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Frecuencia cardiaca

Una frecuencia cardíaca en reposo normal para los adultos oscila entre 60 y 100 latidos por
minuto.

Generalmente, una frecuencia cardíaca más baja en reposo implica una función cardíaca más
eficiente y un mejor estado físico cardiovascular. Por ejemplo, un atleta bien entrenado puede
tener una frecuencia cardíaca en reposo normal cercana a 40 latidos por minuto.

Para medirte la frecuencia cardíaca, simplemente mídete el pulso. Colócate el dedo índice y
mayor en el cuello al lado de la tráquea. Para tomarte el pulso en la muñeca, coloca dos dedos
entre el hueso y el tendón sobre la arteria radial, que se encuentra en el lado del pulgar de la
muñeca.

Cuando sientas el pulso, cuenta el número de latidos en 15 segundos. Multiplica ese número
por cuatro para calcular tus latidos por minuto.

Ten en cuenta que muchos factores pueden influir en la frecuencia cardíaca, incluidos los
siguientes:

Edad

Niveles de condición física y de actividad

Ser fumador

Tener enfermedades cardiovasculares, colesterol alto o diabetes

Temperatura del aire

Posición del cuerpo (de pie o acostado, por ejemplo)

Emociones

Tamaño del cuerpo

Medicamentos

Aunque hay un amplio rango de normalidad, una frecuencia cardíaca inusualmente alta o baja
puede indicar un problema subyacente. Consulta a tu médico si tu frecuencia cardíaca en
reposo está constantemente por encima de 100 latidos por minuto (taquicardia) o si no eres un
atleta entrenado y tu frecuencia cardíaca en reposo está por debajo de 60 latidos por minuto
(bradicardia), especialmente si tienes otros signos o síntomas, como desmayos, mareos o
dificultad para respirar.
Rodamiento adelante y atrás
El rodamiento adelante y atrás es uno de los fundamentos de la gimnasia deportiva. A nivel
escolar se usa para estimular la maduración de su ubicación en el espacio, dominio corporal, su
expresividad, así como poder compararse o competir con los demás, reconociendo sus propias
cualidades, sus fuerzas y su cuerpo.

El movimiento que observamos es el más elemental, se puede hacer una gama de variedades
del rodamiento, incluido los rodam

Aspa Molino
Existen muchas acrobacias en la gimnasia, una de ellas es el “Aspa
de molino” la cual consiste en alzar los brazos e impulsarse con un
pie hacia adelante, doblar la cintura mientras bajas las manos y las
colocas en el piso, levantas las piernas sobre el cuerpo para de último
caer de pie. lentos laterales sobre el piso.
Posición – Invertida con apoyo de
cabeza
Las invertidas son asanas en las que la cabeza puesta hacia abajo y, arriba, el resto del cuerpo,
dejando el peso sobre la cabeza, cuello u hombros. Todo el mundo puede realizar posturas
invertidas a excepción de aquellas personas que padecen algún problema severo en la zona de
las cervicales, y en los oídos. Además también están contraindicadas en personas con lesiones
de corazón, trastornos de glándula tiroidea, así como tampoco son aconsejables durante el
embarazo y la menstruación, o con catarros o cefaleas. Las invertidas más populares- Sobre la
cabeza (Sirshasana) es la reina de las asanas. Es una postura de yoga complicada para quienes
se inician, pero los expertos aseguran que los beneficios son múltiples. La inversión de todo el
cuerpo -con la cabeza apoyada en el suelo- hace que la sangre vuelva al corazón, lo que reduce
las várices, procura estimulación sanguínea cerebral, craneal y abdominal y descanso y
equilibrio psíquico.

Beneficios de las invertidas


Los asanas 'del revés', invierten los efectos de la gravedad y el flujo sanguíneo, revitalizando el
flujo al deshacer la postura. También se mejora el sistema nervioso, el digestivo y el excretor.
En general, todas las invertidas fortalecen las cervicales, aumentan la irrigación del cráneo,
mejoran las capacidades mentales, la vista y el oído, equilibran el sistema hormonal y aportan
armonía.

Estas posturas procuran un efecto de drenaje sobre los órganos pélvicos y abdominales,
mientras que los órganos vitales como el cerebro, el corazón y los pulmones se llenan de
sangre. Son posturas recuperadoras que aportan vitalidad, mejoran la circulación, colaboran en
la concentración y son de gran ayuda para conciliar el sueño.

Tres o cuatro minutos en posición invertida son suficientes para generar los efectos señalados.
Si bien, se suelen realizar al final de una sesión normal de yoga, una vez que la circulación
sanguínea se ha activado en todo el cuerpo. Así se evita un incremento rápido de la presión
arterial sobre el corazón y el cerebro. Por supuesto, es recomendable contar con el
asesoramiento de un profesor cualificado.

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