavícula en la articulación acromio-
tical a través del esternón, donde la concavidad de la claví- clavicular se dan sobre un acromion móvi l. Por lo tanto, la
cula y el disco intraarticular se moverán en relación con la movilidad de la articulación acromioclavicular está íntima-
convexidad del esternón. Aquí, la co ncavidad clavicular y mente asociada co n el movimiento d e la escápula a la altu-
el disco se mecerán y se deslizarán en una dirección poste- ra de su unión escap ulotorácica.
rior, caudal y medial. A p esar de que estos movimientos se Desde un punto de vista anteroposterior la articulación
revierten duran te el descenso de la cintura escapular aso- acromioclavicular es relativamente plana, lo que produce
ciada a la protracción, esto representa menor importancia un balanceo relativo de la clavícula en el acromion d uran-
desde el punto de vista clínico. te la elevación funcional de la extremidad superior. Sin
La clavícula sigue una trayectoria hacia a rriba, atrás y embargo, la clavícula es co nvexa y el acromion cóncavo
abajo durante la elevación funcional d e la extremidad su- desde una vista superior. Al retraerse la clavícula durante la
perior. De manera más específica, la clavícula se eleva y re- elevación de la extremidad superior, esto supone un desli-
trae entre los O y 150 grados de elevación, mientras que se zamiento anterior sobre la concavidad del acro mion, para
presenta una relativa trayectoria hacia la depresión y pro- permitir una elevación mayor de 90 grados. Una alteración
tracción durante la elevación superior a los 150 grados. anatómica en dicha zona afectaría al proceso descrito. Po r
otro lado, un compromiso capsuloligamentario en la arti-
culación acrom ioclavic ular p uede generar una excesiva
La elevación funcional de la extremidad superior requie-

o
traslación, con la consecuente degeneración articular y al-
re que la artic ulación esternoclavicula r se mueva alrede- teración an atómica asociada.
dor de tres ejes, mientras que la clavícula produce de 50
a 70 grados de rotación posterior.

Aunque el tipo de articulación de encaje recíproco de la


esternoclavicular sólo pe rmite dos ejes de movimiento en
La posición y el movimiento escapular son esenciales
para la total y correcta fun ción del com plejo del hombro. o
los que se observan movimientos de protracción-retrac- La escápula se mueve como un componente de la cin-
ción y elevación-depresión, el tercer grado de libertad se tura escapular sobre la pared torácica en una variedad de
debe a la presencia del disco intraarticular, con lo que esta diferentes direcciones, incluyendo la rotación superior e
adaptación anatómica viola la tradicional visión del com- inferior, la protracción y la retracción, así como la eleva-
portamiento de una arriculación de este cipo. ción y la depresión. Movimientos específicos sobre la arti-
En el contexto de la rotación hacia atrás de la articula- culació n escapulotorácica acompaña n los movimientos
ción escernoclavicular se ha d escubierto que los movimien- claviculares durante la elevación de la exrremidad to rácica.
tos son más pronunciados durante la elevación aislada d e La escápula rota superiormente, en el plano frontal
la cintura escapular, frente a los movimientos de elevación (más pronunciada en abducción que en flexión), se incli-
funcional de roda la extremidad superior. Lo anterior tie- na posteriormente en el plano parasagital (más pronuncia-
ne relación con un aumento en la tensión de las estructu- da en flexión que e n abducción) y rota externamente en el
ras capsuloligamentarias, que se encuentran en estado de plano transverso en una forma no lineal durante la eleva-
torsión máxima, lo que evita la elevación clavicular y la re- ción funcional d e la extremidad supe rior. Es importante
tracción. Esto reviste un interés importante en el ámbito desracar la inclinación escapular posrerio r como compo-
clínico, donde los movimientos pasivos o asociados a la nenre esencial en la elevación del miembro superior, como
elevación del hom bro pueden ser normales y, sin embargo, elemento que aumenta el espacio subacromial, siruación
observarse limitaciones e n la elevación funcional de la ex- de gran relevancia en el ámbito clínico.
tremidad superior por una puesta en tensión de las estruc- Para unificar la terminología respecro a la posición y mo-
turas descritas, en forma premarura. vimientos de la escápula, se ha propuesto desde el Strmdar-
Lo d escrito anteriormente define el comportamienro diZIItion and Tenninology Committee ofthe lntemational So-
clavicular que influye directamente en la articulación acro- ciefJ' ofBiomechallicsuna terminología de consenso (Ludwig
mioclavicular. Asim ismo, ésta se ve afectada por los movi- et al , 2009), que se muesrra en la figura 10-1.
122

De manera individual, el infraespinoso actúa de forma


primaria como un rotador externo, m ientras que el supra-
espinoso lo hace como un abductor primario y un rorador
externo en forma secundaria. Al parecer, dentro de las t res
porciones (anterior, media y posterior) es la porción ante-
rior la que acepta más cargas.
A pesar de la gran función que se le otorga al supraespino-
Rotación Relación so como factor limi tan te de la migración superior de la cabe-
hacia ...__,
abaJ· 0 hacia za humeral, se ha demostrado un papel más importante del
arriba
dorsal ancho y el redondo menor para tal efecto; incluso se
Figura 10-1. Terminología de consenso sobre los movimientos de sugiere que la tarea del supraespinoso es mínima (si es que la
la escápula. Propuesta por el Standardization and Termino/ogy Com- tiene) en la estabilización inferior cuando se le compara con
mittee of /h e Jnternational Society of Biomechanics (Modificado de el deltoides lateral o el coracobraquial. Por otro lado, se ha
Ludwig el al., 2009]. descrito un papel importante del supraespinoso en el inicio
de la abducción, e incluso se le relaciona con la migración ce-
fálica inicial asociada a la abducción del hombro.
Aspectos cinéticos relevantes Existe mayor actividad del infraespinoso durante la
El deltoides es considerado el más importante moviliza- elevación co n rotación interna del hombro. La actividad
dar y estabilizador inferior dinámico del hombro. Presen- del músculo subescapular es más importante d urante la
ta un reducido potencial de lesión, debido a que sus ban- elevación con rotación externa.
das fibrosas originadas en la esquina anterior del acro-
mion, que se dirigen a la porción media del delroides, apa-
rentemente proveen de un soporte estructural a las fuerzas
generadas durante la elevación. Mientras la actividad del-
La elevación del hombro es más importante para el infra-
es pinoso entre Los 30 y 60 grados de abducción y para el
s ubes capular por encima de Los 60 grados.
o
toidea puede elevar el troquíter d entro del acromion, el
dorsal ancho funciona para d isminuir la compresión en el
intervalo acromiohumeral. El subescapular es el músculo más poderoso del man-
guito rorador. Su rendón cub re completamente el troqufn y
actúa como rotador interno de manera p rimaria. La aduc-

o Los motores primarios de La unión escapulotorácica y que


generan control y estabilidad son Los romboides, serrato
an te rior y tra pecio.
ción del hombro se produce por la acción del dorsal ancho,
pectoral mayor, redondo mayor y redondo menor cuando el
hombro se sirúa en posición de reposo. El subescapular ac-
túa como aductor cuando el hombro se encuentra más allá
La habilidad del manguito rotador para mover y es- de los 30 grados. Las fi b ras más superiores del subescapular
tabili zar dinámicamente la articulación glenohumeral son susceptibles de pinzamientos en el intervalo acromiohu-
depende de manera importante de la capacidad de los meral durante la flexión del hombro. Las fibras inferiores del
músculos escap ulares para dar una base estable a la uni ón subescapular pueden pinzarse por debajo del proceso cora-
escapulotorácica. La comprensión d e lo anterior implica coideo. El subescapular acrúa como un estabilizador ante-
el desarrollo de p rogramas de fisioterapia que integren es- rior, especialmente cuando se activa excéntricamente du ran-
ros conceptos para realmente alcanzar patrones funciona- te m ovimientos d e extensión horizontal del hombro.
les suficientes antes que objetivos de movilidad articular
que no respeten la cinética y cinemática de la cintura es-
capular. La porción larga del bíceps tiene La función de evitar la
migración superior de La cabeza humeral dentro del in-
Las inserciones externas del supraespinoso e infraespi-
tervalo acromiohumeral, estabilizando así la articulación
noso esrán p redispuestas a la compresió n por estructuras glenohu meral.
externas (acromion), especialmente cuando el rroquírer se
inclina. Por otro lado, las inserciones internas presentan
un recorrido vertical sobre las porciones más profundas del Se debe recordar que la cabeza larga del bíceps puede in-
uoquírer, lo que las expone a fuerzas cizallanres, rensiles y sertarse en el tubérculo supraglenoideo, en ellábrum, o en
compresivas. Esras características generan un comporta- ambos. Asimismo, es importante destacar q ue este rendón
miento que lleva al pinzamiemo de las estructuras mencio- es inrraarricular pero exrrasinovial. Cuenta con su propia
nadas, lo que será motivo de análisis en el capítulo siguien- vaina sinovial, que puede verse afectada durante procesos
te (véase capítulo 11, aparrado Hombro doloroso). inflamatorios.

EPIDEMIOLOGÍA
o De ma nera cooperativa, el manguito rotador co mprime La
ca beza humeral dura nte la elevación de l hombro y la Lle-
va hacia la glenoidea para Lograr estabilidad. Las lesiones esternodaviculares se sitúan po r debajo del
1 o/o de rodas las luxaciones y sólo ocupan el 3 o/o de las !u-
123

xaciones en las extremidades superiores. La mayoría de las secuencia de traumatismos de aira energía en colisiones ve-
luxaciones son anteriores en hombres jóvenes y resultado hiculares o en el ámbiro deportivo. Las luxaciones anterio-
de traumatismos de aira energía, como por ejemplo coli- res son las más comunes, mientras que las luxaciones pos-
siones en vehículo o lesiones dentro del deporte. teriores son raras, pero potencialmente fatales, debido a la
La relación de luxaciones anteriores frente a las poste- relación anatómica estrecha con la tráquea y los grandes va-
riores es de aproximadamente 20 a l . Cuando se observa sos, que pueden ser susceptibles de daño por compresión.
una luxación posterior, las complicaciones afectan a un Para alcanzar un diagnóstico de precisión, en ocasiones los
rercio de los casos. Las complicaciones de las luxaciones estudios de radiografías simples son insuficienres.
posteriores de la articulación esrernoclavicular incluyen:
obstrucción aérea por compresión traqueal o laceración Mecanismo de producción
traqueal, disfagia, compresión nerviosa, isquemia o con- Las luxaciones posteriores se asocian a un traumatismo
gestión venosa del brazo o el cuello, e hipotensión o cho- directo sobre la región proximal de la clavícula, entendien-
que hipovolémico por lesión de los grandes vasos. do que la fuerza para generar dicha alteración ha de aso-
De rodas las luxaciones del hombro, ell2 o/o involucran ciarse a una gran energía.
a la articulación acromioclavicular y el 20% de rodas las Los mecanismos indirectos para generar una luxació n
lesiones del hombro involucran a dicha articulación. En esrernoclavicular implican la posición del hombro con res-
Estados Unidos estas lesiones son más comunes en depor- pecto al plano coronal; si el hombro se encuentra por de-
tes de colisión como el furbo! americano y el hockey, don- trás del plano coronal y se presenta una fuerza desde pos-
de la incidencia alcanza el45 o/o. En Reino Unido estas in- terior hacia anterior, entonces cabe esperar una luxación
cidencias son similares para el rugby. anrerior, mientras que si el hombro se encuentra por de-
Aproximadamente del 2 al 5 o/o de rodas las fracturas en lante del plano coronal y la fuerza se dirige desde anterior
adulros y del 1O al 15 % en niños involucran a la clavícu- a posterior, entonces la luxación habría de esperarse de
la. En adolescentes y adultos se producen de 29 a 64 casos tipo posterior (situación menos probable en función del
por 100.000 personas anualmente. Las facturas de la cla- engrosamiento capsular posterior).
vícula también muestran una distribución sectaria bimo-
dal: los jóvenes adultos menores de 30 años y la población Manifestaciones clínicas
anciana mayor de 70 años parecen ser los dos grupos de El paciente presenta dolor en la articulación, que empeora
mayor riesgo de fracturas. anre la movilización activa o pasiva del hombro, especial-
En adulros, más de dos terceras partes de estas lesiones mente hacia la abducción. En la inspección se pueden ob-
ocurren en la diáfisis de la clavícula, y estas lesiones pare- servar asimetrías, especialmente en la vista anterior, mien-
cen tender más a desplazarse si se las compara con las fac- tras que con la palpación se puede advertir un aumento
turas mediales y laterales. En niños, más del 90% de las discrero de volumen y puede generar dolor sobre la articu-
f.1cturas de clavícula se sitúan en la diáfisis. lación. Las luxaciones posteriores pueden acompañarse de
Las fracturas del tercio lateral de la clavícula son menos signos de compresión traqueal, como estridor o disnea; o
comunes y alcanzan, aproximadamente, el 25 o/o de rodas de laceraciones por compresión del esófago, como disfagia.
las frac turas de clavícula. Tienden a desplazarse menos Asimismo, alteraciones en la sensibilidad o alteraciones
aquéllas que ocurren en la diáfisis. vasculares distales pueden relacionarse con la compresión
Las fracturas del tercio medio suponen el restante 2-3 o/o de estructuras vasculares o nerviosas.
de este tipo de lesiones.
Debido a su cobertura muscular, las facturas escapula-
res son poco comunes. Representan del 3 al 5 o/o de rodas
las lesiones de la cintura escapular y del 0,4 al 1 o/o de ro-
En la inspección se observa procidencia clavicular, y en la
palpación se advierte edema localizado y dolor exquisito
sobre la articulación.
o
das sus fracturas. Los pacientes normalmente tienen un
promedio de 35 años, con un rango de 25 a 50 años. Las
facturas de la escápula usualmente se asocian a un trauma- Diagnóstico
tismo mayor. El traumatismo directo lleva a lesionar o Las radiografías convencionales pueden ocultar las altera-
fractura el cuerpo escapular, la espina o el acromion. ciones estructurales por la superposición de otras estructu-
ras, por lo que proyecciones especiales como la Rockwood
o la de Hobbs generan una visión más clara, especialmen-
El traumatismo indirecto que se genera cuando el brazo

o o la extremidad superior son elevados súbitamente, re-


gularmente, genera lesiones en la cavidad glenoidea de
la escápula.
te del manubrio del esternón.
La romografía axial computarizada de corres finos es la
prueba más efectiva para confirmar el diagnóstico de luxa-
ción esternoclavicular, así como para su caracterización.
La ecografía asiste en la evaluación de alteraciones vas-
LUXACIONES ESTERNOCLAVICULARES culares, especialmente con el uso del dóppler.
La resonancia magnética ayuda en la ubicación de las le-
Es un sitio raro de lesión de la cintura escapular, sin embar- siones de tejidos blandos de interés, como por ejemplo el
go, la mayor parte de las lesiones son generadas como con- disco intraarricular.
124

Las recomendaciones sobre el tratamiento adecuado de-


Diagnóstico diferencial rivan de estudios de casos o series de casos. Recordando los
Los diagnósticos diferenciales han de establecerse con las aspectos anatómicos y biomecánicos expuestos en el apar-
lesiones del disco intraarricular, las subluxaciones esterno- tado Generalidades de este capítulo, se puede entender el
claviculares asociadas a esguinces de la articulación y las le- hecho de que las luxaciones anteriores son más frecuentes
siones fisiarias. por la mayor labilidad articular en esa dirección. Asimis-
Otras patologías no traumáticas que pueden generar mo, es importante destacar q ue la clavícula, en su tercio
dolor en la articulación esternoclavicular son: artritis reu- proximal, es el último hueso que se osifica, lo que obliga a
matoide, artropatía por depósito de cristales, osteoartritis, establecer un diagnóstico diferencial entre una luxación
hiperostosis, entre otras. verdadera frente a una lesión fisiaria.

Tratamiento. Manejo clínico


LUXACIONES ACROMIOCLAVICULARES
El tratamiento inicial de las luxaciones anteriores con des-
plazamiento mínimo y de los esguinces de la articulación Los ligamentos que mantienen unida a la articulación
esternoclavicular incluye el reposo y el manejo del dolor acromioclavicular son muy resistentes. Muchas veces se
como objetivos primarios. Es de suma importancia esta- presenta primero la fractura de la clavícula ames que una
blecer que el tiempo ideal para realizar la reducción de la rotura rotal de dichos ligamentos.
luxación anterior o posterior es antes de que transcurran Sin embargo, debido a que presenta una disposición
48 horas de l;:~ lesión. muy superficial, es altamente susceptible de lesiones por
Se conocen diversos métodos para realizar la reducción impactos directos, especialmente cuando se impacta el
de la articulación esternoclavicular en la luxación anterior. borde lateral del homb ro (véase el caso clínico 10-1). La
Las reducciones más usadas son aquéllas que generan una importancia de estas lesiones rad ica en las alteraciones fun-
compresión posterior con el bloqueo escapular respectivo, cionales asociadas, ya que repercuten en el desempeño de
pero sólo las puede realizar personal previamenre adiestrado. actividades -especialmente de aquéllas que se realizan con
Por otro lado, las luxaciones posteriores se realizan me- flexión de hombro por encima de 90 grados-, así como en
diante la tracción de la extremidad superior afectada en el dolor crónico (véase el caso clínico 10-2) y la inestabili-
90 grados de abducción en el plano de la escápula asocia- dad articular acompañantes (véase el capítulo 11) si no se
dos a la extensión del hombro. les da un tratamiento adecuado.
Desafortunadamente, los aparatos orrésicos empleados
para proveer de estabilidad postreducción no son siempre Clasificación
eficaces. Ante tal situación, se ha recomendado la inmovi- Existen diversas clasificaciones para catalogar las luxacio-
lización durante 6 semanas, asociada al uso de un inmovi- nes acromioclaviculares, enrre las que destacan la de Rock-
lizador de hombro. wood (Tabla 1 0- 1).
Muchas de las reducciones no sólo requieren hacerse
bajo sedación, sino que incluso pueden precisar el empleo Diagnóstico
de anestesia. El diagnóstico se basa en un adecuado acercamiento clí-
Las reducciones abiertas no han demostrado una venta- nico y en el esrablecimienro de los antecedentes, especial-
ja sign ificativa sobre las reducciones cerradas. mente de aquéllos relacionados con el mecanismo de le-
Las reducciones de luxaciones posteriores inestables sión, donde habitualmente existe un impacto directo so-
pueden ser candidatas para reducciones abiertas, recordan- bre la región más lateral del hombro. En la inspección el
do que éstas se realizarán siempre en presencia de un ciru- paciente se encuentra con el brazo en aducción y deb e in-
jano cardiotorácico por el gran riesgo de complicaciones dicar con claridad la zo na dolo rosa (articulación acro-
que pueden presentarse. mioclavicular) (véase el caso clínico 10-1). Se puede ob-
servar una deformación evidenre, sin embargo, su ausen-
cia p uede corresponderse con una lesión de gradació n
Las lesiones del disco intraarticular requieren tratamien-

o to quirúrgico, mientras que las lesiones fisiarias precisan


un manejo mediante inmovilización por un tiempo no su-
perior a 2 a 3 sema nas.
baja.

Exploración física
Durante la exploració n física es posible evocar el dolor me-
d ianre la presión inferior sob re la clavícula, mienrras el
El proceso de fisioterapia de estas lesiones debe a roda codo se encuentra en 90 grados de abducción. Otro signo
costa permitir la reparación de los tejidos asociados y res- típico es la pérdida del contorno distal normal de la claví-
petar los tiempos de inmovilización, pero debe procurar cula, asociado al movimienro tras la aplicación de u na
mantener la función de las estructuras proximales y dista- fuerza descendente, lo q ue se conoce como signo de la te-
les toa Vol. 11, capitulo 9]. cla. También es ú til la movilización del hombro desde
El tratamiento medicoquirúrgico de las alteraciones 90 grados d e abducción hacia su extensión y flexión, don-
funcionales del hombro será abordado en el capítulo si- de se observará un movimiento d el acromion pero no de
guiente (véase capítulo 11) de esta obra. la clavícula.
125

Tabla 10-1. Clasificación de Rockwood de las luxaciones


acromloclaviculares

Estructuras
Características
afectadas

Tipo 1 Ligamento Para generarla la


acromioclavicular fuerza aplicada
necesaria es
mínima
Clínicamente sólo
se observa dolor
localizado
Resolución en 1 a 2
semanas
Buen pronóstico

Tipo 11 Ligamentos Subluxación


acromioclavivulares acromioclavicular
rotos
Esguince de
ligamentos
coracoclavicula res

Tipo 111 Rotura total El espacio


de capsular coracoclavicular
acromioclavicular es de 25 a 100 %
y de los ligamentos mayor que en el
coracoclaviculares hombro sa no
Luxación real

Tipo IV Igual que la de tipo 111


asociada a avulsión
de la coracoides
y desplazamiento
posterior de la
clavícula dentro o a
través del trapecio

Tipo V Versión de la de tipo Espacio


111 con exageración coracoclavicular de
del desplazamiento 100 a 300 % mayor
vertical de la que en el lado sano Figura 10-2. Luxación acromioclavicular. lA) Proyección antera-
clavícula distal Clavícula a altura posterior. luxación acromioclavicular aguda izquierda. Varón de 52
subcutánea años tras un accidente deportivo. lB) Control posquirúrgico.

Tipo VI Variante de la Desplazamiento


de tipo 111 inferior de la

Tomada de Rockwood, 1996.


clavícula que se
sitúa por debajo de
la coracoides
Durante la inmovilización del hombro se deben movilizar
el codo y la mano; la removili zación debe ser temprana
parar evitar complicaciones asociadas.
o
Tratamiento
El tratam iento conservador o quirúrgico depende de las
Radiodiagnóstico características propias de la lesión y del paciente. Las luxa-
Las radiografías (Fig. I0-2A) son de gran utilidad, especial- ciones acromioclaviculares de grado I y II requieren un tra-
mente aquéllas realizadas con una inclinación cefálica del tamiento casi s iempre conservador, mientras que las de
rayo de 15 grados y aquéUas que emplean de manera bilate- grado IV a VI requieren de tratamiento quirúrgico. Son las
ral pesos en las manos para generar una distracción extra que lesiones de grado III las que gen eran más controversia en
haga más evidente la lesión (véase el caso clínico 10-1). el tipo de tratamiento que se ha de otorgar. E n cualquier
caso, tras el período de inmovilización, se debe in iciar la
Manejo clínico recuperación funcional de forma inmediata, mediante un
El manejo inicial incluye el control del dolor y el proceso programa de ejercicio terapéutico y fisioterapia loEl véase
inflamatorio agudo, con ayuda de antiinAamatorios y crío- el anexo 10-1 J.
terapia local intensiva, asociado a la correcta inmoviliza-
ción del hombro. Se debe procurar la movilidad del codo
Tratamiento conservador
y de la mano a p esar d e la inmovi lizac ión del hombro y, Para las lesiones d e tipo 1 y II se propone in ic iar el trata-
además, procurar una movilización temprana de éste. miento con antiinflamatorios, analgésicos, h ielo e inmovi-
126 Parte 1. Cirugía or topédica y traumatología -Sección 11. Miembro superior

lización. Se realizará una movilización suave del hombro


Tabla 10-2. Clasificaciones de las fracturas de clavícula
en la medida en que el dolor lo permica. Se han propuesto
infiltraciones con anestésicos o medicamemos esteroideos Autor Características Comentario
para disminuir el dolor en las etapas iniciales. Los vendajes,
adhesivos o no, para dar soporte a la articulación tienen un Allman Tipo l. Diáfisis medial Sólo toma en
Tipo 11. Tercio distal cuenta a la
efecto limitado y de poca duración, sin embargo, aporran Tipo 111. Tercio proximal clavícula
confianza al paciente cuando inicia su proceso de moviliza- Descriptiva
ción inicial o incluso en trabajos de mayor demanda.
Neer Tipo l. Fractura lateral Descriptiva
Complicaciones de la clavícula distal
a los ligamentos
Las complicaciones que pueden surgir en estas lesiones tras coracoclaviculares,
real izar sólo el tratamiento conservador incluyen: dolor fractura estable
Tipo 11. Fragmento
crónico, inestabilidad arricular y cambios degenerativos medial que afecta
que pueden requerir una cirugía posterior (véase caso clí- a los ligamentos
nico 10-2). coracoclaviculares.
inestabilidad vertical
Tipo 111. Fractura
intraarticular

o Una inadecuada recuperación funcional deriva en do lor


crónico de hombro, que en la mayoría de los casos re-
quiere un tratamiento quirúrgico.
a la altura de
la articulación
acromioclavicular.
respetando
los ligamentos
coracoclaviculares
Tratamiento quirúrgico Fractura estable pero
con afectación articu lar
El tratamiento quirúrgico en las luxaciones acromioclavi-
culares de tipo III puede ser de utilidad en personas con Robinson Tipo 1, 11 y 11 1. Igual que la Descriptiva y
!clasificación de Allman predictiva
alta demanda de rareas repetitivas por encima de los de Grupo A. Sin para retardos
90 grados de abducción, pero no sujetas a colisión o trau- Edinburghl desplazamiento óseo en la
matismos repetidos como en el caso de los deportistas. Grupo B. Con consolidación
desplazamiento óseo o no unión
Las técnicas quirúrgicas empleadas (Fig. 10-2B) con re- Las de tipo 1y 111 pueden en el tercio
gularidad incluyen principalmente la fijación acromiocla- categorizarse en lateral
vicular, la fijación coracoclavicular y la resección distal de dos subgrupos: con
la clavícula con reconstrucción ligamentaria. Los aborda- compromiso y sin
compromiso articu lar
jes pueden ser abiertos o por vía artroscópica. Las compli- Las de tipo 11 se
caciones asociadas a los procedimientos quirúrgicos inclu- clasifican además
yen dolor, infección y fracaso de la técnica empleada. en función de su
conminución

Neer Hace énfasis en la Descriptiva y


FRACTURAS DE CLAVÍCULA !modificada preservación de predictiva
Epidemiología por Craig l los ligamentos para el tercio
coracoclaviculares. medio
Más de dos terceras partes de las fracturas de clavícula en componente articular
adultos se presentan en la diáfisis, y existe una mayor inci- y en poblaciones
pediátricas
dencia de desplazam ientos cuando se las compara con las
fracturas del tercio medio o lateral. Las fracturas del tercio
lateral suponen un 25 % de las fracruras de clavícula,
mientras que las fracturas del tercio medial representan del dación. Se recomiendan períodos de entre 4 a 5 meses libres
2 al 3 % del total de estas fracturas. de colisión para promover la curación de la fractura. Los pro-
cesos de rehabilitación, que se tratarán en otro capítulo de
Clasificación esta obra, han de promover la protección de la fractura, la
La clasificación de las fracturas de clavícula se basa en ele- movilización temprana y la inhibición de patrones motores
mentos descriptivos y predicrivos. Las clasificaciones des- inadecuados, así como la correcta activación muscular en las
criptivas son las más empleadas (Tabla 10-2). diferentes fases dinámicas de la cintura escapular.
El tratamiento quirúrgico se reserva muchas veces para
Fracturas del tercio proximal fracturas asociadas a potenciales afecciones del mediastino.
Las fracturas del tercio proximal (poco comunes) casi siem- Se evitan con regularidad materiales de osteosíntesis que
pre responden de manera adecuada al tratamiento conserva- puedan romperse y migrar.
dor. Regularmente no están desplazadas y afectan de manera En niños y adolescentes se debe hacer un diagnóstico
infrecuente a la articulación esternoclavicular. La inmoviliz..'l.- diferencial con lesiones fisiarias.
ción durante 2 a 6 semanas es útil para favorecer su consoli- D el 4 al 8 % de estas fracturas terminan en no unión.
127

Fracturas del tercio medial


Las fracturas del tercio medial pueden ser tratadas de for-
ma conservadora o quirúrgica. El tratamiento conservador
se reserva para aquellas fracturas no desplazadas o mínima-
mente desplazadas o en pacientes jóvenes. Para este tipo de
fracturas han de seguirse indicaciones similares a las de las
fracturas del tercio proximal en el manejo conservador.
La necesidad de esrablecer un tratamiento quirúrgico ra-
dica en la incidencia de cerca del 15 o/o de no unión en este
tipo de fracturas, especialmente si se observa un acortamien-
to de entre 1,5 a 2 cm, desplazamientos mayores all 00 o/o o
en fracturas conminutas. Para la fijación de estas fracturas se
prefiere el clavo cenrromedular, a pesar de que no provee de
una estabilidad rotacional tan eficaz como la aplicación de
placas, que pueden generar compromisos neurovasculares,
especialmenre de los nervios supraclaviculares.

Fracturas del tercio distal


Las fracturas del tercio lateral (distal) (Fig. 10-3) son casi
siempre no desplazadas o mínimameme desplazadas, por
lo que el tratamiento de elección es generalmente conser-
vador, siguiendo las pautas expuestas anteriormente.
La decisión quirúrgica se establece en función del com-
promiso de los ligamentos coracoclaviculares (asociada a
un 28 o/o de no unión), hombro flotante, daño en los teji-
Figura 10-4. Fractura de la escápula. Deportista de lucha leonesa.
dos adyacentes o politraumatismo. En adolescentes existe
Proyección anteroposterior.
un potencial de recuperación aceptable, tanto como para
inclinarse por el tratamiento conservador.
FRACTURAS DE ESCÁPULA

o Los medios de fijación quirúrgica incluyen placas con tro-


nillos, pero especialmente fijaciones coracoclaviculares
mediante botones corticales.
Las fracturas de la escápula, si bien son infrecuentes, resultan re-
gularmente de traumatismos directos en situaciones de alta
energía, como por ejemplo en deportes de contacto (Fig. 10-4)
o accidentes de tráfico. Pueden afectar al cuerpo, al acromion o
En cualquier caso, tras el período de inmovilización, se a la espina. Como resultado de traumatismos indirectos pueden
debe iniciar la recuperación funcional de forma inmediata, generarse retrocesos de la escápula con impacto en la parrilla
mediante un programa de ejercicio terapéutico y fisioterapia costal, lo que llevaría normalmente a fracruras del cuerpo de la
loEl Vol. 11, capítulo 9). ese<1pula; asimismo, por tracción súbita pueden generarse frac-
turas del cuello de la escápula o de la glenoidea.
Las fracturas de la escápula se pueden clasificar siguien-
do la propuesta de Euler y Ruedi, quienes incluyen aspec-
tos relacionados con la alteración anatómica, su gravedad
y factores pronósticos (Tabla 10-3).
Las frac turas del cuerpo escapular, independientemen-
te del número de fragmentos y especialmente aquéllas

Tabla 10-3. Clasificacion de fracturas de escápula


según Euter y Ruedi

Tipo A Fractura del cuerpo de la escapula [43 a 73 % del total)

Tipo B Fractura de la espina, coracoide o acromion

Tipo C Fractura del cuello de la escápula 115 a 33% del total)

Tipo D Trazo intraarticular

Tipo E Combinación de fracturas asociadas a trazo de


Figura 10-3. Fractura del tercio distal de la clavícula izquierda. fractu ra en el húmero proximal
Ciclis ta tras una caída. Proyección anteroposterior.
128

Figura 10-5. Técnica manual de decoaptación escapular.

que caen dentro de las clasificaciones A, B y C, son ma- la fisioterapia (Fig. 10-5) se deben seguir objetivos enca-
nejadas de forma conservadora con éxiro fun cional (buen minados a desarrollar la movilidad temprana (tan pronto
desempeño de las actividades de la vida diaria y de aqué- como se observen daros de consolidación y estabilidad
llas que involucran la elevación del brazo por encima de ósea), reesrrucrurar los patrones d e movilidad adecuados,
la cabeza sin exigencias mayores). El pronóstico se en- el desarrollo de fuerza y las habilidades funcionales asocia-
sombrece si se asocian estas lesio nes con poli traumatismo das a la elevación del brazo.
(por ejemplo: traumatismo craneoencefálico, lesión de Aunque son pocas las complicaciones en el traramiemo
plexo, fracturas múltiples de la extremidad superior ipsi- conservador, éstas se relacionan con seudoartrosis, que re-
lateral, ere.). quieren de reducció n quirúrgica abierta y fijación interna.
Para disminuir esta compl icación, se recomiendan trata-

o
mientos quirúrgicos iniciales si los fragmentos óseos presen-
Las fracturas escapulares, en general, presentan buen tan desplazamientos mayores a 1 cm entre sí.
pronóstico, salvo en politraumatizados.
En cualquier caso, tras el período de inmovilización, se
debe iniciar la recuperación fu ncional de forma in media-
El tratamiento conservador incluye la inmovilización, el ta, mediante un programa de ·ejerc icio terapéutico y fisio-
manejo del dolor y el proceso inflamatorio agudo. Desde terapia (OEl Vol. 11, capítulo 9).

RESUMEN

o La cintura escapular es un complejo articular que incluye sólo requiere una inmovi lización del área afectada para
la interacción del sistema osteomioarticular de una forma permitir la reparación tisular sin un estrés asociado, sino
realmente global, pues situaciones o movimientos que que necesita la comprensión de los factores dinámicos que
ocurren a dista ncia afectan a la dinámica de dicho com ple- afectan a s u inmovilidad y obliga a realizar trabajos asocia-
jo; y a s u vez, la activac ión de esta estructu ra compleja dos al movimiento de estructuras relacionadas, en un in-
pone en marcha la participación de diversos elementos de tento de limitar patrones de movimiento alterados conoci-
la economía huma na como pocas estructuras lo hacen. dos como patrones discinét icos ® .
Esto sirve como respuesta a este gran paradigma del hom-
o Asimismo, es imperativo para los fisioterapeutas reco-
bro: máxima movilidad y máxima estabilidad.
nocer los detalles de la patolog ía de esta zona pues a ve-
o La visión reduccionista de las lesiones ocurridas en esta ces un os simples centímetros más hacia una dirección
estructura limita el éxito en la reinserción funcional de en particular conllevan pronósticos absolutamente dis-
quien las padece. Así, una luxación acromioclavicular no tintos.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA McFarland, E. G. (2006). Exami11atio11 oftbe sbortlder: Tbe com-


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(2• cd). Madrid: Editorial Médica Panamericana.
M. Sánchez Alvarez. J. Azofra Palacios y J. Seco Calvo

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer la fisiopatología de las enfermedades e identificar las manifestaciones que aparecen a lo l argo del proceso.
• Conocer los tratamientos medicoquirúrgicos, fundamentalmente en sus aspectos fisioterapéuticos y ortopédicos.

INTRODUCCIÓN momento de la vida. Es más frecuente en personas de edad


avanzada o que realizan trabajos pesados.
La patología crónica del hombro es de gran relevancia
clínica y epidemiológica, canto por su cada vez mayor Clasificación según el diagnóstico diferencial
incidencia y prevalencia como por la incapacidad que En presencia de un paciente que presente un cuadro dolo-
produce. roso en su hombro, se debe saber diferenciar un dolor ver-
Se pueden presentar tres grandes cuadros clínicos dife- daderamente de hombro de un dolor referido en el hom-
rentes: bro, pero no originado en él.
• El hombro doloroso. Este dolor referido puede irradiarse hacia el hombro
• El hombro inestable. desde un origen cervical, como sería el caso de una cervi-
• El hombro rígido. cobraquialgia por una radiculopatía en las raíces C5 y C6,
o puede irradiarse el dolor al hombro desde un origen ro-
En este capículo se hará especial hincapié en los tratamien- racoabdominal, como puede verse en ocasiones por una
tos quirúrgicos empleados, pues es de gran interés para el patología de la vesícula biliar o por la presencia de un ru-
fisioterapeuta conocerlos, ya que a sus consultas llegan los mor del vértice pulmonar o por problemas de isquemia d e
pacientes intervenidos para proceder a la recuperación. A miocardio entre otros ejemplos.
este respecto, y en relación con la práctica clínica del fisio- Una vez que se ha descartado que el dolor referido en el
terapeuta y según la evidencia científica disponible, resul- hombro irradie desde otra zona patológica, se deben dife-
ta mucho más efectivo añadir intervenciones motivaciona- renciar cinco grandes cuadros clínicos responsables de un
les a los procedimientos habituales d e fisioterapia para in- hombro doloroso (Tabla 11- 1). Dado que los dos ültimos
crementar la actividad física y la adherencia a los progra- grupos de patología no son suscep tibles de tratamiento
mas de ejercicio prescritos, tanto a corro como a largo pla- quirúrgico, este capítulo se va a centrar en el estudio de los
zo (McGrane, Galvin, Cusack & Srokes, 2015). (G8 Para tres primeros cuadros clínicos.
ampliar información, Vol. 11, capitulo 11J.
Para facilitar al lector y al estudiante la integración de Enfermedad del manguito de los rotadores.
conocimientos y aplicarlos a la práctica clínica, e n el Síndrome subacromial
00 anexo 3. Casos clínicos para prácticas de au la se presentan Esta patología, descrita como síndrome subacromial (SSA)
casos prácticos para realizar prácticas en el aula; para este por Codman en 1972, también es conocida como pinza-
tema se recomienda consultar los casos prácticos segundo
y tercero. Tabla 11-1. Cuadros cllnicos responsables de un hombro
doloroso
HOMBRO DOLOROSO • Dolor provocado por un conflicto subacromial o por un a
patología del manguito rotador
Se define como aquel dolor que se sitúa en la región del • Dolor secundario a un hombro inestable
hombro y aparece con algunos movimientos del brazo. El • Dolor secu ndario a una capsulitis retráctil de hombro
hombro doloroso es una de las co nsultas médicas más fre- • Dolor provocado por una distrofia simpaticorrefleja
• Dolor de origen reumático
cuentes y llega a afectar al 25 % de la población en algún

131
miento, choque o roce, ya que Neer introdujo por prime- o El espacio existenre emre el tendón del supreaespinoso
ra vez el concepto de impingement. Consiste en un dolor y del subescapular constiruye el llamado intervalo rota-
provocado por la compresión que sufre el manguito de los dar, donde se encuentra la porción larga del bíceps, que
rotadores, debajo de la parte anteroinferior del acromion, atravesará la cápsula para insertarse en la zona más su-
con los movimientos de flexión (al elevar) y rotación exter- perior de la cavidad glenoidea.
na, principalmente. Progresa hacia la rotura. En paciemes
Etiopatogenia del conflicto subacromial
menores de 40 años suele haber un antecedente traumáti-
co que lo desencadena, pero en mayores de 50, puede no Se describen tres teorías patogénicas responsables de las le-
haberlo (véase el caso clínico 11-1). siones del manguito de los rotadores:
o Traumática.
o Mecánica (Neer).

o El dolor habitualmente es nocturno. El signo más carac-


terístico del SSA es el arco doloroso desde 60-70 grados
a 120 grados de abducción.
o Degenerativa (Codman).

La teoría traumática en sí misma es evidente, ya que un


traumatismo suficiente provocaría la rorura-desinserción
Existe gran variedad de posibilidades terapéuticas dada de uno o varios rendones del manguito de los roradores de
la complejidad de la patología del hombro, en general, y su zona de inserción en la cabeza del húmero. Por el con-
del manguito rotador, en particular. Este capítulo sólo se trario, la teoría mecánica y la degenerativa proponen me-
va a cenrrar en procedimientos medicoquirúrgicos; para canismos responsables de las roruras no traumáticas del
ampliar información sobre procedimientos de fisioterapia, manguito de los retadores.
G8 véase Vol. 11, capítulo 11. Por un lado, Codman describió en 1928 la teoría dege-
nerativa de las lesiones del manguito, defendiendo que los
Recuerdo morfofuncional tendones del manguito se rompen a través de una degene-
El pinzamiento se produce en cierto grado en el hombro ración progresiva que se provoca en la zona crítica del ten-
normal y ello es debido a la particular zona anatómica, dón, donde hay una disminución de la vascularización lo-
causante de su patomecánica. cal. Este punto es donde confluye la red vascular que vie-
Arco coracoacromial. Está formado por el acromion y ne desde el músculo y la que viene de la inserción ósea,
el ligamento acromiocoracoideo. El acromion es una ex- existiendo enronces una zona de menor vascularización, o
tensión de la espina de la escápula en el que se inserta el sea, de mayor riesgo. Si existe una sobresoliciración del
músculo deltoides. Su borde interno se articula con la ex- tendón, se produciría una rotura progresiva degenerativa
tremidad distal de la clavícula, formando la articulación de éste en este punto. Esto explicaría el tipo de roturas que
acromioclavicular: se inician en la cara articular o inferior del manguito de los
o El ligamento acromiocoracoideo nace en la superficie roradores.
inferior del borde anterior del acromion y se dirige ha- Por otro lado, Neer describió en 1972 la teoría me-
cia la punta de la apófisis coracoidal. cánica de las romras del manguito de los rotadores. Él
o La bolsa subacromial es una estructura bien defini- planteó como origen de la roturas un pellizcamiento del
da que recubre la cara inferior de la müad anterior manguiro enrre la cabeza del húmero y el borde anrerior
del acromion, desbordando hacia delante por deba- del acromion. Esto explicaría el tipo de roturas que se
jo del ligamento acromiocoracoideo y por fuera, inician en la cara bursal o superior del manguito de los
por debajo del deltoides. Asimismo, recubre la in- rotado res.
serción distal de los tendones del manguito de los En opinión de los autores, esras dos teorías son
rotado res. complemenrarias, ya que cada una de ellas es responsa-
ble de una parte del problema. El problema se iniciaría
Manguito de los rotadores. Está formado por las in- con un dolor provocado, ya sea por una degeneración
serciones de los músculos subescapular, supraespinoso, in- del tendón o por un «pellizcamiento» de éste entre la
fraespinoso y redondo menor: cabeza del húmero y el acromion. Dicho dolor sería
o El infraespinoso y el redondo menor nacen en la fosa responsable de un desequilibrio muscular con descoor-
infraespinosa de la escápula y se insertan en la cara pos- dinación entre el manguiro de los rotadores, el delroi-
terior del troquíter. des y el resro de los músculos, descentrando la cabeza
o El músculo supraespinoso nace en la fosa supraespino- humeral y provocando un conflicto subacromial dolo-
sa de la escápula y se inserta en la cara superior del tro- roso. Este descentrado provocaría asimismo una hiper-
quíter. Hay que tener en cuenta que estos tres músculos solicitación del manguiro de los rotadores, que produ-
del manguito son inervados por el nervio supraescapu- ciría al final una rotura progresiva que habitualmente
lar, que pasa por la base de la espina del omoplato a tra- se inicia en el tendón del supraespinoso y progresa ha-
vés de la escotadura supraescapular. cia delante, hacia el subescapular, o hacia atrás, hacia
o El músculo subescapular nace en la cara anterior de la el tendón del infraespinoso. Para ampliar información
escápula y se fija a la alrura del troquín de la cabeza del sobre la evolución de la parogenia, G8 véase Vol. 11, ca-
húmero. pítulo 11.
133

Figura 11-1 . Tipos de acromion. (A) Proyec-


ción s ubacrom ial: acromion de tipo 1 o pla-
no. (B) Proyecc ión subacromial: acromi on
de tipo 11 o curvo, por presentar una suave
cu rvatura en la cara inferior. (C) Proyección
subacromial: acromion de ti po 111 o «gan-
choso», que presenta un gancho o pico an-
terior. Éste el tipo de acromion más agresivo.
(D) Proyección axial: acrom ion «bipartito» u
os acromiale.

• Tendi niris calcificante: cuyo tratamiento e n fase aguda


Tipología acromial es la in filtración .
Siguiendo la clasificación de Bilgiani, se describen tres ti-

o
pos de acrom ion, como se observa en la figura 11- 1.
[OEJ Para am pliar infor maci ón , véase vol. 11, ca pítulo 11. La patología de la po rción larga del bíceps, que suele ser
s ecundaria al SSA, só lo precisa tratamie nto qui rúrgico en
El ti po III de acromion se ve en el 71 % de las roturas
jóvenes y personas activas.
del manguito de los rotadores, pero se presenra en el 24% El tratamiento de la tendinitis calcificante en fase aguda
de la población general. es la in filtración.
Además de estos tres tipos morfológicos de acromion,
existe una varia nte, que es el acro mion «bipartito» u os
acromiale (Fig. 11-10). En este caso, el acromio n es tá d i- Hay dos posturas quirúrgicas que se p ueden u tilizar para
vidido en dos fragmenros por la falta d e fusión de los nú- la cirugía arrroscópica del hombro y que se usan en función
cleos de osificación en la infancia. Esta variante también de la comodidad o escuela del cirujano: posición de semisen-
puede ocasionar patología al poder movilizarse uno de los tado o «en silla de playa», o en decúbito lateral. En la posición
fragmentos e im pactar contra el manguito (Figs. 11- lA, de semisenrado, la distensión del hombro se produce por gra-
11 - 1B, 11-lCy 11-10). vedad; en cambio, en la posición de decúbito lateral se crea
mediante una tracción con poleas y pesos (Fig. web 11-1),
Tratamiento por cirugía artroscópica del conflicto además de por la infusión de suero fisiológico en el hom-
subacromial y de las lesiones del manguito rotador bro en ambos casos.
En el espacio subacrom ial se p ueden observar varias enti- Se util iza el m ismo material arcroscópico que se emplea
dades patológicas diferentes: en otras grandes articulacio nes, como la rodilla. En coda
• Bursiris subacromiodelroidea. cirugía arcroscópica de hombro es, además, im prescindible
• Lesió n del manguito rocado r: q ue puede ir siguiendo la un sistema d e coagulació n y corte, co mo p uede ser un va-
clasificación de Neer, desde la simple tendinitis a la ro- porizador de radiofrecuencia o u n láser q uirúrgico.
cura com pleta del tendón; también se incluye la patolo-
gía d e la porción larga del bíceps, que suele ser secunda-
Art roscopia glenohumer a l
ria al SSAy sólo precisa rratamienro quirúrgico en jóve- Se inicia la cirugía por u na exploración artroscópica de la
nes y personas acttvas. articulación gle nohu meral con el fi n de valora r la cara ar-
134

ticular del manguico de los roradores, ellábrum glenoideo, de anroscopia y, sobre todo, el láser o un vaporizador, a fin
la calidad de la cápsula articular y ligamentos glenohume- de coagular todos los puntos sangrantes, que son abundan-
rales y la porción larga del bíceps (PLB) (Fig. web 11-2A). res. Seguidamente se realiza una desinserción del ligamen-
En algu nos casos, se encuentra una degeneración o ro- ro acromiocoracoideo del borde anterior del acromion con
tura parcial de la PLB. En esas ocasiones, dado que es im- el láser o vaporizador, también para evitar un sangrado ex-
prescindible eliminar coda fuente de dolor de la articula- cesivo. Después se extirpa el borde anterior del acromion,
ción del hombro, se procede a realizar una tenoromía (Fig. entre 5 y 10 mm, según su forma y longicud, disminuyen-
web 11-2B) a la altura de su inserción en la glena, asocian- do el espesor en rodo el tercio anterior con el fin de obtener
do, en el caso de pacientes jóvenes y con buena muscula- una superficie inferior plana (Figs. web 11-6A y 11-6B).
tura, una renodesis (anclaje del rendón) en la corredera bi-
cipirall® vídeo 11-1). Cirugía de la articulación acromioclavicular
Otras lesiones que afectan a la PLB, que se pueden ob- En los casos en que además se asocie una artrosis de la arti-
servar durante una arrroscopia de la aHiculación glenohu- culación acromioclavicular responsable de un dolor local e
meral y que se enmarcan tanto dentro de los hombros do- impronta de ésta en el espacio subacromial (Fig. web 11-7) ,
lorosos como inestables, son las lesiones del SLAP (superior es preciso resecar la extremidad distal d e la clavícula (deidec-
labrum anterior and posteri01): desinserción del rodete gle- tomía parcial). Para ello se extirpa una porción de clavícula
noideo en su paree superior con desinserción de la PLB de alrededor de 1-1,5 cm en todo su espesor, teniendo mucho
!® vídeo 11-2) (Fig. web 11-2C). cuidado de respetar los ligamentos acromioclaviculares supe-
En otros casos, se puede encontrar una importante dis- riores para no desestabilizar la clavícula (Fig. web 11-8).
tensión de la cápsula articular. Esta distensión puede ser
responsable de un dolor en el espacio subacromial por una Lesiones del manguito de los retadores
rendinitis secundaria a la hipersolicitación de la muscula-
tura para mantener centrada la cabeza humeral en un con- Tendinitis calcificante
texto de inestabilidad glenohumeral. Cuando se presencia En los diferentes estudios publicados se hab la de una inci-
este tipo de cápsula articular se puede proceder a una «re- dencia muy variable en referencia a la presencia de tendi-
tracción» o «fruncido» térmico de la cápsula utilizando un nitis calcificante (Fig. web 11-9) en la población. Bosworrh
láser quirúrgico (Fig. web 11-20) o con radiofrecuencia. estima que solamente entre el 35-45 o/o de los pacientes
En los casos de afectación del manguito rotador se pue- con rendiniris calcificante refieren una sinromacología clí-
den ver: nica dolorosa. La localización más frecuente es el tendón
• Roturas parciales de la cara articular del manguito: en del supraespinoso, seguido por el rendón del infraespi no-
esws casos se procede a una regularización o desbrida- so, redondo menor y subescapular. Con frecuencia se ve
miento de la rotura con extirpación de los esfacelos me- una rendinitis calcificante en ambos hombros.
diante el motor de amoscopia (Fig. web 11-2E), láser Existen diferentes estadios de este proceso patológico:
o radiofrecuencia. • En primer lugar, estadio de precalcificación, en el que
• Roturas completas del manguito rotador: en estos caso se aprecian cambios locales en el rendón, secundarios a
se ve el defecto, extensión, etc. (Fig. web 11-2F) de la una hipoxia. Este estadio puede ser asintomático.
rotura. • Estadio de calcificación, en el que se depositan cristales
de calcio en la vaina del tendón, que forman vesículas
Endoscopia s ubacromial coalescentes para configurar una gran calcificación. En
Una vez terminada la exploración del espacio glenohume- este estadio se inicia la sinromacología dolorosa. Segui-
ral, se introduce el artroscopio en el espacio subacromial, damente, se inicia la reabsorción del calcio, que suele
utilizando para ello un abo rdaje posterior para la óptica, ser responsable de un dolor agudo e invalidante. En este
un abordaje posteroexterno para la cánula de irrigación y estadio se aprecian gran formación y presencia d e ma-
un abordaje lateral para la instrumentación. Habitualmen- crófagos multinucleados y células gigantes que intentan
te, se dibujan previamente los relieves óseos que servirán fagocitar el calcio.
de referencia para los abordajes arrroscópicos. Es conve- • Finalmente, se presenta el estadio poscalcificación, en el
niente colocar en el borde anterior del acromion y a cada que aparece una fase de cicatrización del rendón con la
lado del ligamento acromiocoracoideo unas agujas que ser- presencia de fibroblastos. En este estadio puede perma-
virán de referencia durante la cirugía (Fig. web 11-3). necer la sintomatología dolorosa.

Técnica de la acromioplastia artroscópica Se debe iniciar el tratamiento de la tendinitis calcificanre


El fin de la intervención es convertir un acromion agresi- con un método no quirúrgico, que puede incluir alguna de
vo en un acromion plano de tipo I (Figs. web 11-4 y 11-5) estas posibilidades: antiinflamatorios no esteroideos, fisio-
1® vídeo 11 -3). terapia, infiltracio nes corticoanestésicas 1® vídeo 11-4), as-
Se comienza con una extirpación de la bolsa subacro- piración de la calcificación ecoguiada, ondas de choque ex-
miodeltoidea con el fin de «pelam la cara inferior del acro- tracorpóreas (Fig. web ll-1O) , etcétera.
mion y de li mp iar la superficie del manguito d e los rota- En caso de fracaso del tratamien to co nservador o si se
dores. En es te paso se uriliza el instrumental motorizado está en presencia de una tendinitis calcificante recurrente,
135

se plantea un tratamiento quirúrgico, que consiste en una como la «huella» del manguito) y donde se le va a reinser-
eXtirpación arrroscópica de la calcificación (Fig. web 11-11), tar para favorecer la cicatrización posterior. Se utilizan di-
asociando, en el caso de que se trace de un acromion agre- ferentes tipos de anclajes (metálicos en los primeros años
sivo, una acromioplastia. de la técnica y en la actualidad reabsorbibles) de los que sa-
len los hilos que se pasarán posteriormente a través de la
Roturas del manguito de los rotadores rotura tendinosa; estos hilos con nudos corredizos desde el
Las roturas del manguito se p ueden clasificar con diferen- exterior van reparando la rotura (Fig. web 11-14G). La téc-
tes criterios. Así, emre otros, cabe destacar los siguientes: nica de la surura artroscópica !@ vídeo 11-Sl precisa un entre-
según el tamaño y número de tendones afectados (peque- namiento del cirujano por su complejidad tanto para re-
ñas, medianas, grandes y masivas), retraídas o in situ; según ducir la rotura como para conocer y manejar el instrumen-
la morfología (desinserción, longitudinal, en «lH, ere.). El tal para los diversos anclajes y pasahilos y, finalmente, para
pronóstico y el resultado de la sutura serán diferentes en la técnica del anudado con una tensión suficiente.
cada caso. La resonancia magnética será de gran ayuda
y mostrará, además de los aspectos comentados (Fig. Sutura artroscópica por miniopen (miniincisión)
web ll-12), el grado de degeneración grasa de los vientres Aunque cada vez menos utilizada por los cirujanos ortopé-
musculares, para valorar si merece la pena reparar un ten- dicos, algunos prefieren, para evitar la complejidad de la
dón cuyo músculo no va a funcionar debido a su excesiva sutura artroscópica, una técnica mixta llamada sutura por
atrofia. miniopen (Fig. web ll-15) . Se inicia la técnica quirúrgica
por arrroscopia y se realizan todos los pasos (acromioplas-
Indicaciones de tratamiento quirúrgico tia, liberación d e adherencias, cruentación de la «huella»,
Se deduce de lo ya comentado que no se debe plantear un etc.) como para realizar la técnica arrroscópica, pero en
tratamiemo quirúrgico a todos los pacientes que presenten este momento se da por finalizado el tiempo artroscópico
una rotura del manguito. La indicación dependerá de unos y se inicia la cirugía abierta.
cuantos factores: edad, actividad deportiva y laboral, gra- Se realiza una incisión de unos 4 cm paralela al borde
do de impotencia funcional, tamaño de la rotura, presen- lateral del acromion y a 1 cm de distancia de él. Se disecan
cia o no de una degeneración grasa, etcétera. longitudinalmente las fibras del deltoides en la unión del
Además, en la práctica, existen importantes diferencias deltoides anterior con el deltoides medio. En este momen-
en la presentación clínica de las roturas del manguito de to se cae directamente sobre la rotura y por la incisión se
los rotadores. Se sabe que existen de un 5 a un 30 o/o de ro- recuperan los hilos que pasan a través del manguito de los
turas asintomáticas. Este hecho se ha demostrado en estu- rotadores. Se procede posteriormente al anclaje de los ten-
dios sistemáticos con resonancia magnética en pacientes dones al hueso, que se puede realizar en este caso ya sea por
asimomáticos mayores de 60 años y en diferentes estudios intermedio de anclajes o por puntos transóseos clásicos. La
cadavéricos. Por otro lado, también pued e existir el fenó- técnica por miniincisión permite la posibilidad de suturar
meno contrario, y es que pequeñas roturas del manguito roturas de mayor tamaño que por cirugía artroscópica con
se acompañen de gran si ntomarología (hombros hiperálgi- un anudado posiblemente más eficaz. Sin embargo, esta
cos con importante impotencia funcional). Existen roturas técnica tiene como inconveniente, al producir un mayor
completas sin ascenso de la cabeza humeral y una función daño en los tejidos, ser más dolorosa, por lo que la recupe-
normal del hombro y, sin embargo, existen otras roturas ración funcional será más lema y se tendrá un mayor ries-
completas que evolucionan hacia la artropatía subacromial go de complicaciones de cipo capsulitis.
(Fig. web ll-13). A priori es difícil prever qué paciente No todas las roturas son susceptibles de ser suturadas
con una rotura del m:mguito va a presentar una mala evo- técnicamente. Existen roturas masivas a las que se llama
lución desde el punro de vista funcional. Existen diferen- irreparables por la imposibilidad de poder reco locar los
tes estudios (Burkhart, Constant, etc.) que obtienen resul- tendones a la del troquíter. En este caso, se procede a una
tados funcionales similares a medio plazo con una descom- descompresión subacromial arrroscópica clásica con un
presión subacromial aislada que con una sutura de man- desbridamiento de los bordes del mangui to y una cirugía
guito de los rotadores. retráctil de éstos con un instrum ental tipo láser o vapori-
zador (Fig. web 11-16).
Sutura artroscópica del manguito:
técnica quirúrgica
HOMBRO INESTABLE
Una vez finalizada la acromioplastia y los gestos asociados
que haya sido necesario realizar (e n la PLB, en la articula- La articulación glenohumeral es la que más frecuentemen-
ción acromioclavicular, etc.) se procede a reinsertar el man- te sufre episodios de luxación, y supone el 45 o/o de todas
guito en el troquíter (Figs. web 11-14A a 11-14F). Para las luxaciones.
ello primeramente se movilizan los restos del manguito
roto para poder reducirlo, se desbridan los bordes del ten- Generalidades
dón para eliminar el tejido no viable y tener un tejido sano La luxación más frecuente es la traumática anterior (95 o/o
y, por otra parte, se cruenta el hueso del troquíter donde se de los casos), y a más edad, menos recurrencia, pero hay ta-
inserta habitualmente el manguito (es lo que se conoce sas más altas de rotura del manguito.
136

En resumen, y desde el punto de vista práctico las luxa-


Fisiopatología y mecanismo lesional ciones, se pueden clasificar en dos grandes grupos:
El elemento estático fundamental para la estabilidad del Casos simples: se trata de la clásica luxación unidirec-
hombro es el ligamento glenohumeral inferior (véase el ca- cional con pocas recidivas y que presenta una lesión tí-
pítulo 10) . Los mecanismos dinámicos comprenden tanto pica de Bankart.
la musculatura de todo el manguito como la musculatura Casos complejos: se trata de luxaciones con peor pro-
periarricular y el tendón de la PLB. nóstico desde el punto de vista quirúrgico. Entre los ca-
El mecanismo lesiona! viene determinado, generalmen- sos complejos se encuentran las luxaciones atraumáti-
te, bien por la laxitud constitucional, bien por un trauma- cas, las multidireccionales, los pacientes multioperados
tismo intenso (o contracción muscular muy intensa que con fracasos repetidos y los casos de luxación traumáti-
provoca entonces una fractura asociada). ca en pacientes que presenten una hiperlaxitud capsular
constitucional. Es muy importante tener presente lapo-
Clasificación sibilidad de estar ante un paciente con hiperlaxitud aso-
Las inestabilidades de hombro se pueden clasificar según ciada a una luxación de hombro. Se debe explorar siem-
distintos criterios, por ejemplo: agudas o crónicas o recidi- pre el hombro sano y otras articulaciones a la búsqueda
vantes; según la dirección: unidireccionales (que suelen ser de otros signos de hiperlaxitud que empeoran de forma
anteriores, posteriores o inferiores) y multidireccionales importante los resultados de la cirugía.
(cuando la lesión capsular permite el desplazamiento del
hombro en más de una dirección). Habitualmente, suele Manejo clínico: exploración y diagnóstico.
haber un componente anterior e inferior. Tratamiento conservador
Atendiendo al grado, se clasifican en tres grandes gru-
pos. Neer describió una clasificación etiológica en cuatro
grandes grupos y, más recientemente, Marsem clasifica
las luxaciones de hombro en dos grandes grupos (Ta-
De todas las inestabilidades glenohumerales, la más fre-
cuente es la luxación anterior coracoidea. o
bla 11-2) .
La luxación anterior caracoidea es la más frecuente y, al
Tabla 11-2. Clasificación de las inestabilidades de hombro ser traumática, es relevante que este dato esté recogido en
la historia clínica. Se manifiesta por dolor intenso, con-
Según el grado de inestabilidad: tractura muscular brusca y el llamado <<hombro en charre-
• Luxación con pérdida completa de la congruencia tera » ® . En la exploración radiográfica no resultan de uti-
glenohumeral lidad las proyecciones convencionales anteroposterior y
• Subluxación: no hay una dislocación del hombro pero el
paciente nota «como si el hombro se hubiese salido y reducido transtorácica, por lo que es preferible realizar proyecciones
espontáneamente» en el plano de la escápula. La complicación más frecuente
• Hombro doloroso e inestable: es la recidiva de la luxación. El tratamiento indicado es la
- Síndrome del «brazo muerto»
- Lesiones de SLAP pronta reducción mediante tracción simple, posterior con-
- Conflictos posterosuperiores, etcétera. trol radiográfico más inmovilización en rotación interna y
Según la etiología (clasificación etiológica de Neerl: aducción entre 2 y 5 semanas (en menores de 30 años; en
• Traumática mayores de 30 años sólo 2 semanas). Se permite ejercita-
• Atraumática: se encuentra en pacientes con una hiperlaxitud ción mediante fisioterapia. Se ha observado que la inmo-
generalizada que afecta además a otras articulaciones vilización en rotación externa disminuye la lesión de
• Adquirida: es frecuente en el entorno deportivo, cuando se
producen microtraumatismos repetidos que van provocando Bankarr. Posteriormente, se debe seguir el protocolo habi-
una laxitud capsular responsable del episodio que acontece tual mediante fisioterapia. El tratamiento mediante plas-
(nadadores, lanzadores, etcétera) ma rico en factores de crecimiento está dando reciente-
• Voluntaria: en este caso el paciente sabe dislocarse él mismo
la articulación (jóvenes y adolescentes) mente excelentes resultados.

Clasificación según Matsem:


• TUBS (traumática unidireccional Bankart y surgeryl:
- Luxación típica unidireccional que ocurre después de un
traumatismo
El tratamiento indicado es la pronta reducción mediante
tracción simple, posterior control radiográfico más inmovi-
lización en rotación interna y aducción entre 2 y 5 semanas.
o
- Se produce una desinserción del rodete glenoideo (lesión de
Bankartl
- El tratamiento idóneo es la cirugía
• AMBRI(atraumatica multidireccional bilateral rehabilitación
inferior capsular shiftl. Tratamiento quirúrgico
- Inestabilidad multidireccional de hombro Existen varias técnicas quirúrgicas realizables por cirugía
- Frecuentemen te es bilateral
- El tratamiento idóneo es en primer lugar la rehabilitación arrroscópica:
- Si precisase una cirugía, se procedería a realizar una • Reinserción del complejo capsuloligamentoso antera in-
plicatura capsular inferior ferior (reparación de la lesión de Bankarr).
SLAP: superior iabrum anterior and posterior. • Ligamentoplastias.
• Cirugía retráctil de la cápsula.
137

• En los últimos años, determinados cirujanos artroscó- teriales de anclaje y sutura como de la técnica q uirúrgica,
picos están realizando con técnicas artroscópicas un se obtienen resultados cada vez más satisfactorios.
ripo de cirugía clásica de hombro que es el «tope)) óseo
o técnica de Latarjet. Refuerzo capsular anterior con ligamento artificial
A principios de los años noventa el docto r Mikel Sánchez,
en Vitoria, desarrolló una nueva técnica quirúrgica (Fig. web

o La utilización de plasma rico en factores de crecimiento


en el acto qui rúrgico está dando recien temente excelen-
tes resultados.
11-21A y 11-2 1B) que utiliza un ligan1ento artificial como
refuerzo del complejo capsulolabral antero inferior lesiona-
do, que no pued e reparase por su deb ilidad estruct ural,
aunque también se puede indicar para tratamiento de los
Para la cirugía a rtroscópica de la inestabilidad de hom- «casos complejos)). En esta técnica, el ligamenro artificial
bro se coloca al paciente como e n el caso de la cirugía del atraviesa el rendón del subescapular, que se ru neliza por el
espacio subacromial, según las preferencias del cirujano: o cuello de la glena, se fija con un tope metálico e n la parte
en posición de «silla de playa» (semisenrado), o en de cu- posterior de la escápula y se ancla con grapas (o tornillos
bito lateral; en este caso con una doble tracción (Fig. web reabsorbibles en la actualidad) en el cuello del húmero
11-17 ): una longitudinal y otra axial al eje del miembro, (Figs. web 11 -22A y 11-22 B) . La ligamenroplasria tiene
para decoaptar la articulación y poder trabajar con como- un efecto «de hamaca» o renodesis del subescapular que
didad. impide la luxación del hombro, y también tiene un efecto
Se comenzará siempre por una exploración bajo aneste- de tope anterior en la posición de abducción de 90 grados
sia, para d efinir exactamente la dirección de la luxación, ya (Fig. 11-22). En realidad, es una técnica mixta puesto que
que en ocasiones este examen no coincidirá con el realiza- hay que realizar una incisión en el borde anterior de la axila
do en la consulta sin anestesia, lo que puede hacer cambiar para poder anclar el ligamento (Fig. web 11-23) en el cue-
la estrategia quirúrgica. llo del húmero (Fig. web 11-24) .

Técnica de reparación de la lesión de Banlcart Cirugía retráctil (plicatura capsular térmica/


Una vez explorado el hombro, comienza la artroscopia y se Prácticamente en la actualidad tiene muy pocas indicacio-
valoran las lesiones y el estado de los tej idos, de forma que nes. Estaría indicada por ejemp lo en los casos de hombros
lo habitual en los <<casos simples» es que haya una desin- d olo rosos por inestabilidad sin episodios de luxación. Así,
serción del lábrum glenoideo anreroinferior (lesión de cuando se realiza una exploració n artroscópica de la gleno-
Bankart) [(El vídeo 11-21(Fig. web ll-18) y que tenga la sufi- humeral, si no se aprecia una lesión del rodete glenoideo ni
ciente consistencia como para poder ser reparado (técnica otras lesiones anatómicas, sino que se ve una distensión cap-
de Banka rt); de lo contrario, como ocurre en los «casos sular fundamentalmente anterior e inferior y también pue-
complejos», según la exploración previa, lesiones anatómi- de apreciarse una distensión capsular posterior, se podría in-
cas (Fig. web 11-19), tipo de paciente y experiencia del ci- dicar este cipo de cirugía retráctil. Consiste en apl icar una
rujano entre o tros factores, se realizarán otras técnicas ar- fuente de energía térm ica con una temperatura controlada
troscópicas (ligamentoplasria, plicaturas capsulares, etc.) o que provoca una retracción de la cápsula sin provocar que-
abiertas («topes óseos», plicaruras capsulares, ere.). maduras profundas ni lesiones permanentes. Se puede utili-
En el caso de la técnica de Bankart (Fig. web 11-19), seco- zar como fuente de energía térmica un aparato de radiofre-
mienza con la preparación del reborde anterior de la glena, cuencia vaporizador o un láser (véase Fig. web 11-20 ). Se
desbridando el tejido cicatricial y fresando el reborde óseo con erara probablemente de u na cirugía sencilla y rápida, pero
el fin de ob tener una superficie sangrante (Fig. web ll-20A).
Desde que a principios de los años ochenta, Johnson dise-
ñara unas grapas para reinsertar el rodete, se han desarro-
llado multitud de técnicas y de anclajes diferentes para este
tipo de cirugía. Las primeras grapas desarrolladas se aban-
donaron por las complicaciones potenciales y el alto índi-
ce d e fracasos. Posteriormente se perfeccionaron técnicas
co n suturas rransóseas (Caspari, Margan, etc.). Estas téc-
nicas consistían en pasar unos puntos de sutura a través del
rodete glenoideo, reinserrándolo al atravesar los h ilos el
cuello d e la escápula, y anudad os en la cara posterior de
ésta. Recientemente se han desarrollado diferentes anclajes
tamo metálicos como reabsorbibles, que utilizan hilos de
sutura para rei nserrar el complejo capsulolabral despegado
(Figs. web 11-20A a 11-200).
Las primeras técnicas arrroscópicas d ieron un índice de
fracasos muy superior a las técnicas por ci rugía abierta, Figura 11-2. Esquema de funcionamiento de la ligamentoplastia
pero en los últimos años, y eras la mejo ra tanto de los ma- de hombro.
138 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 11. Miembro superior

Tabla 11-3. Clasificación de las causas de hombro rígido


miodeltoidea y después en la arriculación glenohumeral, 0
desde el punto de vista etiológico se puede asociar una corricoterapia por vía general.

• Hombro rígido secundario por fracturas Movilización bajo anestesia general


• Secundario a procedimientos quirúrgicos,
fundamentalmente de estabilización del hombro La manipulación bajo anestesia estaría indicada en muy
• Capsulitis retráctil idiopática !«hombro congelado>> o de pocos casos: en presencia de una rigidez que empeora a pe-
Milwaukee) sar del tratamiento y si han pasado menos de 6 meses des-
• Síndrome de dolor regional complejo idiopático !distrofia
simpaticorrefleja o enfermedad Sudeck) de el inicio de la restricción del movimiento. La manipu-
lación se realiza bajo anestesia general y con relajación
muscular. Primeramente se debe realizar el movimiento de
cuyas indicaciones son muy limitadas y los resultados poco antepulsión, fijando la escápula y sintiendo una liberación
predecibles. Quizás asociada a otras técnicas pueda tener de adherencias. Una vez conseguido este movimiento, se
una mayor indicación. procede a forzar el movimiento de rotación externa con-
trolado, notando la des inserción capsular, y, finalmente, se
HOMBRO RÍGIDO fuerza con prudencia la rotación interna. Se trata de un
procedimiento de riesgo, ya que se puede provocar o una
En el hombro rígido se produce una pérdida de las aptitu- luxación glenohumeral o una fractura del cuello del húme-
des articulares del hombro que afectan fundamentalmen- ro, por lo que estaría contraindicada en caso de osteopenia
te a ambas rotaciones, interna y externa, y a la elevación. grave, de distrofia simpaticorrefleja y, probablemente, en
Desde el punto de vista etiológico, se puede clasificar en los casos de rigidez secundaria a una fractura de húmero.
cuatro entidades, como se indica en la tabla 11-3.
Por su interés y complejidad, los siguientes apartados se Tratamiento por cirugía ar troscópica
centrarán fundamentalmente en la descripción de la fisiopa- del hombro rígido
tología y tratamiento de la capsulitis adhesiva o retráctil. Como alternativas a la manipulación bajo anestesia, se
puede realizar un gesto bajo cirugía artroscópica para con-
Capsulitis adhesiva trolar la desinserción capsular.
Se trata de un proceso de etiología incierta que se presen- Se coloca al paciente ya sea en posición de decúbito la-
ta con limitación global de la movilidad, tanto activa como teral o en posición semisentada, según las preferencias del
pasiva del hombro. ctru¡ano.
Evoluciona en tres fases clínicas habitualmente bien di- Se utiliza un instrumental de corte y coagulación que
ferenciadas: puede ser un aparato de radiofrecuencia o un láser. Se
• Fase dolorosa: con comienzo insidioso del dolor. Se tra- realiza una capsulotomía o desinserción capsular que se
ta de un dolor en reposo que aumenta con el movimien- inicia en la cápsula anrerior (Figs. web 11-25 y 11-26)
to. Esra fase puede durar entre 2 y 9 meses. y se continúa en la cápsula inferior (éste es el sitio de más
• Fase adhesiva o helada: se produce un aumento del do- riesgo por la cercanía del nervio circunflejo). Una vez
lor con pérdida progresiva de la movilidad que se asocia realizada esta capsulotomía, se comprueba la movilidad
a una arrofia muscular global, bien visible a la altura del del hombro y, en el caso de que todavía permanezca muy
deltoides y de la fosa, tanto supraespinosa como infra- restringida, se procede a la sección de la parte «blanca»
espinosa. Esta fase puede durar entre 4 y 12 meses. del rendón del subescapular, manteniendo intactas las fi-
• Fase de deshielo o resolución: el dolor va disminuyendo bras musculares. En el caso de que además se asocie una
y la movilidad vuelve progresivamente, aunque pueden importante restricción de la rotación interna, se realiza-
persistir secuelas definitivas de pérdida de movilidad. rá una capsuloromía o desinserción de la cápsula poste-
Esta fase puede durar entre 12 y 42 meses. nor.

Tratamiento conservador del hombro rígido Indicaciones


Siempre se debe iniciar un tratamiento conservador que Habitualmente, la evolución de la capsulitis primitiva es
consiste en antiinflamatorios no esteroideos asociados a espontáneamente favorable con ayuda de un tratamiento
una fisioterapia prolongada en la que los ejercicios en la conservador; rara vez se precisará un tratamiento agresivo
piscina desempeñan un papel fundamental. En el caso de y, en el caso de precisarlo, la artrólisis arrroscópica tiene
ausencia de mejoría, se asociarán infiltraciones con corri- grandes ventajas con respecto a la manipulación bajo anes-
coides y anestésicos locales, primero en la bolsa subacro- tesia.
139

1 RESUMEN

• El hombro doloroso es una de las consultas médicas más traumática anterior (95 % de los casos), y, a más edad,
frecuentes y llega a afectar al 25% de la población en al- hay me nos recurrencia, pero tasas más a ltas de rotura
gún momento de la vida. Es más frecuente en personas de del manguito.
edad avanzada o que realizan trabajos pesados.
• EL tratamiento mediante plasma rico en factores de creci-
• EL dolor en el síndrome subacromial es típicamente noc- miento (Fig. web 11 -27) está dando recientemente exce-
turno. EL signo más característico es el arco doloroso des- lentes resultados.
de 60-70 grados hasta 120 grados de abducción.
• La capsulitis adhesiva es un proceso de etiología incierta
• No se debe plantear un tratamiento quirúrgico a todos los qu e se presenta con limitación global de la movilidad tanto
pacientes que prese nten una rotura del manguito. La indi- activa como pasiva del hombro. Evoluciona en tres fases
cación dependerá de unos cuantos factores: La edad, acti- clínicas habitualmente bien diferenciadas.
vidad deportiva y Laboral, grado de impotencia funcional,
• En relac ión con la práctica clínica del fisioterapeuta, y se-
tamaño de la rotura, presencia o no de una deg eneración
gún La evidencia científica disponible, resulta mucho más
grasa, etcétera.
efectivo añadir intervenciones motivacionales a Los proce-
• La articulación glenohumera l es La que más frecuente - dimientos ha bituales de fisioterapia para incrementar la
mente sufre episodios de Luxación , alcanza el 45 % de actividad física y La adherencia a Los programas de ejerci-
todas Las Luxac io nes. La Luxación más frecuente es la cio prescritos, tanto a corto como a largo plazo.

BIBLIOGRAFÍA traumatología. Madrid: Editorial Médica Panamerica-


na.
Blanco García, F. J., Carreira Delgado, P., Martín Mola, E., et al. Delgado Martíncz, A. D. (20 12). Cirugía ortopédica)' traumato-
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gía, SECOT (2 0 1O). Mauual de cirugía ortopédica y gía. Barcelona: Acción Médica.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿En qué consiste el hombro doloroso? 6. ¿Cuáles son Las manifestaciones clínicas de La Lu xación
traumática anterior?
2. ¿Cuándo es más frecuente?
7. ¿Qué tratamientos están da ndo excelentes res ultados?
3. Describa cómo es el dolor en el síndrome subacromial.
8. ¿Cómo se plantea la decisió n te ra péutica e n La lu xac ión
4. ¿Cómo se plantea la opción de tratamiento en las roturas
traumática ante rior?
del manguito?
9. ¿En qu é consiste La capsulitis adhesiva?
5. ¿Cuáles so n las principales técnicas de tratamiento por ci-
rugía a rtroscópica del conflicto s ubacromial y de Las lesio- 10. ¿Cómo se plantea La decisión terapéutica en la capsulitis
nes del manguito rotad or? adhesiva?

HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE

CASOS CLÍNICOS

11.1. Varón de 47 años de edad que acude a La consulta con dolor crónico de l hombro izquierdo. Como antecedentes de interés:

accidente de tráfico hace 8 años, sin diag nóstico resultante alguno. Se le realiza n pruebas complementarias (ecografía] que
se acompañan (Fig. web 11 - 28].
~
Dt>Mrrollo t!tl t111n y
t~uli casof rlím'rm y
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer la anatomía del plexo braquial y los tipos de lesiones que puede sufrir, ordenadas por su gravedad.
• Valoración del paciente con lesión traumática del plexo braquial para detectar una evolución favorable o una esta-
bilización del proceso, así como para conocer el pronóstico que determinará los objetivos del tratamiento.
• Intervenciones más relevantes para la prevención de complicaciones en los pacientes con lesión del plexo braquial.
• Tratamientos más relevantes para los déficits que presentan los pacientes con lesión traumática del plexo braquial.
• Actualización del conocimiento basado en la investigación científica y en la práctica basada en la experiencia como
cultura profesional e n la fisioterapia de las lesiones del plexo braquial.

INTRODUCCIÓN
Las lesiones traumáticas del plexo braq uial del adulto pre-
La mayoría de las lesiones son cerradas y por mecanis-
mo de tracción, con avulsión o arrancamiento, rotura o
o
estiramiento.
cisan un uatamiento rehabilitador, tanto en las lesiones de
buen pronóstico como en las quirúrgicas. En estas últimas,
el resultado de la cirugía va a depender de la realización de ANATOMÍA DEL PLEXO BRACUIAL
un programa rehabilitador, prequirúrgico y posquirúrgico.
Suelen ser lesiones con consecuencias muy graves que re- El plexo braquial, responsable de la sensibilidad y el movi-
quieren un equipo terapéutico mulridisciplinar, incluyen- miento de la extremidad superior y del hombro, es la es-
do el médico rehabilitador, el neurocirujano, el fisiotera- tructura más compleja del sistema nervioso periférico. Tie-
peuta, el terapeuta ocupacional, el técnico ortopédico y el ne forma triangular y se extiende entre la médula espinal y
psicólogo. Asim ismo, el proceso suele ser largo y tedioso, la axila (Fig. 12-1). Mide unos 15,3 cm y está compuesto
por lo que se precisa la implicación máxima del paciente y de tejido conjuntivo y neural en una proporción de 2 a l.
de su familia. Se forma por las raíces espinales C5 a Tl. En ocasiones,
La incidencia de lesión del plexo braquial traumática en C 4 o T2 contribuyen a formar el plexo, aunque con míni-
adultos es variable, dependiendo en gran parte del modo ma repercusión clínica. D e la raíz C5 se origina el nervio
de vida de la población. Con el aumento de la práctica de escapular dorsal y de las raíces C5 a C7 se origina el ner-
deportes de riesgo, la gran velocidad que se alcanza en los vio torácico largo. Avanzando distalmente, a partir de las
deportes de motor y la mayor supervivencia en politrau- cinco raíces se forman tres troncos, llamados troncos pri-
matismos graves, estas lesiones están aumentando en mu- marios: la anastomosis de las raíces C5 y C6 forman el
chos centros de referencia a lo largo del mundo. El perfil tronco primario superior (TPS); la raíz C 7 queda indepen-
del paciente es un hombre de edad compre ndida entre 19 diente y forma el tronco primario medio (TPM), represen-
y 34 años y que tiene otras lesiones añadidas. tando el verdadero eje de simetría del plexo; las raíceses
Para facilitar al lector y al esrudiante la integración de y Tl se fusionan para formar el tronco primario inferior
conocimientos y su aplicación a la práctica clínica, en el (TPI). Cada tronco primario se divide en dos ramas: ante-
GQ anexo 3. Casos clínicos para prácticas de aula se presentan rior y posterior. La reunión de las tres ramas posteriores
casos prácticos para realizar prácticas en el aula; para este forma el tronco secundario posterior (TSP) o radiocircun-
tema se recomienda consulrar los casos prácticos segundo flejo. La reun ión de las ramas anteriores del TPS y del
y tercero. TPM cons tituye el tronco secundario anteroexterno

141
142 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 11. M1embro supenor

la flexión de la muñeca. La flexión de los dedos depende


de C7-C8-Tl. La muscularura intrínseca de la mano,
que hace posible la oposición del pulgar, su abducción y
la aproximació n y separación de los dedos, cuenta habi-
tualmente con la inervación de C8 y T I e incl uso sólo
con TI.

La abducción del hombro IC5-C 6) resulta afectada pre-


cozmente; la extens ión de la muñeca IC5-C7) desaparece
antes que la flexió n IC6-CB); y la mano resulta afectada
en la s parálisis que incluyen hasta T1 .
o
CLASIFICACIÓN DE LAS PARÁLISIS BRAQUIALES
Según su nivel topográfico, las parálisis braquiales se clasi-
fican en supraclaviculares e infraclaviculares. Esta clasifica-
ción tiene importancia pronósrica y terapéutica.

Figura 12-1. Plexo braquial: representación esquemática. Parálisis supraclaviculares


Las lesiones supraclaviculares representan un 75 o/o del to-
(TSAE) , origen del nervio musculocuráneo y de la rama ral. A menudo se producen por un traumatismo que p ro-
externa del nervio mediano. La rama anterior del TPI for- voca un movimiento de separación violenta entre la cabeza
ma el tronco secundario anterointerno (TSAI), origen del y el hombro. Son lesiones más graves y co n peor pronóstico
nervio cubital y de la ram a interna del nervio mediano. A que las infraclaviculares. Además, la mayoría (ap roximada-
los troncos secundarios se les denomina según su relación mente el 75 %) afecta a la rotal idad del plexo (C5-Tl ). En-
co n la arteria radial, alrededor de la cual se sitúa el plexo, tre las lesiones parciales son más frecuenres las del plexo
y también se les llama cordones según su traducción literal superior y medio (C5 a C7) que las del inferio r (C8-Tl }.
del inglés. El plexo braquial también lleva fibras simpá- Las lesiones de raíces del plexo superior también se cono-
tiCas. cen como de Duch enne-Erb, y las del plexo inferior como
de Dejerine-Klumpke, terminología que se deriva de las
INERVACIÓN FUNCIONAL EN LAS LESIONES descripciones de estos autores de las consecuencias de la
DEL PLEXO BRAQUIAL parálisis braquial obstétrica.
Dentro de las lesiones supraclaviculares q ue afectan al
Las parálisis braquiales afectan a varias raíces y degra- plexo superior se encuentra el síndrome d e bw·uer o
dan diversas funcio nes en diferentes grados. Una fun- sti11ge. Es frecuente en jóvenes q ue p ractica n d eportes
ción tiene tantas más posibilidades de ser preservada de contacto y, en especial, en el ft.'ttbol americano, y p ue-
cuanto mayor sea el número de raíces de las cuales de- de afectar a un 65 % de los deportistas en algún momen-
pende. Esta función tiene igualmente más posibilidades to de su carrera. Tras una separación forzada entre la ca-
de ser conservada cuanto más dependa de las raíces más beza y el hombro, el deportista nota un dolo r súb iro in-
bajas. tenso, punzante y q ueman te, acompañado de parestesias
La abducción del hombro (C5-C6) resulta afectada pre- que irradian por la extremidad superior, a menudo has-
cozmente, mientras que la aducción, ampliamen te inerva- ca el pulgar. Los síntomas persisten al menos du rante
da desde C5 a T l, persiste hasta que han sido lesionadas unos minutos, aunque pueden prolongarse más en el
rodas las raíces. tiempo, sobre todo si se acompañan de debilidad mus-
La rotación interna del hombro está bien protegida, cular, y la exploración neurológica confirma una afecta-
gracias a su gran inervación C5-T I. En cambio, la rora- ción de C5-C6.
ción externa, dependiente sólo de las raíces airas C5-C6, En relación con la ubicación de la lesión respecto al
desaparece incluso en las lesiones menos extensas. ganglio raquídeo, las lesiones supraclaviculares se clasifican
La flexión activa d el codo desaparece muy pronto, por- a su vez en preganglionares y posganglionares. Esta dife-
que se encuentra únicamente bajo la dependencia de C5- renciación también es imporranre para determ inar la gra-
C6, mientras que la extensión (C6-C8) sólo es deficitaria vedad de la lesión, porque las preganglionares tienen peor
en las lesiones más extensas. pronóstico y peor recuperación espontánea q ue las posgan-
La extensión de la muñeca (C5-C7) desaparece antes glionares.
que la flexión (C6-C8).
La mano resulta afectada en las parálisis que incluyen
hasta TI, excepcionalmente de manera aislada. La exten-
sión de los dedos, asegurada por C7-C8, es sincrónica con
Las lesiones de raíces de plexo superior se denominan de
Duchenne Erb y las de plexo inferior de Dejerine Klumpke.
o
143

Las lesiones preganglionares tienen peor pronóstico y


peor recuperación espontánea que las posganglionares.
o
lesiones infraclaviculares
Las lesiones infraclaviculares constituyen el otro 25% de
las parálisis braquiales del adulro. En la porción infraclavi-
cular se encuentran los troncos secundarios o cordones y
las ramas terminales que forman los nervios periféricos in-
dividuales. Los mecanismos de lesión suelen ser la luxación
anterior glenohumeral, la tracción de la extremidad supe-
rior con abducción forzada o la fractura humeral. El tron-
Figura 12-2. Presencia de escápula alada con la abducción activa
del hombro derecho por parálisis del nervio torácico largo respon- co primario posterior o cordón posterior, formado por los
sable del músculo serrato mayor. nervios axilar y radial, es el que resulta afectado con más
frecuencia. En las parálisis infraclaviculares la neurapraxia
es más frecuente que en las supraclaviculares, por lo que
Lesiones preganglionares tienden a mejorar espontáneamente, aunque pueden tar-
Estas lesiones tienen una exploración clínica característica, dar entre 3 y 6 meses en aparecer signos de recuperación.
pues el nervio torácico largo (C5, CG y C7, responsable del
músculo serrato mayor) y el nervio escapular dorsal (C5,
responsable del músculo romboides) se originan precisa-
mente en la zona preganglionar. La parálisis del serraro
mayor conlleva una escápula aJada aJ intento del paciente
Las pa rálisis infraclaviculares cursan más frecuente-
mente con neurapraxia. Presentan tendencia a la mejoría
espontánea, pero los signos de recuperación pueden tar-
dar de 3 a 6 meses en aparecer.
o
de empujar con su mano contra la pared y con el movi-
miento de abducción del hombro (Fig. 12-2). Para explo-
rar el vientre muscular del romboides, se pide aJ paciente
EVALUACIÓN DEL PACIENTE CON PARÁLISIS
que intente alejar la mano de la espalda contra la resisten-
BRAQUIAL TRAUMÁTICA
cia del explorador, a parrir de una posición de roración in-
terna y aproximación del hombro con el codo en flexión. Al tratarse de una entidad que puede llegar a tener secuelas
Otra característica de lesión preganglionar, si la afectación graves, hay que ser muy cuidadoso en la evaluación para de-
corresponde a Tl , es el síndrome de Hornee. El ganglio terminar si hay criterios claros de recuperación. Deberá co-
simpático para T I está muy cercano a la raíz espinal Tl y menzarse con la historia clínica, que incluya la causa, el tipo,
proporciona inervación simpática a la cabeza y al cuello. Si el nivel y el tiempo de evolución de la lesión, sin olvidar la
se hubiera producido una avulsión de la raíz T l estaría inte- lateralidad y la profesión del paciente. La exploración será
rrumpida también la inervación simpática y se encontraría detallada y rodas los resultados deben recogerse en una ficha
este síndrome, que consiste en ptosis ® (descenso del pár- de exploración que permita realizar una comparación de la
pado superior), miosis ® (pupila más pequeña), enoftal- evolución del paciente en sucesivas exploraciones.
mos ® (hundimiento de la órbita) y anhidrosis ® (ojo La exploración clínica incluye el estado cutáneo, articu-
seco). En un electromiograma, con una lesión preganglionar lar, muscular, sensitivo y la evaluación funcional global.
se producen fibrilaciones de la musculatura paraverrebral Para el estado cutáneo se utilizará la escala de Vancouver.
inervada por Tl. Los estudios de conducción de los nervios Para el estado articular se realizará la goniometría activa y
sensitivos suelen estar conservados, a pesar de que clínica- pasiva, y en la mano se puede utilizar la medida centimé-
mente el paciente se halla insensible, porque el cuerpo de la trica de las distancias pulpejo-pliegue palmar distal y la es-
célula sensitiva se encuentra intacto dentro del ganglio dorsal. cala de Kapandji para el pulgar. También se deben incluir
las movilidades articulares anómalas como las subluxacio-
nes o hiperextensiones.
O Si la afectación es de T1 , aparece el síndrome de Horner,
que consiste en ptosis, miosis, enoftalmos y anhidrosis.
La valoración muscular es posiblemente la parte más
importante de la evaluación. Se realiza mediante la Medí-
cal Research Council (MRC), que oscila entre O y 5. Para
utilizar correctamente la escala se debe evaluar en las posi-
Lesiones posganglionares ciones indicadas, conocer la biomecánica de cada múscu-
Las lesiones posganglionares se producen por estiramiento lo explorado y evitar las compensaciones. La escala puede
de la raíz cervical o por rorura. En estas lesiones las células complementarse con los dinamómetros estáticos para va-
de los nervios morores y sensitivos han sido dañadas, por lorar la fuerza de cierre del puño y la fuerza de pinza.
lo que hay hallazgos patológicos en la electromiografía, re- Para el estado sensitivo se deben reconocer rodas los ti-
flejados en los potenciales tanto sensitivos como morores pos: táctil, discriminariva, termoalgésica, profunda y dolo-
(véase el caso clínico 12- 1). rosa. Se utiliza el sistema propuesto por el Britis/; Medica!
144 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 11. Miembro superior

CounciL que incluye seis niveles (SO: no hay recuperación, PRONÓSTICO DE LAS LESIONES
S 1: recuperación únicameme de la sensibilidad dolorosa de DEL PLEXO BRAQUIAL
protección, S2: recuperación de cierto grado de sensibilidad
dolorosa y táctil, con hiperestesia, 53: cierro grado de recu- Para determinar el pronóstico de una lesión del plexo bra-
peración de la sensibilidad dolorosa y dctil sin hiperestesia, quial, las variables más destacadas que hay que tener en
53+: recuperación de ciena discriminación de 2 puntos y cuenta son: la evolución clínica, el mecanismo lesiona!, la
S4: recuperación completa) y se realiza un mapa de aneste- topografía de la lesión y los datos electrofisiológicos. Los
sia, hipoestesia e hiperestesia siguiendo los dermatomas. factores pronósticos favorables son: mejoría clínica evi-
Los reflejos osteotendinosos también deben valorarse denciada, migración distal del signo de Tinel, parálisis in-
y ayudan especialmente a buscar un posible daño medular completa en cada miotoma, lesión infraclavicular frente a
que puede acompañar a la lesión del plexo, pues en ese supraclavicular, posganglionar frente a preganglionar y sig-
caso habría una exacerbación de los reflejos o aparecerían nos de actividad muscular voluntaria en el EMG. Si la le-
reflejos patológicos. Además, con el marrillo de reflejos, se sión de base es una desmielinización aislada, la recupera-
realiza el signo de Tinel, que consiste en percutir el nervio ción se produce en un plazo de entre 2 y S semanas. Los
periférico a lo largo de su localización. Se considera positi- signos desfavorables son: trauma grave inicial asociado a
vo si se produce dolor intenso a lo largo del trayecto del otras lesiones corporales, parálisis diafragmática como in-
nervio explorado. En el caso de la lesión del plexo braquial, dicio de lesión de C4 (muchas veces asociada a avulsión
debe percutirse comenzando en el territorio distal a la le- medular total), no experimentar mejoría en el equilibrio
sión, buscando precisamente la localización más distal del muscular, presencia de escápula alada por afectación del
signo, que marcará el lugar donde se está produciendo la serrato mayor, presencia del síndrome de Horner y signos
regeneración nerviosa. Si se produce un avance en el signo de denervación en el EMG. Las lesiones que se localizan a
de Tinel indica una recuperación de la lesión. El signo de más de 30 cm de los músculos denervados tienen pocas
Tinel en la localización del traumatismo inicial puede per- posibilidades de reinervación, ya que ésta se produce a
manecer positivo durante varios meses, independiente- 1-4 mm al día y las fibras musculares denervadas no sobre-
mente de la gravedad de la lesión. viven más de 20 a 24 meses. En estos casos desfavorables,
la previsión de duración del tratamiento hasta la estabili-
O El signo de Tinel es un indicador pronóstico.
zación será entonces de entre 1 y 2 años. La fibrosis del te-
jido conjuntivo (endoneuro, perineuro y epineuro) en la
zona de la lesión impide el avance de la regeneración del
Como pruebas complementarias de apoyo al diagnós- axón. Por desgracia, no hay signos electromiográficos que
tico se utilizan la radiografía simple, el estudio electrofisio- detecten el grado de fibrosis y así el retraso o la ausencia de
lógico (EMG), la mieloromografía computarizada y la re- recuperación es el único signo pronóstico en algunos casos.
sonancia magnética. Con todos los daros se llevará el caso
a la sesión conjunta del equipo multidisciplinar para plan-
tear su tratamiento y objetivos. El EMG ayuda a confirmar
el diagnóstico y la localización de la lesión y, además, defi-
La fibrosis del tejido conjuntivo en la zona de la lesión im-
pide la regeneración del axón .
o
ne la gravedad de la pérdida axonal, revela regeneraciones
subclínicas y permite excluir otras lesiones. En las lesiones En cuanto al pronóstico de las lesiones que han sido in-
cerradas, el EMG se debe realizar 3 o 4 semanas después tervenidas quirúrgicamente, intervienen factores similares.
de la lesión, para dejar que la degeneración walleriana (que Si la parálisis es supraclavicular, la evolución será más favo-
ocurre si hay una axonotmesis o una neurotmesis en las rable en los casos de afectación del plexo superior (que con
que el fragmento distal de axón es fagocitado por los ma- mayor frecuencia son posganglionares y están cercanas a
crófagos y las células de Schwann) no interfiera con los da- los órganos denervados) y peor en la afectación del plexo
ros obtenidos. Además, deberá repetirse cada 3-6 meses inferior (con mayor frecuencia avulsiones radiculares, ade-
para conocer la evolución, pues los hallazgos del EMG pue- más de estar más lejos de los órganos denervados). Entre
den preceder a la recuperación clínica en semanas o meses. las infraclaviculares, la evolución posquirúrgica es mejor
Para el estado funcional global se reconocerá la lesión para las lesiones de cordón posterior (TSP) y lateral que
real dentro de la vida cmidiana. En la literatura científica so- para el cordón medial (TSAI).
bre discapacidad y resultados del tratamiento en lesiones del En ocasiones, aunque evolucione favorablemente la
plexo braquial se han aplicado escalas de discapacidad afectación sensitiva y motora, puede persistir dolor cróni-
como la DASH (Disability ofthe Arm, Shoulder and Hand co con mala respuesta terapéutica.
Questi01maire) y para resultados posquirúrgicos Kresrschmer
et al han creado recientemente el cuestionario de Ulm. TRATAMIENTO CONSERVADOR DE LAS LESIONES
DEL PLEXO BRAQUIAL

o En el manejo del paciente con parálisis braquial traumá-


tica, la valoración muscular es la parte más importante
de la evaluación.
Los pacientes adultos con parálisis braquial requieren
un tratamiento rehabilitador precoz y prolongado. Sus
objetivos principales son evitar deformidades secunda-
145

rías, prevenir la atrofia muscular, aliviar el dolor, recu- xión palmar de la muñeca y favorecer la posición funcio-
perar los déficits sensoriales y reducir las alteraciones nal de la mano que permita cerrar el puño por efecto reno-
del comportamiento que conducen a ignorar el lado pa- desis. En general, es preciso incentivar la movilidad activa
ralizado. de las articulaciones respetadas si las hay y las contraccio-
En el inicio del plan de tratamiento es fu ndamental nes isomécricas activas en la musculatura que lo permita.
definir unos objetivos realistas, derivados de una co rree- C eruelo Abajo y Garda López recomiendan técnicas de
ca evaluación clínica y n eurofisiológica. La opció n tera- Kabar de ufaciliración neuromuscular propioceptiva>> para
péutica inicial que se ha de seguir en la mayoría de los aprovechar vías aferentes conservadas que faciliten una res-
pacientes es conservadora, sobre codo en lesio nes leves y puesta muscular a través de los patrones de movimiento de
moderadas. El paciente debe conocer que las medidas re- las técnicas, extra ídos de los movimientos cotidianos
habilitadoras no mejo ran de fo rma significativa el grado [GEl véase Vol. 1, capítulo 3, sobre procedimientos básicos, so-
de reinervación ni revierten el daño provocado por la de- bre técnicas de facilitación y sobre los patrones de traca-
nervación, pero sí son necesarias para evitar complica- miento).
ciones.
Sobre todo si se prevé una recuperación lema en caso de
mal pronóstico, el paciente debe conocer sus expectativas
funcionales y colaborar con las terapias indicadas. Tam-
bién se le deberá orientar sobre la prolongada duración del
La movilización del miembro lesionado debe iniciarse Lo
más precozmente posible tras la Lesión. o
tratamiento, incorporar consejos o técnicas de manteni-
miento de forma física general, mantener en lo posible su Electroterapia con fines excitomotores
actividad académica o laboral y social, y ayudarle a aceptar No está demostrado que la elecrroestimulación favorezca
la discapacidad. Algunos autores, como Saliba et al., reco- la regeneración nerviosa ni que detenga la atrofia neuróge-
miendan corros períodos de descanso en el tratamiento na, pero sí consigue una mejoría en el trofismo muscular a
(menos de 1 semana), d ado el largo proceso de recupera- la espera d e la regeneración neurológica. En general, debe
ción. usarse si se prevé que la reinervación se va a retrasar al me-
nos 3 meses. El tratamiento se prolongará duranre varios

o EL tratamie nto rehabilitador en los pacientes ad ultos con


parálisis braquial debe ser precoz y prolongado.
meses, al menos hasta que se compruebe que no hay posi-
bilidad de regeneración nerviosa en los controles de elec-
rromiografía (será inútil realizar una esrimulación eléctri-
ca si la denervación es mtal y no existe posibilidad de rei-
nervación). En función de la gravedad y del tipo d e lesión,
Tratamiento durante la fase inicial o aguda se modifica el tipo de corriente aplicada, siempre que sea
(3 8 o 4 8 primeras semanas) de baja frecuencia (menos de 1.000 H z), colocando el elec-
trodo positivo proximal y el electrodo negativo en el mús-
Posicionamiento culo paralizado, de forma que la corriente discurra longi-
Las medidas d e tratamiento han de iniciarse en el mo- tudinalmente. Las pautas clásicas sistematizadas por Du-
mento de producirse la lesión. Es importante la posición monrier, Froissart, Dauzac, Moner & Sausec, en 2002, in-
correcta de la extremidad que evite la tracción del plexo cluyen lo descrito a continuación: si la denervación es par-
y el ede ma. Para evitar el dolor d ebe n administra rse fá r- cial, pero no es posible la reinervación, se aplicarán mi-
macos analgésicos. En la padlisis braquial superior se croimpulsos rectangulares bifásicos de corra duración (en-
debe vigilar la tendencia a la subluxación glenohumeral. tre 200 y 400 microsegundos) para obtener una hipertro-
En la inferior se coloca rán el antebrazo, la muñeca y la fia compensatoria. En un músculo mralmente denervado,
mano en posición funcional, co n unos grados de flexión pero que todavía puede reinervarse, se utilizarán impulsos
dorsal de muñeca, dedos en semi flexión y primer dedo en rectangulares bifásicos largos (de 100 a 3 00 milisegundos),
ligera oposición. adapta ndo la intensidad para obten er una contracción
isométrica máxima. La intensidad se adapta rá también a
Cinesiterapia la percepción dolorosa de la corrien te. En caso de dener-
La movilizació n d el mie mbro lesionado debe iniciarse de vación parcial en la que es posible la reinervación, se uti-
manera precoz tras la lesión, pero teniendo en cuenta las lizarán estímu los exponenciales o triangulares largos de
posibles lesiones asociadas. Algunos amores p refieren espe- p endi ente progresiva. Los impulsos aislados deben inter-
rar 2 o 3 semanas para comenzar la cinesiterapia. Se han de calarse con amplios espacios de reposo; la frecuencia de
realizar movilizaciones pasivas de las articulacion es afecta- estimulació n debe ser lenta (menos de 3 o 4 por minu-
das, seguidas de la aplicación de hielo, y evitar maniobras to). Algunos autores, como Saliva, reco mi endan estimu-
bruscas a la alrura del hombro que puedan provocar trac- lar cada haz muscular entre 8 y 20 impulsos por sesión y
ción del plexo braquial. En el caso de la parálisis superior 3 o 4 veces por semana para evitar la fatiga muscular y
hay que prevenir las contracturas en aducción y rotación las quem aduras galvánicas cután eas. En revisiones y es-
interna del h ombro y la contractura en extensión del codo. tudios más recientes, como es el de Smania, Berro, La
En la parálisis inferior se d ebe evitar la tendencia a la Ae- Marchina et al. (201 2), se manriene la indicación de la
146 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 11. Miembro superior

electroterapia y se está investigando el uso de electrodos


subcutáneos, si bien se concluye que no se conoce con Cinesiterapia
exactitud el tipo d e corriente, la localización ni la dosis Si va apareciendo fuerza muscular, se progresará desde una
óptima. terapia pasiva hacia una activa-asistida. En el caso de una
parálisis del plexo superior, los ejercicios se centrarán en
trabajar los músculos estabilizadores glenohumerales y es-
Para mejorar el trofismo muscular, está indicada la elec-
capulares, así como en la potenciación de la musculatura

o troterapia; pero actualmente no se dispone de evidencias


científicas suficientes que demuestre que la electroesti-
mulación favorezca la regeneración nerviosa ni que de-
tenga la atrofia neurógena .
que provoca la flexión y separación del hombro y los flexo-
res del codo. En el caso de la parálisis braquial inferior,
se trabajarán los movimientos de pronosupinación, puño,
pinzas interdigirales, separación y aproximación de dedos
y oposición del 1cr dedo, según la afectación en cada caso.
Electroanalgesia El ejercicio pretende evitar la atrofia por desuso y mejo-
Como analgesia se utilizarán corrienres de tipo TENS rar la fuerza. Cuando la debilidad muscular no permita
(electroestimulación neuromuscular transcutánea). Te- vencer la fuerza de la gravedad, se recomiendan ejercicios
niendo en cuenta que su mecanismo teórico de acción es isométricos. Una vez que el músculo supere la gravedad se
el control de la puerta de entrada, sólo sería eficaz en las le- añadirán ejercicios isotónicos.
siones posganglionares con preservación de algunas fibras. L'l hidrocinesiterapia también se utilizará para mantener el
Por el contrario, en caso de avulsión de las raíces los esrí- mínimo movimiento muscular residual si es el caso, así como
mulos no llegarían a la médula y no podría haber efecro para trabajar técnicas de reeducación del esquema corporal.
analgésico.

Rehabilitación de la sensibilidad
Para la rehabilitación sensitiva se utilizará el mapa deanes-
tesia, hipoestesia o hiperestesia, siguiendo los dermatomas.
El ejercicio terapéutico es fundamental para evita r la
atrofia y mejorar la fuerza muscular. o
Las zonas afectadas deben vigilarse continuamente con vis-
tas a detectar cualquier lesión lo antes posible. Es difícil Electroterapia
conseguir la recuperación de la sensibilidad si no se ha re- Si se aprecian signos de reinervación pueden utilizarse téc-
cuperado la fuerza muscular. Por tanto, se realiza un rraba- nicas de biofeedback. Éstas amplifican la señal de contrac-
jo de protección de la extremidad. Si existe reinervación, ción muscular con indicadores auditivos y visuales que in-
los métodos clásicos de rehabilitación sensitiva consisten forman al paciente de la calidad de la contracción realiza-
en la percepción de diferentes texturas y formas con los da. Utilizando esta información, el paciente modifica su
ojos abiertos y cerrados, así como el entrenamiento en la reacción hasta conseguir la respuesta muscular adecuada.
capacidad de localizar un estímulo. En este ámbito, tam-
bién intervienen otras funciones corticales como la aten- Ortesis
ción y la memoria. Existen en el mercado ortesis específicas para las conse-
Existen arras técnicas que se han ido desarrollando en cuencias de las parálisis braquiales del adulto (véase el ca-
los últimos 1Oaños, sobre todo para las etapas precoces de pítulo 38, aparrado Orresis de extremidades superiores). El
la rehabilitación sensitiva, para conseguir una adecuada re- momento de su indicación es a partir de las 4-8 semanas
organización cortical, como son la terapia con espejos y la de la lesión, aunque algunos pacientes sólo las aceptan rras
utilización de estímulos auditivos. Estas nuevas técnicas, pasar más de 1 año y otros incluso las rechazan tras haber
recopiladas ampliamente por Smania, Berro, La Marchina adquirido suficiente independencia funcional con la extre-
et al. (20 12), no se han generalizado aún como terapia es- midad sana. El objetivo de las orresis es la prevención de
tándar en las lesiones del plexo braquial. las contracturas, el mantenimiento de las articulaciones en
una posición funcional o neutra, la reducción del edema y
la mejora de la funcionalidad del paciente.

o
La terapia con espejos y la utilización de estímulos audi-
En caso de parálisis del plexo superior (C5-C6), donde
tivos. empleadas en etapas precoces de la rehabilitación
sensitiva, podrían conseguir una adecuada reorganiza- la fuerza de la gravedad produce una subluxación del hom-
ción cortical. bro por parálisis del supraespinoso, está indicada una orte-
sis estática de soporte de hombro tipo hemi-s!ing, fabrica-
da con material blando y flexible que engloba la región
proximal del húmero y mediante bandas anteriores y pos-
Fase intermedia o subaguda (desde la 4a teriores lo suspenden de la axila contralateral (Fig. 12-3).
o sa semanas hasta el J•r mes)
En caso de parálisis total puede utilizarse la ortesis jlail
En este momento ya se dispone de la información del es- arm (brazo flácido). Se trata de una ortesis funcional de
tudio elecrrofisiológico sobre el nivel de la lesión y su gra- hombro-codo-muñeca-mano articulada, que copia el fun-
vedad, lo que permite orientar con más d etalle los objeti- cionamiento de las prótesis del miembro superior. Me-
vos del tratamiento. diante un sistema de cables controlados desde un arnés de
147

de la extremidad del pacienre cuando está sentado, para lo


que la orresis se adapta a una mesa o a una silla de ruedas.
En esos mismos casos también puede usarse la orresis fun-
cio nal del brazo (dinám ica), que consiste en dos mangui-
tos (en el húmero y en el antebrazo) suspendidos por una
correa o cable en el hombro y con una bisagra en el codo.

La indicación de uso de las ortesis es a partir de las


4-8 semanas de la lesión.
o
Terapia ocupacional
Sus objetivos específicos son confeccionar ortesis en posición
funcional de reposo y, en caso de ortesis activas, enseñar su
manejo, imentar corregir las alteraciones sensitivas e integrar
todas las ganancias que vayan apareciendo en cuan ro a fuerza
y destreza con una finalidad funcional. La terapia ocupacio-
Figura 12-3. Ortesis de soporte de hombro. nal aporta también técnicas globales de reeducación sensitiva.
La recuperación seguirá la cronología habitual: la dolorosa y
la térmica son las primeras en rec1.1perarse, la discriminación
hombro, permite colocar el codo y activar un mecanismo de textura y el reconocimiento de objetos aparecen al final del
de prensión en la mano o una pinza protésica que se acti- proceso si la recuperación resulta muy fuvorable.
va con un cable que va por la ortesis, pasa por detrás de la En las parálisis braquiales graves del miem bro domi-
espalda y se une al hombro sano. La abducción del hom- nante donde se p revea una recuperación escasa, se debe
bro sano abrirá el garfio, mientras que se cerrará de forma iniciar precozmente el cambio de dominancia, especial-
automática por una banda de goma cuando el hombro se mente en la parálisis braquial inferior.
relaja. De esta manera, se proporciona al miembro sano
uno comralateral como asistente (Fig. 12-4 ). Fase de desenlace (desde el 3cr mes)
Hace años también se utilizaba la férula de abducción Se trata de un puma importante de la evolución, porque si no
de hombro (ortesis en aeroplano), que mantiene el hom- se evidencia mejoría hay que plantearse la cirugía. En caso de
bro a 90 grados de abducción y el codo a 90 grados de fle- que con el tratamiento conservador se consiga mejoría clíni-
xión, pero e n la actualidad no se recomie nda como una ca, deberá mantenerse la misma actitud. Se continuará con la
parte del tratam ienro en la parálisis braquial. cinesirerapia en función del grado de fuerza muscular y con la
En caso de parálisis severa proximal, y con una adecua- electroterapia analgésica y excitomotora. En cuanto a la tera-
da función de la mano, puede utilizarse una ortesis balan- pia ocupacional, se centrará en las ganancias sensitivas y fun-
ceada de antebrazo, o soporte móvil del brazo. La orresis es cionales de la mano en la parálisis inferior y en el cambio de
muy complicada y necesita entrenamiento y motivación dominancia si no se espera función suficiente en el miembro
por paree del pacienre, y su objetivo es mejorar la función afectado. En los pacienres que ucilizan orresis funcionales es el
momento de perfeccionar su manejo en rareas específicas,
ramo en la vida diaria como en el trabajo, si es el caso.

EL DOLOR EN LAS LESIONES


DEL PLEXO BRAQUIAL

El 90% de los pacientes con parálisis braquial traumática


presemarán dolor neuropático en algún momento de su
evolución . El dolor es menos frecuente en las lesio nes pos-
ganglionares. Los casos en los q ue se produce avulsión de
raíces son los más difíciles de tratar.
El tratamiento es sobre todo f.umacológico, con analgési-
cos, ancinflamarorios y neuromoduladores (GQ véase el anexo 1.
Farmacología del sistema musculoesquelético). Si no se consi-
gue una respuesta f.1Vo rable, se valorarán procesos más agresi-
vos como bloqueos nerviosos del ganglio estrellado y cirugía.
Una de las medidas no farmacológicas más eficaces si-
gue siendo la TENS, que presenra pruebas favorables ries-
Figura 12-4. Ortesis funcional de hombro-codo-muñeca-mano. go-beneficio para el traramienro del dolor neuropático. En
148 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatolog ía -Sección 11. Miembro superior

cuanto a los parámetros que se deben utiliz..1.r, existen re- TRATAMIENTO DE LAS LESIONES DEL PLEXO
sultados moderados acerca de la TENS de alta intensidad. BRAQUIAL EN CASO DE INTERVENCIÓN
En referencia a la frecuencia de la corriente y a los puntos QUIRÚRGICA
de estimulación, no se han establecido de forma definitiva
unas recomendaciones concreras. Se pueden probar fre- El programa rehabilirador poscoperato ri o requerirá un
cuencias aleas, d e 100 Hz, y si no hay respuesta ensayar las continuo diálogo co n el cirujano. En el poscoperacorio in-
bajas, de unos 3 Hz. Suele ser más eficaz si se puede aplicar mediato, considerando éste como las p rimeras 4 semanas,
a lo largo de un nervio periférico accesible. Si no se tolera en ciertos movimientos estarán prohibidos y en muchas oca-
la zona dolorosa, se puede estimular en otros puntos antes siones se requerirán orresis pas ivas de protección. Para el
de desecharla. Otros agentes físicos como el láser de baja po- control del edema podrá indicarse un cabestrillo y el dre-
tencia y los ultrasonidos también pueden utilizarse, si bien naje linfático manual de la zona afectada. Se mantendrá el
hacen falca estudios científicos sobre su eficacia. trabajo activo de las articulaciones libres de la extremidad
Para complementar otras medidas analgésicas también intervenida y del resto de extremidades, para mantener el
está indicada la masoterapia. En particular, se aplican per- esquema corporal. Progresivamente, se irán añad iendo téc-
cusiones suaves como estímulo circularorio, sobre todo en nicas de masoterapia para evitar adherencias cicarriciales.
fases iniciales (Fig. web 12-1). En caso de contracturas mus- En el postoperatorio avanzado, dependiendo de la cirugía
culares y adherencias cicacriciales, pueden aplicarse diferen- (transferencias tendinosas, suturas nerviosas, etc.) podrán
tes técnicas de roce, amasamiento y fricciones, adaptadas a aplicarse en general las mismas premisas descritas en el tra-
cada situación particular (Fig. web 12-2) . tamiento conservador.

o El tratamiento de elección del dolor neuropático es el far-


macológico.
La colaboración de l equipo in terprofesiona l es funda -
mental para el éxito del tratamiento.
o

liJ RESUMEN

• Las lesiones traumáticas del plexo braquialse producen en • Las consecuencias de la lesión son muy variables y pueden
su mayoría por accidentes de moto, s í bien s u fre cuencia ser extre madamente g raves.
está aume ntando en los últimos tiempos por la práctica de
• En ocasiones requerirán tratamiento qu irúrgico y los pa-
deportes de ries go.
cie ntes precisarán un tratamiento rehabilitador, ta nto s i no
• El plexo braquial es la estructura más compleja del siste - ne cesitan la inte rve nción como después de ella, con un
ma nervi oso perifé rico y abarca, principalmente, fibras amplio equipo de profesionales en e l que el fis iote rapeu ta
procedentes de las raíces C5 a T1 que se dividen y s ubdivi- tendrá un papel fundame nta l.
den hasta formar los nervios responsables del movimiento
• El tratamiento conservador incluye cinesitera pia , electro-
y sensibilidad de la extremidad superior.
terapia analgésica y excito motora, ortesis y técnicas de re-
• Existe gran variedad de tipos de lesión del plexo braqui al y educación sens itiva, cuyas particu laridad es según los co-
es importante una exhaustiva valoración del paciente. nocimientos actuales se detallan en este capítulo.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA G il Agudo, A., de M iguel Benadiba, C., Z ubizarrcra Laín, C.


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Medicina Fíúca, 26, 465-A 1O.
H. Gómez Santos, A. Soriano Más y Á. Salgado Rodrigo

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Diagnosticar y clas ificar las fracturas de húmero proximal en adultos.


• Diagnosticar y clasificar las fracturas diafisarias de húmero en adultos.
• Diagnosticar y clasificar las fracturas de húmero proximal en niños.
• Diagnosticar y clasificar las fracturas diafisarias de húmero en niños.
• Conocer el tratamiento de las fracturas de húmero proximal y diafisarias en adultos.
• Conocer el tratamie nto de las fracturas de húmero proximal y diafisarias en niños.
• Aprender el manejo poslesivo de las fra cturas de húmero proximal y diafisarias de húmero en adultos.
• Aprender el manejo poslesivo de las fracturas de húmero proximal y diafisarias de húmero en niños.

FRACTURAS DE HÚMERO PROXIMAL EN ADULTOS • Cuando se opta por el tratamiento conservador, la


inmovilización debe ser inferior a 3 semanas.
Fracturas de • En las fracturas desplazadas existe controversia
El estudio de las fracturas del extremo proximal de húmero húmero proximal terapéutica.
en adultos • Los factores más importantes tras el tratamiento
en adultos precisa tener conocimientos de epidemiología, quirúrgico son la reducción anatómica metafisaña
clínica, diagnóstico, tratamiento general y específico según medial y la rehabilitación precoz.

el tipo de fractura, tratamiento médico o quirúrgico, en su • El tratamiento conservador es adecuado en la mayorfa


de las fracturas del lercio medio.
caso, y, finalmente, traramienro de fisioterapia. Fracturas
• Se consideran aceptables hasta 20 grados de
angulación anterior, 30 grados en varo y 3 cm de
dlaflsarias de yuxtaposición en bayoneta.
Introducción húmero en • La parálisis radial aparece hasta en el18% de los
adultos casos y la mayoría son neuroapraxias.
Las fracturas de húmero proximal son las más frecuentes • La fractura de Holstein·lewis es la que más asocia esta
complicación.
del húmero (45 %), suponen un 5o/o de la totalidad de
fracturas y el2-3 o/o de las fracturas del miembro superior; • La localización más frecuenle en el húmero proximal
es: 5·12 años metafisaria, 12·16 años fisaria.
el 85 o/o se produce en un sólo fragmento . Son la tercera Fracturas de • El 85% son no desplazadas.
húmero proximal • El diagnósUco en neonatos debe realizarse por
fractura más frecuente, tras el fémur proximal y el radio y dlafisarlas ecografia ante la sospecha de lesión en el humero
pedlátrlcas proximal.
distal, en mayores de 65 años (Figs. 13-1 y 13-2) . • El tratamiento más exlendido es el conservador en la
Su principal mecanismo causal es una caída con el bra- mayorla de los casos.

zo extendido sob re un hueso osteoporótico (el 75% se da Figur a 13·2. Mapa conceptual.
en mayores de 60 años) , aunque también pueden ser pro-
ducidas por un mecanismo di recto. Otras causas menos tura-luxación, y las fracturas patológicas metastásicas (véa-
habituales son las convulsiones, más relacionadas co n frac- se el capítulo 36, apartado Metástasis óseas) (Tabla 13-1).
La p revalencia d e estas lesiones es mayor en mujeres,
con una relación 2: l.
SfNTESIS CONCEPTUAL: El manejo clínico comprende el estudio del cuadro clí-
Las fracturas de húmero proximal y dlafisarias suponen el B% de la
nico, el d iagnóstico, la clasificación y el tratamiento.
totalidad de fracturas del adulto y el10% de las fracturas infantiles;
el 85 % de ellas admiten un tratamiento conservador, con una
Cuadro clínico
recuperación funcional global cercana al 90 % en estos casos.
Los síntomas y signos varían en fu nción de la conminu-
Figura 13-1. Sístesis conceptual. ción y el grado de desplazamiento. Cursan con dolor, tu-

151
152

11 .1 .2 .3
Tabla 13-1. Fracturas de húmero proximal en adultos
A. Tubemsitaria lmpactación No impaclacióo

oc
metafiaria
• Son las terceras en frecuencia en mayores de 65 años, tras Unifocal

~ ~
el fémur proximal y el radio distal extrartlcular
• En más del 85 o/o de los casos se consideran no desplazadas
y se pueden tratar mediante tratamiento conservador
• La recuperación funcional global con el tratamiento lmpactación No impactación luxación
B.

w:
conservador en fracturas de húmero proximal en un metafisiana
fragmento está próxima al90 % Bifocal
• Los factores más importantes del tratamiento quirúrgico
son la reducción anatómica de la metáfisis medial y la
rehabilitación precoz
• En las fracturas de cuello anatómico, la incidencia de
extrartlcular

fR {fE
«
Mínimo Luxación
necrosis avascular es muy elevada c. desplazamiento
lmfoortante
despazam~ento
Artlcular

m efacc ión, crepitación e impotencia funcional, mante-


niendo una actirud antiálgica con el brazo en aducción y
el codo flexionado. Puede aparecer de forma característica
~ fR
Figura 13-4. Clasificación de la Asociación para el Estudio de la
a las 48 horas d e la lesión el hemaroma de H ennequin so- Osteosíntesis de fracturas de húmero proximal.
bre el tórax y la cara interna del brazo. Pued en asociar le-
siones del nervio axilar. yor de 1 cm o la angulación mayor de 45 grados. Se definen
como fracruras desplazadas las clasificadas en dos, tres y cua-
tro fragmentos. Esta clasificación también incluye las fra c-

o
El cu adro clínico de la fractura proximal de húmero en ruras-luxaciones anterior o posterior en d os, tres y cuatro
adultos puede aparecer de forma característica como he-
matoma de Hennequin s obre el tórax y la cara interna del fragmentos y las fracturas articulares d e la cabeza humeral.
brazo a las 48 horas de la les ión. La Asociación para el Esrudio de la O steosíntesis (AO)
propuso en 1990 una modificación d e la clasificac ión de
Neer (Fig. 13-4) otorgando m ayor importancia a la vascu-
larizació n cefálica humeral. Se trata d e una clasificación
Diagnóstico más compleja y exhaustiva e incluye fracturas s imilares a
Las pruebas necesarias son la radiografía anrero posterior las impactadas e n valgo (C2.1 y C2.2), que son un grupo
escapular, lateral escapular o en «Y» y la axilar. La romogra- con tratamientO y pronóstico diferenciado, sobre todo por
fía computarizada proporciona info rmación sobre la rota- la menor incidencia d e nec rosis avascular ® .
ció n de los fragmentos, el desplazamientO d e las tuberosi-
dades, las fracturas articulares, la congruencia glenohume-
ral y las fracruras gle noideas asociadas (véase el caso clíni-
co 13-1) . La resonancia magnética permite evaluar el esta-
La clasificación más e mpleada es la de Neer modificada,
que considera «frag mento>> el desp lazamiento mayor de
1 cm o la angulación mayor de 45 grados.
o
do del manguiro rotador.

Clasificación
La clasificación más emplead a es la d e N eer modificada Tratamiento
(Fig. 13-3). Considera «fragmento» el desplazamiento ma- En m ás del 85% so n fracturas no desplazadas que pueden
tratarse de forma co nservad o ra (véase el caso clínico 13-1).
Partes 2 3 4 En las fracruras desplazadas exis te controversia terapéuti-

Cuello
anatómico

Cuello
r
o, o
ca. El tratamie nto p uede ser de diversos tipos.

Conservador
La inmovilización debe ser lo m ás co rra posible, inferior a
3 semanas (Tabla 13-2) . La recuperación fun cional global
quirúrgico
f of en fracturas en u n fragmento está próxim a al 90 %. El tra-

~ ~
Troqulter
tamiento conservador puede ser de dos tipos:

~
• Vendaje Velpeau: m ovilización progresiva en 1 semana.
Troquln
tf1 tt • Reducción cerrada: tracción, flexió n y ad ucción.

Quirúrgico
Fractura - Anterior
luxación · Posterior + ... partes
Los factores m ás importantes son la reducció n anatómica
de la m eráfisis m edial y la rehabilitación precoz. E l trata-
Articular
miento pued e ser:
Figura 13-3 . Clasificación de Neer modificada de fracturas de hú - • Agujas percutáneas: dos o tres agujas y 3 semanas d e in-
mero proximal. movilización.
Tabla 13-2.1ndicaciones del tratamiento conservador Tabla 13-3. Tratamiento de fracturas en dos fragmentos
en fracturas de húmero proximal en adultos de húmero proximal

Fracturas no • Desplazamiento superior del Cuello anatómico Jóvenes RAFI


desplazadas troquíter < 5 mm/posterior
< 1Omm en personas activas Ancianos Prótesis
• Desplazamiento superior
< 10 mm en el brazo no Cuello quirúrgico Estable Vendaje
dominante en personas cabestrillo/
sedentarias Velpeau

Fracturas de cuello • Desplazamiento <50% y Inestable Pines percutáneos


quirúrgico angulación < 45 grados en 3-6 semanas
jóvenes
• Cualquier contacto en ancianos Irreductible RAFI
deltopectoral:
Baja demanda funcional • Sutura
irreabsorbible
Contraindicación médica • Clavo
para la cirugía intramedula r
• Placa LCP

Troquíter Desplaza miento Cabestrillo/


• Tornillos canulados: reducción miniopen e , 3 semanas < 5 mm Velpeau
de inmovilización.
Desplazamiento Cerclaje en ocho
• Reducción abierta y fijac ión interna (RAFI) <2> : > 5 mm con:
- C lavos intramedulares bloqueados: fracturas en dos • Alambre
panes. Los nuevos diseños amplían sus indicaciones. • Sutura
irreabsorbible
- C lavos inrramedulares no bloqueados: en desuso. • Tornillo (sólo en
Poca estabilidad, migración y lesiones del manguito jóvenes]
rmador.
- Placas LCP (/ockiug compression pinte, placa de compren- Troquín Si hay bloqueo de RAFI
rotación in terna/
sión bloqueable) atornilladas: liacruras en tres partes. desplazamientos
- Cerclaje en ocho con alambre/sutura: fracturas en 0,5- 1 cm en
dos o tres partes. Es posible la pérdida de fijación. individuos activos
- Agujas múltiples: pueden tener p roblemas de fija- Cabestrillo
ción y migración.
• Prótesis: fracturas de cuello anatómico en ancianos, tres LCP: placa de comprensión bloqueable. /ocking compression p/ate;
RAFI: reducción abierta y fijac ión interna.
o cuatro fragmentos con hueso osteoporótico, afecta-
ción> 45 o/o de la superficie arcicular, fracturas-luxacio-
nes en cuatro fragmentos. • Quirúrgico:
- Troquín: el abordaje se hace a través del intervalo
Tratamiento según el tipo de fractura deltopectoral. La fijación mediante tornillos o sutu-
El tratamiento habitualmente se decide en función del ra no reabsorbible de gran calibre.
tipo de fractura. - Cuello quirúrgico.

Mínimo desplazamiento Fractwas anguladas e impactadas. La deformidad en


En la figura 13 -5 se muestra el tratamiento propuesto en varo puede limitar la abducción. En las fracturas impactadas
este caso. en valgo, el tratamiento conservador no se aconseja por la
incongruencia articular y la mal posición de las tuberosida-
Dos fragmentos des, con peor resultado tras el tratamiento diferido. Se debe
A continuación se expone el tratamiento que se debe seguir desimpactar la cabeza desde el vértice inferomedial, mante-
cuando la fractura tiene dos fragme ntos (Tabla 13-3): niéndolo con injerto esponjoso o tricorrical y fijando con
• Conservador: fracturas del cuello quirúrgico estables. suturas transóseas las tuberosidades entre sí y a la diáfisis.
La indicación de la modalidad de tratamiento depende Esta fractura tiene un menor riesgo de necrosis avascular por
de la estabilidad de la fractura una vez reducida. la preservación de la vascularización posteromedial.

Mínimo Elercicios asistidos


desplazamiento hasta 6 semanas

Figura 13-5. Tratamiento de fra cturas no desplazadas de húmero proximal.


154

Tabla 13-'. Tratamiento de fracturas en tres fragmentos de Tabla 13-5. Tratamiento de fracturas en cuatro fragmentos
húmero proximal de húmero proximal

Ancianos o elevado Conservador Jóvenes Intentar RAFI, si


riesgo quirúrgico fracasa: prótesis

Jóvenes RAFI con Ancianos Prótesis


• Placa LCP [elección) Son de elección las
• Sutura hemiartroplastias
• Alambre cementadas

Hueso osteoporótico Prótesis Luxaciones+ Tuberosidades Reducción cerrada


fracturas de:
LCP: placa de comprensión bloq ueabte. locl<ing compressian plate;
RAFI: reducción abierta y fijación interna. Cuello anatómico Prótesis

Cuello quirúrgico RAFI

Fracturas desplazadas. Frecuentemente con interposi- Tres fragmentos RAFI


ción de la porción larga del bíceps, subescapular y deltoides.
Para la reducción se emplea tracción, aducción y flexion de Cuatro fragmentos Prótesis
90 grados. Si la fractura es estable y la reducción aceptable, el Articular de la <20% Reducción cerrada
brazo se inmoviliza; cuando es inestable se puede optar por cabeza
fijación percutánea con agujas de Kirschner retrógradas des-
< 20-45% Reducción +síntesis
de la metáfisis anrerolateral. Otros métodos posibles de fija-
ción son el enclavado anterógrado bloqueado y la placa ator- >45% Prótesis
nillada, que permiten un montaje estable y una movilización
Splil [fracturas Prótesis
precoz. Para los ancianos es mejor emplear cerclaje-agujas o parcelares) En jóvenes se
cerclaje-tornillos con sutura irreabsorbible o alambre. puede intentar
osteosíntesis
Tres fragmentos
RAFI: reducción abierta y fijación interna.
En la tabla 13-4 y en la figura 13-6 se muestra el trata-
miento para las fracturas de tres fragmentos.

Cuatro fragmentos Fractura-luxación


La hemiartroplastia debe cementarse siempre por la pérdi- La fractura-luxación, a su vez, puede ser:
da de hueso y osteoporosis. La fijación de las tuberosida- • Sin desplazar: reducción tras relajación muscular con
des es imponanrísima para una adecuada tensión e indem- anestesia general o bloqueo interescalénico.
nidad del manguito {Tabla 13-5 y Fig . 13-7). • Dos fragmentos: las combinaciones más frecuentes son
la fractura del troquíter con luxación anterior, seguido
de troquín con luxación posterior. La fractura del cue-
En las fracturas de extremidad proxima l de húmero, la fi-
llo quirúrgico es inhabitual. Se ha de intentar una re-

n j ac ión de las tuberosidades es fundamental p ara una


adecuada tensión e indemnidad del manguito. En estas
fractura s la hemiartroplastia debe cementarse siempre,
debido a la pérdida de hu eso y osteoporosis.
ducción cerrada y, si no, reducción abierta.
• Tres fragmentos: reducción abierta intentando la sínte-
sis del conjunto o h emiarroplastia.
• C uatro fragmentos: hemiarroplastia.

Figur a 13- 6. Fractura en tres frag mentos. Reducción abierta y fi- Figur a 13-7. Fractura en cuatro fragmentos. Hemiartroplastia hu-
jación interna con placa. meral.
155

En la fractu ra-lu xación de húmero las combinaciones

O más frecuentes son la fract ura del troquíter con luxación


anterior, seguido de troquín con luxación posterior.

Consideraciones de fisioterapia
El procedimiento de fisioterapia puede seguir a un trata-
mienro conservador o quirúrgico.

Rehabilitación postinmovilización
Los movimientos de mano, muñeca y codo comienzan in-
mediatamente. Se manciene una inmovilización 10 días y
se revisa a los pacientes pidiendo que levanten el brazo Figura 13-9. Rehabilitación posquirúrg ica. Fase 2.
con el codo flexionado: si el médico percibe crepitación
ósea o dificultad, se mantiene otra semana más y se reeva-
lúa. Si la movilidad es en bloque, comienzan ejercicios Consideraciones de cada fractura:
pendulares. A las 3-4 semanas se inician ejercicios asisti- • Fracturas del cuello anatómico: el círculo arterial que-
dos suaves, como elevación con polea y rotación externa y da interrumpido y la necros is avascular es muy ele-
extensión con un palo. A las 6 semanas se progresa con es- vada.
riramienros máximos (véase el caso clínico 13-1). Para • Troquíter: inmediatamente, elevación pasiva en el pla-
ampliar información, se recomienda el estudio del l*l Vol.ll, no de la escápula, rotación externa con un palo y ejerci-
capítulo 9. cios pendulares. A las 6 semanas, ejercicios accivos, esti-
ramientos submáximos con elevación completa para el
Rehabilitación posquirúrgica deltoides y los rotadores, y ejercicios ligeros activos y re-
El prorocolo de rehabilitación de Neer se divide en eres fu.ses: sistidos con una goma, tras la clara consolidación. Se
• Ejercicios pasivos auroasiscidos (Fig. 13-8): inmediata- evita la rotación interna durante 3 meses, junto co n for-
mente movilidad activa de muñeca, codo y mano, a los talecimiento completo.
5-7 días movimienros pendulares suaves y después mo- • Troquín: flexión anterior hasta los 90 grados en rota-
vimienros auroasistidos de rotación externa en decúbi- ción interna completa. Rotació n externa pasiva suave
to supino. A la tercera semana se inicia anrepulsión asis- hasta la posición neutra. A las 6 semanas, rotación ex-
tida con polea. terna hasta los 45 grados y elevación completa con po-
• Ejercicios activos contrarresistencia y ejercicios de esti- leas. A los 3 meses, ejercicios de estiramiento y fortale-
ramientos (Fig. 13-9): a las 3-4 semanas. Se empieza cimiento completos.
con amepulsión en decúbiro supino y se sigue en bipe- • Cuello quirúrgico: ejercicios pendulares y pasivos de
destación. Se hacen ejercicios conrrarresistencia de los amplitud precoces, incluyendo elevación con poleas en
rotadores con una goma elástica y después ejercicios de el plano de la escápula y rotación externa. Fortaleci-
estiramientos forzando la anrepulsión y la rotación ex- miento a las 6 semanas.
terna. A las 12 semanas se intensifica el estiramiento • Cuatro partes: en las hemiartoplastias ha de haber ga-
para aumentar el arco de movilidad. rantÍas de un buen anclaje de las tuberosidades por de-
• Programa avanzado de estiramientos (Fig. 13-10): alre- bajo de la cabeza humeral. La movilización a partir de
dedor del tercer mes se trabaja con ejercicios más vigo- la primera o segunda semanas mejora los resultados del
rosos y potenciación muscular con pesos progresivos dolor y la función a largo plazo. Permite impedir los fe-
desde 0,5 kg hasta 2,5 kg. nómenos de retracción capsular y atrofia deltoidea. El

Figura 13-8. Rehabilitación posquirúrgica. Fase 1. Figura 13-1 O. Rehabilitación posqu irú rgica. Fase 3.
156

prorocolo sigue la misma secuencia: se deben comenzar dizar en la capsulicis ad hesiva, véase el capítulo 12,
los ejercicios pasivos máximos y los esti ram ien tos al aparcado Inervación funcional del plexo braquial.
conseguir la consolidación de las tuberosidades, aproxi-
madamence a las 6 semanas. Los ejercicios activos y re-
sistidos suaves se permiten a las 8 semanas, y se autori-
za la rotación incerna.
Los hombros con fractura de la extremidad proximal, y
que han desarrollado rigidez y capsulitis, no se deben
manipular por riesgo de refractu ra.
o
Complicaciones
Existen varios tipos de complicaciones: • Subluxació n inferio r: has ta el 20 o/o de los casos. Se
Lesiones vasculares: infrecuentes. Pueden aparecer tras produce por la pérdida t ra nsitoria del cono muscular
la manipulación cerrada o la reducción abierca, como de la ci ntura escapulohumeral. Se erara mediante ejer-
hematoma, frialdad, parestesias, a pesar de existir pul- cicios isométricos. Si persiste eras 3 meses hay que sos-
sos periféricos por circulación colateral. La lesión se pre- pechar una lesión del nervio axilar o reducción inade-
senta sobre todo en la salida de las arcerias circunflejas cuada.
humeral anterior y posterior de la arceria axilar. Se diag- • Neumotórax.
nostica mediante arteriografía. • Miositis osificante.
Lesiones nerviosas: 2 1-50 o/o. El nervio más afectado es • Inestabilidad: en fracturas glenoideas, rotura del man-
el axilar, seguido por el supraescapular. Se diagnostica guito rocador o atonía m uscular.
con e lecm,miograma (EMG). Se debe hacer explora- • Rotura del mangu ito ro tador: sobre todo en fracturas
ción quirúrgica a los 3 meses si no hay recuperación. de troquícer (véase capítulo 11, aparcado Enfermedad
Necrosis avascular: 3-34 o/o. Las de mayor riesgo son las del manguito de los roradores. Síndrome subacromial).
fracturas desplazadas en cuatro fragmentos y las fractu- Para ampliar info rmación sobre el tratamiento de fisio-
ras-luxaciones. Es más frecuente en las fracturas tra tadas terapia, se recomienda el estudio del GEl Vol. 11, capítu-
mediance reducción abierta y osteosíncesis interna, de- lo 11.
bido a la desperiostización y a la complejidad. Puede • Infecciones.
aparecer hasta 3 años después del tratamiento quirúrgi- • Artrosis glenohumeral: por erosión cartilaginosa con la
co. Su manifestación varía desde asintomáticos hasta fractura o el material de síntesis.
precisar sustitución procésica.
• Seudoartrosis ® : son infrecuentes. Sobre codo en frac-
FRACTURAS DIAFISARIAS DE HÚMERO
curas desplazadas, osteosíntesis inadecuada e infeccio- EN ADULTOS
nes. Si son sintomáticas debe hacerse reducción abierta
y osceosíncesis con placa o clavos intramedulares, apor- El estudio de las fracturas diafisarias de húmero en adultos
tando autoinje rco en jóvenes o protecizando en pacien- precisa tener co nocimientos de epidemiología, clínica,
tes mayores. El rracamiento d ebe ser la fijación con su- diagnóstico, tratamiento general y específico según el tipo
turas n o reabsorbibles y agujas, o con torn illos de es- de fractura, tratamiento médico o quirúrgico, en su caso,
ponjosa si el fragmento es grande. y finalmence, tracamienco de fisiote rapia.
Introducción
La seudoartrosis de la fractura de troquíter es infrecuen-

o te, pero puede producir un sínd rome de compresión


subacromial y una reducción de la abducción y de la rota-
ción externa al asociarse a roturas del manguito rotador.
Suponen el 3 o/o de la totalidad de fracturas y son produci-
das por accide ntes de alea energía en jóvenes y por meca-
nismos indirectos en ancianos. C ursan con parálisis radial
hasta en el 18 o/o de los casos, la mayoría neuroapraxias
(Tabla 13-6).
• Consolidación viciosa 0 : en fracturas del cuello quirúr-
gico produce limitació n de la abducción y de la ante- Manejo clínico
pulsión, y requiere osteotomía fijada con placa o artro- El manejo clínico de escas fracturas com prende el estudio
plascia parcial. El desplazamiento superior y posterior de los aspectos clínicos y diagnósticos, requiere establecer
del troquícer limita la abducción y la rotación externa.
Si es superior a 1O mm debe corregirse mediance osceoro-
mía y descenso de la tuberosidad, junco con acromioplas- Tabla 13-6. Fracturas diafisarias de húmero en adultos
tia y movilización del manguito rotador. El troquín limita
• Hasta el18% de estas fracturas cursan con parálisis radial,
la rotación interna y externa, y requiere osteoromía. la mayoría de resolución espontánea
• Rigidez y capsulicis: se trata median ce rehabil itación in- • Las fracturas conminutas y las frac turas con mayor
tensiva. Si no mejora, el cracamienco es la arcrólisis y superficie de contacto (espirales, oblicuas! tienen mejor
tasa de consolidación
cambiar o retirar el material de osteosíntesis si fuese ne- • Aproximadamente, el 90% se consolidan con un
cesario. No se deben manipular por riesgo de refractu- tratamiento conservador
ra. Para ampliar info rmación sobre la rigidez, se reco- • La síntesis con placa está indicada especialmente en la
región más distal de la diáfisis
mienda el estudio del GEl Vol. 11, capítulo 6; y para profun-
157

una clasificación y plantear el tratamiento, ramo médico


como quirúrgico, además de tener presentes las considera- Quirúrgico (Tabla 13-7)
ciones de fisioterapia oportunas; finalmente, se deben te- Consiste en:
ner en cuenta las complicaciones. Placas AO: sujetas con tres wrnillos bicorricales en cada
fragmento. Pueden indicarse en cualquier cipo de fractura,
Cuadro clínico pero en especial en la diáfisis distal, en las fracturas con le-
La sintomatología es florida y se acompaña de dolor, tu- sión vascular asociadas y ante una interposición de partes
mefacción, crepitación, deformidad e impotencia funcio- blandas que hace imposible la reducción cerrada. Propor-
nal. Es importante la exploración vasculonerviosa, con es- ciona buenos resultados. Las complicaciones son: pseu-
pecial atención del nervio radial. doarrrosis (3,5-4,6 %), infección (2,7 %), parálisis radial
(3,2-6,4 %).
Diagnóstico Clavo intramedular: pueden ser bloqueados/no blo-
Se debe solicitar una radiografía anteroposterior y lateral queados, flexibles/rígidos. El enclavado encerrojado
del húmero, incluyendo ambas articulaciones adyacentes. bloqueado es la técnica de elección en fracturas patoló-
gicas sin fresar. En el resto de fracturas son fresados par-
Clasificación cial o mtalmente. Los clavos flexibles y no bloqueados
Existen varias clasificaciones. Las más utilizadas son las si- ofrecen mayor rasa de complicaciones del material. En-
guientes: tre las ventajas del enclavado encerrojado está la no
• Clasificación de la AO de las fracturas diafisarias de hú- apertura del foco y la estabilidad, menor rasa de re&ac-
mero (véase el capítulo 8): es la clasificación más popu- rura eras la retirada del implante y la rehabilitación pre-
larizada para estas fracturas. coz. Las complicaciones más frecuentes son la seudoar-
• Según la localización: pueden dividirse en proximal, rrosis (5,9 %), que aumenta al9% en los clavos no fre-
medial o distal. Las fracturas de tercio proximal se sub- sados, infección (1 ,6 %) y parálisis radial (1 ,3 %).
dividen en:
- Fracturas altas: inmediatamente debajo del cuello
humeral y encima del pectoral mayor.
- Fracturas medias: entre pectoral mayor y deltoides.
La técnica de elección en fracturas patológicas sin fresar
es el enclavado encerrojado bloqueado.
o
- Fracturas bajas: por debajo de la inserción del delwi-
des. • Fijador externo: reservado para fracturas muy con minu-
• Según el trazo de fractura: transversal, oblicua, espiroidea tas, seudoarrrosis infectadas, fracturas abiertas con pér-
simple o con tercer fragmento, bifocal y conminuta. dida ósea o de partes blandas, fracturas asociadas a que-
• Según las lesiones asociadas: partes blandas abiertas o maduras y codo flotante. El porcentaje de consolida-
cerradas. Lesiones periarriculares: glenohumeral o de ción es del 95% co n un 3,4% de seudoartrosis, un
codo. Lesiones nerviosas: radial, mediano, cubital. Le- 1,4% de lesiones del nervio radial y un 4% de infeccio-
siones vasculares: arteria o vena braquial. En función de nes; las consolidaciones viciosas en varo son frecuentes.
las condiciones intrínsecas del hueso: normal o pawló-
glCo. Consideraciones de interés en fisioterapia
El cabestrillo puede retirarse en l o 2 días para la movili-
Tratamiento zación de hombro y codo. Si el seguimiento es adecuado,
Las fracturas conminucas y las fracturas con mayor super- se empieza a cargar pesos ligeros a las 6 semanas y cargas
ficie de contacto (espirales, oblicuas) tienen mejor tasa de
consolidación. Tabla 13-7. Indicaciones de tratamiento quirúrgico
en fracturas diafisarias de húmero en adultos
Conservador
• Acortamiento > 2 cm
Aproximadamente apropiado en el 90% de las fractu- • Rotación > 30 grados
ras: • Angulación > 20 grados
• Férula de yeso en ((U» con cabestrillo (sin acortamien- • Fracturas segmentarías
• Fracturas patológicas
ro)/yeso colgante de Cadwell (con acortamiento), 2 se- • Trazo articular
manas, seguido de • Fracturas abiertas
• Orresis Brace hasta la consolidación de la fractura (6- • Lesiones vasculares
• Lesion es del plexo braquial
10 semanas). • Fracturas conminutas de húmero contralateral, ipsilateral
de antebrazo, codo u hombro, o miembro inferior
Las limitaciones del método incluyen las lesiones de partes • Quemaduras
blandas, la dificultad de mantener la reducción, en espe- • Arma de fuego
• Patología crónica de hombro o codo
cial en personas obesas, y dentro de las complicaciones del • Politraumatizado
método inmovilizador: la pérdida de movilidad articular • Traumatismo craneoencefálic o
en el hombro y codo, irritación axilar, acortamientos y des- • Traumatismo torácico
• Obesidad mórbida
plazamientos secundarios.
normales a las 12. Los trabajos pesados y las actividades
Tabla 13-8. Fracturas de húmero proximal pediátricas
deportivas demandantes pueden iniciarse al cuarto mes.
Para ampliar información sobre el tratamiento de fisiote- • Muy frecue ntes en neonatos por distocia durante el parto
rapia, se recomienda el estudio del ee Vol. 11, capítulo 1O. • El 85 % son fracturas no desplazadas

Complicaciones
Las complicaciones más imporranres son: mas directos o indirectos, por caídas con el hombro hacia
• Infección: alcanza un 1,6 o/o en enclavados y el 2, 7 o/o atrás con el codo extendido y la muñeca en flexión dorsal.
con placas. En los obstétricos, se producen por hiperextender o rorar
• Lesiones vasculares: poco frecuenres. Se han descriro le- el brazo al salir el niño.
siones de las arrerias humeral y axilar tras las manipula- La edad de máxima incidencia son los 15 años por le-
ciones o los enclavados inrramedulares. Tras la arrecio- siones deporrivas. Las localizaciones de mayor afectación
grafía se d ebe estabilizar la fractura y reparar la arreria. son: merafisaria entre 5 y 12 años, fisaria enrre 12 y
• Lesiones nerviosas: 0,4-6,4 o/o. La m ás frecuenre es la 16 años. El 85 o/o son fracturas no desplazadas y con gran
del nervio radial (1 1 o/o), en especial en fracruras de potencial de remodelación (Tabla 13-8).
Holstein-Lewis (fractura espiroidea del tercio distal con
desplazamienro radial del fragmenro proximal). En ge- Manejo clínico
neral son neuropraxias o axonormesis, que se recuperan El manejo clínico de estas fracturas comprende el estudio
esponráneamenre en el 92 o/o de los casos enrre los 3 y de los aspectos clínicos y diagnósticos, requiere establecer
los 4 meses. La mayoría de los amores recomiendan ex- una clasificació n y planrear el tratamienro, ramo médico
plorar el nervio a parrir de los 3 o 4 meses de la lesión, como quirúrgico; finalmenre, se deben tener en cuenta las
siempre que no existan signos EMG de recuperación. El complicaciones.
res ultado obtenido es similar al que se obtendría si se
abordara de forma precoz la lesión. En los casos en que Cuadro clínico
exista una parálisis radial, sólo efectuará la revisión del Es habitual el dolor y la deformidad con el brazo en rota-
nervio en las fracruras abiertas y en los que esté indica- ción inrerna. Los recién nacidos presenran seudoparálisis
da una osteosínresis con placa. con el brazo en exten sión.

Diagnóstico

o Se recomienda explorar el nervio radial a partir de los 3 o


4 meses de la lesión, s iempre que no existan signos EMG
de recuperación.
Mediante radiografía anreroposterior, axilar y en ,.y,, de la
escápula en niños mayores. Los neonatos precisan ecografía.

Clasificación
• Pseudoartrosis: alcanza hasta el 15 o/o. Tienen mayor Existen diversas clasificaciones, según su localización, el des-
riesgo las fracturas del cercio superior e inferior, las plazamienro, la angulación, ere. Las más importanres son:
transversas, la d isrracció n del codo, la inrerposición de • Localización: fisaria, metafisaria, tuberositaria. L'ls frac-
partes blandas, la inmovilización inadecuada y las infec- turas con afectación de la fisis se catalogan según la cla-
cio nes. Precisan decorricación, aporte de injerros y os- sificación de Salter-Harris {véase el capítulo 34). La epi-
teosínresis con placa o con clavos endomedulares ence- fisiólisis de tipo I predo mina en menores de 5 años, las
rrojados, según el tipo de seudoartrosis, la localización, de cipo II en mayores de 11 y las fracturas metafisarias
el tipo de implanre previo y el grado de osteopenia. La entre los 5 y 11 años. Las lesiones de tipo III, IV y V de
urilización de campos electromagné ticos está conrrain- Salter-Harris son infrecuenres. La epifisiólisis d e tipo II
dicada si existe más d e 1 cm de separación, seudoarrro- se puede subdividir en cuatro en función del desplaza-
sis sinovial o infección. míen ro.
• Desplazamiento: clasificación de Neer (Tabla 13-9).
FRACTURAS DE HÚMERO PROXIMAL EN NIÑOS • Angulación.

El estudio de las fracruras de la extremidad proximal de hú- Tabla 13- 9. Clasificación de Neer de fracturas de húmero
mero en niños precisa tener conocimientos de epidemiolo- proximal pediátricas
gía, clínica, diagnóstico, tratamienro general y específico
según el cipo de fractura, traramienro médico o quirúrgico , Desplazamiento < 5 mm
en su caso, y finalmenre tratamiento de fisioterapia. Desplazamiento de hasta 1/3 del diámetro
11 de la diáfisis
Introducción
Desplazamiento de hasta 2/3 del diámetro
Son fracturas que suponen menos del 5 o/o de la rotalidad 111 de la diáfisis
de las fracruras en niños mayores, y son muy frecuenres en
neonatos por disrocia duranre el parro. T ienen una inci- Desplaza miento de hasta 2/3 del diámetro
IV
de la diáfisis+ desplazamiento total
dencia de 1,2-4,4/10.000/año. Se producen por mecanis-
159

• Lesiones fisarias crónicas: de estrés (lanzadores), despla-


Tabla 13-11. Fracturas diafisarias de húmero pediátricas
zamienm (gigantismos, gimnastas, radioterapia).
• Estabilidad. • En neonatos suponen la segunda fractura en frecuencia
• Estado de las partes blandas: abierras, cerradas. tras la clavícula
• Deben alertar sobre la posibilidad de maltrato infantil
Tratamiento • La mayoría se tratan de forma conservadora
• Las complicaciones son muy infrecuentes
En la tabla 13-10 se muestra el esquema de los criterios de
tratamiento. La reducción abierta sólo debe efectuarse en
fracturas irreductibles, fracturas abiertas, intraarticulares o • Subluxación inferior: por hipownía del deltoides y
con lesión vasculonerviosa. manguito rotador. El tratamento es la rehabilitación.
• Infecciones.
Complicaciones • Osteonecrosis.
Las complicaciones más importantes son las siguientes: • Lesiones vasculonerviosas: la más frecue nte es la del
• Húmero varo: en fracmras neonatales o en menores nervio axilar en fracturas-luxaciones.
de 5 años. Limitan la abducción. El tratamiento en frac-
curas sintomáticas es la osteotomía. FRACTURAS DIAFISARIAS DE HÚMERO EN NIÑOS
• Dismetría.
• Rigidez. El estudio de las fracturas diafisarias de húmero en niños
• Cicatriz hipertrófica. precisa tener conocimientos de epidemiología, clínica,
• Epifisiodesis ® postraumática. diagnóstico, tratamiento general y específico según el tipo
• Movilización de agujas. de fracrura, tratamiento médico o quirúrgico, en su caso,
y finalmente tratamiento de fisioterapia.
Tabla 13-10. Tratamiento de fracturas de húmero proximal
pediátricas Introducción
Suponen el 2-5,4 o/o de las fracruras pediárricas y el 1Oo/o
Tipo Tratamiento 1 Tratamiento 2
de las fracturas humerales. Tienen mayor prevalencia en
Neo natos 1°) Reducción 2°) Vendaje Velpeau menores de 3 años y en mayores de 12. En neonatos supo-
mediante 2-3 semanas nen la segunda fractura en frecuencia tras la clavícula. La
tracción,
abducción, incidencia se sitúa entre 12-30/100.000/año.
flexión y Se consolidan en 2 semanas y, en muchos casos, cursan
rotación con neuropraxia radial que se recupera espontáneamente
externa
al cabo de 6 semanas.
Desplazamientos Reposo deportivo Pueden ser producidas por mecanismos directos o indi-
epifisarios y durante rectos y también pueden alertar sobre la posibilidad de
fracturas de estrés 4 semanas y maltrato infantil (Tabla 13-11).
analgésicos

Fracturas poco • Velpeau


desplazadas
y estables
durante
2-3 semanas
en fracturas
fisarias
Las fracturas diafisarias de húmero en niños han de ser
valoradas cuidadosamente, por si se tratara de un caso
de maltrato infantil. o
• Velpeau
durante
3-4 semanas
Manejo clínico
en fracturas
metafisarias El manejo clínico de estas fracturas comprende el esrudio
Fracturas muy • Quirúrgico Se considera
de los aspectos clínicos y diagnósticos, requiere establecer
desplazadas o mediante aceptable hasta: una clasificación y plantear el tratamiento, tanto médico
desplazadas reducción • 70 grados de como quirúrgico, además de tener presentes las considera-
en mayores de cerrada con angulación sin ciones de fisioterapia oportunas; finalmente, se deben te-
11 años tracción, contacto y 1Ogrados
abducción de valgo en< 5 años ner en cuenta las complicaciones.
y flexión± • 60 grados
1-3 agujas angulación, 50% de Cuadro clínico
percutáneas contacto y 1Ogrados
• Si no se de valgo entre Las manifestaciones clfnicas que presentan estas fracturas
consigue la 5-11 años son similares a las de los adultos, salvo en neonaros, que
reducción hay • 30 grados de mantienen el brazo pegado al cuerpo.
que proceder angulación
a la reducción y 1O grados de
Diagnóstico
abierta y valgo en mayores de
síntesis con 11 años Debe realizarse una radiografía anreroposterior y lateral
agujas
del húmero, incluyendo ambas articulaciones adyacentes.
Clasificación Tabla 13-12. Deformidades aceptables en el tratamiento
de fracturas dlafisarias pediátrlcas
La clasificación de estas fracturas puede realizarse tenien-
do en consideración distintos aspecros: Edad Deformidad
• Localización: tercio proximal/medio (emre la inserción < 5 años < 70 grados de angulación y
del pecroral mayor y el delroides)/distal. desplazamiento completo
• Patrón: espiroidea/oblicua/transversa.
5-12 años 40-70 grados de angulación
• I)esplazamiento.
• I)año tisular. > 12 años < 40 grados de angulación y> 50 %
contac to
Tratamiento
Nunca las malrolaciones.
Ames de establecer una pauta, ha de tenerse en cuenta que
son aceptables ciertas deformidades, que se muestran en la
tabla 13-12. Quirúrgico
El tratamiento quirúrgico está indicado en fracturas ines-
Conservador tables. El mérodo d e elecció n es el enclavado intramedular
La mayoría de las fracturas pueden ser tratadas de manera flexible con clavos de 2 mm y montaje en torre Eiffel, des-
ortopédica. de el epincó ndilo y la epirróclea. En fracturas inestables
En las fracturas del parro se mantiene una férula de con importante conminución y en fracturas abiertas, pue-
coaptación o una férula de yeso en «U» durante 2 sema- de emplearse el fijador externo.
nas. Las fracturas en rodete se tratan mediante cabestri-
llo. Las fracturas «en tallo verde>> y las fracturas desplaza- Complicaciones
das en niños pequeños se tratan mediante férula de yeso Las complicaciones, en estos casos, son si milares a las frac-
de coaptación o férula de yeso en «U » tras la manipula- turas en adultos, exceptuando la baja tasa de suedoamosis.

o
ción.
En niños mayores se inician los ejercicios de péndulo a
Las parálisis del nervio radial sólo se exploran quirúrgi-
las 3-4 semanas. Cuando se observa consolidación, se per-
ca mente después de 1-2 meses con crecimien to de
miten los deportes de contactO. Existe riesgo de refractura 1 mm/día, si la electromiografía no muestra actividad.
durante los 6 primeros meses.

~~ RESUMEN

• En esta localización existen numerosos tipos de fracturas, y, • Son fracturas habitualmente con escaso desplaza miento,
aunque algunas de ellas son extremadamente raras, es impor- tributarias de un tratamiento conservador.
tante conocerlas debido a las complicaciones que producen.

• Para su di ag nóstico es imprescindible dispon er al menos • Cuando es necesario un tratamiento quirúrgico, existe con-
de dos proyecciones radiográficas de la lesión y visualizar troversia en cuanto a las distintas técnicas e implantes que
las articulaciones adyacentes en l as extraarticulares. se pueden utilizar.

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J. Azofra Palacios, M. Sánchez Álvarez y J. Seco Calvo

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Evaluación clínica y tratamiento medicoquirúrgico de las epicondilalgias medial y lateral de codo.


• Manifestaciones clínicas de la patología nerviosa periférica rad ial, cubital o mediana en la reg ión del codo.
• Estrategias de tratamiento en las fracturas del codo.
• Particularidades de las fractu ras de olécranon y radio.
• Objetivos y estrategias de tratamiento que se han de emplear en las luxaciones del codo.
• Prevención de las posibles complicaciones de los traumatismos del codo.
• Tratamiento medicoquirúrgico de la rigidez del codo.

Introducción anatómica
PRIMERA PARTE:
LESIONES DE PARTES BLANDAS El codo es un complejo articular interm edio en el m iem-
bro superior formado por tres huesos que se ponen en con-
INTRODUCCIÓN tacto entre sí para constituir eres articulaciones:
Articulación lmmerocubital. Es una articulación de tipo
Debido a la gran casuística lesional del codo, la extensión de troclear y proporciona los movimientos de flexión y ex-
este tema es considerable. Por tal motivo, los autores han tensión del antebrazo sobre el brazo. Está fo rmada por
optado por la presentación en dos partes, de tal manera que el exrremo distal del h úmero en forma de tróclea y la ex-
al lector o estudiante le sea más fácil el aprendizaje. En la tremidad proxi mal del cúbito, q ue para abrazar a la tró-
primera, se han incorporado los contenidos relacionados clea humeral presenta dos salientes: la apófis is coronoi-
con los traumatismos de partes blandas, y en la segunda, los des hacia delante y el olécranon hacia arriba, con una
traumatismos óseos, es decir, fracturas y luxaciones. superficie articular que se contrapone a la tróclea, que
En lo que respecta a la conceptualización de las lesiones es la cavidad sigmoidea mayor del cúbito.
de partes bland as, es preferible denominarlas epico11dilnl- Articulación mdiombital mperior. Es una articulación
gias, porque aunque el término tendinitis describe un pro- de tipo trocoide y proporcio na, junto con su homólo-
ceso inflamatorio, histopatológicamenre se trata de una ga la radiocubital inferior, los movimientos de prono-
tendinosis con presencia de microdesgarros tendinosos sin supinación d e la mano. Está formada por el extremo
inflamación, con degeneración fibrilar e hiperplasia angio- proximal o cabeza del radio, la cavidad sigmoidea me-
fibrosa. Respecto de las entesopatías, si bien en eloa Vol. 11 , nor del cú bito, situada en su cara externa, y el liga-
capítulo 14 se detalla el tratamiento de fisioterapia, los au- mento anular.
tores han considerado adecuado incluir en este capítulo un Articulación lmmerormdial. Es u na articulación de tipo
esquema de la periodización del tratamiento para que al condílea y favorece los movimientos de las otras dos ar-
lecror le sea más fácil integrar y aplicar los conocimientos ti culaciones. Está formada por la parte externa del ex-
adquiridos {Tabla web 14-1). tremo distal del húmero, llamado cóndilo y la cabez..1. del
H ay que señalar, además, que algunas de las entidades radio.
nosológicas q ue se asientan en el codo serán tratadas más
específica y detalladamente en otros temas de este mismo Estas tres articulaciones actúan sinérgicamenre y la cápsu-
manual, a saber: en el capítulo 35 sobre las neuropatías la y la sinovial son comunes, por lo que sólo existe una ca-
compresivas periféricas y en el capítulo 45 sobre enferme- vidad articular y se puede hablar de una sola articulación
dades de partes blandas. del codo. La cápsula articular es laxa para permitir los mo-

163
164

vimientos de flexión y de extensión, y a los lados está muy neuroparía del cubital en el aparrado Epicondilalgias me-
reforzada por los potentes ligamentos laterales (ligamento diales. Neuro patía d el nervio cu bital. La artropatía hu-
lateral externo y ligam ento lateral interno). meral y las afectaciones del ligamento lateral interno se
Orros detalles del codo son las eminencias laterales del verán en el siguiente aparrado que hace referencia al
extremo distal del húmero: una interna o epitróclea y otra cccodo del lanzador>• (aparrado Epicondi lalgias mediales.
externa o epicóndilo, donde se insertan músculos y liga- Codo del lanzador).
mentos, y son extraarticulares.

Epicondilalgias laterales
Se entiende por epicondilalgia el dolor de codo localizado
bien en la cara externa (lateral) o bien en la cara interna
La e tiología de la epicondilalgia medial es la epitrocleitis
y la neuropatía del cubital en el canal epitroclear. o
(medial). EPICONOILALGIAS LATERALES. EPICONOILITIS
En el tema que nos ocupa, se trata del dolor en la cara
externa del codo alrededor del epicóndilo. Es el dolor de La epicondilitis lateral se corresponde con el dolor en el
codo que con más frecuencia se encuentra en la práctica epicóndilo lateral del codo, asociado normalmente con los
diaria en las consultas de fisioterapia y corresponde al tér- gestos de manipulación y prensión.
mino popular de «Codo de tenista», que es conocido desde
finales del siglo XIX y que d efinía la patología dolorosa cró- Manifestaciones clínicas y diagnóstico.
nica del codo en relación con este deporte. Posteriormen- Sinto matología
te se han ido definiendo y especificando las diversas pato- En consultas de fisioterapia se atiende a una gran variedad
logías que afectan al codo para, finalmente, referirse con de pacientes adultos jóvenes afectados por esta patología,
este término a la epicondilalgia lateral más conocida como desde los que practican un deporte manual como tenis,
epicondilitis. golf, frontón, pesas, lanzadores, etc., hasta trabajadores ma-
La epicondilalgia lateral es con mucho la más frecuente nuales que deben realizar gestos repetitivos, por ejemplo, en
de las epicondilalgias; así, en las consultas d e fisioterapia, una cadena de producción para atornillar, martillear, etc.,
aproxi madamente por cada siete pacientes con epicondi- incluso empleadas de hogar, amas de casa y otros pacientes
lalgia lateral se encuentra un paciente con epico ndilalgia que no realizan trabajos que precisen de gestos forzados ni
medial o epirrocleítis. En otras estadísticas la frecuencia de refieren practicar deportes de riesgo, como administrati-
las epicondilalgias laterales llega hasta el 90 o el 95% del vos, abogados, etc., que en general presentan edades entre
rotal de las epicondilalgias. 40 y 60 años. Por otra parte, es muy raro en niños y ado-
Las epicondilalgias laterales pueden presentarse de for- lescentes.
ma aislada o asociada y se defi nen según la etiología: El o rigen del dolor es debido a una tendinitis d e inser-
• Tendinitis de inserción o epicondilitis (véase aparrado ción (entesitis) de los müsculos epicondíleos (segundo ra-
Epicond ilalgias laterales. Epicondilitis) . dial, extensor común de los dedos, cubital pos terior, exten-
• Artropatía humerorradial (véase aparrado Epicondilal- sor propio del quinto d edo y supinador corro). Funda-
gias laterales. Artropatía humerorradial) . mentalmente es una tendinitis del segundo radial, menos
• Patología de compresión del nervio radial (véase apartado frecuente del extensor común y mucho menos del resto.
Epicondilalgias laterales. Neuropatía del nervio radial). La tendinitis se debe a un mecanismo de hipersolicita-
• Patología radicular (origen cervical) (véase aparrado ción, como ocurre en los deportistas o trabajadores ma-
Epicondilalgias laterales. Radiculopatía). nuales con movimientos repetidos de flexoextensión de
muñeca y pronosupinación: con movimientos bruscos (te-

o
nis, golf, squash, etc.), con objetos pesados (carpintería, al-
La epicondilalgia lateral o epicondilitis es con mucho la bañ ilerfa, etc.) o con simples movimientos pero muy repe-
más frecu ente de las e picondilalgias.
tidos (müsicos, fisioterapeutas, etc.). En ocasiones, el pa-
ciente atribuye un origen traumático al comienzo de los
síntomas y o tras veces aparentemente no se encuentran
Epicondilalgias mediales factores etioparogénicos, por lo que se puede atribuir el
La epicondilalgia medial es mucho menos frecue n te que origen a una tendinosis degenerativa, sobre todo en la me-
la lateral y su etiología prácticamente se debe a dos cau- diana edad y en mujeres.
sas: la tendinitis de inserció n d e los músculos flexores de El paciente aqueja sobre todo dolor en la cara externa
muñeca y pronadores del an tebrazo en el epicóndilo me- del codo, cuya intensidad es variable según el grado de
dial o epitróclea, llamada epitrocleitis, y una neuropatía afectación, pero que oscilará entre un dolor solamente a la
del cubital en el canaJ epitroclear. Etiologías menos fre- palpación del epicóndilo en grados menores hasta la impo-
cuentes son la artropatÍa humerocubi tal y los esguinces tencia funcional dolorosa para la aprehensión de objetos
del ligamento lateral interno. Si la epicondilitis es cono- en grados mayores, y que impide no sólo la práctica labo-
cida como el «codo de tenista», la epitrocleítis es conoci- ral o deportiva, sino que puede imped ir también gestos co-
da como el «codo del golfisra». Se verá la epirrocleítis en tidianos como servir un líq uido con una jarra, agarrar un
el aparrado Epicondilalgias mediales. Epitrocleítis, y la pomo de una puerta, etcétera.
165

provocar crisis gotosas de localización en el codo, aun-

o
La epicondilitis se presenta con dolor en el epicóndilo la-
que la localización típica en el codo es en la bolsa ole-
teral del codo, asociado normalmente con gestos de ma-
nipulación y prensión. craneana.
• Radiografias simples. Normalmente en las epicondilitis
no presentan alteraciones, salvo ocasionalmente peque-
ñas irregularidades y aposiciones periósticas en el epi-
Exploración clínica cóndilo o pequeñas calcificaciones intrarendinosas.
La exploración clínica puede realizarse mediante las si- Puede haber alteraciones articulares que harán pensar
guientes maniobras: en patología articular como presencia de osreofitos
• Palpación dolorosa del epicóndilo. En ocasiones puede (véase el capítulo 42) o irregularidades en la superficie
es mr el epicóndilo con signos inflamatorios evidentes de la cabeza del radio, cuerpos libres, etcétera.
de tum efacción, calor, etcétera. • Ecografia. Muchas veces interpretada como normal en
• Puede existir un déficit de extensión o de flexión por el la epicondilitis, puede poner de manifiesto un aumen-
dolor, que desaparecería con la infiltración del epicón- ro del volumen tendi noso de los músculos epicondíleos.
dilo. La presencia de derrame arti cular hará pensar en una
• Cuando se desencadena dolor sobre la cabeza radial y patología articular. El patrón ecográfico normal del ren-
con los movimientos de pronosupinación, se puede dón está descrito en el capítulo 5, aparrado Te ndón .
pensar en una artropatía de la humerorradial asociada. Tinno~::.mzfia computariZtlda (TC). Para casos de arranca-
También se pensará en esta patología cuando existan mientos de epicóndilo, sospecha de afectació n articular
manifes taciones clínicas articulares: derrame, seudoblo- como osreocondritis, etcétera.
queos, déficit de extensión y flexión, etcétera. • Resonancia magnética (Rlvf). Al igual que la ecografía,
• C uando existe una patología del nervio radial se desen- muchas veces interpretada como no rmal en la epicon-
cadena dolor a la palpación por debajo de la mirad ex- dilitis, otras veces puede poner de manifiesto una ren-
terna del pliegue del codo, en la masa de los músculos dinitis, una degeneración tendinosa, pequeñas roturas
extensores y, a veces, con irradiación por el anrebrazo. inrrarendinosas, etc., pero normalmente aporra más da-
• Pruebas específicas de epicondilitis. Se deben buscar ros sobre la articulación: si existe derrame, lesiones os-
con el codo en extensión (ya que los músculos epicon- teocondrales, e tcétera.
díleos están así en máxima tensión): • Electromiografia (Elv!G). En la epicondilitis pura es nor-
- Prueba de la extensión contrariada del puño o del mal. pero puede estar alterada en las epicondilalgias por
tercer metacarpiano (tendinitis del segundo radial). radiculopatías de las raíces C6 y C 7 y por las neuropa-
- Prueba del dedo medio: extensión contrariada de la tías del radial, como se verá más adelante.
metacarpofalángica o de la primera falange del tercer • Otras exploraciones. Como, por ejemplo, la gammagra-
dedo (indicaría una lesión en el extensor común y fía ósea cuando se sospecha osteocondritis, para la valo-
también puede encontrarse en las compresiones del ración de pacientes rentistas en epicondilalgias crónicas,
radial). etcétera.
- Prueba de la supinación contrariada: que es también
bastante sensible en las epicondilitis y en las compre- Tratamiento
siones del radial. El tratamiento será individualizado y dependerá de mu-
- Prueba de la flexión pasiva de muñeca: dolor a la dis- chos factores, como el grado de afectación y la profesión
tensión pasiva de los músculos extensores de muñe- entre otros. Así, en una epicondilitis inicial y leve de un
ca con codo en extensión, antebrazo en pronación y paciente que practica de forma esporádica un deporte
muñeca en flexión. como el ten is, el origen probablemente será debido a una
sobrecarga aguda y se le p uede prescrib ir reposo deportivo,
toma de anriinflamarorios e intentar prevenir, haciendo

o El diagnóstico de e picondilitis es clínico mediante prue-


bas específicas que se deben realizar con el codo en ex-
tensión.
hincapié en algunos puntos como un buen calentamiento
previo. Por el contrario, en un profesional del deporte o un
trabajador manual con una epicondilitis severa, donde el
origen habrá que buscarlo en una sobrecarga crónica, se
Se recomienda ver, en el capítulo 45 , el <B vídeo 45- 1 tratará de mejorar la sintomarología lo antes posible, por
para ilustrar las maniobras de exploración del codo más ejemplo con infiltraciones, pero también se deberán anali-
utilizadas en la práctica clínica diaria. zar y tratar de corregir los factores desencadenantes (mala
técnica, uso inadecuado del material, etc.) y prevenir la re-
Exploraciones complementarias cidiva.
Las exploraciones complemenrarias son muy útiles para el El tratamiento puede ser diverso, pues en la acmal idad
diagnóstico difere ncial de las etiologías de la epicondilal- hay controversia. En una visión de conjunto publicada re-
gia: cientemente por el National f11stitute for Health Research
• Análisis de sangre. Para descartar patología metabólica (NHS) (Long, Briscoe, Cooper & Crathorne, 2015), se
como hiperuricemia (véase el capítulo 44) , que podría sugiere que existe cierra incertidumbre en cuanto a la efec-
rividad de muchos rratamientos conservadores aplicados se realizan más de tres infiltraciones, a razón, por ejemplo,
en la práctica habitual. Por ejemplo, en sendas revisiones de una infiltración cada 3 semanas. Probablemente se pue-
sistemáticas de elevada calidad respecto a infiltración con da realizar alguna infiltración más, sobre rodo distanciadas
corticosteroides {Coombes, Bisset & Vicenzíno, 2010), a en el tiempo, puesto que el margen de seguridad es am-
las ondas de choque exrracorpóreas (Buchbinder, Green, plio, pero por experiencia (normalmente en una epicondi-
Youd, Assendelft, Barnsley & Smidt, 2006) o la efectivi- litis pura, si no se ha curado con tres infiltraciones, rara-
dad de la fisioterapia (Smidr et al., 2003), se ha criticado mente se curará con la cuarta) y, muchas veces, frenados
que ninguno de los estudios (ensayo clínico aleatorio, por el propio paciente por la idea extendida en la sociedad
ECA) incluidos contemplara ni la gravedad del codo de te- de que las infiltraciones no son buenas, no se realizarán
nista ni la duración de los síntomas. Lo mismo sucede más infiltraciones. La complicación más frecuente de las
cuando se ha estudiado la relación coste-efectividad (Long, infiluaciones es la atrofia cutánea.
Briscoe, Cooper & Crathorne, 2015). Por ello, la publica-
ción de nuevas revisiones sistemáticas pueden también ser Infiltraciones con plasma rico
de valor, y el enfoque principal de los futuros trabajos de- en factores de crecimiento
bería estar orientado a la realización a gran escala, inclu- Se ha demostrado in vin·o (Anitua, Sánchez, Orive & Pa-
yendo une serie básica de medidas de resultados, así como dilla, 2013) que el plasma rico en factores de crecimiento
un seguimiento adecuado. (PRGF-Endoret®) (Fig. 14- 1) induce una angiogénesis
A continuación se expondrán algunos de los tratamien- que es funcionalmente eficaz porque faci lita la capacidad
tos más empleados. de perfusión de esta nueva vascularización y atenúa la fi-
brosis del tejido endógeno después de una grave isquemia;
Médico es decir, que estimula la regeneración tisular, por lo que se
El tratamiento médico consiste fundamentalmente en re- recomienda su utilización {Vaquerizo et al. , 20 15) como
poso deportivo o laboral junto con la administración de procedimiento habirual en la práctica clínica para tratar las
antiinflamatorios no esteroideos orales o tópicos durante epicondilitis 1® video 14-11.
un período de tiempo de entre 10 y 21 días. En ocasiones,
en los casos rebeldes, puede asociarse una inmovilización
del codo con férulas de yeso antiálgicas durante el mismo
período de tiempo, aunque no es un método del agrado de
La utilización como medida terapéutica de plasma rico en
factores de crecimiento (PRGF-Endoretlll) ha mejorado
notablemente las expectativas de éxito al estimular la re-
generación tisular.
o
los autores, ya que puede conllevar arrofia muscular o rigi-
dez, que son contraproducentes. Dentro del tratamiento
médico se puede incluir el papel del traumatólogo o del es-
pecialista en medicina deportiva o laboral, del preparador
físico, del entrenador y del fisioterapeuta para analizar y
corregir las posibles causas de la patología, como pueden
ser: falta de calentamiento previo, actividad física poco ha-
bitual, dietética inadecuada, una mala técnica deportiva,
uso de material inadecuado, etcétera.

o El tratamiento médico requiere reposo más antiinflama-


torios no esteroideos pautados durante un tiempo de en-
tre 10 y 21 dias.

Ortopédico
El tratamiento ortopédico tiene un aspecto preventivo
fundamenralmente, como la utilización de cinchas, code-
ras (véase el capítulo 38) o vendajes funcionales (oo véase
Vol. 11. capítulo 17) para limitar en el codo el movimiento de
los músculos epicondíleos y no reaccionar en exceso del
epicóndilo. También se pueden prescribir, aunque son me-
nos utilizadas, las ortesis de muñeca anticodo de tenista
que limitan en este caso a los citados músculos pero en la
muñeca.

Infiltraciones con corticoides


Infiltraciones con corricoides sobre el epicóndilo y los ren-
dones. La frecuencia y número dependerán del efecro y del Figura 14-1. Infiltración ecoguiada de PRGF-Endoret'9 en epicon-
grado de afectación. Por lo general, en los peores casos no dilítis. Vista externa.
167

Fisioterapia
El traramiemo de fisioterapia en la epicondilitis ha sido
amplia y detalladamente expuesto en el OEl Vol. 11, capítulo 14.

Aplicación de ondas de choque extracorpóreas


Se basa en la aplicación de ondas ulrrasónicas de alta energía
en el epicóndilo, a razón de una sesión semanal durante 3 se-
manas consecutivas (en algunos casos se aplica una cuarta se-
sión al mes). Puede ser molesta su aplicación en algún caso y
requerirse la anestesia local de la zona, pero apenas rienen
efectos secundarios (hematomas) y sólo está conrraindicada
su aplicación en estructuras vasculares y nerviosas: osteomie-
litis, fisis de crecimiemo y hueso tumoral. Algunas comrain-
dicaciones relativas de su aplicación son el embarazo, en coa-
gulopatfas y en pacienres en tratamiento anticoagulante. Por Figura 14-3. Cirugía de la epicondiliti s. Extirpación del tejido pato-
el momento, los amores consideran que las ondas ultrasóni- lógico ltendinosisl.
cas están indicadas cuando el tratamiento conservador ante-
riormente citado ha fracasado e incluso en los casos rebeldes za, a través de una incisión centrada sob re el epicóndilo
al tratamiento quirúrgico. Evidentemente, también se puede (Fig. 14-2), una disección para identificar los tendones
indicar como primera opción de tratamiento. epicondíleos y proceder a la desinserción y a la extirpación
del tejido patológico (tendinosis) (Fig. 14-3), que general-
Quirúrgico menee afecta al segundo radial (p uede ampliarse a la apo-
La opción quirúrgica se utilizará siempre y cuando hayan neurosis extensora en caso de estar también afectada). Se
fracasado los traramientos anteriores. Hay descritas nume- completa la cirugía con una puesta a plano del osteofito, si
rosas técnicas quirúrgicas que no se van a exponer en este existe en el epicóndilo, y unas perforaciones o una decor-
tema, simplememe se describirá brevemente la técnica que ticación de éste para aumemar el fl ujo vascular y estimular
utilizan los autores del capítulo. la aparición de tejido fibrotendinoso sano.
Con anestesia general o locorregional, se realiza, siste- Además, se complementa el tratamiento co n la utiliza-
máticamente y en todos los casos, una artroscopia de codo ción de PRGF-Endoret®, pues se ha demostrado que indu-
para poder explorar la articul ación, ya que con frecuencia, ce la proliferación celular en el tendón o en el ligamento
como se ha comentado anteriormente, se suele asociar a la (Sánchez etal , 2014) (Fig. 14-4) .
epicondilitis una artropatía humerorradial, y así objetivar Posteriormente, se coloca un vendaje compresivo o in-
si existen lesiones como sinovitis, fibrosis (engrosamientos movilización antiálgica hasra la retirada de los p un tos, y, fi-
de franjas sinoviales inrraarticulares), condromalacia de la nalmente, se inicia el tratamiento de fisioterapia.
cabeza radial, ere. Hay autores que aconsejan realizar tam-
bién sistemáticamente una revisión de la rama profunda
del nervio radial en la arcada de Frohse; los autores no la
practican habitualmente cuando están seguros de haber
Se ha demostrado que los denominados PRGF-EndoretCI)
inducen la proliferación celular e n el tendón, de ahí su
o
aplicación e n la e picondilitis.
realizado un diagnóstico preciso. Posteriormente, se reali-

Figura 14-2. Cirugía de la epicondili tis . Incisión centrada sobre el


epi cóndilo. Figura 14-4. Cirugía de la epicondilitis. Infiltración de PRGF-Endoret0 .
168

EPICONDILALGIAS LATERALES. • Analítica sanguínea. Si se sospechan reumatismos (véa-


ARTROPATÍA HUMERORRADIAL se el capítulo 40) o hiperuricemia (véase el capítulo 44).
• Radiología. Puede mostrar signos de afectación articu-
La arcropatía humerorradial se corresponde con el dolor en lar, como ya se ha comentado; así, se puede objetivar
el epicóndilo lateral del codo, asociado normalmente con un pinzamiento e irregularidad de la in terlínea articu-
los gestos de manipulación, particularmente pronosupina- lar, presencia de osteofitos (véase el capítulo 42), cuer-
ción. pos libres, osteocondritis, etc., pero también puede ser
normal.
Manifestaciones clínicas y diagnóstico. • Ecogmfia. Útil para detectar derrame articular.
Sintomatología • TC. Útil para valorar cuerpos libres, osreocondritis, se-
Es la segunda causa de epicondilalgia lateral, habitualmen- cuelas de fracturas de la cabeza radial o del cóndilo hu-
te se encuentra asociada a la epicondilitis y las causas vie- meral, etcétera.
nen a ser las mismas: una hipersolicitación de la extremi- • Rlvf. Muy útil, pues valora con gran eficacia la presen-
dad con movimientos de Aexoextensión de muñeca y, so- cia de derrame, sinovitis, condromalacia, además de las
bre rodo, de pronosupinación, ya sean deportistas o traba- ya comentadas en la TC.
jadores manuales, q ue como en la epicondilitis son los sec- • EMG. Normal en las afectaciones articulares puras.
tores de la población más propensos. Otras causas: osreo-
condriris (se piensa en esra eventualidad ante la existencia Tratamiento
de una epicondilalgia en un niño), artritis (reumáticas, de- En esta patología hay que establecer un buen diagnóstico,
generativas, ere.), posrraumáticas (fracturas que han pasa- ya que existen lesiones que son de clara indicación quirúr-
do desapercibidas en un primer momento), etcétera. gica, como la existencia de un cuerpo libre articular !ra-
La patología es debida a una afectación articular, parti- tón e ( que provoca cuadros de bloqueos articulares. Pero,
cularmeme de la humerorradial, y, como se ha comemado normalmente, la patología no es tan clara y se confunde,
con anterioridad, puede encontrase condromalacia u os- como se ha comentado, con una epicondilitis, por lo que
teocondritis de la cabeza radial o del cóndilo humeral, si- el tratamiento no va a diferir en mucho del tratamiento
novitis, bandas ftbróticas intraarticulares, cuerpos libres de visto anteriormente (véase el aparrado Tratamiento):
diversos orígenes (fragmentos d e carcílago patológico des- Médico. De igual manera que en el caso de la epicondi-
prendido, condromatosis sinovial, osteocondritis despren- li tis (véase el apartado Médico).
didas, ere.) e hipertrofia del ligamento anular. Ortopédico. Uso de coderas para la limi tación de lamo-
Las manifestaciones clínicas son semejantes a las de la vilidad arricular y para proporcionar calor a la arriculación.
epicondiliris, aunque en este caso el pacienre, además del Infiltraciones intmarticufares. Con una frecuencia seme-
dolor en la cara externa del codo, puede aquejar una limi- ja me a la ya comenrada en la epicondilitis.
tación de los movimientos, especialmente la pronosupina- !ufiltmciones con PRGF-Endore!>. Como ya se ha men-
ción. cionado, estimulan la regeneración tisular, por lo que se
recomienda su utilización (Vaquerizo et aL, 20 15) como
procedimiento habitual en la práctica clínica para tratar

o La artropatía humerorradial presenta dolor en el epicón-


di lo lateral del codo, asociado normalmente con los ges-
tos de pronosupinación.
laosteoartriris (Anirua, Sánchez, Orive & Padilla, 2013).
Fisioterapia. Este procedimiento está desa rrollado en
detalle en el C3El Vo l. JI, ca pítulo 14.
Ondas de choque. En esta patología no parecen tener
ninguna indicación.
Exploración clínica Quirúrgico. Asociado a la cirugía de la epicondilitis o
La exploración clínica más eviden te para descartar una ar- bien de forma individual cuando la etiología de la epi-
tropatía humerorradial es: condilalgia por afectación articular es única. La técnica
• Palpación dolorosa de la cabeza del radio y de la inter- utilizada por los autores del capítulo consiste, normal-
línea articular humerorradial, así como con los movi- mente, en una artroscopia del codo con anestesia gene-
mientos de pronosupinación. ral o locorregional para realizar un trabajo inrraarticu-
• Presencia de signos articulares: limitación de la movili- lar según las lesiones: sinovectomía en el caso de sinovi-
dad, sobre todo de la extensión (por la presencia de de- tis, extracción de cuerpos libres, desbridamiento de
rrame, de cuerpos libres, pellizcamienro de la sinovial hi- bandas fibrosas o de lesiones condrales, fijación o extir-
pertrofiada, etc.), crujidos articulares o resaltes, bloqueos. pación de osteocondritis, etc. En algún caso específico,
como secuelas de fracturas, puede ser necesaria una ci-
Las pruebas de epicondilitis, en ocasiones, pueden ser ne- rugía abierta para la fijación o extirpación del fragmen-
gauvas. to osteocondral cuando es de gran tamaño; también po-
dría ser necesaria la cirugía abierta en el caso de la, extir-
Exploraciones complementarias
pación parcial del ligamento anular de la cabeza radial
Las exploraciones complementarias m ás utilizadas en la (conviene no extirparlo en su totalidad para no desesta-
práctica habitual son: bilizar la articulación).
EPICONDILALGIAS LATERALES. • Pruebas de epicondilicis, que pueden ser positivas. La
NEUROPATÍA DEL NERVIO RADIAL diferencia es que la prueba del tercer dedo y la de la su-
pinación contrarresistencia pueden ser más intensas que
La neuroparía del nervio radial es un trastorno que se es- la de la extensión conrrarresistencia del puño y la flexión
tudiará en profundidad en el capítulo 35 (aparrado Nervio pasiva de la muñeca, al contrario que en la epicondilitis;
radial) y, en concreto sobre el codo, en el apartado Síndro- en ningún caso hay pruebas totalmente específicas.
me de compresión del nervio radial en el codo.
Exploraciones complementarias
Manifestaciones clínicas y diagnóstico.
Las exploraciones complementarias habituales son las ya
Sintomatología comentadas en las anteriores etiologías.
Menos frecuente que las otras dos etiologías ya comenta- En este caso hay que hacer especial mención a la elec-
das, pero es causa de la mayoría de las epicondilalgias tra- tromiografía, que es la que puede dar el diagnóstico defi-
tadas como epicondiliris y que han fracasado, es decir, que, nitivo. En principio puede ser normal o, si el cuadro es de
ante una epicondilitis que no ha mejorado con el traca- larga evolución, puede dar trastornos menores de la con-
miento, hay que descartar una neuropatía del nervio ra- ducción. Si se sospecha la patología, se debe recomendar
dial. Concretamente, se traca de una compresión de la realizar una elecrromiografía después del esfuerzo de pro-
rama profunda del nervio radial que es fundamentalmen- nosupinación, objetivando fibrilaciones en el supinador
te motora (inerva al extensor común de los dedos, exten- coreo. En las parálisis del nervio radial serán evidentes los
sor propio del quinto dedo, extensor propio del segundo signos clínicos (imposibilidad para la extensión de las me-
dedo, extensores corro y largo del primer dedo y cubital tacarpofalángicas, inclinación radial, etc.) y también los
posterior) En la terminología traumatológica se denomina signos electromiográficos (denervación selectiva y altera-
erróneamente nervio interóseo posterior, pero anatómica- ción de la conducción del impulso nervioso en la zona de
mente el verdadero nervio interóseo posterior es la rama ter- compresión).
minal sensitiva de esta rama profunda del radial a la que nos
referimos (inerva la muñeca, las arciculaciones carpianas y
carpometacarpianas). La compresión se produce a la altura
del túnel radial, que es el espacio comprendido entre los dos
En una epicondilitis con mala evolución hay que realizar
una electromiografía para descartar neuropatía del ner-
o
vio cubital.
haces superficial y profundo del músculo supinador corro;
el borde superior del haz superficial suele ser fibroso y se de-
nomina arcada de Frohse y es por donde pasa el nervio. Tratamiento
El cuadro clínico es debido a la compresión del nervio El tratamiento habitual es semejante a los estudiados para
en este tt'lnel y se debe al engrosamiento de esta arcada y al las anteriores patologías.
aumento de presión dentro del túnel por acción conjunta El tratamiento médico es normalmente con reposo, vi-
del segundo radial y del supinador corto en los movimien- raminas del grupo B, anti inflamaro rios, ere. En alguna
tos repetidos de pronosupinación del antebrazo y de flexo- ocasión se prescribe inmovilización durante 3 semanas con
extensión de la muñeca, al igual que en las otras dos etio- una férula braquipalmar. El tratamiento ortopédico se uti-
logías ya descritas de epicondilalgia lateral. En esta oca- liza con la misma finalidad que en las orras epicondilalgias.
sión, sólo se describe el síndrome de compresión del ner- Las infiltraciones con corticosteroides se aplican a la altu-
vio radial que no produce parálisis, simplemente dolor. ra del túnel radial, en el supinado r corto. Las ondas de
choque no parece que rengan eficacia en esta etiología.
Como en los otros casos, un adecuado procedimiento de

o
Un fisioterapeuta, ante una epicondilitis que no evolucio-
na satisfactoriamente con el tratamiento conservador, fisioterapia como la neurodinamia (GEl véase Vol. 11, capítu-
debe consultar al tra umatólogo, pues hay que descartar lo 221 u otros (GEl véase Vol. 11, ca pítulo 141 resul ta funda-
una neuropatía del nervio radial. mental.
En lo que se refiere al tratamiento quirúrgico, consiste
en la liberación del nervio mediante un amplio abordaje
Exploración clínica anterior o combinado posteroanterior para seccionar la ar-
La exploración clínica consiste fundamentalmente en: cada de Frohse y codo el haz superficial del supinador cor-
• Palpación dolorosa de la masa de los extensores por de- ro, teniendo cuidado en una buena hemostasia para impe-
bajo de la flexura del codo, delante de la cabeza radial. dir un síndrome compartimenta! (capítulo 9, aparcado
Se debe comparar con el lado sano, pues es una zona Síndrome compartimental agudo) o que los hematomas
que frecuentemente resulta molesta en condiciones nor- causen más inflamación con el consiguiente riesgo de fi-
males, por lo que interesa sobre codo la intensidad. brosis secundaria. Posteriormente se inmoviliza hasta la re-
• Signo de Hoffman-Tinel positivo: percusión del nervio tirada de los puntos.
que produce un cosquilleo molesto que puede irradiar-
se hasta el dorso de la muñeca. La sensibilidad cutánea esrá
preservada, pues ro que la rama sensiriva cutánea del radial
nace antes de la entrada del nervio en el túnel radial.
El tratamiento mediante neurodinamia se muestra eficaz
en la neuropatía del ne rvio radial. o
170

EPICONDILALGIAS LATERALES. RADICULOPATÍA guinces del ligamento lateral inrerno, aunque en este úl-
timo caso podrá haber también una laxitud.
Correspondería a la irritación de las raíces cervicales C6 o • Pruebas específicas de epitrocleítis:
C7 y el diagnóstico vendrá definido bien por haber desear- - Maniobra de pronación contrariada (pronador re-
cado las otras etiologías de epicondilalgia o bien por pre- dondo).
sentar una serie de signos y síntomas propios, como podría - Maniobra de flexión contrariada de la muñeca y de
ser el dolor a la palpación de los macizos arriculares de C5- los dedos (palmar menor y mayor y flexor común de
C6 o C6-C7, presencia de parestesias y celulalgia en terri- los dedos).
torios CG oC7. La electromiografía y la RM cervical pue- - Maniobra de flexión e inclinación cubital conrraria-
den poner de manifiesto la afectación radicular. Los even- da de muñeca (cubital anterior).
tuales signos radiológicos de artrosis cervical pueden orien-
tar, pero no existe en la mayoría de las ocasiones paralelis- Exploraciones complementarias
mo con el cuadro clínico. La mejoría de los síntomas con Las exploraciones complementarias para el diagnóstico de
las manipulaciones cervicales y las infiltraciones de las raí- la epitrocleítis son diversas, las más utilizadas son:
ces o de los macizos articulares posteriores orientarán al • Analítica sanguínea. Para descartar una patología mera-
diagnóstico de epicondilalgia de origen cervical (véase el bélica o reumática.
capítulo 28, apartado Región cervical). • Rndiofogía convencional. En muchas ocasiones son nor-
males, pero pueden poner de manifiesto con cierra fre-
EPICONDILALGIAS MEDIALES. EPITROCLEÍTIS cuencia la presencia de pequeii.as calcificaciones, reac-
ciones periósticas en la epitróclea, etcétera.
Se comenzará el estudio de las epicondilalgias mediales por • Ecografin. Puede ser normal o, por el contrario, informar
las epitrocleítis. sobre una patología articular (derrame), hematomas, pe-
queñas roturas tendinosas, calcificaciones, etcétera.
Manifestaciones clínicas y diagnóstico. • TC Cuando se sospechen arrancamientos de la epitró-
Sintomatología clea o patología arricular. En la epitrocleítis pura puede
La epitrocleítis es la tendinitis de inserción de los múscu- ser normal.
los epitrocleares: flexor común superficial de los dedos, • RM. Al igual que la TC informa sobre la articulación
palmar menor y mayor, cubital anterior y pronador redon- humerocubital: sinovitis, cuerpos libres, lesio nes con-
do. Al igual que la epicondiliris, es debida a una sobresoli- drales, etc., si existe una lesión del ligamento lateral in-
citación de los citados músculos por un deporte (golf, te- terno, etc.; además, puede aportar d atos sobre la presen-
nis, lanzadores, etc.) o por un trabajo repetitivo con movi- cia de bursitis, derrame o inflamación alrededor de la epi-
mientos de fle xión e inclinación cubital de muñeca co n tróclea y, desde el p unro de vista tendinoso, pequeñas ro-
pronación del antebrazo. También es muy frecuente en turas incrarendinosas, ere. Al igual que la TC puede ser
mujeres de edad media, sin sobresolicitaciones, en un en- interpretada como normal en la epirrocleítis pura.
torno de tendinosis degenerativa y fibromialgia (véase el • EMG. Es muy importante descartar en las epitrocleíris
capítulo 46); de hecho, en la práctica diaria es este sector una afectación del nervio cubital.
de la población el que predomina en las consultas de fisio- • Otms expfomciones. Gammagrafía ósea, al igual que en
terapia; en la mayoría de los casos es bilateral. Es muy raro las epicondilitis, cuando se sospecha osteocondritis para
en niños y adolescentes (en estos pacientes se pensará en la valoración de calcificaciones, para discriminar a pa-
arrancamientos d e la epitróclea). cienres rentistas, etcétera.
El dolor se localiza en la cara interna del codo, se asocia
con una pérdida de fuerza para apretar (flexores de dedos) Tratamiento
y, en ocasiones, con irradiación por el borde cubital d el an- Al igual que en la epicondilitis, hay que llegar a un buen
tebrazo. diagnóstico e individualizar el traramienco según la intensi-
dad del cuadro clínico y el tipo de paciente. En principio,

o Un dolor e n la cara medial del codo, con pérdida de fuer-


za en la prensión, orienta hacia una epitrocleítis.
con un tratamienro conservador se resuelven la mayoría de
los casos. Raramente se necesita un tratamienro quirúrgico.
El tratamiento médico consiste en reposo de los múscu-
los afectados, antiinflamarorios orales o tópicos e inmovi-
lizaciones en determinados casos, como pacienres que res-
Exploración clínica ponden mal al tratamiento conservador y antes de plantear
La exploración clínica más habitual en estos casos es: un tratamiento quirúrgico.
• Palpación dolorosa de la epitróclea o de la zona d e in- El tratamiento ortopédico se basa en la utilización de
serción tenoperióstica y que, al igual que en la epicon- cinchas o coderas para li mitar la tracción de los rendones
diliris, puede asociarse con signos inflamatorios de tu- de los músculos epitrocleares sobre la epitróclea.
mefacción, calor, hipersensibilidad, etcétera. Se pueden utilizar infiltraciones d e corricosteroides en
• El dolor al valgo forzado del codo que tensa los múscu- la epitróclea y tendones afectos, como se ha co menrado en
los epitrocleares puede ser positivo rambién en los es- la epicondiliris.
171

Las infiltraciones con PRGF-Endoret®, como ya se ha • Signo de Hoffman-Tinel positivo e n el canal epitro-
mencionado, estimulan la regeneración tisular, por lo que clear.
se recomienda su ucilización (Vaquerizo et al, 20 15) como • Signos de afectación muscular: entre ellos los más carac-
procedimiemo habitual en la práctica clínica para tratar las terísticos son:
epitroclefris. - Atrofia del primer espacio interóseo.
La fisioterapia, co mo es h abitual, resulta fundamemal Prueba de Fromer: se pide al paciente que sujete una
IC3El véase Vol. 11, capítulo 141. hoj a de papel entre el primer y segundo dedos, sin
Las ondas de choque extracorpóreas son una alternativa flexionar la interfalángica del pulgar, se intenta reti-
de rraram iemo efectiva y que, al igual que en la epicondi- rarla y el paciente con afectación del cubital, debido
litis, se utilizan en los pacientes que no mejoran co n los a la debilidad del aductor del pulgar, debe flexio nar
tratamientos comemados anreriormeme, aunque también la interfalángica.
pueden ucilizarse como primera opción de tratamie mo. Evaluación de los interóseos del cuarto y quinto de-
El rraramien ro quirúrgico se basa, al igual que en la dos: se pide al paciente que intente sujetar u na hoja
epico ndiliris, en la resección del tejido tendinoso pato ló- de papel entre los citados dedos en extensión.
gico y en la desi nserción del rendón común de los múscu-
los epirrocleares, con resección de osreofiros de la epirró- Exploraciones complementarias
clea, si los h ubiera, y es rimulación de la epirróclea me- Las exploraciones complementarias más utilizadas son:
diante decorticación o perforaciones. Se asocia una libe- Analitica. Para descartar una patología reumática y me-
ración del nervio cubital, m ás o menos amplia según el tabólica. Debe recordarse que en los pacientes diabéti-
EMG previo, y una transposición de éste en casos de mo- cos las neuroparías son más frecuentes.
derada o severa afectación o en una luxación recidivame Rltdiogmfiasy TC Para valorar artrosis, fracturas, etcétera.
del nervio. Se recomienda inmovilización hasta la cicatri- RM. Aporrará información como las pruebas ameriores
zación de las heridas y, posteriormente, seguir el procedi- y, además, puede incluso proporcionar información so-
miento de fisioterapia. bre la existencia de sinovitis, si en el nervio existe una
lesión tumoral, si existen tumoraciones blandas que
puedan ser causa d e compresión del nervio, etcétera.
O El tratamiento conservador en la mayoría de los casos de
epitrocleítis suele ser resolutivo.
Ecogmfia. Puede ayudar en los casos de tumoraciones
(véase capítulo 36).
EMG. Es fundamental para el diagnóstico en esta pato-
EPICONDILALGIAS MEDIALES. NEUROPATÍA logía. La velocidad de conducció n está disminuida en el
codo y habrá signos de denervación en los músculos cu-
DEL NERVIO CUBITAL
bital dependientes.

o
Se continúa el estudio de las epicondilalgias mediales por
la neuroparía del nervio cubital. El lector podrá encontrar
La electromiografía es la prueba de elección en el diag-
desarrollado en profundidad el rema d e la neuroparía del
nóstico de la neuropatía del nervio cu bital.
nervio cubital en el capítulo 35, aparrado Nervio cubital.

Manifestaciones clínicas y diagnóstico.


Sintomatología Tratamiento
Frecuentemente está asociada a la epirrocleíris, hasta en un El tratamiento depe nderá de la etiología y del tipo de pa-
40% de los casos. Las etiologías son diversas; a las ya co- ciente. Así, si se trata de un arrancamiento con desplaza-
mentadas para la epirrocleíris se pueden añadir las debidas m iento de la epicróclea y con afectació n del nervio, se im-
a irri tación como consecuencia de las secuelas de fracturas pone un tratamiento quirúrgico. Si la simomarología y los
y artros is, las debidas a estiramientos por deformidades en signos electromiográficos son leves, se intentará un tratamien-
valgo del codo y las debidas a fricción causadas por una lu- ro conservador con antiinflamarorios no esteroideos, vitami-
xación recidivante. Al contrario que en las neuroparías del nas del grupo By reposo de la extremidad vigilando la evolu-
radial, aquí predominan las parestesias, que son continuas ción. T.1.mbién se pueden indicar infiltraciones aisladas.
y tienden a aumemar con el tiempo. Aumentan también Se recomiendan procedimientos de fisioterapia como la
con la actividad manual intensa. Cuando lleva mucho n eurodinam ia IC3El véase Vol. 11, capítulo 221 u otros IC3El véa-
tiempo d e evolución, p uede presentar trastornos motores. se Vol. 11, capítulo 14). Las ondas de choque no son efectivas
en esta patología.
Exploración clínica Si la EMG indi ca que la afectación es moderada o seve-
La exploración clínica más habitual es: ra, se realizará un tratam iento q uirúrgico, que consiste
• Aumento de las parestesias y del dolo r en la flexión for- normalmente en realizar una amplia liberación del nervio
zada y mantenida del codo durante 1 minuto. y una rransposición de és te en la misma zona anterior sub-
• Hipoesresias y disestesias en casos crónicos en las zonas cutánea o submuscular. Los autores del capítulo, además,
inervadas por el cubital: dorso y palma de mano, inclu- proponen el tratamiento mediante infiltración de PRGF-
yendo el quinto dedo y la mirad cubital del cuarto d edo. Endoret® (Fig. 14-5).
172

mental agudo). El cuadro clínico es de dolor y ede-


ma en los músculos, con déficit de extensión. El tra-
tam iento es conservador y, ocasionalmente, quirú r-
gico para una fasciotomía.
• En el compartimento extemo. Se incluyen lesiones en la ar-
ticulación humerorradial con lesiones osteocondrales y
cuerpos libres, ya vistas en las epicondilalgias laterales.
• En el compartimento posteromediaL Por el conflicto en-
tre el olécranon y el borde medial de la fosita olecranea-
na. Así, aparecen osteofiros en el olécranon y en el hú-
mero distal con estrechamienro de la interlínea articu-
lar. La membrana sinovial se hipertrofia, el cartÍlago se
fibrila y puede haber cuerpos libres, todo ello impedirá
la extensión del codo. En estos casos avanzados, donde
el tratamiento conservador no produzca los alivios de-
Figura 14-5. Infiltración con PRGF-Endoret<'> en el nervio cubital seados, puede realizarse una toilette (limpieza) amoscó-
tras ci rugía de liberación.
pica para la extracción de cuerpos libres y la resección
de los osteofitos y de la hipertrofia sinovial, seguido de
EPICONDILALGIAS MEDIALES. un programa d e recuperación concienzudo.
CODO DEL LANZADOR
La patología del codo del paciente que practica deportes de
lanzamiento es bastante conocida en la literatura científi-
ca americana por ser una patología muy frecuente entre los
En el codo del lanzad or, al cronifi ca rs e la lesión, está in-
dicada una limpieza articular quirúrgica. o
jugadores de béisbol, auténtico deporte nacional de algu- LESIONES TENDINOSAS DEL CODO
nos países como es el caso de Estados Unidos. Aquí, en Eu-
ropa, no deja de ser frecuente, p ues puede verse en otros Las lesiones tendinosas del codo pueden ser tendinopatías
deportes como balonmano y atletismo (lanzadores de jaba- o roturas tendinosas y afecran a los dos tendones funda-
lina). mentales del codo: el bici pita! y el rricipital.
En este apartado se incluyen lesiones en los tres com-
partimentos del codo {lateral, medial y posterior), debido Tendinopatía bicipital
a la mecánica del lanzamiento en la que se produce una hi- La tendinoparía de inserción del bíceps sobre la tuberosi-
persolicitación interna y una compresión externa por el dad bicipiral del radio es rara y puede aparecer en depor-
valgo forzado, así como una sobrecarga posterior por la hi- tes o t rabajos con movimientos de pronosupinación repe-
perextensión de la fase final del lanzamiento. tidos en hiperflexión o hiperextensión.
Así, pueden encontrarse las siguientes lesiones: El cuadro clínico es de dolor en la cara an terior del
• En el compartimento intemo. Se incluyen las epitrocleí- codo, d ebajo de la flexura, y aparece en la palpación del
tis y neuropatías del cubital, ya visws (apartados Epi- rendón (Fig. 14-6) y con las maniobras contrarresisrencia
condilalgias mediales. Epitrocleítis y Epicondilalgias de flexión del codo y supinación isométrica del antebrazo
mediales. Neuropatía del nervio cubital, respectivamen- con hiperextensión de codo.
te), y las lesio nes del ligamento lateral interno (LLI) y
las lesiones de los músculos flexo res y pronadores:
- En el LLI se producen microlesiones por el valgo re-
petido del codo en el lanzam iento, incluso puede
producirse una rotura aguda. El dolor se presenta en
la f:1.se de armado y en la fase de aceleración. El dolor
se localiza en la cara interna del codo con d iferentes
signos, según el grado de inflamación. La presencia
de inestabilidad (con prueba de valgo forzado se
comprueba el dolor sobre el ligamento y la laxitud
del codo) es una indicación quirúrgica. El diagnóstico
se puede realizar con radiografías, forzando el valgo
para valorar la laxitud, y mediante RM, en la que se
puede poner de manifiesto una lesión del LLI. La ci-
rugía se basa en la reparación o en la plastia del LLI.
- La afectación de los músculos puede provocar una
sobrecarga de éstos o un síndrome compartimental Figura 14-6. Tendi nopatía del tendón bicipital. Detalle de la clínica.
(véase el capículo 9, apartado Síndrome compartí- Nótese el tendón engrosado.
173

Figura 14-9. Cirugía de la rotura bicipital. Infiltrac ión de PRGF-


Endoret®.
Figura 14-7. Infiltración ecoguiada de PRGF-Endoret®en una ten-
dinopatía bicipital. Vista externa.
Las complicaciones son calcificaciones, sinostosis radio-
La ecografía y la R.M pueden ayudar. También es sensi- cubital y lesiones del nervio radial por la vía de abordaje.
ble la gam magrafía ósea. Los autores del capítulo recomiendan, además, comple-
El tratamiento es conservador y consiste en antiinfla- mentar el tratamiento con la utilización de PRGF-Endo-
matorios, reposo, fisioterapia e infiltraciones. ret®, pues, como ya se ha mencionado, induce la prolifera-
Los autores del capítulo recomiendan, además, comple- ción celular en el tendón (Sánchez etaL, 20 14). (Fig. 14-9).
mentar el tratamiento con la utilización de PRGF-Endo-
ret®, pues se ha demostrado que induce la proliferación ce- Tendinopatía tricipital
lular en el tendón (Sánchez et al, 20 14) (Fig. 14-7). También llamada olecrrmalgia y hace referencia a la teno-
bursitis o tenoperiostitis del tríceps braquial en su inser-
Rotura del tendón distal del músculo bíceps ción en el olécranon. Es debida a una sobresolicitación del
Las roturas distales del bíceps son mucho menos frecuen- codo por movimientos repetidos de hiperextensión de
tes q ue las proximales en el hombro. Se producen en de- codo en deportes como halterofilia, kárate, voleibol, tam-
portistas o trabajadores que realizan un esfuerzo de flexión bién tras largos trayectos en bici, etc., y en trabajadores
con trariada o con una extensión forzada con el bíceps con- manuales como albañiles. También puede aparecer tras un
traído, favorecido en las personas de más de 60 años por la traumatismo directo.
degeneración tendinosa. En la exploración clínica presenta dolor a la palpación
Clínicamente presentan un dolor a la flexión contrarre- de la puma del olécranon. Puede haber signos inflamato-
sistencia, desaparición del relieve del tendón, retracción rios, sobre todo en traumatismos directos.
del vientre muscular, tumefacción y equimosis tardía. Las pruebas específicas son: reproducir do lor con las
En las radiografías del codo en pronación puede verse maniobras de estiramiento contrarresistencia del codo y
un arrancamiento de la tuberosidad bicipital. La ecografía provocar dolor con la hiperflexión del codo al poner en
y la R.M pueden ayudar en caso de dudas. tensión el tríceps.
El tratamiento en personas jóvenes y en casos agudos es Las exploraciones complementarias son la radiología
la rei nserción transósea (Fig. 14-8). En los casos que hayan simple, que puede mostrar signos de sufrimiento crónico
pasado inadvertidos, o en ancianos, se realizan otras técni- como presencia de osteofiros en la punta del o lécranon y
cas, como la sutura al braquial anterior o las plastias con nódulos calcificados tendinosos o paratendinosos; la eco-
fascia lata o tendón del semitendinoso. grafía y la RM, que son exploraciones complemenrarias

Figura 14-8. Cirugía de la rotura bicipital. (Al Campo quirúrgico en la flexura del codo. [B) Rotura y retracción del tendón del bíceps distal.
(C) Aspecto del mu ñón del tendón a rra ncado.
174

Figu ra 14-10. Campo quirúrgico en


cirugía del tríceps. (Al Vista durante
asepsia. (BI Visión panorámica.

más sensibles y proporcionarían signos de bursiris, peque- to de un fragmento más o menos pequeño del olécranon y
ñas roturas intratendinosas, etcétera. siempre extraarticular. Se producen tras una flexión forza-
El tratamiento médico en general produce la curación a da del codo cuando el tríceps esd contraído.
base de reposo y antiinflamatorios no esreroideos, junto En la exploración clínica el paciente presenta dolor, tu-
con un procedimiento de fisioterapia. También pueden ser mefacción y equimosis e n la zona posterior del codo con
necesarias las infiltraciones. Las ondas de choque teórica- signo de «hachazo., a la altura del rendón del tríceps o en
mente tendrían aquí otra indicación. su inserción. Se asocia con impotencia para la extensión
El tratam iento quirúrgico es raro, pero en tal caso se del codo si la rotura es completa o con dolor y clara dismi-
realizará una escisión del tejido tendinoso patológico y de nución de la fuerza para la extensión del codo.
la bursiris fibrosa, así como una resección de los osreofitos La exploración complementaria habitual es la radiología
del olécranon. simple para valorar si existen fragmentos avulsionados de
Los autores del capítulo recomiendan, además, comple- olécranon, y en caso de dudas se utilizan la ecografía y la R.M.
mentar el tratamiento con la utilización de PRGF-Endo- En principio, el tratamiento es quirúrgico {Fig. 14 - 10)
ret®, pues se ha demostrado que induce la proliferación ce- para la osreosíntesis de los fragmentos óseos si son viables,
lular en el rendón o en el ligamento usado como plasria o lo más frecuente es la resección de los pequeños frag-
(Sánchez et al., 2014). mentos avulsio nados para reinsenar el rendón en el olé-
cranon con puntos rransóseos d e materiales no reabsorbí-
Rotura del tendón distal del músculo tríceps bies o de reabsorción lenta. Se propone la u tilización de
Las roturas del tendón del tríceps son más frecuentes en cordones de PDS o cintas de Dacron° para inmovilizar lo
personas ancianas con degeneración tendinosa, en los pa- menos posible y comenzar la rehabilitación lo antes posi-
cientes jóvenes es más frecuente la avulsión o arrancamien- ble (Fig. 14- 11).

Figura 14-11 . Cirugía de la rotura tricipital. (Al Aspecto intraoperatorio de una


rotura: arrancamiento del tríceps y nervio cubital disecado. IBI Apertu ra del túnel
int raóseo. (Cl Reinserción intraósea del tríceps con cintas de POS. (DI Una vez
reinsertado.(EI Aspecto final.
14 • Traumatismos del codo 175

Figura 14-12. Cirugía de la rotura trici-


pital. IAJ Colocación del coágulo de
PRGF-Endoret®tras la reinserción del
tríceps con cintas de POS. lB) Aspecto
final.

Los autores del capítulo recomiend an, además, comple- (véase el capítulo 35. apartado Nervio mediano) en la zona
mentar el tratamiento con la utilización de PRGF-Endo- del codo pueden darse en dos zonas: en el brazo por un es-
rett!l, por su propiedad de induci r la proliferación celular polón supraepitroclear (su presencia es poco frecuente, por
en el tendón o en el ligamento usado como plastia (Sán- lo que no se va a desarrollar); y en el codo y antebrazo,
chez etaL, 2014) . (Fig. 14-12). donde se pueden encontrar con síndromes: el síndrome
del pronador redondo (véase el capítulo 35. apartado Sín-
drome del pronador redondo), que es fu ndamentalmenre
La utilización de PRGF-Endoret~~>, en el tratamiento de las

o tendinopatías y ruptu ras tendinosas del codo está s ufi-


cientemente acredita do pues induce la proliferación ce-
lular en et tendón.
sensitivo con mo lestias en la cara anterior del codo y en el
tercio proxi mal del antebrazo, y el síndrome del interóseo
anterior (véase el capítulo 35, aparrado Síndrome del ner-
vio interóseo anterior o síndrome de Kiloh-Nevin), que
cursa sobre todo con parálisis en los dedos de la mano. La
ATRAPAMIENTOS NERVIOSOS EM G proporcio nará el diagnóstico en la mayoría de los
casos. El tratamiento requiere inmovilización, con el codo
Los atrapamientos nerviosos son debidos a la compresión en flexión y pronosupinación intermedia y antiinflamato-
de un nervio periférico y están originados por el aumento rios, e infiltraciones en el pronador redondo, en su caso. El
de presión dentro de un compartimento inextensible. H ay tratamiento quirúrgico es mediante descompresión o libe-
que d istinguirlos de los síndromes compartimenrales (véa- ralización del nervio de rodas las es tructuras potencial-
se capítulo 9. aparrado Síndrome compartimenta! agudo), mente agresivas.

o
donde el daño es sobre rodo vascular.
En el codo se pueden afectar los tres nervios que atra-
El tratamiento quirúrg ico del nervio mediano consiste en
viesan la articulación y que son: el nervio radial por el lado
s u descompresión o li beralización.
externo, el mediano por el centro y el cubital por el la-
do incerno.
Los atrapamienros del nervio radial y nervio cubital ya HIGROMAS Y BURSITIS OLECRANEANAS
han sido estudiados en el apanado de epicondilalgia late-
ral (apartado Epicondilalgias laterales. Neuroparía del ner- Los higromas y las bursitis hacen referencia respectivamen-
vio radial) y medial (apartado Epicondilalgias m ediales. te a la presencia de derrame en el interior de la bolsa sero-
Neuropatía del nervio cubital) respectivamente. sa retroolecraneana y a su inflamación. Pued en ser cróni-
cas y agudas.
Nervio mediano
Se debe recordar que el nervio mediano desciende por la Bursitis agudas
cara interna del brazo, junto a la arteria humeral, a la altu- Pueden tener diversos orígenes: traumatismos, infecciones
ra del codo discurre sobre el braquial anterior y debajo de y reumansmos.
la expansión aponeurótica del bíceps, co ntinúa entre los Bu.rsicis aguda hemorrágica o traumática. Se produ-
haces del pronador redondo y pasa por el arco fibroso del ce generalmente por una caída, al apoyar el codo sobre el
flexor común superficial de los dedos, para descender por suelo a altura olecraneana; también se puede producir por
la parte media del anrebrazo. Apenas distalmenre al cuello una sobresoliciración o roce mantenido del codo con el
del radio, ames de salir el tronco del mediano del prona- suelo u otra superficie dura, por ejemplo por haberse arras-
dor redondo nace una rama colateral, que es el interóseo trado por el suelo apoyado sobre los codos. D e aparició n
anterior, que discurre por la cara anterior de la membrana brusca o a las pocas horas, se caracteriza por presentar en
interósea del antebrazo. Los atrapamientos del mediano su interio r sangre o líquido claramente hemático. El diag-
176

nóstico se establece por los antecedentes, las manifestacio-


nes clínicas y por la punción de la bolsa. El tratamiento Exploraciones complementarias
consiste en la evacuación del líquido o de la sangre presen- Las exploraciones complementarias habituales son:
te y puede asociarse con una infiltración, como siempre si- o Estudio en el laboratorio del líquido obtenido por si
guiendo unas medidas de estricta asepsia. Se puede añadir hay dudas sobre si está infectado o por si existen crista-
frío y vendaje compresivo durante 24-48 horas. les de uraro.
o La radiología simple aportará pocos daros, excepto si
existen osteofiros, espfculas o espolones óseos en el olé-

o El diagnóstico de la bursitis aguda se establece por los


antecedentes, las manifestaciones clínicas y por la pun-
ción de la bolsa. o
cranon.
La ecografía está indicada cuando existen dudas acerca
de si su contenido es líquido.

Bursitis infecciosa. Se produce por contaminación de una Tratamiento


bolsa serosa sana o de cualquier tipo de bursitis a través de una El tratamiento médico consiste en la aplicación de alcohol
erosión o herida o por una punción de una de estas bursitis. yodado al 5 o/o cuando exista poca cantidad de derrame. Si
Se caracteriza por un gran componente inflamarorio de la predomina la hipertrofia de la bolsa, se pueden aplicaran-
zona (calor, rubor, tumor y dolor), habitualmente sin fiebre. tiinflamatorios tópicos. Evidentemente, corregir, si es po-
El diagnóstico se realiza tras la punción de la bolsa, donde se sible, los gestos deportivos o laborales que provocan la bur-
observa un líquido purulento o con abundantes leucocitos sitis. Tratamiento ortopédico para evitar recidivas, como
(más de 25.000 con un 75 o/o de neutrófilos), su cultivo indi- coderas protectoras, etc. Se pueden aplicar infiltraciones
cará el germen causante y el amibiograma indicará el antibió- con vaciado o sin vaciado del líquido, dependiendo de si
tico que se debe utilizar como parte del tratamiento, junto a existe o no derrame. Es muy importante que no se infecte;
la evacuación del líquido purulento de la bursiris. Si fracasa para ello, como siempre, se deberá establecer una rigurosa
este rraramiemo, se realizará un drenaje y desbridamiento qui- aseps1a.
rúrgico junto con antibioterapia intravenosa. Las medidas de fisioterapia alivian el dolor y disminu-
Bursitis reumática. Se trata, fundamentalmente, de la yen la inflamación local, facilitando la movilidad articular.
bursitis por depósiros de uraro monosódico que producen En cuanto al tratamiento quirúrgico, consiste en la ex-
una reacción inflamatoria aguda y también de la gota rofoi- tirpación de la bolsa serosa si fracasan los tratamientos an-
de crónica, que sería la acumulación gradual de tofos, en este teriores.
caso en la bolsa olecraneana, y que producen deformidades
de los tejidos blandos en el codo (véase el capítulo 44). El
diagnóstico se hará al encontrar cristales de uraro en el aná-
lisis del líquido o de los tofos y por los antecedentes (otros
El manejo clínico de la bursitis requiere de una asepsia
exquisita.
o
ataques de gota, aumento del ácido úrico en sangre, etc.). El
tratamiento es médico con antiinflamatorios, colchicina, re-
comendaciones dietéticas, beber abundantes líquidos, fár- SEGUNDA PARTE:
macos hipouricemiames (alopurinol, probenecid). Ocasio- FRACTURAS Y LUXACIONES
nalmente, extirpación de la bursitis o del tofo· gotoso.

Bursitis crónicas TRAUMATISMOS DE LA EXTREMIDAD


DISTAL DEL HÚMERO
Se trata d e la hipertrofia e inflamación de la bolsa, debida
a microtraumatismos repetidos en deportes como judo, Una caída con el brazo en extensión puede dar lugar a una
kárate, voleibol, etc., y que ponen en contacto múltiples fractura de este tipo en el codo (Akesson, 2006). Estos
veces el codo con el suelo. También en cualquier trabajo traumatismos son infrecuentes y representan el 0,5 o/o de
donde se apoyan los codos repetidamente. todas las fracturas, con una incidencia de 5. 7/100.000 per-
sonas/año. Son de interés para el fisioterapeura, ya que su-
Exploración clínica ponen todo un reto en el proceso de recuperación, tal es
En la exploración, en las bursitis crónicas se observa un bul- así que se ha establecido como exitoso un rango de movi-
to en el olécranon que puede ser doloroso, sobre todo al miento articular (ROM) de 30-130 grados de flexoexten-
apoyar. Puede ser de aspecto fluctuante, lo que indica que sión (Morrey, 1981, 1995). Por ello, la pérdida de la función
tiene líquido en su interior. Su punción (siempre siguiendo del codo es un problema común con estas fracturas y puede
estrictas reglas de asepsia para evitar la infección) mostrará tener implicaciones importantes en la capacidad funcional
un líquido mecánico de aspecto amarillento que en el análi- fUtura del paciente (Kim 2005; Rommens, 2004).
sis presenta escasa celularidad (men:>s de 2.000 leucocitos). E.xisten numerosas clasificaciones en la cirugía del codo
En ocasiones no hay derrame, sino que la bolsa está hi- (Tablas web 14-2 a 14-9) en general; en lo que respecta a
pertrofiada y en su interior puede haber algún gránulo fi- la extremidad distal del húmero, la más aceptada es la pro-
broso doloroso a la palpación. puesta por la Asociación para el Estudio de la Osteosínte-
La movilidad del codo no tiene por qué estar afectada. sis AO/OTA, y, en concreto, en las fracturas de los cóndi-
-
14 • Traumatismos del codo 177

Figura 14-13. Fractura del capitellum de


tipo 1 (Hahn-Steinthall. (Al Proyección an-
teroposterior. (BJ Proyección lateraL

los laterales (véase caso clínico 14- 1), la clásica propuesta anciano. Por esta razón, no resulta lógico indicar inmovi-
por Milch (1964). lización estricta para una fractura articular poco estable y
Es preciso explorar siempre el hombro y la muñeca y sometida a osteosíntesis.
realizar un correcto examen del paquete vasculonervioso Lo habitual es la opción quirúrgica mediante fijación
completo. in terna seguida de inmovilización (Fig. 14- 15) , que, en ge-
La radiología anteroposterior y lateral suele ser suficien- neral, se mantiene durante 4 a 6 semanas según el tipo de
te en el diagnóstico (Fig. 14-13). La TC (Fig. 14-14) es útil fractura del codo, aunque generalmence durante 2 a 4 se-
para discriminar lesiones articulares, y si es con reconstruc- manas. La artroplastia total del codo se indica para las frac-
ción tridimensional, permite planificar con más precisión turas de las personas de edad avanzada con un hueso de
la intervención quirúrgica. mala calidad. En los casos de mal unión y retardo de la
El tratamiento conservador mediante reducción cerra- consolidación también se debe proceder a la estabilización
da e inmovilización no se recomienda habitualmente (Ro- quirúrgica mediante osreosíntesis con agujas y/o tornillo
binson et al, 2003), pues provoca un alto porcentaje de (Fig. 14-16) .
casos de mal unión y retardo de la consolidación, y está re-

o
servado, por tanto, a fracturas no desplazadas o mínima-
El tratamiento quirúrgico de las fracturas del extremo
mente desplazadas; es válida una inmovilización en cabes-
distal del húmero debe responder al principio de resta-
trillo, «a su caer)), en ancianos con muy poca demanda blecer la congruencia articular y permitir la movilización
funcional. Incluso con un material de buena calidad, la os- inmediata.
teosíntesis no es estable en la estructura osteoporótica del

Figura 14-14. Fractura del capitellum de tipo 1(Hahn-Steinthall. Tomografía computa rizada.
178 Parte 1. Cirug ía ortopédica y traumatología - Sección 11. Miembro superior

Figura 14-15. Fractura del capitel/um de


tipo 1[Hahn-Steinthall. Reducción abierta y
fijación interna con 4 tornillos troncocóni-
cos biorreabsorbibles (Arthrex <~> J. Control
postoperatorio. (Al Proyección anteropos-
terior. (BI Proyección lateral.

La complicación más frecuente es la rigidez del codo,


en concreto, la pérdida de la extensión (Issack, 2006;
Keschner, 2007; Kim 2005). El fisioterapeuta debe ser
La rigidez postraumática del codo es la principal compli-
cación de estas fracturas frecuen temente complejas.
o
prudente, pues una movilización agresiva puede contri-
buir al desarrollo de complicaciones posteriores. Se ha
descrito que la movilización pasiva forzada del codo le- Fractura supracondílea
siona el músculo braquial anterior y provoca una osifi- Las fracturas supraco nd íleas del húmero representan una
cación hererotópica (lssack, 2006) , además de una cap- patología frecuente en niños; constituyen del 3 al 7% de
sulitis del codo. Por ello, aunque es recomendable la rodas las fracturas y el 50-60% de las fracturas del codo en
movilización temprana, ésta debe ser suave. No obstan- esos pacientes son supracondíleas. Lo más frecuente es la
te, se precisan más ensayos clínicos que contrasten, ade- caída con el codo en extensión, en la que, además, el frag-
más del do lor y la amplitud de movimiento, los resulta- mento distal suele desplazarse a medial, lo que condiciona
dos funcionales del miembro superior con medidas de lesiones asociadas como el abordaje quirúrgico.
calidad d e vida, para así poder recom endar, con la cer- La clasificación de Garrland, modificada por Wilkins
teza de la evidencia científica, una movi lización tem- (1997) es la más urilizada. La evaluación exquisita de las
prana (Harding, Rasekaba, Smirneos & Hol land, parees nobles es imprescindible.
20 11). El procedimiento fisiorerapéutico de las fractu- El tratamiento conservador mediante inmovilización
ras de codo está expuesto en profundidad en el OQ Vol. 11. sólo es recomendable en las no desplazadas. En las despla-
capítulo 13. zadas, el tratamiento de elección es la reducción cerrada y
Si la movilidad no es satisfactoria después de 6 meses fijación con aguj as percutáneas. Para evitar la lesión del
de rehabilitación, hay que considerar la liberación qui- nervio cubiral, se ha propuesto el enclavijado lateral cruza-
rúrgica de la articulación. El cirujano tendrá cuidado de do divergente (Shannon, Mohan, Chacko & D' Souza,
no retirar el material durante la arrrólisis, con el fin de 2004}, con abordaje lareral, según la técnica de Dorgan.
evitar la recidiva de la fractura; los torn illos y las placas se Los resultados clínicos postoperatorios suelen ser evalua-
suelen retirar mucho más tarde, y sólo cuando provocan dos mediante los criterios de Flynn, que analizan la ampli-
molestias. tud del movimienro y la estética (ángulo de carga).

Figura 14-16. En las fractura s del codo, en los casos de mal unión y retardo de la consolidación, se debe proceder a la estabili zación
quirúrgica mediante osteosíntesis con agujas y/o tornillo.
179

Los aurores del capítulo, dada la evidencia cienrífica ambos; también se pueden emplear, en casos más graves,
disponible que recomienda su utilización, proponen la la p laca con tornillos o la extirpación del fragmento pro-
aplicación de PRGF-Endorer® en la seudoamosis no hi- ximal.
pertrófica tras una fractura supracondílea, ya que es clíni- El tratamiento posquirúrgico conlleva una férula poste-
camente seguro y puede mejorar su curación (Sánchez et rior a 90 grados durante 4 semanas. Se recomiendan ejer-
ni., 2009). cicios activos de mano, dedos y hombro. La recuperación
máxima de flexoexrensión se puede demorar hasta los
6-9 meses. El procedimiento fisiorerapéurico de las fracturas

o Una caída con el brazo en extensión provoca fractura su-


pracondílea del húme ro. Es una patología frecuente en
niños.
del olécranon está expuesto en profundidad en el GEl Vol. 11, ca-
pítu lo 13.
Las fractu ras d e cabeza y cuello de radio se clasifican en
cuatro tipos segün Juder. El rraramienro es co nservador y
FRACTURAS DE LA EXTREMIDAD PROXIMAL consiste en reducción cerrada e inmovilización; será qui-
DEL RADIO Y DEL CÚBITO rúrgico si la fracrura no es estable o existen fragmentos ar-
ticulares libres («ratones»), o hay alto grado de conminu-
Las fracturas y epifisiólisis proximales d e cubiro {véase caso ción, o, finalmente, si están demasiado anguladas. El pro-
clínico 14 -2) son lesiones raras y cuando se producen sue- cedimiento fisioterapéutico de las fracturas de cabeza y
len estar no desplazadas o, si acaso, desplazadas mínima- cuello del radio está expuesto en profundidad en el OEl Vol. 11,
mente; el tratamiento habirual es conservado r. Si existe capítulo 13.
desplazamiento importante, requieren reducció n abierta y
osreosíntesis. El resultado final suele ser satisfactorio y no LUXACIONES DE CODO
suele haber complicaciones.
Las fracruras del olécranon suelen ser tratadas median- Las luxaciones de codo siguen en frecuencia a las d el hom-
re reducción abierta exquisita seguida de fijación interna bro y a la de los dedos. Ocurren fundamentalmenre en
(Fig. 14- 17) , lo que permite una correcta reducción ana- adolescentes y adulros jóvenes. Es importante la reducció n
tómica, una movilización precoz y se conserva tanto la es- urgente no sólo para corregi r la deformidad y restablecer la
tabilidad articular del codo como el poder extenso r del fu ncionalidad, sino para evitar las complicaciones (circu-
músculo uíceps. Los métodos más u tilizados son el cercla- latorias, nerviosas, osificaciones, rigideces).
je fu ncional a tensión con ocho de guarismo, la fij ación Los tipos de luxación se describen según el desplaza-
in rramedular con aguja o tornillo, o la combinación de miento de los huesos distales (radio y cúbito) respecto al

Figura 14- 17. Fractura de olécrano n.


(A) Imagen prequirú rgica: proyección ante-
roposterior. (8) Imagen prequirúrgica: pro-
yección latera l. (C) Image n pos quirúrgica:
proyecció n anteroposteri or. !DI Imagen
posqui rúrgica: proyección lateral.
180 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección JI. Miembro superior

húmero: posterior, lateral, medial, anterior y divergente


(muy poco frecuente). También pueden encontrarse luxa- Tra tamiento
ciones aisladas del cúbito (muy rara) o del radio (general- Reducción precoz previa valoración de posibles lesiones
mente asociada a una fractura del cúbito proximal: fractu- asociadas y si es posible con radiografía inmediata. Si se
ra luxación de Monreggia [véase el capítulo 15, apartado está en un lugar alejado de un medio hospitalario, en los
Fractura de Monteggia]) . Otro tipo de luxaciones son la primeros minutos en los que la musculatura aún esta atur-
inveterada (luxaciones no reducidas) y las recidivantes. El dida, se puede intentar la reducción. Lo ideal es hacerlo
procedimiento fisiorerapéutico de las luxaciones de codo con anestesia general. La maniobra de reducción se basa en
está expuesto en profundidad en el !3El Vol. 11, capítulo 13. la tracción en dirección del eje de la extremidad bajo con-
A este respecto, se ha considerado adecuado incluir en tracción, con el codo en extensión, seguido de una ligera
el capítulo que nos ocupa un esquema de la periodización flexión mienrras se mantiene la tracción, se nora un «salto»
del tratamiento de esta lesión en deportistas, para que al característico de reducción.
lector le sea más fácil inregrar y aplicar los conocimientos Otra maniobra de reducción puede ser la siguiente:
adquiridos (Tabla web 14-10). mientras un ayudante tracciona de la extremidad en ligera
flexión, se sujeta el húmero por detrás y se empuja con los
dedos el olécranon hacia delante.
O La reducción urgente de una luxación de codo resulta de-
terminante para evitar complicaciones.
Siempre después de la reducción deben hacerse radio-
grafías de comrol.
Se inmovilizará el codo a 90 grados de flexión durante
2 o 3 semanas, aunque el tiempo de inmovilización depende
Luxación posterior de codo de la estabilidad del codo al reducirlo, de manera que si era
La luxación posterior pura y la posteroexterna de codo son muy inestable se inmovilizará duranre 3 semanas y se ha-
las más frecuentes. Se produce tras una caída sobre la pal- rán conrroles radiológicos periódicos; también conviene
ma de la mano con el codo en extensión. En la luxación, saber que a menor tiempo inmovilizado, menor riesgo de
el cúbito y el radio, solidarizados por el ligamento anular, rigidez.
se desplazan hacia atrás y se produce una lesión de ambos Únicamenre se realizará reducción quirúrgica si existe
ligamentos colaterales y de la cápsula en la zona anterior. lesión arterial o nerviosa (aunque en ocasiones las lesiones
También se desgarra el músculo braquial anrerior y la por- nerviosas pueden ser recuperables esponráneamenre) o en
ción medial del tríceps, con hematomas en su inrerior o los raros casos de que no se reduzca con las maniobras o en
adyacenres, lo que favorece osificaciones posteriores, sobre las luxaciones inveteradas.
todo si la reducción no es precoz. También se pueden le- Como en otras situaciones clínicas, y dada la evidencia
sionar la arteria braquial, el nervio cubital y, menos fre- científica disponible, que recomienda su utilización (Pa-
cuente, el mediano y el radial. dilla, Orive, Sánchez, Anitua & Hsu, 2014), los autores
de este capítulo aplican PRGF-Endoret® en cirugía orto-
Ex ploración clínica pédica.
La exploración clínica debe buscar la deformidad de la ex-
tremidad y del codo, con aspecto de brazo acortado y an-
tebrazo alargado, con el codo en semiflexión haciendo pro-
minencia por detrás el olécranon y por delante el húmero.
El tratamiento de la luxación posterior del codo es la re-
ducción precoz, previa valoración de las posibles lesiones
asociadas y si es posible con radiografía inmediata.
o
Ya que podría confundirse con una fractura supracon-
dílea, el diagnóstico diferencial se establece al comprobar
el llamado «triángulo de Nelaron», que estará indemne en
las fracturas y alterado en las luxaciones. Se trata de un Fracturas-Luxaciones de codo
triángulo equilátero formado por el olécranon, el epicón- Se producen igualmente por caída en extensión (niño en
dilo y la epitróclea con el codo en flexión de 90 grados. bicicleta que frena con freno anrerior, y la bici le hace el
Es preciso, además, comprobar posibles complicaciones: <<caballito» invertido), asociada a un mecanismo cizallante
• Lesión de la arteria braquial: palpando el pulso radial. o de torsión. Suelen estar acompañadas de lesiones del pa-
• Lesión del nervio cubital: explorando la sensibilidad del quete vasculonervioso. La mayor parte de ellas son inesta-
lado cubital de la mano o comprobando la función de bles, por lo que, en general, se tratan quirúrgicamente. Se
los interóseos del cuarto y quimo dedos. Se pide al pa- recomienda la movilización precoz a las 2 o 3 semanas. El
cienre que trate de sostener una hoja de papel enrre es- procedimiento fisioterapéurico de las luxaciones del codo
tos dos dedos en extensión. asociadas a fractura está expuesto en profUndidad en el GEl Vol. 11,
capitulo 13.
Exploraciones complementarias
La radiología ofrece el diagnóstico definitivo al mostrar la lu- RIGIDEZ DEL CODO
xación y permite descartar fracturas asociadas. Otras explo-
raciones complementarias como la EMG, arteriografía, etc. Si bien las rigideces han sido estudiadas en profundidad en
serán necesarias en el caso de lesiones asociadas. el GEl Vol. 11. capitulo 6, la rigidez del codo es una entidad con
14 • Tra umatismos del codo 181

relevancia suficiente, por lo que se le dedicará especial Si en 6 o 12 meses persiste una rigidez mayor de 45 gra-
atención. dos de flexión y menor de 115 grados de flexión, está indi-
cada la arrrólisis quirúrgica. Con excepciones como:
Manifestaciones clínicas y diagnóstico. • Pacientes añosos: contraindicación relativa.
Sintomatología • En artrosis severas con grave destrucción de las superfi-
Es una patología frecuente en el codo. Se habla de rigidez cies articulares, se puede valorar la realización de próte-
cuando se encuentra una limitación de la movilidad tanto sis de codo o de arrroplastias de interposición (pacien-
en flexoexrensión como en pronosupinación. El arco de tes jóvenes).
movilidad que se considera límite para una actuación tera- • Rigideces no dolorosas y bien toleradas: posibilidad de
péutica oscila entre los 30 grados de extensión y los abstención.
130 grados de flexión, que es el sector de movilidad fun-
cional para la vida cotidiana. Se toleran peor los déficits de Tratamiento quirúrgico
la flexión y de la pronación que los déficits de la extensión El tratamiento quirúrgico puede realizarse mediante ar-
y de la supinación, respectivamente. troscopia o clásicamente con ci rugía convencional.
Las causas de las rigideces son diversas y lo más frecuen-
te es que sean secundarias a traumatismos: fracturas que Artrólisis artroscópica
generan secuelas por no reducirlas anatómicamente, por la Se indica esta técnica en las rigideces de origen intraanicu-
cirugía que conllevan o por la inmovilización. También en lar. Se practica con anestesia regional o general una arrros-
microtraumatismos producidos en trabajos y en deportes copia del codo para realizar una serie de actos precisos: sino-
como judo, lanzamientos, halcerofilia, pelota, ere. Tam- vecromía anterior, extracción de cuerpos libres, capsuloro-
bién puede aparecer por artritis inflamatorias o por artro- mía anterior, desbridamiento posterior, extirpación de os-
sis, tras traumatismos craneoencefálicos, tras quemaduras, reofitos, desbridamiento lateral y resección de la cabeza del
etcétera. radio en los casos de grave limitación de la pronosupinación.
Se pueden clasificar las rigideces según su anatomía pa- Las complicaciones son las propias de la artroscopia de
tológica en: codo y son fundamentalmente: neurológicas por afecta-
• Intrínsecas debido a un problema intraarricular: por al- ción del cubital, mediano y radial. También por extravasa-
teración de las superficies articulares, por la presencia de ción del suero utilizado, se puede producir un síndrome
cuerpos libres, por presencia de osreofitos o por adhe- compartimenta! {véase el capítulo 9, Síndrome comparti-
rencias. menral agudo). L1s infecciones son menos frecuentes.
• Extrínsecas: en este caso la articulación esta respetada. Los resultados son, en general, mejores que los de la ci-
Están alterados la cápsula, los ligamentos y los múscu- rugía abierta y se basan sobre todo en la habilidad y en la
los. Las calcificaciones ectópicas entrarían también en experiencia del cirujano al ser muy técnica la cirugía ar-
este grupo. rroscópica, además de, evidentemente, existir una buena
• Mixtas o combinadas de ambas. indicación.

Exploraciones complementarias
Las exploraciones complementarias que se deben realizar
son.
La artrólisis artroscópica está indicada en las rigideces
de origen intraarticu lar.
o
Analítica para el diagnóstico de artropatías reumáticas
o por depósitos de cristales.
Radiología simple para objetivar osteofitos, cuerpos li- Cirugía abierta
bres, secuelas de fracturas, osificaciones ectópicas. Indicada en la rigidez de origen extraarticular o en la incra-
TC para orientar y ubicar mejor, si cabe, que la radio- anicular cuando el cirujano no tenga una experiencia ar-
logía en las citadas anomalías. troscópica suficienre. También esrá indicada en determina-
RM, tan útil como las dos anteriores. dos casos de rigidez inrraarricular en los que se haya tras-
Gammagrafía ósea para valorar calcificacio nes ectópi- puesto el nervio cubital.
cas, osteocondritis, etc., y descartar procesos de dolor Hay varias técnicas descritas: por vía anterior, posterior,
regional complejo {véase el capítulo 9, aparrado Síndro- lateral, medial y combinadas. Los gestos quirúrgicos que se
me de dolor regional complejo idiopático) e infeccio- han de realizar incluyen capsulotomías anteriores y/o pos-
nes. teriores, resección de osteofitos, liberación de los ligamen-
• EMG para descartar la existencia de una patología ner- tos colaterales, mioromías del braquial anterior, alarga-
viosa asociada. mientos del bíceps, extirpación de la cabeza radial, libera-
ción del nervio cubital, etc., en función de la anatomía pa-
Tratamiento médico tológica de la rigidez; por ejemplo, en la rigidez en exten-
En principio se intentará un tratamiento conservador a sió n liberamos la cápsula anterior y extirpación de osteofi-
base de intensa fisioterapia, infiltraciones, ejercicios en tos en olécranon.
piscina, utilización d e instrumentos de movil ización pa- Encre las complicaciones descriras en las técnicas abier-
siva, etcétera. tas están las lesiones neurológicas, generalmente transito-
182 Parte 1. Cirug ía ortopédica y traumatología - Sección 11. Miembro superior

rias, por contusiones o estiramientos de los nervios (cubi- para la utilización de un dispositivo motorizado de movi-
tal), pero también es posible la sección nerviosa (nervio miento pasivo durante las primeras 48 horas; usar durante
mediano), infecciones, problemas cutáneos, calcificaciones las 3 primeras semanas ortesis favorecedoras de la flexión,
ectópicas y dolor. de la extensión o de ambas y ponerse en contacto con su
centro de rehabilitación para realizar una fisioterapia no
Postoperatorio agresiva. Es habitual que haya en las primeras semanas una
Es muy importante en ambas técnicas. Lo ideal es mante- pérdida del arco de movilidad que se ha ganado con la ciru-
ner un bloqueo anestésico con catéter axilar o escalénico gía y que al final del proceso puede llegar a los 10 grados.

RESUMEN

Primera parte tratamiento conservador suele ser resolutivo en la mayo-


ría de los casos.
• La epicondilalg ia lateral o epicondilitis es, con mucho, la
más frecuente de las epicondilalgias. La etiología de la epi- • En el codo del lanzador, al cronificarse la les ión, está indi-
condilalgia medial es la epitrocleítis y la neuropatía del cu- cada una limpieza articular quirúrgica.
bital en el canal epitroclear.
• La utilización de PRGF-Endoret® en el tratamiento de las
• La epicondilitis se presenta con dolor en el epicóndilo la- tendinopatías y roturas tendinosas del codo se sustenta en
teral del codo, asociado normalmente con gestos de ma- la evidencia científica, pues induce la proliferación celular
nipulación y prensión. El diagnóstico de epicondilitis es en el tendón.
clínico mediante pruebas específicas y se deben realizar
• El diagnóstico de la bursitis aguda se establece por losan-
con el codo en extensión. El tratamiento médico requiere
tecedentes, las manifestaciones clínicas y por la punción
reposo más antiinflamatorios no esteroideos pautados
de la bolsa. En caso de fracaso de las medidas de trata-
durante un tiempo de entre 1O y 21 días. La utilización
miento físico, está indicada la infiltración. El manejo clíni-
co.mo medida terapéutica de plasma rico en factores de
co de la bursitis requiere de una asepsia exquisita.
crecimiento (PRGF-Endoret®) ha mejorado notablemente
las expectativas de éxito al estimular la regeneración ti- Segunda parte
sular; además, se ha demostrado que induce la prolifera-
• EL tratamiento de las fracturas de la articulación del codo
ción celular en el tendón, de ahí su aplicación en la epi-
siempre es complejo y la experiencia del cirujano constitu-
condilitis.
ye uno de los requisitos fundamentales. El objetivo final d el
• La artropatía humerorradial presenta dolor en el epicóndi- tratamiento es restablecer la movilidad funcional de la ar-
lo lateral d el codo, asociado normalmente con los gestos ticulación del codo.
de pronosupinación. Ante una epicondilitis que no evolu-
• En los últimos años se han producido cambios en los ma-
ciona satisfactoriamente con el tratamiento conservador,
teriales de osteosíntesis, con la creación de las placas ana-
hay que realizar una EMG para descartar una neuropatía
tómicas rígidas. Ahora se dispone de un sistema de blo-
del nervio radial.
queo con tornillos sobre la placa que da rigidez al monta-
• Un dolor en la cara medial del codo, con pérdida de fuerza je. Este material permite una movilización precoz en con-
en la prensión, orienta hacia una posible epitrocleítis. El diciones de seguridad.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Quesnor, A., Chanussot, J. C. (20 1O). Rehabilitación del


miembro superior. Madrid: Editorial Médica Panamerica-
Delgado Marrínez, A. D. (2012). Cimgía ortopedia y traumato- na.
logía. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología, SE-
Kisner, C., Colby, L. A. (20 10). Ejercicio terapéutico. Buenos Ai- COT (20 1O). Manual de cimgía ortopédica y tl"lllmurtología
res: Editorial Médica Panamericana. (2" cd.). Madrid: Editorial Médica Panamericana.
F. V. fvfartínez García, C. Juárez Cordero y J. Seco Calvo

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Identificar la situación del paciente con fracturas de antebrazo, a través de un diagnóstico.


• Conocer las intervenciones terap éuticas en las fracturas de antebrazo.
• Tener la capacidad de aplicar procedimientos de fisioterapia en pacientes con fracturas de los huesos del ante-
brazo.

FRACTURAS DIAFISARIAS DE LOS HUESOS rósea se produce en el sentido de las fibras oblicuas hacia
abajo y hacia dentro.
DEL ANTEBRAZO
En los traumatismos indirectos (golpe sobre la mano
Epidemiología extendida) , la tensión se aplica a distancia y se transmite a
La patología del antebrazo es fundamentalmente traumá- las epífisis, por lo que se pueden producir fracturas espiroi-
tica, con producción de fracturas y fracturas-luxaciones 0 . deas de ambos huesos a diferente altura o fractura-luxa-
Los traumatismos del antebrazo son relativamente fre- ción.
cuentes en niños y adultos jóvenes. Las fracturas de los dos

o
huesos del antebrazo se producen con más frecuencia en
El mecanismo indirecto se produce tras una caída apoyan-
varones de unos 30 años, y las causas más frecuentes son:
do la mano con el codo en extensión y con cierta rotación.
caídas desde su propia altura, accidentes de tráfico y por
choques directos. Existe otro pico de incidencia de este
tipo de fracturas diafisarias en ancianos por encima de los
80 años.
Mecanismo directo
La fractura diafisaria, en la mayoría de los casos, se debe a
un intenso traumatismo que sobrepasa la resistencia mecá-

o La patología traumática del antebrazo puede asociarse a


la lesión de las estructuras ligamentarias, con inestabili-
dad de las articulaciones radiocubital, distal y proximal.
nica de la estructura cortical. La fractura puede deberse a
un mecanismo directo, en el que la fractura se produce en
el punto de impacto; el traumatismo provoca una fractura
transversal de uno de los huesos, generalmente el cúbito,
Mecanismos de producción más raramente de ambos huesos a la misma altura. Es el
de las fracturas de antebrazo mecanismo más frecuente. Es típica la llamada «fractura
Dado que el cúbito y el radio están unidos entre sí, la frac- del bastonazo», que se produce al cubrirse para evitar un
tura desplazada en uno de los huesos suele produci r una le- golpe en la cara.
sión a distancia del otro, o una luxación de las articulacio- Mediante este mecanismo, y debido a un choque direc-
nes proximales o distales. to sobre el hueso, se produce un acortamiento que conlle-
Existen dos mecanismos esenciales de producción de las va la luxación de una de las articulacio nes radiocubirales
fracturas del antebrazo. proximal o distal. Este mecanismo ocurrirá en las lesiones
de Monteggia y, con menos frecuencia, en las lesiones de
Mecanismo indir ecto Galeazzi.
Caída apoyando la mano con el codo en extensión, con un
componente más o menos marcado de rotación. En este
caso, la fractura de radio se sitúa clásicamente por encima
del trazo cubiral y la posible rotura de la membrana inte-
El mecanismo de producción directo es el más frecuente. O
185
186

Fracturas de cúbito y radio en niños


El mayor número de estas fracturas tiene lugar entre los 8
y 12 años de edad. Se localizan con más frecuencia en los
tercios medio o tercio distal y con menos frecuencia en el
tercio proximal. Son las fracturas más frecuentes y se pro-
ducen por un mecanismo de flexión al caer sobre la mano
con el codo flexionado; hay un incremento en la incurva-
ción de la diáfisis y, según la intensidad de la energía apli-
cada, pueden producirse tres grados de lesión:
• Grado 1: se origina una incurvación diaflsaria traumáti-
ca, que es poco frecuente. Figura 15-1 . 1nmovilización en s upinación de las fractu ras del ter-
cio proximal lA! y en posición intermedia en el tercio medio (BI.
• Grado II: cuando la energía aplicada es mayor, se pro-
voca una fractura «en rallo verde», incompleta, con una
angulación posterior y rotura completa anterior, con as- Tratamiento
tillamiento de la cortical. Es la forma más frecuente. En lo que respecta a la opción de tratamiento, viene dada
• Grado III: son las fracturas completas desplazadas, con por las siguientes situaciones o consideraciones:
trazado horizontal u oblicuo. Por debajo de los 8 años hay una remodelación de to-
dos los defecros, los desplazamientos laterales y las an-

o En los niños, entre 8 y 12 años, lo más frecuente es qu e la


fractura sea de grado 11.
gulaciones residuales.
Entre los 1O y los 14 años, pueden rectificarse los des-
plazamientos laterales y las angulaciones, no así las in-
clinaciones a la línea med ia y las rotaciones.
Cuadro clínico Por encima de los 14 años, los fenómenos de remode-
Será tamo más llamativo cuanro mayor sea la lesión anató- lación ósea son similares a los de las fracturas de los
mica. Junto al d olor y el edema, hay impotencia funcional y adu ltos.
una deformidad del antebrazo. Las afecciones neurovascula-
res son raras, pero hay que descartarlas siempre. A saber: El grupo más problemático es pues el situado entre 10 y
• Descartar una lesión de las articulaciones radiocubitales 14 años. Por encima de 1O años hay un 15 % de malos re-
proximal y distal. sultados por defectos residuales que producen u na limita-
• Descartar datos de síndrome compartimenta! (véase el ción de la movilidad igual o superior al 20 %.
capítulo 9, apartado Síndrome compartimenta! agudo) . El tratamienro por debajo de los 8 años será siempre or-
• Descartar lesiones agregadas como datos de lesión nervio- topédico. Se hará una reducción con el codo en 90 grados
sa, radial, mediano, cubital o lesión arterial radial, cubital. de flexión. Se deben corregir las rotaciones (Fig. 15-1) y las
angulaciones y traslaciones.
El cuadro clínico habitual en las fracturas del antebrazo Las fracturas «en rallo verde» deben corregirse también

o es deformidad y pérdida de la func ión, así como lesión en


partes blandas, con presencia de edema, escoriaciones,
posible exposición ósea y flic tenas.
en su angulación por presió n en el senrido contrario a la
deformidad (Fig. 15-2), lo que algunas veces las transfor-
ma en fracturas completas. Lograda la reducción, que se
controla con radiología, debe inmovilizarse el antebrazo
con un yeso axilodigital, que debe vigilarse en los primeros
Radiología
El estud io radiográfico en estas fract uras debe tomarse con
la misma técnica, codo en flexión o extensión y referir la
imagen anreroposterior y lateral a la posición del codo y no
a la pronosupinación del anrebrazo. Con estas imágenes
deben estudiarse las desviaciones de los fragmentos y,
siempre que sea necesario, recurrir a las imágenes compa-
rativas del lado sano y emplear distintas proyecciones en
diferentes grados de pronosupinación.

Hab itualmente, se realiza una imagen anteroposterior y


late ral verdade ra de l antebrazo, incluyend o el codo y la

o muñeca (en el mismo plano). Si se sospecha de una le -


sión de la articulación radiocub ital distal y proximal, se
ped iría anteroposterior y lateral del codo y anteroposte -
rior y late ral de la muñeca. En caso de lesió n del nervio
periférico asociada, se soli citará una electro miografía. Figura 15-2. Puntos de presión para la corrección de las fracturas
«en tallo verde••.
187

6 días, porque tras el edema y la atrofia por inmovi lización Tabla 15-1 . Seguimiento posquirúrgico y control clinico
puede aparecer un desplazamiento secundario de la fractu- de una fractura de antebrazo, en general
ra por holgura del yeso en el pliegue del codo.
En cualquier caso, se precisa de tratam iento farmacoló- A las 2 semanas
gico (GEl véase Vol. 11, Anexo 1. Farmacología del dolor(, a ra- • Revisión de herida quirúrgica y retirada de los puntos
zón de: antibiót icos durante 5 a 7 días, además de analge- • Eva luación clínica
• Dolor
sia bimodal o trimodal (diclofenaco 100 mg cada 12 ho- • Estabilidad
ras, vía oral; paracetamol hasta 1 g, vía o ral). • Inicio de terapia de rehabilitación
• Cita en 6 semanas para control (al mes de la operación]
A las 4 semanas

o El tra tam iento conservador im plica una colocación de


yeso braquipalmar durante 6-8 semanas. •


Evaluación clínica
Dolor
Estabilidad
• Evaluación radiográfica anteroposterior y lateral del
antebrazo
Fracturas de cúbito y radio en adultos • Uso de cabestrillo para reposo
Son mucho menos frecuentes que en los niños, no se pre- • Movilidad libre de toda la extremidad
sentan fracturas «en tallo verdeu y son más frecuentes las A las 12 semanas
formas conminutas y abiertas por traumatis mo de alta • Con control radiog ráfico
energía y acción directa. • Evaluación de la consolidación y del material de osteosíntesis
• Evaluación funcional
Cuadro clínico
El cuadro clínico está en función de la intensidad del trau-
matismo y de los desplazamientos sufridos; la radiología Fracturas aisladas de cúbito y radio
será la prueba diagnóstica. E n realidad, como se trata de dos huesos solidarios me-
d iante un sistema de unión (articulación radiocubital y
Tratamiento membrana incerósea), roda lesión de un hueso, con inde-
En las formas no desplazadas debe usarse un tratamiento pendencia del mecanismo, tiene alguna consecuencia so-
ortopédico con una inmovilización . bre el otro h ueso o sobre alguno de los medios de unión
En las formas desplazadas se puede hacer reducción y (articulación radiocubital y membrana inrerósea) . Una rota-
mantener la inmovilización con yeso hasta su consolida- ción o una impactación (caída sobre la mano) pueden aso-
ción. En adultos no se permite ningún desplazamiento re- ciarse con un choque directo. Las circunstancias de apari-
sidual que interfiera con la movilidad del antebrazo. ción de estas fracturas son ca(das de patinadores con fractu-
En las formas muy desplazadas o cuando se produce un ra por encima de la protección, airbag, fracturas en quad
desplazamiento secundario debe recurriese al tratamiento
quirúrgico.
La fractura del antebrazo es la única diáfisis que requie-
re reducción anatómica.
o
o La valoración clínica precisa radiografías cada 2 sema nas
y, en caso de desplazamiento o pérdida de la reducción,
realizar cirug ía de forma in mediata. El desplazamiento de los extremos de la fractura depen-
derá de las acciones musculares sobre los huesos fractura-
dos. Tres músculos favorecen la aproximación de los dos
Las opciones de técnica q uirúrgica son: huesos en caso de fractura diafisaria: el pronador cuadrado,
• Fracturas transversas, oblicuas y espirales: placa de com- el pronador redondo y el supinador. Así, el foco de fractu-
prensión dinámica (DCP) o LC (iow contact) DCP para ra sobre el radio determinará el desplazamiento y, en con-
tornillos cortical 3,5. secuencia, las maniobras de reducción. Si el trazo sobre el
• Fracturas fragmentadas (<<ala de mariposau) o conminu- radio se e ncuentra entre el supinador y el pronador redon-
tas: placa DCP o LC DCP para tornillos cortical 3,5, do, el fragmento proximal quedará en supinació n y el dis-
colocando siempre los torn illos de com presió n Ínter- tal en pronación. Si el trazo pasa por debajo d e la inserción
fragmentaria para mejorar la estabilidad. del pronador redondo, el fragmento proximal queda más
bien en posición neutra. En el cúbito, el fragmento proxi-
En la tabla 15- 1 se m uestra el esquema de seguimiento mal tiene una gran tendencia a aproximarse al radio.
posquirúrgico y el control clínico de una fractura de ante-
brazo, en general.
Las fracturas de la diáfisis del cúbito y el radio se locali-
zan co n más frec uencia en la unión de s u terc io medio o
o Si al año de seg uimiento se cuenta con buena pronosupi-
nación, flexión de codo y no hay presencia de secuelas se
da el alta definitiva.
con el distal. Las fracturas aisladas de un solo hu eso son
excepcionales y se s uelen com binar con luxación proxi-
mal o distal del otro hueso.
188 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 11. Miembro superior

Figura 15-3. Fractura-luxación de Galeazzi. (Al


Ra diog rafía lateral. Toma da de Delgado Martí-
nez (20121. Cirugía ortopédica y traumatología.
Madrid: Editorial Médica Panamericana; p. 448,
fig. 43- 6. lB) Osteos íntesis con placa en el radio
y aguja de Kisch ner para fija r la articulación ra-
diocubital distal. Tomado de SECOT. Manual de
cirugía ortopédica y traumatología. Madrid: Edito-
rial Médica Panamericana: tomo 2, p. 871, fig 74-3.
!CI Esquema de la fractura.

da de la cabeza radial o una inestabilidad de la articulación


Fractura-luxación de Galeazzi rad iocubital proximal. En caso de fractura de uno de los
Es una fractura de la diáfisis radial (de la tuberosidad bicipi- huesos del antebrazo, deben solicitarse radiografías centra-
ral, a 5 cm de la radiocubiral distal) asociada a una luxación das en el codo y en la muñeca, con proyección anteropos-
de la radiocubiral distal (Fig. 15-3A). Es una lesión poco fre- terior y lateral. El tratamiento de la fractura de Monteggia
cueme que plantea dos problemas de diagnóstico, ya que en es quirúrgico en lo s adultos y co nsiste en una red ucción
ocasiones se ignora, por lo que roda lesión aislada d e la diá-
fisis radial debe ir acompañada de una exploración de la ar-
ticulación radiocubiral distal y de una exploración de la pro-
nosupinación. El mecanismo lesiona! es por torsión violen-
ta, debido a una fuerza externa que en ocasiones es difícil-
mente descriptible po r el paciente. Exigen una reducción
anatómica ortopédica o de forma quirúrgica. En adultos es
preferible el tratamiento quirúrgico (Fig. 15-3B).

Toda lesión ais lada de la diáfis is radial debe aco mpañar-

o se de una exploración de la a rticulación radiocubita l dis-


tal y de la pronosupinación, para descartar una lesión de
Galeazzi.

Fractura de Monteggia
Es la asociación de una fractura del tercio superior del cú-
bito y de una luxació n anterior de la cabeza radial (Figs.15- Figura 15-4. Fractura-luxación de Monteggia. (Al Lesión de Mon-
4A y 15-4B). Las fracturas aisladas del cúbito por trauma- teggia, radiografía anteroposterior. Tomado de Delgado Martínez
tismo indirecto son más frecuenres en el tercio proximal, (20121. Cirugía ortopédica y traumatología. Madrid: Editorial Médica
en ranro que las que se producen por un traumatismo di- Panamericana; p. 446, fig. 43-1. (BI Lesión de Monteggia con luxa-
ción posterior de la cabeza radial visible en la radiog rafía lateral.
recto so n más frecuentes en la unió n del tercio medio y Tomado de Delgado Ma rtínez (20121. Cirugía ortopédica y traumato-
d istal. Toda fractura de cúbito debe hacer sospechar una logía. Madrid : Editoria l Méd ica Panamericana; p. 446, fig. 43 -1.
posible lesión de Monreggia, es decir, una luxación asocia- (CI Esquema de la lesión.
189

anatómica y una síntesis estable del foco cubital que per- grafía compurarizada} o, en su defecto, la radiografía anre-
mi te la reducción de la cabeza radiaL Las fracturas diafisa- roposrerior con tracción suave del antebrazo. En los niños
rias o del tercio proximal se sintetizan habitualmente me- se deben pedir radiografías del codo conrralareral para
diante una o varias placas colocadas por vía anteroexterna comparar.
a lo largo de la cresta cubital. Así, se puede plantear el en-
clavado en caso de fractura del tercio medio sobre un !me- Tratamiento
so de pequeño diámetro, pero sólo en caso de que la cabe- Analgésicos e inmovilización (de ser p osible, con fé rula y
za radial sea reducible y estable. La forma ideal de sinteti- codo a 90 grados, Velpeau o cabestrillo). En los niños, por
zar las fracturas de la regió n olecraniana es mediante cer- ser frecuenres las fracturas uen rallo verde», es posible un
claje o por un sistema de placas si existe conminución. tratamiento conservador. El t ratamiento debe realizarlo el
traumatólogo, n o el médico generalisra, y depende del gra-
do de desplazamiento de la fractura. Cuando están poco
La lesió n de Monteggia consiste en una luxación asocia-
desplazadas, se usa una férula posterior braquiopalmar con

o da de la cabeza radial o una inestabilidad de la articula-


ción radiocubital proximal.
Toda fractura de cúbito debe ha ce r sospechar una posi-
ble lesión de Monteggia.
codo flexionado o semiflexionado. C uando existe despla-
zamiento, el tratamiento se realizará mediante cirugía, rea-
lizando una reducción abierta y fijación interna. Las frac-
turas diafisarias de ambos huesos van a requerir una reduc-
ción anatómica para evitar problemas en la pronosupina-
ción y una fijación de foco abierro o, lo que es lo mismo,
Lesión de Essex-Lopresti una fijación con placas y tornillos. Deben realizarse con-
Se caracteriza por la luxación proximal del radio, asociada troles radiológicos cada 1-2 semanas (véase tabla 15-1).
a una fractura de la cabeza radial y a una luxación de la ra-
diocarpiana distal. Para que se produzca esta migración
proximal, es necesario que exista una solicitació n longitu-
dinal aplicada de distal a proximal a lo largo de los dos
Si existe desplazamiento, el tratamiento será mediante ci-
rug ía, realizando una reducción abierta y fijación interna .
o
huesos del antebrazo. Igual que en la fractura de Galeazzi,
presenta un problema de diagnóstico, ya que puede pasar
desapercib ida (toda lesión conminura de la cabeza radial es Consideraciones de fisioterapia
una lesión de Essex-Lopresti hasta que se demuestre lo Si la lesión ósea requiere inmovilización o cirugía, la fisio-
contrario) y tiene consecuencias sobre la pronosupinación terapia es fundamental para evitar la incapacidad del
en caso de tratamiento inadecuado. miembro, trabajando inicialmente la amplitud del arco de
movimiento y luego la fuerza. El tiempo previsto de inca-
pacidad laboral varía desde las 4 semanas en las fracruras
O Toda lesión conminuta de la ca beza radial es considera-
da, en principio, una lesión de Essex-Lopresti. estables no desplazad as de cabeza de radio, hasta 20 sema-
nas si ha requerido inmovilización prolongada o cirugía.
La valoración de los arcos de movilidad y otros criterios
cuali tativos, medidos mediante escalas de valoración fun-
Cuadro clínico cional (Modified Americrtn Shoulder rznd Elbow Surgeons
El cuadro clínico es de dolor, gran impotencia funcional y prztimt se/f-evrzlurztion jimn, o Nottinghmn Herzlth Profile o
deformidad imporrante en las fracruras desplazadas. Tu- Escala de Morrey), son orienradores de la evolución clínica
mefacción local y equimosis o hematoma, que es mínimo del paciente, y el fisioterapeuta ha de respo nsabilizarse d e
en los niños. La palpación provoca dolor, inflamación e hi- su aplicación. Para ampliar información, GEl véase Vol. 11 ,
persensibilidad. Se debe explorar la presencia de pulsos capítulo 15.
distales, la sensibilidad y la movilidad d el antebrazo y de la
mano para descarrar lesion es vasculares o síntomas de Complicaciones
compresión del nervio mediano, del cubital o de ambos. La movilización precoz tras las lesiones de codo resulta
muy importanre para evitar rigideces en la articulación.
Pruebas complementarias Las complicaciones más frecuentes son la afectación del
Las fracturas de la diáfisis del cubito y radio tienen un nervio radial, la seudoarrrosis o la faha de consolidación,
diagnóstico fácil a través de la radiografía, que debe incluir los callos viciosos, las infecciones, sobre todo si son fractu-
el codo y la muñeca con el fin de descarrar lesiones conco- ras abiertas, la sinostosis o fo rmación de un puenre óseo en
mitantes. La evaluació n radiológica requiere proyecciones la membrana inrerósea que bloquea la pronosupinación, y
anreroposterio r y lateral, para ver la cabeza radial ante la el síndrome de Vollanan (o síndrome isquémico con re-
duda de su posible fractura, se realizará también una pro- tracción cicarricial de los m úsculos flexores del antebrazo,
yección oblicua craneocaudal en 45 grados. Algún tipo de causado por un síndrome compartimental en esta localiza-
fractura poco d esplazada, como la supracondílea y la inter- ción), complicación precoz que puede aparecer en el post-
articular del crzpitellttm, resultan difíciles de visualizar ra- operatorio inmediato (véase el capítulo 9, apartado Sín-
diológicamente, por lo que es imprescindible la TC (romo- drome compartimental agudo).
190

Seudoartrosis. La frecuencia de su aparición varía en- 45 grados del cúbiro no disminuye la pronosupinación
tre el 2 y el 10%. Los factores de riesgo de aparición de más allá de 20 grados.
seudoartrosis son:
• Factores locales: fracturas abiertas con efecto óseo no re-
llenado, fractura aislada de cúbito o focos conminura,
fracturas con tercer fragmento no estabilizado.
• Material de osteosíntesis: enclavado cemromedular, fi-
La movilización precoz tras las lesiones de codo resulta
fundamental para evitar rigideces en la articulación. o
jador externo o, en caso de placas, placas demasiado FRACTURA DEL EXTREMO DISTAL
corras, tornillos en el foco. DEL RADIO O DE COLLES
• Factores asociados al paciente: tabaquismo, diabe tes, hi-
potiroidismo, trastornos del metabolismo fosfocálcico, Epidemiología
consumo de antiinflamatorios no esteroideos, falta de Es la lesión ósea más frecuente que tiene lugar en la mu-
inmovilización. ñeca, y la más frecuente en el extremo distal del radio. Se
estima que supone hasta un 17% del total de las fractu-
Se tratarán con antibiótico específico junto con una esta- ras que se atiende en los servicios de urgencias (véase el
bilización mediante injerto, ya que el defecto óseo siempre caso clínico 15- 1). Las fracturas distales de radio suponen
está presente en caso de seudoartrosis séptica. La primera el 14% de rodas las lesiones de la extremidad superior.
erapa consistirá en una escisión de todos los tejidos infec- Una de cada 500 personas sufre una fractura de la extre-
tados con resección de los extremos óseos hasta la zona midad distal del radio, que en los adulros jóvenes se pro-
sana. duce por traumatismos de alta energía, con fracturas con-
Callos viciosos. El callo vicioso siempre es la conse- minutas y lesiones asociadas de partes blandas general-
cuencia de una reducción insuficiente (antes de la coloca- mente.
ción del material de osteosín tesis) o de un desplazamiento Por otro lado, en las personas de edad avanzada es más
secundario. El papel de los tejidos blandos es importante frecuente en mujeres posmenopáusicas que en hombres,
en las consecuencias funcionales; una rehabilitación bien como resultado de caídas de bajo impacto. La mirad de los
realizada debe preceder a cualquier cirugía. La consecuen- pacientes tenían osteoporosis de la cadera, colum na o del
cia clínica de los callos viciosos del antebrazo es la dismi- radio. Los pacientes más jóvenes de 65 años tenían una
nución de la amplitud de movimientos, sobre todo en pro- densidad mineral ósea (DMO) inferior en la cadera que los
nosupinación, posible dolor, con inestabilidad o sin ella, valores esperados para su edad (véase el capítulo 47, apar-
de una de las articulaciones radiocubitales y un aspecto tado Osteoporosis) .
morfológico del antebrazo antiestético.
En caso de secuelas de una fractura de Galeazzi con ca-
llo vicioso sobre el radio, los pacientes presentan a menu-
do una pronación limitada. En caso de secuelas de una
En la actualidad, la Organización Mundial de la Sa lud
aconseja valorar la DMO a las mujeres posmenopáusicas
o
que han sufrido una fractura distal del radio.
fractura de Monteggia con callo vicioso sobre el cúbito (lo
más frecuente en el tercio proximal), el problema es la lu-
xación inveterada de la cabeza radial.
Existe una tolerancia a los callos viciosos angulares dia- Mecanismo de producción
fisarios inversamente proporcional a su importancia. Una El principal mecanismo causante de la lesión consiste en
angulación de 1Ogrados, independientemente del hueso o una fuerza de compresión transmitida desde el obstáculo
el plano, tiene pocas consecuencias funcionales. A partir fijo (suelo) al esqueleto del antebrazo; la fractura de la ex-
de 20 grados de deformidad angular aparecen consecuen- tremidad distal del radio se produce por una caída en
cias funcionales. Una angulación aislada de uno o dos hue- extensión dorsal de la muñeca entre 40 y 90 grados, en ex-
sos del antebrazo en el plano frontal o sagital de más de tensión más forzada se producirán lesiones en el escafoides
1Ogrados limita la pronosupinación en unos 24 grados. A y luxaciones del semilunar, y en menos grado de extensión
la inversa, una angulación simultánea de 1O grados del ra- las fracturas se producirán en otras zonas del esqueleto del
dio y el cúbito conlleva una limitación de la pronosupina- antebrazo (Fig. 15-5).
ción de unos 18 grados. En cambio, en caso de callo vicio- En definitiva, la fractura se produce por una caída sobre
so rotatorio, el porcentaje de pérdida funcional en prono- el talón de la mano y, dependiendo de la posición de la ex-
supinación es igual al número de grados de consolidación tremidad en relación con el tronco, hay un componente de
viciosa. No obstante, los problemas rotatorios de la diáfi- pronación cuando se coloca por delante o un componen-
sis cubital no modifican la amplitud de la pronosupina- te de supinación si se sitúa por detrás (Fig. 15-6). La incli-
ción y la desplazan hacia uno de los dos sectores, mientras nación radial o cubital en el momento de la caída va a de-
que en el radio toda deformidad angular es funcionalmen- terminar el aumento de las lesiones en la parte in terna o
te muy molesta. Los callos viciosos del tercio distal del ra- externa de la articulación.
dio tienen repercusiones sobre la pronación, mientras que La caída va a producir una solicitud de tensión en la
los del tercio distal del cúbito tienen consecuencias sobre cara palmar del radio y una compresión en la cara dorsal,
la supin ación. Un callo vicioso aislado y rotatorio de produciendo normalmente una fractura por flexión y más
191

Figura 15-7. Fracturas distales del radio. !Al Componente de fle-


xión. IBI Compresión pura. (CI Desprendimiento de una cuña ante-
rior del radio por el escafoides.

fractura del cuello del cúbito es mucho más rara y su inci-


Figura 15-5. Mecanismo de producción de las fracturas del extre- dencia oscila entre el 3 y el 5 o/o de las fracturas de Colles.
mo distal del radio, según Castaing el al. [Castaing, Jet le Club de
Dix. (1964). Les fractures reci entes de r extremite du radius chez Cuad ro clínico
l"adulte. Rev Chir Orthop, 50(51. 583-696.] Las fracturas de la extremidad distal del radio de los adul-
tos son algo más frecuentes en la m ujer, con un máximo
raramente una fracrura de compresión pura si la caída es en los años siguientes a la menopausia. En el hombre, el
con el antebrazo absolutamente perpendicular al suelo máximo de presentación está hacia los 45 años.
(Fig. 15-7). En la forma más frecuente, la fractura por fle- En las formas d esplazadas hay un relieve anómalo
xión, el trazo se localiza en el adulto, normalmente a 1,5 a del carpo y una traslación dorsal y radial de roda la mano,
2 centímetros de la interlínea articular. La fracrura de la lo que se denomina deformidad «en dorso de tenedor>•
cortical dorsal y el aplastamiento de la esponjosa metafisa- (Fig. 15-9). Esta fractura de la extremidad distal del radio
ria desplazan proximalmente la epífisis, el radio se acorra y tiene lugar a menos de 2,5 centímetros del carpo, con des-
se produce, además, una incongruencia radiocubital in- plazamiento dorsal del fragmento discal y aco rtamiento ra-
ferior. Con mucha frecuencia se produce un arranca- dial. El acorramiemo del radio en relación con el cúbito se
miento concomitante de la estiloides cubital. La prona- manifiesta porque ambas estiloides se colocan a la misma
ció n o supinación existentes en el momento de la caída altura, cuando en situación normal la estiloides radial es
van a determinar un giro de la epífisis en torno al eje lon- 1,5 centímetros más distal que la cubital (Fig. 15-10).
gitudinal del antebrazo, que es difícil de valorar en los es- Aparece dolor en la muñeca, inflamación e hipersensi-
tudios radiográficos. bilidad. Presencia de impotencia funcional de la mano y,
en ocasiones, puede haber síntomas de compresión de los
nervios medianos, por lo que habrá que explo rar su terri-
En ocasiones, junto al trazado metafisario, hay una línea

o de fractura articular. Cuando la fractura es por compre-


sión pura hay un acortamiento del radio sin cambios en la
orientación epifisaria.
torio sensitivo, y del cubital. En roda fractura de la extre-
midad inferior del radio se debe explorar el pulso radial.
Es preciso realizar una radiografía para confirmar el
diagnóstico de fractura, y ver el trazo de fractura, su tipo y
los desplazamiemos que se han producido. Las proyeccio-
En los niños hay dos tipos de lesiones: nes anreroposterior y lateral suelen ser suficientes, aunque
• Desprendimientos epifisarios (Fig. 15-SA). en ocasiones se pueden necesitar otras proyecciones o una
• Fracturas metafisarias a 4,5 centímetros de la interlínea romografía computarizada.
(Fig. 15-BB) .

Las fracturas asociadas del cúbito son frecuentes en es tos


traumatismos, la estiloides cubital se arranca por tracción
del ligamento triangular en el 60 o/o de los casos, favore-
ciendo un desplazamiento mayor de la fractura radial. La

Figura 15-6. Mecanismos de producción de las fracturas de la ex-


tremidad distal del rad io. !Al Componente de pronación. (BI Com- Figura 15-8. Lesiones distales del radio en los niños. (Al Epifisió-
ponente de supinación. lisis. (8) Fracturas metafisarias.
192 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 11. Miembro superior

DO
-~>
Figu ra 15-9. Deformidad «en dorso de tenedor» típica de la frac-
tura de Calles.
~~~
-=e~ ~
Tratamiento Figura 15-11. Deformidad de la muñeca «en bayoneta», <<dorso de
La atención inicial consistirá en inmovilización con férula tenedor» y <<pala de jardinero» en distintas fracturas de la extremi-
de yeso (es importante retirar anillos o pulseras antes de la dad distal del radio. Modificado de Gomar (1983).
inflamación) y analgesia. E l tratamien to conservador o
quirú rgico se valora en fu nción del grado de inestabilidad El pronóstico de estas fracturas empeora si existen tra-
de la fractura. El objetivo es restaurar la anatomía, mitigar zos inrraarriculares (especialmente si se separan los frag-
el dolor y restablecer una buena funcionalidad. mentos) y en presencia de mucha conmi n ución o angula-
Otras consideraciones q ue se deben tener en cuenta ción (fractu ra inestable). Los criterios más aceptados de
también para decidir un tratamiento son: el tipo de frac tu- inestabilidad son: angulació n dorsal superior a 20 grados,
ra, la densidad mineral ósea, la presencia de complicacio- acorramiento del radio superior a 10 mm e intensa conmi-
nes como una lesión nerviosa, la edad del paciente, su es- nución dorsal.
tado fu ncional y su grado de actividad.
E l tratamiento conservador clásico consiste en la reduc-
c ión externa de la fractura, seguida de inmovilizació n du-
rante un período de 3-6 semanas.
Si la fractura se redesplaza, la remanípulacíón y la nueva
inmovilización con yeso suelen ser insuficientes, por lo
que hay que proceder a la estabilización con agujas de
Kirschner, fijador externo o placa con tornillos.
o
ComP.licaciones
Puede aparecer un síndrome doloroso regional complejo
(antes conocido como distrofia simpaticorrefleja de Südeck) Consideraciones de fisiote rapia
(véase el capítulo 9, apartado Síndrome de dolor regional Pueden beneficiarse de un programa de terapia ocupacio-
complejo idiopático), la rotura del flexor largo del pulgar, nal domiciliaria para la incorporación a las actividades co-
el síndrome del túnel del carpo (véase el capítulo 35, apar- tidianas. Para ampliar información, OEl véase Vol. 11, capi-
tado Neuropatías compresivas peri fé ricas más frecue ntes) tulo 15.
o rigidez persistente de la muñeca (OEl véase Vol. 11, capí-
tulo 6. Fractura de Smith o Colles invertido
En esta fractura, la desviación de la extremidad distal del
radio es volar (deformidad «en vientre de tenedo r» o «pala
de jardinero») (Fig. 15-11). El mecanismo de producción
de la lesión es una caída sobre el dorso de la mano. E l ma-
nejo d iagnóstico y terapéutico es similar al de la fractura
de Colles.

Otras
En las fracturas de la extremidad distal del radio, y depen-
diendo del trazo d e fractura y de la posición del fragmen-
to distal, se distinguen varios tipos de fracturas, tales como:
• Fmctum-luxacióu de Rhea-Barton. La fractura despren-
de el margen dorsal (fractura de Barran propiamente di-
cha) o volar (fractura de Barron invertida), que se sub-
Figura 15-10. Deformidad <<en dorso de tenedor>> en la fractura de
Calles. Tomado de SECOT 12009). Manual de cirugía ortopédica y luxa acompañado del carpo.
traumatología. Madrid: Editorial Médica Paname rica na: tomo 2, • Fmctttm de Hutchiusou o del chauffeur. Fractura de la es-
p. 897, fig. 76-3. tiloides radial.
193

~~ RESUMEN

• La patología traumática del antebrazo puede asociarse a to y el radio se localizan con más frecuencia en la unión de
lesión de las estructuras ligamentarias con inestabilidad su tercio medio con el distal. Las fracturas aisladas de un
de las articulaciones radiocubital distal y proximal. solo hueso son excepcionales y se suelen combinar con lu-
xación proximal o distal del otro hueso.
• El mecanismo indirecto se produce tras una caída apoyan-
do la mano con el codo en extensión, y con cierta rotación. • Cualquier lesión aislada de la diáfisis radial debe acompa-
El mecanismo de producción directo es el más frecuente. ñarse de una exploración de la articulación radiocubital
En los niños, entre 8 y 12 años, lo más frecuente es que la distal y de la pronosupinación, para descartar una lesión de
fractura sea de grado 11. Galeazzi.
• El cuadro clínico habitual de la fractura del antebrazo es de • La lesión de Monteggia consiste en una luxación asociada
deformidad y pérdida de la función, así como lesión en par- de la cabeza radial o una inestabilidad de la articulación
tes blandas, con presencia de edema, escoriaciones, posi- radiocubital proximal. Cualquier fractura de cúbito debe
ble exposición ósea y flictenas. hacer sospechar una posible lesión de Monteggia. Cual-
• Habitualmente, se realiza una radiografía anteroposterior quier lesión conminuta de la cabeza radial es considerada,
y lateral verdadera de antebrazo, incluyendo el codo y la en principio, una lesión de Essex-Lopresti.
muñeca len mismo plano]. Si se sospecha de una lesión de • Si existe desplazamiento, el tratamiento será mediante ci-
la articulación radiocubital distal y proximal, se pediría ra- rugía, realizando una reducción abierta y fijación interna.
diografía anteroposterior y lateral de codo y anteroposte- La movilización precoz tras las lesiones de codo resulta
rior y lateral de muñeca. En caso de lesión del nervio peri- fundamental para evitar rigideces en la articulación. En la
férico asociada, se realizará una electromiografia. actualidad, la Organización Mundial de la Salud aconseja
• El tratamiento conservador implica una colocación de yeso valorar la DMO a las mujeres posmenopáusicas que han
braquipalmar durante 6-8 semanas, valoración clinicorra- sufrido una fractura distal del radio.
diográfica cada 2 semanas y, en caso de desplazamiento o
• En ocasiones, junto al trazado metafisario hay una línea de
pérdida de la reducción, realizar cirugía de forma inmedia-
fractura articular. Cuando la fractura es por compresión
ta. Si al año de seguimiento se cuenta con buena pronosu-
pura, hay un acortamiento del radio sin cambios en la orien-
pinación, flexión de codo y no hay presencia de secuelas, se
tación epifisaria. Si la fractura se redesplaza. la remanipu-
da el alta definitiva.
lación y la nueva inmovilización con yeso suelen ser insufi-
• La fractura del antebrazo es la única diáfisis que requiere cientes, por lo que hay que proceder a la estabilización con
reducción anatómica. Las fracturas de la diáfisis del cúbi- agujas de Kirschner, fijador externo o placa con tornillos.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Ferrández Porcal, L. (coo rd.). (2005). Lecciones de cirugía


ortopéclica y traumato!ogírt. Barcelona: Acción Médi-
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logía. Madrid: Edirorial Médica Panamericana.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿A qué puede asociarse la patología traumática del antebrazo? 6. ¿En qué consiste la valoración clinicorradiográfica?

2. ¿Cómo se produce el mecanismo indirecto? 7. Ante una lesión aislada de la diáfisis radial, ¿cómo se ha de
proceder?
3. ¿Cuál es el cuadro clínico habitual de estas fracturas?
8. ¿Qué debe hacer sospechar cualquier fractura de cúbito?
4. Si sospecha de una lesión de la articulación radiocubital dis-
tal y proximal, ¿qué radiología se solicitará? 9. ¿Qué aconseja la Organización Mundial de la Salud?

5. ¿Cuál es el tratamiento conservador habitual? 10. ¿Cuándo hay que proceder a la estabilización?
C. Juárez Cordero. F. V. Martínez García y J. Seco Calvo

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Identificar la situación del paciente a través del diagnósti co clínico.


• Entender las interve nciones medicoquirúrgicas realizadas e n los traumatismos de muñeca.

vi mientos una alrura co nstante, definida por la d istancia en-


RECUERDO MORFOFUNCIONAL
tre la base del tercer metacarpiano y el radio (Fig. 16-2).
El carpo está formado por ocho huesos que se integran en La incurvación diferente de las carillas articulares radia-
dos filas o tres columnas. En el plano frontal, la curvatura les del escafoides y del semilu nar hace que ésros adopten
proximal del cóndilo carpiano es menor que la del arco for- unas posiciones diferentes duran te los movimientos de
mado por la unidad radioligamento triangular (Fig. 16-1). flexoex tensión de la muñeca, al estar unidos por el poten-
La incurvación del radio en el plano sagital hace que el te ligamento escafolunar. Con la flexión pal mar, el escafoi-
carpo tenga una tendencia permanente al desplazamiento
anterior impulsado por tendones largos que lo cruzan. Es-
ras fuerzas longitudinales tienden además a colapsar el car-
po, que en situaciones normales mantiene en todos sus mo- 2

Figura 16-1. División del carpo en dos filas: proximal lpunteada] y Figura 16-2. Divis ión del carpo en tres colum nas : radiall ll. media
distal. 121 y cubital l31.

195
196 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 11. Miembro superior

des se desplaza más que el semilunar, que recorre un ma-


yor espacio en la flexión dorsal.
La flexoextensión radiocarpiana suma un rotal de 120 gra-
dos, 1Ogrados menos para la extensión por la inclinación pal-
mar del radio. La adución-abducción suma un rotal de 50 gra-
dos, de los cuales, a partir de la posición neutra, 15 grados son
de inclinación radial y 35 grados de inclinación cubital. Los
ejes de estos movimientos se centran en el hueso grande. Du-
rante la inclinación radial, el escafoides hace un movimiento Figura 16-3. Aporte vascular del escafoides (tercio superio r hipo-
de flexión palmar para no chocar con la estiloides radial, reco- vascularizado en rayado!.
rriendo el camino inverso en la inclinación cubital.
Las superficies articulares entre el piramidal y el gan- con necrosis avascular, produciendo gran impotencia fun-
choso tienen forma helicoidal, que permiten movimientos cional, de ahí su importancia (véase el caso clínico 16-l ).
rotatorios entre ellos. En la inclinación cubital, el pirami-
dal gira sobre el ganchoso y se hace palmar y cubital; al Introducción. Concepto y clasificación
desplazarse así condiciona, por intermedio de los ligamen- El escafoides tiene un ensanchamiento distal, en cuya cara
ros de unión, una traslación venrral del semilunar, que se anterior está el tubérculo, donde se inserta el ligamento
extiende, y con el escafoides. Duranre la inclinación radial, anular anterior. En su mayor parte está recubierto de car-
el piramidal se desplaza radial y dorsalmenre sobre el gan- tílago arricular, para el radio, semilunar, hueso grande, tra-
choso, flexionando, empujando ligeramenre al semilunar, pecio y trapezo ide y sólo presenta en su cara dorsal un sur-
que arrastra consigo al escafoides. co rugoso, por donde penetran los vasos: la arteria nurri-
Estos desplazamientos se explican por la complejidad de cia, rama a su vez de la arteria palmar lateral, que penetra-
las estructuras ligamentosas del carpo. La articulación radio- ría al hueso en su tercio medio, y por el tubérculo entra
cubital inferior se solidariza por el ligamento triangular, una segunda rama arrerial. Como consecuencia de esta dis-
cuya superficie es fibrocartilaginosa, y por los ligamentos ra- tribución, las fracturas proximales a la penetración de la
diocubitales inferiores anterior y posterior, así como por los arteria nurricia dejan desvascularizado el polo radial o pro-
ligamentos radiopiramidales. De esta estructura ligamento- ximal del escafoides (Fig. 16-3); por ello, la evidencia cien-
sa sale un refuerzo anular para el rendón del cubital poste- tífica (Álvarez-Castro, Ramos del Río, Díez-Romero, et
rior, que al conrraerse tensa estas estructuras ligamentosas. al, 20 14) recomienda urilizar injerto óseo vascularizado
La estabilidad del carpo se mantiene por sus ligamentos en el tratamiento quirúrgico.
palmares y dorsales. Una de las estructuras fundamentales es
la cincha oblicua: el radio se dirige al piramidal, ligamento
radiopiramidal dorsal y radiolunopiramidal ventral. Su mi-
sión es controlar los movimientos de abducción-aducción
carpianos y evitar las traslaciones cubitales del carpo.
La fractura proximal del escafoides puede complicarse
con una necrosis avascular. o
En la cara anterior, la estabilización se completa con la
«V» mediocarpiana del ligamento deltoideo, cuya rama ex- Mecanismo de producción
terna la forma el ligamento radio-hueso grande, que sus- La fractura aislada está producida por un movimiento de
pende como una hamaca al escafoides. La parte interna del hiperextensión y desviación radial de la muñeca. La ra-
ligamento delroideo está integrada por el ligamento cúbi- pidez de la consolidación depende del trazo de la fractu-
to semilunar-hueso grande y el piramidal-hueso grande. ra: es proximal en el 1O % de los casos, de cuello en un
En la cara ventral, el espacio enrre el semilunar y ellme- 70 o/o a la altura de la articulación lunarocapital y el20%
so grande no está reforzado por ligamentos: es el espacio restante para fracturas distales incluyendo el tubérculo
de Poirier. (Fig. 16-4).
La primera fila del carpo se solidariza entre sí por los li- Según la localización del trazo o según su dirección, un
gamentos interóseos escafosemilunar y semi! uno piramidal. 50 o/o de los casos es perpendicular al eje del hueso y lige-
Durante el movimiento de flexoextensión y el de aduc- ramente oblicua en relación con el carpo. En el 47 o/o de
ción-abducción del carpo hay movimientos entre filas del los casos el trazo es paralelo al eje trasversal del carpo y
carpo y en el interior de la primera. La flexión palmar es oblicuo al eje mayor del escafoides, y un 5o/o tiene una lí-
más un movimiento imracarpiano, en tamo que la exten- nea de fractura vertical, paralela al eje del hueso grande,
sión se juega más en la radio carpiana. La segunda fila se que determina una gran inestabilidad.
desplaza en bloque por la fuerte unión ligamentosa que so- Un 70-90% de las fracturas son estables, no presentan
lidariza al ganchoso, grande, trapecio y trapezoide. inicialmente desplazamientos ni angulaciones entre los
fragmentos. El resto se acompañan de lesiones periostales
FRACTURAS DEL ESCAFOIDES y/o ligamentosas que permiten un desplazamiento de los
fragmentos con una separación superior a 1 mm o una
Son las fracturas más frecuentes del carpo y, debido a su angulación mayor de 15 grados entre sí. Son fracturas ines-
peculiar vascularización, pueden complicarse a largo plazo tables.
16 • Traumatismos de muneca: fracturas de los huesos del carpo, frac turas del escafotdes y luxactones del carpo 197

97 o/o. El yeso an tebraquial ha de incluir el pulgar, dejando


libre la falange distal y con la comisura inrerdigital abierta
en oposición. H ay autores que incluyen en la inmoviliza-
ción el codo en las 4 primeras semanas, por el dolor que se
produce a la pronosupinación y para evitar que el ligamen-
( Proximal ) to radiocarpiano venrral cizalle la fractura.
20% Sólo las fracruras de trazo vertical y las formas inestables
(distancia superior a 1 mm, angulación mayor de 15 gra-
dos) deben osteosinrerizarse mediante u n tornillo de com-
presión; en esos casos, la movilización ha de ser precoz, a
(Distal las 2-3 semanas. También han sido propuestas otras técni-
cas como la reparación capsuloligamenrosa posterior en
casos de inestabilidad asociada. Otra técnica es la estiloi-
Figu ra 16-4. Distribución de las fracturas del escafoides según su dectomía, para disminuir el conflicto articular. También se
localización.
emplea la asociación de injerto tipo Matti-Russe, o bien
implanres de silicona.
Después de la inmovilización, es preciso un intenso y

o Las fracturas aisladas del escafoides se producen por


caída y movimiento de hiperextensión y desviación radial
de la muñeca.
continuado programa de fisioterapia, con especial énfasis
en la movilización precoz de los dedos. Para ampliar infor-
mación, oe véase Vol. 11, capítulo 15. Si el paciente es un tra-
bajador manual, estará de baja laboral durante 3-4 meses.
La extracción del tornillo, según el facultativo, cardará en
Cuadro clínico realizarse en· torno a 1 año.
Se producen más frecuenremenre en los varones de enrre
20 y 40 años, con predominio del lado derecho. Tras el
traumatismo hay un ligero edema de la muñeca y dolor en
la tabaquera anatómica (véase el caso clínico 16-1) y con
el movimienro de inclinación radial fo rzada.
El tratamiento de elección en las fracturas del escafoides
es la inmovilizació n prolongada durante 6 a 8 semanas. o
SEUDOARTROSIS/NECROSIS AVASCULAR

o El dolor exquisito en la tabaquera anatómica es patogno-


mónica ~ de las fracturas de l escafoides.
DEL ESCAFOIDES
Su elen aparecer en un 5 o/o d e las fracturas de l escafoi-
des y pueden ser secuelas de la fractura diagnosticada y
tratada durante la fas e aguda, o bien secuelas de fractu-
Radiología ras no diagnosticadas y, por tanto, que n o se trataron
Habirualmenre no es concluyenre siempre en la explora- inicialmente. También se ha descrito que la variación
ción de urgencia. H ay que hacer siempre tres proyeccio- cub ital es un factor d e riesgo en el desarrollo d e seu-
nes, con la mano cerrada, la anreroposterior, lateral y obli- doamosis (Lirola-Palmero, Salva-Coll & Terrad es-Cia-
cua de Schneck con el puño en pronación de 40 grados y, dera, 20 15).
en ocasiones, con tracción del d edo pulgar (véase el caso En su génesis intervienen dos factores:
clínico 16-1). • Localización del trazo: un 10 o/o es proximal y es suscep-
Si no se evidencia la lesió n, se deberá inmovilizar la mu- tible de necrosarse {véase el caso clínico 16-1).
ñeca y en 2 semanas repetir la radiografía, momento en • Factores mecánicos:
que se produce la reabsorción ósea de los bordes fracru ra- - Las fo rmas inestables, donde a la fractura se asocia
rios, evidenciándose claramente el trazo. Muchas veces es una lesión ligamentosa, más desplazamienro de frag-
preciso recurrir a exploraciones radiológicas complemen- mentos, ocasionan en un 35 o/o de los casos una seu-
tarias como son las tomografía axial o la resonancia mag- doarrrosis.
nética para confirmar la fractura {véase el caso clínico 16-1) . - Las fracturas simples que no se han inmovilizado el
tiempo suficiente generan también una pse udoar-
trosis.

o Ante la sospecha clínica y la duda rad iológica de existen-


cia de fractura de escafoides, se debe inmovilizar la mu-
ñeca durante 15 días y repetir la exploración radiográfica. En la seudoartrosis existen tres fases hasta la reabsorción
progresiva:
• H asta las 12 semanas: hay una fase de reabsorción pro-
gresiva en torno a la línea de fracrura.
Tratamiento • A partir del sexto mes aparecen geodas, más frecuen-
Bohler estableció que con la inmovilización prolongada temente en el polo proximal, aún es una fase reversi-
duranre 6 a 8 semanas se llega a una consolidación en un ble.
198

• Fracrura, bordes esclerosados y osteoporosis progresiva de una inserción ligamentosa o bien cizalla uno de los hue-
del resto de los huesos del carpo y, finalmente, artrosis sos carpianos entre los vecinos.
progresiva del resto de los huesos del carpo. Clínicamente hay dolor, aumento de volumen e impo-
tencia funcional. Muchas veces se omite en la radiografía
Cuadro clínico el diagnóstico y por ello se precisan otras proyecciones ra-
Muchos casos de seudoarrrosis pasan inadvertidos hasta diográficas. El tratamiento, en principio, suele ser ortopé-
que un nuevo traumatismo desata los síntomas: dolor, pér- dico, salvo excepciones, con inmovilización con yeso. Son
dida de fuerza y limitación progresiva de la movilidad de fracturas que consolidan lentamente.
la muñeca, especialmente a la extensión.
Fracturas del semilunar
Tratamiento Son poco frecuentes. Existen dos formas:
En la fase inicial puede tratarse de manera conservadora. • Arrancamientos ligamentosos del cuerno posterior.
En fases más avanzadas es subsidiaria de tratamiento qui- • Aplastamientos completos por compresión del carpo.
rúrgico: Mani-Russe, curetaje y osteosíntesis con tornillo
de compresión, etcétera. También se recomienda inmovi- Estas fracturas consolidan bien, sólo las producidas por
lización posterior con yeso de 2 a 3 meses. compresión pueden generar la enfennedttd de Kienboeck o ne-
En fases ya muy avanzad as con artrosis del carpo, pue- crosis avttSculttr del semilunar (véase el capírulo 48, apartado
de asociarse la extirpación de la estiloides radial, asociada Enfermedad de Kienboeck) o bien evolucionar hacia la ar-
a las técnicas anteriores. A veces, está indicada la resección trosis (véase el capítulo 42, apartado Artrosis de la mano), en
del polo superior. En la fase final con artrosis del carpo es cuyo caso sería preceptivo el tratamiento quirúrgico.
preceptiva la artroplastia del escafoides, con pró tesis, o
bien la artrodesis del carpo rotal o parcial. Fracturas del piramidal
Se ha descrito (Hernández-Ramajo, Martín-Ferrero, Son poco frecuentes y aparecen aisladamente. Suelen aso-
Simón-Pérez & Muñoz-Moreno, 2014) que la técnica ciarse a luxaciones perilunares o al síndrome capitonavicu-
Fisk-Fernández permite corregir la deformidad del esca- lar, en el que el polo proximal del hueso grande fracturado
foides, producida por la mala unión, mediante un injer- se desplaza. Hay además luxación transescafosemilunar.
to de cuña y fijación interna con agujas de Kirschner o Estas lesiones suelen ser producidas por hiperexrensión
tornillos. y las formas simples se localizan en el cuello del hueso
grande. En ellas el tratamiento ortopédico está indicado,
salvo en el síndrome capitonavicular, en el que tras la re-

o El tratamiento de elección en la fase ava nzada de la ne-


crosis avasc ular es quirúrgico, además de inmovilización
de 2 a 3 meses.
ducción debe realizarse la osteosíntesis del escafoides al
hueso grande.

FRACTURA DE OTROS HUESOS DEL CARPO


Si el tratam iento inicial de los traumatismos del carpo no
es correcto se producen imp ortantes se cuelas, de ah í su
o
relevancia e interés para el fisioterapeuta.
Los traumatismos del carpo, fracturas o luxaciones, tienen
importancia por las secuelas que producen si el tratamien-
to inicial no es correcto. LUXACIONES DEL CARPO
El carpo está constiruido por ocho huesos que se dispo-
nen en dos filas: la carpiana proximal, formada por el es- Existe gran variedad de ellas, pero las más frecuentes son
cafoides, semilunar, piramidal y pisiforme, que se articula las luxaciones perilunares, que suelen ser: anteriores, pos-
con el radio y el piramidal con el ligamento triangular; y teriores y luxación aislada del escafoides.
la carpiana distal, formada por el resto de los huesos: tra-
pecio, trapezoide, hueso grande y hueso ganchoso.
Existen tres columnas: central, formada por el hueso
grande y el semilunar, es la columna para la flexoextensión;
lateral o columna móvil, formada por el escafoides, trape-
Dependiendo de l traumatismo, existe una progresión de
la inestabilidad del carpo alrededor del semilunar. o
cio y trapezoide; y medial o rotatoria, formada por el pira-
midal, pisiforme y ganchoso. Luxación perilunar anterior o posterior
Estas fracruras constituyen un 30 o/o de los casos de las del semilunar
fracturas del carpo: semilunar 4,6 o/o, piramidal 11,6 o/o, si- Se define como una luxación con desplazamiento poste-
siforme 1,7 o/o, trapecio 3 o/o, trapezoide 0,2 o/o, grande rior del carpo en torno al semilunar, que mantiene una re-
1,9 o/o y ganchoso 1,7 o/o. lación normal con el radio. La luxación anterior del semi-
Las fracruras de la primera fila del carpo son más fre- lunar, conservando el carpo en su posición normal, res-
cuentes en la mano dominante de los adulros jóvenes, tras ponde al mismo mecanismo.
un traumatismo violento, más que por lesión directa o por Suelen ser poco frecuentes, con predilecció n en los
movimiento forzado, que produce un arrancamiento óseo adultos jóvenes.
199

Figura 16-5. Ligamento radiopir amidal dorsal [11 y radiolunopi-


ramidal ventral [21, controladores de la abducción-aducción car-
piana.

Mecanismo de producción
Se producen por un movimiento de hiperextensión carpia-
na, desviación cubital y supinación metacarpiana, que le-
sionan la estructura ligamentosa del carpo por sus puntos
más débiles, el espacio de Poirier y la arti culación semilu- Figura 16-7. Estructuras ligamentosas anteriores: liga mento ra-
nopi ramidal y la semilunoescafoidea o escafoides, según dio-hueso grande [11, ligamento cúbito-semilunar-hueso grande
sea más resistente éste o los ligamentos escafolunares. Apa- 121. ligamento escafosemilunar (31y ligamento piramidal-hueso
rece así la luxación peril unar del semilunar o rransescafo- grande 141.
perilunar por desplazamiento de la mano y el carpo hacia
dorsal, impulsados por el traumatismo. Dependiendo del
traumatismo existe una progresión de la inesrabilidad del Cuadro clínico
carpo alrededor del semilunar: Existe siempre un a ntecedente traumático violento, que
• Fase 1: inestabilidad escafosemilunar. muchas veces pasa inadvertido en la primera consulta. Se
• Fase II: inestabilidad grande-semilunar. manifiesta por un dolor de intensidad progresiva, según la
• Fase TII: inestabilidad piramidal-semilunar. fase de la lesión.
• Fase IV: luxación del semilunar. En la inspección la mano aparece e n flexión fija o defor-
mada «en dorso de tenedor>•, como ocurre en la fractura de
Para poder producirse la luxació n del semilunar hacia an- C olles, con ma nifestación clínica de dolor. En casi un
terior, debe romperse elligamenro radi oluna r dorsal, de 30% hay una lesión del nervio mediano que se deberá va-
tal forma que, al cesar la fuerza causal de la tracción de lorar inicialmente (Figs. 16-6 y 16-7 ).
los rendones largos que cruzan el carpo, tiran proximal-
m ente del hueso grande, q ue impulsa venrralmente al se-
milunar inestable. En casos más graves, se lesiona el liga-
m eneo radiolunar ventral, entonces la extrusión del semi-
La luxación del se milunar hacia anterior. en la inspec-
ción, presenta la mano en flexión fij a o deformada <een
o
dorso de tenedor".
lu nar es com ple ta y el riesgo d e necrosis avascul ar es
complero y muy elevado, al perder rodas las inserciones
ligamen rosas. Existen lesion es radiales o cubitales asocia-
das (Figs. 16-5 y 16-6) . Radiología
En la radiografía anteroposterior aparece un hueso grande
que se superpone al semilunar, que tiene un perfil triangu-
lar. Hay una disminución de la altura carpiana. El espacio
escafolunar está aumenmdo e n las lesiones p uras. La ima-
gen lateral indicará el diagnóstico al demostrar bien el des-
plazamiento anterior del semilunar, lo más frecuente, b ien
la traslación posterior del hueso grande, con o sin fractura
del escafoides asociada. En la proyección lateral, en el se-
milunar la concavidad suele ser distal (Fig. 16-8).
Figura 16-6. Estructuras ligamentosas del carpo: ligamento trian-
gular 111. ligamentos radiocubitales inferiores 121, ligamentos ra-
Por tanto, siempre han d e pedirse tres proyecciones: an-
diopiramidales 131 y tendón del cubital poste rior 141. (P: piramidal, teroposterior, lateral y oblicuas, y en muchas ocasiones han
SL: semilunar!. de realizarse radiografías comparativas.
200 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 11. Miembro superior

Figura 16-9. Síndrome naviculocapital.

inestables, se ha de tratar quirúrgicamente con osteosínte-


sis de éste y solidarizar temporalmente al semilunar, para
lograr la cicatrización correcta de los ligamentos y fijar el
hueso grande si lo precisa (Fig. 16-9) .
Existen también casos aislados de luxaciones periluna-
res anteriores y aisladas del trapecio y pisiforme.

EL síndrome naviculocapital está integrado por una luxa-


ción transescafoperilunar y una fractura del hueso grande. o
Figura 16-8. La luxación anterior del semilunar requiere una rotu-
INESTABILIDADES POSTRAUMÁTICAS DEL CARPO
ra del ligamento radiolunar posterior y el hueso grande puede to-
Descritas en la literatura especializada como ••muñeca en
mar contacto con el radio. IG: hueso grande].
resorte», aparecen como pérdidas m ayores de la estabilidad
carpiana como consecuencia de lesiones:
Tratamiento • Esguinces graves.
Debe tratarse de urgencia y reducir la luxación mediante la • Inestabilidades agudas graves, cronificadas.
maniobra de Watson-Jones. Esta maniobra se realiza bajo • Luxaciones y subluxaciones no reducidas.
anestesia, tracción en el eje de la mano, con el codo flexiona- • Lesiones óseas, que afectan a elementos óseos (síndro-
do, supinación de la mano, flexión dorsal y flexión palmar. me de Kienboeck).
En aquellas luxaciones del semilunar puede presionarse • Seudoartrosis del escafoides e intervenciones quirúrgi-
sobre él; cuando no se reduce se realiza un movimiento de cas del carpo.
campaneo del antebrazo, lográndose así una reducción. • La lesión más frecuente aparece en el espacio escafolu-
Una vez reducida la luxación, se deben analizar las ines- nar, pero también surge en el espacio lu nopiramidal.
tabilidades asociadas y seguidamente se inmoviliza en fle-
xión durante 2 semanas y 3 semanas más en posición neutra. Alteraciones de La articulación escafolunar
En los casos de inestabilidad manifiesta y en formas Aparecen por movimientos de hiperextensión forzada de la
irreductibles debe hacerse un abordaje quirúrgico, solida- mano, que lesionan el ligamento escafolunar interóseo y,
rizándose temporalmente al escafoides y semilunar, y sutu- en segundo lugar, el radioescafolunar ventral. Se libera el
rar la cápsula ventral desgarrada. polo proximal del escafoides, que se horizontaliza y no si-
Las luxaciones transescafoideas exigen, una vez reduci- gue los movimientos de abducción-aducción del semilu-
das, las osteosínresis del escafoides, al ser siempre inesta- nar, ambos se separan por la presión longitudinal del car-
bles. Seguidamente, se inmoviliza duran te 6 semanas con po que disminuye en altura. La tensión de los dedos, los
yeso antebraquial, incluyéndose el pulgar. movimientos de fuerza y la inclinación radial de la mano
aumentan la separación escafolunar, y el hueso grande, que
Dentro de este grupo existe el síndrome naviculocapital, in- hace de ariete, fuerza al semilunar en extensión. Es la de-
tegrado por una luxación transescafoperilunar y una frac- nominada inestabilidad en extensión de Linscheid, cuya in-
tura del hueso grande. El diagnóstico se realiza con una ra- tegridad depende de los ligamentos escafocapitate.
diografía anteroposterior de la muñeca en tracción, para
visualizar cada una de las lesiones. Su tratamiento ha de ser Cuadro clínico
ortopédico, inmovilizándose con yeso hasta la consolida- Es un cuadro que no se reconoce en la fase aguda, y cuyos
ción de las fracturas. En aquellas lesiones irreductibles o síntomas se manifiestan con el paso del tiempo. El enfermo
con desplazamientos, como la del escafoides, o lesiones suele ser un adulto joven, que va perdiendo la fuerza prensil
16 • Traumatismos de muñeca: fracturas de los huesos del carpo, frac turas del escafoides y luxaciones del carpo 201

...
Figura 16-10. La rotura de los ligamentos escafolunar interóseo y
radioescafolunar ventral hacen que el escafoides se horizontalice.

de la mano, tiene dolor a la flexión e inclinación radiales, y Figura 16-11. En la inestabilidad del carpo en extensión el ángulo
<<a» está aumentado.
aparecen un resalte y una deformidad anormal en la cara
dorsal de la muñeca, con la horizonralización del escafoides.

Radiología criro, y el semilunar independizado es llevado a una posi-


En la imagen anreroposterior existe un aumenro superior ción de flexión permanente por la acción del hueso gran-
a 2 mm de la separación escafolunar. En la proyección la- de traccionado por las fue rzas longitudinales que cruzan el
teral el ángulo que forman los ejes del escafoides, por un carpo. Es la inestabilidad en flexión de Linsc!Jeid.
lado, y del radio-semilunar-hueso grande por otro, aumen-
ta, como consecuencia de la extensión del semilunar y la Cuadro clínico
horizontalización del escafoides. Su valo r normal es de Se manifiesta en una fase crónica por dolor e inestabilidad
47 grados y en estas lesiones puede llegar hasta 7 0 grados de la muñeca, que en ocasiones aparece deformada «en
(Figs. 16-10 y 16-11 ). dorso de tenedon> y crónicamente inflamada.
En las radiografías dinámicas del ca rpo anteroposterior
con presión fo rzada, supinación de la mano e inclinación Radiología
radial del carpo, aumenra la separación escafolunar. Suelen poner de manifiesto la diásrasis lunaropiramidal
descrita en la proyección anteroposterior. En la lateral el
Tratamiento semilunar aparece en flexión en relación con el hueso gran-
En la fase aguda, cuando se diagnostica, consiste en la fija- de, superando los 20 grados de angulación normal entre
ción del escafoides al semilunar con dos agujas de Kirsch- ambos. Los estudios dinámicos confirmarán la inestabili-
ner percutáneas y un yeso durante 6 semanas, posterior- dad carpiana.
mente se retiran las agujas. En las formas crónicas, puede
recurriese a la misma técnica y sólo en los casos evolucio- Tratamiento
nados está justificada la realización de una artrodesis limi- Durante las fases aguda y subaguda será la reducción y fi-
tada al espacio escafolunar. jación percutánea del piramidal al semilunar, con la mis-
ma pauta antes descrita. En las formas crónicas evolucio-
Inestabilidad interna lunopiramidal nadas hay que recurrir a la artrodesis rotal o parcial del carpo.
Es menos frecuente que la anterior y puede aparecer de
forma aislada o asociada a la variedad anterior.
Está producida por la rotura de los ligamentos lunaro-
piramidales ventrales, tras una caída con extensión forzada
de la muñeca. La rotura ligamentosa interrumpe el meca-
Las inestabilidades del carpo (en flexión o extensió n de
Linscheid) se describen como <<muñeca en resorte» Y
aparecen como pérdidas mayores de la estabilidad car-
o
piana, tras lesiones previas o como co mplicación.
nismo de flexoextensión combinada lunaropiramidal des-
202

RESUMEN

• Las frac turas del escafoides son más frecuentes que fíca. EL tratamiento de elección es la inmovilización prolon-
las del carpo y, debido a su peculiar vascularización, gada durante 6 a 8 semanas.
pueden complicarse a Largo plazo con necrosis avasc u- • Si el tratamiento inicial de Los traumatismos de l carpo no
Lar y producir gran impotencia funcional, de ahí su im- es correcto, se producen importantes secuelas, de ahí su
portancia . relevancia e interés para el fisioterapeuta .
• EL dolor exquisito en La tabaquera anatómica es patogno- • Las inesta bilidades del carpo le n flexión o extensión de
mónica de estas fracturas. Ante La sospecha clínica y La Linscheidl se describen como <<muñeca en resorte», yapa-
duda radiológica de su existencia, se debe inmovilizar La recen como pérdidas mayores de La estabilidad carpia na,
muñeca durante 15 días y repetir La exploración radiográ- tras Lesiones previas o como complicación.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Ferrándcz Porra!, L. (coord.). (2005). Lecciones de cimgía ortopé-


dica)' traumatologla. Barcelona: Acción Médica.
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logía. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Madrid: Edirorial Médica Panamericana.

~ ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué es el espacio de Poirier? 6. ¿C uál es el tratam ien to de La frac tura de l escafoides?

2. ¿Por qué es de interés La vascularización del escafoides? 7. ¿Cuántas fases hasta La reabsorción progresiva existen en La
seudoartrosis?
3. ¿Cómo se produce una fractura del escafoides?
8. ¿Por qué es importante el tratamiento in icial en Los trauma-
4. ¿Cómo es el cuadro clínico de una fractura del escafoides? tismos del carpo?
9. ¿Qué es y en qu é consiste La maniobra de Watson-Jones?
5. ¿Cómo se ha de proceder ante La sospecha clín ica de frac-
tura del escafoides? 10. ¿Qué es y en qué consiste La «muñeca en resorte»?

HERRAMIENTAS DE APREN DIZAJ E

CASOS CLÍNICOS

16.1. Varón de 22 años de edad, sin antecedentes de interés. Cuando estaba jugando al baloncesto sufre una caída y recibe un

traumatismo directo en La mano izquierda al apoyarla directamente contra el suelo con La muñeca en dorsiflex ión y el codo
en extensión. A pie de pista fue atendido por el fisioterapeuta del equipo, quien, tras La exploración inicial, optó por colocar
un vendaje y, dada La importancia del jugador en el equipo, continuó jugando.
Dt-sllrrollo na ( diO y ~
rttds CRSDI c-Jinictu y
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Exponer y justificar la fisiopatología y los tratamientos en los procesos traumatológicos, reumatológicos y ortopé-
dicos en las lesiones osteoarticulares y de las partes blandas de la mano, así como en el gran daño !mano catas-
trófica].
• Identificar la situación del paciente a través de un diagnóstico de fisioterapia, planificando las intervenciones y eva-
lua ndo su efectividad.

FRACTURAS OSTEOARTICULARES DE LA MANO


Desde una perspectiva eminentemente funcio nal y fisiorera-
péutica, la mano reúne una serie de características importan-
tÍsimas como es la precisión y finura de sus movimientos, con
una percepción sensorial de una sensibilidad y precisión ex-
traordinarias, pudiendo incluso entenderse como un auténti-
co órgano de los sencidos que desde el punto de vista psicoló-
gico nos permite explorar e interactuar con el entorno.

Como parte del sistema musculoesquelético, la mano


prese nta un número re lativamente alto de pequeños

o
músculos, todos ellos de origen ventral; los dedos está n
desprovistos de músculos y los responsables de su movi-
miento son los tendones de los músculos del antebrazo,
que actúan distalmente con un apa rato ligamentario que
funciona como correa de transmisión para los tendones y Figura 17-1. Fractura oblicua de l quinto metacarpiano.
su inserción en la segunda y tercera falanges.
Como complicaciones frecuentes pueden citarse las de-
formidades por rotación, contractura isquémica de Volk-
Fracturas de falanges y metacarpo mann, limitación de la movilidad y seudoarcrosis.
Son las más frec uentes de las fracturas de la mano y las más
complicadas. Se producen bien por aplastamiento o bien al Fractura de Bennett
flexionar el dedo y caer sobre éste. Además de la fractura se Es la más característica del metacarpiano del pulgar, y es
producen lesiones en las partes blandas, ya que los rendones una fractura intraarticular de la base del primer metacar-
y haces neurovasculares están muy cerca del h ueso. piano con luxación hacia fuera de su diáfisis. Como meca-
Por ejemplo, está la fractura del boxeador o luchador, que nismo de producción están la caída sobre la mano, el gol-
afecta a la cabeza y cuello del quinto metacarpiano (Fig. 17-1), pe directo o el choque de la mano contra el rival (cizalla-
al golpear con el puño no provisto de guante o protección. miento) en la práctica deportiva.
También están las fracturas diafisarias de los distintos me- Aparece un pequeño fragmento interno que permanece
tacarpianos. La falange más frecuentemente afectada suele enganchado al ligamento palmar, mientras que el abduc-
ser la primera. Cuando afectan a la zona diafisaria, el tra- cor largo del pulgar tracciona de la porción principal en
tamiento es similar al de los metacarpianos. sentido proximal.

205
206 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 11. Miembro superior

La fractura de Bennett es una fractura intraarticular de LESIONES TENDINOSAS DE LA MANO


la base del primer metacarpiano con luxación hacia afue-
ra de la diáfisis. Las lesiones traumáticas de los rendones de la mano son muy
frecuentes. Pueden dejar secuelas que van desde una disminu-
ción de la fuerza hasta una limitación importante de la fle-
xión/extensión (limitación de la función global de la mano).
Luxaciones Hay otras lesiones que pueden afectar a la zona, como
Aparecen más frecuentemente en el dedo meñique, a la al- las tenosinovitis por acúmulo de microtraumatismos (en-
tura de la inrerfalángica proximal (Fig. 17-2), y en el dedo fermedad de De Quervain) o la degeneración de la apo-
pulgar, en la articulación meracarpofalángica. neurosis palmar con afectación de los rendones flexores
Como signos y síntomas se encuentra deformidad arti- (enfermedad de Dupuyrren).
cular, dolor intenso e impotencia funcional, así como los Corno trastornos ortopédicos, que cursen con deforma-
característicos de la inflamación. Para su tratamiento se ción, se encuentran:
hace necesario un correcto diagnóstico radiológico, su re- Dedos en martillo: rotura de la inserción del rendón ex-
ducción y su inmovilización. tensor largo de los dedos por choque con fuerza de la
bola sobre el dedo en extensión. Aparece dolor con des-
Tratamiento conservador y quirúrgico viación permanente en flexión de la falange distal. Se
D ependiendo de la complicación de la fractura o luxación, trata mediante férula, y cirugía si existe arrancamiento
se reducirá mediante yeso, férula y/o fijaciones internas. Se que subluxa la falange distal.
mantendrán inmovilizadas las articulaciones de los dedos Nudillos del boxeador: lesiones en el rendón extensor a
con ciertos grados de flexión, manteniendo la movilidad la altura de la articulación meracarpofalángica. Aparece
de forma activa de todos los dedos que no es necesario in- por traumatismos cerrados intensos en deportes de lu-
movilizar. cha y combare.
Se ha desarrollado un sistema dinámico para fracturas Dedo del jugador de rugby: lesiones del aparato flexor
interfalángicas con agujas de Kirschner y gomas de trac- de los dedos por arrancamiento de la inserción del ten-
ción. Este método permite una movilización postoperato- dón flexor profundo de los dedos; es más frecuente en
ria inmediata (50-60% de movilidad con el dispositivo co- el dedo anular. Se produce por agarrones violentos de
locado). La tracción se retira entre la tercera y cuarta sema- las camiseras.
nas y se inicia la fisioterapia, lo que ha permitido una mo-
vilidad postoperaroria inmediata que disminuye las rigide-
ces dolorosas, frecuentes en este cipo de fractura.

En función de la complicación del traumatismo, se redu-


Las lesiones traumáticas de los tendones de la mano son
muy frecuentes. Sus secuelas son relevantes: disminuciqn
de la fuerza y limitación de la función global de la mano. o
o cirá median te yeso, férula y/o fijación interna.
Se mantendrán inmovilizadas las articulaciones de los
dedos afectados en flexión, manteniendo la movilidad de
fo rma activa del resto de dedos.
Tenosinovitis
Inflamación de la vaina y del rendón. La causa puede ser
desconocida o por infección, sobrecarga por microrrauma-
rismos o exceso de tensión. El movimiento repetido y ex-
cesivo del rendón puede inflamar las vainas tendinosas y
favorece r la formación de adherencias entre el rendón y la
vaina, ocasionando dolor al producirse el movimiento que
solicita el rendón.
Los rendones aparecen hinchados y puede producirse
crepitación durante el movimiento.
Las muñecas y pies se afectan con frecuencia, aunque la
afección puede presentarse en cualquier vaina tendinosa.
Los rendones más susceptibles de sufrir renosinovitis en la
mano son:
• Extensores dorsales de la muñeca.
• Cubital posterior.
• Enfermedad de D e Quervain (abductor largo del pul-
gar y extensor corro del pulgar).

Aparecen los signos típicos de la inflamación más la impo-


tencia funcional.
Figura 17-2. Luxación posterior de la articulación interfalángica La renosinovitis en los dedos produce los denominados
proximal. «dedos en resorte o gatillo» por bloqueo de las arriculacio-
-
17 • Fracturas osteoart1culares de la mano. Lesiones tendmosas. Lesiones ligamentarias de los dedos ... 207

nes interfalángicas. Es una forma de renosinovitis caracte- puede realizar la Aexión de la primera ni de la segunda
rizada por que el movimiento se frena a m irad del recorri- falange.
do y finaliza bruscamente, como movido por un resorte. • Flexor superficial: no se podrá flexionar totalmente la
Se produce por un engrosamiento de la vaina, del ten- falange media, manteniendo los demás dedos en exten-
dón o de ambas, y se forma un nódulo d entro de la vaina sión.
engrosada y recubierta de sinovial. El nód ulo se mueve • Flexor profundo: no existe la Aexión de la tercera falan-
dentro de la vaina tendinosa hasta que es demasiado grue- ge (para valorarlo hay que fijar previamente la segu nda
so o la vaina está demasiado comprimida y aparecen los falange en extensión, para evitar compensaciones).
bloqueos. • Flexores superficiales y profundo: el dedo permanece en
Para ampliar información sobre el tratamiento de fisio- extensión.
terapia en estas lesiones tendinosas de la mano, OEl véase • Extensores en el do rso de la mano: no se extenderá la
Vol. 11, capítulo 16. primera f.1lange y el dedo permanece en Aexión total.
• Extensores a la altura de la primera falange: pérdida de
Tratamiento conservador la extensión de las dos últimas falanges.
Reposo (férula removible) , criorerapialrermoterapia, anri- • Extensores a la altura de la falange media: la falange dis-
inAamato rios no esreroideos (AINE) y analgésicos, infil- tal aparece semiAexionada.
traciones (novocaína, cortisona) (OEl véase Vol. 11, Anexo 2.
Farmacología de l dolo r!. Si hay infección, el tratamiento es Tratamiento quirúrgico
con antibióticos. Se realiza la denominada tenop!astia: una sutura con acero
y otros materiales de alto límite elástico para reconectar el
Tratamiento quirúrgico tendón. Su reparación se realiza con hilo no reabsorbible y
No es habitual. Si hay infección, se procederá al drenaje de suru rando con la máxima precisión (Fig. 17-3).
pus alrededor del tendón. Peinado quirúrgico del tendón Se suturan los extensores y los Aexores; en ocasiones se
para favorecer su regeneración. deben realizar transposiciones tendinosas para asegurar la
Para ampliar información sobre el tratam ie nto de fisio- funcionalidad del pulgar (plastia d e anrepulsión del p ul-
terapia, en general en las lesiones tendinosas de la mano, gar), por ejem plo si aparece una lesión m ediocubiral en la
OEl véase Vol. 11, capítulo 16. m uñeca que pueda imped ir la acció n d e los músculos de la
eminencia cenar (q ue movilizan al pulgar) o tras la realiza-
Rotura tendinosa ción de u n implante de otro dedo sustitutivo del pulgar, si
H abitualmente se produce por sobrecargas muy intensas ha habido una destrucció n tal de éste que impida su re-
y/o d egeneración del rendón, o bien por agresión d irecta construcción quirúrgica.
(corte de rendones al manejar herramientas como c uchi-
llos o cizallas), e incluso desinserció n de un rendón por un
esfuerzo violento.
Los rendones extensores son más superficiales, su vaina
sinovial es más pobre y e n su trayecto están envueltos en
mesorendón. Por el contrario, los Aexores tienen una ma-
yo r riqueza sinovial, son m ás profundos y se lesionan con
más dificultad.
Los rendones extensores, al ser los más expuestos, son
los que con mayor frecuencia se lesionan, en una propor-
ción d e 3 a 1.
Tras una lesión tendinosa por sección, rotura o desin -
serción, y tras la sutura oportuna, las dificu ltades para la
recuperación de la actividad funcional son mayores para
los Aexores que en los extensores.
Las roturas parciales de los rendones son más difíciles
de diagnosticar: dan ocasión posteriormente a roturas
completas y faci litan la aparición de adherencias rebel-
des.

Clasificación y diagnóstico de la rotura


de tendones según su localización
Atendiendo a la rotura de los rendones según su localiza-
ción, se p ueden clasificar y diagnosticar en:
• Tierra de nadie: zona comprendida entre los extremos
distales del cúbito y el radio y las arciculaciones mera- Figura 17-3. Cirugía de los tendones flexores de la mano. [Cortesía
carpofalángicas de los d edos segundo al cuarto. No se del Dr. Roberto López Ortiz, cirujano ortopédico).
208

dón (la zona queda inestable pero se mueve). Si hay rotu-

o Las complicaciones más frecuentes de la cirugía son las


adherencias, cicatrizaciones con elongación y dehiscen-
cias de la sutura.
ra tendinosa rotal, se sutura cabo a cabo.

Contractura de Dupuytren
Es una retracción fibrosa de la aponeurosis palmar, con re-
En la cirugía reparadora de las lesiones de los rendones tracciones posteriores en flexión de los dedos, articulacio-
flexores se han ensayado prótesis sustitutivas de silicona nes metacarpofalángicas e interfalángicas proximales. La
que pueden ser aplicadas en personas con baja demanda aponeurosis palmar se engrosa y se con trae. Se da sobre
funcional de la mano. En sujetos jóvenes se sigue utilizan- todo en varones de edad madura.
do autoinjerros de tendones.
Extensores: tras la sutura se debe inmovilizar la muñe- LESIONES LIGAMENTARIAS DE LOS DEDOS
ca de 3 a 5 semanas con 30-40 grados de extensión y con
los dedos también en extensión. Esta técnica no permite Fundamentalmente se trata de los esguinces de la articula-
tener la mano en posición funcional, sin embargo, la fun- ción metacarpofalángica del pulgar y los denominados es-
ción de los rendones suele quedar bastante bien. guinces interfalángicos de los dedos. Suelen producirse du-
Flexores: después de la sutura exigen mayor tiempo de rante la práctica deportiva.
inmovilización que los extensores. Se inmovilizan con lige-
ra flexión de la muñeca y flexión del dedo o dedos afecta- Esguince metacarpofalángico del primer dedo:
dos. Los dedos no afectados no deben inmovilizarse. pulgar del esquiador (Stener)
Lesión típica del esquí, producida al caer sobre la mano con
Cicatrización tendinosa tras una cirugía el bastón, forzando el dedo hacia atrás; también aparece en
(tenoplastia} o rotura tendinosa otros deportes como hockey, balonmano y baloncesto.
En ocasiones aparecen complicaciones por haber mayor C ursa con inflamación, hematoma, dolor e impotencia
grado de cicatrización extrínseca que intrínseca. funcional. Es fundamental un buen diagnóstico traumato-
Cicatrización extrínseca: invasión fibroblástica de te- lógico de la gravedad del esguince para determinar la indi-
jidos colindantes que genera adherencias. cación de un tratamiento conservador o quirúrgico; este
Cicatrización intrínseca: capacidad propia del rendón diagnóstico debe incluir radiografías dinámicas.
de regenerarse (fibroblastos intrarendinosos que migran
hacia la lesión). Esguinces interfalángicos de los dedos
Para ampliar información sobre el tratamiento de fisio- Son frecuentes en los deportes de pelota y afectan a los li-
terapia en las lesiones tendinosas, quirúrgicas de la mano, gamentos laterales de las articulaciones interfalángicas. Se
GEl véase Vol. 11, capítulo 16. producen por un mecanismo de hiperextensión forzada o
por un traumatismo lateral violento; su aparición es más
Enfermedad de De Quervain frecuente en el tercer y cuarto dedos.
Es una renosinovitis de los rendones corros del pulgar (ab- Pueden presentar diversos grados de lesión, aunque la
ductor largo, extensor corro, flexor largo). Estos rendones mayoría son leves (grado I). Su principal inconveniente
se mueven en la misma vaina, que pasa por un surco óseo suele ser que a menudo se convierten en lesiones de larga
sobre la apófisis estiloides del radio. evolución.
Se produce inflamación por la fricción entre el tendón,
la vaina y la prominencia ósea al realizar la pinza. Aparece MANO CATASTRÓFICA
una proliferación fibrosa, con lo que hay más rozamiento
y se dificultan determinados movimientos, y origina una La mano catastrófica se caracteriza por la aparición trau-
estenosis del pulgar con infiltrado inflamatorio, lo que ge- mática de un elevado grado de lesiones tisulares en los di-
nera fibrosis, y esto a su vez, más estenosis y dolor. Es una ferentes tejidos de ésta, que condicionarán de manera muy
tendinitis muy frecuente en patología laboral (gesto repe- importante su evolución y recuperación (véase el caso clí-
tido), fundamentalmente en mujeres. nico 17- 1) (Fig. 17 -4).

Tratamiento conservador
Es tratamiento conservador es ortopédico: inmovilizacio-
nes y reposo; médico: AINE y analgésicos. En ocasiones
también no esteroideos (GEl véase Vol. 11. Anexo 2. Farmaco-
logía del dolor). También se producen infiltraciones con un
Es fundamental proporcionar una rápida atención medico-
quirúrgica a estos pacientes, dado que las probabilidades de
reimplante y reconstrucción dependen en gran medida de la
celeridad con que se aplique el tratamiento quirúrgico.
Frecuentemente. Las lesiones producen La amputación
o
cóctel de cortisona y novocaína. parcial o total de la mano.

Tratamiento quirúrgico
Va orientado según la patología, así, si hay infección de la Recogida de un miembro amputado
vaina, se realiza un drenaje de ésta. Si la estenosis es impor- Para recoger el segmento corporal amputado, se debe tener
tante, se realiza una rotura quirúrgica de la vaina del ten- en cuenta que la porción puede ser muy pequeña (extremo
17 • Fracturas osteoarticulares de la mano. Lesiones tendrnosas. Les1ones ligamentanas de los dedos ... 209

La masa muscular es muy sensible a la isquemia, lo que


condiciona las posibilidades del éxito de la cirugía. Así, en
el caso del dedo pulgar, tan importante para la pinza al ser
el único que hace oposición, se pueden hacer intentos in-
cluso tras pasar períodos muy largos, dada su enorme im-
porrancia funcional.
La cirugía se realiza mediante microcirugía reparadora.
En caso de afectación muscular, la urgencia es máxima, ya
que tras 6 horas de isquemia en caliente (sin refrigerar el
segmento amputado), la d estrucción muscular es práctica-
mente total. Con la adecuada refrigeración el plazo se pro-
longa al doble de tiempo (12 horas).

Figura 17- 4. Mano catastrófica. !Co rtesía del Dr. Roberto López
Ortiz, cirujano ortopédico!.
El principal factor limitante para el reimplante es la is-
quemia tis ular. Si ha habido una adecuada refrigeración
del miembro amputado (a 4 °C, efectuada con rapidez). el
plazo pa ra el reimplante es de 36 horas. Si hay afectación
de tejido muscular, e l plazo máximo para el re implante
o
del dedo, segundas y/o terceras falanges, punta del dedo) es de 12 horas.
o relativamente grande (arrancamiento de la mano a la al-
tura del carpo o de los metacarpianos). En todo caso, se
tratará de reimplantar en función de la viabilidad biológica Reparación de los diferentes tejidos
de los tejidos, d ependiendo ésta de si, por ejemplo, la lesión con cirugía
es limpia (corte con una máquina) o hay contusión tisular Mediante cirugía pueden ser reparados distintos tejidos,
{lesión por aplastamiento, desgarros por tracción, etc.). como el tendón, el músculo, tejido nervioso y vascular, y
En el caso de porciones totalmente separadas del resto también es posible la reconstrucción del tej ido blando su-
del cuerpo, hay que localizar la pieza anatómica, lavarla de perficial.
una manera simple {bajo el grifo de agua o con suero fisio-
lógico), envolverla en una gasa grande, paño o compresa Tendones
limpia y colocarla en el interior d e una bolsa de plástico Con hilo de acero y/o materiales no reabsorbibles, y sutu-
impermeable. rando cabo a cabo, de la manera más precisa posible.
Se debe intentar mantener el fragme nto anatómico a
una temperatura aproximada de 4 °C, pero evitando que Sutura del t ejido muscular
se congelen los tejidos; para ello, la bolsa de plástico se co- No se realiza prácticamente nunca, ya que basta con poner
loca sobre cubitos d e hielo en el interior de un recipiente en contacto los dos extremos seccionados del músculo y el
a ser posible isotérmico o aislado de la mejor manera de proceso natural de cicatrización fibrosa intermedia dará lu-
que se disponga, o dentro de una segunda bolsa de plásti- gar a una cicatriz colágeno que unirá los extremos seccio-
co llena con los cubitos de hielo, que se han de renovar nados y permitirá una adecuada activación musculotendi-
cada cierto tiempo nosa, para su posterior reeducación.
No se debe sumergir el miem bro seccionado en ningún
fl uido ni sustancia de conservación. Se debe mantener re- Sutura neurovas cular: arterias, venas y nervios
lativamente seco hasta su llegada al centro especializado Se comienza suturando las arterias, se sigue con las venas y
para intentar su reimplanre. se finaliza con los nervios; todo ello en equipos donde par-
Si el miembro seccionado permanece unido al pacien- ticipan especialistas difere ntes con un alto grado de en tre-
te y tiene hemorragia, se debe tratar de taponar la hemo- namiento en microcirugía. Las suturas arteriales, venosas
rragia mediante los métodos tradicionales {compresión y, especialmente, nerviosas se realizan con la máxima pre-
si n retirar el apósi to o vendaje, sino añadiendo nuevos cisión.
vendajes encima) y evacuar al paciente de la forma más Se emplean técnicas de microcirugía con microscopio o
rápida posible a un centro donde dispongan d e servicio lupa de gran aumento. Los vasos d e hasta 1 mm de diáme-
quirúrgico. tro se pueden suturar a simple vista; los de menores di-
m ensiones hacen necesario el empleo de medios ópticos
Plazos para el reimplante del segmento amputado para visualizar las suturas, formadas por hilos muy finos, y
El principal condicionante va a ser la isquemia tisular; si el instrumen tal, como las pinzas de disección y el material
ha habido una buena refrigeración del miembro amputa- auxiliar.
do (a 4 °C, efectuada con rapidez), se admite un plazo para Con microcirugía es prácticamente imposible suturar
el reimplante en un período de 36 horas; si hay afectación los pequeños vasos li nfáticos, lo que conlleva la aparición
del músculo {mucho más sensible a la isquemia), el plazo precoz de una linfosrasis con edema en la zona interveni-
máximo se estima en unas 12 horas. da, que suele d urar como mínimo unas 3 semanas, dado
210 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 11. Miembro superior

que es el tiempo que necesitan los canales linfáticos para


cicatrizar.
Es fundamental la aplicación de una fisioterapia precoz
en el postoperatorio inmediato, con drenaje linfático ma-
nual y otras técnicas, para favorecer al máximo su reabsor-
ción.

Reconstrucción del tejido blando superficial:


piel, grasa y tejido celular subcutáneo
Se suele realizar con sutura convencional, pero, si no hay
suficiente tejido para suturar y cerrar el campo operatorio,
se recurre a injertos o a colgajos, obtenidos del propio pa-
ciente (musculocutáneo del dorsal ancho, libre braquial
externo, anrebraquial) para recubrir las estructuras repara-
das y conservar miembros que no hace m ucho tiempo ha- Figura 17-5. Cirugía de la mano, visión panorámica. [Cortesía del
bría que haber amputado (Fig. 17-5). Dr. Roberto López Ortiz, cirujano ortopédico!.
La intervención terapéutica sobre la mano se debe rea-
lizar de una manera pautada y secuencial, tras un adecua- sión d e los diferentes tejidos implicados y orientando ha-
do diagnóstico interdiscip linar, valorando el grado de le- cia una recu peración global de la funcio nalidad.

~~ RESUMEN

o La mano, como herramienta fundamental del ser hu mano, do diagnóstico tra um ato lógico, quirú rgico y fisiotera-
constituye una de las zonas de mayor incidencia de patolo- pé utico, va lo rando e l grado de lesión de los difere nt es
gías t raumá ticas ta nto desde el punto de vista la boral tejidos implicados (hueso, cá psula arti cular, músculo,
como deportivo y doméstico. ligame ntos y poleas, tendones, piel y fascia l y ori e n-
o La in tervención terapéutica so bre e lla se debe reali zar tando hacia una rec up eración global de s u funciona -
de una manera pa utada y sec uencia l, tras un adec ua- lid ad.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Qucsnor, A., C hanusso r, J. C. (20 10). Rehabilitrzción del


miembro superior. Madrid: Ed itorial Médica Pana merica-
Delgado Martíncz, A. O. (2012). Cirugía ortopédica y tmmnnto- na.
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Miralles, R. C., Miralles, I. (2006). Biomecánica clínica de los teji- na.
dos y las articulaciones del aparato locomoto1: Madrid: Elsevier.

~ ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

Es im prescindi ble un adecua do conocimiento de los meca - qu e se pueden rea li zar, para desarrolla r una adecuada
nismos fi siopatológicos implicados e n el desarrollo de los evaluación y una clara, específi ca y precisa definición de
tra um atism os e in flamación de las diferentes estruc turas, obje tivos en el proceso de re cuperación fisiotera péutico
así como un conocim ie nto general, pero a la vez tras la les ión/cirugía , maximizando la rec up e ra ción de la
ex haustivo, de las modalidades de inte rve nció n quirúrgica función.
Parte 1: Cirugía olitopédica y traumatología

,
SECCION 111

Pelvis y miembro inferior

18 Traumatismos de La cintura pélvica: fracturas de pelvis y fracturas de


acetábulo
19 Traumatismos de la cadera
20 Fracturas de la extremidad superior del fémur
21 Fracturas del fém ur: diáfisis femoral y extremidad distal
22 Fracturas de la tibia: extremidad superior y diáfisis
23 Patología de la rótula: condropatía, condromalacia, luxación y fracturas
de la rótula
24 Lesiones ligamentarias de rodilla
25 Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales
26 Fracturas del complejo articular del pie-tobillo
27 Esguince de tobillo. Metatarsalgias
A. Salgado Rodrigo, H. Gómez Santos y A. Soriano fvfas

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Actualizar los conocimientos basados en la investigación científica y la práctica basada en la evidencia de procedi-
mientos y métodos medicoquirúrgicos en los traumatismos de la cintura pélvica.
• Describir los factores de ri esgo lesional y las complicaciones en los traumatismos de la cintura pélvica.
• Conocer los aspectos clínicos más relevantes de las fracturas de la cintura pélvica.
• Reco nocer los aspectos terapéuticos más releva ntes de las lesiones por traumatismo de la cintura pélvica.

TRAUMATISMOS DE PELVIS Anatomía


Se inicia con el esmdio de los traumatismos de la pelvis el La pelvis esr;í. formada por dos huesos coxales y uno sacro
capítulo correspondieme a los traumatismos de la cintura que conforman una composición en forma de anillo que
pélvica, que se completa con los traumatismos del acetábu- contacta a través de tres articulaciones. Dicha estructura
lo. Se seguirá el esquema siguiente: introducción y recuer- no posee estabilidad intrínseca, por lo que se asocia a un
do de anatomía. Epidemiología y mecanismo lesiona!. armazón ligamentario que mantiene unido el sistema.
Evaluación clínica y radiológica. Clasificación. Tratamien- Se puede dividir el sistema ligamenrario en cinco gru-
to y postoperarorio. pos:
• Sacro al ilion:
Introducción - Sacroilíaco: proporciona la mayor parte de la estabi-
Las fracturas de la pelvis se caracterizan por ser lesiones lidad.
complejas asociadas, en muchos casos, a traumatismos de - Sacrotuberoso.
alta energía con difícil diagnóstico, tratamiento y pronós- - Sacroespinoso: importante en la estabilidad rotacio-
tico. nal cuando los ligamentos sacroilíacos están lesiona-
En los últimos tiempos ha existido una evolución en el dos.
tratamiento y pronóstico debido a las mejoras de las técni- • Sacro al isquion.
cas diagnósticas y de tratamiemo. • Sacro al cóccix.
El mecanismo les iona! so n traumatismos de alta y • Pubis a pubis (sínfisis).
baja e nergía. El primer grupo está asociado a lesion es • Ligamentos de la columna lumbar a anillo pélvico: con-
inestables, complejas y relacionadas con otras lesio- fieren una estabilidad ad icional.
nes que pueden comprometer la vida, mientras los de
baja energía suelen ser lesio nes estables y de menor re- Conceptos de estabilidad
percusión. Para encender bien estas fracturas, es preciso comprender
Son fracturas poco frecuentes, ocupan alrededor del el concepto de estabilidad ® .
0,5 % de la totalidad, pero con una importante transcen- • Lesión estable: capaz de soportar fuerzas fisiológicas
dencia. normales sin deformarse.
• Lesión inestable: se define por el tipo de desplazamien-
ro:

o Las frac turas de la pelvis son lesiones complejas asocia-


das producidas, habitualmente, por traumatismos de alta
energía con difícil manejo clínico .
- Rotacional: en libro abierto, rotación externa o inter-
na. Se caracteriza por la imegridad de los ligamentos
posteriores y no existe desplazam iento superior o in-

215
216

ferior de la pelvis. El mecanismo lesional es la com- raciones añadidas; posteriormente, debe realizarse la
presión lateral o anteroposterior. prueba de compresión anteroposrerior y lateral una sola
- Vertical: inestabilidad mulriaxial de la pelvis. Son vez en busca de inestabilidad pélvica. Hemorragias ex-
muy inestables. Mecanismos combinados de cizalla- tensas en el flanco o en las nalgas denotan lesión san-
miento y rotación. Son frecuentes en precipitados y grante interna.
accidentes tráfico. • Se evalúa el estado hemodinámico. Es muy importan-
te, ya que una inestabilidad sistémica puede ser debida

o La existencia o no de estabilidad en el anillo determina el


tratamiento y es un factor pronóstico.
a un sangrado retroperitoneal por fractura de la pelvis
debido a la rotura del plexo venoso posterior. Existen
varias alternativas para el control inmediato del san-
grado:
- Colocación de prendas neumáticas.
Epidemiología y mecanismo lesional - Enrollamiento de una sábana alrededor de la pelvis
La mayor parte de las fracturas pélvicas son ocasionadas (Bucholz & Heckman, 2010).
por traumatismo de aira energía: - Tracción femoral, si es necesario.
• 55 o/o accidente de tráfico. - Angiografía o embolización.
• 20 o/o lesiones peatonales. - Quirúrgicas: fijador externo, pinza en «C.>, reduc-
• 1O% accidente de moro. ción abierta y fijación.
• 1O o/o caída desde altura. • Evaluación cuidadosa del periné. Es preciso ser meti-
• 5 % aplastamientos. culosos valorando la lesión vesical, uretral o intestinal, con
frecuencias en torno al20% en traumatismo pélvicos.
Se pueden dividir los mecanismos en dos grandes grupos:
lesiones de alta y baja energía:
• Baja energía: consecuencia de contracciones musculares
bruscas en deportistas, caídas domésticas o avulsiones.
El paciente con fractura de pelvis es de alto riesgo, y se
sigue el protocolo de prioridad A, B, C, D, E.
o
• Alta energía: accidentes de tráfico en coche, moto o
peatones, precipitaciones o aplastamientos.
Evaluación radiológica
La dirección de la fuerza es importante y de ella depende- La prueba de referencia en el diagnóstico de estas lesiones
rá el tipo de lesión: es la radiografía simple de pelvis previa sospecha clínica.
• Fuerza anteroposterior: rotación externa de hemipelvis o Con la radiografía anteroposterior de pelvis se valorarán
apertura en libro abierto. Inestabilidad rotacional. fracturas de ramas, que son las más habituales: frac mra de
• Fuerza de compresión lateral: la más frecuente. Produce la articulación sacroilíaca y lesiones ilíacas.
una impactación de estructuras. Inestabilidad rotacional. Existen proyecciones especiales:
• Fuerza cizallamiento: ocasiona una inestabilidad mulri- • Proyección obturatriz y oblicua ilíaca: valora mejor el
direccional. Inestabilidad vertical. acetábulo.
• Fuerza de abducción y rotación externa: frecuen te en • Radiografía de entrada pélvica: valora mejor la articula-
accidentes de tráfico. Separa la hemipelvis del sacro. ción sacro ilíaca, sacro y ala ilíaca.
• Radiografía de salida pélvica: útil en el desplazamiento

o El mecanismo de producción de La mayoría de fracturas


pélvicas es un traumatismo de alta energía.
vertical de la pelvis.

Se pueden realizar otras exploraciones complementarias,


como son:
• TC (tomografía computarizada): muy útil en este tipo
Evaluación clínica de lesiones y frecuentemente utilizada. Valora con una
Se considera al paciente con fractura de pelvis de alto riesgo, mayor precisión y detalle rodas las estructuras pélvicas.
y de este modo se siguen los mismos pasos que con los pa- • RM (resonancia magnética): uso restringido, poco usa-
cientes polirraumatizados, valorando, de forma general, to- da (Miller, 2010).
dos los sistemas con el orden de prioridad A, B, C, D, E:
• Se valora la vía aérea y se asegura su permeabilidad.
Posteriormente, se valora el estado vascular, avistando
posibles wnas sangrantes o heridas. Se realiza una evalua-
Ante la sospecha clínica de un a fractura de pelvis, la
prueba de elección para el diagnóstico es la radiografía
sim ple de pelvis.
o
ción completa buscando zonas de gravedad, seguida de
una valoración neurológica y del estado de conciencia.
• Se buscan posibles lesiones en la cabeza, tórax, abdo-
men, columna o pelvis. Clasificación
• En la valoración inicial de la pelvis se buscarán discre- Existen múltiples clasificaciones para encuadrar las lesio-
pancias de la longitud en los miembros inferiores o ro- nes pélvicas. La más utilizada es la clasificación de Ti le (Ta-
18 • Traumatismos de la ci ntura pélvica y frac turas de pelvis y fracturas de acetáb ulo 217

Tabla 18-1. Clasificación de las fractu ras de pelvis de Tite

Tipo A. Estable
o A1. Fracturas de pelvis que no afectan al anillo
o A2. Fracturas del anillo mínimamente desplazadas

Tipo B. Rotacionalmente inestable, verticalmente estable


o 81. Fractura en libro abierto
o 82. Compresión lateral ipsilateral
o 83. Compresión lateral contra lateral

Tipo C. Rotacional y verticalmente inestable


o C1. Unilateral
o C2. Bilateral
o C3. Asociada con fractura acetabular

Figura 18-1 . Fractura de ramas ipsilaterales. A2 estable.

bla 18-1), que estructura las lesiones en tres grupos prin-


cipales:
• Tipo A. Estable:
- A l. Fracturas que no afectan al anillo pélvico. Avul-
SIOnes.
- Al. Fracturas que afectan al anillo con mínimo des-
plazamiento. Fractura de ramas (Fig. 18 - 1) .
• Tipo B. Inestabilidad rotacional:
- B l. Inestabiliadad externa, lesión en libro abierto.
- B2. lnestablidad interna, ipsilateral (Fig. 18-2) .
- B3. Inestabilidad bilateral.
• Tipo C. Inestabilidad verrical:
- CL Unilateral.
- C2. Bilateral: vertical en un lado y rotacional contra-
lateral.
- C3. Bilateral: vertical bilateral (Fig. 18-3).
Figura 18-2. Fractura con inestabilid ad rotacional ipsila teral. 82
inestable.

O La clasificación de Tite es de re ferencia en las fracturas


de pelvis.
• Estables (Al-Al): con mínimo desplazamiento y estabi-
lidad osteoligamentosa. Se tratan satisfactoriamente me-
Trata miento diante apoyo en carga protegido y tratamiento sinto má-
El paciente con fractura p élvica ha sufrido, en muchas oca- tico. Se recomienda vida cama-silló n durante 3 semanas.
siones, un traumatismo d e alta energía, por lo que el ma- • B 1: en función de la diás tasis G> :
nejo es multidisciplinar. - Si la diástasis es inferior a 2 cm: apoyo en carga pro-
El primer paso es la estabilizació n hemoclinámica, median- tegido y tratamiento protegido. Vida cama-sillón du-
te la reposición de líquidos, y el control de la hemorragia. rante 3 semanas.
Conseguida la estabil ización, los objetivos irán orienta- - Si la diástasis es superio r a 2 cm: fijació n externa o
dos al diagnóstico lesiona! exacto y al tratamiento defi niti- placa d e sínfisis.
vo (Fig. 18-4). • B2-B3: el tratamiento se basará en la discrepancia de los
El tratamiento recome ndado varía según las diferentes miembros inferio res:
escuelas e instituciones. La siguiente exposición es tá basa- - Inferior a 1,5 cm: vida cama-sillón durante 3 semanas
da en la clasificación de Tile: con apoyo protegido hasta las 8-1 2 semanas.

Ligamentos sacroiliacos

Figura 18-3. Clasificación de Tite.


218 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

- Superior a 1,5 cm: fijación exrerna o imerna.


C 1, C2, C3: fijación externa o reducción interna
(Fig. 18-5).

La fijación externa se mantiene en el paciente entre las


8-12 semanas, dependiendo de las características de la frac-
tura y de las lesiones asociadas (Koval & Zuclcerman, 2003) .
Para profundizar en el traramiento fisioterapéutico de
estas fracturas, el lector debe consultar el 13El Vol. 11, capítu-
lo 1B. Tratamiento fisioterápico.
Dadas las les io nes asociadas, es recomendable seguir un
procedimiento de reeducación del suelo pélvico (13El véase
Vol. 11, capítulo 38.

o Actualmente, hay varias opciones posibles de tratamien-


to: se recomienda decidir una pauta u otra según el tipo
de fractura y siguiendo la clasificación de Tile.
Figura 18-5. Fractura inestable intervenida con tornillo ileosacro y
placa de sínfisis en el pubis.

Postoperatorio
Es deseable una movilización precoz. Se recomienda fisio-
terapia respiratoria para favorecer la eliminación de secre-
La progresión del apoyo debe ser paulatina: parcial alre-
dedor de los 2 meses y total libre hacia el tercer mes. o
ciones y evitar complicaciones neumológicas. Como pro-
filaxis tromboembólicas se usarán medias elásticas y hepa- Fracturas-avulsión
rinas subcutáneas. Consideradas por T ile como Al, son frac turas estables de
La secuencia del apoyo es la siguiente: aparición frecuente en gente joven y deportistas (véase el
• Extremidad no afectada: apoyo completo a la semana. caso clínico 18-1). E l mecanismo de producción suele ser
• Apoyo parcial con muieras en la extremidad afectada un movimiento brusco o contracción anómala de un gru-
entre 6-8 semanas. po muscular. Son d ifíciles de d iagnosticar, y so n más fre-
• Apoyo completo sin muletas a las 12 semanas. cuenres en hombres.
Pueden ser de varios tipos:
En pacientes con fracturas inestables bilaterales: vida ca- • Avulsión de la espina ilíaca anterosuperior (Fig. 18-6):
ma-silló n durame, al menos, 6-8 semanas y apoyo parcial, - Se producen en la zona de inserción del recto ame-
al menos, hasta las 12 semanas. rior; es muy típica de futbolistas al golpear el balón.

Hemeperitoneo

Tratamiento definitivo
EstabUizaci6n de las lesiones esqueléticas mayores en las pnmeras 24 horas

Figura 18-4. Algoritmo de fractura de pelvis. TC: tomografía com-


putarizada. Figura 18-6. Avulsión de la espina ilíaca ante rosuperior.
-
18 • Traumatismos de la cintura pélv1ca y fracturas de pelvis y fracturas de acetábulo 219

minamos la cúpula rzcetrzbulm; que es la zona superior y so-


porta el mayor peso. L'l pared anterior forma parte de la co-
lumna anterior y la posterior de la columna posterior.

La cúpula acetabular está conformada por la confluencia


de ambas columnas y es el techo del acetábulo.
o
Mecanismo lesional
Está relacionado con un traumatismo de aJea energía, cipo
precipitaciones o accidentes de tráfico. La zona acerabular
lesionada dependerá de la posición de la articulación de la
cadera en el momento del impacto; una cadera en rotación
neutra ocasiona una fractura rransversa1, en rotación inter-
na la lesión de la pared posterior y en rotación externa la
lesión en la columna anterior.
Muchas fracturas están asociadas a otras lesiones y es
Figura 18- 7. Avulsión de la espina ilíaca anteroinferior. frecuente la rotura de la pared posterior y la lesión del ner-
vio ciático.
- Tratamiento conservador y reposo deportivo duran-
te 6-8 semanas.
- Apoyo parcial a las 2-3 semanas.
• Avulsión en la tuberosidad isquiática:
Se producen en la zona de inserción de la muscula-
La posición de la articulación de la cadera en el momen-
to del impacto determina la zona acetabular lesionada;
por ello, es de interés determinar este extremo en la
o
anamnesis.
tura isquiotibia1.
- Tratamiento conservador y reposo deportivo duran-
te 4-6 semanas.
- Apoyo parciaJ a la semana. Evaluación clínica
• Avulsión de la espina ilíaca anteroinferior (Fig. 18-7) : Se debe rea1izar una eva1uación integral del paciente pres-
Es poco frecuente. tando atención, en primer lugar, a la vía aérea, la respira-
Apoyo parciaJ a las 2-3 semanas, según el dolor. ción, la circulación y el estado neurovascular.
Reposo deportivo durante 6-8 semanas. Posteriormente, se valorará el estado traumatológico, des-
cartando lesiones ipsilaterales y prestando especial atención a
En algunos paciemes puede aparecer dolor residual cróni- la rodiUa, que en muchos casos presenta fracturas asociadas.
co con las actividades deportivas. La presencia externa de hemaromas o tumefacción pue-
den orientar sobre las lesiones asociadas.
Se debe prestar atención a1 estado neurovascular; el dé-
O Las fracturas -avulsión son consideradas por Tile como
A1, ya que son fracturas estables.
ficit del nervio ciático es hasta de un 40% en los pacientes
con fractura de la pared posterior acetabular.

TRAUMATISMOS DE ACETÁBULO
Introducción
En la evaluación clínica de las fracturas acetabu lares, la
rodilla presenta, en muchos casos, fracturas asociadas. o
Los dos huesos ilíacos están articulados entre sí, por delan-
te en la sínfisis púbica y por detrás por el sacro, y forman
la pelvis. La confluencia en el ilíaco forma una estructura Evaluación radiológica
caviraria: el acetábulo. Son fracturas que pasan desapercibidas, por lo que se debe
Al igua1 que en las fracturas de la pelvis, la lesión del ace- realizar una buena exploración para sospecharlas.
tábulo ocurre en traumatismos d e ruta energía o ancianos. La aproximación diagnóstica es la radiografía simple en
Suponen un reto para el traumatólogo canco en el diag- diferentes proyecciones: anteroposrerior de pelvis, de en-
nóstico como en el tratamiento, e igualmente para el fisio- trada, de salida.
terapeuta en el proceso de recuperación. Son especialmente importantes en el acetábulo para ver
el grado de la lesión las proyecciones:
Anatomía • Ilíaca oblicua (rotación externa 45 grados): evalúa la co-
Según Judet, va1orando la pelvis desde la cara latera1 se pue- lumna posterior y la pared anterior.
de dividir el acetábulo en dos columnas, anterior y posterior, • Obturarriz (rotación interna 45 grados) : evalúa la co-
que forman una ..y,. invertida y confluyen en lo que cieno- lumna anterior y la pared posterior (Figs. 18-8 y 18-9).
220

- Columna anterior.
- Transversal.
• Parrón combinado:
- Forma en «T».
- Columna y pared posterior.
- Transversal y pared posterior.
Columna anreriorlhemitransversal posterior.
- Ambas columnas.

Para clasificar las fracturas acetabulares, la clasificación


de Judet es la más usada dada s u simplicidad. o
Tratamiento
En primer lugar, se deben tratar las lesiones que compro-
meten la vida del paciente.
Inicialmente, se ap lica una tracción ósea durante
4-5 días para reducir la cabeza femoral, restablecer la lon-
Figura 18-8. Fractura de la pared posterior del acetábulo. gitud y cicatrización parees blandas.
Posteriormente, y tras la evaluación clínica y radiológi-
ca, se decide entre un tratamiento conservador o quirúr-
Frecuentemente se solicita una TC para valorar con mayor gico.
exactitud la naturaleza de la fractura, para romar una deci- El tratamiento conservador es el adecuado en las si-
sión de tratamiento y para la planificación de la cirugía. guienres situaciones:
Desplazamientos pequeños de fragmentos acetabulares.
Mínimos desplazamienros con artrosis previa.

o Ante la sospecha clínica de fractura acetabular, hay que


realizar las exploraciones complementarias necesarias
hasta descartar el diagnóstico.
Edad muy avanzada.
Mal estado general.
Importante afección de tejidos blandos.
Infección activa.

Clasificación El tratamiento quirúrgico está indicado en los siguientes


Existen múltiples clasificaciones. La más usada, por su supuesros:
simplicidad, es la clasificación de Judet (Fig. 18-10), que • Desplazamientos superiores a 2 mm en la superficie de carga.
establece diez. parrones de fractura, cinco simples y cinco • Importante lesión en la superficie de carga.
combinadas: • Inestabilidad.
• Parrón simple: • Fragmenros óseos incarcerados 0 .
- Pared posterior. • Fractura de la pared posterior superior al 25 %.
- Columna posterior.
- Pared anterior. El tratamiento quirúrgico co nsiste en la reducción abierta
y fijación interna realizada entre los 3 y 10 d ías poslesión.
El abordaje de la fractura dependerá de la zona lesiona-
da; el d e Kocher y el ilioinguinal son los más utilizados
(SECOT, 20 10) (Fig. 18-11).
Para profundizar en el tratamiento fisioterapéurico, el
lector debe consultar el C3El VoL 11, capítulo 18.

El tratamiento quirú rg ico de elección co nsiste en la re-


ducción abierta y fijación interna realizada entre los 3 y
1Odías poslesión.
o
Postoperatorio
En el posoperatorio se utiliza indometacina [C3El véase VoL 11,
Anexo 2. Farmacología del dolor) para evitar osificaciones he-
Figura 18-9. Fractura del trasfondo acetabular. rerorópicas. Es necesaria la profilaxis tromboembólica para
221

A B e D E

F G H
Figura 18-10. Clasificacion de Judet.

En pacientes intervenidos quirúrgicamenre no se debe


cargar el peso de la extremidad afectada en alrededor de
6-8 semanas, hasta ver el callo de fractura.
En pacientes no intervenidos la tracción esquelét ica se
debe manten er durante 3-4 semanas, posteriormente se
iniciará tolerancia a la sedestació n y no cargar peso sobre
la extremidad afectada en alrededor de 10 -12 semanas.
Las complicaciones más frecuenres de las fracturas del
acetábulo son neurovasculares y la artrosis precoz de la ar-
ticulación coxofemoral (SECOT, 2010).
Para ampliar conocimienros sobre el manejo clínico y la
inrervención fisioterapéutica, GEl véase Vol. 11, capítulo 19.

La carga de peso en los pacientes qui rúrgicos se sitúa en


torno a las 6-8 semanas, y en los pacientes no interveni-
o
dos se difiere hasta los 3 meses.

Nota del autor: Para facilitar al lector y al esrudianre


Figura 18-11 . Osteosíntesis y reducción de fractura acetabular. la integración de conocimien tos y aplicarlos a la práctica
clínica, en el GEl anexo 3. Casos clínicos para prácticas de
a ula, se presentan casos p~ácticos para p rácticas de aula;
evitar fenóme nos embólicos y la incorporación del cabecero para este tema se recomienda consultar el caso práctico
precoz para evitar el acúmulo de secreciones respi ratorias. cuarto.
222 Parte 1. Cirugía ortopedica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

~~ RESUMEN

• Los traumatismos de gran violencia de la cin tura pélvica • El tratamiento médico de las fracturas sin desplazamiento
toman protag onismo en alza por el aumento de casos por puede tener varias opciones: conservador y ortopédico. El
accidentes de tráfico, violencia en los deportes y caídas de trata miento de fisioterap ia será más corto, ya que habrá
altura. menos secuelas porque la in movilización es menor.
• Los traumatismos de baja violencia de la cintura pélvica
• En la mayoría de los casos, el tratamiento de las fracturas
corresponden, principalmente, a las fracturas que se pro-
con desplazamiento es qui rúrgico. El tratam ie nto fisiotera-
ducen por caídas en ancianos con osteoporosis.
péutico debe tener en cuenta e l período de inmovilización
• Las fracturas de pelvis se pueden clasificar e n función del y las secuelas, ya que en la mayoría de los casos son poli-
desplazamiento o no de los segmentos fragmentados. traumatizados con complicaciones añadidas.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Miller, M. D. (201 O). Review ofortbopnedics (6• ed.) Filadelfia:
Lippincorr Williams & Wi lkins.
Bucholz, R W., Heckman,J. D. (2010). Rockwood&Grem's. Fmc- Sociedad Española de Cirugía Orropédica y Traumarología,
trtres in adults (7• ed.). Filadelfia: Lippincon Williams & Willcins. SECOT, (20 1O). Manual de cimgfa ortopédica y tmuma-
Koval, K.]., Zuckerman, J. D. (2003). Fmctures ér Luxations. tologín (2• ed. ). Madrid: Editorial Médica Paname rica-
Departmnellt oforthopaedics surgel')' (2• ed). Nueva York: New na.
York Universicy.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cómo está conformada la pelvis? 6. ¿Cuál es la clasificación de Tile?

2. ¿Cuál es el concepto de estabilidad? 7. ¿Cuál es el tratamiento recomendado en las fracturas de pelvis?

3. ¿C uá l es la epidemiología y el mecanismo lesiona[ en las B. ¿Cómo pueden ser diagnosticadas las fractu ras-avulsión?
fracturas de pelvis? 9. ¿Cuál sería la solicitud de exploraciones complementarias
4. ¿C uál sería una correcta y completa evaluación clínica en que se deben realizar en una fractu ra de acetábulo?
~ .
las fracturas de pelvis? 10. ¿Cuál es la clasificación de Judet?
5. ¿Cuál sería la solicitud de exploraciones complementarias 11. ¿Cuál es el tratamiento recomendado en las fracturas de
que se debe realiza r en una fractura de pelvis? acetábulo?

HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE

CASOS CLÍNICOS

18.1. Paciente varón de 16 años de edad, jugador de fútbol profesional. Presenta dolor en la cara anterior del muslo tras realizar un
disparo a portería con el pie. En la exploración destaca dolor incapacitante para la deambulación, incapacidad para la carrera
y tumefacción en la región de la cadera. También presenta dolor en la palpación del recto anterior y su inserción. Rotaciones
de la cadera levemente dolorosas. No hay dolor con la abduccion ni con la retroflexión del miembro. Leve dolor con la aduc-
ción. Importante dolor con la flexión anterior del muslo. Marcha con cojera.
Dnarro llo del raJoy
mdJ rmo1 rlluiros
f
yi
A. Alonso Recio, A. l. Lozano Muñoz y V. M. Bárcena Tricio

~ OBJETIVOS DEL APREND I ZAJE

• Actualizar los conocimientos basados en la investigación científica y la práctica basada en la evidencia de procedi-
mientos y métodos medicoquirúrgicos en las entidades que cursan con cadera dolorosa.
• Describir los factores de riesgo lesiona! y las complicaciones en las entidades que cursan con cadera dolorosa.
• Conocer los aspectos clínicos más relevantes de las entidades que cursan con cadera dolorosa.
• Reconocer los aspectos terapéuticos más relevantes de las entidades que cursan con cadera dolorosa.

CADERA DOLOROSA En la tabla 19-1 se muestra el resumen de las principa-


les causas de coxalgia. En los algoritmos diagnósticos en el
La cadera es la articulación que une el tronco a las extre- adulto (Fig. 19- 1) y en el niño (Fig. 19-2) se puede obser-
midades inferiores. Se trata de una articulación sinovial de var el flujo en la toma de decisiones clínicas.
tipo enartrosis o esférica, con tres grados de movilidad: fle- Para facilitar al lector y al estudiante la integración de co-
xo-extensión, abducción-aducción y rotaciones externa e nocimientos y aplicarlos a la práctica clínica, en el OEl anexo 3.
interna. Es una de las más grandes y móviles del organis- Casos clínicos para prácticas de a ula, se presentan casos
mo, por lo que es fácil deducir que pueden derivar de ella prácticos para realizar prácticas en aula; para este tema se
multitud de patologías, que se tratarán de abordar en este recomienda consultar el caso práctico cuarto.
capítulo.
Bajo el término de coxalgias se engloban una serie de
trastornos que cursan con dolor de cadera como síntoma
principal, generalmente asociados a otros síntomas como
impotencia funcional o claudicación de la marcha.
El dolor de cadera se localiza en la cara anterior de la re-
gión inguinal o en la cara lateral del muslo.
Muchos pacientes suelen referir dolor diferido en la zona
lumbar baja o en la nalga, pero el dolor de cadera no se
o
Para definir el dolor, conviene saber que la cadera no irradia a esas localizaciones.
duele en la zona lumbar baja, ni en la nalga, como muchos
pacientes suelen referi r; el dolor de cad era se localiza en la
cara anterior de la región inguinal, o en la cara lateral del
muslo, e n la región trocantérea. Generalmente, es un do- Coxartrosis
lor de tipo mecánico, que puede irradiarse a la rodilla Es, posiblemente, la causa más frecuente de coxalgia me-
(muy imporrame esto en el caso de los niños, muchas de cánica en nuestro medio. Es mucho más frecuente en va-
las gonalgias infantiles son dolores referidos por patología rones por encima de los 60 años, y puede deberse a multi-
en la cadera, como se verá más adelante). tud de causas, desde traumáticas, hasta metabólicas o se-
Como síntomas acompañantes pueden existir una clau- cuelas de patología infamojuvenil. Para profundizar en el
dicación en la marcha (por una marcha antálgica) y/o im- estudio de la coxartrosis, véase el capítulo 42, apartado Ar-
potencia funcional, manifestada como rigidez articular. trosis de la cadera.
Al igual que en otras articulaciones, la edad es un factor
diferencial a la hora de establecer un diagnóstico. Un do- Cuadro clínico
lor de cadera en un paciente joven es más probable que sea Los pacientes refieren un dolor mecánico característico, lo-
debido a una osteonecrosis (véase el caso clínico 19- 1) , calizado en la zona inguinal o glútea y que tiende a irra-
mientras que ese mismo dolor en un paciente de más edad diarse a la cara interna de la rodilla. No existe dolor en re-
seguramente será causado por un proceso artrósico. poso (salvo en las fases de sinovitis), y se acompaña de li-

225
226 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior

en flexión , abducción y rotación externa. Si se observa la


Tabla 19-1. Clasificación de las coxalgias
marcha del paciente, generalmente ésta se ve afectada, ya
Por que disminuye la fase de apoyo de ese miembro para evi-
Por enfermedades Por enfermedades enfermedades tar el dolor.
del hueso del cartílago de las partes
blandas Diagnóstico
Congénitas: Artritis infecciosas: Lesiones del El diagnóstico por imagen es sencillo y se lleva a cabo me-
• Displasias • Tuberculosis de la lábrum diante una radiografía simple en dos proyecciones, antera -
• Luxación cadera posterior y axial, en la que, dependiendo del grado de ar-
congénita de • Psoitis trosis, se puede observar desde pinzamiento articular has-
cadera
ta osteofitos, quistes subcondrales y, en estadios muy avan-
Infecciosas: Artritis Entesitis/ zados, deformidad d e la cabeza y el cótilo (Fig. 19-3).
• Osteítis, inflamatorias: tendinitis
osteomielitis • Artritis reumatoide • Tendinitis del
• Osteítis del pubis • Espondilitis
anquilosante
• Lupus eritematoso
sistémico
psoas
• Tendinitis del
sartorio
• Tendinitis de
La radiografía simple en dos proyecciones, anteroposte-
rior y axial, es la técnica diagnóstica de elección. o
los aductores
Tratamiento
Tumorales: Artritis metabólicas: Otras:
• Encondroma • Gota • Cadera en El tratamiento inicial es conservador, mediante analgési-
• Condroblastoma • Condrocalcinosis resorte cos (GEl véase el Anexo 1. Farmacología del siste ma muscu-
• Tumor de células • Bursitis loesquelético, apartado Tratam iento de la artrosis! y fisiote-
gigantes trocantérica
• Metástasis • Trocanteritis rapia. E l esquema general del tratamiento fisiotera péutico
• Algodistrofia se basa en un tratamiento progresivo prudente, evitando
refleja que sea doloroso, para lograr el mayor equilibrio articular
Vasculares: Degenerativas: posible. Para ello se debe realizar una potenciación de la
• Necrosis de la • Coxartrosis musculatura periarticular mediante ejercicios isom étricos
cabeza femoral • Caderas e isotónicos (bien libres o bien contrarresistencia), inten-
• Enfermedad de preartrósicas tando trabajar especialmente el cuádriceps y el glúteo me-
Perthes
dio. Se aconsejan durante esta fase d eportes de movilidad
Traumáticas: continua sin impacto, como pudieran ser la natación o el
• Fracturas del ciclismo.
cótilo En una fase más avanzada, el tratamiento fisioterapéu-
• Fracturas de la
cabeza y cuello tico será dirigido principalmente a tratar el dolor, pudien-
femoral do u tilizarse electroanalgesia (electroestimulación neuro-
• Fracturas muscular transcuránea - TENS-, interferenciales), termo-
pertrocantéreas terapia (tanto superficial como profunda), vibroterapia y
• Luxaciones
magnetoterapia, y masoterapia dirigida a descontracturar
Otras: la zona lumbar, cadera y rodilla. Para ampliar el estudio so-
• Coxa valga bre el procedimiento de fisio terapia en la cadera dolorosa,
• Coxa vara GEl véase Vol. 11, capítulo 6.
• Epifisiólisis
En los casos más avanzados, o en pacientes que no res-
ponden al tratamiento conservador, la cirugía de reempla-
zo articular mediante prótesis total de cadera es el trata-
mitación funcional (es característica la dificultad o impo- miento definitivo (Fig. 19-4) . Para ampliar conocimientos
sibilidad para calzarse los zapatos solos), debido a una rigi- sobre la artroplastia de cadera, GEl véase Vol. 11, capítulo 6.
dez en la cadera, y de un cierto grado de claudicación de la
marcha.
El tratamiento inicial es conservador, mediante analgési-
cos y fisioterapia.
o
o Salvo en las fases de sinovitis, en la coxartrosis no existe
dolor en reposo.
Tendinitis y bursitis (patología
de las partes blandas)
Exploración En este bloque, a pesar de su diversidad, se van a e nglobar
En la exploración se puede objetivar un dolor con la mo- un grupo de patologías que cursan con afectación de las
vilización tanto activa como pasiva de la articulación, pu- partes blandas periarticulares, cuyo diagnóstico diferencial
diendo acompañarse en casos avanzados d e una posición no siempre es sencillo de realizar.
227

Coxalgia

( Con rigidez Sin rigidez

f Radi~ogla
1

( Radiología )
Resolutiva

( Gammagrafia )
1
1 Tumores
Osteoporosls
Osteomalacia

( Partes blandas )
~
Bursltls
Trocanteritis
Psoltls
Cadera en resorte

Coxitis reumáticas
Tuberculosis

Figura 19- 1. Coxalgia. Algoritmo diagnóstico en ad ultos. RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada.

( Radiología ) Radiologla )

Perthes
Epifisiólisis
Coxa vara LuxaCión congénita Cadera laxa
Coxa valga Coravalga Cadera displaslca
Coxa vara

Poliartritis aguda RM/Gammagralia


Artritis aguda
Enfermedad de Still
Fiebre reumática

Figura 19-2. Patología de cadera en el niño. Algoritmo diagnóstico en niños. RM: resonancia magnética; TC: tomograría computarizada.
228 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

aumenta al movilizar la arciculación. Es habirual que el pacien-


te refiera que no puede acostarse sobre ese lado en la cama.

La patología de las partes blandas se produce habitual-


mente como consecue ncia de microtraumatismos de re-
petición.
o
Diagnóstico
El diagnóstico es eminente mente clínico. Las pruebas de
imagen no son necesarias, salvo para hacer un diagnóstico
diferencial con la tendinit is del glúteo medio, para lo que
puede ser necesario una ecografía, o una resonancia mag-
nética. Es habitual realizar un procedimiento diagnóstico-
terapéutico que consiste en inyectar anestésico local más
corticoide en la bolsa y observar la presencia o no de me-
Figura 19-3. Artrosis. joría clínica.
En el diagnóstico, las pruebas de imagen (ecografía y re-
sonancia magnética) se reservan para los casos dudosos.
Recuerdo anatómico Las pruebas de laboratorio (velocidad de sedimentación
La articulación de la cadera está rodeada por cuatro «bol- globular, proteína e-reactiva, factor reumatoide, etc.) sir-
sas" que pueden ser asiento de patología: la bolsa del ilio- ven para descartar infección de la bolsa o causas reu má-
psoas, la trocantérea, la glútea media y la isquioglútea. De ncas.

o
rodas ellas, la que más comúnmente se afecta y da mani-
festaciones clínicas es la trocantérea, dando lugar al cuadro
El diagnóstico de la patolog ía de las partes blandas es
conocido como bursitis trocantérica o trocanteritis.
fundamentalmente clínico.
Epidemiología
Es la causa más frecuente de dolor periarticular de cadera
y, generalmente, es debida a microtraumatismos de repeti- Tratamiento
ción. Es más frecuente en mujeres entre los 30-60 años, y, El tratamiento en la mayoría de los casos es conservador,
en deportistas, en los porteros de fútbol o en corredores de inicialmente mediante AINE (antiinflamarorios no este-
maratón. Las manifestación clínica fundamental es el do- roideos) (OEl véase Vol. 11. Anexo 2. Farmacología del do lor! y
lor a la altura del trocánter mayor, en la cara lateral del modificaciones de la actividad y del estilo de vida. Los es-
muslo, que puede referirse en ocasiones a la cara lateral tiramientos y el fortalecimiento de la musculatura contri-
de la rodilla. Está en relación con los cambios pasturaJes y buyen a disminuir el dolor, ayudados por terapias antiálgi-
cas como los ultrasonidos o los TENS. Las infiltraciones
corricoanestésicas (OEl véase Vol.ll, Anexo 2. Farmacología del
dolor! obtienen buenos resultados y, en pacientes en los
que todo esro ha fracasado, se puede realizar una cirugía,
que consistiría en extirpar la bolsa y lim ar posibles excre-
cencias óseas para evitar roces futuros.

El tratamiento, en la mayo ría de los casos, de la patología


de partes blandas es conservador.
o
Otras entidades nosológicas
A continuación se expondrán algunas entidades de interés
en el estudio de la cadera dolorosa.
Bursitis del iliopsoas. La bolsa del iliopsoas es la más
grande del organismo y se sitúa por delante de la cadera y
por detrás del psoas. Es fácil de confundir con la tendini-
tis del iliopsoas, ya que en muchas ocasiones se dan de ma-
nera simultánea. Al igual que la t rocanteritis, la bursitis del
Figura 19-4. Prótesis total de cadera. iliopsoas es más frecuente en mujeres y se debe a micro-
19 • Traumatismos de la cadera 229

traumatismos de repetición. El cuadro clínico es similar en Tabla 19-2. Diagnóstico diferencial de los trastornos
ambos casos: dolor en la cara an terior de la cadera, que de las partes blandas periarticulares
pued e irradiarse al muslo, rodilla y región lumbar y glútea.
Existe una dificultad para la elevación de la rodilla y cierta Cuadro Manifestación
Exploración
clínica
rigidez para la extensión de la cadera. En la inspección, la
cadera suele presentar una actitud en ligera flexión y rota- Bursitis Dolor inguinal La palpación en el
ción externa, y durante la marcha, se observa que el pa- iliopectinea irradiado a la triángulo ingui nal es
cara anterior del dolorosa. Aumenta
ciente cojea por un acortamiento y dé ficit d e extensión de muslo al hiperextender
la cadera y rodilla. la cadera y se
Al igual que en la trocanteritis, el tratamiento es co nser- alivia en flexión [no
vador, mediante reposo y AINE [GEl véase Vol. 11. Anexo 2. hay limitación de
movimientos!
Farmacología de l dolor! en fases de inflamación, modifica-
ciones del estilo de vida y posturales, y fisioterapia anriál- Bursitis Dolor próximo a En pacientes que
gica (TENS, ultrasonidos). Las infiltracio nes corricoanes- isquioglútea la tuberosidad pasan mucho tiempo
isquiática que sentados
tésicas [GEl véase Vol. 11, Anexo 2. Farmacología del dolor[ guia- irradia al glúteo
das mediante ecografía obtienen buenos resultados. En ca-
sos extremos, la cirugía para el drenaje de la bolsa y la libe- Tendi nitis Dolor irradiado a Aumenta en la aducción
de los la región interna pasiva y activa del
ración del tendón del iliopsoas es el tratamiento de elección. aductores del muslo muslo. Dolor en
Tendinitis de los aductores. Conocida coloquialmen- la palpación de la
te como «pubalgia", es muy frecuente en deportistas de éli- inserción de los
aductores en el pubis
te, especialmente aquellos dedicados a deportes con cam-
bios de ritmo rápidos y chutes (fútbol, baloncesto, hockey, Tendinitis de Dolor lumbar bajo Hiperabducción de la
rugby, etc.). Suele afectarse el tendón del aductor mayor en la fascia irradiado a la rodilla
su inserción en el pubis, generando dolor en esa zona. Es lata cara externa del
muslo y a veces
unilateral en más del 80 o/o de los casos y se agrava en ges- a la rodi lla
tos como levantarse de la cama o salir del coche. E l dolor
aparece tanto con la aducción resistida como con la abduc- Cadera en Dolor y chasquido Reproducir el chasquido
resorte palpable en la flexionando y rotando
ción pasiva completa de la cadera. E s característico e l regi ón latera l internamente la
<<sig no del apretón del aductor», en el que el examinador del trocánter cadera
coloca dos puños e ntre las rodillas del pacienre, en decú- mayor
bito supino con las piernas flex ionadas, y le pide que
apriete las rod illas contra sus puños. Se valora tanto la in-
hibición del movim iento como el dolor que éste genera.
Choque o pinzamiento femoroacetabular
El trata miento es similar a los anteriores, y la cirugía se El choque, pinzamien to o atrapam ienro femoroacerabular
reserva para casos muy concretos en deportis tas de alta (PFA) se define como el conflicto de espacio enrre la tran-
élite. sició n cabeza-cuello femoral y el rebo rde acetabular ante-
rior. Es la primera causa d e coxalgia en pacientes jóvenes y
una de las principales causas de artrosis precoz. La flexión
O Es positivo el <<signo del apretó n del aductor>>. El dolor
a parece con la aducción resistida. forzada de la cadera con rotación interna provoca un atra-
pamiento d ellábrum entre el reborde acetabular y la zona
cabeza-cuello, que produce un daño del fibrocartílago, al-
Cadera en resorte. E l cuadro más sencillo de diagnos- teración dellábrum y pérdida de la lubricación normal, lo
ticar d e todos ellos es la cadera en resorre o coxa saltans. Se que conduce a una degeneración del cartílago articular y a
trata de un chasquido audible, palpable e incluso visible en una artrosis precoz.
ocasiones, que se p roduce cuando u na banda miofascial
censa queda atrapada al deslizarse sobre el trocánter mayor
Etiología
en movimientos de flexión, aducción y rotación interna de La etiología d e este cuadro no está del codo defi nida , aun-
la cadera. Suele estar formada po r la cintilla iliotibial o el que existen varios factores predisponentes, como son ha-
borde anterior del glúteo mayo r engrosado. Generalmen- ber s ufrido la enfermedad de Perches (véase el a parrado
te es asintomático, más allá del chasquido, que se repro- Enfermed ad de Legg-Calvé-Perrhes) en la infancia, secue-
duce con facilidad colocando la cadera en flexió n, abduc- las de una epifisiólisis arraum ática, una displasia acerabu-
ción y rmac ió n externa, y desde esa posición se extiende lar (véase el aparrado Epidemiología) o ser secundaria a un
p asivamente a la cadera. El tratamiento conservador tie- traumatismo.
ne muy buena respuesta y la cirugía mediante z-plastias
d el pso as o d e la c inrilla iliotibial suelen acabar con el
Tipología
problema. Existen dos tipos fun damentales, claramente definidos. El
En la tabla 19-2 se muestra el resumen de estas pato- tipo Cam (o leva) se produce por una giba en la unión ca-
logías. beza-cuello femoral, q ue hace q ue la cabeza no sea esférica
230 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 19-5. Choque o pinzamiento femoroacetabular de tipo Cam.

y provoque el cuadro clín ico. Se relaciona con coxarrrosis


precoz y parece clara la relación con haber sufrido una epi-
fis iólisis subclínica con un cierre fisario precoz alterado
La maniobra del choq ue es positiva en el PFA y consiste
en dolor ingui nal que se acentúa con la flexión, aducción
y rotación interna de la cadera.
O
(Fig. 19-5).
El tipo Pincer (o tenaza) es más frecuente en mujeres jó-
venes deportistas con una aira solicitación de las caderas.
En esre caso, la cabeza es normal, pero existe un exceso de Diagnóstico
recubrimiento acembular por prominencia del rebordean- Para el cliagnósrico por imagen conviene apoyarse en la radio-
terior (Fig. 19-6). grafía simple en dos proyecciones, en las que se pueden eviden-
En la mayoría de los casos (más del 70 %), el mecanis- ciar la giba femoral (en el caso de que ésta esté presente) o el
mo es mixto, con alterac iones e n ambas zonas. reborde acetabular prominente. La proyección axial es espe-
cialmente importante para valorar la giba. La romografía com-
purarizada (TC) con reconstrucción en ues clirnensiones (30)

o Existen dos tipos fundamentales de PFA claramente de -


finidos: el tipo Cam y el tipo Pincer.
es útil para ver el grado de deformidad y poder planificar la ci-
rugía. La resonancia magnética (RM) y la artro-RM dan una
idea del grado de afectación labra! y del cartílago articular.

Cuadro clínico Tratamiento


En cualquiera de los casos, las manifestaciones clínicas son El rraram ienro conservador en esra patología no es efecti-
similares. Se rrara d e pacientes jóvenes activos en los que vo, ya que la deformidad sigue presente. A pesar de que la
existe un dolor inguinal que se acentúa con la flexión, aduc- fisioterapia y las infiltraciones puedan aliviar parcialmente
ción y rotación interna de la cadera (maniobra del choque). los síntomas, a la larga, la destrucció n de la articulación se-
En la exploración, además, se puede objetivar un dolor con guirá su curso. El tratamiento quirúrgico persigue corregir
las rotaciones (externa e interna), con el paciente en decúbi- la deformidad y preservar o reinserrar el láb rum sie mpre
to supino y extensión de la cadera (maniobra de aprehen- que sea posible. Para ello se puede real izar por vía abierta
sión) , reflejo del arrapamiento dellábrum acerabular. o arrroscópica, que es la preferida en la actualidad. En el

Figura 19-6. Choque o pinzamien to femoro-


acetabular de tipo Princer.
19 • Traumat ismos de la cadera 231

Figura 19-7. Osteonecrosis de cabeza femo ral.


Radiología convencional. Nótense los quis-
tes en la cabeza femoral (flec has!. (Al Pro-
yección anteroposterior. IBI Proyección con
cadera en abducción.

caso de deformidades de tipo Cam, se resecará la g iba me-


diante fresas secuenciales, teniendo en cuenra que no se Fisiopatología
debe resecar más de un 30 o/o del cuello femoral para evitar Igualmente existen diversas teorías fisioparológicas, y aun-
el riesgo de fractura 1® vídeo 19-11. En el caso del tipo Pin- que ninguna de ellas explica en su totalidad el cuadro , ac-
cer, se puede desinserrar el lábrum, resecar el acetábulo tualmente la más aceptada es la «teoría del infarto, , debi-
prominente y reinserrar de nuevo ellábrum en su sitio. Es da a la obstrucción del fl ujo sanguíneo intraluminal.
técnicamente difícil y requiere una gran experiencia por
parte del cirujano. Esta cirugía mejora el dolor y la fun- Cuadro clínico
ción, aunque no está claro que altere la evolución arrrósi- Sea cual sea la causa, la manifestación clínica es siempre la
ca de la articulación, por lo que, en articulaciones con gra- misma: los pacienres refieren un dolor sordo o inrermiten-
dos de artrosis más avanzada, puede no estar indicada. re, de comienzo progresivo, irradiado a la ingle, nalga o ro-
dilla. A diferencia de la artrosis, esros pacientes no suelen
presentar limitación de la movilidad (en casos puntuales

o El tratamiento de elección en el PFA es quirúrgico e in-


tenta corregir la deformidad y preservar o reinsertar el
lábrum en la medida de lo posible.
existe limitación a la rotación interna).

La manifestación clínica de la osteonec rosis es dolor sor- o


do o intermitente, de comienzo progresivo, irradiado a la
OSTEONECROSIS DE LA CABEZA FEMORAL ingle, na lga o rodilla, pero sin limitación de la movilidad.

Los clásicos la d efinen como la «muerte de tejido óseo a


causa de un abastecimiento inadecuado de sangre». Ante- Diagnóstico
riormente conocida como 11ecrosis avasmlar de cadera, ac- El diagnóstico en las fases iniciales puede ser complicado
tualmente este término se ha sustiruido por el de osteoue- (véase el caso clínico 19- 1), ya que el cuadro clinico no es
crosis femoral. Se trata de una enferm edad progresiva que muy llamativo , y la radiografía sim ple puede ser normal. En
afecta a pacientes jóvenes, de entre 30-50 años {la edad fases avanzadas se observa el <<Signo de la media luna" (radio-
media es de 36 años}, predominantemente varones y de lucencia en la cabeza femoral que precede a la zona de colap-
modo bilateral en un 60 o/o de las ocasiones (aunque no sue- so), que es parognomónico de esra enfe rmedad, y el colapso
len ser simultáneas}, que es causa del 18 o/o de las artroplasrias y la deformidad tanto de la cabeza femoral como del acetá-
rotales de cadera en Estados Unidos. Existen multitud de hi- bulo (Fig. 19-7). La gammagrafía ósea es muy sensible aun-
pótesis causales, ninguna de ellas demostrada en la actualidad, que capm más en los estadios m ás avanzados, y la RM es la
aunque se acepta que el alcoholismo y el uso continuado de prueba de elección para confirmar el diagnóstico (Fig. 19-8).
esteroides sistémicos son fac tores predisponenres.

El «signo de la media luna» se interpre ta como radiolu- o


O Como factores predisponentes de la osteonecrosis destacan
el alcoholismo y el uso continuado de esteroides sistémicos.
cencia en la cabeza femoral que precede a la zona de co-
lapso y es patognomónica.

Figura 19-8. Osteonecrosis de cabeza femo-


ral. (Al Corte sagital. Imagen de resonancia
magnética. Nótese la diferencia de señal en
ambas cabezas femo rales. (BI Imagen axia l.
Nótese la diferente señal en zonas quísticas
en ambas cabezas.
232 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Tratamiento
El tratamiento conservador no es eficaz a medio y largo
El tratamiento quirúrgico es de elección; se realizan per-
!oraciones en fases iniciales y osteotomías en casos más
o
evolucionados.
plazo. Existen series en las gue el 85 o/o de los pacientes
tratados con observación y descarga evolucionan a colap-
so en menos de 2 años. Se ha postulado gue la vitamina E LUXACIÓN DE CADERA TRAUMÁTICA
podría disminuir la incidencia de aguéllas debidas a trata-
mientos con corricoides, sin un claro resultado. El trata- Las luxaciones de la articulación coxofemoral son poco fre-
miento médico con bifosfonatos (GEl véase el Anexo 1. Far- cuentes y se deben a traumatismos de alta energía, general-
macología del sistema musculoesquelético, apartado Bifosfo- mente están asociadas a otras fracturas y lesiones (más del
natosl parece prevenir el colapso, siempre que se instaure 50 o/o).
ames de la fase de la "media luna» (cosa que no suele ocu-
rrir). La fisioterapia mediame estimulación eléctrica, ul- Clasificad ón
trasonidos y magentoterapia (véase el caso clínico 19- 1) , Existen tres tipos definidos:
sumada a terapias con oxígeno hiperbárico, puede ser útil • Luxación posterior: por traumatismo anreroposterior
como tratamiento simomático del dolor, pero no altera la sob re la cadera en flexión. Son las más frecuentes.
evolución natural de la enfermedad. Asimismo, el tras- • Luxació n anterior: por hiperabducción o hiperexten-
plante autólogo de células progenitoras y proteínas mor- sión.
fogenéticas se encuentra acrualmente en fase de estudio en • Luxación central: por traumatismo directo sobre el tro-
animales. cánter mayor (Fig. 19-10).
De todo esto se deduce gue el tratamiento conservador
no es capaz de alterar la evolución de la enfermedad, por Todas ellas, a su vez, pueden clasificarse en función de las
lo gue la cirugía represema la única alternativa válida en fracturas asociadas.
esta patología. Existen multitud de técnicas en función de Se trata de una verdadera urgencia traumatológica que
la fase evolutiva, desde simples perforaciones en la cabeza se presenta clínicamente con un dolor muy intenso, aso-
femoral (descompresión o fomge), a las que puede suple- ciado al acortamiento de la extremidad, con bloqueo com-
mentarse con aporre de injerto óseo, cememo o implan- pleto para la movilización. En las anteriores, el miembro se
tes de tanralio, hasta osteotomías femorales para cambiar encuentra en rotación externa y abducción, mienrras gue
la zona de apoyo de la cabeza (osteotomías varizames, val- en las posteriores, en rotación interna y aducción.
guizantes, o desrotadoras). Las perforaciones se realizan
en fases iniciales con hasta un 80% de buenos resultados, Diagnóstico
y las osteotomías se reservan para casos más avanzados El diagnóstico es muy sencillo, medianre una radiografía
con hasta un 50-70 o/o de resulrados favorables. Si todo simple se puede apreciar la incongruencia articular. La tomo-
esto falla, la sustitución protésica articular, bien mediante grafía compurarizada (TC) sólo se realiza en casos de luxacio-
una hemiarrroplastia, bien como una artroplastia total de nes irreductibles, para ver el obstáculo que impide la reduc-
cadera (tamo convencional como de superficie) es la úni- ción y siempre después de la reducción de la luxación, para
ca alternativa en el momemo actual {véase el caso clínico valorar el resto de lesiones asociadas (Figs. 19- 11 y 19-12).
19-1 ), a pesar de que los resultados del reemplazo proté-
sico en esta patología son sensiblemente inferiores a los re-
sultados en prótesis primarias implantadas por otras cau-
sas (Fig. 19-9).
Debe realizarse, siempre y en todos los casos, tras la re-
ducción de la luxación, una TC de control.
o

Figura 19-10. Fractura- luxación central de cadera. Proyección an -


Figura 19-9. Secuela de osteonecrosis de cabeza femoral. teroposterior.
233

El tratamiento de la luxación de cadera consiste en re-


ducción cerrada urgente y, si es estable, descarga duran-
te 3 meses. o
Complicaciones
Las complicaciones inmediatas se deberán a lesiones del
paquete neurovascular y del nervio ciático tras la luxación
o durante la reducción, mientras que las complicaciones
tardías (mucho más frecuentes) se dan a largo plazo. La os-
teonecrosis ocurre hasta en u n 1O% de los casos, mucho
más probable si se demo ra la reducció n más al lá de las
8 horas, o tras varios intentos infruc tuosos. La artrosis se-
cundaria es la complicación más frecuente y aparece hasta
en un 33 % de los casos a los 1O años. Su incidencia au-
menta si existen fragmentos osteocondrales o si se p rodu-
Figura 19- 11 . Luxación bilateral de cadera tras un accidente de ce una osteonecrosis.
tráfico.
Luxaciones coxofemorales en niños
Tratamiento Las luxaciones coxofemorales en los niños son muy raras y
El tratamiento consiste en la reducción cerrada de manera aparecen entre los 12-1 5 años de edad, por traumatismos
urgente (antes de las primeras 6-8 horas), siempre bajo de alta energía, y entre los 2-5 años por laxitud articular.
anestesia. La técnica de reducción varía según el tipo de lu- El cuadro clínico es similar al de los adultos, y el trata-
xación: en las anteriores, se realiza tracción en el eje del fé- miento es el mismo, ten iendo en cuenta que los resultados
mur, asociada a rotación interna y aducción, mientras que tras una reducción abierta so n peores. En ocasiones, seco-
en las posteriores se realiza tracción vertical, con flexión loca un yeso pelvipédico tras la reducción.
de cadera y rodilla, y añadiendo abducción y rotación ex-
terna (invertir el mecanismo lesiona!). Si no se consigue PATOLOGÍA DE LA CADERA EN DESARROLLO
una reducción cerrada, deberá realizarse una reducción
abierta. Durante el desarrollo normal de la cadera de los niños,
Una vez reducida, es muy importante comprobar la es- pueden existir diferentes alteraciones patológicas que cur-
tabilidad, asociando un estudio radiográfico y con una TC. san con dolor. A continuación se hablará de las cuatro más
Las luxaciones estables se tratan con reposo y tracción frecuentes, clasificadas por edad de aparición.
blanda durante unos días y deambulación en descarga du-
rante 3 meses. En las inestables la tracción se prolonga du- Displasia del desarrollo de la cadera
rante 4-6 semanas. En el caso de que haya fracturas asocia- La displasia de la cadera en desarrollo, o displasia del desa-
das, generalmente se precisa de un tratamiento quirúrgico. rrollo de la cadera (DDC) , comprende un grupo de anor-
Para ampliar conocimientos sobre el procedimiento de malidades que van desde la displasia sin inestabilidad, pa-
fisioterapia en las luxaciones de cadera, GEl véase Vol. 11, ca- sando por la inestabilidad leve, hasta la luxació n de cade-
pítulo 19. ra. Históricamente se conocía como luxación congénita de
cadem, pero la terminología se cambió, ya que la enferme-
dad no siempre está presente en el nacimiento y puede de-
sarrollarse duranre el primer año de vida.

Epidemiología
Su incidencia global es de 3-4 por cada 1.000 recién naci-
dos vivos, y los factores d e riesgo más aceptados son: sexo
femenino, presentación podálica, primer embarazo, oli-
goamnios y anrecedentes familiares. En esencia, el trastor-
no se debe a un acetábulo poco profundo que no da cober-
tura a la cabeza femoral.

Diagnóstico clínico
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, mediante la
exploración física del niño, donde se puede apreciar una
asimetría de pliegues. Asimismo, las maniob ras de Barlow
y Orrolani son útiles para conocer el estado de la cabeza fe-
Figura 19-12. Luxación de la cadera izquierda. moral con respecto al acetábulo (Fig. 19-13). La maniobra
Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 19- 13. Esquema de las pruebas de Prueba de Barlow


Barlow y de Ortolani.

Prueba de Ortolani

de Barlow determina si la cadera es luxable, es decir, sí ésta que puede verse la cadera entrando y saliendo del acetá-
es congruente con el acetábulo, pero puede luxarse. Se rea- bulo), con la que se puede ver la cobertura acetabular de
liza con el niño en decúbito supino, flexionando la cadera la cabeza. En mayo res de 3 meses, se realiza una radiogra-
unos 60 grados y fijando la pelvis con la mano contralare- fía simple ameroposrerior de pelvis-caderas sobre la que
ral. Con los dedos medio e índice sobre el trocánter mayor se trazarán 3 líneas. La línea H (de Hilgenreiner) a través
y el pulgar sobre la mitad distal del muslo, el examinador del cartílago rrirradiado; la línea de Perkins (P), perpen-
intenta luxar la cabeza femoral mediante un desplazamien- dicular a ésta pasando por el borde externo del acetábu-
to suave hacia atrás y hacia afuera. lo; y una línea q ue pase por el techo de ambos acetábu-
Por el contrario, la maniobra de Orrolani informa sobre los, cortando a la línea H, que dará la medida del índice
sí la cadera luxada es reductible. Con el niño en decúbito su- acetabular (IA) (Fig. 19- 14). Esto delimita cuatro cua-
pino, se flexiona la cadera hasta 90 grados y se colocan los drantes: la cabeza femoral (o la m etáfisis proximal si la
dedos índice y medio sobre el rrodmer mayor y el pulgar cabeza aún no es visible) debe encontrarse en el cuadran-
sobre la rodilla, y se realiza una abducción suave de la cade- te inferointerno. El índice acerabular es de unos 30 gra-
ra, percibiéndose un chasquido o resalte cuando la cabeza se
desplaza sobre el borde posterior y entra en el acetábulo.
En niños mayores de 3 meses, suele existir una limita-
ción para la abducción de las caderas, por comracción de
los músculos aductores. El signo de Galeazzi consiste en
realizar, con el paciente en decúbito supino, una flexión de
ambas caderas y rodillas, objetivando una rodilla a un ni-
vel más bajo que la otra en las luxaciones unilaterales de ca-
dera. En niños mayores, que ya caminan, se puede obser-
var cojera en las luxaciones unilaterales o «marcha de paro»
en las bilaterales.

El diagnóstico de la displasia del desarrollo de la cadera

o es clínico. mediante la exploración física del niño: se


aprecia una asimetría de pliegues y las maniobras de
Barlow y Ortolani informan sobre la relación de la cabeza
femoral con respecto al acetábulo.
Figura 19-14. Radiografía simple anteroposte rio r de pe lvis-cade-
ras sobre la que se trazan tres líneas: la línea H !de Hilgenreinerl
Diagnóstico ecográfico a través del cartílago trirradiado; la línea de Perkins !Pl. pe rpendi-
cular a ésta pasando po r el borde externo del acetábulo; y la línea
Como prueba de confirmación se realiza una ecografía que pasa por el tech o de am bos acetá bulos. cortando a la línea H,
antes de los primeros 3 meses (mejor si es dinámica, ya y que proporciona la medida del índice acetabu lar IIAI.
19 • Traumatismos de la cadera 235

Figura 19- 17. Yeso pelvipédico seriado tipo Broomstick.


Figura 19-15. Luxación congénita de cadera. Nótese la verticaliza-
ción del acetábulo izquierdo y la disrupción del arco de Shenton Tratamiento
entre el pubis y la metáfisis proximal del fémur.
La importancia del diagnóstico precoz en esta patología es-
triba en que los resultados del tratamiento son tanto me-
dos en el momento del nacimiento, disminuye a unos jores cuanto antes se inicien, además de porque los dispo-
25 grados al año y es menor de 22-20 grados a los 2 años. sitivos de retención utilizados en menores de 3 meses son
El arco de Shenton, formado por la metáfisis proximal menos aparatosos y más fáciles de cuidar para los padres.
del fémur y la continuación virtual con el pubis, debe En menores de 3-4 meses, el rraramiento ideal es el arnés
mantenerse íntegro (Fig. 19-15). de Pavlick (Fig. 19- 16) , que debe colocarse a unos 90-
100 grados de flexión, con una abducción no forzada, du-
rante al menos 6 semanas y, si el niño lo tolera, d uranre
~a c?n~irmación diagnóstica se realiza m ediante ecogra-
O fla dmam1ca antes de los primeros 3 meses.
3 meses y hasta la normalización radiográfica de las cade-
ras. En mayores de 4 meses, se colocarán yesos pelvipédi-
cos seriados (Fig. 19-17), seguidos de un dispositivo ter-
moplástico tipo «cuna Splinr» (Fig. 19-18), para mantener
la congruencia articular. En pacientes mayores de 18 me-
ses, se puede intentar una reducción mediante rracción
continua duranre 2 semanas y tenotomía de los aductores,
seguida de un yeso pelvipédico (si se consiguiera la reduc-
ción). Si todo esto fracasa, la alternativa es la cirugía, me-
dianre osteotomías de varización femoral, u osteotomías
del ilíaco (tipo Salter, Pemberron, etc.), para disminuir el
índice acetabular y aumentar la congruencia articular.
Aunque no suele ser necesario, en ocasiones estos niños
precisan de un tratamiento fisioterápico para recuperar la
musculatura y la amplitud articular. Son útiles la hidrote-
rapia y poleoterapia y el trabajo de los músculos glúteo
mayor y medio, psoas, isquiotibiales, cuádriceps y tríceps

Figura 19-16. Arnés de Pavlick. Figura 19-18. Cuna Splint.


236 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Epidemiología
La enfermedad de Perrhes (véase el capítulo 48, apartado
Enfermedad de Perrhes) es una necrosis avascular de la ca-
beza femoral , aurolimitada y aurorresoluriva, que afecta a
1 de cada 10.000 niños. Es más frecuente en varones
(4/5:1) y puede ser bilateral en un 10-25 o/o de los casos.
La necrosis ocasiona una pérdida d e la integridad mecáni-
ca de la epífisis femoral que lleva a su colapso y que, du-
rante el proceso de regeneración, conduce a deformidad y,
por ello, a su descubrimiento. La incongruencia articular
residual puede dar lugar a grados variables de limitación de
la movilidad, cojera y artrosis precoz en hasta dos terceras
panes de los pacientes. Asimismo, el compromiso fisario
Figura 19-19. Secuelas en un adulto de una dis plasia de cadera puede dar lugar a dismetrías entre los miembros inferiores.
infantil.

sural, para así tratar de minimizar el efecto producido por


las secuelas (Fig. 19-19).
Las secuelas derivadas de la incongruencia articular re-
sidual son la limitación de la movilidad, cojera y artrosis
precoz. o
En menores de 3-4 meses el tratamiento ideal es el ar- Cuadro clínico

o nés de Pavlick, en mayores de 4 meses se colocarán ye-


sos pelvipédicos seriados y en mayores de 18 meses se
puede intentar una reducción.
Se presenta como una cojera, en ocasiones asociada a do-
lor inguinal o en el muslo, y con una cierra limitación para
la rotación interna, aunque el cuadro clínico varía según el
estadio en que se encuentre la enfermedad. El dolor se pre-
senta con un patrón típico de coxalgia, con localización in-
Sinovitis transitoria de cadera guinal irradiada a la cara anterointerna del muslo y de la
Se trata de un proceso benigno, leve y autolimitado que rodilla. En fases iniciales es debido a la sinovitis, miemras
afecta a niños de entre 3 y 1O años (3-6 años principal- que en fases avanzadas este dolor es debido a la deformi-
mente), y que es la causa más frecuente de cojera en me- dad; que provoca pinzamienros entre la epífisis y ellábrum
nores de 10 años. Se trata de una inAamación del tejido si- acetabular. La cojera inicial antiálgica es sustituida por co-
novial, de etiología desconocida (viral, autoinmune, trau- jera por Trendelenburg, debido a la insuficiencia por des-
mática, etc.), que nunca es bilateral y clínicamente se pre- uso del glúteo medio. En la fase de reosificación, las secue-
senta como dolor agudo, cojera y, en ocasiones, limitación las se deben al acortamiento de la extremidad. Igualmen-
de la movilidad. El diagnóstico es clínico, mediante la his- te, la limitación para la abducción y la rotación interna,
toria clínica, en la que suelen referir un proceso febril en inicialmente, es debida a la sinovitis, mientras que en fases
los días previos (generalmente un catarro de vías respirato- finales se debe al pinzamienro dellábrum por la cabeza fe-
rias airas), y la exploración física, en la que se objetiva la moral.
cojera. En los casos de un cuadro más Aorido o con otras
manifestaciones, se deberá pensar en una artritis séptica y
realizar una analítica en la que se encontrará un aumento
de los reactantes de fase aguda, leucocitosis por encima de
Ante un niño con inicio de cojera, asociada a dolor ingui-
nal o en el muslo, y con cierta limitación para la rotación
o
interna, se ha de pensar en la enfermedad de Perthes.
12.000 y fiebre mayor de 37,5 °C.
El tratamiento de la sinovitis es el reposo y un antiinAa-
marorio, generalmente ibuprofeno en dosis pediátrica, y el
cuadro se resuelve sin secuelas en unos 10 días. Evolución
Esta enfermedad tiene cuatro fases evolutivas bien diferen-
Enfermedad de Legg-Calvé-Perthes ciadas: una fase inicial de necrosis, en la que se produce el
Se trata posiblemente del mayor reto de la ortopedia infan- defecto de riego a la cabeza y su necrosis; una segunda fase
til, ya que, aunque el diagnóstico suele ser sencillo, las deci- de fingmentrzción, en la que los osteoclasros reabsorben el
siones respecto al tratamiento son controvertidas y no exis- hueso necrótico de manera irregular, dando lugar a un pa-
te consenso acerca de qué terapias son las más adecuadas. rrón de fragmentación de la cabeza; la tercera fase es la de
curación o reosificrzción y es debida a la osteogénesis en las
zonas donde se ha removido el hueso necrótico. De mane-
O El manejo clínico de la enfermedad de Legg-Calvé-Per-
thes sigue generando controversia. ra prácticamente invariable, este proceso de curación gene-
ra una masa ósea mayor que la que existía inicialmente en
19 • Traumatismos de la cadera 237

la epífisis sana, dando lugar a una coxa magna. Es en esta tro cuadrantes, y la clasificación del pilar externo de He-
fase en la que se determina el futuro de la cadera, ya que es rring, que se basa en el grado de destrucción de los tres pi-
cuando la cabeza es más maleable y susceptible de defor- lares definidos en la epífisis (interno, central y externo), y
marse. La cuarta fase, de remodelación o secuelas, es la fase que se corresponden aproximadamente con un tercio de la
final, una vez que la cabeza ya muestra su form a final. cabeza cada uno. En ambas clasificaciones los grados más .
Todo este período dura entre 12-36 meses. altos, con mayor destrucción, tienen peor pronóstico. La
clasificación de Sculberg intenta dar un pronóstico a largo
plazo en las caderas en fase de secuelas.

o La enfermedad de Perthes tiene cuatro fases evolutivas


que duran entre 12-36 meses: necrosis, fragmentación,
reosi ficación y remode lación o de secuelas.
Tratamiento
El tratamiento de esta enfermedad es muy debatido y no
hay un gran consenso. El fundamento del tratamiento ac-
tual persigue evitar las secuelas anatómicas de aplanamien-
Diagnóstico to y deformidad y restaurar la movilidad; dicho de mane-
Para su diagnóstico, además de la historia clínica y de la ex- ra sencilla: mantener la esfericidad de la cadera hasta que
ploración física, son útiles las pruebas de imagen. En oca- termine su remodelación. Para ello, además del reposo y
siones, una radiografía simple en dos proyecciones es sufi- analgesia durante las fases activas de inflamación, la fisio-
ciente para confirmar el diagnóstico de sospecha y valorar terapia diaria e intensiva es el pilar básico del tratamiento
el estadio evolutivo y la deformidad de la cabeza. La gam- conservador, para conseguir restaurar el equilibrio articu-
magrafía ósea es útil para detectar fases precoces de la en- lar completo y la recuperación de todos los arcos de movi-
fermedad, y la resonan cia magnética es la prueba ideal para miento de la cadera, con especial énfasis en la mejoría de
conocer el estado real de la cabeza (Fig. 19-20). la abducción y la rotación interna, tanto en flexión como
en extensión.

o Ante La sospec ha de enfermedad de Perthes, para un


diag nósti co precoz, la ga mmagrafía ósea es la prueba
diagnóstica de e lección.
El consenso actual del trata miento de la enfermedad de
Perthes se orie nta a ma ntener la esfericidad de La cade-
ra hasta que finalice s u remodelación.
o
Clasificación
Existen multitud de clasificaciones, generalmente basadas Pronóstico
en la radiología simple, para intentar predecir el resultado Se debe hacer un seguimiento activo de estos pacientes,
final de esta enfermedad, aunque actualmente ninguna ha con radiografías frecuentes para comprobar el estado de la
demostrado ser del todo precisa. Las más utilizadas siguen cabeza y su grado de destrucción. En los pacientes en los
siendo la clasificación de Carrerall, que se basa en la exten- que se ha conseguido una buena evolución clínica y radio-
sión de la afectación de la cabeza femoral de acuerdo a cua- lógica, se continúa la fisioterapia y, una vez obtenida la

Figura 19-20. Enfermedad de Legg-Calvé -


Perthes. Secuencia radiográfica de Perthes.
238 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 19-21. Osteotomía innominada tipo Salter.

movilidad completa indolora, el énfasis se desplaza al for-


talecimiento de la cadera para eliminar la atrofia y la coje-
ra secundarias.
En el caso de una mala evolución, con gran destruc-
ción y una extrusión severa de la cabeza durante la fase de
osificación, la alternativa ha de ser qu irú rgica, mediante
osteotomías para aumentar la congruencia ace tabular,
bien a la altura del ilíaco o bien a la del fémur proximal Figura 19-22. Epifisiólisis femoral proximal. Nótese cómo la línea
(Fig. 19-21) . de Klein no corta a la epífisis proximal, lo que ind ica la existencia
del desprendim iento epifisario.
Si no se ha conseguido una buena esfericidad de la ca-
beza, con el tiem po los pacientes desarrollarán cojera (por
la dismetría) y una artrosis precoz, y será necesario un re- ca con dolor inguinal, a menudo irradiado a rodilla, y una
emplazo articular protésico ames de los 40-50 años. cojera evidente, mayor cuanto mayor sea el grado de des-
lizamiento. En la exploración se objetiva una marcada li-
mitación de la roración interna, flexión y extensión, y un

o El seguimiento activo de estos pacientes es fundamental


para una buena evolución. Si ésta es mala, el reemplazo
articular protésico antes de los 40-50 años es la opción
terapéutica.
aumento de la rotación externa. El signo de Drehmann se
manifiesta cuando al flexionar la cadera afectada se produ-
ce rotación externa de la extremidad.

Epifisiólisis femoral proximal


El cuadro clínico de una epifisiólisis femoral proxi mal es
dolor ingu inal, irrad iado a la rodilla y cojera evidente.
o
También conocida como deslizamiento epifisario capital
femoral (DECF), es el desplazamiento de la metáfisis pro-
ximal del fémur sobre la epífisis, a través de la zona hiper- Diagnóstico
trófica de la placa de crecimiento (véase el capítulo 34, El diagnóstico de confirmación se realiza mediante una
aparcado Epifisiólisis femoral proximal). Es la enfermedad radiografía simple en dos proyecciones, en la que se pue-
de la cadera más común en los adolescentes (niños entre de apreciar el d esplazam ien to epifisario. La línea de
11-18 años, niñas entre 9-15), su frecuencia oscila entre Kfein (línea tangente al cuello fe moral en la proyección
0,2 y 10 casos por cada 100.000 habitantes y su inciden- anteroposterio r) debe cortar a la epífisis proximal, cosa
cia es mayor en varo nes (2/3: 1). Se da en niños obesos o que no ocurre en el caso de un desplazamien to epifisario
de crecimiento rápido, con hipogonadismo. (Fig. 19-22).

O La epifisiólisis femoral proximal es la enfermedad de la


cadera más común en los adolescentes.
La línea de Klein no corta a la epífisis proximal en un des-
plaza miento epifisario, y es la confirmación diagnóstica.
o
Cuadro clínico Tratamiento
Se produce una fractura de la epífisis femoral, que puede El tratamiento persigue p revenir el incremento del desliza-
ser aguda, crónica o aguda sobre u na crónica. Se manifies- miento, así como evitar la aparición de complicaciones
19 • Traumat ismos de la cadera 239

como la necrosis avascular o la condrólisis, y la artrosis a


más largo plazo. Contrariamente a lo que pudiera pensar-
se, no debe intentarse la reducción del desplazamiento, ya
que las maniobras de reducción pueden lesionar los vasos
retinaculares. Considerando esto, es recomendable la fija-
ción quirúrgica in sittt, mediante tornillos canulados diri-
gidos al centro de la epífisis, asumiendo una deformidad
residual que pudiera dar complicaciones como pinzam ien-
tos futuros. En los casos de deslizamientos graves, la fija-
ción in situ produce resultados inaceptables, por lo que se
recomiendan las osteo tomías intertrocanréricas. En el caso
de afectación unilateral, debe considerarse la fijación pro-
filáctica de la cadera contralareral, ya que el riesgo de lesión
es de hasta un 40 %, especialmente en niñas menores de
10 años y en niños menores de 12 (Fig. 19-23).

Figura 19-23. Epifisiótisis femoral proximal. Tratamiento median-


te osteosintesis con tornillo canulado.
El tratamiento de la epifis iólisis femoral proximal es la fi-
jación quirúrgica in situ med iante tornillos canulados.
o
liJI RE S U M E N

• El dolor de cadera se localiza en la cara anterior de la re- • Durante el desarrollo normal de la cadera de los niños
gión inguinal o en la cara la teral del muslo. Muchos pa- pueden existir difere ntes a lteraciones patológicas que cur-
cientes suelen referir dolor diferido en la zona lumbar baja· san con dolor: disp lasia del desa rrollo de la cadera, sinovi-
o en la nalga, pero el dolor de cadera no se irradia a esas tis transitoria de cade ra , enfermedad de Legg -Calvé-Per-
localizaciones. thes y epifisiólisis femoral proxima l.
• Salvo en las fases de sinovitis, en la coxartrosis no existe • El diagnóstico de la displasia del desarrollo de la cadera es
dolor en reposo. La radiografía simple en dos proyeccio- clínico, mediante la exploración física del niño: se aprecia
nes, anteroposterior y axial, es la técnica diagnóstica de una asimetría de pliegues y las maniobras de Ba rlow y Or-
elección. tolani informa n sobre la relaci ón de la ca beza fe moral con
respecto al acetábulo. La confirmación diagnóstica e s me-
• La patología de las partes blandas se produce habitual-
diante ecografía dinámica antes de los primeros 3 meses.
mente como consecuencia de microtraumatismos de repe-
En menores de 3-4 meses el tratamiento ideal es el arnés
tición. El diagnóstico es fundamentalmente clínico y el tra-
de Pavlick, en mayores de 4 meses se colocarán yesos pel-
tamiento, en la mayoría de los casos, es conservador.
vipédicos seriados y en mayo res de 18 meses se puede in-
• Existen dos tipos fundamentales de pinzamiento femoro- tentar una reducción.
acetabular claramente definidos: el de tipo Ca m y el de tipo
• La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes tiene cuatro fases
Pincer. La maniobra del choque es positiva y consiste en
evolutivas que duran entre 12-36 meses: necros is, frag-
dolor inguinal que se acentúa con la flexión, aducción y ro-
mentación, reosificación y remodelac ión o de secue las.
tación interna de la cadera. El tratamiento de elección es
Tras e l Perth es, las s ecuelas derivadas de la incongruen-
quirúrgico e intenta corregir la deformidad y preservar o
cia articular residual son la limitación de la movilidad, co-
reinsertar ellábrum en la medida de lo posible.
jera y artrosis precoz. Ante la sospecha de Perthes, para un
• La manifestación clínica de la osteonecrosis es el dolor diagnóstico precoz, la gammagrafía ós ea es la prueba
sordo o intermitente, de comienzo progresivo, irradiado a diagnóstica de elección. El consenso a ctual del tratamien-
la ingle, nalga o rodilla, pero sin limitación de la movilidad. to de la enfermedad de Pe rt hes se ori enta a man tene r la
El «signo de la media luna» s e interpreta como radiolucen- esfericidad de la cadera hasta que finalice su remod ela-
cia en la cabeza femoral que precede a la zona de colapso ción. Si ésta es mala, el reemplazo a rticular protésico an-
Y es patognomónica. El tratamiento quirúrgico es de elec- tes de los 40-50 años es la opc ión terapéutica .
ción, Y se pueden realizar perforaciones en fases iniciales
• La epifisiólisis femora l proximal es la en fermedad de la ca-
y osteotomías en casos más evolucionados.
dera más común en los adolescentes. La mani festac ión clí-
• El tratamiento de la luxación de cadera consiste en reduc- nica es dolor inguinal, irradiado a la rod illa, y cojera evi-
ción cerrada urgente y, si es estable, descarga durante 3 dente. El tratamiento es la fijación qui rúrgica in situ me-
meses. diante tornillos canulados.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer las diferentes clasificaciones de las fracturas de la extremidad proximal del fémur.
• Reconocer los factores de riesgo e intervenir en su control y reducción.
• Comprender las implicaciones del tratamiento quirúrgico en la intervención fisoterapéutica.
• Comprender la relevancia de las fracturas de la extremidad proximal del fémur, en particular en la población an-
ciana.
• Evaluar la funcionalidad del individuo en diferentes situaciones [hospitalaria, ambulatoria y comunitaria].

RECUERDO ANATOMOFUNCIONAL con respecto al cuello). La profundidad del cartílago ar-


ticular es de 4 mm de grosor en la porción de soporte
El fémur es el hueso más largo y pesado del organismo, del peso y se va reduciendo en grosor hasta 3 mm cerca
transmite la carga de la pelvis a la tibia y su longitud es del ecuador de la articulación.
aproximadamente un cuarto de la ralla de la persona. Se • EL cuello del fémm: Une la cabeza con el cuerpo femoral
compone de una diáfisis y dos meráfisis, una proximal y a la altura de los trocánteres, formando un ángulo de
una distal. En este capítulo se tratará sobre las fracturas del 115 a 140 grados, aproximadamente. Es menor en las
tercio proximal del fémur, extremo catalogado como seg- mujeres debido al ancho de la pelvis menor y a la ma-
mento especial por algunos autores debido a sus propieda- yor oblicuidad del cuerpo femoral. El cuello es la p ro-
des biomecánicas de transmisión de carga y a su compor- longación embriológica de la diáfisis de este hueso. El
tamiento ame las fracturas, pero primero se hará un breve ángulo entre el eje de los cóndilos femorales y el eje del
repaso de su anatomía. cuello femoral es el ángulo de torsión o de declinación
La cadera es una articulación sinovial de cabeza y cavi- femoral.
dad, formada por la cabeza globulosa del fémur introduci- • Región intertrocnntérica. Está conformada por dos pro-
d a en la cavidad acetabular o coriloidea del coxal. Esta ar- minencias romas: una que se proyecta hacia superior y
ticulación cumple una función fundamental en la fisiolo- posterolareralllamada trocánter mayor, y otra que se en-
gía estática y dinámica del aparato locomotor, pero, a pe- cuentra en una posición inferior y se dirige de medial a
sar de ser la más estable de las enartrosis del cuerpo, posee posreromedial, de forma cónica, y que es el trocánter
una movilidad extraordinaria. menor. Estas dos protuberancias están unidas entre sí
Comúnmente, la descripción de la articulación coxofe- por adelante por una cresta áspera de dirección oblicua
moral se hace en extensión, pero, a los efectos de valorar llamada línea intertrocantérica, y por detrás existe otra
con exactitud los problemas funcionales y patológicos que cresta menos rugosa que une a los trocánteres llamada
ocurren en ella, es n ecesario formarse una clara imagen cresta intertrocnntérica. Es importante recalcar que los
mental de los cambios anatómicos que ocurren en roda la trocánteres se proyectan posteriormente en el cuello,
gama de movimientos de esta articulación. el cual se origina ligeramente anterio r al plano del
El tercio proximal del fémur está compuesto por: eje medio de la cabeza femoral. Si el trocánter menor
• La cabeZtt del fémur. Se proyecta en sentido superome- aparece de perfil en las radiografías, el eje femoral esta
dial y anterior para articularse con el acetábulo y es dos rorado externamente. Entender esta relación es funda-
tercios de una esfera con un ángulo, que es, general- mental para determinar un cálculo correcm de la re-
mente pero no siempre, paralelo al ángulo del cuello ducción y un emplazamiento acertado de la fij ación
(ocasionalmente existe alguna retroversión de la cabeza Interna.

243
- -- ¡

244 Parte 1. CJrugJa ortopedJca y traumatolog1a- Secc1on 111. Pelvis y miembro mfenor

La región intertrocantérica de la cadera representa una los abordajes quirúrgicos articulares, como se verá más
zona de rransición desde el cuello femoral hacia la diáfisis adelante.
femoral, formando un arco de concavidad medial. Esta
área se caracteriza primariamente por hueso trabecular EPIDEMIOLOGÍA
denso que sirve para transmitir y distribuir la presión, de
forma similar al hueso esponjoso del cuello femoral. Los La frecuencia de las fracturas en el tercio proximal del fé-
trocánteres mayor y menor son los lugares de inserción de mur es de aproximadamente el 42% del toral y pueden ser
los principales músculos de la región glútea: el glúteo me- consideradas de las más devastadoras que el esqueleto hu-
dio y menor, el psoas ilíaco y los rotado res externos cortos. mano puede sufrir. En un 60 o/o ocurren en población ge-
La estructura trabecular interna del fémur proximal fue riátrica (véase el caso clínico 20-1) , ya que se encuen eran
descrita por primera vez por Ward, en 1838. De acuerdo expuestos a diferentes riesgos de accidentes secundarios a
con la ley de Wolff, las trabéculas surgen sobre las líneas de trastornos propios de pacientes en este grupo erario (Coo-
fuerza a las que el hueso está expuesto. En el cuello femo- per, 1992), como son las caídas (Cummings & Nevirr,
ral y en la región intertrocantérica, la crabeculación presen- 1994). La incidencia de fracturas del tercio proximal del fé-
ta una transición desde la corteza ósea hacia la metáfisis. mur es de aproximadamente 25.000 casos por año en países
Las trabéculas de la compresión y la tensión primarias pa- del primer mundo, y son consideradas como un problema
san a través del cuello y se separan, dejando un área de hue- de salud (Adams, Robinson, Court-Brown & McQueen,
so poroso llamado t7-itíngulo de Whd (Fig. 20-1). 2001). Cifras del Instituto Gerontológico de Madrid hablan
El calcar es donde ocurren los mayores esfuerzos (Bu- de que estas fracturas se producen en 7 de cada 100.000 ha-
cholz & Heckman, 2003). Es una lámina ósea densa en la bitantes/año y superan las 26.000 fracturas anuales.
unión del cuello, trocánter menor y diáfisis, que se abre La morbilidad y mortalidad debidas a esta fractura re-
como un abanico y en donde convergen las trabéculas de dunda en una reducción aproximada de la esperanza de
carga, tracción y tensión del tercio proximal del fémur, for- vida del 12% o más. La mortalidad se observa principal-
mando una estructura indispensable para determinar la es- mente en los primeros 3 o 4 meses después de la fractura.
tabilidad de la región y sus lesiones (Gotfried, 2004). La mortalidad por grupo de edad es del 3 al 4% a los
Por debajo de esta estructura se encuentra el cuerpo o 50 años, y del 28 al 30 o/o a los 80 años.
diáfisis femoral. Además, la constante ampliación de la expectativa de
El tercio proximal del fémur está irrigado por la red vas- vida hace que sean cada vez más comunes estas fracturas, y
cular dependiente de las arterias: circunAeja anterior o la- el coste de su rratamiento más elevado. De acuerdo con las
teral y circunAeja posterior o medial. Esta última es la de estimaciones hechas por Cooper (1992), para el año 2050
mayor importancia para el aporte sanguíneo de la cabeza el incremento en las fracturas del tercio proximal del fé-
femoral, ya que da en la fosa trocantérica tres o cuatro ra- mur pasará de 1,6 a 6,3 millones de casos y la fractura in-
mas que son las arterias retinaculares; éstas discurren pos- tertrocantérica será la más frecuente.
terior y superiormente a lo largo del cuello femoral hasta
llegar a la cabeza. La arteria circunAeja anterior o lateral
irriga al rrocánter mayor y se anasromosa con ramas de la
arteria circunAeja posterior o medial. Su localización toma
especial relevancia en las fracturas del cuello femoral o en
Las fracturas en el tercio proximal del fémur son un pro-
blema de salud pública por sus elevadas tasas de inci-
dencia y prevalencia en la población mayor, lo que conlle-
va un alto coste sociosanitario.
o
La densidad ósea es un factor predicrivo para presentar
fracturas inrerrrocanréricas, ya que estas fracturas raramente
ocurren en individuos con una densidad ósea de más de
1 g/cm. La incidencia se incrementa a 16,6 fracturas por
cada 100 personas con densidades óseas inferiores a
0,6 g/cm. Esto conlleva que la balanza se incline en contra
del género femenino, y, por consecuencia, un aumento en
la incidencia de esta patología en ese grupo.
La relación entre el tipo de fractura y el estado de salud
individual (incluyendo el número de enfermedades coexis-
tentes y el nivel de actividad) es importante y se ha de con-
siderar. Los pacientes con fracturas intertrocanréricas son
biológicamente más mayores que aquéllos que sufren una
fractura del cuello femoral, y tienen un mayor número de
problemas médicos asociados que afectaron al tratamiento
de la fractura.
Por localización, la incidencia de las fracturas del tercio
Figura 20-1. Triángulo de Ward. proximal se presenta de la siguiente forma:
J
20 • Fracturas de la extremidad superior del fémur 245

• Cabeza fe moral: menos del l o/o del total de las fractu-


ras del fémur y del segmento femo ral.
• C uello femoral: del 3 al 12 o/o del total de las fracturas
Las ca ídas domésticas son e l mecanismo de producción
más frecuente e n las fracturas inte rtroca ntéricas .
o
del esqueleto, del 4 al 18 o/o de las fracturas del fémur y
del 2,5 al 11 o/o de las fracturas del segmento fe moral. MANIFESTACIONES CLÍNICAS
• Región trocantérica: del 1O al45 o/o del total de las frac-
turas del esqueleto, del4 al 17 o/o de las fracturas del fé- El paciente co n fractura del tercio proximal de la cadera
mu r y del 8 al 25 o/o d e las frac turas d el segmento. habitualmente presenta antecedente de caída, con dolor
subsiguiente e n la región de la cadera o en la in gle. El pa-

o Las fracturas de la re gión intertrocanté rica son las más


frecue ntes.
cie nte se encuentra pos trado (véase el caso clínico 20- 1),
co n incapacidad para la marcha, dolor al realiza r cambios
d e posición y se puede observar acortamiento del miemb ro
con rotación externa como signo clásico para una fractura
MECANISMO LESIONAL en la región intemocan térica o en el cuello femoral. Hay
que ser cuidadosos en la exploració n, ya que es posible en-
Las fracturas en la región rrocancérica y de cuello femoral frentarse con pacientes que sufrieron alguna caída o trope-
son las más comunes del segmento. El principal mecanis- zón, que deam bulan con cojera por el dolor o que requie-
mo de producción de estas fracturas es la caída al suelo re n el uso de bastón, pero en la manipulació n y pal pació n
(traumatismo de baja energía), lo cual ocurre en el hogar de la ingle p roduce dolo r, lo que p robab lemente significa-
en el 79 o/o de los casos. rá que nos encontramos con un paciente con fractura im-
La tendencia a caer aumenta con la ed ad y está exacer- pactada o no desplazada del cuello femoral.

o
bada por diversos factores, incluyendo la escasa visión, la
potencia m uscular disminuida, la presió n sanguínea lábil,
La presentació n del miembro en rotación externa es el
los reflejos dismin uidos, la enfermed ad vascu lar y las pato- s igno clás ico de frac tura en la re gión intertrocantérica o
logías musculoesqueléticas coexistentes. Los hallazgos de en el cue llo fem oral.
laboratorio indican que la caída de una persona en pleno
proceso de envejecimiento desde la posició n erguida gene-
ra no rmalm ente al men os 16 veces la e nergía necesari a DIAGNÓSTICO
para fracturar el fé mu r proximal.
C ummi ngs y N evitt (1 994) refieren en sus estudios que El diagnóstico de confi rmación es radiográfico. Deben so-
son cuatro los factores que contribuye n a establecer q ue li cita rse radiografías anteroposteriores d e pelvis y debe
una determinada caída se traduzca en una fractura de ter- p rocurarse una vista axial de la cadera para tener mayor in-
cio proximal de fémur: formación del comportamiento de la fractura (Fig. 20-2) .
• La caída d ebe estar orientada de fo rma q ue la persona En caso de que la fractura no sea evidente, se deben solici-
se apoye sobre la cadera o cerca de ella. tar estud ios de to mografla com purarizada (TC).
• Los reflejos protecrores deben ser inadecuados para dis- Una vez obtenido el estudio de imagen, se uti liza para
mi nuir la energía de la caída po r debajo de un cierro localizar el t razo de fractura, valo rar la fragmentación y
umb ral crítico. conminución de ésta, describir las esrrucruras involucra-
• Los medios de absorción local del choque (por ejem plo, d as, medir el desplazamiento de los fragme ntos, cuanrifi-
el músculo y la grasa que rodea la cadera) deben ser in-
adecuados.
• La fuerza del hueso en la cadera debe de ser insuficie nte.

Las fracturas del tercio proximal del fé mur en raros casos


pueden estar provocadas también por presiones mecánicas
cíclicas, por ejemplo , en movimientos p rotecto res de fle-
xió n de cadera, y es la acción muscular la que ocasiona la
fractura o al engancharse el pie y rotar la cadera.
Las fracturas de la cabeza femo ral son las men os fre-
cuentes de este grupo y, generalmente, se asocian a luxa-
ciones femoroacetabulares y mecanismos de aira energía.
Las fracturas de cadera en los adu ltos jóvenes a men udo
son el resultado de traumatismos de gran energía, como un
accidente de automóvil o una caída desde una altura con-
siderable. En estos casos, se debe hacer una valoración de
posibles lesiones asociad as en la cabeza, cuello, tó rax y ab-
d omen (Adams, Robi nso n, Courr-Brown & McQueen, Figura 20-2. Fractura intracapsular. Imagen radiográfica AP, en ser-
2001 ; Hardy & Drossos, 20 03; Cornwell, 20 04). vicio de urgencias.
246 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

carlas angulaciones y clasificar la fractura para realizar una


adecuada planificación quirúrgica (OA, 1996; Kyle, Gus-
rilo & Premer, 1979).
cO 1
e{( r! ) )

A1 A2 A3

O La prueba diagnóstica de elección es la radiografía ante-


roposterior axial de pelvis.
(y rQ ü
1

CLASIFICACIÓN
81 82 83
Siempre que se necesite tomar decisiones sobre cómo tratar
una fractura, es fundamemal que se utilice un parrón de len-
guaje que sea comprendido por todos. Por esa razón es suma-
C'?) r? J

mente importante la existencia de una clasificación. Una cla-


sificación debe ser aplicable, aceptable y adaptable universal- C1 C2 C3
mente. En palabras de Maurice E. Müller, «Una clasificación Figura 20-3. Clasificación AO/ASIF.
solamente será útil cuando sea capaz de tomar en considera-
ción la gravedad de la lesión ósea y sirva para semar las bases trazo, estabilidad o gravedad, y, finalmenre, un subgrupo
de su tratamiemo y realizar la valoración de sus resultados... que son variedades de un mismo grupo. (Fig. 20-3). Al ter-
La clasificación se dividirá por la localización de la frac- cio proximal del fémur le corresponde 31, A para la región
tura. rrocanrérica, B para el cuello femoral y C para la cabeza fe-
mo ral. Esros subgrupos también se detallarán.
Las fracturas de la cabeza femo ral se clasifican en:
O La utilización de una nomenclatura unificada y consensua-
da para describir el tipo de fractura resulta fundamental.
• C1: fracturas que afectan a la superficie arcicular de la
cabeza femoral, la congruencia entre las superficies y la
vascularización, asociadas a luxación coxofemoral.
• C2: fracturas que afectan a la superficie articular de la
Cabeza femoral cabeza femoral, con depresión cartilaginosa y rrabecu-
Las fracturas de la cabeza femoral pueden ser clasificadas lar, asociadas a fracturas acetabulares.
de diversa forma. A continuación se verán las más utiliza- • C3: fracturas que afectan simultáneamente, y de forma
das en la práctica clínica. combinada, a la cabeza y el cuello femoral.

Pip/cin
La clasificación de Pipkin divide las fracturas de la cabeza
en cuatro grupos:
La clasificación de Müller y de la AO/ASIF se basa en un
sistema alfanumérico y divide las fracturas de acue rdo
con su gravedad.
o
• Tipo 1: luxación de cadera con fractura de la cabeza fe-
moral caudal a la fosita de la cabeza femoral.
• Tipo II: luxación de la cabeza con fractura de la cabeza
femoral cefálica a la fosita de la cabeza femoral. Cuello femoral o subcapital
• Tipo III: lesión de tipo 1 o II asociadas a fractura del Las fracturas que asientan en el cuello (Fig. 20-4) o son
cuello femoral. subcapitales han sido clasificadas por diversos autores. A
• Tipo IV: lesión de ripo I o II asociadas a fractura del continuación se verán las más relevantes.
anillo acetabubr.
Pauwels
AO/AS/F-Müller
En 1935 clasificó las fracturas del cuello femoral en tres ti-
Müller y el grupo AO/ASIF (Asociación para el Estudio de pos basados en la estabilidad mecánica:
la Osteosístesis/Association for tbe Study oflntemal Fixa- Tipo 1: la fractura se encuentra a 90 grados de la resul-
tioll) realizaron la clasificación completa de las fracturas. tante de las fuerzas d e compresión dinámica R y su pro-
Entre ellas, clasificaron las del tercio proximal del fémur yección al eje del cuello femoral, debido principalmen-
basándose en un sistema alfanumérico que permite identi- te a una compresión y angulación de la cabeza proxi-
ficar cualquier fractura de acuerdo con su gravedad; se ini- malmente sobre el cuello femoral.
cia con dos números (el primero para designar el hueso: 1 Tipo 11: la fractura está a 90 grados con respecto del eje
para húmero, 2 antebrazo, 3 fémur, ere.) y el segundo nú- del cuello femoral, no hay compresión y es susceptible
mero para su porción (1 metáfisis proximal, 2 diáfisis y 3 de cizallarse.
meráfisis distal). Posterio rmente, se divide por el tipo de Tipo II1: el plano de fractura está en línea con el eje ana-
fractura o por la localización según el segmento que se ha tómico de la diáfisis del fémur, y la compresión dinámi-
de valorar (se asigna una letra: A, B o C). El siguiente dí- ca desplaza o distrae el fragmento proximal, alrameme
giro {1, 2 o 3) divide en grupos, dependiendo del tipo de inestable.
20 • Fracturas de la extremidad superior del fémur 247

lares, pueden confu nd irse co n las rransrrocanréri-


cas.
- 2. Fracturas transcervicales producidas por meca-
nism os de aducción , d es plazadas en varo y rota-
ción posterior, y en las que coexiste n fragmento
inferior y poste rior, lo que les proporciona inesta-
bilidad.
- 3. Fracturas transcervicales con trazo verricalizado,
producidas por un mecanismo de cizallamiento.
• B3: fractura del cuello femoral con desplazamiento evi-
dente. Los subgrupos B3 son:
- l. Fracturas basicervicales con desplazamiento ligero
en varo y rotación externa. La fracrura se origina en
la parte proximal, en el reborde del cardlago articu-
lar, lugar donde penetran los vasos sanguíneos, lo
Figura 20-4. Fractura de cuello de fé mur. que la co nvierte en fractura de riesgo.
- 2. Fractura transcervical con moderado d esplaza-
miento, traslación vertical y rotación externa mínima.
Sus detractores sostienen que no presentó una argumenta- - 3. Fractura transcervical con caracterlsticas de trazo
ción con validez clínica y que no tomó en cuenta la obli- similar a los subgrupos 1 y 2, con mayor desplaza-
cuidad posterior del cuello femo ral. miento en varo y traslación vertical.

Trocantéricas

O La clasificación de Pauwels se estab lece en base a la es-


tabilidad mecá nica.
La mayorfa de las clasificaciones esrán basadas en el núme-
ro de fragmentos y si el trocánter me nor se encuentra des-
lizado como fragmento separado (Fig. 20-5), así como en
la estabilidad de los fragmentos.
Garden
En 1964 clasificó las fracturas subcapitales en cuatro tipos, Tronzo
basados en la angulación y desplazamiento y su influe ncia La clasificación de Tronzo se basa en la descripción anató-
en la estabilidad y en la incidencia de la necrosis avascular. mica de los com ponentes fracturarías y en la afección de
Seleccionó la relación de la trabécula medial en la cabeza los sirios de estabilidad y sostén del tercio proximal del fé-
fe mo ral y la pelvis co mo el índice de alineació n. Separó en mur, y las clasifica en cinco grados como sigue:
dos grupos, desplazadas y no desplazadas, las fracturas con • Tronzo I: fractura incompleta, sólo con fractura del tro-
impactación de la cabeza en valgo (Garden I) y las no des- cánter mayor. El tendón del psoas ilíaco continúa inser-
plazadas (Garden Il), que son el grupo con menor índice tado y puede obstaculizar la reducción.
de necrosis avascular. Las parcialmente desplazadas (Gar- • Tronzo TI: fracmra trocantérica no fragmentada, con li-
den lll) y las completamente desplazadas (Garden IV) son gero desplazam iento o sin él, la pared posterior está in-
el segundo grupo con alto índ ice d e necrosis avascular, fa- tacta y un fragme nto relativamente pequeño está en el
llo en la fijación o no unión. trocánter menor.

o La clasificación de Garden se basa en la angulación, despla-


zamiento, estabilidad e incidencia de necrosis avascular.

AO/ASIF-Müller
Las fracruras de cuello femo ral se clasifican en:
B 1: fracrura de cuello femoral subcapital con mínimo
d esplazamiento. Los subgrupos de B 1 son:
- 1. lmpacración en el valgo mayor de 15 grados con
inclinación posterior de 15 grados.
- 2. Impactación en el valgo menor de 15 grados con
inclinación posterior de 15 grados.
- 3. Sin impacración, es inestable en la solicitación en carga.
B2: fractura transcervical. Los subgrupos de B2 son:
- l . Fracturas transcervicales situadas e n la base del
cuello, parcialmente intracapsul ares y exrracaps u- Figura 20-5. Fractura troc~anter menor.
248 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

• Tronzo III: pared posterior fragmentada, con telescopa- • Al : corresponde al tipo 1 y 11 de Kyle. Los subgrupos
miento del espolón del cuello en el fragmento de la diá- Al son:
fisis. El fragmento del trocánter menor es grande. - l. Fracturas simples que conservan contacto de la
• Tronzo Ill variante: pared posterior frngmentada con telesco- cortical sin pérdida del muro posterointerno.
pan1iento del espolón del cuello en el fragmento de la diáfisis, - 2. Fracturas desplazadas en varo que una vez reduci-
pero con fractura uansversa a través del trocánter mayor. das recuperan el co ntacto co n la cortical interna, el
• Tronzo N: pared posterior fragmentada sin telescopa- desplazamiento pued e compactar el hueso esponjoso
mienro de los dos fragmentos principales, de modo que el y pequeños fragmentos por ap lastamiento del muro
espolón del cuello está desplazado fuera de la diáfisis. La posteroinrerno.
mayor parte de la pared posterior se pierde hacia adentro. - 3. Fracturas simples que se desplazan por deb ajo del
• Tronzo V: fractura trocantérica oblicua inversa. El tro- trocánter menor.
cánter mayor puede estar unido o no con el fragmento • A2: corresponde al tipo lii y IV de Kyle. Los subgrupos
trocantérico, y el fragmento de la diáfisis esta desplaza- A2 son:
do hacia adentro. - l . Fracturas con d esplazamiento rotal o parcial me-
nor. El fragme nto del trocánte r menor potencial-

o
mente hace perder solidez en el apoyo del fragmento
La clasificación de Tronzo considera aspectos anatómi-
cos en su división en cinco tipos de fractura. proximal.
- 2. Fracturas que afectan al trocánter menor y a lapa-
red posterior, que aparece fragmentada, m uy inesta-
ble.
Kyl e y Gust ilo - 3. Fracturas que se p rolongan más de 1 cm por deba-
Se basa en el núme ro de fragmentos y en la estabilidad de jo del trocánter meno r. Mayor pérdida de sustancia
la fractura, y reconoce cuatro tipos (Fig. 20-6): del muro posterointerno. G ran conminución e ines-
Tipo 1: trazo simple no desplazado, estable. tabilidad.
Tipo Il: desplazada en varo con un fragme nto pequeño • A3: corresponde a la verdadera fractura interrrocanréri-
de trocánter menor, estable. ca llamada también oblicua reversa, como la Tronzo V.
Tipo 111: desplazada en varo con conminución pastero-
medial, fractura del trocánter mayor, inestable.
Tipo N: tipo III pero con extensión a la región subtro-
cantérica, inestable y difícil de tratar.
Las clasificaciones de las fracturas trocantéricas consi-
deran el número de fragmentos y el desplazamiento del
trocánter menor. o
o La clasificación de Kyle y Gustilo considera el número de
fragmentos y la estabilidad. TRATAMIENTO
El tratamiento de las fracturas de la extremidad proximal
del fémur puede ser conservador o quirúrgico.
AO/ASIF Müller
En la región inrertrocantérica se clasifica 31A, lo que se Conservador
traduce como que tienen menor gravedad que las fracturas El tratamiento conservad or está indicado sólo en pacientes
cervicales o subcapitales. Los grupos son: con un riesgo extremo para la cirugía, o en p ersonas con
trastornos mentales que no d eambulen. D ebe tomarse en
cuenta el manejo analgésico !GEl véase Vol. 11. Anexo 2. Far-
Tipo 1 Tipo 11 macología del dolor) para poder movilizar al paciem e y evi-

~
tar las complicaciones de un paciente postrado, tales como

~
(? mal manejo de las secreciones pul monares, úlceras de pre-
sión, tromboebolismo perifé rico o central.

Quirúrgico
El tratamiento quirúrgico tiene como primordial acc ión
conseguir la reducción, fi jación y estabilización de las
Tipo 111 Tipo IV fracturas, utilizando los medios tecnológicos de p repara-

~ ~
~ ~
ción del paciente, métodos indirectos y directos de re-
ducció n de la fractura, apoyo en imagen previo, d urante
y después la reducción, así como el manejo adecuad o de
\ los principios biomecánicos y su ejecu ción, ap lican do los
implantes para permitir una consolidación ósea, movili-
zación precoz y el apoyo de carga completo durante la
Figura 20-6. Clasificación de Ky/e y Gustílo. deambulación.
20 • Fracturas de la extremidad superior del fémur 249

Antes de continuar con el tratamiento quirúrgico de las turas articulares, ya que ésta no produce callo óseo, y,
fracturas del tercio proximal del fémur, es conveniente re- como consecuencia, se consigue una mejor congruencia
cordar algunos conceptos necesarios para entender las de- articular.
cisiones y procedimientos que se real izan ames, durante y La segunda genera una consolidación secundaria o con
después d e la cirugía. formación de callo óseo exuberante. Es utilizada en fractu-
ras de diáfisis, donde no es importante u na reducción ana-

o El tratamiento de elección en las fracturas de la extremi-


dad proximal del fémur es quirúrgi co.
tómica, ya que por su localización no llegan a ser restricti-
vas del movimienro.

Principios biomecánicos
Los principios biomecánicos en ortopedia son el inicio de
Concepto de reducción la aplicación de las leyes de la mecánica en los tejidos bio-
En ortopedia, el concepto de red ucción G> consiste en res- lógicos, así como de los implantes en los huesos.
taurar en la posición correcta los fragmentos de fractura, Existen cinco principios:
incluyendo la reco nstrucción o desimpacración de frag- Compresión estática: es el aumento de la fricció n entre
mentos o tejido óseo y, posteriormente, realizar su fijación los fragmentos óseos generados por un implante colo-
mediante inmovilizaciones o férulas, rígidas o blandas. L1. cado por el cirujano. El principal implante que consi-
reducción de fracturas se puede realizar d e manera directa gue este principio es el «tornillo>>, y da como resultado
(foco abierto: uniendo directamente el hueso de manera consolidación primaria.
manual o mecánica) o indirecta (medianre dispositivos ge- Protección: es el segundo principio que se establece
neralmente alejados del trazo de fractura como tracciones, cuando, al aplicarse un p ri ncipio biomecánico en una
mesas de reducción, distractores, ere.). En diáfisis, la re- fractura, éste resulta ins uficiente, por lo que refue rza al
ducción tiene como objetivo restablecer la longitud y la pnmero.
alineación de las epífisis; en las fracturas articulares tiene Tirante: es el principio que se aplica al tener fuerzas en
como objetivo restablecer la anatomía normal de la articu- el hueso o un segmento curvo, y transforma los esfuer-
lación. La reducción de las fracturas es indispensable para zos de tensión de una su perficie en compresión en la
su tratamiento. Es necesario realizar conrroles radiográfi- cortical opuesta.
cos o con fluoroscopia para valorar el resultado de las ma- Sostén: es el sustituto temporal del soporte óseo, dado
niobras de reducción, y debe ser complementada con sis- cuando no hay una transmisión de carga entre los frag-
temas de fijació n que permitan mantener esta reducción y mentos óseos debido a una pérdida ósea o efecto de repisa.
posteriormente la consolidación del hueso. Tutor interóseo: como su nombre indica, se coloca den-
tro del eje diafisario o del segmento óseo que se va a tra-
tar, sirve de guía a la transmisión de cargas y las dirige

o El control radiográfico posterior a la reducción es funda -


menta l.
al centro del hueso o segmento. Este p rincipio, a su vez,
se divide en: tutor interóseo p uro, tutor interóseo con
protección y tutor inrraóseo con sostén o cerrojado.
Fracturas de la cabeza femoral. Se debe realizar la re-
ducción anatóm ica de los fragmentos, en algunos casos es
suficiente con ésta si no involucran un porcentaje muy ele-
vado de la superficie articular.
La opción elegida de material de osteosínteis ha de regi r-
se por los principios biomecánicos en aplicación de las
o
leyes de la mecánica en los tejidos biológicos.
Fracturas de cuello femoral y de la región trocanté-
rica. Es necesaria una reducción cerrada de la fractura. Se
coloca al paciente en la mesa de fracturas y se aplica rrac-
ción-contrarracción con control Auoroscópico. En ocasio- Implantes
nes, es necesaria la reducción abierta, en la cual debe tener- En el mercado se encuentran una gran cantidad de im-
se especial cuidado con el abordaje y la vascularización de plantes para realizar la fijación inrerna d e las fractu ras del
la cabeza femoral. tercio proximal de fémur.
En las fracturas articulares susceptibles de reparación, se
Concepto de estabilidad utilizan tornillos co n p rincipio de compresió n, logrando
La estabilidad e en ortopedia se refiere a la disminución es tabilidad absoluta d e los fragme ntos; si el fragmento es
de movi miento que existe entre las superficies de los frag- muy grande o falla la osteosíntesis, el t ratamiento que se
mentos d e un a fractura. Existen dos tipos d e estabilidad: debe seguir consiste en artroplastia total (13EI véase Vol. 11,
estabilidad absoluta, en donde no existe movimiento algu- capítulo 6.
no entre los fragmentos, y estabilidad relativa, que es aqué- Las fracturas de cuello femoral pueden manejarse con
lla en donde existen movimientos entre fragmentos meno- tornillos canulados con rosca d iscontin ua, aplicados con
res a 5 micras. principio de compresión estática (Fig. 20-7). Si la reduc-
La primera origina una consolidación primaria en el ción cerrada falla, el tratamiento de elección es una arrro-
hueso también llamada autógena, muy útil para tratar frac- plastia total.
250 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Cuidados postoperatorios
Se cuida la herida quirúrgica hasta su completa cicatriza-
ción y se realiza control radiográfico de la fractura cada
6 semanas.
Si el trazo de la fractura es estable y la fijación es su-
ficiente, se permite el apoyo progresivo con muletas; si
el trazo es inestable, el apoyo debe diferirse, ya que bajo
carga pueden colapsarse, por lo que se debe iniciar la
movilización en la cama y cambio de posición conti-
nuo. El uso de sistemas de prevención rromboembólica
es necesario, así como la medicación analgésica y profi-
láctica de trombo embolismo hasta 3 meses después de
la cirugía.
Toda vez que la fractura ha sido tratada, es preciso esta-
blecer un procedimiento de fisioterapia. En el OEl Vol. 11, ca-
pítulo 19, el lector encontrará cómo se evalúa, y cómo se de-
Figura 20-7. Tratamiento quirúrgico con conservación de la cabe-
sarrolla la intervención fisioterapéutica.
za femoral con la colocación de fijación percutánea (placa y tor-
nillo!.

En las fracturas de la región trocantérica, si los trazos


El control radiográfico de la fra ctura de la extremidad
proximal del fém ur debe realiza rse cada 6 semanas. o
son estables, se pueden aplicar los principios biomecáni-
cos de tutor intraóseo con protección, colocando una COMPLICACIONES
placa con sistema de tornillo deslizante; si el trazo es
inestable, se puede aplicar otro implante, como los cla- Las complicaciones de las fracturas de la extremidad pro-
vos proximales de fémur o el enclavado endomedular ximal del fémur son distintas en función de la región ana-
(Fig. 20-8) , que pueden proporcionar los principios bio- tómica en la que asiente la fractura.
mecánicos de tutor intraóseo con protección en trazos
multifragmentados o con sostén si la conminución o Cabeza femoral
pérdida ósea es franca. También existe la posibilidad de Las luxaciones coxofemorales y la fractura de cabeza se aso-
colocar una placa autobloqueada proximal de fémur, la cian a una interrupción del flujo sanguíneo de la cabeza del
cual es anatómica y permite colocar tornillos que hacen fémur, por rotura o elongación de los vasos sanguíneos, so-
la vez de repisa en el fémur, cumpliendo con el principio bre todo en las fracturas con desplazamiento, que llega a
de sostén. enumerar hasta el 50 o/o de osteo necrosis.

Subcapital y región trocantérica


En la región rrocantérica y subcapital, las complicaciones
más importantes son la necrosis avascular y la mal unión o
no unión.

Necrosis avascular
Puede debutar como un dolor en la ingle, la nalga o el
muslo proximal. No en todos los casos h ay signos de co-
lapso radiológico. En pacientes jóvenes, puede realizar-
se un manejo co nse rvador y expectante; en pacientes
ancianos o que ten gan manifes tacio nes radiográficas, se
debe realizar una arrrop lastia de cadera {véase el capítu-
lo 19) .

No unión/mal unión
Es una complicación común en las fracturas mal diagnos-
ticadas o tratadas, igualmente se observa en las personas
que tardan semanas en revisarse médicamente. Se mani-
fiesta con dolor en la ingle o nalga.
Hay que determinar el grado de consolidación o movi-
Figura 20- 8. Fijación interna mediante enclavado endomedular. miento del trazo de fractura, y, dependiendo de la edad del
20 • Fracturas de la extremidad superior del fémur

Figura 20-9. Fractura s ubcapital de la cadera izqu ierda. !Al Radiografía AP. !Bl Radiografía AP. neutra tras artroplastia con prótesis parcial
Thomson. (C) Radiografía oblicua tra s artropla stia con prótesis parcial Thomson.

Figura 20-10. Movilización temprana posciru-


gía. (Al Sedestación. (BI Deambulación.

paciente, puede decidirse realizar una anroplastia (Fig. 20-9) ción mediante heparina y movi lización temprana posciru-
de cadera u osteotomías de abducción, ya que la necrosis gfa, tanto en sedestación (Fig. 20 -IOA) , como en bipedes-
avascular en jóvenes puede llegar a ser funcional (véase el tació n y deambulación (Fig. 20 - IOB) .
caso clínico 20- 1).

Tromboembolismo
Está presente en el 30 aJ 50 o/o de los pacientes, aunque es
sintomático sólo en el 7 al 12 o/o, y mortal en menos del
Ante un paciente mal controlado que desarrolle dolor en
la ingle o nalga ha de pensarse que puede sufrir una mala
o
unión o seudoartros is .
2 o/o. En cualquier caso, el mejor tratamien to es la preven-

• RESUMEN

• Las fracturas en el tercio proxi mal del fé mur son un pro- • Las caídas domést icas son el mecanismo de producción
blema de salud pública por sus elevadas tasas de incide n- más frecuente . El tratam iento de elección es quirúrgico.
cia y prevalencia en la población mayor, lo que conlleva un
alto coste sociosanitario. • El control radiográfico cada 6 semanas es fun da menta l.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer las diferentes clasificaciones de las fracturas de la diáfisis y de la extremi dad distal del fémur.
• Reconocer los factores de riesgo de estas fracturas e intervenir en su control y reducción.
• Comprender las implicaciones del tratamiento quirúrgico en la intervención fisioterapéutica.
• Comprender la relevancia de las fracturas de la diáfisis y de la extremidad dista l del fémur.
• Evaluar la funcionalidad del individuo en diferentes situaciones !hospitalaria, ambulatoria y comunitaria).

miento, y el cirujano ortopedista debe conocer las venta-


PRIMERA PARTE: FRACTURAS jas, desventajas y limitaciones de cada una para poder ele-
DE LA DIÁFISIS FEMORAL gir el tratamiento más adecuado para cada paciente.
Los primeros sistemas de inmovilización del fémur
GENERALIDADES comprendían, a menudo, la de todo el paciente y de la ex-
tremidad, incluidas la cadera y la rodilla. Con el desarrollo
Las fracturas de la diáfisis del fémur se encuentran entre las de férulas y combinación con métodos de tracción, fijos o
más comunes. Dado que el fémur es el hueso más largo del funcionales, se ha facilitado el manejo de la fractura. En
cuerpo y uno de los huesos de carga de la extremidad infe- 1940 Gerhard Küntscher introdujo el enclavado inrrarne-
rior, las fracturas pueden producir una morbilidad prolon- dular del fémur y revolucionó el tratamiento de las fractu-
gada (Lefaivre, Starr, Stahel, Elliott & Smith, 201 O) e in- ras de la diáfisis femo ral. Sin embargo, quedaron sin resol-
capacidad importante. ver las fracturas no tratables con este tipo de método. En
Las fracturas de la diáfisis del fémur son una causa im- los años sesenta la presentación de una fijación interna es-
portante de la morbilidad y mortalidad en pacientes que cable con ayuda de compresión realizada por el grupo sui-
sufren traumatismos de alta energía. La morbilidad se pro- zo de la Asociación para el Estudio de la Osteosíntesis
duce por el acortamiento y desviación de la fractura, con- (AO) revolucionó el rratamienro quirúrgico. A partir de
tractura de la rodilla y complicaciones en el cuidado de la ese momento, fue posible lograr un mayor grado de esta-
fractura. La mortalidad no es frecuente, pero puede presen- bilidad de la fractura que con el uso de férulas o tracción,
tarse por una herida, embolia grasa o fallo mulriorgánico que ya no eran necesarios, lo que permitió una recupera-
{Lefaivre, Srarr, Stahel, Elliott & Smith, 201 0), especial- ción rápida del paciente (Schatzker, 1998).
mente en los pacientes con múltiples lesiones. Se han rela-
cionado estas fracturas con la excesiva supresión del tremo-
ver óseo (Abral1amsen, Eiken & Eastell, 2009). A este res-
pecto, no se puede descartar, por ejemplo, que el uso de bi-
Las fracturas de la diáfisis del fémur son una causa im-
portante de morbilidad y mortalidad en pacientes que su-
o
fren traumatismos de alta energía.
fosfonatos orales durante un largo período de tiempo in-
cremente el riesgo de aparición de estas fracturas (Kim,
Schneeweiss, Katz, Levin & Solomon, 2011). Tanto la
mortalidad como la morbilidad, según Rockwood & MECANISMO DE LESIÓN
Green's (2003), se pueden disminuir con una reducción
rápida y una fijación interna rígida de la fractura. El fémur es el hueso más largo del cuerpo y está sometido
En la actualidad se dispone d e diferentes técnicas y di- a la carga del peso del cuerpo; para que este h ueso largo se
verso material de osteosíntesis para la elección del trata- fracture se requiere una cantidad de fuerza importante. El

253
254 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

mecanismo de producción más frecuente es una carga que Figura 21 -1. Ima-
lo curve, provocando una lesión rransversa. Las lesiones gen ante roposte-
rior convencional.
por mayor ene rgía provocan fracturas con mayor grado de Nótese cómo se
conminución. Se ha estimado que es necesario un movi- muestra además
miento curvado de 250 N m para romper la diáfisis del fé- de la fractura, la
mur d e un adulto normal. La mayor p arre d e las frac turas cadera.
de fémur en adultos jóvenes son debidas a lesiones d e alta
energía, como colisiones por accidentes de uáfico, choques
en motocicleta, caídas desde una altura y heridas por arma
de fuego.
Aunque son poco frecuentes, las fracturas por esfuerzo
pueden aparecer en el fémur.
En los pacientes mayores, es necesaria una fuerza menor
para producir una fractura de la diáfisis femo ral, debido a
los cambios sign ificativos que experimenta a lo largo de los
años (Rock\vood y Green's, 2003; Flynn , Skaggs & Wa-
ters, 2014).
Para ampliar información, OEl véase Vol. 11, ca pítulo 20.

o El grupo más afectado son los varones y en el período


más activo de la vida.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS
nución no desplazada y las grietas longi tudinales de la
El dolor, la deformidad, la tumefacción y el aco rtamien- cortical.
to del muslo tras un traumatismo im portante sobre la
pierna indican una probable fractura de fémur. Una frac-
tu ra d e fémur aislada puede provocar una pérdida de san-
gre suficiente com o para causar un choque m oderado
Se recom ienda un estudio radiológ ico exha ustivo que in-
cluya rodilla y cadera.
o
(Rockwood y Green 's, 2003; Flynn, Skaggs & Waters,
2014). CLASIFICACIÓN
Las lesiones asociadas de la rodilla son difíciles d e diag-
nosticar y, frecuentemente, se pasan p or alto en la valora- Las fracturas de la diáfisis femo ral pueden clasifica rse geo-
ció n inicial. Por este motivo, una vez estabilizada la fractu- gráficamente como del tercio proximal, de la diáfisis me-
ra diafisaria de fém ur adecuadamente, se puede realizar la dia o del tercio d istal. Las fracturas del tercio d istal se de-
valoración de la rodilla. Es perti nente una valoración vas- nominan fracturas infraístmicas debido a la situación del
culonerviosa complem de la extremidad afectada antes y istmo del canal imram edular en la m irad diafisaria.
después de la tracción, para identificar alte raciones y lapo- Las fracturas también se pueden clasificar de acuerdo
sible valoración del cirujano vascular. co n la geometría de la línea principal de la fractura, como
Para ampliar información, OEl véase Vol. 11, capítulo 20. son las fracturas transversas oblicuas espirales y segmenta-
rías (Rocbvood y G reen's, 2003; Flyn n, Skaggs & Waters ,

o
2014).
Una fractura aislada de fémur es s uficiente para provocar
La localización anatómica se designa mediame dos nú-
un choque hemorrágico mod erado.
meros, uno para el hueso y otro para su segmento; los seg-
mentos se designan m ediante números: 1 proximal, 2 cen-
DIAGNÓSTICO tral, y 3 distal.
En la clasificación AO/ASIF (Asociación para el Estu-
El diagnóstico de las fracturas de la diáfisis femoral se dio de la Osteosíntesis/Association for the Study of!mema!
realiza media nte la presencia de signos clásicos como la Fixation) Müller, la diáfisis femoral (Fig. 2 1-2) se identifi-
desviació n axial, aco rtamienro, impote ncia funcional y ca por el número 32, que incluye también la regió n sub-
dolor. trocantérica y se extiende hasta la región supracondílea.
Las pruebas radiológicas h ab ituales consiS[en en ra- Todas las fracturas del segmenro diafisario p ueden ser
d iografías simples en dos planos, en las que se debe in- simp les (tipo A) o «m t!lrifragmemadas••. Las multifrag-
cluir la articulación d e la cadera (Fig. 21-1) y de la rodi- menradas son o bien fracturas e n cuña (tipo B) o fracturas
lla p ara q ue no pasen inadvertidas posibles frac tu ras complejas (tipo C) (Müller, 1993). En la tabla 21-1 se re-
(Rüedi, 2003). Las radiografías deben ser de una calidad coge la clasificación AO/ ASIF M üller de las fracturas de la
lo suficientemente alta com o para determinar la conmi- diáfisis del fémur.
21 • Fracturas del fé mur: di áfis is fe moral y extremidad dis tal 255

A1 A2 A3 Tabla 21-1. Clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas

~ ~ ~
diafisarias del fémur
A: Fractura simple
• A1 Fractura simple espiro idea
- 1 Región su btroca ntérica
- 2 Tercio medio
81 82 83 - 3 Tercio distal

~ ~ ~
• A2 Fractura simple oblicua (;;:: 30 grados)

n G - 1 Región su btroca ntéri ca


- 2 Tercio medio
- 3 Tercio distal
• A3 Fractura simple transversa k 30 grados)
C1 C2 C3 - 1 Región subtrocantérica
- 2 Tercio medio

~ ~ ~
- 3 Tercio distal
8: Fractura en cuña
• 81 Fractura en cuña espiroidea
- 1 Región subtrocantérica
- 2 Tercio medio
Figura 21-2. Clasificación AO/ASIF Müller de la diáfisis del fémur. - 3 Tercio distal
• 82 Fractura en cuña de flexión
- 1 Región su btroca ntérica
Para ampliar información, OEl véase Vol. 11, capítulo 20. - 2 Tercio medio
- 3 Tercio distal

o La clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas de la diá-


fisis del fému r es la más común mente utilizada.
• 83 Fractura en cuña con fragmentación de ésta
- 1 Región subtrocantérica
- 2 Tercio medio
- 3 Tercio distal
C: Fractura compleja
TRATAMIENTO
• C1 Fractu ra compleja espiroidea
Entre los mérodos de tratamiento posibles para las fracru- - 1 Con dos fragmentos intermedios
ras de la diáfisis del fémur pueden incluirse: - 2 Con tres frag mentos intermedios
- 3 Con más de tres fragmentos inte rmedios
• Reducción cerrada e inmovilización con espica de yeso.
• Tracción esquelética. • C2 Fractura compleja segmentaría o bifocal
• Yeso femoral confo rmado. - 1 Con un fragmento segmentaría intermedio
- 2 Con un fragmento segmenta ría intermedio más otros
• Fijación interna: fragmentos en cuña
- C lavo intramedular. - 3 Con dos fragmentos segmentarías intermedios
- Fijación con placa. • C3 Fractura compleja irreg ular
• Fijació n externa. - 1 Con dos o tres fragmentos intermedios
- 2 Con astillado li mitado k 5 cm)
La elección del implante 0 que se va a utilizar depende de - 3 Con astillado exte n so(~ 5 cml
una serie de facrores (Rüedi, 2003):
Localización y ripo de fractura.
Tamaño del canal medular y p resencia de otros im-
p la nres. Conservador
Estado de las parres blandas. Las fracturas diafisarias de los adultos rara vez pueden ser
Estado general del pacienre. reducidas y manren idas con una escayola. El fé mur está ro-
Preferencia y experiencia perso nal d el cirujano. deado d e grandes y poderosos músculos que ejercen fuer-
D isponibilidad de implanres, insrrumenral y radiología zas de angulación sobre los fragmentos, a diferencia de su
inrraoperaroria. uso en ni ños pequeños.
Los mérodos d e tracción esquelética suelen usarse como
Independientemenre del mérodo de rraramiento elegido fase inicial a otros mérodos defi nitivos para el tratamienro
(véase el caso clínico 2 1- 1) , existe común acuerdo en los de las fracturas diafisarias de fé mur.
tres principios siguienres (Campbell, 2009): Los sistemas de reducció n con escayolas h an sido am-
• Restaurar la alineación, rotación y longirud. pl iamenre sustituidos por las técn icas de fijació n interna.
• Preservar el aporre sanguíneo para ayudar a la consoli- Aunque no h ay una indicación absoluta para la escayola
dación. en el tratamiento actual de las fracru ras diafisarias del fé-
• El traramienro de fisioterapia de la extremidad y el cui- mur, hay indicaciones relativas como lo es en pacientes
dado del paciente. con fracturas del tercio d istal y fracturas co nminuras de
256 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

la diáfisis que no sean candidatos a cirugía por razones La osteosínresis de las fracturas de fémur reduce, en
médicas o quirúrgicas, y como apoyo complementario gran medida, las secuelas fisiopatológicas de esta lesión. Se
para el fémur eras la fijación interna no rígida con clavos considera que toda fractura de fémur en una indicación
de pequeño diámetro u orra instrumentación. Los resul- quirúrgica.
tados anatómicos y funcionales son inferiores a aquéllos En fracturas diafisarias la técnica de elección es el encla-
con fijación interna. vado intramedular (Ricci, Gallagher & Haidukewych,
Para ampliar información, GEl véase Vol. 11, capítulo 20. 2009) (Fig. 21-3). En particular, se ha mostrado efectivo
el selfdynamisable interna/ jixator (SIF), y más en fracturas

o
conminutas que precisan cirugía mínimamente invasiva
Las fracturas diafisarias de los adultos es difícil que sea n
(Mitkovic, Milenkovic, Micic & Mladenovic, 2012). En
reducidas y mantenidas con tratamiento conservador.
el caso de lesión grave de las partes blandas, tanto cerrada
como abierta, se recomienda la fijación externa (Camp-
bell, 2009).
Quirúrgico Cuando las fracturas no se pueden estabilizar median-
Es el tratamiento de elección. Para ampliar información, te el enclavado intramedular, puede estar indicado un
GElvéase Vol. 11, capítulo 20. A continuación se verán algu- clavo-placa angulado, las placas anchas de co mpresión
nos conceptos al respecto. dinámica y los tornillos dinámicos de cadera y rodilla.
Las placas rectas (Fig. 21-4) deben colocarse en la cara
Concepto de reducción dorsolateral del hueso, para que actúen como tirantes,
La reducción es el acto de restaurar la posición correcta de siempre que haya soporte óseo en la cortical opuesta a la
los fragmentos desplazados por la fractura, incluyendo la placa. Se recomienda el aporre óseo medial en todos los
reconstrucción del hueso esponjoso mediante la desimpac- casos, incluso con corticales bien reducidas y adaptadas,
tación. Requiere aplicación de fuerzas y momentos de ya que sufrirán micromovimientos que pueden conducir
fuerza en dirección opuesta a los que produjeron la fractu- a la reabsorción ósea y también causar fatiga de la placa
ra (Rüedi, 2003). (Müller, 1993).
Tanto en la diáfisis como en la metáfisis es muy impor- Una vez concluida la fijación, es preciso realizar imágenes
tante la alineación correcta de los dos fragmentos princi- de control, que incluyan igualmente la cadera (Fig. 21-5) y
pales. El objetivo es restaurar, con tanta precisión como sea la rodilla (Fig. 21-6).
posible, la longitud total del hueso y la alineación axial y
rotacional. Las técnicas de reducción deben ser suaves y
atraumáricas. D eben preservar cualquier vascularización
residual. La precisión de la reducción y la estabilidad pro-
porcionada por los implantes son los requisitos mecánicos
En las fracturas diafisarias la técnica de elección es el en-
clavado intramedular, que además aporta un alto confort
postoperatorio al paciente y baja sensación de dolor que
o
permite iniciar una rehabilitación activa de forma temprana.
para obtener una buena respuesta biológica.
Hay fundamentalmente dos técnicas diferentes para
la reducció n de una fractura: directa e indirecta. La re-
ducción directa se realiza sobre la fractura expuesta qui-
rúrgicamente. La reducción indirecta implica que las lí-
neas de fractura no se exponen, ni se ven directamente,
y que la zona de la fractura permanece cubierta de teji-
dos blandos.

o La correcta alineación de los dos fragmentos fracturarías


es fundamental en el éxito de la consolidación.

Estabilidad
El término estabilidad tiene connotaciones diferentes en
las ciencias médicas. Se utiliza para definir el grado de in-
movilidad de los fragmentos fracturarías. El término esta-
bilidad absoluta se refiere a una situación concreta en la
que hay ausencia toral de desplazamiento respecto a unas
superficies fracturarías comprimid::s.

Material de osteosíntesis
Figura 21-3. En-
El material de osteosíntesis debe servir tanto para la reduc- clavado endome-
ción como para la es tabilización de una fractura. dula r.
-
21 • Fracturas del fémur: diáfisis femoral y extremidad distal 257

Figura 21-6. Control radiográfico tras enclavado medular o intra-


med ular. Nótese cómo incluye visión completa de la rodilla. (Corte-
sía de R. Blanco. León l.

rremidad a 90-90 grados, co n la finalidad de evitar las con-


tracturas y facilitar la movilidad de la rodilla.
La fisio terapia debe empezar inmediatamente después
d e la cirugía. En la actualidad existen pruebas (Kin ami ,
Figura 21-4. Placa atornillada sobre fractura espiroidea. N a da & Ozaki, 201 3) sob re los benefic iosos efectos (fa-
vorecen la co nsolidación) del uso temp rano de u lrraso-
Tratam iento postoperatorio nidos a baja intensidad y p ulsados en el m anejo de estas
Después de la fijación interna (véase el caso clínico 21- 1) fracturas t ratad as quirú rgicame nre, en particula r en las
de las fracturas diafisarias es conveniente mantener la ex- d e tipo C (conm inura). La marcha empieza pocos días
d espués, dependiendo de las co ndicio nes generales del
paciente , así co mo de las lesio nes existentes y de su co-
laboració n . Puede resistir una carga parcia l de entre 1 O
y 15 kg. Pa ra a mpliar informació n , GEl véase Vol. 11, ca pi-
tulo 20.
Los ejerc icios de fortalecim iento d e cuádriceps e isquio-
tibiales p ueden in iciarse tan pronto com o disminuya el
dolor en el paciente. Los ejercicios de cadera, rod illa y to-
billo deben inic iarse lo más rápidamente posible.

Los ejercicios de fortalecimie nto muscular de ben iniciar-


se lo más precozmente posible. o
COMPLICACIONES
E n el tratamiento las p rincipales complicacio nes incluyen
el acortamiento femoral, la curvatura en varo y la debili-
dad d e la rodilla. E n el e nclavado intram edular se debe
prestar especial atención a la alineación d e los fragm entos,
pues la mal rotació n es la causa más frecuente de una con-
solidación viciosa (Hierholzer, G lowalla & H errler, 201 4).
El mayor riesgo en la colocació n de la placa a cielo abierto
es la d esviral ización de los fragmentos, al proceder a su re-
Figura 21 -5. Control radiográfico tras enclavado intramedular. Nó- ducción ana tó mica. La consolidació n d efectuosa pued e
tese cómo incluye visión completa de la cadera. (Cortesía de R. Blan- producir alteraciones en la marcha y discrepancia en la
co. Leónl. longitud de la extremidad.
258 Parte 1. Cirug ía ort opédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Las fracruras del te rcio distal del fému r pueden aso-

o Las complicaciones más frecuentes en las personas que


sufre n una fractura del tercio medio del fé mur son seu-
doartrosis y rigidez de rodilla.
ciarse a lesiones de las partes b landas de la ar ticulación
de la rodilla. Las lesiones ligame ntarias de la rodilla aso-
ciadas a las fracturas del tercio d istal del fé m ur represen-
tan alrededor del 20 o/o de los casos. Este t ipo de lesiones
suelen ser de difícil diagnóstico ames de la fijación del
SEGUNDA PARTE: FRACTURAS DE LA EXTREMIDAD fémur.
DISTAL DEL FÉMUR Para ampliar información, GEl véase Vol. 11, capítu lo 21.

GENERALIDADES
Las fracturas del tercio distal del fémur son fracturas com-
plejas y tienen un tratamiento difícil; pueden producir una
Las fracturas del tercio distal del fé mur suele n asociarse
a lesiones ligamentarias de la rodilla. o
impotencia significativa a largo plazo. Estas fracturas sue- MANIFESTACIONES CLÍNICAS
len ser inestables y conminuras.
Debido a la proximidad de la rodilla a estas fracturas , En la fractura del tercio distal del fémur se presentan de-
puede ser difícil recuperar la movilidad de la articulación formidades angulares, aco rtamiento y desplazamiento del
y su función completa. La incidencia de consolidación vi- fragmento. Este tipo d e fracturas deformanres se debe a la
ciosa, seudoartrosis e infección es bastante elevada. acción muscular del cuád riceps, isquio tibiales y gemelos.
Ames del desarrollo de las técnicas de los implantes, que La deformidad en varo p uede ser el resultado de la tracción
proporcionan una fijación distal estable, la mayoría de es- de los aductores. Si existe un trazo intercondíleo, suele aso-
ras fracturas se trataban con tracción esquelética. En los ciarse con una alteración rotacional de los cón dilos como
años setenta, utilizando los principios de la Asociación consecuencia de la tracción de los gemelos.
para el Estudio de la O steosíntesis y el uso de placas con- Las lesiones asociadas de la extremidad deben descartar-
díleas se revolucionó el tratamiento de las fracturas del ter- se y prestar una particular atención a la cadera y a la pier-
cio distal del fémur. na. Debe evaluarse el estado vascular de la extremidad con
La reconstrucción de la superficie articular y la restau- la presencia de pulsos, así como la actividad m otora y sen-
ración de la alineación de la exrremidad inferior son los sitiva de la pierna y del p ie.
objetivos más efectivos para el tratamiento de las fracturas
del tercio distal del fémur (Arcas, 2004). DIAGNÓSTICO
Para ampliar información, GEl véase Vol. 11, capítulo 21.
H abitualmente, el diagnóstico de las fracruras de fémur
distal puede establecerse sólo por la si nromarología. El exa-
La mayoría requieren la implantación de material de os-

o teosíntesis que las estabilice de manera inmediata, per-


mitiendo un tratamiento funcional precoz que minimice
las posteriores rigideces articulares.
men de la estabilidad de las estructuras, com o son los liga-
mentos ames de la osteosíntesis, es d oloroso y no fiable.
Deben realizarse radiografías anteroposterior y lateral
de ambos fémures y de tib ias, y radiografías cent radas en
la articulación de la rodilla.
EPIDEMIOLOGÍA Las fracturas comp lejas que afectan la articu lació n de
la rodilla se pueden observar d e m ejor m anera co n las
Las fracturas del tercio distal del fémur suponen entre el 4 proyección oblicua de rodilla. Las lesiones comp lejas e
y el 7 o/o de las fracturas del fémur; cuando se excluyen las imraarriculares y las lesiones con drales requieren estu-
fracturas de cadera éstas representan un 31 o/o de las frac- dios de imagen adicion ales co mo la romografía com pu-
ruras del fémur. tarizada.
Hay dos grupos principalmente, adultos jóvenes y an-
ctanos.
Habitualmente, el diagnóstico de las fracturas del te rcio
distal del fémur suele establecerse por el cuadro clínico.
o
MECAN ISMO DE LESIÓN
Las fracruras del tercio distal del fémur se producen por CLASIFICACIÓN
una fuerza excesiva en varo, valgo o rotación con la extre-
midad en carga. En pacientes jóvenes suele ser el resultado Una correcta clasificación de las fracturas supracond íleas
de traumatismos de alta energía, como ocurre en los acci- del fémur debería incluir:
dentes de tráfico y caídas desde alruras importantes. En pa- • Distinguir entre los diferentes tipos d e fracturas de es ta
cientes ancianos suele ser el resultado de un traumatismo <Írea, incluyendo los trazos extraarriculares, intraarticu-
de baja energía: la caída desde su propia alrura con la rodi- lares y las lesiones aisladas de los cóndilos.
lla en flexión suele ser suficiente para producir este tipo de • Permitir que diferentes cirujanos p ued an encuadrar
fracruras. cualquier tipo de fractura en los d iferentes grupos.
21 • Fracturas del fé mu r: diáfis is fe moral y extremidad dis tal 259

A1 A2 A3 TRATAMIENTO
El tratamiento, como es habitual, puede ser conservador en
casos excepcionales o quirúrgico, que es de elección. Poste-
riormente, tratamiento de fisio terapia (13El véase Vol. 11. capí-
tulo 21.

Conservador
B1 B2 B3
Antes de la era moderna de la fijación interna, las fracturas
de fémur se trataban mediante tracción e in movi lización
con yeso, habitualmente entre 3 y 5 semanas; sin embar-
go, el mantenimiento de la alineación y de la reducción de
las fracturas se mostraba insuficiente para conseguir la po-
sición correcta.
C1 C2 C3 El tratamiento no quirúrgico de las fracturas del fémur
distal debería reservarse sólo para los pacientes que tienen
unas circunstancias especiales, que no precisan tratamien-
to o que contraindican la necesidad de la intervención qui-
rúrgica.
Las indicaciones para el tratamiento conservador deben
valorarse y también las contraindicaciones relativas al tra-
Figura 21-7. Clasificación AO/ASIF Müller del tercio distal del fémur.
tamiento quirúrgico. Se dividen en factores del paciente,
de la fracrura y del cirujano:
• Ayudar a tomar la decisión sobre el método de trata- • Factores del paciente: contraindicación médica al trata-
miento. miento quirúrgico, pacientes n o deambulables.
• Correlacionar los hallazgos con los resuhados a largo • Factores de la fractura: no desp lazadas, impactadas
plazo para permitir realizar un pronóstico de cada tipo estables, fracturas no reconstruibles, osteopo rosis se-
de fractura. vera.
• Factores del cirujano: falta de experiencia en el trata-
Se han utilizado muchas clasificaciones para las fracturas miento quirúrgico, inaccesibilidad al instrumental y ne-
del fémur distal; actualmente la más utilizada y aceptada cesidades para el tratamiento.
es la diseñada por Müller, actualizada por el grupo de la
Asociación para el Estudio de la Osteosínresis (Fig. 21-7). Quirúrgico
Esta clasificación divide las fracturas supracondíleas del En 1958, el grupo de la Asociación para el Estudio de la
fémur distal en tres grupos (Tabla 21-2). Osteosíntesis suizo se formó para el avance del tratamien-
to de las fracturas, inrenrando restablecer la fu nción com-
pleta de la extremidad afectada y evitar las com plicaciones

o La clasificación AO/ASIF Müller para Las fracturas del ter-


cio distal del fémur es La más utilizada y La de mayor con-
senso.
asociadas al tratamiento conservador.
El principio del tratamiento quirúrgico es:
• La reconstrucción anatómica de las superficies articulares.
• La restauración de la correcta alineación axial y rota-
cional.
Tabla 21-2. Clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas • La fijación estable de los cóndilos a la diáfisis del fémur.
del tercio distal del fémur
• La movilización postoperatoria precoz.
Tipo A: Fracturas extraarticulares
• A1 Simples El tratamiento de una fractura debe incluir no sólo la con-
• A2 Supracondíleas en dos fragmentos solidación de la lesión ósea, sino la recuperación funcional
• A3 Supracondíleas conmin utas
completa de la extremidad con el mantenim ien to de la in-
Tipo 8: Fracturas unicondíleas [parcialmente articulares) t egridad de las partes blandas.
• 81 Cóndilo externo plano sagita 1 El material de osteosíntesis que se puede utilizar es:
• 82 Cóndilo interno plano sagital • Tornillos grandes y pequeños, canulados o no: para la
• 83 Cóndilo externo o interno. plano coronal
reconstrucción del bloque articular en los cóndilos.
Tipo C: Fracturas bicondíleas • Placa condílea!tornillo condíleo dinámico (DCS): se
• C1 No conminuta supracondílea con extensión intercondílea utilizan en el tratamiento de fracturas extraarticulares
(en «T>> o «Yn)
• C2 Conminuta supracondílea con extensión intercond ílea complejas y en fracturas intraarriculares simples.
(en «Tn o «Yn) • Placa condílea de sostén: es el implante de elección para
• CJ Conminuta supracondílea con afección intercondílea las fracturas complejas con líneas de fracturas adiciona-
conminuta
les en el plano frontal; si se elige el nivel correcto para la
260 Parte 1. C1rug1a ortoped1ca y traumatolog1a - Secc1on 111. Pelv1s y m1embro mfenor

fijación de la placa al fémur distal, habitualmente no es


necesario otro moldeado adicional de la placa.
• Clavo retrogrado: es apropiado para las fracturas extra-
La incidencia y prevalencia de La seudoartrosis tras el tra-
tamiento conservador es más elevada.
o
articulares y, en ocasiones, para las fracturas intraarticu-
lares simples. Los factores predisponences a padecer secuelas (véase el caso
• Fijación externa con ponteo temporal de la articulación clínico 21-2) después de una &acrura del tercio distal de fémur
de la rodilla: está indicada en pacientes polirraumatiza- son la pérdida ósea significativa, las lesiones producidas por trau-
dos y en las fracturas abiertas o cerradas con lesiones matismo de alta energía asociadas con una contaminación abier-
asociadas de los tejidos blandos. ta y disección perióstica, las fracturas tratadas con una fijación
inadecuada y la no utilización de un injerto óseo aurólogo.
Los fijadores internos han supuesto un gran avance en el La consolidación viciosa después de una fractura del
tratamiento de las fracturas de rodilla (Batista, Salim, tercio distal del fémur es un problema importante. Los ti-
Paccola & Kfuri, 2014), pero su uso no implica que no pos de fracaso comprenden u na mala ali neación axial, el
se renga en cuenta la aplicación de los principios de la re- acortamiento y las alteraciones de la rotación (Hierholzer,
ducción articular anatómica y de la restauración del eje G lowalla & Herder, 2014).
mecánico. El fracaso de la fijación después de una fractura del tercio
distal de fémur se debe a los siguientes factores predisponemes:

o El tratamiento de elección en Las fracturas de La extremi-


dad distal de fémur es quirúrgico.
• Conminución supracondílea significativa.
• Osteopenia importante.
• Fracturas transcondíleas e inrercondíleas bajas en las
que la fijación adecuada es difícil.
COMPLICACIONES • Mal cumplimiento del paciente de los protocolos de fi-
sioterapia.
La complicación precoz y más significativa en el trata- • Infección.
miento quirúrgico es la infección, con un porcentaje de
hasta el 7%. Los factores que contribuyen al riesgo de la La disminución de la movilidad de la rodilla después de las
infección son una devascularización o una disección signi- fracturas intraarricu lares en u na complicación frecuente.
ficativa de los fragmentos óseos, las fracturas expuestas, la La etiología de la d isminución de la movilidad después de
disección quirúrgica extensa y la estabilización esquelética un tratamiento quirúrgico es variada: mala reducción de la
inadecuada. superficie articular, im plante inrraarricular, adherencias
La seudoartrosis se ha observado en las fracturas del ter- inrraarticulares, cicatrización capsular o ligamentosa, con-
cio distal del fémur. Según algunos estudios, la incidencia de tracmra muscular exrraarticular y artritis postraumárica.
seudoartrosis después de un tratamiento conservador es del
22 %, y en un tratamiento quirúrgico está entre el O y el
4 %. La seudoartrosis se presenta en las fracturas supracon-
díleas con mayor frecuencia, y rara vez en un trazo intercon-
La rigidez articular de La rodilla tras fractura intraarticu-
Lar es una complicación frecuente que requ iere exquisi-
o
tez en el procedimiento de fisioterapia.
díleo.

~~~ RESUMEN

• ELtratamiento de elección para Las fracturas de La diáfisis • La mayoría de estas fracturas se caracterizan por ser in-
es el enclavado endomedular. Estudios previos han obser- traarticulares, Lo que supone un pronóstico desfavorable
vado que Las personas que reciben un tratamiento quirúr- para el paciente.
gico con placa atornillada presentarán rigidez en la rodilla.
• Especialmente en estos casos, el fisioterapeuta tendrá
• Las complicaciones más frecuentes en Las personas que
que tratar de prevenir La habitual secuela de rigidez ar-
sufren una fractura del tercio medio del fémur son Las si-
ticular permanente. Para ello, será fundamental un tra-
guientes: seudoartrosis y rigidez en La rodilla.
tamiento funcional donde se prioricen Las movilizacio-
• Las fracturas de La extremidad distal del fém ur pueden nes y cargas parciales precoces, siempre que se respe-
clasificarse de distinta manera, destacando si existe o no ten Los tiempos de unión y consolidación ósea de La frac-
afectación articular. tura .
--

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Enumerar los mecanismos lesiona les más frecuentes en las fracturas de la pierna.
• Clasificar los diferentes tipos de fractura de los huesos de la pierna.
• Evidenciar las formas de manejo clínico (conservador y quirúrgico) y sus consecuencias.
• Conocer los principales objetivos de tratamiento de fisioterapia.
• Conocer las consid eraciones de la recuperación funci onal.

EXTREMIDAD SUPERIOR DE LA TIBIA Está simada en la cara anceroincerna de la pierna. Su ex-


tremo proximal es ancho, con fo rma de «copa d e Cham-
Se inicia el estudio de los traumatismos de los huesos de la pagnen, y se articula con los cóndilos del fém ur.
pierna. Por motivos didácticos, y para no sobrecargar este La superficie articular de la tibia está compuesta por
manual de temas, se considerado unir en un mismo rema dos superficies importantes:
los traumatismos que acontecen en la tibia, ramo los de la • Platillo tibia! lateral: tiene una ligera convexidad en el
extremidad proximal como los de la diáfisis, y en el capí- eje sagital y es más alto que el medial.
tulo 26 de este manual se tratará lo correspondiente al ex- • Platillo ribial medial: es más cóncavo y largo en plano.
tremo distal, dentro del rema de las fracturas del complejo
articular del pie-rabillo. Estas superficies se articulan con los cóndilos femorales a
El estudio de los procedimientos de fisioterapia en las través de las estructuras meniscales, las cuales proporcio-
fracturas de la extremidad proximal de tibia corresponde al nan una mayor congruencia a la rodilla. Los platillos tibia-
GEl Vol. 11, capítulo 21 y el referente a la diáfisis, en el capítu- les están divididos entre sí por las eminencias espinosas,
lo 25. que son unas protuberancias que se encuentran en el pla-
Igualmence, se ha decidido, para no ser reiterativos, no no medio de la superficie articular, donde se insertan los
abordar en particular las fracturas del peron é, ya que han fascículos del ligamento cruzado anterior, además de servir
sido abordadas en el GEl Vol. 11, capítulo 25. como pivo te de la rotación externa en la marcha y en los
Del mismo modo, el estudio de la biomecánica de la ro- cambios de dirección. Las superficies articulares de carga
dilla será profundamente desarrollado en el siguiente capí- de la tibia están recubiertas por un cartílago hialino, con
tulo (capítulo 23, aparrado Biomecánica de la articulación características específicas para soportar fuerzas de compre-
de la rodilla) de este manual. Los aspectos relacionados sión, rodamiento y cizallamien to.
co n la marcha también se han expuesto en el GEl Vol. 11, ca- Las mesetas tibiales se asemejan a una estructura trian-
pítulo 21. gular con base superior en el plano coronal que se conci-
núa con la diáfisis, dejándola con una con figuración de vo-
Generalidades anatómicas ladizo, compuesta de hueso esponjoso, con distribución
La tibia es uno de los huesos de la pierna que soporta la trabecular semejante a arcos góticos que compensan las
carga de peso. Se articula proximalmente con los cóndi- fuerzas de tracción y compresión del platillo tibial contra-
los del fémur y disralmente con el astrágalo. Es el segun- rio; además, existen trabéculas transversales que unen a los
do hueso más grande del organismo y también realiza ar- platillos entre sí. En la cara anrerior, se encuenrra una pro-
ticulación proximal y distal con el hueso que lo acompa- minencia llamada tuberosidad anterior, que es la estructu-
ña, el peroné, quien complementa la estructura ósea de ra donde se inserca el tendón patelar responsable de la
la pierna. transmisión de la fuerza del cuádriceps a la pierna. En la

263
264 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior ·

superficie anteromedial de la tibia se insertan los tendones turas por hundimiento-separación son una m ezcla d e las
de los músculos isquiotibiales, que forman la pata de gan- otras dos.
so. En la superficie lateral, en una prominencia llamada tu- El platillo ribial externo resulta fracturado con más fre-
bérculo de Gerdy, se encuentra la inserción del tendón de la cuencia que el interno, debido al valgo fisiológico de rodi-
banda iliotibial, responsable de la flexión y abducción de lla y a la menor densidad de las rrabéculas.
la pierna. En la clínica los pacientes acuden a urgencias al haber
En la parte posterior se encuentran las huellas de la in- sido atropellados por u n automóvil o moto, tras un acci-
serción del ligamento cruzado posterior, así como una im- dente de tráfico, caída accidental al suelo y/o aplicación
pronta de sus fibras dirigidas de manera oblicua hacia directa de una fuerza sobre la rodilla.
frontal y medial.
La tibia es uno de los huesos más superficiales del orga-
nismo, ya que más de una tercera parte se encuentra prác-
ticamente subcutánea, por lo que las lesiones traumáticas
de este hueso se exponen fácilmente.
La mayoría de las fracturas del extre mo proximal de la
tibia requieren la implantaci ón de mate rial de osteos ínte-
sis que las estabilice de manera inmediata, pe rmitiendo
un tratamiento funciona l precoz que mi nimice las poste-
o
La metáfisis proximal de la tibia transmite su carga ha- riores rigideces articulares.
cia el cuerpo del hueso, que se describirá en este capítulo
más adelante.
Para más información, véase el capítulo 23, apartado Las situaciones más frecuentes en que ocurren las frac-
Anatomía de la arriculación de la rodilla de este manual, turas de la meseta ti bia! son:
donde se pormenoriza en el estudio tanto de las superficies • Accidentes peatonales (atropellam ien to).
articulares como de los sistemas de estabilización de la ro- • Accidentes de tráfico o vehicu lares.
dilla. • Caídas.
• Resbalón-torcedura.
Mecanismo de Lesión • Deporte.
La meseta tibia! es vulnerable a las fuerzas transversales ex- • Moro.
ternas cuando la rodilla se encuentra en extensión y rota- • Bicicleta.
ción externa máxima.
Los traumatismos violemos de las caras laterales de la
rodilla pueden producir fracturas del extremo superior de
la tibia. Las fuerzas del mecanismo de lesión son transver-
La rigidez, por los la rgos periodos de inmovilización en
las fracturas articula res de rodilla, su po ne una serie de
alteraciones en los di ferentes tejidos.
o
sales, axiales y rotacionales. Si el mecanismo de lesión es de
medial a lateral, la fuerza tiende a enderezar el valgo fisio-
lógico y puede condicionar la fractura de la plataforma ti-
bia! interna, y, si la fuerza no ha cesado aún, puede lesio- Cuadro clínico
nar el ligamento colateral lateral. Si el ligamento es el pri- El dolor, la deformidad, la tu mefacción y la incapacidad
mero en romperse, la fractura no ocurre. Cuando el trau- funcional orientan la sospecha d iagnóstica (véase el caso
matismo se aplica de lateral a medial, el cóndilo externo fe- clínico 22-1).
moral se desplaza hacia adentro y se ve en el platillo tibia! Las lesiones asociadas de la rod illa son difíciles de diag-
lateral, y puede estallar la cortical externa de la plataforma, nosticar y, frecuentemente, se p asan por alto en la valora-
produciendo fracturas mixtas, compresión y separación de ción inicial. Por ello, una vez estabilizad a la fractura d e ti-
la plataforma tibial externa. bia proximal adecuadamente, se puede realizar la valora-
Otros mecanismos que lesionan las estructuras del ex- ción de la rodilla. Es pertinente u na valoración vascu loner-
tremo superior de la tibia son combinados, como el de pi- viosa completa de la extremidad afectada anterior y poste-
vote, donde puede ocurrir el módulo de fallo en las espi- rior a la tracción, para identificar alteraciones y la posib le
nosas de la tibia, o traumatismos directos en la tuberosidad valoración del cirujan o vascular.
ribial con la rodilla en flexión, o mecanismos de hiperex- Las fracturas de los platillos tibiales [GEl véase Vol. 11, ca-
tensión que producen avu lsiones e de la porción tibial del pítulo 21) afectan de manera severa y definitiva a la articu-
cruzado posterior. lación de la rodilla, convirtiéndose en un facto r de mal
La presencia de osteoporosis favorece el aplastamiento pronóstico generador d e artrosis temprana.
o depresión del hueso subcondral, ya que el módulo de fa- Los signos clínicos o bservables en las fracturas d el
llo ocurre primero en el hueso y no en los ligamentos esta- tercio proximal de la tibia están definid os especialmen-
bilizadores. te por la afectación inrraarticular; entre éstos se o bser-
Los ligamentos laterales son los que actúan como bisa- va:
gra y favorecen la compresión. • Derrame intraarricular o efusión: la hemarrrosis difu n-
Las fracturas por cizallamienro o separación se produ- de hacia los tejidos p eriarticulares, lipohemartros.
cen en personas jóvenes, como resulrado de un traumatis- • Dolor en la palpación sobre el platillo fracturado.
mo de aira energía. Las fracturas por compresión ocurren • Inestabilidad por el desplazamiento óseo y ligamentoso,
en personas de edad avanzada y con osreoporosis. Las frac- maniobras de bostezo positivo y Lachmann.
22 • Fractura s de la tibia: extremidad superior y diáfisis 265

Figura 22-1. Radiografía y tomografía computarizada con reconstrucción en 30. Paciente con fractura Schatzker. Fuente: VI, AO/ASIF, 41 C3.

• Se debe examinar la extremidad en busca de complica-


ciones neurovasculares y lesiones asociadas, ya que son
de las complicaciones agudas más relevantes que ponen
en riesgo la extremidad.
En las fracturas de la extremidad proxi mal de la tibia, es
preciso realizar exploraciones comple me ntarias (TC Y
RM l. para ver la situación y el número de fragm entos, así
como las lesiones asociadas.
o
• Asociación posible a un síndrome compa rtimen-
t a!.

Respecm al estudio de las fracturas d e las espinas tibiales, Clasificación


ellecmr puede encontrarlo descrim en el GEl Vol. 11, capítu - De entre rodas las clasificaciones, dos son (as m ás utilizadas.
lo 21.
Schatztcer
La clasificación de las fracturas de la meseta ribial estable-

o
Las manifestaciones clínicas orientan la sospecha diag-
cida p or Scharzker en 197 9 (Tabla 22- 1) agrupa las lesio-
nóstica de la fractura , pero las lesiones asociadas de la
rodilla son difíciles de diagnosticar y, frecuentemente, se nes por parogénesis y parrón de fracturas, así com o la pro-
pasan por alto en la valoración inicial.

Tabla 22- 1. Clas ificación de Schatzker de las fracturas


del extremo proximal de la tibia
Diagnóstico
Las pruebas radiológicas h abituales co nsisten e n radio- Descripción de la fractura
grafías simples en dos planos, en las que se debe incluir
Tipo 1 Fractura por separación del platillo tibia!
la articulació n de la rodilla para que no pasen inadverti- lateral. Ocurre principalmente en jóvenes por
das pos ibles fracturas. Las radiog rafías d eb en ser d e una un mecanismo de basculación y compresión
calidad lo suficientem ente alta como para d etermina r la
Tipo 11 Fractura por separación y hundimiento:
conminución no desplazada y las grietas longitud inales mecanis mo similar que en la de tipo 1,
de la cortical. Con las proyeccio nes radiográficas rutina- pero en personas mayores, con cierta
rias d e rodilla se detectan la mayoría de las fracturas. Se disminución de la calidad trabecular
pueden utilizar las proyecciones oblicuas a 40 grados d e
Tipo 111 Fractura por hundimiento de la s uperficie
rotación inte rna y externa para evaluar los p latillos indi- articular lateral
vidual m en te.
La romografía computarizada (TC) p ermite un diag- Tipo IV Fractura de la meseta tibia! medial: ocurre
por un mecanismo de alta velocidad y fuerza
nóstico de certeza de las fracturas con hundim iento, y las en varo
reconstrucciones tridimensionales permiten una ad ecuada
visualizació n d e la conminución de las fracturas, por lo Tipo V Fractura de la meseta tibia! bilateral: ocurre
por un mecanismo axial sin desviaciones
tanto, son auxiliares determinantes en la p la nificació n del varo-valgo
tratamiento (Fig. 22- 1). La resonancia m agnética (RM)
pude ser d e ayuda para el diagnóstico de les iones ligamen- Tipo VI Fractura de la meseta tibia! con disociación
metafisodiafisaria
tosas y de me nisco asociadas.
266 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior ·

A1 A2 A3

11 111

Schatzker

81 82 83

IV V VI

Figura 22-2. Clasificación de Schatzker de las fracturas del extremo C1 C2 C3


proximal de la tibia.
Figura 22-3. Clas ificación AO/ASIF Müller de las fracturas del extre-
mo proximal de la tibia.
ble má tica similar para solucionar los problemas y su pro-
nóstico, resultando así en seis grupos (Fig. 22-2).
ción de so porte y m ovimien to de manera tempra n a.
AO/ASIF Müller Dependiendo del t ip o de fractura y del trazo se eli ge el
En la clasificación de la Asociación para el Estudio de la método terapéutico, además de cons id erar otros facto-
Osteosfstesis/Association for the Study oflntemal Fixation res como la edad, actividad, calidad ósea y enfermeda-
de Müller {Tabla 22-2), la diáfisis femo ral se identifica por des concomitantes del p acie nte. Respecto de ciertas
el número 41, que incluye fracturas extraarticulares, arti- consideraciones generales q ue h ay que te n er e n cuenca,
culares parciales y complejas (Fig. 22-3). el lector puede encontrarlo descrito e n el OEl Vol. 11 , ca-
pítulo 21 de ese m ismo li bro, donde se muestra la inter-
ven ció n de urgenci a ante un a posible fractura de este

O La clasificación de Schatzker y la de la AO/ASIF Müller


son las má s utilizadas e n la práctica clínica.
tipo.

Tratamiento
El objetivo prioritario del tra tamiento es lograr una a rti-
culación congruen te y estable.
o
El principal objetivo del tratamiento es lograr una ar-
ticulación co ngruente y estable que permita la a plica-
Conser vador
El tratamiento conservador está indicado en fracturas sin
Tabla 22-2. Clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas
del extremo proximal de la tibia desplazam iento, estables, especialmente en pacientes con
patologías asociad as que pongan en peligro la vida al reali-
Tipo A: Fracturas extraarticulares. No afectan a la superficie zar un procedimiemo q u irú rgico.
articular:
El tratamiento conservador se realiza co n tracción para
• A1 Fracturas por avulsión:
la reducción de la fractura y, en ocasiones, se pueden ini-
- 1 Peroné proximal
- 2 Tuberosidad tibial ciar movilizaciones pasivas asistidas y tracción ósea si se
- 3 Espina tibial o avulsión del cruzado posterior observa una conminución de los trazos u osteoporos is
• A2 Metafisaria simple avanzadas.
• A3 Metafisaria multifragmentada
Tipo 8 : Articular parcial:
• 81 Separación pura
• 82 Hundimiento puro
El tratamie nto conservador se lim ita prácticamente a
fracturas sin desplazamie nto.
o
• 83 Separación más hundimiento
Tipo C: Articular completa :
• C1 Simple. Metafisaria simple Quirúrgico
• C2 Simple. Metafisaria multifragmentada El tratamiento quirúrgico tiene como objetivo restaurar la
• C3 Multifragmentada
superficie articular lo más anatómicamente posible y evi-
267

car la impactación o hundimiemo de la articulación en el DIÁFISIS DE LA TIBIA


momento de realizar la carga.
Principios biomecánicos. Se debe realizar una ade- Generalidades anatómicas
cuada planificación quirúrgica y utilizar los implantes de La diáfisis ribial es triangular, posee caras medial, lateral o
manera adecuada para conseguir el objetivo buscado, así interósea y posterior. Su borde anterior es subcutáneo y es
como considerar la posibilidad de colocar injerto óseo el más prominente. Se adelgaza en sus tercios medio y dis-
para apoyar la consolidación y fortalecer la estructura da- tal, y es allí donde se presentan la mayoría de las fracturas
ñada. de la tibia, generalmente abiertas o expuestas. Biomecáni-
En las fracturas metafisarias de la tibia proximal, se uti~ camente, la tibia se comporta como una columna recta de
!izan los principios biomecánicos de manera combinada transmisión de carga y soporta el 85% de ésta. Como ya
en la mayoría de los casos, o, conforme se va consiguiendo se ha mencionado, el estudio de la biomecánica de la rodi-
la reducción, se pueden aplicar dos o más principios bio- lla durante la marcha se ha expuesto en profundidad en el
mecánicos por implante. OE> Vol. 11. capítulo 21.
La configuración anatómica en voladizo de las mesetas La tibia está rodeada de cuatro compartimientos fascia-
tibiales hace que el principio biomecánico de mayor con- les que no permiten demasiada distensión o aumento de
sideración sea el de sostén (sustituto temporal del soporte volumen tras una lesión; ocupan también uno de los luga-
óseo), además de la posibilidad de aplicar compresión con res primordiales de localización de síndromes comparti-
tornillos y protección con placas. mentales (véase el capítulo 9, aparcado Síndrome compar-
Material de osteosíntesis. Los implantes para lograr la timental agudo).
reducción de las fracturas metafisarias de tibia varían des- En su parte inferior se continúa con el pilón tibia! y el
de tornillos para hueso esponjoso, arandelas, placas en «L» maléolo medial, formando, junto con el peroné y el astrá-
o «T» y placas anatómicas, hasta la modalidad de las auto- galo, la articulación del tobillo.
bloqueadas, que permiten una configuración de repisa en
la superficie articular que mantiene la longitud y alinea- Epidemiología
ción natural de la articulación y consigue un soporte ade- La fractura de la diáfisis de la tibia es la más común de los
cuado para lograr el apoyo aun sin haber terminado las fa- huesos largos y la fractura abierta de mayor ocurrencia, por
ses de consolidación, facilitando así una recuperación tem- lo tanto, es la fractura con mayor índice de no unión o re-
prana. craso de consolidación e infección.
Tratamiento postoperatorio. Después de la fijación
interna de las fracturas de la meseta tibia), la fisioterapia Mecanismo de Lesión
debe empezar inmediatamente rras la cirugía. El apoyo El mecanismo de lesión más común es el traumatismo di-
varía dependiendo del tipo de fractura y de los implan- recto, observado en mecanismos de alea energía, penetran-
tes disponibles para lograr fijación y estabilización, tes o de combamiento (flexión); en algunas ocasiones se
y puede ir desde las 4 a las 12 semanas en el peor de los produce por mecanismo indirecto como caídas, torsiones,
casos. sobrecarga o fatiga.
Los ejercicios de fortalecimiento del cuádriceps y de
los isquiotibiales pueden iniciarse tan pronto como dis-
minuya el dolor en el paciente. Los ejercicios de la cade-
ra, rodilla y robillo deben iniciarse lo más rápidamente
posible.
El mecanismo lesiona! más frecuente es el traumatismo
directo. o
Respecto de la intervención fisioterapéutica para la re-
cuperación funcional de una fractura de rodilla, el lector Cuadro clínico
puede encontrarlo descrito en detalle en el GEl Vol. 11. capí- Ante la sospecha de una lesión en la pierna o en la tibia,
tulo 21. debido a una evidente deformidad, incapacidad funcional
o la evidente exposición de tejido óseo por la herida, se
debe evaluar de manera minuciosa el estado neurovascular

o El tratamiento quirúrgico es de elección, y la fisioterapia


temprana con apoyo precoz y carga axial facilita la conso-
lidación.
distal, lesiones de las partes blandas y evitar la aparición del
síndrome compartimenta!.

Diagnóstico
La evaluación clínica con su complementación de ima-
Complicaciones gen debe ser realizada, como en todos los casos de lesión
Además de los riesgos inherentes a la cirugía, las complica- diafisaria de huesos largos, por al menos dos proyeccio-
ciones principales son: rigidez o artrofibrosis, síndrome nes radiográficas, incluyendo las porciones articulares
compartimenta), consolidación viciosa, artrosis posrrau- proximal y distal. En caso de sospecha de lesión en la
mática, lesión del nervio ciático poplíteo externo, lesiones que no sea evidente un trazo de fractura, como en los ca-
de la arteria poplítea y necrosis avascular de los fragmen- sos de sobrecarga, es necesario complementar con una
tos articulares. romografía ósea y, en ocasiones, llega a ser necesaria una
268 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

gamagrafía ósea para evidenciar la actividad metabólica Tabla 22-3. Clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas
del hueso. diafisarias de la tibia

Tipa A: Fractura simple

o Si hay sospecha de Lesión vascular, se deben solicitaran-


giografías.
• A1 Fractura simple espiroid ea:
- 1 Peroné intacta
- 2 Fractura del pe roné en otro nivel
- 3 Fractura del peroné en el mismo nive l
El síndrome compartimenta! debe evaluarse clínica-
• A2 Fractura simple oblicua l<! 30 grados]:
mente y descartarse con los siguientes hallazgos: pulso, pa-
- 1 Peroné intacto
lidez, dolor, parestesias, aumento de volumen y de presión - 2 Fractura del peroné en otro nivel
de los compartimientos. Las lesiones vasculares o el síndro- - 3 Fractura del peroné en el mis mo nivel
me compartimenta! precisan tratamiento de urgencia, ya • A3 Fractura simple transversa 1< 30 grados]:
que corre peligro la extremidad. - 1 Peroné intacto
- 2 Fractura del peroné en otro nivel
- 3 Fractura del peroné en el mismo nive l

O La existencia de lesiones vasculares o la sospecha de sín-


drome compartimenta[ suponen una urgencia clínica. Tipo 8: Fractura en cuña
• 81 Fractura en cuña espiroidea:
- 1 Peroné intacto
- 2 Fractura del peroné en otro nivel
Clasificación - 3 Fractura del pe roné en el mis mo nivel
De entre todas las clasificaciones, dos son las más utiliza- • 82 Fractura en cuña de flexión :
das habitualmente, aunque para las fracturas abiertas la - 1 Peroné intacto
clasificación de Gustilo y Anderson ha sido sustituida por - 2 Fractura del pe roné en otro nivel
- 3 Fractura del pe roné en el mismo nive l
la modificación de la Orthopaedic Trauma Association
(Agel, 2013). • 83 Fractura en cuña con fragmen tación de ésta:
- 1 Peroné intacto
Descriptiva - 2 Fractura del pe roné en otro nivel
- 3 Fractura del pe roné en el mismo nive l
Considera las fracturas en función de los siguientes aspectos:
Tipo C: Fractura compleja
• Abierta o cerrada.
• C1 Fractura compleja espi ro idea
• Topográfica: tercio proximal, medio o distal. • C2 Fractura compleja se gmentaría o bifo ca l
• Número de fragmentos. • C3 Fractura compleja irregular
• Configuración de la fractura.
• Angulación, acortamiento, rotación, desplazamiento,
lesiones asociadas, etcétera. • Disponibilidad de implantes, instrumental y radiología
inrraoperatoria.
AO/ASIF Müller
En la tabla 22-3 se muestran la clasificación y la nomen-

\ ~ \~ \~
clatura utilizadas. A la diáfisis de la tibia le corresponde el
número 42 (Fig. 22-4).

Tratamiento
Entre los métodos de tratamiento posibles para las fractu-
A1 A2 A3
ras de la diáfisis de tibia pueden incluirse:
• Reducción cerrada e inmovilización con espica de yeso.

\ ~ \ ~ \~ ~
• Tracción esquelética.
• Yeso femoral conformado.
• Fijación interna:
- Clavo intramedular.
- Fijación con placa. 81 82 83
• Fijación externa.

\ ~ ~~ \ ~
La elección del implante que se va a utilizar depende de
una serie de factores:
• Localización y tipo de fractura.
• Tamaño del canal medular y presencia de otros implantes.
C1 C2 C3
• Estado de las partes blandas.
• Estado general del paciente. Figura 22-4. Clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas diafisarias
• Preferencia y experiencia personal del cirujano. de la tibia.
22 • Fracturas de la ti bia: extremidad superior y diáfisis 269

Independienremenre del método de tratamiento elegido, exis- aparrado Tratamiento postoperarorio de los procedimien-
te común acuerdo {Moore, 2002) en los principios siguienres: tos que se deben realizar en este tipo de fracturas que son
• Restaurar la alineación, rotación y longitud. las fascioromías, fijación externa, así como los que llegue a
• Preservar el aporte sanguíneo para ayudar a la consoli- necesitar el paciente para intentar perfundir los tejidos dis-
dación. tales a la fractura.
• La rehabilitación de la extremidad y del pacienre. Principios biomecánicos. Los principios biomecáni-
cos más socorridos para el manejo de la diáfisis ribial son
el tutor intraóseo con sus distintas modalidades, sostén o

o Es relevante corregir la angulación de los fragmentos


para evitar aumentar la carga del tobillo y de la rodilla por
riesgo de artrosis precoz.
protección, pero, con la llegada de los implantes de míni-
ma invasión y sus variantes de aurobloqueo, las resultantes
en el manejo varían , aplicándose sostén o compresión y ri-
ranre.

Conservador
Los sistemas de reducción con escayolas han sido amplia-
mente sustituidos por las técnicas de fijación interna. Aunque
Los ejercicios de fortalecimiento muscular deben iniciar-
se lo más precozmente posible.
o
no hay una indicación absoluta para la escayola en el trara-
mienro acrual de fracruras diafisarias de tibia, hay indicacio-
nes relativas como en pacienres con fracturas del tercio distal Complicaciones
y fracturas conminutas de la diáfisis que no sean candidatos Como en la mayoría de los huesos largos, el índice de
a cirugía por razones médicas o quirúrgicas, y apoyo comple- complicaciones es debido al tipo de fractura, compo-
mentario para el fémur tras la fijación inrerna no rígida con sición, cobertura, sirio de ocurrencia y co ndicion es
clavos de pequeño diámetro u otra instrumentación. del paciente. Dentro de las principales complicacio-
Los resultados anatómicos y funcionales son inferiores nes de esta fractura están: infección, co n o sin pérdi-
a aquéllos con fijación inrerna. Algunos criterios para el da de tejidos blandos, seudoartrosis, consolidación vi-
manejo conservador serían: angulación menor de 1O gra- c iosa, rigidez de articulaciones adyacentes !GEl véase
dos en cualquiera de sus ejes y rotación, contacto cortical Vol. 11, capitulo 61, síndrome compartimenral {véase el
mayor del 50%, acortamientos menores de 1 cm. capíwlo 9, apartado Síndrome compartimenta! agu-
do) síndrome doloroso regional complejo de tipo 1
Quirúrgico (véase e l ca pímlo 9, apartado Síndrome de dolor re-
Respecto a las observaciones de los cuidados postoperaro- g iona l complejo idiopárico) , lesiones neurovasculares,
rios, son los mismos que los expuestos en el cap ítulo 21, etcétera.

~~ RESUMEN

• La mayoría de Las fracturas del extremo proximal de tibi a • EL objetivo prioritario del tratamiento es lograr una articu-
requieren la implantación de material de osteosíntesis que lación congruente y estable.
Las estabilice de manera inmediata, permitiendo un trata-
• El tratamiento conservador se Limita prácticamente a frac-
miento funcional precoz que minimice Las posteriores rigi-
turas sin des plazamiento.
deces articulares.
• El tratamiento quirúrgico es de elección, y la fisioterapia tem-
• La rigidez durante Los largos períodos de inmovilización en prana con apoyo precoz y carga axial facilita la consolidación.
las fracturas articulares de rodilla supone una serie de al-
teraciones en los diferentes tejidos. • El mecanismo lesiona! más frecuente en las fract uras de
la diáfisis tibia! es el traumatismo directo.
• El cuadro clínico orienta la sospecha diagnóstica de La frac-
tura, pero Las lesiones asociadas de La rodilla son difíciles • Si hay sospecha de lesión vascular, se deben solicitaran-
de diagnosticar y, frecuentemente, se pasan por alto en la giografías.
valoración inicial. • La existencia de lesiones vasculares o la sospecha de sín-
• En las fracturas de la extremidad proximal de La tibia es drome compartimenta! suponen una urgencia clínica.
preciso realizar exploraciones complementarias (TC y RMI • Es relevante corregir la angulación de los fragmentos para
para ver La situación y el número de fragmentos, así como evitar aumentar la carga del tobillo y de la rodilla por ries-
las lesiones asociadas. go de artrosis precoz.
• La clasi fi cación de Schatzker y La de AO/ASlF Müller son • Los ejercicios de fortalecimiento muscular deben iniciarse
Las más utilizadas en La práctica clínica. lo más precozmente posible.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• El estudio global de las patologías comprendidas en el denominado síndrome doloroso femoropatelar.


• El estudio detallado de la condropatía rotuliana, la condroma lacia y la luxación de la rótula.
• Los factores asociados a una mala alineación en el desarrollo de la e nfermedad y patología rotulianas.

ETIOPATOGENIA DEL SÍNDROME DOLOROSO • Un gemt valgo implica un aumento de carga en el área
externa de la articulación, comprimiendo el cartílago y
FEMOROPATELAR
reforzando una luxación rotuliana lateral.
La eriopamgenia del dolor anterior de rodilla e inestabili- • La existencia de un pie plano lleva consigo a un pie va l-
dad rotuliana se considera multifacmrial y se han postula- go ® compensatorio, que da lugar a la posición de ab-
do diversas teorías. ducción de los dedos. Se aprecia una carga aumentada
en la parte interna del pie y puede asociarse a valgo de
Teoría mecánica rodilla.
La teoría mecánica explica el origen del dolor como resul- • En una pronación anormalmente aumentada, la ti-
tado de la dispersión inadecuada de fuerzas tangenciales o bia no puede rotar con normal idad y tiende a rorar a
de compresión en la articulación femoropatelar. Se produ- medial para acompañar el movimienm de pronación
cen diferentes circunstancias que pueden ser el origen del del pie, lo que provoca un predominio del tiraje late-
dolor femoropatelar: ral que hace que la rótula roce más con el cóndilo la-
• La predominancia en el vasto externo. Respecro al in- te ral.
terno, es uno de los casos de luxación recidivante de la • Las anomalías estructurales de la rótula y del fémur
rótula y, por tanto, de condromalacia rotuliana si per- dificultan la correcta congruencia articular.
dura y la rótula roza o se daña en esta posición.
• La debilidad muscular del cuádriceps provoca una mala
alineación rotuliana. La eficacia del recto anterior d el
cuádriceps como extensor de la rodilla dependerá de la
posición de la cadera y viceversa, puesm que la distan-
La teoría mecánica explica el dolor debido a la dispersión
inadecuada de fuerzas en la articulación femoropatelar
por alteraciones estructurales o descompesaciones mus-
culares.
o
cia entre sus dos inserciones (espina ilíaca superior y
borde superior de la tróclea) varía.
• La rigidez de los isquioribiales {síndrome ® de isquio-
tibiales cortos) puede dar lugar a una mala mecánica Teoría neural
de carrera con desalineación de la rodilla, aparre de una La existencia de daño neural en las rodillas, con dolor en
rectificación de la lordosis lumbar y un aumenm de la la cara anterior, apoya la hipótesis neural tras objetivar al-
cifosis dorsal a la larga. teraciones histológicas en los nervios de la aleta rotuliana
• La torsión externa de la tibia bajo el fémur, o rotación externa de pacientes con dolor femoropatelar (DFP), y se
interna del fémur, puede producir una desviación rotu- aprecia igualmente relación directa entre la intensidad del
liana lateral que favorece su roce inadecuado. dolor y la gravedad de la lesión neural.
• El gemt recurvatum e o hiperextensión de la rodilla se
acompaña d e una rótula más alta y bien pegada a la tró-
clea femoral, que, si se mantiene en el riempo y no se
corrige, podrá dañar el cartílago patelar.
Se ha comprobado que a mayor daño neural mayor es la
intensidad del dolor.
o
273
274

Causas externas
El sobreuso, por ejemplo, lleva a la inflamación, calcifica-
ción y degeneración del cartílago.

ANATOMÍA DE LA ARTICULACIÓN DE LA RODILLA


La rodilla es la mayor articulación sinovial y, a su vez, es la
mayor y más compleja de las articulaciones del cuerpo hu-
mano. Funciona como una tróclea, con dos grados de mo-
vimiento: la flexión-extensión y la rotación interna-rota-
ción externa. La articulación de la rodilla está formada por
tres huesos: el extremo inferior del fémur, el extremo supe-
rior de la tibia y la rótula. El peroné se une a la tibia, pero
no entra a formar parte de la articulación (Fig. 23-2) .
La articulación de la rodilla está formada, a su vez, por
otras dos articulaciones: la articulación femororrotuliana,
que es una tróclea, y la articulación femorotibial, que es
Figura 23-1. 1magen artroscópica en la que se observa una impor- una bicondílea {la tibia y la rótula no se articulan). La ro-
tante lesión condral. dilla une el fémur con la tibia, pero, debido a la diferenre
dirección de las diáfisis de ambos huesos, dicha unión for-
ma un ángulo obtuso, abierto lateralmente, de entre 170 y
Causas metabólicas 175 grados.
Entre esros factores se pueden destacar:
• Degeneración basal por las fuerzas de compresión y ci- Superficies articulares
zallamiento. La articulación relaciona la parte anterior del fémur, la tró-
• Artritis. Por la formación d e un complejo anrígeno-an- clea femoral {inregranre de la articulación femororrotulia-
ticuerpo, convergen en el tejido neutrófilos y linfocitos na), con la rótula.
que provocan una inflamación con aumenro de la celu-
laridad e hiperplasia celular. Ello se acompaña de des- Rótula (patela)
trucción de la articulación, incluyendo el carrílago La rótula es el hueso sesamoideo más grande del cuerpo
(Fig. 23-1). humano. Está localizado en el aparato extensor de la rodi-
• Otras enfermedades reumatológicas, como la gota (véa- lla que se articula con el fémur por su cara posterior. Esta
se el capítulo 44). cara presenta una cresta sagital y dos vertientes que se opo-

Ligamento
cruzado posterior
Ligamento Ligamento
cruzado cruzado
posterior anterior

Ligamento Ligamento
colateral colateral
medio medio Menisco
externo

Menisco
medio

Peroné
Tibia Ligamento
(hueso de la espinilla) cruzado anterior

Ligamento
cruciforme
posterior
Fémur

Figura 23-2. Anatomía de la


articulación de la rodilla. !Al Li-
game ntos cruzados. !Bl Visión Ligamento
anterior. meniscal
23 • Patolog ía de la rót ula : condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la rótula 275

nena las correspondientes superficies trocleares del fémur. una buena congruencia articular, por lo que se terminan
La vertieme externa es más extensa y la interna está sepa- de articular gracias a los meniscos.
rada, por una cresta menos marcada, de otra pequeña ca- Los cóndilos femorales están recubiertos por un cartíla-
rilla semilunar, que solameme cuando la rodilla está en fle- go articular que se imerrumpe en los límites con la fosa in-
xión se opone a la carilla semilunar descrita en el fémur. tercondílea que los separa y con las regiones epicondíleas
La rótula tiene forma triangular y su vértice apunta ha- orientadas hacia los lados. El cóndilo externo es más largo
cia abajo; situado entre el tendón cuadricipital por arriba que el interno, pero la convexidad del contorno anteropos-
(que la une al fémur) y el ligamento rotuliano por abajo, terior es mayor en éste que e n aquél.
que lo hace a la tuberosidad anterior de la tibia. Su cara an- Las carillas glenoideas de la tibia son ligerameme cón-
terior es ligerameme convexa y está cubierta por formacio- cavas en dirección transversal. Pero, así como la glenoide
nes fibrosas del músculo cuádriceps y la aponeurosis femo- imerna también es cóncava en dirección ameroposterior,
ral. Se separa de la piel por una bolsa serosa. Su cara pos- la externa es plana o, incluso, ligerameme convexa. Estas
terior está envuelta con cartílago hialino (más a la altura de características se acentúan con el revestimiento cartilagino-
la cresta media), para poder soportar las elevadas presiones so, el cual se interrumpe en la parte cemral y respeta la re-
a las que le somete el cuádriceps. gión espinosa inrerglenoidea. Por delante, ambos cóndilos
Además, en su cara posterior, presenta una cresta roma femorales se unen mediante otra carilla articular.
rotuliana a cuyos lados se extienden dos f.'lcetas cóncavas
que coinciden con las superficies convexas de la tróclea: la Meniscos
faceta lateral y la faceta interna. Esta última se subdivide Los meniscos son fibrocartílagos imerpuesms emre los cón-
en dos, con una segunda cresta que delimita en la carilla dilos femorales y las glenoides r.ibiales que dividen incom-
medial la foceta de flexión o impm~ que articula con el cón- pletamente cada compartimiento femorotibial. Existen dos
dilo femoral medial en flexió n máxima de rodilla. Por de- meniscos que se unen a la tibia por los cuernos anterior y
bajo de la rótula y e n contacto con la parte inferior de la posterior, y por su cara lateral se unen a la cápsula articular.
tróclea y superior de la tibia, se encuentra un paquete adi- Por delante, cada menisco está unido a la rótula mediante
poso: la grasa de Hoffo. Tiene forma de pirámide cuadrangu- un ligamento meniscorroruliano y, con gran frecuencia, am-
lar y está unido a la rótula por el ligamento adiposo. bos meniscos se unen entre sí a través del ligamento yugal o
Se distinguen cuatro tipos de rótulas: transverso. A pesar de rodas estas uniones, los meniscos se
• Tipo 1: tiene las carillas medial y lateral de tamaño simi- deslizan sobre los platillos tibiales con cierra holgura y acom-
lar y ligeramente cóncavas. pañan a los cóndilos femorales en sus desplazamientos.
• Tipo II: presenta una carilla medial menor, más plana y La parte periférica de los meniscos, recubierta de líqui-
m;is convexa. do sinovial, recibe vasos hasta el punto de que los cuernos
• Tipo III: tiene una carilla media muy reducida, convexa están mejor vascularizados que el cuerpo. Esta misma dis-
y casi vertical. tribución se observa en relación con la presencia de fibras
• Tipo IV: no tiene cresta medial. nerviosas, ya que se encuentran tanto receptores encapsula-
dos como terminaciones nerviosas libres. Estas circunstan-
Cóndilos femorales cias hacen que los meniscos tengan una importante función
La articulación femorotibial pone en contacto los cóndilos sensorial, debido a que proporcionan abundante informa-
femorales con las glenoides de la meseta tibia! (cóncavas) ción propioceptiva relacionada con la posición articular.
(Fig. 23-3). El surco femoral encaja con la cresta roma de
la cara posterior de la rótula. Las carillas articulares y la Sistemas de estabilización de la rodilla
parte superior de los cóndilos (convexos) encajan con las Los sistemas de unión de la articulación son la cápsula ar-
facetas rotulianas, que son cóncavas. Entre ellos no hay ticular, que es común para las dos articulaciones, y los Ji-

Ligamento posterior cruzado Ligamento anterior cruzado

Bolsa
suprarrotuliana

Tendón
popliteo
Ligamento - - - rT. Bolsa
rotuliano prerrotuüana

Figura 23- 3. Superficies arti-


culares de la rodilla. (Al Meseta
tibial. Forma y anclaje. (8)
Corte frontal y medio articula-
ción fémoro-tibial.
276

garuemos: anteriores (ligamento rotuliano y retináculos mento colateral y al cóndilo tibia!. La parte anterior se in-
medial y lateral de la rótula), posteriores (ligamento poplí- sena alrededor del borde de la rótula y asciende unos
teo oblicuo y poplíteo arqueado), laterales (ligamento late- 2-3 cm para formar la bolsa suprapatelar.
ral interno y externo) y cruzados (anterior y posterior). A La inserción tibia! de la cápsula se realiza a lo largo de
ello hay que añadir la membrana sinovial, que tiene dife- los bordes de las superficies articulares de las mesetas tibia-
rentes prolongaciones. En este sistema esmbilizador de la les, excluyendo las espinas tibiales y una parte de la región
rodilla intervienen también directamente una serie de intercondílea anterior.
músculos que la rodean. El único músculo que atraviesa la
articulación es el poplíteo. Membrana sinovial
La membrana sinovial de la rodilla es la más extensa del
Cápsula articular cuerpo. Reviste la cápsula por su cara interna, llegando con
La cápsula articular es de naturaleza fibrosa y está relacio- ella al fémur, rótula y tibia. Su función es producir líquido
nada con el revestimiento sinovial (Fig. 23-4) . Es un ele- sinovial, que es el lubrificante de la articulación y elemen-
mento bastante laxo, que necesita de otros refuerzos para to nutritivo del carrílago articular.
mantener la estabilidad articular. Tiene forma de mangui- La membrana sinovial, en el borde proximal de la pare-
to y rodea las articulaciones femorotibial y femoropatelar. la, forma una larga bursa (bolsa) suprapatelar, entre el cuá-
Kapandji compara la cápsula con un cilindro con una ven- driceps femoral y el cuerpo inferior del fémur. Ésta es, en
tana en la cara anterior para engarzar con la rótula. La cáp- la práctica, una extensión de la cavidad articular sostenida
sula está integrada por una cápsula posterior, una medial, y atada al músculo genuarticular. A lo largo de la patela, la
una lateral y una anterior, y se une internamente a los cuer- membrana sinovial se extiende bajo la aponeurosis del vas-
nos de los meniscos y se conecta a la tibia por los ligamen- ro medial, principalmente.
tos coronanos. Por debajo de la ró tula, al descender la membrana si-
La cápsula posterior tiene fibras verticales que se unen novial encuentra el paquete adiposo, por lo que se extien-
proximalmente a las márgenes posteriores de los cóndilos de sobre esta masa y llega a la tibia por delante del liga-
femorales y la fosa inrercondilar; distalmente, al margen mento cruzado anterior, formando el pliegue sinovial in-
posterior de los cóndilos tibiales y del área intercondilar, y frapatelar y los pliegue alares. Lateralmenre, queda inte-
también proximalmente, a la inserción distal d e los gas- rrumpida por los meniscos, al igual que la cápsula articu-
trocnemios. Se encuentra reforzada por los ligamentos po- lar. Posteriormenre, tapiza los casquetes condíleos y pene-
pHteo, arqueado y poplíteo oblicuo. tra en la escotadura intercondílea, para pasar por delante
La cápsula medial está formada por fibras que se unen de los ligamentos cruzados, que resultan, de este modo,
a los cóndilos femoral y tibia!, donde ésra se une con el li- extrasinoviales.
gamento colateral medial. Se encuentra reforzada por ex- Todas las panes de la membrana sinovial vienen del fé-
pansiones de los músculos sartorio y semimembranoso. mur y revisten la cápsula hasta la unión con los meniscos,
En la cápsula lateral, las fibras se aran al fémur por en- cuyas superficies están libres de membrana.
cima del músculo poplíteo, siguiendo el tendón hacia el
cóndilo tibia! y hacia la cabeza del peroné. Bolsas
La cápsula anterior se une con las expansiones del vasto Existen varias bolsas sinoviales alrededor del tejido blando
medial y lateral, mientras se ata al borde y al ligamento pa- y de las superficies articulares de la rodilla. Tienen como
telar. Allí, las fibras se extienden posteriormente al liga- función disminuir la fricción para el movim iento de los

Fémur Cápsula. Formada por


tejido nervioso Cavidad articular
con el liquido sinovial

Ligamento
cruzado
anterior Ligamento
colateral
mediano
Cartílago
articular

Ligamento Meniscos
colateral
lateral

Figura 23-4. Sistemas estabi-


lizadores de la rodilla: cápsula
arti cular, membrana sinovial. Cartílago articular
(A y Bl Cápsula articular.
23 • Patología de la rótula: condropatia, condromalacia, lu xación y fracturas de la rótula 277

rendones asociados con la articulación, además de servir


Tabla 23-1 . Principales estabilizadores de la rodilla
como cojín para amortiguar el movimiento de una estruc-
tura del cuerpo con orra. Estabilizador Estabilizador
Las bolsas que se encuentran en el complejo de la rodi- Desplazamiento
primario secundario
lla son: una superficial, localizada enrre el tendón parelar y
Traslación tibia! LCA 185 %) Ligamento
la piel, y otra profunda, enrre el tendón parelar y la tibia.
anterior colateral medial
Las bolsas subcuráneas, prerrotuliana e infrarroruliana, se Cápsula
localizan en la superficie cóncava de la articulación y per- posteromedial
miten que la piel se mueva libremenre duranre los moví-
Traslación tibia! LCP 195%) Ligamento
miemos de la rodilla. Otras comunican con la cavidad si- posterior colateral la teral
novial: la suprarrotuliana, poplítea (profunda al cuádri- Cápsula
ceps), anserina (profunda a la inserción del sartorio, grácil poslerolateral
y semitendinoso}, del gasrrocnemio, enrre otras. También Varo En flexión: ligamento Cápsula
existe una bolsa enrre el rendón de los músculos de la pata colateral lateral posterolatera l
de ganso y elligamenro colateral medial. 170 %) Ligamentos
En extensión: banda cruzados
Ligamentos ex tracapsulares iliotibial

Estabi lizan el movimiento en bisagra de la rodilla y son Valgo Ligamento colateral Ligamentos
medial superficial cruzados,
varios (Tabla 23-1) :
y profundo 180 % ) especialmente
Ligamento cofateml peroneo (ligamento lateral externo). el LCA
Tiene forma de co rdón y se inserta en el epicóndilo
Rotación tibia! Ligam ento colateral LCA
lateral femoral, justo por encima del surco del poplí-
interna media l s uperficial
teo, y en la superficie lateral de la cabeza del peroné. y profundo
La función de este ligamento es limi tar el deslizamien-
to de la tibia sob re e l fémur hacia dentro; ayuda a la Rotación tibia! Ligamento colateral LCP
externa lateral y cápsu la
estabilidad lateral de la rodilla junro al ligamenro in- posterolateral
terno (Fig. 23-5A) .
Ligamellto colateral tibia! (ligamento lateral interno). Se LCA: ligamento cruzado anterior: LCP: ligamento cruzado posterior.
origina en el cóndilo interno del fémur y se inserta en
la cara interna y proximal de la tibia. Su función es dar cápsula en la fosa inrerco ndílea. Emerge posterior al
estabilidad en la parre interna de la rodilla. Es ancho y cóndilo m edial tibia! y pasa superolareralmente hacia el
plano y es más débil que el externo (Fig. 23-5A) . cóndilo lateral femoral. C ruza en diagonal hacia arriba
Ligamento (tenclón) rotuliano. Es la parte distal del ren- y afuera de la cara posterior de la rodilla y se pierde
dón del músculo cuádriceps femoral. Es el ligamento irradiado en abanico sobre el casquete del cóndilo lateral.
anterior de la articulación de la rodilla. Recibe los reri- • Ligamento poplíteo arqueado. Refuerza la cápsula en su
náculos rotulianos medial y lateral (expansiones apo- parte posterolareral. Va desde la parte posterior de la
neuróricas de los músculos vastos medial y lateral, y de cabeza peronea, sobre el tendón del poplíteo, a la super-
la fascia profunda). El ángulo ente el eje del rendón ficie posterior de la rótula.
rotuliano y el eje del músculo cuádriceps femoral es el
ángulo Q. Ligamentos intracapsulares
• Ligamento poplíteo oblicuo. Expansión recurrenre del Son los ligamentos cruzados que se ubican en la región in-
rendón del músculo semimembranoso que refuerza la tercondílea y conectan al fémur y la tibia entrecruzándose

Rótula o
palela

Cóod1lo Ugamenlo
laleral lateral
interno

Figura 23-5. Sistemas estabi-


Ligamento lizadores de la rodilla. lA) Liga-
lateral
externo mento s colatera les. IBl Li -
gamentos cru zados en flexión
Peroné y extensión.
278

en el plano sagital (Fig. 23-SB). Están dentro de la cápsu- so forman parte d e los isquiotibiales, en este caso la par-
la, pero fuera d e la cavidad sinovial. Ellos mantienen el re externa. Se inserta en el peroné y ayuda a la flexión
contacto de las superficies articulares durante la flexión de de la rodilla y rotación externa cuando la rodilla se en-
la rodilla (véase Tabla 23- 1). El ligamento cruzado ante- cuenrra a 90 grad os.
rior cruza lateralmente al ligamento cruzado posterior. El
ligamento cruzado anterior evita el desplazamiento ante- BIOMECÁNICA DE LA ARTICULACIÓN
rior de la tibia respecto al fémur, y el ligamento cruzado DE LA RODILLA
posterior evita el desplazamiento posterio r. D ebido a la
disposición de éstos, la rotación medial de la tibia con res- La biomecánica articular estudia los movimientos realizados
pecto al fémur es más limitada que la romción lateral: por las articulaciones, y en su estudio hay que tener en cuen-
• Ligamento cruzado anterior (LCA). Es el más débil de los ta una serie de pasos, como son el tipo de articulación, los
dos. Va d esde la carilla en la parte anterior del área in- movimientos que realiza, el plano y eje de cada movimien-
rercondílea de la tibia a insertarse en una carilla de la to, la posición de referencia y el recorrido en grados.
porción posterior de la pared lateral de la fosa inrercon-
dílea del fémur. Ejes de la rodilla
• Ligamento cruzado posterior (LCP). Es el más fuerte de Los movimientos de flexión y extensión d e la rodilla se lle-
los dos. Va desde la cara posterior del área imercondílea van a cabo sobre su eje transversal en el plano sagital. Al
de la tibia hasta la pared medial de la fosa inrercondí- mismo tiempo, visto desde el plano frontal, el eje transver-
lea del fémur. sal atraviesa los cóndilos femorales horizonralmenre. Este
eje, al ser horizontal, forma un ángulo de 81 grados con el
Músculos implicados en la fu nción de la rodilla fémur y de 93 grados con la pierna. Por esta razón, cuando
Los músculos principales que intervienen son los analizados la rodilla se encuentra en flexión completa, el eje de la pier-
a continuación (Tabla 23-2), pero no se deben olvidar otros na no se posiciona exactamente detrás del eje del fémur.
como los glúteos, que actúan colaborando en la extensión: El eje del fémur no se encuentra, exactamente, en la
• Cuádriceps. Es el músculo más importante en la función de prolongación del eje de la pierna, formando un ángulo ob-
la extensión de la rodilla. Es grande y potente, pues tiene tuso hacia fuera de 170 a 175 grados; éste es el valgus fisio-
que contrarrestar la fuerza de isquiotibiales, gemelos y po- lógico de la rodilla. El eje mecánico del miembro inferior
plíteo. Está compuesto por cuatro músculos independien- está compuesto por la línea recta que une los centros de las
tes: vasto lateral, vasto medial, recto anterior y crural. tres articulaciones: cadera, rodilla y tobillo. Este eje se une
• Ti'flcto iliotibial. Müsculo situado en la parte lateral del con el eje de la pierna (Fig. 23-6)
muslo, que es característico por su largo y grueso ten- El ángulo de valgw puede presentar variaciones patoló-
dón que se inserta en el lateral de la rodilla. También se gicas. Además, existen variaciones sexuales, pues el ángulo
conoce como cintilla de Maisiat. es mayor en las mujeres debido a que la separación de las
• Ti·íceps mm/ (gemelo). Está formado por tres müsculos: caderas es mayor en ellas. Esta separación forma un ángu-
gastronemio medial, gastronemio lateral y sóleo. Los lo de 3 grados entre el eje mecánico y la vertical. Estas va-
gemelos tienen la función de flexionar la rodilla, siem- riaciones suceden sobre todo en la infancia, y es el creci-
pre y cuando ésta esté en extensión y el tobillo en fle- miento el que determina su corrección; sin embargo, pue-
xión. Se originan en los dos cóndilos femorales y se in- den persistir en la vida adulta. C uando el ángulo de valgus
sertan junto al sóleo en el calcáneo a través del rendón se invierte aparece el gemt vamm. Es cuando las rodillas se
de Aquiles. encuentran arqueadas y muy separadas entre sí; vulgarmen-
• Semitendinoso y semimembmnoso. Están situados en la
parte posterior del muslo y forman parte del conj unto
de músculos denominados isquiotibiales. Se insertan en
la parte interna de la tibia y su función básica sobre la
rodilla es la de flexión, aunque también contribuyen a
la ro tación interna cuando la rodilla se encuentra a
90 grados.
• Bíceps Jemoml. Está situado en la parte posterior del
muslo. Junco con el semitend inoso y el semimembrano-

,.~,1J ( &~Fémur
( ~ _:> -lw-~l
Tabla 23-2. Músculos implicados en la función de la rodilla
( Eje tibia! )
Flexión

Bíceps femoral
Se mí tendinoso
Semímembranoso
Cuádríceps
Rotación
medial

Poplíteo
Semitendinoso
Semímembranoso
Bíceps
femoral
libía
i
- vf1 -

Figura 23-6. Ejes y movimientos de la rodilla.


f TibO
23 • Patología de la rótula : condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la rótula 279

te se dice que la persona es «patizamba». Por el contrario, Partiendo de la posición anatómica (rodilla en exten-
cuando el vnfgus se exagera se presenta el gemt vnfgum; es sión), la amplitud de la flexión es de unos 120 grados, que
cuando las rodillas se juman d emasiado y los tobillos se ale- aumenta hasta 140 grados con la cadera flexionada y llega
x,
jan y preseman una forma de .. exagerada en la persona. a 160 grados forzando pasivamente el movimiento. C uan-
El 'segundo sentido de movi miento de la rodilla se pre- do estamos de pie, la tibia se halla ligeramente rotada ha-
senta solamente en la flexión, ya que la estructura mecáni- cia fuera. D urante los primeros grados de flexió n, o en los
ca de la rodilla hace imposible este movimiento en la ex- últimos de extensión, se añade un movimiento alrededor
tensión; el eje de rotación de este movimiento es el eje lon- d e un eje vertical, llamado rotación rzsocirzdrz, cuyo valor es
gitudinal. Existe un tercer eje de movimiento en la rodilla, d e 10-15 grados. Se erara de una rotación externa d el fé-
pero no supone un movimiento; es simplemente el eje en mur al principio de la flexión o de una rotación interna al
donde ocurre un pequeño desplazamiento lateral de la ro- final de la extensión. Esta rotación interna del fém u r ayu-
dilla en flexión. Este movimiento no afecta a la rodilla; sin da a bloquear la rodilla en extensión, d e modo que el
embargo, sí transmite cierto movimiento al tobillo de 1 a miembro inferior se transforma en una columna rígida que
2 cm de amplitud solamente en la flexión. sostiene el peso del cuerpo.

Cinemática de la rodilla Cinética de la rodilla


La cinemática (movimiento) de la rodilla es extraordinaria- La cinética se refiere a la fuerza que produce el movimien-
mente compleja, hasta tal pumo que su dinámica en el mo- to. La articulación de la rodilla trabaja en compresión. Las
vimiento se realiza en tres planos a la vez. Las articulaciones fuerzas que actúan sobre la parte proximal d el fémur se
de la rodilla, femorotibial y la articulación femoropatelar, se concentran en la gruesa cortical de su diáfisis, pero, al lle-
complememan para mover la rodilla en los tres ejes de mo- gar a la epífisis distal, se difunden en el tejido óseo espon-
vimientos: longitudinal, transversal y anteroposrerior. joso de los cóndilos femorales, que ofrecen una amplia su-
El movimiento de flexoexrensión no es un simple mo- perficie de transmisión, a través de los meniscos, hacia la
vimiento de gozne alrededor de un eje transversal en un gran superficie receptora de las glenoides tibiales.
solo plano. A él se le un en, simultáneamente, un movi- Entre cada có ndilo femoral y el platillo tibia) se interpo-
miento de rotación interna y externa. Los últimos 15 gra- nen tres cartílagos: los cartílagos articulares del fémur y de
dos de extensión son sincrónicos a una rotación externa y la tibia (cartílago hialino) y el menisco (fibrocartílago); es-
forman lo que se denomi na «auroatornillamiento» de la tructuras que desempeñan un papel fundam ental no sólo
rodill a, alcanzan do la posición de máxima estabilidad en la transmisión, sino en la amortiguación de paree de las
(máximo con tacto entre las superficies articulares y máxi- fuerzas que actúan sobre ellos.
ma tensión de los ligamentos). C uando nos encontramos en apoyo bipodal, la carga so-
Además, la rod illa presenta en extensión un valgo fisio- porrada po r cada rodilla es la m isma y su valor es, aproxi-
lógico de 1O grados entre el fémur y la tibia. Con el movi- madamente, el 43 o/o del peso corporal. Este peso actúa a
miento de flexión de la rodilla, se va perdiendo este valgo, lo largo de la línea de gravedad del cuerpo que pasa entre
que desaparece al estar la pierna en flexión. ambas rodillas para proyectarse en el triángulo de suscenra-
C lásicamente, se ha hablado de los movimientos de ro- ción. Las fuerzas musculares que actúan sobre las rodillas para
ració n y de rodamie nto d e los cóndilos sobre los platillos mamener esca posición son prácticamente despreciables.
(otros auto res lo han denominado deslizamiento, tmsln- Por el contrario, durante el apoyo unipodalla rodilla
ción, etc.), dependiendo del momento cinético articular. está cargada con el 93 o/o del peso d el cuerpo, pero es tas
Sin embargo, actualmente se han abandonado estos con- fuerzas están incrementadas por la acción de la musculatu-
ceptos al ver que a la rodilla no se la puede definir como ra lateral del m uslo , que tiene que neutralizar la tendencia
moviéndose a través de un eje determinado. Lo que más se del cuerpo a caer hacia el lado sin apoyo.
acerca a la realidad so n los conceptos de centro instantáneo
de movimiento <a> (CIM), que es el punto en que la veloci-
Función de la rótula
dad angular es igual a O para un determinado movimien- El aparato extenso r de la rodilla está formado por u n ele-
to. Si se va buscando el C IM de pequeños movimientos a mento motor (cuádriceps) y por un dispositivo de trans-
lo largo de la flexión de la rodilla y luego se unen los pun- misión y deslizamiento formado por el tendón cuadricipi-
tos, se obtendrá el centrado o curvrz poloide, que puede ser- tal, el tendón rotuliano y la articulación femoropatelar. El
vir de guía para definir esre movimien m. vasto interno es el mayor estabilizado r dinámico de la ró-
Durante la flexión, los cóndilos femorales tienden a tula, q ue se encarga de mante nerla centrada aguantando el
desplazarse hacia atrás, pero lo hace más el externo, con lo tiraje lateral del vasto lateral. No obstante, el ligamento pa-
que el eje mecánico rota lateralmente (en el sentido de las celofemoral medial actúa también contra el d esplazamien-
agujas del reloj en la rodilla derecha). Durante la extensió n tO lateral rotuliano, contribuyendo más del 50 %, a unque
sucede lo contrario: los cóndilos ruedan hacia delante y sólo en los p rimeros 20 grados de flexión.
rueda m ás el externo que el interno, por lo que el eje bi- La rótula se encuentra sujeta distal mente por el rendó n
condíleo se desplaza h acia delante y rota medialmente. rotuliano, lateralmente por el alerón extern o y la fascia
Éste es el motivo por el que actualmente existe la tenden- lata, medialmente p or el aleró n inte rno y proximalmence
cia a hablar de centros instantán eos de rotación. por el rendón cuadricipital. Se halla sometida a fuerzas de
280 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

tracción en su circunferencia y de compresión en su cara Una alineación rotuliana deficiente p uede causar sublu-
posterior. xación y luxación parelofemoral. La luxación habitual de
La principal funció n de la rótula consiste en aumentar la patela es aquélla que ocurre en cada flexión de la rodilla
el brazo de palanca de la fuerza del músculo cuádriceps. y puede ser observada por el examinador. Sin embargo, la
También centraliza las fuerzas divergentes de los cuatro luxación recurrente es aquélla que aparece en episodios ais-
componentes de dicho músculo y las transmite al ligamen- lados. En mala alineación parelar, ya sea por inestabilidad
to rotul iano, que está sometido a fuerzas de tracción entre o enfermedad angular, existe un contacto patelofemoral
la rótula y la tuberosidad anterior de la tibia. D ebido al anómalo, y hay casos en q ue la patela establece contacto
bajo coeficiente de fricción del cartílago articular, se ha exclusivamente con el cóndilo femo ral lateral, si n contac-
asumido que la rótula actúa como una polea sin fricción y, tar la superficie del cóndilo medial.
por tanto, la fuerza del cuádriceps sería igual a la del liga-
mento rotuliano. Es decir, que la rótula está sometida a dos PATOLOGÍA DE LA ARTICULACIÓN
fuerzas opuestas: por una parte la que ejerce el cuádriceps FEMOROPATELAR
mediante el tendón cuadricipiral hacia proximal y, por
otra, la que ejerce la inserción del tendón rotuliano en la Las alteraciones de la articulación femoroparelar son cau-
tibia hacia distal. Su resultante, la fuerza de reacción de la sa común de dolor anterior de rodilla. D e este modo, el
articulación femoropatelar, ejerce u na fuerza hacia atrás, dolor anterior de rodilla es u n síntoma común de patolo-
de tal manera que sujeta la rótula en la tróclea. Esta resul- gías muy diversas, algunas de las cuales afectan directa-
tante varía dependiendo del ángulo de la articulación y de mente a la articulación femoropatelar.
las dos fuerzas, y es menor hacia la extensión; mientras que C lasificar el síndrome femoropatelar no es sencillo, por-
en mayor flexión debe aumentar la fuerza cuadricipital que se deben evitar listas de enfermedades que no orientan
para aguantar el momento de flexión del peso del cuerpo. y no agrupan patologías. Larson agrupa las alteraciones del
La rótula es comprimida contra el fémur con una fuer- aparato extensor en tres categorías, según la localización de
za que es la resultante de las tensiones q ue soportan ambos la patología causal:
brazos de la palanca, cuya magnitud es igual y opuesta a la o Anomalías por alteración de la configuración femo ro-
fuerza de reacción femororrotuliana. Esta fuerza aumenta patelar.
a medida que se flexiona la rodilla (la máxima es de alrede- o Anomalías de los estabilizadores estático-dinámicos que
dor de 80 grados) y a partir de los 90 grados disminuye, rodean y gobiernan la función patelar.
debido a que el rendón del cuádriceps entra en contacto o Anomalías del aparato extensor de la rodilla por mal ali-
con la rróclea femoral (mecanismo que se comporta como neamiento de la extremidad en relación con la mecáni-
una segunda polea que descarga a la rótula). ca anicular.
La línea que pasa por el centro de la rótula y el tubér-
culo de la tibia, y la recta que pasa por el centro de la ró- Desde el punto de vista clínico, atendiendo a la causa del
tula hasta la espina ilíaca anrerosuperior, fo rman el ángu- dolor anterior de rodilla, se diferencian dos grupos: uno
lo Q. Es decir, el ángulo adyacente al que fo rman los ejes con lesiones focales que pueden ser definidas clínica y ra-
longitudinales del tendón del cuádriceps y del ligamento dio logicamente, y otro con problemas dinámicos tales
rotuliano. Este último, como el valgo fisiológico, es un como mala alineación, síndrome de hiperpresión externa,
ángulo obtuso abierto lateralmente y su valor oscila entre condromalacia o dolor psicógeno. De forma resumida se
160 y 172 grados, y es mayor en el varó n que en la mu- exponen las patologías más relevantes:
jer. Disminuye con la flexión de la rodilla, desaparece o El síndrome doloroso femoropatelar (SDF) es uno de
cuando ésta alcanza los 90 grados y aumenta con la ex- los d esórdenes más comunes de la rodilla. Se describen
tensión, sobre todo al final de ésta, cuando la tib ia rora varios cuadros clínicos que provocan dolor anterior de
automáticamente hacia fuera. Cuanto mayor es el ángu- rodilla: síndrome de hiperpresión externa, inestabilidad
lo Q, mayor es la tendencia de la rótula a ser desplazada rotulian a, condromalacia rotuliana, artrosis femoropa-
lateralmente. telar, osteocondritis disecante de rótula (plicas sinovia-
les, bursitis, tendinitis, distrofia simpaticorrefleja, etc.).
Alineación patelofemoral o La enfermedad de Osgood- Schlatter e , q ue es una cau-
El contacto entre la rótula y el fémur varía de acuerdo con sa de dolor anterior de rodilla común en chicos de 12 a
el movimiento de la rodilla, causando un efecto de com- 14 años. La enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson ®
presión y descompresión sobre el cartílago articular que fa- ocurre en el mismo grupo de edad, pero, en este caso, el
vorece el bom beo del líquido sinovial. Durante el desliza- dolor se localiza en el polo inferior de la rótula.
miento parelar, el contacto se inicia con su faceta lateral so- o La rodilla del saltador es una tendinitis ro tuliana de-
bre el cóndilo lateral del fémur alrededor de los primeros bida, fundamentalmente, a sobrecarga del tendón, tan-
30 grados de flexión y se completa con la faceta medial so- to durante actividades de alto impacto, como el salto o
bre el cóndilo femoral medial en los siguientes 9 grados. la carrera, como durante las actividades cotidianas.
Este contacto con ambas faceras se mantiene hasta más allá o La osteocondritis disecante e de la rótula o de los cón-
de los 90 grados de flexión y desaparece gradualmente al dilos femorales es una causa poco común de dolor an-
internarse la pareJa en la escotadura intercondílea. terior de rodilla en jóvenes atletas. Es debida a los mi-
23 • Patología de la rótula: condropatía, condromalacia, luxación y fract uras de la rótula 281

Figura 23-7. 1magen rad ioscópica. Degenera-


ción subcondral. Nótese la destrucción del
cartílago y del propio hueso subcondral (Ay Bl.

crorraumatismos repetidos y al esrrés repetido por el condral (Fig. 23-7), osteofitos y disminución de la in-
roce articular. En los casos en que exista una rotura del terlínea articular que se aprecia en la resonancia magné-
fragmento, los episodios de bloqueo articular son fre- tica (RM) (Fig-23-8). En casos avanzados se realiza re-
cuentes. Concomiranremente al dolor suele existir cre- implante articular mediante prótesis (Fig. 23-9).
pitación con la extensión de la rodilla y reblandecimien- • La luxación de la rótula, tanto la luxació n aguda d e la
to del cartílago a rticular. rótula como la luxación traumática, no son entidades
• La condromalacia ® es un síndrome caracterizado por observadas con frecuencia.
dolor anterior de rodilla con daño del cartílago articular
rotuliano. Es de naturaleza idiopárica o secundaria a la
Pa ra clasificar el síndrome fe moropatelar, la propuesta
mal alineación y puede ser reversible en los casos leves o
progresar hacia un a osteoarrrosis en los casos más severos.
Las lesiones ocurren de forma típica a lo largo de la rótu-
la medial, en el límite entre la carilla interna asimétrica
de Larson, que agrupa las alteracio nes del aparato ex-
tensor en tres categorías según la localizació n de la pa-
tología causal, es la más aceptada.
o
(odd focet) y la &cera medial, pero también pueden ocu-
rrir a cualquier nivel de la superficie articular rotuliana.
Existen varias clasificaciones de la condromalacia, pero basán-
dose en los hallazgos arrroscópicos se acepta la siguiente:
- Grado 1: cartílago blando e hinchado (sin rotura).
- Grado 2: fragme ntación y fisu ras en un área inferior
a 1,3 cm de diámetro.
- Grado 3: fragmentación y fisuras en un área superior
a 1,3 cm de diámetro.
- G rado 4: extensión de los cambios erosivos con ex-
posición ósea, que corresponde al efecto de una os-
reoartrosis.
Basándose en la profundidad y extensión del daño cartilagi-
noso, se han diferenciado cuatro grados: grado 1: área de
< 0,5 cm de d iámetro; grado 2 : área de 0,5-1 cm; grado 3:
área de 1-2 cm; grado 4 : área mayor de 2 cm. Estos grados
se han subdividido a su vez cada uno de ellos en dos, según
se aprecie o sólo fibrilación y reblandecimiento cartilagino-
so en el primer caso (subgrado a) o afectación de codo el es-
pesor cartilaginoso con exposición ósea (subgrado b).
• La osteoartrosis de rodilla también es una causa fre-
cuente de dolor por encima de los 60 años. El paciente
refiere dolor con las actividades que impliquen carga y
alivio con el reposo. En la exploració n física es frecue n-
te encontrar pérdida del equilibrio articular, crepitación
y cambios osteofitarios. La radiografía simple mostrará Figura 23-B.lmagen de resonancia magnética. Disminución de la in-
importantes cambios degenerativos con esclerosis sub- terlínea articular y lesión subcondral.
!82 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figur a 23- 9. Reimplante articular mediante


prótesis. Imagen clínica. Detalle de la cicatriz.

PATOLOGÍA DE LA RÓTULA
En cuanto a la patología parelar, básicamente se podría re-
Ante una rodilla con cuadro clínico doloroso, seudoblo-
queos y fallo articular, la presencia de estabilidad en la ro-
o
sumir en: dilla es diagnóstico diferencial frente a lesiones del LCA.
• Patología traumática: fracturas, luxaciones, roturas ten-
dinosas.
• Patología estática: la rótula presenta desequilibrios, en ldiopático
los que ésta está en su sitio, pero existen cargas anóma- Es decir, que la causa del dolor puede no quedar clara en
las, y desalineaciones en los que la rótula no está en su muchos casos. La eriopatogenia es poco clara y existen
sirio (displasias parelofemorales). múltiples factores predisponenres como el sobreuso, la in-
• Condromalacia: que es la vía final a la que conducen las movilización, el sobrepeso, traumatismos, alteraciones del
anteriores patologías, puesto que el cartílago se dete- aparato extensor, etcétera.
nora.
Dolor secundario a inestabilidad femoropatelar
La lesión del cartílago puede ser secundaria a la lesión o La estabilidad de la rótula está asegurada por dos sistemas:
puede ser idiopárica. uno de estabilización pasiva, formado a su vez por un fac-
A medida que se avanza en cada una de estas patologías, tor ligamentoso y por un factor óseo, y otro de estabiliza-
desde el traumatismo a la condromalacia, va aumentando ción activa, representado por el factor muscular. Las alte-
la probabilidad de sufrir artrosis parelofemoral. raciones de estos dos sistemas van a condicionar inestabi-
Según la afectación del cartílago, existen muchas causas lidad femoropatelar y ésta puede presentarse de distintos
de trastornos rotulianos, que pueden clasificarse en: modos anatomoclínicos.
• Daño cartilaginoso patente: condromalacia, artrosis, La inestabilidad rotuliana se puede considerar de origen
traumatismos directos, fracturas osteocondrales, osreo- idiopático (displasia femoropatelar, luxación congénita,
condriris. luxación habi tual, luxación recidivante y luxación traumá-
• Daño cartilaginoso variable: síndromes de alineación tica) o secundaria a vicios torsionales como el genu remr-
viciosa, pliegues sinoviales. vatum, las desalineaciones o las alteraciones en la tuberosi-
• Cartílago habitualmente conservado: las causas son pre- dad ribial anterior.
rrotulianas, como bursiris y tendinitis, síndromes por Déjour en 1987 estableció una clasificación de desór-
sobrecarga (uso excesivo), distrofia simpática, anoma- denes femoropatelares en la que diferencia tres patrones
lías rotulianas. básicos:
• Inestabilidad patelar objetiva: entendiendo por tal
SÍNDROME DOLOROSO FEMOROPATELAR aquellos casos con, al menos, un episodio de dislocación
y, al menos, una anomalía anatómica.
Es una entidad clínica de etiología muy diversa, que se • Inestabilidad patelar potencial: incluyendo en este gru-
caracteriza por un cuadro de dolor en la región anterior po los casos con dolor y anomalías anatómicas que no
de la rodilla con episodios de seudobloqueo y fallos han tenido nunca un episodio de dislocación.
articulares, pero sin sensación de inestabilidad ni luxa- • Síndrome doloroso rotuliano: en el que, sin existir dis-
ción rotuliana. locación ni anomalfa anatómica, existe dolor.
23 • Patología de la rótula : condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la rótula 283

En la inestabilidad rotuliana existen unos factores condi- 90 grados de flexión. En rodillas normales, el borde medial
cionantes: de la rótula se encuentra en el mismo nivel que el lateral,
• Femorales: torsión femoral , hipoplasia del cóndilo ex- con una pequeña inclinación lateral en extensión completa.
terno, aplasia troclear, genu valgo. La crepitación rotuli ana se evalúa durante la extensión
• Tibiales: torsión tibia! externa. activa y se clasifica como ausente, moderada o grave. Debe
• Rotulianas: alteraciones del crecimiento, hipoplasia de ser evaluada con el paciente sentado y se refuerza con la
la faceta externa rotuliana, pareJa alta. aplicación d e resistencia manual sobre la parte inferior de
• Musculares: hipertrofia del vasco externo, atrofia del la pierna.
vasco mterno.
• Capsuloligamentosas: alargamiento del tendón rotulia- Exploración de la musculatura y tejidos blandos
no, inserción externa de la tuberosidad tibia!, laxitud de Se realizará un balance muscular, buscando la existencia de
la aleta rotuliana interna. debilidad muscular y se apreciará si existen o no signos de
atrofia del cuádriceps. Para ello, se procederá a la roma y
Diagnóstico clínico de la patología femoropatelar comparación de la medida circunferencial del muslo a una
Ame la sospecha de síndrome doloroso rotuliano, d ebe distancia estándar del polo superior de la rótula (lO cm) de
realizarse una exploración clínica adecuada, en la que se ambos miembros inferiores.
valoren los facto res que afectan a la alineación y a las fuer- Dado que la parología femororrotuliana se asocia con
zas articulares y se localicen las estructuras articulares y frecuencia a déficit de flexibilidad del cuádriceps, los is-
blandas responsables del dolor. quioribiales, el tríceps sural y el tracro ilioribial, la flexibi-
Los síntomas de disfunción rotuliana tienden, con fre- lidad de éstos debe ser evaluada de modo sistemático.
cuencia, a ser de carácter parecido. En general, compren- Respecto a los tejidos blandos periparelares, son elemen-
den dolor en la cara anterior de la rodilla, que suele em- tos de estabilización rotuliana. Con el fin de valorar la exis-
peorar de forma significativa con el ascenso y descenso de tencia de retracciones a la altura de los rerináculos, se valo-
escaleras y con las actividades que mantienen posiciones rará la movilidad medial y lateral de la rótula, observando la
específicas en las que se fuerza la flexió n extrema, sensa- traslación que se produce tras aplicar una presión firme.
ción subjetiva u objetiva de inestabilidad, bloqueo y d e- La existencia de retracciones a la altura de la aleta rotu-
rrame. liana externa, se valora con la prueba del volteo rotuliano.
En una rod illa normal en extensión completa, la rótula
puede elevarse desde su vertiente lateral más allá del eje

o Ante un paciente que refiera dolor en la cara anterior de


la rodilla, hay que desca rtar s índrome doloroso femoro-
patelar.
transep icondíleo, mientras que en aquéllas en las que exis-
te retracción de la aleta rotuliana externa, ocu rre lo contra-
rio (un volteo de O grados o menos).

Exploración estática (alineación]


Se pedirá al paciente que se coloque en bipedesración con
La flexibilidad de toda la cade na muscular del miembro
inferior deb e ser evaluada s iemp re en un síndrome dolo-
roso femoropatelar.
o
los pies en posición neutra y enfrente del equipo médico,
con intención de valorar el morfotipo constitucional y la
alineación de la extremidad inferior:
• El genu vrzlgum provoca un desplazamiento externo de Maniobras de reproducción del dolor rotuliano
la tuberosidad tibia!. La palpación sistemática de los tejidos blandos peripatela-
• El genu vrzmm provoca un desplazamiento medial de la res comprende ramo a los estabilizado res pasivos como a
tuberosidad tibia!. las inserciones tendinosas de cada porción del cuádriceps.
• El gemt recurvatum se asocia con frecuencia a rótula Se han de palpar los rerináculos medial y lateral, el cóndi-
alta. lo femoral medial, las diferentes insercio nes del cuádriceps
y el rendón ro tuliano. La palpación de dichas estructuras
Del mismo modo, se realizará una valoración de las altera- debe realizarse tras su puesta en tensión, con el fin de limi-
ciones rotacionales del fémur y la tibia, así como la posi- tar así la presión transmitida a estructuras subyacentes y
ción del pie. Una anteversión exagerada d el cuello femo ral ayudar al examinador a conocer mejor las esrrucruras do-
supone una o rientación del surco rroclear hacia adentro, lorosas.
provocando con ello un aumento del ángulo Q, y que cons- La valoración de los tej idos osteocartilaginosos como
tituye así una fuente potencial de dolor e inestabilidad. fue nte del dolor anterior de rodilla se realiza mediante la
compresión de la rótula contra el surco femoral. Se usan
Posición de l a rótula diferentes pruebas explorarorias para evidenciar dolor con
Se pedirá al paciente que se siente en la m esa de explora- origen en el cartílago rotuliano, entre ellas:
ciones y se procederá a observar la posición e inclinación • La maniob ra de placaje o de Zohler.
de la rótula. En condiciones normales, la rótula se encuen- • La prueba d e compresión axial rotuliana o p rueba de
tra entre los cóndilos femorales cuando la rodilla está en presión continua femoroparelar.
284 Parte 1. Cirug ía or topédica y traumatolog ía - Sección 11 1. Pelvis y miembro inferior

• La prueba de flexión mantenida provoca dolor de ori-


gen rotuliano como consecuencia de un aumento de la
presión intraósea.
• El signo del cepillo.

o Las maniobras de reproducción del dolor rotuliano son


muy positivas en el síndrome doloroso femoropatelar.

Maniobras ex ploratorias
de inestabilidad femoropatelar
La inestabilidad lateral de la rótula es valorada mediante
las pruebas de movilidad lateral-medial comentadas ante- Figura 23-10. 1magen de resonancia magnética. Visón lateral. Con-
riormente. La inestabilidad medial de la rótula es mucho dromalacia rotuliana en la rodilla derecha de una jugadora de tenis.
menos frecuente que la lateral. Para su evaluación, se rea-
liza la prueba de la subluxación medial de la rótula de ras óseas aun cuando la superficie cartilaginosa perma-
Fulkerson, en la que se aplica una presión de dirección me- nezca mtacta.
dial sobre la rñtula con la rodilla en extensión completa. • Causas químicas. La lesión del cartílago hace que se des-
La prueba de aprehensión patelar de Fairbanks provoca prendan pequeñas partículas al líquido sinovial con li-
dolor y defensa con el desplazamiento lateral de la rótula, beración de enzimas (catepsinas), que causan mayor re-
cuando la rodilla está a 20 grados o 30 grados de flexión. blandecimiento y rotura de dicho cartílago junto con
inflamación de la membrana sinovial. Este mecanismo
desempeña un papel más importante en la artrosis.

o Las maniobras exploratorias de inestabilidad femoropa-


telar debe n ser realizadas para descartar una ca usa me -
cánica en el síndrome doloroso femoropatelar.
Se puede provocar dolor forzando la flexión de la rodilla,
durante la palpación de las carillas articulares de la rótula,
desplazando lateralmente la rótula con la rodilla flexiona-
CONDROMALACIA ROTULIANA da 20-30 grados y al provocar el choque de la rótula con-
tra el fémur (en flexión de 10-15 grados se explora la por-
En condiciones normales, la rótula se mueve superoin fe- ción distal de la rótula y en flexión mayor la proximal).
riormente sobre la tróclea femoral durante los movimien- En caso de antecedente de luxación o subluxación reci-
tos de flexoextensión de la rodilla. En la extensión com- divante de la rótula, los pacientes presentan, con frecuen-
pleta se sitúa por encima de los cóndilos femorales y en cia, inestabilidad rotuliana, que, en ocasiones, afecta a la
contacto con la almohadilla grasa suprapatelar. A medi- articulación de la rodilla y llega a producirse la caída. Du-
da que la rodilla se flexiona, el contacto emre las superfi- rante los movimientos de flexoextensión de la rodilla se
cies articulares de la rótula y la rróclea femoral se va in- producen roces y chasquidos de la rótula sobre el fémur.
crementando y se van modificando las áreas de contacto En un 50% de los pacientes se aprecia una crepitación,
patelofemoral. crujidos o chasquidos; también palpables en los movi-
mientos de flexoextensión de la rodilla.
El ángulo Q suele estar aumentado y es frecuente la pre-
La patología femororrotuliana produce dolor típico en la sencia de pronación del retropié.
cara anterior de la rodilla que aparece cuando se mantie-

o ne la flexión de rodilla durante un tiempo. El dolor em-


peora con actividades como bajar escaleras o correr por
terrenos ondu lados. pero también es más intenso tras
Con el paciente en decúbito supino y la rodilla comple-
tamente extendida pueden aparecer anomalías en la movi-
lidad rotuliana.
Puede encontrarse u na mayor sensibilidad durante la
una prolongada flexión de rodilla.
palpación en la superficie medial de la rótula, aunque se
ha observado que es el signo menos fiable de es ta patolo-
Dado que el cartílago articular carece de terminaciones gía.
nerviosas y es insensible, se han propuesto como causas de Es raro que aparezca líquido libre en la articulación de
la aparición de dolor: la rodilla. Si hay derrame arti cular suele ser moderado y
• Degenemción basal. La pérdida de la estructura del colá- transirorio. Puede aparecer un edema del cuádriceps y
geno {que prorege durante la compresión) provoca que la atrofia en etapas muy avanzadas, pues ro que el dolor limi-
carga sea soportada por el hueso subcondral. En las des- ta la función del cuádriceps y se vuelve hipotónico.
alineaciones esta situación es frecuente por el mal repar-
tO de las cargas, pero también se da en los casos de ten-
sión excesiva, como gestos deportivos (Fig. 23- 1O) o
El ángulo Q aumentado es un factor de riesgo para el de-
sarrollo de condromalacia.
o
traumatismos. Pueden existir reblandecimiento y fisu-
23 • Patología de la rótula: condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la rótula 285

• Se realizará la prueba de Laségue para descartar radicu-


Diagnóstico y valoración lopatía del nervio ciático. Prueba del reflejo rotuliano.
Se realiza una anamnesis en la que quedará reflejado el tipo Valorar la integridad de los ligamentos colaterales de la
de dolor, momento de aparición y evolución. Se puede uti- rodilla, la integridad de los ligamentos cruzados y posi-
lizar la Escala Visual Analógica (EVA) para cuantificar el bles daños meniscales.
dolor. Es imponance conocer la existencia o no de algún
antecedente de cipo traumático, subhDcaciones, luxaciones
rotulianas. Sensación de inestabilidad o bloqueos, sensa-
ción subjetiva de subluxación y episodios clínicos de derra-
Ante la sospecha de una condromalacia, la exploración
clínica y la anamnesis deben ser completas para descar-
o
tar cualquier posible pa tolog ía.
me, crepitación o impotencia funcional. Conocer si el pa-
ciente realiza o no actividad física y de qué tipo.
El diagnóstico visual se realiza en biped escación, con los
pies en posición neutra, con el fin de analizar el repano de Diagnóstico por imagen
las cargas en el pie. Un aumento de carga en el talón, fre- Puede ser realizado mediante d istintas pruebas, como son:
cuentemente, ocasiona un sobreesciramiento en la rodilla • Radiografía.
y cadera que equilibran el cenero de gravedad, acortando • Resonancia magnética (RM).
el cuádriceps. Un aumento de carga en la p aree anterior del • Tomografía computarizada (TC).
pie lleva la cadera por delante del eje longicudinal del cuer- • Escáner.
po, que se compensa con la elevació n de la pelvis y el des- • Artroscopia.

o
plazamiento hacia atrás de la columna vertebral dorsal. El
cuádriceps se esti ra y aumenta la presión sobre la rótula.
La artroscopia con frecuencia se convierte en prueba
También hay que valorar la marcha.
diagnóstica de la condromalacia.
Igualmente, conviene observar si existe gentt vafgum,
gemt varum, gemt remrvatum y convergencia o divergencia
de las rótulas.
En sedestación y con las piernas colgando fuera de la ca- Diagnóstico diferencial
m illa, se valora la crepi tación de la rótula. Se le pide al pa- Para establecer el diagnóstico de condromalacia rotuliana,
ciente una extensión activa de la rodilla a la vez que se le es preciso descartar antes o eras entidades patológicas como:
hace una resistencia en la paree inferior de la pierna. • Fracturas rotulianas o rótula bipanita.
En d ecúbito supino, con los p ies en posición neutra, se • Inestabilidad rotuliana, lm:aciones y subluxaciones de
valora el ángulo Q. Se observa la atrofia del cuádriceps (se rótula.
compara la medida circunferencial de ambos muslos). • Patología meniscal. Se confunde con la condromalacia
Mediante la palpación se examina la temperatura y el por el aumento de sensibilidad en las líneas articulares.
rubor, y se realiza la prueba de golpeteo o de choque rotu- • Síndrome de Hoffa (síndrome adiposo infrapatelar).
liano para descartar signos de inflamació n y/o derrame. Se Asociado con dolor sobre la bolsa inmediatamente de-
han de palpar los recináculos medial y lacera!, el cóndilo fe- bajo del polo inferior de la rótula. Es una causa poco co-
moral medial, las inserciones del cuádriceps y el tendón ro- mún de dolor a nterior de rod illa.
tuliano. Se palpará también la inserción del tracto iliocibial • Bursitis prerrotuliana e infrarrotuliana. Se puede infla-
en el tubérculo de Gerd y en el cóndilo cibiallaceral y las mar por un traumatismo repetitivo o por una enferme-
inserciones de los músculos de la paca d e ganso en el cón- dad sistémica de cipo gota. Durante los movi mientos de
dilo cibial medial. flexión y extensión puede crepitar.
Se precisa hacer estas exploraciones en tensión, para li- • Plica sinovial. Las tres plicas sinoviales que rodean la ró-
mitar la presión transmitida a estructuras subyacentes y tula pueden engrosarse y fibrosarse, y ocasionar dolor,
ayudar al examinador a conocer mejor las estructuras do- además de bloqueos y crepitación en la flexoexcensión
lorosas. de rodilla, pudiendo fibrilar el cartílago articular. La pli-
Puede encontrarse un aumento de la sensibilidad d e las ca m edial es la que con más frecuencia p resenta los sín-
líneas articulares en la condropacía rotuliana, al igual que tomas.
en una afectación meniscal. La faceta medial es un lugar de • Osceoarcricis. Se da principalmente en la face ta lace-
dolor frecuente en la condromalacia rotuliana. ra! de la rótula y no en la medial, como en la condro-
Se valorará la movilidad articular y la flexibilidad mus- malacia.
cular. La movilidad del miembro inferior, con movimien- • Osceocondricis disecante d e la rodilla. Su aparición es
tos de flexoexcensión, abducción-aducción (varo ® -valgo rara, pero sus síntomas pueden confundirse con una
para la rodilla) y rotaciones en la cadera, rodilla y tobillo, condromalacia pacelar.

o
con el fin de localizar algún bloqueo o limitaciones en el
movimiento que puedan afectar a la rodilla. Además:
Es preciso un correcto diag nóstico diferencial para des-
• Se estudia la movilidad de la rótula p asiva y activa. cartar entidades patológicas antes de establecer el diag-
• Se realiza un balance muscular del cuádriceps para va- nóstico de cond romalacia rotu liana.
lorar la fuerza.
286 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Es im portante llevar un protocolo de estiramienros del


Tratamiento cuádriceps, tríceps sural, isquio tibiales y cintilla ilio tibial.
El abordaje terapéutico puede ser d esde una perspectiva Es importanre también el equilibrio muscular.
conservadora, quirúrgica y fisioterapéutica. Entre las técnicas fisioterapéuricas de electromedicina
se usan los ultrasonidos, la fonofo resis GD , la ionoforesis
Médico con AINE, las corrientes interferenciales y el láser; aunque
La mayoría de los tratamientos son paliativos, para mejo- con pocas pruebas científicas, son muy utilizadas para ali-
rar los sínromas y/o proteger el cartílago o ayudar a su re- viar el dolor.
generación. Se pued en destacar: paracetamol, anriinflama- La punción seca (GEl véase Vol. 1, capítulo 191 es también
torios no esteroideos (AlNE), analgésicos tópicos, opioi- urilizada y se hace unida al tratamiento miofascial [GEl véa-
des, sulfato de glucosamina, condroitín sulfato, inyección se Vol. 1, capítulo 14.
intraarticular de ácido hialurónico. También se puede in- La electrólisis percutánea intratisular (EPI) es un nuevo
tervenir a rravés de la dieta con las vitaminas A, C, O , co- tratamiento [oe> véase Vol. 1, capítulo 201, pri ncipalmenre
lágeno, calcio, o ácido graso omega 3. utilizado para los tejidos blandos. Es habitual su uso para
Además de los tratamientos paliativos, es muy impor- la tendinopatía roruliana y cuadricipital, q ue p ueden estar
tante educar al paciente y convertirlo en parte activa de su asociadas a una condromalacia.
patología. Hay que establecer un protocolo para restaurar Existen otras muchas técnicas q ue también se han utili-
una actividad y fuerza muscular adecuadas, mejorar el zado, pero que carecen de evidencias científicas respecto a
equilibrio y coordinación y conseguir una buena funciona- su eficacia.
lidad. Debe ser gradualmente progresivo e incluir diferen- Es importanre el fortalecimiento muscular del cuádri-
tes métodos. ceps.
Además, en el oEJ Vol. 11. capítulo 24, el lector encon-
Quirúrgico trará profunda me nte d etallados codos los aspecws del
El tratamiento quirúrgico es inevitable en numerosas oca- tratamiento de fisioterapia en la patología femoropa-
sio nes por la cantidad de problemas y molestias que tiene telar.
el paciente. Sin embargo, se debe tener en cuenra que, a
pesar de que la cirugía tenga buenos resultados, mucho de- LUXACIONES DE LA RÓTULA
penderá también de la cooperación del paciente durante el
proceso de rehabilitación. La luxación traumática de la ró rula es una patología rara
Existen d iversas acciones quirúrgicas que pueden ser (véase el capítulo 33, apartado Luxación congénita de ró-
útiles en la resolución del problema, dependiendo de los tula) . Se produce por un t raumatismo muy violento. Las
requerimientos y del agente causal de la condroparía. luxaciones traumáticas predisponen a más luxaciones
(Fig. 23 -11).
Fisioterapéutico Existen d iferentes tipos:
Cad a paciente recibirá un tratamiento diferente, adecua- • Luxación externa incompleta: se luxa y vuelve a su si tio.
do a sus síntomas predominantes o más invalida ntes. De • Luxación frontal exrerna: se luxa completamente y pue-
ahí que no exista un protocolo estandarizado para esta de volver a su sitio.
patología. • Luxación externa completa: no vuelve a su sitio.
Los objetivos se o rientarán a disminuir el dolor, flexibi- • Luxación vertical.
lizar la musculatura acortada, fortalecer las d ebilidades
musculares, recuperar la funcionalidad y reeducar postu-
ralmente al paciente con una buena alineación del miem-
bro inferior.
Es importante la educación ergonómica del paciente
[oe> véase Vol. 1, capitulo 11 y evitar posturas con excesivas
cargas, flexión de rodillas o desalineación del miembro in-
ferior. Indirectamente, una mala postura en anteversión
pélvica, junto con una hiperlordosis lumbar, llevan consigo
el acortamiento del cuádriceps que interfiere en la rótula.
Todo esto se com plementará con un tratamiento de
criorerapia local para disminuir el dolor y el edema. Inmo-
vilización articular, para reducir las cargas, el dolor y el
edema.
El vendaje roruliano puede mejorar el dolor, además de
ser una fuente de propiocepción para la articulación femo-
ropatelar. El uso del taping suele dar buenos resultados en Figura 23-11. Tomografía computarizada de rodilla. Nótese la lu-
el síndrome del dolor femoropatelar loe> véase Vol. l. capitu- xación. A propósito de un caso de luxación recidivante de rótula en
lo 17 y ca pit ulo 18. un jugador de baloncesto.
23 • Patología de la rótula : condropatía, condroma lacia, luxación y fracturas de la rótula 287

Dislocación de la rótula Figura 23-1 2. Luxación de la ró-


tula.
Posición normal
de la rótula

Tendón del
cuádriceps

Desplazamiento Posición normal


lateral de la rótula de la rótula

• Luxación invertida lateral completa: ~e luxa la cara arti- como cuando acompañan a una luxación completa de rodi-
cular, se invierte la rótula y se encuentra la rótula en- lla. En este capítulo no se tratarán las luxaciones congénitas
frentada a la rodilla por la paree no articular. de rodilla, ya que es una patología de muy baja incidencia
• Luxación horizontal o intraarticular. {0,01 7 casos por 1.000 nacidos vivos); no obstante, se pre-
• Luxaciones asociadas a otras patologías (fracturas). senta un caso (vease el caso clínico 23-2).
Su diagnóstico generalmente es clínico, porque ya lle-
gan reducidas a urgencias. En la radiología co nvencional

O Las luxaciones exte rna, vertical e invertida son las más


frecu entes y más fáciles de reducir.
se podría ver la rótula fuera d e su sirio (Fig. 23-14), frag-
mentos desprendidos, o d errame hemático si se aplica ten-
sión, si se hubieran producido.
A veces las luxaciones se pueden acompañar de hemarrros si
se ha roto el alerón (Figs. 23-12 y 23-13), o d e lipohemar- Tratamiento
tros, que es médula ósea. Lo normal es que un a luxación Preferentemen te, debe ser conservador; pero cuando la le-
pueda ser reducida. Las luxaciones irreductibles son raras, sión es recurrente, suele ser necesaria la intervención qui-

Figura 23 -1 3. Fractura de ró-


tula.
288 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

rúrgica. En ese caso, es conveniente realizar una TC con


dos imágenes: una en contracción (Fig. 23-ISA) y otra en
relajación (Fig. 23-ISB) del cuádriceps, para observar dis-
crepancias de alineación rotulianas y verificar la incompe-
tencia o no del músculo, para estabilizarla.
El tratamiento conservador con siste en la reducción e
inmovilización con una calza de escayola.
El tratamiento quirúrgico es necesario para restaurar la
anatomía ligamentosa y articular y preven ir nuevas luxacio-
nes, puesto que la probabilidad de recidiva es alta con el tra-
tamiento conservador. Generalmente, mediante arrroscopia
se hace una sutura del alerón, una fijación o una extirpación
de fragmentos óseos o condrales. En ocasiones, es p reciso re-
currir a la cirugía convencional mediante la transposición de
la tuberosidad ribial anterior (TTA), según la técnica Ma-
quee I (el avanzamienro de la TTA p ara la artrosis fe moropa-
relar aislada) o Maquee TI, es decir la combinación de osreo-
romía tibial y el avanzamiento en caso de gonarrrosis con
desaxación y participación rotuliana (Maquet, 1976); o
practicando una osteotomía e interponiendo injerro óseo, fi-
jándolo mediante osreosínreris (uno o dos tornillos de es-
ponjosa), o también como propuso Insall (1979 y 1994) me-
diante realineación proximal, realizando una capsulorrafía
medial, con transposición a la línea media del vasto medial,
con plicarura del vasto interno (Figs. 23- 16 y 23-17). En ca-
Figura 23-14. Radiografía axial de rótula derecha. Nótese como la
rótula está desviada.

Figura 23-15. Tomografía computarizada de rótula. Un caso de lu-


xación recidivante en un jugador de baloncesto. Imagen preopera- Figura 23-16. Luxación recid ivante de la rótula derecha. Radiog ra-
toria . (Al Con contracción del cuádriceps. (BI Con relajación del fía previa a la intervención quirúrgica. (Al Proyección anteroposte-
cuádriceps. rior. (BI Proyección latera l.
23 • Patología de la rótula: condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la rótula 289

sos más avanzados, se realiza osreoclasria de la TIA; y en los


más graves, osteotomía para alinear el eje femorotibial.
En el oe Vol. 11, capítulo 22, el lector encontrará p rofun-
damente detallados todos estos aspectos del tratamiento de
fisioterapia en las luxaciones de rótula.

FRACTURAS DE LA RÓTULA
La rótula (patela) es el hueso triangular y g rueso que
protege la parte frontal de la articulación de la rodilla.
Las fracturas de rótula representan un 0,5- 1,5 o/o del to-
ral de las fracturas. Su comportamiento es muy variado
y dependen de la intensidad del trauma. Se producen
Figura 23-17. Luxación recidivante de la rótula derecha. Radiogra- por un traumatismo directo en la parte anterior de la
fía posterior a la intervención quirúrgica realizada (transposición rodilla o a causa de un traumatismo indirecto debido a
de la tuberosidad tibia! a nterior, medializándose y fijándose con
1-2 tornillos de rosca parcial, sin injerto!. (Al Proyección antera-
la intensa tracción ejercida por el cuádriceps, o por el
posterior. (8) Proyección lateral. efecto palanca que sufre la rótula en su apoyo sobre el
fé mur, o por la fijación del tendón roruliano. General-
mente el mecanismo es mixto, directo e indirecto, aun-
que la causa más frecuente suele ser una caída acciden-
tal contra el suelo.
Las fracturas de la rótula puede n ser clasificadas en
desplazadas o no desplazadas, que posteriormente se
subdividen, según su co nfi guración, en transversas, ver-
ticales, marginales, osteocondrales y conminutas. Tam-
bién se clasifican en función de si hay o no interrupción
del aparato extensor. En la práctica clínica, las clasifica-
ciones empleadas se basan en el mecanismo d e lesión
(directo o indirecto), el grado de desplazamiento y en la
configuración de la fractura; las transversas son las más
frecuen ces.
La Orthopttedic Tmumtt Association (OTA) emplea un
sistema que clasifica las fracturas en eres grandes grupos,
Figura 23-1 B. Fractura de rótula. Radiología conve ncional. (Al Pro- que a su vez se subdividen y obtienen un código para cada
yección anteroposterior. IBI Proyección Lateral. subtipo de fractura.

Figura 23-19. Fractura de rótula. Tratamiento quirúrgico mediante cerclaje con bandas a te ns ión. (A) Imagen anteroposterior. (8) Ima gen
later al. (C) Imagen axia l de rótula.
!90 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

• Las de tipo A son extraarriculares. miento de los fragmentos, así como la existencia de fractu-
• Las de tipo B son intraarticulares parciales. ras desplazadas verticales y parcelarias. Para las fracturas
• Las de tipo C son intraarriculares completas. osteocondrales se precisará una RM y/o arrroscopia.

Sintomatología Tratamiento
El cuadro clínico está determinado por el traumatismo y, por El objetivo del tratamiento es reparar el aparato extensor,
tanto, se podrá encontrar separación de fragmentos por la reponer la superficie articular y restablecer la función del
tracción del cuádriceps, hemartros y la extensión de la rodi- aparato extensor.
lla alterada. En la exploración física se aprecia dolor localiza- El tratamiento conservador está indicado en fracturas con
do en la cara anterior de la rodilla lesionada, tumefacción y mínimo desplazamiento, con separación escasa o nula y en las
es habitual la ocupación articular por hemarrros. La presen- longitudinales con mecanismo extensor inracro. El tratamien-
cia de flictenas, así como contusiones o abrasiones, propor- to quirúrgico es muy variado y depende en especial de la confi-
ciona información acerca de la intensidad del traumatismo y guración de la fractura. Es habitual el cerclaje, simple o con
del grado de afectación de los tejidos. En las fracturas osteo- bandas d e tensión (Fig. 23-19). No es infrecuenre que asiente
condrales se encuentran síntomas de cuerpo libre intraarticu- una fractura de rótula sobre prótesis total de rodilla (véase el
lar, &llos de la rodilla y hemartros con gotas de grasa. caso clínico 23-1). L< evolución, si no hay complicaciones, sue-
le ser favorable, incluso en casos graves !® vídeos 23- 1 y 23-2).
Diagnós tico En el GEl Vol. 11, capítulo 22, ellecror encontrará profun-
En el diagnóstico, la exploración radiológica (Fig . 23-18) damente detallados todos estos aspecros del tratamiento de
es necesaria para precisar el tamaño relativo y el desplaza- fisioterapia en las fracturas de rótula.

RESUMEN

• Existen muchas causas de trastornos rotulianos que pue- luxación de la rótula. Aunque las luxaciones de la rótula
den clasificarse según la afectación del cartílago: puedan ser mayoritariamente de etiología traumática, en
no pocas ocasiones se originan por una mala alineación.
- Daño cartilaginoso patente: condromalacia, artrosis,
traumatismos directos, fracturas osteocondrales, os- • El síndrome doloroso femoropatelar es uno de los desór-
teocondritis. denes más comunes de la rodilla. Se han descrito seis es-
tructuras anatómicas principa les como origen del dolor: el
- Daño ca rtilaginoso variable: síndromes de alineación vi- hueso s ubcondral, la membrana sinovial, los retináculos,
ciosa, pliegues sinoviales. la piel, el músculo y los nervios. Este s índrome puede apli-
- Cartílago habitualmente conservado: causas prerrotu- carse al dolor provocado por va rias entidades nosológicas
lianas lbursitis y tendinitisl. síndromes por sobrecarga que provocan dolor anterior de rodilla :
luso excesivo l. distrofia simpática, anomalías rotulianas. - Síndrome de hiperpresión externa.
• Las alteraciones de la articulación femoropatelar son cau- - Inestabilidad rotuliana.
sa común de dolor anterior de rodilla y, atendiendo a su
- Condromalacia rotuliana.
causa, se diferencian dos grupos: uno con lesiones focales,
que pueden ser definidas clínica y radiológicamente, y otro - Artrosis femoropatelar.
con problemas dinámicos como mala alineación, síndrome
- Osteocondritis disecante de rótula.
de hiperpresión externa, condroma lacia o dolor psicógeno.
- Bursitis, tendinitis, distrofia simpaticorrefleja, etcétera.
• Se han estud ia do de forma global las patologías compren-
didas en el denominado síndrome doloroso femoropatelar. • Existen también otras patolog ías generadas por sobreuso y
Éstas son la condropatía rotuliana, la condromalacia y la que se asocian al dolor anterior de rodilla !véase el glosario).

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morc: Williams & Wi lkins. mcncana.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer la etiopatogenia de las patologías capsuloligamen ta rias de la rodilla.


• Aprender el manejo clínico de las personas con estas patologías ligamentarias.
• Fa miliarizarse con los procedimientos quirúrgicos empleados en el tratamien to de las patologías capsuloligamen-
tarias de rodilla.

INTRODUCCIÓ N cura en menos del 5 o/o de las fibras. Tratamiento méd i-


co y fisioteráp ico de alrededor de 3 semanas.
Las estructuras capsuloligamenrarias de la rodilla, c uya • Esguince de segundo grado: lesión de gravedad me-
función es la estabilización articular, pueden dividirse en dia, con mayor desgarro de fibras (de uno a dos tercios),
un pivote central y unas estructuras periféricas. A su vez se mayor dolor y reacció n articular, movilidad ligeram en-
puede dividir el pivote central en ligamemo cruzado ante- te anormal y d iscreta laxitud. Se habría producido la ro-
rior (LCA) ((B vídeo 24-11 y posterior (LCP) I(B véase vídeo cura del 40-50 o/o de las fibras. Tratam iento ortopédico
24-2); las periféricas, en cara anterior (aparato extensor), y fisioterápico de hasta 6 semanas.
cara posterior (complejo capsular posterior), cara externa, • Esguince de tercer grado: lesión grave, con rot ura
con el complejo capsuloligamentario externo, d el que se completa del ligamento, dolor espontáneo leve y vivo
destaca el ligamento lateral externo (LLE), y la cara inter- duranre la palpación, con gran reacción articular, movi-
na, con el complejo capsuloligamenrario interno, del que lidad limitada, sensación de inestabilidad y clara laxi-
se destaca el ligamento lateral interno (LLI). En este rema tud. Tratamiento ortopédico o q uirúrgico y fisioterapia,
se tratarán, fundamentalmente, las lesiones del LCA, LCP, con un tiempo de recuperación según el ligamento afec-
LLE y LLI. tado muy alargado de hasta 6 meses.
Las lesiones de los ligamentos de rodilla más conocidas
como esguinces (véase el capítulo 7, apartado Esguinces)
quizás son la patología más frecuente en la medicina de-
portiva, sobre todo en determinadas disciplinas como el
La clasificación de las lesiones ligamentarias de rodilla
más utilizada es la que divide en tres los grados de gra-
vedad.
o
fUrbo!, baloncesto, esquí, rugby, etcétera.

CLASIFICACIÓN Antes de desarrollar el tema, conviene aclarar que los


términos laxitud G> (Tabla 24- 1) e inestabi lidad G> no sig-
Si bien es cierto que existen otras clasificaciones, que por nifican lo mismo.
ejemplo toman en cuenta el porcentaje (o/o) de fibras da-
ñadas, lo cierro es que la más uti lizada es la que las divi-
Tabla 24-1 . Graduación empleada para medir la laxitud
de en tres los grados de gravedad. C lásicamente se han anterior de la rodilla y que puede utilizarse en todas
clasificado los esguinces en tres categorías que, funda- las incompetencias capsulollgamentarias (varo, valgo,
menralmence, se utilizan para las lesiones de los ligamen- anterior y posterior( articulares
tos laterales:
O= Normal
• Esguince de primer grado: lesión benigna, con elon-
+=Traslación anterior< 0,5 cm
gación o microdesgarros de fibras del ligamenro menor
++= Traslación anterior 0,5-1 cm
de un tercio, con dolor local, sin alteración de la movi-
+++= Traslación ante rior > 1 cm
lidad y sin inestabilidad ni laxitud. Se produciría la ro-

293
l94 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Tabla 24-2. Mecanismos lesionales de los ligamentos • Tríada externa: LLE +menisco externo+ LCA (LCP).
de la rodilla • Pentada interna: lesiones capsuloligamentarias Ínter-
nas + LC A + LCP + m eniscos.
Mecanismo • Pentada externa: lesiones capsuloligamentarias externas +
Valgo puro LLI LCA + LC P + menisco externo, poplíteo, bíceps femoral.
• Luxaciones: prácticamente las pencadas se consideran
Valgo-rotació n externa LLI + LCA también una luxación de rodilla. Aunque en sentido es-
Hiperextensión LCA 1+ LCP) tricto no estén luxadas en el momento de la explora-
ción, las lesio nes anatómicas q ue presentan son comu-
Flexión de 90 grados con desplazamiento LCP nes. P ueden dividirse según la posición de la tibia res-
posterior
pecta al fémur: anterior, posterior, externa e interna.
Hiperflexión LCA
Varo-rotación interna LLE + LCA
LCA: ligamento cruzado anterior; LCP: ligamento cruzado posterior; LLE:
ligamento lateral externo; LLI : ligamento lateral interno.
La lesión combinada más frecuente es la tríad a interna:
lesión del LLI + lesión del menisco interno + LCA. o
CUADRO CLÍNICO
ETIOPATOGENIA
El paciente acude a la consulta refiriendo un antecedente
Los mecanism os puros de lesión ligamenraria son cuatro: traumá tico. El mecanismo de producció n orientará al fi-
fuerzas en valgo, en varo, en hiperextensión y en flexió n sioterapeuta hacia el tipo de lesió n. También o rientarán
con desplazamiento posterior, a los que se asociará, en mu- hacia la gravedad de la lesión los sínromas q ue refiere el pa-
ch os casos, un movimiento de rotación . ciente. Así, las lesio nes leves generalmente evolucionan en
Los mecanismos lesionales y sus consecuencias aparecen tres tiempos (dolor, sedació n, reaparición del dolor); en
detallados en la tabla 24-2 de una forma simplificad a. cambio, las sensaciones de chasquido, de dislocación arti-
Así, se pueden encontrar en la p ráctica, por ejemplo, del cular y de inestabilidad (sensación de que «la rodilla se le
fútbol las siguientes situaciones: van) son indicativos de lesión grave. La im potencia funcio-
o Valgo puro: patada en la cara externa de la rodilla con nal no es siempre paralela a la gravedad, ya que a veces con
el pie apoyado en el suelo. una rotura del LCA se puede caminar y con un esguince
o Valgo-rotación externa: la mism a situación anterior leve del LLI se p uede tener d ificultad para caminar por el
sólo que lo habi tual es que se p roduzca u n movim iento dolo r. La rapidez de aparició n del derrame articular tam-
de rotación externa al tener fuertemente apoyado el p ie bién es orientat ivo de lesión grave.
en el suelo .
• H iperextensión: por ejem plo el chute de u n jugad or al
vacío.
• Flexión de 90 grad os de rod illa con u n desplazamiento
La sensación de inestabilidad es síntoma de lesión grave;
y la aparición precoz de derrame en forma de hemartros
o
es signo de gravedad.
posterior de la extremidad superior de la pierna: patada
sobre la parte proximal d e la p ierna con el p ie fijo en el
suelo y la rodilla flexionada.
• Hiperflexión: caída de un jugado r desde cierta altura Exploración clínica
con la rodilla m uy flexionada. La inspección física mostrará la presencia o no de derrame.
• Varo-rotación interna: el jugador tras un salto de cabeza La punción lartrocentesis] e del derrame y la presencia de
cae al suelo y pierde el equilibrio; cae hacia delante con la sangre orientará hacia una lesión del p ivote central, en es-
pierna en rotación interna y fuerza la rodilla en varo. pecial del LCA. La presencia de gotas de grasa en la sangre
hará p ensar en un arrancamiento óseo o en una fractura.
Pueden encontrarse lesiones ligamenrarias aisladas o com- Si no existe antecedente traumático reciente, pueden obte-
binad as; éstas últimas son muy variadas, desde las «tríadasn nerse derrames de líquido sinovial de tipo mecánico en las
hasta las luxaciones de rodilla. Es clásica la denominada lesiones crónicas o subagudas; más característico de las le-
tríada unhappy de O'Donoghue (1 950), que consiste en siones del LCP crónicas es la obtención de u n líquido sino-
u na lesión del LLI más una lesión meniscal más una lesión vial de aspecto de «agua de lavar carne». También en la ins-
del LCA, y, aunque; en principio, fue descri ta como daño pección física se puede valorar e n las lesiones crónicas d el
de menisco interno, se ha demostrado (S helbourne & LCP el signo de la caída tibial hacia atrás o signo del «hacha-
Nitz, 1992) que es más frecuente la asociación con lesió n ZO», cuando se coloca la rodilla en flexión de 90 grados.
meniscal externa (O'Donoghue, 2004) . Actualmente, la La p alpación d e p untos dolorosos, en especial en los tra-
experiencia clínica ha mostrado que estas lesiones combi- yectos de los ligamentos laterales, puede ser indicativo de
nadas pueden ser: lesión en éstos.
• Tríada interna: lesión del LLI + lesión del menisco in- Las maniobras exploratorias de laxitud articular, en la
terno + LCA (o más raro e l LCP). mayor parre de las ocasiones, ofrecen el d iagnóstico y per-
24 • Les10n es l1ga m entanas de rod1lla 295

Figura 24-1. Exploración de laxitud en valgo para ligamento lateral Figura 24-3. Maniobra de cajón posterior.
interno.

miren decid ir el tratamiento; ponen en tensión los liga- • Cajón anterior: se realiza como la mayor parte de las
mentos que se sospecha están lesionados y deben realizar- man iobras, con el paciente en decúbiro supino con la
se siempre comparando con el lado sano. Enrre las más im- cadera flexionada unos 45 grados, rodillas a 90 grados y
portantes se encuentran: pie fijo sobre la camilla al sentarse el explorador sobre
• Pruebas de varo y valgo forzados: se realizan con la él. Se roma la tibia proximal entre el pulgar y los demás
rodilla a O grados y a 30 grados de flexión, de mane ra dedos de la mano, palpando con estos últimos dedos la
que en valgo forzado a O grados se explora la cápsula pos- relajación de los músculos isquiotibiales en la maniobra
terointerna y el LLI, y en varo, la cápsula posteroexterna y del cajón anterior. Se efectúa una tracción firme en di-
el LLE. A 30 grados de valgo (Fig. 24-1) y varo se explo- rección anterior y la existencia de un mayor desplaza-
ran, respectivamente, el LLI (Fig. 24-1) y el LLE aislados. mienro que la sana y un tope blando pueden indicar
• Prueba de Lachman-Trillat (Fig. 24-2): es la principal una lesión del LCA.
prueba para realizar en una rodilla «aguda» y se explora • Cajón posterior: la posición de partida es la misma,
con la rodilla en ligera flexión de unos 30 grados. El ex- pero se imprime un movimiento de traslación posterior
plorador con una mano sostiene firmemente el fémur a la tibia (Fig. 24-3) . En este caso sería ind icativo de
del paciente y con la otra roma la tibia y la rracciona ha- una lesión del LCP.
cia delanre, de manera que si existe una excursión ante- • Pruebas dinámicas: evalúan la laxitud funcional de la
rior y el punto final es blando o débil se puede concluir rodilla con déficit del LCA o del LC P. En rodillas agu-
que el LCA está lesionado. Existe también un Lachman das es difícil realizarlas por el dolor y el déficit de movi-
posterior. lidad del paciente. H ay varias p ruebas descritas, pero se
nombrarán las que m ás se util izan:

o En una lesión aguda, la maniobra exploratoria de elección


es la prueba de Lachma n-Trilla t.
- Pivot-shift: con el paciente en decúbito supino, el ex-
p lorador aguanta la extremidad con la rodilla en ex-
tensión, cadera en flexión menor de 45 grados, roma
el pie con una mano e imprime una rotación interna
a la extremidad, mientras que con la otra, a la altura
de la cara externa de la rodilla, se le imp ri me un val-
go a la rodilla y se flexiona obteniendo, cuando exis-
te una rotura del LCA, una sensación de salto o des-
plazamiento posterior de la tibia sobre el fémur, que
es causada por la reducción de la subluxación ante-
rior de la tibia.
- Reverse pivot-shift. para las lesiones del LCP. Con el
paciente en decúbito supino. Se realiza partiendo de
una flexión de la rodilla de 90 grados donde está su-
bluxada y se pasa a la posición de extensión completa
imprimiendo un valgo a la rodilla y una rotación ex-
terna al pie donde se reduce la subluxación posterior.
- O tras: pruebas de Jerk, Slocum, Losee, etcétera.
- Para la medición objetiva de la laxitud ameroposte-
Figura 24-2. Maniobra de Lachman-Trilla t. rior hay varios dispositivos técnicos, entre los que se
296 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

pueden destacar el arrrómero KT-1000, que es una


máquina que cuanrifica el desplazamienro amero- Ecografía
posterior de la rodilla. La ecografía no tiene utilidad para las lesiones ligamenra-
nas.

o Las maniobras exploratorias de laxitud articular son


diagnósticas, permiten decidir el tratamiento y deben
realizarse siempre comparando con el lado sano.
Resonancia magnética
Es junto a la exploración física la herramienta más útil para
el diagnóstico de las lesiones ligamenrarias, ya que permi-
te una perfecta visualización de las estructuras anatómicas
de la rodilla (Fig. 24-4) .
DIAGNÓSTICO
El diagnóstico, además de clínico, es preciso confirmarlo Otras: electromiografía y artrografía
mediante cierras exploraciones complemenrarias. Se utilizan para la valoración de lesiones neurovasculares
Las exploraciones complementarias que se pueden rea- en las luxaciones de rodilla. La artrografía prácticamente
lizar son la radiología simple y dinámica, romografía com- no se utiliza en este medio para las lesiones ligamenrarias.
putarizada (TC), ecografía y resonancia magnética (RM); En ocasiones se realiza incluso una arrroscopia diagnóstica
y otras como la artrografía y la electromiografía. (Fig. 24-5).

Radiol.ogía simple
Por lo general no indicará el diagnóstico de lesión ligamen-
caria, pero permite descartar fracturas y valorar la existen-
cia de arrancamientos óseos o avulsiones de los punros de
La exploración complementaria de elección en las lesio-
nes ligamentarias de rodilla es la RM. o
inserción de los ligamenros; por ejemplo, a la altura del TRATAMIENTO
epicóndilo femoral interno en los arrancamientos del LLI,
arrancamiento de las espinas tibiales en los niños con lesio- En cuanto al tratamiento, éste podrá ser conservador o qui-
nes de los ligamentos cruzados, etc. También puede orien- rúrgico. Se verá en cada caso de lesión ligamentaria aislada.
tar hacia una lesión del LCA la existencia de lo que se ha
denominado j7tzctum de Sego11d, que es la avulsión del ter- Lesiones de los Ugamentos laterales
cio m edio de la porción lateral de la cápsula de la meseta De forma esquemática, los ligamentos laterales pueden ci-
tibial. catrizar, puesto que están envueltos de una cobertura de
partes blandas que hace que sus extremos estén con cierta
Radiología dinámica conti nuidad y no se desplacen; además, permite una ópti-
Permite cuantificar la laxitud articular al medir el bostezo ma vascularización, que no ocurre con los ligamentos cru-
articular en las placas radiológicas. Se realiza aplicando una zados, que están dentro de una cavidad (articulación) y no
fuerza en varo, en valgo o en cajón anterior o posterior. La tienen esa cobertura que les permitiría esas condiciones
aplicación de esta fuerza puede realizarse de forma manual adecuadas de cicatrización. Además de las condiciones
o con dispositivos técnicos ideados para ello como el mo- anatómicas favorables, se debe proteger esa cicatrización
delo Telas. evitando las fuerzas de estrés sobre el ligamento afectado
mediante inmovilizaciones u ortesis.
Tomografía computarizada
No se utiliza para las lesiones ligamentarias, excepto para Conservador
arrancamientos óseos o lesiones asociadas como osteocon- También llamado médico, ortopédico y fisioterápico lo a
dritis o fracturas osteocondrales. véase Vol. 11, capítulo 23]. En la mayor paree de las ocasiones

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nóstica de lesiones ligamentarias en rodilla.
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nivel proximal lflecha). (8) Rotura dista l del ;¡


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24 • Lesion es ligamen tarias de rod illa 297

Figura 24-5. Imagen artros cópica diag nóstica. (Al Visión artroscópica de un ligam ento cruzado anterior ínteg ro. (8] Ligamento cruzado
anterior roto. ICl Plastia del ligamento cruzado anterior !compárese].

se realizará este tratamienro siempre que no existan arran-


Quirúrgico
camientos óseos o lesiones asociadas, como por ejemplo de
los ligamenros cruzados, y a veces cuando estas úlrim as Como ya se ha comentado con anterioridad, en las lesiones
exisran también se realizará en un primer momento un tra- aisladas de los ligamentos laterales es preferible el tratamien-
tam iento conservador para, en un segundo tiempo, una ro conservador, aunque hay autores que preconizan la ciru-
vez han cicatrizados los ligamentos laterales, acometer q ui- gía para los esguinces de grado III. Sin embargo, si existe un
rúrgicamente el o los ligamentos cruzados. En el esquema arrancamiento óseo de la inserción del ligamento, se proce-
de la tabla 24-3 aparece detallado el tratamiento conserva- derá a la reducción y osteosínresis del fragmento, utilizando
dor de estas lesiones ligamenrarias. generalmente un tornillo de esponjosa con arandela o una
grapa, seguido de una inmovilización antiá.lgica en discreta
flexión inferior a 20 grados de rodilla para relajar el ligamen-

o El tratam ie nto conservador se a poyará bás ica mente en


una m ovilización precoz y en una r ápida recuperación de
la función .
to hasta la retirada de los punros, y, posteriormente, rodille-
ra orropédica con articulaciones laterales y fisioterapia para
la reincorporación a su actividad a partir de los 3 meses.

Una com plicación del tratamiento conservador es la en-


fermedad d e PeUegrini-Stieda, que consiste en la calcifi-
cación de la inserción femoral del LLI y cursa co n limi ta-
ción de la movilidad y dolor localizado. El diagnóstico es
Tras e l tra tam ie nto quirúrg ico de las lesiones colaterales,
está indicado e l uso de rodillera ortopédica con articula-
cienes laterales y fisioterapia para la reincorpor ació n a
s u actividad a partir de los 3 meses.
o
radiológico y el tratamiento es conservador, con reposo ,
AINE (antiinflamatorios no esteroideos), fisioterapia e in-
filtraciones, y no es rara la recidiva; en pocos casos es p re-
cisa la exéresis quirúrgica. Lesiones del ligamento cruzado anterior
Al conrrario de lo comentado para los ligamentos laterales,
las posibilidades de cicatrización del LCA son escasas. Una
Tabla 24-3. Tr atamiento conservador de lesiones rotura parcial del LCA o una rorura-desinserción proximal
ligamentarias colaterales de rodilla del LCA puede tener una míni ma posibilidad al no re-
traerse y no desintegrarse completamente sus fib ras, ya
Esguince de grado 1
que, en el primer caso, hay fi bras íntegras que pueden
• Reposo de portivo durante 10-15 días m ás un
tratamiento con frío , antiinflamatorios y programa de aporrar en algún caso una aceptable estabilidad y, en el se-
rehabilitación precoz para, en 3 semanas, reinco rporarse gundo caso, puede cicatrizar apoyado sobre la sinovial del
a s u deporte LCP, pero hay que insisti r en que son poco frecuentes es-
Es guince de grado JI ros casos. No obstante, hay aurores que preconizan el tra-
• Inmovilización a ntiálgica con férula durante unos días, tamiento conservador, aunque son los menos. Se ha de-
seguido de rodillera articulada hasta 3 semanas, mostrado in vitJ·o (Anirua, Pelacho, Prado, et al., 20 15) que
con posibilidad desde los primeros días o desde las el plasma rico en facrores de crecimiento (PRGF-Endo-
3 sema nas de un programa de rehabilitación para
reincorporase, según los casos, a partir de las 6 sema nas ret®) induce una angiogénesis que es funcionalmente efi-
a s u actividad caz, ya que facilita la capacidad de perfusión de esra n ueva
Es guince de grado 111 vascularizació n (Fig. 24-6) y atenúa la fibrosis del tejido
• Férula ortopédica o rodillera de yeso en extensión de rodilla endógeno después de una grave isquemia del músculo es-
de 4 a 6 semanas. Seguidas de un progra ma de quelético; es deci r, q ue estimula la regeneración tisular, por
rehabilitación para reincorporación a s u actividad lo que se recomienda su uti lización como procedimiento
a las 12 semanas
habitual (Vaquerizo, Sánchez, Padilla, Orive & Anirua, 201 5).
298 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 24-6. Imagen histológica. Nótese en


la imagen de la izquierda el crecimiento ti -
sular y la vascularización asociada induci-
dos por el tratamiento mediante factor de
crecimiento derivado de plaquetas (PRGF-
Endoretl!ll.

rodillera funcional (tipo Don -Joy®) d urante 3-4 semanas,


La utilización como medida terapéutica de plasma rico en

o factores de crecimiento (PRGF-Endoret ~l ha mejorado


notablemente las expectativas de éxito al estimular la re-
generación tisular.
para más tarde realizar una nueva valoración clínica; si pre-
senta pruebas dinámicas positivas, se valorará la cirugía
(véase el caso clínico 24- 1), y si son negativas, se cominua-
rá con el tratamiento conservador.
En una lesión crónica del LCA se aconseja el rratamien-
Conservador ro quirúrgico, ya que la mayoría de los pacientes acuden a
Está indicado e n personas mayores de 50 años, au nque no la consulta del fisioterapeuta refi riendo «fallos» de rodilla
hay un límite exacto de edad, sino más bien condicionado o lo que es lo mismo: presentando claros síntomas de ines-
por la situación articular (artrosis) y por la actividad física tabilidad. Ún icamente se puede optar por el tratamiento
del pacieme. Lo que siempre debe quedar claro en este tra- conservador si entra dentro del grupo de pacientes candi-
tamiemo es que tanto el médico como el pacieme deben datos al rraramienro conservador comentado con amerio-
tener un conocimiento de la situación y modificar las acti- ridad.
vidades potencialmeme peligrosas, como evitar los depor-
tes que pueden ser peligrosos para la rodilla como el fút- Quirúrgico
bol, baloncesto, tenis, frontón, ere., y en caso de practicar Cada vez se realizan más frecuente mente reconstrucciones
estos deportes saber la posibilidad de recaídas y utilizar ro- del LCA (Learhers, Merz, Wong, Scotr, Wang & Hame,
dilleras adecuadas, fundamentalmente las estabilizadoras o 2015). Una vez decidido que el tratamiento debe ser qui-
funcionales. rúrgico debe plamearse cuándo hacerlo. Está demostrado,
sin lugar a dudas, que el tratamiento quirúrgico en la fase
aguda de una rotura aguda del LCA aumenta el índice de

o El tratamiento no quirúrgico del LCA está indicado en ma-


yores de 50 años, sin manifestaciones clínicas (asintomá-
ticosl y sin actividades de riesgo.
complicación o rigidez de rodilla. Así pues, se deberá
practicar la cirugía una vez que haya cedido el dolor y la
inflamación y que el paciente haya recuperado un rango
de movilidad suficiente. En general, esto ocurre entre la
Independientemente de los condicionamientos comen- 4a y Ga semanas siguientes a la lesión. Inculcar este con-
tados hasta alwra, si la rodilla es estable en la exploración cepto en el mundo del deporte profesional es difícil, pero
física, es decir, presenta unas pruebas dinámicas negativas, es necesario realizarlo tamo a l lesionado como a su entor-
puede optarse por el tratamiento conservador, aunque en no y hacerles ver que el tiempo que teóricamente se pier-
la RM se informe de una lesión del LCA. Este tratamien- de ames de la cirugía se ganará durante la fase de recupe-
to se basa en un incenso programa de fisioterapia (véase el ración funcional.
caso clínico 24-1) : potenciación del cuádriceps y de los is-
quiotibiales y mejora de la capacidad funcional del pacien-
te (GEl véase Vol. 11, capítulo 231. Los ejercicios de estimula-
ción propioceptiva están muy indicados, particularmente
Está indicada la cirugía en las roturas de LCA, toda vez
que haya cedido el dolor y la inflamación y que el pacien-
o
te haya recuperado un rango de movilidad suficiente.
en deportistas (GEl véase el Anexo Programa de pro piocep-
ción, de esta obra).
Por otra parte, las técnicas de sutura primaria del LCA
están en desuso por el airo índice de fracasos.
El tratamie nto conservador consiste, fundamentalmente,

o en musculación analítica del cuádriceps (además del vas-


to interno). isquiotibiales y glúteos, seguido de intensa
ejercitación de la propiocepción.
Elementos para la plastia. Se puede realizar la cirugía
reparadora con los siguientes elementos:
• Auroinjerros:
- Tendón rotuliano: se utiliza el tercio central del ten-
dón roculiano con fragmentos óseos de la rótula y de
En una lesión aguda del LCA se realizará un primer tra- la tibia, más conocido como H-T-H (hueso-rendón-
tamiento orropédico mediame inmovilización con férula o hueso). Descrita inicialmente por Jones (1963; 1970),
24 • Lesiones ligamenta rias de rod illa 299

por lo que se le denomina intervención de Keneth remará no utilizar el H-T-H para no aumentar el riesgo
fones. de rendinitis.
- Tendones de la «pata de ganso»: semi tendi noso y rec- • La fibra sintética se utiliza como refuerzo de unos ten-
to interno (4T ). Descrita por Lemaine etal. (1 967), dones de la «pata de ganso» cuando éstos son insuficien-
y modificada por Lemaire (1999), para roturas anti- tes por longitud o grosor. También se utiliza en laxitu-
guas de LCA. des combinadas con importantes resultados en las prue-
• Aloinjertos (liofilizados o congelados): bas dinámicas, con el objeto de asociar un gesro amirre-
- Tendón rotuliano. salte. En este caso, se p ractica una técnica mixta imra-
- Tendón aquíleo. arricular y exrraarricular con los ren dones de la ~·pata de
• Fibra sintética como refuerzo de un tendón autólogo, ganso>> reforzados por la fibra sin tética (los autores del
nunca aislados dentro de la rodilla: capítulo utilizan el Leeds-Keio®), aunque acrualmenre
- Leeds-Keio® (tefeftalato de poliéster polietileno en se usan con menos frecuencia).
una red entrelazada abierta), Kennedy-LAD® (poli- • La utilizac ión de aloinjerros resolvería los problemas de
propileno trenzado), Goretex® (politerrafluoroetile- la zona dadora: estudios reciemes demuestran resulta-
no expandido en una sola fibra continua), ere. Ya no dos a medio plazo similares al auroinje rro. Pero, te-
se utilizan, por ejemplo, las fibras de carbono. niendo en cuema la escasez de donantes, se indica en
casos de fracasos de o tras técnicas o en pacientes con
degeneración articular, para no dañar más su maltrecha

o La plastia puede ser mediante autoinjerto del propio pa-


ciente, o bien aloinjertos, combinados o no con fibra sin-
tética como refu erzo.
articulación al privarles de parte de sus estructuras ten-
dinosas.

Cada técnica tiene sus inconvenientes. Así, las plasrias ar-


tificiales aumentan teóricamente el riesgo de infección y de
ELtra tamiento quirúrgico en La fase aguda de una rotura
aguda del LCA aumenta el índice de complicación o rigi-
o
dez de La rodilla.
sinovitis debido a la suelta de partículas. Los ala injertos ten-
drían como inconveniente la hipotética transmisión de en-
fermedades o la pérdida de tensión a medio plazo. El injer- Desarrollo de la técnica quirúrgica. Habitualmente
to aurólogo de tendón rotuliano puede presentar como se realiza esta cirugía bajo control arrroscópico. A conti-
complicación la fractura de la rótula, dolor anterior de rodi- nuación se describen algunos detalles técnicos generales:
lla o parela baja. El autoinjerto de «para de ganso» puede • Colocación de la plastia. La colocación de la plastia
ocasionar una pérdida de potencia Aexora. Las recienres me- (Fig. 24-7) es muy importante, ya que la correcta ubi-
joras en la fabricación de biomareriales han puesto a dispo- cación de la plastia, lo q ue se denomina «isometría» (en-
sición una nueva generación de ligamentos artificiales con trada y salida de la plasria en la articulació n), es la res-
mejor biocomparibilidad y diseño para las reconstrucciones ponsable de un óptimo eq uilibrio articular y de una
de LCA; por ejemplo, se ha utilizado el Ligament Advanced completa estabilidad en roda su recorrido. Por ejemplo,
Reinforcement System (LARSTM AC; LARS, Are sur Tille, si la plasria está situada muy anterior puede dar lugar a
France) (Barbier, Guérard, Boisrenoult &Thoreux, 2015). problemas en la extensión de la rodilla.

o
Elección de la técnica. La elección de una técnica u
otra depende de factores del propio pacieme:
En La cirugía del LCA, el factor pronóstico más importan-
• La existencia de un síndrome femoropatelar (véase el te es La correcta colocación de los túneles óseos para fi-
capítulo 23, apartado Síndrome doloroso femoropate- jar la plastia.
lar), previo al traumatismo, o una alteración marcada
del eje del aparato extensor contraindican, en principio,
la utilización del H-T-H aurólogo, ya que un número • Fijación de fa plastia. Una fijación segura de la plasria
nada despreciable de pacie ntes intervenidos con esta permitirá comenzar tempranamente con la moviliza-
técnica presentan en el posroperatorio un dolor en la ción de la rodilla y realizar una rehabilitación agresiva
cara anterior de la rodilla. También comraindica la téc- que evitará problemas de rigidez y favorecerá una rein-
nica con H-T-H aurólogo la existencia de secuelas de co rporación más rápida. H ay in numerables métodos y
una enfermedad de Osgood-Schlarer o la presencia de un también existen en el mercado infinidad de materiales
osículo libre inrrarendinoso a la altura de la tuberosidad de fijación tanto metálicos como reabsorbibles.
ribial anterior (TTA), ya que aumenra el riesgo de frac- Si se ha elegido un auroinjerro o un aloinjerro con
turas de la TTA y avulsión del rendón rotuliano. H-T-H (debe recordarse q ue esta plastia está formada
• El esguince grave del LLI o la laxitud crónica en valgo por tacos óseos en los extremos que se introducen en los
contraindican la utilización de la «para de ganso>>. túneles labrad os en el fém ur y en la tibia, y una parte
• El tipo de actividad deportiva es un facto r que también tendinosa en el centro, que será la que quede instalada
puede contribuir al tipo de plastia. As í, en depo rtes dentro de la articulación y sustituirá al LCA lesionado),
como el balonmano o el baloncesto, si la rodilla afecta- el método clásico de fijación es el torn illo interferencia!
da es la de batir, o en el fútbol, si es la de chutar, se in- tanto metálico como reabsorbible. La técnica, básica-
300 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 24-7. Diferentes pasos en la coloca-


ción de una plastia de ligamento cruzado
anterior. (1 1 Extracción de tendones para el
injerto. (2) Tunelizaciones en la tibia. (3) Tu-
nelización en el fémur. (4) Fijación con gra-
pa en la tibia.

mente, consiste en introducir un rornillo para fijar el del semitendinoso y del recto interno doblados y for-
raco óseo de la plasria dentro del túnel labrado en mando así lo que se denomina una plasria de mntro fos-
el fémur o en la tibia. Es un paso difícil de la técnica, cículos, hay innumerables métodos: grapas con o sin he-
sobre todo en el túnel del fémur, ya que, si se existe di- billa, tornillos de diversos materiales, entre los que se des-
vergencia entre la dirección del tornillo y la del túnel, taca el sistema Transfix® de Artrhex 1® vídeo 24-31, gan-
puede haber auténticos problemas en la consistencia chos sobre los que se <<cuelgan» los rendones (SAC), etc.
de la fijación. Recientemente han salido al mercado Cada cirujano tiene su prop io método, en fu nción de
ingeniosos sistemas de fijación de la plasria a la altura su experiencia. Los autores del capítulo, además, com-
femoral, sin necesidad de utilizar este tornillo interfe- plementan el tratamiento con la utilización de PRGF-
rencial, y consisten en introducir tornillos o pim reab- Endoret®, pues se ha demostrado que induce la prolife-
sorbibles, por ejemplo el Ridgifix® de Myteck, que fi- ración celular en el rendón o en el ligamento usado
jan el taco óseo desde fuera de la rodilla ayudados de como plasria (Sánchez, Delgado, Sánchez, etnL, 2014).
una guía. Puede aplicarse técnica 4T con la plasria embebida en
Para el anclaje de la plastia con rendones de «pata de PRGF-Endoret® (Fig. 24-8) o mediante infiltración
ganso», en la que habitualmente se utilizan los tendones (Fig. 24-9); incluso infiltrando di rectamente en el túnel

Figura 24-8. Plastia del ligamento cruzado anterior, técnica 4T. Figura 24-9. Plastia del ligamento cruzado ante rior en Arthrex.
Embebida en factor de crecimiento derivado de plaquetas (PRGF- Infiltración mediante factor de crecimiento derivado de plaquetas
Endoret"'l. (PRGF- Endoreta>J.
24 • Lesiones ligamentarias de rodilla 301

Figura 24-10. 1nfiltración mediante factor de crecimiento derivado Figura 24-12. Co locació n del pin rea bsorbible tipo Ridg ifix"' de
de plaquetas (PRGF-Endoret"'l directa mente en el túnel femoral. Myteck, embebido en factor de crecimiento derivado de plaquetas
Imagen artroscópica. (PRGF-Endoret<!> ) directamente en el túnel tibial.

femoral (Figs. 24-10 y 24-11) o al colocar el pin embe- actualmente es excepcional que se use si no es asociada
bido en PRGF-Endorer® en el túnel ribial (Fig. 24-12). a la plasria intraarricular (se utiliza aislada en pacientes
artrósicos o de cierta edad con gran inestabilidad). Se
basa en evitar el desplazamiento anterior de la meseta ti-
La utilizac ión co mo coadyuvante de plasma rico en facto- bia! so bre el cóndilo femoral fijo. Los procedimientos

o res de crecimiento [PRGF-Endoretml. bien mediante infil-


tración in traquirúrgica de la plastia o embebida en el pro-
pio plasma, ha disminuido nota blemente los fracas os al
estimular la regeneración tisula r.
aislados utilizan la cintilla iliotibial. En la técnica mixta
intraarricular y exrraarticular se utilizan tanto rendones
de ccpara de ganso», plastia artificial {en posición extra-
articular el ligamento artificial es siempre bien rolerado)
o ambas; así, una vez que se han pasado inrraarricular-
Las plasrias artificiales (Leeds-Keio®) se utilizan siempre mente, se realiza la plasria exrraarricular teniendo en
como refuerzo de un injerto tendinoso y pueden fijarse cuenta los puntos isomérricos (detrás del epicóndilo fe-
con cualquier mérodo, en especial con grapas (Fast- moral externo y en el tubérculo d e Gerdi en la tibia).
lock® de Hoowmedica).
• Plastia extraarticulm: La plasria exrraarticular es utiliza- Complicaciones. Las co mplicaciones han de ser teni-
da en el caso de grandes laxitudes, con signos dinámi- das en cuenta. Estadísticamente dos tercios vuelven al mis-
cos muy evidentes; aunque hace unos años era una téc- mo nivel deportivo, no obstante, existe un 1Oo/o de fraca-
nica que se utilizaba aislada (Lemaire, Madntosh, etc.), so del injerto. Las complicaciones pueden ser de dos tipos:
Complicaciones generales: infecciones, dolor regional
complejo, rromboAebiris, lesiones nerviosas, síndrome
co mparrimenral, etcétera.
Complicaciones locales: la complicación más frecuente
es la rigidez o pérdida de movilidad, que es favorecida
por los siguientes facto res: cirugía en fase aguda, reha-
bilitación inadecuada, ausencia de isomerría de la plas-
ria, síndrome de Cyclops (formación d e tejido cicarri-
cial en exceso en la base de la plasria).

La roma de injerto del rendón rotuliano puede conlle-


var en un 14 o/o un dolor en la cara anterior de la rodilla y
en 1,3 o/o un a parela ínfera, amén d e las fracturas de rótu-
la por la roma del injerto.
Postoperatorio. Es preciso realizar un control periódi-
co (Figs. 24-13 y 24-14) . En cuanto al posroperarorio, se
realiza, tanto en el preoperarorio como en el posroperato-
Figura 24-11. Infiltración mediante factor de crecimiento derivado rio, una profilaxis antibiótica y anritrombótica y se man-
de plaquetas ( PRGF -E ndoret<~> ) directa mente en el túnel femoral. tiene esta última durante el tiempo de inmovilización. Esta
Imagen desde el exterior. Nótese el control guiado. inmovilización en extensión de rodilla (o en ligerísima Ae-
~

302 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 24-13. 1magen de artroscopia intraoperatoria tras una liga-


mentoplastia. Figura 24-15. Artroscopia intraoperatoria tras una ligamentoplas-
tia. Nótese en las imágenes inferiores el crecimiento tisu lar y la
vascularización asociada inducidos por el trata miento med iante
factor de crecimiento derivado de plaquetas (PRG F-Endoret"'l.
xión, nunca en hipereX[ensión) se mantiene durante 3 se-
manas, al cabo de las cuales comenzará la rehabilitación de
forma plena. Durante las 3 primeras semanas se permi te a 24-19), as( como el perfodo completo de fisioterapia,
realizar una ligera flexión de rodilla inferior a 90 grados, particularmente en personas jóvenes, pues se ha demostra-
una vez los fenómenos inAamarorios y dolorosos remitan. do (Boyle, Butler & Queen, 20 15) que en los pacientes
Al6° mes, por lo general, se les permite la reincorporación
al deporte de forma completa.

O La inmovilizac ión en subextensión de la rod illa debe


mantenerse durante 3 semanas postoperatorias.

Resperar los plazos de recuperación es fundamental , y


se debe facilitar la recuperación biológica (Figs. 24-15

Figura 24-16. Imagen artroscópica . (Al Ligamentoplastia del lig a-


Figura 24-14. Imagen de artroscopia intraoperatoria al finalizar la mento cruzado anterior recién colocada. (8) Mis ma ligamentoplas-
intervención. Control poso pera torio a los 9 meses. tia a los 6 meses.
24 • Lesiones ligamentarias de rodilla 303

Figura 24-17. Ima gen radi ológica. Nótese


en la imagen de la izquierda el crecimiento
tisular y la vascularización asociada induci-
dos por el tratamiento med iante fact or de
crecimiento derivado de plaquetas IPRGF-
Endoret®l.

adolescentes sometidos a la reconstrucción del LCA pri- sa. Así, hay autores que afirman encontrar esta lesión has-
maria no se recuperan completamente los adecuados pa- ta en un 20 % del total de las lesiones ligamenrarias de ro-
trones de movimiento funcionales a los 9 meses después de dilla y, sin embargo, en las consultas de los autores del ca-
la operación, como para permitir un recomo seguro al de- pítulo no llegan a un 3% del total. La razón de que las le-
porte. Se han identificado (Boyle, Butler & Queen, 20 15) siones del LCP sean poco frecuentes quizás se debe buscar
déficits de movimiento funcional específicos en adolescen- en la propia naturaleza del LC P, que parece ser mucho más
tes (tanto co n maduración ósea completa como no) que resistente que el LCA; por lo que el mecanismo de produc-
ponen de rel ieve la necesidad de estrategias de fisioterapia ción, ya visto en las etiologías, debe ser de mayor energía,
específicas para pacientes adolesce ntes sometidos a la re- y esro es menos frecuente en el mundo del deporte. Ade-
construcción del LCA, con un a adecuad a p lanificación y más, se suele rolerar mucho mejor que el LCA y, por si fue-
respetando su plazo de finalización. se poco, es más difícil su diagnóstico porque se piensa poco
en esta lesión.

o Resulta esencial pa ra un pronóstico favorable establecer


un adecuado y bie n pla nificado procedim iento de fisiote-
rapi a, y que s u cumplimiento sea respetado hasta el alta.
Conser vador
En cuan ro al tratamie nto conservador, clásicamente se de-
cía que las lesiones del LC P eran bien roleradas por los pa-
cientes, en especial por los d eportistas, porque compensa-
ban la inestabilidad posterior con una buena rehabilitación
Lesiones del ligamento cruzado posterior y un buen cuádriceps (el apararo extensor proporciona una
Las lesiones del LCP son m ucho menos frecuentes que las fuerza dirigida hacia delante que previene la luxación pos-
del LCA, p ero quizás sean más comunes de lo que se pien- terior producida por la ausencia o insuficie ncia del LC P) .

Figura 24-18. Imagen mediante resonancia mag nética de una ligamentoplastia no tratada con factor de crecimiento derivado de plaq uetas
IPRGF-Endoreta>).
304 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 24-19. 1magen mediante resonancia magnética. Nótese el crecimiento tisular y la vascularización asociada inducidos por el trata-
miento mediante factor de crecimiento derivado de plaquetas IPRGF-Endoret<D).

También es cierro que los resultados quirúrgicos no acom- miento óseo tibial desplazado del LCP, cuando se encuen-
pañaban, por lo que la mayoría de los ortopedas se decan- tran una rodilla con laxitud posterior sintomática y existen
taban por este tratamiento. En las rodillas agudas, con le- en la exploración física unas pruebas de laxitud posterior
sión aislada del LCP, se realiza una inmovilizació n duran- positivas, en especial los signos dinámicos: reverse pivot test,
te 4-6 semanas en extensión de rodilla, con apoyo precoz que generalmente se traducen en una lesión asociada pos-
para mantener una buena relación femorocibial, seguida teroexterna.
de un exhaustivo programa de fisioterapia. Al igual que para el LCA, existen multitud de técnicas
descritas. La técnica quirúrgica que se emplea habitual-
Quirúrgico mente es una técnica quirúrgica arrroscópica mixta, con
En lo que respecta al tratamiento quirúrgico (véase el ane- una plastia intraarricular (Fig. 24-20) y otra extraarticular
xo 24- 1}, en la actualidad las indicaciones quirúrgicas (Fu, 1® vídeo 24-4) con tendones a urólogos o aloinjerros, junto
1998; Petersen, 1999; Fu, 2000; Yunes, 2001 ; FaneUi, 2002; con una plasria artificial (Fig. 24-21). Las fijaciones pue-
Osakes, 2002; Woo, 2002; Barrer, 2002) han aumentado den variar en función de las preferencias del cirujano (Fig.
por varios motivos: la mejoría de las técnicas y materiales 24-22) o de la técnica empleada, pero básicamente se ase-
y el conocimiento de la evolución natural de una lesión del mejan a las del LCA. Las complicaciones pueden ser más
LCP (hacia una degeneración femoropatelar y femoroti- graves en este caso, puesto que el LCP está cerca de estruc-
bial interna}. Así pues, los autores proponen una cirugía turas avasculonerviosas y su lesión puede llegar a ser más
del LCP, además de en las rodillas agudas con arranca- fácil, pero, en general, son las mismas que para el LCA. La

Figura 24-20. Ligamentoplas tia del liga mento cru za do posterior. Figura 24-21. Ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior.
Preparación de la plastia . Plastia de Leeds -Keioi!>.
-
24 • Lesiones ligamenta rias de rod illa 305

Figura 24-22. Prueba de Wipple. (Al Movimiento inicial. (B) Movimiento final.

inmovilización postoperatoria también es parecida, con,


aproximadamente, 3 semanas con una férula o rodillera en
extensión, seguidas de un largo período de fisioterapia,
Ante una rodilla con laxitud posterior sintomática y prue-
bas dinámicas de laxitud posterior positivas está indica-
o
da la cirugía.
nunca inferior a los 6 meses.

~~ RESUMEN

• La clasificación de las lesiones ligamentarias de rodi lla • Tras el tratamiento quirúrgico de las lesiones colaterales,
más utilizada es la que divide en tres los grados de gra- está indicado el uso de rodillera ortopédica con articulacio-
ve dad . La lesión combinada más frec uente es la tríada nes latera les y fisioterapia para la reincorporación a la ac-
interna: lesión del LLI + les ión del menisco interno + tividad a partir de los 3 meses.
LCA.
• La utilización, como medida terapéutica, de plasma rico en
• La sensación de inestabilidad es síntoma de lesión grave, y factores de crecimiento IPRGF-Endoret"'l ha mejorado no-
es signo de gravedad la aparición precoz de derrame en ta blemente las expectativas de éxito, ya que estimula la re-
forma de hemartros. generación tisular.
• En una lesión aguda, la maniobra exploratoria de elección • Está indicada la cirugía en las roturas de LCA toda vez que
es la prueba de Lachman-Trilla t. Las maniobras explora- haya cedido el dolor y la inflamación, y que el paciente haya
torias de laxitud articular son diagnósticas, permiten deci- recuperado un rango de movilidad suficiente. La plastia pue-
dir el tratamiento y deben realizarse siempre comparando de ser mediante autoinjerto del propio paciente, o bie n de
con el lado sano. aloinjertos, combinados o no con fibra sintética como refuerzo.
• La ex ploración complementaria de elección en las lesiones • El tratami ento quirúrg ico en fase aguda de una rotura agu-
ligamentarias de rodilla es la RM. da del LCA aumenta e l índice de complicación o rigidez de
la rodilla. En la cirugía del LCA, el factor pronóstico más
• El tratamiento conservador se apoyará, básicamente, e n
importante es la correcta colocación de los túneles óseos
una movilización precoz y en una rápida recupe ración de
para fija r la plastia. La utilización como coadyuvante de
la función. El tratamiento no quirúrg ico del LCA está indi-
plasma ri co en factores de crecimiento IPRGF-Endoret 0 1.
cado en menores de 50 añ os, sin manifestaciones clínicas
bien mediante infiltración intraquirúrgica de la plastia o
lasintomáticosl y sin actividades de riesgo. El tratamien-
embebida en el propio plasma, ha disminuido notablemen-
to conservador consiste, fundamentalm ente, en mu scula-
te los fracasos, al estimular la regeneración tisular. La in-
ción analítica de cuádriceps [además del vasto interno!,
movilización en subextensión de la rodilla debe mantener-
isquiotibiales y glúteos, seguido de intensa ejercitación de
se durante las 3 semanas postoperatorias.
la propiocepción . Los ejercicios de esti mulación propio-
ceptiva están muy indicados, particularmente en depor- • Ante una rodilla con laxitud posterior sintomática y prue-
tistas [GEl véase el Anexo 4. Programa de propiocepción, bas dinámicas de laxitud posterior positivas. está indicada
de esta obra!. la cirugía.
M. Sánchez Álvarez. J. Azofra Palacios y J. Seco Calvo

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer la etiopatogenia de las patologías meniscales y del aparato extensor de la rodilla.


• Aprender el manejo clínico de las personas con estas patologías.
• Familiariza rse con los procedimientos quirúrgicos empleados en el tratamiento de las patologías tendinosas y me-
niscales de rodilla.

La rodilla es una de las articulaciones que con más fre-


.LESIONES MENISCALES
cuencia se ve afectada por traumatismos deportivos y labo-
rales, bien de forma directa o bien indirecta (torsiones); t<un- En este capítulo se van a tratar, de forma resumida, las le-
bién es el lugar de asentamiento de múltiples patologías: por siones que con más frecuencia afectan a la articulación,
sobresolicitación (tendinitis) , por procesos degenerativos esto es, las lesiones meniscales y las lesiones tendinosas. L1S
(artrosis), reumáticos (artritis reumatoidea [véase el capítu- lesiones meniscales junto a los esguinces (véase el capítu-
lo 40] , condrocalcinosis, gota [véase el capítulo 44], etc.). lo 24) y las tendinoparías de rodilla son las lesiones más
De forma muy esquemática, la rodilla está compuesta frecuentes y conocidas emre los deportistas por padecerlas,
por tres huesos: el extremo distal del fémur, el extrem o como ya se ha dicho, con alta frecuencia y suponer una im-
proximal de la tibia y la rótula. En realidad la rodilla no es porrame disminución de sus facultades fís icas. No se abor-
una articulación, sino un complejo articular compuesta darán las lesiones degenerativas como la artrosis (véase el
por dos articulaciones: la articulación femoropatelar (rótu- capítulo 42), la parología rotuliana (véase el capítulo 23),
la y rróclea femoral) y la articulación femorotibial (cóndi- las lesiones del cartílago, las fracturas (véanse los capítu-
los femorales y meseta tibia!), que poseen en común la cu- los 2 1 y 22), etc., que se tratan cada una en el capítulo co-
bierta sinovial (la rodilla es la articulación que posee la si- rrespondieme.
novial m ás grande del organismo), por lo que se puede El capítulo comienza con el estudio de las lesiones me-
considerar como una sola articulación. Las superficies niscales.
óseas de la femorotibial son incongruentes, pero gracias a
los meniscos (fibrocartílagos triangulares situados sobre la INTRODUCCIÓ N
meseta tibia!) y al grueso cartílago que recubre los huesos
de la rodilla es posible mejorar esta incongruencia y ayu- Los meniscos, como se ha comentado ameriormenre, son
dan a dar cierra estabilidad a la rodilla, que fundamental- fibrocarrílagos de morfología semilunar y sección triangu-
mente viene dada por el complejo capsuloligamenrario del lar, insertados en la cápsula articular y situados sobre las
que se distinguen los ligamentos laterales externo e interno mesetas tibiales y debajo de los cóndilos. Proporcionan,
y los ligamentos cruzados anterior y posterior. Estos últimos fundamenralmenre, congruencia y estabilidad articular entre
se comportan como auténticos pivotes de la rodilla. Por otra las superficies casi planas de los platillos ribiales y las super-
parte, la estabilidad de la articulación femoropatelar viene ficies convexas de los cóndilos. Otras funciones atribuidas
dada, además de por la anatomía de la articulación (la ró- a los meniscos son la absorción de impactos, soporte de
tula de forma triangular se «encaja» en la garganta de la cargas, lubricación y propiocepción. Son avasculares en su
rróclea femoral), por los alerones rotulianos interno y ex- mayor parte, lo que condiciona su cicatrización, y única-
terno, así como por los tendones rotuliano y cuadricipital. mente presentan vascularización en la periferia. Se distin-
La rodilla es una articulación troclear; es decir, una «bi- guen dos meniscos: interno y externo; este tHtimo con ma-
sagra» que realiza fundamentalmente un movimiento de yor superficie, algo más cerrado y más móvil que el interno,
flexoextensión, aunque también es capaz de realizar un lo que influye en que éste sea el que más frecuentemente
leve movimiento de rotación. se lesione. Como se ha referido anteriormente, los menis-

309
310 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

cos tienen forma semilunar y se denomina como cuernos


Tabla 25-2. Clasificación de las roturas meniscales
habitualmente a las partes anterior y posterior de esta se-
miluna, y a la parte central cr~e~po. Morfológicamente
• Horizontales
• Verticales
O Los meniscos son fundamentalmente avasculares, lo que
condiciona su cicatrización y regeneración. - Longitudinales
- Radiales
- En «asa de cubo o balde»
- En «pico de loro»
CLASIFICACIÓN • Oblicuas
• Complejas
La patología meniscal puede deberse a distintos factores, Topográficamente
como se recoge en la rabia 25-1. No obstante, hay que te- • De cuerno anterior
ner en cuenta que las roturas meniscales pueden clasificar- • De cuerno posterio r
se desde dos puntos de visea: el morfológico y el topográ- • Periféricas
fico, como se puede observar en la tabla 25-2. • De borde libre

ETIOPATOGENIA
rores del capítulo. Pueden encontrarse múltiples posibili-
El mecanismo lesional más frecuente es la torsión del cuer- dades de roturas, pero básicamente se distinguen tres tipos:
po sobre la rodilla, bien en flexión o bien en extensión con las verticales longirudinales, que pueden afectar a la peri-
el pie fijo en el suelo. Los deportes más propicios son el feria (desinserción) o intrameniscales, que a su vez pueden
fútbol, renis, esquí, rugby, baloncesto, ere. Otro mecanis- ser completas (y que si se extienden de atrás hacia delante
mo frecuente, sobre todo en meniscos degenerados, es la pueden formar las llamadas «roturas en asa de cubo») o in-
incorporación del sujeto partiendo de una postura de fle- completas {sólo de la cara inferior o de la su perior); las
xión de rodillas (cuclillas). transversales radiales y las horizo ntales. En el menisco ex-
Se pueden distinguir las lesiones rraumáricas y las lesio- terno se encuentran casos especiales como el quiste para-
nes degenerativas. Estas últimas son más propias del suje- meniscal y el menisco discoideo, que es una anomalía con-
to de cierra edad en el que los meniscos se reblandecen y génita que se encuentra en niños y adolescentes.
desorganizan (degeneración mixoide) convirtiéndose en
estructuras frágiles y que pueden romperse fácilmente, in-
cluso sin traumatismo. También es cierto que se toleran
mejor que las traumáticas.
La zona que con más frecuencia se lesiona es el cuerno
El mecanismo lesiona! más frecuente es la torsión del
cuerpo sobre la rodilla. bien en flexión o bien en extensión
con el pie fijo en el sue lo. o
posterior, y en cuanto al menisco más frecuentemente le-
sionado es el interno, en una proporción variable entre 3: 1 CUADRO CLÍNICO
de algunos autores hasta 10:1 en la experiencia de los a u-
El paciente joven normalmenre refiere un antecedente
traumático a veces con sensación de «salto» o «chasquido»
Tabla 25-1. Patología meniscal. Causas inicial; en cambio, el paciente de edad (degeneración me-
niscal) normalmente refiere una fecha a partir de la cual
Congénita comienzan los síntomas y sin recordar antecedente trau-
• Menisco discoideo mático.
• Luxación del cuerno anterior del menisco interno El dolor es el síntoma p redominante, generalmente de
• Menisco discoide
características mecánicas, localizado en un solo comparti-
Traumática mento interno (Fig. 25-1) o externo y con mucha frecuen-
• Roturas cia posterior. Muchas veces esre dolor es caprichoso en su
Degeneración meniscal evolución y alterna épocas de dolor con otras asintomáti-
• Quistes meniscales cas. Esre dolor, a veces, va acompañado de resaltes, cruji-
• Desgarros meniscales dos o sensación de cuerpo extraño.
Metabólica Los bloqueos son muy típicos de lesiones meniscales
• Condrocalcinosis (sobre todo las rotu ras en asa de cubo), aunque no son pa-
• Hiperuricemia tognomónicas, pues pueden encontrarse en rodillas con os-
Inflamatoria reocondritis, fracruras ostecocondrales, ere. en las que el res-
• Artritis reumatoidea ponsable del bloqueo es un ratón articular (cuerpo libre).
• Infección Con relativa frecuencia se objetiva la presencia de derra-
Osículo meni scallfrag mentos de médula ósea de localización me articular hemático cuando la rotura es reciente y trau-
intrameniscal cubierta por corteza y cartílago hialino; se mática, o lo más frecuente es la presencia de u n derrame
comporta como un ratón intraarticularl
articular de características mecánicas.
25 • Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales 311

hacia abajo sobre el pie, rorando la pierna externa e


internamente; la aparición de dolor y chasquido in-
dica una lesión meniscal.
- Prueba de McMurray: con el paciente en decübiro
supino, con la cadera y la rodilla a 90 grados de fle-
xión, con una mano se sujeta el pie y con otra la ro-
dilla. Para explorar el menisco interno se pone el pie
en rotación externa y se realiza una flexión máxima
de la rodilla, y después se extiende la rodilla hasta los
90 grados de flexión manten iendo la rotación exter-
na, si existe lesión meniscal se aprecia un «chasquido»
palpable y audible.
- Signo de Cabot: con la rodilla flexionada 90 grados,
la cadera en rotación externa con el pie sobre la otra
rodilla (posición de cuatro), se presiona la rodilla le-
Figura 25-1 . Exploración de dolor localizado en el compartimento sionada hacia abajo para buscar el varo máximo; con
interno compatible con lesión meniscal. el dedo pulgar se palpa la interlínea externa por de-
lante del ligamento lateral externo; con la otra mano

o El dolor de tipo mecánico es el síntoma predominante y


está localizado en un solo compartimento.
se realiza la extensión de la pierna afectada y se pro-
duce entonces un dolor agudo en el paciente o una
sensación en el dedo del explorador de ser expulsado
de la interlínea por una masa.
Para llevar a cabo una completa exploración clínica es - Otros signos: maniobra combinada de Moragas-Ca-
preciso realizar distintas pruebas y maniobras: bar, signo del salto de Finochierto, Sreinman II, sig-
Inspección. El gen u varo o valgo en un paciente de edad no de Bohler, etcétera.
(más de 40 años) hará pensar en una lesión degenerati-
va. La presencia de atrofias, quistes meniscales (abom-
bamiento de la interlínea externa, generalmente) y de
inflamación de rodilla (derrame) serán otros signos para
La exploración de la rodilla en busca de signos menisca-
les es muy orientadora del diagnóstico.
o
valorar.
Movilidad. Búsqueda de bloqueo de rodilla o presencia DIAGNÓSTICO
de flexo de rodilla (pérdida de extensión de rodilla).
Palpación generalmente dolorosa de la interlínea afecta- En el diagnóstico, aunque se orienta desde el punto de vis-
da, bien interna o externa (Fig. 25- 1). ta clínico, es preciso descartar patologías asociadas que pu-
Jvlaniobms meniscales. Son pruebas exploratorias cuya dieran presentarse, además de realizar un diagnóstico dife-
posirividad hace sospechar fuertemente de una lesión rencial. Para ello, se solici tarán distinras exploraciones
meniscal, pero su negatividad no excluye el diagnóstico. complementarias.
Hay numerosas maniobras descritas, y a continuación Para establecer un correcto diagnóstico, es preciso apo-
se repasarán las más utilizadas: yarse en diversas pruebas q ue conviene realizar.
- Signo de Mastromarino: dolor en la flexión forzada
de rodilla. Puede ser imposible, positiva o negativa. Radiología simple
Es indicativo de lesión del cuerno posterior, pero La radiología simple permite valorar el grado de degenera-
también puede ser positivo en quistes poplíteos y en ció n arrrósica de la rodilla, morfología de la extremidad
lesiones del ligamento lateral interno. (varo o valgo), presencia de calcificaciones de los meniscos
- Signo de Sreinman I: con la rodilla en flexión de (condrocalcinosis), fracturas osteocondrales, osreocondri-
90 grados, se gira de manera brusca la rodilla interna ris, etc. En pacientes jóvenes con lesión meniscal aislada,
y externamente. Si la rotación interna provoca dolor será una prueba que poco o nada aporrará en el diagnósti-
en la cara externa, indicará posible lesión del menis- co de una lesión meniscal.
co externo y al contrario.
- Signo de Bragard: con la rodilla en flexión de 90 gra- Tomografía computarizada
dos, el explorador sujeta con una mano la rodilla y Se utiliza la romografía computarizada (TC) para valorar
palpa con el dedo pulgar e índice las inrerlíneas, con lesiones asociadas de fracturas osteocondrales, osreocon-
la otra mano sujeta el pie y realiza rotaciones de pier- driris y para patología femoropatelar.
na y extiende la rod illa. Si la lesión es del menisco in-
terno, se acentúa cuando se realiza una rotación ex- Neumoartrografía. Artrografía
terna y extensión de rodilla. La neumoarrrografía es muy poco utilizada actualmente,
- Prueba de Appley: con el paciente en decúbito pro- salvo para aquellos pacientes que por alguna causa no pue-
no y la rodilla flexionada 90 grados, se aplica presión dan realizarse una resonancia magnética (RM), como por
312 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior · ·

Artroscopia
La arrroscopia proporciona el diagnóstico definitivo y ade-
más permite realizar el tratamiento.

TRATAMIENTO

El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico.

Conservador
El tratamiento médico se utiliza cuando la sintomatolo-
gía sea tolerable por el paciente: abstención o disminu-
ción del deporte de carga y pivoraje {fútbo l, tenis, balon-
cesto, etc.), práctica de deportes en descarga (cicloergó-
metro, piscina, pesas), uso de antiinflamatorios no este-
rioideos (AINE) , crio terapia (Fig. 25-3), infiltraciones
(evidentemente no curan, pero en casos muy selecciona-
dos mejoran la situación inflamatoria de la rodilla y de-
Figura 25-2. Corte coronal, rotura <<en asa de cubo» del menisco moran en el tiempo hasta la posible cirugía, sobre todo
interno. en los meniscos degenerados), ejercicios isométricos
(Fig. 25-4).
El tratamiento ortopédico consiste en el uso de rodille-
ejemplo, en pacientes portadores de válvulas metálicas car- ras (Fig. 25-5) que proporcionan calor (disminuye el do-
díacas o cerebrales y marcapasos. lor y mejora la rigidez) y mantienen la articulación más su-
jeta, proporcionando alivio a algunos pacientes.
Ecografía El tratamiento de fisioterapia está pormenorizadamen-
La ecografía es de poca utilidad en las lesiones meniscales, te detallado en el oo Vol. 11, capítulo 23. Los ejercicios de es-
únicamente para distinguir algunas lesiones del cuerno timulación propioceptiva están m uy indicados, particular-
posterior del menisco interno de la presencia de quistes mente en deportistas (véase el Anexo Programa de propio-
poplíteos. cepción, de esta obra).

Resonancia magnética
La RM acrualmente es la prueba no invasiva más fiable
para el diagnóstico de la lesión meniscal (Fig. 25-2) con un
Es compatible la práctica deportiva de alta inte nsidad con
ciertas patologías meniscales.
o
airo grado de sensibilidad (hasta el 97 %).

Quirúrgico

O LA RM es la prueba diagnóstica de elección en patología


meniscal.
Está indicada la cirugía meniscal cuando la lesión no sea
rolerable por el paciente y provoque sintomarologfa mecá-

Figura 25-3. Aplicación local de hielo tras el entrena-


miento deportivo.
. 25 • Lesiones del apara to extensor de la rodilla . Lesiones meniscales 313

Figura 25-4. To-


nificación mus-
cular del cuá-
dripeps en iso-
métrico.

Figura 25-6. Rotura «en asa de cubo>>.

La cirugía meniscal se rea liza exclusivamente por vía ar-


troscópica.
o
Artroscopia
nica del tipo de bloqueos (Figs. 25-6 y 25-7), derrame, fa- La arrroscopia de rodilla es una técnica quirúrgica míni-
llos, o bien, sin que se produzcan éstos, ocasione dolor que mamente invasiva por la que se accede al interior de la ar-
no ceda en un plazo razonable de tiempo, teniendo siem- ticulación a través de unas pequeñas incisiones llamadas
pre presente que lo razonable, por ejemplo en un deportis- vías o portales de abordaje que sirven, por una parte, para
ta profesional, varía sustancialmente de lo que pudiera la introducción del arrroscopio (óptica que se conecta a
considerarse para otro cipo de profesión. En la actualidad una minicámara de vídeo que a su vez está conectada a un
la cirugía meniscal se realiza exclusivamente por artrosco- monitor de televisión para visualizar el interior de la rodi-
pia y, en nuestro medio, las dos posibilidades de erara- lla), por otra parte, para la introducción de la instrumen-
miento son la meniscectomía y la sutura meniscal. La tación de trabajo (pinzas, terminales de motores arrroscó-
sustitución meniscal está limitada a algunos grupos de ci- picos, etc.), y, por último, una cánula de entrada del suero
rujanos y se encuentra en fase experimental. con el que se distiende la articulación (Fig. 25-8) .

Meniscectomía
La meniscecromía !® el vídeo 25- 11 consiste en recortar
(Fig. 25-9) la parte lesionada del menisco, que puede ser
total (poco recomendable), subtoral y parcial. Ésta vendrá
dada por el tipo de lesión de que se trate; en principio se

Figura 25-5. Rodillera de sujeción para esfuerzos intensos y situa-


ciones de riesgo. Figura 25-7. Rotura pediculada.
314 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 25-B. Artroscopia de rodilla. Vista genera l en el quirófano. Figura 25-10. Aspecto final de una meniscectomía.

debe ser lo más económicos que sea posi ble, siem pre y fu ncional, así como la no seguridad absoluta del éxito de
cuando el resto del menisco que dejemos esté en «acepta- la sutura meniscal, se ve compensado por el mejor futuro
bles» condiciones. Además, siempre que se pueda se respe- a largo plazo para la rodilla, al conservar uno de los estabi-
tará el muro meniscal e , ya que es un elemento estabiliza- lizadores y protector condral de ésta. Se han descrito dife-
dor de la rodilla (Fig. 25-1 O). El plazo de recuperación va- rentes técnicas quirúrgicas para suturar los meniscos con
riará en función del individuo, del grado de degeneración hilos, que suelen ser difíciles de practicar y precisan un en-
de la rodilla, de las lesiones asociadas, del tipo de deporte trenamienro por paree del cirujano. Úhimamente han sa-
o trabajo, ere. Como media, para los meniscos internos en- lido al mercado diferentes métod os de sutura mecánica
tre 4 y 6 semanas y para el externo algo más, acercándose que simplifican, de forma considerable, la sutura meniscal.
a veces a las 12 semanas. Se basan en la utilización de anclajes que llevan incorpo-
rados los hilos para suturar la rotura y que se introducen
a amb os lados de la lesión men iscal, todo realizado en el
O El tiempo de recupe ración tras una meniscectomía varía
en fu nción de numerosos factores. interior de la arriculació n («todo dentro») bajo visión ar-
troscópica (Fig. 25-11) , evitando las técnicas en las que,
bien desde el interior («dentro-fueran) , o bien desde el ex-
teri or («fuera-dentro»), los hilos con las agujas debían
Sutura meniscal atravesa r la cáps ula y la piel con el consiguiente riesgo, en
La sutura meniscal está indicada en las roturas longitudi- determinadas zonas, de lesionar estructuras neurovascu-
nales que afectan a la zona vascularizada del menisco; es lares, ade más de tener que realizar co ntrai ncisiones para
decir, al tercio más periférico de éste. La edad límite está anudar.
en controversia; algunos autores ponen el límite en los Como en otras siruaciones en las que se busca la cicatri-
50 años, aunque el límite vendrá dado po r el estado del zación y/o reparación de un tejido lesionado, aquí también
men isco. El inco nveniente de la más lema recuperación se pueden aplicar factores de crecimiento autólogos (co-
nocidos como PRP, plasmas ricos en plaquetas o plasma
rico en factores de crecimiento (PRGF-Endoret®). Los
autores del capítulo consideran que, como ya han demos-
trado su efectividad, seguridad y eficacia y hay suficiente
evidencia científica al respecto (véanse los capítulos 11 , 15,
24 y 37), se puede recomendar su uso habitual en la prác-
tica clínica. En este caso se aplican infiltrados en el muro
meniscal, que es donde se encuentra la vascularización del
menisco (Fig. 25-12) , para estimular esta parte y, por tan-
ro, mejorar la calidad de la reparación.
En cuanto al tiempo d e recuperación y los cuidados
posroperatorios, tras la sutura, los pacientes están inmovi-
lizados y en descarga durante 1 mes y se autoriza la prácti-
ca deportiva plena dependiendo del deporte, de la recupe-
ración muscular y de la forma física, entre los 3 meses en
deportes de bajo riesgo como ciclismo, natación, y los
Figura 25-9. Meniscectomía con pinza. 6 meses en deportes de riesgo ya nombrados como el fút-
25 • Lesiones del apara to extensor de la rodilla . Lesiones meniscales 315

Figura 25-11 . !Al Rotura meniscal candida-


ta a ser suturable. (8) Introducción del an-
claje meniscal. (C) Hilo de sutura saliendo
del anclaje. (D) Aspecto final de la sutura.

bol y baloncesto. Se recomienda la aplicación de hielo lo- TENDINOPATÍAS


cal tras las sesiones de entrenamiento (Fig. web 25-1) . Los
ejercicios de estimulación propiocepriva están muy indica- A continuación se abordará el estudio de las tendinopatías,
dos, particularmente en deportistas (GEl véase el Anexo 4. que comprende éstas propiamente dichas y las roturas ten-
Programa d e propioccpción, d e esta obra). dinosas.

o Tras una sutura meniscal, es imprescincible la descar- TENDINOPATÍAS DEL APARATO EXTENSOR
ga de la extremid ad durante 4 semanas para evitar la re -
cidiva. Existen varias formaciones tendinosas en la rodilla que
pueden ser asiento de patología tamo traumática (aguda o
crónica) como reumática (gota [véase el capítulo 44], in-
fecciones, artritis reumatoidea [véase el capítulo 40], etc.).
Sustitución meniscal En resumen, tenemos unos tendones anreriores (rotuliano
La sustitución meniscal, como ya se ha comentado, está ti- y cuadricipital), laterales (cintilla iliotibial y bíceps femo-
mirada a algunos grupos de cirujanos y, aunque se prevé ral), mediales (sartorio, recto interno, semi tendinoso y se-
como una técnica de futuro , aún esrá en fase de experi- mimembranoso) y posteriores (poplíteo, cabezas del geme-
mentación. Hay varias líneas de investigación con tras- lo interno y externo y delgadito planear).
plantes meniscales procedentes de cadáveres, con tendones La patología dolorosa anterior de rodilla es la causa de
autógenos, con biomateriales como el colágeno, etcétera. dolor de rodilla más frecuente de las consultas, no sólo en-
En la tabla 25-3 se recoge un esquema-resumen sobre rre los deporristas, sino también entre la diversidad de pa-
las opciones de tratamiemo en función del tipo de rotura cientes que acuden al médico; es lo que se denomina gené-
meniscal. ricamente síndrome rotuliano y cuyas causas son diversas:

Figura 25-12. Infiltración con


plasm a rico en factores de
crecimiento (PRGF-Endoret 1!>)
desde fuera del muro meniscal
a la altura del cuer po y desde
dentro e n el cuerno posterior
para evitar lo s vasos poplí-
teos.
316 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior
·-

Tabla 25-3. Cuadro-resumen de la patología meniscal. renomusculares en función de la energía del traumatismo.
Indicación terapéutica en func ión del tipo de rotura Las lesiones tendinosas, en general, se ven favorecidas,
adem<is de por el tipo de actividad o traumatismo, por fac-
Conservador tores dependientes del paciente, como la existencia de una
• Roturas asintomáticas alteración rotuliana (parela alta, inestable, inclinada, etc.},
• Periféricas verticales< 1 cm
por secuelas de epifisiris de crecimiento en la tuberosidad
Abrasión sinovial anterior de la ribia, TTA) (enfermedad de O sgood-Schlat-
Sutura meniscal ter} o en el polo inferior de la rótula (enfermedad de Sin-
• Longitudinales verticales centrales ding-Larsen-Johanson}, situación del deportista (edad, fal-
• Longitudinales periféricas> 1 cm
• <<Asa de cubo aguda •• 1< 8 semanas! y corta ta d e calentamiento previo, deshidratación, antecedentes
de infiltraciones, ere.) y por enfermedades de base (artritis
Meniscectomía parcial
reumatoidea [véase el capítulo 40], hiperparatiroidismos,
• Longitudinales centrales
• «Asa de cubo•• degeneradas insuficiencia renal, etc.). También se ven fu.vorecidas por fac-
• Oblicuas radiales. pediculadas tores dependientes del medio, como las superficies sobre las
• En << pico de loro•• que se practica la actividad, las condiciones de trabajo, etcé-
Meniscec:tomía total tera.
Trasplante meniscal alogénico. Requisitos
Implante meniscal de colágeno. Requisitos La patogenia de la tendinopatía es la sobrecarga crónica
del tendón que produce microdesgarros, entre otras le-
siones.
inestabilidad rotuliana (luxaciones y subluxaciones}, artro-
sis femoroparelar (véase el capítulo 42, apartado Artrosis
de la rodilla}, plicas sinoviales, síndrome de hiperpresión
rotuliana externa, tendinitis, etc. En este capítulo se va a Manifestaciones clínicas de la tendinitis
tratar la patología tendinosa, es decir, tendinopatías del ro- rotuliana y cuadricipital
tuliano y del cuadricipital, sin profundizar en la dinámica La más frecuente es la rotuliana, también conocida como
rotuliana, que evidentemente juega un factor muy impor- «rodilla del saltador». El dolor de rodilla se localiza en la
tante. cara anreroinferior (rotuliana} o en la cara anrerosuperior
(cuadricipiral) y se ve aumentada por el salro, el subir y ba-
jar escaleras, agacharse y, a veces, al caminar. El lugar don-
O La patología dolorosa en la cara anterior de la rodilla es
la causa más fre cuente de dolor de ésta.
de más frecuentemente asienta la rendinopatÍa es la inser-
ción en la rótula proximal en la tendinopatía cuadricipital,
y la inserción rotuliana distal en las rotulianas.
Según la gravedad de la lesión se puede clasificar en cua-
Etiopatogenia tro estadios:
En este aparrado se van a estudiar las rendiniris y las roturas. • Estadio 1: dolor que aparece después del deporte.
Las lesiones tendinosas más frecuentes e importantes de • Estadio Il: el dolor aparece al comienzo del depone,
la rodilla, sobre todo en deportistas, asientan en el aparato desaparece con el calor y vuelve a aparecer con la fatiga.
extensor y m ás concretamente en el rendón rotuliano. • Estadio III: dolor continuo en reposo y con la actividad.
Las actividades o deportes que más frecuentemente se • Estadio IV: rotura completa del tendón.
ven afectados son aquéllos que precisan un uso del múscu-
lo cuádriceps importante, como los deportes de carrera (en
general todos, pero especialmente el atletismo}, salto (altu-
ra, longitud, ere.) , impulso (baloncesto, voleibol, ere.}, ci-
Las tendinopatías insercionales son las más frecuentes. O
clismo, etcétera.
La patogenia de la rendinoparía es pues la sobrecarga La exploración clínica es fundamental para un correc-
crónica del rendón, que produce microdesgarros y deshila- to manejo del pacienre. Requiere diversos aspectos, como
chamiento de sus fibras, así como degeneración focal, nor- son:
malmente en la inserción en el polo distal de la rótula en Impecció11. Puede encontrase un engrosamiento del ten-
la tendinopatía roruliana y en el polo superior de la rótula dón evidente, además de, en ocasiones, alguna alteración
en las tendinitis del músculo cuádriceps. En el caso de la rotuliana del tipo de rótula aira, inclinada, etcétera.
rotura puede deberse a una evolución de una tendinitis Movilidad. No tiene por qué estar alterada.
crónica o a un traumatismo violento directo o indirecto Palpació11. Dolor en la palpación del tendón afectado a
(recepción de un salto de cierra altura, ere.}, y la rotura se la altura del polo inferior de la rótula en la rotulianas y
produce, en las rotulianas, también en la inserción en el en el polo inferior en las del cuádriceps.
polo inferior de la rótula, y en las del cuádriceps, a 1 o lvfaniobms exploratorim. Presentará dolor al estirar el
2 cm del borde superior de la rótula; afecta primero a las tendón, es decir, a la Aexió n toral pasiva d e la rodilla, y
fibras del recto anterior y va extendiéndose a otros planos también en la extensión contrariada de rodilla.
25 • Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales 317

Diagnóstico. Exploraciones complementarias Tratamiento


Las exploraciones complementarias que se utilizan habi- El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico.
tualmente en la práctica clínica para llegar a un diagnósti-
co son las que a continuación se exponen. Conservador
El tratamiento debe ser riguroso, pues la persistencia del
Radiología simple problema puede llevar a la rotura. Para ello se utilizarán to-
La radiología simple se emplea para valorar la existencia de das las modalidades terapéuticas disponibles:
calcificaciones y de alteraciones rotulianas (patela alta, su- Médico. Reposo deportivo asociado a crioterapia, roma
bluxaciones, etc.). de AINE orales y tópicos. Estudio de las posibles causas
para su corrección, como por ejemplo el gesto deporti-
Tomografía computarizada vo; así, un ligero defecto en el reglaje en la rotación de
La TC se utiliza en el caso de que se necesite valorar con los pedales o en la altura del sillín, en el ciclismo, pue-
más claridad las alteraciones rotulianas. den sobrecargar el aparato extensor.
Ortopédico. Utilización de rodilleras para estabilizar
Ecogr afía las rótulas inestables, uso de vendajes funcionales y
La ecografía será la prueba más rápida y efectiva para el diag- cinchas de descarga del tendón rotuliano o cuadri ci-
nóstico de una tendinoparía e incluso para su seguimiento. piral.
El inconveniente es su interpretación (Fig. 25-13). lnjiltmciones. Si son de corcicoides, deberán hacerse sólo
de forma excepcional, debido al riesgo de rotura que

o La ecografía es la prueba de elección en el diagnóstico de


las tendinopatías.
implica si se abusa de ellas; además, se aconseja no infil-
trar directamente en el tendón, sino en el peritendón. Sí,
en cambio, están indicadas las de factores de crecimien-
to (PRP o PRGF®o PRGF-Endoret®) en las tendinosis
o roturas parciales, bajo control ecográfico en las zonas
Resonancia magnética lesionadas (Fig. 25-14)
La RM es también muy efectiva para el diagnóstico con Fisiotempia convencional Es el tratamiento de elección.
una más fácil interpretación, aunque es más cara que la El tratamiento de fisioterapia en las lesiones tendinosas,
ecografía. Aporcará muchos más daros, sobre codo en ca- en general, se estudió en el GEl Vol. 11, capítulo 7, y, en par-
sos de dudas de roturas parciales o en lo referente a lesio- ticular, el tratamiento de las lesiones del aparato exten-
nes asociadas, como lesiones meniscales, etcétera. sor de la rodilla está pormenorizadamence detallado en
el cap ítulo 22, aparrado D iáfisis de la tibia, de ese mis-
mo libro.

Un adecuado procedimiento de fisioterapia es el trata-


miento de elección en las tendinopatías.
o
• Ondas de choque extmcorpóreas. En los últimos años se
vienen utilizando en nuestro país y procedentes de cen-
troeuropa (Alemania, Austria), y actualmente en nues-
tro medio es ya habitual. Esta técnica ofrece buenos re-
sultados en determinadas patologías ortopédicas, como

Figura 25-13. Ecografía de una tendinopatia rotuliana. Nótese el Figura 25-14. 1nfiltración de plasma rico en factores de crecimien-
engrosamiento del tendón. to [PRGF-Endoret"l bajo control ecográfico.
318 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 25-15. Cirugía de una tendinopatia rotuliana.


Figura 25-16. Arrancam iento del tendón rotuliano en un adulto
mayor, tras una prótesis total de rodilla. Reinserción mediante
seudoartrosis, tendinitis calcificantes del hombro, epi- sutura-cerclaje.
condilitis y entesitis plantares. Su indicación se ha am-
pliado a otras entesopatías como la tendinopada rotu- ROTURAS TENDINOSAS
liana o cuadricipital. Por ahora, se utilizan en los fraca-
sos del tratam iento conservador, pero evidentemente en Etiopatogenia
el futuro, si los resultados son buenos, se puede aplicar Las roturas completas, bie n del tendón rotuliano o bien
como primera opción de tratamiento. del cuadricipital, en los deportistas jóvenes son raras, a no
ser que el paciente sea portador de una tendinopatía mal
Quirúrgico controlada, presente facrores de riesgo ya enumerados con
Cuando el tratamiento conservador, bien llevado durante anterioridad (hiperparatiroidismo, artrit is reumaroidea
al menos 6 meses, ha fracasado, los autores del capítulo [véase el capítulo 40], etc.), el traumatismo sea de gran
proponen un tratamiento quirúrgico (Fig. 25- 15): violencia (por ejemplo, en una recepción de un salto en
Incisión longitudinal sobre el tendón afectado para paracaídas) o haya sido tratado con infiltraciones con cor-
realizar unas incisiones longi tudinales a lo largo del ten- ticoides. Evidentemente, con la edad el riesgo aumenta por
dón (peinado del tendón), una extirpación del tendón la degeneración de los tendones y, en ocasiones, se pueden
necrosado o patológico, así como las calcificaciones u osi- encontrar roturas ante traumatismos m ínimos como la ba-
ficaciones (pacientes con secuelas de la enfermedad de jada de un escalón (Fig. 25- 16).
Osgood-Schlatter) , en los casos en los que las haya, resec- Según la mayoría de los autores, al igual que en las ten-
ción del polo inferior d e la rótula, en el caso de tendino- dinitis, suele ser más frecuente la rotura del rotuliano, aun-
patía rotuliana con prominente polo inferior en la róru- que en la exp eriencia de los aurores de este capítulo tal d i-
la, y, finalmente, perforaciones en el polo inferior de la ferencia no es tan abrumadora como en el caso de las ten-
rótula, en el caso de tendinopatía rotuliana, y en el polo dinitis y tienden a igualarse.
superior, en el caso de tendinopaía cuadricipital, para es-
timular la vascularización y la llegada de células al foco
de la tendinopatia, junto con la aplicación de factores de
crecimiento (PRP) en los casos en que se pueda disponer
Una tendinopatía mal controlada puede desembocar en
una rotura completa del tendón rotuliano o del cuadrici-
pita l.
O
de ellos.
Conviene señalar que la existencia de una mala alinea-
ción rotuliana (véase el capítu lo 23, apartados Al ineación
patelofemoral y Posición de la rótula) puede ser causa de Cuadro clínico
fracasos, por lo que hay que valorar previa y concienzudamen- Cuando se produce la rotura del tendón (véase el caso clíni-
te al paciente y consensuar con él un adecuado tratamiento, co 25-1 ), el dolor es de carácter severo y brutal. Se localiza
ya que la cirugía de realineamienro es mucho más importan- en la rodilla bien a nivel suprarrotuliano o infrarrotuliano,
te y alarga notablemente el período de recuperación. según que el tendón afectado sea el cuadricipital o el rotu-
Tras la cirugía se inmoviliza al paciente hasta la retirada liano, respectivamente. Va acompañado generalmente con
de los punros y se permite la carga parcial con muletas, pu- la caída al suelo por la impotencia funcional que supone.
diendo realizar movilizaciones de la rodilla de forma inme- La exploración clínica es fundamental y requiere tener
diata según la agresividad de la cirugía y si lo permiten los en cuenta diversos aspectos.
fenómenos dolorosos e inflamatorios. A partir de la 3a se- • l11spección. El paciente presenta una impotencia funcio-
mana se comienza con un exhaustivo programa de fisiote- nal para mantenerse apoyado sobre la extremidad afec-
rapia, para reincorporarse al deporte en un período de en- tada en el caso de las roturas completas. Presenta, en las
tre 4 y 6 meses. primeras horas, un «signo de hachazo» o defecto hístico
25 • Lesiones de l aparato extenso r de la rodilla. Les io nes meni scales 319

a la altura del tendón afectado, junto con gran tumefac-


ción y equimosis.
• Movilidad. Está limitada, en especial la extensión activa
y la flexión, por el dolor y el derrame.
• Palpación. Si la tumefacción lo permite, se palpa la de-
presió n producida po r la rotura del tendó n.
• Maniobms exploratorias. No puede es tirar completa-
mente la rodilla de fo rma activa.

Diagnóstico. Exploraciones complementarias


Las exploraciones complementarias que se utilizan habi-
tualmente en la práctica clínica para llegar a un d iagnósti-
co se exponen a continuación.

Radiología simple
Mediante radiografía se valorará el descenso o ascenso
(Fig. 25-17) de la rótula en las roturas del tendón del cuá-
d riceps y rotuliano, respectivamente. También se valorará la
existencia d e arrancamien tos óseos en la rótula y se p uede
realizar el diagnóstico diferencial con las fracturas de rótula.

O Ante la sospecha de rotura del tendón rotuliano, se ha de


desca rtar una fractura de la rótula. Figura 25-18. Resonancia magnética, corte sagital. Rotura del ten-
dón rot uliano lflechal.

Ecografía
La ecografía permite confirmar el d iagnóstico al visualizar Tratamiento
el hematoma y la fulta de continuidad del cuerpo del tendón. El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico.

Resonancia magnética Conservador


La RM, aporta la misma información a que la ecografía, El tratamiento de las roturas completas es siempre quirúr-
sólo que proporciona mayor nitidez y es más fácil su inter- gico. En las roturas parciales, si puede asegurarse que lo
pretación (Fig. 25- 18). son mediante una RM, puede realizarse un tratam iento
conservador que consiste en la evacuación del derrame y
una inmovilización en extensión completa de rodilla en
descarga parcial durante 6 semanas, seguid as de un siste-
mático y correctamente periodizado procedimiento de fi-
sioterapia.
Al igual que en las tendinosis (Fig. 25-19), se pueden
realizar infiltraciones de factores de crecimiento (PRGF-
Endoret®) en el foco de la rotura parcial bajo control eco-
gráfico.

Quirúrgico
Siempre en las roturas completas. El tratamiemo de elec-
ción sería la sutura tér mino- terminal si es posible. Esto
ocurre en muy pocas ocasiones (véase el caso clínico 25-2),
p ues los cabos tend inosos suelen estar muy deshilachados
y degenerad os, por lo que, au n siendo posible, los autores
del capítulo siempre utilizan técni cas de «llenado de hue-
co» o de refuerzo, bien con técnicas como la de Scuderi
para el tendón cuadri cipital, con colgajo proxi mal del cuá-
driceps, o bien con tendón del semitendinoso para el ten-
dón rotuliano. Su preferencia es el uso de cintas de mate-
rial resistente co mo PO S o ligamentos artificiales como el
Figura 25-17. Radiografía lateral. Rotura del tendón rotuliano. Nó- Leeds-Keio® para suturar los dos cabos del tendón lesiona-
tese la posición elevada extraordinaria de la rótula. d o y tunelizarse a través de la rótu la, para fi nalmente sobre
320 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Figura 25-19. Tratamiento local mediant e


plasma rico en factores de crecimiento
f PRGF- End o red ~ ) en el acto quirúrgico en
una reparación de tendón rotuliano. fA) Infil-
tración en cuerpo del tendón. lB) Colocación
del coágulo de plasma rico en factores de
crecimiento.

Figura 25-20. Rotu ra del tendón rotuliano.


fA) Imagen prequirúrgica. (8) Reparación
quirúrgica.

ellos suturar de forma término-terminal los cabos del ren- menzar precozmente un tratamiento de fisioterapia incen-
dón afectado. Esto permite una rápida rehabilitación, al sa. El alta médica se obtiene a los 9 meses.
ser la plascia con las cintas o el ligamento los que se encar-
gan de absorber las tensiones de la sutura (Figs. 25-20 y
25-21). Con es ta técnica se inmoviliza la rodilla en exten-
sión hasta la retirada de puntos, descarga parcial con mu-
El tratamiento de elecc ión en las rotu ras completas de
tendón es la sutura te rmino-terminal, siempre que sea
posible.
o
letas y se permite la movilización y, por consiguiente, co-

Figura 25-21. Rotura del tendón rotuliano.


(A) Imagen quirúrgica. f8) Resultado final.
25 • Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales 321

Ll RESUMEN

• Los meniscos son fundamentalmente avasculares, lo que • La patología dolorosa en la cara anterior de la rodilla es la
condiciona su cicatrización y regeneración. ca usa más frecuente de dolor de rodilla. La patogenia de la
tendinopatía es la sobrecarga crónica del tendón, que pro-
• El mecanismo lesional más frecuente es la torsión del
duce microdesgarros, entre otras lesiones.
cuerpo sobre la rodilla, bien en flexión o bien en extensión
con el pie fijo en el suelo.
• La ecografía es la prueba de elección en el diagnóstico de
• El dolor de tipo mecánico es el síntoma predominante y las tendinopatías.
está localizado en un solo compartimento.
• Un adecuado procedimiento de fisioterapia es el trata-
• La exploración de la rodilla en busca de signos meniscales
miento de elección en las tendinopatías.
es muy orientadora del diagnóstico. LA RM es la prueba
diagnóstica de elección en la patología meniscal.
• Una tendinopatía mal controlada puede desemboca r en
• La cirugía meniscal se realiza exclusivamente por vía ar- una rotura completa del tendón rotuliano o del cuadricipi-
troscópica. El tiempo de recuperación tras una meniscec- tal. Ante la sospecha de rotu ra del tendón rotu liano, se ha
tomía varía en función de numerosos factores. Tras una su- de descartar una fractura de rótula. El tratamiento de elec-
tura meniscal, es imprescincible la descarga de la extremi- ción en las roturas completas de tendón es la sutura tér-
dad durante 4 semanas, para evitar la recidiva. mino-terminal, siempre que sea posible.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Ferrández Portal. L., Llanos Alcázar, L. F., Marco Martlnez, F.
(coords.) (2005). Lecciones de cimgía ortopédica)' traumatolo-
Delgado Martlnez, A. D. (20 12). Cimgía ortopédica y tmumato- gía. Barcelona: Acción Médica.
fogía. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología,
SECOT (20 1O). Manual de cimgía ortopédica y traumatología.
Madrid: Ediwrial Médica Panamericana.

~ ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué condiciona la cicatrización y la regeneración meniscales? 8. Tras una sutura meniscal, ¿cuál es el procedimiento?
2. ¿Cuál es el mecanismo lesional más frecuente en las lesio- 9. ¿Cuál es la patogenia de la tendinopatía?
nes meniscales?
10. Para el diagnóstico de las te ndinopatías, ¿qué técnicas diag-
3. ¿Cuál es el síntoma predominante en la lesión meniscal? nósticas se utilizarán?
4. ¿Qué maniobras conoce acerca de la exploración de la rodi- 11. En el tratamiento de las tendinopatías, ¿qué tratamientos
lla, para descartar lesión meniscal? cree son los más convenientes?, ¿por qué?
5. ¿Cuáles son las pruebas diagnósticas en la patología meniscal? 12. Seña le la patogenia en una rotura completa del tendón ro-
tuliano o del cuadricipital.
6. ¿Qué tipos de tratamiento en las patologías meniscales co-
noce? Descríbalos. 13. Ante la sospecha de rotura del tendón rotuliano, ¿cómo se
ha de proceder?
7. ¿Cuáles son los ti empos de recuperación tras una menis-
cectomía? 14. ¿Có mo se trata n las roturas completas de tendón ?
M. a E. Aguilar Ferrándiz y B. Esteban Moreno

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Los factores de riesgo y los factores predisponentes de las fracturas del complejo articular tobillo-pie.
• Los aspectos clínicos más relevantes asociados a los principales tipos de fracturas del complejo articular tobillo-
pie.
• Los aspectos terapéuticos medicoquirúrgicos más relevantes de las fracturas del complejo articular tobillo-pie.
• Principales complicaciones asociadas a las fracturas del complejo articular tobillo-pie relevantes para el diseño
del plan en fisioterapia.
• Perspectiva general en el diseño del plan de intervención en fisioterapia en las fracturas del complejo articular to-
billo-pie.

GENERALIDADES mente, también se ha producido un incremento de la prác-


tica de deportes de alto riesgo que conllevan una mayor ex-
Las fracturas que afectan a la extremidad inferior constitu- posición a macrotraumarismos que predisponen al desa-
yen una de las afecciones que producen mayor limitación rrollo de este tipo de fracturas.
funcional y discapacidad en las personas que las padecen. La complejidad, localización y tipo de fractura van a de-
Normalmente, dichas limitaciones están asociadas al pe- terminar el tratamiento medicoquirú rgico y, a su vez, el
ríodo requerido para la consolidación y las condiciones de tratamiento y plan de intervención en fisioterapia. Por
reposo, a los métodos de reducción (quirúrgicos) uriliza- ello, en este rema se van a desarrollar los aspectos genera-
dos y a las posibles complicaciones asociadas derivadas de les y espedficos de las principales fracturas que afectan al
la afectación de las esrructuras circundantes (véanse los ca- extremo distal de la tibia y peroné, así como las fracturas
p ítulos 8 y 9). Además, específicamente, las fracturas del más relevantes que afectan a los huesos del pie.
complejo articular rabillo-pie afectan de forma directa al
proceso de locomoción y marcha independiente. De esta
forma, una alteración en la secuenciación de la marcha po-
dría producir alteraciones o lesiones en articulaciones ve-
El deportista profesional es uno de los principales perfi-
les de riesgo para sufrir facturas del complejo articular
o
tobillo-pie.
cinas como la rodilla o la cadera, incrementándose así la
cadena lesiona! derivada de una fractura distal en el rabi-
llo-pie. CONCEPTUALIZACIÓN
Aunque las facturas que afectan al complejo articular
tobillo-pie pueden producirse en todos los sectores pobla- C lásicamente se entiende por fractura la interrupción de la
cionales, parece ser que el deportista profesional de alto ni- continuidad ósea o cartilaginosa de una estructura. Sin em-
vel constituye uno de los principales perfiles de riesgo de- bargo, este concepro no recoge la afectación de las partes blan-
bido a las exigencias físicas y a los traumatismos ramo di- das, como vasos sanguíneos, nervios, músculos, ere., que sue-
rectos como indirectos a los que está sometido dentro de le producirse de forma asociada y que repercute ranro en la re-
la propia acción deportiva. Sin embargo, en la actualidad cuperación como en las secuelas. Por tanro, una conceptuali-
existe un incremento de la práctica de la actividad física zación multiestrucrural que incluya rodas estos aspecros es ne-
por gran parte de la sociedad en general, en muchas oca- cesaria para la programación de un correcro abordaje.
sion es no controlada, que h a conllevado un aumento de la Esta conceptualización de forma más amplia permite
incidencia de este tipo de lesión. Además, concomitante- clasificar las distintas fracturas según su etiología (según la

323
324 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior · :¡-
'

causa que las suscite), según el mecanismo de producción abiertas o expuestas son raras, suponen un 2 %. Un recien-
(directos o indirectos), según el tipo o parrón de interrup- te estudio epidemiológico sobre las fracturas de tobillo en
ción (horizontales, oblicuas, espiroideas, etc.), según la deportistas ha puesto de manifiesto que el 52% de las frac-
afectación de las partes blandas implicadas (nervio, vaso turas afectaron de forma aislada al maléolo externo o inter-
sanguíneo, ligamento, ere.) y según la estabilidad secunda- no, y el maléolo externo es el de localización más frecuen-
ria generada (estables o inestables). Este aparrado ya ha te. De los 96 pacientes examinados, el 35,4% presentó
sido previamente desarrollado en el capítulo 8, sobre las fracturas bimaleolares.
generalidades de las fracturas. Otro estudio, realizado en d istintos hospitales de Esta-
Por fracturas del complejo articular tobillo-pie se en- dos Unidos sobre un total280.933 frac turas de tobillo-pie,
tiende aquéllas que afectan a la extremidad distal de la ti- destaca que la edad media de presentación fue 43,8 años,
bia y peroné o aquéllas que se circunscriben a alguna de las el 53,49 % ocurrieron por accidentes en la calle y el
estructuras óseas que componen el retropié, mediopié o 26,12% en el domicilio. Del total de fracturas, el 55,7 %
amepié. Dentro del pie, cabe destacar por su especial rele- se localizaron en el tobillo, y las m;Ís prevalentes son las
vancia aquellas fracturas que afectan al astrágalo y calcá- fracturas aisladas maleolares (19,04 %). Ell7, 18% de las
neo. fracturas afectaron al retropié. Las localizaciones más pre-
Las principales estructuras de partes blandas que se pue- dominantes fueron el astrágalo (7 ,87 %) y el calcáneo
den ver implicadas en las fracturas del tobillo-pie son: (9,31 %). El medio pié se vio implicado en menor porcen-
Ligamentarias: los ligamentos colaterales externos (liga- taje (9, 16 %), y el cuboides y escafoides constituyeron las
mentos peroneoastragalino anterior y posterior y ligamen- principales zonas de fractura (4,73 %) . El amepié supuso
to peroneocalcáneo) e internos (ligamento deltoideo) del el17,99% del total de las fracturas y el metatarso es la lo-
tobillo y ligamentos sindesmóticos (ribioperoneo anterior, calización más prevalente (12,50 %). Las falanges de los
posterior y transverso y membrana imerósea). dedos sólo se vieron afectadas en un 5,5% de los casos.
Tendinosas: rendones del compartimento posterior Aproximadamente, sólo el 20 % fueron fracturas abiertas,
(tendón de Aquiles), interno (tibia! posterior, flexor co- el resto fueron todas cerradas.
mún de los dedos, flexor del primer dedo), externo La incidencia de fractu ra del complejo tobillo-pie en los
(tendón de los peroneos largo y corto) y anterior (ten- ancianos se ha incrementado debido al aumento en la es-
dón del tibia! anterior, extensor largo del primer dedo y peranza de vida. Aunque algunos autores han relacionado
extensor común de los dedos) . este incremento con la pérdida de masa ósea asociada a la
Nerviosas: nervios safena, sural, tibia! y peroneos pro- edad, los estudios son contradictorios y no existe una rela-
fundo y superficial. ción clara entre la fractura de tobillo y la aparición de os-
Arteriales: arteria cibial anterior y posterior y arteria pedia. teoporosis. Sin embargo, en m ujeres, la aparición de estas
Venosas: vena safena externa e interna. fracturas sí parece estar relacionada con el peso y el índice
de masa corporal.
Este tipo de fracturas se producen con menor frecuen-
Se consideran fracturas del complejo articular tobillo-pie

o aq uéllas que afectan a la extrem idad distal de la tibia y pe-


roné o las que se circunscriben a alguna de las estructu-
ras óseas que componen el retropié, mediopié o antepié.
cia en los niños. Normalmente, suelen aparecer cuando
realizan una práctica deportiva habitual de alto nivel y es-
tán sometidos a posibles fuerzas microtraumáticas.

EPIDEMIOLOGÍA
Las fra cturas maleolares suelen ser las más frec uentes y
suponen dos tercios de las fract uras que afectan al tobillo.
o
Como ya se ha señalado con anterioridad, parece ser que
se ha producido a lo largo del tiempo un incremento de las FACTORES PREDISPON ENTES O AGRAVANTES
fracturas que afectan al complejo articular tobillo-pie. Este
tipo de solución de continuidad parece afectar más a lapo- Existen una serie de factores extrínsecos e intrínsecos que
blación femenina; el riesgo se incrementa a partir de los incrementan el riesgo de fractura o lesión de complejo ar-
60 años, debido a la conjunción de más factores predispo- ticular tobillo-pie. Los factores extrínsecos son aquellos
nentes duranre este período erario (los cuales se desarrollan externos al individuo, que están relacionados con el con-
posteriormente en el aparrado Factores predispo nentes o texto sociolaboral y deportivo del sujeto. Los factores in-
agravantes, de este tema). Otros autores establecen una ra- trínsecos son las predisposiciones individuales que presen-
tio hombre-mujer similar, y manifiestan una mayor preva- ta el sujeto por sus características físicas genéticas o adqui-
lencia masculina en adultos jóvenes y una mayor prevalen- ridas para desarrollar este tipo de fractura.
cia femenina entre los 50 a 70 años, relacionado con la
aparición del período menopáusico.
Dentro de la localización, las fracturas maleolares sue-
len ser las más frecuentes, ya que suponen dos tercios de
las fracturas que afectan al tobillo. De éstas, aproximada-
El conocimiento de los factores de riesgo es imprescindi-
ble para el desarrollo de programas de prevención persa-
nalizados, la evitación de recidivas y la di s minu ción de
o
factores agravantes de la lesión.
mente un cuarto son bimaleolares. Las fracturas de tobillo
26 • Fracturas del comple¡o art1cular del p1e-tob1llo 325

pueden suponer un factor predisponenre a la aparició n


Factores intrínsecos de este tipo de fracturas.
Entre los factores inhere ntes al individuo de mayor rele- • Disminución de la masa ósett.
vancia se encuentran: Tabttquismo. Factor de mal pronóstico por incremenro del
Edad. Como ya se ha co menrado, el incremento de la riesgo de seudoartrosis tras una cirugía en el tobillo-p ie.
edad y el deterioro con comi tante musculoesquelético
que se produce con el proceso de envejecimie nro se ha Factores extrínsecos
asociado con un aumento del riesgo de fractura en las Como facto res externos principales asociados a la apa ri-
articulaciones de carga co mo el tobi llo-pie. La edad ción d e este tipo de fracturas cabe destacar:
avanzada, por ramo, constituye un factor agravante en • Práctica de deportes extremos.
la recuperac ión de este ripo de lesión no modificable • Actividades físicas y deportivas con esfuerzo.
que va a condicionar las estrategias terapéuticas. Tam- • Traumatismo de aira energía/accidenres automovilísti-
b ién la edad temprana es un factor relevanre. Aunque es cos o laborales.
raro que se produzcan este tipo de fracturas en niños, po- • Condiciones ambientales adversas qu e impliquen u n
drían afectar a las epífisis y, por tanto, a la placa de creci- incremento del riesgo de caídas.
mienro; el diagnóstico es fu ndamental en esta fase y, ade-
más, constituye un posible factor de mal pronóstico. CLASIFICACIÓN
Sexo. Éste constituye otro factor no modificable del su-
jeto. Como ya se ha comentado, la predomi nancia y La clasificació n de las fracturas de tobillo ha sido contro-
riesgo de fractura se incrementa en el sexo femenino , vertida a lo largo del tiempo y se han prop ues to distintas
sobre todo a partir de los 50 años; por ramo, los proto- clasificaciones atendiendo a d iferentes cri terios; todos ellos
colos y estrategias de prevención d e las fracturas del de vital relevancia para un correcto abordaje rerapémico.
complejo tobillo-pie d eben acenruarse durante este pe- Para facilitar al lector la comprensión se ha n caregorizado
ríodo. las distinras clasificaciones según su etio logía, localización,
• Índice de masa corporal. Éste es u n factor modificable mecanismo lesiona!, parrón de interrupción, afectación de
del sujeto cuyo control es imp rescindible para la pre- pan es blandas y estabilidad.
vención de fracturas y para la recuperación posquirúr-
gica y fisiorerapéutica. Tal y como se ha señalado previa- Clasificación en función de la etiología
mente, el aumento de peso, sobre todo en las articula- L'lS fracturas del tobillo dependen no sólo del factor causal
ciones de carga como las implicadas en el complejo to- que las desencadena, sino de la propia susceptibilidad d e la es-
billo-pie, implica un incremento de las fuerzas de com- tructura ósea atendiendo a sus características anatomofisioló-
presión. La obesidad se ha relacionado con un incre- gicas propias u alteraciones adquiridas. Las fracturas habitua-
mento d e las fracturas del miembro inferio r en la zona les son aquellas provocadas por un traumatismo de tal inten-
d istal y, además, se ha considerado como un factor agra- sidad que es capaz de producir la solución de continuidad en
vante del mecanismo lesiona!; de tal forma que parece un hueso sano. Sin embargo, también pueden producirse
resultar en fracturas de tobillo de mayor severidad. frente a mecanismos traumáticos simples o de baja intensidad
• Déficits vttsculares. Existen determ inadas es tructu ras si la estructura ósea presenta un estado previo debilitado de
a natómicas dentro del complejo articular tobillo-pie fo rma constitucional o secundaria a enfermedades óseas o
cuya irrigación vascular es limitada, de forma que una metabólicas que cursen con osteopenia u osreoporosis.
mín ima afectación de esre com ponente podría conlle- Por otra parte, los microrraumatismos de repetición
var un défi cit de vascularización que suscitara una mala tamb ién pueden constituir un factor causal que da como
consolidación de la fractura. Esta al teración podría oca- resultado las fracturas por estrés, co mo por ejem plo las que
sionar la aparición de seudoartrosis en el foco fractura- pueden aparecer a la altura metatarsiana.
río e incluso necrosis ósea q ue agravaría el proceso de
recuperación poslesión. Por ejemplo, las fracturas pro- Clasificación en función de su localización
ducidas en el cuello del astrágalo p resentan un mayor Una clasificación comünmen re aceptada es la p ropuesta
riesgo de necrosis avascular. por Danis-Weber (Asociación para el Estudio de la Osteo-
• Alteraciones que incrementen el riesgo de caídtts. Existen sínresis, AO), que clasifica las fracturas de tobillo aten-
diferenres situaciones como la atro fia, el desequilibrio diendo a su grado de implicació n en la si nd esmosis @> ri-
m uscul ar o un déficit p ropioceptivo, que predispo nen bioperonea. Establece tres tipos de fracturas:
al individuo al desarrollo de alteraciones en el control • T ipo A: también denominadas iufrasindesmafes. La frac-
motor durante los movimientos de actividades de la tura está por deb ajo de la mortaja tibiopero nea y no
vida diaria o la práctica deportiva. Esre déficit suscita un afecta a la sindesmosis.
mayor riesgo de caídas que pueden resultar e n la apari- • Tipo B: o trtmsindesmales. En este caso, la fractura está
ción de fracturas en el tobillo. En esra misma línea, en a la altura d e la mortaja y afecta a la sindesmosis (véase
aquellos sujetos con patología neurológica, neurodege- el caso clínico 26- 1).
nerativa o cualquier otra alteración en el sistema vesti- • Tipo C: o mprasúzdesmales. Las fracturas se sitúan por
bular, que determine u na alteración del equilibrio, éstas enci ma de la m ortaja.
326 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior

Supinación y
Clasificación en función su mecanismo lesional rotación externa
Clásicamente, la categorización de Lauge-Hasen ha permi-
tido clasificar las fracruras de tobillo en función del meca-
nismo lesiona! que las desencadena. Establece, principal-
mente, cuatro tipos de mecanismos que dan lugar a frac-
tura y afectación de las partes blandas circundantes. De
fo rma simplificada se pueden distinguir:
(A) Supinación y aducción: este mecanismo puede des-
encadenar externamente la rotura de los ligamentos pe-
roneoastragalinos, acompañada de fractura por avulsión
del peroné distal. En la parte interna puede causar im-
pactación y fractura vertical del maléolo medial o inter-
no (Fig. 26-1). Figura 26-2. (Bl Mecanismo de supinación y rotación externa. 1. Ro-
(B) Supinación y rotación externa (eversión): estas tura del ligamento tibioperoneo anterior. 2. Afectación del tibiope-
fuerzas están asociadas a afectación del ligamento ti- roneo anterior y fractura del maléolo peroneo (oblicua l. 3. Rotura
bioperoneo anterior, fractura oblicua del peroné dis- del ligamento tibioperoneo posterior. 4. Fractu ra del maléolo inter-
no o ruptu ra del Ligamento deltoideo. Adaptado de Lauge-Hansen N.
tal, alteración/rotura del ligamento tibioperoneo pos-
(19501. Fractures of the ankle. Combined experimental-surgica l and
terior, fractura del maléolo interno o ligamento deltoi- experimental roentgenologic investigations. Arch Surg, 60, 957-985.
deo (Fig. 26-2) .
(C) Pronación y abducción: el mecanismo está asocia-
do a la presentación de fractura en el maléolo tibia! o en Clasificación según el patrón de interrupción
el ligamento deltoideo, afectación del ligamento tibio- Según el patrón de interrupción, las fracturas del comple-
peroneo anterior y fractura conminuta del peroné. La jo articular tobillo-pie pueden ser parciales (fisuras) o
membrana interósea en el peroné puede quedar lesiona- completas. Además, en función del mecanismo de produc-
da (Fig. 26-3) . ción se pueden encontrar líneas de fractura transversales,
(O) Pronación y rotación externa: este tipo de fuerzas oblicuas/espiroideas, conminutas, etc. (véase el capítulo 8
pueden desencadenar fractura del maléolo tibia! o del li- sobre las generalidades de las fractu ras) .
gamento deltoideo, alteración del ligamento tibiopero-
neo amerior, fractura alta del peroné y afectación delli- Clasificación según la afectación de partes blandas
gamemo tibioperoneo posterior (Fig. 26-4). La valoración de las partes blandas circundantes constitu-
ye un factor de especial relevancia, puesto que va a influir
2 en el pronóstico evolutivo de la lesión . Se pueden clasificar
a la altura del tobillo en: afección musculoesquelética o li-

Supinación-aducción
Pronación y
abducción

3 4 2 3

Figura 26-1. (Al Mecanismo de su pinación y aducción. 1. Rotura de


los ligamentos peroneoastragalinos (a veces también peroneocal- Figura 26-3. (Cl Mecanismo de pronación y abducción. 1. Rotura
cáneosl. 2. Rotura de Los ligamentos peroneoastragalinos y fractu- del ligamento deltoideo o fractura del maléolo interno. 2. Rotura
ra del maléolo int erno o tibia l. 3. Fractura por avulsión de la parte de los ligamentos tibioperoneos anterior y posterior. 3. Fractura del
distal de pero né. 4. Frac tura bimaleolar del extremo distal de la peroné a nivel de la s indesmosis, de tipo conminuta. Adaptado de
tibia y el peroné. Adaptado de Lauge-Hansen N. (1950). Fractures Lauge-Hansen N. (19501. Fractures of the ankle. Combined experi-
of the ankle. Combined experimental-surgical and experimental mental-surgical and experimental roentgenologic investigations.
roentgenologic investigations. Arch Surg, 60, 957-985. Arch Surg, 60, 957-985.
26 • Fracturas del comp lejo arti cular del pie-tobillo 327

ción de dolor, cuya intensidad p uede co nllevar al pacien-


te a u n estado de choque t raumático, hemorragia y ede-
m a (pérdida del contorno perimaleolar), impotencia fun-
cional absoluta (sobre todo si hay desplazamiento de frag-
mentos) o relativa (en fisuras) con marcha antiálgica, heri-
da abierta, defo rmidad, cambios en la colo ración (si hay
afección del co mponente vascular) y alteraciones de la sen-
sibilidad en el trayecto de los nervios peroneos superficial
y profundo y tibial posterior (éstas pueden aparecer de for-
ma inmediata o semanas tras la lesión ).
Posteriormente, tras la aplicació n del método de trata-
miento médico y/o qui rúrgico correspond iente, las mani-
festacio nes clínicas se mantendrán en función de la agresi-
Figura 26-4. (DI Mecanismo de pronac ió n y rotación exte rna. vidad de la intervención, las posibilidades de carga, la re-
1. Fractura del maléolo tibiat o ligamento dettoideo. 2. Rotura de los solución de la afección de las parees blandas, etcétera.
liga mentos tibioperoneos ante rior o fractura por avulsión. 3. Frac -
tura alta de peroné por enci ma de la sindesmosis. 4. Rot ura del
ligamento tibioperoneo posterior y fractura posterior de maléolo.
Adaptado de Lauge-Hansen N. (19501. Fractures of the ankte. Com-
bined experimentat-su rg ica t and experimental roentgenologic in-
El cuadro clínico en estas fra cturas se presenta con los
signos clásicos de toda fractu ra, y requiere una inmovili-
zación inmediata y traslado urgente a un centro sanitario.
o
vestigations. Arch Surg, 60, 957-985.

gamentaria, afección nerviosa o afección vascular. La alte- DIAGNÓSTICO


ració n d e algu na de estas estructuras supone un mayor
riesgo de infección, reducción del po tencial de consolida- El desarrollo de una exploración física exhaustiva y la his-
ción ósea y limitación y/o modificació n de las posibilida- toria clínica, incl uyendo el mecanism o lesio na( que ha
des terapéuticas. Así pues, las fract uras expuestas o abier- desencadenado la fractura del completo tobillo-pie, cons-
tas tendrán peor pronóstico que aquéllas que son cerrad as tituyen dos aspectos fu ndamentales en el d iagnóstico. Ex-
o no expuestas. plorar en el m ecanismo lesiona! puede o rientar sobre la
mayor o menor gravedad de la lesión y la localizació n de la
Clasificación según la afectación de la estabilidad estructura ósea que puede estar afectada.
Las frac turas del complejo articular tobillo-pie pueden cla- La utilización de pruebas complementarias, como las ra-
sificarse en función de la estab ilidad en estables e inesta- diográficas, se hace esencial en este tipo d e lesiones, respetan-
bles. La afectación de la sindesmosis tibioperonea consti- do las 48 horas postraumatismo, ya que la reacción tisular-
tuye un facto r que influye en la estabilidad articular. Las edematosa de las estructuras blandas puede enmascarar estos
fracturas in frasindesmóticas suelen ser articularmente esta- hallazgos. Dependiendo del tipo de fracturas, otras técnicas
bles; las sindesmóticas pueden ser más o menos estables, además de las radiográficas adquieren mayor relevancia.
dependiendo del grado de integridad de los fragmentos. Y En el diagnóstico de las fracturas del piló n tibia!, ade-
las suprasindesmóticas suelen ser inestables y requerir in- más de las proyeccio nes radiológicas simples, se aconseja la
tervención quirúrgica. Además, el desplazamiento de frag- realización de tomografía compurarizada (TC) con recons-
mentos también constituye un fac ror q ue afecta a la esta- t rucciones coronal y sagital y así incid ir también en la afec-
bilidad , ya que aquellas lesiones que cursen con desplaza- ción de las partes blandas y posibles afectacio nes en otras
m iento serán más inestables y precisarán de procesos qui- localizaciones de los miembros o de la columna. En las
rúrgicos más sofisticados. Por o tra parte, el mayor o menor fracturas del astrágalo, las radiografías con proyecció n an-
grad o d e estabilidad también dependerá de si existe lesión teropos terior modificada resultan útiles para el d iagnósti-
ligamentaria asociada o si la fractura afecta a una única es- co, y pueden complementarse co n TC. Si hay sospecha de
tructura ósea o varias. osteo necrosis, las técnicas de resonancia magnética pare-
cen proporcionar mayor info rmació n en este sentido.
En las lesiones del tarso, el diagnóstico radiográfico de-

o La clasificación comúnmente aceptada es la propuesta


por Danis-Weber !ADJ. que clasifica las fracturas de tobi-
llo atendiendo a su grado de im plicación en la s indesmo-
sis tibioperonea.
berá incluir p royecciones anteroposterio res, laterales y
oblicuas del pie, implicando a veces q ue el sujeto las reali-
ce en bipedestación/carga. Se buscarán inestabilidades
como la avulsió n d e ligamento de Lisfranc en la base del
segundo m etartarsiano, distancias superiores a 3 mm entre
CUADRO CLÍNICO el p rimer y el segundo metatarsiano, etc. La TC en las frac-
turas del tarso ha demostrado ser más sensible para la de-
La clínica in mediata de una fractura del complejo articu- tección de pequeñas fracturas y míni mos desplazamientos
lar tobillo-pie dependerá de la intensidad del agente trau- y, po r tanto, se valorará su utilización ante manifestaciones
mático, pero, de fo rma general, se caracteriza por la apari- clínicas persistentes.
328 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatolog ía -Sección 111. Pelvis y miembro inferior .

o En el diagnóstico de las fracturas del pilón tibial, además de


las proyecciones radiológicas simples, se recomienda la rea-
Lización de una TC con reconstrucciones coronal y sagital.
Tratamiento medicoquirúr gico
en las fracturas del pilón tibial
Las fracturas que afectan al pilón ribial se caracterizan por
su dificultad reconstructiva (a men udo cursan con fractu-
TRATAMIENTO ra conminuta) y por su pronóstico incierto. Tradicional-
menee, como mérodos de t ratamiento se han venido utili-
El tratamiento debe ser realizado desde una perspectiva in- zando la reducción anatómica y la osreosíntesis abierta con
rerdisciplinar, en la que la colaboración entre el traumató- placa, puesto que supone la opció n terapéutica más efecti-
logo y el fisioterapeuta sea óptima. Se puede orientar de va; sin embargo, en la actualidad, parece ser que los fijado-
forma conservadora o quirúrgica. res externos reportan más ventajas como procedimienro
quirúrgico, dada la afectación de partes blandas asociada.
Equipo multiprofesional En este tipo de fracruras, la restauración de la longitud del
El rraramienro en las fi-acruras del complejo articular tobillo- miembro constituye un factor imprescindible para asegu-
pie implica la colaboración de distintos profesionales sanita- rar una posterior funcionalidad, incluso recurriendo al in-
rios, cuyo objetivo común es restaurar al individuo a sus máxi- jerto óseo si fuera necesario. El fijador externo puede uti-
mas capacidades funcionales, psicológicas y sociolaborales. lizarse como medida transitoria en casos de fracturas abier-
Un aspecro muy importante del tratamiento de estas lesiones tas con alto riesgo de necrosis o de forma complementaria
lo asumen el traumatólogo y los fisioterapeutas (13El véase Vol. a la utilización de osteosínresis interna en fractu ras con
11. capítulo 261. Un abordaje médico y quirúrgico precoz influi- gran lesión de partes blandas. Los fijadores externos se uti-
rá en la reeducación posterior pautada por el fisioterapeuta, lizaran de forma definit iva en aquellos casos donde las me-
quien planificará su intervención atendiendo a las indicacio- didas de osreosíntesis están contraindicadas {véase el capí-
nes de consolidación exigidas por el tipo de fractura o por el tulo 8).
tratamiento conservador/quirúrgico realizado. Además, en el
contexto deportivo de alta competición, el papel del psicólo- Tratamient o m edicoquirúrgico
go también será importante para la mejora, mantenimiento en las fracturas maleolares
y/o restauración de las capacidades psicoemocionales del de- Como ya se ha comentado previamente, las fracturas ma-
portista, sobre todo en las lesiones de larga duración. leolares a la altura del rabillo suelen asociarse, de manera
Asimismo, en un conrexro no sanitario, la colaboración frecuente, con una alteración caps uloligamentaria, de
y coordinación con los preparadores físicos también su- modo que las técnicas quirúrgicas van orientadas a este do-
pondrá un punto de confluencia mulridisciplinar relevan- ble objetivo. Dependiendo del tipo de fractu ra , de las ca-
re para conseguir una óptima reincorporación al entrena- racterísticas óseas, ere., el tratamiento de osteosíntesis irá
miento en deportistas de alta competición. dirigido a producir compresión entre los extremos de la
fractura, neutralización de tensiones en el foco o, simple-
Tratamiento medicoquirúrgico mente, soporte. Aquellos casos de fracturas no expuestas,
El tratamiento medicoquirúrgico es esencial en el abordaje como la afectación del cuello del peroné, exigen la restitu-
terapéutico de la fracturas del complejo articular rabillo-pie. ción anatómica mediante tracción. En otros tipos de frac-
El RICE (reposo deportivo, hielo, compresión y elevación) curas se utilizarán distintas clases de implantes internos,
sigue constituyendo la primera estrategia tras el accidente como placas semirubulares con tornillos de 4,5 mm, placa
traumático, haciendo especial incidencia en la estabilización de tercio de cubo con tornillos de 3,5 m m, tornillos de cor-
del segmento fracturado in sittt (terreno de juego, lugar del tical, tornillos de esponjosa, agujas de Kirschner y alambre
accidente auromovilísrico, ere.}. Posteriormente, los princi- de acero para cerclaje {véase el capítulo 8) .
pales objetivos medicoquirúrgicos tras la lesión son:
• Reducción de la fractura y de las posibles luxaciones Tratamiento medicoquirúrgico en las fracturas
asociadas en el menor tiempo posible. de as trágalo, ar ticulación subastragalina
• Reconstrucción de las superficies articulares. y luxaciones asociadas
• Mantenimiento de la reducción hasta completar la fase Las fracturas del astrágalo son un tipo de afección que ge-
de consolidación. nera gran impotencia funcional y además su tratam iento
• Elegir un método de reducción que permita la movili- es complejo, debido al alto riesgo de déficit de consolida-
zación lo más precoz posible. ción (mayor riesgo de osreonecrosis}, por su escaso aporte
vascular de forma fisiológica, y a su configuración anató-
mica. El mecanismo lesiona! asociado a la fractura del cue-
De forma generalizada, como pauta terapéutica general tanto llo del astrágalo implica una dorsiflexión excesiva del pie
para el tratamiento médico como el de fisioterapia, es preciso con el extremo distal tibia! fijo. Si el agente etiológico es de

o respetar el tiempo de reposo requerido para que se produzca


la consolidación ósea, el cual variará dependiendo del tipo de
fractura, del método de reducción empleado y de la mayor o
gran impacro, puede existir afectación ligamentaria con lu-
xación de astrágalo, y si se le asocia también el mecanismo
de inversión, puede ocurrir subluxación de la articulación
menor afectación de las partes blandas circundantes.
subasrragalina. Si la fractura del cuello ocurriera sin des-
26 • Fracturas del complejo articular del pie-tobillo 329

plazamientos de fragmentos, la afección vascular sería mí-


nima. Si se produce desplazamiento con afección de la sub- Generalidades en el diseño del plan
asrragalina, el componente vascular propio del astrágalo y de intervención en fisioterapia
los vasos del canal rars iano pueden verse afectados. Si el El tratamiento de fisioterapia en este tipo de fracturas va
mecanismo lesional es de aira intensidad, puede dar lugar dirigido fu ndame ntalmente a dism inuir la sintomatolo-
a fracturas abiertas con luxación del cuerpo del astrágalo gía traumática en la fase aguda, incidiendo en la preven-
en la mortaja ribioperonea. Cuando la luxación del astrá- ción de tromboembolismos venosos, sobre tod o si existe
galo afecta a la cabeza y cuerpo y, por tanto, a la articula- fase posqui rúrgica. Posteriormente, se pau tarán estrate-
ción subastragalina y a la articulación con el escafoides y gias y dis tintas técnicas para conseguir la movilidad a rci-
con la mortaja tibioperonea, el tratamiento es de mayor cular máxima, so bre todo de la articulació n ribiopero-
complejidad y constituye un facto r de mal pronóstico. neoastragalina, restituir la fuerza muscular previniendo la
Desde el punto d e vista medicoquirúrgico, las fracturas desaparición de desequi li brios m usculares, mejora r el
no d esplazadas del cuello pueden tratarse con botín de trofismo y cicatrización de la piel si están alterados y ha-
yeso y desca rga en torno a las 8 semanas. Si las fracturas cer especial incidencia en la progresión de la carga y la re-
son inestables, se puede recurrir a la real ización de u na re- educación de la ma rcha. Además, el fisioterapeuta debe-
ducción anatómica cerrada. Si no fuera posible, se planifi- rá respetar los períodos de consolidación requeridos, in-
cará un tratamiento quirúrgico. En este sentido, parece ser rentado evi tar la aparición de posibles secuelas o compli-
que la fijación interna rígida con reducción externa es la caetones.
opción de mayor eficacia cuando se puede realizar un Por otra parte será necesario realizar una evaluación ex-
abordaje cerrado. D entro de los métodos de fijación, pare- haustiva y prorocolizar técnicas de tratamiento dirigidas a
ce ser que la fijación con tornillos es más estable que la fi- la resolució n de los problemas neurológicos o vasculares
jación aislada co n agujas de Kirschner. Con este sistema, asociados (GEl véase Vo l. 11, capítulo 261.
según algunos autores, se establece que el trabajo del arco
d e movilidad pueda iniciarse una vez que se haya produci- SECUELAS Y COMPLICACIONES
do la cicatrización de las partes bandas, y el paciente per-
manecerá en descarga hasta la consolidación (8-12 sema- Entre las complicaciones más frecuentes en las fracturas de
nas). C uando la afección de parees blandas es mayor, con tobillo se encuentra la infecció n, sobre codo cuando se uti-
gran afectación del paquete vasculonervioso, se recurre a la lizan fijadores externos o métodos de red ucción abierra.
reducción abierta de cada una de las articulaciones luxa- Este tipo de complicación contraindica todas aquellas téc-
das, evitando las consolidaciones viciosas en varo. nicas que supongan un incremento del fl ujo circulatorio.
En el caso de las luxaciones subasrragalinas, también se Po r otra paree, la osteonecrosis del astrágalo, como com-
recurre a la reducción cerrada, que suele dar buenos resul- plicación por isquemia vascular, puede suponer una limi-
tados a no ser que exista inte rposición de parees blandas. A tación en cuanto a la recuperación funcional del pacienre.
este período le suele seguir una inmovilización con yeso d e También la necrosis puede ser cutánea y afectar a la inre-
3-4 semanas. gridad de la piel.
Asim ismo, pueden aparecer en el tobillo-pie fenómenos ·
Tratamiento m edicoquirúrgico en las fracturas de seudoartrosis ligados a la existencia de déficit de estabi-
tarsometatarsianas lidad del foco, mala vascularización, no respetar las fases de
Dentro de este tipo de fracturas destacan las producidas en descarga, ere., que pueden conllevar consolidaciones de-
las estructuras que intervienen en la articulación de Lis- fectuosas y deformidad (consolidaciones viciosas en varo).
franc. Para la estabilizació n de estas lesiones parece ser que Por otra parte, la extensión del d año cartilaginoso pue-
la técnica más utilizada es la reducción abierta con fijación de aparejar fenómenos de artrosis posrraumática y, si el
rígida mediante tornillos. Se realizará un tratam ie nto no traumatismo ha conllevado pérd ida de masa ósea, determi-
qu irúrgico con bodn de yeso en descarga durante un mí- nar dismetrías entre los miembros inferio res. Como com-
nimo de 6 semanas, siempre que no haya fracturas o los plicaciones de urgencia siempre deberán co nremplarse la
segmentos no estén desplazados. Posteriormente, hasta los posibilidad de trombosis venosa profu nda y la aparición de
3 o 4 meses no se auto rizado las actividades sin restric- síndrome compartimemal (véase el capítulo 9, aparcado
ción, como por ejemplo la carrera y el saleo. Síndrome compartimental agudo).

liJ RESUMEN

• Las fracturas que afectan a la extremidad inferior constitu- complejo articular tobillo-pie se ca ra cterizan por que afec-
yen una de las afecciones qu e producen mayor limitación tan, de forma directa, al proceso de locomoción y marcha
funcional y discapacidad. En este sentido, las fracturas del independiente.
330 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

lil R E S U M E N {Cont./

• Su abordaje terapé utico implica la planificación de un eq ui- vio, vaso s anguín eo, ligame nto , etc.) y s egún la e sta bilidad
po multiprofesional, puesto que las fra cturas van a ir aso- secunda ria gen e rada (estables o inestables ]. para lo cual
cia das no s ólo a una les ión ósea, s ino también de las par- s e recurrirá a las pruebas de diagnóstico clínico y comple-
tes blanda s circunda ntes qu e re quie ren un t ratam ie nto mentarias perti nente s.
medicoquirúrgico precoz que facilite s u pos terior reeduca-
• Los métodos de tratam ie nto medicoqui rú rgico im plican
ción funcional me diante fis ioterapia.
la u tilización de mé t odos de osteos íntesi s ce rrados o
• Es tas fracturas pueden clas ifica rse atendie ndo a s u etiolo- ab ie rtos, as í com o ab o rd aj e s m ás co ns e rva dores con
gía (según la caus a que las sus cite ]. s e gú n el mecanis mo bo ta de yeso. En c ualquier cas o, el tratam ie nto de fis io-
de produ cción (directos o indirectos]. según el tipo o patrón te rapia deberá respetar el proceso de consolidació n y
de inte rrupción (horizontales, oblicuas, espi roid eas, etc. ]. desca rga determinad o según e l tipo de fractura y las le -
según la a fectación de las pa rte s bla ndas implicada s (ne r- siones asociada s.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA N úñez-Samper, M., Probe, R. A. (2006). Pie y tobillo. En: Mono-
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medicina y cimgía del pie. Barcelona: Masson. apnmto locomotor. Barcelo na: Springer-Vcrlag Ibérica .

~ ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿En q ué consiste el concepto holístico de fractura? 7. ¿En qué consiste el a bordaje medicoquirúrgico de las frac-
turas del piló n tibia !?
2. ¿Qué estru cturas puede n verse implicadas en las fracturas
de l complejo tobillo-pie? 8. ¿Qué tiempo de desca rga estimado es necesa rio en las frac-
tu ras no desplazadas de astrágalo?
3. ¿En qué tipos se clasi fican las fracturas del pie ate ndiendo
9. ¿En qu é tipo de fracturas s ue le realizars e intervención q ui-
a s u loca lizació n?
rú rgica con fijadores exte rnos?
4. ¿Cuál es la clasificación s egún e l mecanis mo les io na! de las
10. ¿Qué complicación se asocia de m anera más frecuente e n la
fracturas de tobillo ?
utiliza ción de fijadores externos?
5. ¿Qué tipo de fa ctores pueden predis poner a un individuo a 11. ¿C uáles son los factores que di fic ultan o retrasan la conso-
una fractura de tobillo? lidación ósea de estas fracturas?

6. ¿Cuál es el tipo de fra ctura más frecuente e n e l complejo to- 12. ¿ Qu é obje tivos generales pe rs igu e el d ise ño del plan de fi-
billo- pie? s ioterapia en las fr acturas de l to billo-pie?
M. a E. Aguilar Ferrándiz y B. Esteban Moreno

[§] OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Los factores de riesgo, así como los factores predisponen tes del esguince de tobillo e inestabilidad cró nica.
• Principales mecanismos de producción del esguince de tobillo y estructuras anatómicas afectadas.
• Los aspectos clínicos más relevantes asociados al esguince de tobillo.
• Los aspectos terapéuticos medicoquirúrgicos más importantes en la inestabilidad y el esguince agudo de tobillo.
• Perspectiva general en el diseño del plan de intervención en fisioterapia en el esguince de tobillo.
• Mecanismos de producción, factores de riesgo y tratamiento de las metatarsalgias.

GENERALIDADES el mecanismo lesiona! traumático, se va a instaurar un cua-


dro agudo con mayor o menor distensión o rotura liga-
El esgui nce de tobillo (véase el capítulo 7 , apartado Es- mentaria, que se designa propiamente como esguince agu-
guinces) es una de las lesiones traumáticas de mayor pre- do de tobillo. Cuando esta lesión se mantiene de forma pa-
valencia en el deportista y en la población general. Se aso- tológica en el tiempo, como consecuencia de un déficit de
cia, normal mem e, con lesión de las partes blandas circun- control motor residual, alteraciones propioceprivas, etc.,
dantes e incluso, si el mecanismo de producción es sufi- puede desencadenar el desarrollo de un proceso conocido
ciente, con fracturas periarticulares, sobre todo en la zona como inestabilidad crónica de tobillo.
maleolar (véase el capítulo 26). Esta posibilidad hace nece- La complejidad, grado de afectación de las estructuras
sario hacer especial énfasis en su fase diagnóstica, puesto ligamenrarias o la cronicidad del proceso van a determinar
que la afectación ósea concomitame va a determinar el el tratamiento medicoquirúrgico y, a su vez, el tratamien-
proceso de movilidad y carga de la extremidad y, por tan- to y el plan de intervención en fisioterapia. Por ello, en este
to, condicionará el tratamiento rehabilirador. capítulo se van a desarrollar los aspectos generales y espe-
Anarómicameme, la estabilidad pasiva de la articula- cíficos de los principales tipos de esguinces que afectan a la
ción tibioperoneoasrragalina viene determinada en su par- articulación del tobillo.

o
re anterior por el ligamento tibioperoneo (que afecta direc-
rameme a la sindesmosis), a nivel medial o interno por los
Ante un esguince de tob illo, es preciso descartar una le-
ligamen ros ribiocalcáneo, ribioastragalino anterior y tibio- s ión de las partes blandas y fracturas periarticulares
navicular, y externamente por los ligamentos peroneoas- asociada s.
tragalinos anterior y posterior y peroneocalcáneo. La esta-
bilidad activa de esta articulación depende, fundamental-
mente, de los músculos tibial anterior y posterior, tríceps EPIDEMIOLOGÍA
sural y peroneos, los cuales, junto con los elementos pasivos,
permiten el movimiento articular libre en todos los planos El esguince de tobillo, como ya se mencionó en el capítu-
del espacio: movimientos de flexión-extensión, eversión- lo 7, aparrado Epidemiología, es una de las lesiones más re-
inversión y rotacionales. currentes en la población general y en los deportistas de
Aunque pueden afectarse distintas estructuras según el alto nivel, ya que representa entre un 20-25 o/o del toral de
mecanismo lesiona! del esguince de tobillo, es el ligamen- las lesiones deportivas. A escala mundial, parece ser que se
to l:ueral externo el que se ve frecuentemente lesionado produce un esguince agudo por cada 10.000 personas/día.
como consecuencia de fuerzas d e inversión, aducción y fle- En Estados Unidos se han obtenidos cifras de 2 millones
xión plantar aplicadas en el eje articular tibiorarsiano. Tras de esguinces agudos cada año, y se estima un coste sanita-

333
334 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

rio de 2 billones de dólares anuales. Asimismo, dicho estu-


dio epidemiológico puso de manifiesto una mayor afecta-
ción en adolescentes y adulros jóvenes; existe un pico de
La afectación del fascículo tibioperoneoastragalino ante-
rior, en el compartimento externo, es La forma más fre-
o
cuente de presentación.
mayor incidencia entre los 15 y 19 años. En general, po-
blaciones inferiores a los 35 años parecen tener más riesgo
de esguince de tobillo. MECANISMOS DE PRODUCCIÓN DEL ESGUINCE
El baloncesto parece ser la modalidad deportiva que AGUDO E INESTABILIDAD CRÓNICA DE TOBILLO
presenta mayor incidencia de esguince agudo (45 o/o), se-
guido del fútbol (31 o/o). Las lesiones suelen afectar d e for- Como ya se ha señalado con anterioridad (véase el capítu-
ma predominante al compartimento externo del tobillo lo 7, apartado Mecanismo de producción) , parece ser que
(70 o/o) y, en menor medida, a la sindesmosis, que supone el mecanismo de flexión plantar con aducción e inversión
en romo a un 16%. Las lesiones de la parte medial son ra- de tobillo, combinado con una rotación externa de la pier-
ras y responden a mecanismos de producción de mayor na, es el que con mayor frecuencia produce lesiones agu-
complejidad; suponen un 4 o/o, aunque varía según los paí- das del ligamento lateral externo. El haz anterior (ligamen-
ses y zonas geográficas. Fallar et al. realizaron un estudio to peroneoasrragalino anterior) parece que es el más afec-
sobre 639 pacientes derivados a centros hospitalarios y a la tado en esta posición. Cuando se produce una supinación
unidad clínica de medicina ocupacional por lesión del to- pura en flexión máxima, es el ligamento peroneocalcáneo
billo. Descartando las fracturas asociadas, el ligamento pe- el más implicado en la estabilización del tobillo y, por tanto,
roneoasrragalino anterior se lesionó 453 veces, el ligamento se lesiona de manera frecuente mediante este mecanismo.
peroneocalcáneo 366 y el ligamento peroneoastragalino Las lesiones agudas que alteran el liga mento medial o
posterior 187. Del total de pacientes examinados, 41 pre- deltoideo están relacionadas con mecanismos de eversión
sentaron afectación de ligamento delroideo (ligamento late- con rotación externa del tobillo, los cuales se producen con
ral medial) y 31 de la sindesmosis. Además, 80 de los en- menor frecuencia y exigen fuerzas de mayor intensidad, ya
cuestados presentaron antecedentes de neuritis. Otros estu- que dicho ligamento es más resistente que el comparti-
dios ponen de manifiesto que un 20 o/o de los individuos con mento lateral.
esguince presentan afectación combinada de ligamento pe- La afectación de la sindesmosis ocurre predominante-
roneoastragalino anterior y haz peroneocalcáneo. mente en los deportes de contacto, ya que intervienen
fuerzas rotacionales (externa, normalmente) entre el pie y
la tibia en su mecanismo de producción.

o EL baloncesto es un factor de riesgo para que se produz-


ca esguince de tobillo, por lo que la prevenci ón res ulta
fundamental.
Una de las complicaciones mayores que pueden presen-
tarse en el esguince de tobillo es la inestabilidad. Su meca-
nismo de producción no difiere en gran medida del es-
guince agudo, pero sí las causas subyacentes. Se enciende
Aunque la afectación de la sindesmosis se produce con por inestabilidad crónica del tobillo <<la aparición de sínto-
menor frecuencia, suele ir asociada a fracturas óseas y una mas persistentes tales como dolor, inflamación y esguinces
mayor lesión del tejido blando, lo que d etermi na simacio- de repetición, después de la lesión inicial». Son dos los fac-
nes de mayor inestabilidad de tobillo. tores que pueden contribuir de forma aislada o conjunta a
En general, el esguince agudo d e robillo se caracteriza la perperuación de estOs síntomas en el tiempo: la inesta-
por un buen pronóstico, si se establece un tratamiento pre- bilidad mecánica y la inestabilidad funcional.
coz adecuado; sin embargo, se han descrito rasas de entre
el 20-40% de recurrencia sintomatológica, que puede in-
crementarse hasta un 74 o/o en el ámbito d eportivo. En este
sentido, Van Rijn, Van Os, Bernsen, Luijsterburg, Koes &
EL mecanismo agudo de flexión plantar con aducción e in-
versión de tobillo, más rotación externa de pierna, es el
más frecuente en lesión del Ligamento Lateral externo.
o
Bierma-Zeinsrra, en 2008, destacaron que, del toral de pa-
cientes reclutados en los distintos estudios que recibieron
tratamiento convencional para el esguince agudo de tobi- Sus defi niciones son:
llo, del 5 al 30 o/o presentaron dolor e inestabilidad cróni- • Inestabilidad mecánica. Según Tropp, se define cuando
ca al año de la lesión y entre el 36-85 o/o se recuperaron el movimiento del tobillo excede el arco articular nor-
completame nte a los 3 años poslesión. En este período, la mal, objetivable radiológica o clínicamente, como re-
tasa de recidiva de nuevo esguince fue del 34 o/o. sultado de cambios anatómicos tras el esguince inicial.
Por otra parte, el incremento de la práctica de deportes Es d ecir, es aquélla determinada por la lesión intrínseca
de riesgo en la población y su asociación con el riesgo de de la estrucrura: laxitud ligamentosa, restricción de la
caídas parece haber aumentado las lesiones del rabillo. Se- movilidad, dolor, etc. Con más frecuencia se produce
gún un reciente estudio australiano realizado en 193 de- una disminución de la flexión dorsal d el tobillo).
portistas de alto riesgo, escalado res profesionales, aunque • Inestabilidad fun cional. La alteración de la es tabilidad
las principales lesiones estaban relacionadas con el miem- vendría motivada por alteraciones de la propiocepción.
bro superior, un 12,8 o/o sufriero n un esguince o fractura Es decir, la lesión d e las estrucruras implica una posible
de tobillo. desaferentación 0 parcial d e la información proporcio-
27 • Esgui nce de tobillo. Me tatarsa lgias 335

Lesión articular
Insuficiencia funcional

Propiocepción alterada
Déficit de fuerza

Control Distribución del control


neuromuscular neuromuscular
Control postura! alterado
alterado
Figura 27-2. Círculo vicioso en el mantenimiento de la inestabili-
dad articular del tobitto.

Por todo ello, en el proceso de rehabilitación de una le-


Insuficiencia mecánica sión aguda de tobillo, el fisioterapeuta debe perseguir no
sólo una recuperación mecánica de dicha articulación
(máxima amplitud articular y fuerza muscular y normali-
1 " Laxitud articular
zación biomecánica), sino una recu peración funcional; es
decir, una restitución óptima del equilibrio agonista-anta-
Déficit de flexibilidad gonista, una estabilidad funcional, una adaptación a las
exigencias de esa articulación, etcétera.
D
\ Cambios degenerativos
Factores predisponentes o agravantes
Como ya se señaló en el cap ítulo 7, apartado Manifesta-
Cambios en la sinovial ciones clínicas, existen una serie de factores extrínsecos e
~ intrínsecos que incrementan el riesgo de esguince de tobi-
llo. Entre dichos factores se puede destacar el sobrepeso, el
Figura 27-1. La inestabilidad mecánica, junto a la inestabilidad cual está relacionado con el incremento de la carga articu-
funcional, generar inestabilidad crónica deltobitto: esguinces de
lar y con la potenciación del mecanismo de producción de
repetición.
la lesión. El sexo femenino parece ser otro de los factores
relacionado por el uso inadecuado de calzado; sin embar-
nada por los receptores nerviosos del tejido (tanto de las go, este factor no es claro, ya que algunos estudios han se-
estructuras pasivas como de las activas) hacia el sistema ñalado que es el género masculino el más predispuesto por
nervioso central, que podría afectar a la marcha y la la intensidad y el tipo de p ráctica d eportiva habitual des-
coordinación muscular. Otros factores, por tanto, que empeñada.
se contemplan en sus mecanismos etiológicos son la Tal y como se ha señalado con anterioridad, el desequi-
existencia de un déficit neuromuscular/control motor y librio propioceptivo y muscular, así como los déficits de
equilibrio postura! o una debilidad muscular en el eje control motor entre musculatura agonista-antagonista po-
inversión-eversión o flexión-extensión. Estos cambios drían constituir otros facrores desencadenantes de carácter
limitan la protección dinámica del tobillo y podrían es- intrínseco. Tradicionalmente, se ha asociado el esguince de
tar en la base de los esguinces recidivantes (Fig. 27-1). tobillo a un desequilibrio agonista-antagonista entre los
movimientos de inversión-eversión del tobillo, po r debili-
dad de la musculatura peronea, que estabilizaría dinámica-

o Un esg uince de tobitto puede conllevar una lesión de apa-


rato capsuloligamentoso que conlleve una inestabilidad
mecánica o funcional con sín tomas persisten tes.
mente la inversión que se produce en el mecanismo lesio-
na! del tobillo; sin embargo, en la actualidad existen dis-
tintos trabajos que no encuentran diferencias en esta mus-
culatura entre el tobillo sano y el tobillo inestable crónica-
Parece ser que la inestabilidad crónica está más relaciona- mente. Baumhauer, Alosa, Rensrrom, Trevino & Beynnon
da con la existencia de alteraciones funcionales que con (1995) consideran que los pacientes con mayor riesgo de
causas mecánicas, e incluso una inestabilidad funcional sufrir esguinces de repetició n son aq uéllos q ue p resentan
poder ser la desencadenante de una reagudización del pro- una relación eversión-inversión alta, aumento de la fuerza
ceso (GEl véase Vol. 11, caso clínico 27-11. Desde el punto de en flexión plantar y déficit de flexión dorsal; por tanro, el
vista fisioterápico, esta inestabilidad funcional y su no tra- factor de riesgo de producción de esguince estaría más re-
tamiento pueden constituir el factor principal de posible lacionado con un desequili brio fu ncional entre fle xo res
cronificación y fracaso terapéutico, que introducirían al dorsales y plantares del tobillo. Un déficit en la flexión
paciente en un círculo vicioso de inestabilidad (Fig. 27-2). dorsal podría determinar un «pie caído>> con mayor ten-
136 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior

ciencia a la inversión. En esta misma línea, otros autores es-


tablecen como factor de riesgo de esguince de tobillo una
flexión plantar excesiva y alteración, por ramo, del eje fle-
xión plantar-dorsal, secundario a un acortamiento del ren-
dón de Aquiles. Por este motivo abogan por la necesidad
de un trabajo excéntrico de dicho rendón y la necesidad de
mantener un mínimo de 15 grados de flexión dorsal como
forma prevenriva del esguince de repetición.
La existencia de historia previa de lesiones nerviosas a la
altura del peroneo común y/o del tibia! también podría
contribuir a la aparición de una inestabilidad funcional y,
por tanto, considerarse factores de riesgo de esguince de
tobillo.
Por otra parte, desde el punto de vista estructural, la
desviació.n excesiva en varo del calcáneo también parece ser
Figura 27-3. Sensibilidad a la palpación en el peroneoastragalino
un factor predisponenre al esguince de tobillo. Aunque el anterior.
mayor factor predisponenre a un esguince de tobillo con
una valor predictivo, en torno al 20 %, es haber padecido
un esguince anterior. reacción inflamatoria es leve y se experimenta una moles-
tia residual con área sensible al tacto y sin sensación de
inestabilidad articular. En el de grado 11, el dolor es de
Un desequilibrio propioceptivo y el déficit de control mo-

o tor entre la musculatura agonista-antagonista constitu-


yen factores desencadenantes (intrínsecos! de esguince,
por lo que su reentrenamiento resulta fundamental.
mayor intensidad, asociado a edema y equimosis que se in-
crementa con la carga. Puede existir discreta sensación de
inestabilidad con dolor a la palpación en la zona del liga-
memo afectado. Además, la pérd ida de fuerza asociada y la
restricción de la movilidad hacen que el paciente renga d i-
ficultades para caminar. En el de grado 111, el dolor e in-
Clasificación flamación son severos, con rotura capilar manifiesta, sen-
Desde un punto de vista clínico, el esguince de tobillo se sación elevada de inestabilidad arricular e imposibilidad
ha clasificado (véase el capítulo 7, Mecanismo de produc- para caminar y gran impotencia funcional.
ción) en tres grados, atendiendo a la mayor o menor seve- Asimismo, según la localización de la estructura lesio-
ridad de sus síntomas o signos y a la mayor o menor inte- nada y el mecanismo de producción, habrá diferentes ma-
gridad de las estructuras lesionadas. La caracterización de nifestaciones clínicas. Así, la tumefacción, dolor palpato-
estos grados se muestra en la tabla web 27- l. rio, etc. se localizarán en la parte medial, anterior o lateral,
Esta clasificación se ha utilizado frecuenremenre asocia- según se vea afectado cada compartimento. Las lesiones del
da a lesiones del compartimento lateral externo. Hinter- compartimento externo suelen acompañarse de una equi-
mann, en 2003, propuso otra clasificación específica para mosis en el borde externo del pie (Fig. 27-3). Cuando se ve
las lesiones del compartimento medial, basada en la loca- afectada la sindesmosis, el dolor en la parte anterior y en la
lización y severidad de la lesión: rotación externa forzada manualmente so n frecuenres.
• Tipo 1: afectación leve/proximal o avulsión del ligamen-
to ribioescafoideo o tibioastragalino.
• Tipo ll: afectación moderada o intermedia de los mis-
mos ligamentos.
El edema localizado «en cáscara de huevo» y el dolor ex-
quisito son patognomónicas del esguince de fascículo ti-
bioperoneoastragalino anterior.
o
• Tipo III: afectación distal con alteración severa de liga-
mentos ribioescafoideo y calcaneoescafoideo.
DIAGNÓSTICO

o La clasificación propuesta por Hintermann es específica


para las lesiones del compartimento medial, y está basa-
da en la localización y severidad de la lesión.
El desarrollo de una exploración física exhaustiva y la his-
toria clínica, incluyendo el mecanismo lesiona! que ha
desencadenado el esguince de tobillo, consticuyen dos as-
pectos fundamentales en el diagnóstico, como ya se desta-
CUADRO CLÍNICO có en el capítulo 7, apartado Tratamiento. Explorar el me-
canismo lesiona! puede orientar sobre la mayor o menor
El cuadro clínico (véase el capítulo 7, apartado Diagnósti- gravedad de la lesión y la localizació n de las estructuras
co) inmediato en un esguince de tobillo va a variar según afectadas, pero, además, habrá que incluir una serie de
el grado de inregridad de las estructUras ligamentarias afee- pruebas que permitan establecer un diagnóstico diferencial
radas. En el esguince de grado 1, el dolor suele aparecer al con respecto a otras lesiones con cuadro clínico similar,
final d el movimiento, con reducción de fuerza asociada, la como la fractura de Jones o del quimo metatarsiano. Ade-
27 • Esguince de to billo. Metata rsalgias 337

más, se deberá evaluar la posibilidad de afectación de las Tabla 27- 2. Pruebas de estabilidad estática que deben
estructuras tendinosas circundantes, así como el grado de realizarse en todo esguince de tobillo
implicación de las distintas articulaciones del tobillo (ti-
bioperoneoastragalina, subasrragalina, mediotarsiana). • Cajón anterior
• Cajón posterior
• Prueba de varo forzado o inversión forzada
O El diagnóstico del esguince es clínico.


Prueba de valgo forzado o eversión forzada (prueba
de Kleigerl
Prueba de Clunk o prueba de la rotación externa forzada
• Prueba de Squeeze o prueba de la presión
La utilización de pruebas complementarias, como las • Prueba de Thompson, signo de Hoffa, prueba de percusión
radiográficas, puede resultar relevante si existe sospecha de aquilea: para la evaluación del tendón de Aq uiles por
fractura asociada a la lesión ligamentaria producida en el posible afectación concomitante
• Prueba de la rotación externa o prueba de Cotton para las
esguince. En este sentido, los criterios de Orrawa (véase el lesiones sindesmóticas
caso clínico 27- 1) evitan la sobresolicitación de dichas • Pruebas de movilidad del astrágalo, escafoides, etcétera
pruebas y orientan sobre la asociación de posibles fractu-
ras, con una sensibilidad del 100 o/o (intervalo de confian-
za del 95 o/o, entre 82-100, para la detección de fracturas les con fragmentos intraarticulares, que pueden confun-
maleolares; en fracturas en el medio pié el intervalo de con- dirse con los síntomas desencadenados por una lesión li-
fianza del 95 o/o es entre 95-1 00). gamentaria.
Los criterios que establecen la necesaria palpación se La exploración física del esguince incluirá, además de
muestran en la tabla 27-1. la palpación de las estructuras recogidas en los criterios
Se considerará necesario el diagnóstico radiográfico de Ottawa, la palpación de las estructuras ligamentarias,
cuando el paciente sienta un dolor en la zona maleolar aso- la inspección del edema y equimosis, la intensidad del do-
ciado a uno de los signos siguientes: lo r, e re. Algunos autores también utilizan dispositivos vi-
• Dolor óseo cuando se palpa la zona A. bratorios o diapasones ap licados en zonas proximales
• Dolor óseo al palpar la zona B. donde se sospecha la existencia d e posible fisura ósea, ya
• Incapacidad de apoyo inmediatamente después del ac- que la interrupción de la transmisió n de dichas ondas en
cidente (dar cuatro pasos seguidos sin ayuda) y durante el foco puede desencadenar dolor agudo identificable por
la exploración médica. el paciente.
Asimismo, deberán realizarse pruebas específicas para
Asimismo, este tipo de prueba será necesaria cuando el pa- valorar la estabilidad estática (Tabla 27-2) y dinámica del
ciente haga referencia a un dolor en el mediopié asociado tobillo. Dentro de las pruebas de estabilidad diná mi ca,
a uno de los signos siguientes: debe explorarse la estabilidad en apoyo monopodal, con
• Dolor óseo a la palpación en la zona C. mayor o menor grado d e flexión de la rodilla, sentadillas,
• Dolor óseo al palpar la zona D. marcha en puntillas y talones, salto en apoyo monopodal
• Incapacidad de apoyo inmediatamente (cuatro pasos) y bipodal, Star b:mrsion Balauce Test.
después del accidente y durante la exploración médica.
La exploración física del esguince debe incluir la palpa- o
o Si hay dolor asociado en la zona maleolar, está indicado
realizar exámenes radiográficos.
ción de las estructuras recogida en los criterios de Ottawa.

TRATAMIENTO
E l resto de exámenes se reservan para casos particula-
res. Cuando la sintomatología persiste durante más de El tratamiento medicoquirúrgico y funcional del esguince
6 semanas, las técnicas de romografía computarizada y re- de tobillo son las dos opciones terapéuticas que se con tem-
sonancia magnética pueden ser útiles en la detección de plan en la actualidad para la recuperación de este tipo de
lesiones del cartílago del astrágalo y lesiones ostocondra- lesión. La elección de una u o tra modalidad dependerá del
grado de severidad del esguince y de la integridad de las es-
Tabla 27-1 . Criterios que establecen la necesaria palpación tructuras afectadas.
de las estructuras De manera general, el esguince de grado I precisa tra-
tamiento farmacológico analgésico, y el tratamiento de fi-
• Zona A: 6 cm primeros de la mitad posterior del peroné, sioterapia está principalmente orientado a reducir el dolor
a la altura de su extremo distal. Palpa r a lo largo de 6 cm
desde el vértice distal del peroné o maléolo externo del y conseguir una reprogramación sensitivomorriz ópnma.
tobillo En el de grado TI se opta por hacer un tratamiento de carác-
• Zona B: 6 cm primeros de la mitad posterior de la tibia, a la ter funcional mediante la utilización de vendaje funcional
altura de su extremo distal. Palpar a largo de 6 cm desde el
vértice distal de la tibia o maléolo interno del tobillo IGEJ véase Vol. 1, capitulo 171 u o rresis que permita una pues-
• Zona C: base del quinto metarta rsiano !compatible con ta en carga precoz con limitación de los movimientos q ue
fractura de Jonesl han interven ido en el mecanismo lesiona!, pero permitien-
• Zona D: tuberosidad del escafoides
do la movilidad articular en otros rangos. Asimismo, se
38 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior

adoptarán medidas para la lucha contra el dolor, edema, etc. terior tratamiento funcional constituirían la mejor forma
En el C3El Vol. 11, capítulo 26 se desarrolla el protocolo de fisio- de abordaj e. Si se determinara una lesió n inestable, re-
terapia completo para la rehabilitación del esguince de tobillo. queriría la reparación quirúrgica mediante sutura o fija-
ción rígida.
Si el esguince se asocia con fracturas o fisuras concomi-

o La reprogramación sensitivomotriz óptima es el objetivo


fundamental en el tratamiento de fisioterapia del esguin-
ce de grado l.
tantes, el tratamiento medicoquirúrgico prima sob re el t ra-
tamiento funcional, debiendo respetarse los períodos de
inmovilización y descarga requeridos para una correcta
consolidación.
En el esguince de grado III existe indicación para la rea-
lización de tratamiento médico o quirúrgico. Los resultados
de los distintos estudios no clarifican si existe mayor efecti-
vidad de una opción terapéutica sobre la otra, aunque pare-
ce ser que el abordaje quirúrgico resultaría en una mejora
Un esguince tratado inadecuadamente puede desembocar
en inestabilidad crónica capsuloligamentosa. por lo que
resulta fundamental un correcto tratamiento de cualquier
esguince, insistiendo en el trabajo de propiocepción.
o
funcional óptima a más largo plazo. Esta modalidad impli-
ca, además de las técnicas de sutura, la inmovilización con
yeso y, por tanto, la pérdida de actividad laboral y físico-de- METATARSALGIAS: DIAGNÓSTICO,
portiva. Además, con estas modalidades existe mayor riesgo SÍNTOMAS Y TRATAMIENTO
de complicaciones venosas por su asociación con problemas
de esrasis venosa periférica y el incremento de la probabili- El término metruarsalgia hace referencia a la existencia de
dad de formación de trombos. Otras complicaciones asocia- dolor en el antepié, relacionado con la localización anató-
das a este grado, y en menor medida al esguince de grado Il, mica de la cabeza de los huesos metatarsianos. Su origen es
es la aparición, como ya se ha mencionado previamente, de multifacrorial y desencadena alteracio nes d e la marcha,
inestabilidad y dolor crónico de tobillo. En estos casos, el puesto que el dolor se incrementa con la carga y la presión.
tratamiento irá dirigido hacia la resolución de la alteración Entre los facrores causales, se puede señalar la existencia
mecánica o funcional q ue los mantiene, haciendo especial de deformaciones osteoarticulares locales, enfermedades
incidencia en los protocolos de reeducación perceptivomo- metabólicas (uremia, erilismo cró nico, diabetes mellitw),
triz. El tratamiento quirúrgico suele reservarse para depor- neuroparías y algunas enfermedades autoinmunes. Tam-
tistas de alto nivel ante el fracaso del tratamiento funcional bién pueden ser secundarias a al teraciones biomecánicas
o por inestabilidad estructural no reparable mediante técni- en el apoyo plantar o a traumatismos de repetición asocia-
cas no invasivas. Dentro de este tipo de técnicas, las opera- dos a fracturas por estrés.
ciones con reconstrucciones anatómicas parecen obtener Las cabezas metatarsianas suponen un punto de conflic-
mejores resultados funcionales. Sin embargo, Petersen, to anatómico, puesto que determinan un conductO de
Rembitzki, Koppenburg, et al., en su revisión sistemática de paso estrecho para las estructuras vasculonerviosas asocia-
2013 sobre la efectividad de las técnicas quirúrgicas o no das. De forma que cualqu ier patología que implique una·
quirúrgicas para el tratam iento del esguince agudo de disminución de dicho espacio puede estar relacionada con
tobillo, mantienen que tanto los de grado I como los de gra- una neuropatía que desencadene este tipo de sintomarología.
do III, que implican la solución de continuidad del liga- Entre las causas traumatológicas que pueden determi-
mento lateral externo de tobillo, se pueden manejar sin in- nar la aparición de metatarsalgias se encuentra la deformi-
tervención quirúrgica. De hecho, señalan la inmovilidad a dad en hallux valgus/varus e o artrosis metatarsofalángica
corto plazo mediante un dispositivo de estabilización por del primer dedo, inflamación de los sesamoideos por trau-
debajo de la rodilla como beneficioso en el de grado Ill, se- matismos de repetición y reosinovitis del rendó n flexor lar-
guido de utilización de férula de inmovilización semirrígida go del primer dedo. En todos estos casos, el dolor aparece
de tobillo. En este contexto, la principal ventaja de las téc- en la base de la cabeza del primer metatarsiano. En este
nicas quirúrgicas frente a las no quirúrgicas reside en la co- caso, es muy importante establecer un diagnóstico diferen-
rrección de la inestabilidad y en la menor rasa de recidiva. cial con los ataques agudos de gota.
Cuando el dolor afecta al resto de metatarsianos, suele
estar relacionado con el desarrollo de dedos en marrillo,

o
Existen pruebas científicas suficientes que demuestran fractura por estrés (sobre todo en el cuello del segundo me-
la efectividad del tratamiento conservador en los esguin-
ces graves, por lo que se recomienda su recuperación tatarsiano), pie en garra o enfermedades que determinen la
funcional en la práctica clínica. aparición de fenómenos de osteonecrosis.
Las deformidades del pie, como pie plano, cavo o equi-
novaro, también pueden determinar este tipo de sinroma-
En el caso de que el mecanismo lesiona! del esguince tologfa.
afecte a la sindesmosis sin aparición de fracturas asocia- Entre las enfermedades del sistema musculoesquelético,
das, existe controversia en cuanto a la mejor opción tera- la artritis gotosa (véase el capítulo 44) y reumatoide (véase
pémica. Según el trabajo de Miller y Skalak, 2014, si la el capítulo 40) cursan con este tipo de dolor, sobre todo en
lesión es estable, la inmovilización a corro plazo y el pos- fases de agudización. Las infecciones que afectan al pie,
27 • Esgu ince de tob illo. Metatarsalgias 339

como la osteomielitis y la artritis séptica, también repro- dorsal. La fractura de la base del quinto m etatarsiano o
ducen síntomas merararsálgicos, sobre todo en pacientes fractura d e Jones, aunque no produce dolor local en la ca-
diabéticos. También algunas afecciones dérmicas y vascu- beza metararsiana, sí presenra un cuadro clínico similar al
la res pueden estar relaci onadas con la aparición de este esguince de tobillo, con dolor en la movilizació n de dicho
cipo de dolor, como las verrugas p lantares, hiperqueratosis, metatarsiano y, por tanto, se con sidera un algia relevante,
enfermedad de Raynaud, oclusión arterial, ere., y, en me- puesro que su tratamiento determina un período de in-
nor medida, también puede asociarse a neoplasias (véase el movilización diferente al esguince o merararsalgia de otro
capítulo 36) benignas o malignas. o ngen.
Neuropatías como el neuroma de Joplin por atrapa- El tratamiento médico, quirúrgico y d e rehabilitación
miento del primer nervio digital, común en la parte infe- dependerá de la causa que motive la metatarsalgia. Si exis-
rior y medial del primer dedo, secundario a traumas de re- te de base una alteración biomecánica o funcio nal que la
petición o desequilibrios biomecánicos, pueden producir suscite, el tratam iento de fisioterapia irá dirigido a restau-
dolor en el primer metatarsiano. Asimismo, el newoma rar una dinámica normal mediante la utilización de técni-
de Norton se asocia a la aparición de dolor, sobre todo en cas de terapia manipulativa, fortalecimiento muscular, re-
el tercer espacio interdigital por atrapamiento del nervio educación de la marcha, etc., y técnicas analgésicas para la
interdigital. También puede aparecer dicha manifestación disminución del dolor. Si el dolor es secundario a una defo r-
clínica por arrapamiento del nervio digital común. Cuan- midad, precisará la utilización de medidas de corrección or-
do el arrapam iento afecta a la rama proximal del nervio topédica (OEl véase Vol. 11. capítulo 29 sobre las algias del piel.
plantar lateral, puede dar lugar a la aparición de dolor en En el caso de los n euromas, se han descrito distintas te-
el talón, que se irradia por el borde medial del pie con el rapéuticas como las plantillas de descarga (véase el capítu-
apoyo y se denomina neuropatía calcánea o enfermedad lo 38, apartado Orresis plantares) para la descompresión
de Baxter. En el capítulo 35, apartados Síndrome pirami- del nervio en el apoyo, fármacos antiálgicos, infiltraciones
dal y Síndrome de compresión del nervio peroneo, se pue- corricoideas (OEl véase Vol. 11, Anexo 2. Farmacología del do-
den estudiar otras neuropatías compresivas relacionadas. lor! e incluso exéresis mediante cirugía. La utilización de
También hay que destacar que las fracruras en las diá- vendajes funcionales de descarga (OEJ véase Vol. 1, capítulo 171
fisis metatarsiana pueden dar lugar a algias en dichas zo- y el ultrason ido pulsátil también pueden consti tuir o tra al-
nas e incluso a sín tomas irradiados en la zona planrar y ternativa para reducir el dolor.

~~ RESUMEN

o El esguince de tobillo es una de las lesiones traumáticas de o Una de las complicaciones mayores que pueden presen-
mayor prevalencia en los deportistas y en la población ge- tarse en el esg uince es la inestabilidad , cuyo origen puede
neral. Se asocia normalm ente con lesión de las partes ser mecá ni co o funcional.
blandas circundantes e incluso, si el mecanismo de pro-
ducción es s uficiente, con fracturas peria rticulares, sobre o Entre los principales factores predispone ntes del esg uince
todo en la zona ma leolar. Según s u severidad puede clasi- se encuentra n la existencia de un desequilib rio propiocep-
fi care en grado 1, 11 y 111, cuyo cuadro clínico determi nará tivo y muscular, así como los déficits de control motor en-
una intervenció n terapé utica diferente. tre musculatura agonista-a ntagonista , cuya recuperación
constituirá una parte relevante del tratamiento de fisiote-
o El mecanismo lesiona[ del esguince agudo va a determinar rapia.
la afectación de distintas estructuras. Así, la flexión plan-
tar con aducción e invers ión del tobillo afecta con mayor o De fo rma generalizada, el tratamiento medicoq uirú rgico se
frecuencia al li gamento lateral externo, mientras que la reserva para aq uellos estadios de mayor afectación o lesio-
eversión co n rotación externa del tobillo afecta mayo rmen- nes con inestabilidad manifiesta, mi entras que para el res-
te al ligamento deltoideo. to se prioriza la rea lización de un tratamiento funcional.

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Parte 1: Cirugía ortopédica y traumatología

,
SECCION IV

Columna vertebral. Raquis


28 Síndromes dolorosos de partes blandas: cervicalgia, dorsalgia y lum-
balgia
29 Patología de la columna vertebral: espondilolistesis, espondilólisis y mal-
formaciones de la columna
30 Desviaciones de la columna vertebral. Escoliosis
31 Patología del disco intervertebral
32 Traumatismos del raquis
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Identificación de las principales estructuras y tejidos blandos que presentan capacidad para produci r dolor en la
espalda.
• Conocer tos principales síntomas que acompañan a tos síndromes de dolor presentes en la región cervical. dorsa l
y tumbar.
• Conocer e identificar las principales pruebas y·exploraciones que pueden uti lizarse para el diagnóstico y la explo-
ración de tos síndromes de dolor expuestos.

GENERALIDADES reración funcional. D e esta forma, rendones, cápsulas arti-


culares, músculos, ligamentos, fascias, aponeurosis, vasos
A la hora de abordar el a nálisis de los síndromes doloro- sanguíneos y nervios, se p resentan como las estructuras
sos que afectan al raquis y que tienen como origen los te- protagonistas y responsables de los fenómenos fisiopatoló-
jidos blandos, se optará por la escrategia de clasificarlos se- gicos de los síndromes que se van a describir. En defin iti-
gún la región afectada en: cervical, dorsal y lumbar; y se- va, en la mayor parte de las ocasiones se trata de estructu-
gún la estructura que actúa como principal responsable: ras conjuntivas y, por ramo, aquí se debe considerar una
ligamento, tendón, músculo, fascia, nervio, entre los más gran cantidad y variedad de tejidos responsables de ofrecer
importantes. al cuerpo fuerza, elasticidad, densidad, defensa y nutri-
Las etiologías de los síndromes dolorosos que afectan al ción. Al mismo tiempo, sus correspondencias tensegríricas
raquis pueden ser múltiples y muy diversas, y pueden ma- [GEl véase Vol. 1, capítulo 111, fisiopatológicas, manifestacio-
nifestarse en forma d e cuadros aislados, ser consecuencia nes clínicas y terapéuticas pueden relacionarse con los con-
de la concurrencia de otro tipo de enfermedades de orden ceptos y co ntenidos explicados en remas anteriores (véan-
sistémico (véase el capítulo 49) o patologías de naturaleza se los capítulos 2 y 6).
reumatológica como: fibromialgia, síndrome de fatiga cró-
nica (véase el capítulo 46) u otro tipo de reumatismos de EVALUACIÓN
las partes blandas (véase el capítulo 45). Sin embargo, para
facilitar la compresión de los conceptos expuestos en el El marco de evaluación general podrá variar en función de
presente capítulo, se realizará una exposición individuali- las características del paciente, su edad, sexo, antecedentes
zada de los princi pales síndromes dolorosos de tejidos patológicos y presencia o no de enfermedades sistémicas o
blandos q ue pueden afectar al raquis, incluyendo las regio- coincidentes en el tiempo con el síndrome doloroso que es
nes cervicororácica y lumbopélvica. No serán objeto de motivo de consulta.
este capítulo los problemas de naturaleza visceral que pue- Para los pacientes que presenten dolor de espalda, y en
den proyectar dolor a la región de la espalda, por merecer general para los que tienen dolor crónico, se recomienda
un análisis más extenso y exhaustivo, pero al mismo tiem- realizar un a nálisis exhaustivo de: patrón postura! del pa-
po, tampoco se puede perder de vista en el contexto global ciente, tipo de marcha, actividades laborales y de ocio, ca-
del dolor de espalda la importancia de las diferentes estruc- racterísticas y régi men de su descanso, alimentación, con-
turas viscerales que pueden proyectar dolor referido. sumo de alcohol, tabaco y antecedentes traum áticos, entre
Las alteraciones estructurales y funcionales de los teji- orros.
dos blandos pueden resultar, en primera instancia, la cau- De manera general, y dentro del método de interven-
sa del deterioro histológico de una región, que conducirá ción que va a desarrollar el fisioterapeuta (GEl véase Vol. 11, ca-
posteriormente a una situación de dolor, incapacidad o al- pítulo 31, se deberá optar por seguir la secuencia: inspec-

343
344 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección IV. Columna vertebral. Raquis

ción, paJpación, vaJoraciones musculares y articulares {si


procede) y reaJización de pruebas osteoarticulares, muscu-
lares, ligamentosas y neurológicas, para la provocación de
En ge nera l, los síndromes ligamentosos lumbares son
debidos a sobreca rgas repetidas o movimientos inapro-
piados.
o
signos y síntomas que permitan: a) identificar con más pre-
cisión las características clínicas de la patología que se ha de
tratar, b) controlar su evolución {véase el capítulo 4, sobre va-
loración clínica y ortopédica) . Síndrome de dolor iliolumbar
En el caso de que el tratamiento de los tejidos blan- Los ligamentos iliolumbares tienen un papel destacado en
dos se realice a través de algún procedimiento o méto- el dolor lumbar. Autores como Sims y Moorman (1996)
do específico de intervención en fisioterapia, deberán indican que los microtraumatismos repetidos del ligamen-
utilizarse las exploraciones y las pruebas específicas p ro- to iliolumbar pueden ser la causa del dolor en algunos ti-
pias de las diferentes modalidades terapéuticas seleccio- pos de lumbaJgia crónica. Este síndrome fue descrito por
nadas. Hirschberg, Froetscher y Naeim (1979) y se caracteriza
Para profundizar sobre estos aspectos, se recomienda el po r los siguientes elementos:
estudio de los O El capítulos del Vol. 1, por ejemplo: terapia • Dolo1: El dolor suele aparecer de forma espontánea, so-
manipulativa articular mediante técnicas estructurales y bre todo tras haber realizado algún esfuerzo. Es d e ubi-
funcionaJes de manipulación !capítulo 71, técnicas articula- cación unilateraJ y el paciente en la mayor parte de las
tori as !capítulo 91, técnicas de aJea velocidad !ca pítulo 10], in- ocasiones puede localizarlo de manera clara con la pun-
ducción miofasciaJ !capítulo 111, técnicas de energía muscu- ta del dedo aJ señaJar la región alta y más posterior de la
lar !capítulo 121, punción seca para puntos gatillo de origen cresta ilíaca. Aunque Ricard (2003) también advierte la
miofascial lcapítulo 191, como se ha demostrado reciente- posibilidad de que el dolor iliolumbar se pueda irradiar
m ente que es eficaz (Pecos-Martín, Montáñez-Aguilera, hacia la región glútea, cadera e ingle.
GaJlego-lzquierdo etal., 2015), etc. • Factores que agmVfln el do/m: Desde un punto de vista
mecánico, suele empeorar con la sedestación, la bipe-
destación y con el movimiento activo de inclinació n
El fisio terapeuta debe sistematizar la siguiente secuencia

o exploratoria: inspección, palpación, valo raciones muscu-


lares y articulares !si procede! y realización de pruebas os-
teoarticulares, musculares, ligamentosas y neurológicas.
contralareraJ.
• Explomción fisica. La exploración física no ofrece signos
neurológicos asociados y el dolor puede variar de grave
a sordo (Sims y Moorman, 1996).

REGIÓN LUMBOSACRA Se destacan cinco aspectos q ue orientan a pensar en la im-


portancia de este ligamenro en los procesos de dolor lumbar:
En la región lumbar se d istinguen distintos síndromes, que • Papel estabi!iZtZdor de la región multifida. El ligamento
se van a tratar a continuación . No obstanre, en el oe Vol. 11, iliolumbar actúa como un importante estabilizador de
capítulo 31, el lector encontrará d esarrollados los aspectos la región multífida, de forma triangular y delimitada por:
correspondientes a la vaJoración, los objetivos terapéuticos ilíaco/sacro, sacro/L5 y L51ligamento-iliolumbar/ilíaco.
y aJ tratamiento de fisioterapia. Para profundizar en la función estabilizadora del multí-
Del mismo modo, en el oe Vol. 1, capítulo 2, el lector en- fido, se recomienda el estudio del oe Vol. 1, capítu lo 15.
contrará desarrollado en profundidad, el método de las ca- • Orientación de imerción. La orientación de inserción del
denas musculares y articulares de Godelieve D enys-Struyf ligamento sobre el hueso ilíaco (45 grados) puede resul-
(GDS) como sistema de categorización en subgrupos de tar de escasa ventaja mecánica, sobre todo en los esfuer-
pacientes con lumbaJgia inespecífica. zos en flexión (nutació n, flexión anterior del sacro), ya
que la mayor parte del peso de la región superior d el
Síndromes de tipo Ligamentoso cuerpo pasará aJ segmento L5-S l. Si, además, se tiene
Los problemas de orden ligamentoso, en el caso de la re- en cuenta que los movimientos d e flexión están habi-
gión lumbar, no son tan agudos e intensos como los que tualmente asociados a los de inclin ación lateraJ, se pue-
suelen ocurrir en las extremidades inferiores, cuando se de entender que este ligamento está sometido a un im-
ven afectadas articulaciones como la rodilla o el tob illo, portante estrés mecánico.
pues en la región lumbar no se produce un compromi- • Inbibidor de los movimientos de flexión sacra, que junto
so importante de la estabilidad anatómica y funcional. con los ligamentos sacrotuberoso y sacroespinoso limi-
De hecho, la propia etio logía de los problemas ligamen- tan también los movimientos d e rotació n sacra.
rosos d e la región lumbar se aproxima más a la presen- • Rica inervaciónnociceptiva. Tanto el ligamento como el
cia de sobrecargas repetidas o movimientos inapropia- periostio en el que se inserta presentan gran cantidad de
dos en la zo na de interés, que a problemas de naturale- inervación nociceptiva.
za traumática. En tre los síndromes ligamentosos descri- • Mayor compromiso iliolwnbar m problemas díscales. En
tos en la literatura cien tífica que afectan al sistema liga- presencia de procesos degenerativos de origen discal que
mentoso lumbar destaca sobre todo el síndrome de do- afecten sobre todo a los niveles L4-L5 y L5-S l , se pro-
lor iliolumbar. duce un aumento en la participación del ligamento ilio-
28 • Síndromes dolorosos de partes blandas: cervicalgia, dorsalg ia y lu mbalgia 345

lumbar, puesto que al existir menos estabílidad entre cuente, sobre todo en la fase más aguda de la lesión, que la
vértebras adyacentes se altera el movimiento normal en- contracción activa y el estiramienro pasivo del músculo
ere ellas; Farfan lo describe como un «efecto hamaca» de sean dolorosos; aunque en el caso del estiramiento, en oca-
la vértebra L5, por encontrarse soportada enrre los dos siones, puede resultar complicada la puesta en tensión se-
ligamentos iliolumbares. Este aumento del estrés podría lectiva de un a región concreta, debido a q ue existen otras
crear un patrón de tensión en el ligamento que condu- muchas estructuras y tej idos blandos periarriculares que
ce a dolor crónico en la región baja de la espalda. pueden dificultar la focalización del estiramiento. La me-
jora progresiva del dolor a la contracción y el estiramiento
permiten evaluar la mejoría clínica del proceso.

o En el síndrome de dolor iliolumbar, la exploración física


no ofrece signos neurológicos asociados y el dolor es va-
riable.
Características clínicas. Los cuadros de dolor lumbar
agudo (lumbalgia aguda) circunscritos a la región lumbar,
y que presentan como principales responsables a las estruc-
turas musculares, pueden ser de tipo bilateral o unilateral,
con irradiación o sin irradiación al glúteo, asociados a la
Ligamento interespinoso presencia de contractura muscular precedida por malas
Puede ser responsable de dolores localizados en los espa- posturas mantenidas, sobreesfuerzos por movilización de car-
cios interespinosos y también de algunos tipos de dolor gas o sobreestímulo muscular en posiciones no habituales.
proyectado de tipo radicular que, en ocasiones, puede lle- Problemas posturales asociados. Los problemas me-
gar a simular una ciatalgia. El dolor se produce normal- cánicos de la región lumbar se ven muy influidos por el au-
mente al final de la amplitud durante el movimiento de mento o la disminución de la lordosis lumbar y la posición
flexión (R.icard, 2003). relativa del sacro, sobre todo en posición estática. Uno de
los elementos clave hace referencia a la relación existente
Dolor en los ligamentos sacroilíacos entre el raquis lumbar y el sacro, a través del ángulo lum-
Su proyección se manifiesta sobre todo en la región corres- bosacro, cuyos valores normales se encuentran entre 125 y
pondiente a los esclerotomas S 1-S2. El paciente puede ma- 150 grados, puesto que su aumento puede favorecer el cie-
nifestar dolor al subir o bajar escaleras, así como dificultad rre de los orificios de L5-S 1 y desencadenar en un proceso
en el gesto cotidiano de ponerse el calcetín. de ciatalgia, como fuente principal de dolor postura!, con
capacidad para repercutir de manera final en el disco, so-
Contractura o sobrecarga paravertebrallumba r bre los componentes articulares, las raíces nerviosas y el sis-
El dolor muscular causado por contracción muscular pro- tema miofascial, y que se conviene en fuente de dolor.
longada o hiperronía produce una disminución en el volu-
men circundante de sangre en los músculos (isquemia re-
lativa). Muchas lesiones de tejidos blandos que cursan con
rigidez muscular y dolor pueden verse beneficiadas como
Los valores normales del ángulo lum bosacro deben si-
tuarse entre los 125 y 150 grados.
o
consecuencia de la aplicación de manipulaciones, inter-
venciones sobre los punros clave de desencadenamiento de
la sintomatología y ejercicios correctivos. La terapéutica fí- Síndrome de dolor de origen capsular y articular
sica adm inistrada para el tratamiento de los tejidos blan- La artrosis facetaria no responde, de inicio, a un problema
dos debe poner énfasis en el ejercicio, para intentar mini- de tejidos blandos. Sin embargo, dado que cursa con rigi-
mizar el deterioro de los tejidos. dez matinal y dolor, sobre todo asociado al reposo, inevi-
tablemente pueden llevar al paciente a espasmo o contrac-
tura muscular protectora de defensa. Desde el punto de
O La contractura muscular es una entidad clínica de mane-
jo muy frecuente en las consultas de fisioterapia.
vista articular, la cápsula articular también puede resultar
responsable de dolor de tipo unilateral que aumenta con
los movimientos de lareroflexión/rotación de t ronco.
Mecanismo de lesión. La lesión muscular lumbar por
sobrecarga suele producirse sobre todo en la fase excéntri-
ca del movimiento, asociada a gestos en los que se realiza
manipulación de cargas en posición de flexión del raquis.
La artrosi s facetaria cursa con rig idez matinal y dolor, y
es diagnóstico diferencial con otras entidades nosológi-
cas como la espondilitis, en fase inicial.
o
Este tipo de problemas musculares suelen aparecer princi-
palmente en las regiones de unión miotendinosa.
Dolor. El dolor asociado suele acompañarse de hiper-
sensibilidad en la región de interés (músculo). Patología discal
Exploración ñsica. Este tipo de cuadros suelen cursar El disco inrervertebral puede ser considerado como otra de
con limitación de movilidad, contractura muscular y au- las estructuras o tejidos blandos que pertenecen a la unidad
sencia de signos o síntomas de focalización neurológicos vertebral funcional. No obstante, dada la importancia y es-
(Wolff, 2012). El dolor puede reproducirse de manera sen- pecificidad de las lesiones de tipo discal, corresponde abor-
cilla con la palpación por parte del fisioterapeuta. Es fre- darlas en un capítulo independiente (véase el capítulo 31).
i46 Parte 1. Ci r ugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis

Síndrome del piramidal o piriforme Tabla 28-1 . Pruebas clínicas para la exploración
del síndrome del piramidal
Este síndrome, llamado del piramidal o también del piri-
forme, será también estudiado dentro de las neuroparías Pru e ba del Positiva Prueba de movilidad en
piriforme rotación de cadera y
compresivas {véase el capítulo 35, aparrado Síndrome pi- flex ión de 90 grados que
ramidal); no obstante, los autores del capítulo entienden produce limitación y dolor
que es conveniente desarrollarlo con algo más de profi.m- en la rotación interna en
comparación contra latera l
didad en este pumo.
Prueba de Positiva Flexión de cadera y elevación
Antecedentes y definición Lasegue de La pierna con La rodilla
extendida
Uno de los primeros autores que hizo referencia al síndro-
me del piramidal a través de la identificación de casos clí- Prueba de Positiva Presencia de dolor con
nicos fue Robinson {1947), aunque su primera descrip- Freiberg rotación interna pasiva
ción se atribuye a Yeoman {1928). Se trata de un proble- de caderas, con la cadera
extendida
ma de origen neuromuscular {véase el caso clínico 28-1 ),
que se caracteriza por presemar dolor en la cadera, la re- Prueba de Positiva Paciente en posición lateral
gión glútea y que, a menudo, ofrece una irradiación hacia Pace Si reproduce con el lado afectado hacia
los síntomas ar riba. la cadera flex ionada
abajo, simulando una ciatalgia. de la ciática 60 grados y La rodilla
entre 60 y 90 grados. Se
Etiología realiza rotación interna
y aducción de cadera.
Existe controversia sobre este síndrome clínico por la difi- mientras el paciente
cultad que presema determinar su causa. La presencia de resiste a l examinador hacia
una anomalía de base en la configuración anatómica del la rotación externa y la
abducción de la cadera
músculo o del paso del nervio a través del piramidal pare-
ce una de las causas más destacadas {Chapman, Barclay & Movilidad Limitación de la rotación interna de cade ra
Bakkum, 2012). Por tanto, la duda principal reside en si se articular homolateral
trata de un problema de neuritis en la región proximal del
Patrón Tendencia a la rotación sacra contra lateral con
nervio ciático, provocada por problemas anatómicos o postura! rotación lumbar compensatoria homolateral y
funcionales del músculo piramidal de la pelvis, o si, por el posible presencia de pierna corta homolateral
comrario, este síndrome responde a un cuadro de do lor
miofascial ocasionado por la presencia d e puntos gatillo en
el músculo de interés. Otra posible causa que puede des- Síntomas. Entre los símomas más frecuentes, se puede
encadenar un síndrome piramidal es la de tipo traumático, destacar la presencia de dolor tras estar sentado durante
que como consecuencia final provocará una acción com- 15 minutos o más. Puede aparecer dificultad al caminar y do-
presiva del nervio ciático debida al espasmo, ed ema, res- lor a la rotación interna de cadera {véase el caso clínico 28-1 ).
puesta inflamatoria de los tejidos blandos y contractura del El dolor mejora con la deambulació n y empeora sin el mo-
músculo {Boyajian-O'Neill, McClain, Coleman & Tho- vimiento y puede acentuarse al inco rporarse de la posición
mas, 2008; Chapman, Barclay & Bakk.um, 201 2). d e sentad o o de cuclillas.
Signos. Sensibilidad en la región d e la articulación sa-
Exploración física
croilíaca, nervio ciático y región del músculo piriforme
El dolor característico de este síndrome puede reproducir- asociada a la presencia de una banda te nsa palpable. La
se si se solicita al paciente una contracción muscular o al tracción d e la extremidad inferior puede aliviar el dolor.
realizar gestos motores que impliquen la participación del Presencia de debilidad muscular homolateral. Además, de-
músculo piramidal. berán verificarse a través de las pruebas d e exploració n {Ta-
bla 28-1) la presencia de otros signos y síntomas que per-
mitan evidenciar el diagnóstico.
La palpa ción del músculo, así com o de La mayor parte de

o La regi ón posterior del muslo, gen era rá e n el paci e nte


una sen sación de irritació n e h ipersensibilidad que oca-
sionalmente podrá extenderse hasta el pie.
En el s índrome del piramidal es característica La apari-
ción de dolor tras un inte rvalo corto de esta r sentado.
o
Diagnóstico
El diagnóstico puede resultar complejo, pues el síndrome Síndrome del cuadrado lumbar
del piramidal comparte sinto matología con problemas El músculo cuadrado es la causa más frecuente de dolor
como: hernias discales, estenosis de canal, radiculopatías y lumbar {Travell & Simons, 2004; Gil, Martínez, Aldaya &
dolo r de tipo neurálgico. Las pruebas musculares pueden Rodríguez, 2007) .
revelar d ebilidad en la extremidad inferior homolateral , Etiología. Las causas principales de activación de los
dolor inguinal, abdominal o pélvico. puntos gatillo activos o dolor miofascial del müsculo cua-
....
28 • Síndromes dolorosos de partes blandas: cervicalgia. dorsalgia y lumbalgia 347

drado lumbar pueden producirse por sobreesfuerzos reali- síndrome aislado de dolor del psoas menor puede ofrecer
zados en flexión máxima de raquis, asociados a un e mpu- un dolor similar al de un episodio de apendicitis.
je de inclinación lateral (gesw de tirar para levantar una Exploración física. El paciente describe el dolor d esli-
carga). Otra causa de inicio del dolor puede ser la etiolo- zando el dedo en sentido vertical, de arriba hacia abajo de
gía traumática. la columna vertebral, no de forma horizontal o transversal.
Dolor. El dolor referido del músculo cuadrado lumbar En general, los pacientes con un acortamiento importante
se proyecta en la región posterior a la zona de la articula- del psoas suelen cargar el peso sobre el lado contrario, co-
ción sacroilíaca y a la parte inferior de la nalga. En ocasio- locando el pie del lado afectado hacia delante, con la rodi-
nes puede extenderse por la parte anterior de la cresta ilía- lla ligeramente flexionada. También es frecuente que per-
ca hacia el cuadran te anterior del abdomen, región ingui- manezcan de pie con el wrso ligeramente inclinado hacia
nal y trocánter mayor. el lado afectado para dismi nuir la tensión del músculo
Síntomas asociados. El paciente puede manifestar di- iliopsoas. Es común la presencia de hiperlordosis lumbar y
ficultad para girarse en la cama y dolor durante la bípedes- báscula pélvica anterior. La exploración física debe reali-
ración o durante la marcha. Las acciones de toser y estor- zarse a través de una evaluación general d e la cadera y del
nudar generan dolo r. Por el contrario, las posiciones que segmento lumbopélvico, prestando especial atención a la
permitan descargar peso corporal a la zona lumbar favo re- presencia de las limitacio nes en el movimiento de exten-
cen la mejora de la si ntomawlogía. sión de cadera. En este sentido, la prueba de Thomas pue-
Exploración física. Desde el punto de vista postura! el de revelar indicios de acorramienco en el psoas {se evalúa
examen del paciente puede revelar la presencia de una pier- la existencia de un acortamiento en el músculo psoas con
na corra homolateral. La inspección también indica cierra el paciente en decúbiw supino, la capacidad de una cade-
acritud de acortamiento {protección) y restricción de la ra para extenderse mientras que la cadera contraria se en-
movilidad del tronco. Los movimientos de inclinación la- cuentra en posición de flexión máxima).
teral de raquis estarán restringidos hacia el lado contrario Otras consideraciones de interés clínico. Es muy im-
del cuadrado lumbar afectado, mientras que la contracción portante en el tratamiento del psoas tener en considera-
del músculo, a través de una inclinación de raquis homo- ción aspectos relacionados con el sistema fascial, tanto en
lareral, pued e resultar dolorosa. En presencia de dolor cró- las vísceras, como sobre los pilares del diafragma. Aunque
nico causado por el músculo cuadrado lumbar, se debe los problemas de naturaleza visceral no son objeto del pre-
analizar la existencia de ciertos facto res de perpetuación, sente capítulo, se debe considerar que la presencia de cál-
como por ejemplo, un a dismetría, h emipelvis pequeña y culos en el uréter, o un proceso inflamatorio en el apéndi-
brazos corros. ce podrían actuar como causas activadoras de la sintoma-
rología del psoas {Tufo, Desai & Cox, 2012). El espasmo
o la hiperronía continuada del músculo psoas puede reper-

o
Para una correcta exploración del músculo cuadrado
lumbar, y para identificar los puntos gatillo de origen cutir en el músculo piramidal del lado contralateral, pues-
miofascial, deben te nerse en cuanta las tres partes del ro que el aumento de tensión del psoas favorecerá, desde
músculo: región iliolumbar, iliocostal y lumbocostal. un punto de vista postura!, una inclinación lumbar hacia
el mismo lado y una rotación vertebral hacia el lado con-
trario. De esta forma, la lfnea de gravedad se desplazará ha-
cia el lado de la hiperronía, lo que pondrá en mayor ten-
Síndrome del psoas-itíaco sión el músculo piramidal del lado contrario (Ricard,
Presenta elementos comunes a otras formas de lumbalgia, 2003). Al mismo tiempo, tamo el psoas ilíaco como el
como el dolor durante la sedestación y bipedestación, so- cuadrado lumbar son dos músculos que deben ser revisa-
bre todo sobre en la región lumbosacra. dos en presencia de dolor lumbar, pues, en muchas ocasio-
Etiología. Sobreesfuerzos al manipular cargas y patro- nes, resultan elementos imprescindibles en el éxito del tra-
nes posturales que asocien hiperlordosis y báscula pélvica tamiento de fisioterapia.
anterior.
Dolor. El dolor referido del psoas mayor se extiende de
manera homolateral a lo largo de la columna, desde la re-
gión torácica hasta la articulación sacro ilíaca, con posibili-
dad d e llegar incluso hasta la zona glútea. La porción ilía-
El dolor referido del psoas mayor es de presentación ho-
molateral a lo largo de la columna, desde la región torá-
cica hasta la articulació n sacroilíaca y puede llegar inclu-
so a la zona glútea.
o
ca del músculo presenra un patrón de distribución de do-
lor similar, y a menudo añade el componente de dolor re-
ferido a la porción anterior del muslo y de la ingle.
Síntomas asociados. Normalmente el dolor se acentúa Dolor Lumbar y estructuras del suelo pélvico
con las actividades realizadas en carga y se alivian con la Otra de las hipótesis clínicas que se ha de considerar cuan-
posición de supino, y aún más cuando el paciente descan- do se trata a un paciente que presenta dolor en la región
sa en supino con una flexión de caderas asociada. El pa- baja de la espalda de naturaleza miofascial, puede explicar-
ciente puede presentar dificultad para levantarse desde una se de forma asociada a problemas relacionados con los
silla y levantarse desde la posición de decúbico supino. El músculos del suelo pélvico !GEl véase Vol. 11, capitulo 38 y
348 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis

Anexo 5.5. Suelo pélvicol y el denominado fenómeno refle-


jo de Silverstolpe (Liebenson, 2000). Este reflejo sirve Dis fun ción del sistema ligamentario superior
para la evaluación de los problemas de espalda de la región La región occipiroadantoidea puede ser considerada como
lumbar, de cal forma que, cuando esrá acrivo, actúa como la parte más móvil de la región cervical y asume práctica-
un punro gatillo preseme en el longísimo rorácico. Al rea- mente el 50% de la rotación toral del raquis cervical. Su
lizar una maniobra de palpación transversal sobre el mús- equilibrio es principalmente de naturaleza ligamentosa y
culo, se estimulará la respuesta de contracción local, que de coordinación neuromuscular. El dolor que afecta a los
puede proyecrarse hacia el músculo bíceps femoral y pro- componentes ligamentosos se asocia a lesiones de tipo trau-
vocar una ligera extensión de la espalda o una inclinación mático: traumatismos direcros, caídas, accidentes de tráfico.
pélvica anterior. En este caso, los pumos activos suelen estar Los dolores que tienen como origen los ligamentos de la re-
ubicados en el músculo sacrococcígeo, ligamento sacrotube- gión cervical suelen presentarse en los lím ites de movilidad
roso y, de forma adicional, suele identificarse también una articular activa, y sobre rodo pasiva. Asocia cambios de tipo
región de mayor sensibilidad en la región rorácica por deba- reflejo a través del sistema nervioso simpático y genera ede-
jo de las costillas y hacia la región ventral del diafragma, que ma, inflamación y alteración vascular local.
a menudo cursa con sensación de dificultad para respirar. La
normalización de esros puntos repercurirá e monces en una Neuralgia occipital
disminución de la sinromarología de dolor lumbar bajo. Según la !ntematiowzl Headache Society (20 13), se rrara de
La función desempeñada por el dolor muscular referido un dolor unilateral o bilateral de calidad paroxística, lanci-
se identifica f'1 los puntos de desencadenamiemo asocia- nante o punzante, que se manifiesta en la parte pos terior
dos a la presencia de síndromes de dolor musculoesquelé- del cuero cabelludo, en la localización de los nervios occipi-
cico, sobre codo de naturaleza crónica, como en el caso del tales mayor, menor y tercero, que en ocasiones se acompaña
dolor mioaponeurótico o miofascial. de reducción de la sensibilidad o disestesia en el área afecta-
En una dirección similar, es posible que, asociado a la da y que suele asociarse a hipersensibilidad en el nervio o los
presencia de dolor, se produzca una siruación de espasmo nervios de imerés. De forma específica, la neuralgia que
muscular como mecanismo de protección de una región afecta al nervio occipital mayor ha sido denominada neural-
que presenta un daño hisrológico o articular. Aunque exis- gia de Arnold; sin embargo, este epónimo esd en desuso a
te cierta conrroversia en este aspecro, puesro que algunos favor.de su identificación topográfica (Sandoval, 2002).
trabajos científicos, como el de H eadley (1993), identifi- Etiología. Las crisis pueden asociarse a la presencia de
caron que esros músculos se encuentran desde un punro de una posición incómoda para la cabeza y el cuello, como una
vista eléctrico en estado de inactivación. situación de lectura prolongada, malas posturas al dormir e
incluso malos hábiros en la sedesración. El nervio o los ner-
vios pueden irritarse bien como consecuencia de un parrón
Otros puntos gatillo presentes en los músculos relaciona-

o dos con los dolores proyectados a la región lumbopélvica


son: serrato menor posteroinferior, transverso espinoso,
dorsal ancho, iliocostal, psoas ilíaco y cuadrado lumbar.
de compresión, de elongación o distensión mantenida.
La etiología que o rienta hacia una lesión de tipo prima-
rio sobre el nervio es muy discutida. Sin embargo, la afee-
ración secundaria como consecuencia de los problemas de
otras estructuras relacionadas está más aceptada. Así, se
REGIÓN CERVICAL puede considerar que la neuralgia occipital puede esrar
producida por problemas ocasio nados por un latigazo cer-
En el caso del análisis y estudio de la región cervical, se vical, síndrome de dolor miofascial, contusiones occipita-
deben distinguir dos regiones: la región superior y la me- les, problemas estructurales de la región occipitoarloidea
dio/inferior, ya que tanto los síndromes como los pro- como Arnold-Chiari, procesos arrrósicos q ue afecten de
blemas que les afectan pueden resultar de distinta natu- manera unilateral al segmento Cl-C2, problemas tumora-
raleza. les, ciertos trastornos metabólicos como la diabetes o la
En el Ga Vol. 11, capítulo 31, el lector encontrará desarro- gora (Sandoval, 2002).
llados los aspecros correspondientes a la valoración, los ob- Además de la compresión directa del nervio durante su
jetivos terapéuticos y el tratamiento de fisioterapia. rrayecro, existe una teoría relacionada con la afectación
vascular en el área cervical superior q ue puede producir un
Complejo cervical superior problema de tipo simpático, al liberar serotonina a los te-
La mayoría de los problemas de tejidos blandos que cursan jidos, que irrita y p roduce la neuralgia (Callet, 1997).
co n procesos dolorosos en la región craneocervical son
consecuencia de lesiones traumáticas en posiciones de hi-
perexrensión o hiperAexión, o de mecanismos repetidos de
tensión asociados a malos hábiros o posturas, que se desa-
La mayoría de los procesos dolorosos cervicales apare-
cen tras una lesión traumática con mecanismo de hiper-
extensión o hiperflexión.
o
rrollan principalmente durante la actividad laboral. A con-
tinuación se detallan algunos de los síndromes y dolores de
tejidos blandos relacionados con la región cervical supe- Exploración y diagnóstico. La palpación directa de las
nor. estructuras nerviosas reproducirá el dolor. El paciente ma-
28 • Síndromes dolorosos de partes blandas: cervicalgia, dorsalgia y lumbalgia 349

Tabla 28-2. Neuralgia occipital. Criterios diagnósticos liberar las tensiones existentes o restaurar una correcta mo-
de la Internacional Headache Society vilidad en la zona.

Dolor unilateral o bilateral que cumple los criterios Disfunciones de naturaleza m uscular

El dolor se localiza en la distribución de los nervios occipitales La región suboccipital posee una gran cantidad de husos
mayor, menor y tercero neuromusculares y elementos propioceptivos por unidad
de masa (Grennman, 2005), lo que dota a este segmento
El dolor presenta Ataques paroxísticos recurrentes
dos de las tres de entre varios segundos hasta minutos de un papel muy destacado en el control de la postura, del
siguientes de duración equilibrio y el movimiento. Ju nto con el sistema visual y
características vestibular, es una de las regiones corporales más importan-
Intensidad severa
tes en relación con la d istribución del tono muscular pos-
Dolor lancinante, punzante o agudo rural. En numerosas ocasiones, después de un latigazo cer-
vical, pueden aparecer episodios de vértigo y ataxia como
El dolor está Alodinia/ Asociada a la palpación consecuencia del movimiento forzado de hiperflexión o
asociado disestesia del cuero cabelludo
a ambas hiperextensión, asociados también a la aparición de una
características Uno o ambos Dolor a la palpación en cefalea de tipo cervicogénico provocada por estructuras
de los las ramas del nervio o como los músculos suboccipitales, las raíces de los nervios
siguientes: nervios afectados
C l-C2, el disco intervercebral C2-C3, los ligamentos cer-
Puntos gatillo en la vicales superiores y las articulaciones sinoviales.
aparición del nervio

o
occipital mayor o en
el área de distribución La mayoría de los procesos dolorosos cervica les se re la-
del C2 cionan con mecanismos mantenidos de tensió n y malos
El dolor se alivia temporalmente con bloqueo anestésico local hábitos posturales, fundamentalmente durante la activi-
del nervio o nervios afectados dad laboral.

Fuente: InternaciOnal Headache Society IIHS). ICHD- 111 (Beta).

nifiesta sensación de parestesia o hipoestesia en la zona, in- Complejo cervica l inferior


cluso alodinia ante estímulos poco intensos sobre el cuero En la región cervical inferior se distinguen las siguientes
cabelludo. Debido a la gran similitud existente entre la disfunciones.
neuralgia occipital y otras formas de cefalea, co mo por
ejemplo la de origen cervical, o algunos problemas asocia- Dolor de tejidos blandos derivado
dos a dolor miofascial de estructuras cercanas, así como de estructuras articulares
ante la posibilidad de que el dolor referido a la región de Las articulaciones cigapofisarias cervicales son de morfolo-
interés tenga su origen en las regiones articulares occipi- gía plana y de tipo sinovial. Entre sus componentes se pue-
roatlamoideas, el diagnóstico puede resultar complicado den destacar: cartílago articular, cápsula articular fibrosa,
(Tabla 28-2). menisco fibroadiposo y membrana sinovial. Las articula-
Aspectos clínicos que se han de considerar en rela- ciones están inervadas por ramas mediales de las ramas
ción con los tejidos blandos de la región cervical alta. dorsales que tienen su origen en el ganglio raquídeo corres-
Atendiendo a la copografía del gran nervio occipital ma- pondiente. Aunque el dolor cigapofisario no se refiere es-
yor, formado predominantemente por ramos dorsales de pecíficamente, en origen, a un síndrome de tejidos blan-
C2 y, en segundo orden, de C3, se debe destacar que su re- dos, sí corresponde indicar que los procesos de dolor que
gión de emergencia se encuentra entre el adas y el múscu- derivan de las estructuras arti culares C2-C3 se perciben en
lo oblicuo inferior de la cabeza, perfora además el múscu- la parte superior del cuello y región del occipucio; los co-
lo esplenio y la aponeurosis del músculo trapecio, e inerva rrespondientes a C3-C4 se extienden de la parte superior
la piel del occipucio. El nervio occipital menor es el ramo del cuello hasta el músculo elevador de la escápula; en C4-
cutáneo más superior d el plexo cervical y emerge princi- C5 la proyección del dolor forma u n ángulo entre el cue-
palmente de la raíz C2. Rodea el esternodeidomastoideo llo inferior y la cintura escapular superior; mientras que
hacia su paree superior y se anasromosa en la región lateral C5-C6 se extiende sobre la parte inferior del cuello, la re-
del occipital con el nervio occipital mayor. De forma ori- gión supraespinosa; y C6-C7 se proyecta sobre la hoja de
ginaria, se consideró que la neuralgia occipital estaba pro- la escápula. Por tanto, suelen presentar su dolor de forma
vocada por un problema de compresión del nervio a través general en la región cervical y en la parte posterio r de la
de su emergencia por el t rapecio superior que producía un cintura escapular y, de esa fo rma, iniciar un cuadro de do-
cambio de dirección en forma de codo, o de forma gene- lor muscular o miofascial en segunda instancia.
ral, como consecuencia de la contracción muscular cróni-
Disfunciones de origen vascular
ca de la región subo ccipital y la consecuente isquemia neu-
ral. Estos argumentos invitan a pensar en la posible orien- Otro aspecto no abordado en el presente capítulo, por ex-
tación del tratamiento de fisioterapia, con la intención de ceder de su ámbito, es el análisis de los problemas vascula-
350 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis

res que pueden producir alteraciones en la circulación ar- En términos generales, se trata de un problema de com-
terial, sobre codo en la vascularización craneal y problemas presión que afecta a las estructuras neurovascuales que van
congestivos de tipo venoso que asocien dolor cervical o ce- desde la región cervical hasta la axila (plexo braquial, arte-
faleas. ria y vena subclavia), por lo que los SDT pueden ser diag-
nosticados en función del elemento compresivo en: sín-
Latigazo cervical (whiplash) drome neurogénico y síndrome arterial o venoso. Estas es-
Este síndrome, aunque se estudiará también en el contex- tructuras suelen verse comprometidas de manera especial
to de los traumarismos del raquis (véase el capítulo 32, en las siguientes regiones: triángulo interescalénico, espa-
apartado Latigazo cervical), merece aquí una atención in- cio cosroclavicular y región retropecroral.
dividualizada, pues aborda fenómenos complejos que de Triángulo interescalénico. Limitado por la primera
forma genérica afectan al raquis cervical en su conjunto costilla, el escaleno anterior y el escaleno medio. Contiene
(inferior y superior). la arteria subclavia y los troncos primarios del plexo bra-
Definición y concepto. En 1995 la Quebec Titsk Force quial.
(QTF) on Wbiplash Associated Disorders (WAD) estableció Espacio costoclavicular. Cara inferior de la clavícula y
la siguiente definición: "El whiplash o latigazo cervical ® es superior de la primera costilla.
un mecanismo lesional de aceleración-desaceleración que Región retropectoral. Los com ponentes vasculoner-
transmite su energía al cuello. Puede ser el resultado de co- viosos pasan bajo el tendón del músculo pectoral menor,
lisiones en accidentes de vehículos por impacto posterior o próximo a la apófisis coracoides.
lateral, pero puede producirse también en accidentes de
inmersión en el agua o en otros tipos de accidentes. El im-
Los diferentes síndromes que afectan al desfiladero torá-
pacto produce una lesión de los huesos o de los tejidos cico son debidos a compresión que afecta a las estructu-
blandos cervicales (lesión por latigazo) y se expresa en una ras neurovasculares.
variedad de manifestaciones sintomáticas (trastornos aso-
ciados al latigazo cervical o wbiplasb)>•.
La etiología de cualquiera de los SDT puede deberse a

o El latigazo cervical se produce en accidentes de vehícu-


los, fundamentalmente por impacto posterior.
causas congénitas o adquiridas como consecuencia de
traumatismos directos o problemas de sobrecarga o estí-
mulos mantenidos. Trataremos a contin uación los SDT:
• Síndrome torácico neurogénico. Supone el cipo de proble-
Sintomatología. El dolor suele ser sordo y se percibe ma compresivo más frecuente, 85-95% (Freischlag &
fundamentalmente sobre la base de la cabeza; en general, Orion, 20 14; Roben & T hompson, 20 12) de los sín-
se agrava con el movimiento. En la mayor parte de los ca- dromes del desfiladero torácico. Se caracteriza por la
sos cursa con rigidez y puede irradiar a la cabeza, hombro, irritación de las raíces nerviosas del plexo braquial (C5
brazo y región interescapular. La cefalea posterior al whi- a Tl). La región habirual de compresión neural es el
plash suele presenrarse, fundamentalmente, en la región triángulo interescalénico, a la altura de la p rimera costi-
occipital e irradiar a la región temporal (C 1-C3). lla, pero también puede producirse en la región subco-
Otros síntomas asociados. Muchos pacientes se que- racoidea, debajo de la porció n tendinosa del músculo
jan también de sensación de vértigo/mareo, alteraciones pectoral menor. Las causas de la compresión pueden de-
visuales, problemas de concentración y memoria. berse a alteraciones congénitas en la musculatura esca-
lénica, problemas q ue afecten a la primera costilla, ban-
El dolor en el whiplash suele ser sordo, localizado sobre das fasciales aberranres y procesos congestivos o degene-

O la base de la cabeza y, en general, se ag rava con el movi-


miento .
rativos que cursan con espasmo o fibrosis de los múscu-
los escalenos, especialmente del escaleno anterior. El pa-
ciente normalmente p resenta dolor, entumecim iento y
parestesia que suele afectar a la región homolateral del
Síndromes del desfiladero torácico cuello, a la región superior de la espalda, hombro y bra-
Los diferentes síndromes que afectan al desfiladero toráci- zo. Aunque los síntomas suelen ser algo variables, pue-
co deben considerarse, en cierto modo, problemas deriva- den exacerbarse con el movimiento y a través de la ele-
dos de la región cervicotorácica, ya que algunos de ellos vación del brazo.

o
tienen su origen y causa en problemas relacionados con es-
tructuras que provienen de estos segmentos corporales. Se-
En relación con el diagnóstico, estos pacientes no suelen
gún Torres (2008), el síndrome del desfiladero torácico ®
presentar pruebas neurofisiológicas positivas.
(SDT) es una entidad din~imica, puesto que tanto las aire-
raciones de tipo postural como la actividad diaria del indi-
viduo van a ser influyentes, y en la que los cambios en el • Síndrome torácico venoso. Supone alrededor del 10 al
equilibrio estático y dinámico de la cintura escapular, así 15 o/o de los problemas reales d iagnosticados en el desfi-
como de la columna torácica y de la escápula, so n capaces ladero torácico y se refiere a un problema de compre-
de favo recer su desarrollo. sión extrínseca y repetitiva de la vena subclavia, entre la
351

Tabla 28-3. Pruebas clinicas para la exploración blandas presentes en la región dorsal o torácica proceden
del sindrome de desfilad ero torácico de los músculos, de los ligamentos y del sistema fascial
correspondiente a la parte superior del tronco y a la cin-
Prueba de Orientada al Paciente en sedestación tura escapular, así como de las estructuras musculares pa-
Adson escaleno con extensión cervical
y rotación hacia el lado raverrebrales (síndrome de los músculos paraverrebrales
contrario al examinado. o torácicos), que presentan puntos de desencadenamien-
Se solicita al paciente to muscular producidos por exceso de carga o estímulo
una apnea en inspiración
máxima y se valoran los e n los componentes miotendinosos, asociado a la realiza-
cambios en el pulso radial ción de gestos forzados o actividades posturales prolon-
gadas.
Prueba de Desfiladero Paciente en sedestación
Uno de los desequilibrios posrurales más importantes
Eden costoclavicular y se realiza un empuje
y descenso. más de esta región, que puede conducir al paciente a un dolor
retropulsión del hombro de orden miofascial, es el asociado a la presencia de mús-
culos pectorales menores acortados y debilidad de los mús-
Prueba de Pectoral menor Paciente en sedestación
Wright y se realiza, de forma culos estabilizadores de las escápulas (Lewit, 2002), gue re-
pasiva, una abducción sultarán favorecedores de la posición cifótica exagerada y
ligeramente superior a de dolor dorsal crónico. Otra de las causas de dolor pro-
los 90 grados. asociada a
rotación externa del brazo yecmdo a la región dorsal o torácica puede resultar referi-
do de estructuras viscerales.
Cualquiera de las pruebas propuestas puede evaluarse En el GEl Vol. 11, capítulo 31, el lector encontrará desarrolla-
a través del control del pulso radial, de tal forma que
la desaparición o disminución del pulso tomado en el dos los aspectos correspondientes a los objetivos terapéuti-
tercio distal del antebrazo será motivo de prueba positiva. cos y al tratamiento de fisioterapia.
También pueden evaluarse en cualquiera de las pruebas
tanto el pulso cubital como la presencia o aumento de la
sintomatología El desequilibrio postura! más relevante es el asociado a
músculos pectorales menores acortados y debilidad de
los músculos estabilizadores de las escáp ulas, lo que
conduce a una dorsalgia.
o
clavícula, la primera costilla, el músculo subclavio o el
ligamento costoclavicular. En panicular, las actividades
que conllevan la elevación del brazo o la realización de
esfuerzos con peso pueden resultar en lesión crónica y Dorsalg ia interescapular
favorecer la aparición de una estenosis fibrosa progresi- Una de las zonas de dolor más características de la región
va, lo que supondría un imponante freno u obstrucción dorsal es la región interescapular. Maigne describió la dor-
para el retorno venoso, que de manera principal afecta- salgia interescapular y la caracterizó como la asociación de
rá a la vena axilar-subclavia. En casos muy graves, pue- dos tipos de elementos: presencia de puntos torácicos y
de producirse una situación de trombosis (síndrome de cervicales.
Paget-Von Schroetter), caracterizada por la presencia de Sintomatología. El dolor se describe como un punto
inflamación espontánea de todo el brazo, pesadez, do- entre las dos escápulas que se manifiesta de manera incen-
lo r e incluso cianosis. sa y que puede cursar con sensación de quemazón, de cal
• Síndrome torácico arteriaL. Se trata de la forma menos forma gue la presión en este punto a la altura de T4 o T5
frecue nte de presentación del SDT (5 %) y se asocia ha- reproduce el dolor esponráneo gue sufre el pacienre. La
bitualmente a problemas en la primera costilla o a la presencia de este punto se asocia a la correspondencia con
existencia de una costilla cervical. El espasmo o la pre- la región inferior del músculo esplenio y puede acompa-
sencia de bandas fibróticas en el músculo escaleno ante- ñarse de dermalgia refleja o hipersensibilidad de la piel cer-
rior también es una de las causas de los problemas de cana a la región torácica. Otro elemento de interés descri-
tipo anerial. La insuficiencia arterial podrá cursar con to por M aigne se refiere a la participación de cierras estruc-
debilidad en la extremidad, claudicación intermitente, turas pertenecientes al raquis cervical, principalmente de
alteraciones térmicas en la extremidad, dolor isquémico los segmentos C5-C6 y, en segundo orden, C6-C7, por
y modificación en el pulso arterial, que puede eviden- afectación segmentaría homolateral. La relación anatómi-
ciarse a través de las maniobras de exploración descritas ca que parece gozar de mayor imporrancia en esta asocia-
en la tabla 28-3. ción de la sinromatología que se produce entre la región
cervical y dorsal vuelve a mostrar la importancia del mús-
culo esplenio, sobre todo como consecuencia de su inerva-
DOLOR EN LA REGIÓN DORSAL
ción segmentaría (C5-C6).
Dado que la columna dorsal presenta una movilidad in- El dolor suele presentar poco territorio de irradiación,
ferior a la de otros segmentos vertebrales, es menos fre- sin embargo ofrece con claridad sensaciones de quemazón,
cuente que resulte una región responsable de problemas fatiga y dolor agudo. Es muy característica de este síndro-
primarios. La mayor parte de los dolores de las partes me la existencia constante de un punto muy preciso de do-
352

lor a la presión a través del d edo de T5 o de T6. Este pun- sión moderada, mucho más que en las zonas simétricas o
to parece ser el epicentro del dolor y, por tamo, del proble- en los niveles superiores e inferiores.
ma cuando se efectúa presión sobre él, pero sin embargo la
infiltración local con procaína (OEl véase Vol. 11, Anexo Far-
macología del dolor! no resulta muy efectiva en la resolu-
ción de la sinromarología.
Mantener la presión durante algunos segundos permite
reproducir el dolor de dorsalgia interescapular y es e le-
mento diagnóstico.
o
Su posible origen de naturaleza cervical se afirma, entre
otras cuestiones, por el hecho de que se puede reproducir
o exagerar esta dorsalgia con la siguiente m aniobra cervi-
Dolor de origen miofascial
cal: realizar la palpación cuidadosa de la región anrerolate- Entre las estructuras musculares que pueden proyectar do-
ral del cuello con el pulp ejo del dedo pulgar a la altura de lor a la región dorsal se encuentran el músculo erector del
la zona de emergencia de las últimas raíces cervicales. De raquis, romboides y elevador de la escápula, subescapular,
esta forma, se podrá apreciar que, en el lado de la dorsal- pectoral mayor y menor, dorsal ancho, romboides y serra-
gia, uno de los niveles cervicales es muy sensible a la pre- to (Travell & Simons, 2004).

RESUMEN

• La etiología de los síndromes dolorosos de tejidos blandos • En la región dorsal se encuentran tanto los problemas de-
que afectan al raquis puede ser muy diversa y manifestar- rivados del síndrome de dolor miofascial de las estructu-
se bien de forma aislada o ser consecuencia de algún otro ras muscular.es. que proyectan dolor referido a la zona,
tipo de patología concomitante. De forma genera l, los pro- como la dorsalgia interescapular, cuyos criterios clínicos
blemas que se abordan con más frecuencia resultan ser fueron descritos por Maigne.
problemas de los sistemas muscular, fascial, tendinoso, li-
• La región cervical ofrece dos zonas de interés: en el raquis
gamentoso, nervioso o vascular.
cervical superior destaca la neuralgia occipital y los problemas
• En relación con los síndromes que afectan a la región de naturaleza muscular relacionados con hipertonía y sobre-
lumbar, destacan el síndrome de dolor iliolumbar, carga. Por otro lado, las patologías que se manifiestan en el
músculo piramidal, cuadrado lumba r y psoas ilíaco, así raquis cervica l inferior y región cervicotorácica son ha bitual-
como los problemas de sobrecarga muscular lumbar mente resultado de problemas traumáticos como el síndrome
que cursan con espasmo muscular de defensa o con- de latigazo cervical, de origen neurovascular o los relaciona-
tractura. dos con los síndromes que afectan al desfiladero torácico.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Hirschbcrg, G. G ., Froerscher, L., Nacim, F. (1979) . Síndrome


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Do/m; (5), 358-368. foscial. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Procedimientos de manejo clínico en las patologías del raquis.


• Métodos de diagnóstico de la patología del raquis.
• Definir, clasificar y co nocer los procedi mientos diag nósticos y qu irúrgicos de las lisis y listesis.

ESPONDILOLISTESIS

Todos los trastornos y las deformidades de la colum na q ue


El dolor y la discapacidad de los trastornos y las deformi-
dades de la columna son el resu ltado de una alteración
o
producen dolor y discapacidad t ienen muchas y diversas de la unidad funcional.
etiologías, pero la mayoría presenta como denomi nador
común el dolor y la limitación funcional. El dolor y la d is-
capacidad son resultado de una alteración de la unidad Clasificación
func ional (Fig. 29-1). Las espondilolistesis se pueden clasificar en:
La espondilolistesis e es considerada un desplazamien- Displásicas. Se produce el deslizamiento por a lteraciones
to hacia delante de la vértebra superior sobre la inmediata- de la vértebra sacra y el arco posterior de la quima lum-
mente inferior y es p roducida por diferentes etiologías. Ese bar. Es más frecueme en niños y adolescentes. Predomi-
deslizamiento puede ser sólo del cuerpo o de roda la vérte- nio en el sexo femen ino y puede producir compresión
bra. Normalmente, las fibras anulares del disco interverre- radicular si el deslizamiento sobrepasa el 25 %.
bral, el bloqueo mecánico de las apófisis articulares poste- Ístmicas. Se produce la alteración a la altura de la pars
riores y el arco neural y los pedículos intactos impiden el artimlaris. Allí se observa u na zona radiolúcida que va
desplazam iento hacia delante de L5 sobre Ll . desde una pequeña línea h asta un gran espacio no osifi-
Los defectos de cualquiera de estas estructuras pueden per- cado. La causa íntima de la espondilolistesis ístmica es
mitir el desplazamiemo. Es una patología localizada frecuen- desconocida y de ello se p ueden distingui r tres t ipos:
temente a la altura de la columna lumbosacra (Fig. 29-2). fractura por fatiga de la pars articuLaris, elongación sin
lisis y fractura aguda de la pars articularis.
Cuerpo La inc idencia e n la raza bla nca fl uctúa alrededor del
vertebral
5 %. Hay grupos de riesgo donde p redomina con un
porcenraje alto, como los esquimales, con frecuencias
del 50%, o los gim nastas, con incidencias del20-25 %.

Pedículo
El tipo ístmico es el más común entre los 5 y 50 años.
o
• Degenerativas. Este tipo predomina sobre todo en personas
adultas, alrededor de los 50 años y es debido a fenómenos
artríticos y/o arrrósicos de larga evolución que crean ines-
tabilidad articular. Tiene un predominio femenino.
Figura 29-1. Figura anatómica de la unidad funcional de la colum- • Tirzumáticas. Las traumáticas son debidas a traumatismos
na. Nota: El do lor y la discapacidad son el res ultado de la lesión, graves. De esta forma afecta p rincipalmente al arco neural
inflamación o infección de la unidad funciona l. de L4-L5 y se ve más frecuentemente en adultos jóvenes.

355
356 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis

Figura 29-2. Espondilolistesis de L5 de alto grado. IAI Radiografía lateral. lBI Áng ulo de Cobb.

• Patológicas. Se agrega a afecciones generalizadas del es- Cuando se produce la formación d e un canal estrecho,
queleto como enfermedad de Paget (13El véase el Anexo generalmente en las espondilolistesis degenerativas y en al-
2 Caso clínico. Mieloma múltiple en mujer menopáu- gunos casos en las ístmicas o displásicas asociadas a hernias
sica con dolor torácico inespecífico, de este manual) , del núcleo pulposos se puede desarrollar una claudicación
mal de Pott, metástasis ósea (véase el capítulo 36, apar- intermitente de la marcha.
tado Metástasis óseas) , sífilis, etcétera. La marcha mi gmeris se produce por la contracrura de
los músculos isquiotibiales, debido al deslizamiento verte-

o
bral, haciendo que el sujeto camine con las caderas y las ro-
Las espondilolistesis se pueden clasificar en displásicas,
dillas flexionadas y el tronco hacia delante. Se observa una
ístmicas, degenerativas, traumáticas y patológicas.
lordosis lumbar que se prolonga hacia la región torácica a
medida que aumenta la listesis y con el espasmo muscular
a la alrura lumbar, lo que hace que la p elvis gire hacia atrás
Cuadro clínico y el sacro se haga cifótico. En la región abdominal, depen-
El dolor es el síntoma más frecuente y relevante; sin em- diendo de la magnitud de la listesis, el espacio entre el re-
bargo, el 50 % de las espondilolistesis cursan de forma borde costal y la cresta ilíaca disminuye; el abdomen se
asintomática y puede incluso haber deslizamiento hasta la hace prominente y aparece una depresión que lo cruza
ptosis GD de L5 por delante de S 1, sin haberse presentado transversalmente, inmediatamente sobre el ombligo.
dolor. Otras veces hay que tomar el dolor como indicador En la tabla 29-1 se resumen los síntomas y signos más
de patología; por ejemplo, en los niños o ado lescentes, importantes en la espondilolistesis.
donde el dolor lumbar o la ciatalgia es algo infrecuente,
por lo que es necesaria una radiografía. La lumbalgia en los
adultos es un síntoma frecuente, indicador de la inestabi-
lidad que produce la irritación de elementos sensibles y so-
brecarga de otros como las articulares interapofisiarias.
La listesis en adultos cursa frecuentemente con lumbal-
gia, que es un s íntoma indicador de inestabilidad. o
La lumbociatalgia se produce por un mecanismo com-
binado de inestabilidad de la columna y compresión o in- Diagnóstico
flamac ión radicular. En las espondilolistesis de tipo dis- Hay elementos clínicos que hacen sospechar:
plásico, el arco de la vértebra se desliza hacia delante, jun- • En niños y adolescentes, la presencia de lumbalgia y
to al cuerpo vertebral, y se produce una compresión y principalmente ciatalgia.
tracción de las raíces en la zona foraminal que provoca
hasta en un 25 % de los deslizamientos una compresión 1

radicular. En las de tipo ístmico se explica por la compre- Tabla 29-1 . Síntomas y signos más importantes
sión que sufre la raíz por la reacción fibrosa en la zona de en la espondilolistesis
lisis de la pars articularis. Las alte raciones aisladas moto- • Dolor
ras son menos frecuentes, pero también se observan y co- • Alteraciones sensitivas y motoras
rresponden, generalmente, a las raíces L5-S 1 (véase el caso • Alteración del reflejo aquilea
• Claudicación intermitente de origen neurológico de la
clínico 29-2) . marcha
En ocasiones es frecuente observar una alteración del re- • Contractura de los músc ulos isquiotibiales
flejo aquíleo que puede estar disminuido o ausente de ma- • Cifosis sacra
• Prolongación de la lordosis lumbar hacia la región torácica
nera unilateral o bilateral.
29 • Patología de la columna vertebral: espondilolistesis, espondilólisis y ma lformaciones de la co lumna 357

Figura 29-3. Ra-


diografía lateral.
Espondilolistesis
traumática de L5
en un niño de 14
años.

• En adultos, tanto la lumbalgia como la ciatalgia asocia-


dos a la alteración posrural ya descrita, con la retracción
Figura 29-5. Espond ilolistesís de L5 en una radiografía en exten-
de los músculos isquioribi ales y la prolon gación d e la si ón.
lo rdosis lumbar hacia la región torácica.

N o obstante, hay que saber que es la radiografía sim ple la cuerpo de L5 produce una imagen de copa de champán o
que confirma o descarta el diagnóstico de espondilolisresis d e «gorro de N apoleón». En la proyección lateral se obser-
y el cipo (Figs. 29-3 y 29-4) . va la lisresis y se cuantifica la magnitud del desplazamien-
to. Según el cipo de lisresis se observarán unas característi-
Estudio radiológico cas radiológicas u otras. En el cipo displás ico existe u na
Como se ha explicado previamente, la confirmación de la elongación de la pars con adelgazamien to de ésta, pero sin
espondilolisresis se hace co n rad iografía simple, en bipe- lisis del ist mo. En las ístmicas, el desplazamiento se asocia
desración, a través de dos proyeccio nes: una proyección con lisis de la pars con interrupción a la alrura del «perrito
anteroposrerio r y otra lateral. de la C hapellen. En las degenerativas, no hay lisis, sino una
Una vez que está confirmada, se pueden tomar p royec- d eformidad co n creci miento exofírico de las articulares o
ciones oblicuas, tanto derecha como izqu ierda, para deter- del cuerpo vertebral.
minar el tipo de listesis. En algunas ocasiones, se piden rad iografías lumbosacras
Radiográficamente, lo que se objetiva en la proyecció n realizadas en flexión y extensión máxima, de modo q ue
anteroposterior es una disminución d e la altura del cuerp o permitan determinar la inestabilidad de la colum na e n esa
y un adelgazam iento del arco posterior, que en el caso del área (Fig. 29-5) .

Figura 29-4. Resonancia magnética de espondilolistesis. IAI Grado l. IBI Grado 111trau mática de L5. (CI Grado 111 degenerativa de L5-S1.
= ·

358 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis

macla de C7. Son necesarios para decidir una conducta


conservadora o quirúrgica, especialmente en jóvenes.
Constituyen factores de riesgo para la progresión del des-
lizamiento: la deformidad trapezoidal de L5, el porcenraje
de deslizamiento, la cara superior del sacro, el ángulo de
inclinación del sacro y el ángulo de deslizamiento.
También es frecuente comprobar la presencia de esco-
liosis asociada, por un defecto unilateral de la pars, d el arco
neural o hipoplasia de las facetas, que pudiera condicionar
el desplazam iento asimétrico y la rotación vertebral.
Es frec uente encontrar espina bífida de L5 y más de S 1
asociada a la espo ndilolistesis, y es 13 veces más frecuente
que en la población general. La presencia de espina bífida
más los antecedentes hereditarios de la espondilolistesis
son elementos muy importantes para considerar esta en-
fe rmedad d e origen congénito. La asociación de espondi-
lolistesis y espina bífida se da, sobre todo, en la de tipo dis-
plásico y su incidencia va del 18 al 100% d e los casos es-
tudiados (Tabla 2 9-2).

El á ngulo de deslizamie nto se sitúa entre O a -1 O grad os.


Es e l form ado por la línea que crea la platina inferi or y la
perpe ndicular a la ta nge nte de la cara posterior d el sacro
y s e determina mediante el método de Marique-Tailla rd y
o
Bradford.
Figura 29- 6. Método de Meyerdei ng para valo rar el grado de es-
pondilolistesis.

Tratamiento

o Para dete rminar el tipo de li stesis, se pueden tomar pro-


yecciones oblic uas , derecha e izquierda, pero s iempre
toda vez que esté previamente confirmada.
Es diferente el de niños y adolescentes y el de adultos. El
límite es el fin del crecimiento.

Niños y adolescentes
Es tradicional medir el deslizamiento d e acuerdo al m é- El d olor y la magnitud de la listesis so n fundamentales
todo de Meyerdeing. Éste se realiza a través de la división para decidir la conducta que se ha se seguir:
de la superficie superior de 51 en cuatro partes iguales, a • Asintomáticos y menor de 25 %de desliZtZmiento. Se indi-
las que se les da la valoración de grado 1, 2, 3, 4 de dorsal ca vida normal y radiografías periódicas de control cada
a ventral (Fig. 29-6). 6-8 meses.
Para determinar el porcentaje de deslizamiento (véase • Silltomáticos J' menor de 25 % de desliZilmiellto. Se indi-
el caso clínico 29- 1) , se calcula a través de la cantidad de ca cinesiterapia, eliminar ejercicios violentos y depones
desplazamiento multiplicado por 100 y dividido por la de contacto físico. Se realizan radiografías de control
longitud rotal de la platina. El ángulo d e deslizamiento cada 6-8 meses.
suele tener unos valores determinados de O a -1 O grados, y • Simomáticos y con 25-50 % de deslizamiento. Se indica
es el formado por la línea que forma la platina inferio r y la tratamiento mediante fisioterapia, suspender educación
perpendicular a la tangente de la cara posterio r del sacro. física durante un período de 6 a 12 meses y realizar ra-
El problema del método d e Meyerding es que no discri- diografías cad a 6-8 meses y control del deslizamiento.
mina, por lo que actualmente se usa más el método de • Más del 50 % de deslizamiento. Se indica tratamiento
Marique-Taillard y Bradford, que mide el porcentaje del quirúrgico.
grado d e desplazamiento:
• 0-25 o/o: grado 1.
Tabla 29-2. Factores de riesgo para la listesis
• 26-50 %: grado 2.
• 51-75%: grado 3. • Menor de 15 años
• 76-100%:grado4. • Sexo femenino
• Tipo no ístmico
• Severidad del deslizamiento en el momento de la
Hay elementos radi ográficos que es necesario valorar, presentación
como los parámetros pélvicos (incidencia pélvica, báscula • Ángulo de deslizamiento grande (> 55 gradosl
pélvica, slope sacro), ángulo lumbosacro, porcentaje de • Ángulo lumbos acro < 100 grados IN: 90- 1101
• Alto grado de dis plasia ósea
d eslizamiento, ángulo lumbosacro, lordosis lumbar y plo-
29 • Patología de la columna vertebral: espondilolistesis, espondilólisis y malformaciOnes de la columna 359

El tratamiento quirúrgico consiste en artrodesis posterola-


teral más realineamienro postura! en los casos de listesis de
bajo grado menos graves, y en los más importantes ya es
necesaria la realización de la reducción.
En las listesis de airo grado se practica reducción previa,
más arrrodesis posterolateral. La reducción en esros casos
debe tenerse en cuenra si existe la posibilidad de desequi-
librio sacropélvico.
En el ® vídeo 29- 1 se muestra la instrumenración de una
arrrodesis posterior.

o
El tratamien to de la listesis, en niños o adolescentes, se
orienta a una ejercitación muscular controlada y progra-
mada; y si es superior al 50 % de deslizam iento, se indica
tratam iento quirúrgico.

Adultos
El tratamiento inicial y de elección es el conservador (véase el
caso clínico 29-1). No obstante, la ciatalgia es el marcador
principal par-.1 que el paciente sea quirúrgico (véase el caso clí-
nico 29-2) . L-1 fulta de alivio para el dolor es el motivo más
frecuente para pasar del traramienro médico al quirúrgico. Figura 29-7. Espondilolistesis de L5 reducida y artrodesada.
El tratamiento según las formas clínicas es:
• Asinromático: manrener una posrura normal. Mantener
el peso normal. Realizar ejercicios diarios de estabiliza-
ción del tronco y ejercicios aeróbicos d e bajo impacto.
En la listesis del adu lto que cu rsa con ciatalgia, la indica-
ción de tratamiento e s qu irúrgica.
o
• Sintomático:
- Reposo según el tipo de dolo r. El tratamiento quirúrgico en mayores de 40 años es:
- Tratamientos medicamenrosos: analgésicos, antii n- • En los pacientes con lumbalgia se realiza arrrodesis pos-
flamarorios, relajantes musculares. terolateral con o sin elementos de fijación.
- Cinesirerapia: ejercicios de reeducación postura!. • En los casos de ciatalgia pura, se realiza descomp resión,
- Termorerapia: calor superficial y profundo. sobre todo en las espondilolistesis degenerat ivas.
- Corregir la hiperlordosis. • En los casos de lumbociatalgia, se realiza. artrodesis por
- Control radiográfico y clínico de acuerdo con la evolu- la inestabilidad de la colum na y descom presión de las
ción del dolor. Si el dolor cede, se debe mantener la pos- raíces. Según la edad del paciente, el porcentaje de des-
rora y el peso adecuados. Ejercicios diarios, abdominales. lizamiento y el tipo de trabajo que realiza la persona, se
- En los ep isodios de lumbociatalgia y c iatalgia, a la pueden agregar elementos de fijación o no.
pauta de tratamiento analgésico y anti inflamarorio se
le añade un medio d e inmovilización como faja o En el ® vídeo 29- 1 se muestra la instru me ntación de una
corsé. Cuando no cede con traramienm conservador, artrodesis posterior.
se pasa a q uirúrgico. Aun así, prevalece el tratam ien- El resultado funcional en la cirugía vertebral depende de
to quirúrgico en menores de 40 años. la restauración de un equilibrio sagital normal y de la cifosis
- En los episodios de lumbalgias no es necesario prac- lumbosacra, más que de la disminución del grado de desliza-
ticar descompresión, resección del arco posterior o miento. Es imponanre reiterar que los adultos que se operan
laminectomía, ya que el dolor se produce por un me- lo hacen porque ha fracasado el tratamiento conservador y es
canismo d e inestabilidad de la columna, que se logra la persistencia del dolor el elemenro que decide al médico a
estabilizar con una buena artrodesis posterolareral. proponer el tratamienro quirúrgico y al pacienre a acep tarlo.

En los pacientes con ciatalgia y lumbociaralgia, se realiza


una cirugía descompresiva de las raíces afectadas y resección
del arco posterior, co n foraminoromía unilateral o bilateral.
El tratamiento quirú rgico de las listesis, en gene ral, con-
siste en artrodesis posterior o posterola teral.
o
En la ciatalgia pura, si el paciente es menor de 40 años,
se agrega arrrodesis posterolateral, cuando el deslizamien- ESPONDILÓLISlS
m es m enor del 50%. Si es mayor, se agrega un elemento
de fijación intentando corregir el desplazamiento (Fig. 29-7) Consiste en la rorura de la lámina de la vérrebra, de fo rma
(véase el caso clínico 29-2) . que la arriculación faceraria quede separada del resro. La
160 Parte 1. Cirug ía ortopédica y traumatología- Sección IV. Columna vertebral. Raqu1s

vértebra que se afecta más frecuememente es la quinta


Ante la sospecha de espondilolisis traumática, para un
lumbar, seguida de la cuarta. En la mayoría de los casos en
que la espondilólisis afecta a la cuarta lumbar existe tam-
bién una sacralización d e la quinta lumbar.
En la mayor parte de las espondilólisis ® ,no es una ver-
diagnós tico precoz, la gam magrafía es de elección, pues
la detecta durante 7 días desde el traumatismo desenca-
denante del dolor.
o
dadera rotura, sino que el hueso no llega a formarse. En es-
ros casos, la separación entre la articulación faceraria y el Tratamiento
resto de la lámina existe desde el nacimiento y se mantie- En los casos en los que la espondilólisis se debe a un defec-
ne constantememe a lo largo de la vida. to en la formación del hueso y no hay espondilolistesis, no
En otros casos, en los que el hueso se forma correcta- hay que hacer nada.
mente, la lámina vertebral se rompe a consecuencia de caí- En los casos en los que la espondilólisis se debe a una
das o traumatismos repetidos. Eso ocurre normalmente en rotura del hueso, por fractura o traumatismos repetidos, es
deportistas (véase el caso clínico 29-1) y suele tardar entre conveniente reducir o suspender los esfuerzos hasta q ue se
6-9 meses en repararse espontáneamente. recupere. El corsé p uede indicarse en estos pacientes, de
modo que el dolor puede persistir a pesar de la reducción
La es pondilólisis traumática es típica de dep ortistas y de la actividad y el tratamiento, y es necesario tomar me-

O suele resolverse espontáneamente en un plazo de 6 a


9 meses.
didas para evitar la atrofia muscular y retirar el corsé pro-
gresivamente tan pronto como sea posib le.
La cirugía se indica sólo cuando:
• El dolor se mantiene pese a los tratamientos aplicados
Cuadro clínico durante 9 meses.
Generalmente, no causa ningún dolor ni sintomarología, • Se ha comprobado que se debe a una espondilólisis por
y es sólo un hallazgo casual en una radiografía. Eso ocurre rorura del hueso y no se está resolviendo después de
especialme nte en las espond ilólisis que aparecen como 9 meses.
co nsecuencia de un defecto del hueso. Las que aparecen
como consecuencia d e una fractura o traumatismo repeti- En esos casos, se indica realizar una arrrodesis que afecte
do pueden causar dolor en la zona vertebral. Sin embargo, sólo el segmento en el que está la espondilólisis, habitual-
se considera que la causa del dolo r en presencia de una es- menee entre la quinta lumbar y la primera sacra.
pondilólisis cuando está presente es una fractura reciente.

Riesgos
C uando la espondilólisis existe en ambos lados (izquierdo
La orientación te rapéutica de elección en la espondilóli-
sis es la conservadora.
o
y derecho), la vértebra se pued e deslizar hacia delante o ha-
cia atrás, y aparecer una espondilolistesis. No obstante, no OTRAS ALTERACIONES
siempre ocurre, y con frecuencia se observa espondilólisis
en sujetos sanos sin ningún dolor ni molestia. En la patología vertebral se pueden encontrar dos tipos de
malfor maciones: las congénitas y las llamadas malfonnacio-
IUJ de la columna propiamente dichas, como la escoliosis.

O Es frecuente observar espondilólisis en sujetos sanos,


si n sintomatología clínica alguna.
Malformaciones cong énitas
En la patología vertebral, y en lo que respecta a las malfor-
Diagnóstico maciones congénitas, se encuentran la escoliosis congéni-
Para determinar el diagnóstico es necesario realizar una ra- ta, la cifosis congénita y la hemivérrebra.
diografía. En algunos casos, es necesario hacer una gam-
magrafía en caso de: Escoliosis congénita
• Confirmar la existencia de la espondilólisis cuando la Es una deform idad de la co lu mna y del tronco, que a ve-
imagen radiográfica n o es clara o conviene descartar en- ces es evidente al nacer y otras veces no se detecta hasta
fermedades generales (infecciones o rumores). mucho tiempo después de forma incidental en una radi o-
• Distinguir si la espondilólisis se debe a la falta del hue- grafía de tórax. Se clasifica en dos tipos:
so o a su rotura. Si se debe a la falta de formación de • Defecto de formación. Puede originar:
hueso, la gammagrafía es n ormal. En las espondiló lisis - Hemivérrebra u nilateral segmentad a con cardlago de
po r rotura d el hueso, la gammagrafía detecta esa roru- crecimiento vertebral y disco intactos:
ra durante 7 días a partir del momento en que se pro- o Pued en involucrar una o más vértebras.
duce. o El crecimiento vertebral es desequil ibrado y asi-
Seguimiento del progreso de la cicatrización del hueso métrico.
en las espondilólisis debidas a rotura por traumatismos o Mal pronóstico.
repetidos en deportistas. Ayuda de esta manera a definir - H emivértebra segmentada con carrílago de creci-
el momento en el que pueden volve r a entrenar. miento y disco en los lados opuestos:
29 • Patología de la columna verteb ral : espondilolistesis, espondilólisis y malformaciones de la columna 361

oSimetría en el crecimiento. • Quirúrgico:


oBuen pronóstico. - Fusión vertebral posterior sin instrumenración:
- Hemivérrebra segmentada fusionada a una vértebra o Mínimo grado de corrección.
adyacente superio r o inferior con el cartílago de cre- o No se corrige la asimetría del crecimiento.
cimiento intacto y el disco en su otro extremo. Pro- Fusión vertebral posterior co n instrumentación.
duce simetría del crecimiento y deformidad vertebral Fusión anterior y posterior combinada:
progresiva. o De elección en una curva progresiva maligna cau-
- Hemivérrebra no segmentada pero fusionada a am- sada por crecimiento asimétrico.
bas vértebras adyacentes sin cartílago de crecimiento o Excelente corrección de la curva.
ni discos: o No exenta de complicaciones graves como neu-
o No causa deformidad progresiva. monía o neumotórax.
o Buen pronóstico. - Detención del crecimiento en el lado convexo por
• Dfjecto de segmentación. Produce una vértebra en bloque. hemiepifisiodesis anterior y posterior: está indicada
si el niño es menor de 5 años.
Las hemivércebras no son hereditarias. Suelen ocurrir de - Extirpación de la hemivérrebra: realizada en curvas
forma esporádica. La escoliosis congénita generalmente se rígidas en el área lumbosacra.
asocia a otras anomalías de la economía G> :
• Disrafismo e torácico (espina bífida, lipoma o terato- Cifosis congénita
ma <a> , siringomielia). Esra patología puede deberse a dos tipos de fallos: fallo d e
• Fusión de las costillas. formación o bien fallo de segmentación de la parte ante-
• Anomalías del sistema musculoesquelético (pie zambo, rior de dos o más vértebras adyacentes.
tórax en quilla, talo vertical, atrofia del miembro). Cuadro clínico. Su localización más frecueme es entre
• Anomalías de las vísceras (cardiopatÍa congénita, hipo- TIO y L2. Se desarrolla una hiperlordosis compensatoria
plasia de los pulmones, ausencia de riñón, ausencia d e en la columna lumbar que puede provocar una lumbalgia.
útero, atresia de vagina, etc.). La cifosis es cada vez m ás grave y puede llegar a producir-
se una paraplejía si no se trata.
Estudio radiológico. Basado principalmente en imáge-

o Ante la presencia de hemivértebra, es necesario ins pec-


cionar al niño por completo para poder detectar posibles
anomalías asociadas.
nes radiográficas simples. Es necesaria una RM previa a la
cirugía, sobre todo en presencia de déficit neurológico.
Tratamiento. Consiste en una fusión posterior precoz,
que se d ebe realizar antes de los 3 años de edad. En niños
Estudio radiológico. Es necesario realizar radiografías mayores o en caso de que la cu rva exceda los 60 grados, es
de columna en proyecciones anteroposterio r y lateral. La necesaria la fusión anterior y posterior.
resonancia magnética (RM) se utiliza para situaciones co n
déficit neurológico, cifosis lumbosacra, hipemicosis loca- Hemivértebra
lizada y existencia de dolor, y es previa a la intervenció n La patología congénita más frecuente d e todas las de la co-
quirúrgica. lumna vertebral es la hemivérrebra. A pesar de ello, la es-
coliosis congénita, tratada previameme y que es producida
por esta patología, está bien documentada, pero tiene una

o La radiografía de columna en proyecciones anteroposte-


rio r y lateral es la técnica de elección para el diagnóstico
de hemivértebra.
evolució n impredecible y su tratamiento se convierte en
un verdadero desafío.
Las hemivérrebras son un tipo de anomalía vertebral
que se desarrolla como resultado de una fo rmación de la
Evolución. La progresión de la curva ocurre en el 50- mirad del cuerpo vertebral. Pueden producir escoliosis de
75 % de los pacientes con escoliosis congénita. La evolu- manera habitual (Fig. 29-8) .
ción de la escoliosis viene determinada por el tipo de de- La incidencia estimada de esta patología es de 0,3/
formidad congénita y por la localización de esta deformi- 1.000 nacidos vivos.
dad. La curva torácica es mucho más progresiva que la cer- Esra patología, al ser una anomalía de un segmenro,
vical o lumbar. También es importante el equilib rio de la puede involucrar a uno o varios niveles. De tal modo que
curva, al igual que la edad a la que se presenta. la hemivértebra actúa como una cuña d entro de la colum-
Tratamiento. Depende de la evolución de la enfermedad: na, por lo que altera la curvatura d ebido a la d iferencia de
• Observación: distancia sobre el lado que se afecta.
- Anomalfas equilibradas a lo largo de toda la columna. Suele asoc iarse co n otras muchas patologías como
- Ejercicios de estiramienro tan ro pasivos como activos. fusión de costillas, malformaciones del neuroeje, mal-
- Corsé de Milwakee (véase el capítulo 38, aparrad o formaciones card íacas o malformaciones genitourina-
Correctoras) : puede prevenir la progresión de la cur- nas.
va, pero no en las curvas cortas y rápidamente p ro- Una hemivértebra pued e ser vista como un cuerpo ver-
gresivas. tebral asimétrico en la exploración sagital o coronal en una
.62 Parte 1. C1rug1a ortoped1ca y traumatolog1a- Secc1on IV. Columna vertebral. Raqu1s

Figura 29- 10. He-


mivértebra lu mbar
en la edad ad ulta.

Figura 29-8. Resonancia magnética de hemivértebra lumbar L4.

ecografía, mientras que en la axial es un defecto focal vis- El pronóstico puede ser variable en func ión del tipo de
to a cada lado de la colu mna verreb ral. En la radiografía deformidad progresiva que esté causándose. El pri ncipal
simple o en la tomografía compurarizad a se d escribe como problema que produce la vértebra es cuando afecta a la
anomalía ósea por un cuerpo vertebral en forma de cuña zona lumbosacra.
(Figs. 29-9 y 29-10). Debido a la g ran cantidad de anomalías asociadas, es
necesario hacer un cribado sistemático mediante una eva-
luación renal, card iológica y respiratoria, ya sea co n eco-
grafía o RM.
A ca usa del pronóstico desfavorable de esta deformidad,
normalmente se requiere cirugía. Existen diferentes tipos de
procedimientos quirúrgicos, como la anrodesis posterior o an-
teroposterior in sittt, fus ión con instrumentación o sin ella, epi-
fisiodesis anterior o posterior combinadas del lado de la con-
vexidad y escisión de la hemivérrebra sin fusión. Este último
tratamiento quirúrgico es el que mejores resultados ofrece.

La patología congénita más frecuente de todas las de la


columna vertebral es la hemivértebra, que es de pronós-
ti co desfavora ble y normalmente requiere cirugía.
o
Malformaciones de la columna. Escoliosis
Dada su relevancia clínica, en lugar de desarrollar un bre-
ve aparrado, los autores del capítulo han considerado con-
veniente dedicar el siguiente rema (capítulo 30) completo
al estudio de la esco liosis (Figs. web 29-1 y 29-2). No obs-
tante, el lecto r puede enco nt rar en el 13El Anexo 29-1 u na
síntesis conceptual de la escoliosis que incluye la clasifica-
ción de las d eform idades ve rteb ra les de la SRS (Scofiosis
Research Society) modificada {Tabla web 29-1) y distintas
Figura 29-9. Hemivértebra torácica en la edad infantil. definiciones según dicha sociedad (Tabla web 29-2).
29 • Patología de la colum na vertebral: espondilolistesis, espondilólisis y malformaciones de la columna 363

~~ RESUMEN

• Los trastornos y las deformidades de la columna que pro- en equilibrio. Éstas se componen de dos cuerpos vertebra-
ducen dolor y discapacidad tienen muchas y diversas etio- les separados por un disco intervertebral destinado a so-
logías, pero la mayoría presenta como denominador co- portar el peso; los arcos neurales son los que recogen y
mún el dolor y la limitación funcional. protegen los tejidos nerviosos; y las articulaciones poste-
riores, las que guían los movimientos especificas e impi-
• Se requi ere un conocimiento de la anatomía normal y de
den otros movimientos, y las apófisis transversas propor-
los lugares subsidiarios de producir dolor para que con un
cionan los sitios mecánicos para la inserción de la muscu-
examen físico exhaustivo se pueda determinar esa desvia-
latura.
ción de la normalidad.

• La columna vertebral se debe considerar como una barra • El dolor y la discapacidad son resultado de la lesión, infla-
flexible compuesta por unidades funcionales superpuestas mación o infección de la unidad funcional.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Ferrández Portal, L., Llanos Alcázar, L. F., Marco Marrínez, F.
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Delgado Mardnez, A. D. (2012). Cimgírt ortopédica y tmmltrtto- gírt. Madrid: Edirorial Médica Panamericana.
logfrt. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué s ucede cuando se altera la unida d funcional? 6. ¿En qu é consiste el método de Marique-Taillard y Bradford?

2. ¿Cuál es el tipo de listesis más común entre los 5 y 50 años? 7. ¿Cómo se sitúa el ángulo de deslizamiento?

B. ¿Cuál es la orientación de tratamiento de la lis tesis en niños


3. ¿Cómo cursa frecuentemente la listesis e n los adultos?
y adolescentes? ¿Por qué?
4. ¿Cuál es el síntoma indicador de inestabilidad? 9. ¿Y en adultos con ciatalgia? ¿Por qué?

5. Para determinar el tipo de listesis, ¿qué proyecciones se 10. ¿Cuál es la orientación terapéutica de elección en la espon-
pueden tomar, y cuándo? dilólisis?

HERRAMIENTAS DE APRENDI ZAJE

CASOS CLÍNICOS

29.1. Mujer de 23 años, jugadora profesional de baloncesto de la selección. Es derivada a la consulta para obtener una segunda
opinión tras diagnosticársele una listesis de grado 11, de 6 meses de evo lución y recomendarle tratamiento quirúrgico me-
diante artrodesis. Refiere episodio aislado de lumbalgia. Acompaña una placa a nteroposterior y una RM.
Usted, ¿cómo procedería? Drlllrrnllo d~l ~mn y
1wls cm os clí11iros
ay
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Clasificación de las desviaciones del raquis en el plano sagital y frontal.


• Métodos de diagnóstico de una hipercifosis.
• Definir y clasificar las escoliosis no estructurales.
• Clasificación etiológica de las escoliosis estructurales.
• Escoliosis idiopáticas. Aspectos clínicos relevantes.
• Qué hay que hacer ante una sospecha de escoliosis.
• Valoración de la prueba de Adams.
• Valoración del método de Cobb.
• Valoración de la prueba de Risser.
• Tratamiento de las escoliosis no estructurales.
• Tratamiento fisioterápico de las escoliosis estructurales.
• Indicaciones del corsé.

INTRODUCCIÓN Se diferencian emre sí tanto morfológica como biome-


cánicamenre; las cifosis y lordosis son incrementos patoló-
El raquis normal no es rectilíneo, sino que, en el plano sa- gicos de las curvaturas normales del raquis y la alteración
gital o ameroposrerior, presema cuatro curvas sucesivas: se produce en un solo plano del espacio; sin embargo, las
dos convexas hacia delame en la región cervical y lumbar escoliosis son curvas laterales más complejas que pueden
(lordosis) y dos cóncavas hacia delame (cifosis) en la región afectar a los tres planos del espacio.
corácica y sacrococcígea. El paso de una curva a otra es gra-
dual y su estudio se realiza sobre la cara amerior de los DEFORMACIONES DE LA COLUMNA
cuerpos verrebrales. VERTEBRAL EN EL PLANO SAGITAL
Las curvas no preseman el mismo grado de desarrollo
en todos los individuos. Existen unos factores diferencia- Las deformidades del raquis en el plano sagital pueden ser por:
les: sexual (están más d esarrolladas en las mujeres), racial • Aumento de las curvas fisiológicas del raquis: hiperlor-
(el raquis de los individuos de raza negra es más rectilíneo), dosis e hipercifosis.
consrirucional, profesional, ere. Y dentro de cada curva • Disminución de las curvas fisiológicas: rectificación,
existe una vértebra que hace más relieve que las demás: dorso plano o inversión de las curvas.
para la lordosis cervical es la sexta o séptima cervical, para
la cifosis torácica es la sexta torácica y para la lordosis lum- Las malformaciones en el plano sagital del raquis son más
bar es la segunda o tercera lumbar. frecuentes que las del plano frontal y tienen una prevalen-
cia dell3 all5 %.

o Las alteraciones de las curvas del raquis pueden presen-


tarse en el plano sagitallcomo las hiperlordosis e hiper-
cifosis), en el plano frontallescoliosisl o en ambos.
Diagnóstico
El diagnóstico de esras alteraciones requiere un protocolo
sistematizado de exploración.

365
366 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis

• Areómetro. Es un instrumento que se compone de una


barra larga milimerrada y arras tres más pequeñas per-
pendiculares a ella , dos laterales fijas que se colocan en
los extremos de la curva y una central móvil. La fiabili-
dad es moderada.
• Regla flexible o jfexicurva. Es una banda metálica plasti-
ficada y moldeable de unos 60 cm de longitud que se
puede doblar y conserva la forma. La banda se acopla a
las apófisis espinosas de la curva que se va a medir (ci-
fosis) y, aunque la unidad de medida es en centímetros,
a través de un conversor se transforma en grados. Es un
método muy fiable.
• lvlétodo de las jfecbas sagitales. Es útil para una primera
aproximación diagnóstica. Se precisan una plomada y
una regla mi limetrada. Para realizar la determinación se
aproxima el hilo de la plomada al dorso del paciente,
hasta que contacte con el primer sali ente de la espalda,
y se alinea con la apófisis espinosa de C7. Con la regla
se miden en milímetros las distancias entre el hilo de la
plomada y: la apófisis espinosa de C7, la zona más sa-
Figura 30-1 . Hipercifosis torácica. liente (ápice) de la lordosis torácica, la zona de máxima
d e concavidad lumbar y la distancia que hay hasta el
pliegue interglúreo. En condiciones normales, la d istan-
Inspección cia del hilo de la plomada a C7 está, por término me-
Se debe valorar la acritud postura! del paciente en bípedes- dio, entre 40 y 50 mm, la distancia en la región lumbar
ración, fijándose en la disposición de cada uno de los seg- es de 30 a 35 mm y en la región torácica está entre 30 y
mentos corporales. En la hipercifosis rorácica, desde una 45mm.
visión lateral, se aprecia que la cabeza está proyectada ha-
cia delante, los hombros están adelantados y hay promi- Estudio radiológico. Hay q ue realizar una telerradiogra-
nencia dorsal , gibosidad o joroba (Fig. 30-1). fía lateral (Figs. 3 0- 1 y 3 0-2), y sobre ella se determina el

Valoración de las curvaturas


Hay que determinar si los <Íngulos de las curvas sobrepa-
san los valores normales por exceso o por defecto. Para rea-
lizar una determinación aproximada existen varios méto-
dos, aunque el definitivo y más fiable es la valoración an-
gular sobre una radiografía lateral {método de Cobb).
Mediciones manuales. Se emplean diferentes gonió-
metros que se diferencian entre sí, entre otros factores, por
la precisión (véase el capítulo 4, aparrado Análisis de la
postura):
• Incliuómetro. La medición se realiza en varios niveles,
cada 1O cm, a lo largo de la columna vertebral des-
de TI . Este sistema tiene una buena fiabilidad y es fá-
cil de aplicar.
• Efectrogoniómetro.
• Ci.fometro de Debmww: Este aparato contiene un trans-
portador de grados con dos brazos móviles que realizan
la medición abarcando dos apófisis espinosas. Puede
medir cifosis y lordosis, y también la movilidad. Co n
este sistema se calcula el ángulo de la cifosis, que se ex-
presa con valor positivo, y el de la lordosis, que se expre-
sa con valor negativo.

o El cifómetro de Debrunne r es un método con fiabilidad


moderada; puede medir ángulos de hasta 70 grados con
una precisión de 1 grado.
Figura 30-2. Radiografía lateral de hipercifosis torácica.
367

ángulo d e Cobb (véase D iagnóstico de la escoliosis) (véase El tratamiento de fisioterapia, que se encuentra d esarro-
el caso clínico 30-1). llado en el C3EI Vol. 11, cap itulo 32, apa rtado Cifosis. Enferme-
dad de Scheuerman n, resulra fundamental.
Hipercifosis torácica o joroba Para que tenga efecto el corsé, según algunas investiga-
Es la malformación más frecuente de la colu mna vertebral. ciones, se debe de usar durante más de 20 horas al d ía, un
Si se utiliza el método de Cobb, en condiciones normales mínimo de 18 meses, y se puede bajar a 12-14 horas dia-
los valores son de 35 grad os y se considera hipercifosis rias cuando se ha conseguido una corrección importante
cuando son superiores a 40 o 45 grados. de la cifosis.
Pueden ser no estructurales, funcionales o posrurales, Res pecro a la cirugía, hay una indicación absoluta
que son reducibles, y estructurales o verdaderas, que sólo cuando aparece una afectación neurológica. Indicaciones
son 'reducibles parcialmente. relativas de la cirugía son: pacienres sinromáricos con cifo-
Cuando las deformidades en el plano sagiral son impor- sis torácica superior a 80 grados o cifosis toracolumbar su-
tantes, puede observarse una curva principal y una o dos perior a 65 grados, cuando el dolor no remire con trata-
curvas de compensación en romo a ella. Así, las hipercifo- miento conservador y cuando la progresión de la curva es
sis torácicas se pueden acompañar de curvas de compensa- muy rápida (véase el caso clínico 30-2).
ción lordóricas (hiperlordosis lumbar).
D esde un punto de vista etiológico se clasifican en: Otras deformidades en el plano sagital
• Congénitas: anomalías de la segmentación vertebral; Existen otras deformidades en el plano sagiral, que son:
son muy raras. Hiperlordosis cervical. Es poco común y suele ser secun-
• Osreocondrosis juvenil o enfermedad de Scheuermann daria a una hipercifosis torácica o a una enfermedad de-
{véase el capítulo 48, aparrado Orras). generativa avanzada, un traumatismo, una neopl asia,
• Fisiológicas: hipercifosis compensadora de una hiper- infecciones, artritis y procesos yatrogénicos. También
lo rdosis lumbar; por adaptación posrural a las fuerzas puede ser idiopática. Los valores normales de la lordo-
musculares en deportes como la natación, etcétera. sis cervical so n de unos 36 grados y si son superiores a
• Secundarias a alteraciones del desarrollo, traumatismos, 42 grados se hablará de hipercifosis.
enfermedades musculares o neuromusculares, debilidad Hiperlordosis lmnbm: Puede ser debida a una insuficien-
muscular o ligamentosa, mala posición escolar (pupitres cia de los músculos abdominales (neuromuscular), a
escolares muy bajos), rumores, osreoporosis o infecciones. una excesiva inclinación de la pelvis, secundaria a un
traumatismo, para compensar una hipercifosis rorácica
Lo habirual es que no causen dolores y que la afectación o postura] por acortamie nto de la musculatura isquioti-
más importante sea la estética; observando al pacienre de bial. En la mayor parte de los casos, es de causa desco-
perfil, se percibe el aumento de la curvatura, en forma no cida. La lordosis lumbar tiene una amplitud d e
de joroba o chepa (Figs. 30 -1 y 30-2). 50 grados (20-60) en condiciones normales; angulacio-
nes superiores a 65 grados se consideran hiperlordosis.
No es habitual que presente manifestaciones clínicas,

o La hi percifos is se puede definir como una deformación


del raquis torácico en el plano sagital, que consiste en
una cifosis torácica por encima de los valores normales.
aunque a veces cursa con dolor mecánico, y los casos
graves pueden generar alteraciones de la marcha. El tra-
tamiento de fisiorerapia, que se encuentra desarrollado
en el C3EI Vol. 11, capitulo 32, resulta necesario.
La enfermedad de Scheuermann es una hipercifosis Dorso plano. El raquis dorsal pierde su curvatura y pasa
estructural de la columna torácica (ripo l) o toracolum- a ser rectilíneo (curvatura inferior a 20-25 grados) . Se
bar (tipo TI), que aparece antes de la pubertad y empeo- observa en algunos niños durante la pubertad y cuando
ra durante la adolescencia. Los p latillos d e las vértebras se realiza flexión aparece la curva normal.
torácicas tienen un acuñamiento anterior. Generalmen- Inversión de rma o dos curvas. Es muy poco frecuente y
te, estos pacientes presentan una lord osis lumbar co m- consiste en la inversión d e la cifosis dorsal, apareciendo
pensadora. una lordosis, o de la lordosis lu mbar apareciendo una
Tiene un componente genérico que puede llegar a afec- cifosis.
tar al 8 o/o de la población; aparece predominantemente en
niños de 13 a 16 años (más del doble son varones). En relación con el tratamiento de estas deformidades, hay
En los casos más graves, la cifosis puede progresar du- que modi ficar el esquema corporal y adoptar medidas de
ran te la erapa adul ta y llegar a una deformidad dolorosa higiene postura!, además de evitar las posiciones viciosas.
con co mpromiso neurológico, e incluso puede ser incapa- En general, no requieren tratamiento, pero cuando existe
Citanre. algun a descompensación muscular hay que recomendar
El tratamiento, en la mayoría de los casos, es conserva- ejercicios específicos.
dor: se basa en la tonificació n muscular, la fisioterapia y en La cinesiterapia, encaminada a realizar estiramiento de
aquellas hipercifosis torácicas que superen los 55 grados o los müsculos acortados y potenciar la musculatura exten-
en las roracolumbares evolutivas que superen los 40 gra- sora del raquis dorsal, así como los abdominales y glúteos,
dos, se recomendará el corsé hasra la madurez. también dan buenos resulrados.
368 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis

ESCOLIOSIS
Son desviaciones laterales de la columna vertebral. Estas
curvaturas en el plano frontal, si son muy poco pronuncia-
das y reducibles en determinadas posiciones o al eliminar
la causa que las provoca, se pueden considerar fisiológicas
dado el alto porcentaje con que se presentan.
La escoliosis se define por su convexidad: una escoliosis
torácica izquierda se caracteriza porque presenta una con-
vexidad torácica izquierda.

Clasificación de las escoliosis


Las curvas o desviaciones laterales de la columna vertebral,
en función de sus características y el grado de alteración, se
dividen en:
• Escoliosis no estructurales.
• Escoliosis estructurales o simplemente escoliosis.

Escoliosis no estructurales
Las escoliosis no estructurales (escoliosis fisiológicas o ac-
titudes escolióticas) se presentan en un tercio de la pobla-
ción, según algunas estadísticas, y en otros estudios su pre-
valencia es superi or al 1 O o/o. Cuando existen, la curva
principal suele asentarse entre las vértebras T3, T4 y T5 y
puede orientar su convexidad hacia la derecha (escoliosis
fisiológica derecha) o hacia la izquierda (escoliosis fisioló-
gica izquierda).
Se caracterizan porque las desviaciones del raquis no se Figura 30-3. Telerradiografías antera posteriores de actitudes es-
acompañan de modificaciones en la fo rma de las vértebras; colióticas.
los cuerpos vertebrales en una exploración radiológica
nunca tienen acuñarniento ni rotación. La mayoría de es- No suelen evolucionar ni convertirse en estructurales y,
tas curvaturas no so n progresivas, y son reducibles cuando generalmente, no precisan tratamiento específico y se re-
se elimina la causa que las provoca, por lo que lo único que suelven co n ejercicios posrurales (Fig. 30-3) .
precisan es observación, corrección postura.! y, como mu-
cho, una cinesirerapia dirigida. Escoliosis secundaria a dismetrías
C uando se pide al paciente (en bipedestación) que de las extremidades inferiores
flexione el raquis con las rodillas extendidas y las manos a Se presenta con una curva roracolumbar sencilla y muy lar-
la altura de éstas (prueba de Adams), la espalda es simé- ga. La convexidad se dirige hacia el lado de la extremidad
trica y no presenta gibosidades. Las curvas desaparecen al más corta (depresión pélvica) y no suelen existir curvas
realizar movimien tos de inclinación del raquis hacia el compensadoras. Casi siempre se acompañan de una rota-
lado convexo de la curva, o con la posición de decúbito, y ción mínima, pero diferente a la de las estructurales, ya
no tienen repercusiones graves. No obstante, deben de ser que en este caso la rotación (siempre vista en la cara ante-
vigiladas y corregidas, pues pueden terminar transfo rmán- rior de los cuerpos vertebrales) es hacia el lado cóncavo de
dose en estructurales. la cu rva (en tanto que en las estructurales, la rotación es
Generalmente, ante una actirud escoliórica importante, el hacia la convexidad d e la curva).
raquis puede desarrollar otras dos curvaturas: una por encima La curva se presenta en bipedestación (en dismerrías su-
y otra por debajo, que tienen una finalidad compensadora. periores a 1 cm), su magnitud es proporcional a la de la
Las escoliosis estructurales se pueden clasificar de dis- dismerrfa y puede provocar lumbalgias.
tintos modos. La curvatura desaparece en decúbito, en posición senta-
da y en suspensión, y la corrección de la diferencia de lon-
Escoliosis postural gitud de los miembros inferiores con un alza que equilibre
La postura inadecuada puede llevar a escoliosis leves, la pelvis conduce a su desaparición.
generalmente toracolumbares largas, sin curvas compensa-
doras y sin rotación vertebral. Escoliosis por oblicuidad pélvica
Un ejemplo de este tipo de escoliosis es el de los lactan- Suele observarse en lactantes con contracturas, en abduc-
res que son llevados en el mismo brazo a lo largo del tiem- ción o aducción de las caderas, debido a una posición in-
po, que pueden desarrollar una escoliosis postura! hacia el trauterina deficiente. Se tratan con estiramientos pasivos
lado en que ha estado más descendida la pelvis. que corrigen las deformidades.
369

• AdquiridttS. A su vez se subdividen en:


Escoliosis histérica - De origen conocido: neuromusculares, neurofibro-
Aparece en adolescenres con alteraciones emocionales. La marosis, conectivopacías, trasrornos metabólicos, os-
escoliosis, casi siempre, es larga y no se acompaña de rota- teocondrodistrofias, trastornos mesenq uimáticos,
ción. Desaparece en decúbiro y para su diagnóstico hay rumores, infecciones y postraumáticas.
que descartar orro tipo de patologías. Una vez d iagnostica- - Desconocidas o idiopáticas e : son las más frecuentes.
da, el tratamiento ha de ser psicológico.
Las escoliosis neuromusculares, generalmente, se deben a
Escoliosis secundarias a irritaciones nerviosas una alteración en los balances musculares y ocurren en pa-
Por hernias discales y tumores. cientes con patología neurológica o muscular, como dis-
trofias los véase el Anexo 3. Casos clínicos para prácticas de
Otras aula, caso clínico noveno), mielomeningocele, etc. Pueden
Otro tipo es la escoliosis antiálgica, en la que se produce ser estructurales o no estructurales y afectan a la columna
una inclinación lateral del raquis secundaria a un dolor. torácica y lumbar. Son la segunda causa de escoliosis des-
Cuando no se encuentra ninguna causa para las actitu- pués de las idiopáticas. Las deformidades en las escoliosis
des escolióticas, se les atribuye a motivos fisiológicos neuromusculares so n progresivas, incl uso después de la
como: situación de los grandes vasos, diferencia de peso de madurez esquelética. Suelen ser curvas en «C» con oblicui-
las vísceras (mayor en el lado derecho), ser d iestro o zu rdo, dad pélvica asociada.
lo que se traduce en un mayor desarrollo de la musculatu- Escoliosis idiopáticas o esenciales. Se definen como
ra del lado del miembro dominante, etcétera. idiopáticas cuando se han descartado otras causas, aunque
el término idiopático puede llegar a ser inadecuado, dado
Escoliosis estructurales que los estudios actuales indican que la escoliosis idiopáti-
La escoliosis es una deformidad de la columna vertebral que ca de los adolescenres es una enfermedad poligénica con va-
se caracteriza por la presencia de una o varias curvaturas late- rios patrones de herencia y sobre su etiología se han sugeri-
rales del raquis (desviaciones en el plano frontal), que se do factores metabólicos, bioquímicos, mecánicos, ambien-
acompañan de una rotación de las vértebras (en el plano axial) tales, hereditarios, etc. Representan el 70-80 o/o del total de
y de modificaciones de las curvas sagitales (lordosis y cifosis). las escoliosis; afectan al 2-3% de la población, más al sexo
femenino que al masculino (4: 1), y, al menos, un 10 o/o pre-
cisan tratamiento, y de ellas el 25 o/o terminan en cirugía.

o Sólo se considerarán escoliosis estructurales las curvas


que superen los 1O grados ICobb) y cuando exista algún
grado de rotación ve rtebral.
La deformidad co mienza antes de que se alcance lama-
durez esquelética y en fu nción de la edad de aparición se
clasifican en:
• hifimtiles. Son las que aparecen antes de los 3 años. En
Las desviaciones que no llegan a esas alteraciones son la mayoría de las ocasiones se resuelven de manera es-
asimetrías del raquis sin significado clínico. ponránea (80 %), si bien las que no se reducen p ueden
La prevalencia de este tipo de cu rvas es del 2-4% de la dar problemas graves. La mayoría son torácicas izquier-
población y del 0,5 % cuando las curvas son superiores a das y predominan en los varones.
20 grados. En la población mayor de 50 años, la prevalen- • juveniles. Aparecen entre los 3 y 1O años (pubertad).
cia es del 6 o/o. Comprenden el1 2- 14% de los pacienres con escoliosis
Las escoliosis estructurales se caracterizan porque siem- idiopárica. La mayoría son torácicas derechas, afectan
pre van acompañadas de rotació n de las vértebras, de por igual a ambos sexos y suelen ser progresivas si no re-
modo que los cuerpos vertebrales giran hacia el lado de la ciben un tratamiento adecuado.
convexidad de la curva, y por tanto, en una visión poste- • Del adolescente. Son las que comienzan después de los
rior, las apófisis espinosas se dirigirán hacia el lado de la l O años. Mayoritariamente son torácicas derechas. Son
concavidad. Se puede observar un acuñamiento vertebral las más frecuenres (más del 80 o/o de los casos) y afectan
en el lado d e la concavidad y aperrura d el espacio discal ha- más a mujeres q ue a hombres.
cia la convexidad.
La rotación de los cuerpos vertebrales va apareciendo Con mucha frecue ncia se asocian a dorso plano (ángulo ci-
progresivamente y se acompaña de deformaciones estruc- fótico inferior a 20 grados) o lordosis rorácica, y siempre
turales de las costillas, debido a que se articulan con ellas. se acompañan de rotación con deformaciones vertebrales
y costales; en visió n posterior, las apófisis espinosas se des-
Etiología vían hacia el lado cóncavo.
La etiología de la escoliosis estructural puede ser, funda- Alrededor del 1O o/o de estas escoliosis son en forma de
mentalmente: «S», con dos curvas primarias, lo que hace que desde un
• Congénitm. Por asimetrías en el desarrollo de las vérte- punro de visea estético sean menos visibles.
bras: malformaciones vertebrales como hemivértebras Por o era paree, las escoliosis, en función de la localiza-
(véase el capítulo 29, apartado H emivértebra) , vértebras ción d el ápice (vértebra más alejada de la línea media) y
cuneiformes, etcétera. del número de curva se clasifican en:
370 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis

La proporción entre sexos es de 4: 1 a favor del sexo fe-


Tabla 30-1 . Clasificación de King de la escoliosis idiopática
en función de las curvas menino, pero en las curvas inferiores a 1Og rados, no se ob-
servan diferencias sexuales. Cuan ro más valor angular pre-
Descripción de la curva senta, mayor proporción de mujeres sufren la escoliosis.
Tipo 1 Presenta una doble curva !torácica y Lumbar! H abirualmenre las escoliosis no son dolorosas, a excep-
en forma de «S>>; La Lumbar es mayor y más ción de las de los adulros, y cuando hay dolor, se suele lo-
rígida que La torácica y ambas cruzan La calizar en el vénice de la curva.
Línea media y son estructurales. Además, se
El motivo de consulta (véase el caso clín ico 3 0- 1) , la
observan prominencias torácica y Lumbar
mayoría de las veces, es por la deformidad y hay que valo-
Tipo 11 Doble curva en forma de «S», torácica y rar la importancia que tiene en algunos pacientes la afecta-
Lumbar, con dimensiones similares; ambas ción estética. Puede producir trastornos psicosociales, es-
cruzan la Línea media y son estructurales
pecialmente en la adolescencia, con una incidencia mayo r
Tipo 111 Curva torácica mayor que cruza La línea media de pensamientos suicidas y de consumo de alcohol. El pro-
y es estructural. La descompensación es blema de la imagen corporal p uede crear inseguridad y
mínima
sentimientos de inferioridad.
Tipo IV Curva torácica larga con clara Algunas escoliosis acentuadas conducen a insuficiencia
descompensación hacia el Lado torácico respiratoria restrictiva o a complicaciones cardiopulmona-
convexo
res secundarias a la deformidad de la caja torácic.1. (hiper-
Tipo V Curva torácica doble donde la T1 se inclina tensión pulmonar, disminución de la capacidad vital, etc.),
hacia la convexidad de la curva superior aunque acostumbran a aparecer en aquellos pacientes con
más de 90-100 grados de Cobb.
En la progresión de la escoliosis van a influir, entre otros
• D e una curva: cervicororácicas, torácicas, toracolumba- facrores, la edad, la deformidad vertebral y la tensión de
res y lumbares. músculos y ligamentos. Cuando sob repasa los 30 grados
• De varias curvas: la curva más importante y más irre- de Cobb, al final del crecimiento, aumenta el riesgo de te-
ductible se denomina mayor o principal. Las más fre- ner discapacidad, dolores, deformidad, limitaciones fun-
cuentes son la torácica derecha-lumbar izquierda. cionales, problemas res piratorios y posible progresión de la
curvatura en la edad adulta, lo que disminuye la calidad de
Clasificación vida (Fig. 30-5) .
No existe un consenso en la clasificación clínica de las es- Al llegar a la madurez esquelética lo más habitual es que
coliosis, debido, entre otros motivos, a que la escoliosis de se frene la progresión de las curvas y paralelamente el cua-
los niños y adolescentes es muy diferente a la de los adul- dro clínico que conlleva, pero en algunos casos, sobre todo
tos. Las más utilizadas so n la de King (1983) y la de Lenke en las escoliosis más acentuadas (por e ncima de los 50 gra-
(2001); esta última es más completa a la hora de valorar la dos de Cobb), pueden estar incrementándose durante toda
intervención quirúrgica. la vida. Se sabe que un porcentaje elevado de escoliosis
Como se muestra en la tabla 30- 1, King clasifica la es-
coliosis idiopática en cinco tipos , en función de las curvas
(Fig. 30-4) .

Cuadro clínico
Como ya se ha mencionado, en condiciones normales, no
existe n curvaturas en el plano frontal, aunque se conside-
ran normales las curvas hasta los 1O grados de Cobb; a par-
tir de aquí se puede hab lar de escoliosis estructural o acti-
tud escoliótica. En las escoliosis más graves es frecuente en-
contrar dos o u es curvaturas opuestas (hacia la derecha y
la izquierda).

Tipol Tipo 11 Tipo 111 Tipo IV Tipo V

Figura 30-4. Clasificación de King de las escoliosis estructurales. Figura 30-5. Escoliosis estructural.
371

idiopáticas (hasta un 65 o/o) siguen progresando cuando


llegan a la madurez ósea.

O El motivo de consulta, la mayoría de Las veces, es por La


deformidad.

Diagnóstico
Figura 30-6. lnclinómetro.
Para realizar un buen tratamienro es fundamental hacer un
diagnóstico correcro, valorar la evolución de la escoliosis y
establecer un pronóstico cerrero, basado en el grado de valora la as imerría del tronco desde la región dorsal. Se rea-
curvatura y en la madurez esquelética. liza con el paciente de espaldas y se le pide que flexion e
La mayoría de las curvas raquídeas aparecen en la edad progresivamente el rronco con las rodillas extendidas. Se
escolar y deben ser diagnosticadas y tratadas, en caso nece- considera positiva cuando aparece una prorrusión en un
sario, lo ames posible. Es aconsejable realizar una valora- hemirórax (giba costal) o una deformidad lumbar (protu-
ción clínica que permita diagnosticar las escoliosis esuuc- berancia). La torsión de las vértebras y costillas que acom-
curales en la infancia (5-6 años) o ames del inicio de la pu- paña a las escoliosis estructurales produce una gibosidad
bertad (10-14 años). costal anterior. La prueba de Adams positiva implica que
el paciente tiene una ro ración en el tronco producida, pro-
Exploración bablemente, por una escoliosis.
El diagnóstico debe comenzar con una exploración de Con una prueba de Adams positiva se realizará una va-
cribado para valorar la alineación global de la columna en loración con un indinómetro o escoliómetro de Bunnell,
el plano sagital y coronal, que incluirá algunas pruebas es- que es una especie de balanza hidrosrática con una escora-
pecíficas y complementarias cuando procedan. dura en el cemro para las apófisis espinosas que se coloca
El cribado incluye una exploración clínica general y una en la espalda con el pacieme flexionado. Mide la inclina-
evaluación del paciente en bipedesración, para descarrar ción del tronco (Fig. 30-6) : cuando la inclinación es infe-
asimetrías, alteraciones neurológicas, dismetrías, ercérera. rior a 5 grados, no existe escoliosis (o no es significativa);
Para la exploración de la columna vertebral se necesita valores de entre 5 y lO grados requieren es m dios comple-
disponer de los siguientes materiales: escoliómerro, plo- mentarios (relerradiograffa) o reevaluación a los 6 m eses y
mada, regla milimetrada, rorulador de aceraro, nivel (gibó- seguimientos posteriores; cuando la inclinación es de 1O o
metro) y goniómetro transpareme. más grados, se aconseja realizar una radiografía para deter-
Anamnesis. Preguntar por el dolor, si existe alguna disca- minar el grado de escoliosis por el mérodo de Cobb.
pacidad, símomas neurológicos o dificultades respirarorias.
Inspección. Se debe realizar con el paciente en bipedes-
cación:
• Visión posterior: detectar desniveles o asimerrías en
La prueba de Adams se considera positiva cuando apare-
ce una protrusión en un hemitórax !giba costal) o una de-
o
formidad lumbar.
hombros, escápulas y/o pelvis; también asimetrías de
brazos y pliegues (véase Fig. 30-5) .
• Visión anterior: buscar la posible asimetría o protrusión Prueba de la plomada. Tomando como punro de refe-
de un hemitórax, desnivel de los hombros; se pueden rencia la apófisis espinosa de C7, con una plomada se pue-
encontrar prominencias o depresiones. den identificar las curvaturas, así como cuantificar la dis-
• Visión lateral: buscar alguna deformidad llamativa. tancia entre la espinosa más alejada (flecha frontal) y el
hilo de la plomada en cada una de las curvas dibujadas. Si
Palpación. Debe realizarse de manera sistemática una pal- el hilo de la plomada coincide con el pliegue interglúreo, in-
pación de la línea de las apófisis espinosas de las vérrebras dica que el raquis esrá equilibrado, y si no coincide, es que
dorsolumbares que se pueden marcar con un rotul ador hay un desequilibrio a la derecha o a la izquierda.
para ver si están alineadas. Valorar la oblicuidad de la pelvis.
Evaluación radiológica
El procedimiento más sencillo para realizar el diagnóstico
Se debe sospechar La presencia de escoliosis cuando en la

o exploración se aprecian las siguientes alteraciones morfoló-


gicas: desviación de la línea de apófisis espinosas y desnivel
de los hombros, escápulas y asimetría de Las crestas ilíacas.
definitivo de una escoliosis, cuando se sospecha de su exis-
tencia, es con una radiografía de columna completa y pel-
vis en bipedesración y con el pacienre descalzo (telerradio-
grafía anteroposrerior), en la que se pueda medir la incli-
nación mediante el ángulo de Cobb. Para medir el valor
Prueba de Adams o de flexión del tronco (positiva). angular de las curvas escolióticas existen muchos mérodos,
Es una maniobra muy sencilla y aceptada para diferenciar aunque el más utilizado y aceptado internacionalmente es
emre una actitud escoliótica y una escoliosis estructural; el mérodo de Cobb. A veces conviene hacer también una
372 Parte 1. Cirug ía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis ·

radiografía lateral, ya que la disminución de la cifosis torá-


cica es signo de mal pronóstico.

Un e rror diag nóstico al va lorar como normal una escolio-


sis [falso negativo) puede tener consecuencias muy nega-
tivas, ya que la e nferme dad seg uirá progresando por no

o haber comenzado ningún tra tamiento.


Po r el contrario, un falso positivo (diagnóstico erróneo de
escoliosis en una espalda no rmal) también es muy perju-
dicial por los tras tornos psicológicos que puede generar
y por someter al paciente a radiaciones innecesa rias.

M étodo de Cobb-Lipmann. Sobre una telerradiogra-


fía anteroposterior de columna se determ inan, en primer
lugar, las vértebras límite o terminales de la curva que se va
a medir (la superior y la inferior); a continuación, se tra- Figura 30-B. Escoli osis estructural.
zan unas líneas paralelas a los platillos superior e inferior
de las vértebras límite {superior e inferior, respectivamen- son las que limitan la curva por sus extremos. Las que es-
te). El ángulo que forme la intersección de estas líneas, o tán inmediatamente po r encima y por debajo de las vérte-
las perpendiculares a ellas al entrecruzarse, corresponderá bras límite se denominan vértebras neutras. El ápice o vér-
al ángulo de Cobb. Cuanto mayor sea el ángulo, más ce- tice de la curva escoliótica es el punto con mayor desplaza-
rrada será la curva y, por tanto, más grave el pronóstico miento lateral desde el eje central de la columna. Suele co-
(Fig. 3 0-7). rresponderse con la vérteb ra más desplazada lateralmente
y más rotada o con un disco interverrebral.
Según el método de Cobb, las curvas inferiores a 1Ogra-
El estudio radiográfico como m étod o d iagnóstico no se dos se considera que están dentro del rango de normalidad

o debe realiza r de fo rma rutinaria . Dado que las escoliosis


idiopáticas son más frecue ntes en la adolescencia, de be-
ría hacerse una eva luación clínica alrededor de los 1 O u
11 años.
o actitud escoliótica; las curvas de 11 a 25 grados de Cobb
se consideran escoliosis ligeras o leves; de 25 a 45 grados,
escoliosis moderadas; las de más de 45-50 grados se consi-
deran escoliosis graves, y las de más de 80 grados muy gra-
ves (Figs. 30-8 y 3 0-9).
Las vértebras límite o terminales son las más inclinadas Los principales predictores de la progresión de las cur-
hacia el lado cóncavo de la curva respecto a la horizontal y vas son la edad, el sexo, la localización y magnitud de las
curvas, el estado puberal {Tanner) y la madurez esquelética.
En los pacientes en desarrollo, hay que determinar la
madurez esquelética en las crestas ilíacas mediante la prue-
ba de Risser. La osificació n comienza en la espina ilíaca
anterosuperior y termina en la posterosuperior; el estadio
1 se corresponde con la osificación del cuarto anterior de
la cresta ilíaca, el 2 con la osificación de la mirad anterior,

Figura 30-7. Método de Cobb. Figura 30-9. Escoliosis estructurales.


373

Las curvas inferiores a 25 grados en ad ultos tienen poco


riesgo (8 %) de progresión y no necesitan un seguimiento
rutinario. Por encima de esos 25 grados, el riesgo de pro-
gresión es mucho mayor y puede llegar a ser de un 65 o/o,
por lo que es imponante realizar un seguim iento.
Por tanto, los factores que influyen en el pronóstico so n
la etiología, el potencial de crecimiento y la localización y
magnimd de las curvas.

En las escoliosis estructurales, a menor edad del pacien-


te y m eno r puntuac ión en la prueba de Risser, mayor
o
riesgo de progresión.
Figura 30-1 0. Prueba de Risser.

TRATAMIENTO DE LAS ESCOLIOSIS


el 3 con la osificación de los tres cuartos anteriores, el 4
con la osificación completa y el 5 con la fusión de la cres- El tratamiento de la escoliosis variad según sea no estruc-
ta con el resto del hueso e indica el final del crecimiento tural o estructural.
del raquis y la estabilización de las curvas (Fig. 30- 10).
Escoliosis no estructural
El tratamiento de las escoliosis no estructurales y de las es-

o El morfotipo de escoliosis no debe ser considerado pa-


tognomónica, ya que pueden existir escoliosis sin ese
morfotipo y viceversa.
coliosis de origen conocido será etiológico y debe realizar-
se lo antes posible; al eliminar la causa desapareced pro-
gresivamente la escoliosis.
El tratamiento de las escoliosis con curvaruras inferio-
D etenninación de la rotación vertebral. El componente res a 15-20 grados de Cobb se basa, fundamentalmente, en
rotatorio de las vértebras es un fuctor pronóstico imponante la modificación del esquema corporal, una correcta higie-
para determinar la gravedad de la escoliosis. Se puede analizar ne posrural y una adecuada cinesiterapia.
observando la disposición de las apófisis espinosas o de los pe- Las actimdes escolióticas deben ser controladas, espe-
dículos. El método de Nash y Moe valora de manera cualita- cialmente durante el crecimiento, y pueden corregirse. Es-
tiva la asimetría en la disposición y/o morfología de los pedí- tos pacientes deben hacer vida normal.
culos vertebrales; acrualmenre son más utilizados por su pre- Cuando las escoliosis son secundarias a dismetrías de
cisión otros métodos como el de Perdriolle o el de Raimondi, extremidades inferiores, el tratamiento será ortopédico. Se
que permiten cuanrific.'lr en grados la rotación vertebral. colocará un alza para horizontalizar la pelvis. En el caso de
El torsiómetro de Perdriolle se basa en una regla espe- que tras nivelar la dismetría no mejore la escoliosis, habrá
cial que cuantifica la rotación en grados del movimiento que realizar otros estudios, ya que la etiología puede ser otra.
del pedículo, en relación con la superficie toral. Existen deportes o actividades físicas recomendables en
los pacientes con acritudes escolióricas de cualquier etiolo-
gía; en general, todos los deportes si métricos como la nata-

o Las rotaciones suelen pasar inadve rtidas y muchas se


detectan cuand o se aprecia una asimetría en los hombros
o en las escápulas.
ción, que adem<Í.s de ser una actividad simétrica tiene efecto
amigravirarorio. Sin embargo, hay que tener presente que la
práctica deportiva ni cura ni previene la escoliosis.
Las potenciaciones musculares programadas por exper-
tos, como la hidrocinesiterapia o terapia en el agua, que
Pronóstico permiten potenciar y elongar específicamente la muscula-
En las escoliosis estructurales, cuanto más joven es el pa- tura adecuada, sirven para ayudar a la fisioterapia y a la
ciente y menor es el grado de osificación de las crestas ilía- mejora del esquema corporal.
cas (prueba de Risser), mayor es el riesgo de progresión.
Las curvas dobles tienen mayor tendencia a la progresión, Escoliosis estructural
y cuanto mayor es la curva en el momento del diagnóstico, El tratamiento de las escoliosis estructurales varía en fun-
mayor riesgo de progresión durante el crecimiento. ción del tipo y magnitud de la curva, de la madurez esque-
lética y de los factores de riesgo de progresión, y va desde
la observación periódica (conducta expectante) a la correc-
Una vez alcanzada la madurez esque lética, la tasa de pro- ción quirúrgica, pasando por diferentes técnicas de fisiote-

o gresión de la escoliosis len caso de que ocurra! suele ser


mucho menor !aproximadamente, de 1 grado por a ño!
que durante el crecimiento, por lo que la necesidad de
rea lizar controles periódicos será menor.
rapia y aparatos onopédicos. Casi el 1O o/o de las escoliosis
estructurales precisarán algún tipo de tratamiento, aunque
la reducción de la deformidad es diffcil y ninguno consi-
gue una corrección toral de la columna. La mayor eficacia
374 Parte 1. Crrugra ortopedrca y traumatologra - Seccron IV. Columna vertebral. Raqurs

de tratamiento se observa cuando la deformidad está pro- Hay q ue recomendar los deportes simétricos com o la
gresando. natación, porque mejoran la función cardiorrespiratoria,
la flex ibilidad y el forralecimiemo de los m t'lsculos para ver-
tebrales (véase el caso clínico 30-1). Con las recomenda-
Las normas de aplicación general son: correg ir la obesi- ciones deportivas se pretende q ue estos pacienres puedan
dad y el sobre peso; corregir todas las posturas incorrec-

o tas utilizando las medidas ergonómicas necesarias; rea-


lizar ejercicios de fortalecimiento y estiramiento de la
musculatura del tronco, y evitar las sobrecargas en la es-
tener una vida normalizada, incluyendo la competición.
Como norma general, estarían conrraindicados los depor-
tes asimétricos y, especialmente, los de contacto, la gimna-
palda. sia rítmica, los deportes d e resistencia y aquéllos con com-
ponente rotatorio importante.

El tratamiento de la escoliosis idiopática se dirigirá


fundamentalmente a tratar la deform idad. En general, el
tratamiento se basa en la fisioterapia, en las orresis y en la
cirugía de fusión espinal, que debe ser el ülrimo recurso.
En un niño con escoliosis estructural, el manejo clínico in-
cluye la recomendación de practicar deportes simétricos. o
Las curvas escol ióricas de entre 11 y 25 grados se conside- Fisioterapia. La fisioterapia IOEl véase Vol. 11, capítulo 321
ran leves y deben ser valoradas d e forma periódica duran- puede corregir o evitar la progresió n en algunos casos d e
re el c recimiento; se recomienda hace r radiografías cada escoliosis, y también puede servir para retrasar la utiliza-
6-12 meses. ción de co rsé. Esd especialmente indicada como t'lnica
Se ha comprobado que, incluso sin tratamiento, el ries- medida rerapéurica (o junto con ejercicios d e pote nciación
go de q ue se vea afectado el aparato cardiorrespirarorio es muscular) en aquellos casos en los q ue la curva es inferior
mínimo si la cu rva no supera los 80 grados. D e hecho, en a 25 grados de Cobb, d urante el período de crecimiento y
la mayo ría de los pacientes, es suficiente con un buen con- para curvaturas de 25 a 35 grados en la edad adulea.
trol clínico de la progresión de la enferm edad. Desde la fisioterapia, las opciones terapéuticas son los
No se debe olvidar que algunos pacientes precisan tra- ejercicios específicos de fortalecimiento, estiramientos in-
tamiento psicológico, ya que no se erara de luchar contra dividualizados, e ntrenamie nto postura! y elecrroes rimula-
las deformidades, sino de aprender a vivir con ellas. ción.
Ejercicio. Los objetivos fundamentales del ejercicio fí- También se recomiendan actividades como yoga, pi-
sico son la estabilización de la columna vertebral y la co- lares terapéutico loEl véase Vol. 1, capítulo! o tni chi clmnn.
rrecció n tridimensional del raquis, pelvis y caja torácica. En los casos q ue lo requieran, se incluiría el uso de orte-
En las escoliosis más leves, puede ser el tratamiento exclu- sis y a lguna fo rma de estabilización !GEl véase Vol. 11. capí-
sivo o principal, y en los casos más graves puede ser un tra- tulo 321.
tamiento complementario. La electroes timulación se aplica sob re la musculatura
Los ejercicios deben programarse de m anera individua- paraespinal del lado d e la convexidad, con el p ropósitO de
lizada y están dirigidos a reducir la deformidad y posponer generar una fuerza correctora, aunque no existen pruebas
o evitar el tratamiento quirúrgico. que confirmen su utilidad.
El ejercicio alivia el dolor de espalda, la disfunció n res- Con la cinesiterapia se busca conseguir una máxima fle-
pi raroria, las contracturas y las deformidades progresivas. xibilidad de la curva, mejorar las afectaciones cardiorrespi-
En los casos en que esté recomendado el uso de corsé, rarorias y la propiocepción y realizar ejercicios de fortale-
los ejercicios específicos también es rán indicados, ya q ue cimiento m uscular para corregir las curvaturas.
van a colaborar en la reducción d e la escoliosis, además de La mayoría de los expertos afirman que los ejercicios
frenar los efectos del uso del aparato ortopédico (debilidad por sí solos no modifican la progresión d e una curva es-
muscular, rigidez, espalda plana). tructural. Sin embargo, h ay consenso en cuanto a su reali-
No obstante, el ejercicio físico para el rraramiem o de la zació n como coadyuvanre del tratamiento ortopédico p ara
escoliosis todavía sigue siendo controvertido, especialmen- mantener la flexibilidad del raquis, cono muscular, correc-
te en Reino Unido y Esrados Unidos, y hacen falta más es- ció n postural y parrón respiratorio !GEl véase Vol. 11, capítu-
tudios rigurosos para conocer su eficacia en el tratamiento lo 34 y el anexo 34-1, sobre ejercicio terapéutico) .
de esta enfermedad, aunque no se ha demostrado q ue pro- En los casos graves q ue afecten al apa rato respiratorio,
voque efectos indeseados. se recomiendan ejercicios específicos d e fisio terapia res-
Respecto a la recomendación de practicar algún depor- piratoria; hay que corregir el patrón respiratorio escolió-
te, teniendo en cuenta que no existen pruebas ciemfficas treo.
que contraindiquen la práctica deportiva ni que supongan Enrre las técnicas propuestas está el método de Sch rorh
un aumento del riesgo de progresión, es un error desacon- IOEl véase Vol. 11, capítulo 32, que busca la corrección de la
sejarlo. postura escoliórica y del parrón respiratorio reequilibran-
do el raquis. Es u n métod o de tratamiento tridimensional
que se basa en el a utoesriramienro, la correcció n d e las asi-
O E:n un niño con escoliosis estructurada es un error de proce-
dimiento prohibir la realización de cualquier tipo de deporte. metrías en el plano frontal y de la rotación, potenciando
los músculos débiles y est irando los acorrados.
30 • Desviaciones de la columna vertebral. Escoliosis 375

Sigue vigente la cinesiterapia evoluriva (Vojta) para


los tratamientos precoces y también da buenos resulta~
dos el método PEP (reacciones posturales de evocación
periférica) en el tratamiento precoz (13El véase Vol. 11, ca -
pítulo 32).
Corsé. Los aparatos ortopédicos pretenden frenar o in~
vertir el progreso de las curvas y la rotación. El corsé orco~
pédico es recomendable en muchos casos (durante el cre-
cimiento), aunque las pruebas que avalan su utilización
para tratar la escoliosis no son muy consistentes.
Las indicaciones del corsé dependen del grado de cur~
vatura: estaría indicado en curvas de 30~40 grados con un
Risser de 0-2, curvas de entre 20 y 30 grados, que han ex-
perimentado una progresión mayor de 5 grados en el úlri~
mo año, y curvas de 25-30 grados con un Risser O y un
Tanner 1-2 (véase el caso clínico 30~ 1) .
En curvas inferiores a 25 grados sin progresión, no es- Figura 30-11. Escoliosis tras intervenciones quirúrgicas.
taría indicado; en escoliosis con Risser de 3 o más tampo-
co está indicado, ya que el riesgo de progresión es muy
bajo. Por otra parte, en curvas superiores a 45 grados tam~ ce por debajo de T8: corsé Bosron, corsé Cheneau, cor-
poco está indicado el corsé, ya que en estos casos procede sé Lyonés, etcétera.
el tratamiento quirúrgico.
El corsé se puede urilizar durante todo el día (23 horas El Spine core (corsé de corrección dinámica) es un corsé
al día) o a tiempo parcial. Parece que existe una asociación flexible para uso continuo (24 horas al día).
positiva entre las horas de utilización y el éxito del trata- La retirada del corsé debe realizarse de forma gradual,
miento, de modo que a partir de las 13 horas al día, el por- a la vez que se potencian los ejercicios de estabilización,
centaje de éxito podría ser mayor. Se recomienda que se para permitir la adaptación postura!. El mayor inconve-
prescriban como mínimo 18 horas al día en el inicio del niente del corsé es que reduce la calidad de vida de los pa-
tratamiento. Cuando se usa a tiempo parcial en deporris~ Cientes.
ras, aunque se puede utilizar en los entrenamientos, es me- Tratamiento quirúrgico. Debe ser el último recu r~
jor practicar el deporte sin él. so terapéutico y consiste en realizar una cirugía de fu~
Existen ortesis rígidas axilares y elásticas flexibles. Pare- sión vertebral (véase el caso clínico 3 0~3) . Desde un
ce que las rígidas consiguen mejoras más significativas que punto de vista médico, la mayoría de los pacientes con
las elásticas, aunque existen fracasos en ambas. La reco~ escoliosis no precisan cirugía; sin embargo, muchas ve~
mendación de unos u otros modelos de corsé varía en vir- ces la demanda quirúrgica viene del propio paciente
tud del ápice de la curva, de las condiciones del paciente y que está afectado por problemas psicológicos, estéticos,
de la duración del tratamiento durante el día (23 horas o etc., ya que la deformidad se corrige o m ejo ra con ci-
nocturnos). Según algunas investigaciones, para co nseguir rugía (Fig. 30-11 ) .
un efecto duradero, el co rsé debe reducir al menos un Según la mayoría de estudios, la cirugía estaría indicada
50 o/o la escoliosis. en todas las curvas de más de 45 grados en niñas preme-
Actualmente, los modelos de corsé utilizados pertene- nárquicas con Risser O y Tanner 2~3. Además, en las cur-
cen a dos categorías {véase el capítulo 38, aparrado Ortesis vas de 40~45 grados que presenten progresión a pesar del
correctora de escoliosis) : corsé y en adolescentes maduros con curva mayor de
• Modelos cervicororacolumbosacros o supraclaviculares, 5Ogrados (véase el caso clínico 30~4) , y cuando la lordosis
indicados especialmente en las curvas con la vértebra torácica llega a dificultar la función respiraroria, también
ápice por encima de T8: corsé Milwaukee. estaría indicada (véase el caso clínico 30-5).
• Modelos roracolumbosacros o infraclaviculares que no Independientemente de la técnica quirúrgica utilizada,
incluyen a la cintura escapular, por lo que son menos después de la cirugía hay que realizar ejercicios respirara~
incómodos. Están indicados en curvas con vérrebra ápi~ rios y fortalecimiento general de la musculatura.
376 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis

liJ RESUMEN

• Entre las alteraciones morfológicas del raqu is se en- • Las escoliosis no suelen ser dolorosas y en los casos más
cuentran Las hiperlordosis e hipercifosi s, que son un au- graves pueden provocar una insuficiencia respiratoria res-
mento de Las curvas fisiológicas, y Las escoliosis, que trictiva o complicaciones cardiopulmonares. También pue-
son desviaciones del raquis superiores a 1Ogrados en el den producir trastornos psicológicos por la imagen y crear
plano frontal. inseguridad y sentimientos de inferioridad.
• Estas deformidades pueden ser: no estructurales, funcio- • EL diagnóstico de las desviaciones de La columna vertebral se
nales o posturales, que son reducibles, y estructurales o basa en la exploración, y algunas pruebas específicas como la
verdaderas, que sólo son reducibles parcialmente. de Adams y la valoración con un inclinómetro o escoliómetro.
• Las escoliosis no estructurales son muy frec uentes y pue- Para el diagnóstico definitivo hay que realizar una telerradio-
den ser posturales, secundarias a dismetrías de las extre- grafía y sobre ella medir las curvas con el método de Cobb.
midades inferiores, a oblicuidad pélvica, a irritación de raí-
• El tratam ien to de las escoliosis no estructurales y de las
ces nerviosas, etcétera.
escoliosis de origen conocido será etiológico. En Las esco-
• Las estructurales son las más graves y siempre van acom- Liosis estructurales varía en función del tipo y magnitud de
pañadas de rotación de las vértebras. Pueden ser congéni- La curva, de La madurez esquelética y de Los factores de
tas o adquiridas y Las más frecuentes son Las idiopáticas riesgo de progres ión, y va desde la observación periódica
!infantiles, juve niles o del adolescente). que en muchos ca- !conducta expectante! a la corrección qu irúrgica, pasando
sos son progresivas hasta La madurez esquelética. por diferentes técnicas de fisioterapia y corsés.

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tos y técnicas. Buenos Aires: Editorial Médica Panamericana. uibo.

~ ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Q ué es una hipercífosis torácica? 9. ¿Cuál es el método rad iológico que más se usa en el diag-
nóstico de la escolios is?
2. ¿Cuál es la hipercifosis más frecue nte?
10. ¿Qué significado clínico tiene una escoliosis de 10 grados de
3. ¿Qué diferencia hay entre escoliosis estructurales y no es- Cobb?
tructurales?
11. ¿Qué se entiend e por escoliosis grave?
4. ¿Cómo se tratan las escoliosis no estructurales?
12. ¿Qué utilidad tienen Los ejercicios en el tratamiento de La es-
5. ¿Cuál es la escoliosis idiopática más frecuente ? colios is?
6. Enumere tres aspectos clínicos de la escoliosis. 13. ¿Es útil La electroestimulacíón? ¿Po r qué?
7. ¿En qu é consiste la prueba de Adams? 14. ¿Cuáles serían Las recomendaciones del co rsé?
8. ¿ Para qué s irve un inclinómetro? 15. ¿Qué hay que tener en cuenta para el tratam iento quirúrgico?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Reunir e interpretar datos importantes (normalmente en el campo de la traumatología, ortopedia y reumatología)


para emitir juicios que incluyan una reflexión sobre temas relevantes.
• Conocimiento de la fisiopatología de las enfermedades, identificando las manifestaciones que aparecen a lo largo
del proceso, así como tratamientos medicoquirúrgicos, fundamentalmente en sus aspectos fisioterapéutico y or-
topédico.
• Actualización del conocimiento basado en la investigación científica y en la práctica basada en la evidencia como
cultura profesional de la fisioterapia traumatológica y ortopédica.
• Identificar los factores de riesgo implicados en el proceso patológico.
• Conocer las manifestaciones clínicas más relevantes en la patología del disco intervertebral.
• Conocer y aplicar los tratamientos y/o soluciones terapéuticas de la patología implicada.

GENERALIDADES tebrales mediante un disco inte rve nebral. El disco Ínter-


vertebral es una estructura muy activa que actúa corno un
La columna vertebral es el eje del cuerpo. Gracias a ella po- verdadero amortiguador hidráulico de las tensiones y car-
demos realizar actividades tan importantes como mante- gas axiales. El disco es, probablemente, el elemento de ma-
nernos de pie, la marcha y orientar nuestra m ano en cual- yor importancia mecánica y funcional del raquis, ya que
quier parte del espacio. permite el movimiento entre vértebras (extensión, flexión,
Integra principios básicos contradictorios: proporciona rotación, inclinación y sus combinaciones}. Su función es
estabilidad, pero a su vez es deformable; de tal manera que permitir la movilidad intervertebral, distribuir las cargas
puede adaptarse a las circunstancias a las que se somete al que recibe el raquis en relación con la posición del tronco
cuerpo. Es decir, proporciona rigidez y estabilidad, a la vez y de las extremidades por todo su trayecto, y mantener se-
que nos dota de movilidad. paradas dos vértebras, permitiendo movimientos de balan-
Es una estructura compleja, que posee imponantes re- ceo entre ellas. Tiene una forma de lente biconvexa, debi-
laciones e interacciones prácticamente con todos los órga- do al tejido fibroso que está presente en el núcleo en for-
nos y sistemas del organismo; sus funciones básicas están ma de banda central. Se considera corno una circunferen-
relacionadas con: cia de 360 grados que se puede dividir en cuatro cuadran-
• Sopone y protección del sistema nervioso central y pe- res. Existen 23 discos interverrebrales, el primero situado
riférico. entre C2 y C3, y el último entre L5 y S l. De los cuales,
• Sostén estructural. cinco so n cervicales, once dorsales y cuatro lumbares, así
• Estabilidad y funcionalidad biomecánica. corno un disco para cada una de las transiciones cervico-
• Soporte y protección de órganos internos. dorsal, dorsolumbar y lurnbosacra. Los espacios interver-
• Modelado de la forma corporal. rebrales constituyen la cuarta parte de la longitud del ra-
quis en los adultos. La altura de los discos va aumentando
ligeramente en dirección caudal, aunque en la región lum-
BASES ANATÓMICAS Y FISIOLÓGICAS
bar todos pueden tener una altura comparable, salvo el
DEL DISCO INTERVERTEBRAL
lumbosacro que suele ser algo inferior.
Entre cada dos cuerpos vertebrales adyacentes existe una Es avascular, aunque las pruebas experimentales señalen
articulación de tipo anfiartrosis que une las dos caras ver- que es una estructura muy viral, con un sorprendente airo

379
380 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis

índice de metabolismo. Se nurre mediante un sistema sión del disco, mientras que la torsión ind uce tensiones de
de difusión que p roporciona un intercambio metabólico de cizalla.
nutrien tes con los vasos de los cue rpos vertebrales a través Un estrés compresivo continuo puede repercutir desen-
de la placa cartilaginosa, nutrición que depende de fuerzas cadenando una degeneración discal que disminuye su re-
mecánicas, por lo que es necesario permitir y conservar sistencia mecánica. Un movimiento de flexión verteb ral
una correcta relación de fuerzas y evitar cargas excesivas. combinad o con una carga compresiva provoca un acuña-
Las zonas vascularizadas y avasculares del disco tendrán miento discal que tiende a desplazar el núcleo posterior-
un comportamiento diferente ante determinado tipo de mente, como resultado del efecto Poisson. Sin el movi-
lesiones. Sólo la porción superficial periférica de un disco miento de flexión, la carga com presiva genera un parrón
normal contiene vasos sanguíneos, linfáticos y nervios, de estrés radial más uniforme.
mientras que la parte central se convierte en la mayor es- En el compo rtamiento bio mecánico d el disco inrerver-
tructura avascular del cuerpo humano. rebral es importante el espesor de su parte posterior, en re-
El disco imerverrebral se compo ne de dos zonas: una lación con su resistencia y su forma. Los discos q ue rienen
cenrral, denominada mícleo pulposo, y otra periférica, de- la parte posterior cóncava están mejor diseñados para re-
no minada flllillo fibroso, que están separadas del cuerpo sistir las flexiones que los que la tienen convexa, ya que a
vertebral por dos delgadas láminas de cartÍlago hialino. igualdad de diámetro poseen mayor sección.
El agua también es el principal componente del anillo Los discos que tienen una gran alrura y áreas pequeñas
fibroso y representa el 60-70 o/o de su peso. El colágeno tienen mayor riesgo de sufrir alteraciones que cualquier otra
constituye el 50-60 o/o de su peso seco. Los espacios que combinación de alcura y geometría. Cuando la ratio área/al-
quedan enrre las fibras de colágeno y entre las diferenres tura del disco se incrementa, el disco es más estable para ro-
capas se hallan embebidos de gel d e proteoglicanos, cuya dos los tipos de cargas, excepto para las de torsión. Las vér-
función es manrener unidos los diferentes componenres tebras lumbares toleran cargas de hasta 730 kg. Los discos
del anillo. intervertebrales de la región lumbar están en condiciones de
El a nillo posee mayor resistencia y más capacidad de re- soportar una p resión axial de hasta 1.500 kg. El valor de ro-
cuperación en los co rees h orizontales de las laminillas peri- le rancia de la región cervical alcanza sólo el 75 o/o de la capa-
féricas, mientras que en los corres más verticales y radiales cidad de compresión de las vértebras lumbares. En la resis-
posee mayor disrensibilidad. Proporciona es tabilidad y, de- tencia a la torsión, los valores de las vértebras lumbares es-
bido a la disposición espiral de sus fibras, actúa como liga- tán alrededor de 250 kg, y para los discos imervertebrales,
memo de contenció n, reteniendo al núcleo y contribuyen- en unos 450 kg. El resultado de sopo rtar estáticamente una
do a la estática vertebral. El hecho de que el anillo sea más carga de 100 kg con ligera flexión anterior de la columna
grueso por delante que por detrás en las zonas de lordosis vertebral representa una ca rga de presión en las vértebras
p uede ser uno de los factores responsables del predominio lumbares de más de 800 kg. Si se adopta una posición cifó-
de la protrusión posterior del núcleo pulposo. Además, el rica, la carga es tática de los d iscos torácicos aumenta hasta
colágeno es menos abundante en la porción posterior y la- un 50 o/o, incluso en ausencia de peso adicional.
teral del anillo, lo que hace más vulnerables estas zonas. Según Mardnez (1995 ), el disco inrerverrebral de un
La d egeneració n discal puede ser fisiológica (envejeci- adulto joven soporra, en cond iciones normales, hasta 600-
miento discal, con afectación difusa de todos los discos, 800 kg de peso antes de que se produzca una fracm ra de los
sobre todo los lumbares inferiores por causas mecánicas) o platillos vertebrales, que sigue, tras una carga brusca, dos pa-
no (degeneración discal, que afecta co mo máximo a tres rrones de aparición: si el disco es normal, la fractura es cen-
discos y está producida por una desecación acelerada, atro- tral; mientras que si el disco está degenerado, la fractura será
fia y transformación fibrosa del disco). Los cambios dege- periférica en las inserciones del anillo (Fig. 3 1-1).
nerativos discales propiamente dichos incluyen la deseca-
ción, la fibrosis, el estrechamiento del espacio discal o la DEFINICIÓN DE HERNIA DISCAL
pérdida de altura del disco, prorrusión difusa del disco so-
bre el cuerpo vertebral y la degeneración mucoide. La en- Las hernias discales ® so n patologías que se encuadran
fermedad discal degenerativa da lugar a la pérdida de tur- denrro de las alteracio nes estructurales de los discos inter-
gencia del núcleo pulposo y a la disminución de la elasti- verrebrales. Es una patología muy frecue nte, sobre todo a
cidad del anillo fibroso, lo cual hace que el disco prorruya la altura cervical y lum bar de la columna, por ser los ele-
o incluso se desplace, para lo cual es necesario que exista mentos más móviles.
disrupción del anillo. Es importante difere ncia r en rre:
• Fisura del anillo: rotura parcial del anillo en el que las
BlOMECÁNICA DEL DISCO INTERVERTEBRAL fibras más externas está n conservadas.
• Prorrusión del núcleo pulposo: abultamiento de la cara
Durante las actividades de la vida diaria, el disco imerver- externa del disco p roducida por una alteración degene-
rebral se ve sometido a solicitaciones complejas; en gene- rativa del an illo fibroso , a pesar de q ue sus fib ras perma-
ral, combinació n de compresión, cizalla, fl exión y torsión. nezcan intactas.
En este senrido, ramo la flexoexrensión como la flexión la- • Hernia de disco: el núcleo progresa a través del an illo
teral d el raquis provocan tensiones de tracción y compre- co n la rotura de las fi b ras de éste.
381

Cargas que actuan sobre le disco intervertebral zamienro del material discal lejos del lugar de la extrusión,
esté o no secuestrado.
Los desplazamientos discales también pueden clasificar-
se en función de la presencia o ausencia de contención. Si
el anillo fibroso está intacto, la hernia será contenida,
mientras que si existe desgarro del anillo fibroso, será una
hernia no contenida; es decir, existe comunicación con el
espacio epidural y el conducto espinal.

Etiología. Mecanismo de producción


Se deben tener en cuenca los siguiemes aspectos:
Compresión Cizalladura
• La línea de gravedad representa una línea vertical ima-
ginaria que atraviesa el cenero de gravedad. En el ser hu-
mano, la línea de gravedad pasa por: detrás de la oreja,
la región posterior de la columna cervical, la parte ante-
rior de la columna dorsal, la parte posterior de la co-
lumna lumbar, la paree anterior de la columna sacra, de-
lante de la articulación del tobillo, a unos 3 cm del sue-
lo. Hay que destacar, por tanto, que en la zona cervical
y lumbar, esta línea pasa por la parte posterior, despla-
Figura 31 -1. Cargas que actúan sobre el disco intervertebral y que zándose el núcleo hacia aquí.
producen lesión e incluso fracturas asociadas. • Morfología acuñada: la columna se encuentra más des-
protegida por la paree posterior-lateral. La columna está
«tapizadan por el ligamento vertebral común posterior

o Una hernia se define como el desplazamiento localizado


del disco más allá de los límites del espacio discal.
(LVCP), y por tanto, el material herniado, en un inten-
to de evitar esta localización, se exteriorizará por la zona
posterolateral.
• En la región dorsal está la caja torácica, la cual, a través
Se propuso hablar de protrusión sólo para determina- de las costillas, se une a las véreebras dorsales, provocan-
dos tipos de hernia. Casi todas las revisiones recientes re- do así una mayor rigidez en esta zona.
saltan la diferencia entre los dos términos. La diferenciara- • Algunos factores relacionados con el estilo d e vida,
dica en la cantidad de disco desplazado. Si es menor del como el tabaquismo, la falta de ejercicio regular y una
50% del disco o menor de los 180 grados de su circunfe- alimentación inadecuada, contribuyen sustancialmente
rencia se llama hernia; mientras que si supera estos valores a una mala salud del disco.
se hablará de prom1sión. • A medida que el cuerpo envejece, los cambios bioquí-
Según el grado de afectación del disco, la protrusión micos naturales hacen que los discos gradualmente pier-
será focal cuando afecte a menos del 25% de la circunfe- dan líquido, lo que afecta a la resistencia y a su elastici-
rencia díscal (o menos del90 grados), o de base ancha (que dad. Una mala postura, combinada con el uso habitual
no difusa) cuando afecte a entre un 25 y un 50 % de la cir- de una mecánica corporal incorrecta, puede ejercer una
cunferencia discal. tensión adicional sobre la columna cervical y/o lumbar.
• Por degeneración o envejecimiento articular, con osteo-
fitos vertebrales (véase el capítulo 42).

o El término extrusión se emplea cuando el diámetro máxi-


mo del fragmento discal desplazado es mayor que el del
disco medido en el mismo plano.
• Por microtraumatismos.
• Richardson et al. (1997) encontraron que existe una
predisposición familiar a la lesión de los discos lum-
bares, de modo que personas que tienen un miembro
A su vez, las extrusiones se clasifican en migración o se- de su familia que sufra de parología de hernia discal
cuestro. Se habla de secuestro cuando no existe continui- lumbar, sufren mayor prevalencia de repercusiones
dad entre el material discal desplazado y el disco del que lumbares.
procede; es decir, que hay un fragmento discallibre. Es im-
portante describir la presencia de secuestros, ya que puede Si se combinan esros factores con los efectos del desgaste
ser una contradicción para la cirugía mínimamente invasi- cotidiano, las lesiones, una manera incorrecta de levanrar
va. Se habla de migración cuando el fragmento discal está objetos o los movimientos de torsión, es fácil encender lo
desplazado, pero mantiene la continuidad con el disco de que ocasiona una hernia de disco.
origen. Mediante las técnicas de imagen, a veces, es muy
difícil determinar si existe continuidad o no con el d isco,
por eso algunos autores recomiendan emplear el término
migración como término genérico para describir el despla-
Una hernia de disco puede desarrollarse súbita o gra-
dualmente, en cuestión de semanas o meses.
o
382 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección IV. Columna vertebral. Raquis

Tabla 31-1. Clasificación unificada de la terminología (2001 ), Prolusión discal o Hernia extruida
hernia de disco contenida (hernia subligarnentosa)

-
de la Sociedad Norteamericana de Columna INASS),
la Sociedad Americana de Radiología de Columna (ASSR)
y la Sociedad Americana de Neurorradiología (ASNRI
Según la cantidad de disco herniado:
'"~~.. ~
• Hernia parcial. Es la más frecuente y consiste
en la salida de parte del material del núcleo pulposo
hacia atrás y lateralmente (la zona del anillo y del 1
ligame~to longil~dinal
ligamento vertebral común posterior más débil es la comun posfenor
posterolaterall. Comprime la raíz correspondiente
a su entrada o en el trayecto a través del agujero de Hernia extruida
conjunción (hernia trasligamentosa) ( Hernia secuestrada
Hernia masiva. Poco frecuente, sale el núcleo pulposo en
su totalidad y, a veces , también parte del anillo fibroso ya
roto. Si la cantidad del material excluido es muy grande, se
puede originar un síndrome de cola de caballo
Según la localización de la hernia:
• Hernias centrales. También llamadas posteromediales
o anteriores. Suelen tener un mecanismo de flexión con
una carga de magnitud importante. Pueden producir la Figura 31-2. Tipos morfológicos de hernia discal.
compresión del saco dural y dar lugar a un cuadro clínico
variable según s u localización
• Hernias laterales (o posterolateralesl. Son las más
frecuentes, se corresponden con lo referido sobre las • Las hernias discales posteriores son las más frecuen tes y
hernias parciales. En su forma característica, una hernia pueden, en principio, localizarse en cualquier disco.
lateral va a originar una compresión monorradicular
• Hernia foraminal. Son más laterales. El material discal • Los discos que con mayor frecuencia se hernian son los
herniado se sitúa en la zona del agujero de conjunción comprendidos entre las vértebras L4- L5 y L5- 51. Con
y puede originar un importante conflicto de espacio a mucha menos frecuencia la herniación se p roduce entre
esta altura y dar lugar a un intenso cuadro doloroso a nte
toda maniobra que implique una movilización de la raíz
C6-C7 o enrre C7-Dl (véase el caso clínico 3 1-2). En
com primida el resco de la columna es excepcional.
Según la relación del núcleo con el anillo fibroso • Se observa, sobre codo, en sujecos cuya edad oscila en-
IFig. 31-2): tre los 30-60 años.
• Hernia contenida. Cuando hay una rotura de las fibras del • En general, las hernias discales posteriores tienen un
anillo fibroso que no pueden impedir el desplazamiento del origen traumático y, sobre codo, los movimientos forza-
núcleo dos de flexión y extensión de la columna son los que las
• Hernia protruida lprotrusión discall. Se presenta cuando
hay un desplazamiento global del disco que hace impronta ocas10nan.
sobre el canal lumbar. El resultado es que el disco • El enfermo refiere como antecedente (véase el caso clí-
intervertebral hace relieve en la parte posterior de los n ico 3 1-4), generalmente, que al ir a levantar un peso
cuerpos vertebrales y estrecha el canal vertebral
• Hernia extruida lextrusión discall. En este caso, aparte de del suelo (ume quedé clavado»), sintieron un violento
la rotura de las fibras del annulus, se produce la afectación dolor en la columna lumbar, a partir del cual se instau-
del ligamento vertebral com ún posterior y el fragmento de raron todos los síntomas típicos de una hernia discal
núcleo pulposo entra en el canal. comprimiendo aún más
intensamente la raíz o incluso produciendo un síndrome posterior. Ante una lumbalgia aguda, se debe seguir ri-
de cola de caballo. El fragmento del disco queda alojado gurosamente el p ro tocolo (oe véase algoritmo en el
dentro del canal Anexo 3 1- 1) .
• Hernia discal emigrada lo secuestro discall. Situación
más evolucionada que la anterior. El fragmento discal se
• En el momento de producirse, el núcleo sale brusca-
ve desprendido y se desplaza más allá de los límites del mente, al igual q ue ocurre cuando apretamos entre dos
espacio dural para esa raíz dedos el hueso de una aceituna.

CUADRO CLÍNICO
CLASIFICACIÓN
El cuadro clínico discal comp rende diversos aspectos. Veá-
En el año 2001 , la Sociedad Norteamericana de Columna moslos a continuación.
(NASS), la Sociedad Americana de Radiología de Columna Dolor. Puede ser local o irradiado. El d isco no tiene
(ASSR) y la Sociedad Americana de Neurorradiología inervación. El dolor se produce po r irritación de las termi-
(ASNR) publicaron una nueva clasificación que rrataba de naciones nerviosas. El nervio de Lusch ka es una rama an-
unificar la terminología para evitar confusiones (Tabla 3 1-1), terior del nervio espinal, que inerva el ligamento longitu-
y es la que se recomienda en la actualidad. Hay que conside- dinal común posterior, y la rama posterior inerva la cápsu-
rar una serie de tipos de herniación discal (Fig. 3 1-2). la de las articulaciones.
Por su frecuencia y relevancia clínica, es importante se- El dolor se caracteriza por:
ñalar las características propias que presenta la hernia dis- • lrradiarse a lo la rgo del dermatoma (rama anterior y
callumbar: posterior).
31 • Patolog ía del disco intervertebral 383

• La atrofia muscular corresponde a la raíz afectada; el do- Tiene un curso ondulante. Se produce por irritación de
lor radicular por compresión discal se modifica con los la arteria vertebral, y se subdivide en:
cambios de postura que descomprimen la raíz. - Síndrome verrebrobasilar: isquemia cerebral transi-
• Tienen déficits específicos de los reflejos osteorendinosos. toria, nucalgia, mareos y vértigos desencadenados
• No hay déficit nervioso autonómico. por rotación-extensión brusca de la cabeza.
- Síndrome de Barré-Lieou: componente funcional ,
Trastornos neurológicos. Pueden ser sensitivos y/o moro- más frecuente en mujeres de más de 50 años, nucal-
res. Es imporrame la relación de la médula y sus rafees con gia alra, cefaleas, mareos, disfagia, etc.; no hay obje-
vértebras y discos. En función de su localización, van a tivación con signos claros ni trastornos neurol ógicos
aparecer distintos síndromes clínicos. demostrables, y no parece que haya estenosis arterial.
Columna cervical. El 30 % de la población tiene dolo- Suele ceder solo o ayudado por analgésicos.
res cervicales y su máxima incidencia es entre los 30 y • Síndrome cervicomedulm: Puede ser, a su vez de dos tipos:
60 años, más frecuentes en mujeres en esa franja de edad. - Compresión medular: por hernia masiva. Se produ-
Se dividen en formas agudas o crónicas, con o sin irradia- ce una subluxacíón o luxación cervical, que al redu-
ción radicular. Son poco frecuentes, y suelen aparecer en cirse puede dirigir el materi al discado hacia el canal
los discos vertebrales de mayor movilidad de la columna, raquídeo y producir una lesión medular.
es decir, en los situados entre C6-C7 y C7 -01. Existen di- - Mieloparía cervical por compresión crónica: lesió n
versos síndromes cervicales: medular espás tica progresiva con hiperreflexia en
• Dolor cervical puro. Cuadro clínico frecuente que se los miembros inferiores, Babinski positivo. En las
produce por irritación del ligamento longitudinal pos- formas bajas, atrofia de la musculatura de la mano,
terior. Es un dolor (a veces acompañado de espasmo, de dificultad para los movimientos finos. El primer
predominio nocturno) centrado en la nuca e irradiado signo que aparece es la dificultad de la marcha, se-
al hombro, neuralgia occipital por irritación del nervio guida de espasticidad, parestesias, urgencia urina-
occipital. Curso crónico oscilante, dolor nocturno. ria, etcétera.
No ra: es importante hacer un cuadro diferencial con la
isquemia miocárdica, sobre rodo si es en el lado izquier- Columna lumbar. Es el motivo de co nsulta más frecuen-
do. Se puede agudizar en forma de tortícolis. te en la consulta. Entre los 40 y 50 años, el 70% de los
• Síndrome cervicobmquial. Por hernia discal que compri- hombres han tenido lumbago y el 50% de ellos han teni-
me una raíz, más frecuente en menores de 40 años; pue- do baja laboral por esta causa. Se presenta como:
de tener que ver con trabajos de esfuerzo físico. A par- Lumbago. Que puede ser a su vez agudo o crónico:
tir de los 40 años no se afecta sólo el disco, sino que co- - Agudo: instauración brusca, con o sin esfuerzo pre-
mienzan a aparecer osteofiros que llegan a comprimir la vio. Es un dolor lumbar, con contractura muscular
salida de la raíz y la arteria (Tabla 31-2). antiálgica. Duración aproximada: 2 semanas. Se
• Síndromes cervicocefiílicos. Cuadro de dolor que asocia produce por la irritación del ligamento longitudi-
dolor cervical a dolor de cabeza (migraña cervical), ma- nal posterior por protrusión discal y/o por la íncar-
reo/vértigo, alteraciones visuales o auditivas y disfagia. ceración de fragmentos de núcleo pulposo en las fi-
bras del anillo (Fig. 31-3) . No se sabe cuál será su
evolución.
Tabla 31 - 2. Sintomatologia de las cervicobraquialgias - Crónico: puede aparecer de forma primaría o se r la
repetición, más leve, del cuadro agudo. Cursa con
Signos sensitivos Signos motores brotes o toma forma continua y aumenta con es-
V 4-5 Dolor en la cara Dificultad para fuerzos y sedestación prolongada {véase el caso clí-
lateral del cuello la abducción y nico 31-1) . Es un dolor que cede parcialmente con
hacia el hombro elevación del el reposo. En ocasiones se irradia a la cara posterior
hasta el codo hombro
del muslo y de los glúteos de forma poco definida,
VI 5-6 Dolor y parestesias, Atrofia deltoidea. confundiéndose con lumbociatalgia ® . Es impor-
irradiado a la cara Paresia bicipital, tante hacer el diagnóstico diferencial con procesos
lateral del brazo pérdida del reflejo ginecológicos o urológicos. También con enferme-
y antebrazo hasta bici pi tal
el pulgar e índice dades inflamatorias como espondilitis anquilosanre
(véase el capítulo 41) y espondilitis infecciosas en
VIl 6-7 Dolor y parestesias Pérdida de fuerza jóvenes.
en el centro del del tríceps,
antebrazo hasta hiporreflexia • Síndromes mdimlares. Compresión de una raíz nerviosa
el dedo medio tricipital por un disco. Los discos lumbares aumentan de tamaño
caudalmenre y tienen una relación anatómica diferente
VIII 7-1 Dolor y parestesias Pérdida de fuerza
en la cara medial del tríceps y del con las raíces según el nivel. El plexo airo incluye al ner-
del antebrazo músculo intrínseco vio femorocuráneo y al crural. Ellumbosacro incluye al
hasta el4° de la mano ciático. Aparecen dolor, signos sensitivos y/o signos mo-
y 5° dedos
tores.
384 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis

Figura 31-3. Resonancia de her-


nias discales lumbares. (Al Her-
ni a lumbar en espacio L5-S 1.
(BI Resonancia magnética de do-
ble hernia L3-L4-L5.

La meralgia <3> parestésica es la sensación de pinchazos DIAGNÓSTICO


en la cara anterior del muslo, por la compresión del ner-
vio femorocudneo. Además, se pueden encontrar tras- El diagnóstico se basa en dos aspectos fundamentales:
tornos sensitivos en el dermatoma, con pérdida de fuer- • Cuadro clínico:
za e hiporreflexia. Las maniobras exploratorias que su- - Síntomas como dolor local, contractura muscular,
ponen estiramiento son positivas (Lassegue, Bragard). posturas anómalas (tortícolis, actitud escoliótica) y
En función de la localización de la lesión, la manifesta- limitación de la movilidad.
ción clínica será diferente {Tabla 31-3). - Déficits neurológicos. Parestesias, hipoesresias, aneste-
• Síndromes focetarios y de la cola de caballo. Tienen su ori- sia en los dermatomas correspondientes. Hipoflexia
gen en la irritación de las terminaciones de las articula- y arreflexia en reflejos como el bicipi tal, tricipital, ro-
ciones posteriores y son más frecuentes a medida que se tuliano, etc. Trastornos de la sensibilidad vibratoria
desarrolla la aruosis. Su distribución no se corresponde en los cuadros de estenosis. Paresias y parálisis de los
con los dermatomas ni con la inervación motora radi- músculos inervados por la raíz (flexión dorsal del
cular, y cursan con dolor difuso. dedo gordo para la raíz L5; y tríceps para la raíz S l ).
El síndrome de la cola de caballo es una hernia central Maniobras de estiramiento de la raíz positivas.
masiva de instauración aguda; cursa con hipoestesia de - Estudios electroneurofisiológicos. Electromiograma.
varios territorios radiculares, paraparesia flácida y eras- • Estudios de imagen:
tornos esfinterianos. Es una indicación urgente de ci- - Radiogmfias. E! estudio radiológico simple no permi-
rugía. te el diagnóstico positivo de una hernia, pero el es-
trechamiento marcado de un espacio entre los cuer-
pos vertebrales, si coincide con un cuadro clínico es-
La diferencia entre ciática y lumbalgia es que en la lum-

o balgia el dolor no desciende por debajo de la rodilla y en


la ciática sí; y que la lumbalgia se puede producir por irri-
tación ciática, de otras raíces o por otros mecanismos.
pecífico de ese espacio, es un indicador válido para
inferir el diagnóstico. Orientan en la localización y
marcación del espacio (Fig. 31 -4).
- Tomografia computarizada (TC). Valoración de las le-
siones óseas, diámetro del canal raquídeo, osteofiros
posteriores, artrosis de pequeñas articulaciones, lisis.
Tabla 31-3. Síndromes radiculares a la altura de LS. Imagen del disco. Reconstrucción en 30. En sus ver-
Características clínicas
siones más recientes, sobre todo realizada 1 o 2 horas
La lesión de la quinta raíz lumbar se caracteriza por (L4-LSI: después de la inyección de contraste reabsorbible en
• Carencia de alteración alguna de los reflejos el canal (mielo-TC), brinda el diagnóstico positivo
• Perturbación de la sensibilidad del borde a nterolateral de en la mayoría de los casos. La discografía (inyección
la pierna. del empeine y de los 2 primeros dedos del pie de contraste directamente en el disco) porTC permi-
• Déficit de la capacidad de flexión dorsal del dedo go rdo del
pie y, eventualmente, de todo el pie te clasificarla como «norma!.> (contraste sólo dentro
• El dolor ciático aumenta con la tos, estornudo, defecación y del núcleo), «hernia contenida» (el contraste sigue las
con todas aquellas funciones que determinen un aumento fisuras del anillo fibroso, pero no sale del ligamento
de la presión del liquido cefalorraquídeo
longitudinal posterior) y «hernia libre» (el contraste
La lesión de la primera raíz sacra se caracteriza por (LS-51) sale al espacio epidural).
• Disminución o abolición del reflejo del tendón de Aquiles - Gammagmfia. Permite realizar un diagnóstico dife-
• Perturbación deficitaria de la sensibilidad del borde
externo de la pierna, pie y planta, así como de los dedos 3°, rencial con los cuadros inflamatorios (espondiloar-
40 y so tropatfas, espondilitis infecciosas).
• Paresia de la nalga y de la flexión plantar del pie y del dedo Resona11cia magnética (RM). Es, acrualmente, el estu-
gordo
dio de elección. Muestra los discos y el líquido cefa-
31 • Patología del disco intervertebral 385

Figura 31-4. Radiog rafía de hernia discal


cervical. (A) Proyección anteroposterior.
IBI Proyección la teral.

lorraquídeo y, por tanto, las compresiones extradura- Alteraciones motoras. Las alteraciones motoras son las
les sobre el espacio subaracnoideo de una hernia de siguientes:
disco o el diagnóstico diferencial con la estenosis del Se hará caminar de puntillas (SI) y de talones (L5).
canal a multinivel u otros procesos (Fig. 3 1-5). Per- Oponerse al movimienro de flexión del pie (L5) y al
mite (como la mielograffa) inferir la presencia de un movimiento de extensión del pie (S l ).
disco extruido, cuando la hernia ocupa más del 50 o/o Se verificará la fuerza del cuádriceps (L3 y L4).
del canal (exactitud pronóstica del 90 o/o). El pacien- Se explorará el reflejo parelar o rotuliano (L3 y L4) y el
te no recibe radiaciones ni inyecciones de contraste reflejo aquileano para la raíz L5 y S l.
yodado.
- Mielografia. La mielografía, cuando no es posible la Alteraciones sensitivas. Son las siguientes:
RM, es el examen más preciso para el diagnóstico • Se explora la sensibilidad de la cara anterior del muslo
positivo de hernia de disco. También permite descar- (raíces Ll, L2 y L3).
tar estenosis del canal por causas degenerativas, ru- • Se explora la cara interna de la pierna (raíz L4), la cara
mores, etcétera. externa de la pierna, la mirad interna del dorso del pie,
incluyendo el dedo gordo (raíz L5), la mirad externa del
Exploración dorso del pie, incluyendo el dedo menor (raíz SI). Asi-
La exploración debe ser exquisita. mismo, se explorará la sensibilidad de la región perianal
Alteraciones de la estática vertebral. Aparece el deno- y de la cara posterior del muslo, pierna y región plantar
minado signo de Ramond, que consiste en una contractu- para las raíces S1, 52.
ra muscular paralumbar unilateral o bilateral; es un meca-
nismo de defensa, presente en más del 60 o/o de los casos. Alteraciones esfinterianas. Se debe considerar la posibilí-
Se trata de una actitud escoliótica antiálgica, con descen- dad de vejiga neurógena, y se explora la presencia de glo-
so de las costillas, de la escápula y elevación de la cresta bo vesical.
ilíaca. Maniobras dolorosas radiculares. Las principales ma-
Alteraciones radiculares. La flexión del tronco provo- niobras exploratorias son las siguientes:
ca un dolor irradiado a la pierna; es un signo de conflicto • Maniobra de Lassegue. Consiste en que, desde el decúbi-
disco-radicular. Si se realiza presión de las masas muscula- to supino, el evaluador realiza la elevación del miembro
res paraverrebrales podrá desencadenar un dolor en la pier- inferior, con la rodilla extendida. Es de utilidad para di-
na (signo del timbre). ferenciar la ciática del dolor provocado por una enfer-

Figura 31 -5. Resonancia magnética de hernia discal cervica l.


386 Parte 1. Crrugra ortopedrca y traumatologra- Seccron IV. Columna vertebral. Raqurs

medad de la cadera. Prueba: el paciente se dispone en TRATAMIENTO


decúbito supino, se eleva el miembro afectado, tomán-
dolo del tobillo hasta provocar dolor (el dolor debe apa- En general, el manejo clínico de las lesiones discales es
recer a menos de 60 grados; la tensión de la raíz aumen- complej o, particu larm ente en el ámbito laboral. Como
m poco con ángulos superiores a ese valor). El resultado orientació n, la terapéutica aba rca aspectos o rtopédicos,
positivo de esta prueba consiste en la aparición d e dolor farmacológicos, fi siorerapéuticos y finalmente quirúr-
en la pierna o pares tesias con distribución metamérica gicos.
(la exacerbación d e la lumbalgia solamente no es sufi-
ciente). El paciente también puede intentar extender la Manejo conservador
cadera (levantándola de la camilla) para reducir el ángu- De una forma esquemática, varía en función del esradio
lo de estiramiento. clínico e n el que se encuentra el paciente.
• Maniobra de Lassegue cruzado. Al levantar el miembro En la fase aguda:
inferior no doloroso se induce el dolor ciático en el otro • Reposo: para los episodios de lumbago se recomiendan
miembro inferior. Es la sugerencia de padecer una her- 2 semanas; para ciática, 1 mes. En la columna cervical,
nia extruida. el reposo es con collarín.
• 1\lfaniobm femoml o de W'lzssermamz. En decúbito prono,
se coloca la mano en la regió n poplítea y se flexiona la
pierna sobre el muslo; provocará dolor en la cara ante-
rior del muslo en relación con el compromiso de las raí-
Es fundamental qu e el reposo a bsolu to no su pere las
48 horas. A partir del 2° día, el paciente debe realizar ac-
tividad, según su tolerancia.
o
ces L2, L3 y L4. El dolor es debido a elongación d el
nervio femorocuráneo.
• Jvfaniobm de Femríndez. En decübito supino, se flexio- • Tratamiento postura!: almohadas. Corrección de la lor-
na la pierna sobre el muslo, colocando la mano en la re- dosis lumbar.
gión poplítea; esro provocará dolor en la cara anterior • Medidas físicas: calor local, masoterapia.
d el muslo, en relación con el compromiso de las raíces
L2, L3 y L4. El d olor es debido a elongación del nervio En la fase crónica:
femoroc udneo. • Onesis cervicales/lumbares (véase el capítulo 38) .
• Tratamiento postura! (posturas en el trabajo, fortaleci-
miento de la pared abdominal).

o Están indicadas la maniobra de Lassegue pa ra las ciatal-


gias, y las maniobras de Wassermann o fe moral y Fer-
ná ndez para las crurociáticas.
• Medidas físicas: electroterapia interferencia! con veccor,
ejercicios activos (musculatura de sostén, cintura esca-
pular, pared abdominal, etc.} lcm véase el Vol. 11. capítulo
34, y anexo 34-1 , sobre ejercicio terapéutico).
• l\1/auiobm iuespeclfica o mauiobm de Neri. Consiste en
que con el paciente en sedestación se le levanta la pier- Tratamiento farmacológico
na hasta la horizontal y se provocará dolor a lo largo del Existen distintas posibilidades:
miembro inferior. Se sugiere iniciar la maniobra con el Analgésicos no o pioides:
miembro no doloroso para comparar. - Paraceramol, máximo 6.000 mg/día.
- Metamizol, máximo 6.000 mg/día. Mejor alternan-
Maniobras dolorosas osteotendinosas. Las principales do los dos, cada 4 horas (1 g de paraceramol/0,5 g de
maniobras que despiertan dolor osteotendinoso son las si- metamizol}.
guientes: Antiinflamatorios no esteroideos (AlNE}:
• Maniobra de Patrick-Bonette. En decübito dorsal, se - Derivados del ácido acetilsalicílico y similares: diclo-
flexiona la pierna sobre el muslo, con el calón a la altu- fenaco, aceclofenaco, indometaci na.
ra de la rodilla opuesta, y se real izan movimientos de - Derivados del oxicam: piroxicam, lornoxicam, me-
abducción y aducción del muslo. Despertará dolor en loxicam.
caso de lesiones en la cadera y pelvis. - Derivados del ácido propiónico: ibuprofeno, inhibí-
• Jvfauiobm de Lassegue invertido. En decúbito dorsal, al dores de la cicloxigenasa.
levantar el miembro inferior y ponerlo vertical, al bajar- Esceroides. Beramerasona.
lo bruscamente provocará intenso dolor en lesiones de Opioides:
cadera. - Tramado!.
• Maniobra de Gaemlen. Decúbito supino con la rodi- - D erivados de fenilpiperidina: fentanilo.
lla flexionada sobre el muslo y el muslo sobre la pel- - Derivados d e oripavina: b uprenorfina.
vis (maniobra de Thomas). E l evaluador ayuda con - Alcaloides.
una mano, mientras que con la otra le hiperextiende
la cade ra opuesta al borde de la camilla y provocará
d olor e n caso de que haya lesión de la articulación sa-
croilíaca.
Es fundamental que la toma de la medicación sea pauta-
da y no a demanda.
o
31 • Patología del disco intervertebral 387

La mayoría de las hernias lumbares pueden ser tratadas Microdiscectomía. Se trata de una discectomía que se
por medio de un tratamiento conservador, que consiste, realiza usando un microscopio, con una incisión y mani-
fundamentalmente, en fisioterapia, ergoterapia, analgési- pulación quirúrgica muy pequeñas y, por tanto, un plazo
cos, terapia antiinflamaroria y corticosreroides, que pue- de recuperació n muy breve. En los casos que presenten in-
den estar eventualmente administrados por infiltraciones dicación quirúrgica, y cuando sea posible utilizar esta téc-
(Corniola, Tessirore, Schaller & Gaurschi, 2014). nica, es el procedimiento de elección, pues obtiene unos
Si aparece de repente un moderado déficit neurológico resultados similares a los de la técnica anterior, pero acor-
y se aprecia una correlación clinicorradiológica, o bien tando el tiempo de recuperación y reduciendo costes y
porque la opción de tratamiento conservador fracasa y el complicaciones (sangrado, fibrosis, ere.).
déficit es progresivo, o bien si el dolor no se co ntrola ade- Laminectomía. Consiste en quitar roda la lámina de
cuadamente mediante tratamiento conservado r correcta- una vértebra, lo que también descomprime la raíz nervio-
menre realizado durante 4 a 6 meses, entonces se reco- sa. Asimismo, se usa en casos de estenosis espinal. Los es-
mienda la cirugía (Corniola, Tessirore, Schaller & Gaurs- tudios realizados demuestran que se obtienen peores resul-
chi, 2014). tados que con la discecromía, la microdiscecromía o la la-
minotomfa. Por otra parte, se ocasiona una inestabilidad
vertebral.
O Si el tratamiento médico fracasa o si existe afectación
neurológica, estará indicado el tratamiento quirúrgico. Artrodesis . Consiste en la fij ac ión de dos vértebras
contiguas (Fig. 31-6) . Se puede hacer colocando un in-
jerto de hueso enrre ambas vértebras (artrodesis no ins-
trume nrada) o usando además unas placas metálicas
Tratamiento quirúrgico para fij ar ambos cuerpos vertebrales (artrodesis instru-
Existen distintas opciones terapéuticas. mentada).
Laminotomía. Consiste en el abordaje de la raíz ner- En ocasiones es el procedimienro que sigue a una lami-
viosa; primero a través d el espacio que hay entre las lámi- necromía, para evitar la inestabilidad de la vértebra cuya
nas de dos vértebras adyacenres al ampliar el agujero de lámina se extrae. Los resultados obtenidos con esta técnica
conjunción, lo que produce una descompresión de la raíz demuestran que, en los casos donde está indicada la ciru-
nerviOsa. gía y se aplica esta técnica, se ob tienen peores res ultados
Discectomía. Es el procedimiento quirúrgico que con- que con la discecromía, la microdiscecromía, la !aminoro-
siste en la extracción exclusivamente del m aterial discal mía o la laminecromía. No obstante, Zhu, Liu, Wang, et
herniado, sin tocar el hueso de la o las vértebras adyacen- al., (20 15) han demostrado que la técnica denominada
tes. Es una técnica efectiva en aquellos casos donde está in- topping-ojfobtiene similares resultados a corro plazo, fren-
dicada la ci rugía. Con cierra frec uencia se precisa la am- te a una arrrodesis posterior (fusión de los cuerpos verte-
pliación del agujero de conjunción para el acceso al mate- brales L4+L5, junto con ligamento inrerespinoso). Sin em-
rial discal herniado, que se extrae de una discecromía. En bargo, el sistema Wallis (topping-ojfgroup) obtiene mejores
este caso se estaría ante una discecromía con laminoromía. resultados en la prevención del agravamiento de la degene-

Figura 31-6. Hernia discal L4-L5 extruida. !Al Imagen anteroposterior: previa a la cirugía. [BIImagen lateral: previa a la cirugía. [Clima-
gen mediante resonancia magnética. [DI Hernia discal extruida L4- L5. Radiografía anteroposterior, control tras artrodesis L4-L5.
388 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis .

ración que causará la fusión del segmento vertebral men- ra fibrosa del disco (en los casos de fis ura discal). Los resul-
cionado (Zhu, Liu, Wang, et al., 20 15). tados son controvertidos.
Actualmente, sólo se plantea como indicación de elec- Colocación de prótesis de tipo speek (Fig. 31-7).
ció n en aquellos casos con dolor lumbar en los que el cua- En los últimos años, la sustitució n total del disco me-
dro clínico dura, como mínimo, 2 años pese a todos los diante dispositivos artifi ciales ewí. siendo el tratamien-
tratamientos aplicados (véase el caso clínico 31-3) , si ade- to de elección . Dada la historia difícil de la cirugía lum-
más no están disponibles otros tratamientos no quirúrgi- bar y la variación en las propiedades cinemáticas y bio-
cos que han demostrado ser eficaces. mecánicas de todos los diseños de dispositivos, la elec-
Pese a la existencia de una notable presión comercial ción de un disco artifi cial rep resenta un imporrante
para usar arrrodesis instrumentadas (que conllevan la im- problema de la práctica clínica. Por ello, recientemente,
plantación de material de osteosíntesis caro), en vez de el grupo de Ottawa (ON) (20 14) ha publicado una guía
técnicas no instrumentadas, los resultados de los estudios clínica en la que se recomienda utiliza r esta generación
científicos realizados hacen más recomendables estas úl- de dispositivos que imitan de manera más efectiva la ab-
timas. so rción de choque y la rigidez durante la flexión de un
Quimionucleólisis. Esta técnica consiste en inyectar disco nativo, como por ejemplo el M6-L (Sphwl Kine-
una sustancia denominada quimiopapaina en el interior tics, Srmnyvale, CA).
del disco con el objeto de destruir el núcleo pulposo. Ello En lo que respecta a las indicaciones de las técnicas
conlleva la disminución de la presión del disco y la com- quirúrgicas descritas, es preciso destacar que, cuando hay
presión sobre la raíz nerviosa, y, además, destruye las sus- una hernia discal con indicación q ui rúrgica, la discecromía
tancias que contiene el núcleo pulposo y que desencade- o, todavía mejor, la m icrodiscectomía son las técnicas de
nan la inflamación neurógena. elección (Cong, Zhu &Tu, 2015). La lami noromía, aisla-
Esta técnica es aún menos eficaz que la discectomía, y da o en combinación con la discectomía, puede aplicarse.
actúa más por la destrucción de las sustancias que provo- La laminectomía sólo está indicada en casos excepcionales
can la inflamación neurógena que por la reducción del vo- y la arrrodesis debiera evitarse.
lumen de la hernia (hasta en un 70 % de los casos se ha vis-
to que el volumen del material herniado permanece inal-
La discectomía endoscópica y la microdiscectom ía han
terado).
demostrado ser el método de elección, por su seguridad
Una de las complicaciones de la quimionucleólisis es el y eficacia, frente a la discectomía estándar abierta.
riesgo de reacción alérgica a la quimiopapaína, que en oca-
siones puede llegar a ser morral. Esta circunstancia, junto
con el desarrollo de la microdiscectomía, ha hecho que ac- La quimionucleólisis es menos eficaz que la microdis-
tualmente la quimionucleólisis se realice con menor fre- cecromía o la laminoromía y presenta complicaciones
cuencia. que, aunque poco frecuentes, son potencialmente peligro-
Ozonoterapia. Esta técnica consiste en la inyección sas. Se puede plantear cuando se ha descartado que el pa-
de un gas (ozono) en el interior del disco. De aplicación ciente sea alérgico a la quimiopapaína, como último paso
en la actualidad, hay controversia en cuanto a los resul- anres de indicar la cirugía. En caso de afecciones d iscales,
tados, pues no existen pruebas científicas de su efecti- como fisuras o degeneraciones, no hay daros concluyen-
vidad. tes que sugieran la eficacia de la ozonoterapia o la IDET,
Electrotermocoagulación intradiscal (IDET). Esta por lo que habría que ser muy cautos a la hora de indicar
técnica está desarrollada para el tratamiento del dolor de estas técnicas.
origen discógeno. Consiste en colocar unos electrodos en En caso de degeneración discal (Zhang, Liu, Yu, Ma,
el disco interverrebral y calentarlos, con el fin de quemar Cai & Fan, 2014), se recomienda no operar salvo en cir-
los nervios responsables de la transmisión del dolor origi- cunstancias excepcionales (van den Eerenbeemt, 20 10),
nados en él y, eventualmente, unir las fibras de la envolru- que incluyen el que no estén disponibles en el entorno

Figura 31-7. Tratamiento de hernia discal


cervical mediante la colocación de speek.
Control rad iográfico postoperatorio. [Al Pro-
yección anteroposterior. IBI Proyección la-
teral (compárese con la fig ura 31-21.
389

Figura 31 -8. Discitis a la altura de T1 2-L1. !Al Corte axial. !Bl Corte
sagital. visión lateral en Tl. (C) Corte sagital, visión lateral en T2. ID) Cor-
te sagital. visión lateral, corte en T2, con resalte. Nótese len brillo) la
infección. !El Telerradiografía anteroposterior, control de instrumen-
tación Tl O-L3, de la discitis T1 2-L 1. Fl Telerradiografía la teral, control
de instrumentación Tl O-L3, de la discitis T12-L 1.

geográfico concreto otras técnicas no quirúrgicas que han


demostrado ser eficaces. En estos casos, se plantead a la ar- Tratamientos alternativos
trodesis (preferentemente no instrumentada) . En la actualidad (Kizhakkeveettil, Rose & Kadar, 20 14),
En otros casos, la situación se complica, como cuando los profesionales cuentan con alternativas al tratamiento
hay una infección que provoca discitos, y es preciso reali- convencional. Entre las terapias propuestas se puede en-
zar una artrodesis (Fig. 3 1-8). contrar: acupuntura (mejora los síntomas de la cervicalgia
Como es habirual, en cualquiera de los postulados an- y lumbalgia en la patología discal), yoga (se ha sugerido
teriores, posteriormente a la cirugía, y d e forma inme- que es efectivo en mujeres jóvenes nerviosas, en situacio-
diata, se debe iniciar un procedimiento específico de fi- nes de estrés), etc. Por ello, es clararneme necesaria la in-
sioterapia, que el lector puede encontrar profundamen- vestigación adicional en la gestió n imegrada del dolor
te desarrollado en el OEl Vol. 11, capítulos 31 y 34, y OEl ane- lumbar, para proporcionar una mejor orientación a los pa-
xo 34- 1. cientes y a los profesionales sanitarios.
390 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis

~~ RESUMEN

• El disco intervertebral es una parte integrante del eje axial, cales, que están relacionados co n el grado de movilidad de
de gran importancia para mantener la estabilidad y flexi bi- ese segmento.
lidad del tronco.
• Los medios que se utilizan para diagnosti car esta patología
• Se define hernia discal como el desplazamiento loca lizado son varios: clínica característica, estudios de imagen -cada
del disco más allá de los límites del espacio discal, mien- vez más avanzados y precisos- y pruebas mé dicas/fis iote-
tras que se utilizan otros términos para definir las patolo- rapéuticas propias.
gías parecidas, pero difiriendo en e l cuadro clínico. Tal es
• Hay una serie de baterías terapéuticas indicadas para es-
el caso de protrusión, extrusión y desplazamiento disca/, de-
tos casos, de manera aislada o combinadas e ntre "sí !trata-
pendie ndo s iempre del grado de desplazamie nto de l nú-
m iento farmaco lógico, ortopédico -prescripció n de orte-
cleo dentro del disco intervertebral.
sis-, fisioterapéuticos y/o quirúrgicos; estos últimos se en-
• Hay segmentos más propensos a presentar problemas en cue ntran en constante evolución y la decisión se tomará de
los discos, como los segmentos lumbares (L5-S1 1 y cervi- manera conjunta entre facultativo y paciente).

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(2004). Factores pronósticos en el tratamiento de la hernia j Rheumato~ 33(1 2), 25 19-2526.

~ ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cuáles son las funciones básicas que tiene la columna ve r- 7. ¿Qué cuadro clínico presenta una herniación de la sexta ra íz
tebral? cervical?
2. ¿ De cuántas partes se compone el disco intervertebra l?
B. ¿Qu é s intomatología caracte riza una lesión de la quinta raíz
3. ¿Qu é se co noce como hernia disca l? lumbar?
4. ¿ Por qué segmentos óseos/estructuras pasa la línea de gra -
vedad del cuerpo huma no ? 9. ¿ En q ué consiste la ma niobra de Lassegue?

5. ¿Qué factores influyen en la degeneración discal?


10. Enumere a lgunas de las principales técni cas quirúrgicas
6. ¿Qué discos intervertebrales se hernian con mayor frecuencia? empleadas en el trata miento de las hernias discales.
S. Pérez de la Cruz

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Diseño del plan de intervención fisioterapéutico en fracturas vertebrales. Intervenciones para la promoción de la
salud y prevención lesional.
• Actualización del conocimiento basado en la investigación científica y en la práctica basada en la evidencia como
herra mienta adecuada para un correcto diagnóstico y tratamie nto.
• Factores de riesgo lesional y pronóstico.
• Aspectos clínicos más relevantes de los traumatismos del raquis.
• Procedimientos terapéuticos más releva ntes de estas lesiones.

ANATOMÍA Y BIOMECÁNICA Tabla 32-1 . Funciones de los distintos elementos


de la columna vertebral, basados en el concepto de Oennis
La columna vertebral, estructura cuya función es la de d ar
Funciones d el raquis :
sostén y soporte a nuestro cuerpo, actúa con la imagen di-
o Transmitir y amortiguar cargas
ferenciada de «tres columnas>~, cada una de ellas con una • Permitir la movilidad, manteniendo cierta rigidez
función y acció n determinadas (Dennis) (Fig. 32-1). Para • Proteger las estructuras nerviosas
este auto r, la estabilidad y funcionalidad de la column a Funciones de los cuerpos vertebrales:
vertebral vienen dadas por una única unidad funcional , • Transmitir y amortiguar cargas junto con los discos
existente gracias a la uni ón de los tres pilares que se citan a • La porción esponjosa del hueso es la principal responsa ble
continuación (Tabla 32-1): de la resistencia a la compresión. mientras que la cortical
sólo es un pequeño porcentaje ld el 10 al33 %1
o Anterior: formada por la parte anterior de los cuerpos
vertebrales y parte anterior del anillo fibroso del disco Funciones del arco posterior:
• Dis tribuir la tensión
• Facilitar y controlar la movilidad

intervertebral (ambas estructuras ligadas entre sí por el


ligamento común vertebral anterior).
• Media: formada por la parte posterior del cuerpo verte-
bral, unido y estabilizado de manera sólida al ligamen-
ro vertebral longitudi nal común posterior y al anillo fi-
broso posterior. Si se observa desde una visión poste-
roanterior, es la zona de la vértebra inmediatamente por
detrás del canal medular; es la barrera que separa las es-
tructuras óseas de dicho canal.
o Posterior: esta parte comprende el arco óseo posterior y
es donde se encuentran los pedículos, láminas, apófisis
transversas y espinosas, además del complejo ligamen-
tario posterio r, ligamento interespinoso, amarillo, cáp-
Figura 32-1. Colu mnas de Dennis. sulas y ligamentos articulares.

393
394 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección IV. Columna vertebral. Raquis

Los puntos de mayor riesgo traumático son las encrucija- menores de 40 años, generalmente pertenecientes a la po-
das de máxima movilidad vertebral. Las zonas más móvi- blación económicamente activa. Informes más precisos in-
les del raquis (charnelas o bisagras) son C5-C6, 012-Ll y dican una tasa anual de 30 a 35 por millón de personas,
L5-Sl {cervical, toracolumbar y lumbosacra). Pueden de- aproximadamenre 10.000 nuevas lesiones traumáticas por
jar secuelas neurológicas, inestabilidad mecánica o dolor. año (Cruz & López, 2004).
La unión toracolumbar no tiene la protección y sopor-
te de la parrilla cosral. Además, los cuerpos vertebrales no MECANISMO DE LESIÓN
son tan grandes como los lumbares, por lo que resisten
menos la deformidad tras aplicarles una carga específica. Pueden darse mecanismos aislados o asociados. La natura-
Estos facrores condicionan que la columna toracolumbar leza exacta de una lesión depende de la arquitectura de la
sea más vulnerable a sufrir lesiones y determina que sea la columna y de la forma en que se apliquen las fuerzas.
localización más frecuente de las fracturas por estallido Existen distintos mecanismos lesionales, como son:
(Singh, Kim & Vaccaro, 2007). Flexión. Independientemente de su localización, se pro-
ducen por un mecanismo de movimiento anterior de
una vértebra sobre otra (Fig. 32-2) . Es la más frecuente
DEFINICIÓN
en la columna torácica y lumbar. Cuando el agente
La fractura vertebral es una lesión producida a causa de un traumático actúa sobre la cara posterior de los homb ros,
traumatismo importante que compromete desde un cuer- provoca una brusca angulación anterior de la columna,
po vertebral hasta la unidad vertebral funcional; esta últi- de ral forma que el ángulo anterior de los cuerpos ver-
ma está formada por dos vértebras adyacentes y el disco in- tebrales es impulsado dentro de la parte media del cuer-
tervertebral, además de las articulaciones, ligamentos y es- po adyacente. Se produce una fractura triangular ante-
tructuras óseas de la columna. rior, muchas veces conminuta.
Las características anatómicas de cada segmento de la Se pueden producir con o sin estrechamiento del espa-
columna vertebral, la fuerza y dirección del impacro y la cio discal superior. Los ligamentos y el arco posterio r
alineación postura! del paciente contribuyen al patrón de permanecen indemnes.
lesión vertebral. En los casos en los que este mecanismo de acción pro-
Se define inestabilidad (White & Panjabi, 1990) como voque una luxación, las fijaciones ligamenrosas y óseas
«pérdida de la capacidad de la columna vertebral para man- se rompen por completo, quedando móvil a esa altura.
tener sus patrones de desplazamiento en condiciones fisio- El resultado es la subluxación o luxación de las facetas.
lógicas para que no haya déficit neurológico inicial o adicio-
nal, ninguna deformidad importante y no haya dolor inca-
pacirante•>. En esra definición se habla, por un lado, de man-
tener su alineación y su movimiento y, por otro lado, de la
Por este mecanismo se produce el 15% de Las fracturas
dorsolumbares.
o
preservación de la integridad de las estructuras neuronales a
las que protege, como es la pérdida de las funciones genera- • Compresión axial. Estallido vertebral, por ejem plo, caí-
les (protección y amortiguación de las cargas). da sobre la cabeza, en una zambullida en piscina o en
un río con poca profundidad (véase el caso clínico 32-2) .
ANTECEDENTES. PREVALENCIA Puede haber retrop ulsión de un fragmento fracrurario
hacia el canal medular, alterándose la línea de los cuer-
La localización más frecuente de las fracturas vertebrales
son las regiones torácica y lumbar. La mayor parte de las
lesiones torácicas y lumbares se presentan a consecuencia
de traumatismos de alta energía, principalmente acciden-
tes de tráfico. La población masculina de entre 15 y 29 años
es la que mayor número de casos presenra.
Las vértebras más afectadas son las que se encuentran
enrre 011 y L1 en el 52% de los casos; después las locali-
zadas entre L1 y L5, con un 32% de los casos; y entre 01
y O 1Oen el 16% de los casos. Las lesiones asociadas a este
traumatismo son: romra de una víscera abdominal o un
vaso, lesiones pulmonares, hemorragias intraabdominales
secundarias a una lesión del hígado y del bazo, y lesiones
de vértebras contiguas o no (Singh, Kim & Vaccaro,
2007).
A partir de algunos estudios, se determinó que en una
población de un millón de habitantes, cada año se produ-
ce un promedio de 50 casos de lesiones vertebrales por
traumatismo, de ellos el 72 % se presenra en individuos Figura 32-2. Fractu ra producida por un mecanismo de fl exión.
32 • Traumatismos del raqu is 395

segmentos y se produce u na deformidad en fo rma de


cuña, los pedículos y láminas son arrancados, la vérte-
bra se desplaza hacia delante y provoca una lesión me-
dular ® grave.

Este tipo de fractura-lu xación se observa en un 20% de


los casos. o
• Extensión. Es un mecanismo menos frecuente que se
produce en las deceleraciones, por ejemplo, cuan do no
hay reposacabezas en los accidentes automovilfsticos. El
agente traumático determina una h iperextensión de la
columna con compresión de la parte posterior d e los
cuerpos vertebrales, que se aplastan y adoptan u na for-
Figura 32-3. Fractura producida por un mecanismo de flex ión-ro- ma de cuña de base anterior.
tación. Pueden agruparse en lesiones por extensión simple
(implican fractura-a rrancamiento de la superficie an-
tera-superior del c u erpo vertebral o por e nsancha-
pos vertebrales posteriores (según se puede visualizar en miento del espacio discal intervertebral), lesiones por
una radiografía de vista lateral). Puede darse desgarro de extensión de tipo distracció n (pérdida d e integridad
los ligamentos interespinosos y puede incluir el liga- entre los cuerpos vertebrales y ensanchamiento del es-
mento amarillo y longitudinal posterior. pacio discal, característico de la «fractura del ahorca-
• Flexión-rotación. Fracturas más complejas, de alta ener- don o de Hangman) y luxacio nes (pro duce n graves
gía. Es común en accidentes de esquiadores. Es menos trastornos neurológicos).
frecuente que el mecanismo anterior y la fractura impli-
ca un impacto o caída importantes, capaces de rotar un
cuerpo vertebral mientras que en contiguo permanece
La lesión medular suele acom pa ñar casi siempre a este
tipo de fracturas.
o
fijo. Suele haber un componente de flexión en la mayo-
ría de estas lesiones, fracturándose las apófisis articula-
res (Fig. 32-3) . • Compresión lateral. Su mecanismo de acción es la com-
• Flexión-hiperextensión. Eje de rotación por delante de la binación de varios.
vértebra. También conocida como «lesión del cinturón
de seguridad»; o también como fractura de Chance, TIPOS DE FRACTURAS. CLASIFICACIÓN
cuando la lfnea de fuerza pasa únicamente por los ele- DE LOS TRAUMATISMOS
mentos óseos (Fig. 32-4) . Cuando la columna es gol-
peada por un objeto en movimiento, como un choque Los traumatismos y fracturas verteb rales pueden clasificar-
automovil ístico por detrás o mecanismos similares, no se desde el punto de vista de la estabilidad o en función del
solamente se flexiona, sino que se desplaza uno de los segmento lesionado.

Desde el punto de vista de La estabilidad


Fx de Chance
(a través de elementos óseos) La estabilidad de la colu mna v iene dada por su capaci-
dad para mantener relaciones vertebrales cuando se
aplica una carga tal que no hay dañ o o irritació n de la
médula espinal o de las raíces nerviosas, ni deformidad,
Lesión del cinturón ni dolor.
de seguridad Se pueden considerar fracturas y lesio nes traumáticas
estables o inestables, las cuales provocan inestabilidades
mecánicas o, por otra parte, alteraciones neurológicas.
Flexión-hiperextensión
Lesiones estables
Fractura por compresión axial (Fig. 32 -5) del cuerpo con
afectación leve o moderada de la colum na anterior y sin
afectación de la intermedia. Es típica por flexión. N o hay
daño ni riesgo de que éste se produzca neurológicamente.
Son las típicas lesiones del ancia no, en traumatismos pe-
queños por osreoporosis (véase el capítulo 47) . El arco pos-
Figura 32-4. Fractura de Chance. terior vertebral permanece intacto. En el caso de que los
396 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis

Inestabilidad neurológica
En el mecanismo de compresión axial (Fig. 32-6) con es-
tallido del cuerpo vertebral (pérdida mayor de 50% de la
altura del cuerpo vertebral). Se produce cuando la parte
posterior de la columna media es desplazada hacia atrás e
invade el canal raquídeo, lo que amenaza las estructuras
neuronales, pero sin riesgo de movilidad anormal. Es típi-
co de precipitaciones o caída de peso sobre el cuerpo des-
de altura (véase el caso clínico 32-1 ).
En el caso de las fracturas q ue se localizan en la zona to-
racolumbar, serán consideradas inestables neurológica-
menre hablando si existe una angulación d el cruce toraco-
lumbar superior a 20 grados o el comp romiso del canal es
mayor de 30 grados.
Figura 32-5. Radiografía lateral de la columna lumbar. Fractura
producida por un mecanismo de compresión axial. Nótese la frac- Inestabilidades combinadas:
tura en L1 (flecha l. mecánicas y neurológicas
Se produce en las fracturas-luxaciones, ya que en ellas ce-
pedículos estén ensanchados o abiertos, este hecho impli- den las tres columnas y constituyen la mayor amenaza,
cará disyunción del arco posterior. tanto para la médula y sus raíces como para la aparición de
dolor y deformidad. Hay lesión mecánica y neurológica,
In estabilidad mecánica combinadas.
Dos columnas afectadas permiten una movilidad anormal,
aparece evemualmenre dolor, sin afectación neurológica. Según el segmento lesionado
Ocurre en los traumatismos por flexión-hiperextensión La división de las fract uras según el segmen to lesionado se
que interrumpen la columna media y posterior. puede establecer en dos grandes grupos: uno, el raqu is

Figura 32-6. Fractura vertebral en T12 , que provoca inestabilidad


neurológica . !Al Radiografía lateral. !Bl Resonancia magn ética.
!Cl Resonancia magnética. Corte axial.(Dl Radiografía anteroposte-
rior. Tras una cirugía. !El Radiografía lateral. Tras una cirugía.
32 • Traumatis m os del raqu is 397

Tabla 32-2. Clasificación de los traumatismos del segmento Tabla 32-3. Clasificación de los traumatismos del segmento
vertebral cervical vertebral toracolumbar

Columna cervical alta (C1-C2): Fracturas menores o apofisarias


• Fractura de los cóndilos occipitales Fracturas mayores:
• Luxación occipitoatloidea • Por compresión-flexión:
• Luxación atloaxoidea
• Subluxación rotatoria del atlas-axis - Acuñamiento anterior
- Acuñamiento lateral.
Fracturas del atlas:
• Por compresión axial-estallido. Pérdida del muro
• Fractura del arco anterior y posterior aislada posterior:
• Fractura de ambos arcos (fractura de Jeffersonl
• Fractura de las masas laterales - Ambos platillos
- Platillo superior o inferior aislado
Fracturas del axis: - Estallido-rotación
• Fracturas de la odontoides: - Estallido-flexión lateral
- De la punta: estables. No tienen repercusión funcional • Por flexión-dis tracción (fractura de Chance o del cinturón
- Media: inestables. Tienen repercusión mecánica e de seguridad):
indicación quirúrgica - Solución de continuidad ósea en un nivel vertebral
- De la base: fusionan los segmentos fracturados - Solución de continuidad ósea en dos niveles
espontáneamente - Solución de continuidad discoligamentaria en dos niveles
• Fracturas de los pedículos o espondilolistesis traumática,
fractura del ahorcado o frac tura de Hangman • Fractura-luxación:
- Múltiples mecanismos: compresión, distracción axial,
Columna cervical baja (C3-C7): rotación y cizalla miento
• Lesiones menores. Avulsión
• Lesiones de los cavadores mineros. Arrancamiento de las
espinosas IC6-C71 por movim iento violento
• Luxaciones
• Fracturas puras: Además, si existe una compresión anterior menor de 50 o/o
- Unilateral a la altura del cuerpo de la vértebra respectO a la superior e
- Bilateral inferior, las columnas media y posterior estarán intactas,
• Luxación-fractura: por lo que se comporran como lesiones estables. Pero si es
- Asociada a fracturas de las apófisis articulares mayor del 50 o/o, hay que pensar en una posible lesión ines-
- Luxación cervical con fractura en lágrima table de la columna media y posterior (Fig. 32-8), en cuyo
• Fracturas del cuerpo: por compresión, estallido caso, el tratamiento es quirúrgico (Fig. 3 2-9).
o extensión

cervical (Tabla 32-2), y orro, el raquis roracolumbar (Ta-


El grado de afectación del 50% es relevante para diferen-
ciar entre lesión estable e inestable.
o
bla 32-3).
En las fracturas del cuerpo vertebral (Tabla 32-2), cuan- En las fracturas producidas por un mecanismo de fle-
do están causadas por un mecanismo de extensión, se pro- xión-distracción (Tabla 32-3), falla la columna posterior
duce un arrancamiento de una parre de la porción anterior por tensión, luego la media por tensión y, finalmente, la
del cuerpo vertebral por tracción del ligamento anterior. anterior por compresión; por ello, es posible encontrarse
Las fracturas por acuñamienro anterior (Tabla 32-3) con fractura aislada o asociada a una lesión ligamenraria,
son muy frecue ntes. Es la dpica fractura osteoporórica pero más raramente con síntomas neurológicos asociados.
(véase el capítulo 47), en la que el individuo, predominan- Es importante mencionar también la denominada fiwc-
temente del sexo femenino y aumentando la incidencia se- tura de Jeffirson, localizada en el atlas y en la que es habi-
gún avanza la edad, va perdiendo altura progresivamente tual una luxofracmra, ya q ue hay desplazamiento de las
I(Bvídeo 32-1 ). La mayoría de ellas son estables (Fig. 3 2-7). masas laterales. De aquí que sea una fractura inestable o

Fig ura 32-7. Resona ncia magnética. Fractu-


ra aguda por os teoporos is, a la altura de
T1 2-L1 -L2. (A) Corte sagital. IBI Corte axial.
398 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección IV. Columna vertebral. Raquis

Figura 32-8. Fracturas vertebra les osteopo-


róticas lumbares. que provocan inestabili-
dad neurológica. (Al Resonancia magnética.
Corte sagital. Visión lateral. (B) Resonancia
magnética. Corte sagital. Visión lateral. Nó-
tese la dominancia en la captación (flecha l.

potencialmenre inestable por la lesión del ligamento trans- Otros síntomas de las fracmras por compresión del
verso. cuerpo vertebral pueden incluir la pérdida de altura con
joroba (cifosis). Con cada fractura, el estrés adicional que
ANATOMÍA PATOLÓGICA provoca en las vértebras vecinas también puede producir
fracturas por proxi midad. Una vez q ue esto ocurre, puede
Se distinguen tres grados de fracturas que se describen a afectar a la capacidad para respirar y hacer sencillas las ac-
continuación. tividades diarias.

Fractura latente del cuerpo vertebral Fracturas totales


Es la más benigna. Se caracteriza por la existencia de una La línea de fractura no sólo afecta al cuerpo, sino también
fractura trabecular con aplastamiento del tejido esponjo- al arco vertebral. Este tipo de fracturas suele asociarse a lu-
so y pequeños focos hemorrágicos intraóseos, o bien de xaciones de los fragmentos que comprometen el canal me-
un estallido de las corticales superior e inferior. El arco dular y provocan lesión medular.
posterior está íntegro, sin desplazamiento. Es una lesión
de gran benignidad y poca sintomatología. Pasa con fre- No se han tratado en este capítulo las fracturas óseas
cuencia inadvertida, ya que el grupo de población donde que se producen por ser asiento de metástasis óseas, par-
presenta mayor incidencia es en la población anciana, ticularmente de p ulmón (véase el caso clínico 32-5) y
que refieren ante este hecho un dolor poco acentuado. mama (véase el caso clínico 32- 6), pues esos co ntenidos
relacionados se desarrollarán en el capítulo 38 ; pero por
Fracturas aisladas del cuerpo vertebral ser de interés, en el sitio web, ellecror encontrará casos
Pueden presentarse de diferentes formas, pero la más fre- clínicos con imágenes de esras lesiones, y del procedi-
cuente es la fractura cuneiforme anterior. Clínicamente miento quirúrgi co empleado , corporectomía verrebral
son fracturas benignas; sólo excepcionalmente cursan con (Fig. 32-10) .
lesiones medulares.
CUADRO CLÍNICO
El cuadro clínico puede deberse a la lesión mecánica de la
propia fractura o a las consecuencias de la lesión medular.

Derivado de la lesión del sistema


musculoesquelético
Son diversas manifestaciones clínicas y destacan las si-
guientes:
• Dolor intenso y espontáneo.
• Impotencia funcional para sentarse, incorporarse, ercé-
rera.
• En la exploración se aprecia una gibosidad angular.
• La palpación demuestra la existencia de una separación
de las apófisis espinosas.
• Conrractura anriálgica y fijación de los músculos para-
Figura 32-9. Fractura vertebral lumbar osteoporótica aguda L1. vertebrales.
Radiografía de control tras una vertebroplastia Ll. A) Imagen an- • Hematoma interespinoso, ausente en las fracruras más
teroposterior. B)lmagen lateral. benignas.
32 • Traumatismos del raquis 399

Desde el punto de vista cronológico. En relación


con las ho ras que transcurren, lo primero que ocurre so n
cambios bioeléctricos en la médula espinal , seguidos de
cambios bioquímicos ya en el primer momento del trau-
matismo (conocido como fase de «choque medulan•).
Posteriormente, alteraciones del flujo sanguíneo más o
menos a las 3 horas del traumatismo, y a continuación,
cambios de la perfusión tisular asociados a alteraciones
celulares, hemorragias e isquemia central de la médula es-
pinal a las 4 horas del traumatismo. A las 7 horas ya se
puede encontrar necrosis tisular y una infiltración de po-
limorfonucleares.

En el síndrom e medular, si la lesión es grave, se instau-


ra precozmente una paraplejía flácida, con anestesia to-
tal por debajo de la lesión y retención de orina y de heces
(íleo paralítico).
En los casos más leves se observa una parálisis medular
incompleta o un síndrome radicular.
o
Desde el punto de vista anatomopatológico. A pesar
de que muchas veces el desplazam iento es mayor y el gra-
do de compresió n es severo {véanse los casos clínicos 32- 1
y 32-2) , raras veces se observa una sección medular com-
p leta anatómica (aproximadamente en el 1O% de codos
los casos). La mayoría de las veces se trata de una lesión in-
completa desde el punto de vista anatómico, aunque mu-
Figura 32-10. Metástasis dorsal en T10, tras un carcinoma de
chas veces es completa desde el punto de vista funcional, se-
mama. Radiografía tras intervención quirúrgica mediante corpo-
rectomía de la metástasis dorsal en T1 O. guida, posteriormente, de todo un proceso de cicatrización,
que termina en una ftbrosis medular en el lugar de la lesión.

• En el caso de lesiones verrebrales osteoporóticas, pue-


de que el síntoma predominante sea el dolor de tipo
crónico.
En el 50% de las fracturas vertebrales, la méd ula o las
raíces nerviosas se lesionan por compresió n de los frag-
mentas fracturados desplazados, lo que provoca un sín-
o
Derivado de la lesión medular drome medular o radicular.

La lesión de la médula espinal, en la mayoría de las oca-


siones, se produce por compresión local de diferentes es- Desde el punto d e vista clínico. La lesión de la médu-
trucruras y a diferentes alturas raquídeas . Es ta lesión la espi nal genera diferentes síndromes identificables:
acontece, ya sea por d esplazamiento en sentido antera- Síndrome med ular ® anterior. La persona con síndrome
posterior o por desplazamientos laterales asociados o no medular anterior va a padecer una parálisis e hipereste-
a rotación. También se puede presentar por la proyección sia {au mento de la sensibilidad), y va a conservar su sen-
o prorrusión, hacia el canal raquídeo, d e fragmentos óseos tido de propiocepción, tacto y sensación de vibración
res ultantes de fract uras o fragme ntos de d isco in terverte- por debajo de su nivel de lesión {conservación de la sen-
bral proyectados hacia el canal raquídeo, que, ocupando sibilidad profunda).
espacio, d ismin uyen su diám etro y, consecuentemente, Sí11drome medularposteri01: Es una lesión que afecta a la
producen una co mpresión directa de la médula espinal o sensibilidad del tacto fino y a la propiocepción ipsilate-
provocan isquemia de las arterias que aportan la vascula- ral (del mismo lado que el de la lesión). Esta afectación
rización a la médula espi nal. La lesión medular se debe a cond iciona al paciente un tipo de marcha denominada
una secuencia de procesos postraumáticos que se inician «marcha tabética» o «taco neante», porque el paciente
con una necrosis tisular y prosiguen con la producción de carece de sensibilidad propioceptiva (desconoce la posi-
microhemorragias, edema d el endotel io capilar y exuda- ción de sus miembros) y hace un uso excesivo de las re-
ción hacia el espacio exrravascular que dan lugar a isque- fere ncias visuales.
mia, lo cual provoca, finalme nre, la destrucció n de los Síndrome de Brown-Séqumd. Caracterizado por la lesión
componentes d e la médula espinal, que llega hasta el ni- anatómica de la mitad de la médula espinal. Se mani-
vel de L2 (en adu ltos, la médula espinal se localiza h asta fiesta clín icamente por pérdida de la función motora ip-
este nivel verrebral). silareral, pérdida de la sensibilidad vibratoria y posicional
400 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis

ipsilateral a la lesión, hipoalgesia y alteración de la sensi- D entro de las fracturas específicas del arias, nos enco n-
bilidad térmica conrralateral a la lesión, junco con sensi- tramos con:
bilidad táctil normal o mínimamente disminuida. • Fractura del arco posterior o finctum de Sherk. D ebida a
• Síndrome medular ceutml. Caracterizado por una lesión mecanismos indirectos, muy especialmente al impacto
central generalmente isquémica de la médula espinal. axial sobre el vértice craneal, transmitiéndose la fuerza
Se manifiesta clínicamente por una lesión sensitivomo- al atlas.
tora, principalmente de las extremidades superiores (al- • Fmctura de Jeffirson o de las masas laterales. Es en cuatro
teraciones sensitivas térmicas y algésicas) , con conserva- fragmentos y se produce como consecuencia de una
ción de una mejor función sensitivomotora d e las extre- presión intensa ejercida por los cónd ilos occipitales so-
midades inferiores (atrofia, fasciculaciones, debilidad e bre el arias.
hiporreflexia). • Rotura ele/ligamento tramverso de/atlas. Se puede rom-
• Síndrome de sección medular transversa. Se caracteriza per en las lesiones por flexión brusca.
clínicamente por presentar una pérdida total de la fun-
ción sensitivomotora y de los reflejos desde la zona de Se pueden dar otras formas, llamadas frustradas, cuya sin-
la lesión hacia distal (no necesariamenre se asocia con tomatología no es tan evidente:
una sección medular anatómica). • Existencia previa de un anrecedente traumático. Aque-
En los casos de sección medular completa, ocurre una jan dolores intensos de localización occipital y rigidez
pérdida de todas las modalidades sensitivas y alteració n de cuello.
de las vías motoras por debajo de la lesión, de manera • Fijación de la cabeza en flexión o inclinada lateralmen-
bilateral. te, asemejando a una tortícolis. Cualquier inrento de
La lesión de la cauda equina se puede producir en for- movilización d esencadena dolor.
ma total o parcial en relación con los desplazamientos • La exploración neurológica puede ser negativa o, por el
anteroposteriores de la columna vertebral lumbar desde contrario, demostrar trastornos sensitivos y motores.
L2 hasta distal. También puede lesionarse la cauda equi- • Es frecuente la dificultad en la deglución debido a la
na por prorrusión hacia posterior y ocupar el canal ra- irritación del nervio glosofaríngeo.
quídeo de fragmenros óseos o fragme nros discales.
Una vez producida la lesión medular, el paciente se pre- O tras for mas de presentación son las tardías, después del
senta clínicamente en un estado llamado choque meclu- traumatismo, de apariencia banal: el enfermo se reincor-
lm; que consiste en la pérdi da toral de la fu nción mo to- pora a sus ocupaciones habiruales, sin tener molestia al-
ra y sensitiva distal a la altura de la lesión medular. En guna. A los 2-6 meses empieza a sentir dificul tad para la
el exam en físico se aprecia una parálisis flácida desde el deglució n, neuralgias occipitales, hormigueos y una cier-
lugar d e lesión hacia distal, anestesia completa hacia ta incapacidad para efectuar movimientos fi nos con las
distal, arreflexia osteotendinosa, alteraciones del sistema manos. Estos problemas p ueden desembocar en una
vegetativo y pérdida del control esfinteriano. Esre esta- muerte brusca o bien en la instauració n de una tetraple-
do de choque puede perdurar un tiempo muy variable, jia/cuadriplej ia, más intensa en los miembros superiores.
desde 24 horas hasta 6 semanas. La reversión del cho- Estas formas tardías son debidas a un desplazam iento se-
que espinal se manifiesta por la reaparición de reflejos cundario de los fragmentos fracturados (se efectúa muy
os teorendinosos y del tono muscular, que muchas veces lentamente) .
se caracteriza por hiperreflexia y espasticidad de las ex- Fracturas de las últimas cinco vértebras cervicales.
tremidades inferiores. En el momenro del traumatismo el enfermo suele perder
C uando la lesió n de la médula espinal ocurre en una la consciencia (síncope doloroso). Si el accidenre se pro-
zona más aira, como en la zona cervical baja o cervico- duce en un med io acuático (véase el caso clínico 32-2),
torácica, el paciente se presenta en un estado de choque existe peligro de ahogamiento. Una vez recuperada la cons-
ueurogénico, caracterizado po r presentar hiporensión, ciencia, el enfermo refiere dolor inrenso en la columna cer-
asociada a bradicardia. En aquellos casos donde la le- vical y presenta una intensa contractura muscular.
sión esté localizada por encima de C4, incluso el pa- Según el mecanismo lesiona!, se pueden agrupar estas
ciente precisará de un ventilado r mecánico para su su- lesiones en:
pervivencia inmediata, o incluso supondrá la implanta- • Lesiones por flexión: las alteraciones neurológicas so n
ción de un marcapasos diafragmático. raras y el pronóstico muy bueno.
• Lesiones por flexión y rotación: luxación uni lateral con
A continuación, se describe más específicamente el cuadro bloqueo de una de las apófisis articulares. Al examen
clínico ocasionado tras una fractura vertebral cervical, de- clínico muestra la cabeza ligeramente rotada e incli na-
callándolo de forma pormenorizada. da hacia el lado op uesto de la carilla bloqueada. Des-
Fracturas-luxaciones del atlas :;• axis. Las formas rápi- pués de la reducció n, estas lesiones pueden ser muy es-
damente mortales son muy frecuenres en accidenres de trá- tables.
fi co. El enfermo presenta claros sínromas de sufrimiento • Luxación cervical pura sin fractura: son muy inestables.
medular. La compresión medular se manifiesta por la ins- La lesión por compresión será en la es, la vértebra más
tauración inmediata de una tetraplejia. frecuentemente afectada.
32 • Traumatismos del raquis 401

En las fracturas por compresión y sagitales no suele haber


alteraciones neurológicas, pues la médula no se encuen- Estudio radiológico
tra afectada. En las fracturas oblicuas suele haber lesiones Existen algunos parámetros en los cuales hay que fijarse
medulares. En las formas más benignas se observan radi- detenidamente para descartar la existencia de alguna lesión
culalgias, parestesias, ere., en los miembros superiores. vertebral:
En los casos más graves, se instaura una cuadriplejia ® 1 • Alineamiento vertebral. La forma más sencilla es seguir
tetraplejia. la línea que une la cortical posterior de las vértebras.
• Determinar el diámetro del canal raquídeo. El diámetro
DIAGNÓSTICO del canal raquídeo es el que está entre el borde posterior,
o muro posterior de la vértebra, y el punto de unión de
A cualquier pacienre que haya sufrido un accidente grave las dos láminas.
hay que realizarle una exploración completa para descartar • Altum del Cite/po vertebraL La altura de un cuerpo verte-
posibles lesiones raquídeas (véanse los casos clínicos 32-3 bral se puede determinar por comparación de las vérte-
y 32-4) . bras superiores e infraadyacenres, siguiendo y delineando
Se debe despojar cuidadosamente la ropa del enfermo o la cortical posterior, superior, anterior e inferior.
cortarla con una tijera, para evitar maniobras bruscas que • Forma del crte~po vertebral. Visualizar la existencia de
pudieran agravar la lesión ya preexistenre. Durante este acuñamientos de los cuerpos vertebrales.
proceso se ha de ir recabando información acerca del me- • Altura del espacio intervertebral. Se determina delin ean-
canismo de lesión. En el caso de un accidente de tráfico, se do la cortical inferior de la supraadyacente y la cortical
preguntará si perdió el conocimiento o no, si movía sus ex- superior de la vértebra infraadyacente y, por compara-
tremidades después del hecho lesivo y si evidenciaba difi- ción, se puede determinar la normalidad o anormalidad
cultad respiratoria u otro síntoma que pudiera esclarecer el del espacio intervertebral.
posible alcance de la lesión. • Partes blandas prevertebrales. En la columna cervical se
A continuación, se procederá a la inspección en busca puede determinar con mayor facilidad el espesor de las
de otras lesiones, cales como erosiones cutáneas, heridas, partes blandas prevertebrales entre la columna de aire
hematomas y deformidades, sin olvidar el cuero cabelludo. del espacio retrofaríngeo y el borde anterior de las vér-
Una vez asegurada la estabilidad de la cabeza y cuello, me- tebras cervicales: en C3 el espesor de las partes blandas
diante un collarín cervical, y del resto de la columna colo- debe variar entre 3 y 5 mm.
cando al paciente en decúbito supino sobre un plano esta-
ble, se procederá a la palpación de todo el raquis median-
re presión digital selectiva de las apófisis espinosas, así
como con la palpación de deformidades y/o hematomas
Un mayor espesor de estas partes blandas puede signifi-
carla existencia de un hematoma prevertebral, que puede
estar indicando alguna lesión de la columna cervical alta.
o
que sugieran la existencia de una lesión en los ligamentos
o en el hueso. Para permitir la exploración de la espalda, el
paciente debe mearse en bloque. La exploración cervical De esta manera se podrá establecer el pronóstico del
exige la retirada cuidadosa del collarín cervical. Esta ma- daño neu.rológico, que puede ser reversible, en la medi-
niobra debe hacerse manreniendo en codo momento la ali- da que la compresión sea escasa o se pueda eliminar de for-
neación del cuello con el tronco, sin permitir movimien- ma pronta, o irreversible, si el daño medular inicialmen-
tos de la columna cervical ni de la columna dorsolumbar. te fue de gran magnitud o si el grado de compresión per-
Se debe sospechar lesión cervical si el paciente refiere do- siste en el tiempo sin una solución o liberación de la mé-
lor en el cuello, si hay limitación de los movimientos del dula espinal.
cuello, existe tortícolis, el paciente se sostiene la cabeza con
las manos, está inconsciente o tiene lesiones por encima de
las clavículas.
Igualmente, hay que realizar una exploración neuroló-
La exploración radiográfica completa de la columna es
sistemática, y en el mejor de los casos se realizará me-
diante tomografía computarizada (TC I.
o
gica completa, que quizá renga que repetirse en varias oca-
siones durante los primeros días. Al principio, en fase de
choque medular, puede haber parálisis y pérdida de la sen-
sibilidad totales por debajo del nivel de la lesión. Esta fase Radiografía de la columna cervical
puede durar 48 horas o más, y es precipitado confirmar si La radiología convencional está indicada para pacientes
la lesión neurológica es completa o incompleta. Tiene im- traumatizados con dolor cervical, con nivel de consciencia
portancia comprobar el primitivo reflejo cutáneo anal y la alterado, con déficit neurológico, fracturas costales altas y
sensibilidad perineal. Cuando se recuperan los reflejos pri- otras lesiones en columna.
mitivos, significa que ha finalizado la fase de choque me- La lesión de dos columnas es signo indicativo de inesta-
dular; si persiste todavía la pérdida de todas las funciones bilidad.
motoras y sensitivas, la lesión neurológica es completa. Si Deben incluirse distintas proyecciones:
se conserva la sensibilidad perianal, ello sugiere una lesión • Anteroposterior: procesos espinosos de C2 a C7.
incompleta. • Lateral:
402 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raqu is

Tabla 32-4. Radiografía de la columna cervical. Radiografías


dinámicas
La RM está indicada en las lesiones med ulares clínicas s i
la TC no muestra pruebas de una lesión ósea.
o
Proyección anteroposterior:
• Inclinación del cuerpo vertebral Los inconvenientes de esta prueba son : lema, con apa-
• Mala alineación de las apófisis espinosas
rataje costoso y escasa definición de las estrucruras óseas,
Proyección transoral: aunque muy buena en los tej idos blandos.
• Desplazamiento de las masas laterales del atlas (si es
menor de 7 mm en conjunto se interpreta como rotura del
transverso} PRONÓSTICO
• Proyecciones oblicuas para ver los pedículos y carillas
articulares en fracturas de odontoides: desplazado su uso El pronóstico viene determinado por las posteriores com-
por la TC
plicaciones.
La discapacidad que acompaña a la fractura verteb ral pue-
de ser mayor entre los pacientes con fracturas lumbares que
- Debe incluirse hasta D l. Si no lo incluye, conviene ha- entre aquéllos con fracturas dorsales. Las fracruras vertebrales
cer, en ocasiones, la proyección de nadador o una TC en los adulws mayores se asocian con mayor riesgo de muer-
para que no pasen desapercibidas fracturas de C6 y C7. te, pero este aumento del riesgo se d ebe en gran parte a las
- Inestabilidad en lateral si hay traslación anteroposte- condiciones subyacentes (debilidad, entre otros factores).
rior superior a 3,5 mm; angulación entre las espino- Las fracturas vertebrales también se asocian con un ma-
sas mayor de 11 grados. yor riesgo futuro d e fractura de cade ra y otras fractu ras
- Espacio entre los tejidos blandos retrofaríngeos: en (debido parcialmente a la densidad mineral ósea más baja).
C2 inferior a 2 mm; en C6 inferior a 6 mm.
- Alineación Cl-C2: distancia odontoides-arco ante- Complicaciones precoces
rior inferior a 3,5 mm. Cuando esw se supera, hay le- Suelen aparecer en los graves traumatismos verrebrales y son,
sión ósea o ligamentaria a esa alrura. fundamentalmente, de tipo pulmonar: bro nconeumonías,
• Radiografías dinámicas (cuando ha pasado la tumefac- crisis asmatiformes e incluso el edema agudo de pulmón.
ción, no en la fase aguda, sino cuando el paciente pre- Las complicaciones abdominales son menos frecuentes:
senta dolor u otros sínwmas más unas semanas después) he morragias (hematemesis, melenas) y problemas de va-
(Tabla 32-4). ciado gastrointestinal y urin ario.

Tomografía computarizada Complicaciones tardías


Es una prueba diagnóstica más eficiente y exacta que la ra- Las complicaciones tardías son, fundamenralmenre, dos:
diografía convencional. Rápida, compatible y no requiere espo ndilomalacia, que provoca necrosis avascula r de las
excesiva movilización del enfermo. vértebras fracruradas, y artrosis.
La TC ayuda a precisar detalles cuando el traumatismo
provoca fracturas o fragmentos que migran hacia el canal TRATAMIENTO
raquídeo y que en ocasiones son difíciles de aprecia r en las
radiografías comunes. Esto ocurre en los mecanismos por
compresión axial, cuando se observan fragmentos pro- El tratamiento de un paciente con un traumatismo de la
truidos hacia posterior en las llamadas fracturas por esta-
llido.
También es útil al demostrar hernias discales traumáti-
columna vertebral es difícil, debido a la presencia de otras
lesiones traumáticas, en pa rticula r medulares, ya que con
frecuencia es necesario practicar una cirugía de urgencia.
o
cas o fragmentos del disco migrado hacia el canal (véase el
capítulo 3 1).
Tratamiento de urgencia
Es prioritario y viral rearar el choque y el traslado inmedia-

o La exploración mediante TC es necesaria en caso de po-


litraumatismo, porque permite estudiar las lesiones
acompañantes.
to del pacienre a un cenero hospitalario. El tra nsporte se
hará con las máximas precauciones.

Resonanc~magn~tica

La resonancia magnética (RM) es una gran ayuda para pre-


Ya en el hospital, se llevará a cabo una valoración gene-
ral. Hay que ga ran t izar la ventilación y tra tar e l choque y
la hemorragia. Se valorará con gra n cuidado al paciente
o
en cuanto a las lesiones raquídeas, y se llevará a cabo
cisar el daño de las partes blandas de la columna vertebral, una exploración neurológ ica.
como son los ligamentos, disco interverrebral y, muy par-
ticularmente, la médula espinal, cono medular, raíces y
cauda equina. Muestra exactitud en hemorragias y contu- La prioridad absoluta es asegurarse de que la vía aérea y
siones medulares. la ventilación son adecuadas.
32 • Traumatismos del raquis 403

normalmente por las vías sensitivas afectadas (Quinz Fresne-

o
El objetivo de la reanimación es mantener una presión de
da, Sal1agún Olmos, León H ernández, etnl., 2015).
perfusión medular satisfactoria, evitar una hipergluce-
mia, mantener una oxigenación correcta y permitir una Se desarrollarán a continuación los procedimientos em-
descompresión medular de urgencia. pleados para lograr los dos objetivos propuestos.

Descompresión
Hay que movilizar lo menos posible a los pacientes en Hay que reducir los segmentos desplazados mediante:
quienes se sospeche una lesión raquídea, y hacerlo sólo «en • Manipulación indirecta.
bloque», de modo que no se produzca movimiento inrerver- • Tracción.
tebral. Se puede hacer uso de un plano estable (y en fracturas • Abordaje quirúrgico y manipulación directa.
inestables de columna, la estabilidad también se puede conse- • Reposición: cuando ocupan más del 50 o/o del espacio
guir con una cama de Stryker, que permite rotar a un pacien- del canal.
te para alternar diferentes decúbitos con el mínimo esfuerzo).
El cuello debe quedar sujeto con un collar durante el Estabilización
transporte. Los pacientes que estén inconscie ntes deben Es un tratamiento sintomático y de contención externa. La
tratarse como si padecieran una lesión raquídea, hasta que estabilización externa puede ser (véase el capítulo 38) :
se excluya de manera definitiva este diagnóstico. Para la columna cervical:
- Collarines de tipo Philadelphia: es una orresis que se
coloca y adapta al paciente en la zona cervical, que

o A una persona que ha sufrido un traumatismo hay que in-


movilizarle la columna cervical antes de su ingreso al
hospital.
tiene un apoyo occipital y para el mentón, cuyo ob-
jetivo es disminuir la movilidad de esa región y ali-
viar el dolor. Se trata de un dispositivo bivalvo, fabri-
cado en termoplástico moldeable a baja temperarura
Se puede hacer uso de: collar cervical blando (indicado y reforzado con piezas de termoplástico rígido en la
en espasmos de la musculatura cervical y/o rotura de liga- zona anterior y posterior, que le dan consistencia y
mentos) o collar cervical duro (aporra una inmovilización es tabilidad. El cierre es con tiras de velero. Bloquea
más severa de la columna cervical. Está indicado en espas- un poco más las rotaciones que un collarín normal.
mo de la musculatura cervical, después de una cirugía Si hay que inmovilizar de verdad la columna verte-
como artrodesis cervical), entre otros medios. bral, se pasará a usar los SO MI.
Soporte SOMI: es un sistema rígido de inmoviliza-
Tratamiento en caso de ausencia ción occipitomenroniana. Se compone de dos partes:
de lesión medular
la parte superior sujeta desde la zona de la barbilla
Lo habitual en estos casos es la inmovilización externa de hasta los hombros y la posterior realiza el soporte de
la unión craneocervcial y una discreta tracción. En pacien- la zona occipital. No se retira ni para dormir.
tes con pruebas radiológicas de distracción arlanrooccipi- Halo-chaleco: es una corona con barra y chaleco que
tal o arlanroaxial, la tracción está contraindicada. Una vez permite la inmovilización rígida de la columna (cha-
tratado, resulta fundamental verificar la estabilidad conse- leco con barras que se anclan en una corona clavada
guida, mediante control radiográfico (placas dinámicas en en la cortical craneal). Puede usarse para el trata-
flexión y extensión), a los 3, 6 y 12 meses de iniciado el tra- miento definitivo de los traumatismos de columna
tamiento. cervical, para la reducción preoperatoria de deformi-
En fracturas estables de los pedículos/istmos d el seg- dades raquídeas y también como estabilización
mento cervical alto, se colocan los dispositivos tipo Halo o postoperatoria complementaria tras un proceso qui-
Minerva. rúrgico cervical. La fijación con halo reduce la movi-
lidad cervical de un 30 a un 96 o/o.
Tratamiento en caso de presencia • Para columna torácica:
de lesión medular - Corsés de extensión de tipo Jewett: tienen un apoyo
Los dos objetivos fundamentales del tratamiento general son: en el esternón, pubis y en la espalda, por los que fuer-
• Descomprimir. zan a que el paciente vaya en hiperextensión.
• Estabilizar. - Ortesis tipo TLSO o toracolumbosacra.
También se debe orientar el tratamiento, en un segundo tér-
mino, a evitar lesiones asociadas a la lesión medular (proble- Tratamiento quirúrgico
mas circulatorios, respiratorios y de evacuación) y a acortar El tratamiento quirúrgico sólo es necesario en pocos pa-
el período de recuperación. Por otra parte, se ha demostrado cientes con fracturas vertebrales por compresión en los que
(Quinz Fresneda, Sal1agún Olmos, León Hernández, et al, se desarrolla un déficit neurológico progresivo o dolor in-
2015) que el entrenamiento de la marcha en orresis robótica tratable a consecuencia de la fractura.
obtiene buenos resultados en pacientes con lesión medular Para proceder a una estabilización interna, se pueden
incompleta (LMI) crónica, y se ha propuesto la utilización de realizar las siguientes técnicas quirúrgicas.
la retroalimentación auditiva para suplir la información dada • Reducción y fijación (directa o a distancia):
404 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis

- En la columna cervical: cerclajes, tornillos o mini placas. ferencia de energía al cuello». Sus manifestaciones clíni-
- En la columna torácica o lumbar, se pueden realizar: cas se han denominado whiplash associated disorders
o Fijación posterior (rranspedicular): con los objeti- (WAD).
vos de sostén, mantenimiento de la altura verre- En Estados Unidos rienen lugar más de tres millones de
bral y la fusión del segmento lesionado, para que accidentes de tráfico al año. Más de la mirad sufren latiga-
éste sea capaz de soponar nuevamente la carga zo cervical. Hay facrores determinantes como el sexo, la
axial, se hace uso de los abordajes posteriores. forma de sentarse, la postura y la percepción anticipada o
o Fijación anterior: descompresión en lesiones neu- no del accidente.
rológicas. Se realiza descompresión del conducro Se producen en el contexto de accidentes, cuando la co-
medular en forma directa a través de la corporecro- lumna se hiperexriende y rápidamente sufre una hiper-
mía de la vértebra lesionada, se coloca injerto óseo flexión. Las lesiones más comunes se producen en el liga-
propio, preferiblemenre de la cresta ilíaca, y se esta- mento común anterior y en el disco interverrebral. Las ca-
biliza con un sistema de placa o barra y tornillos. rillas articulares también pueden lesionarse.
• Artrodesis: fijación de varios segmentos vertebrales para
evitar peligro de desplazamiento vertebral con conse- Cuadro clínico
cuencias neurológicas. La sintomatología es muy variada: dolor cervical (nucalgia
• Reconstrucción estructural (soporte que se quim al año). intensa), dolor de cabeza, dolor escapular, lumbalgia, do-
lor inrerescapular, dolor en el brazo y mano, entumeci-
También puede realizarse una estabilización externa. miento del brazo y mano, vértigo y problemas auditivos
En cuan ro a las indicaciones quirúrgicas, se pueden cla- (acúfeno), y, a veces, visión borrosa.
sificar en generales y en urgentes. El hemaroma rerrofaríngeo o el edema faríngeo produ-
cen disfagia.
Indicaciones quirúrgicas generales Si existe algún indicio en la primera valoración de lesión
Los objetivos son: neurológica, debe inmovilizarse de inmediato. La palpa-
• Obtener reducciones anatómicas o con deformidades ción de la columna debe incluir rodos los grupos muscula-
residuales no incluidas entre las inestabilidades mecáni- res, así como las prominencias óseas. El esrernocleidomas-
cas (cifosis menor de 15 grados). toideo está contracturado y su movilización pasiva es do-
• Lograr descompresiones axiales rotales o superiores al lorosa.
75%. Debe pedirse radiografía anteroposterior y lateral de
• Evitar y corregir deformidades secundarias de ripo cró- roda la columna cervical, incluyendo 01. Puede identifi-
nico (escoliosis, hiperlordosis o hipercifosis). carse inestabilidad en las radiografías de perfil en flexión y
• Fijación estable e inmediata que acorre la hospitaliza- en extensión. La lordosis cervical fisiológica se pierde y, a
ción y anticipe la rehabilitación. veces, se ven signos de hiperexrensión, como arrancamien-
to del osteofito anterior, o de hiperflexión, como fractura
Indicación quirúrgica urgente de la apófisis espinosa.
Ante un caso de lesión medular habrá que operar de ur- La RM es ideal en la evaluación de lesiones de las par-
gencia en dos claras situaciones: res blandas de la columna cervical. La TC es úril para iden-
• Empeoramiento brusco o progresivo del déficit neuro- tificar fracturas ocultas.
lógico.
• Fractura-luxación no reducible con lesión neurológica Clasificación
parcial (podría recuperarse, pero hay algo que lo com- La clasificación comúnmente aceptada es la propuesta por
prime). la Quebec Task Force:
• Grado 1: sólo molestias cervicales, rigidez o dolor en la
En esros dos casos hay que intervenir, aunque el paciente palpación.
esré hemodinámicamente inestable. En los demás casos, • Grado II: ausencia de signos físicos.
conviene esperar a que el paciente se estabilice y se recupe- • Grado 111: molestias cervicales y signos musculoesque-
re hemodinámicamente, porque si no, muchos podrían fa- léticos.
llecer en la intervención. • Grado IV: molestias cervicales y signos neurológicos o
fractura, o luxación.

o La cirugía de urgencia está sobre todo indicada en Las


6 primeras horas, en Las Lesiones medulares incompletas
o en las que se agravan progresivamente.
Tratamiento
Tradicionalmente se recomendaba un período de inmovi-
lización con collarín cervical y reposo durante 6 semanas.
En la actualidad, se ha observado que movimientos de po-
LATIGAZO CERVICAL tencia submáxima activos son mucho más eficaces que el
collarín.
Es un término co n muchas connotaciones negativas. Es Los analgésicos, relajantes musculares y la reanudación
un «mecanismo de aceleración-desaceleración de rrans- de las actividades deben ser el tratamiento de elección. La
....
32 • Traumatismos del raqu is 405

quiropráctica o la manipulación osteop~itica son benefi- Otros factores son la gravedad de la lesión inicial, la sinro-
ciosas. marología neurológica, la edad avanzada, la existenci a de
Si persiste la sinromarología, habría que efectuar cefalea o dolor cervical antes del traumatismo y la presen-
una reevaluación multidisciplinar con evaluación psi- cia de hallazgos físicos o neurológicos en los 3 días poste-
cológica. riores a la lesión.
La mayoría se recupera dentro del plazo de u nas semanas
Pronóstico y, sin duda, a los 6 meses es el período considerado normal
En cuanto al pronóstico, desempeña un papel importame para una recuperación adecuada. Existe u n latigazo cervical
la percepción del paciente (f.1cror psicológico importante). crónico o síndrome tardío (casos excepcionales).

li l RE S U M E N

• La fractura vertebral es una lesión que compromete desde de la lesión, conocida también como fase de choque[. alte-
un cuerpo vertebral hasta la unidad vertebral funcional; raciones del tono postura!, alteraciones de la sens ibilida d,
esta última está formada por dos vértebras adyacentes y el problemas viscerales , ent re otros.
disco intervertebral, además de las articulaciones, liga-
• Como solución a este tipo de frac turas, los pacie ntes en-
mentos y estructuras óseas de la columna. Igualmente, al-
cuentran alternativas ortésicas y/o qu irúrgicas, que su-
gunos casos de fracturas vertebrales llevan asociadas lesio-
pongan fijación de los segmen to s afectados.
nes neurológicas. Pueden encontrarse fracturas estables e
inestables, dependiendo de las estructuras implicadas. • Es importante resaltar que este problema, que a simple
vista puede parecer bana l, no lo es. Es u n proble ma actual-
• Si existen lesiones neurológicas asociadas a este tipo de mente muy importante la consecuencia del aumento de los
lesión, las manifestaciones clínicas que el paciente pre- accidentes automov ilíst ic os! que requ iere un correcto
sentará serán las siguientes: arreflexia len la primera fase diagnóstico y tratamiento.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Joaquim, A. F., Fernández, Y. B., Cavalcame, R. A., Fragoso, R. M.,
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~ ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cuáles son las funciones que tiene cada una de las partes b. ¿Cómo definiría lo s síndromes medulares? Indique las ca-
de las que consta la columna vertebral? ra cterísticas y cuadro clínico.

2. ¿Cómo definiría la fractura vertebral? 7. ¿Qué características se pueden encontrar en las distintas prue-
bas diagnósticas útiles para detectar una fractura vertebra l?
3. ¿Cuáles son los mecanismos de lesión que pueden provocar
fracturas vertebrales? B. ¿Cuáles son los disp ositivos para la estabilización externa
de la columna cervical?
4. ¿Cuáles son las diferencias entre fractura vertebral con le-
sión medular y sin lesión medular? 9. ¿Podría indicar la sin tomatología del latigazo cervica l?

5. ¿Y los síntomas medulares que se presentan en las fractu- 10. ¿Qué medidas terapéu ticas se pueden emplear en e l trata -
ras vertebrales con afectación medular? miento del latigazo ce rvica l?
Parte 1: Ciru.gía ortopédíca y traumatología

SECCIO N V

Miscelánea

33 Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en


cirugía ortopédica
34 Epifisiólisis traumáticas
35 Neuropatías compresivas periféricas
36 Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales
del hueso
37 Lesiones deportivas del sistema musculoesquelético. Lesiones muscu-
lares
38 Ortesis y prótesis del aparato locomotor
~ OBJETIVOS DEL APRENDI Z AJE

• Entender y comprender el desarrollo embriológico del sistema esquelético.


• Identificar las principales patologías congénitas del sistema musculoesquelético que afectan el tronco, los miem-
bros superiores y los miembros inferiores, así como los cuadros sindrómicos.
• Reconocer y diferenciar las características clínicas de cada patología congénita.
• Conocer las medidas de tratamiento de cada patología congénita.

GENERALIDADES
Según el área y la alteración provocada, las patologías congé-
El término patologfas congénitas del sistema musculoesquelé- nitas se denominan de manera muy específica (Tabla 33-1).
tico se refiere a aquellas alteraciones o sreomioarriculares
adquiridas ames y después del nacimiento, en el primer Tabla 33-1. Terminología utilizada en malformaciones
mes de vida, que provoquen deformidades estructurales congénitas
denominadas a11omaflas o malformaciolles.
La mayoría d e esas parologías congénitas, principalmente Términos Significados
las de manifestación aislada, no tiene una eciología clara o Amelía Ausencia total de la extremidad
bien definida. Cuando están presentes, frecuememenre apa-
recen asociadas a anomalías de otras estructuras y sistemas. Hemimelia Ausencia parcial de una extrem idad en
forma transversal
Por esa razón, es de suma importancia una valoración com-
pleta del paciente y una acruación mulcidisciplinaria del equi- Aqueira Ausencia de La mano
po de salud para proporcionar al paciente el mejor manejo Apodia Ausencia del pie
posible de su enfermedad y el mejor proceso de recuperación.
Las patologías congénitas son consideradas raras y vincu- Adactilia completa Ausencia de los cinco dedos
ladas a alteraciones de orden genérico. En algunos casos, se
Afalangia completa Ausencia de una o más falanges de los
atribuye a agentes terarógenos. Se reconocen como posibles cinco dedos
factores causantes de patologías congénitas: la alteración ge-
Focomelia total Mano o pie que nace directamente del
nética, causas intrauterinas (pérdida del líquido amniótico, tronco
útero bicorne, daños mecánicos); efectos tóxicos (exposición
al alcohol, drogas, talidomida, pescicidas, radiaciones, agen- Focomelia proximal Falta el brazo o el muslo
tes virales, deficiencia de cobre y vitaminas) y causas vascu- Focomelia distal Fa lta del antebrazo o la pierna
lares (madre diabética, toxemia, hipertensión).
De acuerdo con la alteración provocada, las patologías Micromelia Extremidades presentes pero
anormalmente cortas
congénitas se clasifican en:
• Malformativas: cuando provocan formación anormal Sindactilia Dedos unidos
del tejido fetal.
Polidactilia Exceso de dedos
• Deformación: tej ido fetal alterado por un ambiente
prejudicial. Ectrodactilia Ausencia de un dedo
• Desorganización: degradación del tejido a consecuencia
Mano hendida Falta de dedos y metacarpianos centrales
de factores maternos.

409
410 Parte 1. Cirugia ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea

EMBRIOLOGÍA DEL SISTEMA ESQUELÉTICO las del esclero roma migran alrededor de la notocorda para
encontrarse con el somira opuesto, que está por el lado del
El sistema esquelético, embrionariamente, se origina del tubo neural. Así, las vértebras se forman de la fusión de una
mesodermo paraxial, de la lámina del mesodermo lateral mirad cran eal de un somira con la mirad caudal del otro.
(hoja somática) y de la cresta neural. El mesodermo para-
xial forma una serie de bloques segmentarios en cada lado PATOLOGÍAS CONGÉNITAS DEL TRONCO
del tubo neural que se denominan de somitómems cuando
están ubicados en la región encefálica, y somitm aquellos Se comienza el estudio detallado de esms patologías por las
presentes desde el occipital. Estos somiras también se dife- que se localizan en el tronco y son más frecuentes.
rencian en una porción ventromedial y otra dorsolateral,
denominados ese/erotoma y dermomiotoma, respectivamen- Tortícolis muscular congénita
te. Las células que componen el esclerotoma, al final de la La tortícolis muscular congénita es de gran interés para el
cuarta semana, se tornan poliformas y constituyen un teji- fisiorerapeura, por su fácil tratamiento cuando el d iagnós-
do laxo, el mesénquima. Sus células emigran y se diferen- tico ha sido precoz.
cian, convirtiéndose en fibroblasros, condroblasros u os-
reoblastos. Asimismo, no solamente el mesénquima es Descripción
apto para la producción de hueso. Se ha observado que las La tortícolis muscular congénita es una deform idad asimé-
células de la hoja som<Ítica del mesodermo y de la cresta trica causada por la contractura unilateral del m úsculo del
neural también contribuyen a la formación ósea de la cin- cuello, el esrernocleidomasroideo, que provoca la inclina-
tura escapular, pélvica, huesos largos d e extre midades ción de la cabeza hacia el lado del músculo acortado y el giro
(hoja somática del mesodermo) y huesos de la cara y del de la cabeza hacia el lado contrario. La causa de la rorrícolis
cráneo (cresta neural). muscular congénita es la fibrosis dentro de este músculo.
Realmente se desconoce la patogenia de esa deformidad,
Desarrollo y crecimiento de los miembros pero algunos casos se apoyan en una posible alteración ge-
La formación inicial de los miembros finaliza a la cuar- nética debido a que se ha encontrado dicha deformidad en
ta semana gesracional. Se observan evaginaciones de lapa- gemelos. Otra probable hipótesis para su aparición sería una
red ventrolareral de cuerpo oriundo de la hoja somática de isquemia vascular que provocara cambio fi b rótico muscular
la lám ina del mesodermo lateral. Posteriormente, se for- asociado a una anormal posición intrauterina.
marán los huesos y tejidos conectivos de las extremidades. Esa deformidad puede presentarse sola, pero en la ma-
El desarrollo embriológico de las extremidades se direc- yoría de los casos está acompañada de otras patologías con-
ciona de origen próximo a distal. Eso se ha observado por- génitas.
que en las porciones distales de las evaginaciones, elector-
dermo engrosado forma la cresta apical ectodérmica, que
mantiene una inducción de no diferenciación y prolifera-
ción intensa de las células subyacentes, conocida como
La tortícolis muscu lar congé nita se presenta de forma
asimétrica y está causada por la contractura del esterno-
o
cleidomastoideo.
zona de progreso. Por esa razón, al crecer la extremidad, las
células lejanas de esa zona de progreso empiezan a diferen-
ciarse en cartílago y músculo. A las 6 semanas embriona- Cuadro clínico
rias, en las porciones finales de las evaginaciones se obser- La deformidad, en el 75 o/o de los casos, afecta al lado de-
va que ya están formadas las placas de la mano y del pie. recho del cuello. Puede presentarse desde el nacimiento o
Tras la muerte de la cresta apical ectodérmica, se origina la manifestarse unas pocas semanas después. Por la posición
formación de los dedos. La condensación del mesénquima provocada por la contractura, se observa u na limitació n de
forma los dígitos cartilaginosos que se separa n con la la inclinación de la cabeza del lado opuesto, igual que tam-
muerte celular del tejido que los intercala. El proceso de bién se ve limimda la rotación para el lado contracturado.
desarrollo de los miembros superiores e inferiores es simi- En la palpación de la región afectada se observa una masa
lar; entre tanto, los miembros inferiores tienen 2 días más dura, no dolorosa que crece durante algunas semanas y
de demora que los miembros superiores. En la sexta sema- después empieza a disminuir hasta desaparecer alrededor
na embrionaria se identifican los moldes de cartílago hia- de los 6 meses de edad.
lino que formarán los huesos d e bs extremidades. La tortícolis, cuando no es tratada, ocasiona co ntractu-
La osificación endocondral se inicia al final del período ras graves que provocan aplanamiento en la cara y debili-
embrionario. En la 12 3 semana embrionaria todos los hue- dad funcional del cuello en todos los movimientos de fle-
sos largos de las extremidades tienen su centro de osifica- xión, extensión, rotaciones e inclinaciones, y que termina
ción. En el momento del nacimiento, las diáfisis de los por deformarlo y siruar el lado afectado hacia abajo. Con
huesos están osificadas, solamente se observa cartílago en el crecimiento del niño, las asimetrías se tornan muchos
las epífisis que, posteriormente, con el desarrollo y creci- más evidentes, principalmente al observar los niveles de los
miento, se osificado. ojos y de las orejas. Una consecuencia im portante de la
La columna se origina a partir de los somiras del meso- tortícolis no tratada es la aparición de una escoliosis cervi-
dermo paraxial. En la cuarta semana embrionaria, las célu- codorsal con concavidad hacia el lado afectado, que puede
33 • Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en cirugía ortopédica 411

desencadenar un extenso desequilibrio muscular hacia cau-


dal y agravar aún más la capacidad funcional de paciente.

La posición característica del cuello facilita el diagnósti-


co de la deformidad.

o Debe establecerse un diagnóstico diferencial entre la tor-


tícolis muscular congénita y La tortícolis postura l. en La que
no se aprecia en la palpación el dolor en el músculo ester-
nocleidomastoideo y su debilidad funcional es menor.

Tratamiento
El tratamiento de la tortícolis muscular congénita se debe
iniciar al detectar la deformidad. Tienen gran probabilidad
de éxito las medidas conservadoras adoptadas en edades
tempranas.
Ames de iniciar el tratamiento, es necesario realizar una
eval uación funcional del cuello, para poder tener medidas Figura 33-1. Patolog ía congénita de la escápu la atta.
comparativas y detectar la evolución del cuadro clínico. Se
recomienda realizar un análisis posrural y la medida del H an surgido muchas teorías para explicar qué mecanis-
arco de movilidad de flexión , extensión, inclinaciones y ro- mo provoca que la escápula no descienda hasta su sirio
raciones del cuello. anatómico normal. Una de las explicaciones sería debido a
Conservadoramente, se realizan ejercicios de estiramien- un aumento en la presión intrauterina por la disminución
to pasivos, principalmente en los movimientos de inclina- del volumen del líquido amniótico. Otra razón sería por
ción y rotación limitados. La lista de ejercicios debe ser en- articulaciones anormales de la escá pula con la col umna
señada a los padres para que la ejecuten diariamente con vertebral. También se considera que tal defecto estaría vi n-
los niños, alrededor de seis veces al día. En el caso de los culado a una debilidad muscular.
niños, no se recomienda el uso de compresas calientes para A pesar de todas esas teorías, actualmente se reconoce
la relajación muscular, pero se sugiere, durante el baño ti- la herencia aurosómica dominante como factor origina-
bio, la realización de masajes y estiramiento musculares. rio de dicha malformación. La escápula alta congénita se
Con todo eso, es válido recordar que tratándose de niños es presenta, concomirantemenre, con otras malformaciones
importante su esrimulación con juguetes que favorezcan la en un 67 o/o de los casos. Frecuentemente su afectación es
morricidad activa del cuello en los movimientos limitados. unilateral, pero ya se han publicado casos de aparición
El tratam iento quirúrgico solamente es realizado des- bilateral.
pués del primer año de vida del niño y siempre que no se
haya observado mejora con el tratamiento conservador. De Cuadro clínico
igual manera, después de la cirugía correctiva de la tortíco- En los adultos, la posició n escapular normal está apoyada
lis, el paciente es sometido a sesiones de fisioterapia con es- sobre las costillas, en la parte pos terior del tórax, en un
tiramientos activos y pasivos, con el objetivo de que no re- sentido vertical. Se extiende desde la segunda vértebra cer-
grese la disfunción anterior y para prevenir alteraciones vical hasta la séptima u octava vertebra dorsal.
posrurales secundarias. En la malformación de Sprengel, la escápula está si tua-
da demasiado alta. Su tamaño y su diámetro vertical son
menores, porque en esos casos la escápula se posiciona más

o EL tratamiento de la tortícolis muscular congénita debe


ser precoz. Son muy efectivas las medidas conservadoras
e n edad temprana.
horizontalizada, lo que provoca u na anchura escapular ma-
yor que en el lado sano. Las mujeres son las más aquejadas
por esa afectación en una proporción de 4:1 en relación
con los hombres.
Además de la alteración y malformación ósea, también
Escápula alta congénita o deformidad de Sprengel se observan cambios patológicos en la musculatura que de-
Se define esta deformidad como una posición elevada de la bilitan aún más la funcionalidad de la cintura escapular. El
escápula (Fig. 33-1). músculo más afectado es el trapecio, más evidente en su
porción inferior. Los músculos romboides se preseñran hi-
Descripción poplásicos y con fibrosis que limita gravemente la posibi-
La escápula alta congénita es una deformidad anatómica y lidad de ejecutar su acción muscular correcta. El serrato
de posición de la escápula. En el desarrollo fetal, normal- mayor se presenta débil y no realiza con efectividad la fi-
mente al tercer mes de vida, la escápula desciende hasta su jación de la escápula en la caja torácica; y por último, tam-
posición anatómica correcta. Sin embargo, en algunos ca- bién se observan afectaciones en los pectorales, mayor y
sos no ocurre ese descenso y se forma una escápula alta. menor, dorsal ancho y esrernocleidomastoideo.
412 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea

Anatómicamente, el dato más imporrante que se ha de munes de la columna y, dependiendo d e su alteración, se


observar es la asimetría del hombro y el desplazamiento de la considera como una variante normal del desarrollo.
la escápula hacia arriba y hacia adelante, que puede llegar Habitualmente, los arcos veneb rales no se fusionan an-
a un desnivel de 12 cm con la escápula sana, situando su tes del primer año de vida y dicha fusión es considerada
ángulo superior a la altura de la cuarta vértebra cervical y completa solamente en la adolescencia. Por esa razón es de
su ángulo inferior a la ahura de la segunda vertebra dorsal. difícil diagnóstico durante la infancia. Alrededor de 25 %
Esa malformación puede ser detectada desde el nacimien- de los lactantes y niños presentan algün defecto o imper-
to, pero es con el crecimiento cuando se hace m~ís notoria. fección en los arcos verteb rales que no justifican un a pato-
El hemicuerpo izquierdo es el más afectado, aunque la pa- logía.
tología se puede dar bilateralmente. En el lado afectado, el Los lugares más comunes para su aparición están en la
cuello se presenta más grueso y más corro, y la región su- quinta vértebra lumbar, primera vértebra sacra y en el axis
praespinosa de la escápula se llega a palpar en el área supra- cervical. Con menor frec uencia, se observa la afectación de
clavicular. los últimos segmemos sacros y de la 12" verrebra dorsal o
Funcionalmente, esd limitado el movimiento de ab- primera lumbar.
ducción del hombro afectado por la di sminución d e la En los casos considerados graves de espina bífida, se en-
movilidad de la escápula sobre el tórax. Pasivamente, los cuemran afectados elementos del sistema nervioso central
arcos de movilidad de la articulación glenohumeral son y periférico. En presencia de protrusión de las meninges se
normales. En general, los müsculos que componen la cin- denomina meningocele y en la protrusión de elementos
tura escapular se presentan débiles. neurales y meninges se denomina meningomielocele o mie-
Como consecuencia de la falra de alineación, presencia lomeningocele.
de contracturas y debilidades musculares, se puede desa- En los casos con afectación neurológica se asocian de-
rrollar, secundariamente, escoliosis (véase el capítulo 30, fectos genéricos y ambientales. Se propone como factores
apartado Ecoliosis) e hipercifosis (véase el capítulo 30, causales de la espina bífida: la deficiencia d e fosfato, diabe-
apartado Hipercifosis torácica o joroba). tes materna, deficiencia de zinc, ingesta de alcohol, medi-
camentos como la carbamazepina y, p rincipalmente, de-
fecto en el cierre del tubo neural, durante el período em-

o El desplazamiento de la escápula hacia arriba y hacia


adelante Llega a tener un desnivel de 12 cm con la escá-
pula sana, y es el dato clínico más relevante.
brionario. La malformación suele ocurrir entre la tercera y
quinta semanas de vida intrau terina. El defecto en la fu-
sión de los elementos posteriores de la colum na vertebral
produce malformaciones de los procesos espinosos del ca-
nal vertebral y displasia de médula espinal.
Tratamiento
El tratamiento quirürgico tiene como objetivo mejorar la
estética y, principalmente, la funcionalidad de la cintura
escapular a rravés de osteotomías, liberaciones musculares
La fusión de uno o más arcos vertebra les es lo que carac-
!eriza a la espina bífida oculta.
o
y reposicionamiento escapular.
Para la realización del tratamiento fisioterapéurico,
posquirürgico, es necesaria una evaluación funcional del Cuadro clínico
paciente. Se recomienda realizar una valoración postural, En los casos clínicos as intomáticos se descu bre la altera-
medidas del arco de movilidad y pruebas de fuerza mus- ción por una radiografía realizada por otro circunstancia.
cular de rodas los müsculos de la cintura escapular. El En estas ocasiones, no se observa déficit neurológico y
tratamiento debe basarse en la recuperación de la movili- tampoco anormalidades musculoesqueléticas. En el mielo-
dad escapular y de la articulación del hombro, con el ob- meningocele, la displasia de la médula espinal provoca pa-
jetivo de proporcionar mejor funcionalidad a su miem- rálisis sensirivomotora por debajo del nivel de su ap ari-
bro superior. ción. Se puede observar en el paciente afectado una espe-
cie de «bolsa» revestida por piel que en su interior contiene
meninge, médula espinal, raíces nerviosas y líquido. La in-
El tra~amiento de elección es quirúrgico, seguido de fisio-
O terapia. cidencia de estos casos es de 1:1.000 niños nacidos vivos.

Espina bífida oculta


En muchos casos, el hallazgo de una espina bífida es ca-
su al.
o
En lo que respecta a la espina bífida, son varios los aspec-
tos de interés.
Tratamiento
Descripción El rratamiento quirúrgico para la anomalía de la espina bí-
La espina bífida oculta se caracteriza por la fusión de uno fida oculta solamente está indicado cuando dicha altera-
o más arcos venebrales. Es una de las anomalías más co- ción provoca déficits neurológicos y alteraciones de otros
413

Figura 33-4. Paciente post-


operatorio de mielomenin -
gocele, en decúbito supino.

Figur a 33-2. Paciente postoperatorio de mielomeningocele. e n po-


sición de sedestación.

sistemas. Es necesario un abordaje mulridisciplinar para tal Escoliosis congénita


procedimiento y para las etapas siguientes de rehabilita- Como ya se desarrolló en el capít ulo 30, apartado Etiolo-
ción del paciente. Es preciso realizar una evaluación neu- gía de las escoliosis estructu rales, la etiología de la escolio-
rosenso riomotora del niño y determinar el nivel de la le- sis estructural puede ser, fundamentalmente, congénita,
sión (nivel torácico, lumbar alto, lumbar bajo, nivel sacro) por asimetrías en el desarrollo de las vértebras, tales como
y las secuelas motoras y sensitivas provocadas por el mielo- malformaciones vertebrales del tipo hemivértebras (véase
meningocele (Figs. 33-2 a 33 -4). el capítulo 29, apartado H emivérreb ra).

Descripción
La escoliosis congénim se caracteriza por una curvatura la-
teral de la columna provocada por anomalías vertebrales.
Aparece cuando una o más vértebras rotan y provocan un
desequilibrio muscular. La curva puede ser considerada
leve si cada vértebra rota hacia los lados contrarios, mien-
tras que si rotan hacia un mismo lado, la resultante será
una curva más acentuada.
Estudios realizados en embriones animales explican que
problemas sufridos en la sexta semana de desarrollo intra-
u terino pueden provocar alteraciones vertebrales. Factores
como alteraciones hormonales, hipoxia, enfermedades ví-
ricas y alteraciones nutricionales maternas pueden ser con-
siderados como causantes de la malformación.

Cuadro clínico
Las curvas desarrolladas por la escoliosis congénita tienen
diferentes grados de evolución, dependiendo del área de la
columna. En las regiones cervicotorácicas y lumbares las
curvas son menos progresivas que las que aparecen en la re-
gión torácica (Figs. 33-5 a 33-7).
Anteriormente se creía que las curvas no cambiaban.
Acrualmenre se reconoce que el grado de las curvas presen-
Figura 33-3. Paciente post- ta, en la mayoría de los casos, una progresión, que provo-
operatorio de mielomenin- ca alteraciones musculoesqueléricas más graves y con ma-
gocele, en decúbito prono. yores compromisos motores.
414

Figura 33-5. Image n radio-


gráfica de escoliosis congé-
nita.

C línicamente se observa en la columna una curva pri-


mitiva, corta, angular y poco flexible. El tronco mmbién se
muestra corro y rígido.
En la exploración clínica se han de buscar otras altera-
ciones como oblicuidad pélvica, acortamiento aparente del Figura 33-7. Imagen radiográfi ca de escoliosis congénita.
miembro inferior, tórax en quilla, laxitud articular, genu
valgo, pies cavos y pies planos (Figs. 33-8 a 33-10) .
de la curva escoliótica (para aquéllas menores de 20 gra-
Tratamiento dos), el manejo orrésico (más eficaz en curvas fle xibles y
En los casos de escoliosis congénita es necesario realizar una largas) y, por último, el procedimienro quirúrgico (para las
interpretación adecuada de los resultados clínicos y radio- curvas consideradas graves y que no responden al trata-
lógicos de la curva escoliótica, como también una evalua- miento conservador).
ción integral para determinar la existencia de otras posibles La fisioterapia puede auxiliar durante la fase co nserva-
malformaciones en otros sistemas, y de la madurez esque- do ra preoperaroria y posroperatoria del tratamiento en la
lética del paciente. Clínicamente, como etapas de trata- escoliosis congénita, con el objetivo de minimizar el efec-
miento se realiza la observación y vigilancia de la evolució n to progresivo d e la escoliosis, buscar un realineamienro

Figura 33-6. Imagen radio-


gr áfica de escoliosis congé- Figura 33-8. Escoliosis con-
nita. génita.
33 • Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en cirugía ortopédica 415

Displasia glenoidea primaria


En lo que se refiere a la displasia glenoidea, son varios los
aspectos de interés.

Descripción
La displasia glenoidea primaria, de etiología desconocida,
se caracteriza por una incompleta osificación del cartílago
de la glenoides que altera su superficie articular y la presen-
cia de una h ipoplasia de la escápula y cu ello.

Cuadro clínico
Esta enfermedad provoca un cuadro clínico asintomárico,
en la mayoría de los casos. La presencia de dolor y limitación
fu ncional del hombro se observa más en la adolescencia, al
realizar actividades intensas, o durante los 40-50 años. Su
diagnóstico se realiza a través del examen radiográfico, que
confirma la alteración de la cintura escapular.
Figura 33-9. Escoliosis congé nita.
Tratamiento
adecuado de las curvaturas fisiológicas y mejo rar el equili- Inicialmente, se realiza un programa conservador de forra-
brio muscular a través de ejercicios de corrección posrural. lecimienro muscular de la cintura escapular, especialmen-
te para los músculos estabilizadores de la escápula y d el
PATOLOGÍAS CONGÉNITAS DE LAS EXTREMIDADES manguito rotador. En los casos que no responden bien al
SUPERIORES tratamienro conservado r, se recomienda el procedimiento
quirúrgico, llegando a considerar, en determinadas ocasio-
Las parologías congénitas de las extremidades superiores nes, la realización de una arrroplasria del hombro.

o
son consideradas infrecuentes.
En este aparrado se tra tarán las anomalías que afectan a
los miembros superiores, sin considerar aquéllas de origen La tonifi cació n global de la cintura escapular es el trata-
miento de elección en la displasia glenoidea .
traumático.

Luxación congénita de la cabeza del radio


En relación con la luxación congénita de la cabeza del ra-
dio, son varios los aspecros de interés.

Descripción
La luxació n congénita de la cabeza del radio, dentro de las
a nomalías congénitas orropédicas, es considerada poco fre-
c uenre, con una incidencia aproximadamente de 0,06-
0 ,16:100 niños. Clínicamente se diagnostica por el despla-
zamiento de la cabeza del radio hacia anterior, lateral o
posterior, y es de aparición unilateral.

Diagnóstico y cuadro clínico


E l diagnóstico en neonaros es muy di fícil y en la mayoría
d e los casos pasa d esapercibida. En la niñez se detecta
cuando hay dolor y limi tación funcional en la articulación
d el codo. Los hallazgos de la patología se producen por
medio de los daros clínicos y radiológicos.
Frecuentememe la parología es asinromática, pero en al-
gunos casos se observa u na rigidez con limitación de la fle-
xión o extensión del codo. En la luxación anterior, el arco de
movimiento de la flexión del codo está limitado y en la pal-
Fig ura 33-1 O. Escoliosis
pación se percibe la cabeza radial en el hueco del codo; ya en
congénita con evidente obli- la luxación posterior del codo, su extensión está limitada y
cuidad pélvica. posteriormente se puede palpar la cabeza del radio.
416 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelanea

En la luxación congénita d e la cabeza del radio, el cón-


dilo h umeral y la cabeza radial esrán alterados en su forma.
En la primera estrucmra se observa una falta de desarrollo
completo y en la segunda, una forma ovoide.

Tratamiento
C onfirmado el diagnóstico congénito d e la luxación de la
cabeza del radio en niños, se recomienda optar por una re-
ducción cerrada. Si la luxación es posterior, se reduce en
supinación y extensión del codo. En caso de que la luxa-
ción sea an terior, se realiza la reducción por flexión del
codo. Entiéndase por reducción u n enyesado supraolecra-
n eano durante 4 o 6 semanas. Si no se observan buenos re-
sultados, el tratamiento es quirúrgico con posterior aten-
ción rehabilitadora, enfocada en la recuperación de la mo-
vilidad articular y de la fuerza muscular.

o EL tratamiento de elección en La Luxación congé nita de La


cabeza del radio es La red ucción cerrada con inmoviliza-
ción supraolecraneana duran te 4 o 6 semanas.

Figura 33-11. Sindactilia simple.


PATOLOGÍAS CONGÉNITAS COMUNES
DE LOS DEDOS DE LAS MANOS Y DE LOS PIES

Las principales patologías congénitas que afectan a los dedos • C ompleta: la conexió n cutánea se extiende por las ye-
de las manos y de los pies son la sindactilia ® y la polidacti- mas de los dedos afectados.
Lia ® .Ambas requieren tratamiento quirúrgico que tiene en • Incompleta: la conexión no alcanza a la yema y se deciene en
cuenta algunos factores como el estético, el dolor, la funcio- un punto ente la comisura normal y el extremo del dedo.
nalidad, el equilibrio y la marcha para su realización. • Simple: la membrana de conexión contiene solamente
piel y tejido blando (Fig. 33-11 ).
Sindactilia • Compleja: hay conexión ósea entre los dedos y se pue-
Es una de las principales patologías congénitas q ue afecta den encontrar anormalidades de nervios, tendones y va-
a los dedos. sos (Fig. 33-12).

Descripción
La sindacrilia se define, sencill amente, como la alteración
que provoca la fusión de dos dedos vecinos. La afectación, en
un 50% de los casos, es bilateral y simétrica (Tabla 33-2).
L-t aparición de la sindactilia, en el80% de los casos, es con-
siderada aislada y esporádica. Sin embargo, ellO o/o es de origen
genérico, por estar presente en otras malformaciones y por ha-
ber casos de sindactilia en miembros de una misma .fumilia.

Clasificación
La sindactilia se clasifica en completa o incompleta y sim-
ple o compleja:

Tabla 33-2. Porcentaje de sindactilia en los dedos


de las manos
Dedos afectados Porcentaje
Dedo medio y dedo anular 57 %

Quinto y cuarto dedos 27%

Dedo medio y dedo índice 14 %

Dedo pulgar y dedo índice 3%


Figura 33- 12. Sindactilia compleja.
33 • Patologías congénitas de l sistema musculoesquelético de interés en cirugía ortopédica 417

Clasificación
Según cual sea el dedo extra, se p uede clasificar la polidac-
tilia en:
• Polidactilia postaxil: el dedo excedente está aliado del
meñique.
• Polidacti lia preaxil: el dedo excedente está al lado del
pulgar.
• Polidactilia central o mixta: duplicación del anular, me-
dio o índice.

Mano hendida
Una vez estudiadas las malformaciones de los dedos, a con-
Figura 33-13. Polidactilia y s indactilia. tinuación se tratará la mano hendida e .

Descripción
Tratamiento La mano hendida es una alteración congénita que divide
El tratamiento quirúrgico se enfoca a la separación d e los la mano en un segmento radial y un segmento cubital por
dedos unidos. Funcionalmente, la fisioterapia actúa en el ausencia del rayo central de la mano. Es considerada una
poswperawrio para la rehabilitación de la movilidad arti- patología rara entre las afecciones manuales. Su manifesta-
cular y funcionalidad de los dedos y manos, como también ción más frecuente es bilateral y en el sexo masculino. En
para el cuidado y reparación de la cicatrización. el 50 % de los casos, se observa la presentación de la malfor-
mación en la hendidura de manos y pies simultáneamente.
Polidactilia
Es otra de las principales patologías congénitas que afectan Cuadro clínico
a los dedos. Se determin a el cuadro clínico con la simple observación
de la mano. Estéticamente, la mano hendida no es agrada-
Descripción ble, ya q ue parece una mano en tenaza d e langosta. Fun-
La polidactilia de manos y pies se define como la presen- cionalmente, se observa una buena destreza manual con la
cia de dedos su pernumerarios o el exceso en el número de mano anómala porque posee mecanismos de prensión y
los dedos. Es considerada la más frecuente de las malfor- pmza.
maciones congénitas y presenta formas variables de afecta-
ción. Su aparición esporádica es la más frecuente, pero Tratamiento
puede estar presente en otras malformaciones congénitas El tratamiento quirúrgico se realiza en varias etapas, inten-
(Figs. 33-13 y 33-14) . tando asociar la mejora estética con la funcional del pa-
ciente. Sin embargo, es muy complicado lograr la perfec-
Diagnóstico ción de la estructura man ual. El tratamiento fisio terapéu-
El diagnóstico es clínico y radiográfico. Es necesario iden- tico se realiza d espués de las intervenciones quirúrgicas,
tificar posibles metatarsianos accesorios q ue se articulen con el objetivo de mejorar la funcionalidad de la mano y
con el dedo o dedos excedentes. Básicamente, la cirugía entrenar las actividades manuales.
co nsiste en la amputación d el segmento considerado extra
a la formación normal de los dedos.
El trata miento de elección de la mano hendida es quirúr-
gico. o
Pie hendido
Finalizado el estudio de las malformaciones de los dedos y
de la mano, se tratará a co ntinuación el pie hendido.

Descripción
El pie hendido o la adacti lia ® parcial es una malforma-
ción que consiste en la presencia de una única hendidura
que se extiende proximalmente por rodo el pie. Presenta
diversas variantes que comprometen más o menos la esté-
tica y la funcionalidad. Se p uede observar la ausencia com-
pleta o parcial d e los metatarsianos y dedos, igual que una
Figura 33-14. Polidactilia. formación társica anormal.
418 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea .

Tabla 33-3. Clasificación de pie hendido Clasificación


Características Según el tipo de alteración, las displasias del desarrollo de
Presencia de 5 metatarsianos normales
la cadera se clasifican com o:
• Luxación congénita d e cadera teratológica: se acompa-
11 Presencia de 5 metatarsianos hipoplásicos ña de otras malformaciones graves, a nomalías cromosó-
micas y trastornos neuromusculares. Está presente d es-
111 Presencia de 4 metatarsianos
de la etapa intrauterina, con contractura de los tejidos
IV Presencia de 3 metatarsianos blandos y desplazam iento de la cabeza femoral.
• Luxación congénita d e cadera típica: aparece en el lac-
V Presencia de 2 metatarsianos
tante normal. Puede ser de origen prenatal, peri natal o
VI Presencia de 1 metatarsiano posnatal.

La luxación congénita de cadera típica se subdivide en tres


tipos:
En la tabla 33-3 se recoge la clasificación del pie hendi- • Cadera luxada: la cabeza femo ral est á totalmente fue ra
do de acuerdo al número de metatarsianos presentes. del acetábulo, en posició n superolateral.
• Cadera luxable: la cabeza femoral está en el acerábulo,
Tratamiento
pero puede ser desplazada f.1cilmente.
La opción quirúrgica para el tratamiento del pie hendido • Cadera subluxable: se caracteriza po r la hiperlaximd d e
pretende la mejora estética y funcional del pie del pacien- los ligamentos, con posibilidad de rem over parcialmente
te. Su procedimiento es muy variable y se determina de la cabeza femo ral del acetábulo , sin luxarla.
acuerdo con la malformación presente. En general, se rea-
liza una sindactilización de las partes blandas, recomenda- Factores de riesgo
ble en los 3 primeros años de vida, porque en esta fase el Existen algunos factores predi spo nentes a la ap arició n de
antepié todavía es flexible. la displasia de caderas. Entre ellos, se en cuentran:
• Sexo femenino: tiene una incidencia de hasta 5 veces
más que en el sexo masculino.
O El tratamiento de elección del pie hendido es quirúrgico y
debe ser realizado antes de los 3 años de vida.
• Hiperlaxirud e insuficiencia ligamentosa de la cápsula
de la articulación coxofemoral y sus ligamentos.
• Hiperlaxitud de origen h ormo nal: las h ormonas mater-
PATOLOGÍAS CONGÉNITAS DE LAS EXTREMIDADES nas que producen relajació n de la p elvis pueden provo-
INFERIORES car laximd ligamentosa en el niño intrauterino.
• Parto de nalgas: favo rece la luxación de cadera tanto en
En este apartado se tratarán las anomalías más comunes el parto natural como en niños saca dos d e n algas me-
que afectan a los miembros inferiores, sin considerar pato- diante cesárea.
logías traumáticas. • Historia familiar: incidencia del 70 o/o.
• Etnia: mi~ frecuence en niños blancos que en niños negros.
Displasia del desarrollo de la cadera
• Presencia asociada d e otras anomalías musculoesq uelé-
o displasia congénita de cadera
ticas: tortícolis congénita y displas ia acetabu lar.
Durante el desarrollo normal de la cadera del niño, pueden
existir diferentes alteraciones patológicas que cursan con do- Diagnóstico
lor; entre ellas se encuentra la displasia congénita de cadera. El diagnóstico de la pato logía es clínico, med iante pruebas
En el capítulo 19, apartado Displasia del desarrollo de la ca- específicas y confirmaciones a través de hallazgos rad iográ-
dera, ya ha sido estudiada; no obstante, se incide ahora, ficos (Figs. 33-15 y 33-16).

o
dada su relevancia clínica, en algunos aspectos de interés.

Descripción En niños pequeños es de su ma impo rtan cia el ade cu ado


manejo médico pa ra el dia gn ósti co.
La displasia congénita de cadera es un conjunto de anor-
malidades que van desde una inestabilidad simple con laxi-
tud capsular hasta el desplazamiento incompleto o com-
pleto de la cabeza femoral en un acetábulo anómalo. Principales pruebas diagnósticas
El término disp!ttsia incluye anormalidades del desarro- Las principales man iobras exploratorias son:
llo de las estructuras que componen la cadera, la cápsula, • Maniobra de Orrolani: se coloca el niño en decúb ito su-
la porción proximal del fémur y el acetábulo; y la luxación pino y se realiza la flexió n d e cadera seguida de la ab-
de la cadera es la falta de congruencia articular entre el fé- ducción. La cadera afectada presenta rá limitado el mo-
mur y el acetábulo, que puede ser completa o incompleta vimiento de abd u cción. El explo rador que realiza la
(subluxación). prueba debe estar atento a cualq uier reducción o luxa-
33 • Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en cirugía or topédica 419

Figura 33-17. Representación de la maniobra de Ortolani normal,


sin limitación de la abducción.

El diagnóstico de la displasia del desarrollo de la cadera


es clínico. Mediante la exploración física del niño se apre-
cia una asimetría de pliegues, y las maniobras de Barlow
y Ortolani informan sobre la relación de la cabeza femo-
o
ral con respecto al acetábulo.

Figura 33-15.1magen radiográfica de luxación congénita de cadera.


Tratamiento
El tratamienro de la displasia de cadera es muy variable y
ción de la cabeza femoral en relación con al acetábulo, depende de la edad y del cuad ro clínico presentado por el
a través de un chasquido audible al realizar la prueba paciente.
(Figs. 33-17 y 33-18). Considerando desde el momenro del parto hasta los
• Maniobra de provocación de Barlow: se realiza un a li- 6 meses de edad, el rratamienro se realiza para estabilizar la
gera presión directa sobre el eje longitudinal del fémur cadera luxada con una cont ractura en aducción leve o mo-
con la cadera en flexión y aducción (Fig. 33-19). derada, a través del uso del arnés de Pavlik, duranre los
• Pliegues inguinales: se observan las asimetrías de los primeros meses de vida.
pliegues en la regían inguinal al extender los miembros El arnés es una onesis en abducción y flexió n d inám ica,
inferiores. recomendable para las d isplasias y las luxaciones de cadera
• Signo de Galeazzi: se coloca el niño en decúbito supino de niños de entre los 3 y 6 meses de edad.
y se realiza una flexión de ambas caderas y rodillas, apo- El arnés es una banda torácica, dos bandas para los
yando los pies del niño sobre la mesa de exploración, y hombros y dos estribos. Cada uno tiene una banda anre-
se observa la asimetría de diferencias de altura del romedial para la flexión y otra banda posterolateral para la
miembro afectado (Fig. 33-20). abducción. El arnés se coloca al niño en decúbito supino,
con ropa interior m uy cómoda. Primeramente, se coloca
en el tórax con las bandas de los hombros en línea con los
pezones. Posteriormente, se colocan los pies en los estri-
bos, ajustando la banda antcromedial y manreniendo una
flexión de cadera de 90 a 100 grados, y luego se aj usta la
banda posterolateral para limitar la aducción, sin forzar,
entre tanto, la abducción.
Para los niños con edad entre 6 a 18 meses que empie-
zan a gatear y, posteriormente, a caminar, el uso del arnés
empeora el cuadro clínico de manera significativa. Fre-
cuentemente, presentan acortamiento de la extremidad
afectada y limitación de la abducción pasiva. Al caminar,
la marcha del niño presenta el signo de Trendelenburg.

Figura 33-16. 1magen radiográfica de displasia del desarrollo de la Figura 33-18. Representación de la man iobra de Or tolani positiva ,
cadera . con limitación de la abducción .
420

Coxa vara congénita


Otra de las patologías de más interés es la coxa vara.

Descripción
La coxa 11ara congénita se define como un defectO cartila-
ginoso primario en el cuello del fémur que conlleva una
disminución progresiva del ángulo formado por el cuello
y la diáfisis del fémur (ángulo cervicodiafisario) y acorra-
miento del miembro pélvico afectado. Su manifestación
puede ser durante la lactancia o en la infancia. En la lac-
tancia está presente desde el nacimiento y es considerada
rara; generalmente está asociada a otras malformaciones
congénitas, mientras que la manifestación en la infancia es
más frecuente -solamente se detecta cuando el niño em-
pieza a caminar- y no está asociada a otras d eformidades o
malformaciones del sistema musculoesquelético.
La coxa 11ara es u n trastorno raro, con una incidencia de
1 caso por 25.000 nacidos vivos. No se ha demostrado pre-
dilección por sexo, tampoco raza, así que acontece en
hombres y mujeres de la misma manera. La afectación uni-
Figura 33-19. Maniobra de provocación de Barlow.
lateral es más frecuente que la bilateral, en una proporción
de 2: l. Se desconoce la causa exacta de la coxa 11am. Se ha
En los casos de displasia persistente o no corregida has- de investigar si es la consecuencia de un defecto primario
ta la edad de mayor movilidad e independencia del niño, en la osificación endocondral de la po rción interna del
se recurre a una reducción abierta con osteotomía femoral cuello femoral.
o pélvica o ambos casos.
Cuadro clínico
La presencia de la patología se manifiesta cuando el niño
empieza a caminar. Al principio cojea, bascula y no presen-
ta dolor. La basculación proviene de la debilidad muscular
del glúteo medio y presenta la p rueba de Trendelenburg
positiva.

Ante un niño que cojea, sin traumatismo previo desenca-


denante, es preciso derivarlo al traumatólogo infantil
para descartar una patología de cadera.

Tratamiento
El tratamiento más recomendable para la correción del án-
gulo es el quirúrgico. Algunas medidas conservadoras,
como estiramientos para aductores y rotadores laterales,
son eficaces, pero no promueven la corrección del ángulo
cervicodiafisario.

La coxa vara es progresiva y, si no se trata, puede causar


otras deformidades en la adolescencia como displasias
o
acetabulares.

Luxación congénita de la rótula


En el capítulo 23 , apartado Luxaciones de la rótu la, ya se
ha esrudiado, pero cuando es de origen traumático; no
obstante, se señalan alwra, dada su importancia clínica, al-
Figura 33- 20 . Signo de Galeazzi. gunos aspectos de interés.
33 • Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de in terés en ci ru gía ortopédica 421

El tratamiento posqu irúrgico consiste en la rehabil ita-


Descripción ción de la rodilla y en tratar de manrener un grado de am-
La luxación congénita de la rótula es una patología que ge- plitud de movimiento normal y u na fuerza m uscular con-
neralmente se presenta de forma bilateral. Esd asociada a gruenre entre los músculos q ue com p onen el aparato ex-
una deficiencia del aparato extensor del cuádriceps. Espe- tensor de la rodilla para que no se vuelva a luxar.
cialmente, el músculo vasto lateral presenta una intensa
contractura que, por su acción muscular, luxa la rótula ha-
Pie equinovaro congénito o pie zambo congénito
cia lateral y unida a la parte anterior de la banda ilioribial. A continuación se abordará el estudio de las malformacio-
Aparre de eso, se pueden observar anomalías en la anato- nes congénitas de los pies.
mía de la rótula, alteraciones en su forma y posición den-
tro del aparato extensor del cuádriceps. Funcionalmente, Descripción
la luxación congénita de la rótula implica una rodilla en El pie equinovaro o pie zambo congénito se define como
valgo con rotación externa de la tibia sobre el fémur. la malformación en posición d e flexió n planrar con desvia-
Se conocen dos síndromes clínicos de luxación congé- ción en varo del pie de la articulación del tobillo. Asocia-
nita de la rótula. El primero, denominado luxación congé- do a eso, los pacientes con p ie equinovaro tienen la arteria
nita de la rótula o luxación lateraL fija de la rótula, y un se- tibia! anterior del miembro afectad o hiporrófica y una
gundo tipo, denominado luxación habitual de la rótula o atrofia del tríceps sural m uy pronunciada. En la inspección
luxación obligada de la rótula. Ambos tienen sintomatolo- se puede constatar que el pie afectad o es la mi rad en an-
gía y manifestaciones distinras (Tabla 33-4). chura y en largo del pie sano. Su incidencia es al rededor de
1:1.000 nacidos vivos. Se considera que su aparición es espo-
Tratamiento rádica, a pesar de que se h<m descrito casos familiares que lo
El tratamiento quirúrgico de la patología consiste, de ma- vinculan a una herencia amosómica dominante.
nera general, en la liberación de las estructuras contraídas
en el lado externo de la rótula para su reducción y una pli- Cuadro clínico
catura en la cápsula laxa, o en algunos casos , como en ni- La anatomopatología del pie equinovaro determina el gra-
ños mayores, es necesario la plicatura también en el vasto do de severidad de su afectación. La man ifestación más se-
interno para mejorar su acción muscular. vera de la patología es el p ie en posición equina y vara, con
el antepié en aducción y defo rmidad en cavo. A pesar de
que esta afectación suele darse en la articulació n del tobi-
llo, otras estructuras p articipan del proceso patoló gico.
Tabla 33-4. Tipos de luxación congénita de la rótula Efectivamente, la tibia se encuentra en torsión interna y
1

también existe un compro metimiento de las articulaciones


Tipos Luxación lateral Luxación obligada
fija de la rótula de la rótula mediorarsiana y subastragalina (Fig. 33 -2 1) .
La malformación del pie equinovaro no es causada sola-
Mecanismo La rótula se luxa La rótula se luxa mente por la alterada disposición ósea. El conju nto forma-
de lesión hacia lateral y y se reduce
permanece e n espontáneamente do por las estructuras óseas alteradas y los tejidos blandos
esa posición con el movimiento conrracrurados o anómalos genera mayor fuerza deforman-
de flexión y re y mayor resistencia a la corrección de la defo rm idad ósea
exte nsión de la
rodilla y realineación de las articulaciones comprometidas.
El pie equinovaro sin co rrecció n presenta alteracio nes
Edad Puede Se manifiesta en la en la estructura ostemioarricular del p ie y tam bién provo-
manifestarse en infancia entre los
el lactan te 5 hasta los 1O años
ca cambios funcionales importantes, principal mente por-
que no es una patología estát ica. Con el crecim iento y de-
Patologías Comúnmente Es un trastorno sarrollo del paciente afectado y la carga ofrecida al pie por
asociadas se asocia a ais lado
síndromes

Arco de Contrac tura en Rango de movilidad


movimiento flexión de la de la rodilla
rodilla. Movilidad conservado
de la rodilla
limitada

Funcionalidad Produce déficit Mínimo dé ficit


funcional fun cional o
inexistente

Cirugía Corrección Corrección


quirúrgica precoz quirúrgica
valorable hasta la
aparición de los
síntomas
Figura 33-21 . Pie zambo congénito.
422

la marcha, se desarrollan nuevas alteraciones óseas y nue-


vas contracturas de tejidos blandos que empeoran aún más
la biomecánica del pie afectado. Algunas articulaciones, en
la edad adulta, pueden presentan anquilosis esponránea o
cambios degenerativos secundarios a las contracturas.

o
La evaluación del pie equinovaro es clínica con apoyo ra-
diográfico. La manifestación más grave de la patología es
el pie en posición equina y vara, con el antepié en aduc-
ción y deformidad en cavo.

Tratamien to no quirúrgico
Figura 33-22. Pie plano congénito.
Antes de someter al paciente con pie equi novaro a una ci-
rugía se propone iniciar su tratamiento d e manera conser-
vadora a través del uso de ortesis y fisioterapia. a otras malformaciones como la arrrogriposis congénita,
El uso d e la ortesis debe obedecer el siguiente orden: mielomeningocele, pie equino, e incluso presentar altera-
primero la corrección de la aducción del antepié; en segun- ciones de tipo neurológico.
do lugar, la corrección del ralón varo, y, por último, la co- Realmente se desconoce la causa aislada del pie valgo
rrección del equino d el retropié. convexo congénito. Posiblemente se trata de una deten-
Es de suma imporrancía seguir este orden para no favo- ción del desarrollo prenatal del pie.
recer el surgimiento de una deformidad en dorsiflexión del
re tro pié en lugar de la correcta acción en la articulación del Cuadro clínico
tobillo. La alteración rígida del pie se detecta en el m omento del
El ad ecuado tratamie nto conservador reduce el número nacimiento. Se observa una planta convexa del pie con una
de intervenciones quirúrgicas en casos de pie equinovaro. p rominencia en la región plan tar e interna del p ie, que es
Se ha descrito un 100% d e éxito en el uso de orresis y fi- el hueso astrágalo. El anrepié se coloca en abducción y dor-
sioterapia en casos de malformaciones leves, 70 % en los siflexión. Los músculos peroneos se presentan acortados.
casos considerados moderados y 42% en los casos clínicos La postura del retropié es de equinovalgo, lo que provoca
de deformidad considerada severa. conrracción del tríceps sural. El niño desarrolla una mar-
La valoración radiográfica en anteroposterior y lateral se cha rorpe, co n desequilibrio. Su apoyo en el retropié en
realiza anres, durante y después de la cirugía, con el obje- valgo provoca que no toque el s uelo con la porción poste-
t ivo de proporcionar una constatación efectiva de los cam- rior del talón. El anrepié en abducción descarga el peso so-
bios articulares, un seguimien to adecuado y una m ejor bre la cabeza del astrágalo (Figs. 33-22 y 33-23).
orientación hacia el tratamiento fisioterapéutico que se ha
de desempeñar.

Tratamiento quirúrgico
El diagnóstico precoz del pie valgo convexo congé nito e s
de vital importancia, pues evita rá futuras deformidades
o
incapacitantes severas.
La cirugía de corrección para el pie equinovaro se realiza
cuando no se observan cambios en el tratamiento conser-
vador.

o La opción quirúrg ica generalmente se adopta en casos de


fuerte rigidez en posición equina y en varo.

Pie valgo convexo congénito o pie


plano congénito
Otra de las malformaciones de interés por su frecuencia de
aparición es el pie plano congénito.

Descripción
El pie valgo convexo congénito se caracteriza por una lu-
xación dorsal y externa d e la articulación astragalocalca-
neoescafoidea en el feto durante el primer trimestre de em-
barazo. Dicha patología puede presentarse sola o asociada Figura 33-23. Pie plano congénito con talo valgo.
33 • Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en c1rugía ortopédica 423

El hallux vams congénito se puede presentar de varias


Tratami ento formas, asociando una o más alteraciones:
El rraramiemo quirúrgico se determinará según el grado de • Un primer metatarso corro y grueso.
la alteración y la edad del paciente. La detección precoz de • Huesos o dedos accesorios.
la alteración es de suma importancia para evitar deformi- • Deformidad en varo de uno o más d e los cuatro meta-
dades incapacitantes, contracturas capsulares, ligamenta- tarsianos laterales.
rias y de tejidos blandos, que impliquen alteraciones óseas • Una fuerte banda fibrosa que se extiende desde el lado inter-
aún mayores. El diagnóstico en el período neonaral posi- no del dedo gordo del pie a la base del primer metatarsiano.
bilita el tratamiento por reducción cerrada, sin la necesi-
dad de cirugía. Sin embargo, es muy difícil lograrlo, y en Tratamiento
alguna fase de la niñez se tendrá que recurrir a la cirugía. La cirugía es la opción de tratamiento para la corrección
En fisioterapia se puede actuar en el período neonaral del ballux varus. Como en otras patologías, la gravedad de
ofreciendo un mejor posicionamiento del pie y la descar- la malformación, la angulación de la deformidad y la con-
ga de peso en las adquisiciones de los hitos del desarrollo rractura d e los tejidos blandos determinarán el procedi-
motor. En el período posro peratorio, la rehabilitación miento adecuado.
servirá para una mejor cicatrización y movilidad entre los
tejidos, amplitud articular, fuerza muscular, marcha y PATOLOGÍAS CONGÉNITAS MÚLTIPLES
equilibrio.
Para finalizar, se abordará una de las patologías congénitas
Hallux va rus congénito
múltiples de mayor interés en la práctica clínica habitual
Se estudiará ahora la última de las patologías congénitas en fisioterapia.
aisladas.
Artrogriposis múltiple congénita
Descripción La artrogriposis múltiple congénita se caracteriza por un
La alteración congénita de !Jallux vams se define como conjunto de alteraciones congénitas que provocan rigidez
una deformidad del primer dedo del pie, o dedo gordo, des- y desalineamienw articular.
viado hacia medial a la altura de la articulación merarar-
sofalángica. Su gravedad está asociada a la angulación Descr ipción
de la desviación del dedo del pie, qu e puede alcanzar Como ya se ha mencionado, esta alteración provoca rigi-
desde muy pocos grados hasta los casos severos d e d ez y desalineamiento articular.
90 grados de desviación. Generalmente se manifiesta La etiología de esa patología se debe a la disminución
unilateralmente (Fig. 33-24) . del movimiento normal de las articulaciones durante el pe-
Una de las posibles explicaciones para la aparición de esa ríodo intrauterino. Tal restricción favorece al crecimiento
anomalía es que durante la vid a intrauterina se han origina- de tejido conjuntivo periarticular que conlleva limitación
do dos dedos gordos; de ellos, uno no se ha desarrollado d el arco de movimiento articular y contracturas. Facwres
completamente y con la banda de tejido fibroso arrastra al como un defecto del tubo neural, distrofias óseas, gestacio-
dedo con desarrollo completo hacia la posición en varo. nes gemelares, diabetes materna, esclerosis múltiple y taba-
Comúnmente es confundida con la deformidad en varo quismo (por deficiencia en el aporte sanguíneo al feto)
del primer metatarsiano. No obstante, dicha anomalía no pueden ser causantes de dicha anomalía.
presenta d eformidad de la articulación merararsofalángica.
Tipos
La artrogriposis se divide en tres tipos según la clasifica-
ción de Hall (Tabla 33-5).

Ta bla 33- 5. Clasifi cación de la artrogriposis según Hall

Ejemplos

Principalmente de Amioplasia
miembros Artrogriposis distal
Sinostosis

11 Miembros y otros Pterigion múltiple


órganos Síndrome de Freeman-
Sheldon
Osteocondrodisplasias

111 Miembros y disfunción Anomalías cromosómicas


del s is tema nervioso Síndrome a lcohóli co fetal
central
Figura 33-24. Hallux varus congénito.
424 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

de la articulación, limita el movimiento y provoca la


contractura. Si es múltiple se denomina sludrome de Es-
cobar y produce alteraciones en la columna cervical, dis-
trofismos y compromiso de las manos.
• Tipo !11. Se caracteriza por un síndrome cerebrooculo-
motor que incluye hipotono, microcefalia, alteraciones
visuales y del sistema nervioso central.

Cuadro clínico
Se observa principalmente rigidez y deformidades articu-
lares, debilidad y contractura muscular. Generalmente, los
hombros están en aducción y rotación interna, con los co-
dos extendidos, la muñeca flexionada, los dedos flexiona-
dos y el pulgar aducido. En los miembros inferiores se ob-
servan contracturas en flexión de cadera, con rotación ex-
terna y abducción y con posible luxación. Las rodillas es-
tán rígidas en flexión o extensión y los pies presentan de-
formidades muy rígidas (Fig. 33-25) .

Figura 33-25. Artrogriposis múltiple. (A) Vista anterior. IBI Vista lateral.
Tratamiento
El abordaje para el tratamiento d e la arrrogriposis múltiple
Tipo/. Es la manifestación más común. El déficit de de- es multidisciplinar. Precozmente se debe iniciar la rehabi-
sarrollo muscular determina la formación de contractu- litación para promover el máximo de independencia fun-
ras. Generalmente es simétrica y preferencialmente aco- cional y para minimizar la aparición de las deformidades.
mete los cuatro miembros. El tratamiento quirúrgico es la opción adecuada para co-
Tipo 11. Se caracteriza por la presencia de una membra- rregir las deformidades graves y mejorar la funcionalidad
na triangular de piel (pterigion) que se forma por detrás de la articulación afectada.

llJI RE S U M E N

• Las patologías congénitas del sistema musculoesque lético des y evitar la intervención quirúrgica. Sin e mbargo, a l de-
son variables y pueden afectar a diversas articulaciones, terminar el manejo quirúrgico de la corrección de la defor-
presentarse aisladas o asociadas a otras malformaciones. midad, la fisi oterapia preoperatoria minimiza los efectos
no deseables de la cirugía sobre los tejidos y mejora el pro-
• Existen factores que predisponen a su aparición y se inves-
ceso de recuperación en la fase postoperatoria. Como en la
tiga mucho sobre la influencia genéticas en varias de ellas.
mayoría de las patologías congénitas en que se interviene
• Generalmente, por tratarse de malformaciones congéni- quirúrgicamente, la fisioterapia actúa desde el proceso de
ta s , el tratamiento quirúrgico es la opción ideal en el inten- la cicatrización, recuperación de los tejidos y estructuras
to de disminuir las alteraciones óseas, articulares y mus- intervenidas, movilidad del segmento operado y su funcio-
culares. nalidad para la completa rehabilitación del paciente.

• La fisioterapia puede actuar de manera preventiva, preope- • Para el éxito en la rehabilitación, es de s uma importancia
ratoria y postoperatoria. Algunas alteraciones permiten un la valoración funcional del paciente y la elaboración de es-
tratamiento conservador, y la actuación de la fisiote rapia es trategias de tratamiento individualizadas y específicas para
importante para intentar reducir al máximo las defo rmida- cada caso tratado.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA za del radio asociado a síndrome uña-rómla. Presentación de


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Á. Bezos Cuaresma, A. l. Lozano Muñoz y A. Alonso Recio

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Manifestaciones clínicas y signos de imagen de las epifisiólisis.


• Aspectos evolutivos diferenciales.
• Importancia de las distintas etapas evolutivas de los procesos para un mejor diseño terapéutico.
• Intervenciones para la promoción de la salud y prevención, evitando secuelas estructurales y funcionales .
• Aspectos terapéuticos más relevantes de las epifisiólisis.
• Relacionar las afecciones estudiadas con patologías tratadas previamente o en el futuro .

INTRODUCCIÓN EPIFISIÓLISIS TRAUMÁTICAS


Las lisis ® o cartílagos de crecimiento, como es lógico, La fisis o carálago de crecimiento contribuye al crecimiento
son peculiares de los niños; se localizan entre las m ecáfisis longitudinal de los huesos largos. La epifisiólisis ® es la afecta-
y las epífisis de los huesos largos y son lugar de as iento de ción de la fisis de un hueso. Es una fTacrura á pica de los niños.
fracturas. En general, las placas con mayor potencial de crecimien-
Es fundamental un correcto diagnóstico y adecuado to son las que con mayor frecuencia se lesionan: en la rodi-
tratamiento, pues su evolución afecta d irectamente al cre- lla, en la extremidad distal del radio y proximal del húmero.
cimiento y remodelado.
En lo que respecta a la incidencia, representan entre el Clasificación
15 y el 30% de rodas las fracturas que acontecen en niños. La clasificación de Salrer y Harris (1963) es la más utiliza-
Son frecuentes en el entorno escolar y en el deportivo. da para este tipo de fracturas en la actualidad (Figs. 34- 1
Son más frecuentes en el miembro superior, particular- y 34-2) :
mente en las falanges (Peterson, Madhok, Benson, Ilstrup
& Melron, 1994) o en la extremidad distal del radio (Og-
Tlpo 11 Tipo IV Tipo V

g
Tipo 1 Tipo 111
den, 1981).

o ~ tf\ 15
No deben confundirse con las apofisitis ® , epifisistis ®
u osteocondritis, entidades que se tratarán en el capítulo 48,
por estar relacionadas con trastornos de la vascul arización
lQ1
ósea.
Para facilitar al lector y al estudiante la inregración de Separación de Separación de Separación de Lesión de Aplastamiento
la fisis la fisis asociada la fisis junto a la fisis junto con del cartllago de
conocimientos y ap licarlos a la práctica clínica, en el a una fractura una fractura fractura de la crecimeinto
C3El a nexo 3. Casos clíni cos para prácticas de aula, se presen- de la metáfisis de la eplfisis metáfisis y de
con afectación la eplfisis
tan casos para realizar prácticas de aula; para este tema se articular
recomienda consultar el caso práctico cuarto. Buen La más frecuente, Pronóstico Mal pronóstico. Pronóstico
pronóstico, buen pronóstico, grave. tratamiento muy grave
tratamiento tratamiento tratamiento quirúrgico
ortopédico ortopédico quirúrgico

O Epifisiólisis traumática o fractura fisaria es aquélla con


afectación del cartílago de crecimiento. Figura 34-1. Clasificación de Salter y Harris de las epifisiólisis
traumáticas.

427
428 Parte 1. Ci rugía ortopédica y t r aumatología - Parte V. Miscelánea

Figura 34-2. Epifisiólisis trau máticas. Presen- Tipo Tipo 1 Tipo 11 TipoiiJ Tipo IV Tipo V
tación clínica. características y tratamiento.
lntrafisiario Fisis-metafisis Epifisis-fisis Epifisis-metafisis Compresión

Trayecto
lJ
a ~ ~ ldb
Signo
Thurston-Holland
g
Características Fracturas extraarticulares Fracturas intraarticulares No visible en RX

Tratamiento Reducción cerrada + inmovilización Reducción cerrada/abierta +agujas Tratamlento de


(Aceptable angulación < 20") Kirschner lisas transfisiarias o tomillos las secuelas
en metafisis o epífisis (no transfisiarias)

• Grado I: epifisiólisis pura, es decir, ocurre sólo en la Se manifies ta por dolor, tumefacción, posible deformi-
zona de crecimiento cartilaginoso, de tal manera que la dad e impotencia funcional de la extremidad afectada.
separación entre la meráfisis y la epífisis es completa,
por lo genPral sin desplazamiento de los fragmentos.
• Grado II: epifisiólisis con un fragmento de la meráfisis
unido a la fisis, imagen que es conocida como signo de
La etiología más frecuente de Las Lesiones en La placa de
crecimiento es La traumática y, después, los tumores.
o
Thurstand-Holland. Es la más frecuente.
• Grado III: es una fractura fundamentalmente articu-
lar, pero que incluye una porción de la fisis; es decir, Diagnóstico
atraviesa roda la epífisis y parte del carrílago de creci- Se realiza mediante exploración clínica y estudio radiográ-
miento. fico de la extremidad afectada. Generalmente una p royec-
• Grado IV: es la fractura que atraviesa roda la e pífisis y ción anreroposrerior y otra lateral (Figs. 34-3 y 34-4) son
atraviesa igualmente toda la fisi s. suficientes para el diagnóstico, aunque puede ser necesario
• Grado V: se produce una compresión d e la fisis por realizar radiografías comparativas del lado contralateral.
acercamiento violento de la epífisis y la metáfisis. En las de grado I, el diagnóstico clínico tiene gran im-
portancia y en la radiología se observa un signo de ligero

o En Las de grado 11, el fragm ento metafisario que queda


unido a La fisis se denomina signo de Thurstan -Holland.
ensanchamiento en la fisis.

Epidemiología, mecanismo de lesión


y presentación clínica
Se produce en niños en período de crecimiento; es decir,
con fisis abiertas. Generalmente más en varones.
Debido a un traumatismo directo o indi recto, igual que
el resro de las fracturas o luxaciones que se puedan p rodu-
cir en los adultos.

Figura 34- 4. Epifisiólisis de tipo 11 de la fa lange proximal del se -


Figura 34-3. Epifisiólisis de tipo 111 de la tibia proximal en proyec- gundo dedo de la mano derecha en proyección lateral lA) y posre-
ciones anteroposterior (Al y lateral (8). ducción (81.
34 • Epifisiólisis traumáticas 429

Tratamiento traumatológico Concepto


En las de tipo 1 y II de Salter y H arris, generalmente, es su- La epifisió lisis femoral proximal consiste e n el desliza-
ficiente una reducción cerrada e inmovilización con yeso. miento de la m etáfisis del extremo proximal del fémur so-
En las de tipo III y IV ya se requiere, generalmente, una bre la epífisis.

o
reducción abierta y fijación con agujas de Kirschner o tor-
nillos. En las de tipo V es necesario ya el tratamiento de las
La epifisiólisis femoral proxima l es la enfermedad de la
secuelas [(B vídeo 34-1).
cadera más común en los adolescentes.

El tratamiento de las de tipo 1y 11 es conservador medi an-


te red ucción ce rrada; en las de tipo 111 y IV, reducción

o abierta y fijación interna.


En caso de sospecha diagnóstica, en las de tipo V, ya en
fase de secuelas, se recomienda un tratamiento de des-
Epidemiología, mecanismo de lesión
y presentación clínica
Es la enfermedad de cadera más común en los adolescen-
carga durante 3 semanas. tes y puede ser causa de artritis degenerativa en adultos. Su
frecuencia oscila entre 0,2 a 1O casos por cada 100.000, de
dos a tres veces más frecuente en varones y más habitual en
Complicaciones la población negra.
Las com plicaciones generalmente derivan de la gravedad Existen factores de riesgo biomecánicos y bioquímicos.
del trau matismo o de posibles lesiones asociadas: Entre los primeros se pueden destacar: la obesidad, la dis-
• Detención del crecimiento por lesión fisaria parcial o minución de la anteversión femoral o de la retroversión fe-
total (Fig. 34-5): puede generar imponantes deformi- moral y la inclinación anormal de la fisis del extremo pro-
dades angulares o acortamientos del miembro afectado. x imal del fémur. Entre los segundos están el aumento de
• Necrosis vasculares epifisarias: se deben a la lesión de los los niveles séricos de la hormona de crecimiento en la pu-
vasos epifisarios, y so n más frecuenres en la cadera y en bertad, el hipotiroidismo y el hipoestrogenismo.
la cabeza del radio. Se manifiesta mediante dolor inguinal, que a menudo se
• Artrosis precoz: debida a una mala reducción en las de irradia a la rodilla, el muslo o la cara externa de la cadera (véa-
tipo III y IV. se el caso clínico 34-1). Puede producir cojera en grado varia-
ble. En el examen físico, la extremidad afectada se encuentra
acortada y en rotación externa. En los arcos de movimiento se
EPIFISIÓLISIS FEMORAL PROXIMAL
observa pérdida de la rotación interna y limitación para la fle-
Com o ya se indicó en el capítulo 19 (apartado Tratamien- xión y la abducción, con aumento de la rotación externa.
to) , es conocida como deslizamiento epifisario y cursa con Existe un signo clásico, casi parognomónico, el signo de Dre-
cadera dolorosa. hmann (Fig. 34-6), en el que al flexionar la cadera afectada la
extremidad adopta una posición en rotación externa.

La clínica de una epifisiólisis femoral proximal es dolor


inguinal, irradiado a la rodilla, y cojera evidente.
o

Figura 34-5. Desigualdad de los


mi embros por epifi siólisis del fémur Figura 34-6. Signo de Dreh-
distal derecho. mann.
430 Parte 1. Cirugía ortopédica y trauma tolog ía - Parte V. Miscelánea

Diagnóstico También son útiles para el diagnóstico la ecografía, la


Se realiza por la sospecha clínica y mediante proyecciones tomografía computarizada, la gammagrafía ósea y la reso-
radiográficas anreroposterior de pelvis y lateral de la cade- nancia magnética (Fig. 34-8) .
ra afectada.
En la proyección anteroposterior se debe trazar la línea
de Klein (Fig. 34-7) a lo largo del borde superior del cue-
llo femoral, que debe atravesar el tercio externo de la epí-
La línea de Klein no corta a la epífisis proximal, en un
desplazamiento epifisario, y es La confirmación diagnós-
o
tica.
fisis femoral. Cuando existe una epifisiólisis femoral pro-
ximal, la línea pasa tangente a la epífisis proximal del fé-
mur. Clasificación
En la proyección lateral, generalmente se identifica el Se clasifica como aguda, si lleva menos d e 3 semanas; cró-
desplazamiento anterior de la metáfisis del extremo proxi- nica, cuando se inició hace más de 3 semanas; y crónica
mal del fémur. reagudizada, en los casos crónicos en los que aparecen

Figura 3G- B. Epifisiólisis femoral proximal. Imágenes de resonancia magnética. (Al Corte sagital. Visión anteroposterior. IBI Corte trans-
versal. (CI Detalle de la cabeza.

Figura 34-9. Epifisiólisis femo ral proximal.


Fijación bilatera l mediante tornillos canula-
dos. (Al Proyección ante roposterior. (BI En
abd ucción.
34 • Epifis1ólisis tra umáticas 431

síntomas en las últimas 3 semanas. También se ha clasifi-


cado como estable, cuando el paciente es capaz de cami-
nar con ayuda o sin ella; e inestable, cuando la marcha no
El tratamiento de la epifisiólisis femora l proximal es
la fijación quirúrgica in silu mediante tornillos canu-
lados.
O
es posible.
Para realizar la clasificación radiográfica existen dos tipos:
• C lasificación de Wilson: se basa en el porcentaje de des-
lizamiento: Tratamiento traumatológico
- Leve: desplazamiento inferior a 30 %. El tratamiento tiene como objetivos prevenir el incremento
- Moderado: desplazamiento del 30-50 %. del deslizamiento y evitar la aparición de complicaciones
- Grave: desplazamiento superior a 50%. como la necrosis avascular (véase el capítulo 19) y la condró-
• Clasificación de Sourhwick: depende de la magnitud del lisis (véase el capítulo 48). Consiste en proporcionar una re-
ángulo epifisario-metafisario en la proyección lateral: ducción anatómica de la epífisis femoral. Esto se puede rea-
- Leve: ángulo < 30 grados. lizar mediante fijación in situ con tornillos o mediante os-
- Moderado: ángulo 30-50 grados. teotomías interrrocantéricas. Es recomendable sintetizar en
- Grave: ángulo >50 grados. el mismo acto quirúrgico la cadera contralateral (Fig. 34-9).

~~ RESUMEN

• La epifisiólisis traumática o fractura fisaria es aquélla con • El tratamiento de las de tipo 1y 11 es conservador, median-
afectación del cartílago de crecimiento. En general, las te reducción cerrada; en las de tipo 111 y IV, reducción abier-
placas con mayor potencial de crecimiento son las que con ta y fijación interna. En caso de sospecha diagnóstica, en
mayor frec uencia se lesionan: en la rodilla, en la extremi- las de tipo V, ya en fase de sec uelas, se recom ienda un tra-
dad distal del radio y proximal de húmero. ta miento de descarga durante 3 semanas.

• En las de grado 11, el fragmento me tafisario que queda uni-


• La epifisiólisis femoral proximal es la enfermedad de la ca-
do a la lis is se denomina signo de Thurstan-Hoiland. La
dera más común en los adolescentes. El cuadro clínico es
etiología más frecuente de las lesiones en la placa de cre-
dolor inguinal, irradiado a rodi lla, y cojera evidente. La li-
cimiento es la traumática, y después los tumores.
nea de Klein no corta a la epífisis proximal, en un despla-
• En las de grado 1, el diagnóstico clínico tiene gran impor- zamiento epifisario, y es la confirm ación diagnóstica. El
tancia, y e n la radiología se observa un s igno de Lige ro en- tratamiento es la fija ción quirúrgica in situ m ediante torni-
sancham iento en la lisis. llos canulados.

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~ ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué es una epifisiólisis traumática? 5. ¿Cuál es el tratamiento de las epifis ióli sis?

2. ¿C uáles so n las placas que con más fre cuencia se lesionan? 6. ¿Cuál es e l cuadro clínico de la epifisió lisis fe moral proxi-
3. ¿Cuál es la etiología de las epifisiólisis? mal?

4. ¿Cuál es el diag nóstico de las epifisiólis is? 7. ¿Cuál es e l tratamiento de la epifisiólis is fem oral proximal?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocimiento anatómico de la localización, trayecto y nivel de lesión de los diferentes ne rvios afectados en las neu-
ropatías compresivas periféricas.
• Comprender la fisiopatología de las lesiones por compresión e identificar los factores de riesgo lesiona les, así como
los diversos factores predisponentes.
• Conocer los aspectos clínicos más relevantes y las técnicas de exploración más específicas para la valoración de
los pacientes con neuropatías compresivas periféricas y así poder determinar los objetivos del tratamiento.
• Diseñar un plan de intervención terapéutica, orientado a prevenir complicaciones y a reeducar actividades que
agravan la lesión compresiva.
• Aplicar los tra tamie ntos más relevantes para cada síndrome compresivo, teniendo en cuenta la actualización del
conocimiento basado en la investigación científica y la práctica basada en las pruebas.

INTRODUCCIÓN minología que se utiliza, y por otro, por las numerosas de-
finiciones encomradas, además del gran número de entida-
La neuropatía periférica por compresión es un trastorno fun- des existentes. Así, según Cambon-Binder, Sede! & Han-
cional de un nervio periférico motivado por la acción prolon- nouche (2010), «el síndrome neuropático por compresión
gada de fuerzas mecánicas y debido a fenómenos de atrapa- constituye el conjunto de los síntomas y signos neurológi-
miento y/o presión sostenida sobre una región localizada del cos o vasculares relacionados con el sufrimiento de un ner-
nervio. La lesión nerviosa esd determinada por la naturale- vio en un desfiladero anatómico ® , en general por una dis-
za, la intensidad y la duración del agenre compresivo. cordancia entre el continente (desfiladero inextensible) y el
La compresión puede presenrarse en cualquier parte del contenido. Hay que disti nguir las compresiones que se
trayecto del nervio, pero hay regiones que por sus caracterís- producen propiamente en u n túnel o conducto, cuando el
ticas anatómicas favorecen el atrapamienro. Esros atrapa- nervio se comprime en un desfiladero osteofibroso inex-
miemos nerviosos se producen principalmeme en estrechos tensible, y las compresiones puramente dinámicas emre un
anatómicos como canales o túneles osteofibrosos, donde el nervio y las relaciones musculares o aponeuróticas que va-
nervio sufre una compresión mecánica por elememos exter- rían durante los movimiemos de flexión y extensión».
nos o imernos que da lugar a diferentes grados de lesión y a Estas lesiones por compresión se manifiestan clínica-
manifestaciones clínicas diversas que van a depender del es- mente de dos formas: lesiones agudas, de inicio inmedia-
tadio del atrapamiemo y de la localización o n ivel de éste. to, y lesiones crónicas, de inicio gradual y retardado.
En ocasiones, se presentan compresiones a varios niveles y, Son procesos relativamente frecuentes; la prevalencia de
en algunos casos, irradiación proximal de los símomas que las neuropatías por compresión es del 3 ,8% en la pobla-
hacen que la neuropatía por compresión pase desapercibida ción general, con mayor predominio en el nervio media-
al confundirse con otros procesos parológicos frecuentes. no, pero realmente la incidencia global de estas patologías
Por estos motivos, un apropiado conocimiemo anatómico no está bien delimitada y se mide por la incidencia del sín-
de los diferentes nervios, de su trayecro y de sus territorios drome del túnel carpiano en la población general.
de inervación, tanto moror como sensitivo, es de gran ayu- La frecuencia de estos síndromes está en constame au-
da para su diagnóstico clínico y manejo terapéutico. mento, sobre todo debido al aumento de la práctica depor-
Precisar con claridad y exactitud la conceptualización de tiva, así como a cierras actividades profesionales. Se consi-
estas patologías no es fácil; por un lado, por la diversa ter- dera enfermedad profesional en el sistema de la Seguridad

433
434 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

Social y se encuadra dentro del conjunto heterogéneo de Por tanto, en el manejo de estas neuropatías compresi-
riesgos laborales que se engloban en términos genéricos vas se deben identificar rodas las enfermedades que pueden
como «sobresfuerzo laboral», «trauma acumulativo» o «le- influir en el curso evolutivo y en el tratamiento.

o
siones por esfuerzos repetidos)) (repetitive stmin injuries).
Es importante destacar la importancia social y laboral
La causa más común de la neuro patía compresiva es la
que tienen estas neuropatías, ya que tienen un coste perso- fricción y los microtraumatismos repetidos por elemen-
nal y económico importante. tos móviles en la veci ndad del nervio.

o La neuropatía periférica por compresión es un trastorno


funcional de un nervio debido a fe nómenos de atrapamien-
to y/o presión sostenida sobre una reg ión localizada de éste.
FISIOPATOLOGÍA
Las fibras nerviosas tienen un elemento de protección que
consiste en un sistema tubular de envolturas de tejido con-
ETIOLOGÍA juntivo que proporcionan al nervio periférico sus caracte-
rísticas mecánicas.
La causa primaria de la alteración de la función del nervio Cada fibra nerviosa está rodeada de una delicada capa
en las lesiones por compresión está relacionada con una de tejido conjuntivo fibroso denominada endoneuro, que
combinación de factores mecánicos e isquémicos, a los que manriene un entorno constante para la fibra. Las fibras
se suman otros factores predisponen tes que disminuyen la nerviosas se agrupan en haces o fascículos, que a su vez
resistencia del nervio. cuentan con una fuerte envoltura denominada perineuro,
Hay varios factores mecánicos implicados: que constituye una barrera mecánica sum amente sólida
• Fricción y microtraumarismos repetidos por elementos frente a fuerzas externas y una barrera frente a la difusión,
móviles en la vecindad del nervio. Es la causa más co- y que es capaz de soporrar una isquemia prolongada. Esre
mún. El nervio sufre más cuando en la zona anatómica perineuro desempeña un papel de protección del conteni-
existen procesos de fibrosis. do de los tubos endoneuronales; separa el medio endoneu-
• Compresión mantenida y d uradera de un tronco ner- ral del tejido conjuntivo periférico, que se denomina epi-
vioso que discurre sobre un hueso. neuro y que rodea a los fascículos o se insinúa entre ellos.
• Compresión crónica recidivante. Puede darse por con- La porción de epineuro que rodea los fascículos puede ca-
tracciones repetidas de los músculos vecinos del nervio. lificarse de epineuro externo y la que se infiltra entre ellos,
• Tracción longitudinal sobre el nervio. de epineuro intemo o inteifoscicular. Este último es relati-
• Aplastamientos de corra duración por objetos romos y vamente laxo, actúa como una almohadilla durante los
duros sobre un nervio que discurre más superficial. movimientos del nervio; es decir, desempeña un papel pro-
tector del nervio en los lugares de compresión recurrente y
Todos estos factores mecánicos son capaces de lesionar di- faci lita sus movimientos; da protección a los fascículos en-
rectamenre un nervio, o indirectamenre por procesos de fi- tre sí y a la periferia del tronco nervioso en su conjunto, y
brosis o isquémicos. contiene los vasanervomm (Fig. 35-1).
Aunque la causa más común son los microrraumatis- La cantidad de epi neuro puede variar entre distintos
mos repetidos, los trastornos suelen aparecer tras hiperac- nervios, a lo largo de un mismo tronco nervioso, de un in-
tividad funcional que provoca inflamación del nervio, so- dividuo a otro y, generalmen te, es más grueso donde el
breuso intensivo de un miembro e hiperacrividad en el nervio cruza una articulación. Varios fascículos pequeños
ámbito profesional y deportivo. in mersos en una gran cantidad de epineuro son menos
Unidos a estos trastornos mecánicos, se han descrito vulnerables a las lesiones de compresió n que los fascículos
ciertos factores predisponentes como alteraciones metabó- grandes en una cantidad pequeña de epineuro.
licas que incluyen diabetes, enfermedad renal e hiporiroi- La vascularización nerviosa se organiza en dos redes (ex-
dismo y causas hormonales (embarazo, menopausia) . Por trínseca e intrínseca) ampliamente anastomosadas. El ner-
otra parte, también son factores predisponentes la neuro- vio está vascularizado en la periferia, pero un plexo vascu-
patía generalizada o las polineuropatías diabética, alcohó- lar longitudinal circula en el tejido epineural, así como en
lica, ere., así como deformidades óseas congénitas o adqui- el perineuro y endoneuro. Esre plexo vascular permite mo-
ridas y enfermedades degenerativas o inflamatorias del vilizar el nervio en un margen sin que se produzca modifi-
aparato locomotor como la artritis reumacoide, que hacen cación importante de la vascularización endoneural. Este
más sensible al nervio a la compresión. En otras ocasiones sistema es especialmente vulnerable al estiramiento.
parece existir una cierra predisposición hereditaria, como
ocurre en la relación entre el síndrome del túnel del carpo
y la amiloidosis familiar. La lista de entidades que pueden
facilitar esta compresión incluye también lesiones focales
La movilidad longitudinal de los nervios periféricos tiene
un límite a partir del cual disminuye s u vascularizac ión.
o
como rumores, traumatismos previos, etc. Además, la re-
lación con las características del puesto de trabajo y los La fisioparología de estos síndromes es compleja y combi-
movimientos repetidos es evidente. na la compresión directa de las fibras nerviosas con la is-
35 • Neuropatías compresivas per ifér icas 435

Figura 35- 1. IAI Constitución de un nervio periférico. (8] Corte transversal de un


fascículo. C] Fascículo: fibras nerviosas separadas. ICI Fascículo: fibra s nervio -
sas separadas.

quemia. La compresión sobre un nervio altera inicialmente MAN IFESTACIONES CLÍNICAS


la microcirculación inrraneural, posteriormente, el transpor-
te a:mnal y la estructura de sostén del nervio (tejidos conjun- La presentación clínica varía según la localización y el tipo
tivos perineurales). La primera manifestación de la compre- de nervio afecrado. El inicio suele ser progresivo; los pri-
sión del nervio es la disminución del flujo sanguíneo epineu- meros síntomas se presentan de forma muy variable, lo que
ral, la cual se presenta entre los 20 y 30 mm Hg. Una com- puede retrasar el diagnóstico. En esta primera fase, las ma-
presión superior a 30 mm Hg o una elongación superior al nifestaciones clínicas más características son de t ipo sensi-
20% provoca una alteración prolongada de la vasculariza- tivo con dolor, parestesias y/o disestesias, normalmente de
ción inrraneural, causante de edema y de hipertrofia del teji- carácter intermitente y localizado en la distrib ución cutá-
do conjuntivo del nervio. Estas lesiones isquémicas se acom- nea del ne rvio. Predominan o aumentan por la noche (so-
pañan de una disfunción del transporte axónico y de una al- bre todo en algunos procesos) y se desencadenan por de-
teración de la transmisión del impulso nervioso. En este ni- terminados movimientos. Se deben a las alteraciones en la
vel de compresión se pueden observar cambios electrofisio- microcirculación.
lógicos y parestesias. Si ésta se mantiene (40-50 mm Hg), se Posteriormente, los síntomas se hacen más persistentes
ocasiona daño en la cubierta de mielina (desmielinización) y y aparece alteración motora que se manifiesta por pérdida
en compresiones más graves o prolongadas, habrá daño axo- de fuerza de los músculos dependientes del nervio y dismi-
nal con degeneración walleriana distal y bloqueo en la con- nución de la sensibilidad, secundaria al bloqueo de la con-
ducción nerviosa. A los 60 mm Hg se puede observar un blo- ducción nerviosa; si la compresión se prolonga, aparecen
queo completo de la conducción sensitiva y a los 80 mm Hg signos de denervación con parálisis motora flácida, atrofia
se presenta isquemia intraneural completa. Por tanto, la con- muscular y afectación sensitiva grave.
ducción nerviosa se ve comprometida por varios elementos:
isquemia loc..1.l, desmielinización segmentaría, menos fre-
cuente, y degeneración walleriana en los casos más avanza-
dos. Cuando sólo hay alteración transitoria de la microcircu-
EL cuadro clínico es variable; progresivo en el inicio y con
predominio n octurno.
o
lación, la disfunción sensitiva o motora ocasionada mejora
rápidamente al liberar la compresión. Si existe daño d e la DIAGNÓSTICO
mielina, hay déficit motor y sensitivo distal en el lugar de la
lesión. Si hay daño axonal, la recuperación, una vez elimina- El diagnóstico es clínico, se basa principalmente en la sin-
da la causa, será incompleta y lema. tomarología, en una exploración clín ica detallada, seguido
de estudios neurofisiológicos que permiten determinar el
tronco lesionado, el nivel e intensidad de la lesión y preci-
La fisiopatología es debida a la compresión directa de las sar su gravedad.

o fibras nerviosas y a la isquemia.


La lesión de un nervio produce paresia o parálisis de la mus-
culatura inervada, pérdida de la sensibilidad en la zona de
referencia y alteraciones tróficas de los tejidos denervados.
Historia clínica
Es importante realizar una anamnesis pormenorizada. Los
síntomas clínicos son un elemento clave, el carácter noc-
436 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Parte V. Miscelánea

rumo de los síntomas y que se incrementen con ciertos


movimientos y posturas (existencia de factores posicio na-
les) orientan con fuerza el diagnóstico. Hay que tener en
cuenta la posibilidad de que se presenten compresiones o
atrapamientos en dos niveles (double cmsh syndrome) o en
más de dos niveles (multipfe crush syndrome), o irradiación
de los síntomas que pueden confundir el diagnóstico.

O Determinar exactamente la sintomatología clínica es un


elemento clave en el diagnóstico.

Figura 35-2. Prueba de Weber.


Exploración neurológica
La exploración neurológica debe ser sistemática, precisa y • Prueba de los monofilamentos de Semmes-Weinstein
bilateral. (sensibilidad con la presión): serie de filamentos de nai-
D ebe explorarse el nervio a lo largo de su trayecro, en lon graduados y calibrados para flexionarse con una de-
rodas las zonas posibles de compresión. terminada presión. Es más sensible que la de discrim i-
nación de Weber, pero es más costosa de realizar.
Maniobras de provocación • Prueba de Moberg (picking-up test): prueba funcional
Un punto importante de la exploración son las maniobras de para valorar la prensión de la mano. Consiste en crono-
provocación. Varían dependiendo del nervio explorado y de metrar el tiempo que tarda el paciente en colocar en una
la zona de compresión, pero en términos generales se utiliza: caja una serie de objetos pequeños corrientes y el reco-
• Signo de Tinel: la percusión del nervio en una zona próxi- nocimiento de estos objetos.
ma a la compresión, desencadena dolor y parestesias en el
territorio del nervio afectado. También indica el avance de Para la valoración sensitiva se utiliza la escala propuesta
la regeneración nerviosa. Varía según el estadio evolutivo. por el Britisb Medietzf Council (véase el capítulo 12, apar-
• Prueba de presión digital: presión continuada sobre la tado Evaluación del paciente con parálisis braquial trau-
zona de compresión durante un tiempo inferior a 60 se- mática) .
gundos.
• Adopción de determinadas posturas anatómicas para Exp loración de la función motora
provocar la co mp resión o estiram iento del nervio. Es una parte importante de la evaluación. La explo ración
• Prueba mediante bloqueo distal del nervio. de la fu nción morara puede cambiar en los distintos esta-
dios evolutivos de la enfermedad y deben realizarse explo-

o Existen pruebas específicas de exploración para cada tipo


de síndrome compresivo.
raciones seriadas en el tiempo y de forma comparativa. Se
realiza balance muscular en el terri torio del nervio afecta-
do mediante la escala de Daniels o la escala MRC (Medi-
ca/ Researcb Cormcib con puntuaciones entre O y 5, para
determinar el d éficit muscular y valorar la posible amiotro-
Exploración de la sensibilidad fia indicativa de denervación muscular y, por tanto, de la
La sensibilidad se puede explorar mediante distin tos pro- gravedad del síndrome compresivo.
cedimien tos: Los fenómenos dolorosos y sensaciones de entumeci-
• La sensibilidad vibratoria explorada mediante un diapa- miento pueden cuantificarse mediante la Escala Visual
són de 256 Hz suele ser la primera que se altera en los ca- Analógica (EVA) de O a 1O.
sos de compresión nerviosa y la última en recuperarse.
• La sensibilidad dolorosa se explora mediante un a aguja.
• La alteración d e la sensibilidad discriminativa es fre-
cuente en las formas avanzadas. Se explora mediante:
La exploración neurológica de be ser siste mática, precisa
y bilateral.
o
- Prueba de Weber o de discriminación estática entre
dos puntos: consiste en determinar la separación mí-
ni ma entre dos puntos y es necesaria para que el pa- Pruebas complementarias
ciente perciba dos puntos de contacto distintos; se Desde el punto de vista diagnóstico, es preciso realizar ex-
puede efectuar con un clip o con un instrumento es- ploraciones complementarias para confirmar el juicio clíni-
pecífico (estesiómetro) (Fig. 35-2). La separación de co o para esrablecer con claridad un diagnóstico diferencial.
6 mm o más indica que la prueba es anómala.
- Prueba de Dellon o prueba de discriminación diná- Estudios neurofisiológicos
mica entre dos p untos: similar a la anrerior pero en Sirven para confirmar el diagnóstico, valorar la patología
movimiento. en los diferentes estadios evolutivos y descartar otras pato-
-
35 • Neu ropatías compresivas pe ri fé ricas 437

logías. Indican el lugar de compresión, grado y tipo de


afectación (desmielinizante o axonal).
Las pruebas que se realizan son estudios neurográficos
(ENG), que consisten en el valoración de la conducción
El tratamiento va a depender del grado o seve ridad de la
compresión. o
nerviosa motora y sensitiva y en la electromiografía.
Los estudios de la conducción nerviosa en la zona de Tratamiento farmacológico
compresión, que ponen de manifiesto la disminución de la Se usan antiinAamatorios no esteroideos (AINE), vitami-
velocidad segmenraria de conducción, son los más útiles nas del complejo B y diuréticos para el edema, pero no hay
porque se alteran de forma más precoz. pruebas de su eficacia en estas parologías. A pesar de esta
La electromiografía es útil a partir de la tercera sema- falta de evidencia científica significativa, algunos autores
na, cuando ha terminado la fase de degeneración. Su consideran que en la práctica clínica se p ueden utilizar
sensibilidad varía en ocasiones de forma considerable AINE en la fase aguda de distintos síndromes y durante
entre los distintos síndromes de compresión; un resulta- tiempo corro.
do negativo no descarta el diagnóstico y pueden apare- Los corticoides por vía oral o localmente mediante in-
cer cuadros de conducción lenta sin que exista alteración filtración han demostrado ser más eficaces en el control de
objetiva. los síntomas en la fase aguda y proporcionan mejoría tran-
Cada una de las f.1ses de la lesión nerviosa por compre- sitoria en el 80% de los pacientes. Se pueden aplicar tam-
sión tiene su naducción en el estudio neurofisiológico; en bién mediante iontoforesis o sonoforesis.
general, las etapas en forma cronológica son las siguientes: Para el tratamiento del dolo r neurop~ítico se prescriben
enlentecimiento focal de la velocidad de conducción por antiepilépticos como gabapentina, pregabalina y, con me-
desmielinización focal, bloqueo de la conducción nerviosa nos frecuencia, carbamacepina; antidepresivos t ricíclicos
y dispersión temporal del potencial a través del lugar de (amitriptilina) e inhibidores selectivos de la recaptación de
compresión. La electromiografía muestra signos de dener- scrotonina y opioides (tramado!, oxicodona).
vación en los músculos distales por daño axonal.
Ortesis
Pr uebas de imagen El tipo de ortesis dependerá del síndrome compresivo que
Son menos importantes en el diagnóstico, sin embargo, se vaya a tratar. Se considera u n tratamiento básico. Se uti-
son necesarias en algunos casos: lizan férulas para limitar la movilidad articular (ortesis de
Exploraciones radiológicas: permiten identificar las reposo); se aplican durante tiempo limitado, con in movi-
anomalías óseas y articulares. lización parcial (cuando es posible), pe rm itiendo moví-
Ecografía: permite idenrificar el sitio de compresión y miemos que no empeoren la compresión nerviosa. En la
precisar el sufrimiento de un nervio. Es una exploración extremidad inferior se pueden usar ortesis tipo FO, Al~O,
din~ímica que posibilita la realización de maniobras es- etc. (véase el capítulo 3 8) .
pecíficas, como la contracción de ciertos músculos para
evidenciar el trastorno compresivo. Tratamiento fisioterapéutico
Resonancia magnética (RM) o tomografía computari- Este tratamiento varía en función de la fase evolutiva de la
zada (TC). No se realizan de forma sistemática. Se pres- lesión. Los objetivos deben ir enfocados a aliviar el dolor,
criben ante la sospecha de lesiones que ocupan espacio, mantener la movilidad articular, mejorar el trofis mo mus-
como un proceso tumoral o seudotumoral o variaciones cular, proteger las zonas anestesiadas, preveni r deformida-
anatómicas. des y facilitar la readaptación funcional y laboral, p rinci-
palmente. Se pueden aplicar procedimientos diversos.
Cinesiterapia. Se pueden realizar ejercicios que no con-
El diagnóstico es clínico, se basa principalmente en la
lleven movimientos articu lares que agraven la compresió n.

o sintomatología, en una exploración clínica detallada y en


estudios neurofisiológicos que permiten determinar el
tronco lesionado, el nivel e intensidad de la lesión, y ayu-
dan a precisar la gravedad.
Así, movilizaciones pasivas, activo-asistidas y activas (te-
niendo en cuenta el estadio de la lesión) , generalmente
analíticas, para prevenir retracciones articulares y prevenir
o limitar la fibrosis muscular. A estas movilizaciones se
pueden añadir posturas, estiramientos y ejercicios de coor-
dinación.
TRATAMIENTO GENERAL
Se puede plantear un tratamiento general de las neuropa-
rías por compresión, pero hay que tener en cuenta que este
tratamiento se debe completar con las particularidades de
cada síndrome.
En la fase crónica se realiza n ejercicios de fo r ta lec imien-
to muscular; primero, ma nuales y ana líticos, con resis-
tencia creciente, y progresivamen te , e jercicios globales,
o
ejercicios orientados a tareas y ejercicios propiocept ivos .
La mayoría de esros síndromes compresivos responden
al tratamiento médico o conservador; cuando éste fracasa
o hay un déficit sin recuperación espondnea, se realizará La terapia manual mediante diferentes técnicas de ma-
un tratamiento quirl!rgico. saje, movilización pasiva del nervio afectado, estiramiento,
i38 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

movilización con deslizamiento, tracción, movilización arti- mes de compresión que afectan sobre todo a la mano. En
cular, ere., pretende aliviar la presión sobre el nervio. Así, las este aspecro se incluye la rehabilitación de la sensibilidad
movilizaciones neurodinámicas IG€1 véase Vol. l. capítulo 22) discriminativa mediante ejercicios de localización y ejerci-
producen movilización directa del nervio, dispersión del cios de discriminación. Los ejercicios d eben seguir el ritmo
edema y disminución de la presión en el nervio, por lo que de recuperación sensitiva.
estarían indicadas en esros procesos compresivos.
En estos procesos es importante rehabilitar la sensibili-
dad de protección, evitando la exposición al frío y al calor o
o
La evidencia cie ntífica con respecto a la terapia activa es,
en general, escasa y Los estudios o revisiones sobre el excesivo y las tareas repetitivas.
ejercicio o movilización activa proporciona n resultados
contradictorios.
Reeducación funcional y gestual y ergonomía. Es
importante en estas patologías la co rrección de defectos
Ultrasonoterapia. Se aplican principalmente ultrasoni- posturales o ergo nóm icos en las actividades q ue causan o
dos pulsados por su acción mecánica y selectiva sobre las pueden agravar la compresión. Es imprescindi ble también
vainas y ligam entos, pero también ultrasonidos continuos. la terapia ocupacional.
Actualmente, algunos estudios combinan ambos; se divide
la sesión entre las dos modalidades y se calcula la dosis para Tratamiento quirúrgico
cada pacien te teniendo en cuenta la flsioparología del pro- Cuando fu.lla el tratamiento conservador, se recurre a la ciru-
ceso. Como se ha comentado anteriormente, se pueden gía descompresiva del nervio afectado mediante neurólisis ex-
urilizar para introducir fármacos (fonoforesis) como terna. La intervención se puede realizar por vía endoscópica.
AINE, corricoides y anestésicos locales. Se ha señalado en
diferentes estudios que es de utilidad para el ttatamienro NEUROPATÍAS COMPRESIVAS PERIFÉRICAS
sintomático de diferentes neuropatías compresivas y se lle- MÁS FRECUENTES
ga a tener una evidencia clínica media-alta si se combina
con otros procedimientos terapéuticos como férulas, cor- Las neuroparías por presión son muy numerosas. Pueden apa-
ticoides, movilización del nervio y terapia ocupacional. recer síndromes compresivos de los diferentes troncos nervio-
Tcrmoterapia. Está indicada en procesos subagudos y sos y en dife rentes niveles de w 1 mismo nervio, por lo que a
crónicos. Se ha observado que el calor aumenta la veloci- continuación se exponen las neuropatfas compresivas más ha-
dad de conducción en el nervio periférico. Se puede apli- bituales. En este aparrado se describirá el síndrome del túnel
car termo terapia superficial o profunda mediante onda carpiano con más detalle, por ser la neuropatía compresiva
corta, microondas, etc., pero estas últimas son medidas más frecuente y más representativa de este grupo de patolo-
menos utilizadas y su nivel d e eficacia es bajo. gías. Los síndromes compresivos de la extremidad superior
son más frecuentes que los de la extremidad inferior.

O El uso de la crioterapia es muy limitado al di sminuir la


conducción nerviosa.
Nervio mediano
El nervio mediano puede sufrir comp resió n e n varios ni-
veles. La localización más frecuente es en la muñeca y las
La magnetoterapia y el láser de baja frecuencia se uti- compresiones en el codo son las menos frecuentes.
lizan en algunos síndromes com presivos como en el sín-
drome del túnel carpiano, pero, aunque diversos aurores Síndrome del pronador redondo
consideran que producen mejoras en la sintomarología clí- Compresión del nervio mediano e n el codo. Las zonas de
nica y en la velocidad de conducción n erviosa, su nivel de posible compresión son: entre el ligamento de Srrurhers y
eficacia también es bajo. la apófisis supracondílea, en el!rtcertus fibrosus (expansió n
Como medidas analgésicas se emplean diferentes mo- aponeurótica del bíceps), en el interior del músculo p rona-
dalidades de electroterapia. La más utilizada y con mejo- dor redondo y en la arcada aponeurórica del músculo fle-
res resultado es la esrimulación eléctrica t ransc utá nea xor superficial común d e los dedos.
(TENS), principalmente de frecuencia aira y amplitud Se manifiesta por la aparición de dolor en el tercio pro-
baja (TENS convencional). En ocasion es, también T ENS ximal del a ntebrazo y codo que aumenta con el ejercicio y
de frecuencia baja. puede irradiarse hacia la mano con afectación del área ce-
La electroestimulación para mantener el rrofismo de los nar. Hay parestesias y dismin ución de la sensibilidad en el
músculos afectados hasta la reinervación se pued e aplicar área sensitiva del dedo mediano. Los síntomas aparecen
en afectaciones de algunos síndromes compresivos que durante el d ía (en el síndrome del tune( carpiano son noc-
cursen con debilidad muscular importante por la denerva- turnos) . El déficit motor no es típico, aunque a veces el pa-
ción parcial y en las que no se pueda realizar cinesirerapia, ciente percibe debilidad m uscula r.
aunque su empleo es discutido. El diagnóstico se basa en la a namnesis y en la explora-
Reeducación sensitiva. Es indisp ensable realizar un ción detallada de la actividad de los diferentes m úsculos
buen tratamiento de las lesiones sensitivas en los sfndro- del antebrazo y del pulgar inervados por el n ervio mediano.
35 • Neuropatias compresivas periféricas 439

El diagnóstico se confirma mediante los estudios neu-


rofisiológicos.
El tratamiento inicialmente es conservador y si fracasa
se realiza trammiento quirürgico.

Síndrome del túnel carpiano


La neuropatía crónica por acrapamienro del nervio me-
diano de la muñeca es, actualmente, la neuropatía perifé-
rica m<is frecuente. Es el ejemplo más común de compre-
sión nerviosa en el organismo. Afecta al 3,8% de la po-
blación general, pero diferentes autores consideran que la
Figura 35-3. Presión directa de las masas musculares proximales
del antebrazo (síndrome del pronador redondo!. prevalencia puede ser mayor y llegar al 1O%. En un estu-
dio reciente, Dale, Harris-Adamson, Rempel, et ni. (20 13)
consideran una incidencia global del 2,3% en Estados
Se realizan maniobras de provocación que orientan Unidos.
sobre el lugar de compresión: El síndrome del túnel carpiano (STC) es un conjunto
• Presión directa de las masas musculares proximales del de síntomas y signos provocados por la lesión del nervio
amebrazo (Fig. 35-3). mediano al atravesar el carpo junco a los tendones flexores
• El signo de Tinel es positivo. de los dedos.
• La flexión del codo contrarresistencia entre 120 y Es más frecuente en personas de mediana edad (40-
135 grados agrava los síntomas en la zona más proximal. 60 años) o de edad avanzada (pico alrededor de los 75 años),
• La flexión activa del codo con supinación contrarresis- con una media de edad de 54 años. Afecta más a mujeres
tencia tensa ellacertus fibroso ® . que a hombres 2-3/ l. Es el síndrome más común por trau-
• La pronación del antebrazo contrarresistencia, con la matismo repetido.
muñeca en flexión pasiva, puede agravar los síntomas y
orienta sobre la existencia de una lesión en el pronador
redondo.
• La flexión contrarresistencia de la articulación interfa-
El STC está considerado como una enfermedad profesio-
nal, y en trabajado res manuales cuya ocupación conlleva
vibraciones puede tener una incidencia de l30-40 %.
O
lángica proximal del tercer dedo tensa la arcada del fle-
xor superficial de los dedos.
Etiopatogenia. 1;:1 túnel carpiano es un espacio osteofi-
Los estudios neurofisiológicos generalmente son negativos broso limitado y rígido que fisiológicamente actúa como
o poco determinantes. un compartimento cerrado (Fig. 35-4). Es una estructura
El tratamiento inicialmente es conservador, con fárma- inextensible, limitada por los huesos del carpo y el liga-
cos, ortesis de reposo y cinesiterapia principalmente de la menro transverso del carpo {retináculo flexor), y es eviden-
musculatura flexora del antebrazo y del pronador redondo. te que cualquier proceso que aumente la presión en este es-
Deben evitarse rodas las actividades de riesgo. Si no da re- pacio, como la flexión o extensión forzada de la muñeca o
sultado se realizará un tratamiento quirúrgico. una deformidad ósea tras una fractura (fractura de Calles),
puede provocar una alteración en la normal vasculariza-
ción y fisiología del nervio mediano. Un porcentaje de es-

O El síndrome del pronador redondo se produce por la com-


presión del nervio mediano en el codo.
tos síndromes son de causa idiopática, pero existen ciertos

Síndrome del nervio interóseo anterior


o síndrome de Kiloh-Nevin
Es una rama exclusivamente morora y se origina del ner-
vio mediano, 6 cm por debajo del epicóndilo lateral. Se
asocia con actividades que requieren movimientos repeti-
dos de pronosupinación. Su compresión no ocasiona alte-
raciones sensmvas.
Cursa con dolor inespecífico en la zona proximal del
antebrazo que aumenta con el ejercicio.
En la exploración se observa debilidad o parálisis del
músculo pronador cuadrado y del flexor profundo del pulgar
y del índice. No existe déficit sensorial y provoca la imposibi-
lidad para la flexión de la f.:tlange distal de los dos primeros de- Figura 35-4. Corte transversal de la mano derecha a la altura de
dos, no permitiendo una pinza correcta (signo OK). los huesos del carpo.
40 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea

factores que incrementan esta probable compresión prima- Pueden diferenciarse dos formas: aguda y crónica. l.,a
ria local del nervio, como el aumento anormal del tejido forma aguda suele ser poco frecuente y es debida a un au-
que forma los límites del túnel con el resultado de un ma- mento rápido y sostenido de la presión en el túnel carpia-
yor efecto compresivo; esto sucede en el hiporiroidismo, el no; suele asociarse a fractura del radio, pero también a
embarazo, diabetes, anriris, renosinoviris de los rendones otras patologías como quemaduras, infecciones locales,
Aexores, etc. Además, ex.isten otros elementos que aumen- ere. La forma crónica es mucho más común y los síntomas
tan la susceptibilidad del nervio a sufrir una lesión y que pueden persistir durante meses o años.
deben tenerse en cuenta. Se ha demostrado en diversas pu-
blicaciones que la edad, el sexo, el sobrepeso y una morfo-
logía cuadrada de la muñeca son factores predeterminan-
res para la aparición del STC.
También existen ciertos factores de riesgo en la activi-
La neuropatía cróni ca por atrapamiento del n ervio me-
diano en la muñeca es la neuropa tía periférica más fre -
cuente.
o
dad profesional, como posturas forzadas de la muñeca,
movimientos repetitivos de muñeca y dedos, utilización de Cuadro dinico. El inicio de los síntomas suele ser noc-
cierras herramientas, ere. Por tanto, se puede considerar no turno e insidioso. Los síntomas más frecuentes son dolor y
solamente como un trasrorno mecánico, sino como un parestesias en el territorio de inervación del nervio media-
problema neurológico multifacrorial en el que subyacen no (cara palmar del pri mer, segundo y tercer dedos y mi-
otros trastornos sistémicos o caracrerísricas personales pre- rad radial del cuarto}, ocasionalmente irradia al antebrazo,
disponentes. Los disrinros facrores relacionados se reflejan codo y hombro, empeoran por la noche y con cierras acti-
en la tabla 35-1. vidades manuales y mejoran con la elevación del brazo y
Las evidencias científicas existentes en la actualidad de- con sacudidas de la mano.
muestran que la lesión del nervio en el STC se produce En casos avanzados aparece pérdida de fuerza y dificul-
fundamentalmente por factores mecánicos que actúan tad para los movimientos de abducción y oposición del
como fuerzas compresivas y de fricción que alteran el rie- pulgar, lo que provoca la caída de objeros de la mano, re-
go sanguíneo local, distorsionan la miel in a y, en fases avan- lacionada con una debilidad de la musculatura (abducror
zadas, afectan a los axones por daño directo de éstos o bien corro, flexor corro y oponente del primer dedo) y atrofia
por la alteración previa de la mielina y/o los vasa nervomm, de la eminencia cenar (véase el caso clínico 35-1), que se
dando lugar a un círculo vicioso. manifiesta levemente po r la pérdida de volumen muscular.
Los síntomas son bilaterales en el 50 o/o de los pacientes
y la distribución de las parestesias no siempre coincide con
Tabla 35-1. Factores predisponentes en el síndrome
la distribución anatómica teórica de las ramas sensitivas
del túnel carpiano
del nervio mediano.
• Acromegalia El síndrome del túnel carpiano no sigue un curso pre-
• Actividad física decible. Algunos pacientes presentan un deterioro en la
• Artritis reumatoide
• Automanejo de s illas de ruedas función de la mano, m ientras que otros describen períodos
• Calcificaciones del intracarpo asinromáticos y exacerbación intermitente de los síntomas.
• Deporte de escalada Otros pacientes han descriro la m ejoría espontánea de los
• Desórdenes hormonales
• Diabetes mellitus
síntomas sin tratamiento médico.
• Edad



Embarazo
Factores genéticos
Factores medioambientales
Los síntomas de l STC son de inicio noc tur n o e insidioso. O
• Fractura de Calles
• Gangliones
• Hipotiroidismo Evaluación. El diagnóstico se realiza mediante la anam-
lndice de masa ósea
• Linfedema por mastectomia nesis y la exploración, y cuando existen dudas, se confirma
• Luxación del hueso s emilunar el diagnóstico mediante pruebas complementarias.
• Menopaus ia El objetivo de la exploración es doble. Por un lado, con-
• Microtraumatismos por muletas
• Obesidad firmar la sospecha clínica, y por otro, descartar otros pro-
• Ocupación laboral cesos con los que se debe realizar el diagnóstico diferencial
• Osteoartritis en articulaciones del carpo y del metacarpo {Tabla 35-2).
• Pertenecer a una familia con his toria de diabetes
En la exploración del STC se incluyen distintas pruebas
• Tabaquismo
• Trabajo en ambiente con temperatura muy fría de provocación, pero ninguna es infalible para el diagnósti-
• Trabajos manuales repetitivos co. Se puede encontrar amplia bibliografía sobre las d iferen-
• Trabajos que alternan continuamente el aumento y la tes pruebas de provocación y signos diagnósticos con resul-
dis minución de fuerza
• Trabajos que as ocian vibraciones tados variables en cuanto a su sensibilidad y especificidad.
• Traumatismos acumulativos de la m uñeca Las maniobras m ás recomendadas son:
• Tumores loca les • Signo de Tinel Se considera positivo si se perciben pa-
• Uso excesivo de las m anos
restesias en el territorio nervioso al golpear con suavi-
35 • Neuropatías compresivas periféricas 441

Ta bla 35-2. Diagnóstico diferen cial del s índrome


de l túnel carpiano

• Neuropatia por compresión del nervio cubital


• Neuropatia por compresión del nervio mediano en el codo
• Plexopatías
• Síndrome del desfiladero torácico
• Radiculopatia cervical
• Lesión vascular cerebral
• Artropatía de muñeca
• Neuropatías periféricas de otro origen
• Síndrome de dolor regional complejo
• Retracción de la aponeurosis palmar
• Rizartrosis

Figura 35-6. Signo de Phalen.


dad el trayecto del nervio mediano en el túnel carpiano.
Es una prueba clásica pero en el STC tiene baja sensibi-
lidad (23-60 %) y especificidad (33-86 %) y puede dar mediano durante al menos 30 segundos. Es positiva
falsos positivos (Fig. 35-5) . cuando el paciente describe dolor y pérdida de sensibi-
• Signo de Phalen. Las mui'íecas se colocan en flexión du- lidad. Sensibilidad del 87% y especificidad del 90%
rante 1 minuto y se considera positiva si el paciente re- (Fig. 35-8).
fiere adormecimiento o parestesias en el territorio des- • Signo del círculo. Imposibilidad de realizar el movimien-
crito (Fig. 35-6) . Estudios recientes con confirmación to de oposición entre el pulgar y el índice (Fig. 35-9).
electrodiagnóstica muestran una sensibilidad de entre el • Debilidad o atrofia en la eminencia tenar. Se explora el
48 y 91 o/o y una especificidad de entre el 55 y 86% . abductor corro del pulgar, aplicando resistencia a la se-
• Signo de Phalen invertido o maniobra de Wénw: Las mu- paración del dedo. Es una prueba útil, con moderada
ñecas en máxima extensión con dedos extendidos du- sensibilidad y especificidad (66 %). La atrofia cenar sue-
rante 1 minuto (Fig. 35-7). Presenta una especificidad le ser indicativa de casos crónicos y graves, por lo que su
muy alta, pero una sensibilidad similar a la prueba ori- sensibilidad baja entre el 33-44% aunque su especifici-
ginal. dad es alta.
• Siguo de la sacudida o de Flick. Es positivo cuando el pa-
ciente, al agitar su mano, de la misma manera que lo La combinación de varias pruebas aporta mayor informa-
hace para bajar un termómetro, mejora la sintomatolo- ción para el diagnóstico.
gía. Sensibilidad del37% y especificidad del 74%. En la exploración de los trastornos de la sensibilidad,
• Índice de jolmson. Consiste en hallar la relación entre el tanto la alteración de la sensibilidad vibratoria, la disminu-
diámetro anteroposterior con el mediolateral a la altura ción de la sensibilidad entre dos puntos como la hipoalge-
del pliegue distal de la muñeca mediante un gonióme- sia en la zona del territorio del nervio mediano, han de-
tro. Si la relación es mayor o igual a 0,7 (muñeca con mostrado una baja sensibilidad (15-51 %) con una especi-
forma cuadrada), la prueba se considera positiva. Aun- ficidad aceptable (60-95 %).
que es una prueba menos conocida, su sensibilidad es Pruebas complementarias. Las exploraciones comple-
del69-74% y su especificidad del 73-76%, por lo que mentarias son necesariamente utilizadas, con distinta
puede ser útil en el diagnóstico. orientación diagnóstica.
• Pmeba de compresión digital o pmeba de Durkan. Se Para confirmar el diagnóstico y valorar el grado de afec-
ejerce presión directa moderada sobre el área del nervio tación del nervio mediano, se realiza un examen neurofi-

Figura 35-5. Signo de Tinel. Figura 35-7. Signo de Phalen invertido o maniobra de Werner.
442 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

la sefialan co mo alternativa imporranre y consideran el


ex;tmen del nervio mediano med iante ultrasonografía
como una prueba clínica y electrofisiológica para detectar
lesiones de compresió n causadas por atrapam iento nervio-
so, con una sensibilidad del87,3% y una especificidad del
83,3 % . En un trabajo realizado por McDonagh, A1exan-
der & Kane (2014), proponen la ecografía como prueba
diagnóstica inicial en el STC, con una sensibilidad y espe-
cificidad del 97,9 o/o. Es la prueba mejor valorada por el
paciente, con la capacidad adicional de evaluar la anatomía
del túnel carpiano y de servir como guía para la infiltración
de corricoides.
La resonancia magnética puede ser de utilidad para
Figura 35-8. Prueba de compresión digital o prueba de Du rkan.
diagnosticar trastornos p recoces y avanzados, así como para
detectar causas asociadas de compresión como rumores.
siológico que consiste en un estudio de conducción ner-
viosa y electromiograma (EMG). Las técnicas que estu-
dian la conducción nerviosa constituyen el instrumen to
más útil para demostrar la sospecha clínica del STC y va-
El estudio de la conducción nerviosa constituye el instru-
mento más útil para confirmar la sospecha clínica del
STC y para valo ra r la gravedad de l atrapamiento.
o
lorar la gravedad del atrapamiento. Se detecta la disminu-
ción de la velocidad de conducción sensitiva y motora.
Tienen una sensibilidad y especificidad del 90 % , pero Tratamiento. La indicación terapéutica en el STC de-
pueden dar falsos positivos y negativos. pende de la gravedad de los síntomas, de la etiología y de
El principal objetivo de la EMG en pacientes con sospe- los hallazgos electrofisiológicos.
cha de STC es valorar cualquier pérdida axonal y descartar En aquellos casos en que se identifique una enfermedad
otras patologías con afectación similar (neuropatía alta del asociada, se instaurará un tratamiento etiológico adecuado
mediano, plexopatía ® o radiculopatía de C6-C7). En los para ella, controlando la diabetes, el hipotiroidismo, la ar-
casos leves o tempranos del STC suele ser normal, y en esta- tritis reumaroide, etcétera.
dios más avanzados los estudios EMG muestran, en reposo, Existen pocos estudios que comparen las diferentes op-
la presencia de potenciales de denervación en los músculos ciones terapéuticas en casos con síntomas leves.
de la eminencia renar inervados por el nervio mediano.
La radiología puede detectar lesiones óseas y deformi-
dades y sirve para valorar la estrechez del canal o la existen-
cia de prominencias.
El tratamiento debe incluir unas recomendaciones gene-
rales, el uso de una féru la de muñeca, medidas ergonó-
micas y tratamiento rehabilitador.
o
La ecografía de las partes blandas también ha mostra-
do su fiabilidad. Diversos autores (Tai, Wu, Su, Chern &
Jo u, 2012; Rol!, Evans, Li, Freimer & Sommerich, 2011) Tratamiento preventivo. El reconocimiento tempra-
no del STC y la educación ergonómica sobre los factores
de riesgo se consideran medidas de prevenció n. En los ca-
sos en que el paciente requiera movimientos repetitivos
para desempefiar su actividad laboral, deberá modificar-
se su parrón de movimie nto e incl uso cambiar de puesto
de trabajo. Si se detectan facto res posturales o deportivos
que pueden influ ir en la sinromarología, deben aconse-
jarse modificaciones que eviten la aparición o exacerba-
ción de los síntomas. Sin embargo, no existen estudios
concluyentes.

El fisioterapeuta debe promover medidas de preve nción


que incluyen la ed ucación sanitaria, la educación ergonó-
mica sobre los factores de riesgo y el reconocimiento
temprano del STC.
o
Tratamiento conservador. Está indicado en los pacien-
tes con clasificación elecrrofisiológica leve, síntomas leves
o moderados, sin atrofia importante de la eminencia tenar
Figura 35-9. Signo del círculo. o con historia de sobreuso.
35 • Neuropatias comp resivas periféricas 443

La férula de muñeca en posición neutra es un trata- ducción nerviosa, pero no existe evidencia científica que lo
miento clásico y efectivo en el STC inicial. Las pamas de confirme, ya que los estudios son de baja calidad metodo-
aplicación difieren según los autores, que recomiendan el lógica.
uso nocturno, el uso continuo para todas las actividades o El ejercicio es habitual en el tratamiento del STC
continuo pero retirándola para ciertas actividades. Aunque leve y moderado, incluye diferentes modalidades como
no existen pruebas, parece que lo más idóneo es esta últi- estiramientos de la musculatura flexora (m uñeca y de-
ma aplicación de forma muy inicial, para cambiar a uso ex- dos, aductor del pulgar), ejercicios de forralecimienro,
clusivo nocturno. movilizaciones, etc. Sin embargo, la eficacia y duración
Actualmente no existe una clara evidencia científica de del beneficio de los ejercicios y la movilización no está
que el uso de ciertos fármacos recomendados clásicamen- probada.
te, como los AINE, la vitamina BG (piridoxina), diuréti- El tratamiento manual local del STC, se realiza con el
cos, gabapentina, sean efectivos en el tratamiento de STC objetivo de restaurar la función mediante una recupera-
(O'Connor, Marshall & Massy-Westropp, 2008). ción de la amplitud articular y una restauración correcta de
Existen discrepancias sobre la utilidad del uso de cor- la movilidad neural que permita disminuir la compresión
ticoides por vía oral, pero algunos trabajos, donde propo- del nervio mediano a su paso por el canal del carpo. Esto
nen un tratamiento con corticoides orales, férula noctur- se realiza medianre técnicas de movilización articular sobre
na y ultrasonidos, obtienen un beneficio significativo. La los huesos del carpo, con deslizamientos, tracciones, técni-
unanimidad es mayor en la aplicación de infiltración cas de impulso (de forma analítica o global, de la primera
locaJ con corticoides. Una revisión Coclmme (Visser, fila del carpo respecto de la segunda y del carpo respecto a
Ngo, Groeneweg & Brekelmans, 2012), que analiza la los metacarpianos, así como sobre las articulaciones meta-
utilidad de la infiltración local de corricoides, concluye carpofalángicas) y técnicas articu lares sobre el radio y el
que proporciona una mejoría clínica frente a un placebo cúbico.
al mes de la infiltración y, por tanto, los pacientes con un Además de lo anterior, es necesario realizar técnicas pro-
diagnóstico de STC son buenos candidatos para la infil- pioceptivas y de flexibilización muscular, así como movi-
tración local de esteroides con un efecto positivo para lizaciones neurodinámicas IC3El Vol. 1, capítulo 22) específi-
STC moderado, y que la infiltración local de corricoides cas sobre el nervio mediano y sobre los nervios cubica! y ra-
presenta una mejoría clínica mayor que la administración dial.
oral de corricoides. Existe un número limitado de estudios sobre las técni-
cas de neuromovilización con resulrados conrradiccorios
sobre su eficacia. Oskouei, Talebi, Shakori & Ghabili

o La aplicación de corticoides más anestésico local me-


diante iontoforesis o sonoforesis puede resultar eficaz en
casos de STC leve y moderado.
(20 14) conside ran que esta técnica combinada con fisiote-
rapia habitual mejora algunos parámetros clínicos más efi-
cazmente que sólo la fisioterapia habitual.
Diversos estudios consideran que el yoga produce cier-
La milización de ultrasonidos como tratamiento fisio- tos beneficios en la lesión nerviosa de este síndrome.
terapéutico se ha demostrado que es de utilidad para el tra- Tratamiento quirúrgico. Está indicado si persisten los
tamiento sintomático con un elevado nivel de evidencia síntomas a pesar del rraramiento conservador en pacientes
científica, pero no para el tratamiento etiológico (Alvayay, con clasificación electro fisiológica severa o si existen símo-
2008), y no existen diferencias entre el ultrasonido pulsá- mas severos o progrestvos.
til y el continuo. En cambio, no se ha demostrado la utili- La cirugía del STC incluye la división abierta o endos-
dad del ultrasonido superficial. Otros autores, como Ar- cópica del rerináculo flexor, a fin de proporcionar más es-
magan, Bakilan, Ozgen, Mehmecoglu & Oner, en un es- pacio para los contenidos del canal del carpo. La liberación
tudio reciente, de 2014, evalúan los efectos del tratamien- del túnel carpiano (carpa/ twmel re/eme, CTR) es la cirugía
to con ulrrasonidos pulsátil y continuo en paciemes con de mano y muñeca más común. Es una operación simple
STC idiopático leve y moderado, y han encontrado que los que se realiza para abrir la banda del tejido conectivo que
resultados sugieren mejoría clínica y eleccrofisiológica, arrapa al nervio mediano (Fig. 35-10).
pero no los consideran superiores a otros tratamientos ni
frente al placebo. Page, O'Connor, Pitt & Massy-Wes-
El tratamiento fisioterapéutico posquirúrgico está enfo-
tropp (2013), en una revisión, ya habían concluido que no
hay pruebas suficientes para sugerir que los ultrasonidos
so n más eficaces que otras intervenciones.
cado a disminuir el dolor, reducir el edema, evitar adhe-
rencias cicatriciales, mejorar la movilidad y la fuerza
analítica y global.
o
La neuroestimulación eléctrica transcutánea (TENS)
a plicada en puntos de acupuntura o en la muñeca afecta-
da reduce el dolor en el STC leve y moderado. Tras la ci-
rugía también pueden emplearse para disminuir el dolor Nervio cubital
posquirúgico. El lugar más frecuente de compresión del nervio cubital es
La aplicación de láser de baja potencia se ha relaciona- en el codo, en el túnel cubital, seguido por el arrapamien-
do con la mejora de los síntomas y de la velocidad de con- co en el canal de Guyon en la muñeca.
444 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

Figura 35-10. (A) Abordaje palmar corto si-


guiendo el borde cubital del cuarto (marca -
dos el palmar mayo r -flexor carpi radialis
IFC RI-, el menor -palmaris longus. PL-, el
tubérculo del escafoides y el p is ifo rme !.
(8) Supe rficie del ligamento anular anterior
del carpo. (C) Ligamento a bierto por su parte
más cubital, se exponen los flexo res superfi -
ciales de los dedos más cubitales (concreta-
mente el flexor digitorum superficiale cuarto,
FDSI. (DI Retr ayendo el borde del ligamento
seccionado se ve el nervio mediano. [Corte -
sía del doctor R. Miranda. Hospital Jove).

Posteriormente aparece una disminución de la sensibi-


Síndrome del túnel cubital lidad en el borde dorsocubital de la mano; es característica
Es la segunda neuroparía compresiva periférica más fre- y establece el diagnóstico diferencial con la compresión en
cuente después del STC. el canal de Guyon.
El nervio cubital en el codo se caracteriza por tener una Si la lesión progresa, se observa atrofia de la muscularura hi-
situación superficial, lo que lo hace vulnerable en especial potenar y de la muscularura inrerósea, con pérdida de la abduc-
durante el apoyo. La compresión se sitúa en el surco epi- ción del índice (primer inreróseo dorsal), abducción del quin-
trocleoolecraniano. Con el codo en flexión este canal se es- to dedo e imposibilidad de realizar la aducción del pulgar.
trecha. En los casos graves se produce la lesión típica de «garra
A lo largo de su trayecto por la cara medial del codo, el cubital>> con hiperextensión en las articulaciones metacar-
nervio cubital puede comprimirse en varias es tructuras pofalángicas y flexión en las inrerfalángicas del c uarto y
que son: la arcada de Struthers, el septo intermuscular me- quinto dedos, debida a la atrofia de la musculatura intrín-
dial, el canal epirroclear y la arcada de Osborne. El nervio seca de la ma no. Esta garra cubital, al principio, es reduc-
cubital en el codo tiene tendencia a la subluxación hacia la tible, pero luego es irreductible.
epitróclea, lo que origina sufrimiento en sus desplazamien-
tos y lo hace más vulnerable.
Etiología. Es diversa, y puede ser debida a distintos fac-
tores:
La sintomatología del síndrome del túnel cubital comien-
za con dolor en la parte anteromedial del codo y del ante-
brazo.
o
• Disminución del canal (disminución del continente)
por deformidades, callos de fractura, osteofitos artrósi-
cos, artritis reumaroide, quistes sinoviales, procesos de- Diagnóstico. Su diagnóstico sigue sie ndo difícil, se
generativos. basa en la sintomatología y en la exploración clínica prin-
• Aumento del contenido: tumores benignos, adenopa- cipalmente.
tías. Prueba de la flexión del codo: al flexionar el codo con
• Presión mantenida del codo sobre una superficie de extensión de la muñeca se reproduce el dolor.
apoyo. • Signo de Tinel en el canal epirroclear positivo.
• Microtraumatismos repetidos en los movimientos de • Signo de Fromem positivo: hiperflexión de la articula-
flexión del codo. ción inrerfalángica d el dedo pulgar al asir un papel en-
tre el pulgar y el índice (Fig. 35-11 ).
Está relacionado con algunas actividades d eportivas como • Signo de Warrenberg: abducción permanente del quin-
balonmano (porteros), voleibol, automovilismo. to dedo.
Cuadro clinico. La compresión del nervio cubi tal co- • Existencia o no de garra cubital.
mienza en la mayoría de las ocasiones por dolor en la parte • Exploración sensitiva del territo rio inervado por el ner-
anteromedial del codo y del antebrazo. Otras veces, causa vio cubital.
parestesias y disestesias en el cuarto y quinto dedos de la
mano y en el borde medial del antebrazo, sobre todo por la Las pruebas neurofisiológicas se utilizan para confirmar el
noche (es menos frecuente que en el STC), que se agravan diagnóstico y localizar el nivel de compresión. El retraso en
por la flexión del codo y pueden irradiarse proximalmente. la conducción nerviosa es demostrativo de la compresión.
35 • Neu ropat ías compre sivas pe rifér icas 445

Respecto al diagnóstico, la sinromatología y la explora-


ción permiten localizar el lugar de compresión. D eben valo-
rarse correctamente los músculos afectados. Aparece el sig-
no de Warrenberg (que sólo se observa cuando la afectación
es exclusivamente motora). El signo de Froment es positivo.
Aparece también el signo del cruce (imposibilidad para cru-
zar el tercer dedo sobre el segundo) y la garra cubital.
En todos los casos es conveniente realizar u n estudio
neurofisiológico. Los est udios neurofisiológicos permiten
confirmar el diagnóstico, al mostrar u na disminución de
las velocidades de conducción motora (abductor del quin-
Figura 35-11 . Signo de Froment.
to dedo y primer interóseo dorsal) y sensitiva (quin-
ro dedo) y determina el sirio exacto de la compresión, así
como la etiología.
Tratamiento. El tratamiento en principio es conserva- El tratamiento debe ser quirúrgico en la mayoría de los
dor. Debe abarcar los principios generales expuestos ante- casos, con la excepción d e los pacientes con simomarolo-
riormente. Cambios en la actividad con supresión de acti- gía muy tenue y sin compromiso motor evidente, en cuyo
vidades de riesgo como apoyos mantenidos, corrección de caso basta con aplicar inmovi lización de la muñeca y ad-
las actitudes en flexión del codo y uso de férula de reposo ministrar AINE, infiltración de corticoides y supresión de
nocturna para mantener el codo entre 4 5-60 grados de fle- la actividades de riesgo.

o
xión. Se asocia el tratamiento farmacológico con AINE y
la infiltración con corticoides (algunos autores piensan que
En el diagnóstico del síndrome de com presión del nervio
puede ser perjudicial a este nivel). Pueden realizarse ejerci-
cubital en el canal de Guyon deben va lorarse exquisi ta-
cios de deslizamiento del nervio cubital y aplicación de ul- mente los músculos afectados.
trasonidos pulsados e iontoforesis con dexametasona para
disminuir la inflamación.

Nervio radial
Si el tratamiento con s ervador fracasa y avanza la sinto-

o matología , está indicado el tratamiento quirúrgico me-


diante técnicas de descompresión simple, transposición
anterior o epitroclectomía.
Las compresiones del nervio radial p ueden producirse a
diferentes niveles.

Síndrome de compresión del nervio


radial en la axila
Se produce una lesión completa del nervio radial.
Síndrome de compresión del nervio cubital Las causas principales son el uso incorrecto de m uletas
en el canal de Guyon axilares (parálisis de la muleta), intervenciones quirúrgicas,
El arrapamiento del nervio cubital en el canal de Guyon es adenopatías o aneurismas. También p ueden producirse
menos frecuente que en el codo. por herramientas que comprimen la axila (fundidores).
Se han descrito múltiples etiologías de compresión del El cuadro clínico se caracteriza por imposibilidad de rea-
nervio cubital a este nivel, como compresiones extrínsecas lizar la extensión del codo por debilidad del músculo tríceps
por microtraumatismos repetidos en el ámbito profesional y ancóneo, falta de extensión de la muñeca y de los d edos,
(trabajadores que utilizan martillos neumáticos) y en el disminución de la supinación, prácticamente imposible la
~ímbito deportivo (ciclistas) en los que se comprime la re- inclinación radial e imposibilidad para la abducción del p ul-
gión hiporenar. También compresiones intrínsecas, como gar. La alteración más característica es «mano caída" o
ocurre en casos de gangliones, trombosis o aneurisma de la «mano péndula». El brazo tiende a la semiflexión y a la pro-
arteria cubital, fracturas locales, rumores, etcétera. nación. Se produce déficit sensitivo del territorio inervado.
Los síntomas y los signos clínicos objetivos depen-
den de la zona afectada del nervio. Las manifestaciones Síndrome de compresión del nervio
clínicas son parestesias del cuarto y quinto dedos, que es radial en el brazo
el síntoma de presentación más frecuente. Debilidad d e Se produce en el surco del nervio radial (canal de torsión)
la musculatura hiporenar, de los músculos interóseos (es- del húmero. Se observa por lo general después de una frac-
pecialmente el primero), dos últimos lumbricales, flexor tura de la diáfisis humeral o por compresión extrínseca por
corro del pulgar y aductor del pulgar, especialmente. malas posiciones del brazo d urante el sueño (parálisis del
Desde el punto de vista sensitivo existirá hipoestesia del sábado noche), callos de fractura y como consecuencia de
borde cubital de la mano y de la mirad del cuarto y quin- un esfuerzo muscular inhabitual de flexoex tensió n d el
to dedos. No obstante, según la localización de la com- codo en ciertos deportes y t rabajos man uales.
presión, se puede tener un cuadro clínico con predomi- Las manifestaciones clínicas son similares a la parálisis
nio sensitivo, motor o mixto. completa (expuesta anteriormente), excepto por la ausen-
446 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

cia de compromiso sensitivo en la cara posterior del brazo La etiología más frecuente es la fo rmación de bandas
y antebrazo y la no afectación del müsculo tríceps. Lo más fasciales a la largo del nervio, que producen un atrapa-
característico es la «mano caída>>. miento, presión mantenida en la zona radial distal (síndro-
En general tiene un buen pronóstico. El tratamiento de me del reloj de pulsera, tiempos prologados con esposas) ,
fisioterapia mejora el cuadro clínico. lipomas, exposición repetida al frío intenso y sobreesfuerzo.
El cuadro clínico se caracteriza por dolor y parestesias
Síndromes compresivos del nervio en la superficie radial dorsal del antebrazo co n irradiación
radial en el codo al dorso del pulgar y del segundo y tercer dedos, que au-
El nervio radial en el codo se divide en una rama superfi- mentan con los movimientos de la muñeca. Al tratarse de
cial sensitiva y una rama profunda motora que se denomi- un nervio sensitivo, no existe atrofia.
na nervio interóseo posterior. La estructura anatómica más
frecuente donde suele comprimirse el nervio es en la arca-
da de Frohse.
La compresión en el tercio proximal del antebrazo da
lugar a dos cuadros clínicos diferentes: síndrome del tünel
El síndrome de Wartenberg requ iere hacer un diagnóstico di -
ferencial con la tenosinovitis de De Quervain y la rizartrosis. o
radial y síndrome del nervio interóseo posterior. OTRAS NEUROPATÍAS COMPRESIVAS
El síndrome del túnel radial se debe a una compresión
intermitenre del ramo profundo del nervio radial durante Finalmente, el estudio de las neuropatías compresivas se
su penetración o en su recorrido a través del müsculo su- completa englobando en este aparrado arras como el sín-
pinador. Los movimientos repetitivos de pronosupinación drome del piramidal, el síndrome de compresión del ner-
con el codo poco flexionado aumentan el riesgo de pade- vio peroneo común y el síndrome del tünel tarsiano.
cer este síndrome en atletas y trabajadores manuales.
El sínroma principal es un dolor localizado en la cara Síndrome del piramidal
dorso lateral del ame brazo bajo el epicóndilo que se irradia El síndrome del piramidal o síndrome piriforme es una pa-
hacia el dorso de la muñeca y de los dedos y sigue el ritmo tología de origen muscular debida a la compresión del ner-
de la actividad para después hacerse permanente y, en oca- vio ciático por el músculo p iramidal o piri fo rme en el ca-
siones, aumentar por la noche. nal subpiramidal, q ue se fo rma enrre los müsculos pirami-
En la exploración física se busca un dolor provocado dal y gémino superior (véase el capítulo 28, apartado Sín-
por la presión del punto radial, unos 3-5 cm bajo el epi- drome del piramidal).
cóndilo, y un dolor a la supinación conrrarresistencia. El müsculo pirifo rme es extensor, abductor y rotador
externo de la cadera.
El síndrome piriforme es u n cuadro poco frecuente y de
Ante un dolor localizado en la cara dorso lateral del ante-

o brazo bajo el epicóndilo, que irradia hacia el dorso de la


muñeca y de los dedos, debe hacerse un diagnóstico dife-
rencial con la epicondilitisl«codo de tenis>>].
larga evolución. Tiene una baja prevalencia e incidencia y es
más frecuente en el sexo femenino, en proporción de 6 a 1.
Puede produci rse por modificaciones del músculo piri-
forme, como hipertrofias, trau matismos directos, ejerci-
cios intensos o repetidos, sobrecargas de entrenamiento
El síndrome del nervio interóseo posterior se carac- (ciática del corredor), etc., o bien por anomalías anatómi-
teriza por una pérdida de función motora. La principal cas de la salida del propio nervio; también las posturas for-
causas de compresión es por la presencia de una masa (li- zadas, como sedestación con las piernas cruzadas, o subir
poma, quiste sinovial o bursitis de la tuberosidad bicipi- y bajar escaleras, etc. pueden provocar este síndrome.
tal). Aparece de forma espontánea y suele ir precedido de Se manifiesta como una ciatalgia con dolor localizado
un cuadro de dolor moderado previo en el tercio proximal en el tercio inferior de la nalga, y puede irradiar a la zona
del antebrazo. lumbar baja y dos tercios superiores del muslo. No se tra-
El tratamiento en ambos casos es conservador: férulas, ta de un cuadro constante, sino que se pone de manifiesto
para evitar las deformidades; cinesirerapia del brazo, mu- con diferentes maniobras, como son la sedestación, co n-
ñeca y dedos, para mantener el trofismo muscular y poten- ducción, bipedestación prolongada y marcha.
ciar los müsculos afectados; ultrasonidos pulsátiles; sono- En cuanto a la exploración física, no hay ningun a prue-
foresis con AINE o corticoides; electroestimulación y elec- ba patognomónica. Puede rep roducirse el dolor con dife-
troterapia analgésica, además de otras medidas expuestas rentes maniobras como son la palpación profunda del
en el tratamiento general. Si este tratamiento fracasa se rea- músculo piriforme, que p roduce dolor y tensión, la ma-
lizará cirugía para la descompresión del nervio (neurólisis). niobra de Pace, que es más específica (abducción contra-
rresistencia más rotación externa del muslo), y la man io-
Síndrome de Wartenberg o quiralgia parestésica bra de Freiberg (rotación interna del muslo con la cadera
Es una neuropatía por compresión rara y poco diagnosti- extendida estirando el müsculo piramidal).
cada. Es la compresión aislada de la rama superficial sensi- El diagnóstico se realiza mediante la sintomato logía, la
tiva del nervio radial (emerge por debajo del supinador lar- exploración y las p ruebas complementarias que permiten
go), en el tercio distal del antebrazo. confirmar la lesión y descartar arras patologías.
35 • Neuropatías compresivas perifé ricas 447

El tratamiento preventivo consiste en corregir y evitar anteroexterna de la pierna y en el dorso del pie. En casos
los factores predisponentes. de parálisis completas se produce «pie caído» o «pie equi-
El tratamiento médico con AJNE, relajantes muscula- no» y marcha en estepaje. El signo de Tinel es positivo en
res y analgésicos es efectivo en dos de cada tres pacientes. la proximidad de la cabeza del peroné.
Las infiltraciones en puntos gatillo con anestésico local o La ENG y la EMG confirman el diagnóstico.
toxina botulínica tienen buenos resultados, aunque no to- Los casos leves se resuelven espontáneamente. La utili-
dos los estudios están d e acuerdo (cuidado con el riesgo de zación de ortesis antiequino, la cinesiterapia para mante-
traumatismo directo). ner la movilidad del tobillo, el fortalecimiento de los d or-
El tratamiento fisioterapéutico con ejercicios activos, siflexores, la electroestimulación y la reeducación d e la
estiramiento pasivo, movilización de los tejidos blandos y marcha, entre otras medidas, forman parte del tratamien-
técnicas de estimulación propioceptivas neuromusculares, to. El tratam iento quirúrgico consistirá en la liberación del
técnicas de terapia manual, que incluyan movilizaciones nervio en la cabeza del peroné.
vertebrales y sacroilíacas, potenciació n de la musculatura
deficitaria y electroestimulación, parece efectivo para me- Síndrome del túnel tarsiano
jorar los síntomas y el movimiento, ya que fortalece el pi- Es la neuropatía compresiva del nervio tibia! en el túnel o
ram idal y la musculatura pélvica. canal tarsiano. El atrapamienro en el canal tarsiano afecta
En los casos en que este tratamiento conservador fraca- a las ramas plantar medial y lateral, y no a la rama calcánea
sa o la patología sea muy invalidante se realiza tratamien- medial.
to quirúrgico. Puede originarse por una tenosinovitis del Aexor largo del
primer dedo, secuelas postraumáticas de fracturas del calcá-
Síndrome de compresión del nervio neo, desviación en valgo del talón, estados varicosos del pedí-
peroneo común culo tibia! posterior, lipomas, en la diabetes mellítusy mixede-
El síndrome de compresión del nervio peroneo común en ma, y por marchas prolongadas. Es frecuente en corredores.
el cuello del peroné es la neuropatía más frecue nte del Clínicamente aparecerá dolor urente en los dedos y en
miembro inferior. En este punto el nervio es muy superfi- la planta del pie, que aumenta con el apoyo y la marcha.
cial y está adherido a estructuras óseas, por lo que es vul- Parestesias en la planta del pie, zona distal de los dedos y
nerable a la compresión. Las etiologías más comunes son borde interno del pie que empeoran también con la mar-
compresiones mantenidas producidas por vendajes, anes- cha; el pacie nte lo percibe como sensación de quemazón.
tesia, sueño p rofundo, yesos, encarnamiento prolongado, La palpación por d etrás del maléolo medial puede causar la
posiciones mantenidas. Otras causas son quis tes sinoviales, irradiación rípica del dolor en la zona de distribución del
tumores, etcétera. nervio tibial posterior. Puede existir signo d e T inel positivo.
La compresión se manifiesta sobre todo por una paráli- El tratam iento se basa en infiltracio nes locales con cor-
sis motora de pronóstico variable que afecta principalmen- ticoides, asociadas a la corrección de los trastornos estáti-
te al músculo tibia! anterior, músculos p ero neos y extenso- cos mediante el empleo de ortesis plantares. En caso de fra-
res de los d edos. Produce pérdida de sensibilidad en la cara caso, se aconseja tratamiento quirúrgico.

RESUMEN

• Las neuropatías compresivas periféricas son procesos re- fisiológicos que permiten confirmar el diagnóstico y valo-
lativamente frecuen tes en el ámbito deportivo y laboral, rar la intensidad y la gravedad de la lesión.
so bre todo las que afectan a la ext remidad superior, con
predominio en el nervio med iano. • Estos s índromes compresivos responde n bien al trata-
miento conservador, con tratamiento farmacológico, féru-
• Se producen por diferentes meca nismos; el más frecuente las de reposo y tratamiento fisioterapéutico, que va ría en
son los microtra uma tismos repetidos y su fisiopatología es función de la fase evolutiva de la lesión.
compleja. La presentación clínica varía según el tipo de
nervio afectado, e l nive l de lesión y las características del • El uso de cinesiterapia, ultrasonidos. diferentes agentes fí-
agente co mpresivo, y hay que destacar que so n trastornos sicos, terapia analgés ica, reeducación se nsitiva y el hacer
muy numerosos y diversos, lo que hace que el diag nóstico una reedu cación funcional y gestual, así como ergonómica,
sea difícil. forman parte de la terapia de estos s índromes.

• El di agnóstico se basa en el cuadro clínico, en la realiza- • Cuando fracasa este tra tamiento conservador se realiza el
ción de una exploración detallada y en los estudios neuro- tratamiento quirúrgico.
448 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea

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Elsevier Masson SAS, París. 514.

~ ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué se entiende por neuropatía compresiva periférica? 11. ¿Qué pruebas pueden realizarse pa ra la valoración de un
síndrome del túnel carpiano?
2. ¿Qué importancia tienen las neuropatías compresivas peri-
féricas y cuál es su prevalencia? 12. ¿Qué medidas preventivas pueden a plicarse pa ra evitar un
3. ¿Qué características anatómicas de los nervios periféricos síndrome del túnel carpian o?
influyen para que puedan ser dañados al sufrir una compre-
13. ¿Qué medidas fisio terapéuticas pueden utilizarse para e l
sión?
tratamiento de un s índ rom e del túnel carpiano?
4. ¿Qué factores laborales, por un lado, y metabólicos y hor-
monales, por otro, predisponen a sufrir una neuropatía 14. ¿Cuáles son los obje tivos de l tratamie nto fisioterapéutico
compresiva periférica? tras una intervenció n de liberación del túnel carp iano?

5. ¿Qué daños anatomopatológicos y fisiológicos se producen 15. ¿Cómo realizaría una valo ración de un paciente e n el que se
al comprimir en exceso un nervio periférico? sospecha un síndrome del tú nel cubital?

6. ¿Cuáles son los principales síntomas que producen las le- 16. ¿En qué consiste el síndrome de compresión del ne rvio cu-
siones compresivas de los nervios periféricos? bital en el canal de Guyón?
7. ¿Cómo se valora de forma objetiva la función sensitiva de un 17. ¿En qué Localizac iones y qué consecuencias conlleva la
nervio periférico para comprobar si hay un daño compresi- compresión del nervio radial?
vo?
18. ¿Cuáles son las característ icas del síndrome de l piramida l
B. ¿En qué localizaciones anatómicas se puede encontrar una
y qué medidas terapéuticas se aplica n?
compresión del nervio mediano?

9. ¿Cómo definiría la neuropatía conocida como el síndrome 19. ¿Qué causas puede tene r un sínd rome de compresión del
del túnel carpiano? nervio peroneo comú n y cómo s e trata este s índrom e?

10. ¿Qué factores aumentan la posibilidad de sufrir el síndrome 20. ¿Qué síntomas pro duce el atrapa mie nto de l nervio tibial en
del túnel carpiano? el canal tarsiano y qué tratamie ntos se pueden aplica r?

HERRAMIENTAS DE APR END IZAJE

CASOS CLÍNICOS

35.1. Paciente mujer, de 58 años, veterinaria rural, que realiza esfuerzos diariamente. Desde hace 2 años presenta do lor, pa res-
tesias nocturnas y fuertes calambres en su mano, muñeca y eminencia tenar izquie rdas, que empe ora r en épocas de mu cho
trabajo. Durante el último mes el cuadro se ha reagudizado, convirtiéndose dicha sintomatología en un p rob lema diario
amenazador para su trabajo. La paciente duerme con una férula de muñeca.
D~sarro/lo dtl caso y
tmb casos clítJicos
ny
L. R. Ramos Pascua

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Concepto de lo que es un tumor óseo y los diferentes tipos de tumores que existen.
• Distinción entre un tumor óseo benigno y uno maligno.
• Diagnóstico y objetivos y fundamentos del tratamiento de unos y otros.

INTRODUCCIÓN EPIDEMIOLOGÍA

Entendiendo por tumor todo crecimiento descontrolado En lo que se refiere a la epidemiología tumoral, es preciso
de células de un tejido, un rumor óseo es aquél que se de- tener conocimientos sobre los siguientes aspectos.
sarrolla en alguno de los tejidos del esqueleto (véase el ca-
pirulo 2 sobre h istopatología del tejido conjuntivo). Sin Frecuencia
embargo, exis ten muchas formas de tumor óseo que difie- La incidencia de los tumores óseos es muy' variable según el
ren en su incidencia y comportamiento y, de la misma ma- tipo de que se trate. Los tumores óseos benignos más fre-
nera, en lo que respecta a su tratamiento. En nada se pare- cuentes son los osreocondromas (véase el caso clínico 36-l).
ce un tumor óseo benigno de orro maligno; ni los rumores Los tumores óseos malignos más frecuentes son, con mu-
óseos benignos enrre sí. Tampoco los malignos, donde uno cho, las metástasis óseas. Les siguen, en orden de frecuen-
originado direcramenre del hueso es una enfermedad bien cia, el mieloma múltiple !GEl véase el Anexo 2. Caso clínico.
distinta de la de un pacienre con una metástasis ósea. En Mieloma múltiple en mujer menopáusica con dolor torác ico
el presente capítulo abordaremos todos ellos, distinguien- inespecíficol, el osteosarcoma G> , el condrosa rcoma e y el
do, de forma general, entre los primitivos, donde se inclui- sarcoma de Ewing e . Éste es el rumor óseo maligno más
rán las conocidas como lesiones seudorumorales, y los me- frecuenre en los niños.
rastásicos. La frecuencia exacta de los osreocondromas y de otros
rumores óseos benignos y de las lesiones seudo tumorales se
CONCEPTOS Y CLASIFICACIONES desconoce debido a que muchos son asintomáricos. Entre
los tumores óseos primitivos malignos, que suponen me-
U n rumor óseo es un crecimiento anormal, aurónomo y nos del 0,5 o/o del toral de cánceres del organismo, se diag-
sin finalidad de células de alguno de los muchos y varia- nostican 3-4 mielomas múltiples por cada 100.000 habi-
dos tejidos que existen en los huesos. Se clasifican según tantes y año; y, aproximadamente, un osteosarcoma en la
diferenres criterios, entre los que destacan su origen, his- misma población y riempo.
tología y comportamiento biológico. También se podría
hacer una clasificación a tendie ndo a su localización en Edad
cada hueso panicular y a su número en un mismo esque-
leto (Tablas 36-1 a 36-3) . Cada tumor suele diagnosticarse a una edad determina-
da y este dato, como se verá, es fundamental para su
o
diagnóstico.
Todas estas clasificaciones y subclasificaciones se resu-

o men en un sistema de estadificación que sirve para defi-


nir la extensión de cada tumor y para orientar su trata-
miento y pronóstico. En general, la mayoría de los rumores óseos benignos y
lesiones seudotumorales se diagnostican en las tres prime-

451
452 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Parte V. Miscelánea

Tabla 36-1. Nomenclatura y clasificación de los tumores y lesiones seudotumorales del hueso

Criterio Clasificación Definición

Origen Tumor óseo primitivo Originado directamente de alguno de los tejidos del hueso. Pued e ser benigno o
maligno. y éste. primario o secundario lsi s e origina de un hueso sano o s obre
una lesión ósea previa. respectivamente]

Metástasis ósea Tumor óseo maligno cuyas células han llegado a l hu eso desde un tumor m a ligno
distante a través de la circulación

Les ión seudotumora l Lesión ósea que se comporta clínicamente como un tumor óseo benigno, y que
puede, algunas de ellas, m a lignizarse

Histología Véase la tabla 36- 2

Biología Tumor óseo be nigno Tumor de crecimiento y capacidad infiltrativa limi tada, s in ca pacidad para
metastatizar, que no a m enaza la vida del pacie nte*

Tumor óse o maligno !cáncer] Tumor de cre cimiento continuo con capacidad infiltrativa local y de m e tástasis,
que a menaza la vida del paciente

Loca lización Ce ntral Originado en la cavidad medula r

lntracortical Originado en la cortical ósea

Periférico Originado en la superficie del hu eso

Número Solitario Lesión única en el esqueleto

Múltiple Lesión múltiple e n el esqueleto

Estadio Véase la tabla 36-3

• Algún tumor óseo benigno puede me tastatiza r a l pulmón. matigniza rse y amenazar la vida de l paciente.

Tabla 36-2. Clasificación histológica de los tumores óseos


1

Benignos Intermedios Malignos

1. Derivados y Osteoma Osteoblastoma agresivo Osteosarcoma la!


formado res de tejido Osteoma osteoide
óseo Osteoblastoma

2. De rivados y Condroma lb] Condrosarcoma Id]


formad ores de tejido Os teocondroma le! Condroblastoma ma ligno
cartila ginoso Condroblastoma
Fibroma cond romixoide

3. Derivados de Tumo r de células gigantes


osteoclastos

4. Derivados de cé lulas Sarcoma de Ewing y tumor ne uroectodérmico primitivo


de la médula ósea Linfoma ós eo
Plasmocitoma/ mie loma múltiple

5. Va sculares He ma ngioma He m a ngioendotelioma Angiosarcoma


Lin fa ng1oma Hem angiope ricitoma Hemangiopericitoma ma ligno
Gloma ngioma

6. Derivados de otros HFB, lipoma Fibroma desmoplásico le!


tejidos c onectivos

7. Otros tumores Cordoma, adamantinoma de huesos la rgos. neurile moma, ne urofibroma

B. Tumores no clasificados

9. Les ion es óseas Quistes óseos !sim ples y a neurismátic osl. ga nglión int raóseo, defecto fibroso meta fis ario. fibroma no
seudotumorales osifica nte, granuloma eosinófilo, displasia fibrosa. dis plasia osteofibrosa, miositis osificante, tumor
pardo del h1pe rparatiroidis mo. quiste e pidermoide intraóseo, granu loma reparativo de células gigantes

1O. Me tástasis óseas Sobre todo de c a rcinomas de mama, pulmón y prós tata

(a) Variantes de osteosarcoma: centra l (convencional. te langiec tásico, de bajo grado, de cé lulas redondas ) y de supe rficie (pa rostal, pe rióstico
y de alto grado). (b) Va riantes de condromas: e ncondroma y condroma perióstico. (e ) Variantes de os te ocondromas: solitarios y múltiples he re-
ditarios. id) Varian tes de condrosarcoma: central (prima rio. mes e nquimal. desdi lere nciad o, de cé lulas claras ) y periférico (se cundario a la de -
generación de un osteocondroma; pe riós tico). (e) Tumores óseos ma lignos de rivados de otros tejidos cone ctivos: fibrosarcoma; his tiocitoma
fib ros o ma tigno, liposarcoma, mesenquimoma ma ligno, le iomiosarcoma; sarcoma desdife renc ia do. HFB: hexafl uorobenze no.
36 • Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudot umorales de l hueso 453

Tabla 36-3. Estadificaclón de los tumores musculoesqueléticos según el sistema de Enneking,


aceptado por la Musculoskeletal Tumor Society (MSTS)•

Grado histológico [G) Localización ITI Metástasis IMI

GO (Benigno) TO llntracapsularl MO (No metástasis)


G1 (Baja malignidad) T1 llntracompartimentall M1 ISi metástasis)
G2 (Alta malignidad) T2 IExtracompartimentall

Tumor benigno Tumor maligno

2 3 1 11 111
Latente Activo Agresivo lA IG1T1 MOl IIA IG2T1MOI lilA IG1-2T1M1)
GO TOMO GO TOMO GO T1 - 2 M0-1 lB IG1T2MOI IIB IG2T2MOI IIIB IG1-2T2M1)

Tumores óseos benignos

Estadios Concepto Tratamiento

Latente o inactivo (11 No progresa o se cura espontáneamente Observación/resección


GOTOMO

Activo 121 Puede expandir o deformar el hu eso, pero Escisión intralesional


GOTOMO está completamente contenido en él con/sin adyuvantes

Agresivo (3) Invade y destruye el hueso y se extiende a Escisión intralesional con/sin adyuvantes
GOT1·2M0·1 los tejidos blandos vecinos Resección en bloque (amplia o marginal)

Ejemplos

1 !latente) Condroma, osteocondroma, quiste óseo simple. displasia fibrosa, granuloma eosinófilo,
fibroma no osificante

2lactivo) Osteoma osteoide, osteoblastoma, fibroma condromixoide, quiste óseo aneurismático,


algunos tumores de células gigantes

3 (agresivo) Osteoblastoma, condroblastoma. tumor de células gigantes, quiste óseo aneurismático

Tumores óseos malignos


~------------------------------------
Estadio 1 Estadio 11 Estadio 111

lA lB IIA IIB lilA IIIB

Ejem plos

Osteosarcoma parostal y central de bajo grado. Osteosarcoma perióstico.


Condrosarcoma de bajo grado. Histiocitoma fibroso maligno y fibrosarcoma de bajo
grado. Hemangiopericitoma. Cordoma y adamantinoma

11 Osteosarco ma clásico (de alto grado). Condrosarcoma de alto grado. Histiocitoma


fibroso maligno y fibrosarcoma de alto grado. Angiosarcoma. Sarcoma de Ewing/PNET
(tumor neuroectodérmico primitivo). Linfoma
La mayoría de los G2 son también T2 al diagnóstico

111 Tumores óseos primitivos con metástasis

*No es aplicable a las metástasis ni a las lesiones de la medula ósea (linfomas, mielomas y leucemias). que tienen sus propios sistemas.

ras décadas de la vida; miencras que la mayoría de las me- hace en los miembros inferiores; el entorno de la rodilla es
tástasis y mielomas múltiples lo son en las úlcimas. El res- el que m;1s frecuentemente se ve afectado. Cada wmor, del
ro de rumores óseos primitivos malignos suele diagnosti- mismo modo que suele diagnosticarse a una edad determi-
carse antes de los 25-30 años, con la excepción del cendro- nada, como se ha comentado, también suele mostrar pre-
sarcoma, que suele diagnosticarse en pacie ntes adulcos dilección por un hueso concreco o, dentro de él, por uno
(Fig. 36-1). de sus segmentos o regiones (Figs. 36-2 y 36-3). La loca-
lización más frecuente de las metástasis es el esqueleto axial
Localización (cráneo, raquis y pelvis) y, en segundo lugar, las cinturas
El 80% de los tumores óseos primitivos y lesiones seudo- pélvica y escapular (véase el capítulo 1 sobre recuerdo mor-
tumorales se localizan en los miembros. El 60 o/o de ellos lo fofuncional) .
454 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

"'oe: Displasia fibrosa


·e:Cl Graniloma eosinófilo
w QOS, FNO
.e
"'g OB. FCM
"'en
·O
00, CB, CP, .QQ~!l
i!!
o
TCG
E Osteocondroma. Endocondroma
.=
o 10 20 30 40 50 60 70 años

g ....... Osteosarco'!l.~.......Q~\~.9.~~~~'?.':1!.~.~~~-~~~ario
~
E Sarcoma de Ewing ......................... .

g .9.9!l~~-~~(~f!l.~.~-~9:'DH~.~~- ... Condrosarcom~.P.fi(l)!!fi9.......


"'
•O Linfoma óseo
!!! Metástasis de neuroblastoma ...................... Mielama múltiple
o Figura 36-3. Representación esquemática de la localización de los
~~--~----~----~-----r----~. -~. ~. M=e=tá~·t=as=is=co==ro;om===a tumores óseos y lesiones seudotumorales más frec uentes en la
o 10 20 30 40 50 60 70 años mitad distal de un fémur en crecimiento [izquierda) y adulto [dere-
cha l. C: e ncondroma; CB: condroblastom a; CS: cond rosarcoma;
Figura 36-1 . Representación gráfica de la edad de presentación CSCC: condrosarcoma de células claras; CSII 0 : condrosarcoma
habitual de los tu mores óseos y les iones seudotumorales más fre- secundario; DF: displásia fibrosa; DFC: defecto fibroso cortical;
cuentes. Nota: La línea continua significa la edad habitual y la dis- FC M: fibroma co ndromi xo id e; FNO: fi broma no osificante; GIO:
continua, la menos frecuente, a unque también posible. CB: con- ganglión intraóseo; MM: mie loma múltiple; OC: osteocondroma;
droblastoma; FNO: fibroma no osificante; 00: osteoma osteoide; OM: osteomielitis; OS : osteosarcoma; QOAn: quiste óseo aneuris-
QOAn: quiste óseo aneurismático; QOS: quiste óseo simple; TCG: mático; QOS: quiste ós eo simple o unicame ral; SE: sarcoma de
tumor de células gigantes. Ewing; TCG: tumor de células gigantes.

Sexo y raza mesenquimales de la médula ósea sería el evento inicial de


El sexo y la raza de los pacienres con tumores óseos no sue- la patogenia tumoral. En defini tiva, el sarcoma de Ewing
len mostrar diferencias significativas. No obstanre, los tu- se debería a que células progenitoras mesenquimales deri-
mores óseos primitivos y las lesiones seudotumorales son vadas de la médula ósea se malignizan por mediación de la
algo m ás frecuentes en varones, con algunas excepcio nes proteína EWS-FLil , que actuaría como simple alteración
que casi son anecdóticas. Es el caso del tumor de células gi- genética desencadenante en un medio celular adecuado.
gantes, que es algo más frecuente en mujeres. En cuanto a Por otra parte, hay tumores malignos secundarios a la de-
la raza, el sarcoma de Ewing es muy poco frecuenre en la generación de la enfermedad de Paget ósea, a la radiotera-
negra. pia y a otros agentes externos.

ETIOPATOGENIA SINTOMATOLOGÍA
La causa y el mecanismo de producción de un tumor óseo
se desconocen, si bien en algún tumor concreto la etiopa-
rogenia es más conocida. El 8 5 % de los sarcomas de
La si ntom atología de los tumore s óseos es inespecí-
fica .
o
Ewing asocian una translocación cromosómica caracterís-
tica -t(l l ;22)(q24:q 12)- que genera la fusión del segmen- Muchos de los tumores benignos son asimomáticos y se
to 5 ' del gen EWS con el segmento 3' del gen FLI1 de la descubren accidentalmente o no se diagnostican. La mayo-
familia ETS, dando lugar a EWS-FLil. La expresión de ría de los casos sintomáticos cursan con dolor y/o rumora-
esta proteína de fusión EWS-FLil en células progeni toras ción, con más o menos impotencia fu ncional (véase el ca-

Osteoma
Granutoma eosinófito
Metastasis/Mieloma múltiple
Osteocondroma
Condroma perióstico
Quisteóseo simple
Osteosarcoma
Figura 36-2. Representación esquemáti ca Osteoma Osteoma u>~•:u <u''L'J.""'
Osteoblastoma Osteoma osteoide
de la localización de los tumores óseos y P '-6!----i Granuloma eosinófilo
Sarcoma de Ewing
Metastasis/Mietoma múltiple
lesiones seudotumorales más frecuentes Mieloma múltiple
MTS/Condrosarcoma
en el esqueleto !Al. en los segmentos de Adamantinoma
Tumor de células gigantes Granuloma eosinófilo
un hueso largo IBI y en la sección transver- Encondroma Displasia fibrosa
sa l de un hueso largo [C]. Nota: La mayor Osteoma osteoide Metastasis
parte de los tumores se localizan en el en- Sarcoma de Ewing
Mayorla l-H-+) ( Periféricos de superficie )
torno de la rodilla y del hombro, en los seg- Mayoría++)
mentos metafi sarios de los hu es os largos Adamantinoma Tumor de células Osteocondroma
Condroma perióstico
y se originan en la cavidad medular de los gigantes Osteosarmmas de superficie
huesos. Condroblastoma Condrosarcoma secundario
36 • Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales del hueso 455

pírulo 4 sobre valoración clínica y ortopédica) . En los malig- rostales y en los condrosarcomas periféricos secundarios a
nos pueden añadirse alteraciones del esrado general, del mis- la degeneración de un osteocondroma, hasta es más im-
mo modo que en el sarcoma de Ewing puede existir fiebre. porrante para el diagnóstico que la biopsia.

Otras pruebas complementarias de imagen


PRUEBAS COMPLEMENTARIAS
Las pruebas complementarias de imagen de mayor uso en
En lo que respecta a las explo raciones complementarias el d iagnóstico y estudio de extensión d e un rumor óseo,
que se deben realizar, se pueden utilizar las que se explican aparte de las radiografías simples, son la tomografía com-
a continuación. putarizada (TC), la resonancia magnética (RM) y la gam-
magrafía ósea, cada una con sus ventajas e inconvenientes
Radiología simple (Tabla 36-6) . La angiografía es útil en algún caso, sobre
todo, en la actualidad, para realizar embolizaciones tumo-

o La rad iografía sim ple es la prueba fu ndamental en el


diagnóstico de los tumores óseos.
rales y administrar quimioterapia por vía intraarterial. Para
dibujar el sistema circulatorio de cara a la planificación de
una intervención, podría sustituirse por la angio-TC o an-
gio-RM. La tomografía por emisión de positrones (PET),
Es la prueba fundamental en el diagnóstico de estos tu- que emplea como trazador la fluorodesoxiglucosa (FOG),
mores. Es obligada su lectura ordenada (Tablas 36-4 y 36-5; análogo de la gt'ucosa, mostrada un incremento de la acti-
Figs. 36-4 a 36-6) y de máxima utilidad su repetición en vidad metabólica en procesos malignos, si bien no se ha ge-
el tiempo con fines comparativos. En algún caso, incluso neralizado su uso. Para el estudio de extensión, en los ca-
en rumores malignos, como sería en los osteosarcomas pa- sos en los que se sospeche o se haya demostrado maligni-

Tabla 36-4. Resumen de las preguntas para contestar en la valoración de una imagen ósea supuestamente tumoral
e interpretación de tos signos radiográficos .

Hueso Cualquiera

Segmento óseo Diáfisis, metáfisis, epífisis/apófisis. Lugar vertebral


¿Dónde y cuántas?
Situación Central , excéntrico, intracortical, superficie del hueso

Lesiones múltiples OC, encondroma, MTS, MM, GE, DF. HPT, OS multifocal, SVNP,
linfomas/leucemias, osteomielitis

Osteólisis/esclerosis lA Con halo de esclerosis

Geográfico 18 Sin halo, con borde bien definido

IC Sin halo, con borde mal definido


Patrón de osteólisis
[Madewelll
Moteado 11 Confluencia de pequeñas áreas líticas

Per meativo 111 Múltiples áreas líticas difusas

Rea bsorción endostal Aun que puede ser lento, indica lesión activa
¿Qué hace en el hueso?
• Osteoide: OS, 08 , OF, FO, infarto óseo, lipoma osificante, hueso
irradiado
• Condroide
Matriz • Mixta : OC, fibroma condromixoide
• Fibrosa : displasia fibrosa [imagen en vidrio esmerilado!
• Zonas con matriz y otras que no: li poma osificante
• Si n m atriz: TCG, sarcoma de Ewing

Estado de la cortica l Norm al. adelgazada, abombada o rota

Partes blandas vecinas Normales o invadidas por el tumor

Esclerosis alrededor Sí-No (crecimiento tumoral no da tiempol

¿Qué hace el hu eso?


Reacción perióstica Continua: con cortical íntegra o rota
Discont inua: multilaminada. espiculada, T. Codman

¿Hay algo distintivo? Crestas Indican les ión má s agresiva por osteoclastos más activos

DF: displasia fibrosa; FO: fibroma osificante; GE: granuloma eosinóf ilo; HPT: hiperparatiroidismo; MM: mietoma múltiple; MTS: metástasrs; 08 : osteoblas-
toma; OC: osteocondroma; OS: osteosarcoma; SVNP: sinovitis villonodular pigmentada; T. Codman: triángulo de Codman; TCG: tumor de células gigantes.
56 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

Tabla 36-5. Características radiográficas habituales


de los tumores benignos y malignos

Tumores benignos Tumores malignos

Osteólisis/ lA y 8 ICy 11 111


esclerosis

Matriz Cambio patrón matriz

Cortical Normal
Adelgazada Rota
Abombada

Partes blandas No invadidas Invadidas

Halo de Si No
esclerosis

Reacción Continua Discontinua


perióstica

Velocidad de Lenta Rápida


crecimiento

Agresividad Menor Mayor


radiológica

Naturaleza Suele ser benigno Suele ser maligno


tumoral

dad, es obligada una radiografía de tórax y una TC tora-


coabdominal para descartar metástasis a distancia.
La principal ventaja de la TC es que permite apreciar
mejor que la radiografía simple las lesiones del tronco y,
particularmente, de los huesos planos; la afectación del te-
jido óseo cortical; y la presencia de metástasis pulmonares
en el estudio de extensión de la enfermedad. Sus inconve- Figura 36-5. Ejemplos de los diferentes tipos de matriz que se pue-
nientes son que es una prueba que utiliza radiaciones ioni- den encontrar en los tumores óseos: (A) matriz osteoide (osteoblas-
zantes y que produce «artefactos» en presencia de metales. toma); (81 matriz condroide (encondroma); (CI matriz fibrosa (d is-
plasia fibrosa); y (D) ausencia de matriz (tumor de células gigantes).
La principal ventaja de la RM frente a la TC es que tie-
ne más capacidad multiplanar y que ofrece una mejor vi-
sualización longitudinal del hueso donde asienta el tumor (ideal para detecmr su extensión en la médula y skip, me-
tástasis). Además, diferencia los tejidos con más precisión
Ellptica Ondulada Laminada

Multilaminada Espiculada Triángulo de Codman

Figura 36-4. Tipos de reacción perióstica. Arriba, reacción periós- Figura 36-6. (A) Radiografía anteroposterior de una lesión con ca-
tica continua lcon cortical íntegra a la izquierda y con cortical rota racterísticas radiográficas no agresivas !fibroma no osificantel.
a La derecha). propia de tumores óseos benignos. Abajo, reacción (8) Radiografía a nteroposterior de una lesión con características
perióstica discontinua, propia de tumores óseos malignos. radiográficas agresivas (osteosarcoma).
36 • Tumores primitivos y metas tásicos de hueso. Lesiones seudotum orales del hueso 457

Tabla 36-6. Ventajas y limitaciones de diferentes procedimientos de imagen en el manejo de los tumores óseos•

Rx Gamma TC basal TC contraste RM

Cortical ósea +++ + +++ +++ ++

Médula ósea + +** +** +++

Tejidos blandos + + ++ ++ +++

Extensión tumoral intramedular + + ++ ++ +++

Extensión tumoral extra medular + + ++ +++ +++

Relación del tumor con el paquete + ++ +++


neurovascular

Calcificaciones ++ +++ +++ ++

Lesiones satélites + ++ ++ ++ +++

Diferenciación benigno o maligno +++ + + + ++

Monitorización de la respuesta a + ++ ++ ++ +++


quimioterapia o radioterapia

Caracterización tumoral +++ + ++ ++ ++

•- escasa definición;+ moderada;++ buena;+++ excelente definición. **Sólo valorado indirectamente por destrucción-reabsorción o esclerosis
ósea. RM: resonancia magnética; Rx: radiografía simple; TC: tomografía computarizada.

y define mejor las relaciones del tumor con las estructuras tomerría de flujo y estudios cirogenéticos, que, por ejem-
vecinas; puede usarse con implantes metálicos de titanio, plo, podrían demostrar la translocación característica del
y no emite radiación ionizante. En todos los casos hay que sarcoma de Ewing, que ya se ha mencionado con anterio-
interpretar las imágenes en el contexto clínico del pacien- ridad.
te y saber que, por ejemplo, lesiones de naruraleza benig-
na con un alto contenido en agua libre e inflamación pue- DIAGNÓSTICO
den mostrar un aspecto de mayor agresividad (por ejem-
plo, en los osteomas osteoides, condroblastomas, granulo- El diagnóstico de un tumor óseo incluye el de sospecha y
mas eosinófilos y fracturas de estrés). el definitivo o de confirmación. El de sospecha, q ue en al-
La gammagrafía ósea con Tc-99 indica la actividad o in- gún caso se considera definitivo, se basa en la historia clí-
actividad de una lesión ósea, permite explorar todo el es- nica y en las pruebas complementarias. De esta forma, en
queleto con un mismo examen (con lo que se sabría si una manos experras el conocimiento de la edad del pacieme y
lesión es única o múltiple) y detecta lesiones tumorales to- los daros de la radiografía simple lo permiten en el 90%
davía poco o nada visibles en el estudio radiográfico. Se usa de las ocasiones.
también, como otras pruebas de imagen, como control del
tratamiento de la enfermedad.

Otras pruebas complementarias


Otras pruebas complementarias de utilidad en el diagnósti-
El diagnóstico de confi rmación se hace mediante el estu-
dio patológico a través de la biopsia. o
co y seguimiento de algunos tumores óseos son las de labo- La biopsia es el último procedimiento d iagnóstico y el
rawrio, útiles en el mieloma múltiple (donde se puede de- primero terapéutico en el manejo de un tumor óseo. Pue-
mostrar un incremento de la velocidad de sedimentación de ser cerrada (realizada mediante punción-aspiración con
globular-VSG-, el componente monoclonal de la enferme- aguja fina -PMF- o mediante trucut) (Fig. 36-7; ® ví-
dad y proteinuria de Bence-Jones), en metástasis de neuro- deos 36-1 y 36-2] o abierta (incisional o escisional).
blaswmas (con incremento de metaboliws de las catecolami-
nas), en el hiperparatiroidismo y en la búsqueda del cáncer
primario en una metástasis ósea a través de diferentes marca-
dores tumorales. En el sarcoma de Ewing y en el osteosarco-
ma también pueden estar elevadas las cifras de lacmro deshi-
La biopsia tiene unas normas de realización muy estric-
tas debido a que, si se incumplen, se condiciona el trata-
miento posterior del tum or e, incluso, el pronóstico de la
o
enfermedad.
drogenasa (LDH) y fosfarasa alcalina, respectivamente, si
bien en los niños suelen estar elevadas de forma fisiológica.
Otras pruebas de laboratorio disponibles en la actuali- La biopsia incisional consiste en tomar una parte del tu-
dad son la técnica de la inmunoperoxidasa, técnicas de ci- mor para su análisis; en ramo que la escisio nal consiste en
458 Pa rte 1. Cirug ía ortopédica y traumatolog ía - Parte V. Mis celánea

Tabla 36-7. Parámetros de respuesta tumoral


a la quimioterapia preoperatoria

De imagen Histológicos

Masa tumoral Masa de tejidos Necrosis celular


Dolor blandos tumoral:
Osificación de lesión • > 90 % --> buena
ósea respuesta
Figura 36-7. Control radioscópico de una biopsia cerrada con trucut Menor • < 90 % -7 pobre
en un condrosarcoma del extremo proximal del fémur. neovascularización res puesta

extirpar la tOtalidad del tumor y analizarlo. Unas y otras,


frente a las cerradas, proporcionan una mayor cantidad de De forma general, sobre todo en el caso de los malignos,
muestra tumoral para su estudio p atológico, pero tienen el hay que realizarlo en centros especializados y planificarlo de
inconveniente de ser más agresivas y asociarse a más com- forma multidisciplinar después de haber completado el diag-
plicaciones, entre las que estaría un mayor riesgo de reci- nóstico y la esradificación de la enfermedad. La asistencia en
diva futura del tumor. Habitualmente, se realizan biopsias los centros especializados es más cómoda para el paciente y
cerradas con rrucur o incisionales; y sus normas se resumen depara mejores resultados, puesto que la atención está mejor
e n que deben ser realizadas por el mismo cirujano que rea- organizada y la experiencia es mayor. En las últimas décadas
lizará la resección definitiva del rumor y nu nca compro- ha evolucionado enormemente debido a los progresos en el
meriendo aquélla. De ral fo rma, se considera correcta diagnóstico por imagen, a una mejor esradificación tumoral y
cuando provee suficiente material para un diagnóstico co- evaluación histológica, al perfeccionamiento y desarrollo de
rrecto sin modificar el tratamiento quirúrgico ni el curso nuevas técnicas quirúrgicas y al tratamiento adyuvante. En
clínico de la e nfermedad. Las biopsias escisionales se reali- este aparrado se incluye la quimioterapia, cuya imroducción
zarían en casos de diagnós tico segu ro por pruebas de ima- ha significado alargar muy significativamente la supervivencia
gen, como sería en la mayoría de los osreocondromas, en de los pacientes y fucilitar los procedimientos quirúrgicos con-
algún otro rumor benigno y, excepcionalmente, y sólo e n servadores, sobre todo en los rumores más quimiosensibles.
centros de mucha experiencia, en algún rumor óseo malig-
no (por ejemplo en los osteosarcomas parosrales y condro- Objetivos
sarcomas periféricos secundarios típicos). El objetivo del tratamiento de los ru mores óseos suele ser
curativo, si bien en algún caso, sobre todo en metástasis
óseas o en rumores óseos prim itivos malignos con metás-
TRATAMIENTO
tasis, puede ser paliativo.
En lo que se refiere al tratamiento, es preciso plantear los

o
aspectos que se tratarán a continuación.
El objetivo de la cirugía de salvamento de los miem bros
Generalidades es el control local de la enfermedad preservando la fun-
ción del miembro, que en el miembro superior es la de la
mano y en el infe rior la carga y la movilidad.
El tratamiento de los tumores óseos, particularmente el

o de los benignos agresivos y de los malignos primitivos, es


dificil y trascendente, porque de que se haga de forma co-
rrecta o no de pende la conservación de un miembro e, in-
cluso, la vida del paciente.
El objetivo de la cirugía de los miembros es el control local
de la enfermedad y la preservación de la función del miembro
(en el superior es la de la mano y en el inferior la carga y lamo-

Tipos de resección y reconstrucción

~ntercalar{

• Radioterapia
IIJ
Resección
{
argos

Otras
-o .
n huesos

• Pelv1ana
·Raquídea
Articular
·
· ln!raarti~ular
Extraart1cular

Intercalar
• Quimioterapia · Con espaciadores
artificiales
• Con injertos óseos
• Otros Reconstrucción de estructuras
a anatómicas imprescindibles:
• Huesos/segmentos óseos ·Conservando movilidad
Amputación
imprescindibles · Con prótesis
·Vasos principales · Con injerto osteoarticular
Figura 36-B. Esquema general del tratamiento · Algún nervio · Con prótesis +injerto
·Cobertura cutánea · Sin conservar movilidad (artrosis)
de los tumores óseos, con detalle de los méto-
dos quirúrgicos. Otra
36 • Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales del hueso 459

vilidad). No obstante, en la rociiUa y, sobre roda, en el rabillo,


también se aceptan como válidas técnicas que sacrifican su mo- Métodos
vilidad (arrrodesis). En rodas los casos, de cualquier forma, la Los métodos de tratamiento de los rumores óseos incluyen
técnica quirúrgica debe adaptarse a cada paciente individual. la observación, la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia

Tabla 36-8. Resumen de los tipos de resección y reconstrucción ósea y articular de tumores óseos en la cirugía
de salvamento de los miembros•

Resección

Según los márgenes de resección:

lntralesional El bisturí «toca>> el tumor y/o quedan restos de tejido tumoral

Marginal El bisturí pasa inmediatamente por fuera del borde del tumor y pueden quedar células tumorales (<<satélites»!
y metástasis saltatorias (skipl

Amplia El bisturí <<corta» por tejido sano alrededor del tumor, dentro del compartimento donde asienta (podrían
quedar metástasis saltatoriasl

Radical El bisturí <<corta» por tej ido sano de otro compartimento donde asienta el tumor (no queda resto tumoral ni
metástasis saltatorial

Según el segmento óseo resecado:

Intercalar Se reseca un segmento óseo intermedio

Articular Se reseca un segmento óseo terminal (articulad: intraa rticular (si un extremo es articulad o ext raarticular (si
los dos extremos son articulares!

Pélvica Res ección del ilion (tipo 11. de la región periacetabular (tipo 111 o de las ramas iliopubiana e isquiopubiana (tipo 1111

Vertebra l Resección del arco neural o del cuerpo vertebral. total o parcial

Reconstrucción

Intercalar Tipos Ventajas Inconvenientes

Autólogos (cresta ilíaca y otrosl Biología y costes favorables Disponibilidad limitada

Autólogos vascularizados (peronél Consolidación rápida e hipertrofia Dificultad técnica


Inje rtos óseos
Homólogos (ba ncos de huesosl Disponibilidad. Reinserciones Consolidación lenta y más
fáciles complicaciones

Espaciadores Metálicos, de cemento o plásticos Rápidos y fác iles de implantar Duración limitada

Articular Tipos Ventajas Inconvenientes

Modulares Disponibilidad casi ilimitada Dificultad para reinserción


muscular

Fabricadas a medida Carga y rehabilitación rápidas Fallos mecánicos y aflojamientos


a largo plazo
Prótesis
De crecimiento (expandiblesl Permiten el crecimiento del Son caras
miembro

Aloprótesis (prótesis en Las de prótesis y homoinjertos Las de prótesis y homoinjertos


homoinjertol

Homoinjerto Son injertos homólogos que Mantiene la función con Disponibilidad limitada
osteoarticular incluyen las estructuras técnica biológica que faci lita Artros is precoz. Articulación
anatómicas articulares reinserciones inestable

Artrodesis Con autoinjertos u homoinjertos Reconstrucción funcional duradera Pérdida de la movilidad articular
intercalares

Otras Son modificaciones de Con prótesis personalizadas, mejor Problemas estéticos y


(plastia de amputaciones convencionales función que en amputaciones psicológicos
rotación! (en el miembro inferior!

"En niños en crecimiento se preferirían artrodesis, prótesis expandibles o plastias de rotación en el miembro inferior.
460 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

y otros (interferón, adyuvantes locales co mo el fenol, el ce-


m ento óseo, el nitrógeno líquido u otros). Unos tratan la ~
enfermedad local, en s u lugar de origen, y otros la enfer- ~
m edad general, teniendo en cuenta que las form as malig-
(~~)
nas se consideran verdaderas enfermedades sistémicas. Los
osceosarcomas, los sarcomas de Ewing y el histiocitoma fi-
H.
broso maligno son ejemplos de ello, debido a su gran faci-
lidad para desarrollar metástasis y a su quimiosensibilidad.
La quimioterapia se puede administrar antes (neoadyuvan- Resección articular Resección intercalar
te) o después de la cirugía (adyuvante), p or vía intraveno- Figura 36-10. Esquema de resección articular !izquierda) e inter-
sa o intraarterial. La quimioterapia neoadyuvante permite calar (derecha!. Nota: El defecto articular se ha reconstruido con
conocer la respuesta tumoral a la quimio terapia durante el una prótesis modular con un mecanismo articula r de bisagra o
curso de la enfermedad por parámetros clínicos, de imagen charnela rotatoria. El defecto intercalar se ha reconstruid o con un
e h istológicos (Tabla 36-7) , de tal forma que los c itostáti- homoinjerto fijado con un clavo intramedular y placas para asegu-
rar la estabilidad rotaciona l del injerto.
cos podrían cambiarse en el protocolo adyuvante si la res-
puesta con los primeros no hubiera sido adecuada.
yoría (Fíg. 36-8). Los procedimientos de conservación o
salvamento del miembro se resumen en un primer tiem po

o El tratamiento quirúrgico de un tumor óseo es el funda-


mental para el control local de la enferm edad, cua ndo
está indicado.
de resección y otro posterior de reconstrucción del defec-
to dejado por la resección. La resección, a su vez, se clasi-
fica según el margen por el que el cirujano extirpa el tumor
(en relación con el concepto anatómico de los comparti-
El tratamiento quirúrgico incluye dos grandes tipos d e m entos) y según el segm en to óseo que se extirpa. Así, se-
procedimientos: las amputaciones y los procedimientos d e gún los márgenes, hay resecciones intralesio nales, margi-
conservación del miembro, que en la actualidad son ma- nales, amplias y radicales (Tabla 36-8 y Fig. 36-9); y, en
los huesos largos, resecciones intercalares y articulares,
cuando se extirpan segmentos interm edios o term inales,
Radical (Desarticulación) respectivamente (Fig. 36-10).
----------------------------------------------------------· La reconstrucción, por su parte, es muy variada y debe
hacerse de las estructuras anatómicas que se cons ide ra n
imprescindibles. No lo son, por ejemplo, algún h ueso o
segmento óseo (costillas, metacarpianos, metatarsianos,
Metástasis clavícula, escápula, extremo d istal del cúbito, extremo pro-
saltatoria
("Skip") ximal del peroné, etc.), vasos q ue no son los principales de
un miemb ro o la m ayoría de los nervios. La herida, en to-
dos los casos, debe cerrarse y ob liga a sutu ras directas o a
complejas intervenciones de cirugía plástica. La recons-
trucción ósea puede ser, además de formas paniculares ra-
quídeas y pélvicas, intercalar o articular (Tabla 36-8 y
Fig. 36-10). Aquélla puede hacerse con injertos <a> (auto-
inj ertos libres o p ediculados y homo injertos) (Tabla 36-9)
o con espaciadores (m etálicos, de poli metilmetacrilato o
de plástico). La reconstrucci ón articular p uede hacerse
Figura 36-9. Esquema de un compartimento !el fém ur) y de los conservando la función articular o sacrificándola (artrode-
tipos de resección de un tumor óseo según el margen. Nota: Un sis). La funció n articular se con serva, en niñ os, con endo-
compartimento es un espacio limitado por estructuras anatómicas
prótesis expansib les o con plastias de rotación en el m iem-
que ofrecen resistencia al creci miento del tumor: la cortical del
hueso en el contexto de tos tumores óseos. En la figura, el tumor bro inferior. En adultos se conserva con megaprótesis (mo-
que se origina en la cavidad medular del fémur !representado por dulares o a medida), aloprótesis (combinaciones de ho-
un óvalo) y que no rompe su cortical está en situación intracompa r- moinjercos y p rótes is) u h omoinjerros osteoarticulares.
timental (Al. Cuando rompe ta cortical y tiene un componente tu- Cada m étod o y cada técn ica tienen ventajas e inconve-
moral «extraóseo>> se considera en s ituación extracompa rtime ntal
niences propios (T abla 36-8 y Figs. 36-1 1 a 36-17).
lB l. En tumores óseos malignos la resección no se pued e realizar
con un margen intralesional y hay que procurar evitar el marginal
porque pueden quedar <<satélites» tumorales que motivarían la
recidiva local del tumor. Aunque el margen radical es el más segu-
ro oncológicamente hablando, tiene mucha morbilidad len el caso
del esquema obligaría a una desarticulación!. El margen amplio es
La disponibilidad de injertos óseos es esencial e n el tra-
tamiento de los tumores óseos. o
preferido por ser s uficientemente seguro oncológicamente !si se
descartan metástasis «saltatorias»l y permitir una buena función Los bancos de huesos son fundamentales en esta fun-
tras la reconstrucción. ción, ya que p roporcionan homoinjer tos, que son injer-
36 • Tumores pr im itivos y metastásicos de hueso. Lesi ones seudotumora les del hueso 461

Tabla 36-9. Ventajas e inconvenientes de los autoinjertos (procedentes del mismo individuo) y de los homoinjertos
(procedentes de individuos de la misma especie)

Auto injertos Ventajas Inconvenientes

Libre • Biología ideal (osteogénicos, osteoinductores y • Disponibilidad limitada


osteoconductoresl • Morbilidad de la zona donante (es una segunda
• No transmisión de enfermedades intervención)
• Histocompatibilidad

Vascularizado • Poca dependencia del techo del huésped • Relativamente pocas zonas donantes
• Rápida osteointegración • Sacrificio de zonas sanas
• Más resistencia a infecciones • Técnicamente exigente (intervención quirúrgica
• Resistencia a radioterapia y quimioterapia larga y dificitl
• Posibilidad de incluir piel y músculo en el injerto
• Suele deparar buenos resultados (85 %1
• Menos riesgo de infección, fractura, problemas de
reabsorción y consolidación que en injertos libres

Homoinjertos Ventajas Inconvenientes

General • Menor morbilidad (acorta el tiempo de cirugía • Menor actividad biológica: osteointegración
y evita la segunda herida quirúrgica de los lenta y frecuentes retardos de consolidación y
autoinjertosl seudoa rtrosis
• Permite la reconstrucción anatómica de defectos • Frecuentes fracturas
grandes • Pueden tra nsmitir enfermedades (sobre todo
• Puede incluir cartílago (homoinjertos infecciosas de tipo viratl
osteocondralesl para reconstruir articulaciones • Pueden desencadenar respuesta inmune (la
• Puede incluir partes blandas (cápsula, ligamentos respuesta inmune disminuye con técnicas de
y tendones) para mejorar la estabilidad articular congelación en bancos de hueso), que puede
y reconstruir el manguito de los retadores del ocasiona r la reabsorción del inj erto, seudoartrosis
hombro, el s istema abductor de la cadera o el y fracturas
aparato extensor de la rodilla
• Pueden usarse en pacientes en los que no se
pueden tomar autoinjertos (niños, osteoporosis,
parálisis o ancianos)

Fresco • No requiere preservación • Respuesta inmune mayor


• Cartílago a rticula r viable • Necesidad y disponibi lidad pueden no coincidir
• Idóneos para recubrimiento articular aislado • Poco tiempo para probar esterilidad o presencia
de enfermedad

Congelado • Simple • Requiere una cuidadosa selección de los donantes


• Permite la criopreservación del cartílago • Costoso a largo plazo
• lnmunogen icidad disminuida • No puede se r esterilizado secundariamente
• No cambian las propiedades biomecánicas • El tra nsporte a larga dis tancia requie re
• Ideal para el déficit masivo osteoarticular congelación
segmentaría • Viabilidad del cartílago limitada

Liofilizado • Almacenamiento indefinido a temperatura ambiente • Técnicas costosas y complicadas de


• Fácil de transportar almacenamiento y preservación
• Puede obtenerse limpio y esterilizado • Cambios biomecánicos
secundariamente • Incorporación lenta
• Compatible con desmineralización • Imposible criopreservar el cartílago
• Ideal para pérdidas intercalares o defectos quísticos

Desmineralizado • Potente osteoinductor • Resistencia intrínseca escasa


• Ideal para defectos quísticos y pequeños o • Procesado complejo
uniones óseas irregulares como suplemento en • Radiolúcido
fusiones estables

ros óseos procedentes, habitualmente, de donanres mul-


tiorgánicos. Pueden ser no estructurales o estructurales. Indicaciones
Los primeros son hueso triturado y se emplean para re-
llenar cavidades. Se incorporan mejor que los estructu-
rales, aunque esto depende del tamaño de la cavidad re-
llenada y de la canridad de injerto empleado. Los ho-
En general, la cirugía de sa lva mento de los miem bros
está indicada cua ndo se puede hacer una resección con
márgenes adecuados al tipo tumoral y una reconstruc-
o
ción funcional.
moinjerros estructurales pueden ser osteoarriculares (he-
micondilares o condilares totales) o intercalares. Habi-
tualmente se utilizan con diferentes métodos de osteo- De forma más detallada, la cirugía de salvamento requie-
sínresis para fija rlos. re que la lesión pueda ser resecada con márgenes amplios,
462 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

Figura 36-13. Pieza de resección de l condrosarcoma . Resección


intraarticular del extremo proximal del fémur con márgenes am-
Figura 36-11. Radiografía anteroposterior del condrosarcoma del ex- plios.
tremo proximal del fémur. en un varón de 72 años.

La mayoría de los rumores óseos benignos, es radio 1, y


que queden partes blandas para una buena cobertura en la algunas lesiones seudorumorales se tratan con cureraje
reconstrucción, que la función del miembro reconstruido simple, cuando no se vigilan. La mayoría d e las formas ac-
sea superior a la de una amputación, que no interfiera con tivas y algunas de las agresivas se tratan con curetaje agre-
la quimiorerapia adyuvante (si se precisara) y que la pracri- sivo (con adyuvantes locales o sin ellos) o con resección
que un cirujano experto en estas técnicas. La elección de- marginal o amplia. Algunas lesiones agresivas se tratan con
penderá del cipo y estadio tumoral (Tabla 3 6-10), de la lo-
calización del rumor, de la morbilidad de cada una de ellas,
de la experiencia del cirujano y de los deseos del paciente
informado. Cualquier de ellas está contraindicada cuando
están comprometidas las estructuras neurovasculares ma-
yores y cuando se produce una fractura patológica, aunque
esro último es discutido por algunos especialistas. Cuando
no se puede hacer un procedimiento de conservación del
miembro está indicada una amputación.

Figura 36-12. Resonancia magnética del condrosarcoma en cortes


coronales en secuencias ponderadas en T1 (Al y T2IBI. y corte a xia l
donde se observa la salida de tejido tumoral del compartimento del Figura 36- 14. Detalle intraoperatorio de la reconstrucción con una
fémur (C, flecha l. Estadio 118 de Enneking . prótesis tumora l modular.
36 • Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales del hueso 463

Figura 36-17. Tratamiento. Resección intercalar con má rge nes


amplios lA); reconstrucción con homoinj erto intercalar fijado con
dos placas atornilladas IBI; y resultado radiográfico al año de la
intervención, con consolidación del inj erto IC).
Figura 36-15. Radiografía anteroposterior de ambas caderas. don-
de se observa la prótesis tumoral modular, con vástago cementado
lhemiartroplastial.
PRONÓSTICO
En lo que respecta al pronóstico, es preciso señalar los as-
pectos q ue se desarrollan a continuación.
resecciones amplias que requieren reconstrucciones co m-
plejas. Ta bla 36-10. 1ndicaciones generales de l tipo de tratamiento
Las lesiones primitivas malignas sólo se controlan local- según el estadio y tipo tumoral
mente con resecciones amplias o radicales. En lesiones de Estadio Tratamiento
bajo grado, la cirugía es el único tratamiento verdadera-
mente eficaz. En lesiones de alto grado se em plea la qui- Estadio 1 Observación o resección intralesional más
m ioterapia adyuvante y en rumores radiosensibles, ocasio- relleno con injerto o sustitutivo óseo
En algunas localizaciones !costilla) podría
nalmente, la radioterapia para aumentar las posibilidades hacerse resección marginal
de control local y la supervivencia del paciente. El esque-
ma terapéutico suele incluir, en este orden: quimioterapia Estadio 2 Resección marginallintralesional si supusiera
gran morbilidad, con más riesgo de recidiva y
neoadyuvanre, tratamiento local (cirugía y/o radioterapia) pudiendo usar adyuvantes locales: nitrógeno
y quimioterapia adyuvante (Figs. 36- 16 y 36-17). En el líquido, fenal y/o cemento óseo) más
tratamiento quirúrgico, los márgenes marginales e intrale- reconstrucción
sionales son inadecuados y requieren reintervenciones y te- Estadio 3 Resección amplia lo intralesional si gran
rapias adyuvantes en la mayoría de los casos. Las metásta- morbilidad, con adyuvantes locales) más
sis pulmonares, finalmente, cuando son pocas y accesibles reconstrucción
a la cirugía, se pueden extirpar. Estadio 1 Resección amplia más reconstrucción

Estadio 11 Resección amplia o radicallsi no hay un gran


déficit funciona ti más adyuvantes, más
reconstrucción

Estadio 111 Cirugía conservadora


Tratamiento paliativo
Resección de metástasis pulmonares

Osteosarcoma Quimioterapia preoperatoria - reestadificación


- cirugía - quimioterapia postoperatoria
)igual o diferente a la preoperatoria, según la
respuesta en la pieza de resección)

Sarcoma de Quimioterapia preoperatoria - reestadificación


Ewing - cirugía y/o radioterapia - quimioterapia
Figura 36-16. Resonancia magnética de sarcoma de Ewing de la postoperatoria !igual o dife rente a la
diáfisis de la tibia en una paciente de 14 años. Corte sagital lA) y preoperatoria, según la respuesta en la pieza
coronal lB) antes de la qui mioterapia neoadyu vante lpreope rato- de resección)
ria ). Corte coronal después de la quimioterapia neoadyuvante; se
Condrosarcoma Cirugía
observa la disminución del volumen tumoraliCI.
464 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

Tabla 36-11 . Complicaciones y resultados en términos Epidemiología


de supervivencia en prótesis tumorales de reconstrucción
del fémur distal por tumores óseos•
Las metá s tasis óseas son los tumores óseos malignos
Riesgo más frecuentes.
Amputación 9 15 17 17
Infección 10 12 14 14 El esqueleto, de hecho, es el tercer lugar más común de
Revisión asiento de metástasis, eras el pulmón y el hígado, y puede
Todos los casos 17 33 49 58 afectarse de forma precoz, especialmente en cánceres de
Charnela fija 17 42 56 64 pulmón y próstata. La incidencia real de las metástasis
Charnela rotatoria 17 22
óseas se desconoce, pues depende de que se diagnostiq uen
Cualquier cirugía 3B 61 75 89 o no. Probablemente ronde el 50 % en los pacientes con
cáncer y se acerque al 85% en los más osteófilos, que son
Aflojamiento aséptico
Charnela fija 13 35 44 55 los carcinomas de pulmón, mama, próstata, riñón y tiroi-
Charnela rotatoria des. Aunque puede afectar a cualquier hueso, los más ex-
sin hidroxiapatita puestos son los del esqueleto axial, con la columna verte-
ni cemento 24 24
Charnela rotatoria bral (segmento lumbar, torácico, cervical y sacro, por este
con hidroxiapatita orden) y la pelvis como lugares preferentes. También son
asiento frecuente de metástasis óseas las costillas y los ex-
Supervivencia 67-BB 48-76 > 53
eremos proximales del fémur y el húmero. Las metástasis
*Las cifras se refieren a porcentajes. distales a la rodilla y el codo son raras, si bien no excepcio-
nales. En la mayor parte de los casos los pacientes son ma-
yores de 40 años; usualmente mujeres cuando el rumor
Resultados no oncológicos primario es un carcinoma de mama, y hombres cuando es
del tratamiento quirúrgico un carcinoma de próstata.
Los resultados funcionales del tratamiento quirúrgico de
un tumor óseo dependen del cipo de intervención prac- Patogenia y fisiopatología
ticada. Los de las grandes reconstrucciones con homoin- Las metástasis óseas se desarrollan a partir de émbolos de
jercos suelen ser buenos en el 50-75% de los casos, aun- células malignas que, procedentes del tumor primario y fa-
que cursan con muchas complicaciones: fracturas (14- vorecidas por el crecimiento y la necrosis tumoral, acceden
47 %), no uniones (12-20 % ), infecciones (6- 17 o/o) y re- a través de los vasos linfáticos y sanguíneos al tejido óseo.
absorciones por mecanismos probablemente inmuno ló- También es posible la extensión directa desde el rumor pri-
gicos (6 %) . Los resultados de las reconstrucciones procé- mario (carcino ma nasofaríngeo hacia la base de cráneo) o
sicas se resumen en la tabla 36-11 . En general, con el desde una localización secundaria (extensión vertebral des-
paso del tiempo, los de aquéllos mejoran y los de éstos de adenopatías retroperitoneales). Cuando la célula tumo-
empeoran, con resultados globales satisfactorios del 60- ral alcanza el tejido esquelético, a diferencia de lo que su-
75 o/o. cede en el remodelado óseo normal, la reabsorción ósea no
es compensada por la formación, por lo que produce como
Resultados oncológicos en tumores óseos resultado una osteólisis que compromete la capacidad mecá-
malignos primitivos nica del hueso, &agilizándolo y exponiéndolo a una fractura.
Los resultados oncológicos de los rumores óseos dependen
del tipo y estadio tumoral, del margen de resección y de la Sintomatología y pruebas complementarias
respuesta a la quimioterapia en el caso de tumores quimio-
sensibles, entre otros. En general, la supervivencia a 5 años
de los sarcomas óseos de aleo grado de malignidad es del
El dolor es el sínto ma más frecuente y, habitualmente,
aparece como presentación de la enfermedad.
o
60-70 %. Cuando son de bajo grado, la supervivencia su-
pera el 90 %; y cuando son metastásicos, la supervivencia
es limitada. La recidiva local, por su paree, aumenta el ries- Sus características son típicas: insidioso, progresivo y
go de una nueva recidiva y el de metástasis a distancia, y constante, que no cede con el reposo y se exacerba con el
reduce la supervivencia del paciente. descanso nocturno, habitualmente rebelde a los analgési-
cos ordinarios. A veces es la consecuencia de una fractura
METÁSTASIS ÓSEAS patológica, que puede ocurrir por un traumatismo menor
o sin él (Fig. 36-18). Entre otra sintomatología destaca, en
El estudio de las metástasis óseas es muy importante, pues las metástasis vertebrales, la propia de un eventual com-
el hueso es lugar de asiento de lesiones secundarias, que en promiso neurológico mielorradicular.
la práctica clínica, es preciso tenerlas presentes para esta- Como en otros rumores óseos, la radiografía simple es
blecer un correcto diagnóstico diferencial. el primer estudio que hay que realizar en la detecció n y
36 • Tum ores primitivos y m etastásicos de hueso. Les iones seudotum orales del hueso 465

Figura 36-19. Biopsia cerrada guiada por tomografía computarizada


en un paciente con metástasis de pelvis por carcinoma de tiroides.

El diagnóstico histológico de una metástasis es relati-


vamente sencillo cuando se observa tejido epitelial
Figura 36- 18. Fractura patológica de la diáfisis proximal del húmero neoplásico y los marcado res inmunohistoquímicos espe-
por metástasis de carcinoma de mama [A) y tratamiento mediante cíficos son positivos, al contrario que el reconocimiento
clavo endomedular [B).
del órgano del que procede, que no se identifica en codos
los casos.

evaluación de las metástasis óseas, si bien debe tenerse en Tratamiento


consideración que es un método diagnóstico relativamen-
te tardío al precisar, para que la lesión sea radiográficamen-
te visible, una destrucción ósea previa significativa. Cuan-
do la sintomarología sea compatible en un paciente con
El tratamiento de las metástasis óseas es multidiscipli-
nar y esencialmente paliativo, enfocado a la analgesia y a
la restauración de la función del pacien te, con la inten-
o
ción de mejorar la calidad de vida que le reste.
antecedentes de cáncer pueden ser necesarias o eras pruebas
complementarias de imagen m ás sensibles, si bien de espe-
cificidad relativamente baja. Se traca de la TC. RM y gam- En algún caso de metástasis única el enfoque podría ser
magrafía ósea. En este contexto, la PET, más sensible que curativo. Los métodos incluyen terapias locales (cirugía,
la gammagrafía ósea, sería útil para la identificación de tu- embolizaciones, cemencoplascias y radioterapia) (Fig. 36-20) ,
mores primarios desconocidos con metástasis como pri- tratamientos sistémicos (quimioterapia, inmunoterapia,
mer signo de la enfermedad y para el diagnóstico diferen- hormonoterapia y fármacos que pretenden reducir la des-
cial entre lesión benigna o maligna en fracturas patológi-
cas, cuando esta duda se plantea.
Los daros de laboratorio son inespecíficos y puede ob-
jetivarse hipercalcemia e hipercalciuria en casos de gran
destrucción ósea, elevación de la fosfatasa alcalina, eleva-
ción de la fosfatasa ácida en las metástasis de carcinomas
de próstata, etcétera.
Diagnóstico

o
El diagnóstico de una metástasis ósea, como el de otro
tumor óseo maligno, se sospecha por datos clínicos y de
imagen y se confirma mediante la biopsia.

La metástasis ósea puede diagnosticarse de forma simul-


tánea al diagnóstico del tumor primario, al realizar su es-
tudio de extensión, durante el seguimiento de un cáncer
conocido, o en el contexto de uno desconocido hasta ese
momento (Fig. 36-19). El conocimiento de una enferme-
dad maligna previa ayuda al diagnóstico, si bien siempre
Figura 36-20. Radiografía anteroposterior de pelvis en una pa-
hay que obrar con prudencia ante la posibilidad de la con- ciente de 38 años intervenida por metástasis en L3[vertebroplas -
currencia de dos malignidades, ya que la supuesta metás- tia) y en el extremo proximal del fémur [clavo endomedular y
tasis ósea podría ser un tumor primitivo. cemen to).
466 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

rruccwn ósea: bifosfonatos, inhibidores del sistema ría la susti tución protésica, al igual que la fijació n instru-
R.ANKL/RANK y PTH rP) y otras medidas analgésicas. mentada en las me tástasis vertebrales que la precisaran.
Mientras que los tratamientos sistémicos son poco efica- En la pelvis, por el contrario, se suelen preferir métodos
ces, los locales y las terapias analgésicas suelen ser de gran no quirú rgicos por la morb imorralidad de los quirúrgicos
u tilidad. El exponente máximo son las intervenc iones allí. La radioterapia, que puede combinarse con la cirugía,
quirúrgicas en el caso de fracturas patológicas o inminen- estaría indicada en metástasis osteolíticas do lorosas sin
tes, donde los enclavados endomedulares en las metásta- riesgo de fractura a corto plazo. En estos casos, cuando la
sis de huesos largos son de elección, a veces asociando re- radioterapia fuera ineficaz, se consideraría el tratamiento
lle nos con cemento. En lesiones articulares se considera- quirúrgico.

111 RESUMEN

• Un tumor óseo es un crecimie nto anormal, autónomo y s in • En todos los casos el diagnóstico definitivo es anatomopa-
finalidad de células de tejidos de los huesos. tológico y s e llega a él a través de la biopsia. Ésta debe rea-
lizarse cumplien do estrictas normas de indicación y técni-
• Aunque existen diferentes cla s ifi caciones, bi ológicamente
ca, siempre después de ha be r com pletado e l estudio de
es obligatorio distinguir entre los benignos y los malignos,
imágenes de la lesión.
y, en éstos, entre los de bajo y alto grado de malignidad y
los metastásicos. • El tratamiento de los tumores óseos, sob re todo de las fo r-
mas benignas agresivas y ma lig nas pr imitivas, de be reali-
• La incidencia de unos y otros es muy variable. pero la de los tu-
zarse en centros especializados con carácter multidiscipli-
mores malignos primitivos es poca, al contrario que la de las
nario. Su objetivo suele ser curar la enfermedad y para ello
metástasis óseas. La mayoría de aquéllos se localizan en los
se dis pone de diferentes mé todos . Entre los que pretenden
miembros, habitualmente en el entorno de la rodilla y el hombro.
el control loca l de la enfermedad destaca la ciru gía, que
• Las metástasis óseas son más frecuentes en la columna puede ser conservadora !con resección y reconstrucción) o
vertebral y en las cinturas escapular y pélvica. de amputación.

• El diagnóstico de sospecha de los tumores óseos se basa • Los procedimientos conservadores está n ind icados cuando
en datos clínicos y de imagen. Frente a la sintomatología , se puede hacer una resección con márgenes oncológ icos
que es inespecífica, el estudio radiográfico simple es fun - atendiendo al tipo tumoral y una reconstrucción funcional.
damental. Cuando no, está ind icada una amputación.

• Otras pru ebas de imag e n de utilidad son la TC, la RM y la • El pronóstico genera l de la enferme da d depende del tipo
gammagrafía ósea. Cuando se sospeche malignida d, una y estadio tumoral, en tre otros factores, con superviven -
radiografía de tórax y una TC torácica no pueden faltar. La cias a 5 años en los sarcomas de alto grado de malignidad
justificació n de una PET es controvertida. del60-70 %.

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Editorial Méd ica Panamericana, pp.1 54-69. enrirics. fnstructiollal Course Lectum, 48, 591-602.
~ OBJETIVOS DEL APRENDI Z AJE

• Diseño del plan de intervención o tratamiento de fisioterapia para la reincorporación deportiva de l deportista lesio-
nado.
• Intervenciones para la promoció n de la salud y prevención de la lesión deportiva.
• Actualización del conocimiento basado en la investigación científica y en la práctica basada en la evidencia como
cultura profesional en la fisioterapia deportiva.
• Factores de riesgo lesiona!, así como factores predisponentes.
• Aspectos clínicos más relevantes de las clasificacio nes lesionales musculares.
• Aspectos terapéuticos más relevantes de las lesiones musculares.

GENERALIDADES Gran parte de los trabajos y artículos publicados sobre


este rema se refieren a la descripción y localización de las
En los tiempos actuales, la p ráctica de la actividad física lesiones, dentro de lo que se denomina epidemiologfa des-
por gran parte de la sociedad en general se co nsidera un lo- criptiva, que analiza la frecuencia, la p revalencia, el grupo
gro de bienestar y d e calidad de vida. Cada vez es más fre- estudiado, la localización de las lesiones y su gravedad o se-
cuente que personas de rodas las edades, sexo y nivel social veridad, etcétera.
se inicien en la práctica de algún deporte, y cada vez más Son menos numerosos los estudios con trabajos de epi-
se prescribe «ejercicio físico» como medida terapéutica y clemiologfa analítica; es decir, los que incidirían en los fac-
como prevención de enfe rmedades para mejorar la salud tores intrínsecos y extrínsecos, mecanismos o accidentes
d e la población [oe véase Vol. 11, capítulo 81. En los depones q ue provocan la lesión, a partir de las cuales se pueden in-
de alto nivel, las exigencias y las intensidades del desarro- dicar medidas de prevención.
llo de la competición son, asimismo, cada vez mayores. En Una vez producida la lesión, el tejido musculoesquelé-
consecuencia, este aumento de la actividad, y de la inten- rico iniciará una serie de procesos tendentes a la curación
sidad también, predispone a la población a un mayor nú- o reparación del territorio dañado.
mero de lesiones, microrraumáricas o macrorraumáricas, La reparación biológica de las lesiones, se p uede dividir
de etiología exógena (mecanismo directo) o endógena en tres fases:
(mecanismo indirecto), y que, sobre todo, repercuten en el l. Fase inflamatoria.
aparato locomotor; es decir, en el sistema m usculoesquelé- 2. Fase de reparación.
rico y en las articulaciones (la patología articular se rrara en 3. Fase de remodelación.
el capítulo 8 d e este volumen y su tratamiento de fisiote-
rapia en el Vol. 11, capítulo 61. Son este tipo de lesiones, las Estas fases serán abordadas más adelante, en el aparrado
musculares, de las que se rrarad en este capítulo, intentan- Cuadro clínico de este capítulo.
do describir ramo sus aspectos generales como otros más Asimismo, y durante las fases de tratamiento, en las que
específicos, tratamientos y lesiones musculares que se pro- muchas veces se deben inmovilizar las extremidades o al-
d ucen más frecuentemente en algunos deportes. Las ren- guna de sus articulaciones, el tejido blando (músculos,
dinopatías y las lesiones ligamentarias han sido ya aborda- rendones, ligamentos, cartílagos, ere.) del sistema m uscu-
das en el capítulo 7 de este mismo volumen y su trata- loesquelérico tamb ién sufre cambios, y responde a lamo-
miento de fisioterapia en el Vol. 11. capítu lo 6. vilizació n con procesos característicos.

469
470 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

CONCEPTUALIZACIÓN Entre los 15 y los 25 años se produce la mayor incidencia


de lesiones en la mayoría de los deportes. En una revisión de
Siguiendo a McLain y Reynolds (1989) lesión deportiva es 3.200 lesiones se encontró una edad media de presentación
«rodo incidente resultante de la participación deporciva, de 19,5 años, con unos extremos de 8 y 70 años; sin embar-
que hace que el deportista sea retirado del partido o entre- go, la edad en que más lesiones se hallaron fue 17 años.
namiento o que le impida participar en el siguiente parti- En los estudios que analizan series de lesiones, sin tener
do, entrenamiento o ambos». Este concepro excluye rodas en cuenca el tiempo de exposición y en términos absolu-
la lesiones subagudas y crónicas no incapacitanres, que tos, las lesiones son más frecuentes en varones en propor-
permiten seguir entrenando o incluso compitiendo, aun- ciones que oscilan entre 6,5-3,5 y 8,5-1,5; sin embargo,
que disminuyan el rendimiento del deportista. cuando se tiene en cuenta la relación entre el sexo de los
Este concepto es importante para estudiar la incidencia participantes y el número de lesiones, el riesgo de padecer
de las diferentes lesiones que se producen en cada depone una lesión deponiva es mayor en las mujeres.
o su repercusión en la actividad diaria o laboral. Lo que sí Las lesiones deportivas afectan con mayor frecuencia a
es evidente es que, por un lado, el depone supone un be- las extremidades inferiores, en porcentajes que oscilan en-
neficio para la salud (por ejemplo en la prevención de las tre el 50 y el 86 %.
enfermedades cardiovasculares), pero, por otro, puede pre- Las lesiones musculares figuran en segundo lugar de fre-
sentar un riesgo para ésta en forma de lesiones o acciden- cuencia en muchos trabajos, y en muchos otros son descri-
tes, en algunos casos graves. tas como las más frecuentes. En la mayorfa de los trabajos,
También se han realizado trabajos para analizar el ries- las lesiones musculares son enue el 20 y el 30%. En de-
go y la severidad de las lesiones de cada disciplina deporci- portes como el fútbol pueden llegar al 40%.
va y las más características, de forma que se puedan instau-
rar medidas preventivas para intentar paliar en lo posible DEPORTES Y RIESGO LESIONAL
dichas lesiones.
El fútbol y el baloncesro son los deportes más frecuente-
EPIDEMIOLOGÍA mente implicados como causantes de lesiones en Europa y
llegan a suponer cerca del 45% en algunas series; pero se
Por lo que se refiere a las lesiones deponivas, los estu- ha de tener en cuenta que muchos estudios no investigan
dios epidemiológicos deben tener como objetivos el co- ni la relación entre el n úmero de practicantes y lesiones
nocimiento del perfil del deportista con riesgo de sufri r aparecidas ni el tiempo de exposición. C uando se ajustan
una lesión, las características del medio en que se desa- estos parámetros, el rugby presenta un riesgo lesiona! tres
rrolla la actividad y del agente provocador. Todos esros veces mayor que el fútbol.
daros permitirán establecer unas medidas de prevención Algunos trabajos señalan al baloncesto como el deporte
adecuadas. que más lesiones causa (15,9% del total), al ser el origen
Desde el punto de vista de la lesionabilidad, Arnheim, traumático el más frecuente (52%). Estas lesiones fueron
ya en 1994 clasificó los deportes en tres tipos, como pue- tratadas mediante tratamiento farmacológico en el 61 o/o
de observarse en la tabla 37-1. de los casos, con fisioterapia en el 48,9 %, con reposo en
Las lesiones deporrivas pueden dividirse en dos grandes el 35,7 o/o y con ejercicios domésticos en el 35,2 % . Otro
grupos: lesiones agudas o accidentes deportivos y lesiones dato interesante es el hecho de que las lesiones se produz-
por sobrecarga. can con mayor frecuencia en los entrenamientos (57,4 %).
Desde el punto de vista del pronóstico, las lesiones
podrían clasificarse como se indica en la Tabla 37-2 .

o
Las lesiones agudas, al considerarse accidentes, deben
Para el deportista en general, y sobre todo para el profe-
investigarse epidemiológicamente como tales; las lesio-
nes por sobrecarga pueden identificarse más con proce-
sional, el tiempo que estará sin poder entrenar o competir
sos subagudos y crónicos. suele ser el elemento más imporrante tras una lesión. En de-
terminados deportes y en el ámbito profesional, es frecuente
que lo más importante sea determinar cuándo volverá el de-
portista a participar con su equipo, y no si lo hace plenamen-
Tabla 37-1 . Clasificación de los deportes desde el punto te recuperado; es decir, si recuperó totalmente la movilidad
de vista de la lesionabilidad articular, la fuen.a muscular, la velocidad, propiocepción o su
11 Deportes de colisión: aquéllos e n los que el choque forma resistencia aeróbica, parámetros que deben alcanzar los mis-
parte de la competición, como es el caso de las artes mos valores que los que tenía el atleta antes de lesionarse.
marciales, el rugby, el fútbol americano, etcétera
111 Deportes de contacto: en los que puede existir contacto
físico pero no es el objetivo fundam ental, como en el Tabla 37-2. Clasificación de las lesiones desde el punto
fútbol, baloncesto, balonmano, etcétera de vista del pronóstico
1111 Deportes sin contacto: no existe contacto físico entre los
participantes, es el caso del atletismo, tenis, halterofilia,
• Leves: de 1 a 7 días
etcétera
• Moderadas: de 8 a 21 días
• Graves : más de 21 días
Modificada de Arnheim, 1994.
37 • Les10nes deportivas del s1stema musculoesque lét1co. Les10nes musculares 471

• Resistencia aeróbica. Los ind ividuos con altos consumos

o La reincorporación al entrenamiento del deportista lesiona-


do ha de ser progresiva y su participación en la competición
debe realizarse sólo cuando esté plenamente recuperado.
de oxígeno (YO, máx.) tienen tendencia a sufrir menos
lesiones arriculares, seguramente porque tardan más en
fatigarse y sus movimientos siguen siendo coordinados
hasta el final de la competición, al contrario q ue los de-
Existe muy poca información epidemiológica acerca de portistas de menor YO, máx., que sufren con mayor fa-
cuáles son los mecanismos de producción más frecuenres cilidad este tipo de lesiones. El entrenamiento de esta
de las lesiones deportivas. faceta es fundamental para conseguir que la musculatu-
Basándose en las características de los diversos deportes ra tenga un adecuado aporte de oxígeno y, por lo tanto,
y en el tipo de las lesiones observadas, se mencionan como mayor resistencia a la fatiga y a las lesiones.
mecanismos más frecuentemente implicados: traumatismos • AJa/a técnica ofolta de destreza. Los atletas necesitan de-
directos, caídas, movimienros forzados, etc. En los deportes sarrollar las habilidades necesarias para realizar una co-
que no son de contacto físico predominan los mecanismos rrecta técnica. Así, la combinación de una técnica insu-
indirectos y las lesiones suelen ser consecuencia de las hiper- ficiente más situaciones de sobrecarga pueden llevar al
solicitaciones de músculos y tendones. En los deportes de atleta a padecer lesiones.
conracto predominan los mecanismos directos con lesión de • Déficit de flexibilidad. La fal ta de flexibilidad, que se re-
estructuras ligamemosas y también musculares. fleja en una gran tirantez m uscular, puede provocar
A pesar de ello, hay pruebas de que hay deportes que gran cantidad de lesiones. Éste es un factor que a me-
producen más lesiones que otros y son potencialmenre nudo se infravalora e n los reconocimientos previos a la
más lesivos. práctica de la actividad física, y que puede ser corregi-
Como ya se comemó, los deportes que se realizan al aire do, al menos mejorado, con ejercicios de estiramiento.
libre, con contacto físico y grandes saltos, tienen mayor Así, unos isquiotibiales acortados lim itan la flexión de
grado de incidencia lesiona!. Se puede pensar que es debi- la cadera y se oponen a la extensión de la rodilla, y esro
do a que los cambios climatológicos hacen variar las con- puede provocar numerosas lesiones musculoren dinosas
diciones del terreno de juego y a que, en general, las reglas en las actividades que impliquen carreras y saltos. Hay
de juego en la mayoría de los deportes indoor, son más pro- evidencias científicas de q ue un músculo q ue tiene una
tectoras para el deporrista, penalizando con más frecuen- tensión aumentada (menor elasticidad), disminuye su
cia y severidad el comacto físico. capacidad para absorber fuerzas que provocarían lesio-
Los deportes con grandes saltos son, asimismo, poten- nes. Esta tensión disminuye con los estiramientos y el
cialmeme lesivos, ya que durame el salto se puede perder el calentamiento, y la aumeman la fatiga y las lesiones
equilibrio o balance corporal, y caer de forma no adecuada, prevtas.
por lo que las lesiones articulares son más frecuentes. • La:útud articular y/o inestabiliclacl mecánica. La laxitud
articular está determinada por los estabilizadores estáti-
FACTORES PREDISPONENTES cos o estabilidad pasiva (los ligamentos y la congruen-
cia y/o limitación emre los huesos que componen la ar-
Conocer las causas que intervienen en la etiología de las le- ticulación). Cuando esta laxitud está por encima de lí-
siones deportivas es relevante, sobre todo para su preven- mites fisiológicos se habla de Ílzestabiliclacl mecánica.
ción y para la predicción de los riesgos asociados. • Debilitación muscrtlar (atrofia) y/o asimetría de la fiurza
Existen factores que predisponen a un deportista a pa- muscttlar. La atrofia o la asimetría muscular son elemen-
decer una lesión. Pueden ser intrínsecos (aquéllos que el tos desestabilizadores del equ ilibrio o balance muscular.
individuo presenta por sus características físicas y orgáni- Tras una lesión o por defectos técnicos y/o de entrena-
cas o que se han adquirido por determinadas causas) o ex- miento se pueden encontrar desequilibrios musculares,
trínsecos (inciden en el deportista y alteran su rendimien- que pueden predisponer por sí mismos o p rovocar alte-
to, ya que le vuelven susceptible de padecer lesiones). raciones de sinergia muscular, o en movimientos des-
coordinados, nuevas lesion es musculares.
Factores intrínsecos La técnica más utilizada actualmente para la valoración
Estos elementos se han relacionado más con las lesiones de muscular es mediante ejercicios isoci néticos. Para algu-
sobreuso que con la lesión aguda. Entre ellos se encuentran: nos autores, la valoración isocinética de los flexo res y
• Edad. extensores de la rodilla, y co nseguir su equilibrio, es más
• Sexo. imporrante que la propia valoración funcional de dicha
• Peso. articulación. En cuanto a los posibles desequilibrios en-
• Somatotipo. Las características antropométricas han de tre musculaturas contralaterales (de un miembro a otro),
ser tenidas en cuema, no sólo para intentar evitar situa- el momento de fuerza medido en estas valoraciones no
ciones de riesgo lesiona!, sino también en muchos ca- debe superar el 10-15 %.
sos para adecuar la especialidad deportiva a las caracte- • Anomalías biomecánicas. Asimetrías de extremidades,
rísticas físicas del individuo o incluso su participación desalineación o las excesivas rotaciones de las cadera, los
o su posición en el terreno de juego en deportes de pies planos/cavas, la patela alta, la escoliosis, la hiperlor-
equtpo. dosis, etc., pueden predisponer al atleta a padecer lesio-
'
472 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

nes, más frecuentemente relacionad as con los proble- Los planes de entrenamien to deben ser programados,
mas que pueden originar los deportes de larga duración; variados, con suficientes descansos, etc. , siempre precedi-
es decir, con las lesiones por sobresolicitación. dos por calentamiento (warm-up) y finalizados con el en-
• luestabilidadfimcioual. Estas alteraciones son una com- friamiento o vuelta a la calma ( cool~down).
binación d e una insuficiencia ligamentosa, un d éficit de Uno de los objetivos de entrenadores y preparadores fí-
la propiocepción y una debilidad muscular. sicos es desarrollar las capacidades físicas de sus arietas. Sa-
• Habilidad socioemocional. Es frecuente que los deportis- ber realmente el límite de éstos evitará que el entrenamien-
tas de alto nivel acudan a la consulta del psicólogo de- to pueda actuar de forma negativa sobre el rendimiento; de
portivo, con el objetivo de mejo rar su capacidad para forma que no caiga el deportista en un estado que le haga
superar situaciones adversas y para aceptar su esrarus en susceptible de padecer una lesión. Evitar estas situaciones
la sociedad. La inteligencia, el esrado de vigilancia o la debiera ser otro de los objetivos de los preparadores.
habilidad para tomar decisiones correctas en situaciones
críticas desempeñan un papel importante como facto-
res de riesgo.

Factores extrínsecos
Una correcta planificación del entrenamiento y una ade-
cuada periodización de las sesiones de trabajo mejorará
la condición física del atleta y evi tará la aparición de le-
siones.
o
Estos factores inciden en el deportista y alteran su rendi-
miento, volviéndole susceptible de padecer lesiones.
También es frecuente enconrear aumentos bruscos y
Nutrición e hidratación inadecuadas excesivos en la frecuencia, duración e intensidad de los
Es fundamental que las personas que mantengan una acti- entrenamientos, por diversas causas (cambio de entrena-
vidad física reglada lleven una adecuada nutrición e hidra- dor, no alcanzar objetivos, ere.), que lo único que consi-
ración. Las recomendaciones nurricionales son, en general, guen es hacer al atleta susceptible de padecer cualquier
las de la diera mediterránea. tipo de lesión.
La diera mediterránea aconseja mantener una ingesra su-
ficiente y básica de hidratos de carbono (cereales, pan, pas- Equipamiento inadecuado
ta italiana, arroz, pararas, ere.) y verduras, limitando el con- Son numerosos los estudios que han reportado una reduc-
sumo de alimentos con alto contenido en grasas y proteínas ción del número d e lesiones en la práctica de una actividad
(carnes, pescados, mariscos, mantequillas, ere.). Aunque en deportiva con la utilización de elementos protectores.
el momento presente esrá cobrando fuerza la evidencia cien~ Por otro lado, el deportista debe cuidar convenientemen-
tífica del aporre calórico y energético de una diera hiperpro- te su equipamiento básico y conservarlo en correcto uso, de
reica. Se recomienda un aporre de 2,5-3 litros diarios. modo que no sea un elemento que pueda no protegerle en
Cuanto mayores sean los depósitos de glucógeno muscu- el momento en que se produce un mecanismo lesiona!.
lar antes de iniciar un ejercicio (y más si ésre será extenuan-
te), mayor será la resistencia del individuo para dicho ejerci- Condiciones del terreno de juego
cio y, por tanto, menor su probabilidad de padecer una le- La alternancia en la utilización de diferentes superficies sí
sión muscular por faciga. Un estado de deshidratación pue- que parece tener influencia en aumentar la susceptibilidad
de llevar al deporrista a padecer otras situaciones peligrosas, a padecer accidentes deportivos.
como puede ser una hipertermia o golpe de calor. En estudios realizados en las competiciones estadouni-
Po r tanto, si no se observa una nutrición e hidratació n denses de fútbol americano se evidenció un mayo r núme-
adecuadas, el deportista tendrá mermado su rendimiento, ro de lesiones en aquellos equipos que entrenaban en una
su coordinación y sus reacciones, y será más propenso a pa- superficie y competÍan en otra.
decer lesiones, particularmente musculares.
Condiciones ambientales
En los deportes practicados al aire libre, es indudable la in-

o Una nutrición e hidratación adecuadas contribuyen a op-


timizar su rendimie nto deportivo mante niendo niveles
adecuados de salud.
fluencia que puede tener la climatología en la susceptibili-
dad de padecer lesiones, no sólo en el m omento de la com-
petición, sino también en los períodos de entrenamiento.
La influencia de las condiciones climáticas afecta direc-
tamente al d epo rtista, pero también a las condiciones del
Carga de trabajo (competiciones y entrenamientos) terreno de entrenamiento y competición.
No hay duda de que una de las principales causas de lesio~ La humedad relativa, el frío y el viento se mencionan
nes en el deporte es un inadecuado programa de entrena- como posibles causas de lesiones musculares que se produ-
miento. El estado d e fatiga al que puede llegar un deportis- jeron en futbolistas de la liga islandesa de fúcbol.
ta o la fulta de condición física, por exceso o por defecto de Se recomienda que si las condiciones climáticas son ad-
entrenamiento, van a alterar su rendimiento. De esta forma, versas (aleas-bajas cemperaturas extremas, lluvia o granizo,
la habilidad técnica que pueden tener también se ve altera- tormenta eléctrica, ere.) no se celebren o sean suspendidas
da por la fatiga, lo que aumenta la posibilidad de lesionarse. las competiciones deportivas.
37 • L esiones depor t ivas del siste m a muscu l oesquel ét ico. Les iones m uscu lares 473

Tabla 37-3. Clasificación de Las Lesiones musculares

o Las situaciones que predispongan al deportista a poder


padecer una hipotermia o problemas de estrés térmico
[golpe de calor! deben ser evitadas.
y trastornos musculares agudos

Lesiones musculares producidas por un mecanismo indirecto:


• Trastorno muscular funcional:
- Tipo 1. Trastorno muscular relacionado con el
Características del propio juego sobreesfuerzo:
o Tipo lA. Trastorno muscular inducido por fatiga
Parece clara la clasificación de la pQ[encialidad de algunas o Tipo 18 . Dolor muscular de apar ición tardía o
especialidades deportivas respecto a la génesis de lesiones. «agujetas» IDOMS)
En general, los deportes que impliquen contacto físico tie- - Tipo 2. Trastorno muscular de origen neuromuscular:
nen estadísticamente mayor número de lesiones y de ma- o Tipo 2A. Trastorno mu scular de origen radicular
yor gravedad. o Tipo 28. Trastor no muscular de or igen neuromuscular
propiamen te di cho

MECANISMO DE PRODUCCIÓN DE LA LESIÓN • Trastorno estructural muscular:


- Tipo 3. Rotur a parcial:
Existe poca información epidemiológica acerca de cuáles o Tipo 3A. Rotura parcial leve
son los mecanismos de producción más frecuentes de las o Tipo 38. Rotura parcial mo derada

lesiones deportivas. - Tipo 4. Rotura total:


Parece claro que las lesiones deportivas se producen por o Completa/incompleta
la combinación de diferentes factores de riesgo, de los cua- o Avulsión tendinosa
les sólo una parte son identificables, con un mecanismo Lesiones musculares producidas por un mecanismo directo:
cercano al momento de producirse éstas. Este modelo • Contusión
multifactorial para identificar la etiología de los accidentes • Laceración
en el deporte es el más utilizado en los estudios epidemio-
lógicos.
Basándose en las características de los diversos deportes Sports Medicine. Para facilitar al lector la comprensión, en
y en el tipo de las lesiones observadas, se mencionan como la tabla 37-4 se encuentra un resumen esquemático de la
mecanismos más frecuentemente implicados: traumatis- clasificación de las lesiones m usculares y sus principales ca-
mos directos, caídas, movimientos forzados, etc. En los de- racterísticas, atendiendo al tipo, d efinición y presentación
portes que no son de contacto físico predominan los me- clínica. Por otra parte, los autores p roponen el siguiente es-
canismos indirectos, y las lesiones suelen ser consecuencia quema explicativo, que se expone en el siguiente apartado,
de las hipersolicitaciones de músculos y tendones. En los en función del pronós tico y que relaciona distintas op-
deportes de contacto predominan los mecanismos direc- Ciones.
tos con lesión de estructuras ligamentosas y también mus-
culares. A conrinuación se tratarán estas últimas que por Clasificación en función del pronóstico
su frecuencia son las más relevantes. Una posible clasificación de las lesiones musculares podría
realizarse atendiendo, en prim er lugar, al pronóstico, y
denrro de él, a la evidencia diagnóstica de lesiones anato-
CLASIFICACIÓN
mopatológicas (véase el capítulo 2 de este mismo volumen,
Clasificar las lesiones musculares ha sido tradicionalmenre donde se trató la histopatología del tejido conjuntivo) ob-
motivo de controversia; por ello, a lo largo del tiempo, dis- jetivables mediante pruebas exploratorias complementa-
tintos autores han propuesto varias: desde O'Dononogue rias (véase el capítulo 6 de este mismo volumen, donde se
en 1962, basada fundamenralmenre en la sintomatología abordó el diagnóstico por la imagen, ecografía) .
que refería el deportista, hasta la propuesta por Stoller en
2007, basada en la evidencia científica de daño estructural, Benignas {leves)
objetivado éste mediante pruebas de imagen (resonancia Estas lesiones comprenden:
magnética, R.M). En ocasiones, consensuar una termino- Contusión musculm: El m úsculo, generalmente en con-
logía comúnmente aceptada no ha sido tarea fácil, por lo tracción por el trabajo q ue está realizando, es golpeado
que recienremenre se creó un grupo de expertos ( The Mu- violentamente y pueden estallar capilares en el choque
nich Consensus statement), liderados por Mueller-Wohl- y aparecer el hematoma. También se puede originar por
fahrt, con el objetivo de proporcionar una clasificación de microtraumatismos repetidos. El estallido tisular puede
las lesiones musculares con una terminología clara, y con producir trastornos, se infil tra y hay d islaceración en los
el fin de facilitar la comunicación eficaz entre los profesio- fascículos musculares, por lo que éstos pierden su regu-
nales de la medicina y el desarrollo de estrategias sistemá- laridad. No existe impotencia funcional. La moviliza-
ticas de tratamiento (protocolos), que propuso finalmente ción activa es normal. El trabajo resistido origina dolor.
en 2012 una terminología y una clasificación de las lesio- D isminuye la fuerza muscular.
nes musculares de consenso (Tabla 37-3 y Fig. 37-1), que Hematoma muscula1: En el músculo traumatizado se frag-
ha sido publicado en la prestigiosa revista British journal of mentan capilares y se produce extravasación sanguínea.
474 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

Figura 37-1 . Vista posterior del muslo, con la M. semitendinosus


musculatura isquisural, tras resecar el mús-
culo glúteo mayor. Ilustración anatómica so- M. bíceps femoris
bre la localización y el grado de las lesiones Caput longum
musculares funcionales y estructu ra les.
(Al Trastornos musculares inducidos por el
esfuerzo. Tipos lA y 1 B. (Bl Trastornos mus-
culares de origen neuromuscular. Tipos 2A y M. semimembranosus
Tipo 4
28. (C) Roturas parciales y totales. Tipos 3A
y 38 y Tipo 4.

Tipo 3a
y 3b
Tipo 1b

Ésta se puede concentrar en el interior del músculo. La que un müsculo se ha situado en el límite de la toleran-
evolución es hacia la reabsorción {o enquistamiento). cia de su elasticidad. Anatomopatológicamente la elon-
Puede palparse una fluctuación y su exploración permite gación es el primer estadio del desgarro muscular {Ta-
conocer la evolución en el tiempo. A veces la equimosis bla 37-6). Se corresponde con la lesión m uscular d e
aparece no en el foco de lesión, sino a distancia. grado 1, segün la clasificación de Kouwalchouk.
• Espasmo musculm: Se trata de una contracción involun-
taria y mantenida debida al reflejo del dolor. Severas (graves}
• Calambre musmlm: Zuwer (1879) definió el calambre En este apartado se encuemran las siguientes lesiones:
como «una contracción dolorosa, involuntaria y pasajera • Rotura fibri lar 0 . En la term inología habitual no técn ica
de cierras fascículos musculares estirados del músculo o se le denomina <~tirón». Existe rotura d e algunas miofibri-
de cierras fibras. Es de evolución paroxística, de uno o va- llas, lesión anatómica y rotura de fibras o fascículos con
rios músculos. Existe sufrimiento muscular por déficit hemorragia local más o menos im porrante. Se puede pro-
circulatorio, y el espasmo se origina por un fascículo y ducir con sensación de hachazo o latigazo y dolor fulgu-
por una fatiga acumulada. Provoca impotencia funcional rante. Hay quien supone que existe con ancerioridad al-
inmediata. El dolor permanece en reposo, durante la guna lesión. La im potencia funcional es completa. La
contracción, en el estiramiento y en la palpación. Se ori- palpación pone en evidencia un dolor exquisito en un
gina por un trabajo excesivo muscular en anaerobiosis. punto muy concreto. La movilización pasiva es posible,
• Contractura mwwlm: Se origina en un músculo fatiga- aunque con dolor. La movilización activa es muy doloro-
do. Puede ser originada por una causa intrínseca {la fa- sa y está limitada. El t rabajo resistido es im posible de rea-
tiga referida) o por una acción externa. La movilización lizar, lo mismo que el estiram iento (Tabla 37-4). Seco-
activa y resistida es dolorosa. Se pierde fuerza muscular rresponde con la lesión muscular de grado 2, según la cla-
(Tabla 37-5) . Se corresponde con la lesión muscular de sificación de Kouwalchouk.
grado O, según la clasificación de Kouwalchouk. • Desgarro musculm: Es u na situación muy si milar a la de
• Elongación. El origen es intrínseco. Puede producirse, la rotura fibrilar. Es la máxi ma expresión del denomina-
por ejemplo, en el jugador de fútbol, en el momento del do «tirón». Se origina en la carrera ráp ida, en el chute
chute, por una acción excesiva muscular y aparece do- intenso o en una batida. Se puede producir preferente-
lor agudo en el músculo solicitado. Se origina en depor- mente por problemas intrínsecos, pero también por una
tistas escasamente entrenados, que entran con fuerza en causa extrínseca. Una contusión pued e originar una ro-
la competición o sin un calentamiento correcto. El do- tura muscular. El dolor agudo es im portante. La impo-
lor es brutal. El examen clínico es poco demostrativo. tencia funcional, completa. Según la gravedad de la le-
El músculo no se edematiza. La búsqueda de un punto sión, la movilización pasiva es posible o imposible. La
selectivo de dolor es negativa. Todo el compartimento movilización activa es siempre muy dolorosa y está limi-
muscular es doloroso. La movilización activa y pasiva es tada. El estiramiento y el trabajo resistido son muy dolo-
normal. El trabajo resistido y el estiramiento son discre- rosos (Tabla 37-7). Se corresponde con la lesión muscu-
tamente dolorosos. La fuerza segmentaría disminuye lar de grado 3 , según la clasificación de Kouwalchouk.
por la reaparición del dolor. No hay impotencia funcio- • Dis/aceración musculm: Se produce en músculos some-
nal. La elongación se puede considerar como el aviso de tidos a agresiones externas, a causa del impacto de un
37 • Lesiones deporttvas del sistema musculoesquel ético. Lesiones musculares 475

Tabla 37-4. Clasificación de las lesiones musculares y sus principales características. Tipo, definición y presentación clínica

Clinica Prueba de imagen


Tipo Clasificación Definición Clinica (signos) localización
(sintomas) (ultrasonldo/RMI

Tipo 1A Trastorno Aumento del tono Sensación de Insidiosa, difusa, Desde una Negativa
muscular muscular (firmeza dureza muscular dolor tolerable participación focal
inducido por muscular! de carácter con dolorimiento en los músculos hasta abarcar la
fatiga longitudinal, debido a: Se incrementa involucrados longitud entera del
• Exceso de ejercicio con la actividad Aumento de tono músculo
• Cambio de superficie continua o circunscrito
de juego prolongada El atleta refiere
• Cambio en patrones Puede provocar tensión muscular
de entrenamiento dolor en reposo,
durante o después
de la actividad

Tipo 18 Dolor muscular Más dolor muscular Dolor agudo tipo Inflamación Sobre el músculo Negativa o sólo
de aparición generalizado inflamatorio edematosa, cierta entero o el grupo edema
tardía o después de gestos Dolor en reposo y rigidez (mayor muscular
agujetas desacostumbrados, horas después de tensión) muscular
(DOMSI trabajo excéntrico la actividad limitación del rango
o movimientos de de movimiento
deceleración articular implicado
Dolor en la
contracción
isométrica
Alivio al
estiramiento, que
será terapéutico

Tipo 2A Trastorno Aumento del tono Sensación de Aumento del Sobre el haz Negativa o sólo
muscular muscular !firmeza dureza muscular tono muscular, muscular o sobre edema
de origen muscular) de carácter con dolorimiento circunscrito el grupo muscular
radicular longitudinal, debido a Se incrementa longitudinalmente grande, a lo largo
un trastorno funcional con la actividad Edema discreto de toda la longitud
o estructural tipo continua o entre el músculo y del músculo
espinal o lumbopélvico prolongada la fascia
No hay dolor en En ocasiones,
reposo aumento de
sensibilidad cutánea
Reacción defensiva
del músculo al
estiramiento
Dolor a la presión

Tipo 28 Trastorno Aumento del tono Aumento de la Aumento del Fundamentalmente, Negativa o sólo
muscular muscular !firmeza sensación de tono muscular a todo lo largo de la edema
de origen muscular!. dureza muscular circunscrito al área longitud del vientre
neuromuscular Circunscrito al área con dolorimiento y neuromuscular muscular
propiamente neuromuscular tensión muscular, Hinchazón
dicho Puede ser como gradualmente edematosa
resultado de una Dolor de tipo Alivio al
disfunción en el control calambre muscular estiramiento, que
neuromuscular, como será terapéutico
la inhibición recíproca Dolor a la presión

Tipo3A Rotura parcial Rotura con un diámetro Dolor agudo, Dolor bien definido y Principalmente Positiva para
leve máximo de menos punzante, «como localizado en la unión disrupción fibrilar
de un fascículo/haz agujas» en el Probablemente, musculotendinosa con RM de alta
muscular momento de la defecto palpable resolución
lesión en la estructura de Hematoma
El deportista la fibra, dentro de intramuscular
a menudo la banda muscular
experimenta estable
un «hachazo» El estiramiento
o «chasquido» provoca aumento
seguido de un del dolor
repentino dolor
localizado
/Contmúal
476 Parte 1. C1rug1a ortoped1ca y traumatolog1a- Parte V. M1scelanea ·

Tabla 37-4. Clasificación de las lesiones musculares y sus principales características. Tipo, definición y presentación clínica (cont./

Clínica Prueba de imagen


Clasificación Definición Clínica !signos! Localización
!síntomas! luttrasonido/RMI

Tipo3B Rotura parcial Rotura con un diámetro Dolor agudo, Dolor bien definido y Principalmente Positiva para
moderada mayor que un punzante, lagrimeo localizado en la unión disrupción fibrilar
fascículo/haz muscular a menudo notable Defecto palpable musculotendinosa significativa, y que
en el momento de en la estructura probablemente
la lesión muscular incluya alguna
El deportista Amenudo retracción
a menudo hematoma Con lesión fascial
experimenta Lesión fascial y hematoma
un «hachazo» El estiramiento intermuscular
o «chasquido» provoca más dolor
seguido de un
repentino dolor
localizado
Brusca impotencia
funcional, con
posible caída del
atleta

Tipo4 Rotura Rotura que implica el Dolor sordo en el Gran defecto Principalmente Completa/
completa/cuasi diámetro muscular momento de lesión en el músculo, en la unión incompleta
completa completo/cuasi Llanto evidente por hematoma, musculotendinosa discontinuidad en
Avulsión completo dolor brecha palpable, o unión el músculo/tendón
tendinosa Lesión tendinosa El deportista hematoma, osteotendinosa Posible morfología
que implica la unión a menudo retracción del irregular del
hueso-tendón experimenta músculo, dolor tendón y retracción
un «hachazo•• con movimiento. tendinosa
o «chasquido» pérdida de la Con lesión fascial
seguido de un función, hematoma y hematoma
repentino dolor intermuscular
localizado
Brusca impotencia
funcional, con
frecuente caída del
atleta

Contusión Lesión por Trauma muscular Dolor sordo en Dolor sordo y difuso Sobre cualquier Hematoma difuso
mecanismo directo, causado por el momento de El hematoma, músculo, sobre o circunscrito de
directo una fuerza externa de la lesión, que el dolor y la todo vasto medial y varias dimensiones
carácter romo aumenta debido hinchazón reducen recto femoral
Hematoma circunscrito al creciente el rango de
que tiende a difundirse hematoma movimiento
en el músculo y causa El deportista La suavidad a la
dolor y pérdida de refiere un evidente palpación depende
movimiento mecanismo de la severidad del
lesiona! externo impacto
El deportista podría
continuar la
actividad deportiva
mejor que con una
lesión estructural
indirecta

Traducción propia, modificada de Muelter-Wohlfahrt, Haensel. Mithoefer, el al. 12013). Br J Sports Med, 47. 342·350.

contrario {puede ser expresión de una contusión). Pue- un müsculo conrracrurado. Se producen sobre codo por
de crearse una cavidad hemática con un contorno mal encima de los 40 años. Müsculos de romra frecuenre
definido. Dolor imporrante. Impotencia funcional son los gemelos y el bíceps femoral (Tabla 37-8). Seco-
completa. La movilización activa y pasiva es muy dolo· rresponde con la lesión muscular de grado 4, según la
rosa. El estiramiento es imposible. Disminuye la fuerza clasificación de Kouwalchouk.
local muscular. Se produce más en accidentes de tráfico • Hernia musculm: Es una lesión poco frecuente. Se ori-
y en el trabajo que en el deporte. Se correspondería con gina por una caída o un golpe. Hay romra de la aponeu-
la lesión muscular inrermedia de grado 3-4, según la rosis. Las miofibrillas se insinúan por los bordes de la
clasificación de Kouwalchouk modificada. aponeurosis. El dolor es de intensidad media. Se puede
• Rotum musmlm: Las roturas musculares rotales no son conrinuar en la competición y/o entrenamiento. En el
muy frecuentes. Se originan por acciones violentas en cuadro clínico se encuentra un dolor exquisito en un
37 • Lesiones deportivas del sistema musculoesquelético. Lesiones musculares 477

Tabla 37-5. Calambre• Tabla 37-7. Lesión muscular de grado 3, según


la clasificación de Kouwalchouk
Observaciones
Medidas terapéuticas Medidas terapéuticas
y/o recomendaciones

• Estiramiento miofascial o Prestar atención a la Primeras 48 horas 4" semana


analítico correcta hidratación !bebidas • Reposo deportivo • Musculación en
• Termoterapia carbonatadas) • Vendaje compresivo . apa ratos de gimnasio
• Masoterapia: fricciones o Realizar un calentamiento Inmovilización del segmen to • Entrenamiento
• Reposo inmediato pero adecuado articular comprometido cardiovascu lar:
breve !menos de o Vigilar el descanso del • Crioterapia intensiva: si es con carrera, etcétera
24 horas!. deportista hielo local, 20 minutos cada • Entrena miento del
o Ejercitarse con temperatura 2 horas gesto deportivo
ambiental adecuada
3" al 7° días 5" semana
• Termoterapia • Sesiones de
•contracció n dolorosa, involuntaria y pasajera, de ciertos fascículos • Estiramientos miofasciales estiramientos largas
o fibras musculares estirados. asistidos en ADM no dolorosa antes y despu és de
• Contracciones estáticas del entrenar
músculo lesionado • Acondicionamien to
punto muy determinado. La movilización pasiva no es • Musculación del tren no lesionado previo al
dolorosa. La movilización acriva y también con resisten- • Mesoterapia, combinada con ent renam iento
laserterapia exhaustivo
cia es dolorosa. Pueden realizarse correctamente manio- • Ultrasonoterapia • Entrena miento con
bras de estiramiento. • DLM normalidad
• Electroterapia analgésica • Masoterapia y
Clasificación en función de La afectación crioterapia tras tos
2" semana entrenam ientos
Otra clasificación comúnmenre aceptada es la propuesta • Termoterapia
Estiramientos miofasciales 6" s emana
por Kouwalchouk, que clasifica las lesiones musculares
activos en ADM no dolorosa o Apto para la
atendiendo a grados más leves de afectación y lo hace de la Tonificación muscular en competición
siguiente forma: isométrico • Sesiones de
Musculación del tren no les ionado esti ram ientos largas
Maso terapia antes y des pués de
Tabla 37-6. Lesión muscular de grado 1, según Técnicas miotensivas a na líticas competir
en la zona de la cicatriz o Acondiciona mien to
la clasificación de Kouwalchouk
• Hidrocinesiterapia: ejercicios de previo a la
Medidas terapéuticas tonificación competición
• Criomasaje tras las sesiones exhaustivo
• Criomasaje tras la
Primeras 48 horas 8° al 10° dÍaS: 3" semana competición
• Reposo deportivo • Termoterapia • Termoterapia • Masotera pia
• Vendaje compresivo. • Estiramientos o Estiramientos miofasciales periódica
Inmovilización del segmento miofasciales activos, activos, contrarresistencia
articular comprometido contrarresistencia • Trabajo excéntrico
• Crioterapia intensiva: si es • Masotera pia • Tonificación muscular en dinámico
con hielo local, 20 minutos • Natac ión • Natación
cada 2 horas • Masoterapia
A partir del10° día:
3" al 7° días • Cicloergómetro. si la lesión fue
• Se considera en el tren inferior
• Termoterapia tiempo suficiente • Criomasaje tras las ses iones
Estiramientos miofasciales para incorporarse
asistidos a la actividad Observaciones y/o recomendaciones
• Masoterapia deportiva, pero de
• Electroestimulación forma progresiva, • Se debe ser escrupu loso con los plazos de recuperación,
• Laserterapia con calentamiento para evitar recaídas
• Contracciones estáticas del adecuado y • No agotar al deportista ni en las sesiones de fis ioterapia ni
músculo lesionado, en isométrico ejercitándose sin en los entrenamientos
• Hidrocinesiterapia: ejercicios dolor o Para evitar la aparición de una cica triz hipertrófica, puede
de tonificación aplicarse la fricción transversa de Cyriax, pero siempre a
• Jacuzzi partir del 7° día
• Suplementación con inmunomodu ladores y aminoá cidos
Observaciones y/o recomendaciones ramificados
• Prestar atención a la correcta hidratación !bebidas Desgarro muscular: alte ración morfológica local, con impotenc ia
carbonatadas) fun cio nal, dolor vivo, Lacerante, agu do y violento. ADM : amp litud de
• Aportar electrolitos y minerales , movimientos: DLM: drenaje Linfático manual.
• Realizar un calentamiento adecuado
• Vigilar el descanso del deportista
• Ejercitarse con temperatura ambiental adecuada Gmdo O. Dolor muy ligero, molestia o cargazón muscu-
• Evitar la fatiga lar. Contractura muscular localizada. Ligera disminu-
Elongación: trastorno funcional sin Lesión anatomopatológica, con ción d e la fuerza. Sólo algunas fib ras estarán roras. Re-
dolor difuso en el músculo afectado. cuperación en pocas horas (Tabla 37-9).
478 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea

Tabla 37-8. Lesión muscular de grado 4, según Tabla 37-9. Lesión muscular de grado O,
la clasificación de Kouwalchouk según la clasificación de Kouwalchouk

Medidas terapéuticas Observaciones


Medidas terapéuticas
y/o recomendaciones
Primeras 48 horas 5a semana
• Reposo deportivo • Musculación en • Crioterapia local intensa • Prestar atención a la
• Vendaje compresivo. aparatos de gimnasio 110 minutos\hora) correcta hidratación
Inmovilización del segmento • Entrenamiento • Reposo deportivo !bebidas enriquecidas con
articular comprometido cardiovascular: de 48 horas; pasado carbohidratos)
• Crioterapia intensiva: si es con cicloergómetro, este tiempo, y una vez • Realizar un calentamiento
hielo local, 20 minutos cada 2 etcétera descartada una lesión de adecuado
horas • Entrenamiento del mayor gravedad • Vigilar el descanso del
gesto deportivo
3" al 7° días • Ejercicios de • Termoterapia deportista
• Crioterapia e inmovilización propiocepción • Estiramientos • Ejercitarse con temperatura
• Contracciones estáticas del miofasciales ambiental adecuada
músculo lesionado 6a semana • Masoterapia • Evitar la fatiga
• Musculación del tren no lesionado Iniciación del • Electroterapia antiálgica:
• DLM entrenamiento corriente Mega-A
• Electroterapia analgésica Sesiones de • A la semana de la lesión
• Vendaje compresivo tras las estiramientos largas puede reincorporarse a
sesiones antes y después de la actividad deportiva
entrenar
2" semana Acondicionamiento
• Termoterapia exhaustivo previo a l Contractura: expresión clínica de disfunción motora muscular, loca-
• Estiramientos miofasciales entrenamiento lizada y con dolor en la palpación.
asistidos en ADM no dolorosa Entrenamiento
• Musculación del tren no lesionado ptíométrico
• Tonificación en isométrico Masoterapia y
• DLM crioterapia tras los Grado l. Dolor algo más incenso. No está impedida la
• Hidrocinesiterapia: ejercicios entrenamientos
suaves de estiramientos activos función. Integridad del tejido de sostén. Restitutio ad
• Criomasaje tras la s sesiones 7" semana
integmm (con la vuelta a la normalidad se restaura la in-
• Entrenamiento con
3" semana normalidad tegridad tisular). Recuperación en 1 semana (Tabla 37-6).
• Termoterapia • Sesiones de • Grado 2. Dolor vivo. Impotencia fun cional moderada.
• Técnicas miotensivas analíticas estiramientos largas
en zona cicatriz antes y después de Examen clínico claro. Lesión de fibras musculares y te-
• Estiramientos miofasciales entrenar jido de sostén. No se evidencia hemorragia. Buena evo-
activos en ADM no dolorosa • Acondicionamiento lución. Recuperación en 2 semanas (Tabla 37-10).
• Hidrocinesiterapia: ejercicios de exhaustivo previo at
tonificación entrenamiento Grado 3. Dolor agudo y duradero. Impotencia funcio-
• Tonificación en dinámico • Entrenamiento nal importante. Examen clínico muy claro (+++). Le-
• Masoterapia, suave, superficial muscular en isocinético
• Musculación del tren no • Criomasaje tras la sión imporcanre de fibras musculares. Afectación del te-
lesionado s esión jido de sostén. Hemorragia. Formación de tejido cica-
• Criomasaje tras las sesiones
a• semana tricial. Signos locales. Recu peración en más de 3 o 4 se-
4a semana Apto para la manas (Tabla 37-7).
• Termoterapia competición
• Estiramientos miofasciales Sesiones de Grado 4. Dolor agudo y a veces sincopal. Lesión masi-
activos, contrarresistencia estiramientos largas va del músculo y de su tejido de sostén. H ematoma di-
• Trabajo excéntrico antes y después de fuso. Formación del tejido cicatricial. Signo del hacha-
• Tonificación con Thera -ban!P competir
• Natación Acondicionamiento zo. Recuperación superior a los 2 meses (Tabla 37-8).
• Masoterapia, amasamientos exhaustivo previo a la
• MTP de Cyriax competición
• Musculación del tren no Criomasaje tras la CUADRO CLÍNICO
lesionado competición
• Criomasaje tras las sesiones Masoterapia periódica
El cuadro clínico inmediato al accidente muscular ya ofrece-
Observaciones y/o recomendaciones rá una idea de la gravedad de la lesión, y puede ir desde una
ligera disminución de la fuerza, sin que el deportista cese su
• Se debe ser escrupuloso con tos plazos de recuperación,
para evitar recaídas actividad, hasta una completa imporencia funcional acompa-
• No agotar al deportista ni en las sesiones de fisioterapia ni ñada con símo mas sincopan tes provocados por el dolor.
en los entrenamientos En el punto anterior, ya se han indicado los principales sig-
• Muscular armónicamente la musculatura, de ahí tos isocinéticos
• Antes de volver a competir hay que trabajar la velocidad nos y síntomas clínicos de las distintas lesiones musculares.
y todos los componentes de la condición física Como en otros tejidos del organismo, la lesión muscu-
• En el entrenamiento muscular se debe incidir de forma
progresiva en la coordinación intramuscular, la hipertrofia, lar, una vez que las fibras se han desgarrado y separado , va
la fuerza,Ja potencia a seguir un proceso de curación en tres fases:
• Suplementación con inmunomoduladores y aminoácidos
de cadena ramificada • Fase inflamaroria: en la que se forma el hematoma y se
produce una reacción celular inflamatoria.
Rotura muscular: dolor importante con impotencia fun cional comple- • Fase de reparación: e n la que existe una fagocitosis del
ta, disminución de la fuerza muscular y hemorragia asociada. ADM:
amplitud de movimientos ; DLM: drenaje linfático manual: MTP: ma- tejido dañado y regeneración de las fibras del músculo
saje trasnverso profund o. estriado.
37 • Lesio n es de po rtivas d e l si ste m a musculoesq ue lé tico . Les iones muscula r es 479

Tabla 37-10. Lesión muscular de grado 2, según


Además, es preciso tener en cuema facto res que dificul-
la clasificación de Kouwalchouk tan o retrasan la curación y que condicionarán que el mo-
mento evolutivo sea diferente para cada lesión muscular.
Medidas terapéuticas Estos f.'lctores se pueden resum ir en:
Primeras 48 horas • Extensión de la lesión. Evidentemente las mayores rotu-
• Reposo deportivo ras del tejido muscular desencadenarán grandes hema-
• Vendaje compresivo. Inmovilización de la articulación tomas y respuestas inflamatorias, asim ismo, elevadas.
comprometida • Edema. Puede producir aumento de p resió n en el mús-
• Crioterapia intensiva: si es con hielo local, 20 minutos cada
2 horas
culo y dificultar la correcta nut rición de la parte lesio-
• Pasado este tie mpo y descartada una lesión mayor, el nada por disminución de la irrigación.
deportista puede reiniciar la actividad; pero si se objetiva • Hematoma. Como el edema, p uede causar el mismo
daño muscular, entonces: problema y debe tratarse de controlar ambos en los p ri-
Del3"' al 7° días meros instantes de la lesión.
• Termoterapia • Espasmo musmlar reflejo. Tiende a separar los bordes de
• Estiramientos miofasciales asistidos
la rotura y a dificultar su aproximación.
• Electroestimulación
• Laserterapia. Ultrasonoterapia • Atrofia. Comienza en los instantes posterio res a la lesión
• Contracciones estáticas del músculo lesionado y conviene combatirla con una correcta movilizació n y
• Hidrocinesiterapia : ejercicios de tonificación potenciación.
• Jacuzzi
• Corticoides. Se trata de un tema controvertido en el tra-
Del8° al 10° días tamiento de las lesiones musculares. Se ha demostrado
• Termoterapia que los corticoides utilizados en las primeras fases de la
• Estiramientos miofasciales activos, contrarresistencia
• Trabajo excéntrico
curación o regeneración inhiben la fibroplasia, la proli-
• Musculación en isométrico feración capilar, la síntesis de colágeno y, por tamo, dis-
• Masoterapia minuyen la fuerza tensora en el tejido en proceso de ci-
• Natación
catrización. También existen acmalmente estudios que
A partir del 10° día previenen en cuanto a la utilización de los antiinflama-
• Se considera tiempo suficiente para incorporarse a torios convencionales (AlNE) y que en el apartado de
la actividad deportiva, pero de forma progresiva, con
calentamiento adecuado y ejercitándose sin dolor. Especial
tratamiento inmediato se comentarán.
dedicación a la musculación de toda la cadena cinética • Otros. Edad, nutrición, h idratación, hábitos de vida sa-
afectada ludables, etc.
Observaciones y/o recomendaciones
DIAGNÓSTICO
• Prestar atención a la correcta hidratación {bebidas
carbonatadas) Para determinar e intentar clasificar una lesión muscular es
• Aportar electrolitos y minerales
• Realizar un calentamiento adecuado importante realizar una historia clínica, recabando lo su-
• Vigilar el descanso del deportista cedido en el momento del accidente deportivo y en los ins-
• Ejercitarse con temperatura ambiental adecuada tantes posteriores. Como en la mayoría de las lesiones del
• Evitar la fatiga
sistema musculoesquelético, una primera valoración es
Rotura fibrilar. distensión o «tirón» o «clacaje». Expresión dolorosa complicada y es conveniente esperar entre 24 y 48 horas
de una zona muscular loca lizada . con la correspondiente lesión ana- para determinar su alcance.
tómica, con hemorragia local más o menos importa nte.

• Fase de remodelación: que consiste en la reorganización del


tejido cicarricial y recuperación de la capacidad funcional.
El diagnóstico de las lesiones puede ha c erse frecuente-
mente por la sintoma tología, si bien cada vez es más fre-
cuente el uso de pru ebas complementarias de diagnósti-
o
co por imagen.
Durante la primera semana, el punto más débil es precisa-
menre el lugar donde asienta la lesión, mientras que posterior-
mente la rerrorura suele producirse en la zona proximal lesio- Aunque la radiología convencional sigue siendo utiliza-
nada. Se ha demostrado que la movilización de la zona afec- da, en patología muscular la ecografía, y actualmente la
tada produce más beneficios que mantenerla inmovilizada, ya ecografía Doppler, cobran gran interés, puesto que permi-
que las propiedades tensoras de los músculos se recuperan me- ten visionar con detalle la existencia de flujo sanguíneo
jor y en un espacio relativamente corto. Sin embargo, se debe fuera del sistema vascular (microcirculación), como ya se
ser muy cauto en los primeros momentos tras la lesión. recordará de lo tratado en el capítulo 6 de este mismo vo-
lumen. Con la ecografía (Fig. 37-2) se describen períodos
de recuperación de 3 a 4 semanas cuando el diámetro del

o Es preciso respetar el proceso biológico de reparación del


tejido para evitar el riesgo de aparición de una recaída de
la lesión.
hematoma es menor de 3 cm, y el período de baja es supe-
rior a 1 mes cuando el di~í.metro del hematoma sobrepasa
los 3 cm (Figs. 37-3 y 37-4).
480

Figura 37-2. Ecografía de rotura muscular.


Figura 37-4. Ecografía de amplia rotura muscular.
La resonancia magnética (RM) ha supuesto un impor-
tante avance, especialmente en el diagnóstico de muchas
lesiones musculares. TRATAMIENTO
Las pruebas de laboratorio tienen pocas indicaciones en
el diagnóstico de lesiones. El tratamiento de las lesiones musculares va ligado directa-
La determinación de proteínas musculares como la mente a la sintomatología y depende, en gran medida, de
mioglobina o la haptoglobina o de enzimas musculares en la prontitud de las primeras medidas terapéuticas y de la
las lesiones musculares puede ser la más útil. La más utili- exactitud diagnóstica. A continuación se tratarán alguno
zada es la creatina-cinasa (CK-MM), que se eleva a las de los aspectos más relevantes al respecto.
24 horas del accidente muscular, aunque en deportistas
profesionales se han descrito niveles elevados sin ninguna El equipo multiprofesional
correlación clínica, pero que sí pueden tener relación con Un aspecto muy importante del tratamiento de las lesiones
determinados entrenamientos o con variaciones intrasuje- deportivas lo asumen los fisioterapeutas (GEl véase Vol. 11 , ca-
tos. Las variaciones por encima de datos ya recogidos en pítulo 3), en cuyas consultas terminan gran parte de las le-
un individuo sí pueden ser útiles, pero no como hallazgo siones. Los expe rtos en ortopedia técnica asumen también
único. Estudios más recientes sugieren el manejo de las un papel muy importante en el tratamiento y prevención
isoformas de la CK-MM, que al parecer sí pueden distin- de lesiones. Por último, los preparadores físicos, figura im-
guir lesiones musculares recientes (menos de 24 horas) de prescindible en la alta competición y cada vez más frecuen-
las tardías (más de 24 horas), indetectables, como se co- te en todos los ámbitos, tienen especial trascendencia en el
mentó, por los marcadores biológicos habituales. También momento de la reincorporación al entrenamiento, para
se han descrito en estos jugadores alteraciones en los nive- conseguir la total recuperación.

o
les hormonales de las denominadas hormonas de estrés
(adrenocorticotropa -ACTH- y cortisol).
Las Lesiones menos graves se solucionan bien con trata-
miento médico y medidas elementales como el reposo
deportivo y La llamada cold therapy.

En la serie mencionada anteriormente en el apartado


sobre epidemiología, un toral de 1.11 O lesiones muscula-
res (34,6 %) recibieron tratamiemo de urgencia, de los
cuales el más frecuente fue la adminis tración de algún
medicamento, lo cual fue indicado en 675 lesionados
(60,8 o/o). La segunda terapia, en frecuencia, fue la colo-
cación de un vendaje, que se llevó a cabo en 369 casos
(33,2 %). La inmovilización se utilizó en 303 lesiones
(27 ,2 o/o). Las terapias físicas (criorerapia) fueron utiliza-
das en el 21,7% de los tratamientos urgentes. Solamen-
te 18 lesiones (1,62 o/o) fueron tratadas quirúrgicamente
de urgencia. La fisioterapia, en sus diversas modalidades,
Figura 37·3. Ecografía de rotura muscular con medición de diá- fue el tratamiento definitivo más utilizado, pues se efec-
metros. tuó en 1.417 lesiones (67,7 %), seguida de la prescrip-
37 • Lesiones deportivas del sistema musculoesquelético. Lesiones musculares 481

ción de fármacos en 1.069 (51%). Algún tipo de venda- saje ayudasen a los atletas al aumentar su rendimiento y
je se aplicó en 687 casos (32,8 %), reservando la inmovi- reducir el riesgo de lesión. Sin embargo, sólo se han reali-
lización con yeso para un menor número, 220 casos zado unas pocas investigaciones sobre los efectos del ma-
(10,5 %). saje preejercicio sobre el rendimiento y la prevención de
En las tablas 37-5 a 37-10, ellecror encontrará en es- lesiones. Las explicaciones resultan insuficientes, ya que
quema los principales procedimientos de fisioterapia para no se han investigado en profundad los mecanismos de
tratar las lesiones musculares más frec uentes. cada técnica de masaje.
Los fisioterapeutas, normalmente, utilizan el masaje
El masaje en la recuperación muscular para romper el círculo vicioso que produce el espasmo
Muchos entrenadores, atletas y personal sanitario del de- muscular y, consecuentemente, el dolor muscular. El es-
porte creen, basándose en observaciones y experiencias, pasmo muscular produce dolor muscular y estimula d i-
que el masaje puede proporcionar algunos beneficios al rectamente los nociceptores (sensibles al dolor) o compri-
cuerpo, como aumento del flujo sanguíneo, reducción de me indirectamente los vasos sanguíneos, produciendo is-
la tensión muscular y excitabilidad neurológica, y aumen- quemia. El masaje puede ayudar a reco locar las fibras
to de la sensación de bienestar. El masaje puede producir musculares y a aumentar la microcirculación. La realinea-
una presión mecánica, con lo que aumentaría el rendi- ción de las fibras ayuda a reducir el espasmo muscular que
miento muscular y la amplitud de movimiento articular, estimula los receptores del dolor y ayuda a reducir la pre-
y reduce también la rigidez tanto pasiva como activa (me- sión en los vasos sanguíneos. El incremenco de la micro-
canismos bio mecánicos). La presión mecánica puede circulación sanguínea, por su parte, ayuda a aumentar la
ayudar a aumentar el flujo sanguíneo al incrementar la nutrición de la zona dañada. Sin embargo, no se dispone
presión arteriolar, así como la temperatura muscular por de suficientes pruebas cientÍficas que apoyen estos plan-
frotación. Dependiendo de la técnica de masaje, se espera teamientos, porque es improbable que el masaje aumente
que la presión mecánica sobre el músculo aumente o dis- el flujo sanguíneo muscular, y no se ha publicado ningún
minuya la excitabilidad neural, med ida a través el reflejo artículo sobre los efeccos del masaje sobre la realineación
de Hoffman (mecanismos neurológicos). Los cambios de fibras.
en la actividad parasimpática (medida por frecuencia car- Conocidos los mecanismos de actuación del masaje, se
díaca, presión sanguínea y variabilidad de la frecuencia espera que sus beneficios ayuden a los atletas a aumentar
cardíaca) y los niveles hormonales (medidos por los nive- su rendimiento y a reducir el riesgo de lesión. Sin embar-
les de corrisol) tras el masaje producen una respuesta de go, apenas se han realizado unas pocas investigaciones so-
relajación (mecanismos fisiológicos). La reducción de la bre los efectos del masaje preejercicio sobre el rendimien-
ansiedad y la mejora del estado anímico también produ- to y la prevención de lesiones (Tabla 37-11).
cen relajación (mecanismos psicológicos) tras el masaje. El masaje entre pruebas deportivas (intercomperi-
Por lo tanto, sería de esperar que estos beneficios del ma- ción) se ha investigado ampliamente porque se cree q ue

Tabla 37-11 . Cuadro- r esumen de los efectos del masaje sobre la r ecuper ación del r endi miento

Muestra Intervención Resultados relevantes

Rinder & CCT 20 sujetos sanos al Masaj e en ambos MM. 11. S: i n° más extensiones de
Suterland bl Descanso 6 min utos rodilla que en el contro l

Hemmings CCT 8 boxeadores aficionados al Masaje corporal completo 20 NS. FC, glucosa, lactato,
etal. minutos rendimiento físico
bl Descanso pasivo S: i recuperación percibida

Ba l ke etal. CCT 7 sujetos sanos al Masaje manua l Ambos tipos de masaje pueden
bl Percusiones mecánicas reducir la fatiga muscular y
[todo 15-20 minutos] psicológica

Boone & CCT 10 sujetos sanos al Masaje en ambos MM. 11. NS


Cooper bl Descanso
[ todo 30 minutos]

Monedero & CCT 18 ciclistas varones al Recuperación pasiva S:


Doone bl Recuperación activa al El tratamiento combinado
el Masaje en MM. 11. i tiempo del rendimiento
dl Tratamiento combinado bl El tratamiento combinado y la
[todo 15 minutos] recuperación activa i tiempo
de rendimiento y acla rac ión
de l lactato

CCT: ensayo clínico controlado; FC: frecuencia cardiaca; MM . 11.: m iembros infer iores; NS: no estadísticamente signi ficativo; RR: frecuencia
respiratoria; S: estadísticamente significativo. i indica «se incrementa".
482

puede ayudar a aumentar la recuperación y a preparar a pia, la compresión, los fármacos antiinflamatorios, los fár-
los atletas para la siguiente prueba o partido. Desafortu- macos inmunomoduladores, la terapia hiperbárica de oxí-
nadamente, muy pocos datos científicos apoyan dicho geno, el calentamiento, el estiramiento y el masaje. Estos
planteamiento. La mayor parte de la investigación sobre tratamientos se han aplicado como intervención profilác-
los efectos psicológicos del masaje ha concluido que el tica y/o terapéutica; sin embargo, sus beneficios no son
masaje tiene efectos positivos sobre la recuperación (me- aún concluyentes. Sí parece demostrado que la aplicación
canismos fisiológicos). Se ha demostrado que el masaje de plasma enriquecido con factores de crecimiento (véase
postejercicio reduce la severidad del dolor muscular, el apartado Terapéutica mediante factores de crecimiento)
pero que no tiene efecto alguno sobre la pérdida de la disminuye la inflamación y revierte el proceso inflamato-
función muscular. A pesar de la creencia y la certeza em- rio y la expresión bioquímica del daño muscular (Punduk,
pírica de que el masaje es beneficioso para los arietas, los Oral, Ozkayin, Rahman & Varo!, 2015). Desde un punto
efectos de diferentes tipos de masaje {por ejemplo, pe- de vista clínico, el tratamiento administrado profiláctica-
trissage, ejjleumge, fricción) o la correcta temporalización mente es más apropiado para reducir o prevenir lesiones y,
del masaje (antes o después del ejercicio) sobre el rendi- consecuentemente, para alcanzar la reducción de lesiones,
miento, la recuperación de lesiones o como método para dolor crónico, coste del tratamiento de lesiones y tiempo
la prevención de lesiones no se han esclarecido aún del de entrenamiento perdido {Tabla 37-12) .
todo. El masaje es uno de los tratamientos comúnmente uti-
lizados para aliviar el DOMS porque se piensa que aumen-
Efectos del masaje en la prevención de lesiones ta el flujo sanguíneo y linfático local, disminuye el edema
musculares. Dolor muscular tardío y reduce el dolor {Fig. 37-5) .
El dolor muscular de aparición tardía [OOMSI <3> es un pro- Se han relatado reducciones significativas en la percep-
blema muy importante para entrenadores y arleras porque ción del DOMS tras el masaje. Algunos estudios explican
causa dolor crónico y reduce la función muscular y la ca- el mecanismo de reducción del DOMS a través del au-
pacidad para participar en deportes. El DOMS, frecuente- mento de neutrófilos y de la reducción de la creatina-cina-
mente, ocurre entre 24 y 72 horas después de un ejercicio sa sanguínea, mientras que otros investigadores no consi-
excéntrico inusual. Las consecuencias del daño en la fun- guen explicar el mecanismo. Sin embargo, muchos inves-
ción muscular incluyen pérdida de fuerza muscular, sensa- tigadores refieren que el masaje no resulta beneficioso para
ción de dolor, reducida amplitud de movimiento, aumen- la reducción del DOMS.
to de la rigidez muscular, aumento de la tasa metabólica en
Protocolos de prevención y recuperación
descanso y rendimiento atlético interrumpido o alterado.
Estos cambios pueden aumentar también el riesgo de le- Para prevenir la fatiga y el daño musculares y mantener un
sión deportiva. airo nivel de rendimiento, se han sugerido, recientemente,
diferenres procedimientos de recuperación que en distinra
medida incorporan el masaje, por ejemplo en rugby, fútbol
El dolor crónico provocado por el DOMS es un problema y voleibol. Algunos prorocolos se han implemenrado en

o muy importante para fisioterapeutas, entrenadores y at-


letas porque es la ca usa de frecuentes recaídas cuando
no se han tomado las medidas oportunas de tratamiento.
deportistas profesionales, e incluso otros durante un tor-
neo de baloncesto, si bien en jóvenes de élite. Sin embar-
go, la duración y combinación óptima de las diferentes
técnicas empleadas no está aún bien definida, por lo que
La secuencia del DOMS consiste en la tensión mecáni- es preciso seguir investigando sobre la protocolización del
ca del ejercicio sobre las fibras musculares que causan la ro- masaje en el depone como medida de recuperación. Sin
tura de los sarcómeros, seguida de alteraciones en la ho- embargo, ya existe suficienre evidencia científica para se-
meostasis del calcio. El daño del retículo sarcoplásmico o guir un proceso de colcl thempy como medida de recupera-
la membrana muscular puede aumentar el calcio intrace- ción muscular y de prevención lesiona!.
lular y activar las rutas sensibles al calcio. La calpaína -pro-
Terapéutica mediante factores de crecimiento
teas a neural activada por calcio- interviene en el daño
muscular ultraestrucrural. La respuesta inflamatoria a las En 2005 el doctor Mikel Sánchez et al publicaron una in-
fibras musculares dañadas produce una transferencia de vestigación sobre la aplicación de plasma enriquecido con
fluido y células al tejido dañado, mientras que el aumento factores de crecimiento (Fig. 37-6) en el tratamiento de le-
de fluido produce hinchazón tras la lesión. Los neurrófilos siones miotendinosas. Sus conclusiones señalan que esta téc-
y macrófagos migran hacia las zonas inflamadas e intervie- nica estimula la proliferación celular y la síntesis de f.1crores
nen en los procesos ramo de daño como de reparación. Los angiogénicos durante el proceso de curación.
mecanismos exactos que explican cómo se desarrolla el do- En 2006 Sánchez et aL utilizaron la técnica del uso au-
lor y po r qué existe retraso en la experimentación del mis- tólogo de matrices de fibrina como método para propor-
mo no se han comprendido del todo aún. cionar factores de crecimiento en el tratamiento de pato-
Se han investigado algunos tratamientos dirigidos a pre- logías severas que requiriesen curación tendinosa o aqué-
venir y/o reducir la severidad del daño muscular, entre los llas en que fuese necesario un injerto. Investigaron la pro-
que se incluyen la acupuntura, el ultrasonido, la criotera- liferación de células de colágeno tipo I y de factores angio-
37 • Lesrones deportivas del srstema musculoesquelético. Lesiones musculares 483

Tabla 37-12. Cuadro- resumen de tos estudios que han investigado tos efectos del masaje sobre el dolor muscular
1

Estudio Muestra Intervención Resultados relevantes

Tiidus & CCT 9 voluntarios sanos luna 10 m inutos eff/eurage en la pierna S: J. dolor a las 48 horas tras el
Shoemaker pierna recibe masaje, la los 3 dias previos; inmediatamente ejercicio excéntrico
otra es control] después, y repetido el2° y 3" días
posterior al ejercicio excéntrico en
cuádriceps

Smith etal. RCT 14 varones no entrenados al30 minutos effleurage, S: J. DOMSyCK


[7 por intervención! sacudidas y petrissage S: i neutrófitos
bl Control realizado 2 horas
tras el ejercicio excéntrico en
bíceps y tríceps

Rodenburg RCT 50 varones no entrenados al Calentamiento, estiramiento, S: J. DOMSyCK


et al. In= 27 grupo masaje 15 minutos S: i fuerza máxima isotónica
experimental] bl Control

Venas el al. CCT 9 participantes no Desconocido NS


entrenados [un
cuádriceps control y el
otro es masajeadol

Hasson et al. RCT 16 sujetos sanos al Masaje retrógrado In= 61 NS


bl Masaje placebo (n = 51
el Control (n = 51 [24 horas
postejercicio]

Weber etal. RCT 40 mujeres no entrenadas al Masaje NS


In = 1O por cada grupal bl Electroestimulación
el Ergometría del tren superior
di Control [todo 8 minutos)

Lighttoot et al. RCT 31 volunta rios sanos al1 O minutos petrissage NS


[12 horas y 19 minutos) inmediatamente después y a
In= 1Opara cada grupal las 24 horas tras el ej ercicio
en la pierna
bl Estiramiento
el Control
Farr et al. CT 8 varones sanos 30 minutos tras el masaje tras S: J. dolor musculotendinoso
[un miembro inferior correr 40 minutos en tapiz a las 48 horas tras ejercicio
masaje, el otro control] rodante excéntrico

Hitbert et al. RCT 18 voluntarios sanos al Masaje sueco 20 minutos S: J. dolor muscular a las 48
bl Control. Aplicación de loción y horas tras ejercicio excéntrico
descanso 20 minutos
[Intervención a las 2 horas tras
el ejercicio excéntrico en los
músculos gemelos]

CCT: ensayo clínico controlado; CK: creatina-cinasa; CT: ensayo clínico paralelo; DOMS: dolor muscular de aparición tardía; S: estadísticamen-
te significativo; NS: no estadísticamente significativo ; RCT: ensayo aleatorizado y controlado.

Sobrecarga mecánica en el sarcómero


durante el alargamiento en el ejercicio excéntrico

Rupturas del reliculo sarcoplasmático

Oano muscular a nivel ullraestruclural


Figura 37-6 . Infiltración local ecoguiada con PRGF-Endoret® en
Figu r a 37-5. Modelo teórico del efecto esperado del masaje sobre una rotura muscular. (Cortesía del Dr. Mikel Sánchez y Dr. Juan
la severidad del dolor muscular de aparición tardía . Azofra, UCA, Vitoria-Gasteizl.
484

génicos (Anirua, Sánchez, Zalduen do et al., 2009). Los y se puede seguir empleando exitosamente en patología
efectos vasculares y celulares fueron evaluados después de muscular, como demuestra u n reciente trabajo publicado en
infiltraciones en el tendón de Aquiles, y los datos mostra- la prestigiosa revista Tbe New England jounllll ofMedicine
ban mejora en estos parámetros con respecto a otros trata- (Anima, Sánchez & Padilla, 2014). Los amores del capítulo
miemos. Actualmente, la investigación y la evidencia cien- además proponen un enfoque biológico e innovador para el
tífica avalan su utilización (Anitua, Pelacho, Prado, et al., tratamiento de lesiones musculares, como es la aplicación
2015). Por todo ello, se puede concluir que se trata de una del plasma rico en fletares de crecimiento (PRGF) en infil-
técnica segura y eficaz para el tratamiento de estas lesiones, traciones intramusculares (Sánchez etal., 20 15).

RESUMEN

o Las lesiones deportivas pueden divid irse en dos grandes o Las lesiones deportivas se producen por la combinación de
grupos : lesiones agudas (accidentes deportivos! y lesiones diferentes factores de riesgo, de los cuales sólo una parte
por sobrecarga (subagudas y crónicas!. Las lesiones mus- son identificables, con un mecanismo cercano a l momento
cu la res son consideradas más frecuentes en muchos estu- de producirse: es el llamado modelo multifactorial.
dios epidemiológicos.
o Las lesiones m usculares pueden clasificarse atendiendo,
o Se considera una lesión leve, desde el punto de vis ta pro- en primer lugar, a l pronóstico, y den tro de ellas, a la evi-
nóstico, aquélla cuyo proceso de curación es infer ior a 1 dencia diagnóstica de lesiones anatomopatológicas objeti-
semana, y grave la que precisa más de 3 semanas. vables med iante pru ebas exploratorias complementaria s;
y, en segundo luga r, ate ndiendo a los grados de afectación
o Existen factores que predisponen a un deportista a padecer
de las fibras.
una lesión . Pueden ser intrínsecos (aquéllos que el indivi-
duo presenta por sus ca racterísticas físicas y orgánicas o o Los fis ioterapeutas habitualm e nte utilizan el masaje y la
que se han adquirido por determinadas ca usas! o extrínse- cold therapy para romper el círculo vicioso que produce el
cos (inciden en el deportista y a lteran s u rend imiento, por espasmo muscular y, consecuentemente, el dolor mus-
lo que le vuelven susceptible de padecer lesiones!. cular.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Izquierdo Rcdín, M. (2008). Biomecrínica y bases neuromuscula-


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ca y lesiones deportivas. Guía de examen. Buenos Aires: Edito-
rial Médica Panamericana.
J. J. Lorenzo González y C. Lorenzo Sánchez

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Bases fundamentales para prescribir una ortesis y sus indicaciones .


• Mecanismos de acción y elementos que la componen.
• Medios para su diseño y adaptación.
• Diferencias más importantes de cada tipo y sus características.
• Condiciones de colocación y utilización en el paci ente.
• Principales contraindicaciones de su uso.
• Principios de biomecánica en los que se fundamenta su efecto.

GENERALIDADES tos ortoprotésicos, situació n que produce una gran con fu-
sión en pacientes, técnicos o rtopédicos y en la adm inistra-
Es cierto que la inmovilización con vendas de escayola es ción sanitaria.
una terapia eficaz, aunque incómoda y poco higiénica. El En nuestro país, no existen estudios unive rsitarios d e
desarrollo de los termoplásticos y su aplicación como sopor- ortoprotésica y sólo fo rma parte como una asignatura de
te terapéutico fUe un avance en eficacia, y su desarrollo es en 3 ETCS (European O·edit Titmsftr Sistem) en los grados de
la actualidad el principio de rodas las férulas inmovilizado- fisioterapia y terapia ocupacio nal, por lo q ue has ta aho ra
ras. Pero el problema de atrofia y retardo en la recuperación no había trabajos de investigación ni posibilidades, pues la
funcional hizo que se desarrollaran nuevos diseños con cri- ausencia de un método aceptado internacionalmente para
terios biomecánicos, como los tutores articulados, que per- describir a los pacientes a qu ien es se trata ortopédicamen-
miten al paciente una inmovilización más activa. En la ac- te o a las ortesis ® y los componentes q ue en ellas se em-
malidad, con la confección de tejidos elásticos planos en los plean ha permitido que cad a equipo sani tario utilice su
que se confiere distinto nivel de compresión en la prenda terminología y sea complicada la comunicación científica.
para actuar en las zonas deseadas, se consiguen diferentes En 197 9 se formó el ISO/TC 16 8 (O rgan ización lmer-
grados de estímulo sobre la piel y el tono muscular. nacional de Estandarización y C omité T écnico), con sede en
Ginebra, quien a través de sus grupos de trabajo p erm itió
elaborar las diferentes normas ISO (Tabla 38-1).
Las ortesis tensoelásticas no sólo inmovilizan selectiva- Posteriormente, en la Unión E uropea se crean los C TN

o mente, si no que estimulan las termina ciones propiocep-


tivas de la piel, aumen tan la vascularización y el tono
muscular, facilitan la actividad física de una forma más
precoz, alivian el dolor y facilitan la recuperación .
(Comités Técnicos de N ormalización), que desarrollan las
UNE (Normas Europeas d e Estandarizació n) y q uienes
describen en la UNE 111- 909- 90/1 adaptada d e la ISO
8549/1 los términos actuales de pró tesis y o rtesis.

Cuando se quiere que un pacienre complemente el tra-


Prótesis: <<aparato externo usad o para reemp laza r total o

o
tamiento de su proceso con un dispositivo ortopédico, sur-
ge la dificultad de realizar una prescripción que sea com- pa rcialm ente un seg me nto de un miem bro ausente o de-
prensible por el establecimiento sanitario de ortopedia, sal- ficiente>>. Ortesis: <<cua lquie r dispositivo aplicado exte r-
namen te sobre el cuerp o human o, que se utiliza para
vo que se recurra a denominarle con el nombre comercial modificar las características estructu rales o funcionales
que el fabricante ha designado para su producto y que no del sistema neurom usculo esq uelético>>.
coincide con la nomenclatura de los catálogos de produc-

487
488 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea

Tabla 38-1. Diferentes normas ISO de normalización


nismo de acción: soportes o tutores, que se emplean
en la terminología y utilización de ortoprotésica como elementos pasivos de control del movimiemo; ten-
soelásticas o propioceptivas, pues estimulan al sistema
Norma Descripción nervioso periférico aumentando el tono muscular; correc-
ISO 8549-1:1989 Términos de vocabulario para prótesis toras, con un sistema de tres fuerzas contrapuestas, y di-
y ortesis de las extremidades námicas, con mecanismos específicos para ayudar a una
postura correcta o a un movimiento alterado.
ISO 8549-3:1989 Términos de vocabulario de ortesis
externas
Con las prótesis ocurre algo parecido, pues antes se de-
finían por su utilidad: estéticas, de uso para el baño, sólo
ISO 8551 :2003 Prótesis y ortesis: defic iencias de apoyo, etc. Y en la actualidad se utilizan los términos
funcionales
que definen su mecanismo funcional: mecánicas, mioeléc-
ISO 13404:2005 Prótesis y ortesis: descripción tricas, biónicas, etcétera.
y componentes También es frecuente describirlas por el material con el
que se construyen, pues parece que aporran una mejora en
ISO: Organización Internacional de Estandarización y Comité Técnico.
su calidad, y es habitual referirse a ellas como: de silicona,
de carbono, con flejes de acero, resina laminada, etcétera.
El Real Decreto 1591/2009 de 16 de octubre, que re-
gula los productos sanitarios, establece en la Agencia Espa- PRESCRIPCIÓN
ñola de Medicamentos y Productos Sanitarios el control
sobre los fabricantes, distribuidores y establecimientos Es posible que muy pronto se desarrolle un vademécum
donde se comercializan los productos sanitarios y dicta las internacional que permita clasificar las prótesis y ortesis
normas sobre su publicidad y la capacitación del responsa- con una codificación práctica y unificada, y que evite las
ble técnico. posibles malas interpretaciones que en la actualidad se pro-
Pueden encontrarse ortesis en establecimientos comercia- ducen con los catálogos de productos ortoprotésicos y la
les de deporte, centros de estética y grandes superficies, que falta de unificación de criterios técnicos. En la actualidad
es posible que ayuden al cliente que los compra, pero no se está imponiendo la nomenclatura anatómica con las ini-
pueden ser considerados productos sanitarios ni pueden ser ciales del segmemo corporal en inglés para referirse al tipo
expedidos con la prescripción de un profesional sanitario. de ortesis; así, por ejemplo, en lugar de <<tobilleran u «orte-
Ya se sabe qué son, pero es necesario conocer cómo se sis de tobillon, se pretende que sea utilizado el término
prescriben, qué características tienen y cómo se utilizan co- AFO (ankle foot orthosis) para facilitar la comunicación
rrectamente para ser eficaces, pues al ser producros que el científica.
propio paciente se adapta, es preciso instruirle, controlarle y Hay tres elementos que deben definirse en toda pres-
solicitar su colaboración para conseguir el efecto deseado. cripción.
Región anatómica
TIPOS DE ORTESIS Y PRÓTESIS
Actualmente, se está utilizando cada vez con más frecuencia
Lo primero que hay que saber es qué es lo que se quiere la nomenclatura anatómica con las iniciales del segmento
prescribir al paciente, y para ello, deben conocerse qué ti- corporal en inglés, como se muestra en la tabla 38-2.
pos de ortesis y pr ótesis G> existen y cómo se clasifican.
Tradicionalmente se clasificaban en base a su función: Estructura de La ortesis
preventivas, inmovilizadoras, protectoras, deportivas, etc. Es el material que constituye la ortesis y que va a ser dife-
Actualmente se prefiere distingui r las ortesis por su meca- rente en relació n con su uso y con la finalidad terapéutica:

Tabla 38-2. Nomenclatura anatómica con las iniciales del segmento corporal en inglés, como se utiliza en la actualidad

Ortesis de los miembros superiores Ortesis de los miembros inferiores ___


Ortesis del raquis y tórax __,
HO: hand orthosis FO: foot orthosis CO: cervical orthosis

WO: wrist orthosis KO : knee orthosis TO: thoracic orthosis

EO: elboworthosis HO: hip orthosis LO: lumbarorthosis

SO: shoulder orthosis HKO: hip-kne orthosis CTLSO: cervical-thoracic-lumbo-sacral orthosis

WHO: wrist-hand orthosis AFO: ankle-foot orthosis TLSO: thoracic-lumbo-sacral orthosis

EWHO: elbow-wrist-hand orthosis KAFO: knee-ankle-foot orthosis LSO: lumbo-sacral orthosis

SEWHO: shoulder-elbow-wrist -hand orthosis HKAFO: hip-knee-ankle-foot orthosis SI O: sacro-iliacal orthosis


38 • Ortesis y prótesis del aparato locomotor 489

• E!dsticttS. Son las más ligeras y su diseño funcional con


formas las mantiene ajustadas a la anatomía del pacien- Mecanismo de acción
te para conseguir una compresión uniforme. El tejido Cada ortesis está diseñada para conseguir un efecto deter-
d ebe mezclarse con algodón transpirable para evitar que minado y para ello los fisioterapeutas manejan los conoci-
el exceso de sudoración macere la piel. Las construidas mientos de biomecánica:
en neopreno elástico consiguen un efecto calor local • Distmcción. Se realiza generando dos fuerzas en sentido
que favorece la analgesia y aumenta la elasticidad de los opuesto y que parten de un punto en común. Existen
tejidos blandos, aunque su uso debe ser limitado en el varias formas de conseguirlo: con un material elástico,
tiempo (inferior a 3 horas continuadas). con una tuerca que progrese sobre un tornillo, con un
La compresión ideal debe ser cerca de 25-30 mm de Hg muelle excéntrico, etcétera.
para no impedir la circulación capilar y no dificultar el • Contacto total. Están construidas con un material rígido
retorno venoso. Su eficacia se fundamenta en el estímu- y moldeado anatómicamente que, al evitar las formas
lo que producen en los receptores locales dérmicos y en cilíndricas, evita las rotaciones y produce una inmovili-
los receptores de la sensibilidad propioceptiva, que au- zación completa en el segmento aplicado. De esta for-
mentan el cono muscular y producen una situación de ma actúan en el tronco los corsés en material rermoplás-
semiconrracción y alerta activa en las estructuras mus- tico que se utilizan con gran eficacia, tanto para inmo-
culoarticulares sobre las que se coloca la ortesis. vilizar como para corregir las deformidades por rotación
Se pueden compbar con la incorporación de almoha- vertebral (escoliosis) (véase el capítulo 30) .
dillas viscoelásticas, generalmente de silicona, que, du- • Sistema de tres fiterZilS. Aplicadas de manera contrapues-
rante el movimiento y la expansión muscular que éste ta: dos fuerzas en sentido contrario a la tercera que, con
produce, aumentan su contacto en la zona y que se ase- una intensidad igual a la suma de las otras dos, actúa en
meja a un masaje local muy agradable. la zona media creando una fuerza correctora muy eficaz,
En la actualidad, debido a su gran ajuste y ligereza, hay sobre todo cuando la separación entre ellas es amplia. Se
varios fabricantes que han creado líneas específicas para utiliza en la corrección de deformidades vertebrales (cifo-
el deporte, basadas en los criterios de las ortesis terapéu- sis, escoliosis), en las alteraciones del eje de los miembros
ticas y que, al tener un diseño más pequeño, se utilizan (varo, valgo) y en las deformidades en flexo o recurvatum.
con más comodidad durante la carrera, etc. Pero no • Ti'flslación. Mecanismo que desplaza los huesos floran-
pueden ser consideradas productos sanitarios. tes, como por ejemplo la rótula, para modificar su su-
• Semirrígidas. El tejido elástico se intercala con loneta o perficie de apoyo en la cara anterior del fémur.
cutí, para dar mayor consistencia y evitar que la prenda • Descarga axial Puede transmitirse el peso del cuerpo al
se d eforme con el movimiento. Supera a las prendas suelo a través de tutores externos, que nacen de encajes
elásticas en solidez y mejora su efecto soporte, permite en el muslo o en la rodilla y dejan una especie de pén-
la colocación d e flejes de plástico o fibra en algunas zo- dulo al rabillo y al pie durante la marcha.
nas de su diseño y d e manera progresiva para modificar • Reparto de presiones. Puede realizarse con materiales de
el grado de rigidez. distinta densidad o con alturas diferentes, pero siempre
• Control del movimiento. Son orresis más aparatosas y manteniendo el contacto por toda la superficie. Se em-
que en su diseño incorporan tutores articulados y cons- plea en la confección de encajes protésicos, ortesis plan-
truidos en termoplásticos, metales ligeros o fibra de car- tares, etcétera.
bono, aprovechando su resistencia y bajo peso. En ellos • Modificación de ejes. Los ejes articulares d e las extremi-
se colocan mecanismos d e giro que, mediante topes y dades inferiores se pueden modificar durante el apoyo
muescas, controlan a voluntad el arco de movimiento del peso, con la colocación de cuñas en la planta del pie
articular. Facilitan la incorporación a la actividad, pues o en el calzado. Por ejemplo, en la articulación tibioas-
el paciente siente gran seguridad durante la moviliza- tragalocalcánea, se puede modificar el grado de valgo o
ción articular, ya que el bloqueo evita los movimientos varo al caminar, dependiendo del lado, medial o lateral,
dolorosos o perjudiciales. respectivamente, en que se coloque.
• Pasivtts o rígidtts. Se utilizan para mantener las articula- • Compresión abdominal. Es el mecanismo de acción que
ciones en posición adecuada, corregir deformidades, in- más utilizan las ortesis de tronco para modificar la lor-
movilizar fracturas, etcétera. dosis y conseguir un efecto inmovilizador y endereza-
• Dinámicas ofimcionales. Se utilizan para suplir la activi- dar. Su fundamento aprovecha la imposibilidad de so-
dad de algún grupo muscular o corregir articulaciones meter a compresión las moléculas de los líquidos, lo que
poco móviles o con rigidez y de forma progresiva. Se provoca un aumento d e presión dentro del balón hidro-
construyen con un soporte o una base de material rígi- neumático fo rmado por el peritoneo y las vísceras abdo-
do, del cual parten tirantes elásticos y terminan en el ex- minales, que, al ser comprimido, difunde la fuerza en
tremo articular, provocando una fuerza variable y de dos vectores: uno hacia el diafragma, al que desplaza en
efecto flexor o extensor, según el diseño. Son muy úti- sentido craneal, y otro hacia el suelo d e la pelvis, a la
les en la corrección de rigidez articular del codo, rodi- que d esplaza en sentido caudal, produciendo un ende-
lla, digitales, etc., y en parálisis flácidas del tobillo o mu- rezamiento de la lordosis lumbar y una restricción de la
ñeca. movilidad de las pequeñas articulaciones vertebral.
490 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

Las orcesis inmovilizadoras o posrurales se utilizan en la


tendiniris de D e Quervain (TL 166. PR) {Fig. web 38-4A),
en el síndrome del túnel del carpo (Manuloc, BF; Silcast. D])
(Fig. web 38-4B), en las artritis, sobre codo de origen reu-
maroide, y para evitar la deformidad en garra de la mano
con parálisis espás tica.
Las ortesis dinámicas, fabricadas con tensores elásticos o
muelles para dar movimiento asistido, se utilizan en las lesiones
que cursan con parálisis por lesión del nervio radial (C8.PR)
(Fig. web 38-5A) o del nervio mediano (Fig. web 38-5B).

Ortesis de codo (elbow orthosis, EO)


Las orresis semirrígidas que más se utilizan son la cincha
epicondílea (Epipoint, BF) para la epicondilitis y epitro-
cleítis [Armrzband Aircast (AC)] y las ortesis tensoehísticas
Figura 38-1. Ortesis de antebrazo y mano. (Epitrai, BF; Epidyn, Efino (EF)], que aumentan el tono y
dan cierta sensación de confort y seguridad, sobre todo en
pacientes que por su actividad utilizan continuamente esta
Con es ros tres criterios ya no se puede pedir una «rodille- arriculación (Fig. web 38-6).
ra", es preciso hacerlo con los tres elementos: zona ana- Para inmovilizar o para controlar el movimiento, se colo-
tómica orresis de rodilla (KO), de estructura semirrígida can las orresis de control con tutores laterales y una articu-
y que, por su mecanismo d e acción, modi fique el eje de lación de control mediante topes que permite un movi-
valgo. miento libre, pero controlado, de la articulación humerocu-
bital (X-Act Rom Elbow, D]; Rom, PR) (Fig. web 38-7).
ORTESIS DE EXTREMIDADES SUPERIORES En pacienres con rigidez de codo, y para aumentar el
arco de movimiento, se puede colocar una ortesis dinámi-
A continuación se estudiarán las orresis indicadas en las ex- ca con muelle extensor, que de forma gradual provoca el
tremidades superiores (Fig. 38-1) . estiramiento de las partes blandas articulares [Empi Advrm-
ce Dynamic Rom. EMPI (EP)).
Ortesis de mano y dedos (hand orthosis, HO)
A este grupo también pertenecen las orresis d e dedos, que Ortesis de hombro (shoulder orthosis, SO)
se utilizan individualizadas para cada uno o varios dedos y Las lesio nes en las partes blandas periarriculares mejoran
en lesiones como las artritis traumáticas, fracturas, esguin- sensiblemente con ortesis tensoelásticas ( Omo-Hit. Efiuo
ces, que se inmovilizan con orresis rígidas interfalángicas (EF)], que aumentan el cono muscular y dan sensación de
[Buddy Loops. Prim (PR)] o metacarpofalángicas (Confort seguridad, permitiendo una mayor actividad (Sully, DJ) .
Dedos, Don j oy (D J)]. En las fraC[ uras por arrancamien ro En ocasiones conviene tensar una cincha abductora que
de la inserción del tendón extensor en la base de la falan- coloca al hombro en 30 grados d e abducción y facilita la
ge, se utilizan las orresis rígidas de Stack o d e hiperexten- acción del músculo supraespinoso ( Omohnin, BF) (Fig.
sión de la falange distal. Las orresis dinámicas son muy efi- web 38-8}.
caces para restablecer la flexión o la extensión de la anicu- Inmovilizar la articulación glenohumeral en una posi-
lación interf..1lángica (Fig. web 38-1). ción adecuada, después de fracturas, luxació n o cirugía
Las orcesis ca rpome cacarpofal ángicas son necesarias (Omoloc, BF), o con una articulación de topes (Scoi, DJ) ,
para inmovilizar la articulación metacarpofalángica del exige ortesis de control algo más aparatosas (Newport, EF)
primer dedo en lesiones de la articulación trapezo meta- y que no siempre se toleran estéticamente por los pacien-
carpiana (rizamosis). Son ortesis de inmovilización fabri- tes. También se construyen con una almohadilla de abduc-
cadas con material rígido (CMC de Push, PR), o en oca- ción de 15-30-45-90 grados que se suj eta al tronco con un
siones, semirrfgidas [Rhizoloc. Bauerfeind (BF)], que se soporte graduable { Ultmsliug, DJ; Semtec Omo, BF) (Fig.
diferencian por construirse con material tenso elástico y web 38-9) .
con algún fleje de estabilización (poliaxa, DJ). Las orce- En afectaciones neuromocoras con parálisis es aconseja-
sis dinámicas de elongación se colocan para evitar la re- ble adaptar una ortesis de control de la extremidad que evi-
tracción en la aponeurosis palmar de la enfermedad de ta la separación d el espacio articular glenohumeral (Neum-
Dupuyrren (Fig. web 38-2). lux 11, EF) (Fig. web 38-10).
Ortesis de antebrazo-mano y dedos
lwrist orthosis, WHO) ORTESIS DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES
En los esguinces de la articulación radiocarpiana, las orte- Los fisioterapeutas se pueden encontrar con diferentes pa-
sis semirrígidas son muy útiles para aumentar el cono mus- tologías que pueden mejorar con orresis, tanto en niños y
cular y mejorar la función articular (Fig. web 38-3) . jóvenes en crecimiento como en los adultos (Fig. 38-2).
38 • Ortesis y prótesis del aparato locomotor 491

vamente y diseñadas con un tutor graduable en longitud,


que se adapta al muslo y tobillo del niño para ejercer dos
puntos de apoyo opuestos al galápago y que desplaza el eje
de la articulación de la rodi lla hacia lateral en el genu val-
go o hacia medial en el gem t varo (Fig. web 38-13).

Ortesis de tobillo y pie


Se emplean para corregir la deformidad en equino o fle-
xión plantar, generalmente por acortam iento del rendón
de Aquiles, y están diseñadas para niños preandantes, con
Figura 38-2. Drtesis de rodilla y estabilizadora de la rodilla y tobillo un fleje multiarticulado en la rodilla y tobillo (ortesis d e
duran te la marcha. Saint Germain) que permite una adaptación progresiva y
la corrección gradual de la deformidad (Fig. web 38-14) .
Para niños que caminan, se ad ap tan los antieq uinos
Ortesis infantiles elásticos en polipropileno, que facili tan la flexió n d orsal y
Las ortesis infantiles están diseñadas para corregir deformi- limitan la plantar. Dentro de este grupo y en las defo rmi-
dades que pueden aumentar con el crecimiento en la cade- dades propias de la parálisis cerebral infantil, actual me n-
ra, rodilla y pies. te se mejora su eficacia co n la co nstrucción de los anrie-
quinos dinámicos DAFO S (siglas inglesas d e orresis d e
Ortesis de cadera infantiles tobillo pie dinámico) (Don Buethorn, 1982), que, ade-
Las que se utilizan al nacer para corregir la deformidad más de ser articulados y más envolventes del pie, contie-
congénita del desarrollo y anatomía de la articulación fe- nen una modelación de la superficie plantar, con u n dise-
morocotiloidea, como es el pañal de abducción de Frejka ño especial que estimula durante la fase de apoyo el equi-
(con una estructura en polietileno que se adapta al periné librio y los mecanismos de propiocepción (véase www.
del recién nacido de forma envolvente), tienen el inconve- dafo.com). En la actualidad, tanto el ortopeda como los
niente de que se tiene que retirar con los cambios de paña- padres disponen de guías para aplicar la mejor o rtesis a
les en el aseo del bebe. Existen orros diseños que también cada trastorno.
consiguen el mismo efecto y no es necesario retirar, pues
deja el periné libre, como el pañal de Denis-Brown. La or- Ortesis de tarso y dedos
tesis Von Rossen es un elemento en aluminio almohadilla- Para la corrección de la deformidad en varo/valgo d el tobi-
do y moldeable que coloca las extremidades en abducción llo y también la deform idad en aducro de los metatarsia-
y tiene la forma de la letra «H». Estas ortesis consiguen re- nos, suelen utilizarse ortesis plantares articuladas tipo bota
ducir la deformidad y mantener la articulación estable, (Bebax, PR) u orresis plantares moldeadas con un d iseño
pero inmovilizan la articulación. En los casos que se re- corrector de la pronación o supinación de la bóveda plan-
quiera dar movilidad para conseguir también un efecto re- tar mediante apoyos modelados en fo rma de cu ña en la
modelanre sobre el fondo del cótilo, existen orro tipo de zona del calcáneo (Fig. web 38-15).
orresis como el arnés de Pavlick o la férula en muslo arti-
culada y con barra de abducción, o las barras de abducción Ortesis del adulto
de Denis-Brown, que se anclan sobre el calzado del bebé Su uso está más relacionado con la p rotección y mejora de
(Fig. web 38-11). la actividad en pacientes con alteraciones de la biomecáni-
ca articular y que tienen un nivel de actividad física mode-
Ortesis para la epifisiólisis, coxa vara rada o alta.
y la enfermedad de Perthes
Estas ortesis son la utilizadas cuando el niño ya camina y Ortesis de cadera
necesita mantener una postura para el mejor desarrollo de Pueden ser ortesis de control con d isco, indicadas para evi-
su articulación, con una abducción de 45 grados en ambas tar la luxación posquirúrgica (Softec Coxa, BF; X-Act Row
caderas [Maple Leaf, Ortoiberica (OI)], lo que evita el efec- Hip, DJ), y ortesis elastocomp resivas para aliviar las moles-
to pivote que el glúteo mediano exige a la cabeza del fémur tias de la rrocanteritis (Dynacost, EF) (Fig. web 38-16).
durante la fase de apoyo unipodal. Son las ortesis de Atlan-
ta, Tachdjian, Toronto, etc., diseñadas para permitir la Ortesis de muslo
marcha durante la fase de remodelación de la cabeza del fé- En las fracturas de fémur, el uso de una o rtesis de muslo rí-
mur y evitar la silla de ruedas como método de descarga ar- gida y conformada QTB ® (brace d e soporte en el rendó n
ticular (Fig. web 38-12). del cuádriceps) facilita la recuperación fu ncional a la vez
que mantiene estable el foco de fractura. Las prendas elas-
Ortesis de rodilla tocompresivas (Myotrain, BF) son muy eficaces para las le-
Estas ortesis se adaptan en las deformidades de geuu varo y siones de los músculos femorales e isquiotibiales en perso-
genu valgo, creando un efecto de corrección por apoyo en nas con actividad física y q ue necesitan un sopo rte dinámi-
tres fuerzas. Están pensadas para su uso nocturno exclusi- co en la zona (Fig. web 38-17).
492 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

Ortesis de rodilla
En este segmento hay dos articulaciones que pueden nece-
sitar diferentes tipos de orresis.
Articulación femoropatelar. En la tendinitis rotuliana,
el tensado con ci nchas ajustables ( Cross Stmp, DJ} mejora
el dolor, y cuando la alineación de la rótula (línea «Q>•) está
excesivamente lateralizada y es ineficaz la acción del vasto
interno, es muy útil el uso de orresis con dispositivos de
centraje rotuliano ligeros: anillos ( Genutmin, BF; Genupro,
TH) o alm ohadillas de silicona ( Genumedi, PT; Medi,
MD) o sistemas cada vez más activos como una red elásti-
ca (Renction KB, DJ) o una guía de recentraje (Pntefln Pro,
Otto-Bock, OB), etc., que producen una traslación de la
patela sobre la cara anterior del fémur (Fig. web 38- 18).
Articulación femorocibial. Las ortesis pueden se r de
control de la flexoextensión mediante topes (Idos Gentt,
BF), que se adaptan a la necesidad terapéutica y también
modifican el &ngulo de apoyo sobre la meseta tibia! (Gen u
Artro, OB) con un sistema de tres fuerzas que mejoran el
eje y disminuyen el desgaste articular (OA Nano, OA As- Figura 38-4. Ortesis de pierna. Ortesis de pierna o polaina PTB que
sist, DJ; So.ftec, OA.BF) [@ véase vídeo 38-1). Para evitar la permite el apoyo con estabilidad en el foco de frac turas de la tibia,
distensión de los ligamentos laterales se utilizan orresis se- evitando la rigidez articular en el tobillo y rodilla.
mirrígidas con flejes articulados (Pinymnker!I-Sieeve, OJ;
Lignflex, TH; Ge11utmin S, BF) y en aquellas afectaciones mejora la comodidad del paciente y le facilita una marcha
de los ligamentos cruzados y que no exijan una solución con mayor dinamismo y ahorro de energía [@ véase ví-
quirúrgica, las ortesis de control, con estabilización ante- deo 38-21 (Fig. 38-3) .
roposterior (So.ftec Genu, BF) son muy eficaces en personas
que no realicen una actividad muy exigente de su rodilla, Ortesis de pierna
ya que evitan el tiempo de máxima extensión de la articu- Las polainas, ortesis rígidas PTB ® (bmcede apoyo en el ten-
lació n e impiden un excesivo desplazamiemo anteroposte- dón patelar), están conformadas para la consolidación de frac-
rior de la tibia respecto al fémur (Dejimzce JI!, DJ) (Figs. turas con un tratamiento funcional y las orresis tensoelásticas
web 38- 19). para lesiones musculotendinosas del tríceps sural (Fig. 38-4).
Insuficiencia del músculo cuádriceps. Se produce casi
siempre como secuela de la poliomielitis y exige la estabi- Ortesis de tobillo y pie
lidad en extensión de la articulación. En la actualidad, las En la articulación del tobillo se pueden encontrar diferen-
ortesis bitutor de metal y cuero con control de rodilla en tes situaciones para ortesis (Fig. 38-5).
la fase de apoyo se están sustituyendo por ortesis con un Lesiones ligamentosas o esguinces. El tipo de orresis
tutor elástico de fibra de carbono en la rodilla y tobillo que empleadas en esguinces dependerá del momento y del gra-
do de la lesión. En lesiones agudas donde el dolor y el ede-
ma exigen reposo y compresión, la inmovilización con or-

Figura 38-3. Insuficiencia del cuádriceps. Nota: La insuficiencia


del cuádriceps ex ige una ortesis que bloquee la articulación de la
rodilla durante la extensión y que permita la flexión para la sedes-
tación. Las ortesis bitutores metálicas están dejando paso a este
tipo de ortesis fabricada s en libra de carbono, que aportan ligere-
za, estabilidad y confort al paciente. Figura 38-5. Ortesis facilitadoras de la flexión dorsal.
38 • Ortesis y prótesis del aparato loco moto r 493

tesis de control del movimienro ( Walká) y compresión ticular garantiza conforr y la posición adecuada del sistema
neumática van a co nseguir un alivio y estabilidad muy efi- aquileoplanrar (Walker} (Fig. web 38-21).
caz (Maxtmx Ronair, PR) (Airloc, BF). Posteriormente las
orresis rígidas con sopones laterales en forma de <<U» y al- Ortesis plantares
mohadillados con gel frío o aire (Aircast Surrormd, DJ) Se clasifican en función de la patología y de la edad del pa-
permiten la flexoextensión e impiden la distensión de los ciente.
ligamentos laterales. A parrir de 7-1 Odías es suficiente una Ortesis plantares infantiles. La deformidad en valgo/
orresis tensoelástica, con cinchas de estabilización lateral varo del talón, asociada muchas veces a deformidad fron-
para permitir una vida normal y con una estabilización se- tal del eje en las rodillas y una huella de pie plano o pie
gura de la zona lesionada ( Velocity, DJ; AircastAgo; Malleo- cavo, crea en la familia cierra inquietud, y el uso de plan-
train, S. BF) (Fig. web 3 8-20). tillas correctoras del eje tibia-calcáneo (con efecto supina-
Para lesiones antiguas o dolores residuales, el uso de or- dar o pronador en la articulación subastragalina} y el con-
tesis elastocompresivas con almohadillas de silicona (Ma- siguiente control van a garantizar una adecuada formación
lleotrain, BF) o con flejes semirrígidos para situaciones de de la anatomía del pie en casi todos los casos. El aseverar
riesgo es un buen complemento que mejora la eficacia del que se corrige solo es demasiado arriesgado, y crea situa-
tratamiento (Malleolock, BF). ciones en el futuro que dificultan una buena actividad físi-
Deformidades en flexión plantar o equino. En la le- ca, produciendo con frecuencia rendiniris y periostitis por
sión del nervio ciático poplíteo externo que produce una sobrecarga (Fig. web 38-22) (véase el caso clínico 38-1).
parálisis flácida de los músculos extensores, o tras sufrir Ortesis plantares en deportistas o personas activas.
una hemiplejia (véase el caso clínico 38-3), mejora y se fa- El exceso de amorriguación de las estructuras del pie y una
cilita la marcha con un menor consumo de energía si se mala alineación de los ejes de las extremidades inferiores se
utilizan los anriequinos tipo «rancho de los amigos~>, que manifiesta con inflamaciones de la fascia plantar (Aircast
se construyen en termo plástico o fibra de carbono ( Walkon, Ailgel), tendinitis en los músculos tibiales o peroneos y
OB; Matrix, OI) y que, gracias a la elasticidad del mate- también en las inserciones tendinosas de la rodilla (cintilla
rial, favorecen la recuperación de la flexión dorsal!® véa- ileoribial y «para de ganso»). La compensación con ortesis
se vídeo 38-3[ (Fig. 38-6) . plantares, moldeadas para rectificar el apoyo y mejorar la
Lesiones del tendón de Aquiles. En inflamaciones o amorriguación, permite seguir con la actividad y m ejorar
acortamientos del rendón, el uso de taloneras amorrigua- mucho la sintomarología. Los medios para el análisis de la
doras en material viscoelástico y orresis elasrocompresivas marcha en vídeo y con la plataforma de p resiones facilitan
con almohadillas de silicona que se adaptan a ambos lados el diagnóstico y la valoración en estos pacientes I(B véase
del rendón (Aquilodin, EF; Achillotrain, BF) alivia la sin- vídeo 38-41 (Fig. web 38-23) .
romatología y favorece la evolución. En situaciones en las Ortesis para adultos. Cuando padecen frecuentes me-
que sea aconsejable la inmovilización con posición en tatarsalgias y sesamoiditis, una descarga selectiva de la ca-
equino del talón , la orresis de control del movimiento ar- beza metatarsal sobrecargada, acompañada de una eleva-
ción retrocapital y un soporte de roda la planta en material
viscoelásrico, producen una mejoría en la deambulación y
la desaparición del dolor (Fig. web 38-24) .
Ortesis del pie reumático, diabético, con artrosis,
etc. En estos casos, la deformidad obliga a realizar adapta-
ciones muy selectivas y a la medida en cada paciente, y se
busca aumentar el apoyo y disminuir la presión con plan-
tillas fabricadas con un molde del pie del paciente en sili-
conas, resinas o poliureranos que por termoexpansión co-
pian la forma plantar y reparten las presiones por toda la
superficie durante el apoyo plantar (Fig. 38-7).

Ortesis digitales
Orresis que se adaptan para deformidades en valgus, garra,
martillo, supraaducros, ere., y que construidas en silicona
o rermoplásricos pretenden corregir la deformidad ( 1&/gu-
foc, BF) (Fig . web 38-25}.
Calzado terapéutico
Diseñado para su uso después de vendajes o cirugía que per-
miten la deambulación con descarga selectiva en los metatar-
Figura 38-6. Ortesis antiequi nos. Reemplazan la funci ón de lo s
sianos (Darco, Procare) o descarga del talón; lleva un tacón en
músculos extensores, con diferentes sist emas de ayuda o conju- la parte anterior de la planta del pie (tacón invertido) y un sis-
gando la elasticidad del ma terial a la fuerza flexora plantar. tema de cierre que se adapta al nuevo volumen del pie.
494 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea

siones rraumáticas, que según la inrensidad varían su forma en


esguinces leves y se requiere el uso de una ortesis que aumen-
te la seguridad del pacienre con una sujeción blanda o semirrí-
gida. En los esguinces graves y en las fracturas estables, la in-
movilización en las vértebras C4/C7 se puede conseguir adap-
tando una ortesis de apoyo occipiromenroniano (Jv!RJ, EF) y
si el nivel de la lesión es más craneal hay que colocar sopones
inmovilizadores con sujeción frontal (SOMY; Lido, EF) o con
fijación global (Lemuw, 01), y en fracturas inestables con trac-
ción esquelética como el Hrzllo cmnerzl (Fig. 38-8).
En las afecciones con degeneración del disco inrerverre-
braJ y en la artrosis inrerapofisaria se necesita restringir el
movimiento y conseguir descarga (W!Jire Frrzme. OI) con
un apoyo menroniano (Philrzdelpbia, OI) o con sistemas
neumáticos o mecánicos de distracció n vertical (Headmas-
ter, 01) (Fig. web 38-26) .

ORTESIS DE TRONCO
Hay tres tipos de patologías en las que el tratamiento orrésico
es habitual: las algias y conrracruras musculares, que tienen su
origen en la columna vertebral y que necesitan, para su alivio,
una modificación de la alineación, por lo que se utilizan las
orresis flexibles; las lesiones degenerativas, tumores, fTacruras
y en pacienres después de la cirugía cuando se requiere con-
Figura 38-7. Ortesis del pie diabético y reumático. (A) Imagen clí-
nica en la que se observa la lesión (úlcera l. (8) Estudio podoscópi-
trol del movimiento, en las que se utilizan las orresis rígidas; y
co de la huella en estático. Obtenc ión de la forma tridimensional por último, en las deformidades vertebrales y torácicas, en las
de la huella plantar. (C) Modelado. Detalle de recogida de la huella. que se emplean orresis correctoras. Las orresis de tronco se di-
(DI Molde en la espuma fenólica para pla ntillas resultantes defini - señan y se denominan por su localización anatómica.
tivas. Nota: Evitar la presión en las zonas ulceradas o de riesgos es • Sacroíliacas: SIO.
la prioridad en estos pacientes.
• Lumbosacras: LSO.
• Toracolumbosacras: TLSO.
ORTESIS DE CUELLO Ortesis flexibles
En los recién nacidos es frecuente la mrácolis congénita y para Construidas en materiales ligeros y adaptables, cutí, lone-
corregir la deformidad se utiliza una onesis específica y diná- ta, tejido elástico, son las tradicionaJes «fajas orropédicas)),
mica (Eos, 01). En los adultos jóvenes son más fTecuenre las le- que a su vez son de dos tipos:

Figura 38- 8. Ortesis inmovilizadora de la columna cervical. (A) Visión lateral. (8) Anterior. ICI Poste rior. Nota: El diseño con apoyo en oc-
cipital, mentón y cincha fron tal permite una estabilización eficaz en lesiones inestables.
38 • Ortesis y prótesis de l aparato locomotor 495

Ortesis flexibles elásticas


Orresis que se construyen en ese tejido para adaptarse
completamente al contorno del tronco; provocan una con-
tención de las partes blandas, aumentan el tono muscular
y colaboran en la actividad de los grupos musculares (Dy-
nabelt, TH) para mantener la columna más estable ( Tex-
toncros, Ol; Lumbotmin, BF). Su uso debe ser intermiten-
te, sobre todo en bipedestación y durante el caminar, para
evi tar una excesiva dependencia. Actualmente, hay algu-
nos diseños más agresivos con unos tensores elástico, lla-
madas temoe!dstictts, que aumentan la eficacia del soporte
durante la actividad del paciente (Lmnbo-Hit, Efmo; Lom-
bapro activ, TH) (Fig. web 38-27) .
Ortesis flexibles semirrígidas
Se incorporan unos soportes longitudinales o flejes de plástico
o fibra que confieren una mayor rigidez y estabilidad a la orte-
sis (Lumboloc, BF), lo que aumenta el control del movimienro
y ayuda a rectificar ligeramente la excesiva lordosis o cifosis
(Lombn.-: High, TH), por lo que sirven para modificar la ali-
neación vertebral. Al ser algo más sólidas que el grupo anterior,
se conRa en ellas para pacienres que requieren mayor inmovi- Figura 38·9. Ortesis flexible dinámica. El sistema de tres puntos
lización vertebral (Lumbmned, MD) (Fig. web 38-28) . contrapuestos invita a corregir de forma dinámica la deformidad y
Ambas ortesis flexibles consiguen su efecto estimulando no produce inmovilización.
la propiocepció n en la zona de contacto y aumentando la
presión intraabdominal, ya que comprimen el balón hidro-
neumático que forman las vísceras abdominales y refuerzan la rotación, dejando libre el resto para evitar la atrofia y os-
la estabilidad vertebral. Son muy útiles en alteraciones dolo- reoporosis y facilitar la recuperaci ón. Es algo similar a la
rosas en la región dorsal y lumbar, de origen posrural y mus- idea de los vendajes funcionales que sólo b loquean un mo-
cular. También se utilizan preventivamente en personas que vimiento articu lar o un ligamento y dejan libre el res to
soportan habitualmente objetos pesados o viajan con fre- (Fig. 38-lOA y 38-lOB) . El problema es que se las ha de-
cuencia en vehículos con amortiguación dura. nominado por su autor y no por su efecto, lo que compli-
ca bastante su prescripción:
Ortesis flexibles dinámicas • Taylor: TLSO de control de la flexoexrensión y laterali-
Son un nuevo grupo de orresis diseñadas para la preven- zación (Fig. 38-lOC) .
ció n y tratamiento en los primeros estadios de la osteo- • Jewerr: TLSO de control de la flexión.
porosis vertebral senil (ver caso el clínico 38-2) . Se cons- • Knight: LSO de control de la flexoexrensión y laterali-
truyen con una prenda e nteriza de licra o con un sistema zación.
de tirantes rensoelásticos que adaptan un soporte muy • Williams: LSO de control de la extensión.
flexible a las curvas en el plano sagital de la colum n a e in-
viran a mantener una postura erguida y correcta de roda Ortesis de contacto total
la columna (Spiuomed, .Medt), creando una ligera fuerza Serían los sustitutos naturales de los corsés construidos so-
enderezadora que evita la cifosis. Además, el movimien- bre el paciente con vendas d e escayola, pero actualmente
to continuo de enderezamiento que provoca dota de di- fabricados en materiales ligeros y que envuelven comple-
namismo al complejo musculoligamentario intervere- tamente el tronco, dejando ventanas para la expansión to-
bral, evitando su anquilosis y mejorando el trabajo verre- rácica inspiratoria. Su diseño elíptico impide también la
bral (Fig. 38-9) . rotación verrebral, y su comodidad y eficacia han h ~cho
que se utilicen después de la cirugía y en el tratamiento
Ortesis rígidas inmovilizador de fracturas, tumores o lesiones que com-
Consiguen controlar el movimiento del tronco al añadir prometan la estabilidad vertebral. Se pueden construir a
en su estructura materiales como el polierileno, alumi- medida, previo molde, y su adaptación casi como una se-
nio, fibra de carbono, ere. Hay dos tipos por su efecto di- gunda piel los hace muy tolerables estéticamente. Cuan-
ferente. do la situación no permite tomar un molde, se utilizan
módulos prefrabricados de una o dos valvas y que existen
Ortesis de control en diferentes rallas, suficientes para adaptarse al 95 % de
En las que el elemento rígido se diseña de tal manera que la población (Rainbow, Rectw, Ol; CMC, EF; Softec, BF)
sólo impide algún movimiento de la columna: la flexión o (Fig. web 38-29) .
496

Figura 38-10. Ortesis de control. Los sopor-


tes de la ortesis confieren la suficiente soli-
dez como para evitar el movimiento que se
desee. según el diseño en cada paciente. Dos
modelos. (A) Semicerrado. (B) Semiabierto.
(C) Taylor: TLSO de control de la flexoexten-
sión y lateralización.

Todas tienen en común estas premisas:


Ortesis correctoras • Toma de medidas. Hasra ahora se hacían moldes exter-
Son muy utilizadas para la corrección de las deformidades en nos para cada paciente, con vendas de escayola y previa
el plano frontal y sagital de la columna vertebral (Fig. 38-11). corrección manual de la deformidad, para que, poste-
El problema aparece porque cada servicio asistencial ha ido riormente, el técnico en orropedia rectificara el molde
desarrollando diferentes modelos de orresis de tronco positivo y corrigiera la rotación y las gibas. Actualmente,
TLSO y LSO, a los que han denominado con una ciudad se empiezan a utilizar escáner en 30 de alta resolución,
(Málaga, Bosron, Milwaukee) o el nombre del autor: Mi- que con un programa de diseño gráfico lo representan en
che!, Sragnara, Cheneau, ere. Hay más de 200 tipos dife- pantalla, permiten hacer las correcciones, observarlas en
rentes, por lo que su conocimiento específico debe hacer- 30 y modelar con una fresadora un bloque de poliurera-
se averiguando previamente los criterios del equipo tera- no con la morfología adecuada (véase Enlaces de interés.
péutico de nuestro entorno. Webgrafía: www.orroiberica.es, orroibericad).
• Material. La construcción se hace en material termo-
plástico de diferentes densidades, según la rigidez de las
curvas, y son modificables con el crecimiento del pa-
ciente, aunque su duración está limitada entre 12-
24 meses por los cambios morfológicos del paciente y
su uso no debe ser inferior a 16 horas diarias (hay que
dejar libre la expansión gástrica durante la digestión y
retirar la onesis durante ese tiempo).
• E.ficacía y adaptabilidad. Deben ser eficaces y estar bien
adaptadas, y no impedir el desarrollo torácico ni provo-
car deformidades añadidas en el esquelero del paciente.
Para ello es imprescindible un control periódico, para
realizar ajustes correctores cada poco tiempo y verificar
el crecimiento en longitud del tronco, conrrolando la
talla con el pacienre senrado.

Ortesis correctoras de cifosis


Figura 38-11. Ortesis correctoras de deformidades vertebrales: Son ortesis TLSO y se emplean en la enfermedad de
Cheneau y Milwaukee. Scheuermann y en los acuñamientos de los cuerpos verte-
38 • Ortesis y prótesis del aparato locomotor 497

Figura 38-12. Ortesis correctoras de cifosis.


Nota: El apoyo esternal y el contra apoyo dor-
sal son muy eficaces. El problema es la con-
siguiente atrofia muscular, que hay que com-
pensar con fisioterapia. (Al Radiografía en la
que se observa la deform idad (hipercifosisl.
(8) Obtención de la forma tridimensional de
la ortesis mediante e l software específico .

o
(C) Pieza fi nal. Detalle de ortesis de termo-
plástico. ID) Otro ejemplo de modelo final.

brales por osreoporosis o fracturas con aplastamiento en la


región dorsal. Se diseñan bajo la premisa de primero esta- Ortesis correctoras de escoliosis
bilizar la unión de la columna lumbar-pelvis, evitando una Son también orresis TLSO que pretenden fundamental-
exagerada anteversión pelviana, y luego, con un sistema de mente corregir la deformidad en rotación de las vértebras
tres puntos contrapuestos, corregir la cifosis (Arexa, OB). participantes en la deformidad. Es imprescindible tener
Su diseño depende de la localización de la vértebra ápice o una información muy exacta del tipo de curva y de la lo-
vértice de la curva cifótica. Si es craneal a la vértebra torá- calización de la vértebra ápice y de las vértebras límites de
cica octava (en T 7-T6, ere.), la onesis debe llegar a la re- la curva para diseñarlas con eficacia. El diseño se realiza va-
gión del hueso hioides, por lo que es poco estético e incó- lorando conjuntamente la edad ósea, localización de las
modo para el paciente. Cuando el ápice esrá en la vértebra curvas, etiología, flexibilidad y elasticidad, y factores socio-
torácica T8 o caudal (T9, TlO, etc.) el diseño permite que sanitarios del paciente, pues la colaboración de todos es
el corsé se disimule con la ropa y el paciente lo tolera me- necesaria para un buen resultado. Cada orresis tiene unas
jor (Lym, 01). Los controles periódicos van encaminados características especiales que la hacen ideal para cada tipo
a aumentar de una manera lenta y progresiva las fuerzas de paciente (Fig. 38-13) , por lo que su elección correcta,
correctoras sobre la deformidad, con la remodelación de la su creativo diseño (Fig. web 38-30A) , la construcción in-
orresis o el añadido de placas de presión (Fig. 38-12) . dividualizada (Fig. web 38-30B), su ajuste y posteriores

Figura 38-13. Ortesis correctoras de escolio-


sis. Nota: La escoliosis exige corrección de la
rotación y las placas deben diseñarse para
crear fuerzas correctoras durante la expan-
sión respiratoria . Distintos ejemplos. Detalle
de corsé.
498 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea .::

controles van a ser los responsables del resultado final. Al mediante vacío, en lugar de anclajes con pino correas. Los
igual que en las ortesis de cifosis, la curva con vertebra ápi- implantes quirúrgicos de osteointegración loEJ véase Vol. 11.
ce craneal a T8 va a obligar a una ortesis que llegue a la al- capítulo 37, apartado Osteointegraciónl, para alargar el mu-
tura del hueso hioides y eso la hace menos tolerable. Las ñón óseo y conseguir un apoyo distal directo en la estruc-
fuerzas desroradoras se aplican mejor a los arcos costales tura de la prótesis, están consiguiendo muy buenos resul-
que nacen de las vértebras inferiores al ápice de la curva tados (véase Enlaces de interés. Webgrafía). En pacientes
que a las apófisis transversas de las vértebras lumbares (más colaboradores y con muñones de amputación de tamaño
estrechas). Deben construirse (Fig. web 38-30C) para que razonable, se pueden asegurar buenos resultados, exceptO
inviten a la auroelongación axial de la columna vertebral y en gasto energético y estabilidad, en el 85 o/o de los pacien-
favorezcan una postura antirrotación del tronco dentro de tes 1® véase vídeo 38-51.
la ortesis, con espacios de expansión y zonas de apoyo y
compresión. Esto las hace menos pasivas de lo que a pri- Mecanismos articulares
mera visra parece que son, creando la necesidad de auroco- El siguiente elemento prorésico lo constituyen los meca-
rregir la deformidad con los movimientos respiratorios. nismos articulares, es decir, pie-tobillo y rodilla. Esra últi-
También se recomiendan corsés específicos de uso noctur- ma es la articulación más compleja para el paciente, pues
no (Fig. web 38-300) . se debe conseguir amortiguación y estabilidad en el apoyo,
y facilitar el movimiento de flexoextensión para la marcha.
Ortesis correctoras de deformidades torácicas En pacientes con poco equilibrio, se debe primar la estabi-
Son fundamentalmente estéticas, pero importantes para el lidad con articu laciones fijas o de bloqueo a voluntad.
paciente. Su efecto correcror impide la respiración abdo- Cuanto mayor actividad tiene el paciente y mejor condi-
minal, bloquea un excesivo descenso del diafragma, con ción física, la rodilla puede tener elementos mecánicos que
ortesis LSO, que excavan exageradamente la pared abdo- faciliten el movimiento, hidráulicos o neumáticos que ar-
minal e invitan a que roda la capacidad inspiratoria se cen- monicen el desplazamiento y con microprocesadores elec-
tre en expandir la parrilla costoesrernal dirigida por los trónicos (rodillas inteligentes) que automáticamente se
apoyos que se construyen con el corsé sobre las costillas ajustan a la velocidad y ritmo de marcha, así como que
flotantes en el caso del tórax hendido o pectum excrwatum, sean capaces de facilitar la marcha en escaleras y rampas.
o presionando con una placa longitudinal la cara anterior Lógicamente tienen dos problemas además del coste eco-
del esternón en el tórax en quilla o pectum carinatmn (Fig. nómico, como son un mantenimiento complicado y el
web 38-31). mayor peso de la prótesis.
El complejo tobillo-pie en prorésica se está resolviendo
PRÓTESIS DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES gracias al dinamismo y ligereza de la fibra de carbono y con
un diseño en forma cóncava invertida, con dos puntos de
Se denominan por la altura de la amputación y, en un apoyo en el calón y en el antepié, y un arco flexible en la
principio, permitían el apoyo y la marcha como un so- zona media. Este tipo de diseño aprovecha la energía en
porte rígido que llegaba al suelo. El primer problema lo el momento del apoyo del pie y se utiliza para hacer más
constituyen los malos consejos de amigos y familiares dinámica la marcha y para mejorar la adaptación con las
que no interpretan la prorerización como un acto sani- irregularidades del terreno y la diferente velocidad de
tario que exige un protocolo basado en el paciente: acti- marcha. Actualmente, todos los técnicos ortopédicos dis-
vidad física, edad biológica, peso, condiciones de vida, ponen de elementos articulares de demostración para que
nivel de esfuerzo, ere., y que siguen un criterio publici- el paciente pueda p robar y elegir según sus necesidades
tario con informaciones de materiales y mecanismos de (Fig. web 38-33).
ciencia ficción y, generalmente, vistos en los medios de
comunicación. Por otro lado, el paciente amputado debe Estructura
tener la prótesis como final de su tratamiento, aunque La estructura de la prótesis es el elemento que no sólo sir-
sólo sea por motivos de estética y adaptada a su capaci- ve para dar una forma anatómica o estética, sino que tam-
dad funcional. bién es muy importante en la alineación (ejes de carga es-
tables y eficaces) de los elementos protésicos. Las prótesis
Encaje exoesqueléticas son más úciles para actividades en contac-
Lo primero que hubo que resolver en estos pacientes fue el to con líquidos y para el baño, y las de estructura endoes-
ajuste al muñón con el encaje, para que fuera confortable, queletica so n más funcionales pues con sencillas manio-
eficaz y bien ajustado, por lo que fueron modelándose con bras se consigue dorar a la prótesis de una correcta alinea-
diferentes diseños, tanto a altura femoral (Fig. web 38-32) ción, controlando los ejes frontal (varo-valgo) y laterales
(encaje cuadrilateral, de contención isquiática, etc.) como (flexo-recurvatum) (Fig. 38-15).
en amputaciones bajo la rodilla (Fig. 38-14) (PTB, PTS ® ,
KBM ® , 35 ® ,ere.), en las que el peso se recoge en el ren-
PRÓTESIS DE LAS EXTREMIDADES SUPERIORES
dón rotuliano. En la actualidad se tiende a encajes de con-
tacto rotal con el muñón, con materiales amortiguadores _Se clasifican en función del nivel de amputación y de la es-
como el uretano, silicona, etc., y sistemas de suspensión tructura o mecanismo que las controla.
38 • Ort esis y prótesis de l a p ara to locomotor 499

Figura 38-14. Prótesis tibiales. Nota: Estas


prótesis son mucho más sencillas de utilizar
y resulta n a lta mente e ficaces en la mayoría
de los pacientes. Los muño nes muy cortos
obli gan a prótesis m e nos fu nciona les co n
barras a rticu la das y corsele te. Un a mputado
joven y con bue n m uñó n camina perfecta-
mente y sin claudicación. lA) Imagen clínica
en la que se observa el muñón. IBl Modela-
do. ICl Resultado final.

Estéticas
Se construyen en materiales blandos, como siliconas, e
imitan perfectamenre al resto de la anaromía del paciente,
excepro en los cambios de color y su faci lidad de ensuciar-
se con rima, alimentos, ere. El peso es una complicación y,
sobre ro do, en segmentos de gran tamaño o si se utilizan al
caminar, correr, etc. (Fig. 38-16).

Figura 38-15. Prótesis tras amputación ti bial. Alineación dinámica


de la prótesis. !Al Prueba de la correcta alineación de la prótes is.
Nótese cómo el haz de láser incide e n e l punto exacto de equilibrio
de los ejes. lB) Prueba de la correcta alineación en carga. Figura 38-16. Prótesis estética de mano.
500 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea

Mecánicas
Poseen u n sistema de tirantes y tensores que permiten rea-
lizar la pinza tridigital con poco esfuerzo y de manera sen-
cilla. Cuando en lugar de colocar una mano protésica, se
coloca un gancho, es muy útil para realizar tareas con la
prótesis, pues facilita la visión del extremo terminal y la
prensión es más eficaz (Fig. 38-17).

Mioeléctricas
Están dotadas de un sensor en los grupos musculares que
transmite a un motor eléctrico la orden para realizar un
movimiento de pinza al segmento distal protésico. El pro-
blema aparece en saber graduar el grado de prensión que
se requiere para no modificar los objetos y el peso de la
prótesis, que sólo la hace útil en manualidades donde se Figura 38-17. Prótesis mecánica de brazo.
puede apoyar en la mesa el antebrazo.
Todas ellas, al igual que en la extremidad inferior, cons-
Biónicas tan del encaje que se fabrica a la medida del paciente y sirve
Aunque también son eléctricas, se prefiere éste término, de suspensión y anclaje del resto de la prótesis. La estructu-
pues están doradas de un sistema que controla la fuerza ra protésica a la que se le da forma estética también puede
de prensión de una forma automática, muy parecido a ser exoesquelérica (dura) o endoesquelética (tubular recu-
una mano biológica pero controlada por microprocesa- bierta de espuma), y los elementos mecánicos articulares del
dores. Tienen posibilidad de ser construidas con mayor hombro, codo y muñeca junto con la mano son los que dan
número de motores, y su funcionalidad también es ma- funcionalidad (y peso) a la p rótesis. Como siempre, requie-
yor, a costa de aumentar el peso y la dificultad en el ma- ren un entrenamiento y una adaptación individualizada, así
nejo. como un discrero mantenimiento para que sean eficaces.

liJI RE S U M E N

o Las ortesis son productos sanitarios que ayudan favorable- sionado, permitiendo la actividad normal del resto de la ar-
mente a la recuperación de los procesos del aparato loco- ticulación.
motor cuando se prescriben, adaptan, controlan y se utili-
zan adecuadamente. o La confección a medida no mejora en muchos casos la fa -
bricación en serie y retrasa el plazo de entrega. Lo que sí
o La prescripción debe hacerse con la denominación que re- es imprescindible es la adaptación personalizada a cada
sulta de su descripción por la localización anatómica, la es- paciente y los controles periódicos de las ortesis para con-
tructura y el mecanismo de acción, para facilitar al técnico seguir la eficacia terapéutica.
ortopédico su interpretación y mejorar la comunicación.
o Las ortesis de descarga plantar, para las metatarsalg ias,
o El entrenamiento en la colocación de la ortesis es fundamen- son muy eficaces cuando se utilizan con un zapato aprop ia-
tal y es responsabilidad del médico y/o del técnico ortopédico. do y que tenga suficiente capacidad en e l dorso.
No es aconsejable su prescripción en pacientes que no sean
capaces de comprender las instrucciones de uso. o En el tratamiento con ortesis es necesario un equipo sani-
tario actualizado, una ortesis eficaz y un paciente motiva-
o La ortesis tie ne que esta r bien ajustada a cada paciente y
do. Existen multitud de ortesis de precio elevado, pero in-
en todos los momentos de uso para ser eficaz. No deben
útiles, porque no se prescriben o utilizan correctamente.
producir dolor, presión, ni lesiones en la piel. En ocasiones
deben ser controladas por el técnico para su ajuste. o Las prótesis de la extremidad inferior están avanzando
o Las ortesis elastocompresivas facilitan la recuperación del para conseguir mayor ajuste al hueso losteointegraciónl
paciente, sin secuelas de atrofia muscular, porque favore- y mejor mecánica articular. La estabilidad y la economía
cen el movimiento articular y aumentan la estabilidad. ac- energética del paciente son las barrera s pendientes de
tivando el tono muscular. mejorar. Las prótesis de la extremidad superior tienen
en el <<tacto>> el futuro. El confort y la eficacia de las pró-
o Las ortesis de control facilitan la recuperación, ya que con tesis biónicas dan unas prestaciones muy altas en la ac-
ellas se puede inmovilizar sólo el movimiento del tejido le- tualidad.
Parte 2: "Enfermedades del sistema
musculoesquelético

39 Epidemiología de las enfermedades del sistema osteomuscular y del


tejido conectivo
40 Artropatías inflamatorias crónicas: estudio especial de la artritis reumatoi-
de y la artritis idiopática juvenil
41 Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías inflamatorias
42 Artropatías degenerativas: estudio general del síndrome artrósico y es-
tudio clínico de las principales localizaciones
43 Estudio general de las lumbalgias
44 Artropatías microcristalinas
45 Otras enfermedades del sistema musculoesquelético
46 Fibromialgia. Síndrome de fatiga crónica
47 Osteoporosis. Osteomalacia. Enfermedad de Paget
48 Lesiones óseas de origen vascular: osteocondritis y osteocondrosis
49 Enfermedades sistémicas: lupus eritematoso sistémico, esclerodermia
y otras conectivopatías
50 Síndromes miofasciales
L. C. Abecia /nchaurregui y E. Echevarría Orella

~ OBJETIVOS DEL APRENDI Z AJE

• Describir y analizar las causas de la morta lidad, la enfermedad, las lesiones y la discapacidad en la comunidad.
• Evaluar crít icamente los datos epidemiológicos e xistentes en la actualidad y sus aplicaciones en la práctica de la
fisioterapia.
• Conocer e l marco general epidemiológico en el que se desarrollarán las inte rve nciones de fisioterapia orientadas
a la mejora de la salud de la población.
• Apo rtar conocimientos generales que permitan comprender la relación entre salud y enfermedad, así como de los
factores que la modifican.

CONCEPTO Y CLASIFICACIÓN Tabla 39-1. Enfermedades del sistema osteomuscular


y del tejido conectivo
Bajo este epígrafe se incluye un grupo de enfermedades,
Trastornos infantojuveniles
rracadas en este manual, que afectan a los tejidos óseo,
• Malformaciones congénitas del sistema nervioso: espina
muscular y conectivo del organismo. No es el objetivo de bífida
este capítulo redundar en conceptos ya expuestos, pero los • Malformaciones y deformidades congénitas del sistema
autores del tema sí han considerado interesante para el lec- musculoesquelético
tor englobar en un mismo capítulo los aspectos epidemio- - Luxación congénita de cadera
- Deformidades congénitas de las manos lsindactilia,
lógicos de aquellas enfermedades más relevantes y que han polidactilia]
sido expuestas y estud iadas en esta obra. - Deformidades congénitas de los pies
Constituyen un importante problema de salud pública • Osteocondrosis: enfermedad de Legg-Calvé- Perthes
y de gran trascendencia social por varias razones. Algunas • Dorsopatías: escoliosis
de ellas son m uy frecuentes (lumbalgia, artrosis, osteopo- • Artropatías: artritis juvenil
rosis, escoliosis) y pueden llegar a ser alcamente invalidan- Trastornos de la edad adu lta
ces ya que producen importantes incapacidades. Además, • Artropatías
dan lugar a innumerables tratamientos que suelen conver- - Artropatías infecciosa s
tirse en crónicos, constituyen una de las más frecuentes - Poliartropatías inflamatorias
- Artrosis
causas de baja laboral y suponen uno de los principales
motivos de utilización de los servicios sanitarios. • Trastornos sistémicos del tejido conectivo
C lásicamente, se clasifican estas enfermedades aten- - Poliarteritis nodosa
diendo a su edad de aparición en trastornos infantoj uveni- - Lupus er itematoso sistémico
- Derm atopolim iositis
les, entre los que se encuentran ciertas anomalías congéni- - Esclerosis sistémica !esclerodermia]
tas, y trastornos de la edad adulea. En la tabla 39-1 se ex-
• Dorsopatías
pone la clasificación de las patologías más importantes que
- Dorsopatías deformantes !cifosis y lordosis]
se engloban en este aparcado. - Espondilopatías
Atendiendo a los datos de la Encuesta Nacional de Sa-
• Trastornos de las partes blandas
lud 2011/12, el 19,4% (12, 1 o/o en hombres y 26,3% en
- Trastornos de los músculos
mujeres) de los encuestados referían haber padecido en los
- Trastornos de la membrana sinovial y de los tendones
últimos 12 meses artrosis, artritis o reumatismo; el 18 o/o
(11 ,4% en hom bres y 24,3% en mujeres) dolor cervical • Osteopatías y condropatías
crónico y el 20,5% (16, 1 % en hombres y 24,7% en mu- - Trastornos de la densidad y est ructu ra óseas
losteoporosis y osteoma lacia]
jeres) dolor lumbar cró nico.

505
;o6 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Teniendo en cuenta la distribución geográfica, se obser- Aparece con mayor frecue ncia en la raza blanca y posee
va que los daros varían desde el 7, 1 o/o en Melilla hasta el un componente estacional (aparece con mayor frec uencia
29,6 o/o en Asturias para la artrosis, artricis y reumatismo; en niños nacidos en invierno).
del4,79 o/o en Melilla hasta el 26,35 o/o en Asturias para el
dolor cervical y del 5,75 o/o en Melilla hasta el 28,94 o/o en Luxación congénita de cadera
Canarias para el dolor lumbar. Suelen incluirse bajo esta denominación tanto la luxación
Estas parologías son más frecuentes en mujeres, tanto como la subluxación congénita de cadera y la displasia
en el rotal como en codos los grupos de edad, y aumentan congénita (véase el capítulo 33, aparrado Displasia del de-
las diferencias por sexo cuando aumenta la edad. sarrollo de la cadera o disp lasia congénita de cadera, y el
Como ya se ha señalado, el hecho de que estas patologías capítulo 19, apartado Displasia del desarrollo de la cadera).
tengan una elevada prevalencia hace que sean muy frecuentes Su prevalencia en nuestro medio, según d iferentes estu-
las consultas médicas al respecto, con una importante utiliza- dios, se sitúa entre ell y 10 por 1.000, mientras que se dan
ción de los servicios sanitarios por parte de quienes las pade- cifras muy superiores (entre 1O y 100 veces más) en estu-
cen. Habitualmente se trata de visitas atendidas en los servi- dios realizados en Estados Unidos.
cios de atención primaria, pero se calcula que la mirad de los Respecto al sexo, es mucho más frecuente en el sexo fe-
casos requieren consultas de especialistas y son enviados al menino (razón 1:5). Ello puede esrar en relación con la
hospital para la realización de pruebas complementarias (véa- apreciación de que en algunos enfermos se ha observado
se el capítulo 5) y/o tratamiento mediante fisioterapia !GEl véa- un elevado nivel de esrrógenos.
se Vol. 11, en esta misma serie!, de al1í su interés para ellecror. Desde el punto de vista clínico existen dos formas dife-
rentes de presentació n: por un lado, los casos asociados
con hiperlaxitud articular y detectables en el nacimienro y
Estas enfermedades so n de gran trascendencia social y
suponen un importante problema de salud pública por su casos que escapan al screening G> (cribado) clínico neona-

o elevada frec uencia, porque acaban produciendo impor-


tantes incapacidades, porque los tratamientos suelen
convertirse en crónicos, y también porque constituyen un
alto coste por las tasas de baja laboral que conllevan.
tal y se diagnostican posteriormen te.
Muchos han sido los facrores etiológicos que han sido
implicados en el origen de esros cuadros. Por una parte, se
invocan factores endógenos que corresponderían a un de-
fecro de la cadera en el acetábulo, el fémur o la cápsula ar-
ticular y constituyen la base de teoría genética.
TRASTORNOSINFANTOJUVENILES Pero la genética no puede explicar por sí misma esros
cuadros, por lo que parece que deben existir factores am-
L1s conectivopatías infantiles son un grupo de enfermeda- bientales (mecánicos) asociados para su aparición.
des q ue se caracterizan por ser generalmente procesos mul-
tisisrémicos; entre ellos mencionaremos solamente algunos. Sindactilia y polidactilia
La sindactilia (véase el capítulo 33, apartado Sindactilia) se
Espina bífida (defectos del tubo neural) d efine como un defecto en la conexión entre dos o más de-
Entre los defectos del rubo neural, el más frecuente es la es- dos y una de las anomalías congénitas más comunes de la
pina bífida (véase el capítulo 33, apartado Descripción), extremidad superior. Su causa es un fallo en la diferencia-
con una prevalencia relativamente baja. Varía desde el 0,3 ción de las estructuras mesenquimales, en los que no se
por 1.000 nacidos vivos en Finlandia hasta el 4,5 por produce la necrosis inrerdigital longirudinal entre la sexta
1.000 en Irlanda del Norte. En España las cifras de preva- y octava semana de vida intrauterina.
lencia se sitúan entre el 0,5 y el 1 por 1.000. Se clasifica como simple cuando se produce la fusión
Esta baja prevalencia puede estar determinada porque sólo por la piel, y com pleto o incomplero dependiendo de
en muchas ocasiones el feto con esta anomalía no es viable. la extensión de la interconexión.
Así, la prevalencia de niños con síndromes que tienen de- Se produce en aproximadamenre 1 de cada 2.500 naci-
fectos del rubo neural entre los nacidos muertos es 27,5 ve- mientos, con mayor predominio de casos en varones.
ces superior que entre los nacidos vivos. Por lo general, es bilateral y simétrica, principalmente
En un 80% de los casos, el defecro del rubo neural es el afecta a varo nes y es poco común en la población de raza
único presente en los niños, mient ras que en el 20 o/o res- negra. Es más común entre el tercer y cuarto dedos, segui-
tante presentan otras malformaciones o síndromes asocia- do por el cuarto y quimo, y el segundo y tercero. La sin-
dos. Atendiendo a un estudio realizado en más de 20.000 dactilia entre el primer y segundo dedo es rara, porque el
nacidos vivos, se observó que los defectos del tubo neural pulgar de la mano se separa antes que el resto de los dedos.
fueron debidos a genoparías en el 43 o/o de los casos; el La sindactilia suele ser consecuencia de mutaciones es-
36 o/o fueron debidos a embrioferopatías y el 21 o/o restan- porádicas, pero hay informes de herencia autosómica do-
re fueron debidos a cromosomoparías. En este aspecro, minanre con expresividad variable en hasta el 40 o/o de los
cabe destacar la alta frecuencia con la que la embrioferopa- casos.
tía por ácido valproico incluye espina bífida. Puede ocurrir aislada o asociada a otras malformaciones
En esta parología no se observan facrores hereditarios ni (en casi dos terceras partes de los casos aparecen otras mal-
predominio de alguno de los dos sexos. formaciones de la mano).
39 • Epidemiología de las enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conectivo 507

La polidaccilia (véase el capítulo 33, aparrado Polidaccilia) re [1,7 casos (IC 95%: 0,9-3, 1) por 100.000 niños meno-
se caracteriza por la manifestación de un dedo extra en las ma- res de 15 años] y las personas blancas tenían la frecuencia
nos o en los pies, o la presencia de dedos bífidos. Estas ano- d e enfermedad más alta [10,8 casos (IC del 95%: 7,6-
malías se clasifican en polidactilias postaxiales y preaxiales. 14,8) por 100.000 niños menores de 15 años].
Puede ocurrir en ambos miembros y en ambos lados. La tasa de incidencia ajustada es 8,8 veces mayor en Eu-
La rasa de incidencia es de, aproximadamente, 15 casos ropa y 2,9 veces mayor en el sur de Asia que en Asia Orien-
por 10.000 nacimientos; las tres cuarras panes de los casos tal. La mayor ocurrencia de la enfermedad se produce en
corresponden a polidactilias postaxiales. el norte d e Europa.
La mayor parte de los afectados son varones con una ra- La latitud es un fuerte predicror de la enfermedad, de tal
zón de sexo 2: l. manera que un aumento de 10 grados de latitud se asocia con
La polidactilia postaxial es 1Oveces más frecuente en la un aumento de incidencia de 1,44 (IC del95 %: 1,30-1,58).
población negra que en la blanca. Este tipo de polidactilia Se han sugerido varios factores de riesgo para el desarro-
se considera un rasgo autosómico dominante, si bien se llo de la enfermedad, entre los que se incluyen la exposi-
han descrito casos de herencia autosómica recesiva y en ción a agentes infecciosos y la deficiencia de vitamina O ,
asociación con diversos síndromes. Son factores de riesgo debido a la insuficiente exposición al sol.
de polidactilia postaxial tener algún antecesor negro y te-
ner familiares con esta malformación.
La polidactilia preaxial se produce más en chinos e in-
dios americanos, y es, frecuentemente, unilateral y locali-
La enfermedad de Perthes se diagnostica por la radiolo-
gía y progresa a través de tres etapas: esclerosis, frag-
mentación y remode lación. Debe rea lizarse diagnóstico
o
zada en los miembros superiores. diferencial con otras causas de necrosis avascular de la
cabeza femoral en desarrollo.
Deformidades congénitas de los pies
Se incluyen aquí el pie varo, valgo y equino. Su prevalen-
cia es mayor que las malformaciones de las manos, y se ci- Escoliosis
fra entre 0 ,8 y un 4,4 por 1.000 (véase el capítulo 33, apar- El término escoliosis deriva de la palabra griega skolios (cur-
tados Pie equinovaro congénito o pie zambo congénito, y vado, torcido). La escoliosis es el trastorno de la columna
Pie valgo convexo congénito o pie plano congénito). más común en niños y adolescentes. Se caracteriza por una
También son más frecuentes en el hombre que en la curvatura patológica de la columna vertebral superior a
mujer (razón 2: 1) y no tienen carácter hereditario. 10 grados, por lo general en combinació n con una rota-
Respecto a la raza, el lugar de mayor prevalencia de es- ción de las vé rtebras y, más a menudo, con una cifosis to-
tas patologías son las islas polinesias. rácica (véase el capítulo 30).

o
Como factor de riesgo se ha invocado una alta presión
intrauterina durante el embarazo.
Los pacientes con escoliosis se clasifican en diferentes ti-
Enfermedad de Legg- Calvé-Perthes pos, depe ndiendo de la edad de inicio. la etiología, la gra-
vedad y el tipo de curva.
La enfermedad de Legg-Calvé-Perrhes es una osteonecro-
sis de la cadera que se produce en edades infantiles (véase
el capítulo 19, aparrado Enfermedad de Legg-Calvé-Per- La rápida progresión de la curva y el inicio precoz son
ches, y capítulo 48, apartado Enfermedad de Perches). Por parámetros predictivos negativos para el desarrollo de la
lo general, surge emre las edades de 4 y 8 años. En la In- escoliosis y la aparición de insuficiencia respiratoria. Se
dia, la edad de presentación es posterior. Se produce 5 ve- puede clasificar la escoliosis en idiopárica y no idiopática.
ces más en niños que en niñas. El diagnóstico de escoliosis idiopática se hace una vez ex-
cluidas otras causas de escoliosis.
La escoliosis congénita está causada por una malforma-
O El mecanismo subyacente de la enfermedad y sus facto-
res determinantes son desconocidos.
ción de las vértebras. Puede que no sea clínicamente evi-
dente en el nacimiento y se desarrolle en la infancia h asta
la adolescencia. Los genes que están asociados con la mal-
En una revisión que incluye 2 1 estudios que describían formación vertebral se han identificado en varios estudios.
27 poblaciones en 16 países, con 124.000.000 de perso- También, defectos similares han sido inducidos en mode-
nas-años de observación, se observó que el factor que más los animales sometidos a hipoxia o agemes tóxicos.
influye en la aparición de la enfermedad es la raza. Se des- La escoliosis neurom uscular aparece en cuadros de pa-
conoce si el riesgo viene determinado por una predisposi- rálisis cerebral, atrofia muscular espinaliGtl véase el Anexo
ción genética o por la influencia de factores amb ientales Casos clínicos para prácticas de aula, caso clínico octavo!, es-
como la diera o el estilo de vida. pina bífida, distrofia muscular loo véase el Anexo Casos clí-
Ese estudio demostró que las personas negras eran las nicos para prácticas de aula, caso clínico nove no!, etcétera.
menos afectados por la enfermedad de Perches [0,5 casos Las escoliosis mesenquimales se producen en el síndro-
(IC 95 o/o: 0,2- 1,0) por 100.000 niños menores de 15 años], me de Marfan, mucopolisacaridosis, osteogénesis imper-
las personas de raza mixta fueron afectadas moderadamen- fecta y cierras enfermedades inflamatorias.
508 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

La escoliosis idiopática en adolescentes es una enferme- Su incidencia y prevalencia están en aumento, proba-
dad común, con una prevalencia global de 0,47 a 5,2 o/o en blemente relacionado con el envejecimiento de la pobla-
la literatura científica actual. Es más frecuente en mujeres, ción y el aumento de la obesidad. Los factores d e riesgo de
con una razón de 1,5-3: 1, razón que se incrementa con la la artrosis incluyen la edad, el sexo, la obesidad y la gené-
edad. Las curvas con ángulos de Cobb más amplios son tica, así como factores específicos que supongan una carga
mayores en las niñas; en ellas la razón se eleva de 1,4 al en anormal de las articulaciones (véase el capítulo 42) .
curvas de 1Oa 20 grados hasta 7,2 a 1 en curvas mayores
de 40 grados.
Sus localizaciones más habituales son las manos, la ro-
dilla y la cadera, y es la causa principal de discapacidad
en la extremidad inferior en los adultos.
El tipo y amplitud de la curva está influenciado por el

o sexo, factores genéticos y la edad de inicio. Los niños tie-


ne n una mayor proporción de curvas toracolumbares y
lumbares, mientras que las niñas tienen una mayor pre-
valencia de las curvas torácicas y dobles.
Se ha estimado que el riesgo d e desarrollar artrosis de
rodilla sintomática es de un 40 o/o para los hombres y un
47% para las mujeres, con mayor riesgo entre las personas
obesas.
La escoliosis idiopática se clasifica en los siguientes sub- Aproximadamente, las tasas de incidencia de artrosis
grupos, dependiendo de la edad de aparición: sintomática en la mano, cadera y rodilla sintomática se han
• La escoliosis infantil se desarrolla a la edad de 0-3 años estimado en 100, 90 y 240 casos por cada 100.000 perso-
y muestra una prevalencia del 1 o/o. H ay una regresión nas-año, respectivamente. Este dato aumenta de forma no-
de la escoliosis en más de la mitad de los casos. table a partir de los 50 años d e edad y se estabiliza después
• La escoliosis juvenil se desarrolla entre los 4 y 10 años y de los 70 años.
comprende el1 0-15 o/o de rodas las escoliosis idiopáricas en Existen diferencias en cuanto a la raza. Así, los hombres
niños. Las curvas no tratadas pueden causar serias compli- afroamericanos tienen una mayor prevalencia de artrosis
caciones cardiopulmonares, y si son superiores a 30 grados de cadera que los de raza blanca, mien tras que no se obser-
tienden a progresar, por lo que necesitan cirugía. van diferencias entre las mujeres.
• La escoliosis de los adolescentes se desarrolla entre los La prevalencia de artrosis en la mano y en la cadera es
11-18 años y representa aproximadamente el 85% de menos frecuentes en los chinos que en la raza blanca, pero
los casos de escoliosis idiopárica en niños. la artrosis d e rodilla es más frecuente en las mujeres chinas
• La escoliosis de los adultos tiene una prevalencia de más del que en las blancas.
8% en los adultos mayores de 25 años y se eleva hasta el La artrosis tiene una etiología multifactorial. La edad es
68 % en la edad de más de 60 años, causada por cambios de- uno de los mayores factores de riesgo. El mecanismo exac-
generativos en la columna debidos al envejecimiento. to no se conoce, pero probablemente esté relacionado con
una serie de cambios en la capacidad de los tejidos articu-
Artritis idiopática juvenil lares para adaptarse a los esfuerzos biomecánicos. A este
Bajo el concepto de artritis idiopática juvenil (véase el ca- respecto, el hueso es un tejido vivo en constante remode-
pítulo 4 0, apartado Artritis id iopática juven il) se agrupan lación y las articulaciones sinoviales son órganos con una
una serie de patologías como la enfermedad de Still, la ar- función compleja que debe adaptarse en todo momento a
tritis reumatoide juvenil (poliarrritis seropositiva), lapo- las características del organismo. El sistema osteoarticular
liartritis seronegativa y la oligoartritis. es, por tanto, un sistema dinámico que se renueva y se
Su incidencia es baja (no llega al 1 por 1.000) y es un adapta continuamente por efecto de mecanismos fisiológi-
poco más frecuente en niñas que en niños. cos complejos, en función de las necesidades del organis-
Se da más frecuentemente en las razas blanca y negra y mo. El sistema endocannabinoide interviene en la fisiopa-
se cree que las infecciones víricas pueden actuar como fac- tología de la osteoarrritis, debido a que regula la remode-
tor desencadenanre de este cuadro. lación ósea (Bab, Ofek, Tam, Rehnelt & Zimmer, 2008).
Así, sus receptores C B1 , CB2 y GPR55, y sus principales
TRASTORNOS DE LOS ADULTOS ligandos, anandamida y 2-araquidonil-glicerol, están pre-
sentes en el hueso y las articulaciones (Idris & Ralston,
A continuación se estudiarán los aspectos epidemiológicos 201 O). Los osteoclasros expresan receptores cannabinoides
d e las principales afecciones del sistema musculoesqueléti- (ldris & Ralston, 2012) y se sabe que el receptor CB1 se
co en los adulros. expresa en las neuronas simpáticas que inervan el hueso, lo
que sugiere que el sistema nervioso ejerce un control sobre
Artrosis la masa ósea y la función articular (Bab & Z immer, 2008).
Todo ello indica un importante papel del sistema cannibi-
noide en la regulación d e la función osteoarricular y, en

o La os teoartrosis es la forma más común de afección articu-


lary una causa importante de discapacidad. Se trata de uno
de los diagnósticos m ás fre cue ntes en atención primaria.
consecuencia, su posible intervención en la fisioparología
de la osteoarrritis, la osteoporosis (véase el aparrado Osteo-
porosis) y otras enfermedades osteoarriculares, lo que
39 • Epidemiología de las enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conectivo 509

constituye una posible diana terapéutica para éstas (La La enfermedad es mulrisisrémica, aunque al principio
Porta, Bura, Negrete & Maldonado, 2014). pueda afectarse sólo un órgano. La mayoría de los pacien-
tes siguen una evolución crónica y presentan brotes o exa-
cerbaciones de la enfermedad, intercalados con períodos

o El sistema endocannabinoide interviene en la fisiopatolo-


gía de La osteoartritis debido a que regula la remodela-
ción ósea.
de inactividad.
La incidencia y prevalencia del lupus varían en función
del área geográfica y de la etnia analizada (más elevadas en
Europa y Australia que en Estados Unidos), y también
El sexo femenino se asocia con una mayor prevalencia y afecta con más frecuencia y gravedad a cierras etnias, como los
mayor gravedad de la artrosis. El aumento de la incidencia nativos indíge11as americanos, orientales y afroamericanos.
de la artrosis en el momento de la menopausia ha condu- En España se estima una prevalencia para el lupus
cido a hipótesis referidas a la pérdida de estrógenos. de 34-91 por 100.000 personas, y la incidencia es de
Otra hipótesis que se ha planteado es que las mujeres 2/100.000 habitantes-año.
pueden tener más delgado el cartílago de la rodilla que los Los hombres presentan habitualmente más serositis y
hombres (incluso después de tener en cuenta las diferen- simomatología neurológica que las mujeres y menos artri-
cias en la altura, el peso y tamaño de los huesos). tis; los niños, más eritema malar y afectación renal; y los
La obesidad es un factor de riesgo para la artrosis de ro- pacientes mayores de 50 años, menor frecuencia de erite-
dilla. En un metaanálisis, las personas obesas o con sobre- ma, artritis, nefropatía, alteraciones neurológicas, alopecia
peso tenían 2,96 veces más incidencia de artrosis de rodi- y linfadenopatías, y mayor frecuencia evolutiva de síndro-
lla, en comparación con las personas con normopeso. me seco.
Las personas con sobrepeso tienen el doble de posibilida- La artritis (véase el caso clínico 39-2), que en más del
des de desarrollar artrosis de rodilla que con su peso normal. 90% de los casos no es erosiva ni deformante, afecta prin-
cipalmente a las articulaciones interfalángicas proximales,
meracarpofalángicas, al carpo, a los codos y a las rodillas.
La incidencia de artrosis de rodilla se correlaciona posi-

o tivamente con el índice de masa corporal, lo que da idea


de la importancia de controlar el peso durante toda La
vida como un medio de prevención primaria.
Esclerosis sistémica (esclerodermia)
La esclerosis sistémica o esclerodermia es una enfermedad
crónica del tejido conjuntivo que se caracteriza por infla-
mación y fibrosis de la piel, los vasos sanguíneos, los teji-
Además, parece que la artrosis se relaciona también con dos osteomusculares y los órganos internos (véase el capí-
la masa grasa del organismo. El aumento de grasa corporal tulo 49) . Las manifestaciones clínicas y la gravedad de la
total se asocia con una disminución del espesor del cartíla- enfermedad son variables. Así, algunos pacientes tienen
go. Quizá por ello, la artrosis de la mano se asocia también sólo acrosclerosis y fenómeno de Raynaud, y otros, por el
con sobrepeso y obesidad. contrario, tienen un curso agresivo con esclerodermia di-
También se ha invocado un componente hereditario fusa y daño de órganos diana. También hay variabilidad en
para la artrosis, más importante en el caso de la mano y de los autoanticuerpos presentes en los pacientes, que se co-
la cadera que en la rodilla. Recientemente se ha observado rrelacionan con algunas manifestaciones clínicas. Debido
que una mayor densidad mineral ósea sistémica se asocia a esta variabilidad, es probable que el curso de la enferme-
con un mayor riesgo de artrosis. dad se modifique por factores genéticos o ambientales.
Ciertos tipos de actividad física pueden tener influencia La esclerosis sistémica es una enfermedad poco frecuen-
en la artrosis. Así, los trabajos que requieren arrodillarse o te. En un estudio amplio se ha observado que la prevalen-
estar en cuclillas se asocian con mayor riesgo de artrosis de cia es de 242 casos por 1.000.000, con una incidencia
rodilla, sobre todo entre aquellas personas que tienen sobre- anual de 19,3 casos nuevos por 1.000.000. La prevalencia
peso o cuyos trabajos requieren llevar o levantar objetos. estimada fue mayor en mujeres que en varones y en perso-
Sin embargo, la actividad física puede tener beneficios nas negras que en blancas, y el compromiso pulmonar fue
para la articulación mediante el fortalecimiento de los casi el doble en negros. Además, las pacientes afroamerica-
músculos periarticulares y ayudando a estabilizar la articu- nas presentaban la enfermedad a una edad menor que las
lación. blancas.
La prevalencia en poblaciones europeas o estadouni-
Lupus er itematoso sistémico denses es de 2,1-25,3 casos por cada 100.000 habitantes.
El lupus eritematoso sistémico (LES) es una enfermedad No se han identificado factores ambientales o sociocul-
inflamatoria crónica de naturaleza autoinmune, de etiolo- turales que puedan explicar las diferencias encontradas en-
gía desconocida, en la que hay daño celular y tisular por tre los diferentes grupos étnicos.
autoanticuerpos y que cursa con un amplio espectro de
manifestaciones clínicas (véase el capítulo 49) .
En el 90 % de las ocasiones afecta a mujeres en edad fér-
til (véase el caso clínico 39-2) , aunque también se puede
Las familias con historia de un familiar con esclerosis son
más susceptibles a que otro integrante presente La enfer-
o
medad que las familias sin historia de esclerosis.
presentar en la infancia, en décadas tardías y en hombres.
10 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Existen diferencias en la frecuencia y gravedad de la en- los hombres. Su edad de aparición suele ser entre los 30
fermedad, y en el pronóstico en los diferentes grupos étni- y 50 años.
cos estudiados hasta el momento. Los blancos tienen una Además del dolor y la sensibilidad, los pacientes con fi-
menor incidencia, tienden a presentar la forma limitada de bromialgia también tienen otros síntomas, como interrup-
la enfermedad, tienen mayor supervivencia y menos mani- ción del sueño, fa tiga, depresión, ansiedad, problemas de
festaciones inflamatorias, al compararlos con o tros grupos memoria y concentración, dolores de cabeza, entumeci-
étnicos. Es probable que factores genéricos y ambientales miento, hormigueo, etc. Todo ello tiene un inmenso im-
estén implicados en estas diferencias. Hasta el momento, pacto en la vida diaria, lo que limita la capacidad funcio-
no se ha logrado determinar el origen de las diferencias en- nal de los pacientes y su estado psíquico.
contradas en los diferentes grupos étnicos.
En España, la mortalidad en los enfermos es 4 veces la
La fibromialgia tiene un impacto profundo en la vida de
de la población general. El deterioro pulmonar y el renal los pacientes.
son factores de riesgo independientes, asociados con dis-
minución de la supervivencia.

Artritis reumatoide Osteoporosis


La artritis reumatoide se define como una enfermedad in- La osreoporosis se define como una enfermedad esqueléti-
flamatoria de las articulaciones. Su diagnóstico es extrema- ca caracterizada por una resistencia ósea disminuida que
damente complicado, ya que carece de datos patognomó- predispone a una persona a un riesgo aumentado de frac-
nicas y se basa en el juicio clínico del facultativo (véase el rura. La resistencia ósea refleja, fundamentalmente, la in-
capítulo 40, apartado Artritis reumatoide). tegración de la densidad y calidad óseas. La densidad ósea
Su prevalencia en Europa y Estados U nidos varía entre viene expresada co mo gramos de mineral por área o volu-
el 0,5 y ello/o (lo habitual es 0,3-1 ,2 %), y es menor en los men, y en un individuo concreto viene determinada por el
países orientales. pico de masa ósea y por la cantidad de pérdida ósea (véase
Es menos frecuente en la raza negra cuando se estudian el capítulo 47) .
po blaciones rurales. Sin embargo, las cifras son similares a La calidad ósea se refiere a la arquitectura, recambio,
las europeas en personas negras que viven en asentamien- cúmulo de lesiones (es decir, microfracturas) y mineraliza-
tos urbanos, lo cual indica que existen factores ambienta- ción.
les que, aun siendo desconocidos, intervienen en la enfer-

o
medad. A pesar de ello, son los factores genéticos que se
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más
asocian a la enfermedad los mejor conocidos.
prevalente. Afecta a un 35% de las mujeres españolas
mayores de 50 años, porcentaje que se eleva a un 52% en

o La enfermedad aparece más en personas que se asocian


a un determinado antígeno de histocompatibilidad.
las mayores de 70 años.

Hay evidencia científica consistente de la asociación en-


La artritis reumatoide se da más en mujeres, suele en- tre el descenso de la densidad mineral ósea (DMO) y el
trar en remisión durante los embarazos y tiene una menor riesgo de fractura.
incidencia en mujeres que han tomado anticonceptivos, lo Una de cada 5 mujeres de más de 50 años tiene al me-
que sugiere un papel importante en la enfermedad de las nos una fractura vertebral debida a la osteoporosis (véase
hormonas sexuales femeninas. el caso clínico 39-1), que se asocia a un deterioro de la ca-
El tabaco se considera un facror de riesgo de la enferme- lidad de vida y al riesgo aumentado de otras fracruras. La
dad, ya que se ha observado que los fumadores tienen ma- incidencia anual de fractura de fémur en mujeres de edad
yor riesgo de tener el factor reumatoide. superior a 50 años (véase el caso clínico 39-1) es de 3 por
1.000. La incidencia de fractura de antebrazo distal es de
casi el doble. En la actualidad, el riesgo de padecer una

o Esta enfermedad tiene importantes repercusiones en la


ca lidad de vida de los pacientes, además de aco r ta r su
esperanza de vida.
fractura de fémur en lo que le resta de vida es para una mu-
jer española de 50 años de entre un 12 y un 16 o/o. La pre-
sencia de fracruras, especialmente la de fémur, produce un
aumenro de la mo rtalidad en relación a las pacientes sin
fracturas.
Fibromialgia
El sobrepeso es un factor protector de padecer osteopo-
La fibromialgia es un trastorno crónico caracterizado rosis y del riesgo de fracturas. También se asocia con osteo-
por dolor persistente y ge neralizado. Es común en Es ta- porosis y riesgo de fractura un gran número de enfermeda-
dos Unidos, con una prevalencia estimada del 2 o/o en des. Entre éstas, bien por su alta prevalencia, bien por el
adul tos en la población general (véase el capítulo 46). alto riesgo de osteoporosis asociada, tienen especial rele-
La fibromialgia afecta más a las mujeres, con una preva- vancia en la mujer posmenopáusica el hiperparatiroidismo
lencia de hasta el 5o/o, en comparación con el 0,5 o/o en primario y el tratamiento con corricoides.
39 • Epidemiología de las enfermedades del sistema osteomuscular y del tejido conectivo 511

PREVENCIÓN Prevención secundaria


E n cuanro a la prevenció n de estas enfermedad es, se estu- Para establecer una correcta prevención secundaria, se conside-
diarán a continuación, en fu nció n de los tres distintos ni- ran de vital importancia los exámenes en salud o intervenciones
veles asisten ciales. preventivas escalonadas, que, en d eterminadas ocasiones, per-
miten diagnosticar la enfermedad en sus primeros estadios.
Prevención primaria En ciertas p atologías, se p uede recurrir a tratamiento
E n este grupo de enfermedades ta n heterogéneo es difícil farm acológico [C3EJ Vol. 11, Anexo 2. Farmacología del dolor! u or-
realizar prevención primaria específica en muchas de ellas, topédico (véase el capítulo 38), q ue retrasa el d esarrollo de
d ebido al desconocimie nto de los facwres de riesgo que in- la enfermedad y m ejora la cali dad de vida de los pacien tes.
tervienen en su producción. En este aspecw tiene especial im portancia la fisiotera-
Sin em bargo, podemos citar ciertas medidas de preven- p ia, que previene deformidades, mantiene la fu nció n y dis-
ción ú tiles como la realización de ejercicio físico a lo largo m in uye el d olor [C3EJ Vol. 11, capítu lo 81.
d e la vida, adecuad o a cada n ivel de edad; descan so ade-
cuado; eliminación de hábitos tóxicos, como el tabaco; ali-
m entación equilibrada y m edidas de higien e y seguridad
La prevenc ión s ecu ndaria se basa en el diagnóstico y tra-
tamiento pre coz y correcto de las enfermedades.
o
en los pues tos de trabajos, con especial aten ció n a los mi-
crotraumarismos, vibraciones, etcétera.
La p reve nción d e la o steoporosis, que co nsiste sob re
todo en mantener u nos determinados niveles de calcio a lo Prevención terciaria
largo de la vida, se detallará en el capítu lo 47. Los p rogramas de fisioterapia [C3EJ Vol. 11, capítu lo 81 y el im-
p o rtante d esarrollo de p rocedimientos o rto péd icos han
constituido un avance im p ortan te para estos pacien tes.
La prevención primaria se define como el conjunto de

o medidas que se estable cen antes de que apa re zca un a


e nfermedad y se basa en la eliminación o, al menos , dis-
minución de los factores de riesgo.
La prevención terciaria se basa e n la re ha bili tación física
y psíquica de los pacien tes y en s u reinse rci ón social.
o

lml RE S U M E N

• La func ión esencial de la salud pública es mejorar la s alud • Los programas de prevención med iante ejercicio físico te-
de las poblaciones. rapéutico [fis ioterapia) s on de enorme impa cto positivo en
la salud de la comunidad.
• El interés en la formación del profesional de fisioterapia
radi ca en que proporci ona el marco gen eral e n el que se
desarrolla cualquier acción dirigida a la prevención y cui-
dado de la salud de las personas.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Marrfnez-González, M. A. (dir. y ed.). (20 13). Conceptos de sa-


lud príblica y estrategillS preventivm: unmmmalpam ciencias de
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gmdos m cimcias de la salud (2• ed.). Madrid: Edicorial Médi- Rubia Vila, F. J. (coord.) (20 11). Libro Blanco sobre el Sistema Srmi-
ca Panamericana. tmio Espmíol Madrid: Academia Europea de Ciencias y Arces.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer los factores etiopatogénicos relacionados con la artritis reumatoide.


• Reconocer los principales síntomas de la artritis reumatoide, articulares y extraarticulares.
• Conocer y saber interpretar las pruebas diagnósticas de laboratorio y de imagen utilizadas para el estud io de la ar-
tritis reumatoide.
• Conocer los nuevos criterios clasificatorios de la artritis reumatoide.
• Aprender a evaluar la actividad de la artritis reumatoide.
• Familiarizarse con las diversas alternativas de tratamiento de esta enfermedad.
• Conocer la definición de la artritis idiopática juvenil.
• Conocer los factores implicados en la etiopatogenia de la artritis idiopática juvenil.
• Saber la clasificación de esta entidad.
• Ser conscientes de los objetivos del tratamiento y familiarizarse con el tratam iento farmacológico empleado.

ARTRITIS REUMATOIDE Asia que reducen la prevalencia de artritis reumaroide al


0,2-0,3% de la población. Y en poblaciones nativas del
La artritis reumatoide o reumatoidea es considerada como norre de los Estados Unidos se ha encontrado una preva-
un trastorno sistémico, ya que pueden aparecer manifesta- lencia en torno al 7 o/o. La p revalencia de art rit is reumaroi-
ciones extraarriculares que afectan a diversos órganos y sis- de en España se encuentra entre el 0,3 y el 1,6% de lapo-
temas. blación mayor de 20 años. La mayoría de los registros exis-
tentes sobre la incidencia ® anual de artritis reurnaroide la
Definición sitúan emre 0,2 y 0,4 casos por cada 1.000 habitantes.
La artritis reumatoide es una enfermedad sistém ica autoin- Como otras enfermedades a uroinmunes, es más fre-
mune ® caracterizada por la inflamación crónica de las ar- cuente en mujeres que en varones, en una proporción de 2
ticulaciones, generalmente simétricas y periféricas. La cro- a 3: l. La incidencia aumenta entre los 25 y 55 años de
nicidad y la destrucción articular progresiva que ocasiona vida, período después del cual llega a un nivel de equilibrio
generan una discapacidad severa con gran impacto en la hasta los 75 años, para después disminuir.
calidad de vida de estos pacientes.
Etiología
La causa es desconocida. Se cree que la exposición repetida
O La artritis reumatoide se caracteriza por la inflamación
crónica articular, generalmente simétrica y periférica. a ciertos factores ambientales, unida a una predisposición
genética, podría estar relacionada con la aparición de una ar-
tritis reumatoide. Se produce una alteración de la regulación
del sistema inmunitario y se generan una serie de auroanti-
Epidemiología cuerpos que inducen una respuesta inflamato ria crónica.
La prevalencia a escala mundial se estima entre el 0,3% y
ell ,2% de la población de adultos. Se han encontrado va- Factores ambientales
riaciones geográficas y érnicas en estas cifras de prevalen- El factor ambiental mejor definido en la patogenia de la
cia. Por ejemplo, hay estudios poblacionales en África y artritis reumatoide es el tabaquismo. Innumerables estu-

513
514 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

dios han demostrado que el tabaquismo confiere un riesgo meratarsofu.lángicas de los pies (véase el caso clínico 40-2) . A
relativo de que surja una artritis reumatoide d e 1,5 a 3,5. medida que progresa la enfermedad se ven afectadas otras
Además, se ha comprobado que el consumo de tabaco dis- articulaciones como hombros, codos, rodillas y rabillos. Es
minuye la respuesta al tratamiento con merorrexato y an- simétrica.
ti-TNF a.
Se ha estudiado la posibilidad de que algunos agentes
infecciosos (bacterias, v irus, ere.} pudieran estar involucra-
dos en la erioparogenia de la artritis reumaroide, pero no
El cuadro clínico inicia l es insid ioso, con do lor y tumefac-
ción articular instaurado en semanas o meses. General-
mente la afectación articular es simétrica.
o
se h an encontrado evidencias científicas que confirmen
esta implicación.
La destrucción progresiva de las articulaciones y la tena-
s inovitis G> d e los tendones flex ores origina una disminu-
O El consumo de tabaco está asociado a riesgo relativo de
aparición de una artritis reumatoide. ción del arco de movimiento y de la potencia de presión,
junto con d eformidades crón icas e irreversibles de los de-
dos y muñeca.
La afectación extraarric ular aparece en el 50 % de los
Factores genéticos pacientes. La m anifestación más frecuente es el síndrome
Los factores genéticos aporran entre el 20-30% del riesgo de Sjogren, que aparece en el1 O% de las artritis reu maroi-
de padecer una artritis reumaroide. En el sur de Europa des, y se caracteriza por sequedad bucal y ocular. Los nó-
hay una prevalencia <a> aumentada de artritis reumatoide dulos reumaroideos se presentan subcutáneamente sobre
asociada a alelos del complejo HLA-DRBJ. superficies d e presión, como codos, tendón de Aquiles y
Recientemente, los estudios del genoma han permitido la dedos, con una frecuencia del 30 al 40 % de los pacientes.
identificación de algunos genes que aumentan la posibilidad Otros órganos y sistemas a los que puede afectar son los
de padecer artritis reumaroide. La variación del gen que co- pulmones, el corazón, los riñones, el sistema nervioso, el
difica la proteína del no receptor 22 d e la tirosina fosfarasa hem atológico, ere. (Tabla 40- 1) .
(PTPN22) se ha relacionado con el riesgo de presentar ar-
tritis reumaroide hasta dos veces m ás en hererocigoros y cua-
tro veces en homocigoros portadores d e esta alteración. Tabla 40-1. Sistemas extraarticulares afectados
en la artritis reumatoide
Cuadro clínico Sistema
extraarticular Afectación
La enfermedad comie nza de forma insidiosa, con dolor y
tumefacción articular que se instaura en semanas o m eses Piel Nódulos reumatoideos
(véase el caso clínico 40 -1) . El paciente suele referir ade-
más rigidez matutina de las articulaciones al levantarse de Hematológico Anemia normocítica y normocrómica
la cama, de más d e 1 ho ra d e duración y que desaparece Trombocitosis
Trombocitopenia
con la actividad física. Estas primeras manifestaciones so n Linladenopatía
consecuencia de la inflamación de articulaciones, rend ones
y bolsas si noviales. Es característico que las articulaciones Hepático Aumento de las tra nsaminasas
afectadas al inicio de la enfermedad sean las metacarpofu.lán- Pulmonar Engrosamiento pleural
gicas, interfu.lángicas proximales de las manos (Fig. 40-1) y las Derrame pleural
Nódulos pulmonares
Neuropatía intersticial difusa
Síndrome de Kaplan

Cardíaco Pericarditis
Valvulitis

Oftálmico Síndrome de Sjogren


Epiescleritis
Uveítis
Queratitis

Neurológico Neuropatía de compresión periférica


Mielopatía cervical

Muscular Atrofia muscular


Miositis inflamato ria
Figura 40-1. Manos de paciente con artritis reumatoide. Obsérvese
la inflamación s imétrica sobre todo de las articulacion es metacar- Renal Nefropalía glomerular
pofalángicas e interfalángicas proximales. La deform idad del quin- membranosa
to dedo de la mano derecha es debida a una subluxación de la ar-
Vascular Vasculitis de pequeños vasos
ticulación interfalángica proximal. su gestiva de una artritis reuma- Arterioscleroris
tolde en fase avanzada.
40 • Artropatías inflamatorias crónicas : estudio especial de la artritis reumatoide y la artritis idiopática juvenil 515

Algunos pacientes presentan signos y síntomas consti- Anticuerpos antipéptidos citrulinados cíclicos. La
tuci onales sistémicos, como fiebre, pérdida de peso, males- presencia de anticuerpos anti-CCP en la sangre presenta la
tar general, astenia. En general, suelen reflejar un grado in- misma sensibilidad que la presencia de factor reumatoide
tenso de inflamación y, a veces, aparecen antes que los sín- para el diagnóstico de la artritis reumatoide, pero su espe-
tomas articulares. cificidad es mayor, entre el 63-1 00 %. Alrededor del 40 o/o
Existen una serie de criterios que tienen por objeto de- de los pacienres con artritis reumatoide y factor reumatoi-
finir la remisión clínica de la artritis reumatoide: de negativo tie nen anticuerpos anti-CCP positivos, lo q ue
• Rigidez matutina. No mayor de 15 minutos. aumenra su valor diagnóstico. Por ello, su determinación
• Ausencia de fatiga. es útil en los comienzos d e una artritis inflamatoria para
• Ausencia de historia de dolor articular. diferenciar una artritis reumatoide de otras modalidades
• Ausencia de dolor a la presión y al movimiento. de artritis.
• Ausencia de tumefacción articular y de las vainas tendi-
nosas.
• Velocidad de sedimentación globular (VSG) menor de
30 mm/hora en la mujer y menor de 20 mm/hora en el
ho mbre.
La positividad de anticuerpos an ti -CCP puede preceder a
la aparición de la enfermedad durante varios años.
Su presencia es un indicador de un mayor riesgo de pro-
gresión del daño articular. Predice mejor que el factor
o
reumatoide la gravedad de la artritis reumatoide .

o Deben reunirse cinco o más de los criterios durante, al


menos, 2 meses consecutivos para considerar una remi-
sión clínica. Análisis del líquido sinovial. Puede ser útil para con-
firmar la presencia de una artritis inflamatoria y descarrar
la infección o la artritis inducida por cristales (gota) (véa-
Diagnóstico se el capítulo 44) . El líquido sinovial en pacientes con ar-
El diagnóstico de la artritis reumaroide es fundamental- tritis reumatoide contiene un elevado número de leucoci-
mente clínico. Una artritis inflamatoria crónica, poliarri- tos, sobre todo neutrófilos, facto r reumatoide, anticuerpos
cular, simétrica y que afecta a pequeñas articulaciones de anti-CCP y complejos inmunitarios.
las manos y los pies sugiere una artritis reumatoide. Los re- Reactantes de fase aguda: VSG y PCR. Éstos reflejan
sultados de los análisis de laboratorio y de las pruebas de la actividad inflamaroria y su intensidad, pero no tienen
imagen aportan información complementaria para confir- valor diagnóstico. Se ha observado una relación enrre los
mar el diagnóstico. niveles elevados de estos reactantes de fase aguda de forma
mantenida, especialmente la PCR, y un peor pro nóstico

O El diagnóstico de la artritis reumatoide es clínico.


de la enfermedad.

Pruebas de imagen
Aparre de un recurso para co rroborar el diagnóstico, son
Datos de laboratorio útiles para seguir la evolución del daño articular.
De los datos obtenidos del laboratorio, la determinación del En una radiografía simple (Fig. 40-2) se pueden obser-
factor reumatoide y de los anticuerpos antipépcidos citruli- var los siguientes signos rad iográficos en un paciente con
nados d elicias (anti-CCP) son los que tienen una mayor artritis reumatoide:
utilidad diagnóstica en la artritis reumatoide de reciente co- • Osteopenia yuxtaarticular.
mienzo. Por otra parte, la presencia de factor reumatoide o • Aumenro de las panes blandas, sobre todo en pequeñas
de anticuerpos anti-CCP conlleva también un valor pronós- articulaciones de las manos y pies.
tico respecto a la evolución y gravedad de la enfermedad. • Disminución simétrica del espacio articular.
Otros daros de laborato rio son la determinación de • Erosiones subcondrales.
reactantes de fase agua ® : velocidad de sedimentación • Deformidades de las articulaciones con subluxaciones
globular (VSG ® ) y proteína C reactiva (PCR e> ). en fases avanzadas.
Factor reumatoide. La presencia de factor reumatoide • Anquilosis.
en un paciente con poliartritis hace muy probable el diag-
nóstico de artritis reumatoide, pues se ha comprobado que La resonancia magnética (RM) posee mayor sensibilidad
este factor está presente en sangre en el 75-80 % de los pa- para observar sinovitis y derrames articulares, así como los
cientes con artritis reumatoide. Sin embargo, su ausencia cambios incipientes en el hueso y la médula ósea. Su ele-
no descarta la enfermedad. vado coste y menor accesibilidad la convierten en una téc-
n ica reservada para si tuaciones especiales donde se carezca
de alternativas diagnósticas.

o
Se ha observado una asociación entre la presencia de fac- La ecografía permite evaluar la sinovitis y detectar ero-
tor reumatoide y la gravedad de la artritis reumatoide.
Los pacientes con factor reumatoide tienen mayor des- siones de forma temprana, por lo que es una técnica reco-
trucción articular y mayor discapacidad. mendable en el diagnóstico y seguimiento de la art ritis
reumatoide. Se recomienda su utilización cuando la explo-
516 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Figura 40-2. Lesiones radiológicas e n paciente con artritis reumatoi-


de. 11 Geodas o quistes óseos subcondrales. 21 Erosiones subcondra-
les. 3) Osteope nia yuxtaarticular. 41 Deformidades de las articulaci o-
nes con s ubluxaciones y anquilosis. 51 Dis minución del espacio inte-
rarticular. 61 Aumento de las partes blandas, sobre todo en pequeñas
articulaciones de manos y pies.

ración física plantea dudas sobre la existencia de signos in- En la primera conferencia OMERACT ( Outcome M ea-
flamato rios articulares, o la detección ecográfica de sinovi- mres in RheumatoidArthritis Clínica/ Trials), se alcanzó un
tis, derrame y erosio nes vaya a modificar el manejo tera- consenso histórico sobre el conjunto mínimo de paráme-
péutico del paciente.
Por tanto, es útil en el diagnóstico de la artritis precoz, Tabla 40-2. Criterios para la clasificación
cuando la exploración física plantea dudas sobre la existen- de la artritis reumatoide
cia de signos inflamatorios en una articulación, aunque sus
A. Compromiso articular
hallazgos no son específicos de la artritis reumaroide, sólo
de sinovitis con independencia de su origen. También per- 1 articulación grande o
mite valorar la extensión de la artritis, en cuyo caso debe
2- 1Oarticulaciones grandes
considerarse la exploración ecográfica de las articulaciones
de las manos, muñecas y metatarsofalángicas. 1-3 articulaciones pequeñas 2

4-10 articulaciones pequeñas 3

O Mediante la ecografía se puede detectar inflamación in-


cluso en articulacio nes asintomáticas. > 1Oarticulaciones pequeñas

B. Serología
5

La American College ofRheumatology (ACR) y la Euro- FR negativo y anti-CCP negativos o


pean League Agaimt Rheumatism (EULAR), de la que for-
ma parte la Sociedad Española de Reumarología (SER), FR débil positivo o anti-CC P débil positivo 2
elaboraro n unos nuevos criterios en 2010 para el diagnós- FR fu erte positivo o anti-CC P fuerte pos itivo 3
tico la artritis reumatoide (Tabla 40-2). Tras sumar la pun-
tación de las categorías A-D, los pacientes que presenten C. Reactantes de fase aguda
6 o más puntos serán diagnosticados de artritis reumaroi- PCR normal y VSG normal o
de definitiva. Los pacientes con una puntación menor de
6 deberán ser revaluados periódicamente. PCR elevada o VSG elevada

Índices de actividad de la enfermedad D. Duración de los síntomas

Es necesario evaluar el grado de actividad inflamatoria, de < 6 semanas o


discapacidad funcional y de daño estructural en todos los
~ 6 semanas
pacientes con artritis reumaro ide, al inicio de la enferme-
dad y a lo largo de su seguimiento. Se recomiendan utili- Tom ada de: ACR. American College o( Rheumatology/EULAR, Th e Euro -
pean LeagueAgainst Rheumatism (20101. Anti-CCP: antipéptidos cícli-
zar cuestionarios específicos que facili tan la recogida siste- cos citrutinados ; FR: fac tor reumatoide; PCR: proteína C reactiva;
mática de daros. VSG: velocidad de sedimentación globular.
40 • Artropatías inflamatorias crónicas: estudio especial de la a rtritis reumatoide y la artritis idiopática juvenil 517

Tabla 40-3. Conjunto mínimo de parámetros para a los fármacos modificadores de la enfermedad [GEl véase el
la evaluación de la artrosis reumatoide Anexo 1. Farmacología del sistema musculoesquelético, apar-
tado AINE).
1) Número de articulaciones dolorosas
2) Número de articulaciones tumefactas Corticoides
3) Dolor
41 Evaluación global de la enfermedad realizada por el Deben utilizarse dosis bajas asociados aFAME (fármacos
enfermo anrirreumáticos modificadores de la en fermedad), en pe-
51 Evaluación global de la enfermedad realizada por el médico
6) Reactantes de fase aguda ríodos corros para aliviar los síntomas, y más a largo plazo
7) Capacidad funcional física para m inimizar el daño radiológico [GEl véase el Anexo 1.
Bl Daño radiológico !artrosis reumatoide de más de 1 año de Farmacología del sistema musculoesquelético, apartado Glu-
evolución)•
cocorticoides).
•La evaluación del daño radiológico se recomendó para estudios de
una duración igual o superior a 1 año, aunque los resultados de in - Fármacos antirreumáticos modificadores
vestigaciones más recientes han demostrado que se pueden obser- de la enfermedad
var cambios en las radiografías de las manos y pies en períodos de
tan sólo 6 meses. Son los fármacos que han demostrado que enlentecen o
detienen la progresión de la enfermedad [GEl véase el Ane-
tros que se han de utilizar para evaluar a los enfermos con xo 1. Farmacología del sistema musculoesquelético, apartado
artritis reumatoide (Tabla 40-3). Fá rmacos antirreumáticos modificadores de la enfe rmedad).
Para evaluar la actividad inflamatoria, se recomien- E l metotrexato sigue siendo el más indicado para tratar la
da hacer recuento de articulaciones dolorosas y tume- artritis reumatoide y el fármaco de base para casi todas las
factas, evaluación del dolor, evaluación global de la en- combinaciones terapéuticas. La leflunomida es otro fárma-
fermedad (por el paciente y por el médico), determina- co de eficacia clínica similar al metorrexato. Otros FAME
ción de reactantes de fase aguda y síntesis de la infor- son: hidrocloroquina, sulfasalazina, sales de oro, azatiopri-
m ación mediante la utilización de índices de actividad na, ciclosporina.
compuestos.
La utilización de índices compuestos que resumen la in- Terapia biológica
formación de varios parámetros en un solo indicador es un En los últimos 1O años han aparecido fármacos biológicos
procedimiento útil y válido en la evaluación de la actividad antirreumáticos modificadores de la enfermedad que han
de la enfermedad. Los índices más utilizados son el Disen- revolucionado el traramiemo de la artritis reumaroide. Sin
se Activity Score (DASIDAS28) y el SDAI (Simplified Di- embargo, hay que tener en cuenta que estos nuevos fárma-
sease Activity Iudex). cos no logran la respuesta necesaria en más de un 4 0-50 o/o
de los pacientes, y es frecuente que dejen de ser eficaces
con el tiempo. La utilización de estos fármacos está indica-
Para evaluar el grado de actividad inflamatoria, de disca-
da en pacientes que no han conseguido el objetivo tera-

o pacidad funcional y de daño estructural, deben utilizarse


cuestionarios específicos con índices compuestos que re-
sumen la información de va rios parámetros en un solo in-
dicador.
péutico con, al menos, un FAME relevan re (metotrexaro o
leAunomida) en monorerapia o en combinació n y en do-
sis óptimas.
Actualmente se dispone d e nueve agentes biológicos
para la artritis reumaroide:
Tratamiento • Inhibidores del factor de necrosis tumoral (anti-TNF):
El tratamiento de la artritis reumatoide debe dirigirse a etanercept, infliximab, adalimumab, golimumab y cer-
controlar la actividad inflamatoria, evitar la progresión de rolizumab.
la lesión esrrucrural articular y prevenir la invalidez de los • Inhibidor de la inrerleucina (IL-1): anakinra .
pacientes. Anticuerpo monoclonal contra linfocitos B: nruxt-
Es muy importante un diagnóstico y un tratamiento mab.
precoz para reducir, en lo posible, el daño estructural de las • Proteína de fusión moduladora de la activación de célu-
articulaciones. las T: abatacept.
• Anticuerpo monoclo nal contra el receptor de la IL-6:

o La precocidad en el inicio del tratamiento se asocia con


mayor probabilidad de respuesta favorable.
rocilizumab.

Los anti-TNF tienen la indicación en España de uso como


primer biológico en pacientes con fracaso de los FAME,
El tratamiento de la artritis reumatoide incluye los as- mientras que rituximab y abaracepr están aprobados para
pectos que se analizan a continuación. pacientes tras el fracaso de antí-TNF.
La utilización de este tipo de fármacos requiere de una
Analgésicos y antiinflamatorios no esteroideos evaluación periódica del paciente cada 3-6 meses. Si no se
D ebe utilizarse la menor dosis efectiva y durante el menor consigue el objetivo terapéutico o el paciente deja de res-
ti empo posible. Se reducirá o suspenderá si hay respuesta ponder, se recomienda un nuevo fármaco.
518 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

o
El tratamiento de la artritis reumatoide se orienta a con- Epidemiología
trolar La actividad inflama toria, evitar La progresión de la
Lesión estructural articular y prevenir La invalidez de los Es la más común de las enfermedades reumáticas infanti-
pacientes. les y causa gran discapacidad a corto y largo plazo.
La incidencia, según diferentes estudios, se estima en
10-20 casos nuevos al año por cada 100.000 niños meno-
res de 16 años. La prevalencia varía mucho según los paí-
Pronóstico ses y se ofrecen valores de 16 a 150 por 100.000.
Es variable de unos pacientes a otros. El objetivo tera- En cuanto a la distribución por sexos, hay una preferen-
péutico actual es conseguir la mínima actividad infla- cia por el sexo femeni no de 2:1 o 3:1 , según distintos es-
matoria y mantenerla durante el mayor tiempo posible. tudios. Esras proporciones varían si tenemos en cuenra la
Los rratamienros precoces e intensos mejoran el pro- edad de presentación y la forma clínica. Así, por ejemplo,
nóstico en cuanto a incapacidad funcional y daño es- en menores de 8 años esta proporción puede ser de 8:1 a
tructural. favor de las niñas, y la presenración tardía, asociada a HL-
La mayoría de las alteraciones radiológicas y la pérdida B27, riene preferencia po r los niños, al igual que la psoriá-
de capacidad funcional se produce en los 2-3 primeros sica. En las formas sistémicas la distribución por sexos es
años de evolución de la enfermedad, por lo que cuanto an- similar.
tes se establezca el diagnóstico y se comience el tratamien-
tos mejor pronóstico tendrá el paciente. Etiopatogenia
Se consideran factores de mal pronóstico: La causa de esta enfermedad es todavía desconocida. Se
• Factores sociodemográficos: sexo femenino, edad de cree que ciertos factores ambienrales influyen en pacienres
inicio de la enfermedad y bajo nivel cultural. con determinada disposición genética que produce una al-
• Factores dependientes de la enfermedad: factor reuma- teración del sistema inmunológico.
toide positivo, presencia de ami-CCP, número elevado
de articulaciones afectadas, elevación de reacrantes de Factores genéticos
fase aguda, afectación precoz de grandes articulaciones, La enfermedad no se hereda, pero sí es frecuenre que algún
rapidez de aparición de erosiones, presencia de manifes- miembro de la familia renga algún cipo de artritis. La pre-
taciones extraarticulares. sencia de ciertos genes de histocompatiblidad (HLA) pa-
rece producir más agresividad y peor pronóstico, aunque
no están claramenre relacionados con el inicio de la enfer-

o La combinación de varios de estos factores es La que mar-


ca el pronóstico; La inflamación articular mantenida es el
peor factor pronóstico.
medad.

Factores ambientales
Entre los factores ambientales relacionados pueden destacar-
ARTRITIS IDIOPÁTICA JUVENIL se las infecciones (si bien no está del todo esclarecido) tanto
víricas (parvovirus B-19, rubeola, Epsrein-Barr) como bac-
El grupo de enfermedades reumatológicas que afectan a los terianas (estreptococos, Snlmonella, Sbigella, Yersinia, Cnm-
niños es bastante numeroso, y entre ellas debe mencionar- pylobacter o Chlmnydin). Las infecciones desencadenames
se la artritis reumatoide juvenil. pueden ser faringoamigdalares, urogenitales o intestinales.
Algunos autores creen que los antígenos quedan en la sino-
Definición vial y provocan una resp uesta inmune prolongada, que aca-
La artritis reumatoide juvenil en la actualidad ha cambia- baría reaccionando contra estructuras propias.
do su nomenclatura por la de artritis idiopárica juvenil Se discute también la parricipación de los traumatismos
(AlJ), puesto que esta enfermedad es toralmenre diferente como factor ambiental desencadenante de la enfermedad,
a la artritis reumatoide del adulto, tanto en su base genéri- pero no esrá del todo esclarecido, máxime con lo frecuen-
ca como en sus mecanismos patogénicos. te que son los traumatismos en los niños, por lo que siem-
La AlJ es un grupo heterogéneo de artritis inflamato- pre aparecerá una respuesta positiva a la pregunta de si han
rias, que ocurre en personas menores de 16 años y se ca- tenido alguna contusión previa.
racterizan por la existencia de artritis de intensidad varia- También podrían estar relacionados con la lactancia
ble, localizada en una o varias articulaciones, de 6 o más materna, el hábito rabáquico de la madre, la vitamina O y
semanas de duración, cuando otras patologías han sido la exposición solar.
excluidas.
Mecanismos inmunológicos
La participación de factores inmunológicos es innegable.
Se considera artritis a la existencia de dolor espontáneo

o ante la presión o el calor, tumefacción articular e impo-


tencia funcional; no es suficiente la presencia de artral-
gias aisladas.
Se afirmó que el mecanismo lesivo primario era un depó-
sito de inmunocomplejos circulanres en los vasos sinovia-
les, seguido de activación del complemento. Sin descartar
esre mecanismo, algún defecto, aún no esclarecido, de la
40 • Artropatías infla ma torias crónicas: estud io especial de la a rtr itis reuma toi de y la a rtritis idiopática juvenil 519

función de los linfocitos T reguladores es una hipótesis de Se caracteriza por fiebre de 2 o más semanas de dura-
la alte ración de la inmunidad más aceptada actualmente. ción, además de uno o m ás de los siguie ntes hallazgos clí-
nicos: exantema evanescente, hepatomegalia, esplenome-
Cuadro clínico galia, linfoadenopatías generalizadas y/o serositis.
La artritis constituye uno de los síntomas cardinales de la en-
fermedad, pero no necesariamente su manifestación inicial.
El dolor durante la movilización y la tumefacción arti-
cular son las manifes taciones más frecuentes. También
La artritis, por lo general. es oligoarticular o poliarticular
y simétrica, puede estar ausente al inicio y desa rrollarse
incluso años después.
o
puede haber envaramiento y rigidez matutina.
Los niños mayores refieren con claridad los síntomas ar-
ticulares, pero en los menores, la presencia de artritis debe La fiebre es el síntoma característico de este tipo de aruitis.
ser sospechada ame una cojera o cambios en los patrones Las subidas son, sobre todo, vespertinas y responden mal a los
de movimiento habituales del niño. amitérmicos (véase el caso clínico 40-3) . Dura 2 o más sema-
Las formas indoloras ocurren hasta en un 25% de los nas. Se acompaña de gran afectación del estado general y, a me-
casos. Los padres consultan por limitación del movimien- nudo, de un exantema maculopapuloso, rosado, evanescente,
to articular o desarrollo de posiciones anómalas. de corta duración, confluente, que es más intenso en las wnas
La persistencia de inflamación articular ocasiona lesio- de roce y se desencadena con el roce o al rascarse. No suele ser
nes cartilaginosas que determinan Ji mi ración y deformidad pruriginoso y se localiza en el uonco, brazos y piernas.
articular. En la analítica suele haber anemia y aume nto de los
Valorando el número de articulaciones afectadas y los reactames de fase aguda.
síntomas que aparecen en los 6 primeros meses de evolu-
ción, se establecen varios tipos de Al], algunos de los cua- Artritis oligoar ticular
les presentan además una base genérica propia. Además de Se refiere a aquel subtipo de artritis que afecta a cuatro o
las formas sistémica, poli articular (seropositiva y seronega- menos articulaciones durante los primeros 6 meses de la
riva) y oligoarticular, se incluye la artritis psoriásica, la aso- enfermedad. Quedan excluidos de esta categoría los pa-
ciada a entesitis y un último grupo para las formas d e difí- cientes que además tengan psoriasis, factor reumatoide po-
cil clasificación (Tabla 40-4). sitivo o HLA-B27 positivo, o bien lo presente algún fami-
liar de primer grado. Tampoco se incluirán los varones que
la inicien co n más de 6 años.

o En la mayoría de los casos, la artritis comienza de forma


insidiosa, pero puede presentarse co n signos de inflama-
T iene predominio en el sexo femenino.
ción aguda.
La artritis es as imétrica y afecta preferentemente a gran-
des articulaciones !rodillas, tobillos y muñecas!.
o
Ar tritis sistémica
Conocida previamente como enfermedad de Still. Se ob- Se acompaña en muchas ocasiones (20 o/o) de uveítis.
serva en ambos sexos por igual, y es más frecuente en me- En un 5-l O% de los pacientes aparece con anterioridad a
nores d e 5 años. la arrritis.

Tabla 40-4. Principales características de las distintas formas de la artritis idlopática juvenil

Subtipo de AIJ Edad de inicio M/H Características Laboratorio

Sistémica 1-10 años 1/ 1 Oligoartritis o poliartritis Anem ia


Puede faltar al inicio Reactantes de fase aguda

Atritis oligoarticular 1-6 años 5/1 < 5 articulaciones FR-. ANA+


Rodilla, tobillo y muñecas

Poliartritis seropositiva 1-6 años 5/1 Artritis simétrica FR+


Manos y pies

Poliartritis seronegativa 1-6 años 5/1 Artritis s imétrica FR-


Grandes y pequeñas articulaciones

Artritis relacionada con 6-16 años 1/1 Articulaciones grandes, columna y HLA-827
entes itis sac roilíacas

Artritis psoriásica 1-16 años Variable Artritis asimétrica de grandes y


peq ueñas articulaciones

ANA: anticuerpos antinucleares; AIJ: artritis idiopática juvenil: FR: factor reumatoide; M/H : mujeres/hombres.
520 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Hay una prevalencia aumentada de anticuerpos antinu-


cleares, sobre todo en aquellos pacientes con afectación
ocular. El resto de la analítica no suele presenrar alteracio-
nes y el factor reumatoide es negativo.
La artritis psoriásica suele ser asimétrica, de grandes y
pequeñas articulaciones. o
Se describen dos subgrupos: oligoarticular persistente
(confinada a cuatro articulaciones) y oligoarticular extendida Otras artritis
(cuando tras los 6 primeros meses afecta a más articulaciones). Pacientes que no satisfacen los criterios de inclusión para al-
guna de las formas o bien reúnen criterios para más de una.
Poliartritis seropositiva
Es aquélla que afecta a cinco o más articulaciones en los Exploraciones complementarias
6 primeros meses de la enfermedad, asociad a a las presen- Las exploraciones complementarias pueden ser estudios de
cia de factor reumatoideo (comprobado en dos ocasiones imagen o pruebas de laboratorio.
con una separación mínima de 3 meses).
Esta variante es similar a la forma adulta de la artritis Estudios de imagen
reumatoide seropositiva y se observa sobre todo en niñas Al comienzo de la enfermedad se aprecia un aumento de
mayores (8-10 años). las partes blandas periarriculares, que es más llama tivo
cuando existe atrofia muscular secundaria a la artritis. El
derrame articular y la hipertrofia sinovial son la causa del

o
Es una poliartritis simétrica que afecta a las pequeñas
articulaciones de las manos y pies. Pueden observarse
aumento del espacio intrarticular, que es muy constante.
nódulos reumatoideos e n las superficies de extensión de La hiperemia local existente es la causa de aparición de
Los a ntebrazos y codos. bandas de depósitos de calcio, periostitis y de un estímulo
del carcílago de crecimiento que ocasiona el cierre prema-
turo d e las epífisis, dando lugar a retraso del crecimiento y
asimetrías esqueléticas. El reposo prolongado y el trata-
Poliartritis seronegativa miento con corticoides motivan osteoporosis con aumen-
Afecta a cinco o más articulaciones en los 6 primeros meses to d e la trabeculación. En fases más avanzadas, el espacio
de la enfermedad, sin la presencia de factor reumatoideo. articular disminuye y aparecen erosiones, subluxaciones,
Dentro de esta categoría se han descrito hasta tres subcipos. anquilosis y fracturas.
La manifestación predominante es la articular, sobre
todo en grandes articulaciones, aunque también afecta a Pruebas de laboratorio
las pequeñas en bastantes pacientes. Algunos pacientes No existe una prueba d e labo ratorio que por sí misma
pueden tener fiebre al inicio. Es más frecuente en niñas. constituya el diagnóstico de la enfermedad.
Suele haber anemia normocítica y normocrómica, así
como leucocirosis con desviación izquierda y trombocito-

O La poliartritis seronegativa es monoarticular de grandes


articulaciones.
sis. Los linfocitos CD8 pueden estar descendidos.
Los reactantes de fase aguda están elevados en relación
con el grado d e actividad de la enfermedad, al igual q ue las
citocinas proinflamarorias (IL-1, IL-6, TNF). El comple-
Artritis relacionada con entesitis mento y las inmunoglobulinas séricas suelen estar au men-
Afecta a varones mayores de 8 años. Se caracteriza por la tadas, salvo que hubiera un déficit previo. También están
asociación de artritis (principalmente en las caderas, rodi- elevados los inmunocomplejos tanto en sangre como en lí-
lla y tobillos) y entesitis (sobre todo en la inserción del ten- quido sinovial.
dón aquíleo, fascia plantar y área del tarso), asociada, al El factor reumatoide es negacivo, salvo en la poliarrritis se-
menos, con dos signos clínicos: artralgias en las articula- ropositiva. Los anticuerpos ancinucleares (ANA) son más &e-
ciones sacroilíacas y dolor inflamatorio localizado en la co- cuentes en las formas oligoarticulares con afectación ocular.
lumna vertebral y/o uveítis. El líquido sinovial tiene las características típicas de un
La mayoría d e estos pacientes son HLA-B27 positivos. exudado inflamatorio (amarillo turbio, baja viscosidad ,
40.000-100.000 leucocitos con 50 o/o de polimorfonucleares) .

o En la presentación de la enfermedad es característica la


afectación de la cadera. En la actualidad no s e dispone de una prueba de labora -
torio que por sí misma establezca el diagnóstico de la en-
fermedad.
o
Artritis psoriásica
Esta forma se caracteriza por la presencia simultánea de ar-
tritis y psoriasis, o si ésta estuviese ausente, dos de los si- Evolución y pronóstico
guientes factores: antecedentes de psoriasis en familiares de La evolución en bro tes es muy propia de la AIJ. Los pa-
primer grado, dacrilitis o punteado ungueal. cientes están asintomáticos en los períodos intercrisis, pero
40 • Art ropatías inflamatorias crónicas: estudio especial de la artritis reumatoide y la artritis idiopática juvenil 521

pequeños no saben describir con claridad el dolor u orcos


Tabla 40-5. Clasificación funcional de Steinbroker
síntomas. La artritis altera el patrón de crecimiento o ma-
Grado de incapacidad Características funcionales duración del área anatómica afectada.

Grado 1 Capacidad funcional completa para Tratamiento


realizar las actividades habituales
sin dolor ni limitación Tiene como objetivo disminuir lo antes posible el dolor y
la inflamación articular para evitar la destrucción local del
Grado 11 Capacidad para realizar las cartílago y las consecuencias propias de la enfermedad e ró-
actividades habituales a pesar de mea.
presentar dolor o limitación en una
o más articulaciones El abordaje de estos pacientes es mulridisciplinar: pe-
diatras de atención primaria, reumatólogo, fisioterapeuta,
Grado 111 Capacidad funcional restringida a psicólogo y especialista del órgano afectado en caso de
pocas o ninguna de las actividades
o únicamente al cuidado personal afección sistémica.
Es importante explicar a la familia en qué consiste la en-
Grado IV Incapacidad fermedad y su posible evolución.
Enfermos confinados en la cama
o en una silla de ruedas

también hay formas graves con un parrón de exacerbacio-


Lo ideal es tratar la enfermedad en sus estadios iniciales,
donde la respuesta a tratamientos más intensivos suele
ser más favorable. Se trata el primer brote de forma in-
med iata y agresiva y luego se establece una terapia de
o
nes agudas sobre un proceso persistente que nunca re mire. mantenimiento.
Se calcula que el 70 % de los pacientes acaban con una re-
misión definitiva, pero la diferencia varía mucho según el
tipo clínico. La presencia de uveítis es un signo de mal pro- Los AINE 0 son el escalón inicial en el tratamiento,
nóstico, cualquiera que sea la situación articular. pero no modifican el curso natural de la enfermedad. Los
Existen varias técnicas para valorar la afectación funcio- más usados son. naproxeno, ibuprofeno e indometacina.
nal de estos pacientes, como son la clasificación funcional Se usan también corticoides por cualquier vía oral, in-
de Steinbroker (Tabla 40-5) o el cuestionario de salud travenosa, tópica o intraarticular.
CHAQ ( Childhood Health Assesment Questiomlflire), que Hay otro grupo de fármacos que pretenden modificar
puntúa el grado de dificultad para la realización de activi- el curso de la enfermedad . Con este fin se usan bajas dosis
dades rutinarias, vestirse, levantarse, etc., sobre 30 pregun- de metotrexato. Se utiliza en la artritis activa y persisten-
tas en una escala de 4 puntos. te. Los síntomas sistémicos responden en menor m edida
que la artriti s.

O La evolución en brotes es característica de la AIJ.


Los inmunosupresores están limitados a las formas re-
beldes, resistentes a los fármacos referidos previamente.
Entre ellos destaca el clorambucilo, la azatioprina o la ci-
closporina.
La presencia de esta enfermedad produce varias com- Los agentes biológicos, dirigidos a bloquear la acción
plicaciones que hay que tener en cuenta: de las citocinas proinflamatorias (implicadas en la patoge-
La primera es el retraso m el crecimiento del niño. Lis cau- nia d e la enfermedad), han p ermitido ampliar el abanico
sas son múltiples: la anorexia propia de la enfermedad, los de fármacos para el tratamiento de la AIJ. El primer agen-
efectos secundarios del tratamiento y el cierre precoz de los te biológico aceptado para su uso en AIJ refractaria al me-
cartílagos de crecimiento, entre otros. Además, pueden totrexato fue el etanercept. Otros autorizados posterior-
aparecer asimetrías en los miembros y osteoporosis. mente so n el infliximab, el abatacept, el adalimumab, el
Las complicaciones extmarticulares. Las m ás frecuentes anakinra y el rocilizumab.
son las oculares (uveítis crónica) y las infecciones (faci- Las medidas fisioterapéuticas 1® véase video 40-1 l
litadas por los tratamientos inmunosupresores). En los son necesarias incluso durante la fase activa. Los objeti-
casos más graves, con evolución superior a 10-12 años, vos de estas terap ias son: conservar la función, prevenir
puede aparecer amiloidosis, cuyo indicador más sensi- deformidades y ayudar a alcanzar un desarrollo comple-
ble es la presencia de proteinuria. to (físico, psíquico y social). Se basan en ejercicios pasi-
El sí11drome de activació11 macrofogica. Es una complica- vos y en la colocación de férulas para corregir posturas in-
ción grave, asociada sobre todo a la forma sistémica, y adecuadas, evitando la inmovilización prolongada que fa-
relacionada con una excesiva activación y proliferación cilita contracturas articulares y rigidez articular. Es con-
de linfocitos T y macrófagos. veniente no apartar al niño de sus actividades habituales,
estimularle con juguetes que ejerciten su habilidad m a-
Diagnóstico nual y aconsejar la práctica de deportes, como la nata-
El diagnóstico de la AIJ es esencialmente clínico y, a me- ción, en los que se sienta cómodo y semejante a sus com-
nudo, por exclusión. La dificultad reside en que los niños pañeros.
Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Nota: Para facilitar al lector y al estudiante la integra- sentan casos prácticos para la realización de prác ticas en el
ción de conocimientos y aplicarlos a la práctica clínica, en aula; para este tema se reco mienda consultar el caso prác-
el GEl Anexo 3. Casos clínicos para prácticas de a ula, se pre- tico sexto.

RE S UMEN

• La artritis reumatoide es un enferme dad crónica, multisis- tensidad variable, localizada en una o varias articulaciones,
témica e invalida nte, de etiología desconocida, pero parece de 6 o más semanas de duración, cuando otras patología s
que re lacionada con la exposición a ciertos agentes am- han s ido excluidas.
bientales unida una predisposición gené tica.
• Valorando el número de articulaciones afectadas y los s ín-
• El diagnóstico es fundamentalmente clínico y e s importan- tomas que aparecen en los 6 prime ros meses de evolución,
tes realizarlo lo antes posible, con el fin de iniciar el trata- se es tablecen varios tipos de AIJ: sistémica, poliarticular
miento de forma precoz y así disminuir el daño articular, (seropositiva y seronegatival. oligoarticular, artritis psoriá-
mejorar el grado de discapacidad y la calidad de vida de es- sica, la asociada a entesitis y un último grupo para las for-
tos pacientes. mas de difícil clasificación. Algunos de estos tipos presen-
tan además una base genética propia. El diagnóstico es
• La artri tis id iopática juve nil es la entidad reumatológica fundamentalmente clínico. En cuanto al tra tam ien to, es
más frecu ente en la infancia. Es un grupo heterogéneo de importante tener en cuenta no sólo el farmaco lógico, s ino
artritis inflamatorias, que ocurre en personas menores de tambié n el fisioterapéutico y psicológico que permita un
16 años, y se caracteriza por la existencia de artritis de in- desarrollo integral del niño.

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~ ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué es una enferm edad s istémica? 6. ¿Cuál es el fármaco capaz de modificar la enferme dad indi-
cado en primer lugar?
2. ¿La etiología de la artritis reumatoide es estrictamente exó-
gena, es decir, ambien tal? 7. ¿Qué es la artritis idiopá tica juvenil?

3. ¿Cómo se realiza el diagnóstico de la enfermedad? B. ¿Qué factores están implicados en su desarrollo?


4. ¿Qué re percusión tiene que un paciente tenga factor reuma- 9. ¿Cómo se clasifica?
toide positivo?
10. ¿Cuá les s on los principales objetivos del t ratamiento? ¿De
5. ¿La evaluación del dolor que refiere el paciente es necesa- qué herramientas disponemos para alcanzar estos obje-
ria para valorar a un paciente con artritis reumatoide? tivos?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Actualización de las enfermedades espondiloartríticas en general.


• Conocimiento de los síntomas clínicos.
• Conocimiento de las pruebas complementarias.
• Actualización en el manejo terapéutico de fármacos.
• Utilidad del tratamiento no farmacológico y de las terapias físicas.
• Criterios de diagnóstico precoz.
• Seguimiento de los pacientes con espondiloartropatías inflamatorias.

GENERALIDADES manifestaciones oculares, dérmicas, cardiopulmonares, di-


gestivas y renales.

o
En los últimos años se ha podido avanzar en el conoci-
miento de los mecanismos fisioparológicos y genéticos re-
Es común en las espondiloartropatías inflamatorias la
lacionados con el daño estructural y con la inflamación afectación axial articular, con patrón típico de artritis pe-
que acontecen en estas patologías, gracias entre otros a los riférica y sacroilitis.
estudios de los genes HLA (antígenos leucocirarios huma-
nos) específicos. Los métodos diagnósticos de imagen más
sofisticados han logrado adelantar el diagnóstico, algo cru- CLASIFICACIÓN
cial en este tipo de patologías reumáticas, pues es precisa-
mente en las formas precoces donde la intervención podría Se utiliza casi de forma exclusiva el término espondiloartri-
detener el proceso inflamatorio y mejorar la vida del pa- tis para designar a rodas las enfermedades que integran to-
ciente. Los avances en el tratamiento farmacológico, con das las espondiloartropatías; no obstante, se ha establecido
las nuevas terapias biológicas, han mejorado de forma no- una clasificación que recoge todas ellas (Tabla 4 1- 1).
toria el pronóstico de las espondiloartropatÍas. Sin embargo, recientemente se tiende a englobar estas
patologías en un ente genérico donde se persigue un trata-
miento integral, primando la identificación de la forma

o Detectar la enfermedad en su presentación precoz supo-


ne que la intervención podría detener el proceso inflama-
torio y mejorar la vida del paciente.
predominante (axial, periférica o entesítica) junto a la exis-
rencia o no de manifestaciones extraarticulares (Castro &
Collanres, 2013). Por otra parte, se tiende a definir actual-
mente el término de espondiloartritis axial1w radiográfica
CONCEPTO Y DEFINICIÓN
Las espondiloartroparías inflamarorias o seronegativas Tabla 41-1 . Clasificación de las espondiloartropatias
constituyen un grupo heterogéneo de enfermedades infla-
matorias y de origen multifactorial (genético y ambiental), • Espondilitis anquilosante
que presentan negatividad para el facror reumatoide y para • Artritis reactiva
• Artritis psoriásica
los anticuerpos anrinucleares y que como denominador co- • Artritis de las enfermedades intestinales inflamatorias
mún tienen la afectación de las articulaciones (preferente- crónicas
mente axial), un patrón típico de artritis periférica y sacro- • Artritis crónica juvenil
• Espondiloartritis indiferenciadas
ilitis, la agregación familiar, la asociación con HLA-B27 y

525
526 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 41-2. Prevalencia de HLA-B27en diferentes poblaciones Tabla 41-3. Manifestaciones comunes
en las espondiloartrítís
• Población blanca en Estados Unidos: 5-8%
• Población negra en Estados Unidos: 1 % • Sacroilitis radiográfica, con espondilitis o sin ella
• Chile ISudamérical: 4% • Artritis inflamatoria periférica, entesitis y dactilitis
• Europeos: 7-20% • Asociación con enfermedad infla matoria intestinal/
• Asiáticos: 7% gastrointestinal
• Nativos americanos lha idasl: 50% • Psoriasis
• Uveítis o iridociclitis
Tomada de: Rivera y Monckeberg. Disponible en: www.escuela.med. • Factor genético familiar
pu c. cl/pu bl/apuntes re umato lag ia/Pdf /Espo ndilo, pd f • Aortitis o insuficiencia cardíaca
• Factor reumatoide negativo
• HLA-827 positivo

cuando no existe daño estructural radiográfico sacroilíaco, Tomada de: Callan tes (20041. Manual SER de las enfermedades reumá-
aun existiendo manifestaciones clínicas compatibles (Rud- ticas. Madrid: Editorial Médica Panamericana, p. 261.
waleit, van der Heijde, Landewe, et al, 2005).

ría reciente presupone un desacoplamienro entre remode-

o A pesar del cuadro clínico concordante con la espondi-


loartritis, puede que se no encuentren hallazgos radio-
gráficos.
lación ósea y anquilosis.

CUADRO CLÍNICO. SINTOMATOLOGÍA


Y SIGNOS CLÍNICOS
EPIDEMIOLOGÍA
Las manifestaciones clínicas son la base del diagnóstico
Constituir una patología poco estudiada hasta hace poco, de las espondiloarrritis. Una adecuada valoración y ex-
no presentar criterios específicos diagnósticos, y que este ploracíón física facilitan el diagnóstico 1® vídeo 41-11.
diagnóstico suele ser tardío, conlleva una incidencia y pre- Existe superposición de síntomas en rodas las espondi-
valencia por debajo de la realidad. Las espondiloamitis loarrritis (Tabla 4 1-3) (Collantes, 201 O), que a veces po-
presentan una distribución universal ligada a la presencia dría dificultar, sobre todo al principio, el diagnóstico es-
de HLA-B27 que varía dependiendo de la etnia y zona pecífico. En general, se caracterizan por compartir altera-
geográfica. La prevalencia de HLA-B27 es mayor en Euro- ciones sintomáticas pelvirraquídeas, síndrome articular
pa que en la población americana, exceptuando ciertos periférico, alteraciones emesopáticas y síndrome exuaar-
grupos nativos americanos (Tabla 4 1-2) . Aproximada- ticular.

o
mente el 2% de los individuos HLA-B27 positivos desa-
rrollarán la enfermedad. Si además existe historia familiar,
El cuadro clínico es determinante para el diagnóstico de
el riesgo aumenta hasta el20 %. La presencia de HLA-B27 las espondiloartritis.
es mayor para la espondiliris anquilosante (90 %) y es más
baja en el resto de enridades (70 o/o en reactivas, 60-70 o/o
en formas inflamatorias intestinales y emre el 50-70 o/o en
el resto). En nuestro país, y según un estudio multicémri- Manifestaciones articulares y periarticulares
co (Collantes, Cisnal & Muñoz, 1994), la prevalencia se Las manifestaciones articulares guardan relación primor-
sitúa en torno al 13% de pacientes que acuden a la con- dialmente con dolor lumbar de ritmo inflamatorio, por
sulta de reumatología. La es timación en España se sitúa en afectación de las vértebras sacroilíacas y del raquis, que se
más de medio millón de pacientes. manifiesta como dolor fijo alternante de nalgas y que se
irradia hacia la parte posterior del muslo y rodillas, de ca-
PATOGENIA rácter inflamatorio y nocturno, y que mejora con AINE
(antiinflamatorios no esteroideos). A veces la localización
El factor genérico más importante es el HLA-B27, presen- es lumbar, dorsal y hasta cervical. Se podría catalogar de es-
te en más del 80 o/o de las patologías espondiloartríticas; sin pondiloartropatía si el paciente cumple cuatro de los si-
embargo, sólo una pequeña parte de la población, en tor- guientes cinco criterios {criterios ASAS -Ankylosing Spon-
no al2-3 o/o, desarrollarán la enfermedad, por lo que se su- dilytis Assessment Study- de dolor lumbar inflamatorio):
giere la presencia de otros genes adicionales que contribui- edad inferior a 40 años, inicio insidioso, mejoría con el
rían al desarrollo de la enfermedad: ERAP1, 1L23R, ejercicio, no mejoría con el reposo y dolor nocturno que
TNSF15, CARD9, ANTXR2y otros subtipos. mejora al levantarse.
La teoría del péptido arrrimgénico sugiere que la pre- Otros síntomas articulares y periarriculares incluyen si-
sencia de una infección urogenital o intestinal provocaría novitis o artritis asimétrica oligoarticular (predominio en
una activación de clones de linfocitos T que serían reacti- la rodilla, rabillo y pie), entesopatías (inflamación y dolor
vos contra el cartílago. Otra teoría se refiere a un mecanis- en inserciones tendinosas en los huesos), principalmente
mo auroinflamatorio donde las TNF-a y la IL-23 perpe- en el esqueleto axial y en las extremidades inferiores, y pre-
tuarían y propagarían la inflamación. Finalmente, una reo- sencia de dactiliris o inflamación de los dedos.
41 • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías inflamatorias 527

o El dolor lumbar de ritmo inflamatorio es lo más caracte-


rístico en la espondiloartritis.
Resonancia magnética
D etermina lesiones inflamatorias en las vértebras sacroilía-
cas, tejidos blandos y columna, de forma precoz, lo que su-
pone un avance importante no sólo en el diagnóstico, sino
Manifestaciones extraarticulares en la respuesta de las nuevas terapias. También determina
Las manifestaciones exrraaniculares incluyen: erosiones, esclerosis y proliferaciones óseas en espondiloar-
• Afectación ocular: uveítis anterior o iridociclitis recidi- tritis avanzada, mientras que en fases agudas iniciales de-
vante y unilateral. recta capsuliris, sinovitis, enresitis y osteítis.

o
• Afectación en la piel y mucosas: a veces es la primera
manifestación de la enfermedad como es el caso de pre-
La resonancia magnética tiene una especificidad diag-
sencia de psoriasis, eritema nodoso, piodermia o pusru- nóstica del 90 %.
losis.
• Afectación gastrointestinal: inflamación aguda o per-
manente.
• Otras: afectación cardíaca (de la conducción, insufi- Ultrasonidos
ciencia cardíaca o de la aorta), afección pulmonar (fi- Son también válidos para detectar cambios precoces en
brosis, restricción ventilaroria) y afección renal (amiloi- forma de sinovitis, bursitis, entesitis y tendiniris; incluso es
dosis o nefroparía IgA -inmuglobulina A-). más sensible que la resonancia para detectar derrames y ha-
llazgos en regiones de más difícil acceso.
DIAG NÓSTICO
El diagnóstico es eminentemente clínico, lo que ocurre
es que suele ser tardío y lamentablemente llega tarde,
La ecografía diagnóstica es muy útil para detecta r signos
precoces de la enfermedad.
o
incluso después de 1O años del inicio de los síntomas
(Collanres, Zarco, Muñoz, et rzl., 2007) y para enton-
ces las lesiones estructurales articulares son irreve rsi- Criterios de clasificación diagnósticos
bles. Es por tanto importante llegar a un diagnóstico Los criterios de clasificación tienen su razón de ser para la
precoz para es tablecer el tratamiento farmacológico realización de estudios de investigación. No obstante, se
co n las nuevas terapias, que podrían modificar el curso han u tilizado y continúan utilizándose como criterios
de la enfermedad. Los profesionales sanitarios deberían diagnósticos.
conocer las man ifestaciones clíni cas, especialmente las Los criterios de Amor (Amor, Dougados & Mijiyawa,
caracte rísticas del dolor inflamarorio d e espalda ya d es- 1990) (Tabla 41-4) introducen una relación de signos y
crito en el aparrado C uadro clínico. Sintomarología y síntomas que permiten clasificar al paciente dentro del
stgnos. grupo de las espondiloarrritis: cada uno tiene una puntua-
ción de 1 o 2, y es necesario un mínimo d e 6 para clasifi-
Pruebas de laboratorio car al paciente en el grupo de las espondiloamitis sin ne-
La presencia de HLA B-21 es muy importante, pero no de- cesidad d e ser obligatorios los signos o síntomas. Los crite-
terminante de forma aislada ante la presencia de una lum- rios del ESSG o Grupo Europeo para el Estudio de las Es-
balgia inflamatoria (es positivo hasta en el 1O% de la po- pondiloamopatías (Dougados, van der Linden, Juhlin, et
blación general); por otra parte, la sensibilidad de la pro- aL, 1991) (Tabla41-5) precisan de un paciente con dolor
teína C reactiva (PCR) y de la VSG (velocidad de sedi- axial o artritis periférica más un criterio menor.
mentación globular) no son muy airas (40 %). Ambos poseen un alto grado de sensibilidad (> 83 o/o) y
d e especificidad (> 95 o/o) {Collantes, Muñoz, Cisnal &
Pruebas de imagen Spanish Spondylarthropathy Study Group, 1995).
En cuanto a las pruebas de imagen, se pueden realizar eco- La ASAS (Assessment ofSpondylorzrthritis !nternrztionrzf So-
grafía, resonancia o radiografías convencionales. ciety) ha desarrollado un nuevo criterio para la clasificación
de las espondiloartropatías axiales (Rudwaleit, van der Hei-
Radio logía convencional jde, Landewe, et rzL, 2009) (Tabla 4 1-6) que se caracteriza
Los hallazgos radiográfi cos en forma d e sacroilitis tardan por clasificar la espondiloartropatía axial si el paciente pre-
hasta 1O años, a veces, en aparecer, y hasta entonces es senta dolor d e no menos de 3 meses y se presenra anres de
difíci l de apreciar. En el aparrado Espondiliris axial an- los 45 años, junto a una sacroilitis definida por imagen más
quilosante se d etallarán los hallazgos radiográficos pre- una característica de los 11 pumas definidos, o la p resencia
sentes. de HLA B-21 más dos de las caraccerísticas d efinidas.

O La sacroilitis aparece radiográficame nte mucho tiempo


después del inicio de la enfermed ad.
El nuevo criterio de la ASAS permite una mejor clasifica-
ción de los pacientes , incluso en fases iniciales.
o
528 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 41-4. Criterios de Amor para la clasificación Tabla 41-6. Criterios de clasificación de la espondiloartritis
de las espondiloartropatias axial del grupo ASAS

Signos clínicos: A. Criterios obligados:


Dolor nocturno dorsal o lumbar y/o rigidez matuti na 1. Dolor lumbar de> 3 meses de evolución
lumbar/dorsal o ambas 1 2. Edad de inicio < 45 años
Oligoartritis asimétrica 2
Dolor difuso en nalgas alternantes 1-2 B. Criterios clínicos:
Dactilitis 2 1. Lumbalgia inflamatoria (pacien tes con dolor lumbar
Talalgia u otras entesopatías 2 de> 3 meses y al menos 4 de los siguientes síntomas:
lritis 2 inicio < 40 años, de comienzo gradua l, no mejora con el
Uveítis no gonocócica o cervicitis 1 mes previo reposo, mejora con el ejercicio, mejora con AINE
a la artritis 2. Artritis periférica (sinovitis activa presente o pasada
Diarrea durante 1 mes antes de la artritis diagnosticada por un médico)
Presencia o antecedentes de psoriasis, balanitis 3. Entesitis (en el talón, con presencia o historia de dolor
o enteropatía crónica (o todas) 2 espontáneo o tumefacción en la exploración de la
inserción del tendón de Aquiles o fascia plantar en el
Signos radiológicos: calcáneo]
Sacroilitis (si es bilateral de grado 2 o superior, 4. Dactilitis (presencia o historia de dactilitis diagnosticada
si es unilateral de grado 3 o superior) 3 por un médico]
Predisposición genética 5. Buena respuesta a AINE (franca mejo ría o desaparición
HLA-827 positivo, antecedentes familiares del dolor lumbar a las 24-48 horas de la admin istración de
de espondilitis anquilosante, psoriasis, síndrome dosis máxima)
de Reiter, uveítis o enteropatía 2 6. Historia familiar (presencia en familiar de primer o
Respuesta al tratamiento segundo grado de alguna de estas enfermedades:
Mejoría del dolor en 48 horas con AINE y/o espondilitis anquilosante, psoriasis, uveítis, artritis
empeoramiento rápido al suspenderlos 2 reactiva, enfermedad inflamatoria intestinal)
7. Uveítis anterior (confirmada por un oftalmólogo]
Se diagnostica de espondiloartropatía si la suma es igual 8. Psoriasis (diagnosticada por el médico)
o superior a 6 puntos 9. Enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn
o colitis ulcerosa diagnosticada por un digestólogol
Tomada de: Amor. Dougados & Mijiyawa 119901. Criteria of the classi- 1O. HLA-827 positivo
fication of spondylarthropathies, Rev Rhum Mal Osteoartic. 57121. 85- 11 . Aumento de PCR (PCR elevada en presencia de dolor
89. AINE: antiinflamatorios no esteroideos. lumbar y tras la exclusión de otras causas)
C. Sacroilitis en imagen:
CUADROS CLÍNICOS ESPECÍFICOS • Sacroilitis (rad iológica, RM) de acuerdo con los criterios
de Nueva York modificados o inflamación aguda en la RM
Conceptualmente englobados como espondilitis se en- (altamente sugestiva de sacroilitisl
cuentran diversos cuadros clínicos que merecen ser trata- D. Predisposición genética:
dos en este capítulo. • HLA-827 positivo

Espondilitis axial Sensibilidad del82,9% y especificidad del84,4%

Los avances en el tratamiento de la espondilitis axial son Tomada de: Rudwaleit, van der He ijde, Landewe. et al. (2009). The
considerables, si n embargo, se requiere un diagnóstico pre- Development of Assessment of SpondyloArthritis internationa l Socie-
ty (ASAS) Classification Criteria fo r Axial Spondyloarthritis (Par! 111:
coz dentro del primer año de afectación para prevenir las Validation and Final Selection. Ann Rheum Dis. Ma r 17. ASAS: Ankylo-
consecuencias graves de la enfermedad y establecer un tra- sing Spondilytis Assessment Study; AINE: antii nflamatorio no esteroi-
deo; PCR: proteína C reactiva; RM: resonancia magnética.
tamiento lo más rápidamente posible. La alta prevalencia

de la enfermedad, su incidencia en edades jóvenes y la alta


Tabla 41-5. Criterios del Grupo Europeo para el Estudio incapacidad que origina son lo suficientemente importan-
de las Espondiloartropatías (GEEE) tes como para establecer conocimientos claros de esta pa-
tología y que permitan dilucidar si el paciente presenta o
• Raquialgia inflamatoria o sinovitis (asimétrica o
predominante en los miembros inferiores) y alguno de los puede presentar espondilitis.
siguientes signos: Las vértebras tienden a soldarse entre sí y provocan una
- Historia familiar positiva limitación de la movilidad que repercure en una fal ta de
- Psoriasis flexibilidad de la columna, la cual acaba rígida y fusiona-
- Enfermedad inflamatoria intestinal
- Uretritis, cervicitis o diarrea aguda en el mes previo a la da. Puede, igualmente, afectar a las caderas y hombros; la
artritis afección de las articulaciones de los miembros inferiores es
- Dolores alternantes en las nalgas (derecha e izquierda) especialmente frecuente.
- Entesopatía
- Sacroilitis
• Sensibilidad del 77% y especificidad del89 % (sin sacroilitis)
• Sensibilidad del87% y especificidad del87 % (con sacroilitis)

Tomada de: Dougados, van der Linden, Juhlin, el al. (1991). The Euro-
La espondilitis axial es una enfermedad inflamatoria cró-
nica y progresiva, que afecta fundamenta lmente a las a rti-
culaciones de la columna vertebral y donde la apa rición de
sacroilitis de forma bilateral habitualmente es general.
o
pean Spondylarthropathy Study Group preliminary criteria for the das-
sification of spondylarthropathy. Arthritis Rheum. 34( 101. 1218-1227.
41 • Espondilitis anqui losante y otras espondiloa rtropatias inflamatonas 529

Síntomas
La sintomatología es muy evidente. D estacan:
• Dolor de espalda de características inflamatorias, noc-
turno, que a veces o bliga a levantarse de la cam a, sin
mejoría en decúbito, empeora por la mañana, existe ri-
gidez de más de 30 minutos y mejora con el movimien-
to. Es de comienzo insidioso, gradual, intermi tente y,
posteriormente, se prolonga en el tiempo, que puede ser
superior a 3 meses.
• Dolor inicial sacroilíaco. En la región superointerna de
la nalga, con irradiación a la región posterior y a la ro-
dilla (simula a la ciática). Puede ser bilateral y alternante.
• Dolor e inflamación en articulaciones periféricas (cade-
ra, rodilla, pie y hombros}. Suele ser oligoarricular y, a
veces, precede al cuadro vertebral durante años.
• Dolor torácico. Por afecció n del esqueleto to rácico (ar-
ticulaciones e inserciones tendinosas).
• Dolor de panes blandas por enresitis (fascitis plantar,
ralalgia, etc.).
• Manifestaciones exrraarriculares, entre las que sobresale la
uveítis (20 o/o de los casos) (Fig. 41- 1), afecció n pulmonar
(alteraciones vemilarorias restricrivas, fibrosis pulmonar),
insuficiencia aórtica, enteritis inespecífica, amiloidosis, al-
teraciones neurológicas (compresión medular por fractu-
ras, síndrome de cola de caballo) y osteoporosis.

A veces también se dan m anifestaciones generales: astenia,


fiebre (rara) y pérdida de peso.
Figura 41-2. Espondiloartritis axial anquilosante avanzada.
Las manifestaciones clínicas de la espondilitis axial son:

o dolor de es palda, dolor inicial sacroilía co, dolor e infla-


mación en articulaciones periféricas, dolor torácico, en-
tesitis y uveítis.
Signos radiológicos
Los signos radiológicos más relevantes son:
• Sacroilitis constante y bilateral (Fig. 41-3) .
• Columna: presencia de si ndesmofitos ® ,cuerpos verte-
Evolución brales cuadrados, cifosis dorsal, osificaciones del anillo
El curso de la enfermedad se produce en b rotes, variable,
con períodos asintomáticos cada vez mayo res y tendencia
a la cifos is ascendente, co n franca deformidad, inclinación
del tórax y de la cabeza hacia delante y afectación cervical
importante (Fig. 41-2).

Figura 41-3. Imagen radiológica de sacroilitis bilateral en un pa-


Figura 41 -1. Uveítis en el curso de una espondilitis axial. ciente con espondilitis axial.
530 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Figura 41-6. Úlceras bucales en el curso de una artritis reactiva.


!Banco de imágenes del Hospital Vall d'Hebron. Dr. Barreira).

La artritis reactiva incluye a diferentes agentes patóge-


nos como Salmonella, Shigella, Ch!amydia, Yersinia y Cam-
Figura 41 -4. Presencia de sindesmofitos en pacientes con espon- pylobacter, entre otros. Se encuentra presente en el VIH
diloartropatía axial.
(virus de la inmunodeficiencia humana) positivo.
Las manifestaciones clínicas aparecen en forma de artri-
fibroso y ligamento longitudinal anterior (imagen «en tis tras un cuadro de diarrea, cervicitis o uretritis. Se acom-
caña de bambú») (Fig. 41-4). paña de fiebre, malestar general, fatiga y pérdida de peso.
• Osificación en zonas de inserción de ligamentos y ten- Suele encontrarse afectada tan sólo una articulación, que
dones con entesitis. aparece muy inflamada, con predominio en la rodilla, to-
billo o pie. Suele existir dactilitis (Fig. 41-5), el 50% pre-

o La sacroilitis constante y bilateral es un signo radiológi-


co característico.
sentan dolor lumbar axial y hasta el 1 O% evolucionan ha-
cia espondiloartropatía axial anquilosante. Las manifesta-
ciones no articulares incluyen afectación ocular en forma
de uveítis y conjuntivitis, y afectaciones mucocuráneas en
forma de balanitis, úlceras bucales (Fig. 41-6) y queraro-
Artritis reactiva dermia. En casos graves puede haber aortitis, amiloidosis,
Reiter describió la tríada artritis, uretritis no gonocócica y neuropada y encefalopada. Los criterios de Calin definen
conjuntivitis, denominando a la enfermedad como síndro- la enfermedad (Calin, 1989) (Tabla 41-7).
me de Reiter, aunque ahora prefiere denominarse artritis Los daws de laboratorio incluyen HLA-B27positivo en
reactiva, que es en realidad una artritis periférica que ocu- el 80% de los casos, VSG y PCR elevadas, y leucocirosis.
rre en relación con una uretritis, cervicitis o diarrea. Radiológicamente se observan entesitis y sacroilitis.

Tabla 41-7. Criterios de Calin para la definición


de la artritis reactiva

Artropatía asimétrica seronegativa !de predominio en los


miembros inferiores), más una o más de las siguientes
enfermedades:
• Uretritis/cervicitis
• Diarrea
• Enfermedad ocular inflamatoria
• Enfermedad mucocutánea: balanitis, aftas bucales o
queratodermia
Exclusiones:
• Espondilitis anquilosante
• Artropatía psoriásica
• Otras enfermedades reumáticas inflamatorias

Tomada de: Calin 119891. Reiter's syndrome. En: Kelly, Harris, Ruddy &
Figura 41-5. Dactilitis en el curso de una artritis reactiva. !Banco Sledge leds.l. Textbook of rheumatology 13° edl. Philadelphia: WB.
de imágenes del Hospital Vall d'Hebron. Dr. Barreiral. pp. 1038-1052.
41 • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías inflamatorias 531

Figura 41-7. Artritis psoriásica. Onicólisis.!Banco de imágenes del


Hospital Vall d'Hebron. Dr. Alzagal.
Figura 41 -8. Entesistis aquilea en un paciente con artritis entero·
pática. !Banco de imágenes del Hospital Vall d'Hebron. Dr. Sellásl.

o Las manifestaciones clínicas en la artritis reactiva apare-


cen en forma de artritis tras un cuadro inflamatorio.
Artritis enteropática
Hasta ell 0-20% de los pacientes con colitis ulcerosa y en-
Artritis psoriásica fermedad de Crohn pueden presentar artritis de predomi-
Se trata de una artropatía inflamatoria que se manifiesta en nio periférico. Serrara de una oligoamiris asimétrica y mi-
pacientes con psoriasis y con ausencia de factor reumatoi- gratoria, de predominio en las rodillas y tobillos, con una
de. Afecta al 30% de los pacientes con psoriasis y los sín- asociación de hasta el 50 o/o con la enfermedad de base in-
tomas abarcan manifestaciones dermatológicas en forma testinal y que habitualmente aparece años después del cua-
de placas de psoriasis o, con mayor frecuencia, en forma de dro digestivo. Orras manifestaciones clínicas engloban es-
onicopatía psoriásica (Fig. 41-7). La psoriasis suele prece- pondiloartritis, amalgias, entesitis (Fig. 41-8), uveítis,
der en el 70% de los casos a la artritis. Habitualmente, la granulomatosis, osteoporosis y manifestaciones cardíacas,
artritis acontece dos décadas tras la aparición de la psoria- renales o neurológicas. Para su diagnóstico ewín vigentes
sis en forma de sinovitis periférica (oligoartritis o poliarrri- los criterios descritos anteriormente del ASAS o de EESG.
tis asimétrica), con preferencia a la altura interfalángica
distal y en presencia de afectación ungueal. La dactilitis es DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
frecuente y, a veces, única manifestación de la enfermedad.
Las manifestaciones axiales acontecen hasta en el 50% de Es fundamental conocer las características del dolor infla-
pacientes. Otras manifestaciones clínicas abarcan entesitis, matorio a diferencia del dolor de espalda mecánico o lum-
uveítis y manifestaciones óseas, que constiruyen el síndro- balgia inespecífica (véase el caso clínico 41 -1). Las caracte-
me SAPHO (sinovitis, acné, pustulosis, hiperostosis y os- rísticas de dolor inflamatorio, propio de las espondiloartro-
teítis). La tabla 4 1-8 define los criterios CASPAR {crite- patías, son las siguientes: suele ser crónico, de al menos
rios de clasificación para artritis psoriásica) (Taylor, He- 3 meses de duración, de instauración gradual o insidiosa,
liwell, Gladman, et al., 2006) para su diagnóstico. edad anterior a los 40 años, historia juvenil, rigidez matuti-
na importante, empeoramiento nocrurno que obliga a le-

o
vantarse, empeoramiento con el reposo y mejoría con el
La artritis psoriásica consiste en una artropatía inflama-
toria manifestada en pacientes con psoriasis y ausencia ejercicio y con la toma de AINE. El cuadro lumbar inespe-
de factor reumatoide. cífico es mecánico, con antecedentes de degeneración de la
columna, agudo y resolutivo en pocos días, sin rigidez im-
portante y de comienzo súbiro.
Tabla 41-8. Criterios CASPAR para el diagnóstico La diferencia con la artritis reumaroide es fácil, ya que
de la artritis psoriásica ésta presenta otras localizaciones, las imágenes radiológicas
son distintas y el factor reumatoide es negativo en las es-
Enfermedad inflamatoria articular !artritis periférica o de pondiloartropatías.
raquis! más 3 o más puntos de los siguientes criterios:
El diagnóstico diferencial entre las disrinras espondi-
• Presencia de psoriasis 2
• Historia personal o familiar de psoriasis 1 loarrropatías presenta mayor problema, aunque existen
• Distrofia ungueal: onicólisis o hiperqueratosis 1 una serie de síntomas y signos (Tabla 41-9) que podrían
• Factor reumatoide negativo 1 ayudar a diferenciarlas.
• Historia actual o pasada de dactilitis 1
• Prueba radiográfica de neoformación ósea
yuxtaarticular en manos o pies

Tomada de: Taylor, Heliwell, Gladman, et al. (2006). A validation of cu·


Las particularidades del dolor inflamatorio son el diag-
nóstico diferencial del dolo r de espalda mecánico o de la
lumbalgia inespecífica.
o
rrent preliminary resultats of lhe CASPAR Study. Ann Rheum, 64 (Suppl 3).
107. CASPAR: criterios de clasificación para la artritis psoriásica.
532 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 41-9. Diagnóstico diferencial de las espondiloartropatias

Espondilitis Artritis Artritis Artritis Espondilitis


Características juvenil
axial reactiva psoriásica enteropática

Edad de inicio > 16 <20 Cualquiera Cualquiera < 16

Sexo H>M H>M M> H H=M M>H

Inicio Insidioso Agudo Variable Insidioso No definido

Sacroilitis > 95% 20% 50% 50 % 80%

Artritis periférica + ++ ++ + +

Entesitis + + + + +

Espetón calcáneo + ++ + ? +

HLA-827 > 90% 40-80% 40-50% 35-75% 70 %

Historia familiar + + + + +

Uveítis 25-30% Común Ocasional Común Común

Afectación cardíaca + + + ? ?

Simetría Sí No No Sí Sí

Afectación urogenital +

Modificada de: Blanco, Carreira. Martín, el al. [20041. Signos y síntomas de las diferentes espondiloartropatías. En: Manual SER de las enfermedades
reumáticas [4• ed.l. Madrid: Editorial Médica Panamericana, p. 262. H: hombre; M: mujer.

TRATAMIENTO dimiento de fisioterapia ad ecuado, como el ejercicio y


otras medidas. Es recomendable acordar unos hábitos de
Las espondiloartropatías no disponen de fármacos curati- línea saludable y da rle al paciente las recomendaciones
vos, pero existen diversas estrategias terapéuticas y fárma- oportunas.
cos que pueden controlarlas. El objetivo radica en contro-
lar los síntomas y mejorar la función física, previniendo el Intervención interdisciplinar
daño estructural. Es importante que el paciente asuma al- El manejo de las espondiloartropatías es necesariamente
guna responsabilidad en su cuidado y que conozca su en- mulridisciplinar y debe englobar a todos los profesionales
fermedad, el tratamiento que recibe y el futuro y evolución que asistan de alguna manera a los pacientes afectados.
del cuadro clínico; este conocimiento mejorará en gran El médico de familia debe ser respo nsable no sólo del
parte la ansiedad, las dudas y facilitará el cumplimiento te- seguimiento del paciente, sino que debe conocer los sín-
rapéutico. tomas propios del dolor de o rigen inflamatorio para de-
Independientemente del tratamiento que se va a adop- rivar y contribuir al diagnóstico precoz, que será funda-
tar es importante resaltar que las manifestaciones extraar- mental para el pronóstico; igualmente, debe realizar tra-
ticulares de orros órganos deberán ser evaluadas por el co- tamientos de rescate a los pacientes y efectuar educación
rrespondiente especialista, y que el tratamiento quirúrgico sanitaria, pues es fundamental que el paciente conozca su
queda reservado a formas muy agresivas en la cadera, que enfermedad. El reumatólogo confirmará el diagnóstico y
requerirían prótesis, aunque esto es muy raro. establecerá el tratamie nto individualizado y acorde a la
sintomatología del paciente. El fisioterapeuta deberá es-
tablecer las medidas oportunas en el ámbito de su com-
El tratamiento de la espondiloartritis ha de ser mediante
petencia y tratar a los pacientes que requieran fisiotera-
medidas no farmacológicas como el ejercicio terapéutico

o y otros procedimientos de fisioterapia, grupos de ayuda y


de asociaciones, junto a terapia con fármacos: AINE, cor-
ticoides, fármacos antirreumáticos modificadores de la
pia, la cual deberá ser individualizada. Los enfermeros y
farmacéuticos colaborarán en la educación del paciente
y en la adherencia o cumplimentación del tratamiento
enfermedad y anti-TNF-a. respectivamente.

Medidas generales
Las medidas generales requieren, además de una inter-
vención inrerdisciplinar, la implementación de un proce-
En la espondiloartritis el tratamiento de fisioterapia debe
seguir los principios de individualización y pe rsona liza-
ción. o
-
41 • Espondilitis anquilosante y otras espond iloartropatías inflamatorias 533

Otros agentes físicos:


Tabla 41-10. Objetivos potenciales del ejercicio flsico
• Termorerapia superficial: puede aportar ligeras m ejo-
• Mantener/mejorar la flexibilidad vertebral y articular rías.
• Mantener/mejorar la expansión torácica • Termoterapia profunda: incluye onda corta, microon-
• Mantener/mejorar la postura das y ultrasonidos; su eficacia es limitada.
• Mantener/mejorar la fue rza muscular
• Mantener/mejorar la forma física (capacidad aeróbica! • Láser: podría ser eficaz en localizaciones muy concretas
• Disminuir la fatiga y aumentar la tolerancia al esfuerzo y paliar el dolor.
o Mejorar la función respiratoria • Magneroterapia: puede d ismin uir algo el dolor, pero no
• Prevenir o tratar la osteoporosis se observa mejoría func ional.
o Mejorar la limitación funcional
o Disminuir el dolor • Electroesrimulació n n eu ro muscular transcutánea
o Mejorar la depresión (TENS): resulta favorable desde el punto de vista sin-
• Aumentar la autoestima y la autoeficacia tomático y de funcionalidad en algunos grupos de pa-
• Mejorar el sueño
• Mejorar la sensación global de bienestar cientes.
• Mejorar la imagen corporal
• Mejorar la calidad de vida La terapia manual, masajes, manipulaciones y movilizacio-
Tomada de: Guia de práctica clínica sobre el manejo de los pacientes con nes, no está recomendada en pacientes en la fase activa de
espondiloartritis. Dispon ible e n: http ://www.ser.es/pra cticaClinica/es- la enfermedad y con afectació n en columna.
poguia/otros_ tratamientos_ 4/rehabilitacion. php
La balneoterapia puede ser reco mendable en pacien-
tes en fase activa y que no han respondido a otras cera-
ptas.
Procedimientos de fisioterapia
Los objecivos del tratamiento no farmacológico estriban en pa- Terapias ocupacionales y ortesis
liar el dolor, la rigidez y la limitació n funcional para mejorar la Están indicadas en pacientes con la enfermedad avanzada
calidad de vida del pacience e inremar que los pacientes con in- y que presenten algún grado de d iscapacidad.

o
capacidad marcada presenten la mayor autonomía posible.
Ejercicio físico terapéutico. La lista de beneficios en
No se recomienda la terapia manual en los pacientes con
relación con el ejercicio ffsico es muy amplia y quedan re-
espondiloartri tis.
flejados en la tabla 4 1-10. Mejoran globalmente los sínto-
mas y las limitaciones en el paciente. Es mejor la realiza-
ció n de ejercicios supervisados o en grupo que aquellos
realizados individualmente e n casa. En el GEl Vol. 11. capítu- Hábitos de vida saludables
lo 34, el lector encontrará desarrollado en profundidad el Es impo rtante promover estilos de vida saludab les, inclu-
tema del ejercicio terapéutico; se acompaña además de un yendo ejercicio físico regular, abandono del hábito tabá-
anexo (GEl anexo 34- 11 , en el que se presenta un programa quico y dieta equilibrada.
de ejercitación completamente pormenorizado. La prescripción de ejercicio físico ya ha sido tratada an-
Es importante conocer que la fisioterapia está indicada teriormente (aparcado Procedimientos de fisioterapia) ,
en las fases iniciales y posteriores de la enfermedad, y ha de aunque conviene insistir en que es fundamental en los pa-
ser individualizada según el grado de limitació n del pa- cientes afectados de espondiloartri tis. Han de ser conti-
ciente: En las fases iniciales el ejercicio ha de ser no inten- nuados y el paciente ha de realizarlos de forma diaria y
so, progresivo en el tiempo, aerób ico y similar al que rea- como un quehacer más en su forma de vida. Los ejercicios
liza una persona sin patología de base, con una duración al respiratorios 1 ® vídeo 41-2) son importantes para evitar la
principio no superior a 2-4 horas semanales. En las fases restricción y lograr expandir bien los pulmones, deberán
intermedias se añadirán al ejercicio aeróbico adaptado ini- forralecer el raquis y el abdomen con ejercicios específicos
cial, ejercicios de estiramiento-fortalecimiento, y en las fa- de espalda, para evitar rigidez y pérdida de movilidad (véa-
ses de anquilosis los ejercicios han der adaptados al pa- se el capítulo 33, apartado Displasia glenoidea primaria).
ciente, estableciendo un plan individual de actuación. Se Es importante el asesoramiento por p arte del fisioterapeu-
pued en establecer grupos homogéneos y realizar sesiones ta y del rehabili rador, al menos en su in icio. Son de gran
grupales. La fase activa de la enfermedad no supone con- utilidad los ejercicios en agua como nacación, rtqurz gym y
traindicación y debe incluir educación, instrucciones y tabla aquéllos de estiramiento como trzichí. Por el contario, se
de ejercicios para realizar en casa. Los ejercicios incluyen: contraindican aquéllos deportes de contacto como balon-
o Ejercicios aeróbicos. mano o fútbol, y aquellos que sobrecarguen la columna
• Ejercicios de fortalecimiento muscular. como el golf.
o Ejercicios de estiramiento. El abandono del hábi ro rabáquico es importame y no
sólo por los efectos nocivos de éste, sino por la li m itación
en la expansión torácica q ue estos pacientes pueden llegar

o Los tipos de ejercicio descritos deben ser combinados, de


tal forma que los ejercicios de estiramientos por sí solos
no tienen éxito.
a presentar.
La dieta ha de ser equilibrada; conviene evitar el sobre-
peso y limi tar el alcohol.
534 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

(1.000 mg/24 horas). Otros AINE efectivos incluyen diclo-

o Es fu ndamental promover estilos de vida saludables que


incluyan ejercicio físico regular, abandono del hábito la-
báquico y dieta equilibrada.
fenaco (200 mg/24 horas), indometacina (150 mg/24 ho-
ras) o ibuprofeno (1.800 mg/24 horas).

Fármacos modificadores de la enfermedad


Los fármacos como merotrexato, sulfasalacina y leflonumi-
Recomendacion es para el paciente da no han demostrado eficacia en la mayoría de los pacien-
Es importante asesorar al paciente y suministrarle infor- tes co n espondiloarrritis, a diferencia de lo que ocurre en
mación que incluya las siguientes recomendaciones: pacientes con artritis reumatoide; sin embargo, podrían ser
• No realizar ejercicios que desencadenen dolor ni en fa- útiles en pacientes con artritis periférica y en otras afeccio-
ses activas de la enfermedad. nes extraarriculares.
• Realizar actividad física acorde a su situación. Mejor na-
tación o andar-pasear-correr. Terapias biológicas (antifactor
• Realizar ejercicios específicos que movilicen la muscu- de necrosis tumoral-a ]
larura de la espalda y del abdomen. Constituye un avance reciente en el tratamiento de los
• El calor y la hidroterapia son útiles. pacientes que no responden a los AINE. Se trata de anti-
• Son importante los hábitos de vida saludables, limi- cuerpos monoclonales (infliximab, adalimumab y gomi-
tar el alco hol, no fumar y reali zar una dieta equili- mulab) o antagonistas d el TNT-a (etanercept). Todos
brada. ellos, salvo el eranercept, que no presenta eficacia en las
• Es conveniente mantener posturas adecuadas en rodas formas enteropáticas, sirven para cualesqui era de las ma-
las actividades del día a día. nifestaciones clínicas de la enfermedad. Las apariciones
• Es importante no permanecer mucho tiempo en la mis- continuas de nuevos fármacos biológicos podrían revolu-
ma postura y realizar estiramientos cada hora si se pasa cionar aün más el tratamiento de las espo ndiloartropa-
mucho tiempo sentado o conduciendo. das. Los fármacos biológicos presentan las siguientes ca-
Urilizar almohadas no muy altas y usar colchón de con- racterísticas:
sistencia dura. • Son efectivos en rodas las manifestaciones clínicas de la
• Dormir lateralmente con las piernas semiflexionadas o enfermedad.
boca arriba con una almohada bajo las rodillas en caso • Mejoran la fatiga, funcionalidad y calidad de vida de los
de dolor. pacientes.
• Es importante mantener la espalda recta y usar sillones • Reducen los niveles de reactantes de la fase aguda.
con respaldo airo y sujetabrazos. • La eficacia es mantenida en el tiempo.
• Si se ha de coger peso, doblar las rodillas al agacharse, • Presentan buen perfil de seguridad.
evitando doblar la columna. • El tratamiento precoz permite más airas tasas de remi-
• Usar zapatos cómodos, ni demasiado altos ni bajos. sión (Sieper y Braun, 2012).
No se recomienda realizar trabajos que impliquen Hasta un 20-40% no responden al t ratamiento.
carga. • En caso de fracaso de un fármaco biológico, se justifica
• Acudir al especialista específico si se detectan manifes- el reemplazo por otro.
taciones sintomáticas extraarriculares.
Existen unas recomendaciones de empleo de estos fár-

o
macos dado su elevado precio, documentos realizados
La información al paciente es relevante, pues le ayuda a
por el grupo ASAS/EULAR (Assessment in Ankilosing
mejorar su calidad de vida.
Spondylitis !ntemational Society) y por la SER (Sociedad
Españo la de Reumarología) (Juanola, Zarco, Sanz, et
al., 2011).
Tratamiento farmacológico
El soporte farmacológico resulta fundamental.

Fármacos antiinflamatorios
El uso de anticuerpos monoclonales ha supuesto un gran
avance en el tratamiento de los pacientes que no respon-
o
no esteroideos den a los AINE.

Reducen con rapidez el dolor y la rigidez en un plazo de 48


a 72 horas. El 70 o/o de los pacientes responden de forma efi- PRONÓSTICO
caz al tratamiento. El tratamiento con AINE ha de ser adap-
tado a las características del riesgo digestivo y cardiovascular Aunque variable de unos pacientes a otros, el pronóstico
del paciente y se prescribirá a la menor dosis eficaz posible y ha mejorado en los últimos años; quizás esto sea achaca-
durante el menor tiempo necesario. Se podrían utilizar los ble a las nuevas terapias y al diagnóstico precoz. Precisa-
inhibidores de la COX-2 como celecoxib (400 mg/24 ho- mente el pronóstico va a depender de la prontitud en ser
ras) o eroricoxib (90 mg/24 horas) si hay riesgo digestivo; en diagnosticado. Aunque la anquilosis completa es relativa-
caso de riesgo cardiovascular es preferible usar naproxeno mente baja, las formas de aparición a menor edad presen-
41 • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías inflamatorias 535

tan peor pronóstico, al igual que el hecho de ser varó n, y

o
La enfe rmedad presenta una evolución en brotes con fa-
aquellos pacientes que tienen artritis periférica de cadera.
ses alternantes de síntomas y períodos asintomáticos.
La falta de respuesta a los A INE igualme nte empeora el Es conveniente eva luar la respuesta al tratamiento cada
pronóstico. El aumenro ligero de la mortalidad en los pa- 3 o 4 meses mediante diferentes escalas de medición del
cientes viene condicionado por las mani festacio nes extra- dolor, func ionalidad y calidad de vida, y de la di sminución
articulares como amiloidosis, ao rtitis y co m plicacio nes de los reacta ntes de la fase aguda.
neurológicas .

• RESUMEN

• Las espond iloa rtropatías seronega tivas consti tuyen un • El diagnóstico precoz es fundamental para evitar el daño
grupo de enfermedades reumatológ icas crónicas e infla- estructu ra l que acontece en fases avanzadas y los nuevos
ma torias relativamente raras y que tienen en común el he- fármacos evitan el progreso de la enfermedad . En este
cho de presentar el factor reumatoide negativo. sentido, el poder dete rminar las características de l dolor
lumbar inflama torio es importa nte para lograr actuar
• La s uperposición de signos y síntomas es lo que a veces no per-
pronto. Las medidas no farmacológicas son tan importan-
mite diferenciar unas de otras. Aunque presentan una serie de
tes como las no fa rmacológicas, y el tra ta miento rehabili-
síntomas comu nes como sacroilitis, artritis periférica, entesi-
tador es fundamen tal.
tis, dactilitis y manifestaciones sistémicas, están ligadas al an-
tígeno HLA-B27y tienen un fuerte componente genético.

cspoguia/daros_gcncrales_docum en to_ll en ridadcs_cola bo-


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA radoras.php
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diloartriris. Disponible en: hrrp://www.ser.es/pracricaCiinica/ cana.

~ ASPECTOS A RECORDAR - PREGUN TAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cómo definiría las espondiloartropatías seronegativas? 7. ¿Para qué s irven los criterios de clasificació n de las espon-
diloa rtropatías?
2. ¿Qu é tienen todas en común ?
B. ¿Es im portante el ejercicio en estos pacientes? ¿Cuáles?
3. ¿Sólo existen alteraciones osteoarticulares?
9. ¿Sirven los AIN E como tratamie nto farmacológico?
4. ¿Hay pruebas de laboratorio co ncluyentes?
10. ¿Qué ha s upuesto el tratamie nto con las nu evas terapias
5. ¿Sirven de algo las pruebas de imagen para su diagnóstico? biológicas?

6. ¿ Por qué es importa nte un diag nóstico precoz? 11. ¿ Ha emp eorado el pronóstico e n estos pacie ntes?
S. Gil Orozko

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Tener conocimiento sobre la fisiopatología de esta entidad nosológica.


• Tener conocimiento sobre los factores de riesgo relacionados con la artropatía degenerativa.
• Conocer las características clínicas de esta enfermedad.
• Conocer las bases de su diagnóstico.
• Profundizar en los diferentes tipos de tratamientos actuales.

INTRODUCCIÓN
Factores generales
Edad
La artropatías degenerativas son afecciones articulares muy Género
frecuentes, caracterizadas por un deterioro y destrucción Factores genéticos
Raza/etnia !--
progresivo del cartílago articular que provoca una altera- Dieta
Otras enfennedades
ción estructural y funcional de la articulación. A diferen-
cia de las artritis, inicialmente no existe inflamación de los
elementos articulares. Dentro de las artropatías degenera- Progresión
tivas la más frecuente es la artrosis {denominada en inglés Lesión de cartílago inicial Artrosis
osteoarhtritis), que afecta particularmente a las articulacio-
nes de tipo sinovial.
Las enfermedades musculoesqueléticas son la segunda Factores locales
Traumatismos
causa más frecuente de discapacidad actualmente. Entre Ocupación
ellas, la artrosis afecta a unos 40 millones de personas en Deporte
Fuerza muscular
Europa y representa un tercio de las causas de dolor cróni- Desalineación
co moderado a severo (la epidemiología se ha desarrollado Dismetrias
con más detalle en el capítulo 39, apartado Artrosis) . El
Figura 42-1. Etiología multifactorial de la artrosis.
aumento de la esperanza de vida, unido al continuo incre-
mento de la obesidad registrado en las últimas décadas, ha
provocado un dramático incremento tanto en la prevalen- gía es de tipo multifactorial y se han identificado varios
cia como en la incidencia de esta enfermedad. factores de riesgo que, en ocasiones de modo aislado, y ha-
bitualmente en conjunto, llevan a la articulación a un pro-
ceso de degeneración (Fig. 42-1). Por este motivo, se de-

o Como consecuencia de la artrosis los pacientes presen-


tan dolor, rigidez, incapacidad funcional articular, defor-
midad y otros síntomas que afectan a su calidad.
nomina a esta patología síndrome artrósico.
Edad. La prevalencia de la artrosis aumenta significativa-
mente con la edad, particularmente a partir de los 40 años.
No se conoce el mecanismo exacto responsable de dicho in-
cremento, aunque parece estar relacionado con la disminu-
ETIOLOGÍA ción de la capacidad de la articulación de responder a las car-
gas y a las lesiones, a los cambios biológicos como la senes-
Aun siendo una patología muy frecuente, no se conoce cencia celular, a la disminución del control muscular, debi-
una causa única; por el contrario, parece ser que la etiolo- do a la sarcopenia, o al incremento del recambio óseo.

537
538 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

la rotura del ligamento cruzado anterior (véase el capítu-

o A pesa r de que la artrosis es una patología asociada a la


edad, es importante destacar que alrededor de un 60 %
de las personas afectadas son menores de 65 años.
lo 24) está asociada a un incremento en la presentación de
artropatía degenerativa de la rodilla, tanto a medio como
a largo plazo, particularmente si se acompaña de rotura del
menisco y/o del cartÍlago articular (véase el capítulo 25).
Sexo. Aunque se desconoce el motivo, el porcentaje de Tanto la inestabilidad provocada por la rotura del ligamen-
mujeres afectadas de artrosis es mayor que el de hombres. to como la magnitud de la fuerza del traumatismo inicial,
Dicha diferencia es particularmente significativa en las ar- las lesiones osteocondrales iniciales, el sangrado intraarti-
ticulaciones interfalángicas distales y en la rrapeciometa- cular (hemamosis) y la liberación de sustancias inflamato-
carpiana de las manos, y en la rodilla. Adicionalmente, las rias (como citocinas y proteasas) son las responsables de la
mujeres presentan una mayor severidad en la sinromarolo- aparición de la artrosis.
gía, fundamentalmente después de la menopausia. Por este Ocupación. En las personas que han trabajado duran-
motivo, se ha asociado la progresión de la enfermedad con re muchos años con cargas, especialmeme en los granjeros,
la cantidad de estrógenos circulantes. Sin embargo, esta se ha observado un elevado porcentaje de casos de coxar-
afirmación no ha sido confirmada. trosis. La relación en otro cipo de ocupaciones, debido a las
Raza/etnia. Se ha observado una mayor frecuencia, así implicaciones económicas que pudieran tener los resulta-
como una mayor severidad, de la artrosis de rodilla en per- dos, no ha sido esclarecida.
sonas de raza negra. Además, en personas de origen chino Deporte. La relación entre la práctica de ejercicio físi-
se ha observado una mayor prevalencia de artrosis que en co/deporte y la aparición de artrosis está asociada al tipo
personas de raza blanca. de actividad y a la intensidad con la que se practica. Así, el
Factores genéticos. Existen familias con un elevado ejercicio físico moderado no produce un aumenro en la
porcentaje de miembros que padece artrosis, lo que hace prevalencia; como tampoco aparecen mayores tasas de ar-
pensar en un factor etiológico genético. No obstante, es di- trosis en las extremidades inferiores en los corredores d e
fícil determinar si el origen radica en la genérica o en los fondo. Contrariamente, se ha observado un porcentaje ele-
hábitos y costumbres familiares. De cualquier modo, exis- vado de artrosis de rodilla en otros deportes, particular-
ten determinadas patologías degenerativas articulares aso- mente en el fútbol. Este hallazgo es debido al elevado por-
ciadas a los genes. centaje de futbolistas que han sufrido lesiones moderadas
y graves en esta articulación, como las roturas del menisco

o Los factores genéticos son responsables de un 60% de


las artrosis de cadera y un 40% de la artrosis de rodilla .
y las roturas de los ligamentos cruzados. También, en otro
tipo de deportes la prevalencia de artrosis de cadera es mayor,
como en el balonmano, en deportes de raquera y en el fiítbol;
probablemente debido a microrroturas del cartílago articular
Obesidad. El exceso de peso ha sido involucrado en la producidas por los movimientos de flexión y rotación a las
aparición de artrosis, especialmente de la rodilla, debido a que están sometidas las articulaciones.
la sobrecarga mecánica de la articulación. El aumento en Fuerza muscular. La debilidad muscular es un factor
5 unidades en el índice de masa corporal, se asocia a un in- predisponente para la aparición de lesiones, fundamenral-
cremento en el riesgo de padecer artrosis de rodilla del mente de la rodilla, que puede derivar en la degeneración
35%. Del mismo modo, se ha observado que la pérdida de de la articulación.
peso mejora la sinromatología y la progresión de la enfer-
medad. Así, la pérdida de 5 kg de peso produce una dismi-
nución del riesgo de padecer artrosis de rodilla a la mitad.
En cambio, también se ha asociado la obesidad con la ar-
La debilidad muscular predispone a la aparición de lesio-
nes, fundamentalmente de la rodilla.
o
trosis de las manos, que podría deberse a factores metabó-
licos e inflamarorios sistémicos. Alineación. Las desalineaciones en las extremidades in-
Dieta. Estudios recientes han asociado la aparición de feriores son un importante factor de riesgo en la aparición
artrosis con unos niveles bajos de ingesca de vitamina D, de la enfermedad. Como ejemplo, tanto el gemt varo como
vitaminas antioxidantes (vitamina C y E) y vitamina K. el genu valgo están relacionados con la artrosis en la ro-
Sin em bargo, los resultados no son aún concluyentes y dilla.
tampoco se ha observado que ingestas superiores disminu- Dismetría en las extremidades inferiores. También
yan el riesgo de padecerla. las dismetrías de más de 2 cm en las extremidades inferio-
Traumatismos. Las fracturas imraarticulares, particu- res se han asociado a un mayor riesgo de padecer artrosis
larmente las que se curan con incongruencia en la superfi- en la rodilla, probablemente debido a la sobrecarga en la
cie articular, son un claro factor de riesgo para la aparición articulación.
de artrosis. Incluso traumatismos menores pueden aumen- Por otro lado, diversas enfermedades pueden tener
tar el riesgo de padecer artrosis a lo largo de la vida. Por como estadio final la aparición de artrosis en la articula-
otro lado, en el caso particular de la rodilla, la meniscecto- ción afectada, como son ciertas malformaciones congéni-
mía parcial, y en especial la meniscectomía total, son tam- tas (síndrome de hipermovilidad, displasias óseas), artritis
bién razones para la aparición de artrosis. Adicionalmente, previas (particularmente las artritis sépticas debido a la in-
42 • Artropatías dege nerativas : estudio general del síndrome artrósico ... 539

fección), las artritis por cristales y otras arrroparías asocia- pueden ser las responsables del inicio de la enfermedad, in-
das a enfermedades. cluso previo a la aparición de los primeros sínromas y a los
cambios físicos y rad iográficos. Dichas sustancias, conoci-
das en conj unto como marcadores biol6gicos, están sien-
PATOGENIA
do investigadas como método de d iagnóstico y posibles
Con el o bjeüvo de mantener una correcta movilidad y es- vías terapéuticas de esta enfermedad, y son, entre otros, el
tabilidad, las articulaciones dependen de una estructura y cartilage oligomeric matrix protein (COMP), C-telopeptide
una composición tisular panicular, compuesta por el gro- oftype JJ collagen (CTX-II), byaluronan, kemtan sulfate, las
sor y la estructura d el carrílago arricular, la fuerza d el hue- metalopro reinasas, etc. (véase el capítulo 39, apartado Ar-
so adyacente y los ligamentos periarriculares, unido a la trosis) .
fue rza muscular y el control neuromuscular de la arricula-
ción (véase el capítulo 1).
Los tejidos que componen las arriculaciones, incluyen-
do el cartílago, están continuamente en u n equilibrado
Actualmente, parece que existen pruebas suficientes
como pa ra afirmar que el sistema endocannabinoide ce-
o
rebral regula todo el proceso de degeneración articular.
p roceso de reparación y destrucción. La artrosis ocurre
cuando existe un desequilib rio entre ambos, generalmente
en situaciones en las que la carga mecánica excede la carga SINTOMATOLOGÍA DE LA ARTROSIS
que puede tolerar el tejido arricular.
El origen de la arrrosis se centra en la afectación inicial Cabe resaltar que no es infrecuente que la sintomatología
del carrílago. Se ha observado un aumento en el co nteni- no se acompañe paralelamente con cambios radiográficos
do acuoso del carrílago en las fases iniciales, seguido de un ni anatomopatológicos. En este senrido, algunos pacientes
ablandamiento, fis uración y adelgazamiento de su superfi- presentan u na sintomatología importante con cambios ra-
cie (véase el capítulo 3) . El hueso situado en la parre inme- d iográficos moderados, y otros presentan una si ntomato-
diatamente inferior al cartílago (hueso subco ndral) trata logía leve a pesar de mostrar cambios radiográficos relevan-
d e superar el aumento de la carga por medio del incremen- tes. Es también característica la cronicidad y la progresivi-
to en la dens idad (esclerosis sub co ndral) y la fo rmación de dad de la enfe rmedad, au nq ue la velocidad en la que los
un exceso de hueso en forma d e osteofitos, que son inicial- síntomas se van agravando puede variar entre los pacien-
mente formados a parrir de carrílago que se osifica, y apa- tes; la progresión en algunos pacientes es lenta y en otros,
recen en el margen de la articulación, cerca de las insercio- más acelerada.
nes de la cápsula arricular y de los ligamentos. Finalmen- El dolor es la presentación más habitual y el síntoma co-
te, cuando se produce una pérdida del grosor toral del car- mún en la artrosis de diferentes localizaciones. Los pacien-
tílago, el hueso subcondral queda expuesto a la cavidad ar- tes lo describen como un dolor sordo, profundo y poco de-
ticular y pueden aparecer quistes o cavid ades (geodas). La fi nido, difuso. Es un d olor localizado en la articulación
artrosis no se limita únicamente a la afectación del cartíla- afectada, aunque puede irradiarse. El dolor aumenta con
go y del h ueso, sino que las estructuras adyacentes sufren la utilización de la articulació n y d isminuye con el descan-
cambios, aparentemente, con la inrención d e superar el ex- so. En los casos avanzados existe dolor en el reposo e inclu-
ceso y la desigual distribución de las cargas en la arricul a- so por la noche. En ciertos momentos, el pacienre puede
ción. De este modo, el tej ido sinovial muestra inflamación sufrir episodios críticos con un aumento del dolo r y, oca-
(sinovitis), engrosamienro y fibrosis posterior que confiere sionalmente, derrame articular.
a la articulación un aspecto inflamatorio en ausencia de Además, la arrrosis se caracteriza por rigidez, especial-
derrame articular. La cápsula articular puede p resentar en- menre tras períodos largos de descanso, por lo que es habi-
grosamiento y co ntractura. También los ligamentos y los tual la rigidez matutina, que mejora con la movilización a
tendones sufren cambios degenerativos con adelgazamien- lo largo de la mañana.
to, pérd ida de fuerza tensil y elongación. Del mismo modo, los pacienres presentan incapacidad
funcio nal, d ism inución del rango de movimienro e infla-
mación de la articulación debido a la inflamación y al en-
La articulación artrósica presenta dismin ución del grosor
y pérdida del cartílago articula r, que provoca una dismi- grosamiento de los tejidos periarticulares y, en los momen-
nución del espacio articular, esclerosis del hu eso sub- tos de crisis en la sinromatología, puede asociarse a infla-

o condral, con formación de quistes y osteofitos en la peri-


feria de la articulación, engrosamiento sinovial, deformi-
dad articular y laxitud articular ; todo esto desencadena
una destrucción prog resiva que produce deformidad físi-
mación debida a un derrame articular.
En estados avan zados se acompaña también de crepita-
ción e incluso bloqueo de la articulació n. La deformidad
articular es también característica en la artrosis, y es debi-
ca y funcional.
da al proceso de degeneración. En ocasiones, en sus fases
tardías, puede aparecer inestabilidad articular debida a la
Por ocro lado, estudios recientes indican que en el mo- pérdida del cartílago articular y a la pérdida de h ueso, al
mento inicial de la lesión se produce una liberación de di- engrosamiento y contractura de la cápsula articular y a la
ferentes sustancias y moléculas inflamatorias por parte del debilidad muscular; incl uso p ueden aparecer subluxacio-
cartílago y det hueso al líquido sinovial y a la sangre, q ue nes y luxaciones articulares.
540 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Nódulo de Heberden
El dolor es el síntoma común en la artrosis, y la forma de

o presentación más habitual.


La artrosis se caracteriza por rigidez matutina, que me-
jora con la movilización a lo largo de la mañana.
1
DIAGNÓSTICO
Una anamnesis y exploración física correctas, junto con la
radiografía convencional en proyecciones anteroposterior
y lateral, pueden ser suficientes para realizar el diagnóstico
de la artrosis. Además, la resonancia magnética es una téc-
nica diagnóstica muy interesante debido a su aira capaci-
dad para determinar los cambios en los tej idos blandos
como el cartílago. Sin embargo, su utilización en la prácri- Figura 42-3. Articulación interfalángica dista l con nódulo de He-
ca clínica no está extendida. berden y flexión fija, y nódulo de Bouchard en la articulación inter-
Por otro lado, existen publicados varios cuestionarios falángi ca proximal, esta última con una pequeña erosión cutánea.
utilizados para el diagnóstico clínico, por ejemplo, el cues-
tionario W0h1AC (Wéstem Ontario and Jv!cMaster Uni- PRINCIPALES LOCALIZACIONES
versities Arthritis lndex), traducido al español, y los diferen-
tes cuestionarios de la Academia Americana de Reumaro- Una vez finalizado el estudio del síndrome artrósico, a
Iogía (ACR). continuación se tratará en profundidad el desarrollo de lo
No existe un patrón definido en relación con el núme- que acontece, siguiendo las principales localizaciones.
ro ni el orden de aparición de hallazgos que es posible en-
contrar en una radiografía de una articulación afectada Artrosis de la mano
con artrosis. Sin embargo, en los casos avanzados es habi- Las articulaciones interfalángicas distales de las manos son
rual encontrar rodas las características. El hallazgo más ha- un sitio predilecto para esta enfermedad, particularmente
birual , y generalmente el inicial, es la disminución del es- en las mujeres (véase el caso clínico 42-2). Como en el res-
pacio articular debido a la pérdida en el cartÍlago articular; to de las localizaciones, se aprecia una disfunción funcional
además, aparecen quistes subcondrales (geodas), esclerosis con disminución en el rango de movimiento, rigidez, dolor,
subcondral, osteofitos en los márgenes de la articulación, inflamación y deformidad en flexión fija (Fig. 42-2). Ade-
deformidad y alteración en el eje d e la articulación. En más, debido a la proliferación de osteofitos y a la inflama-
ocasiones puede aparecer incongruencia arricular o sublu- ción de los tejidos circundantes, son típicos, en la superfi-
xación. En casos muy avanzados se puede producir una de- cie dorsal d e las articulaciones, los nódulos de Heberden
generación de la articulación tal que se hace difícil demarcar en las articulaciones distales y en menor proporción los
los márgenes óseos que habían conformado la articulación. nódulos de Bouchard en las interfalángicas p roximales
En los últimos años se está investigando en diferentes ti- (Figs. 42-3 y 42-4).
pos de biomarcadores que en su mayoría son moléculas La rizarrrosis o arrrosis de la articulación trapeciometa-
pertenecientes al cartílago e incluso a otros tejidos periar- carpiana (véase el caso clínico 42-1), que está si ruada entre
ticulares y en el futuro es posible que sean utilizados como
diagnóstico, en investigación y como tratamiento.

Fig ura 42-2. Imagen típica de artrosis bilateral en las articulac io- Figura 42-4. Artrosis en la articulaciones trapeciometacarpiana e
nes interfalángicas distales e interfalángicas proximales. ínterfaláng ica distal en la mano derecha. ·
42 • Artropatías degenerativas : estudio general del síndrome artrósico ... 541

el hueso trapecio y en el primer metacarpiano, afecta a la


base del pulgar produciendo deformidad y disfunción ar-
ticular (Fig. 42-4). Es típico que exista dolor predominan-
Ante un paciente con dolor de cadera localizado o irradia-
do a la ingle, nalga, muslo y rodilla. hay que descartar
o
siempre artrosis de cadera.
temente en el inicio de la enfermedad y que el dolor sea
más moderado en los estadios en los que la deformidad es
mayor. Existe dolor en la movilización del pulgar, sobre
codo en la realización de la pinza entre el pulgar y el dedo Artrosis de la rodilla
índice y también en la oposición (acercamiento del pulgar Siendo la rodilla una articulación superficial, los cambios
al dedo meñique). Habitualmente, la artrosis en esta loca- degenerativos se muestran evidentes en la exploración. En
lización cursa en forma de broces de sintomarología inter- la rodilla afectada se puede observar un aspecto inflamado
calados con períodos de mejoría clínica. Cuando la enfer- y engrosado, con pérdida del contorno habitual, además
medad está avanzada se observa una deformidad en forma de deformidad, con flexión fija y, por lo tanto, disminu-
de ((Z»; esto es, con una hiperexcensión de la articulación ción de la extensión, pero también disminución en la fle-
mecacarpofalángica y flexión de la interfalángica distal. Ade- xión (véase el caso clínico 42-3). Es habitual la aparición
más, debido a la disminución de la utilización de la articu- de deformidad tanto en varo como en valgo de la rodilla
lación suele asociarse a hipotrofia de la musculatura cenar. cuando la enfermedad avanza. En los episodios de crisis
puede existir derrame articular con su consiguiente sinro-
matología adicional.

o Las articulaciones interfalángicas distales de las manos


son lugar de asiento característico de artrosis, funda-
mentalmente en mujeres. En la gonartrosis es típica la rigidez matutina y la crepi-
!ación con el movimiento de flexoextensión.
o
Artrosis de La cadera
En la artrosis de esta localización se encuentra afecta la ar- Artrosis de la columna vertebral
ticulación coxofemoral; esto es, la articulación entre el En la columna vertebral la artrosis, conocida como espon-
hueso coxal (de ahí su denominación ((coxo->>), concreta- díloartrosis, puede afectar a las articulaciones facetarias y a
mente el acetábulo, y la cabeza del fémur (((-femoral>•), por las articulaciones discovercebrales (entre el cuerpo verte-
ello se le denomina coxartrosís (Fig. 42-5) . El síntoma cla- bral y el disco inrervercebral). En ambos casos, la si ntoma-
ve en la artrosis de cadera es el dolor, que puede estar loca- tología típica es el dolor y la rigidez. Además, en los casos
lizado en la zona de la cadera o irradiarse a la ingle, nalga, en los que existe una gran proliferación d e osteoficos, éstos
muslo y rodilla (véase el caso clínico 42-4) . Algunos pa- pueden pinzar raíces nerviosas y provocar sintomatología
cientes únicamente refieren dolor en la rodilla. Debido a de tipo radicular. La menor movilidad de la columna ver-
que es una articulación profunda, no son habituales los ha- tebral dorsal, debido a la estabilidad conferida por las cos-
llazgos físicos locales. Sin embargo, los pacientes pued en tillas, provoca que la artrosis renga una predilección por el
mostrar d esde el inicio disminución en la rotación interna segmento cervical, y sobre todo el lumbar, consecuencia de
de la cadera, particularmente cuando se explora con la cade- la mayor carga que deben soportar las vértebras en esta loca-
ra en flexión. Cuando la enfermedad está más evolucionada lización. Las artrosis de las articulaciones facetarias son com-
se aprecia deformidad en la cadera flexión fija, rotación y plicadas de visualizar en la radiografía, debido a la irregula-
aducción, con acortamiento de la extremidad inferior. ridad anatómica y a la superposición de estructuras óseas en
la parte posterior de las vértebras (Fig. 42-6); sin embargo,
los cambios que se observan en las articulaciones discover-
cebrales son más fácilmente identificables. Los osteofiros

Figura 42-6. 1magen de las articulaciones facetarias de artrosis cer-


Figura 42-5. Coxartrosis bilateral. vical. Radiografías normal a la izquierda y patológica a la derecha.
542 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Figura 42-8. Artrosis de la articulación escapulohumeral del hom-


bro derecho.

Tratamiento conservador
El tratamiento conservador requiere atención a diversos as-
pectos.

Modificación de los hábitos de vida


Figura 42-7. Artrosis de la columna lumbar con osteolito. Poco se puede hacer en relación con aquellos factores de
riesgo no modificables asociados a la aparición de la arrro-
sis, como son la edad, el sexo, los traumatismos sufridos,
en esta localización, a diferencia del resto de las artrosis, no etc. Sin emba rgo, existen factores que pueden ser modifi-
son d e carácter redondeado, si no picudo, y aparecen e n el cados, como la obesidad. La pérdida de peso está asocia-
m argen superior e inferior del cuerpo de la vértebra en d a a la progresión de la enfermedad y a una mejoría signi-
direcció n ascendente y descenden te, respectivame nte ficativa en la sinromatología, principalmente e n los pa-
(Fig. 42-7). cientes con artrosis en las extremidades inferiores y en la
columna vertebral. No obstante, debe señalarse q ue es ne-
cesaria una pérdida de un mínimo del 5 o/o en 20 semanas

o La es pondiloartrosis se asienta. particularmente, en la


columna lumba r y produce cuadros clínicos de dolor ra-
dicular.
para que el tratamiento sea beneficioso.
Es aconsejable, también, en los pacientes la modificación
de los hábitos diarios, de la actividad laboral [(B el vídeo 42-1)
y de la actividad fisica que les produzca dolor y deterioro
Los paciem es pueden presemar artrosis en cualesquiera articular, como pueden ser: trabajar de rodill as, realizar ejer-
del resto de las articulaciones sinoviales, tales como el hom- cicio físico en exceso, levantar pesos, etc. Es además aconse-
bro (Fig. 42-8), codo y tobillo; aunque ocurren con menor jable reducir la velocidad y la duración de las rareas que se
frecuencia y en muchas ocasiones producidas por un trau- realizan a lo largo del día, ut ilizar calzado apropiado, ayu-
m atismo articular importante. También debe destacarse que darse de un bastón para la deambulación, utilización de un
no en pocas ocasiones los paciem es muestran un parrón ar- alza/planrilla en las dismetrías de extremidades infe riores,
crósico poliarricular, con afectación d e varias articulaciones elevación d e la altura de la siJia o el sofá en la artrosis de ca-
que siguen un patrón de progresión diferenciada. dera y rodilla y la utilización de sillas ergonómicas en las per-
sonas con artrosis de columna vertebral, así como una re-
TRATAMIENTO d ucción d e la duración de la actividad laboral que suponga
un gran número de horas en posición sentado, ere. Las per-
La artrosis es una enfermedad que puede llegar a ser inva- sonas con artrosis en las articulaciones de las manos, princi-
lidanre debido al dolor, la rigidez y la incapacidad fun cio- palmeme con rizartrosis, pueden beneficiarse de la colocación
nal que produce. D e este m odo , el tratamiento tiene un de una orresis en los episodios d e mayor sintomarología.
triple objetivo: mejorar la sintomatologfa, mejorar la mo-
vilid ad articular o, al menos, evitar que empeore, y reducir
la discapacidad. Las diferentes opciones terapéuticas pue-
den dividirse en dos grandes grupos: tratamien to de tipo
La pérdida de peso y los cambios en los hábitos la bora-
bles y de ac tividad física mejoran s ignificativame nte la
sintomatologia de los pacie ntes con a rtrosis.
o
conservador y tra tamiento q uirúrgico.
42 • Artropatías degenerativas: estudio general del síndrome artrósico ... 543

tipo aeróbico y ejercicios realizados en el agua producen


Fisioterapia y ejercicio físico mejorías similares al tratamiemo analgésico farmacológico.
El beneficio de los métodos fisiorerapéuricos en esta patología En relación con el tipo de ejercicio, en el grupo de los
se basa en la disminución del dolor, aumento de la movilidad ejercicios de fuerza, no se han observado diferencias entre
y aumento de la fuerza muscular. Pueden utilizarse los dife- los ejercicios de tipo isotónico, isométrico, isocinético o
rentes tipos de terapias agrupados en cuatro modalidades: ejercicio realizado con la articulación sin carga de peso. La
• El calor, por medio de la utilización de diferentes técni- mayoría de los ejercicios realizados para la artrosis de rodi-
cas como los rayos infrarrojos, baños de parafina (en la lla se han centrado en la muscula tura del cuádriceps. No
artrosis de la mano), onda corta, magnetoterapia, mi- obstante, los paciemes refieren un mayor beneficio cuan-
croondas o lasenerapia, produce una mejora en el do- do se trabaja la musculatura de la extremidad completa.
lor, la movilidad anicular y la inflamación. El ejercicio aeróbico produce una significativa mejora
en la sintomatología referida por el pacieme. Caminar, an-

o La balneoterapia es beneficiosa en pacientes con afecta-


ción de varias articulaciones.
dar en bicicleta y nadar pueden ser opciones inreresantes
para el pacienre artrósico. Además de contribuir al mante-
nimiemo de la movilidad de la articulación, el ejercicio ae-
róbico, junto con una dieta adecuada en la persona con
• La esrimulación eléctrica rranscutánea ha sido utilizada obesidad, contribuye a la disminución del peso corporal.
para la disminución del dolor. Sin embargo, recienre- Además, el ejercicio aeróbico, particularmeme aquél reali-
mente no se ha observado mejoría con su utilización en zado en grupos de personas, tiene un efecto positivo signi-
varios estudios, por lo que se considera necesaria la rea- ficativo en el aspecto psicológico de la persona.
lización de más investigaciones.
• Terapias dirigidas a la movilización de las articulaciones
por medio de las movilizaciones activas y pasivas ayu-
dan a mantener el rango de movimiento de la articula-
ción l® vídeos .42-2 y .42-3). Estas terapias pueden aso-
Teniendo en cuen ta el estadio de la degeneración articu-
lar individual, los pacientes deben ser todo lo activos que
les permi ta su condición, tratando de alcanzar el objetivo
o
general de realizar ejercicio físico aeróbico moderado-in-
ciarse a las terapias descritas anteriormente. tenso durante 150-300 minutos/semana.
• Ejercicios dirigidos a mantener la fuerza de la muscula-
tura responsable de la estabilidad de la articulación; es
particularmente importante recuperar la fuerza de la Caminar es un ejercicio fácil, que no requiere de instala-
musculatura paraverrebral, en la artrosis de la columna ciones ni equipamiento específico. Los pacientes deberán
vertebral, y de la musculatura de la parte anterior (mús- determinar la distancia adecuada en función de la aparición
culo cuádriceps) y posterior (músculos isquiotibiales) del de los síntomas. Para la artrosis de rodilla y cadera, el ejerci-
muslo, en las personas afectadas de artrosis de la rodilla. cio de elección puede ser andar en bicicleta (estática para los
no habituados, pero puede ser al aire libre en los experimen-
Además de las citadas terapias más localizadas en la articu- tados), particularmente si caminar provoca dolor e inflama-
lación, el ejercicio físico es una de las herramientas tera- ción. Con el ejercicio del pedaleo mejora la movilidad y se
péuricas más interesantes; ya que es coadyuvante, además, trabaja particularmente la musculatura de la parte anterior
de los diferentes tratamientos médicos y quirúrgicos. La del muslo (músculo cuádriceps); por este motivo, es conve-
musculatura circundante a la articulación es la que contro- niente trabajar adicionalmente la musculatura de la parte
la tanto la movilidad como su estabilidad. Por lo tanto, es posterior del muslo (musculatura isquiocibial) con ejercicios
muy importante mantener la musculatura que, además, al isométricos o conrrarresistencia. La natación es un ejercicio
mejorar la movilidad facilita la nutrición del líquido sino- adecuado para todo tipo de artrosis, fundamentalmente si se
vial por parte del cartílago articular. realiza en piscina de agua caliente, ya que mejora la movili-
En diferentes estudios se ha observado que el ejercicio dad sin la carga del peso corporal. Sin embargo, para que sea
físico produce un gran beneficio tanto en el dolor como en beneficioso este tipo de actividad, debe estar restringida a las
la función física en los pacientes que lo realizan en compa- personas que tengan conocimientos de natación y sean ca-
ración con los que no lo realizan. El beneficio del ejercicio paces de nadar de un modo relajado. También otros tipos de
físico ha sido demostrado incluso en paciemes con la de- ejercicios realizados en el medio acuático mejoran el dolor y
generación articular muy avanzada, hasta en paciemes que la movilidad, en ausencia de la carga del peso corporal.
esperan la sustitución de la articulación por una prótesis.
El ejercicio realizado en descarga de peso está especial-

o
mente indicado en la gonartrosis.

o Una combinación de ejercicios de fuerza, flexibilidad y


ejercicio aeróbico es lo más efectivo en el tratamiento de
la artrosis de la extremidad inferior.
Si el dolor o la inflamación aumentan durante o después
de la noche posterior o al día siguiente de la actividad fí-
sica, es indicador de que el programa ha sido demasiado
intenso y es necesaria la revisión de los ejercicios, su in-
tensidad, su frecuencia, los tiempos de descanso, el
Respecto al dolor se ha observado que diferentes tipos modo de la realización, etc.
de ejercicios como los ejercicios de fuerza, ejercicios de
544 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico (GEl véase el Anexo 1. Farma-
cología del sistema musculoesquelético, a partado Tra tamien-
La evidencia cie ntífi ca actualmente disponible permi te
recome ndar la utilización de plasma rico en factores de
crecimiento (PRGF-Endoret111 ) en el manejo clínico del pa-
ciente artrósico.
o
to de la artrosis) se centra en la disminución d el dolor, que
en ocasiones puede ser incapacitante para los pacientes. D e
este modo , puede comenzarse con analgésicos del cipo del
paracetamol y si es necesario asociarlo a codeína (GEl véase Tratamiento quirúrgico
el Anexo 1. Farmaco logía del sistema musculoesqu elético, D ebido a que la severidad de la sinromatología puede ser
apartado AINE). ciertam ente invalidanre en algunas personas, el tratamien-
Es tá muy extendida la utilización de anti inAamatorios to final en ocasiones es quirúrgico. Existen diferentes m o-
no esteroideos orales; sin embargo, muchos pacientes no dalidades de tratamiento quirúrgico ; se d etallarán a conti-
refieren mejoría y están, además, asociad os a efectos secun- nuación los m ás habi tuales. Del mismo modo, la eviden-
darios importantes, por lo que su utilización debería estar cia científica actualmente disponible permite recomendar
más individualizada y ser más restringida. No obstante, los la utilización de plasma rico en factores de crecimiento
an tiinAamatorios n o esteroideos aplicados de forma tópi- (PRGF-Endoret®) para la reparación quirúrgica del cartÍ-
ca en la articulación de la rodilla han demostrado mejora lago (Sánchez, Fiz, Azofra, et al., 20 14).
en el dolor de los pacientes. Además, fármacos de más re- Desbridamiento articular. Es una limpieza a rticular
ciente implantación, como los inhibidores de la ciclooxi- que p ued e realizarse por medio d e arrroscopia o por ciru-
genasa II (COX-2), el celecoxib y el rofecoxib, producen gía abierta para la extirpación de osteofitos, cuerpos lib res
una m ejora en la sintomatologfa de la artrosis (GEl véase el intra rticulares, lavado de las partes de cartílago fragmenta-
Anexo 1. Fa rmacología de l sistema musculoesquelético, apar- do, y puede asociarse a perforaciones del hueso subco n-
tado Diacereínal. dral, con el objetivo de mejorar la sinto matologfa.
Las inyecciones d e ácido hialurónico (GEl véase el Anexo Osteotomía. Consiste en seccionar parte del hueso para
Farmacología del sistema musculoesqu eléti co, a partad o Ácido reducir o reconducir las cargas que recaen sobre la articula-
hialuróni co) en el espacio intraarticular pueden m ejorar la ción. Debe practicarse en los estadios iniciales para aliviar el
sintoma tología en la artrosis precoz sin q ue existan reac- dolor, mejorar la movilidad y limi tar la progresión del dete-
ciones sistémicas adversas. También la inyección intraarri- rioro articular. No es una técnica muy utilizada, aunque ha
cular de corticoides (GEl véase el Anexo 1. Farmacología del sido practicada sobre todo en pacientes más jóvenes en la ar-
sistema musculoesq uelético, aparta do Glucocorticoides) pue- t iculación de la rodilla, principalmen te como método co-
de mejorar el dolor; sin em bargo, su u ti lizació n no está rrector de u n gemt varo o un gemt valgo importante.
aconsejada de m anera rutinaria, debido a que han sido aso- Artroplastias. Se basan en la sustitución parcial o total
ciados a la progresión de la a rtrosis. de la articulación (GEl véase vo l. 11, capítulo 6; estas últimas son
Actualmente se está investigando la utilización de múlti- más frecuentes, con sustitución de ambos extremos óseos de
ples m oléculas que pueden afectar a la progresión d e la enfe r- la articulación. Son particularmente frecuentes en las articu-
medad , como los bifosfonatos (GEl véase el Anexo 1. Farmaco- laciones de la rodilla y la cadera, aunque rambién se realizan
logía del sistema musculoesq uelético, apartado Bifosfonatos), in- en otras como el codo, muñeca, tobillo, ere. Las prótesis de
hibidores de los osteoclastos, que son las células destructoras sustitución están elaboradas con diferentes tipos de metal y
del hueso, inhibidores de la inrerleucina 1 y otros derivados, pueden ser de t ipo cementadas o no cementad as, depen-
como los inhibidores de la matriz meraloproteinasa. d iendo d e la utilización o no de cem ento acrílico para la
Por o tra parte, se h a demostrad o (Aniru a, Sánchez, u nión entre la prótesis y el hueso del paciente. El mayor pro-
Aguirre, Prad o, Padilla & Orive, 20 14) q ue la infil tración blema de las prótesis es su duración limitad a a unos 10-
inrraarticular de plasma rico en factores de crecimiento 15 años, por lo que deben ser sustituidas posteriormente, con
(PRGF-Endo ret®) reduce el dolor y es clínicam ente eficaz el consiguiente mayor riesgo de aparición de complicaciones
en el tratamiento de la artrosis, y con mejores efectos a cor- (véase el caso clínico 42-5). Por este motivo, la colocación de
to plazo que el ácido h ialurónico (Sánchez, Fiz, Azofra, et la primera prótesis suele retrasarse en el tiempo en los pa-
al., 20 12). cientes más jóvenes.

lil RESUMEN

• La artrosis es una afección articular, no inflama toria, de • Afecta principalmente a las arti culac iones interfalá ngicas
carácter crónico y prog resivo, que produce una degenera- distales y a la trapeciometacarpiana de las manos , a la co-
ción de las articulaciones móvi les. lumna vertebral, a La cadera y a la rodilla.
42 • Artropatías degenerativas: estudio general del sínd rome a rtrósico ... 545

• R E S U M E N {Cont.J

• La sintomatología y la exploración física se caracterizan • Existen varios factores de riesgo asociados a la apa rición de
por dolor, rigidez matutina, disfunción, crepitación, dis- la enfermedad, como la eda d, gén ero, raza, fact ores genéti-
minución en el rango de movimiento y deformidad, que cos, obesidad, dieta, trau mat ismos sob re la articu lació n,
pueden llegar a ser discapacitantes para la persona afec- ciertas actividades labo rales, los deportes que se asocian a
tada. lesiones articulares y las alte raciones bio mecá nicas.
• El diagnóstico de confirmación se realiza por medio de la • Actualmente el tratamiento se centra en e l con trol del do-
radiografía, que muestra los cambios fundamentales: dis- lor y el mantenimiento de la movilidad de la a rticulació n,
minución del espacio articular, aparición de esclerosis por medio de tratamien to quirúrgico y no quirú rgi co. Los
ósea y geodas en el hueso subcondral, osteofitos y, final- tratamientos fisioterápicos y el ejercic io físico so n funda -
mente, destrucción de la articulación. mentales para la mejoría sintomá t ica de la e nfe rmedad .

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IIÓstico )' tratamiemo. Madrid: Editorial Médica Panamericana. namencana.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cómo definiría las artropatías degenerativas en pocas pa- 9. ¿Se observan diferencias en tre las mujeres y los hom bres?
labras? En caso afirmativo, ¿c uá les so n dichas d iferencias ?

2. ¿Cuál es la sintomatología más característica de esta enfer- 10. ¿Cuáles son los facto res de riesgo de la artros is?
medad?
11 . «Si haces deporte tend rás artrosis>>. ¿Es esta afi rmación co-
3. ¿Cuáles son las articulaciones más frecuentemente afectadas? rrecta?
4. ¿Cómo afectan a los diferentes tejidos de la articulación? 12. ¿Cuáles son las medidas generales a co nsejadas para la dis-
5. ¿Cuál es el estadio final al que puede llegar la articulación? minución de la sintomatología ?

6. ¿La progresión de la enfermedad afecta a todos los pacien- 13. ¿Qué tipos de tratam iento fis ioteráp ico se pueden a plicar en
tes por igual? la artrosis?

7. ¿Existe siempre una correlación entre los hallazgos radio- 14. ¿En qué medida puede el ejercicio físico ayudar a la mejora
gráficos y la sintomatología referida por los pacientes? de la sintomatología?

8. ¿Cuáles son los hallazgos radiográficos habituales? 15. ¿Qué tipo de ejercicio es el más aconsejado ?
R. Fole López y B. Rodríguez-Bar/ada Oíaz

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Exploración física antes de iniciar el tratamiento fisioterapéutico.


• Perspectivas clínicas y radiológicas que apoyan el diagnóstico de distintos síndromes dolorosos lum bares.
• Aspectos terapéuticos de las patologías más relevantes.

GENERALIDADES espontáneas en los pacientes seniles osteoporóticos (la osteo-


porosis se desarrollará con más detalle en el capítulo 47).
La columna vertebral conforma con la pelvis el esquelero Los cuerpos vertebrales están unidos entre sí por los discos
a.x:ial del cuerpo humano. En ella se inserta musculatura intervenebrales (Fig. 43- 1).
que nos permire mantenernos de pie y movernos, así como El disco inrervenebral está compuesto por el núcleo pulpo-
también SOS[ener los brazos y poder usarlos. so y el anillo fibroso que lo recubre, que presenta gran capaci-
La columna vertebral riene tres funciones muy impor- dad de deformación y de recuperación. Con la edad, el núcleo
tantes: sirve de soporte al rronco y a la cabeza (permitien- pulposo pierde agua y el d isco capacidad elástica, por lo que
do la bipedestación); gracias a su estructura de elementos disminuye su capacidad de adaptación, pierde altura y se
móviles permire girar el rronco y la cabeza en codos los pla- abomba por la periferia produciendo una degeneración discal.
nos del espacio; la arquirecmra que presenta prmege a la El ligamento longitudinal anterior o vertebral com ún
médula espinal y las raíces nerviosas que salen de ella. anterior se extiende a lo largo de roda la columna y sirve
La esrrucrura de la columna está compuesm por 33 vér- para evitar los movimientos de deslizamiento hacia delan-
tebras: siere cervicales, doce dorsales, cinco lumbares, cin- te y atrás de los cuerpos vertebrales. El ligamen ro longitu-
co sacras y cuatro coccígeas. Los tejidos blandos, como son dinal posterior o vertebral común posterior igualmente se
los ligamentos y los discos intervertebrales, las unen entre extiende a lo largo de roda la columna y, au nque es más es-
sí constituyendo una unidad funcional básica. trecho, también se opon e a la separación de las caras pos-
Los cuerpos vertebrales son de forma cilíndrica; los de teriores de los cuerpos vertebrales (Fig. 43-2) . Este liga-
la columna lumbar son de mayor tamaño porque soportan
mayor peso corporal. La masa ósea disminuye con la edad,
por lo que la resistencia del cuerpo vertebral se reduce.
Esto explica la frecuente presencia de fracturas venebrales

\
Ligamento longitudinal anterior
Figura 43-1 . Disco intervertebral. Figura 43-2. Ligamento longitudina l posterior.

547
548 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

mento, al unirse con el anillo fibroso, será importante para ficativos, como el dolor irradiado a la espalda en el infarto
distinguir entre hernia discal (el ligamento longitudinal de miocardio o la lumbalgia aguda, que se confunde con
posterior está roro) de una protrusión discal, en la que di- un cólico nefrítico.
cho ligamento permanece íntegro. Por esto es de especial importancia una buena anamne-
La movilidad de la columna vertebral se produce por la sis, especialmente del dolor localizado en la colu mna ver-
acción coordinada de los elementos pasivos (huesos, d iscos tebral: h abrá que preguntar sobre el inicio del dolor, si em-
y ligamentos) y activos (músculos). El grado de movilidad pezó de forma aguda o por el contrario tuvo un comienzo
de la columna es diferente según los distintos niveles, y de- insidioso, y también habrá que averiguar si comenzó tras
pende de la orientación de las carillas articulares de cada un esfuerzo o un cambio de postura, o bien sí comenzó
zona. En la región lumbar, se hallan orientadas a 90 grados después de un traumatismo.
respecto al plano transversal y a 45 grados respecto al fron- El dolor vertebral crónico suele corresponder a una pa-
tal, lo que permite hacer movimientos de flexoextensión y tología degenerativa, pero la raquialgia difusa, con hiper-
lateralizaciones, pero no rotaciones. sensibilidad a la presión de ciertos puntos específicos, sue-
El movimiento de flexoextensión se produce principal- ño no reparador y cansancio injustificado, nos ha de hacer
mente en la columna lumbar, y relativamente poco en la pensar en una flbromialgia, asociada a men udo con un
columna dorsal. En ella intervienen la musculatura abdo- cuadro depresivo (la flbromialgia se desarrollará con más
minal y el psoas en la flexión y los músculos paravertebra- detalle en el capítulo 46) .
les en la extensión, roda ello facilitado por la elasticidad
del disco inrervertebral y los ligamentos.
El dolor mecánico e mpe ora con los movi mientos y mejo-
ra en reposo, mientras que el dolor inflama torio suele se r o
o El grado de movimiento en flexión suele estar entre los
90 grados y 105 grados, mientras que en la extensión no
supera los 60 grados.
de predominio nocturno. El dolor tumoral es muy intenso
y persiste noche y día. El dolor de origen traumático tiene
una causa bien conocida.

La inclinación lateral se hace p rincipalmente en la co- INSPECCIÓN


lumna dorsal y la rotación tanto en la columna dorsal
como en la lumbar, si bien en esta última es mínima. La columna vertebral es recta en el plano frontal, mientras
Para soportar mejor las cargas, la columna es recta en el que en el plano anteroposterior presenta cuatro curvaturas
plano frontal, pero tiene una serie de curvaturas en el pla- fisiológicas (Fig. 43-3) : lordosis cervical (convexidad ante-
no sagital: lordosis cervical, cifosis dorsal y lordosis lumbar rior) , cifosis dorsal (convexidad posterior), lordosis lumbar
para mantener la lfnea de gravedad en la bipedestación. No (convexidad a nterio r) y curva sacra (discreta convexidad
obstante, dado que el ser humano está e n continuo movi- posterior).
miento, los desplazamientos que realizamos deben ser Con el enfermo en bipedestación y mirándolo de perfil,
compensados por la acción muscular. Por ramo, la fuerza es posible observar si presenta las cuatro curvaturas fisioló-
muscular y el grado de cifosis y de lordosis de cada indivi-
duo pueden explicar buena parte de la patología de la co-
lumna vertebral.

ANAMNESIS
El dolor de espalda es una de las causas m ás frecuentes de
consulta, se estima una prevalencia del 80 %, es decir, 8 de
cada 1O personas sufrirán lumbalgia al menos una vez en
la vida. Por ese morivo, en esta obra, se ha dado al estudio
del dolor lumbar la relevancia que merece. En este senti-
do, en el GEl Vol. l. capítulo 2, el lector encontrará d esarro-
llado en profundidad, el método de las cadenas muscula-
res y articulares de Godelieve Denys-Stmyf(GDS) como sis-
tema de categorización en subgrupos de pacientes con
lumbalgia inespecífica. Y en el GEl Vol.ll, capítulo 31, el lec-
tor encontrará desarrollados los aspectos correspondientes ( Lordosis lumbar Jt----
a la valoración (apartado Valoració n de la lumbalgia], los ob-
jetivos terapéuticos (apa rtado Objetivos del tratam iento] y al
tratamiento de fisiorerapia (apartado Tratamiento de la lum-
balgial.
La columna vertebral no suele ser asiento de dolores re-
feridos de origen visceral, aunque algunos son muy signi- Figura 43-3. Curvaturas fisiológicas de la columna vertebral.
43 • Estudio general de las lumbalgias 549

gicas o si hay una defo rmidad en el plano anceroposterior 3-18 grados a cada lado. La rotación de la columna lumbar
(hipercifosis dorsal, hiperlordosis lumbar, rectificación de se valora bloqueando con ambas manos las crestas iiCacas y
la columna). Mirándolo de frente se podrá objetivar si hay haciendo que el enfermo gire hacia un lado y hacia otro.

o
defo rmidades en el plano frontal (escoliosis) o una báscu-
la pélvica que puede ser secundaria tanto a la propia esco-
La inclinación lateral en la ciatalgia: el paciente mejora
liosis como a una dismetría de las extremidades inferiores
sus síntomas al inclinar el tronco hacia el lado afectado y
o a una patología local de la cadera. empeora al inclinarlo hacia el lado contrario.
La escoliosis, especialmente si es lumbar y de poco va-
lor angular, puede no ser fácil de reconocer, por lo que se
deberá seguir con los dedos las puntas d e las apófisis espi- Prueba de Shober. Permite valorar el grado de flexibili-
nosas dorsales y lumbares y hacer la prueba de Adam, que dad de la columna lumbar. Con el enfermo de pie, se mar-
se explicará a lo largo del tema. ca la apófisis espinosa de 51 y un punto situado 10 cm más
arriba. Se pide al enfermo que se incline hacia delante hasta
tocar con la punta de los dedos la punta de los pies, sin do-

o La exploración completa de la columna vertebral hay que


realizarla con el enfermo de pie y mirando la estática de
la columna desde atrás.
blar las rodillas; así realiza una flexión y se podrá observa r
cómo la distancia en la zona lumbar aumenta entre 3 y
5 cm, mientras que en extensión se reduce entre 2 y 3 cm.

PALPACIÓN
La palpación de la columna vertebral suele hacerse preferi-
Median te la prueba de Schéiber se mide el grado de flexi-
bilidad de la columna lumbar.
o
blemente con el enfermo en bipedestación, pero también
podría realizarse con el paciente en decúbito prono. Se po-
drán palpar las escápulas (la punta de la escápula suele co- Maniobras de estiramiento nervioso
rresponder con 07) y las apófisis espinosas de la columna Son unas maniobras específicas ICB vídeo 43-1 ), especial-
dorsal y lumbar. m ente del nervio ciático, que indican irritación radicular o
Los músculos paraverrebrales nos darán información de un nervio periférico. Las más conocidas son:
sobre un aumento de tono o de sensibilidad a la palpación • Signo de Lttssegue. Consiste en levantar la pierna del en-
en uno o en los dos lados, muy frecuente en la lumbalgia fermo con la rodilla extendida hasta que note un dolor
mecánica como contractura de defensa. que reproduce el de la ciatalgia. C uando el dolor se re-
Por último, conviene realizar una puñopercusión que produce antes de un ángulo de elevación con respecto a
permite distinguir un dolor lumbar mecánico de una po- la horizontal de 60-70 grados, es significativo de ciatal-
sible patología renal. Se realiza golpeando con el puño de gia. En cambio, cuando es de más de 60-70 grados, se-
la mano del explorador ambas fosas lumbares del pacien- ría indicativo de dolo r lumbar de carácter mecánico, y
te. Si al percutir se reproduce el dolor, esto hará pensar en no de estiram iento nervioso.

o
un posible cólico nefrítico.
El signo de Lassegue se considera positivo s i el dolor

o Las articulaciones sacroilíacas corresponden al nivel de


L4. La palpación de las articulaciones sacro ilíacas a me-
nudo es dolorosa en la lumbalgia baja.
aparece antes de los 60-70 grados.

• Signo de Bmgard. Consiste en realizar la maniobra de


Lassegue hasta que aparece el d olor; entonces se baja la
EXPLORACIÓN pierna un poco hasta que desaparece (unos 10 grados) y, a
continuación, se realiza una flexión dorsal completa del pie
La exploración de la columna incluye el estudio de la mo- que estira de nuevo el nervio ciático y reproduce el dolor.
vilidad, la realización de pruebas específicas o de estira-
. . Maniobras sacroilíacas
m1enro nervioso.
Las articulaciones sacroilíacas pueden encontrarse afectadas
Movilidad como consecuencia de traumatismos o procesos inflamato-
La movilidad de la columna dorso lumbar se explora con el rios/infecciosos, pero es más frecuente la sacroi litis en el
paciente en bipedestación . La columna lumbar tiene su contexto de una afectación poliarticular de origen reumáti-
máxima m ovilidad en L4-L5 y L5-S l y también puede co, como la espondilitis anquilosante (se explica de forma
efectua r movimientos activos de flexión de 40-60 grados detallada en el capítulo 41), o de una lumbalgia mecánica.

o
(se pide al enfermo que se incline hacia delante hasta tocar
con la punta de los dedos la punta de los pies, sin doblar
El dolor se localiza en la nalga, especialmente en el cua-
las rodillas), extensión (inclinación hacia atrás o flexión
drante superointerno, y puede irradiar por la cara poste-
posterior) que llega a 20-35 grados, lateralizaciones (20- rior del muslo ipsilateral.
30 grados) a derecha e izquierda y una cierra rotación de
550 Parte 2. Enfe rmedades del sistema musculoesquelético

Existen muchas técnicas para explorar estas articulacio- una idea de la localización de una posible hernia discal. En
nes, pero las más utilizadas son: los pacientes afectados de una radiculopatía S 1, el tronco se
• Pmeba de compresión-distmcción sacroilíaca o maniobra inclina hacia el lado de la ciática, mientras que en los afec-
de Ericksen. Se realiza con el paciente en decúbito supi- tos de radiculopacía L5 se inclina más bien hacia el lado con-
no y se colocan las manos del explorador sobre las cres- trario. Cuando la hernia está situada lateral a la raíz, el en-
tas ilíacas, se comprime la pelvis hacia fuera y hacia den- fermo tiende a inclinarse hacia el lado contrario porque la
tro para explorar los ligamentos anteriores y posteriores inclinación hacia el mismo lado aumenta la ciática. C uando
respectivamente 1@ vídeo 43-11. la hernia se sitúa medial a la raíz, el tronco se inclina hacia
• Signo de Patrick. El signo de Patrick !@ vídeo 43-11 o ma- el mismo lado de la ciática y, en cambio, los síntomas apa-
niobra del4 se realiza con el enfermo en decúbito supi- recen si se inclina hacia el lado contrario.
no y una pierna estirada cruzando la otra sobre ella. Así La escoliosis verdadera es una deformidad en el plano
se realizará una flexión, abducción y rotación externa. frontal (desviación lateral), en el plano sagital (hiperlordo-
Si hay una patología de cadera, esta maniobra reprodu- sis o hipolordosis lumbar) y en el plano horizontal (rota-
ce el dolor o no se podría hacer. Si se apoya una mano ción de los cuerpos vertebrales) .
en la cresta ilíaca de la pierna extendida y se fuerza la ab- Con una radiografía anteroposterior de la columna
ducción de la cresta ilíaca que se quiere explorar, esto completa en bipedesración se puede determinar la grada-
provocará dolor en la cara posterior. ción de la curva con el método de Cobb, que se realiza tra-
zando dos líneas: una tangente a la vértebra límite superior

o Esta prueba es la más sensible y útil para explorar las ar-


ticulaciones sacroilíacas.
y otra a la inferior. El ángulo que forman las perpendicu-
lares a estas líneas es el ángulo de Cobb.
Las escoliosis se clasifican, de acuerdo a su etiología, en:
congénitas, idiopáticas, neuromusculares, asociadas a dis-
• Pmeba de la hiperextensión. Esta maniobra permite dis- trofias y displasias, neurofibromatosis ® y otras escoliosis
tinguir entre una artropatía coxofemoral, una sacroiliris de etiología traumática, infecciosa, tumoral o enfermeda-
o una rigidez de la columna lumbosacra. Se coloca al des endocrinas y metabólicas.
paciente en decúbito prono, se hace hiperextensión de La más frecuente es la idiopática, que tiene gran inci-
la cadera, apoyando la orra mano sobre el hueso ilíaco dencia en la población general, sobre codo en niñas en
(así se explora la cadera y el recto anterior); si se apoya edad de crecimiento. Hasta los 3 años serían escoliosis in-
sobre el hueso sacro, se explorará la sacroilíaca, y si se fantiles, entre los 4 y los 1O años estarían las juveniles y,
apoya sobre la columna lumbar, se explora la columna por último, las del adolescente, que comprenden desde los
lumbosacra. 11 años hasra el fin de la m aduració n esquelética.
La localización más frecuenre de las escoliosis en la colum-
SÍNDROMES DOLOROSOS REGIONALES: na es en la región dorsal (suelen ser de convexidad derecha),
DIAGNÓSTICO (CLiNICO Y RADIOLÓGICO) seguidas de las lumbares (predomina convexidad izquierda}.
Y TRATAMIENTO El diagnóstico se hace con el enfermo en bipedestación.
Es preciso observar si hay una altura diferenre de los hom-
En el capítulo 28, apartado Región lumbosacra, como el bros, una prominencia de las escápulas o una asimetría de
lector recordará, ya se estudiaron los síndromes dolorosos los pliegues. Es especialmente útil la prueba de Adams: se
de las partes blandas. Del mismo modo, algunos de los sín- indica al paciente que flexione el tronco hacia delante y,
dromes que se presentan también se han tratado en orros con el examinador situado enfrente, se observa la aparición
temas de este mismo manual. No obstante, y para facilitar de una prominencia costal o lumbar en el lado de la con-
al lector el aprendizaje, se expone a continuación una bre- vexidad.
ve síntesis conceptual d e aquéllos que son más relevantes La mayoría de las escoliosis juveniles y del adolescente
progresan, por lo que hay que instaurar tratamiento orto-
Escoliosis
pédico y fisioterápico de inmediato y controlarlas estrecha-
La escoliosis, como ya se ha estudiado en el capítulo 30, es menee, porque si llegan a 50 grados sería indicación de tra-
una incurvación lateral de la columna en el plano frontal. tamiento quirúrgico.
H ay que distinguir entre actitud escoliótica o escoliosis no
estructurada de la verdadera escoliosis estructurada. En la
primera no hay deformidad anatómica de los cuerpos ver-
tebrales, mien tras que en la segunda sí la hay.
El tratam ie nto ortopédico sería con un corsé de perfil alto
(tipo Milwaukee) o de perfil bajo (tipo Lyonés o Bostonl.
Los métodos quirúrgicos combinan sistemas instrumen-
o
La acritud escoliórica suele ser secundaria a defectos pos- tales de corrección con artrodesis vertebral.
rurales, dismetría de los miembros inferiores o posiciones
anciálgicas. En la columna lumbar hay que comprobar si
existe una escoliosis anciálgica, frecuentemente en las lum-
bociatalgias, si hay contractura de paraverrebrales y si hay Hiperlordosis
una limitación por el dolor. Observando hacia dónde se in- La lo rdosis lumbar normal es de unos 60 grados. La hiper-
clina el tronco para aliviar los síntomas, es posible hacerse lordosis lumbar es muy frecuente como causa de lumbal-
43 • Estudio general de las lumbalg1as 551

Figura 43-4. Hiperlordosis.

gia, puede ser secundaria a una curva compensatoria de


una hipercifosis dorsal, también en procesos como una es-
pondilolistesis, o en la horizontalización del sacro.
El embarazo (Fig. 43-4) y la obesidad son causas tam-
Figura 43-5. Es pondilolislesis.
bién de hiperlordosis por debilidad de la musculatura ab-
dominal, pero son fácilmente co rregibles con ejercicios de
desarrollo de los recros del abdomen. la región lumbar; afecm, en el90 o/o de los casos, a la quinta vér-
La hiperlordosis rara vez se acompaña de la necesidad de tebra lumbar. Puede ser congénita, que presenta un eleva-
tratamiento quirúrgico, aunque suele ser causa frecuente de do riesgo de progresión, o adquirida {degenerativa, trau-
lumbalgia por degeneración discal o espondilolistesis. mática, patológica y posquirúrgica), relativamente estable.
El cuadro clínico es variable dependiendo del tipo y de
Espondilosis y espondilolistesis la edad de manifestación: lumbalgia o lu mbociática, acom-
Estos tras cornos y deformidades de la columna, como ya se pañada o no de claud icación neurógena. La raíz L5 suele
ha estudiado en el capítulo 29, producen dolor y discapa- afectarse en las espondilolistesis L5-S l. También pueden
cidad. Se señalarán esquemáticamente aquellos aspectos aparecer contracturas de los músculos isquioti biales y tms-
más relevantes. rornos de la marcha y de la postura.
Espondilosis. La espondilosis lumbosacra es una enfer- Mediante radiografías simples, amero posterio r y lateral,
medad degenerativa dolorosa que ocurre mayormente de la columna lumbosacra en bipedesración, junto con ra-
como resultado del envejecimiento. Se produce la inte- diografías laterales funcionales en flexión y extensió n {di-
rrupción de la conexión ósea entre las carillas articulares námicas), se puede valorar el grado de estabilidad del des-
superior e inferior del arco vertebral (pars intemrticularis). plazamiento y su grado de reducción.
Puede deberse a una fractura por sobrecarga o estrés, o a bs imágenes de TC junto con la reconstrucción en dos
una falta de consolidación de ésta. Su prevalencia es del o tres dimensiones, definen los rasgos de la espondilolistesis.
5 % de la población. La RM es útil para descartar cualquier patología aña-
En cuan ro al cuadro clínico de esta patología, el paciente dida.
va a referir lumbalgia o lumbociatalgia que aumenta al rea- El tratamiento conservador resuelve el 80 o/o de los sínto-
lizar movimientos de extensión de la columna lumbar. mas. Se basa en modificar y reducir la actividad física habi-
El diagnóstico radiológico mediante una radiografía an- tual del paciente. La utilización temporal de corsé lumbar,
teroposterior y lateral de la columna lumbosacra, junto ejercicios de rehabilitación de la columna lumbar y anriin-
con una proyección oblicua, puede poner de manifiesto el flamatorios se recomienda durante, al menos, 3 meses.
defecto. El tratam iento quirúrgico repara el defecto interarticu-
b tomografía computarizada (TC) con reconstrucción es lar mediante osteosímesis y se reco mienda en niños. En
útil, ya que en los corres simples puede pasar desapercibida. función del grado, el tipo de desplazamienro y la edad, se
La gammagrafía con tecnecio es otra técnica que permi- recomienda la realización de una reducción quirúrgica del
te establecer el diagnóstico, pronóstico y tratamiento. desplazamiento y fijación.
Últimamente rambién se utiliza la tomografía por emisión
de positrones (PET) para la captación anormal de la lisis. Hernia discal
La resonancia magnética (RM) se usa para identificar La hernia discal, como se indica en el capítulo 3 1, es la sa-
patología. lida del núcleo pulposo a través de una fisura en el anillo
Espondilolistesis. La espondilolistesis (Fig. 43-5) es el (Fig. 43-6) . Su aparición es u n motivo frecueme de con-
desplazamiento anterior de un cuerpo vertebral sobre el in- sulta y se relaciona con el trabajo, los esfuerzos o las lesio-
mediatamente inferior, y se localiza fundamentalmente en nes traumáticas agudas o por sobrecarga. Aparece sobre
552 Parte 2 . Enfermedades del sistema musculoesquelético

La RM es la prueba de elección para el estudio de la pa-


tología discal.
El tratamiento inicial debe ser siempre conservador: re-
poso relativo durante varios días, administración de analgé-
sicos y relajantes musculares. Posteriormente, hay que ini-
ciar un programa de rehabilitación precoz. Las infiltraciones
epidurales están indicadas en radiculoparías rebeldes al tra-
tamiento conservador, aunque la respuesta es variable, y son
eficaces a corto plazo en el 50 o/o de los pacientes.
El tratamiento qu irúrgico está indicado en pacientes
con déficit neurológico severo o progresivo, en el síndro-
me de la cola de caballo (de urgencia) y en radiculopatías
severas que no mejoran con un tratamientO conservador
durante varios meses. Consiste en realizar una discecromía
en la que se extrae el material discal. En pacientes jóvenes
no es necesario añadir otro gesto quirúrgico; en personas
mayores que además asocian cambios degenerativos, es
preciso realizar una fusión intervenebral.

Estenosis degenerativa del canal neural


Se trata de un síndrome variable de dolor y alteraciones
neurológicas debido a la d isminución del espacio del canal
medular o de los forámenes que producen compresión de
las estrucruras neurales.
Figura 43-6. Hernia discal. Los cambios patológicos que llevan a una estenosis del
canal lumbar empiezan por la degeneración del disco in-
todo en jóvenes en la cuarta década de la vida y más en va- terverrebral y la formación posterior de osteofitos. Final-
rones. Según su aparición p uede ser aguda (tras un episo- mente, se produce una compresión de los elementos neu-
dio traumático) , subaguda (aparece de fo rma insidiosa y rales centrales y laterales.
afecta a varias raíces) o crónica (relacionada con un proce- Según la etiología se difere ncia en adquirida (general-
so de espo ndilosis y osteofiros). mente degenerativa, pero también puede tener una causa
El disco intervertebral está formado por una estructura yatrogénica, postraumática, metabólica o por una espon-
fibrosa externa (el anillo fibroso), que encierra al núcleo dilolistesis) o congénita (producida por un canal congéni-
pul poso si tuado en la parte central. La función del disco es to estrecho).
realizar la absorción y transmisión de las cargas de la co- Clínicamente, la estenosis es asintomática con frecuen-
lumna vertebral. cia; la historia natural de la enfermedad es muy variable y
Según su localización se pueden distinguir: cuando aparecen los síntomas, se deben a claudicación
o Protrusión discal: el núcleo pulposo rompe las fib ras pe- neurogénica típica del cuadro.
riféricas del anillo discal y se abomba so bre las capas La estenosis central se manifiesta como lumbalgia insi-
más externas hacia el exterior. d iosa y dolor en las nalgas, junto con parestesias en los
o Hernia discal: el núcleo pulposo rompe rodas las capas miembros inferiores, que empeoran con la extensión de la
del anillo y atraviesa el ligamento vertebral común pos- columna y con la deambulación, y se alivian con la flexión
terior (véase el caso clínico 43-1). Cuando un fragmen- lumbar y el reposo.
te del núcleo pulposo emigra dentro del canal y pierde
contacto con el resto del disco, se habla de hernia discal
secuestrada. La estenosis late ral se caracteriza po r un dolor rad icula r
que no desaparece con el reposo.
o
La sinromarología que p resenta el paciente es un do lor
lumbar de aparición más o menos aguda, con irradiación Actualmente no existe ningún mérodo de referencia
hacia la pierna homolateral. Puede asociar sintomarología para diagnosti car la estenosis del canal lumbar. Se uti lizan
sensitivomotora (parestesias, disestesias y pérdida de fuer- radiografías de la columna lumbosacra para delimitar el
za). Al realizar la prueba de Lassegue, el dolor hacia la pier- grado de estenosis, detectar u na espondilolisresis o escolio-
na se reproduce al realizar una extensión de 30·grados. sis y descarrar un traumatismo, una infección o una neo-
Las exploraciones complementarias están indicadas tras plasia.
realizar el diagnóstico clínico de hernia d iscal y persistir el La TC delimita el estrechamiento óseo lumbar, la hiper-
dolor después de 1 mes de tratamiento. trofia de las articulares y los osteofiros.
La radiografía convencional se solicita para descartar alte- LA RM define todo el componente herniario y los cam-
raciones de la estática vertebral y alteraciones degenerativas. bios óseos asociados.
43 • Estudio general de las lumbalgias 553

El electromiograma tiene una alta especificidad para el cualquier zona, pero lo más frecuente es la afectación de la
diagnóstico, además de diferenciar el cuadro de una neuro- zona lumbar (más del 50% de los casos) seguido de la dor-
patía diabética o periférica, una miopatía o una neuropatía. sal y la cervical.
El t ratamiento conservador debe ser siempre el inicial, La incidencia de esta enfermedad ha aumentado en
e incluye analgésicos/antiinflamawrios, rehabilitación es- los últimos años por varias circunstancias: mayor expec-
pecífica lumbar, utilización temporal de corsés blandos, re- tativa de vida de los enfermos crónicos (diabetes meili-
ducción y modificación de la actividad física (reposo rela- tus, cirrosis hepática, etc.), maniobras diagnósticas o te-
tivo) y pérdida de peso. Cuando el cuadro clínico es muy rapéuticas que implican una invasión vascu lar o de vías
localizado pueden ser útiles las infiltraciones o el bloqueo urinarias y aumento de usuarios de drogas por vía pa-
selectivo de las raíces nerviosas. renteral.
El tratamiento quirúrgico se basa en la descompresión El germen puede llegar directamente al espacio discal
quirúrgica de los elementos nerviosos comprimidos cuan- por una punción diagnóstica o terapéutica después de una
do no mejoran los síntomas con el tratamiento médico. intervención quirúrgica o por contigüidad de una infec-
ción en un territorio vecino.
Lesiones medulares El síntoma principal es el dolor inflamatorio, que, aun-
Por lesión medular, como se señaló en el capítulo 32, se que puede aparecer de forma aguda, lo habitual es que pre-
suele entender aquella alteración de la médula espinal, ha- sente curso subagudo en el que el dolor progresa durante
bitualmente después de un accidente de tráfico, que pro- meses. Más de la mirad de los pacientes tienen fiebre. El
voca una pérdida de sensibilidad y/o de movilidad por de- déficit de movilidad, el dolor a la percusión de las apófisis
bajo del nivel de la lesión. La causa más frecuente es trau- espinosas y la contractura m uscular paravertebral se en-
mática, un 38 % de las lesiones medulares son secundarias cuentran presentes.
a accidente de tráfico. En cuanto al diagnóstico radiológico, la radiografía
Desde el punto de vista clínico, las lesiones medulares simple es útil a partir de la segunda semana desde el inicio
pueden ser complems e incompletas. de la infección. Comienza con una disminución del espa-
Las lesiones completas se manifiestan por una parálisis cio intervertebral para acabar en fusión de los cuerpos ver-
y anestesia completa por debajo del nivel lesiona! y una tebrales, lo que se considera signo de curación.
pérdida total de los reflejos. La TC permite evaluar abscesos y cambios en el tama-
Según la región anatómica que esté afectada, la presen- ño de canal.
tación clínica será distinta. En la región lum bar, al fi nali- La RM es la técnica de elección ante la sospecha clíni-
zar la médula, se p resentarán los síndromes de cola de ca- ca. Permite conocer la magnitud de la infección y es esen-
ballo, que cursan siempre con parálisis flácidas, gran atro- cial en el seguimiento.
fia muscular y anestesias, y los síndromes del cono, en El tratamiento médico consiste en el reposo en cama,
donde pueden hallarse parálisis tan sólo de los perineos y inmovilización con corsé y antib ioterapia específica
de los músculos intrínsecos del pie, anestesia «en silla de (4-6 semanas intravenosa y luego oral). Consigue la cura-
montan• y vejiga neurógena. ción en el 85 o/o de los pacientes.
Las lesiones medulares incompletas son aquéllas en las El tratamiento quirúrgico se lleva a cabo en personas sa-
que la médula, después d e la fase de sbock medular (los re- nas con exploración neurológica normal si fracasa lo ante-
flejos están totalmente abolidos), mantiene ciertas funcio- rior. En las personas que asocian alteraciones neurológicas,
nes que dependerán de la zona y del grado de afectación el tratamiento será urgente. La cirugía consiste en realizar
vascular de la propia médula. Se debe orientar el trata- u na descompresión anterior y posterior recons trucción
miento, en un segundo térm ino, a evitar lesiones asociadas mediante injerto óseo.
a la lesión medular (problemas circulatorios, respiratorios
y de evacuación) y a acortar el período de recuperación.
Por otra parte, se ha demostrado (Quinzaños Fresneda, Sa-
hagún Olmos, León Hernández, Pérez Zavala, Quiñones
La espondi lodiscitis es una infección que afecta al disco
intervertebral y a las estructu ras óseas.
o
Uriostegui & Solano Salazar, 20 15) que el entrenamiento
de la marcha en orresis robótica obtiene buenos resultados
en pacientes con lesión medular incompleta (LMI) cróni- Tumores
ca; y se ha propuesto la utilización de la retroalimentación El dolor y el compromiso neurológico son los síntomas más
auditiva para suplir la información dada normalmente por frecuentes en el momento diagnóstico. El dolor está presen-
las vías sensitivas afectadas (Quinzaños Fresneda, Sahagún te en el 85% y el compromiso neurológico en el 35% de los
O lmos, León Hernández, Pérez Zavala, Quiñones Urios- tumores benignos y en el 55% de los malignos.
tegui & Solano Salazar, 20 15). La columna es la localización más frecuente de im-
plantes óseos metastásicos. El 60% de es tas metástasis
Espondilodiscitis son secundarias a cánceres de mama, pulmón, mieloma y
La espondilodiscitis es una infección de la columna verte- próstata.
bral q ue afecta al disco interverrebral (discitis) y a las es- Las pruebas complementarias serían las radiografías
tructuras óseas (osteo mielitis vertebral). Puede afectar a convencionales en la fase de sospecha y posteriormente se
554 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

realiza TC y RM para hacer un estudio selectivo de la le- ma calidad de vida (libre de dolor y con una función neu-
sión y un estudio de extensión. La biopsia aporrará el diag- rológica normal).
nóstico de confirmación, salvo en lesiones que esrén clara- Para profundizar en el estudio de los rumores óseos me-
mente tipificadas. tasrásicos, se recomienda al lector el capítulo 36, aparrado
El tratamiento es realizado por equipos mulridisciplina- Metástasis óseas, así como los casos clínicos planteados en
res y debe ser específico según el cipo de rumor. El objeti- el capítulo 32 (véanse los casos clínico 32-5 y 32-6} , con
vo principal del rraramienro es aporrar al paciente la máxi- sus imágenes correspondientes (Figs. 32-1O a 32-13).

• RESUMEN

• La columna vertebral constituye el esqueleto axial del or- fundamental realizar una correcta anamnesis, inspección,
ganismo. Se compone de 33 vértebras: siete cervicales. palpación y exploración del paciente.
doce dorsales, cinco Lumbares, cinco sacras y cuatro coc-
cígeas. Están unidas entre sí por Los discos intervertebra- • El diagnóstico radiológ ico es importante en e l estudio
Les, que están constituidos por el anillo fibroso y el núcleo de la patología lumbar para apoyar el diagnóst ico clí-
pulposo. Esta estructura proporciona estabi lidad, flexibili- nico.
dad y capacidad de absorción de cargas a la columna.
• EL tratamiento rehabilitador es e l pilar fundamental de La
• EL dolor de espalda es una de Las causas más frecuentes de patología Lumbar y aporta mejoría de Los síntomas en la
consulta. Antes de cualquier diagnós tico y tratamiento es mayoría de Los casos.

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g ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿C uá ntas vértebras constituyen La columna vertebra l? 8. ¿Cómo valorar La movilidad?

2. ¿Cuántas vértebras constituyen La columna lumbar? 9. ¿Qué nos aportan las maniobras de estiramiento nervioso?

3. ¿Cuáles son las curvaturas fisiológicas de la columna vertebral? 10. ¿Cuáles s on las maniobras de es tiramiento nervioso más
4. ¿Cuá l es La curva tura fisiológica a nivel lumbar? importantes?
5. ¿En qué consiste La ana mnesis? 11. ¿Cómo se realizan Las ma niobras sacroilíacas?

6. ¿Qué datos aporta La ins pección? 12. ¿Cuá les s on las pruebas ra diológicas más empleadas?

7. ¿Qu é zonas se deben explorar en la palpación? 13. ¿Cuál es la diferencia entre hernia y protrus ión discal?
~) O B J E T 1V O S D E L A P R E N D 1Z A J E

• Conocimiento de las situaciones clínicas del aparato locomotor relacionadas con el depósito de cristales.
• Identificación de los hallazgos clínicos, radiográficos y de laboratorio que permiten el diagnóstico de estas enfer-
medades.
• Conocimiento de los hallazgos en el líquido sinovial identificativos de las diferentes artropatías por depósito de cris-
tales.
• Aspectos terapéuticos de la patología aguda asociada y de la prevención secundaria y terciaria.

ARTROPATÍA POR CRISTALES La artropatía por cristales de ácido úrico es la más fre-
DE ÁCIDO ÚRICO. GOTA cuenre de las artropatÍas por cristales, con una prevalencia
estimada del 1 % en la población general, y del 3,9% en
Se comenzará el estudio de las artropatías microcristalinas la población general adulta de Estados Unidos entre 2007-
por la que resulta del depósito de cristales de ácido úrico, 2008; en comparación, la artritis reumatoide tiene una
llamada comúnmente gota ® . prevalencia del 0,5 %. Constituye la causa más frecuente
de artritis en varo nes y en mujeres posmenopáusicas en
Definición y epidemiología nuestro medio, con una incidencia creciente en los últimos
La gota es una enfermedad por depósito, resultado de la años, en parte relacionada con el incremento de edad de la
acumulación de cristales de urato monosódico (UMS) población, y en parte por el incremento de otros factores
procedentes de líquidos extracelulares en los tejidos, como de riesgo, ya que se ha producido un aumenro en la preva-
consecuencia de un trastorno en el metabolismo de las pu- lencia en pacientes de edad avanzada. La prevalencia de hi-
rinas producto d e la degradación de los ácidos nucleicos. peruricemia en la población occidental es del 10-20 %; la
La manifestación clínica más característica son brotes de mayoría de estos sujetos no van a padecer de patología al-
inflamación articular o periarticular agudos, frecuenre- guna en relación con los depósitos de ácido úrico, por lo
menre recurrentes, y lesiones osteoarriculares asociadas al que la hiperuricemia asintomática no debe considerarse
depósito de estos cristales. Otras manifestaciones son: una enfermedad.
• Acumulación de depósitos de cristales de UMS, articu-
lares, óseos, cartilaginosos o en partes blandas, conoci-

o
De las artropatías por cristales, la artropatía por cristales
dos como tofos, que pueden causar graves deformidades
de ácido úrico es la más frecuente.
y lesiones articulares. La hiperuricemia asintomática no es considerada una en-
• Daño renal glomerular, tubular, intersticial o vascular, fermedad.
o nefropatía gotosa, frecuentemente acompañada de hi-
pertensión arterial (HTA).
• Litiasis de ácido úrico en las vías urinarias. A veces se
denomina gota úrica para recalcar su etiopatogenia y di- Fisiopatología
ferenciarla de la seudogota o condrocalcinosis. El depósito de los cristales de ácido úrico se produce cuan-
do sus concentraciones se encuentran por encima del nivel

o La gota es una enfermedad por depósito de cristales de


urato monosódico.
de saturación en plasma (6,0 mg/dL). Así, el principal fac-
tor de riesgo para el desarrollo de la artritis por cristales de
ácido úrico es la hiperuricemia (con un mayor riesgo cuan-

557
558 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

ro más elevados son esros niveles, y considerando como hi-


Tabla 44-1. Clasificación de la gota
peruricemia los valores superiores a 6,0 mg/dL); rodas los
pacientes con gota presentan hiperuricemia durante algún Gota primaria
momento en la evolución de la enfermedad. En esta evo-
lución se encuentra una f.1se, más o menos prolongada, de Hiperproducción de ácido úrico
hiperuricemia asintomárica, posteriormente empiezan a ldiopática
Déficit de fosfofr uctoa ldolasa
aparecer crisis de anritis aguda («ataque de gota .. ), con pe-
Déficit de hipoxantina-fosforribosil-s intetasa !total.
ríodos asintomáticos que, si no se actúa sobre la hiperuri- síndrome de Lesch-Nyhan; o pa rcial, síndrome
cemia, tienden a acortarse y pueden evolucionar a una ar- de Kelley-Seegmillerl
tritis crónica, en ocasiones poliarticular, con depósiros clí- Glucogenosis !tipo 1, 11 1, Vy VIII
Hiperactividad de nucleótid o-si ntetasa
nicamente palpables de ácido úrico (rofos). Esros son espe- Intolerancia heredita ria a la fructos a
cialmente evidentes en el tejido subcutáneo de las zonas
Hipoexcreción de ácido úrico
acras (pies, manos, pabellones auriculares) y definen la ar-
• ldiopática
tritis gorosa crónica o artritis rofácea. • Neuropatía famili ar con hiperuri cemia

Gota secundaria

O El principal factor de riesgo para el desarrollo de la artri-


tis por cristales de ácido úrico es la hiperuricemia. Hiperproducción de ácido úrico
• lngesta de alcohol/pu rinas
• Alto recambio de nucleótidos: psoriasis. Enfe rm edades
El urato cristaliza como sal monosódica y la menor solu- linfoproliferativas o mi eloproliferativas
bilidad del urato sódico con temperaturas más bajas explica, • Anemia hemolítica
al menos parcialmente, por qué se producen más depósitos Hipoexcreción de ácido úrico
en zonas como los pabellones auriculares y los dedos. • Diuréticos tiazídicos, furosem ida
En varones, la hiperuricemia aparece frecuentemente • Ciclosporina
• Ácido acetilsalicílico en dosis por debajo de 3 g/día
durante la pubenad, en relación con alteraciones genéricas • Insuficiencia rena l crónica
predominantemente en el complejo mecanismo de reab- • Mecanismos incompletamente definid os: hiperte nsión
sorción renal del ácido úrico. Se han encontrado más de arterial, hiperp aratiroidismo, nefropatía saturni na
diez genes cuyos polimorfismos pueden causar hiperurice-
mia, que fundamentalmente afecta a los transportadores
tubulares hURATl y Glur9. En las mujeres aparece más a la insulina, pero, además, la gota se asocia con una ma-
tardíamente, después de la menopausia, muchas veces en yor mortalidad por rodas las causas. Existe controversia so-
relación con un síndrome metabólico y con tratamientos bre si la gota y la hiperuricemia son un factor de riesgo in-
antihipertensivos o uso de antiagregantes. Es importante dependiente para la aparición d el infarto de miocardio. Al-
recalcar que en la mayoría de los pacientes con gota, el me- gunos aurores encuentran una asociación significativa, ya
canismo de la hiperuricemia es la hipoexcreción renal, no que el riesgo es proporcional a la actividad de la enferme-
el exceso en la síntesis (Tabla 44- 1). Además de los diuré- dad gotosa. En un estudio prospectivo, y con análisis ajus-
ticos, el ácido acetilsalicílico en dosis bajas es hiperurice- tado por otros factores de riesgo , se encontró q ue en pa-
mianre (debe destacarse que ellosartán y el fenofibrato son cientes con gota y cardiopatía isquém ica hay un riesgo re-
hipouricemiantes). lativo de fallecimiento por cardiopatía isq uémica de 1, 16-
El depósito de cristales es dependiente del tiempo y del 1,55 respecro a pacientes con cardiop atía isqu émica sin
nivel de hiperuricemia; sin embargo, debe tenerse en cuen- gota. En sujeros sin cardiopatía isquémica con artritis go-
ta que no todos los pacientes con hiperuricemia desarro- rosa, el riesgo relativo d e fallecimiento por cardiopatÍa is-
llan gota, ya que existen factores individuales desconocidos quémica es de 1,12-1 ,86 respecto a sujeros sin go ta. Sin
que van a desempeñar un papel en la aparición de mani- embargo, esros resul tados no están co nfirmad os en rodas
festaciones clínicas. Este depósito es lento, con un largo los estudios realizados. En roda caso, debe considerarse
período asintomático. La edad es otro factor de riesgo para que la asociación, de existir, es poco releva nte, por lo que
el desarrollo de las manifestaciones clínicas de la gota. Se los esfuerzos en el tratam iento d e esros p acientes deberán
ha observado un incremento en la incidencia y prevalencia centrarse en el control de los factores de riesgo vas cular
de gora en los últimos años, lo que se puede explicar tanto «clásicos,., como la obesidad, la HTA, la dislipemia o el ta-
por el mayor envejecimiento poblacional como por una baquismo.
mayor incidencia en edades avanzadas. El papel de la hiperuricemia asintomárica com o facror
de riesgo cardiovascular es aún m ás controvertido. Es p ro-
bable que tenga un papel relevante en la población afroa-
O La hipoexcreción renal es el mecanismo responsable de
la hiperuricemia en la mayoría de los pacientes con gota.
mericana, en mujeres y en pacientes con airo riesgo cardio-
vascular, pero se requieren estudios p rospectivos amp lios
para determinar co n exactitud el riesgo asociad o. En pa-
La hiperuricemia se asocia con obesidad , hipertensión, cientes jóvenes, en estudios p rospect ivos, la hiperuricemia
dislipemia y otras situaciones con aumento de resistencia precede a la hiperrensión.
44 • Artropatías mic rocristalinas 559

o La hiperuricemia se asocia con distintas situaciones con


aumento de resistencia a la insulina.
cina 1~, un potenre mediador inflamatorio. La crisis podría
resolverse por eliminación de los cristales, o por otros meca.-
msmos como:
Maduración de los monocitos a macrófagos, tras la fa-
Los pacientes con gota e hiperuricosuria pueden presen- gocirosis de polimorfonucleares apoptóticos con pro-
tar litiasis renal por ácido úrico. La frecuencia de formación ducción de cirocinas antiinflamarorias, como interleu-
de cálculos es paralela a la excreción diaria de ácido úrico en cina 10 yTGF-~.
la orina, que pasa del 11 o/o en pacientes con excreción de Unión de los cristales de urato a proteínas inhibidoras
300 mg/día, al 50 o/o en pacientes con excreciones superio- del inflamosoma.
res a 1.100 mg/ día. La incidencia de cálculos de calcio tam- Inhibición del inflamosoma por células T CD4+ de me-
bién está incrementada en pacientes con gota. moria que regulan negativamente su actividad.
La relación entre la enfermedad parenquimarosa renal y
la gota está bien establecida aunque ha sido objeto de con- Cuadro clínico
troversia. Por un lado, está claro que la nefropatía previa y La artritis gorosa aguda es la manifestación clínica más fre-
la insuficiencia renal constituyen causa de hiperuricemia cuente y su cuadro presenta unas características clínicas
(aunque en pacientes en diálisis la incidencia de gota es bien caracterizadas que permiten sospechar firmemenre el
muy baja); y por otro lado, los pacientes con hiperuricemia diagnóstico. Los episodios d e inflamación aguda pueden
tienen un riesgo más elevado de desarrollar insuficiencia afectar a las articulaciones (artritis), los tendones o las bol-
renal crónica que los sujeros controles, hallazgo confirma- sas periarciculares; fue magisrralmenre descrita por Tho-
do de forma consistente por diferentes aurores en trabajos mas Sydenham en 1683. Identificada por los egipcios y
recientes. Sin embargo, en publicaciones anriguas se so- descrita en algunos de los Aforismos de Hipócrates, la gota
brestimaba esta relación al no tener en cuenta factores de es una de las enfermedades reumáticas sistémicas mejor co-
confusión como la asociación concomitante con HTA o nocida, y de la que se dispone de un tratamiento eficaz
diabetes, o la existencia de nefropatía subclínica previa. tanro para tratar las crisis como para frenar su evolución;
sin embargo, es habitual enconrear pacientes infratratados.
En fases iniciales, los episodios de artritis se localizan
O Padecer gota o hiperuricosuria es un factor de riesgo
para la litiasis renal por depósito de ácido úrico.
más frecuentemente en la primera articulación metararso-
falángica (esta articulación se encuentra afectada en el
75 o/o de los pacientes), tarso, tobillos o rodillas. La presen-
tación es brusca, con desarrollo de la sintomatología du-
Patogenia rante las primeras 24 horas. En fases iniciales se desarrolla
Después de la descripción realizada por McCarty de la exis- sobre una sola articulación, con predominio nocturno; de
tencia de cristales de ácido úrico en las articulaciones con cri- modo que el paciente se despierta con intenso dolor y tu-
sis de gota, se comprobó el meca.nismo casual de estos crista- mefacción articular sin causa evidente. Es característica la
les al provocar crisis de artritis aguda mediante inyección ar- aparición de edema y eritema en las articulaciones perifé-
ticulares de cristales de ácido úrico en animales y en huma- ricas, que simulan una celulitis, y es menos frecuente en
nos, voluntarios sanos. Sin embargo, es posible encontrar otras articulaciones. No es raro que los pacientes presemen
cristales de ácido úrico en articulaciones asintomáticas de pa- febrícula o malestar general, especialmeme en brotes po-
cienres con gota, y la resolución de la crisis de gora se produ- liarticulares o con afectación de las grandes articulaciones.
ce por un cambio en el patrón de citocinas, aunque persistan Como factores desencadenantes de los ataques de gota
los cristales de ácido úrico. Otro hallazgo discordante es que son conocidos el consumo de alcohol, el ayuno prolonga-
la hemiplejia disminuye la formación de tofos y la aparición do, el uso de diuréticos y la hospitalización. También se ha
de crisis de gora en el lado parético, de tal forma que, sin ne- descriro que pueden existir mutaciones genética.s que con-
gar la relación casual con los cristales de ácido úrico, los me- duzcan a la activación del inflamosoma y que pueden re-
canismos por los cuales éstos pueden provocar una respuesta sultar en una mayor predisposición a los ataques de gota.
inflamaroria, así como la resolución de ésta, sólo han sido Las primeras crisis tienden a desaparecer en 3-1 O días,
descriros recientemente y aún quedan aspecros por aclarar. con tratamiento o de forma espontánea, habitualmente
Las células dañadas liberan ácido úrico, el cual puede ser re- con desaparición completa de la sinromatología. Los epi-
conocido por el sistema inmune innato como una <<señal de sodios siguientes tienden a producirse con más frecuencia,
peligro», lo que conduce a la activación de polimorfonuclea- a durar más tiempo y a afectar a más articulaciones, inclu-
res, monociros y macrófagos (o los sinoviocitos de tipo A), so se puede llegar a un estado de oligoartritis o poliartritis
por la detección de patrones moleculares asociados a peligro, crónica. Algunos pacientes presentan artralgias leves entre
fundamental menee los conocidos como receptores exuacelu- las crisis, que podrían ser provocadas por la gota, aunque
lares de tipo Toll, y receptores inrracelulares como la criopi- deben descartarse otras causas.
rina. La aparición de cristales de ácido úrico en la articula- En fases avanzadas, mal controladas, las deformidades
ción conduce a la activación de esros receptores, lo que lleva sobre rodo en las manos y pies, junto con la inflamación
a la activación de un complejo de macromoléculas conocido articular crónica, pueden crear una situación de discapaci-
como injlamosomtt, que resulta en la producción de imerleu- dad, con dificultad para la actividad laboral y para activi-
560 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 44-2. Criterios preliminares para la clasificación


de la artritis gotosa

Criterios mayores [cualesquiera de ellos es diagnóstico!


1. Visualización de cris ta les de monourato sódico en una
muestra de líquido sinovial
2. Cristales en una muestra de nódulo subcutáneo [total
Criterios menores [se requieren al menos seis de los doce)
1. Máxima inflamación en las primeras 24 horas
2. Más de un ataque de ar tritis aguda
3. Ataques monoarticulares
4. Eritema sobre las articulaciones hinchadas
5. Podagra
6. Ataque de podagra unilatera l
7. Ataque en el tarso unilatera l
Figura 44-1. Manos de un paciente con artritis tofácea crónica. Se B. Tofo [nódulo s ubcutáneo sospechoso!
aprecian nódulos s ubcutáneos voluminosos en las articulaciones 9. Hiperuricemia
m etacarpofaláng icas e interfalángicas, que alteran la anatomía nor- 1O. Tumefacción a rticular asimétr ica en el estudio
radiográfico
mal y la función de la m ano.
11. Quis tes subcor ticales sin erosiones en el estudio
radiográfico
12. Líquido articular [durante un ataque agudo) aséptico
dades como caminar, lo que deteriora gravemente la cali-
dad de vida de los pacientes (Fig. 44-1}.

Las técnicas de imagen tienen una utilidad muy limita-


O La artritis gotosa aguda es la manifestación clínica más
frecuente y es considerada como patognomónica.
da, son poco sensibles y específicas en fases iniciales, con
aparición únicamente de aumento de partes blandas, pero
pueden encontrarse hallazgos específicos en fases más evo-
lucionadas, especialmente erosiones óseas bien definidas,
Diagnóstico redondeadas u ovaladas, con margen esclerótica, sin dis-
El patrón oro para el diagnóstico de la gota es la demostra- minución relevante de la in terlínea articular, a veces con
ción de cristales de ácido úrico en el líquido sinovial de un borde sobresaliente y delgado d e hueso (Fig. 44-3). Los
una aniculación inflamada (Fig. 44-2). Existen unos crite- depósitos de ácido úrico so n radiorransparentes, pero si se
rios preliminares de clasificación que se han utilizado para calcifican se pueden apreciar en las radiografías (Fig. 44-4).
el diagnóstico de la enfermedad (Tabla 44-2), incluso en La ecografía tiene cada vez mayor utilidad en el diagnósti-
ausencia de demostración de cristales de UMS en el líqui- co de estas enfermedades, con imágenes caracterís ticas, y
do si novial, aunque en la p rimera crisis no puede reunirse facilitando la artrocenresis para la extracción de líquido si-
un número suficiente de criterios para establecer el diag- novial.
nóstico. Más recientemente, la Europettn League against
Rheumtttism (EULAR) ha publicado unos criterios diag-
nósticos (Tabla 44-3); aunque no lo consideran absoluta-
mente imprescindible, estos criterios refuerzan el papel de
la microscopia polarizada para el diagnóstico.
La uri cemia tiene escaso valor para el di agnóstico del
a taque agudo, aunque puede ser normal en e l momento
de la artritis gotosa aguda. Es recomendable determinar
los niveles de uricemia 2-4 semana s después de la crisis.
o
En la práctica habitual, la forma más frecuente de diag-

o nóstico es el reconocimiento de una crisis típica en un pa-


ciente con antecedentes de factores d e ri esgo, una vez
eliminada la posibilidad de otras causas, como artritis
traumática, séptica o artritis re umatoide .
La demostración de cristales de UMS en el líquido arti-
cular se considera una condición indispensable para d iag-
nosticar con certeza la anri tis gotosa. Los cristales p ueden
ser intracelulares o extracelulares, y habitualmente tienen
forma de aguja. Pueden visualizarse con un microscopio

Figura 44- 2. Microscopía de luz polarizada


compensada x 400 de un cristal de urato mo-
nosódico perpendicular al eje del compe"!sa-
dor. Es característica la forma en aguja !aci-
culada) y la fuerte bir refring encia que hace
destacar el cristal. [Cortesía del Dr. Miguel
' _.·
~.

Ángel Doña. Unidad de Reumatologia, Hospi-


tal Universitario Torrecárdenas de Almería).
44 • Ar tropatías microc rista linas 561

Tabla 44-3. Recomendaciones de European League against


Rheumatism para el diagnóstico de la artritis gotosa

Ataques agudos con rápido La gota y la artritis


desarrollo de dolor e hinchazón séptica pueden
importantes, que alcanzan su coexistir, por tanto, si
máximo en 6-12 horas, si se se sospecha infección
acompañan de eritema son se debe cultivar el
sugestivos de inflamación líquido sinovial aunque
por cristales, aunque no son contenga cristales
específicos de gota

Cuando la presentación es típica Aunque el factor de


de gota [ataques recurrentes riesgo para la gota es
de podagra con hiperuricemia), la hiperuricemia, la
el diagnóstico clínico es concentración sérica
razonable pero no definitivo sin ni excluye ni confirma
la confirmación de cristales la gota

La identificación de cristales de La excreción renal de


UMS en el líquido sinovial o en ácido úrico deberá
los tofos permite el diagnóstico medirse en pacientes
definitivo de gota seleccionados, Figura 44-4. Radiografía simple latera l de codos. Tofos volumino-
especialmente si la gota sos, parcialmente calcificado en el codo dere cho.
les afecta con menos de
25 años o si cursa con
litiasis renal
habitual, pero se recomienda el uso de un polarizador, que
Se recomienda la búsqueda Las radiografías pueden proporcionará una imagen más nítida de los cristales, con
rutinaria de cristales de UMS ser útiles para el
en todos los líquidos sinoviales diagnóstico diferencial,
su característica birrefringencia positiva, de color amarillo
obtenidos de las articulaciones pero no para confirmar brillante cuando se sitúan paralelos al eje del compensador
inflamadas pendientes de el diagnóstico de gota del microscopio de luz polarizada (ángulo de extinción pa-
diagnosticar al inicio ralelo).
La identificación de los cristales
de UMS en las articulaciones
asintomáticas permite el
diagnóstico definitivo en
Deben investigarse
factores de riesgo
y comorbilidades,
como el síndrome
Para el diagnóstico de la gota, la demostración de crista-
les de ácido úrico en el líquido sinovia l de una art icula-
o
períodos intercríticos metabólico [obesidad, ción inflamada es el patrón oro.
hiperglucemia,
dislipemia, HTA)

HTA: hipertensión arterial; UMS: urato monosód ico.


En la gota aguda, el líquido sinovial es inflamatorio y
pueden encontrarse más de 20.000 leucocitos/mm 3, lo que
a veces sugiere incluso u n aspecto purulento y hace sospe-
char una artritis séptica. Dado qu e los cristales de gota
pueden coexistir con una infección, en caso de duda deben
practicarse una tinción de Gram y cultivos del líquido si-
novial.
La medición del ácido úrico en la orina de 24 horas tie-
ne un valor limitado, dado que habitualmente la opción de
tratamiento no va a ser un fármaco uricosúrico (benzbro-
marona) y la dificultad de conseguir la suficiente cola-
boración del paciente. Es útil para evaluar el riesgo de li-
tiasis renal, establecer los mecanismos de la gota en el pa-
ciente y valorar la opción de tratamiento con benzbroma-
rona en caso de intolerancia a alupurinol y febuxostat.
Aunque es más precisa la determinación en función de la
uricemia y del filtrado glomerular, a efectos prácticos un
paciente con hiperuricemia es hipoexcretor si elimina me-
Figura 44-3. Radiografía simple posteroanterior de manos corres- nos de 600 mg/día.
pondientes al paciente de la fig ura 44- 1. Presenta cambios com- Deben realizarse pruebas de laboratorio para descartar
plejos, destacan los aumentos asimétricos de las partes blandas. enfermedades asociadas como insuficiencia renal, síndro-
Obsérvese el adyacente a la quinta metacarpofalángica izquierda, me metabólico, dislipemia o diabetes; igualmente debe va-
con lesiones óseas en sacabocados. En la tercera metacarpofalán-
gica izquierda y en la segunda metacarpofalángica derecha, son lorarse la asociación con HTA, obesidad o sobrepeso. Es
características las erosiones óseas sin alteración en el espacio importante valorar también el riesgo vascular del paciente
articular. con artritis gotosa.
562 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 44-4. Objetivos terapéuticos en la gota

o
Durante la crisis, e l paciente debe mantener una dieta
normal y no abandonar (ni iniciar! un tratamiento hipo-
Objetivos Medidas más empleadas uricemiante [conviene empezar unas 2 semanas después
de la resolución de la crisis!.
Mantener niveles de ácido lnhibidores de la xantino-
úrico por debajo de 6 mg/dl oxidasa o uricosúricos

Tratar eficaz y precozmente AINE. colchicina, esteroides Se traca de un cuadro intensamence doloroso, que debe
los episodios inflamatorios lnhibidores de la IL-1 tratarse de forma urgente. La base del tratamiento va a ser el
Prevenir la aparición de AINE o colchicina uso de fármacos anriinfla matorios (AINE), corricoides o
episodios inflamatorios colchicina. Otras opciones se comentan en la tabla 44-5.
durante el tratamiento Colchidna. Las actuales recomendaciones de la Agen-
hipouricemiante cia Europea del Medicamento {AEM) para evitar reaccio-
Prevenir el desarrollo de Inhibid ores de la xantino- nes tóxicas potencialmente graves limitan el uso de la col-
tofos, erosiones óseas y oxidasa o uricosúricos chicina a 2 mg al día, sin sobrepasar los 6 mg en 3 días.
destrucción articular Una opción de traramienro, cuando no estén indicados
Disminuir el riesgo de Medidas higienicodietéticas, AINE o corcicoides, puede ser un comprimido de 1 mg,
enfermedad cardiovascular control estricto de la HTA y cada 12 horas, durante 3 días o hasta que se resuelva la cri-
o enfermedad renal la dislipemia sis; sin embargo, suele ser insuficiente. La colchicina mues-
AINE: antiinflamatorios no esteroideos: HTA: hipertensión arterial. tra interacciones con ciclosporina, digoxina, macrólidos,
verapamilo, diltiazem, fibratos y estarinas.
AINE. En la mayoría de los casos constituyen el medi-
Tratamiento camento d e elección, debiendo emplearse en las dosis
Teniendo en cuenta la fisioparología de la gota, los objeti- máximas autorizadas durante el menor tiempo posible.
vos del tratamiento deben ser: Corcicoides. Pueden emplearse si los AINE están con-
• Mancener los niveles de ácido úrico en el plasma por de- traindicados y la colchicina está también contraindicada o
bajo del nivel de saturación; es decir, igual o menor de es insuficiente y son útiles por cualquier vía (oral, parente-
6 mg/dL. ral o intraarcicular). Las dosis no están establecidas en en-
o Prevenir los episodios agudos de inflamación articu- sayos clínicos. Habitualmente se utilizan por vía oral o pa-
lar. renteral 20-30 mg de prednisona o equivalence; en el caso
o Tratar los episodios de inflamación, en caso de que ocurran. de uso intraarricular pueden utilizarse 20 mg de triamci-
nolona para una rodilla y de 5 a 10 mg para una pequeña
Los objetivos del tratamienco se exponen en la tabla 44-4. articulación como la meratarsofalángica.
O tros. Al igual que las medidas físicas, el uso d e opiá-
Tratamiento de la crisis gotosa ceos como analgésicos no ha sido evaluado adecuadamen-
Es recomendable el reposo con el miembro afectado en po- te en ensayos clínicos. Dadas las características fisiopatoló-
sición elevada hasta la resolución de la crisis {2-3 días) y re- gicas parece aconsejable usar medicamentos que inhiban la
gresar paulatinamente a la actividad habitual. El frío local inflamación, pero en el caso de que rodo esté contraindi-
también ayuda a disminuir el dolor. Debe evitarse el ven- cado, el uso de opiáceos puede ser la única solución para
daje compresivo. aliviar el dolor.

Tabla 44-5. Nuevos fármacos en el tratamiento de la hiperuricemia y la gota

Mecanismo de acción Nombre Tipo Dosificación Situación

Hipouricemiante Pegloticasa Uricasa recombinante Intravenosa, 4-12 mg Autorizada para gota crónica
pegilada cada 2-4 semanas refractaria al tratamiento
convencional por la FDA

Uricosúrico Lesinurad lnhibidor selectivo de Oral, 200-600 mg/dia En desarrollo, pendiente de


URAT-1 aprobación

lnhibidores de la Anakinra Antagonista Subcutáneo, Autorizado para artritis


interleucina 1IIL-11 recombinante del 100 mg/día reumatoide
receptor de la IL-1 Uso compasivo en artritis
gotosa

Canakinumab Anticuerpo Subcutáneo, en la Autorizado para el síndrome


monoclonal artritis gotosa 150 periódico asociado a criopirina,
anti-IL-1 mg en dosis única artritis idiopática juvenil y
artritis gotosa rec idivante

FDA: Food and Drug Administration; IL: interleucina.


44 • Artropatías microcristalinas 563

o Las recomendaciones actuales de la AEM limitan el uso de


la colchicina a 2 mg al día, sin sobrepasar los 6 mg en 3 días.
rinol; si se inicia el tratam iento co n febuxosrat en pacien-
te con intolerancia al alopurinol, es recomendable empe-
zar con dosis más bajas, por ejemplo 80 mg a días airemos.
En cualquier caso, las dosis deben irse ajustando hasta
conseguir el nivel objetivo y, posteriormente, se monitori-
Tratamiento de la hiperuricemia zaran cada 6-12 meses.
No se considera indicado tratar la hiperuricemia asintomá- La introducción de febuxosrar ha terminado de despla-
tica (excepto en el tratamiento de síndromes mielodisplá- zar el uso de agentes uricosúricos como la benzbromarona,
sicos), y en el caso de artritis gotosa debe considerarse el que debe ser utilizada con precaución por la posibilidad de
tratamiento hipouricemiante si hay más de una crisis al heparopatías tóxicas. Antes de utilizar un uricosúrico debe
año (véase el caso clínico 44-2). También deben tratarse las valorarse la excreción urinaria de ácido úrico, por lo que
hiperuricemias en pacientes con insuficiencia renal o con está indicado sólo en hipoexcretores, dado que en otro
depósitos evidenres de ácido úrico (tofos palpables o imáge- caso la administración de estos agentes podría producir un
nes erosivas en la radiografía si mple). Un modelo de conse- fallo renal.
jos higienicodietéticos se presenta en los recursos web. La FDA (Food and Dmg Administmtion) ha aprobado
El seguimiento estricto de las medidas higienicodietéti- también el uso de una uricasa (pegloticasa), que p uede ser
cas, incluyendo una dieta rigurosa baja en purinas, condu- útil en situaciones de hiperuricemia que no pueda contro-
ce a descensos moderados en los niveles de ácido úrico, de larse con los medicamenros habituales.
1,5 a 2,0 mg/dL como máximo. Este descenso suele ser in-
suficiente en cuanto a conseguir reducir los niveles de áci- Prevención de nuevas crisis
do úrico por debajo de 6 mg/dL, pero puede aporrar im- Para prevenir las crisis de gota debe instaurarse un trata-
portantes beneficios para el perfil de riesgo cardiovascular miento durante al menos 6 meses desde el inicio (o un
del paciente; por lo que debe ser siempre el primer escalón ajusre al alza en el tratamiento). Para conseguir prevenir las
en el tratamiento de la hiperuricemia. crisis de gota es posible usar colch icina o AlNE en dosis
El inicio de la terapia hipouricemiante, incluso sólo con bajas. Existen diferentes pautas, que no han sido compara-
medidas dietéticas, puede desencadenar nuevas crisis de das entre sí en cuanto a eficacia o seguridad. La pauta uti-
gota, que pueden disminuir la adherencia del paciente al lizada en el estudio CONFIRMS (Becker et al, 2010) so-
tratamiento, con lo que se mantiene la hiperuricemia y el bre tratam iento con febuxostat fue de 0,5 mg/día de col-
daño articular irá progresando. Es fundamental advertir al chicina, o en caso de intolerancia, 250 mg/día de naproxe-
paciente so bre esta posibilidad e informarle de que, a la no junto con lansoprazol. La colchicina se puede urilizar
larga, el tratamiento conducirá a que las crisis de gota sean en dosis de 1 mg/día en pacientes con función renal nor-
menos frecuentes, y que incluso es posible revertir parte mal. En caso de contraindicación para el uso de AlNE o
del daño articular si el ácido úrico se mantiene de forma colchicina, podrían emplearse dosis bajas de esteroides
prolongada por debajo de los 6 mg/dL. (deAazacorr 6 mg/día o equivalente) . Agentes biológicos
como anakinra, canakimumab o rilonacept podrían ser
útiles en la prevención de nuevas crisis en pacientes selec-

o En la mayoría de los pacientes los fá rmacos hipourice-


miantes que se han de emplear serán los in hibidores de
la xantino-oxidasa: alopurinol y febuxostat.
cionados; su uso aún no ha sido aprobado, por lo que de-
ben utilizarse bajo protocolo de uso compasivo.

El alopurinol es un buen agente hipouricemianre, debe


Para prevenir las crisis de gota debe instau ra rse un tra-
!amiento durante al menos 6 meses.
o
iniciarse de forma lenta y progresiva, especialmente en pa-
cientes con deterioro renal. El inicio de forma rápida se
asocia con un mayor riesgo de efectos secundarios poten- ARTROPATÍA POR CRISTALES
cialmente graves. Dosis de hasta 300-600 mg/día suelen DE PIROFOSFATO CÁLCICO
ser bien toleradas; en caso de pasar de 300 mg al día, es re-
comendable su administración en dos romas fraccionadas. En segundo lugar se estudiará la artropatía producida por
Si se consigue el objetivo de uricemia, previene la apari- cristales de pirofosfaco cálcico.
ción de nuevas crisis y facilita la eliminación de los depó-
sitos de ácido úrico. Definición y cuadro clínico
El febuxosrat es otro inhibidor de la xantino-oxidasa, Los cristales de pirofosfaro cálcico se depositan dentro de
con una mayor potencia y un mejor perfil de seguridad. Su las articulaciones, o alrededor de éstas, y es característica la
metabolismo es fundamentalmente hepático, ya que se ex- calcificación de los cartílagos articulares, meniscos, sino-
creta un 50 o/o por las heces y un 50% por la orina, lo que vial y tejidos periarriculares. Habitualmente, la enferme-
permite más facilidad de empleo en insuficiencia renal o dad por depósito de pirofosfaro cálcico (ED PPC) aparece
hepática leves. Dosis de 80 mg equivalen a 600 mg de alo- de forma esporádica en individuos frecuentemente ancia-
purinol, y son con las que se comenzará el tratamiento, nos y con menor frecuencia de forma secundaria a enfer-
con roma diaria, en caso de respuesta insuficiente al alopu- medades metabólicas o traumatismos (Tabla 44-6). Exis-
564 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 1.1.-6. Afecciones asociadas a la enfermedad


los casos clínicos de EDPPC se presentan como una artro-
por depósito de pirofosfato cálcico sis especialmente agresiva, tanto clínica como radiográfica-
mente; un 1O% se presentan con una artropatía inflama-
Definitivas toria crónica semejante a la artritis reumaroide -con un
• Envejecimiento, artrosis diagnóstico diferencial difícil, dado que en la EDPPC se
• Formas familiares
• Hiperparatiroidismo pueden encontrar elevadas la PCR (proteína C-reactiva) y
• Hemocromatosis la velocidad de sedimentación globular (VSG), el factor
• Hipomagnesemia reumaroide es poco específico a estas edades, y pueden en-
• Hipofosfatasia
contrarse cristales de PPC en líquidos de pacientes con ar-
Posibles tritis reumaroide- y hasta un 30% pueden presentarse con
• Raquitismo hipofosfatémi co ligado al cromosoma X crisis intermiteme de artritis aguda (seudogota). D ebe
• Hipercalcemia familiar con hipocalciúrica
• Osteocondrodisplasias
considerarse la EDPPC como la causa más frecuente de ar-
• Displasias espondiloepifisarias tritis aguda en paciemes ancianos.
• Ocronosis
• Enfermedad de Wilson



Osteocondromatosis sinovial
Posmeniscectomía
Gota
La presentación clínica de la EDPPC puede ser diversa. O
• Artropatía neuropática
• Amiloidosis
En paciemes con EDPPC, especialmente si tienen una
edad inferior a 50 años, d ebe descartarse la existencia de un
trastorno metabólico asociado. El estudio incluirá la deter-
ten, además, formas de agrupamiento familiar. El término minación de los niveles de calcio, fósforo, magnesio, fosfa-
condrocalcinosis hace referencia al aspecto característico d e tasa alcalina, hierro, saturación de transferrina y ferritina. Si
las radiografías con calcificación del cartílago articular existe anormalidad en el metabolismo mineral se solicitará
(Fig. 44-5) ; sin embargo, los cristales de pirofosfato cálci- también h0rmona pararíroidea. En pacientes con sospecha
co (PPC) se depositan no sólo en el cartílago, sino también de hemocromarosis debería realizarse un estudio genérico.

o
en otras estructuras. L1mbién se ha urilizado para denomi-
nar a esta enfermedad el término seudogota, pero ésta es
En pacientes menores de 50 años con EDPPC debe des-
sólo una de las posibles manifestaciones de la enfermedad. cariarse la existencia de un trastorno m eta bólico aso-
Son características las calcificaciones en los meniscos, liga- ciado.
mento triangular del carpo y sínfisis púbica. Debe tenerse en
cuenta que la presencia de condrocalcinosis no siempre se aso-
cia con artritis y puede ser asinromática.
La EDPPC puede manifestarse clínicamente de muchas Diagnóstico
formas, lo que dificulta el diagnósrico diferencial. Es espe- El diagnóstico de certeza, mediante análisis cristalográfico,
cialmente frecuente que semeje una artritis gotosa, una ar- es más difícil que en el caso de la gota úrica, por el menor
tritis reumatoide o una artrosis. Se estima que un 50% de tamaño de los cristales. Debe hacerse un estudio con mi-
croscopía de luz polarizada (véase el caso clínico 44-1), en
paree para d escanar artritis por UMS y en parte por lapo-
sibilidad de encontrar cristales de PPC (Fig. 44-6) . Técnicas

..
-~
1

... 1

Figura 1.1.-6. Cristales de pirofosfato cálcico en examen de luz pola-


Figur a 1.1.-5. Radiografía simple anteroposterior de rodillas. Calcifi - riza da x 400. Se observan cristales débilmente refringentes, de for-
cación del menisco externo de la rodilla izquierda, sugeren te de ma ortogonal. [Cortesía del Dr. Miguel Ángel Doña. Unidad de Reu-
condrocalci nosis. matología, Hospital Universitario Torrecárdenas de Almería].
44 • Artropatías microcristalinas 565

cristalográficas, como el estudio por difracción de rayos X,


Tabla 44-7. Cuadros clínicos que se acompañan de
no suelen estar disponibles, por lo que también pueden ser enfermedad por depósito de cristales de apatita
útiles las radiografías simples, con búsqueda de condrocalci-
nosis o imágenes típicas en las artrosis de manos. • Envejecimiento
• Artrosis
Tratamiento • Derrames hemorrágicos en el hombro de los ancianos
• Artropatía destructiva
Salvo los uastornos metabólicos de base, no existe un tra- • Tendinitis, bursitis
tamiento preventivo. En algunas formas familiares se han • Calcinosis tumorallformas esporádicas)
• Depósitos que acompañan a otras enfermedades:
utilizado sales de magnesio para inhibir la precipitación
- Hiperparatiroidismo
del PPC. También se han ensayado probenecid y EDTA - Síndrome leche-alcalinos
(ácido erilendiaminorerracético), pero, en general, no ofre- - Insuficiencia rena l crónica. Diálisis permanente
cen resultados positivos. - Enfermedades autoinmunes del tejido conjuntivo !LES,
esclerosis sistémica, dermatomiositis)
En formas crón icas se h a empleado metorrexato e hidro- - Calcificación heterotópica después de enfermedades
xicloroquina (aunque no son tratamien tos autorizados en neurológicas graves
esra indicación). Igualmente, en alguna publicación se ha • Formas hereditarias:
descrito el uso de anakinra en formas graves y refractarias. - Bursitis, artritis
- Calcinosis tumoral familiar
- Fibrodisplasia osificante progresiva

o Para las manifestaciones clínicas se emplean los mismos


tratamientos que en la gota úrica (colchicina, AINE y cor-
ticoidesl.
LES: lupus eritematoso sistémico.

ARTROPATÍA POR CRISTALES DE HIDROXIAPATITA


Si se presentan calcificaciones en más de cuatro localiza-
ciones, debe considerarse como una enfermedad propia
denominada periartritis calcificada con múltiples localiza-
o
Los depósitos de aparira (hidroxiaparita cálcica) suelen ob- ciones.
servarse en estructuras periarriculares como bolsas y tendo-
nes, como resultado de una reparación defectuosa (calcifi-
cación disrrófica) de lesiones previas. Estos depósitos se En cultivos celulares de membrana sinovial, la exposi-
engloban dentro de la patología de las partes blandas y son c ió n a cristales de hidroxiapatira aumenta considerable-
rrarados e n otro capítulo de esta obra. mente la liberación de colagenasas y proteasas que podrían
Es frecuente q ue un paciente renga calcificaciones yux- producir la destrucción celular.
taarriculares en varías localizaciones; si se presentan en más La arrropada por aparira puede desarrollarse de fo rma
de cuatro localizaciones debe considerarse como una en- aislada o como consecuencia de un proceso arrrósico, dado
fermedad propia: periarrritis calcificada con múltiples lo- que en esta última enfermedad es frecuente encontrar de-
calizaciones, y valorar si existe alguna predisposición para pósitos de cristales de apatira en estructuras sinoviales.
la calcificación disrrófica, lo que puede ocurrir de forma Se han ensayado varios agentes para prevenir la apari-
familiar o aislada (Tabla 44-7). ción de nuevos depósitos, como el fosfocitrato o el diltia-
Puede producirse el depósito de apatita dentro de las ar- zem, con resultados poco relevantes, y no están aprobados
ticulaciones, e n este caso existe una respuesta inflamatoria con esta indicación.
variable que puede ser extremadamente destructiva. Esra
artritis por hidroxiapatita ocurre más frecuentemente en
ancianos, con afectación de ho mbros, y puede provocar El tratamiento no varía en relación con otras artritis por
dolor y discapacidad intensos, que incluso llegan a reque-
rir reemplazo articular (hombro de Mílwaukee) . También
p ueden verse afectadas las articulaciones coxofemorales,
cristales. Los corticoides intraarticulares han demostra-
do mayor e ficacia que Los AINE, sobre todo en fases ini-
ciales. Se puede usar colchicina en dosis de 1 mg al día
para prevenir nuevas crisis.
o
rodillas o interfalá ngícas de las manos. Habitualmente,
pese a la sinromatología altamente incapacítante, el líqui-
do sinovial es no inflamatorio, en ocasiones hemático, con Nota: Para facilitar al lector y al estudiante la integra-
un bajo recuento de leucocitos y pueden observarse crista- ción de conocimientos y aplicarlos a la práctica clínica, en
les de hidroxiapatita y, en ocasiones, de pirofosfato. D ebe el C3El anexo 3. Casos clínicos pa ra prácticas de aula, se pre-
tenerse en cuenta que es muy difícil visualizar los cristales sentan casos prácticos para la realización de prácticas en el
de apatira, ya que requieren rinciones especiales como el aula; para este rema se recomienda consultar el caso prác-
rojo de alízarína. tico quimo.
566 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

RESUMEN

• Las artritis por microcristales constituyen una causa fre- • Otras a rtritis por cristales a veces no son reconocidas por
cuente de artritis aguda y crónica, especialmente en el falta de marcadores séricos, dificultades en el análisis de
adulto y el anciano. En la práctica están infradiagnostica- liquido sinovial y semeja nza con otras artropatías.
das y en muchas ocasiones infratratadas.
• El mecanismo de inflamación está mediado por la sobre -
• La gota es la artritis crónica sobre la que existe más posi- producción de interleucina 1, y en todos los casos resulta
bilidad de actuación, no sólo tratando las crisis, sino con la eficaz el uso de AINE, cortico ides o colchicina. Los inhib í-
prevención de nuevos episodios y la normalización de la dores de la interleucina 1 como el anakinra ofrecen opcio-
uricemia . nes de tratamiento en casos rebe ldes.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Sociedad Española de Reumatología. (20 1 O). Mnnunl SER de


!fiS mfermedndes ósens. Madrid: Editorial M édica Panameri-
Sociedad Española de Reumatología (2008). Mmwnl SER de lns en- cana.
fonnedndes reumáticas. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. Según las dife rentes edades y sexos, ¿cuáles son las causas te malos cumplidores del tratamiento, aficionados en exce-
más frecuentes de art ritis aguda y crónica? so a «la buena vida»? ¿Se debería ayudarlos sin juzgar?
2. En un paciente gotos o conocido, que hace unos años pre- 4. Ante un paciente con sintomatologia articular, ¿el profesional
sentaba cifras de 9- 1O mg/dl de ácido úrico, en tratamien- debe conformarse con con trolar los síntomas? o ¿debería es-
to con alopurinol400 mg/dia, que presenta actualmente ci- tablecer protocolos entre los servicios de ate nc ión primaria-
fras de 7,0-7,5 mg/dl y sólo u na o dos crisis de gota al año urge ncias-hospital para llegar a un diagnóstico e tiológico?
que no interfieren casi s u actividad habitual, ¿debería plan-
5. Entre artritis por m icrocrista les, artritis reumatoide, espon-
tearse la inte nsificación del tratamiento?, ¿se mantiene la
diloartritis y otras, más del 2% de la población general pa-
inercia terapéutica?
dece de artritis. ¿Está el médico de atención primaria sufi-
3. Todos las personas toman decisiones en su vida que hacen cientemente familiarizado con el diagnóstico y manejo de
más o menos probables determinadas patologías. ¿Es posi- esta patología? ¿Son correctamente atendidos tanto en las
ble tener la sensación de que los gotosos son especialmen- urg encias de atención primaria, como en las hos pita la rias?

HERRAMIENTAS DE APREND IZAJE

CASOS CLÍNICOS

44.1. Mujer de 72 años, que padece diabetes mellitus de tipo 2 e HTA de larga evolución bien controlada. Presenta, desde hace
años, dolor mecánico en la región lumbar y en ambas rodillas. Está diagnosticada de artrosis y tra tada con paracetamol.
Desde hace 4 meses presenta un incremento del dolor en ambas rodillas, con tumefacción y aumento de calor local, además

de rigidez matutina de aproximadam ente 1 hora.
Duar rollo dtl taJo y
md1 ~aJos cllnitot
f
yi
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer y comprender la relevancia, el manejo clínico y el tratam iento de las enfermedades de las partes bla nd as.

INTRODUCCIÓN rán ciertas enfermedades que tienen entidad propia, y que


están relacionadas con una afectación del sistema m uscu-
En este tema se estudiarán aquellas enfermedades que se loesquelérico.
engloban terminológicamente como reumatismos de par- Se ha realizado un esfuerzo de síntesis para no ser re-
tes blandas (tejidos blandos), ya que se trata de un grupo de dundante con otros temas ya tratados, o que se verán más
entidades caracterizadas por dolor regional de las extremida- adelante como la fibromialgia (véase el capítulo 46, apar-
des y cuya causa habirual es el sobreuso de tendones, emesis rado Fibromialgia). Por ello, en los casos en los que así fue-
y bolsas (Fig. 45-1). Se estima que su p revalencia varía en- ra, en este tema sólo se presenta una tabla a modo de es-
tre el 3 y el 15 %, de al1í la necesidad de su estudio. El pro- quema-resumen con los aspectos más relevantes, y se remi-
cedimiento terapéutico, en general, consistirá en la supre- te al lector al rema correspondiente. Tal es así en las si-
sión o modificación de los factores desencadenantes, la ad- guientes patologías:
ministración de antiinflamatorios y fisioterapia, inicialmen- • Tendinopatía del manguito rotador (Tabla 45- 1). Véa-
te. En casos refractarios e al tratamiento conservador, se se el capítulo 11, apartado Enfermedad del manguito
indicará la infiltración local con corticoides o la cirugía. de los rotadores. Sínd rome subacromial.
Para facili tar allecror el estudio y completar su aprendi- • Hombro congelado (Tabla 45-2) . Véase el capítulo 11,
zaje, se han elaborado esros contenidos donde se estudia- apartado Hombro rígido.

-
Reumatismos de partes blandas

e Fibromialgia
Tendinilis del
manguilo mtador
Hombro
Hombro congelado .__
o
....___ Tendinitis calcificanle

Codo
---.... E:j;¡~~~diliii~ - ----- ---- --ii~~¡¡¡; ~~~~~~¡~~; -
Epitrocleilis

Tenosinvilis de Quervain
Enfennedad de
Dupuytren
Rodilla
..o-;--- 8~~~u~ ~~;;n~~ - - -- - -- - --- a~isle-de-sik~¡ - i>

Pie
---- ----- ---------- ------- --- --- -
Espolón calcáneo - -
Figura 45-1 . Enfermedades de partes blan-
das. Es quema generaL

569
570 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 45-1. Tendinopatia del manguito retador

Definición • Inflamación de los tendones del hombro que forman el manguito retador !supraespinoso,
infraespinoso redondo menor y subescapularl

• Dolor en la zona anterolateral del hombro en reposo que aumenta al realizar actividades como
ponerse la camisa o cepillarse el pelo
• Dolor por la noche al tumbarse sobre el lado afectado
Cuadro clinico • Según el tendón afectado:
- Supraespinoso: dolor en la abducción del hombro
- lnfraespinos o y redondo menor: dolor en la rotación externa del ho mbro
- Subescapular: dolor en la rotación interna del hombro

Factores desencadenantes • Pintar, nadar, jugar al tenis, béisbol o voleibol. limpiar cristales

• Anamnesis ® :¿cómo es el dolor?, ¿en qué trabaja?, ¿realiza a lgún deporte?


• Exploración física : detectar el músculo afectado
Supraespinoso:
• Prueba de Job e o de la lata vacía [posición que se adopta al vaciar una la tal 1® video 45-1 1:
paciente con el brazo en cruz y el pulgar hacia abajo. Intenta la abducción contrarresistencia.
• Maniobra del Yocum 1® vídeo 45-11: paciente con la mano del lado a explorar sobre el hombro
Diagnóstico contralateral, se le pide que eleve el hombro contrarresistencia
lnfraespinoso y redondo menor:
• Rotación externa resistida 1® vídeo 45-11: el paciente abduce los hombros unos 30 grados
manteniendo los codos flexionados a 90 grados y empuja los brazos hacia fuera contrarresistencia
Subescapular:
• Prueba de Gerber 1® vídeo 45-11: el paciente está con la mano detrás de la espalda y la palma hacia
fuera, se le indica que despegue la mano de la espalda contrarresistencia

• Radiografía : sólo en te ndini tis recurrentes para descartar tendinitis calcificante o artritis
Pruebas complementarias • Ecografía: alta sensibilidad para detectar pa tología tendinosa
• Resonancia magnética: sólo para descartar roturas de tendones, patología s poco claras o ante la
necesidad de confirmar el diagnóstico en deportistas

• En la fase aguda: hielo, reposo evitando las actividades que agravan los s íntomas y AINE por via oral
• Terapias adyuvantes <il> : láser, fonoforesis, ionoforensis, ultrasonidos. Existen pocas evidencias
Tratamiento científicas de su eficacia
• No mantener el brazo en cabestrillo. Salvo si es necesario en la fase aguda
• El ejercicio excéntrico es beneficioso
• Corticoides infiltrados en la zona subacromial. Hay revisiones contradictorias

Prevención • Evitar movimientos repetitivos que impliquen abducción y/o rotación de hombros

AINE: antíinflamatorios no esteroideos.

, Tabla 45-2. Hombro congelado

Definición • También llamado capsulitis adhesiva


• Proceso inflamatorio que «pega>> la cápsula, lo que provoca restricc ión progresiva de movimientos
• Es doloroso y en ocasiones idiopático

• Comienza con dolor en el hombro que empeora por la noche [2-9 meses!
Cuadro clínico • Posteriormente disminuye el dolor y aumenta la rigidez 14-12 meses!
• El retorno es gradual en menos de 24 meses. Suele ser la progres ión habitual

Factores desencadenantes • Desgarro del manguito retador, inmovilización del brazo tras una fractura, diabetes mellitus, hipertiroidismo

Diagnóstico • Anamnesis y exploración física: limitación del arco de movimientos activos y pasivos. La rotación
externa y la abducción son las más afectadas

• Radiografía: puede haber osteopenia en algunos casos. Aconsejada para excluir artrosis glenohumeral
Pruebas complementarias • Ecografía: para descartar patología del ma nguito retador
• Resonancia magnética: sólo en casos de difícil diagnóstico. Se aprecia engrosamiento de la cápsula
• Inyección de anestésicos subracromial: es diagnóstico si persiste el dolor

• En las fases iniciales se aconsejan ejercicios ligeros de abducción, rotación interna y externa
• No se aconsejan los corticoides orales
Tratam iento • La inyección intraarticular de glucocorticoides y anéstesicos reduce el dolor y aumenta la
movilidad. No admini stra r más de tres inyecciones. Usar en casos moderados o s everos
• Liberación quirúrgica de la cápsula con radiofrecuencia en casos refractarios

Prevención • Evitar la inactividad mantenida del hombro


45 • Otras enfermedades del sistema musculoesquelético 571

Tabla 45-3. Epicondilitis

Definición • También llamada «codo de tenista»


• A pesar de su sufijo «-itis» no se trata de una inflamación sino de una tendinosis (fi brosisl
• Afecta a la inserción en el epi cóndilo de los músculos extensores corto y largo del carpo

• Dolor punzante y gradual en la cara externa del codo, en ocasiones nocturno, que empeora con la
Cuadro clínico
hiperextensión de la muñeca

• Jugadores de tenis aficionados (mala técnica de revés, de saque o mango de raqueta inadecuado)
Factores desencadenantes
1® vídeo 45-11. uso de destornilladores, podar o levantar pesos

• Anamnesis y exploración física:


- Punto doloroso sobre el epicóndilo humeral
- La flexión y pronación son normales
Diagnóstico - Arco de movi mientos normal
• Prueba de elevación de una silla 1® vídeo 45-1 ): el paciente intenta levantar una silla agarrándola
por la zona superior del respaldo, se produce dolor en la cara externa del codo
• Extensión de la muñeca contrarresistencia 1® vídeo 45-11: provoca dolor en el epicóndilo

• Radiografía: en un principio, no es necesaria. Indicada si hay sospecha de osteolitos


Pruebas complementarias • Ecografía: si la eva luación es mala
• Resonancia magnética : en caso de ci rugía

• Inicial:
- Modificación de la técnica de juego
- Evitar movimientos lesivos
- AIN E
- Fortalecimiento excéntrico
- Cintas de epicondilitis
Tratamiento • Si la evolución es mala:
- Inyecciones de corticoides. Sólo pautas cortas en casos de dolor importante. Las pautas largas
empeoran posteriormente
• Casos resistentes:
- Cirugía (tenotomíal
• Otros: ionoferesis. inyecciones de plasma, ondas de choque y acupuntura no han demostrado
eficacia

• Evitar movimientos repetitivos de hiperextensión de la muñeca


Prevención
• Mejorar la técnica de juego en tenistas aficionados

AINE: antiinflama to rios no estero ideos.

Tabla 45-4. Epitrocleitis

Definición • También llamada «codo de golfista»


• Como en el caso de la epicondilitis se trata de una tendinosis, en esta ocasión de la inserción
de los flexores y pronadores del antebrazo

Cuadro clínico • Los deportistas suelen quejarse de un dolor intenso sobre la epitróclea tras la fase de aceleración
del lanzamiento
• Los que no son deportistas refieren molestias incluso al estrechar la mano

Factores desencadenantes • Jugadores de golf 1® vídeo 45-11. levantadores de peso, leñadores, uso de martillos

Diagnóstico • Anamnesis y exploración física:


- Punto doloroso al palpar sobre el epicóndilo interno que empeora con la flexión forzada de la
muñeca contrarresistencia
- Arco de movimientos del codo y de la muñeca normal

Pruebas complementarias • Igual que en la epicondilitis

Tratamiento • Revisar la técnica de swing. Resto del tratamiento como en la epicondilitis

Prevención • Evitar movimientos repetitivos de flexión de muñeca y pronación de antebrazo


572 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 45-5. Bursitis olecraneana

• También llamada «codo de estudiante» o «h igroma de codo»


Definición • Inflamación de la bolsa sinovial que recubre el olécranon y que actúa como amortig uador entre la
piel y el hueso

• Tumefacción en la cara posterior del codo. delimitada. fluctuante. a menudo recurrente y


habitualmente indolora
Cuadro clínico • Puede referir un dolor puntual durante la palpación sobre el olécranon que empeora con la flexión
completa
• Puede haber heridas en la piel si es infecciosa

Factores desencadenantes • Lesión directa, presión prolongada, microcristales, artritis reumatoide, infección !puede coexistir
con cualquiera de las anteriores!

Diagnóstico • Inflamación en la cara posterior del codo poco dolorosa


• Arco de movilidad conservador

Pruebas complementarias • Radiografía: en la evaluación inicial para excluir fractura o cuerpo extraño
• Punción-aspiración de la bolsa: si se sospecha que hay microcristales o infección

• Frío local
• AINE por vía oral
• No infiltrar corticoides en un principio
Tratamiento • Evitar posturas habituales que puedan hacer presión excesiva y mantenida sobre el codo
• Antibióticos por vía oral si hay fiebre o se sospecha de infección
• Si se sospecha infección, reevaluar en pocos días por riesgo de sepsis

Prevención • Corregir posiciones que puedan lesionar el codo

AINE: antiinflamatorios no esteroideos.

• Epicondilitis (Tabla 45-3). Véase el capítulo 14, apar- clínica concreta para orientar el diagnóstico de cada una de
rado Epicondilalgias laterales. Epicondiliris. ellas.
• Epirrocleíris (Tabla 45-4) . Véase el capírulol4, aparra- Algunas de ellas, como el ganglión (aparrado Ganglión),
do Epicondilalgias mediales. Epitrocleítis. o la tenosivitis de De Quervain (apartado Tenosivitis de
• Bursiris olecraneana (Tabla 45-5 y Fig. 45-2) . Véase el De Quervain) , son de gran interés en el ámbiro laboral,
capítulo 14, aparrado Higromas y bursitis olecraneanas. pues pueden ser consideradas enfermedades profesionales.
• Síndrome del túnel carpiano (Tabla 45-6) . Véase el ca- Por ello, en la bibliografía ellecror encontrará recursos de
pítulo, aparrado Síndrome del túnel carpiano. interés (páginas de Internet), del Instituro de Seguridad e
Higiene en el Trabajo, donde se dan las directrices para la
A continuación, se estudiará el resro de las e nfermedades roma de decisiones clínicas en enfermedades profesionales.
más relevantes y de interés para el fisioterapeuta. Los auto- Así, se comenzará por el estudio de las enfermedades
res del capítulo han creído conveniente también, desd e un que se asientan en la mano, siguiendo por las de rodilla y
punto de vista didáctico, exponer conceptual y brevemen- finalizando por del pie.

o
te cada apartado, y completar el contenido en una tabla es-
quemática. En el ® vídeo 45-1 se muestra la exploración
El ganglión y la tenosivitis de De Quervain pueden cata lo-
garse como enfermedades profesionales.

GANGLIÓN
Se entiende por ganglión o quiste sinovial, o tumor quís-
rico, una protrusión del líquido sinovial a través de zonas
de menor resistencia de la cápsula articula r de la muñeca o
de las vainas sinoviales de los tendones (tabla 45-7).
Este nódulo formado asienta característicamente en el
dorso de m a no (Fig. 45-3) , aunque puede darse en otras
localizaciones.
Estos quistes sinoviales habitualmente tienden a desa-
parecer y cambiar de tamaño, incluso a recidivar, con mu-
cha frecuencia. La mayor parte no requieren más que tra-
Figura 45-2. Bursitis olecraneana. tamiento expectante GD . Pero si son dolorosos, alteran la
45 • Otras enfermedades del sistema musculoesquelético 573

Tabla 45-6. Síndrome del túnel carpiano

• Compresión del nervio mediano por cualquier proceso que estreche el túnel del carpo
Definición • Provoca dolor y parestesias en el territorio de dicho nervio
• A menudo se produce una degeneración atrófica del ligamento anular sin causa conocida 1® video 45-11

• Precoz: parestesias en el pulgar, índice, medio y mitad del anular


• Después: dolor en reposo que puede despertar al paciente por la noche. Agitar la mano y dejarla
Cuadro clínico colgando al borde de la cama alivia el dolor
• Con el tiempo: el dolor y tumefacción pueden extenderse al brazo, hombro e incluso a la ca ra
lateral del cuello
• A largo plazo: debilidad y atrofia en los músculos tenares que dificultan la precisión

• Profesionales que fuerzan la muñeca: remeros, violin istas, carpinteros, administrativos lteclearl,
masajistas
Factores desencadenantes
• Patologías: artritis reumática, obesidad, hipotiroidismo, diabetes mellitus
• Otros: embarazo, consumo de cafeína y tabaco

• Signo de Tinell® video 45-1): el pac iente hiperextiende la muñeca. Se percute con el martillo o
dedo en la zona de paso del nervio med iano de la cara anterior de la muñeca. Es positivo s i provoca
parestesias en el territorio del nervio mediano
Diagnóstico • Signo de Phalen 1® vídeo 45- 1): el paciente enfrenta el dorso de las manos flexionando las muñecas
y mantiene esta posición durante 1 minuto. Es positivo si provoca parestesias
• Signo de abducción resistida del pulgar 1® vídeo 45-11: a veces se encuentra atrofia de los
músculos tenares
• Signo de la sacudida rápida: mejoría de los síntomas tras sacudir la mano vigorosamente

• Electromiografía: para demostrar alteración en la conducción del nervio mediano. Se rea liza si
persisten los s íntomas o son muy acusados
Pruebas complementarias • Radiografía: si existe un traumatismo previo
• Ecografía y resonancia magnética: en pacientes si ntomáticos con electromiografía negativa (puede
darse en el 20% de los casos! puede existir afectación del nervio mediano

• No recetar AIN E por su escasa eficacia


• Uso nocturno de férulas 1® vídeo 45-11
• In fi ltración de corticoides intralesionales si no ha mejorado con la férula. No más de una
infiltración cada 6 meses
Tratamiento • En el embarazo, sólo férula nocturna; el s índrome s uele desaparecer tras el parto
• Ultrasonidos: más beneficiosos aplicados durante más de 2 semanas y con ondas pulsadas y profundas
• La vitamina 86 no es eficaz
• Cirugía descompresiva seccionando el ligamento del túnel del carpo en casos refractarios. Buenos
resultados a largo plazo

Prevención • Ergonomía laboral

AINE: antiinftamatorios no esteroideos.

Tabla 45-7. Ganglión

• Quiste s inovial que nace de la cápsula articular o de la vaina tendinosa


Defi nición • Más frecuente en mujeres jóvenes
• Es el tumor de las partes blandas más común en los dedos y en el carpo. Ta mbién pueden aparecer
en la rodilla y dorso del pie

• Tumoración habitualmente visible y palpable e indolora


Cuadro clínico • Puede estar oculto y ocasionar molestias al movilizar la articulación
• En pocos casos ocasionan síntomas neurológicos por compresión nerviosa (por ejemplo, nervio cubitall

Factores desencadenantes • Espontáneos, secundario a traumatismos

• Exploración física: masa palpable, blanda, fi rme y móvil próxima a la cápsula articular o vaina tendinosa
Diagnóstico • Transíluminacíón positiva: método sencillo para diferenciar los gangliones de los tumores sólidos.
Muchos cirujanos se basan sólo en ella y no requieren pru ebas radiológicas

Pruebas complementarias • Ecografía: en caso de etiología poco clara


• Resonancia mag nética: en pacie ntes con dolor de muñeca para descartar gangliones ocultos

• Manejo expectante si la masa no es dolorosa, no impide el movimiento ni da síntomas neurológ icos


Tratamiento • Si persiste y es doloroso se puede hacer aspiración con aguja de calibre ancho
• Si es recidivante está indicada la extracción quirúrgica extirpando la conexión con el tendón

Prevención • Nada
574 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelétic:o

TENOSINOVITIS DE DE QUERVAlN

La tenosinovitis de De Quervain es una tendinitis que


afecta a los tendones del primer compartimento extensor
de la mano, abductor largo y extensor corto del pulgar,
produciendo dolor con los movimientos del pulgar (Ta-
bla 45-8).
El diagnóstico es clínico y se realiza mediante la prueba de
Finkelstein, que consiste en aprisionar el pulgar por los otros
cuatro dedos y flexionar la muñeca en desviación cubital. Se
reproduce un dolor exquisito en la tabaquera anatómica.
Figura 45-3. Ganglión.
El tratamiento conservador se realiza mediante férula d e
descarga (férula de De Quervain) (véase el capítulo 38,
función o presentan un tamaño inaceptable, hay varias po- apartado Ortesis de mano, hand orthosis, HO) , AINE,
sibilidades de tratamiento. crioterapia local y reposo de la actividad. Si permanece la
La inmovilización mediante férula de descarga suele incapacidad funcional por dolor, está indicada la infiltra-
aliviar la sintomarología. Si el paciente refiere dolor que no ción con corticosteroides; se pueden realizar hasta tres.
se calma con AINE (anriinflamatorios no esteroideos) o Habitualmente así mejoran el90% de los pacientes; en el
que le impide la función manual, se puede proceder a la as- resto, se recurre a la cirugía para la liberación de la vaina
piración del contenido sinovial, con aguja y asepsia exqui- tendinosa. Posteriormente, fisioterapia.
sita.
Raramente es precisa la cirugía; en esos casos se recurre
a una escisión de forma ambulatoria, pero sin garantías,
pues con frecuencia vuelve a recidivar.
En la tenosinovitis de De Quervain, la prueba de Finkels-
tein es característica para el diagnóstico clínico. o
Tabla 45-8. Tenosinovitis de De Quervain

• Engrosamiento de las vainas tendinosas (tenosinoviales) del abductor largo y extensor corto
Definición del pulgar
• La causa es el uso excesivo y continuado de la muñeca y la mano

• Dolor con los movimientos de muñeca y pulgar asociado a la palpación en el área del estiloides
radial
• El paciente cuenta dificultad en el agarre y, a menudo, se frota sobre el estiloides radial al
Cuadro clínico describirlo
• Incapacidad para pellizcar
• Puede haber edema en la zona de la tabaquera anatómica
• No hay crepitación

• Embarazo, trauma directo, uso frecu ente de tijeras en el trabajo, artritis reumatoide, madres y
Factores desencadenantes trabajadores de guarderías. En los dos últimos casos por la forma de coger los bebés al aumentar
de peso

• Anamnesis y exploración física:


- Prueba de Fínkelstein !® vídeo 45-11: el paciente coloca el pulgar en la palma cerrando los dedos
Diagnóstico alrededor de él y desviando la mano hacia la posición cubital. El dolor se agrava con la extensión
del pulgar contrarresistente
- Sensibilidad en la porción distal del estiloides radial

• Radiografía: sólo está indicada si se sospecha tumor óseo oculto, fractura de estiloides o
Pruebas complementarias
calcificaciones

• Fase inicial:
- AINE por vía orallaunque no es un mecanismo inflamatorio, salvo en casos de traumatismo)
- Frío local
- Férula que inmovilice la base del pulgar (mejor no inmovilizar la muñeca a no ser que sea
Tratamiento necesa rio por el dolor)
- Fonoforesis: aplicación de corticoides con ultrasonidos, da buenos resultados
- Corticoides intralesionales: eficaces en muchos casos, sólo con una dosis
- En caso de embarazo suele desaparecer solo
- Cirugía: en casos refractarios. Con anestesia local y descompresión del compartimento
del primer extensor

Prevención • Evi tar las recidivas corrigiendo los movimientos desencadenantes o disminuyendo su frecuenc ia

AINE: antiinflamatorios no esteroideos.


45 • Otras enfermedades del sistema musculoesquelético 575

miento de la piel de la palma de la mano (Fig. 45-4}, que


puede convertirse en u n bulto indurado o banda gruesa;
su evolución natural podría conllevar una retracción de
los dedos, habitualmente hacia la palma de la mano (Ta-
bla 45-9).
El tratamiento depende de muchos factores, pero en la
actualidad, la ci rugía es el único tratamiento efectivo para
corregir la contractura evolucionada. Si bien es cierro que
la cirugía puede devolver la movilidad de los dedos, no co-
rrige el proceso subyacente de la enfermedad, por lo que
con frecuencia se produce una recidiva. La técnica requie-
re una plastia en «Z», y es necesaria fisioterapia poscirugía.

BURSITIS ANSERINA EN LA RODILLA


La bursiris (Tabla 45-10) es una de las causas más fre-
cuentes de dolor en la cara amerior de la rodilla (Fig. 45-5),
Figura 45-4. Enfermedad de Oupuytren. Detalle del engrosamien- por lo que hay que hacer un correcto diagnóstico dife-
to cutáneo palmar. rencial con otras entidades nosológicas (véase el capítu-
lo 23).
ENFERMEDAD DE DUPUYTREN El dolor es de tipo mecánico y suele asociarse a artrosis
(véase el capítulo 42, apartado Artrosis de la rod illa) . El
La enfermedad de Dupuyrren, también llamada contmctrt- tratamiento habitual es mediante AlNE, y si fracasa, está
ra de Drtpuytren, normalmente empieza con un engrosa- indicada la infiltración con corticosteroides.

Tabla 45-9. Enfer medad de Dupuytren

• Engrosamiento de la aponeurosis palmar que conduce a una retracción en flexión de los dedos
Definición
• No hay signos de inflamación

• Comienza con nódulos palmares que pueden ser dolorosos a la palpación


• Posteriormente se desarrollan cuerdas palpables proxi males a los nódulos
Cuadro clínico
• Finalmente se produce una retracción en la flexión de los dedos. El más afectado es el anu lar y el
menos el pulgar les el que recibe menos fibras de aponeurosis pa lmar!

• La etiología es desconocida. Se relaciona con la edad, diabetes mellitus, tabaco, predisposición


Factores desencadenantes
genética. alcohol, habitantes del norte de Europa y traumatismos previos

• Anamnesis y exploración física: módulos palmares que han evolucionado a cordones que retraen
Diagnóstico los dedos en flexión

Pruebas complementarias • No se necesitan

• Estadios iniciales:
- Esperar. Un 10% de los casos regresan solos
- Si ha y dolor: inyección intralesional de corticoides
- Inyección de colágeno. Comercializada en España . En casos leves mejora la movilidad. Faltan
estudios a largo plazo
- Ejercicios de estiramiento: parece que aceleran la fibrosis
- Radioterapia profiláctica: hay estudios que apoyan su efecto enlentecedor de la enfermedad si se
descubrieran tumores secundarios. Son necesarios más estudios
• Estadios más avanzados:
Tratamiento
- Cirugía si impide la actividad cotidiana
Técnicas:
11 Fasciotomía percutánea con aguja: se hacen cortes en la fascia. Ata recurrencia
21 Fasciectomía parcial abierta: se extrae sólo la fascia palmar afectada
31 Fasciectomía total abierta: se extrae toda la fascia palmar
• Parece que no hay grandes diferencias en los resultados de las dos últimas
• Son los métodos más eficaces
• Si ha permanecido mucho tiempo con la enfermedad, puede no recuperarse tras la cirugía
• Otros: tracción, vitamina E, entablillado, corticoides, ultrasonidos. No son eficaces

Prevención • No se conocen técnicas preventivas


576 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 45-10. Bursitis anserina

• También llamada «bursitis de la pata de ganso»


• Inflamación de la bolsa anserina que amortigua el roce en la inserción de los músculos de la pata
Definición
de ganso [sartorio, recto interno y semitendinoso]. Se insertan en la cara anterosuperior tibia l. Son
músculos que facilitan la rotación interna y la flexión de la rodilla

• Dolor en la región medial de la rodilla sobre la tibia proximal


• El dolor aparece sobre todo de noche o al flexionar las rodillas
• A menudo es bilaterall1/3 de los pacientes!
Cuadro clínico
• Bien localizado a punta de dedo
• Leve edema o ninguno
• Hipersensibilidad de la zona

• Traumatismo en la cara interior de la rodilla. alteraciones en la marcha, mujeres de mediana edad,


Factores desencadenantes
mujeres jóvenes deportistas, corredores, diabetes mellitus, ancianos con sobrepeso y artrosis

• Anamnesis y exploración física:


- Dolor en la palpación de la meseta tibia! anterior !unos 4 cm medialmente a la tuberosidad
anterior de la tibial
Diagnóstico - Dolor en esa zona a la flexión de rodilla contrarresistencia
- No dolor al caminar en superficies planas
- No dolor a l forzar el valgo de la rodilla . Indica que el ligamento colateral medial está intacto
- Explorar la marcha. Puede haber alteraciones o no

• Sólo cuando la evolución es mala, para descartar otras causas:


- Radiografía: evaluar el grado de artrosis asociada
Pruebas complementarias - Ecografía y resonancia magnética: para descartar otras patologías
Las pruebas de imagen pueden ser normales.
- Infiltración de anestésico dentro de la bolsa: si cede el dolor, el problema está en la bolsa
y no en otras estructuras como los meniscos o ligamEntos colaterales

• Inicialmente:
- AINE por vía oral
- Frío local
- No acuclillarse
- Dormir con una almohada entre las rodillas levita presión sobre las bolsas!
Tratamiento - Evitar flexiones repetidas
• Si persiste tras 6-8 semanas:
- Inyección intralesional de corticoides
• Casos refractarios escasos:
- Cirugía: bursectomía !extirpación de la bolsal

• En deportistas: aumentar la actividad gradualmente, estirar antes y después del entrenamiento


Prevención
y usar calzado adecuado

En la bursitis, el paciente expresa dolor en la cara ante-


rior de la rodilla. lo que precisa la realización de un diag-
o
nóstico diferencial.

QUISTE DE BAKER
El quiste de Baker se denomina también quiste sinovial o
quiste poplíteo (Tabla 45-11). Se asienta en la cara poste-
rior de la rodilla (Fig. 45-6). Normalmente no presenta
sinromarología, pero, en ocasiones, reproduce un dolor
que el paciente refiere como si tuviera la rodilla apelmaza-
da. En los esfuerzos deportivos se hincha, aunque suele re-
mmr.
Figura 45-5. Bursitis anserina. Es característico que el paciente se El diagnóstico es clínico y se confirma mediante ecogra-
abarque toda la cara anterior de la rodilla, para expresar dónde le fía. Respecto al tratamiento, habitualmente no es necesa-
duele. rio, pero en ocasiones se precisa una punción-aspiración.
45 • Otras e nfermedades del sistema musculoesquelético 577

Tabla 45-11 . Quiste de Baker

• También llamado «quiste poplíteo>>


• Colección de liquido sinovial s ituado en la parte posterior de la rodilla !concretamente e n la bolsa
gastrocnemiosemimembranosal
Definición
• En niños suele ser primario y no estar conectado a la articulación
• En ad ultos suele ser secundario a una patología articular, la cá psula reacciona produciendo más
liquido sinovial. Se suele conecta r con la cápsula articular

• Asintomático: la mayoría de las veces


• Sintomático (quiste no roto] :
- Dolor al estar mucho tiempo de pie y al hiperflexionar la rodilla
- La actividad agrava los síntomas
- Puede inestabilizar la rodilla
• Sintomático (quiste roto] 10 %:
Cuadro clínico - Dolor intenso
- Calor. Equimosis
- Eritema
- Aumento de la sensibilidad en la pierna
- Signo de Homans ® positivo
- Si atrapa el nervio tibial posterior: dolor en la rodilla y entumecimiento plantar
- Puede haber síndrome compartimenta[
- Puede haber oclusión de la arteria poplítea que provoca isquemia en la pierna

• Enfermedades articulares (2/3 de los casos], la más común es la osteoartritis y la rotura


de menisco
Factores desencadenantes
• Traumatismos en la rodilla (1/3 de los casos]
• Aumento del ejercicio

• 'Anamnesis y exploración física:


- Masa fluctuante palpable, situada en la fosa poplítea por detrá s del cóndilo femora l interno
Diagnóstico - Signo de Foucher: al flexionar la rodilla disminuye el tamaño del quiste
- Transiluminación positiva
- Examinar también en decúbito para descartar a lguna patología asociada, como rotura de
ligamentos o menisco

• Sólo si la evolución es mala o la causa no está clara:


- Ecografía : de primera e lección. Se puede ver el quiste íntegro o roto, así como diferenciarlo de
Pruebas complementarias aneurismas o masas
- Radiografías: para comprobar si hay patología asociada como osteoartritis
- Resonancia magnética : para comprobar si hay patología asociada no visible con otras técnicas
(Ejemplo: rotura de menisco]. También a ntes de la cirugía

• Quiste asintomático:
- Es perar y observar la evolución
- En niños suele desaparecer espontánea mente
- Informar del riesgo de rotura y de tromboflebitis
• Quiste sintomático (no rotal:
- Aspiración de liquido e infiltración con corticoides
- Disminuir la actividad deportiva
• Quiste sintomático que no mejora (no rotal:
- Realizar pruebas de imagen
Tratamiento - Si hay patología asocia da tratar La causa
• Quiste roto o con gran compresión:
- Si hay datos de trombo flebitis , descartarla mediante pruebas de imagen
- Si se confirma seudotromboflebitis (no tromboflebitisl:
o Reposo
o Analgesia por vía oral
o Inyección intraartic ular de corticoides
- Si existe s índrome compartimenta[, valorar cirugía
- Valorar cirugía artroscópica para tratar La causa. Debe tenerse en cuenta que pueden recidivar si
no se resuelve La causa

Prevención • Nada
578 Parte 2. Enfermedades del s istema musculoesquelético

Se d ebe realizar un diagnóstico diferenc ia l con la meta-


tarsalgia. La confirmación diagnóstica se obtiene med ian-
te ecografía o resonancia m agnética (RM).
El manejo clínico ofrece no pocas dificultades, pues a pesar
de las m edidas físicas, infiltraciones, orresis plantares, vendajes
funcionales (GEl véase Vol. 1, capítulo 17. Vendaje del arco meta-
tarsiano! y cambios de calzado, el cuadro clínico permanece. Se
recurre entonces a la cirugía. Actualmente el tratamiento me-
diante radiofrecuencia (Moore, Rosen, Cohen & Rosen,
20 12) logra disminuir el tam año del n eurom a y con eUo des-
aparece la sintomarología dolorosa. También se está emplean-
do la infiltración con roxina botulínica con resultados esperan-
zadores (Ciimem, Mondéjar-Gómez, Rodríguez-Ruiz, Díaz-
Llopis, Gómez-GaUego & Marrín-Medina, 2013).

Figura 45-6. Quiste de Baker. El manejo clínico del neuroma de Morton es difícil, pues
el cuadro clín ico doloroso es reincid ente. o
Raramente ser rompe y da lugar a un cuadro clínico que
simula rotura muscular (véase el caso clín ico 45-1).
FASCITIS PLANTAR
El dolor en el pie es frecuente, particularmente en el entorno
NEUROMA DE MORTON
deportivo y personas con sobrepeso, y lo más habitual es que
El neuroma de Morton, contrariamente a lo que su propio se deba a una entesoparía, como es el caso de la fuscitis plantar.
nombre pudiera hacer pensar, no es un tumor; se trata de un Suele asociarse a pie cavo o plano (véase el caso clín ico 45-2).
proceso inflamatorio crónico que afecta a un nervio interdi- E l síntoma fundamental de la fasc itis p lantar es el dolor
gital del pie. Su curso evolutivo es crónico, se engrosa pro- localizado exquis itamente en la zona de carga del talón. E l
gresivamente, debido a la irritación m ecánica por efecto c urso de la presentación del dolor, frecuentemente, es p u n-
compresivo de los metatarsianos (Tabla 45-12). zante d urante los primeros pasos al levantarse de la cama,

Tabla 45-12. Neuroma de Morton

• Fibrosis perineural que comprime el nervio digital común al pasar por debajo de l ligamento
Definición
intermedio

• Dolor habitualmente localizado en la cara dorsal del antepié, en el tercer espacio interdigital.
Puede aparecer en el segundo o cuarto espacio pero es menos frecuente
• Puede describirse sólo como un hormigueo o como «un calambre intenso» que obliga al paciente a
Cuadro clínico
quitarse el zapato y que se alivia al frotar la zona dolorosa
• En ocasiones se acompaña del entumecimiento de los dedos
• Las crisis pueden durar minutos u horas, segui das de pe ríodos asin tomá ticos de semanas o meses

Factores desencadenantes • Corredores, zapatos apretados. también predispone la hiperpronación de l pie

• Anamnes is y exploración física:


Diagnóstico - Signo de Mulder: se comprime el espacio intermetatarsal desde las caras laterales del pie, a la
vez que se presiona sobre las cabezas metatarsales

• Radiografías: proporcionan poca información


• Ecografía: método muy eficaz y poco costoso
Pruebas complementarias
• Resona ncia magn ética: la prueba de imagen más eficaz. Cuidado con los falsos negativos (pueden
ser del 3D %1

• AIN E por vía oral


• Zapato ancho
• Pla nta que almohadi lle las cabezas metatarsales
Tratamiento • Los corticoides intralesionales e n poca cantidad !para no acentuar el dolor por presión! suelen ser
eficaces
• Terapia de radiofrecuencia e infiltraciones de alcohol absoluto. No hay estudios concluyentes
• Extirpación quirúrgica del neuroma. En casos refractarios de más de 9 meses de duración

Prevención • De las recidivas, usa ndo zapatos adecuados

AIN E: a ntiinflamatorios no esteroideos.


45 • Otras enfermedades del sistema musculoesq uelético 579

Tabla 45-13. Fascitis plantar

• Inflamación de la inserción de la fascia plantar en el calcáneo


• La fascia plantar es un tejido no elástico que recubre los músculos del arco del pie, al que, además,
Definición
proporciona apoyo. Al no ser elástica los estiramientos repetitivos producen microdesgarros en la
zona de más tensión, que es su inserción en el calcá neo

• Dolor en la zona media del talón, sobre todo al comenzar a caminar por las mañanas
• Mejora a lo largo del día y empeora por las noches tras la carga repetida
• Cede en reposo
Cuadro clínico
• El dolor es sordo y continuo
• 1/3 de los casos es bilateral
• Puede irradiarse a la base del pie y a los dedos

Factores desencadenantes • Obesidad, estar de pie m ucho tiempo, pie plano, pie cavo, deportistas, bailarines, policías

• Anamnesis y exploración física:


- El explorador agarra los dedos del pie (o sólo e l pulgarl con una mano, provocando flex ión
dorsal (se estira la fascia plantar]. Con la otra mano presiona en la zona medial del talón, donde
Diagnóstico provoca dolor
- Dolor al caminar de talones
- No hay dolor en la compresión del talón de medial a lateral. Si lo hubiera podría tratarse de una
fractura de estrés u osteomielitis

• Sólo en casos dudosos o que no van bien:


- Ecografía: alta especificidad (88 %] y sensibilidad (80 %]. Es la prueba más barata
Pruebas complementarias - Radiografías: para descartar fracturas por estrés. En muchos casos puede aparecer espolón
calcáneo, aunque no es la causa del dolor. Se cree que es una consecuencia. Consiste en una
calcificación de la inserción de la fascia plantar en el calcáneo
- Resonancia magnética: permite ver la fascia plantar engrosada

• El80 % de los casos remiten espontáneamente en menos de 1 año


• Fases inicia les:
- AINE por vía oral. Frío loca l
- Disminuir de peso
- Reposo de la actividad deportiva, no realizar caminatas largas
- Realizar estiramientos
- Evitar zapatos planos. No caminar descalzo
- Tapping
- Plantillas con talón de silicona
- Férula s acolchadas nocturnas: no ofrece un beneficio claro

Tratamiento • Si persiste tras 2-3 semanas:


- Infiltración local con corticoide y anestésico local. No más de 1 o 2 infiltraciones. Alivio a corto plazo
- lonoforesis con corticoide: alivio a corto plazo
- Terapia con ondas de choque: estudios con resultados contradictorios
• Si persiste tras 6-1 2 meses :
- Cirugía
• Existen muchas técnicas con pocos estudios concluyentes acerca de las más beneficiosas:
- Fasciotomía plantar cerrada : puede ser endoscópica
- Fasciotomía plantar abierta: se secciona la fascia plantar dañada mediante incisión abierta
• Buenos resultados de la técnica cerrada con menos complicaciones y período de recuperación más corto

• Calentamiento y estiramiento antes y después del entrenamiento


Prevención • Zapatillas adecuadas con suela amortiguadora y fl exible
• Evitar los tacones

luego disminuye con la activ idad diaria, debido a la dis ten- Como en otras entesoparías, los factores de crecimiento
s ión de la fascia, y, finalmente, reaparece tras el descanso. plaquetario (PRGF-Endoret®) están dando excelentes re-
En raras ocasiones se acompaña del cuadro clínico habitual s ultados (Sánchez et al, 2009).
in fl amatorio (Tabla 45-13).
Como tratamientos más habituales está el reposo, la
criote rapia, taloneras, ortesis plantares (véase el capítulo
38, a parrado Ortesis plantares), vendajes funcionales
(GEl véase Vol. 1, capítulo 171, ejercic ios de estiramiento mio-
En el tratamiento de la fascitis plantar, la aplicación de
factores d e crecimiento plaquetario (PRGF-Endored®l
o
ofrece mejoría s igni fic ativa de la sintomatología.
fascial y otros procedimientos de fisioterapia.
580 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

• RESUMEN

• En este capítulo se han estudiado aquellas enfermedades • El procedimiento tera péu tico habitua l consiste, inicialme n-
que podrían englobarse terminológicamente como reuma- te, en la supresión o modificación de los factores desenca-
tismos de partes blandas (tejidos blandos). ya que se trata denantes, la administración de antiinflamatorios y fisiote-
de un grupo de entidades que se caracterizan por dolor re- rapia; en casos refractarios, además del tratamiento con-
gional de las extremidades y cuya causa habitual es elso- servador, está indicada la infiltración local con corticoides
breuso de tendones, en tesis y bolsas. o la cirugía.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Sociedad Española de Reumarología (2007). Monograjlas SER.


Témicas de i11vestigación básica en reumatología. Madrid: Edi-
Sociedad Española de Reumarología (2008). Mamlfll SER de /n.s en- rorial Médica Panamericana.
fermedades reumdticr/S. Madrid: Editorial Médica Panamericana. Sociedad Española de Reumarología (2006) . Semiología de Iris
Sociedad Española de Reumarología (201 O). Mmwal de enfer- enfermedades reumáticas. Madrid: Edi rorial Médica Paname-
medades óseas. Madrid: Edirorial Médica Panamericana. ncana.

g ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué se debe aconsejar a un paciente que presente un ganglión? 12. ¿Dónde se sitúa un quiste de Baker?
2. ¿Qué prueba de imagen estaría indicada en el caso de per- 13. ¿Qué se debe advertir a un paciente con quiste de Baker,
sistir un ganglión? pero que no presenta síntomas?
3. ¿Qué advertiría a un paciente que se quiera operar de un 14. ¿Cuál es la situación más urgente que se debe identificar
ganglión? a nte un quiste de Baker?
4. ¿Dónde se sitúan las estructuras afectadas en una tenosi-
15. ¿En qué se diferencia una tromboflebitis de una seudotrom-
novitis de De Quervain?
boflebitis?
5. ¿Qué maniobra se puede usar para el diagnóstico de una te -
nosinovitis de De Quervain y en qué consiste? 16. ¿Dónde suelen s ituar el do lor en el neuroma de Morton?

6. ¿Qué tratamiento se puede aconsejar en la tenosinovitis de 17. ¿En qué consiste el signo de Mulder?
De Quervain?
18. ¿Cuál es la mejor prueba de imagen desde el punto de vista
7. ¿Qué puede palparse en la palma de la mano en una enfer- coste-eficaz en el neu roma de Morton?
medad de Dupuytren?
19. ¿Cómo haría la exploración física de la fascitis plantar?
B. ¿Cuándo está indicada la cirugía en la enfermedad de Dupuytren?
20. ¿Qué aconsejaría al paciente con una fascitis plantar en es-
9. ¿En qué consiste la fasciectomía total abierta? tadio inicial?
10. ¿Dónde se localiza la bursitis anserina?
21. ¿En qué cambia ría la actitud terapéu tica si se encuentra
11. ¿Qué se puede concluir si el paciente aún refiere dolor tras accidentalmente un espoló n calcáneo en una prueba de
la infiltración de a nestésicos en la bolsa? imagen?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer los principales aspectos fisiopatológicos y clínicos de la fibromialgia y de l s índrome de fat iga crónica/en-
cefalomielitis miálgica.
• Evaluar los signos y síntomas presentes en estas afecciones.
• Planificar y aplicar las distintas técnicas o procedimientos de fisioterapia en el t ra tamiento de la fibro mialgia y el
síndrome de fatiga crónica/encefalitis miálgica. en función del momento evolutivo, la si ntomatología y las caracte-
rísticas individuales del paciente.
• Identificar los peligros y contraindicaciones del tratamiento fisioterápico en cada una de las afe cciones.

FIBROMIALGIA Etiología
Desde 1992la Organi7..ación Mundial de la Salud (OMS) re- La causa de la fibromialgia es desconocida. Es probable
conoce la fibromialgia como un diagnóstico diferenciado cla- que exista una base genérica que contribuya a la aparición
sificado entre los reumatismos de las partes blandas; pese a de la enfermedad, ya que se ha comprobado una agrega-
ello, hay autores que en la actualidad aún la consideran un ción familiar; el riesgo d e padecer la enfermedad enrre los
constructo clínico que sirve para explicar la existencia de per- familiares de pacienres con fibromialgia es 8,5 veces mayor
sonas con dolor generalizado, persistente e idiopático. que en otras poblaciones. En relación con esto, se ha cons-
tatado que hay algunos fenotipos genéticos que son más
Concepto frecuentes en enfermos con fibro mialgia, como es el caso
La fibromialgia se define como una enfermedad reumáti- del gen que regula la expresión de la enzima carecol o me-
ca crónica, extraarticular y no inflamatoria que afecta a las riltransferasa, o el gen regulador de la proteína transporta-
partes blandas del aparato locomotor, y que se caracteriza dora de la serotonina. Distintos estudios señalan la existen-
por dolor musculoesquelético difuso, rigidez, parestesias cia de otros diversos fac tores desencadenanres que están
en las extremidades, fatiga y alteraciones del sueño. presentes en algunos grupos de pacientes, como los ante-
cedenres de siruaciones traumáticas en la infancia, los tras-
Epidemiología tornos en el estado de ánimo, los trastornos de ansiedad, el
La fibromialgia existe en casi rodos los países, en la mayor estrés postraumático físico o psicológico, el estrés laboral,
parte de los grupos étnicos y en cualquier tipo de clima. las infecciones, las cirugías mayores, los accidentes de trá-
Presenta una aira prevalencia; según los criterios del Ame- fico, ere. Estos factores también se identifican como agra-
rican College ofRheumatology (ACR) se sitúa entre el 2 y el vantes de la enfermedad.
6% en las mujeres y por debajo del 1% en los hombres.
Predomina el sexo femenino {80-90% de los casos), con
una relación casi de 20: l. Mecra a rodos los grupos erarios,
La causa de La fibromialgia es desconocida, aunque se
considera que existe una base genética sob re la que ac-
o
con mayores prevalencias entre los 35 y 55 años. También túan factores desencadena ntes.
está descrita la afectación en niños.

Fisiopatología
O EL diagnóstico por fibromiaLgia constituye entre ellO y el
20% de Las primeras consultas en reumatología. En la actualidad se desco nocen con exactitud los mecanis-
mos patogénicos que actúan en la fibromialgia. Los disrin-

583
584 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

tos estudios van aportando información que trata de expli-


car el porqué de la percepción anormal del dolor que su-
fren las personas con fibromialgia; en muchos casos no se
El 30 % de los pacientes se ajusta a un diagnóstico psi-
quiátrico, principalmente depresión, ansiedad, somatiza-
ción o hipocondría.
o
sabe con certeza si el hallazgo es la causa de la enfermedad
o la consecuencia de ésta.
Aunque hay estudios que reflejan diversas alteraciones
morfológicas y funcio nales, no inflamatorias, en biopsias Manifestaciones clínicas
de músculos y tejidos blandos de los pacientes con fibra- Por definición, los pacientes diagnosticados de fibromial-
mialgia, los resultados son hasta la actualidad bastante gia presentan dolor musculoesquelético constante y gene-
inespecíficos. ralizado, bilateral, tanto por encima como por debajo de la
Hay datos que indican una alteración funcional en el cintura, así como en el esqueleto axial.
procesamiento del dolor, producido probablemente por Existe una gran variabilidad en la clínica individual y
un desequilibrio de los moduladores del sistema nervioso diaria en estos pacientes, que suelen d escribir el dolor
central (SNC). Estos pacientes tienen, experimentalmen- como contin uo, con oscilaciones en el tiempo; suele ser
te comprobado, un umbral del dolor más bajo que los su- más intenso por la ma.fiana, mejora parcialmente a lo lar-
jetos sanos, por lo que necesitan una menor intensidad de go del día y empeora de nuevo por la tarde/noche. Algu-
estímulo para producirles dolor. Se piensa que estos suje- nos se quejan de lum balgias, incluso con irradiación hacia
tos tienen, por un lado, una respuesta exagerada por par- las nalgas y extremidades inferiores. Otros refie ren dolor y
te de las neuronas del asta dorsal de la médula a nte la es- rigidez de cuello y hombros. En ocasiones, el dolor parece
timulación de los nociceptores periféricos, y por otro, un iniciarse en una región y se extiende hacia otras. Los prin-
mal funcionamiento de los mecanismos inhibitorios no- cipales calificativos con los que describen el dolor los en-
ciceptivos. fermos con fibromialgia son: urente o lacerante, sordo, per-
Los estudios electromiográficos revelan anomalías en el sistenre, intenso, insoportable, tirante, agarrotamiento, ri-
«ritmo alfa-delta» con una interrupción de la fase 4 (fase gidez, deprimente o agotador. A veces, el paciente refiere
d e movimientos no rápidos-N R encefalomielitis miálgica) un dolor articular con sensación subj etiva de inflamación
d el sueño normal. Esta alteración es la que parece justifi- que no se observa durante la exploración. El dolor también
car la reducida concentración de hormona del crecimien- puede tener características de dolor neuropático o visceral.
to que presentan los enfermos de fib romialgia, responsa- Una gran mayoría mani fiesta dolor muscular después de
ble, probablemente, de los períodos de dolor que padecen realizar ejercicio aunque la intensidad d e éste haya sido
después del ejercicio físico. leve. Los facto res que con mayor frecuencia empeoran el
Otros estudios mencionan la anormalidad en el eje hi- dolor son las posiciones mantenidas, las cargas físicas, el
potálamico-hipofisario-supradrenal al describir una res- estrés, la ansiedad, el frío, la humedad, los cambios climá-
puesta amortiguada de las glándulas supradrenales en si- ticos y el ejercicio excesivo. Suele n mejorar con el clima cá-
tuaciones de estrés. lido y las vacaciones.
H ay hallazgos consistentes sobre el incremen to de la La fatiga está presente en el 7 0 o/o de los pacientes. Sue-
sustancia P en el líquido cefalorraquídeo, lo cual vendría le ser continuada, aunque también se puede producir con
a justificar la sensación difusa del dolor que padecen. La menor frecuencia e n forma de crisis de 1 o 2 días de dura-
presencia de este péptido favorece la transm isió n de los es- ción. En los casos en los que la fatiga no mejore en ningún
tímulos dolorosos y facilita la estimulación de las vías do- momento y predomine sobre el dolor, se d ebe sospecha r
lorosas por otros neurotransmisores. También se describe un síndrome de fatiga crónica (SFC). La alteración del
la alteración en la concentración de los precursores o me- sueño es el tercer síntoma más frecuente. Lo más habitual
tabolitos d e otros neurotransmisores cerebrales, como la es que afecte a la conciliación y mantenimiento del sueño,
serotonia, la noradrenalina, la encefalina o el ácido gam- con despertares frecuentes y sueño no reparador; los enfer-
maaminobutírico. mos suelen argumentar que «se levantan ya cansados>•.

o
No faltan las hipótesis fisioparológicas que especulan
un trastorno del sistema nervioso vegetativo. Los pacientes
de fibromialgia presentan con frecuencia hipotensión me- Los pacientes suelen utilizar la expresión << Me du ele todo
el cuerpo» para describir su dolor.
diada neuralmente ® o taquicard ia ortostática postura[ ® ,
lo que sugiere que presentan un sistema nervioso simpáti-
co en persistente hiperactividad, aunque hiporreactivo al El resto de los síntomas presentes en los pacientes de fi-
estrés. Esta afectación del sistema nervioso vegetativo jus- bromialgia es muy variable de unos sujetos a otros y pueden
tificaría la sequed ad de ojos y boca o el fenómeno de Ray- variar o aparecer a lo largo de la evolución d e la enfermedad:
naud, que con tanta frecuencia se p resenta en los enfermos • Síntomas sensoriales: parestesias o entumecimiento en
con fibromialgia. las extre midades, acúfenos, etcétera.
Muchos pacientes con fib romialgia sufren anomalías • Síntomas motores: rigidez matinal que puede mejorar
psicológicas, pero todavía no se sabe si esas anomalías re- con las horas o mantenerse constante todo el día, con-
presentan reacciones al dolor crónico o si la alteración psi- tracturas en diversos grupos musculares, temblo r inten-
quiátrica constituye un fac tor. cional, síndrome de piernas inquietas, etcétera.
46 • Fibromialgia. Síndrome de fatiga crónica 585

• Síntomas vegerativos: sensación de tumefacción en las La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta
manos y en otras áreas corporales, mareo o inestabili- de una forma muy importante a la calidad de vida de los
dad, hipersudoración, febrícula, sequedad de mucosas, sujetos que la sufren; por ello, dentro de la evaluación se-
palpitaciones, enfriamiento de la parte disral de las ex- ría pertinente conocer el impacto que sobre la vida del pa-
tremidades (síndrome de Raynaud). ciente tiene la enfermedad. Para ello se cuenta con d istin-
• Síntomas cognitivos: alteración en la concentración, défi- tos instrumentos como el Cuestionario de Salud SF-36 o
cit de memoria reciente, alteración en la expresión verbal. el Cuestionario de Impacto de la Fibromialgia (FIQ) [GEl
• Síntomas afectivos: ansiedad, alteración del estado de véase e l Anexo 46-2].
ánimo.

No se ha demostrado que los enfermos con fibromialgia


tengan una mayor comorbilidad no reum atológica (car-
diovascular, infecciosa, etc.), si bien, se da con frecuencia
La evolución de La fibromialgia es muy variable, pero
afecta de una forma muy importante a La calidad de vida
de los pacientes.
o
asociada a otros complejos sindrómicos como el SFC, el
síndrome del intestino irritable, la disfunción temporo- Diagnóstico
mandibular [GEl véase vol. 11, capítulo 36], la urgencia mic- El diagnóstico de la fibromialgia es clínico y está basado en
cional, síndrome de Sjogren y la cefalea crónica o tensio- la presencia de dolor crónico y generalizado junto a los dis-
nal. También se describen trastornos psicológicos asocia- tintos síntomas descritos en el apartado anterior. La utili-
dos como el trastorno del pánico, el trasrorno del estrés zación de otras exploraciones complementarias como he-
postraum<í.tico o el trastorno de personalidad límite. Dada mogramas, bioquímicas, radiografías, ere., tiene como ob-
la complejidad en la sintomatología y que el diagnóstico se jetivo establecer un diagnóstico diferencial.
establece por descarte de ot ras afecciones, éste debe ser lle- En 1990 el ACR estableció unos criterios de clasifica-
vado a cabo por el médico o especialista. ción para el diagnóstico de la fibromialgia que modificó
Se ha intentado es tablecer un tipo de personalidad ca- en 201 O y 2011. E ntonces defi nió la fibromi algia por
racterística en los enfermos con fibromialgia, y aunque los una historia de dolor generalizado de más de 3 meses de
estudios no son concluyentes, hablan de una personalidad duración, de fo rma continua, en ambos lados del cuerpo,
premórbida, caracterizada por sujetos h ipocondríacos, por encima y por debajo de la cintura, y dolor en el es-
perfeccionistas, con necesidad de ayudar a los demás y con queleto axial , raquis cervical o tórax anterior. Además,
preocupaciones familiares y económicas. debía producirse dolor con la palpación en, al menos, 11 de
los 18 puntos simétricos que describían (Tabla 46- 1 y
Fig. 46-1}. Eran necesarios ambos criterios p ara estable-

o La evaluación fisioterápica permitirá evidenciar y/o cuan-


tificar Los distintos signos y sínto mas del paciente para
poder establecer Los objetivos de tratamiento individual.
cer el diagnóstico.
Dadas las limitaciones que planteaban estos criterios
diagnósticos, en el año 2010 el ACR propuso unos nuevos
criterios preliminares de diagnóstico de la fibromialgia que
La exploración física tratará de abord ar los siguientes as- abandonan el recuento de los puntos dolorosos co mo ele-
pectos frecuentes en el enfermo con fibromialgia: memo fundamental del diagnóstico y comemplan la valo-
Alteraciones pasturaJes. ración cuamirariva del dolor generalizado y otras manifes-
Aumento del cono muscular de forma generalizada. taciones como el cansan cio, el sueño no reparador, los sín-
Contracturas en diversos grupos musculares, sobre codo tomas cognitivos o los síntomas orgánicos. Con estos nue-
en la cintura escapular y región cervical. vos criterios, hasta un 14 o/o de los pacientes diagnosticados
Dolor con los estiramientos, sobre todo de la muscula- de fibromialgia co n los criterios del ACR 1990 no cum-
tura postura! y cadena cinética posterior. plían los nuevos criterios. Por ello, 1 año después presen-
Amplitud articular normal en rodas las articulaciones. taron una modificación de los criterios de 2010, sobre los
Puntos gatillo, sobre codo en la musculatura postural. cuales se está estudiando actualmente (Tabla 46-2) .
Numerosos puntos dolorosos en diversas áreas corpora- La fibromialgia es una enfermedad que puede ser difícil
les (véase el apa rrado Diagnóstico). de diagnosticar y muchas personas visitan a muchos médi-
Dolor al pellizcar la piel, especialmente en la región es- cos ames d e obtener el diagnóstico d e su enfermedad.
capular alta.

La evolución de la fibromialgia es muy variable. En algu-


nos pacientes, los síntomas aparecen y d esaparecen a inter-
valos, e incluso de un día para otro; en otros, sin embargo,
En el momento en que reciben el diagnóstico, La persona
se siente aliviada, incluso mejora sintomáticamente, de-
bido a que a pa rtir de ento nces sabe cómo comenzar a
abordar su enfermedad.
o
el dolor y la fatiga son continuos, independientemente del
tratamiento. Con el fin de monitorizar la intensidad de los
síntomas, la evolución de la enfermedad o del tratamien- Diagnóstico diferencial
to, se dispone de instrumentos o herramientas específicas La fibromialgia puede confundirse con los síndromes in-
de evaluación en estos pacientes (GEl véase el Anexo 46-11. cluidos en este rema; con el SFC, ya que comparten el do-
586 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 46-1 . Criterios de clasificación para el diagnóstico


de la fibromialgia del American Collegue of Rheumatology
(ACR, 1990)

1. Historia de dolor generalizado d urante a l menos 3 meses


y que está presente en todas las áreas s iguientes: lado
derecho e izquierdo del cuerpo. por encima y por debajo de
la cintura y en el esqueleto axial (columna cervical, pared
torácica anterior, columna dorsal o columna lumbar!
Se cumplen las condiciones de dolor generalizado si existe
dolor en alguna región del esque leto axial y en, al menos ,
tres de los cuatro cuadra ntes corporales !dividiendo el
cuerpo con una línea vertical longitudinal que separe dos
hemicuerpos, derecho e izquierdo, y una línea transversal
que pase por la cintura y separe dos mitades, s uperior
e inferior! o, excepcionalmente, sólo dos si se trata de
cuadrantes opuestos respecto a los dos ejes de división
corporal
2. Dolor en la presión de al menos 11 de los 18 puntos !nueve
pares) que corresponden a áreas muy sensibles para
estimulas mecánicos; es decir, con bajo umbral para el
dolor por estímulos mecánicos IFig. 46- 11:
o Occipucio: en las inserc iones de los músculos
suboccipitales !entre la apófisis mastoide y la
protuberancia occipital externa )
o Cervical bajo: en la cara anterior de los espacios
intertransversos a la altura de CS-C7
o Trapecio: en el punto medio del borde posterior
o Supraespinoso: en sus orígenes, por encima de la espina
de la escápula, cerca de su borde medial
o Segunda costilla: en la unión osteocondral Figura 46- 1. Puntos dolorosos utiliza dos en el diagnósti co de la
o Epicóndilo : distal a 2 cm y lateralmente al epicó ndilo fibromialgia según los criterios del American Collegue of Rheuma-
o Glúteo: en el cuadrante s uperoexterno de la nalga tology 1990.
o Trocánter mayor: en la parte posterior de la prominencia
trocantérea
o Rodilla: en la almohadilla grasa medial próxima a la
se con u na polimiosi tis, donde predomina la debilidad
línea articular
proximal y la elevación en las enzimas musculares. E n los
Para que un punto doloroso sea positivo, el paciente debe
afirmar que la palpación es dolorosa y no sólo molesta. La ancianos, la polimialgia reumática se distingue de la fibro-
presión digital debe realizarse con el pulpejo del pulgar m ialgia por la presencia de rigidez y dolor muscular m ás
y una fuerza de 4 kg/cm 2 1que se describe como la presión proximal, así como por la elevada velocidad de eritrosedi-
que hace palidecer la uña del dedo gordo de la persona que
realiza el examen l. Esta presión es insuficiente para producir mentación. Los signos d e hipotiro id ismo pueden acompa-
dolor o hipersensibilidad significativa en personas sanas ñar a la fibromialgia o simularla. Los pacientes con apnea
La sensibilidad de esta prueba diagnóstica es del88.4 %y del sueño o sínd rome de las piernas inquietas tamb ién ma-
la especificidad del81, 1 %
nifiestan alteraciones del sueño, dolor musculoesquelético
y fatiga.

lor generalizado, la fatiga o las a n ormalidades en el sueño ,


p ero los p acientes con SFC tienen otros síntomas que su-
Un rasgo diferencial de la apnea del s ueño es la conside-
rable somnole ncia di urna.
o
g ieren una infecció n vírica como febrícula, odinofagia ® y
dolo r en los ganglios axilares (adenopatía) .
Pronóstico
Actualmente la fibromialgia no tiene curación conocida y
El síndrome de dolor miofascial IS MFI, ubicado en los

o hombros o el cue llo, es la variedad más circunscrita de fi-


brom ialgia; algunos pacientes con este s índrome evolu-
cio nan hasta padecer fibromialgia.
la remisión completa sólo se co nsigue en menos del 25 o/o
d e los casos. Pese al car<ÍCte r crón ico o evolutivo de la en-
ferm edad, no supone un riesgo vital para los pacientes, n i
implica n inguna degeneración n i deformidad. Suele evo-
lucionar e n fo rma de brotes o períodos de exacerbació n de
La fibromialgia también hay que diferenciarla del lupus los síntomas. E l curso es impredecible en cada sujero.
e ritematoso sistém ico (véase el capítulo 49) o el síndrom e La e n fermedad suele provocar numerosos episodios de
de Sjogren , puesto que ambos se acompañan también de incapacidad laboral (véase el caso clínico 46-1) . Los gasros
dolor musculoesqu e lético, sequed ad de ojos y boca, manos que gen era este tipo de enfermedad suelen ser muy impor-
frías y fatiga; en ellos la prueba de antic uerpos antinuclea- tantes, n o sólo sanitarios, sino socia les. Algunos pacientes
res suele ser positiva. Po r la deb ilidad muscular de la que termina n co n in capac idades permanentes o precisan de
se quejan los pac ientes con fibromial gia, podría confun dir- modificac ió n en sus rareas laborales.
46 • Fibromialgia. Sínd rome de fatiga c rónica 587

Tabla 46-2. Modificación de 2011 de los criterios preliminares Educación sanitaria


de diagnóstico de 201 Ode la fib romialgia del American
Collegue of Rheumatology La información sobre la enfermedad, e l pronóstico y las
a lternativas terapéuticas es especialme nte relevante e n las
El formulario es un cuestionario a utoadministrado
El posible rango de puntuación del cuestionario es de Oa 31 puntos enfermedades crónicas. Los pacientes bien in forma dos
estarán m ejor preparados para afrontar su enfermedad y
Criterios:
minimizar sus consecuencias. Los pacientes deben cono-
• Un paciente cumple los criterios diagnósticos para la
fibromialgia si la puntuación en el cuestionario es mayor cer que la fibromialgia es un s índrome muy co mún en la
de 13 puntos población, que no tiene riesgo vital, ni tampoco degene-
• Los síntomas han estado presentes en un nivel similar ración muscular o articular, por lo que no produce defor-
durante al menos 3 meses
• El paciente no ti ene un trastorno que de otro modo explique midades ni incapacidades graves si se aborda adecuada-
el dolor mente.
Cuestionario: D ad o el carácter crónico de la enfermedad, los enfer-
1. fndice del dolor generalizado: anote el número de áreas mos de fibromialgia deberían ser seguidos por su m édico
en las que el paciente ha te nido dolor durante la última de familia (véase el caso clín ico 46-1 ), quie n podrá indicar
semana. ¿En cuántas ha tenido dolor?
el tratamiento integral del paciente basado, p rincipa lmen-
O Hombro izq uierdo O Pierna izq uierda
O Hombro derecho O Pierna derecha te, en la farmacología, la fisiote rapia, el ejercicio físico y
O Brazo izquierdo O Mandíbula derecha tratamiento psicológico, así como resolver rodas las d udas
O Brazo derecho O Mandíbula izquierda que la e nfermedad pueda ir produciendo. Puede ser inte-
O Antebrazo izquierdo O Pecho (toráx)
resante faci li tarles guías rigurosas sobre su enfermedad o
O Antebrazo derecho O Abdomen
O Cadera (glúteo, trocánter) O Cuello (parte anterior re mitirles al asesoramiento de las asociaciones de enfe rmos
izquierda y posterior) que pueden ofrecer apoyo y servicios, tanto para el e nfer-
o Cadera (glúteo, trocánter) O Zona dorsal
mo como para su familia.
derecha O Zona lumbar
o Muslo izquierdo
o Muslo derecho
El valor debe estar entre Oy 19
2. Severidad de los s íntomas: elija el nivel de gravedad
durante la sema na pasada utilizando la siguiente escala
En el contexto de la educación sanitaria, e l fis iotera peuta
podrá dar consejos al paciente de fibromialgia sobre hi-
gien e postura!, higiene de l sueño o sobre la utilización de
o
algunos agentes físicos al alcance del pacie nte.
para cada uno de los tres síntomas:
O= Sin problemas
1 = Leve, casi siempre leve o intermitente
2 = Moderado, produce problemas considerables, a
Tratamiento farmacológico
menudo presente de modo moderado No h ay ningún fármaco aprobado por la Agencia Españo-
3 = Grave, persistente, afectación continua, gran afectación
la d e Medicamentos y Productos Sanitarios, ni por la
de la calidad de vida
O Fatiga
Agencia Europea de Medicamentos, con indicación espe-
O Sueño no reparador, levantarse cansado cífica para la fibromialgia. Es frecuente e n contrar a los e n-
O Síntomas cognitivos fermos de fibromialgia plurim edicam entados. Sólo unos
¿Durante los últimos 6 meses ha tenido alguno de estos pocos fármacos h an demostrado eficacia de forma consis-
s íntomas? Anote: O= No y 1 = Sí en cada uno de los síntomas: tente en los distintos ensayos clínicos y sólo e n algunos de
O Dolor o calambres en el abdomen
los síntomas de la fibromial gia. E n general, el t ratamiento
O Depresión
o Dolor de cabeza farmacológico trata de abordar el tratamie nto d e la calidad
El valor puede estar ent re Oy 12 puntos del sueño, el dolor y la d epresión, para lo que utilizan inhi-
bidores d e la receptación de serotonina [OEl véase Anexo 1.
Tomada de: Clauw, Fitzcharle & Goldenberg (201 1). Fibromyalgia cri- Farmacolog ía del sistema musculoesquelético), noradrenali-
teria and severity sea les for clinical and epidemiological studies: amo-
dification of lhe ACR preliminary diagnoslic criteria for fibromyalgia. J na y gabapentina, AINE (antiinflam atorios n o esteroideos:
Rheumatot, 38[6). 111 3-1 122. naproxeno e ibuprofeno) y analgésicos simples (paracera-
mol, tramado!).

Tratamiento
Lo ideal sería un abordaje o tratamiento multidisciplinar o
mulcicomponente para suma r los p equeños beneficios q ue
Los glucocorticoides está n generalmente contraindica -
dos en estos pacientes po r su acción miopática.
o
cada tipo de t ratamie nto pudiera aportar al paciente.
Tratamiento psicológico
La psicología ofrece dife rentes técnicas de tratamiento en
La fibromialgia es una enfermedad difícil de tratar, y, aun- el abordaje del enfermo con fib romialgia. E n t re ellas des-

o que no exis ten evidencias científicas claras ni concluyen-


tes de la eficacia de la mayoría de los tratamientos, son
much as las estrategias que se pu e den utiliza r e n un e n-
fe rmo con fibromialgi a.
caca la terapia cognitivo-conduc tual, que pretende dotar a
las personas de estrategias para que puedan eje rcer el con-
trol sobre sus vidas, m anten iendo la mayor funcionalidad
posible. Para ello, incluyen en sus programas una paree psi-
588 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

coeducaciva y otra de entrenamiento en la adquisición y Tabla 46-3. Consideraciones específicas del ejercicio físico
mejora de habilidades de afrontamiento del dolor y sus en enfermos con fibromialgla
consecuencias. En los casos en los que el enfermo con fi-
bromialgia presente además una enfermedad psiquiátrica • Siempre estará adaptado de forma individual a Las
preferencias del paciente, a sus comorbilidades
ha de recibir tratamiento específico. y a la disponibilidad horaria y de lugar
• Los pacientes podr án acudir a un centro deportivo,
Ejercicio físico a las asociaciones de pacientes de fibromialgia o realizar
el ejercicio por su cuenta
La práctica de actividad o ejercicio físico produce los mis- • Podrá plantearse dentro de programas específicos o como
mos efectos en personas con fibromialgia que en las que no una actividad diaria individual
padecen esta enfermedad: mejora de la función cardiorres- • Los pacientes deberán ser informados de que a corto
plazo pueden tener un aum ento tolerable en el dolor y la
piraroria, reducción de los factores de riesgo de enferme- fatiga, pero que si el ejercicio se realiza con una intensidad
dad coronaria, disminución de la mortalidad y morbilidad adecuada, estos síntomas deben remitir a los niveles
cardiovascular, mejora de la función psicosocial, etc.; ade- basa les de ntro de las primeras semanas
más, produce un incremento de la fuerza muscular y mo- • Si el ejercicio se plantea dentro de un programa, su
duración será mínimo de 4 semanas. Los pacientes serán
vilidad articular y mejoras en el equilibrio y control postu- motivados para continuar el ejercicio
ra!. Específicamente sobre la fibromialgia, el ejercicio físi- • Los ejercicios aeróbicos serán de intensidad moderada, sin
co disminuye el dolor y el grado de ansiedad, mejora la superar el 70-80 % de la frecuencia cardíaca máxima para
la edad. Serán ejercicios de bajo impacto osteoarticular que
sensación global de bienestar, la función física y la calidad impliquen al mayor número de grupos musculares como
de vida del p:>-::ienre, si bien, no mejora la fatiga y el efec- caminar, aeróbico da nza de bajo impacto, bicicleta estática
tO sobre la depresión es controvertido. o natación en piscinas de agua caliente, etcétera
• En las actividades de fortalecimiento muscular y equilibrio,
La actividad física o los programas de ejercicio físico las repeticiones y la carga se irán incrementando
que realizan los enfermos de fibromialgia no siempre esrán progresivamente. Tai-chi, yoga y pi lates pueden ser buenos
dirigidos por fisioterapeutas; a veces fo rman parte d e sus recursos para trabajar la fuerza y el equilibrio. Habrá que
minimizar los ejercicios con las extremidades superiores
rutinas diarias. Por ello, y pese a que el ejercicio físico es
por encima de la cabeza y las contracciones musculares
una herramienta que forma parte del tratamiento fisiote- mantenidas
rápico, le dedicamos un epígrafe aparte. • Los ejercicios de fl exibilidad m ediante estiramientos
estáticos se pueden realizar diariamente. Se harán
sin forzar y s in llegar a l punto de dolor. Deberán ser
mantenidos, evita ndo Los rebotes

o
De forma general, se recomiendan programas de ejerci-
• La cantidad e intensidad del ejercicio se adaptará
cio o actividades aeróbicas, aunque también están reco-
de forma individual. De forma general podrán
mendados Los programas de fo rta lecimiento, flexibilidad recomendarse ejercicios aeróbicos de unos 30 minutos
muscular o equilibrio, con benefi cios más Limita dos. durante 3-5 días a la semana, ejercicios de fortalecimiento
y equi librio 2 días a la semana y ejercicios de flexibilidad
diarios. La eficac ia de los progra mas radica en que el
paciente Los tolere y los realice; por ello, la intensidad
Teniendo en cuenta que un exceso de ejercicio produce inicial de cualquie r tipo de ejercicio deberá ser inferior
un aumento de los síntomas, es recomendable que el ejer- a la recomendada para La población general, trata ndo
cicio físico sea prescrito y supervisado por un profesional de evitar así el abandono
cualificado, quien valorará algu nas consideraciones especí- • Inicialmente se comenzará con intens idades bajas, poco
número de repeticiones y sesiones de menor duración.
ficas (Tabla 4 6-3). Posteriormente se irán incrementa ndo hasta llegar a un
nivel de intensidad moderado
Tratamiento de fisioterapia • La adhesión a medio-largo plazo es uno de Los grandes
problemas. Si el paciente con fibromialgia deja de realizar
D ado el carácter difuso, crónico, generalizado e incapacitan- los ejercicios o no incrementa s u nivel de actividad física ,
te del dolor presente en la fibromialgia, el tratamiento que los efectos conseguidos se pierden pronto. Intentar que el
se proponga deberá tener en cuenta la afectación de la esfe- ejercicio resulte agradable , sea simple y que el paciente lo
pueda incorporar en su rutina diaria, facilita la adhesión
ra biológica, psicológica y social del paciente. Aunque el gra- y, por Lo tanto, el mantenimiento de los beneficios. La
do de evidencias científicas sobre la eficacia de muchas de las supervis ión inicial por un profes ionallfisioterapeuta
técnicas fisioterápicas es aún limitado, es grande el arsenal o educador físico! aumenta el cumplimiento
• Los ejercicios en grupo pueden favorecer la interacción
de técnicas o herramientas que se pueden utilizar para abor- social y a umentar la motivación
dar el tratamiento del enfermo con fibromialgia. El estable-
cimiento de los objetivos de tratamiento se realizará de for-
ma individual, abordando cada una de las características y
sintomarología específicas de cada sujeto identificadas du- ineficacia de una técnica en un determinado paciente no debe
rante la valoración fisioterápica, lo cual es clave para el éxito hacer descartarla para el resto. El tratamiento del enfermo con
del tratamiento. Es importante, además, explicar dichos ob- fibra mialgia, d ependiendo del ámbito de trabajo, podrá abor-
jetivos al paciente, evitando así falsas expectativas. darse de forma individual o en grupo, y la combinación de
La experiencia clínica va demostrando, sin que hasta el ambos procedimientos ofrece excelentes resultados.
momento se sepa por qué, que no rodas las técnicas funcio- A la hora de p lantear la actuación fisioterápica en el en-
nan igual en codos los pacientes; algunas técnicas tienen resul- fermo de fibromialgia, deberán tenerse en cuenta algunos
tados espectaculares en unos enfermos, pero no en otros. La aspecros específicos (Tabla 46-4).
-
46 • Fibromialgia. Síndrome de fatiga crónica 589

Su efecto es analgésico. El grado de tolerancia de la téc-


Tabla 46-4. Aspectos específicos del tratamiento
fisioterapéutico en los enfermos con fibromialgia nica es m edia, y algunos pacientes la consideran desa-
gradable.
• Deberá ser continuado. El tratamiento fisioterápico no • Cinesitempia. Se podrán incluir movi lizaciones, estira-
resuelve la enfermedad y su eficacia está avalada mientras
se aplica; en ocasiones, los efectos persisten durante un mientos, terapia manual, terapia miofascial, terapia
corto período de tiempo neuromeníngea loe véase Vol. 1, capítulo 221, ere., todo
• Será periódico. Se establecerá una programación de ello encaminado a mantener la movilidad articular y la
tratamiento con un determinado número de sesiones
fuerza muscular, con un efecto directo sobre el dolor y
semanales, normalmente entre 1 y 3. En los períodos en los
que se produce una exacerbación de los síntomas, podría la funcionalidad. En ocasiones, se podrá utilizar algún
hacerse una propuesta diaria. En los períodos de ausencia cipo de instrumento o aparataje, aunque no todos los
de síntoma s, el tratamiento podría ser suspendido pacientes los toleran bien. Se podrá establecer un pro-
• Será adecuado a las exigencias individuales de cada
paciente y de cada momento o día de evolución. Dada la grama dirigido a un grupo donde se incluyan ejercicios
gran variabilidad diaria en la sintomatología, el tratamiento d e movilidad, fortalecimiento, estiramie nto d e codos
deberá programarse diariamente y a corto plazo los grupos musculares e incluso técnicas de relajación
• La educación sanitaria formará parte constante de la
actuación fisioterápica. Dado el ca rácter crónico de la (Tabla 46-5).
enfermedad, se podrá instru ir al paciente para utilizar • Relajación. En cualquiera d e sus formatos: relajació n
algunos agentes fís icos en su domicilio progresiva de Jacobson , enrrenamienro autógeno de
• Se evitarán aquellas técnicas o herramientas que el
paciente refiera como desagradables; habrá que tener Schulcz, etc. Puede contemplarse como una técnica ais-
siempre presente la alteración en la percepción de los lad a o dentro de una sesión d e cinesicerapia. Tiene un
estímulos que tienen estos pacientes, sobre todo a la importante efecto sobre la tensión emocional, la ansie-
presión y temperatura
dad y el estrés. Aunque requiere entrenamiento, es una
técnica bien tolerada por los pacientes. Es conveniente
vigilar la temperatura de la sala de tratami ento, pues
El principal objetivo de casi cedas las técnicas fisioterá- temperaturas por debajo de los 22-23 oc generan sen-
picas es a liviar, disminuir o eliminar el dolor musculoes- sación desagradable en los pacienres.
quelético, un dolor con unas características particulares ex- • Ma~:,metotempin. Busca un efecto analgésico. S i es posi-
puestas en los apartados anteriores. Se decidirá si los agen- ble, utilizar solenoides grandes p a ra ab a rcar zonas de
tes físicos que se utilicen se a plican de forma local sobre los tratamie nto mayores.
puntos o zonas dolorosas, o bien de forma general o irra-
diada. La mejora del dolor redunda directamente sobre la
Tabla 46-5. Consideraciones para la cinesiterapia en grupo
capacidad fun cional del paciente y, d e este modo, sobre su
en pacientes con fibromialgia
calidad de vida.
• La duración de la sesión podrá ser has ta de 45-50 minutos
• Los ejercicios de movilidad o flexibilización tratarán
El proce dimiento terapéutico de fisioterapia en la libro- de movilizar los distintos segmentos y articulaciones

o mialgia tiene como objetivo disminuir el dolor, promocio-


nar la salud y la calidad de vida, así como enseñar al pa-
ciente a manejar su enfermedad.
corporales y serán de ejecución lenta '
• Los ejercicios de tonificación o fortalecimiento muscular
irán dirigidos a los distintos grupos musculares, haciendo
hincapié en la musculatura abdominal
• Los estiramientos insistirán en aquellos grupos musculares
que más se ven acortados por la postura y el dolor,
En el tratamiento del enfermo con fibromialgia, en principalmente la musculatura paravertebral e isquiotibial
principio, podría utilizarse cualquier técnica, herramienta • Las sesiones pueden terminar con técnicas de relajación
[10 -15 minutos]
o instrumento que diera cumplimento a los objetivos plan- • Los ejercicios serán variados; se tratará de no rea lizar
teados. De forma general, se exponen algunas considera- siempre los mismos ejercicios, para evitar la pérdida de
c iones d e las técnicas o herramientas utilizadas de forma interés y el aburrimiento
• En el diseño de cada ejercicio se antepondrán las órdenes
m ás habitual: de correcta ejecución sobre las de movimiento s in más
• l\llasotempin. Su principal efecto será activar la circula- • Se realizarán pocas repeticiones y 1 o 2 series de cada
ción y m ejo rar la nutrición y el funcionamie nto muscu- ejercicio; debe primar la calidad en la ejecución de tos
ejercicios sobre el número de repeticiones
lar, proporcionando además un agradable efecto analgé-
• Los pacientes serán educados para regular por sí mismos
sico. Es una técnica b ien tolerada por el paciente. Se el número de re peticiones, respetando las reglas: <<que no
evitarán las maniobras agresivas o molestas. provoque dolor» y <<que no produzca fat iga»
Termotempin. L'l utilización de una fuente de calor, e n • Es interesante que todos los ejercicios se s imultaneen con
técnicas de control y coordinación de la respiración
cualquiera d e sus variantes: infrarrojos, parafangos, pa- • Se elegirán posiciones cómodas y confortables para realizar
rafinas, hipertermia, etc., genera principalmenre un los ejercicios, principalmente el decúbito y la sedestación
efecto analgésico y relajante. La elección de la h e rra- • Se utilizarán todos aquellos elementos que ayuden a l
confort de la pos ición: a lmohadas, cuñas, etcétera
mienta estará en función de la zona o región que se va a • Se descartarán aquellas posiciones en la s que
tratar. Es una técni ca bien tolerada por el p aciente. tos pacientes manifiesten sentirse incómodos y aquellos
Corrientes de baja y media ji-ecuencin. Corrientes inrerfe- ejercicios que describan como desag radables o demasiado
intensos
renc ia les, estimulación ne rviosa transcutánea (TENS).
590 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

• Crioterapia. Aunque se le describa un efecro analgésico,


no es una técnica bien aceptada por los paciemes y la ro- Epidemiología
lerancia es baja. De forma excepcional podría comem- La prevalencia del SFC/encefalomieliris m iálgica es homo-
plarse su aplicación de forma local. génea en todos los países, se establece entre el 0,2 y 0,5%
• Hidrotempia. Sus propiedades fisicotérmicas permiten de la población general y no parecen existir diferencias entre
su utilización en múltiples formas: chorros, baños, du- hábitos de vida, diera, clima, ere. El SFC/encefalomieliris
chas, termas, ere., con efecros diferentes. El agua podrá miálgica afecta más a las mujeres, con una proporción 3-5: 1,
utilizarse también como medio para realizar ejercicios la edad media de inicio se si rúa en los 25-35 años y tiene pre-
similares a los planteados en el subapartado de la cinesi- sencia en rodos los grupos raciales y étnicos. También afecm
rerapia, pero en es re caso la temperatura del agua no de- a niños y adolescentes, con una incidencia m ucho menor.
berá ser inferior a los 29-30 oc. Aproximadamente entre un 20-25% de los enfermos con
Ultrasonido. Podría ser contemplado como técnica pun- SFC/encefalomieliris miálgica presentará o evolucionará ha-
tual de tratamiento sobre algún punto doloroso. Al no cia una forma muy severa de la enfermedad. Aunque el
producir efecros desagradables, es bien tolerado por los SFC/encefalomieliris miálgica se relaciona con algún pro-
pacientes. ceso viral, no hay ninguna prueba de que sea contagioso.
• Láser. Se podrá utilizar como técnica analgésica. Su
aplicación podrá ser puntual o de barrido en áreas pe- Etiología y patogenia
queñas. También es una técnica bien tolerada. Actualmente se desconoce la causa y la patogenia del SFC/
• Punción seca. Pese a su efecto analgésico muscular y so- encefalomieliris miálgica y no se dispon e de pruebas espe-
bre la reducción del tono, es una técnica desagradable cíficas de diagnóstico. Las hipótesis actuales apuntan a la
muy mal tolerada por los paciemes con fibromialgia; se coexistencia de factores predisponentes (genérica, inactivi-
recomienda extremar su uso. dad física en la infancia, inactividad tras padecer mononu-
Vendaje neuromuscular. Herramiema imeresante en la re- cleosis, ere.}, factores desencadenanres (severo estrés físico
ducción momentánea del dolor muscular. Se utilizarán o emocional, infecciones virales, sustancias químicas, ere.),
técnicas musculares d e reducción del cono muscular o factores de perpetuación y facto res pronósticos.
apertura del espacio sobre puntos dolorosos !GEl véase vol. l. El sistema nervioso central parece estar implicado en la
capítulo 181. SFC/encefalomieliris m iálgica. El estrés físico o emocional
que frecuentemente sufren estos pacientes altera la actividad
Algunas personas con fibromialgia tienen afectación de la del eje hiporalámico-hipofisario-supradrenal, lo que provo-
articulación temporomandibular. (En el GEl Vol. 11. capítulo ca un aumenro en la liberación de corticorropina, corcisol y
36, el lector encontrará desarrollados en profundidad los otras hormonas. Esras hormonas influyen en el sistema in-
aspectos terapéuticos relacionados). munitario y en una gran cantidad de sistemas corporales,
por lo que la afecmción se vuelve mulrisisrémica. También
SÍNDROME DE FATIGA CRÓNICA/ se han detectado en los enfermos con SFC/encefalomieliris
ENCEFALOMIELJTIS MIÁLGICA miálgica alteraciones en la regulación autonómica de la p re-
sión y el pulso; los enfermos con SFC/encefalomieliris miál-
Este síndrome, complejo en su manejo clínico, también ha gica presentan una hipotensión mediada neuralmente y una
sido motivo de disenso en la comunidad científica. taquicardia orrosrática posrural. Algunos refieren mareos o
fatiga, agravada cuando están de pie durante períodos pro-
Concepto longados o ante la exposición a aleas temperaturas. Aunque
En el año 20 11 se publicó un documento de consenso in- no hay evidencias cienríficas de que la SFC/encef.'llomieliris
ternacional en el que se propuso adoptar un único término miálgica sea causada por una deficiencia nurricional, algu-
para denominar al síndrome de fatiga crónica (SFC) y unir- nos pacientes la presentan, producida posiblemenre por la
lo definitivamente al de encefalomieliris miálgica. Resulta intolerancia a determinados alimenros o medicamentos.

o
de relevancia que se distinga entre el concepto de fotiga cró-
nica, que es un síntoma que puede acompañar a muchas en-
Parece ser que el estrés físico o emocional, que frecue n-
fermedades de todo tipo (incluidas las psiquiátricas) y el
te mente sufren estos pacientes, es un factor desencade-
SFC/encefalomielitis miálgica, que es una enfermedad reco- nan te de la sintomatología.
nocida por rodas las organizaciones médicas internacionales
y por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Manifestaciones clínicas
El SFC/encefalomielitis miálgica es una enfermedad gra- Además de la fatiga, el pacienre con SFC/encefalomieliris
ve compleja y debilitante, caracterizada por una fatiga in- miálgica es muy frecuente que presente otros síntomas como:

o tensa, física y mental, que no remite, de forma significa-


tiva, tras el reposo y que empeora con la actividad física o
me ntal. lo que obliga a una reducción importante de to-
• Agotamiento neuroinmunirario postesfuerzo: los pa-
cientes con SFC/encefalomieli ris miálgica presenran
una fatiga excesiva tras realizar algún esfuerzo físico li-
das las actividades de la vida diaria lAVO l.
gero, la cual puede duran más de 24 horas.
46 • Fibromialgia. Síndrome de fatiga crónica 591

• Deterioro cognitivo: falta de memoria, problemas para pendencia, los trastornos auroin m un itarios o inm uni ta-
concentrarse, confusión. rios, infecciones, enfermedades musculares o neurológicas
• Manifestaciones neurológicas: alteración en el procesa- como la esclerosis múltiple, enfe rmedades endocri nas
miento del dolor y de las aferencias sensitivas. como el hipotiroidismo, cardiopatías, nefropatías, heparo-
• Deterioros en la producción y transpone de energía por patías, enfermedades psiquiátricas o psicológicas, pan icu-
la alteración del metabolismo celular. larmente depresión o tumores. Dado que algunos de estos
• Dolores articulares sin tumefacción ni enrojecimiento. descartes exigen la realización de exámenes complementa-
• Dolores de cabeza de un tipo, patrón o intensidad dife- rios, el diagnóS[ico de la SFC/encefalomielitis miálgica
rente a los sufridos en el pasado. debe ser médico.
• Dolores musculares (mialgias). En el diagnóstico d el SFC/encefalomielitis miálgica se
• Sueño no reparador. han debatido diferentes criterios, desde los de Fukuda/CDC
• Febrícula o fiebre leve (menos de 38,3 °C). de 1994, los Canadienses en el año 2003 y fi nalmente los de
• Odinofagia frecuente o recurrente. un Consenso Internacional en 20 11 (Tabla 46-6) .
• Sensibilidad en los ganglios linfáticos del cuello o de las Según estos criterios el paciente deberá cumplir:
axilas. A. Los criterios de agotamiento neuro inm unitario postes-
fuerzo, no siendo ya necesario q ue la fatiga haya tenido
Dado el carácter generalizado y sistémico de la enfermedad, que estar presente en, al menos, 6 meses.
no es infrecuente que los pacientes con SFC/encefalomieli- B. Al menos una manifestación en tres de las categorías de
tis miálgica refieran otros síntomas adicionales tales como: deterioro neurológico.
dolor abdominal, intolerancia al alcohol, distensión abdo- C. Al menos una manifestación de las ci nco categorías de
minal, flatulencia, dolor de pecho, ros crónica, diarrea, se- deterioro inmunitario/digestivo/genirourinario.
quedad en los ojos y/o boca, dolor de oídos, latidos irregu- D. Al menos una manifestación de deterioro del metabo-
lares, arritmias cardíacas, dolor en la mandíbula, rigidez lismo o del transporte de energía.
matinal, náuseas, sudores o escalofríos nocturnos, trastor-

o
nos psicológicos (depresión, irritabilidad, ansiedad, ataques El diagnóstico del SFC/ encefalomi eli tis mi álgica es ex-
de pánico), dificultad para respirar, al10go, sensaciones en clusivamente clínico y se llega a é l tras habe r desca rtad o
la piel como hormigueo, pérdida de peso, dificultad para otras posibles causas de fatiga .
pensar (sensación de haberse nublado el pensamiento), di-
ficultad para mantener una posición erguida, mareos, pro-
blemas de equilibrio o desmayos, alergias o sensibilidad a Diagnóstico diferencial
cienos alimentos, olores, sustancias químicas, medicamen- El cuadro clínico de la SFC/encefalomielitis miálgica com-
tos o ruido, colon irritable, alteraciones visuales (sensibili- parte similitudes con otras enfermedad es como la fi bra-
dad a la luz, visión borrosa, dolor ocular). mialgia, la neurastenia, las sensibilidades q uímicas múlti-
La evaluación fisioterápica, para establecer los objetivos ples y la mononucleosis crónica, si bien la fatiga en rodas
de tratamiento y la elección y adecuación de las técnicas in- ellas no constituye el síntoma p rincipal. H ay otras patolo-
cluirá una valoración del estado general de la musculatura, gías en las que la fatiga puede resultar relevante, como el
la capacidad cardiopulmonar, la fatiga y el impacto de la en- hipotiroidismo, las card iopatías, las hemoglobinopatías, la
fermedad sobre las AVD. Para valorar la capacidad cardio- apnea del sueño y la narcolepsia, los trastornos depresivos
pulmonar del sujeto, se realizará una prueba de esfuerzo en graves, la mononucleosis crónica, los trastornos bipolares,
un tapiz rodante que incluya la determinación del VO, (vo- la esquizofrenia, los trastornos d el apetito, el cáncer, las en-
lumen máximo de oxígeno) o del valor METS (unidad me- fermedades auroinmunes, los trastornos hormonales, las
tabólica equivalente a 3,5 mL!kg/minuro de 0,). La inter- infecciones subagudas, la obesidad, el ab uso de alcohol y
pretación del valor de la prueba estará determinada por el es- sustancias adictivas y las reaccio nes ante medicamentos.
radio de la enfermedad. El impacto de la enfermedad sobre
las AVD o la fatigabilidad podrá determinarse con instru- Pronóstico
mentos específicos como las escalas Checklist Individual La gravedad del SFC/encefalom ieli tis miálgica varía de
Strength, Chalder Fatigue Sea/e o Fatigue Severity Sea/e. unos pacientes a otros, lo que hace que el pronóstico a lar-
go plazo sea variable y de d ifícil predicción. Algunas per-
sonas pueden mantener una vid a bastante activa, si bien
El síntoma principal del SFC/encefalomielitis miálgica es

o la fatiga o cansancio extremo, el cual es de aparición


brusca, que persiste en el tiempo, que no se alivia con el
reposo y que impide realizar pequeñas AVD.
la mayoría de los pacientes ven limitadas de forma signi-
ficativa sus actividades laborales, educativas y familiares
durante períodos de tiem po, lo cual está en funció n de la
cantidad, tipo e intensidad d e los sín tomas. Potencial-
mente, la SFC/encefalomieliris m iálgica puede ser tan inca-
Diagnóstico pacitante como la esclerosis múltiple, el lupus (véase el ca-
El diagnóstico del SFC/encefalomielitis miálgica es exclu- pítulo 49) , la artritis reumatoide (véase el capítulo 40), las
sivamente clínico y se establece después de haber descana- enfermedades cardíacas, la ins uficiencia renal terminal o
do otras posibles causas de fatiga tales como la farmacode- la enfermedad pulmonar obstructiva crónica. A men udo
592 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 46-6. Criterios según el consenso internacional para el diagnóstico del síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica, 2011

A. Agotamiento neuroinmunitario postesfuerzo. Incapacidad patológica para producir suficiente energía cuando se requiere. Se
caracteriza por:
1. Fatigabilidad física y/o cognitiva intensa y rápida cuando se realiza un esfuerzo, que puede ser mínimo, como en las AVD o en
las tareas mentales sencillas; pueden extenuar al paciente y causarle una recaída
2. Agravación de manifestaciones postesfuerzo: por ejemplo, manifestaciones agudas similares a las de la gripe, dolor y
empeoramiento de otras manifestaciones
3. El agotamiento postesfuerzo puede aparecer inmediatamente después de la actividad o retrasarse unas horas o unos días
4. El período de recuperación es prolongado, por lo general 24 horas o más. Una recaída puede durar días, semanas o más
5. EL bajo umbral de fatigabilid ad física y mentallpoca resistencia! causa una reducción considerable del nivel de actividad
premórbido
B. Deterioros neurológicos. Se requiere, al menos, una manifestación de tres de las s iguientes cuatro categorías:
1. Deterioros neurocognitivos:
a. Dificultades en el procesado de La información: pensamiento enlentecido, concentración deteriorada; por ejemplo,
confusión, desorientación, sobrecarga cognitiva, dificultad en La toma de decisiones, habla más Lenta y dislexia adquirida o
por esfuerzo
b. Pérdida de memoria a corto plazo: por ejemplo, dificultad para recordar lo que uno quiso deci r, lo que estaba diciendo, la
evocación de palabras, el recuerdo de información, mala memoria de trabajo
2. Dolor:
a. Cefaleas: por ejemplo, cefaleas crónicas y generalizadas, que a menudo incluyen dolor de ojos, detrás de ellos, o en La
nuca, que puede asociarse a tensión muscular cervical; migraña; cefaleas de tensión
b. Puede haber dolor pronunciado en músculos, uniones musculotendinosas, articulaciones, abdomen o pecho. No es de
carácter inflamatorio y a menudo migra: por ejemplo, hiperalgesia generalizada, dolor difuso lque puede cumplir criterios
de fibromialg ial. dolor miofascial o irradiado
3. Trastornos del sueño:
a. Pautas del sueño alteradas: por ejemplo, insomnio, sueño prolongado incluso en las siestas, dormir la mayor parte del
día y estar despierto la mayoría de la noche, despertar frecuente, despertar mucho antes de lo que se hacía antes de la
enfermedad, sueños y pesadillas vívidos
b. Sueño no reparador: por ejemplo, despertar sintiéndose exhausto independientemente de la duración del sueño.
somnolencia diurna
4. Trastornos neurosensitivos, perceptivos y motores:
a. Neurosensitivos y perceptivos: por ejemplo, incapacidad para enfocar la vista; sensibilidad a la luz, al ruido, a la vibración, a
Los olores, a los sabores y al tacto; merma en la percepción de la profundidad
b. Motores: por ejemplo, debilidad muscular, tics, mala coordinación, sensación de inestabilidad estando erguido, ataxia
C. Deterioros inmunológicos, digestivos y genitourinarios. Se requ iere al menos una manifestación de las siguientes cinco
categorías:
1. Manifestaciones similares a las de la gripe, que pueden ser recurrentes o crónicas y típicamente aparecen o empeoran con
el esfuerzo; por ejemplo, dolor de garganta, sinusitis, crecimiento o sensibilidad a La palpación de Los ganglios lin fáticos
cervicales y/o axilares
2. Susceptibilidad a Las infecciones víricas, con convalecencias prolongadas
3. Aparato digestivo: por ejemplo, náuseas, dolor abdominal, distensión, sínd rome del intestino irritable
4. Genitourinarias: por ejemplo, urgencia urinaria, polaquiuria, nicturia
5. Hipersensibilidades a alimentos, med icamentos, olores o productos químicos
D. Deterioro en La producción y el transporte de energía. Se requiere como mínimo una manifestación:
1. Cardlovascular: por ejemplo, incapacidad para tolerar una postura erecta-intolerancia ortostática, hipotensión mediada
neuralmente, síndrome de taquicardia ortostática postura!, palpitaciones con o sin arritmias cardiacas, mareos
2. Respiratoria: por ejemplo, disnea, respi ración difícil, fatiga de Los músculos del tórax
3. Pérdida de estabilidad térmica: por ejemplo, temperatura corporal por debajo de lo normal, fluctuaciones intensas a lo Largo
del día, accesos de sudor, sensación recurrente de fiebre con o sin febrícula, extremidades frías
4. Intolerancia a las temperaturas muy altas o muy bajas

AVD: actividades de la vida diaria.

la SFC/encefalomielitis miálgica evoluciona de forma cí-


clica, alrernando períodos de exacerbación de los sínro- Tratamiento
mas con otros de relativo bienestar. En algunos pacientes Actualmente no existe cura para el SFC/encefalomielitis
se producen remisiones prolongadas o incluso completas. miálgica. El objetivo del tratamiento es aliviar los sínto-
En un porcentaje pequeño, la enfermedad es progresiva mas. Parece que hay evidencias científicas de que el curso
hacia el empeoramiento. de la enfermedad mejora cuando se identifican y se tratan
todos los síntomas presenres en este ripo de enfermos (véa-
se el aparrado Manifestaciones clínicas). Dada la diversi-

o Con frec uencia, la SFC/encefalomielitis miálgica evolu-


ciona cíclicamente, alternando periodos de exacerbación
clínica con otros de relativo bienesta r.
dad y variedad de los síntomas presentes en el enfermo con
SFC/encefalomielitis miálgica, el rratamienro deberá ser
multidisciplinar e individualizado a la sinromarología del
46 • F1bromialg ia . Síndrome de fat1ga crónica 593

paciente, y se deberán abordar aspectos de educación sani-


Tabla 46-7. Nor mas de higie ne de l s ueño
taria, medicación, ejercicio físico, fisioterapia o tratamien-
to psicológico. • Establecer una rutina regular para la hora de irse a dormir
• Evitar dormir una siesta du rante el día
• Incorporar un período largo de relajación

o Es habitual que los pacientes que están en fase de remi-


sión pretendan realizar más actividades de las que debe-
rían , lo cual conllevaría una reca ída.


Usar la cama sólo para dormir y tener relaciones sexuales,
no para leer, ver la televisión o escuchar música
No tener en la habitación televisión, ordenador u otros
aparatos eléctricos
• Establecer un horario regular para irse a dormir y para
despertarse
• Controlar el ruido, la luz y la temperatura de la habitación
Educación del paciente • Evitar el consumo de cafeína, a lcohol y tabaco
Con el fin de que el enfermo con SFC/encefalomieliris • Intentar hacer ejercicios ligeros y estiramientos, al menos,
4 horas antes de la hora de irse a dormir
miálgica aprenda a manejar su enfermedad, éste debe co- • Evitar las comidas copiosas antes de acostarse
nocer en qué consiste, cuál es su alcance y sus objetivos de
tratamiento. Se les debe estimular para que mantengan
una vida social activa. ción del sueño (véase el caso clínico 46-2), será útil ense-
Aunque existe discrepancia en cuanto a la conveniencia ñarles algunas de las normas estándar de higiene del sueño
de recomendar o no la práctica de ejercicio físico en estos (Tabla 46-7).
pacientes, es un aspecto que se debe considerar de forma
individual en cada uno de ellos en función del resto de la
actividad diaria que realicen. En cualquier caso, la activi-
dad física deberá ser regular y de baja intensidad, y sería
Mantener una vida social activa mejora el pronóstico de
la enfermedad.
o
conveniente que estuviese supervisada por un médico o fi-
siorerapeura. Se desaconsejará a los pacientes acudir a cen-
tros de actividad física donde no existan profesionales cua- Tratamiento farmacológico
lificados que conozcan su enfermedad, ni incluirse en No hay un rraramienro específico para tratar el SFC/ence-
otros grupos de enfermos que puedan presentar caracterís- falomielitis miálgica, de ral manera que los tratamienros
ticas parecidas (fibromialgia, hipertensión, cardiopatías, farmacológicos que reciben estos enfermos van encamina-
ere.). Si se d ecide indicar al paciente la posibilidad de ca- dos a aliviar los síntomas específicos. En algunos casos
minar o nadar, sin la supervisión in situ del profesional, se contemplarán tratamientos orienrados a la recuperación
le deberá proporcionar las indicaciones oportunas para de la función mitocondrial, en otros anrivirales (valaciclo-
evitar sobreesfuerzos y complicaciones: por ejemplo, si se vir, famciclovir o valganciclovir) o inmunomoduladores
le recomienda al paciente caminar, se le indicará la necesi- (Shiirake<B>). De form a particular, podrán recibir erara-
dad de intercalar períodos de descanso; para ello podría ser miento de la calidad del sueño, del dolor, la depresión o la
necesario salir de paseo con una silla-taburete ligero. Asi- ansiedad.
mismo, se tendrá que enseñar al paciente a controlar el es-
trés y la tensión física, con el fin de evitar los sobreesfuer- Terapias psicológicas
zos durante los períodos de mejoría (pusb-cmsb). En cual- La terapia conductivo-conductual ayuda a los pacientes
quier caso, los pacientes deberán evitar hacer ejercicio en con SFC/encefalomielitis miálgica a moderar y evitar el ci-
los días en los que se sientan cansados, compensar el tiem- clo de sobreesfuerzos y recaídas, tan frecuentes en este tipo
po enrre actividad, reposo y sueño, dividir las tareas gran- de pacientes. También incorpora estrategias para el abor-
des en arras más pequeñas y manejables, repartir las rareas daje del estrés y otros síntomas. Otras técnicas incluidas en
de mayor desafío a lo largo del día o la semana. la terapia psicológica van dirigidas a estimular la mente
con rompecabezas, juegos de palabras, cartas, etcétera.

o El reposo será con templado como una medida efectiva


para paliar la fatiga. El paciente deberá aprender a inter-
calar períodos de descanso en cada una de sus AVD.
La terapia conductivo-conductual mejora la calidad de
vida de los pacientes.
o
La presencia de intolerancia a determinadas sustancias
o alimen tos en estos pacientes puede hacer necesaria la Tratamiento fisioterapéutico
prescripción de un programa dietético por parte del facul- Los objetivos del tratamiento fisio terápico en los enfermos
tativo. A lo largo de la geografía española existen disrinras con SFC/encefalomielitis m iálgica irán encaminados a
asociaciones de enfermos que comparten una misma en- manejar la actividad para disminuir la fatiga durante las
fermedad; en algunos casos podrá indicarse al paciente la AVD, mejorar el estado de ánimo, el sueño e incluso el do-
posibilidad de incorporarse a asociaciones que les propor- lor, abordar el dolor específicamente, en los casos en los
cionen algún tipo de recurso para afrontar su enfermedad. que se presenre, y ayudar a resolver o minimizar los pro-
En los casos en los que los pacienres refieran alguna altera- blemas de vértigo o mareo producidos por la hipotensión.
594 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla ¿6-B. Recomendaciones o sugerencias en el diseño Tratamiento de los problemas de equilibrio,


de programas de ejercicio físico en pacientes
con síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis mialgica
vértigo o hipotensión mediada neuralmente
En los casos en los que el paciente presente alguna alrera-
• El grado de intensidad del ejercicio estará determinado
individualmente por el umbral anaérobico del paciente, lo ción del equilibrio, sensación de mareo, vértigo o hipoten-
cual se establecerá a partir de la evaluación previa de la sión mediada neuralmenre, se deberá incluir un programa de
capacidad cardiopulmonar ejercicios dirigidos al control ocular y cervical. Son ejercicios
• Los programas incluirán ejercicio gradual, pero con la única
intención de lograr el manejo de las actividades de la vida
progresivos cuyas pautas se describen en la tabla 46-9. El paso
diaria, no de mejorar la capacidad física del paciente de una fase a otra vendrá determinado por la ausencia de
• El programa no tendrá nunca como objetivo alcanzar la síntomas a la hora de realizarlos.
capacidad física que el paciente tuviera antes de la enfermedad
• Si en la progresión del ejercicio la fatiga aparece o aumenta, Relajación
se deber;i regresar a niveles de ejercicio anteriores
• Es necesario que el paciente aprenda a determinar su Las técnicas de relajación actúan sobre la reducción del es-
capa ci dad individual de ejercicio sin entrar en «crash>> [fase trés y pueden ayudar a manejar la fatiga y/o el dolor. Pueden
de agotamiento invalidante físico y mentall
• El programa de ejercicios [tipo e intensidad! es apropiado si utilizarse cualquiera de sus variedades: entrenamiento autó-
el enfermo puede recuperarse de él en no más de 15 minutos geno de Schurlz, relajación progresiva de Jacobson, retroali-
después de terminar mentación o biofiedback, control de la respiración, etcétera.
• El programa será adaptado a las habilidades actuales
del paciente y a sus preferencias, no a las capacidades
anteriores a la enfermedad
• Se incluirán ejercicios de movilidad, fortalecimiento Tabla ¿6-9. Ejercicios para los problemas de equilibrio,
muscular y estiramientos vértigo, mareo o hipotensión mediada neuralmente
• Los ejercicios de fortalecimiento muscular pueden incluir
trabajo con pesas [500 g-2 kgl y ejercicios de contracción • Fase 1. Paciente en decúbito supino o sedestación. Se le
isométrica mantenida pedirá que mantenga la cabeza quieta, sin moverla. Se
• Las sesiones serán de corta durac ión, no más de le solicitará que mire a un lado y otro y de arriba-abajo,
20 minutos, y se establecerán unas 3 por semana siguiendo con los ojos el movimiento del dedo del terape uta,
• La ejecución de cada ejercicio o serie no será mayor de que lo mantendrá a una distancia de unos 50 cm
15-20 segundos y se intercalarán periodos de 1 minuto de • Fase 2. Paciente en sedestación. Se le pedirá que realice
desea nso entre ejercicios o series movimientos de flexoextensión, lateralización y rotación de la
• Si el programa mantiene o aumenta la fatiga, se deberá columna cervical; primero con los ojos abiertos y después con
reducir la intensidad o suspenderlo los ojos cerrados. Inicialmente la velocidad del movimiento
será muy lenta para ir incrementándola gradualmente.
Durante el movimiento se insistirá al paciente en concentrar
su mirada en un punto para evitar así, inicialmente, el
Programas de ejercicio movimiento de los ojos. A medida que se avance en la fase,
no será necesaria dicha indicación para que, poco a poco, el
Los programas de ejercicio que se planreen en estos pacien- movimiento de los ojos acompañe al movimiento cervical
• Fase 3. Una vez que el paciente es capaz de moviliza r sus
tes podrán ser grupales, evitando ser mezclados o incluidos ojos y su columna cervical sin sintomatología, desde la
en otros programas de ejercicio estándar o dedicado a otras posición de sed estación se le invita a realizar movimientos
patologías, ya que estarían siendo condenados al fracaso. con los hombros; circunducciones suaves de columna
cervical; recoger un objeto del suelo y levantarlo por encima
de la cabeza siguiendo su movimiento con la mirada; pasar

O La mejor opción será un programa individualizado.


un objeto de una mano a otra por debajo de las rodillas
• Fase 4. Paciente en bipedestación. Se le pide que mantenga
el equilibrio estático en apoyo monopodal; primero
con los ojos abiertos y después con los ojos cerrados.
Posteriormente se le pedirá que gire sobre sí mismo con los
La finalidad de los programas de ejercicio en los pacien- ojos abiertos. Progresivamente se incorporarán ejercicios
tes con SFC/encefalomielitis miálgica es optimizar la capa- de equilibrio en apoyo unipodal; primero con ojos abiertos y
después con los ojos cerrados. Se podrán realizar ejercicios
cidad anaeróbica del sujeto y no la de potenciar su capaci- de coger una pelota u objeto lanzado por el terapeuta desde
dad aeróbica. En la tabla 46-8 se describen las principales distintas posiciones angulares a la mirada del pacie nte
recomendaciones o sugerencias a la hora de diseñar el pro- • Fase 5. La última fase implica realizar ejercicios en
bipedestación, con desplazamientos que incluyan
grama de ejercicios en este tipo de pacientes.
movimiento de la columna vertebral, extremidades
superiores, columna cervical, movimientos oculares, como
Técnicas analgésicas adaptación a las actividades de la vida diaria que realice
En los ca5os en los que el paciente presente dolor, debe valo- el paciente. Se podrá incluir deambulación en el suelo
y por colchonetas, subir y bajar escaleras agarrado del
rarse el tipo y elegir aquellas técnicas o herramientas que pue- pasamanos, todo ello con ojos abiertos y cerrados
dan proporcionarle alguna forma de alivio, como la termote- Se pasará de una fase a otra cuando no aparezcan los
rapia, las corrientes de baja y media frecuencia, etcétera. síntomas de vértigo o mareo al realizarla. Si al pasar de fase
aparecen los síntomas, se volverá a la fase anterior. En cada
fase se trabajará al menos durante 3-4 días. Se prestará

o La evidencia científica disponible de las técnicas fisioterápicas especialmente cuidado a los ejercicios en bipedestación con los
ojos cerrados para evitar que el sujeto pueda sufrir una caída.
en esta enfermedad es muy escasa. El masaje suele resultar
El número de se ries , repeticiones o ejercicios irá en aumento.
doloroso en estos pacientes y no aporta ningún beneficio. Se prestará cuidado en no fatigar al paciente
46 • Fibrom1algia. Síndrome de fatiga crónica 595

liJ RESUMEN

• La fibromialgia y e l SFC/encefatomielitis miálgica son en- • El diagnóstico en ambos casos se establece de forma clí-
fermedades reumáticas crónicas que com parten determi- nica.
nada sintomatología.
• Los objetivos de tratamiento en ambas enfermedades van
• En la fibromialgia prevalece principalmente el dolor mus-
dirigidos a minimizar los síntomas y a con tribu ir a mejorar
culoesquelético, mientras que en el SFC/encefalomielitis
la calidad de vida de los pacientes que las padecen.
miálgica to hace la fatiga.
• Se desconoce su etiología y en la explicación patogénica de • El tratamiento de fisioterapia deberá ser individualizado en
ambas enfermedades se incluyen alteraciones del sistema cada paciente, atendiendo a su s intomatología específica y
nervioso central y autónomo. a su evolución a corto plazo.

Mardn-Nogueras, A. M., Calvo-Arenillas, J. l. (2012). Eficacia


BIBLIOGRAFÍA BÁSICA del rraramienro de fisioterapia en la mejora del dolor y la ca-
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~ ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cuál es la sintomatología general que caracteriza al enfe r- 10. ¿Qui én debe a bordar el diagnóstico de la fibro mialgia y del
mo de fibromialgia? síndrome de fatiga crónica/e nce fa lomielitis miá lgica? ¿Có-
mo se establece ese diagnóstico?
2. ¿Cuál es el síntoma más ca racterístico del síndrome de fa-
tiga crónica/encefalomielitis miálgica? 11. ¿La fibromialgia es una enfe rmedad que evolucione hacia la
3. ¿C uál es la prevalencia de la fibromialgia en la población ge- degeneración, deformidad y di scapacidad?
neral? ¿A qué sexo afecta más?
12. ¿Existe evidencia científica concluyente en el tratamie nto de
4. ¿El síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis mi álgica la fibromia lgia? ¿Y respecto al síndrome de fat iga crónica/
afecta a todos los grupos etarios? encefalo mielitis miálgica?
5. ¿Cuál es la causa de la fibromialgia ? ¿Cuáles son los facto-
13. ¿Está e l ejercicio fís ico indicado en la fibro mialgia? ¿Y en el
res que pueden desen cadenarla?
síndrome de fatiga crón ica/encefalomielitis miálgica?
6. ¿Cuáles son los mecanis mos patogénicos que se describen
e n el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica? 14. ¿Los enfermos de libro mialgia y síndrome de fat iga crónica/
encefalomie litis miá lgica pueden partic ipar en un mi smo
7. ¿Existe alguna teoría o hipótesis consolidada que dé expli- programa de ejercicio físico?
cación patogénica completa a la fibromialgia?
B. ¿Qué características ti ene e l dolor presente en los enfe rmos
15. ¿Está indicada la criote rapia y la punción seca e n la fibra-
mialgia?
con fib romialgia?
9. ¿Cuáles son las características de la fatiga presente en los enfer- 16. ¿Está indicado el masaje en la fibromialgia y en el síndrome
mos con síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica? de fatiga cróni ca/encefalomielitis miálgica?
A. Córdova Martínez

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Tener conocimiento so bre la fisiopatología de estas entidades nosológicas.


• Tener conocimiento sobre los factores de riesgo relacionad os con estas patologías.
• Co noce r l as características clínicas de estas enfermedades.
• Conocer las bases de su diagnóstico.
• Profundiza r en los diferen tes tipos de tratamientos actuales.

l. OSTEOPOROSIS
Normal Osleopososis
La osteoporosis es la enfe rmedad m ás frecuente en las so-
ciedades modernas. En 199 1 se definió la osteoporosis
como << una enfermedad sistémica caracterizada por una
baja m asa ósea y una alteración de la microarquitecrura
esquelética, que tiene como consecuencia un aumenro de
la fragilidad ósea y, por tan ro , del riesgo de fractura». Pos-
te riormente, se observó que no rodos los aspectos inclui-
dos en la definición se ajustaban a esta enfe rmedad. Por
ello, en el año 200 l se definió la osteoporosis co mo << la
enferm edad del esqueleto q ue se caracte riza por una re-
sistencia ósea alterada con un aumento de riesgo de frac-
tura».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) d efine la
fractura osteoporótica (fractura por fragilidad) como aqu é-
lla causada por un trauma que resulta de una fuerza o to r-
sión que se ejerce sobre el hueso, que sería insuficiente para
fracturar el hueso normal, denominado trau ma mínimo e .
La resistencia ósea refleja la integración de la densidad
y de la calidad ósea. A su vez, la calidad ósea engloba di-
versas características del tejido óseo relacionadas con la
macroarqui tectu ra, la microarquitecrura (porosidad corti-
cal, conectividad rrabecular), características de recambio
óseo (grado de resorción y formación ósea), grado de mi-
neralizació n secundaria, acumulación de microlesiones y
enlaces d e colágeno (Fig. 47- 1).

o La osteoporosis es l a enfermedad del esqueleto que se Figura 47-1 . Osteoporosis. Aspecto de la arquitectura trabecular
caracteriza por una resistencia ósea alter ada con un au - en un hu eso norma l y otro osteoporót ico. Toma do de: SECOT
m ento de riesgo de fractura. 12009). Manual de cirugía ortopédica y traumatología . Tomo 1; p. 337.
fig. 37- 1. Madrid: Editoria l Méd ica Panamerica na.

597
Par te 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

EPIDEMIOLOGÍA Tabla 47-1. Clasificación de osteoporosis según la densidad


mineral ósea
La osteoporosis, junto a las alteraciones cardiovasculares y
el cáncer, constituyen las tres enfermed ades p rincipales Diagnóstico DMO valor T, o T-score
que afectan a la población occidental. Sin embargo, se cree Normal T> - 1,0
que la osteoporosis puede constitui r el mayor problema de
salud pública a escala mundial, afectando a más de 200 mi- Osteopenia lbaja masa T < -1 ,O y> -2,49
ósea )
llones de personas. Se calcula que el 30-50% de las muje-
res posmenopáusicas la padecerán. El incremento anual de Osteoporosis T < - 2,5
la población mayor de 65 años es del l %, y la tasa de mor-
Osteoporosis grave o T < -2,5 + fractura por fragilidad
talidad consecutiva a la fractura de cadera es como prome- establecida
dio del 20 %.
En España se calcula que existen más de 3,5 millones de Tomada de: Comité de exper tos de la OMS (WHO Scientific Group, 20041.
personas con osteoporosis, en su mayoría mujeres (existen
diez mujeres osteoporóticas por cada hombre y una de cada
rres mujeres mayores de 65 años la padece) . Esto es debido a cepcio nal en los niños {osteoporosis juvenil). Existe otra
que: a) las mujeres tienen entre un 10-25% menos de masa clasificació n de la osteoporosis, q uizás más fácil de desarro-
ósea que los varones, y b) tras la menopausia pierden hueso llar y comprender, realizada de acuerdo a criterios más clí-
más rápidamente que los hombres (alrededor de un 40 %). nicos. Clásicamente se ha venido clasificando la osteopo-
rosis en primaria y secundaria (Fig. 47 -2).

O La osteoporosis constituye un verdadero probl ema de sa-


l ud pública, dada su alta incidencia y prevalencia. La medición de La densidad mine ral ó sea es el método
diagnóstico de La osteoporosis por excelencia. o
CLASIFICACIÓN
En general, siguen aceptándose los criterios de la OMS de Osteoporosis primar ia
1994 para la clasificación de la osteoporosis. Está basada Co nstituye el grupo más amplio e incluye los casos de os-
en la comparación de los valores de la densidad mineral teoporosis en los que no se identifica ninguna enfermedad
ósea (D MO) del paciente con la media d e la población que la justifique directamente. Se disti nguen varios tipos.
adulta joven normal del mismo sexo y raza. Se considera
en esta clasificación el T-score, o valor T, que es el número Osteoporosis idiopática juvenil y osteoporosis
de d esviacio nes estándar que se encuentra por arriba o por del adulto joven
debajo de la D MO media d e la población no rmal joven Afecta a niños o adultos jóvenes de am bos sexos con fun-
del m ismo sexo, estudiada con técnica DEXA (técnicas d e ció n gonadal normal. La osteoporosis idiopática juvenil es
medición d e la densidad mineral ósea). Para el diagnósti- un trastorno raro, que se inicia entre los 8 y los 14 años. Se
co de la osteoporosis se conti núa recurriendo a la medición manifiesta por la aparición brusca de dolor óseo y de frac-
de la DMO como el método u nánimemente aceptado turas por traumatismos mínimos. El trastorno remite por
(Tabla 4 7-1). sí solo en muchos casos y la recuperació n ocurre de forma
Estos límites de corte fueron establecidos para poder espontánea en un plazo de 4 o 5 años.
comparar la prevalencia de osteoporosis en d ife rentes po- La osteoporosis idiopática del adulto joven se observa
blaciones, pero no deben ser considerad os como úni co cri- en varones jóvenes y mujeres premenopáusicas en las q ue
terio diagnóstico para la adopció n de t ratamiento. no se objetiva ningún factor etiológico. El comienzo del
La osteoporosis es rara en los adul tos anres de los trastorno en algunas mujeres aparece con el embarazo o
50 años (osteoporosis idiopática del adulto joven) y ex- poco después. Estas mujeres presentan dism inuciones de

Pico de masa ósea


l

H: 40-50%
M: 20-25%
Nonnal
Primaria Secundaria
Posmenopáusica
Senil (11)
ldiopalica
Figura 47-2. Clasificación operativa de osteo- - 2,5 -2 -1 o
porosis basada en criterios densitométricos. T-Score
47 • Osteoporosis. Osteomalacia . Enfermedad de Pagel 599

la OMO del hueso trabecular que puede permanecer baja tomorfométricos indican que en la osteoporosis de tipo I
durante muchos años. Los estrógenos no son eficaces en hay un recambio alto en el 25 % de los casos, normal en el
este tipo de osteoporosis. La evolución es variable y, a pe- 45% y bajo en el 30 o/o.
sar de que los episodios de fracturas recidivantes son carac-
terísticos, no se produce un deterioro progresivo en todos
los enfermos.
Si bien la edad avanzada y la menopausia son los fa ctores
etiopatogénicos más importantes de la osteoporosis, es
o
Osteoporosis posmenopáusica. Tipo 1 evidente que influyen otros factores.

La osteoporosis de tipo I (posmenopáusica) se caracteriza


por manifestarse entre los 15 y 20 años después de la apari-
ción de la menopausia y por el predominio en el hueso tra- Osteoporosis secundarias
becular de la aceleración de la pérdida ósea. Como conse- Se incluyen todos aquellos casos de osteoporosis que son
cuencia, las fracturas son más frecuentes en las zonas del es- una consecuencia o bien una manifestación que acompa-
queleto donde predomina el hueso rrabecular, como las vér- ña a otras enfermedades o de su tratamiento.
tebras, el extremo distal del radio y el tobillo. La pérdida
ósea está en relación con el déficit estrogénico, que se acom- PATOGENIA
paña de un aumento de resorción que es más acentuada du-
rante los 4 a 8 años que siguen a la menopausia. Se observa El tejido óseo pasa secuencialmente a través de unas fases
disminución de la actividad de la hormona paratiroidea de destrucción y de reparación o recuperación del hueso
(PTH) para compensar el aumento de la reabsorción ósea. perdido, proceso que se conoce como «remodelado óseo».
En el hombre, este tipo de osteoporosis es rara y puede estar El componente de destrucción (resorción) se debe a los os-
en relación con la disminución de secreción de andrógenos. teoclastos, mientras que el proceso de formación corre a
En la osteoporosis posmenopáusica la base es una reab- cargo de los osteoblastos. El proceso de formación, aunque
sorción ósea excesiva, secundaria al déficit de estrógenos; es más lento que el de resorción, tiene mucha eficiencia en
en los primeros años de vida posmenopáusica se llega a depositar matriz nueva que luego se mineraliza bajo la in-
perder un 2-3% anual de la masa ósea, frente all % anual fluencia de estímulos hormonales, mecánicos, inmunoló-
de los varones de la misma edad. gicos y locales, para cerrar así el ciclo de remodelado de
forma equilibrada.

o Las fra cturas osteoporóticas más frecuentes se producen


en las vértebras, el extremo distal del radio y e l tobillo .
La PTH y la vitamina O actúan como agentes calcitró-
p icos, mientras que los glucocorricoides, la tiroxina y las
hormonas sexuales actúan para regular la actividad meta-
bólica ósea general. Entre los factores locales más desta-
cados se incluyen los factores de crecimiento y diferencia-
Oste oporosis senil. Tipo 11 ción, las prostaglandinas, citocinas, proteínas óseas mor-
Se detecta en algunas mujeres y varones de más de 70 años fogénicas y derivados de los factores de crecimiento tu-
como consecuencia de un déficit de la función de los os- moral. Asimismo, las fuerzas mecánicas locales se con-
teoblastos (bajo remodelado óseo). En la osteoporosis se- viertan en elementos de modulación del metabolismo
nil, el desequilibrio obedece a una menor formación de óseo local.
hueso como combinación de factores intestinales, endocri- La calidad del hueso depende del volumen, las propie-
nos y primariamente óseos. Afecta al hueso trabecular y al dades del material óseo y la arquirecrura. El vo lumen es la
compacto de forma similar, y la pérdida se produce de for- proporción de hueso ocupada por tejido calcificado; las
ma lineal. Las fracturas predominan en las vértebras, en el propiedades del material se refieren a ciertos aspectos in-
cuello del fémur, en el extremo proximal del húmero, en la trínsecos, como el tipo de colágeno, la calidad de la reno-
tibia y en la pelvis. La pérdida ósea se relaciona con el dé- vación y reparación ósea, que cuando se ven afectan pue-
ficit funcional osteoblástico y con la disminución de la ab- den llevar a fragilidad, sin que necesariamente se compro-
sorción de calcio. Al mismo tiempo, se produce un déficit metan el volumen ni la arquitectura.
de absorción de vitamina O y un aumento de la actividad
paratiroidea. Las fracturas también predominan en la mu-
jer, pero en una proporción mucho menor {2: 1).
Otros factores etiopatogénicos son el sedentarismo y la
inmovilización, menor absorción intestinal de calcio, me-
La distribución tridimensional de la masa ósea, la conec-
tividad intertrabecular y la distribución espacial efectiva
de ésta es la arquitectura que puede tener o no capacidad
o
de resistencia a las fracturas.
nor insolación y trastornos nurricionales que ocasionan
déficit de vi ramina O e hiperparatiroidismo secundario. Se
asocia con fracturas del cuello femoral, porción proximal FACTORES DE RIESGO
del humero y pelvis, por afectarse tanto el hueso cortical
como el trabecular. El carácter silente de esta enfermedad (en la mayoría de los
El remodelado es alto en la osteoporosis de tipo I y bajo casos) hace necesaria la d etección temprana de los factores
en el tipo II. Sin embargo, sorprende que los estudios his- de riesgo. La prevención debe ser considerada en cualquier
600 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Los antecedentes de trastornos de conducta alimentaria


Tabla 47-2. Factores de riesgo de padecer osteoporosis
también representan un riesgo po tencial. D esde el punto
Controlables Incontrolables de visea nutricional, una ingesta pobre de calcio en la d ie-
ta hace que no se alcance el pico máximo de masa ósea y
• Falta de calcio o vitamina O • Ser mujer además se incrementa su pérdida.
• Es tilo de vida sedentario • Edad
• Fumar • Raza Antecedentes de fracturas previas
• Abusar del alcohol • Genética
• Trastornos alimenticios • Menopausia por traumas leves
• Desequilibrios hormon ales • Constitución física El antecedente de fracturas por fragilidad ósea incrementa
• Uso de ciertos medicamentos
en 2-3 veces el riesgo de padecer nuevas fracturas. La pre-
sencia de fractura con compresión vertebral incrementa el
riesgo de nuevas fracturas. Esto parece ser mejor p red ictor
e tapa de la vida, para lo cual la correcta historia clínica re- de riesgo que la sola medición de la densidad mineral ósea.
presenta una herramienta importante.
A través de estudios epidemiológicos se han identifica- Antecedentes hereditarios/familiares
do múltiples marcadores y facmres de riesgo que conllevan de osteoporosis
una mayor probabilidad de desarrollar osteoporosis. Aun- La historia f.<miliar es un prediccor independiente del pico
que tienen baja sensibilidad y baja especificidad, han de ser d e masa ósea. El antecedente d e osceoporosis en familiares
tenidos en cuenca para poder abordar adecuadamente la de primer grado está relacionado con la d ismin ución del
prevención, el diagnósti co y el tratamiento de la osteopo- pico de DMO. Las mujeres cuya madre o abuela han su-
rosis (Tabla 47-2) . frido fracturas an tes de los 70 años, principalmente de ca-
dera, vertebrales o de muñeca, tienen un riesgo aumenta-
Sexo do de presentar D MO baja y presentar fracturas. Sin em-
Las mujeres están más expuestas que los hombres a la enfer- bargo, los factores genéticos no son los más determinantes
medad, por diversos motivos. Entre ellos, el tamaño del es- en la pérdida de m asa ósea a lo largo de la vida, p uesto que
queleto, el contenido mineral óseo total y la masa muscular, los factores adqu iridos tienen mucha más im portancia.
menores en las mujeres que en los hombres. La menopausia
supone la condición de riesgo más importante para esta en- Sedentarismo
fermedad. El riesgo es mayor cuanto más precoz es ésta. La actividad física adecuada se correlaciona con menores
complicaciones osreoporóticas. Si la actividad física se rea-
Edad liza en los años de desarrollo y crecimiento logra aumentar
Con el avance de la edad se produce una pérdida de masa la masa ósea, permitiendo alcanzar un mayor pico de masa
ósea en homb res y mujeres de aproxim adame nte 0,3- ósea, y en el adulm joven ayuda a mantener la masa ósea.
0,5 o/o por año a partir d e los 35 años, y del 2-5 o/o en el Las m ujeres que realizan una caminata de 4 horas por se-
caso de las mujeres en los 4-6 años in mediatos posteriores mana, frente a las q ue realizan menos de 1 hora, dismin u-
a la menopausia, con estabilización posterior. yen 45 o/o el riesgo de fractura de cadera. La actividad físi-
ca adecuada es u n importante estímulo de sobrecarga para
Raza el músculo y rendones, que repercute en el hueso para el
La DMO presenta valores más bajos en la población blan- estím ulo en la formación y en el remodelaje óseo.
ca y asiática. Los individuos de raza n egra tienen valores
más elevados de DMO que los blancos del mismo sexo y
edad.
La activid ad fí s ica adecuada es un fa ctor pr otector d e
complicacion es osteoporóticas.
o
Menopausia precoz y deficiencia de estrógenos en
la premenopausia
La carencia estrogénica (véase el caso clínico 47- 1), cuan- Tabaco
do ocurre ames de los 40 años (menopausia precoz) , y más El tabaquismo es capaz de provocar disminución en la
aún, cuando cesa la función ovárica bruscamente (ooforec- masa ósea, aumentar el riesgo de fractura, alterar la cicatri-
comía bilateral), se asocia co n la pérdida significativa de la zación de las fracturas óseas y deterio rar la reacción a los
masa ósea. Por otra parte, las amenorreas d urante tiempos injerms óseos. Po r estas razones, es conside rado un factor
prolongados actúan en detrimento del estado óseo. de riesgo para la osteoporosis e n ambos sexos.

Peso y estado nutricional Alcohol


Recientemente se ha comunicado que los estados de bajo Aun el consumo moderado de alcohol produce una acción
peso corporal, máxime cuando producen descenso del ín- di recta anciproliferaciva sobre los osceoblasros y supresión
dice de masa corporal originan una menor carga mecánica de la secreción de osceocalcina. El consumo de grandes
sobre el hueso, lo cual constituye un menor efecto para los can tidades d e alcohol está asociado con disminución de
osteoblastos y un meno r freno a la actividad osreoclásrica. DMO, no así e n consumos moderados.
47 • Osteoporosis. Osteomalacia. Enfermedad de Pagel 601

• Osteoporosis derivada de la d iabetes.


Corticoides • Hepatopatías crónicas.
Los tratamientos con glucocorticoides reducen la absorción • Enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
inrestinal de calcio e incrementan la calciuria. Reducen la • Artritis reumatoide. Estudiada en el capítulo 40.
actividad de los osteoblasros, los cuales pueden sufrir apop- • Artritis psoriásica. Esmdiada en el cap ítulo 4 1 (aparra-
rosis y d isminución en la sínresis de colágeno óseo. Por su do Artritis psoriásica) .
parte, los osteoclasros se encuentran más acüvos durante los • Espondilitis anqui losanre. Estudiada en el capítulo 41 .
primeros momenros del uatamiento con glucocorricoides. • Lupus eritematoso sistémico. Se estudiará en el capítu-
La apoprosis de los osteocitos se incrementa en estos trata- lo 49 (aparrado Lupus eritematoso sistémico).
miemos y empeora la reparación de las microfracturas y mi- • Arteri tis de células gigantes.
crodaños óseos. Los conicoides pueden también reducir los • Enfermedad inflamatoria inrestinal. Estudiada en el ca-
niveles de testosterona y estrógenos por disminución de pítulo 41 (apartado Artritis emeropática).
FSH y LH hipofisiaria y reducción de andrógenos adrena-
les en la mujer posmenopáusica. Los tratamientos con cor- CAUSAS DE OSTEOPOROSIS ASOCIADA
ticoides incrementan el riesgo de fracturas óseas, indepen- A LA EDAD INFANTIL
dientemente del valor de la DMO. Cuanto mayor sea la do-
sis y el tiempo de exposición a la corticoterapia, mayores se- En la edad pediátrica, son muchos los pacientes que deben
rán los riesgos de fracruras por osteoporosis. considerarse de airo riesgo para padecer osteoporosis.
Dentro de estas patologías, es importante destacar
Osteoporosis inducida por fármacos aquéllas que conllevan:
La alteración del metabolismo óseo es uno de los efectos prin- • Alteraciones de la mntriz ósen. La osteogénesis imper-
cipales o secundarios de diversos mrmacos. La afección ósea se fecta es un desorden heredi tario del tejido conectivo
rraduce en una osteoporosis o en un defecto de mineralización, que se caracteriza por una biosíntesis defectuosa del
y afecta de forma difusa a todo el esqueleto, aunque hay excep- colágeno de tipo 1 y conduce a una alteración de la mi-
ciones. En cualquier caso aumenta la &agilidad ósea, que se tra- neralización de la matriz ósea y aumento de la fragili-
duce en fracturas paro lógicas y dolores óseos crónicos. dad ósea.
Los fármacos (Tabla 47-3) inductOres de patología ósea • Desórdmes nsocindos a alteraciones de la vitamina D. Los
actúan sobre el remodelado óseo, ya que aumenran la re- raquitismos son causa de alteración temprana de la mi-
sorción o dismi nuyen la formación. Pues ro que el remede- neralización ósea. Pueden ser subclínicos, como es el
lado óseo es lento, el efecto se manifiesta pasados unos me- caso del raquitismo del prematuro, o determinar signi-
ses o años después del inicio del tratamiento, y es más pre- ficativa morbilidad, como la observada e n raquitismos
coz cuanro menor es la masa ósea sobre la que actúa. La secundarios a alteraciones congénitas del metabolismo
forma de expresarse la osteoporosis farmacológica suele ser de la vitamina D.
la fractura vertebral debida a que el remodelado óseo es • Endocrillopatíns. Diversas endocrinopatías pueden alte-
mayor a nivel trabecular que cortical. rar el metabolismo fosfocálcico y conduci r a osteoporo-
sis: hiperparatiroidismo, hipertiroidismo, hipogonadis-
mos, hipercortilismo, diabetes me!litus insulinodepen-
O La detección temprana de los facto res de riesgo es nece-
saria para prevenir la enfermedad.
diente.
• Otras patologías. Como síndromes de malabsorción y
desórdenes del a petito, enfermedades reumáticas, ne-
LA OSTEOPOROSIS EN EL MARCO fropatías crónicas, cáncer, etcétera.
DE LAS ENFERMEDADES SISTÉMICAS
Son muchas las enfermedades sistémicas que influyen en
la osteoporosis:
Existen diferentes meca nismos patogénicos que compro-
meten de forma temprana el proceso de mineralización
ósea, tal es el caso de la osteogénesis imperfecta y de los
o
raquitismos.
Tabla 47-3. Fármacos que se asocian con disminución
de la densidad ósea y/o mayor fragilidad ósea

• Corticoides > 2,5 mg • Tiazolidindionas CUADRO CLÍNICO


prednisona/día • Litio
• Hormona tiroidea en dosis • ln hibidores de la bomba La osreoporosis es un trastorno generalizado del esqueleto
su presivas de la TSD de protones: ranitidina, que por sí mismo no produce sfnromas y que puede ofre-
• Análogos de la GnRH omeprazol y otros cer una exploración física normal. Sus manifestaciones clí-
• Antiandrógenos • Antiácidos que contienen
• lnhibidores de la aromatasa aluminio n icas se asocian exclusivamente a la presencia de fracturas
• Anticonvulsiva ntes • Colestiramina osreoporóticas.
• Anticoagulantes • Antirretrovirales Las fracturas osteoporóticas pueden producirse en cual-
• Furosemida
quier localizaci6n y es característico que surjan de forma
TSD: dexametasona. espon tánea o producidas por un traumatismo mínimo.
602 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Carga • Deformidades y cambios en la actitud posrural que su-

!
ponen desde sólo una pequeña disminución de la ralla
al colapso toral de la colu mna vertebral.
• Repercusiones viscerales (insuficiencia respiratoria res-
trictiva).
• Incapacidad que variará desde la necesidad de usar un
bastón hasta el encarnamiento; necesidad de cuidados a
domicilio.
• Dependencia para rodas las actividades básicas d e la
vida diaria.
• Consecuencias psicológicas y finalmente la muerte, re-
Disposición trabecular lacionada sobre todo con la fractura de cadera.
respuesta a la carga o
fuerza de la gravedad
para conseguir mayor El riesgo de padecer una fractura de cadera (Fig. 47-4) en
resistencia en fémur una mujer a partir de los 50 años es de aproximadamente
sano
de un 15 %, lo cual supone la mirad del riesgo de sufrir
una fractura vertebral (32 %). Y en los varones es la mitad
de frecuente que en las mujeres. Sin embargo, la fractura
de la extremidad proximal del fémur (Fig. 47-5) es la más
Figura 47-3. Fracturas del cuello del fémur por osteoporosis. grave, puesm que condiciona una importante morbilidad,
mortalidad, consumo de recursos sanitarios y costes indi-
Cualquier fracrura por fragilidad puede considerarse os- rectos. A partir de los 50 años, la incidencia de tales frac-
teoporótica. A mayor descenso de la DMO, mayor riesgo turas aumenta de forma exponencial. En conjunto, se cal-
de fractura; si bien existen otros facrores, además de la cula que es de 1,3 a 1,9 por 1.000 habi tantes y la edad me-
DMO, que condicionan la aparición de fracturas. De he- dia de los pacientes es, en la mayoría d e los esrudios, alre-
cho, un porcentaje no despreciable de fracturas se produ- dedor de los 80 años.
cen en enfermas osreopénicas. A veces se manifiesta de forma brusca con dolor e inca-
pacidad del miembro inferior, generalmente, después de
una caída desde la posición de pie. Siempre requiere ingre-
Las fracturas vertebral y de la extremidad distal de radio so hospitalario (Fig. 47-6), lo que hace que se encuentre
D (Calles ), debidas a una pérdida preferente de hueso trabe-
cular, son localizaciones típicas de la osteoporosis de tipo l.
mejor d ocumentada que las otras fracruras osteoporóticas.
Tiene unos elevados índices de mortalidad en la fase agu-
da (5-8%), habitualmente por complicaciones cardiovas-
culares y cardiopulmonares.
Fractura del cuello del fémur
Es característica de la osteoporosis d e tipo JI o senil que in- Fractura distal del radio (fractura de Colles)
cide en edades avanzadas, hacia los 7 0-75 años y se relacio- Ocurre en el1 5 o/o de las mujeres de más de 50 años (véa-
na m ás con la pérdida de cortical ósea y con facrores que se el capírulo 15, aparrado Fracrura del extremo distal del
facilitan las caídas (véase el capírulo 20) (Fig. 47-3). radio o de Calles). Su incidencia aumenta rápidamence a
Pueden cursar sin complicaciones y tener una recupera- partir de los primeros 5 años tras la menopausia y alcanza
ción completa, o bien, co ndicionar consecuencias a corro su pico máximo entre los 60 y 70 años. Se produce al caer
y medio plazo como el dolor crónico sordo y persistente sobre la mano extendida, con la muñeca en cierto grado de
que se agrava con el movimiento. Enrre éstos: flexión dorsal. Provoca dolor e impotencia funcional, y ha-
• Callos de fractura hipertróficos. bitualmente requieren reducción e inmovilización duran-
• Deformidades en los huesos largos por mala alineación. te 4 o 6 semanas. Suele presentar como complicaciones

Figura 47-4. Fractura pertrocantérea de la


cadera izqu ierda en una mujer osteoporóti-
ca. !Al Imagen radiográ fica anteroposterior.
prequ irúrgica. [8) Imagen radiográfica ante-
roposterior, posquirúrgica , tras la coloca-
ción de un clavo endomedular.
47 • Osteoporosis. Osteo malac ia. Enfermedad de Paget 603

Figura 47-5. Fractura pertrocanatérea de la


cadera izquierda en una mujer osteoporóti-
ca. Al Imagen radiográfica anteroposterior,
prequirúrgica. Bl Imagen radiográfica ante-
roposteri or, posquirú rgica, tras la coloca-
ción de un clavo endomedular.

una alta incidencia de dolor regional idiopácico, deformi- 4 años. El tramo vertebra l característico que se ve afectado
dad y rigidez residual, síndrome del túnel carpiano y artro- es entre la 04 y la L3 (con dos puntos de máxima inciden-
sis secundaria. La mortalidad no es mayor en este tipo de cia: 09 y 012-Ll).
fracturas que en la población general, pero sí se incremen- La clasificación de Gcnant establece tres t ipos de frac-
ta el riesgo de fractura de cadera. turas vertebrales sobre la base de la porción afectada y tres
grados de severidad en función de la pérdida de altura del
Fractura vertebral cuerpo vertebral, realizando la medició n en los cuerpos
Es la más frecuente de las fracturas osteoporóticas (Fig. 47-7) vertebrales de 04 a L5:
(véase el capítulo 32). La fractura vertebral viene definida Tipos de fractura (anterior, central y posterior):
como la p érdida de, al menos, un 20 % d e la altura ver- - Aplastamiento: dism inución de la altura del cuerpo
tebral global o, en su porció n anterior (lo más frecuente), vertebral de manera global.
media o posterior, con respecto a la vértebra adyacente. - Biconcavidad: disminución de la al tura central.
También se considera valorable si disminuye más de - Acuñamiento anterior: disminución de la alrura an-
4 mm la altura vertebral con respecto a los controles pre- terior. El acuñami ento posterior es mucho menos
vios. La mayoría de las publicaciones hablan de que un frecuente.
32% de las mujeres mayores de 50 años presentarán frac- • Grado de severidad:
turas vertebrales osteoporóticas a lo largo de su vida. No - Grado 1: 20 %.
es fácil estimar su prevalencia correctamente debido a - Grado ll: 20-40 %.
que muchas pasan inadvertidas al ser oligosinromáticas, - Grado lll: más del 40 % .
y que so n atribuidas a otros procesos reumáticos y a los
diferentes criterios empleados en su definición radiológi-
ca (Fig. 47-8) . Además, so n características radiológicas muy sugestivas
Las fracturas vertebrales, aunque menos aparatosas clí-

o
de fractura osteoporótica la localización dorsolu mbar, la
nicamente, no deben infravalorarse, ya que tienen un im- afectación vertebral múltiple, la conservación de los es-
portante impacto sobre la calidad de vida y ocasionan una pacios discales, el hundim iento de las plataformas con
morbimortalidad nada despreciable (Fig. 4 7-9). Sufrir una cierta disrupción de éstas, que se centre en el cuerpo y
respete los pedículos verteb rales y el arco posterior, de
fractura vertebral osteoporótica supone 5 veces más riesgo
tal manera que son fra cturas estables y no producen
de que dicha paciente presente otra nueva fractura verte- compresión medular ni síntomas neuro lógicos, y que no
bral a corro plazo (1 año) y, de 2 a 4 veces más riesgo de haya desplazamie nto anteroposterior de los fragmentos.
que se produzca una fractura de cad era en el plazo de

Figura 47- 6. Fractura subcapital de una cadera izquierda. (A) Radiografía anteroposterior. (B) Radiografía an teroposterior, neutra tras una
artroplastia con prótesis parcial de Thomson. [C) Radiografía oblicua tras una artroplastia con prótesis parcial de Thomson.
604 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Figura 47- 9. Resonancia magnética: corte axial, donde se aprecia


una fractura aguda osteoporótica en T1 2, L 1-L2.

Figura 47-7. Resonancia magnética: corte axial, donde se aprecia


una fractura aguda osteoporótica en T1 2. L 1-L2. sedestación en la fase aguda, y el dolor se incrementa con
los cambios posrurales o las maniobras de Yalsalva. Es ex-
cepcional la si ntomatología neurológica secundaria a una
Con frecLwncia, están presentes otros signos radiológi- compresión medular. Es frecuente el dolor con la palpa-
cos de hiperrransparencia ósea muy sugestivos de osreopo- ción de las espinosas de las vértebras afectadas. Precisa re-
rosis, como son: reforzamiento de los platillos vertebrales, poso absoluto en cama unas 2-3 semanas y tratamiento
aparente reforzamiento de las rrabéculas verticales como analgésico potente. El dolor remire toral o parcialmente de
consecuencia de una reabsorción ósea preferencial de las manera paulatina y la mayoría de los pacientes son capaces
rrabéculas horizontales y, en ocasiones, aspecto de vértebra de deambular sin problemas y de asumir nuevamente las
vacía. Es imporranre tener en cuenta rodas estas caracterís- actividades cotidianas al cabo de 6 semanas.
ticas radiológicas cuando se haga el diagnóstico diferencial En ocasiones, el enfermo no p resenta manifestacio nes
con otras causas de deformidad vertebral. en forma de episodios agudos de dolor e impotencia fun-
H asta dos terceras partes de los casos de fractura verte- cional, sino que aqueja dolor sordo, persistente, que se
bral son asintomáricas. Cuando hay sintomatología se ma- agrava con maniobras de tipo mecánico al levantarse o mo-
nifiesta con un dolor agudo, intenso e incapacitante dor- verse bruscamente.
solumbar que, a veces, se irrad ia por el costado hacia la
cara anterior del tórax-abdo men. Se presenta después de
flexiones súbitas de la espalda, levantamienro de objetos,
saltos aparentemente triviales o incluso sin ningún trau-
matismo ni sobreesfuerzo previo. El enfermo tiene gran li-
Son frecuentes los episodios recidivantes de acuña mien-
to vertebral, sobre todo en la región central de la colum-
na dorsal, que justifican las consecu encias más llamati-
o
vas de las fracturas vertebrales.
mitación de la movilidad y gran dificultad para mantener-
se en pie. Muchos pacientes son incapaces d e mantener la
DIAGNÓSTICO POR LA IMAGEN

Normal La osteoporosis se caracteriza po r ser un proceso osreopé-


(Grado O) nico. Sin embargo, la osteopenia no es exclusiva de la os-
teoporosis, pues se puede presentar en otros procesos óseos
&1í=t Fractura
cuña
Fractura
bicóncava
Fractura
aplastamiento
metabólicos como: osteomalacia, osreodisrrofia y osreólisis
tumorales primarias (mielomawsis difusa osreoporórica) o
secundarias (osteólisis tumo ral) (véase el capítulo 36) . Por
Fractura leve
(Grado 1-
-20-25 %) 6(í::J $:J $::i tanto, el diagnóstico de una osteopenia no siemp re es sinó-
nimo de osteoporosis y es preciso señalar cómo el diagnós-
tico nosológico en estos casos pasa por dos fases: una, el
diagnóstico propio de la osteopenia, y otra, el diagnóstico
Fractura moderada
(Grado 2 -
-25-40 %) $::::1 ~ éBi::J diferencial entre los distintos procesos que se acompañan
de osreopenia.

Radiografía

V ~ $:::3
Fractura grave
(Grado 3- Actualmente está aceptado que la radiología convencional
-40 %) no es útil, pues para el diagnóstico precoz de la osteoporo-
sis precisa al menos el 30% del mineral óseo. Se han utili-
Figura 47-8. Clasificación de las fracturas vertebrales por osteo- zado otros métodos radiográficos de apreciación visual di-
porosis. recta como la radiogrametría. Para ello se radiografían los
47 • Osteopo rosis. Osteomalacia. Enfer medad de Pagel 605

huesos largos y se hace la medición, se realiza en la mitad


de la diáfisis, y el resultado generalmente se expresa como Histomorfometría
el índice «espesor de la cortical/espesor toral de la diáfisis». Los estudios hisromorfomérricos han revelado que la pro-
Estos métodos tienen escaso valor práctico porque miden fundidad a la que se reabsorben los osreoclastos y la canti-
sólo el hueso cortical (resorción endosral). La resorción in- dad de hueso nuevo que se produce se modifica con la
rracorrical y la rrabecular no quedan reflejadas. edad y que los cambios son más marcados en algunos pa-
cientes que desarrollan osteoporosis. El doble marcaje con
Densitometría tetraciclina ha permitido medir variables dinámicas como
La densitometría (DXA) permite cuantificar la pérdida o las tasas de formación y mineralización ósea, ya que la tetra-
ganancia de la masa ósea en todas las regiones corporales. cidina se deposita en las zonas de calcificación entre el hue-
El resultado que aporra se expresa como contenido mine- so calcificado y el osteoide. La rasa de aposición mineral se
ral óseo (CMO) por unidad de longitud. Su ap licación calcula midiendo la distancia entre dos líneas de terraciclina
está limitada a huesos periféricos, como la epífisis distal del que pueden observarse en secciones sin reñir, mediante mi-
radio y el calcáneo, donde el espesor de los tejidos blandos croscopía de fluorescencia y dividiendo el valo r obtenido
es pequeño. Como la epífisis distal del radio tiene una pro- por el número de días transcurrido entre marcados.
porción de hueso rrabecular semejante a la vertebral, la
cuantificación de la masa ósea allí es un buen exponente DIAGNÓSTICO POR EL LABORATORIO
de la masa ósea crabecular. La determinación de metáfisis
y diáfisis distal del radio implican hueso cortical. Las alteraciones del remodelamiento óseo repercuten de
Según los criterios establecidos por la OMS en 1994 modo importante sobre las características estructurales del
(Tabla 47- 1), la única técnica aceptada y reconocida como hueso. En la osteoporosis no hay alteración del tejido al
«patrón oro>> para medir la DMO es la densitomerría o absor- microscopio, pero sí una disminución de la cantidad de
ciometria de rayos X de doble energía (DXA) (Tabla 47-4). hueso, y en este sentido se caracteriza por una modifica-
ción histomorfomécrica.
Los marcadores bioquímicos clásicos (véase el capítulo 2) ,
La medición de la DMO mediante DXA aporta algunas
aplicados en la práctica clínica, han sido las fosfutasas alcalinas

o
ventajas: valoración del riesgo de fractura antes de que
ésta se produzca para iniciar con el paciente las medidas séricas, como indicador de formación, y la hidroxiprolina uri-
preventivas necesarias; ayuda a confirmar el diagnóstico naria, como indicador de resorción. N i el uno ni el otro son
de fragilidad ósea ante la presencia de una fractura y es específicos del tejido óseo y las pequeñas variaciones de la nor-
útil para monitorizar la respuesta al tratamiento. malidad, a menudo, no se corresponden con alteraciones rea-
les del recambio óseo. Los marcadores bioquímicos del remo-
deJamiento óseo están basados en la medida del grado de for-
mación o degradación del hueso. Dicha medida puede reali-
Resonancia magnética zarse desde tres puntos de vista fundamentales:
La resonancia magnética (RM) es especialmente útil en la • Determinación de los productos específicos sintetizados
información morfológica de la estructura trabecular, es de- por las células formadoras o reabsorbedoras (fosfatasa
cir, de la calidad del hueso. alcalina, osceocalcina, ere.).
• Determinación de los componen ces de la fase mi neral y
Tomografía computarizada cuantitativa de la matriz ósea venidos a la circulación durante la re-
Es la única que determina la den sidad ósea (peso/volu- absorción (calcio, hidroxiprolina, ere.).
men). Permite además discernir entre hueso cortical y tra- • Determinación de niveles plasmáticos de proteínas de ori-
becular, lo que la hace aplicable tanto a vértebras como a gen excraóseo que se incorporan al hueso dependiendo del
huesos largos. Sus inconvenientes son las altas radiaciones. grado de remodelamiento (ai~-SH-glicoproteína).

Por tanto, y aunque hasta la actualidad no se ha consegui-


Tabla 47-4. Criterios de la OMS (1994) para la definición do demostrar una clara relació n entre los cambios en los
de osteoporosis mediante de nsitometría
marcadores del recambio óseo después del tratamiento y la
Diagnóstico T-score reducción en el riesgo de fracturas, se estima que su deter-
minación puede ser útil p ara valorar el riesgo de fracturas
Normal DMO superior a -1 DE en pacientes ancianos valorando la respuesta terapéutica a
Osteopenia OMO entre -1 y -2,5 DE los agentes antirresorcivos, tales como los estrógenos y bi-
fosfonacos; e identificar a los pacientes con un elevado re-
Osteoporosis OMO infer ior a -2,5 DE cambio óseo (para predecir una rápida pérdida ósea).
Osteoporosis grave o
establecida
DMO inferior a -2,5 DE

+fractura por fragilidad


La determinación de marcadores bioquímicos del remo-
delamiento óseo es úti l para va lorar el riesgo de frac-
turas.
o
DE : desviación estándar; DMO: densidad mineral ósea.
606 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

CONSIDERACIONES PREVENTIVAS TERAPÉUTICAS sus células precursoras. La mineralización del hueso es


más lenta que la form ación de tejido osreoide, por lo
Existen diversas pautas terapéuticas en el rraramienro de la cual el hueso resultante está deficienremente minerali-
osreoporosis, si bien, su eficacia depende de la precocidad zado. En la práctica esre inconveniente se an ula con la
diagnóstica y d e la instauración terapéutica. Aunque la administración concomitante de calcio.
menopausia determinará en un al ro porcentaje de mujeres • En pequeñas dosis, la PTH puede aumentar la densidad
la instauración de la enfermedad, no se puede aplicar sis- mineral ósea. La hormona del crecimiento que esti-
temáticamente un tratamiento preventivo a rodas las mu- mula la síntesis de IGF-1 promueve además la forma-
jeres al alcanzar dicha e rapa, ya que no rodas desarrollarán ción ósea.
la enfermedad y cualquier medida terapéutica no se en- • Los suplementos de fosfatos aumenran la porosidad
cuentra exenta de riesgos. Esro hace que la mayor dificul- ósea proporcionalmente a la dosis y elevan la tasa de
tad esté en un diagnóstico precoz, antes de que aparezcan PTH ci rculante. Los fosfatos, aisladamente, no son efi-
las manifestaciones clinicorradiológicas de la enfermedad caces en el tratamiento de la osreoporosis.
establecida, pero no hay unanimidad para identificar a es- • Las tiacidas intervienen en el metabolismo del calcio, a
ros pacientes de alto riesgo. través de su efecto en el túbulo renal.
De los medios de que se disponen actualmente para me-
dir el riesgo de las fractura, el más efectivo parece la densi- Prevención terciaria
romerría ósea, pero es una técnica cara. Tiene como finalidad evitar las caídas que pudieran oca-
sionar fracturas. La osreoporosis es el principal factor pre-
disponente de las fracturas de cadera, pero las caídas cons-
Los criterios de evaluación clínica para comprobar la efi- tituyen el factor desencadenan re. Entre las medidas orien-

o cacia terapéutica y la tolerancia de los tratamien tos se


centran esencialmente e n e l dolor espontáneo, dolor de
movilización, dolor de palpación y percusión, contractura.
rigidez, alteraciones estáticas e impotencia funcional.
tadas a prevenir las fracturas está la disminución del riesgo
de caídas, sin que ello comprometa la movilidad ni la ca-
pacidad funcional del sujeto. Se debe actuar en rodas las
enfermedades concomitantes, como rraramiencos medica-
mentosos (comparando sus ventajas e inconvenientes), fi-
Existen unos facrores que no se pued en modificar, sioterápicos y quirúrgicos.
como son la carga genérica del individuo, pero se pueden El ejercicio es un valioso complemento de los progra-
recomendar unas medidas higiénicas y preventivas a la po- mas destinados a reducir el riesgo y a aliviar los síntomas
blación en general. de la osreoporosis. La realización de ejercicio durante la ju-
ventud ayuda a aumentar la densidad mineral ósea mien-
Prevención primaria tras los huesos todavía están creciendo y madurando, y su
En este aparrado se incluyen medidas generales, entre las co ntinuación reduce la pérdida ósea en fases posteriores de
que hay que considerar la actividad física, la eliminación de la vida.
hábitos poco saludables como el tabaco, el exceso de alcohol
y café, la adecuada ingesta de calcio y evitar medidas dieté-
ricas adicionales, como dieras con proteínas en exceso.

Prevención secundaria
Además de mejorar la sa lud ósea , el ejercicio forta lece
los múscu los, la coo rdinación, el equ ilibrio y la flexibili-
da d, y mejora la salud en general. Por consiguiente, elfo-
o
me nto de la activida d física a todas las edades constituye
Una vez la osteoporosis está establecida, la primera medi- una prioridad absoluta pa ra prevenir la osteoporosis.
da es descartar procesos causales que pudieran ser subsidia-
rios de tratamiento específico. Las medidas generales son
similares a las de la prevención primaria. Se emplearán es- 11. OSTEOMALACIA
rrógenos, calcitonina y Auoruro sódico:
• La calcitonina inhibe la reabsorción ósea por efecto di- La osteomalacia es una enfermedad ósea generalizada ca-
recto sobre los osreoclasros, al disminuir su actividad y racterizada por un déficit en la mineralización de la matriz
acortar su vida media. ósea asociada a una elevada rasa de formación de matriz
• Los difosfonatos o bisfosfonaros inhiben la resorción ósea. En la infancia este trastorno se denomina raquitismo
ósea y la mineralización. y en es te caso se altera, además, el cartílago d e crecimien-
• El calcio es un «nutriente», no una droga, y como ralla to. Se caracteriza por un ablandamiento de los huesos, los
mejor manera de ingerirlo es con la comida. cuales tienden a deformarse y fracturarse.
• Los anabolizantes aumentan la densidad mineral ósea Desde el punto de vista fisiopatológico cualquier circuns-
del hueso cortical y del hueso rrabecular. Los anaboli- tancia que pueda determinar un menor aporre de calcio y
zantes pueden tener además una acción antirresorriva. fosfnos, disminuya la absorción o aumente la excreción, va
• La vitamina O y sus merabolitos aumentan la absorción a interferir en el normal desarrollo de la formación de los
intestinal de calcio. cristales de hidroxiapatita y, por ramo, del proceso de osifi-
• El flúor tiene efecto anabólico debido a la activación di- cación. El proceso de mineralización requiere una co ncen-
recta d e los osreoblascos y por la acción mitógena sobre tración de calcio y fosfato suficientes. Además, requiere que
47 • Osteoporosis. Osteomalacia. Enfermedad de Pagel 607

la función celular y la estructura de la matriz ósea estén con- Osteomalacia Hueso normal
servadas. Así, las dos principales causas de osteomalacia son
las alteraciones del metabolismo de la vitamina O y del fos-
fato. Hay una variante frecuente de osteomalacia debida a
un proceso hipocalcémico que se acompaña de un hiperpa-
ratiroidismo secundario. Éste suele agravar las alteraciones
óseas al inducir la característica osteítis fibrosa medular y
una pérdida de masa ósea cortical.

CLASIFICACIÓN ETIOPATOGÉNICA
Desde el punto de vista etiopatogénico, las posibles causas
de osteomalacia son numerosas, pero se pueden resumir en
tres grandes grupos:
• Alteraciones del metabolismo de la vitamina D. Puede
ser por causas nutricionales, problemas de absorción
Osteomalacia
gastrointestinal, alteración en la hidroxilación hepática,
déficit de proteína transportadora (síndrome nefrótico), Clínica Analltlca
alteraciones en la hidroxilación renal, etcétera. Dolor, deformidades, fracturas j F.Aic. ±!Ca ±!P
• Hipofosforemia, que puede ser adquirida o genética. La Debilidad muscular ¡ BGP ¡OH-Pral
Tetania ¡ PTH
adquirida se asocia a otras patologías como la acidosis Algodistrofia 125-0HD n- 1,25-0HD*
tubular, la diabetes fosfatúrica, la osteomalacia oncogé-
nica, etcétera. Radlologfa Gammagrafia
• Secundarias a fármacos no anriconvulsivos y a minera- Osteopenia Focos
les. Por ejemplo, por bisfosfonatos, etcétera. Deformidades Hipercaptadores
...
CUADRO CLÍNICO Figura 47-10. Osteomalacia. (Al Arquitectura histopatológica de la
enfermedad. IBI Esquema de datos para el manejo clínico del pa-
Aunque la osteomalacia suele ser inicialmente asintomáti-
ciente con osteomalacia.
ca, en estadios más avanzados puede originar sfntomas ca-
racterísticos como dolor óseo espontáneo y con la presión,
deformidades óseas, debilidad en las extremidades inferio- DIAGNÓSTICO
res y marcha de pato. El hueso insuficientemente minera-
lizado tiene menor resistencia, es más maleable y está pre- Las alteraciones r adiológicas asociadas a la osteomalacia
dispuesto a las fracturas (Fig. 47- 10). incluyen un patrón radiológico borroso, con pérdida del
El dolor óseo suele ser más notable en la región de la co- detalle de la trama trabecular y protrusión acetabular. La
lumna lumbar, pelvis y en las extremidades inferiores, en anomalía más característica, aunque no específica, es la
puntos donde han tenido lugar fracturas . Las fracturas presencia de líneas de Looser-Milkman o seudofracturas,
pueden aparecer esponráneamente o por traumatismos li- que son bandas radiotransparentes perpendiculares a la
geros, que afectan habitualmente a las costillas, vértebras y cortical, generalmente bilaterales y simétricas, que, en oca-
huesos largos. Las deformidades esqueléticas son raras en siones, progresan a fracturas completas. Sus localizaciones
los adultos, sólo en casos de osteomalacia severa de larga más frecuentes son las costillas, las ramas pubianas, el bor-
duración aparecen alteraciones de la curvatura de la co- de externo de la escápula, el borde interno del fémur pro-
lumna vertebral y deformidades del tórax o de la pelvis. ximal y los metatarsianos.
Más del 90 o/o de los pacientes con osteomalacia por défi- La gammagrafía ósea es más sensible que la radiogra-
cit de vitamina D presentan fracturas esqueléticas y alrede- fía en la localización de las seudofracturas, p ues muestra
dor del80% de estos pacientes tienen criterios densitomé- zonas aisladas de hipercaptación que no deben confundir-
tricos de osteoporosis. se con metástasis óseas. También puede observarse un au-
En ocasiones, presentan deformidades de los huesos largos mento generalizado de la captación isotópica, especial-
(genu varum o gen u vnfgum) y alteraciones de la dentición. menre en el cráneo, mandíbula y articulaciones condrocos-
La debilidad muscular puede asociarse a pérdida de tales, debido al hiperparatiroidismo secundario. En la os-
masa muscular, hipotonía y molestias con los movimien- teomalacia hipofosfatémica congénita, es relativamente
tos. Cuando existe hipocalcemia, pueden aparecer mani- frecuente la presencia de osteosclerosis y osificaciones liga-
festaciones de tetania. mentosas.
Los hallazgos de laboratorio dependen de la causa de la
osteomalacia. En la osteomalacia por déficit de vitamina
O El dolor óseo de la osteomalacia se asienta sobre la co-
lumna lum bar, pe lvis y extremidades inferiores. O, que es la más frecuen te, puede existir hipocalcemia, hi-
pofosfatemia y aumento de la fosfatasa alcalina. Sin em-
608 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

bargo, estos parámetros también pueden ser normales. La Este tipo de alteración ósea puede observarse también aso-
excreción urinaria de calcio suele estar disminuida. Los va- ciada a fibrosis medular.
lores séricos de 25-0HD son bajos y la PTH (hormona Desde el punto de vista histopatológico (Fig. 47- llA)
paratoidea) está aumentada. En la osteomalacia hipofosf.'l- se caracteriza por la evidencia en los segmentos óseos com-
tém ica genética, la calcemia es normal, el fosfato sérico es prometidos de osteoclasros gigantes multin ucleados, me-
bajo y el urinario está aumentado. O tros marcadores del tabólicamenre hiperactivos. También los osteoblasros y os-
remodelado óseo, como el PINP (propéptido N-terminal teocitos están involucrados, produciéndose osteoesclerosis
del colágeno de tipo 1), entre otros, han mostrado un dis- y organización anómala de la red canalicular osteocitaria.
crero aumento de la sensibilidad en este proceso. La médula ósea pagética es hiperreactiva a la acción de la
La biopsia ósea aporta el diagnóstico definitivo de os- vitamina D.
teomalacia. Para el d iagnóstico de osteomalacia se requie- Existe una forma juvenil de la en fermedad de Paget con
re un aumento del osteoide (más de 15 ¡.¡m de grosor y más herencia autosómica recesiva caracterizada por el remode-
del 10 o/o de volumen), junto a un tiempo de desfase de lado rápido del hueso, osteopenia, fracturas y deformidad
mineralización superior a 100 días. Se acompañará de una esquelética progresiva.
mayor o menor evidencia de osteítis fibrosa, según el gra- La enfermedad de Paget afecta tanto a hombres como a
do de hiperparatiroidismo secundario que se haya generado. mujeres, con ligero predominio en el sexo masculino y su
prevalencia se incrementa co n la edad.

O El hallazgo radiológico más caracteristico es la presencia


de líneas de Looser- Milkman o seudofracturas. La caracteristica principal de la enfermedad de Pagel es
el aumento de la reabsorción ósea, que se acompaña de o
un increme nto de la sintesis, que suele compensar el
TRATAMIENTO proceso.

El tratamiento de la osteomalacia va dirigido a revertir su


causa y a tratar el déficit de calcio, fósforo y vitamina D.
ETIOLOGÍA
En casos de déficit de vitamina O, es suficiente la adminis-
tración de 15 mg de vitamina O durante 6 a 12 meses, co- Acrualmenre las causas de la enfermedad de Paget no son
rregir la dieta y el déficit de exposición al sol. bien conocidas y existen algu nas controversias. Se conside-
El tratam iento preventivo de la osteomalacia va dirigi- ra una enfermedad multifactorial con participación de fac-
do al control de la ingesta diaria de calcio, que debe ser de tores ambienrales y genéticos. Se propuso la hipótesis de
1.000 mg/día. Debe conrrolarse la excreción urinaria y los una infección persistente vírica. También se ha relaciona-
niveles plasm~í.ricos de calcio. do con otros factores, como dieras pobres en calcio y de-
fecto de vitamina O en la infancia, excesiva carga mecáni-
111. ENFERMEDAD ÓSEA DE PAGET ca sobre el esqueleto y diversos tóxicos amb ientales.

La enfermedad de Pager es una enfermedad metabólica del


FISlOPATOLOGÍA
hueso, causada primariamenre por una actividad osteoclás-
tica aumentada y caracterizada por un remodelado óseo La característica principal de esta enfermedad es el aumen-
focal anormalmente acelerado, con incremento de la resor- to de la reabsorción ósea, que se acompaña de un incre-
ción y neoformación ósea excesiva y desorganizada. menro de la sínresis, que suele co mpensar el proceso.
La enfermedad de Pager se presenta comprometiendo En la enfermedad de Paget los osreoclastos tienen una
uno o varios sirios del esqueleto simultáneamenre y que- sensibilidad aumenrada para RANKL (receptor activador
dando luego restringida a estos sitios primitivos. Se asocia para el facror nuclear Kapa B) (véase el capítulo 2), con el
con resistencia ósea disminuida y alteración de la arquitec- resul tado de un incremento de la activación de los osteo-
tura del hueso. Las fibras colágenas forman un patrón en clasros y de la resorción ósea. El recambio óseo está acele-
mosaico irregular con distribución al azar, en lugar de la si- rado, con un aumento exagerado de la resorción ósea, se-
metría paralela {laminar) observada en el hueso normal. guido de una rápida fo rmación ósea «Compensadora>> de la

Figura 47-11 . Enfermedad de Pagel. (Al Ar-


quitectura histopatológica de la enferJTI'!dad.
IBI Evolución. Ejemplo de coxartrosis tratada
mediante protetización. Tomado de: SECOT
(20091. Manual de cirugía ortopédica y trauma-
tología . Tomo 1, p. 394, fig. 39-1. Madrid: Edi-
torial Médica Panamericana.
47 • Osteoporosis. Osteomalacia. Enfermedad de Pagel 609

misma intensidad. El resultado es un hueso inmaduro, Más frecuente es el dolor secundario a las complicacio-
desorganizado y no laminar (woven), con numerosas líneas nes, especialmente por afectación neurológica o articular.
de cementación en «mosaico» que alterna el tejido cortical Las deformidades esqueléticas son mi~ evidentes en los hue-
con secciones irregulares de parrón rrabecular. La minera- sos largos, el cráneo y las clavículas. Los huesos largos se en-
lización es normal. Los huesos afectados esdn aumentados corvan por el aumento del volumen y la maleabilidad óseos.
de tamaño y son menos compactos, más vascularizados y El flujo sanguíneo aumenta considerablemente en las
susceptibles a la fractura o a la deformación. Esta fase se extremidades con enfermedad de Pager. El aumento de la
conoce como osreoporórica, osreolírica o destructiva, y el vascularización ósea puede acompañarse de un incremen-
balance externo de calcio es negativo. Con el paso del to del calor local, más apreciable en los huesos superficia-
tiempo, la hipercelularidad disminuye y permanece un les como la tibia.
hueso escleroso, poco activo.
En la evolución de cada lesión ósea se distinguen tres
etapas:
• La osreolírica, con predominio osreoclásrico.
Las manifestaciones clínicas características de la enferme-
dad de Paget son el dolor y la deformidad ósea, que es más
frecuentes en la pelvis, columna, cráneo, fémur y tibia.
o
• La mixm, en la que coinciden lesiones líricas y escleró-
ncas.
• La tercera fase, con predominio de la esclerosis. COMPLICACIONES
Si se produce un desequilibrio grande entre la rasa de sín- Entre las complicaciones que se pueden encontrar destaca
tesis y la rasa de reabsorción de hueso favorable a esta últi- la artropatía degenerativa (Fig. 47- llB), alteraciones neu-
ma, como sucede tras la inmovilización prolongada o en rológicas, fracturas, alteraciones cardíacas, trastornos me-
las fracturas, la eliminación urinaria de calcio aumenta y tabólicos y rumores óseos.
aparece, en ocasiones, hipercalcemia. Sin embargo, si la De las complicaciones neurológicas, la sordera, de pre-
rasa de formación ósea p redomina sobre la reabsorción (lo dominio neurosensorial, es muy frecueme. Más raras son
que es bastante poco frecuente), pueden elevarse los nive- las alteraciones visuales, neuralgia del trigémino o parálisis
les circulantes de hormona parariroidea. El aumento signi- facial por la compresión de otros pares craneales.
ficativo de la reabsorción del hueso rrabecular y de las su- Respecto a las alteraciones del metabolismo del fósforo
perficies osreoides en los huesos normales de los pacientes y del calcio, son derivadas de la gran actividad metabólica
con enfermedad de Paget puede obedecer a un hiperpara- ósea, lo que puede condicionar la aparición de hipercalce-
riroidismo secundario compensador. La reabsorción afecta mia e hipercalciuria en pacientes inmovilizados.
a la fase de hueso orgánico y a la fase mineral.
DIAGNÓSTICO
CUADRO CLÍNICO
El diagnóstico de la enfermedad de Pager se lleva a cabo
La sintomarología depende de la extensió n de la enferme- mediame el examen físico, la historia clínica, estudios ra-
dad, de los huesos concretos afectados y de la presencia de diológicos, gammagrafía ósea y estudios de laboratorio so-
complicaciones. Hasta el 60 %de los pacientes pueden ser bre parámetros de resorción o de formación ósea.
asintomáricos y en estos casos se llega a reconocer la enfer- La exploración radiológica puede variar según la fase
medad durante el estudio radiológico de la pelvis o de la evolutiva y el ripo de hueso. La radiología muestra imáge-
columna vertebral por problemas o molestias no relaciona- nes en las que pueden converger la osteólisis, la osreofor-
dos con la enfermedad o rras el descubrimiento de concen- mación, el agrandamiento del hueso, imágenes como en
traciones elevadas de fosfarasa alcalina en el plasma. «madeja» del hueso rrabecular, el borramiemo de la corrí-
Las localizaciones más frecuentes son la pelvis, colum- cal y la deformación del hueso.
na, cráneo, fémur y tibia, pero en ocasiones se limita a un En las fases tempranas de la enfermedad, puede obser-
solo hueso, aunque con frecuencia suelen afectarse varios. varse una lesión osreolírica en la pelvis, el cráneo o en un
Las manifestaciones clínicas propias de la enfermedad hueso largo. En el segundo estadio, se observan modifica-
de Pager son el dolor y la deformidad ósea, a las que se su- ciones ramo osreolíricas como escleróticas en el mismo
man las provocadas por las complicaciones. Varían según hueso. En la última fase de la enfermedad, la lesión escle-
la extensión y el lugar donde se asientan las lesiones. El do- rótica se apodera del hueso y también puede presentarse
lor óseo se describe como sordo, profundo, poco localiza- un incremento en las dimensiones del propio hueso.
ble, de predominio nocturno y que aumenta con la carga, La lesión no suele afectar al hueso en roda su extensión y el
y suele coincidir con un aumento de la actividad de la en- límite entre las zonas sana y enferma aparece como una imagen
fermedad. Se atribuye la deformidad perióstica al aumen- lírica («en forma de Vn en la diáfisis de los huesos largos).
to de la vascularización y a las microfracturas. El dolor de
cabeza y en la región facial son los síntomas iniciales de al-
gunos pacientes, mientras que en otros es el dolor de espal-
da en la región lumbar y con irradiación hacia los miem-
Son característicos el engrosamiento trabecular, la pér-
di da de la diferenciació n corticomedular y el aumento del
volumen óseo.
o
bros inferiores.
610 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

La tomografía computarizada y la resonancia mag- Tabla 47-5. Variaciones bioquímicas en la osteomalacia


nética no suelen aporrar más datos que la radiología sim- y la enfermedad de Paget
ple, aunque pueden ser útiles en algunos pacientes con
complicaciones. Patología Calcio Fósforo Fosfatasa Radiología
alcalina
Desde el punto de vista del laboratorio, se estudian los me-
rores relacionados con la formación y la destrucción ósea (véa- Osteomalacia ! ! i Osteopenia
se el capítulo 2), que reflejan las modificaciones del metabolis- Lineas de
Looser o
mo óseo. La fosmtasa alcalina rotal (FAn, la isoenzima ósea de seudofracturas
la fosmtasa alcalina, el fragmento aminoterminal del propépti-
Enfermedad Normal Norma l ¡¡ Pa tró n tí pico
do del colágeno I y el telopéptido aminoterminal, más específi-
cos óseos, se encuentran elevados en las &ses de aaividad me- de Paget Aumento del
hueso
tabólica. En la rabia 47-5 se muestran las variaciones bioquími-
cas y radiológicas que pueden servir como elementos de diag-
nóstico diferencial en pacientes con patología ósea.
La gammagrafía ósea con bifosfonaro marcado con enfermedad de Paget en los huesos adyacentes a articula-
tecnecio-99 ofrece imágenes de aumento de captación en ciones que puedan evolucionar con artritis secundaria.
zonas de incremento de la vascularización y actividad os- El tratamiento puede incluir medicamentos que inhi-
teoblástica. ben la resorción anormal del tejido óseo, la cirugía, la fi-
La biopsia ósea no suele ser necesaria para el diagnós- sioterapia, la arrroplastia de la cadera (reemplazo rotal de
tico, aunque puede ser útil para el diagnóstico diferencial la articulación) loe véase vol. 11), el corre y alineación del
con los rumores. hueso afectado.
El tratamiento sintomático con analgésicos se utiliza
TRATAMIENTO en los pacientes con escasa o moderada actividad. Los anal-
gésicos simples, anriinflamatorios no estero ideos (AINE) y
El tratamiento de la enfermedad de Paget estará determi- bajas dosis de anridepresivos ayudan a controlar el dolor.
nado, entre otras cosas, por la edad del sujeto y por la fase La fisioterap ia junco, con las ayudas para la marcha de
de la enfermedad. Los objetivos terapéuticos se centran en bastones, mejoran la calidad de vid a del paciente.
limitar la progresión y las complicaciones, y controlar las Los bifosfon atos son los fármacos de elección en el tra-
manifestaciones clínicas. tamiento de la enfermedad de Pager. Tienen u na acción
Como norma general, tamo en los casos sintomáticos antirresortiva incensa, lo que facilita la reversión de las le-
como en los asinromáticos, con pruebas de actividad me- siones osteolíticas y mejora la histología ósea. En aquellos
tabólica debida a la enfermedad de Paget, requieren tera- pacientes en los que se observe hipocalcemia y déficit de
pia los pacientes con compromiso de los huesos largos, con vitamina O, deben asociarse estos elementos a la terapia.
riesgo de furura deformidad, los que tienen compromiso En caso de fractura, deformidad o artropatía pagética
craneal extenso, con riesgo de pérdida auditiva, aquéllos puede estar indicada la cirugía. En las fracturas limitadas
con cambios pagéricos en una o más vértebras, con riesgo a la cortical, algunos autores recomiendan la consolidación
d e distintas complicaciones neurológicas, y aquéllos con con un clavo, para así evi tar la fractura completa.

• RESUMEN

• La osteoporosis es la enfermedad más frecuente en las so- tismo y en este caso se altera , además, el cartílago de cre-
ciedades modernas. cimiento. Se caracteriza por un ablandamiento de los hue-
sos, los cuales tienden a deformarse y fracturarse.
• La resistencia ósea refleja la integración de la densidad y
calidad ósea. A su vez, la calidad ósea engloba diversas ca-
• Desde el punto de vista fisiopatológico, cualquier cir-
racterísticas del tejido óseo relacionadas con la macroar-
cunstancia que pueda determinar un menor aporte de
quitectura, la microarquitectura (porosidad cortical, co-
calcio y fosfatos, disminuya la absorción, o aumente la
nectividad trabecularl. características de recambio óseo
excreción, va a interfe rir en el normal desarrollo de la
(grado de resorción y formación ósea), el grado de minera-
formación de Los cristales de hidroxiapatita y, por tanto,
lización secundaria, la acumulación de microlesiones y en-
del proceso de osificación. Así, Las dos principales cau-
laces de colágeno.
sas de osteomalacia son las alteraciones del metabolis-
• La osteomalacia es una enfermedad ósea generalizada, mo de la vitamina O y del fosfato. Hay una variante fre -
caracterizada por un déficit en la mineralización de la ma- cuente de osteomalacia debida a un proceso hipocalcé-
triz ósea asociado a una elevada tasa de formación de ma- mico, que se acompaña de un hiperparatiroidismo se -
triz ósea. En la infancia este trastorno se denomina raaui- cunda rio. Éste suele aq ravar las alteraciones óseas, ya
47 • Osteoporosis. Oste omalacia. Enfe rmedad de Paget 611

• R E S U M E N {Cont.J

que induce la característica osteítis fibrosa medular y tencia ósea disminuida y a lte ración de la arquitectu ra del
una pérdida de masa ósea cortical. hu eso. Las fibras colágenas fo rman un patrón en mosaico
irregular, con distribución al azar en lugar de la simetría
• La enfermedad de Paget es una enfermedad metabólica
paralela (laminar! observada en el hueso normal. Este tipo
del hueso, causada primariamente por una actividad os-
de alteraci ón ósea puede observarse también asociada a
teoclástica aumentada y caracterizada por un remodelado
fibrosis medular.
óseo focal anormalmente acelerado, con incremento de la
resorción y neoformación ósea excesiva y desorganizada.
• Existe una forma juvenil de la enfermedad de Paget co n he-
• La enfermedad de Paget se presenta comprometiendo uno rencia autosómica recesiva, caracterizada po r el remode-
o varios sitios del esqueleto simultáneamente y qu eda lue- lado rápido del hueso, osteopenia, fracturas y deformidad
go restringida a estos sitios primitivos. Se asocia con resis- esquelética progresiva.

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~ ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLE XIÓN

1. Describa la conceptualización de la osteoporosis. 8. ¿Cuáles son las complicaciones más relevantes de la osteo-
porosis?
2. Defina los criterios diagnósticos de la osteoporosis.
3. Señale y describa los tipos de osteoporosis. 9. ¿Cuáles son las ventajas de la medición de DMO?

4. Describa cuál es la patogenia de la osteoporosis.


10. ¿Cuál es el cuadro clín ico de la osteomalacia?
5. Enumere los factores de riesgo de la osteoporosis.
11. ¿Cuál es el diagnóstico de la osteoma lacia?
b. Enumere las causas de osteoporosis asociada a la edad in-
fan til.
12. ¿Cuál es el cuadro clín ico de la enfermedad de Paget?
7. Enumere los lugares de asiento más característicos de las
fracturas por osteoporosis. 13. ¿Cuál es el diagnóstico de la en fermedad de Paget?
C. Moren o Lorenzo, A. M a Castro Sánchez y Á. Bezos Cuaresma

~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Afecciones óseas de origen vascular.


• Manifestaciones clínicas y signos de imagen de estas afecciones.
• Aspectos evolutivos diferenciales en los jóvenes y en los adultos.
• Importa ncia de las distintas etapas evolutivas de los procesos para un mejor ajuste terapéutico.
• Importa ncia de la ubicación de los procesos estudiados en relación con otros procesos para preve nir las posibles
secuelas est ructurales y funcionales.
• Intervenciones para la promoción de la salud y prevención secundaria y terciaria del proceso.
• Aspectos terapé uticos más relevantes de los procesos óseos de origen vasc ular.
• Recomendaciones qu e se han de destacar e incluir en el diseño de un plan de intervención de fisioterapia e n los
difere ntes procesos vasculares.
• Relacionar las afecciones estudiadas con patologías tratadas previamente o en el futuro.

Las lagunas osteocíticas de las trabéculas óseas con tie-


GENERALIDADES
nen detritus celulares y la médula ósea es reemplazada
Las lesiones óseas de origen vascular implican la existencia por tejido de granulación y quistes de grasa. En los már-
de un trastorno circulatorio, si b ien la gran variedad de genes de la necrosis se incrementa la actividad osteoclás-
nombres utilizados (como necrosis isqué mica, necrosis tica y la proliferación de fibroblastos. La fo rma del hue-
avascular, necrosis aséptica, osteonecrosis e ), las numero- so está preservada y el carcílago articular está in tacto,
sas designaciones por epónimos (enfermedad de Perches, por lo que no existe modificación radiológica.
de Freiberg, de Kienbock), así como las diferenciaciones • Estadio 11. Avanza el tejido de gran ulación y el frente de
entre la necrosis de los ad ultos y de los niños, reflejan en osificación y se engrosan las trabéculas óseas. Se genera
muchos casos una cierra confusión conceptual. En todas hueso sobre la es tructura de necrosis. Radiológicamen-
ellas, la diferencia principal se fundamenta en que el pro- te se refleja esclerosis ósea e incremento de la captación
ceso afecte a una zona amplia losteonecros is 0 l o a un área de isótopos radiactivos en la gammagrafía ósea.
localizada losteocondritis <2> l de hueso adulto o del núcleo • Estadio 111. Se produce fractura del hueso necrótico de-
de osificación del niño, en área de carga (epífisis) o de trac- bido a la falta de resistencia a los efectos mecánicos. El
ción (apófisis) . Otras dife rencias que se observan so n la carcílago a rticular es viable, pero sufre fragmentación
evolución biológica del foco de necrosis ósea en los adul- por pérdida de su base ósea.
tos y en los nifios, que por su importancia se reseña a con- • Estadio 1\( Los cambios morfológicos secuelares se aso-
tinuación. cian con osteoartritis en relación con la zona infartada
En adultos, partiendo de un co ntexto centrad o en la y la degeneración secundaria del cartílago articular.
cabeza femoral (para el estudio de la osteonecrosis, véase
capítulo 19, apartado Osteonecrosis de la cabeza femoral} , En el caso de los niños, existe una gran diferencia evoluti-
se observa: va respecto a la descripció n real izada para los adultos, ya
• Estadio J. La muerte celular afecta al hueso y a la médu- que el núcleo de osificación se encuentra envuel to por el
la ósea, con mantenimiento d e la viabilidad del cartíla- cartílago de crecimiento epifisario. La fase in icial es simi-
go articular, nutrido por imbibición desde la sinovial. lar a la de los adultos, con mu erte celu lar tanto del hueso

613
614 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

como de la médula ósea; también es similar el proceso de to anómalo en que se produce puede d ar lugar a deformi-
reparación, con el desarrollo de tejido de granulación que dades y otros problemas. Las consecuencias no son espe-
avanza desde la zona profunda a la superficial de la epífisis. cialmente graves si el trastorno tiene lugar en las apófisis
Posteriormente, el avance del frente de osificación gene- exrraarriculares; si bien, cuando afecta al hueso que est;Í en
ra, en la zona profunda, la aposición de un tejido óseo vivo el interior de una articulación, se promueve u na deformi-
sobre el armazón de trabéculas muertas del primitivo nú- dad que genera una articulación poco funcional, y esto
cleo de osificación. Ello se refleja por un aumento de la puede provocar una incapacidad grave, además de una
densidad radiológica. La importante actividad osteoclásti- muy posible aparición temprana de artrosis.
ca reabsorbe las trabéculas óseas muenas y el núcleo óseo
original es sustituido por tejido fibroso con formación de Osteocondrosis
cartílago, debido a la baja presión parcial de oxígeno. Ra- Según Tachdjian, se denomina osteocondrosis a la condi-
diológicamente se observa fragmentación del núcleo de ción en la cual el núcleo de osificación primario o secun-
osificación. La fase final de reosificación del núcleo óseo dario en niños en crecimiento se ve afectado por una ne-
no se inicia hasta que la reabsorción del hueso necrosado crosis aséptica con reabsorción gradual de hueso necrótico
no ha tenido lugar por completo. y sustitución por tejido óseo reparativo. O tros autores,
Durante el proceso, el cartílago epifisario, que está nu- como Sifferr ( 1981), sugieren que osreocondrosis es el
trido por imbibición sinovial, continúa creciendo, pero no conjunto de afecciones idiopáticas caracterizadas por des-
se convierte en hueso, ya que la falta de aporte vascular in- órdenes de la osificación encondral, incluyendo condrogé-
hibe el proceso de osificación endocondral. Si bien, el cre- nesis y osteogénesis, superimpuesta en el mecanismo nor-
cimiento del cartílago puede alcanzar tal grosor que sus ca- mal de crecimiento. Las osteocondrosis incluyen, pues, a
pas profundas tienen dificultad para ser nutridas por el lí- un grupo heterogéneo de enfermedades a las que inicial-
quido sinovial. Se inicia así un proceso de degeneración de mente se les atribuyó una causa avascular o isquém ica, por
los condrocitos con infiltraciones de éstos en el seno del te- semejanza radiológica con otros procesos conocidos. En la
jido óseo. actualidad se catalogan como osteocondrosis cuando los
En consecuencia, en adultos, la evolución biológica de hallazgos radiológicos se acompañan de un cuadro clínico
un proceso de necrosis se orienta, por fracaso del proceso concordante.
reparador, hacia una alteración estructural y desarrollo de Aunque la mayoría de las enfermedades incluidas en el
artrosis secundaria. En niños el proceso reparador condu- contexto de las osteocondrosis han sido descritas desde
ce a la reosificación del núcleo. Las alteraciones morfoló- hace más de un siglo, su etiología sigue siendo poco cono-
gicas que se pueden generar en este caso son dependientes cida y se catalogan en muchos casos como multifactorial e
de las dificultades de dicho proceso y de los factores mecá- idiopática, si bien los factores se encuentran más o menos
nicos externos. identificados. De forma ge neral, estos procesos afectan al
esqueleto en crecimiento tanto el de los niños y adolescen-
CONCEPTUALIZACIÓN tes como el de otros mamíferos que crecen con rap idez,
como los caballos, toros, cerdos y perros grandes, aunque
Dada la variedad de sinonimia y epónimos utilizados por también hay estudios referidos a ratas.
los diferemes autores para denominar los diversos procesos Se han descrito más de 50 tipos de osteocondrosis, que
óseos de origen vascular, se expone brevemente algunos as- hacen referencia, en muchos casos, a una ubicación anató-
pectos conceptuales relacionados con ellos. mica particular, y son denominadas con epónimos; si bien,
como ya se ha comentado, no rodas las osteocondrosis son
Osteocondritis de origen isquémico, sino que pueden ser debidas a situa-
Es la afectación de una zona periférica del hueso en la ca- ciones de traumatismos o estrés o bien a anomalías duran-
rilla articular, con el cartílago que la recubre. Puede tener te el proceso de osificación. Los numerosos estudios reali-
una etiología traumática o vascular, entre otras. Con fre- zados sobre lesiones con manifestaciones clínicas y/o evi-
cuencia esta zona de hueso y cartílago se desprende al in- dencias radiológicas orientaban a estadios crónicos de la
terior de la articulación, para lo que se emplea el nombre enfermedad y otros procesos secundarios, lo que ha cons-
de osteocondritis disecante (OCD). Este término es conside- tituido un factor limitante en sus conclusiones. Estudios
rado por muchos como común, pero inapropiado, prefi- recientes se orientan no sólo a perfilar la influencia de los
riéndose el término de asteacandrosis ® , debido a que la in- distintos factores de riesgo, sino también a establecer hipó-
flamación no es el elemento principal de la lesión inicial. tesis sobre la patogénesis y etiología de la osteocondrosis;
ello puede permitir una mejor comprensión de la enferme-
Osteonecrosis
dad y, sobre todo, una mayor efectividad y eficacia en la
Se caracteriza por la interrupción del aporte sanguíneo al toma de decisiones en cuanto a la terapéutica.
hueso, o bien por una deficiencia en este aporre con res-
pecto a las exigencias del hueso. Esto se produce en parti- CLASIFICACIONES
cular en algunas epífisis óseas, lo que viene seguido por ne-
crosis ósea. Posteriormente, se produce la curación por Aunque se han sugerido numerosas clasificaciones para el
medio de nuevo crecimiento óseo, pero debido al comex- estudio de este grupo de enfermedades, autores como Si-
48 • Lesiones óseas de origen vascular : osteocondritis y osteocondrosis 615

ffert (1981) la fundamenta en las áreas anatómicas donde coagulabilidad, hiperacrividad psicomotora e inmadurez
se produce el trastorno de la osificación endocondral, y en esquelética. Generalmente, la mayoría de los niños son de
la que queremos destacar las osteocondrosis articulares de baja ralla y tienen una edad esquelética usualmente infe-
afectación primaria y secundaria del cartílago articular y rior a su edad cronológica. Se ha intentado justificar por
epifisario. Otros autores, como Resnick (2002), clasifican distintos factores como responsables de esta enfermedad.
las osteocondrosis (fundamentadas en la patogenia) en le- Entre los no mencionados se encuentran: sinovitis, trom-
siones caracterizadas por osteonecrosis primaria o secun- bofilia, traumatismos repetidos, toma de corricoides, nivel
daria. Dado el enfoque de este capímlo, se expondrán a socioeconómico bajo, entre otros, si bien ninguno ha po-
continuación algunos procesos osteocondróticos de etiolo- dido ser probado.
gía vascular incluidos en las citadas clasificaciones. Se calcula que la enfermedad la sufren entre el 1,O y el
2,5 de cada 10.000 niños. La relación varón:mujer es de
OSTEOCONDROSIS DE ORIGEN VASCULAR 4-5:1 y las niñas tienen peor pronóstico. La enfermedad se
manifiesta entre los 3 y 9 años. Los pacientes suelen ser
Seguidamente se exponen las osteocondrosis más impor- delgados y muy activos. La enfermedad es de presentación
tantes. bilateral en el 10-15 % de los casos, si bien no riene carác-
ter sincrónico, de forma que, cuando está en fase de reosi-
Enfermedad de Perthes ficación una cadera, se inicia el proceso en la contralateral.
La enfermedad de Legg-Calvé-Perrhes es una entidad clí- Se observa mayor incidencia en la población japonesa y es-
nica secundaria a un trastorno vascular óseo, que cursa con quimal, y es poco frecuente en orras etnias como la negra,
cadera dolorosa, motivo por el cual se estudió sucintamen- aborígenes australianos, indígenas de América y en Euro-
te en el capítulo 19, aparrado Enfermedad de Legg-Calvé- pa Central.
Perthes. No obstante, dada su relevancia, resulta aprop ia-
do desarrollarla en profundidad en este aparrado. Cuadro clínico
La enfermedad cursa en sus inicios con molestias o dolor a
Aspectos conceptuales la almra de la cadera, ingle, muslo o rodilla, siguiendo el
La enfermedad d e Legg-Calvé-Perrhes u osteocondrosis trayecto del nervio obturador y acompañadas de una coje-
d eformante juvenil es una necrosis aséptica de la cabeza del ra más o menos acentuada. El dolor suele ser variable, en-
fémur de los niños debida a una alteración idiopática de la tre leve e intermitente, aum entan con la movilidad y des-
circulación. Es una osreocondritis de la epífisis femoral aparece totalmente con el reposo. Posteriormente, el niño
proximal. También se le suele denominar coxa plana por- pierde movilidad articular, especialmente para la abduc-
que la cabeza femoral pierde su característica esférica. Fue ción y rotación interna. También pueden observarse acri-
descrita por Legg, Calvé y Perches al mismo tiempo, en 191 O, tudes en flexo de cadera, con contracturas de los músculos
pero a menudo se denomina solamente como Perches. aductores y del psoas ilíaco, así como hiporrofia o atrofia
En etapas tempranas de la vida, la cadera del recién na- del músculo cuádriceps crural, gemelos y glúteos, lo que
cido no está completamente desarrollada y evoluciona has- puede provocar una cierra d ismetría de los miembros infe-
ta alcanzar la forma adulra definitiva. La llegada de sangre riores. La palpación profunda anterior y posterior de la ca-
a la cavidad coriloidea está asegurada, pero no le ocurre lo dera produce dolor. El niñ o suele estar afebril. Los exáme-
mismo a la cabeza femoral, dado que está simada profun- nes de laboratorio no muestran alteraciones valorables; el
damente dentro de la articulación. El único aporre vascu- hemograma suele estar normal y tan sólo puede haber un
lar a esas edades procede de la arteria circunfleja posterior, aumento discreto de la velocidad de sedimentación y de la
que presema cierra vulnerabilidad en su trayectoria. La en- e
proteína reactiva.
fermedad de Perches se produce por las dificultades que su-
fre el flujo sanguíneo para llegar a la cabeza del fémur; ello
provoca la necrosis de algunas partes del hueso y genera
fragilidad, además de provocar el aplastamiento de la cabe-
Clínicamente se sospecha en un va r ón de entre 3 y
17 años, con mayor frecuencia entre los 5 y los 9 años,
con dolor y cojera.
o
za femoral. En consecuencia, el hueso muere y es reabsor-
bido. Posteriormente se inicia la llegada de nuevos vasos
sanguíneos a la cabeza femo ral y el hueso vuelve a recons- Waldestrom describió la secuencia temporal y anatómi-
truirse en un proceso que puede mrdar entre 3 y 4 años. Al ca de la enfermedad en cuatro fases.
final, la nueva cabeza femoral estará formada por hueso
duro que podrá tener una forma igual a la original (esféri- Fase inicial. Período isquémico o de necrosis. Se pre-
ca y correcta) o quedar deformada e incongruente con el senta sinovitis como una manifestación de la inflamación
acetábulo. aséptica de la cadera. La epífisis detiene su crecimiento y
se hace pequeña respecto a la de la cadera sana opuesta.
Epidemiología y factores relacionados Puede lateralizarse la cabeza femoral, debido al derrame ar-
Se produce por una falra de irrigación sanguínea de la ca- ticular. Duración entre 9 y 12 meses.
beza femoral, aunque la causa exacta de esra interrupción Interrupción del aporre vascular y necrosis ósea. La
de la circulación es desco nocida. Se ha asociado a hiper- cabeza femoral es muy vulnerable a las fuerzas que ac-
616 Parte 2. Enfermedades del sistema muscutoesquetético
1

rúan sobre ella. Radiológicamente existe aumento del La duración de cada etapa es muy variable, pero, en ge-
espacio articular (signo de Waldenstrom) secundario a neral, la etapa de necrosis y fragmenración dura unos
una fractura subcondral. Éste es el signo radiológico 6 meses, la de reosificación de 18 meses a 3 años y la f.1se
más precoz. Se puede encontrar un núcleo epifisario en final o de curación hasta la maduració n ósea. Para otros
la cabeza. aurores, la fase de fragmencación dura aproximadamente
Fase de fragmentación. Se desencadena con la apari- 1 año y la fase de reosificación de 3 a 5 años.
ción de una fractura subcondral en la zona de apoyo de la La radiografía convencional es ineficaz para el diagnós-
cabeza femoral. Duración de 6 a 12 meses. Se inicia la re- tico precoz de la necrosis ósea, si bien, una vez visibles los
absorción del hueso necrótico. Radiológicamence apare- cambios óseos, será de gran utilidad no sólo para la clasifi-
cen densos islotes óseos; los centrales se condensan y los cación y seguimiento de la enfermedad, sino también para
laterales sufren osteólisis, lo que produce una imagen ati- el pronóstico y terapéu tica.
grada. Las d iferences fases de la enfermedad muestran cambios
Fase de curación o de reosificación. Se produce un característicos en las radiografías (Fig. 48-1 ).
volumen óseo mayor al que existía en la epífisis previa- Son muchos los aurores que, en función de los hallaz-
menee sana, y lleva a la aparición de una coxa magna. Du- gos radiológicos, han mostrado imerés por relacionar la
ración de 9 a 12 meses. La densidad se desplaza en sencido fase evolutiva de la enfermedad con el pronóstico y tera-
conrrario. La epífisis es invadida por vasos; se reabsorben péutica que se debe realizar. Entre ellos destaca el trabajo
los islotes densos y se forma tejido óseo rarefacto, que lue- de Catterall (1971), que divide la afectación de la cabeza
go adquiere un carácter trabecular. Se inicia la reparación femoral en cuatro tipos, en fu nción de los datos aportados
con desaparición de la osteólisis metafisaria. por la radiografía simple:
Fase final o de secuelas. Se produce hacia los 3 a 4 años • En el grupo I se encuentra afectada la epífisis de la ca-
del inicio de la enfermedad. Se produce una coxa magna, beza femoral en su región anterior. No hay secuestros ni
con grados variables de deformidad (coxa plana, deformi- colapso de la epífisis ni cambios metafisarios.
dad «en silla de montar») que pueden llevar también a de- • En el grupo li está afectada más del 50 o/o de la parte an-
formidades del cuello femoral, corro (coxa breva) o varo terior de la epífisis. Pueden formarse colapsos y secues-
(coxa vara) o a la artrosis temprana. tros. Reacción metafisaria lim itada.
Se produce la sustitución completa del hueso necróti- • En el grupo III está secuestrada la mayor parte de la epí-
co por hueso de nueva formación. Este tiene una consis- fisis, con fragmencación y colapso extenso, form ación
tencia más débil, por lo que puede remodelarse de modo de secuestros y osteólisis metafisaria.
que la morfología de la cabeza femoral se adapte a la for- • En el grupo IV se encuemra afectada la roralidad de la
ma del cótilo o no. Este proceso no será definitivo hasta epífisis, con cambios merafisarios avanzados y alteracio-
el final de la maduración ósea. Dado que el resultado fi- nes en la placa de crecimiento.
nal puede ser el de una cabeza femoral deformada, a esta
fase se la puede denominar también fose de deformidad re- Aunque esra clasificación ha sido duran te muchos años el
sidual. punto de referencia en la enfermedad de Perches, ha de-
mostrado una gran variabilidad imerobservador y un valor
pronóstico limitado. Catterall añadió además el concepto
El dolor es una coxalgia con localización inguinal irradia-
da hacia la región anterointerna de la rodilla y, en ocasio- de signos radiológicos de mal pronóstico a los que también
nes, como una gonalgia aislada. denominó signos de riesgo cefolico o cabeza de riesgo, que ac-

o Está limitada la movilidad de esa cadera, especialmente


la abducción y la rotación interna.
La cojera inicial es reemplazada en fases más avanzadas
por cojera de Trendelenburg y asociada a acortamiento de
tual menee todavía tienen vigencia.
Estos signos son:
• Signo de Courtenay-Gage. Se trata de un defecto trans-
parente en forma de «Y» que se ubica en la parte exter-
la extremidad. na de la epífisis y que se puede apreciar en la radiogra-
fía anteroposterior.
• E"Ctmsión o mbluxacióu externa de la cabeza femoral del
Diagnóstico acetábulo.
Las imágenes radiográficas reflejan el método más común • Zona calcificada pm'fitera de la epífisis cefálica o signo de
para estudiar un cuadro doloroso de cadera o pelvis, por fa semiltma. Crecimiento horizontal de la placa de cre-
sospecha de enfermedad de Perches, priorizando la roma cimiento.
de imágenes anteroposteriores y laterales en posición de • Presencia de quistes metajisarios.
Lauenstein (en rana). Desde el punco de vista radiológi-
co, el proceso isqu émico y posterior regeneración del Si aparecen dos o más de esros signos, el pronóstico es malo.
hueso se ha dividido en etapas (véase el aparrado ante- Existen otras clasificaciones que se muestran en tabla 48-1.
rior) vinculadas a los cambios anatómicos de la cabeza y Ante la sospecha clínica y radiológica de enfermedad de
cuello femorales. Es fundamental para el pronóstico y la Perches, procede su derivación al especial ista en traumato-
terapéuti ca identificar la fase en la que se encuentra el pa- logía y cirugía ortopéd ica, quien, para su estudio, solicita-
cten re. rá exploraciones más complejas como:
48 • Lesiones óseas de origen vascular: osteocondritis y osteocondrosis 617

Figura 48-1. Fases radiológicas de la enfermedad de Perthes. !Al Al diagnóstico anteroposterior. (BI Al diagnóstico. Proyección de Lowens-
tein (posición «en rana» l. Nótese la disminución de la altura de la epífisis, que aparece más peq ueña que la contra lateral sana. (CI Al año.
Anteroposterior. (DI Al año. Proyección de Lowenstein [posición «en rana>> l. Nótese la epífi sis de coloración blanquecina qu e corresponde a
la invasión del hueso necrótico por los nuevos botones vasculares. (El A los 2 años. Anteroposterior. (FI A los 2 años. Proyección de Lowens-
tein (posición «en rana»l. Nótese la epífis is fragmentada. (GI A los 3 años. Anteroposterior. Hl A los 3 años. Proyección de Lowenstein (po-
s ición «en rana» l. Nótese la cabeza irregular. [Cortes ía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alons o Recio, CAULE, Leónl.

• Resouaucia maguética. Al igual que la gammagrafía, per-


Ante una s intomatología sos pechosa, hay que hacer un
mi te el diagnóstico precoz d el proceso; es decir, an tes de
diagnóstico diferencial con la s in ovitis trans itoria que ge-
neralmente se resuelve por s í sola y da un cuadro clínico que la radiografía convencional muestre alteraciones,

o más florid qu e un Perthes. Si los s íntomas de sinovitis


persisten más allá de 4 a 6 sema nas, hay que sospechar
la presencia de un Perthes. Otras enfermedades con las
con la ventaja de que proporciona importante informa-
ción de la forma de la cabeza y d el acetábulo y el grado
de congruencia entre ambos.
que ha cer diagnóstico diferencial son el hipotiroidismo, la • Artrogmfla. De gran utilidad para visualizar el conto rno
enfermedad de Gaucher y la anemia de células falciformes.
de la cabeza femoral y su relación con el acetábulo. Per-
mite establecer la esrrategia quirúrgica. Su indicación
funda mental es de tipo d iagnóstico. También permite
• Ecograflas. Ú tiles en la valoración inicial del proceso y valorar la llamada cadera «en bisagra», ya que la cabeza
para valorar si existe o no sinovitis. femoral no rueda dentro del córilo, sino que hace bisa-
• Gammagmfta con tecnecio-99. Permite el diagnóstico gra en su margen lateral. Ello limita severam ente la mo-
precoz am es de que aparezcan cambios radio lógicos. vilidad del paciente, especialmente en la abducció n .
También es capaz de valorar durante el proceso evoluti- Tomogmfia computmizlldn. Puede ser de ucilidad como com-
vo el grado de revascularización de la cabeza femoral. plemento del esrudio, pero no se utiliza de forma sistemática.
618 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Tabla 48-1 . Otras clasificaciones de la enfermedad

o
La artrografía intraoperatoria es una prueba imprescin-
de Perthes dible en el tratamiento quirúrgico, ya que permite evaluar
intraoperatoriamente e l descubrimiento de la cabeza fe-
Clasificación de Salter y Thompson•
moral y La relación de ésta con e l Lábrum a ceta bular.
• Grupo A: Fractura subcondral que compromete< 50%
de la circunferencia cefálica (correspond e a los
grados! y 11 de Catteralll Evolución y pronóstico
• Grupo 8: fra ctura subcondral que compromete> 50% de la
circunferencia cefálica (corresponde a los grados 111 y IV de La enfermedad de Perches es una enfermedad aucolimita-
Catterall]. Tiene peor pronóstico da, pero, aunque su evolución natural sea hacia la cura-
Clasificación de Herring•• ción, deben hacerse revisiones periódicas cada 3 o 4 meses,
• Grupo A: no hay colapso de l pila r y la densidad ósea se dado que algunos casos evolucionan desfavorablemente y
conserva respecto al resto de la epífisis pueden dejar severas secuelas en la edad adulta, principal-
• Grupo B: colapso< 50% de la altura del contralateral, con mente artrosis de cadera. Se recuerda que la capacidad de
osteopenia leve-moderada en esa zona
• Grupo C: colapso >50 % de la altura del pilar contra la te ral. remodelación de la cabeza femoral con el acetábulo finali-
con marcada osteopenia o desaparición de la imagen ósea za alrededor de los 8 años de edad, y, a partir de esta edad,
e n e l pilar apenas queda poder de remodelación
• Grupo B/C (revisión de la clasificación en 2004): pilares
externos que presentan < 50% de la altura, pero marcada
Aunque el 80 o/o de los paciemes afectados por la enfer-
osteopenia medad tienen buena evolución hasca la cuarta década de la
vida, se estima que entre la cuarta y la quinta década exis-
Clasificación de Stulberg•••
te un riesgo importante de desarrollar aruosis de cadera, y
• Tipo 1: cadera normal
• Tipo 11: articulación congru e nte esférica pero con coxa
en la sexta década de la vida, la mirad de los pacientes pue-
magna o breva den requerir el empleo de una prótesis de cadera. D iversos
• Tipo 111: articulación con congrue ncia no esférica (cabeza autores coinciden en que existen una serie de factores cuya
ovoide)
presencia indica una mala evolución de la enfermedad.
• Tipo IV: congruencia anesférica (cabeza plana)
• Tipo V: incongrue nte Dichos factores se encuentran recogidos en la tabla 48-2.

· se basa en la presencia de la fractura subcondral en la cabeza fe-


moral, valorada en los cua tro cuadrantes de la epífisis femoral me- Tabla 48-2. Factores pronósticos de la enfermedad de Perthes
diante las dos proyecciones anteroposterior y latera l convencionales.
Según este concepto, divide las caderas en dos grupos. La clasifica-
ción es senci lla, pero tiene el inconven iente de fundamentarse e n un 11 Edad y sexo del niño en el com ienzo clínico:
signo que se observa sólo durante algunos días entre las etapas. is- • Cuanto mayor es el paciente, peor es el pronós tico. Los
quémica y de fragmentación. [Tomada de: Salter y Thompson (19841. pa cientes m ás jóvenes tienen más tiempo para poder
Legg-Calve-Perthes disease. The prognostic s ignificance of the sub- re modelar la epífisis y el acetábulo con el crecimiento óseo
chondral fract ure anda two-group classificati on of the fem oral head
involvement. J Bane Jaint Surg Am, 66, 479-89]. ••se fundamenta e n • Las niña s tienen peor pronóstico porque presentan un a
el grado de colapso de la cabeza femoral e n la radiografí a anteropos- forma más extensa de la enfermedad
lerior de la cadera . Se basa en la definición de tres zonas (o pilares!
en la epífisis: interna, central y externa (aproximadamente un tercio 2) Extensión de la necrosis de la cabeza femoral:
cada una]. Define tres grupos. [Tomada de: Herring. Kim y Browne • Cuanto mayor es la extensión, peor es el pronóstico
(20041. Legg-Calvé-Perthes disease. Part 1: classification of radiogra- • Grupo B, peor pronóstico
phs with use of the modified lateral pillar and Stulberg classifications. • Grupo 111 y IV de Catte ra ll, peor pronóstico
J Bone Jaint Surg, 86, 2103-21 20]. ••• Provee un pronóstico a largo pla-
zo de la cadera en fase de s ecuelas. Define cuatro grupos. [Tomada de: 3) Grado de protrusión anterolateral de la cabeza fuera
Stulberg, Cooperman y Wallensten (19811. The natural history of Legg- del acetábulo:
Ca lve-Perthes disease. J Bane Jaint Surg Am, 63, 1095-1108].
• Peor pronóstico si hay extrusión epifisaria > 20 %
41 Subluxación superolateral:
• Peor pronóstico si la cabeza femoral está aplastada y extruida
La historia clínica, la exploración y las radiografías simples
5) Etapa e n la evolución natural de la enfermedad y fase de
de cadera suelen ser suficientes para estimar un diagnósti-
deformación de la cabeza femoral:
co. Sin embargo, en la fase inicial de la enfermedad debe
• Mejor pronóstico cua nto antes se inici e el tratamiento
realizarse el diagnóstico diferencial con la sinovitis de ca- • Las caderas con incongruencia no esférica desarrollan
dera y con las artritis sépticas, en las que los síntomas ini- artrosis a ntes de los 50 años
ciales suelen ser muy similares. También se intentará des- 6) Pérdida persistente del movimiento de la cadera:
carear una artritis séptica, pues puede destruir la articula- • Una cadera rígida es un signo de mal pronóstico
ción en pocas horas. Otras patologías, como la fractura de • La restauración y e l mantenimiento del movimie nto es
cuello femoral, artritis reumatoide juvenil, fiebre reumáti- fundamental para obtener un buen resultado
ca y rumores, se dan con mucha menor frecuencia. Si am- 7) Perturbación del crecimiento de la cabeza femoral cefálica:
bas caderas están involucradas, hay que descartar la displa- • El cierre prematuro del cartilago de crecimiento de la
sia epifisaria, el hipotiroidismo y la enfermedad de Gau- cabeza femoral causa elsobrecrecimiento re lativo del
trocánter ma yor y el acorta mi ento del fémur
cher. Se deben solicitar parámetros de laboratorio: hemo-
grama, velocidad de sedimentación globular, proteína e 8) Peso corporal:
reactiva, factor reumatoide y anries treptolisinas, entre • La carga aumentada sobre la cade ra no pe rmite un
crecimie nto correcto
otros.
48 • Lesiones óseas de orig en vascular : osteocond ritrs y osteocond rosis 619

Tratamiento Tabla 48-3. Fases de manejo clínico en la enfermedad


de Perthes
No se puede prevenir la enfermedad, puesro que se desco-
noce su etiología. Ame la sospecha de la enfermedad de 11 Restauración y mantenim ie nto del movimiento concéntrico
completo:
Perrhes, debe remitirse el pacieme al cirujano orropeda
• Se coloca al pacien te en tracción du rante 1 o 2 semanas
para una valoración completa del caso. La terapéutica de- • Se realizan ejercicios tanto activos com o pasivos suaves
pende de la severidad de la enfermedad. En los casos leves, varias veces al día
y como la evolución natural es hacia la curación, el erara- • Se pauta medicación con antiin flamato rios no esteroideos
miento consiste en reposo en cama, uso de muletas, res- 21 Contención: consiste en man tene r la cabeza fe mora l
tricción de actividades deportivas y fisioterapia. Para el rra- dentro del acetábulo y conservar la movilidad de la cadera
ramiemo del dolor y la inflamación son recomendables los a través de la amplitud normal:
analgésicos y el reposo. En paciemes con dolor intenso y • Se puede lograr mediante ortesis o cirug ía. La contención
ortésica y quirúrgica son pa ralelas y no secuenciales
gran pérdida del movimiento de la cadera, puede ser nece- • La contención está indicada cuando el niño tiene 6 años
saria la hospitalización para comrolar mejor el reposo y la o más y más del 50 % de la cabeza femora l involucrada
medicación o colocar inmovilizaciones para relajar la mus- (Salter-Thompson gru po B. grupos Herring By C,
o grupos 111 y IV de Ca tterall
culatura. Una vez ha desaparecido el dolor, se puede iniciar • La ortesis del Scottish Rite Hospital es en la actualidad la
fisioterapia en progresión y es de especial indicación la hi- usada con mayor frecuencia
droterapia. • El yeso de abducción de Petrie está indi cado como pre ludi o
a la cirugía en los pacien tes que se presentan tardíamente
En estadios más avanzados, el objetivo principal del tra- con una cabeza femora l deformada y extruida
mmiemo es intentar que la cabeza del fémur se adapte du- • Como cirugías de conten ción cabe destaca r: osteotomía
rame el desarrollo (finaliza a los 8 años de edad) lo mejor femoral varizante, osteotomía pélvica de Salter, osteotomía
combinada, osteotomía aceta bu lar tipo Shelf, osteotomía
posible a la forma del cótilo (teoría de la contención), ya pélvica triple, osteotomías femora les varizantes o
que éste actuaría como molde de la cabeza femoral en for- valguizantes
mación y se lograría así una articulación congruente. De 31 Cirugías de salvamento: se realizan en caderas en fase de
esta manera, se consigue minimizar las posibles deformi- fragmentación o reosificación:
dades en la cadera que podrían derivar en el desarrollo de • Extienden el techo sobre la epífisis descub ierta, pero sin
artrosis en la edad adulta. Ello supone el uso de orresis, así reorientar las estructu ras óseas
como la aplicación de tenoromías de los músculos aducro- • Son las tectoplastias de aumentación o la cirug ía de Chiari
res y psoas ilíaco, y en los casos severos se trata con cirugía, 41 Tratamiento de las secuelas
realizando osteoromías femorales y pélvicas.
En la tabla 48-3 se indican las fases del manejo clínico.
El inconveniente de realizar osteoromías es que hay que Enfermedad de Freiberg
realizar una segunda intervención para retirar el material La enfermedad de Freiberg, o Kohler Il, es una osteone-
que se utilizó para fijar la cabeza femoral dentro del cótilo. crosis de la cabeza de los metatarsianos caracterizada por la
En los casos de contractura importante de los músculos alteración en la condrogénesis y osteogénesis en el h ueso
aductores, se puede realizar rratamienro con roxina botu- previamente normal y que afecta con mayor frecuencia a
línica combinada con fisioterapia intensiva. la cabeza del segundo metatarsiano (tercero y cuarto se ven
La utilización de ortesis y la restricción del movimiento afectados raramente).
pueden provocar problemas psicológicos y sociales en los
niños al compararse con niños de su edad, por lo que, si se
decide realizar este tipo de tratamiento, los niños y sus fa-
milias puede que necesiten la atención de un psicólogo. La
La enfermedad de Frei berg, o Ktihler 11, es una necrosis
aséptica de la cabeza del segundo metatarsiano, fund a-
mentalmente.
o
mejor estrategia para decidir qué tratamiento conviene
aplicar es considerar la edad en que aparecieron los sínto-
mas, combinada con el grado de afectación de la cabeza fe-
moral en ese momento. Epidemiología y factores etiológicos relacionados
Hay estudios que muestran que a partir de los 8 años el La enfermedad fue d escrita en 1914 por Freiberg y desde
tratamiento quirúrgico no ofrece ventajas sobre el trata- entonces son numerosas las publicaciones en relación con
miento conservador, puesro que ya no es posible prevenir o su etiología, sin que en la actualidad se haya establecido
revertir la deformidad de la cabeza femoral. Respecto a la ca- consenso en cuanto a sus causas reales. Se presenta en la se-
dera «en bisagra», al ser una cadera deformada y con movi- gunda década de la vida, con edad promedio hacia los
lidad comprometida el tratamiento ha de ser quirúrgico. 25 años de edad, de preferencia en mujeres, con una rela-
ción mujer: hombre de 4:1 y de afectación frecuememen-
te unilateraL La afectación bilateral se presenta en el 1O%

o
El objetivo en el tratamiento de esta enfermedad es obte- de los casos. Habitualmente se sufre en pies sin patología
ner una cab eza y un cuello femoral normal y una cad era
congruente, con una amplitud normal de movimiento, para prevra.
evitar la artrosis de la articulación en la edad adulta. Como en otras osreocondrosis la etiología es controver-
tida y probablemente sea de causa multifacrorial. Se p resu-
620

me que una agresión traumática, ramo aguda como repetiti-


va, y una afectación vascular podrían ser las causas del daño
al centro de crecimiento primario en una etapa significativa
del desarrollo. Se ha comentado que afecta con preferencia al
segundo metatarsiano, debido a que éste es el dedo más lar-
go y, por tanto, está sujeto a mayor compresión por el calza-
do en relación con el eje longitudinal, lo que produce el daño
a la epífisis, ya que está más expuesto a los traumatismos re-
petidos. También se ha planteado que los depones de comac-
to, como el atletismo o el baloncesto, así como el uso de ta-
cones altos pueden ser factores desencadenantes.

Cuadro clínico
El cuadro clínico se caracteriza por dolor subagudo en el
anrepié, en el área adyacente al hueso afectado, que se agra-
va con la actividad física y la deambulación, especialmen-
te con el uso de tacones alros. En general, las molestias em- Figura 48-2. Enfermedad de Freib erg. !Al An tes de tratamiento.
peoran con la flexión planear del anrepié y mejoran con el (8) Tras la cirugía. [Co rtesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el
reposo. Se pt!~de observar mmefacción local en el dorso Dr. Alberto Alonso Recio, CAULE, León].
del pie y se puede palpar cierto edema.
nución de la actividad, ortesis, plantillas o almohadillas
metatarsiales de descarga retrocapital y li mitación de la
La enfermedad de Freiberg se manifie sta clínicamente
marcha. Otras opciones terapéuticas son: diatermia y ci-

o como hipersensibilidad a la palpación local, inflamación de


la zona afectada, disminución de la amplitud del movi-
miento de la articulación metaca rpofalángica afectada, do-
lor durante la marcha y también puede ser asintomática.
nesiterapia. La infiltración con esteroides y anestésicos
puede disminuir parcialmente la sintomatología, pero no
es recomendable, ya que puede favorecer otras complica-
ciones como infección. C uando persiste el dolor, aun con
t ratamiento ortopédico conservador, suele recom endarse
Diagnóstico tratamiemo antiinflamarorio, reposo, elevación de la ex-
Establecer el diagnóstico puede ser difícil en las primeras tremidad y crio terapia. También está indicado el manejo
fases de la enfermedad. Si bien, aunque es una patología quirúrgico, para lo cual se han d escrito diferentes procedi-
poco frecuente y de etiología incierta, no existe una osteo- mientos como arrroplastia de resección, osteotomía en
condrosis de Freiberg asi ntomárica, por lo que el diagnós- dorsiflexión, osteotomía en cuña, d escompresión articular,
tico deberá d escarrarse en rodas los casos de metatarsalgia acorramienro del metatarsiano, artroplastia con prótesis de
aun sin q ue se presenten los cambios radiográficos de las silicio y, recientemente, desb ridamiento y perforación del
etapas tardías. El diagnóstico diferencial se establece con cartílago por artroscopia y resección de cuerpos libres in-
fractura de estrés, neuroma de Morton (véase el capímlo traarriculares. En la tabla 48-4 se muestra el esquema de
45, aparrado Neuroma de Morton), mmores (véase el ca- toma de decisión por el traumatólogo.
pítulo 36), osteonecrosis del sesamoideo, artritis séptica,
neuritis interdigital, sinovitis y diversos tipos de artritis. El
diagnóstico es radiológico, ya lo decía el clásico aforismo
de Mouchet: «En la enfermedad d e Freiberg la clínica no
El diagnóstico precoz y el tratamiento temprano son cru-
ciales para evitar la deformación permanente de la ca be-
o
es nada, la radiología lo es roda». Se encuentra osteoescle- za metatarsiana afectada.
rosis en etapas tempranas y osteólisis en etapas más avan-
zadas, que evoluciona a un aplanamiento o desestructu ra-
ción de la cabeza del metatarsiano (Fig. 48-2) , y pueden
Tabla 48-4. Osteocondrosis del cóndilo femoral (enfermedad
evidenciarse alteraciones de la cortical. Hisrológicamente, de Kiining). Tratamiento traumatológico conservador
la enfermedad de Freiberg se caracteriza por un colapso del
hueso subcondral, osteonec rosis y fisuras de cartílago. 1) Niños menores de 12 años:
• Yeso inguinomaleolar con la rodilla en flexión durante
6-1 Osemanas

O Las pruebas rad iográficas mu estran aplanamie nto de la


cabeza del seg undo metatars ia no.
• No se permite la carga en principio
• Apoyo gradual con mu letas
2) Niños mayores de 12 años:
Pronóstico y tratamiento • Fragmento parcialmente desprendido: fresado artroscópico
• Si hay un fragmento libre: recuperación artroscópica del
El tratamien to se dirige a disminui r el dolo r y evitar su fragmento, curetaje más fijado con material reabsorbible
progresión. El manejo co nservador incluye el reposo, la li- • Inmovilización con yeso inguinomaleo lar dura nte
6-8 semanas
mitación del movimiento mediante inmovilización, dismi-
48 • Lesiones óseas de origen vascular: osteocondritis y osteocondrosis 621

Enfermedad de Kienbock
Es la necrosis del semilunar. Las manifestaciones clínicas y
los hallazgos radiológicos de esta enfermedad fueron des-
critas en 1910 por el radiólogo vienés Roben Kienbock,
quien definió a esta enfermedad con el término de lmlllto-
malacia. Si bien, la calidad de su publicación propició su
nombre como enfermedad de Kienbock.

Epidemiología y factores etiológicas relacionadas


Suele afectar a la mano dominante de los varones jóvenes,
por lo que presenta predominio del lado derecho y en los
trabajadores manuales. Es de rara presentación en edades
inferiores a los 15 años. Pese a que la edad de presentación Figura 48-3. Enfermedad de Kienbock. [Cortesía de la Dra. Ana
Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alonso Recio, CAULE, León).
es muy variable, tiene una mayor incidencia en la segunda
década de la vida, seguida por la tercera década. También
puede presentarse en pacientes de edad avanzada.
Hay antecedentes de traumatismo más o menos leve pero Enfermedad de Kohler 1
continuado en la región carpiana, que sería el que produce la Es una necrosis avascular idiopárica que afecta al núcleo de
interrupción del aporre sanguíneo al semilunar y la causa de osificación proximal del escafoides tarsiano, y se incluye
su necrosis total o parcial. Puede asociarse con variaciones entre las osteocondrosis de crecimiento.
anatómicas relacionadas con dismetrías entre cúbito y raclio,
que provocan microtraumatismos por apoyo desigual. Tam- Epidemiología y factores etiológicas relacionados
bién se ha visco asociado a la anemia de células f.1.1ciformes. Suele aparecer entre los 2 y los 5 años y es más frecuente
en los varones que en las mujeres, en la proporción de 5:1.
Cuadra clínica y diagnóstica En el 98% d e los casos, la afección es un ilateral. Hasta en
Dolor progresivo en la muñeca, con rigidez e hipersensibili- un 50% de los casos existe un antecedente traumático.
dad local en el semilunar. H ay atrofia muscular regional. La Su origen es incierto, aunque se ha sugerido un mecanis-
presión sobre el punto correspondiente en la cara dorsal del mo compresivo repetitivo en la zona del ápice del arco plan-
carpo es muy dolorosa. Evolutivamente, se considera un pe- tar longitudinal. El escafoides es el último hueso del pie en
ríodo doloroso con radiología normal, un período sin sínto- osificarse y, por su localización, durante la deambulación es
mas y un período tardío con necrosis y dolor. Radiológica- comprimido por los huesos vecinos anteriormente osifica-
mente se ve al semilunar con la densidad aumentada y, pos- dos. Los microtraumarismos repetidos por compresión en-
teriormente, deformidad y fragmentación (Fig. 48-3). tre las porciones dorsal y plamar de éste causan oclusión vas-
cular y necrosis ósea. Al margen de elemen ros biomecánicos,
se ha señalado también que la aparición de esta enfermedad
En la radiología en l a enfermedad de Kienbiick es carac-

o terística, inicia lmente, la densidad aumentada en el se-


milunar y, posteriormente, que aparezca deformado y
fragmentado.
podría estar favorecida por circunstancias que provocan un
retraso en la osificación normal del escafoides, haciéndolo
más susceptible a los micro traumatismos, como los cuadros
de malnurrición durante el desarrollo infantil, endocrinopa-
tías (déficit de hormona de crecimiento, hipotiroidismo) y
Pronóstico y tratamiento algunas malformaciones del pie, como por ejemplo pie zam-
En la fase precoz, procede la inmovilización con orresis de bo o equinovaro (capítulo 33, apartado Pie equinovaro con-
yeso durante 4 a 6 semanas en discreta dorsiflexión. En los génito o pie zambo congénito), metatarso varo o adductus
casos leves, diatermia y, a veces, muñequera. En casos más (capítulo 33, aparrado Ha!lux vams congénito) .
graves, la extirpación y su reemplazo prorésico; en otras
ocasiones, se recomienda la arrrodesis.
El pronóstico está supeditado al tratamiento. En gene-
ral es variable y la mejoría puede ser completa o parcial. En
Se produce una afectación del núcleo de osificación pro-
ximal del escafoides tarsal. Este núcleo aparece general-
m ente a los 3 años de edad. Es el último hueso del pie en
o
los casos con fracturas inadvertidas, el pronóstico es malo osificarse y constituye la clave del arco longitudinal o me-
y puede generar diversos tipos de incapacidad. dioplantar.

El tratamiento en la enfermedad de Kienbiick es inmovi- Cuadra clínico

o lización con yeso cerrado con discreta dorsiflexión duran-


te 4-6 semanas y diatermia. En los casos más graves,
pu ede ser necesaria su extirpación y r eem plazo por pró-
tesis/artrodesis.
En general, cursa con dolor de características habitualmen-
te mecánicas, localizado en la zona dorsomedial del tarso,
y cojera antiálgica. El niño adopta una marcha antiálgica,
apoyando el borde externo del pie.
622 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

En la exploración física, es frecuente hallar dolor con la


Se deben pedir radiografías de ambos pies en proyeccio-
palpación del escafoides y, en ocasiones, se objetiva una
discreta tumefacción local. Los movimientos de rotación
del pie provocan dolor y reacción defensiva. Por último,
cabe destacar que no son raros los casos asintomáticos en
nes anteroposterior, lateral y oblicuas. La irregularidad
de la osificación del escafoides es un ha llazgo común y
normal que no debe confundirse con esta enfermedad.
o
los que la enfermedad pasa inadvertida y el diagnóstico se
establece de forma casual, al realizar un estudio radiológi- Pronóstico y tratamiento
co del pie por cualquier otro motivo, lo que ha llevado a la El tratamiento debe ser individualizado, según la gravedad de
especulación de que esta enfermedad sea, en realidad, una los síntomas. En la mayoría de los casos consiste en limitar la
secuencia alterada de la osificación del tarso. actividad del niño y utilizar una plantilla de soporte plantar
con realce interno, para evitar que el escafoides sea comprimi-
do por los huesos que lo rodean durante la deambulación. En
Clínicamente se caracteriza por dolor en el pie, a veces
en reposo, cojera durante la deambulación, mayor sensi-
los casos en los que el dolor es muy importante, se realizará

o bilidad a lo largo del lado interno del pie, discreto edema


regional y coloración rojiza; los movimientos de rotación
del pie provocan dolor y reacción defensiva, atrofia mus-
cular moderada en toda la pierna, ligera contractura del
inmovilización inicial con una botina de yeso durante 3 a
6 semanas, seguido de plantilla de sostén del arco longitudi-
nal. Se recomienda evitar las actividades físicas intensas, como
correr, saltar y practicar deportes de contacto.
metatarso y pie rígido en equino, con ligero varo. La evolución clínica suele ser buena, con una curación
clínica y radiológica completa. Durante un período de 1 a
4 años, el hueso suele recuperar su tamaño, densidad y ar-
Diagnóstico quitectura trabecular normal. Los estudios a largo plazo no
El diagnóstico se establece por radiografía simple. El estu- han mostrado evidencias degenerativas articulares, ni astra-
dio debe incluir proyección anreroposterior y lateral en galoescafoidea ni cuneoescafoidea. En ocasiones, incluso sin
carga, así como proyecciones oblicuas, en rotación interna tratamiento, el hueso recobra su normalidad. Aunque se han
de ambos pies. El escafoides aparece aplanado, adoptando descrito casos no tratados que se curan con una di splasia del
una forma de disco, pastilla o moneda. Se observan tam- escafoides con disminución de su diámetro ameroposterior
bién áreas de esclerosis, rarefacción y pérdida del patrón en su porción lateral, que posiblemente conduzca en la edad
trabecular normal, e incluso fragmentación irregular. adulta a una enfermedad de Müller-\X'eiss.
Los hallazgos radiológicos incluyen (Fig. 48-4) :
• Aplanamiento del navicular evidenciado en la proyec-
ción lateral por la disminución de su diámetro amero-
posterior, en forma de «disco, pastilla o moneda».
El pronóstico es excelente y al año el aspecto ra diog ráfi-
ca es normal.
o
• En las radiografías de seguimiento se observa rarefac-
ción, esclerosis y osificación irregular.
Enfermedad de Panner
Para establecer el diagnóstico de la enfermedad de Kohler La enfermedad de Panner fue d escrita por primera vez en
se exige la presencia de tres criterios: 1927 y es una osteonecrosis avascular del hú mero distal
• Los cambios se detectan en un escafoides previamente con localización en el capitellum.
normal.
• Las alteraciones radiológicas de reabsorción y osificación Epidemiología y factores etiológicos relacionados
deben ser compatibles con las de una osteonecrosis. Esta estructura o prominencia semiesférica, situada en la
• Ha de haber manifestaciones clínicas. cara anterolateral de la zona distal del húmero, es suscep-
tible de sufrir frecuentes eventos traumáticos en pacientes
En los casos en los que el esrudio radiológico no sea con- durante el proceso de crecimiento. Suele afectar a la extre-
cluyente, el diagnóstico puede confirmarse con gamma- midad dominante de niños menores de 10 años.
grafía ósea o resonancia magnética (RM). Según Panner, el traumatismo puede ser la causa inci-
dental, pero debe existir algún otro factor para el desarro-
llo de esra enfermedad, cuya naturaleza exacta se descono-
ce. La etiología puede ser doble, por un lado, secundaria a
estrés lateral por micro traumas reiterativos, y por otro, a la
pobre vascularización de la zona.

Cuadro clínico
Tras la lesión, se observa dolor, especialmente con el mo-
vimiento, localizado en la cara lateral del codo afectado,
Figura 48-4. Radiografía lateral de necrosis de escafoides tarsal junto con discreta disminución del arco articular. Si bien,
IKéihler 11. [Cortesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto la mejoría clínica d urante la evolución del proceso n o
Alonso Recio, CAULE, León]. mantiene un paralelismo evolurivo con la radiológica, que
48 • Lesiones óseas de ongen vascular: osteocondritis y osteocond rosts 623

es lenta y graduaJ, por lo que no existe una correlación en- que ambas podrían representar d iferentes grados de una
tre la gravedad de los síntomas y la mayor o menor altera- misma enfermedad.
ción de los hallazgos radiográficos.

La enfermedad de Panner es de causa desconocida y pro-


Las radiografías muestran fragmentación de La epífisis
capitu lar, cuyos fragmentos libres no se desprenden en
o
o bablemente no traumática . La afección es autolimitante y La articulación del codo.
benigna en su curso. Se presenta con dolor y rigidez del
codo, derrame y sensibilidad local sobre el cóndilo Late-
ral del húmero.
Pronóstico y tratamiento
Las decisiones terapéuticas en la en fermedad de Panner
plantean las opciones conservadoras frente a la opción qui-
Diagnóstico rúrgica. El tratamiento sintomático, que consiste en la re-
Los daros de laboratorio no aporran nada significativo y ducción de actividades estresantes del codo, es generaJmen-
son los hallazgos radiológicos los q ue normalmente pro- te suficiente para permitir su resolución espontánea y, aun-
porcion an las pruebas para un preciso diagnóstico. En la que se requiere un período prolongado para la curación,
fase aguda se observa osteonecrosis, generalmente en la re- muestra excelentes resultados a largo plazo. Cuando existen
gión arricular de contacto entre el capitellum humeral y la fragmentos osteocondraJes libres puede abordarse el desbri-
cabeza del radio, ju nto con la mineralización irregula r, damiento quirúrgico o la resección de la cabeza del radio.
fragmentación y pobre definición de los márgenes cortica-
les. La esclerosis, fisuras y fragmentos de la cabeza del ca-
pitellum son también frecuentes. La RM se usa en la detec-
ción temprana de la enfermedad y es más sensible para vi-
El tratamiento de La enfermedad de Panner es sintomáti-
co. La intervención quirúrgica no está indicada.
o
suaJizar cambios precoces que la radiografía co nvencionaJ.
Son muchos los autores que destacan la importancia del En cuanto al pronóstico, la mayoría de pacientes que
d iagnóstico diferencial de dos entidades patológicas que desarrollan la enfermedad de Panner aguda se recuperan;
pueden causar dolor en el codo del niño y que, en ocasio- son poco frecuentes los problemas clínicos y las secuelas.
nes, se pueden confundir entre sí, por lo que es importan- Ello justifica la importancia de un diagnóstico precoz de la
te conocerlas y seguirlas con cuidado en la práctica clínica enfermedad, ya que ésta en e tapas muy evolucionadas pue-
y radiológicamente. Una d e ellas es la ya referida enferme- de generar pérdida de la congruencia articular y evolución
dad de Panner, que como se ha comentado afecta a la ex- con secuelas.
tremidad dominante de niños más pequeños, con edades
menores de 1O años y se trata de una «osreonecrosis ep ifi- Enfermedad de Koning (o Koenig)
saria del núcleo de osificación del capitellunm de forma La osteocondritis disecante es una patología articular ad-
co mpleta, aurolimirada, que se resuelve con reposo, y cuya quirida en la que existe una separación de un segmento del
reconstitución suele ocurrir sin secuelas. La otra entidad es cartílago y del hueso subcondral debido a una necrosis
la «osteocondriris disecante del capitellum», que afecta a aséptica. El cartílago d esprendido pued e quedarse en el
niños de mayor edad, en la preadolescencia, y adultos jó- mismo lugar o caer dentro del espacio articular, haciendo
venes. Ocurre habitualmente en atletas de lanzamiento que la articulación sea inestable. El fragmento osteocon-
(j ugadores de béisbol) y gimnastas, d ebido a la excesiva draJ se llama cuerpo libre o ratón articular.
carga de la articulación radiocapitelar que se produce con En relac ión con sus antecedentes, sir James Paget en
las fuerzas en valgo asociadas al lanzamiento. Radiológica- 1879 descubrió el proceso al que denominó necrosis silen-
mente existe una única rarefacción circunscrita, de mayor ciosa. Pero fue Koning, en 1887, quien le dio el nombre de
o menor tamaño, mientras que la estructura del cen tro osteocondritis disecmzte que aún prevaJece. Posteriormente,
óseo es perfectame nte normaJ y es común la formación de Roberts, en 197 9, fue el primero en establecer y diferen-
cuerpos libres que no aparezcan en la enfermedad de Panner. ciar la presentación juvenil y la del adulto. La hipótesis de
Existen d iferencias evolutivas entre estos procesos. En el que la osteoco ndriris d isecante del adulto es en realidad
primer caso, la reducción de actividades es rresantes del una patología que, aunque se inició ames de la madura-
codo es suficiente para su resolución espontánea. Asimis- ción esquelética, no se llegó a detectar, fue establecida por
mo, la osteocondriris disecante del capitellum con lesiones C ahill en 1985.
estables tiene una buena evolución con el tratamiento con-
servador; sin embargo, en el caso de lesiones inestables sin
tratamiento, puede evolucionar a una enfermedad degen e-
rativa.
La enfermedad de Kiining es La separación de un frag-
mento de hueso subcondral recubierto de cartílago arti-
cular de Los tejidos osteocartilaginosos de alrededor.
o
Existen controversias por parte de aJgunos autores que
plantean que los citados procesos constituyen un contí-
nuum d entro de un trastorno de osificación endocondraJ, Epidemiología y factores etiológicos relacionados
con una presentación y un pronóstico dependiente funda- La etiología continúa siendo un enigma, por lo que se con-
mentaJmente de la edad del paciente en su inicio, por lo sidera de carácter mulrifactoriaJ, si bien se la relaciona con
624 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

causas de tipo isquémico, entre otras. Se presenta con ma- cientes asintomáticos que han sido diagnosticados como
yor frecuencia en articulaciones de carga, como son la ro- hallazgo incidental constituyen hasta un 30% de los casos.
dilla y el tobillo. La diferenciación en sus formas, juvenil y
adulta, viene determinada por el grado d e maduración es-
La enfermedad de Kiining clínicamente se manifiesta por
quelética que el paciente presenta. La juvenil se presenta molestias leves, inestabilidad de rodilla, ligera hinchazón
en niños y púberes. En el caso de la presentación en adul- articular o derrame franco, chasquido doloroso, bloqueo
ros, aunque puede ser de uovo suele considerarse como una articular y sensibilidad en el sitio de la osteocondritis,
forma juvenil no resuelta o no detectada en su momento. que ge neralmente es en el cóndilo interno.
La mayor incidencia de osreocondriris disecante se pro-
duce entre los 1O y 15 años de edad y es considerada como
una de las causas más comunes de dolor d e rodilla de los Diagnóstico
adulros jóvenes. La localización clásica es en la zona posre- La exploración detecta en la inspección irregularidades en la
rolareral del cóndilo femoral medial (véase el caso clínico marcha, así como sensibilidad dolorosa en el paciente, espe-
48-l) con el 70% de los casos. Si bien en el 15-20 o/o se cialmeme en la palpación de la zona afecta. Está indicada la
puede localizar en la zona inferocemral del cóndilo femo- prueba de Wilson, que consiste en flexionar la cadera y la ro-
ral lateral y en el 1 % en la rróclea femoraL El compromi- dilla a 90 grados y rotación interna máxima de la tibia. La
so de la pareJa es infrecuente (7 %), se puede presentar en- positividad de la prueba se obtendría con el incremento del
tre el 15-20 o/o de los casos. En el 20-30 o/o de los casos, el dolor, generalmente en el cóndilo femoral medial, al realizar
problema puede aparecer en ambas rodillas. Con relación la extensión de rodilla a 30 grados y en la disminución de
al sexo, se ha determinado que es más frecuente en los va- aquél al realizar el mismo movimiento con rotación externa
rones respecto a las mujeres, en una relación 3-4: l. Se con- de la tibia. La prueba se basa en la teoría del pinzamiento re-
sidera osreocondriris disecan re juvenil cuando se presenta en petitivo de la espina tibia! en contra del aspecto lateral del
pacientes entre los 4 y 16 años de edad, con fisis abiertas; en cóndilo medial durante la rotación interna de la tibia.
cambio, cuando esta lesión se presenta en adolescentes ma- Al margen de los aspectos clínicos, debe considerarse
yores, con fisis cerradas, debe ser clasificada como osreo- para el diagnóstico la radiografía simple anteroposterior en
condriris disecante del adulto (ODA). carga y lateral de ambas rodillas. Esta exploración no es de-
La incidencia de osreocondriris disecante juvenil se ha terminante, pero procede realizarla porque permite carac-
incrementado en esros últimos años, no sólo por el au- terizar el tipo de lesión, el tamaño y la presencia o ausen-
mento en el riempo e intensidad de la actividad física, cia de esclerosis.
sino también porque los deporrisras son cada vez más jó- La radiografía simple anreroposterior y lateral no siem-
venes. pre permite confirmar el diagnóstico, pero procede reali-
zarla. La proyección lateral, así como la vista de túnel, son
las que más información aporran no sólo para localizar la

o La enfermedad de Kiining es una necrosis aséptica , gene-


ralmente facilitada por traumatismos repetitivos. Se pro-
duce más en varones entre los 15 y los 25 años de edad.
lesión, sino también para determinar el grado de lesión de la
fisis. La imagen típica es la de lesión osteocondral rodeada
de un halo de mayor o menor esclerosis. La radiografía a.xial
de la rótula es útil para ver las lesiones de ésta y de la tróclea.
Cuadro clínico En cuanto a la resonancia magnética (RM), es el estu-
Los síntomas son variables y poco definidos. El paciente dio fundamental para realizar el di:Ignóstico, ya que per-
presenta dolor, con estimaciones vagas sobre su frecuencia. mite visualizar de forma completa la lesión y poder deter-
El dolor se suele localizar en la zona anreromedial, en el minar el tratamiento y pronóstico en todos los pacientes
caso de que se localice en la zona clásica de presentación de con osteocondritis disecanre. La RM muestra nítidamente
la osreocondritis. Tanto el dolor como las molestias se in- la lesión (Fig. 48-5) y puede predecir de manera fiable su
crementan con la actividad física y deporriva. Frecuente- estabilidad, lo cual es fundamental para decidir el trata-
mente presenta marcha antiálgica y/o con la pierna en ro- miento quirúrgico. Son características de la lesión: la pre-
ración externa (signo de Wilson) para evitar el roce de la sencia de edema óseo, la separación del fragmento de hue-
eminencia tibia! con la lesión de osteocondritis en el cón- so subcondral subyacente y también se puede constatar las
dilo femoral interno. La presencia de hidrartrosis de repe- condiciones del cartílago. Kramer et al. consideran que la
tición, en los casos de desprendimiento del fragmento ar- asociación de artrografía con resonancia magnética puede
ticular, puede limitar el rango de movimiento; en otros ca- definir con una precisión del 100 o/o el estado del cartílago
sos, puede presentar síntomas mecánicos como seudoblo- articular en el caso de la osteocondritis disecame del adulro.
queos articulares más o menos duraderos, en los que el pa- La gammagrafía se considera el método de diagnóstico
ciente tiene la sensación de tener algo suelro en el interior más sensible para monitoriza r la evolución clínica de la os-
de la rodilla o sensación de inestab:!idad subjetiva. La pre- teocondritis disecante. La aplicación de un protocolo de
sencia de arrofia del cuádriceps es variable, dependiendo gammagrafías seriadas desde el inicio de la enfermedad,
de la severidad y del tiempo evolutivo de la lesión. Se pue- con sucesivas repeticiones periódicas, permite estimar las
de observar también en el paciente disconforr subjetivo posibilidades de cicatrización espontánea y la indicación
cuando es sometido a carga en la zona de la lesión. Los pa- quirúrgica.
48 • Les10nes óseas de origen vascular: osteocon dritis y osteocondros1s 625

Figura 48-5. Imágenes de osteocondritis en el cóndilo femoral. (Al Radiografía anteroposterior. (8) Resonancia magnética. Corte fron tal.
(C) Resonancia magnética. Cor te sagital. Visión anteroposterior. (DI Resonancia m agnética. Corte sagital. Visión lateral. [Cor tesía de la
Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alonso Recio, CAULE, León].

Por otra parte, la gammagrafía diferencia los resultados en ble alteración de la superficie articular, así como su progre-
las lesiones juveniles respecto a las de los adultos. En los jóve- sión a la osteocondriris disecanre del adulto, que tiene me-
nes hay aumento de captación y más capacidad de curación nor capacidad de cicatrización y, en consecuencia, peor pro-
con tratamiento no quirúrgico que en los que no la tienen, y nóstico; en última instancia, se reara también de prevenir la
en los adultos, con la placa epifisaria cerrada, hay menos ca- gonartrosis. En consecuencia, el tratamiento depende de la
pacidad de curación aunque haya aumento de captación. edad del paciente, de la estabilidad de la lesión y de la ince-
La arrroscopia se ha convertido en una herra mienca im- gridad de la superficie articular, información que se obtiene
prescindible en la exploración y tratamiento de la osteo- tras la exploración clínica, pruebas de imagen y artroscopia.
condriris disecante en cualquiera de sus presencaciones, ya El tratamiento conservador (Tabla 48-5) está indicado
que se puede visualizar de manera directa la lesión, lo que en la mayorfa de las lesiones estables con cartílago intacto.
permite documentar de manera precisa los estadios de ci- Las medidas comprenden desde la inmovilización parcial o
catrización, y es menos agresiva que una arrroromía. coral, hasta la suspensión de las prácticas deportivas para lo-
Procede el diagnóstico diferencial, entre o tros, con las grar que la lesió n cicatrice in situ y p revenir su desplaza-
fracturas osreocondrales, así como con los defeccos de osi- miento. Por canco, se debe indicar a los pacientes la aplica-
ficación epifisarios femorales distales o patelares. Estos úl- ción d e fisioterapia en descarga para evitar la rigidez articu-
timos se asientan en zonas diferentes de las osreocondritis, lar, atrofia muscular y osteop orosis. Asimismo , se d eben su-
se suelen ver en niños menores de 10 años y suelen ser primir las actividades deportivas de aleo impactO y recomen-
asintomáricos. Radiográficamente se presentan como le- dar el uso de bastones, para limitar la carga, y o rtesis en pa-
siones vacías o semivadas. cientes poco colaboradores.
El rracamiento quirúrgico está indicado en lesiones es-
rabies in situ, rebeldes al tratamiento conservador con fal-

o En la proyección anteroposte rior se encuentra ano rmali-


dad en la cara externa del cóndilo interno, debido a la se-
paración de un fragmento osteocondral.
ta de cicatrización, lesio nes inestables y lesiones inestables
y d esp rendidas.
Entre las diferentes opciones q uirúrg icas se encuen-
tran las perforaciones, que teóricamente provocarán cre-
Pronóstico y tratamiento cimiento osreoblásrico dentro de los canales, los sistemas
La evolución del proceso depende básicamente de la edad
que tiene el paciente en el momento en que se presentan Tabla 48-5. Osteocondrosis del segundo metatarsiano
los primeros síntomas. Las lesiones que afectan a pacientes (enfermedad de Kiihler 11 o enfermedad de Freiberg).
con fisis abiertas, generalmente, cicatrizan de forma es- Toma de decisión terapéutica
pontánea; en otros casos, pueden continuar con síntomas,
En el estadio agudo:
especialmente en los pacientes activos y deportistas. Por el
• Bota de yeso durante 3-4 semanas
contrario, la presentación en la edad adulta difícilmente ci- • Segu ida de una ortesis para el pie que se extiende hasta los
catriza, son más propensas a la inestabilidad y típicamente dedos y no permite el movimiento de flexoextensión de las
siguen una evolución progresiva, por lo que en algún mo- articulaciones metatarsofalángicas
• Evitar actividades físicas extenuantes como correr, saltar
me nto se requerirá de tratamiento quirúrgico. y d eportes d ec on~c~
El principal objetivo del rratamiento es preservar el cartí- En estadios más avanzados :
lago articular. Particularmente, en la osteocondritis disecan- • Curetaje del hueso más injerto, seguido de inmovilización
·te juvenil, es fundamental prevenir el desprendimiento, si con bota de yeso durante 6 semanas
no se ha producido, que la lesión cicatrice ames de que se al- • Resección de la cabeza en los casos más avanza dos y se
sindactiliza el dedo afectado al adyacente para darle estabilidad
cance la madurez esquelética y de esta manera evitar la posi-
626 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

de fijación con clavillos lisos de Kirschner, rornillos con la fractura, se forma nuevo hueso en la brecha entre el frag-
paso de rosca variable, tornillos de titanio, rornillos can u- mento osteocondral separado y la tuberosidad tibia!.
lados, clavillos o rornillos bioabsorbibles y clavijas óseas. La incidencia es mayor en adolescentes que se dedican
Otras opciones quirúrgicas son: microfracturas, mosaico- a actividades deportivas exigentes. La edad de comienzo de
plastia, aloinjerro osteocondral y regeneración de con- los síntomas va de los 9 a los 14 años: la etapa prepuberal
drocitos autólogos, cuya aplicación debe sopesarse para y el período medio de crecimiento acelerado de la adoles-
cada paciente. cenCia.
Los hallazgos radiográficos no son específicos de la en-
Otras osteocondrosis en La rodilla fermedad. Las imágenes se suelen y se deben pedir para
En la rodilla pueden encontrarse, principalmente, dos ti- descartar otras patologías más graves, como patología in-
pos, que son: la osteocondrosis de la patela o necrosis avas- fecciosa o tumoral de la epífisis proximal de la tibia.
cular del hueso subcondral de la patela y la osteocondrosis El estado agudo se manifiesta radiográficamente como
de la tuberosidad anterior de la tibia o enfermedad de Os- tumefacción de las partes blandas del ligamento patelar
good-Schlatter. con borramienro de sus márgenes (Fig. 48-6) .
Existen variaciones de la normalidad como la irregula-
Osteocondrosis de la patela ridad, la fragmentación y el aumento de densidad de su
Generalmente esd provocada por fuerzas cizallantes repe- centro de osificación que son normales y no son diagnós-
titivas. Como facror de riesgo se pueden destacar las luxa- ticos de la enfermedad.
ciones recidivantes de la parda. La modalidad del tratamiemo depende de la severidad
Se manifiesta como: de los síntomas:
• Dolor en la parte anterior de la rodilla, localizado alre- • Casos leves/moderados: restricción de la pdctica depor-
dedor de la patela. tiva extenuante, como correr y saltar.
• Cojera antiálgica. • Casos severos:
• La compresión de la patela contra los cóndilos femora- - Inmovilización con yeso inguinomaleolar en casos
les es muy dolorosa. persistentes o pacientes no colaboradores.
• Crepitación dolorosa en la articulación femoropatelar - Extirpación quirúrgica de la parte ósea no unida.
en la flexoextensión de la rodilla. - No se deben realizar infiltraciones con corricoides.

Las radiografías axiales de la articulación femoropatelar re-


velan el fragmenro osteocondral. La RM muestra la exten-
sión y la localización exactas de la lesión.
La enfermedad de Osgood-Schlatter es una lesión que
consiste en una fractura por fatiga osteocondral extraar-
o
ticular.
En cuanto al tratamiento, en los niños y adolescentes se
recomienda tratamiento conservador: inmovilización de la
rodilla con yeso. Si estas medidas son ineficaces se recurre
a la realización de perforaciones del fragmento mediante Enfermedad de Thiemann
artroscopia de rodilla. Se continúa con inmovilización du- La enfermedad descrita por Thiemann en 1909 es una os-
rante 4 a 6 semanas con yeso inguinomaleolar. teocondrosis multifocal que implica una necrosis avascular
que afecta a las epífisis de las falanges de las manos y pies,
Osteocondrosis de la tuberosidad anterior aunque habitualmente sólo afecta al primer radio.
de la tibia o enfermedad de Osgood-Schlatter
La tuberosidad tibia! es cartilaginosa hasta los 11 años en
las niñas y hasta los 13 años en los niños. El centro de osi-
ficación secundario de la tuberosidad tibia! aparece entre
los 8 y los 12 años en las mujeres, y entre los 9 y los 14
años en los varones. Durante este estado apofisario de de-
sarrollo de la tuberosidad tibia! se produce la lesión de Os-
good-Schlatter. Con la posterior osificación, la tuberosi-
dad tibia! forma un hueso en forma de lengua, que se fu-
siona con el centro primario de osificación de la epífisis
proximal de la tibia entre los 10 y los 15 años en las muje-
res, y entre los 11 y los 17 en los varones. Por último, los
cartílagos epifisarios de la tibia proximal se cierran como
promedio entre los 14 y 15 años en las niñas, y entre los
15 y los 16 en los varones.
La lesión consiste en una fractura por fatiga osteocon-
dral extraarticular, causada por un traumatismo o traccio- Figura 48-6. Radiografía anteroposterior (Al y lateral (BI de Os-
nes repetidas sobre la tuberosidad anterior de la tibia por good-Schlatter. [Cortesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Al-
contracciones violentas del cuádriceps. Con la curación de berto Alonso Recio, CAULE, León].
48 • Lesi on es óseas de ori gen vascular : osteocondri tis y osteocondros1s 627

Epidemiología y factores etiológicos


relacionados
Aunque la síntomatología puede aparecer a los 4 años de
edad, generalmenre surge en la adolescencia o pubertad,
con edades comprendidas entre los 1O y los 15 años. Es de
mayor frecuencia en varones. Parece constituir un raro des-
orden genérico de componenre hereditario, dominanre
con penetrancia completa, de etiología vascular y puede
desencadenarse con el frío.

Cuadro clínico
Se muestra como una discreta tumefacción dolorosa en la
base de los dedos, con inflamación de las articulaciones in-
terfalángicas proximales, acortamienro y deformidad.

Diagnóstico
Radiográficamenre se evidencian irregularidades epifisa-
rias con aplastam iento y ensanchamienro d e la epífisis, Figura 48-7. Enfermedad de Haglund asociada a enfermedad de
esclerosis y fragmenración central, así como exosrosis la- Sever. [Cortesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alon-
terales; el espacio articular se estrecha y se produce un en- so Recio, CAULE, León).
sa nchamienro de la base de la falange, de lo que se deri-
va un acortamíenro falángico. Son fenómenos observa- Tratamiento trauma tológico
dos, sobre todo, en los dedos centrales. Debe planrea rse lnicialmeme el tratamiento es conservador y d epende del
un diagnóstico diferencial con la arrritis reumaroide ju- diagnóstico y de la severidad del d olor:
venil (véase el capítulo 40, apartado Artritis idiopática • Dolor leve:
juvenil) . - Reducir las actividades: los niños deberán reduci r o
suspender cualquier actividad que cause dolor.
Pronóstico y tratamiento - Amorriguar los talones: las planrillas temporales sua-
El proceso p uede abocar a la anquilosis inrerfalángica. El vizan el impacto en el talón al cam inar, correr o per-
tratamiento es sinromático. manecer de pie.
• Dolor modemdo. En caso de do lor de talón moderado,
Osteocondrosis del calcáneo
además d e reducir la actividad y amorríguar el talón, el
(enfermedad de Sever)
orropeda infantil puede recomendar uno o más de los
Es una necrosis avascular del carrílago de crecimiento del siguiemes tratamienros:
calcáneo. Es la causa más común de dolor del talón en los - Medicación: los anriinflamatorios ayudan a reducir
atletas en crecimienro. el dolor y la inflamación.
- Fisioterapia: algunas veces es necesario utilizar el es-
Epidemiología, mecanismo de lesión tiramiemo u otras modalidades de fisioterapia para
y presentación clínica pro mover la curación del tejido inflamado.
Es debido al uso excesivo y microtraumatismos repetitivos - Ortesis: para sostener el pie adecuadamente.
en las placas de crecimiento del calcáneo en el talón. Se • Dolor severo: inmovilización. A veces es ncesario inmo-
produce en los niños emre edades de 7 a 15 años, y la ma- vilizar con yeso el pie para que la inmovilidad total del
yoría de los pacientes la preseman entre 1O y 14 años d e pie y del tobillo promuevan la curación.
edad.
Clínicamente se manifiesta como dolor del talón en ni- En el caso de que las medidas anteriores no sean efectivas,
ños o niñas, muchas veces aparecen asociados a las siguien- está indicada la cirugía.
tes señales y símomas:
• Dolor en la zona posterior o en la base del talón. Osteocondrosis de la tróclea talar (astrágalo)
• Cojera. Se trata del desprendimienro de un fragmento subcondral
• Caminar de punrillas. del astrágalo. Los síntomas son: dolor, chasquido, rigidez
• Dificultad para participar en las actividades usuales o en y tumefacción del tobillo. Puede bloquearse el tobillo si el
deportes. fragmento está rotalmenre desprendido.
Los hallazgos radiográficos son rípicos (Fig. 48-8) . H a-
Diagnóstico birualmeme, en las caras maleolares lateral o medial de la
En la proyección lateral se aprecia una tuberosidad poste- rróclea talar un fragmemo está parcial o totalmente des-
rosuperior promineme, puede estar más densa y fragmen- prendido del tejido osteocondral circundante. Es conve-
tada, con contornos irregulares (Fig. 48-7) . niente obtener radiografías laterales u oblicuas.
628 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Figura 48-8. Osteocondritis de la cúpula astragalina. [Cortesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alonso Recio, CAULE, León).

La romografía computarizada (TC) proporciona el Para el diagnóstico, es necesario el siguiente estudio ra-
diagnóstico definitivo ante un cuadro clínico sugestivo, diográfico:
pero que no se ve claramente en la radiografía. • Proyección lateral de columna vertebral en bipedesra-
La RM está indicada cuando se contempla el tratamien- ción con los brazos en 90 grados de flexión, cabeza erec-
ro quirúrgico. ta, cadera y rodillas en extensión neutra.
En cuanto al tratamienro traumarológico, en función • Proyección anteroposterior de columna en bipedesta-
de la edad del paciente se tomará una u otra decisión: ción.
• En menores de 12 años: • Proyección lateral de columna toracolumbar en hiper-
Inicialmente, el tratamiento siempre es no quirúrgico extensión.
cuando el fragmento no está totalmenre desprendido. • Proyección lateral de columna centrada en L5-Sl.
- Bota de yeso durante 6 a 8 semanas sin permitir la carga.
• En mayores de 12 años: Los hallazgos radiográficos dependen de la edad del pa-
Artroscopia de tobillo y perforaciones en el caso de ciente:
no estar rotalmente desprendido para facilitar su in- • En estadios precoces suel e haber estrecham iento de
tegración. los espacios interdiscales y hernias de Schmorl (pro-
- Si ya está totalmente desprendido, se remueve me- trusiones discales dentro del hueso esponjoso verte-
diante arrroscopia. bral).
- Bota de yeso posteriormente, durante 6 a 8 semanas • Los acuñamientos vertebrales no están presentes gene-
para impedir la carga. ralmente por debajo de los 12 años, pues generalmente
es un signo tardío.
Otras • El acuñamiento vertebral es más marcado en las vérte-
Se incluyen en este tema otras osteonecrosis como la osteo- bras del ápice de la cifosis.
condrosis de epífisis vertebral o enfermedad de Scheuer-
mann, y la osteocondritis del cóndilo lateral del húmero o El tratamienro varía de acuerdo con la gravedad de la de-
codo del bateador. formidad, la edad del paciente y el estadio de la evolución
de la enfermedad:
Osteocondrosis de epífisis vertebral • Casos leves (40-60 grados de curva}:
o enfermedad de Scheuermann - Terapia física: ejercicios de hiperextensión, inclina-
También llamada cifosis juvenil. Es una cifosis angular no ción pelviana y refuerzo motor del glúteo mayor, de
flexible, que no se corrige con la extensión de la columna los abdominales y de los músculos extensores de la
torácica. No es una necrosis aséptica del hueso. La causa es columna.
desconocida. Se produce en varones de 15 a 19 años de - Evitar esfuerzos, como el levantamiento de objetos
tipo longilíneo que han tenido un crecimienro corporal pesados con la columna en flexión.
demasiado rápido. Habitualmente el motivo de consulta es • Casos moderados (60-75 grados de curva}: tratamiento
la mala postura, con exageración de la curvatura dorsal y ortésico con corsé de Milwalcee.
dolor dorsal. 1 • Casos grttves (más de 75 grados de curva/progresiva/
Clínicamente se manifiesta con cansancio y/o dolor dis- sintomática} : tratamiento ortésico con corsé de Mil-
creto, así como ~spalda redonda. La cifosis es fija y no se wakee.
corrige con la hiperextensión dorsal. El cuello y la colum-
na lumbar son hiperlordóticas para compensar la cifosis Las ortesis son menos efectivas cuando la curva es superior
torácica. Puede haber una escoliosis asociada del 20-30% a 75 grados o cuando el crecimiento ha finalizado, mo-
de los casos. mento en que son totalmente inefectivas.
48 • Lesiones óseas de origen vascula r : osteocondritis y osteocondrosis 629

El tratamiento quirúrgico se indica en pacientes con EQUIPO MULTIPROFESIONAL


madurez esquelética e intenso dolor, deformidad progresi-
va y compromiso neurológico. Generalmente es necesaria Un aspecto muy importante para considerar en el trata-
una fusión larga por vía tanto anterior como posterior. miento de las ostecondrosis estudiadas en este capírulo lo
asumen los fisioterapeutas {véase el capítulo 3 de esta
Osteocondritis del cóndilo lateral del húmero obra), en cuyas manos terminan gran parte de las lesio nes.
o codo del bateador La puerra de entrada del paciente al contexto sanitario va
Se produce en adolescentes entre los 11 y los 17 años e in- a ser generalmente a través del médico especialista en me-
volucra al miembro superior dominante. Más común en dicina familiar y comunitaria. Posterio rmente, si no se re-
varones y en las muj eres deportistas. suelve el proceso, se derivaría al paciente a atención espe-
Inicialmente está producido por un traumatismo, por cializada. En ambos contextos, la intervención del fisiote-
estrés repetitivo en valgo y fuerzas compresivas de la cabe- rapeuta es fundamental no sólo en el tratamiento conser-
za radial sobre la cabeza humeral. vad or, sino también en la fase posquirürgica en aquellos
Clínicamente se produce dolor sobre el có ndilo lateral casos rebeldes o simplemente más evolucionados en los
del hümero, rigidez de codo en forma de deformidad en que se prima la cirugía. En el caso de pacientes orientados
flexió n y Ji mitación de la flexión. a la competición deportiva, la colaboració n de los entrena-
Puede haber cuerpos libres en la articulación del codo. dores y preparadores físicos es también muy importame en
En cuanto al tratamiento: el m omento de una reincorporació n gradual al entrena-
• Si no hay cuerpos libres: miento, para conseguir la total recuperación.
- Yeso braquiopalmar durante 4-6 semanas. Nota: Para facilitar al lector y al es tudiame la integra-
- Perfo raciones de forma arrroscópica, si no hay buena ción d e conocimientos y aplicarlos a la práctica clínica, en
respuesta al tratamiento. el GEl anexo 3. Casos clínicos para prácticas de aula, se p re-
sentan casos prácticos para la realización de prácticas en
• Si hay cuerpos libres, se deben remover m ediante ar- aula; para este tema se recom ienda consultar el caso prác-
troscopia o artrotomía abierta. tico cuarto.

~~ RESUMEN

• Las lesiones óseas de origen vascular que se estudian en Ello es fundamental s i se considera el gravamen pro-
este capítulo presentan un trastorno circulatorio. No obs- nóstico que presenta el paciente adulto resp ecto del ju-
tante, la etiología en todas ellas es de carácter multifacto- ven il o adolescen te tenien do en cuenta sus difere nci as
rial, ya que son nume rosos los estudios realizados pero no biológ icas.
menos controvertidos. Las diferentes denominaciones que
• Como ya se ha comentado, los últim os estu di os sobre
reciben por parte de los distintos autores reflejan también
este tipo de procesos se orie nta n no sólo a perfilar la in-
cierta confusión conceptual.
fluencia de los distintos fac tores de riesgo, si no tambié n
• Es muy importante en las patologías estudiadas cono- a estab lecer hipótesis sobre la patogénesis y etiología de
cer la etapa evolu tiva en la que se encuentran los pa- la osteocondrosis; ello puede permiti r una mejor com-
cientes, mediante las diferentes pruebas diagnósticas prensión de la enfermedad y, sobre todo. una mayor efec-
com ple mentarias, porque ello permite no sólo ajustar la tividad y eficacia en la toma de decisiones en cuanto a la
terapéutica, s ino también aplicarla más precozmente. terapéutica.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología


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1: ~<.;-,·.·: ~ •F .:• •..,.,; .; r.·~.:'-'-6::'~V.!"'~L::,J;Y",• !;
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~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Entender los conceptos de enfermedad autoinmunitaria y autoanticu erpos.


• Conocer las manifestaciones clínicas más frecuentes del lupus.
• Conocer los autoanticue rpos que más se re lacionan con el lupus eritematoso sistém ico.
• Familiarizarse con las diversas alte rn ativas de tratam iento de esta enfermedad.
• Conocer el concepto de es clerosis cutánea.
• Conocer la clasificación de las enfermedades que cursan con esclerosi s cutánea.
• Saber las principales manifestaciones clínicas de la esclerodermia.
• Conocer los objetivos del tratamiento de la esclerodermia y las herramientas de que disponemos para conseguirlo.

mento, causan inflamación y, con el t iem po, con ducen a


LUPUS ERITEMATOSO SISTÉMICO
daño orgánico irreversible.
El lupus eritemacoso sistém ico (LES) en una enfermedad El factor genérico es importante, pero no suficiente para
autoinmunitaria, d e carácter inflamatorio y d e curso cró- causar la enfe rmedad. El lupus es hasta 1O veces más fre-
nico. Es d e gra n interés para el fisioterapeuta por la pato- cuente en pacientes con famil iares que tie nen la enferme-
logía articular que presenta. dad que en la población general. Se han identificado de 30
a 40 genes predisponen tes.
Definición Varios estímulos ambientales intensifican el LES.
Las e nfermed ades au to inmunita rias se puede n d efinir La luz ultravioleta es el fac tor ambiental más ligado a la
como aquéllas que se producen como consecuencia de la exacerbació n del lupus (hasta en un 70 % de los pacien-
supresión de la tolerancia del sistema inmunitario a antí- tes). La focosensibilidad es un c riterio diagnóstico de la en-
genos propios, que lleva a la producción de autoanticuer- fermedad, lo que demuestra su importancia.
pos ® (respuesta contra «lo propio»), inflamación y muer- Se ha postulado la intervenció n de algunas infecciones,
te celular. pero hasta la fecha sólo se ha podido identificar, en parte,
al virus de Epstein- Barr.
Epidemiología También influiría el co nsumo de tabaco o la exposició n
Es una de las enfermedades reumatol ógicas más frecuen- prolongada al silicio en m ujeres de raza negra.
tes, con una incidencia creciente. Su prevalencia, en Espa- Algunos fárm acos como la quinidina, procainamida y la
ña, se es tima en 9 casos por cada 10.000 habi tantes. h idralazina p ueden provocar una variante llamada lupus
La mayoría son muje res en ed ad fértil {90 %), pero son formacológico.
susceptibles personas de cualquier edad, género y etnia (véa- El estrés, las intervenciones q uirúrgicas y el embarazo
se el capítulo 39, apartado Lupus eriremacoso sistémico) . también son factores que p ueden desencadenar la enfer-
medad.
Etiopatogenia Se ha intentado esclarecer la influencia de las hormonas
La interacción e ntre los genes susceptibles y los faccores femeninas en el desarrollo de la enfermedad (y de las mas-
ambientales produce respuestas inmunitarias alteradas que culinas y el cro mosoma Y en su p rotección) puesto que el
generan autoanticuerpos patógenos y complejos inmuni- 90 % d e los enfermos so n m ujeres en edad fértil, pero has-
tarios que se depositan en los tejidos, activan el comple- ta la fecha no ha sido posible.

631
632 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

o El LES se exacerba con la interacción de distintos estím u-


los ambientales, entre los que destaca el estrés.
Tabla 49-1 . Criterios diagnósticos para el lupus eritematoso
sistémico según el Colegio Americano de Reumatologia

1. Exantema malar:
• Exa ntema fijo, plano o elevado, sobre la eminencia malar
Diagnóstico con tendencia a respetar los pliegues nasolabiales

Se basa en las manifestaciones clínicas características y en 2. Exantema discoide:


la detección de determinados auroanticuerpos. • Placas eritematosas elevadas con escamas queratósicas
adherentes y tapones foliculares, a veces presenta
retracción en las lesiones antiguas

o El LES probablemente sea la enfermedad autoinmunita-


ria con más variedad clínica y serológica.
3. Fotosensibilidad:
• Exa ntema cutáneo como resultado de la reacción anorma l a
la luz solar. según la h istor ia clínica o la exploración física
4. Úlceras orales:
Los criterios para el diagnóstico se recogen en la ta-
• Ulceración oral o nasofaríngea, habitualmente indolora,
bla 49-1. observada por un médico
La mayoría de los pacientes presenta episodios de exa-
5. Artritis:
cerbación alternados con otros de remisión, inusualmente
• No erosiva en dos o más articu laciones periféricas,
de forma completa. caracterizada por hipersensibilidad al tacto, dolor con la
Las manifestaciones debidas a la afectación de los dis- presión, hinchazón y derrame articular
tintos sistemas se recogen en la rabia 49-2. 6. Serositis:
• Pleuritis: demostrada por historia de dolor pleurítico, roce
pleural o derra me pleural
O Los síntomas generales son: astenia, malestar general,
fiebre, anorexia y pérdida de peso.
• Pericarditis: documentada por electrocardiograma. roce
pericárdico o derrame pericárdico
7. Trastornos renales:
La astenia es la queja más frecuente y la más debi litan- • Proteinuria persistente. Mayor de 0,5 gramos al día o mayor
re (véase el caso clínico 49-1). Su presencia no está clara- de 3+ s i no se cuantifica
• Cilindros celulares de eritrocitos, hemoglobina y
mente relacionada con la actividad de la enfermedad. La granulares, tubulares o mixtos
fiebre debida a la actividad de la enfermedad aparece en el
B. Trastornos neurológicos:
50% de los enfermos, pero ésra también puede ser produ-
• Convulsiones: en ausencia de toxicidad medicamentosa.
cida por la presencia de infecciones o como efecto secun- alteraciones metabólicas conocidas como la uremia,
dario del tratamiento. cetoacidosis y a lteraciones electrolíticas
Los síntomas articulares son los segundos más frecuen- • Psicosis: en ausencia de los factores descritos para las
convulsiones
tes tras los síntomas constitucionales. Suelen ser manifes-
taciones tempranas. Generalmente son artritis migratorias 9. Trastornos hematológicos:
y simétricas (véase el caso clínico 49-1). Se afectan con ma- • Anemia hemolítica con reticulocitosis
• Leucopenia menor de 4.000 en dos o más ocasiones
yor frecuencia las manos, mufiecas y rodi llas. Se caracteri- • Linfocitopenia menor de 1.500 en dos o más ocasiones
zan por presentar edema de los tejos blandos e hipersensi- • Trombocitopenia menor de 100.000 en ausencia de toxicidad
bilidad articular. Son lesiones no erosivas. La aparición de farmacológica
erosiones en la radiografía orienta hacia otros diagnósticos, 10. Trastornos inmunológ icos:
a pesar de que algunos autores defienden que estas lesiones • Células LE positivas
también p ueden aparecer en el LES. Las deformidades ar- • Anticuerpos anti-DNA nativo
ticulares (en manos y pies) son poco frecuentes. • Anticuerpos anti-Sm
• Pruebas serológicas falsas positivas para sífilis lpor
La necrosis isquémica del hueso aparece sobre todo en los menos 6 meses consecutivos confirmadas por
pacientes tratados co n glucocorricoides. Se debe sospechar inmovilización treponema FTA abs)
si el dolor persiste en una sola articulación, en especial si 11. Anticuer pos antinucleares:
no se acompafia de orras manifestaciones del LES activo. • Un título anormal por inmunofluorescencia o por una
Algunas veces aparece miositis con debilidad muscular prueba equivalente en cualqui er mom en to y en ausencia de
clínica, elevación de la creatina cinasa, datos positivos en fármacos implicados en el s índ rome de lupus inducido
la resonancia magnética, y de necrosis e inflamación en la Para decir que una persona tiene lupus eritematoso s istémico se re -
biopsia, pero en la mayoría de los casos existen mialgias sin quiere que reúna cuatro o más criterios de estos once en ser ie o si-
miositis evidente. En ocasiones los corricoides y, en menor multáneamente, durante cualquiera de los períodos de observación.
medida los antipalúdicos, pueden provocar debilidad mus-
cular, lo que hay que distinguir de la enfermedad activa. petando los surcos nasogenianos), pero también se pueden
El exantema fotosensible es el más común en el LES. Es afectar orejas (véase el caso clínico 49-2) , mentón, región
un poco sobreelevado y, en ocasiones, escamoso. Aparece en V del cuello, tercio superior de la espalda y superficies
tras la exposición a luz solar. Es característica su localiza- extensoras de las extremidades superiores (Fig. 49-1) .
ción en la cara (eritema en mariposa: nariz y mejillas, res- Dura varios días, aunque con frec uencia reaparece. Las
49 • En ferm edad es Sistémi cas: l u p u s er itematoso sistémico, escler ode r mia y otr as conectivopa tías 633

Tabla 49-2. Manifestaciones y prevalencia durante la evolución del lupus eritematoso sistémico

Manifestaciones clínicas Manifestaciones clínicas

Sistémicas: astenia, malestar general, fiebre, 95 Convulsiones 20


anorexia y pérdida de peso

Muscoloesqueléticas 95 Mononeuropatía y polineu ropatía 15

Artralgias y mialgias 95 Apoplejía, isquemia transitoria 10

Poliartritis no erosiva 60 Confusión aguda o trastornos del movimiento 2-5

Deformidades en las manos 10 Cardiopulmonares 60

Miopatía y miositis 5/25 Pleuritis, pericarditis y derrames 30-50

Necrosis isquémica del hueso 15 Miocarditis, endocarditis 10

Cutáneas 80 Neumonitis por lupus 10

Fotosensibilidad 70 Arteriopatía coronaria 10

Eritema malar 50 Fibrosis intersticial 5

Úlceras bucales 40 Hipertensión pulmonar, síndrome de insuficiencia <5


respiratoria aguda, hemorragia

Alopecia 40 Síndrome de encogimiento pu l monar <5

Eritema discoide 20 Renales 30- 50

Eritema por vasculitis 20 Proteinuria > 500 mg/24 horas, cilindros celulares 30-50

Otras (urticaria, lupus cutáneo subagudo, etc.) 15 Síndrome nefrótico 25

Hematológicas 85 Nefropatía terminal 5-10

Anemia de trastornos crónicos 70 Digestivas 40

Leucopenia 1< 4.000/¡Jll 65 lnespecíficas 30

Linfopenia 1< 1.500/¡Jll 50 Alteración de las enzimas hepáticas 40

Trombocitopenia (< 100.000/¡Jll 15 Vasculitis 5

Linfadenopatía 15 Trombosis 15

Esplenomegalia 15 Venosa 10

Anemia hemolítica 10 Arterial 5

Neurológícas 60 Oculares 15

Trastornos cognitivos 50 Síndrome de Sjiigren 15

Trastornos emocionales 40 Conjuntivitis, epiescleritis 10

Cefalea 25 Vasculitis 5

Modificado de: Harrison (20121. Princ ipias de medicina interna I1B" ed.).

exacerbaciones de la enfermedad se suelen asociar a un em- las personas con LES, pero sólo un 5o/o de las personas con
peoramiento del exanrema. lupus discoide tiene un LES.
Otra manifesración mucocutánea es el lupus eritemato- Otras lesiones mucocutáneas son: lupus cutáneo suba-
so discoide. Se manifiesta con lesiones circulares, con bor- gudo, urticaria recurrenre, dermatitis similar al liquen pla-
des eritematosos, hiperpigmenrados, escamosos y ligera- no, paniculitis, úlceras en mucosas bucal y nasal, y cam-
mente elevados, con centros acróficos y despigmencados. bios en la coloración de los dedos de pies y manos provo-
Las lesiones pueden llegar a causar desfiguración, sobre cados por el frío o el estrés (fenómeno de Raynaud).
todo si afectan a la cara o al cuero cabelludo. La alopecia La nefritis suele ser la manifestación clínica más grave
es frecuenre, pero no la calvicie. Se presenta en un 20 o/o de del lupus, ya que ésta y las infecciones constiruyen las prin-
634 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

Las manifestaciones en el aparato d igestivo suelen ser


inespedficas como náuseas, en ocasiones acompañadas de
vómitos y diarrea. También es frecuente el dolor abdomi-
nal inespecífico o alteraciones en las enzimas hepáticas. En
otras ocasiones, el dolor abdominal puede ser causado por
situaciones más graves como peritonitis autoinmunitaria o
vasculitis intestinal.
Con frecuencia el LES se acompaña de síndrome de
Sjogren y de conjuntivitis inespecíficas. Otras manifesta-
ciones oculares graves que ponen en peligro la visión son
la vasculi ris retiniana y la neuritis óptica.
Como ya se ha mencionado, la presencia de determi-
nados autoamicuerpos es fundamental para el diagnósti-
co de LES.
Los anticuerpos antinucleares (ANA) son los más im-
Figura 49-1. Eritema malar en paciente con lupus eritematoso sis- portantes. Su prevalencia es del 98 %. En algunos indivi-
témico: lesiones rojizas ligeramente sobreelevadas y descamati- duos aparecen al año de iniciados los síntomas, por lo que
vas en ambas mejillas, que aparecen generalmente tras la exposi- es importante repetir su determinació n. También hay,
ción a luz solar.
aunque es raro en los adultos, lupus con ANA negativos.
Los anticuerpos IgG contra el DNA (ácido desoxirri bo-
cipales causas de mortalidad en los primeros 1O años de nucleico) bicatenario (anti-dsDNA) son específicos para el
evolución. Es asintomática en la mayoría de los pacientes, LES y su prevalencia es del 70 %. Su concentración varía
por lo que es importante hacer un despistaje que determi- con el tiempo y un aumento puede predecir una exacerbación.
ne la presencia o no de proteinuria. También son específicos los anticuerpos contra Sm (an-
En cuanto a las manifestaciones del sistema nervioso, la ti-Sm) y están presentes en el 25 % de los pacientes, pero
disfunción cognitiva es la más frecuente, en concreto las al- éstos no se correlacionan con la actividad de la enfermedad
teraciones de la memoria y el razonamiento. ni con las manifestaciones clínicas.
La cefalea también es frecueme. Si es intensa, hace sospe- Los autoanticuerpos antiRo (SS-A) tienen valor pronós-
char una reagudización de la enfermedad. Las leves son difí- tico. Son positivos en el 30 %. Se relacionan con el lupus
cilmente distinguibles de las cefu.leas tensionales y migrañas. neonatal, síndrome de Sjogren y lupus eritematoso cutá-
Otras manifestaciones neurológicas son convulsiones, neo subagudo.
psicosis, mononeuropatías, polineuropatías, etcétera. La presencia de anticuerpos antifosfolípido es uno de
La manifestación pulmonar más frecuente es la pleuri- los criterios usados para la clasificación del LES, aunq ue
tis con o sin derrame pleural. Los infiltrados pulmonares no son específicos, y se relacionan con una mayor pro ba-
son indicativos de actividad de la enfermedad y son difícil- bilidad de padecer una obstrucción vascular, rrombocito-
mente distinguibles d e los infecciosos. Las lesiones poten- penia y abortos. Aparecen hasta en un 50% de los pa-
cialmente letales son la fibrosis, el síndrome de pulmón re- cientes.
tráctil y la hemorragia intraalveolar. Otros autoanticuerpos presentes en el lupus so n (entre
Entre las manifestaciones cardíacas, la más frecuente es paréntesis se refleja su prevalencia): anti-RNP (40 %), an-
la pericarditis, que suele responder bien al tratamiento y ti-La (SS-B) (10 %), antihistriona (70 %) , antieritrocito
rara vez provoca taponamiento. O tras manifestaciones más (60 %), antiplaquetario (30 %), antineuronal (incluye el
graves son la miocarditis y la endocarditis fibrinosa de Li- anticuerpo antirreceptor de gluramato) (60 %) y antirribo-
bman-Sacks. sómico P (20 %).
La obstrucción vascular se puede presentar como crisis En la figura 49-2 se recoge un algoritmo para el diag-
de isquemia transitoria, apoplejía o infartos agudos de nóstico inicial del LES.
miocardio. Estos episodios son más frecuentes en pacien-
tes con anticuerpos anrifosfolípidos positivos. Tratamiento
La anemia es la manifestación más frecuente de las alte- Hablar del tratamiento es complejo debido a la heteroge-
raciones hematológicas, generalmente normocítica y nor- neidad de las manifestaciones clínicas y del p ronóstico de
mocrómica debida a trastornos crónicos. La anemia hemo- esta enfermedad. En pleno siglo XXl las dudas siguen sien-
lítica no es frecuente, pero puede ser grave. do mayores que las certezas. Por lo tanto, el objetivo del
También es habimalla leucopenia, que suele ser debida tratamiento es reducir las exacerbaciones agudas y cuando
a linfocitopenia, y que rara vez predispone a infecciones. éstas se produzcan, disminuir los síntomas al mínimo po-
La trombocitopenia suele ser un problema frecuenre, sible y evitar el daño orgánico.
pero las hemorragias sólo se producen con recuentos infe-
riores a 25.000 plaqueras/mm3• La trombopenia aguda se
suele asociar a actividad de la enfermedad, sin embargo,
hay muchos pacientes que la presentan de forma crónica.
No se dispone de tratami ento curativo par a el LES y la re-
misiones sostenidas completas son infrecu entes.
o
49 • Enfermedades sistémicas: lupus eritematoso sistémico, esclerodermia y otras conectivopatías 635

mia y diabetes), el tratamiento prolongado con corticoides, la


presencia de osteoporosis, el sexo masculino y la raza negra.
Análisis de laboralorio: ANAs, hemograma,
bioqufmica general y análisis de orina
ESCLERODERMIA Y OTRAS CONECTIVOPATÍAS
La esclerosis sistémica o esclerodermia es una enfermedad
crónica del tejido conjuntivo, de donde radica su interés
en fisioterapia.

Definición y clasificación
La esclerodermia es una conectivopatía e de etiología des-
conocida que abarca un espectro de trastornos relaciona-
dos que comparten una característica clínica: el en grosa-
miento de la piel debido a un exceso de fi bras de colágeno,
además de alteraciones vasculares y auroanticuerpos con-
LES LES tra varios antígenos celulares.
DEFINITIVO POSIBLE
(>4 de los (<4 de los Cuando esta alteración característica de la piel se asocia
criterios criterios
No lES diagnósticos) diagnósticos) a alteraciones de otros órga nos internos, la enfermedad se
denomina esclerosis sistémica, la cual a su vez se divide en
Figura 49-2. Diagnóstico inicial del lupus eritematoso sistémico. cutánea difusa y cutá nea localizada, definidas p rincipal-
Modificado de: Harrison 120121. Principios de medicina interna 11aa ed.l.
ANA: anticuerpos antinucleares; LES: lupus eritematoso sistémico.
mente por la afectación cu tánea. Si sólo hay afectación de
la piel y tejidos adyacentes, la enfermedad se denomi na es-
clerodermia localizada o m01jea. Ésta a su vez se divide en
Además, se d ebe aconsejar administrar rodas las vacunas morfea en placas, esclerodermia li neal, morfea generaliza-
recomendadas para pacientes inmunodeprimidos, puesto da y panesclerótica.
que muchos de estos pacientes van a precisar tratamiento Hasta e n el 20 % de los pacientes se observan manifes-
con inmunosuprosores. taciones superpuestas con otros procesos autoinmunita-
A las mujeres en edad férril, se les debe aconsejar evitar rios, lo que da los síndromes llamados de solapamiento u
el embarazo hasta pasados, al menos, 6 meses de inactivi- overlap. Por último, es rara, pero existe esclerodermia sin
dad de la enfermedad. manifestación clínica cutánea, llamada esclerodermia sin es-
Los glucocorricoides (orales y tópicos), ácido acetilsalicí- clerodermia.
lico, antiinflamarorios no esteroideos (AINE), antipalúdicos Este apartado del capírulo se centrará en el estudio de la
(hidroxicloroquina) e inmunosupresores convencionales esclerodermia sistémica.
(azatioprina, mofetilo de micofenolato, merotrexaro, ciclo-
fosfamida) constiruyen la base del tratamiento. Gracias al Epidemiología
mejor conocimiemo de la fisioparología del sistema inmu- Es considerada una enfermedad rara. La incidencia y la
nitario, se han podido identificar nuevas dianas terapéuticas prevalencia varían según la zona. En Estados Unidos la in-
q ue permiten la utilización de anticuerpos monoclonales cidencia es de 19 casos por mi llón de habitantes y año,
humanos, como el belimumab o el rituximab. Otras mu- mientras que en Europa es sólo de 4 o 5 casos [véase el ca-
chas moléculas se encuentran en fase de experimentación. p ítulo 39, aparrado Esclerosis m últiple (esclerodermia)] .
La edad media de aparición es entre los 30 y 50 años, y
es más frecuente en m ujeres de edad fértil.
Entre las medidas no farmacológicas se debe recomen-

o dar la protección sola r, realizar una dieta equilibrada,


realizar ejercicio físico terapéutico y abandonar el hábito
tabáquico.
Etiopatogenia
La etiología es desconocida. Se considera u na enfermedad
auroinmune. Sobre una base genética influirían factores
ambientales que darían lugar producción de autoanticuer-
Pronóstico pos por un mecanismo desconocido, alteraciones vascula-
La calidad de vida de los pacientes es claramente inferior a res y formación de tejido conectivo.
la de la población general, a pesar de que su pronóstico ha La agrupación familiar de la enfermedad, la aira fre-
mejorado en los últimos años. El riesgo de muerre es de 2 cuencia de otras alteraciones autoinm un irarias en familia-
a 3 veces superior al del resto de la población. res de pacientes con esclerodermia y las d iferencias fenotí-
Dentro de los factores pronósticos reconocidos se debe picas entre razas y etnias indican la existencia de factores
mencionar la actividad lúpica per se, la enfermedad renal, genéticos implicados en el desarrollo de la escleroderm ia.
la trombocitopenia, la afectación pulmona r, la presencia Los factores ambientales relacio nados podrían clasifi-
de síndrome antifosfolípido, la afectación del sistema ner- carse en ocupacionales (sílice, disolventes orgánicos) , in -
vioso central, la presencia asociada de factores de riesgo fecciosos (virus, bacterias) y no ocupacio nales/no infeccio-
cardiovascular (tabaquismo, hipertensión arterial, dislipe- sos (fármacos, pesticidas, siliconas).
636 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

La alteración inmunológica mejor conocida es la pre-

o
sencia en el suero de autoanticuerpos, algunos muy espe- La alteración más importante en la esclerodermia res-
pecto a la piel normal es un aumento en el número de fi-
cíficos de esra enfermedad, como los anticentrómero y los broblastos hiperproductores de prote ínas, especialmen-
antiropoisomerasa-1 (SCL-70) , pero los anticuerpos po- te colágeno.
drían no ser la causa, sino la consecuencia de la enferme-
dad. Los anticuerpos antinucleares están presentes en un
75-90 % de esos enfermos. Cada paciente con escleroder-
mia produce un sólo tipo de autoanticuerpo, lo que sirve Manifestaciones clínicas
de biomarcador para diferentes patrones de afectación cu- La esclerosis sistémica afecta prácticamente a todos los ór-
tánea y visceral, al igual que para estimar el pronóstico. ganos del cuerpo. Se observa gran variab ilidad de un pa-
Las alteraciones vasculares son la base de las principa- ciente a otro, pero es posible clasificar a los enfermos en
les complicaciones sistémicas (hipertensión pulmonar, dos grandes grupos, en base a las características de la afec-
crisis renal hipertensiva y vasculopatía digital). El daño tación de la piel (Tabla 49-3) .
vascular se produce tempranamente, aunque su mecanis-
mo es desconocido. Se produce una alteración de la mi- Afectación cutánea
crocirculación (especialmente arteriolar) evidenciada por El engrosamiento de la piel es el signo definitOrio q ue di-
el daño estruccural de los capilares del pliegue ungueal y ferencia la esclerosis de otras conectivopatías. La distribu-
por la respuesta vasoespástica que producen el fenómeno ción es simétrica y bilateral.
de Raynaud. Las lesiones evolucionan en tres fases: edematosa, es-
Por último, la alreración más directamente relacionada clerótica y atrófica. En la fase edematosa, la piel está ten-
con la fibrosis es la observada en los fibroblastos (véase el sa, con edema difuso e indoloro. En la esclerótica, el ede-
capículo 2, aparrado Fibroblasros) . Consiste en una excesi- ma se reemplaza por engrosamiento duro de la derm is y
va síntesis y secreción d e proteínas de matriz extracelular adelgazamiento de la epidermis, con desaparició n de los
(MEC), sin un aumento paralelo de las enzimas que las de- pliegues cutáneos y los anejos. En la atrófica, la dermis se
gradan, lo que produce su acumulación. La síntesis d e pro- adelgaza.
teínas de MEC por los fibroblastos es muy activa durante En pacientes con esclerosis limitada, la afectación de la
el desarrollo embrionario y el crecimiento. En los adultos, piel es tá restringida a las manos, parte distal de los an tebra-
los fibroblasros son poco activos, pero conservan gran ca- zos, pies (distribución acral) y, en menor medida, al cuello
pacidad de respuesta aurolimitada ante una lesión, para y cabeza. En la forma difusa, sin embargo, se afecta la par-
iniciar el proceso de cicatrización normal (véase el capítu- te proximal de las extremidades y el tronco.
lo 2, apartado Matriz extracelular: o rigen y composición La esclerosis dérmica po r acumulación d e colágeno
molecular de la sustancia fUndamental y de las variedades oblitera los folículos pilosos, la glándulas sudoríparas, ecri-
de fibras) . nas y sebáceas, con lo cual se desprenden vellos y cabellos,

Tabla 49-3. Clasificación de la esclerosis sistémica y sus principales características

Manifestaciones Esclerosis sistémica limitada

Afectación de la piel Comienzo indolente. Está restringida a las Comienzo rápido. Se afecta la parte proximal
manos, parte distal de antebrazos, pies de las extremidades y el tronco. Evolución
(distribución acrall y, en menor medida, al rápida
cuello y cabeza
Evolución lenta

Fenómeno de Raynaud Surge antes que las manifestaciones de la Su comienzo coincide con el de la piel y
piel. Se acompaña de isquemia crítica puede ser poco intenso

Musculoesqueléticas Artralgias tempranas y fatiga Artralgias intensas, síndrome del túnel


carpiano, frotes tendinosos

Fibrosis pulmonar Ocasional, moderada Frecuente, temprana e intensa

Hipertensión arterial pulmonar Frecuente, tardía y puede aparecer sola Puede aparecer frecuentemente junto a
fibrosis pulmonar

Crisis renal por esclerodermia Rarísima Aparece en un 15% de los pacientes; en


fases tempranas

Calcinosis de piel Frecuente y notable Puede aparecer y ser de poca intensidad

Autoanticuerpos característicos Anticentrómero Antitopoisomerasa I(S cl-701y anti-RNA


po li merasa 111

Modificada de: Harrison 1201 2). Principios de medicina interna 11 8• ed.).


49 • Enfermedades sistémicas: lupus errtematoso Sistémico, esclerodermia y otras conectivopatías 637

disminuye la sudoración y la piel está seca. En los dedos


desaparecen los pliegues del dorso. En las muñecas, codos
y rodillas se producen contracturas como consecuencia del
engrosamiento cutáneo y de la fibrosis de los rendones
subyacentes. En el cuello, la adherencia de la piel al mús-
culo interfiere en su extensión. La cara adquiere un aspec-
to «de momia» e n la que la piel está tensa y brillante, des-
parecen pliegues y arrugas, y se llega incluso a una fase
inexpresiva por la disminución de la movilidad de los pár-
pados, los carrillos y la boca. Los labios se adelgazan, salen
hacia el exterior los incisivos y se crean unos surcos radia-
les. La disminución de la apertu ra de la boca dificulta la hi-
giene y la alimentación. Por último, la nariz parece un
«p ico>> afilado.
Una man ifestació n cutánea frecuente (la presentan
aproximadamente la mirad de los pacientes) so n las úlce-
ras crónicas en las superficies extensoras de las articulacio-
nes interfalángicas proximales, en las yemas de los dedos y
en prominencias óseas como las de los codos y los maléo-
los (Fig. 49-3) . Estas úlceras son dolorosas y pueden infec-
tarse dando lugar a osteomielitis.
El fenómeno de Raynaud es la manifestación inicial en
el 100 % de las formas limitadas y en más del 70% de las
difusas. Rara vez aparece en la forma localizada o morfea.
Consiste en ataques de vasoconstricción, isquemia y reper-
fusión en los dedos. Esto se manifiesta en cambios de co-
loración, primero palidez (Fig. 49-4A), luego cianosis
(Fig. 49-4B) y finalmente eritema. También se pueden ver
afectadas la p unta de la nariz y los lóbulos de la oreja. Se Figura 49-4. Esclerodermia. Fenómeno de Raynaud. (A) Fenóme-
desencadenan por frío, estrés o vibraciones y se acompa- no de Raynaud en paciente con esclerodermia. Visión dorsal de
ñan de hi nchazón, disestesias y dolor. La lesión estructural ambas manos. [Reproducido con a utorización. © Fondo de Ima -
del Raynaud es visible con capilaroscopia ® periungueal gen de la SER, Soc iedad Es pañola de Reumatologia. Autor: Dr.
Juan Víctor Tovar Beltrán!. (8) Fase cia nótica. [Reproducido con
(Fig. 49-5), q ue utiliza un microscopio de entre 12 y 100
autorización. © Fondo de Imagen de la SER, Sociedad Española
a umentos. En los pacientes co n esclerodermia, pueden de Reumatología. Autor: Dr. Elís eo Pascual).
verse dos patrones de alteració n capilar capaces de prede-
cir la forma clínica antes de que aparezca la fibrosis dér-
mica.

Figura 49-5. Capilaroscopia en paciente de 73 años y escleroder-


Figura 49-3. Esclerodermia. Ulceraciones vaculít icas. Atrofia y es- mia limitada. Hemorragias lineales, dilatac ión capilar moderada,
clerosis cutánea en las piernas. Se observa n úlceras en fase de algún megacapilar y áreas avasculares con alteración de la orga-
cicatrización. [Reprod ucido con autori zación. © Fondo de Imagen nización capilar. [Reproducido con autorización. © Fondo de Ima-
de la SER, Sociedad Española de Reumatología. Autor: Dr. Miguel gen de la SER, Sociedad Española de Reumatología. Autores: Ores .
A. Belmontel. Gregario Santos, Raquel Martín y José Rosas).
638 Parte 2 . Enfermedades del sistema musculoesquelético

El esófago se ve afectado en el 7 5-90 % de los pacientes,


con hipomotilidad del esfínter y dos tercios interio res del
esófago. Produce disfagia para sólidos, pirosis, regurgita-
ción y dolor retroesternal. Puede complicarse con esofagi-
tis erosiva, metaplasia de Barrer y estenosis esofágica. Tam-
bién hay riesgo de aspiración pulmonar, con la consiguien-
te producción o empeoramiento de la fibrosis pulmonar.
La afectación gástrica es menos frecuente y cursa con re-
traso en el vaciamiento gástrico.
La hipomorilidad del intestino delgado, p resente en un
40 % de los casos, puede ser asintomática o p roducir náu-
seas, vómitos, distensión, diarrea y seudoobstrucción. Al-
gunos pacientes tienen malabsorción y sobreinfección bac-
tenana.
La afectación del colon, sobre codo anorrecral, es muy
frecuente y da lugar a cierro grado de incontinencia y pro-
Fig ura 49- 6. Calcinosis en los codos y antebrazos. Paciente con
esclerosis sistémica cutánea difusa y calcinosis extensa con afec- lapso rectal.
ción, en profundidad, de planos musculares. Se muestra imagen La afectación hepática es rara, pero es bien conocida la aso-
radiológica de '"s codos/antebrazos. [Reproducido con autoriza- ciación de esclerodermia con ci rrosis biliar primaria (CBP).
ción.© Fondo de Imagen de la SER, Sociedad Española de Reuma- No se conoce la incidencia de CBP en la esclerodermia, pero
tología. Autor: Dr. Juan José Alegre Sancho).
la esclerosis sistémica aparece en el 17 o/o de las CBP.

También es frecuente la calcinosis o depósito de calcio Afectación cardíaca


en la piel y tejido subcutáneo. Su tamaño varía desde le- La afectación cardíaca es un signo de mal pro nóstico. Fre-
siones minúsculas y puntiformes hasta grandes masas cuentemente es secundaria a la hipertensión p ulmo nar o
(Fig. 49-6). Se encuentran afectadas, principalmente, las sistémica, pero también hay afectación pri maria.
yemas de los dedos, las palmas de las manos, las superfi- Estas manifestaciones incl uyen derrame pericárdico
cies extensoras de los anteb razos, el olécranon y las bol- (puede evolucionar rápidamente y se asocia al desarrollo
sas prerrorulianas. de insuficiencia renal aguda), fi brosis miocárd ica (que sea
parcheada es el dato típico de la esclerodermia m iocárdica;
suele ser asinromática y sólo se detecta con técnicas sensi-

o El engrosamiento de la piel es el signo diferencial frente


a otras conectivopatías. La distribución es s imét rica y bi-
lateral.
bles) y arritmias (con aira mortalidad, secundarias a la fi-
brosis del miocardio y el sistema de conducción}.

Afectación musculoesquelética
Los síntomas más frecuentes son debilidad muscular, ar-
rralgias y amicis. Al inicio de la enfermedad son frecuen-
La afectación cardíaca es u n s igno de mal pronóstico.
o
tes las amalgias y la rigidez generalizada. El dolor articu- Afectación pulmonar
lar, la inmovilidad y las contracturas se deben a la fibrosis La afectación pulmonar aparece hasta en el 70% de los ca-
de los rendones y otras estructuras periarciculares. sos. Además, es la causa pri ncipal de muerte. Las dos p rin-
Según algunos autores, la palpación de una fricción en cipales manifestaciones son la fibrosis pulmo nar y la afec-
un tendón en un paciente asintomárico puede ser predic- tación vascular, que conduce a hipertensión arterial pul-
civa de una afectación sistémica grave. monar.
Puede aparecer mioparía (debilidad proximal leve, nor- La fibrosis intersticial aparece en necropsias en el 70-
malmente no progresiva) y miositis (poco frecuente). 90 o/o de los casos, según las series. Es más frecuente en la
forma difusa y más grave en fumadores. C ursa con dis-
nea, ros no productiva y crepitantes secos. Es progresiva

o Son frecuentes la debilidad muscular, artralgias y artri-


tis; la rigidez generalizada aparece al inicio de La enfer-
medad.
y puede ser muy rápida. Cuando la enfermedad avanza,
aparecen hipertensión pulmonar y cor pulmonnle secun-
darios.
La hipertensión arterial pulmonar «primaria» grave apa-
Afectación gastrointestinal rece entre un 1O y un 15 % de los casos, sobre codo en es-
El tracto gastrointestinal puede encontrarse afectado en clerodermia limitada de larga evolución. Cursa con disnea
toda su extensión, desde la boca hasta el ano, pero el esó- y disminución de la difusión, en ausencia de fibros is pul-
f:1go es el más implicado. H asta un 90 % de los pacientes monar.
tiene afectación gastrointestinal, pero hasta un 50% pue- Se ha observado un aumento del riesgo de padecer cán-
den estar asintomáticos. cer de pulmó n en los pacientes con esclerodermia.
49 • Enfermedades sistémicas: lupus eritematoso sistémico. esclerodermia y otras conectivopatías 639

o
(enfermedad activa) y cuáles presentan daño irreversible
La afectación pulmonar es de presentación muy frecuen- (fibrosis y necrosis).
te y es la principal causa de muerte.
H asta el momento, ningún fármaco ha logrado modifi-
car de manera notable el curso de la enfermedad. Los in-
munosupresores que son eficaces en otras conectivopatías
Afectación renal no han demostrado serlo en la esclerodermia. Sin embar-
La crisis renal por esclerodermia es una de las complicacio- go, se dispone de herramientas para disminuir los síntomas
nes más remidas de la esclerodermia, afecta al 10-1 5 o/o de y para en lentecer la evolución del daño acumulativo en los
los pacientes y casi siempre en los primeros 4 años desde el diferentes órganos.
inicio d e la enfermedad. Se presenta como hipertensión ar- El European League against Rheumatism Scleroderma
terial acelerada y fracaso renal oligúrico. Con la aparición Trials and research Group presentó en 2009 una serie de re-
de los inhibidores de la enzima de conversión de la angio- comendaciones para el t ratamiento de la esclerodermia.
tensina, su pronóstico ha cambiado, siempre que el diag- Para el tratamiento de la vascu lopatía digital los cal-
nóstico y el tratam iento sean precoces. cioantagonistas de tipo dihidropiridina y, en general, el ni-
Además de la crisis renal aguda, el 50 o/o de los enfermos fedipino, deben considerarse como tratamiento de prime-
presentan algu na disfunción renal como hipertensión arte- ra línea para el fenómeno de Raynaud, y el iloprost intra-
rial o elevación de la creatinina. venoso u otros prostanoides intravenosos para el fenóme-
no de Raynaud grave. Esros últimos también son eficaces
Otros síntomas en la curación de úlceras activas. El bosentán debe usarse
La fatiga, el malestar general, la depresión o la dificultad en la esclerodermia difusa cuando los calcioan tagonistas y
para conciliar el sueño son síncomas frecuentes en estos pa- prostanoides han fallado.
cientes. También puede haber alreraciones genirourinarias, El bosentán, sitaxsentán, sildenafilo y epoprostenol de-
neurológicas, oculares y un aumenco de determinados cán- ben considerarse en el tratamiento de la hipertensión pul-
ceres, com o el de pulmón, cutáneo y esofágico. monar.
Las lesiones cutáneas mejo ran con merotrexaro, sin em-
Diagnóstico bargo, no ha demostrado ser beneficioso sob re otros ór-
Se establece principalmente con los hallazgos clínicos des- ganos.
critos. Es necesario realizar una detallada anamnesis y una La ciclofosfamida debe considerarse en el tratamiento
cuidadosa exploración física. de la fibrosis pulmonar intersticial.
La biopsia cutánea no suele ser necesaria, pero ayudará Las crisis renales deben tratarse con inhibidores de la
en el diagnóstico diferencial con otras enfermedades. enzima conversiva de la angiotensina.
El estudio de los órganos internos y los análisis serológi- En cuanto a las manifestaciones gastrointestinales, de-
cos de los autoanticuerpos se realizan no sólo para diagnos- ben usarse inhibidores de la bomba de protones para la
ticar, sino también para realizar una correcta clasificación. prevención de las úlceras esofágicas y las estenosis provo-
La capilaroscopia es una técnica útil tanto para el diag- cadas por el reflujo gastroesofágico. En las alteraciones de
nóstico como para el seguimienro de la enfe rmedad. Se la mo tilidad están reco mend ados los procinéticos, y si la
han propuesto tres parrones (precoz, activo y lento) que se malabsorción provoca sobrecrecimienro bacteriano, pue-
correlacio nan con la edad del paciente, la duración de la den ser útiles los antibióticos rotato rios.
enferm edad y el fenómeno de Raynaud.
En la actu alidad, ningún fá rmaco ha logrado modi ficar
significativamente el curso de la enfermedad.
o
O El diagnóstico de la esclerodermia es fundamentalmente
clínico.

Pronóstico
Tratamiento La mortalidad de estos pacientes es aproximadamente de 5
Esros pacientes requieren no sólo una atención médica a 8 veces superior a la de la población general.
multidisciplinar, sino también la colaboración del propio La supervivencia a los 15 años en la esclerodermia difu-
paciente, la familia, los fisimerapeutas (véase el caso clíni- sa será del 50 o/o, mientras que en la localizada lo será del
co 49-3), personal de enfermería, terapeutas ocupaciona- 70 o/o.
les, trabajadores sociales y servicios sociales. El 50 o/o de las muertes está relacionada con la afecta-
Hay que determinar qué afecciones son debidas a la in- ción pulmonar.
flamación o vasoconstricción pmencialmenre reversibles La afectación cardíaca confiere peor pronóstico.
640 Par te 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

111 RESUMEN

• El lupus e ritematoso sistémico es una enfermedad autoin- to de la piel debido a un exceso de fibras de colágeno, ade-
munitaria, en la que, sin duda, se refleja la máxima del más de alte raciones vasculares y autoanticuerpos contra
Dr. Marañón que postulaba que no hay enfermedades sino varios antígenos celulares.
enfermos. Dos pacientes pueden ser diagnosticados de lu-
• La etiología es desconocida. Se considera una enfermedad
pus pero tener manifestaciones clínicas, pronóstico y, por
autoinmune. Sobre una base genética influirían factores
tanto, tratamientos totalmente diferentes.
ambientales que da rían lug ar a la producción de autoanti-
• Su diagnóstico se establece por el cumplimiento de los cri- cuerpos por un mecan is mo desconoc ido, alteraciones vas-
terios que se recogen e n la tabla 39-1, que se basan en la culares y formación de tejido conectivo.
aparición de diferentes manifestaciones clínicas y en la de-
• La esclerosis sistémica afecta prácticamente a todos los
terminación de los autoanticuerpos referidos.
órganos del cuerpo. Se observa gran variabilidad de un pa-
• En cuanto al tratamiento, si bien existen tratamientos con- ciente a otro, pero es posible clasificar a los enfermos en
vencionales, están siendo investigados nuevos tratamien- dos grandes grupos, en base a las ca racterísticas de la
tos que pretenden ser más específicos y que permitan di- afectación de la piel.
señar pautas más individualizadas y menos tóxicas, mejo-
• Hasta el momento, ningún fármaco ha logrado modificar de
rando así el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes
manera notable el curso de la enfermedad. Los inmunosupre-
que sufren esta enfermedad.
sores que son eficaces en otras conectivopatías no han demos-
• La esclerodermia es una conectivopatía de etiología desco- trado serlo en la esclerodermia. Sin embargo, se dispone de
nocida que abarca un espectro de trastornos relacionados herramientas para disminuir los síntomas y para en lentecer la
que comparten una ca racterística clínica: el engrosamien- evolución del daño acumulativo en los diferentes órganos.

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Sociedad Española de Rcumawlogla. (2008). Manual SER de las


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tos y técnicas. Madrid: Editorial Médica Panamericana. cana.

~ ASPECTOS A RECORDAR- PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Cómo definiría una enfermedad autoinmutaria? ¿Y un anti- 6. ¿Cómo clasificaría la esclerodermia?


cuerpo?
7. ¿Qué tres aspectos comparten todos los trastornos que
2. ¿Qué determina la aparición del lupus eritematoso sistémico? engloba la esclerodermia?
3. ¿Cuáles son las tres manifestaciones clínicas más frecuen- B. ¿Cómo explicaría el fe nómeno de Raynaud?
tes del LES?
9. ¿Qué órganos se encuentra n a fectados en la escleroder-
4. ¿Cuáles son los autoanticuerpos más representativos del LES? mia? ¿C uál de ellos lo ha ce con mayor frecuenc ia ?
5. ¿A qué se debe la dificultad para poder reco mendar un tra- 10. ¿C uál es el objetivo del tratamiento en los pacientes con es-
tamiento homogé neo en el LES? clerodermia?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE

• Conocer los principales aspectos fisiopatológicos y clínicos de los síndromes miofasciales.


• Evaluar los signos y síntomas presentes en los síndromes miofasciales.
• Planificar y aplicar las distintas técnicas o procedimientos de fisioterapia en el tratamiento de los síndromes mio-
fasciales, en función de la sintomatología y las características individuales del pacie nte.
• Identifica r los peligros y contraindicaciones del tratamiento fisioterápico en este síndrome.

gaz y transitoria de las fibras que forman la banda censa en


CONCEPTO
respuesta a un estímulo mecánico, especialmente si éste es
El síndrome miofascial (SMF) es un cuadro de dolor regio- aplicado sobre el punto gatillo miofascial. Los estímulos
nal de origen muscular, agudo o crónico que se localiza en mecánicos que han demostrado provocarla son la palpa-
un músculo o grupo muscular. ción rápida o súbita de la banda censa, un impacto mecá-
nico sobre el músculo y la punción. Aunque no se conoce
EPIDEMIOLOGÍA con detalle el mecanismo de formación de la banda tensa
y el consiguiente dolor muscular, se cree q ue, ante una so-
Los SMF constituyen una de las patologías musculares brecarga, una alteración postura[ o un trau matismo, se
más frecuentes viseas en las consultas de reumacología o produciría un fallo muscular o lesión local que ocasionaría
atención primaria. La gran variabilidad en la prevalencia la liberación d e sustancias neurovasoactivas responsables
referida en la bibliografía especializada se debe, sobre codo, de la sensibilización de los nociceptores locales. Entre ellos
a los diferentes criterios diagnósticos urilizados y a la des- estaría una excesiva liberación de acecilcolina, la cual cau-
treza d e los examinadores. saría una despolarización anormal de la placa motora y se-
ría la causante de una contracción muscular mantenida en
condiciones de reposo, que daría lugar a la banda tensa o
ETIOLOGÍA
contractura en la vecindad inmediata de la placa motora
Las causas están relacionadas con factores biomecánicos con acortamiento de las sarcómeras (filamentos de actina-
de sobrecarga, sobreutilización muscular (véase el caso miosina). Esa contracción muscular mantenida sería tam-
clínico 50- 1) o microtraumatismos repetitivos. El SMF bién responsable de la isquemia, hipoxia y crisis energéti-
se relaciona con traumatismos agudos, mi crorraumatis- ca local (déficit de adenosín rrifosfaco, ATP), que junco
mos repetidos, falca de ejercicio, posturas inadecuadas y con la liberación de otros mediadores (histamina, bradici-
mantenidas, deficiencias de vitaminas, alteraciones del nina, seroconina, prostaglandinas, etc.) activarían, además,
sueño o problemas articulares que predispongan a micro- a otros nocicepcores periféricos responsables también del
traumatismos. fenómeno de sensibilización central y dolor referido.
Los impulsos nociceptivos serían transmitidos a través
FISIOPATOLOGÍA de neuronas de segundo orden localizadas en el asea dorsal
de la médula hasta las áreas somacosensoriales del cerebro,
Actualmente existen distintas teorías acerca de la fisiopaco- cuya respuesta sería también la activación de sustancias va-
logía de los SMF. Lo que sí parece ya claro es que se pro- sodilatadoras, lo cual convertiría el proceso en un círculo
duce una respuesta de espasmo local, REL, (local twitch vicioso mantenido y, por tanto, daría lugar a un dolor cró-
response, LTR); es decir, una contracción aislada, refleja, fu- nico (Fig. 50-1).

643
644 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

T~'m'~
5 b
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Alteración Factores dad . En estadios más evolucio nados se describen alteracio-
nes en el sueño, cambios de humor y estrés. Si se analizan
con atención estas manifestaciones, el límite que separa un
SMF de la fibromialgia (véase el capítulo 46 de este volu-
men) a veces es muy estrecho.

Sustancias neuro·vasoactivas
El examen físico revelará la presencia de una banda ten -
sa en el músculo, pun tos gatillo miofasciales (PGMI o ti-
gger point, dolor referid o a distancia y pérdida en la movi-
o
lidad, fuerza y/o resistencia muscular.

La banda tensa es una contractura localizada en una pe-


queña porción del músculo. Los PGM son pequeñas áreas
localizadas en el interior d e la banda tensa, hipersensi bles,
de mayor consistencia en la palpación, y cuya palpación re-
produce el dolor local y referido a distancia descrito por el
paciente. Se describen dos tipos de PGM: los puntos «acti-
vos», que son los responsables de la presencia del dolor en
reposo y del dolor referido durante la presión similares a los
descritos por el pacienre, y se pueden asociar, además, a de-
bilidad, parestesias o cambios de temperatura; y los puntos
«latentes, silentes o inactivos», que no son espontáneos, se
presentan con la conrracción muscular y el dolor sólo se
( Dolor referido ) produce con la aplicación de la presión externa. El patrón
del dolor referido propio del PGM pocas veces coincide
Figura 50-1. Fisiopatotogía de l dolor miofasciat. con la distribución de un nervio periférico o raíz.
Para identificar un PGM se precisa de una presión digi-
tal de unos 3 kg durante unos 5 segundos y es habitual
La respuesta de espasmo local es una contracción aisla- identificar una respuesta de espasmo local (contracción in-

o da, refleja, fugaz y transitoria de las fibras que forman la


banda tensa como consecuencia de un estímulo mecáni-
co; especialmente si éste es aplicado sobre el punto gati-
llo miofascial.
voluntaria fugaz de las fibras de la banda tensa). Un signo
característico que refieren algunos a utores es la reacción
del paciente ante la palpación del PGM, conocida como el
«signo del salto» (jump sign), reflejo involuntario o estre-
mecimiento del paciente desproporcion ado a la presión
MANIFESTACIONES CLÍNICAS aplicada.

Los pacientes con SMF refieren dolor localizado o regional


persistente, de intensidad leve a severa, que aumenta con la
presión, el estiramiento, la contracción máxima del múscu-
lo y el movimiento, también puede persistir en reposo. Se
El cuadro cliníco ha bitual es dolor locorregional persis-
tente, de intensidad variable, que aumenta con la presión,
el estiramiento, la contracció n máxima del músculo y el
o
movimiento, aunque puede persistir en reposo.
encuentran afectados con mayor frecuencia los músculos
posturales de la columna cervical (véase el caso clínico 50-2),
los hombros y las cinturas escapular y pélvica. DIAGNÓSTICO
El SMF puede acompañarse de forma aislada y con no
demasiada frecuencia de síntomas sistémicos. En la región Actualmente no se dispone de criterios diagnósticos del
de la cabeza y cuello puede aparecer sensación de desequi- SMF aceptados internacionalmente. El diagnóstico del
lib rio, mareos, cefalea tensional, acúfenos, dolor temporo- SMF es clínico, a partir de la detección de la banda mus-
mandibular, síntomas oculares y tortícolis. El SMF en las cular tensa, punro gatillo en su interior, patrón caracterís-
extremidades puede dar dolor referido en las partes más tico de dolor referido y respuesta local de sacud ida. Aun-
proximales o limi tar la movilidad de las articulaciones in- que no existe una prueba de labo ratorio o técnicas de ima-
termedias. Con menor frecuencia, se asocian síntomas ve- gen o invasivas que sirvan para diagnosticar el SMF, la
getativos como sudoración, lagrimeo, enrojecimiento cu- electromiografía (EMG) de aguja permite confi rmar la
táneo y cambios vasomotores y térmicos; o neurológicos presencia de actividad espontánea de la placa motora de
asociados, como parestesias, disestesias, visión borrosa, sa- bajo voltaje y en la EMG de superficie se observa u na re-
cudidas y temblor. Puede cursar con incapacidad funcio- actividad y fatigabilidad muscular au mentadas, jun to a
nal, disminución de la tolerancia al trabajo, alteraciones en una relajación retardada. También es posible observar los
la coordinación muscular, rigidez articular, fatiga y debili- PGM y las bandas tensas con elastografía ecog ráfica ® y
50 • Síndromes miofasciales 645

resonancia magnética (RM). En la práctica clínica habitual, és- rencias. El tratamiento fisioterápico podrá incluir una o
tos y otros medios (analítica, radiografías, escáner, RM, EMG, varias técnicas en función del tiempo que se tenga para tra-
etc.) se utilizan para descartar otras patologías asociadas. tar al paciente, los instrumencos disponibles, o la genera-
ción de referencias bibliográficas posteriores que se puedan
ir incorporando.

o
El diagnóstico del SMF es clínico y consiste en la detec-
Termoterapia. La utilización del calor en cualquiera de
ción de una banda muscular tensa, con punto gatillo en
su interior, que es el patrón característico de dolor refe- sus variedades (infrarrojos, onda corra, microonda, diater-
rido y respuesta local de sacudida. mia, parafangos, parafinas, ere.) actúa sobre la circulación,
el metabolismo muscular y consigue un efecto de relaja-
ción muscular. En ocasiones puede combinarse con la uti-
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL lización de la crioterapía con el mismo objetivo.
Cinesiterapia. Son variadas las técnicas que pueden
El SMF puede asemejarse a la fibromialgia en cuanto a que, emplearse con intención de movilizar el músculo y devol-
además del dolor, co mparten orcos síntomas (véase el capí- verle la funcionalidad. Dentro de ellas cabe destacar los es-
tulo 46). También es frecuente que los puntos hipersensi- tiramientos analíticos, que se realizarán de forma lenta y
bles relacionados con la fibromialgía son localizaciones ha- con precaución, ya que su gran inconveniente es agravar
bituales de los PGM que se describen en los SMF. Ahora los PGM. Los estiramiencos pueden incluir o no la utiliza-
bien, la etiología de ambos síndromes es diferente, la fibra- ción de esprays fríos previos a la puesta en tensión. Pueden
mialgia es una amplificación central de la nocicepción y su incorporarse a los estiramientos la respiración sincroniza-
diagnóstico debe ser médico. da y los movimientos oculares dirigidos o el biofeedback. Se
Desde el punto de vista fisioterápíco es importante esta- pueden realizar técnicas de facilitación neuromuscular
blecer un diagnóstico correcro, dado que el abordaje tera- propíoceptiva de contracción-relajación, relajación post-
péutico de cada síndrome es significativamente difereme. ísomérrica o inhibición recíproca loE> véase Vol. 1, capítulo 3)
o técnicas específicas de liberación mio&scíalloEl véase Vol. 1,
capítu lo 14). Dado que la etiología del SMF parece ser una
TRATAMIENTO
disfunción de la placa motora, las contracciones suaves e
El tratamiento incluye la eliminación de los factores des- intermitentes pueden resul tar efectivas para normalizar las
encadenantes o perperuadores, así como el tratamiento es- lo ngicudes de las sarcómeras de las fibras musculares im-
pecífico del músculo o grupo muscular. El tratamiento plicadas.
debe ser individualizado para cada paciente y adaptado a Masoterapia. En forma de pases longitudinales y trans-
cada región anatómica. versales al músculo, pinza rodada, ere. Son de especial uti-
lidad las maniobras de liberación por presión o compre-
Tratamiento farmacológico sión isquémica sobre los PGM.
Se suelen utilizar fármacos analgésicos (paracetamol, tra- Ultrasonidos. Se describen como aplicación puntual
mado!), antiinAamarorios no esteroídeos (AlNE) (OEl véase sobre los PGM. Algunos autores ind ican la utilización de
vol. 11. Anexo 2. Farmacología del dolor) y relajantes musculares la fonoforesis con sustancias antiínflamatorías, que serán
(OEl véase Anexo 1. Farmacología del s istema musculoesque- de prescripción médica.
lético, apartado Relajantes musculares qu e actúan en el siste- Láser. Del mismo modo que los ultrasonidos, se indica
ma nervioso central, de este volumen), sí bien la efectividad la aplicación puntual sobre los PGM.
demostrada en la acrualidad es cuestionable. En ocasiones Vendaje neuromuscular. Con técnicas d e dismin ución
se prescribe la utilización de infiltraciones locales sobre los del tono muscular o liberación de PGM loE> véase Vol. 1, ca-
PGM con anestésicos locales (procaína, lidocaína), corti- pítulo 181.
coides o toxina botulínica (OEl véase Anexo Farmacología del Corrientes d e baja y media frecuencia. Su intención
sistema musculoesq uelético, apartado Relajantes musculares es puramente analgésica. Normalmente se combi nará con
que actúan en la placa motora!. otras técnicas, ya que por sí sola tiene poca capacidad de
eliminar el cuadro.
Tratamiento fisioterápico Punción seca. Es la infiltración sin medicamento en u n
El tratamiento fisioterápico incluye, por un lado, el reara- PGM que trata de reducir de forma inmediata las sustancias
miento específico de los PGM lOE> en el Vol. 1, se abordan sensibilizanres existentes en el PGM, lo que se craduce en una
estos aspectos: para el estudio del manejo conservador, véase disminución del dolor y del tono muscular y restituye, de
el capítulo 14; y para la punción seca en los PGM, véase e l ca- este modo, la funcionalidad del músculo. La evidencia cien-
pítulo 191 y, por otro, las posibles causas responsables o tífica apunta a que los beneficios de la punción o infiltración
agravantes del proceso doloroso. Son diversas las herra- seca son iguales a los de las infilrraciones con sustancias, y
mientas que se pueden utilizar en el tratamie nto de los aunque se describe u n mayor dolor posrinfiltración, este tipo
SMF con el objetivo de normalizar la función muscular y de punción minimiza los efectos secundarios que la propia
eliminar el dolor y la impotencia funcional que causa. La sus rancia pudiese producir loE> véase Vol. 1, capítulo 191.
evidencia científica de cada herramienta es, en algunos ca- Tratamiento postura!, ergonómico o reeducación
sos, limitada, pero aun así, clínicamente hay buenas refe- del gesto técnico. En aquellos casos en los que se detecten
646 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético

alteraciones posturales, se diseñará un tratamiento dirigi- gonomía arricular encam inadas a minimizar la sobresolici-
do a evaluarlas y corregirlas [os véase Vol. 1, capitulo 1). Se tación de algunas regiones duran te las actividades de la
indicará a los pacientes medidas de higiene postura! y er- vida diaria o actividades laborales.

RESUMEN

• EL síndrome miofascial es un cuadro de dolor regional de ciales, el dolor referido a distancia y la pé rdida en la movi-
origen muscular, agudo o crónico que se localiza en un lidad, la fuerza y/o la resistencia muscular.
músculo o grupo muscular.
• El tratamiento fisioterápico incluye, por un lado, e l trata-
• Su etiología se relaciona con factores biomecánicos de so- miento específico de los puntos gati llo miofasciales y, por
brecarga, sobreutilización muscular o microtraumatismos otro, la eliminación de los fac tores desencadenan tes o per-
repetitivos. petuado res del proceso doloroso.
• En la exploración física destaca la presencia de una banda
tensa en el interior del músculo, los puntos gatillo miofas-

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA the development and maintcnance of che crigger poinr.


j Muscu!oske!etnl Pain, 16( 1-2), 11 5-1 21.
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crigger poinc: An examination of the mechanisms rclcvant to perior del Clte~po. Madrid: Editorial Médica Panamericana.

g ASPECTOS A RECORDAR - PREGUNTAS DE REFLEXIÓN

1. ¿Qué es un punto gatillo miofascial? 5. ¿Qué es un punto gatillo miofascial o trigger point?
2. ¿En qué se diferencia un síndrome miofascialde la fibromialgia?
6. ¿Cuáles son los criterios diagnósticos del síndrome miofas-
3. ¿Cuál son los factores desencadenantes o agravantes del cial?
síndrome miofascial?
4. ¿Cuáles son los principales signos y síntomas que se en- 7. ¿Cuál es el objetivo de l tra tamiento fisioterápico en un sín-
cuentran en la exploración del síndrome miofascial? drome miofascial?

HERRAMIENTAS DE APREND IZAJ E

CASOS CLÍNICOS

50.1. Mujer de 35 años, con dolor intenso en la región cervical desde hace 5 días; el dolor comenzó 12 horas después de un partido
de pádel. Es administrativa. El dolor aumenta con el estiramiento y el movimiento, sobre todo de lateralización. Refiere sen-
sación de mareo o inestabilidad. Ha tenido episodios similares en el pasado, el último hace más de 1 año. No toma ninguna
medicación. Hace actividad física de forma esporádica.
DtJtJrrollo tftlt1JJO y
uuls msos rll11icos y~
Glosario
3$: El resumen de Socket Silicon Suspensión. Autoanticuerpo: anticuerpo creado po r el
Adactilia completa: ausencia de los cinco sistema inmunitario que reacciona contra un
dedos. antígeno del propio organismo.
Afalangia completa: ausencia de una o más Avulsión (fractura por): etimológicamente
falanges de los cinco dedos. quiere decir erosió n rápida o brusca. En
AINE: abreviatura de antiinflamatorios no traumatología se usa para referirse a aquellas
esteroideos. Son un extenso grupo heterogé- fracturas que se producen como consecuen-
neo y variado de fármacos que poseen pro- cia de la tracción de un ligamento o rendón
piedades analgésicas, antipiréticas y antiin- sobre el hueso en el q ue se inserta, provo-
flamatorias. Todos ejercen sus efectos por cando el arrancamiento de un fragmento de
acción de la inhibición de la enzima ciclooxi- éste. Esras fracturas son frecuentes en adoles-
genasa y, por lo tanto, de la síntesis de pros- centes, adultos jóvenes y atletas.
taglandinas y tromboxanos. Ejemplos de Bostezo: apertura excesiva de la articulación
AlNE: ácido acetilsalicílico (Aspirina), ibu- tras realizar maniobras como la tensión en
profeno, naproxeno, diclofenaco, indometa- varo o en valgo, provocada por una lesión de
cina, aceclofenaco, pirmcicam, etcétera. los ligamentos correspondientes. Igual signi-
Amelía: ausencia total de la extremidad. ficado tienen las maniobras anteroposterio-
Anamnesis: parte de la historia clínica en la res, como el «cajón>> anterior o posterior.
que se recogen los datos que proporciona el Capilaroscopia: es una técnica no invasiva,
paciente (enfermedades que padece, cirugía utilizada especialmente en pacientes con fe-
previa, tratamiento que toma) y todos los de- nómeno de Raynaud, que mediante un sis-
talles subjetivos que pueda referir acerca de la tema óptico de aumentos y una fuente de luz
patología por la que consulta. Por ejemplo, ayuda a la visualización de los capilares del
cuándo y cómo empezó, con qué lo rela- lecho ungueal. La observación de estos capi-
ciona, síntomas acompañantes, etcétera. lares permite conocer su morfo logía, ta-
Anlúdrosis: ojo seco. maño, distribución y número. Basándose en
Anisotropía: es un artefacto del ultrasonido estos datos, se podrán clasificar los hallazgos
que se produce cuando éste llega a estructu- en parrones capilaroscópicos y establecer un
ras lineales tales como tendones, nervios, li- resultado q ue será de utilidad para el diag-
gamentos y músculos. nóstico, el pronóstico o la extensió n de algu-
Apodia: ausencia del pie. nas enfermedades.
Apofisitis: distrofia de crecimiento limitada Cartílago articular: es una capa delgada de
a una apófisis ósea. Es una variedad de osteo- cartílago hialino que cubre la parte de la epí-
condrosis. fisis de un hueso que se articula con orro
Aqueira: ausencia de la mano. hueso.
Artrocentesis: técnica que consiste en la Cavidad medular: es el espacio interno de la
punción y evacuación del líquido sinovial. diáfisis que contiene a la médula ósea amari-
Permite, además, introducir fármacos en el lla grasa.
interio r de la articulación como parte del tra- Centro instantáneo de movimiento (CIM):
tamiento. es el punto en que la velocidad angular es
Artrodesis: consiste en la fijación de los ex- igual a O para un determinado movim iento.
tremos óseos de la articulación. Produce una Charretera (hombro en): defo rmidad típica
mejoría en el dolor y confiriere estabilidad; de la luxación traumática anterior del hom-
sin embargo, de este modo pierde su funcio- bro, que consiste en el aplanamiento del
nalidad. Se utiliza únicamente en los pacien- contorno del hombro, producido por la pro-
tes en los que está contraindicada la prótesis minencia del acromion. En ausencia de la ca-
o en los que la prótesis no ha solventado la si- beza humeral bajo del deltoides, éste cae ver-
tuación. tical hacia abajo.
Artroscopia: técnica de diagnóstico y trata- Cirugía de salvamento de miembros: pro-
miento de lesiones que consiste en la visión cedimiento quirúrgico en el que, al contrario
directa, a través de un sistema óptico, del in- que en las amputaciones, se conserva el miem-
terior de una articulación. También pueden bro o la extremidad donde asienta el tumor.
realizarse también tratamientos como extir- Claudicación intermitente: la claudicación
pación parcial de m eniscos, exrracción de intermitente forma parte de las enfermedades
cuerpos libres o plastias ligamentosas. vasculares periféricas, donde se describen las

649
• Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas

alteraciones del sistema arterial, venoso y linfático de


nuestro organismo. Es un trastorno caracterizado por la
EconomÍa: en Ciencias de la Salud, se utiliza este tér-
mino para referirse al conjunto del organismo humano.
aparición de un dolor muscular intenso localizado en las Ectrodactilia: ausencia de un dedo.
piernas, en la región de la pantorrilla o el muslo, que apa- Elasticidad: es la propiedad por la que el tejido muscu-
rece al caminar o realizar un ejercicio físico y que mejora lar vuelve a su estado original después de ser estirado o
al detener la actividad. Existen diferentes grados, y puede contraído.
llegar a resultar una enfermedad discapacitante. Elastografía ecográfica: la elastografía ecográfica o
Condromalacia: es un síndrome caracterizado por do- elastosonografía es una técnica q ue permite evaluar de
lor anterior de rodilla con daño del cartílago articular forma objetiva la consistencia o d ureza de los tejidos a
rotuliano. Las lesiones ocurren de forma dpica a lo través de ultrasonido.
largo de la rótula medial y de la faceta medial, pero pue- Embolismo graso: presencia de grasa en la circulación
den ocurrir a cualquier nivel de la superficie articular sanguínea, asociada o no al desarrollo de un síndrome
rotuliana. de embolia grasa.
Condrosarcoma: segundo tumor óseo maligno primi- Endostio: es la capa que recubre la cavidad medular y
tivo más frecuente, formador de carrílago tumoral; es contiene células formadoras de hueso.
propio de adultos. Enfermedad autoinmune: enfermedad causada por el
Conectivopatía: enfermedad que afecta al tejido co- sistema inmunitario, que ataca las células sanas del pro-
nectivo, aquel que establece conexión entre otros teji- pio organismo. En este caso, el sistema inmunitario se
dos y sirve de soporte a diferentes estructuras del convierte en el agresor y ataca partes del cuerpo, en vez
cuerpo, que consta de células y fibras extracelulares in- de protegerlas. Existe una respuesta inmune exagerada
cluidas en una matriz de sustancia fundamental. contra sustancias y tejidos que normalmente están pre-
Consolidación viciosa: cuando ha existido cicatriza- sentes en el cuerpo.
ción entre las partes de la fractura, pero los fragmentos Enfermedad de Osgood-Schlatter: es una hinchazón
se han unido en mala posición. dolorosa de la protuberancia en la parte superior de la
Contractilidad: es la propiedad fisiológica básica del tibia, exactamente debajo de la rodilla.
tejido muscular y que caracteriza su función. Enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson: resultado
Contractura isquémica de Volkman: contractura en fle- de una fuerza excesiva de presión y tensión del tendón
xión de los músculos del antebrazo, muñeca y mano, junto rotuliano.
con anestesia cutánea y alteraciones tróficas de la piel. Enoftalmus: hundimiento de la órbita.
Cuadriplejialtetraplejia: términos usados a veces in- Epifisiodesis: unión prematura de la epífisis de un hueso
distintamente. Se refieren a la parálisis de los cuatro con su diáfisis impidiendo el crecimiento normal.
miembros. Acontece cuando una persona presenta una Epifisiólisis: deslizamiento o fractura de una epífisis.
lesión de la médula espinal por encima de la primera Epífisis: son los extremos proximal y distal del hueso.
vértebra torácica, entonces la parálisis generalmente Epifisitis: osteocondrosis epifisaria.
afecta a ambos nervios espinales cervicales, lo que pro- Esguince: lesión traumática de los ligamenros que pro-
voca parálisis en las cuatro extremidades. duce una rotura de sus fibras en mayor o menor me-
Desaferentación: término que indica interrupción de dida, lo que determina el grado de la lesión. Se caracte-
los impulsos aferentes. Puede ser temporal, mediante riza por provocar dolor, edema e impotencia funcional.
anestesia en un acto quirúrgico, o permanente, cuando Espondilolisis: consiste en la rotura de la lámina de la
se seccionan las correspondientes fibras nerviosas. vértebra, de forma que la articulación facetaria q uede
Desfiladero anatómico: canal por el que uanscurre el separada del resro.
paquete vascular o nervioso y donde, generalmente, Espondilolistesis: es considerada un desplazamiento ha-
existe riesgo de compresión. También denominado en- cia delante de la vértebra superior sobre la inmediata-
crucijada anatómica o estenosis. mente inferior y es producida por diferentes etiologías.
Diáfisis: es el cuerpo o porción cilíndrica principal del Estabilidad: la estabilidad en ortopedia se refiere a la
hueso. existencia o no de movimiento entre las superficies de
Diástasis: separación entre los extremos fracturarías; los fragmentos de una fractura. Cuanto menos movi-
viene delimitado por el trazo de fractura. miento, más estable es la fractura.
Disrafismo: se refiere al fallo de la diferenciación en el Excitabilidad: es la capacidad del tejido muscular de
cierre del neuroporo caudal, producido en la se- recibir y responder a un estímulo.
mana 12a del desarrollo embrionario. Extensibilidad: es la capacidad del tejido m uscular
DOMS: dolor muscular de aparición tardía; causa do- para ser estirado.
lor crónico y reduce la función muscular y acontece en- Fisis: placa de crecimiento epifisaria, cartílago epifisa-
tre 24 y 72 horas después de un ejercicio excéntrico in- rio o fisario.
usual. Focomeüa:
Ecografia: es la representación en forma de imagen de • distal: falta del antebrazo o de la pierna.
los ecos reflejados en las distintas estructuras del orga- • proximal: falta del brazo o del muslo.
msmo. toral: mano o pie que nace directamente del tronco.
Fonoforesis: se refiere al procedimienro de fisioterapia
mediante el cual un medicamento aplicado tópica-
Glosario

haya permanecido en bipedestación un tiempo prolon-


gado o cuando se pone en bipedestación después de ha-

menre penetra en la piel y en los tejidos subcutáneos, ber estado en decúbito supino o sedestación.
favorecido por la aplicación de ultrasonidos. Idiopático: de causa desconocida.
Fractura: pérdida de la continuidad de la sustancia ósea Implante: en medicina, en general se uriliza para defi-
o solución de conrinuidad del hueso. En el caso de !me- nir cualquier dispositivo utilizado para reemplazar una
sos corros, también puede considerarse como fractura la estructura biológica que falta, suplantar una dañada o
alteración de la forma original. mejorar una existente. En español (de España) se utiliza
Fractura-luxación: es una grave lesión traumática que en el contexto referido a «material de osteosínresis».
combina la pérdida de congruencia articular (luxación) Incarcerado: es el arrapamiento de un fragmento óseo
con la pérdida de continuidad del tejido óseo (fracrura). en una cavidad articular.
Fuerza máxima: se define como la mayor fuerza que es Incidencia: número de casos nuevos de una enferme-
capaz de desarrollar un músculo o grupo muscular me- dad en una población que está expuesta al riesgo du-
dianre una contracción volunraria máxima. rante un período de tiempo determinado. Por lo tanto,
Gota: es una enfermedad por depósito, resultado de la la incidencia mide la aparición de la enfermedad.
acumulación de crisrales de urato monosódico (UMS), Inestabilidad: es una sensación subjetiva, que sieme el
procedentes de líquidos extracelulares en los tejidos, paciente, de falca de control sobre la articulación y esrá
como consecuencia de un trastorno en el metabolismo producida por una lesión ligamenraria o por otras cau-
de las purinas producto de la degradación de los ácidos sas, como una rotura meniscal en «asa de cubo», un
nucleicos. La manifestación clínica más característica cuerpo libre, una subluxación rotuliana, etcétera.
son broces de inflamación articular o periarticular agu- Injerto:
dos, frecuentemenre recurrenres, y lesiones osteoarticu- • cartílago y cultivos de condrocitos: aún está en fase
lares asociadas al depósito de estos cristales. experimental. Se extirpa parte del carólago sano para
Hallttx valgus o juanete: es una deformidad que con- obtener condrociros y cultivarlos en el laboratorio,
siste en que el dedo gordo se desvía hacia fuera, pu- para, posteriormenre, reimplantarlos en las zonas
diendo llegar a colocarse debajo o encima del 2° dedo, con defectos del cartílago importantes. Pueden aso-
lo que provoca deformidades de éste. Es la deformidad ciarse a la implantación de factores de crecimiento.
más frecuente del pie, sobre codo en mujeres. La exis- • óseo: fragmento de tejido óseo q ue se trasplanta a un
tencia de un dedo gordo excesivamente largo, junto con receptor desde otro lugar del propio individuo (au-
el uso de zapatos de excesivo tacón y muy estrechos de toinjerro), desde el esqueleto de un individuo de la
punta, son factores de riesgo que favorecen su apari- misma especie (homoinjerto) o de diferente especie
ción. (xenoinjerto).
Hallttx vams: es una deformidad en el pie que consiste KBM: Iniciales de encaje Kondylen Bettung Munster.
en la desviación dell" dedo (dedo gordo) hacia dentro; Lace1·trts .fib1·ostts. lámina aponeurórica que tiene su
es decir, hacia el plano sagital del cuerpo, que es lo que origen en el tendón distal del bíceps braquial y se in-
se llama «desviación en varo». serta en la fascia del antebrazo.
Hemartros: derrame o acumulació n de sangre en la ca- Latigazo cervical (whiplash): lesión, de naturaleza
vidad sinovial, producido de forma espontánea o tras traumática que afecta a estructuras óseas o de los tejidos
un traumatismo. Provocan un dolor inrenso e hincha- blandos cervicales, producida por un movimiento
zón articular. En personas con hemofilia suelen ser fre- brusco de aceleración y desaceleración.
cuentes los hemartros espontáneos, ya que se producen Laxitud: incompetencia capsuloligamentaria; es decir,
a consecuencia de mínimos traumatismos que pasan la disminución o pérdida de la capacidad de sujeción.
completamente inadvertidos. Es una manifestación objetiva y que puede ser detec-
Hemimelia: ausencia parcial de una extremidad en tada por el explorador. Puede medirse en rodas las laxi-
forma transversal rudes (varo, valgo, anterior y posterior); así, la gradua-
Hernia discal: desplazamiento localizado del disco in- ción que se emplea para la laxitud anterior puede
tervertebral con salida del núcleo pulposo de su lugar aplicarse a rodas ellas.
habitual. Lesión medular: alteració n de la médula espinal que
Hidrartros: exceso de líquido sinovial en el inrerior de provocando una pérdida de la sensibilidad y/o de mo-
una :miculación. vilidad.
Hiperlaxitud ligamentosa: es el exceso en la capacidad Lumbociática (lumociatálgia): dolor lumbar irradiado
de deformación de un ligamento cuando va más allá de a lo largo del trayecto del nervio ciático.
sus límites normales de alargamienro, o la presencia de Mano hendida: falca de dedos y metacarpianos centrales.
un ligamento más largo de lo normal, lo que conlleva Marcha humana: se describe como un conjunto de
una hipermovilidad que puede llevar a la inestabilidad movimientos cíclicos de las extremidades inferiores y
articular. del tronco que permiten el desplazamiento.
Hipotensión mediada neuralmente: disminución Matriz extracelular (MEC): constiruye una compleja
brusca de la presión arterial después de que la persona red de macromoléculas que actúan como aglutinante
• Afecc iones medicoquirúrg icas para fisioterapeutas

biológico universal entre las células, formando parte de


estructuras altamente especializadas: cartílagos, tendo-
Osteosarcoma: rumor óseo maligno primitivo más fre-
cuente, formador de hueso tumoral. Es propio de pa-
nes, huesos, dientes y láminas basales. cientes jóvenes y es más frecuente en los segmentos me-
Meralgia (parestésica) : es un cuadro clínico producido tafisarios próximos a la rodilla.
por la mononeuropatía del nervio cutáneo femoral la- Paraplejía: parálisis de ambos miembros inferiores
teral. Consiste en afectación sensiriva en la cara amero- Patognomónica: del griego na9oyvWJ.10VtKÓV, deri-
lateral del muslo sin otra manifestación clínica neuro- vado de miSo¡; (pathos, enfermedad) y yvCÓJ.lr¡ (gno-
lógica, urológica o gastrointestinal, pero con gran mon, discernimiento). Se refiere a la presencia del signo
componente postura!. Descrita por primera vez por o síntoma específico que se utiliza para caracterizar y
Bernhardt en 1878. diagnosticar una enfermedad.
Metáfisis: es el sitio de unión de la diáfisis con la epífi- Patrones discinéticos: patrones de movimiento alte ra-
sis. Su espesor va disminuyendo con la edad. dos, desarrollados para realizar trabajos asociados a mo-
Micromelia: extremidades presentes pero anormal- vimiento de estructuras relacionadas, para intentar li-
mente corras. mitar movimientos dolorosos. Un claro ejemplo es el
Mini opeu: abordaje mínimamente invasivo para evitar dolor crónico de hombro.
la lesión de partes blandas. Periostio: es una capa resistente de tejido conectivo
Miosis: pupila más pequeña. denso que rodea la superficie ósea que no tiene cartílago
Muro meniscal: reborde periférico externo de los me- articular. Protege al hueso, participa en la reparación de
niscos. Es relevante, pues en las menisectomías es pre- fracturas, colabora en la nutrición del hueso y sirve
ciso conservarlo, ya que es un elemento estabilizador de como punto de inserción de tendones y ligamentos.
la rodilla. Plexopatía: es la forma de neuropatía periférica que se
Necrosis avascular: pérdida temporal o permanente de presenta cuando existe daño en un plexo, bien sea el
flujo sanguíneo a los huesos, provocando una necrosis braquial o ellumbosacro.
del hueso trabecular, que conduce a un colapso de la ar- Polidactilia: múltiples dedos.
ticulación. Prevalencia: número de personas que presentan una
Neurofibromatosis: se engloban dentro de este tér- enfermedad en una población en un momento puntual.
mino, un grupo de enfermedades de origen genético La prevalencia de período se refiere al número de casos
que provocan un crecimiento descontrolado de tumo- presentes de la enfermedad durante un período deter-
res en casi todo el organismo de una forma irregular. minado.
Son de carácter multisistémico y afectan principal- Prótesis: extensión artificial que reemplaza una parte
mente a la piel, sistema nervioso y huesos. del cuerpo que no existe bien por amputación o agene-
Odinofagia: síntoma que define el dolor de garganta. sta.
Ortesis: definidas por la ISO como un apoyo u otro PTB: Iniciales de Patellar Tendón Bearing.
dispositivo externo aplicado al cuerpo para modificar Ptosis: hace referencia a caída; la vértebra aparece con
aspectos funcionales o estructurales del sistema neuro- desplazamiento, como caída respecto a la inferior. Es el
musculoesquelético. grado máximo de deslizamiento.
Osteocondritis: es la afectación de una zona periférica PTS: Iniciales de ortesis de apoyo: Patellar Tendon Sus-
del hueso en la carilla articular, con el cartílago que la pension.
recubre. QTB: Iniciales de Quadrícipital Tendón Bearing.
Osteocondritis disecante: (de la rótula o de los cóndi- RAFIIRFI: reducción y fijación interna. La reducción
los femorales). Corresponde a un trastorno de la osifi- puede ser abierta, con exposición del foco de fractura,
cación, vascularización y maduración que involucra o cerrada, con abordaje exclusivamente para la inser-
tanto al hueso como el cartílago de la rodilla. ción del material de fijación. La síntesis interna incluye
Osteocondrosis: el núcleo de osificación primario o se- los tornillos, cerclajes, agujas, placas atorn illadas o cla-
cundario en los niños en crecimiento se ve afectado por vos intramedulares.
una necrosis aséptica con reabsorción gradual de hueso Ratón: cuerpo libre intraarricular.
necrótico y sustitución por tejido óseo reparativo. Reactantes de fase aguda: grupo de proteínas de carác-
Osteoconducción: propiedad de un injerto o sustitu- ter heterogéneo, sintetizadas hepaticamente, cuya ca-
tivo óseo que consiste en dar soporte mecánico al hueso racterística fundamental es su liberación sistémica en
nuevo. todos los procesos de inflamación y/o necrosis tisular.
Osteogénesis: propiedad de un injerto o sustitutivo Recm·vatum: se define como la hiperextensión de la ro-
óseo para generar hueso. dilla; generalmente bilateral, simétrico, de origen cons-
Osteoinducción: propiedad de un injerto o sustitutivo titucional y asintomático.
óseo para estimular la formación de hueso. Depende de Reducción: consiste en restaurar en la posición correcta
factores de crecimiento. los fragmentos de fractura, incluyendo la reconstruc-
Osteonecrosis: se caracteriza por la interrupción del ción o desimpactación de fragmentos o tejido óseo y,
aporre sanguíneo al hueso, o bien por una deficiencia posteriormente, su fijación, mediante inmovilizaciones
en este aporte con respecto a las exigencias del hueso. o férulas, rígidas o blandas.
Refractario: resistenre al tratamienro.
RM: resonancia magnética.
Glosa rio

nuco), cuando se pasa de la posición supina a la sedes-


ración o bipedestación.

TC: tomograffa compucarizada. Tendinitis: lesión aguda del tendón. Existe una res-
PET: comografía por emisión de positrones. puesta celular inflamatoria en el tendón. Debe tener
Rotura fibrilar (coloquialmente «tirón»): lesión de fi- una evolución menor de 3 semanas, que es lo que se
bras musculares y tejido de sostén con dolor vivo e im- considera tiene como duración la fase aguda. Este cua-
potencia funcional moderada, cuyo examen clínico es dro clínico siempre es doloroso.
claro. Tendinosis: lesión crónica degenerativa del rendón. En
Sarcoma de Ewing: tumor óseo maligno primitivo más histopatología aparece un aumento del número de fi-
frecuenre en la infancia, perteneciente a la familia de los broblastos, colágeno fragmentado y desorganizado, hi-
tumores de Ewing y caracterizado por pequeñas células perplasia vascular y, en muchas ocasiones, presencia de
redondas tumorales. microcalcificaciones. La característica principal es que
Screeniug (cribado): realizar una prueba de screeningo no aparecen células inflamatorias. Este cuadro clínico
cribado consiste en estimar el riesgo de una determi- no siempre es doloroso.
nada condición. Tenosinovitis: inflamación de la vaina sinovial que re-
Se utiliza más el término cuadriplejia, para hacer hinca- cubre un tendón.
pié en la pérdida de la sensación y la función por debajo Teratoma: tumor de origen embrionario formado por
del nivel de la lesión, incluyendo la pérdida de la fun- células germinales pluripotentes. Presentan componen-
ción de control de la micción y la defecación. Y el tér- tes de órganos que provienen de las tres capas germina-
mino tetraplejia, para resaltar la anormalidad del movi- les embrionarias (endoderm o, mesodermo y ecto-
miento muscular. dermo).
Seudoartrosis: no unión de la fractura. No ha existido Tratamiento (manejo) expectante: expresión que se
cicatrización entre las partes de la fractura. utiliza para referirse a la observación clínica que con-
Signo de Homans: aparición de dolor en la pantorrilla siste en ver cómo evoluciona la sinromatología de una
cuando se hace dorsiflexión del pie en pacientes con enfermedad (sic esperar y ver).
trombosis venosa profunda. Tratamiento adyuvante (coadyuvante): aquél que se
Sindactilia: dedos unidos. administra junto con el tratamiento principal y quepo-
Sindesmofito: excrecencia o neoformación ósea produ- tencia sus efectos beneficiosos.
cida por la osificación de un ligamento. Trauma mínimo: trauma que resulta de una fuerza o
Sindesmosis: también llamada «articulación fibrosa», torsión que se ejerce sobre el hueso, que sería insufi-
es la unión continua de dos huesos por tejido conjun- ciente para fracturar el hueso normal; la OMS define la
tivo, bien por un ligamento o por una membrana fi- fractura osteoporótica (fractura por fragilidad) como
brosa. aquélla que es causada por un trauma m ínimo.
Síndrome: se caracteriza por agrupar diversos signos y Unidad fracturaría o foco de fractura: se entiende
síntomas que caracterizan una determinada enferme- como tal no sólo la lesión del hueso, sino las que pue-
dad. También se utiliza para describir al grupo de ma- den sufrir los tejidos adyacenres como periostio, mús-
nifestaciones propias de una situación clínica concreta. culos, fascias, piel, nervios, vasos sanguíneos, etcétera.
Síndrome compartimenta! agudo: conjunto de signos Valgo/varo: son alteraciones (desviaciones) que afectan
y síntomas que se producen como consecuencia de un a la alineación articular, fundamentalmente en las rodi-
aumento de presión en el compartimento osteofascial llas y codos, y cada uno es contrario al otro. Provienen
de una extremidad. de los vocablos latinos varo (alejamiento de los miem-
Síndrome de desfiladero torácico: problemas de com- bros de la línea media del cuerpo) y valgo (acercamiento
presión que afectan a las estructuras neurovasculares de éstos). Varo, se refiere a arqueada o que se aleja de la
que van desde la región cervical hasta la axila. línea media, y valgo q ue chocan o se juntan en «X».
Síndrome de dolor regional complejo: variedad de Regla mnemotécnica: «En varo hago aro y en valgo
condiciones dolorosas de localización regional posterio- no cabalgo».
res a una lesión. VSG y PCR: velocidad de sedimentación globular
Síndrome medular: diferentes síntomas y/o signos en (VSG) y proteína C reacciva (PCR). Reactantes de fase
función de la localización de la lesión medular a nivel aguda que habitualmente se solicitan en una analítica
transversal. Las lesiones medulares pueden afectar a básica. Los niveles de PCR reflejan los cambios en la ac-
todo el cilindro medular, en uno o varios niveles, o tividad inflamatoria de manera más rápida que la VSG.
comprometer sólo a una parte de su sección transversal. La VSG puede resultar elevada aun en ausencia de pa-
Taquicardia ortostática postura!: aumento anormal tología, dado que puede aumentar con la edad, en el gé-
de la frecuencia cardíaca (más de 30 latidos por mi- nero femenino y en presencia de anemia.
Índice analítico
Los mímrrvs dr página ug11idos drf indicttll figum y uguidos dr t indicall tabla.

A B

Abducción, 326 Bursitis, 226


Acetábulo, 219 -agudas, 175
Ácido úrico, 557 - anserina de la rodilla, 575, 576t
Acromioplastia arrroscópica, 134 - crónicas, 176
Actina, 8 - del iliopsoas, 228
Adactilia, 417 - infecciosa, 176
Adipociros blancos y pardos, 21 - olecraneanas, 175, 572r
Aducción, 326 - reumática, 176
Agujas de Kirschner y yeso, 103f
Anfiarrrosis, 5 e
Ángulo de Cobb, 371
Anisorropía, 62 Cabeza femo ral, 246
Arco coracoacromial, 132 Cadera
Areómetro, 366 - displasia, 233
Arnés de Pavlik, 419 - - congénita, 418
Articulación(es), 5, Sf - dolorosa, 225
- acromioclavicular, 120, 123 - en resorte, 229
- clasificación, 5 - luxación congénita, 506
- escafolunar, 200 - sinovitis transitoria, 236
- femoropatelar, 280 - traumatismos, 225
Artritis Calambre muscular, 474, 477r
- enteropática, 531 Callos viciosos, 190
- gotosa, 560 Calzado terapéutico, 493
- idiopática juvenil, 508, 518 Canal neural, estenosis degenerativa, 552
- oligoarricular, 519 Cápsula articular, 276
- psoriásica, 520, 531 Capsulitis adhesiva, 138
- reactiva, 530 Carpo
- relacionada con entesitis, 520 - fracturas de otros huesos, 198
- reumaroide, 510, 513 - inestabilidad postraumática, 200
- sistémica, 519 - luxaciones, 198
Arrrocentesis, 56 Cartílago articular, 3, 29
Arrrodesis, 387 Catepsina K, 44
Artrogriposis múltiple congénita, 423 Cavidad medular, 4
Arrrólisis arrroscópica, 180 - mesenquimales indiferenciadas, 19
Arrropatía(s), 544 Célula(s), 4
-degenerativas, 537 - B, 38
- humerorradial, 168 - óseas precursoras, 34
- por cristales - osteogénicas, 4
- - de ácido úrico, 557 - T, 38
- - de hidroxiapatira, 565 Cervicobraquialgias, 383t
- - de pirofosfato cálcico, 563 Choque
Arrroscopia - femoroacetabular, 229
- de rodilla, 313 - neurogénico, 400
- glenohumeral, 133 Cifómetro de Debrunner, 366
Artrosis, 508, 539 Cifosis
-de la cadera, 541 -congénita, 361
- de la columna vertebral, 541 - orresis correctoras, 496
- de la mano, 540 Cirocinas, 38
- de la rodilla, 541 Clasificación
Asociación para el Estudio de la Osteosíntesis, - de Garden, 247
152 -de Judet, 221, 221f
Atrapamientos nerviosos, 175 -de Kouwalchouk, 477t

655
1 Afecciones medicoquirú rg icas para fisioterapeutas

Clasificación (Cont.) Diartrosis, 6


- de Kyle y Gustilo, 248 Discecromía, 387
- de Pipkin, 246 Disco(s)
-de Schatzker, 265 - interarticulares, 29
-de Tile, 217, 218f - interverrebral, 379, 547f
- de Tronzo, 247 - - biomecánica, 380
Clavfcula, 119 Dislaceración muscular, 474
Codo Displasia
- de bateador, 629 - congénita de la cadera, 418
- del lanzador, 172 - glenoidea primaria, 415
- fracturas-luxaciones, 180 Dolor
-lesiones tendinosas, 172
- cervical, 383
- luxaciones, 179
- miofascial, 352, 644
- rigidez, 180
- muscular de aparición tard ía, 482
- traumatismos, 163
Dorsalgia interescapular, 351
Colágeno, 17
Dorso plano, 367
Collarín tipo Philadelphia, 403
Columna vertebral, 547
- desviaciones, 365 E
Complejo cervical
- inferior, 349 Ecografía, 59
- superior, 348 Edema linfático, 84
Cóndilos femorales, 275 Electromiografía, 54
Condrociros, 21 Electrotermocoagulación inrradiscal, 388
Condromalacia, 281 Elongación, 474
- rotuliana, 284 Embolismo graso, 109
Conectina, 8 - síndrome, 11 Ot
Contracción muscular, 9, 10f Encefalomielitis miálgica, 590
-control nervioso, 13 Endoscopia subacromial, 134
Contractura Enfermedad(es)
- de Dupuytren, 208 - de De Quervain, 208
- de Volkman, 112f -de Dupuyrren, 575t
- muscular, 474 - de Freiberg, 619
Contusiones articulares, 93 - de Kienbock, 621
Corsé, 375 -de Kohler I, 621
- tipo Jewett, 403 - de Koning, 623
Coxa vam congénita, 420 -de Legg-Calvé-Perthes, 236, 507
Coxalgias, 225 - de Osgood-Schlatter, 281, 626
- clasificación, 226t - de Paget, 608
Coxartrosis, 225 - de Panner, 622
Crecimiento óseo, 40
- de Pellegrini-Stieda, 297
Cuello femoral, 246
-de Perrhes, 615
- de Scheuermann, 367, 628
D
- de Sever, 627
-de Sinding-Larsen-Johasson, 281
Dedos
- esguinces interfalángicos, 208 - de Still, 519
- lesiones ligamentarias, 208 - de Thiermann, 626
Deformidad de Sprengel, 411 - del manguito de los rotadores, 131
Deltoides, 122 Epicondilalgias
Densiromerría, 605 - laterales, 164
Dermis, 25 - mediales, 164
- papilar, 25 Epicondilitis, 164, 571t
- reticular, 25 Epifisiólisis
Desbridamiento articular, 544 - femoral proximal, 238, 429
Desgarro muscular, 474 - traumáticas, 427
Desmina, 8 Epífisis, 3
Diáfisis, 3 Epitrocleitis, 170, 571t
- de la tibia, 267 Escafoides, 196
- femoral, 253 - necrosis avascular, 197
Índice analítico •

Escala(s) Fibromialgia, 510, 583


-analógica visual (EVA), 48 Filamentos musculares, 9f
-de Kapandji, 143 Flebitis superficial, 83
- de Keele, 49 Flechas sagitales, 366
- de Melzack, 49 Fractura(s), 97
- gráficas, 49 - clasificación, 97
- numérica del dolor, 49 - - por la energía del traumatismo que causa, 98
- verbales, 49 - - por su estabilidad, 99
Escápula, 119 - - por su etiología, 98
-aira congénita, 411 - - por su localización anatómica, 98
Esclerodermia, 509, 635 - - por su mecanismo de producción, 98
Esclerosis sistémica, 509, 635 - - por su momento de presentación, 99
Escoliómetro de Brunnell, 371 - - según G ustilo, 104f
Escoliosis, 362, 365,368,497, 507, 550 - - según la Asociación para el Estudio de la
- antiálgicas, 369 Osteosíntesis, 99
-congénita, 360, 413 - - según la línea de fractura, 98
-estructural, 369, 372f - - según su morfología, 98
- histérica, 369 - conminuta de codo, 98f
- idiopáticas, 369 - de Bennett, 205
- -clasificación King, 370f, 370t - de Chance, 395f
- neuromusculares, 369 -de clavícula, 126
- no estrucmrales, 368 - - clasificaciones, 126t
- ortesis correctoras, 497 - de Calles, 101 f, 190, 602
- por oblicuidad pélvica, 368 - - invertido, 192
- postural, 368 -de cubito, 186
- tratamiento, 373 - - en adultos, 187
Esguince(s), 87 - de escafoides, 196
- de tobillo, 333 - - carpiano, 1O1f
-- agudo, 334 - de escápula, 127
- tratamiento primario, 90t --según Euler y Ruedi, 127t
Espacio de Poirier, 196 -de falanges y metacarpo, 205
Espasmo muscular, 474 - de humero proximal, 158
Espina bífida, 506 - de Jefferson, 396, 400
-oculta, 412 - de la diáfisis femo ral, 253
Espondiliris, 525 - de la tibia, 263
- anquilosante, 525 - de Monreggia, 188
- axial, 528 - de otros huesos del carpo, 19 8
Espondiloartropatfas, clasificación, 525t - de radio, 186
Espondilodiscitis, 553 - - en adulros, 187
Espondilólisis, 359 - de Sherk, 400
Espondilolistesis, 355, 551 -de Smith invertido, 192
- síntomas y signos, 356t - del adas, 400
Espondilosis, 551 - del axis, 400
Estenosis degenerativa del canal neural, 552 -del cuello del fémur, 602
Estudio en tres dimensiones, 64 -del fémur, 253
Extrusión, 381 - del húmero proximal, 151
- - Clasificación de la Asociación para el Estudio de la
F Osteosíntesis, 152f
- - clasificación de Neer, 152f
Fascitis plantar, 578 - del olécranon, 179
Fatiga crónica, 590 - diafisarias del húmero, 156
Fémur, 243 --de los huesos del antebrazo, 185
- extremidad distal, 258 - - del húmero en niños, 159
- fracturas, 253 - distal del radio, 602
Fibra(s) - escapulares, 123
- elásticas, 18 - espiroidea de húmero, 99f
- reticulares, 18 - osteoarticulares de la mano, 205
Fibroblasros, 20 - supracondílea, 178
1 Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas

Fractura(s) (Cont.) Inclinómetro, 371f


- trocanréricas, 247 Índice de Johnson, 441
- vertebral, 603 Inestabilidad
Fractura-luxación de Galeazzi, 188 - de Linscheid, 200
-del hombro, 135
G --clasificación, 136t
- interna lunopiramidal, 200
Ganglión, 572, 573t Insuficiencia venosa, 83
Gelatina de Wharton, 25
Glucoproteínas, 19 J
Goniometría, 53
Goniómetro, 54f Joroba, 367
Gota, 557
-crisis gorosa, 562 L

H Laminectomía, 387
Laminotomía, 387
Hallus vams congéniro, 423 Latigazo cervical, 350, 404
Halo-chaleco, 403 - clasificación, 404
Hemivértebra, 361 Lesión(es)
Heridas articulares, 93 - articulares
Hernia - - abiertas, 93
- clasificación, 382 - - cerradas, 87
- discal, 380, 551 -de Bankart, 137
-muscular, 476 -de Essex-Lopresti, 189
- tipos morfológicos, 382f - deportivas, 469
Hidroxiprolina, 43 - esternoclaviculares, 122
Higromas, 175 - infraclaviculares, 143
Hipercifosis torácica, 367 - ligamentosas, 75
Hiperlordosis, 550 -medulares, 553
- cervical, 367 - meniscales, 309
- 1umbar, 367 - nerviosas periféricas, 79
Hiperuricemia, 562, 563 - posganglionares, 143
Hipodermis, 26 - tendinosas de la mano, 206
Histiocitos, 20 - vasculares, 82
Histomorfometría, 605 Ley de Wolff, 244
Hombro Ligamento
- congelado, 570t - conoideo, 120
- doloroso, 131 - cruzado anterior
- patología crónica, 131 --lesiones, 297, 303
-rígido, 138 - interespinoso, 345
- síndrome subacromial, 131 - trapezoideo, 120
Hormonas, 40 Línea
Hueso(s), 3 - de Klein, 238
- células, 4, 34f - de Perkins, 234
- clasificación, 4 Líquido sinovial, 29
- crecimiento óseo, 40 Lumbago, 383
- estructura, 4f, 33 Lumbalgias, 547
- modelado óseo, 41 Lupus eritematoso sistémico, 509, 631
Húmero Luxación(es)
- fracturas diafisarias, 156 - acromioclaviculares, 124
-- en niños, 159 -congénita
- proximal, fracturas, 158 - - de cadera, 506
-traumatismos, 176 - - de la cabeza del radio, 415
- - de la rótula, 420
1 - de cadera traumática, 232
- de codo, 179
Iliopsoas, 228 - del carpo, 198
Imagen armónica, 64 - esternoclaviculares, 123
Índice analítico •

M - estructura, 6f, 7f
- rojo, 11
Macrófagos, 20 -tipos, 6f
Malformaciones de la columna, 362
Manguito de los rotadores, 122, 131, 132 N
-roturas, 135
Maniobra(s), 90 Nebulina, 8
-de Ericksen, 550 Necrosis avascular del escafoides, 197
- de estiramiento nervioso, 549 Nervio
- de Fernández, 386 - cubital, 443
- de Gaenslen, 386 - mediano, 175, 438
- de lachman, 90f - radial, 445
- de Lassegue, 385 --síndrome de compresión, 445
- - cruzado, 386 Neuralgia occipital, 348, 349t
- - invertido, 386 Neuroma de Morron, 578
-de Neri, 386 Neuropatía
-de Orrolani, 418 - compresivas periféricas, 433
-de Patrick-Bonette, 386 - del nervio cubital, 17 1
- de provocación de Barlow, 419 - del nervio radial, 169
- del cajón anterior, 90f Nódulo
- femoral o de Wassermann, 386 - de Bouchard, 540f
- sacroilíacas, 549 - de Herberden, 540f
Mano
- catastrófica, 208 o
- fracturas osteoarriculares, 205
- hendida, 41 7 Olecranalgia, 173
- lesiones tendinosas, 206 Olécranon, 179
Mastocitos, 20 Orresis, 488, 490
Matriz extracelular, 17 - correctoras, 496
Médula ósea, 36 - - de cifosis, 496
Membrana sinovial, 29, 276 - - de deformidades torácicas, 498
Meningocele, 412 - - de escoliosis, 497
Meningomielocele, 412 -de antebrazo-mano y dedos, 490
Meniscectomía, 313 - de cadera traumática, 49 1
Menisco(s), 29, 275 - de codo, 490
- meniscecromía, 313 - de cuello, 494
- roturas meniscales, 31 Ot - de hombro, 490
- sustitución meniscal, 315 - de mano y dedos, 490
- sutura meniscal, 314 -de muslo, 491
Mesénquima, 25 - de pierna, 492
Mesetas tibiales, 263 - de rodilla, 492
Metabolismo óseo, 36, 37f - de tobillo y pie, 492
Metáftsis, 3 - de tronco, 494
-óseas, 464 -del adulto, 491
Metatarsalgias, 333, 338 - digitales, 493
Método de Cobb-Lipmann, 372 - flexibles, 494
Microdiscecromía, 387 - - dinámicas, 495
Mielomeningocele, 412 - -elásticas, 495
Miembro amputado, 209 - - semirrígidas, 495
Mioftbrillas, 7 -infantiles, 491
Mio filamentos - plantares, 493
- estructura, 8 - rígidas, 495
- finos, 8 - - de contacto total, 495
-gruesos, 9 Osteoblastos, 4, 21 , 34
Miosina, 9 Osteocalcina, 43
Modelado óseo, 41 Osteocitos, 4, 22, 34
Músculo{s) O steoclasros, 4
-blanco, 12 O steocondritis, 614
• Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas

Osteocondritis (Cont.)
- del cóndilo lateral del húmero, 629
- estéticas, 499
- mecánicas, 500
- disecame, 28 1 - mioelécrricas, 500
Osteocondrosis, 614 - tipo speek, 388
- de la epífisis vertebral, 628 Protusión, 381
- de la patela, 626 Prueba
- de la tróclea talar, 627 -de Adams, 371
- de la ruberosidad anterior de la tibia, 626 - de Appley, 311
-del calcáneo, 627 - de Barlow, 234f
Osteoinmunologfa, 38 -de Dellon, 436
Osteomalacia, 606 - de Durkan, 441
Osreonecrosis, 614 -de flexión del tronco, 371
- de la cabeza femoral, 231
-de la plomada, 371
Osteoporosis, 51 O, 597
-de los monofilamentos de Semmes-Weinstein, 436
-del adulto joven, 598
- de McMurray, 311
- idiopática juvenil, 598
- de Moberg, 436
- posmenopáusica, 699
- de Orrolani, 234f
- primaria, 598
- secundarias, 699 - de R.isser, 372, 373f
-senil, 699 - de Weber, 436
Osreosínresis en tobillo, 103f Pulgar del esquiador, 208
Osteotomía, 544
Osroclasros, 35 Q
Ozonoterapia, 388
Quimionucleólisis, 388
p Quiralgia parestésica, 446
Quiste de Baker, 576, 577t
Palpación, 50
Parálisis R
- braquial(es), 142
- - traumática, 143 Radiculopatías, 170
- supraclaviculares, 142 Raquis, 393
Partes blandas, 71 Reflejo
Parda, 274 - de Silverstolpe, 348
Pelvis - osteotendinosos, 144
- traumatismos, 215 Región cervical, 348
Periostio, 4 Regla flexible, 366
Pie Retículo sarcoplásmico, 8
- deformidades congénitas, 507 Rigidez del codo, 180
- equinovaro congénito, 42 1 Rizartrosis, 540
-hendido, 417 Rodetes, 29
- plano congénito, 422 Rodilla
- valgo convexo, 422
- bolsas sinoviales, 276
- zambo congénito, 421
- bursitis anserina, 575, 576t
Pinzamienro femoroacerabular, 229
- cinemática, 279
Plexo braquial, 14 1
- cinética, 279
-parálisis braquiales, 142
Plicacura capsular térmica, 137 - ejes, 278
Poliarrritis - esguinces, 293
- seronegativa, 520 - lesiones ligamenrarias, 293
- seroposiriva, 520 - ligamentos
Polidactilia, 4 17, 506 - - extracapsulares, 277
Pronación, 326 - - inrracapsulares, 278
Proosteoblasros, 34 - sistemas estabilizadores, 276
Proteínas de adhesión, 19 Rótula, 273, 282
Proteoglucanos, 19f -fibrilar, 474
Prótesis, 488 - fracturas, 288
Prótesis -luxación congénita, 420
- biónicas, 500 - muscular, 476
- de las extremidades inferiores, 498 - tendinosa, 207
Índice analítico

S - navículocapiral, 200
- piriforme, 346
Sarcolema, 7 - radiculares, 383
Sarcoplasma, 7 -torácico neurogénico y venoso, 350
Seudoanrosis, 197 - vertebrobasilar, 383
Sialoproteína ósea, 44 Sisrema(s)
Signo(s) - articular, 5
- de Bragard, 311 - cónvex virtual, 65
- de Cabor, 311 -esquelético, 3
- de Courtenay-Gage, 616 -muscular, 6
- de Galeazzi, 234, 4 19 Soporte SO MI, 403
-de la semiluna, 616 Suelo pélvico, 347
- de Mastromarino, 311 Sulcus fign, 90f
- de Parrick, 5 50 Supinación, 326
-de Phalen, 441f Sustancia fundamental, 18
- de Sreinman I, 311
- de Tinel, 144 T
-del choque rotuliano, 89f
Sinartrosis, 5 Tejido
Síncope doloroso, 400 -adiposo, 23
Sindactilia, 416, 506 - cartilaginoso, 24
Síndrome(s) -conjuntivo, 17
- cervicobraquial, 383 -- clasificación, 17t
- cervicocefálicos, 383 - - embrionario, 25
- comparrimenral agudo, 111 - - especializado, 23
-de Barré-Lieou, 383 - - regular, 22
-de Brown-Séquard, 400 -denso, 22
- de Burner o Stinge, 142 - elástico, 23
- de compresión del nervio -laxo, 22
- - cubital en el canal de Guyon, 445 - óseo, 24,29
- - peroneo común, 447 - reticular, 23
- de Cyclops, 301 Tendinitis, 72, 226
-de dolor - calcificante, 134
- - iliolumbar, 344 - cuadricipital, 316
-- regional complejo idiopático, 113 - de los aductores, 229
- de fatiga crónica, 590 - rotuliana, 316
- de Horner, 143 Tendinocitos, 26
-de kiloh-Nevin, 439 Tendinoparía(s), 72, 315
- de la cola de caballo, 384 - bicipital, 172
- de sección medular transversa, 400 - clasificación, 73
- de Wartenberg, 446 - del manguito rotador, 570t
-del cuadrado lumbar, 346 - tricipital, 173
-del desfiladero torácico, 350 Tendinosis, 72
-- pruebas clínicas, 351 t Tendón(es), 26
- del nervio inreróseo - bicipital, 172f
- - anterior, 439 - distal de músculo
- - posterior, 446 --tríceps, rotura, 174
- del piramidal, 346, 446 - - bíceps, 173
- del pronador redondo, 438 - roturas tendinosas, 318
- del psoas-ilíaco, 347 Tenocitos, 26
-del túnel Tenosinovitis, 206
--carpiano, 573t, 439 -de De Quervain, 574t
- - cubital, 443 Tibia, 263
- - radial, 446 - diáfisis, 267
-- tarsiano, 447 - mesetas tibiales, 263
- doloroso femoropatelar, 280, 282 Tinina, 8
- facerario, 384 Tortícolis muscular congénita, 41 O
- medular, 399 Traumatismo(s)
- miofascial, 643 - de pelvis, 215
• Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas

Traumarismo(s) (C011t.)
- del raquis, 393
u
Triángulo de Ward, 244 Unión(es)
Trombosis venosa, 84 - miorendinosa, 27
Troponina, 8
- osreoligamentosas, 28
Tropormiosina, 8
- osreorendinosas, 28
Tumores, 553
- óseos, 451
- - clasificación histológica, 452r w
- -esquema de tratamiento, 458f
Túnel carpiano, 573 Whiplash. Véase Latigazo cervical

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