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Sección 1 Generalidades
Recuerdo morfofuncional del sistema musculoesquelético
2 Histología del tejido conjuntivo. Implicación en la piel, sistema musculoesquelético
y articulaciones
3 Fisiopatología del tejido óseo
4 Valoración clínica y ortopédica. Pruebas diagnósticas
5 Diagnóstico por la imag en. Ecografía del sistema musculoesquelético
6 Lesiones de partes blandas: tendinopatías. Patología ligamentosa. Lesiones
nerviosas y vasculares
7 Lesiones articulares: esguince, luxación , subluxación, contusión y heridas arti-
culares
8 Fracturas: generalidades, meca nismos de producción, manifestaciones clínicas
y clasificación. Tipos y tratamiento
9 Fracturas: complicaciones, embolismo graso, síndrom e compartimenta[ y sín-
drome de dolor regional complejo idiopático
Sección 11 Miembro superior
10 Traumatismos del hombro: luxaciones esternoclaviculares, acromioclaviculares,
fracturas de clavícula y omóplato
11 Patología crónica del hombro
12 Lesiones traumáticas del plexo braqu ial
13 Traumatismos de la extremidad proximal del húmero. Traumatismos de la diá-
fisis
14 Traumatismos del codo
15 Fracturas de los huesos del antebrazo
16 Traumatismos de muñeca: fra ctura s de los huesos del carpo, fracturas del es-
cafoides y luxaciones del carpo
17 Fracturas osteoarticulares de la mano. Lesiones tendinosas. Lesiones ligamen-
tarias de los dedos. Mano catastrófica
Sección 111 Pelvis y miembro inferior
18 Traumatismos de la cintura pélvica: fracturas de pelvis y fracturas de acetábulo
19 Traumatismos de la cadera
20 Fracturas de la extremidad superior del fémur
21 Fracturas del fémur : diáfisis femoral y extremidad distal
22 Fracturas de la tibia: extremidad superior y diáfisis
23 Patología de la rótula: condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la ró-
tula
24 Les iones ligamentarias de rodilla
25 Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales
26 Fracturas del complejo articular del pie-tobillo
27 Esguince de tobillo. Metatarsalgias
• Afecciones medicoquirú rgicas para fisiote rapeutas
Sección V Miscelánea
33 Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en cirugía
ortopédica
34 Epifisiólisis traumáticas
35 Neuropatías compresivas periféricas
36 Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales del
hueso
37 Lesiones deportivas del sistema musculoesquelético. Lesiones musculares
38 Ortesis y prótesis del aparato locomotor
Prólogo, XI
Prefacio, XIII
Sección 1 Generalidades, 1
XXIII
• Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas
16 Traumatismos de muñeca: fracturas de los huesos del carpo, fractura del esca-
foides y luxaciones del carpo, 195
C. Juárez Cordero, F. V. Martínez Garcia y J. Seco Calvo
17 Fracturas osteoa rticulares de la mano. Lesiones tendinosas. Lesiones ligamen-
tarías de los dedos. Mano catastrófica, 205
J. Rodrigo Rodríguez
39 Epidemiología de las enferm edades del sistema osteomuscular y del tejido co-
nectivo, 505
L. C. Abecia lnchaurregui y E. Echevarría Ore/la
Anexos Web
2 Caso clínico. Mieloma múltiple en mujer menopáusica con dolor torácico ines-
pecífico
fvl. a J. Gimeno Tortajada
4 Programa de propiocepción
J. Azanza Alvira
o
u
VO LUMEN 111
Afecciones medicoquirúrgicas
para fisioterapeutas
Parte 1: Cirugía ortopédica y traumatología 1
1
,
SECCION 1
Generalidades
• Describir los procesos fisiológicos, su regulación e integración y cómo dichos procesos contribuyen al manteni-
miento de la homeostasis, en el sistema musculoesquelético en concre to.
• Reconocer los mecanismos de función y adaptación del sistema musculoesquelético ante cambios funcionales.
3
4 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades
Cartílago
en superficie
Hueso largo
articular
([émur)
Hueso plano
(escápula)
Cavidad medular
(médula)
Diáfisis
Hueso Irregular
Hueso corto (vértebra)
(escaroides)
• Periostio <a> : es una capa resistente de tejido conectivo minada resorción, es parte del desarrollo normal del cre-
denso que rodea la superficie ósea que no tiene cartíla- cimiento, mantenimien to y reparación del hueso.
go articular. Protege al hueso, participa en la reparación
de fracturas, colabora en la nutrición del hueso y sirve Clasificación de los huesos
como punto de inserción de tendones y ligamentos. El cuerpo del adulto humano está formado por 208 hue-
• Cavidad medular <a> : es el espacio interno de la diáfisis sos, aproximadamente, que se clasifican según su forma y
que contiene a la médula ósea amarilla grasa. COnSIStencia.
• Endostio ® : es la capa que recubre la cavidad medular y
contiene células formadoras de hueso. Según su forma
Según su forma, se clasifican en:
Células del hueso • Huesos largos: son tubulares y constan de diáfisis y epí-
Los huesos conrienen varios tipos de células (véase este fisis. Tienen hueso compacto en la diáfisis y hueso es-
tema más extensamente en el capítulo 2) : ponjoso en el interior de las epífisis.
• Células osteogénicas: son células madres (stem celfs) no • Huesos cortos: son cuboides y tienen tejido esponjoso
especializadas que se encuentran a los largo del endos- salvo en su superficie. Por ejemplo: huesos del tarso y
tio. Son las únicas células óseas que realizan división ce- del carpo.
lular. Las células resultantes se t ransfo rman en osteo- • Huesos planos: son delgados y están compuestos por
blastos. dos placas casi paralelas de tejido óseo compacto que
• Osteoblastos: son células formadoras de hueso que sinte- envuelven a o tra d e hueso esponjoso. Brindan protec-
tiz..-m y secretan fibras colágenas y otros componentes or- ción al organismo. Por ejemplo: huesos del cráneo, es-
gánicos necesarios para construir la matriz osteoide e ini- ternón y omóplatos.
cian además la calcificación. Se convierten en osteocitos. • Huesos irregulares: tienen forma compleja. Por ejem-
• Osteo citos: estas células óseas maduras mantienen su plo: vérrebras y alg unos huesos de la cara.
metabolismo diario a rravés del intercambio de nutrien- • Huesos sesamoideos: están en algunos rendones a los que pro-
tes y productos metabólicos con la sangre. tegen del uso y desgarro excesivos. Por ejemplo: la rótula.
• Osteoclastos: son células grandes derivadas de la fusión
de muchos monocitos (un tipo de glóbulo blanco) y se Según su consistencia
agrupan en el endostio. Estas células liberan poderosas Según su consistencia, se dividen en:
enzimas lisosómicas y ácidos que digieren los compo- • Compacto (denso): el tejido óseo compacto maduro se
nentes minerales y proteicos de la matriz celular subya- compone de unidades estructurales denominadas osteo-
cence. Esta descomposición de la matriz osteoide, deno- nas (sistemas de H avers).
5
o
Las articulaciones tienen dos funciones fundamentales:
por una parte, proporcionar a las palancas óseas el mo- sas). Entre ellas hay dos superficies articulares planas o
vimiento, y por otra, proporcionar estabilidad sin interfe- cóncavas recubiertas de cartílago articular y, en medio
rir en el movimi ento. de las dos, un fibrocartílago que se inserta en ambas su-
perficies; todo ello rodeado de unos ligamentos perifé-
ricos. Esta articulación es semimóvil y presenta poco
Clasificación de las articulaciones movimiento. Se encuentra entre los cuerpos vertebrales.
Las articulaciones se clasifican de acuerdo a diferentes cri- Cada una de las vértebras de la columna se mueve en re-
terios, fundamentalmente por su naturaleza y por la gama lación con la de arriba y la de abajo. Juntos, estos movi-
de movimientos que realizan (Fig. 1-2) . mientos le otorgan flexibilidad a la columna.
Codo
Cadera Tarso
• Diartrosis: articulaciones móviles o sinoviales (articula- que un músculo se inserte directamente en el esqueleto,
ción sinovial). Las principales articulaciones del cuerpo generalmente lo hace por medio de un tendón.
(ubicadas en la cadera, los hombros, los codos, las rodi- Los tendones son de estrucmra fibrosa y prolongan al
llas, las muñecas y los tobillos) son totalmente móviles. músculo hasta el punto de inserción; presentan formas va-
Contienen un líquido sinovial que actúa como lubri- riables (cilíndricos, aplanados, cortos, largos o se extienden
cante para ayudar a que las articulaciones se muevan en amplias membranas). Son muy resistentes y práctica-
con facilidad. En estas articulaciones de libre movi- mente inextensibles, de tal forma que la contracción del
mie nto y sinoviales, los bordes de los huesos que se ar- músculo puede actuar sin retardo, sin pérdida de fuerza
ticulan están recubiertos de cartílago hialino (o articu- frente a la palanca puesta en movimiento. Algunos múscu-
lar). Este tipo de articulaciones puede o no tener menis- los ocupan su aponeurosis para insertarse, como por ejem-
cos (los cartílagos que ayudan a encajar los huesos, plo los músculos que se insertan en la línea áspera del fé-
amortiguar las presiones y facilitar el movimiento de la mur (inserción aponeurórica). Las inserciones se denomi-
articulación). nan según la ubicación anatómica, es decir, existen inser-
ciones mediales, laterales, proximales o distales.
Músculode
fibra estriada
J 1---------------,
El músculo esquelético tiene una respuesta mecánica a dricas. Su longitud es muy variable y puede oscilar desde
los requerimientos del movimiento, pero, además, el mús- 1 mm y 4 cm; en cambio, su diámetro es mucho más pe-
culo estirado puede producir también una respuesta refle- queño, se sitúa entre 5 y 100 pm.
ja, de naturaleza totalmente distinta a la anterior, genera- Las fibras esqueléticas tienen muchas parees iguales a
da por la estimulación de los propioceptores musculares de otras células, sin embargo, algunas de sus estructuras ce-
estiramiento (husos musculares y órganos tendinosos de lulares reciben nombres diferentes. Así, la membrana re-
Golgi). Se desencadenan reflejos medulares mioráticos, cibe el nombre de sarcolema y el citoplasma se denom i-
cuya expresión puede verse modificada por el tono muscu- na sarcoplasma. En el inrerior de éste existe u na gran can-
lar y otros factores moduladores adquiridos, como por tidad de haces finos de fibrillas , denominadas miofibri-
ejemplo con el entrenamiento. llas, que ocupan casi la totalidad del volumen ciroplas-
mático.
O
La contractilidad es la propiedad fisiológica que caracte-
riza la fu nción del tejido muscular. El tejido muscular esquelético está formado por fibras,
que son células largas, multinucleadas y cilíndricas.
o
Estructura de los músculos esqueléticos Las miofibrillas están co nstituidas a su vez por fibras
Un músculo esquelético es un órgano formado por células aún más delgadas llamadas miofilamentos. Las miofibrillas
musculares esqueléticas y por tejido conectivo; es esencial se dividen en una serie de unidades repetidas longitudinal-
para la transmisión de la fuerza generada por las células mus- mente conocidas como sarcómeros, que se alinean perfecta-
culares al esquele to. El tejido conectivo reviste cada célula mente a lo largo de la miofibrilla y constituyen la unidad
muscular y forma un envoltorio denominado endomisio. Lis funcional del músculo estriado. Cada sarcómero está deli-
células musculares se agrupan en haces o fascículos y están mitado por unas regiones denominadas discos Z (antigua-
rodeados a su vez de una cubierta conectiva denominada pe- mente líneas Z).
rimisio; el músculo entero dispone de una envoltura gruesa
llamada epimisio. Estas cubiertas de tejido conectivo se pue-
den continuar con el tejido fibroso que forma los tendones
y constituyen el anclaje del músculo al hueso (Fig. 1-4).
El tejido muscular esquelético está formado por células
En el interior del sarcoplasma de cada fibra existe una
gran cantidad de haces finos de fi brillas, denominadas
miofibrillas, compuestas por miofilamentos, y divididas
o
por sarcómeros, delimitados por los discos Z.
largas, de al1í el término de fibms, multinucleadas y cilín-
Fibra
muscular Sacrómero
Haz de fibras
musculares
~~~{JIIi)
AcUna '-v-' '-v-'
Línea Z Banda Banda Banda
A 1 A
Músculo
bíceps Neurona
motriz "'
A~
'""'".3 "
' "' " ' "'" Miosina
\
Tropomiosina
;-----Banda A - - - - - ;
Disco Z l. Banda H l,;
!.~?.nd~-~-l
Nebulina
¡i ¡
1 TIIina
\
bat i : 1
'¡¡¡'
1
Desde los discos Z se extienden en ambas direcciones pies direcciones y semidos, nunca se abren al interior de
numerosos miofilamemos delgados que se intercalan entre ésta. En muchas células los túbulos T se colocan a la al-
los miofilamentos gruesos. La disposición intercalada de tura de los discos Z, pero en otras están en la región de
los miofilamentos da lugar a la aparición de unas bandas o un ión de las bandas A e I.
segmentos de diferente coloración al microscopio y que ha El retículo sarcoplásmico es un compartimento intrace-
servido para describir este músculo como estriado. La ban- lular que se dispone alrededor del sarcómero, entre los tú-
da A es una franja ancha y oscura, denominada así porque bulos T adyacentes, y forma una especie de envoltura de
al observarla al microscopio con luz polarizada refracta este formas irregulares. Está constituido por amplias redes de
tipo de luz; esta propiedad se conoce con el nombre de conductos y sacos conectados, con grandes huecos entre
anisotropía (A). Estas bandas se alternan con bandas claras ellos. El retículo sarcoplásmico de las células musculares es
o bandas!, que no refractan la luz polarizada, y se dice que en realidad un tipo de retículo endoplasm ático que carece
tienen la propiedad de la isotropía (I). de ribosomas. A cada lado de los tú bulos T se sitúan, en es-
La banda A es el segmento del sarcómero que recorre trecho contacto, dos cisternas terminales del retícul~ sar-
roda la longirud de los mioftlamentos gruesos, mientras coplásmico de sarcómeros adyacentes, formando lo que se
que en la banda I se encuentra parte del trayecto o longi- denomina la tríada.
tud de los miofilamemos finos. En el centro de la banda A
hay una zona más clara llamada banda H, que correspon-
La tríada es un elemento importante de la fibra, ya que
de a la región media de los miofilamentos gruesos, donde
permite que el impulso eléctrico que se desplaza por el
no se superponen con los finos. En el centro de esta ban- tú bulo T estimule las membranas del retículo sarcoplás-
da H se encuentra la línea M, que es el lugar en el que se mico.
localizan enzimas muy importames para el metabolismo
energético como la creatina-cinasa (CK).
Además de los filamentos descritos, existen otros deno- La fibra muscular esquelética contiene abundantes mi-
minados filamentos elásticos, que se anclan a los discos Z y toco nd rias, que son fundamentales para proporcionar
que proporcionan elasticidad a las miofibrillas y, en conse- energía para la contracción en forma de ATP (tri fosfato de
cuencia, a las fibras musculares. Las proteínas que forman adenosina). En el caso de este tipo de fibras, que realizan
esros filamentos son la titina o conectina -una gran molé- comracciones muy fuertes, los requerimientos energéticos
cula elástica que sirve para fijar los extremos de los miofi- son muy altos y su n úmero dependerá del tipo de metabo-
lamentos gruesos a los discos Z adyacemes- ; la nebulina lismo q ue desarrollen.
- una molécula más rígida que fija los filamemos finos a los
discos Z- y la desmina -una molécula fue rte y con menor Estructura molecular de los miofilamentos
elasticidad que conecta los discos Z de una miofibrilla con Formando parte de cada miofibrilla hay miles de m iofila-
los de las miofibrillas situadas alrededor-. Mediante es ta mentos (finos y gruesos) y su comprensión ha permitido
do tación de filamentos elásticos y esrabilizam es es posible descubrir el mecanismo de la contracción de las fibras
mantener la estructura regular del músculo esquelético, musculares (Fig. 1- 5) .
tanto en reposo como en contracción. Miofilamentos finos. El esqueleto del miofilamento
La fuerza generada en la contracción muscular es trans- fino está compuesto por una proteína denominada actiua;
mitida desde los discos Z a la matriz exrracelular mediante una proteína globular que cuando se encuentra aislada re-
unas estructuras subsarcolémicas denominadas costrímeros. cibe el nombre de actina G. Estas moléculas de actina G
Estas estrucruras están formadas por una proteína del ci- se polimerizan en número de hasta 400 para formar dos
roesquelero de gran tamaño, la distrofina, cuya ausencia o hileras fibrosas o cadenas trenzadas entre sí (se enrollan
disminución de su cantidad produce la distrofia muscular, una alrededor de la otra), dando lugar a la actin a fibrilar
una patología debida a la debilidad del sarcolema. o actina F. En los surcos de la hélice de la actina F se sitúa
El músculo estriado posee un desarrollado sistema de una proteína fibrosa, la tropomiosina (Tm), y cada molé-
membranas, que consiste en los tríbulos Ty el retículo sar- cula de ésta ocupa 7 monómeros de acrina. Cerca del ex-
cop!Asmico. Estas estructuras memb ranosas son muy im- tremo de la tropomiosina se encuentra un complejo pro-
portantes en la transmisión de la despolarización eléctri- teico, llamado troponina (Tn) formada por tres subunida-
ca desde la superficie celular hacia el interior de la célu- des: troponina e, capaz de unir io nes de calcio; troponi-
la, ya que regulan la movilización de Ca++ y con ello la na T, que se une a la tropomiosina; y troponina I, que tie-
propia conrracción muscular. Los rúbulos T son largos y ne un a función inhibidora o bloqueadora sob re la actina.
estrechos y se invaginan desde la membrana celular per- La proporción en el filamento fi no de cada una de estas
pendicularmente (o transversalmeme al eje de la célula, proteínas es 7: 1:1, es decir, por cada 7 monómeros de ac-
de ahí la inicial de su nombre); en el interior de la célula tina hay 1 molécula de rropomiosina y 1 complejo de ero-
se ramifican ampliamente. Forman una intrincada red ponina.
intracelular de canalillos que recorren el perímetro de
cada sarcómero, y extienden la activación eléctrica al in-
terior de la célula. En la luz del túbulo T el medio siem-
pre es extracelular y, aunque atraviesan la fibra en múlri-
La actina es la proteína fund amental del esqueleto del
miofilamento fino.
o
~~~~~~
Puentes Bisagras Cuerpo
Filamento de miosina
~--~-·
Troponina
Tropomiosina
1 •
1
Aclina
z ( Relajación ) z
~ ~ z\
'
111m: 1
M
m111 ~ ;z
~
\ z ( Contracción ) z/'
Dos cadenas
pesadas
~ ~!111 !111]~ ~
Z
1
M Z
Miofilamentos gruesos. Están formados por una pro- sina y les mantienen en una posición fija; o la miomesina,
teína denominada miosinn. Las moléculas proreicas se dis- siruada en la línea M y que mantiene la alineación de los
ponen en haces compactos de 150 a 360 unidades por filamenros gruesos.
cada miofilamenro grueso. Cada molécula de miosina esrá
o
formada por dos cadenas polipeprídicas enrolladas enrre sí
La miosina es la proteína fundamental del esqueleto del
y tiene una forma aproximada a un palo de golf o bastón.
miofilamento grueso.
En ella se pueden distinguir la meromiosina pesada o glo-
bular (MMP), con dos partes: la cabeza y el cuello; y la me-
romiosina ligera, cola (MML).
Las colas de las diferenres moléculas se empaquetan Contracción muscular
jumas y constituyen el eje cenrral o armazón del miofila- Al igual que las neuronas, las fib ras musculares esqueléti-
mento grueso, y las cabezas y cuellos se disponen sobresa- cas son células excitables. La estimulación que reciben a
liendo en disposición helicoidal. Cada cabeza forma un rravés de las fibras nerviosas motoras genera un potencial
ángulo de 60 grados alrededor de la circunferencia del de acción muscular que se extiende a lo largo de roda la
miofilamenro y tiene un desplazamiento de 14,4 nm a lo membrana o sarcolema y se traduce en una respuesta me-
largo de éste. Las moléculas de miosina están agrupadas de cánica denominada C01ltmcción muscular. La secuencia de
tal forma que las colas quedan en el centro de los miofila- acontecimientos que van a desarrollarse es la represen rada
menros y se extienden en las dos direcciones, dejando en en el esquema de la figura 1-6. De forma resumida se po-
el cenrro del filamenro una zona carenre de cabezas. Cada dría decir que estos cambios se inician con la liberación de
cabeza de la miosina conriene dos regiones para su unión calcio desde el retículo sarcoplásmico hacia las miofibrillas.
con la molécula de actina y dos puntos con actividad enzi- El calcio liberado se une a la tropo nina C en lugares espe-
mática para hidrolizar el ATP. Además de la miosina, en el e
cíficos (cada molécula de troponina puede fijar dos mo-
filamento grueso también se localizan otras proteínas: C, léculas de calcio, además de otras dos que se encuentran
H y X, que forman anillos alrededor de los haces de mio- permanentemente combinadas con ella). El complejo de
-
- --++++---
Ca\
~
2
' Tropomiosina
Potencia
~
-
de acción
Fuamento
delgado
D Puente entre aclina y mo,;o, "\
Actina Miosina
\ H-=:~M.
._ •
Retículo
endoplasmalico Filamento
grueso
--
:---. ADP
"'--..
/ \ P,
~~~
D Hidrólisis del ATP a Golpe de potencia
~~~ti· /-
ATP
troponina con los cuatro iones de calcio provoca cambios A pesar de los cambios en la lo ngit ud de la fib ra, o de
de conformación de la troponina T que hacen que la tro- las miofibrillas, o de los sarcómeros, como quiera que se
pomiosina gire y deje libres los denominados lugares acti- haga la medida, la longitud de los fila mentos finos y los
vos de la actina, que hasta entonces se encontraban física- gruesos permanece constante y ni la actina ni la m iosina
mente cubiertos por la troponina 1, y en este momento cambian de dimensión.
pueden unirse a las cabezas de miosina. El modelo de desl izamiento de los filamen tos, sugerido
por Huxley y Hansen en el año 1954, se ajusta a la perfec-
ción a lo que hoy se conoce acerca del mecanismo de la
O La un ión del calcio a la troponina C e limina una inhibición
constante del enlace a las cabezas de miosina. contracción. Además, se ha comp robad o su corresponden-
cia con las propiedades funcionales de las proteínas con-
tráctiles actina y miosina, ya que si se colocan en u n tubo
La contracción muscular se produce por deslizamiento de de ensayo (in vin·o) estas proteínas junto con ATP y Ca" ,
los filamentos gruesos y finos entre sí y da lugar a la disminu- se observa que:
ción d e la longitud del sarcómero. Durante el acortamiento a) Se produce la hidrólisis del ATP por acc ión enzimáti-
del sarcómero, los discos o líneas Z se acercan uno a otro, ca de las cabezas de la miosina y se libera energía.
aproximándose entre sí. La banda A mantiene su longitud y, b) La interacción entre la actina y la miosina se modifi-
por el contrario, las bandas H e I se acortan. La disminución ca como consecuencia de dicha hid rólisis. Este cambio
en la longitud del sarcómero se produce porque los filamen- conformacional es el origen de la generación de tensión
tos se deslizan unos sobre otros. Esta hipótesis también per- o del acortamiento d e la fibra muscular.
mite explicar los efectos del estiramiento pasivo del sarcóme- e) La ausencia de Ca•• impide la interacción entre la acti-
ro, en cuyo caso la anchura de la banda I aumenta de forma na y la miosina y este ion es un regulador básico y cen-
proporcional al grado de estiramiento producido. Según esta tral de la contracción.
teoría, durante el proceso de la contracción se producen
puentes cruzados entre los filamentos de actina y miosina, los El modelo del d eslizamiento de los fil amentos propone
cuales conforman un sistema de imbricación entre las cabe- que los finos se desplazan sobre los gruesos. Este desplaza-
zas de miosina y las moléculas de actina. La zona del cuello miento es posible po r la unión entre las cabezas de miosi-
de la miosina es capaz de doblarse sobre sí, actuando como na con p untos activos o complemencarios de la molécula
una bisagra; de esta forma pued e empujar la cabeza de mio- de actina. La formación de u niones o «puentes cruzados»
sina y obligarla a deslizarse sobre el filamento delgado. entre la actina y la miosina, que se activan y desactivan cí-
clicamente, constituye el proceso que conduce al acorra-
miento del músculo durante la contracción. En los puen-
Unión
neuromuscular
Intermedia Pequeña y
simple
Grande y
compleja
Además de la clasificación anterior, existe otra modalidad Contenido de Alto Alto Bajo
mioglobina
que divide a los músculos en dos tipos atendiendo a su for-
ma de contracción: tónica y fásica. Número de Muchos Muchos Pocos
Las fibras musculares tónicas poseen una velocidad de capilares
conducción eléctrica muy baja. Generalmente, el impulso
Metabolismo
no se propaga con facilidad y requiere múltiples estimula-
ciones para contraerse, pudiéndolo hacer de forma gra- Capacidad Alta Alta Baja
dual. Este tipo de músculo se corresponde con los emplea- oxidativa
• El s istema musculoesquelético está compuesto por músculos • Este sistema constit uye lo que se llama s is tema locomo-
y huesos. Los huesos construyen la estructura y proporcionan tor y está cons iderad o el de mayo r desa rrollo y volumen
soporte al cuerpo y los músculos hacen que se pueda mover. del cuerpo humano. Lo integran una serie de órganos y
• El siste ma musculoesquelético también es un sistema de estru ct uras, formados principalmente por componentes
soporte, alojamiento y protección de los órganos internos. de los tejid os óseos (huesos]. conjuntivo de nso (cápsulas,
Para cumplir su función, los huesos está n unidos por las tendones, ligamentos, fascias y aponeurosisl. cartilagino-
articulaciones, que están constituidas principalmente por so (superficies articulares, inserciones tendinosas!. que, a
ligamentos con la ayuda de los músculos. A su vez , los su vez, forman una serie de uniones entre sí denominadas
músculos s e unen al hueso mediante los tendones. a rticulacion es y el tej ido m uscular (m úsculos). Acompa-
• El sistema se ocupa del movimiento de nuestro organismo ñando a las estructuras mencionadas se unen vasos san-
al contraerse los músculos, gracias a los estímulos nervio- guíneos, li nfáticos y nervios con sus terminaciones nervio-
sos y a la irrigación vascular, que responde a órdenes que sas aferentes o sensoriales (husos neuromuscula res y
recibe del sistema nervioso y del sistema endocrino y que neurotendinososl y e fe rentes o motrices (p lacas neuro-
producen movimientos voluntarios . muscularesl.
1. ¿Cuáles son las funciones del sistema esquelético? 11. ¿Cuál es el mecanismo de contracción de las fibras muscu-
lares?
2. ¿Cuáles son las partes de las que consta un hueso?
3. ¿Cuáles son los tipos de células que contienen los huesos? 12. ¿Cómo se produce el acoplamiento excitación-cont racción?
4. ¿Cómo se clasifican los huesos según su forma? 13. ¿Qué tipos de músculo hay?
5. ¿Cómo se clasifican los huesos según su consistencia? 14. ¿Cuáles son las caracterís ticas de las fib ras muscu lares?
6. ¿Cómo se clasifican las articulaciones de acuerdo con su
15. ¿Cuáles son los factores que determinan la fuerza ejercida
gama de movimientos?
por un músculo?
7. ¿Cómo se clasifican los músculos?
16. ¿Cuáles son los procesos funcionales que modulan la co n-
B. ¿Cuáles son las propiedades de los músculos? tracción muscular?
9. ¿Qué es una miofibrilla?
17. ¿Cuáles son los parámetros más importantes de función
10. ¿Qué es un miofilam ento? mecá nica muscular máxima?
HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
GLOSARIO
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
17
18 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades
cadenas iguales (al) y una diferente (a2), mientras que el pecial, las células reticulares. Mención aparre y como excep-
colágeno de tipo Il, presente en el cartílago, es homodimé- ción, las células musculares lisas y las células de Schwann
rico, con las tres cadenas iguales. Esta disposición le con- las sintetizan en otras localizaciones concretas relacionadas
fiere una considerable resistencia a las fuerzas tensoras. Al con las estructuras donde radican (nervios periféricos y tú-
microscopio de luz las fibras colágenas se tiñen muy bien nicas vasculares).
con eosina y otros colorantes ácidos, apareciendo típica-
mente onduladas y agrupadas en haces de espesor variable
y longitud indeterminada. En principio, las moléculas de
colágeno se dividen en dos grandes grupos: colágenos fi-
brilares y no fibrilares.
Las cé lulas reticulares se producen en los órganoslinfoi-
des (a excepción del timol y en la médula ósea. o
Fibras elásticas
Fibrilla de
colágeno
lipa 1
integridad y funcionalidad de éstas dependen enorme- inregrinas y otros no inregrinas. Modulan y regulan por tan-
mente de las interacciones de aquéllas. Cada célula del te- to la adhesión, el movimiento y la migración de las células
jido conjuntivo segrega una proporción diferente de molé- sobre la matriz extracelular conectiva, estim ulando igual-
culas de la MEC, lo cual redunda en la existencia de mu- menee su proliferación y diferenciación. Las mejor conoci-
chas variantes del tejido conjuntivo, cada una con propie- das son la fibronecrina (condronecrina, osteonecüna), lami-
dades mecánicas y bioquímicas específicas de dicha varie- nina, nidógeno, enractina, tenascina y osteopomina.
dad. Por oua parte, la sustancia fundamental posee un alto
contenido de agua y escasa estructura morfológica; es un Agua y sales minerales
gel amorfo. En las secciones histológicas de rutina su con- Este líquido tisular se origina en el plasma sanguíneo, po r
tenido se pierde por efecto de la deshidratación del tejido, lo que su composición es m uy semejante. Se forma al p a-
por lo que normalmente sólo se encuentra el espacio vacío sar componentes contenidos en el plasma sanguíneo, a tra-
que ocupa entre células y fibras observables. vés de las paredes de los capilares, a los espacios intercelu-
lares, fundamentalmente, del tejido conjuntivo. Está cons-
Proteoglucanos
tituido por agua, iones y moléculas peq ueñas, incluidas
Complejos macromoleculares de proteína y polisacáridos. ciertas proteínas de bajo peso molecular, pero no por ma-
Forman grandes agregados. Cada proreoglucano consiste en cromoléculas, que son retenidas por la pared de los capila-
uno o varios glucosaminoglucanos (GAG) (Tabla web 2- 1) res. Es el medio a través del cual las células reciben el oxí-
ensamblados covalentemente a una proteína central a geno y los nurriemes y eliminan el CO, y las sustancias de
modo de cerdas sobre un cepillo. Estos proteoglucanos, a desecho. Cuando se altera el equilibrio; este nivel, se pro-
su vez, se pueden ensamblar (mediante proteínas de enla- duce el edema, signo característico en lesiones del sistema
ce o de unión) al ácido hialurónico (hialuronano), reme- musculoesquelético.
dando otra vez el mismo modelo de «cepillo>>. Estos agre-
gados de proteoglucanos resultantes pueden ser de tamaño
y complejidad variable. Los proteoglucanos más conocidos
son el agrecano, el sindecano, el versicano, el perlecano y
La sustancia fundamen tal es conside rada un gel amorfo,
por poseer un alto contenido de agua y escasa estructu-
ra morfológica.
o
la decorina, de mayor a menor tamaño y complejidad.
rio, y que suelen situarse en la vecindad de los vasos san- ciclad fagocítica, tratando previamente el espécimen con
guíneos, donde reciben el nombre de células adventiciales o hierro dextrano, azul rripán o tinta china.
perivasculares (pericitos), y en la médula ósea, donde se de- Igualmente pueden ser localizados en las secciones his-
nominan células del estroma (MSC). Funcionalmente po- tológicas utilizando inmunomarcadores y técnicas inmu-
seen un elevado índice mirórico y su propiedad biológica nofluorescentes e inmunohisroquímicas. De esta manera
más destacada es la mulripotencialidad respecto a la diferen- aparecerán como células fusiformes o estrelladas, con in-
ciación, por lo que son consideradas como células adultas clusiones en su citoplasma.
progenitoras mulriporenciales (MAPCs). Por su función es Vistos a través del MET, el macrófago presenta límites
más propio hablar de células madre, progenitoras o stem cells celulares irregulares, interdigitaciones y prolongaciones di-
(células troncales). gitiformes, un único núcleo escorado o arriñonado y en su
En el tejido conjuntivo adulto se encargan de la repara- citoplasma llaman la atención numerosas vacuolas de in-
ción-cicatrización poslesional del tejido y la neoformación clusión, lisosomas primarios y secundarios, RER y Golgi
vascular {neovascularización) para el rrofismo de éste. Bajo evidentes.
los estímulos y el microambiente adecuados no sólo se di- Los macrófagos se diferencian a partir de los monocitos
ferencian hacia fibroblastos, sino que cambien lo pueden sanguíneos, que migran desde el torrente circulatorio al te-
hacer hacia adipoblastos (preadipocitos), condroprogeni- jido conjuntivo para finalmente diferenciarse hacia aquéllos.
toras y osteoprogenitoras. La principal función de los macrófagos es la fagocitosis,
principalmente de bacterias y restos celulares. La otra acti-
Fibroblastos vidad funcional del macrófago es la de ejercer la función
La célula secretora principal del tejido conjuntivo común de célula presentadora de antígenos (APC). Expresan cier-
es el fibroblasto. Es la responsable de la síntesis de cual- tos productos en su superficie conocidos como clase JI del
quier elemento de la MEC visto hasta ahora. En el micros- complejo mayor de histocompatibildad (MHC II). Cuando
copio de luz, en secciones histológicas, aparecen como cé- un macrófago fagocita un antígeno extraño, lo muestra en
lulas fusiformes o estrelladas, de 20 a 30 flm, con un nú- conjunción con el MHC II para su interacción con los lin-
cleo grande y central. El citoplasma aparece abundante y focitos, que lo reconocerán y se activarán frente a dicho
basófilo, con presencia de RER (retículo endoplásmico ru- antígeno, dando lugar a una respuesta inmune celular
goso), aparato de Golgi, mitocondrias y vesículas de secre- frente a él. Bajo cierras circunstancias, cuando se topan
ción PAS positivas (proteoglucanos y glucosaminogluca- con cuerpos extraños de gran tamaño, pueden fusionarse
nos). En el MET se suele observar un núcleo alargado, con varios de ellos para formar una gran célula sincitial deno-
uno o dos nucléolos y orgánulos abundantes o escasos, de- minada célula gigante multinucleada o de Langhans. Adi-
pendiendo del estado funcional (síntesis/reposo). Los fi- cionalmente, los macrófagos son responsables de la secre-
broblastos quiescentes o «en reposo» se distinguen por su ción de varios factores inmunoactivos y de la inflamación
núcleo pequeño e hipercromárico, anclado en un citoplas- (Tabla web 2-2) .
o
ma escaso, acidófilo y pobre en orgánulos.
Los fibroblasros provienen de las células madre mesen-
El macrófago es la principal célula fagocítica del tejido
quimales, por diferenciación de éstas. Son capaces de divi- conjuntivo común y desempeña un papel fundamental en
dirse activamente, participando en la reparación tisular. Su la capacidad de respuesta inmune del tejido conjuntivo.
función principal es, como se ha mencionado anteriormen-
te, la síntesis y el mantenimiento de la MEC del tejido con-
juntivo. Pueden desplazarse en el seno del tejido conjunti-
vo, pero sin abandonarlo, y poseen una gran versatilidad Mastocitos
biológica: se pueden diferenciar hacia miofibroblastos (en Los mastocitos, descubiertos en 1878 por Paul Ehrlich,
las primeras fases de la reparación, en la erupción dentaria, quien los denominó células cebadas, son células globulo-
etc.), establecer uniones y comunicaciones intercelulares sas, grandes (20-25 flm), y poseen un citoplasma carga-
(nexos), e incluso ejercer un comportamiento de barrera. do de gránulos intensamente basófilos (visto en el mi-
croscopio de luz) y electrodensos (visto en el MET), y un
núcleo esférico y central, a veces enmascarado por los
O La célula secretora principal del tejido conjuntivo común
es el fibroblasto. gránulos. Con la técnica del azul de toluidina, los gránu-
los se observan de color rojizo (meracromasia). El masto-
cito posee un precursor en la médula ósea, que emigra
hasta el tejido conjuntivo y se diferencia a mastociro.
Macrófagos (histiocitos) Este precursor lo comparte con los basófilos (leucocitos
Es la principal célula fagocítica del tejido conjuntivo co- basófilos), con los que comparte gran cantidad de ele-
mún, pero también desempeña un importante papel cen- mentos de secreción y funciones, aunque son células di-
tral en la capacidad de respuesta inmune del tejido conjun- ferentes (Fig. web 2-1) .
tivo. Para ponerlos de manifiesto en las preparaciones his- Expresa receptores para el fragmento Fe de la IgE (in-
tológicas vistas en el microscopio de luz, ya que no son evi- munoglobulina E) en su superficie: si estas IgE se agregan,
dentes con las técnicas convencionales, se explora su capa- el masrocito se activa y degranula todo el contenido vesi-
2 • Histología del tejido conjuntivo. Implicación en la piel, sistema musculoesquelético y a rticulaciones 21
Tejido elástico
Predominan o destacan las fibras elásticas, entre las que se
disponen fibroblastos, algunas células migratorias y sus-
rancia fundamental amorfa. Se encuentra en: elligamenw
amarillo de la columna vertebral, la pared media de la aor-
ta, láminas limirantes elásticas de arterias y arteriolas, liga-
mento suspensorio del pene y ligamentos de las cuerdas
vocales (Figs. 2-2 y 2-3). Figura 2-3. Microfotografía por microscop ia electrónica de trans -
misión del tejido conjuntivo laxo. En el' centro de la imagen se ad-
vierte la elasti na, con un componente central amorfo e irregular,
gaciones digitiformes se observan las fibras de colágeno ten- miento interno sinovial de las articulaciones móviles o
dinosas. Esta disposición facilita una relación más íntima diartrosis. En las sinartrosis, el tejido deformable adecuado
entre las miofibrillas y las fibras de colágeno del tejido con- para su función es tejido conjuntivo fibroso (denso mode-
juntivo e incremema el área de contacto entre ellas (Fig. lado) o fibrocartílago . En las diartrosis, los elementos arti-
web 2-2). culances (fragmentos óseos) involucrados se mantienen
unidos por una cápsula fibrosa y eventuales ligamentos,
pero las superficies articulares no están unidas, sino sólo en
li1 RESUMEN
• El tejido conjuntivo es ubicuo en el organismo. Su relación conjuntivo común, a más consistentes como los cartílagos,
con los otros tejidos básicos y su presencia en los órganos incluso duros y mineralizados como el hueso.
es fundamental para su correcto funcionamiento.
• La relación en tre estas variantes conectivas es la base de
• El tejido conjuntivo supone el soporte estructural de los ór- la constitución del aparato locomotor, y las estructuras
ganos y proporciona su vascularización y nutrición, al tiem- que le proporcionan estabilidad son todas subvariantes de
po que favorece el intercambio de meta bolitas entre la san- estirpe conectiva, por lo que su biodinámica. tanto celular
gre y los tejidos. Asimismo, vehiculiza su inervación. como de la matriz conectiva, condicionará su comporta-
• Son las células del tejido conjuntivo las que sintetizan la miento fisiológico y su evolución o pron óstico en estados
matriz extracelular característica, y, dependiendo de su patológicos, ya que los procesos de naturaleza inmunitaria
composición, aparecerán sus variantes. Estas mismas cé- o inflamatoria se verifican en él.
lulas mantienen y reparan el tejido en caso necesario .
• Un adecuado conocimiento de las bases celulares y molecu-
• Las características de la matriz conectiva confieren al teji- la res de los tejidos conjuntivos ayudará al fisioterapeuta a
do su capacidad para adaptarse a los requerimi entos loca- comprender mejor el origen de las lesiones, su evolución y
les, proporcionando desde tejid os blandos como el tejido pronóstico, así como la naturaleza de su posible tratamiento.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Krstic, R. V. ( 198 9). Los tejidos de/hombre y los mmníftros (2"
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ción nln anatomía ptztológica (3• ed.). Madrid: Elsevier. Médica Panamericana.
1. Los términos tejido conjuntivo, conjuntivo o de sostén, desig- 6. ¿Cuáles son las ubicaciones de la grasa estructu ral y para
nan, en sentido amplio, la MEC y las células que se encuen- qué sirven?
tran inmersas con ella, la produzcan o no. ¿Cuáles son los
7. ¿Qué diferencias existen entre el cartílago hialino de la trá-
tipos de tejido conjuntivo?
quea y el cartílago hialino de las articulaciones?
2. Las membranas mucosas con tienen tejido conjuntivo subya -
8. Las membranas serosas están formadas por un epitelio plano
cente al epitelio y a la membrana basal, que se suele denomi-
simple - mesotelio- derivado del mesodermo, una lámina ba-
nar carian o lámina propia y que suele ser un tipo de tejido
sal y un tejido conjuntivo subyacente ricamente vascularizado
conjuntivo laxo o areolar, muy vascularizado e inervado, que
e inervado de carácter laxo. Tapizan las cavidades internas del
puede contener glándulas que drenan a través del epitelio.
organismo y ha n de estar húmedas -lubrificadas-, ya que s us
Siempre húmedas, debido a la secreción de dichas glándulas,
hojas s ue len rozar y deslizarse entre sí. Son la pleura, el peri-
poseen una tonalidad rosa-rojiza que puede ser interpretada
cardio y el peritoneo. ¿Qué estructuras similares a éstas. pero
como signo diagnóstico bajo ciertas circunstancias nosológi-
de carácter puramente conjuntivo, conoce y cuál es su función?
cas. Elabore un listado de mucosas del organismo.
9. Los tendones son bandas de tejido conjuntivo denso modela-
3. En la actualidad hay descritos más de 25 tipos de moléculas
do que unen el músculo al hueso. Su relación con ambos se
de colágeno, pero ¿cuáles son los grandes grupos de coláge-
esta blece en dos regiones muy especializadas -la unión mio-
nos? Elabore una lista de cinco tipos de tejido conjuntivo y de
tendinosa y la unión osteotendinosa- cuya alteración concen-
sostén y s u respectivo tipo de colágeno principal en su MEC.
tra la mayoría de las lesiones deportivas de la actualidad.
4. ¿Quién proporciona el grado de hidratación y de consisten - ¿Cómo se denomina también a las uniones osteotendinosas y
cia para absorber traumas en el tejido conjuntivo? ¿Y el gra- osteoligamentosas? ¿Cómo se clasifican y cuántos tipos hay?
do de hidratación y ters ura en la piel?
10. ¿ Por qué el pronóstico de la rotura meniscal central linter-
5. ¿Cuál es la diferencia bioquímica esencial de las dos varian- na! es peor que si la lesión fuera periférica (parameniscal-
tes de tejido adipos o? externa l?
HERRAM IENTAS DE APRENDI ZAJE
CASOS CLÍNICOS
•
2.1. Varón de 35 años que acude a urgencias por bloqueo y derrame articular en la rodilla izq uierda, dolorosa a la movilización, sin
antecedente de traumatismo ni sintomatología previa. Con la práctica de una artrocentesis se evacúan unos 120 cm3 de líquido
articular de aspecto hemático lhemartrosl.
~
Dnarrollo del caso y
más C'aJos rlittirtu y
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
1. El endomisio es un tejido conjuntivo que rodea: 2. Los dos tipos de células principales de la capa más super-
ficial de las membranas sinoviales son:
El Fibras musculares individuales.
lll Fascículos muscula res.
IED Epitelioides y fagocíticas.
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
GLOSARIO
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Describir los procesos fisiológicos, su regulación e integración y cómo dichos procesos contribuyen al manteni-
miento de la homeostasis en el tejido óseo en concreto.
• Reconocer los mecanismos de función y adaptación del teji do óseo ante cambios funcionales.
Vaso sanguíneo
Epífisis
Conduelo
osleona
Hueso
cortical
Tejido
subcondral
Canal medular
Fig ura 3- 1. Estructura del hueso.
33
sa, vascular y activa en el niño, y más delgada e inactiva en a la circulación. Para que estas células mononucleares cir-
el adulto. En la correza se observan unas unidades cilíndri- culantes puedan regresar por diapédesis al microambiente
cas llamadas sistemas de Havers u osteones que constan de óseo, deben adherirse a las células endoteliales. Se piensa
un conducro de Havers central que contiene la irrigación que esta adhesión es posible porque los osteoclasros y sus
vascular e inervación y unas láminas óseas concénrricas precursores expresan en su membrana una proteína deno-
que lo rodean. Los conductos de Havers discurren en una mi nada anexina 1/. Dado que en el hueso cortical no exis-
dirección longirudinal con ramas que conectan cada siste- te médula ósea, es probable que los osteoclasros que inter-
ma con los conducros de Havers circundantes. vienen en su remodelación procedan de precursores circu-
En el hueso esponjoso se observan trabéculas óseas con lantes que hayan emigrado del interior de los capilares san-
una distribución entrecruzada que dividen el espacio me- guíneos de los co nductos de Havers.
dular en comparrimentos comunicados. La principal dife-
rencia entre el hueso esponjoso y el cortical reside en la po- Dsteoblastos
rosidad del tejido óseo. Son células que intervienen en los procesos de osificación
endocondral e intramembranosa. La actividad de estas cé-
Constituyentes celulares del hueso
lulas aumenta cuando es necesaria la formación de n uevo
Al considerar las células de los huesos es necesario diferen- hueso. Los osteoblastos son numerosos en el h ueso en de-
ciar los elementos que pertenecen estrictamente al hueso sarrollo, pero comienzan a disminuir en el esqueleto adul-
de aquellos que perrenecen a la médula ósea. Aunque los to. Sin embargo, es capaz de responder a los estímulos pro-
progenitores de los osteoclasros son células hemaropoyéti- ducidos durante un proceso patológico. Los osteoblastos
cas, también son consideradas como células óseas. Por con- son células ricas en una isoenzima específica de la fosfata-
siguiente, se consideran como células óseas las células pro- sa alcalina.
geniroras, los osteoblasros, los osteociros, las células tapi- Los osteoblasros sintetizan el componente orgánico de
zantes del hueso (denominadas por los anglosajones bone la matriz ósea colágeno de tipo 1, proteoglicanos, proteínas
líning cells) y los osteoclasros (Fig. 3-2). implicadas en la adhesión celular, osteocalcina y factores
de crecimiento, y controlan el depósi to de las sales mine-
Células óseas precursoras (preosteoblastos rales.
y preosteoclastos)
Las células indiferenciadas del estroma presentan la capa-
cidad de proliferar dando lugar a los osteoblasros. Estos
derivan de las células del sistema hematopoyético.
Los osteoblastos intervienen en Los procesos de forma-
ción de nuevo hueso.
o
Los preosteoblastos son células de aspecto fibroblástico
cercanas a las superficies óseas, pero separadas de éstas por
otros tipos celulares (células del endostio, osteoblastos). Dsteocitos
Son difíciles de identificar en condiciones normales, pero Los osteocitos se originan a partir de los osteoblastos que
pueden observarse con facilidad si sufren una hiperplasia, han quedado encerrados en el interior del tejido óseo. Se
como por ejemplo en el hiperparatiroidismo. ocupan del mantenimie nto apropiado de la matriz ósea
Los preosteoclastos se adhieren a las superficies óseas y al debido a su propiedad de producirla en menor escala
fUsionarse entre sí dan lugar a los osteoclasros. Los preos- que los osteoblasros. También cumplen un papel en la
teoclastos de la médula ósea pueden dar lugar por fusión a resorción ósea, en un proceso llamado osteólisis osteocí-
los osteoclasros que remodelan el hueso esponjoso o pasan tica.
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/~
~
G]) 9
~
EB ~--ª---~--ª---€5-~
W ~.
Osteoblasto Osteoblasto •
Célu~ ( (
Preosteoblasto
Q) comprometido ~ Osteoc1lo
progenitora Q
J1
~ Adipocito
Osteoclasto Osteocito
Cuando los osteoblastos que han permanecido en la gánica es digerida por colagenasas ácidas y arras enzimas
superficie finalizan la síntesis de matriz, se aplanan y se proteolíticas de origen lisosómico. Cuando se ha comple-
convierten en células de revestimiento (células del en- tado el proceso de resorción, los osteoclastos mueren por
dostio o lining cells) . Estas células, a través de la produc- apoptosis.
ción de facrores locales (citocinas), parecen desarrollar La calcitonina (CT) es capaz de inhibir fu ncionalmen-
un importante papel en el control del remodelado óseo. te a los osteoclastos a través de recep tores específicos, pero
Los osteoblastos que quedan en el espesor de la matriz el papel de esta hormona en condiciones normales parece
adquieren aspecto estrellado y pasan a denominarse os- poco importante. Los osteoclastos carecen de receptores
teocitos. Estas células se hallan en contacto entre sí y con para la PTH. Por otra parte, la actividad resorriva de los
las células de la superficie (células de revestimiento, os- osteoclastos y la osteoclastogénesis parece ser iniciada por
teoblastos) mediante finas prolongaciones tubulares de inrerleucinas producidas por células de estirpe osteoblás-
su citoplasma que recorren la matriz ósea en diversas di- nca.
recciones.
La cavidad de la matriz ósea que contiene el cuerpo
celular del osteocito se denomina laguna osteocitaria y
los diminutos canalículos que albergan sus prolongacio-
Los osteoclastos son los responsables de la rea bs orción
del hueso.
o
nes ciroplásmicas reciben el nombre de conductos calcó-
foros.
Células óseas de revestimiento
Las superficies inactivas del hueso están cubiertas por una
Diáfisis
Médula
amarilla
...
Glóbulos rojos
Glóbulos
blancos
Tejido
esponjoso Cartílago epifisiario
Lugar donde se produce
el crecimiento en longitud
del hueso
@~ Médula ósea amarilla
i@
Plaquetas
formada por tejido adiposo
Periostio
recubrimiento fibroso
a partir del cual se va
engrosando el hueso Cartílago articular
oO Zona de unión
c~:g con olro hueso
) Osteocitos
)
~
8
L--------------------OPG OC
Glándulas paratiroideas
Mantenimiento
de la calcemia
Calcitriol
(1 ,25-0 H-0)
Calcitriol Calcitrio 1
(25-0H-D) (1 ,25-0H-D)
de riesgo (Fig. 3-4). La mayorfa de mdos esms factores men- vez, modifican la concentración de las hormo nas y la res-
cionados también están involucrados e n el mantenimiento puesta biológica de los osteoblastos y los osteoclasms. De los
de la masa ósea en la edad adulta, así como en la pérdida ósea numerosos facm res que intervienen en el ámbim sistémico
en la vida, aunque en proporciones variables en compara- y local, se destacan los de naturaleza inmunoendocrina:
ción con su papel en la adqu isición del pico de masa ósea. • La hormona paratiroidt>a (PTH) se secreta en las glándu-
Las hormonas y el tejido óseo se encuenrra n en estrecha las paratiroideas y sus pri ncipales acciones son el aumen-
relación desde el mismo origen de la vida. El crecimiento, to tanm de la resorción ósea, como de la reabsorción ru-
densid ad e integridad de los huesos depende n de una ade- bular renal d e calcio y d e la absorción intestinal de calcio,
cuada funció n d e un grupo de hormonas, tales como la estimulando la síntesis renal de 1,25-vitam ina O y por lo
hormona del crecimiento (G H), las hormon as tiroideas tan m aum entando la calcemia. Su secreció n se incremen-
(T 3 y T 4), las hormonas sexuales (esrrógenos, progestero- ta cuando desciende la calcemia y disminuye cuando ésta
na, tesmsterona), la insulina, los facmres de crecimienro si- aumenta.
milares a la insuli na (IG F), el corrisol, la ho rmona parati- • La vitamina D es producida principalmente por la piel.
roidea (PT H ) y la calcironina (C T). Estas hormon as de- En la piel se simetiza por la acció n de la luz sola r sobre
ben tener concentraciones normales en sangre y van a de- el 7 -d ehidrocolestero l, p e ro de be tra nsforma rse e n
pender de la etapa de la vida por la que se encuentre tran- 1,25-vitami na O para ejercer actividad bio lógica. Esta
sitando la persona (niñez, puberal o de consolidación ósea t ransformación tiene lugar principalmenre en el ri ñón
o pospuberal}. por estímulo de la PT H . Produce un a umenro e n la ab-
sorción intestinal de calcio, mantiene los niveles norma-
les d e calcemia y contribuye a la mineralización normal
@.,.,¡ / / O•l<ociW•
Myo~ 1 ~ ~
Célºd~steoprogeniloras-¡Preo~as-:-r @ ~@
/PPM!y (;)
mesenquim~R 1
unx2
°R 1
unx2
1
tosR 1
unx 2
r
Osteoblaslos Apoptosis
FGF Osx Osx
BMP Wnt Wnt .....---=:::-..
Wnt NFATc1 FGF ~
MITF NFATc1 Células del
SATB2 ATF4 linning
BAPX1
Osteoclástica OC maduro
oc activo
multinucleado
~
CMH
o
CPOC
Diferenciación
M-CSF/c-Fms
PU-1
cg
RANKL
Fusión
TRAF-6
FCRy
DAP1 2
@ Maduración
C-src
lntegrina ~3
MITF c-Fos DC-STAMP CIC-7
Bcl-2 NF-kB Gab2 Atp6i
NFATc1 Atp6v0d2 CatK
CAII
rúan indirectamente mediante el co ntrol de las interaccio- lada por diversos factores en diferentes etapas. Durante el
nes entre ambas estirpes celulares. desarrollo del esqueleto y la fo rmación de tejido óseo, el
Ya se he citado que varias cirocinas regulan la expresión RUNX2 (una proteína) es un factor clave de transcripción
de RANK y RANKL en osreoblastos y osteoclastos, o mo- para inducir el fenotipo osteogénico.
dulan la señalización intracelular mediada por RANK. En El RUNX2 (facto r de transcripción expresado por las
general, las ci rocinas proi nflamarorias, como la IL-1, células progenitoras que estimula la diferenciación ósea) es
TNF-a. e IL-6, parecen actuar siné rgicamente sobre la os- esencial para la diferenciación de los osteoblastos y tam-
reoclastogénesis y promover la función de los osreoclastos. bién para la formación de hueso embrionario. Es esencial
El TNF-a. mejora la estimulación mediada por RANKL, en la diferenciación osteoblástica y en la morfogénesis del
aumenta la movilización de células progenitoras de la mé- esqueleto y actúa como una proteína estructural para los
dula ósea y la osteoclastogénesis e inhibe la actividad osteo- ácidos nucleicos y factores reguladores implicados en la ex-
blásrica. La IL-1 , al igual que el TNF-a., activa la NF-ka- presión génica relacionada con el esqueleto.
ppa B, que promueve la supervivencia de los osreoclasros
y RANKL e induce la expresión de osreoblasros.
En general, las citocinas proinflamatorias, como la IL-1 ,
TNF-a e IL-6, parecen actuar sinérg icamente sobre la os-
o
o Los osteoblastos y las células del estroma son la princi-
pal fuente d e IL-6 en el hueso.
teoclastogénesis y promover la función de los osteoclastos.
Cartilago de
crecimiento
Tejido conectivo
fibroso
Crecimiento en grosor
Vasos sanguineos
1
Crecimiento óseo lo que en el extremo de cada columna se observa un es-
Éste se inicia en la vida embrionaria y sigue hasta la puber- pacio vacío, rodeado por matriz cartilaginosa calcifica-
tad. Al nacer, el niño o la niña disponen d e 70 a 95 g de da, que corresponde al que anteriormente ocupaba un
masa ósea, lo que representa un 3-4% de su peso. Al fina- condrocito. Sobre esta matriz calcificada los osreoblas-
lizar la adolescencia, una chica tiene 2.400 g de masa ósea ros del estroma de la médula diafisaria depositarán hue-
(5% peso) y un chico 3.300 g (6% peso}, de los que el so plexiforme (osificación de tipo endocondral). En el
85 o/o es hueso cortical y ell5 o/o esponjoso; el pico de masa proceso del modelado óseo, este hueso inmaduro será
ósea se establece (peak bone mass-PBM-) en la juventud. sustituido por hueso laminar.
El crecimiento en longitud se efectúa mediante la adición
de hueso nuevo a la cara diafisaria de la placa de crecimien- La región periférica de la placa de crecimienro se denomi-
to o fois. La placa de crecimiento es una estrucrura con for- na zona de Ranvier, que es un anillo de sección triangular
ma de disco que se halla intercalada entre la epífisis y la diá- y base externa que rodea la regió n central de la fisis. Está
fisis. En la placa de crecimiento se distinguen dos regiones, constituida por células inmaduras con diferenciación con-
una central y otra periférica. La región central está constitui- droblástica y osteoblástica. Las primeras podrían contri-
da por cartílago hialino en el que se distinguen cuatro zonas buir al crecimienro circunferencial de la placa de creci-
(desde la epífisis a la diáfisis) (Fig. 3-6}: mienro y las segundas al crecimiento en longitud de la cor-
o Zona germinaL (capa de reserva o de reposo). Es la zona tical diafisaria. El crecimiento en espesor del hueso se lo-
más cercana a la epífisis. Está constituida por células gra mediante la aposición concéntrica subperióstica de te-
cartilaginosas aisladas de forma oval. En esta capa se jido óseo. Las células de la capa más interna del periostio
produce una intensa síntesis de matriz extracelular. se diferencian en osteoblasros que depositan hueso direc-
o Zona prolifemtiva. Está constituida por células cartilagi- tamente sobre la superficie externa de la cortical diafisaria
nosas que se disponen en columnas paralelas al eje longi- (osificación de tipo intramembranoso}.
tudinal del hueso. En esta zona también existe una inten-
sa síntesis de matriz extracelular. Las células de cada co-
o
lumna parecen dividirse al unísono, pero de manera asin-
crónica con respecto a las de las columnas restantes.
Zona de cartllago hipertrófico. Los condrocitos de esta
La unidad básica mu lticelular del hueso comprende los
osteocitos, osteoclastos y los osteoblastos. Su actividad
se rige por las fuerzas mecánicas, hormonas !por ejem-
o
plo, la hormona paratiroidea y la hormona del crecimie n-
zona maduran y adquieren forma redondeada, y su ta- to l. citocinas y factores locales.
maño aumenta a medida que se alejan de la epífisis.
o Zona de cartflago calcificado. En esta zona la matriz car-
tilaginosa se mineraliza. El núcleo de los condrociros Las hormonas (factores sistémicos) que intervienen en
pierde cromatina (cariólisis} y su citoplasma se vacuoli- el control del crecimiento óseo se pueden dividir en cuatro
za. Finalmente estas células mueren y desaparecen, por grupos:
· 3 • Fisiología del tejido óseo 41
• Hormonas necesarias para el crecimiento: hormona de probable que existan factores mecán icos de carácter local
crecimiento, hormo na tiroidea, insulina. que pueden influir sobre el mismo. En este sentido, existen
• Hormonas inhibidoras del crecimiento: co rrisol. datos que muestran que la tensión que ejerce el manguito
• Hormonas activado ras de la maduración: hormonas se- perióstico sobre ambos extremos óseos es un factor determi-
xuales. nante que contribuye a q ue aparezcan osteoclastos sobre la
• Hormonas reguladoras óseas: PT H, vitamina D y CT. superficie externa del cono metafisario. En las metáfisis, el
crecimiento óseo se asocia a fenómenos de resorción en la
Los fac tores locales que influyen sobre el crecimiento son superficie externa y de formación en la interna, mientras
de tipo nervioso, inmunológico y mecánico. El mecanis- que en las diáfisis ocurre lo contrario. Este p roceso se d eno-
mo por el que el sistema nervioso interviene sobre el creci- mina modelado óseo y permite que los distintos huesos con-
miento óseo parece ser de forma indirecta a través del con- serven su forma durante el proceso de crecimiento.
trol del flujo sanguíneo. Las cirocinas actúan tanto de En la infancia hay una muy alta tasa de recambio óseo
modo local como general, y lo hacen por su efecto modu- en el que la formación excede a la resorción. Por su parte,
lador del p roceso. Son importantes reguladores de la fun- en la edad ad ulta, la formació n y la resorción están en
ción de los osteoclastos y osteoblastos, y la mayoría de ellas equilibrio aproximado, pero en la edad avanzada se prod u-
parecen actuar sinérgicamente sobre la osteoclasrogénesis ce una pérdida neta de hueso.
y la promoción de la función de los osteoclasros.
El resultado de la acción de las fuerzas mecánicas de-
pende de su intensidad, su dirección y su sentido. Las fuer-
zas de compresión paralelas a la dirección del crecimiento
La tasa de recamb io óseo, ma triz de colágeno, tamaño, es-
tructura, geometría y densidad ósea se combinan para de-
o
terminar las propiedades mecánicas del hueso en general.
disminuyen la actividad de la fisis. Las fuerzas de tracción
paralelas a la dirección del crecimiento, si son de pequeña
intensidad, pueden incrementar ligeramente el crecimien- En el adulto, cerca de un 8% del tejido óseo es renova-
to, pero si son de gran magnitud pueden causar epifisióli- do anualmente (superior en el joven que el anciano). El re-
sis (véase el capítulo 34, «Epifiólisis uaumáticas») o fusión modelado óseo se lleva a cabo mediante la acción sucesiva
prematura. Las fuerzas perpendiculares a la dirección del de osteoclastos y osteoblastos sobre una misma superficie
crecimiento producen un efecto deformante que es direc- ósea. Cada «ciclo de remodelado» consta de tres fases: re-
tamente proporcional a la fuerza aplicada e inversamente sorción, reposo o inversión y formación (Fig. 3-7) .
proporcional al diámetro del hueso. En la fase de resorción, un grupo de osteoclastos se di-
ferencia a partir de sus precursores y erosiona la superficie
ósea dando lugar a imágenes en sacabocados conocidas
Osteoclastos
~ Reabsorción
Estructura del hueso
Osteoblastos ~ Formación
Matrizosteoide ~
Mineralización
Alfa2 -glicoproteína - HS
Fosfatasa alcalina específica del hueso Es un polipéptido circulante que se concentra selectiva-
La actividad de la fosfarasa alcalina procede de diversos te- mente en el hueso mineralizado en una proporción l OO ve-
jidos, mies como hígado, hueso, placenta, ere., pero son las ces mayor que otras p ro teínas plasmáticas debido a su ab-
isoformas ósea y hepática las más frecuentes (90 %). Am- sorción preferente en las superficies de absorción de la hi-
bas se encuentran en la misma proporción en el individuo drox.iapatita. Dado que su síntesis hepática es constante, su
sano y se diferencian en el parrón de glucosilación. cantidad en el suero estará en función del grado de forma-
La isoforma ósea posee la ventaja de no presentar varia- ción ósea, disminuyendo o aumentando al aumentar o dis-
ción entre sexos y no estar influida por el ritmo circadia- minuir respectivamente la formación de hueso.
o
no, de forma que presenta una baja sensibilidad y especifi-
cidad en el estudio de la enfermedad metabólica ósea.
El análisis de los marcadores bioquímicos de remodela-
La fosfatasa alcalina tiene una importante variabilidad do óseo, repetido en intervalos cortos, permite una eva-
interindividual. Para su interpretación hay que tener en luación del recambio óseo de fo rma seriada.
cuenta su importante aumento durante el crecimiento y
embarazo. Debido a su baja especificidad, origen óseo y
exrraóseo, su elevación no es capaz de de rectar cambios su-
riles del remodelamiento óseo de la osreoporosis. Marcadores de r esorción ósea
Históricamente, la determinación de calcio urinario fue la
Osteoca lcina primera prueba utilizada para evaluar la resorción ósea. Sin
La osreocalcina (bone GLA protein, BGP) es la proteína no embargo, el hecho de estar infl uida por diversos factores,
colágena más abundante de la matriz extracelular. Especí- tales como la ingesta cálcica, la absorción intestinal o el
fica del hueso y la dentina, se encuentra elevada en si- umbral renal de excreció n de calcio, la convierte en una
tuaciones de recambio óseo acelerado, posee una vida determinación con escasa sensibilidad y especificidad, por
media corra y se elimina por vía urinaria, por lo que sus lo que actualmente está en desuso (Tabla 3-2).
niveles estarán incrementados en situaciones de insufi-
ciencia renal.
Está sintetizada por los osreoblastos maduros, odonto-
blastos y condrocitos. Se considera un marcador sensible y
La determinación del calcio urinari o para evaluar la re-
sorción ósea es una prueba con escasa sensibilidad y es-
pecificidad, por lo que actualmente está en desuso.
o
específico de la actividad osreoblásrica, si bien en parte
puede derivar de la resorción ósea.
Es una de las prO[eÍnas óseas no colágenas del hueso y
llega a constituir el25% de las proteínas de la matriz. Una Hidroxiprolina
fracción de la proteína recién si ntetizada se libera directa- Se encuentra casi exclusivamente en las fibras colágenas, de
mente a la circulación en proporción al ritmo de forma- las que es el aminoácido más abundante. El 90% circula
44 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección l. Generalidades
~~ RESUMEN
o El tejido óseo [huesos! junto con e l sistema articular y el cuales hay que añadir la suficiente estimulación a través
músculo constituye n el aparato locomotor. del movimiento.
o El tejido óseo es muy dinámico y está form ado por células
o La estatura definitiva que puede alcanzar un individuo, así
rodeadas de una s ustancia inerte y dura.
como la adecuada s a lud e integración de su tejido óseo,
o La remodelación ósea [formació n y deg rad ación! es un dependen en gran me dida de su constan te interacción con
proceso co ntinuo en el cual participa n numerosos elemen- las hormonas, desde la etapa embrionaria hasta los últi -
tos (bioquímicos, inmunológicos, hormonales, etc.l a los mos momentos de la vida.
1. ¿Cuáles son los constituyentes celulares del hueso? 8. En relación con el crecimiento óseo, describa las cuatro zo-
nas que se dis tinguen en la región central, const ituida por
2. ¿Cuál es el papel de los constituyentes no celulares de l cartílago hialino.
hueso?
9. ¿Cuál es la unidad básica multicelular del hueso?
3. Describa los tipos de médula ósea existentes.
10. Descri ba esquem áticame nte el proceso de mode lado óseo.
4. Enumere los factores inmunoendocrinos que intervienen en 11. Enumere los principales marcadores bioquímicos de forma-
la remodelación ósea. ción ósea.
5. ¿Cuál es el papel de las célu las T? 12. Enumere los principales marcadores bioquímicos de resor-
ción ósea.
6. ¿Cuál es el papel de las células B?
13. ¿Cuál es el patrón según el cual los huesos responden a las
7. ¿Cuál es el papel del RUNX2? fuerzas aplicadas sobre su superficie?
46 Parte 1. Cirug ía ortopédica y traumatología -Sección l. Generalidades
PREGUNTAS DE AUTOEVALUACIÓN
El
•
La médula ósea es un tejido duro localizado en el inte-
rior de los huesos del organ ismo, donde e l tejido fibro-
clastos. so da soporte a las células progenitoras.
I:J Los osteoblastos sintetizan el componente orgánico de IJ!I Las proporciones de médula ósea roja y amarilla de-
la matriz ósea colágeno de tipo l. penden de la edad del sujeto, pues durante la vida del
individuo la médula sufre un proceso de conversión.
D Los osteocitos tienen una escasa actividad metabólica
pero su preservación es necesaria para que el tejido D La concentración de las hormonas que regulan e l meta-
óseo mantenga sus propiedades biomecánicas. bolismo del calcio determina la dirección del recambio
óseo, pero los factores locales modulan el efecto fina l.
1m Los osteoblastos reabsorben el hueso en dos fases:
primero s olubilizan el mineral y luego digie ren la ma- mJI Los efectos del RANKL están mediados por su unión a
triz orgánica. un receptor específico.
Snlllrior~rs y más ~
prtgrmtaJ y
ENLACES DE INTERÉS. WEBGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
GLOSARIO
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Realizar una anamnesis orientada al diagnóstico de las patologías que afectan al sistema musculoesquelético, in-
terpretando su significado.
• Exploración del sistema musculoesquelético utilizando todos los métodos de valoración e instrume ntos necesa -
rios.
• Manejo de las escalas de evaluación del dolor.
• Hacer una inspección del sistema musculoesquelético y deducir qué estructuras se encuentran afectadas.
• Realizar una palpación protocolizada de superficie a profundidad.
• Valoración de la movilidad y de la función muscular utilizando los recursos necesarios.
• Conocer las aplicaciones de la etectromiografia.
• Interpretación de las pruebas analíticas.
• Elaborar, de forma sistemática, una historia clínica de tos pacientes con patologías del sistema muscutoesqueté-
tico.
47
- . . - . - - - . -
48 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección l. Generalidades
EXPLORACIÓN
La inspección ya comienza cuando el paciente entra en la
sala de exploración, an tes de iniciar la anamnesis.
o
Es básica en el diagnóstico. D ebe ser minuciosa y ha de es-
tar estandarizada. El paciente tiene que estar cómodo y re-
lajado. Tiene varios apartados con un orden establecido. Análisis de la postura
Debe formar parte de la exploración del sistema muscu-
Observación visual o inspección loesquelético, ya que algunas posturas anormales pueden
Su objetivo es detectar todas las alteraciones visibles tanto estar relacionadas con enfermedades, aunque no todas las
en reposo como en movimiento: alteraciones posrurales son patológicas.
• Alteraciones morfológicas como hipertrofias, atrofias o El análisis se realizará desde los planos anterior, poste-
deformaciones. rior y lateral, buscando asimetrías, rotaciones, inclinacio-
• Dismetrías y asimetrías. nes o desniveles que alteren el esquema corporal. Se valo-
• Desalineaciones. rarán desviaciones axiales como gen u valgo o varo en el pla-
• Limitaciones funcionales apreciables y qué las provoca. no frontal, gemt rewrvntum en el plano sagital, etcétera.
50
Palpación
Para realizar una palpación correcta es muy importante la pos-
La prueba del pliegue cutáneo de Kibler se utiliza para
detectar el gros or, el grado de deslizamiento y zonas do-
o
lorosas de la piel.
cura del explorador y la del paciente. La posición del pacien-
te va a depender de la localización de la zona que se debe exa-
minar: de pie, senrado, en decúbito o en posturas especiales.
Palpación musculotendinosa
La palpación se debe ejecutar de manera ordenada, exa-
minando con la mano (yema de los dedos índice, medio y Se continuará la palpación con capas más profundas, ex-
a veces el pulgar) desde las estructuras más superficiales a plorando músculos, rendones y ligamentos. Se p uede valo-
4 • Valorac10n clmrca y ortopedrca. Pruebas dragnos trcas 51
rar el cono muscular, tumefacción, crepitaciones o dolor a rosa o se aprecian deformidades o tumefacción, estos daros
la palpación. pueden orientar hacia determinadas enfermedades o frac-
Palpación de los músculos. Se realizará de manera curas. No obstante, la valoración específica de los h uesos se
sistemática, desde una inserción hacia la otra y perpendi- debe real izar mediante diagnóstico por imagen.
cular a la disposición de las fibras. H ay q ue explorar el
rono muscular en reposo y en tensión (normal, hiperto- Exploración vasculonerviosa
nía o aton ía), si existen contracturas, la capacidad de des- La palpación de vasos sanguíneos y nervios debe comenzar
plazamiento de las capas musculares y la sensibilidad al por localizar las estructuras que se quiere examinar. Las pa-
dolor. tologías vasculares pueden se arteriales o venosas. Las ve-
En los músculos se puede estudiar: nas se pueden apreciar acordonadas y duras, signos de fle-
• Masa muscular: q ue varía con la edad, el sexo, la cons- bitis o varicosidades. La palpación arterial permite encon-
titución corporal, la profesión, el estado nutricional y el trar puntos dolorosos relacionados con arceritis, claudica-
entrenamiento. En la evaluación del volumen muscular ción intermitente, etc. H ay que detectar si las paredes vas-
interviene la inspección y la palpación. Para la estima- culares son elásticas o rígidas (signo de esclerosis) y si se
ción de la masa muscular existen diferentes técnicas ci- siente el pulso.
neantropométricas que analizan la composición corpo- Para la determinación precisa y cuantitativa se recurre a
ral y otros métodos co mo la impedancia bioeléctrica o métodos instrumenrales como el doppler, la oscilografía, la
algunos índices bioquímicos. Se puede encontrar: pletismografía, la angiografía y la flebografía.
- Atrofia muscular: que consiste en una pérdida de vo- En la exploración neurológica, hay q ue comenzar pre-
lumen muscular y puede producirse por alteraciones gunrándose si es el sistema nervioso el que causa la mani-
musculares, inmovilizaciones, enfermedades neuro- festación y qué parte de él.
lógicas, desnutrición, edad avanzada, etc. La atrofia La exploración clínica del sistema nervioso tiene much a
muscular conlleva una pérdida de fuerza y suele importancia para el diagnóstico y debe abarcar la valora-
acompañar a las patologías articulares. ción de las funciones motoras, reflejas y sensitivas de todo
- Hipertrofia o aumento del tamaño del músculo: se el cuerpo. Además, hay que tener en cuenca el examen de
observa en individuos que realizan entrenamiento in- la forma de los nervios periféricos y determinar a la palpa-
tenso, en casos raros de miotonía congénita, etcétera. ción si existen e ngrosam ientos, ya que es muy útil en la va-
• Tono muscular o resistencia a la movilización pasiva: loración de los pacientes con neuropatías periféricas.
depende del sistema nervioso y su evaluación es difícil
si no se tiene experiencia. Entre las alteraciones del tono Exploración articular
se puede encontrar: La exploración articular debe ser sistemática, exhaustiva y
- Hiperconía o aumento del tono: hay diferentes for- bilateral. Comienza con la observación de las actitudes es-
mas de hiperronía y suelen estar relacionadas con en- pontáneas. Hay que detectar cumef.1cciones (derrames sino-
fermedades del sistema nervioso. viales, hemartros), dolores y limitaciones de la movilidad.
- Hipotonía o pérdida del tono normal: los músculos La evaluación de la movilidad articular, tanto activa como
están flácidos y hay una disminución de la resisten- pasiva, será la parte final de la exploración articular. La mo-
cia al movimiento pasivo. Se observa en patologías vilidad pasiva es mayor que la activa y se debe explorar incre-
del sistema n ervioso. mentando lenramente el arco de movimientos hasta que se
alcance la máxima amplitud. Se analizará si el rango de mo-
Palpación de los tendones. Se hará en la dirección de las vimientos es normal, está aumentado o disminuido.
fibras. Se d ebe valorar el dolor, edema, crepitación y mo- Asimismo, co mo gran parte d e la patología articular es
vilidad. La palpación se puede realizar estando el paciente asimétrica, hay que comparar la movilidad de una articu-
en reposo o en movimiento (activo o pasivo): durante la lació n con su contralatetal. Dada la enorme variabilidad
contracción isométrica y durante la relajación muscular. de amplitud de movimien tos que existe entre las personas,
Las vainas sinoviales, los ligamentos anulares y las bolsas dependiendo de las características genéticas, la edad o el
serosas o sinoviales se exploran para buscar tumefacción y sexo, la mejor referencia se enc uentra en la articul ación
crepitaciones. conrrala teral a la que se está explorando.
El examen se realizará en bipedestación para estudiar
Grados de fuerza
Interpretación
en la escala MRC
o
rrollar un músculo o grupo muscular med iante una con-
sencia de movimiento articular. Los equipos que se utilizan tracción voluntaria máxima.
para este tipo de evaluación son los dinamómetros isométri- Para evaluar la fuerza de manera directa se utilizan mé-
cos. Es ideal en aquellos casos en que está contraindicado el todos cuantitativos como evalua ciones isométric as, iso-
movimiento articular, aunque no mide potencia ni trabajo. tónicas e isocinéticas.
La evaluación isotónica mide la tensión producida po r
un músculo o grupo muscular sobre la totalidad o parte
del campo cinético de una articulación. La fuerza isotóni- ELECTRODIAGNÓSTICO PERIFÉRICO
ca se puede determinar mediante la contracción concéntri-
ca (aco rtamiento muscular) o la contracción excéncrica En el electrodiagnóstico actualmente se emplea la electro-
(alargamiento por una fuerza externa del músculo contraí- miografía o los estudios de conducción nerviosa.
do). Se pued en medir utilizando pesas u otros aparatos
más sofisticados como los dinamómetros. Electromiografía
Un músculo puede p roducir tensión dinámica tamo La electromiografía consiste en registrar la actividad eléc-
por acortamiento como por elongación. Cuando la fuerza trica procedente de los músculos en reposo y durante la
y la tensión producidas por el músculo superan a la resis- contracción. Es un mérodo muy útil para d eterminar la ac-
tencia externa opuesta, se produce aco rtamiento m uscular tividad muscular (actividad eléctrica) y sus patrones de ac-
y la contracción dinámica es concéntrica; si la resistencia tivación. Estudia los potenciales de acción de los múscu-
exrerna opuesta al movimiento excede la capacidad del los, por lo que proporciona información del es tado en que
músculo para generar tensión, se produce una elongación se encuentran los diferentes componenres de la unidad
muscular y la contracción dinámica es excéntrica. motora y aporta datos del funcionamiento de las moto-
Para la evaluación isocinética se usan los dinamóme- neuronas, la unión neuromuscular y el músculo. Permite
tros isocinéticos, que permiten cargar una articulación con realizar una medida indirecta de la fuerza eje rcida por u n
una resistencia variable, a un a velocidad predeterminada músculo, del comienzo de su activación y del nivel de fatiga.
(de 1o a 500°/s), de forma que el músculo puede generar Para recoger las señales electromiográficas se p ued en
la máxima fue rza posible durante todo el recorrido articu- utilizar electrodos de aguja o profundos (existen diversos
lar. Por tanto, el ejercicio isocinético permite que los mús- modelos) que se insertan en el viencre del músculo o elec-
culos puedan concraerse a su potencial máximo para todo trodos d e superficie. Los electrodos de superficie van pega-
el alcance cinético de la articulación. dos a la piel que recubre a los músculos que se pretende es-
Con los d inamómetros isocinéticos se puede valorar la tudiar; su mayor inconveniente es que cuanto mayor sea el
fuerza, el trabajo y la potencia muscular. Mediante esta grosor del tejido subcutáneo, menor será la señal registrada.
técnica también se puede d eterminar el tono muscular con La electromiografía de superficie es menos invasiva, pero el
mayor precisión que con la evaluación manual tradicio nal. registro presenta mayor número de artefactos (Fig. 4-5).
nervio periférico y el registro del potencial de acción resul-
tante q ue puede ser sensitivo o motor.
A' 1
DIAGNÓSTICO POR IMAGEN
El d iagnóstico por imagen se basa en la utilización de téc-
nicas para obtener imágenes del interior del cuerpo de for-
ma no invasiva, con fines diagnósticos, o para servir de
guía en la introducció n en el organismo de algunas tera-
pias. Se debe solicitar la técnica menos cruenta y menos
costosa que permita realizar un diagnóstico preciso (véase
Figura 4-5. Electromiografía de superficie con capacidad para
el capítulo 5 d e este manual).
ocho ca nales.
PRUEBAS DE LABORATORIO
L'l señal captada por los electrodos es amplificada y filtra-
da, y se convierte en señal digital. El músculo normal en re- Las pruebas de laboratorio son básicas para confirmar o excluir
poso no muestra actividad eléctrica, excepto la presencia oca- el diagnóstico de muchas enfermedades del sistema muscu-
sional y breve de potenciales de inserción (de poca d uración) loesquelético (especialmente las reumáticas) al aporrar datos,
que se originan al penetrar el electrodo en el músculo y de po- en muchas ocasiones, necesarios. L'llllbién son útiles para rea-
tenciales de placa cuando la aguja está en la proximidad de la lizar el seguimiento clínico y valorar la respuesta al tratamien-
placa morara. Al contraerse aparecen las señales de los poten- to. No obstante, las pruebas de laboratorio no son exclusivas
ciales de acción de las unidades motoras, cuyo número crece para identificar una patología, como tampoco lo es el diagnós-
a medida que aumenta la intensidad de contracción. tico por imagen, sino que son pruebas complementarias.
Esta técnica se utiliza en el estudio de la hiperactividad
o hipoactividad muscular (hipertrofia, debilidad o atrofia), Análisis de sangre
análisis de los equilibrios musculares (agon istas-antagonis- En una analftica sanguínea se ha n de considerar los si-
tas o musculatura simétrica), espasmos musculares, m io- guientes aspectos.
parías, distrofias, neuropatías, lesiones de plexos y de ner-
Hematocrito y hemoglobina
vios periféricos. Es una técnica que depende parcialmente
de la subjetividad del explorador, pero en la actualidad se En las enfermedades reumáticas puede haber anemia pro-
considera que tiene una gran sensibilidad y especificidad. ducida por el sangrado por la ingesta de antiinflamatorios
no esteroideos y también por la propia inflamación cróni-
ca de enfermedades como el lupus eritematoso sistemático
Recuento de leucocitos
El número de glóbulos blancos o leucocitos aumenta en al-
Cuando hay una denervación de un músculo, a partir gunas enfermedades inflamatorias; mientras que con de-
de los 15 a 21 días se produce una actividad eléctrica es- terminados fármacos o en algunas enfermedades como el
pontánea en el músculo en reposo y durante la regenera- lup us puede disminuir.
ción nerviosa aparecen unos potenciales polifásicos de lar-
Recuento de p laquetas
ga duración denominados potenciales de recupemcióu.
Las enfermedades musculares, como la distrofia muscu- El n úmero de plaquetas puede ser bajo por la propia enfer-
lar u otras miopatías, tienen una escasa o nula actividad es- m edad o como reacción a un fármaco.
pontánea, pero durante la contracción voluntaria se ven
potenciales anómalos. Velocidad de sedimentación globular
Es una prueba muy sensible para deteCtar inflamación, pero es
muy inespecífica. Su incremento se debe al aumento de la con-
La electromiografía no aporta una valoración directa de la
centración de algunas proteínas que fuvorecen la agregación de
la VSG, ya que no se modifica con variables como la edad to rio el C3 y el C4, que suelen dism in uir en enferme-
o el sexo. En algunas enfermedades reumáticas existe una dades con un componente inflamatorio elevado debido
correlación elevada entre los valores de la proteína y la e a que se están consumiendo; así, en el lupus y en las en-
gravedad del proceso. fe rmedades por inm unocomplejos suelen estar bajos.
• Sistema H LA (human !eukocyte muigen): es un conjun-
Pruebas inmunológicas to de proteínas que están en la membrana de las células
El sistema inmu nológico interviene en la defensa contra y actúan a modo de señal. Muchas enfermedades se aso-
las infecciones, pero duran te el proceso inflamatorio, en al- cian a un H LA determinado y en las enfermed ades reu-
gunas enfermedades, se produce la síntesis de anticuerpos máticas el HLA-B27 se relaciona con las espondiloar-
dirigidos con tra estructuras propias d el organismo (enfer- rropatías, y especialmente con la espond ilitis anquilo-
medad es au toin m unes). La d eterminación d e estos au- sanre en un 95 % d e los casos.
roamicuerpos puede ayudar a co nfirmar el diagnóstico y
valorar el seguimiento d e estas enfe rmedades.
• Factor reumatoide: está p resente en la sangre del 7 0-
90% d e las personas que tienen artritis reumatoide o
Las pruebas de laboratorio s on básicas para confirmar o
excluir el diagnóstico de muchas enfermedades del sis-
o
tema mus culoesque lético.
enfermedad de Sjogren, pero también p uede estar ele-
vado en otras enfermeda des reumáticas, inflamatorias o
infecciones. Cuando la enfermedad está muy activa, los
niveles d e factor reumatoide suelen ser altos, mientras Estudio del líquido sinovial (artrocentesis)
que cuando está en remisión, puede llegar a desaparecer. En las articulaciones normales existe una mínima canti-
d ad de líquido sinovial que nutre y lu brifica los cartíla-
gos articulares y meniscos. En las patologías articulares
o
El 5-1O% de las pe rs onas s anas tie nen este au toanti- inflamacorias (artritis), el líquido au menta en cantidad y
cue rpo positivo y este porcentaje aumenta con la edad.
camb ia sus características (color, densidad, composició n
Por eso su presencia tiene que ser valorada junto con el
cuad ro clínico de cada paciente. y celularidad). Se p uede exrraer el líquido por artrocen-
tesis y su esrudio puede ayudar a realizar algunos d iag-
nósticos y a diferenciar las arrritis inflamatorias de las que
• Anticuerpos antin ucleares: son au toan ticuerpos d irigi- no lo so n.
d os contra an tígenos nucleares de las propias células. En el análisis macroscópico del líquido sinovial hay que
Son positivos en la mayoría de los pacientes con lupus fij arse en la apariencia, el color y la viscosidad, y en el es-
eritematoso sistemático, p ero también pueden presen- tudio microscópico hay q ue analizar el recuento celular
tarse en otras enfermedad es. H ay de diferentes tipos: (Tabla 4-3).
- Anticuerpos anti-DNA. Cuando el líquido sinovial es hemático (hemarrros) hay
- Anticuerpos ami-Ro y ami- La. q ue pensar en rotura de estructuras articulares (esguinces,
- Anticuerpos ami-Sm. rotura del ligamento cruzado an terio r o frac turas).
- Amicuerpo ami-Scl-70 .
Anticuerpo anti-cenrrómero. EXPLORACIONES ESPECÍFICAS DE TEJIDOS
• Sistema del complemento: es u n grupo de p roteínas
normales de la sangre q ue ju nto con los an ticuerpos En general, las pruebas complementarias sirven para con-
d estruyen las bacterias. Actúan amplificando la respues- firmar el diagnóstico clínico. Entre las pruebas comple-
ta inm une. Habitualmente se determinan en el labora- mentarias están: la punción, la biopsia y la arrroscopia.
Inflamatorio Artritis inflamatoria , artritis Amarillento, turbio, menos viscoso 2.000- 50.000
(Grupo lll reumatoide, lupus >50%
~~ RESUMEN
• El diagnóstico de las lesiones y enfermedades del sistema movilidad activa y pasiva, ya que pueden ser de gran ayuda
musculoesquelético requiere de un análisis protocolizado que diagnóstica. Para valorar la movilidad, se pueden utilizar
ha de comenzar con la anamnesis que evidencia los motivos diferentes métodos y aparatos como goniómetros, inclinó-
de la consulta. Hay que preguntar al paciente si siente dolor, metros, etcétera.
cuáles son sus características y realizar una valoración me-
• La valoración de la fuerza muscular tiene también una
diante alguna de las escalas validadas científicamente.
gran importancia, debido a que su pérdida acompaña a
• La exploración será minuciosa y ha de iniciarse con la ins- muchas patologías. Se puede estudiar con métodos cuali-
pección para detectar todas las alteraciones visibles, tanto tativos, que utilizan escalas manuales, o cuantitativos uti-
en reposo como en movimiento, incluyendo el análisis de la lizando dinamómetros.
postura y de la marcha.
• Otro método de diagnóstico muy útil para determinar la ac-
• La palpación comenzará por las capas más superficiales tividad muscular y nerviosa es la electromiografía, que
(piel y tejido celular subcutáneo!. seguirá con las capas consiste en registrar la actividad eléctrica procedente de
musculotendinosas y llegará a las estructuras más profun- los músculos.
das como vasos, nervios y sistema esquelético.
• En ocasiones para llegar a un diagnóstico definitivo hay que
• También hay que realizar una exploración articular, eva- recurrir a pruebas de laboratorio específi cas o al diagnós~
luando el dolor, la tumefacción, los ruidos articulares y la tico por imagen.
1. ¿En qué consiste la escala EVA de evaluación del dolor? 9. ¿Qué es un goniómetro?
2. Señale cuál es el objetivo principal de la inspección. 10. Describa la clasificación de Kendall de fuerza muscular.
3. Indique algún método de análisis de la marcha. 11. ¿Cuál es el concepto de contracción excéntrica?
4. ¿Es importante el análisi5 de la marcha para valorar la lon- 12. ¿Qué es la electromiografía de superficie?
gitud de paso?
13. ¿Cuál es La utilidad de La eLect rom iog rafía en el diagnóstico?
5. ¿Cuál es la utilidad de la prueba del pliegue cutáneo de Kibler?
14. ¿Para qué sirve la prueba de la VSG y en qué se diferencia
6. ¿Qué es la atrofia muscular?
de la proteína e reactiva?
7. ¿Qué significado clínico tiene un chasquido articular?
15. ¿Qué significado tiene la positividad del factor reumatoi -
B. ¿C uáles son las ca usas de tumefacción articular? de?
58
HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE
fEI
•
2. Señale la respuesta correcta sobre la exploración del siste-
BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA
GLOSARIO
~
ID
11
g
o
co y la práctica laboral, una serie de trasmrnos musculoes-
queléricos y lesiones, muchas veces recurrentes al reiterar-
El manejo de Lesiones traumát icas de pa rtes bla ndas
se en la práctica. Sus mecanismos de producción varían
debe ser realizado po r parte de especialistas en ultraso-
desde una irrupción brusca de la agresión, con la produc- nografía musculoesquelética.
ción de una lesión aguda, hasta la provocación de lesiones
por sobrecarga o sobreuso, relacionadas generalmente con
un mecanismo de repetición o reiteración de determinados En general, en este tipo de lesiones el objetivo será al-
gesms o movimienros de estructuras del aparam locomo- canzar tanto un diagnóstico exacto en el menor tiempo
tor necesarios para la práctica laboral o deportiva. posible para poder instaurar un tratamiento inmediaro
Para una correcta atención y tratamiento de las lesiones como realizar un seguimiento de la terapia de la lesión, y
del tejido musculoesquelético en la actualidad es funda- asf permitir acortar la recuperación. La técnica ecográfica
mental llevar a cabo un diagnóstico exacto y preciso de la es un pilar básico en el estud io de todas las lesiones; per-
lesión, o para descartarla o hacer un diagnóstico diferen- mite efectuar un control y seguimienro riguroso y detalla-
cial. Esto significa la necesidad de realizar, además de u na do de éstas y valorar su evolución temporal (diaria, sema-
completa anamnesis y exploración física, una técnica ex- nal, ere.).
o
ploratoria de imagen que permita objetivar la lesión y su
seguimienro ame la terapia prescrita. La decisión de reali-
Para establecer un diagnóstico exacto y preciso de las le-
zar una u otra técnica exploramria se adoptará basándose
siones del tejido musculoesqu elético, resulta im prescin-
en los daros obtenidos en la historia clínica y en la explo- dible realizar una técnica explo ratoria de imagen.
ración, si bien la ecografía musculoesquelética aventaja y
tienes m enos inconvenientes que la radiografía o la reso-
nancia magnética nuclear como técnica exploratoria de
NOMENCLATURA BÁSICA EN EL DIAGNÓSTICO
imagen en la mayoría de las lesiones de panes blandas.
POR ULTRASONIDOS
En la práctica diaria, el manejo de lesiones traumáticas
de partes blandas por parte de especialistas en ul trasono- La base física de los equipos de diagnóstico ecográfico son
grafía musculoesquelética permite aproximarse al estudio los ultrasonidos, que so n ondas acústicas de muy alta fre-
de la lesión de forma íntima y exacta, si bien requiere dis- cuencia, de 15.000 a 20.000 herzios, inaudibles para el
59
oído humano. El sonido se transmite a través de los distin-
tos medios, aunque es el medio líquido el mejor elemento
de transmisión en el organismo, a través del cual el sonido
viaja a la velocidad de 1.500 mis.
La ecografía <El> , por tanto, es la representación en for-
ma de imagen de los ecos reflejados en las distintas estruc-
turas del organismo. Estas imágenes se forman a base d e
integrar los sonidos en el tiempo que tardan en atravesar
distintas densidades, se reflejan en las superficies y rebotan
de nuevo a la sonda. La imagen ecográfica se forma cuan-
do el haz de ultrasonidos choca con los tejidos situados de-
bajo del transductor. Como consecuencia de ello, pueden
aparecer distintos tipos de imagen.
Clásicamente (Lin, Fessell, Jacobson, Weadock & Ha-
yes, 2000) se han distinguido cuatro tipos de imágenes
atendiendo a la escala de grises.
Figura 5-2. Imagen hipoecoica. En el estudio longitudinal realiza-
Imagen anecoica o anecogénica do a la altura de la articulación acromioclavicular, s e demuestra la
presencia de un abomba miento de la capsula articular lflechasl y
Se genera cU<111do un medio no contiene interfases en su por debajo una amplia zo na de contenido hipoecoico que corres-
interior y no se forman ecos; en este caso la imagen en la ponde al espacio articular.
escala de grises se ve negra por completo. Generalmente
son anecoicas las lesiones totalmente líquidas (Fig . 5-l), y gen se verá en gris más oscuro que el tejido circundante
pueden serlo también aquellas im;Í.genes sólidas que no (Fig. 5-2).
presentan interfases de intensidad s uficiente, por ser el pa-
rénquima muy homogéneo y predominantemente celular,
sin vasos ni colágeno. En estos casos, a diferencia de las le-
siones líquidas, no se observará la presencia del artefacto
La imagen hipoecoica se ve en gris más oscuro que el te-
ji do adyacente.
o
denominado refuerzo posteri01~
Imagen « en cola de cometa» o reverberación Figura 5-5. Artefacto de sombra acústica posterior producido por
una calcificación en el tendón supraespinoso. Obsérvese que la
Cuando el sonido atraviesa dos superficies de una impe- sombra acústica de la calcificación borra la línea hiperecoica sub-
dancia acúsríca muy diferenre, y una de ellas es muy eco- yacente, que corresponde a la cortical del húmero. Se trata de una
génica, se produce este fenómeno que consiste en la repe- imagen típica de tendinosis ca lcificante.
tición de la imagen y su reverberación en planos más pro-
fundos hasta desaparecer. Se origina porque al chocar el
primer eco con el tejido fuertemenre ecogénico, rebota ha-
cia el transductor, vuelve a reflejarse en éste, y se repite el
La imagen «e n cola de cometa» indica la presencia de
cuerpos extraños o gas intr atis u lar.
o
ciclo hasta que pierde su intensidad y se agora.
Suele producirse frecuenremenre cuando el ultrasonido
choca con objetos metálicos, objetos de cristal y estructu- Sombra acústica posterior
ras que conrienen gas, lo cual sirve de ayuda en el diagnós- Se produce por la detención del ultrasonido en una su-
tico de cuerpos extraños o en situaciones de producción o perficie muy reflectante y, por tanto, muy ecogénica, que
inrroducción de gas en los tejidos. La imagen originada no deja pasar el sonido al siguiente medio. Supone una
también se llama •<en cola de cometa» o <<sombra sucia», ausencia de señal detrás del tejido, que provoca una zona
en caso de que sea gas el que la produzca. También, cuan- anecoica que se extiende en profundidad desde la zona
do se realiza un apoyo incompleto de la sonda sobre la reflectanre. Es típico de las superficies óseas, calcificacio-
zona lesionada, se puede provocar este artefacto de rever- nes (Fig. 5-5) , fibrosis o cicatrices de gran tamaño, pre-
beración, por interposición de aire enrre la piel y el trans- sencia de gas y ante la presencia de algunos cuerpos ex-
ductor (Fig. 5-4) . traños.
o
Figura 5-4. Artefacto de reverberación. Cuando hay mucha dife-
rencia de ecogenicidad entre dos superficies se produce este fenó- Los derrames producen una imagen de refuerzo poste-
meno. que recuerda una cola de cometa, como sucede al interpo- rior.
nerse aire entre el transductor ecográfico y la piel.
62 Parte 1. Cirugía or topédica y traumatología- Sección l. Generalidades
si bien puede ser úril para sospechar fracturas o fisuras ño de la sonda, en la cual los puntos mantienen la distan-
óseas, y cada vez los equipos más avanzados tecnológica- cia relativa. De esta forma, se pueden visualizar en una
mente de ulrrasonografía permiten observar patologías pantalla áreas de exploración de hasta 60 cm con muy bue-
meniscales o de ligamentos intraarriculares como el cruza- na resolución espacial. Por ejemplo, se pueden obtener
do posterior. Otro inconveniente es el ser una técnica que imágenes de roda la longirud del aparato extensor de la ro-
tiene una variabilidad inrerobservador y que requiere tan- dilla, del rendón de Aquiles o de los músculos de la panto-
to de una excelsa formación previa como de una curva de rrilla. Esta aplicación tiene mayor consideración cuando se
aprendizaje muy larga, por lo que el manejo de la técnica reara de evaluar una amplia lesión muscular.
con poco tiempo de formación puede llevar a frecuentes Otra tecnología recientemente incorporada es un siste-
errores diagnósticos (Perscavage-Thomas, 20 14). ma de ecografía compuesta en tiempo real que aumenta
notablemente la resolución lateral de la imagen (sistema
AVANCES TÉCNICOS APLICADOS A LA ECOGRAFÍA Compound) y mejora la visualización, especialmente en
DE LA LESIÓN MUSCULOESQUELÉTICA aquellas lesio nes que afectan a los planos más profundos.
Esta mejora técnica consigue obtener una imagen compues-
Con el objetivo de mejorar la precisión y el rigor en el ta, que se forma al enviar haces de ultrasonidos desde varios
diagnóstico, evolución y tratamiento de las lesiones mus- ángulos, al aumentar la resolución lateral de la imagen.
culoesqueléricas, la ulcrasonografía dispone de nuevas apli-
caciones tecnológicas para que, incluso con un carácter
portátil, el paciente pueda en todo momento y lugar (sala
de urgencias, quirófano, ambulancias medicalizadas) ser
La técnica de visión panorámica está indicada para eva-
luar una amplia lesión muscular.
o
valorado con la precisión y sensibilidad diagnóstica que su
proceso lesiona! requiera. En definitiva, se trata de mejo-
rar las ventajas ya citadas. Dentro de estas nuevas tecnolo- Estudio en tres dimensiones
gías cabe señalar Oiménez, 2008) las que exponen a conti- Quizás sea la innovación técnica de mayor utilidad para el
nuación. estudio ecográfico del sistema musculoesquelético. A tra-
vés de ella se realiza un barrido transversal con acúmulo de
Imagen armónica imágenes sucesivas que forman un cubo o volumen de
Esta herramienta ecográfica utiliza transductores que emi- imagen ecográfica. Posteriormente se puede examinar y vi-
ten a 7,5 MHz y recogen la información con el doble de sualizar plano a plano para el análisis tomográfico de estas
frecuencia (14 MHz), permitiendo realizar exploraciones estructuras (Fig. 5-12) .
a mayor profundidad, pero con una resolución mucho ma- Este cubo representa la orientación espacial de la captura y
yor. De esta forma, se mejora ampliamente la calidad de las en él se distinguen tres planos ortogonales: el plano transver-
imágenes obtenidas en el estudio de los músculos, los ten- so, que cona a la estructura en un segmento superior y otro
dones y los ligamentos. Estas señales armónicas (tissue har- inferior; el plano coronal, que corra la estructura en un seg-
monic image) pueden alcanzar diferentes lugares anatómi- mento anterior y posterior; y el plano sagital, que corra la es-
cos con impedancias similares y así producir un mayor tructura en un segmento medial y otro lateral. De las combi-
contraste de resolución, especialmente en la superficie del naciones de estos planos se pueden generar múltiples imáge-
tendón y de la articulación. Estudios recientes han compa- nes, que configuran de manera perfecta el estudio de la lesión.
rado la visibilidad entre el ultrasonido convencional y el
armónico y han demostrado que éste supera en el diagnós-
tico de lesiones de hombro, como las que afectan al rendón
subescapular. Finalmente, con la utilización de la imagen
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t;~fr, (! ..,~
producen con otros equipos, como la reverberación, y ade-
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más mejora la relación ruido-señal. Esta eficacia también
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ha quedado demostrada en otras especialidades como la :':IW' ~-..,.1
cardiología y en la exploración del abdomen, de la mama /1~_:·- .· /" .
y de los vasos. 1 . -···:_-~ ~ /
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Crural
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Axial ___ - - __ ¡, :.
1
o
Con el estudio en tres dimensiones [30], se logra conocer
y objetivar la form a, orientación y volumen de una posible
lesión.
Figura 5-13. Patrón tendinoso normal de un tendón sin vaina. Ima- Figura 5-15. Patrón tendinoso normal de un tendón con vaina. Co-
gen longitudinal de un tendón de Aquiles, donde se aprecia una locando el transductor sobre el tendón tibial anterior ITA]. éste
gran definición de las fibras de co lágeno, separadas por tabiques aparece rodeado de una fina linea anecoica lxl que correspo nde al
de tejido conjuntivo. También se observan las líneas ecogénicas espacio tenosinovial, que suele estar ocupado por una pequeña
bien delimitadas, que corresponden al paratendón [flechasl. cantidad de líquido sinovial.
66
Figura 5-16. Ligamento normal. Colocando el transductor de for- Figura 5-18. Patrón muscu lar normal. A través de una sección longi-
m a paralela a la planta del pie. entre el astrágalo y el maléolo pe- tudinal de la cara posterior de la pierna, se observa el patrón en «plu-
roneo, se observa el aspecto fib rilar e hipoecoico del liga me nto pe- ma de ave» que forma la cabeza medial del gastrocnemio y el sóleo,
roneoastragalino anterior [PAAI que une ambas estructuras óseas. separados por la fascia. Las fi bras musculares son hipoecoicas.
brilar. Los ligamentos se identifican mejor cuando se colo- co. Sin em bargo, el perimisio, el epimisio, la fascia y las
ca la sonda entre los dos huesos, ya que aparecen bandas uniones miotendinosas tienen una esrruccura hiperecoica.
d e ecogenicidad variable adyacentes a las artic ulaciones C uando se realiza un co rre longicudinal, los septos fi broa-
que realizan un recorrido interóseo d e manera que saltan diposos aparecen como delgadas estructuras ecoicas que
por encima de los espacios articulares (Fig. 5-16). La vi- atraviesan oblicuamente el músculo, dando un aspecto
sualización ampliada de estas estructuras permi te ver un «penniforme o en penacho, similar al de las barbas de una
patrón fibrilar muy fino formado por finas líneas ecoicas pluma (Fig. 5-18) . Además, se ven las fibras musculares hi-
muy corras (Fig. 5- 17). poecoicas siguiendo la dirección de la contracció n hasca al-
canzar la aponeurosis, el tabique o el rendón. Todo el mús-
culo está rodeado po r la fascia hiperecoica, que lo separa
O La exploración ecográfica del ligamento presenta un pa-
trón o ecotextura fibrila r compacta e hiperecoica. d e otros grupos musculares contiguos.
Sin embargo, en un corre transverso, los septos aparecen
como líneas ecoicas corras y a menudo unidas sobre un fondo
hipoecoico integrado por los fascículos musculares, dando un
Músculo aspecto o patrón de «cielo estrellado». Este estudio tiene utili-
Este tejido presenta una cierta hipoecogenicidad en com- dad para valorar las relaciones de los músculos entre sí y para
paración con el rendón y en su interior se visualizan sepros visualizar cierras esrruccuras, como los rendones intramuscu-
más hiperecogénicos que corresponden a los septos fibra- lares, que se disponen en sentido transversal (Fig. 5-19) .
adiposos y a las fascias. La f:'lscia es el tejido q ue envuelve a las estructuras m us-
D esde el punto de visea ecográfico, el tejido del vientre culotendinosas. Sonográficamente aparece como una vai-
muscular tiene un aspecto predominantemente hipoecoi- na fibrilar hiperecoica que rodea al tejido muscular. En
Figura 5-17. Ligamento normal. En el exa m en del ligamento pero- Figura 5-19. Pa trón muscula r normal. En este corte tra nsverso de
neoastragalino a nterior [PAAI se observa n s us límites lxl y el fi no la cara poster ior d e la pierna se visualiza la cabeza m edial del
patrón fibrilar e hipoecoico que prese nta. músculo gastrocnemio y el sóleo separ ados por la fascia.
67
Figura 5-24. Nervio perifé rico. Colocando el transductor en el eje Figura 5-26. Receso articu lar ocupado. En este estudio sagital del
axial de la muñeca, se observa en un plano superficial una banda tendón cuadricipital se observa s u patrón fib rilar. También apare-
hiperecoica que corresponde al re tináculo flexor [RFI. y por deba - ce un a imag e n anecoica d e as pecto oval que corresponde con el
jo apa rece una zona ova l de predominio hipoecoico, salp icada con receso s upra pa telar (RSI parcialmente ocupado por liqu ido s ino-
puntos ecoicos, que corresponde a l nervio mediano [x). vial y que se sitúa debajo del tendón.
69
~~ RESUMEN
• Con el objetivo permanente de mejorar la precisión y el ri- • Se trata de aprovechar las ventaj as ya conocidas de la so-
gor en el diagnóstico, evolución y tratamiento de las lesio- nografía, como son la accesibilidad, el bajo coste, la capa-
nes musculoesqueléticas, especialmente en el ámbito del cidad multiplanar, la posibilidad de realizar una explora-
deporte, se hacen impresci ndibles nuevas a plicaciones ción dinámica en tiempo real y la opció n de rea lizar un es-
tecnológicas de la ultraso nografía para que el paciente tud io comparativo con la extremidad contralateral sana.
pueda, en todo momento y lugar [impresci ndible en el ám- • Esta técnica en una herramienta básica en el diagnóstico de
bito de traumatología del deporte y labo ra l]. ser valorado la lesión y en el tratamie nto a través de cirugía mínimamen-
con la precisión y sensibilidad diagnóstica que su proceso te invasiva de pequeñas lesiones musculoesq ueléticas del
lesiona! requiera. deportista.
R. Méndez Sánchez, J. L. Sánchez Sánchez y A. S. Puente González
• Conocer las difere ntes estructuras que se consideran partes blandas, sus propiedades y sus funciones .
• Estudiar la fisiopatología, las manifestaciones clínicas y la va loración de las lesiones del tendón, conocimiento ne-
cesario para pode r realiza r una correcta interve nción fisioterápica.
• Saber clasificar las diferentes lesiones que se dan en la estructura tendinosa.
• Estudiar la fisiopatologia, las manifestaciones clínicas y la va loración de las lesiones ligamen tosas, así como sus
posibles clasificaciones.
• Estudiar la fisiopatología, las manifestaciones clínicas y la valo ración de las lesiones del sistema nervioso perifé-
rico, así como sus clasificaciones.
• Conocer las generalidades sobre los tipos de lesiones vasculares, su fisiopatologia general y su sintomatología
principal de ca ra, fundamentalme nte, a un diagnóstico diferencial.
GENERALIDADES DE LAS PARTES BANDAS siones que sufre la mayoría de la gente en un momento o
Y SU PATOLOGÍA en otro, especialmente en la práctica deportiva.
A su vez, el proceso fisiopatológico dependerá del tipo
Para entender mejor las diferentes lesiones de las partes blan- de lesión, atend iendo p ri ncipalmente a la evolución; es de-
das, su fisiopatología, sus manifesmciones clínicas y poste- cir, se puede disti nguir entre lesiones agudas, subagudas y
riormente proponer y llevar a cabo el tratamiento más ade- crónicas. El p unto de corre entre una lesión que se consi-
cuado, es importante tener unos conocimientos b<isicos so- dera aguda-subaguda frente a una lesión crónica difiere
bre el tejido conjuntivo, como común d enominador de las tanto por la patología en sí como por los autores o profe-
partes blandas {véanse los capítulos l y 2 de este manual). sionales que lo abordan.
Teniendo esro en cuenta, en este capítulo se va a prestar En las lesiones agudas-subagudas de las partes blandas
especial atención a las lesiones de los tendones y de los li- se puede considerar q ue el proceso fisioparológico suele
gamentos, además de tratar las lesiones de los nervios y de pasar por tres fases más o menos definidas: la lesión, la in-
los vasos. En el capítulo 37 se estudiarán las lesiones m us- fla mación y la reparación; o también se puede hablar de
culares, asociadas fund<unenralmente al esfuerzo físico-de- fase inflamatoria, fase p roliferativa y fase de remodelación.
portivo. Para el estudio de enfermedades m usculares, el Las fases pueden superponerse ligeramente, aunque suele
lector puede d irigirse al GEl anexo 3. Casos clín icos para prác- haber cierta independencia entre ellas en el proceso de re-
ticas de au la, donde, en el caso práctico noveno para prác- cuperació n tisular.
ticas de aula, se desarrolla un caso clínico sobre miopatía
(distrofia de Ouchenne).
Las lesiones de partes blandas se pueden producir po r
traumatismos, por sobrecarga, por sobreuso, fundamental-
Los síntomas clásicos de la fase aguda son el calor, ru-
bar, dolor, inflamación e impotencia funcional.
o
mente por los movimientos repetitivos, por algunas enfer-
medades (véanse los capítulos 45, 4 6 y 50, de este manual) En un primer momento, t ras la lesión, si llega a haber
y por alteraciones químicas como la que se produce en la lesión anatóm ica, las fibras rotas sangran y comienzan a
inflamación o en las intoxicaciones. Este amplio abanico llegar leucocitos, lo que se asocia a una vasodilatación y a
de posibilidades hace que las lesiones d e partes bla ndas a una extravasación plasmática en la zona: el edema. Éste
menudo sean cotidianas, lo que se traduce en que son le- está co nstituido, fundamentalmente, por líquido con célu-
71
72
las inflamatorias y proteínas, que, además de luchar contra atrofia y espasmo muscular, corticosteroides y otros fárma-
una posible infección, darán origen al tejido cicatricial. cos (13El véase anexo 1. Farmacología del s istema musculoes-
Además, la alta concentración de proteínas atraerá más lí- queléticol.
quido por el aumento de la presiqn osmótica. El dolor co- A continuación se abordan por separado las principales
mienza fruto de la irritación de las terminaciones libres, lesiones de partes blandas (tendones, ligamentos, tejido
por las sustancias químicas segregadas en la zona y por el nervioso, vascular y otros tejidos).
aumento de presión inrratisular a medida que aumenta el
edema, y suele ser un dolor más agudo, incenso y localizado. GENERALIDADES DE LAS LESIONES DEL TENDÓN
El proceso es el siguiente:
• Entre las 24 y 72 horas: comienzan los macrófagos a eli- Las tendinopatías son unas de las lesiones más frecuentes
minar el tejido muerto y los fibroblastos a formar el te- del aparato locomotor, con una alta incidencia tanto en el
jido de granulación que dará origen al tejido fibroso ci- mundo laboral como en el mundo d eportivo.
catricial. La complejidad de la patología del tendón exige cono-
• Entre las 72 horas y el 7° día: comienzan a formarse los pri- cer su estructura y su biomecánica. La función principal de
meros puentes fibrosos y a disminuir la vascularización. los tendones es soportar grandes fue rzas de tensión y su es-
• Hasta el l4° día: el tejido fibroso aumenta y aporta cada tructura está diseñada para ello. Desde el punto de vista
vez más resistencia a la cicarriz como para soportar ten- macroscópico, los tendones sanos son blancos, brillantes y
sión normal. rígidos, pero con cierto grado de flexibilidad. Dentro de la
• A partir de la 2a semana: cuando la cicatriz es más o me- macroestructura del tendón se distinguen tres regiones: la
nos consistente, comienza el tejido fibroso a adquirir unión musculotendinosa, el cuerpo del tendón y la unión
mayor resistencia, a la vez que a retraerse, comprome- osteotendinosa. Microscópicamente están compuestos por
tiendo las propiedades mecánicas y elásticas del tejido fibroblastos o tenocitos (son las células tendinosas), colá-
lesionado. geno (molécula fuerce y resistente configurada para sopor-
tar muy bien la tensión), tejido conjuntivo (rodea a los ha-
ces de colágeno, los ayuda a moverse y transporta los ele-
dón sea de predominio inflamatorio. Sin embargo, parece tendón, asociada a una paratendonitis externa don-
que esm no es así. de sí existe inflamación. También pueden verse afec-
Desde los trabajos de Ferretti (1986), Puddu, Cipolla & tadas estructuras cercanas al tendón como las bolsas.
Franco (1993), y Khan, Cook, Taunton & Bonar (2000),
son ya numerosos los estudios publicados que demuestran
que en análisis histopatológicos de las lesiones por sobre-
uso no se encuentran células inflamatorias a nivel tendino-
Según sea la porción del tendón afectada, se presentará
una u otra de las diversas formas de tendinopatía, por lo
o
qu e es fundamental atender al diagnóstico.
so, sino cambios degenerativos. Por tanto, no puede ser
utilizado el sufijo -itis para denominar este cuadro patoló-
gico sino el sufijo -osis, que significa <degeneración». En-
ronces, este cuadro clínico debería ser denominado tendi- Etiología de las tendinopatías
nosis. Realmente existen pocos estudios prospectivos, aleatoriza-
Algunos autores mantienen que no debe existir una dos y controlados que analicen todos los aspectos de las
dualidad tan excesivamente marcada entre tendinitis y rendinopatías, y, en especial, pocos estudios que investi-
tendinosis, cuando en realidad no se puede excluir de for- guen las primeras fases de esta patología. Como ya se ha
ma absoluta una enfermedad cuando predomina la otra. indicado, la sobrecarga mecánica y los microtraumarismos
Por tanto, los cambios degenerativos en el tendón parece de repetición parecen ser actualmeme los factores etiológi-
ser que pueden coexistir con hallazgos de carácter infla- cos más aceptados en las tendinoparías crónicas. Sin em-
matorio. bargo, están descritos una multitud de facrores intrínsecos
y extrínsecos que tienen relación con la patología y que,
posiblemente, sean factores predisponentes a ella, como
Figura 6-4. Cinesiterapia temprana. [Cortesía del Dr. Jesús Seco]. !Al Ejercico contrarresistencia en cadena abierta anterior. [Cortesía del Dr.
Jesús Seco]. (B) Ejercico contrarresistencia en cadena abierta posterior. [Cortesía del Dr. Jesús Seco).
Figura 6-11. Serie de ejercicios de propiocepción sobre arena en la playa. [Cortesía del Dr. Jesús Seco].
ción al ligamento. Es m ás frecuente en niños y personas mación e importante limitación funcional asociada a
mayores. inestabilidad articular.
• Grado III: es una lesión grave con rotura toral del liga-
(Véase el capítulo 8, apartado C lasificación de las fractu- memo, dolor, inflamación y limi tación funcional total
ras por su mecanismo de producción) . y evidente inestabilidad articular.
Figura 6-14. Inmersión de la estructura lesionada e n baño de hielo . Figura 6-16. Eje rcicio de propiocepción sobre plano inestable, con
[Cortesía del Dr. Jesús Seco]. protección de un vendaje funcional. [Cortesía del Dr. J esús Seco).
1
Figura 6-19. Vendaje funcional preventivo de tobillo mediante material extensible. [Cortesía del Dr. Jesús Seco). (Al Alto, tipo bota. (BJ Bajo.
Tipo botín.
fisiología normal de su función mientras se adapte al mo- síndrome de G uillain-Barré entre otros, enfermedad de la
vimiemo del sistema musculoesquelético. Estas propieda- neurona motora lcm en el Anexo 3. Casos clíni cos para prác-
des m ecánicas son: ti cas de aul a, véase el caso práctico octavo para prácticas de
• Capacidad de desliZilmiento. El nervio se puede deslizar au la!.
tanto longitudinal como transversalmente entre el teji-
do que le rodea. Clasificación de las lesiones nerviosas
• Capacidad de soportar temiones. El nervio es capaz de so- Entre las lesiones nerviosas se pueden distinguir las lesio-
portar tensión longitudinal gracias a la consistencia del nes traumáticas y las lesio nes mecánicas, bien por compre-
tejido conjuntivo, fundamentalmen te d el perineuro. sión o por tensión.
Capacidad de soportar compresio11es. El nervio está pre-
parado para soportar compresiones gracias a la cantidad Lesiones nerviosas traumáticas
de tejido conjuntivo y a la distribución interna por fas- Seddon ya describió en 1972 una clasificación de las lesio-
cículos. nes traumáticas en tres categorías: neurapraxia (lesión ner-
viosa sin rotura anatóm ica de ninguna parte), axonorme-
Las lesiones nerviosas consisten en una alteración de la fi- sis (sección de los axones conservando la vaina de mielina
siología y función del tejido nervioso de forma total o y tejido conjuntivo) y neurotmesis (interrupción comple-
parcial. D estacan como consecuencias los trastornos de ta con solución de continuidad). Sunderland en 1968 pro-
conductividad y los trastornos que provocan irritabili- puso una clasificació n con cinco catego rías en lugar de tres
dad. Al margen de este capítulo, quedarían las lesiones (Tabla 6-1).
nerviosas traumáticas, como la del plexo braquial (véase
el capítulo 12), las neuropatías compresivas periféricas Lesiones nerviosas mecánicas
(véase el capítulo 35) , o las secundarias a una patolog{a Son las lesiones más frecuentes por las que se acude a fisio-
nerviosa propiamente dicha, como neuropatías o poli- terapia en la práctica clínica diaria, no sólo por la lesión
neuropatías que presentan etiol ogías muy diversas: in- nerviosa en sí, sino también por la cantidad de alteracio-
toxicaciones, infecciosas, enfermedades metabólicas, al- nes de otras estructuras que generan problemas mecánicos
coholismo, avitaminosis o desmielinizaciones como el sobre el nervio.
Tipo JI Axones rotos con envolturas El tiempo de recuperación puede depender de los axones afectados,
conjuntivas intactas generalmente meses
Tipo 111 Axones y endoneuro rotos, con Recuperación funcional incompleta, con fibrosis, degeneración
perineuro y epineuro intactos neuronal y cambios degenerativos en el órgano diana
Patología venosa
Denrro de la patología venosa (véase el caso clínico 6-1),
destacan las patologías que derivan de una insuficiencia ve-
nosa y las obstrucciones por trombos.
La flebitis superficial es un proceso benigno que se
caracteriza por eritema, dolor y ligero ed ema a lo lar-
go de la vena afectada (Fig. 6 -20}. Esto es característi-
co en ocasiones tras tene r co locadas vías para medica-
ción.
La insuficiencia venosa puede diferenciarse en fun-
ción de las venas afectadas en insuficiencia venosa super-
ficial (varices superficiales) (Fig. 6 -21} o insuficiencia ve-
nosa profunda (varices profundas) (Fig. 6-22). En ambos
Figura 6-20. Flebitis superficial. [Cortesía del Dr. Jesús Seco]. casos, la fisiopatología radica en una insuficiencia veno-
sa que co nlleva una disminución del retorno venoso, fun-
damentalmente en los miembros inferiores, por la in-
quémico en forma de claudicación o en reposo. La claudica- competencia de las válvulas y la debilidad de las paredes,
ción intermitente suele ser la forma de inicio (fuse Il), con un que provoca un reflujo venoso y eleva la presión venosa.
dolor muscular intenso que obliga al paciente a parar de ca- La etiología puede ser primaria o idiopática, por altera-
minar; en reposo cede y al cabo de un tiempo de haber reini- ción de las paredes o de las válvulas venosas, que daría
ciado la marcha vuelve a aparecer. Cuando el dolor aparece como resultado las varices (dilatación de las venas con re-
también en reposo (fuse III), el pronóstico es peor y proba- corrido tortuoso), o secundaria a procesos trombóticos,
blemente haya otros problemas arteriales en otras regiones. en las que por la presencia de un trombo previo se ha
También se pueden unir síntomas parestésicos, asociados al producido la alteración valvular.
déficit vascular del nervio, enfriamiento de la zona y palidez. Entre los factores de riesgo destacan la edad avanzada,
En la última fuse aparecen las úlceras o la gangrena como evi- el sexo femenino, la obesidad, la bipedestación prolonga-
dencia de muerte o necrosis tisular por ausencia de irrigación. da, la exposición al calor, el embarazo, el estre ñimiento,
En las isquemias agudas el dolor es el síntoma principal. compresiones locales, etcétera.
Aparece de forma repentina, localizado en la zona de la La sintomatología comprendería:
obstrucción, con el tiempo se difumina y puede asemejar- • Dolor difuso que aumenta con tratamientos hormo na-
se a los síntomas descriros anteriormente: parestesias, pali- les, sedentarismo y cambios meteorológicos, debido a la
dez, enfriamiento, etcétera. hipertensión venosa. El dolor a veces aparece repentina-
Para el diagnóstico es muy importante tener presente el mente al levantarse, o puede ir au meneando progresiva-
diagnóstico diferencial con respecto a otras lesiones mus- mente a medida que pasa el día.
culoesqueléticas, ya que las lesiones vasculares pueden ser • Otras alteraciones sensitivas como presión, quemazón,
potencialmente más graves. Al margen de las característi- picor, pinchazos, que aumentan en el embarazo y la
cas del dolor y de tener en cuenta los factores de riesgo, se menstruación.
pueden utilizar pruebas complementarias como analíticas, • Pesadez, calambres y sensaciones de frío o calor.
ecografía dóppler, angiografía, angiorresonancia, pruebas • Edema en la zona, que aumenta con la bipedestación y
de esfuerzo, presión arterial, etcétera. mejora en reposo con la elevación, sobre todo e n los
miembros inferiores.
• Varices superficiales visibles, como varices reticulares o
Figura 6-21. Ins uficiencia venosa s uperficial. [Cortesía del Dr. Jesús Seco).
84 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección l. Generalidades
--....
Figura 6-22. Insuficiencia venosa profunda, con expresión en varices superficiales. [Cortesía del Dr. Jesús Seco).
Para el diagnóstico, aparte del análisis de los signos y sín- mente, se divide en sistema superficial y en sistema pro-
tomas, se pueden realizar determinadas pruebas específicas fundo. Tiene como función principal llevar la linfa, líqui-
para determinar el grado y la localización de la insuficien- do que se forma a partir del lfquido intersticial, hasta el to-
cia venosa, como la maniobra de Schwarrz, la maniobra de rrente venoso. Mantiene el equilibrio osmolar, devuelve lf-
Trendelenburg o la maniobra de Perches. Pueden realizar- quido intersticial al sistema venoso y tiene una función in-
se también otra serie de pruebas como el eco-doppler, la munológica al elimi nar elementos patógenos y toxinas.
pletismografía, flebografía o angiorresonancia. En cuanto El principal ente patológico del sistema linfático es el
al tratamiento, en ocasiones es quirúrgico (Fig. 6-2 3). edema linfático, que es un edema por exceso de linfa en
los tejidos con al menos 3 meses de evolución que no cede
Patología linfática
La pacología de los vasos linfáticos va íntimamente asocia- Figura 6-24. Edema.
da a la patología venosa, puesto que su recorrido hasta lle- [Cortesía del Dr. Vicente
gar a los confluentes yugulosubclavios es el mismo. Igual- Rodríguez Pérez].
85
~~ RESUMEN
• Las lesiones de partes blandas engloban las lesiones de y que t iene re lación con una actividad q ue produ ce so-
los tendones, los ligamentos, los nervios y los vasos . breca rg a.
• Las lesiones de partes blandas de forma general se pue- • Las les iones ligamen tosas comprometen fundamental-
den dividir en lesiones agud as, generalmente traumáti- me nte la esta bilidad articu lar y pueden provocar una ines-
cas , y lesiones crónicas. En las lesiones agudas hay que tabilidad en las lesiones agudas, tras una ma la rehabilita -
comprender que la fisiopatología tras la lesión pasa por la ción o por una hiperlaxitud ligamentosa, y un déficit de mo-
fase inflamatoria, la fase proliferativa y la fase de re mo- vilidad en una retracción capsuloligamentosa. Las más fre-
delación. cuentes son las lesiones traumáticas, q ue se caracterizan
cl ínicamente por dolor, edema e impotencia funcional.
• En los tendones , actualmen te se acep ta que la s o bre-
carga mecánica y los microtraumatismos de repetición • Las lesiones de los nervios periféricos afectan a la conduc-
son los factores etiológicos principales en las tendino- ción nerviosa y provocan s íntomas en función del tipo de fi-
patías crónicas. S in embargo, es tán descritos una mul- bra s que contenga e l nervio a fectado. Pueden exis tir s ínto-
titud de factores intrínsecos y extrínsecos que tiene n mas sensitivos, vegeta tivos, o motores en los casos de ma-
relación con la patología y que pos iblemente sean fac- yor gravedad. La etiología puede ser traumática o mecáni-
tores predisponentes para ella. En las tendinosis se dan ca; destacan los sínd romes compresivos por su frecuencia
una serie de cambios fisiopatológicos que Nirschl deno- en los pacientes que acuden a fis iotera pia.
minó tendinosis angiofibroblástica, y que se pueden re-
sumir en: cambios celulares, cambios e n el co láge no y • Las lesion es vascu la res deben conside rarse con mucha
cambios vasculares. El cuadro clínico de la tendinopatía cautela por s er potencialmente graves en muchos casos y
se caracter iza por dolor localizado en el tendón, que debe estable cerse un diag nóstico d iferencial e ficiente con
aparece con la actividad o el trabajo contrarresistencia el resto de lesiones de pa rtes blandas descritas.
1. ¿Qué fases se suceden en la fisiopatología de las lesiones 5. ¿Por qué es más co rre cto ut iliza r el té rmino tendinopatía
agudas-s ubagudas? para describir las lesion es tendinosa s?
2. ¿Qué caracteriza a las lesiones crónicas de las partes blan- 6. ¿Cómo se clasifican las tendinopatías?
das en general?
7. ¿Cómo es el cuadro clínico de las tendi nopatías?
3. ¿Cuál es el mecanismo principal de lesión en el tendón?
B. ¿Cómo se clasifican las le siones ligamentosas s egún e l gra -
4. ¿Cuál es la diferencia entre tendinitis y tendinosis? do de afectación?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
87
Tabla 7-2. Clasificación de los esguinces según el tipo Tabla 7-3. Esguince. Sistemática de exploración
de lesión ligamentaria
• 1nspección
1. Sin solución de continuidad • Palpación de los puntos de inserción de los liga mentos
• Distensión fibrilar • Movilidad articular
• Elongación fibrilar • Maniobras de estabi lidad (bostezos, cajones, etc.l
• Rotura incompleta • Pruebas de imagen (si procedel
2. Con solución de continuidad
• Desinserción con fragmento óseo
• Desinserción sin fragmento óseo Diagnóstico
• Rotura completa, transversal o con des hilachamiento
La anamnesis y la exploración clínica son los pilares fu n-
Tomada de Borrell, Salo & Ferrán.
damentales. Las pruebas de diagnóstico por imagen ayu-
dan a confirmar el diagnóstico, establecer el grado d e le-
el caso de la rodilla, el valgo, combinado o no con rotación sió n y poner de man ifiesto lesi ones asociadas (fracturas,
externa o Interna. edema óseo, lesiones condrales).
En la anam nesis debe indagarse, además de por las ci r-
o
Las lesio nes ligamentosas de la rodilla presentan una
(hidrartros ~)o sangre (hemartros ~ ) en el interior de la
mayor incidencia en las mujeres de portistas ; esta cir-
cunstancia parece estar en relación con la hormona rela- a rticulación (Fig. 7-2). En el caso de la artic ulación de
xina. la rodilla , la maniobra del choque rotuliano (Fig. 7-3)
cuando es positiva indica la presencia de un derrame arti-
cular I<B vídeo 7-1 ). La punción de la articulación (artrocen-
tesis ~ ) permite, además de aliviar la presión intraarticu-
Manifestacion es clínicas lar, comprobar si se trata de sangre 1® vídeo 7- 2), líquido
Las manifestaciones clínicas caracterís ticas son: dolor, ede- sinovial o una mezcla de ambos.
ma e impotencia funcional.
E l dolor es agudo en el momento de s ufrir la lesión,
pero puede disminuir de intensidad tras el accidente, aun-
que acostumbra a persistir en funció n del grado de lesión.
El edema se instaura progresivamente, a m edida que se
producen los fenómenos inflamatorios. La aparició n tem-
prana de un aumento de volumen en la zona de lesió n sue-
le implicar rotura de la cápsula articular, con extravasación
d e sangre y líquido sinovial.
La impotencia funcional (véase el caso clínico 7-1 ) ocu-
rre en función del ligamento afectado, el grado de lesión y
las lesiones asociadas.
o
El cuadro clínico de un esguince ag udo es muy caracte-
rístico. El lesionado presenta siempre dolor e impotencia
funcional, pero la intensidad es muy varia ble, en fun ción
del grado de lesión. Figura 7-1. Esg uince del complejo ligamentoso externo del tobillo.
Puede observarse el edema y el cambio de coloración de la piel.
Figura 7- 2. Aumento de tamaño en la articulación de la rodilla iz-
quierda, provocado por hemartros o hidrartros.
Figura 7-3. Exploración del signo del c hoque rotuliano para com- Figura 7-5. Maniobra de provocación del bostezo varo para com-
probar la presencia de der ram e a rticula r en la rodilla. probar la integridad del ligamento lateral externo de la rodilla.
Figura 7-4. Maniobra de provocación del bostezo valgo para com- Figura 7-6. Maniobra de provocación del bostezo equinovaro para
probar la integridad del ligamento lateral interno de la rodilla. comprobar la integridad del ligamento lateral externo del tobillo.
cante fiable con lesión del ligamento cruzado ante rior. Con
el fin de evitar falsos positivos, es muy importante realizar
las maniobras en el lado sano contralateral.
Tratamiento
Para una mejor compresión del tratamiento es convenien-
te hacer referencia al proceso de cicatrización de la cápsu-
la y los ligamentos. Son clásicos los estudios de Frank,
Akeson, Ami el & Coutts (1984), en los que mostraron
que, tras una fase en la que se forma una cicatriz desorga-
Figura 7-8. Signo del sulcus (su/cus sign testl en el hombro.
nizada, mediada por los fibroblasros, sucede una remode-
lación del tejido cicarricial. La consolidación de este tejido
correspondientes una apertura excesiva !<<bostezo» ® 1 de depende también del aporre de colágeno y glicosaminogli-
la articulación. Igual significado tienen las maniobras an- canos. Estos procesos conllevan un tiempo relativamente
teroposreriores, como el «cajón>> ® anterior o posterior prolongado y los trabajos realizados indican que la cicatri-
(Fig. 7 -7) !@ video 7-31. En el caso del hombro, la tracción zación primaria exige un tiempo mínimo de 3 semanas,
del brazo en dirección caudal puede provocar la aparición pero la remodelación definitiva puede tardar hasta 3 me-
de una depresión en el espacio subacromial (sulcus sigu) ses. Parece que el movimiento puede actuar como un estí-
(Fig. 7-8). En la articulación de la rodilla es de gran valor mulo en la cicatrización.
diagnóstico la maniobra de Lachman (Fig. 7 - 9)
!@ vídeo 7-41, cuya positividad se relaciona de manera bas-
Para planificar correctamente el tra tamie nto de un es-
guince deben tenerse en cuenta y respetarse los proce-
sos de reparación biológica de los ligamentos.
o
El tratamiento primario de estas lesiones se basa en la
aplicación de frío, un sistema de compresión elástico de la
articulación, elevación y reposo. Este método se conoce
por las siglas CRICER (criorerapia, compresión, elevación
y reposo) y debe realizarse durante las primeras 48-72 ho-
ras tras la lesión (Tabla 7-4).
Aunque habitualmente se han indicado los tratamien-
tos funcionales para los esguinces de grado I, las inmovili-
Figura 7- 9. Maniobra de Lachman para el ligamento cruzado an- zaciones rígidas (de yeso o material sinrérico) para los de
terior de la rodilla. grado II y III, y se reservan los tratam ienros quirúrgicos
cas como la criorerapia (al comienzo del proceso), la electro-
Tabla 7-4. Esguince. Tratamiento primario
terapia y el masaje, que fu.ciliren los procesos de cicatrización,
Método CRICER pero sin interferir en ellos. Las técnicas de propiocepción y
• Crioterapia potenciación muscular, imroducidas lo más precozmente
• Compresión posible y mantenidas por tiempo suficiente, son decisivas en
• Elevación
• Reposo el éxito del tratamiento y en la prevención de las recaídas.
Mecanismo de producción
Las luxaciones se producen como consecuencia de un trau-
matismo indirecto o, menos frecuentemente, directo. La Figura 7-10. Luxación articulación escapulohumeral con fractura.
elongación violenta de uno de los extremos arriculares des-
inserta y desgarra la cápsula arricular parcialmente, al igual
que algunos de los ligamentos. nes radiográficas habituales, y es preciso entonces real izar
proyecciones especiales, como la rranstorácica. Particular-
Epidemiología mente difíciles de diagnosticar son algunas luxaciones
Las luxaciones se producen con mayor frecuencia en jóve- como la esternoclavicular posterior, que debe sospecharse
nes y personas de mediana edad, como consecuencias de tras sufrir traumatismos torácicos y puede exigir la realiza-
actividades deportivas, profesionales de fuerza y accidentes ción de una romografía compurarizada (TC).
casuales. En el diagnóstico de la subluxación adquiere especial
Las articulaciones más frecuentemente afectadas son: el importancia el interrogatorio al lesionado, pues, como ya
hombro (escapulohumeral y acromioclavicular), codo y se ha indicado, es posible que cuando se realiza la explora-
dedos; la rodilla (femoropatelar) con menor frecuencia, y ción ya se haya reducido; esta circunstancia es frecueme en
más raramente la cadera y el tobillo. la articulación femoropatelar y no es infrecueme en la gle-
Las luxaciones de cadera suelen ser consecuencia de ac- nohumeral.
cidentes de tráfico en la edad adulta, pero es la luxación
congénita más frecuente, como ya se ha señalado.
En otras arriculaciones, las luxaciones suelen acompa-
ñarse de fracturas, como es el caso de la articulación de Lis-
En un lesionado que presenta dolor precordial, tras un
traumatismo torácico o de la cara externa del hombro,
debe sospecharse una luxación esternoclavicular poste-
o
franc, de la columna cervical, etcétera. rior y es conveniente solicitar una TC si las radiografías
simples son normales.
Manifestacions clínicas
Los síntomas principales so n: dolor e impotencia funcio-
nal. La deformidad anatómica es el signo más característi-
co y típico de cada localización anatómica ("hombro en Tratamient o
charretera>>, "tecla acromioclaviculan>, etc.). El tratamiento se compone de tres pasos: reducción, con-
Pueden aparecer síntomas o signos adpicos (zonas de tención y rehabilitación.
anestesia cutánea, cianosis o palidez) que sugerirán posi- La reducción cerrada 1® videos 7-5 y 7-6) se efectuará
bles lesiones acompañantes. mediame tracción de la articulación (manual o mecánica) ,
La subluxación presenta un cuadro clínico menos lla- con las maniobras oportunas, tras comprobar que no exis-
mativo, pues es posible que la deformidad anatómica no ten contraindicaciones para realizarla (lesiones osteocon-
sea muy evidente e incluso el lesionado conserve parte de drales). Puede ser necesario apl icar anestesia general para
la funcionalidad de la arriculación; también es posible que realizarla.
la lesión se haya reducido espontáneamente tras haberse En ocasiones no se consigue realizar la reducción cerra-
producido. da (luxación irreductible) y es preciso hacerlo tras abordar
quirúrgicamenre la articulación (reducción abierta).Tras
Diagnóstico finalizar la reducción debe efectuarse una nueva explora-
Las manifestaciones clínicas y la exploración suelen bastar ción radiológica (Fig. 7-11) para comprobar que se ha rea-
para establecer el diagnóstico, pero debe completarse con lizado correctamente.
una radiograffa en al menos dos proyecciones, aunque en El segundo paso es inmovilizar la articulación por tiem-
ocasiones pueden ser necesarias otras. L1 exploración ra- po suficiente para conseguir la cicatrización de la cápsula y
diológica sirve también para diagnosticar lesiones asocia- los ligamentos. No existe consenso sobre el tiempo de in-
das, como fracturas (Fig . 7-10). Algunas luxaciones so n movilización, incluso algunos autores recomiendan, tras
difíciles de diagnosticar mediante la exploración (como la un breve período de tiempo (4-5 días), iniciar la moviliza-
luxación posterior de hombro), incluso con las proyeccio- ción precoz, ya que no se ha demostrado que una inmovi-
93
Concepto
Lesión producida por un traumatismo directo que afecta a
las estructuras articulares y que puede dañar el cartÍlago
condral. Se trata de una lesión muy frecuente y habirual-
mente poco grave. Suele afectar a las articulaciones de los
dedos de la mano, del pie y de la rodilla (sobre todo en la
articulación patelofemoral). Son frecuentes en el ámbito
deportivo y laboral.
Manifestaciones clínicas
Sus principales manifestaciones clínicas son el dolor y el
derrame articular, que habitualmente es un hidrarrros. La
impotencia funcional depende de la intensidad de estos
Figura 7-11 . Luxación de hombro reducida.
componentes y de las posibles lesiones acompañantes,
como fracruras condrales o más frecuentemente de las de-
lización más prolongada reduzca las msas de recurrencia en nominadas por Wagner fracturas por impresión de la super-
las luxaciones de hombro. El inicio lo más precoz posible ficie articular.
de la movilidad impide la aparición de rigideces, frecuen-
tes en el caso del codo. Diagnóstico
La recuperación funcional se basa en conseguir la mo- El diagnóstico se establece por las manifestaciones clínicas,
vilidad completa o el mayor arco posible y, en todo caso, pues las pruebas de imagen sólo son útiles para descartar
que no deteriore la funcionalidad de la articulación. La re- lesiones acompañantes. El antecedente de un traumatismo
cuperación del trofismo muscular es un objetivo también directo sob re la arricuJación, junto con la presencia de de-
prioritario. El entrenamiento de la propiocepción es fun- rrame articular y la limitación funcional, establecen el
damental para evitar las recidivas. diagnóstico.
Las luxaciones recidivantes d eben ser tratadas quirúrgi-
camente mediante las técnicas oportunas para cada articu-
lación. En las articulaciones interfalángicas de la mano son fre-
cuentes las contusiones, pero deben explorarse cuidadosa-
o
mente para descartar lesiones tendinosas acompañantes.
Mecanismo de producción
Las causas habituales de las heridas articulares son los acci-
dentes de tráfico, accidentes de trabajo y las heridas por Tratamiento
arma de fuego. Su mecanismo de producción es la penetra- Es de especial importancia tratar la conraminación de la
ción, de fuera a dentro, de un agence punzante. También herida, o prevenirla si ésta no se hubiera producido. Por
puede producirlas una fractura o una luxación por meca- tanro, el tratamiento primario se basa en el lavado intenso
nismo de dentro a fuera. y en aislar la articulación del exterior mediante la coloca-
ción de alguna barrera estéril. Deben administrarse anti-
Diagnóstico bióticos y profilaxis antitetánica. Posteriormente, se reali-
Se establece por el cuadro clínico y por el grado de lesión za la regularización de los bordes de la herida, eliminando
mediante la inspección detenida; en ocasiones, bajo anes- los tejidos desvitalizados (Friedrich) , la limpieza exhausti-
tesia general de la herida. La exploración radiológica pue- va de la articulación, el tra tamiento de las lesiones conco-
de ser necesaria en caso de sospecha de fractura o lesión miranres y la sutura por planos. Es preciso colocar después
condral. Muchas heridas articulares se producen en am- una inmovilización.
lil RESUMEN
GENERALIDADES ETIOLOGÍA
La palabra fi'llctum proviene etimológicamente del larín. En términos generales, cuando fUerzas externas inciden y supe-
Es una forma de participio del verbo fi'llngere, «romper>~, ran los límites de resistencia del hueso, se produce una ITacrura.
que se ha sustantivado: En este caso se dice que la ITactura es de origen traumático.
Pero podríamos hablar de otras situaciones no relaciona-
Fractura e (m) (fi'llctmn: «roto» + t-ttm (m): «cualidad», das con rrawnatismos. Tal es el caso de las ji'ftctttras porfotigrz
«resultado») o de estrés, resultado de aplicar una fUerza no excesiva o de
poca intensidad, pero sí repetida en el tiempo y de forma cí-
Pod ría definirse como pérdida de la continuidad de la clica. Son microfracturas trabeculares que producen debili-
sustancia ósea o solución de continuidad del hueso. Aun- dad en el hueso y terminan en solución de continuidad.
que en el caso de los huesos cortos, también puede consi- También se encuentran las ji'llcturrzs prztológicas, que se
derarse como fractura la alteración de la forma original. asientan sobre un hueso debilitado previamente por una
Co nvien e, no obstante, hablar más correctamente de patología. Causas frecuentes son: metástasis y neoplasias
unidad fracturaría e o foco de fractura e , entendiendo (véanse el capítulo 36 y el caso clínico en el GEl Anexo 2.
como tal no sólo la lesión del hueso, sino las que pueden Caso clínico mieloma múltiple) , enfermedad de Paget
sufrir los tejidos adyacentes como periostio, músculos, fas- (véase el capítulo 47), osteoporosis (véanse el capítulo 47,
cías, piel, nervios, vasos sanguíneos, etcétera. apartado Osteoporosis y el caso clínico 8-2), osteomalacia
(véase el capírulo 47, aparrado Osteomalacia), osteogéne-
En el manejo de las fracturas, es importante tener en sis imperfecta, infecciones óseas, etc.).
cuenta aspectos como la edad y el sexo del paciente, ex-
97
98
Fracturas incompletas
El trazo no afecra a todo el espesor. Se dividen en:
• lncurvaciones traumáticas.
• Fracturas en rallo verde.
• Fracturas en rodete o en caña de bambú.
• Fisuras.
• Aplasramiento.
Fracturas subperiósticas
La fractura afecta a rodo el espesor del hueso pero con el Figura 8-2. Clas ificación según las líneas de fractura: IAI Trans-
versa. IBI Oblicua. ICI Espiroidea. IDI Con minuta.
periostio intacto.
(1 RESUMEN
• La fractura ósea es la pérdida de la continuidad de la sus- sa, atender a los signos clínicos para el diagnósti co dife-
ta ncia ósea, aunque en el caso de huesos cortos también rencial y siempre completar con un correcto estudio radio-
puede considerarse como fractura La alteración de La for- lógico.
ma original. Es más correcto hablar de unidad fractuaria o
• El proceso de consolidación ósea está formado por una se-
foco de fractura, entendiendo como tal no sólo la lesión del
rie de fases que co nducen a la reestructuración total del
hueso, sino la que pueden sufrir los tejidos adyacentes
hueso fracturado.
como periostio, músculos, fascias, piel, nervios, vasos san-
guíneos, etcétera. • El tratamiento siempre se inicia con una atención de urgen-
cia donde se hace la valoración del paciente, prestando ma-
• Los mecanismos de producción de las fracturas son de ori-
yor importancia al estado general que a la lesión local. Lue-
gen traumático, por fatiga o estrés y por una enfermedad
go el tratamiento de la fractura va ría según sea cerrada o
subyacente o fracturas patológicas.
abierta. Atendiendo a diferentes factores se elegirá t rata-
• Existen múltiples clasificaciones en función de aspectos miento conservador o quirúrgico. Las fases de tratamiento
morfológicos, localización, edad, Línea de fractura, estabi- son: reducción, inmovilización y recuperación funcional.
Lidad, etiología, complicaciones, etcétera.
• Las complicaciones deben conocerse para poder evitarlas
• Es muy importante el diagnóstico correcto de la fractura, y pueden clasificarse en: generales, que afectan al estado
ya que condicionará La elección de tratamiento. Es funda- general del paciente, o locales, relacionas con la unidad
mental hacer una correcta anamnesis para valorar la cau- fracturaría.
1. ¿Es más correcto hablar de fractura que de unidad fructua- 6. En cuanto al diagnóstico, ¿por qué es importante realiza r
ria? ¿Por qué? una correcta y exhaus tiva anamnesis?
2. ¿Por qué se producen las fracturas? 7. ¿Cuáles son Los signos clínicos característicos de las fracturas?
• Identificación de las fracturas óseas como lesiones traumáticas a las que pueden asociarse complicaciones de di -
versa índole y gravedad.
• Reconocimiento de las principales manifestaciones clínicas del síndrome de embolismo graso (SEG).
• Principales intervenciones o actuaciones para la prevención del SEG.
• Causas que pudieran disminuir el compartimento osteofascial o aumentar su contenido en el síndrome comparti-
menta[ agudo (SCA).
• Identificación de los principales signos y síntomas del SCA, entre los que cabe destacar la contractura isquémica
de Volkman.
• Tratamiento inicial ante la sospecha de un SCA.
• Clasificación actual del síndrome de dolor regional complejo ISDRC) y sus manifestaciones clínicas más habitua -
les.
• Manejo de traumatismos óseos que no evolucionen según lo esperado, y cómo mostrar una actitud de alerta ante
ellos.
109
110
ra ser o no, consecuencia de la otra: a) la presencia de gra- Tabla 9-1. Principales manifestaciones clínicas del síndrome
sa en la circulación sistémica, y b) el desarrollo de un sín- de embolismo graso
drome idenrificable por sus manifestacio nes clínicas y su
gravedad de grado variable. No obstante, lo primero pue- Signos y síntomas
de ocurrir sin lo último. • Antecedente de lesión traumática (fractura de huesos o
lesión del tejido adiposo)
Etiología y datos epidemiológicos Taquicardia
Taquipnea, disnea y cianosis
El SEG es una complicación potencialmente grave en pa- Fiebre
cientes con fracruras esqueléticas, fundamentalmenre en Petequias en la piel y en las mucosas
aquellos con fract uras cerradas d e huesos largos. D ada su Hipoxemia !evidenciada por la medición de gases ar ter iales)
Trombocitopenia
asociación con los politraumarismos, se presenta con ma- Disminución del hematocrito
yor frecuencia en la segunda y tercera décadas d e la vida. Edema pulmona r
Aunque cerca del 90 o/o de estos pacientes presentan fenó- Confusión, delirio, letargia, estupor y coma
menos subclínicos de embolismo graso, la incidencia del
SEG postraumárico de relevancia clínica está descrita en
un porcentaje muy inferior de casos. Aunque se descono- sanguíneo se instalen en un primer momenro en el arco
ce la incidencia real de este síndrome, se han descrito des- aórtico.
de un 0,6 hasta el 22 o/o de incidencia en pacientes poli-
traumatizados y un 5-10 o/o de muertes causadas por em-
bolismo graso en el mismo grupo de pacientes, por lo que,
aunque la mayoría cursen con síntomas mínimos y se re-
suelvan espontáneamente, es importante reconocer sus
Las lesiones petequiales propias del SEG tie nden a mani-
festarse normalmente en la zona del pecho, axila, con-
jun tiva y cuello entre las 24-36 horas posteriores al epi-
sodio desencadenante y suelen desapar ecer al rededo r de
o
síntomas para un tratamiento precoz. Esta incidencia ade- 1 semana después.
más parece aumentar proporcionalmente al número de
fracturas involucradas.
El SEG se ha asociado tam bién, aunque en menor me-
dida, con algunos procedimientos ortopédicos que impli- Fisiopatología
can manipulación de la m édula ósea, así como con otras Las teorías para rratar de explicar el mecan ismo de daño en
circunstancias tales como quemaduras extensas, pancreari- el SEG coinciden con la génesis del émbolo; esto es, la gra-
tis aguda, liposucción o infusión parenteral de lípidos. sa de la médula ósea en condiciones de trauma o ci rugía
ortopédica, y la inreracción de la grasa exógena con otros
factores en casos no traumáticos. Sin embargo, no existe
Tabla 9-2. Principales criterios diagnósticos del s indrome sea posible, y la fijación precoz de las fractu ras, y que pue-
de embolismo graso de incluir además medidas más controvertidas como el uso
profiláctico de corticoides. Una vez establecido el cuadro
Criterios de Gurd y Wilson (el diagnóstico de síndrome clínico, una pronta sospecha diagnóstica y un tratamiento
de embolia grasa requiere de dos criterios mayores
o de un criterio mayor y tres criterios menores) de soporte adecuado pueden reducir de modo sustancial
las complicaciones y la mortalidad, que se estima es cerca-
Criterios mayores Criterios menores na alS-15 %.
• Insuficiencia respiratoria • Taquicardia [FC > 120 lpm)
• Afectación del SCN
• Petequias
•
•
•
•
Fiebre [T > 38 °C)
Anemia súbita inexplicable
Afectación del SNC.
Trombopenia
Aumento de la VSG
La inmovilización temp rana en el luga r de l trauma tism o
es fundamental para evitar un SEG. o
• Petequias
• Partículas grasas en el fondo SÍNDROME COMPARTIMENTAL AGUDO
de ojo
• Partículas grasas en la orina El estudio del síndrome compartimenral agudo (SCA) im-
• Partículas grasas en el plica conocer los siguientes aspectos.
esputo
Definición
Criterios de Schonfeld [se necesita una puntuación superior El SCA puede definirse como un conjunto de signos y sín-
a 5 puntos para el diagnóstico) tomas que se producen como consecuencia de un aumen-
• Petequias [5 puntos) to de presión en el compartimento osteofascial de una ex-
• Cambios en la radiografía de tórax [4 puntos) tremidad. Este aumento de presión compromete la perfu-
• Hipoxemia [3 puntos) sión capilar de los tejidos y puede causar anoxia celular e
• Fiebre [1 punto) isquemia muscular; en este caso se libera mioglobina de las
• Taquicardia [1 punto)
• Taquipnea [1 punto) células musculares lesionadas. Durante la reperfusión, la
• Confusión 11 punto) mioglobina pasa a la circulación junto con metabolitos in-
------------------------
Criterios de Lindeque [basados en parámetros respiratorios)
flamatorios y tóxicos. La mioglobinuria, la acidosis meta-
bólica y la hiperpotasemia pueden producir insuficiencia
• Pa0 2 < 8 kPa [60 mmHgl. [Fi0 2 21 %) renal y arritmias, y en casos extremos llegar a producir pa-
• PaC02 > 7,3 kPa [55 mmHgl o pH < 7,3 rada cardiorrespiratoria.
Frecuencia respiratoria sostenida > 35 !incluso después
de la sedación adecuada) Finalmente, cabe hacer referencia en este apartado, aun-
• Incremento del trabajo respiratorio que no es su objetivo, al síndrome compartimenral cróni-
co (SCC), que es aquel que se produciría por un aumento
FC: frecuencia cardíaca; Pa0/C02 : presión arterial oxígeno/dióxido
de carbono; SCN: sistema nervioso central; T: temperatura axilar; mantenido de la presión intracomparrimenral como co n-
VSG: velocidad de sedimentación glomerular. secuencia de movimientos repetitivos o ejercicio físico.
o
El tratamiento inicial ante la sospecha de SCA es mante-
ner elevada la extremidad y, si presenta un vendaje, reti- del síndrome de dolor regional complejo
rarlo inmediatamente.
Clasificación Lesión Manifestaciones clínicas
(IASP, 1994) nerviosa frecuentes
SÍNDROME DE DOLOR REGIONAL COMPLEJO
IDIOPÁTICO Tipo 1 No • Dolor
desproporcionado
respecto al
El estudio del síndrome de dolor regional complejo idio-
desencadenante
párico implica conocer los siguiences aspectos. • Alodinia/hiperalgesia
• Edema blando
Definición • Cambios en la
temperatura y
El síndrome de dolor regional complejo (SDRC) es un tér- coloración cutánea de
mino relativamente nuevo, introducido en 1994 por la In- la zona
ternatiouaf Association for the Study of Pain (IASP) para • Alteraciones Fase
sudo motoras inflam atoria
englobar una serie de patologías que parecen tener un me- • Alteración del flujo
canismo fisiopatológico común y características clínicas si- sanguíneo
milares. Por tanto, el SDRC hace referencia a una variedad • Osteoporosis
• Espasmo y debilidad
de condiciones dolorosas de localización regional, poste- muscular
riores a una lesión, que presentan predominio distal de sín- • Déficit de movilidad
tomas anormales y que exceden en magnitud y duración al articular
curso clínico esperado del incidente inicial, por lo que oca- Tipo 11 Si • Deterioro motor
sionan con frecuencia un deterioro motor importante y importante: atrofia
una progresión variable en el tiempo. Con anterioridad a muscular, mioton ías,
1994, los térm inos más empleados para denominar a este disclonias, temblor Fase
esencial distrófica/
trastorno fueron la distrofia simpática refleja, Sudeck o cau- • Edema duro atrófica
salgia, entre otros (Tabla web 9-1 ). • Sintomatología de
tipo 1
Clasificación y manifestaciones clínicas
IAPS: lnternationai Association for the Study of Pain.
Como ya se ha comentado, la IASP en una conferencia de
consenso quiso evitar la dispersión de nomenclaturas según
la localización, la etiología o la f.1se evolutiva de los sínto- Etiología
mas, por lo que definió el SDRC clasificándolo en tipo I y En la etiología del SDRC se han descrito numerosos
tipo JI, según hubiera asociada o no una lesión nerviosa pre- factores desencadenantes, entre ellos traumatismos, in-
via. Las manifestaciones clínicas de este síndrome pueden ser movilizaciones, intervenciones quirúrgicas, enfermeda-
igualmente muy variadas, pero, en general, se puede hablar de des neurológicas, cardiovasculares e idiopáticas. Algu-
alteraciones sensoriales, autonómicas y motoras (Tabla 9-3). nos autores sugieren que existe mayor predisposición a
C lásicamente se considera que pueden existir tres fases desencadenar o agravar un SDRC en aquellas personas
clínicas en el desarrollo evolutivo del SDRC: fase aguda o con tendencia a padecer determinados factores psicoso-
inflamatoria, fase distrófica y fase atrófica. ciales, como ansiedad o d epresión, así como factores ge-
El SDRC d e tipo I, que se co rrespondería al antiguo néticos.
término distrofia simpática refleja, se define corno un sín- Sin embargo, los mecanismos fisioparológicos implica-
drome doloroso desencadenado después de un aconteci- dos en la aparición y perpetuación de este síndrome no
rni enco nocivo, con dolor espontáneo y alodinia/hiperal- han sido aún aclarados, aunque parece que están implica-
gesia que sobrepasa la zona de distribución de un territo- das diferentes alteraciones, como la inflamación neurogé-
rio nervioso periférico y que es desproporcionado al suce- nica asociada a una actividad neuronal anormal, la disfun-
so desencadenante, acompañado de edema o alteración del ción autonómica y los cambios de neuroplasticidad en el
flujo sanguíneo cutáneo o alteraciones sudomotoras, sin sistema nervioso central.
que haya una lesión nerviosa evidente u otras patologías
que pudieran asociarse a dichas alteraciones. Epidemiología
El SDRC de cipo TI, que se correspondería con lo que se La prevalencia del SDRC tras una fractura previa oscila en-
llamaba causalgia, tiene las mismas características, pero en él tre el 0,03 y el37 %, según diferentes estudios retrospecti-
existe una lesión nerviosa total o parcial previa y evidente. vos. Afecta más a mujeres, en una proporción 2-3:1, con
un pico máximo entre la quima y la séptima décadas de
vida, y aparece predominantemente en las extremidades
• RESUMEN
SECCIÓN 11
Miembro superior
• Comprender los aspectos más relevantes de la fisiología articular de complejo óseo y de la cintura esca pular.
• Diferenciar las características más relevantes de las lesiones traumáticas del co mp lejo escap uloclavicular.
• Conocer los elementos generales relacionados con el tratamiento médico para la reparación estructu ral de las le-
s iones descritas.
• Conocer las herramientas necesarias para el abordaje del proceso de rehabilitación desd e una perspectiva inte-
gral y multidisciplinaria.
119
120
cava en su región más lateraJ, si se observa desde una vista la traslación posterior entre estos dos huesos. Asimismo, li-
an teroposterior. mitan que el extremo d istal de la clavícula cabalgue sobre
La articulación acromiodavicular se forma por la el acromion.
unión lateral de la clavícula y la parte más distal de la espi- La retracción de la escápula a la almra del acromion está
na escapular, conocida como acromion. Es una articulación limitada por la cara anterior de la cápsula y el ligamento
atípica debido a que es sinovial plana, inicialmente, para trapezoideo. La protracción está limitada por la cápsula
convertirse en fibrocartilaginosa hacia el final de la adoles- posterior y el ligamento conoideo.
cencia. Presenta una superficie articular oval en el extremo La elevación distal de la clavícula está limitada por la
distal de la clavícula, con una faceta similar en la cara ante- tensión de ambos ligamentos coracoclaviculares y la parte
rior de la superficie medial del acromion. La superficie arri- superior de la cápsula. El descenso de la clavícula se limita
cular d e la clavícula presenta una tendencia a montarse en- por su impacto en la región articular inferior.
u
cima del acromion debido a la pendiente inferomedial de su
línea articular. La articulación acromioclavicular es suscep-
Los ligamentos de la articulación acromioclavicular ge-
tible de presentar luxaciones, especialmente ante fuerzas ex- neran el má xi mo soporte contra la tensión e n sentido
tremas que se ubican en la zona más distal del hombro. posteri or sobre la articulación.
La inervación de la articulación acromioclavicular se
produce a través de los nervios supraclaviculares, pero con
contribución del pectoral lateral y el axilar. Su irrigación es El movimiento axial sobre la articulación acromioclavi-
a través de las arterias supraescapulares y toracoacromiales. cular se presenta cuando la escápula rota medial o lateral-
Su estabilidad la obtiene de una membrana sinovial en la mente, lo que genera tensión sobre el ligamento conoideo
cara interna, una incompleta cuña de fibrocartílago ubicada y la articulación acromioclavicular. La escápula rota en la
en la parte superior de la cápsula que actúa como un d isco ar- articulación acromioclavicular en los primeros 20 a 25 gra-
ticular y divide el espacio articular. Superiormente, la articu- dos y genera tensión sobre los ligamentos coracoclavicual-
lación gana soporte por las fibras del trapecio y del deltoides res. El resto del movimiento rotacional de la escápula es
que la cruzan. Presenta, asimismo, dos engrosamientos capsu- permitido por la rotación de la clavícula en la articulación
lares: los ligamentos acromioclaviculares superior e inferior. esrernoclavicular, donde se llegan a alcanzar 40 grados.
La articulación esternoclavicular es la t'mica articulación
verdadera entre el tronco y la extremidad superior. Se en-
El ligamento más resistente que une la clavícula con la
La articulación esternoclavicular se mueve como resul- miemos de la escápula y del acromion durante los movi-
tado del movimiento clavicular. El comportamiento osteo- mientos de la cintura escapular y la elevación de la exrre-
cinemático es un componente del movimiento de la cintu- midad superior. Por otro lado, la mayoría de los movi-
ra escapular en varios planos. La clavícula se mueve cra- mientos de la articulación acrom ioclavicula r ocurren des-
nealmente sobre un eje horizontal a través d e su región pués de 90 grados de elevación de la extremidad superior,
proximal durante la elevación de la cintura escapular, pro- lo que tiene un interés clínico fundamental. El comporta-
duciendo un movimiento de la esternoclavicular sobre el miento rotacional de la clavícula previamente descrito re-
disco inrraarticular y el esternón. percute en la articulación acromioclavicular, aunque no re-
Artrocinemáticamente, durante la abducción del hom- basa los 1O grados (frente a 50-70 grados en la esternocla-
bro, la convexidad de la clavícula rueda en sentido craneal, vicular). Esto puede explicarse al entender que mientras
medial y dorsal; mientras se desliza caudal, lateral y ventral que el movimiento esternoclavicular se produce sobre un
de manera discreta. Por otro lado, la clavfcula se mueve en punto relativamente fijo, los movimientos rotacionales en
retracción dentro d e un plano transverso sobre un eje ver- el extremo final de la clavícula en la articulación acromio-
tical a través del esternón, donde la concavidad de la claví- clavicular se dan sobre un acromion móvi l. Por lo tanto, la
cula y el disco intraarticular se moverán en relación con la movilidad de la articulación acromioclavicular está íntima-
convexidad del esternón. Aquí, la co ncavidad clavicular y mente asociada co n el movimiento d e la escápula a la altu-
el disco se mecerán y se deslizarán en una dirección poste- ra de su unión escap ulotorácica.
rior, caudal y medial. A p esar de que estos movimientos se Desde un punto de vista anteroposterior la articulación
revierten duran te el descenso de la cintura escapular aso- acromioclavicular es relativamente plana, lo que produce
ciada a la protracción, esto representa menor importancia un balanceo relativo de la clavícula en el acromion d uran-
desde el punto de vista clínico. te la elevación funcional de la extremidad superior. Sin
La clavícula sigue una trayectoria hacia a rriba, atrás y embargo, la clavícula es co nvexa y el acromion cóncavo
abajo durante la elevación funcional d e la extremidad su- desde una vista superior. Al retraerse la clavícula durante la
perior. De manera más específica, la clavícula se eleva y re- elevación de la extremidad superior, esto supone un desli-
trae entre los O y 150 grados de elevación, mientras que se zamiento anterior sobre la concavidad del acro mion, para
presenta una relativa trayectoria hacia la depresión y pro- permitir una elevación mayor de 90 grados. Una alteración
tracción durante la elevación superior a los 150 grados. anatómica en dicha zona afectaría al proceso descrito. Po r
otro lado, un compromiso capsuloligamentario en la arti-
culación acrom ioclavic ular p uede generar una excesiva
La elevación funcional de la extremidad superior requie-
o
traslación, con la consecuente degeneración articular y al-
re que la artic ulación esternoclavicula r se mueva alrede- teración an atómica asociada.
dor de tres ejes, mientras que la clavícula produce de 50
a 70 grados de rotación posterior.
EPIDEMIOLOGÍA
o De ma nera cooperativa, el manguito rotador co mprime La
ca beza humeral dura nte la elevación de l hombro y la Lle-
va hacia la glenoidea para Lograr estabilidad. Las lesiones esternodaviculares se sitúan po r debajo del
1 o/o de rodas las luxaciones y sólo ocupan el 3 o/o de las !u-
123
xaciones en las extremidades superiores. La mayoría de las secuencia de traumatismos de aira energía en colisiones ve-
luxaciones son anteriores en hombres jóvenes y resultado hiculares o en el ámbiro deportivo. Las luxaciones anterio-
de traumatismos de aira energía, como por ejemplo coli- res son las más comunes, mientras que las luxaciones pos-
siones en vehículo o lesiones dentro del deporte. teriores son raras, pero potencialmente fatales, debido a la
La relación de luxaciones anteriores frente a las poste- relación anatómica estrecha con la tráquea y los grandes va-
riores es de aproximadamente 20 a l . Cuando se observa sos, que pueden ser susceptibles de daño por compresión.
una luxación posterior, las complicaciones afectan a un Para alcanzar un diagnóstico de precisión, en ocasiones los
rercio de los casos. Las complicaciones de las luxaciones estudios de radiografías simples son insuficienres.
posteriores de la articulación esrernoclavicular incluyen:
obstrucción aérea por compresión traqueal o laceración Mecanismo de producción
traqueal, disfagia, compresión nerviosa, isquemia o con- Las luxaciones posteriores se asocian a un traumatismo
gestión venosa del brazo o el cuello, e hipotensión o cho- directo sobre la región proximal de la clavícula, entendien-
que hipovolémico por lesión de los grandes vasos. do que la fuerza para generar dicha alteración ha de aso-
De rodas las luxaciones del hombro, ell2 o/o involucran ciarse a una gran energía.
a la articulación acromioclavicular y el 20% de rodas las Los mecanismos indirectos para generar una luxació n
lesiones del hombro involucran a dicha articulación. En esrernoclavicular implican la posición del hombro con res-
Estados Unidos estas lesiones son más comunes en depor- pecto al plano coronal; si el hombro se encuentra por de-
tes de colisión como el furbo! americano y el hockey, don- trás del plano coronal y se presenta una fuerza desde pos-
de la incidencia alcanza el45 o/o. En Reino Unido estas in- terior hacia anterior, entonces cabe esperar una luxación
cidencias son similares para el rugby. anrerior, mientras que si el hombro se encuentra por de-
Aproximadamente del 2 al 5 o/o de rodas las fracturas en lante del plano coronal y la fuerza se dirige desde anterior
adulros y del 1O al 15 % en niños involucran a la clavícu- a posterior, entonces la luxación habría de esperarse de
la. En adolescentes y adultos se producen de 29 a 64 casos tipo posterior (situación menos probable en función del
por 100.000 personas anualmente. Las facturas de la cla- engrosamiento capsular posterior).
vícula también muestran una distribución sectaria bimo-
dal: los jóvenes adultos menores de 30 años y la población Manifestaciones clínicas
anciana mayor de 70 años parecen ser los dos grupos de El paciente presenta dolor en la articulación, que empeora
mayor riesgo de fracturas. anre la movilización activa o pasiva del hombro, especial-
En adulros, más de dos terceras partes de estas lesiones mente hacia la abducción. En la inspección se pueden ob-
ocurren en la diáfisis de la clavícula, y estas lesiones pare- servar asimetrías, especialmente en la vista anterior, mien-
cen tender más a desplazarse si se las compara con las fac- tras que con la palpación se puede advertir un aumento
turas mediales y laterales. En niños, más del 90% de las discrero de volumen y puede generar dolor sobre la articu-
f.1cturas de clavícula se sitúan en la diáfisis. lación. Las luxaciones posteriores pueden acompañarse de
Las fracturas del tercio lateral de la clavícula son menos signos de compresión traqueal, como estridor o disnea; o
comunes y alcanzan, aproximadamente, el 25 o/o de rodas de laceraciones por compresión del esófago, como disfagia.
las frac turas de clavícula. Tienden a desplazarse menos Asimismo, alteraciones en la sensibilidad o alteraciones
aquéllas que ocurren en la diáfisis. vasculares distales pueden relacionarse con la compresión
Las fracturas del tercio medio suponen el restante 2-3 o/o de estructuras vasculares o nerviosas.
de este tipo de lesiones.
Debido a su cobertura muscular, las facturas escapula-
res son poco comunes. Representan del 3 al 5 o/o de rodas
las lesiones de la cintura escapular y del 0,4 al 1 o/o de ro-
En la inspección se observa procidencia clavicular, y en la
palpación se advierte edema localizado y dolor exquisito
sobre la articulación.
o
das sus fracturas. Los pacientes normalmente tienen un
promedio de 35 años, con un rango de 25 a 50 años. Las
facturas de la escápula usualmente se asocian a un trauma- Diagnóstico
tismo mayor. El traumatismo directo lleva a lesionar o Las radiografías convencionales pueden ocultar las altera-
fractura el cuerpo escapular, la espina o el acromion. ciones estructurales por la superposición de otras estructu-
ras, por lo que proyecciones especiales como la Rockwood
o la de Hobbs generan una visión más clara, especialmen-
El traumatismo indirecto que se genera cuando el brazo
Exploración física
Durante la exploració n física es posible evocar el dolor me-
d ianre la presión inferior sob re la clavícula, mienrras el
El proceso de fisioterapia de estas lesiones debe a roda codo se encuentra en 90 grados de abducción. Otro signo
costa permitir la reparación de los tejidos asociados y res- típico es la pérdida del contorno distal normal de la claví-
petar los tiempos de inmovilización, pero debe procurar cula, asociado al movimienro tras la aplicación de u na
mantener la función de las estructuras proximales y dista- fuerza descendente, lo q ue se conoce como signo de la te-
les toa Vol. 11, capitulo 9]. cla. También es ú til la movilización del hombro desde
El tratamiento medicoquirúrgico de las alteraciones 90 grados d e abducción hacia su extensión y flexión, don-
funcionales del hombro será abordado en el capítulo si- de se observará un movimiento d el acromion pero no de
guiente (véase capítulo 11) de esta obra. la clavícula.
125
Estructuras
Características
afectadas
que caen dentro de las clasificaciones A, B y C, son ma- la fisioterapia (Fig. 10-5) se deben seguir objetivos enca-
nejadas de forma conservadora con éxiro fun cional (buen minados a desarrollar la movilidad temprana (tan pronto
desempeño de las actividades de la vida diaria y de aqué- como se observen daros de consolidación y estabilidad
llas que involucran la elevación del brazo por encima de ósea), reesrrucrurar los patrones d e movilidad adecuados,
la cabeza sin exigencias mayores). El pronóstico se en- el desarrollo de fuerza y las habilidades funcionales asocia-
sombrece si se asocian estas lesio nes con poli traumatismo das a la elevación del brazo.
(por ejemplo: traumatismo craneoencefálico, lesión de Aunque son pocas las complicaciones en el traramiemo
plexo, fracturas múltiples de la extremidad superior ipsi- conservador, éstas se relacionan con seudoartrosis, que re-
lateral, ere.). quieren de reducció n quirúrgica abierta y fijación interna.
Para disminuir esta compl icación, se recomiendan trata-
o
mientos quirúrgicos iniciales si los fragmentos óseos presen-
Las fracturas escapulares, en general, presentan buen tan desplazamientos mayores a 1 cm entre sí.
pronóstico, salvo en politraumatizados.
En cualquier caso, tras el período de inmovilización, se
debe iniciar la recuperación fu ncional de forma in media-
El tratamiento conservador incluye la inmovilización, el ta, mediante un programa de ·ejerc icio terapéutico y fisio-
manejo del dolor y el proceso inflamatorio agudo. Desde terapia (OEl Vol. 11, capítulo 9).
RESUMEN
o La cintura escapular es un complejo articular que incluye sólo requiere una inmovi lización del área afectada para
la interacción del sistema osteomioarticular de una forma permitir la reparación tisular sin un estrés asociado, sino
realmente global, pues situaciones o movimientos que que necesita la comprensión de los factores dinámicos que
ocurren a dista ncia afectan a la dinámica de dicho com ple- afectan a s u inmovilidad y obliga a realizar trabajos asocia-
jo; y a s u vez, la activac ión de esta estructu ra compleja dos al movimiento de estructuras relacionadas, en un in-
pone en marcha la participación de diversos elementos de tento de limitar patrones de movimiento alterados conoci-
la economía huma na como pocas estructuras lo hacen. dos como patrones discinét icos ® .
Esto sirve como respuesta a este gran paradigma del hom-
o Asimismo, es imperativo para los fisioterapeutas reco-
bro: máxima movilidad y máxima estabilidad.
nocer los detalles de la patolog ía de esta zona pues a ve-
o La visión reduccionista de las lesiones ocurridas en esta ces un os simples centímetros más hacia una dirección
estructura limita el éxito en la reinserción funcional de en particular conllevan pronósticos absolutamente dis-
quien las padece. Así, una luxación acromioclavicular no tintos.
• Conocer la fisiopatología de las enfermedades e identificar las manifestaciones que aparecen a lo l argo del proceso.
• Conocer los tratamientos medicoquirúrgicos, fundamentalmente en sus aspectos fisioterapéuticos y ortopédicos.
131
miento, choque o roce, ya que Neer introdujo por prime- o El espacio existenre emre el tendón del supreaespinoso
ra vez el concepto de impingement. Consiste en un dolor y del subescapular constiruye el llamado intervalo rota-
provocado por la compresión que sufre el manguito de los dar, donde se encuentra la porción larga del bíceps, que
rotadores, debajo de la parte anteroinferior del acromion, atravesará la cápsula para insertarse en la zona más su-
con los movimientos de flexión (al elevar) y rotación exter- perior de la cavidad glenoidea.
na, principalmente. Progresa hacia la rotura. En paciemes
Etiopatogenia del conflicto subacromial
menores de 40 años suele haber un antecedente traumáti-
co que lo desencadena, pero en mayores de 50, puede no Se describen tres teorías patogénicas responsables de las le-
haberlo (véase el caso clínico 11-1). siones del manguito de los rotadores:
o Traumática.
o Mecánica (Neer).
o
pos de acrom ion, como se observa en la figura 11- 1.
[OEJ Para am pliar infor maci ón , véase vol. 11, ca pítulo 11. La patología de la po rción larga del bíceps, que suele ser
s ecundaria al SSA, só lo precisa tratamie nto qui rúrgico en
El ti po III de acromion se ve en el 71 % de las roturas
jóvenes y personas activas.
del manguito de los rotadores, pero se presenra en el 24% El tratamiento de la tendinitis calcificante en fase aguda
de la población general. es la in filtración.
Además de estos tres tipos morfológicos de acromion,
existe una varia nte, que es el acro mion «bipartito» u os
acromiale (Fig. 11-10). En este caso, el acromio n es tá d i- Hay dos posturas quirúrgicas que se p ueden u tilizar para
vidido en dos fragmenros por la falta d e fusión de los nú- la cirugía arrroscópica del hombro y que se usan en función
cleos de osificación en la infancia. Esta variante también de la comodidad o escuela del cirujano: posición de semisen-
puede ocasionar patología al poder movilizarse uno de los tado o «en silla de playa», o en decúbito lateral. En la posición
fragmentos e im pactar contra el manguito (Figs. 11- lA, de semisenrado, la distensión del hombro se produce por gra-
11 - 1B, 11-lCy 11-10). vedad; en cambio, en la posición de decúbito lateral se crea
mediante una tracción con poleas y pesos (Fig. web 11-1),
Tratamiento por cirugía artroscópica del conflicto además de por la infusión de suero fisiológico en el hom-
subacromial y de las lesiones del manguito rotador bro en ambos casos.
En el espacio subacrom ial se p ueden observar varias enti- Se util iza el m ismo material arcroscópico que se emplea
dades patológicas diferentes: en otras grandes articulacio nes, como la rodilla. En coda
• Bursiris subacromiodelroidea. cirugía arcroscópica de hombro es, además, im prescindible
• Lesió n del manguito rocado r: q ue puede ir siguiendo la un sistema d e coagulació n y corte, co mo p uede ser un va-
clasificación de Neer, desde la simple tendinitis a la ro- porizador de radiofrecuencia o u n láser q uirúrgico.
cura com pleta del tendón; también se incluye la patolo-
gía d e la porción larga del bíceps, que suele ser secunda-
Art roscopia glenohumer a l
ria al SSAy sólo precisa rratamienro quirúrgico en jóve- Se inicia la cirugía por u na exploración artroscópica de la
nes y personas acttvas. articulación gle nohu meral con el fi n de valora r la cara ar-
134
ticular del manguico de los roradores, ellábrum glenoideo, de anroscopia y, sobre todo, el láser o un vaporizador, a fin
la calidad de la cápsula articular y ligamentos glenohume- de coagular todos los puntos sangrantes, que son abundan-
rales y la porción larga del bíceps (PLB) (Fig. web 11-2A). res. Seguidamente se realiza una desinserción del ligamen-
En algu nos casos, se encuentra una degeneración o ro- ro acromiocoracoideo del borde anterior del acromion con
tura parcial de la PLB. En esas ocasiones, dado que es im- el láser o vaporizador, también para evitar un sangrado ex-
prescindible eliminar coda fuente de dolor de la articula- cesivo. Después se extirpa el borde anterior del acromion,
ción del hombro, se procede a realizar una tenoromía (Fig. entre 5 y 10 mm, según su forma y longicud, disminuyen-
web 11-2B) a la altura de su inserción en la glena, asocian- do el espesor en rodo el tercio anterior con el fin de obtener
do, en el caso de pacientes jóvenes y con buena muscula- una superficie inferior plana (Figs. web 11-6A y 11-6B).
tura, una renodesis (anclaje del rendón) en la corredera bi-
cipirall® vídeo 11-1). Cirugía de la articulación acromioclavicular
Otras lesiones que afectan a la PLB, que se pueden ob- En los casos en que además se asocie una artrosis de la arti-
servar durante una arrroscopia de la aHiculación glenohu- culación acromioclavicular responsable de un dolor local e
meral y que se enmarcan tanto dentro de los hombros do- impronta de ésta en el espacio subacromial (Fig. web 11-7) ,
lorosos como inestables, son las lesiones del SLAP (superior es preciso resecar la extremidad distal d e la clavícula (deidec-
labrum anterior and posteri01): desinserción del rodete gle- tomía parcial). Para ello se extirpa una porción de clavícula
noideo en su paree superior con desinserción de la PLB de alrededor de 1-1,5 cm en todo su espesor, teniendo mucho
!® vídeo 11-2) (Fig. web 11-2C). cuidado de respetar los ligamentos acromioclaviculares supe-
En otros casos, se puede encontrar una importante dis- riores para no desestabilizar la clavícula (Fig. web 11-8).
tensión de la cápsula articular. Esta distensión puede ser
responsable de un dolor en el espacio subacromial por una Lesiones del manguito de los retadores
rendinitis secundaria a la hipersolicitación de la muscula-
tura para mantener centrada la cabeza humeral en un con- Tendinitis calcificante
texto de inestabilidad glenohumeral. Cuando se presencia En los diferentes estudios publicados se hab la de una inci-
este tipo de cápsula articular se puede proceder a una «re- dencia muy variable en referencia a la presencia de tendi-
tracción» o «fruncido» térmico de la cápsula utilizando un nitis calcificante (Fig. web 11-9) en la población. Bosworrh
láser quirúrgico (Fig. web 11-20) o con radiofrecuencia. estima que solamente entre el 35-45 o/o de los pacientes
En los casos de afectación del manguito rotador se pue- con rendiniris calcificante refieren una sinromacología clí-
den ver: nica dolorosa. La localización más frecuente es el tendón
• Roturas parciales de la cara articular del manguito: en del supraespinoso, seguido por el rendón del infraespi no-
esws casos se procede a una regularización o desbrida- so, redondo menor y subescapular. Con frecuencia se ve
miento de la rotura con extirpación de los esfacelos me- una rendinitis calcificante en ambos hombros.
diante el motor de amoscopia (Fig. web 11-2E), láser Existen diferentes estadios de este proceso patológico:
o radiofrecuencia. • En primer lugar, estadio de precalcificación, en el que
• Roturas completas del manguito rotador: en estos caso se aprecian cambios locales en el rendón, secundarios a
se ve el defecto, extensión, etc. (Fig. web 11-2F) de la una hipoxia. Este estadio puede ser asintomático.
rotura. • Estadio de calcificación, en el que se depositan cristales
de calcio en la vaina del tendón, que forman vesículas
Endoscopia s ubacromial coalescentes para configurar una gran calcificación. En
Una vez terminada la exploración del espacio glenohume- este estadio se inicia la sinromacología dolorosa. Segui-
ral, se introduce el artroscopio en el espacio subacromial, damente, se inicia la reabsorción del calcio, que suele
utilizando para ello un abo rdaje posterior para la óptica, ser responsable de un dolor agudo e invalidante. En este
un abordaje posteroexterno para la cánula de irrigación y estadio se aprecian gran formación y presencia d e ma-
un abordaje lateral para la instrumentación. Habitualmen- crófagos multinucleados y células gigantes que intentan
te, se dibujan previamente los relieves óseos que servirán fagocitar el calcio.
de referencia para los abordajes arrroscópicos. Es conve- • Finalmente, se presenta el estadio poscalcificación, en el
niente colocar en el borde anterior del acromion y a cada que aparece una fase de cicatrización del rendón con la
lado del ligamento acromiocoracoideo unas agujas que ser- presencia de fibroblastos. En este estadio puede perma-
virán de referencia durante la cirugía (Fig. web 11-3). necer la sintomatología dolorosa.
se plantea un tratamiento quirúrgico, que consiste en una como la «huella» del manguito) y donde se le va a reinser-
eXtirpación arrroscópica de la calcificación (Fig. web 11-11), tar para favorecer la cicatrización posterior. Se utilizan di-
asociando, en el caso de que se trace de un acromion agre- ferentes tipos de anclajes (metálicos en los primeros años
sivo, una acromioplastia. de la técnica y en la actualidad reabsorbibles) de los que sa-
len los hilos que se pasarán posteriormente a través de la
Roturas del manguito de los rotadores rotura tendinosa; estos hilos con nudos corredizos desde el
Las roturas del manguito se p ueden clasificar con diferen- exterior van reparando la rotura (Fig. web 11-14G). La téc-
tes criterios. Así, emre otros, cabe destacar los siguientes: nica de la surura artroscópica !@ vídeo 11-Sl precisa un entre-
según el tamaño y número de tendones afectados (peque- namiento del cirujano por su complejidad tanto para re-
ñas, medianas, grandes y masivas), retraídas o in situ; según ducir la rotura como para conocer y manejar el instrumen-
la morfología (desinserción, longitudinal, en «lH, ere.). El tal para los diversos anclajes y pasahilos y, finalmente, para
pronóstico y el resultado de la sutura serán diferentes en la técnica del anudado con una tensión suficiente.
cada caso. La resonancia magnética será de gran ayuda
y mostrará, además de los aspectos comentados (Fig. Sutura artroscópica por miniopen (miniincisión)
web ll-12), el grado de degeneración grasa de los vientres Aunque cada vez menos utilizada por los cirujanos ortopé-
musculares, para valorar si merece la pena reparar un ten- dicos, algunos prefieren, para evitar la complejidad de la
dón cuyo músculo no va a funcionar debido a su excesiva sutura artroscópica, una técnica mixta llamada sutura por
atrofia. miniopen (Fig. web ll-15) . Se inicia la técnica quirúrgica
por arrroscopia y se realizan todos los pasos (acromioplas-
Indicaciones de tratamiento quirúrgico tia, liberación d e adherencias, cruentación de la «huella»,
Se deduce de lo ya comentado que no se debe plantear un etc.) como para realizar la técnica arrroscópica, pero en
tratamiemo quirúrgico a todos los pacientes que presenten este momento se da por finalizado el tiempo artroscópico
una rotura del manguito. La indicación dependerá de unos y se inicia la cirugía abierta.
cuantos factores: edad, actividad deportiva y laboral, gra- Se realiza una incisión de unos 4 cm paralela al borde
do de impotencia funcional, tamaño de la rotura, presen- lateral del acromion y a 1 cm de distancia de él. Se disecan
cia o no de una degeneración grasa, etcétera. longitudinalmente las fibras del deltoides en la unión del
Además, en la práctica, existen importantes diferencias deltoides anterior con el deltoides medio. En este momen-
en la presentación clínica de las roturas del manguito de to se cae directamente sobre la rotura y por la incisión se
los rotadores. Se sabe que existen de un 5 a un 30 o/o de ro- recuperan los hilos que pasan a través del manguito de los
turas asintomáticas. Este hecho se ha demostrado en estu- rotadores. Se procede posteriormente al anclaje de los ten-
dios sistemáticos con resonancia magnética en pacientes dones al hueso, que se puede realizar en este caso ya sea por
asimomáticos mayores de 60 años y en diferentes estudios intermedio de anclajes o por puntos transóseos clásicos. La
cadavéricos. Por otro lado, también pued e existir el fenó- técnica por miniincisión permite la posibilidad de suturar
meno contrario, y es que pequeñas roturas del manguito roturas de mayor tamaño que por cirugía artroscópica con
se acompañen de gran si ntomarología (hombros hiperálgi- un anudado posiblemente más eficaz. Sin embargo, esta
cos con importante impotencia funcional). Existen roturas técnica tiene como inconveniente, al producir un mayor
completas sin ascenso de la cabeza humeral y una función daño en los tejidos, ser más dolorosa, por lo que la recupe-
normal del hombro y, sin embargo, existen otras roturas ración funcional será más lema y se tendrá un mayor ries-
completas que evolucionan hacia la artropatía subacromial go de complicaciones de cipo capsulitis.
(Fig. web ll-13). A priori es difícil prever qué paciente No todas las roturas son susceptibles de ser suturadas
con una rotura del m:mguito va a presentar una mala evo- técnicamente. Existen roturas masivas a las que se llama
lución desde el punro de vista funcional. Existen diferen- irreparables por la imposibilidad de poder reco locar los
tes estudios (Burkhart, Constant, etc.) que obtienen resul- tendones a la del troquíter. En este caso, se procede a una
tados funcionales similares a medio plazo con una descom- descompresión subacromial arrroscópica clásica con un
presión subacromial aislada que con una sutura de man- desbridamiento de los bordes del mangui to y una cirugía
guito de los rotadores. retráctil de éstos con un instrum ental tipo láser o vapori-
zador (Fig. web 11-16).
Sutura artroscópica del manguito:
técnica quirúrgica
HOMBRO INESTABLE
Una vez finalizada la acromioplastia y los gestos asociados
que haya sido necesario realizar (e n la PLB, en la articula- La articulación glenohumeral es la que más frecuentemen-
ción acromioclavicular, etc.) se procede a reinsertar el man- te sufre episodios de luxación, y supone el 45 o/o de todas
guito en el troquíter (Figs. web 11-14A a 11-14F). Para las luxaciones.
ello primeramente se movilizan los restos del manguito
roto para poder reducirlo, se desbridan los bordes del ten- Generalidades
dón para eliminar el tejido no viable y tener un tejido sano La luxación más frecuente es la traumática anterior (95 o/o
y, por otra parte, se cruenta el hueso del troquíter donde se de los casos), y a más edad, menos recurrencia, pero hay ta-
inserta habitualmente el manguito (es lo que se conoce sas más altas de rotura del manguito.
136
• En los últimos años, determinados cirujanos artroscó- teriales de anclaje y sutura como de la técnica q uirúrgica,
picos están realizando con técnicas artroscópicas un se obtienen resultados cada vez más satisfactorios.
ripo de cirugía clásica de hombro que es el «tope)) óseo
o técnica de Latarjet. Refuerzo capsular anterior con ligamento artificial
A principios de los años noventa el docto r Mikel Sánchez,
en Vitoria, desarrolló una nueva técnica quirúrgica (Fig. web
1 RESUMEN
• El hombro doloroso es una de las consultas médicas más traumática anterior (95 % de los casos), y, a más edad,
frecuentes y llega a afectar al 25% de la población en al- hay me nos recurrencia, pero tasas más a ltas de rotura
gún momento de la vida. Es más frecuente en personas de del manguito.
edad avanzada o que realizan trabajos pesados.
• EL tratamiento mediante plasma rico en factores de creci-
• EL dolor en el síndrome subacromial es típicamente noc- miento (Fig. web 11 -27) está dando recientemente exce-
turno. EL signo más característico es el arco doloroso des- lentes resultados.
de 60-70 grados hasta 120 grados de abducción.
• La capsulitis adhesiva es un proceso de etiología incierta
• No se debe plantear un tratamiento quirúrgico a todos los qu e se presenta con limitación global de la movilidad tanto
pacientes que prese nten una rotura del manguito. La indi- activa como pasiva del hombro. Evoluciona en tres fases
cación dependerá de unos cuantos factores: La edad, acti- clínicas habitualmente bien diferenciadas.
vidad deportiva y Laboral, grado de impotencia funcional,
• En relac ión con la práctica clínica del fisioterapeuta, y se-
tamaño de la rotura, presencia o no de una deg eneración
gún La evidencia científica disponible, resulta mucho más
grasa, etcétera.
efectivo añadir intervenciones motivacionales a Los proce-
• La articulación glenohumera l es La que más frecuente - dimientos ha bituales de fisioterapia para incrementar la
mente sufre episodios de Luxación , alcanza el 45 % de actividad física y La adherencia a Los programas de ejerci-
todas Las Luxac io nes. La Luxación más frecuente es la cio prescritos, tanto a corto como a largo plazo.
1. ¿En qué consiste el hombro doloroso? 6. ¿Cuáles son Las manifestaciones clínicas de La Lu xación
traumática anterior?
2. ¿Cuándo es más frecuente?
7. ¿Qué tratamientos están da ndo excelentes res ultados?
3. Describa cómo es el dolor en el síndrome subacromial.
8. ¿Cómo se plantea la decisió n te ra péutica e n La lu xac ión
4. ¿Cómo se plantea la opción de tratamiento en las roturas
traumática ante rior?
del manguito?
9. ¿En qu é consiste La capsulitis adhesiva?
5. ¿Cuáles so n las principales técnicas de tratamiento por ci-
rugía a rtroscópica del conflicto s ubacromial y de Las lesio- 10. ¿Cómo se plantea La decisión terapéutica en la capsulitis
nes del manguito rotad or? adhesiva?
HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE
CASOS CLÍNICOS
11.1. Varón de 47 años de edad que acude a La consulta con dolor crónico de l hombro izquierdo. Como antecedentes de interés:
•
accidente de tráfico hace 8 años, sin diag nóstico resultante alguno. Se le realiza n pruebas complementarias (ecografía] que
se acompañan (Fig. web 11 - 28].
~
Dt>Mrrollo t!tl t111n y
t~uli casof rlím'rm y
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Conocer la anatomía del plexo braquial y los tipos de lesiones que puede sufrir, ordenadas por su gravedad.
• Valoración del paciente con lesión traumática del plexo braquial para detectar una evolución favorable o una esta-
bilización del proceso, así como para conocer el pronóstico que determinará los objetivos del tratamiento.
• Intervenciones más relevantes para la prevención de complicaciones en los pacientes con lesión del plexo braquial.
• Tratamientos más relevantes para los déficits que presentan los pacientes con lesión traumática del plexo braquial.
• Actualización del conocimiento basado en la investigación científica y en la práctica basada en la experiencia como
cultura profesional e n la fisioterapia de las lesiones del plexo braquial.
INTRODUCCIÓN
Las lesiones traumáticas del plexo braq uial del adulto pre-
La mayoría de las lesiones son cerradas y por mecanis-
mo de tracción, con avulsión o arrancamiento, rotura o
o
estiramiento.
cisan un uatamiento rehabilitador, tanto en las lesiones de
buen pronóstico como en las quirúrgicas. En estas últimas,
el resultado de la cirugía va a depender de la realización de ANATOMÍA DEL PLEXO BRACUIAL
un programa rehabilitador, prequirúrgico y posquirúrgico.
Suelen ser lesiones con consecuencias muy graves que re- El plexo braquial, responsable de la sensibilidad y el movi-
quieren un equipo terapéutico mulridisciplinar, incluyen- miento de la extremidad superior y del hombro, es la es-
do el médico rehabilitador, el neurocirujano, el fisiotera- tructura más compleja del sistema nervioso periférico. Tie-
peuta, el terapeuta ocupacional, el técnico ortopédico y el ne forma triangular y se extiende entre la médula espinal y
psicólogo. Asim ismo, el proceso suele ser largo y tedioso, la axila (Fig. 12-1). Mide unos 15,3 cm y está compuesto
por lo que se precisa la implicación máxima del paciente y de tejido conjuntivo y neural en una proporción de 2 a l.
de su familia. Se forma por las raíces espinales C5 a Tl. En ocasiones,
La incidencia de lesión del plexo braquial traumática en C 4 o T2 contribuyen a formar el plexo, aunque con míni-
adultos es variable, dependiendo en gran parte del modo ma repercusión clínica. D e la raíz C5 se origina el nervio
de vida de la población. Con el aumento de la práctica de escapular dorsal y de las raíces C5 a C7 se origina el ner-
deportes de riesgo, la gran velocidad que se alcanza en los vio torácico largo. Avanzando distalmente, a partir de las
deportes de motor y la mayor supervivencia en politrau- cinco raíces se forman tres troncos, llamados troncos pri-
matismos graves, estas lesiones están aumentando en mu- marios: la anastomosis de las raíces C5 y C6 forman el
chos centros de referencia a lo largo del mundo. El perfil tronco primario superior (TPS); la raíz C 7 queda indepen-
del paciente es un hombre de edad compre ndida entre 19 diente y forma el tronco primario medio (TPM), represen-
y 34 años y que tiene otras lesiones añadidas. tando el verdadero eje de simetría del plexo; las raíceses
Para facilitar al lector y al esrudiante la integración de y Tl se fusionan para formar el tronco primario inferior
conocimientos y su aplicación a la práctica clínica, en el (TPI). Cada tronco primario se divide en dos ramas: ante-
GQ anexo 3. Casos clínicos para prácticas de aula se presentan rior y posterior. La reunión de las tres ramas posteriores
casos prácticos para realizar prácticas en el aula; para este forma el tronco secundario posterior (TSP) o radiocircun-
tema se recomienda consulrar los casos prácticos segundo flejo. La reun ión de las ramas anteriores del TPS y del
y tercero. TPM cons tituye el tronco secundario anteroexterno
141
142 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 11. M1embro supenor
CounciL que incluye seis niveles (SO: no hay recuperación, PRONÓSTICO DE LAS LESIONES
S 1: recuperación únicameme de la sensibilidad dolorosa de DEL PLEXO BRAQUIAL
protección, S2: recuperación de cierto grado de sensibilidad
dolorosa y táctil, con hiperestesia, 53: cierro grado de recu- Para determinar el pronóstico de una lesión del plexo bra-
peración de la sensibilidad dolorosa y dctil sin hiperestesia, quial, las variables más destacadas que hay que tener en
53+: recuperación de ciena discriminación de 2 puntos y cuenta son: la evolución clínica, el mecanismo lesiona!, la
S4: recuperación completa) y se realiza un mapa de aneste- topografía de la lesión y los datos electrofisiológicos. Los
sia, hipoestesia e hiperestesia siguiendo los dermatomas. factores pronósticos favorables son: mejoría clínica evi-
Los reflejos osteotendinosos también deben valorarse denciada, migración distal del signo de Tinel, parálisis in-
y ayudan especialmente a buscar un posible daño medular completa en cada miotoma, lesión infraclavicular frente a
que puede acompañar a la lesión del plexo, pues en ese supraclavicular, posganglionar frente a preganglionar y sig-
caso habría una exacerbación de los reflejos o aparecerían nos de actividad muscular voluntaria en el EMG. Si la le-
reflejos patológicos. Además, con el marrillo de reflejos, se sión de base es una desmielinización aislada, la recupera-
realiza el signo de Tinel, que consiste en percutir el nervio ción se produce en un plazo de entre 2 y S semanas. Los
periférico a lo largo de su localización. Se considera positi- signos desfavorables son: trauma grave inicial asociado a
vo si se produce dolor intenso a lo largo del trayecto del otras lesiones corporales, parálisis diafragmática como in-
nervio explorado. En el caso de la lesión del plexo braquial, dicio de lesión de C4 (muchas veces asociada a avulsión
debe percutirse comenzando en el territorio distal a la le- medular total), no experimentar mejoría en el equilibrio
sión, buscando precisamente la localización más distal del muscular, presencia de escápula alada por afectación del
signo, que marcará el lugar donde se está produciendo la serrato mayor, presencia del síndrome de Horner y signos
regeneración nerviosa. Si se produce un avance en el signo de denervación en el EMG. Las lesiones que se localizan a
de Tinel indica una recuperación de la lesión. El signo de más de 30 cm de los músculos denervados tienen pocas
Tinel en la localización del traumatismo inicial puede per- posibilidades de reinervación, ya que ésta se produce a
manecer positivo durante varios meses, independiente- 1-4 mm al día y las fibras musculares denervadas no sobre-
mente de la gravedad de la lesión. viven más de 20 a 24 meses. En estos casos desfavorables,
la previsión de duración del tratamiento hasta la estabili-
O El signo de Tinel es un indicador pronóstico.
zación será entonces de entre 1 y 2 años. La fibrosis del te-
jido conjuntivo (endoneuro, perineuro y epineuro) en la
zona de la lesión impide el avance de la regeneración del
Como pruebas complementarias de apoyo al diagnós- axón. Por desgracia, no hay signos electromiográficos que
tico se utilizan la radiografía simple, el estudio electrofisio- detecten el grado de fibrosis y así el retraso o la ausencia de
lógico (EMG), la mieloromografía computarizada y la re- recuperación es el único signo pronóstico en algunos casos.
sonancia magnética. Con todos los daros se llevará el caso
a la sesión conjunta del equipo multidisciplinar para plan-
tear su tratamiento y objetivos. El EMG ayuda a confirmar
el diagnóstico y la localización de la lesión y, además, defi-
La fibrosis del tejido conjuntivo en la zona de la lesión im-
pide la regeneración del axón .
o
ne la gravedad de la pérdida axonal, revela regeneraciones
subclínicas y permite excluir otras lesiones. En las lesiones En cuanto al pronóstico de las lesiones que han sido in-
cerradas, el EMG se debe realizar 3 o 4 semanas después tervenidas quirúrgicamente, intervienen factores similares.
de la lesión, para dejar que la degeneración walleriana (que Si la parálisis es supraclavicular, la evolución será más favo-
ocurre si hay una axonotmesis o una neurotmesis en las rable en los casos de afectación del plexo superior (que con
que el fragmento distal de axón es fagocitado por los ma- mayor frecuencia son posganglionares y están cercanas a
crófagos y las células de Schwann) no interfiera con los da- los órganos denervados) y peor en la afectación del plexo
ros obtenidos. Además, deberá repetirse cada 3-6 meses inferior (con mayor frecuencia avulsiones radiculares, ade-
para conocer la evolución, pues los hallazgos del EMG pue- más de estar más lejos de los órganos denervados). Entre
den preceder a la recuperación clínica en semanas o meses. las infraclaviculares, la evolución posquirúrgica es mejor
Para el estado funcional global se reconocerá la lesión para las lesiones de cordón posterior (TSP) y lateral que
real dentro de la vida cmidiana. En la literatura científica so- para el cordón medial (TSAI).
bre discapacidad y resultados del tratamiento en lesiones del En ocasiones, aunque evolucione favorablemente la
plexo braquial se han aplicado escalas de discapacidad afectación sensitiva y motora, puede persistir dolor cróni-
como la DASH (Disability ofthe Arm, Shoulder and Hand co con mala respuesta terapéutica.
Questi01maire) y para resultados posquirúrgicos Kresrschmer
et al han creado recientemente el cuestionario de Ulm. TRATAMIENTO CONSERVADOR DE LAS LESIONES
DEL PLEXO BRAQUIAL
rías, prevenir la atrofia muscular, aliviar el dolor, recu- xión palmar de la muñeca y favorecer la posición funcio-
perar los déficits sensoriales y reducir las alteraciones nal de la mano que permita cerrar el puño por efecto reno-
del comportamiento que conducen a ignorar el lado pa- desis. En general, es preciso incentivar la movilidad activa
ralizado. de las articulaciones respetadas si las hay y las contraccio-
En el inicio del plan de tratamiento es fu ndamental nes isomécricas activas en la musculatura que lo permita.
definir unos objetivos realistas, derivados de una co rree- C eruelo Abajo y Garda López recomiendan técnicas de
ca evaluación clínica y n eurofisiológica. La opció n tera- Kabar de ufaciliración neuromuscular propioceptiva>> para
péutica inicial que se ha de seguir en la mayoría de los aprovechar vías aferentes conservadas que faciliten una res-
pacientes es conservadora, sobre codo en lesio nes leves y puesta muscular a través de los patrones de movimiento de
moderadas. El paciente debe conocer que las medidas re- las técnicas, extra ídos de los movimientos cotidianos
habilitadoras no mejo ran de fo rma significativa el grado [GEl véase Vol. 1, capítulo 3, sobre procedimientos básicos, so-
de reinervación ni revierten el daño provocado por la de- bre técnicas de facilitación y sobre los patrones de traca-
nervación, pero sí son necesarias para evitar complica- miento).
ciones.
Sobre todo si se prevé una recuperación lema en caso de
mal pronóstico, el paciente debe conocer sus expectativas
funcionales y colaborar con las terapias indicadas. Tam-
bién se le deberá orientar sobre la prolongada duración del
La movilización del miembro lesionado debe iniciarse Lo
más precozmente posible tras la Lesión. o
tratamiento, incorporar consejos o técnicas de manteni-
miento de forma física general, mantener en lo posible su Electroterapia con fines excitomotores
actividad académica o laboral y social, y ayudarle a aceptar No está demostrado que la elecrroestimulación favorezca
la discapacidad. Algunos autores, como Saliba et al., reco- la regeneración nerviosa ni que detenga la atrofia neuróge-
miendan corros períodos de descanso en el tratamiento na, pero sí consigue una mejoría en el trofismo muscular a
(menos de 1 semana), d ado el largo proceso de recupera- la espera d e la regeneración neurológica. En general, debe
ción. usarse si se prevé que la reinervación se va a retrasar al me-
nos 3 meses. El tratamiento se prolongará duranre varios
Rehabilitación de la sensibilidad
Para la rehabilitación sensitiva se utilizará el mapa deanes-
tesia, hipoestesia o hiperestesia, siguiendo los dermatomas.
El ejercicio terapéutico es fundamental para evita r la
atrofia y mejorar la fuerza muscular. o
Las zonas afectadas deben vigilarse continuamente con vis-
tas a detectar cualquier lesión lo antes posible. Es difícil Electroterapia
conseguir la recuperación de la sensibilidad si no se ha re- Si se aprecian signos de reinervación pueden utilizarse téc-
cuperado la fuerza muscular. Por tanto, se realiza un rraba- nicas de biofeedback. Éstas amplifican la señal de contrac-
jo de protección de la extremidad. Si existe reinervación, ción muscular con indicadores auditivos y visuales que in-
los métodos clásicos de rehabilitación sensitiva consisten forman al paciente de la calidad de la contracción realiza-
en la percepción de diferentes texturas y formas con los da. Utilizando esta información, el paciente modifica su
ojos abiertos y cerrados, así como el entrenamiento en la reacción hasta conseguir la respuesta muscular adecuada.
capacidad de localizar un estímulo. En este ámbito, tam-
bién intervienen otras funciones corticales como la aten- Ortesis
ción y la memoria. Existen en el mercado ortesis específicas para las conse-
Existen arras técnicas que se han ido desarrollando en cuencias de las parálisis braquiales del adulto (véase el ca-
los últimos 1Oaños, sobre todo para las etapas precoces de pítulo 38, aparrado Orresis de extremidades superiores). El
la rehabilitación sensitiva, para conseguir una adecuada re- momento de su indicación es a partir de las 4-8 semanas
organización cortical, como son la terapia con espejos y la de la lesión, aunque algunos pacientes sólo las aceptan rras
utilización de estímulos auditivos. Estas nuevas técnicas, pasar más de 1 año y otros incluso las rechazan tras haber
recopiladas ampliamente por Smania, Berro, La Marchina adquirido suficiente independencia funcional con la extre-
et al. (20 12), no se han generalizado aún como terapia es- midad sana. El objetivo de las orresis es la prevención de
tándar en las lesiones del plexo braquial. las contracturas, el mantenimiento de las articulaciones en
una posición funcional o neutra, la reducción del edema y
la mejora de la funcionalidad del paciente.
o
La terapia con espejos y la utilización de estímulos audi-
En caso de parálisis del plexo superior (C5-C6), donde
tivos. empleadas en etapas precoces de la rehabilitación
sensitiva, podrían conseguir una adecuada reorganiza- la fuerza de la gravedad produce una subluxación del hom-
ción cortical. bro por parálisis del supraespinoso, está indicada una orte-
sis estática de soporte de hombro tipo hemi-s!ing, fabrica-
da con material blando y flexible que engloba la región
proximal del húmero y mediante bandas anteriores y pos-
Fase intermedia o subaguda (desde la 4a teriores lo suspenden de la axila contralateral (Fig. 12-3).
o sa semanas hasta el J•r mes)
En caso de parálisis total puede utilizarse la ortesis jlail
En este momento ya se dispone de la información del es- arm (brazo flácido). Se trata de una ortesis funcional de
tudio elecrrofisiológico sobre el nivel de la lesión y su gra- hombro-codo-muñeca-mano articulada, que copia el fun-
vedad, lo que permite orientar con más d etalle los objeti- cionamiento de las prótesis del miembro superior. Me-
vos del tratamiento. diante un sistema de cables controlados desde un arnés de
147
cuanto a los parámetros que se deben utiliz..1.r, existen re- TRATAMIENTO DE LAS LESIONES DEL PLEXO
sultados moderados acerca de la TENS de alta intensidad. BRAQUIAL EN CASO DE INTERVENCIÓN
En referencia a la frecuencia de la corriente y a los puntos QUIRÚRGICA
de estimulación, no se han establecido de forma definitiva
unas recomendaciones concreras. Se pueden probar fre- El programa rehabilirador poscoperato ri o requerirá un
cuencias aleas, d e 100 Hz, y si no hay respuesta ensayar las continuo diálogo co n el cirujano. En el poscoperacorio in-
bajas, de unos 3 Hz. Suele ser más eficaz si se puede aplicar mediato, considerando éste como las p rimeras 4 semanas,
a lo largo de un nervio periférico accesible. Si no se tolera en ciertos movimientos estarán prohibidos y en muchas oca-
la zona dolorosa, se puede estimular en otros puntos antes siones se requerirán orresis pas ivas de protección. Para el
de desecharla. Otros agentes físicos como el láser de baja po- control del edema podrá indicarse un cabestrillo y el dre-
tencia y los ultrasonidos también pueden utilizarse, si bien naje linfático manual de la zona afectada. Se mantendrá el
hacen falca estudios científicos sobre su eficacia. trabajo activo de las articulaciones libres de la extremidad
Para complementar otras medidas analgésicas también intervenida y del resto de extremidades, para mantener el
está indicada la masoterapia. En particular, se aplican per- esquema corporal. Progresivamente, se irán añad iendo téc-
cusiones suaves como estímulo circularorio, sobre todo en nicas de masoterapia para evitar adherencias cicarriciales.
fases iniciales (Fig. web 12-1). En caso de contracturas mus- En el postoperatorio avanzado, dependiendo de la cirugía
culares y adherencias cicacriciales, pueden aplicarse diferen- (transferencias tendinosas, suturas nerviosas, etc.) podrán
tes técnicas de roce, amasamiento y fricciones, adaptadas a aplicarse en general las mismas premisas descritas en el tra-
cada situación particular (Fig. web 12-2) . tamiento conservador.
liJ RESUMEN
• Las lesiones traumáticas del plexo braquialse producen en • Las consecuencias de la lesión son muy variables y pueden
su mayoría por accidentes de moto, s í bien s u fre cuencia ser extre madamente g raves.
está aume ntando en los últimos tiempos por la práctica de
• En ocasiones requerirán tratamiento qu irúrgico y los pa-
deportes de ries go.
cie ntes precisarán un tratamiento rehabilitador, ta nto s i no
• El plexo braquial es la estructura más compleja del siste - ne cesitan la inte rve nción como después de ella, con un
ma nervi oso perifé rico y abarca, principalmente, fibras amplio equipo de profesionales en e l que el fis iote rapeu ta
procedentes de las raíces C5 a T1 que se dividen y s ubdivi- tendrá un papel fundame nta l.
den hasta formar los nervios responsables del movimiento
• El tratamiento conservador incluye cinesitera pia , electro-
y sensibilidad de la extremidad superior.
terapia analgésica y excito motora, ortesis y técnicas de re-
• Existe gran variedad de tipos de lesión del plexo braqui al y educación sens itiva, cuyas particu laridad es según los co-
es importante una exhaustiva valoración del paciente. nocimientos actuales se detallan en este capítulo.
zo extendido sob re un hueso osteoporótico (el 75% se da Figur a 13·2. Mapa conceptual.
en mayores de 60 años) , aunque también pueden ser pro-
ducidas por un mecanismo di recto. Otras causas menos tura-luxación, y las fracturas patológicas metastásicas (véa-
habituales son las convulsiones, más relacionadas co n frac- se el capítulo 36, apartado Metástasis óseas) (Tabla 13-1).
La p revalencia d e estas lesiones es mayor en mujeres,
con una relación 2: l.
SfNTESIS CONCEPTUAL: El manejo clínico comprende el estudio del cuadro clí-
Las fracturas de húmero proximal y dlafisarias suponen el B% de la
nico, el d iagnóstico, la clasificación y el tratamiento.
totalidad de fracturas del adulto y el10% de las fracturas infantiles;
el 85 % de ellas admiten un tratamiento conservador, con una
Cuadro clínico
recuperación funcional global cercana al 90 % en estos casos.
Los síntomas y signos varían en fu nción de la conminu-
Figura 13-1. Sístesis conceptual. ción y el grado de desplazamiento. Cursan con dolor, tu-
151
152
11 .1 .2 .3
Tabla 13-1. Fracturas de húmero proximal en adultos
A. Tubemsitaria lmpactación No impaclacióo
oc
metafiaria
• Son las terceras en frecuencia en mayores de 65 años, tras Unifocal
~ ~
el fémur proximal y el radio distal extrartlcular
• En más del 85 o/o de los casos se consideran no desplazadas
y se pueden tratar mediante tratamiento conservador
• La recuperación funcional global con el tratamiento lmpactación No impactación luxación
B.
w:
conservador en fracturas de húmero proximal en un metafisiana
fragmento está próxima al90 % Bifocal
• Los factores más importantes del tratamiento quirúrgico
son la reducción anatómica de la metáfisis medial y la
rehabilitación precoz
• En las fracturas de cuello anatómico, la incidencia de
extrartlcular
fR {fE
«
Mínimo Luxación
necrosis avascular es muy elevada c. desplazamiento
lmfoortante
despazam~ento
Artlcular
o
El cu adro clínico de la fractura proximal de húmero en ruras-luxaciones anterior o posterior en d os, tres y cuatro
adultos puede aparecer de forma característica como he-
matoma de Hennequin s obre el tórax y la cara interna del fragmentos y las fracturas articulares d e la cabeza humeral.
brazo a las 48 horas de la les ión. La Asociación para el Esrudio de la O steosíntesis (AO)
propuso en 1990 una modificación d e la clasificac ión de
Neer (Fig. 13-4) otorgando m ayor importancia a la vascu-
larizació n cefálica humeral. Se trata d e una clasificación
Diagnóstico más compleja y exhaustiva e incluye fracturas s imilares a
Las pruebas necesarias son la radiografía anrero posterior las impactadas e n valgo (C2.1 y C2.2), que son un grupo
escapular, lateral escapular o en «Y» y la axilar. La romogra- con tratamientO y pronóstico diferenciado, sobre todo por
fía computarizada proporciona info rmación sobre la rota- la menor incidencia d e nec rosis avascular ® .
ció n de los fragmentos, el desplazamientO d e las tuberosi-
dades, las fracturas articulares, la congruencia glenohume-
ral y las fracruras gle noideas asociadas (véase el caso clíni-
co 13-1) . La resonancia magnética permite evaluar el esta-
La clasificación más e mpleada es la de Neer modificada,
que considera «frag mento>> el desp lazamiento mayor de
1 cm o la angulación mayor de 45 grados.
o
do del manguiro rotador.
Clasificación
La clasificación más emplead a es la d e N eer modificada Tratamiento
(Fig. 13-3). Considera «fragmento» el desplazamiento ma- En m ás del 85% so n fracturas no desplazadas que pueden
tratarse de forma co nservad o ra (véase el caso clínico 13-1).
Partes 2 3 4 En las fracruras desplazadas exis te controversia terapéuti-
Cuello
anatómico
Cuello
r
o, o
ca. El tratamie nto p uede ser de diversos tipos.
Conservador
La inmovilización debe ser lo m ás co rra posible, inferior a
3 semanas (Tabla 13-2) . La recuperación fun cional global
quirúrgico
f of en fracturas en u n fragmento está próxim a al 90 %. El tra-
~ ~
Troqulter
tamiento conservador puede ser de dos tipos:
~
• Vendaje Velpeau: m ovilización progresiva en 1 semana.
Troquln
tf1 tt • Reducción cerrada: tracción, flexió n y ad ucción.
Quirúrgico
Fractura - Anterior
luxación · Posterior + ... partes
Los factores m ás importantes son la reducció n anatómica
de la m eráfisis m edial y la rehabilitación precoz. E l trata-
Articular
miento pued e ser:
Figura 13-3 . Clasificación de Neer modificada de fracturas de hú - • Agujas percutáneas: dos o tres agujas y 3 semanas d e in-
mero proximal. movilización.
Tabla 13-2.1ndicaciones del tratamiento conservador Tabla 13-3. Tratamiento de fracturas en dos fragmentos
en fracturas de húmero proximal en adultos de húmero proximal
Tabla 13-'. Tratamiento de fracturas en tres fragmentos de Tabla 13-5. Tratamiento de fracturas en cuatro fragmentos
húmero proximal de húmero proximal
Figur a 13- 6. Fractura en tres frag mentos. Reducción abierta y fi- Figur a 13-7. Fractura en cuatro fragmentos. Hemiartroplastia hu-
jación interna con placa. meral.
155
Consideraciones de fisioterapia
El procedimiento de fisioterapia puede seguir a un trata-
mienro conservador o quirúrgico.
Rehabilitación postinmovilización
Los movimientos de mano, muñeca y codo comienzan in-
mediatamente. Se manciene una inmovilización 10 días y
se revisa a los pacientes pidiendo que levanten el brazo Figura 13-9. Rehabilitación posquirúrg ica. Fase 2.
con el codo flexionado: si el médico percibe crepitación
ósea o dificultad, se mantiene otra semana más y se reeva-
lúa. Si la movilidad es en bloque, comienzan ejercicios Consideraciones de cada fractura:
pendulares. A las 3-4 semanas se inician ejercicios asisti- • Fracturas del cuello anatómico: el círculo arterial que-
dos suaves, como elevación con polea y rotación externa y da interrumpido y la necros is avascular es muy ele-
extensión con un palo. A las 6 semanas se progresa con es- vada.
riramienros máximos (véase el caso clínico 13-1). Para • Troquíter: inmediatamente, elevación pasiva en el pla-
ampliar información, se recomienda el estudio del l*l Vol.ll, no de la escápula, rotación externa con un palo y ejerci-
capítulo 9. cios pendulares. A las 6 semanas, ejercicios accivos, esti-
ramientos submáximos con elevación completa para el
Rehabilitación posquirúrgica deltoides y los rotadores, y ejercicios ligeros activos y re-
El prorocolo de rehabilitación de Neer se divide en eres fu.ses: sistidos con una goma, tras la clara consolidación. Se
• Ejercicios pasivos auroasiscidos (Fig. 13-8): inmediata- evita la rotación interna durante 3 meses, junto co n for-
mente movilidad activa de muñeca, codo y mano, a los talecimiento completo.
5-7 días movimienros pendulares suaves y después mo- • Troquín: flexión anterior hasta los 90 grados en rota-
vimienros auroasistidos de rotación externa en decúbi- ción interna completa. Rotació n externa pasiva suave
to supino. A la tercera semana se inicia anrepulsión asis- hasta la posición neutra. A las 6 semanas, rotación ex-
tida con polea. terna hasta los 45 grados y elevación completa con po-
• Ejercicios activos contrarresistencia y ejercicios de esti- leas. A los 3 meses, ejercicios de estiramiento y fortale-
ramientos (Fig. 13-9): a las 3-4 semanas. Se empieza cimiento completos.
con amepulsión en decúbiro supino y se sigue en bipe- • Cuello quirúrgico: ejercicios pendulares y pasivos de
destación. Se hacen ejercicios conrrarresistencia de los amplitud precoces, incluyendo elevación con poleas en
rotadores con una goma elástica y después ejercicios de el plano de la escápula y rotación externa. Fortaleci-
estiramientos forzando la anrepulsión y la rotación ex- miento a las 6 semanas.
terna. A las 12 semanas se intensifica el estiramiento • Cuatro partes: en las hemiartoplastias ha de haber ga-
para aumentar el arco de movilidad. rantÍas de un buen anclaje de las tuberosidades por de-
• Programa avanzado de estiramientos (Fig. 13-10): alre- bajo de la cabeza humeral. La movilización a partir de
dedor del tercer mes se trabaja con ejercicios más vigo- la primera o segunda semanas mejora los resultados del
rosos y potenciación muscular con pesos progresivos dolor y la función a largo plazo. Permite impedir los fe-
desde 0,5 kg hasta 2,5 kg. nómenos de retracción capsular y atrofia deltoidea. El
Figura 13-8. Rehabilitación posquirúrgica. Fase 1. Figura 13-1 O. Rehabilitación posqu irú rgica. Fase 3.
156
prorocolo sigue la misma secuencia: se deben comenzar dizar en la capsulicis ad hesiva, véase el capítulo 12,
los ejercicios pasivos máximos y los esti ram ien tos al aparcado Inervación funcional del plexo braquial.
conseguir la consolidación de las tuberosidades, aproxi-
madamence a las 6 semanas. Los ejercicios activos y re-
sistidos suaves se permiten a las 8 semanas, y se autori-
za la rotación incerna.
Los hombros con fractura de la extremidad proximal, y
que han desarrollado rigidez y capsulitis, no se deben
manipular por riesgo de refractu ra.
o
Complicaciones
Existen varios tipos de complicaciones: • Subluxació n inferio r: has ta el 20 o/o de los casos. Se
Lesiones vasculares: infrecuentes. Pueden aparecer tras produce por la pérdida t ra nsitoria del cono muscular
la manipulación cerrada o la reducción abierca, como de la ci ntura escapulohumeral. Se erara mediante ejer-
hematoma, frialdad, parestesias, a pesar de existir pul- cicios isométricos. Si persiste eras 3 meses hay que sos-
sos periféricos por circulación colateral. La lesión se pre- pechar una lesión del nervio axilar o reducción inade-
senta sobre todo en la salida de las arcerias circunflejas cuada.
humeral anterior y posterior de la arceria axilar. Se diag- • Neumotórax.
nostica mediante arteriografía. • Miositis osificante.
Lesiones nerviosas: 2 1-50 o/o. El nervio más afectado es • Inestabilidad: en fracturas glenoideas, rotura del man-
el axilar, seguido por el supraescapular. Se diagnostica guito rocador o atonía m uscular.
con e lecm,miograma (EMG). Se debe hacer explora- • Rotura del mangu ito ro tador: sobre todo en fracturas
ción quirúrgica a los 3 meses si no hay recuperación. de troquícer (véase capítulo 11, aparcado Enfermedad
Necrosis avascular: 3-34 o/o. Las de mayor riesgo son las del manguito de los roradores. Síndrome subacromial).
fracturas desplazadas en cuatro fragmentos y las fractu- Para ampliar info rmación sobre el tratamiento de fisio-
ras-luxaciones. Es más frecuente en las fracturas tra tadas terapia, se recomienda el estudio del GEl Vol. 11, capítu-
mediance reducción abierta y osteosíncesis interna, de- lo 11.
bido a la desperiostización y a la complejidad. Puede • Infecciones.
aparecer hasta 3 años después del tratamiento quirúrgi- • Artrosis glenohumeral: por erosión cartilaginosa con la
co. Su manifestación varía desde asintomáticos hasta fractura o el material de síntesis.
precisar sustitución procésica.
• Seudoartrosis ® : son infrecuentes. Sobre codo en frac-
FRACTURAS DIAFISARIAS DE HÚMERO
curas desplazadas, osteosíntesis inadecuada e infeccio- EN ADULTOS
nes. Si son sintomáticas debe hacerse reducción abierta
y osceosíncesis con placa o clavos intramedulares, apor- El estudio de las fracturas diafisarias de húmero en adultos
tando autoinje rco en jóvenes o protecizando en pacien- precisa tener co nocimientos de epidemiología, clínica,
tes mayores. El rracamiento d ebe ser la fijación con su- diagnóstico, tratamiento general y específico según el tipo
turas n o reabsorbibles y agujas, o con torn illos de es- de fractura, tratamiento médico o quirúrgico, en su caso,
ponjosa si el fragmento es grande. y finalmence, tracamienco de fisiote rapia.
Introducción
La seudoartrosis de la fractura de troquíter es infrecuen-
Complicaciones
Las complicaciones más imporranres son: mas directos o indirectos, por caídas con el hombro hacia
• Infección: alcanza un 1,6 o/o en enclavados y el 2, 7 o/o atrás con el codo extendido y la muñeca en flexión dorsal.
con placas. En los obstétricos, se producen por hiperextender o rorar
• Lesiones vasculares: poco frecuenres. Se han descriro le- el brazo al salir el niño.
siones de las arrerias humeral y axilar tras las manipula- La edad de máxima incidencia son los 15 años por le-
ciones o los enclavados inrramedulares. Tras la arrecio- siones deporrivas. Las localizaciones de mayor afectación
grafía se d ebe estabilizar la fractura y reparar la arreria. son: merafisaria entre 5 y 12 años, fisaria enrre 12 y
• Lesiones nerviosas: 0,4-6,4 o/o. La m ás frecuenre es la 16 años. El 85 o/o son fracturas no desplazadas y con gran
del nervio radial (1 1 o/o), en especial en fracruras de potencial de remodelación (Tabla 13-8).
Holstein-Lewis (fractura espiroidea del tercio distal con
desplazamienro radial del fragmenro proximal). En ge- Manejo clínico
neral son neuropraxias o axonormesis, que se recuperan El manejo clínico de estas fracturas comprende el estudio
esponráneamenre en el 92 o/o de los casos enrre los 3 y de los aspectos clínicos y diagnósticos, requiere establecer
los 4 meses. La mayoría de los amores recomiendan ex- una clasificació n y planrear el tratamienro, ramo médico
plorar el nervio a parrir de los 3 o 4 meses de la lesión, como quirúrgico; finalmenre, se deben tener en cuenta las
siempre que no existan signos EMG de recuperación. El complicaciones.
res ultado obtenido es similar al que se obtendría si se
abordara de forma precoz la lesión. En los casos en que Cuadro clínico
exista una parálisis radial, sólo efectuará la revisión del Es habitual el dolor y la deformidad con el brazo en rota-
nervio en las fracruras abiertas y en los que esté indica- ción inrerna. Los recién nacidos presenran seudoparálisis
da una osteosínresis con placa. con el brazo en exten sión.
Diagnóstico
Clasificación
• Pseudoartrosis: alcanza hasta el 15 o/o. Tienen mayor Existen diversas clasificaciones, según su localización, el des-
riesgo las fracturas del cercio superior e inferior, las plazamienro, la angulación, ere. Las más importanres son:
transversas, la d isrracció n del codo, la inrerposición de • Localización: fisaria, metafisaria, tuberositaria. L'ls frac-
partes blandas, la inmovilización inadecuada y las infec- turas con afectación de la fisis se catalogan según la cla-
cio nes. Precisan decorricación, aporte de injerros y os- sificación de Salter-Harris {véase el capítulo 34). La epi-
teosínresis con placa o con clavos endomedulares ence- fisiólisis de tipo I predo mina en menores de 5 años, las
rrojados, según el tipo de seudoartrosis, la localización, de cipo II en mayores de 11 y las fracturas metafisarias
el tipo de implanre previo y el grado de osteopenia. La entre los 5 y 11 años. Las lesiones de tipo III, IV y V de
urilización de campos electromagné ticos está conrrain- Salter-Harris son infrecuenres. La epifisiólisis d e tipo II
dicada si existe más d e 1 cm de separación, seudoarrro- se puede subdividir en cuatro en función del desplaza-
sis sinovial o infección. míen ro.
• Desplazamiento: clasificación de Neer (Tabla 13-9).
FRACTURAS DE HÚMERO PROXIMAL EN NIÑOS • Angulación.
El estudio de las fracruras de la extremidad proximal de hú- Tabla 13- 9. Clasificación de Neer de fracturas de húmero
mero en niños precisa tener conocimientos de epidemiolo- proximal pediátricas
gía, clínica, diagnóstico, tratamienro general y específico
según el cipo de fractura, traramienro médico o quirúrgico , Desplazamiento < 5 mm
en su caso, y finalmenre tratamiento de fisioterapia. Desplazamiento de hasta 1/3 del diámetro
11 de la diáfisis
Introducción
Desplazamiento de hasta 2/3 del diámetro
Son fracturas que suponen menos del 5 o/o de la rotalidad 111 de la diáfisis
de las fracruras en niños mayores, y son muy frecuenres en
neonatos por disrocia duranre el parro. T ienen una inci- Desplaza miento de hasta 2/3 del diámetro
IV
de la diáfisis+ desplazamiento total
dencia de 1,2-4,4/10.000/año. Se producen por mecanis-
159
o
ción.
En niños mayores se inician los ejercicios de péndulo a
Las parálisis del nervio radial sólo se exploran quirúrgi-
las 3-4 semanas. Cuando se observa consolidación, se per-
ca mente después de 1-2 meses con crecimien to de
miten los deportes de contactO. Existe riesgo de refractura 1 mm/día, si la electromiografía no muestra actividad.
durante los 6 primeros meses.
~~ RESUMEN
• En esta localización existen numerosos tipos de fracturas, y, • Son fracturas habitualmente con escaso desplaza miento,
aunque algunas de ellas son extremadamente raras, es impor- tributarias de un tratamiento conservador.
tante conocerlas debido a las complicaciones que producen.
• Para su di ag nóstico es imprescindible dispon er al menos • Cuando es necesario un tratamiento quirúrgico, existe con-
de dos proyecciones radiográficas de la lesión y visualizar troversia en cuanto a las distintas técnicas e implantes que
las articulaciones adyacentes en l as extraarticulares. se pueden utilizar.
Introducción anatómica
PRIMERA PARTE:
LESIONES DE PARTES BLANDAS El codo es un complejo articular interm edio en el m iem-
bro superior formado por tres huesos que se ponen en con-
INTRODUCCIÓN tacto entre sí para constituir eres articulaciones:
Articulación lmmerocubital. Es una articulación de tipo
Debido a la gran casuística lesional del codo, la extensión de troclear y proporciona los movimientos de flexión y ex-
este tema es considerable. Por tal motivo, los autores han tensión del antebrazo sobre el brazo. Está fo rmada por
optado por la presentación en dos partes, de tal manera que el exrremo distal del h úmero en forma de tróclea y la ex-
al lector o estudiante le sea más fácil el aprendizaje. En la tremidad proxi mal del cúbito, q ue para abrazar a la tró-
primera, se han incorporado los contenidos relacionados clea humeral presenta dos salientes: la apófis is coronoi-
con los traumatismos de partes blandas, y en la segunda, los des hacia delante y el olécranon hacia arriba, con una
traumatismos óseos, es decir, fracturas y luxaciones. superficie articular que se contrapone a la tróclea, que
En lo que respecta a la conceptualización de las lesiones es la cavidad sigmoidea mayor del cúbito.
de partes bland as, es preferible denominarlas epico11dilnl- Articulación mdiombital mperior. Es una articulación
gias, porque aunque el término tendinitis describe un pro- de tipo trocoide y proporcio na, junto con su homólo-
ceso inflamatorio, histopatológicamenre se trata de una ga la radiocubital inferior, los movimientos de prono-
tendinosis con presencia de microdesgarros tendinosos sin supinación d e la mano. Está formada por el extremo
inflamación, con degeneración fibrilar e hiperplasia angio- proximal o cabeza del radio, la cavidad sigmoidea me-
fibrosa. Respecto de las entesopatías, si bien en eloa Vol. 11 , nor del cú bito, situada en su cara externa, y el liga-
capítulo 14 se detalla el tratamiento de fisioterapia, los au- mento anular.
tores han considerado adecuado incluir en este capítulo un Articulación lmmerormdial. Es u na articulación de tipo
esquema de la periodización del tratamiento para que al condílea y favorece los movimientos de las otras dos ar-
lecror le sea más fácil integrar y aplicar los conocimientos ti culaciones. Está formada por la parte externa del ex-
adquiridos {Tabla web 14-1). tremo distal del húmero, llamado cóndilo y la cabez..1. del
H ay que señalar, además, que algunas de las entidades radio.
nosológicas q ue se asientan en el codo serán tratadas más
específica y detalladamente en otros temas de este mismo Estas tres articulaciones actúan sinérgicamenre y la cápsu-
manual, a saber: en el capítulo 35 sobre las neuropatías la y la sinovial son comunes, por lo que sólo existe una ca-
compresivas periféricas y en el capítulo 45 sobre enferme- vidad articular y se puede hablar de una sola articulación
dades de partes blandas. del codo. La cápsula articular es laxa para permitir los mo-
163
164
vimientos de flexión y de extensión, y a los lados está muy neuroparía del cubital en el aparrado Epicondilalgias me-
reforzada por los potentes ligamentos laterales (ligamento diales. Neuro patía d el nervio cu bital. La artropatía hu-
lateral externo y ligam ento lateral interno). meral y las afectaciones del ligamento lateral interno se
Orros detalles del codo son las eminencias laterales del verán en el siguiente aparrado que hace referencia al
extremo distal del húmero: una interna o epitróclea y otra cccodo del lanzador>• (aparrado Epicondi lalgias mediales.
externa o epicóndilo, donde se insertan músculos y liga- Codo del lanzador).
mentos, y son extraarticulares.
Epicondilalgias laterales
Se entiende por epicondilalgia el dolor de codo localizado
bien en la cara externa (lateral) o bien en la cara interna
La e tiología de la epicondilalgia medial es la epitrocleitis
y la neuropatía del cubital en el canal epitroclear. o
(medial). EPICONOILALGIAS LATERALES. EPICONOILITIS
En el tema que nos ocupa, se trata del dolor en la cara
externa del codo alrededor del epicóndilo. Es el dolor de La epicondilitis lateral se corresponde con el dolor en el
codo que con más frecuencia se encuentra en la práctica epicóndilo lateral del codo, asociado normalmente con los
diaria en las consultas de fisioterapia y corresponde al tér- gestos de manipulación y prensión.
mino popular de «Codo de tenista», que es conocido desde
finales del siglo XIX y que d efinía la patología dolorosa cró- Manifestaciones clínicas y diagnóstico.
nica del codo en relación con este deporte. Posteriormen- Sinto matología
te se han ido definiendo y especificando las diversas pato- En consultas de fisioterapia se atiende a una gran variedad
logías que afectan al codo para, finalmente, referirse con de pacientes adultos jóvenes afectados por esta patología,
este término a la epicondilalgia lateral más conocida como desde los que practican un deporte manual como tenis,
epicondilitis. golf, frontón, pesas, lanzadores, etc., hasta trabajadores ma-
La epicondilalgia lateral es con mucho la más frecuente nuales que deben realizar gestos repetitivos, por ejemplo, en
de las epicondilalgias; así, en las consultas d e fisioterapia, una cadena de producción para atornillar, martillear, etc.,
aproxi madamente por cada siete pacientes con epicondi- incluso empleadas de hogar, amas de casa y otros pacientes
lalgia lateral se encuentra un paciente con epico ndilalgia que no realizan trabajos que precisen de gestos forzados ni
medial o epirrocleítis. En otras estadísticas la frecuencia de refieren practicar deportes de riesgo, como administrati-
las epicondilalgias laterales llega hasta el 90 o el 95% del vos, abogados, etc., que en general presentan edades entre
rotal de las epicondilalgias. 40 y 60 años. Por otra parte, es muy raro en niños y ado-
Las epicondilalgias laterales pueden presentarse de for- lescentes.
ma aislada o asociada y se defi nen según la etiología: El o rigen del dolor es debido a una tendinitis d e inser-
• Tendinitis de inserción o epicondilitis (véase aparrado ción (entesitis) de los müsculos epicondíleos (segundo ra-
Epicond ilalgias laterales. Epicondilitis) . dial, extensor común de los dedos, cubital pos terior, exten-
• Artropatía humerorradial (véase aparrado Epicondilal- sor propio del quinto d edo y supinador corro). Funda-
gias laterales. Artropatía humerorradial) . mentalmente es una tendinitis del segundo radial, menos
• Patología de compresión del nervio radial (véase apartado frecuente del extensor común y mucho menos del resto.
Epicondilalgias laterales. Neuropatía del nervio radial). La tendinitis se debe a un mecanismo de hipersolicita-
• Patología radicular (origen cervical) (véase aparrado ción, como ocurre en los deportistas o trabajadores ma-
Epicondilalgias laterales. Radiculopatía). nuales con movimientos repetidos de flexoextensión de
muñeca y pronosupinación: con movimientos bruscos (te-
o
nis, golf, squash, etc.), con objetos pesados (carpintería, al-
La epicondilalgia lateral o epicondilitis es con mucho la bañ ilerfa, etc.) o con simples movimientos pero muy repe-
más frecu ente de las e picondilalgias.
tidos (müsicos, fisioterapeutas, etc.). En ocasiones, el pa-
ciente atribuye un origen traumático al comienzo de los
síntomas y o tras veces aparentemente no se encuentran
Epicondilalgias mediales factores etioparogénicos, por lo que se puede atribuir el
La epicondilalgia medial es mucho menos frecue n te que origen a una tendinosis degenerativa, sobre todo en la me-
la lateral y su etiología prácticamente se debe a dos cau- diana edad y en mujeres.
sas: la tendinitis de inserció n d e los músculos flexores de El paciente aqueja sobre todo dolor en la cara externa
muñeca y pronadores del an tebrazo en el epicóndilo me- del codo, cuya intensidad es variable según el grado de
dial o epitróclea, llamada epitrocleitis, y una neuropatía afectación, pero que oscilará entre un dolor solamente a la
del cubital en el canaJ epitroclear. Etiologías menos fre- palpación del epicóndilo en grados menores hasta la impo-
cuentes son la artropatÍa humerocubi tal y los esguinces tencia funcional dolorosa para la aprehensión de objetos
del ligamento lateral interno. Si la epicondilitis es cono- en grados mayores, y que impide no sólo la práctica labo-
cida como el «codo de tenista», la epitrocleítis es conoci- ral o deportiva, sino que puede imped ir también gestos co-
da como el «codo del golfisra». Se verá la epirrocleítis en tidianos como servir un líq uido con una jarra, agarrar un
el aparrado Epicondilalgias mediales. Epitrocleítis, y la pomo de una puerta, etcétera.
165
o
La epicondilitis se presenta con dolor en el epicóndilo la-
que la localización típica en el codo es en la bolsa ole-
teral del codo, asociado normalmente con gestos de ma-
nipulación y prensión. craneana.
• Radiografias simples. Normalmente en las epicondilitis
no presentan alteraciones, salvo ocasionalmente peque-
ñas irregularidades y aposiciones periósticas en el epi-
Exploración clínica cóndilo o pequeñas calcificaciones intrarendinosas.
La exploración clínica puede realizarse mediante las si- Puede haber alteraciones articulares que harán pensar
guientes maniobras: en patología articular como presencia de osreofitos
• Palpación dolorosa del epicóndilo. En ocasiones puede (véase el capítulo 42) o irregularidades en la superficie
es mr el epicóndilo con signos inflamatorios evidentes de la cabeza del radio, cuerpos libres, etcétera.
de tum efacción, calor, etcétera. • Ecografia. Muchas veces interpretada como normal en
• Puede existir un déficit de extensión o de flexión por el la epicondilitis, puede poner de manifiesto un aumen-
dolor, que desaparecería con la infiltración del epicón- ro del volumen tendi noso de los músculos epicondíleos.
dilo. La presencia de derrame arti cular hará pensar en una
• Cuando se desencadena dolor sobre la cabeza radial y patología articular. El patrón ecográfico normal del ren-
con los movimientos de pronosupinación, se puede dón está descrito en el capítulo 5, aparrado Te ndón .
pensar en una artropatía de la humerorradial asociada. Tinno~::.mzfia computariZtlda (TC). Para casos de arranca-
También se pensará en esta patología cuando existan mientos de epicóndilo, sospecha de afectació n articular
manifes taciones clínicas articulares: derrame, seudoblo- como osreocondritis, etcétera.
queos, déficit de extensión y flexión, etcétera. • Resonancia magnética (Rlvf). Al igual que la ecografía,
• C uando existe una patología del nervio radial se desen- muchas veces interpretada como no rmal en la epicon-
cadena dolor a la palpación por debajo de la mirad ex- dilitis, otras veces puede poner de manifiesto una ren-
terna del pliegue del codo, en la masa de los músculos dinitis, una degeneración tendinosa, pequeñas roturas
extensores y, a veces, con irradiación por el anrebrazo. inrrarendinosas, etc., pero normalmente aporra más da-
• Pruebas específicas de epicondilitis. Se deben buscar ros sobre la articulación: si existe derrame, lesiones os-
con el codo en extensión (ya que los músculos epicon- teocondrales, e tcétera.
díleos están así en máxima tensión): • Electromiografia (Elv!G). En la epicondilitis pura es nor-
- Prueba de la extensión contrariada del puño o del mal. pero puede estar alterada en las epicondilalgias por
tercer metacarpiano (tendinitis del segundo radial). radiculopatías de las raíces C6 y C 7 y por las neuropa-
- Prueba del dedo medio: extensión contrariada de la tías del radial, como se verá más adelante.
metacarpofalángica o de la primera falange del tercer • Otras exploraciones. Como, por ejemplo, la gammagra-
dedo (indicaría una lesión en el extensor común y fía ósea cuando se sospecha osteocondritis, para la valo-
también puede encontrarse en las compresiones del ración de pacientes rentistas en epicondilalgias crónicas,
radial). etcétera.
- Prueba de la supinación contrariada: que es también
bastante sensible en las epicondilitis y en las compre- Tratamiento
siones del radial. El tratamiento será individualizado y dependerá de mu-
- Prueba de la flexión pasiva de muñeca: dolor a la dis- chos factores, como el grado de afectación y la profesión
tensión pasiva de los músculos extensores de muñe- entre otros. Así, en una epicondilitis inicial y leve de un
ca con codo en extensión, antebrazo en pronación y paciente que practica de forma esporádica un deporte
muñeca en flexión. como el ten is, el origen probablemente será debido a una
sobrecarga aguda y se le p uede prescrib ir reposo deportivo,
toma de anriinflamarorios e intentar prevenir, haciendo
Ortopédico
El tratamiento ortopédico tiene un aspecto preventivo
fundamenralmente, como la utilización de cinchas, code-
ras (véase el capítulo 38) o vendajes funcionales (oo véase
Vol. 11. capítulo 17) para limitar en el codo el movimiento de
los músculos epicondíleos y no reaccionar en exceso del
epicóndilo. También se pueden prescribir, aunque son me-
nos utilizadas, las ortesis de muñeca anticodo de tenista
que limitan en este caso a los citados músculos pero en la
muñeca.
Fisioterapia
El traramiemo de fisioterapia en la epicondilitis ha sido
amplia y detalladamente expuesto en el OEl Vol. 11, capítulo 14.
o
Un fisioterapeuta, ante una epicondilitis que no evolucio-
na satisfactoriamente con el tratamiento conservador, fisioterapia como la neurodinamia (GEl véase Vol. 11, capítu-
debe consultar al tra umatólogo, pues hay que descartar lo 221 u otros (GEl véase Vol. 11, ca pítulo 141 resul ta funda-
una neuropatía del nervio radial. mental.
En lo que se refiere al tratamiento quirúrgico, consiste
en la liberación del nervio mediante un amplio abordaje
Exploración clínica anterior o combinado posteroanterior para seccionar la ar-
La exploración clínica consiste fundamentalmente en: cada de Frohse y codo el haz superficial del supinador cor-
• Palpación dolorosa de la masa de los extensores por de- ro, teniendo cuidado en una buena hemostasia para impe-
bajo de la flexura del codo, delante de la cabeza radial. dir un síndrome compartimenta! (capítulo 9, aparcado
Se debe comparar con el lado sano, pues es una zona Síndrome compartimental agudo) o que los hematomas
que frecuentemente resulta molesta en condiciones nor- causen más inflamación con el consiguiente riesgo de fi-
males, por lo que interesa sobre codo la intensidad. brosis secundaria. Posteriormente se inmoviliza hasta la re-
• Signo de Hoffman-Tinel positivo: percusión del nervio tirada de los puntos.
que produce un cosquilleo molesto que puede irradiar-
se hasta el dorso de la muñeca. La sensibilidad cutánea esrá
preservada, pues ro que la rama sensiriva cutánea del radial
nace antes de la entrada del nervio en el túnel radial.
El tratamiento mediante neurodinamia se muestra eficaz
en la neuropatía del ne rvio radial. o
170
EPICONDILALGIAS LATERALES. RADICULOPATÍA guinces del ligamento lateral inrerno, aunque en este úl-
timo caso podrá haber también una laxitud.
Correspondería a la irritación de las raíces cervicales C6 o • Pruebas específicas de epitrocleítis:
C7 y el diagnóstico vendrá definido bien por haber desear- - Maniobra de pronación contrariada (pronador re-
cado las otras etiologías de epicondilalgia o bien por pre- dondo).
sentar una serie de signos y síntomas propios, como podría - Maniobra de flexión contrariada de la muñeca y de
ser el dolor a la palpación de los macizos arriculares de C5- los dedos (palmar menor y mayor y flexor común de
C6 o C6-C7, presencia de parestesias y celulalgia en terri- los dedos).
torios CG oC7. La electromiografía y la RM cervical pue- - Maniobra de flexión e inclinación cubital conrraria-
den poner de manifiesto la afectación radicular. Los even- da de muñeca (cubital anterior).
tuales signos radiológicos de artrosis cervical pueden orien-
tar, pero no existe en la mayoría de las ocasiones paralelis- Exploraciones complementarias
mo con el cuadro clínico. La mejoría de los síntomas con Las exploraciones complementarias para el diagnóstico de
las manipulaciones cervicales y las infiltraciones de las raí- la epitrocleítis son diversas, las más utilizadas son:
ces o de los macizos articulares posteriores orientarán al • Analítica sanguínea. Para descartar una patología mera-
diagnóstico de epicondilalgia de origen cervical (véase el bélica o reumática.
capítulo 28, apartado Región cervical). • Rndiofogía convencional. En muchas ocasiones son nor-
males, pero pueden poner de manifiesto con cierra fre-
EPICONDILALGIAS MEDIALES. EPITROCLEÍTIS cuencia la presencia de pequeii.as calcificaciones, reac-
ciones periósticas en la epitróclea, etcétera.
Se comenzará el estudio de las epicondilalgias mediales por • Ecografin. Puede ser normal o, por el contrario, informar
las epitrocleítis. sobre una patología articular (derrame), hematomas, pe-
queñas roturas tendinosas, calcificaciones, etcétera.
Manifestaciones clínicas y diagnóstico. • TC Cuando se sospechen arrancamientos de la epitró-
Sintomatología clea o patología arricular. En la epitrocleítis pura puede
La epitrocleítis es la tendinitis de inserción de los múscu- ser normal.
los epitrocleares: flexor común superficial de los dedos, • RM. Al igual que la TC informa sobre la articulación
palmar menor y mayor, cubital anterior y pronador redon- humerocubital: sinovitis, cuerpos libres, lesio nes con-
do. Al igual que la epicondiliris, es debida a una sobresoli- drales, etc., si existe una lesión del ligamento lateral in-
citación de los citados músculos por un deporte (golf, te- terno, etc.; además, puede aportar d atos sobre la presen-
nis, lanzadores, etc.) o por un trabajo repetitivo con movi- cia de bursitis, derrame o inflamación alrededor de la epi-
mientos de fle xión e inclinación cubital de muñeca co n tróclea y, desde el p unro de vista tendinoso, pequeñas ro-
pronación del antebrazo. También es muy frecuente en turas incrarendinosas, ere. Al igual que la TC puede ser
mujeres de edad media, sin sobresolicitaciones, en un en- interpretada como normal en la epirrocleítis pura.
torno de tendinosis degenerativa y fibromialgia (véase el • EMG. Es muy importante descartar en las epitrocleíris
capítulo 46); de hecho, en la práctica diaria es este sector una afectación del nervio cubital.
de la población el que predomina en las consultas de fisio- • Otms expfomciones. Gammagrafía ósea, al igual que en
terapia; en la mayoría de los casos es bilateral. Es muy raro las epicondilitis, cuando se sospecha osteocondritis para
en niños y adolescentes (en estos pacientes se pensará en la valoración de calcificaciones, para discriminar a pa-
arrancamientos d e la epitróclea). cienres rentistas, etcétera.
El dolor se localiza en la cara interna del codo, se asocia
con una pérdida de fuerza para apretar (flexores de dedos) Tratamiento
y, en ocasiones, con irradiación por el borde cubital d el an- Al igual que en la epicondilitis, hay que llegar a un buen
tebrazo. diagnóstico e individualizar el traramienco según la intensi-
dad del cuadro clínico y el tipo de paciente. En principio,
Las infiltraciones con PRGF-Endoret®, como ya se ha • Signo de Hoffman-Tinel positivo e n el canal epitro-
mencionado, estimulan la regeneración tisular, por lo que clear.
se recomienda su ucilización (Vaquerizo et al, 20 15) como • Signos de afectación muscular: entre ellos los más carac-
procedimiemo habitual en la práctica clínica para tratar las terísticos son:
epitroclefris. - Atrofia del primer espacio interóseo.
La fisioterapia, co mo es h abitual, resulta fundamemal Prueba de Fromer: se pide al paciente que sujete una
IC3El véase Vol. 11, capítulo 141. hoj a de papel entre el primer y segundo dedos, sin
Las ondas de choque extracorpóreas son una alternativa flexionar la interfalángica del pulgar, se intenta reti-
de rraram iemo efectiva y que, al igual que en la epicondi- rarla y el paciente con afectación del cubital, debido
litis, se utilizan en los pacientes que no mejoran co n los a la debilidad del aductor del pulgar, debe flexio nar
tratamientos comemados anreriormeme, aunque también la interfalángica.
pueden ucilizarse como primera opción de tratamie mo. Evaluación de los interóseos del cuarto y quinto de-
El rraramien ro quirúrgico se basa, al igual que en la dos: se pide al paciente que intente sujetar u na hoja
epico ndiliris, en la resección del tejido tendinoso pato ló- de papel entre los citados dedos en extensión.
gico y en la desi nserción del rendón común de los múscu-
los epirrocleares, con resección de osreofiros de la epirró- Exploraciones complementarias
clea, si los h ubiera, y es rimulación de la epirróclea me- Las exploraciones complementarias más utilizadas son:
diante decorticación o perforaciones. Se asocia una libe- Analitica. Para descartar una patología reumática y me-
ración del nervio cubital, m ás o menos amplia según el tabólica. Debe recordarse que en los pacientes diabéti-
EMG previo, y una transposición de éste en casos de mo- cos las neuroparías son más frecuentes.
derada o severa afectación o en una luxación recidivame Rltdiogmfiasy TC Para valorar artrosis, fracturas, etcétera.
del nervio. Se recomienda inmovilización hasta la cicatri- RM. Aporrará información como las pruebas ameriores
zación de las heridas y, posteriormente, seguir el procedi- y, además, puede incluso proporcionar información so-
miento de fisioterapia. bre la existencia de sinovitis, si en el nervio existe una
lesión tumoral, si existen tumoraciones blandas que
puedan ser causa d e compresión del nervio, etcétera.
O El tratamiento conservador en la mayoría de los casos de
epitrocleítis suele ser resolutivo.
Ecogmfia. Puede ayudar en los casos de tumoraciones
(véase capítulo 36).
EMG. Es fundamental para el diagnóstico en esta pato-
EPICONDILALGIAS MEDIALES. NEUROPATÍA logía. La velocidad de conducció n está disminuida en el
codo y habrá signos de denervación en los músculos cu-
DEL NERVIO CUBITAL
bital dependientes.
o
Se continúa el estudio de las epicondilalgias mediales por
la neuroparía del nervio cubital. El lector podrá encontrar
La electromiografía es la prueba de elección en el diag-
desarrollado en profundidad el rema d e la neuroparía del
nóstico de la neuropatía del nervio cu bital.
nervio cubital en el capítulo 35, aparrado Nervio cubital.
Figura 14-8. Cirugía de la rotura bicipital. (Al Campo quirúrgico en la flexura del codo. [B) Rotura y retracción del tendón del bíceps distal.
(C) Aspecto del mu ñón del tendón a rra ncado.
174
más sensibles y proporcionarían signos de bursiris, peque- to de un fragmento más o menos pequeño del olécranon y
ñas roturas intratendinosas, etcétera. siempre extraarticular. Se producen tras una flexión forza-
El tratamiento médico en general produce la curación a da del codo cuando el tríceps esd contraído.
base de reposo y antiinflamatorios no esreroideos, junto En la exploración clínica el paciente presenta dolor, tu-
con un procedimiento de fisioterapia. También pueden ser mefacción y equimosis e n la zona posterior del codo con
necesarias las infiltraciones. Las ondas de choque teórica- signo de «hachazo., a la altura del rendón del tríceps o en
mente tendrían aquí otra indicación. su inserción. Se asocia con impotencia para la extensión
El tratam iento quirúrgico es raro, pero en tal caso se del codo si la rotura es completa o con dolor y clara dismi-
realizará una escisión del tejido tendinoso patológico y de nución de la fuerza para la extensión del codo.
la bursiris fibrosa, así como una resección de los osreofitos La exploración complementaria habitual es la radiología
del olécranon. simple para valorar si existen fragmentos avulsionados de
Los autores del capítulo recomiendan, además, comple- olécranon, y en caso de dudas se utilizan la ecografía y la R.M.
mentar el tratamiento con la utilización de PRGF-Endo- En principio, el tratamiento es quirúrgico {Fig. 14 - 10)
ret®, pues se ha demostrado que induce la proliferación ce- para la osreosíntesis de los fragmentos óseos si son viables,
lular en el rendón o en el ligamento usado como plasria o lo más frecuente es la resección de los pequeños frag-
(Sánchez et al., 2014). mentos avulsio nados para reinsenar el rendón en el olé-
cranon con puntos rransóseos d e materiales no reabsorbí-
Rotura del tendón distal del músculo tríceps bies o de reabsorción lenta. Se propone la u tilización de
Las roturas del tendón del tríceps son más frecuentes en cordones de PDS o cintas de Dacron° para inmovilizar lo
personas ancianas con degeneración tendinosa, en los pa- menos posible y comenzar la rehabilitación lo antes posi-
cientes jóvenes es más frecuente la avulsión o arrancamien- ble (Fig. 14- 11).
Los autores del capítulo recomiend an, además, comple- (véase el capítulo 35. apartado Nervio mediano) en la zona
mentar el tratamiento con la utilización de PRGF-Endo- del codo pueden darse en dos zonas: en el brazo por un es-
rett!l, por su propiedad de induci r la proliferación celular polón supraepitroclear (su presencia es poco frecuente, por
en el tendón o en el ligamento usado como plastia (Sán- lo que no se va a desarrollar); y en el codo y antebrazo,
chez etaL, 2014) . (Fig. 14-12). donde se pueden encontrar con síndromes: el síndrome
del pronador redondo (véase el capítulo 35. apartado Sín-
drome del pronador redondo), que es fu ndamentalmenre
La utilización de PRGF-Endoret~~>, en el tratamiento de las
o
donde el daño es sobre rodo vascular.
En el codo se pueden afectar los tres nervios que atra-
El tratamiento quirúrg ico del nervio mediano consiste en
viesan la articulación y que son: el nervio radial por el lado
s u descompresión o li beralización.
externo, el mediano por el centro y el cubital por el la-
do incerno.
Los atrapamienros del nervio radial y nervio cubital ya HIGROMAS Y BURSITIS OLECRANEANAS
han sido estudiados en el apanado de epicondilalgia late-
ral (apartado Epicondilalgias laterales. Neuroparía del ner- Los higromas y las bursitis hacen referencia respectivamen-
vio radial) y medial (apartado Epicondilalgias m ediales. te a la presencia de derrame en el interior de la bolsa sero-
Neuropatía del nervio cubital) respectivamente. sa retroolecraneana y a su inflamación. Pued en ser cróni-
cas y agudas.
Nervio mediano
Se debe recordar que el nervio mediano desciende por la Bursitis agudas
cara interna del brazo, junto a la arteria humeral, a la altu- Pueden tener diversos orígenes: traumatismos, infecciones
ra del codo discurre sobre el braquial anterior y debajo de y reumansmos.
la expansión aponeurótica del bíceps, co ntinúa entre los Bu.rsicis aguda hemorrágica o traumática. Se produ-
haces del pronador redondo y pasa por el arco fibroso del ce generalmente por una caída, al apoyar el codo sobre el
flexor común superficial de los dedos, para descender por suelo a altura olecraneana; también se puede producir por
la parte media del anrebrazo. Apenas distalmenre al cuello una sobresoliciración o roce mantenido del codo con el
del radio, ames de salir el tronco del mediano del prona- suelo u otra superficie dura, por ejemplo por haberse arras-
dor redondo nace una rama colateral, que es el interóseo trado por el suelo apoyado sobre los codos. D e aparició n
anterior, que discurre por la cara anterior de la membrana brusca o a las pocas horas, se caracteriza por presentar en
interósea del antebrazo. Los atrapamientos del mediano su interio r sangre o líquido claramente hemático. El diag-
176
los laterales (véase caso clínico 14- 1), la clásica propuesta anciano. Por esta razón, no resulta lógico indicar inmovi-
por Milch (1964). lización estricta para una fractura articular poco estable y
Es preciso explorar siempre el hombro y la muñeca y sometida a osteosíntesis.
realizar un correcto examen del paquete vasculonervioso Lo habitual es la opción quirúrgica mediante fijación
completo. in terna seguida de inmovilización (Fig. 14- 15) , que, en ge-
La radiología anteroposterior y lateral suele ser suficien- neral, se mantiene durante 4 a 6 semanas según el tipo de
te en el diagnóstico (Fig. 14-13). La TC (Fig. 14-14) es útil fractura del codo, aunque generalmence durante 2 a 4 se-
para discriminar lesiones articulares, y si es con reconstruc- manas. La artroplastia total del codo se indica para las frac-
ción tridimensional, permite planificar con más precisión turas de las personas de edad avanzada con un hueso de
la intervención quirúrgica. mala calidad. En los casos de mal unión y retardo de la
El tratamiento conservador mediante reducción cerra- consolidación también se debe proceder a la estabilización
da e inmovilización no se recomienda habitualmente (Ro- quirúrgica mediante osreosíntesis con agujas y/o tornillo
binson et al, 2003), pues provoca un alto porcentaje de (Fig. 14-16) .
casos de mal unión y retardo de la consolidación, y está re-
o
servado, por tanto, a fracturas no desplazadas o mínima-
El tratamiento quirúrgico de las fracturas del extremo
mente desplazadas; es válida una inmovilización en cabes-
distal del húmero debe responder al principio de resta-
trillo, «a su caer)), en ancianos con muy poca demanda blecer la congruencia articular y permitir la movilización
funcional. Incluso con un material de buena calidad, la os- inmediata.
teosíntesis no es estable en la estructura osteoporótica del
Figura 14-14. Fractura del capitellum de tipo 1(Hahn-Steinthall. Tomografía computa rizada.
178 Parte 1. Cirug ía ortopédica y traumatología - Sección 11. Miembro superior
Figura 14-16. En las fractura s del codo, en los casos de mal unión y retardo de la consolidación, se debe proceder a la estabili zación
quirúrgica mediante osteosíntesis con agujas y/o tornillo.
179
Los aurores del capítulo, dada la evidencia cienrífica ambos; también se pueden emplear, en casos más graves,
disponible que recomienda su utilización, proponen la la p laca con tornillos o la extirpación del fragmento pro-
aplicación de PRGF-Endorer® en la seudoamosis no hi- ximal.
pertrófica tras una fractura supracondílea, ya que es clíni- El tratamiento posquirúrgico conlleva una férula poste-
camente seguro y puede mejorar su curación (Sánchez et rior a 90 grados durante 4 semanas. Se recomiendan ejer-
ni., 2009). cicios activos de mano, dedos y hombro. La recuperación
máxima de flexoexrensión se puede demorar hasta los
6-9 meses. El procedimiento fisiorerapéurico de las fracturas
relevancia suficiente, por lo que se le dedicará especial Si en 6 o 12 meses persiste una rigidez mayor de 45 gra-
atención. dos de flexión y menor de 115 grados de flexión, está indi-
cada la arrrólisis quirúrgica. Con excepciones como:
Manifestaciones clínicas y diagnóstico. • Pacientes añosos: contraindicación relativa.
Sintomatología • En artrosis severas con grave destrucción de las superfi-
Es una patología frecuente en el codo. Se habla de rigidez cies articulares, se puede valorar la realización de próte-
cuando se encuentra una limitación de la movilidad tanto sis de codo o de arrroplastias de interposición (pacien-
en flexoexrensión como en pronosupinación. El arco de tes jóvenes).
movilidad que se considera límite para una actuación tera- • Rigideces no dolorosas y bien toleradas: posibilidad de
péutica oscila entre los 30 grados de extensión y los abstención.
130 grados de flexión, que es el sector de movilidad fun-
cional para la vida cotidiana. Se toleran peor los déficits de Tratamiento quirúrgico
la flexión y de la pronación que los déficits de la extensión El tratamiento quirúrgico puede realizarse mediante ar-
y de la supinación, respectivamente. troscopia o clásicamente con ci rugía convencional.
Las causas de las rigideces son diversas y lo más frecuen-
te es que sean secundarias a traumatismos: fracturas que Artrólisis artroscópica
generan secuelas por no reducirlas anatómicamente, por la Se indica esta técnica en las rigideces de origen intraanicu-
cirugía que conllevan o por la inmovilización. También en lar. Se practica con anestesia regional o general una arrros-
microtraumatismos producidos en trabajos y en deportes copia del codo para realizar una serie de actos precisos: sino-
como judo, lanzamientos, halcerofilia, pelota, ere. Tam- vecromía anterior, extracción de cuerpos libres, capsuloro-
bién puede aparecer por artritis inflamatorias o por artro- mía anterior, desbridamiento posterior, extirpación de os-
sis, tras traumatismos craneoencefálicos, tras quemaduras, reofitos, desbridamiento lateral y resección de la cabeza del
etcétera. radio en los casos de grave limitación de la pronosupinación.
Se pueden clasificar las rigideces según su anatomía pa- Las complicaciones son las propias de la artroscopia de
tológica en: codo y son fundamentalmente: neurológicas por afecta-
• Intrínsecas debido a un problema intraarricular: por al- ción del cubital, mediano y radial. También por extravasa-
teración de las superficies articulares, por la presencia de ción del suero utilizado, se puede producir un síndrome
cuerpos libres, por presencia de osreofitos o por adhe- compartimenta! {véase el capítulo 9, Síndrome comparti-
rencias. menral agudo). L1s infecciones son menos frecuentes.
• Extrínsecas: en este caso la articulación esta respetada. Los resultados son, en general, mejores que los de la ci-
Están alterados la cápsula, los ligamentos y los múscu- rugía abierta y se basan sobre todo en la habilidad y en la
los. Las calcificaciones ectópicas entrarían también en experiencia del cirujano al ser muy técnica la cirugía ar-
este grupo. rroscópica, además de, evidentemente, existir una buena
• Mixtas o combinadas de ambas. indicación.
Exploraciones complementarias
Las exploraciones complementarias que se deben realizar
son.
La artrólisis artroscópica está indicada en las rigideces
de origen intraarticu lar.
o
Analítica para el diagnóstico de artropatías reumáticas
o por depósitos de cristales.
Radiología simple para objetivar osteofitos, cuerpos li- Cirugía abierta
bres, secuelas de fracturas, osificaciones ectópicas. Indicada en la rigidez de origen extraarticular o en la incra-
TC para orientar y ubicar mejor, si cabe, que la radio- anicular cuando el cirujano no tenga una experiencia ar-
logía en las citadas anomalías. troscópica suficienre. También esrá indicada en determina-
RM, tan útil como las dos anteriores. dos casos de rigidez inrraarricular en los que se haya tras-
Gammagrafía ósea para valorar calcificacio nes ectópi- puesto el nervio cubital.
cas, osteocondritis, etc., y descartar procesos de dolor Hay varias técnicas descritas: por vía anterior, posterior,
regional complejo {véase el capítulo 9, aparrado Síndro- lateral, medial y combinadas. Los gestos quirúrgicos que se
me de dolor regional complejo idiopático) e infeccio- han de realizar incluyen capsulotomías anteriores y/o pos-
nes. teriores, resección de osteofitos, liberación de los ligamen-
• EMG para descartar la existencia de una patología ner- tos colaterales, mioromías del braquial anterior, alarga-
viosa asociada. mientos del bíceps, extirpación de la cabeza radial, libera-
ción del nervio cubital, etc., en función de la anatomía pa-
Tratamiento médico tológica de la rigidez; por ejemplo, en la rigidez en exten-
En principio se intentará un tratamiento conservador a sió n liberamos la cápsula anterior y extirpación de osteofi-
base de intensa fisioterapia, infiltraciones, ejercicios en tos en olécranon.
piscina, utilización d e instrumentos de movil ización pa- Encre las complicaciones descriras en las técnicas abier-
siva, etcétera. tas están las lesiones neurológicas, generalmente transito-
182 Parte 1. Cirug ía ortopédica y traumatología - Sección 11. Miembro superior
rias, por contusiones o estiramientos de los nervios (cubi- para la utilización de un dispositivo motorizado de movi-
tal), pero también es posible la sección nerviosa (nervio miento pasivo durante las primeras 48 horas; usar durante
mediano), infecciones, problemas cutáneos, calcificaciones las 3 primeras semanas ortesis favorecedoras de la flexión,
ectópicas y dolor. de la extensión o de ambas y ponerse en contacto con su
centro de rehabilitación para realizar una fisioterapia no
Postoperatorio agresiva. Es habitual que haya en las primeras semanas una
Es muy importante en ambas técnicas. Lo ideal es mante- pérdida del arco de movilidad que se ha ganado con la ciru-
ner un bloqueo anestésico con catéter axilar o escalénico gía y que al final del proceso puede llegar a los 10 grados.
RESUMEN
FRACTURAS DIAFISARIAS DE LOS HUESOS rósea se produce en el sentido de las fibras oblicuas hacia
abajo y hacia dentro.
DEL ANTEBRAZO
En los traumatismos indirectos (golpe sobre la mano
Epidemiología extendida) , la tensión se aplica a distancia y se transmite a
La patología del antebrazo es fundamentalmente traumá- las epífisis, por lo que se pueden producir fracturas espiroi-
tica, con producción de fracturas y fracturas-luxaciones 0 . deas de ambos huesos a diferente altura o fractura-luxa-
Los traumatismos del antebrazo son relativamente fre- ción.
cuentes en niños y adultos jóvenes. Las fracturas de los dos
o
huesos del antebrazo se producen con más frecuencia en
El mecanismo indirecto se produce tras una caída apoyan-
varones de unos 30 años, y las causas más frecuentes son:
do la mano con el codo en extensión y con cierta rotación.
caídas desde su propia altura, accidentes de tráfico y por
choques directos. Existe otro pico de incidencia de este
tipo de fracturas diafisarias en ancianos por encima de los
80 años.
Mecanismo directo
La fractura diafisaria, en la mayoría de los casos, se debe a
un intenso traumatismo que sobrepasa la resistencia mecá-
6 días, porque tras el edema y la atrofia por inmovi lización Tabla 15-1 . Seguimiento posquirúrgico y control clinico
puede aparecer un desplazamiento secundario de la fractu- de una fractura de antebrazo, en general
ra por holgura del yeso en el pliegue del codo.
En cualquier caso, se precisa de tratam iento farmacoló- A las 2 semanas
gico (GEl véase Vol. 11, Anexo 1. Farmacología del dolor(, a ra- • Revisión de herida quirúrgica y retirada de los puntos
zón de: antibiót icos durante 5 a 7 días, además de analge- • Eva luación clínica
• Dolor
sia bimodal o trimodal (diclofenaco 100 mg cada 12 ho- • Estabilidad
ras, vía oral; paracetamol hasta 1 g, vía o ral). • Inicio de terapia de rehabilitación
• Cita en 6 semanas para control (al mes de la operación]
A las 4 semanas
Fractura de Monteggia
Es la asociación de una fractura del tercio superior del cú-
bito y de una luxació n anterior de la cabeza radial (Figs.15- Figura 15-4. Fractura-luxación de Monteggia. (Al Lesión de Mon-
4A y 15-4B). Las fracturas aisladas del cúbito por trauma- teggia, radiografía anteroposterior. Tomado de Delgado Martínez
tismo indirecto son más frecuenres en el tercio proximal, (20121. Cirugía ortopédica y traumatología. Madrid: Editorial Médica
en ranro que las que se producen por un traumatismo di- Panamericana; p. 446, fig. 43-1. (BI Lesión de Monteggia con luxa-
ción posterior de la cabeza radial visible en la radiog rafía lateral.
recto so n más frecuentes en la unió n del tercio medio y Tomado de Delgado Ma rtínez (20121. Cirugía ortopédica y traumato-
d istal. Toda fractura de cúbito debe hacer sospechar una logía. Madrid : Editoria l Méd ica Panamericana; p. 446, fig. 43 -1.
posible lesión de Monreggia, es decir, una luxación asocia- (CI Esquema de la lesión.
189
anatómica y una síntesis estable del foco cubital que per- grafía compurarizada} o, en su defecto, la radiografía anre-
mi te la reducción de la cabeza radiaL Las fracturas diafisa- roposrerior con tracción suave del antebrazo. En los niños
rias o del tercio proximal se sintetizan habitualmente me- se deben pedir radiografías del codo conrralareral para
diante una o varias placas colocadas por vía anteroexterna comparar.
a lo largo de la cresta cubital. Así, se puede plantear el en-
clavado en caso de fractura del tercio medio sobre un !me- Tratamiento
so de pequeño diámetro, pero sólo en caso de que la cabe- Analgésicos e inmovilización (de ser p osible, con fé rula y
za radial sea reducible y estable. La forma ideal de sinteti- codo a 90 grados, Velpeau o cabestrillo). En los niños, por
zar las fracturas de la regió n olecraniana es mediante cer- ser frecuenres las fracturas uen rallo verde», es posible un
claje o por un sistema de placas si existe conminución. tratamiento conservador. El t ratamiento debe realizarlo el
traumatólogo, n o el médico generalisra, y depende del gra-
do de desplazamiento de la fractura. Cuando están poco
La lesió n de Monteggia consiste en una luxación asocia-
desplazadas, se usa una férula posterior braquiopalmar con
Seudoartrosis. La frecuencia de su aparición varía en- 45 grados del cúbiro no disminuye la pronosupinación
tre el 2 y el 10%. Los factores de riesgo de aparición de más allá de 20 grados.
seudoartrosis son:
• Factores locales: fracturas abiertas con efecto óseo no re-
llenado, fractura aislada de cúbito o focos conminura,
fracturas con tercer fragmento no estabilizado.
• Material de osteosíntesis: enclavado cemromedular, fi-
La movilización precoz tras las lesiones de codo resulta
fundamental para evitar rigideces en la articulación. o
jador externo o, en caso de placas, placas demasiado FRACTURA DEL EXTREMO DISTAL
corras, tornillos en el foco. DEL RADIO O DE COLLES
• Factores asociados al paciente: tabaquismo, diabe tes, hi-
potiroidismo, trastornos del metabolismo fosfocálcico, Epidemiología
consumo de antiinflamatorios no esteroideos, falta de Es la lesión ósea más frecuente que tiene lugar en la mu-
inmovilización. ñeca, y la más frecuente en el extremo distal del radio. Se
estima que supone hasta un 17% del total de las fractu-
Se tratarán con antibiótico específico junto con una esta- ras que se atiende en los servicios de urgencias (véase el
bilización mediante injerto, ya que el defecto óseo siempre caso clínico 15- 1). Las fracturas distales de radio suponen
está presente en caso de seudoartrosis séptica. La primera el 14% de rodas las lesiones de la extremidad superior.
erapa consistirá en una escisión de todos los tejidos infec- Una de cada 500 personas sufre una fractura de la extre-
tados con resección de los extremos óseos hasta la zona midad distal del radio, que en los adulros jóvenes se pro-
sana. duce por traumatismos de alta energía, con fracturas con-
Callos viciosos. El callo vicioso siempre es la conse- minutas y lesiones asociadas de partes blandas general-
cuencia de una reducción insuficiente (antes de la coloca- mente.
ción del material de osteosín tesis) o de un desplazamiento Por otro lado, en las personas de edad avanzada es más
secundario. El papel de los tejidos blandos es importante frecuente en mujeres posmenopáusicas que en hombres,
en las consecuencias funcionales; una rehabilitación bien como resultado de caídas de bajo impacto. La mirad de los
realizada debe preceder a cualquier cirugía. La consecuen- pacientes tenían osteoporosis de la cadera, colum na o del
cia clínica de los callos viciosos del antebrazo es la dismi- radio. Los pacientes más jóvenes de 65 años tenían una
nución de la amplitud de movimientos, sobre todo en pro- densidad mineral ósea (DMO) inferior en la cadera que los
nosupinación, posible dolor, con inestabilidad o sin ella, valores esperados para su edad (véase el capítulo 47, apar-
de una de las articulaciones radiocubitales y un aspecto tado Osteoporosis) .
morfológico del antebrazo antiestético.
En caso de secuelas de una fractura de Galeazzi con ca-
llo vicioso sobre el radio, los pacientes presentan a menu-
do una pronación limitada. En caso de secuelas de una
En la actualidad, la Organización Mundial de la Sa lud
aconseja valorar la DMO a las mujeres posmenopáusicas
o
que han sufrido una fractura distal del radio.
fractura de Monteggia con callo vicioso sobre el cúbito (lo
más frecuente en el tercio proximal), el problema es la lu-
xación inveterada de la cabeza radial.
Existe una tolerancia a los callos viciosos angulares dia- Mecanismo de producción
fisarios inversamente proporcional a su importancia. Una El principal mecanismo causante de la lesión consiste en
angulación de 1Ogrados, independientemente del hueso o una fuerza de compresión transmitida desde el obstáculo
el plano, tiene pocas consecuencias funcionales. A partir fijo (suelo) al esqueleto del antebrazo; la fractura de la ex-
de 20 grados de deformidad angular aparecen consecuen- tremidad distal del radio se produce por una caída en
cias funcionales. Una angulación aislada de uno o dos hue- extensión dorsal de la muñeca entre 40 y 90 grados, en ex-
sos del antebrazo en el plano frontal o sagital de más de tensión más forzada se producirán lesiones en el escafoides
1Ogrados limita la pronosupinación en unos 24 grados. A y luxaciones del semilunar, y en menos grado de extensión
la inversa, una angulación simultánea de 1O grados del ra- las fracturas se producirán en otras zonas del esqueleto del
dio y el cúbito conlleva una limitación de la pronosupina- antebrazo (Fig. 15-5).
ción de unos 18 grados. En cambio, en caso de callo vicio- En definitiva, la fractura se produce por una caída sobre
so rotatorio, el porcentaje de pérdida funcional en prono- el talón de la mano y, dependiendo de la posición de la ex-
supinación es igual al número de grados de consolidación tremidad en relación con el tronco, hay un componente de
viciosa. No obstante, los problemas rotatorios de la diáfi- pronación cuando se coloca por delante o un componen-
sis cubital no modifican la amplitud de la pronosupina- te de supinación si se sitúa por detrás (Fig. 15-6). La incli-
ción y la desplazan hacia uno de los dos sectores, mientras nación radial o cubital en el momento de la caída va a de-
que en el radio toda deformidad angular es funcionalmen- terminar el aumento de las lesiones en la parte in terna o
te muy molesta. Los callos viciosos del tercio distal del ra- externa de la articulación.
dio tienen repercusiones sobre la pronación, mientras que La caída va a producir una solicitud de tensión en la
los del tercio distal del cúbito tienen consecuencias sobre cara palmar del radio y una compresión en la cara dorsal,
la supin ación. Un callo vicioso aislado y rotatorio de produciendo normalmente una fractura por flexión y más
191
DO
-~>
Figu ra 15-9. Deformidad «en dorso de tenedor» típica de la frac-
tura de Calles.
~~~
-=e~ ~
Tratamiento Figura 15-11. Deformidad de la muñeca «en bayoneta», <<dorso de
La atención inicial consistirá en inmovilización con férula tenedor» y <<pala de jardinero» en distintas fracturas de la extremi-
de yeso (es importante retirar anillos o pulseras antes de la dad distal del radio. Modificado de Gomar (1983).
inflamación) y analgesia. E l tratamien to conservador o
quirú rgico se valora en fu nción del grado de inestabilidad El pronóstico de estas fracturas empeora si existen tra-
de la fractura. El objetivo es restaurar la anatomía, mitigar zos inrraarriculares (especialmente si se separan los frag-
el dolor y restablecer una buena funcionalidad. mentos) y en presencia de mucha conmi n ución o angula-
Otras consideraciones q ue se deben tener en cuenta ción (fractu ra inestable). Los criterios más aceptados de
también para decidir un tratamiento son: el tipo de frac tu- inestabilidad son: angulació n dorsal superior a 20 grados,
ra, la densidad mineral ósea, la presencia de complicacio- acorramiento del radio superior a 10 mm e intensa conmi-
nes como una lesión nerviosa, la edad del paciente, su es- nución dorsal.
tado fu ncional y su grado de actividad.
E l tratamiento conservador clásico consiste en la reduc-
c ión externa de la fractura, seguida de inmovilizació n du-
rante un período de 3-6 semanas.
Si la fractura se redesplaza, la remanípulacíón y la nueva
inmovilización con yeso suelen ser insuficientes, por lo
que hay que proceder a la estabilización con agujas de
Kirschner, fijador externo o placa con tornillos.
o
ComP.licaciones
Puede aparecer un síndrome doloroso regional complejo
(antes conocido como distrofia simpaticorrefleja de Südeck) Consideraciones de fisiote rapia
(véase el capítulo 9, apartado Síndrome de dolor regional Pueden beneficiarse de un programa de terapia ocupacio-
complejo idiopático), la rotura del flexor largo del pulgar, nal domiciliaria para la incorporación a las actividades co-
el síndrome del túnel del carpo (véase el capítulo 35, apar- tidianas. Para ampliar información, OEl véase Vol. 11, capi-
tado Neuropatías compresivas peri fé ricas más frecue ntes) tulo 15.
o rigidez persistente de la muñeca (OEl véase Vol. 11, capí-
tulo 6. Fractura de Smith o Colles invertido
En esta fractura, la desviación de la extremidad distal del
radio es volar (deformidad «en vientre de tenedo r» o «pala
de jardinero») (Fig. 15-11). El mecanismo de producción
de la lesión es una caída sobre el dorso de la mano. E l ma-
nejo d iagnóstico y terapéutico es similar al de la fractura
de Colles.
Otras
En las fracturas de la extremidad distal del radio, y depen-
diendo del trazo d e fractura y de la posición del fragmen-
to distal, se distinguen varios tipos de fracturas, tales como:
• Fmctum-luxacióu de Rhea-Barton. La fractura despren-
de el margen dorsal (fractura de Barran propiamente di-
cha) o volar (fractura de Barron invertida), que se sub-
Figura 15-10. Deformidad <<en dorso de tenedor>> en la fractura de
Calles. Tomado de SECOT 12009). Manual de cirugía ortopédica y luxa acompañado del carpo.
traumatología. Madrid: Editorial Médica Paname rica na: tomo 2, • Fmctttm de Hutchiusou o del chauffeur. Fractura de la es-
p. 897, fig. 76-3. tiloides radial.
193
~~ RESUMEN
• La patología traumática del antebrazo puede asociarse a to y el radio se localizan con más frecuencia en la unión de
lesión de las estructuras ligamentarias con inestabilidad su tercio medio con el distal. Las fracturas aisladas de un
de las articulaciones radiocubital distal y proximal. solo hueso son excepcionales y se suelen combinar con lu-
xación proximal o distal del otro hueso.
• El mecanismo indirecto se produce tras una caída apoyan-
do la mano con el codo en extensión, y con cierta rotación. • Cualquier lesión aislada de la diáfisis radial debe acompa-
El mecanismo de producción directo es el más frecuente. ñarse de una exploración de la articulación radiocubital
En los niños, entre 8 y 12 años, lo más frecuente es que la distal y de la pronosupinación, para descartar una lesión de
fractura sea de grado 11. Galeazzi.
• El cuadro clínico habitual de la fractura del antebrazo es de • La lesión de Monteggia consiste en una luxación asociada
deformidad y pérdida de la función, así como lesión en par- de la cabeza radial o una inestabilidad de la articulación
tes blandas, con presencia de edema, escoriaciones, posi- radiocubital proximal. Cualquier fractura de cúbito debe
ble exposición ósea y flictenas. hacer sospechar una posible lesión de Monteggia. Cual-
• Habitualmente, se realiza una radiografía anteroposterior quier lesión conminuta de la cabeza radial es considerada,
y lateral verdadera de antebrazo, incluyendo el codo y la en principio, una lesión de Essex-Lopresti.
muñeca len mismo plano]. Si se sospecha de una lesión de • Si existe desplazamiento, el tratamiento será mediante ci-
la articulación radiocubital distal y proximal, se pediría ra- rugía, realizando una reducción abierta y fijación interna.
diografía anteroposterior y lateral de codo y anteroposte- La movilización precoz tras las lesiones de codo resulta
rior y lateral de muñeca. En caso de lesión del nervio peri- fundamental para evitar rigideces en la articulación. En la
férico asociada, se realizará una electromiografia. actualidad, la Organización Mundial de la Salud aconseja
• El tratamiento conservador implica una colocación de yeso valorar la DMO a las mujeres posmenopáusicas que han
braquipalmar durante 6-8 semanas, valoración clinicorra- sufrido una fractura distal del radio.
diográfica cada 2 semanas y, en caso de desplazamiento o
• En ocasiones, junto al trazado metafisario hay una línea de
pérdida de la reducción, realizar cirugía de forma inmedia-
fractura articular. Cuando la fractura es por compresión
ta. Si al año de seguimiento se cuenta con buena pronosu-
pura, hay un acortamiento del radio sin cambios en la orien-
pinación, flexión de codo y no hay presencia de secuelas, se
tación epifisaria. Si la fractura se redesplaza. la remanipu-
da el alta definitiva.
lación y la nueva inmovilización con yeso suelen ser insufi-
• La fractura del antebrazo es la única diáfisis que requiere cientes, por lo que hay que proceder a la estabilización con
reducción anatómica. Las fracturas de la diáfisis del cúbi- agujas de Kirschner, fijador externo o placa con tornillos.
1. ¿A qué puede asociarse la patología traumática del antebrazo? 6. ¿En qué consiste la valoración clinicorradiográfica?
2. ¿Cómo se produce el mecanismo indirecto? 7. Ante una lesión aislada de la diáfisis radial, ¿cómo se ha de
proceder?
3. ¿Cuál es el cuadro clínico habitual de estas fracturas?
8. ¿Qué debe hacer sospechar cualquier fractura de cúbito?
4. Si sospecha de una lesión de la articulación radiocubital dis-
tal y proximal, ¿qué radiología se solicitará? 9. ¿Qué aconseja la Organización Mundial de la Salud?
5. ¿Cuál es el tratamiento conservador habitual? 10. ¿Cuándo hay que proceder a la estabilización?
C. Juárez Cordero. F. V. Martínez García y J. Seco Calvo
Figura 16-1. División del carpo en dos filas: proximal lpunteada] y Figura 16-2. Divis ión del carpo en tres colum nas : radiall ll. media
distal. 121 y cubital l31.
195
196 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 11. Miembro superior
• Fracrura, bordes esclerosados y osteoporosis progresiva de una inserción ligamentosa o bien cizalla uno de los hue-
del resto de los huesos del carpo y, finalmente, artrosis sos carpianos entre los vecinos.
progresiva del resto de los huesos del carpo. Clínicamente hay dolor, aumento de volumen e impo-
tencia funcional. Muchas veces se omite en la radiografía
Cuadro clínico el diagnóstico y por ello se precisan otras proyecciones ra-
Muchos casos de seudoarrrosis pasan inadvertidos hasta diográficas. El tratamiento, en principio, suele ser ortopé-
que un nuevo traumatismo desata los síntomas: dolor, pér- dico, salvo excepciones, con inmovilización con yeso. Son
dida de fuerza y limitación progresiva de la movilidad de fracturas que consolidan lentamente.
la muñeca, especialmente a la extensión.
Fracturas del semilunar
Tratamiento Son poco frecuentes. Existen dos formas:
En la fase inicial puede tratarse de manera conservadora. • Arrancamientos ligamentosos del cuerno posterior.
En fases más avanzadas es subsidiaria de tratamiento qui- • Aplastamientos completos por compresión del carpo.
rúrgico: Mani-Russe, curetaje y osteosíntesis con tornillo
de compresión, etcétera. También se recomienda inmovi- Estas fracturas consolidan bien, sólo las producidas por
lización posterior con yeso de 2 a 3 meses. compresión pueden generar la enfennedttd de Kienboeck o ne-
En fases ya muy avanzad as con artrosis del carpo, pue- crosis avttSculttr del semilunar (véase el capírulo 48, apartado
de asociarse la extirpación de la estiloides radial, asociada Enfermedad de Kienboeck) o bien evolucionar hacia la ar-
a las técnicas anteriores. A veces, está indicada la resección trosis (véase el capítulo 42, apartado Artrosis de la mano), en
del polo superior. En la fase final con artrosis del carpo es cuyo caso sería preceptivo el tratamiento quirúrgico.
preceptiva la artroplastia del escafoides, con pró tesis, o
bien la artrodesis del carpo rotal o parcial. Fracturas del piramidal
Se ha descrito (Hernández-Ramajo, Martín-Ferrero, Son poco frecuentes y aparecen aisladamente. Suelen aso-
Simón-Pérez & Muñoz-Moreno, 2014) que la técnica ciarse a luxaciones perilunares o al síndrome capitonavicu-
Fisk-Fernández permite corregir la deformidad del esca- lar, en el que el polo proximal del hueso grande fracturado
foides, producida por la mala unión, mediante un injer- se desplaza. Hay además luxación transescafosemilunar.
to de cuña y fijación interna con agujas de Kirschner o Estas lesiones suelen ser producidas por hiperexrensión
tornillos. y las formas simples se localizan en el cuello del hueso
grande. En ellas el tratamiento ortopédico está indicado,
salvo en el síndrome capitonavicular, en el que tras la re-
Mecanismo de producción
Se producen por un movimiento de hiperextensión carpia-
na, desviación cubital y supinación metacarpiana, que le-
sionan la estructura ligamentosa del carpo por sus puntos
más débiles, el espacio de Poirier y la arti culación semilu- Figura 16-7. Estructuras ligamentosas anteriores: liga mento ra-
nopi ramidal y la semilunoescafoidea o escafoides, según dio-hueso grande [11, ligamento cúbito-semilunar-hueso grande
sea más resistente éste o los ligamentos escafolunares. Apa- 121. ligamento escafosemilunar (31y ligamento piramidal-hueso
rece así la luxación peril unar del semilunar o rransescafo- grande 141.
perilunar por desplazamiento de la mano y el carpo hacia
dorsal, impulsados por el traumatismo. Dependiendo del
traumatismo existe una progresión de la inesrabilidad del Cuadro clínico
carpo alrededor del semilunar: Existe siempre un a ntecedente traumático violento, que
• Fase 1: inestabilidad escafosemilunar. muchas veces pasa inadvertido en la primera consulta. Se
• Fase II: inestabilidad grande-semilunar. manifiesta por un dolor de intensidad progresiva, según la
• Fase TII: inestabilidad piramidal-semilunar. fase de la lesión.
• Fase IV: luxación del semilunar. En la inspección la mano aparece e n flexión fija o defor-
mada «en dorso de tenedor>•, como ocurre en la fractura de
Para poder producirse la luxació n del semilunar hacia an- C olles, con ma nifestación clínica de dolor. En casi un
terior, debe romperse elligamenro radi oluna r dorsal, de 30% hay una lesión del nervio mediano que se deberá va-
tal forma que, al cesar la fuerza causal de la tracción de lorar inicialmente (Figs. 16-6 y 16-7 ).
los rendones largos que cruzan el carpo, tiran proximal-
m ente del hueso grande, q ue impulsa venrralmente al se-
milunar inestable. En casos más graves, se lesiona el liga-
m eneo radiolunar ventral, entonces la extrusión del semi-
La luxación del se milunar hacia anterior. en la inspec-
ción, presenta la mano en flexión fij a o deformada <een
o
dorso de tenedor".
lu nar es com ple ta y el riesgo d e necrosis avascul ar es
complero y muy elevado, al perder rodas las inserciones
ligamen rosas. Existen lesion es radiales o cubitales asocia-
das (Figs. 16-5 y 16-6) . Radiología
En la radiografía anteroposterior aparece un hueso grande
que se superpone al semilunar, que tiene un perfil triangu-
lar. Hay una disminución de la altura carpiana. El espacio
escafolunar está aumenmdo e n las lesiones p uras. La ima-
gen lateral indicará el diagnóstico al demostrar bien el des-
plazamiento anterior del semilunar, lo más frecuente, b ien
la traslación posterior del hueso grande, con o sin fractura
del escafoides asociada. En la proyección lateral, en el se-
milunar la concavidad suele ser distal (Fig. 16-8).
Figura 16-6. Estructuras ligamentosas del carpo: ligamento trian-
gular 111. ligamentos radiocubitales inferiores 121, ligamentos ra-
Por tanto, siempre han d e pedirse tres proyecciones: an-
diopiramidales 131 y tendón del cubital poste rior 141. (P: piramidal, teroposterior, lateral y oblicuas, y en muchas ocasiones han
SL: semilunar!. de realizarse radiografías comparativas.
200 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 11. Miembro superior
...
Figura 16-10. La rotura de los ligamentos escafolunar interóseo y
radioescafolunar ventral hacen que el escafoides se horizontalice.
de la mano, tiene dolor a la flexión e inclinación radiales, y Figura 16-11. En la inestabilidad del carpo en extensión el ángulo
<<a» está aumentado.
aparecen un resalte y una deformidad anormal en la cara
dorsal de la muñeca, con la horizonralización del escafoides.
RESUMEN
• Las frac turas del escafoides son más frecuentes que fíca. EL tratamiento de elección es la inmovilización prolon-
las del carpo y, debido a su peculiar vascularización, gada durante 6 a 8 semanas.
pueden complicarse a Largo plazo con necrosis avasc u- • Si el tratamiento inicial de Los traumatismos de l carpo no
Lar y producir gran impotencia funcional, de ahí su im- es correcto, se producen importantes secuelas, de ahí su
portancia . relevancia e interés para el fisioterapeuta .
• EL dolor exquisito en La tabaquera anatómica es patogno- • Las inesta bilidades del carpo le n flexión o extensión de
mónica de estas fracturas. Ante La sospecha clínica y La Linscheidl se describen como <<muñeca en resorte», yapa-
duda radiológica de su existencia, se debe inmovilizar La recen como pérdidas mayores de La estabilidad carpia na,
muñeca durante 15 días y repetir La exploración radiográ- tras Lesiones previas o como complicación.
2. ¿Por qué es de interés La vascularización del escafoides? 7. ¿Cuántas fases hasta La reabsorción progresiva existen en La
seudoartrosis?
3. ¿Cómo se produce una fractura del escafoides?
8. ¿Por qué es importante el tratamiento in icial en Los trauma-
4. ¿Cómo es el cuadro clínico de una fractura del escafoides? tismos del carpo?
9. ¿Qué es y en qu é consiste La maniobra de Watson-Jones?
5. ¿Cómo se ha de proceder ante La sospecha clín ica de frac-
tura del escafoides? 10. ¿Qué es y en qué consiste La «muñeca en resorte»?
CASOS CLÍNICOS
16.1. Varón de 22 años de edad, sin antecedentes de interés. Cuando estaba jugando al baloncesto sufre una caída y recibe un
•
traumatismo directo en La mano izquierda al apoyarla directamente contra el suelo con La muñeca en dorsiflex ión y el codo
en extensión. A pie de pista fue atendido por el fisioterapeuta del equipo, quien, tras La exploración inicial, optó por colocar
un vendaje y, dada La importancia del jugador en el equipo, continuó jugando.
Dt-sllrrollo na ( diO y ~
rttds CRSDI c-Jinictu y
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Exponer y justificar la fisiopatología y los tratamientos en los procesos traumatológicos, reumatológicos y ortopé-
dicos en las lesiones osteoarticulares y de las partes blandas de la mano, así como en el gran daño !mano catas-
trófica].
• Identificar la situación del paciente a través de un diagnóstico de fisioterapia, planificando las intervenciones y eva-
lua ndo su efectividad.
o
músculos, todos ellos de origen ventral; los dedos está n
desprovistos de músculos y los responsables de su movi-
miento son los tendones de los músculos del antebrazo,
que actúan distalmente con un apa rato ligamentario que
funciona como correa de transmisión para los tendones y Figura 17-1. Fractura oblicua de l quinto metacarpiano.
su inserción en la segunda y tercera falanges.
Como complicaciones frecuentes pueden citarse las de-
formidades por rotación, contractura isquémica de Volk-
Fracturas de falanges y metacarpo mann, limitación de la movilidad y seudoarcrosis.
Son las más frec uentes de las fracturas de la mano y las más
complicadas. Se producen bien por aplastamiento o bien al Fractura de Bennett
flexionar el dedo y caer sobre éste. Además de la fractura se Es la más característica del metacarpiano del pulgar, y es
producen lesiones en las partes blandas, ya que los rendones una fractura intraarticular de la base del primer metacar-
y haces neurovasculares están muy cerca del h ueso. piano con luxación hacia fuera de su diáfisis. Como meca-
Por ejemplo, está la fractura del boxeador o luchador, que nismo de producción están la caída sobre la mano, el gol-
afecta a la cabeza y cuello del quinto metacarpiano (Fig. 17-1), pe directo o el choque de la mano contra el rival (cizalla-
al golpear con el puño no provisto de guante o protección. miento) en la práctica deportiva.
También están las fracturas diafisarias de los distintos me- Aparece un pequeño fragmento interno que permanece
tacarpianos. La falange más frecuentemente afectada suele enganchado al ligamento palmar, mientras que el abduc-
ser la primera. Cuando afectan a la zona diafisaria, el tra- cor largo del pulgar tracciona de la porción principal en
tamiento es similar al de los metacarpianos. sentido proximal.
205
206 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 11. Miembro superior
nes interfalángicas. Es una forma de renosinovitis caracte- puede realizar la Aexión de la primera ni de la segunda
rizada por que el movimiento se frena a m irad del recorri- falange.
do y finaliza bruscamente, como movido por un resorte. • Flexor superficial: no se podrá flexionar totalmente la
Se produce por un engrosamiento de la vaina, del ten- falange media, manteniendo los demás dedos en exten-
dón o de ambas, y se forma un nódulo d entro de la vaina sión.
engrosada y recubierta de sinovial. El nód ulo se mueve • Flexor profundo: no existe la Aexión de la tercera falan-
dentro de la vaina tendinosa hasta que es demasiado grue- ge (para valorarlo hay que fijar previamente la segu nda
so o la vaina está demasiado comprimida y aparecen los falange en extensión, para evitar compensaciones).
bloqueos. • Flexores superficiales y profundo: el dedo permanece en
Para ampliar información sobre el tratamiento de fisio- extensión.
terapia en estas lesiones tendinosas de la mano, OEl véase • Extensores en el do rso de la mano: no se extenderá la
Vol. 11, capítulo 16. primera f.1lange y el dedo permanece en Aexión total.
• Extensores a la altura de la primera falange: pérdida de
Tratamiento conservador la extensión de las dos últimas falanges.
Reposo (férula removible) , criorerapialrermoterapia, anri- • Extensores a la altura de la falange media: la falange dis-
inAamato rios no esreroideos (AINE) y analgésicos, infil- tal aparece semiAexionada.
traciones (novocaína, cortisona) (OEl véase Vol. 11, Anexo 2.
Farmacología de l dolo r!. Si hay infección, el tratamiento es Tratamiento quirúrgico
con antibióticos. Se realiza la denominada tenop!astia: una sutura con acero
y otros materiales de alto límite elástico para reconectar el
Tratamiento quirúrgico tendón. Su reparación se realiza con hilo no reabsorbible y
No es habitual. Si hay infección, se procederá al drenaje de suru rando con la máxima precisión (Fig. 17-3).
pus alrededor del tendón. Peinado quirúrgico del tendón Se suturan los extensores y los Aexores; en ocasiones se
para favorecer su regeneración. deben realizar transposiciones tendinosas para asegurar la
Para ampliar información sobre el tratam ie nto de fisio- funcionalidad del pulgar (plastia d e anrepulsión del p ul-
terapia, en general en las lesiones tendinosas de la mano, gar), por ejem plo si aparece una lesión m ediocubiral en la
OEl véase Vol. 11, capítulo 16. m uñeca que pueda imped ir la acció n d e los músculos de la
eminencia cenar (q ue movilizan al pulgar) o tras la realiza-
Rotura tendinosa ción de u n implante de otro dedo sustitutivo del pulgar, si
H abitualmente se produce por sobrecargas muy intensas ha habido una destrucció n tal de éste que impida su re-
y/o d egeneración del rendón, o bien por agresión d irecta construcción quirúrgica.
(corte de rendones al manejar herramientas como c uchi-
llos o cizallas), e incluso desinserció n de un rendón por un
esfuerzo violento.
Los rendones extensores son más superficiales, su vaina
sinovial es más pobre y e n su trayecto están envueltos en
mesorendón. Por el contrario, los Aexores tienen una ma-
yo r riqueza sinovial, son m ás profundos y se lesionan con
más dificultad.
Los rendones extensores, al ser los más expuestos, son
los que con mayor frecuencia se lesionan, en una propor-
ción d e 3 a 1.
Tras una lesión tendinosa por sección, rotura o desin -
serción, y tras la sutura oportuna, las dificu ltades para la
recuperación de la actividad funcional son mayores para
los Aexores que en los extensores.
Las roturas parciales de los rendones son más difíciles
de diagnosticar: dan ocasión posteriormente a roturas
completas y faci litan la aparición de adherencias rebel-
des.
Contractura de Dupuytren
Es una retracción fibrosa de la aponeurosis palmar, con re-
En la cirugía reparadora de las lesiones de los rendones tracciones posteriores en flexión de los dedos, articulacio-
flexores se han ensayado prótesis sustitutivas de silicona nes metacarpofalángicas e interfalángicas proximales. La
que pueden ser aplicadas en personas con baja demanda aponeurosis palmar se engrosa y se con trae. Se da sobre
funcional de la mano. En sujetos jóvenes se sigue utilizan- todo en varones de edad madura.
do autoinjerros de tendones.
Extensores: tras la sutura se debe inmovilizar la muñe- LESIONES LIGAMENTARIAS DE LOS DEDOS
ca de 3 a 5 semanas con 30-40 grados de extensión y con
los dedos también en extensión. Esta técnica no permite Fundamentalmente se trata de los esguinces de la articula-
tener la mano en posición funcional, sin embargo, la fun- ción metacarpofalángica del pulgar y los denominados es-
ción de los rendones suele quedar bastante bien. guinces interfalángicos de los dedos. Suelen producirse du-
Flexores: después de la sutura exigen mayor tiempo de rante la práctica deportiva.
inmovilización que los extensores. Se inmovilizan con lige-
ra flexión de la muñeca y flexión del dedo o dedos afecta- Esguince metacarpofalángico del primer dedo:
dos. Los dedos no afectados no deben inmovilizarse. pulgar del esquiador (Stener)
Lesión típica del esquí, producida al caer sobre la mano con
Cicatrización tendinosa tras una cirugía el bastón, forzando el dedo hacia atrás; también aparece en
(tenoplastia} o rotura tendinosa otros deportes como hockey, balonmano y baloncesto.
En ocasiones aparecen complicaciones por haber mayor C ursa con inflamación, hematoma, dolor e impotencia
grado de cicatrización extrínseca que intrínseca. funcional. Es fundamental un buen diagnóstico traumato-
Cicatrización extrínseca: invasión fibroblástica de te- lógico de la gravedad del esguince para determinar la indi-
jidos colindantes que genera adherencias. cación de un tratamiento conservador o quirúrgico; este
Cicatrización intrínseca: capacidad propia del rendón diagnóstico debe incluir radiografías dinámicas.
de regenerarse (fibroblastos intrarendinosos que migran
hacia la lesión). Esguinces interfalángicos de los dedos
Para ampliar información sobre el tratamiento de fisio- Son frecuentes en los deportes de pelota y afectan a los li-
terapia en las lesiones tendinosas, quirúrgicas de la mano, gamentos laterales de las articulaciones interfalángicas. Se
GEl véase Vol. 11, capítulo 16. producen por un mecanismo de hiperextensión forzada o
por un traumatismo lateral violento; su aparición es más
Enfermedad de De Quervain frecuente en el tercer y cuarto dedos.
Es una renosinovitis de los rendones corros del pulgar (ab- Pueden presentar diversos grados de lesión, aunque la
ductor largo, extensor corro, flexor largo). Estos rendones mayoría son leves (grado I). Su principal inconveniente
se mueven en la misma vaina, que pasa por un surco óseo suele ser que a menudo se convierten en lesiones de larga
sobre la apófisis estiloides del radio. evolución.
Se produce inflamación por la fricción entre el tendón,
la vaina y la prominencia ósea al realizar la pinza. Aparece MANO CATASTRÓFICA
una proliferación fibrosa, con lo que hay más rozamiento
y se dificultan determinados movimientos, y origina una La mano catastrófica se caracteriza por la aparición trau-
estenosis del pulgar con infiltrado inflamatorio, lo que ge- mática de un elevado grado de lesiones tisulares en los di-
nera fibrosis, y esto a su vez, más estenosis y dolor. Es una ferentes tejidos de ésta, que condicionarán de manera muy
tendinitis muy frecuente en patología laboral (gesto repe- importante su evolución y recuperación (véase el caso clí-
tido), fundamentalmente en mujeres. nico 17- 1) (Fig. 17 -4).
Tratamiento conservador
Es tratamiento conservador es ortopédico: inmovilizacio-
nes y reposo; médico: AINE y analgésicos. En ocasiones
también no esteroideos (GEl véase Vol. 11. Anexo 2. Farmaco-
logía del dolor). También se producen infiltraciones con un
Es fundamental proporcionar una rápida atención medico-
quirúrgica a estos pacientes, dado que las probabilidades de
reimplante y reconstrucción dependen en gran medida de la
celeridad con que se aplique el tratamiento quirúrgico.
Frecuentemente. Las lesiones producen La amputación
o
cóctel de cortisona y novocaína. parcial o total de la mano.
Tratamiento quirúrgico
Va orientado según la patología, así, si hay infección de la Recogida de un miembro amputado
vaina, se realiza un drenaje de ésta. Si la estenosis es impor- Para recoger el segmento corporal amputado, se debe tener
tante, se realiza una rotura quirúrgica de la vaina del ten- en cuenta que la porción puede ser muy pequeña (extremo
17 • Fracturas osteoarticulares de la mano. Lesiones tendrnosas. Les1ones ligamentanas de los dedos ... 209
Figura 17- 4. Mano catastrófica. !Co rtesía del Dr. Roberto López
Ortiz, cirujano ortopédico!.
El principal factor limitante para el reimplante es la is-
quemia tis ular. Si ha habido una adecuada refrigeración
del miembro amputado (a 4 °C, efectuada con rapidez). el
plazo pa ra el reimplante es de 36 horas. Si hay afectación
de tejido muscular, e l plazo máximo para el re implante
o
del dedo, segundas y/o terceras falanges, punta del dedo) es de 12 horas.
o relativamente grande (arrancamiento de la mano a la al-
tura del carpo o de los metacarpianos). En todo caso, se
tratará de reimplantar en función de la viabilidad biológica Reparación de los diferentes tejidos
de los tejidos, d ependiendo ésta de si, por ejemplo, la lesión con cirugía
es limpia (corte con una máquina) o hay contusión tisular Mediante cirugía pueden ser reparados distintos tejidos,
{lesión por aplastamiento, desgarros por tracción, etc.). como el tendón, el músculo, tejido nervioso y vascular, y
En el caso de porciones totalmente separadas del resto también es posible la reconstrucción del tej ido blando su-
del cuerpo, hay que localizar la pieza anatómica, lavarla de perficial.
una manera simple {bajo el grifo de agua o con suero fisio-
lógico), envolverla en una gasa grande, paño o compresa Tendones
limpia y colocarla en el interior d e una bolsa de plástico Con hilo de acero y/o materiales no reabsorbibles, y sutu-
impermeable. rando cabo a cabo, de la manera más precisa posible.
Se debe intentar mantener el fragme nto anatómico a
una temperatura aproximada de 4 °C, pero evitando que Sutura del t ejido muscular
se congelen los tejidos; para ello, la bolsa de plástico se co- No se realiza prácticamente nunca, ya que basta con poner
loca sobre cubitos d e hielo en el interior de un recipiente en contacto los dos extremos seccionados del músculo y el
a ser posible isotérmico o aislado de la mejor manera de proceso natural de cicatrización fibrosa intermedia dará lu-
que se disponga, o dentro de una segunda bolsa de plásti- gar a una cicatriz colágeno que unirá los extremos seccio-
co llena con los cubitos de hielo, que se han de renovar nados y permitirá una adecuada activación musculotendi-
cada cierto tiempo nosa, para su posterior reeducación.
No se debe sumergir el miem bro seccionado en ningún
fl uido ni sustancia de conservación. Se debe mantener re- Sutura neurovas cular: arterias, venas y nervios
lativamente seco hasta su llegada al centro especializado Se comienza suturando las arterias, se sigue con las venas y
para intentar su reimplanre. se finaliza con los nervios; todo ello en equipos donde par-
Si el miembro seccionado permanece unido al pacien- ticipan especialistas difere ntes con un alto grado de en tre-
te y tiene hemorragia, se debe tratar de taponar la hemo- namiento en microcirugía. Las suturas arteriales, venosas
rragia mediante los métodos tradicionales {compresión y, especialmente, nerviosas se realizan con la máxima pre-
si n retirar el apósi to o vendaje, sino añadiendo nuevos cisión.
vendajes encima) y evacuar al paciente de la forma más Se emplean técnicas de microcirugía con microscopio o
rápida posible a un centro donde dispongan d e servicio lupa de gran aumento. Los vasos d e hasta 1 mm de diáme-
quirúrgico. tro se pueden suturar a simple vista; los de menores di-
m ensiones hacen necesario el empleo de medios ópticos
Plazos para el reimplante del segmento amputado para visualizar las suturas, formadas por hilos muy finos, y
El principal condicionante va a ser la isquemia tisular; si el instrumen tal, como las pinzas de disección y el material
ha habido una buena refrigeración del miembro amputa- auxiliar.
do (a 4 °C, efectuada con rapidez), se admite un plazo para Con microcirugía es prácticamente imposible suturar
el reimplante en un período de 36 horas; si hay afectación los pequeños vasos li nfáticos, lo que conlleva la aparición
del músculo {mucho más sensible a la isquemia), el plazo precoz de una linfosrasis con edema en la zona interveni-
máximo se estima en unas 12 horas. da, que suele d urar como mínimo unas 3 semanas, dado
210 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 11. Miembro superior
~~ RESUMEN
o La mano, como herramienta fundamental del ser hu mano, do diagnóstico tra um ato lógico, quirú rgico y fisiotera-
constituye una de las zonas de mayor incidencia de patolo- pé utico, va lo rando e l grado de lesión de los difere nt es
gías t raumá ticas ta nto desde el punto de vista la boral tejidos implicados (hueso, cá psula arti cular, músculo,
como deportivo y doméstico. ligame ntos y poleas, tendones, piel y fascia l y ori e n-
o La in tervención terapéutica so bre e lla se debe reali zar tando hacia una rec up eración global de s u funciona -
de una manera pa utada y sec uencia l, tras un adec ua- lid ad.
Es im prescindi ble un adecua do conocimiento de los meca - qu e se pueden rea li zar, para desarrolla r una adecuada
nismos fi siopatológicos implicados e n el desarrollo de los evaluación y una clara, específi ca y precisa definición de
tra um atism os e in flamación de las diferentes estruc turas, obje tivos en el proceso de re cuperación fisiotera péutico
así como un conocim ie nto general, pero a la vez tras la les ión/cirugía , maximizando la rec up e ra ción de la
ex haustivo, de las modalidades de inte rve nció n quirúrgica función.
Parte 1: Cirugía olitopédica y traumatología
,
SECCION 111
• Actualizar los conocimientos basados en la investigación científica y la práctica basada en la evidencia de procedi-
mientos y métodos medicoquirúrgicos en los traumatismos de la cintura pélvica.
• Describir los factores de ri esgo lesional y las complicaciones en los traumatismos de la cintura pélvica.
• Conocer los aspectos clínicos más relevantes de las fracturas de la cintura pélvica.
• Reco nocer los aspectos terapéuticos más releva ntes de las lesiones por traumatismo de la cintura pélvica.
215
216
ferior de la pelvis. El mecanismo lesional es la com- raciones añadidas; posteriormente, debe realizarse la
presión lateral o anteroposterior. prueba de compresión anteroposrerior y lateral una sola
- Vertical: inestabilidad mulriaxial de la pelvis. Son vez en busca de inestabilidad pélvica. Hemorragias ex-
muy inestables. Mecanismos combinados de cizalla- tensas en el flanco o en las nalgas denotan lesión san-
miento y rotación. Son frecuentes en precipitados y grante interna.
accidentes tráfico. • Se evalúa el estado hemodinámico. Es muy importan-
te, ya que una inestabilidad sistémica puede ser debida
Tipo A. Estable
o A1. Fracturas de pelvis que no afectan al anillo
o A2. Fracturas del anillo mínimamente desplazadas
Ligamentos sacroiliacos
Postoperatorio
Es deseable una movilización precoz. Se recomienda fisio-
terapia respiratoria para favorecer la eliminación de secre-
La progresión del apoyo debe ser paulatina: parcial alre-
dedor de los 2 meses y total libre hacia el tercer mes. o
ciones y evitar complicaciones neumológicas. Como pro-
filaxis tromboembólicas se usarán medias elásticas y hepa- Fracturas-avulsión
rinas subcutáneas. Consideradas por T ile como Al, son frac turas estables de
La secuencia del apoyo es la siguiente: aparición frecuente en gente joven y deportistas (véase el
• Extremidad no afectada: apoyo completo a la semana. caso clínico 18-1). E l mecanismo de producción suele ser
• Apoyo parcial con muieras en la extremidad afectada un movimiento brusco o contracción anómala de un gru-
entre 6-8 semanas. po muscular. Son d ifíciles de d iagnosticar, y so n más fre-
• Apoyo completo sin muletas a las 12 semanas. cuenres en hombres.
Pueden ser de varios tipos:
En pacientes con fracturas inestables bilaterales: vida ca- • Avulsión de la espina ilíaca anterosuperior (Fig. 18-6):
ma-silló n durame, al menos, 6-8 semanas y apoyo parcial, - Se producen en la zona de inserción del recto ame-
al menos, hasta las 12 semanas. rior; es muy típica de futbolistas al golpear el balón.
Hemeperitoneo
Tratamiento definitivo
EstabUizaci6n de las lesiones esqueléticas mayores en las pnmeras 24 horas
TRAUMATISMOS DE ACETÁBULO
Introducción
En la evaluación clínica de las fracturas acetabu lares, la
rodilla presenta, en muchos casos, fracturas asociadas. o
Los dos huesos ilíacos están articulados entre sí, por delan-
te en la sínfisis púbica y por detrás por el sacro, y forman
la pelvis. La confluencia en el ilíaco forma una estructura Evaluación radiológica
caviraria: el acetábulo. Son fracturas que pasan desapercibidas, por lo que se debe
Al igua1 que en las fracturas de la pelvis, la lesión del ace- realizar una buena exploración para sospecharlas.
tábulo ocurre en traumatismos d e ruta energía o ancianos. La aproximación diagnóstica es la radiografía simple en
Suponen un reto para el traumatólogo canco en el diag- diferentes proyecciones: anteroposrerior de pelvis, de en-
nóstico como en el tratamiento, e igualmente para el fisio- trada, de salida.
terapeuta en el proceso de recuperación. Son especialmente importantes en el acetábulo para ver
el grado de la lesión las proyecciones:
Anatomía • Ilíaca oblicua (rotación externa 45 grados): evalúa la co-
Según Judet, va1orando la pelvis desde la cara latera1 se pue- lumna posterior y la pared anterior.
de dividir el acetábulo en dos columnas, anterior y posterior, • Obturarriz (rotación interna 45 grados) : evalúa la co-
que forman una ..y,. invertida y confluyen en lo que cieno- lumna anterior y la pared posterior (Figs. 18-8 y 18-9).
220
- Columna anterior.
- Transversal.
• Parrón combinado:
- Forma en «T».
- Columna y pared posterior.
- Transversal y pared posterior.
Columna anreriorlhemitransversal posterior.
- Ambas columnas.
A B e D E
F G H
Figura 18-10. Clasificacion de Judet.
~~ RESUMEN
• Los traumatismos de gran violencia de la cin tura pélvica • El tratamiento médico de las fracturas sin desplazamiento
toman protag onismo en alza por el aumento de casos por puede tener varias opciones: conservador y ortopédico. El
accidentes de tráfico, violencia en los deportes y caídas de trata miento de fisioterap ia será más corto, ya que habrá
altura. menos secuelas porque la in movilización es menor.
• Los traumatismos de baja violencia de la cintura pélvica
• En la mayoría de los casos, el tratamiento de las fracturas
corresponden, principalmente, a las fracturas que se pro-
con desplazamiento es qui rúrgico. El tratam ie nto fisiotera-
ducen por caídas en ancianos con osteoporosis.
péutico debe tener en cuenta e l período de inmovilización
• Las fracturas de pelvis se pueden clasificar e n función del y las secuelas, ya que en la mayoría de los casos son poli-
desplazamiento o no de los segmentos fragmentados. traumatizados con complicaciones añadidas.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Miller, M. D. (201 O). Review ofortbopnedics (6• ed.) Filadelfia:
Lippincorr Williams & Wi lkins.
Bucholz, R W., Heckman,J. D. (2010). Rockwood&Grem's. Fmc- Sociedad Española de Cirugía Orropédica y Traumarología,
trtres in adults (7• ed.). Filadelfia: Lippincon Williams & Willcins. SECOT, (20 1O). Manual de cimgfa ortopédica y tmuma-
Koval, K.]., Zuckerman, J. D. (2003). Fmctures ér Luxations. tologín (2• ed. ). Madrid: Editorial Médica Paname rica-
Departmnellt oforthopaedics surgel')' (2• ed). Nueva York: New na.
York Universicy.
3. ¿C uá l es la epidemiología y el mecanismo lesiona[ en las B. ¿Cómo pueden ser diagnosticadas las fractu ras-avulsión?
fracturas de pelvis? 9. ¿Cuál sería la solicitud de exploraciones complementarias
4. ¿C uál sería una correcta y completa evaluación clínica en que se deben realizar en una fractu ra de acetábulo?
~ .
las fracturas de pelvis? 10. ¿Cuál es la clasificación de Judet?
5. ¿Cuál sería la solicitud de exploraciones complementarias 11. ¿Cuál es el tratamiento recomendado en las fracturas de
que se debe realiza r en una fractura de pelvis? acetábulo?
HERRAMIENTAS DE APRENDIZAJE
CASOS CLÍNICOS
•
18.1. Paciente varón de 16 años de edad, jugador de fútbol profesional. Presenta dolor en la cara anterior del muslo tras realizar un
disparo a portería con el pie. En la exploración destaca dolor incapacitante para la deambulación, incapacidad para la carrera
y tumefacción en la región de la cadera. También presenta dolor en la palpación del recto anterior y su inserción. Rotaciones
de la cadera levemente dolorosas. No hay dolor con la abduccion ni con la retroflexión del miembro. Leve dolor con la aduc-
ción. Importante dolor con la flexión anterior del muslo. Marcha con cojera.
Dnarro llo del raJoy
mdJ rmo1 rlluiros
f
yi
A. Alonso Recio, A. l. Lozano Muñoz y V. M. Bárcena Tricio
• Actualizar los conocimientos basados en la investigación científica y la práctica basada en la evidencia de procedi-
mientos y métodos medicoquirúrgicos en las entidades que cursan con cadera dolorosa.
• Describir los factores de riesgo lesiona! y las complicaciones en las entidades que cursan con cadera dolorosa.
• Conocer los aspectos clínicos más relevantes de las entidades que cursan con cadera dolorosa.
• Reconocer los aspectos terapéuticos más relevantes de las entidades que cursan con cadera dolorosa.
225
226 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior
Coxalgia
f Radi~ogla
1
( Radiología )
Resolutiva
( Gammagrafia )
1
1 Tumores
Osteoporosls
Osteomalacia
( Partes blandas )
~
Bursltls
Trocanteritis
Psoltls
Cadera en resorte
Coxitis reumáticas
Tuberculosis
Figura 19- 1. Coxalgia. Algoritmo diagnóstico en ad ultos. RM: resonancia magnética; TC: tomografía computarizada.
( Radiología ) Radiologla )
Perthes
Epifisiólisis
Coxa vara LuxaCión congénita Cadera laxa
Coxa valga Coravalga Cadera displaslca
Coxa vara
Figura 19-2. Patología de cadera en el niño. Algoritmo diagnóstico en niños. RM: resonancia magnética; TC: tomograría computarizada.
228 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior
o
rodas ellas, la que más comúnmente se afecta y da mani-
festaciones clínicas es la trocantérea, dando lugar al cuadro
El diagnóstico de la patolog ía de las partes blandas es
conocido como bursitis trocantérica o trocanteritis.
fundamentalmente clínico.
Epidemiología
Es la causa más frecuente de dolor periarticular de cadera
y, generalmente, es debida a microtraumatismos de repeti- Tratamiento
ción. Es más frecuente en mujeres entre los 30-60 años, y, El tratamiento en la mayoría de los casos es conservador,
en deportistas, en los porteros de fútbol o en corredores de inicialmente mediante AINE (antiinflamarorios no este-
maratón. Las manifestación clínica fundamental es el do- roideos) (OEl véase Vol. 11. Anexo 2. Farmacología del do lor! y
lor a la altura del trocánter mayor, en la cara lateral del modificaciones de la actividad y del estilo de vida. Los es-
muslo, que puede referirse en ocasiones a la cara lateral tiramientos y el fortalecimiento de la musculatura contri-
de la rodilla. Está en relación con los cambios pasturaJes y buyen a disminuir el dolor, ayudados por terapias antiálgi-
cas como los ultrasonidos o los TENS. Las infiltraciones
corricoanestésicas (OEl véase Vol.ll, Anexo 2. Farmacología del
dolor! obtienen buenos resultados y, en pacientes en los
que todo esro ha fracasado, se puede realizar una cirugía,
que consistiría en extirpar la bolsa y lim ar posibles excre-
cencias óseas para evitar roces futuros.
traumatismos de repetición. El cuadro clínico es similar en Tabla 19-2. Diagnóstico diferencial de los trastornos
ambos casos: dolor en la cara an terior de la cadera, que de las partes blandas periarticulares
pued e irradiarse al muslo, rodilla y región lumbar y glútea.
Existe una dificultad para la elevación de la rodilla y cierta Cuadro Manifestación
Exploración
clínica
rigidez para la extensión de la cadera. En la inspección, la
cadera suele presentar una actitud en ligera flexión y rota- Bursitis Dolor inguinal La palpación en el
ción externa, y durante la marcha, se observa que el pa- iliopectinea irradiado a la triángulo ingui nal es
cara anterior del dolorosa. Aumenta
ciente cojea por un acortamiento y dé ficit d e extensión de muslo al hiperextender
la cadera y rodilla. la cadera y se
Al igual que en la trocanteritis, el tratamiento es co nser- alivia en flexión [no
vador, mediante reposo y AINE [GEl véase Vol. 11. Anexo 2. hay limitación de
movimientos!
Farmacología de l dolor! en fases de inflamación, modifica-
ciones del estilo de vida y posturales, y fisioterapia anriál- Bursitis Dolor próximo a En pacientes que
gica (TENS, ultrasonidos). Las infiltracio nes corricoanes- isquioglútea la tuberosidad pasan mucho tiempo
isquiática que sentados
tésicas [GEl véase Vol. 11, Anexo 2. Farmacología del dolor[ guia- irradia al glúteo
das mediante ecografía obtienen buenos resultados. En ca-
sos extremos, la cirugía para el drenaje de la bolsa y la libe- Tendi nitis Dolor irradiado a Aumenta en la aducción
de los la región interna pasiva y activa del
ración del tendón del iliopsoas es el tratamiento de elección. aductores del muslo muslo. Dolor en
Tendinitis de los aductores. Conocida coloquialmen- la palpación de la
te como «pubalgia", es muy frecuente en deportistas de éli- inserción de los
aductores en el pubis
te, especialmente aquellos dedicados a deportes con cam-
bios de ritmo rápidos y chutes (fútbol, baloncesto, hockey, Tendinitis de Dolor lumbar bajo Hiperabducción de la
rugby, etc.). Suele afectarse el tendón del aductor mayor en la fascia irradiado a la rodilla
su inserción en el pubis, generando dolor en esa zona. Es lata cara externa del
muslo y a veces
unilateral en más del 80 o/o de los casos y se agrava en ges- a la rodi lla
tos como levantarse de la cama o salir del coche. E l dolor
aparece tanto con la aducción resistida como con la abduc- Cadera en Dolor y chasquido Reproducir el chasquido
resorte palpable en la flexionando y rotando
ción pasiva completa de la cadera. E s característico e l regi ón latera l internamente la
<<sig no del apretón del aductor», en el que el examinador del trocánter cadera
coloca dos puños e ntre las rodillas del pacienre, en decú- mayor
bito supino con las piernas flex ionadas, y le pide que
apriete las rod illas contra sus puños. Se valora tanto la in-
hibición del movim iento como el dolor que éste genera.
Choque o pinzamiento femoroacetabular
El trata miento es similar a los anteriores, y la cirugía se El choque, pinzamien to o atrapam ienro femoroacerabular
reserva para casos muy concretos en deportis tas de alta (PFA) se define como el conflicto de espacio enrre la tran-
élite. sició n cabeza-cuello femoral y el rebo rde acetabular ante-
rior. Es la primera causa d e coxalgia en pacientes jóvenes y
una de las principales causas de artrosis precoz. La flexión
O Es positivo el <<signo del apretó n del aductor>>. El dolor
a parece con la aducción resistida. forzada de la cadera con rotación interna provoca un atra-
pamiento d ellábrum entre el reborde acetabular y la zona
cabeza-cuello, que produce un daño del fibrocartílago, al-
Cadera en resorte. E l cuadro más sencillo de diagnos- teración dellábrum y pérdida de la lubricación normal, lo
ticar d e todos ellos es la cadera en resorre o coxa saltans. Se que conduce a una degeneración del cartílago articular y a
trata de un chasquido audible, palpable e incluso visible en una artrosis precoz.
ocasiones, que se p roduce cuando u na banda miofascial
censa queda atrapada al deslizarse sobre el trocánter mayor
Etiología
en movimientos de flexión, aducción y rotación interna de La etiología d e este cuadro no está del codo defi nida , aun-
la cadera. Suele estar formada po r la cintilla iliotibial o el que existen varios factores predisponentes, como son ha-
borde anterior del glúteo mayo r engrosado. Generalmen- ber s ufrido la enfermedad de Perches (véase el a parrado
te es asintomático, más allá del chasquido, que se repro- Enfermed ad de Legg-Calvé-Perrhes) en la infancia, secue-
duce con facilidad colocando la cadera en flexió n, abduc- las de una epifisiólisis arraum ática, una displasia acerabu-
ción y rmac ió n externa, y desde esa posición se extiende lar (véase el aparrado Epidemiología) o ser secundaria a un
p asivamente a la cadera. El tratamiento conservador tie- traumatismo.
ne muy buena respuesta y la cirugía mediante z-plastias
d el pso as o d e la c inrilla iliotibial suelen acabar con el
Tipología
problema. Existen dos tipos fun damentales, claramente definidos. El
En la tabla 19-2 se muestra el resumen de estas pato- tipo Cam (o leva) se produce por una giba en la unión ca-
logías. beza-cuello femoral, q ue hace q ue la cabeza no sea esférica
230 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
Tratamiento
El tratamiento conservador no es eficaz a medio y largo
El tratamiento quirúrgico es de elección; se realizan per-
!oraciones en fases iniciales y osteotomías en casos más
o
evolucionados.
plazo. Existen series en las gue el 85 o/o de los pacientes
tratados con observación y descarga evolucionan a colap-
so en menos de 2 años. Se ha postulado gue la vitamina E LUXACIÓN DE CADERA TRAUMÁTICA
podría disminuir la incidencia de aguéllas debidas a trata-
mientos con corricoides, sin un claro resultado. El trata- Las luxaciones de la articulación coxofemoral son poco fre-
miento médico con bifosfonatos (GEl véase el Anexo 1. Far- cuentes y se deben a traumatismos de alta energía, general-
macología del sistema musculoesquelético, apartado Bifosfo- mente están asociadas a otras fracturas y lesiones (más del
natosl parece prevenir el colapso, siempre que se instaure 50 o/o).
ames de la fase de la "media luna» (cosa que no suele ocu-
rrir). La fisioterapia mediame estimulación eléctrica, ul- Clasificad ón
trasonidos y magentoterapia (véase el caso clínico 19- 1) , Existen tres tipos definidos:
sumada a terapias con oxígeno hiperbárico, puede ser útil • Luxación posterior: por traumatismo anreroposterior
como tratamiento simomático del dolor, pero no altera la sob re la cadera en flexión. Son las más frecuentes.
evolución natural de la enfermedad. Asimismo, el tras- • Luxació n anterior: por hiperabducción o hiperexten-
plante autólogo de células progenitoras y proteínas mor- sión.
fogenéticas se encuentra acrualmente en fase de estudio en • Luxación central: por traumatismo directo sobre el tro-
animales. cánter mayor (Fig. 19-10).
De todo esto se deduce gue el tratamiento conservador
no es capaz de alterar la evolución de la enfermedad, por Todas ellas, a su vez, pueden clasificarse en función de las
lo gue la cirugía represema la única alternativa válida en fracturas asociadas.
esta patología. Existen multitud de técnicas en función de Se trata de una verdadera urgencia traumatológica que
la fase evolutiva, desde simples perforaciones en la cabeza se presenta clínicamente con un dolor muy intenso, aso-
femoral (descompresión o fomge), a las que puede suple- ciado al acortamiento de la extremidad, con bloqueo com-
mentarse con aporre de injerto óseo, cememo o implan- pleto para la movilización. En las anteriores, el miembro se
tes de tanralio, hasta osteotomías femorales para cambiar encuentra en rotación externa y abducción, mienrras gue
la zona de apoyo de la cabeza (osteotomías varizames, val- en las posteriores, en rotación interna y aducción.
guizantes, o desrotadoras). Las perforaciones se realizan
en fases iniciales con hasta un 80% de buenos resultados, Diagnóstico
y las osteotomías se reservan para casos más avanzados El diagnóstico es muy sencillo, medianre una radiografía
con hasta un 50-70 o/o de resulrados favorables. Si todo simple se puede apreciar la incongruencia articular. La tomo-
esto falla, la sustitución protésica articular, bien mediante grafía compurarizada (TC) sólo se realiza en casos de luxacio-
una hemiarrroplastia, bien como una artroplastia total de nes irreductibles, para ver el obstáculo que impide la reduc-
cadera (tamo convencional como de superficie) es la úni- ción y siempre después de la reducción de la luxación, para
ca alternativa en el momemo actual {véase el caso clínico valorar el resto de lesiones asociadas (Figs. 19- 11 y 19-12).
19-1 ), a pesar de que los resultados del reemplazo proté-
sico en esta patología son sensiblemente inferiores a los re-
sultados en prótesis primarias implantadas por otras cau-
sas (Fig. 19-9).
Debe realizarse, siempre y en todos los casos, tras la re-
ducción de la luxación, una TC de control.
o
Epidemiología
Su incidencia global es de 3-4 por cada 1.000 recién naci-
dos vivos, y los factores d e riesgo más aceptados son: sexo
femenino, presentación podálica, primer embarazo, oli-
goamnios y anrecedentes familiares. En esencia, el trastor-
no se debe a un acetábulo poco profundo que no da cober-
tura a la cabeza femoral.
Diagnóstico clínico
El diagnóstico es fundamentalmente clínico, mediante la
exploración física del niño, donde se puede apreciar una
asimetría de pliegues. Asimismo, las maniob ras de Barlow
y Orrolani son útiles para conocer el estado de la cabeza fe-
Figura 19-12. Luxación de la cadera izquierda. moral con respecto al acetábulo (Fig. 19-13). La maniobra
Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
Prueba de Ortolani
de Barlow determina si la cadera es luxable, es decir, sí ésta que puede verse la cadera entrando y saliendo del acetá-
es congruente con el acetábulo, pero puede luxarse. Se rea- bulo), con la que se puede ver la cobertura acetabular de
liza con el niño en decúbito supino, flexionando la cadera la cabeza. En mayo res de 3 meses, se realiza una radiogra-
unos 60 grados y fijando la pelvis con la mano contralare- fía simple ameroposrerior de pelvis-caderas sobre la que
ral. Con los dedos medio e índice sobre el trocánter mayor se trazarán 3 líneas. La línea H (de Hilgenreiner) a través
y el pulgar sobre la mitad distal del muslo, el examinador del cartílago rrirradiado; la línea de Perkins (P), perpen-
intenta luxar la cabeza femoral mediante un desplazamien- dicular a ésta pasando por el borde externo del acetábu-
to suave hacia atrás y hacia afuera. lo; y una línea q ue pase por el techo de ambos acetábu-
Por el contrario, la maniobra de Orrolani informa sobre los, cortando a la línea H, que dará la medida del índice
sí la cadera luxada es reductible. Con el niño en decúbito su- acetabular (IA) (Fig. 19- 14). Esto delimita cuatro cua-
pino, se flexiona la cadera hasta 90 grados y se colocan los drantes: la cabeza femoral (o la m etáfisis proximal si la
dedos índice y medio sobre el rrodmer mayor y el pulgar cabeza aún no es visible) debe encontrarse en el cuadran-
sobre la rodilla, y se realiza una abducción suave de la cade- te inferointerno. El índice acerabular es de unos 30 gra-
ra, percibiéndose un chasquido o resalte cuando la cabeza se
desplaza sobre el borde posterior y entra en el acetábulo.
En niños mayores de 3 meses, suele existir una limita-
ción para la abducción de las caderas, por comracción de
los músculos aductores. El signo de Galeazzi consiste en
realizar, con el paciente en decúbito supino, una flexión de
ambas caderas y rodillas, objetivando una rodilla a un ni-
vel más bajo que la otra en las luxaciones unilaterales de ca-
dera. En niños mayores, que ya caminan, se puede obser-
var cojera en las luxaciones unilaterales o «marcha de paro»
en las bilaterales.
Epidemiología
La enfermedad de Perrhes (véase el capítulo 48, apartado
Enfermedad de Perrhes) es una necrosis avascular de la ca-
beza femoral , aurolimitada y aurorresoluriva, que afecta a
1 de cada 10.000 niños. Es más frecuente en varones
(4/5:1) y puede ser bilateral en un 10-25 o/o de los casos.
La necrosis ocasiona una pérdida d e la integridad mecáni-
ca de la epífisis femoral que lleva a su colapso y que, du-
rante el proceso de regeneración, conduce a deformidad y,
por ello, a su descubrimiento. La incongruencia articular
residual puede dar lugar a grados variables de limitación de
la movilidad, cojera y artrosis precoz en hasta dos terceras
panes de los pacientes. Asimismo, el compromiso fisario
Figura 19-19. Secuelas en un adulto de una dis plasia de cadera puede dar lugar a dismetrías entre los miembros inferiores.
infantil.
la epífisis sana, dando lugar a una coxa magna. Es en esta tro cuadrantes, y la clasificación del pilar externo de He-
fase en la que se determina el futuro de la cadera, ya que es rring, que se basa en el grado de destrucción de los tres pi-
cuando la cabeza es más maleable y susceptible de defor- lares definidos en la epífisis (interno, central y externo), y
marse. La cuarta fase, de remodelación o secuelas, es la fase que se corresponden aproximadamente con un tercio de la
final, una vez que la cabeza ya muestra su form a final. cabeza cada uno. En ambas clasificaciones los grados más .
Todo este período dura entre 12-36 meses. altos, con mayor destrucción, tienen peor pronóstico. La
clasificación de Sculberg intenta dar un pronóstico a largo
plazo en las caderas en fase de secuelas.
• El dolor de cadera se localiza en la cara anterior de la re- • Durante el desarrollo normal de la cadera de los niños
gión inguinal o en la cara la teral del muslo. Muchos pa- pueden existir difere ntes a lteraciones patológicas que cur-
cientes suelen referir dolor diferido en la zona lumbar baja· san con dolor: disp lasia del desa rrollo de la cadera, sinovi-
o en la nalga, pero el dolor de cadera no se irradia a esas tis transitoria de cade ra , enfermedad de Legg -Calvé-Per-
localizaciones. thes y epifisiólisis femoral proxima l.
• Salvo en las fases de sinovitis, en la coxartrosis no existe • El diagnóstico de la displasia del desarrollo de la cadera es
dolor en reposo. La radiografía simple en dos proyeccio- clínico, mediante la exploración física del niño: se aprecia
nes, anteroposterior y axial, es la técnica diagnóstica de una asimetría de pliegues y las maniobras de Ba rlow y Or-
elección. tolani informa n sobre la relaci ón de la ca beza fe moral con
respecto al acetábulo. La confirmación diagnóstica e s me-
• La patología de las partes blandas se produce habitual-
diante ecografía dinámica antes de los primeros 3 meses.
mente como consecuencia de microtraumatismos de repe-
En menores de 3-4 meses el tratamiento ideal es el arnés
tición. El diagnóstico es fundamentalmente clínico y el tra-
de Pavlick, en mayores de 4 meses se colocarán yesos pel-
tamiento, en la mayoría de los casos, es conservador.
vipédicos seriados y en mayo res de 18 meses se puede in-
• Existen dos tipos fundamentales de pinzamiento femoro- tentar una reducción.
acetabular claramente definidos: el de tipo Ca m y el de tipo
• La enfermedad de Legg-Calvé-Perthes tiene cuatro fases
Pincer. La maniobra del choque es positiva y consiste en
evolutivas que duran entre 12-36 meses: necros is, frag-
dolor inguinal que se acentúa con la flexión, aducción y ro-
mentación, reosificación y remodelac ión o de secue las.
tación interna de la cadera. El tratamiento de elección es
Tras e l Perth es, las s ecuelas derivadas de la incongruen-
quirúrgico e intenta corregir la deformidad y preservar o
cia articular residual son la limitación de la movilidad, co-
reinsertar ellábrum en la medida de lo posible.
jera y artrosis precoz. Ante la sospecha de Perthes, para un
• La manifestación clínica de la osteonecrosis es el dolor diagnóstico precoz, la gammagrafía ós ea es la prueba
sordo o intermitente, de comienzo progresivo, irradiado a diagnóstica de elección. El consenso a ctual del tratamien-
la ingle, nalga o rodilla, pero sin limitación de la movilidad. to de la enfermedad de Pe rt hes se ori enta a man tene r la
El «signo de la media luna» s e interpreta como radiolucen- esfericidad de la cadera hasta que finalice su remod ela-
cia en la cabeza femoral que precede a la zona de colapso ción. Si ésta es mala, el reemplazo a rticular protésico an-
Y es patognomónica. El tratamiento quirúrgico es de elec- tes de los 40-50 años es la opc ión terapéutica .
ción, Y se pueden realizar perforaciones en fases iniciales
• La epifisiólisis femora l proximal es la en fermedad de la ca-
y osteotomías en casos más evolucionados.
dera más común en los adolescentes. La mani festac ión clí-
• El tratamiento de la luxación de cadera consiste en reduc- nica es dolor inguinal, irradiado a la rod illa, y cojera evi-
ción cerrada urgente y, si es estable, descarga durante 3 dente. El tratamiento es la fijación qui rúrgica in situ me-
meses. diante tornillos canulados.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Conocer las diferentes clasificaciones de las fracturas de la extremidad proximal del fémur.
• Reconocer los factores de riesgo e intervenir en su control y reducción.
• Comprender las implicaciones del tratamiento quirúrgico en la intervención fisoterapéutica.
• Comprender la relevancia de las fracturas de la extremidad proximal del fémur, en particular en la población an-
ciana.
• Evaluar la funcionalidad del individuo en diferentes situaciones [hospitalaria, ambulatoria y comunitaria].
243
- -- ¡
244 Parte 1. CJrugJa ortopedJca y traumatolog1a- Secc1on 111. Pelvis y miembro mfenor
La región intertrocantérica de la cadera representa una los abordajes quirúrgicos articulares, como se verá más
zona de rransición desde el cuello femoral hacia la diáfisis adelante.
femoral, formando un arco de concavidad medial. Esta
área se caracteriza primariamente por hueso trabecular EPIDEMIOLOGÍA
denso que sirve para transmitir y distribuir la presión, de
forma similar al hueso esponjoso del cuello femoral. Los La frecuencia de las fracturas en el tercio proximal del fé-
trocánteres mayor y menor son los lugares de inserción de mur es de aproximadamente el 42% del toral y pueden ser
los principales músculos de la región glútea: el glúteo me- consideradas de las más devastadoras que el esqueleto hu-
dio y menor, el psoas ilíaco y los rotado res externos cortos. mano puede sufrir. En un 60 o/o ocurren en población ge-
La estructura trabecular interna del fémur proximal fue riátrica (véase el caso clínico 20-1) , ya que se encuen eran
descrita por primera vez por Ward, en 1838. De acuerdo expuestos a diferentes riesgos de accidentes secundarios a
con la ley de Wolff, las trabéculas surgen sobre las líneas de trastornos propios de pacientes en este grupo erario (Coo-
fuerza a las que el hueso está expuesto. En el cuello femo- per, 1992), como son las caídas (Cummings & Nevirr,
ral y en la región intertrocantérica, la crabeculación presen- 1994). La incidencia de fracturas del tercio proximal del fé-
ta una transición desde la corteza ósea hacia la metáfisis. mur es de aproximadamente 25.000 casos por año en países
Las trabéculas de la compresión y la tensión primarias pa- del primer mundo, y son consideradas como un problema
san a través del cuello y se separan, dejando un área de hue- de salud (Adams, Robinson, Court-Brown & McQueen,
so poroso llamado t7-itíngulo de Whd (Fig. 20-1). 2001). Cifras del Instituto Gerontológico de Madrid hablan
El calcar es donde ocurren los mayores esfuerzos (Bu- de que estas fracturas se producen en 7 de cada 100.000 ha-
cholz & Heckman, 2003). Es una lámina ósea densa en la bitantes/año y superan las 26.000 fracturas anuales.
unión del cuello, trocánter menor y diáfisis, que se abre La morbilidad y mortalidad debidas a esta fractura re-
como un abanico y en donde convergen las trabéculas de dunda en una reducción aproximada de la esperanza de
carga, tracción y tensión del tercio proximal del fémur, for- vida del 12% o más. La mortalidad se observa principal-
mando una estructura indispensable para determinar la es- mente en los primeros 3 o 4 meses después de la fractura.
tabilidad de la región y sus lesiones (Gotfried, 2004). La mortalidad por grupo de edad es del 3 al 4% a los
Por debajo de esta estructura se encuentra el cuerpo o 50 años, y del 28 al 30 o/o a los 80 años.
diáfisis femoral. Además, la constante ampliación de la expectativa de
El tercio proximal del fémur está irrigado por la red vas- vida hace que sean cada vez más comunes estas fracturas, y
cular dependiente de las arterias: circunAeja anterior o la- el coste de su rratamiento más elevado. De acuerdo con las
teral y circunAeja posterior o medial. Esta última es la de estimaciones hechas por Cooper (1992), para el año 2050
mayor importancia para el aporte sanguíneo de la cabeza el incremento en las fracturas del tercio proximal del fé-
femoral, ya que da en la fosa trocantérica tres o cuatro ra- mur pasará de 1,6 a 6,3 millones de casos y la fractura in-
mas que son las arterias retinaculares; éstas discurren pos- tertrocantérica será la más frecuente.
terior y superiormente a lo largo del cuello femoral hasta
llegar a la cabeza. La arteria circunAeja anterior o lateral
irriga al rrocánter mayor y se anasromosa con ramas de la
arteria circunAeja posterior o medial. Su localización toma
especial relevancia en las fracturas del cuello femoral o en
Las fracturas en el tercio proximal del fémur son un pro-
blema de salud pública por sus elevadas tasas de inci-
dencia y prevalencia en la población mayor, lo que conlle-
va un alto coste sociosanitario.
o
La densidad ósea es un factor predicrivo para presentar
fracturas inrerrrocanréricas, ya que estas fracturas raramente
ocurren en individuos con una densidad ósea de más de
1 g/cm. La incidencia se incrementa a 16,6 fracturas por
cada 100 personas con densidades óseas inferiores a
0,6 g/cm. Esto conlleva que la balanza se incline en contra
del género femenino, y, por consecuencia, un aumento en
la incidencia de esta patología en ese grupo.
La relación entre el tipo de fractura y el estado de salud
individual (incluyendo el número de enfermedades coexis-
tentes y el nivel de actividad) es importante y se ha de con-
siderar. Los pacientes con fracturas intertrocanréricas son
biológicamente más mayores que aquéllos que sufren una
fractura del cuello femoral, y tienen un mayor número de
problemas médicos asociados que afectaron al tratamiento
de la fractura.
Por localización, la incidencia de las fracturas del tercio
Figura 20-1. Triángulo de Ward. proximal se presenta de la siguiente forma:
J
20 • Fracturas de la extremidad superior del fémur 245
o
bada por diversos factores, incluyendo la escasa visión, la
potencia m uscular disminuida, la presió n sanguínea lábil,
La presentació n del miembro en rotación externa es el
los reflejos dismin uidos, la enfermed ad vascu lar y las pato- s igno clás ico de frac tura en la re gión intertrocantérica o
logías musculoesqueléticas coexistentes. Los hallazgos de en el cue llo fem oral.
laboratorio indican que la caída de una persona en pleno
proceso de envejecimiento desde la posició n erguida gene-
ra no rmalm ente al men os 16 veces la e nergía necesari a DIAGNÓSTICO
para fracturar el fé mu r proximal.
C ummi ngs y N evitt (1 994) refieren en sus estudios que El diagnóstico de confi rmación es radiográfico. Deben so-
son cuatro los factores que contribuye n a establecer q ue li cita rse radiografías anteroposteriores d e pelvis y debe
una determinada caída se traduzca en una fractura de ter- p rocurarse una vista axial de la cadera para tener mayor in-
cio proximal de fémur: formación del comportamiento de la fractura (Fig. 20-2) .
• La caída d ebe estar orientada de fo rma q ue la persona En caso de que la fractura no sea evidente, se deben solici-
se apoye sobre la cadera o cerca de ella. tar estud ios de to mografla com purarizada (TC).
• Los reflejos protecrores deben ser inadecuados para dis- Una vez obtenido el estudio de imagen, se uti liza para
mi nuir la energía de la caída po r debajo de un cierro localizar el t razo de fractura, valo rar la fragmentación y
umb ral crítico. conminución de ésta, describir las esrrucruras involucra-
• Los medios de absorción local del choque (por ejem plo, d as, medir el desplazamiento de los fragme ntos, cuanrifi-
el músculo y la grasa que rodea la cadera) deben ser in-
adecuados.
• La fuerza del hueso en la cadera debe de ser insuficie nte.
A1 A2 A3
CLASIFICACIÓN
81 82 83
Siempre que se necesite tomar decisiones sobre cómo tratar
una fractura, es fundamemal que se utilice un parrón de len-
guaje que sea comprendido por todos. Por esa razón es suma-
C'?) r? J
Pip/cin
La clasificación de Pipkin divide las fracturas de la cabeza
en cuatro grupos:
La clasificación de Müller y de la AO/ASIF se basa en un
sistema alfanumérico y divide las fracturas de acue rdo
con su gravedad.
o
• Tipo 1: luxación de cadera con fractura de la cabeza fe-
moral caudal a la fosita de la cabeza femoral.
• Tipo II: luxación de la cabeza con fractura de la cabeza
femoral cefálica a la fosita de la cabeza femoral. Cuello femoral o subcapital
• Tipo III: lesión de tipo 1 o II asociadas a fractura del Las fracturas que asientan en el cuello (Fig. 20-4) o son
cuello femoral. subcapitales han sido clasificadas por diversos autores. A
• Tipo IV: lesión de ripo I o II asociadas a fractura del continuación se verán las más relevantes.
anillo acetabubr.
Pauwels
AO/AS/F-Müller
En 1935 clasificó las fracturas del cuello femoral en tres ti-
Müller y el grupo AO/ASIF (Asociación para el Estudio de pos basados en la estabilidad mecánica:
la Osteosístesis/Association for tbe Study oflntemal Fixa- Tipo 1: la fractura se encuentra a 90 grados de la resul-
tioll) realizaron la clasificación completa de las fracturas. tante de las fuerzas d e compresión dinámica R y su pro-
Entre ellas, clasificaron las del tercio proximal del fémur yección al eje del cuello femoral, debido principalmen-
basándose en un sistema alfanumérico que permite identi- te a una compresión y angulación de la cabeza proxi-
ficar cualquier fractura de acuerdo con su gravedad; se ini- malmente sobre el cuello femoral.
cia con dos números (el primero para designar el hueso: 1 Tipo 11: la fractura está a 90 grados con respecto del eje
para húmero, 2 antebrazo, 3 fémur, ere.) y el segundo nú- del cuello femoral, no hay compresión y es susceptible
mero para su porción (1 metáfisis proximal, 2 diáfisis y 3 de cizallarse.
meráfisis distal). Posterio rmente, se divide por el tipo de Tipo II1: el plano de fractura está en línea con el eje ana-
fractura o por la localización según el segmento que se ha tómico de la diáfisis del fémur, y la compresión dinámi-
de valorar (se asigna una letra: A, B o C). El siguiente dí- ca desplaza o distrae el fragmento proximal, alrameme
giro {1, 2 o 3) divide en grupos, dependiendo del tipo de inestable.
20 • Fracturas de la extremidad superior del fémur 247
Trocantéricas
AO/ASIF-Müller
Las fracruras de cuello femo ral se clasifican en:
B 1: fracrura de cuello femoral subcapital con mínimo
d esplazamiento. Los subgrupos de B 1 son:
- 1. lmpacración en el valgo mayor de 15 grados con
inclinación posterior de 15 grados.
- 2. Impactación en el valgo menor de 15 grados con
inclinación posterior de 15 grados.
- 3. Sin impacración, es inestable en la solicitación en carga.
B2: fractura transcervical. Los subgrupos de B2 son:
- l . Fracturas transcervicales situadas e n la base del
cuello, parcialmente intracapsul ares y exrracaps u- Figura 20-5. Fractura troc~anter menor.
248 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior
• Tronzo III: pared posterior fragmentada, con telescopa- • Al : corresponde al tipo 1 y 11 de Kyle. Los subgrupos
miento del espolón del cuello en el fragmento de la diá- Al son:
fisis. El fragmento del trocánter menor es grande. - l. Fracturas simples que conservan contacto de la
• Tronzo Ill variante: pared posterior frngmentada con telesco- cortical sin pérdida del muro posterointerno.
pan1iento del espolón del cuello en el fragmento de la diáfisis, - 2. Fracturas desplazadas en varo que una vez reduci-
pero con fractura uansversa a través del trocánter mayor. das recuperan el co ntacto co n la cortical interna, el
• Tronzo N: pared posterior fragmentada sin telescopa- desplazamiento pued e compactar el hueso esponjoso
mienro de los dos fragmentos principales, de modo que el y pequeños fragmentos por ap lastamiento del muro
espolón del cuello está desplazado fuera de la diáfisis. La posteroinrerno.
mayor parte de la pared posterior se pierde hacia adentro. - 3. Fracturas simples que se desplazan por deb ajo del
• Tronzo V: fractura trocantérica oblicua inversa. El tro- trocánter menor.
cánter mayor puede estar unido o no con el fragmento • A2: corresponde al tipo lii y IV de Kyle. Los subgrupos
trocantérico, y el fragmento de la diáfisis esta desplaza- A2 son:
do hacia adentro. - l . Fracturas con d esplazamiento rotal o parcial me-
nor. El fragme nto del trocánte r menor potencial-
o
mente hace perder solidez en el apoyo del fragmento
La clasificación de Tronzo considera aspectos anatómi-
cos en su división en cinco tipos de fractura. proximal.
- 2. Fracturas que afectan al trocánter menor y a lapa-
red posterior, que aparece fragmentada, m uy inesta-
ble.
Kyl e y Gust ilo - 3. Fracturas que se p rolongan más de 1 cm por deba-
Se basa en el núme ro de fragmentos y en la estabilidad de jo del trocánter meno r. Mayor pérdida de sustancia
la fractura, y reconoce cuatro tipos (Fig. 20-6): del muro posterointerno. G ran conminución e ines-
Tipo 1: trazo simple no desplazado, estable. tabilidad.
Tipo Il: desplazada en varo con un fragme nto pequeño • A3: corresponde a la verdadera fractura interrrocanréri-
de trocánter menor, estable. ca llamada también oblicua reversa, como la Tronzo V.
Tipo 111: desplazada en varo con conminución pastero-
medial, fractura del trocánter mayor, inestable.
Tipo N: tipo III pero con extensión a la región subtro-
cantérica, inestable y difícil de tratar.
Las clasificaciones de las fracturas trocantéricas consi-
deran el número de fragmentos y el desplazamiento del
trocánter menor. o
o La clasificación de Kyle y Gustilo considera el número de
fragmentos y la estabilidad. TRATAMIENTO
El tratamiento de las fracturas de la extremidad proximal
del fémur puede ser conservador o quirúrgico.
AO/ASIF Müller
En la región inrertrocantérica se clasifica 31A, lo que se Conservador
traduce como que tienen menor gravedad que las fracturas El tratamiento conservad or está indicado sólo en pacientes
cervicales o subcapitales. Los grupos son: con un riesgo extremo para la cirugía, o en p ersonas con
trastornos mentales que no d eambulen. D ebe tomarse en
cuenta el manejo analgésico !GEl véase Vol. 11. Anexo 2. Far-
Tipo 1 Tipo 11 macología del dolor) para poder movilizar al paciem e y evi-
~
tar las complicaciones de un paciente postrado, tales como
~
(? mal manejo de las secreciones pul monares, úlceras de pre-
sión, tromboebolismo perifé rico o central.
Quirúrgico
El tratamiento quirúrgico tiene como primordial acc ión
conseguir la reducción, fi jación y estabilización de las
Tipo 111 Tipo IV fracturas, utilizando los medios tecnológicos de p repara-
~ ~
~ ~
ción del paciente, métodos indirectos y directos de re-
ducció n de la fractura, apoyo en imagen previo, d urante
y después la reducción, así como el manejo adecuad o de
\ los principios biomecánicos y su ejecu ción, ap lican do los
implantes para permitir una consolidación ósea, movili-
zación precoz y el apoyo de carga completo durante la
Figura 20-6. Clasificación de Ky/e y Gustílo. deambulación.
20 • Fracturas de la extremidad superior del fémur 249
Antes de continuar con el tratamiento quirúrgico de las turas articulares, ya que ésta no produce callo óseo, y,
fracturas del tercio proximal del fémur, es conveniente re- como consecuencia, se consigue una mejor congruencia
cordar algunos conceptos necesarios para entender las de- articular.
cisiones y procedimientos que se real izan ames, durante y La segunda genera una consolidación secundaria o con
después d e la cirugía. formación de callo óseo exuberante. Es utilizada en fractu-
ras de diáfisis, donde no es importante u na reducción ana-
Principios biomecánicos
Los principios biomecánicos en ortopedia son el inicio de
Concepto de reducción la aplicación de las leyes de la mecánica en los tejidos bio-
En ortopedia, el concepto de red ucción G> consiste en res- lógicos, así como de los implantes en los huesos.
taurar en la posición correcta los fragmentos de fractura, Existen cinco principios:
incluyendo la reco nstrucción o desimpacración de frag- Compresión estática: es el aumento de la fricció n entre
mentos o tejido óseo y, posteriormente, realizar su fijación los fragmentos óseos generados por un implante colo-
mediante inmovilizaciones o férulas, rígidas o blandas. L1. cado por el cirujano. El principal implante que consi-
reducción de fracturas se puede realizar d e manera directa gue este principio es el «tornillo>>, y da como resultado
(foco abierto: uniendo directamente el hueso de manera consolidación primaria.
manual o mecánica) o indirecta (medianre dispositivos ge- Protección: es el segundo principio que se establece
neralmente alejados del trazo de fractura como tracciones, cuando, al aplicarse un p ri ncipio biomecánico en una
mesas de reducción, distractores, ere.). En diáfisis, la re- fractura, éste resulta ins uficiente, por lo que refue rza al
ducción tiene como objetivo restablecer la longitud y la pnmero.
alineación de las epífisis; en las fracturas articulares tiene Tirante: es el principio que se aplica al tener fuerzas en
como objetivo restablecer la anatomía normal de la articu- el hueso o un segmento curvo, y transforma los esfuer-
lación. La reducción de las fracturas es indispensable para zos de tensión de una su perficie en compresión en la
su tratamiento. Es necesario realizar conrroles radiográfi- cortical opuesta.
cos o con fluoroscopia para valorar el resultado de las ma- Sostén: es el sustituto temporal del soporte óseo, dado
niobras de reducción, y debe ser complementada con sis- cuando no hay una transmisión de carga entre los frag-
temas de fijació n que permitan mantener esta reducción y mentos óseos debido a una pérdida ósea o efecto de repisa.
posteriormente la consolidación del hueso. Tutor interóseo: como su nombre indica, se coloca den-
tro del eje diafisario o del segmento óseo que se va a tra-
tar, sirve de guía a la transmisión de cargas y las dirige
Cuidados postoperatorios
Se cuida la herida quirúrgica hasta su completa cicatriza-
ción y se realiza control radiográfico de la fractura cada
6 semanas.
Si el trazo de la fractura es estable y la fijación es su-
ficiente, se permite el apoyo progresivo con muletas; si
el trazo es inestable, el apoyo debe diferirse, ya que bajo
carga pueden colapsarse, por lo que se debe iniciar la
movilización en la cama y cambio de posición conti-
nuo. El uso de sistemas de prevención rromboembólica
es necesario, así como la medicación analgésica y profi-
láctica de trombo embolismo hasta 3 meses después de
la cirugía.
Toda vez que la fractura ha sido tratada, es preciso esta-
blecer un procedimiento de fisioterapia. En el OEl Vol. 11, ca-
pítulo 19, el lector encontrará cómo se evalúa, y cómo se de-
Figura 20-7. Tratamiento quirúrgico con conservación de la cabe-
sarrolla la intervención fisioterapéutica.
za femoral con la colocación de fijación percutánea (placa y tor-
nillo!.
Necrosis avascular
Puede debutar como un dolor en la ingle, la nalga o el
muslo proximal. No en todos los casos h ay signos de co-
lapso radiológico. En pacientes jóvenes, puede realizar-
se un manejo co nse rvador y expectante; en pacientes
ancianos o que ten gan manifes tacio nes radiográficas, se
debe realizar una arrrop lastia de cadera {véase el capítu-
lo 19) .
No unión/mal unión
Es una complicación común en las fracturas mal diagnos-
ticadas o tratadas, igualmente se observa en las personas
que tardan semanas en revisarse médicamente. Se mani-
fiesta con dolor en la ingle o nalga.
Hay que determinar el grado de consolidación o movi-
Figura 20- 8. Fijación interna mediante enclavado endomedular. miento del trazo de fractura, y, dependiendo de la edad del
20 • Fracturas de la extremidad superior del fémur
Figura 20-9. Fractura s ubcapital de la cadera izqu ierda. !Al Radiografía AP. !Bl Radiografía AP. neutra tras artroplastia con prótesis parcial
Thomson. (C) Radiografía oblicua tra s artropla stia con prótesis parcial Thomson.
paciente, puede decidirse realizar una anroplastia (Fig. 20-9) ción mediante heparina y movi lización temprana posciru-
de cadera u osteotomías de abducción, ya que la necrosis gfa, tanto en sedestación (Fig. 20 -IOA) , como en bipedes-
avascular en jóvenes puede llegar a ser funcional (véase el tació n y deambulación (Fig. 20 - IOB) .
caso clínico 20- 1).
Tromboembolismo
Está presente en el 30 aJ 50 o/o de los pacientes, aunque es
sintomático sólo en el 7 al 12 o/o, y mortal en menos del
Ante un paciente mal controlado que desarrolle dolor en
la ingle o nalga ha de pensarse que puede sufrir una mala
o
unión o seudoartros is .
2 o/o. En cualquier caso, el mejor tratamien to es la preven-
• RESUMEN
• Las fracturas en el tercio proxi mal del fé mur son un pro- • Las caídas domést icas son el mecanismo de producción
blema de salud pública por sus elevadas tasas de incide n- más frecuente . El tratam iento de elección es quirúrgico.
cia y prevalencia en la población mayor, lo que conlleva un
alto coste sociosanitario. • El control radiográfico cada 6 semanas es fun da menta l.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Conocer las diferentes clasificaciones de las fracturas de la diáfisis y de la extremi dad distal del fémur.
• Reconocer los factores de riesgo de estas fracturas e intervenir en su control y reducción.
• Comprender las implicaciones del tratamiento quirúrgico en la intervención fisioterapéutica.
• Comprender la relevancia de las fracturas de la diáfisis y de la extremidad dista l del fémur.
• Evaluar la funcionalidad del individuo en diferentes situaciones !hospitalaria, ambulatoria y comunitaria).
253
254 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior
mecanismo de producción más frecuente es una carga que Figura 21 -1. Ima-
lo curve, provocando una lesión rransversa. Las lesiones gen ante roposte-
rior convencional.
por mayor ene rgía provocan fracturas con mayor grado de Nótese cómo se
conminución. Se ha estimado que es necesario un movi- muestra además
miento curvado de 250 N m para romper la diáfisis del fé- de la fractura, la
mur d e un adulto normal. La mayor p arre d e las frac turas cadera.
de fémur en adultos jóvenes son debidas a lesiones d e alta
energía, como colisiones por accidentes de uáfico, choques
en motocicleta, caídas desde una altura y heridas por arma
de fuego.
Aunque son poco frecuentes, las fracturas por esfuerzo
pueden aparecer en el fémur.
En los pacientes mayores, es necesaria una fuerza menor
para producir una fractura de la diáfisis femo ral, debido a
los cambios sign ificativos que experimenta a lo largo de los
años (Rock\vood y Green's, 2003; Flynn , Skaggs & Wa-
ters, 2014).
Para ampliar información, OEl véase Vol. 11, ca pítulo 20.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
nución no desplazada y las grietas longi tudinales de la
El dolor, la deformidad, la tumefacción y el aco rtamien- cortical.
to del muslo tras un traumatismo im portante sobre la
pierna indican una probable fractura de fémur. Una frac-
tu ra d e fémur aislada puede provocar una pérdida de san-
gre suficiente com o para causar un choque m oderado
Se recom ienda un estudio radiológ ico exha ustivo que in-
cluya rodilla y cadera.
o
(Rockwood y Green 's, 2003; Flynn, Skaggs & Waters,
2014). CLASIFICACIÓN
Las lesiones asociadas de la rodilla son difíciles d e diag-
nosticar y, frecuentemente, se pasan p or alto en la valora- Las fracturas de la diáfisis femo ral pueden clasifica rse geo-
ció n inicial. Por este motivo, una vez estabilizada la fractu- gráficamente como del tercio proximal, de la diáfisis me-
ra diafisaria de fém ur adecuadamente, se puede realizar la dia o del tercio d istal. Las fracturas del tercio d istal se de-
valoración de la rodilla. Es perti nente una valoración vas- nominan fracturas infraístmicas debido a la situación del
culonerviosa complem de la extremidad afectada antes y istmo del canal imram edular en la m irad diafisaria.
después de la tracción, para identificar alte raciones y lapo- Las fracturas también se pueden clasificar de acuerdo
sible valoración del cirujano vascular. co n la geometría de la línea principal de la fractura, como
Para ampliar información, OEl véase Vol. 11, capítulo 20. son las fracturas transversas oblicuas espirales y segmenta-
rías (Rocbvood y G reen's, 2003; Flyn n, Skaggs & Waters ,
o
2014).
Una fractura aislada de fémur es s uficiente para provocar
La localización anatómica se designa mediame dos nú-
un choque hemorrágico mod erado.
meros, uno para el hueso y otro para su segmento; los seg-
mentos se designan m ediante números: 1 proximal, 2 cen-
DIAGNÓSTICO tral, y 3 distal.
En la clasificación AO/ASIF (Asociación para el Estu-
El diagnóstico de las fracturas de la diáfisis femoral se dio de la Osteosíntesis/Association for the Study of!mema!
realiza media nte la presencia de signos clásicos como la Fixation) Müller, la diáfisis femoral (Fig. 2 1-2) se identifi-
desviació n axial, aco rtamienro, impote ncia funcional y ca por el número 32, que incluye también la regió n sub-
dolor. trocantérica y se extiende hasta la región supracondílea.
Las pruebas radiológicas h ab ituales consiS[en en ra- Todas las fracturas del segmenro diafisario p ueden ser
d iografías simples en dos planos, en las que se debe in- simp les (tipo A) o «m t!lrifragmemadas••. Las multifrag-
cluir la articulación d e la cadera (Fig. 21-1) y de la rodi- menradas son o bien fracturas e n cuña (tipo B) o fracturas
lla p ara q ue no pasen inadvertidas posibles frac tu ras complejas (tipo C) (Müller, 1993). En la tabla 21-1 se re-
(Rüedi, 2003). Las radiografías deben ser de una calidad coge la clasificación AO/ ASIF M üller de las fracturas de la
lo suficientemente alta com o para determinar la conmi- diáfisis del fémur.
21 • Fracturas del fé mur: di áfis is fe moral y extremidad dis tal 255
~ ~ ~
diafisarias del fémur
A: Fractura simple
• A1 Fractura simple espiro idea
- 1 Región su btroca ntérica
- 2 Tercio medio
81 82 83 - 3 Tercio distal
~ ~ ~
• A2 Fractura simple oblicua (;;:: 30 grados)
~ ~ ~
- 3 Tercio distal
8: Fractura en cuña
• 81 Fractura en cuña espiroidea
- 1 Región subtrocantérica
- 2 Tercio medio
Figura 21-2. Clasificación AO/ASIF Müller de la diáfisis del fémur. - 3 Tercio distal
• 82 Fractura en cuña de flexión
- 1 Región su btroca ntérica
Para ampliar información, OEl véase Vol. 11, capítulo 20. - 2 Tercio medio
- 3 Tercio distal
la diáfisis que no sean candidatos a cirugía por razones La osteosínresis de las fracturas de fémur reduce, en
médicas o quirúrgicas, y como apoyo complementario gran medida, las secuelas fisiopatológicas de esta lesión. Se
para el fémur eras la fijación interna no rígida con clavos considera que toda fractura de fémur en una indicación
de pequeño diámetro u orra instrumentación. Los resul- quirúrgica.
tados anatómicos y funcionales son inferiores a aquéllos En fracturas diafisarias la técnica de elección es el encla-
con fijación interna. vado intramedular (Ricci, Gallagher & Haidukewych,
Para ampliar información, GEl véase Vol. 11, capítulo 20. 2009) (Fig. 21-3). En particular, se ha mostrado efectivo
el selfdynamisable interna/ jixator (SIF), y más en fracturas
o
conminutas que precisan cirugía mínimamente invasiva
Las fracturas diafisarias de los adultos es difícil que sea n
(Mitkovic, Milenkovic, Micic & Mladenovic, 2012). En
reducidas y mantenidas con tratamiento conservador.
el caso de lesión grave de las partes blandas, tanto cerrada
como abierta, se recomienda la fijación externa (Camp-
bell, 2009).
Quirúrgico Cuando las fracturas no se pueden estabilizar median-
Es el tratamiento de elección. Para ampliar información, te el enclavado intramedular, puede estar indicado un
GElvéase Vol. 11, capítulo 20. A continuación se verán algu- clavo-placa angulado, las placas anchas de co mpresión
nos conceptos al respecto. dinámica y los tornillos dinámicos de cadera y rodilla.
Las placas rectas (Fig. 21-4) deben colocarse en la cara
Concepto de reducción dorsolateral del hueso, para que actúen como tirantes,
La reducción es el acto de restaurar la posición correcta de siempre que haya soporte óseo en la cortical opuesta a la
los fragmentos desplazados por la fractura, incluyendo la placa. Se recomienda el aporre óseo medial en todos los
reconstrucción del hueso esponjoso mediante la desimpac- casos, incluso con corticales bien reducidas y adaptadas,
tación. Requiere aplicación de fuerzas y momentos de ya que sufrirán micromovimientos que pueden conducir
fuerza en dirección opuesta a los que produjeron la fractu- a la reabsorción ósea y también causar fatiga de la placa
ra (Rüedi, 2003). (Müller, 1993).
Tanto en la diáfisis como en la metáfisis es muy impor- Una vez concluida la fijación, es preciso realizar imágenes
tante la alineación correcta de los dos fragmentos princi- de control, que incluyan igualmente la cadera (Fig. 21-5) y
pales. El objetivo es restaurar, con tanta precisión como sea la rodilla (Fig. 21-6).
posible, la longitud total del hueso y la alineación axial y
rotacional. Las técnicas de reducción deben ser suaves y
atraumáricas. D eben preservar cualquier vascularización
residual. La precisión de la reducción y la estabilidad pro-
porcionada por los implantes son los requisitos mecánicos
En las fracturas diafisarias la técnica de elección es el en-
clavado intramedular, que además aporta un alto confort
postoperatorio al paciente y baja sensación de dolor que
o
permite iniciar una rehabilitación activa de forma temprana.
para obtener una buena respuesta biológica.
Hay fundamentalmente dos técnicas diferentes para
la reducció n de una fractura: directa e indirecta. La re-
ducción directa se realiza sobre la fractura expuesta qui-
rúrgicamente. La reducción indirecta implica que las lí-
neas de fractura no se exponen, ni se ven directamente,
y que la zona de la fractura permanece cubierta de teji-
dos blandos.
Estabilidad
El término estabilidad tiene connotaciones diferentes en
las ciencias médicas. Se utiliza para definir el grado de in-
movilidad de los fragmentos fracturarías. El término esta-
bilidad absoluta se refiere a una situación concreta en la
que hay ausencia toral de desplazamiento respecto a unas
superficies fracturarías comprimid::s.
Material de osteosíntesis
Figura 21-3. En-
El material de osteosíntesis debe servir tanto para la reduc- clavado endome-
ción como para la es tabilización de una fractura. dula r.
-
21 • Fracturas del fémur: diáfisis femoral y extremidad distal 257
GENERALIDADES
Las fracturas del tercio distal del fémur son fracturas com-
plejas y tienen un tratamiento difícil; pueden producir una
Las fracturas del tercio distal del fé mur suele n asociarse
a lesiones ligamentarias de la rodilla. o
impotencia significativa a largo plazo. Estas fracturas sue- MANIFESTACIONES CLÍNICAS
len ser inestables y conminuras.
Debido a la proximidad de la rodilla a estas fracturas , En la fractura del tercio distal del fémur se presentan de-
puede ser difícil recuperar la movilidad de la articulación formidades angulares, aco rtamiento y desplazamiento del
y su función completa. La incidencia de consolidación vi- fragmento. Este tipo d e fracturas deformanres se debe a la
ciosa, seudoartrosis e infección es bastante elevada. acción muscular del cuád riceps, isquio tibiales y gemelos.
Ames del desarrollo de las técnicas de los implantes, que La deformidad en varo p uede ser el resultado de la tracción
proporcionan una fijación distal estable, la mayoría de es- de los aductores. Si existe un trazo intercondíleo, suele aso-
ras fracturas se trataban con tracción esquelética. En los ciarse con una alteración rotacional de los cón dilos como
años setenta, utilizando los principios de la Asociación consecuencia de la tracción de los gemelos.
para el Estudio de la O steosíntesis y el uso de placas con- Las lesiones asociadas de la extremidad deben descartar-
díleas se revolucionó el tratamiento de las fracturas del ter- se y prestar una particular atención a la cadera y a la pier-
cio distal del fémur. na. Debe evaluarse el estado vascular de la extremidad con
La reconstrucción de la superficie articular y la restau- la presencia de pulsos, así como la actividad m otora y sen-
ración de la alineación de la exrremidad inferior son los sitiva de la pierna y del p ie.
objetivos más efectivos para el tratamiento de las fracturas
del tercio distal del fémur (Arcas, 2004). DIAGNÓSTICO
Para ampliar información, GEl véase Vol. 11, capítulo 21.
H abitualmente, el diagnóstico de las fracruras de fémur
distal puede establecerse sólo por la si nromarología. El exa-
La mayoría requieren la implantación de material de os-
A1 A2 A3 TRATAMIENTO
El tratamiento, como es habitual, puede ser conservador en
casos excepcionales o quirúrgico, que es de elección. Poste-
riormente, tratamiento de fisio terapia (13El véase Vol. 11. capí-
tulo 21.
Conservador
B1 B2 B3
Antes de la era moderna de la fijación interna, las fracturas
de fémur se trataban mediante tracción e in movi lización
con yeso, habitualmente entre 3 y 5 semanas; sin embar-
go, el mantenimiento de la alineación y de la reducción de
las fracturas se mostraba insuficiente para conseguir la po-
sición correcta.
C1 C2 C3 El tratamiento no quirúrgico de las fracturas del fémur
distal debería reservarse sólo para los pacientes que tienen
unas circunstancias especiales, que no precisan tratamien-
to o que contraindican la necesidad de la intervención qui-
rúrgica.
Las indicaciones para el tratamiento conservador deben
valorarse y también las contraindicaciones relativas al tra-
Figura 21-7. Clasificación AO/ASIF Müller del tercio distal del fémur.
tamiento quirúrgico. Se dividen en factores del paciente,
de la fracrura y del cirujano:
• Ayudar a tomar la decisión sobre el método de trata- • Factores del paciente: contraindicación médica al trata-
miento. miento quirúrgico, pacientes n o deambulables.
• Correlacionar los hallazgos con los resuhados a largo • Factores de la fractura: no desp lazadas, impactadas
plazo para permitir realizar un pronóstico de cada tipo estables, fracturas no reconstruibles, osteopo rosis se-
de fractura. vera.
• Factores del cirujano: falta de experiencia en el trata-
Se han utilizado muchas clasificaciones para las fracturas miento quirúrgico, inaccesibilidad al instrumental y ne-
del fémur distal; actualmente la más utilizada y aceptada cesidades para el tratamiento.
es la diseñada por Müller, actualizada por el grupo de la
Asociación para el Estudio de la Osteosínresis (Fig. 21-7). Quirúrgico
Esta clasificación divide las fracturas supracondíleas del En 1958, el grupo de la Asociación para el Estudio de la
fémur distal en tres grupos (Tabla 21-2). Osteosíntesis suizo se formó para el avance del tratamien-
to de las fracturas, inrenrando restablecer la fu nción com-
pleta de la extremidad afectada y evitar las com plicaciones
~~~ RESUMEN
• ELtratamiento de elección para Las fracturas de La diáfisis • La mayoría de estas fracturas se caracterizan por ser in-
es el enclavado endomedular. Estudios previos han obser- traarticulares, Lo que supone un pronóstico desfavorable
vado que Las personas que reciben un tratamiento quirúr- para el paciente.
gico con placa atornillada presentarán rigidez en la rodilla.
• Especialmente en estos casos, el fisioterapeuta tendrá
• Las complicaciones más frecuentes en Las personas que
que tratar de prevenir La habitual secuela de rigidez ar-
sufren una fractura del tercio medio del fémur son Las si-
ticular permanente. Para ello, será fundamental un tra-
guientes: seudoartrosis y rigidez en La rodilla.
tamiento funcional donde se prioricen Las movilizacio-
• Las fracturas de La extremidad distal del fém ur pueden nes y cargas parciales precoces, siempre que se respe-
clasificarse de distinta manera, destacando si existe o no ten Los tiempos de unión y consolidación ósea de La frac-
afectación articular. tura .
--
• Enumerar los mecanismos lesiona les más frecuentes en las fracturas de la pierna.
• Clasificar los diferentes tipos de fractura de los huesos de la pierna.
• Evidenciar las formas de manejo clínico (conservador y quirúrgico) y sus consecuencias.
• Conocer los principales objetivos de tratamiento de fisioterapia.
• Conocer las consid eraciones de la recuperación funci onal.
263
264 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior ·
superficie anteromedial de la tibia se insertan los tendones turas por hundimiento-separación son una m ezcla d e las
de los músculos isquiotibiales, que forman la pata de gan- otras dos.
so. En la superficie lateral, en una prominencia llamada tu- El platillo ribial externo resulta fracturado con más fre-
bérculo de Gerdy, se encuentra la inserción del tendón de la cuencia que el interno, debido al valgo fisiológico de rodi-
banda iliotibial, responsable de la flexión y abducción de lla y a la menor densidad de las rrabéculas.
la pierna. En la clínica los pacientes acuden a urgencias al haber
En la parte posterior se encuentran las huellas de la in- sido atropellados por u n automóvil o moto, tras un acci-
serción del ligamento cruzado posterior, así como una im- dente de tráfico, caída accidental al suelo y/o aplicación
pronta de sus fibras dirigidas de manera oblicua hacia directa de una fuerza sobre la rodilla.
frontal y medial.
La tibia es uno de los huesos más superficiales del orga-
nismo, ya que más de una tercera parte se encuentra prác-
ticamente subcutánea, por lo que las lesiones traumáticas
de este hueso se exponen fácilmente.
La mayoría de las fracturas del extre mo proximal de la
tibia requieren la implantaci ón de mate rial de osteos ínte-
sis que las estabilice de manera inmediata, pe rmitiendo
un tratamiento funciona l precoz que mi nimice las poste-
o
La metáfisis proximal de la tibia transmite su carga ha- riores rigideces articulares.
cia el cuerpo del hueso, que se describirá en este capítulo
más adelante.
Para más información, véase el capítulo 23, apartado Las situaciones más frecuentes en que ocurren las frac-
Anatomía de la arriculación de la rodilla de este manual, turas de la meseta ti bia! son:
donde se pormenoriza en el estudio tanto de las superficies • Accidentes peatonales (atropellam ien to).
articulares como de los sistemas de estabilización de la ro- • Accidentes de tráfico o vehicu lares.
dilla. • Caídas.
• Resbalón-torcedura.
Mecanismo de Lesión • Deporte.
La meseta tibia! es vulnerable a las fuerzas transversales ex- • Moro.
ternas cuando la rodilla se encuentra en extensión y rota- • Bicicleta.
ción externa máxima.
Los traumatismos violemos de las caras laterales de la
rodilla pueden producir fracturas del extremo superior de
la tibia. Las fuerzas del mecanismo de lesión son transver-
La rigidez, por los la rgos periodos de inmovilización en
las fracturas articula res de rodilla, su po ne una serie de
alteraciones en los di ferentes tejidos.
o
sales, axiales y rotacionales. Si el mecanismo de lesión es de
medial a lateral, la fuerza tiende a enderezar el valgo fisio-
lógico y puede condicionar la fractura de la plataforma ti-
bia! interna, y, si la fuerza no ha cesado aún, puede lesio- Cuadro clínico
nar el ligamento colateral lateral. Si el ligamento es el pri- El dolor, la deformidad, la tu mefacción y la incapacidad
mero en romperse, la fractura no ocurre. Cuando el trau- funcional orientan la sospecha d iagnóstica (véase el caso
matismo se aplica de lateral a medial, el cóndilo externo fe- clínico 22-1).
moral se desplaza hacia adentro y se ve en el platillo tibia! Las lesiones asociadas de la rod illa son difíciles de diag-
lateral, y puede estallar la cortical externa de la plataforma, nosticar y, frecuentemente, se p asan por alto en la valora-
produciendo fracturas mixtas, compresión y separación de ción inicial. Por ello, una vez estabilizad a la fractura d e ti-
la plataforma tibial externa. bia proximal adecuadamente, se puede realizar la valora-
Otros mecanismos que lesionan las estructuras del ex- ción de la rodilla. Es pertinente u na valoración vascu loner-
tremo superior de la tibia son combinados, como el de pi- viosa completa de la extremidad afectada anterior y poste-
vote, donde puede ocurrir el módulo de fallo en las espi- rior a la tracción, para identificar alteraciones y la posib le
nosas de la tibia, o traumatismos directos en la tuberosidad valoración del cirujan o vascular.
ribial con la rodilla en flexión, o mecanismos de hiperex- Las fracturas de los platillos tibiales [GEl véase Vol. 11, ca-
tensión que producen avu lsiones e de la porción tibial del pítulo 21) afectan de manera severa y definitiva a la articu-
cruzado posterior. lación de la rodilla, convirtiéndose en un facto r de mal
La presencia de osteoporosis favorece el aplastamiento pronóstico generador d e artrosis temprana.
o depresión del hueso subcondral, ya que el módulo de fa- Los signos clínicos o bservables en las fracturas d el
llo ocurre primero en el hueso y no en los ligamentos esta- tercio proximal de la tibia están definid os especialmen-
bilizadores. te por la afectación inrraarticular; entre éstos se o bser-
Los ligamentos laterales son los que actúan como bisa- va:
gra y favorecen la compresión. • Derrame intraarricular o efusión: la hemarrrosis difu n-
Las fracturas por cizallamienro o separación se produ- de hacia los tejidos p eriarticulares, lipohemartros.
cen en personas jóvenes, como resulrado de un traumatis- • Dolor en la palpación sobre el platillo fracturado.
mo de aira energía. Las fracturas por compresión ocurren • Inestabilidad por el desplazamiento óseo y ligamentoso,
en personas de edad avanzada y con osreoporosis. Las frac- maniobras de bostezo positivo y Lachmann.
22 • Fractura s de la tibia: extremidad superior y diáfisis 265
Figura 22-1. Radiografía y tomografía computarizada con reconstrucción en 30. Paciente con fractura Schatzker. Fuente: VI, AO/ASIF, 41 C3.
o
Las manifestaciones clínicas orientan la sospecha diag-
cida p or Scharzker en 197 9 (Tabla 22- 1) agrupa las lesio-
nóstica de la fractura , pero las lesiones asociadas de la
rodilla son difíciles de diagnosticar y, frecuentemente, se nes por parogénesis y parrón de fracturas, así com o la pro-
pasan por alto en la valoración inicial.
A1 A2 A3
11 111
Schatzker
81 82 83
IV V VI
Tratamiento
El objetivo prioritario del tra tamiento es lograr una a rti-
culación congruen te y estable.
o
El principal objetivo del tratamiento es lograr una ar-
ticulación co ngruente y estable que permita la a plica-
Conser vador
El tratamiento conservador está indicado en fracturas sin
Tabla 22-2. Clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas
del extremo proximal de la tibia desplazam iento, estables, especialmente en pacientes con
patologías asociad as que pongan en peligro la vida al reali-
Tipo A: Fracturas extraarticulares. No afectan a la superficie zar un procedimiemo q u irú rgico.
articular:
El tratamiento conservador se realiza co n tracción para
• A1 Fracturas por avulsión:
la reducción de la fractura y, en ocasiones, se pueden ini-
- 1 Peroné proximal
- 2 Tuberosidad tibial ciar movilizaciones pasivas asistidas y tracción ósea si se
- 3 Espina tibial o avulsión del cruzado posterior observa una conminución de los trazos u osteoporos is
• A2 Metafisaria simple avanzadas.
• A3 Metafisaria multifragmentada
Tipo 8 : Articular parcial:
• 81 Separación pura
• 82 Hundimiento puro
El tratamie nto conservador se lim ita prácticamente a
fracturas sin desplazamie nto.
o
• 83 Separación más hundimiento
Tipo C: Articular completa :
• C1 Simple. Metafisaria simple Quirúrgico
• C2 Simple. Metafisaria multifragmentada El tratamiento quirúrgico tiene como objetivo restaurar la
• C3 Multifragmentada
superficie articular lo más anatómicamente posible y evi-
267
Diagnóstico
La evaluación clínica con su complementación de ima-
Complicaciones gen debe ser realizada, como en todos los casos de lesión
Además de los riesgos inherentes a la cirugía, las complica- diafisaria de huesos largos, por al menos dos proyeccio-
ciones principales son: rigidez o artrofibrosis, síndrome nes radiográficas, incluyendo las porciones articulares
compartimenta), consolidación viciosa, artrosis posrrau- proximal y distal. En caso de sospecha de lesión en la
mática, lesión del nervio ciático poplíteo externo, lesiones que no sea evidente un trazo de fractura, como en los ca-
de la arteria poplítea y necrosis avascular de los fragmen- sos de sobrecarga, es necesario complementar con una
tos articulares. romografía ósea y, en ocasiones, llega a ser necesaria una
268 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
gamagrafía ósea para evidenciar la actividad metabólica Tabla 22-3. Clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas
del hueso. diafisarias de la tibia
\ ~ \~ \~
clatura utilizadas. A la diáfisis de la tibia le corresponde el
número 42 (Fig. 22-4).
Tratamiento
Entre los métodos de tratamiento posibles para las fractu-
A1 A2 A3
ras de la diáfisis de tibia pueden incluirse:
• Reducción cerrada e inmovilización con espica de yeso.
\ ~ \ ~ \~ ~
• Tracción esquelética.
• Yeso femoral conformado.
• Fijación interna:
- Clavo intramedular.
- Fijación con placa. 81 82 83
• Fijación externa.
\ ~ ~~ \ ~
La elección del implante que se va a utilizar depende de
una serie de factores:
• Localización y tipo de fractura.
• Tamaño del canal medular y presencia de otros implantes.
C1 C2 C3
• Estado de las partes blandas.
• Estado general del paciente. Figura 22-4. Clasificación AO/ASIF Müller de las fracturas diafisarias
• Preferencia y experiencia personal del cirujano. de la tibia.
22 • Fracturas de la ti bia: extremidad superior y diáfisis 269
Independienremenre del método de tratamiento elegido, exis- aparrado Tratamiento postoperarorio de los procedimien-
te común acuerdo {Moore, 2002) en los principios siguienres: tos que se deben realizar en este tipo de fracturas que son
• Restaurar la alineación, rotación y longitud. las fascioromías, fijación externa, así como los que llegue a
• Preservar el aporte sanguíneo para ayudar a la consoli- necesitar el paciente para intentar perfundir los tejidos dis-
dación. tales a la fractura.
• La rehabilitación de la extremidad y del pacienre. Principios biomecánicos. Los principios biomecáni-
cos más socorridos para el manejo de la diáfisis ribial son
el tutor intraóseo con sus distintas modalidades, sostén o
Conservador
Los sistemas de reducción con escayolas han sido amplia-
mente sustituidos por las técnicas de fijación interna. Aunque
Los ejercicios de fortalecimiento muscular deben iniciar-
se lo más precozmente posible.
o
no hay una indicación absoluta para la escayola en el trara-
mienro acrual de fracruras diafisarias de tibia, hay indicacio-
nes relativas como en pacienres con fracturas del tercio distal Complicaciones
y fracturas conminutas de la diáfisis que no sean candidatos Como en la mayoría de los huesos largos, el índice de
a cirugía por razones médicas o quirúrgicas, y apoyo comple- complicaciones es debido al tipo de fractura, compo-
mentario para el fémur tras la fijación inrerna no rígida con sición, cobertura, sirio de ocurrencia y co ndicion es
clavos de pequeño diámetro u otra instrumentación. del paciente. Dentro de las principales complicacio-
Los resultados anatómicos y funcionales son inferiores nes de esta fractura están: infección, co n o sin pérdi-
a aquéllos con fijación inrerna. Algunos criterios para el da de tejidos blandos, seudoartrosis, consolidación vi-
manejo conservador serían: angulación menor de 1O gra- c iosa, rigidez de articulaciones adyacentes !GEl véase
dos en cualquiera de sus ejes y rotación, contacto cortical Vol. 11, capitulo 61, síndrome compartimenral {véase el
mayor del 50%, acortamientos menores de 1 cm. capíwlo 9, apartado Síndrome compartimenta! agu-
do) síndrome doloroso regional complejo de tipo 1
Quirúrgico (véase e l ca pímlo 9, apartado Síndrome de dolor re-
Respecto a las observaciones de los cuidados postoperaro- g iona l complejo idiopárico) , lesiones neurovasculares,
rios, son los mismos que los expuestos en el cap ítulo 21, etcétera.
~~ RESUMEN
• La mayoría de Las fracturas del extremo proximal de tibi a • EL objetivo prioritario del tratamiento es lograr una articu-
requieren la implantación de material de osteosíntesis que lación congruente y estable.
Las estabilice de manera inmediata, permitiendo un trata-
• El tratamiento conservador se Limita prácticamente a frac-
miento funcional precoz que minimice Las posteriores rigi-
turas sin des plazamiento.
deces articulares.
• El tratamiento quirúrgico es de elección, y la fisioterapia tem-
• La rigidez durante Los largos períodos de inmovilización en prana con apoyo precoz y carga axial facilita la consolidación.
las fracturas articulares de rodilla supone una serie de al-
teraciones en los diferentes tejidos. • El mecanismo lesiona! más frecuente en las fract uras de
la diáfisis tibia! es el traumatismo directo.
• El cuadro clínico orienta la sospecha diagnóstica de La frac-
tura, pero Las lesiones asociadas de La rodilla son difíciles • Si hay sospecha de lesión vascular, se deben solicitaran-
de diagnosticar y, frecuentemente, se pasan por alto en la giografías.
valoración inicial. • La existencia de lesiones vasculares o la sospecha de sín-
• En las fracturas de la extremidad proximal de La tibia es drome compartimenta! suponen una urgencia clínica.
preciso realizar exploraciones complementarias (TC y RMI • Es relevante corregir la angulación de los fragmentos para
para ver La situación y el número de fragmentos, así como evitar aumentar la carga del tobillo y de la rodilla por ries-
las lesiones asociadas. go de artrosis precoz.
• La clasi fi cación de Schatzker y La de AO/ASlF Müller son • Los ejercicios de fortalecimiento muscular deben iniciarse
Las más utilizadas en La práctica clínica. lo más precozmente posible.
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
ETIOPATOGENIA DEL SÍNDROME DOLOROSO • Un gemt valgo implica un aumento de carga en el área
externa de la articulación, comprimiendo el cartílago y
FEMOROPATELAR
reforzando una luxación rotuliana lateral.
La eriopamgenia del dolor anterior de rodilla e inestabili- • La existencia de un pie plano lleva consigo a un pie va l-
dad rotuliana se considera multifacmrial y se han postula- go ® compensatorio, que da lugar a la posición de ab-
do diversas teorías. ducción de los dedos. Se aprecia una carga aumentada
en la parte interna del pie y puede asociarse a valgo de
Teoría mecánica rodilla.
La teoría mecánica explica el origen del dolor como resul- • En una pronación anormalmente aumentada, la ti-
tado de la dispersión inadecuada de fuerzas tangenciales o bia no puede rotar con normal idad y tiende a rorar a
de compresión en la articulación femoropatelar. Se produ- medial para acompañar el movimienm de pronación
cen diferentes circunstancias que pueden ser el origen del del pie, lo que provoca un predominio del tiraje late-
dolor femoropatelar: ral que hace que la rótula roce más con el cóndilo la-
• La predominancia en el vasto externo. Respecro al in- te ral.
terno, es uno de los casos de luxación recidivante de la • Las anomalías estructurales de la rótula y del fémur
rótula y, por tanto, de condromalacia rotuliana si per- dificultan la correcta congruencia articular.
dura y la rótula roza o se daña en esta posición.
• La debilidad muscular del cuádriceps provoca una mala
alineación rotuliana. La eficacia del recto anterior d el
cuádriceps como extensor de la rodilla dependerá de la
posición de la cadera y viceversa, puesm que la distan-
La teoría mecánica explica el dolor debido a la dispersión
inadecuada de fuerzas en la articulación femoropatelar
por alteraciones estructurales o descompesaciones mus-
culares.
o
cia entre sus dos inserciones (espina ilíaca superior y
borde superior de la tróclea) varía.
• La rigidez de los isquioribiales {síndrome ® de isquio-
tibiales cortos) puede dar lugar a una mala mecánica Teoría neural
de carrera con desalineación de la rodilla, aparre de una La existencia de daño neural en las rodillas, con dolor en
rectificación de la lordosis lumbar y un aumenm de la la cara anterior, apoya la hipótesis neural tras objetivar al-
cifosis dorsal a la larga. teraciones histológicas en los nervios de la aleta rotuliana
• La torsión externa de la tibia bajo el fémur, o rotación externa de pacientes con dolor femoropatelar (DFP), y se
interna del fémur, puede producir una desviación rotu- aprecia igualmente relación directa entre la intensidad del
liana lateral que favorece su roce inadecuado. dolor y la gravedad de la lesión neural.
• El gemt recurvatum e o hiperextensión de la rodilla se
acompaña d e una rótula más alta y bien pegada a la tró-
clea femoral, que, si se mantiene en el riempo y no se
corrige, podrá dañar el cartílago patelar.
Se ha comprobado que a mayor daño neural mayor es la
intensidad del dolor.
o
273
274
Causas externas
El sobreuso, por ejemplo, lleva a la inflamación, calcifica-
ción y degeneración del cartílago.
Ligamento
cruzado posterior
Ligamento Ligamento
cruzado cruzado
posterior anterior
Ligamento Ligamento
colateral colateral
medio medio Menisco
externo
Menisco
medio
Peroné
Tibia Ligamento
(hueso de la espinilla) cruzado anterior
Ligamento
cruciforme
posterior
Fémur
nena las correspondientes superficies trocleares del fémur. una buena congruencia articular, por lo que se terminan
La vertieme externa es más extensa y la interna está sepa- de articular gracias a los meniscos.
rada, por una cresta menos marcada, de otra pequeña ca- Los cóndilos femorales están recubiertos por un cartíla-
rilla semilunar, que solameme cuando la rodilla está en fle- go articular que se imerrumpe en los límites con la fosa in-
xión se opone a la carilla semilunar descrita en el fémur. tercondílea que los separa y con las regiones epicondíleas
La rótula tiene forma triangular y su vértice apunta ha- orientadas hacia los lados. El cóndilo externo es más largo
cia abajo; situado entre el tendón cuadricipital por arriba que el interno, pero la convexidad del contorno anteropos-
(que la une al fémur) y el ligamento rotuliano por abajo, terior es mayor en éste que e n aquél.
que lo hace a la tuberosidad anterior de la tibia. Su cara an- Las carillas glenoideas de la tibia son ligerameme cón-
terior es ligerameme convexa y está cubierta por formacio- cavas en dirección transversal. Pero, así como la glenoide
nes fibrosas del músculo cuádriceps y la aponeurosis femo- imerna también es cóncava en dirección ameroposterior,
ral. Se separa de la piel por una bolsa serosa. Su cara pos- la externa es plana o, incluso, ligerameme convexa. Estas
terior está envuelta con cartílago hialino (más a la altura de características se acentúan con el revestimiento cartilagino-
la cresta media), para poder soportar las elevadas presiones so, el cual se interrumpe en la parte cemral y respeta la re-
a las que le somete el cuádriceps. gión espinosa inrerglenoidea. Por delante, ambos cóndilos
Además, en su cara posterior, presenta una cresta roma femorales se unen mediante otra carilla articular.
rotuliana a cuyos lados se extienden dos f.'lcetas cóncavas
que coinciden con las superficies convexas de la tróclea: la Meniscos
faceta lateral y la faceta interna. Esta última se subdivide Los meniscos son fibrocartílagos imerpuesms emre los cón-
en dos, con una segunda cresta que delimita en la carilla dilos femorales y las glenoides r.ibiales que dividen incom-
medial la foceta de flexión o impm~ que articula con el cón- pletamente cada compartimiento femorotibial. Existen dos
dilo femoral medial en flexió n máxima de rodilla. Por de- meniscos que se unen a la tibia por los cuernos anterior y
bajo de la rótula y e n contacto con la parte inferior de la posterior, y por su cara lateral se unen a la cápsula articular.
tróclea y superior de la tibia, se encuentra un paquete adi- Por delante, cada menisco está unido a la rótula mediante
poso: la grasa de Hoffo. Tiene forma de pirámide cuadrangu- un ligamento meniscorroruliano y, con gran frecuencia, am-
lar y está unido a la rótula por el ligamento adiposo. bos meniscos se unen entre sí a través del ligamento yugal o
Se distinguen cuatro tipos de rótulas: transverso. A pesar de rodas estas uniones, los meniscos se
• Tipo 1: tiene las carillas medial y lateral de tamaño simi- deslizan sobre los platillos tibiales con cierra holgura y acom-
lar y ligeramente cóncavas. pañan a los cóndilos femorales en sus desplazamientos.
• Tipo II: presenta una carilla medial menor, más plana y La parte periférica de los meniscos, recubierta de líqui-
m;is convexa. do sinovial, recibe vasos hasta el punto de que los cuernos
• Tipo III: tiene una carilla media muy reducida, convexa están mejor vascularizados que el cuerpo. Esta misma dis-
y casi vertical. tribución se observa en relación con la presencia de fibras
• Tipo IV: no tiene cresta medial. nerviosas, ya que se encuentran tanto receptores encapsula-
dos como terminaciones nerviosas libres. Estas circunstan-
Cóndilos femorales cias hacen que los meniscos tengan una importante función
La articulación femorotibial pone en contacto los cóndilos sensorial, debido a que proporcionan abundante informa-
femorales con las glenoides de la meseta tibia! (cóncavas) ción propioceptiva relacionada con la posición articular.
(Fig. 23-3). El surco femoral encaja con la cresta roma de
la cara posterior de la rótula. Las carillas articulares y la Sistemas de estabilización de la rodilla
parte superior de los cóndilos (convexos) encajan con las Los sistemas de unión de la articulación son la cápsula ar-
facetas rotulianas, que son cóncavas. Entre ellos no hay ticular, que es común para las dos articulaciones, y los Ji-
Bolsa
suprarrotuliana
Tendón
popliteo
Ligamento - - - rT. Bolsa
rotuliano prerrotuüana
garuemos: anteriores (ligamento rotuliano y retináculos mento colateral y al cóndilo tibia!. La parte anterior se in-
medial y lateral de la rótula), posteriores (ligamento poplí- sena alrededor del borde de la rótula y asciende unos
teo oblicuo y poplíteo arqueado), laterales (ligamento late- 2-3 cm para formar la bolsa suprapatelar.
ral interno y externo) y cruzados (anterior y posterior). A La inserción tibia! de la cápsula se realiza a lo largo de
ello hay que añadir la membrana sinovial, que tiene dife- los bordes de las superficies articulares de las mesetas tibia-
rentes prolongaciones. En este sistema esmbilizador de la les, excluyendo las espinas tibiales y una parte de la región
rodilla intervienen también directamente una serie de intercondílea anterior.
músculos que la rodean. El único músculo que atraviesa la
articulación es el poplíteo. Membrana sinovial
La membrana sinovial de la rodilla es la más extensa del
Cápsula articular cuerpo. Reviste la cápsula por su cara interna, llegando con
La cápsula articular es de naturaleza fibrosa y está relacio- ella al fémur, rótula y tibia. Su función es producir líquido
nada con el revestimiento sinovial (Fig. 23-4) . Es un ele- sinovial, que es el lubrificante de la articulación y elemen-
mento bastante laxo, que necesita de otros refuerzos para to nutritivo del carrílago articular.
mantener la estabilidad articular. Tiene forma de mangui- La membrana sinovial, en el borde proximal de la pare-
to y rodea las articulaciones femorotibial y femoropatelar. la, forma una larga bursa (bolsa) suprapatelar, entre el cuá-
Kapandji compara la cápsula con un cilindro con una ven- driceps femoral y el cuerpo inferior del fémur. Ésta es, en
tana en la cara anterior para engarzar con la rótula. La cáp- la práctica, una extensión de la cavidad articular sostenida
sula está integrada por una cápsula posterior, una medial, y atada al músculo genuarticular. A lo largo de la patela, la
una lateral y una anterior, y se une internamente a los cuer- membrana sinovial se extiende bajo la aponeurosis del vas-
nos de los meniscos y se conecta a la tibia por los ligamen- ro medial, principalmente.
tos coronanos. Por debajo de la ró tula, al descender la membrana si-
La cápsula posterior tiene fibras verticales que se unen novial encuentra el paquete adiposo, por lo que se extien-
proximalmente a las márgenes posteriores de los cóndilos de sobre esta masa y llega a la tibia por delante del liga-
femorales y la fosa inrercondilar; distalmente, al margen mento cruzado anterior, formando el pliegue sinovial in-
posterior de los cóndilos tibiales y del área intercondilar, y frapatelar y los pliegue alares. Lateralmenre, queda inte-
también proximalmente, a la inserción distal d e los gas- rrumpida por los meniscos, al igual que la cápsula articu-
trocnemios. Se encuentra reforzada por los ligamentos po- lar. Posteriormenre, tapiza los casquetes condíleos y pene-
pHteo, arqueado y poplíteo oblicuo. tra en la escotadura intercondílea, para pasar por delante
La cápsula medial está formada por fibras que se unen de los ligamentos cruzados, que resultan, de este modo,
a los cóndilos femoral y tibia!, donde ésra se une con el li- extrasinoviales.
gamento colateral medial. Se encuentra reforzada por ex- Todas las panes de la membrana sinovial vienen del fé-
pansiones de los músculos sartorio y semimembranoso. mur y revisten la cápsula hasta la unión con los meniscos,
En la cápsula lateral, las fibras se aran al fémur por en- cuyas superficies están libres de membrana.
cima del músculo poplíteo, siguiendo el tendón hacia el
cóndilo tibia! y hacia la cabeza del peroné. Bolsas
La cápsula anterior se une con las expansiones del vasto Existen varias bolsas sinoviales alrededor del tejido blando
medial y lateral, mientras se ata al borde y al ligamento pa- y de las superficies articulares de la rodilla. Tienen como
telar. Allí, las fibras se extienden posteriormente al liga- función disminuir la fricción para el movim iento de los
Ligamento
cruzado
anterior Ligamento
colateral
mediano
Cartílago
articular
Ligamento Meniscos
colateral
lateral
Estabi lizan el movimiento en bisagra de la rodilla y son Valgo Ligamento colateral Ligamentos
medial superficial cruzados,
varios (Tabla 23-1) :
y profundo 180 % ) especialmente
Ligamento cofateml peroneo (ligamento lateral externo). el LCA
Tiene forma de co rdón y se inserta en el epicóndilo
Rotación tibia! Ligam ento colateral LCA
lateral femoral, justo por encima del surco del poplí-
interna media l s uperficial
teo, y en la superficie lateral de la cabeza del peroné. y profundo
La función de este ligamento es limi tar el deslizamien-
to de la tibia sob re e l fémur hacia dentro; ayuda a la Rotación tibia! Ligamento colateral LCP
externa lateral y cápsu la
estabilidad lateral de la rodilla junro al ligamenro in- posterolateral
terno (Fig. 23-5A) .
Ligamellto colateral tibia! (ligamento lateral interno). Se LCA: ligamento cruzado anterior: LCP: ligamento cruzado posterior.
origina en el cóndilo interno del fémur y se inserta en
la cara interna y proximal de la tibia. Su función es dar cápsula en la fosa inrerco ndílea. Emerge posterior al
estabilidad en la parre interna de la rodilla. Es ancho y cóndilo m edial tibia! y pasa superolareralmente hacia el
plano y es más débil que el externo (Fig. 23-5A) . cóndilo lateral femoral. C ruza en diagonal hacia arriba
Ligamento (tenclón) rotuliano. Es la parte distal del ren- y afuera de la cara posterior de la rodilla y se pierde
dón del músculo cuádriceps femoral. Es el ligamento irradiado en abanico sobre el casquete del cóndilo lateral.
anterior de la articulación de la rodilla. Recibe los reri- • Ligamento poplíteo arqueado. Refuerza la cápsula en su
náculos rotulianos medial y lateral (expansiones apo- parte posterolareral. Va desde la parte posterior de la
neuróricas de los músculos vastos medial y lateral, y de cabeza peronea, sobre el tendón del poplíteo, a la super-
la fascia profunda). El ángulo ente el eje del rendón ficie posterior de la rótula.
rotuliano y el eje del músculo cuádriceps femoral es el
ángulo Q. Ligamentos intracapsulares
• Ligamento poplíteo oblicuo. Expansión recurrenre del Son los ligamentos cruzados que se ubican en la región in-
rendón del músculo semimembranoso que refuerza la tercondílea y conectan al fémur y la tibia entrecruzándose
Rótula o
palela
Cóod1lo Ugamenlo
laleral lateral
interno
en el plano sagital (Fig. 23-SB). Están dentro de la cápsu- so forman parte d e los isquiotibiales, en este caso la par-
la, pero fuera d e la cavidad sinovial. Ellos mantienen el re externa. Se inserta en el peroné y ayuda a la flexión
contacto de las superficies articulares durante la flexión de de la rodilla y rotación externa cuando la rodilla se en-
la rodilla (véase Tabla 23- 1). El ligamento cruzado ante- cuenrra a 90 grad os.
rior cruza lateralmente al ligamento cruzado posterior. El
ligamento cruzado anterior evita el desplazamiento ante- BIOMECÁNICA DE LA ARTICULACIÓN
rior de la tibia respecto al fémur, y el ligamento cruzado DE LA RODILLA
posterior evita el desplazamiento posterio r. D ebido a la
disposición de éstos, la rotación medial de la tibia con res- La biomecánica articular estudia los movimientos realizados
pecto al fémur es más limitada que la romción lateral: por las articulaciones, y en su estudio hay que tener en cuen-
• Ligamento cruzado anterior (LCA). Es el más débil de los ta una serie de pasos, como son el tipo de articulación, los
dos. Va d esde la carilla en la parte anterior del área in- movimientos que realiza, el plano y eje de cada movimien-
rercondílea de la tibia a insertarse en una carilla de la to, la posición de referencia y el recorrido en grados.
porción posterior de la pared lateral de la fosa inrercon-
dílea del fémur. Ejes de la rodilla
• Ligamento cruzado posterior (LCP). Es el más fuerte de Los movimientos de flexión y extensión d e la rodilla se lle-
los dos. Va desde la cara posterior del área imercondílea van a cabo sobre su eje transversal en el plano sagital. Al
de la tibia hasta la pared medial de la fosa inrercondí- mismo tiempo, visto desde el plano frontal, el eje transver-
lea del fémur. sal atraviesa los cóndilos femorales horizonralmenre. Este
eje, al ser horizontal, forma un ángulo de 81 grados con el
Músculos implicados en la fu nción de la rodilla fémur y de 93 grados con la pierna. Por esta razón, cuando
Los músculos principales que intervienen son los analizados la rodilla se encuentra en flexión completa, el eje de la pier-
a continuación (Tabla 23-2), pero no se deben olvidar otros na no se posiciona exactamente detrás del eje del fémur.
como los glúteos, que actúan colaborando en la extensión: El eje del fémur no se encuentra, exactamente, en la
• Cuádriceps. Es el músculo más importante en la función de prolongación del eje de la pierna, formando un ángulo ob-
la extensión de la rodilla. Es grande y potente, pues tiene tuso hacia fuera de 170 a 175 grados; éste es el valgus fisio-
que contrarrestar la fuerza de isquiotibiales, gemelos y po- lógico de la rodilla. El eje mecánico del miembro inferior
plíteo. Está compuesto por cuatro músculos independien- está compuesto por la línea recta que une los centros de las
tes: vasto lateral, vasto medial, recto anterior y crural. tres articulaciones: cadera, rodilla y tobillo. Este eje se une
• Ti'flcto iliotibial. Müsculo situado en la parte lateral del con el eje de la pierna (Fig. 23-6)
muslo, que es característico por su largo y grueso ten- El ángulo de valgw puede presentar variaciones patoló-
dón que se inserta en el lateral de la rodilla. También se gicas. Además, existen variaciones sexuales, pues el ángulo
conoce como cintilla de Maisiat. es mayor en las mujeres debido a que la separación de las
• Ti·íceps mm/ (gemelo). Está formado por tres müsculos: caderas es mayor en ellas. Esta separación forma un ángu-
gastronemio medial, gastronemio lateral y sóleo. Los lo de 3 grados entre el eje mecánico y la vertical. Estas va-
gemelos tienen la función de flexionar la rodilla, siem- riaciones suceden sobre todo en la infancia, y es el creci-
pre y cuando ésta esté en extensión y el tobillo en fle- miento el que determina su corrección; sin embargo, pue-
xión. Se originan en los dos cóndilos femorales y se in- den persistir en la vida adulta. C uando el ángulo de valgus
sertan junto al sóleo en el calcáneo a través del rendón se invierte aparece el gemt vamm. Es cuando las rodillas se
de Aquiles. encuentran arqueadas y muy separadas entre sí; vulgarmen-
• Semitendinoso y semimembmnoso. Están situados en la
parte posterior del muslo y forman parte del conj unto
de músculos denominados isquiotibiales. Se insertan en
la parte interna de la tibia y su función básica sobre la
rodilla es la de flexión, aunque también contribuyen a
la ro tación interna cuando la rodilla se encuentra a
90 grados.
• Bíceps Jemoml. Está situado en la parte posterior del
muslo. Junco con el semitend inoso y el semimembrano-
,.~,1J ( &~Fémur
( ~ _:> -lw-~l
Tabla 23-2. Músculos implicados en la función de la rodilla
( Eje tibia! )
Flexión
Bíceps femoral
Se mí tendinoso
Semímembranoso
Cuádríceps
Rotación
medial
Poplíteo
Semitendinoso
Semímembranoso
Bíceps
femoral
libía
i
- vf1 -
te se dice que la persona es «patizamba». Por el contrario, Partiendo de la posición anatómica (rodilla en exten-
cuando el vnfgus se exagera se presenta el gemt vnfgum; es sión), la amplitud de la flexión es de unos 120 grados, que
cuando las rodillas se juman d emasiado y los tobillos se ale- aumenta hasta 140 grados con la cadera flexionada y llega
x,
jan y preseman una forma de .. exagerada en la persona. a 160 grados forzando pasivamente el movimiento. C uan-
El 'segundo sentido de movi miento de la rodilla se pre- do estamos de pie, la tibia se halla ligeramente rotada ha-
senta solamente en la flexión, ya que la estructura mecáni- cia fuera. D urante los primeros grados de flexió n, o en los
ca de la rodilla hace imposible este movimiento en la ex- últimos de extensión, se añade un movimiento alrededor
tensión; el eje de rotación de este movimiento es el eje lon- d e un eje vertical, llamado rotación rzsocirzdrz, cuyo valor es
gitudinal. Existe un tercer eje de movimiento en la rodilla, d e 10-15 grados. Se erara de una rotación externa d el fé-
pero no supone un movimiento; es simplemente el eje en mur al principio de la flexión o de una rotación interna al
donde ocurre un pequeño desplazamiento lateral de la ro- final de la extensión. Esta rotación interna del fém u r ayu-
dilla en flexión. Este movimiento no afecta a la rodilla; sin da a bloquear la rodilla en extensión, d e modo que el
embargo, sí transmite cierto movimiento al tobillo de 1 a miembro inferior se transforma en una columna rígida que
2 cm de amplitud solamente en la flexión. sostiene el peso del cuerpo.
tracción en su circunferencia y de compresión en su cara Una alineación rotuliana deficiente p uede causar sublu-
posterior. xación y luxación parelofemoral. La luxación habitual de
La principal funció n de la rótula consiste en aumentar la patela es aquélla que ocurre en cada flexión de la rodilla
el brazo de palanca de la fuerza del músculo cuádriceps. y puede ser observada por el examinador. Sin embargo, la
También centraliza las fuerzas divergentes de los cuatro luxación recurrente es aquélla que aparece en episodios ais-
componentes de dicho músculo y las transmite al ligamen- lados. En mala alineación parelar, ya sea por inestabilidad
to rotul iano, que está sometido a fuerzas de tracción entre o enfermedad angular, existe un contacto patelofemoral
la rótula y la tuberosidad anterior de la tibia. D ebido al anómalo, y hay casos en q ue la patela establece contacto
bajo coeficiente de fricción del cartílago articular, se ha exclusivamente con el cóndilo femo ral lateral, si n contac-
asumido que la rótula actúa como una polea sin fricción y, tar la superficie del cóndilo medial.
por tanto, la fuerza del cuádriceps sería igual a la del liga-
mento rotuliano. Es decir, que la rótula está sometida a dos PATOLOGÍA DE LA ARTICULACIÓN
fuerzas opuestas: por una parte la que ejerce el cuádriceps FEMOROPATELAR
mediante el tendón cuadricipiral hacia proximal y, por
otra, la que ejerce la inserción del tendón rotuliano en la Las alteraciones de la articulación femoroparelar son cau-
tibia hacia distal. Su resultante, la fuerza de reacción de la sa común de dolor anterior de rodilla. D e este modo, el
articulación femoropatelar, ejerce u na fuerza hacia atrás, dolor anterior de rodilla es u n síntoma común de patolo-
de tal manera que sujeta la rótula en la tróclea. Esta resul- gías muy diversas, algunas de las cuales afectan directa-
tante varía dependiendo del ángulo de la articulación y de mente a la articulación femoropatelar.
las dos fuerzas, y es menor hacia la extensión; mientras que C lasificar el síndrome femoropatelar no es sencillo, por-
en mayor flexión debe aumentar la fuerza cuadricipital que se deben evitar listas de enfermedades que no orientan
para aguantar el momento de flexión del peso del cuerpo. y no agrupan patologías. Larson agrupa las alteraciones del
La rótula es comprimida contra el fémur con una fuer- aparato extensor en tres categorías, según la localización de
za que es la resultante de las tensiones q ue soportan ambos la patología causal:
brazos de la palanca, cuya magnitud es igual y opuesta a la o Anomalías por alteración de la configuración femo ro-
fuerza de reacción femororrotuliana. Esta fuerza aumenta patelar.
a medida que se flexiona la rodilla (la máxima es de alrede- o Anomalías de los estabilizadores estático-dinámicos que
dor de 80 grados) y a partir de los 90 grados disminuye, rodean y gobiernan la función patelar.
debido a que el rendón del cuádriceps entra en contacto o Anomalías del aparato extensor de la rodilla por mal ali-
con la rróclea femoral (mecanismo que se comporta como neamiento de la extremidad en relación con la mecáni-
una segunda polea que descarga a la rótula). ca anicular.
La línea que pasa por el centro de la rótula y el tubér-
culo de la tibia, y la recta que pasa por el centro de la ró- Desde el punto de vista clínico, atendiendo a la causa del
tula hasta la espina ilíaca anrerosuperior, fo rman el ángu- dolor anterior de rodilla, se diferencian dos grupos: uno
lo Q. Es decir, el ángulo adyacente al que fo rman los ejes con lesiones focales que pueden ser definidas clínica y ra-
longitudinales del tendón del cuádriceps y del ligamento dio logicamente, y otro con problemas dinámicos tales
rotuliano. Este último, como el valgo fisiológico, es un como mala alineación, síndrome de hiperpresión externa,
ángulo obtuso abierto lateralmente y su valor oscila entre condromalacia o dolor psicógeno. De forma resumida se
160 y 172 grados, y es mayor en el varó n que en la mu- exponen las patologías más relevantes:
jer. Disminuye con la flexión de la rodilla, desaparece o El síndrome doloroso femoropatelar (SDF) es uno de
cuando ésta alcanza los 90 grados y aumenta con la ex- los d esórdenes más comunes de la rodilla. Se describen
tensión, sobre todo al final de ésta, cuando la tib ia rora varios cuadros clínicos que provocan dolor anterior de
automáticamente hacia fuera. Cuanto mayor es el ángu- rodilla: síndrome de hiperpresión externa, inestabilidad
lo Q, mayor es la tendencia de la rótula a ser desplazada rotulian a, condromalacia rotuliana, artrosis femoropa-
lateralmente. telar, osteocondritis disecante de rótula (plicas sinovia-
les, bursitis, tendinitis, distrofia simpaticorrefleja, etc.).
Alineación patelofemoral o La enfermedad de Osgood- Schlatter e , q ue es una cau-
El contacto entre la rótula y el fémur varía de acuerdo con sa de dolor anterior de rodilla común en chicos de 12 a
el movimiento de la rodilla, causando un efecto de com- 14 años. La enfermedad de Sinding-Larsen-Johansson ®
presión y descompresión sobre el cartílago articular que fa- ocurre en el mismo grupo de edad, pero, en este caso, el
vorece el bom beo del líquido sinovial. Durante el desliza- dolor se localiza en el polo inferior de la rótula.
miento parelar, el contacto se inicia con su faceta lateral so- o La rodilla del saltador es una tendinitis ro tuliana de-
bre el cóndilo lateral del fémur alrededor de los primeros bida, fundamentalmente, a sobrecarga del tendón, tan-
30 grados de flexión y se completa con la faceta medial so- to durante actividades de alto impacto, como el salto o
bre el cóndilo femoral medial en los siguientes 9 grados. la carrera, como durante las actividades cotidianas.
Este contacto con ambas faceras se mantiene hasta más allá o La osteocondritis disecante e de la rótula o de los cón-
de los 90 grados de flexión y desaparece gradualmente al dilos femorales es una causa poco común de dolor an-
internarse la pareJa en la escotadura intercondílea. terior de rodilla en jóvenes atletas. Es debida a los mi-
23 • Patología de la rótula: condropatía, condromalacia, luxación y fract uras de la rótula 281
crorraumatismos repetidos y al esrrés repetido por el condral (Fig. 23-7), osteofitos y disminución de la in-
roce articular. En los casos en que exista una rotura del terlínea articular que se aprecia en la resonancia magné-
fragmento, los episodios de bloqueo articular son fre- tica (RM) (Fig-23-8). En casos avanzados se realiza re-
cuentes. Concomiranremente al dolor suele existir cre- implante articular mediante prótesis (Fig. 23-9).
pitación con la extensión de la rodilla y reblandecimien- • La luxación de la rótula, tanto la luxació n aguda d e la
to del cartílago a rticular. rótula como la luxación traumática, no son entidades
• La condromalacia ® es un síndrome caracterizado por observadas con frecuencia.
dolor anterior de rodilla con daño del cartílago articular
rotuliano. Es de naturaleza idiopárica o secundaria a la
Pa ra clasificar el síndrome fe moropatelar, la propuesta
mal alineación y puede ser reversible en los casos leves o
progresar hacia un a osteoarrrosis en los casos más severos.
Las lesiones ocurren de forma típica a lo largo de la rótu-
la medial, en el límite entre la carilla interna asimétrica
de Larson, que agrupa las alteracio nes del aparato ex-
tensor en tres categorías según la localizació n de la pa-
tología causal, es la más aceptada.
o
(odd focet) y la &cera medial, pero también pueden ocu-
rrir a cualquier nivel de la superficie articular rotuliana.
Existen varias clasificaciones de la condromalacia, pero basán-
dose en los hallazgos arrroscópicos se acepta la siguiente:
- Grado 1: cartílago blando e hinchado (sin rotura).
- Grado 2: fragme ntación y fisu ras en un área inferior
a 1,3 cm de diámetro.
- Grado 3: fragmentación y fisuras en un área superior
a 1,3 cm de diámetro.
- G rado 4: extensión de los cambios erosivos con ex-
posición ósea, que corresponde al efecto de una os-
reoartrosis.
Basándose en la profundidad y extensión del daño cartilagi-
noso, se han diferenciado cuatro grados: grado 1: área de
< 0,5 cm de d iámetro; grado 2 : área de 0,5-1 cm; grado 3:
área de 1-2 cm; grado 4 : área mayor de 2 cm. Estos grados
se han subdividido a su vez cada uno de ellos en dos, según
se aprecie o sólo fibrilación y reblandecimiento cartilagino-
so en el primer caso (subgrado a) o afectación de codo el es-
pesor cartilaginoso con exposición ósea (subgrado b).
• La osteoartrosis de rodilla también es una causa fre-
cuente de dolor por encima de los 60 años. El paciente
refiere dolor con las actividades que impliquen carga y
alivio con el reposo. En la exploració n física es frecue n-
te encontrar pérdida del equilibrio articular, crepitación
y cambios osteofitarios. La radiografía simple mostrará Figura 23-B.lmagen de resonancia magnética. Disminución de la in-
importantes cambios degenerativos con esclerosis sub- terlínea articular y lesión subcondral.
!82 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
PATOLOGÍA DE LA RÓTULA
En cuanto a la patología parelar, básicamente se podría re-
Ante una rodilla con cuadro clínico doloroso, seudoblo-
queos y fallo articular, la presencia de estabilidad en la ro-
o
sumir en: dilla es diagnóstico diferencial frente a lesiones del LCA.
• Patología traumática: fracturas, luxaciones, roturas ten-
dinosas.
• Patología estática: la rótula presenta desequilibrios, en ldiopático
los que ésta está en su sitio, pero existen cargas anóma- Es decir, que la causa del dolor puede no quedar clara en
las, y desalineaciones en los que la rótula no está en su muchos casos. La eriopatogenia es poco clara y existen
sirio (displasias parelofemorales). múltiples factores predisponenres como el sobreuso, la in-
• Condromalacia: que es la vía final a la que conducen las movilización, el sobrepeso, traumatismos, alteraciones del
anteriores patologías, puesto que el cartílago se dete- aparato extensor, etcétera.
nora.
Dolor secundario a inestabilidad femoropatelar
La lesión del cartílago puede ser secundaria a la lesión o La estabilidad de la rótula está asegurada por dos sistemas:
puede ser idiopárica. uno de estabilización pasiva, formado a su vez por un fac-
A medida que se avanza en cada una de estas patologías, tor ligamentoso y por un factor óseo, y otro de estabiliza-
desde el traumatismo a la condromalacia, va aumentando ción activa, representado por el factor muscular. Las alte-
la probabilidad de sufrir artrosis parelofemoral. raciones de estos dos sistemas van a condicionar inestabi-
Según la afectación del cartílago, existen muchas causas lidad femoropatelar y ésta puede presentarse de distintos
de trastornos rotulianos, que pueden clasificarse en: modos anatomoclínicos.
• Daño cartilaginoso patente: condromalacia, artrosis, La inestabilidad rotuliana se puede considerar de origen
traumatismos directos, fracturas osteocondrales, osreo- idiopático (displasia femoropatelar, luxación congénita,
condriris. luxación habi tual, luxación recidivante y luxación traumá-
• Daño cartilaginoso variable: síndromes de alineación tica) o secundaria a vicios torsionales como el genu remr-
viciosa, pliegues sinoviales. vatum, las desalineaciones o las alteraciones en la tuberosi-
• Cartílago habitualmente conservado: las causas son pre- dad ribial anterior.
rrotulianas, como bursiris y tendinitis, síndromes por Déjour en 1987 estableció una clasificación de desór-
sobrecarga (uso excesivo), distrofia simpática, anoma- denes femoropatelares en la que diferencia tres patrones
lías rotulianas. básicos:
• Inestabilidad patelar objetiva: entendiendo por tal
SÍNDROME DOLOROSO FEMOROPATELAR aquellos casos con, al menos, un episodio de dislocación
y, al menos, una anomalía anatómica.
Es una entidad clínica de etiología muy diversa, que se • Inestabilidad patelar potencial: incluyendo en este gru-
caracteriza por un cuadro de dolor en la región anterior po los casos con dolor y anomalías anatómicas que no
de la rodilla con episodios de seudobloqueo y fallos han tenido nunca un episodio de dislocación.
articulares, pero sin sensación de inestabilidad ni luxa- • Síndrome doloroso rotuliano: en el que, sin existir dis-
ción rotuliana. locación ni anomalfa anatómica, existe dolor.
23 • Patología de la rótula : condropatía, condromalacia, luxación y fracturas de la rótula 283
En la inestabilidad rotuliana existen unos factores condi- 90 grados de flexión. En rodillas normales, el borde medial
cionantes: de la rótula se encuentra en el mismo nivel que el lateral,
• Femorales: torsión femoral , hipoplasia del cóndilo ex- con una pequeña inclinación lateral en extensión completa.
terno, aplasia troclear, genu valgo. La crepitación rotuli ana se evalúa durante la extensión
• Tibiales: torsión tibia! externa. activa y se clasifica como ausente, moderada o grave. Debe
• Rotulianas: alteraciones del crecimiento, hipoplasia de ser evaluada con el paciente sentado y se refuerza con la
la faceta externa rotuliana, pareJa alta. aplicación d e resistencia manual sobre la parte inferior de
• Musculares: hipertrofia del vasco externo, atrofia del la pierna.
vasco mterno.
• Capsuloligamentosas: alargamiento del tendón rotulia- Exploración de la musculatura y tejidos blandos
no, inserción externa de la tuberosidad tibia!, laxitud de Se realizará un balance muscular, buscando la existencia de
la aleta rotuliana interna. debilidad muscular y se apreciará si existen o no signos de
atrofia del cuádriceps. Para ello, se procederá a la roma y
Diagnóstico clínico de la patología femoropatelar comparación de la medida circunferencial del muslo a una
Ame la sospecha de síndrome doloroso rotuliano, d ebe distancia estándar del polo superior de la rótula (lO cm) de
realizarse una exploración clínica adecuada, en la que se ambos miembros inferiores.
valoren los facto res que afectan a la alineación y a las fuer- Dado que la parología femororrotuliana se asocia con
zas articulares y se localicen las estructuras articulares y frecuencia a déficit de flexibilidad del cuádriceps, los is-
blandas responsables del dolor. quioribiales, el tríceps sural y el tracro ilioribial, la flexibi-
Los síntomas de disfunción rotuliana tienden, con fre- lidad de éstos debe ser evaluada de modo sistemático.
cuencia, a ser de carácter parecido. En general, compren- Respecto a los tejidos blandos periparelares, son elemen-
den dolor en la cara anterior de la rodilla, que suele em- tos de estabilización rotuliana. Con el fin de valorar la exis-
peorar de forma significativa con el ascenso y descenso de tencia de retracciones a la altura de los rerináculos, se valo-
escaleras y con las actividades que mantienen posiciones rará la movilidad medial y lateral de la rótula, observando la
específicas en las que se fuerza la flexió n extrema, sensa- traslación que se produce tras aplicar una presión firme.
ción subjetiva u objetiva de inestabilidad, bloqueo y d e- La existencia de retracciones a la altura de la aleta rotu-
rrame. liana externa, se valora con la prueba del volteo rotuliano.
En una rod illa normal en extensión completa, la rótula
puede elevarse desde su vertiente lateral más allá del eje
Maniobras ex ploratorias
de inestabilidad femoropatelar
La inestabilidad lateral de la rótula es valorada mediante
las pruebas de movilidad lateral-medial comentadas ante- Figura 23-10. 1magen de resonancia magnética. Visón lateral. Con-
riormente. La inestabilidad medial de la rótula es mucho dromalacia rotuliana en la rodilla derecha de una jugadora de tenis.
menos frecuente que la lateral. Para su evaluación, se rea-
liza la prueba de la subluxación medial de la rótula de ras óseas aun cuando la superficie cartilaginosa perma-
Fulkerson, en la que se aplica una presión de dirección me- nezca mtacta.
dial sobre la rñtula con la rodilla en extensión completa. • Causas químicas. La lesión del cartílago hace que se des-
La prueba de aprehensión patelar de Fairbanks provoca prendan pequeñas partículas al líquido sinovial con li-
dolor y defensa con el desplazamiento lateral de la rótula, beración de enzimas (catepsinas), que causan mayor re-
cuando la rodilla está a 20 grados o 30 grados de flexión. blandecimiento y rotura de dicho cartílago junto con
inflamación de la membrana sinovial. Este mecanismo
desempeña un papel más importante en la artrosis.
o
plazamiento hacia atrás de la columna vertebral dorsal. El
cuádriceps se esti ra y aumenta la presión sobre la rótula.
La artroscopia con frecuencia se convierte en prueba
También hay que valorar la marcha.
diagnóstica de la condromalacia.
Igualmente, conviene observar si existe gentt vafgum,
gemt varum, gemt remrvatum y convergencia o divergencia
de las rótulas.
En sedestación y con las piernas colgando fuera de la ca- Diagnóstico diferencial
m illa, se valora la crepi tación de la rótula. Se le pide al pa- Para establecer el diagnóstico de condromalacia rotuliana,
ciente una extensión activa de la rodilla a la vez que se le es preciso descartar antes o eras entidades patológicas como:
hace una resistencia en la paree inferior de la pierna. • Fracturas rotulianas o rótula bipanita.
En d ecúbito supino, con los p ies en posición neutra, se • Inestabilidad rotuliana, lm:aciones y subluxaciones de
valora el ángulo Q. Se observa la atrofia del cuádriceps (se rótula.
compara la medida circunferencial de ambos muslos). • Patología meniscal. Se confunde con la condromalacia
Mediante la palpación se examina la temperatura y el por el aumento de sensibilidad en las líneas articulares.
rubor, y se realiza la prueba de golpeteo o de choque rotu- • Síndrome de Hoffa (síndrome adiposo infrapatelar).
liano para descartar signos de inflamació n y/o derrame. Se Asociado con dolor sobre la bolsa inmediatamente de-
han de palpar los recináculos medial y lacera!, el cóndilo fe- bajo del polo inferior de la rótula. Es una causa poco co-
moral medial, las inserciones del cuádriceps y el tendón ro- mún de dolor a nterior de rod illa.
tuliano. Se palpará también la inserción del tracto iliocibial • Bursitis prerrotuliana e infrarrotuliana. Se puede infla-
en el tubérculo de Gerd y en el cóndilo cibiallaceral y las mar por un traumatismo repetitivo o por una enferme-
inserciones de los músculos de la paca d e ganso en el cón- dad sistémica de cipo gota. Durante los movi mientos de
dilo cibial medial. flexión y extensión puede crepitar.
Se precisa hacer estas exploraciones en tensión, para li- • Plica sinovial. Las tres plicas sinoviales que rodean la ró-
mitar la presión transmitida a estructuras subyacentes y tula pueden engrosarse y fibrosarse, y ocasionar dolor,
ayudar al examinador a conocer mejor las estructuras do- además de bloqueos y crepitación en la flexoexcensión
lorosas. de rodilla, pudiendo fibrilar el cartílago articular. La pli-
Puede encontrarse un aumento de la sensibilidad d e las ca m edial es la que con más frecuencia p resenta los sín-
líneas articulares en la condropacía rotuliana, al igual que tomas.
en una afectación meniscal. La faceta medial es un lugar de • Osceoarcricis. Se da principalmente en la face ta lace-
dolor frecuente en la condromalacia rotuliana. ra! de la rótula y no en la medial, como en la condro-
Se valorará la movilidad articular y la flexibilidad mus- malacia.
cular. La movilidad del miembro inferior, con movimien- • Osceocondricis disecante d e la rodilla. Su aparición es
tos de flexoexcensión, abducción-aducción (varo ® -valgo rara, pero sus síntomas pueden confundirse con una
para la rodilla) y rotaciones en la cadera, rodilla y tobillo, condromalacia pacelar.
o
con el fin de localizar algún bloqueo o limitaciones en el
movimiento que puedan afectar a la rodilla. Además:
Es preciso un correcto diag nóstico diferencial para des-
• Se estudia la movilidad de la rótula p asiva y activa. cartar entidades patológicas antes de establecer el diag-
• Se realiza un balance muscular del cuádriceps para va- nóstico de cond romalacia rotu liana.
lorar la fuerza.
286 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
Tendón del
cuádriceps
• Luxación invertida lateral completa: ~e luxa la cara arti- como cuando acompañan a una luxación completa de rodi-
cular, se invierte la rótula y se encuentra la rótula en- lla. En este capítulo no se tratarán las luxaciones congénitas
frentada a la rodilla por la paree no articular. de rodilla, ya que es una patología de muy baja incidencia
• Luxación horizontal o intraarticular. {0,01 7 casos por 1.000 nacidos vivos); no obstante, se pre-
• Luxaciones asociadas a otras patologías (fracturas). senta un caso (vease el caso clínico 23-2).
Su diagnóstico generalmente es clínico, porque ya lle-
gan reducidas a urgencias. En la radiología co nvencional
FRACTURAS DE LA RÓTULA
La rótula (patela) es el hueso triangular y g rueso que
protege la parte frontal de la articulación de la rodilla.
Las fracturas de rótula representan un 0,5- 1,5 o/o del to-
ral de las fracturas. Su comportamiento es muy variado
y dependen de la intensidad del trauma. Se producen
Figura 23-17. Luxación recidivante de la rótula derecha. Radiogra- por un traumatismo directo en la parte anterior de la
fía posterior a la intervención quirúrgica realizada (transposición rodilla o a causa de un traumatismo indirecto debido a
de la tuberosidad tibia! a nterior, medializándose y fijándose con
1-2 tornillos de rosca parcial, sin injerto!. (Al Proyección antera-
la intensa tracción ejercida por el cuádriceps, o por el
posterior. (8) Proyección lateral. efecto palanca que sufre la rótula en su apoyo sobre el
fé mur, o por la fijación del tendón roruliano. General-
mente el mecanismo es mixto, directo e indirecto, aun-
que la causa más frecuente suele ser una caída acciden-
tal contra el suelo.
Las fracturas de la rótula puede n ser clasificadas en
desplazadas o no desplazadas, que posteriormente se
subdividen, según su co nfi guración, en transversas, ver-
ticales, marginales, osteocondrales y conminutas. Tam-
bién se clasifican en función de si hay o no interrupción
del aparato extensor. En la práctica clínica, las clasifica-
ciones empleadas se basan en el mecanismo d e lesión
(directo o indirecto), el grado de desplazamiento y en la
configuración de la fractura; las transversas son las más
frecuen ces.
La Orthopttedic Tmumtt Association (OTA) emplea un
sistema que clasifica las fracturas en eres grandes grupos,
Figura 23-1 B. Fractura de rótula. Radiología conve ncional. (Al Pro- que a su vez se subdividen y obtienen un código para cada
yección anteroposterior. IBI Proyección Lateral. subtipo de fractura.
Figura 23-19. Fractura de rótula. Tratamiento quirúrgico mediante cerclaje con bandas a te ns ión. (A) Imagen anteroposterior. (8) Ima gen
later al. (C) Imagen axia l de rótula.
!90 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
• Las de tipo A son extraarriculares. miento de los fragmentos, así como la existencia de fractu-
• Las de tipo B son intraarticulares parciales. ras desplazadas verticales y parcelarias. Para las fracturas
• Las de tipo C son intraarriculares completas. osteocondrales se precisará una RM y/o arrroscopia.
Sintomatología Tratamiento
El cuadro clínico está determinado por el traumatismo y, por El objetivo del tratamiento es reparar el aparato extensor,
tanto, se podrá encontrar separación de fragmentos por la reponer la superficie articular y restablecer la función del
tracción del cuádriceps, hemartros y la extensión de la rodi- aparato extensor.
lla alterada. En la exploración física se aprecia dolor localiza- El tratamiento conservador está indicado en fracturas con
do en la cara anterior de la rodilla lesionada, tumefacción y mínimo desplazamiento, con separación escasa o nula y en las
es habitual la ocupación articular por hemarrros. La presen- longitudinales con mecanismo extensor inracro. El tratamien-
cia de flictenas, así como contusiones o abrasiones, propor- to quirúrgico es muy variado y depende en especial de la confi-
ciona información acerca de la intensidad del traumatismo y guración de la fractura. Es habitual el cerclaje, simple o con
del grado de afectación de los tejidos. En las fracturas osteo- bandas d e tensión (Fig. 23-19). No es infrecuenre que asiente
condrales se encuentran síntomas de cuerpo libre intraarticu- una fractura de rótula sobre prótesis total de rodilla (véase el
lar, &llos de la rodilla y hemartros con gotas de grasa. caso clínico 23-1). L< evolución, si no hay complicaciones, sue-
le ser favorable, incluso en casos graves !® vídeos 23- 1 y 23-2).
Diagnós tico En el GEl Vol. 11, capítulo 22, ellecror encontrará profun-
En el diagnóstico, la exploración radiológica (Fig . 23-18) damente detallados todos estos aspecros del tratamiento de
es necesaria para precisar el tamaño relativo y el desplaza- fisioterapia en las fracturas de rótula.
RESUMEN
• Existen muchas causas de trastornos rotulianos que pue- luxación de la rótula. Aunque las luxaciones de la rótula
den clasificarse según la afectación del cartílago: puedan ser mayoritariamente de etiología traumática, en
no pocas ocasiones se originan por una mala alineación.
- Daño cartilaginoso patente: condromalacia, artrosis,
traumatismos directos, fracturas osteocondrales, os- • El síndrome doloroso femoropatelar es uno de los desór-
teocondritis. denes más comunes de la rodilla. Se han descrito seis es-
tructuras anatómicas principa les como origen del dolor: el
- Daño ca rtilaginoso variable: síndromes de alineación vi- hueso s ubcondral, la membrana sinovial, los retináculos,
ciosa, pliegues sinoviales. la piel, el músculo y los nervios. Este s índrome puede apli-
- Cartílago habitualmente conservado: causas prerrotu- carse al dolor provocado por va rias entidades nosológicas
lianas lbursitis y tendinitisl. síndromes por sobrecarga que provocan dolor anterior de rodilla :
luso excesivo l. distrofia simpática, anomalías rotulianas. - Síndrome de hiperpresión externa.
• Las alteraciones de la articulación femoropatelar son cau- - Inestabilidad rotuliana.
sa común de dolor anterior de rodilla y, atendiendo a su
- Condromalacia rotuliana.
causa, se diferencian dos grupos: uno con lesiones focales,
que pueden ser definidas clínica y radiológicamente, y otro - Artrosis femoropatelar.
con problemas dinámicos como mala alineación, síndrome
- Osteocondritis disecante de rótula.
de hiperpresión externa, condroma lacia o dolor psicógeno.
- Bursitis, tendinitis, distrofia simpaticorrefleja, etcétera.
• Se han estud ia do de forma global las patologías compren-
didas en el denominado síndrome doloroso femoropatelar. • Existen también otras patolog ías generadas por sobreuso y
Éstas son la condropatía rotuliana, la condromalacia y la que se asocian al dolor anterior de rodilla !véase el glosario).
293
l94 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
Tabla 24-2. Mecanismos lesionales de los ligamentos • Tríada externa: LLE +menisco externo+ LCA (LCP).
de la rodilla • Pentada interna: lesiones capsuloligamentarias Ínter-
nas + LC A + LCP + m eniscos.
Mecanismo • Pentada externa: lesiones capsuloligamentarias externas +
Valgo puro LLI LCA + LC P + menisco externo, poplíteo, bíceps femoral.
• Luxaciones: prácticamente las pencadas se consideran
Valgo-rotació n externa LLI + LCA también una luxación de rodilla. Aunque en sentido es-
Hiperextensión LCA 1+ LCP) tricto no estén luxadas en el momento de la explora-
ción, las lesio nes anatómicas q ue presentan son comu-
Flexión de 90 grados con desplazamiento LCP nes. P ueden dividirse según la posición de la tibia res-
posterior
pecta al fémur: anterior, posterior, externa e interna.
Hiperflexión LCA
Varo-rotación interna LLE + LCA
LCA: ligamento cruzado anterior; LCP: ligamento cruzado posterior; LLE:
ligamento lateral externo; LLI : ligamento lateral interno.
La lesión combinada más frecuente es la tríad a interna:
lesión del LLI + lesión del menisco interno + LCA. o
CUADRO CLÍNICO
ETIOPATOGENIA
El paciente acude a la consulta refiriendo un antecedente
Los mecanism os puros de lesión ligamenraria son cuatro: traumá tico. El mecanismo de producció n orientará al fi-
fuerzas en valgo, en varo, en hiperextensión y en flexió n sioterapeuta hacia el tipo de lesió n. También o rientarán
con desplazamiento posterior, a los que se asociará, en mu- hacia la gravedad de la lesión los sínromas q ue refiere el pa-
ch os casos, un movimiento de rotación . ciente. Así, las lesio nes leves generalmente evolucionan en
Los mecanismos lesionales y sus consecuencias aparecen tres tiempos (dolor, sedació n, reaparición del dolor); en
detallados en la tabla 24-2 de una forma simplificad a. cambio, las sensaciones de chasquido, de dislocación arti-
Así, se pueden encontrar en la p ráctica, por ejemplo, del cular y de inestabilidad (sensación de que «la rodilla se le
fútbol las siguientes situaciones: van) son indicativos de lesión grave. La im potencia funcio-
o Valgo puro: patada en la cara externa de la rodilla con nal no es siempre paralela a la gravedad, ya que a veces con
el pie apoyado en el suelo. una rotura del LCA se puede caminar y con un esguince
o Valgo-rotación externa: la mism a situación anterior leve del LLI se p uede tener d ificultad para caminar por el
sólo que lo habi tual es que se p roduzca u n movim iento dolo r. La rapidez de aparició n del derrame articular tam-
de rotación externa al tener fuertemente apoyado el p ie bién es orientat ivo de lesión grave.
en el suelo .
• H iperextensión: por ejem plo el chute de u n jugad or al
vacío.
• Flexión de 90 grad os de rod illa con u n desplazamiento
La sensación de inestabilidad es síntoma de lesión grave;
y la aparición precoz de derrame en forma de hemartros
o
es signo de gravedad.
posterior de la extremidad superior de la pierna: patada
sobre la parte proximal d e la p ierna con el p ie fijo en el
suelo y la rodilla flexionada.
• Hiperflexión: caída de un jugado r desde cierta altura Exploración clínica
con la rodilla m uy flexionada. La inspección física mostrará la presencia o no de derrame.
• Varo-rotación interna: el jugador tras un salto de cabeza La punción lartrocentesis] e del derrame y la presencia de
cae al suelo y pierde el equilibrio; cae hacia delante con la sangre orientará hacia una lesión del p ivote central, en es-
pierna en rotación interna y fuerza la rodilla en varo. pecial del LCA. La presencia de gotas de grasa en la sangre
hará p ensar en un arrancamiento óseo o en una fractura.
Pueden encontrarse lesiones ligamenrarias aisladas o com- Si no existe antecedente traumático reciente, pueden obte-
binad as; éstas últimas son muy variadas, desde las «tríadasn nerse derrames de líquido sinovial de tipo mecánico en las
hasta las luxaciones de rodilla. Es clásica la denominada lesiones crónicas o subagudas; más característico de las le-
tríada unhappy de O'Donoghue (1 950), que consiste en siones del LCP crónicas es la obtención de u n líquido sino-
u na lesión del LLI más una lesión meniscal más una lesión vial de aspecto de «agua de lavar carne». También en la ins-
del LCA, y, aunque; en principio, fue descri ta como daño pección física se puede valorar e n las lesiones crónicas d el
de menisco interno, se ha demostrado (S helbourne & LCP el signo de la caída tibial hacia atrás o signo del «hacha-
Nitz, 1992) que es más frecuente la asociación con lesió n ZO», cuando se coloca la rodilla en flexión de 90 grados.
meniscal externa (O'Donoghue, 2004) . Actualmente, la La p alpación d e p untos dolorosos, en especial en los tra-
experiencia clínica ha mostrado que estas lesiones combi- yectos de los ligamentos laterales, puede ser indicativo de
nadas pueden ser: lesión en éstos.
• Tríada interna: lesión del LLI + lesión del menisco in- Las maniobras exploratorias de laxitud articular, en la
terno + LCA (o más raro e l LCP). mayor parre de las ocasiones, ofrecen el d iagnóstico y per-
24 • Les10n es l1ga m entanas de rod1lla 295
Figura 24-1. Exploración de laxitud en valgo para ligamento lateral Figura 24-3. Maniobra de cajón posterior.
interno.
miren decid ir el tratamiento; ponen en tensión los liga- • Cajón anterior: se realiza como la mayor parte de las
mentos que se sospecha están lesionados y deben realizar- man iobras, con el paciente en decúbiro supino con la
se siempre comparando con el lado sano. Enrre las más im- cadera flexionada unos 45 grados, rodillas a 90 grados y
portantes se encuentran: pie fijo sobre la camilla al sentarse el explorador sobre
• Pruebas de varo y valgo forzados: se realizan con la él. Se roma la tibia proximal entre el pulgar y los demás
rodilla a O grados y a 30 grados de flexión, de mane ra dedos de la mano, palpando con estos últimos dedos la
que en valgo forzado a O grados se explora la cápsula pos- relajación de los músculos isquiotibiales en la maniobra
terointerna y el LLI, y en varo, la cápsula posteroexterna y del cajón anterior. Se efectúa una tracción firme en di-
el LLE. A 30 grados de valgo (Fig. 24-1) y varo se explo- rección anterior y la existencia de un mayor desplaza-
ran, respectivamente, el LLI (Fig. 24-1) y el LLE aislados. mienro que la sana y un tope blando pueden indicar
• Prueba de Lachman-Trillat (Fig. 24-2): es la principal una lesión del LCA.
prueba para realizar en una rodilla «aguda» y se explora • Cajón posterior: la posición de partida es la misma,
con la rodilla en ligera flexión de unos 30 grados. El ex- pero se imprime un movimiento de traslación posterior
plorador con una mano sostiene firmemente el fémur a la tibia (Fig. 24-3) . En este caso sería ind icativo de
del paciente y con la otra roma la tibia y la rracciona ha- una lesión del LCP.
cia delanre, de manera que si existe una excursión ante- • Pruebas dinámicas: evalúan la laxitud funcional de la
rior y el punto final es blando o débil se puede concluir rodilla con déficit del LCA o del LC P. En rodillas agu-
que el LCA está lesionado. Existe también un Lachman das es difícil realizarlas por el dolor y el déficit de movi-
posterior. lidad del paciente. H ay varias p ruebas descritas, pero se
nombrarán las que m ás se util izan:
Radiol.ogía simple
Por lo general no indicará el diagnóstico de lesión ligamen-
caria, pero permite descartar fracturas y valorar la existen-
cia de arrancamientos óseos o avulsiones de los punros de
La exploración complementaria de elección en las lesio-
nes ligamentarias de rodilla es la RM. o
inserción de los ligamenros; por ejemplo, a la altura del TRATAMIENTO
epicóndilo femoral interno en los arrancamientos del LLI,
arrancamiento de las espinas tibiales en los niños con lesio- En cuanto al tratamiento, éste podrá ser conservador o qui-
nes de los ligamentos cruzados, etc. También puede orien- rúrgico. Se verá en cada caso de lesión ligamentaria aislada.
tar hacia una lesión del LCA la existencia de lo que se ha
denominado j7tzctum de Sego11d, que es la avulsión del ter- Lesiones de los Ugamentos laterales
cio m edio de la porción lateral de la cápsula de la meseta De forma esquemática, los ligamentos laterales pueden ci-
tibial. catrizar, puesto que están envueltos de una cobertura de
partes blandas que hace que sus extremos estén con cierta
Radiología dinámica conti nuidad y no se desplacen; además, permite una ópti-
Permite cuantificar la laxitud articular al medir el bostezo ma vascularización, que no ocurre con los ligamentos cru-
articular en las placas radiológicas. Se realiza aplicando una zados, que están dentro de una cavidad (articulación) y no
fuerza en varo, en valgo o en cajón anterior o posterior. La tienen esa cobertura que les permitiría esas condiciones
aplicación de esta fuerza puede realizarse de forma manual adecuadas de cicatrización. Además de las condiciones
o con dispositivos técnicos ideados para ello como el mo- anatómicas favorables, se debe proteger esa cicatrización
delo Telas. evitando las fuerzas de estrés sobre el ligamento afectado
mediante inmovilizaciones u ortesis.
Tomografía computarizada
No se utiliza para las lesiones ligamentarias, excepto para Conservador
arrancamientos óseos o lesiones asociadas como osteocon- También llamado médico, ortopédico y fisioterápico lo a
dritis o fracturas osteocondrales. véase Vol. 11, capítulo 23]. En la mayor paree de las ocasiones
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Figura 24-4. Resonancia magnética diag-
nóstica de lesiones ligamentarias en rodilla.
IAI Rotura del ligamento cruzado anterior a '1
1
'/ 1.\
\ ·.·,
1 '{
...
o'·
'f )~
f: . '*:)
Figura 24-5. Imagen artros cópica diag nóstica. (Al Visión artroscópica de un ligam ento cruzado anterior ínteg ro. (8] Ligamento cruzado
anterior roto. ICl Plastia del ligamento cruzado anterior !compárese].
por lo que se le denomina intervención de Keneth remará no utilizar el H-T-H para no aumentar el riesgo
fones. de rendinitis.
- Tendones de la «pata de ganso»: semi tendi noso y rec- • La fibra sintética se utiliza como refuerzo de unos ten-
to interno (4T ). Descrita por Lemaine etal. (1 967), dones de la «pata de ganso» cuando éstos son insuficien-
y modificada por Lemaire (1999), para roturas anti- tes por longitud o grosor. También se utiliza en laxitu-
guas de LCA. des combinadas con importantes resultados en las prue-
• Aloinjertos (liofilizados o congelados): bas dinámicas, con el objeto de asociar un gesro amirre-
- Tendón rotuliano. salte. En este caso, se p ractica una técnica mixta imra-
- Tendón aquíleo. arricular y exrraarricular con los ren dones de la ~·pata de
• Fibra sintética como refuerzo de un tendón autólogo, ganso>> reforzados por la fibra sin tética (los autores del
nunca aislados dentro de la rodilla: capítulo utilizan el Leeds-Keio®), aunque acrualmenre
- Leeds-Keio® (tefeftalato de poliéster polietileno en se usan con menos frecuencia).
una red entrelazada abierta), Kennedy-LAD® (poli- • La utilizac ión de aloinjerros resolvería los problemas de
propileno trenzado), Goretex® (politerrafluoroetile- la zona dadora: estudios reciemes demuestran resulta-
no expandido en una sola fibra continua), ere. Ya no dos a medio plazo similares al auroinje rro. Pero, te-
se utilizan, por ejemplo, las fibras de carbono. niendo en cuema la escasez de donantes, se indica en
casos de fracasos de o tras técnicas o en pacientes con
degeneración articular, para no dañar más su maltrecha
o
Elección de la técnica. La elección de una técnica u
otra depende de factores del propio pacieme:
En La cirugía del LCA, el factor pronóstico más importan-
• La existencia de un síndrome femoropatelar (véase el te es La correcta colocación de los túneles óseos para fi-
capítulo 23, apartado Síndrome doloroso femoropate- jar la plastia.
lar), previo al traumatismo, o una alteración marcada
del eje del aparato extensor contraindican, en principio,
la utilización del H-T-H aurólogo, ya que un número • Fijación de fa plastia. Una fijación segura de la plasria
nada despreciable de pacie ntes intervenidos con esta permitirá comenzar tempranamente con la moviliza-
técnica presentan en el posroperatorio un dolor en la ción de la rodilla y realizar una rehabilitación agresiva
cara anterior de la rodilla. También comraindica la téc- que evitará problemas de rigidez y favorecerá una rein-
nica con H-T-H aurólogo la existencia de secuelas de co rporación más rápida. H ay in numerables métodos y
una enfermedad de Osgood-Schlarer o la presencia de un también existen en el mercado infinidad de materiales
osículo libre inrrarendinoso a la altura de la tuberosidad de fijación tanto metálicos como reabsorbibles.
ribial anterior (TTA), ya que aumenra el riesgo de frac- Si se ha elegido un auroinjerro o un aloinjerro con
turas de la TTA y avulsión del rendón rotuliano. H-T-H (debe recordarse q ue esta plastia está formada
• El esguince grave del LLI o la laxitud crónica en valgo por tacos óseos en los extremos que se introducen en los
contraindican la utilización de la «para de ganso>>. túneles labrad os en el fém ur y en la tibia, y una parte
• El tipo de actividad deportiva es un facto r que también tendinosa en el centro, que será la que quede instalada
puede contribuir al tipo de plastia. As í, en depo rtes dentro de la articulación y sustituirá al LCA lesionado),
como el balonmano o el baloncesto, si la rodilla afecta- el método clásico de fijación es el torn illo interferencia!
da es la de batir, o en el fútbol, si es la de chutar, se in- tanto metálico como reabsorbible. La técnica, básica-
300 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección 111. Pelvis y miembro inferior
mente, consiste en introducir un rornillo para fijar el del semitendinoso y del recto interno doblados y for-
raco óseo de la plasria dentro del túnel labrado en mando así lo que se denomina una plasria de mntro fos-
el fémur o en la tibia. Es un paso difícil de la técnica, cículos, hay innumerables métodos: grapas con o sin he-
sobre todo en el túnel del fémur, ya que, si se existe di- billa, tornillos de diversos materiales, entre los que se des-
vergencia entre la dirección del tornillo y la del túnel, taca el sistema Transfix® de Artrhex 1® vídeo 24-31, gan-
puede haber auténticos problemas en la consistencia chos sobre los que se <<cuelgan» los rendones (SAC), etc.
de la fijación. Recientemente han salido al mercado Cada cirujano tiene su prop io método, en fu nción de
ingeniosos sistemas de fijación de la plasria a la altura su experiencia. Los autores del capítulo, además, com-
femoral, sin necesidad de utilizar este tornillo interfe- plementan el tratamiento con la utilización de PRGF-
rencial, y consisten en introducir tornillos o pim reab- Endoret®, pues se ha demostrado que induce la prolife-
sorbibles, por ejemplo el Ridgifix® de Myteck, que fi- ración celular en el rendón o en el ligamento usado
jan el taco óseo desde fuera de la rodilla ayudados de como plasria (Sánchez, Delgado, Sánchez, etnL, 2014).
una guía. Puede aplicarse técnica 4T con la plasria embebida en
Para el anclaje de la plastia con rendones de «pata de PRGF-Endoret® (Fig. 24-8) o mediante infiltración
ganso», en la que habitualmente se utilizan los tendones (Fig. 24-9); incluso infiltrando di rectamente en el túnel
Figura 24-8. Plastia del ligamento cruzado anterior, técnica 4T. Figura 24-9. Plastia del ligamento cruzado ante rior en Arthrex.
Embebida en factor de crecimiento derivado de plaquetas (PRGF- Infiltración mediante factor de crecimiento derivado de plaquetas
Endoret"'l. (PRGF- Endoreta>J.
24 • Lesiones ligamentarias de rodilla 301
Figura 24-10. 1nfiltración mediante factor de crecimiento derivado Figura 24-12. Co locació n del pin rea bsorbible tipo Ridg ifix"' de
de plaquetas (PRGF-Endoret"'l directa mente en el túnel femoral. Myteck, embebido en factor de crecimiento derivado de plaquetas
Imagen artroscópica. (PRGF-Endoret<!> ) directamente en el túnel tibial.
femoral (Figs. 24-10 y 24-11) o al colocar el pin embe- actualmente es excepcional que se use si no es asociada
bido en PRGF-Endorer® en el túnel ribial (Fig. 24-12). a la plasria intraarricular (se utiliza aislada en pacientes
artrósicos o de cierta edad con gran inestabilidad). Se
basa en evitar el desplazamiento anterior de la meseta ti-
La utilizac ión co mo coadyuvante de plasma rico en facto- bia! so bre el cóndilo femoral fijo. Los procedimientos
302 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior
adolescentes sometidos a la reconstrucción del LCA pri- sa. Así, hay autores que afirman encontrar esta lesión has-
maria no se recuperan completamente los adecuados pa- ta en un 20 % del total de las lesiones ligamenrarias de ro-
trones de movimiento funcionales a los 9 meses después de dilla y, sin embargo, en las consultas de los autores del ca-
la operación, como para permitir un recomo seguro al de- pítulo no llegan a un 3% del total. La razón de que las le-
porte. Se han identificado (Boyle, Butler & Queen, 20 15) siones del LCP sean poco frecuentes quizás se debe buscar
déficits de movimiento funcional específicos en adolescen- en la propia naturaleza del LC P, que parece ser mucho más
tes (tanto co n maduración ósea completa como no) que resistente que el LCA; por lo que el mecanismo de produc-
ponen de rel ieve la necesidad de estrategias de fisioterapia ción, ya visto en las etiologías, debe ser de mayor energía,
específicas para pacientes adolesce ntes sometidos a la re- y esro es menos frecuente en el mundo del deporte. Ade-
construcción del LCA, con un a adecuad a p lanificación y más, se suele rolerar mucho mejor que el LCA y, por si fue-
respetando su plazo de finalización. se poco, es más difícil su diagnóstico porque se piensa poco
en esta lesión.
Figura 24-18. Imagen mediante resonancia mag nética de una ligamentoplastia no tratada con factor de crecimiento derivado de plaq uetas
IPRGF-Endoreta>).
304 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
Figura 24-19. 1magen mediante resonancia magnética. Nótese el crecimiento tisular y la vascularización asociada inducidos por el trata-
miento mediante factor de crecimiento derivado de plaquetas IPRGF-Endoret<D).
También es cierro que los resultados quirúrgicos no acom- miento óseo tibial desplazado del LCP, cuando se encuen-
pañaban, por lo que la mayoría de los ortopedas se decan- tran una rodilla con laxitud posterior sintomática y existen
taban por este tratamiento. En las rodillas agudas, con le- en la exploración física unas pruebas de laxitud posterior
sión aislada del LCP, se realiza una inmovilizació n duran- positivas, en especial los signos dinámicos: reverse pivot test,
te 4-6 semanas en extensión de rodilla, con apoyo precoz que generalmente se traducen en una lesión asociada pos-
para mantener una buena relación femorocibial, seguida teroexterna.
de un exhaustivo programa de fisioterapia. Al igual que para el LCA, existen multitud de técnicas
descritas. La técnica quirúrgica que se emplea habitual-
Quirúrgico mente es una técnica quirúrgica arrroscópica mixta, con
En lo que respecta al tratamiento quirúrgico (véase el ane- una plastia intraarricular (Fig. 24-20) y otra extraarticular
xo 24- 1}, en la actualidad las indicaciones quirúrgicas (Fu, 1® vídeo 24-4) con tendones a urólogos o aloinjerros, junto
1998; Petersen, 1999; Fu, 2000; Yunes, 2001 ; FaneUi, 2002; con una plasria artificial (Fig. 24-21). Las fijaciones pue-
Osakes, 2002; Woo, 2002; Barrer, 2002) han aumentado den variar en función de las preferencias del cirujano (Fig.
por varios motivos: la mejoría de las técnicas y materiales 24-22) o de la técnica empleada, pero básicamente se ase-
y el conocimiento de la evolución natural de una lesión del mejan a las del LCA. Las complicaciones pueden ser más
LCP (hacia una degeneración femoropatelar y femoroti- graves en este caso, puesto que el LCP está cerca de estruc-
bial interna}. Así pues, los autores proponen una cirugía turas avasculonerviosas y su lesión puede llegar a ser más
del LCP, además de en las rodillas agudas con arranca- fácil, pero, en general, son las mismas que para el LCA. La
Figura 24-20. Ligamentoplas tia del liga mento cru za do posterior. Figura 24-21. Ligamentoplastia del ligamento cruzado posterior.
Preparación de la plastia . Plastia de Leeds -Keioi!>.
-
24 • Lesiones ligamenta rias de rod illa 305
Figura 24-22. Prueba de Wipple. (Al Movimiento inicial. (B) Movimiento final.
~~ RESUMEN
• La clasificación de las lesiones ligamentarias de rodi lla • Tras el tratamiento quirúrgico de las lesiones colaterales,
más utilizada es la que divide en tres los grados de gra- está indicado el uso de rodillera ortopédica con articulacio-
ve dad . La lesión combinada más frec uente es la tríada nes latera les y fisioterapia para la reincorporación a la ac-
interna: lesión del LLI + les ión del menisco interno + tividad a partir de los 3 meses.
LCA.
• La utilización, como medida terapéutica, de plasma rico en
• La sensación de inestabilidad es síntoma de lesión grave, y factores de crecimiento IPRGF-Endoret"'l ha mejorado no-
es signo de gravedad la aparición precoz de derrame en ta blemente las expectativas de éxito, ya que estimula la re-
forma de hemartros. generación tisular.
• En una lesión aguda, la maniobra exploratoria de elección • Está indicada la cirugía en las roturas de LCA toda vez que
es la prueba de Lachman-Trilla t. Las maniobras explora- haya cedido el dolor y la inflamación, y que el paciente haya
torias de laxitud articular son diagnósticas, permiten deci- recuperado un rango de movilidad suficiente. La plastia pue-
dir el tratamiento y deben realizarse siempre comparando de ser mediante autoinjerto del propio paciente, o bie n de
con el lado sano. aloinjertos, combinados o no con fibra sintética como refuerzo.
• La ex ploración complementaria de elección en las lesiones • El tratami ento quirúrg ico en fase aguda de una rotura agu-
ligamentarias de rodilla es la RM. da del LCA aumenta e l índice de complicación o rigidez de
la rodilla. En la cirugía del LCA, el factor pronóstico más
• El tratamiento conservador se apoyará, básicamente, e n
importante es la correcta colocación de los túneles óseos
una movilización precoz y en una rápida recupe ración de
para fija r la plastia. La utilización como coadyuvante de
la función. El tratamiento no quirúrg ico del LCA está indi-
plasma ri co en factores de crecimiento IPRGF-Endoret 0 1.
cado en menores de 50 añ os, sin manifestaciones clínicas
bien mediante infiltración intraquirúrgica de la plastia o
lasintomáticosl y sin actividades de riesgo. El tratamien-
embebida en el propio plasma, ha disminuido notablemen-
to conservador consiste, fundamentalm ente, en mu scula-
te los fracasos, al estimular la regeneración tisular. La in-
ción analítica de cuádriceps [además del vasto interno!,
movilización en subextensión de la rodilla debe mantener-
isquiotibiales y glúteos, seguido de intensa ejercitación de
se durante las 3 semanas postoperatorias.
la propiocepción . Los ejercicios de esti mulación propio-
ceptiva están muy indicados, particularmente en depor- • Ante una rodilla con laxitud posterior sintomática y prue-
tistas [GEl véase el Anexo 4. Programa de propiocepción, bas dinámicas de laxitud posterior positivas. está indicada
de esta obra!. la cirugía.
M. Sánchez Álvarez. J. Azofra Palacios y J. Seco Calvo
309
310 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
ETIOPATOGENIA
rores del capítulo. Pueden encontrarse múltiples posibili-
El mecanismo lesional más frecuente es la torsión del cuer- dades de roturas, pero básicamente se distinguen tres tipos:
po sobre la rodilla, bien en flexión o bien en extensión con las verticales longirudinales, que pueden afectar a la peri-
el pie fijo en el suelo. Los deportes más propicios son el feria (desinserción) o intrameniscales, que a su vez pueden
fútbol, renis, esquí, rugby, baloncesto, ere. Otro mecanis- ser completas (y que si se extienden de atrás hacia delante
mo frecuente, sobre todo en meniscos degenerados, es la pueden formar las llamadas «roturas en asa de cubo») o in-
incorporación del sujeto partiendo de una postura de fle- completas {sólo de la cara inferior o de la su perior); las
xión de rodillas (cuclillas). transversales radiales y las horizo ntales. En el menisco ex-
Se pueden distinguir las lesiones rraumáricas y las lesio- terno se encuentran casos especiales como el quiste para-
nes degenerativas. Estas últimas son más propias del suje- meniscal y el menisco discoideo, que es una anomalía con-
to de cierra edad en el que los meniscos se reblandecen y génita que se encuentra en niños y adolescentes.
desorganizan (degeneración mixoide) convirtiéndose en
estructuras frágiles y que pueden romperse fácilmente, in-
cluso sin traumatismo. También es cierto que se toleran
mejor que las traumáticas.
La zona que con más frecuencia se lesiona es el cuerno
El mecanismo lesiona! más frecuente es la torsión del
cuerpo sobre la rodilla. bien en flexión o bien en extensión
con el pie fijo en el sue lo. o
posterior, y en cuanto al menisco más frecuentemente le-
sionado es el interno, en una proporción variable entre 3: 1 CUADRO CLÍNICO
de algunos autores hasta 10:1 en la experiencia de los a u-
El paciente joven normalmenre refiere un antecedente
traumático a veces con sensación de «salto» o «chasquido»
Tabla 25-1. Patología meniscal. Causas inicial; en cambio, el paciente de edad (degeneración me-
niscal) normalmente refiere una fecha a partir de la cual
Congénita comienzan los síntomas y sin recordar antecedente trau-
• Menisco discoideo mático.
• Luxación del cuerno anterior del menisco interno El dolor es el síntoma p redominante, generalmente de
• Menisco discoide
características mecánicas, localizado en un solo comparti-
Traumática mento interno (Fig. 25-1) o externo y con mucha frecuen-
• Roturas cia posterior. Muchas veces esre dolor es caprichoso en su
Degeneración meniscal evolución y alterna épocas de dolor con otras asintomáti-
• Quistes meniscales cas. Esre dolor, a veces, va acompañado de resaltes, cruji-
• Desgarros meniscales dos o sensación de cuerpo extraño.
Metabólica Los bloqueos son muy típicos de lesiones meniscales
• Condrocalcinosis (sobre todo las rotu ras en asa de cubo), aunque no son pa-
• Hiperuricemia tognomónicas, pues pueden encontrarse en rodillas con os-
Inflamatoria reocondritis, fracruras ostecocondrales, ere. en las que el res-
• Artritis reumatoidea ponsable del bloqueo es un ratón articular (cuerpo libre).
• Infección Con relativa frecuencia se objetiva la presencia de derra-
Osículo meni scallfrag mentos de médula ósea de localización me articular hemático cuando la rotura es reciente y trau-
intrameniscal cubierta por corteza y cartílago hialino; se mática, o lo más frecuente es la presencia de u n derrame
comporta como un ratón intraarticularl
articular de características mecánicas.
25 • Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales 311
Artroscopia
La arrroscopia proporciona el diagnóstico definitivo y ade-
más permite realizar el tratamiento.
TRATAMIENTO
Conservador
El tratamiento médico se utiliza cuando la sintomatolo-
gía sea tolerable por el paciente: abstención o disminu-
ción del deporte de carga y pivoraje {fútbo l, tenis, balon-
cesto, etc.), práctica de deportes en descarga (cicloergó-
metro, piscina, pesas), uso de antiinflamatorios no este-
rioideos (AINE) , crio terapia (Fig. 25-3), infiltraciones
(evidentemente no curan, pero en casos muy selecciona-
dos mejoran la situación inflamatoria de la rodilla y de-
Figura 25-2. Corte coronal, rotura <<en asa de cubo» del menisco moran en el tiempo hasta la posible cirugía, sobre todo
interno. en los meniscos degenerados), ejercicios isométricos
(Fig. 25-4).
El tratamiento ortopédico consiste en el uso de rodille-
ejemplo, en pacientes portadores de válvulas metálicas car- ras (Fig. 25-5) que proporcionan calor (disminuye el do-
díacas o cerebrales y marcapasos. lor y mejora la rigidez) y mantienen la articulación más su-
jeta, proporcionando alivio a algunos pacientes.
Ecografía El tratamiento de fisioterapia está pormenorizadamen-
La ecografía es de poca utilidad en las lesiones meniscales, te detallado en el oo Vol. 11, capítulo 23. Los ejercicios de es-
únicamente para distinguir algunas lesiones del cuerno timulación propioceptiva están m uy indicados, particular-
posterior del menisco interno de la presencia de quistes mente en deportistas (véase el Anexo Programa de propio-
poplíteos. cepción, de esta obra).
Resonancia magnética
La RM acrualmente es la prueba no invasiva más fiable
para el diagnóstico de la lesión meniscal (Fig. 25-2) con un
Es compatible la práctica deportiva de alta inte nsidad con
ciertas patologías meniscales.
o
airo grado de sensibilidad (hasta el 97 %).
Quirúrgico
Meniscectomía
La meniscecromía !® el vídeo 25- 11 consiste en recortar
(Fig. 25-9) la parte lesionada del menisco, que puede ser
total (poco recomendable), subtoral y parcial. Ésta vendrá
dada por el tipo de lesión de que se trate; en principio se
Figura 25-B. Artroscopia de rodilla. Vista genera l en el quirófano. Figura 25-10. Aspecto final de una meniscectomía.
debe ser lo más económicos que sea posi ble, siem pre y fu ncional, así como la no seguridad absoluta del éxito de
cuando el resto del menisco que dejemos esté en «acepta- la sutura meniscal, se ve compensado por el mejor futuro
bles» condiciones. Además, siempre que se pueda se respe- a largo plazo para la rodilla, al conservar uno de los estabi-
tará el muro meniscal e , ya que es un elemento estabiliza- lizadores y protector condral de ésta. Se han descrito dife-
dor de la rodilla (Fig. 25-1 O). El plazo de recuperación va- rentes técnicas quirúrgicas para suturar los meniscos con
riará en función del individuo, del grado de degeneración hilos, que suelen ser difíciles de practicar y precisan un en-
de la rodilla, de las lesiones asociadas, del tipo de deporte trenamienro por paree del cirujano. Úhimamente han sa-
o trabajo, ere. Como media, para los meniscos internos en- lido al mercado diferentes métod os de sutura mecánica
tre 4 y 6 semanas y para el externo algo más, acercándose que simplifican, de forma considerable, la sutura meniscal.
a veces a las 12 semanas. Se basan en la utilización de anclajes que llevan incorpo-
rados los hilos para suturar la rotura y que se introducen
a amb os lados de la lesión men iscal, todo realizado en el
O El tiempo de recupe ración tras una meniscectomía varía
en fu nción de numerosos factores. interior de la arriculació n («todo dentro») bajo visión ar-
troscópica (Fig. 25-11) , evitando las técnicas en las que,
bien desde el interior («dentro-fueran) , o bien desde el ex-
teri or («fuera-dentro»), los hilos con las agujas debían
Sutura meniscal atravesa r la cáps ula y la piel con el consiguiente riesgo, en
La sutura meniscal está indicada en las roturas longitudi- determinadas zonas, de lesionar estructuras neurovascu-
nales que afectan a la zona vascularizada del menisco; es lares, ade más de tener que realizar co ntrai ncisiones para
decir, al tercio más periférico de éste. La edad límite está anudar.
en controversia; algunos autores ponen el límite en los Como en otras siruaciones en las que se busca la cicatri-
50 años, aunque el límite vendrá dado po r el estado del zación y/o reparación de un tejido lesionado, aquí también
men isco. El inco nveniente de la más lema recuperación se pueden aplicar factores de crecimiento autólogos (co-
nocidos como PRP, plasmas ricos en plaquetas o plasma
rico en factores de crecimiento (PRGF-Endoret®). Los
autores del capítulo consideran que, como ya han demos-
trado su efectividad, seguridad y eficacia y hay suficiente
evidencia científica al respecto (véanse los capítulos 11 , 15,
24 y 37), se puede recomendar su uso habitual en la prác-
tica clínica. En este caso se aplican infiltrados en el muro
meniscal, que es donde se encuentra la vascularización del
menisco (Fig. 25-12) , para estimular esta parte y, por tan-
ro, mejorar la calidad de la reparación.
En cuanto al tiempo d e recuperación y los cuidados
posroperatorios, tras la sutura, los pacientes están inmovi-
lizados y en descarga durante 1 mes y se autoriza la prácti-
ca deportiva plena dependiendo del deporte, de la recupe-
ración muscular y de la forma física, entre los 3 meses en
deportes de bajo riesgo como ciclismo, natación, y los
Figura 25-9. Meniscectomía con pinza. 6 meses en deportes de riesgo ya nombrados como el fút-
25 • Lesiones del apara to extensor de la rodilla . Lesiones meniscales 315
o Tras una sutura meniscal, es imprescincible la descar- TENDINOPATÍAS DEL APARATO EXTENSOR
ga de la extremid ad durante 4 semanas para evitar la re -
cidiva. Existen varias formaciones tendinosas en la rodilla que
pueden ser asiento de patología tamo traumática (aguda o
crónica) como reumática (gota [véase el capítulo 44], in-
fecciones, artritis reumatoidea [véase el capítulo 40], etc.).
Sustitución meniscal En resumen, tenemos unos tendones anreriores (rotuliano
La sustitución meniscal, como ya se ha comentado, está ti- y cuadricipital), laterales (cintilla iliotibial y bíceps femo-
mirada a algunos grupos de cirujanos y, aunque se prevé ral), mediales (sartorio, recto interno, semi tendinoso y se-
como una técnica de futuro , aún esrá en fase de experi- mimembranoso) y posteriores (poplíteo, cabezas del geme-
mentación. Hay varias líneas de investigación con tras- lo interno y externo y delgadito planear).
plantes meniscales procedentes de cadáveres, con tendones La patología dolorosa anterior de rodilla es la causa de
autógenos, con biomateriales como el colágeno, etcétera. dolor de rodilla más frecuente de las consultas, no sólo en-
En la tabla 25-3 se recoge un esquema-resumen sobre rre los deporristas, sino también entre la diversidad de pa-
las opciones de tratamiemo en función del tipo de rotura cientes que acuden al médico; es lo que se denomina gené-
meniscal. ricamente síndrome rotuliano y cuyas causas son diversas:
Tabla 25-3. Cuadro-resumen de la patología meniscal. renomusculares en función de la energía del traumatismo.
Indicación terapéutica en func ión del tipo de rotura Las lesiones tendinosas, en general, se ven favorecidas,
adem<is de por el tipo de actividad o traumatismo, por fac-
Conservador tores dependientes del paciente, como la existencia de una
• Roturas asintomáticas alteración rotuliana (parela alta, inestable, inclinada, etc.},
• Periféricas verticales< 1 cm
por secuelas de epifisiris de crecimiento en la tuberosidad
Abrasión sinovial anterior de la ribia, TTA) (enfermedad de O sgood-Schlat-
Sutura meniscal ter} o en el polo inferior de la rótula (enfermedad de Sin-
• Longitudinales verticales centrales ding-Larsen-Johanson}, situación del deportista (edad, fal-
• Longitudinales periféricas> 1 cm
• <<Asa de cubo aguda •• 1< 8 semanas! y corta ta d e calentamiento previo, deshidratación, antecedentes
de infiltraciones, ere.) y por enfermedades de base (artritis
Meniscectomía parcial
reumatoidea [véase el capítulo 40], hiperparatiroidismos,
• Longitudinales centrales
• «Asa de cubo•• degeneradas insuficiencia renal, etc.). También se ven fu.vorecidas por fac-
• Oblicuas radiales. pediculadas tores dependientes del medio, como las superficies sobre las
• En << pico de loro•• que se practica la actividad, las condiciones de trabajo, etcé-
Meniscec:tomía total tera.
Trasplante meniscal alogénico. Requisitos
Implante meniscal de colágeno. Requisitos La patogenia de la tendinopatía es la sobrecarga crónica
del tendón que produce microdesgarros, entre otras le-
siones.
inestabilidad rotuliana (luxaciones y subluxaciones}, artro-
sis femoroparelar (véase el capítulo 42, apartado Artrosis
de la rodilla}, plicas sinoviales, síndrome de hiperpresión
rotuliana externa, tendinitis, etc. En este capítulo se va a Manifestaciones clínicas de la tendinitis
tratar la patología tendinosa, es decir, tendinopatías del ro- rotuliana y cuadricipital
tuliano y del cuadricipital, sin profundizar en la dinámica La más frecuente es la rotuliana, también conocida como
rotuliana, que evidentemente juega un factor muy impor- «rodilla del saltador». El dolor de rodilla se localiza en la
tante. cara anreroinferior (rotuliana} o en la cara anrerosuperior
(cuadricipiral) y se ve aumentada por el salro, el subir y ba-
jar escaleras, agacharse y, a veces, al caminar. El lugar don-
O La patología dolorosa en la cara anterior de la rodilla es
la causa más fre cuente de dolor de ésta.
de más frecuentemente asienta la rendinopatÍa es la inser-
ción en la rótula proximal en la tendinopatía cuadricipital,
y la inserción rotuliana distal en las rotulianas.
Según la gravedad de la lesión se puede clasificar en cua-
Etiopatogenia tro estadios:
En este aparrado se van a estudiar las rendiniris y las roturas. • Estadio 1: dolor que aparece después del deporte.
Las lesiones tendinosas más frecuentes e importantes de • Estadio Il: el dolor aparece al comienzo del depone,
la rodilla, sobre todo en deportistas, asientan en el aparato desaparece con el calor y vuelve a aparecer con la fatiga.
extensor y m ás concretamente en el rendón rotuliano. • Estadio III: dolor continuo en reposo y con la actividad.
Las actividades o deportes que más frecuentemente se • Estadio IV: rotura completa del tendón.
ven afectados son aquéllos que precisan un uso del múscu-
lo cuádriceps importante, como los deportes de carrera (en
general todos, pero especialmente el atletismo}, salto (altu-
ra, longitud, ere.) , impulso (baloncesto, voleibol, ere.}, ci-
Las tendinopatías insercionales son las más frecuentes. O
clismo, etcétera.
La patogenia de la rendinoparía es pues la sobrecarga La exploración clínica es fundamental para un correc-
crónica del rendón, que produce microdesgarros y deshila- to manejo del pacienre. Requiere diversos aspectos, como
chamiento de sus fibras, así como degeneración focal, nor- son:
malmente en la inserción en el polo distal de la rótula en Impecció11. Puede encontrase un engrosamiento del ten-
la tendinopatía roruliana y en el polo superior de la rótula dón evidente, además de, en ocasiones, alguna alteración
en las tendinitis del músculo cuádriceps. En el caso de la rotuliana del tipo de rótula aira, inclinada, etcétera.
rotura puede deberse a una evolución de una tendinitis Movilidad. No tiene por qué estar alterada.
crónica o a un traumatismo violento directo o indirecto Palpació11. Dolor en la palpación del tendón afectado a
(recepción de un salto de cierra altura, ere.}, y la rotura se la altura del polo inferior de la rótula en la rotulianas y
produce, en las rotulianas, también en la inserción en el en el polo inferior en las del cuádriceps.
polo inferior de la rótula, y en las del cuádriceps, a 1 o lvfaniobms exploratorim. Presentará dolor al estirar el
2 cm del borde superior de la rótula; afecta primero a las tendón, es decir, a la Aexió n toral pasiva d e la rodilla, y
fibras del recto anterior y va extendiéndose a otros planos también en la extensión contrariada de rodilla.
25 • Lesiones del aparato extensor de la rodilla. Lesiones meniscales 317
Figura 25-13. Ecografía de una tendinopatia rotuliana. Nótese el Figura 25-14. 1nfiltración de plasma rico en factores de crecimien-
engrosamiento del tendón. to [PRGF-Endoret"l bajo control ecográfico.
318 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior
Radiología simple
Mediante radiografía se valorará el descenso o ascenso
(Fig. 25-17) de la rótula en las roturas del tendón del cuá-
d riceps y rotuliano, respectivamente. También se valorará la
existencia d e arrancamien tos óseos en la rótula y se p uede
realizar el diagnóstico diferencial con las fracturas de rótula.
Ecografía
La ecografía permite confirmar el d iagnóstico al visualizar Tratamiento
el hematoma y la fulta de continuidad del cuerpo del tendón. El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico.
Quirúrgico
Siempre en las roturas completas. El tratamiemo de elec-
ción sería la sutura tér mino- terminal si es posible. Esto
ocurre en muy pocas ocasiones (véase el caso clínico 25-2),
p ues los cabos tend inosos suelen estar muy deshilachados
y degenerad os, por lo que, au n siendo posible, los autores
del capítulo siempre utilizan técni cas de «llenado de hue-
co» o de refuerzo, bien con técnicas como la de Scuderi
para el tendón cuadri cipital, con colgajo proxi mal del cuá-
driceps, o bien con tendón del semitendinoso para el ten-
dón rotuliano. Su preferencia es el uso de cintas de mate-
rial resistente co mo PO S o ligamentos artificiales como el
Figura 25-17. Radiografía lateral. Rotura del tendón rotuliano. Nó- Leeds-Keio® para suturar los dos cabos del tendón lesiona-
tese la posición elevada extraordinaria de la rótula. d o y tunelizarse a través de la rótu la, para fi nalmente sobre
320 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección 111. Pelvis y miembro inferior
ellos suturar de forma término-terminal los cabos del ren- menzar precozmente un tratamiento de fisioterapia incen-
dón afectado. Esto permite una rápida rehabilitación, al sa. El alta médica se obtiene a los 9 meses.
ser la plascia con las cintas o el ligamento los que se encar-
gan de absorber las tensiones de la sutura (Figs. 25-20 y
25-21). Con es ta técnica se inmoviliza la rodilla en exten-
sión hasta la retirada de puntos, descarga parcial con mu-
El tratamiento de elecc ión en las rotu ras completas de
tendón es la sutura te rmino-terminal, siempre que sea
posible.
o
letas y se permite la movilización y, por consiguiente, co-
Ll RESUMEN
• Los meniscos son fundamentalmente avasculares, lo que • La patología dolorosa en la cara anterior de la rodilla es la
condiciona su cicatrización y regeneración. ca usa más frecuente de dolor de rodilla. La patogenia de la
tendinopatía es la sobrecarga crónica del tendón, que pro-
• El mecanismo lesional más frecuente es la torsión del
duce microdesgarros, entre otras lesiones.
cuerpo sobre la rodilla, bien en flexión o bien en extensión
con el pie fijo en el suelo.
• La ecografía es la prueba de elección en el diagnóstico de
• El dolor de tipo mecánico es el síntoma predominante y las tendinopatías.
está localizado en un solo compartimento.
• Un adecuado procedimiento de fisioterapia es el trata-
• La exploración de la rodilla en busca de signos meniscales
miento de elección en las tendinopatías.
es muy orientadora del diagnóstico. LA RM es la prueba
diagnóstica de elección en la patología meniscal.
• Una tendinopatía mal controlada puede desemboca r en
• La cirugía meniscal se realiza exclusivamente por vía ar- una rotura completa del tendón rotuliano o del cuadricipi-
troscópica. El tiempo de recuperación tras una meniscec- tal. Ante la sospecha de rotu ra del tendón rotu liano, se ha
tomía varía en función de numerosos factores. Tras una su- de descartar una fractura de rótula. El tratamiento de elec-
tura meniscal, es imprescincible la descarga de la extremi- ción en las roturas completas de tendón es la sutura tér-
dad durante 4 semanas, para evitar la recidiva. mino-terminal, siempre que sea posible.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Ferrández Portal. L., Llanos Alcázar, L. F., Marco Martlnez, F.
(coords.) (2005). Lecciones de cimgía ortopédica)' traumatolo-
Delgado Martlnez, A. D. (20 12). Cimgía ortopédica y tmumato- gía. Barcelona: Acción Médica.
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SECOT (20 1O). Manual de cimgía ortopédica y traumatología.
Madrid: Ediwrial Médica Panamericana.
1. ¿Qué condiciona la cicatrización y la regeneración meniscales? 8. Tras una sutura meniscal, ¿cuál es el procedimiento?
2. ¿Cuál es el mecanismo lesional más frecuente en las lesio- 9. ¿Cuál es la patogenia de la tendinopatía?
nes meniscales?
10. Para el diagnóstico de las te ndinopatías, ¿qué técnicas diag-
3. ¿Cuál es el síntoma predominante en la lesión meniscal? nósticas se utilizarán?
4. ¿Qué maniobras conoce acerca de la exploración de la rodi- 11. En el tratamiento de las tendinopatías, ¿qué tratamientos
lla, para descartar lesión meniscal? cree son los más convenientes?, ¿por qué?
5. ¿Cuáles son las pruebas diagnósticas en la patología meniscal? 12. Seña le la patogenia en una rotura completa del tendón ro-
tuliano o del cuadricipital.
6. ¿Qué tipos de tratamiento en las patologías meniscales co-
noce? Descríbalos. 13. Ante la sospecha de rotura del tendón rotuliano, ¿cómo se
ha de proceder?
7. ¿Cuáles son los ti empos de recuperación tras una menis-
cectomía? 14. ¿Có mo se trata n las roturas completas de tendón ?
M. a E. Aguilar Ferrándiz y B. Esteban Moreno
• Los factores de riesgo y los factores predisponentes de las fracturas del complejo articular tobillo-pie.
• Los aspectos clínicos más relevantes asociados a los principales tipos de fracturas del complejo articular tobillo-
pie.
• Los aspectos terapéuticos medicoquirúrgicos más relevantes de las fracturas del complejo articular tobillo-pie.
• Principales complicaciones asociadas a las fracturas del complejo articular tobillo-pie relevantes para el diseño
del plan en fisioterapia.
• Perspectiva general en el diseño del plan de intervención en fisioterapia en las fracturas del complejo articular to-
billo-pie.
323
324 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior · :¡-
'
causa que las suscite), según el mecanismo de producción abiertas o expuestas son raras, suponen un 2 %. Un recien-
(directos o indirectos), según el tipo o parrón de interrup- te estudio epidemiológico sobre las fracturas de tobillo en
ción (horizontales, oblicuas, espiroideas, etc.), según la deportistas ha puesto de manifiesto que el 52% de las frac-
afectación de las partes blandas implicadas (nervio, vaso turas afectaron de forma aislada al maléolo externo o inter-
sanguíneo, ligamento, ere.) y según la estabilidad secunda- no, y el maléolo externo es el de localización más frecuen-
ria generada (estables o inestables). Este aparrado ya ha te. De los 96 pacientes examinados, el 35,4% presentó
sido previamente desarrollado en el capítulo 8, sobre las fracturas bimaleolares.
generalidades de las fracturas. Otro estudio, realizado en d istintos hospitales de Esta-
Por fracturas del complejo articular tobillo-pie se en- dos Unidos sobre un total280.933 frac turas de tobillo-pie,
tiende aquéllas que afectan a la extremidad distal de la ti- destaca que la edad media de presentación fue 43,8 años,
bia y peroné o aquéllas que se circunscriben a alguna de las el 53,49 % ocurrieron por accidentes en la calle y el
estructuras óseas que componen el retropié, mediopié o 26,12% en el domicilio. Del total de fracturas, el 55,7 %
amepié. Dentro del pie, cabe destacar por su especial rele- se localizaron en el tobillo, y las m;Ís prevalentes son las
vancia aquellas fracturas que afectan al astrágalo y calcá- fracturas aisladas maleolares (19,04 %). Ell7, 18% de las
neo. fracturas afectaron al retropié. Las localizaciones más pre-
Las principales estructuras de partes blandas que se pue- dominantes fueron el astrágalo (7 ,87 %) y el calcáneo
den ver implicadas en las fracturas del tobillo-pie son: (9,31 %). El medio pié se vio implicado en menor porcen-
Ligamentarias: los ligamentos colaterales externos (liga- taje (9, 16 %), y el cuboides y escafoides constituyeron las
mentos peroneoastragalino anterior y posterior y ligamen- principales zonas de fractura (4,73 %) . El amepié supuso
to peroneocalcáneo) e internos (ligamento deltoideo) del el17,99% del total de las fracturas y el metatarso es la lo-
tobillo y ligamentos sindesmóticos (ribioperoneo anterior, calización más prevalente (12,50 %). Las falanges de los
posterior y transverso y membrana imerósea). dedos sólo se vieron afectadas en un 5,5% de los casos.
Tendinosas: rendones del compartimento posterior Aproximadamente, sólo el 20 % fueron fracturas abiertas,
(tendón de Aquiles), interno (tibia! posterior, flexor co- el resto fueron todas cerradas.
mún de los dedos, flexor del primer dedo), externo La incidencia de fractu ra del complejo tobillo-pie en los
(tendón de los peroneos largo y corto) y anterior (ten- ancianos se ha incrementado debido al aumento en la es-
dón del tibia! anterior, extensor largo del primer dedo y peranza de vida. Aunque algunos autores han relacionado
extensor común de los dedos) . este incremento con la pérdida de masa ósea asociada a la
Nerviosas: nervios safena, sural, tibia! y peroneos pro- edad, los estudios son contradictorios y no existe una rela-
fundo y superficial. ción clara entre la fractura de tobillo y la aparición de os-
Arteriales: arteria cibial anterior y posterior y arteria pedia. teoporosis. Sin embargo, en m ujeres, la aparición de estas
Venosas: vena safena externa e interna. fracturas sí parece estar relacionada con el peso y el índice
de masa corporal.
Este tipo de fracturas se producen con menor frecuen-
Se consideran fracturas del complejo articular tobillo-pie
EPIDEMIOLOGÍA
Las fra cturas maleolares suelen ser las más frec uentes y
suponen dos tercios de las fract uras que afectan al tobillo.
o
Como ya se ha señalado con anterioridad, parece ser que
se ha producido a lo largo del tiempo un incremento de las FACTORES PREDISPON ENTES O AGRAVANTES
fracturas que afectan al complejo articular tobillo-pie. Este
tipo de solución de continuidad parece afectar más a lapo- Existen una serie de factores extrínsecos e intrínsecos que
blación femenina; el riesgo se incrementa a partir de los incrementan el riesgo de fractura o lesión de complejo ar-
60 años, debido a la conjunción de más factores predispo- ticular tobillo-pie. Los factores extrínsecos son aquellos
nentes duranre este período erario (los cuales se desarrollan externos al individuo, que están relacionados con el con-
posteriormente en el aparrado Factores predispo nentes o texto sociolaboral y deportivo del sujeto. Los factores in-
agravantes, de este tema). Otros autores establecen una ra- trínsecos son las predisposiciones individuales que presen-
tio hombre-mujer similar, y manifiestan una mayor preva- ta el sujeto por sus características físicas genéticas o adqui-
lencia masculina en adultos jóvenes y una mayor prevalen- ridas para desarrollar este tipo de fractura.
cia femenina entre los 50 a 70 años, relacionado con la
aparición del período menopáusico.
Dentro de la localización, las fracturas maleolares sue-
len ser las más frecuentes, ya que suponen dos tercios de
las fracturas que afectan al tobillo. De éstas, aproximada-
El conocimiento de los factores de riesgo es imprescindi-
ble para el desarrollo de programas de prevención persa-
nalizados, la evitación de recidivas y la di s minu ción de
o
factores agravantes de la lesión.
mente un cuarto son bimaleolares. Las fracturas de tobillo
26 • Fracturas del comple¡o art1cular del p1e-tob1llo 325
Supinación y
Clasificación en función su mecanismo lesional rotación externa
Clásicamente, la categorización de Lauge-Hasen ha permi-
tido clasificar las fracruras de tobillo en función del meca-
nismo lesiona! que las desencadena. Establece, principal-
mente, cuatro tipos de mecanismos que dan lugar a frac-
tura y afectación de las partes blandas circundantes. De
fo rma simplificada se pueden distinguir:
(A) Supinación y aducción: este mecanismo puede des-
encadenar externamente la rotura de los ligamentos pe-
roneoastragalinos, acompañada de fractura por avulsión
del peroné distal. En la parte interna puede causar im-
pactación y fractura vertical del maléolo medial o inter-
no (Fig. 26-1). Figura 26-2. (Bl Mecanismo de supinación y rotación externa. 1. Ro-
(B) Supinación y rotación externa (eversión): estas tura del ligamento tibioperoneo anterior. 2. Afectación del tibiope-
fuerzas están asociadas a afectación del ligamento ti- roneo anterior y fractura del maléolo peroneo (oblicua l. 3. Rotura
bioperoneo anterior, fractura oblicua del peroné dis- del ligamento tibioperoneo posterior. 4. Fractu ra del maléolo inter-
no o ruptu ra del Ligamento deltoideo. Adaptado de Lauge-Hansen N.
tal, alteración/rotura del ligamento tibioperoneo pos-
(19501. Fractures of the ankle. Combined experimental-surgica l and
terior, fractura del maléolo interno o ligamento deltoi- experimental roentgenologic investigations. Arch Surg, 60, 957-985.
deo (Fig. 26-2) .
(C) Pronación y abducción: el mecanismo está asocia-
do a la presentación de fractura en el maléolo tibia! o en Clasificación según el patrón de interrupción
el ligamento deltoideo, afectación del ligamento tibio- Según el patrón de interrupción, las fracturas del comple-
peroneo anterior y fractura conminuta del peroné. La jo articular tobillo-pie pueden ser parciales (fisuras) o
membrana interósea en el peroné puede quedar lesiona- completas. Además, en función del mecanismo de produc-
da (Fig. 26-3) . ción se pueden encontrar líneas de fractura transversales,
(O) Pronación y rotación externa: este tipo de fuerzas oblicuas/espiroideas, conminutas, etc. (véase el capítulo 8
pueden desencadenar fractura del maléolo tibia! o del li- sobre las generalidades de las fractu ras) .
gamento deltoideo, alteración del ligamento tibiopero-
neo amerior, fractura alta del peroné y afectación delli- Clasificación según la afectación de partes blandas
gamemo tibioperoneo posterior (Fig. 26-4). La valoración de las partes blandas circundantes constitu-
ye un factor de especial relevancia, puesto que va a influir
2 en el pronóstico evolutivo de la lesión . Se pueden clasificar
a la altura del tobillo en: afección musculoesquelética o li-
Supinación-aducción
Pronación y
abducción
3 4 2 3
liJ RESUMEN
• Las fracturas que afectan a la extremidad inferior constitu- complejo articular tobillo-pie se ca ra cterizan por que afec-
yen una de las afecciones qu e producen mayor limitación tan, de forma directa, al proceso de locomoción y marcha
funcional y discapacidad. En este sentido, las fracturas del independiente.
330 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
lil R E S U M E N {Cont./
• Su abordaje terapé utico implica la planificación de un eq ui- vio, vaso s anguín eo, ligame nto , etc.) y s egún la e sta bilidad
po multiprofesional, puesto que las fra cturas van a ir aso- secunda ria gen e rada (estables o inestables ]. para lo cual
cia das no s ólo a una les ión ósea, s ino también de las par- s e recurrirá a las pruebas de diagnóstico clínico y comple-
tes blanda s circunda ntes qu e re quie ren un t ratam ie nto mentarias perti nente s.
medicoquirúrgico precoz que facilite s u pos terior reeduca-
• Los métodos de tratam ie nto medicoqui rú rgico im plican
ción funcional me diante fis ioterapia.
la u tilización de mé t odos de osteos íntesi s ce rrados o
• Es tas fracturas pueden clas ifica rse atendie ndo a s u etiolo- ab ie rtos, as í com o ab o rd aj e s m ás co ns e rva dores con
gía (según la caus a que las sus cite ]. s e gú n el mecanis mo bo ta de yeso. En c ualquier cas o, el tratam ie nto de fis io-
de produ cción (directos o indirectos]. según el tipo o patrón te rapia deberá respetar el proceso de consolidació n y
de inte rrupción (horizontales, oblicuas, espi roid eas, etc. ]. desca rga determinad o según e l tipo de fractura y las le -
según la a fectación de las pa rte s bla ndas implicada s (ne r- siones asociada s.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA N úñez-Samper, M., Probe, R. A. (2006). Pie y tobillo. En: Mono-
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N úñez-Samper, M ., Llano-Alcázar, L. F. (20 06). Biomecdnica, Vilador Vocgli, A. (1991) . Lecciones bdsicns de biomecrínicfl del
medicina y cimgía del pie. Barcelona: Masson. apnmto locomotor. Barcelo na: Springer-Vcrlag Ibérica .
1. ¿En q ué consiste el concepto holístico de fractura? 7. ¿En qué consiste el a bordaje medicoquirúrgico de las frac-
turas del piló n tibia !?
2. ¿Qué estru cturas puede n verse implicadas en las fracturas
de l complejo tobillo-pie? 8. ¿Qué tiempo de desca rga estimado es necesa rio en las frac-
tu ras no desplazadas de astrágalo?
3. ¿En qué tipos se clasi fican las fracturas del pie ate ndiendo
9. ¿En qu é tipo de fracturas s ue le realizars e intervención q ui-
a s u loca lizació n?
rú rgica con fijadores exte rnos?
4. ¿Cuál es la clasificación s egún e l mecanis mo les io na! de las
10. ¿Qué complicación se asocia de m anera más frecuente e n la
fracturas de tobillo ?
utiliza ción de fijadores externos?
5. ¿Qué tipo de fa ctores pueden predis poner a un individuo a 11. ¿C uáles son los factores que di fic ultan o retrasan la conso-
una fractura de tobillo? lidación ósea de estas fracturas?
6. ¿Cuál es el tipo de fra ctura más frecuente e n e l complejo to- 12. ¿ Qu é obje tivos generales pe rs igu e el d ise ño del plan de fi-
billo- pie? s ioterapia en las fr acturas de l to billo-pie?
M. a E. Aguilar Ferrándiz y B. Esteban Moreno
• Los factores de riesgo, así como los factores predisponen tes del esguince de tobillo e inestabilidad cró nica.
• Principales mecanismos de producción del esguince de tobillo y estructuras anatómicas afectadas.
• Los aspectos clínicos más relevantes asociados al esguince de tobillo.
• Los aspectos terapéuticos medicoquirúrgicos más importantes en la inestabilidad y el esguince agudo de tobillo.
• Perspectiva general en el diseño del plan de intervención en fisioterapia en el esguince de tobillo.
• Mecanismos de producción, factores de riesgo y tratamiento de las metatarsalgias.
o
re anterior por el ligamento tibioperoneo (que afecta direc-
rameme a la sindesmosis), a nivel medial o interno por los
Ante un esguince de tob illo, es preciso descartar una le-
ligamen ros ribiocalcáneo, ribioastragalino anterior y tibio- s ión de las partes blandas y fracturas periarticulares
navicular, y externamente por los ligamentos peroneoas- asociada s.
tragalinos anterior y posterior y peroneocalcáneo. La esta-
bilidad activa de esta articulación depende, fundamental-
mente, de los músculos tibial anterior y posterior, tríceps EPIDEMIOLOGÍA
sural y peroneos, los cuales, junto con los elementos pasivos,
permiten el movimiento articular libre en todos los planos El esguince de tobillo, como ya se mencionó en el capítu-
del espacio: movimientos de flexión-extensión, eversión- lo 7, aparrado Epidemiología, es una de las lesiones más re-
inversión y rotacionales. currentes en la población general y en los deportistas de
Aunque pueden afectarse distintas estructuras según el alto nivel, ya que representa entre un 20-25 o/o del toral de
mecanismo lesiona! del esguince de tobillo, es el ligamen- las lesiones deportivas. A escala mundial, parece ser que se
to l:ueral externo el que se ve frecuentemente lesionado produce un esguince agudo por cada 10.000 personas/día.
como consecuencia de fuerzas d e inversión, aducción y fle- En Estados Unidos se han obtenidos cifras de 2 millones
xión plantar aplicadas en el eje articular tibiorarsiano. Tras de esguinces agudos cada año, y se estima un coste sanita-
333
334 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
Lesión articular
Insuficiencia funcional
Propiocepción alterada
Déficit de fuerza
más, se deberá evaluar la posibilidad de afectación de las Tabla 27- 2. Pruebas de estabilidad estática que deben
estructuras tendinosas circundantes, así como el grado de realizarse en todo esguince de tobillo
implicación de las distintas articulaciones del tobillo (ti-
bioperoneoastragalina, subasrragalina, mediotarsiana). • Cajón anterior
• Cajón posterior
• Prueba de varo forzado o inversión forzada
O El diagnóstico del esguince es clínico.
•
•
Prueba de valgo forzado o eversión forzada (prueba
de Kleigerl
Prueba de Clunk o prueba de la rotación externa forzada
• Prueba de Squeeze o prueba de la presión
La utilización de pruebas complementarias, como las • Prueba de Thompson, signo de Hoffa, prueba de percusión
radiográficas, puede resultar relevante si existe sospecha de aquilea: para la evaluación del tendón de Aq uiles por
fractura asociada a la lesión ligamentaria producida en el posible afectación concomitante
• Prueba de la rotación externa o prueba de Cotton para las
esguince. En este sentido, los criterios de Orrawa (véase el lesiones sindesmóticas
caso clínico 27- 1) evitan la sobresolicitación de dichas • Pruebas de movilidad del astrágalo, escafoides, etcétera
pruebas y orientan sobre la asociación de posibles fractu-
ras, con una sensibilidad del 100 o/o (intervalo de confian-
za del 95 o/o, entre 82-100, para la detección de fracturas les con fragmentos intraarticulares, que pueden confun-
maleolares; en fracturas en el medio pié el intervalo de con- dirse con los síntomas desencadenados por una lesión li-
fianza del 95 o/o es entre 95-1 00). gamentaria.
Los criterios que establecen la necesaria palpación se La exploración física del esguince incluirá, además de
muestran en la tabla 27-1. la palpación de las estructuras recogidas en los criterios
Se considerará necesario el diagnóstico radiográfico de Ottawa, la palpación de las estructuras ligamentarias,
cuando el paciente sienta un dolor en la zona maleolar aso- la inspección del edema y equimosis, la intensidad del do-
ciado a uno de los signos siguientes: lo r, e re. Algunos autores también utilizan dispositivos vi-
• Dolor óseo cuando se palpa la zona A. bratorios o diapasones ap licados en zonas proximales
• Dolor óseo al palpar la zona B. donde se sospecha la existencia d e posible fisura ósea, ya
• Incapacidad de apoyo inmediatamente después del ac- que la interrupción de la transmisió n de dichas ondas en
cidente (dar cuatro pasos seguidos sin ayuda) y durante el foco puede desencadenar dolor agudo identificable por
la exploración médica. el paciente.
Asimismo, deberán realizarse pruebas específicas para
Asimismo, este tipo de prueba será necesaria cuando el pa- valorar la estabilidad estática (Tabla 27-2) y dinámica del
ciente haga referencia a un dolor en el mediopié asociado tobillo. Dentro de las pruebas de estabilidad diná mi ca,
a uno de los signos siguientes: debe explorarse la estabilidad en apoyo monopodal, con
• Dolor óseo a la palpación en la zona C. mayor o menor grado d e flexión de la rodilla, sentadillas,
• Dolor óseo al palpar la zona D. marcha en puntillas y talones, salto en apoyo monopodal
• Incapacidad de apoyo inmediatamente (cuatro pasos) y bipodal, Star b:mrsion Balauce Test.
después del accidente y durante la exploración médica.
La exploración física del esguince debe incluir la palpa- o
o Si hay dolor asociado en la zona maleolar, está indicado
realizar exámenes radiográficos.
ción de las estructuras recogida en los criterios de Ottawa.
TRATAMIENTO
E l resto de exámenes se reservan para casos particula-
res. Cuando la sintomatología persiste durante más de El tratamiento medicoquirúrgico y funcional del esguince
6 semanas, las técnicas de romografía computarizada y re- de tobillo son las dos opciones terapéuticas que se con tem-
sonancia magnética pueden ser útiles en la detección de plan en la actualidad para la recuperación de este tipo de
lesiones del cartílago del astrágalo y lesiones ostocondra- lesión. La elección de una u o tra modalidad dependerá del
grado de severidad del esguince y de la integridad de las es-
Tabla 27-1 . Criterios que establecen la necesaria palpación tructuras afectadas.
de las estructuras De manera general, el esguince de grado I precisa tra-
tamiento farmacológico analgésico, y el tratamiento de fi-
• Zona A: 6 cm primeros de la mitad posterior del peroné, sioterapia está principalmente orientado a reducir el dolor
a la altura de su extremo distal. Palpa r a lo largo de 6 cm
desde el vértice distal del peroné o maléolo externo del y conseguir una reprogramación sensitivomorriz ópnma.
tobillo En el de grado TI se opta por hacer un tratamiento de carác-
• Zona B: 6 cm primeros de la mitad posterior de la tibia, a la ter funcional mediante la utilización de vendaje funcional
altura de su extremo distal. Palpar a largo de 6 cm desde el
vértice distal de la tibia o maléolo interno del tobillo IGEJ véase Vol. 1, capitulo 171 u o rresis que permita una pues-
• Zona C: base del quinto metarta rsiano !compatible con ta en carga precoz con limitación de los movimientos q ue
fractura de Jonesl han interven ido en el mecanismo lesiona!, pero permitien-
• Zona D: tuberosidad del escafoides
do la movilidad articular en otros rangos. Asimismo, se
38 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección 111. Pelvis y miembro inferior
adoptarán medidas para la lucha contra el dolor, edema, etc. terior tratamiento funcional constituirían la mejor forma
En el C3El Vol. 11, capítulo 26 se desarrolla el protocolo de fisio- de abordaj e. Si se determinara una lesió n inestable, re-
terapia completo para la rehabilitación del esguince de tobillo. queriría la reparación quirúrgica mediante sutura o fija-
ción rígida.
Si el esguince se asocia con fracturas o fisuras concomi-
o
Existen pruebas científicas suficientes que demuestran fractura por estrés (sobre todo en el cuello del segundo me-
la efectividad del tratamiento conservador en los esguin-
ces graves, por lo que se recomienda su recuperación tatarsiano), pie en garra o enfermedades que determinen la
funcional en la práctica clínica. aparición de fenómenos de osteonecrosis.
Las deformidades del pie, como pie plano, cavo o equi-
novaro, también pueden determinar este tipo de sinroma-
En el caso de que el mecanismo lesiona! del esguince tologfa.
afecte a la sindesmosis sin aparición de fracturas asocia- Entre las enfermedades del sistema musculoesquelético,
das, existe controversia en cuanto a la mejor opción tera- la artritis gotosa (véase el capítulo 44) y reumatoide (véase
pémica. Según el trabajo de Miller y Skalak, 2014, si la el capítulo 40) cursan con este tipo de dolor, sobre todo en
lesión es estable, la inmovilización a corro plazo y el pos- fases de agudización. Las infecciones que afectan al pie,
27 • Esgu ince de tob illo. Metatarsalgias 339
como la osteomielitis y la artritis séptica, también repro- dorsal. La fractura de la base del quinto m etatarsiano o
ducen síntomas merararsálgicos, sobre todo en pacientes fractura d e Jones, aunque no produce dolor local en la ca-
diabéticos. También algunas afecciones dérmicas y vascu- beza metararsiana, sí presenra un cuadro clínico similar al
la res pueden estar relaci onadas con la aparición de este esguince de tobillo, con dolor en la movilizació n de dicho
cipo de dolor, como las verrugas p lantares, hiperqueratosis, metatarsiano y, por tanto, se con sidera un algia relevante,
enfermedad de Raynaud, oclusión arterial, ere., y, en me- puesro que su tratamiento determina un período de in-
nor medida, también puede asociarse a neoplasias (véase el movilización diferente al esguince o merararsalgia de otro
capítulo 36) benignas o malignas. o ngen.
Neuropatías como el neuroma de Joplin por atrapa- El tratamiento médico, quirúrgico y d e rehabilitación
miento del primer nervio digital, común en la parte infe- dependerá de la causa que motive la metatarsalgia. Si exis-
rior y medial del primer dedo, secundario a traumas de re- te de base una alteración biomecánica o funcio nal que la
petición o desequilibrios biomecánicos, pueden producir suscite, el tratam iento de fisioterapia irá dirigido a restau-
dolor en el primer metatarsiano. Asimismo, el newoma rar una dinámica normal mediante la utilización de técni-
de Norton se asocia a la aparición de dolor, sobre todo en cas de terapia manipulativa, fortalecimiento muscular, re-
el tercer espacio interdigital por atrapamiento del nervio educación de la marcha, etc., y técnicas analgésicas para la
interdigital. También puede aparecer dicha manifestación disminución del dolor. Si el dolor es secundario a una defo r-
clínica por arrapamiento del nervio digital común. Cuan- midad, precisará la utilización de medidas de corrección or-
do el arrapam iento afecta a la rama proximal del nervio topédica (OEl véase Vol. 11. capítulo 29 sobre las algias del piel.
plantar lateral, puede dar lugar a la aparición de dolor en En el caso de los n euromas, se han descrito distintas te-
el talón, que se irradia por el borde medial del pie con el rapéuticas como las plantillas de descarga (véase el capítu-
apoyo y se denomina neuropatía calcánea o enfermedad lo 38, apartado Orresis plantares) para la descompresión
de Baxter. En el capítulo 35, apartados Síndrome pirami- del nervio en el apoyo, fármacos antiálgicos, infiltraciones
dal y Síndrome de compresión del nervio peroneo, se pue- corricoideas (OEl véase Vol. 11, Anexo 2. Farmacología del do-
den estudiar otras neuropatías compresivas relacionadas. lor! e incluso exéresis mediante cirugía. La utilización de
También hay que destacar que las fracruras en las diá- vendajes funcionales de descarga (OEJ véase Vol. 1, capítulo 171
fisis metatarsiana pueden dar lugar a algias en dichas zo- y el ultrason ido pulsátil también pueden consti tuir o tra al-
nas e incluso a sín tomas irradiados en la zona planrar y ternativa para reducir el dolor.
~~ RESUMEN
o El esguince de tobillo es una de las lesiones traumáticas de o Una de las complicaciones mayores que pueden presen-
mayor prevalencia en los deportistas y en la población ge- tarse en el esg uince es la inestabilidad , cuyo origen puede
neral. Se asocia normalm ente con lesión de las partes ser mecá ni co o funcional.
blandas circundantes e incluso, si el mecanismo de pro-
ducción es s uficiente, con fracturas peria rticulares, sobre o Entre los principales factores predispone ntes del esg uince
todo en la zona ma leolar. Según s u severidad puede clasi- se encuentra n la existencia de un desequilib rio propiocep-
fi care en grado 1, 11 y 111, cuyo cuadro clínico determi nará tivo y muscular, así como los déficits de control motor en-
una intervenció n terapé utica diferente. tre musculatura agonista-a ntagonista , cuya recuperación
constituirá una parte relevante del tratamiento de fisiote-
o El mecanismo lesiona[ del esguince agudo va a determinar rapia.
la afectación de distintas estructuras. Así, la flexión plan-
tar con aducción e invers ión del tobillo afecta con mayor o De fo rma generalizada, el tratamiento medicoq uirú rgico se
frecuencia al li gamento lateral externo, mientras que la reserva para aq uellos estadios de mayor afectación o lesio-
eversión co n rotación externa del tobillo afecta mayo rmen- nes con inestabilidad manifiesta, mi entras que para el res-
te al ligamento deltoideo. to se prioriza la rea lización de un tratamiento funcional.
,
SECCION IV
• Identificación de las principales estructuras y tejidos blandos que presentan capacidad para produci r dolor en la
espalda.
• Conocer tos principales síntomas que acompañan a tos síndromes de dolor presentes en la región cervical. dorsa l
y tumbar.
• Conocer e identificar las principales pruebas y·exploraciones que pueden uti lizarse para el diagnóstico y la explo-
ración de tos síndromes de dolor expuestos.
343
344 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección IV. Columna vertebral. Raquis
lumbar, puesto que al existir menos estabílidad entre cuente, sobre todo en la fase más aguda de la lesión, que la
vértebras adyacentes se altera el movimiento normal en- contracción activa y el estiramienro pasivo del músculo
ere ellas; Farfan lo describe como un «efecto hamaca» de sean dolorosos; aunque en el caso del estiramiento, en oca-
la vértebra L5, por encontrarse soportada enrre los dos siones, puede resultar complicada la puesta en tensión se-
ligamentos iliolumbares. Este aumento del estrés podría lectiva de un a región concreta, debido a q ue existen otras
crear un patrón de tensión en el ligamento que condu- muchas estructuras y tej idos blandos periarriculares que
ce a dolor crónico en la región baja de la espalda. pueden dificultar la focalización del estiramiento. La me-
jora progresiva del dolor a la contracción y el estiramiento
permiten evaluar la mejoría clínica del proceso.
Síndrome del piramidal o piriforme Tabla 28-1 . Pruebas clínicas para la exploración
del síndrome del piramidal
Este síndrome, llamado del piramidal o también del piri-
forme, será también estudiado dentro de las neuroparías Pru e ba del Positiva Prueba de movilidad en
piriforme rotación de cadera y
compresivas {véase el capítulo 35, aparrado Síndrome pi- flex ión de 90 grados que
ramidal); no obstante, los autores del capítulo entienden produce limitación y dolor
que es conveniente desarrollarlo con algo más de profi.m- en la rotación interna en
comparación contra latera l
didad en este pumo.
Prueba de Positiva Flexión de cadera y elevación
Antecedentes y definición Lasegue de La pierna con La rodilla
extendida
Uno de los primeros autores que hizo referencia al síndro-
me del piramidal a través de la identificación de casos clí- Prueba de Positiva Presencia de dolor con
nicos fue Robinson {1947), aunque su primera descrip- Freiberg rotación interna pasiva
ción se atribuye a Yeoman {1928). Se trata de un proble- de caderas, con la cadera
extendida
ma de origen neuromuscular {véase el caso clínico 28-1 ),
que se caracteriza por presemar dolor en la cadera, la re- Prueba de Positiva Paciente en posición lateral
gión glútea y que, a menudo, ofrece una irradiación hacia Pace Si reproduce con el lado afectado hacia
los síntomas ar riba. la cadera flex ionada
abajo, simulando una ciatalgia. de la ciática 60 grados y La rodilla
entre 60 y 90 grados. Se
Etiología realiza rotación interna
y aducción de cadera.
Existe controversia sobre este síndrome clínico por la difi- mientras el paciente
cultad que presema determinar su causa. La presencia de resiste a l examinador hacia
una anomalía de base en la configuración anatómica del la rotación externa y la
abducción de la cadera
músculo o del paso del nervio a través del piramidal pare-
ce una de las causas más destacadas {Chapman, Barclay & Movilidad Limitación de la rotación interna de cade ra
Bakkum, 2012). Por tanto, la duda principal reside en si se articular homolateral
trata de un problema de neuritis en la región proximal del
Patrón Tendencia a la rotación sacra contra lateral con
nervio ciático, provocada por problemas anatómicos o postura! rotación lumbar compensatoria homolateral y
funcionales del músculo piramidal de la pelvis, o si, por el posible presencia de pierna corta homolateral
comrario, este síndrome responde a un cuadro de do lor
miofascial ocasionado por la presencia d e puntos gatillo en
el músculo de interés. Otra posible causa que puede des- Síntomas. Entre los símomas más frecuentes, se puede
encadenar un síndrome piramidal es la de tipo traumático, destacar la presencia de dolor tras estar sentado durante
que como consecuencia final provocará una acción com- 15 minutos o más. Puede aparecer dificultad al caminar y do-
presiva del nervio ciático debida al espasmo, ed ema, res- lor a la rotación interna de cadera {véase el caso clínico 28-1 ).
puesta inflamatoria de los tejidos blandos y contractura del El dolor mejora con la deambulació n y empeora sin el mo-
músculo {Boyajian-O'Neill, McClain, Coleman & Tho- vimiento y puede acentuarse al inco rporarse de la posición
mas, 2008; Chapman, Barclay & Bakk.um, 201 2). d e sentad o o de cuclillas.
Signos. Sensibilidad en la región d e la articulación sa-
Exploración física
croilíaca, nervio ciático y región del músculo piriforme
El dolor característico de este síndrome puede reproducir- asociada a la presencia de una banda te nsa palpable. La
se si se solicita al paciente una contracción muscular o al tracción d e la extremidad inferior puede aliviar el dolor.
realizar gestos motores que impliquen la participación del Presencia de debilidad muscular homolateral. Además, de-
músculo piramidal. berán verificarse a través de las pruebas d e exploració n {Ta-
bla 28-1) la presencia de otros signos y síntomas que per-
mitan evidenciar el diagnóstico.
La palpa ción del músculo, así com o de La mayor parte de
drado lumbar pueden producirse por sobreesfuerzos reali- síndrome aislado de dolor del psoas menor puede ofrecer
zados en flexión máxima de raquis, asociados a un e mpu- un dolor similar al de un episodio de apendicitis.
je de inclinación lateral (gesw de tirar para levantar una Exploración física. El paciente describe el dolor d esli-
carga). Otra causa de inicio del dolor puede ser la etiolo- zando el dedo en sentido vertical, de arriba hacia abajo de
gía traumática. la columna vertebral, no de forma horizontal o transversal.
Dolor. El dolor referido del músculo cuadrado lumbar En general, los pacientes con un acortamiento importante
se proyecta en la región posterior a la zona de la articula- del psoas suelen cargar el peso sobre el lado contrario, co-
ción sacroilíaca y a la parte inferior de la nalga. En ocasio- locando el pie del lado afectado hacia delante, con la rodi-
nes puede extenderse por la parte anterior de la cresta ilía- lla ligeramente flexionada. También es frecuente que per-
ca hacia el cuadran te anterior del abdomen, región ingui- manezcan de pie con el wrso ligeramente inclinado hacia
nal y trocánter mayor. el lado afectado para dismi nuir la tensión del músculo
Síntomas asociados. El paciente puede manifestar di- iliopsoas. Es común la presencia de hiperlordosis lumbar y
ficultad para girarse en la cama y dolor durante la bípedes- báscula pélvica anterior. La exploración física debe reali-
ración o durante la marcha. Las acciones de toser y estor- zarse a través de una evaluación general d e la cadera y del
nudar generan dolo r. Por el contrario, las posiciones que segmento lumbopélvico, prestando especial atención a la
permitan descargar peso corporal a la zona lumbar favo re- presencia de las limitacio nes en el movimiento de exten-
cen la mejora de la si ntomawlogía. sión de cadera. En este sentido, la prueba de Thomas pue-
Exploración física. Desde el punto de vista postura! el de revelar indicios de acorramienco en el psoas {se evalúa
examen del paciente puede revelar la presencia de una pier- la existencia de un acortamiento en el músculo psoas con
na corra homolateral. La inspección también indica cierra el paciente en decúbiw supino, la capacidad de una cade-
acritud de acortamiento {protección) y restricción de la ra para extenderse mientras que la cadera contraria se en-
movilidad del tronco. Los movimientos de inclinación la- cuentra en posición de flexión máxima).
teral de raquis estarán restringidos hacia el lado contrario Otras consideraciones de interés clínico. Es muy im-
del cuadrado lumbar afectado, mientras que la contracción portante en el tratamiento del psoas tener en considera-
del músculo, a través de una inclinación de raquis homo- ción aspectos relacionados con el sistema fascial, tanto en
lareral, pued e resultar dolorosa. En presencia de dolor cró- las vísceras, como sobre los pilares del diafragma. Aunque
nico causado por el músculo cuadrado lumbar, se debe los problemas de naturaleza visceral no son objeto del pre-
analizar la existencia de ciertos facto res de perpetuación, sente capítulo, se debe considerar que la presencia de cál-
como por ejemplo, un a dismetría, h emipelvis pequeña y culos en el uréter, o un proceso inflamatorio en el apéndi-
brazos corros. ce podrían actuar como causas activadoras de la sintoma-
rología del psoas {Tufo, Desai & Cox, 2012). El espasmo
o la hiperronía continuada del músculo psoas puede reper-
o
Para una correcta exploración del músculo cuadrado
lumbar, y para identificar los puntos gatillo de origen cutir en el músculo piramidal del lado contralateral, pues-
miofascial, deben te nerse en cuanta las tres partes del ro que el aumento de tensión del psoas favorecerá, desde
músculo: región iliolumbar, iliocostal y lumbocostal. un punto de vista postura!, una inclinación lumbar hacia
el mismo lado y una rotación vertebral hacia el lado con-
trario. De esta forma, la lfnea de gravedad se desplazará ha-
cia el lado de la hiperronía, lo que pondrá en mayor ten-
Síndrome del psoas-itíaco sión el músculo piramidal del lado contrario (Ricard,
Presenta elementos comunes a otras formas de lumbalgia, 2003). Al mismo tiempo, tamo el psoas ilíaco como el
como el dolor durante la sedestación y bipedestación, so- cuadrado lumbar son dos músculos que deben ser revisa-
bre todo sobre en la región lumbosacra. dos en presencia de dolor lumbar, pues, en muchas ocasio-
Etiología. Sobreesfuerzos al manipular cargas y patro- nes, resultan elementos imprescindibles en el éxito del tra-
nes posturales que asocien hiperlordosis y báscula pélvica tamiento de fisioterapia.
anterior.
Dolor. El dolor referido del psoas mayor se extiende de
manera homolateral a lo largo de la columna, desde la re-
gión torácica hasta la articulación sacro ilíaca, con posibili-
dad d e llegar incluso hasta la zona glútea. La porción ilía-
El dolor referido del psoas mayor es de presentación ho-
molateral a lo largo de la columna, desde la región torá-
cica hasta la articulació n sacroilíaca y puede llegar inclu-
so a la zona glútea.
o
ca del músculo presenra un patrón de distribución de do-
lor similar, y a menudo añade el componente de dolor re-
ferido a la porción anterior del muslo y de la ingle.
Síntomas asociados. Normalmente el dolor se acentúa Dolor Lumbar y estructuras del suelo pélvico
con las actividades realizadas en carga y se alivian con la Otra de las hipótesis clínicas que se ha de considerar cuan-
posición de supino, y aún más cuando el paciente descan- do se trata a un paciente que presenta dolor en la región
sa en supino con una flexión de caderas asociada. El pa- baja de la espalda de naturaleza miofascial, puede explicar-
ciente puede presentar dificultad para levantarse desde una se de forma asociada a problemas relacionados con los
silla y levantarse desde la posición de decúbico supino. El músculos del suelo pélvico !GEl véase Vol. 11, capitulo 38 y
348 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis
Tabla 28-2. Neuralgia occipital. Criterios diagnósticos liberar las tensiones existentes o restaurar una correcta mo-
de la Internacional Headache Society vilidad en la zona.
Dolor unilateral o bilateral que cumple los criterios Disfunciones de naturaleza m uscular
El dolor se localiza en la distribución de los nervios occipitales La región suboccipital posee una gran cantidad de husos
mayor, menor y tercero neuromusculares y elementos propioceptivos por unidad
de masa (Grennman, 2005), lo que dota a este segmento
El dolor presenta Ataques paroxísticos recurrentes
dos de las tres de entre varios segundos hasta minutos de un papel muy destacado en el control de la postura, del
siguientes de duración equilibrio y el movimiento. Ju nto con el sistema visual y
características vestibular, es una de las regiones corporales más importan-
Intensidad severa
tes en relación con la d istribución del tono muscular pos-
Dolor lancinante, punzante o agudo rural. En numerosas ocasiones, después de un latigazo cer-
vical, pueden aparecer episodios de vértigo y ataxia como
El dolor está Alodinia/ Asociada a la palpación consecuencia del movimiento forzado de hiperflexión o
asociado disestesia del cuero cabelludo
a ambas hiperextensión, asociados también a la aparición de una
características Uno o ambos Dolor a la palpación en cefalea de tipo cervicogénico provocada por estructuras
de los las ramas del nervio o como los músculos suboccipitales, las raíces de los nervios
siguientes: nervios afectados
C l-C2, el disco intervercebral C2-C3, los ligamentos cer-
Puntos gatillo en la vicales superiores y las articulaciones sinoviales.
aparición del nervio
o
occipital mayor o en
el área de distribución La mayoría de los procesos dolorosos cervica les se re la-
del C2 cionan con mecanismos mantenidos de tensió n y malos
El dolor se alivia temporalmente con bloqueo anestésico local hábitos posturales, fundamentalmente durante la activi-
del nervio o nervios afectados dad laboral.
res que pueden producir alteraciones en la circulación ar- En términos generales, se trata de un problema de com-
terial, sobre codo en la vascularización craneal y problemas presión que afecta a las estructuras neurovascuales que van
congestivos de tipo venoso que asocien dolor cervical o ce- desde la región cervical hasta la axila (plexo braquial, arte-
faleas. ria y vena subclavia), por lo que los SDT pueden ser diag-
nosticados en función del elemento compresivo en: sín-
Latigazo cervical (whiplash) drome neurogénico y síndrome arterial o venoso. Estas es-
Este síndrome, aunque se estudiará también en el contex- tructuras suelen verse comprometidas de manera especial
to de los traumarismos del raquis (véase el capítulo 32, en las siguientes regiones: triángulo interescalénico, espa-
apartado Latigazo cervical), merece aquí una atención in- cio cosroclavicular y región retropecroral.
dividualizada, pues aborda fenómenos complejos que de Triángulo interescalénico. Limitado por la primera
forma genérica afectan al raquis cervical en su conjunto costilla, el escaleno anterior y el escaleno medio. Contiene
(inferior y superior). la arteria subclavia y los troncos primarios del plexo bra-
Definición y concepto. En 1995 la Quebec Titsk Force quial.
(QTF) on Wbiplash Associated Disorders (WAD) estableció Espacio costoclavicular. Cara inferior de la clavícula y
la siguiente definición: "El whiplash o latigazo cervical ® es superior de la primera costilla.
un mecanismo lesional de aceleración-desaceleración que Región retropectoral. Los com ponentes vasculoner-
transmite su energía al cuello. Puede ser el resultado de co- viosos pasan bajo el tendón del músculo pectoral menor,
lisiones en accidentes de vehículos por impacto posterior o próximo a la apófisis coracoides.
lateral, pero puede producirse también en accidentes de
inmersión en el agua o en otros tipos de accidentes. El im-
Los diferentes síndromes que afectan al desfiladero torá-
pacto produce una lesión de los huesos o de los tejidos cico son debidos a compresión que afecta a las estructu-
blandos cervicales (lesión por latigazo) y se expresa en una ras neurovasculares.
variedad de manifestaciones sintomáticas (trastornos aso-
ciados al latigazo cervical o wbiplasb)>•.
La etiología de cualquiera de los SDT puede deberse a
o
tienen su origen y causa en problemas relacionados con es-
tructuras que provienen de estos segmentos corporales. Se-
En relación con el diagnóstico, estos pacientes no suelen
gún Torres (2008), el síndrome del desfiladero torácico ®
presentar pruebas neurofisiológicas positivas.
(SDT) es una entidad din~imica, puesto que tanto las aire-
raciones de tipo postural como la actividad diaria del indi-
viduo van a ser influyentes, y en la que los cambios en el • Síndrome torácico venoso. Supone alrededor del 10 al
equilibrio estático y dinámico de la cintura escapular, así 15 o/o de los problemas reales d iagnosticados en el desfi-
como de la columna torácica y de la escápula, so n capaces ladero torácico y se refiere a un problema de compre-
de favo recer su desarrollo. sión extrínseca y repetitiva de la vena subclavia, entre la
351
Tabla 28-3. Pruebas clinicas para la exploración blandas presentes en la región dorsal o torácica proceden
del sindrome de desfilad ero torácico de los músculos, de los ligamentos y del sistema fascial
correspondiente a la parte superior del tronco y a la cin-
Prueba de Orientada al Paciente en sedestación tura escapular, así como de las estructuras musculares pa-
Adson escaleno con extensión cervical
y rotación hacia el lado raverrebrales (síndrome de los músculos paraverrebrales
contrario al examinado. o torácicos), que presentan puntos de desencadenamien-
Se solicita al paciente to muscular producidos por exceso de carga o estímulo
una apnea en inspiración
máxima y se valoran los e n los componentes miotendinosos, asociado a la realiza-
cambios en el pulso radial ción de gestos forzados o actividades posturales prolon-
gadas.
Prueba de Desfiladero Paciente en sedestación
Uno de los desequilibrios posrurales más importantes
Eden costoclavicular y se realiza un empuje
y descenso. más de esta región, que puede conducir al paciente a un dolor
retropulsión del hombro de orden miofascial, es el asociado a la presencia de mús-
culos pectorales menores acortados y debilidad de los mús-
Prueba de Pectoral menor Paciente en sedestación
Wright y se realiza, de forma culos estabilizadores de las escápulas (Lewit, 2002), gue re-
pasiva, una abducción sultarán favorecedores de la posición cifótica exagerada y
ligeramente superior a de dolor dorsal crónico. Otra de las causas de dolor pro-
los 90 grados. asociada a
rotación externa del brazo yecmdo a la región dorsal o torácica puede resultar referi-
do de estructuras viscerales.
Cualquiera de las pruebas propuestas puede evaluarse En el GEl Vol. 11, capítulo 31, el lector encontrará desarrolla-
a través del control del pulso radial, de tal forma que
la desaparición o disminución del pulso tomado en el dos los aspectos correspondientes a los objetivos terapéuti-
tercio distal del antebrazo será motivo de prueba positiva. cos y al tratamiento de fisioterapia.
También pueden evaluarse en cualquiera de las pruebas
tanto el pulso cubital como la presencia o aumento de la
sintomatología El desequilibrio postura! más relevante es el asociado a
músculos pectorales menores acortados y debilidad de
los músculos estabilizadores de las escáp ulas, lo que
conduce a una dorsalgia.
o
clavícula, la primera costilla, el músculo subclavio o el
ligamento costoclavicular. En panicular, las actividades
que conllevan la elevación del brazo o la realización de
esfuerzos con peso pueden resultar en lesión crónica y Dorsalg ia interescapular
favorecer la aparición de una estenosis fibrosa progresi- Una de las zonas de dolor más características de la región
va, lo que supondría un imponante freno u obstrucción dorsal es la región interescapular. Maigne describió la dor-
para el retorno venoso, que de manera principal afecta- salgia interescapular y la caracterizó como la asociación de
rá a la vena axilar-subclavia. En casos muy graves, pue- dos tipos de elementos: presencia de puntos torácicos y
de producirse una situación de trombosis (síndrome de cervicales.
Paget-Von Schroetter), caracterizada por la presencia de Sintomatología. El dolor se describe como un punto
inflamación espontánea de todo el brazo, pesadez, do- entre las dos escápulas que se manifiesta de manera incen-
lo r e incluso cianosis. sa y que puede cursar con sensación de quemazón, de cal
• Síndrome torácico arteriaL. Se trata de la forma menos forma gue la presión en este punto a la altura de T4 o T5
frecue nte de presentación del SDT (5 %) y se asocia ha- reproduce el dolor esponráneo gue sufre el pacienre. La
bitualmente a problemas en la primera costilla o a la presencia de este punto se asocia a la correspondencia con
existencia de una costilla cervical. El espasmo o la pre- la región inferior del músculo esplenio y puede acompa-
sencia de bandas fibróticas en el músculo escaleno ante- ñarse de dermalgia refleja o hipersensibilidad de la piel cer-
rior también es una de las causas de los problemas de cana a la región torácica. Otro elemento de interés descri-
tipo anerial. La insuficiencia arterial podrá cursar con to por M aigne se refiere a la participación de cierras estruc-
debilidad en la extremidad, claudicación intermitente, turas pertenecientes al raquis cervical, principalmente de
alteraciones térmicas en la extremidad, dolor isquémico los segmentos C5-C6 y, en segundo orden, C6-C7, por
y modificación en el pulso arterial, que puede eviden- afectación segmentaría homolateral. La relación anatómi-
ciarse a través de las maniobras de exploración descritas ca que parece gozar de mayor imporrancia en esta asocia-
en la tabla 28-3. ción de la sinromatología que se produce entre la región
cervical y dorsal vuelve a mostrar la importancia del mús-
culo esplenio, sobre todo como consecuencia de su inerva-
DOLOR EN LA REGIÓN DORSAL
ción segmentaría (C5-C6).
Dado que la columna dorsal presenta una movilidad in- El dolor suele presentar poco territorio de irradiación,
ferior a la de otros segmentos vertebrales, es menos fre- sin embargo ofrece con claridad sensaciones de quemazón,
cuente que resulte una región responsable de problemas fatiga y dolor agudo. Es muy característica de este síndro-
primarios. La mayor parte de los dolores de las partes me la existencia constante de un punto muy preciso de do-
352
lor a la presión a través del d edo de T5 o de T6. Este pun- sión moderada, mucho más que en las zonas simétricas o
to parece ser el epicentro del dolor y, por tamo, del proble- en los niveles superiores e inferiores.
ma cuando se efectúa presión sobre él, pero sin embargo la
infiltración local con procaína (OEl véase Vol. 11, Anexo Far-
macología del dolor! no resulta muy efectiva en la resolu-
ción de la sinromarología.
Mantener la presión durante algunos segundos permite
reproducir el dolor de dorsalgia interescapular y es e le-
mento diagnóstico.
o
Su posible origen de naturaleza cervical se afirma, entre
otras cuestiones, por el hecho de que se puede reproducir
o exagerar esta dorsalgia con la siguiente m aniobra cervi-
Dolor de origen miofascial
cal: realizar la palpación cuidadosa de la región anrerolate- Entre las estructuras musculares que pueden proyectar do-
ral del cuello con el pulp ejo del dedo pulgar a la altura de lor a la región dorsal se encuentran el músculo erector del
la zona de emergencia de las últimas raíces cervicales. De raquis, romboides y elevador de la escápula, subescapular,
esta forma, se podrá apreciar que, en el lado de la dorsal- pectoral mayor y menor, dorsal ancho, romboides y serra-
gia, uno de los niveles cervicales es muy sensible a la pre- to (Travell & Simons, 2004).
RESUMEN
• La etiología de los síndromes dolorosos de tejidos blandos • En la región dorsal se encuentran tanto los problemas de-
que afectan al raquis puede ser muy diversa y manifestar- rivados del síndrome de dolor miofascial de las estructu-
se bien de forma aislada o ser consecuencia de algún otro ras muscular.es. que proyectan dolor referido a la zona,
tipo de patología concomitante. De forma genera l, los pro- como la dorsalgia interescapular, cuyos criterios clínicos
blemas que se abordan con más frecuencia resultan ser fueron descritos por Maigne.
problemas de los sistemas muscular, fascial, tendinoso, li-
• La región cervical ofrece dos zonas de interés: en el raquis
gamentoso, nervioso o vascular.
cervical superior destaca la neuralgia occipital y los problemas
• En relación con los síndromes que afectan a la región de naturaleza muscular relacionados con hipertonía y sobre-
lumbar, destacan el síndrome de dolor iliolumbar, carga. Por otro lado, las patologías que se manifiestan en el
músculo piramidal, cuadrado lumba r y psoas ilíaco, así raquis cervica l inferior y región cervicotorácica son ha bitual-
como los problemas de sobrecarga muscular lumbar mente resultado de problemas traumáticos como el síndrome
que cursan con espasmo muscular de defensa o con- de latigazo cervical, de origen neurovascular o los relaciona-
tractura. dos con los síndromes que afectan al desfiladero torácico.
ESPONDILOLISTESIS
Pedículo
El tipo ístmico es el más común entre los 5 y 50 años.
o
• Degenerativas. Este tipo predomina sobre todo en personas
adultas, alrededor de los 50 años y es debido a fenómenos
artríticos y/o arrrósicos de larga evolución que crean ines-
tabilidad articular. Tiene un predominio femenino.
Figura 29-1. Figura anatómica de la unidad funcional de la colum- • Tirzumáticas. Las traumáticas son debidas a traumatismos
na. Nota: El do lor y la discapacidad son el res ultado de la lesión, graves. De esta forma afecta p rincipalmente al arco neural
inflamación o infección de la unidad funciona l. de L4-L5 y se ve más frecuentemente en adultos jóvenes.
355
356 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis
Figura 29-2. Espondilolistesis de L5 de alto grado. IAI Radiografía lateral. lBI Áng ulo de Cobb.
• Patológicas. Se agrega a afecciones generalizadas del es- Cuando se produce la formación d e un canal estrecho,
queleto como enfermedad de Paget (13El véase el Anexo generalmente en las espondilolistesis degenerativas y en al-
2 Caso clínico. Mieloma múltiple en mujer menopáu- gunos casos en las ístmicas o displásicas asociadas a hernias
sica con dolor torácico inespecífico, de este manual) , del núcleo pulposos se puede desarrollar una claudicación
mal de Pott, metástasis ósea (véase el capítulo 36, apar- intermitente de la marcha.
tado Metástasis óseas) , sífilis, etcétera. La marcha mi gmeris se produce por la contracrura de
los músculos isquiotibiales, debido al deslizamiento verte-
o
bral, haciendo que el sujeto camine con las caderas y las ro-
Las espondilolistesis se pueden clasificar en displásicas,
dillas flexionadas y el tronco hacia delante. Se observa una
ístmicas, degenerativas, traumáticas y patológicas.
lordosis lumbar que se prolonga hacia la región torácica a
medida que aumenta la listesis y con el espasmo muscular
a la alrura lumbar, lo que hace que la p elvis gire hacia atrás
Cuadro clínico y el sacro se haga cifótico. En la región abdominal, depen-
El dolor es el síntoma más frecuente y relevante; sin em- diendo de la magnitud de la listesis, el espacio entre el re-
bargo, el 50 % de las espondilolistesis cursan de forma borde costal y la cresta ilíaca disminuye; el abdomen se
asintomática y puede incluso haber deslizamiento hasta la hace prominente y aparece una depresión que lo cruza
ptosis GD de L5 por delante de S 1, sin haberse presentado transversalmente, inmediatamente sobre el ombligo.
dolor. Otras veces hay que tomar el dolor como indicador En la tabla 29-1 se resumen los síntomas y signos más
de patología; por ejemplo, en los niños o ado lescentes, importantes en la espondilolistesis.
donde el dolor lumbar o la ciatalgia es algo infrecuente,
por lo que es necesaria una radiografía. La lumbalgia en los
adultos es un síntoma frecuente, indicador de la inestabi-
lidad que produce la irritación de elementos sensibles y so-
brecarga de otros como las articulares interapofisiarias.
La listesis en adultos cursa frecuentemente con lumbal-
gia, que es un s íntoma indicador de inestabilidad. o
La lumbociatalgia se produce por un mecanismo com-
binado de inestabilidad de la columna y compresión o in- Diagnóstico
flamac ión radicular. En las espondilolistesis de tipo dis- Hay elementos clínicos que hacen sospechar:
plásico, el arco de la vértebra se desliza hacia delante, jun- • En niños y adolescentes, la presencia de lumbalgia y
to al cuerpo vertebral, y se produce una compresión y principalmente ciatalgia.
tracción de las raíces en la zona foraminal que provoca
hasta en un 25 % de los deslizamientos una compresión 1
radicular. En las de tipo ístmico se explica por la compre- Tabla 29-1 . Síntomas y signos más importantes
sión que sufre la raíz por la reacción fibrosa en la zona de en la espondilolistesis
lisis de la pars articularis. Las alte raciones aisladas moto- • Dolor
ras son menos frecuentes, pero también se observan y co- • Alteraciones sensitivas y motoras
rresponden, generalmente, a las raíces L5-S 1 (véase el caso • Alteración del reflejo aquilea
• Claudicación intermitente de origen neurológico de la
clínico 29-2) . marcha
En ocasiones es frecuente observar una alteración del re- • Contractura de los músc ulos isquiotibiales
flejo aquíleo que puede estar disminuido o ausente de ma- • Cifosis sacra
• Prolongación de la lordosis lumbar hacia la región torácica
nera unilateral o bilateral.
29 • Patología de la columna vertebral: espondilolistesis, espondilólisis y ma lformaciones de la co lumna 357
N o obstante, hay que saber que es la radiografía sim ple la cuerpo de L5 produce una imagen de copa de champán o
que confirma o descarta el diagnóstico de espondilolisresis d e «gorro de N apoleón». En la proyección lateral se obser-
y el cipo (Figs. 29-3 y 29-4) . va la lisresis y se cuantifica la magnitud del desplazamien-
to. Según el cipo de lisresis se observarán unas característi-
Estudio radiológico cas radiológicas u otras. En el cipo displás ico existe u na
Como se ha explicado previamente, la confirmación de la elongación de la pars con adelgazamien to de ésta, pero sin
espondilolisresis se hace co n rad iografía simple, en bipe- lisis del ist mo. En las ístmicas, el desplazamiento se asocia
desración, a través de dos proyeccio nes: una proyección con lisis de la pars con interrupción a la alrura del «perrito
anteroposrerio r y otra lateral. de la C hapellen. En las degenerativas, no hay lisis, sino una
Una vez que está confirmada, se pueden tomar p royec- d eformidad co n creci miento exofírico de las articulares o
ciones oblicuas, tanto derecha como izqu ierda, para deter- del cuerpo vertebral.
minar el tipo de listesis. En algunas ocasiones, se piden rad iografías lumbosacras
Radiográficamente, lo que se objetiva en la proyecció n realizadas en flexión y extensión máxima, de modo q ue
anteroposterior es una disminución d e la altura del cuerp o permitan determinar la inestabilidad de la colum na e n esa
y un adelgazam iento del arco posterior, que en el caso del área (Fig. 29-5) .
Figura 29-4. Resonancia magnética de espondilolistesis. IAI Grado l. IBI Grado 111trau mática de L5. (CI Grado 111 degenerativa de L5-S1.
= ·
358 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis
Tratamiento
Niños y adolescentes
Es tradicional medir el deslizamiento d e acuerdo al m é- El d olor y la magnitud de la listesis so n fundamentales
todo de Meyerdeing. Éste se realiza a través de la división para decidir la conducta que se ha se seguir:
de la superficie superior de 51 en cuatro partes iguales, a • Asintomáticos y menor de 25 %de desliZtZmiento. Se indi-
las que se les da la valoración de grado 1, 2, 3, 4 de dorsal ca vida normal y radiografías periódicas de control cada
a ventral (Fig. 29-6). 6-8 meses.
Para determinar el porcentaje de deslizamiento (véase • Silltomáticos J' menor de 25 % de desliZilmiellto. Se indi-
el caso clínico 29- 1) , se calcula a través de la cantidad de ca cinesiterapia, eliminar ejercicios violentos y depones
desplazamiento multiplicado por 100 y dividido por la de contacto físico. Se realizan radiografías de control
longitud rotal de la platina. El ángulo d e deslizamiento cada 6-8 meses.
suele tener unos valores determinados de O a -1 O grados, y • Simomáticos y con 25-50 % de deslizamiento. Se indica
es el formado por la línea que forma la platina inferio r y la tratamiento mediante fisioterapia, suspender educación
perpendicular a la tangente de la cara posterio r del sacro. física durante un período de 6 a 12 meses y realizar ra-
El problema del método d e Meyerding es que no discri- diografías cad a 6-8 meses y control del deslizamiento.
mina, por lo que actualmente se usa más el método de • Más del 50 % de deslizamiento. Se indica tratamiento
Marique-Taillard y Bradford, que mide el porcentaje del quirúrgico.
grado d e desplazamiento:
• 0-25 o/o: grado 1.
Tabla 29-2. Factores de riesgo para la listesis
• 26-50 %: grado 2.
• 51-75%: grado 3. • Menor de 15 años
• 76-100%:grado4. • Sexo femenino
• Tipo no ístmico
• Severidad del deslizamiento en el momento de la
Hay elementos radi ográficos que es necesario valorar, presentación
como los parámetros pélvicos (incidencia pélvica, báscula • Ángulo de deslizamiento grande (> 55 gradosl
pélvica, slope sacro), ángulo lumbosacro, porcentaje de • Ángulo lumbos acro < 100 grados IN: 90- 1101
• Alto grado de dis plasia ósea
d eslizamiento, ángulo lumbosacro, lordosis lumbar y plo-
29 • Patología de la columna vertebral: espondilolistesis, espondilólisis y malformaciOnes de la columna 359
o
El tratamien to de la listesis, en niños o adolescentes, se
orienta a una ejercitación muscular controlada y progra-
mada; y si es superior al 50 % de deslizam iento, se indica
tratam iento quirúrgico.
Adultos
El tratamiento inicial y de elección es el conservador (véase el
caso clínico 29-1). No obstante, la ciatalgia es el marcador
principal par-.1 que el paciente sea quirúrgico (véase el caso clí-
nico 29-2) . L-1 fulta de alivio para el dolor es el motivo más
frecuente para pasar del traramienro médico al quirúrgico. Figura 29-7. Espondilolistesis de L5 reducida y artrodesada.
El tratamiento según las formas clínicas es:
• Asinromático: manrener una posrura normal. Mantener
el peso normal. Realizar ejercicios diarios de estabiliza-
ción del tronco y ejercicios aeróbicos d e bajo impacto.
En la listesis del adu lto que cu rsa con ciatalgia, la indica-
ción de tratamiento e s qu irúrgica.
o
• Sintomático:
- Reposo según el tipo de dolo r. El tratamiento quirúrgico en mayores de 40 años es:
- Tratamientos medicamenrosos: analgésicos, antii n- • En los pacientes con lumbalgia se realiza arrrodesis pos-
flamarorios, relajantes musculares. terolateral con o sin elementos de fijación.
- Cinesirerapia: ejercicios de reeducación postura!. • En los casos de ciatalgia pura, se realiza descomp resión,
- Termorerapia: calor superficial y profundo. sobre todo en las espondilolistesis degenerat ivas.
- Corregir la hiperlordosis. • En los casos de lumbociatalgia, se realiza. artrodesis por
- Control radiográfico y clínico de acuerdo con la evolu- la inestabilidad de la colum na y descom presión de las
ción del dolor. Si el dolor cede, se debe mantener la pos- raíces. Según la edad del paciente, el porcentaje de des-
rora y el peso adecuados. Ejercicios diarios, abdominales. lizamiento y el tipo de trabajo que realiza la persona, se
- En los ep isodios de lumbociatalgia y c iatalgia, a la pueden agregar elementos de fijación o no.
pauta de tratamiento analgésico y anti inflamarorio se
le añade un medio d e inmovilización como faja o En el ® vídeo 29- 1 se muestra la instru me ntación de una
corsé. Cuando no cede con traramienm conservador, artrodesis posterior.
se pasa a q uirúrgico. Aun así, prevalece el tratam ien- El resultado funcional en la cirugía vertebral depende de
to quirúrgico en menores de 40 años. la restauración de un equilibrio sagital normal y de la cifosis
- En los episodios de lumbalgias no es necesario prac- lumbosacra, más que de la disminución del grado de desliza-
ticar descompresión, resección del arco posterior o miento. Es imponanre reiterar que los adultos que se operan
laminectomía, ya que el dolor se produce por un me- lo hacen porque ha fracasado el tratamiento conservador y es
canismo d e inestabilidad de la columna, que se logra la persistencia del dolor el elemenro que decide al médico a
estabilizar con una buena artrodesis posterolareral. proponer el tratamienro quirúrgico y al pacienre a acep tarlo.
Riesgos
C uando la espondilólisis existe en ambos lados (izquierdo
La orientación te rapéutica de elección en la espondilóli-
sis es la conservadora.
o
y derecho), la vértebra se pued e deslizar hacia delante o ha-
cia atrás, y aparecer una espondilolistesis. No obstante, no OTRAS ALTERACIONES
siempre ocurre, y con frecuencia se observa espondilólisis
en sujetos sanos sin ningún dolor ni molestia. En la patología vertebral se pueden encontrar dos tipos de
malfor maciones: las congénitas y las llamadas malfonnacio-
IUJ de la columna propiamente dichas, como la escoliosis.
ecografía, mientras que en la axial es un defecto focal vis- El pronóstico puede ser variable en func ión del tipo de
to a cada lado de la colu mna verreb ral. En la radiografía deformidad progresiva que esté causándose. El pri ncipal
simple o en la tomografía compurarizad a se d escribe como problema que produce la vértebra es cuando afecta a la
anomalía ósea por un cuerpo vertebral en forma de cuña zona lumbosacra.
(Figs. 29-9 y 29-10). Debido a la g ran cantidad de anomalías asociadas, es
necesario hacer un cribado sistemático mediante una eva-
luación renal, card iológica y respiratoria, ya sea co n eco-
grafía o RM.
A ca usa del pronóstico desfavorable de esta deformidad,
normalmente se requiere cirugía. Existen diferentes tipos de
procedimientos quirúrgicos, como la anrodesis posterior o an-
teroposterior in sittt, fus ión con instrumentación o sin ella, epi-
fisiodesis anterior o posterior combinadas del lado de la con-
vexidad y escisión de la hemivérrebra sin fusión. Este último
tratamiento quirúrgico es el que mejores resultados ofrece.
~~ RESUMEN
• Los trastornos y las deformidades de la columna que pro- en equilibrio. Éstas se componen de dos cuerpos vertebra-
ducen dolor y discapacidad tienen muchas y diversas etio- les separados por un disco intervertebral destinado a so-
logías, pero la mayoría presenta como denominador co- portar el peso; los arcos neurales son los que recogen y
mún el dolor y la limitación funcional. protegen los tejidos nerviosos; y las articulaciones poste-
riores, las que guían los movimientos especificas e impi-
• Se requi ere un conocimiento de la anatomía normal y de
den otros movimientos, y las apófisis transversas propor-
los lugares subsidiarios de producir dolor para que con un
cionan los sitios mecánicos para la inserción de la muscu-
examen físico exhaustivo se pueda determinar esa desvia-
latura.
ción de la normalidad.
• La columna vertebral se debe considerar como una barra • El dolor y la discapacidad son resultado de la lesión, infla-
flexible compuesta por unidades funcionales superpuestas mación o infección de la unidad funcional.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Ferrández Portal, L., Llanos Alcázar, L. F., Marco Marrínez, F.
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Delgado Mardnez, A. D. (2012). Cimgírt ortopédica y tmmltrtto- gírt. Madrid: Edirorial Médica Panamericana.
logfrt. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
1. ¿Qué s ucede cuando se altera la unida d funcional? 6. ¿En qu é consiste el método de Marique-Taillard y Bradford?
2. ¿Cuál es el tipo de listesis más común entre los 5 y 50 años? 7. ¿Cómo se sitúa el ángulo de deslizamiento?
5. Para determinar el tipo de listesis, ¿qué proyecciones se 10. ¿Cuál es la orientación terapéutica de elección en la espon-
pueden tomar, y cuándo? dilólisis?
CASOS CLÍNICOS
•
29.1. Mujer de 23 años, jugadora profesional de baloncesto de la selección. Es derivada a la consulta para obtener una segunda
opinión tras diagnosticársele una listesis de grado 11, de 6 meses de evo lución y recomendarle tratamiento quirúrgico me-
diante artrodesis. Refiere episodio aislado de lumbalgia. Acompaña una placa a nteroposterior y una RM.
Usted, ¿cómo procedería? Drlllrrnllo d~l ~mn y
1wls cm os clí11iros
ay
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
365
366 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Sección IV. Columna vertebral. Raquis
ángulo d e Cobb (véase D iagnóstico de la escoliosis) (véase El tratamiento de fisioterapia, que se encuentra d esarro-
el caso clínico 30-1). llado en el C3EI Vol. 11, cap itulo 32, apa rtado Cifosis. Enferme-
dad de Scheuerman n, resulra fundamental.
Hipercifosis torácica o joroba Para que tenga efecto el corsé, según algunas investiga-
Es la malformación más frecuente de la colu mna vertebral. ciones, se debe de usar durante más de 20 horas al d ía, un
Si se utiliza el método de Cobb, en condiciones normales mínimo de 18 meses, y se puede bajar a 12-14 horas dia-
los valores son de 35 grad os y se considera hipercifosis rias cuando se ha conseguido una corrección importante
cuando son superiores a 40 o 45 grados. de la cifosis.
Pueden ser no estructurales, funcionales o posrurales, Res pecro a la cirugía, hay una indicación absoluta
que son reducibles, y estructurales o verdaderas, que sólo cuando aparece una afectación neurológica. Indicaciones
son 'reducibles parcialmente. relativas de la cirugía son: pacienres sinromáricos con cifo-
Cuando las deformidades en el plano sagiral son impor- sis torácica superior a 80 grados o cifosis toracolumbar su-
tantes, puede observarse una curva principal y una o dos perior a 65 grados, cuando el dolor no remire con trata-
curvas de compensación en romo a ella. Así, las hipercifo- miento conservador y cuando la progresión de la curva es
sis torácicas se pueden acompañar de curvas de compensa- muy rápida (véase el caso clínico 30-2).
ción lordóricas (hiperlordosis lumbar).
D esde un punto de vista etiológico se clasifican en: Otras deformidades en el plano sagital
• Congénitas: anomalías de la segmentación vertebral; Existen otras deformidades en el plano sagiral, que son:
son muy raras. Hiperlordosis cervical. Es poco común y suele ser secun-
• Osreocondrosis juvenil o enfermedad de Scheuermann daria a una hipercifosis torácica o a una enfermedad de-
{véase el capítulo 48, aparrado Orras). generativa avanzada, un traumatismo, una neopl asia,
• Fisiológicas: hipercifosis compensadora de una hiper- infecciones, artritis y procesos yatrogénicos. También
lo rdosis lumbar; por adaptación posrural a las fuerzas puede ser idiopática. Los valores normales de la lordo-
musculares en deportes como la natación, etcétera. sis cervical so n de unos 36 grados y si son superiores a
• Secundarias a alteraciones del desarrollo, traumatismos, 42 grados se hablará de hipercifosis.
enfermedades musculares o neuromusculares, debilidad Hiperlordosis lmnbm: Puede ser debida a una insuficien-
muscular o ligamentosa, mala posición escolar (pupitres cia de los músculos abdominales (neuromuscular), a
escolares muy bajos), rumores, osreoporosis o infecciones. una excesiva inclinación de la pelvis, secundaria a un
traumatismo, para compensar una hipercifosis rorácica
Lo habirual es que no causen dolores y que la afectación o postura] por acortamie nto de la musculatura isquioti-
más importante sea la estética; observando al pacienre de bial. En la mayor parte de los casos, es de causa desco-
perfil, se percibe el aumento de la curvatura, en forma no cida. La lordosis lumbar tiene una amplitud d e
de joroba o chepa (Figs. 30 -1 y 30-2). 50 grados (20-60) en condiciones normales; angulacio-
nes superiores a 65 grados se consideran hiperlordosis.
No es habitual que presente manifestaciones clínicas,
ESCOLIOSIS
Son desviaciones laterales de la columna vertebral. Estas
curvaturas en el plano frontal, si son muy poco pronuncia-
das y reducibles en determinadas posiciones o al eliminar
la causa que las provoca, se pueden considerar fisiológicas
dado el alto porcentaje con que se presentan.
La escoliosis se define por su convexidad: una escoliosis
torácica izquierda se caracteriza porque presenta una con-
vexidad torácica izquierda.
Escoliosis no estructurales
Las escoliosis no estructurales (escoliosis fisiológicas o ac-
titudes escolióticas) se presentan en un tercio de la pobla-
ción, según algunas estadísticas, y en otros estudios su pre-
valencia es superi or al 1 O o/o. Cuando existen, la curva
principal suele asentarse entre las vértebras T3, T4 y T5 y
puede orientar su convexidad hacia la derecha (escoliosis
fisiológica derecha) o hacia la izquierda (escoliosis fisioló-
gica izquierda).
Se caracterizan porque las desviaciones del raquis no se Figura 30-3. Telerradiografías antera posteriores de actitudes es-
acompañan de modificaciones en la fo rma de las vértebras; colióticas.
los cuerpos vertebrales en una exploración radiológica
nunca tienen acuñarniento ni rotación. La mayoría de es- No suelen evolucionar ni convertirse en estructurales y,
tas curvaturas no so n progresivas, y son reducibles cuando generalmente, no precisan tratamiento específico y se re-
se elimina la causa que las provoca, por lo que lo único que suelven co n ejercicios posrurales (Fig. 30-3) .
precisan es observación, corrección postura.! y, como mu-
cho, una cinesirerapia dirigida. Escoliosis secundaria a dismetrías
C uando se pide al paciente (en bipedestación) que de las extremidades inferiores
flexione el raquis con las rodillas extendidas y las manos a Se presenta con una curva roracolumbar sencilla y muy lar-
la altura de éstas (prueba de Adams), la espalda es simé- ga. La convexidad se dirige hacia el lado de la extremidad
trica y no presenta gibosidades. Las curvas desaparecen al más corta (depresión pélvica) y no suelen existir curvas
realizar movimien tos de inclinación del raquis hacia el compensadoras. Casi siempre se acompañan de una rota-
lado convexo de la curva, o con la posición de decúbito, y ción mínima, pero diferente a la de las estructurales, ya
no tienen repercusiones graves. No obstante, deben de ser que en este caso la rotación (siempre vista en la cara ante-
vigiladas y corregidas, pues pueden terminar transfo rmán- rior de los cuerpos vertebrales) es hacia el lado cóncavo de
dose en estructurales. la cu rva (en tanto que en las estructurales, la rotación es
Generalmente, ante una actirud escoliórica importante, el hacia la convexidad d e la curva).
raquis puede desarrollar otras dos curvaturas: una por encima La curva se presenta en bipedestación (en dismerrías su-
y otra por debajo, que tienen una finalidad compensadora. periores a 1 cm), su magnitud es proporcional a la de la
Las escoliosis estructurales se pueden clasificar de dis- dismerrfa y puede provocar lumbalgias.
tintos modos. La curvatura desaparece en decúbito, en posición senta-
da y en suspensión, y la corrección de la diferencia de lon-
Escoliosis postural gitud de los miembros inferiores con un alza que equilibre
La postura inadecuada puede llevar a escoliosis leves, la pelvis conduce a su desaparición.
generalmente toracolumbares largas, sin curvas compensa-
doras y sin rotación vertebral. Escoliosis por oblicuidad pélvica
Un ejemplo de este tipo de escoliosis es el de los lactan- Suele observarse en lactantes con contracturas, en abduc-
res que son llevados en el mismo brazo a lo largo del tiem- ción o aducción de las caderas, debido a una posición in-
po, que pueden desarrollar una escoliosis postura! hacia el trauterina deficiente. Se tratan con estiramientos pasivos
lado en que ha estado más descendida la pelvis. que corrigen las deformidades.
369
Cuadro clínico
Como ya se ha mencionado, en condiciones normales, no
existe n curvaturas en el plano frontal, aunque se conside-
ran normales las curvas hasta los 1O grados de Cobb; a par-
tir de aquí se puede hab lar de escoliosis estructural o acti-
tud escoliótica. En las escoliosis más graves es frecuente en-
contrar dos o u es curvaturas opuestas (hacia la derecha y
la izquierda).
Figura 30-4. Clasificación de King de las escoliosis estructurales. Figura 30-5. Escoliosis estructural.
371
Diagnóstico
Figura 30-6. lnclinómetro.
Para realizar un buen tratamienro es fundamental hacer un
diagnóstico correcro, valorar la evolución de la escoliosis y
establecer un pronóstico cerrero, basado en el grado de valora la as imerría del tronco desde la región dorsal. Se rea-
curvatura y en la madurez esquelética. liza con el paciente de espaldas y se le pide que flexion e
La mayoría de las curvas raquídeas aparecen en la edad progresivamente el rronco con las rodillas extendidas. Se
escolar y deben ser diagnosticadas y tratadas, en caso nece- considera positiva cuando aparece una prorrusión en un
sario, lo ames posible. Es aconsejable realizar una valora- hemirórax (giba costal) o una deformidad lumbar (protu-
ción clínica que permita diagnosticar las escoliosis esuuc- berancia). La torsión de las vértebras y costillas que acom-
curales en la infancia (5-6 años) o ames del inicio de la pu- paña a las escoliosis estructurales produce una gibosidad
bertad (10-14 años). costal anterior. La prueba de Adams positiva implica que
el paciente tiene una ro ración en el tronco producida, pro-
Exploración bablemente, por una escoliosis.
El diagnóstico debe comenzar con una exploración de Con una prueba de Adams positiva se realizará una va-
cribado para valorar la alineación global de la columna en loración con un indinómetro o escoliómetro de Bunnell,
el plano sagital y coronal, que incluirá algunas pruebas es- que es una especie de balanza hidrosrática con una escora-
pecíficas y complementarias cuando procedan. dura en el cemro para las apófisis espinosas que se coloca
El cribado incluye una exploración clínica general y una en la espalda con el pacieme flexionado. Mide la inclina-
evaluación del paciente en bipedesración, para descarrar ción del tronco (Fig. 30-6) : cuando la inclinación es infe-
asimetrías, alteraciones neurológicas, dismetrías, ercérera. rior a 5 grados, no existe escoliosis (o no es significativa);
Para la exploración de la columna vertebral se necesita valores de entre 5 y lO grados requieren es m dios comple-
disponer de los siguientes materiales: escoliómerro, plo- mentarios (relerradiograffa) o reevaluación a los 6 m eses y
mada, regla milimetrada, rorulador de aceraro, nivel (gibó- seguimientos posteriores; cuando la inclinación es de 1O o
metro) y goniómetro transpareme. más grados, se aconseja realizar una radiografía para deter-
Anamnesis. Preguntar por el dolor, si existe alguna disca- minar el grado de escoliosis por el mérodo de Cobb.
pacidad, símomas neurológicos o dificultades respirarorias.
Inspección. Se debe realizar con el paciente en bipedes-
cación:
• Visión posterior: detectar desniveles o asimerrías en
La prueba de Adams se considera positiva cuando apare-
ce una protrusión en un hemitórax !giba costal) o una de-
o
formidad lumbar.
hombros, escápulas y/o pelvis; también asimetrías de
brazos y pliegues (véase Fig. 30-5) .
• Visión anterior: buscar la posible asimetría o protrusión Prueba de la plomada. Tomando como punro de refe-
de un hemitórax, desnivel de los hombros; se pueden rencia la apófisis espinosa de C7, con una plomada se pue-
encontrar prominencias o depresiones. den identificar las curvaturas, así como cuantificar la dis-
• Visión lateral: buscar alguna deformidad llamativa. tancia entre la espinosa más alejada (flecha frontal) y el
hilo de la plomada en cada una de las curvas dibujadas. Si
Palpación. Debe realizarse de manera sistemática una pal- el hilo de la plomada coincide con el pliegue interglúreo, in-
pación de la línea de las apófisis espinosas de las vérrebras dica que el raquis esrá equilibrado, y si no coincide, es que
dorsolumbares que se pueden marcar con un rotul ador hay un desequilibrio a la derecha o a la izquierda.
para ver si están alineadas. Valorar la oblicuidad de la pelvis.
Evaluación radiológica
El procedimiento más sencillo para realizar el diagnóstico
Se debe sospechar La presencia de escoliosis cuando en la
de tratamiento se observa cuando la deformidad está pro- Hay q ue recomendar los deportes simétricos com o la
gresando. natación, porque mejoran la función cardiorrespiratoria,
la flex ibilidad y el forralecimiemo de los m t'lsculos para ver-
tebrales (véase el caso clínico 30-1). Con las recomenda-
Las normas de aplicación general son: correg ir la obesi- ciones deportivas se pretende q ue estos pacienres puedan
dad y el sobre peso; corregir todas las posturas incorrec-
liJ RESUMEN
• Entre las alteraciones morfológicas del raqu is se en- • Las escoliosis no suelen ser dolorosas y en los casos más
cuentran Las hiperlordosis e hipercifosi s, que son un au- graves pueden provocar una insuficiencia respiratoria res-
mento de Las curvas fisiológicas, y Las escoliosis, que trictiva o complicaciones cardiopulmonares. También pue-
son desviaciones del raquis superiores a 1Ogrados en el den producir trastornos psicológicos por la imagen y crear
plano frontal. inseguridad y sentimientos de inferioridad.
• Estas deformidades pueden ser: no estructurales, funcio- • EL diagnóstico de las desviaciones de La columna vertebral se
nales o posturales, que son reducibles, y estructurales o basa en la exploración, y algunas pruebas específicas como la
verdaderas, que sólo son reducibles parcialmente. de Adams y la valoración con un inclinómetro o escoliómetro.
• Las escoliosis no estructurales son muy frec uentes y pue- Para el diagnóstico definitivo hay que realizar una telerradio-
den ser posturales, secundarias a dismetrías de las extre- grafía y sobre ella medir las curvas con el método de Cobb.
midades inferiores, a oblicuidad pélvica, a irritación de raí-
• El tratam ien to de las escoliosis no estructurales y de las
ces nerviosas, etcétera.
escoliosis de origen conocido será etiológico. En Las esco-
• Las estructurales son las más graves y siempre van acom- Liosis estructurales varía en función del tipo y magnitud de
pañadas de rotación de las vértebras. Pueden ser congéni- La curva, de La madurez esquelética y de Los factores de
tas o adquiridas y Las más frecuentes son Las idiopáticas riesgo de progres ión, y va desde la observación periódica
!infantiles, juve niles o del adolescente). que en muchos ca- !conducta expectante! a la corrección qu irúrgica, pasando
sos son progresivas hasta La madurez esquelética. por diferentes técnicas de fisioterapia y corsés.
1. ¿Q ué es una hipercífosis torácica? 9. ¿Cuál es el método rad iológico que más se usa en el diag-
nóstico de la escolios is?
2. ¿Cuál es la hipercifosis más frecue nte?
10. ¿Qué significado clínico tiene una escoliosis de 10 grados de
3. ¿Qué diferencia hay entre escoliosis estructurales y no es- Cobb?
tructurales?
11. ¿Qué se entiend e por escoliosis grave?
4. ¿Cómo se tratan las escoliosis no estructurales?
12. ¿Qué utilidad tienen Los ejercicios en el tratamiento de La es-
5. ¿Cuál es la escoliosis idiopática más frecuente ? colios is?
6. Enumere tres aspectos clínicos de la escoliosis. 13. ¿Es útil La electroestimulacíón? ¿Po r qué?
7. ¿En qu é consiste la prueba de Adams? 14. ¿Cuáles serían Las recomendaciones del co rsé?
8. ¿ Para qué s irve un inclinómetro? 15. ¿Qué hay que tener en cuenta para el tratam iento quirúrgico?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
379
380 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis
índice de metabolismo. Se nurre mediante un sistema sión del disco, mientras que la torsión ind uce tensiones de
de difusión que p roporciona un intercambio metabólico de cizalla.
nutrien tes con los vasos de los cue rpos vertebrales a través Un estrés compresivo continuo puede repercutir desen-
de la placa cartilaginosa, nutrición que depende de fuerzas cadenando una degeneración discal que disminuye su re-
mecánicas, por lo que es necesario permitir y conservar sistencia mecánica. Un movimiento de flexión verteb ral
una correcta relación de fuerzas y evitar cargas excesivas. combinad o con una carga compresiva provoca un acuña-
Las zonas vascularizadas y avasculares del disco tendrán miento discal que tiende a desplazar el núcleo posterior-
un comportamiento diferente ante determinado tipo de mente, como resultado del efecto Poisson. Sin el movi-
lesiones. Sólo la porción superficial periférica de un disco miento de flexión, la carga com presiva genera un parrón
normal contiene vasos sanguíneos, linfáticos y nervios, de estrés radial más uniforme.
mientras que la parte central se convierte en la mayor es- En el compo rtamiento bio mecánico d el disco inrerver-
tructura avascular del cuerpo humano. rebral es importante el espesor de su parte posterior, en re-
El disco imerverrebral se compo ne de dos zonas: una lación con su resistencia y su forma. Los discos q ue rienen
cenrral, denominada mícleo pulposo, y otra periférica, de- la parte posterior cóncava están mejor diseñados para re-
no minada flllillo fibroso, que están separadas del cuerpo sistir las flexiones que los que la tienen convexa, ya que a
vertebral por dos delgadas láminas de cartÍlago hialino. igualdad de diámetro poseen mayor sección.
El agua también es el principal componente del anillo Los discos que tienen una gran alrura y áreas pequeñas
fibroso y representa el 60-70 o/o de su peso. El colágeno tienen mayor riesgo de sufrir alteraciones que cualquier otra
constituye el 50-60 o/o de su peso seco. Los espacios que combinación de alcura y geometría. Cuando la ratio área/al-
quedan enrre las fibras de colágeno y entre las diferenres tura del disco se incrementa, el disco es más estable para ro-
capas se hallan embebidos de gel d e proteoglicanos, cuya dos los tipos de cargas, excepto para las de torsión. Las vér-
función es manrener unidos los diferentes componenres tebras lumbares toleran cargas de hasta 730 kg. Los discos
del anillo. intervertebrales de la región lumbar están en condiciones de
El a nillo posee mayor resistencia y más capacidad de re- soportar una p resión axial de hasta 1.500 kg. El valor de ro-
cuperación en los co rees h orizontales de las laminillas peri- le rancia de la región cervical alcanza sólo el 75 o/o de la capa-
féricas, mientras que en los corres más verticales y radiales cidad de compresión de las vértebras lumbares. En la resis-
posee mayor disrensibilidad. Proporciona es tabilidad y, de- tencia a la torsión, los valores de las vértebras lumbares es-
bido a la disposición espiral de sus fibras, actúa como liga- tán alrededor de 250 kg, y para los discos imervertebrales,
memo de contenció n, reteniendo al núcleo y contribuyen- en unos 450 kg. El resultado de sopo rtar estáticamente una
do a la estática vertebral. El hecho de que el anillo sea más carga de 100 kg con ligera flexión anterior de la columna
grueso por delante que por detrás en las zonas de lordosis vertebral representa una ca rga de presión en las vértebras
p uede ser uno de los factores responsables del predominio lumbares de más de 800 kg. Si se adopta una posición cifó-
de la protrusión posterior del núcleo pulposo. Además, el rica, la carga es tática de los d iscos torácicos aumenta hasta
colágeno es menos abundante en la porción posterior y la- un 50 o/o, incluso en ausencia de peso adicional.
teral del anillo, lo que hace más vulnerables estas zonas. Según Mardnez (1995 ), el disco inrerverrebral de un
La d egeneració n discal puede ser fisiológica (envejeci- adulto joven soporra, en cond iciones normales, hasta 600-
miento discal, con afectación difusa de todos los discos, 800 kg de peso antes de que se produzca una fracm ra de los
sobre todo los lumbares inferiores por causas mecánicas) o platillos vertebrales, que sigue, tras una carga brusca, dos pa-
no (degeneración discal, que afecta co mo máximo a tres rrones de aparición: si el disco es normal, la fractura es cen-
discos y está producida por una desecación acelerada, atro- tral; mientras que si el disco está degenerado, la fractura será
fia y transformación fibrosa del disco). Los cambios dege- periférica en las inserciones del anillo (Fig. 3 1-1).
nerativos discales propiamente dichos incluyen la deseca-
ción, la fibrosis, el estrechamiento del espacio discal o la DEFINICIÓN DE HERNIA DISCAL
pérdida de altura del disco, prorrusión difusa del disco so-
bre el cuerpo vertebral y la degeneración mucoide. La en- Las hernias discales ® so n patologías que se encuadran
fermedad discal degenerativa da lugar a la pérdida de tur- denrro de las alteracio nes estructurales de los discos inter-
gencia del núcleo pulposo y a la disminución de la elasti- verrebrales. Es una patología muy frecue nte, sobre todo a
cidad del anillo fibroso, lo cual hace que el disco prorruya la altura cervical y lum bar de la columna, por ser los ele-
o incluso se desplace, para lo cual es necesario que exista mentos más móviles.
disrupción del anillo. Es importante difere ncia r en rre:
• Fisura del anillo: rotura parcial del anillo en el que las
BlOMECÁNICA DEL DISCO INTERVERTEBRAL fibras más externas está n conservadas.
• Prorrusión del núcleo pulposo: abultamiento de la cara
Durante las actividades de la vida diaria, el disco imerver- externa del disco p roducida por una alteración degene-
rebral se ve sometido a solicitaciones complejas; en gene- rativa del an illo fibroso , a pesar de q ue sus fib ras perma-
ral, combinació n de compresión, cizalla, fl exión y torsión. nezcan intactas.
En este senrido, ramo la flexoexrensión como la flexión la- • Hernia de disco: el núcleo progresa a través del an illo
teral d el raquis provocan tensiones de tracción y compre- co n la rotura de las fi b ras de éste.
381
Cargas que actuan sobre le disco intervertebral zamienro del material discal lejos del lugar de la extrusión,
esté o no secuestrado.
Los desplazamientos discales también pueden clasificar-
se en función de la presencia o ausencia de contención. Si
el anillo fibroso está intacto, la hernia será contenida,
mientras que si existe desgarro del anillo fibroso, será una
hernia no contenida; es decir, existe comunicación con el
espacio epidural y el conducto espinal.
Tabla 31-1. Clasificación unificada de la terminología (2001 ), Prolusión discal o Hernia extruida
hernia de disco contenida (hernia subligarnentosa)
-
de la Sociedad Norteamericana de Columna INASS),
la Sociedad Americana de Radiología de Columna (ASSR)
y la Sociedad Americana de Neurorradiología (ASNRI
Según la cantidad de disco herniado:
'"~~.. ~
• Hernia parcial. Es la más frecuente y consiste
en la salida de parte del material del núcleo pulposo
hacia atrás y lateralmente (la zona del anillo y del 1
ligame~to longil~dinal
ligamento vertebral común posterior más débil es la comun posfenor
posterolaterall. Comprime la raíz correspondiente
a su entrada o en el trayecto a través del agujero de Hernia extruida
conjunción (hernia trasligamentosa) ( Hernia secuestrada
Hernia masiva. Poco frecuente, sale el núcleo pulposo en
su totalidad y, a veces , también parte del anillo fibroso ya
roto. Si la cantidad del material excluido es muy grande, se
puede originar un síndrome de cola de caballo
Según la localización de la hernia:
• Hernias centrales. También llamadas posteromediales
o anteriores. Suelen tener un mecanismo de flexión con
una carga de magnitud importante. Pueden producir la Figura 31-2. Tipos morfológicos de hernia discal.
compresión del saco dural y dar lugar a un cuadro clínico
variable según s u localización
• Hernias laterales (o posterolateralesl. Son las más
frecuentes, se corresponden con lo referido sobre las • Las hernias discales posteriores son las más frecuen tes y
hernias parciales. En su forma característica, una hernia pueden, en principio, localizarse en cualquier disco.
lateral va a originar una compresión monorradicular
• Hernia foraminal. Son más laterales. El material discal • Los discos que con mayor frecuencia se hernian son los
herniado se sitúa en la zona del agujero de conjunción comprendidos entre las vértebras L4- L5 y L5- 51. Con
y puede originar un importante conflicto de espacio a mucha menos frecuencia la herniación se p roduce entre
esta altura y dar lugar a un intenso cuadro doloroso a nte
toda maniobra que implique una movilización de la raíz
C6-C7 o enrre C7-Dl (véase el caso clínico 3 1-2). En
com primida el resco de la columna es excepcional.
Según la relación del núcleo con el anillo fibroso • Se observa, sobre codo, en sujecos cuya edad oscila en-
IFig. 31-2): tre los 30-60 años.
• Hernia contenida. Cuando hay una rotura de las fibras del • En general, las hernias discales posteriores tienen un
anillo fibroso que no pueden impedir el desplazamiento del origen traumático y, sobre codo, los movimientos forza-
núcleo dos de flexión y extensión de la columna son los que las
• Hernia protruida lprotrusión discall. Se presenta cuando
hay un desplazamiento global del disco que hace impronta ocas10nan.
sobre el canal lumbar. El resultado es que el disco • El enfermo refiere como antecedente (véase el caso clí-
intervertebral hace relieve en la parte posterior de los n ico 3 1-4), generalmente, que al ir a levantar un peso
cuerpos vertebrales y estrecha el canal vertebral
• Hernia extruida lextrusión discall. En este caso, aparte de del suelo (ume quedé clavado»), sintieron un violento
la rotura de las fibras del annulus, se produce la afectación dolor en la columna lumbar, a partir del cual se instau-
del ligamento vertebral com ún posterior y el fragmento de raron todos los síntomas típicos de una hernia discal
núcleo pulposo entra en el canal. comprimiendo aún más
intensamente la raíz o incluso produciendo un síndrome posterior. Ante una lumbalgia aguda, se debe seguir ri-
de cola de caballo. El fragmento del disco queda alojado gurosamente el p ro tocolo (oe véase algoritmo en el
dentro del canal Anexo 3 1- 1) .
• Hernia discal emigrada lo secuestro discall. Situación
más evolucionada que la anterior. El fragmento discal se
• En el momento de producirse, el núcleo sale brusca-
ve desprendido y se desplaza más allá de los límites del mente, al igual q ue ocurre cuando apretamos entre dos
espacio dural para esa raíz dedos el hueso de una aceituna.
CUADRO CLÍNICO
CLASIFICACIÓN
El cuadro clínico discal comp rende diversos aspectos. Veá-
En el año 2001 , la Sociedad Norteamericana de Columna moslos a continuación.
(NASS), la Sociedad Americana de Radiología de Columna Dolor. Puede ser local o irradiado. El d isco no tiene
(ASSR) y la Sociedad Americana de Neurorradiología inervación. El dolor se produce po r irritación de las termi-
(ASNR) publicaron una nueva clasificación que rrataba de naciones nerviosas. El nervio de Lusch ka es una rama an-
unificar la terminología para evitar confusiones (Tabla 3 1-1), terior del nervio espinal, que inerva el ligamento longitu-
y es la que se recomienda en la actualidad. Hay que conside- dinal común posterior, y la rama posterior inerva la cápsu-
rar una serie de tipos de herniación discal (Fig. 3 1-2). la de las articulaciones.
Por su frecuencia y relevancia clínica, es importante se- El dolor se caracteriza por:
ñalar las características propias que presenta la hernia dis- • lrradiarse a lo la rgo del dermatoma (rama anterior y
callumbar: posterior).
31 • Patolog ía del disco intervertebral 383
• La atrofia muscular corresponde a la raíz afectada; el do- Tiene un curso ondulante. Se produce por irritación de
lor radicular por compresión discal se modifica con los la arteria vertebral, y se subdivide en:
cambios de postura que descomprimen la raíz. - Síndrome verrebrobasilar: isquemia cerebral transi-
• Tienen déficits específicos de los reflejos osteorendinosos. toria, nucalgia, mareos y vértigos desencadenados
• No hay déficit nervioso autonómico. por rotación-extensión brusca de la cabeza.
- Síndrome de Barré-Lieou: componente funcional ,
Trastornos neurológicos. Pueden ser sensitivos y/o moro- más frecuente en mujeres de más de 50 años, nucal-
res. Es imporrame la relación de la médula y sus rafees con gia alra, cefaleas, mareos, disfagia, etc.; no hay obje-
vértebras y discos. En función de su localización, van a tivación con signos claros ni trastornos neurol ógicos
aparecer distintos síndromes clínicos. demostrables, y no parece que haya estenosis arterial.
Columna cervical. El 30 % de la población tiene dolo- Suele ceder solo o ayudado por analgésicos.
res cervicales y su máxima incidencia es entre los 30 y • Síndrome cervicomedulm: Puede ser, a su vez de dos tipos:
60 años, más frecuentes en mujeres en esa franja de edad. - Compresión medular: por hernia masiva. Se produ-
Se dividen en formas agudas o crónicas, con o sin irradia- ce una subluxacíón o luxación cervical, que al redu-
ción radicular. Son poco frecuentes, y suelen aparecer en cirse puede dirigir el materi al discado hacia el canal
los discos vertebrales de mayor movilidad de la columna, raquídeo y producir una lesión medular.
es decir, en los situados entre C6-C7 y C7 -01. Existen di- - Mieloparía cervical por compresión crónica: lesió n
versos síndromes cervicales: medular espás tica progresiva con hiperreflexia en
• Dolor cervical puro. Cuadro clínico frecuente que se los miembros inferiores, Babinski positivo. En las
produce por irritación del ligamento longitudinal pos- formas bajas, atrofia de la musculatura de la mano,
terior. Es un dolor (a veces acompañado de espasmo, de dificultad para los movimientos finos. El primer
predominio nocturno) centrado en la nuca e irradiado signo que aparece es la dificultad de la marcha, se-
al hombro, neuralgia occipital por irritación del nervio guida de espasticidad, parestesias, urgencia urina-
occipital. Curso crónico oscilante, dolor nocturno. ria, etcétera.
No ra: es importante hacer un cuadro diferencial con la
isquemia miocárdica, sobre rodo si es en el lado izquier- Columna lumbar. Es el motivo de co nsulta más frecuen-
do. Se puede agudizar en forma de tortícolis. te en la consulta. Entre los 40 y 50 años, el 70% de los
• Síndrome cervicobmquial. Por hernia discal que compri- hombres han tenido lumbago y el 50% de ellos han teni-
me una raíz, más frecuente en menores de 40 años; pue- do baja laboral por esta causa. Se presenta como:
de tener que ver con trabajos de esfuerzo físico. A par- Lumbago. Que puede ser a su vez agudo o crónico:
tir de los 40 años no se afecta sólo el disco, sino que co- - Agudo: instauración brusca, con o sin esfuerzo pre-
mienzan a aparecer osteofiros que llegan a comprimir la vio. Es un dolor lumbar, con contractura muscular
salida de la raíz y la arteria (Tabla 31-2). antiálgica. Duración aproximada: 2 semanas. Se
• Síndromes cervicocefiílicos. Cuadro de dolor que asocia produce por la irritación del ligamento longitudi-
dolor cervical a dolor de cabeza (migraña cervical), ma- nal posterior por protrusión discal y/o por la íncar-
reo/vértigo, alteraciones visuales o auditivas y disfagia. ceración de fragmentos de núcleo pulposo en las fi-
bras del anillo (Fig. 31-3) . No se sabe cuál será su
evolución.
Tabla 31 - 2. Sintomatologia de las cervicobraquialgias - Crónico: puede aparecer de forma primaría o se r la
repetición, más leve, del cuadro agudo. Cursa con
Signos sensitivos Signos motores brotes o toma forma continua y aumenta con es-
V 4-5 Dolor en la cara Dificultad para fuerzos y sedestación prolongada {véase el caso clí-
lateral del cuello la abducción y nico 31-1) . Es un dolor que cede parcialmente con
hacia el hombro elevación del el reposo. En ocasiones se irradia a la cara posterior
hasta el codo hombro
del muslo y de los glúteos de forma poco definida,
VI 5-6 Dolor y parestesias, Atrofia deltoidea. confundiéndose con lumbociatalgia ® . Es impor-
irradiado a la cara Paresia bicipital, tante hacer el diagnóstico diferencial con procesos
lateral del brazo pérdida del reflejo ginecológicos o urológicos. También con enferme-
y antebrazo hasta bici pi tal
el pulgar e índice dades inflamatorias como espondilitis anquilosanre
(véase el capítulo 41) y espondilitis infecciosas en
VIl 6-7 Dolor y parestesias Pérdida de fuerza jóvenes.
en el centro del del tríceps,
antebrazo hasta hiporreflexia • Síndromes mdimlares. Compresión de una raíz nerviosa
el dedo medio tricipital por un disco. Los discos lumbares aumentan de tamaño
caudalmenre y tienen una relación anatómica diferente
VIII 7-1 Dolor y parestesias Pérdida de fuerza
en la cara medial del tríceps y del con las raíces según el nivel. El plexo airo incluye al ner-
del antebrazo músculo intrínseco vio femorocuráneo y al crural. Ellumbosacro incluye al
hasta el4° de la mano ciático. Aparecen dolor, signos sensitivos y/o signos mo-
y 5° dedos
tores.
384 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis
lorraquídeo y, por tanto, las compresiones extradura- Alteraciones motoras. Las alteraciones motoras son las
les sobre el espacio subaracnoideo de una hernia de siguientes:
disco o el diagnóstico diferencial con la estenosis del Se hará caminar de puntillas (SI) y de talones (L5).
canal a multinivel u otros procesos (Fig. 3 1-5). Per- Oponerse al movimienro de flexión del pie (L5) y al
mite (como la mielograffa) inferir la presencia de un movimiento de extensión del pie (S l ).
disco extruido, cuando la hernia ocupa más del 50 o/o Se verificará la fuerza del cuádriceps (L3 y L4).
del canal (exactitud pronóstica del 90 o/o). El pacien- Se explorará el reflejo parelar o rotuliano (L3 y L4) y el
te no recibe radiaciones ni inyecciones de contraste reflejo aquileano para la raíz L5 y S l.
yodado.
- Mielografia. La mielografía, cuando no es posible la Alteraciones sensitivas. Son las siguientes:
RM, es el examen más preciso para el diagnóstico • Se explora la sensibilidad de la cara anterior del muslo
positivo de hernia de disco. También permite descar- (raíces Ll, L2 y L3).
tar estenosis del canal por causas degenerativas, ru- • Se explora la cara interna de la pierna (raíz L4), la cara
mores, etcétera. externa de la pierna, la mirad interna del dorso del pie,
incluyendo el dedo gordo (raíz L5), la mirad externa del
Exploración dorso del pie, incluyendo el dedo menor (raíz SI). Asi-
La exploración debe ser exquisita. mismo, se explorará la sensibilidad de la región perianal
Alteraciones de la estática vertebral. Aparece el deno- y de la cara posterior del muslo, pierna y región plantar
minado signo de Ramond, que consiste en una contractu- para las raíces S1, 52.
ra muscular paralumbar unilateral o bilateral; es un meca-
nismo de defensa, presente en más del 60 o/o de los casos. Alteraciones esfinterianas. Se debe considerar la posibilí-
Se trata de una actitud escoliótica antiálgica, con descen- dad de vejiga neurógena, y se explora la presencia de glo-
so de las costillas, de la escápula y elevación de la cresta bo vesical.
ilíaca. Maniobras dolorosas radiculares. Las principales ma-
Alteraciones radiculares. La flexión del tronco provo- niobras exploratorias son las siguientes:
ca un dolor irradiado a la pierna; es un signo de conflicto • Maniobra de Lassegue. Consiste en que, desde el decúbi-
disco-radicular. Si se realiza presión de las masas muscula- to supino, el evaluador realiza la elevación del miembro
res paraverrebrales podrá desencadenar un dolor en la pier- inferior, con la rodilla extendida. Es de utilidad para di-
na (signo del timbre). ferenciar la ciática del dolor provocado por una enfer-
La mayoría de las hernias lumbares pueden ser tratadas Microdiscectomía. Se trata de una discectomía que se
por medio de un tratamiento conservador, que consiste, realiza usando un microscopio, con una incisión y mani-
fundamentalmente, en fisioterapia, ergoterapia, analgési- pulación quirúrgica muy pequeñas y, por tanto, un plazo
cos, terapia antiinflamaroria y corticosreroides, que pue- de recuperació n muy breve. En los casos que presenten in-
den estar eventualmente administrados por infiltraciones dicación quirúrgica, y cuando sea posible utilizar esta téc-
(Corniola, Tessirore, Schaller & Gaurschi, 2014). nica, es el procedimiento de elección, pues obtiene unos
Si aparece de repente un moderado déficit neurológico resultados similares a los de la técnica anterior, pero acor-
y se aprecia una correlación clinicorradiológica, o bien tando el tiempo de recuperación y reduciendo costes y
porque la opción de tratamiento conservador fracasa y el complicaciones (sangrado, fibrosis, ere.).
déficit es progresivo, o bien si el dolor no se co ntrola ade- Laminectomía. Consiste en quitar roda la lámina de
cuadamente mediante tratamiento conservado r correcta- una vértebra, lo que también descomprime la raíz nervio-
menre realizado durante 4 a 6 meses, entonces se reco- sa. Asimismo, se usa en casos de estenosis espinal. Los es-
mienda la cirugía (Corniola, Tessirore, Schaller & Gaurs- tudios realizados demuestran que se obtienen peores resul-
chi, 2014). tados que con la discecromía, la microdiscecromía o la la-
minotomfa. Por otra parte, se ocasiona una inestabilidad
vertebral.
O Si el tratamiento médico fracasa o si existe afectación
neurológica, estará indicado el tratamiento quirúrgico. Artrodesis . Consiste en la fij ac ión de dos vértebras
contiguas (Fig. 31-6) . Se puede hacer colocando un in-
jerto de hueso enrre ambas vértebras (artrodesis no ins-
trume nrada) o usando además unas placas metálicas
Tratamiento quirúrgico para fij ar ambos cuerpos vertebrales (artrodesis instru-
Existen distintas opciones terapéuticas. mentada).
Laminotomía. Consiste en el abordaje de la raíz ner- En ocasiones es el procedimienro que sigue a una lami-
viosa; primero a través d el espacio que hay entre las lámi- necromía, para evitar la inestabilidad de la vértebra cuya
nas de dos vértebras adyacenres al ampliar el agujero de lámina se extrae. Los resultados obtenidos con esta técnica
conjunción, lo que produce una descompresión de la raíz demuestran que, en los casos donde está indicada la ciru-
nerviOsa. gía y se aplica esta técnica, se ob tienen peores res ultados
Discectomía. Es el procedimiento quirúrgico que con- que con la discecromía, la microdiscecromía, la !aminoro-
siste en la extracción exclusivamente del m aterial discal mía o la laminecromía. No obstante, Zhu, Liu, Wang, et
herniado, sin tocar el hueso de la o las vértebras adyacen- al., (20 15) han demostrado que la técnica denominada
tes. Es una técnica efectiva en aquellos casos donde está in- topping-ojfobtiene similares resultados a corro plazo, fren-
dicada la ci rugía. Con cierra frec uencia se precisa la am- te a una arrrodesis posterior (fusión de los cuerpos verte-
pliación del agujero de conjunción para el acceso al mate- brales L4+L5, junto con ligamento inrerespinoso). Sin em-
rial discal herniado, que se extrae de una discecromía. En bargo, el sistema Wallis (topping-ojfgroup) obtiene mejores
este caso se estaría ante una discecromía con laminoromía. resultados en la prevención del agravamiento de la degene-
Figura 31-6. Hernia discal L4-L5 extruida. !Al Imagen anteroposterior: previa a la cirugía. [BIImagen lateral: previa a la cirugía. [Clima-
gen mediante resonancia magnética. [DI Hernia discal extruida L4- L5. Radiografía anteroposterior, control tras artrodesis L4-L5.
388 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Sección IV. Columna vertebral. Raquis .
ración que causará la fusión del segmento vertebral men- ra fibrosa del disco (en los casos de fis ura discal). Los resul-
cionado (Zhu, Liu, Wang, et al., 20 15). tados son controvertidos.
Actualmente, sólo se plantea como indicación de elec- Colocación de prótesis de tipo speek (Fig. 31-7).
ció n en aquellos casos con dolor lumbar en los que el cua- En los últimos años, la sustitució n total del disco me-
dro clínico dura, como mínimo, 2 años pese a todos los diante dispositivos artifi ciales ewí. siendo el tratamien-
tratamientos aplicados (véase el caso clínico 31-3) , si ade- to de elección . Dada la historia difícil de la cirugía lum-
más no están disponibles otros tratamientos no quirúrgi- bar y la variación en las propiedades cinemáticas y bio-
cos que han demostrado ser eficaces. mecánicas de todos los diseños de dispositivos, la elec-
Pese a la existencia de una notable presión comercial ción de un disco artifi cial rep resenta un imporrante
para usar arrrodesis instrumentadas (que conllevan la im- problema de la práctica clínica. Por ello, recientemente,
plantación de material de osteosíntesis caro), en vez de el grupo de Ottawa (ON) (20 14) ha publicado una guía
técnicas no instrumentadas, los resultados de los estudios clínica en la que se recomienda utiliza r esta generación
científicos realizados hacen más recomendables estas úl- de dispositivos que imitan de manera más efectiva la ab-
timas. so rción de choque y la rigidez durante la flexión de un
Quimionucleólisis. Esta técnica consiste en inyectar disco nativo, como por ejemplo el M6-L (Sphwl Kine-
una sustancia denominada quimiopapaina en el interior tics, Srmnyvale, CA).
del disco con el objeto de destruir el núcleo pulposo. Ello En lo que respecta a las indicaciones de las técnicas
conlleva la disminución de la presión del disco y la com- quirúrgicas descritas, es preciso destacar que, cuando hay
presión sobre la raíz nerviosa, y, además, destruye las sus- una hernia discal con indicación q ui rúrgica, la discecromía
tancias que contiene el núcleo pulposo y que desencade- o, todavía mejor, la m icrodiscectomía son las técnicas de
nan la inflamación neurógena. elección (Cong, Zhu &Tu, 2015). La lami noromía, aisla-
Esta técnica es aún menos eficaz que la discectomía, y da o en combinación con la discectomía, puede aplicarse.
actúa más por la destrucción de las sustancias que provo- La laminectomía sólo está indicada en casos excepcionales
can la inflamación neurógena que por la reducción del vo- y la arrrodesis debiera evitarse.
lumen de la hernia (hasta en un 70 % de los casos se ha vis-
to que el volumen del material herniado permanece inal-
La discectomía endoscópica y la microdiscectom ía han
terado).
demostrado ser el método de elección, por su seguridad
Una de las complicaciones de la quimionucleólisis es el y eficacia, frente a la discectomía estándar abierta.
riesgo de reacción alérgica a la quimiopapaína, que en oca-
siones puede llegar a ser morral. Esta circunstancia, junto
con el desarrollo de la microdiscectomía, ha hecho que ac- La quimionucleólisis es menos eficaz que la microdis-
tualmente la quimionucleólisis se realice con menor fre- cecromía o la laminoromía y presenta complicaciones
cuencia. que, aunque poco frecuentes, son potencialmente peligro-
Ozonoterapia. Esta técnica consiste en la inyección sas. Se puede plantear cuando se ha descartado que el pa-
de un gas (ozono) en el interior del disco. De aplicación ciente sea alérgico a la quimiopapaína, como último paso
en la actualidad, hay controversia en cuanto a los resul- anres de indicar la cirugía. En caso de afecciones d iscales,
tados, pues no existen pruebas científicas de su efecti- como fisuras o degeneraciones, no hay daros concluyen-
vidad. tes que sugieran la eficacia de la ozonoterapia o la IDET,
Electrotermocoagulación intradiscal (IDET). Esta por lo que habría que ser muy cautos a la hora de indicar
técnica está desarrollada para el tratamiento del dolor de estas técnicas.
origen discógeno. Consiste en colocar unos electrodos en En caso de degeneración discal (Zhang, Liu, Yu, Ma,
el disco interverrebral y calentarlos, con el fin de quemar Cai & Fan, 2014), se recomienda no operar salvo en cir-
los nervios responsables de la transmisión del dolor origi- cunstancias excepcionales (van den Eerenbeemt, 20 10),
nados en él y, eventualmente, unir las fibras de la envolru- que incluyen el que no estén disponibles en el entorno
Figura 31 -8. Discitis a la altura de T1 2-L1. !Al Corte axial. !Bl Corte
sagital. visión lateral en Tl. (C) Corte sagital, visión lateral en T2. ID) Cor-
te sagital. visión lateral, corte en T2, con resalte. Nótese len brillo) la
infección. !El Telerradiografía anteroposterior, control de instrumen-
tación Tl O-L3, de la discitis T1 2-L 1. Fl Telerradiografía la teral, control
de instrumentación Tl O-L3, de la discitis T12-L 1.
~~ RESUMEN
• El disco intervertebral es una parte integrante del eje axial, cales, que están relacionados co n el grado de movilidad de
de gran importancia para mantener la estabilidad y flexi bi- ese segmento.
lidad del tronco.
• Los medios que se utilizan para diagnosti car esta patología
• Se define hernia discal como el desplazamiento loca lizado son varios: clínica característica, estudios de imagen -cada
del disco más allá de los límites del espacio discal, mien- vez más avanzados y precisos- y pruebas mé dicas/fis iote-
tras que se utilizan otros términos para definir las patolo- rapéuticas propias.
gías parecidas, pero difiriendo en e l cuadro clínico. Tal es
• Hay una serie de baterías terapéuticas indicadas para es-
el caso de protrusión, extrusión y desplazamiento disca/, de-
tos casos, de manera aislada o combinadas e ntre "sí !trata-
pendie ndo s iempre del grado de desplazamie nto de l nú-
m iento farmaco lógico, ortopédico -prescripció n de orte-
cleo dentro del disco intervertebral.
sis-, fisioterapéuticos y/o quirúrgicos; estos últimos se en-
• Hay segmentos más propensos a presentar problemas en cue ntran en constante evolución y la decisión se tomará de
los discos, como los segmentos lumbares (L5-S1 1 y cervi- manera conjunta entre facultativo y paciente).
1. ¿Cuáles son las funciones básicas que tiene la columna ve r- 7. ¿Qué cuadro clínico presenta una herniación de la sexta ra íz
tebral? cervical?
2. ¿ De cuántas partes se compone el disco intervertebra l?
B. ¿Qu é s intomatología caracte riza una lesión de la quinta raíz
3. ¿Qu é se co noce como hernia disca l? lumbar?
4. ¿ Por qué segmentos óseos/estructuras pasa la línea de gra -
vedad del cuerpo huma no ? 9. ¿ En q ué consiste la ma niobra de Lassegue?
• Diseño del plan de intervención fisioterapéutico en fracturas vertebrales. Intervenciones para la promoción de la
salud y prevención lesional.
• Actualización del conocimiento basado en la investigación científica y en la práctica basada en la evidencia como
herra mienta adecuada para un correcto diagnóstico y tratamie nto.
• Factores de riesgo lesional y pronóstico.
• Aspectos clínicos más relevantes de los traumatismos del raquis.
• Procedimientos terapéuticos más releva ntes de estas lesiones.
393
394 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Sección IV. Columna vertebral. Raquis
Los puntos de mayor riesgo traumático son las encrucija- menores de 40 años, generalmente pertenecientes a la po-
das de máxima movilidad vertebral. Las zonas más móvi- blación económicamente activa. Informes más precisos in-
les del raquis (charnelas o bisagras) son C5-C6, 012-Ll y dican una tasa anual de 30 a 35 por millón de personas,
L5-Sl {cervical, toracolumbar y lumbosacra). Pueden de- aproximadamenre 10.000 nuevas lesiones traumáticas por
jar secuelas neurológicas, inestabilidad mecánica o dolor. año (Cruz & López, 2004).
La unión toracolumbar no tiene la protección y sopor-
te de la parrilla cosral. Además, los cuerpos vertebrales no MECANISMO DE LESIÓN
son tan grandes como los lumbares, por lo que resisten
menos la deformidad tras aplicarles una carga específica. Pueden darse mecanismos aislados o asociados. La natura-
Estos facrores condicionan que la columna toracolumbar leza exacta de una lesión depende de la arquitectura de la
sea más vulnerable a sufrir lesiones y determina que sea la columna y de la forma en que se apliquen las fuerzas.
localización más frecuente de las fracturas por estallido Existen distintos mecanismos lesionales, como son:
(Singh, Kim & Vaccaro, 2007). Flexión. Independientemente de su localización, se pro-
ducen por un mecanismo de movimiento anterior de
una vértebra sobre otra (Fig. 32-2) . Es la más frecuente
DEFINICIÓN
en la columna torácica y lumbar. Cuando el agente
La fractura vertebral es una lesión producida a causa de un traumático actúa sobre la cara posterior de los homb ros,
traumatismo importante que compromete desde un cuer- provoca una brusca angulación anterior de la columna,
po vertebral hasta la unidad vertebral funcional; esta últi- de ral forma que el ángulo anterior de los cuerpos ver-
ma está formada por dos vértebras adyacentes y el disco in- tebrales es impulsado dentro de la parte media del cuer-
tervertebral, además de las articulaciones, ligamentos y es- po adyacente. Se produce una fractura triangular ante-
tructuras óseas de la columna. rior, muchas veces conminuta.
Las características anatómicas de cada segmento de la Se pueden producir con o sin estrechamiento del espa-
columna vertebral, la fuerza y dirección del impacro y la cio discal superior. Los ligamentos y el arco posterio r
alineación postura! del paciente contribuyen al patrón de permanecen indemnes.
lesión vertebral. En los casos en los que este mecanismo de acción pro-
Se define inestabilidad (White & Panjabi, 1990) como voque una luxación, las fijaciones ligamenrosas y óseas
«pérdida de la capacidad de la columna vertebral para man- se rompen por completo, quedando móvil a esa altura.
tener sus patrones de desplazamiento en condiciones fisio- El resultado es la subluxación o luxación de las facetas.
lógicas para que no haya déficit neurológico inicial o adicio-
nal, ninguna deformidad importante y no haya dolor inca-
pacirante•>. En esra definición se habla, por un lado, de man-
tener su alineación y su movimiento y, por otro lado, de la
Por este mecanismo se produce el 15% de Las fracturas
dorsolumbares.
o
preservación de la integridad de las estructuras neuronales a
las que protege, como es la pérdida de las funciones genera- • Compresión axial. Estallido vertebral, por ejem plo, caí-
les (protección y amortiguación de las cargas). da sobre la cabeza, en una zambullida en piscina o en
un río con poca profundidad (véase el caso clínico 32-2) .
ANTECEDENTES. PREVALENCIA Puede haber retrop ulsión de un fragmento fracrurario
hacia el canal medular, alterándose la línea de los cuer-
La localización más frecuente de las fracturas vertebrales
son las regiones torácica y lumbar. La mayor parte de las
lesiones torácicas y lumbares se presentan a consecuencia
de traumatismos de alta energía, principalmente acciden-
tes de tráfico. La población masculina de entre 15 y 29 años
es la que mayor número de casos presenra.
Las vértebras más afectadas son las que se encuentran
enrre 011 y L1 en el 52% de los casos; después las locali-
zadas entre L1 y L5, con un 32% de los casos; y entre 01
y O 1Oen el 16% de los casos. Las lesiones asociadas a este
traumatismo son: romra de una víscera abdominal o un
vaso, lesiones pulmonares, hemorragias intraabdominales
secundarias a una lesión del hígado y del bazo, y lesiones
de vértebras contiguas o no (Singh, Kim & Vaccaro,
2007).
A partir de algunos estudios, se determinó que en una
población de un millón de habitantes, cada año se produ-
ce un promedio de 50 casos de lesiones vertebrales por
traumatismo, de ellos el 72 % se presenra en individuos Figura 32-2. Fractu ra producida por un mecanismo de fl exión.
32 • Traumatismos del raqu is 395
Inestabilidad neurológica
En el mecanismo de compresión axial (Fig. 32-6) con es-
tallido del cuerpo vertebral (pérdida mayor de 50% de la
altura del cuerpo vertebral). Se produce cuando la parte
posterior de la columna media es desplazada hacia atrás e
invade el canal raquídeo, lo que amenaza las estructuras
neuronales, pero sin riesgo de movilidad anormal. Es típi-
co de precipitaciones o caída de peso sobre el cuerpo des-
de altura (véase el caso clínico 32-1 ).
En el caso de las fracturas q ue se localizan en la zona to-
racolumbar, serán consideradas inestables neurológica-
menre hablando si existe una angulación d el cruce toraco-
lumbar superior a 20 grados o el comp romiso del canal es
mayor de 30 grados.
Figura 32-5. Radiografía lateral de la columna lumbar. Fractura
producida por un mecanismo de compresión axial. Nótese la frac- Inestabilidades combinadas:
tura en L1 (flecha l. mecánicas y neurológicas
Se produce en las fracturas-luxaciones, ya que en ellas ce-
pedículos estén ensanchados o abiertos, este hecho impli- den las tres columnas y constituyen la mayor amenaza,
cará disyunción del arco posterior. tanto para la médula y sus raíces como para la aparición de
dolor y deformidad. Hay lesión mecánica y neurológica,
In estabilidad mecánica combinadas.
Dos columnas afectadas permiten una movilidad anormal,
aparece evemualmenre dolor, sin afectación neurológica. Según el segmento lesionado
Ocurre en los traumatismos por flexión-hiperextensión La división de las fract uras según el segmen to lesionado se
que interrumpen la columna media y posterior. puede establecer en dos grandes grupos: uno, el raqu is
Tabla 32-2. Clasificación de los traumatismos del segmento Tabla 32-3. Clasificación de los traumatismos del segmento
vertebral cervical vertebral toracolumbar
potencialmenre inestable por la lesión del ligamento trans- Otros síntomas de las fracmras por compresión del
verso. cuerpo vertebral pueden incluir la pérdida de altura con
joroba (cifosis). Con cada fractura, el estrés adicional que
ANATOMÍA PATOLÓGICA provoca en las vértebras vecinas también puede producir
fracturas por proxi midad. Una vez q ue esto ocurre, puede
Se distinguen tres grados de fracturas que se describen a afectar a la capacidad para respirar y hacer sencillas las ac-
continuación. tividades diarias.
ipsilateral a la lesión, hipoalgesia y alteración de la sensi- D entro de las fracturas específicas del arias, nos enco n-
bilidad térmica conrralateral a la lesión, junco con sensi- tramos con:
bilidad táctil normal o mínimamente disminuida. • Fractura del arco posterior o finctum de Sherk. D ebida a
• Síndrome medular ceutml. Caracterizado por una lesión mecanismos indirectos, muy especialmente al impacto
central generalmente isquémica de la médula espinal. axial sobre el vértice craneal, transmitiéndose la fuerza
Se manifiesta clínicamente por una lesión sensitivomo- al atlas.
tora, principalmente de las extremidades superiores (al- • Fmctura de Jeffirson o de las masas laterales. Es en cuatro
teraciones sensitivas térmicas y algésicas) , con conserva- fragmentos y se produce como consecuencia de una
ción de una mejor función sensitivomotora d e las extre- presión intensa ejercida por los cónd ilos occipitales so-
midades inferiores (atrofia, fasciculaciones, debilidad e bre el arias.
hiporreflexia). • Rotura ele/ligamento tramverso de/atlas. Se puede rom-
• Síndrome de sección medular transversa. Se caracteriza per en las lesiones por flexión brusca.
clínicamente por presentar una pérdida total de la fun-
ción sensitivomotora y de los reflejos desde la zona de Se pueden dar otras formas, llamadas frustradas, cuya sin-
la lesión hacia distal (no necesariamenre se asocia con tomatología no es tan evidente:
una sección medular anatómica). • Existencia previa de un anrecedente traumático. Aque-
En los casos de sección medular completa, ocurre una jan dolores intensos de localización occipital y rigidez
pérdida de todas las modalidades sensitivas y alteració n de cuello.
de las vías motoras por debajo de la lesión, de manera • Fijación de la cabeza en flexión o inclinada lateralmen-
bilateral. te, asemejando a una tortícolis. Cualquier inrento de
La lesión de la cauda equina se puede producir en for- movilización d esencadena dolor.
ma total o parcial en relación con los desplazamientos • La exploración neurológica puede ser negativa o, por el
anteroposteriores de la columna vertebral lumbar desde contrario, demostrar trastornos sensitivos y motores.
L2 hasta distal. También puede lesionarse la cauda equi- • Es frecuente la dificultad en la deglución debido a la
na por prorrusión hacia posterior y ocupar el canal ra- irritación del nervio glosofaríngeo.
quídeo de fragmenros óseos o fragme nros discales.
Una vez producida la lesión medular, el paciente se pre- O tras for mas de presentación son las tardías, después del
senta clínicamente en un estado llamado choque meclu- traumatismo, de apariencia banal: el enfermo se reincor-
lm; que consiste en la pérdi da toral de la fu nción mo to- pora a sus ocupaciones habiruales, sin tener molestia al-
ra y sensitiva distal a la altura de la lesión medular. En guna. A los 2-6 meses empieza a sentir dificul tad para la
el exam en físico se aprecia una parálisis flácida desde el deglució n, neuralgias occipitales, hormigueos y una cier-
lugar d e lesión hacia distal, anestesia completa hacia ta incapacidad para efectuar movimientos fi nos con las
distal, arreflexia osteotendinosa, alteraciones del sistema manos. Estos problemas p ueden desembocar en una
vegetativo y pérdida del control esfinteriano. Esre esta- muerte brusca o bien en la instauració n de una tetraple-
do de choque puede perdurar un tiempo muy variable, jia/cuadriplej ia, más intensa en los miembros superiores.
desde 24 horas hasta 6 semanas. La reversión del cho- Estas formas tardías son debidas a un desplazam iento se-
que espinal se manifiesta por la reaparición de reflejos cundario de los fragmentos fracturados (se efectúa muy
os teorendinosos y del tono muscular, que muchas veces lentamente) .
se caracteriza por hiperreflexia y espasticidad de las ex- Fracturas de las últimas cinco vértebras cervicales.
tremidades inferiores. En el momenro del traumatismo el enfermo suele perder
C uando la lesió n de la médula espinal ocurre en una la consciencia (síncope doloroso). Si el accidenre se pro-
zona más aira, como en la zona cervical baja o cervico- duce en un med io acuático (véase el caso clínico 32-2),
torácica, el paciente se presenta en un estado de choque existe peligro de ahogamiento. Una vez recuperada la cons-
ueurogénico, caracterizado po r presentar hiporensión, ciencia, el enfermo refiere dolor inrenso en la columna cer-
asociada a bradicardia. En aquellos casos donde la le- vical y presenta una intensa contractura muscular.
sión esté localizada por encima de C4, incluso el pa- Según el mecanismo lesiona!, se pueden agrupar estas
ciente precisará de un ventilado r mecánico para su su- lesiones en:
pervivencia inmediata, o incluso supondrá la implanta- • Lesiones por flexión: las alteraciones neurológicas so n
ción de un marcapasos diafragmático. raras y el pronóstico muy bueno.
• Lesiones por flexión y rotación: luxación uni lateral con
A continuación, se describe más específicamente el cuadro bloqueo de una de las apófisis articulares. Al examen
clínico ocasionado tras una fractura vertebral cervical, de- clínico muestra la cabeza ligeramente rotada e incli na-
callándolo de forma pormenorizada. da hacia el lado op uesto de la carilla bloqueada. Des-
Fracturas-luxaciones del atlas :;• axis. Las formas rápi- pués de la reducció n, estas lesiones pueden ser muy es-
damente mortales son muy frecuenres en accidenres de trá- tables.
fi co. El enfermo presenta claros sínromas de sufrimiento • Luxación cervical pura sin fractura: son muy inestables.
medular. La compresión medular se manifiesta por la ins- La lesión por compresión será en la es, la vértebra más
tauración inmediata de una tetraplejia. frecuentemente afectada.
32 • Traumatismos del raquis 401
Resonanc~magn~tica
o
El objetivo de la reanimación es mantener una presión de
da, Sal1agún Olmos, León H ernández, etnl., 2015).
perfusión medular satisfactoria, evitar una hipergluce-
mia, mantener una oxigenación correcta y permitir una Se desarrollarán a continuación los procedimientos em-
descompresión medular de urgencia. pleados para lograr los dos objetivos propuestos.
Descompresión
Hay que movilizar lo menos posible a los pacientes en Hay que reducir los segmentos desplazados mediante:
quienes se sospeche una lesión raquídea, y hacerlo sólo «en • Manipulación indirecta.
bloque», de modo que no se produzca movimiento inrerver- • Tracción.
tebral. Se puede hacer uso de un plano estable (y en fracturas • Abordaje quirúrgico y manipulación directa.
inestables de columna, la estabilidad también se puede conse- • Reposición: cuando ocupan más del 50 o/o del espacio
guir con una cama de Stryker, que permite rotar a un pacien- del canal.
te para alternar diferentes decúbitos con el mínimo esfuerzo).
El cuello debe quedar sujeto con un collar durante el Estabilización
transporte. Los pacientes que estén inconscie ntes deben Es un tratamiento sintomático y de contención externa. La
tratarse como si padecieran una lesión raquídea, hasta que estabilización externa puede ser (véase el capítulo 38) :
se excluya de manera definitiva este diagnóstico. Para la columna cervical:
- Collarines de tipo Philadelphia: es una orresis que se
coloca y adapta al paciente en la zona cervical, que
- En la columna cervical: cerclajes, tornillos o mini placas. ferencia de energía al cuello». Sus manifestaciones clíni-
- En la columna torácica o lumbar, se pueden realizar: cas se han denominado whiplash associated disorders
o Fijación posterior (rranspedicular): con los objeti- (WAD).
vos de sostén, mantenimiento de la altura verre- En Estados Unidos rienen lugar más de tres millones de
bral y la fusión del segmento lesionado, para que accidentes de tráfico al año. Más de la mirad sufren latiga-
éste sea capaz de soponar nuevamente la carga zo cervical. Hay facrores determinantes como el sexo, la
axial, se hace uso de los abordajes posteriores. forma de sentarse, la postura y la percepción anticipada o
o Fijación anterior: descompresión en lesiones neu- no del accidente.
rológicas. Se realiza descompresión del conducro Se producen en el contexto de accidentes, cuando la co-
medular en forma directa a través de la corporecro- lumna se hiperexriende y rápidamente sufre una hiper-
mía de la vértebra lesionada, se coloca injerto óseo flexión. Las lesiones más comunes se producen en el liga-
propio, preferiblemenre de la cresta ilíaca, y se esta- mento común anterior y en el disco interverrebral. Las ca-
biliza con un sistema de placa o barra y tornillos. rillas articulares también pueden lesionarse.
• Artrodesis: fijación de varios segmentos vertebrales para
evitar peligro de desplazamiento vertebral con conse- Cuadro clínico
cuencias neurológicas. La sintomatología es muy variada: dolor cervical (nucalgia
• Reconstrucción estructural (soporte que se quim al año). intensa), dolor de cabeza, dolor escapular, lumbalgia, do-
lor inrerescapular, dolor en el brazo y mano, entumeci-
También puede realizarse una estabilización externa. miento del brazo y mano, vértigo y problemas auditivos
En cuan ro a las indicaciones quirúrgicas, se pueden cla- (acúfeno), y, a veces, visión borrosa.
sificar en generales y en urgentes. El hemaroma rerrofaríngeo o el edema faríngeo produ-
cen disfagia.
Indicaciones quirúrgicas generales Si existe algún indicio en la primera valoración de lesión
Los objetivos son: neurológica, debe inmovilizarse de inmediato. La palpa-
• Obtener reducciones anatómicas o con deformidades ción de la columna debe incluir rodos los grupos muscula-
residuales no incluidas entre las inestabilidades mecáni- res, así como las prominencias óseas. El esrernocleidomas-
cas (cifosis menor de 15 grados). toideo está contracturado y su movilización pasiva es do-
• Lograr descompresiones axiales rotales o superiores al lorosa.
75%. Debe pedirse radiografía anteroposterior y lateral de
• Evitar y corregir deformidades secundarias de ripo cró- roda la columna cervical, incluyendo 01. Puede identifi-
nico (escoliosis, hiperlordosis o hipercifosis). carse inestabilidad en las radiografías de perfil en flexión y
• Fijación estable e inmediata que acorre la hospitaliza- en extensión. La lordosis cervical fisiológica se pierde y, a
ción y anticipe la rehabilitación. veces, se ven signos de hiperexrensión, como arrancamien-
to del osteofito anterior, o de hiperflexión, como fractura
Indicación quirúrgica urgente de la apófisis espinosa.
Ante un caso de lesión medular habrá que operar de ur- La RM es ideal en la evaluación de lesiones de las par-
gencia en dos claras situaciones: res blandas de la columna cervical. La TC es úril para iden-
• Empeoramiento brusco o progresivo del déficit neuro- tificar fracturas ocultas.
lógico.
• Fractura-luxación no reducible con lesión neurológica Clasificación
parcial (podría recuperarse, pero hay algo que lo com- La clasificación comúnmente aceptada es la propuesta por
prime). la Quebec Task Force:
• Grado 1: sólo molestias cervicales, rigidez o dolor en la
En esros dos casos hay que intervenir, aunque el paciente palpación.
esré hemodinámicamente inestable. En los demás casos, • Grado II: ausencia de signos físicos.
conviene esperar a que el paciente se estabilice y se recupe- • Grado 111: molestias cervicales y signos musculoesque-
re hemodinámicamente, porque si no, muchos podrían fa- léticos.
llecer en la intervención. • Grado IV: molestias cervicales y signos neurológicos o
fractura, o luxación.
quiropráctica o la manipulación osteop~itica son benefi- Otros factores son la gravedad de la lesión inicial, la sinro-
ciosas. marología neurológica, la edad avanzada, la existenci a de
Si persiste la sinromarología, habría que efectuar cefalea o dolor cervical antes del traumatismo y la presen-
una reevaluación multidisciplinar con evaluación psi- cia de hallazgos físicos o neurológicos en los 3 días poste-
cológica. riores a la lesión.
La mayoría se recupera dentro del plazo de u nas semanas
Pronóstico y, sin duda, a los 6 meses es el período considerado normal
En cuanto al pronóstico, desempeña un papel importame para una recuperación adecuada. Existe u n latigazo cervical
la percepción del paciente (f.1cror psicológico importante). crónico o síndrome tardío (casos excepcionales).
li l RE S U M E N
• La fractura vertebral es una lesión que compromete desde de la lesión, conocida también como fase de choque[. alte-
un cuerpo vertebral hasta la unidad vertebral funcional; raciones del tono postura!, alteraciones de la sens ibilida d,
esta última está formada por dos vértebras adyacentes y el problemas viscerales , ent re otros.
disco intervertebral, además de las articulaciones, liga-
• Como solución a este tipo de frac turas, los pacie ntes en-
mentos y estructuras óseas de la columna. Igualmente, al-
cuentran alternativas ortésicas y/o qu irúrgicas, que su-
gunos casos de fracturas vertebrales llevan asociadas lesio-
pongan fijación de los segmen to s afectados.
nes neurológicas. Pueden encontrarse fracturas estables e
inestables, dependiendo de las estructuras implicadas. • Es importante resaltar que este problema, que a simple
vista puede parecer bana l, no lo es. Es u n proble ma actual-
• Si existen lesiones neurológicas asociadas a este tipo de mente muy importante la consecuencia del aumento de los
lesión, las manifestaciones clínicas que el paciente pre- accidentes automov ilíst ic os! que requ iere un correcto
sentará serán las siguientes: arreflexia len la primera fase diagnóstico y tratamiento.
BIBLIOGRAFÍA BÁSICA Joaquim, A. F., Fernández, Y. B., Cavalcame, R. A., Fragoso, R. M.,
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1. ¿Cuáles son las funciones que tiene cada una de las partes b. ¿Cómo definiría lo s síndromes medulares? Indique las ca-
de las que consta la columna vertebral? ra cterísticas y cuadro clínico.
2. ¿Cómo definiría la fractura vertebral? 7. ¿Qué características se pueden encontrar en las distintas prue-
bas diagnósticas útiles para detectar una fractura vertebra l?
3. ¿Cuáles son los mecanismos de lesión que pueden provocar
fracturas vertebrales? B. ¿Cuáles son los disp ositivos para la estabilización externa
de la columna cervical?
4. ¿Cuáles son las diferencias entre fractura vertebral con le-
sión medular y sin lesión medular? 9. ¿Podría indicar la sin tomatología del latigazo cervica l?
5. ¿Y los síntomas medulares que se presentan en las fractu- 10. ¿Qué medidas terapéu ticas se pueden emplear en e l trata -
ras vertebrales con afectación medular? miento del latigazo ce rvica l?
Parte 1: Ciru.gía ortopédíca y traumatología
SECCIO N V
Miscelánea
GENERALIDADES
Según el área y la alteración provocada, las patologías congé-
El término patologfas congénitas del sistema musculoesquelé- nitas se denominan de manera muy específica (Tabla 33-1).
tico se refiere a aquellas alteraciones o sreomioarriculares
adquiridas ames y después del nacimiento, en el primer Tabla 33-1. Terminología utilizada en malformaciones
mes de vida, que provoquen deformidades estructurales congénitas
denominadas a11omaflas o malformaciolles.
La mayoría d e esas parologías congénitas, principalmente Términos Significados
las de manifestación aislada, no tiene una eciología clara o Amelía Ausencia total de la extremidad
bien definida. Cuando están presentes, frecuememenre apa-
recen asociadas a anomalías de otras estructuras y sistemas. Hemimelia Ausencia parcial de una extrem idad en
forma transversal
Por esa razón, es de suma importancia una valoración com-
pleta del paciente y una acruación mulcidisciplinaria del equi- Aqueira Ausencia de La mano
po de salud para proporcionar al paciente el mejor manejo Apodia Ausencia del pie
posible de su enfermedad y el mejor proceso de recuperación.
Las patologías congénitas son consideradas raras y vincu- Adactilia completa Ausencia de los cinco dedos
ladas a alteraciones de orden genérico. En algunos casos, se
Afalangia completa Ausencia de una o más falanges de los
atribuye a agentes terarógenos. Se reconocen como posibles cinco dedos
factores causantes de patologías congénitas: la alteración ge-
Focomelia total Mano o pie que nace directamente del
nética, causas intrauterinas (pérdida del líquido amniótico, tronco
útero bicorne, daños mecánicos); efectos tóxicos (exposición
al alcohol, drogas, talidomida, pescicidas, radiaciones, agen- Focomelia proximal Falta el brazo o el muslo
tes virales, deficiencia de cobre y vitaminas) y causas vascu- Focomelia distal Fa lta del antebrazo o la pierna
lares (madre diabética, toxemia, hipertensión).
De acuerdo con la alteración provocada, las patologías Micromelia Extremidades presentes pero
anormalmente cortas
congénitas se clasifican en:
• Malformativas: cuando provocan formación anormal Sindactilia Dedos unidos
del tejido fetal.
Polidactilia Exceso de dedos
• Deformación: tej ido fetal alterado por un ambiente
prejudicial. Ectrodactilia Ausencia de un dedo
• Desorganización: degradación del tejido a consecuencia
Mano hendida Falta de dedos y metacarpianos centrales
de factores maternos.
409
410 Parte 1. Cirugia ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea
EMBRIOLOGÍA DEL SISTEMA ESQUELÉTICO las del esclero roma migran alrededor de la notocorda para
encontrarse con el somira opuesto, que está por el lado del
El sistema esquelético, embrionariamente, se origina del tubo neural. Así, las vértebras se forman de la fusión de una
mesodermo paraxial, de la lámina del mesodermo lateral mirad cran eal de un somira con la mirad caudal del otro.
(hoja somática) y de la cresta neural. El mesodermo para-
xial forma una serie de bloques segmentarios en cada lado PATOLOGÍAS CONGÉNITAS DEL TRONCO
del tubo neural que se denominan de somitómems cuando
están ubicados en la región encefálica, y somitm aquellos Se comienza el estudio detallado de esms patologías por las
presentes desde el occipital. Estos somiras también se dife- que se localizan en el tronco y son más frecuentes.
rencian en una porción ventromedial y otra dorsolateral,
denominados ese/erotoma y dermomiotoma, respectivamen- Tortícolis muscular congénita
te. Las células que componen el esclerotoma, al final de la La tortícolis muscular congénita es de gran interés para el
cuarta semana, se tornan poliformas y constituyen un teji- fisiorerapeura, por su fácil tratamiento cuando el d iagnós-
do laxo, el mesénquima. Sus células emigran y se diferen- tico ha sido precoz.
cian, convirtiéndose en fibroblasros, condroblasros u os-
reoblastos. Asimismo, no solamente el mesénquima es Descripción
apto para la producción de hueso. Se ha observado que las La tortícolis muscular congénita es una deform idad asimé-
células de la hoja som<Ítica del mesodermo y de la cresta trica causada por la contractura unilateral del m úsculo del
neural también contribuyen a la formación ósea de la cin- cuello, el esrernocleidomasroideo, que provoca la inclina-
tura escapular, pélvica, huesos largos d e extre midades ción de la cabeza hacia el lado del músculo acortado y el giro
(hoja somática del mesodermo) y huesos de la cara y del de la cabeza hacia el lado contrario. La causa de la rorrícolis
cráneo (cresta neural). muscular congénita es la fibrosis dentro de este músculo.
Realmente se desconoce la patogenia de esa deformidad,
Desarrollo y crecimiento de los miembros pero algunos casos se apoyan en una posible alteración ge-
La formación inicial de los miembros finaliza a la cuar- nética debido a que se ha encontrado dicha deformidad en
ta semana gesracional. Se observan evaginaciones de lapa- gemelos. Otra probable hipótesis para su aparición sería una
red ventrolareral de cuerpo oriundo de la hoja somática de isquemia vascular que provocara cambio fi b rótico muscular
la lám ina del mesodermo lateral. Posteriormente, se for- asociado a una anormal posición intrauterina.
marán los huesos y tejidos conectivos de las extremidades. Esa deformidad puede presentarse sola, pero en la ma-
El desarrollo embriológico de las extremidades se direc- yoría de los casos está acompañada de otras patologías con-
ciona de origen próximo a distal. Eso se ha observado por- génitas.
que en las porciones distales de las evaginaciones, elector-
dermo engrosado forma la cresta apical ectodérmica, que
mantiene una inducción de no diferenciación y prolifera-
ción intensa de las células subyacentes, conocida como
La tortícolis muscu lar congé nita se presenta de forma
asimétrica y está causada por la contractura del esterno-
o
cleidomastoideo.
zona de progreso. Por esa razón, al crecer la extremidad, las
células lejanas de esa zona de progreso empiezan a diferen-
ciarse en cartílago y músculo. A las 6 semanas embriona- Cuadro clínico
rias, en las porciones finales de las evaginaciones se obser- La deformidad, en el 75 o/o de los casos, afecta al lado de-
va que ya están formadas las placas de la mano y del pie. recho del cuello. Puede presentarse desde el nacimiento o
Tras la muerte de la cresta apical ectodérmica, se origina la manifestarse unas pocas semanas después. Por la posición
formación de los dedos. La condensación del mesénquima provocada por la contractura, se observa u na limitació n de
forma los dígitos cartilaginosos que se separa n con la la inclinación de la cabeza del lado opuesto, igual que tam-
muerte celular del tejido que los intercala. El proceso de bién se ve limimda la rotación para el lado contracturado.
desarrollo de los miembros superiores e inferiores es simi- En la palpación de la región afectada se observa una masa
lar; entre tanto, los miembros inferiores tienen 2 días más dura, no dolorosa que crece durante algunas semanas y
de demora que los miembros superiores. En la sexta sema- después empieza a disminuir hasta desaparecer alrededor
na embrionaria se identifican los moldes de cartílago hia- de los 6 meses de edad.
lino que formarán los huesos d e bs extremidades. La tortícolis, cuando no es tratada, ocasiona co ntractu-
La osificación endocondral se inicia al final del período ras graves que provocan aplanamiento en la cara y debili-
embrionario. En la 12 3 semana embrionaria todos los hue- dad funcional del cuello en todos los movimientos de fle-
sos largos de las extremidades tienen su centro de osifica- xión, extensión, rotaciones e inclinaciones, y que termina
ción. En el momento del nacimiento, las diáfisis de los por deformarlo y siruar el lado afectado hacia abajo. Con
huesos están osificadas, solamente se observa cartílago en el crecimiento del niño, las asimetrías se tornan muchos
las epífisis que, posteriormente, con el desarrollo y creci- más evidentes, principalmente al observar los niveles de los
miento, se osificado. ojos y de las orejas. Una consecuencia im portante de la
La columna se origina a partir de los somiras del meso- tortícolis no tratada es la aparición de una escoliosis cervi-
dermo paraxial. En la cuarta semana embrionaria, las célu- codorsal con concavidad hacia el lado afectado, que puede
33 • Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en cirugía ortopédica 411
Tratamiento
El tratamiento de la tortícolis muscular congénita se debe
iniciar al detectar la deformidad. Tienen gran probabilidad
de éxito las medidas conservadoras adoptadas en edades
tempranas.
Ames de iniciar el tratamiento, es necesario realizar una
eval uación funcional del cuello, para poder tener medidas Figura 33-1. Patolog ía congénita de la escápu la atta.
comparativas y detectar la evolución del cuadro clínico. Se
recomienda realizar un análisis posrural y la medida del H an surgido muchas teorías para explicar qué mecanis-
arco de movilidad de flexión , extensión, inclinaciones y ro- mo provoca que la escápula no descienda hasta su sirio
raciones del cuello. anatómico normal. Una de las explicaciones sería debido a
Conservadoramente, se realizan ejercicios de estiramien- un aumento en la presión intrauterina por la disminución
to pasivos, principalmente en los movimientos de inclina- del volumen del líquido amniótico. Otra razón sería por
ción y rotación limitados. La lista de ejercicios debe ser en- articulaciones anormales de la escá pula con la col umna
señada a los padres para que la ejecuten diariamente con vertebral. También se considera que tal defecto estaría vi n-
los niños, alrededor de seis veces al día. En el caso de los culado a una debilidad muscular.
niños, no se recomienda el uso de compresas calientes para A pesar de todas esas teorías, actualmente se reconoce
la relajación muscular, pero se sugiere, durante el baño ti- la herencia aurosómica dominante como factor origina-
bio, la realización de masajes y estiramiento musculares. rio de dicha malformación. La escápula alta congénita se
Con todo eso, es válido recordar que tratándose de niños es presenta, concomirantemenre, con otras malformaciones
importante su esrimulación con juguetes que favorezcan la en un 67 o/o de los casos. Frecuentemente su afectación es
morricidad activa del cuello en los movimientos limitados. unilateral, pero ya se han publicado casos de aparición
El tratam iento quirúrgico solamente es realizado des- bilateral.
pués del primer año de vida del niño y siempre que no se
haya observado mejora con el tratamiento conservador. De Cuadro clínico
igual manera, después de la cirugía correctiva de la tortíco- En los adultos, la posició n escapular normal está apoyada
lis, el paciente es sometido a sesiones de fisioterapia con es- sobre las costillas, en la parte pos terior del tórax, en un
tiramientos activos y pasivos, con el objetivo de que no re- sentido vertical. Se extiende desde la segunda vértebra cer-
grese la disfunción anterior y para prevenir alteraciones vical hasta la séptima u octava vertebra dorsal.
posrurales secundarias. En la malformación de Sprengel, la escápula está si tua-
da demasiado alta. Su tamaño y su diámetro vertical son
menores, porque en esos casos la escápula se posiciona más
Descripción
La escoliosis congénim se caracteriza por una curvatura la-
teral de la columna provocada por anomalías vertebrales.
Aparece cuando una o más vértebras rotan y provocan un
desequilibrio muscular. La curva puede ser considerada
leve si cada vértebra rota hacia los lados contrarios, mien-
tras que si rotan hacia un mismo lado, la resultante será
una curva más acentuada.
Estudios realizados en embriones animales explican que
problemas sufridos en la sexta semana de desarrollo intra-
u terino pueden provocar alteraciones vertebrales. Factores
como alteraciones hormonales, hipoxia, enfermedades ví-
ricas y alteraciones nutricionales maternas pueden ser con-
siderados como causantes de la malformación.
Cuadro clínico
Las curvas desarrolladas por la escoliosis congénita tienen
diferentes grados de evolución, dependiendo del área de la
columna. En las regiones cervicotorácicas y lumbares las
curvas son menos progresivas que las que aparecen en la re-
gión torácica (Figs. 33-5 a 33-7).
Anteriormente se creía que las curvas no cambiaban.
Acrualmenre se reconoce que el grado de las curvas presen-
Figura 33-3. Paciente post- ta, en la mayoría de los casos, una progresión, que provo-
operatorio de mielomenin- ca alteraciones musculoesqueléricas más graves y con ma-
gocele, en decúbito prono. yores compromisos motores.
414
Descripción
La displasia glenoidea primaria, de etiología desconocida,
se caracteriza por una incompleta osificación del cartílago
de la glenoides que altera su superficie articular y la presen-
cia de una h ipoplasia de la escápula y cu ello.
Cuadro clínico
Esta enfermedad provoca un cuadro clínico asintomárico,
en la mayoría de los casos. La presencia de dolor y limitación
fu ncional del hombro se observa más en la adolescencia, al
realizar actividades intensas, o durante los 40-50 años. Su
diagnóstico se realiza a través del examen radiográfico, que
confirma la alteración de la cintura escapular.
Figura 33-9. Escoliosis congé nita.
Tratamiento
adecuado de las curvaturas fisiológicas y mejo rar el equili- Inicialmente, se realiza un programa conservador de forra-
brio muscular a través de ejercicios de corrección posrural. lecimienro muscular de la cintura escapular, especialmen-
te para los músculos estabilizadores de la escápula y d el
PATOLOGÍAS CONGÉNITAS DE LAS EXTREMIDADES manguito rotador. En los casos que no responden bien al
SUPERIORES tratamienro conservado r, se recomienda el procedimiento
quirúrgico, llegando a considerar, en determinadas ocasio-
Las parologías congénitas de las extremidades superiores nes, la realización de una arrroplasria del hombro.
o
son consideradas infrecuentes.
En este aparrado se tra tarán las anomalías que afectan a
los miembros superiores, sin considerar aquéllas de origen La tonifi cació n global de la cintura escapular es el trata-
miento de elección en la displasia glenoidea .
traumático.
Descripción
La luxació n congénita de la cabeza del radio, dentro de las
a nomalías congénitas orropédicas, es considerada poco fre-
c uenre, con una incidencia aproximadamente de 0,06-
0 ,16:100 niños. Clínicamente se diagnostica por el despla-
zamiento de la cabeza del radio hacia anterior, lateral o
posterior, y es de aparición unilateral.
Tratamiento
C onfirmado el diagnóstico congénito d e la luxación de la
cabeza del radio en niños, se recomienda optar por una re-
ducción cerrada. Si la luxación es posterior, se reduce en
supinación y extensión del codo. En caso de que la luxa-
ción sea an terior, se realiza la reducción por flexión del
codo. Entiéndase por reducción u n enyesado supraolecra-
n eano durante 4 o 6 semanas. Si no se observan buenos re-
sultados, el tratamiento es quirúrgico con posterior aten-
ción rehabilitadora, enfocada en la recuperación de la mo-
vilidad articular y de la fuerza muscular.
Las principales patologías congénitas que afectan a los dedos • C ompleta: la conexió n cutánea se extiende por las ye-
de las manos y de los pies son la sindactilia ® y la polidacti- mas de los dedos afectados.
Lia ® .Ambas requieren tratamiento quirúrgico que tiene en • Incompleta: la conexión no alcanza a la yema y se deciene en
cuenta algunos factores como el estético, el dolor, la funcio- un punto ente la comisura normal y el extremo del dedo.
nalidad, el equilibrio y la marcha para su realización. • Simple: la membrana de conexión contiene solamente
piel y tejido blando (Fig. 33-11 ).
Sindactilia • Compleja: hay conexión ósea entre los dedos y se pue-
Es una de las principales patologías congénitas q ue afecta den encontrar anormalidades de nervios, tendones y va-
a los dedos. sos (Fig. 33-12).
Descripción
La sindacrilia se define, sencill amente, como la alteración
que provoca la fusión de dos dedos vecinos. La afectación, en
un 50% de los casos, es bilateral y simétrica (Tabla 33-2).
L-t aparición de la sindactilia, en el80% de los casos, es con-
siderada aislada y esporádica. Sin embargo, ellO o/o es de origen
genérico, por estar presente en otras malformaciones y por ha-
ber casos de sindactilia en miembros de una misma .fumilia.
Clasificación
La sindactilia se clasifica en completa o incompleta y sim-
ple o compleja:
Clasificación
Según cual sea el dedo extra, se p uede clasificar la polidac-
tilia en:
• Polidactilia postaxil: el dedo excedente está aliado del
meñique.
• Polidacti lia preaxil: el dedo excedente está al lado del
pulgar.
• Polidactilia central o mixta: duplicación del anular, me-
dio o índice.
Mano hendida
Una vez estudiadas las malformaciones de los dedos, a con-
Figura 33-13. Polidactilia y s indactilia. tinuación se tratará la mano hendida e .
Descripción
Tratamiento La mano hendida es una alteración congénita que divide
El tratamiento quirúrgico se enfoca a la separación d e los la mano en un segmento radial y un segmento cubital por
dedos unidos. Funcionalmente, la fisioterapia actúa en el ausencia del rayo central de la mano. Es considerada una
poswperawrio para la rehabilitación de la movilidad arti- patología rara entre las afecciones manuales. Su manifesta-
cular y funcionalidad de los dedos y manos, como también ción más frecuente es bilateral y en el sexo masculino. En
para el cuidado y reparación de la cicatrización. el 50 % de los casos, se observa la presentación de la malfor-
mación en la hendidura de manos y pies simultáneamente.
Polidactilia
Es otra de las principales patologías congénitas que afectan Cuadro clínico
a los dedos. Se determin a el cuadro clínico con la simple observación
de la mano. Estéticamente, la mano hendida no es agrada-
Descripción ble, ya q ue parece una mano en tenaza d e langosta. Fun-
La polidactilia de manos y pies se define como la presen- cionalmente, se observa una buena destreza manual con la
cia de dedos su pernumerarios o el exceso en el número de mano anómala porque posee mecanismos de prensión y
los dedos. Es considerada la más frecuente de las malfor- pmza.
maciones congénitas y presenta formas variables de afecta-
ción. Su aparición esporádica es la más frecuente, pero Tratamiento
puede estar presente en otras malformaciones congénitas El tratamiento quirúrgico se realiza en varias etapas, inten-
(Figs. 33-13 y 33-14) . tando asociar la mejora estética con la funcional del pa-
ciente. Sin embargo, es muy complicado lograr la perfec-
Diagnóstico ción de la estructura man ual. El tratamiento fisio terapéu-
El diagnóstico es clínico y radiográfico. Es necesario iden- tico se realiza d espués de las intervenciones quirúrgicas,
tificar posibles metatarsianos accesorios q ue se articulen con el objetivo de mejorar la funcionalidad de la mano y
con el dedo o dedos excedentes. Básicamente, la cirugía entrenar las actividades manuales.
co nsiste en la amputación d el segmento considerado extra
a la formación normal de los dedos.
El trata miento de elección de la mano hendida es quirúr-
gico. o
Pie hendido
Finalizado el estudio de las malformaciones de los dedos y
de la mano, se tratará a co ntinuación el pie hendido.
Descripción
El pie hendido o la adacti lia ® parcial es una malforma-
ción que consiste en la presencia de una única hendidura
que se extiende proximalmente por rodo el pie. Presenta
diversas variantes que comprometen más o menos la esté-
tica y la funcionalidad. Se p uede observar la ausencia com-
pleta o parcial d e los metatarsianos y dedos, igual que una
Figura 33-14. Polidactilia. formación társica anormal.
418 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea .
o
dada su relevancia clínica, en algunos aspectos de interés.
Figura 33-16. 1magen radiográfica de displasia del desarrollo de la Figura 33-18. Representación de la man iobra de Or tolani positiva ,
cadera . con limitación de la abducción .
420
Descripción
La coxa 11ara congénita se define como un defectO cartila-
ginoso primario en el cuello del fémur que conlleva una
disminución progresiva del ángulo formado por el cuello
y la diáfisis del fémur (ángulo cervicodiafisario) y acorra-
miento del miembro pélvico afectado. Su manifestación
puede ser durante la lactancia o en la infancia. En la lac-
tancia está presente desde el nacimiento y es considerada
rara; generalmente está asociada a otras malformaciones
congénitas, mientras que la manifestación en la infancia es
más frecuente -solamente se detecta cuando el niño em-
pieza a caminar- y no está asociada a otras d eformidades o
malformaciones del sistema musculoesquelético.
La coxa 11ara es u n trastorno raro, con una incidencia de
1 caso por 25.000 nacidos vivos. No se ha demostrado pre-
dilección por sexo, tampoco raza, así que acontece en
hombres y mujeres de la misma manera. La afectación uni-
Figura 33-19. Maniobra de provocación de Barlow.
lateral es más frecuente que la bilateral, en una proporción
de 2: l. Se desconoce la causa exacta de la coxa 11am. Se ha
En los casos de displasia persistente o no corregida has- de investigar si es la consecuencia de un defecto primario
ta la edad de mayor movilidad e independencia del niño, en la osificación endocondral de la po rción interna del
se recurre a una reducción abierta con osteotomía femoral cuello femoral.
o pélvica o ambos casos.
Cuadro clínico
La presencia de la patología se manifiesta cuando el niño
empieza a caminar. Al principio cojea, bascula y no presen-
ta dolor. La basculación proviene de la debilidad muscular
del glúteo medio y presenta la p rueba de Trendelenburg
positiva.
Tratamiento
El tratamiento más recomendable para la correción del án-
gulo es el quirúrgico. Algunas medidas conservadoras,
como estiramientos para aductores y rotadores laterales,
son eficaces, pero no promueven la corrección del ángulo
cervicodiafisario.
o
La evaluación del pie equinovaro es clínica con apoyo ra-
diográfico. La manifestación más grave de la patología es
el pie en posición equina y vara, con el antepié en aduc-
ción y deformidad en cavo.
Tratamien to no quirúrgico
Figura 33-22. Pie plano congénito.
Antes de someter al paciente con pie equi novaro a una ci-
rugía se propone iniciar su tratamiento d e manera conser-
vadora a través del uso de ortesis y fisioterapia. a otras malformaciones como la arrrogriposis congénita,
El uso d e la ortesis debe obedecer el siguiente orden: mielomeningocele, pie equino, e incluso presentar altera-
primero la corrección de la aducción del antepié; en segun- ciones de tipo neurológico.
do lugar, la corrección del ralón varo, y, por último, la co- Realmente se desconoce la causa aislada del pie valgo
rrección del equino d el retropié. convexo congénito. Posiblemente se trata de una deten-
Es de suma imporrancía seguir este orden para no favo- ción del desarrollo prenatal del pie.
recer el surgimiento de una deformidad en dorsiflexión del
re tro pié en lugar de la correcta acción en la articulación del Cuadro clínico
tobillo. La alteración rígida del pie se detecta en el m omento del
El ad ecuado tratamie nto conservador reduce el número nacimiento. Se observa una planta convexa del pie con una
de intervenciones quirúrgicas en casos de pie equinovaro. p rominencia en la región plan tar e interna del p ie, que es
Se ha descrito un 100% d e éxito en el uso de orresis y fi- el hueso astrágalo. El anrepié se coloca en abducción y dor-
sioterapia en casos de malformaciones leves, 70 % en los siflexión. Los músculos peroneos se presentan acortados.
casos considerados moderados y 42% en los casos clínicos La postura del retropié es de equinovalgo, lo que provoca
de deformidad considerada severa. conrracción del tríceps sural. El niño desarrolla una mar-
La valoración radiográfica en anteroposterior y lateral se cha rorpe, co n desequilibrio. Su apoyo en el retropié en
realiza anres, durante y después de la cirugía, con el obje- valgo provoca que no toque el s uelo con la porción poste-
t ivo de proporcionar una constatación efectiva de los cam- rior del talón. El anrepié en abducción descarga el peso so-
bios articulares, un seguimien to adecuado y una m ejor bre la cabeza del astrágalo (Figs. 33-22 y 33-23).
orientación hacia el tratamiento fisioterapéutico que se ha
de desempeñar.
Tratamiento quirúrgico
El diagnóstico precoz del pie valgo convexo congé nito e s
de vital importancia, pues evita rá futuras deformidades
o
incapacitantes severas.
La cirugía de corrección para el pie equinovaro se realiza
cuando no se observan cambios en el tratamiento conser-
vador.
Descripción
El pie valgo convexo congénito se caracteriza por una lu-
xación dorsal y externa d e la articulación astragalocalca-
neoescafoidea en el feto durante el primer trimestre de em-
barazo. Dicha patología puede presentarse sola o asociada Figura 33-23. Pie plano congénito con talo valgo.
33 • Patologías congénitas del sistema musculoesquelético de interés en c1rugía ortopédica 423
Ejemplos
Principalmente de Amioplasia
miembros Artrogriposis distal
Sinostosis
Cuadro clínico
Se observa principalmente rigidez y deformidades articu-
lares, debilidad y contractura muscular. Generalmente, los
hombros están en aducción y rotación interna, con los co-
dos extendidos, la muñeca flexionada, los dedos flexiona-
dos y el pulgar aducido. En los miembros inferiores se ob-
servan contracturas en flexión de cadera, con rotación ex-
terna y abducción y con posible luxación. Las rodillas es-
tán rígidas en flexión o extensión y los pies presentan de-
formidades muy rígidas (Fig. 33-25) .
Figura 33-25. Artrogriposis múltiple. (A) Vista anterior. IBI Vista lateral.
Tratamiento
El abordaje para el tratamiento d e la arrrogriposis múltiple
Tipo/. Es la manifestación más común. El déficit de de- es multidisciplinar. Precozmente se debe iniciar la rehabi-
sarrollo muscular determina la formación de contractu- litación para promover el máximo de independencia fun-
ras. Generalmente es simétrica y preferencialmente aco- cional y para minimizar la aparición de las deformidades.
mete los cuatro miembros. El tratamiento quirúrgico es la opción adecuada para co-
Tipo 11. Se caracteriza por la presencia de una membra- rregir las deformidades graves y mejorar la funcionalidad
na triangular de piel (pterigion) que se forma por detrás de la articulación afectada.
llJI RE S U M E N
• Las patologías congénitas del sistema musculoesque lético des y evitar la intervención quirúrgica. Sin e mbargo, a l de-
son variables y pueden afectar a diversas articulaciones, terminar el manejo quirúrgico de la corrección de la defor-
presentarse aisladas o asociadas a otras malformaciones. midad, la fisi oterapia preoperatoria minimiza los efectos
no deseables de la cirugía sobre los tejidos y mejora el pro-
• Existen factores que predisponen a su aparición y se inves-
ceso de recuperación en la fase postoperatoria. Como en la
tiga mucho sobre la influencia genéticas en varias de ellas.
mayoría de las patologías congénitas en que se interviene
• Generalmente, por tratarse de malformaciones congéni- quirúrgicamente, la fisioterapia actúa desde el proceso de
ta s , el tratamiento quirúrgico es la opción ideal en el inten- la cicatrización, recuperación de los tejidos y estructuras
to de disminuir las alteraciones óseas, articulares y mus- intervenidas, movilidad del segmento operado y su funcio-
culares. nalidad para la completa rehabilitación del paciente.
• La fisioterapia puede actuar de manera preventiva, preope- • Para el éxito en la rehabilitación, es de s uma importancia
ratoria y postoperatoria. Algunas alteraciones permiten un la valoración funcional del paciente y la elaboración de es-
tratamiento conservador, y la actuación de la fisiote rapia es trategias de tratamiento individualizadas y específicas para
importante para intentar reducir al máximo las defo rmida- cada caso tratado.
g
Tipo 1 Tipo 111
den, 1981).
o ~ tf\ 15
No deben confundirse con las apofisitis ® , epifisistis ®
u osteocondritis, entidades que se tratarán en el capítulo 48,
por estar relacionadas con trastornos de la vascul arización
lQ1
ósea.
Para facilitar al lector y al estudiante la inregración de Separación de Separación de Separación de Lesión de Aplastamiento
la fisis la fisis asociada la fisis junto a la fisis junto con del cartllago de
conocimientos y ap licarlos a la práctica clínica, en el a una fractura una fractura fractura de la crecimeinto
C3El a nexo 3. Casos clíni cos para prácticas de aula, se presen- de la metáfisis de la eplfisis metáfisis y de
con afectación la eplfisis
tan casos para realizar prácticas de aula; para este tema se articular
recomienda consultar el caso práctico cuarto. Buen La más frecuente, Pronóstico Mal pronóstico. Pronóstico
pronóstico, buen pronóstico, grave. tratamiento muy grave
tratamiento tratamiento tratamiento quirúrgico
ortopédico ortopédico quirúrgico
427
428 Parte 1. Ci rugía ortopédica y t r aumatología - Parte V. Miscelánea
Figura 34-2. Epifisiólisis trau máticas. Presen- Tipo Tipo 1 Tipo 11 TipoiiJ Tipo IV Tipo V
tación clínica. características y tratamiento.
lntrafisiario Fisis-metafisis Epifisis-fisis Epifisis-metafisis Compresión
Trayecto
lJ
a ~ ~ ldb
Signo
Thurston-Holland
g
Características Fracturas extraarticulares Fracturas intraarticulares No visible en RX
• Grado I: epifisiólisis pura, es decir, ocurre sólo en la Se manifies ta por dolor, tumefacción, posible deformi-
zona de crecimiento cartilaginoso, de tal manera que la dad e impotencia funcional de la extremidad afectada.
separación entre la meráfisis y la epífisis es completa,
por lo genPral sin desplazamiento de los fragmentos.
• Grado II: epifisiólisis con un fragmento de la meráfisis
unido a la fisis, imagen que es conocida como signo de
La etiología más frecuente de Las Lesiones en La placa de
crecimiento es La traumática y, después, los tumores.
o
Thurstand-Holland. Es la más frecuente.
• Grado III: es una fractura fundamentalmente articu-
lar, pero que incluye una porción de la fisis; es decir, Diagnóstico
atraviesa roda la epífisis y parte del carrílago de creci- Se realiza mediante exploración clínica y estudio radiográ-
miento. fico de la extremidad afectada. Generalmente una p royec-
• Grado IV: es la fractura que atraviesa roda la e pífisis y ción anreroposrerior y otra lateral (Figs. 34-3 y 34-4) son
atraviesa igualmente toda la fisi s. suficientes para el diagnóstico, aunque puede ser necesario
• Grado V: se produce una compresión d e la fisis por realizar radiografías comparativas del lado contralateral.
acercamiento violento de la epífisis y la metáfisis. En las de grado I, el diagnóstico clínico tiene gran im-
portancia y en la radiología se observa un signo de ligero
o
reducción abierta y fijación con agujas de Kirschner o tor-
nillos. En las de tipo V es necesario ya el tratamiento de las
La epifisiólisis femoral proxima l es la enfermedad de la
secuelas [(B vídeo 34-1).
cadera más común en los adolescentes.
Figura 3G- B. Epifisiólisis femoral proximal. Imágenes de resonancia magnética. (Al Corte sagital. Visión anteroposterior. IBI Corte trans-
versal. (CI Detalle de la cabeza.
~~ RESUMEN
• La epifisiólisis traumática o fractura fisaria es aquélla con • El tratamiento de las de tipo 1y 11 es conservador, median-
afectación del cartílago de crecimiento. En general, las te reducción cerrada; en las de tipo 111 y IV, reducción abier-
placas con mayor potencial de crecimiento son las que con ta y fijación interna. En caso de sospecha diagnóstica, en
mayor frec uencia se lesionan: en la rodilla, en la extremi- las de tipo V, ya en fase de sec uelas, se recom ienda un tra-
dad distal del radio y proximal de húmero. ta miento de descarga durante 3 semanas.
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1. ¿Qué es una epifisiólisis traumática? 5. ¿Cuál es el tratamiento de las epifis ióli sis?
2. ¿C uáles so n las placas que con más fre cuencia se lesionan? 6. ¿Cuál es e l cuadro clínico de la epifisió lisis fe moral proxi-
3. ¿Cuál es la etiología de las epifisiólisis? mal?
4. ¿Cuál es el diag nóstico de las epifisiólis is? 7. ¿Cuál es e l tratamiento de la epifisiólis is fem oral proximal?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Conocimiento anatómico de la localización, trayecto y nivel de lesión de los diferentes ne rvios afectados en las neu-
ropatías compresivas periféricas.
• Comprender la fisiopatología de las lesiones por compresión e identificar los factores de riesgo lesiona les, así como
los diversos factores predisponentes.
• Conocer los aspectos clínicos más relevantes y las técnicas de exploración más específicas para la valoración de
los pacientes con neuropatías compresivas periféricas y así poder determinar los objetivos del tratamiento.
• Diseñar un plan de intervención terapéutica, orientado a prevenir complicaciones y a reeducar actividades que
agravan la lesión compresiva.
• Aplicar los tra tamie ntos más relevantes para cada síndrome compresivo, teniendo en cuenta la actualización del
conocimiento basado en la investigación científica y la práctica basada en las pruebas.
INTRODUCCIÓN minología que se utiliza, y por otro, por las numerosas de-
finiciones encomradas, además del gran número de entida-
La neuropatía periférica por compresión es un trastorno fun- des existentes. Así, según Cambon-Binder, Sede! & Han-
cional de un nervio periférico motivado por la acción prolon- nouche (2010), «el síndrome neuropático por compresión
gada de fuerzas mecánicas y debido a fenómenos de atrapa- constituye el conjunto de los síntomas y signos neurológi-
miento y/o presión sostenida sobre una región localizada del cos o vasculares relacionados con el sufrimiento de un ner-
nervio. La lesión nerviosa esd determinada por la naturale- vio en un desfiladero anatómico ® , en general por una dis-
za, la intensidad y la duración del agenre compresivo. cordancia entre el continente (desfiladero inextensible) y el
La compresión puede presenrarse en cualquier parte del contenido. Hay que disti nguir las compresiones que se
trayecto del nervio, pero hay regiones que por sus caracterís- producen propiamente en u n túnel o conducto, cuando el
ticas anatómicas favorecen el atrapamienro. Esros atrapa- nervio se comprime en un desfiladero osteofibroso inex-
miemos nerviosos se producen principalmeme en estrechos tensible, y las compresiones puramente dinámicas emre un
anatómicos como canales o túneles osteofibrosos, donde el nervio y las relaciones musculares o aponeuróticas que va-
nervio sufre una compresión mecánica por elememos exter- rían durante los movimiemos de flexión y extensión».
nos o imernos que da lugar a diferentes grados de lesión y a Estas lesiones por compresión se manifiestan clínica-
manifestaciones clínicas diversas que van a depender del es- mente de dos formas: lesiones agudas, de inicio inmedia-
tadio del atrapamiemo y de la localización o n ivel de éste. to, y lesiones crónicas, de inicio gradual y retardado.
En ocasiones, se presentan compresiones a varios niveles y, Son procesos relativamente frecuentes; la prevalencia de
en algunos casos, irradiación proximal de los símomas que las neuropatías por compresión es del 3 ,8% en la pobla-
hacen que la neuropatía por compresión pase desapercibida ción general, con mayor predominio en el nervio media-
al confundirse con otros procesos parológicos frecuentes. no, pero realmente la incidencia global de estas patologías
Por estos motivos, un apropiado conocimiemo anatómico no está bien delimitada y se mide por la incidencia del sín-
de los diferentes nervios, de su trayecro y de sus territorios drome del túnel carpiano en la población general.
de inervación, tanto moror como sensitivo, es de gran ayu- La frecuencia de estos síndromes está en constame au-
da para su diagnóstico clínico y manejo terapéutico. mento, sobre todo debido al aumento de la práctica depor-
Precisar con claridad y exactitud la conceptualización de tiva, así como a cierras actividades profesionales. Se consi-
estas patologías no es fácil; por un lado, por la diversa ter- dera enfermedad profesional en el sistema de la Seguridad
433
434 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea
Social y se encuadra dentro del conjunto heterogéneo de Por tanto, en el manejo de estas neuropatías compresi-
riesgos laborales que se engloban en términos genéricos vas se deben identificar rodas las enfermedades que pueden
como «sobresfuerzo laboral», «trauma acumulativo» o «le- influir en el curso evolutivo y en el tratamiento.
o
siones por esfuerzos repetidos)) (repetitive stmin injuries).
Es importante destacar la importancia social y laboral
La causa más común de la neuro patía compresiva es la
que tienen estas neuropatías, ya que tienen un coste perso- fricción y los microtraumatismos repetidos por elemen-
nal y económico importante. tos móviles en la veci ndad del nervio.
movilización con deslizamiento, tracción, movilización arti- mes de compresión que afectan sobre todo a la mano. En
cular, ere., pretende aliviar la presión sobre el nervio. Así, las este aspecro se incluye la rehabilitación de la sensibilidad
movilizaciones neurodinámicas IG€1 véase Vol. l. capítulo 22) discriminativa mediante ejercicios de localización y ejerci-
producen movilización directa del nervio, dispersión del cios de discriminación. Los ejercicios d eben seguir el ritmo
edema y disminución de la presión en el nervio, por lo que de recuperación sensitiva.
estarían indicadas en esros procesos compresivos.
En estos procesos es importante rehabilitar la sensibili-
dad de protección, evitando la exposición al frío y al calor o
o
La evidencia cie ntífica con respecto a la terapia activa es,
en general, escasa y Los estudios o revisiones sobre el excesivo y las tareas repetitivas.
ejercicio o movilización activa proporciona n resultados
contradictorios.
Reeducación funcional y gestual y ergonomía. Es
importante en estas patologías la co rrección de defectos
Ultrasonoterapia. Se aplican principalmente ultrasoni- posturales o ergo nóm icos en las actividades q ue causan o
dos pulsados por su acción mecánica y selectiva sobre las pueden agravar la compresión. Es imprescindi ble también
vainas y ligam entos, pero también ultrasonidos continuos. la terapia ocupacional.
Actualmente, algunos estudios combinan ambos; se divide
la sesión entre las dos modalidades y se calcula la dosis para Tratamiento quirúrgico
cada pacien te teniendo en cuenta la flsioparología del pro- Cuando fu.lla el tratamiento conservador, se recurre a la ciru-
ceso. Como se ha comentado anteriormente, se pueden gía descompresiva del nervio afectado mediante neurólisis ex-
urilizar para introducir fármacos (fonoforesis) como terna. La intervención se puede realizar por vía endoscópica.
AINE, corricoides y anestésicos locales. Se ha señalado en
diferentes estudios que es de utilidad para el ttatamienro NEUROPATÍAS COMPRESIVAS PERIFÉRICAS
sintomático de diferentes neuropatías compresivas y se lle- MÁS FRECUENTES
ga a tener una evidencia clínica media-alta si se combina
con otros procedimientos terapéuticos como férulas, cor- Las neuroparías por presión son muy numerosas. Pueden apa-
ticoides, movilización del nervio y terapia ocupacional. recer síndromes compresivos de los diferentes troncos nervio-
Tcrmoterapia. Está indicada en procesos subagudos y sos y en dife rentes niveles de w 1 mismo nervio, por lo que a
crónicos. Se ha observado que el calor aumenta la veloci- continuación se exponen las neuropatfas compresivas más ha-
dad de conducción en el nervio periférico. Se puede apli- bituales. En este aparrado se describirá el síndrome del túnel
car termo terapia superficial o profunda mediante onda carpiano con más detalle, por ser la neuropatía compresiva
corta, microondas, etc., pero estas últimas son medidas más frecuente y más representativa de este grupo de patolo-
menos utilizadas y su nivel d e eficacia es bajo. gías. Los síndromes compresivos de la extremidad superior
son más frecuentes que los de la extremidad inferior.
factores que incrementan esta probable compresión prima- Pueden diferenciarse dos formas: aguda y crónica. l.,a
ria local del nervio, como el aumento anormal del tejido forma aguda suele ser poco frecuente y es debida a un au-
que forma los límites del túnel con el resultado de un ma- mento rápido y sostenido de la presión en el túnel carpia-
yor efecto compresivo; esto sucede en el hiporiroidismo, el no; suele asociarse a fractura del radio, pero también a
embarazo, diabetes, anriris, renosinoviris de los rendones otras patologías como quemaduras, infecciones locales,
Aexores, etc. Además, ex.isten otros elementos que aumen- ere. La forma crónica es mucho más común y los síntomas
tan la susceptibilidad del nervio a sufrir una lesión y que pueden persistir durante meses o años.
deben tenerse en cuenta. Se ha demostrado en diversas pu-
blicaciones que la edad, el sexo, el sobrepeso y una morfo-
logía cuadrada de la muñeca son factores predeterminan-
res para la aparición del STC.
También existen ciertos factores de riesgo en la activi-
La neuropatía cróni ca por atrapamiento del n ervio me-
diano en la muñeca es la neuropa tía periférica más fre -
cuente.
o
dad profesional, como posturas forzadas de la muñeca,
movimientos repetitivos de muñeca y dedos, utilización de Cuadro dinico. El inicio de los síntomas suele ser noc-
cierras herramientas, ere. Por tanto, se puede considerar no turno e insidioso. Los síntomas más frecuentes son dolor y
solamente como un trasrorno mecánico, sino como un parestesias en el territorio de inervación del nervio media-
problema neurológico multifacrorial en el que subyacen no (cara palmar del pri mer, segundo y tercer dedos y mi-
otros trastornos sistémicos o caracrerísricas personales pre- rad radial del cuarto}, ocasionalmente irradia al antebrazo,
disponentes. Los disrinros facrores relacionados se reflejan codo y hombro, empeoran por la noche y con cierras acti-
en la tabla 35-1. vidades manuales y mejoran con la elevación del brazo y
Las evidencias científicas existentes en la actualidad de- con sacudidas de la mano.
muestran que la lesión del nervio en el STC se produce En casos avanzados aparece pérdida de fuerza y dificul-
fundamentalmente por factores mecánicos que actúan tad para los movimientos de abducción y oposición del
como fuerzas compresivas y de fricción que alteran el rie- pulgar, lo que provoca la caída de objeros de la mano, re-
go sanguíneo local, distorsionan la miel in a y, en fases avan- lacionada con una debilidad de la musculatura (abducror
zadas, afectan a los axones por daño directo de éstos o bien corro, flexor corro y oponente del primer dedo) y atrofia
por la alteración previa de la mielina y/o los vasa nervomm, de la eminencia cenar (véase el caso clínico 35-1), que se
dando lugar a un círculo vicioso. manifiesta levemente po r la pérdida de volumen muscular.
Los síntomas son bilaterales en el 50 o/o de los pacientes
y la distribución de las parestesias no siempre coincide con
Tabla 35-1. Factores predisponentes en el síndrome
la distribución anatómica teórica de las ramas sensitivas
del túnel carpiano
del nervio mediano.
• Acromegalia El síndrome del túnel carpiano no sigue un curso pre-
• Actividad física decible. Algunos pacientes presentan un deterioro en la
• Artritis reumatoide
• Automanejo de s illas de ruedas función de la mano, m ientras que otros describen períodos
• Calcificaciones del intracarpo asinromáticos y exacerbación intermitente de los síntomas.
• Deporte de escalada Otros pacientes han descriro la m ejoría espontánea de los
• Desórdenes hormonales
• Diabetes mellitus
síntomas sin tratamiento médico.
• Edad
•
•
•
Embarazo
Factores genéticos
Factores medioambientales
Los síntomas de l STC son de inicio noc tur n o e insidioso. O
• Fractura de Calles
• Gangliones
• Hipotiroidismo Evaluación. El diagnóstico se realiza mediante la anam-
lndice de masa ósea
• Linfedema por mastectomia nesis y la exploración, y cuando existen dudas, se confirma
• Luxación del hueso s emilunar el diagnóstico mediante pruebas complementarias.
• Menopaus ia El objetivo de la exploración es doble. Por un lado, con-
• Microtraumatismos por muletas
• Obesidad firmar la sospecha clínica, y por otro, descartar otros pro-
• Ocupación laboral cesos con los que se debe realizar el diagnóstico diferencial
• Osteoartritis en articulaciones del carpo y del metacarpo {Tabla 35-2).
• Pertenecer a una familia con his toria de diabetes
En la exploración del STC se incluyen distintas pruebas
• Tabaquismo
• Trabajo en ambiente con temperatura muy fría de provocación, pero ninguna es infalible para el diagnósti-
• Trabajos manuales repetitivos co. Se puede encontrar amplia bibliografía sobre las d iferen-
• Trabajos que alternan continuamente el aumento y la tes pruebas de provocación y signos diagnósticos con resul-
dis minución de fuerza
• Trabajos que as ocian vibraciones tados variables en cuanto a su sensibilidad y especificidad.
• Traumatismos acumulativos de la m uñeca Las maniobras m ás recomendadas son:
• Tumores loca les • Signo de Tinel Se considera positivo si se perciben pa-
• Uso excesivo de las m anos
restesias en el territorio nervioso al golpear con suavi-
35 • Neuropatías compresivas periféricas 441
Figura 35-5. Signo de Tinel. Figura 35-7. Signo de Phalen invertido o maniobra de Werner.
442 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea
La férula de muñeca en posición neutra es un trata- ducción nerviosa, pero no existe evidencia científica que lo
miento clásico y efectivo en el STC inicial. Las pamas de confirme, ya que los estudios son de baja calidad metodo-
aplicación difieren según los autores, que recomiendan el lógica.
uso nocturno, el uso continuo para todas las actividades o El ejercicio es habitual en el tratamiento del STC
continuo pero retirándola para ciertas actividades. Aunque leve y moderado, incluye diferentes modalidades como
no existen pruebas, parece que lo más idóneo es esta últi- estiramientos de la musculatura flexora (m uñeca y de-
ma aplicación de forma muy inicial, para cambiar a uso ex- dos, aductor del pulgar), ejercicios de forralecimienro,
clusivo nocturno. movilizaciones, etc. Sin embargo, la eficacia y duración
Actualmente no existe una clara evidencia científica de del beneficio de los ejercicios y la movilización no está
que el uso de ciertos fármacos recomendados clásicamen- probada.
te, como los AINE, la vitamina BG (piridoxina), diuréti- El tratamiento manual local del STC, se realiza con el
cos, gabapentina, sean efectivos en el tratamiento de STC objetivo de restaurar la función mediante una recupera-
(O'Connor, Marshall & Massy-Westropp, 2008). ción de la amplitud articular y una restauración correcta de
Existen discrepancias sobre la utilidad del uso de cor- la movilidad neural que permita disminuir la compresión
ticoides por vía oral, pero algunos trabajos, donde propo- del nervio mediano a su paso por el canal del carpo. Esto
nen un tratamiento con corticoides orales, férula noctur- se realiza medianre técnicas de movilización articular sobre
na y ultrasonidos, obtienen un beneficio significativo. La los huesos del carpo, con deslizamientos, tracciones, técni-
unanimidad es mayor en la aplicación de infiltración cas de impulso (de forma analítica o global, de la primera
locaJ con corticoides. Una revisión Coclmme (Visser, fila del carpo respecto de la segunda y del carpo respecto a
Ngo, Groeneweg & Brekelmans, 2012), que analiza la los metacarpianos, así como sobre las articulaciones meta-
utilidad de la infiltración local de corricoides, concluye carpofalángicas) y técnicas articu lares sobre el radio y el
que proporciona una mejoría clínica frente a un placebo cúbico.
al mes de la infiltración y, por tanto, los pacientes con un Además de lo anterior, es necesario realizar técnicas pro-
diagnóstico de STC son buenos candidatos para la infil- pioceptivas y de flexibilización muscular, así como movi-
tración local de esteroides con un efecto positivo para lizaciones neurodinámicas IC3El Vol. 1, capítulo 22) específi-
STC moderado, y que la infiltración local de corricoides cas sobre el nervio mediano y sobre los nervios cubica! y ra-
presenta una mejoría clínica mayor que la administración dial.
oral de corricoides. Existe un número limitado de estudios sobre las técni-
cas de neuromovilización con resulrados conrradiccorios
sobre su eficacia. Oskouei, Talebi, Shakori & Ghabili
o
xión. Se asocia el tratamiento farmacológico con AINE y
la infiltración con corticoides (algunos autores piensan que
En el diagnóstico del síndrome de com presión del nervio
puede ser perjudicial a este nivel). Pueden realizarse ejerci-
cubital en el canal de Guyon deben va lorarse exquisi ta-
cios de deslizamiento del nervio cubital y aplicación de ul- mente los músculos afectados.
trasonidos pulsados e iontoforesis con dexametasona para
disminuir la inflamación.
Nervio radial
Si el tratamiento con s ervador fracasa y avanza la sinto-
cia de compromiso sensitivo en la cara posterior del brazo La etiología más frecuente es la fo rmación de bandas
y antebrazo y la no afectación del müsculo tríceps. Lo más fasciales a la largo del nervio, que producen un atrapa-
característico es la «mano caída>>. miento, presión mantenida en la zona radial distal (síndro-
En general tiene un buen pronóstico. El tratamiento de me del reloj de pulsera, tiempos prologados con esposas) ,
fisioterapia mejora el cuadro clínico. lipomas, exposición repetida al frío intenso y sobreesfuerzo.
El cuadro clínico se caracteriza por dolor y parestesias
Síndromes compresivos del nervio en la superficie radial dorsal del antebrazo co n irradiación
radial en el codo al dorso del pulgar y del segundo y tercer dedos, que au-
El nervio radial en el codo se divide en una rama superfi- mentan con los movimientos de la muñeca. Al tratarse de
cial sensitiva y una rama profunda motora que se denomi- un nervio sensitivo, no existe atrofia.
na nervio interóseo posterior. La estructura anatómica más
frecuente donde suele comprimirse el nervio es en la arca-
da de Frohse.
La compresión en el tercio proximal del antebrazo da
lugar a dos cuadros clínicos diferentes: síndrome del tünel
El síndrome de Wartenberg requ iere hacer un diagnóstico di -
ferencial con la tenosinovitis de De Quervain y la rizartrosis. o
radial y síndrome del nervio interóseo posterior. OTRAS NEUROPATÍAS COMPRESIVAS
El síndrome del túnel radial se debe a una compresión
intermitenre del ramo profundo del nervio radial durante Finalmente, el estudio de las neuropatías compresivas se
su penetración o en su recorrido a través del müsculo su- completa englobando en este aparrado arras como el sín-
pinador. Los movimientos repetitivos de pronosupinación drome del piramidal, el síndrome de compresión del ner-
con el codo poco flexionado aumentan el riesgo de pade- vio peroneo común y el síndrome del tünel tarsiano.
cer este síndrome en atletas y trabajadores manuales.
El sínroma principal es un dolor localizado en la cara Síndrome del piramidal
dorso lateral del ame brazo bajo el epicóndilo que se irradia El síndrome del piramidal o síndrome piriforme es una pa-
hacia el dorso de la muñeca y de los dedos y sigue el ritmo tología de origen muscular debida a la compresión del ner-
de la actividad para después hacerse permanente y, en oca- vio ciático por el músculo p iramidal o piri fo rme en el ca-
siones, aumentar por la noche. nal subpiramidal, q ue se fo rma enrre los müsculos pirami-
En la exploración física se busca un dolor provocado dal y gémino superior (véase el capítulo 28, apartado Sín-
por la presión del punto radial, unos 3-5 cm bajo el epi- drome del piramidal).
cóndilo, y un dolor a la supinación conrrarresistencia. El müsculo pirifo rme es extensor, abductor y rotador
externo de la cadera.
El síndrome piriforme es u n cuadro poco frecuente y de
Ante un dolor localizado en la cara dorso lateral del ante-
El tratamiento preventivo consiste en corregir y evitar anteroexterna de la pierna y en el dorso del pie. En casos
los factores predisponentes. de parálisis completas se produce «pie caído» o «pie equi-
El tratamiento médico con AJNE, relajantes muscula- no» y marcha en estepaje. El signo de Tinel es positivo en
res y analgésicos es efectivo en dos de cada tres pacientes. la proximidad de la cabeza del peroné.
Las infiltraciones en puntos gatillo con anestésico local o La ENG y la EMG confirman el diagnóstico.
toxina botulínica tienen buenos resultados, aunque no to- Los casos leves se resuelven espontáneamente. La utili-
dos los estudios están d e acuerdo (cuidado con el riesgo de zación de ortesis antiequino, la cinesiterapia para mante-
traumatismo directo). ner la movilidad del tobillo, el fortalecimiento de los d or-
El tratamiento fisioterapéutico con ejercicios activos, siflexores, la electroestimulación y la reeducación d e la
estiramiento pasivo, movilización de los tejidos blandos y marcha, entre otras medidas, forman parte del tratamien-
técnicas de estimulación propioceptivas neuromusculares, to. El tratam iento quirúrgico consistirá en la liberación del
técnicas de terapia manual, que incluyan movilizaciones nervio en la cabeza del peroné.
vertebrales y sacroilíacas, potenciació n de la musculatura
deficitaria y electroestimulación, parece efectivo para me- Síndrome del túnel tarsiano
jorar los síntomas y el movimiento, ya que fortalece el pi- Es la neuropatía compresiva del nervio tibia! en el túnel o
ram idal y la musculatura pélvica. canal tarsiano. El atrapamienro en el canal tarsiano afecta
En los casos en que este tratamiento conservador fraca- a las ramas plantar medial y lateral, y no a la rama calcánea
sa o la patología sea muy invalidante se realiza tratamien- medial.
to quirúrgico. Puede originarse por una tenosinovitis del Aexor largo del
primer dedo, secuelas postraumáticas de fracturas del calcá-
Síndrome de compresión del nervio neo, desviación en valgo del talón, estados varicosos del pedí-
peroneo común culo tibia! posterior, lipomas, en la diabetes mellítusy mixede-
El síndrome de compresión del nervio peroneo común en ma, y por marchas prolongadas. Es frecuente en corredores.
el cuello del peroné es la neuropatía más frecue nte del Clínicamente aparecerá dolor urente en los dedos y en
miembro inferior. En este punto el nervio es muy superfi- la planta del pie, que aumenta con el apoyo y la marcha.
cial y está adherido a estructuras óseas, por lo que es vul- Parestesias en la planta del pie, zona distal de los dedos y
nerable a la compresión. Las etiologías más comunes son borde interno del pie que empeoran también con la mar-
compresiones mantenidas producidas por vendajes, anes- cha; el pacie nte lo percibe como sensación de quemazón.
tesia, sueño p rofundo, yesos, encarnamiento prolongado, La palpación por d etrás del maléolo medial puede causar la
posiciones mantenidas. Otras causas son quis tes sinoviales, irradiación rípica del dolor en la zona de distribución del
tumores, etcétera. nervio tibial posterior. Puede existir signo d e T inel positivo.
La compresión se manifiesta sobre todo por una paráli- El tratam iento se basa en infiltracio nes locales con cor-
sis motora de pronóstico variable que afecta principalmen- ticoides, asociadas a la corrección de los trastornos estáti-
te al músculo tibia! anterior, músculos p ero neos y extenso- cos mediante el empleo de ortesis plantares. En caso de fra-
res de los d edos. Produce pérdida de sensibilidad en la cara caso, se aconseja tratamiento quirúrgico.
RESUMEN
• Las neuropatías compresivas periféricas son procesos re- fisiológicos que permiten confirmar el diagnóstico y valo-
lativamente frecuen tes en el ámbito deportivo y laboral, rar la intensidad y la gravedad de la lesión.
so bre todo las que afectan a la ext remidad superior, con
predominio en el nervio med iano. • Estos s índromes compresivos responde n bien al trata-
miento conservador, con tratamiento farmacológico, féru-
• Se producen por diferentes meca nismos; el más frecuente las de reposo y tratamiento fisioterapéutico, que va ría en
son los microtra uma tismos repetidos y su fisiopatología es función de la fase evolutiva de la lesión.
compleja. La presentación clínica varía según el tipo de
nervio afectado, e l nive l de lesión y las características del • El uso de cinesiterapia, ultrasonidos. diferentes agentes fí-
agente co mpresivo, y hay que destacar que so n trastornos sicos, terapia analgés ica, reeducación se nsitiva y el hacer
muy numerosos y diversos, lo que hace que el diag nóstico una reedu cación funcional y gestual, así como ergonómica,
sea difícil. forman parte de la terapia de estos s índromes.
• El di agnóstico se basa en el cuadro clínico, en la realiza- • Cuando fracasa este tra tamiento conservador se realiza el
ción de una exploración detallada y en los estudios neuro- tratamiento quirúrgico.
448 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea
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Elsevier Masson SAS, París. 514.
1. ¿Qué se entiende por neuropatía compresiva periférica? 11. ¿Qué pruebas pueden realizarse pa ra la valoración de un
síndrome del túnel carpiano?
2. ¿Qué importancia tienen las neuropatías compresivas peri-
féricas y cuál es su prevalencia? 12. ¿Qué medidas preventivas pueden a plicarse pa ra evitar un
3. ¿Qué características anatómicas de los nervios periféricos síndrome del túnel carpian o?
influyen para que puedan ser dañados al sufrir una compre-
13. ¿Qué medidas fisio terapéuticas pueden utilizarse para e l
sión?
tratamiento de un s índ rom e del túnel carpiano?
4. ¿Qué factores laborales, por un lado, y metabólicos y hor-
monales, por otro, predisponen a sufrir una neuropatía 14. ¿Cuáles son los obje tivos de l tratamie nto fisioterapéutico
compresiva periférica? tras una intervenció n de liberación del túnel carp iano?
5. ¿Qué daños anatomopatológicos y fisiológicos se producen 15. ¿Cómo realizaría una valo ración de un paciente e n el que se
al comprimir en exceso un nervio periférico? sospecha un síndrome del tú nel cubital?
6. ¿Cuáles son los principales síntomas que producen las le- 16. ¿En qué consiste el síndrome de compresión del ne rvio cu-
siones compresivas de los nervios periféricos? bital en el canal de Guyón?
7. ¿Cómo se valora de forma objetiva la función sensitiva de un 17. ¿En qué Localizac iones y qué consecuencias conlleva la
nervio periférico para comprobar si hay un daño compresi- compresión del nervio radial?
vo?
18. ¿Cuáles son las característ icas del síndrome de l piramida l
B. ¿En qué localizaciones anatómicas se puede encontrar una
y qué medidas terapéuticas se aplica n?
compresión del nervio mediano?
9. ¿Cómo definiría la neuropatía conocida como el síndrome 19. ¿Qué causas puede tene r un sínd rome de compresión del
del túnel carpiano? nervio peroneo comú n y cómo s e trata este s índrom e?
10. ¿Qué factores aumentan la posibilidad de sufrir el síndrome 20. ¿Qué síntomas pro duce el atrapa mie nto de l nervio tibial en
del túnel carpiano? el canal tarsiano y qué tratamie ntos se pueden aplica r?
CASOS CLÍNICOS
•
35.1. Paciente mujer, de 58 años, veterinaria rural, que realiza esfuerzos diariamente. Desde hace 2 años presenta do lor, pa res-
tesias nocturnas y fuertes calambres en su mano, muñeca y eminencia tenar izquie rdas, que empe ora r en épocas de mu cho
trabajo. Durante el último mes el cuadro se ha reagudizado, convirtiéndose dicha sintomatología en un p rob lema diario
amenazador para su trabajo. La paciente duerme con una férula de muñeca.
D~sarro/lo dtl caso y
tmb casos clítJicos
ny
L. R. Ramos Pascua
• Concepto de lo que es un tumor óseo y los diferentes tipos de tumores que existen.
• Distinción entre un tumor óseo benigno y uno maligno.
• Diagnóstico y objetivos y fundamentos del tratamiento de unos y otros.
INTRODUCCIÓN EPIDEMIOLOGÍA
Entendiendo por tumor todo crecimiento descontrolado En lo que se refiere a la epidemiología tumoral, es preciso
de células de un tejido, un rumor óseo es aquél que se de- tener conocimientos sobre los siguientes aspectos.
sarrolla en alguno de los tejidos del esqueleto (véase el ca-
pirulo 2 sobre h istopatología del tejido conjuntivo). Sin Frecuencia
embargo, exis ten muchas formas de tumor óseo que difie- La incidencia de los tumores óseos es muy' variable según el
ren en su incidencia y comportamiento y, de la misma ma- tipo de que se trate. Los tumores óseos benignos más fre-
nera, en lo que respecta a su tratamiento. En nada se pare- cuentes son los osreocondromas (véase el caso clínico 36-l).
ce un tumor óseo benigno de orro maligno; ni los rumores Los tumores óseos malignos más frecuentes son, con mu-
óseos benignos enrre sí. Tampoco los malignos, donde uno cho, las metástasis óseas. Les siguen, en orden de frecuen-
originado direcramenre del hueso es una enfermedad bien cia, el mieloma múltiple !GEl véase el Anexo 2. Caso clínico.
distinta de la de un pacienre con una metástasis ósea. En Mieloma múltiple en mujer menopáusica con dolor torác ico
el presente capítulo abordaremos todos ellos, distinguien- inespecíficol, el osteosarcoma G> , el condrosa rcoma e y el
do, de forma general, entre los primitivos, donde se inclui- sarcoma de Ewing e . Éste es el rumor óseo maligno más
rán las conocidas como lesiones seudorumorales, y los me- frecuenre en los niños.
rastásicos. La frecuencia exacta de los osreocondromas y de otros
rumores óseos benignos y de las lesiones seudo tumorales se
CONCEPTOS Y CLASIFICACIONES desconoce debido a que muchos son asintomáricos. Entre
los tumores óseos primitivos malignos, que suponen me-
U n rumor óseo es un crecimiento anormal, aurónomo y nos del 0,5 o/o del toral de cánceres del organismo, se diag-
sin finalidad de células de alguno de los muchos y varia- nostican 3-4 mielomas múltiples por cada 100.000 habi-
dos tejidos que existen en los huesos. Se clasifican según tantes y año; y, aproximadamente, un osteosarcoma en la
diferenres criterios, entre los que destacan su origen, his- misma población y riempo.
tología y comportamiento biológico. También se podría
hacer una clasificación a tendie ndo a su localización en Edad
cada hueso panicular y a su número en un mismo esque-
leto (Tablas 36-1 a 36-3) . Cada tumor suele diagnosticarse a una edad determina-
da y este dato, como se verá, es fundamental para su
o
diagnóstico.
Todas estas clasificaciones y subclasificaciones se resu-
451
452 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología -Parte V. Miscelánea
Tabla 36-1. Nomenclatura y clasificación de los tumores y lesiones seudotumorales del hueso
Origen Tumor óseo primitivo Originado directamente de alguno de los tejidos del hueso. Pued e ser benigno o
maligno. y éste. primario o secundario lsi s e origina de un hueso sano o s obre
una lesión ósea previa. respectivamente]
Metástasis ósea Tumor óseo maligno cuyas células han llegado a l hu eso desde un tumor m a ligno
distante a través de la circulación
Les ión seudotumora l Lesión ósea que se comporta clínicamente como un tumor óseo benigno, y que
puede, algunas de ellas, m a lignizarse
Biología Tumor óseo be nigno Tumor de crecimiento y capacidad infiltrativa limi tada, s in ca pacidad para
metastatizar, que no a m enaza la vida del pacie nte*
Tumor óse o maligno !cáncer] Tumor de cre cimiento continuo con capacidad infiltrativa local y de m e tástasis,
que a menaza la vida del paciente
• Algún tumor óseo benigno puede me tastatiza r a l pulmón. matigniza rse y amenazar la vida de l paciente.
B. Tumores no clasificados
9. Les ion es óseas Quistes óseos !sim ples y a neurismátic osl. ga nglión int raóseo, defecto fibroso meta fis ario. fibroma no
seudotumorales osifica nte, granuloma eosinófilo, displasia fibrosa. dis plasia osteofibrosa, miositis osificante, tumor
pardo del h1pe rparatiroidis mo. quiste e pidermoide intraóseo, granu loma reparativo de células gigantes
1O. Me tástasis óseas Sobre todo de c a rcinomas de mama, pulmón y prós tata
(a) Variantes de osteosarcoma: centra l (convencional. te langiec tásico, de bajo grado, de cé lulas redondas ) y de supe rficie (pa rostal, pe rióstico
y de alto grado). (b) Va riantes de condromas: e ncondroma y condroma perióstico. (e ) Variantes de os te ocondromas: solitarios y múltiples he re-
ditarios. id) Varian tes de condrosarcoma: central (prima rio. mes e nquimal. desdi lere nciad o, de cé lulas claras ) y periférico (se cundario a la de -
generación de un osteocondroma; pe riós tico). (e) Tumores óseos ma lignos de rivados de otros tejidos cone ctivos: fibrosarcoma; his tiocitoma
fib ros o ma tigno, liposarcoma, mesenquimoma ma ligno, le iomiosarcoma; sarcoma desdife renc ia do. HFB: hexafl uorobenze no.
36 • Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudot umorales de l hueso 453
2 3 1 11 111
Latente Activo Agresivo lA IG1T1 MOl IIA IG2T1MOI lilA IG1-2T1M1)
GO TOMO GO TOMO GO T1 - 2 M0-1 lB IG1T2MOI IIB IG2T2MOI IIIB IG1-2T2M1)
Agresivo (3) Invade y destruye el hueso y se extiende a Escisión intralesional con/sin adyuvantes
GOT1·2M0·1 los tejidos blandos vecinos Resección en bloque (amplia o marginal)
Ejemplos
1 !latente) Condroma, osteocondroma, quiste óseo simple. displasia fibrosa, granuloma eosinófilo,
fibroma no osificante
Ejem plos
*No es aplicable a las metástasis ni a las lesiones de la medula ósea (linfomas, mielomas y leucemias). que tienen sus propios sistemas.
ras décadas de la vida; miencras que la mayoría de las me- hace en los miembros inferiores; el entorno de la rodilla es
tástasis y mielomas múltiples lo son en las úlcimas. El res- el que m;1s frecuentemente se ve afectado. Cada wmor, del
ro de rumores óseos primitivos malignos suele diagnosti- mismo modo que suele diagnosticarse a una edad determi-
carse antes de los 25-30 años, con la excepción del cendro- nada, como se ha comentado, también suele mostrar pre-
sarcoma, que suele diagnosticarse en pacie ntes adulcos dilección por un hueso concreco o, dentro de él, por uno
(Fig. 36-1). de sus segmentos o regiones (Figs. 36-2 y 36-3). La loca-
lización más frecuente de las metástasis es el esqueleto axial
Localización (cráneo, raquis y pelvis) y, en segundo lugar, las cinturas
El 80% de los tumores óseos primitivos y lesiones seudo- pélvica y escapular (véase el capítulo 1 sobre recuerdo mor-
tumorales se localizan en los miembros. El 60 o/o de ellos lo fofuncional) .
454 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea
g ....... Osteosarco'!l.~.......Q~\~.9.~~~~'?.':1!.~.~~~-~~~ario
~
E Sarcoma de Ewing ......................... .
ETIOPATOGENIA SINTOMATOLOGÍA
La causa y el mecanismo de producción de un tumor óseo
se desconocen, si bien en algún tumor concreto la etiopa-
rogenia es más conocida. El 8 5 % de los sarcomas de
La si ntom atología de los tumore s óseos es inespecí-
fica .
o
Ewing asocian una translocación cromosómica caracterís-
tica -t(l l ;22)(q24:q 12)- que genera la fusión del segmen- Muchos de los tumores benignos son asimomáticos y se
to 5 ' del gen EWS con el segmento 3' del gen FLI1 de la descubren accidentalmente o no se diagnostican. La mayo-
familia ETS, dando lugar a EWS-FLil. La expresión de ría de los casos sintomáticos cursan con dolor y/o rumora-
esta proteína de fusión EWS-FLil en células progeni toras ción, con más o menos impotencia fu ncional (véase el ca-
Osteoma
Granutoma eosinófito
Metastasis/Mieloma múltiple
Osteocondroma
Condroma perióstico
Quisteóseo simple
Osteosarcoma
Figura 36-2. Representación esquemáti ca Osteoma Osteoma u>~•:u <u''L'J.""'
Osteoblastoma Osteoma osteoide
de la localización de los tumores óseos y P '-6!----i Granuloma eosinófilo
Sarcoma de Ewing
Metastasis/Mietoma múltiple
lesiones seudotumorales más frecuentes Mieloma múltiple
MTS/Condrosarcoma
en el esqueleto !Al. en los segmentos de Adamantinoma
Tumor de células gigantes Granuloma eosinófilo
un hueso largo IBI y en la sección transver- Encondroma Displasia fibrosa
sa l de un hueso largo [C]. Nota: La mayor Osteoma osteoide Metastasis
parte de los tumores se localizan en el en- Sarcoma de Ewing
Mayorla l-H-+) ( Periféricos de superficie )
torno de la rodilla y del hombro, en los seg- Mayoría++)
mentos metafi sarios de los hu es os largos Adamantinoma Tumor de células Osteocondroma
Condroma perióstico
y se originan en la cavidad medular de los gigantes Osteosarmmas de superficie
huesos. Condroblastoma Condrosarcoma secundario
36 • Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales del hueso 455
pírulo 4 sobre valoración clínica y ortopédica) . En los malig- rostales y en los condrosarcomas periféricos secundarios a
nos pueden añadirse alteraciones del esrado general, del mis- la degeneración de un osteocondroma, hasta es más im-
mo modo que en el sarcoma de Ewing puede existir fiebre. porrante para el diagnóstico que la biopsia.
Tabla 36-4. Resumen de las preguntas para contestar en la valoración de una imagen ósea supuestamente tumoral
e interpretación de tos signos radiográficos .
Hueso Cualquiera
Lesiones múltiples OC, encondroma, MTS, MM, GE, DF. HPT, OS multifocal, SVNP,
linfomas/leucemias, osteomielitis
Rea bsorción endostal Aun que puede ser lento, indica lesión activa
¿Qué hace en el hueso?
• Osteoide: OS, 08 , OF, FO, infarto óseo, lipoma osificante, hueso
irradiado
• Condroide
Matriz • Mixta : OC, fibroma condromixoide
• Fibrosa : displasia fibrosa [imagen en vidrio esmerilado!
• Zonas con matriz y otras que no: li poma osificante
• Si n m atriz: TCG, sarcoma de Ewing
¿Hay algo distintivo? Crestas Indican les ión má s agresiva por osteoclastos más activos
DF: displasia fibrosa; FO: fibroma osificante; GE: granuloma eosinóf ilo; HPT: hiperparatiroidismo; MM: mietoma múltiple; MTS: metástasrs; 08 : osteoblas-
toma; OC: osteocondroma; OS: osteosarcoma; SVNP: sinovitis villonodular pigmentada; T. Codman: triángulo de Codman; TCG: tumor de células gigantes.
56 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea
Cortical Normal
Adelgazada Rota
Abombada
Halo de Si No
esclerosis
Figura 36-4. Tipos de reacción perióstica. Arriba, reacción periós- Figura 36-6. (A) Radiografía anteroposterior de una lesión con ca-
tica continua lcon cortical íntegra a la izquierda y con cortical rota racterísticas radiográficas no agresivas !fibroma no osificantel.
a La derecha). propia de tumores óseos benignos. Abajo, reacción (8) Radiografía a nteroposterior de una lesión con características
perióstica discontinua, propia de tumores óseos malignos. radiográficas agresivas (osteosarcoma).
36 • Tumores primitivos y metas tásicos de hueso. Lesiones seudotum orales del hueso 457
Tabla 36-6. Ventajas y limitaciones de diferentes procedimientos de imagen en el manejo de los tumores óseos•
•- escasa definición;+ moderada;++ buena;+++ excelente definición. **Sólo valorado indirectamente por destrucción-reabsorción o esclerosis
ósea. RM: resonancia magnética; Rx: radiografía simple; TC: tomografía computarizada.
y define mejor las relaciones del tumor con las estructuras tomerría de flujo y estudios cirogenéticos, que, por ejem-
vecinas; puede usarse con implantes metálicos de titanio, plo, podrían demostrar la translocación característica del
y no emite radiación ionizante. En todos los casos hay que sarcoma de Ewing, que ya se ha mencionado con anterio-
interpretar las imágenes en el contexto clínico del pacien- ridad.
te y saber que, por ejemplo, lesiones de naruraleza benig-
na con un alto contenido en agua libre e inflamación pue- DIAGNÓSTICO
den mostrar un aspecto de mayor agresividad (por ejem-
plo, en los osteomas osteoides, condroblastomas, granulo- El diagnóstico de un tumor óseo incluye el de sospecha y
mas eosinófilos y fracturas de estrés). el definitivo o de confirmación. El de sospecha, q ue en al-
La gammagrafía ósea con Tc-99 indica la actividad o in- gún caso se considera definitivo, se basa en la historia clí-
actividad de una lesión ósea, permite explorar todo el es- nica y en las pruebas complementarias. De esta forma, en
queleto con un mismo examen (con lo que se sabría si una manos experras el conocimiento de la edad del pacieme y
lesión es única o múltiple) y detecta lesiones tumorales to- los daros de la radiografía simple lo permiten en el 90%
davía poco o nada visibles en el estudio radiográfico. Se usa de las ocasiones.
también, como otras pruebas de imagen, como control del
tratamiento de la enfermedad.
De imagen Histológicos
o
aspectos que se tratarán a continuación.
El objetivo de la cirugía de salvamento de los miem bros
Generalidades es el control local de la enfermedad preservando la fun-
ción del miembro, que en el miembro superior es la de la
mano y en el infe rior la carga y la movilidad.
El tratamiento de los tumores óseos, particularmente el
~ntercalar{
• Radioterapia
IIJ
Resección
{
argos
Otras
-o .
n huesos
• Pelv1ana
·Raquídea
Articular
·
· ln!raarti~ular
Extraart1cular
Intercalar
• Quimioterapia · Con espaciadores
artificiales
• Con injertos óseos
• Otros Reconstrucción de estructuras
a anatómicas imprescindibles:
• Huesos/segmentos óseos ·Conservando movilidad
Amputación
imprescindibles · Con prótesis
·Vasos principales · Con injerto osteoarticular
Figura 36-B. Esquema general del tratamiento · Algún nervio · Con prótesis +injerto
·Cobertura cutánea · Sin conservar movilidad (artrosis)
de los tumores óseos, con detalle de los méto-
dos quirúrgicos. Otra
36 • Tumores primitivos y metastásicos de hueso. Lesiones seudotumorales del hueso 459
Tabla 36-8. Resumen de los tipos de resección y reconstrucción ósea y articular de tumores óseos en la cirugía
de salvamento de los miembros•
Resección
Marginal El bisturí pasa inmediatamente por fuera del borde del tumor y pueden quedar células tumorales (<<satélites»!
y metástasis saltatorias (skipl
Amplia El bisturí <<corta» por tejido sano alrededor del tumor, dentro del compartimento donde asienta (podrían
quedar metástasis saltatoriasl
Radical El bisturí <<corta» por tej ido sano de otro compartimento donde asienta el tumor (no queda resto tumoral ni
metástasis saltatorial
Articular Se reseca un segmento óseo terminal (articulad: intraa rticular (si un extremo es articulad o ext raarticular (si
los dos extremos son articulares!
Pélvica Res ección del ilion (tipo 11. de la región periacetabular (tipo 111 o de las ramas iliopubiana e isquiopubiana (tipo 1111
Vertebra l Resección del arco neural o del cuerpo vertebral. total o parcial
Reconstrucción
Espaciadores Metálicos, de cemento o plásticos Rápidos y fác iles de implantar Duración limitada
Homoinjerto Son injertos homólogos que Mantiene la función con Disponibilidad limitada
osteoarticular incluyen las estructuras técnica biológica que faci lita Artros is precoz. Articulación
anatómicas articulares reinserciones inestable
Artrodesis Con autoinjertos u homoinjertos Reconstrucción funcional duradera Pérdida de la movilidad articular
intercalares
"En niños en crecimiento se preferirían artrodesis, prótesis expandibles o plastias de rotación en el miembro inferior.
460 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea
Tabla 36-9. Ventajas e inconvenientes de los autoinjertos (procedentes del mismo individuo) y de los homoinjertos
(procedentes de individuos de la misma especie)
Vascularizado • Poca dependencia del techo del huésped • Relativamente pocas zonas donantes
• Rápida osteointegración • Sacrificio de zonas sanas
• Más resistencia a infecciones • Técnicamente exigente (intervención quirúrgica
• Resistencia a radioterapia y quimioterapia larga y dificitl
• Posibilidad de incluir piel y músculo en el injerto
• Suele deparar buenos resultados (85 %1
• Menos riesgo de infección, fractura, problemas de
reabsorción y consolidación que en injertos libres
General • Menor morbilidad (acorta el tiempo de cirugía • Menor actividad biológica: osteointegración
y evita la segunda herida quirúrgica de los lenta y frecuentes retardos de consolidación y
autoinjertosl seudoa rtrosis
• Permite la reconstrucción anatómica de defectos • Frecuentes fracturas
grandes • Pueden tra nsmitir enfermedades (sobre todo
• Puede incluir cartílago (homoinjertos infecciosas de tipo viratl
osteocondralesl para reconstruir articulaciones • Pueden desencadenar respuesta inmune (la
• Puede incluir partes blandas (cápsula, ligamentos respuesta inmune disminuye con técnicas de
y tendones) para mejorar la estabilidad articular congelación en bancos de hueso), que puede
y reconstruir el manguito de los retadores del ocasiona r la reabsorción del inj erto, seudoartrosis
hombro, el s istema abductor de la cadera o el y fracturas
aparato extensor de la rodilla
• Pueden usarse en pacientes en los que no se
pueden tomar autoinjertos (niños, osteoporosis,
parálisis o ancianos)
o
El diagnóstico de una metástasis ósea, como el de otro
tumor óseo maligno, se sospecha por datos clínicos y de
imagen y se confirma mediante la biopsia.
rruccwn ósea: bifosfonatos, inhibidores del sistema ría la susti tución protésica, al igual que la fijació n instru-
R.ANKL/RANK y PTH rP) y otras medidas analgésicas. mentada en las me tástasis vertebrales que la precisaran.
Mientras que los tratamientos sistémicos son poco efica- En la pelvis, por el contrario, se suelen preferir métodos
ces, los locales y las terapias analgésicas suelen ser de gran no quirú rgicos por la morb imorralidad de los quirúrgicos
u tilidad. El exponente máximo son las intervenc iones allí. La radioterapia, que puede combinarse con la cirugía,
quirúrgicas en el caso de fracturas patológicas o inminen- estaría indicada en metástasis osteolíticas do lorosas sin
tes, donde los enclavados endomedulares en las metásta- riesgo de fractura a corto plazo. En estos casos, cuando la
sis de huesos largos son de elección, a veces asociando re- radioterapia fuera ineficaz, se consideraría el tratamiento
lle nos con cemento. En lesiones articulares se considera- quirúrgico.
111 RESUMEN
• Un tumor óseo es un crecimie nto anormal, autónomo y s in • En todos los casos el diagnóstico definitivo es anatomopa-
finalidad de células de tejidos de los huesos. tológico y s e llega a él a través de la biopsia. Ésta debe rea-
lizarse cumplien do estrictas normas de indicación y técni-
• Aunque existen diferentes cla s ifi caciones, bi ológicamente
ca, siempre después de ha be r com pletado e l estudio de
es obligatorio distinguir entre los benignos y los malignos,
imágenes de la lesión.
y, en éstos, entre los de bajo y alto grado de malignidad y
los metastásicos. • El tratamiento de los tumores óseos, sob re todo de las fo r-
mas benignas agresivas y ma lig nas pr imitivas, de be reali-
• La incidencia de unos y otros es muy variable. pero la de los tu-
zarse en centros especializados con carácter multidiscipli-
mores malignos primitivos es poca, al contrario que la de las
nario. Su objetivo suele ser curar la enfermedad y para ello
metástasis óseas. La mayoría de aquéllos se localizan en los
se dis pone de diferentes mé todos . Entre los que pretenden
miembros, habitualmente en el entorno de la rodilla y el hombro.
el control loca l de la enfermedad destaca la ciru gía, que
• Las metástasis óseas son más frecuentes en la columna puede ser conservadora !con resección y reconstrucción) o
vertebral y en las cinturas escapular y pélvica. de amputación.
• El diagnóstico de sospecha de los tumores óseos se basa • Los procedimientos conservadores está n ind icados cuando
en datos clínicos y de imagen. Frente a la sintomatología , se puede hacer una resección con márgenes oncológ icos
que es inespecífica, el estudio radiográfico simple es fun - atendiendo al tipo tumoral y una reconstrucción funcional.
damental. Cuando no, está ind icada una amputación.
• Otras pru ebas de imag e n de utilidad son la TC, la RM y la • El pronóstico genera l de la enferme da d depende del tipo
gammagrafía ósea. Cuando se sospeche malignida d, una y estadio tumoral, en tre otros factores, con superviven -
radiografía de tórax y una TC torácica no pueden faltar. La cias a 5 años en los sarcomas de alto grado de malignidad
justificació n de una PET es controvertida. del60-70 %.
• Diseño del plan de intervención o tratamiento de fisioterapia para la reincorporación deportiva de l deportista lesio-
nado.
• Intervenciones para la promoció n de la salud y prevención de la lesión deportiva.
• Actualización del conocimiento basado en la investigación científica y en la práctica basada en la evidencia como
cultura profesional en la fisioterapia deportiva.
• Factores de riesgo lesiona!, así como factores predisponentes.
• Aspectos clínicos más relevantes de las clasificacio nes lesionales musculares.
• Aspectos terapéuticos más relevantes de las lesiones musculares.
469
470 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea
o
Las lesiones agudas, al considerarse accidentes, deben
Para el deportista en general, y sobre todo para el profe-
investigarse epidemiológicamente como tales; las lesio-
nes por sobrecarga pueden identificarse más con proce-
sional, el tiempo que estará sin poder entrenar o competir
sos subagudos y crónicos. suele ser el elemento más imporrante tras una lesión. En de-
terminados deportes y en el ámbito profesional, es frecuente
que lo más importante sea determinar cuándo volverá el de-
portista a participar con su equipo, y no si lo hace plenamen-
Tabla 37-1 . Clasificación de los deportes desde el punto te recuperado; es decir, si recuperó totalmente la movilidad
de vista de la lesionabilidad articular, la fuen.a muscular, la velocidad, propiocepción o su
11 Deportes de colisión: aquéllos e n los que el choque forma resistencia aeróbica, parámetros que deben alcanzar los mis-
parte de la competición, como es el caso de las artes mos valores que los que tenía el atleta antes de lesionarse.
marciales, el rugby, el fútbol americano, etcétera
111 Deportes de contacto: en los que puede existir contacto
físico pero no es el objetivo fundam ental, como en el Tabla 37-2. Clasificación de las lesiones desde el punto
fútbol, baloncesto, balonmano, etcétera de vista del pronóstico
1111 Deportes sin contacto: no existe contacto físico entre los
participantes, es el caso del atletismo, tenis, halterofilia,
• Leves: de 1 a 7 días
etcétera
• Moderadas: de 8 a 21 días
• Graves : más de 21 días
Modificada de Arnheim, 1994.
37 • Les10nes deportivas del s1stema musculoesque lét1co. Les10nes musculares 471
nes, más frecuentemente relacionad as con los proble- Los planes de entrenamien to deben ser programados,
mas que pueden originar los deportes de larga duración; variados, con suficientes descansos, etc. , siempre precedi-
es decir, con las lesiones por sobresolicitación. dos por calentamiento (warm-up) y finalizados con el en-
• luestabilidadfimcioual. Estas alteraciones son una com- friamiento o vuelta a la calma ( cool~down).
binación d e una insuficiencia ligamentosa, un d éficit de Uno de los objetivos de entrenadores y preparadores fí-
la propiocepción y una debilidad muscular. sicos es desarrollar las capacidades físicas de sus arietas. Sa-
• Habilidad socioemocional. Es frecuente que los deportis- ber realmente el límite de éstos evitará que el entrenamien-
tas de alto nivel acudan a la consulta del psicólogo de- to pueda actuar de forma negativa sobre el rendimiento; de
portivo, con el objetivo de mejo rar su capacidad para forma que no caiga el deportista en un estado que le haga
superar situaciones adversas y para aceptar su esrarus en susceptible de padecer una lesión. Evitar estas situaciones
la sociedad. La inteligencia, el esrado de vigilancia o la debiera ser otro de los objetivos de los preparadores.
habilidad para tomar decisiones correctas en situaciones
críticas desempeñan un papel importante como facto-
res de riesgo.
Factores extrínsecos
Una correcta planificación del entrenamiento y una ade-
cuada periodización de las sesiones de trabajo mejorará
la condición física del atleta y evi tará la aparición de le-
siones.
o
Estos factores inciden en el deportista y alteran su rendi-
miento, volviéndole susceptible de padecer lesiones.
También es frecuente enconrear aumentos bruscos y
Nutrición e hidratación inadecuadas excesivos en la frecuencia, duración e intensidad de los
Es fundamental que las personas que mantengan una acti- entrenamientos, por diversas causas (cambio de entrena-
vidad física reglada lleven una adecuada nutrición e hidra- dor, no alcanzar objetivos, ere.), que lo único que consi-
ración. Las recomendaciones nurricionales son, en general, guen es hacer al atleta susceptible de padecer cualquier
las de la diera mediterránea. tipo de lesión.
La diera mediterránea aconseja mantener una ingesra su-
ficiente y básica de hidratos de carbono (cereales, pan, pas- Equipamiento inadecuado
ta italiana, arroz, pararas, ere.) y verduras, limitando el con- Son numerosos los estudios que han reportado una reduc-
sumo de alimentos con alto contenido en grasas y proteínas ción del número d e lesiones en la práctica de una actividad
(carnes, pescados, mariscos, mantequillas, ere.). Aunque en deportiva con la utilización de elementos protectores.
el momento presente esrá cobrando fuerza la evidencia cien~ Por otro lado, el deportista debe cuidar convenientemen-
tífica del aporre calórico y energético de una diera hiperpro- te su equipamiento básico y conservarlo en correcto uso, de
reica. Se recomienda un aporre de 2,5-3 litros diarios. modo que no sea un elemento que pueda no protegerle en
Cuanto mayores sean los depósitos de glucógeno muscu- el momento en que se produce un mecanismo lesiona!.
lar antes de iniciar un ejercicio (y más si ésre será extenuan-
te), mayor será la resistencia del individuo para dicho ejerci- Condiciones del terreno de juego
cio y, por tanto, menor su probabilidad de padecer una le- La alternancia en la utilización de diferentes superficies sí
sión muscular por faciga. Un estado de deshidratación pue- que parece tener influencia en aumentar la susceptibilidad
de llevar al deporrista a padecer otras situaciones peligrosas, a padecer accidentes deportivos.
como puede ser una hipertermia o golpe de calor. En estudios realizados en las competiciones estadouni-
Po r tanto, si no se observa una nutrición e hidratació n denses de fútbol americano se evidenció un mayo r núme-
adecuadas, el deportista tendrá mermado su rendimiento, ro de lesiones en aquellos equipos que entrenaban en una
su coordinación y sus reacciones, y será más propenso a pa- superficie y competÍan en otra.
decer lesiones, particularmente musculares.
Condiciones ambientales
En los deportes practicados al aire libre, es indudable la in-
Tipo 3a
y 3b
Tipo 1b
Ésta se puede concentrar en el interior del músculo. La que un müsculo se ha situado en el límite de la toleran-
evolución es hacia la reabsorción {o enquistamiento). cia de su elasticidad. Anatomopatológicamente la elon-
Puede palparse una fluctuación y su exploración permite gación es el primer estadio del desgarro muscular {Ta-
conocer la evolución en el tiempo. A veces la equimosis bla 37-6). Se corresponde con la lesión m uscular d e
aparece no en el foco de lesión, sino a distancia. grado 1, segün la clasificación de Kouwalchouk.
• Espasmo musculm: Se trata de una contracción involun-
taria y mantenida debida al reflejo del dolor. Severas (graves}
• Calambre musmlm: Zuwer (1879) definió el calambre En este apartado se encuemran las siguientes lesiones:
como «una contracción dolorosa, involuntaria y pasajera • Rotura fibri lar 0 . En la term inología habitual no técn ica
de cierras fascículos musculares estirados del músculo o se le denomina <~tirón». Existe rotura d e algunas miofibri-
de cierras fibras. Es de evolución paroxística, de uno o va- llas, lesión anatómica y rotura de fibras o fascículos con
rios músculos. Existe sufrimiento muscular por déficit hemorragia local más o menos im porrante. Se puede pro-
circulatorio, y el espasmo se origina por un fascículo y ducir con sensación de hachazo o latigazo y dolor fulgu-
por una fatiga acumulada. Provoca impotencia funcional rante. Hay quien supone que existe con ancerioridad al-
inmediata. El dolor permanece en reposo, durante la guna lesión. La im potencia funcional es completa. La
contracción, en el estiramiento y en la palpación. Se ori- palpación pone en evidencia un dolor exquisito en un
gina por un trabajo excesivo muscular en anaerobiosis. punto muy concreto. La movilización pasiva es posible,
• Contractura mwwlm: Se origina en un músculo fatiga- aunque con dolor. La movilización activa es muy doloro-
do. Puede ser originada por una causa intrínseca {la fa- sa y está limitada. El t rabajo resistido es im posible de rea-
tiga referida) o por una acción externa. La movilización lizar, lo mismo que el estiram iento (Tabla 37-4). Seco-
activa y resistida es dolorosa. Se pierde fuerza muscular rresponde con la lesión muscular de grado 2, según la cla-
(Tabla 37-5) . Se corresponde con la lesión muscular de sificación de Kouwalchouk.
grado O, según la clasificación de Kouwalchouk. • Desgarro musculm: Es u na situación muy si milar a la de
• Elongación. El origen es intrínseco. Puede producirse, la rotura fibrilar. Es la máxi ma expresión del denomina-
por ejemplo, en el jugador de fútbol, en el momento del do «tirón». Se origina en la carrera ráp ida, en el chute
chute, por una acción excesiva muscular y aparece do- intenso o en una batida. Se puede producir preferente-
lor agudo en el músculo solicitado. Se origina en depor- mente por problemas intrínsecos, pero también por una
tistas escasamente entrenados, que entran con fuerza en causa extrínseca. Una contusión pued e originar una ro-
la competición o sin un calentamiento correcto. El do- tura muscular. El dolor agudo es im portante. La impo-
lor es brutal. El examen clínico es poco demostrativo. tencia funcional, completa. Según la gravedad de la le-
El músculo no se edematiza. La búsqueda de un punto sión, la movilización pasiva es posible o imposible. La
selectivo de dolor es negativa. Todo el compartimento movilización activa es siempre muy dolorosa y está limi-
muscular es doloroso. La movilización activa y pasiva es tada. El estiramiento y el trabajo resistido son muy dolo-
normal. El trabajo resistido y el estiramiento son discre- rosos (Tabla 37-7). Se corresponde con la lesión muscu-
tamente dolorosos. La fuerza segmentaría disminuye lar de grado 3 , según la clasificación de Kouwalchouk.
por la reaparición del dolor. No hay impotencia funcio- • Dis/aceración musculm: Se produce en músculos some-
nal. La elongación se puede considerar como el aviso de tidos a agresiones externas, a causa del impacto de un
37 • Lesiones deporttvas del sistema musculoesquel ético. Lesiones musculares 475
Tabla 37-4. Clasificación de las lesiones musculares y sus principales características. Tipo, definición y presentación clínica
Tipo 1A Trastorno Aumento del tono Sensación de Insidiosa, difusa, Desde una Negativa
muscular muscular (firmeza dureza muscular dolor tolerable participación focal
inducido por muscular! de carácter con dolorimiento en los músculos hasta abarcar la
fatiga longitudinal, debido a: Se incrementa involucrados longitud entera del
• Exceso de ejercicio con la actividad Aumento de tono músculo
• Cambio de superficie continua o circunscrito
de juego prolongada El atleta refiere
• Cambio en patrones Puede provocar tensión muscular
de entrenamiento dolor en reposo,
durante o después
de la actividad
Tipo 18 Dolor muscular Más dolor muscular Dolor agudo tipo Inflamación Sobre el músculo Negativa o sólo
de aparición generalizado inflamatorio edematosa, cierta entero o el grupo edema
tardía o después de gestos Dolor en reposo y rigidez (mayor muscular
agujetas desacostumbrados, horas después de tensión) muscular
(DOMSI trabajo excéntrico la actividad limitación del rango
o movimientos de de movimiento
deceleración articular implicado
Dolor en la
contracción
isométrica
Alivio al
estiramiento, que
será terapéutico
Tipo 2A Trastorno Aumento del tono Sensación de Aumento del Sobre el haz Negativa o sólo
muscular muscular !firmeza dureza muscular tono muscular, muscular o sobre edema
de origen muscular) de carácter con dolorimiento circunscrito el grupo muscular
radicular longitudinal, debido a Se incrementa longitudinalmente grande, a lo largo
un trastorno funcional con la actividad Edema discreto de toda la longitud
o estructural tipo continua o entre el músculo y del músculo
espinal o lumbopélvico prolongada la fascia
No hay dolor en En ocasiones,
reposo aumento de
sensibilidad cutánea
Reacción defensiva
del músculo al
estiramiento
Dolor a la presión
Tipo 28 Trastorno Aumento del tono Aumento de la Aumento del Fundamentalmente, Negativa o sólo
muscular muscular !firmeza sensación de tono muscular a todo lo largo de la edema
de origen muscular!. dureza muscular circunscrito al área longitud del vientre
neuromuscular Circunscrito al área con dolorimiento y neuromuscular muscular
propiamente neuromuscular tensión muscular, Hinchazón
dicho Puede ser como gradualmente edematosa
resultado de una Dolor de tipo Alivio al
disfunción en el control calambre muscular estiramiento, que
neuromuscular, como será terapéutico
la inhibición recíproca Dolor a la presión
Tipo3A Rotura parcial Rotura con un diámetro Dolor agudo, Dolor bien definido y Principalmente Positiva para
leve máximo de menos punzante, «como localizado en la unión disrupción fibrilar
de un fascículo/haz agujas» en el Probablemente, musculotendinosa con RM de alta
muscular momento de la defecto palpable resolución
lesión en la estructura de Hematoma
El deportista la fibra, dentro de intramuscular
a menudo la banda muscular
experimenta estable
un «hachazo» El estiramiento
o «chasquido» provoca aumento
seguido de un del dolor
repentino dolor
localizado
/Contmúal
476 Parte 1. C1rug1a ortoped1ca y traumatolog1a- Parte V. M1scelanea ·
Tabla 37-4. Clasificación de las lesiones musculares y sus principales características. Tipo, definición y presentación clínica (cont./
Tipo3B Rotura parcial Rotura con un diámetro Dolor agudo, Dolor bien definido y Principalmente Positiva para
moderada mayor que un punzante, lagrimeo localizado en la unión disrupción fibrilar
fascículo/haz muscular a menudo notable Defecto palpable musculotendinosa significativa, y que
en el momento de en la estructura probablemente
la lesión muscular incluya alguna
El deportista Amenudo retracción
a menudo hematoma Con lesión fascial
experimenta Lesión fascial y hematoma
un «hachazo» El estiramiento intermuscular
o «chasquido» provoca más dolor
seguido de un
repentino dolor
localizado
Brusca impotencia
funcional, con
posible caída del
atleta
Tipo4 Rotura Rotura que implica el Dolor sordo en el Gran defecto Principalmente Completa/
completa/cuasi diámetro muscular momento de lesión en el músculo, en la unión incompleta
completa completo/cuasi Llanto evidente por hematoma, musculotendinosa discontinuidad en
Avulsión completo dolor brecha palpable, o unión el músculo/tendón
tendinosa Lesión tendinosa El deportista hematoma, osteotendinosa Posible morfología
que implica la unión a menudo retracción del irregular del
hueso-tendón experimenta músculo, dolor tendón y retracción
un «hachazo•• con movimiento. tendinosa
o «chasquido» pérdida de la Con lesión fascial
seguido de un función, hematoma y hematoma
repentino dolor intermuscular
localizado
Brusca impotencia
funcional, con
frecuente caída del
atleta
Contusión Lesión por Trauma muscular Dolor sordo en Dolor sordo y difuso Sobre cualquier Hematoma difuso
mecanismo directo, causado por el momento de El hematoma, músculo, sobre o circunscrito de
directo una fuerza externa de la lesión, que el dolor y la todo vasto medial y varias dimensiones
carácter romo aumenta debido hinchazón reducen recto femoral
Hematoma circunscrito al creciente el rango de
que tiende a difundirse hematoma movimiento
en el músculo y causa El deportista La suavidad a la
dolor y pérdida de refiere un evidente palpación depende
movimiento mecanismo de la severidad del
lesiona! externo impacto
El deportista podría
continuar la
actividad deportiva
mejor que con una
lesión estructural
indirecta
Traducción propia, modificada de Muelter-Wohlfahrt, Haensel. Mithoefer, el al. 12013). Br J Sports Med, 47. 342·350.
contrario {puede ser expresión de una contusión). Pue- un müsculo conrracrurado. Se producen sobre codo por
de crearse una cavidad hemática con un contorno mal encima de los 40 años. Müsculos de romra frecuenre
definido. Dolor imporrante. Impotencia funcional son los gemelos y el bíceps femoral (Tabla 37-8). Seco-
completa. La movilización activa y pasiva es muy dolo· rresponde con la lesión muscular de grado 4, según la
rosa. El estiramiento es imposible. Disminuye la fuerza clasificación de Kouwalchouk.
local muscular. Se produce más en accidentes de tráfico • Hernia musculm: Es una lesión poco frecuente. Se ori-
y en el trabajo que en el deporte. Se correspondería con gina por una caída o un golpe. Hay romra de la aponeu-
la lesión muscular inrermedia de grado 3-4, según la rosis. Las miofibrillas se insinúan por los bordes de la
clasificación de Kouwalchouk modificada. aponeurosis. El dolor es de intensidad media. Se puede
• Rotum musmlm: Las roturas musculares rotales no son conrinuar en la competición y/o entrenamiento. En el
muy frecuentes. Se originan por acciones violentas en cuadro clínico se encuentra un dolor exquisito en un
37 • Lesiones deportivas del sistema musculoesquelético. Lesiones musculares 477
Tabla 37-8. Lesión muscular de grado 4, según Tabla 37-9. Lesión muscular de grado O,
la clasificación de Kouwalchouk según la clasificación de Kouwalchouk
o
les hormonales de las denominadas hormonas de estrés
(adrenocorticotropa -ACTH- y cortisol).
Las Lesiones menos graves se solucionan bien con trata-
miento médico y medidas elementales como el reposo
deportivo y La llamada cold therapy.
ción de fármacos en 1.069 (51%). Algún tipo de venda- saje ayudasen a los atletas al aumentar su rendimiento y
je se aplicó en 687 casos (32,8 %), reservando la inmovi- reducir el riesgo de lesión. Sin embargo, sólo se han reali-
lización con yeso para un menor número, 220 casos zado unas pocas investigaciones sobre los efectos del ma-
(10,5 %). saje preejercicio sobre el rendimiento y la prevención de
En las tablas 37-5 a 37-10, ellecror encontrará en es- lesiones. Las explicaciones resultan insuficientes, ya que
quema los principales procedimientos de fisioterapia para no se han investigado en profundad los mecanismos de
tratar las lesiones musculares más frec uentes. cada técnica de masaje.
Los fisioterapeutas, normalmente, utilizan el masaje
El masaje en la recuperación muscular para romper el círculo vicioso que produce el espasmo
Muchos entrenadores, atletas y personal sanitario del de- muscular y, consecuentemente, el dolor muscular. El es-
porte creen, basándose en observaciones y experiencias, pasmo muscular produce dolor muscular y estimula d i-
que el masaje puede proporcionar algunos beneficios al rectamente los nociceptores (sensibles al dolor) o compri-
cuerpo, como aumento del flujo sanguíneo, reducción de me indirectamente los vasos sanguíneos, produciendo is-
la tensión muscular y excitabilidad neurológica, y aumen- quemia. El masaje puede ayudar a reco locar las fibras
to de la sensación de bienestar. El masaje puede producir musculares y a aumentar la microcirculación. La realinea-
una presión mecánica, con lo que aumentaría el rendi- ción de las fibras ayuda a reducir el espasmo muscular que
miento muscular y la amplitud de movimiento articular, estimula los receptores del dolor y ayuda a reducir la pre-
y reduce también la rigidez tanto pasiva como activa (me- sión en los vasos sanguíneos. El incremenco de la micro-
canismos bio mecánicos). La presión mecánica puede circulación sanguínea, por su parte, ayuda a aumentar la
ayudar a aumentar el flujo sanguíneo al incrementar la nutrición de la zona dañada. Sin embargo, no se dispone
presión arteriolar, así como la temperatura muscular por de suficientes pruebas cientÍficas que apoyen estos plan-
frotación. Dependiendo de la técnica de masaje, se espera teamientos, porque es improbable que el masaje aumente
que la presión mecánica sobre el músculo aumente o dis- el flujo sanguíneo muscular, y no se ha publicado ningún
minuya la excitabilidad neural, med ida a través el reflejo artículo sobre los efeccos del masaje sobre la realineación
de Hoffman (mecanismos neurológicos). Los cambios de fibras.
en la actividad parasimpática (medida por frecuencia car- Conocidos los mecanismos de actuación del masaje, se
díaca, presión sanguínea y variabilidad de la frecuencia espera que sus beneficios ayuden a los atletas a aumentar
cardíaca) y los niveles hormonales (medidos por los nive- su rendimiento y a reducir el riesgo de lesión. Sin embar-
les de corrisol) tras el masaje producen una respuesta de go, apenas se han realizado unas pocas investigaciones so-
relajación (mecanismos fisiológicos). La reducción de la bre los efectos del masaje preejercicio sobre el rendimien-
ansiedad y la mejora del estado anímico también produ- to y la prevención de lesiones (Tabla 37-11).
cen relajación (mecanismos psicológicos) tras el masaje. El masaje entre pruebas deportivas (intercomperi-
Por lo tanto, sería de esperar que estos beneficios del ma- ción) se ha investigado ampliamente porque se cree q ue
Tabla 37-11 . Cuadro- r esumen de los efectos del masaje sobre la r ecuper ación del r endi miento
Rinder & CCT 20 sujetos sanos al Masaj e en ambos MM. 11. S: i n° más extensiones de
Suterland bl Descanso 6 min utos rodilla que en el contro l
Hemmings CCT 8 boxeadores aficionados al Masaje corporal completo 20 NS. FC, glucosa, lactato,
etal. minutos rendimiento físico
bl Descanso pasivo S: i recuperación percibida
Ba l ke etal. CCT 7 sujetos sanos al Masaje manua l Ambos tipos de masaje pueden
bl Percusiones mecánicas reducir la fatiga muscular y
[todo 15-20 minutos] psicológica
CCT: ensayo clínico controlado; FC: frecuencia cardiaca; MM . 11.: m iembros infer iores; NS: no estadísticamente signi ficativo; RR: frecuencia
respiratoria; S: estadísticamente significativo. i indica «se incrementa".
482
puede ayudar a aumentar la recuperación y a preparar a pia, la compresión, los fármacos antiinflamatorios, los fár-
los atletas para la siguiente prueba o partido. Desafortu- macos inmunomoduladores, la terapia hiperbárica de oxí-
nadamente, muy pocos datos científicos apoyan dicho geno, el calentamiento, el estiramiento y el masaje. Estos
planteamiento. La mayor parte de la investigación sobre tratamientos se han aplicado como intervención profilác-
los efectos psicológicos del masaje ha concluido que el tica y/o terapéutica; sin embargo, sus beneficios no son
masaje tiene efectos positivos sobre la recuperación (me- aún concluyentes. Sí parece demostrado que la aplicación
canismos fisiológicos). Se ha demostrado que el masaje de plasma enriquecido con factores de crecimiento (véase
postejercicio reduce la severidad del dolor muscular, el apartado Terapéutica mediante factores de crecimiento)
pero que no tiene efecto alguno sobre la pérdida de la disminuye la inflamación y revierte el proceso inflamato-
función muscular. A pesar de la creencia y la certeza em- rio y la expresión bioquímica del daño muscular (Punduk,
pírica de que el masaje es beneficioso para los arietas, los Oral, Ozkayin, Rahman & Varo!, 2015). Desde un punto
efectos de diferentes tipos de masaje {por ejemplo, pe- de vista clínico, el tratamiento administrado profiláctica-
trissage, ejjleumge, fricción) o la correcta temporalización mente es más apropiado para reducir o prevenir lesiones y,
del masaje (antes o después del ejercicio) sobre el rendi- consecuentemente, para alcanzar la reducción de lesiones,
miento, la recuperación de lesiones o como método para dolor crónico, coste del tratamiento de lesiones y tiempo
la prevención de lesiones no se han esclarecido aún del de entrenamiento perdido {Tabla 37-12) .
todo. El masaje es uno de los tratamientos comúnmente uti-
lizados para aliviar el DOMS porque se piensa que aumen-
Efectos del masaje en la prevención de lesiones ta el flujo sanguíneo y linfático local, disminuye el edema
musculares. Dolor muscular tardío y reduce el dolor {Fig. 37-5) .
El dolor muscular de aparición tardía [OOMSI <3> es un pro- Se han relatado reducciones significativas en la percep-
blema muy importante para entrenadores y arleras porque ción del DOMS tras el masaje. Algunos estudios explican
causa dolor crónico y reduce la función muscular y la ca- el mecanismo de reducción del DOMS a través del au-
pacidad para participar en deportes. El DOMS, frecuente- mento de neutrófilos y de la reducción de la creatina-cina-
mente, ocurre entre 24 y 72 horas después de un ejercicio sa sanguínea, mientras que otros investigadores no consi-
excéntrico inusual. Las consecuencias del daño en la fun- guen explicar el mecanismo. Sin embargo, muchos inves-
ción muscular incluyen pérdida de fuerza muscular, sensa- tigadores refieren que el masaje no resulta beneficioso para
ción de dolor, reducida amplitud de movimiento, aumen- la reducción del DOMS.
to de la rigidez muscular, aumento de la tasa metabólica en
Protocolos de prevención y recuperación
descanso y rendimiento atlético interrumpido o alterado.
Estos cambios pueden aumentar también el riesgo de le- Para prevenir la fatiga y el daño musculares y mantener un
sión deportiva. airo nivel de rendimiento, se han sugerido, recientemente,
diferenres procedimientos de recuperación que en distinra
medida incorporan el masaje, por ejemplo en rugby, fútbol
El dolor crónico provocado por el DOMS es un problema y voleibol. Algunos prorocolos se han implemenrado en
Tabla 37-12. Cuadro- resumen de tos estudios que han investigado tos efectos del masaje sobre el dolor muscular
1
Tiidus & CCT 9 voluntarios sanos luna 10 m inutos eff/eurage en la pierna S: J. dolor a las 48 horas tras el
Shoemaker pierna recibe masaje, la los 3 dias previos; inmediatamente ejercicio excéntrico
otra es control] después, y repetido el2° y 3" días
posterior al ejercicio excéntrico en
cuádriceps
Hitbert et al. RCT 18 voluntarios sanos al Masaje sueco 20 minutos S: J. dolor muscular a las 48
bl Control. Aplicación de loción y horas tras ejercicio excéntrico
descanso 20 minutos
[Intervención a las 2 horas tras
el ejercicio excéntrico en los
músculos gemelos]
CCT: ensayo clínico controlado; CK: creatina-cinasa; CT: ensayo clínico paralelo; DOMS: dolor muscular de aparición tardía; S: estadísticamen-
te significativo; NS: no estadísticamente significativo ; RCT: ensayo aleatorizado y controlado.
génicos (Anirua, Sánchez, Zalduen do et al., 2009). Los y se puede seguir empleando exitosamente en patología
efectos vasculares y celulares fueron evaluados después de muscular, como demuestra u n reciente trabajo publicado en
infiltraciones en el tendón de Aquiles, y los datos mostra- la prestigiosa revista Tbe New England jounllll ofMedicine
ban mejora en estos parámetros con respecto a otros trata- (Anima, Sánchez & Padilla, 2014). Los amores del capítulo
miemos. Actualmente, la investigación y la evidencia cien- además proponen un enfoque biológico e innovador para el
tífica avalan su utilización (Anitua, Pelacho, Prado, et al., tratamiento de lesiones musculares, como es la aplicación
2015). Por todo ello, se puede concluir que se trata de una del plasma rico en fletares de crecimiento (PRGF) en infil-
técnica segura y eficaz para el tratamiento de estas lesiones, traciones intramusculares (Sánchez etal., 20 15).
RESUMEN
o Las lesiones deportivas pueden divid irse en dos grandes o Las lesiones deportivas se producen por la combinación de
grupos : lesiones agudas (accidentes deportivos! y lesiones diferentes factores de riesgo, de los cuales sólo una parte
por sobrecarga (subagudas y crónicas!. Las lesiones mus- son identificables, con un mecanismo cercano a l momento
cu la res son consideradas más frecuentes en muchos estu- de producirse: es el llamado modelo multifactorial.
dios epidemiológicos.
o Las lesiones m usculares pueden clasificarse atendiendo,
o Se considera una lesión leve, desde el punto de vis ta pro- en primer lugar, a l pronóstico, y den tro de ellas, a la evi-
nóstico, aquélla cuyo proceso de curación es infer ior a 1 dencia diagnóstica de lesiones anatomopatológicas objeti-
semana, y grave la que precisa más de 3 semanas. vables med iante pru ebas exploratorias complementaria s;
y, en segundo luga r, ate ndiendo a los grados de afectación
o Existen factores que predisponen a un deportista a padecer
de las fibras.
una lesión . Pueden ser intrínsecos (aquéllos que el indivi-
duo presenta por sus ca racterísticas físicas y orgánicas o o Los fis ioterapeutas habitualm e nte utilizan el masaje y la
que se han adquirido por determinadas ca usas! o extrínse- cold therapy para romper el círculo vicioso que produce el
cos (inciden en el deportista y a lteran s u rend imiento, por espasmo muscular y, consecuentemente, el dolor mus-
lo que le vuelven susceptible de padecer lesiones!. cular.
GENERALIDADES tos ortoprotésicos, situació n que produce una gran con fu-
sión en pacientes, técnicos o rtopédicos y en la adm inistra-
Es cierto que la inmovilización con vendas de escayola es ción sanitaria.
una terapia eficaz, aunque incómoda y poco higiénica. El En nuestro país, no existen estudios unive rsitarios d e
desarrollo de los termoplásticos y su aplicación como sopor- ortoprotésica y sólo fo rma parte como una asignatura de
te terapéutico fUe un avance en eficacia, y su desarrollo es en 3 ETCS (European O·edit Titmsftr Sistem) en los grados de
la actualidad el principio de rodas las férulas inmovilizado- fisioterapia y terapia ocupacio nal, por lo q ue has ta aho ra
ras. Pero el problema de atrofia y retardo en la recuperación no había trabajos de investigación ni posibilidades, pues la
funcional hizo que se desarrollaran nuevos diseños con cri- ausencia de un método aceptado internacionalmente para
terios biomecánicos, como los tutores articulados, que per- describir a los pacientes a qu ien es se trata ortopédicamen-
miten al paciente una inmovilización más activa. En la ac- te o a las ortesis ® y los componentes q ue en ellas se em-
malidad, con la confección de tejidos elásticos planos en los plean ha permitido que cad a equipo sani tario utilice su
que se confiere distinto nivel de compresión en la prenda terminología y sea complicada la comunicación científica.
para actuar en las zonas deseadas, se consiguen diferentes En 197 9 se formó el ISO/TC 16 8 (O rgan ización lmer-
grados de estímulo sobre la piel y el tono muscular. nacional de Estandarización y C omité T écnico), con sede en
Ginebra, quien a través de sus grupos de trabajo p erm itió
elaborar las diferentes normas ISO (Tabla 38-1).
Las ortesis tensoelásticas no sólo inmovilizan selectiva- Posteriormente, en la Unión E uropea se crean los C TN
o
tamiento de su proceso con un dispositivo ortopédico, sur-
ge la dificultad de realizar una prescripción que sea com- pa rcialm ente un seg me nto de un miem bro ausente o de-
prensible por el establecimiento sanitario de ortopedia, sal- ficiente>>. Ortesis: <<cua lquie r dispositivo aplicado exte r-
namen te sobre el cuerp o human o, que se utiliza para
vo que se recurra a denominarle con el nombre comercial modificar las características estructu rales o funcionales
que el fabricante ha designado para su producto y que no del sistema neurom usculo esq uelético>>.
coincide con la nomenclatura de los catálogos de produc-
487
488 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología- Parte V. Miscelánea
Tabla 38-2. Nomenclatura anatómica con las iniciales del segmento corporal en inglés, como se utiliza en la actualidad
Ortesis de rodilla
En este segmento hay dos articulaciones que pueden nece-
sitar diferentes tipos de orresis.
Articulación femoropatelar. En la tendinitis rotuliana,
el tensado con ci nchas ajustables ( Cross Stmp, DJ} mejora
el dolor, y cuando la alineación de la rótula (línea «Q>•) está
excesivamente lateralizada y es ineficaz la acción del vasto
interno, es muy útil el uso de orresis con dispositivos de
centraje rotuliano ligeros: anillos ( Genutmin, BF; Genupro,
TH) o alm ohadillas de silicona ( Genumedi, PT; Medi,
MD) o sistemas cada vez más activos como una red elásti-
ca (Renction KB, DJ) o una guía de recentraje (Pntefln Pro,
Otto-Bock, OB), etc., que producen una traslación de la
patela sobre la cara anterior del fémur (Fig. web 38- 18).
Articulación femorocibial. Las ortesis pueden se r de
control de la flexoextensión mediante topes (Idos Gentt,
BF), que se adaptan a la necesidad terapéutica y también
modifican el &ngulo de apoyo sobre la meseta tibia! (Gen u
Artro, OB) con un sistema de tres fuerzas que mejoran el
eje y disminuyen el desgaste articular (OA Nano, OA As- Figura 38-4. Ortesis de pierna. Ortesis de pierna o polaina PTB que
sist, DJ; So.ftec, OA.BF) [@ véase vídeo 38-1). Para evitar la permite el apoyo con estabilidad en el foco de frac turas de la tibia,
distensión de los ligamentos laterales se utilizan orresis se- evitando la rigidez articular en el tobillo y rodilla.
mirrígidas con flejes articulados (Pinymnker!I-Sieeve, OJ;
Lignflex, TH; Ge11utmin S, BF) y en aquellas afectaciones mejora la comodidad del paciente y le facilita una marcha
de los ligamentos cruzados y que no exijan una solución con mayor dinamismo y ahorro de energía [@ véase ví-
quirúrgica, las ortesis de control, con estabilización ante- deo 38-21 (Fig. 38-3) .
roposterior (So.ftec Genu, BF) son muy eficaces en personas
que no realicen una actividad muy exigente de su rodilla, Ortesis de pierna
ya que evitan el tiempo de máxima extensión de la articu- Las polainas, ortesis rígidas PTB ® (bmcede apoyo en el ten-
lació n e impiden un excesivo desplazamiemo anteroposte- dón patelar), están conformadas para la consolidación de frac-
rior de la tibia respecto al fémur (Dejimzce JI!, DJ) (Figs. turas con un tratamiento funcional y las orresis tensoelásticas
web 38- 19). para lesiones musculotendinosas del tríceps sural (Fig. 38-4).
Insuficiencia del músculo cuádriceps. Se produce casi
siempre como secuela de la poliomielitis y exige la estabi- Ortesis de tobillo y pie
lidad en extensión de la articulación. En la actualidad, las En la articulación del tobillo se pueden encontrar diferen-
ortesis bitutor de metal y cuero con control de rodilla en tes situaciones para ortesis (Fig. 38-5).
la fase de apoyo se están sustituyendo por ortesis con un Lesiones ligamentosas o esguinces. El tipo de orresis
tutor elástico de fibra de carbono en la rodilla y tobillo que empleadas en esguinces dependerá del momento y del gra-
do de la lesión. En lesiones agudas donde el dolor y el ede-
ma exigen reposo y compresión, la inmovilización con or-
tesis de control del movimienro ( Walká) y compresión ticular garantiza conforr y la posición adecuada del sistema
neumática van a co nseguir un alivio y estabilidad muy efi- aquileoplanrar (Walker} (Fig. web 38-21).
caz (Maxtmx Ronair, PR) (Airloc, BF). Posteriormente las
orresis rígidas con sopones laterales en forma de <<U» y al- Ortesis plantares
mohadillados con gel frío o aire (Aircast Surrormd, DJ) Se clasifican en función de la patología y de la edad del pa-
permiten la flexoextensión e impiden la distensión de los ciente.
ligamentos laterales. A parrir de 7-1 Odías es suficiente una Ortesis plantares infantiles. La deformidad en valgo/
orresis tensoelástica, con cinchas de estabilización lateral varo del talón, asociada muchas veces a deformidad fron-
para permitir una vida normal y con una estabilización se- tal del eje en las rodillas y una huella de pie plano o pie
gura de la zona lesionada ( Velocity, DJ; AircastAgo; Malleo- cavo, crea en la familia cierra inquietud, y el uso de plan-
train, S. BF) (Fig. web 3 8-20). tillas correctoras del eje tibia-calcáneo (con efecto supina-
Para lesiones antiguas o dolores residuales, el uso de or- dar o pronador en la articulación subastragalina} y el con-
tesis elastocompresivas con almohadillas de silicona (Ma- siguiente control van a garantizar una adecuada formación
lleotrain, BF) o con flejes semirrígidos para situaciones de de la anatomía del pie en casi todos los casos. El aseverar
riesgo es un buen complemento que mejora la eficacia del que se corrige solo es demasiado arriesgado, y crea situa-
tratamiento (Malleolock, BF). ciones en el futuro que dificultan una buena actividad físi-
Deformidades en flexión plantar o equino. En la le- ca, produciendo con frecuencia rendiniris y periostitis por
sión del nervio ciático poplíteo externo que produce una sobrecarga (Fig. web 38-22) (véase el caso clínico 38-1).
parálisis flácida de los músculos extensores, o tras sufrir Ortesis plantares en deportistas o personas activas.
una hemiplejia (véase el caso clínico 38-3), mejora y se fa- El exceso de amorriguación de las estructuras del pie y una
cilita la marcha con un menor consumo de energía si se mala alineación de los ejes de las extremidades inferiores se
utilizan los anriequinos tipo «rancho de los amigos~>, que manifiesta con inflamaciones de la fascia plantar (Aircast
se construyen en termo plástico o fibra de carbono ( Walkon, Ailgel), tendinitis en los músculos tibiales o peroneos y
OB; Matrix, OI) y que, gracias a la elasticidad del mate- también en las inserciones tendinosas de la rodilla (cintilla
rial, favorecen la recuperación de la flexión dorsal!® véa- ileoribial y «para de ganso»). La compensación con ortesis
se vídeo 38-3[ (Fig. 38-6) . plantares, moldeadas para rectificar el apoyo y mejorar la
Lesiones del tendón de Aquiles. En inflamaciones o amorriguación, permite seguir con la actividad y m ejorar
acortamientos del rendón, el uso de taloneras amorrigua- mucho la sintomarología. Los medios para el análisis de la
doras en material viscoelástico y orresis elasrocompresivas marcha en vídeo y con la plataforma de p resiones facilitan
con almohadillas de silicona que se adaptan a ambos lados el diagnóstico y la valoración en estos pacientes I(B véase
del rendón (Aquilodin, EF; Achillotrain, BF) alivia la sin- vídeo 38-41 (Fig. web 38-23) .
romatología y favorece la evolución. En situaciones en las Ortesis para adultos. Cuando padecen frecuentes me-
que sea aconsejable la inmovilización con posición en tatarsalgias y sesamoiditis, una descarga selectiva de la ca-
equino del talón , la orresis de control del movimiento ar- beza metatarsal sobrecargada, acompañada de una eleva-
ción retrocapital y un soporte de roda la planta en material
viscoelásrico, producen una mejoría en la deambulación y
la desaparición del dolor (Fig. web 38-24) .
Ortesis del pie reumático, diabético, con artrosis,
etc. En estos casos, la deformidad obliga a realizar adapta-
ciones muy selectivas y a la medida en cada paciente, y se
busca aumentar el apoyo y disminuir la presión con plan-
tillas fabricadas con un molde del pie del paciente en sili-
conas, resinas o poliureranos que por termoexpansión co-
pian la forma plantar y reparten las presiones por toda la
superficie durante el apoyo plantar (Fig. 38-7).
Ortesis digitales
Orresis que se adaptan para deformidades en valgus, garra,
martillo, supraaducros, ere., y que construidas en silicona
o rermoplásricos pretenden corregir la deformidad ( 1&/gu-
foc, BF) (Fig . web 38-25}.
Calzado terapéutico
Diseñado para su uso después de vendajes o cirugía que per-
miten la deambulación con descarga selectiva en los metatar-
Figura 38-6. Ortesis antiequi nos. Reemplazan la funci ón de lo s
sianos (Darco, Procare) o descarga del talón; lleva un tacón en
músculos extensores, con diferentes sist emas de ayuda o conju- la parte anterior de la planta del pie (tacón invertido) y un sis-
gando la elasticidad del ma terial a la fuerza flexora plantar. tema de cierre que se adapta al nuevo volumen del pie.
494 Parte 1. Cirugía ortopédica y traumatología - Parte V. Miscelánea
ORTESIS DE TRONCO
Hay tres tipos de patologías en las que el tratamiento orrésico
es habitual: las algias y conrracruras musculares, que tienen su
origen en la columna vertebral y que necesitan, para su alivio,
una modificación de la alineación, por lo que se utilizan las
orresis flexibles; las lesiones degenerativas, tumores, fTacruras
y en pacienres después de la cirugía cuando se requiere con-
Figura 38-7. Ortesis del pie diabético y reumático. (A) Imagen clí-
nica en la que se observa la lesión (úlcera l. (8) Estudio podoscópi-
trol del movimiento, en las que se utilizan las orresis rígidas; y
co de la huella en estático. Obtenc ión de la forma tridimensional por último, en las deformidades vertebrales y torácicas, en las
de la huella plantar. (C) Modelado. Detalle de recogida de la huella. que se emplean orresis correctoras. Las orresis de tronco se di-
(DI Molde en la espuma fenólica para pla ntillas resultantes defini - señan y se denominan por su localización anatómica.
tivas. Nota: Evitar la presión en las zonas ulceradas o de riesgos es • Sacroíliacas: SIO.
la prioridad en estos pacientes.
• Lumbosacras: LSO.
• Toracolumbosacras: TLSO.
ORTESIS DE CUELLO Ortesis flexibles
En los recién nacidos es frecuente la mrácolis congénita y para Construidas en materiales ligeros y adaptables, cutí, lone-
corregir la deformidad se utiliza una onesis específica y diná- ta, tejido elástico, son las tradicionaJes «fajas orropédicas)),
mica (Eos, 01). En los adultos jóvenes son más fTecuenre las le- que a su vez son de dos tipos:
Figura 38- 8. Ortesis inmovilizadora de la columna cervical. (A) Visión lateral. (8) Anterior. ICI Poste rior. Nota: El diseño con apoyo en oc-
cipital, mentón y cincha fron tal permite una estabilización eficaz en lesiones inestables.
38 • Ortesis y prótesis de l aparato locomotor 495
o
(C) Pieza fi nal. Detalle de ortesis de termo-
plástico. ID) Otro ejemplo de modelo final.
controles van a ser los responsables del resultado final. Al mediante vacío, en lugar de anclajes con pino correas. Los
igual que en las ortesis de cifosis, la curva con vertebra ápi- implantes quirúrgicos de osteointegración loEJ véase Vol. 11.
ce craneal a T8 va a obligar a una ortesis que llegue a la al- capítulo 37, apartado Osteointegraciónl, para alargar el mu-
tura del hueso hioides y eso la hace menos tolerable. Las ñón óseo y conseguir un apoyo distal directo en la estruc-
fuerzas desroradoras se aplican mejor a los arcos costales tura de la prótesis, están consiguiendo muy buenos resul-
que nacen de las vértebras inferiores al ápice de la curva tados (véase Enlaces de interés. Webgrafía). En pacientes
que a las apófisis transversas de las vértebras lumbares (más colaboradores y con muñones de amputación de tamaño
estrechas). Deben construirse (Fig. web 38-30C) para que razonable, se pueden asegurar buenos resultados, exceptO
inviten a la auroelongación axial de la columna vertebral y en gasto energético y estabilidad, en el 85 o/o de los pacien-
favorezcan una postura antirrotación del tronco dentro de tes 1® véase vídeo 38-51.
la ortesis, con espacios de expansión y zonas de apoyo y
compresión. Esto las hace menos pasivas de lo que a pri- Mecanismos articulares
mera visra parece que son, creando la necesidad de auroco- El siguiente elemento prorésico lo constituyen los meca-
rregir la deformidad con los movimientos respiratorios. nismos articulares, es decir, pie-tobillo y rodilla. Esra últi-
También se recomiendan corsés específicos de uso noctur- ma es la articulación más compleja para el paciente, pues
no (Fig. web 38-300) . se debe conseguir amortiguación y estabilidad en el apoyo,
y facilitar el movimiento de flexoextensión para la marcha.
Ortesis correctoras de deformidades torácicas En pacientes con poco equilibrio, se debe primar la estabi-
Son fundamentalmente estéticas, pero importantes para el lidad con articu laciones fijas o de bloqueo a voluntad.
paciente. Su efecto correcror impide la respiración abdo- Cuanto mayor actividad tiene el paciente y mejor condi-
minal, bloquea un excesivo descenso del diafragma, con ción física, la rodilla puede tener elementos mecánicos que
ortesis LSO, que excavan exageradamente la pared abdo- faciliten el movimiento, hidráulicos o neumáticos que ar-
minal e invitan a que roda la capacidad inspiratoria se cen- monicen el desplazamiento y con microprocesadores elec-
tre en expandir la parrilla costoesrernal dirigida por los trónicos (rodillas inteligentes) que automáticamente se
apoyos que se construyen con el corsé sobre las costillas ajustan a la velocidad y ritmo de marcha, así como que
flotantes en el caso del tórax hendido o pectum excrwatum, sean capaces de facilitar la marcha en escaleras y rampas.
o presionando con una placa longitudinal la cara anterior Lógicamente tienen dos problemas además del coste eco-
del esternón en el tórax en quilla o pectum carinatmn (Fig. nómico, como son un mantenimiento complicado y el
web 38-31). mayor peso de la prótesis.
El complejo tobillo-pie en prorésica se está resolviendo
PRÓTESIS DE LAS EXTREMIDADES INFERIORES gracias al dinamismo y ligereza de la fibra de carbono y con
un diseño en forma cóncava invertida, con dos puntos de
Se denominan por la altura de la amputación y, en un apoyo en el calón y en el antepié, y un arco flexible en la
principio, permitían el apoyo y la marcha como un so- zona media. Este tipo de diseño aprovecha la energía en
porte rígido que llegaba al suelo. El primer problema lo el momento del apoyo del pie y se utiliza para hacer más
constituyen los malos consejos de amigos y familiares dinámica la marcha y para mejorar la adaptación con las
que no interpretan la prorerización como un acto sani- irregularidades del terreno y la diferente velocidad de
tario que exige un protocolo basado en el paciente: acti- marcha. Actualmente, todos los técnicos ortopédicos dis-
vidad física, edad biológica, peso, condiciones de vida, ponen de elementos articulares de demostración para que
nivel de esfuerzo, ere., y que siguen un criterio publici- el paciente pueda p robar y elegir según sus necesidades
tario con informaciones de materiales y mecanismos de (Fig. web 38-33).
ciencia ficción y, generalmente, vistos en los medios de
comunicación. Por otro lado, el paciente amputado debe Estructura
tener la prótesis como final de su tratamiento, aunque La estructura de la prótesis es el elemento que no sólo sir-
sólo sea por motivos de estética y adaptada a su capaci- ve para dar una forma anatómica o estética, sino que tam-
dad funcional. bién es muy importante en la alineación (ejes de carga es-
tables y eficaces) de los elementos protésicos. Las prótesis
Encaje exoesqueléticas son más úciles para actividades en contac-
Lo primero que hubo que resolver en estos pacientes fue el to con líquidos y para el baño, y las de estructura endoes-
ajuste al muñón con el encaje, para que fuera confortable, queletica so n más funcionales pues con sencillas manio-
eficaz y bien ajustado, por lo que fueron modelándose con bras se consigue dorar a la prótesis de una correcta alinea-
diferentes diseños, tanto a altura femoral (Fig. web 38-32) ción, controlando los ejes frontal (varo-valgo) y laterales
(encaje cuadrilateral, de contención isquiática, etc.) como (flexo-recurvatum) (Fig. 38-15).
en amputaciones bajo la rodilla (Fig. 38-14) (PTB, PTS ® ,
KBM ® , 35 ® ,ere.), en las que el peso se recoge en el ren-
PRÓTESIS DE LAS EXTREMIDADES SUPERIORES
dón rotuliano. En la actualidad se tiende a encajes de con-
tacto rotal con el muñón, con materiales amortiguadores _Se clasifican en función del nivel de amputación y de la es-
como el uretano, silicona, etc., y sistemas de suspensión tructura o mecanismo que las controla.
38 • Ort esis y prótesis de l a p ara to locomotor 499
Estéticas
Se construyen en materiales blandos, como siliconas, e
imitan perfectamenre al resto de la anaromía del paciente,
excepro en los cambios de color y su faci lidad de ensuciar-
se con rima, alimentos, ere. El peso es una complicación y,
sobre ro do, en segmentos de gran tamaño o si se utilizan al
caminar, correr, etc. (Fig. 38-16).
Mecánicas
Poseen u n sistema de tirantes y tensores que permiten rea-
lizar la pinza tridigital con poco esfuerzo y de manera sen-
cilla. Cuando en lugar de colocar una mano protésica, se
coloca un gancho, es muy útil para realizar tareas con la
prótesis, pues facilita la visión del extremo terminal y la
prensión es más eficaz (Fig. 38-17).
Mioeléctricas
Están dotadas de un sensor en los grupos musculares que
transmite a un motor eléctrico la orden para realizar un
movimiento de pinza al segmento distal protésico. El pro-
blema aparece en saber graduar el grado de prensión que
se requiere para no modificar los objetos y el peso de la
prótesis, que sólo la hace útil en manualidades donde se Figura 38-17. Prótesis mecánica de brazo.
puede apoyar en la mesa el antebrazo.
Todas ellas, al igual que en la extremidad inferior, cons-
Biónicas tan del encaje que se fabrica a la medida del paciente y sirve
Aunque también son eléctricas, se prefiere éste término, de suspensión y anclaje del resto de la prótesis. La estructu-
pues están doradas de un sistema que controla la fuerza ra protésica a la que se le da forma estética también puede
de prensión de una forma automática, muy parecido a ser exoesquelérica (dura) o endoesquelética (tubular recu-
una mano biológica pero controlada por microprocesa- bierta de espuma), y los elementos mecánicos articulares del
dores. Tienen posibilidad de ser construidas con mayor hombro, codo y muñeca junto con la mano son los que dan
número de motores, y su funcionalidad también es ma- funcionalidad (y peso) a la p rótesis. Como siempre, requie-
yor, a costa de aumentar el peso y la dificultad en el ma- ren un entrenamiento y una adaptación individualizada, así
nejo. como un discrero mantenimiento para que sean eficaces.
liJI RE S U M E N
o Las ortesis son productos sanitarios que ayudan favorable- sionado, permitiendo la actividad normal del resto de la ar-
mente a la recuperación de los procesos del aparato loco- ticulación.
motor cuando se prescriben, adaptan, controlan y se utili-
zan adecuadamente. o La confección a medida no mejora en muchos casos la fa -
bricación en serie y retrasa el plazo de entrega. Lo que sí
o La prescripción debe hacerse con la denominación que re- es imprescindible es la adaptación personalizada a cada
sulta de su descripción por la localización anatómica, la es- paciente y los controles periódicos de las ortesis para con-
tructura y el mecanismo de acción, para facilitar al técnico seguir la eficacia terapéutica.
ortopédico su interpretación y mejorar la comunicación.
o Las ortesis de descarga plantar, para las metatarsalg ias,
o El entrenamiento en la colocación de la ortesis es fundamen- son muy eficaces cuando se utilizan con un zapato aprop ia-
tal y es responsabilidad del médico y/o del técnico ortopédico. do y que tenga suficiente capacidad en e l dorso.
No es aconsejable su prescripción en pacientes que no sean
capaces de comprender las instrucciones de uso. o En el tratamiento con ortesis es necesario un equipo sani-
tario actualizado, una ortesis eficaz y un paciente motiva-
o La ortesis tie ne que esta r bien ajustada a cada paciente y
do. Existen multitud de ortesis de precio elevado, pero in-
en todos los momentos de uso para ser eficaz. No deben
útiles, porque no se prescriben o utilizan correctamente.
producir dolor, presión, ni lesiones en la piel. En ocasiones
deben ser controladas por el técnico para su ajuste. o Las prótesis de la extremidad inferior están avanzando
o Las ortesis elastocompresivas facilitan la recuperación del para conseguir mayor ajuste al hueso losteointegraciónl
paciente, sin secuelas de atrofia muscular, porque favore- y mejor mecánica articular. La estabilidad y la economía
cen el movimiento articular y aumentan la estabilidad. ac- energética del paciente son las barrera s pendientes de
tivando el tono muscular. mejorar. Las prótesis de la extremidad superior tienen
en el <<tacto>> el futuro. El confort y la eficacia de las pró-
o Las ortesis de control facilitan la recuperación, ya que con tesis biónicas dan unas prestaciones muy altas en la ac-
ellas se puede inmovilizar sólo el movimiento del tejido le- tualidad.
Parte 2: "Enfermedades del sistema
musculoesquelético
• Describir y analizar las causas de la morta lidad, la enfermedad, las lesiones y la discapacidad en la comunidad.
• Evaluar crít icamente los datos epidemiológicos e xistentes en la actualidad y sus aplicaciones en la práctica de la
fisioterapia.
• Conocer e l marco general epidemiológico en el que se desarrollarán las inte rve nciones de fisioterapia orientadas
a la mejora de la salud de la población.
• Apo rtar conocimientos generales que permitan comprender la relación entre salud y enfermedad, así como de los
factores que la modifican.
505
;o6 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
Teniendo en cuenta la distribución geográfica, se obser- Aparece con mayor frecue ncia en la raza blanca y posee
va que los daros varían desde el 7, 1 o/o en Melilla hasta el un componente estacional (aparece con mayor frec uencia
29,6 o/o en Asturias para la artrosis, artricis y reumatismo; en niños nacidos en invierno).
del4,79 o/o en Melilla hasta el 26,35 o/o en Asturias para el
dolor cervical y del 5,75 o/o en Melilla hasta el 28,94 o/o en Luxación congénita de cadera
Canarias para el dolor lumbar. Suelen incluirse bajo esta denominación tanto la luxación
Estas parologías son más frecuentes en mujeres, tanto como la subluxación congénita de cadera y la displasia
en el rotal como en codos los grupos de edad, y aumentan congénita (véase el capítulo 33, aparrado Displasia del de-
las diferencias por sexo cuando aumenta la edad. sarrollo de la cadera o disp lasia congénita de cadera, y el
Como ya se ha señalado, el hecho de que estas patologías capítulo 19, apartado Displasia del desarrollo de la cadera).
tengan una elevada prevalencia hace que sean muy frecuentes Su prevalencia en nuestro medio, según d iferentes estu-
las consultas médicas al respecto, con una importante utiliza- dios, se sitúa entre ell y 10 por 1.000, mientras que se dan
ción de los servicios sanitarios por parte de quienes las pade- cifras muy superiores (entre 1O y 100 veces más) en estu-
cen. Habitualmente se trata de visitas atendidas en los servi- dios realizados en Estados Unidos.
cios de atención primaria, pero se calcula que la mirad de los Respecto al sexo, es mucho más frecuente en el sexo fe-
casos requieren consultas de especialistas y son enviados al menino (razón 1:5). Ello puede esrar en relación con la
hospital para la realización de pruebas complementarias (véa- apreciación de que en algunos enfermos se ha observado
se el capítulo 5) y/o tratamiento mediante fisioterapia !GEl véa- un elevado nivel de esrrógenos.
se Vol. 11, en esta misma serie!, de al1í su interés para ellecror. Desde el punto de vista clínico existen dos formas dife-
rentes de presentació n: por un lado, los casos asociados
con hiperlaxitud articular y detectables en el nacimienro y
Estas enfermedades so n de gran trascendencia social y
suponen un importante problema de salud pública por su casos que escapan al screening G> (cribado) clínico neona-
La polidaccilia (véase el capítulo 33, aparrado Polidaccilia) re [1,7 casos (IC 95%: 0,9-3, 1) por 100.000 niños meno-
se caracteriza por la manifestación de un dedo extra en las ma- res de 15 años] y las personas blancas tenían la frecuencia
nos o en los pies, o la presencia de dedos bífidos. Estas ano- d e enfermedad más alta [10,8 casos (IC del 95%: 7,6-
malías se clasifican en polidactilias postaxiales y preaxiales. 14,8) por 100.000 niños menores de 15 años].
Puede ocurrir en ambos miembros y en ambos lados. La tasa de incidencia ajustada es 8,8 veces mayor en Eu-
La rasa de incidencia es de, aproximadamente, 15 casos ropa y 2,9 veces mayor en el sur de Asia que en Asia Orien-
por 10.000 nacimientos; las tres cuarras panes de los casos tal. La mayor ocurrencia de la enfermedad se produce en
corresponden a polidactilias postaxiales. el norte d e Europa.
La mayor parte de los afectados son varones con una ra- La latitud es un fuerte predicror de la enfermedad, de tal
zón de sexo 2: l. manera que un aumento de 10 grados de latitud se asocia con
La polidactilia postaxial es 1Oveces más frecuente en la un aumento de incidencia de 1,44 (IC del95 %: 1,30-1,58).
población negra que en la blanca. Este tipo de polidactilia Se han sugerido varios factores de riesgo para el desarro-
se considera un rasgo autosómico dominante, si bien se llo de la enfermedad, entre los que se incluyen la exposi-
han descrito casos de herencia autosómica recesiva y en ción a agentes infecciosos y la deficiencia de vitamina O ,
asociación con diversos síndromes. Son factores de riesgo debido a la insuficiente exposición al sol.
de polidactilia postaxial tener algún antecesor negro y te-
ner familiares con esta malformación.
La polidactilia preaxial se produce más en chinos e in-
dios americanos, y es, frecuentemente, unilateral y locali-
La enfermedad de Perthes se diagnostica por la radiolo-
gía y progresa a través de tres etapas: esclerosis, frag-
mentación y remode lación. Debe rea lizarse diagnóstico
o
zada en los miembros superiores. diferencial con otras causas de necrosis avascular de la
cabeza femoral en desarrollo.
Deformidades congénitas de los pies
Se incluyen aquí el pie varo, valgo y equino. Su prevalen-
cia es mayor que las malformaciones de las manos, y se ci- Escoliosis
fra entre 0 ,8 y un 4,4 por 1.000 (véase el capítulo 33, apar- El término escoliosis deriva de la palabra griega skolios (cur-
tados Pie equinovaro congénito o pie zambo congénito, y vado, torcido). La escoliosis es el trastorno de la columna
Pie valgo convexo congénito o pie plano congénito). más común en niños y adolescentes. Se caracteriza por una
También son más frecuentes en el hombre que en la curvatura patológica de la columna vertebral superior a
mujer (razón 2: 1) y no tienen carácter hereditario. 10 grados, por lo general en combinació n con una rota-
Respecto a la raza, el lugar de mayor prevalencia de es- ción de las vé rtebras y, más a menudo, con una cifosis to-
tas patologías son las islas polinesias. rácica (véase el capítulo 30).
o
Como factor de riesgo se ha invocado una alta presión
intrauterina durante el embarazo.
Los pacientes con escoliosis se clasifican en diferentes ti-
Enfermedad de Legg- Calvé-Perthes pos, depe ndiendo de la edad de inicio. la etiología, la gra-
vedad y el tipo de curva.
La enfermedad de Legg-Calvé-Perrhes es una osteonecro-
sis de la cadera que se produce en edades infantiles (véase
el capítulo 19, aparrado Enfermedad de Legg-Calvé-Per- La rápida progresión de la curva y el inicio precoz son
ches, y capítulo 48, apartado Enfermedad de Perches). Por parámetros predictivos negativos para el desarrollo de la
lo general, surge emre las edades de 4 y 8 años. En la In- escoliosis y la aparición de insuficiencia respiratoria. Se
dia, la edad de presentación es posterior. Se produce 5 ve- puede clasificar la escoliosis en idiopárica y no idiopática.
ces más en niños que en niñas. El diagnóstico de escoliosis idiopática se hace una vez ex-
cluidas otras causas de escoliosis.
La escoliosis congénita está causada por una malforma-
O El mecanismo subyacente de la enfermedad y sus facto-
res determinantes son desconocidos.
ción de las vértebras. Puede que no sea clínicamente evi-
dente en el nacimiento y se desarrolle en la infancia h asta
la adolescencia. Los genes que están asociados con la mal-
En una revisión que incluye 2 1 estudios que describían formación vertebral se han identificado en varios estudios.
27 poblaciones en 16 países, con 124.000.000 de perso- También, defectos similares han sido inducidos en mode-
nas-años de observación, se observó que el factor que más los animales sometidos a hipoxia o agemes tóxicos.
influye en la aparición de la enfermedad es la raza. Se des- La escoliosis neurom uscular aparece en cuadros de pa-
conoce si el riesgo viene determinado por una predisposi- rálisis cerebral, atrofia muscular espinaliGtl véase el Anexo
ción genética o por la influencia de factores amb ientales Casos clínicos para prácticas de aula, caso clínico octavo!, es-
como la diera o el estilo de vida. pina bífida, distrofia muscular loo véase el Anexo Casos clí-
Ese estudio demostró que las personas negras eran las nicos para prácticas de aula, caso clínico nove no!, etcétera.
menos afectados por la enfermedad de Perches [0,5 casos Las escoliosis mesenquimales se producen en el síndro-
(IC 95 o/o: 0,2- 1,0) por 100.000 niños menores de 15 años], me de Marfan, mucopolisacaridosis, osteogénesis imper-
las personas de raza mixta fueron afectadas moderadamen- fecta y cierras enfermedades inflamatorias.
508 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
La escoliosis idiopática en adolescentes es una enferme- Su incidencia y prevalencia están en aumento, proba-
dad común, con una prevalencia global de 0,47 a 5,2 o/o en blemente relacionado con el envejecimiento de la pobla-
la literatura científica actual. Es más frecuente en mujeres, ción y el aumento de la obesidad. Los factores d e riesgo de
con una razón de 1,5-3: 1, razón que se incrementa con la la artrosis incluyen la edad, el sexo, la obesidad y la gené-
edad. Las curvas con ángulos de Cobb más amplios son tica, así como factores específicos que supongan una carga
mayores en las niñas; en ellas la razón se eleva de 1,4 al en anormal de las articulaciones (véase el capítulo 42) .
curvas de 1Oa 20 grados hasta 7,2 a 1 en curvas mayores
de 40 grados.
Sus localizaciones más habituales son las manos, la ro-
dilla y la cadera, y es la causa principal de discapacidad
en la extremidad inferior en los adultos.
El tipo y amplitud de la curva está influenciado por el
constituye una posible diana terapéutica para éstas (La La enfermedad es mulrisisrémica, aunque al principio
Porta, Bura, Negrete & Maldonado, 2014). pueda afectarse sólo un órgano. La mayoría de los pacien-
tes siguen una evolución crónica y presentan brotes o exa-
cerbaciones de la enfermedad, intercalados con períodos
Existen diferencias en la frecuencia y gravedad de la en- los hombres. Su edad de aparición suele ser entre los 30
fermedad, y en el pronóstico en los diferentes grupos étni- y 50 años.
cos estudiados hasta el momento. Los blancos tienen una Además del dolor y la sensibilidad, los pacientes con fi-
menor incidencia, tienden a presentar la forma limitada de bromialgia también tienen otros síntomas, como interrup-
la enfermedad, tienen mayor supervivencia y menos mani- ción del sueño, fa tiga, depresión, ansiedad, problemas de
festaciones inflamatorias, al compararlos con o tros grupos memoria y concentración, dolores de cabeza, entumeci-
étnicos. Es probable que factores genéricos y ambientales miento, hormigueo, etc. Todo ello tiene un inmenso im-
estén implicados en estas diferencias. Hasta el momento, pacto en la vida diaria, lo que limita la capacidad funcio-
no se ha logrado determinar el origen de las diferencias en- nal de los pacientes y su estado psíquico.
contradas en los diferentes grupos étnicos.
En España, la mortalidad en los enfermos es 4 veces la
La fibromialgia tiene un impacto profundo en la vida de
de la población general. El deterioro pulmonar y el renal los pacientes.
son factores de riesgo independientes, asociados con dis-
minución de la supervivencia.
o
medad. A pesar de ello, son los factores genéticos que se
La osteoporosis es la enfermedad metabólica ósea más
asocian a la enfermedad los mejor conocidos.
prevalente. Afecta a un 35% de las mujeres españolas
mayores de 50 años, porcentaje que se eleva a un 52% en
lml RE S U M E N
• La func ión esencial de la salud pública es mejorar la s alud • Los programas de prevención med iante ejercicio físico te-
de las poblaciones. rapéutico [fis ioterapia) s on de enorme impa cto positivo en
la salud de la comunidad.
• El interés en la formación del profesional de fisioterapia
radi ca en que proporci ona el marco gen eral e n el que se
desarrolla cualquier acción dirigida a la prevención y cui-
dado de la salud de las personas.
513
514 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
dios han demostrado que el tabaquismo confiere un riesgo meratarsofu.lángicas de los pies (véase el caso clínico 40-2) . A
relativo de que surja una artritis reumatoide d e 1,5 a 3,5. medida que progresa la enfermedad se ven afectadas otras
Además, se ha comprobado que el consumo de tabaco dis- articulaciones como hombros, codos, rodillas y rabillos. Es
minuye la respuesta al tratamiento con merorrexato y an- simétrica.
ti-TNF a.
Se ha estudiado la posibilidad de que algunos agentes
infecciosos (bacterias, v irus, ere.} pudieran estar involucra-
dos en la erioparogenia de la artritis reumaroide, pero no
El cuadro clínico inicia l es insid ioso, con do lor y tumefac-
ción articular instaurado en semanas o meses. General-
mente la afectación articular es simétrica.
o
se h an encontrado evidencias científicas que confirmen
esta implicación.
La destrucción progresiva de las articulaciones y la tena-
s inovitis G> d e los tendones flex ores origina una disminu-
O El consumo de tabaco está asociado a riesgo relativo de
aparición de una artritis reumatoide. ción del arco de movimiento y de la potencia de presión,
junto con d eformidades crón icas e irreversibles de los de-
dos y muñeca.
La afectación extraarric ular aparece en el 50 % de los
Factores genéticos pacientes. La m anifestación más frecuente es el síndrome
Los factores genéticos aporran entre el 20-30% del riesgo de Sjogren, que aparece en el1 O% de las artritis reu maroi-
de padecer una artritis reumaroide. En el sur de Europa des, y se caracteriza por sequedad bucal y ocular. Los nó-
hay una prevalencia <a> aumentada de artritis reumatoide dulos reumaroideos se presentan subcutáneamente sobre
asociada a alelos del complejo HLA-DRBJ. superficies d e presión, como codos, tendón de Aquiles y
Recientemente, los estudios del genoma han permitido la dedos, con una frecuencia del 30 al 40 % de los pacientes.
identificación de algunos genes que aumentan la posibilidad Otros órganos y sistemas a los que puede afectar son los
de padecer artritis reumaroide. La variación del gen que co- pulmones, el corazón, los riñones, el sistema nervioso, el
difica la proteína del no receptor 22 d e la tirosina fosfarasa hem atológico, ere. (Tabla 40- 1) .
(PTPN22) se ha relacionado con el riesgo de presentar ar-
tritis reumaroide hasta dos veces m ás en hererocigoros y cua-
tro veces en homocigoros portadores d e esta alteración. Tabla 40-1. Sistemas extraarticulares afectados
en la artritis reumatoide
Cuadro clínico Sistema
extraarticular Afectación
La enfermedad comie nza de forma insidiosa, con dolor y
tumefacción articular que se instaura en semanas o m eses Piel Nódulos reumatoideos
(véase el caso clínico 40 -1) . El paciente suele referir ade-
más rigidez matutina de las articulaciones al levantarse de Hematológico Anemia normocítica y normocrómica
la cama, de más d e 1 ho ra d e duración y que desaparece Trombocitosis
Trombocitopenia
con la actividad física. Estas primeras manifestaciones so n Linladenopatía
consecuencia de la inflamación de articulaciones, rend ones
y bolsas si noviales. Es característico que las articulaciones Hepático Aumento de las tra nsaminasas
afectadas al inicio de la enfermedad sean las metacarpofu.lán- Pulmonar Engrosamiento pleural
gicas, interfu.lángicas proximales de las manos (Fig. 40-1) y las Derrame pleural
Nódulos pulmonares
Neuropatía intersticial difusa
Síndrome de Kaplan
Cardíaco Pericarditis
Valvulitis
Algunos pacientes presentan signos y síntomas consti- Anticuerpos antipéptidos citrulinados cíclicos. La
tuci onales sistémicos, como fiebre, pérdida de peso, males- presencia de anticuerpos anti-CCP en la sangre presenta la
tar general, astenia. En general, suelen reflejar un grado in- misma sensibilidad que la presencia de factor reumatoide
tenso de inflamación y, a veces, aparecen antes que los sín- para el diagnóstico de la artritis reumatoide, pero su espe-
tomas articulares. cificidad es mayor, entre el 63-1 00 %. Alrededor del 40 o/o
Existen una serie de criterios que tienen por objeto de- de los pacienres con artritis reumatoide y factor reumatoi-
finir la remisión clínica de la artritis reumatoide: de negativo tie nen anticuerpos anti-CCP positivos, lo q ue
• Rigidez matutina. No mayor de 15 minutos. aumenra su valor diagnóstico. Por ello, su determinación
• Ausencia de fatiga. es útil en los comienzos d e una artritis inflamatoria para
• Ausencia de historia de dolor articular. diferenciar una artritis reumatoide de otras modalidades
• Ausencia de dolor a la presión y al movimiento. de artritis.
• Ausencia de tumefacción articular y de las vainas tendi-
nosas.
• Velocidad de sedimentación globular (VSG) menor de
30 mm/hora en la mujer y menor de 20 mm/hora en el
ho mbre.
La positividad de anticuerpos an ti -CCP puede preceder a
la aparición de la enfermedad durante varios años.
Su presencia es un indicador de un mayor riesgo de pro-
gresión del daño articular. Predice mejor que el factor
o
reumatoide la gravedad de la artritis reumatoide .
Pruebas de imagen
Aparre de un recurso para co rroborar el diagnóstico, son
Datos de laboratorio útiles para seguir la evolución del daño articular.
De los datos obtenidos del laboratorio, la determinación del En una radiografía simple (Fig. 40-2) se pueden obser-
factor reumatoide y de los anticuerpos antipépcidos citruli- var los siguientes signos rad iográficos en un paciente con
nados d elicias (anti-CCP) son los que tienen una mayor artritis reumatoide:
utilidad diagnóstica en la artritis reumatoide de reciente co- • Osteopenia yuxtaarticular.
mienzo. Por otra parte, la presencia de factor reumatoide o • Aumenro de las panes blandas, sobre todo en pequeñas
de anticuerpos anti-CCP conlleva también un valor pronós- articulaciones de las manos y pies.
tico respecto a la evolución y gravedad de la enfermedad. • Disminución simétrica del espacio articular.
Otros daros de laborato rio son la determinación de • Erosiones subcondrales.
reactantes de fase agua ® : velocidad de sedimentación • Deformidades de las articulaciones con subluxaciones
globular (VSG ® ) y proteína C reactiva (PCR e> ). en fases avanzadas.
Factor reumatoide. La presencia de factor reumatoide • Anquilosis.
en un paciente con poliartritis hace muy probable el diag-
nóstico de artritis reumatoide, pues se ha comprobado que La resonancia magnética (RM) posee mayor sensibilidad
este factor está presente en sangre en el 75-80 % de los pa- para observar sinovitis y derrames articulares, así como los
cientes con artritis reumatoide. Sin embargo, su ausencia cambios incipientes en el hueso y la médula ósea. Su ele-
no descarta la enfermedad. vado coste y menor accesibilidad la convierten en una téc-
n ica reservada para si tuaciones especiales donde se carezca
de alternativas diagnósticas.
o
Se ha observado una asociación entre la presencia de fac- La ecografía permite evaluar la sinovitis y detectar ero-
tor reumatoide y la gravedad de la artritis reumatoide.
Los pacientes con factor reumatoide tienen mayor des- siones de forma temprana, por lo que es una técnica reco-
trucción articular y mayor discapacidad. mendable en el diagnóstico y seguimiento de la art ritis
reumatoide. Se recomienda su utilización cuando la explo-
516 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
ración física plantea dudas sobre la existencia de signos in- En la primera conferencia OMERACT ( Outcome M ea-
flamato rios articulares, o la detección ecográfica de sinovi- mres in RheumatoidArthritis Clínica/ Trials), se alcanzó un
tis, derrame y erosio nes vaya a modificar el manejo tera- consenso histórico sobre el conjunto mínimo de paráme-
péutico del paciente.
Por tanto, es útil en el diagnóstico de la artritis precoz, Tabla 40-2. Criterios para la clasificación
cuando la exploración física plantea dudas sobre la existen- de la artritis reumatoide
cia de signos inflamatorios en una articulación, aunque sus
A. Compromiso articular
hallazgos no son específicos de la artritis reumaroide, sólo
de sinovitis con independencia de su origen. También per- 1 articulación grande o
mite valorar la extensión de la artritis, en cuyo caso debe
2- 1Oarticulaciones grandes
considerarse la exploración ecográfica de las articulaciones
de las manos, muñecas y metatarsofalángicas. 1-3 articulaciones pequeñas 2
B. Serología
5
Tabla 40-3. Conjunto mínimo de parámetros para a los fármacos modificadores de la enfermedad [GEl véase el
la evaluación de la artrosis reumatoide Anexo 1. Farmacología del sistema musculoesquelético, apar-
tado AINE).
1) Número de articulaciones dolorosas
2) Número de articulaciones tumefactas Corticoides
3) Dolor
41 Evaluación global de la enfermedad realizada por el Deben utilizarse dosis bajas asociados aFAME (fármacos
enfermo anrirreumáticos modificadores de la en fermedad), en pe-
51 Evaluación global de la enfermedad realizada por el médico
6) Reactantes de fase aguda ríodos corros para aliviar los síntomas, y más a largo plazo
7) Capacidad funcional física para m inimizar el daño radiológico [GEl véase el Anexo 1.
Bl Daño radiológico !artrosis reumatoide de más de 1 año de Farmacología del sistema musculoesquelético, apartado Glu-
evolución)•
cocorticoides).
•La evaluación del daño radiológico se recomendó para estudios de
una duración igual o superior a 1 año, aunque los resultados de in - Fármacos antirreumáticos modificadores
vestigaciones más recientes han demostrado que se pueden obser- de la enfermedad
var cambios en las radiografías de las manos y pies en períodos de
tan sólo 6 meses. Son los fármacos que han demostrado que enlentecen o
detienen la progresión de la enfermedad [GEl véase el Ane-
tros que se han de utilizar para evaluar a los enfermos con xo 1. Farmacología del sistema musculoesquelético, apartado
artritis reumatoide (Tabla 40-3). Fá rmacos antirreumáticos modificadores de la enfe rmedad).
Para evaluar la actividad inflamatoria, se recomien- E l metotrexato sigue siendo el más indicado para tratar la
da hacer recuento de articulaciones dolorosas y tume- artritis reumatoide y el fármaco de base para casi todas las
factas, evaluación del dolor, evaluación global de la en- combinaciones terapéuticas. La leflunomida es otro fárma-
fermedad (por el paciente y por el médico), determina- co de eficacia clínica similar al metorrexato. Otros FAME
ción de reactantes de fase aguda y síntesis de la infor- son: hidrocloroquina, sulfasalazina, sales de oro, azatiopri-
m ación mediante la utilización de índices de actividad na, ciclosporina.
compuestos.
La utilización de índices compuestos que resumen la in- Terapia biológica
formación de varios parámetros en un solo indicador es un En los últimos 1O años han aparecido fármacos biológicos
procedimiento útil y válido en la evaluación de la actividad antirreumáticos modificadores de la enfermedad que han
de la enfermedad. Los índices más utilizados son el Disen- revolucionado el traramiemo de la artritis reumaroide. Sin
se Activity Score (DASIDAS28) y el SDAI (Simplified Di- embargo, hay que tener en cuenta que estos nuevos fárma-
sease Activity Iudex). cos no logran la respuesta necesaria en más de un 4 0-50 o/o
de los pacientes, y es frecuente que dejen de ser eficaces
con el tiempo. La utilización de estos fármacos está indica-
Para evaluar el grado de actividad inflamatoria, de disca-
da en pacientes que no han conseguido el objetivo tera-
o
El tratamiento de la artritis reumatoide se orienta a con- Epidemiología
trolar La actividad inflama toria, evitar La progresión de la
Lesión estructural articular y prevenir La invalidez de los Es la más común de las enfermedades reumáticas infanti-
pacientes. les y causa gran discapacidad a corto y largo plazo.
La incidencia, según diferentes estudios, se estima en
10-20 casos nuevos al año por cada 100.000 niños meno-
res de 16 años. La prevalencia varía mucho según los paí-
Pronóstico ses y se ofrecen valores de 16 a 150 por 100.000.
Es variable de unos pacientes a otros. El objetivo tera- En cuanto a la distribución por sexos, hay una preferen-
péutico actual es conseguir la mínima actividad infla- cia por el sexo femeni no de 2:1 o 3:1 , según distintos es-
matoria y mantenerla durante el mayor tiempo posible. tudios. Esras proporciones varían si tenemos en cuenra la
Los rratamienros precoces e intensos mejoran el pro- edad de presentación y la forma clínica. Así, por ejemplo,
nóstico en cuanto a incapacidad funcional y daño es- en menores de 8 años esta proporción puede ser de 8:1 a
tructural. favor de las niñas, y la presenración tardía, asociada a HL-
La mayoría de las alteraciones radiológicas y la pérdida B27, riene preferencia po r los niños, al igual que la psoriá-
de capacidad funcional se produce en los 2-3 primeros sica. En las formas sistémicas la distribución por sexos es
años de evolución de la enfermedad, por lo que cuanto an- similar.
tes se establezca el diagnóstico y se comience el tratamien-
tos mejor pronóstico tendrá el paciente. Etiopatogenia
Se consideran factores de mal pronóstico: La causa de esta enfermedad es todavía desconocida. Se
• Factores sociodemográficos: sexo femenino, edad de cree que ciertos factores ambienrales influyen en pacienres
inicio de la enfermedad y bajo nivel cultural. con determinada disposición genética que produce una al-
• Factores dependientes de la enfermedad: factor reuma- teración del sistema inmunológico.
toide positivo, presencia de ami-CCP, número elevado
de articulaciones afectadas, elevación de reacrantes de Factores genéticos
fase aguda, afectación precoz de grandes articulaciones, La enfermedad no se hereda, pero sí es frecuenre que algún
rapidez de aparición de erosiones, presencia de manifes- miembro de la familia renga algún cipo de artritis. La pre-
taciones extraarticulares. sencia de ciertos genes de histocompatiblidad (HLA) pa-
rece producir más agresividad y peor pronóstico, aunque
no están claramenre relacionados con el inicio de la enfer-
Factores ambientales
Entre los factores ambientales relacionados pueden destacar-
ARTRITIS IDIOPÁTICA JUVENIL se las infecciones (si bien no está del todo esclarecido) tanto
víricas (parvovirus B-19, rubeola, Epsrein-Barr) como bac-
El grupo de enfermedades reumatológicas que afectan a los terianas (estreptococos, Snlmonella, Sbigella, Yersinia, Cnm-
niños es bastante numeroso, y entre ellas debe mencionar- pylobacter o Chlmnydin). Las infecciones desencadenames
se la artritis reumatoide juvenil. pueden ser faringoamigdalares, urogenitales o intestinales.
Algunos autores creen que los antígenos quedan en la sino-
Definición vial y provocan una resp uesta inmune prolongada, que aca-
La artritis reumatoide juvenil en la actualidad ha cambia- baría reaccionando contra estructuras propias.
do su nomenclatura por la de artritis idiopárica juvenil Se discute también la parricipación de los traumatismos
(AlJ), puesto que esta enfermedad es toralmenre diferente como factor ambiental desencadenante de la enfermedad,
a la artritis reumatoide del adulto, tanto en su base genéri- pero no esrá del todo esclarecido, máxime con lo frecuen-
ca como en sus mecanismos patogénicos. te que son los traumatismos en los niños, por lo que siem-
La AlJ es un grupo heterogéneo de artritis inflamato- pre aparecerá una respuesta positiva a la pregunta de si han
rias, que ocurre en personas menores de 16 años y se ca- tenido alguna contusión previa.
racterizan por la existencia de artritis de intensidad varia- También podrían estar relacionados con la lactancia
ble, localizada en una o varias articulaciones, de 6 o más materna, el hábito rabáquico de la madre, la vitamina O y
semanas de duración, cuando otras patologías han sido la exposición solar.
excluidas.
Mecanismos inmunológicos
La participación de factores inmunológicos es innegable.
Se considera artritis a la existencia de dolor espontáneo
función de los linfocitos T reguladores es una hipótesis de Se caracteriza por fiebre de 2 o más semanas de dura-
la alte ración de la inmunidad más aceptada actualmente. ción, además de uno o m ás de los siguie ntes hallazgos clí-
nicos: exantema evanescente, hepatomegalia, esplenome-
Cuadro clínico galia, linfoadenopatías generalizadas y/o serositis.
La artritis constituye uno de los síntomas cardinales de la en-
fermedad, pero no necesariamente su manifestación inicial.
El dolor durante la movilización y la tumefacción arti-
cular son las manifes taciones más frecuentes. También
La artritis, por lo general. es oligoarticular o poliarticular
y simétrica, puede estar ausente al inicio y desa rrollarse
incluso años después.
o
puede haber envaramiento y rigidez matutina.
Los niños mayores refieren con claridad los síntomas ar-
ticulares, pero en los menores, la presencia de artritis debe La fiebre es el síntoma característico de este tipo de aruitis.
ser sospechada ame una cojera o cambios en los patrones Las subidas son, sobre todo, vespertinas y responden mal a los
de movimiento habituales del niño. amitérmicos (véase el caso clínico 40-3) . Dura 2 o más sema-
Las formas indoloras ocurren hasta en un 25% de los nas. Se acompaña de gran afectación del estado general y, a me-
casos. Los padres consultan por limitación del movimien- nudo, de un exantema maculopapuloso, rosado, evanescente,
to articular o desarrollo de posiciones anómalas. de corta duración, confluente, que es más intenso en las wnas
La persistencia de inflamación articular ocasiona lesio- de roce y se desencadena con el roce o al rascarse. No suele ser
nes cartilaginosas que determinan Ji mi ración y deformidad pruriginoso y se localiza en el uonco, brazos y piernas.
articular. En la analítica suele haber anemia y aume nto de los
Valorando el número de articulaciones afectadas y los reactames de fase aguda.
síntomas que aparecen en los 6 primeros meses de evolu-
ción, se establecen varios tipos de Al], algunos de los cua- Artritis oligoar ticular
les presentan además una base genérica propia. Además de Se refiere a aquel subtipo de artritis que afecta a cuatro o
las formas sistémica, poli articular (seropositiva y seronega- menos articulaciones durante los primeros 6 meses de la
riva) y oligoarticular, se incluye la artritis psoriásica, la aso- enfermedad. Quedan excluidos de esta categoría los pa-
ciada a entesitis y un último grupo para las formas d e difí- cientes que además tengan psoriasis, factor reumatoide po-
cil clasificación (Tabla 40-4). sitivo o HLA-B27 positivo, o bien lo presente algún fami-
liar de primer grado. Tampoco se incluirán los varones que
la inicien co n más de 6 años.
Tabla 40-4. Principales características de las distintas formas de la artritis idlopática juvenil
Artritis relacionada con 6-16 años 1/1 Articulaciones grandes, columna y HLA-827
entes itis sac roilíacas
ANA: anticuerpos antinucleares; AIJ: artritis idiopática juvenil: FR: factor reumatoide; M/H : mujeres/hombres.
520 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
o
Es una poliartritis simétrica que afecta a las pequeñas
articulaciones de las manos y pies. Pueden observarse
aumento del espacio intrarticular, que es muy constante.
nódulos reumatoideos e n las superficies de extensión de La hiperemia local existente es la causa de aparición de
Los a ntebrazos y codos. bandas de depósitos de calcio, periostitis y de un estímulo
del carcílago de crecimiento que ocasiona el cierre prema-
turo d e las epífisis, dando lugar a retraso del crecimiento y
asimetrías esqueléticas. El reposo prolongado y el trata-
Poliartritis seronegativa miento con corticoides motivan osteoporosis con aumen-
Afecta a cinco o más articulaciones en los 6 primeros meses to d e la trabeculación. En fases más avanzadas, el espacio
de la enfermedad, sin la presencia de factor reumatoideo. articular disminuye y aparecen erosiones, subluxaciones,
Dentro de esta categoría se han descrito hasta tres subcipos. anquilosis y fracturas.
La manifestación predominante es la articular, sobre
todo en grandes articulaciones, aunque también afecta a Pruebas de laboratorio
las pequeñas en bastantes pacientes. Algunos pacientes No existe una prueba d e labo ratorio que por sí misma
pueden tener fiebre al inicio. Es más frecuente en niñas. constituya el diagnóstico de la enfermedad.
Suele haber anemia normocítica y normocrómica, así
como leucocirosis con desviación izquierda y trombocito-
Nota: Para facilitar al lector y al estudiante la integra- sentan casos prácticos para la realización de prác ticas en el
ción de conocimientos y aplicarlos a la práctica clínica, en aula; para este tema se reco mienda consultar el caso prác-
el GEl Anexo 3. Casos clínicos para prácticas de a ula, se pre- tico sexto.
RE S UMEN
• La artritis reumatoide es un enferme dad crónica, multisis- tensidad variable, localizada en una o varias articulaciones,
témica e invalida nte, de etiología desconocida, pero parece de 6 o más semanas de duración, cuando otras patología s
que re lacionada con la exposición a ciertos agentes am- han s ido excluidas.
bientales unida una predisposición gené tica.
• Valorando el número de articulaciones afectadas y los s ín-
• El diagnóstico es fundamentalmente clínico y e s importan- tomas que aparecen en los 6 prime ros meses de evolución,
tes realizarlo lo antes posible, con el fin de iniciar el trata- se es tablecen varios tipos de AIJ: sistémica, poliarticular
miento de forma precoz y así disminuir el daño articular, (seropositiva y seronegatival. oligoarticular, artritis psoriá-
mejorar el grado de discapacidad y la calidad de vida de es- sica, la asociada a entesitis y un último grupo para las for-
tos pacientes. mas de difícil clasificación. Algunos de estos tipos presen-
tan además una base genética propia. El diagnóstico es
• La artri tis id iopática juve nil es la entidad reumatológica fundamentalmente clínico. En cuanto al tra tam ien to, es
más frecu ente en la infancia. Es un grupo heterogéneo de importante tener en cuenta no sólo el farmaco lógico, s ino
artritis inflamatorias, que ocurre en personas menores de tambié n el fisioterapéutico y psicológico que permita un
16 años, y se caracteriza por la existencia de artritis de in- desarrollo integral del niño.
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1. ¿Qué es una enferm edad s istémica? 6. ¿Cuál es el fármaco capaz de modificar la enferme dad indi-
cado en primer lugar?
2. ¿La etiología de la artritis reumatoide es estrictamente exó-
gena, es decir, ambien tal? 7. ¿Qué es la artritis idiopá tica juvenil?
o
En los últimos años se ha podido avanzar en el conoci-
miento de los mecanismos fisioparológicos y genéticos re-
Es común en las espondiloartropatías inflamatorias la
lacionados con el daño estructural y con la inflamación afectación axial articular, con patrón típico de artritis pe-
que acontecen en estas patologías, gracias entre otros a los riférica y sacroilitis.
estudios de los genes HLA (antígenos leucocirarios huma-
nos) específicos. Los métodos diagnósticos de imagen más
sofisticados han logrado adelantar el diagnóstico, algo cru- CLASIFICACIÓN
cial en este tipo de patologías reumáticas, pues es precisa-
mente en las formas precoces donde la intervención podría Se utiliza casi de forma exclusiva el término espondiloartri-
detener el proceso inflamatorio y mejorar la vida del pa- tis para designar a rodas las enfermedades que integran to-
ciente. Los avances en el tratamiento farmacológico, con das las espondiloartropatías; no obstante, se ha establecido
las nuevas terapias biológicas, han mejorado de forma no- una clasificación que recoge todas ellas (Tabla 4 1- 1).
toria el pronóstico de las espondiloartropatÍas. Sin embargo, recientemente se tiende a englobar estas
patologías en un ente genérico donde se persigue un trata-
miento integral, primando la identificación de la forma
525
526 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
Tabla 41-2. Prevalencia de HLA-B27en diferentes poblaciones Tabla 41-3. Manifestaciones comunes
en las espondiloartrítís
• Población blanca en Estados Unidos: 5-8%
• Población negra en Estados Unidos: 1 % • Sacroilitis radiográfica, con espondilitis o sin ella
• Chile ISudamérical: 4% • Artritis inflamatoria periférica, entesitis y dactilitis
• Europeos: 7-20% • Asociación con enfermedad infla matoria intestinal/
• Asiáticos: 7% gastrointestinal
• Nativos americanos lha idasl: 50% • Psoriasis
• Uveítis o iridociclitis
Tomada de: Rivera y Monckeberg. Disponible en: www.escuela.med. • Factor genético familiar
pu c. cl/pu bl/apuntes re umato lag ia/Pdf /Espo ndilo, pd f • Aortitis o insuficiencia cardíaca
• Factor reumatoide negativo
• HLA-827 positivo
cuando no existe daño estructural radiográfico sacroilíaco, Tomada de: Callan tes (20041. Manual SER de las enfermedades reumá-
aun existiendo manifestaciones clínicas compatibles (Rud- ticas. Madrid: Editorial Médica Panamericana, p. 261.
waleit, van der Heijde, Landewe, et al, 2005).
o
mente el 2% de los individuos HLA-B27 positivos desa-
rrollarán la enfermedad. Si además existe historia familiar,
El cuadro clínico es determinante para el diagnóstico de
el riesgo aumenta hasta el20 %. La presencia de HLA-B27 las espondiloartritis.
es mayor para la espondiliris anquilosante (90 %) y es más
baja en el resto de enridades (70 o/o en reactivas, 60-70 o/o
en formas inflamatorias intestinales y emre el 50-70 o/o en
el resto). En nuestro país, y según un estudio multicémri- Manifestaciones articulares y periarticulares
co (Collantes, Cisnal & Muñoz, 1994), la prevalencia se Las manifestaciones articulares guardan relación primor-
sitúa en torno al 13% de pacientes que acuden a la con- dialmente con dolor lumbar de ritmo inflamatorio, por
sulta de reumatología. La es timación en España se sitúa en afectación de las vértebras sacroilíacas y del raquis, que se
más de medio millón de pacientes. manifiesta como dolor fijo alternante de nalgas y que se
irradia hacia la parte posterior del muslo y rodillas, de ca-
PATOGENIA rácter inflamatorio y nocturno, y que mejora con AINE
(antiinflamatorios no esteroideos). A veces la localización
El factor genérico más importante es el HLA-B27, presen- es lumbar, dorsal y hasta cervical. Se podría catalogar de es-
te en más del 80 o/o de las patologías espondiloartríticas; sin pondiloartropatía si el paciente cumple cuatro de los si-
embargo, sólo una pequeña parte de la población, en tor- guientes cinco criterios {criterios ASAS -Ankylosing Spon-
no al2-3 o/o, desarrollarán la enfermedad, por lo que se su- dilytis Assessment Study- de dolor lumbar inflamatorio):
giere la presencia de otros genes adicionales que contribui- edad inferior a 40 años, inicio insidioso, mejoría con el
rían al desarrollo de la enfermedad: ERAP1, 1L23R, ejercicio, no mejoría con el reposo y dolor nocturno que
TNSF15, CARD9, ANTXR2y otros subtipos. mejora al levantarse.
La teoría del péptido arrrimgénico sugiere que la pre- Otros síntomas articulares y periarriculares incluyen si-
sencia de una infección urogenital o intestinal provocaría novitis o artritis asimétrica oligoarticular (predominio en
una activación de clones de linfocitos T que serían reacti- la rodilla, rabillo y pie), entesopatías (inflamación y dolor
vos contra el cartílago. Otra teoría se refiere a un mecanis- en inserciones tendinosas en los huesos), principalmente
mo auroinflamatorio donde las TNF-a y la IL-23 perpe- en el esqueleto axial y en las extremidades inferiores, y pre-
tuarían y propagarían la inflamación. Finalmente, una reo- sencia de dactiliris o inflamación de los dedos.
41 • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías inflamatorias 527
o
• Afectación en la piel y mucosas: a veces es la primera
manifestación de la enfermedad como es el caso de pre-
La resonancia magnética tiene una especificidad diag-
sencia de psoriasis, eritema nodoso, piodermia o pusru- nóstica del 90 %.
losis.
• Afectación gastrointestinal: inflamación aguda o per-
manente.
• Otras: afectación cardíaca (de la conducción, insufi- Ultrasonidos
ciencia cardíaca o de la aorta), afección pulmonar (fi- Son también válidos para detectar cambios precoces en
brosis, restricción ventilaroria) y afección renal (amiloi- forma de sinovitis, bursitis, entesitis y tendiniris; incluso es
dosis o nefroparía IgA -inmuglobulina A-). más sensible que la resonancia para detectar derrames y ha-
llazgos en regiones de más difícil acceso.
DIAG NÓSTICO
El diagnóstico es eminentemente clínico, lo que ocurre
es que suele ser tardío y lamentablemente llega tarde,
La ecografía diagnóstica es muy útil para detecta r signos
precoces de la enfermedad.
o
incluso después de 1O años del inicio de los síntomas
(Collanres, Zarco, Muñoz, et rzl., 2007) y para enton-
ces las lesiones estructurales articulares son irreve rsi- Criterios de clasificación diagnósticos
bles. Es por tanto importante llegar a un diagnóstico Los criterios de clasificación tienen su razón de ser para la
precoz para es tablecer el tratamiento farmacológico realización de estudios de investigación. No obstante, se
co n las nuevas terapias, que podrían modificar el curso han u tilizado y continúan utilizándose como criterios
de la enfermedad. Los profesionales sanitarios deberían diagnósticos.
conocer las man ifestaciones clíni cas, especialmente las Los criterios de Amor (Amor, Dougados & Mijiyawa,
caracte rísticas del dolor inflamarorio d e espalda ya d es- 1990) (Tabla 41-4) introducen una relación de signos y
crito en el aparrado C uadro clínico. Sintomarología y síntomas que permiten clasificar al paciente dentro del
stgnos. grupo de las espondiloarrritis: cada uno tiene una puntua-
ción de 1 o 2, y es necesario un mínimo d e 6 para clasifi-
Pruebas de laboratorio car al paciente en el grupo de las espondiloamitis sin ne-
La presencia de HLA B-21 es muy importante, pero no de- cesidad d e ser obligatorios los signos o síntomas. Los crite-
terminante de forma aislada ante la presencia de una lum- rios del ESSG o Grupo Europeo para el Estudio de las Es-
balgia inflamatoria (es positivo hasta en el 1O% de la po- pondiloamopatías (Dougados, van der Linden, Juhlin, et
blación general); por otra parte, la sensibilidad de la pro- aL, 1991) (Tabla41-5) precisan de un paciente con dolor
teína C reactiva (PCR) y de la VSG (velocidad de sedi- axial o artritis periférica más un criterio menor.
mentación globular) no son muy airas (40 %). Ambos poseen un alto grado de sensibilidad (> 83 o/o) y
d e especificidad (> 95 o/o) {Collantes, Muñoz, Cisnal &
Pruebas de imagen Spanish Spondylarthropathy Study Group, 1995).
En cuanto a las pruebas de imagen, se pueden realizar eco- La ASAS (Assessment ofSpondylorzrthritis !nternrztionrzf So-
grafía, resonancia o radiografías convencionales. ciety) ha desarrollado un nuevo criterio para la clasificación
de las espondiloartropatías axiales (Rudwaleit, van der Hei-
Radio logía convencional jde, Landewe, et rzL, 2009) (Tabla 4 1-6) que se caracteriza
Los hallazgos radiográfi cos en forma d e sacroilitis tardan por clasificar la espondiloartropatía axial si el paciente pre-
hasta 1O años, a veces, en aparecer, y hasta entonces es senta dolor d e no menos de 3 meses y se presenra anres de
difíci l de apreciar. En el aparrado Espondiliris axial an- los 45 años, junto a una sacroilitis definida por imagen más
quilosante se d etallarán los hallazgos radiográficos pre- una característica de los 11 pumas definidos, o la p resencia
sentes. de HLA B-21 más dos de las caraccerísticas d efinidas.
Tabla 41-4. Criterios de Amor para la clasificación Tabla 41-6. Criterios de clasificación de la espondiloartritis
de las espondiloartropatias axial del grupo ASAS
Los avances en el tratamiento de la espondilitis axial son Tomada de: Rudwaleit, van der He ijde, Landewe. et al. (2009). The
considerables, si n embargo, se requiere un diagnóstico pre- Development of Assessment of SpondyloArthritis internationa l Socie-
ty (ASAS) Classification Criteria fo r Axial Spondyloarthritis (Par! 111:
coz dentro del primer año de afectación para prevenir las Validation and Final Selection. Ann Rheum Dis. Ma r 17. ASAS: Ankylo-
consecuencias graves de la enfermedad y establecer un tra- sing Spondilytis Assessment Study; AINE: antii nflamatorio no esteroi-
deo; PCR: proteína C reactiva; RM: resonancia magnética.
tamiento lo más rápidamente posible. La alta prevalencia
Tomada de: Dougados, van der Linden, Juhlin, el al. (1991). The Euro-
La espondilitis axial es una enfermedad inflamatoria cró-
nica y progresiva, que afecta fundamenta lmente a las a rti-
culaciones de la columna vertebral y donde la apa rición de
sacroilitis de forma bilateral habitualmente es general.
o
pean Spondylarthropathy Study Group preliminary criteria for the das-
sification of spondylarthropathy. Arthritis Rheum. 34( 101. 1218-1227.
41 • Espondilitis anqui losante y otras espondiloa rtropatias inflamatonas 529
Síntomas
La sintomatología es muy evidente. D estacan:
• Dolor de espalda de características inflamatorias, noc-
turno, que a veces o bliga a levantarse de la cam a, sin
mejoría en decúbito, empeora por la mañana, existe ri-
gidez de más de 30 minutos y mejora con el movimien-
to. Es de comienzo insidioso, gradual, intermi tente y,
posteriormente, se prolonga en el tiempo, que puede ser
superior a 3 meses.
• Dolor inicial sacroilíaco. En la región superointerna de
la nalga, con irradiación a la región posterior y a la ro-
dilla (simula a la ciática). Puede ser bilateral y alternante.
• Dolor e inflamación en articulaciones periféricas (cade-
ra, rodilla, pie y hombros}. Suele ser oligoarricular y, a
veces, precede al cuadro vertebral durante años.
• Dolor torácico. Por afecció n del esqueleto to rácico (ar-
ticulaciones e inserciones tendinosas).
• Dolor de panes blandas por enresitis (fascitis plantar,
ralalgia, etc.).
• Manifestaciones exrraarriculares, entre las que sobresale la
uveítis (20 o/o de los casos) (Fig. 41- 1), afecció n pulmonar
(alteraciones vemilarorias restricrivas, fibrosis pulmonar),
insuficiencia aórtica, enteritis inespecífica, amiloidosis, al-
teraciones neurológicas (compresión medular por fractu-
ras, síndrome de cola de caballo) y osteoporosis.
Tomada de: Calin 119891. Reiter's syndrome. En: Kelly, Harris, Ruddy &
Figura 41-5. Dactilitis en el curso de una artritis reactiva. !Banco Sledge leds.l. Textbook of rheumatology 13° edl. Philadelphia: WB.
de imágenes del Hospital Vall d'Hebron. Dr. Barreiral. pp. 1038-1052.
41 • Espondilitis anquilosante y otras espondiloartropatías inflamatorias 531
o
vantarse, empeoramiento con el reposo y mejoría con el
La artritis psoriásica consiste en una artropatía inflama-
toria manifestada en pacientes con psoriasis y ausencia ejercicio y con la toma de AINE. El cuadro lumbar inespe-
de factor reumatoide. cífico es mecánico, con antecedentes de degeneración de la
columna, agudo y resolutivo en pocos días, sin rigidez im-
portante y de comienzo súbiro.
Tabla 41-8. Criterios CASPAR para el diagnóstico La diferencia con la artritis reumaroide es fácil, ya que
de la artritis psoriásica ésta presenta otras localizaciones, las imágenes radiológicas
son distintas y el factor reumatoide es negativo en las es-
Enfermedad inflamatoria articular !artritis periférica o de pondiloartropatías.
raquis! más 3 o más puntos de los siguientes criterios:
El diagnóstico diferencial entre las disrinras espondi-
• Presencia de psoriasis 2
• Historia personal o familiar de psoriasis 1 loarrropatías presenta mayor problema, aunque existen
• Distrofia ungueal: onicólisis o hiperqueratosis 1 una serie de síntomas y signos (Tabla 41-9) que podrían
• Factor reumatoide negativo 1 ayudar a diferenciarlas.
• Historia actual o pasada de dactilitis 1
• Prueba radiográfica de neoformación ósea
yuxtaarticular en manos o pies
Artritis periférica + ++ ++ + +
Entesitis + + + + +
Espetón calcáneo + ++ + ? +
Historia familiar + + + + +
Afectación cardíaca + + + ? ?
Simetría Sí No No Sí Sí
Afectación urogenital +
Modificada de: Blanco, Carreira. Martín, el al. [20041. Signos y síntomas de las diferentes espondiloartropatías. En: Manual SER de las enfermedades
reumáticas [4• ed.l. Madrid: Editorial Médica Panamericana, p. 262. H: hombre; M: mujer.
Medidas generales
Las medidas generales requieren, además de una inter-
vención inrerdisciplinar, la implementación de un proce-
En la espondiloartritis el tratamiento de fisioterapia debe
seguir los principios de individualización y pe rsona liza-
ción. o
-
41 • Espondilitis anquilosante y otras espond iloartropatías inflamatorias 533
o
capacidad marcada presenten la mayor autonomía posible.
Ejercicio físico terapéutico. La lista de beneficios en
No se recomienda la terapia manual en los pacientes con
relación con el ejercicio ffsico es muy amplia y quedan re-
espondiloartri tis.
flejados en la tabla 4 1-10. Mejoran globalmente los sínto-
mas y las limitaciones en el paciente. Es mejor la realiza-
ció n de ejercicios supervisados o en grupo que aquellos
realizados individualmente e n casa. En el GEl Vol. 11. capítu- Hábitos de vida saludables
lo 34, el lector encontrará desarrollado en profundidad el Es impo rtante promover estilos de vida saludab les, inclu-
tema del ejercicio terapéutico; se acompaña además de un yendo ejercicio físico regular, abandono del hábito tabá-
anexo (GEl anexo 34- 11 , en el que se presenta un programa quico y dieta equilibrada.
de ejercitación completamente pormenorizado. La prescripción de ejercicio físico ya ha sido tratada an-
Es importante conocer que la fisioterapia está indicada teriormente (aparcado Procedimientos de fisioterapia) ,
en las fases iniciales y posteriores de la enfermedad, y ha de aunque conviene insistir en que es fundamental en los pa-
ser individualizada según el grado de limitació n del pa- cientes afectados de espondiloartri tis. Han de ser conti-
ciente: En las fases iniciales el ejercicio ha de ser no inten- nuados y el paciente ha de realizarlos de forma diaria y
so, progresivo en el tiempo, aerób ico y similar al que rea- como un quehacer más en su forma de vida. Los ejercicios
liza una persona sin patología de base, con una duración al respiratorios 1 ® vídeo 41-2) son importantes para evitar la
principio no superior a 2-4 horas semanales. En las fases restricción y lograr expandir bien los pulmones, deberán
intermedias se añadirán al ejercicio aeróbico adaptado ini- forralecer el raquis y el abdomen con ejercicios específicos
cial, ejercicios de estiramiento-fortalecimiento, y en las fa- de espalda, para evitar rigidez y pérdida de movilidad (véa-
ses de anquilosis los ejercicios han der adaptados al pa- se el capítulo 33, apartado Displasia glenoidea primaria).
ciente, estableciendo un plan individual de actuación. Se Es importante el asesoramiento por p arte del fisioterapeu-
pued en establecer grupos homogéneos y realizar sesiones ta y del rehabili rador, al menos en su in icio. Son de gran
grupales. La fase activa de la enfermedad no supone con- utilidad los ejercicios en agua como nacación, rtqurz gym y
traindicación y debe incluir educación, instrucciones y tabla aquéllos de estiramiento como trzichí. Por el contario, se
de ejercicios para realizar en casa. Los ejercicios incluyen: contraindican aquéllos deportes de contacto como balon-
o Ejercicios aeróbicos. mano o fútbol, y aquellos que sobrecarguen la columna
• Ejercicios de fortalecimiento muscular. como el golf.
o Ejercicios de estiramiento. El abandono del hábi ro rabáquico es importame y no
sólo por los efectos nocivos de éste, sino por la li m itación
en la expansión torácica q ue estos pacientes pueden llegar
o
macos dado su elevado precio, documentos realizados
La información al paciente es relevante, pues le ayuda a
por el grupo ASAS/EULAR (Assessment in Ankilosing
mejorar su calidad de vida.
Spondylitis !ntemational Society) y por la SER (Sociedad
Españo la de Reumarología) (Juanola, Zarco, Sanz, et
al., 2011).
Tratamiento farmacológico
El soporte farmacológico resulta fundamental.
Fármacos antiinflamatorios
El uso de anticuerpos monoclonales ha supuesto un gran
avance en el tratamiento de los pacientes que no respon-
o
no esteroideos den a los AINE.
o
La enfe rmedad presenta una evolución en brotes con fa-
aquellos pacientes que tienen artritis periférica de cadera.
ses alternantes de síntomas y períodos asintomáticos.
La falta de respuesta a los A INE igualme nte empeora el Es conveniente eva luar la respuesta al tratamiento cada
pronóstico. El aumenro ligero de la mortalidad en los pa- 3 o 4 meses mediante diferentes escalas de medición del
cientes viene condicionado por las mani festacio nes extra- dolor, func ionalidad y calidad de vida, y de la di sminución
articulares como amiloidosis, ao rtitis y co m plicacio nes de los reacta ntes de la fase aguda.
neurológicas .
• RESUMEN
• Las espond iloa rtropatías seronega tivas consti tuyen un • El diagnóstico precoz es fundamental para evitar el daño
grupo de enfermedades reumatológ icas crónicas e infla- estructu ra l que acontece en fases avanzadas y los nuevos
ma torias relativamente raras y que tienen en común el he- fármacos evitan el progreso de la enfermedad . En este
cho de presentar el factor reumatoide negativo. sentido, el poder dete rminar las características de l dolor
lumbar inflama torio es importa nte para lograr actuar
• La s uperposición de signos y síntomas es lo que a veces no per-
pronto. Las medidas no farmacológicas son tan importan-
mite diferenciar unas de otras. Aunque presentan una serie de
tes como las no fa rmacológicas, y el tra ta miento rehabili-
síntomas comu nes como sacroilitis, artritis periférica, entesi-
tador es fundamen tal.
tis, dactilitis y manifestaciones sistémicas, están ligadas al an-
tígeno HLA-B27y tienen un fuerte componente genético.
1. ¿Cómo definiría las espondiloartropatías seronegativas? 7. ¿Para qué s irven los criterios de clasificació n de las espon-
diloa rtropatías?
2. ¿Qu é tienen todas en común ?
B. ¿Es im portante el ejercicio en estos pacientes? ¿Cuáles?
3. ¿Sólo existen alteraciones osteoarticulares?
9. ¿Sirven los AIN E como tratamie nto farmacológico?
4. ¿Hay pruebas de laboratorio co ncluyentes?
10. ¿Qué ha s upuesto el tratamie nto con las nu evas terapias
5. ¿Sirven de algo las pruebas de imagen para su diagnóstico? biológicas?
6. ¿ Por qué es importa nte un diag nóstico precoz? 11. ¿ Ha emp eorado el pronóstico e n estos pacie ntes?
S. Gil Orozko
INTRODUCCIÓN
Factores generales
Edad
La artropatías degenerativas son afecciones articulares muy Género
frecuentes, caracterizadas por un deterioro y destrucción Factores genéticos
Raza/etnia !--
progresivo del cartílago articular que provoca una altera- Dieta
Otras enfennedades
ción estructural y funcional de la articulación. A diferen-
cia de las artritis, inicialmente no existe inflamación de los
elementos articulares. Dentro de las artropatías degenera- Progresión
tivas la más frecuente es la artrosis {denominada en inglés Lesión de cartílago inicial Artrosis
osteoarhtritis), que afecta particularmente a las articulacio-
nes de tipo sinovial.
Las enfermedades musculoesqueléticas son la segunda Factores locales
Traumatismos
causa más frecuente de discapacidad actualmente. Entre Ocupación
ellas, la artrosis afecta a unos 40 millones de personas en Deporte
Fuerza muscular
Europa y representa un tercio de las causas de dolor cróni- Desalineación
co moderado a severo (la epidemiología se ha desarrollado Dismetrias
con más detalle en el capítulo 39, apartado Artrosis) . El
Figura 42-1. Etiología multifactorial de la artrosis.
aumento de la esperanza de vida, unido al continuo incre-
mento de la obesidad registrado en las últimas décadas, ha
provocado un dramático incremento tanto en la prevalen- gía es de tipo multifactorial y se han identificado varios
cia como en la incidencia de esta enfermedad. factores de riesgo que, en ocasiones de modo aislado, y ha-
bitualmente en conjunto, llevan a la articulación a un pro-
ceso de degeneración (Fig. 42-1). Por este motivo, se de-
537
538 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
fección), las artritis por cristales y otras arrroparías asocia- pueden ser las responsables del inicio de la enfermedad, in-
das a enfermedades. cluso previo a la aparición de los primeros sínromas y a los
cambios físicos y rad iográficos. Dichas sustancias, conoci-
das en conj unto como marcadores biol6gicos, están sien-
PATOGENIA
do investigadas como método de d iagnóstico y posibles
Con el o bjeüvo de mantener una correcta movilidad y es- vías terapéuticas de esta enfermedad, y son, entre otros, el
tabilidad, las articulaciones dependen de una estructura y cartilage oligomeric matrix protein (COMP), C-telopeptide
una composición tisular panicular, compuesta por el gro- oftype JJ collagen (CTX-II), byaluronan, kemtan sulfate, las
sor y la estructura d el carrílago arricular, la fuerza d el hue- metalopro reinasas, etc. (véase el capítulo 39, apartado Ar-
so adyacente y los ligamentos periarriculares, unido a la trosis) .
fue rza muscular y el control neuromuscular de la arricula-
ción (véase el capítulo 1).
Los tejidos que componen las arriculaciones, incluyen-
do el cartílago, están continuamente en u n equilibrado
Actualmente, parece que existen pruebas suficientes
como pa ra afirmar que el sistema endocannabinoide ce-
o
rebral regula todo el proceso de degeneración articular.
p roceso de reparación y destrucción. La artrosis ocurre
cuando existe un desequilib rio entre ambos, generalmente
en situaciones en las que la carga mecánica excede la carga SINTOMATOLOGÍA DE LA ARTROSIS
que puede tolerar el tejido arricular.
El origen de la arrrosis se centra en la afectación inicial Cabe resaltar que no es infrecuente que la sintomatología
del carrílago. Se ha observado un aumento en el co nteni- no se acompañe paralelamente con cambios radiográficos
do acuoso del carrílago en las fases iniciales, seguido de un ni anatomopatológicos. En este senrido, algunos pacientes
ablandamiento, fis uración y adelgazamiento de su superfi- presentan u na sintomatología importante con cambios ra-
cie (véase el capítulo 3) . El hueso situado en la parre inme- d iográficos moderados, y otros presentan una si ntomato-
diatamente inferior al cartílago (hueso subco ndral) trata logía leve a pesar de mostrar cambios radiográficos relevan-
d e superar el aumento de la carga por medio del incremen- tes. Es también característica la cronicidad y la progresivi-
to en la dens idad (esclerosis sub co ndral) y la fo rmación de dad de la enfe rmedad, au nq ue la velocidad en la que los
un exceso de hueso en forma d e osteofitos, que son inicial- síntomas se van agravando puede variar entre los pacien-
mente formados a parrir de carrílago que se osifica, y apa- tes; la progresión en algunos pacientes es lenta y en otros,
recen en el margen de la articulación, cerca de las insercio- más acelerada.
nes de la cápsula arricular y de los ligamentos. Finalmen- El dolor es la presentación más habitual y el síntoma co-
te, cuando se produce una pérdida del grosor toral del car- mún en la artrosis de diferentes localizaciones. Los pacien-
tílago, el hueso subcondral queda expuesto a la cavidad ar- tes lo describen como un dolor sordo, profundo y poco de-
ticular y pueden aparecer quistes o cavid ades (geodas). La fi nido, difuso. Es un d olor localizado en la articulación
artrosis no se limita únicamente a la afectación del cartíla- afectada, aunque puede irradiarse. El dolor aumenta con
go y del h ueso, sino que las estructuras adyacentes sufren la utilización de la articulació n y d isminuye con el descan-
cambios, aparentemente, con la inrención d e superar el ex- so. En los casos avanzados existe dolor en el reposo e inclu-
ceso y la desigual distribución de las cargas en la arricul a- so por la noche. En ciertos momentos, el pacienre puede
ción. De este modo, el tej ido sinovial muestra inflamación sufrir episodios críticos con un aumento del dolo r y, oca-
(sinovitis), engrosamienro y fibrosis posterior que confiere sionalmente, derrame articular.
a la articulación un aspecto inflamatorio en ausencia de Además, la arrrosis se caracteriza por rigidez, especial-
derrame articular. La cápsula articular puede p resentar en- menre tras períodos largos de descanso, por lo que es habi-
grosamiento y co ntractura. También los ligamentos y los tual la rigidez matutina, que mejora con la movilización a
tendones sufren cambios degenerativos con adelgazamien- lo largo de la mañana.
to, pérd ida de fuerza tensil y elongación. Del mismo modo, los pacienres presentan incapacidad
funcio nal, d ism inución del rango de movimienro e infla-
mación de la articulación debido a la inflamación y al en-
La articulación artrósica presenta dismin ución del grosor
y pérdida del cartílago articula r, que provoca una dismi- grosamiento de los tejidos periarticulares y, en los momen-
nución del espacio articular, esclerosis del hu eso sub- tos de crisis en la sinromatología, puede asociarse a infla-
Nódulo de Heberden
El dolor es el síntoma común en la artrosis, y la forma de
Fig ura 42-2. Imagen típica de artrosis bilateral en las articulac io- Figura 42-4. Artrosis en la articulaciones trapeciometacarpiana e
nes interfalángicas distales e interfalángicas proximales. ínterfaláng ica distal en la mano derecha. ·
42 • Artropatías degenerativas : estudio general del síndrome artrósico ... 541
Tratamiento conservador
El tratamiento conservador requiere atención a diversos as-
pectos.
o
mente indicado en la gonartrosis.
Tratamiento farmacológico
El tratamiento farmacológico (GEl véase el Anexo 1. Farma-
cología del sistema musculoesquelético, a partado Tra tamien-
La evidencia cie ntífi ca actualmente disponible permi te
recome ndar la utilización de plasma rico en factores de
crecimiento (PRGF-Endoret111 ) en el manejo clínico del pa-
ciente artrósico.
o
to de la artrosis) se centra en la disminución d el dolor, que
en ocasiones puede ser incapacitante para los pacientes. D e
este modo , puede comenzarse con analgésicos del cipo del
paracetamol y si es necesario asociarlo a codeína (GEl véase Tratamiento quirúrgico
el Anexo 1. Farmaco logía del sistema musculoesqu elético, D ebido a que la severidad de la sinromatología puede ser
apartado AINE). ciertam ente invalidanre en algunas personas, el tratamien-
Es tá muy extendida la utilización de anti inAamatorios to final en ocasiones es quirúrgico. Existen diferentes m o-
no esteroideos orales; sin embargo, muchos pacientes no dalidades de tratamiento quirúrgico ; se d etallarán a conti-
refieren mejoría y están, además, asociad os a efectos secun- nuación los m ás habi tuales. Del mismo modo, la eviden-
darios importantes, por lo que su utilización debería estar cia científica actualmente disponible permite recomendar
más individualizada y ser más restringida. No obstante, los la utilización de plasma rico en factores de crecimiento
an tiinAamatorios n o esteroideos aplicados de forma tópi- (PRGF-Endoret®) para la reparación quirúrgica del cartÍ-
ca en la articulación de la rodilla han demostrado mejora lago (Sánchez, Fiz, Azofra, et al., 20 14).
en el dolor de los pacientes. Además, fármacos de más re- Desbridamiento articular. Es una limpieza a rticular
ciente implantación, como los inhibidores de la ciclooxi- que p ued e realizarse por medio d e arrroscopia o por ciru-
genasa II (COX-2), el celecoxib y el rofecoxib, producen gía abierta para la extirpación de osteofitos, cuerpos lib res
una m ejora en la sintomatologfa de la artrosis (GEl véase el intra rticulares, lavado de las partes de cartílago fragmenta-
Anexo 1. Fa rmacología de l sistema musculoesquelético, apar- do, y puede asociarse a perforaciones del hueso subco n-
tado Diacereínal. dral, con el objetivo de mejorar la sinto matologfa.
Las inyecciones d e ácido hialurónico (GEl véase el Anexo Osteotomía. Consiste en seccionar parte del hueso para
Farmacología del sistema musculoesqu eléti co, a partad o Ácido reducir o reconducir las cargas que recaen sobre la articula-
hialuróni co) en el espacio intraarticular pueden m ejorar la ción. Debe practicarse en los estadios iniciales para aliviar el
sintoma tología en la artrosis precoz sin q ue existan reac- dolor, mejorar la movilidad y limi tar la progresión del dete-
ciones sistémicas adversas. También la inyección intraarri- rioro articular. No es una técnica muy utilizada, aunque ha
cular de corticoides (GEl véase el Anexo 1. Farmacología del sido practicada sobre todo en pacientes más jóvenes en la ar-
sistema musculoesq uelético, aparta do Glucocorticoides) pue- t iculación de la rodilla, principalmen te como método co-
de mejorar el dolor; sin em bargo, su u ti lizació n no está rrector de u n gemt varo o un gemt valgo importante.
aconsejada de m anera rutinaria, debido a que han sido aso- Artroplastias. Se basan en la sustitución parcial o total
ciados a la progresión de la a rtrosis. de la articulación (GEl véase vo l. 11, capítulo 6; estas últimas son
Actualmente se está investigando la utilización de múlti- más frecuentes, con sustitución de ambos extremos óseos de
ples m oléculas que pueden afectar a la progresión d e la enfe r- la articulación. Son particularmente frecuentes en las articu-
medad , como los bifosfonatos (GEl véase el Anexo 1. Farmaco- laciones de la rodilla y la cadera, aunque rambién se realizan
logía del sistema musculoesq uelético, apartado Bifosfonatos), in- en otras como el codo, muñeca, tobillo, ere. Las prótesis de
hibidores de los osteoclastos, que son las células destructoras sustitución están elaboradas con diferentes tipos de metal y
del hueso, inhibidores de la inrerleucina 1 y otros derivados, pueden ser de t ipo cementadas o no cementad as, depen-
como los inhibidores de la matriz meraloproteinasa. d iendo d e la utilización o no de cem ento acrílico para la
Por o tra parte, se h a demostrad o (Aniru a, Sánchez, u nión entre la prótesis y el hueso del paciente. El mayor pro-
Aguirre, Prad o, Padilla & Orive, 20 14) q ue la infil tración blema de las prótesis es su duración limitad a a unos 10-
inrraarticular de plasma rico en factores de crecimiento 15 años, por lo que deben ser sustituidas posteriormente, con
(PRGF-Endo ret®) reduce el dolor y es clínicam ente eficaz el consiguiente mayor riesgo de aparición de complicaciones
en el tratamiento de la artrosis, y con mejores efectos a cor- (véase el caso clínico 42-5). Por este motivo, la colocación de
to plazo que el ácido h ialurónico (Sánchez, Fiz, Azofra, et la primera prótesis suele retrasarse en el tiempo en los pa-
al., 20 12). cientes más jóvenes.
lil RESUMEN
• La artrosis es una afección articular, no inflama toria, de • Afecta principalmente a las arti culac iones interfalá ngicas
carácter crónico y prog resivo, que produce una degenera- distales y a la trapeciometacarpiana de las manos , a la co-
ción de las articulaciones móvi les. lumna vertebral, a La cadera y a la rodilla.
42 • Artropatías degenerativas: estudio general del sínd rome a rtrósico ... 545
• R E S U M E N {Cont.J
• La sintomatología y la exploración física se caracterizan • Existen varios factores de riesgo asociados a la apa rición de
por dolor, rigidez matutina, disfunción, crepitación, dis- la enfermedad, como la eda d, gén ero, raza, fact ores genéti-
minución en el rango de movimiento y deformidad, que cos, obesidad, dieta, trau mat ismos sob re la articu lació n,
pueden llegar a ser discapacitantes para la persona afec- ciertas actividades labo rales, los deportes que se asocian a
tada. lesiones articulares y las alte raciones bio mecá nicas.
• El diagnóstico de confirmación se realiza por medio de la • Actualmente el tratamiento se centra en e l con trol del do-
radiografía, que muestra los cambios fundamentales: dis- lor y el mantenimiento de la movilidad de la a rticulació n,
minución del espacio articular, aparición de esclerosis por medio de tratamien to quirúrgico y no quirú rgi co. Los
ósea y geodas en el hueso subcondral, osteofitos y, final- tratamientos fisioterápicos y el ejercic io físico so n funda -
mente, destrucción de la articulación. mentales para la mejoría sintomá t ica de la e nfe rmedad .
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IIÓstico )' tratamiemo. Madrid: Editorial Médica Panamericana. namencana.
1. ¿Cómo definiría las artropatías degenerativas en pocas pa- 9. ¿Se observan diferencias en tre las mujeres y los hom bres?
labras? En caso afirmativo, ¿c uá les so n dichas d iferencias ?
2. ¿Cuál es la sintomatología más característica de esta enfer- 10. ¿Cuáles son los facto res de riesgo de la artros is?
medad?
11 . «Si haces deporte tend rás artrosis>>. ¿Es esta afi rmación co-
3. ¿Cuáles son las articulaciones más frecuentemente afectadas? rrecta?
4. ¿Cómo afectan a los diferentes tejidos de la articulación? 12. ¿Cuáles son las medidas generales a co nsejadas para la dis-
5. ¿Cuál es el estadio final al que puede llegar la articulación? minución de la sintomatología ?
6. ¿La progresión de la enfermedad afecta a todos los pacien- 13. ¿Qué tipos de tratam iento fis ioteráp ico se pueden a plicar en
tes por igual? la artrosis?
7. ¿Existe siempre una correlación entre los hallazgos radio- 14. ¿En qué medida puede el ejercicio físico ayudar a la mejora
gráficos y la sintomatología referida por los pacientes? de la sintomatología?
8. ¿Cuáles son los hallazgos radiográficos habituales? 15. ¿Qué tipo de ejercicio es el más aconsejado ?
R. Fole López y B. Rodríguez-Bar/ada Oíaz
\
Ligamento longitudinal anterior
Figura 43-1 . Disco intervertebral. Figura 43-2. Ligamento longitudina l posterior.
547
548 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
mento, al unirse con el anillo fibroso, será importante para ficativos, como el dolor irradiado a la espalda en el infarto
distinguir entre hernia discal (el ligamento longitudinal de miocardio o la lumbalgia aguda, que se confunde con
posterior está roro) de una protrusión discal, en la que di- un cólico nefrítico.
cho ligamento permanece íntegro. Por esto es de especial importancia una buena anamne-
La movilidad de la columna vertebral se produce por la sis, especialmente del dolor localizado en la colu mna ver-
acción coordinada de los elementos pasivos (huesos, d iscos tebral: h abrá que preguntar sobre el inicio del dolor, si em-
y ligamentos) y activos (músculos). El grado de movilidad pezó de forma aguda o por el contrario tuvo un comienzo
de la columna es diferente según los distintos niveles, y de- insidioso, y también habrá que averiguar si comenzó tras
pende de la orientación de las carillas articulares de cada un esfuerzo o un cambio de postura, o bien sí comenzó
zona. En la región lumbar, se hallan orientadas a 90 grados después de un traumatismo.
respecto al plano transversal y a 45 grados respecto al fron- El dolor vertebral crónico suele corresponder a una pa-
tal, lo que permite hacer movimientos de flexoextensión y tología degenerativa, pero la raquialgia difusa, con hiper-
lateralizaciones, pero no rotaciones. sensibilidad a la presión de ciertos puntos específicos, sue-
El movimiento de flexoextensión se produce principal- ño no reparador y cansancio injustificado, nos ha de hacer
mente en la columna lumbar, y relativamente poco en la pensar en una flbromialgia, asociada a men udo con un
columna dorsal. En ella intervienen la musculatura abdo- cuadro depresivo (la flbromialgia se desarrollará con más
minal y el psoas en la flexión y los músculos paravertebra- detalle en el capítulo 46) .
les en la extensión, roda ello facilitado por la elasticidad
del disco inrervertebral y los ligamentos.
El dolor mecánico e mpe ora con los movi mientos y mejo-
ra en reposo, mientras que el dolor inflama torio suele se r o
o El grado de movimiento en flexión suele estar entre los
90 grados y 105 grados, mientras que en la extensión no
supera los 60 grados.
de predominio nocturno. El dolor tumoral es muy intenso
y persiste noche y día. El dolor de origen traumático tiene
una causa bien conocida.
ANAMNESIS
El dolor de espalda es una de las causas m ás frecuentes de
consulta, se estima una prevalencia del 80 %, es decir, 8 de
cada 1O personas sufrirán lumbalgia al menos una vez en
la vida. Por ese morivo, en esta obra, se ha dado al estudio
del dolor lumbar la relevancia que merece. En este senti-
do, en el GEl Vol. l. capítulo 2, el lector encontrará d esarro-
llado en profundidad, el método de las cadenas muscula-
res y articulares de Godelieve Denys-Stmyf(GDS) como sis-
tema de categorización en subgrupos de pacientes con
lumbalgia inespecífica. Y en el GEl Vol.ll, capítulo 31, el lec-
tor encontrará desarrollados los aspectos correspondientes ( Lordosis lumbar Jt----
a la valoración (apartado Valoració n de la lumbalgia], los ob-
jetivos terapéuticos (apa rtado Objetivos del tratam iento] y al
tratamiento de fisiorerapia (apartado Tratamiento de la lum-
balgial.
La columna vertebral no suele ser asiento de dolores re-
feridos de origen visceral, aunque algunos son muy signi- Figura 43-3. Curvaturas fisiológicas de la columna vertebral.
43 • Estudio general de las lumbalgias 549
gicas o si hay una defo rmidad en el plano anceroposterior 3-18 grados a cada lado. La rotación de la columna lumbar
(hipercifosis dorsal, hiperlordosis lumbar, rectificación de se valora bloqueando con ambas manos las crestas iiCacas y
la columna). Mirándolo de frente se podrá objetivar si hay haciendo que el enfermo gire hacia un lado y hacia otro.
o
defo rmidades en el plano frontal (escoliosis) o una báscu-
la pélvica que puede ser secundaria tanto a la propia esco-
La inclinación lateral en la ciatalgia: el paciente mejora
liosis como a una dismetría de las extremidades inferiores
sus síntomas al inclinar el tronco hacia el lado afectado y
o a una patología local de la cadera. empeora al inclinarlo hacia el lado contrario.
La escoliosis, especialmente si es lumbar y de poco va-
lor angular, puede no ser fácil de reconocer, por lo que se
deberá seguir con los dedos las puntas d e las apófisis espi- Prueba de Shober. Permite valorar el grado de flexibili-
nosas dorsales y lumbares y hacer la prueba de Adam, que dad de la columna lumbar. Con el enfermo de pie, se mar-
se explicará a lo largo del tema. ca la apófisis espinosa de 51 y un punto situado 10 cm más
arriba. Se pide al enfermo que se incline hacia delante hasta
tocar con la punta de los dedos la punta de los pies, sin do-
PALPACIÓN
La palpación de la columna vertebral suele hacerse preferi-
Median te la prueba de Schéiber se mide el grado de flexi-
bilidad de la columna lumbar.
o
blemente con el enfermo en bipedestación, pero también
podría realizarse con el paciente en decúbito prono. Se po-
drán palpar las escápulas (la punta de la escápula suele co- Maniobras de estiramiento nervioso
rresponder con 07) y las apófisis espinosas de la columna Son unas maniobras específicas ICB vídeo 43-1 ), especial-
dorsal y lumbar. m ente del nervio ciático, que indican irritación radicular o
Los músculos paraverrebrales nos darán información de un nervio periférico. Las más conocidas son:
sobre un aumento de tono o de sensibilidad a la palpación • Signo de Lttssegue. Consiste en levantar la pierna del en-
en uno o en los dos lados, muy frecuente en la lumbalgia fermo con la rodilla extendida hasta que note un dolor
mecánica como contractura de defensa. que reproduce el de la ciatalgia. C uando el dolor se re-
Por último, conviene realizar una puñopercusión que produce antes de un ángulo de elevación con respecto a
permite distinguir un dolor lumbar mecánico de una po- la horizontal de 60-70 grados, es significativo de ciatal-
sible patología renal. Se realiza golpeando con el puño de gia. En cambio, cuando es de más de 60-70 grados, se-
la mano del explorador ambas fosas lumbares del pacien- ría indicativo de dolo r lumbar de carácter mecánico, y
te. Si al percutir se reproduce el dolor, esto hará pensar en no de estiram iento nervioso.
o
un posible cólico nefrítico.
El signo de Lassegue se considera positivo s i el dolor
o
(se pide al enfermo que se incline hacia delante hasta tocar
con la punta de los dedos la punta de los pies, sin doblar
El dolor se localiza en la nalga, especialmente en el cua-
las rodillas), extensión (inclinación hacia atrás o flexión
drante superointerno, y puede irradiar por la cara poste-
posterior) que llega a 20-35 grados, lateralizaciones (20- rior del muslo ipsilateral.
30 grados) a derecha e izquierda y una cierra rotación de
550 Parte 2. Enfe rmedades del sistema musculoesquelético
Existen muchas técnicas para explorar estas articulacio- una idea de la localización de una posible hernia discal. En
nes, pero las más utilizadas son: los pacientes afectados de una radiculopatía S 1, el tronco se
• Pmeba de compresión-distmcción sacroilíaca o maniobra inclina hacia el lado de la ciática, mientras que en los afec-
de Ericksen. Se realiza con el paciente en decúbito supi- tos de radiculopacía L5 se inclina más bien hacia el lado con-
no y se colocan las manos del explorador sobre las cres- trario. Cuando la hernia está situada lateral a la raíz, el en-
tas ilíacas, se comprime la pelvis hacia fuera y hacia den- fermo tiende a inclinarse hacia el lado contrario porque la
tro para explorar los ligamentos anteriores y posteriores inclinación hacia el mismo lado aumenta la ciática. C uando
respectivamente 1@ vídeo 43-11. la hernia se sitúa medial a la raíz, el tronco se inclina hacia
• Signo de Patrick. El signo de Patrick !@ vídeo 43-11 o ma- el mismo lado de la ciática y, en cambio, los síntomas apa-
niobra del4 se realiza con el enfermo en decúbito supi- recen si se inclina hacia el lado contrario.
no y una pierna estirada cruzando la otra sobre ella. Así La escoliosis verdadera es una deformidad en el plano
se realizará una flexión, abducción y rotación externa. frontal (desviación lateral), en el plano sagital (hiperlordo-
Si hay una patología de cadera, esta maniobra reprodu- sis o hipolordosis lumbar) y en el plano horizontal (rota-
ce el dolor o no se podría hacer. Si se apoya una mano ción de los cuerpos vertebrales) .
en la cresta ilíaca de la pierna extendida y se fuerza la ab- Con una radiografía anteroposterior de la columna
ducción de la cresta ilíaca que se quiere explorar, esto completa en bipedesración se puede determinar la grada-
provocará dolor en la cara posterior. ción de la curva con el método de Cobb, que se realiza tra-
zando dos líneas: una tangente a la vértebra límite superior
El electromiograma tiene una alta especificidad para el cualquier zona, pero lo más frecuente es la afectación de la
diagnóstico, además de diferenciar el cuadro de una neuro- zona lumbar (más del 50% de los casos) seguido de la dor-
patía diabética o periférica, una miopatía o una neuropatía. sal y la cervical.
El t ratamiento conservador debe ser siempre el inicial, La incidencia de esta enfermedad ha aumentado en
e incluye analgésicos/antiinflamawrios, rehabilitación es- los últimos años por varias circunstancias: mayor expec-
pecífica lumbar, utilización temporal de corsés blandos, re- tativa de vida de los enfermos crónicos (diabetes meili-
ducción y modificación de la actividad física (reposo rela- tus, cirrosis hepática, etc.), maniobras diagnósticas o te-
tivo) y pérdida de peso. Cuando el cuadro clínico es muy rapéuticas que implican una invasión vascu lar o de vías
localizado pueden ser útiles las infiltraciones o el bloqueo urinarias y aumento de usuarios de drogas por vía pa-
selectivo de las raíces nerviosas. renteral.
El tratamiento quirúrgico se basa en la descompresión El germen puede llegar directamente al espacio discal
quirúrgica de los elementos nerviosos comprimidos cuan- por una punción diagnóstica o terapéutica después de una
do no mejoran los síntomas con el tratamiento médico. intervención quirúrgica o por contigüidad de una infec-
ción en un territorio vecino.
Lesiones medulares El síntoma principal es el dolor inflamatorio, que, aun-
Por lesión medular, como se señaló en el capítulo 32, se que puede aparecer de forma aguda, lo habitual es que pre-
suele entender aquella alteración de la médula espinal, ha- sente curso subagudo en el que el dolor progresa durante
bitualmente después de un accidente de tráfico, que pro- meses. Más de la mirad de los pacientes tienen fiebre. El
voca una pérdida de sensibilidad y/o de movilidad por de- déficit de movilidad, el dolor a la percusión de las apófisis
bajo del nivel de la lesión. La causa más frecuente es trau- espinosas y la contractura m uscular paravertebral se en-
mática, un 38 % de las lesiones medulares son secundarias cuentran presentes.
a accidente de tráfico. En cuanto al diagnóstico radiológico, la radiografía
Desde el punto de vista clínico, las lesiones medulares simple es útil a partir de la segunda semana desde el inicio
pueden ser complems e incompletas. de la infección. Comienza con una disminución del espa-
Las lesiones completas se manifiestan por una parálisis cio intervertebral para acabar en fusión de los cuerpos ver-
y anestesia completa por debajo del nivel lesiona! y una tebrales, lo que se considera signo de curación.
pérdida total de los reflejos. La TC permite evaluar abscesos y cambios en el tama-
Según la región anatómica que esté afectada, la presen- ño de canal.
tación clínica será distinta. En la región lum bar, al fi nali- La RM es la técnica de elección ante la sospecha clíni-
zar la médula, se p resentarán los síndromes de cola de ca- ca. Permite conocer la magnitud de la infección y es esen-
ballo, que cursan siempre con parálisis flácidas, gran atro- cial en el seguimiento.
fia muscular y anestesias, y los síndromes del cono, en El tratamiento médico consiste en el reposo en cama,
donde pueden hallarse parálisis tan sólo de los perineos y inmovilización con corsé y antib ioterapia específica
de los músculos intrínsecos del pie, anestesia «en silla de (4-6 semanas intravenosa y luego oral). Consigue la cura-
montan• y vejiga neurógena. ción en el 85 o/o de los pacientes.
Las lesiones medulares incompletas son aquéllas en las El tratamiento quirúrgico se lleva a cabo en personas sa-
que la médula, después d e la fase de sbock medular (los re- nas con exploración neurológica normal si fracasa lo ante-
flejos están totalmente abolidos), mantiene ciertas funcio- rior. En las personas que asocian alteraciones neurológicas,
nes que dependerán de la zona y del grado de afectación el tratamiento será urgente. La cirugía consiste en realizar
vascular de la propia médula. Se debe orientar el trata- u na descompresión anterior y posterior recons trucción
miento, en un segundo térm ino, a evitar lesiones asociadas mediante injerto óseo.
a la lesión medular (problemas circulatorios, respiratorios
y de evacuación) y a acortar el período de recuperación.
Por otra parte, se ha demostrado (Quinzaños Fresneda, Sa-
hagún Olmos, León Hernández, Pérez Zavala, Quiñones
La espondi lodiscitis es una infección que afecta al disco
intervertebral y a las estructu ras óseas.
o
Uriostegui & Solano Salazar, 20 15) que el entrenamiento
de la marcha en orresis robótica obtiene buenos resultados
en pacientes con lesión medular incompleta (LMI) cróni- Tumores
ca; y se ha propuesto la utilización de la retroalimentación El dolor y el compromiso neurológico son los síntomas más
auditiva para suplir la información dada normalmente por frecuentes en el momento diagnóstico. El dolor está presen-
las vías sensitivas afectadas (Quinzaños Fresneda, Sahagún te en el 85% y el compromiso neurológico en el 35% de los
O lmos, León Hernández, Pérez Zavala, Quiñones Urios- tumores benignos y en el 55% de los malignos.
tegui & Solano Salazar, 20 15). La columna es la localización más frecuente de im-
plantes óseos metastásicos. El 60% de es tas metástasis
Espondilodiscitis son secundarias a cánceres de mama, pulmón, mieloma y
La espondilodiscitis es una infección de la columna verte- próstata.
bral q ue afecta al disco interverrebral (discitis) y a las es- Las pruebas complementarias serían las radiografías
tructuras óseas (osteo mielitis vertebral). Puede afectar a convencionales en la fase de sospecha y posteriormente se
554 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
realiza TC y RM para hacer un estudio selectivo de la le- ma calidad de vida (libre de dolor y con una función neu-
sión y un estudio de extensión. La biopsia aporrará el diag- rológica normal).
nóstico de confirmación, salvo en lesiones que esrén clara- Para profundizar en el estudio de los rumores óseos me-
mente tipificadas. tasrásicos, se recomienda al lector el capítulo 36, aparrado
El tratamiento es realizado por equipos mulridisciplina- Metástasis óseas, así como los casos clínicos planteados en
res y debe ser específico según el cipo de rumor. El objeti- el capítulo 32 (véanse los casos clínico 32-5 y 32-6} , con
vo principal del rraramienro es aporrar al paciente la máxi- sus imágenes correspondientes (Figs. 32-1O a 32-13).
• RESUMEN
• La columna vertebral constituye el esqueleto axial del or- fundamental realizar una correcta anamnesis, inspección,
ganismo. Se compone de 33 vértebras: siete cervicales. palpación y exploración del paciente.
doce dorsales, cinco Lumbares, cinco sacras y cuatro coc-
cígeas. Están unidas entre sí por Los discos intervertebra- • El diagnóstico radiológ ico es importante en e l estudio
Les, que están constituidos por el anillo fibroso y el núcleo de la patología lumbar para apoyar el diagnóst ico clí-
pulposo. Esta estructura proporciona estabi lidad, flexibili- nico.
dad y capacidad de absorción de cargas a la columna.
• EL tratamiento rehabilitador es e l pilar fundamental de La
• EL dolor de espalda es una de Las causas más frecuentes de patología Lumbar y aporta mejoría de Los síntomas en la
consulta. Antes de cualquier diagnós tico y tratamiento es mayoría de Los casos.
2. ¿Cuántas vértebras constituyen La columna lumbar? 9. ¿Qué nos aportan las maniobras de estiramiento nervioso?
3. ¿Cuáles son las curvaturas fisiológicas de la columna vertebral? 10. ¿Cuáles s on las maniobras de es tiramiento nervioso más
4. ¿Cuá l es La curva tura fisiológica a nivel lumbar? importantes?
5. ¿En qué consiste La ana mnesis? 11. ¿Cómo se realizan Las ma niobras sacroilíacas?
6. ¿Qué datos aporta La ins pección? 12. ¿Cuá les s on las pruebas ra diológicas más empleadas?
7. ¿Qu é zonas se deben explorar en la palpación? 13. ¿Cuál es la diferencia entre hernia y protrus ión discal?
~) O B J E T 1V O S D E L A P R E N D 1Z A J E
• Conocimiento de las situaciones clínicas del aparato locomotor relacionadas con el depósito de cristales.
• Identificación de los hallazgos clínicos, radiográficos y de laboratorio que permiten el diagnóstico de estas enfer-
medades.
• Conocimiento de los hallazgos en el líquido sinovial identificativos de las diferentes artropatías por depósito de cris-
tales.
• Aspectos terapéuticos de la patología aguda asociada y de la prevención secundaria y terciaria.
ARTROPATÍA POR CRISTALES La artropatía por cristales de ácido úrico es la más fre-
DE ÁCIDO ÚRICO. GOTA cuenre de las artropatÍas por cristales, con una prevalencia
estimada del 1 % en la población general, y del 3,9% en
Se comenzará el estudio de las artropatías microcristalinas la población general adulta de Estados Unidos entre 2007-
por la que resulta del depósito de cristales de ácido úrico, 2008; en comparación, la artritis reumatoide tiene una
llamada comúnmente gota ® . prevalencia del 0,5 %. Constituye la causa más frecuente
de artritis en varo nes y en mujeres posmenopáusicas en
Definición y epidemiología nuestro medio, con una incidencia creciente en los últimos
La gota es una enfermedad por depósito, resultado de la años, en parte relacionada con el incremento de edad de la
acumulación de cristales de urato monosódico (UMS) población, y en parte por el incremento de otros factores
procedentes de líquidos extracelulares en los tejidos, como de riesgo, ya que se ha producido un aumenro en la preva-
consecuencia de un trastorno en el metabolismo de las pu- lencia en pacientes de edad avanzada. La prevalencia de hi-
rinas producto d e la degradación de los ácidos nucleicos. peruricemia en la población occidental es del 10-20 %; la
La manifestación clínica más característica son brotes de mayoría de estos sujetos no van a padecer de patología al-
inflamación articular o periarticular agudos, frecuenre- guna en relación con los depósitos de ácido úrico, por lo
menre recurrentes, y lesiones osteoarriculares asociadas al que la hiperuricemia asintomática no debe considerarse
depósito de estos cristales. Otras manifestaciones son: una enfermedad.
• Acumulación de depósitos de cristales de UMS, articu-
lares, óseos, cartilaginosos o en partes blandas, conoci-
o
De las artropatías por cristales, la artropatía por cristales
dos como tofos, que pueden causar graves deformidades
de ácido úrico es la más frecuente.
y lesiones articulares. La hiperuricemia asintomática no es considerada una en-
• Daño renal glomerular, tubular, intersticial o vascular, fermedad.
o nefropatía gotosa, frecuentemente acompañada de hi-
pertensión arterial (HTA).
• Litiasis de ácido úrico en las vías urinarias. A veces se
denomina gota úrica para recalcar su etiopatogenia y di- Fisiopatología
ferenciarla de la seudogota o condrocalcinosis. El depósito de los cristales de ácido úrico se produce cuan-
do sus concentraciones se encuentran por encima del nivel
557
558 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
Gota secundaria
o
Durante la crisis, e l paciente debe mantener una dieta
normal y no abandonar (ni iniciar! un tratamiento hipo-
Objetivos Medidas más empleadas uricemiante [conviene empezar unas 2 semanas después
de la resolución de la crisis!.
Mantener niveles de ácido lnhibidores de la xantino-
úrico por debajo de 6 mg/dl oxidasa o uricosúricos
Tratar eficaz y precozmente AINE. colchicina, esteroides Se traca de un cuadro intensamence doloroso, que debe
los episodios inflamatorios lnhibidores de la IL-1 tratarse de forma urgente. La base del tratamiento va a ser el
Prevenir la aparición de AINE o colchicina uso de fármacos anriinfla matorios (AINE), corricoides o
episodios inflamatorios colchicina. Otras opciones se comentan en la tabla 44-5.
durante el tratamiento Colchidna. Las actuales recomendaciones de la Agen-
hipouricemiante cia Europea del Medicamento {AEM) para evitar reaccio-
Prevenir el desarrollo de Inhibid ores de la xantino- nes tóxicas potencialmente graves limitan el uso de la col-
tofos, erosiones óseas y oxidasa o uricosúricos chicina a 2 mg al día, sin sobrepasar los 6 mg en 3 días.
destrucción articular Una opción de traramienro, cuando no estén indicados
Disminuir el riesgo de Medidas higienicodietéticas, AINE o corcicoides, puede ser un comprimido de 1 mg,
enfermedad cardiovascular control estricto de la HTA y cada 12 horas, durante 3 días o hasta que se resuelva la cri-
o enfermedad renal la dislipemia sis; sin embargo, suele ser insuficiente. La colchicina mues-
AINE: antiinflamatorios no esteroideos: HTA: hipertensión arterial. tra interacciones con ciclosporina, digoxina, macrólidos,
verapamilo, diltiazem, fibratos y estarinas.
AINE. En la mayoría de los casos constituyen el medi-
Tratamiento camento d e elección, debiendo emplearse en las dosis
Teniendo en cuenta la fisioparología de la gota, los objeti- máximas autorizadas durante el menor tiempo posible.
vos del tratamiento deben ser: Corcicoides. Pueden emplearse si los AINE están con-
• Mancener los niveles de ácido úrico en el plasma por de- traindicados y la colchicina está también contraindicada o
bajo del nivel de saturación; es decir, igual o menor de es insuficiente y son útiles por cualquier vía (oral, parente-
6 mg/dL. ral o intraarcicular). Las dosis no están establecidas en en-
o Prevenir los episodios agudos de inflamación articu- sayos clínicos. Habitualmente se utilizan por vía oral o pa-
lar. renteral 20-30 mg de prednisona o equivalence; en el caso
o Tratar los episodios de inflamación, en caso de que ocurran. de uso intraarricular pueden utilizarse 20 mg de triamci-
nolona para una rodilla y de 5 a 10 mg para una pequeña
Los objetivos del tratamienco se exponen en la tabla 44-4. articulación como la meratarsofalángica.
O tros. Al igual que las medidas físicas, el uso d e opiá-
Tratamiento de la crisis gotosa ceos como analgésicos no ha sido evaluado adecuadamen-
Es recomendable el reposo con el miembro afectado en po- te en ensayos clínicos. Dadas las características fisiopatoló-
sición elevada hasta la resolución de la crisis {2-3 días) y re- gicas parece aconsejable usar medicamentos que inhiban la
gresar paulatinamente a la actividad habitual. El frío local inflamación, pero en el caso de que rodo esté contraindi-
también ayuda a disminuir el dolor. Debe evitarse el ven- cado, el uso de opiáceos puede ser la única solución para
daje compresivo. aliviar el dolor.
Hipouricemiante Pegloticasa Uricasa recombinante Intravenosa, 4-12 mg Autorizada para gota crónica
pegilada cada 2-4 semanas refractaria al tratamiento
convencional por la FDA
o
en otras estructuras. L1mbién se ha urilizado para denomi-
nar a esta enfermedad el término seudogota, pero ésta es
En pacientes menores de 50 años con EDPPC debe des-
sólo una de las posibles manifestaciones de la enfermedad. cariarse la existencia de un trastorno m eta bólico aso-
Son características las calcificaciones en los meniscos, liga- ciado.
mento triangular del carpo y sínfisis púbica. Debe tenerse en
cuenta que la presencia de condrocalcinosis no siempre se aso-
cia con artritis y puede ser asinromática.
La EDPPC puede manifestarse clínicamente de muchas Diagnóstico
formas, lo que dificulta el diagnósrico diferencial. Es espe- El diagnóstico de certeza, mediante análisis cristalográfico,
cialmente frecuente que semeje una artritis gotosa, una ar- es más difícil que en el caso de la gota úrica, por el menor
tritis reumatoide o una artrosis. Se estima que un 50% de tamaño de los cristales. Debe hacerse un estudio con mi-
croscopía de luz polarizada (véase el caso clínico 44-1), en
paree para d escanar artritis por UMS y en parte por lapo-
sibilidad de encontrar cristales de PPC (Fig. 44-6) . Técnicas
..
-~
1
... 1
RESUMEN
• Las artritis por microcristales constituyen una causa fre- • Otras a rtritis por cristales a veces no son reconocidas por
cuente de artritis aguda y crónica, especialmente en el falta de marcadores séricos, dificultades en el análisis de
adulto y el anciano. En la práctica están infradiagnostica- liquido sinovial y semeja nza con otras artropatías.
das y en muchas ocasiones infratratadas.
• El mecanismo de inflamación está mediado por la sobre -
• La gota es la artritis crónica sobre la que existe más posi- producción de interleucina 1, y en todos los casos resulta
bilidad de actuación, no sólo tratando las crisis, sino con la eficaz el uso de AINE, cortico ides o colchicina. Los inhib í-
prevención de nuevos episodios y la normalización de la dores de la interleucina 1 como el anakinra ofrecen opcio-
uricemia . nes de tratamiento en casos rebe ldes.
1. Según las dife rentes edades y sexos, ¿cuáles son las causas te malos cumplidores del tratamiento, aficionados en exce-
más frecuentes de art ritis aguda y crónica? so a «la buena vida»? ¿Se debería ayudarlos sin juzgar?
2. En un paciente gotos o conocido, que hace unos años pre- 4. Ante un paciente con sintomatologia articular, ¿el profesional
sentaba cifras de 9- 1O mg/dl de ácido úrico, en tratamien- debe conformarse con con trolar los síntomas? o ¿debería es-
to con alopurinol400 mg/dia, que presenta actualmente ci- tablecer protocolos entre los servicios de ate nc ión primaria-
fras de 7,0-7,5 mg/dl y sólo u na o dos crisis de gota al año urge ncias-hospital para llegar a un diagnóstico e tiológico?
que no interfieren casi s u actividad habitual, ¿debería plan-
5. Entre artritis por m icrocrista les, artritis reumatoide, espon-
tearse la inte nsificación del tratamiento?, ¿se mantiene la
diloartritis y otras, más del 2% de la población general pa-
inercia terapéutica?
dece de artritis. ¿Está el médico de atención primaria sufi-
3. Todos las personas toman decisiones en su vida que hacen cientemente familiarizado con el diagnóstico y manejo de
más o menos probables determinadas patologías. ¿Es posi- esta patología? ¿Son correctamente atendidos tanto en las
ble tener la sensación de que los gotosos son especialmen- urg encias de atención primaria, como en las hos pita la rias?
CASOS CLÍNICOS
44.1. Mujer de 72 años, que padece diabetes mellitus de tipo 2 e HTA de larga evolución bien controlada. Presenta, desde hace
años, dolor mecánico en la región lumbar y en ambas rodillas. Está diagnosticada de artrosis y tra tada con paracetamol.
Desde hace 4 meses presenta un incremento del dolor en ambas rodillas, con tumefacción y aumento de calor local, además
•
de rigidez matutina de aproximadam ente 1 hora.
Duar rollo dtl taJo y
md1 ~aJos cllnitot
f
yi
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Conocer y comprender la relevancia, el manejo clínico y el tratam iento de las enfermedades de las partes bla nd as.
-
Reumatismos de partes blandas
e Fibromialgia
Tendinilis del
manguilo mtador
Hombro
Hombro congelado .__
o
....___ Tendinitis calcificanle
Codo
---.... E:j;¡~~~diliii~ - ----- ---- --ii~~¡¡¡; ~~~~~~¡~~; -
Epitrocleilis
Tenosinvilis de Quervain
Enfennedad de
Dupuytren
Rodilla
..o-;--- 8~~~u~ ~~;;n~~ - - -- - -- - --- a~isle-de-sik~¡ - i>
Pie
---- ----- ---------- ------- --- --- -
Espolón calcáneo - -
Figura 45-1 . Enfermedades de partes blan-
das. Es quema generaL
569
570 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
Definición • Inflamación de los tendones del hombro que forman el manguito retador !supraespinoso,
infraespinoso redondo menor y subescapularl
• Dolor en la zona anterolateral del hombro en reposo que aumenta al realizar actividades como
ponerse la camisa o cepillarse el pelo
• Dolor por la noche al tumbarse sobre el lado afectado
Cuadro clinico • Según el tendón afectado:
- Supraespinoso: dolor en la abducción del hombro
- lnfraespinos o y redondo menor: dolor en la rotación externa del ho mbro
- Subescapular: dolor en la rotación interna del hombro
Factores desencadenantes • Pintar, nadar, jugar al tenis, béisbol o voleibol. limpiar cristales
• Radiografía : sólo en te ndini tis recurrentes para descartar tendinitis calcificante o artritis
Pruebas complementarias • Ecografía: alta sensibilidad para detectar pa tología tendinosa
• Resonancia magnética: sólo para descartar roturas de tendones, patología s poco claras o ante la
necesidad de confirmar el diagnóstico en deportistas
• En la fase aguda: hielo, reposo evitando las actividades que agravan los s íntomas y AINE por via oral
• Terapias adyuvantes <il> : láser, fonoforesis, ionoforensis, ultrasonidos. Existen pocas evidencias
Tratamiento científicas de su eficacia
• No mantener el brazo en cabestrillo. Salvo si es necesario en la fase aguda
• El ejercicio excéntrico es beneficioso
• Corticoides infiltrados en la zona subacromial. Hay revisiones contradictorias
Prevención • Evitar movimientos repetitivos que impliquen abducción y/o rotación de hombros
• Comienza con dolor en el hombro que empeora por la noche [2-9 meses!
Cuadro clínico • Posteriormente disminuye el dolor y aumenta la rigidez 14-12 meses!
• El retorno es gradual en menos de 24 meses. Suele ser la progres ión habitual
Factores desencadenantes • Desgarro del manguito retador, inmovilización del brazo tras una fractura, diabetes mellitus, hipertiroidismo
Diagnóstico • Anamnesis y exploración física: limitación del arco de movimientos activos y pasivos. La rotación
externa y la abducción son las más afectadas
• Radiografía: puede haber osteopenia en algunos casos. Aconsejada para excluir artrosis glenohumeral
Pruebas complementarias • Ecografía: para descartar patología del ma nguito retador
• Resonancia magnética: sólo en casos de difícil diagnóstico. Se aprecia engrosamiento de la cápsula
• Inyección de anestésicos subracromial: es diagnóstico si persiste el dolor
• En las fases iniciales se aconsejan ejercicios ligeros de abducción, rotación interna y externa
• No se aconsejan los corticoides orales
Tratam iento • La inyección intraarticular de glucocorticoides y anéstesicos reduce el dolor y aumenta la
movilidad. No admini stra r más de tres inyecciones. Usar en casos moderados o s everos
• Liberación quirúrgica de la cápsula con radiofrecuencia en casos refractarios
• Dolor punzante y gradual en la cara externa del codo, en ocasiones nocturno, que empeora con la
Cuadro clínico
hiperextensión de la muñeca
• Jugadores de tenis aficionados (mala técnica de revés, de saque o mango de raqueta inadecuado)
Factores desencadenantes
1® vídeo 45-11. uso de destornilladores, podar o levantar pesos
• Inicial:
- Modificación de la técnica de juego
- Evitar movimientos lesivos
- AIN E
- Fortalecimiento excéntrico
- Cintas de epicondilitis
Tratamiento • Si la evolución es mala:
- Inyecciones de corticoides. Sólo pautas cortas en casos de dolor importante. Las pautas largas
empeoran posteriormente
• Casos resistentes:
- Cirugía (tenotomíal
• Otros: ionoferesis. inyecciones de plasma, ondas de choque y acupuntura no han demostrado
eficacia
Cuadro clínico • Los deportistas suelen quejarse de un dolor intenso sobre la epitróclea tras la fase de aceleración
del lanzamiento
• Los que no son deportistas refieren molestias incluso al estrechar la mano
Factores desencadenantes • Jugadores de golf 1® vídeo 45-11. levantadores de peso, leñadores, uso de martillos
Factores desencadenantes • Lesión directa, presión prolongada, microcristales, artritis reumatoide, infección !puede coexistir
con cualquiera de las anteriores!
Pruebas complementarias • Radiografía: en la evaluación inicial para excluir fractura o cuerpo extraño
• Punción-aspiración de la bolsa: si se sospecha que hay microcristales o infección
• Frío local
• AINE por vía oral
• No infiltrar corticoides en un principio
Tratamiento • Evitar posturas habituales que puedan hacer presión excesiva y mantenida sobre el codo
• Antibióticos por vía oral si hay fiebre o se sospecha de infección
• Si se sospecha infección, reevaluar en pocos días por riesgo de sepsis
• Epicondilitis (Tabla 45-3). Véase el capítulo 14, apar- clínica concreta para orientar el diagnóstico de cada una de
rado Epicondilalgias laterales. Epicondiliris. ellas.
• Epirrocleíris (Tabla 45-4) . Véase el capírulol4, aparra- Algunas de ellas, como el ganglión (aparrado Ganglión),
do Epicondilalgias mediales. Epitrocleítis. o la tenosivitis de De Quervain (apartado Tenosivitis de
• Bursiris olecraneana (Tabla 45-5 y Fig. 45-2) . Véase el De Quervain) , son de gran interés en el ámbiro laboral,
capítulo 14, aparrado Higromas y bursitis olecraneanas. pues pueden ser consideradas enfermedades profesionales.
• Síndrome del túnel carpiano (Tabla 45-6) . Véase el ca- Por ello, en la bibliografía ellecror encontrará recursos de
pítulo, aparrado Síndrome del túnel carpiano. interés (páginas de Internet), del Instituro de Seguridad e
Higiene en el Trabajo, donde se dan las directrices para la
A continuación, se estudiará el resro de las e nfermedades roma de decisiones clínicas en enfermedades profesionales.
más relevantes y de interés para el fisioterapeuta. Los auto- Así, se comenzará por el estudio de las enfermedades
res del capítulo han creído conveniente también, desd e un que se asientan en la mano, siguiendo por las de rodilla y
punto de vista didáctico, exponer conceptual y brevemen- finalizando por del pie.
o
te cada apartado, y completar el contenido en una tabla es-
quemática. En el ® vídeo 45-1 se muestra la exploración
El ganglión y la tenosivitis de De Quervain pueden cata lo-
garse como enfermedades profesionales.
GANGLIÓN
Se entiende por ganglión o quiste sinovial, o tumor quís-
rico, una protrusión del líquido sinovial a través de zonas
de menor resistencia de la cápsula articula r de la muñeca o
de las vainas sinoviales de los tendones (tabla 45-7).
Este nódulo formado asienta característicamente en el
dorso de m a no (Fig. 45-3) , aunque puede darse en otras
localizaciones.
Estos quistes sinoviales habitualmente tienden a desa-
parecer y cambiar de tamaño, incluso a recidivar, con mu-
cha frecuencia. La mayor parte no requieren más que tra-
Figura 45-2. Bursitis olecraneana. tamiento expectante GD . Pero si son dolorosos, alteran la
45 • Otras enfermedades del sistema musculoesquelético 573
• Compresión del nervio mediano por cualquier proceso que estreche el túnel del carpo
Definición • Provoca dolor y parestesias en el territorio de dicho nervio
• A menudo se produce una degeneración atrófica del ligamento anular sin causa conocida 1® video 45-11
• Profesionales que fuerzan la muñeca: remeros, violin istas, carpinteros, administrativos lteclearl,
masajistas
Factores desencadenantes
• Patologías: artritis reumática, obesidad, hipotiroidismo, diabetes mellitus
• Otros: embarazo, consumo de cafeína y tabaco
• Signo de Tinell® video 45-1): el pac iente hiperextiende la muñeca. Se percute con el martillo o
dedo en la zona de paso del nervio med iano de la cara anterior de la muñeca. Es positivo s i provoca
parestesias en el territorio del nervio mediano
Diagnóstico • Signo de Phalen 1® vídeo 45- 1): el paciente enfrenta el dorso de las manos flexionando las muñecas
y mantiene esta posición durante 1 minuto. Es positivo si provoca parestesias
• Signo de abducción resistida del pulgar 1® vídeo 45-11: a veces se encuentra atrofia de los
músculos tenares
• Signo de la sacudida rápida: mejoría de los síntomas tras sacudir la mano vigorosamente
• Electromiografía: para demostrar alteración en la conducción del nervio mediano. Se rea liza si
persisten los s íntomas o son muy acusados
Pruebas complementarias • Radiografía: si existe un traumatismo previo
• Ecografía y resonancia magnética: en pacientes si ntomáticos con electromiografía negativa (puede
darse en el 20% de los casos! puede existir afectación del nervio mediano
• Exploración física: masa palpable, blanda, fi rme y móvil próxima a la cápsula articular o vaina tendinosa
Diagnóstico • Transíluminacíón positiva: método sencillo para diferenciar los gangliones de los tumores sólidos.
Muchos cirujanos se basan sólo en ella y no requieren pru ebas radiológicas
Prevención • Nada
574 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelétic:o
TENOSINOVITIS DE DE QUERVAlN
• Engrosamiento de las vainas tendinosas (tenosinoviales) del abductor largo y extensor corto
Definición del pulgar
• La causa es el uso excesivo y continuado de la muñeca y la mano
• Dolor con los movimientos de muñeca y pulgar asociado a la palpación en el área del estiloides
radial
• El paciente cuenta dificultad en el agarre y, a menudo, se frota sobre el estiloides radial al
Cuadro clínico describirlo
• Incapacidad para pellizcar
• Puede haber edema en la zona de la tabaquera anatómica
• No hay crepitación
• Embarazo, trauma directo, uso frecu ente de tijeras en el trabajo, artritis reumatoide, madres y
Factores desencadenantes trabajadores de guarderías. En los dos últimos casos por la forma de coger los bebés al aumentar
de peso
• Radiografía: sólo está indicada si se sospecha tumor óseo oculto, fractura de estiloides o
Pruebas complementarias
calcificaciones
• Fase inicial:
- AINE por vía orallaunque no es un mecanismo inflamatorio, salvo en casos de traumatismo)
- Frío local
- Férula que inmovilice la base del pulgar (mejor no inmovilizar la muñeca a no ser que sea
Tratamiento necesa rio por el dolor)
- Fonoforesis: aplicación de corticoides con ultrasonidos, da buenos resultados
- Corticoides intralesionales: eficaces en muchos casos, sólo con una dosis
- En caso de embarazo suele desaparecer solo
- Cirugía: en casos refractarios. Con anestesia local y descompresión del compartimento
del primer extensor
Prevención • Evi tar las recidivas corrigiendo los movimientos desencadenantes o disminuyendo su frecuenc ia
• Engrosamiento de la aponeurosis palmar que conduce a una retracción en flexión de los dedos
Definición
• No hay signos de inflamación
• Anamnesis y exploración física: módulos palmares que han evolucionado a cordones que retraen
Diagnóstico los dedos en flexión
• Estadios iniciales:
- Esperar. Un 10% de los casos regresan solos
- Si ha y dolor: inyección intralesional de corticoides
- Inyección de colágeno. Comercializada en España . En casos leves mejora la movilidad. Faltan
estudios a largo plazo
- Ejercicios de estiramiento: parece que aceleran la fibrosis
- Radioterapia profiláctica: hay estudios que apoyan su efecto enlentecedor de la enfermedad si se
descubrieran tumores secundarios. Son necesarios más estudios
• Estadios más avanzados:
Tratamiento
- Cirugía si impide la actividad cotidiana
Técnicas:
11 Fasciotomía percutánea con aguja: se hacen cortes en la fascia. Ata recurrencia
21 Fasciectomía parcial abierta: se extrae sólo la fascia palmar afectada
31 Fasciectomía total abierta: se extrae toda la fascia palmar
• Parece que no hay grandes diferencias en los resultados de las dos últimas
• Son los métodos más eficaces
• Si ha permanecido mucho tiempo con la enfermedad, puede no recuperarse tras la cirugía
• Otros: tracción, vitamina E, entablillado, corticoides, ultrasonidos. No son eficaces
• Inicialmente:
- AINE por vía oral
- Frío local
- No acuclillarse
- Dormir con una almohada entre las rodillas levita presión sobre las bolsas!
Tratamiento - Evitar flexiones repetidas
• Si persiste tras 6-8 semanas:
- Inyección intralesional de corticoides
• Casos refractarios escasos:
- Cirugía: bursectomía !extirpación de la bolsal
QUISTE DE BAKER
El quiste de Baker se denomina también quiste sinovial o
quiste poplíteo (Tabla 45-11). Se asienta en la cara poste-
rior de la rodilla (Fig. 45-6). Normalmente no presenta
sinromarología, pero, en ocasiones, reproduce un dolor
que el paciente refiere como si tuviera la rodilla apelmaza-
da. En los esfuerzos deportivos se hincha, aunque suele re-
mmr.
Figura 45-5. Bursitis anserina. Es característico que el paciente se El diagnóstico es clínico y se confirma mediante ecogra-
abarque toda la cara anterior de la rodilla, para expresar dónde le fía. Respecto al tratamiento, habitualmente no es necesa-
duele. rio, pero en ocasiones se precisa una punción-aspiración.
45 • Otras e nfermedades del sistema musculoesquelético 577
• Quiste asintomático:
- Es perar y observar la evolución
- En niños suele desaparecer espontánea mente
- Informar del riesgo de rotura y de tromboflebitis
• Quiste sintomático (no rotal:
- Aspiración de liquido e infiltración con corticoides
- Disminuir la actividad deportiva
• Quiste sintomático que no mejora (no rotal:
- Realizar pruebas de imagen
Tratamiento - Si hay patología asocia da tratar La causa
• Quiste roto o con gran compresión:
- Si hay datos de trombo flebitis , descartarla mediante pruebas de imagen
- Si se confirma seudotromboflebitis (no tromboflebitisl:
o Reposo
o Analgesia por vía oral
o Inyección intraartic ular de corticoides
- Si existe s índrome compartimenta[, valorar cirugía
- Valorar cirugía artroscópica para tratar La causa. Debe tenerse en cuenta que pueden recidivar si
no se resuelve La causa
Prevención • Nada
578 Parte 2. Enfermedades del s istema musculoesquelético
Figura 45-6. Quiste de Baker. El manejo clínico del neuroma de Morton es difícil, pues
el cuadro clín ico doloroso es reincid ente. o
Raramente ser rompe y da lugar a un cuadro clínico que
simula rotura muscular (véase el caso clín ico 45-1).
FASCITIS PLANTAR
El dolor en el pie es frecuente, particularmente en el entorno
NEUROMA DE MORTON
deportivo y personas con sobrepeso, y lo más habitual es que
El neuroma de Morton, contrariamente a lo que su propio se deba a una entesoparía, como es el caso de la fuscitis plantar.
nombre pudiera hacer pensar, no es un tumor; se trata de un Suele asociarse a pie cavo o plano (véase el caso clín ico 45-2).
proceso inflamatorio crónico que afecta a un nervio interdi- E l síntoma fundamental de la fasc itis p lantar es el dolor
gital del pie. Su curso evolutivo es crónico, se engrosa pro- localizado exquis itamente en la zona de carga del talón. E l
gresivamente, debido a la irritación m ecánica por efecto c urso de la presentación del dolor, frecuentemente, es p u n-
compresivo de los metatarsianos (Tabla 45-12). zante d urante los primeros pasos al levantarse de la cama,
• Fibrosis perineural que comprime el nervio digital común al pasar por debajo de l ligamento
Definición
intermedio
• Dolor habitualmente localizado en la cara dorsal del antepié, en el tercer espacio interdigital.
Puede aparecer en el segundo o cuarto espacio pero es menos frecuente
• Puede describirse sólo como un hormigueo o como «un calambre intenso» que obliga al paciente a
Cuadro clínico
quitarse el zapato y que se alivia al frotar la zona dolorosa
• En ocasiones se acompaña del entumecimiento de los dedos
• Las crisis pueden durar minutos u horas, segui das de pe ríodos asin tomá ticos de semanas o meses
• Dolor en la zona media del talón, sobre todo al comenzar a caminar por las mañanas
• Mejora a lo largo del día y empeora por las noches tras la carga repetida
• Cede en reposo
Cuadro clínico
• El dolor es sordo y continuo
• 1/3 de los casos es bilateral
• Puede irradiarse a la base del pie y a los dedos
Factores desencadenantes • Obesidad, estar de pie m ucho tiempo, pie plano, pie cavo, deportistas, bailarines, policías
luego disminuye con la activ idad diaria, debido a la dis ten- Como en otras entesoparías, los factores de crecimiento
s ión de la fascia, y, finalmente, reaparece tras el descanso. plaquetario (PRGF-Endoret®) están dando excelentes re-
En raras ocasiones se acompaña del cuadro clínico habitual s ultados (Sánchez et al, 2009).
in fl amatorio (Tabla 45-13).
Como tratamientos más habituales está el reposo, la
criote rapia, taloneras, ortesis plantares (véase el capítulo
38, a parrado Ortesis plantares), vendajes funcionales
(GEl véase Vol. 1, capítulo 171, ejercic ios de estiramiento mio-
En el tratamiento de la fascitis plantar, la aplicación de
factores d e crecimiento plaquetario (PRGF-Endored®l
o
ofrece mejoría s igni fic ativa de la sintomatología.
fascial y otros procedimientos de fisioterapia.
580 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
• RESUMEN
• En este capítulo se han estudiado aquellas enfermedades • El procedimiento tera péu tico habitua l consiste, inicialme n-
que podrían englobarse terminológicamente como reuma- te, en la supresión o modificación de los factores desenca-
tismos de partes blandas (tejidos blandos). ya que se trata denantes, la administración de antiinflamatorios y fisiote-
de un grupo de entidades que se caracterizan por dolor re- rapia; en casos refractarios, además del tratamiento con-
gional de las extremidades y cuya causa habitual es elso- servador, está indicada la infiltración local con corticoides
breuso de tendones, en tesis y bolsas. o la cirugía.
1. ¿Qué se debe aconsejar a un paciente que presente un ganglión? 12. ¿Dónde se sitúa un quiste de Baker?
2. ¿Qué prueba de imagen estaría indicada en el caso de per- 13. ¿Qué se debe advertir a un paciente con quiste de Baker,
sistir un ganglión? pero que no presenta síntomas?
3. ¿Qué advertiría a un paciente que se quiera operar de un 14. ¿Cuál es la situación más urgente que se debe identificar
ganglión? a nte un quiste de Baker?
4. ¿Dónde se sitúan las estructuras afectadas en una tenosi-
15. ¿En qué se diferencia una tromboflebitis de una seudotrom-
novitis de De Quervain?
boflebitis?
5. ¿Qué maniobra se puede usar para el diagnóstico de una te -
nosinovitis de De Quervain y en qué consiste? 16. ¿Dónde suelen s ituar el do lor en el neuroma de Morton?
6. ¿Qué tratamiento se puede aconsejar en la tenosinovitis de 17. ¿En qué consiste el signo de Mulder?
De Quervain?
18. ¿Cuál es la mejor prueba de imagen desde el punto de vista
7. ¿Qué puede palparse en la palma de la mano en una enfer- coste-eficaz en el neu roma de Morton?
medad de Dupuytren?
19. ¿Cómo haría la exploración física de la fascitis plantar?
B. ¿Cuándo está indicada la cirugía en la enfermedad de Dupuytren?
20. ¿Qué aconsejaría al paciente con una fascitis plantar en es-
9. ¿En qué consiste la fasciectomía total abierta? tadio inicial?
10. ¿Dónde se localiza la bursitis anserina?
21. ¿En qué cambia ría la actitud terapéu tica si se encuentra
11. ¿Qué se puede concluir si el paciente aún refiere dolor tras accidentalmente un espoló n calcáneo en una prueba de
la infiltración de a nestésicos en la bolsa? imagen?
~ OBJETIVOS DEL APRENDIZAJE
• Conocer los principales aspectos fisiopatológicos y clínicos de la fibromialgia y de l s índrome de fat iga crónica/en-
cefalomielitis miálgica.
• Evaluar los signos y síntomas presentes en estas afecciones.
• Planificar y aplicar las distintas técnicas o procedimientos de fisioterapia en el t ra tamiento de la fibro mialgia y el
síndrome de fatiga crónica/encefalitis miálgica. en función del momento evolutivo, la si ntomatología y las caracte-
rísticas individuales del paciente.
• Identificar los peligros y contraindicaciones del tratamiento fisioterápico en cada una de las afe cciones.
FIBROMIALGIA Etiología
Desde 1992la Organi7..ación Mundial de la Salud (OMS) re- La causa de la fibromialgia es desconocida. Es probable
conoce la fibromialgia como un diagnóstico diferenciado cla- que exista una base genérica que contribuya a la aparición
sificado entre los reumatismos de las partes blandas; pese a de la enfermedad, ya que se ha comprobado una agrega-
ello, hay autores que en la actualidad aún la consideran un ción familiar; el riesgo d e padecer la enfermedad enrre los
constructo clínico que sirve para explicar la existencia de per- familiares de pacienres con fibromialgia es 8,5 veces mayor
sonas con dolor generalizado, persistente e idiopático. que en otras poblaciones. En relación con esto, se ha cons-
tatado que hay algunos fenotipos genéticos que son más
Concepto frecuentes en enfermos con fibro mialgia, como es el caso
La fibromialgia se define como una enfermedad reumáti- del gen que regula la expresión de la enzima carecol o me-
ca crónica, extraarticular y no inflamatoria que afecta a las riltransferasa, o el gen regulador de la proteína transporta-
partes blandas del aparato locomotor, y que se caracteriza dora de la serotonina. Distintos estudios señalan la existen-
por dolor musculoesquelético difuso, rigidez, parestesias cia de otros diversos fac tores desencadenanres que están
en las extremidades, fatiga y alteraciones del sueño. presentes en algunos grupos de pacientes, como los ante-
cedenres de siruaciones traumáticas en la infancia, los tras-
Epidemiología tornos en el estado de ánimo, los trastornos de ansiedad, el
La fibromialgia existe en casi rodos los países, en la mayor estrés postraumático físico o psicológico, el estrés laboral,
parte de los grupos étnicos y en cualquier tipo de clima. las infecciones, las cirugías mayores, los accidentes de trá-
Presenta una aira prevalencia; según los criterios del Ame- fico, ere. Estos factores también se identifican como agra-
rican College ofRheumatology (ACR) se sitúa entre el 2 y el vantes de la enfermedad.
6% en las mujeres y por debajo del 1% en los hombres.
Predomina el sexo femenino {80-90% de los casos), con
una relación casi de 20: l. Mecra a rodos los grupos erarios,
La causa de La fibromialgia es desconocida, aunque se
considera que existe una base genética sob re la que ac-
o
con mayores prevalencias entre los 35 y 55 años. También túan factores desencadena ntes.
está descrita la afectación en niños.
Fisiopatología
O EL diagnóstico por fibromiaLgia constituye entre ellO y el
20% de Las primeras consultas en reumatología. En la actualidad se desco nocen con exactitud los mecanis-
mos patogénicos que actúan en la fibromialgia. Los disrin-
583
584 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
o
No faltan las hipótesis fisioparológicas que especulan
un trastorno del sistema nervioso vegetativo. Los pacientes
de fibromialgia presentan con frecuencia hipotensión me- Los pacientes suelen utilizar la expresión << Me du ele todo
el cuerpo» para describir su dolor.
diada neuralmente ® o taquicard ia ortostática postura[ ® ,
lo que sugiere que presentan un sistema nervioso simpáti-
co en persistente hiperactividad, aunque hiporreactivo al El resto de los síntomas presentes en los pacientes de fi-
estrés. Esta afectación del sistema nervioso vegetativo jus- bromialgia es muy variable de unos sujetos a otros y pueden
tificaría la sequed ad de ojos y boca o el fenómeno de Ray- variar o aparecer a lo largo de la evolución d e la enfermedad:
naud, que con tanta frecuencia se p resenta en los enfermos • Síntomas sensoriales: parestesias o entumecimiento en
con fibromialgia. las extre midades, acúfenos, etcétera.
Muchos pacientes con fib romialgia sufren anomalías • Síntomas motores: rigidez matinal que puede mejorar
psicológicas, pero todavía no se sabe si esas anomalías re- con las horas o mantenerse constante todo el día, con-
presentan reacciones al dolor crónico o si la alteración psi- tracturas en diversos grupos musculares, temblo r inten-
quiátrica constituye un fac tor. cional, síndrome de piernas inquietas, etcétera.
46 • Fibromialgia. Síndrome de fatiga crónica 585
• Síntomas vegerativos: sensación de tumefacción en las La fibromialgia es una enfermedad crónica que afecta
manos y en otras áreas corporales, mareo o inestabili- de una forma muy importante a la calidad de vida de los
dad, hipersudoración, febrícula, sequedad de mucosas, sujetos que la sufren; por ello, dentro de la evaluación se-
palpitaciones, enfriamiento de la parte disral de las ex- ría pertinente conocer el impacto que sobre la vida del pa-
tremidades (síndrome de Raynaud). ciente tiene la enfermedad. Para ello se cuenta con d istin-
• Síntomas cognitivos: alteración en la concentración, défi- tos instrumentos como el Cuestionario de Salud SF-36 o
cit de memoria reciente, alteración en la expresión verbal. el Cuestionario de Impacto de la Fibromialgia (FIQ) [GEl
• Síntomas afectivos: ansiedad, alteración del estado de véase e l Anexo 46-2].
ánimo.
Tratamiento
Lo ideal sería un abordaje o tratamiento multidisciplinar o
mulcicomponente para suma r los p equeños beneficios q ue
Los glucocorticoides está n generalmente contraindica -
dos en estos pacientes po r su acción miopática.
o
cada tipo de t ratamie nto pudiera aportar al paciente.
Tratamiento psicológico
La psicología ofrece dife rentes técnicas de tratamiento en
La fibromialgia es una enfermedad difícil de tratar, y, aun- el abordaje del enfermo con fib romialgia. E n t re ellas des-
coeducaciva y otra de entrenamiento en la adquisición y Tabla 46-3. Consideraciones específicas del ejercicio físico
mejora de habilidades de afrontamiento del dolor y sus en enfermos con fibromialgla
consecuencias. En los casos en los que el enfermo con fi-
bromialgia presente además una enfermedad psiquiátrica • Siempre estará adaptado de forma individual a Las
preferencias del paciente, a sus comorbilidades
ha de recibir tratamiento específico. y a la disponibilidad horaria y de lugar
• Los pacientes podr án acudir a un centro deportivo,
Ejercicio físico a las asociaciones de pacientes de fibromialgia o realizar
el ejercicio por su cuenta
La práctica de actividad o ejercicio físico produce los mis- • Podrá plantearse dentro de programas específicos o como
mos efectos en personas con fibromialgia que en las que no una actividad diaria individual
padecen esta enfermedad: mejora de la función cardiorres- • Los pacientes deberán ser informados de que a corto
plazo pueden tener un aum ento tolerable en el dolor y la
piraroria, reducción de los factores de riesgo de enferme- fatiga, pero que si el ejercicio se realiza con una intensidad
dad coronaria, disminución de la mortalidad y morbilidad adecuada, estos síntomas deben remitir a los niveles
cardiovascular, mejora de la función psicosocial, etc.; ade- basa les de ntro de las primeras semanas
más, produce un incremento de la fuerza muscular y mo- • Si el ejercicio se plantea dentro de un programa, su
duración será mínimo de 4 semanas. Los pacientes serán
vilidad articular y mejoras en el equilibrio y control postu- motivados para continuar el ejercicio
ra!. Específicamente sobre la fibromialgia, el ejercicio físi- • Los ejercicios aeróbicos serán de intensidad moderada, sin
co disminuye el dolor y el grado de ansiedad, mejora la superar el 70-80 % de la frecuencia cardíaca máxima para
la edad. Serán ejercicios de bajo impacto osteoarticular que
sensación global de bienestar, la función física y la calidad impliquen al mayor número de grupos musculares como
de vida del p:>-::ienre, si bien, no mejora la fatiga y el efec- caminar, aeróbico da nza de bajo impacto, bicicleta estática
tO sobre la depresión es controvertido. o natación en piscinas de agua caliente, etcétera
• En las actividades de fortalecimiento muscular y equilibrio,
La actividad física o los programas de ejercicio físico las repeticiones y la carga se irán incrementando
que realizan los enfermos de fibromialgia no siempre esrán progresivamente. Tai-chi, yoga y pi lates pueden ser buenos
dirigidos por fisioterapeutas; a veces fo rman parte d e sus recursos para trabajar la fuerza y el equilibrio. Habrá que
minimizar los ejercicios con las extremidades superiores
rutinas diarias. Por ello, y pese a que el ejercicio físico es
por encima de la cabeza y las contracciones musculares
una herramienta que forma parte del tratamiento fisiote- mantenidas
rápico, le dedicamos un epígrafe aparte. • Los ejercicios de fl exibilidad m ediante estiramientos
estáticos se pueden realizar diariamente. Se harán
sin forzar y s in llegar a l punto de dolor. Deberán ser
mantenidos, evita ndo Los rebotes
o
De forma general, se recomiendan programas de ejerci-
• La cantidad e intensidad del ejercicio se adaptará
cio o actividades aeróbicas, aunque también están reco-
de forma individual. De forma general podrán
mendados Los programas de fo rta lecimiento, flexibilidad recomendarse ejercicios aeróbicos de unos 30 minutos
muscular o equilibrio, con benefi cios más Limita dos. durante 3-5 días a la semana, ejercicios de fortalecimiento
y equi librio 2 días a la semana y ejercicios de flexibilidad
diarios. La eficac ia de los progra mas radica en que el
paciente Los tolere y los realice; por ello, la intensidad
Teniendo en cuenta que un exceso de ejercicio produce inicial de cualquie r tipo de ejercicio deberá ser inferior
un aumento de los síntomas, es recomendable que el ejer- a la recomendada para La población general, trata ndo
cicio físico sea prescrito y supervisado por un profesional de evitar así el abandono
cualificado, quien valorará algu nas consideraciones especí- • Inicialmente se comenzará con intens idades bajas, poco
número de repeticiones y sesiones de menor duración.
ficas (Tabla 4 6-3). Posteriormente se irán incrementa ndo hasta llegar a un
nivel de intensidad moderado
Tratamiento de fisioterapia • La adhesión a medio-largo plazo es uno de Los grandes
problemas. Si el paciente con fibromialgia deja de realizar
D ado el carácter difuso, crónico, generalizado e incapacitan- los ejercicios o no incrementa s u nivel de actividad física ,
te del dolor presente en la fibromialgia, el tratamiento que los efectos conseguidos se pierden pronto. Intentar que el
se proponga deberá tener en cuenta la afectación de la esfe- ejercicio resulte agradable , sea simple y que el paciente lo
pueda incorporar en su rutina diaria, facilita la adhesión
ra biológica, psicológica y social del paciente. Aunque el gra- y, por Lo tanto, el mantenimiento de los beneficios. La
do de evidencias científicas sobre la eficacia de muchas de las supervis ión inicial por un profes ionallfisioterapeuta
técnicas fisioterápicas es aún limitado, es grande el arsenal o educador físico! aumenta el cumplimiento
• Los ejercicios en grupo pueden favorecer la interacción
de técnicas o herramientas que se pueden utilizar para abor- social y a umentar la motivación
dar el tratamiento del enfermo con fibromialgia. El estable-
cimiento de los objetivos de tratamiento se realizará de for-
ma individual, abordando cada una de las características y
sintomarología específicas de cada sujeto identificadas du- ineficacia de una técnica en un determinado paciente no debe
rante la valoración fisioterápica, lo cual es clave para el éxito hacer descartarla para el resto. El tratamiento del enfermo con
del tratamiento. Es importante, además, explicar dichos ob- fibra mialgia, d ependiendo del ámbito de trabajo, podrá abor-
jetivos al paciente, evitando así falsas expectativas. darse de forma individual o en grupo, y la combinación de
La experiencia clínica va demostrando, sin que hasta el ambos procedimientos ofrece excelentes resultados.
momento se sepa por qué, que no rodas las técnicas funcio- A la hora de p lantear la actuación fisioterápica en el en-
nan igual en codos los pacientes; algunas técnicas tienen resul- fermo de fibromialgia, deberán tenerse en cuenta algunos
tados espectaculares en unos enfermos, pero no en otros. La aspecros específicos (Tabla 46-4).
-
46 • Fibromialgia. Síndrome de fatiga crónica 589
o
de relevancia que se distinga entre el concepto de fotiga cró-
nica, que es un síntoma que puede acompañar a muchas en-
Parece ser que el estrés físico o emocional, que frecue n-
fermedades de todo tipo (incluidas las psiquiátricas) y el
te mente sufren estos pacientes, es un factor desencade-
SFC/encefalomielitis miálgica, que es una enfermedad reco- nan te de la sintomatología.
nocida por rodas las organizaciones médicas internacionales
y por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Manifestaciones clínicas
El SFC/encefalomielitis miálgica es una enfermedad gra- Además de la fatiga, el pacienre con SFC/encefalomieliris
ve compleja y debilitante, caracterizada por una fatiga in- miálgica es muy frecuente que presente otros síntomas como:
• Deterioro cognitivo: falta de memoria, problemas para pendencia, los trastornos auroin m un itarios o inm uni ta-
concentrarse, confusión. rios, infecciones, enfermedades musculares o neurológicas
• Manifestaciones neurológicas: alteración en el procesa- como la esclerosis múltiple, enfe rmedades endocri nas
miento del dolor y de las aferencias sensitivas. como el hipotiroidismo, cardiopatías, nefropatías, heparo-
• Deterioros en la producción y transpone de energía por patías, enfermedades psiquiátricas o psicológicas, pan icu-
la alteración del metabolismo celular. larmente depresión o tumores. Dado que algunos de estos
• Dolores articulares sin tumefacción ni enrojecimiento. descartes exigen la realización de exámenes complementa-
• Dolores de cabeza de un tipo, patrón o intensidad dife- rios, el diagnóS[ico de la SFC/encefalomielitis miálgica
rente a los sufridos en el pasado. debe ser médico.
• Dolores musculares (mialgias). En el diagnóstico d el SFC/encefalomielitis miálgica se
• Sueño no reparador. han debatido diferentes criterios, desde los de Fukuda/CDC
• Febrícula o fiebre leve (menos de 38,3 °C). de 1994, los Canadienses en el año 2003 y fi nalmente los de
• Odinofagia frecuente o recurrente. un Consenso Internacional en 20 11 (Tabla 46-6) .
• Sensibilidad en los ganglios linfáticos del cuello o de las Según estos criterios el paciente deberá cumplir:
axilas. A. Los criterios de agotamiento neuro inm unitario postes-
fuerzo, no siendo ya necesario q ue la fatiga haya tenido
Dado el carácter generalizado y sistémico de la enfermedad, que estar presente en, al menos, 6 meses.
no es infrecuente que los pacientes con SFC/encefalomieli- B. Al menos una manifestación en tres de las categorías de
tis miálgica refieran otros síntomas adicionales tales como: deterioro neurológico.
dolor abdominal, intolerancia al alcohol, distensión abdo- C. Al menos una manifestación de las ci nco categorías de
minal, flatulencia, dolor de pecho, ros crónica, diarrea, se- deterioro inmunitario/digestivo/genirourinario.
quedad en los ojos y/o boca, dolor de oídos, latidos irregu- D. Al menos una manifestación de deterioro del metabo-
lares, arritmias cardíacas, dolor en la mandíbula, rigidez lismo o del transporte de energía.
matinal, náuseas, sudores o escalofríos nocturnos, trastor-
o
nos psicológicos (depresión, irritabilidad, ansiedad, ataques El diagnóstico del SFC/ encefalomi eli tis mi álgica es ex-
de pánico), dificultad para respirar, al10go, sensaciones en clusivamente clínico y se llega a é l tras habe r desca rtad o
la piel como hormigueo, pérdida de peso, dificultad para otras posibles causas de fatiga .
pensar (sensación de haberse nublado el pensamiento), di-
ficultad para mantener una posición erguida, mareos, pro-
blemas de equilibrio o desmayos, alergias o sensibilidad a Diagnóstico diferencial
cienos alimentos, olores, sustancias químicas, medicamen- El cuadro clínico de la SFC/encefalomielitis miálgica com-
tos o ruido, colon irritable, alteraciones visuales (sensibili- parte similitudes con otras enfermedad es como la fi bra-
dad a la luz, visión borrosa, dolor ocular). mialgia, la neurastenia, las sensibilidades q uímicas múlti-
La evaluación fisioterápica, para establecer los objetivos ples y la mononucleosis crónica, si bien la fatiga en rodas
de tratamiento y la elección y adecuación de las técnicas in- ellas no constituye el síntoma p rincipal. H ay otras patolo-
cluirá una valoración del estado general de la musculatura, gías en las que la fatiga puede resultar relevante, como el
la capacidad cardiopulmonar, la fatiga y el impacto de la en- hipotiroidismo, las card iopatías, las hemoglobinopatías, la
fermedad sobre las AVD. Para valorar la capacidad cardio- apnea del sueño y la narcolepsia, los trastornos depresivos
pulmonar del sujeto, se realizará una prueba de esfuerzo en graves, la mononucleosis crónica, los trastornos bipolares,
un tapiz rodante que incluya la determinación del VO, (vo- la esquizofrenia, los trastornos d el apetito, el cáncer, las en-
lumen máximo de oxígeno) o del valor METS (unidad me- fermedades auroinmunes, los trastornos hormonales, las
tabólica equivalente a 3,5 mL!kg/minuro de 0,). La inter- infecciones subagudas, la obesidad, el ab uso de alcohol y
pretación del valor de la prueba estará determinada por el es- sustancias adictivas y las reaccio nes ante medicamentos.
radio de la enfermedad. El impacto de la enfermedad sobre
las AVD o la fatigabilidad podrá determinarse con instru- Pronóstico
mentos específicos como las escalas Checklist Individual La gravedad del SFC/encefalom ieli tis miálgica varía de
Strength, Chalder Fatigue Sea/e o Fatigue Severity Sea/e. unos pacientes a otros, lo que hace que el pronóstico a lar-
go plazo sea variable y de d ifícil predicción. Algunas per-
sonas pueden mantener una vid a bastante activa, si bien
El síntoma principal del SFC/encefalomielitis miálgica es
Tabla 46-6. Criterios según el consenso internacional para el diagnóstico del síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica, 2011
A. Agotamiento neuroinmunitario postesfuerzo. Incapacidad patológica para producir suficiente energía cuando se requiere. Se
caracteriza por:
1. Fatigabilidad física y/o cognitiva intensa y rápida cuando se realiza un esfuerzo, que puede ser mínimo, como en las AVD o en
las tareas mentales sencillas; pueden extenuar al paciente y causarle una recaída
2. Agravación de manifestaciones postesfuerzo: por ejemplo, manifestaciones agudas similares a las de la gripe, dolor y
empeoramiento de otras manifestaciones
3. El agotamiento postesfuerzo puede aparecer inmediatamente después de la actividad o retrasarse unas horas o unos días
4. El período de recuperación es prolongado, por lo general 24 horas o más. Una recaída puede durar días, semanas o más
5. EL bajo umbral de fatigabilid ad física y mentallpoca resistencia! causa una reducción considerable del nivel de actividad
premórbido
B. Deterioros neurológicos. Se requiere, al menos, una manifestación de tres de las s iguientes cuatro categorías:
1. Deterioros neurocognitivos:
a. Dificultades en el procesado de La información: pensamiento enlentecido, concentración deteriorada; por ejemplo,
confusión, desorientación, sobrecarga cognitiva, dificultad en La toma de decisiones, habla más Lenta y dislexia adquirida o
por esfuerzo
b. Pérdida de memoria a corto plazo: por ejemplo, dificultad para recordar lo que uno quiso deci r, lo que estaba diciendo, la
evocación de palabras, el recuerdo de información, mala memoria de trabajo
2. Dolor:
a. Cefaleas: por ejemplo, cefaleas crónicas y generalizadas, que a menudo incluyen dolor de ojos, detrás de ellos, o en La
nuca, que puede asociarse a tensión muscular cervical; migraña; cefaleas de tensión
b. Puede haber dolor pronunciado en músculos, uniones musculotendinosas, articulaciones, abdomen o pecho. No es de
carácter inflamatorio y a menudo migra: por ejemplo, hiperalgesia generalizada, dolor difuso lque puede cumplir criterios
de fibromialg ial. dolor miofascial o irradiado
3. Trastornos del sueño:
a. Pautas del sueño alteradas: por ejemplo, insomnio, sueño prolongado incluso en las siestas, dormir la mayor parte del
día y estar despierto la mayoría de la noche, despertar frecuente, despertar mucho antes de lo que se hacía antes de la
enfermedad, sueños y pesadillas vívidos
b. Sueño no reparador: por ejemplo, despertar sintiéndose exhausto independientemente de la duración del sueño.
somnolencia diurna
4. Trastornos neurosensitivos, perceptivos y motores:
a. Neurosensitivos y perceptivos: por ejemplo, incapacidad para enfocar la vista; sensibilidad a la luz, al ruido, a la vibración, a
Los olores, a los sabores y al tacto; merma en la percepción de la profundidad
b. Motores: por ejemplo, debilidad muscular, tics, mala coordinación, sensación de inestabilidad estando erguido, ataxia
C. Deterioros inmunológicos, digestivos y genitourinarios. Se requ iere al menos una manifestación de las siguientes cinco
categorías:
1. Manifestaciones similares a las de la gripe, que pueden ser recurrentes o crónicas y típicamente aparecen o empeoran con
el esfuerzo; por ejemplo, dolor de garganta, sinusitis, crecimiento o sensibilidad a La palpación de Los ganglios lin fáticos
cervicales y/o axilares
2. Susceptibilidad a Las infecciones víricas, con convalecencias prolongadas
3. Aparato digestivo: por ejemplo, náuseas, dolor abdominal, distensión, sínd rome del intestino irritable
4. Genitourinarias: por ejemplo, urgencia urinaria, polaquiuria, nicturia
5. Hipersensibilidades a alimentos, med icamentos, olores o productos químicos
D. Deterioro en La producción y el transporte de energía. Se requiere como mínimo una manifestación:
1. Cardlovascular: por ejemplo, incapacidad para tolerar una postura erecta-intolerancia ortostática, hipotensión mediada
neuralmente, síndrome de taquicardia ortostática postura!, palpitaciones con o sin arritmias cardiacas, mareos
2. Respiratoria: por ejemplo, disnea, respi ración difícil, fatiga de Los músculos del tórax
3. Pérdida de estabilidad térmica: por ejemplo, temperatura corporal por debajo de lo normal, fluctuaciones intensas a lo Largo
del día, accesos de sudor, sensación recurrente de fiebre con o sin febrícula, extremidades frías
4. Intolerancia a las temperaturas muy altas o muy bajas
•
Usar la cama sólo para dormir y tener relaciones sexuales,
no para leer, ver la televisión o escuchar música
No tener en la habitación televisión, ordenador u otros
aparatos eléctricos
• Establecer un horario regular para irse a dormir y para
despertarse
• Controlar el ruido, la luz y la temperatura de la habitación
Educación del paciente • Evitar el consumo de cafeína, a lcohol y tabaco
Con el fin de que el enfermo con SFC/encefalomieliris • Intentar hacer ejercicios ligeros y estiramientos, al menos,
4 horas antes de la hora de irse a dormir
miálgica aprenda a manejar su enfermedad, éste debe co- • Evitar las comidas copiosas antes de acostarse
nocer en qué consiste, cuál es su alcance y sus objetivos de
tratamiento. Se les debe estimular para que mantengan
una vida social activa. ción del sueño (véase el caso clínico 46-2), será útil ense-
Aunque existe discrepancia en cuanto a la conveniencia ñarles algunas de las normas estándar de higiene del sueño
de recomendar o no la práctica de ejercicio físico en estos (Tabla 46-7).
pacientes, es un aspecto que se debe considerar de forma
individual en cada uno de ellos en función del resto de la
actividad diaria que realicen. En cualquier caso, la activi-
dad física deberá ser regular y de baja intensidad, y sería
Mantener una vida social activa mejora el pronóstico de
la enfermedad.
o
conveniente que estuviese supervisada por un médico o fi-
siorerapeura. Se desaconsejará a los pacientes acudir a cen-
tros de actividad física donde no existan profesionales cua- Tratamiento farmacológico
lificados que conozcan su enfermedad, ni incluirse en No hay un rraramienro específico para tratar el SFC/ence-
otros grupos de enfermos que puedan presentar caracterís- falomielitis miálgica, de ral manera que los tratamienros
ticas parecidas (fibromialgia, hipertensión, cardiopatías, farmacológicos que reciben estos enfermos van encamina-
ere.). Si se d ecide indicar al paciente la posibilidad de ca- dos a aliviar los síntomas específicos. En algunos casos
minar o nadar, sin la supervisión in situ del profesional, se contemplarán tratamientos orienrados a la recuperación
le deberá proporcionar las indicaciones oportunas para de la función mitocondrial, en otros anrivirales (valaciclo-
evitar sobreesfuerzos y complicaciones: por ejemplo, si se vir, famciclovir o valganciclovir) o inmunomoduladores
le recomienda al paciente caminar, se le indicará la necesi- (Shiirake<B>). De form a particular, podrán recibir erara-
dad de intercalar períodos de descanso; para ello podría ser miento de la calidad del sueño, del dolor, la depresión o la
necesario salir de paseo con una silla-taburete ligero. Asi- ansiedad.
mismo, se tendrá que enseñar al paciente a controlar el es-
trés y la tensión física, con el fin de evitar los sobreesfuer- Terapias psicológicas
zos durante los períodos de mejoría (pusb-cmsb). En cual- La terapia conductivo-conductual ayuda a los pacientes
quier caso, los pacientes deberán evitar hacer ejercicio en con SFC/encefalomielitis miálgica a moderar y evitar el ci-
los días en los que se sientan cansados, compensar el tiem- clo de sobreesfuerzos y recaídas, tan frecuentes en este tipo
po enrre actividad, reposo y sueño, dividir las tareas gran- de pacientes. También incorpora estrategias para el abor-
des en arras más pequeñas y manejables, repartir las rareas daje del estrés y otros síntomas. Otras técnicas incluidas en
de mayor desafío a lo largo del día o la semana. la terapia psicológica van dirigidas a estimular la mente
con rompecabezas, juegos de palabras, cartas, etcétera.
o La evidencia científica disponible de las técnicas fisioterápicas especialmente cuidado a los ejercicios en bipedestación con los
ojos cerrados para evitar que el sujeto pueda sufrir una caída.
en esta enfermedad es muy escasa. El masaje suele resultar
El número de se ries , repeticiones o ejercicios irá en aumento.
doloroso en estos pacientes y no aporta ningún beneficio. Se prestará cuidado en no fatigar al paciente
46 • Fibrom1algia. Síndrome de fatiga crónica 595
liJ RESUMEN
• La fibromialgia y e l SFC/encefatomielitis miálgica son en- • El diagnóstico en ambos casos se establece de forma clí-
fermedades reumáticas crónicas que com parten determi- nica.
nada sintomatología.
• Los objetivos de tratamiento en ambas enfermedades van
• En la fibromialgia prevalece principalmente el dolor mus-
dirigidos a minimizar los síntomas y a con tribu ir a mejorar
culoesquelético, mientras que en el SFC/encefalomielitis
la calidad de vida de los pacientes que las padecen.
miálgica to hace la fatiga.
• Se desconoce su etiología y en la explicación patogénica de • El tratamiento de fisioterapia deberá ser individualizado en
ambas enfermedades se incluyen alteraciones del sistema cada paciente, atendiendo a su s intomatología específica y
nervioso central y autónomo. a su evolución a corto plazo.
1. ¿Cuál es la sintomatología general que caracteriza al enfe r- 10. ¿Qui én debe a bordar el diagnóstico de la fibro mialgia y del
mo de fibromialgia? síndrome de fatiga crónica/e nce fa lomielitis miá lgica? ¿Có-
mo se establece ese diagnóstico?
2. ¿Cuál es el síntoma más ca racterístico del síndrome de fa-
tiga crónica/encefalomielitis miálgica? 11. ¿La fibromialgia es una enfe rmedad que evolucione hacia la
3. ¿C uál es la prevalencia de la fibromialgia en la población ge- degeneración, deformidad y di scapacidad?
neral? ¿A qué sexo afecta más?
12. ¿Existe evidencia científica concluyente en el tratamie nto de
4. ¿El síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis mi álgica la fibromia lgia? ¿Y respecto al síndrome de fat iga crónica/
afecta a todos los grupos etarios? encefalo mielitis miálgica?
5. ¿Cuál es la causa de la fibromialgia ? ¿Cuáles son los facto-
13. ¿Está e l ejercicio fís ico indicado en la fibro mialgia? ¿Y en el
res que pueden desen cadenarla?
síndrome de fatiga crón ica/encefalomielitis miálgica?
6. ¿Cuáles son los mecanis mos patogénicos que se describen
e n el síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica? 14. ¿Los enfermos de libro mialgia y síndrome de fat iga crónica/
encefalomie litis miá lgica pueden partic ipar en un mi smo
7. ¿Existe alguna teoría o hipótesis consolidada que dé expli- programa de ejercicio físico?
cación patogénica completa a la fibromialgia?
B. ¿Qué características ti ene e l dolor presente en los enfe rmos
15. ¿Está indicada la criote rapia y la punción seca e n la fibra-
mialgia?
con fib romialgia?
9. ¿Cuáles son las características de la fatiga presente en los enfer- 16. ¿Está indicado el masaje en la fibromialgia y en el síndrome
mos con síndrome de fatiga crónica/encefalomielitis miálgica? de fatiga cróni ca/encefalomielitis miálgica?
A. Córdova Martínez
l. OSTEOPOROSIS
Normal Osleopososis
La osteoporosis es la enfe rmedad m ás frecuente en las so-
ciedades modernas. En 199 1 se definió la osteoporosis
como << una enfermedad sistémica caracterizada por una
baja m asa ósea y una alteración de la microarquitecrura
esquelética, que tiene como consecuencia un aumenro de
la fragilidad ósea y, por tan ro , del riesgo de fractura». Pos-
te riormente, se observó que no rodos los aspectos inclui-
dos en la definición se ajustaban a esta enfe rmedad. Por
ello, en el año 200 l se definió la osteoporosis co mo << la
enferm edad del esqueleto q ue se caracte riza por una re-
sistencia ósea alterada con un aumento de riesgo de frac-
tura».
La Organización Mundial de la Salud (OMS) d efine la
fractura osteoporótica (fractura por fragilidad) como aqu é-
lla causada por un trauma que resulta de una fuerza o to r-
sión que se ejerce sobre el hueso, que sería insuficiente para
fracturar el hueso normal, denominado trau ma mínimo e .
La resistencia ósea refleja la integración de la densidad
y de la calidad ósea. A su vez, la calidad ósea engloba di-
versas características del tejido óseo relacionadas con la
macroarqui tectu ra, la microarquitecrura (porosidad corti-
cal, conectividad rrabecular), características de recambio
óseo (grado de resorción y formación ósea), grado de mi-
neralizació n secundaria, acumulación de microlesiones y
enlaces d e colágeno (Fig. 47- 1).
o La osteoporosis es l a enfermedad del esqueleto que se Figura 47-1 . Osteoporosis. Aspecto de la arquitectura trabecular
caracteriza por una resistencia ósea alter ada con un au - en un hu eso norma l y otro osteoporót ico. Toma do de: SECOT
m ento de riesgo de fractura. 12009). Manual de cirugía ortopédica y traumatología . Tomo 1; p. 337.
fig. 37- 1. Madrid: Editoria l Méd ica Panamerica na.
597
Par te 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
H: 40-50%
M: 20-25%
Nonnal
Primaria Secundaria
Posmenopáusica
Senil (11)
ldiopalica
Figura 47-2. Clasificación operativa de osteo- - 2,5 -2 -1 o
porosis basada en criterios densitométricos. T-Score
47 • Osteoporosis. Osteomalacia . Enfermedad de Pagel 599
la OMO del hueso trabecular que puede permanecer baja tomorfométricos indican que en la osteoporosis de tipo I
durante muchos años. Los estrógenos no son eficaces en hay un recambio alto en el 25 % de los casos, normal en el
este tipo de osteoporosis. La evolución es variable y, a pe- 45% y bajo en el 30 o/o.
sar de que los episodios de fracturas recidivantes son carac-
terísticos, no se produce un deterioro progresivo en todos
los enfermos.
Si bien la edad avanzada y la menopausia son los fa ctores
etiopatogénicos más importantes de la osteoporosis, es
o
Osteoporosis posmenopáusica. Tipo 1 evidente que influyen otros factores.
!
ponen desde sólo una pequeña disminución de la ralla
al colapso toral de la colu mna vertebral.
• Repercusiones viscerales (insuficiencia respiratoria res-
trictiva).
• Incapacidad que variará desde la necesidad de usar un
bastón hasta el encarnamiento; necesidad de cuidados a
domicilio.
• Dependencia para rodas las actividades básicas d e la
vida diaria.
• Consecuencias psicológicas y finalmente la muerte, re-
Disposición trabecular lacionada sobre todo con la fractura de cadera.
respuesta a la carga o
fuerza de la gravedad
para conseguir mayor El riesgo de padecer una fractura de cadera (Fig. 47-4) en
resistencia en fémur una mujer a partir de los 50 años es de aproximadamente
sano
de un 15 %, lo cual supone la mirad del riesgo de sufrir
una fractura vertebral (32 %). Y en los varones es la mitad
de frecuente que en las mujeres. Sin embargo, la fractura
de la extremidad proximal del fémur (Fig. 47-5) es la más
Figura 47-3. Fracturas del cuello del fémur por osteoporosis. grave, puesm que condiciona una importante morbilidad,
mortalidad, consumo de recursos sanitarios y costes indi-
Cualquier fracrura por fragilidad puede considerarse os- rectos. A partir de los 50 años, la incidencia de tales frac-
teoporótica. A mayor descenso de la DMO, mayor riesgo turas aumenta de forma exponencial. En conjunto, se cal-
de fractura; si bien existen otros facrores, además de la cula que es de 1,3 a 1,9 por 1.000 habi tantes y la edad me-
DMO, que condicionan la aparición de fracturas. De he- dia de los pacientes es, en la mayoría d e los esrudios, alre-
cho, un porcentaje no despreciable de fracturas se produ- dedor de los 80 años.
cen en enfermas osreopénicas. A veces se manifiesta de forma brusca con dolor e inca-
pacidad del miembro inferior, generalmente, después de
una caída desde la posición de pie. Siempre requiere ingre-
Las fracturas vertebral y de la extremidad distal de radio so hospitalario (Fig. 47-6), lo que hace que se encuentre
D (Calles ), debidas a una pérdida preferente de hueso trabe-
cular, son localizaciones típicas de la osteoporosis de tipo l.
mejor d ocumentada que las otras fracruras osteoporóticas.
Tiene unos elevados índices de mortalidad en la fase agu-
da (5-8%), habitualmente por complicaciones cardiovas-
culares y cardiopulmonares.
Fractura del cuello del fémur
Es característica de la osteoporosis d e tipo JI o senil que in- Fractura distal del radio (fractura de Colles)
cide en edades avanzadas, hacia los 7 0-75 años y se relacio- Ocurre en el1 5 o/o de las mujeres de más de 50 años (véa-
na m ás con la pérdida de cortical ósea y con facrores que se el capírulo 15, aparrado Fracrura del extremo distal del
facilitan las caídas (véase el capírulo 20) (Fig. 47-3). radio o de Calles). Su incidencia aumenta rápidamence a
Pueden cursar sin complicaciones y tener una recupera- partir de los primeros 5 años tras la menopausia y alcanza
ción completa, o bien, co ndicionar consecuencias a corro su pico máximo entre los 60 y 70 años. Se produce al caer
y medio plazo como el dolor crónico sordo y persistente sobre la mano extendida, con la muñeca en cierto grado de
que se agrava con el movimiento. Enrre éstos: flexión dorsal. Provoca dolor e impotencia funcional, y ha-
• Callos de fractura hipertróficos. bitualmente requieren reducción e inmovilización duran-
• Deformidades en los huesos largos por mala alineación. te 4 o 6 semanas. Suele presentar como complicaciones
una alta incidencia de dolor regional idiopácico, deformi- 4 años. El tramo vertebra l característico que se ve afectado
dad y rigidez residual, síndrome del túnel carpiano y artro- es entre la 04 y la L3 (con dos puntos de máxima inciden-
sis secundaria. La mortalidad no es mayor en este tipo de cia: 09 y 012-Ll).
fracturas que en la población general, pero sí se incremen- La clasificación de Gcnant establece tres t ipos de frac-
ta el riesgo de fractura de cadera. turas vertebrales sobre la base de la porción afectada y tres
grados de severidad en función de la pérdida de altura del
Fractura vertebral cuerpo vertebral, realizando la medició n en los cuerpos
Es la más frecuente de las fracturas osteoporóticas (Fig. 47-7) vertebrales de 04 a L5:
(véase el capítulo 32). La fractura vertebral viene definida Tipos de fractura (anterior, central y posterior):
como la p érdida de, al menos, un 20 % d e la altura ver- - Aplastamiento: dism inución de la altura del cuerpo
tebral global o, en su porció n anterior (lo más frecuente), vertebral de manera global.
media o posterior, con respecto a la vértebra adyacente. - Biconcavidad: disminución de la al tura central.
También se considera valorable si disminuye más de - Acuñamiento anterior: disminución de la alrura an-
4 mm la altura vertebral con respecto a los controles pre- terior. El acuñami ento posterior es mucho menos
vios. La mayoría de las publicaciones hablan de que un frecuente.
32% de las mujeres mayores de 50 años presentarán frac- • Grado de severidad:
turas vertebrales osteoporóticas a lo largo de su vida. No - Grado 1: 20 %.
es fácil estimar su prevalencia correctamente debido a - Grado ll: 20-40 %.
que muchas pasan inadvertidas al ser oligosinromáticas, - Grado lll: más del 40 % .
y que so n atribuidas a otros procesos reumáticos y a los
diferentes criterios empleados en su definición radiológi-
ca (Fig. 47-8) . Además, so n características radiológicas muy sugestivas
Las fracturas vertebrales, aunque menos aparatosas clí-
o
de fractura osteoporótica la localización dorsolu mbar, la
nicamente, no deben infravalorarse, ya que tienen un im- afectación vertebral múltiple, la conservación de los es-
portante impacto sobre la calidad de vida y ocasionan una pacios discales, el hundim iento de las plataformas con
morbimortalidad nada despreciable (Fig. 4 7-9). Sufrir una cierta disrupción de éstas, que se centre en el cuerpo y
respete los pedículos verteb rales y el arco posterior, de
fractura vertebral osteoporótica supone 5 veces más riesgo
tal manera que son fra cturas estables y no producen
de que dicha paciente presente otra nueva fractura verte- compresión medular ni síntomas neuro lógicos, y que no
bral a corro plazo (1 año) y, de 2 a 4 veces más riesgo de haya desplazamie nto anteroposterior de los fragmentos.
que se produzca una fractura de cad era en el plazo de
Figura 47- 6. Fractura subcapital de una cadera izquierda. (A) Radiografía anteroposterior. (B) Radiografía an teroposterior, neutra tras una
artroplastia con prótesis parcial de Thomson. [C) Radiografía oblicua tras una artroplastia con prótesis parcial de Thomson.
604 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
Radiografía
V ~ $:::3
Fractura grave
(Grado 3- Actualmente está aceptado que la radiología convencional
-40 %) no es útil, pues para el diagnóstico precoz de la osteoporo-
sis precisa al menos el 30% del mineral óseo. Se han utili-
Figura 47-8. Clasificación de las fracturas vertebrales por osteo- zado otros métodos radiográficos de apreciación visual di-
porosis. recta como la radiogrametría. Para ello se radiografían los
47 • Osteopo rosis. Osteomalacia. Enfer medad de Pagel 605
o
ventajas: valoración del riesgo de fractura antes de que
ésta se produzca para iniciar con el paciente las medidas séricas, como indicador de formación, y la hidroxiprolina uri-
preventivas necesarias; ayuda a confirmar el diagnóstico naria, como indicador de resorción. N i el uno ni el otro son
de fragilidad ósea ante la presencia de una fractura y es específicos del tejido óseo y las pequeñas variaciones de la nor-
útil para monitorizar la respuesta al tratamiento. malidad, a menudo, no se corresponden con alteraciones rea-
les del recambio óseo. Los marcadores bioquímicos del remo-
deJamiento óseo están basados en la medida del grado de for-
mación o degradación del hueso. Dicha medida puede reali-
Resonancia magnética zarse desde tres puntos de vista fundamentales:
La resonancia magnética (RM) es especialmente útil en la • Determinación de los productos específicos sintetizados
información morfológica de la estructura trabecular, es de- por las células formadoras o reabsorbedoras (fosfatasa
cir, de la calidad del hueso. alcalina, osceocalcina, ere.).
• Determinación de los componen ces de la fase mi neral y
Tomografía computarizada cuantitativa de la matriz ósea venidos a la circulación durante la re-
Es la única que determina la den sidad ósea (peso/volu- absorción (calcio, hidroxiprolina, ere.).
men). Permite además discernir entre hueso cortical y tra- • Determinación de niveles plasmáticos de proteínas de ori-
becular, lo que la hace aplicable tanto a vértebras como a gen excraóseo que se incorporan al hueso dependiendo del
huesos largos. Sus inconvenientes son las altas radiaciones. grado de remodelamiento (ai~-SH-glicoproteína).
Prevención secundaria
Además de mejorar la sa lud ósea , el ejercicio forta lece
los múscu los, la coo rdinación, el equ ilibrio y la flexibili-
da d, y mejora la salud en general. Por consiguiente, elfo-
o
me nto de la activida d física a todas las edades constituye
Una vez la osteoporosis está establecida, la primera medi- una prioridad absoluta pa ra prevenir la osteoporosis.
da es descartar procesos causales que pudieran ser subsidia-
rios de tratamiento específico. Las medidas generales son
similares a las de la prevención primaria. Se emplearán es- 11. OSTEOMALACIA
rrógenos, calcitonina y Auoruro sódico:
• La calcitonina inhibe la reabsorción ósea por efecto di- La osteomalacia es una enfermedad ósea generalizada ca-
recto sobre los osreoclasros, al disminuir su actividad y racterizada por un déficit en la mineralización de la matriz
acortar su vida media. ósea asociada a una elevada rasa de formación de matriz
• Los difosfonatos o bisfosfonaros inhiben la resorción ósea. En la infancia este trastorno se denomina raquitismo
ósea y la mineralización. y en es te caso se altera, además, el cartílago d e crecimien-
• El calcio es un «nutriente», no una droga, y como ralla to. Se caracteriza por un ablandamiento de los huesos, los
mejor manera de ingerirlo es con la comida. cuales tienden a deformarse y fracturarse.
• Los anabolizantes aumentan la densidad mineral ósea Desde el punto de vista fisiopatológico cualquier circuns-
del hueso cortical y del hueso rrabecular. Los anaboli- tancia que pueda determinar un menor aporre de calcio y
zantes pueden tener además una acción antirresorriva. fosfnos, disminuya la absorción o aumente la excreción, va
• La vitamina O y sus merabolitos aumentan la absorción a interferir en el normal desarrollo de la formación de los
intestinal de calcio. cristales de hidroxiapatita y, por ramo, del proceso de osifi-
• El flúor tiene efecto anabólico debido a la activación di- cación. El proceso de mineralización requiere una co ncen-
recta d e los osreoblascos y por la acción mitógena sobre tración de calcio y fosfato suficientes. Además, requiere que
47 • Osteoporosis. Osteomalacia. Enfermedad de Pagel 607
la función celular y la estructura de la matriz ósea estén con- Osteomalacia Hueso normal
servadas. Así, las dos principales causas de osteomalacia son
las alteraciones del metabolismo de la vitamina O y del fos-
fato. Hay una variante frecuente de osteomalacia debida a
un proceso hipocalcémico que se acompaña de un hiperpa-
ratiroidismo secundario. Éste suele agravar las alteraciones
óseas al inducir la característica osteítis fibrosa medular y
una pérdida de masa ósea cortical.
CLASIFICACIÓN ETIOPATOGÉNICA
Desde el punto de vista etiopatogénico, las posibles causas
de osteomalacia son numerosas, pero se pueden resumir en
tres grandes grupos:
• Alteraciones del metabolismo de la vitamina D. Puede
ser por causas nutricionales, problemas de absorción
Osteomalacia
gastrointestinal, alteración en la hidroxilación hepática,
déficit de proteína transportadora (síndrome nefrótico), Clínica Analltlca
alteraciones en la hidroxilación renal, etcétera. Dolor, deformidades, fracturas j F.Aic. ±!Ca ±!P
• Hipofosforemia, que puede ser adquirida o genética. La Debilidad muscular ¡ BGP ¡OH-Pral
Tetania ¡ PTH
adquirida se asocia a otras patologías como la acidosis Algodistrofia 125-0HD n- 1,25-0HD*
tubular, la diabetes fosfatúrica, la osteomalacia oncogé-
nica, etcétera. Radlologfa Gammagrafia
• Secundarias a fármacos no anriconvulsivos y a minera- Osteopenia Focos
les. Por ejemplo, por bisfosfonatos, etcétera. Deformidades Hipercaptadores
...
CUADRO CLÍNICO Figura 47-10. Osteomalacia. (Al Arquitectura histopatológica de la
enfermedad. IBI Esquema de datos para el manejo clínico del pa-
Aunque la osteomalacia suele ser inicialmente asintomáti-
ciente con osteomalacia.
ca, en estadios más avanzados puede originar sfntomas ca-
racterísticos como dolor óseo espontáneo y con la presión,
deformidades óseas, debilidad en las extremidades inferio- DIAGNÓSTICO
res y marcha de pato. El hueso insuficientemente minera-
lizado tiene menor resistencia, es más maleable y está pre- Las alteraciones r adiológicas asociadas a la osteomalacia
dispuesto a las fracturas (Fig. 47- 10). incluyen un patrón radiológico borroso, con pérdida del
El dolor óseo suele ser más notable en la región de la co- detalle de la trama trabecular y protrusión acetabular. La
lumna lumbar, pelvis y en las extremidades inferiores, en anomalía más característica, aunque no específica, es la
puntos donde han tenido lugar fracturas . Las fracturas presencia de líneas de Looser-Milkman o seudofracturas,
pueden aparecer esponráneamente o por traumatismos li- que son bandas radiotransparentes perpendiculares a la
geros, que afectan habitualmente a las costillas, vértebras y cortical, generalmente bilaterales y simétricas, que, en oca-
huesos largos. Las deformidades esqueléticas son raras en siones, progresan a fracturas completas. Sus localizaciones
los adultos, sólo en casos de osteomalacia severa de larga más frecuentes son las costillas, las ramas pubianas, el bor-
duración aparecen alteraciones de la curvatura de la co- de externo de la escápula, el borde interno del fémur pro-
lumna vertebral y deformidades del tórax o de la pelvis. ximal y los metatarsianos.
Más del 90 o/o de los pacientes con osteomalacia por défi- La gammagrafía ósea es más sensible que la radiogra-
cit de vitamina D presentan fracturas esqueléticas y alrede- fía en la localización de las seudofracturas, p ues muestra
dor del80% de estos pacientes tienen criterios densitomé- zonas aisladas de hipercaptación que no deben confundir-
tricos de osteoporosis. se con metástasis óseas. También puede observarse un au-
En ocasiones, presentan deformidades de los huesos largos mento generalizado de la captación isotópica, especial-
(genu varum o gen u vnfgum) y alteraciones de la dentición. menre en el cráneo, mandíbula y articulaciones condrocos-
La debilidad muscular puede asociarse a pérdida de tales, debido al hiperparatiroidismo secundario. En la os-
masa muscular, hipotonía y molestias con los movimien- teomalacia hipofosfatémica congénita, es relativamente
tos. Cuando existe hipocalcemia, pueden aparecer mani- frecuente la presencia de osteosclerosis y osificaciones liga-
festaciones de tetania. mentosas.
Los hallazgos de laboratorio dependen de la causa de la
osteomalacia. En la osteomalacia por déficit de vitamina
O El dolor óseo de la osteomalacia se asienta sobre la co-
lumna lum bar, pe lvis y extremidades inferiores. O, que es la más frecuen te, puede existir hipocalcemia, hi-
pofosfatemia y aumento de la fosfatasa alcalina. Sin em-
608 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
bargo, estos parámetros también pueden ser normales. La Este tipo de alteración ósea puede observarse también aso-
excreción urinaria de calcio suele estar disminuida. Los va- ciada a fibrosis medular.
lores séricos de 25-0HD son bajos y la PTH (hormona Desde el punto de vista histopatológico (Fig. 47- llA)
paratoidea) está aumentada. En la osteomalacia hipofosf.'l- se caracteriza por la evidencia en los segmentos óseos com-
tém ica genética, la calcemia es normal, el fosfato sérico es prometidos de osteoclasros gigantes multin ucleados, me-
bajo y el urinario está aumentado. O tros marcadores del tabólicamenre hiperactivos. También los osteoblasros y os-
remodelado óseo, como el PINP (propéptido N-terminal teocitos están involucrados, produciéndose osteoesclerosis
del colágeno de tipo 1), entre otros, han mostrado un dis- y organización anómala de la red canalicular osteocitaria.
crero aumento de la sensibilidad en este proceso. La médula ósea pagética es hiperreactiva a la acción de la
La biopsia ósea aporta el diagnóstico definitivo de os- vitamina D.
teomalacia. Para el d iagnóstico de osteomalacia se requie- Existe una forma juvenil de la en fermedad de Paget con
re un aumento del osteoide (más de 15 ¡.¡m de grosor y más herencia autosómica recesiva caracterizada por el remode-
del 10 o/o de volumen), junto a un tiempo de desfase de lado rápido del hueso, osteopenia, fracturas y deformidad
mineralización superior a 100 días. Se acompañará de una esquelética progresiva.
mayor o menor evidencia de osteítis fibrosa, según el gra- La enfermedad de Paget afecta tanto a hombres como a
do de hiperparatiroidismo secundario que se haya generado. mujeres, con ligero predominio en el sexo masculino y su
prevalencia se incrementa co n la edad.
misma intensidad. El resultado es un hueso inmaduro, Más frecuente es el dolor secundario a las complicacio-
desorganizado y no laminar (woven), con numerosas líneas nes, especialmente por afectación neurológica o articular.
de cementación en «mosaico» que alterna el tejido cortical Las deformidades esqueléticas son mi~ evidentes en los hue-
con secciones irregulares de parrón rrabecular. La minera- sos largos, el cráneo y las clavículas. Los huesos largos se en-
lización es normal. Los huesos afectados esdn aumentados corvan por el aumento del volumen y la maleabilidad óseos.
de tamaño y son menos compactos, más vascularizados y El flujo sanguíneo aumenta considerablemente en las
susceptibles a la fractura o a la deformación. Esta fase se extremidades con enfermedad de Pager. El aumento de la
conoce como osreoporórica, osreolírica o destructiva, y el vascularización ósea puede acompañarse de un incremen-
balance externo de calcio es negativo. Con el paso del to del calor local, más apreciable en los huesos superficia-
tiempo, la hipercelularidad disminuye y permanece un les como la tibia.
hueso escleroso, poco activo.
En la evolución de cada lesión ósea se distinguen tres
etapas:
• La osreolírica, con predominio osreoclásrico.
Las manifestaciones clínicas características de la enferme-
dad de Paget son el dolor y la deformidad ósea, que es más
frecuentes en la pelvis, columna, cráneo, fémur y tibia.
o
• La mixm, en la que coinciden lesiones líricas y escleró-
ncas.
• La tercera fase, con predominio de la esclerosis. COMPLICACIONES
Si se produce un desequilibrio grande entre la rasa de sín- Entre las complicaciones que se pueden encontrar destaca
tesis y la rasa de reabsorción de hueso favorable a esta últi- la artropatía degenerativa (Fig. 47- llB), alteraciones neu-
ma, como sucede tras la inmovilización prolongada o en rológicas, fracturas, alteraciones cardíacas, trastornos me-
las fracturas, la eliminación urinaria de calcio aumenta y tabólicos y rumores óseos.
aparece, en ocasiones, hipercalcemia. Sin embargo, si la De las complicaciones neurológicas, la sordera, de pre-
rasa de formación ósea p redomina sobre la reabsorción (lo dominio neurosensorial, es muy frecueme. Más raras son
que es bastante poco frecuente), pueden elevarse los nive- las alteraciones visuales, neuralgia del trigémino o parálisis
les circulantes de hormona parariroidea. El aumento signi- facial por la compresión de otros pares craneales.
ficativo de la reabsorción del hueso rrabecular y de las su- Respecto a las alteraciones del metabolismo del fósforo
perficies osreoides en los huesos normales de los pacientes y del calcio, son derivadas de la gran actividad metabólica
con enfermedad de Paget puede obedecer a un hiperpara- ósea, lo que puede condicionar la aparición de hipercalce-
riroidismo secundario compensador. La reabsorción afecta mia e hipercalciuria en pacientes inmovilizados.
a la fase de hueso orgánico y a la fase mineral.
DIAGNÓSTICO
CUADRO CLÍNICO
El diagnóstico de la enfermedad de Pager se lleva a cabo
La sintomarología depende de la extensió n de la enferme- mediame el examen físico, la historia clínica, estudios ra-
dad, de los huesos concretos afectados y de la presencia de diológicos, gammagrafía ósea y estudios de laboratorio so-
complicaciones. Hasta el 60 %de los pacientes pueden ser bre parámetros de resorción o de formación ósea.
asintomáricos y en estos casos se llega a reconocer la enfer- La exploración radiológica puede variar según la fase
medad durante el estudio radiológico de la pelvis o de la evolutiva y el ripo de hueso. La radiología muestra imáge-
columna vertebral por problemas o molestias no relaciona- nes en las que pueden converger la osteólisis, la osreofor-
dos con la enfermedad o rras el descubrimiento de concen- mación, el agrandamiento del hueso, imágenes como en
traciones elevadas de fosfarasa alcalina en el plasma. «madeja» del hueso rrabecular, el borramiemo de la corrí-
Las localizaciones más frecuentes son la pelvis, colum- cal y la deformación del hueso.
na, cráneo, fémur y tibia, pero en ocasiones se limita a un En las fases tempranas de la enfermedad, puede obser-
solo hueso, aunque con frecuencia suelen afectarse varios. varse una lesión osreolírica en la pelvis, el cráneo o en un
Las manifestaciones clínicas propias de la enfermedad hueso largo. En el segundo estadio, se observan modifica-
de Pager son el dolor y la deformidad ósea, a las que se su- ciones ramo osreolíricas como escleróticas en el mismo
man las provocadas por las complicaciones. Varían según hueso. En la última fase de la enfermedad, la lesión escle-
la extensión y el lugar donde se asientan las lesiones. El do- rótica se apodera del hueso y también puede presentarse
lor óseo se describe como sordo, profundo, poco localiza- un incremento en las dimensiones del propio hueso.
ble, de predominio nocturno y que aumenta con la carga, La lesión no suele afectar al hueso en roda su extensión y el
y suele coincidir con un aumento de la actividad de la en- límite entre las zonas sana y enferma aparece como una imagen
fermedad. Se atribuye la deformidad perióstica al aumen- lírica («en forma de Vn en la diáfisis de los huesos largos).
to de la vascularización y a las microfracturas. El dolor de
cabeza y en la región facial son los síntomas iniciales de al-
gunos pacientes, mientras que en otros es el dolor de espal-
da en la región lumbar y con irradiación hacia los miem-
Son característicos el engrosamiento trabecular, la pér-
di da de la diferenciació n corticomedular y el aumento del
volumen óseo.
o
bros inferiores.
610 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
• RESUMEN
• La osteoporosis es la enfermedad más frecuente en las so- tismo y en este caso se altera , además, el cartílago de cre-
ciedades modernas. cimiento. Se caracteriza por un ablandamiento de los hue-
sos, los cuales tienden a deformarse y fracturarse.
• La resistencia ósea refleja la integración de la densidad y
calidad ósea. A su vez, la calidad ósea engloba diversas ca-
• Desde el punto de vista fisiopatológico, cualquier cir-
racterísticas del tejido óseo relacionadas con la macroar-
cunstancia que pueda determinar un menor aporte de
quitectura, la microarquitectura (porosidad cortical, co-
calcio y fosfatos, disminuya la absorción, o aumente la
nectividad trabecularl. características de recambio óseo
excreción, va a interfe rir en el normal desarrollo de la
(grado de resorción y formación ósea), el grado de minera-
formación de Los cristales de hidroxiapatita y, por tanto,
lización secundaria, la acumulación de microlesiones y en-
del proceso de osificación. Así, Las dos principales cau-
laces de colágeno.
sas de osteomalacia son las alteraciones del metabolis-
• La osteomalacia es una enfermedad ósea generalizada, mo de la vitamina O y del fosfato. Hay una variante fre -
caracterizada por un déficit en la mineralización de la ma- cuente de osteomalacia debida a un proceso hipocalcé-
triz ósea asociado a una elevada tasa de formación de ma- mico, que se acompaña de un hiperparatiroidismo se -
triz ósea. En la infancia este trastorno se denomina raaui- cunda rio. Éste suele aq ravar las alteraciones óseas, ya
47 • Osteoporosis. Oste omalacia. Enfe rmedad de Paget 611
• R E S U M E N {Cont.J
que induce la característica osteítis fibrosa medular y tencia ósea disminuida y a lte ración de la arquitectu ra del
una pérdida de masa ósea cortical. hu eso. Las fibras colágenas fo rman un patrón en mosaico
irregular, con distribución al azar en lugar de la simetría
• La enfermedad de Paget es una enfermedad metabólica
paralela (laminar! observada en el hueso normal. Este tipo
del hueso, causada primariamente por una actividad os-
de alteraci ón ósea puede observarse también asociada a
teoclástica aumentada y caracterizada por un remodelado
fibrosis medular.
óseo focal anormalmente acelerado, con incremento de la
resorción y neoformación ósea excesiva y desorganizada.
• Existe una forma juvenil de la enfermedad de Paget co n he-
• La enfermedad de Paget se presenta comprometiendo uno rencia autosómica recesiva, caracterizada po r el remode-
o varios sitios del esqueleto simultáneamente y qu eda lue- lado rápido del hueso, osteopenia, fracturas y deformidad
go restringida a estos sitios primitivos. Se asocia con resis- esquelética progresiva.
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diagnóstico clínico. Madrid: Editorial Médica Panamericana. siología. Madrid: Editorial Médica Panamericana.
1. Describa la conceptualización de la osteoporosis. 8. ¿Cuáles son las complicaciones más relevantes de la osteo-
porosis?
2. Defina los criterios diagnósticos de la osteoporosis.
3. Señale y describa los tipos de osteoporosis. 9. ¿Cuáles son las ventajas de la medición de DMO?
613
614 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
como de la médula ósea; también es similar el proceso de to anómalo en que se produce puede d ar lugar a deformi-
reparación, con el desarrollo de tejido de granulación que dades y otros problemas. Las consecuencias no son espe-
avanza desde la zona profunda a la superficial de la epífisis. cialmente graves si el trastorno tiene lugar en las apófisis
Posteriormente, el avance del frente de osificación gene- exrraarriculares; si bien, cuando afecta al hueso que est;Í en
ra, en la zona profunda, la aposición de un tejido óseo vivo el interior de una articulación, se promueve u na deformi-
sobre el armazón de trabéculas muertas del primitivo nú- dad que genera una articulación poco funcional, y esto
cleo de osificación. Ello se refleja por un aumento de la puede provocar una incapacidad grave, además de una
densidad radiológica. La importante actividad osteoclásti- muy posible aparición temprana de artrosis.
ca reabsorbe las trabéculas óseas muenas y el núcleo óseo
original es sustituido por tejido fibroso con formación de Osteocondrosis
cartílago, debido a la baja presión parcial de oxígeno. Ra- Según Tachdjian, se denomina osteocondrosis a la condi-
diológicamente se observa fragmentación del núcleo de ción en la cual el núcleo de osificación primario o secun-
osificación. La fase final de reosificación del núcleo óseo dario en niños en crecimiento se ve afectado por una ne-
no se inicia hasta que la reabsorción del hueso necrosado crosis aséptica con reabsorción gradual de hueso necrótico
no ha tenido lugar por completo. y sustitución por tejido óseo reparativo. O tros autores,
Durante el proceso, el cartílago epifisario, que está nu- como Sifferr ( 1981), sugieren que osreocondrosis es el
trido por imbibición sinovial, continúa creciendo, pero no conjunto de afecciones idiopáticas caracterizadas por des-
se convierte en hueso, ya que la falta de aporte vascular in- órdenes de la osificación encondral, incluyendo condrogé-
hibe el proceso de osificación endocondral. Si bien, el cre- nesis y osteogénesis, superimpuesta en el mecanismo nor-
cimiento del cartílago puede alcanzar tal grosor que sus ca- mal de crecimiento. Las osteocondrosis incluyen, pues, a
pas profundas tienen dificultad para ser nutridas por el lí- un grupo heterogéneo de enfermedades a las que inicial-
quido sinovial. Se inicia así un proceso de degeneración de mente se les atribuyó una causa avascular o isquém ica, por
los condrocitos con infiltraciones de éstos en el seno del te- semejanza radiológica con otros procesos conocidos. En la
jido óseo. actualidad se catalogan como osteocondrosis cuando los
En consecuencia, en adultos, la evolución biológica de hallazgos radiológicos se acompañan de un cuadro clínico
un proceso de necrosis se orienta, por fracaso del proceso concordante.
reparador, hacia una alteración estructural y desarrollo de Aunque la mayoría de las enfermedades incluidas en el
artrosis secundaria. En niños el proceso reparador condu- contexto de las osteocondrosis han sido descritas desde
ce a la reosificación del núcleo. Las alteraciones morfoló- hace más de un siglo, su etiología sigue siendo poco cono-
gicas que se pueden generar en este caso son dependientes cida y se catalogan en muchos casos como multifactorial e
de las dificultades de dicho proceso y de los factores mecá- idiopática, si bien los factores se encuentran más o menos
nicos externos. identificados. De forma ge neral, estos procesos afectan al
esqueleto en crecimiento tanto el de los niños y adolescen-
CONCEPTUALIZACIÓN tes como el de otros mamíferos que crecen con rap idez,
como los caballos, toros, cerdos y perros grandes, aunque
Dada la variedad de sinonimia y epónimos utilizados por también hay estudios referidos a ratas.
los diferemes autores para denominar los diversos procesos Se han descrito más de 50 tipos de osteocondrosis, que
óseos de origen vascular, se expone brevemente algunos as- hacen referencia, en muchos casos, a una ubicación anató-
pectos conceptuales relacionados con ellos. mica particular, y son denominadas con epónimos; si bien,
como ya se ha comentado, no rodas las osteocondrosis son
Osteocondritis de origen isquémico, sino que pueden ser debidas a situa-
Es la afectación de una zona periférica del hueso en la ca- ciones de traumatismos o estrés o bien a anomalías duran-
rilla articular, con el cartílago que la recubre. Puede tener te el proceso de osificación. Los numerosos estudios reali-
una etiología traumática o vascular, entre otras. Con fre- zados sobre lesiones con manifestaciones clínicas y/o evi-
cuencia esta zona de hueso y cartílago se desprende al in- dencias radiológicas orientaban a estadios crónicos de la
terior de la articulación, para lo que se emplea el nombre enfermedad y otros procesos secundarios, lo que ha cons-
de osteocondritis disecante (OCD). Este término es conside- tituido un factor limitante en sus conclusiones. Estudios
rado por muchos como común, pero inapropiado, prefi- recientes se orientan no sólo a perfilar la influencia de los
riéndose el término de asteacandrosis ® , debido a que la in- distintos factores de riesgo, sino también a establecer hipó-
flamación no es el elemento principal de la lesión inicial. tesis sobre la patogénesis y etiología de la osteocondrosis;
ello puede permitir una mejor comprensión de la enferme-
Osteonecrosis
dad y, sobre todo, una mayor efectividad y eficacia en la
Se caracteriza por la interrupción del aporte sanguíneo al toma de decisiones en cuanto a la terapéutica.
hueso, o bien por una deficiencia en este aporre con res-
pecto a las exigencias del hueso. Esto se produce en parti- CLASIFICACIONES
cular en algunas epífisis óseas, lo que viene seguido por ne-
crosis ósea. Posteriormente, se produce la curación por Aunque se han sugerido numerosas clasificaciones para el
medio de nuevo crecimiento óseo, pero debido al comex- estudio de este grupo de enfermedades, autores como Si-
48 • Lesiones óseas de origen vascular : osteocondritis y osteocondrosis 615
ffert (1981) la fundamenta en las áreas anatómicas donde coagulabilidad, hiperacrividad psicomotora e inmadurez
se produce el trastorno de la osificación endocondral, y en esquelética. Generalmente, la mayoría de los niños son de
la que queremos destacar las osteocondrosis articulares de baja ralla y tienen una edad esquelética usualmente infe-
afectación primaria y secundaria del cartílago articular y rior a su edad cronológica. Se ha intentado justificar por
epifisario. Otros autores, como Resnick (2002), clasifican distintos factores como responsables de esta enfermedad.
las osteocondrosis (fundamentadas en la patogenia) en le- Entre los no mencionados se encuentran: sinovitis, trom-
siones caracterizadas por osteonecrosis primaria o secun- bofilia, traumatismos repetidos, toma de corricoides, nivel
daria. Dado el enfoque de este capímlo, se expondrán a socioeconómico bajo, entre otros, si bien ninguno ha po-
continuación algunos procesos osteocondróticos de etiolo- dido ser probado.
gía vascular incluidos en las citadas clasificaciones. Se calcula que la enfermedad la sufren entre el 1,O y el
2,5 de cada 10.000 niños. La relación varón:mujer es de
OSTEOCONDROSIS DE ORIGEN VASCULAR 4-5:1 y las niñas tienen peor pronóstico. La enfermedad se
manifiesta entre los 3 y 9 años. Los pacientes suelen ser
Seguidamente se exponen las osteocondrosis más impor- delgados y muy activos. La enfermedad es de presentación
tantes. bilateral en el 10-15 % de los casos, si bien no riene carác-
ter sincrónico, de forma que, cuando está en fase de reosi-
Enfermedad de Perthes ficación una cadera, se inicia el proceso en la contralateral.
La enfermedad de Legg-Calvé-Perrhes es una entidad clí- Se observa mayor incidencia en la población japonesa y es-
nica secundaria a un trastorno vascular óseo, que cursa con quimal, y es poco frecuente en orras etnias como la negra,
cadera dolorosa, motivo por el cual se estudió sucintamen- aborígenes australianos, indígenas de América y en Euro-
te en el capítulo 19, aparrado Enfermedad de Legg-Calvé- pa Central.
Perthes. No obstante, dada su relevancia, resulta aprop ia-
do desarrollarla en profundidad en este aparrado. Cuadro clínico
La enfermedad cursa en sus inicios con molestias o dolor a
Aspectos conceptuales la almra de la cadera, ingle, muslo o rodilla, siguiendo el
La enfermedad d e Legg-Calvé-Perrhes u osteocondrosis trayecto del nervio obturador y acompañadas de una coje-
d eformante juvenil es una necrosis aséptica de la cabeza del ra más o menos acentuada. El dolor suele ser variable, en-
fémur de los niños debida a una alteración idiopática de la tre leve e intermitente, aum entan con la movilidad y des-
circulación. Es una osreocondritis de la epífisis femoral aparece totalmente con el reposo. Posteriormente, el niño
proximal. También se le suele denominar coxa plana por- pierde movilidad articular, especialmente para la abduc-
que la cabeza femoral pierde su característica esférica. Fue ción y rotación interna. También pueden observarse acri-
descrita por Legg, Calvé y Perches al mismo tiempo, en 191 O, tudes en flexo de cadera, con contracturas de los músculos
pero a menudo se denomina solamente como Perches. aductores y del psoas ilíaco, así como hiporrofia o atrofia
En etapas tempranas de la vida, la cadera del recién na- del músculo cuádriceps crural, gemelos y glúteos, lo que
cido no está completamente desarrollada y evoluciona has- puede provocar una cierra d ismetría de los miembros infe-
ta alcanzar la forma adulra definitiva. La llegada de sangre riores. La palpación profunda anterior y posterior de la ca-
a la cavidad coriloidea está asegurada, pero no le ocurre lo dera produce dolor. El niñ o suele estar afebril. Los exáme-
mismo a la cabeza femoral, dado que está simada profun- nes de laboratorio no muestran alteraciones valorables; el
damente dentro de la articulación. El único aporre vascu- hemograma suele estar normal y tan sólo puede haber un
lar a esas edades procede de la arteria circunfleja posterior, aumento discreto de la velocidad de sedimentación y de la
que presema cierra vulnerabilidad en su trayectoria. La en- e
proteína reactiva.
fermedad de Perches se produce por las dificultades que su-
fre el flujo sanguíneo para llegar a la cabeza del fémur; ello
provoca la necrosis de algunas partes del hueso y genera
fragilidad, además de provocar el aplastamiento de la cabe-
Clínicamente se sospecha en un va r ón de entre 3 y
17 años, con mayor frecuencia entre los 5 y los 9 años,
con dolor y cojera.
o
za femoral. En consecuencia, el hueso muere y es reabsor-
bido. Posteriormente se inicia la llegada de nuevos vasos
sanguíneos a la cabeza femo ral y el hueso vuelve a recons- Waldestrom describió la secuencia temporal y anatómi-
truirse en un proceso que puede mrdar entre 3 y 4 años. Al ca de la enfermedad en cuatro fases.
final, la nueva cabeza femoral estará formada por hueso
duro que podrá tener una forma igual a la original (esféri- Fase inicial. Período isquémico o de necrosis. Se pre-
ca y correcta) o quedar deformada e incongruente con el senta sinovitis como una manifestación de la inflamación
acetábulo. aséptica de la cadera. La epífisis detiene su crecimiento y
se hace pequeña respecto a la de la cadera sana opuesta.
Epidemiología y factores relacionados Puede lateralizarse la cabeza femoral, debido al derrame ar-
Se produce por una falra de irrigación sanguínea de la ca- ticular. Duración entre 9 y 12 meses.
beza femoral, aunque la causa exacta de esra interrupción Interrupción del aporre vascular y necrosis ósea. La
de la circulación es desco nocida. Se ha asociado a hiper- cabeza femoral es muy vulnerable a las fuerzas que ac-
616 Parte 2. Enfermedades del sistema muscutoesquetético
1
rúan sobre ella. Radiológicamente existe aumento del La duración de cada etapa es muy variable, pero, en ge-
espacio articular (signo de Waldenstrom) secundario a neral, la etapa de necrosis y fragmenración dura unos
una fractura subcondral. Éste es el signo radiológico 6 meses, la de reosificación de 18 meses a 3 años y la f.1se
más precoz. Se puede encontrar un núcleo epifisario en final o de curación hasta la maduració n ósea. Para otros
la cabeza. aurores, la fase de fragmencación dura aproximadamente
Fase de fragmentación. Se desencadena con la apari- 1 año y la fase de reosificación de 3 a 5 años.
ción de una fractura subcondral en la zona de apoyo de la La radiografía convencional es ineficaz para el diagnós-
cabeza femoral. Duración de 6 a 12 meses. Se inicia la re- tico precoz de la necrosis ósea, si bien, una vez visibles los
absorción del hueso necrótico. Radiológicamence apare- cambios óseos, será de gran utilidad no sólo para la clasifi-
cen densos islotes óseos; los centrales se condensan y los cación y seguimiento de la enfermedad, sino también para
laterales sufren osteólisis, lo que produce una imagen ati- el pronóstico y terapéu tica.
grada. Las d iferences fases de la enfermedad muestran cambios
Fase de curación o de reosificación. Se produce un característicos en las radiografías (Fig. 48-1 ).
volumen óseo mayor al que existía en la epífisis previa- Son muchos los aurores que, en función de los hallaz-
menee sana, y lleva a la aparición de una coxa magna. Du- gos radiológicos, han mostrado imerés por relacionar la
ración de 9 a 12 meses. La densidad se desplaza en sencido fase evolutiva de la enfermedad con el pronóstico y tera-
conrrario. La epífisis es invadida por vasos; se reabsorben péutica que se debe realizar. Entre ellos destaca el trabajo
los islotes densos y se forma tejido óseo rarefacto, que lue- de Catterall (1971), que divide la afectación de la cabeza
go adquiere un carácter trabecular. Se inicia la reparación femoral en cuatro tipos, en fu nción de los datos aportados
con desaparición de la osteólisis metafisaria. por la radiografía simple:
Fase final o de secuelas. Se produce hacia los 3 a 4 años • En el grupo I se encuentra afectada la epífisis de la ca-
del inicio de la enfermedad. Se produce una coxa magna, beza femoral en su región anterior. No hay secuestros ni
con grados variables de deformidad (coxa plana, deformi- colapso de la epífisis ni cambios metafisarios.
dad «en silla de montar») que pueden llevar también a de- • En el grupo li está afectada más del 50 o/o de la parte an-
formidades del cuello femoral, corro (coxa breva) o varo terior de la epífisis. Pueden formarse colapsos y secues-
(coxa vara) o a la artrosis temprana. tros. Reacción metafisaria lim itada.
Se produce la sustitución completa del hueso necróti- • En el grupo III está secuestrada la mayor parte de la epí-
co por hueso de nueva formación. Este tiene una consis- fisis, con fragmencación y colapso extenso, form ación
tencia más débil, por lo que puede remodelarse de modo de secuestros y osteólisis metafisaria.
que la morfología de la cabeza femoral se adapte a la for- • En el grupo IV se encuemra afectada la roralidad de la
ma del cótilo o no. Este proceso no será definitivo hasta epífisis, con cambios merafisarios avanzados y alteracio-
el final de la maduración ósea. Dado que el resultado fi- nes en la placa de crecimiento.
nal puede ser el de una cabeza femoral deformada, a esta
fase se la puede denominar también fose de deformidad re- Aunque esra clasificación ha sido duran te muchos años el
sidual. punto de referencia en la enfermedad de Perches, ha de-
mostrado una gran variabilidad imerobservador y un valor
pronóstico limitado. Catterall añadió además el concepto
El dolor es una coxalgia con localización inguinal irradia-
da hacia la región anterointerna de la rodilla y, en ocasio- de signos radiológicos de mal pronóstico a los que también
nes, como una gonalgia aislada. denominó signos de riesgo cefolico o cabeza de riesgo, que ac-
Figura 48-1. Fases radiológicas de la enfermedad de Perthes. !Al Al diagnóstico anteroposterior. (BI Al diagnóstico. Proyección de Lowens-
tein (posición «en rana» l. Nótese la disminución de la altura de la epífisis, que aparece más peq ueña que la contra lateral sana. (CI Al año.
Anteroposterior. (DI Al año. Proyección de Lowenstein [posición «en rana>> l. Nótese la epífi sis de coloración blanquecina qu e corresponde a
la invasión del hueso necrótico por los nuevos botones vasculares. (El A los 2 años. Anteroposterior. (FI A los 2 años. Proyección de Lowens-
tein (posición «en rana»l. Nótese la epífis is fragmentada. (GI A los 3 años. Anteroposterior. Hl A los 3 años. Proyección de Lowenstein (po-
s ición «en rana» l. Nótese la cabeza irregular. [Cortes ía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alons o Recio, CAULE, Leónl.
o
La artrografía intraoperatoria es una prueba imprescin-
de Perthes dible en el tratamiento quirúrgico, ya que permite evaluar
intraoperatoriamente e l descubrimiento de la cabeza fe-
Clasificación de Salter y Thompson•
moral y La relación de ésta con e l Lábrum a ceta bular.
• Grupo A: Fractura subcondral que compromete< 50%
de la circunferencia cefálica (correspond e a los
grados! y 11 de Catteralll Evolución y pronóstico
• Grupo 8: fra ctura subcondral que compromete> 50% de la
circunferencia cefálica (corresponde a los grados 111 y IV de La enfermedad de Perches es una enfermedad aucolimita-
Catterall]. Tiene peor pronóstico da, pero, aunque su evolución natural sea hacia la cura-
Clasificación de Herring•• ción, deben hacerse revisiones periódicas cada 3 o 4 meses,
• Grupo A: no hay colapso de l pila r y la densidad ósea se dado que algunos casos evolucionan desfavorablemente y
conserva respecto al resto de la epífisis pueden dejar severas secuelas en la edad adulta, principal-
• Grupo B: colapso< 50% de la altura del contralateral, con mente artrosis de cadera. Se recuerda que la capacidad de
osteopenia leve-moderada en esa zona
• Grupo C: colapso >50 % de la altura del pilar contra la te ral. remodelación de la cabeza femoral con el acetábulo finali-
con marcada osteopenia o desaparición de la imagen ósea za alrededor de los 8 años de edad, y, a partir de esta edad,
e n e l pilar apenas queda poder de remodelación
• Grupo B/C (revisión de la clasificación en 2004): pilares
externos que presentan < 50% de la altura, pero marcada
Aunque el 80 o/o de los paciemes afectados por la enfer-
osteopenia medad tienen buena evolución hasca la cuarta década de la
vida, se estima que entre la cuarta y la quinta década exis-
Clasificación de Stulberg•••
te un riesgo importante de desarrollar aruosis de cadera, y
• Tipo 1: cadera normal
• Tipo 11: articulación congru e nte esférica pero con coxa
en la sexta década de la vida, la mirad de los pacientes pue-
magna o breva den requerir el empleo de una prótesis de cadera. D iversos
• Tipo 111: articulación con congrue ncia no esférica (cabeza autores coinciden en que existen una serie de factores cuya
ovoide)
presencia indica una mala evolución de la enfermedad.
• Tipo IV: congruencia anesférica (cabeza plana)
• Tipo V: incongrue nte Dichos factores se encuentran recogidos en la tabla 48-2.
o
El objetivo en el tratamiento de esta enfermedad es obte- de los casos. Habitualmente se sufre en pies sin patología
ner una cab eza y un cuello femoral normal y una cad era
congruente, con una amplitud normal de movimiento, para prevra.
evitar la artrosis de la articulación en la edad adulta. Como en otras osreocondrosis la etiología es controver-
tida y probablemente sea de causa multifacrorial. Se p resu-
620
Cuadro clínico
El cuadro clínico se caracteriza por dolor subagudo en el
anrepié, en el área adyacente al hueso afectado, que se agra-
va con la actividad física y la deambulación, especialmen-
te con el uso de tacones alros. En general, las molestias em- Figura 48-2. Enfermedad de Freib erg. !Al An tes de tratamiento.
peoran con la flexión planear del anrepié y mejoran con el (8) Tras la cirugía. [Co rtesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el
reposo. Se pt!~de observar mmefacción local en el dorso Dr. Alberto Alonso Recio, CAULE, León].
del pie y se puede palpar cierto edema.
nución de la actividad, ortesis, plantillas o almohadillas
metatarsiales de descarga retrocapital y li mitación de la
La enfermedad de Freiberg se manifie sta clínicamente
marcha. Otras opciones terapéuticas son: diatermia y ci-
Enfermedad de Kienbock
Es la necrosis del semilunar. Las manifestaciones clínicas y
los hallazgos radiológicos de esta enfermedad fueron des-
critas en 1910 por el radiólogo vienés Roben Kienbock,
quien definió a esta enfermedad con el término de lmlllto-
malacia. Si bien, la calidad de su publicación propició su
nombre como enfermedad de Kienbock.
Cuadro clínico
Tras la lesión, se observa dolor, especialmente con el mo-
vimiento, localizado en la cara lateral del codo afectado,
Figura 48-4. Radiografía lateral de necrosis de escafoides tarsal junto con discreta disminución del arco articular. Si bien,
IKéihler 11. [Cortesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto la mejoría clínica d urante la evolución del proceso n o
Alonso Recio, CAULE, León]. mantiene un paralelismo evolurivo con la radiológica, que
48 • Lesiones óseas de ongen vascular: osteocondritis y osteocond rosts 623
es lenta y graduaJ, por lo que no existe una correlación en- que ambas podrían representar d iferentes grados de una
tre la gravedad de los síntomas y la mayor o menor altera- misma enfermedad.
ción de los hallazgos radiográficos.
causas de tipo isquémico, entre otras. Se presenta con ma- cientes asintomáticos que han sido diagnosticados como
yor frecuencia en articulaciones de carga, como son la ro- hallazgo incidental constituyen hasta un 30% de los casos.
dilla y el tobillo. La diferenciación en sus formas, juvenil y
adulta, viene determinada por el grado d e maduración es-
La enfermedad de Kiining clínicamente se manifiesta por
quelética que el paciente presenta. La juvenil se presenta molestias leves, inestabilidad de rodilla, ligera hinchazón
en niños y púberes. En el caso de la presentación en adul- articular o derrame franco, chasquido doloroso, bloqueo
ros, aunque puede ser de uovo suele considerarse como una articular y sensibilidad en el sitio de la osteocondritis,
forma juvenil no resuelta o no detectada en su momento. que ge neralmente es en el cóndilo interno.
La mayor incidencia de osreocondriris disecante se pro-
duce entre los 1O y 15 años de edad y es considerada como
una de las causas más comunes de dolor d e rodilla de los Diagnóstico
adulros jóvenes. La localización clásica es en la zona posre- La exploración detecta en la inspección irregularidades en la
rolareral del cóndilo femoral medial (véase el caso clínico marcha, así como sensibilidad dolorosa en el paciente, espe-
48-l) con el 70% de los casos. Si bien en el 15-20 o/o se cialmeme en la palpación de la zona afecta. Está indicada la
puede localizar en la zona inferocemral del cóndilo femo- prueba de Wilson, que consiste en flexionar la cadera y la ro-
ral lateral y en el 1 % en la rróclea femoraL El compromi- dilla a 90 grados y rotación interna máxima de la tibia. La
so de la pareJa es infrecuente (7 %), se puede presentar en- positividad de la prueba se obtendría con el incremento del
tre el 15-20 o/o de los casos. En el 20-30 o/o de los casos, el dolor, generalmente en el cóndilo femoral medial, al realizar
problema puede aparecer en ambas rodillas. Con relación la extensión de rodilla a 30 grados y en la disminución de
al sexo, se ha determinado que es más frecuente en los va- aquél al realizar el mismo movimiento con rotación externa
rones respecto a las mujeres, en una relación 3-4: l. Se con- de la tibia. La prueba se basa en la teoría del pinzamiento re-
sidera osreocondriris disecan re juvenil cuando se presenta en petitivo de la espina tibia! en contra del aspecto lateral del
pacientes entre los 4 y 16 años de edad, con fisis abiertas; en cóndilo medial durante la rotación interna de la tibia.
cambio, cuando esta lesión se presenta en adolescentes ma- Al margen de los aspectos clínicos, debe considerarse
yores, con fisis cerradas, debe ser clasificada como osreo- para el diagnóstico la radiografía simple anteroposterior en
condriris disecante del adulto (ODA). carga y lateral de ambas rodillas. Esta exploración no es de-
La incidencia de osreocondriris disecante juvenil se ha terminante, pero procede realizarla porque permite carac-
incrementado en esros últimos años, no sólo por el au- terizar el tipo de lesión, el tamaño y la presencia o ausen-
mento en el riempo e intensidad de la actividad física, cia de esclerosis.
sino también porque los deporrisras son cada vez más jó- La radiografía simple anreroposterior y lateral no siem-
venes. pre permite confirmar el diagnóstico, pero procede reali-
zarla. La proyección lateral, así como la vista de túnel, son
las que más información aporran no sólo para localizar la
Figura 48-5. Imágenes de osteocondritis en el cóndilo femoral. (Al Radiografía anteroposterior. (8) Resonancia magnética. Corte fron tal.
(C) Resonancia magnética. Cor te sagital. Visión anteroposterior. (DI Resonancia m agnética. Corte sagital. Visión lateral. [Cor tesía de la
Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alonso Recio, CAULE, León].
Por otra parte, la gammagrafía diferencia los resultados en ble alteración de la superficie articular, así como su progre-
las lesiones juveniles respecto a las de los adultos. En los jóve- sión a la osteocondriris disecanre del adulto, que tiene me-
nes hay aumento de captación y más capacidad de curación nor capacidad de cicatrización y, en consecuencia, peor pro-
con tratamiento no quirúrgico que en los que no la tienen, y nóstico; en última instancia, se reara también de prevenir la
en los adultos, con la placa epifisaria cerrada, hay menos ca- gonartrosis. En consecuencia, el tratamiento depende de la
pacidad de curación aunque haya aumento de captación. edad del paciente, de la estabilidad de la lesión y de la ince-
La arrroscopia se ha convertido en una herra mienca im- gridad de la superficie articular, información que se obtiene
prescindible en la exploración y tratamiento de la osteo- tras la exploración clínica, pruebas de imagen y artroscopia.
condriris disecante en cualquiera de sus presencaciones, ya El tratamiento conservador (Tabla 48-5) está indicado
que se puede visualizar de manera directa la lesión, lo que en la mayorfa de las lesiones estables con cartílago intacto.
permite documentar de manera precisa los estadios de ci- Las medidas comprenden desde la inmovilización parcial o
catrización, y es menos agresiva que una arrroromía. coral, hasta la suspensión de las prácticas deportivas para lo-
Procede el diagnóstico diferencial, entre o tros, con las grar que la lesió n cicatrice in situ y p revenir su desplaza-
fracturas osreocondrales, así como con los defeccos de osi- miento. Por canco, se debe indicar a los pacientes la aplica-
ficación epifisarios femorales distales o patelares. Estos úl- ción d e fisioterapia en descarga para evitar la rigidez articu-
timos se asientan en zonas diferentes de las osreocondritis, lar, atrofia muscular y osteop orosis. Asimismo , se d eben su-
se suelen ver en niños menores de 10 años y suelen ser primir las actividades deportivas de aleo impactO y recomen-
asintomáricos. Radiográficamente se presentan como le- dar el uso de bastones, para limitar la carga, y o rtesis en pa-
siones vacías o semivadas. cientes poco colaboradores.
El rracamiento quirúrgico está indicado en lesiones es-
rabies in situ, rebeldes al tratamiento conservador con fal-
de fijación con clavillos lisos de Kirschner, rornillos con la fractura, se forma nuevo hueso en la brecha entre el frag-
paso de rosca variable, tornillos de titanio, rornillos can u- mento osteocondral separado y la tuberosidad tibia!.
lados, clavillos o rornillos bioabsorbibles y clavijas óseas. La incidencia es mayor en adolescentes que se dedican
Otras opciones quirúrgicas son: microfracturas, mosaico- a actividades deportivas exigentes. La edad de comienzo de
plastia, aloinjerro osteocondral y regeneración de con- los síntomas va de los 9 a los 14 años: la etapa prepuberal
drocitos autólogos, cuya aplicación debe sopesarse para y el período medio de crecimiento acelerado de la adoles-
cada paciente. cenCia.
Los hallazgos radiográficos no son específicos de la en-
Otras osteocondrosis en La rodilla fermedad. Las imágenes se suelen y se deben pedir para
En la rodilla pueden encontrarse, principalmente, dos ti- descartar otras patologías más graves, como patología in-
pos, que son: la osteocondrosis de la patela o necrosis avas- fecciosa o tumoral de la epífisis proximal de la tibia.
cular del hueso subcondral de la patela y la osteocondrosis El estado agudo se manifiesta radiográficamente como
de la tuberosidad anterior de la tibia o enfermedad de Os- tumefacción de las partes blandas del ligamento patelar
good-Schlatter. con borramienro de sus márgenes (Fig. 48-6) .
Existen variaciones de la normalidad como la irregula-
Osteocondrosis de la patela ridad, la fragmentación y el aumento de densidad de su
Generalmente esd provocada por fuerzas cizallantes repe- centro de osificación que son normales y no son diagnós-
titivas. Como facror de riesgo se pueden destacar las luxa- ticos de la enfermedad.
ciones recidivantes de la parda. La modalidad del tratamiemo depende de la severidad
Se manifiesta como: de los síntomas:
• Dolor en la parte anterior de la rodilla, localizado alre- • Casos leves/moderados: restricción de la pdctica depor-
dedor de la patela. tiva extenuante, como correr y saltar.
• Cojera antiálgica. • Casos severos:
• La compresión de la patela contra los cóndilos femora- - Inmovilización con yeso inguinomaleolar en casos
les es muy dolorosa. persistentes o pacientes no colaboradores.
• Crepitación dolorosa en la articulación femoropatelar - Extirpación quirúrgica de la parte ósea no unida.
en la flexoextensión de la rodilla. - No se deben realizar infiltraciones con corricoides.
Cuadro clínico
Se muestra como una discreta tumefacción dolorosa en la
base de los dedos, con inflamación de las articulaciones in-
terfalángicas proximales, acortamienro y deformidad.
Diagnóstico
Radiográficamenre se evidencian irregularidades epifisa-
rias con aplastam iento y ensanchamienro d e la epífisis, Figura 48-7. Enfermedad de Haglund asociada a enfermedad de
esclerosis y fragmenración central, así como exosrosis la- Sever. [Cortesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alon-
terales; el espacio articular se estrecha y se produce un en- so Recio, CAULE, León).
sa nchamienro de la base de la falange, de lo que se deri-
va un acortamíenro falángico. Son fenómenos observa- Tratamiento trauma tológico
dos, sobre todo, en los dedos centrales. Debe planrea rse lnicialmeme el tratamiento es conservador y d epende del
un diagnóstico diferencial con la arrritis reumaroide ju- diagnóstico y de la severidad del d olor:
venil (véase el capítulo 40, apartado Artritis idiopática • Dolor leve:
juvenil) . - Reducir las actividades: los niños deberán reduci r o
suspender cualquier actividad que cause dolor.
Pronóstico y tratamiento - Amorriguar los talones: las planrillas temporales sua-
El proceso p uede abocar a la anquilosis inrerfalángica. El vizan el impacto en el talón al cam inar, correr o per-
tratamiento es sinromático. manecer de pie.
• Dolor modemdo. En caso de do lor de talón moderado,
Osteocondrosis del calcáneo
además d e reducir la actividad y amorríguar el talón, el
(enfermedad de Sever)
orropeda infantil puede recomendar uno o más de los
Es una necrosis avascular del carrílago de crecimiento del siguiemes tratamienros:
calcáneo. Es la causa más común de dolor del talón en los - Medicación: los anriinflamatorios ayudan a reducir
atletas en crecimienro. el dolor y la inflamación.
- Fisioterapia: algunas veces es necesario utilizar el es-
Epidemiología, mecanismo de lesión tiramiemo u otras modalidades de fisioterapia para
y presentación clínica pro mover la curación del tejido inflamado.
Es debido al uso excesivo y microtraumatismos repetitivos - Ortesis: para sostener el pie adecuadamente.
en las placas de crecimiento del calcáneo en el talón. Se • Dolor severo: inmovilización. A veces es ncesario inmo-
produce en los niños emre edades de 7 a 15 años, y la ma- vilizar con yeso el pie para que la inmovilidad total del
yoría de los pacientes la preseman entre 1O y 14 años d e pie y del tobillo promuevan la curación.
edad.
Clínicamente se manifiesta como dolor del talón en ni- En el caso de que las medidas anteriores no sean efectivas,
ños o niñas, muchas veces aparecen asociados a las siguien- está indicada la cirugía.
tes señales y símomas:
• Dolor en la zona posterior o en la base del talón. Osteocondrosis de la tróclea talar (astrágalo)
• Cojera. Se trata del desprendimienro de un fragmento subcondral
• Caminar de punrillas. del astrágalo. Los síntomas son: dolor, chasquido, rigidez
• Dificultad para participar en las actividades usuales o en y tumefacción del tobillo. Puede bloquearse el tobillo si el
deportes. fragmento está rotalmenre desprendido.
Los hallazgos radiográficos son rípicos (Fig. 48-8) . H a-
Diagnóstico birualmeme, en las caras maleolares lateral o medial de la
En la proyección lateral se aprecia una tuberosidad poste- rróclea talar un fragmemo está parcial o totalmente des-
rosuperior promineme, puede estar más densa y fragmen- prendido del tejido osteocondral circundante. Es conve-
tada, con contornos irregulares (Fig. 48-7) . niente obtener radiografías laterales u oblicuas.
628 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
Figura 48-8. Osteocondritis de la cúpula astragalina. [Cortesía de la Dra. Ana Lozano Muñoz y el Dr. Alberto Alonso Recio, CAULE, León).
La romografía computarizada (TC) proporciona el Para el diagnóstico, es necesario el siguiente estudio ra-
diagnóstico definitivo ante un cuadro clínico sugestivo, diográfico:
pero que no se ve claramente en la radiografía. • Proyección lateral de columna vertebral en bipedesra-
La RM está indicada cuando se contempla el tratamien- ción con los brazos en 90 grados de flexión, cabeza erec-
ro quirúrgico. ta, cadera y rodillas en extensión neutra.
En cuanto al tratamienro traumarológico, en función • Proyección anteroposterior de columna en bipedesta-
de la edad del paciente se tomará una u otra decisión: ción.
• En menores de 12 años: • Proyección lateral de columna toracolumbar en hiper-
Inicialmente, el tratamiento siempre es no quirúrgico extensión.
cuando el fragmento no está totalmenre desprendido. • Proyección lateral de columna centrada en L5-Sl.
- Bota de yeso durante 6 a 8 semanas sin permitir la carga.
• En mayores de 12 años: Los hallazgos radiográficos dependen de la edad del pa-
Artroscopia de tobillo y perforaciones en el caso de ciente:
no estar rotalmente desprendido para facilitar su in- • En estadios precoces suel e haber estrecham iento de
tegración. los espacios interdiscales y hernias de Schmorl (pro-
- Si ya está totalmente desprendido, se remueve me- trusiones discales dentro del hueso esponjoso verte-
diante arrroscopia. bral).
- Bota de yeso posteriormente, durante 6 a 8 semanas • Los acuñamientos vertebrales no están presentes gene-
para impedir la carga. ralmente por debajo de los 12 años, pues generalmente
es un signo tardío.
Otras • El acuñamiento vertebral es más marcado en las vérte-
Se incluyen en este tema otras osteonecrosis como la osteo- bras del ápice de la cifosis.
condrosis de epífisis vertebral o enfermedad de Scheuer-
mann, y la osteocondritis del cóndilo lateral del húmero o El tratamienro varía de acuerdo con la gravedad de la de-
codo del bateador. formidad, la edad del paciente y el estadio de la evolución
de la enfermedad:
Osteocondrosis de epífisis vertebral • Casos leves (40-60 grados de curva}:
o enfermedad de Scheuermann - Terapia física: ejercicios de hiperextensión, inclina-
También llamada cifosis juvenil. Es una cifosis angular no ción pelviana y refuerzo motor del glúteo mayor, de
flexible, que no se corrige con la extensión de la columna los abdominales y de los músculos extensores de la
torácica. No es una necrosis aséptica del hueso. La causa es columna.
desconocida. Se produce en varones de 15 a 19 años de - Evitar esfuerzos, como el levantamiento de objetos
tipo longilíneo que han tenido un crecimienro corporal pesados con la columna en flexión.
demasiado rápido. Habitualmente el motivo de consulta es • Casos moderados (60-75 grados de curva}: tratamiento
la mala postura, con exageración de la curvatura dorsal y ortésico con corsé de Milwalcee.
dolor dorsal. 1 • Casos grttves (más de 75 grados de curva/progresiva/
Clínicamente se manifiesta con cansancio y/o dolor dis- sintomática} : tratamiento ortésico con corsé de Mil-
creto, así como ~spalda redonda. La cifosis es fija y no se wakee.
corrige con la hiperextensión dorsal. El cuello y la colum-
na lumbar son hiperlordóticas para compensar la cifosis Las ortesis son menos efectivas cuando la curva es superior
torácica. Puede haber una escoliosis asociada del 20-30% a 75 grados o cuando el crecimiento ha finalizado, mo-
de los casos. mento en que son totalmente inefectivas.
48 • Lesiones óseas de origen vascula r : osteocondritis y osteocondrosis 629
~~ RESUMEN
• Las lesiones óseas de origen vascular que se estudian en Ello es fundamental s i se considera el gravamen pro-
este capítulo presentan un trastorno circulatorio. No obs- nóstico que presenta el paciente adulto resp ecto del ju-
tante, la etiología en todas ellas es de carácter multifacto- ven il o adolescen te tenien do en cuenta sus difere nci as
rial, ya que son nume rosos los estudios realizados pero no biológ icas.
menos controvertidos. Las diferentes denominaciones que
• Como ya se ha comentado, los últim os estu di os sobre
reciben por parte de los distintos autores reflejan también
este tipo de procesos se orie nta n no sólo a perfilar la in-
cierta confusión conceptual.
fluencia de los distintos fac tores de riesgo, si no tambié n
• Es muy importante en las patologías estudiadas cono- a estab lecer hipótesis sobre la patogénesis y etiología de
cer la etapa evolu tiva en la que se encuentran los pa- la osteocondrosis; ello puede permiti r una mejor com-
cientes, mediante las diferentes pruebas diagnósticas prensión de la enfermedad y, sobre todo. una mayor efec-
com ple mentarias, porque ello permite no sólo ajustar la tividad y eficacia en la toma de decisiones en cuanto a la
terapéutica, s ino también aplicarla más precozmente. terapéutica.
. •
'
' - r
631
632 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
1. Exantema malar:
• Exa ntema fijo, plano o elevado, sobre la eminencia malar
Diagnóstico con tendencia a respetar los pliegues nasolabiales
Tabla 49-2. Manifestaciones y prevalencia durante la evolución del lupus eritematoso sistémico
Eritema por vasculitis 20 Proteinuria > 500 mg/24 horas, cilindros celulares 30-50
Linfadenopatía 15 Trombosis 15
Esplenomegalia 15 Venosa 10
Neurológícas 60 Oculares 15
Cefalea 25 Vasculitis 5
Modificado de: Harrison (20121. Princ ipias de medicina interna I1B" ed.).
exacerbaciones de la enfermedad se suelen asociar a un em- las personas con LES, pero sólo un 5o/o de las personas con
peoramiento del exanrema. lupus discoide tiene un LES.
Otra manifesración mucocutánea es el lupus eritemato- Otras lesiones mucocutáneas son: lupus cutáneo suba-
so discoide. Se manifiesta con lesiones circulares, con bor- gudo, urticaria recurrenre, dermatitis similar al liquen pla-
des eritematosos, hiperpigmenrados, escamosos y ligera- no, paniculitis, úlceras en mucosas bucal y nasal, y cam-
mente elevados, con centros acróficos y despigmencados. bios en la coloración de los dedos de pies y manos provo-
Las lesiones pueden llegar a causar desfiguración, sobre cados por el frío o el estrés (fenómeno de Raynaud).
todo si afectan a la cara o al cuero cabelludo. La alopecia La nefritis suele ser la manifestación clínica más grave
es frecuenre, pero no la calvicie. Se presenta en un 20 o/o de del lupus, ya que ésta y las infecciones constiruyen las prin-
634 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
Definición y clasificación
La esclerodermia es una conectivopatía e de etiología des-
conocida que abarca un espectro de trastornos relaciona-
dos que comparten una característica clínica: el en grosa-
miento de la piel debido a un exceso de fi bras de colágeno,
además de alteraciones vasculares y auroanticuerpos con-
LES LES tra varios antígenos celulares.
DEFINITIVO POSIBLE
(>4 de los (<4 de los Cuando esta alteración característica de la piel se asocia
criterios criterios
No lES diagnósticos) diagnósticos) a alteraciones de otros órga nos internos, la enfermedad se
denomina esclerosis sistémica, la cual a su vez se divide en
Figura 49-2. Diagnóstico inicial del lupus eritematoso sistémico. cutánea difusa y cutá nea localizada, definidas p rincipal-
Modificado de: Harrison 120121. Principios de medicina interna 11aa ed.l.
ANA: anticuerpos antinucleares; LES: lupus eritematoso sistémico.
mente por la afectación cu tánea. Si sólo hay afectación de
la piel y tejidos adyacentes, la enfermedad se denomi na es-
clerodermia localizada o m01jea. Ésta a su vez se divide en
Además, se d ebe aconsejar administrar rodas las vacunas morfea en placas, esclerodermia li neal, morfea generaliza-
recomendadas para pacientes inmunodeprimidos, puesto da y panesclerótica.
que muchos de estos pacientes van a precisar tratamiento Hasta e n el 20 % de los pacientes se observan manifes-
con inmunosuprosores. taciones superpuestas con otros procesos autoinmunita-
A las mujeres en edad férril, se les debe aconsejar evitar rios, lo que da los síndromes llamados de solapamiento u
el embarazo hasta pasados, al menos, 6 meses de inactivi- overlap. Por último, es rara, pero existe esclerodermia sin
dad de la enfermedad. manifestación clínica cutánea, llamada esclerodermia sin es-
Los glucocorricoides (orales y tópicos), ácido acetilsalicí- clerodermia.
lico, antiinflamarorios no esteroideos (AINE), antipalúdicos Este apartado del capírulo se centrará en el estudio de la
(hidroxicloroquina) e inmunosupresores convencionales esclerodermia sistémica.
(azatioprina, mofetilo de micofenolato, merotrexaro, ciclo-
fosfamida) constiruyen la base del tratamiento. Gracias al Epidemiología
mejor conocimiemo de la fisioparología del sistema inmu- Es considerada una enfermedad rara. La incidencia y la
nitario, se han podido identificar nuevas dianas terapéuticas prevalencia varían según la zona. En Estados Unidos la in-
q ue permiten la utilización de anticuerpos monoclonales cidencia es de 19 casos por mi llón de habitantes y año,
humanos, como el belimumab o el rituximab. Otras mu- mientras que en Europa es sólo de 4 o 5 casos [véase el ca-
chas moléculas se encuentran en fase de experimentación. p ítulo 39, aparrado Esclerosis m últiple (esclerodermia)] .
La edad media de aparición es entre los 30 y 50 años, y
es más frecuente en m ujeres de edad fértil.
Entre las medidas no farmacológicas se debe recomen-
o
sencia en el suero de autoanticuerpos, algunos muy espe- La alteración más importante en la esclerodermia res-
pecto a la piel normal es un aumento en el número de fi-
cíficos de esra enfermedad, como los anticentrómero y los broblastos hiperproductores de prote ínas, especialmen-
antiropoisomerasa-1 (SCL-70) , pero los anticuerpos po- te colágeno.
drían no ser la causa, sino la consecuencia de la enferme-
dad. Los anticuerpos antinucleares están presentes en un
75-90 % de esos enfermos. Cada paciente con escleroder-
mia produce un sólo tipo de autoanticuerpo, lo que sirve Manifestaciones clínicas
de biomarcador para diferentes patrones de afectación cu- La esclerosis sistémica afecta prácticamente a todos los ór-
tánea y visceral, al igual que para estimar el pronóstico. ganos del cuerpo. Se observa gran variab ilidad de un pa-
Las alteraciones vasculares son la base de las principa- ciente a otro, pero es posible clasificar a los enfermos en
les complicaciones sistémicas (hipertensión pulmonar, dos grandes grupos, en base a las características de la afec-
crisis renal hipertensiva y vasculopatía digital). El daño tación de la piel (Tabla 49-3) .
vascular se produce tempranamente, aunque su mecanis-
mo es desconocido. Se produce una alteración de la mi- Afectación cutánea
crocirculación (especialmente arteriolar) evidenciada por El engrosamiento de la piel es el signo definitOrio q ue di-
el daño estruccural de los capilares del pliegue ungueal y ferencia la esclerosis de otras conectivopatías. La distribu-
por la respuesta vasoespástica que producen el fenómeno ción es simétrica y bilateral.
de Raynaud. Las lesiones evolucionan en tres fases: edematosa, es-
Por último, la alreración más directamente relacionada clerótica y atrófica. En la fase edematosa, la piel está ten-
con la fibrosis es la observada en los fibroblastos (véase el sa, con edema difuso e indoloro. En la esclerótica, el ede-
capículo 2, aparrado Fibroblasros) . Consiste en una excesi- ma se reemplaza por engrosamiento duro de la derm is y
va síntesis y secreción d e proteínas de matriz extracelular adelgazamiento de la epidermis, con desaparició n de los
(MEC), sin un aumento paralelo de las enzimas que las de- pliegues cutáneos y los anejos. En la atrófica, la dermis se
gradan, lo que produce su acumulación. La síntesis d e pro- adelgaza.
teínas de MEC por los fibroblastos es muy activa durante En pacientes con esclerosis limitada, la afectación de la
el desarrollo embrionario y el crecimiento. En los adultos, piel es tá restringida a las manos, parte distal de los an tebra-
los fibroblasros son poco activos, pero conservan gran ca- zos, pies (distribución acral) y, en menor medida, al cuello
pacidad de respuesta aurolimitada ante una lesión, para y cabeza. En la forma difusa, sin embargo, se afecta la par-
iniciar el proceso de cicatrización normal (véase el capítu- te proximal de las extremidades y el tronco.
lo 2, apartado Matriz extracelular: o rigen y composición La esclerosis dérmica po r acumulación d e colágeno
molecular de la sustancia fUndamental y de las variedades oblitera los folículos pilosos, la glándulas sudoríparas, ecri-
de fibras) . nas y sebáceas, con lo cual se desprenden vellos y cabellos,
Afectación de la piel Comienzo indolente. Está restringida a las Comienzo rápido. Se afecta la parte proximal
manos, parte distal de antebrazos, pies de las extremidades y el tronco. Evolución
(distribución acrall y, en menor medida, al rápida
cuello y cabeza
Evolución lenta
Fenómeno de Raynaud Surge antes que las manifestaciones de la Su comienzo coincide con el de la piel y
piel. Se acompaña de isquemia crítica puede ser poco intenso
Hipertensión arterial pulmonar Frecuente, tardía y puede aparecer sola Puede aparecer frecuentemente junto a
fibrosis pulmonar
Afectación musculoesquelética
Los síntomas más frecuentes son debilidad muscular, ar-
rralgias y amicis. Al inicio de la enfermedad son frecuen-
La afectación cardíaca es u n s igno de mal pronóstico.
o
tes las amalgias y la rigidez generalizada. El dolor articu- Afectación pulmonar
lar, la inmovilidad y las contracturas se deben a la fibrosis La afectación pulmonar aparece hasta en el 70% de los ca-
de los rendones y otras estructuras periarciculares. sos. Además, es la causa pri ncipal de muerte. Las dos p rin-
Según algunos autores, la palpación de una fricción en cipales manifestaciones son la fibrosis pulmo nar y la afec-
un tendón en un paciente asintomárico puede ser predic- tación vascular, que conduce a hipertensión arterial pul-
civa de una afectación sistémica grave. monar.
Puede aparecer mioparía (debilidad proximal leve, nor- La fibrosis intersticial aparece en necropsias en el 70-
malmente no progresiva) y miositis (poco frecuente). 90 o/o de los casos, según las series. Es más frecuente en la
forma difusa y más grave en fumadores. C ursa con dis-
nea, ros no productiva y crepitantes secos. Es progresiva
o
(enfermedad activa) y cuáles presentan daño irreversible
La afectación pulmonar es de presentación muy frecuen- (fibrosis y necrosis).
te y es la principal causa de muerte.
H asta el momento, ningún fármaco ha logrado modifi-
car de manera notable el curso de la enfermedad. Los in-
munosupresores que son eficaces en otras conectivopatías
Afectación renal no han demostrado serlo en la esclerodermia. Sin embar-
La crisis renal por esclerodermia es una de las complicacio- go, se dispone de herramientas para disminuir los síntomas
nes más remidas de la esclerodermia, afecta al 10-1 5 o/o de y para en lentecer la evolución del daño acumulativo en los
los pacientes y casi siempre en los primeros 4 años desde el diferentes órganos.
inicio d e la enfermedad. Se presenta como hipertensión ar- El European League against Rheumatism Scleroderma
terial acelerada y fracaso renal oligúrico. Con la aparición Trials and research Group presentó en 2009 una serie de re-
de los inhibidores de la enzima de conversión de la angio- comendaciones para el t ratamiento de la esclerodermia.
tensina, su pronóstico ha cambiado, siempre que el diag- Para el tratamiento de la vascu lopatía digital los cal-
nóstico y el tratam iento sean precoces. cioantagonistas de tipo dihidropiridina y, en general, el ni-
Además de la crisis renal aguda, el 50 o/o de los enfermos fedipino, deben considerarse como tratamiento de prime-
presentan algu na disfunción renal como hipertensión arte- ra línea para el fenómeno de Raynaud, y el iloprost intra-
rial o elevación de la creatinina. venoso u otros prostanoides intravenosos para el fenóme-
no de Raynaud grave. Esros últimos también son eficaces
Otros síntomas en la curación de úlceras activas. El bosentán debe usarse
La fatiga, el malestar general, la depresión o la dificultad en la esclerodermia difusa cuando los calcioan tagonistas y
para conciliar el sueño son síncomas frecuentes en estos pa- prostanoides han fallado.
cientes. También puede haber alreraciones genirourinarias, El bosentán, sitaxsentán, sildenafilo y epoprostenol de-
neurológicas, oculares y un aumenco de determinados cán- ben considerarse en el tratamiento de la hipertensión pul-
ceres, com o el de pulmón, cutáneo y esofágico. monar.
Las lesiones cutáneas mejo ran con merotrexaro, sin em-
Diagnóstico bargo, no ha demostrado ser beneficioso sob re otros ór-
Se establece principalmente con los hallazgos clínicos des- ganos.
critos. Es necesario realizar una detallada anamnesis y una La ciclofosfamida debe considerarse en el tratamiento
cuidadosa exploración física. de la fibrosis pulmonar intersticial.
La biopsia cutánea no suele ser necesaria, pero ayudará Las crisis renales deben tratarse con inhibidores de la
en el diagnóstico diferencial con otras enfermedades. enzima conversiva de la angiotensina.
El estudio de los órganos internos y los análisis serológi- En cuanto a las manifestaciones gastrointestinales, de-
cos de los autoanticuerpos se realizan no sólo para diagnos- ben usarse inhibidores de la bomba de protones para la
ticar, sino también para realizar una correcta clasificación. prevención de las úlceras esofágicas y las estenosis provo-
La capilaroscopia es una técnica útil tanto para el diag- cadas por el reflujo gastroesofágico. En las alteraciones de
nóstico como para el seguimienro de la enfe rmedad. Se la mo tilidad están reco mend ados los procinéticos, y si la
han propuesto tres parrones (precoz, activo y lento) que se malabsorción provoca sobrecrecimienro bacteriano, pue-
correlacio nan con la edad del paciente, la duración de la den ser útiles los antibióticos rotato rios.
enferm edad y el fenómeno de Raynaud.
En la actu alidad, ningún fá rmaco ha logrado modi ficar
significativamente el curso de la enfermedad.
o
O El diagnóstico de la esclerodermia es fundamentalmente
clínico.
Pronóstico
Tratamiento La mortalidad de estos pacientes es aproximadamente de 5
Esros pacientes requieren no sólo una atención médica a 8 veces superior a la de la población general.
multidisciplinar, sino también la colaboración del propio La supervivencia a los 15 años en la esclerodermia difu-
paciente, la familia, los fisimerapeutas (véase el caso clíni- sa será del 50 o/o, mientras que en la localizada lo será del
co 49-3), personal de enfermería, terapeutas ocupaciona- 70 o/o.
les, trabajadores sociales y servicios sociales. El 50 o/o de las muertes está relacionada con la afecta-
Hay que determinar qué afecciones son debidas a la in- ción pulmonar.
flamación o vasoconstricción pmencialmenre reversibles La afectación cardíaca confiere peor pronóstico.
640 Par te 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
111 RESUMEN
• El lupus e ritematoso sistémico es una enfermedad autoin- to de la piel debido a un exceso de fibras de colágeno, ade-
munitaria, en la que, sin duda, se refleja la máxima del más de alte raciones vasculares y autoanticuerpos contra
Dr. Marañón que postulaba que no hay enfermedades sino varios antígenos celulares.
enfermos. Dos pacientes pueden ser diagnosticados de lu-
• La etiología es desconocida. Se considera una enfermedad
pus pero tener manifestaciones clínicas, pronóstico y, por
autoinmune. Sobre una base genética influirían factores
tanto, tratamientos totalmente diferentes.
ambientales que da rían lug ar a la producción de autoanti-
• Su diagnóstico se establece por el cumplimiento de los cri- cuerpos por un mecan is mo desconoc ido, alteraciones vas-
terios que se recogen e n la tabla 39-1, que se basan en la culares y formación de tejido conectivo.
aparición de diferentes manifestaciones clínicas y en la de-
• La esclerosis sistémica afecta prácticamente a todos los
terminación de los autoanticuerpos referidos.
órganos del cuerpo. Se observa gran variabilidad de un pa-
• En cuanto al tratamiento, si bien existen tratamientos con- ciente a otro, pero es posible clasificar a los enfermos en
vencionales, están siendo investigados nuevos tratamien- dos grandes grupos, en base a las ca racterísticas de la
tos que pretenden ser más específicos y que permitan di- afectación de la piel.
señar pautas más individualizadas y menos tóxicas, mejo-
• Hasta el momento, ningún fármaco ha logrado modificar de
rando así el pronóstico y la calidad de vida de los pacientes
manera notable el curso de la enfermedad. Los inmunosupre-
que sufren esta enfermedad.
sores que son eficaces en otras conectivopatías no han demos-
• La esclerodermia es una conectivopatía de etiología desco- trado serlo en la esclerodermia. Sin embargo, se dispone de
nocida que abarca un espectro de trastornos relacionados herramientas para disminuir los síntomas y para en lentecer la
que comparten una ca racterística clínica: el engrosamien- evolución del daño acumulativo en los diferentes órganos.
643
644 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
T~'m'~
5 b
7/"'';,,
Alteración Factores dad . En estadios más evolucio nados se describen alteracio-
nes en el sueño, cambios de humor y estrés. Si se analizan
con atención estas manifestaciones, el límite que separa un
SMF de la fibromialgia (véase el capítulo 46 de este volu-
men) a veces es muy estrecho.
Sustancias neuro·vasoactivas
El examen físico revelará la presencia de una banda ten -
sa en el músculo, pun tos gatillo miofasciales (PGMI o ti-
gger point, dolor referid o a distancia y pérdida en la movi-
o
lidad, fuerza y/o resistencia muscular.
resonancia magnética (RM). En la práctica clínica habitual, és- rencias. El tratamiento fisioterápico podrá incluir una o
tos y otros medios (analítica, radiografías, escáner, RM, EMG, varias técnicas en función del tiempo que se tenga para tra-
etc.) se utilizan para descartar otras patologías asociadas. tar al paciente, los instrumencos disponibles, o la genera-
ción de referencias bibliográficas posteriores que se puedan
ir incorporando.
o
El diagnóstico del SMF es clínico y consiste en la detec-
Termoterapia. La utilización del calor en cualquiera de
ción de una banda muscular tensa, con punto gatillo en
su interior, que es el patrón característico de dolor refe- sus variedades (infrarrojos, onda corra, microonda, diater-
rido y respuesta local de sacudida. mia, parafangos, parafinas, ere.) actúa sobre la circulación,
el metabolismo muscular y consigue un efecto de relaja-
ción muscular. En ocasiones puede combinarse con la uti-
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL lización de la crioterapía con el mismo objetivo.
Cinesiterapia. Son variadas las técnicas que pueden
El SMF puede asemejarse a la fibromialgia en cuanto a que, emplearse con intención de movilizar el músculo y devol-
además del dolor, co mparten orcos síntomas (véase el capí- verle la funcionalidad. Dentro de ellas cabe destacar los es-
tulo 46). También es frecuente que los puntos hipersensi- tiramientos analíticos, que se realizarán de forma lenta y
bles relacionados con la fibromialgía son localizaciones ha- con precaución, ya que su gran inconveniente es agravar
bituales de los PGM que se describen en los SMF. Ahora los PGM. Los estiramiencos pueden incluir o no la utiliza-
bien, la etiología de ambos síndromes es diferente, la fibra- ción de esprays fríos previos a la puesta en tensión. Pueden
mialgia es una amplificación central de la nocicepción y su incorporarse a los estiramientos la respiración sincroniza-
diagnóstico debe ser médico. da y los movimientos oculares dirigidos o el biofeedback. Se
Desde el punto de vista fisioterápíco es importante esta- pueden realizar técnicas de facilitación neuromuscular
blecer un diagnóstico correcro, dado que el abordaje tera- propíoceptiva de contracción-relajación, relajación post-
péutico de cada síndrome es significativamente difereme. ísomérrica o inhibición recíproca loE> véase Vol. 1, capítulo 3)
o técnicas específicas de liberación mio&scíalloEl véase Vol. 1,
capítu lo 14). Dado que la etiología del SMF parece ser una
TRATAMIENTO
disfunción de la placa motora, las contracciones suaves e
El tratamiento incluye la eliminación de los factores des- intermitentes pueden resul tar efectivas para normalizar las
encadenantes o perperuadores, así como el tratamiento es- lo ngicudes de las sarcómeras de las fibras musculares im-
pecífico del músculo o grupo muscular. El tratamiento plicadas.
debe ser individualizado para cada paciente y adaptado a Masoterapia. En forma de pases longitudinales y trans-
cada región anatómica. versales al músculo, pinza rodada, ere. Son de especial uti-
lidad las maniobras de liberación por presión o compre-
Tratamiento farmacológico sión isquémica sobre los PGM.
Se suelen utilizar fármacos analgésicos (paracetamol, tra- Ultrasonidos. Se describen como aplicación puntual
mado!), antiinAamarorios no esteroídeos (AlNE) (OEl véase sobre los PGM. Algunos autores ind ican la utilización de
vol. 11. Anexo 2. Farmacología del dolor) y relajantes musculares la fonoforesis con sustancias antiínflamatorías, que serán
(OEl véase Anexo 1. Farmacología del s istema musculoesque- de prescripción médica.
lético, apartado Relajantes musculares qu e actúan en el siste- Láser. Del mismo modo que los ultrasonidos, se indica
ma nervioso central, de este volumen), sí bien la efectividad la aplicación puntual sobre los PGM.
demostrada en la acrualidad es cuestionable. En ocasiones Vendaje neuromuscular. Con técnicas d e dismin ución
se prescribe la utilización de infiltraciones locales sobre los del tono muscular o liberación de PGM loE> véase Vol. 1, ca-
PGM con anestésicos locales (procaína, lidocaína), corti- pítulo 181.
coides o toxina botulínica (OEl véase Anexo Farmacología del Corrientes d e baja y media frecuencia. Su intención
sistema musculoesq uelético, apartado Relajantes musculares es puramente analgésica. Normalmente se combi nará con
que actúan en la placa motora!. otras técnicas, ya que por sí sola tiene poca capacidad de
eliminar el cuadro.
Tratamiento fisioterápico Punción seca. Es la infiltración sin medicamento en u n
El tratamiento fisioterápico incluye, por un lado, el reara- PGM que trata de reducir de forma inmediata las sustancias
miento específico de los PGM lOE> en el Vol. 1, se abordan sensibilizanres existentes en el PGM, lo que se craduce en una
estos aspectos: para el estudio del manejo conservador, véase disminución del dolor y del tono muscular y restituye, de
el capítulo 14; y para la punción seca en los PGM, véase e l ca- este modo, la funcionalidad del músculo. La evidencia cien-
pítulo 191 y, por otro, las posibles causas responsables o tífica apunta a que los beneficios de la punción o infiltración
agravantes del proceso doloroso. Son diversas las herra- seca son iguales a los de las infilrraciones con sustancias, y
mientas que se pueden utilizar en el tratamie nto de los aunque se describe u n mayor dolor posrinfiltración, este tipo
SMF con el objetivo de normalizar la función muscular y de punción minimiza los efectos secundarios que la propia
eliminar el dolor y la impotencia funcional que causa. La sus rancia pudiese producir loE> véase Vol. 1, capítulo 191.
evidencia científica de cada herramienta es, en algunos ca- Tratamiento postura!, ergonómico o reeducación
sos, limitada, pero aun así, clínicamente hay buenas refe- del gesto técnico. En aquellos casos en los que se detecten
646 Parte 2. Enfermedades del sistema musculoesquelético
alteraciones posturales, se diseñará un tratamiento dirigi- gonomía arricular encam inadas a minimizar la sobresolici-
do a evaluarlas y corregirlas [os véase Vol. 1, capitulo 1). Se tación de algunas regiones duran te las actividades de la
indicará a los pacientes medidas de higiene postura! y er- vida diaria o actividades laborales.
RESUMEN
• EL síndrome miofascial es un cuadro de dolor regional de ciales, el dolor referido a distancia y la pé rdida en la movi-
origen muscular, agudo o crónico que se localiza en un lidad, la fuerza y/o la resistencia muscular.
músculo o grupo muscular.
• El tratamiento fisioterápico incluye, por un lado, e l trata-
• Su etiología se relaciona con factores biomecánicos de so- miento específico de los puntos gati llo miofasciales y, por
brecarga, sobreutilización muscular o microtraumatismos otro, la eliminación de los fac tores desencadenan tes o per-
repetitivos. petuado res del proceso doloroso.
• En la exploración física destaca la presencia de una banda
tensa en el interior del músculo, los puntos gatillo miofas-
1. ¿Qué es un punto gatillo miofascial? 5. ¿Qué es un punto gatillo miofascial o trigger point?
2. ¿En qué se diferencia un síndrome miofascialde la fibromialgia?
6. ¿Cuáles son los criterios diagnósticos del síndrome miofas-
3. ¿Cuál son los factores desencadenantes o agravantes del cial?
síndrome miofascial?
4. ¿Cuáles son los principales signos y síntomas que se en- 7. ¿Cuál es el objetivo de l tra tamiento fisioterápico en un sín-
cuentran en la exploración del síndrome miofascial? drome miofascial?
CASOS CLÍNICOS
•
50.1. Mujer de 35 años, con dolor intenso en la región cervical desde hace 5 días; el dolor comenzó 12 horas después de un partido
de pádel. Es administrativa. El dolor aumenta con el estiramiento y el movimiento, sobre todo de lateralización. Refiere sen-
sación de mareo o inestabilidad. Ha tenido episodios similares en el pasado, el último hace más de 1 año. No toma ninguna
medicación. Hace actividad física de forma esporádica.
DtJtJrrollo tftlt1JJO y
uuls msos rll11icos y~
Glosario
3$: El resumen de Socket Silicon Suspensión. Autoanticuerpo: anticuerpo creado po r el
Adactilia completa: ausencia de los cinco sistema inmunitario que reacciona contra un
dedos. antígeno del propio organismo.
Afalangia completa: ausencia de una o más Avulsión (fractura por): etimológicamente
falanges de los cinco dedos. quiere decir erosió n rápida o brusca. En
AINE: abreviatura de antiinflamatorios no traumatología se usa para referirse a aquellas
esteroideos. Son un extenso grupo heterogé- fracturas que se producen como consecuen-
neo y variado de fármacos que poseen pro- cia de la tracción de un ligamento o rendón
piedades analgésicas, antipiréticas y antiin- sobre el hueso en el q ue se inserta, provo-
flamatorias. Todos ejercen sus efectos por cando el arrancamiento de un fragmento de
acción de la inhibición de la enzima ciclooxi- éste. Esras fracturas son frecuentes en adoles-
genasa y, por lo tanto, de la síntesis de pros- centes, adultos jóvenes y atletas.
taglandinas y tromboxanos. Ejemplos de Bostezo: apertura excesiva de la articulación
AlNE: ácido acetilsalicílico (Aspirina), ibu- tras realizar maniobras como la tensión en
profeno, naproxeno, diclofenaco, indometa- varo o en valgo, provocada por una lesión de
cina, aceclofenaco, pirmcicam, etcétera. los ligamentos correspondientes. Igual signi-
Amelía: ausencia total de la extremidad. ficado tienen las maniobras anteroposterio-
Anamnesis: parte de la historia clínica en la res, como el «cajón>> anterior o posterior.
que se recogen los datos que proporciona el Capilaroscopia: es una técnica no invasiva,
paciente (enfermedades que padece, cirugía utilizada especialmente en pacientes con fe-
previa, tratamiento que toma) y todos los de- nómeno de Raynaud, que mediante un sis-
talles subjetivos que pueda referir acerca de la tema óptico de aumentos y una fuente de luz
patología por la que consulta. Por ejemplo, ayuda a la visualización de los capilares del
cuándo y cómo empezó, con qué lo rela- lecho ungueal. La observación de estos capi-
ciona, síntomas acompañantes, etcétera. lares permite conocer su morfo logía, ta-
Anlúdrosis: ojo seco. maño, distribución y número. Basándose en
Anisotropía: es un artefacto del ultrasonido estos datos, se podrán clasificar los hallazgos
que se produce cuando éste llega a estructu- en parrones capilaroscópicos y establecer un
ras lineales tales como tendones, nervios, li- resultado q ue será de utilidad para el diag-
gamentos y músculos. nóstico, el pronóstico o la extensió n de algu-
Apodia: ausencia del pie. nas enfermedades.
Apofisitis: distrofia de crecimiento limitada Cartílago articular: es una capa delgada de
a una apófisis ósea. Es una variedad de osteo- cartílago hialino que cubre la parte de la epí-
condrosis. fisis de un hueso que se articula con orro
Aqueira: ausencia de la mano. hueso.
Artrocentesis: técnica que consiste en la Cavidad medular: es el espacio interno de la
punción y evacuación del líquido sinovial. diáfisis que contiene a la médula ósea amari-
Permite, además, introducir fármacos en el lla grasa.
interio r de la articulación como parte del tra- Centro instantáneo de movimiento (CIM):
tamiento. es el punto en que la velocidad angular es
Artrodesis: consiste en la fijación de los ex- igual a O para un determinado movim iento.
tremos óseos de la articulación. Produce una Charretera (hombro en): defo rmidad típica
mejoría en el dolor y confiriere estabilidad; de la luxación traumática anterior del hom-
sin embargo, de este modo pierde su funcio- bro, que consiste en el aplanamiento del
nalidad. Se utiliza únicamente en los pacien- contorno del hombro, producido por la pro-
tes en los que está contraindicada la prótesis minencia del acromion. En ausencia de la ca-
o en los que la prótesis no ha solventado la si- beza humeral bajo del deltoides, éste cae ver-
tuación. tical hacia abajo.
Artroscopia: técnica de diagnóstico y trata- Cirugía de salvamento de miembros: pro-
miento de lesiones que consiste en la visión cedimiento quirúrgico en el que, al contrario
directa, a través de un sistema óptico, del in- que en las amputaciones, se conserva el miem-
terior de una articulación. También pueden bro o la extremidad donde asienta el tumor.
realizarse también tratamientos como extir- Claudicación intermitente: la claudicación
pación parcial de m eniscos, exrracción de intermitente forma parte de las enfermedades
cuerpos libres o plastias ligamentosas. vasculares periféricas, donde se describen las
649
• Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas
A B
655
1 Afecciones medicoquirú rg icas para fisioterapeutas
H Laminectomía, 387
Laminotomía, 387
Hallus vams congéniro, 423 Latigazo cervical, 350, 404
Halo-chaleco, 403 - clasificación, 404
Hemivértebra, 361 Lesión(es)
Heridas articulares, 93 - articulares
Hernia - - abiertas, 93
- clasificación, 382 - - cerradas, 87
- discal, 380, 551 -de Bankart, 137
-muscular, 476 -de Essex-Lopresti, 189
- tipos morfológicos, 382f - deportivas, 469
Hidroxiprolina, 43 - esternoclaviculares, 122
Higromas, 175 - infraclaviculares, 143
Hipercifosis torácica, 367 - ligamentosas, 75
Hiperlordosis, 550 -medulares, 553
- cervical, 367 - meniscales, 309
- 1umbar, 367 - nerviosas periféricas, 79
Hiperuricemia, 562, 563 - posganglionares, 143
Hipodermis, 26 - tendinosas de la mano, 206
Histiocitos, 20 - vasculares, 82
Histomorfometría, 605 Ley de Wolff, 244
Hombro Ligamento
- congelado, 570t - conoideo, 120
- doloroso, 131 - cruzado anterior
- patología crónica, 131 --lesiones, 297, 303
-rígido, 138 - interespinoso, 345
- síndrome subacromial, 131 - trapezoideo, 120
Hormonas, 40 Línea
Hueso(s), 3 - de Klein, 238
- células, 4, 34f - de Perkins, 234
- clasificación, 4 Líquido sinovial, 29
- crecimiento óseo, 40 Lumbago, 383
- estructura, 4f, 33 Lumbalgias, 547
- modelado óseo, 41 Lupus eritematoso sistémico, 509, 631
Húmero Luxación(es)
- fracturas diafisarias, 156 - acromioclaviculares, 124
-- en niños, 159 -congénita
- proximal, fracturas, 158 - - de cadera, 506
-traumatismos, 176 - - de la cabeza del radio, 415
- - de la rótula, 420
1 - de cadera traumática, 232
- de codo, 179
Iliopsoas, 228 - del carpo, 198
Imagen armónica, 64 - esternoclaviculares, 123
Índice analítico •
M - estructura, 6f, 7f
- rojo, 11
Macrófagos, 20 -tipos, 6f
Malformaciones de la columna, 362
Manguito de los rotadores, 122, 131, 132 N
-roturas, 135
Maniobra(s), 90 Nebulina, 8
-de Ericksen, 550 Necrosis avascular del escafoides, 197
- de estiramiento nervioso, 549 Nervio
- de Fernández, 386 - cubital, 443
- de Gaenslen, 386 - mediano, 175, 438
- de lachman, 90f - radial, 445
- de Lassegue, 385 --síndrome de compresión, 445
- - cruzado, 386 Neuralgia occipital, 348, 349t
- - invertido, 386 Neuroma de Morron, 578
-de Neri, 386 Neuropatía
-de Orrolani, 418 - compresivas periféricas, 433
-de Patrick-Bonette, 386 - del nervio cubital, 17 1
- de provocación de Barlow, 419 - del nervio radial, 169
- del cajón anterior, 90f Nódulo
- femoral o de Wassermann, 386 - de Bouchard, 540f
- sacroilíacas, 549 - de Herberden, 540f
Mano
- catastrófica, 208 o
- fracturas osteoarriculares, 205
- hendida, 41 7 Olecranalgia, 173
- lesiones tendinosas, 206 Olécranon, 179
Mastocitos, 20 Orresis, 488, 490
Matriz extracelular, 17 - correctoras, 496
Médula ósea, 36 - - de cifosis, 496
Membrana sinovial, 29, 276 - - de deformidades torácicas, 498
Meningocele, 412 - - de escoliosis, 497
Meningomielocele, 412 -de antebrazo-mano y dedos, 490
Meniscectomía, 313 - de cadera traumática, 49 1
Menisco(s), 29, 275 - de codo, 490
- meniscecromía, 313 - de cuello, 494
- roturas meniscales, 31 Ot - de hombro, 490
- sustitución meniscal, 315 - de mano y dedos, 490
- sutura meniscal, 314 -de muslo, 491
Mesénquima, 25 - de pierna, 492
Mesetas tibiales, 263 - de rodilla, 492
Metabolismo óseo, 36, 37f - de tobillo y pie, 492
Metáftsis, 3 - de tronco, 494
-óseas, 464 -del adulto, 491
Metatarsalgias, 333, 338 - digitales, 493
Método de Cobb-Lipmann, 372 - flexibles, 494
Microdiscecromía, 387 - - dinámicas, 495
Mielomeningocele, 412 - -elásticas, 495
Miembro amputado, 209 - - semirrígidas, 495
Mioftbrillas, 7 -infantiles, 491
Mio filamentos - plantares, 493
- estructura, 8 - rígidas, 495
- finos, 8 - - de contacto total, 495
-gruesos, 9 Osteoblastos, 4, 21 , 34
Miosina, 9 Osteocalcina, 43
Modelado óseo, 41 Osteocitos, 4, 22, 34
Músculo{s) O steoclasros, 4
-blanco, 12 O steocondritis, 614
• Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas
Osteocondritis (Cont.)
- del cóndilo lateral del húmero, 629
- estéticas, 499
- mecánicas, 500
- disecame, 28 1 - mioelécrricas, 500
Osteocondrosis, 614 - tipo speek, 388
- de la epífisis vertebral, 628 Protusión, 381
- de la patela, 626 Prueba
- de la tróclea talar, 627 -de Adams, 371
- de la ruberosidad anterior de la tibia, 626 - de Appley, 311
-del calcáneo, 627 - de Barlow, 234f
Osteoinmunologfa, 38 -de Dellon, 436
Osteomalacia, 606 - de Durkan, 441
Osreonecrosis, 614 -de flexión del tronco, 371
- de la cabeza femoral, 231
-de la plomada, 371
Osteoporosis, 51 O, 597
-de los monofilamentos de Semmes-Weinstein, 436
-del adulto joven, 598
- de McMurray, 311
- idiopática juvenil, 598
- de Moberg, 436
- posmenopáusica, 699
- de Orrolani, 234f
- primaria, 598
- secundarias, 699 - de R.isser, 372, 373f
-senil, 699 - de Weber, 436
Osreosínresis en tobillo, 103f Pulgar del esquiador, 208
Osteotomía, 544
Osroclasros, 35 Q
Ozonoterapia, 388
Quimionucleólisis, 388
p Quiralgia parestésica, 446
Quiste de Baker, 576, 577t
Palpación, 50
Parálisis R
- braquial(es), 142
- - traumática, 143 Radiculopatías, 170
- supraclaviculares, 142 Raquis, 393
Partes blandas, 71 Reflejo
Parda, 274 - de Silverstolpe, 348
Pelvis - osteotendinosos, 144
- traumatismos, 215 Región cervical, 348
Periostio, 4 Regla flexible, 366
Pie Retículo sarcoplásmico, 8
- deformidades congénitas, 507 Rigidez del codo, 180
- equinovaro congénito, 42 1 Rizartrosis, 540
-hendido, 417 Rodetes, 29
- plano congénito, 422 Rodilla
- valgo convexo, 422
- bolsas sinoviales, 276
- zambo congénito, 421
- bursitis anserina, 575, 576t
Pinzamienro femoroacerabular, 229
- cinemática, 279
Plexo braquial, 14 1
- cinética, 279
-parálisis braquiales, 142
Plicacura capsular térmica, 137 - ejes, 278
Poliarrritis - esguinces, 293
- seronegativa, 520 - lesiones ligamenrarias, 293
- seroposiriva, 520 - ligamentos
Polidactilia, 4 17, 506 - - extracapsulares, 277
Pronación, 326 - - inrracapsulares, 278
Proosteoblasros, 34 - sistemas estabilizadores, 276
Proteínas de adhesión, 19 Rótula, 273, 282
Proteoglucanos, 19f -fibrilar, 474
Prótesis, 488 - fracturas, 288
Prótesis -luxación congénita, 420
- biónicas, 500 - muscular, 476
- de las extremidades inferiores, 498 - tendinosa, 207
Índice analítico
S - navículocapiral, 200
- piriforme, 346
Sarcolema, 7 - radiculares, 383
Sarcoplasma, 7 -torácico neurogénico y venoso, 350
Seudoanrosis, 197 - vertebrobasilar, 383
Sialoproteína ósea, 44 Sisrema(s)
Signo(s) - articular, 5
- de Bragard, 311 - cónvex virtual, 65
- de Cabor, 311 -esquelético, 3
- de Courtenay-Gage, 616 -muscular, 6
- de Galeazzi, 234, 4 19 Soporte SO MI, 403
-de la semiluna, 616 Suelo pélvico, 347
- de Mastromarino, 311 Sulcus fign, 90f
- de Parrick, 5 50 Supinación, 326
-de Phalen, 441f Sustancia fundamental, 18
- de Sreinman I, 311
- de Tinel, 144 T
-del choque rotuliano, 89f
Sinartrosis, 5 Tejido
Síncope doloroso, 400 -adiposo, 23
Sindactilia, 416, 506 - cartilaginoso, 24
Síndrome(s) -conjuntivo, 17
- cervicobraquial, 383 -- clasificación, 17t
- cervicocefálicos, 383 - - embrionario, 25
- comparrimenral agudo, 111 - - especializado, 23
-de Barré-Lieou, 383 - - regular, 22
-de Brown-Séquard, 400 -denso, 22
- de Burner o Stinge, 142 - elástico, 23
- de compresión del nervio -laxo, 22
- - cubital en el canal de Guyon, 445 - óseo, 24,29
- - peroneo común, 447 - reticular, 23
- de Cyclops, 301 Tendinitis, 72, 226
-de dolor - calcificante, 134
- - iliolumbar, 344 - cuadricipital, 316
-- regional complejo idiopático, 113 - de los aductores, 229
- de fatiga crónica, 590 - rotuliana, 316
- de Horner, 143 Tendinocitos, 26
-de kiloh-Nevin, 439 Tendinoparía(s), 72, 315
- de la cola de caballo, 384 - bicipital, 172
- de sección medular transversa, 400 - clasificación, 73
- de Wartenberg, 446 - del manguito rotador, 570t
-del cuadrado lumbar, 346 - tricipital, 173
-del desfiladero torácico, 350 Tendinosis, 72
-- pruebas clínicas, 351 t Tendón(es), 26
- del nervio inreróseo - bicipital, 172f
- - anterior, 439 - distal de músculo
- - posterior, 446 --tríceps, rotura, 174
- del piramidal, 346, 446 - - bíceps, 173
- del pronador redondo, 438 - roturas tendinosas, 318
- del psoas-ilíaco, 347 Tenocitos, 26
-del túnel Tenosinovitis, 206
--carpiano, 573t, 439 -de De Quervain, 574t
- - cubital, 443 Tibia, 263
- - radial, 446 - diáfisis, 267
-- tarsiano, 447 - mesetas tibiales, 263
- doloroso femoropatelar, 280, 282 Tinina, 8
- facerario, 384 Tortícolis muscular congénita, 41 O
- medular, 399 Traumatismo(s)
- miofascial, 643 - de pelvis, 215
• Afecciones medicoquirúrgicas para fisioterapeutas
Traumarismo(s) (C011t.)
- del raquis, 393
u
Triángulo de Ward, 244 Unión(es)
Trombosis venosa, 84 - miorendinosa, 27
Troponina, 8
- osreoligamentosas, 28
Tropormiosina, 8
- osreorendinosas, 28
Tumores, 553
- óseos, 451
- - clasificación histológica, 452r w
- -esquema de tratamiento, 458f
Túnel carpiano, 573 Whiplash. Véase Latigazo cervical