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Volumen 3
El Réquiem de un Adiós
Autor
Kitayama Yuuri
北山 結莉
Ilustraciones
Riv
Traductor
Presi5
Prólogo
Berth
Editor
Presi5
Redrawer
Darkhellsing
Typer
Hideki
Abril 2019
Índice de Capítulos
Rio ya había salido del territorio del Pueblo de los Espíritus, y mucho antes de que
pasara una semana ya había llegado a la región de Yagumo.
Aunque el camino hacia esta región era tan complicado que normalmente se
tardaría entre dos o tres meses en llegar incluso usando Técnicas Espirituales para
aumentar la capacidad física, pudo llegar mucho antes gracias a la técnica espiritual
de viento que aprendió en la aldea. Y fue así que pudo recorrer todo el camino y llegar
a Yagumo fácilmente, no obstante, las verdaderas dificultades en realidad empezarían
de ahora en adelante.
Rio había venido hasta el lugar de nacimiento de sus difuntos padres, la región de
Yagumo, con la idea de construir una tumba para ellos, pero en realidad él no tenía
información específica de qué parte de la región eran ellos exactamente. Lo único que
se le podría llamar información eran sus nombres.
En esta región existían al menos más de treinta países pequeños y grandes, por lo
que intentar adivinar de cuál venían sus padres hacia ver esta travesía aún más larga.
No obstante, aun así Rio no perdió los ánimos y comenzó a moverse nuevamente
hacia su objetivo.
Fue así que varios meses pasaron sin tener ninguna información útil hasta el
momento. Ahora mismo Rio se encontraba en el reino Karasuki, un gran país ubicado
muy al oeste de la región de Yagumo. Luego de haber hecho lo mismo de siempre en
varias ciudades y pueblos, Rio se estaba moviendo hacia el próximo. Y así, luego de
que volara nuevamente usando la técnica espiritual de viento…
En el horizonte podía ver el siguiente pueblo de interés. Desde arriba podía ver
cómo la carretera se extendía por la aldea de este a oeste mientras que en el norte
había unas pequeñas colinas y un gran bosque al sur. Se trataba de un pueblo como
cualquier otro, el cual podrías encontrar en cualquier lado. En el centro de esta aldea
se extendía una zona residencial donde varias casas rústicas hechas de madera,
arcilla y esa clase de materiales se extendían una después de otra. A juzgar por la
cantidad de casas, se podría decir que la población era de unas trescientas personas.
En los alrededores también había zonas rurales y zonas de siembra donde varias
personas estaban trabajando.
―8―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
Dado que Rio podría causar un alboroto si aterrizaba justo en el centro del pueblo,
decidió ir descendiendo de a poco mientras se acercaba a los alrededores. Luego de
aterrizar en la carretera oeste, un poco alejado del pueblo, comenzó a trotar
suavemente hacia la entrada.
Los alrededores del pueblo estaban delimitados por varias cercas de madera, pero
dado que no había gente custodiando la entrada principal él pudo entrar a libertad. No
obstante, como a esta hora había varios granjeros trabajando en el área, pudieron
notar fácilmente que alguien del exterior estaba entrando al pueblo. Y claro, como era
de esperarse, al entrar, las miradas de varios aldeanos estaban ya sobre él. Aun así,
ellos no se acercaron a la entrada, tan sólo lo miraban desde la distancia. Era un
ambiente que hacía que no quisiera entrar, pero la desconfianza de los aldeanos hacia
alguien del exterior era algo que él había experimentado en todos los pueblos que
había visitado. Por ende, ahora para Rio eso era una reacción sumamente familiar.
Una de las dos chicas dio un paso al frente y cuidadosamente le preguntó a Rio.
Dijo él con un tono de voz formal y poniendo una cálida sonrisa acogedora en su
rostro…
―La verdad es que ahora mismo estoy en medio de un viaje en busca de unas
personas. ¿Podría decirme si la alcaldesa del pueblo se encuentra por aquí?
Dijo Rio, preguntando más cosas. Su acento era en sí un poco torpe, pero no había
problema alguno para la interacción cotidiana. En su mayoría fue gracias Úrsula, quien
le enseñó varias palabras debido a que el lenguaje del Pueblo de los Espíritus estaba
relacionado con el de la región de Yagumo, además que recorrer y hablar por varios
lugares en estos últimos meses en la región le había servido de entrenamiento
también.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
―Ah, eeeh, sí, mucho gusto. Así que es un viajero… La alcaldesa se encuentra
ahora mismo en su casa, creo. ¿Quiere que lo lleve hasta ella?
Respondió la chica mayor trabándose un poco en sus palabras, tal vez porque no
estaba acostumbrada a esa forma de hablar.
―Muchas gracias. Sé que es una molestia, pero ¿podría hacerlo? Entiendo que
hay muchos que sienten desconfianza con personas del exterior, así que es mejor así.
Rio respondió con un agradecimiento casual, bajando un poco la cabeza con una
sonrisa elegante.
Respondió la chica mayor asintiendo con una gran voz y caminando por el centro
de la carretera del pueblo. Por otro lado, la chica menor que hasta ahora había estado
detrás de la otra seguía mirando el rostro de Rio cuidadosamente, distraída.
―…¿Sucede algo?
Rio estaba siguiendo el paso de la chica mayor para no perderla la vista, pero la
mirada de la otra chica le pareció intrigante, así que hizo esa pregunta.
La chica mayor llamada Ruri apresuró a la menor llamada Sayo y ésta rápidamente
comenzó a caminar. Rio, aunque algo confundido aún, siguió a ambas chicas. Pero
aun así las dos, tal vez por estar nerviosas, caminaban lentamente mientras que de
vez en cuando giraban su mirada hacia Rio. En especial Sayo, que le miraba una y
otra vez de reojo.
Rio pensó mientras miraba hacia Sayo, quien caminaba por delante de él.
Y así, en medio de una extraña sensación de distancia, los tres llegaron finalmente
a la casa de la alcaldesa.
―¡Abuela, tienes un invitado! ¡Dice que está buscando a alguien por aquí~!
Ruri comenzó a gritar con una gran voz mientras entraba a la casa. Al pasar, el
suelo hecho de cemento se extendía por toda la casa, y más al fondo había una sala
de estar y también un irori en el suelo.
― 10 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
En cuestión de nada, una anciana salió desde una de las habitaciones del interior.
Al ver el rostro de Rio, quien estaba parado detrás de Ruri y Sayo, la anciana se
sorprendió.
―Mucho gusto, mi nombre es Rio. He venido hoy hasta aquí porque quisiera hablar
con usted, alcaldesa.
―Oh, qué buenos modales tienes. Pero por la ropa que llevas y por ese acento…
no eres de este país, ¿no es así?
La anciana miró de arriba abajo a Rio, viendo y tratando de confirmar sus rasgos.
―Ya veo… Ah, lamento la tardanza. Mi nombre es Yuba. Creo que ya lo sabes
dado que has venido hasta aquí por eso, pero soy la alcaldesa de este pueblo.
―Mucho gusto.
―Con su permiso.
Rio una vez más hizo una pequeña reverencia y, luego de poner su equipaje en el
suelo, entró a la sala de estar. Comenzó a quitarse su abrigo con capucha y la espada
junto con su funda que había obtenido del Pueblo de los Espíritus y luego se sentó
frente a Yuba.
―La ropa que llevas debajo de ese abrigo no se ve muy a menudo por aquí.
Además, esa espada se ve de muy buena calidad, pero la forma es algo curiosa. Al
parecer realmente no eres de por aquí.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
―Ciertamente, todas esas cosas son algo inusuales por aquí. Pero, para ser sólo
un viajero, esas armas son de muy buena calidad.
―Por supuesto que son de gran calidad. Por suerte tuve la oportunidad de hacer un
buen amigo que era artesano y me fabricó estas cosas para mí.
―…Ya veo. Bueno, no veo por qué debería meterme mucho más en ese tema.
¿Puedes comenzar a contarme resumidamente lo que viniste a decirme mientras
bebemos el té?
Yuba cambió el tema al ver que justamente Ruri y Sayo regresaban de la cocina
con el té.
Ruri y Sayo, cada una de ellas llevaba un té diferente de los cuales uno se lo dieron
a Yuba y el otro a Rio. Rio, al recibir su té de parte de Sayo, le dijo “muchas gracias”
con una pequeña formalidad. Al hacerlo, Sayo rápidamente giró el rostro avergonzada
y se movió hasta un rincón de la habitación. A Rio por su parte le pareció bastante
tierna aquella reacción, por lo que no pudo evitar soltar una sonrisa.
Desde hacía un buen rato que a Rio le parecían curiosas la reacciones que Sayo
tenía ante él, pero decidió no preguntar sobre el tema y seguir con sus asuntos.
―La verdad es que he venido hasta aquí para buscar a una persona que sepa algo
de mis padres fallecidos. Escuché que de entre todos los alcaldes del área era usted la
que conocía más gente, y por eso estoy aquí hoy.
―Uhm, ya veo…
―Creo pensar que tanto mi padre como mi madre vivieron en alguna parte de la
región de Yagumo hace unos quince años más o menos, aunque en realidad no tengo
mucha información… Yuba-dono, ¿ha escuchado los nombres de Zen o Ayame alguna
vez?
Yuba había quedado perpleja, y su mano, la cual estaba levantando la taza de té,
se detuvo. Mirando hacia arriba, levantando la mirada hacia Rio, ella se quedó viendo
su rostro un rato. Al parecer ella sabía algo… Eso era lo que decía su reacción. Rio
seguía tranquilo, sentado correctamente frente a ella, pero rápidamente trató de
preguntarle de nuevo.
―…¿Los conoce?
―Ah, no, la verdad, primero quisiera escuchar más sobre ellos. Ruri, Sayo, la
conversación durará un buen tiempo, ustedes dos vayan a hacer sus quehaceres.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
Yuba, estupefacta, respondió rápidamente y luego volvió a darle otra orden a Ruri y
Sayo.
―Sólo váyanse ya. No es bueno escuchar mucho los temas personales de otra
gente. Y asegúrense de no decir nada de lo que han escuchado aquí.
―S-Sí.
―Bien. Ahora ¿podrías hablarme un poco más al respecto sobre tus padres?
Puede que tal vez sean personas que conozca.
―De acuerdo…
Rio hizo todo lo posible para suprimir toda su sorpresa y comenzó a hablar poco a
poco sobre las características e historia de ambos.
―Gracias, y lamento haberte preguntado algo tan duro como eso… En todo caso,
no hay duda; ciertamente conozco a ambos. Y, a decir verdad, ahora que lo escucho y
te veo de nuevo, puedo ver claramente sus rasgos reflejados en ti… Realmente es una
pena, y eso que no quería sentirme vieja. Aunque, no, debería decir que es una
fortuna haber envejecido, de lo contrario no creo que te hubiera encontrado.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
Rio por todos los medios trató de suprimir su voz temblorosa y, algo reservado, hizo
su pregunta.
―Soy la madre de Zen y por tanto tu abuela… aunque ¿en este caso debería decir
mejor gusto en conocerte?
Rio estaba anonadado, mirando fijamente el rostro de Yuba, pero de alguna manera
logró recuperarse y hacer una reverencia.
Dijo Yuba. Aunque para ella era algo difícil de preguntar, su expresión decía que no
podía quedarse sin saber aquella respuesta, por lo que hizo lo que tenía que hacer.
Rio dudó un poco en dar su respuesta, pero al final…
―Quiero construir una tumba para ellos. La verdad es que no quedan restos ni
objetos que puedan ser considerados como recuerdos suyos. Por eso, al menos
quería venir a su tierra natal y darles un funeral como es apropiado. Además, mi
mamá… mi madre, me prometió que un día me traería a su tierra natal. Al final ella
murió sin poder cumplir aquella promesa, pero por eso al menos quería venir aunque
fuera yo solo. Ésa es la razón…
―Ya veo. Hiciste bien en venir… Mira, no sé cómo decírtelo, pero en realidad
ambos ya tienen una tumba.
―¿Ya hay… una tumba? Pero escuché que ambos salieron de estas tierras cuando
aún estaban vivos, ¿o me equivoco?
Antes de darse cuenta, Rio hizo otra pregunta al ser atacado por esa incertidumbre.
―Sí, tienes razón. Pero ambos tienen su propia tumba en estas tierras. Aunque a
juzgar por tu reacción intuyo que no sabes la razón por la que ambos se marcharon de
aquí, ¿verdad?
―Lo sé. Pero, lo lamento, me temo que esa verdad no puede ser contada por mí.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
―Por ciertas razones, ambos tuvieron que abandonar el país en secreto. Dado que
no planeaban regresar jamás, una parte de las personas que sabían esta historia
decidieron construir tumbas para ambos en la colina de este pueblo. Eso es lo único
que puedo decirte por ahora.
Yuba se tomó un momento para elegir bien sus palabras y luego le explicó la
situación.
―Pero, de todas formas, por ahora te guiaré hasta la tumba de ambos. ¿Te
gustaría ir a hacerles una visita?
◇ ◇ ◇
Luego de eso, siendo guiado por Yuba, Rio llegó hasta una pequeña colina de entre
las muchas que había a las afueras de la aldea. Desde la parte alta de esta colina se
podían ver los árboles y las montañas que la rodeaban, lo cual era una vista magnifica.
Allí, en el suelo, había dos pequeños pilares de piedra. Al parecer estaban siendo
cuidados casi a diario por el hecho de que, aunque hacía aire, las piedras estaban
firmes y limpias.
―Ésta es la tumba de ambos. No tienen un nombre escrito, pero dentro hay objetos
que son recuerdos de los dos.
―…Ya veo.
―…Es posible que llegado el momento puedas enterarte de la situación que ambos
pasaron.
Yuba dijo de manera oportuna luego de mirar a Rio. Él giró la vista y miró a Yuba, y
luego…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
―Por eso, hasta ese momento, ¿no querrías quedarte a vivir en este pueblo?
Dijo Yuba. Su pregunta para Rio estaba adherida a la faceta de un claro amor
familiar.
―…¿Está segura?
―Tú eres mi nieto, así que no hay motivo para que un nieto no pueda dejarse
consentir por su abuela.
―Nieto… abuela…
―La hija del hermano de Zen, o sea tu prima. Este año cumplió quince.
―…Me sorprende. No creí que aún fueras tan menor. Es decir, claro que tus
rasgos son los de un niño, pero tu forma de ser es la de un adulto.
Rio negó levemente con una sonrisa en su rostro. Al escucharlo, Yuba soltó
repentinamente una pequeña risa.
Dijo Rio, algo reservado todavía, junto con una profunda reverencia.
―Será un gusto… Bueno, al principio puede que te resulte algo incómodo, pero
trata de hablar normalmente, no hace falta ser tan reservado. Sólo relájate.
―Sí… Yuba-san.
Rio comenzó cambiando el honorifico de “dono” a “san” con Yuba. Aunque sabía
que ella era en realidad su abuela, llamarla “Yuba-san” también lo hacía sentir raro,
aunque a la vez maravillado.
―Jaja… Ah, por cierto, ¿te importaría si escondo tu identidad a todos en la aldea?
Incluyendo a Ruri.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
Rio rápidamente asintió, tratando de intuir las intenciones de Yuba. Zen y Ayame,
que eran sus padres, salieron a escondidas del país por ciertas razones, de modo que
no sería muy bueno que las personas de la aldea supieran quién era en realidad Rio.
Después de todo, posiblemente, no, muy seguramente, dentro de este pueblo había
personas que los conocían.
―Disculpa las molestias… En fin, ya veremos los puntos más específicos cuando
regresemos. ¿Quieres quedarte un poco más aquí? Yo tengo que regresar ya.
―Ya veo. Intenta regresar antes de que oscurezca. Aunque no será mucho, te
prepararé algo de bienvenida.
―Muchas gracias.
Obviamente no hubo respuesta a sus palabras. La boca de Rio había formado una
expresión de desconcierto mientras miraba las tumbas. Al cabo de un rato, se dio la
vuelta y miró el paisaje del pueblo.
Y así, luego de estar solo en la colina por lo menos una hora, volvió a la casa antes
de que oscureciera.
―Con permiso.
Dijo Rio pasando algo nervioso al interior de la casa por la puerta, que ya estaba
abierta cuando llegó. Luego de eso, quien vino a recibirlo fue Ruri, que al parecer ya
había ya terminado sus quehaceres con Yuba…
―Bienvenido de vuelta.
Dijo ella.
―…Estoy de vuelta.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo
Rio se vio impactado por esas palabras que le vinieron de frente, y luego, aunque
algo avergonzado, devolvió el saludo. Y así, luego de eso, celebraron una pequeña
fiesta de bienvenida para él tal y como había dicho Yuba.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
—Buenos días.
Yuba le saludó con evidente sorpresa. Ella ya se había levantado y ahora estaba
sentada en un cojín del salón tras haber encendido la chimenea.
—Hoy estaba pensando en ayudar a los aldeanos con cualquier trabajo que puedan
necesitar. Pero antes, ¿podría ayudarla a preparar el desayuno de alguna forma?
—¿En serio? Bueno, si te ofreces, entonces eres más que bienvenido para hacerlo.
Muchas gracias por tu ayuda.
Ruri apareció en el salón medio dormida y con la ropa interior de noche con la que
había dormido. Su apariencia era algo escandalosa para una chica de su edad que se
encontrara vistiendo eso delante de alguien del sexo opuesto. Apenas ocultos tras su
ropa, había unos bultos que acentuaban su feminidad, y sus pechos generosos
adornaban su parte delantera.
—Buenos días… ¿Por casualidad no habrás olvidado que Rio se encuentra aquí
con nosotros?
—…¿Eh? ¡A-Ah!
Ruri finalmente se dio cuenta de que Rio estaba allí. Bajó apresuradamente la
cabeza para mirarse a sí misma y entonces se puso roja como un tomate. Rio evitaba
el contacto visual, pero ella se lo tomó como si realmente se estuviera avergonzando
de su aspecto indigno de una dama.
—¡V-Voy a cambiarme!
Ruri se tapó el cuerpo con ambas manos como pudo y volvió corriendo a su
habitación. Entonces Rio suspiró. Se había encontrado numerosas veces en
situaciones similares, sobre todo cuando vivió con Latifa en la aldea del Pueblo de los
Espíritus. Afortunadamente no parecía que Ruri tuviera la personalidad que le haría
enfadarse con él irracionalmente, pero seguro que estarían algo incómodos entre sí
durante un tiempo.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
Poco después, cuando Ruri regresó de su cuarto, no dejó de mirar a Rio por el
rabillo del ojo.
Ruri era su prima mayor, así que Rio podía decir con total sinceridad que no se le
había despertado ningún sentimiento extraño a partir de eso. Pero ése no tenía por
qué ser el caso desde el punto de vista de ella, ya que desconocía el hecho de que
Rio fuera familia suya.
—Y, dime, ¿se te da bien la cocina, Rio? Como te has ofrecido a ayudarme con el
desayuno…
—Entonces te dejaré que hoy hagas el desayuno, a ver cómo te sale. Ruri,
acompáñalo a comprar lo necesario para el desayuno y de paso preséntalo a todo el
mundo. Haz que por lo menos las chicas de la aldea se acostumbren a verlo en el
exterior.
Ruri dudó durante un momento, pero luego asintió sin parecer del todo cómoda con
la idea. Aún se encontraba algo avergonzada por su descuido de antes.
—Oh, y dile a Sayo que se pase por casa con Shin. Hoy tomaremos el desayuno
todos juntos aquí.
—Sí, abuela…
Su nieta respondió desganada antes de salir por la puerta delantera junto a Rio. Su
primer destino sería el huerto que había detrás de su propia casa. A diferencia de los
campos, que pertenecían a todos los aldeanos, los huertos eran propiedad de cada
casa individual.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
—¡Buenas a todas!
—Por favor, permítanme que me presente por mí mismo. Mi nombre es Rio. Aún
tengo que habituarme a la vida de este pueblo, así que espero que sean capaces de
disculpar cualquier descortesía o vulgaridad que cometa en el futuro. Es un placer
conocerlas a todas.
Rio adoptó una sonrisa amable cuando las saludó de manera totalmente correcta y
educada.
—Uhm… igualmente.
—Hey, Rio, no hace falta que uses ese lenguaje tan formal con nosotras. Todas se
pondrán nerviosas si un chico como tú empieza a comportarse así.
—Ah… pero me temo que ya estoy acostumbrado a esta forma de hablar. Haré
todo lo que pueda por ajustarme a las circunstancias.
Rio le contestó con una sonrisa similar a la de ella. Las mujeres de la aldea estaban
observando mientras tanto su intercambio con mucho interés; parecía que se sentían
bastante cohibidas en la presencia de Rio. Sin embargo, no hubo ni una sola que no
mandara una mirada evidente de interrogación en dirección de Ruri… La conclusión
que se puede sacar de esto es que no consideraban justo que ella fuera la única que
se llevara tan bien con él.
Los únicos hombres que las chicas de la aldea tenían dentro de su círculo social
eran brutos y salvajes, por lo que la amabilidad y la cortesía de Rio eran como un
soplo de aire fresco. Su apuesto aunque andrógino rostro no hacía más que acentuar
su encanto aún más.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
Jaja… Apuesto a que luego durante el trabajo querrán sacarme muchas más cosas
sobre Rio.
Ruri sonrió amargamente para sí; podía sentir la presión silenciosa viniendo del
grupo de chicas. Miró a Rio para encontrárselo allí parado, algo incómodo por ser el
objetivo del tímido escrutinio del grupo femenino. Entonces él desvió su mirada hacia
Ruri como buscando ayuda con una expresión de desconcierto. Ella se sorprendió por
el contacto visual inesperado y su cuerpo se puso a temblar en un descuido.
Ruri recordó que el chico le había visto en ese atuendo tan indecente por la
mañana, de modo que apretó los labios y se sonrojó. Aunque, sabía que la mayor
parte de la culpa la tenía ella por ser tan despistada, y era obvio que comentar ese
tema ahora no mejoraría para nada la situación. En su interior tenía un revoltijo de
emociones a causa de la tempestad de preguntas con la que sin duda las chicas le
bombardearían más tarde… Ahora lo único que quería era volver a casa cuanto antes.
Fue por eso que decidió sacar a Rio de este embrollo.
Pero entonces ella se dio la vuelta cuando recordó una última cosa.
—…¿Eh?
—La abuela quiere que vengas a desayunar a casa con Shin. Vamos a estar todos
juntos.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
—Supongo que te dirá para qué quiere que estén ahí cuando lleguen. ¡Nos vemos
ahora!
◇◇◇
Tras los eventos ocurridos en la plaza del pueblo, Rio regresó a la casa de la
alcaldesa y comenzó a preparar el desayuno a no mucho tardar. La aldea tenía
escasez de carne seca y de algunas especias, en particular la sal, por lo que tuvo que
echar mano de las reservas de su Almacén Espacio-Temporal para complementar su
receta. Después de todo, había suficientes alimentos y especias allí guardados como
para sobrevivir durante varios años.
—Esto es maravilloso. La cecina es un lujo por esta zona, y tenemos muy pocas
ocasiones de comprar sal, por lo que nunca hay suficiente. ¿Estás seguro de que está
bien preparar esta comida ahora? Esto no ha debido ser barato precisamente, ¿no?
—No importa.
—No tendría sentido dejar que se echara a perder, así que acéptelo por favor como
pago por mi estancia. Ahora, si me disculpan voy a empezar a hacer el desayuno con
esto… Será para cinco personas, ¿correcto?
—Sí, Sayo y Shin vendrán más tarde. Gracias. Ruri, quédate cerca de él y observa.
Yuba se excusó dejando que Rio y Ruri se fueran a la cocina. Como a partir de
ahora estarían viviendo juntos, era necesario averiguar hasta dónde llegaban
realmente las habilidades culinarias de Rio. Para ello, el chico prepararía él solo la
comida y Ruri haría de supervisora y más tarde de juez.
—El fuego ya está listo… Luego te enseño dónde está la leña. Todos los utensilios
de cocina y los platos se encuentran en esa alacena. Si hay algo más que necesites
saber, no dudes en preguntar.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
—De acuerdo. ¿Y qué hago en cuanto al agua? Si no les parece mal, puedo
generarla con las Técnicas Espirituales sin problema.
—Ah, no hace falta, puedes usar el agua que hay en esa jarra. La abuela y yo
también usamos las Técnicas Espirituales para rellenarla una vez al día, pero ya veo
que no es nada nuevo para ti.
Ruri le preguntó con las cejas levantadas. Las Técnicas Espirituales eran algo
mucho más común que la magia y la hechicería en la región de Yagumo, pero aun así
el número de usuarios era bastante bajo.
—Sí. Nuestra familia siempre ha tenido una gran aptitud para las Técnicas
Espirituales, y todo a pesar del hecho de ser plebeyos corrientes. Ése es parte del
motivo por el que la abuela es la jefa de la aldea. Aparte de mí, Sayo y su hermano
mayor también tienen esta habilidad, así que todos hemos estado aprendiendo juntos
desde que éramos pequeños.
Cuando se comparaban con los elfos, los enanos, los hombres-bestia y otras razas
del Pueblo de los Espíritus, los humanos generalmente tenían un potencial muy bajo
para las Técnicas Espirituales. Sin embargo, en contadas excepciones nacía alguien
que sí lo tenía. Esto significa que su padre, Zen, probablemente también podía
usarlas; eso es lo que Rio pensó para sí. Si no, habría sido casi imposible que su
padre hubiese realizado aquel viaje tan exigente entre las regiones de Yagumo y
Strahl. Rio encontraba toda esta información fascinante, pero no podía permitir que su
objetivo pasara a un segundo plano.
Tras usar las Técnicas Espirituales para encender el fuego dentro del horno de la
cocina, Rio comenzó a hacer el desayuno. El menú incluía arroz, sopa de miso, carne
y verduras fritas, todo ello junto a los encurtidos que Yuba había preparado de
antemano. Por casualidad había muchas especias disponibles en Yagumo que le
recordaban a las comidas asiáticas de la Tierra, entres las que estaban incluidas la
soja y el miso, y eso hizo que a Rio le resultara fácil recrear el sabor de la comida
japonesa. Se había topado con toda clase de ingredientes y condimentos durante la
época que estuvo viviendo en la aldea del Pueblo de los Espíritus, pero tenerlos en
sus manos cuando en Yagumo no existían le daba cierta sensación de satisfacción.
Ruri murmuró absorta mientras observaba al chico preparar la comida con una
mano experta.
—Muchas gracias. No tuve más remedio que aprender a hacerlo puesto que he
viajado solo.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
—No, no, esto no es ni siquiera un nivel medio. Tu manejo del cuchillo es incluso
mejor que el mío.
Ruri puso una sonrisa que dejaba ver ligeramente cierta envidia. Los dos
continuaron charlando así tranquilamente, lo que les ayudó a abrirse un poco más el
uno al otro. Algo menos de una hora después, toda la comida ya había terminado de
hacerse.
Con una sonrisa de emoción, Ruri llevó los platos terminados a la sala de estar y
los colocó en la mesa.
Una sonrisa de sorpresa se dibujó en la cara de Yuba en cuanto vio los platos
alineados sobre la mesa.
Una adorable voz femenina pudo oírse desde la entrada, donde habían dejado la
puerta abierta de par en par. Allí se encontraban Sayo y un chico que iba tras ella;
tenía más o menos la edad de Rio.
Sayo hizo una reverencia educada y entró por la puerta con timidez.
—Me alegro de que hayan venido. Han llegado justo a tiempo para el desayuno.
Vamos, no sean tímidos.
Yuba les indicó que se acercaran más mientras que Ruri regresaba a la cocina.
Shin le dio las gracias a Yuba y se sentó en un cojín que quedaba cerca de la
chimenea.
Sayo también se sentó, pero ella agachó la cabeza por cortesía. Sin embargo, se la
veía bastante nerviosa puesto que sus ojos no dejaban de posarse en todos los
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rincones de la estancia. Fue entonces cuando Rio salió de la cocina cargando con más
platos.
Rio dedicó un momento a reflexionar sobre cómo Sayo se había referido a él, luego
puso una sonrisa y negó con la cabeza. Mientras tanto, Shin estaba observando el
comportamiento peculiar de su hermana con curiosidad.
Todos estaban dispuestos de manera que formaban como una herradura alrededor
de la mesa, siendo Yuba la que se encontraba en el centro. Ruri y Sayo estaban en los
sitios contiguos mientras que Rio y Shin en los más lejanos. Sayo hizo una reverencia
en dirección a Rio, que se encontraba en el lado diagonalmente opuesto, lo que hizo
que Shin no pudiera evitar poner una mirada de sospecha.
—Ésta es la primera vez que Rio y Shin se reúnen en un mismo lugar, ¿no es así?
Shin, este chico es Rio. Es el hijo de un viejo conocido mío y se quedará una
temporada en nuestra casa. Rio, él es el hermano de Sayo, Shin.
Rio dibujó una sonrisa amigable e hizo una reverencia hacia el otro chico, quien se
encontraba sentado justo delante de él.
Shin contestó con bastante brevedad y una cautela evidente. Sayo, a su lado,
parecía tener algo que decir al respecto.
—Muy bien, Rio se ha tomado la molestia de preparar esta comida, así que será
mejor que nos la tomemos antes de que se enfríe. Luego podremos hablar todo lo que
queramos.
Sugirió la mayor de todos. Entonces, cuando sus miradas se fijaron en los platos
que había colocados sobre la mesa…
—Oiga, señora… esta fritura tiene carne dentro. ¿No es un poco lujoso para un
desayuno normal y corriente? ¿Acaso se ha guardado carne a escondidas por ser la
alcaldesa? ¡Qué aprovechada!
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Los ojos de Shin se fijaron inmediatamente en los trozos de carne que había dentro
de las frituras de verdura.
La carne era un lujo que no se podía encontrar en la aldea muy a menudo. Algunos
poseían ganado, pero no estaba destinado al consumo… Los animales de la aldea
estaban más valorados por su capacidad de trabajo y se empleaban para cosas como
el transporte o arar los campos. Las únicas ocasiones en las que comían carne de
estos animales era cuando ya no podían trabajar más por alguna herida o vejez y por
tanto eran desechados, o también cuando estaban en temporada de caza.
—No hay por qué ponerse así. No me he aprovechado ni nada parecido… Esta
carne ya la traía Rio consigo.
—Oh, así que se trata de eso. Bueno, siempre y cuando tenga la oportunidad de
comer carne, no me importa. …¡Oye, esto está muy rico!
Le advirtió su hermana.
—¿Qué importa?, prueba esto y verás por qué. Está muy bueno. ¡Ooh, esta sopa
de miso también está de muerte!
—Será posible…
Sayo apretó los labios de descontento, pero en el momento que probó la fritura de
carne y verdura sus cejas se elevaron y se quedó impactada por el sabor.
—¡Está delicioso!
—¿Verdad?
—La sopa de miso no se queda atrás tampoco. ¿D-De verdad preparó todo esto
usted solo, Rio-sama?
—Ajaja, los dos han dicho justo lo que estaba pensando. Está realmente rico, Rio.
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Ruri y Yuba dieron su apoyo a las palabras de los dos hermanos con una sonrisa
en la cara.
—Muchas gracias. Preparé más arroz, así que siéntanse libres de repetir.
Shin se giró hacia su hermana, a su lado, y le acercó su bol vacío para que le
echara más.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
Sayo bajó la cabeza en dirección a Yuba y Rio y entonces empezó a echar arroz en
el bol de Shin desde la olla que había a su lado. Cuando le entregó el bol hasta arriba
a su hermano, ella continuó con su comida.
Los cinco se tomaron el desayuno que había preparado Rio con gran placer.
Entonces, cuando ya todos habían terminado y se había servido el té…
—Ahora que esa comida tan deliciosa no puede distraernos… ¿les parece si
hablamos del tema principal? Shin.
—Te he invitado aquí por una razón. Me gustaría que Rio intentara hacer el trabajo
de los cazadores como tú. ¿Te importaría llevarlo a casa de Dola más tarde?
Habiendo olvidado completamente que Yuba le había llamado por una razón en
específico, la expresión satisfecha y deleitada de Shin se volvió mohína al oír esa
petición.
—Sí. Dijo que quería ayudar con cualquier trabajo de la aldea, así que le pregunté
qué sabe hacer. Por lo visto tiene una variedad de habilidades muy versátil, entre las
que se incluye la de la caza. Dola estaba buscando gente para que echara una mano,
¿no?
—¿Y-Y qué con eso? Yo también sé usar las Técnicas Espirituales. Ya veremos de
qué estás hecho.
Shin titubeó durante un momento, pero enseguida puso una actitud de superioridad.
—Bueno, pues ésa es la situación. Cuento contigo para que le expliques todo esto
a Dola. Primero que eche un vistazo a las habilidades de Rio, y si determina que
merece la pena, que elija a uno de los jóvenes principiantes y se lo asigne para
entrenarlo.
—Vale, vale. Pero será mejor que no nos haga perder mucho tiempo.
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—¡Shin!
Sayo le regañó, ya que ella sabía qué era lo que estaba insinuando con eso.
—De acuerdo, como quieras. Qué pesada eres. Eh, Rio, no tenemos mucho tiempo,
así que vámonos de una vez.
Shin se levantó y fue rápidamente hacia la puerta principal sin molestarse en mirar
atrás.
—¡R-Rio-sama, lo siento mucho! Mi hermano debería tener más cuidado con lo que
dice.
—Lo que hay que oír… Rio es menor por un año, pero aun así es varias veces más
maduro que él. No te preocupes por él, Sayo… Más tarde tendré unas palabras con
Rio.
—D-De acuerdo.
Ruri ahogó un grito de sorpresa al no esperarse que tuviera que hablar ahora.
—Sí. Al fin y al cabo, Rio acaba de llegar a la aldea como aquél que dice. Puede
que parezca que le va bien por ese comportamiento tan sosegado que tiene, pero hay
muchas cosas a las que aún no está acostumbrado. Además habrá muchos vecinos
que no se fíen de él debido a su situación de forastero. Por tanto, ¿podrían las dos por
favor cuidar de él hasta que se integre?
Explicó Yuba con un tono serio y realizó una reverencia exagerada ante las dos
chicas.
Ruri fue tomada por sorpresa ante la poco frecuente imagen de su abuela
agachándose de ese modo, pero al momento asintió con una sonrisa.
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Pero Sayo intervino casi al borde de las lágrimas por lo que había dicho su amiga.
—Ya veo…
Ruri se levantó como un resorte y apremió a Sayo para que la acompañara hasta la
puerta.
Murmuró, sonriendo.
◇◇◇
Shin guió a Rio hasta los pies de una montaña boscosa. A pesar de la tensión que
había entre los dos cuando salieron de la casa del jefe de la aldea, Rio siguió tratando
de entablar conversación con él hasta que finalmente acabaron charlando
amigablemente. Aquel ambiente de recelo parecía cosa del pasado.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
Shin le estaba dando una explicación somera acerca del trabajo de los cazadores
cuando un hombre llamado Dola, que ya había aparecido previamente en la
conversación con Yuba, hizo acto de presencia. Tenía aspecto de encontrarse al final
de la cuarentena y poseía un cuerpo robusto y bien curtido.
—…¿Qué, ya lo conocías?
—Así es.
—¿Ojó? Me alegra oír eso. Ahora mismo tenemos otros dos cazadores, pero los
dos se encuentran lesionados actualmente. Los únicos que están activos son este
aprendiz de aquí y yo mismo.
—La vieja de Yuba dijo que, si parecía tener mano para entrenar gente, podríamos
reclutar a algún joven de la aldea y hacer que él se encargara de su adiestramiento.
Pero, vamos, eso habrá que verlo.
—¡C-Cállate! ¡Ya verás cómo voy a conseguir cazar algo más grande que él!
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
El mayor de los tres cambió de actitud para concentrarse en el asunto que tenían
entre manos.
—Ese equipo que llevas es bastante extraño para ir a cazar. ¿Seguro que te irá
bien con eso?
Cuando Shin terminó de cambiarse, miró a Rio de arriba abajo con escepticismo.
—Sí, éste es el atuendo con el que viajo normalmente, así que está hecho para que
sea muy resistente.
—Ya me parecía. Se ve que este tejido es de buena calidad. Bueno, seguro que te
irá bien.
—Para que lo sepas, así es él cuando está más emocionado de lo normal. Debe ser
que tú estimulas su espíritu competitivo, Rio. Bueno, nosotros también deberíamos
salir.
Dola se rió brevemente y salió de la cabaña con una sonrisa en sus labios. Rio lo
siguió no mucho después.
—Un momento, Rio. Hay algo que deberías saber antes de entrar en el bosque.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1
—Es por esa forma de hablar que tienes. No hace falta que seas tan correcto con
nosotros; lo digo porque me parece ridículo. Después de todo, no hay tiempo para
preocuparse por los modales cuando estás en plena partida de caza.
—Eso es cierto… Lo que ocurre es que, para mí, hablar así prácticamente ya se ha
convertido en un hábito llegado a este punto, por lo que si me pide que deje de hacerlo
de pronto me va a resultar un poco difícil… Y eso me pondrá más tenso de lo que
estaba al inicio. Pero le prometo que lo intentaré.
—Jaja. Bueno, tampoco es que sea algo malo. Si dices que para ti es más fácil
hablar de esa forma, entonces no hay necesidad de obligarte a que no lo hagas. Muy
bien, lo que quiero es poner a prueba tus habilidades y explicarte un par de cosas, así
que vamos ya para el monte. ¿Tienes alguna pregunta antes de empezar, Rio?
—Sólo una. Si tienen algún tipo de señal con gestos para no tener que emplear la
voz, ¿sería tan amable de enseñármelas ahora?
—Por ejemplo, movimientos que se hacen con las manos para comunicar tus
intenciones o indicar algo sin hablar, teniendo cada uno de ellos un significado
preestablecido. Cosas como avanzar, alto o silencio entre otras.
Explicó Rio.
—Ah, ya entiendo. Ahora que lo dices, sí que utilizamos algunos gestos para dar
instrucciones simples. Pero las que se tratan de algo específico sobre qué hacer o
dónde son muy variadas, así que en realidad no tenemos una serie de gestos
concretos para ellas.
—Pero… ¿acaso tiene sentido hacer algo así? ¿A quién le importa siempre y
cuando entiendas qué hay que hacer? Las cosas como “avanza” o “para” se pueden
ver por la actitud o simplemente señalando.
Dola pareció aceptar la argumentación de Rio, por lo que mostró interés y voluntad
en implementar el uso de esas señales manuales para comunicarse durante la caza.
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Shin también acabó accediendo. Y así, Rio les enseñó un código simple de señas a
los dos. Más tarde, después de algunos minutos…
—De acuerdo. Vamos un poco retrasados con respecto al horario normal, ¡así que
salgamos de una vez! Los dos, síganme.
A Shin aún le falta mucho camino, pero Rio lo está gestionando a la perfección. Dijo
que tenía experiencia… Resulta impresionante para alguien con una apariencia tan
frágil como la suya. Parece que no va a tener ningún problema con esto. Si demuestra
que tiene aptitudes para la caza, entonces podría empezar a trabajar por sí solo desde
mañana mismo.
Dola sonrió con amargura. La actitud de Shin seguía siendo demasiado imprudente,
aparte que en muchas ocasiones no entendía las señas que Dola le estaba indicando.
En cambio, las habilidades de Rio eran dignas de grandes alabanzas. La forma en que
silenciaba sus pisadas, cómo camuflaba su presencia, su habilidad para detectar
rastros o evidencias de su presa y su conocimiento sobre el comportamiento de los
animales… No importaba cómo se mirase, Rio era un experto en todos los ámbitos de
la caza.
Por tanto, Dola y Rio se dividieron naturalmente la búsqueda de presas para cazar
entre los dos, moviéndose en una formación de flecha invertida con Shin a la cola, lo
cual a él no le hizo ninguna gracia. A pesar de que salía de caza con Dola
frecuentemente, siempre estaba recibiendo instrucciones o siendo corregido y nunca
se le dejaba compartir las responsabilidades de la caza. Aun así, a un forastero novato
recién reclutado como Rio, alguien más joven que él, encima, le habían dado
responsabilidades en la caza y parecía haberse ganado la confianza del líder. Era casi
como si el propio Shin fuera una carga para el chico. Incluso puede que Rio pensara
así de él realmente. Y aunque ese pensamiento jamás había pasado por la mente de
Rio, sólo la posibilidad hizo que Shin sintiera una frustración insoportable. Además de
eso, Rio había aportado su conocimiento sobre el lenguaje de signos, con lo que atrajo
la atención de Dola. A los ojos del joven, parecía que Rio estaba tratando de ganarse
a su jefe, y eso le hizo sentir un desprecio aún mayor si cabía.
—Eh, Shin, ¿qué te pasa? Si vas a vaguear, será mejor que vuelvas a casa. Aquí
nos estás estorbando.
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—Ahí está.
Dijo Rio después de que ya hubiera disparado una flecha. El proyectil cortó el aire
con un sonido de “¡fuip!” y salió volando directamente hacia la presa. Era casi como si
el animal estuviera atrayendo la flecha. Entonces se clavó en el objetivo, que se
encontraba aproximadamente a veinte metros, acabando con la vida de un pájaro que
había en un árbol.
—¡O-Ooh, un lenou! ¡Esa presa no es para nada fácil! Estos pájaros se ponen muy
nerviosos en cuanto detectan la presencia de algo, por lo que cazarlos es muy
complicado.
—Disculpe. Disparé la flecha sin pedir confirmación… Pero es que el pájaro nos
había visto y estaba a punto de echar el vuelo, de modo que…
—No te preocupes por eso. Pero, más importante, tu habilidad con el arco es
increíble. Apenas pasó un segundo desde que cargaste la flecha y la disparaste. Y
encima desde esta distancia… ¡Menuda puntería que tienes!
Dola, cuya irritación hacia Shin ahora se había difuminado, se volvió para alabar a
Rio. La expresión del otro chico se volvió aún más oscura.
—Muchas gracias.
Rio le dio brevemente las gracias por sus cumplidos antes de ir corriendo a por el
lenou que había abatido. Lo agarró por las patas y con su mano libre sacó una daga
para rajarle el cuello y que cayera toda la sangre. Su expresión se mostraba seria
mientras hacía esta labor, incluso llegando a ofrecer un pequeño momento de silencio
en agradecimiento a la presa que acababa de ser sacrificada para poder alimentarse.
Dola observó a Rio trabajar con mano experta y dejó salir un sonido de impresión.
Shin contestó enfadado. Dola percibió qué es lo que había detrás de esa actitud y
puso una sonrisa amarga de exasperación antes de volver con Rio. Después de
terminar todas las tareas necesarias sin perder tiempo, el equipo reanudó su
búsqueda de presas. Rio y Dola abatieron pájaros y conejos a buen ritmo a medida
que iban barriendo el bosque. Ser testigo de estas habilidades provocó un incendio
dentro de Shin, que no quería quedar peor que ellos. Sin embargo sus esfuerzos
resultaron inútiles puesto que fue incapaz de cazar un solo animal.
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—Bien. Aún es un poco pronto, pero creo que con lo que hemos conseguido hoy
podemos retirarnos. Los dos lo han hecho bien… Tenemos más carne para llevar a la
aldea de lo normal.
—Éste es el resultado de que los tres hayamos trabajado juntos. Usted también
tuvo un papel importante en acorralar a las presas, Shin. Gracias a eso, nuestras
flechas pudieron acertar justo donde nosotros queríamos.
—Así es. Arrinconar a las presas también es una tarea importante para todo
cazador.
Dola se mostró de acuerdo con la opinión de Rio, pero al otro chico no se le pasó el
enfado y en cambio chasqueó la lengua antes de ponerse a caminar montaña abajo él
solo.
—Maldita sea… No tiene remedio. Perdona, Rio, más tarde hablaré con él, así que
no pienses en esto como otra cosa que no sea el berrinche de un niño. No permitas
que esto te afecte.
—…No es necesario que te disculpes por nada, pero como quieras. En fin, he
comprobado que te irá perfectamente cuando empieces a cazar tú solo a partir de
mañana. Yo debo ocuparme de los aprendices, así que si puedes cazar lo suficiente
para cubrir mi parte sería estupendo. ¿Crees que podrás apañarte?
Dola se rascó la cabeza con una mirada de culpabilidad por darle esa
responsabilidad a Rio, apartando la vista mientras hablaba.
—Genial, cuento contigo. Y ahora volvamos a la cabaña para limpiar las presas.
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◇◇◇
Una vez terminaron de limpiar los animales, Rio tomó una parte de la carne y se
dirigió de vuelta a casa.
—He vuelto.
Dijo a los habitantes de la casa desde la entrada, pero no hubo respuesta. No había
nadie en el salón, en la cocina ni en el patio trasero.
…¿No hay nadie en casa? Bueno, supongo que aún estamos en horas de trabajo.
Rio decidió que lo primero que haría sería deshacerse de la peste de los animales
muertos que llevaba colgando. No había baño dentro de la casa, por lo que tomó un
cubo de la cocina y salió. Dio la vuelta hasta el patio trasero, dejó el cubo en el suelo y
entonces levantó un muro con la tierra que le rodeaba haciendo uso de las Técnicas
Espirituales, con lo cual creó un espacio privado. A continuación utilizó otra técnica
para llenar el cubo con agua y después se equipó en la mano izquierda el artefacto del
Almacén Espacio-Temporal que le había regalado el Pueblo de los Espíritus para
finalmente usar la técnica llamada «Dissolvo». El aire alrededor de su mano comenzó
a distorsionarse de inmediato y entonces aparecieron cuatro botecitos de metal en la
palma de su mano. Cada una de ellos contenía diversos jabones y detergentes con los
que se lavaría el pelo, el cuerpo y su ropa. Obviamente, estos productos también
habían sido elaborados por el Pueblo de los Espíritus.
Rio sostuvo los botecitos con ambas manos, se quitó la ropa y se metió dentro del
cubo. Entonces usó de nuevo las Técnicas Espirituales para controlar el agua a su
voluntad y lavarse el cuerpo y el cabello con jabón.
Sería mucho más cómodo hacerlo en un baño, aunque esté en el exterior. Luego le
preguntaré a Yuba si me deja construir uno. Incluso podríamos dejar que el resto de
aldeanos lo utilice.
Después de que se hubiera bañado, lo siguiente que hizo fue lavar la ropa que
había usado ese día. Varios minutos después, Rio ya se había puesto una muda
limpia e hizo que el muro de tierra que había elevado desde el suelo volviera a su
estado original. En ese momento advirtió la presencia de Ruri y Sayo a cierta distancia.
Ruri dejó salir un suspiro de alivio. Alguien había levantado una estructura muy
extraña detrás de su casa mientras estaba fuera, por lo que era normal que
sospechara de una posible intrusión.
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—Sí, en efecto.
—Umm. No soy buena con las técnicas de tierra, así que realmente no entiendo
cómo… ¿Realmente es algo que se pueda manipular tan fácilmente?
La chica no parecía aceptar del todo la respuesta breve de Rio, por lo que se giró
para preguntar a Sayo, que estaba a su lado.
Señaló Rio. Puesto que él no era consciente del nivel medio de habilidad de las
Técnicas Espirituales en la región de Yagumo, les dio una respuesta ambigua para
evitar entrar más en detalle. Dedujo que sólo debía explicar lo mínimo indispensable
sobre esto.
—Bueno, no importa.
Cuando se puso justo delante de Rio se quedó mirando su cara. El chico empezó a
titubear.
Preguntó tras unos segundos. Sayo se aproximó también con curiosidad mientras
observaba sonrojada a los dos tan cerca uno del otro.
—¿Eh?
—…Oh, el hedor de los animales que hemos cazado se me había quedado pegado,
por lo que me he dado un baño.
—Oh, así que es por eso. Pero este olor es muy agradable… Ven, Sayo, huélelo tú
también.
—¡¿E-Eeh?! ¡N-No hace falta! ¡Lo puedo oler perfectamente desde aquí!
Sayo negó con la cabeza y la cara aún más roja que antes.
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—Oh…
Pero, en cuanto llegó a su altura, su cara se puso de un rojo brillante hasta la punta
de las orejas. Seguidamente miró hacia el suelo.
—S-Sí…
Preguntó Ruri.
—¿Eh? ¿Jabón? ¿Hablas de eso que se utiliza para lavarte el cuerpo o la ropa?
La respuesta del chico hizo que Ruri se quedara sorprendida, casi impactada.
—Sí, exacto.
Rio se quedó conmocionado por la sorpresa de Ruri, ya que no parecía lógico que
las dos chicas estuvieran reaccionando de esa manera por algo tan común.
—¿L-Lo hiciste tú? Rio, ¿tú sabes fabricar jabón? ¡Vaya! En nuestra aldea, la
abuela es la única que realmente conoce algo de elaboración de productos para la
salud, pero ni siquiera ella sabe hacer jabón. ¿No te parece increíble, Sayo?
Tanto Ruri como Sayo se giraron para mirar a Rio llenas de admiración.
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Dijo Rio con algo de vergüenza. Las dos chicas se quedaron con la mirada perdida
ante él.
—Por supuesto. Cuando tenga tiempo haré más, así que no hace falta que lo
racionen demasiado.
—Oh, hace un rato vimos a Dola y Shin por el camino principal, así que supusimos
que tú también habrías vuelto a casa. Seguramente querrías bañarte, así que
necesitarías agua caliente y por tanto una hoguera, por lo que Sayo dijo que
deberíamos volver y asegurarnos de que pudieras encontrar todas esas cosas y
enseñarte cómo prepararlas.
—Ya veo. Sayo-san, gracias por su consideración. Pero ya utilicé las Técnicas
Espirituales para crear agua caliente, así que no es necesario que se moleste.
Preguntó Sayo con una incredulidad incontenible; Ruri también estaba sorprendida.
Rio quería saber por qué las chicas se encontraban tan impactadas.
—Ah, no. Es sólo que el agua caliente es mucho más difícil de crear con Técnicas
Espirituales que la fría.
—…Oh, entiendo. Pero hay un truco para hacerlo… ¿Les gustaría que les enseñara
algún día?
—¡¿E-Eh, en serio?!
—S-Sí.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2
Habían pasado dos meses desde que Rio comenzó a vivir en la aldea, y en ese
tiempo ya no había ni una sola persona allí que no conociera su nombre. En general,
los aldeanos tenían una opinión favorable de él. Esto era en parte gracias a la jefa de
la aldea, Yuba, que lo había acogido en su casa, pero sobre todo por las grandes
cantidades de piezas cazadas que traía al pueblo prácticamente de forma diaria. El
suministro de carne en la aldea nunca había sido tan alto, pero es que además Rio
trabajaba activamente en otros ámbitos aparte del de la caza. Utilizando los
conocimientos que había adquirido en la Academia Real y en el Pueblo de los
Espíritus, Rio contribuyó a mejorar el nivel y la calidad de vida de los aldeanos por un
gran margen.
Por ejemplo, construyó una zona de baños cerca de la casa de la alcaldesa para
uso de todos los aldeanos, y también repartió su jabón hecho a mano a cada una de
las familias del pueblo, con lo que se llevó la aprobación unánime de las mujeres. Pero
por si eso no fuera suficiente, el darles una serie de consejos sobre técnicas de cultivo
y nuevas herramientas aumentó considerablemente la eficiencia de los trabajos
agrarios y se ganó el apoyo de todos los ancianos.
El ritmo al que esta aldea se desarrollaba estaba siendo quizá demasiado rápido,
pero Rio no sentía remordimientos al compartir sus conocimientos y tecnología con
ellos. La aldea había sufrido en cierto momento de problemas sanitarios que derivaron
en enfermedades graves, y es que las víctimas de la hambruna tenían su origen en
una serie de cosechas pobres. La madre de Ruri falleció a una edad temprana debido
precisamente a estos problemas, y su hermano menor murió a los cuatro años por
desnutrición. Pero ahora contaban con Rio, quien poseía el conocimiento y la
tecnología para evitar esas muertes.
Llevaba un tiempo relativamente corto aquí, pero tanto Yuba como Ruri ya lo
consideraban un miembro muy querido de la familia. Yuba, por supuesto, ya conocía
sus circunstancias, pero es que Ruri sin saberlas lo trataba como un hermano.
Independientemente de todo esto, Rio tenía una realidad a la que enfrentarse: su
tiempo allí sería limitado puesto que algún día tendría que abandonar la aldea. Por esa
razón fue que, a modo de agradecimiento, quería hacer de la aldea un lugar lo más
cómodo y agradable posible. Sus acciones y sentimientos también eran reconocidos
por los aldeanos, de modo que ganarse su confianza resultó bastante sencillo.
Recientemente, las mujeres de la aldea le habían estado pidiendo cada vez con
más frecuencia que les ayudara a reparar sus hogares y mobiliario, ya que sus
habilidades de carpintería eran dignas de elogio y por tanto no pudieron pasar
desapercibidas. Aunque había otros artesanos en la aldea, la mayoría siempre
estaban ocupados con otras tareas.
Hoy, Rio se encontraba ayudando a una mujer que le pidió reparar unas grietas en
la pared de su casa por las que entraban corrientes de aire. Sayo y Ruri le habían
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llevado hasta esa casa en cuestión. Después de que Rio finalizara el trabajo, la mujer
corpulenta que le había pedido ayuda le habló de una forma muy animada.
—Oh, muchas gracias… me has salvado. Las corrientes me hacían pasar tanto frío
últimamente… Intenté hacer que mi esposo se ocupara de ello, pero lo único que
consiguió fue empeorarlo, así que ya no sabía a quién recurrir. Además, los artesanos
del pueblo no dejaban de ponerme pegas.
—Las noches ya están empezando a ser frías después de todo. Me alegro de haber
podido serle de ayuda, señora Ume. Por favor, avíseme otra vez si necesita que le
eche una mano en algo.
Rio negó con la cabeza ante las palabras de Ume, con lo que pretendía demostrar
que esto no era una molestia en absoluto para él.
—Por supuesto. Dejando eso a un lado, veo que ustedes tres siempre andan juntos,
¿no es cierto? Los chicos jóvenes están todos verdes de envidia al verlo pasear con
dos de las chicas más bonitas de nuestra aldea, Rio.
—Oh, déjese de eso, señora Ume. Rio y yo no tenemos ese tipo de relación.
—Puesto que has usado el singular, ¿significa eso que la situación es diferente
para Sayo?
—Por favor, acostúmbrate a eso de una vez, Sayo. Al menos deberías tomártelo
como Rio.
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Sayo miró a Rio, pero en el momento que sus ojos hicieron contacto visual apartó la
cabeza, azorada.
—Sayo no parece encontrarse muy cómoda cuando está con chicos, así que
intente no meterse mucho con ella. Además, también le agradecería que no fuese tan
dura conmigo. La verdad es que no me agrada mucho este tipo de conversaciones.
—Ah, cierto…
Ruri y Ume se miraron entre sí con una sonrisa disimulada. Entonces las dos
pasaron a mirar de nuevo a Rio, que había inclinado la cabeza con curiosidad.
Dijo Ume animadamente para cambiar de tema. Esto lo acompañó con unos
golpecitos en el hombro a Rio.
Después de eso, Ruri y Sayo lo llevaron a otras casas que necesitaban una
reparación en el mobiliario. Unos encuentros similares se produjeron allá donde iban,
pero el color rojo de las mejillas de Sayo sería una historia para otro día.
Rio y las dos chicas iban caminando juntos para volver a casa después de todos
estos trabajos.
—En serio, hay que ver la cantidad de cosas que sabe hacer Rio. Es inteligente,
sabe cocinar, cazar, y además es muy habilidoso con las manos, ¡por no mencionar
las Técnicas Espirituales! Todos los pueblos estarían encantados de tener a alguien
como tú.
—Es verdad que toco muchos palos, pero no soy experto en ninguno. Ninguna de
mis habilidades puede compararse con las de un auténtico maestro.
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—Ella tiene razón, ¿sabes? Tenerte a ti aquí realmente ha sido de gran ayuda.
Estamos muy agradecidos de contar con alguien que sabe hacer prácticamente de
todo y además muy bien.
—¿Ya están otra vez juntos? Dejando de lado a Rio… Ruri, Sayo, ¿qué pasa con
su trabajo?
—Le estamos ayudando a él con el suyo. ¿Acaso tienes algún problema con eso?
—Si no tienes nada que decir, entonces nos vamos ya. Estoy cansada, así que me
apetece echarme un rato. Vámonos, chicos.
Ruri apresuró a Rio y Sayo para alejarse del grupo cuanto antes, sin embargo, Shin
les gritó sin intención de permitírselo.
—Esperen. ¡Puedes lamerle el culo a la gente todo lo que quieras, pero con
nosotros eso no te va a funcionar!
—¡Eso!
—¡Sí!
—…
Rio dudó durante un breve instante. Él era consciente del hecho de que su
presencia estaba teniendo un gran impacto en las vidas de Shin y los demás chicos,
por lo que se cuestionaba cómo debía reaccionar ante estas provocaciones. ¿Qué
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sería lo mejor, decirles algo directamente, enseñarles cuál era su lugar o ignorarlos
completamente?
—¡Ruri tiene razón! Tu comportamiento es patético, Shin. ¡La señora Yuba dio su
aprobación para que Rio se quedara en la aldea, y además ha estado trabajando sin
descanso para ayudar a todo el mundo!
Sayo se mostró de acuerdo con su amiga. No obstante, ver a esas dos chicas tan
lindas de la aldea defendiendo a Rio sólo hizo que los chicos estuvieran más
resentidos, y su rencor hacia Rio se elevó por encima de todo razonamiento lógico.
Shin conocía perfectamente la personalidad de Sayo, por lo que sabía que ella no era
del tipo que defendería a alguien con tanta vehemencia y se metería en una pelea. Ver
eso lo dejó profundamente impactado.
—¡Y-Yo no tonteo!
—Shin, ¿no crees que has pasado algo por alto? Rio no es precisamente un
debilucho. A pesar de su aspecto, en realidad tiene los músculos bastante
desarrollados, ¿sabes?
Dijo Ruri, a lo que de repente se agarró al brazo de Rio. Los chicos abrieron
enormemente los ojos, totalmente estupefactos.
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Ruri sacó la lengua al grupo de chicos antes de llevarse a Rio tirando de su brazo.
Al otro lado de él, Sayo los estaba siguiendo en un estado de nervios, mirando atrás
de vez en cuando. Shin se había quedado congelado en el sitio por la vergüenza,
poniendo una mueca horrorizada cuando Sayo los miró por última vez antes de
alejarse.
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◇ ◇ ◇
Esa noche, en el jardín de la casa del jefe de la aldea iluminado por la luz de la luna,
Rio estaba trabajando con esmero en practicar con la espada, lo que hacía que el
sudor le corriera a chorros por su espalda al desnudo. Balanceaba la hoja
repetidamente asegurándose de que las sensaciones quedaran grabadas en su
cuerpo y músculos. Su respiración salía con algo más de fuerza de lo normal, y cada
vez que ejecutaba un movimiento salpicaba sudor. En ocasiones el viento movía la
bruma fría de la noche, envolviendo el cuerpo caliente de Rio en un abrazo refrescante.
—Ajaja, así que te habías dado cuenta. ¿Es eso a lo que llaman artes marciales?
Tus movimientos eran tan elegantes y fluidos que no pude evitar mirar.
—No, no, ha sido realmente impresionante. No puedo creer que sigas haciendo eso
todos los días sin aburrirte. Te he visto hacerlo desde el día que llegaste.
La razón por la que se encontraba aquí es que le habría resultado muy incómodo
volver a su casa y encontrarse casi enseguida con Shin, ya que habían discutido
recientemente. Por eso Ruri la invitó a cenar con ellos, aunque casi lo tuvo que hacer
por la fuerza. Rio se preguntó qué es lo que cenaría Shin si no estaba su hermana
para prepararlo, pero Sayo le tranquilizó diciéndole que les quedaban sobras del
desayuno.
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—Síp, hace esto como mínimo una vez al día, y casi siempre a estas horas.
Increíble, ¿verdad?
—Por cierto, siempre he querido preguntarte esto: ¿por qué empezaste a practicar
artes marciales, Rio?
De repente Ruri se sacó esa pregunta imaginándose que era un buen momento
para hacerlo.
—Sí. Realmente no entiendo esas técnicas, pero incluso para unos ojos de
principiante como los míos puedo asegurar que ese entrenamiento es impresionante.
No todos pueden llegar a ese nivel de esfuerzo para alcanzar tal nivel.
—Veamos… Es una razón muy simple, por lo que me resulta un poco vergonzoso
decirlo, pero creo que todo chico de mi edad tendría la misma motivación.
—Ajaja… ¿Qué hago ahora? Bueno, ¿les importa si me pongo primero la ropa?
Rio puso una sonrisa forzada antes de recoger su toalla y la ropa que había dejado
a un lado.
—¡De acuerdo, ahora que ya estás vestido, cuéntanoslo de una vez! ¿Por qué
empezaste a practicar artes marciales?
Ruri le apresuró para que le diera una respuesta. Una vez que se hubo
tranquilizado, Sayo se acercó a Rio para asegurarse de que no se perdiera nada de la
historia. El chico accedió a sus exigencias y comenzó a relatar.
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—En ese tiempo había una chica que me gustaba… y quería convertirme en
alguien fuerte para poder protegerla.
—…No es que ahora la deteste ni nada parecido, es sólo que nos distanciamos.
Puede que ahora ya tenga una pareja o que incluso ni me recuerde…
Rio contestó con una sonrisa y un amago de risa, pero su mirada se veía algo triste.
—Rio-sama se esforzó tanto por aquella chica y al final… ¿De verdad no podrá
verla nunca más?
Sayo se interesó con timidez, fijándose con mucha atención en la expresión de Rio.
—Ahora ni siquiera sé dónde está o qué ha sido de ella. La última vez que nos
vimos fue hace ya mucho tiempo.
—Pero aún sigue viva, siempre está la posibilidad de que algún día vuelvan a
encontrarse, Rio. Seguro que todo tu esfuerzo se verá recompensado.
Ruri trató de animarlo con un tono alegre; quería deshacerse de aquella atmósfera
de melancolía.
Rio asintió y sonrió débilmente. Entonces las dos chicas se miraron entre sí.
—¿De verdad?
—Sí. En parte es porque tengo miedo de echar a perder algo que llevo años
practicando, pero además es porque necesito ser fuerte para poder viajar solo. Las
cosas irrazonables sólo se pueden combatir a base de pura fuerza.
Rio apretó ligeramente los puños y habló con una voz tensa.
Sayo hizo esa pregunta titubeando, ya que se había dado cuenta que el humor de
Rio se estaba poniendo tenso.
—Sí. Ahí fuera hay animales peligrosos, pero algunas personas no se quedan atrás.
Rio parecía ser consciente de lo tenso que se había puesto, así que esta vez
respondió con un tono algo más suave.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2
En este mundo, la vida de una persona era algo muy frágil. La gente moría a
menudo por cualquier enfermedad o por una hambruna, por las guerras o incluso por
sufrir el ataque de un animal salvaje o de unos bandidos. Por eso no sería extraño que
Rio tuviera que vérselas alguna vez en esas situaciones durante su viaje en solitario, y
tampoco que se viera obligado a matar para defenderse. Eso fue lo primero que se le
pasó a Sayo por la cabeza. Sin embargo, tenía tanto miedo de conocer la verdad que
no quiso seguir preguntando sobre el tema.
Rio cambió de tema haciendo esa sugerencia con una sonrisa amarga.
—Sí, vamos. Había salido a llamarte porque la cena ya está lista, pero me olvidé de
ello por completo.
Ruri le dio la razón con una risa. Sayo también se rió, aunque de una forma un poco
más comedida.
—Oh, cierto. ¿Quieres que nos bañemos juntas después de cenar, Sayo? En los
baños que construyó Rio. Aún no lo has probado, ¿a que no?
—¿De verdad puedo? Hace nada que lo construyó, así que la lista de espera es
muy larga…
Los pequeños baños que Rio había construido eran actualmente el tema principal
de conversación del pueblo, y todos los aldeanos estaban deseando probarlo. Como
resultado, tuvieron que confeccionar una lista de espera.
—No pasa nada, de verdad. Dejamos que la use cualquiera a quien le apetezca,
pero después de todo sigue siendo nuestro baño. Los residentes de la casa y los
invitados pueden bañarse en él cuando quieran.
—Vale… Entonces… sí, por favor. Muchas gracias a usted también, Rio-sama.
Sayo se había mostrado dubitativa acerca de recibir cualquier tipo de trato favorable,
pero sucumbió a la tentación y accedió a bañarse en última instancia. Agachó la
cabeza ante Ruri y Rio para darles las gracias.
—¡Bien, entonces está decidido! ¡Así que, por favor, caliéntanos luego un poco de
agua, Rio!
Ruri juntó las manos para pedirle ese favor. Había un calentador de agua rústico
instalado en la bañera, pero era mucho más rápido que Rio creara agua caliente
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2
directamente con sus Técnicas Espirituales. Pero lo más importante de todo era que
no hacía falta quemar leña.
—¡R-Ruri!
Ruri se retractó de lo que dijo, pero riéndose con fuerza. Entonces Sayo miró a Rio,
a su lado, por si acaso.
Le pidió, avergonzada.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Capítulo 3: Conmoción
Ya habían pasado varios meses desde que Rio empezara su vida en la aldea. La
temporada de cosecha de arroz acababa de comenzar, y éste se trataba del momento
más ajetreado de todo el año. Durante estas fechas, incluso los cazadores, que
normalmente salían a hacer su trabajo principal por las mañanas, se quedaban en el
pueblo para ayudar en los campos. Por supuesto, Rio no sería ninguna excepción.
En este momento se encontraba usando una azada para crear surcos en el suelo.
La monotonía de la actividad hizo que en sus dos manos le salieran callos, pero lo
peor es que aparecieron en sitios distintos de los que ya tenía por el uso continuado
de su espada. Sin embargo, durante su vida como Amakawa Haruto había estado
ayudando en la granja de su familia prácticamente todos los años que estuvo
estudiando en la escuela primaria y en el instituto, por lo que Rio estaba acostumbrado
a los movimientos necesarios para arar los campos de arroz. Esto provocó que los
granjeros de la aldea se quedaran maravillados por su trabajo.
—¡Hey, es hora de descansar! ¡La comida está servida, que todos vengan aquí!
Ruri gritó con fuerza para que todos los hombres que estaban trabajando se
detuvieran.
Los aldeanos normalmente tenían dos comidas al día, una por la mañana y otra por
la noche. Sin embargo, durante las épocas como ésta, toda la aldea se reunía para
tomar el almuerzo juntos. Trabajar durante toda la mañana naturalmente provocaba
que les entrara hambre, por lo que todos los hombres sin excepción se dirigieron a la
plaza de la aldea donde las mujeres estaban repartiendo la comida.
—Aquí tienen sopa de miso y hortalizas encurtidas. Además, pueden tomar dos
onigiri por persona. ¡Rio se ha encargado de añadir la sal, así que nadie se olvide de
darle las gracias!
Ruri informó a los aldeanos que estaban haciendo fila para recibir comida mientras
colocaba las mesas. Todas las mujeres y hombres de familia pusieron una sonrisa de
alegría al dar las gracias a Rio, quien se encontraba por la zona.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Bueno… supongo que algo hemos avanzado. Al menos ahora son capaces de
decir gracias. Lo sentimos, Rio.
—No se preocupe.
—Bueno, nosotros también deberíamos comer antes de que se enfríe. Todas las
demás están esperando.
Sugirió ella. A no mucha distancia de los dos, había un grupo de chicas que estaba
llamando a Ruri.
—¡U-Umm! Rio-sama, ¿le gustaría comer con nosotras? ¡No sería una molestia en
absoluto!
De todas formas, los aldeanos más maduros y casados como Dola o Ume se
encontraban cerca del grupo de chicas, de modo que Rio se replanteó sus
pensamientos y decidió que no habría problema en comer con ellas.
—¡Bien!
Sayo asintió con alegría. El chico empezó a caminar hacia donde estaba el resto
del grupo, con Sayo trotando a su lado de emoción. Mientras tanto, Ruri ya había
llegado hasta las demás y se dirigió a Rio en un tono bromista.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Preguntó Rio al ver que ninguna de ellas había tocado su plato todavía.
—Le estábamos esperando. No podemos dejar que Sayo se quede con usted para
ella sola después de todo.
Una chica bastante inteligente lo explicó de ese modo lanzando una mirada
juguetona hacia Sayo.
—Ya veo. Disculpen por haberlas hecho esperar entonces. Por favor, dejen que me
una a ustedes.
Rio hizo una reverencia para disculparse y se sentó en el primer sitio libre que vio.
—¡N-No lo estoy acaparando! Sólo pensé que la comida sabría mejor si estábamos
todos juntos, así que me quedé a esperar a Rio-sama… Umm…
—Vale, vale. Sayo lo que quería básicamente era comer con Rio-sama a toda costa.
Entendido.
La chica que se estaba metiendo con Sayo asintió muy segura para continuar con
la broma.
—¡N-No! ¡No es eso! …Ah, no, no es que… no es que no quiera comer con Rio-
sama, pero…
Sayo lo negó por reflejo, pero enseguida se dio cuenta de su error y trató de
corregir sus palabras para explicarse ante Rio.
No muy seguro de cómo debía reaccionar, el chico simplemente puso una sonrisa
forzada. Mientras tanto, las chicas, que estaban observando el comportamiento
avergonzado de Sayo, pusieron una sonrisa divertida.
—Ya vale, chicas, denle un respiro. ¿No ven que Sayo está a punto de llegar a su
límite?
Dijo Ruri a las demás con algo de exasperación. Sayo miró a su grupo de amigas
con resentimiento y los ojos vidriosos. Aun así, a pesar de esto todavía parecía más
como un animalillo acorralado, por lo que su expresión no dejó ningún impacto en las
chicas. En todo caso, lo único que consiguió fue que les surgiera un sentimiento de
protección.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Vale. Bueno, tampoco es que ella sea la única que quiere comer con Rio-sama.
En realidad todas estamos deseándolo.
La chica chistosa que había estado molestando a Sayo terminó diciendo eso para
rebajar un poco la tensión. Las otras chicas también estuvieron de acuerdo en acabar
con la broma.
—Gracias… Me alegra oír eso. Pero ¿les importaría dejar de llamarme Rio-sama?
No creo que esté en una posición superior como para merecer ese honorífico, y la
verdad es que me hace sentir un poco incómodo.
Y de ese modo, las chicas continuaron charlando animadamente y en voz muy alta.
Su conversación fue pasando de un tema a otro hasta que se olvidaron por completo
de meterse con Sayo y de lo que les había pedido Rio. Parecía que tendría que seguir
aguantando que se refiriesen a él como “Rio-sama” durante algún tiempo más. Por ello,
dejó caer los hombros. Aunque, en cuanto a esto, Rio tampoco tenía mucho derecho a
hablar ya que las chicas le habían dicho muchísimas veces que dejara de hablar de
una forma tan educada con ellas. Quizás esto era como una pequeña venganza por no
hacerles caso.
—Jajaja, no podía esperar menos de alguien tan apuesto como Rio. Me recuerda a
mí cuando era joven.
—¿Dices que Rio se parece a ti cuando eras joven? Vamos, no te hagas ilusiones.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Pues yo no recuerdo para nada haberme casado con un hombre tan maravilloso
como él. Es más, resulta una ofensa para él que trates de compararte siquiera, ¿no te
parece?
—Bah… Tampoco hace falta que lo digas así. A-A ver, después de todo ha viajado
por todo el mundo siendo así de joven. Debe de haberse visto obligado a superar
muchos obstáculos en su camino. Admito que quizá yo no era una persona tan
completa cuando tenía su edad…
Incapaz de refutar las duras palabras de su esposa, Dola se tragó lo que había
dicho al principio a regañadientes y asintió.
—¡Así que lo aceptas! Ah, pero ahora que lo dices, recuerdo que había otro chico
en la aldea que era como él… y no eras tú, por supuesto.
—¿Eh? ¿Desde cuándo hubo alguien así en nuestra aldea…? Aah, ese chico, ¿eh?
Dola se disponía a negar lo de que alguna vez hubo alguien similar, pero entonces
pareció recordar algo. Su expresión se volvió bastante taciturna, aunque nostálgica al
mismo tiempo.
—Calla. Te recuerdo que ese chico también te rechazó a ti. Dijo que dejaría el
pueblo para convertirse en un soldado.
—Fíjate. Parece que no era del tipo que aceptara sentar la cabeza con una mujer
de un pueblucho como éste.
—¿Oh? Parece que después de todo tienes una gran opinión de él.
—Umf. Calla.
—Me pregunto qué habrá sido de él… ¿Crees que ya ha tenido hijos?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Dola negó con la cabeza, descontento, y se mordió la lengua con una sensación de
incomodidad.
—…Si así fuera, entonces probablemente su hijo tendría la edad de los jóvenes de
esta aldea. Eso o aún más pequeño. De todas formas, dudo mucho que se hombre
regrese algún día. Ni siquiera tiene sentido pensar en ello.
Respondió él tajantemente.
◇ ◇ ◇
—Ah, Rio, justo a tiempo. Hay una cosa que quería peguntarte. ¿Por qué no
hablamos mientras vamos caminando?
Le dijo ella una vez que estuvo a una distancia suficiente para hablar sin gritar, a lo
cual le animó a retomar el camino junto a ella.
—Sí…
—Bien, eso hará las cosas más fáciles. Ahora mismo estamos decidiendo quién
estará en el equipo que transportará los excedentes hasta la capital, y estaba
pensando en pedirte que tú los escoltaras ya que tienes experiencia viajando y todo
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
eso. Es muy extraño que pase algo, pero nunca se puede tener la seguridad absoluta
de que no vaya a haber ningún percance. ¿Te interesa el trabajo?
—Gracias a ti, la calidad de vida en esta aldea ha mejorado muchísimo. Todos los
aldeanos te están agradecidos. Nos has enseñado a fabricar herramientas útiles y
unas técnicas novedosas para nuestros cultivos. A este ritmo, la cosecha del año que
viene será gigantesca, y no habrá más evidencia de toda la ayuda que nos has dado
que ésa.
—No creo que las cosas hayan cambiado tanto como dices, pero al menos ahora
las cosechas deberían ser más estables que antes.
Alguien gritó con furia. El ruido venía de la propia casa. Rio y Yuba se miraron entre
sí.
—Espera, te acompaño.
Pero Yuba lo llamó y empezó a seguirlo a un paso más rápido de lo normal para
ella. Por tanto, los dos se dirigieron rápidamente a la casa de la alcaldesa por el
camino que conducía a ella.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
◇ ◇ ◇
Pocos momentos después de que ambos llegaran a la casa, justo delante, había
dos grupos de hombres mirándose entre sí. Uno de ellos estaba compuesto por los
jóvenes de la aldea, incluido Shin, mientras que el otro también por jóvenes aunque
Rio no los conocía. Los chicos locales ganaban en términos numéricos, sin embargo,
los otros tenían entre ellos a un individuo particularmente grande; parecía un
adversario formidable en una pelea cuerpo a cuerpo.
—¡¿Quién demonios te crees que eres andando por ahí como si fueras el dueño del
lugar, Gon?! Incluso has tenido los huevos de ir directamente a los baños.
Decía Shin mirando con odio al gigante, que por lo visto se llamaba Gon.
—¿Eh? Sólo he venido a visitar a la alcaldesa. Había una caseta allí que
sencillamente no conocía, así que fui a investigar. ¿Desde cuándo tienen unos baños?
Aunque, ya veo, así que es por eso…
Comprendiendo la situación, Gon dirigió una mirada pervertida hacia las chicas que
llevaban poca ropa. Los hombres que lo acompañaban también les estaban dirigiendo
miradas lascivas mientras sonreían de forma repugnante.
Gritó Shin.
El gigantón inspeccionó al grupo de chicas una por una. Entonces, Sayo se puso a
temblar.
Le susurró Ruri poniéndose delante de ella, pero Gon ya parecía haberse dado
cuenta de la situación.
—Aún es una mocosa, pero sin duda tiene un cuerpazo, ¿no crees? ¿Por qué no
nos la presentas, mi querido hermanastro?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Dijo sonriendo.
—¡Que te jodan!
Shin perdió los papeles y estuvo a un pelo de soltarle un golpe al otro chico.
—¡S-Suéltame, Ruri! ¡Este gilipollas no parará hasta que le enseñe una lección!
—¡No puedes permitir que te haga perder los nervios tan fácilmente! ¡Te meterás
en un buen lío si le das un puñetazo por una tontería como ésta! Da igual lo asqueroso
que sea, sigue siendo el hijo del alcalde de otro pueblo. ¡No querrás causarle
problemas a Sayo, ¿verdad?!
—Guh…
Shin retrocedió a regañadientes con la cara roja de frustración. Entonces, Gon dejó
salir un suspiro de decepción y trató de provocarlo más.
—Ooh, no hace falta que te contengas porque sea el hijo del jefe de otra aldea,
¿sabes?
—Tch, cobarde.
—Bueno, qué más da. Ruri, veo que te has convertido en toda una belleza… Casi
no te reconozco.
—Deja que me quede en tu casa. Íbamos de camino a la capital para vender los
productos de nuestra aldea cuando de repente nuestra carreta se rompió. Repararla
nos llevará todo el día de mañana.
—Entiendo que quieran reparar su carreta estropeada, pero ¿por qué necesitas
quedarte en mi casa para hacer eso?
—¿Porque soy un invitado y además el hijo del jefe de otra aldea? Me merezco una
hospitalidad adecuada.
Ruri negó con la cabeza tajantemente, negándose a aceptar las demandas de Gon.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—…¿E-Eh? ¡No digas esas estupideces sin sentido! ¡Vamos, qué asco!
Ruri se había mostrado implacable, pero las últimas palabras de Gon hicieron que
se pusiera a temblar de repugnancia.
—¡¿Eh, Ruri?! ¡¿De qué está hablando?! ¡¿Vas a casarte con este malnacido?!
—¡No tengo ni idea de por qué ha dicho eso! ¡¿Qué razón tendría para casarme
con alguien así?!
La chica respondió tratando de probar que efectivamente era la primera vez que oía
hablar de eso.
—¿No lo sabías? La única descendiente de la jefa de tu aldea eres tú, Ruri. Lo que
significa que… según la tradición, tú serás la próxima alcaldesa. Pero como para
mandar es obligatorio que te cases, no podrás mantenerte soltera durante mucho
tiempo. Por eso me estoy ofreciendo como pretendiente para ser tu futuro esposo.
—¡Y una mierda! ¡No puedes decidir eso sin tener en cuenta lo que ella opine!
Shin, que había estado fuera de la línea de fuego durante un rato, fue incapaz de
seguir escuchando las barbaridades que soltaba el gigantón y gritó con rabia.
—No lo estoy decidiendo, sólo ofreciéndome. Y creo que ofrecerme está dentro de
mis libertades, ¿no? Me parece que las personas ajenas a esto como tú no tienen
derecho a protestar.
Shin siguió gritando y los chicos que lo acompañaban le corearon para animarle.
—¡Eso!
—¡Ayudemos a Shin!
Los otros chicos se pusieron a gritar, soltando aire fuertemente por la nariz. Ellos
también habían perdido la paciencia.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Ruri trató de impedir la trifulca, pero su voz ya no podía llegar a los oídos de nadie.
—¡Ja! Por fin esto se ha puesto interesante. ¡Ven a por mí, te enseñaré lo fuerte
que soy!
—Oye, tú sabes usar las Técnicas Espirituales, ¿no? ¿De verdad esto es lo mejor
que puedes hacer incluso después de haberte reforzado?
Parecía como si no estuviera recibiendo resistencia alguna por parte del puño de
Shin.
Shin se enervó mucho y puso más fuerza en su puño bloqueado, pero no consiguió
que el brazo del otro se moviera ni un centímetro a pesar de que realmente estaba
usando las Técnicas Espirituales para reforzarse.
Gon susurró para sí mismo y extendió su otro brazo para agarrar a Shin por el
cuello como si nada. Entonces lo levantó del suelo como si pesara lo mismo que una
pluma.
Shin forcejeó por el dolor. Intentó quitarse el brazo del chico de encima, pero no le
estaba haciendo absolutamente nada.
Al ver que su hermano estaba sufriendo, Sayo corrió hacia ellos en pánico. Su voz
sonaba muy aguda y el cuerpo le temblaba ligeramente. Cuando sus ojos se
encontraron con los de Gon, bajó la mirada tímidamente para evitar el contacto visual.
Satisfecho consigo mismo, Gon soltó aire por la nariz y miró hacia el chico con aire
triunfante.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Hey, hace tiempo que no nos vemos, señora Yuba. Disculpe todo este jaleo…
Sólo estábamos charlando cuando de repente este tipejo de aquí trató de golpearme.
Respondió con la mirada fija en Shin, a quien aún tenía agarrado por el cuello.
—Si lamentas esta situación, entonces suéltalo. No me importa si eres el hijo del
alcalde de otra aldea… una pelea más en mi pueblo y te expulsaré sin que me tiemble
la voz. No quiero ni “es ques”, ni “peros” ni nada.
—C-Cabrón…
—¡Ja! ¿De verdad necesitas a tu preciada hermanita para que te proteja? Qué
patético.
Le regañó la anciana.
—Guh…
Pero Shin se tragó sus palabras y dejó caer la cabeza por la frustración. Sayo le
ayudó a caminar dejando que se apoyara en su hombro y lo llevó hasta donde su
grupo.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Ruri se acercó a ellos y ayudó a Sayo a llevar a su hermano desde su otro costado.
Después de que Shin se hubiera retirado, Yuba se puso a hablar con Gon para
intentar dejar zanjada la situación que tenían entre manos.
—A ver, ¿para qué han venido aquí? No me digan que solamente iban buscando
pelea.
—Abuela, todas nos estábamos bañando en ese momento. Una de las chicas se
dio cuenta de que se estaban acercando a los baños y se puso a gritar…
Explicó Ruri.
—Ya veo. Así que confundieron a Gon y sus amigos por unos mirones y unos
pervertidos.
Yuba asintió como si hubiera comprendido la situación y Gon negó esa acusación
sin perder tiempo.
—Vale, acepto el hecho de que no sabías para qué era esa cabaña. Sin embargo,
eso no es excusa para entrar en una propiedad privada que no te pertenece y
fisgonear por tu cuenta sin permiso.
Yuba analizó la situación con calma. Rio estaba de acuerdo con ella. Pensaba que
no era necesario intervenir, por lo que sencillamente se quedó observando en silencio
desde un lado.
—¿Sabe?
Comenzó.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—De acuerdo, ahora lo entiendo. ¿Hay alguien que quiera añadir algo más?
Mientras se alejaba, Gon se dio cuenta de que había alguien desconocido al lado
de la anciana, es decir, Rio. Entornó los ojos y estudió el rostro del chico. Rio le
devolvió la mirada con una aún más fría, cuidando de que Gon no intentara hacer
nada más.
Umf. Con esa cara tan refinada seguramente se trate de otro aristócrata amanerado
de esos. No me gusta su aspecto.
Al ver que Rio le estaba devolviendo la mirada sin titubear, Gon frunció ligeramente
el ceño. Pero su expresión cambió inmediatamente a la de una sonrisa siniestra, como
si de repente se le hubiera ocurrido una idea fantástica.
El chico estaba caminando con los hombros rectos, pero de repente su dirección
cambió a otra que en principio no era su destino. Fingió indiferencia a medida que se
iba saliendo del camino y se chocó con Rio justo en el último momento; le había
golpeado con el hombro.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Uups, discul–
Gon, que superaba a Rio tanto en altura como en peso, rebotó como si se hubiera
chocado contra una pared. El impacto inesperado hizo que casi perdiera el equilibrio, y
entonces abrió enormemente los ojos al no poder creerse lo que acababa de pasar.
Uno de los chicos que iban detrás de él le preguntó con el mismo nivel de sorpresa.
No había podido ver lo que sucedió desde detrás.
—¿Eh? Ah…
Gon seguía aún un poco asombrado. Se miró a sí mismo y luego a Rio para
compararse, incapaz de comprender lo que había ocurrido.
—Veo que sus músculos están bastante tonificados, pero parece que ese viaje tan
largo le ha pasado factura. El sol se pondrá pronto. ¿Le puedo sugerir que se dirija a
su alojamiento para descansar?
Dijo Rio educadamente y poniendo una sonrisa falsa sin ninguna emoción tras ella.
Gon pareció percibir que había algo extraño en aquel chico, pero se convenció a sí
mismo de que seguramente sólo había sido su imaginación. Ése era el nivel de
confianza que tenía en su fuerza física.
Con sus seguidores a la zaga, el chico de otra aldea se marchó del lugar esta vez
de verdad. Una vez que su grupo se hubo perdido completamente de vista, los chicos
y las chicas de la aldea se relajaron inmediatamente y toda su tensión desapareció,
por lo que todos dieron un suspiro colectivo de alivio.
—A-Abuela, Shin y los demás sólo estaban intentando protegernos. Así que, umm,
no les eches mucho la culpa, ¿vale?
—Por supuesto que eso ya lo sé. Me imagino que el que empezó la trifulca fue ese
salvaje. Cuando sus padres lo consideraron un caso perdido, ya no volvió a recibir
disciplina en condiciones, así que usa su posición para salirse con la suya. Siempre
está buscando problemas. Dicho esto, nuestros chicos tienen parte de la culpa por
haberse encendido tan fácilmente.
—Ugh…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Después de haber perdido los papeles y lanzar el primer golpe, por no hablar de
que encima le habían hecho quedar mal, Shin se sintió culpable y no pudo refutar
nada de lo que dijo la jefa de la aldea.
—Por ahora, quiero que absolutamente todos se vayan a casa y no armen más
jaleo. Les he prohibido que salgan al pueblo, pero aun así no se confíen. Informen a
sus conocidos del vecindario también, y asegúrense de hacerme saber
inmediatamente cualquier cosa inusual que ocurra.
Yuba les dio esas instrucciones, lo que hizo que todos intercambiaran miradas
antes de dar su confirmación tímidamente.
Después de un rato, las chicas regresaron a los baños para terminar de cambiarse
y entonces volvieron a salir. Una vez que los preparativos ya estaban hechos, todos
comenzaron a moverse y cada uno se fue a su casa. Sin embargo, aún había dos
personas que no se habían movido del sitio donde estaban, paralizados: eran Shin y
Sayo. Ella aún parecía estar aterrada por lo que había sucedido anteriormente, ya que
su cuerpo seguía temblando un poco.
—…Perdón, señora, tengo que pedirle algo. ¿Podría dejar por favor que Sayo se
quede en su casa esta noche? Como sabe, los dos vivimos solos, y antes he dado un
espectáculo patético. Nuestra casa no queda muy lejos de donde se van a hospedar
esos tipos, así que probablemente se sentirá nerviosa durante todo el día… Creo que
estará mucho mejor si se queda con Ruri, usted y… él… sí.
Shin arrugó la frente de vergüenza mientras inclinaba su cabeza ante Yuba. Por un
segundo miró a Rio de reojo, pero inmediatamente volvió a apartar la vista y mirar al
suelo. Yuba pareció conmovida por esto, ya que sus ojos se abrieron enormemente.
—¿Oh? ¿Qué es esto? Qué raro es verte con esta actitud tan humilde y admirable,
incluso tratándose del bienestar de Sayo. ¿Acaso esa paliza que te han dado te ha
servido para aprender la lección?
—¡C-Calle! ¡Me puse nervioso y causé muchos problemas, pero no es por eso!
¡¿Va a dejar que se quede o qué?!
Yuba le dio el permiso requerido y miró a la chica, quien aún seguía allí plantada y
notablemente asustada.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Claro que no. A juzgar por tu estado, igualmente habrías tenido demasiado miedo
como para poder dormir sola. Quédate en la habitación de Ruri esta noche… Oh, ¿o
prefieres dormir con Rio?
—¡Muy bien, esta noche habrá dos platos más en la mesa para cenar! A cocinar se
ha dicho.
—Yo tengo algunos asuntos que atender primero, así que entren sin mí, por favor.
—¿Eh? ¿Asuntos?
—Me gustaría llevar a cabo algunas medidas de seguridad, sólo por si las moscas.
Parecía que Ruri no estaba del todo convencida, pero Rio puso una sonrisa
reservada y asintió.
—…Sí.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Parecía que Shin quería hablar de algo con el chico, pero acabó alejándose a
desgana después de que Ruri se dirigiera a él directamente.
◇ ◇ ◇
Esa noche, mientras la mayoría de los aldeanos estaba cenando en sus casas, Gon
y sus lacayos se encontraban bebiendo en la cabaña que les habían prestado. Su
cena estaba repartida por todo el suelo de la caseta junto a varios alimentos de
acompañamiento conservados. Todo sabía soso, sin ningún condimento que le diera
gusto.
—Esto es un aburrimiento, jefe. No hay nada interesante, justo igual que en nuestra
aldea.
Un chico de baja estatura iba diciendo esas cosas mientras le servía la bebida a
Gon.
Gon se tragó el alcohol que le acababan de echar en el vaso con una sonrisa.
—¡Jaja! Ruri es una belleza, sin duda, pero creo que la hermana menor de Shin
también estaba para mojar pan.
—¡Vaya vaya! Así que tú eres uno de esos que buscan el placer por encima de todo,
¿eh? Bueno, de cara no estaba mal, y el hecho de que sea la hermana pequeña de
ese bastardo hace que sea aún mejor. Supongo que ella sería un buen objetivo
alternativo después de Ruri.
—¡Genial!
En cuanto Gon dio su permiso, sus seguidores se pusieron a vitorear con alegría.
― 73 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
siguientes, aquellos que nunca heredarían los negocios familiares. Por ello, habían
constituido una banda para así hacer lo que les diera la gana. A la cabeza del grupo se
encontraba Gon, el líder absoluto.
Él era hijo del jefe de su aldea, pero al igual que los demás no era el primogénito, y
desde pequeño lo habían criado como si fuera un reserva por si le pasara algo a su
hermano mayor. Sin embargo, el chico fue incapaz de quedarse callado ante esa
situación y no quiso aceptar su papel de ciudadano de segunda, algo parecido a lo que
pasó con sus subordinados. Quizá se debía a su educación o porque le tenían cierto
respeto por el hecho de ser el hijo del alcalde, pero su personalidad se desarrolló
hasta convertirse en una persona astuta y caprichosa con el paso de los años.
Además, tenía una constitución imponente y cierto talento para las Técnicas
Espirituales. Su especialidad eran las de aumento de las capacidades físicas y
corporales, la peor combinación posible para cualquiera que quisiera enfrentarse a él
cuerpo a cuerpo. Ya en el momento de cumplir diez años, ninguno de los adultos de la
aldea eran rival para él, por lo que empezaron a marginarlo.
Ahora tenía dieciocho. En algún punto de ese tiempo empezó a juntar hijos no
primogénitos como él y los puso bajo sus órdenes, ganándose su propia influencia en
la aldea. Con el tiempo, su poder se hizo tan alto que ni siquiera su padre se atrevía a
tocarlo. Cada vez que causaba algún problema, le costaba muchísimo castigarlo. Bajo
circunstancias normales, no habría manera de que un grupo de camorristas como el
de Gon fuera elegido para transportar y vender mercancías en la capital, sin embargo,
los aldeanos se vieron incapaces de negarse a sus exigencias permitiéndoles en
última instancia cumplir el papel de comerciantes. Lo que no sabían es que la banda
había estado planeando algo muy distinto a sus espaldas…
En los últimos tiempos, los aldeanos intentaron persuadir al grupo de Gon para que
se unieran al ejército del reino, pero él se dio cuenta de que su verdadera intención era
mantenerlos alejados de la aldea sin quedar mal. Por eso, Gon ideó un plan para
abandonar la aldea en unas condiciones mucho más favorables. No obstante, el
mundo no era tan sencillo como para abandonar su pueblo y poder vivir nada más que
con su grupo; debían asegurar su nuevo destino con antelación para tener un
suministro de comida y ropa y un techo bajo el que vivir. Fue entonces cuando la aldea
de Yuba captó la atención del joven.
Si convertía a Ruri en su esposa, entonces podría hacerse algún día el jefe legítimo
de la aldea. Ambas aldeas eran vecinas, la suya y la de Yuba, por lo que sabía que
Ruri era la única pariente viva. Se trataba sin duda de una oportunidad única en la vida,
y además le había caído prácticamente en las manos. Pero lo más importante es que
el aspecto físico de la chica era el tipo perfecto para Gon.
De todas formas estaba claro que, si trataba de llevar a cabo este plan por la vía
legal, Ruri lo rechazaría. El hecho de que Gon decidiera probar una aproximación más
cuestionable sin dudarlo demostraba lo retorcido que era realmente.
—También tuvimos que destrozar la carreta con los problemas que eso implicaba.
Será mejor que mañana la dejemos reparada.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
◇ ◇ ◇
La mañana siguiente transcurrió sin incidentes a pesar de que el día anterior habían
llegado unos invitados muy poco deseados a la aldea. Hasta ahora, Gon y su banda
habían mantenido su promesa, evitando el contacto con los demás aldeanos y
centrándose en reparar su carreta de caballos. Puesto que todo parecía normal, los
aldeanos se olvidaron pronto del grupo de forasteros.
Rio también terminó el trabajo que se le había asignado bastante pronto, por lo que
se fue a casa antes que el resto. Yuba ya se encontraba allí, así que los dos
decidieron descansar un rato antes de ponerse a preparar la cena. Entonces, cuando
ya se estaban sirviendo el té, alguien llamó a la puerta.
Dijo alguien.
—Gracias.
—Ah, Rio. Hayate-sama ya ha llegado a la aldea, así que he venido aquí para
informar a la señora Yuba.
Ume debía de haber venido a toda prisa, ya que se encontraba sin aliento.
Preguntó Yuba.
—Sí, junto con sus subordinados. Le dije que se sintiera como en su casa en las
cabañas para invitados.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Ah, cierto. Rio… perdona por pedirte esto, pero ¿podrías añadir cinco o seis
porciones más a la cena de esta noche? Seguramente vengan algunas personas a
acompañarnos hoy. Puede que incluso llame a alguna de las chicas del pueblo para
que te ayude.
—Entendido… Me pondré a ello. ¿Quiere que prepare una comida algo más lujosa
de lo normal? Si es así, puedo ir a cazar algo ahora mismo…
Dijo Yuba animadamente y dando las gracias a Rio por su predisposición para
ayudar. Entonces, una vez se hubo despedido de él, salió de la propiedad a paso
ligero mientras que Rio recogió rápidamente las cosas del té y se dirigió al monte para
cazar. Como andaba escaso de tiempo, decidió usar las técnicas espirituales que
normalmente se abstenía de emplear cuando iba de caza.
Ya tengo uno.
Los lenous eran criaturas que normalmente no volaban en bandadas, pero eran
mucho más fáciles de cazar en el aire, cuando llevaban la guardia baja. Con eso en
mente, Rio avistó enseguida a su siguiente presa un poco más lejos de su localización
actual y se lanzó a por ella sin demora. La caza progresó estupendamente y la dio por
terminada, limpieza de presas incluida, antes de que el sol se hubiera ocultado del
todo.
◇ ◇ ◇
La banda de Gon terminó pronto la reparación de la carreta y, tras dejar el resto del
trabajo a una serie de subordinados y aldeanos que los acompañaban, se pusieron a
beber en la cabaña que les habían prestado antes de que el sol se hubiera puesto
siquiera.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Hah… hah…
Dijo gritando el chico, lo que causó que los hombres de Gon se pusieran todos
nerviosos.
—…¿Y qué?
Gon preguntó con un tono de soberbia. Parecía bastante molesto por el hecho de
que hubieran arruinado el ambiente de su fiesta para beber.
Sentenció Gon, descontento, y se llevó una copa llena hasta arriba de alcohol a la
boca. Los demás empezaron a mirarse entre sí.
—Pero, jefe, se rumorea que los recaudadores de impuestos son gente muy fuerte,
¿sabes? Se dice que, una vez, hubo una revuelta en cierta aldea y uno de ellos la
reprimió totalmente en solitario.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Además, nos pasaremos por allí cuando todos estén durmiendo. Como es la
señora Yuba de quien estamos hablando, probablemente habrá alcohol de por medio
en su cena. Da igual que sea un recaudador de impuestos, un guerrero o un simple
vasallo, en cuanto se eche a dormir después de haber bebido estará indefenso…
—Bueno, puede que eso sea cierto… S-Supongo que tiene razón.
El líder de la banda propuso esa idea con una sonrisa pervertida. Jaleados por sus
palabras, los demás comenzaron a proferir una risa siniestra.
◇ ◇ ◇
Rio se apresuró en regresar a casa después de la caza, pero aún no había llegado
nadie todavía, por lo que decidió que lo primero que haría sería quitarse el olor a
sangre y vísceras de su cuerpo.
El plato principal de esa noche sería lenou; tras descartar y barajar diversas
combinaciones de platos para el menú, Rio se dirigió a la cocina y por fin se puso a
preparar los ingredientes de la cena. No mucho más tarde, un aroma exquisito ya se
estaba repartiendo por toda la sala de estar. Fue entonces cuando Yuba llegó a casa
acompañada de un grupo de hombres así como de Ruri y Sayo. La entrada de la casa
se puso ruidosa de un momento para otro.
—Bienvenidas de vuelta.
Rio saludó a Yuba y las demás desde la cocina, la cual estaba localizada justo nada
más entrar en la casa a la derecha.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Sin duda se trata de un aroma muy interesante… Señora Yuba, ¿ese chico
siempre ha sido un miembro de su aldea?
—Él es Rio, el hijo de un viejo conocido mío. Ahora mismo está pasando una
temporada en nuestra aldea.
Contestó ella. Rio dejó el fuego a cargo de Ruri y Sayo durante el rato que salió de
la cocina para saludar a los invitados.
—Igualmente.
—Bueno, no vamos a quedarnos aquí todo el día, ¿no? Caballeros, pasen al salón
y tomen asiento. La cena estará lista enseguida.
Yuba le dio permiso para excusarse y Rio volvió a la cocina. Al mismo tiempo, Ruri
salió de la cocina y ocupó el puesto de Rio en el salón.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Ruri sonrió de una manera muy amigable y sirvió el té para Hayate y compañía.
Le ordenó Yuba, poniendo a su nieta a cargo de dar una cálida bienvenida a los
visitantes. Ella tenía una personalidad muy animada y amigable, por lo que era
perfecta para el trabajo. Yuba también debía permanecer junto a los invitados, lo cual
evidentemente dejó a Rio y Sayo solos en la cocina.
—Perdone por tener que ayudar tanto, Sayo-san. ¿Le irá bien a Shin en casa para
cenar?
—Sí. Mi hermano se quedará a cenar en casa de Ume y Dola. Suele ocurrir muy a
menudo cuando vienen invitados importantes a la aldea, por lo que no deje que eso le
preocupe.
—…Ah.
Entonces puso una sonrisa tímida para a continuación responder a Rio con
inseguridad.
—…¿Tanto se me nota?
—Sí.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—…Bien.
—Estoy seguro de que todos tienen hambre ya, así que démonos prisa en terminar
esto.
—Claro, pero… creo que también me gustaría pasar algo más de tiempo cocinando
junto a usted.
Dijo con el volumen de un susurro. Rio ya se había movido de sitio, por lo que no
pudo escuchar la última parte de la frase.
◇ ◇ ◇
Menos de una hora después, todos los platos habían terminado de cocinarse y la
mesa estaba preparada para la cena.
—Esta comida es sin duda extravagante. No pensaba que sería invitado a un festín
de carne… Y ni siquiera se trata de alimentos conservados. Debe haber sido agotador
preparar toda esta cantidad para tantas personas. Le ofrezco mi más sincera gratitud.
—Rio es un cazador muy aplicado. Tiene una gran variedad de talentos y ha sido
de gran ayuda para nuestra aldea.
—¿Oh? ¿Así que el señor Rio no sólo ha preparado la comida, sino que además
cazó a las piezas por sí solo? Aunque mi equipo conoce las técnicas de caza, en lo
que se refiere a cocinar, lo más que podemos hacer es asar la carne a la parrilla y
preparar comidas simples en la hoguera. Ser capaz de hacer todo eso y además con
su edad resulta más que impresionante.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
El noble alabó a Rio con asombro después de Ruri. Las comidas “de hoguera” de
las que hablaba eran las mismas raciones de campaña que se comían durante las
batallas.
—He estado viajando en solitario durante algún tiempo, así que esas habilidades se
fueron desarrollando por sí solas. En esta ocasión yo me encontraba a cargo del plato
principal, pero Sayo hizo la mayoría de los acompañamientos. Por favor, cómanselo
todo antes de que se enfríe.
Dijo Rio mirando a la chica, lo que hizo que todos los asistentes se animaran.
Sayo agachó la cabeza por vergüenza. Ante eso, Rio sonrió sutilmente y Hayate
reprendió a sus ayudantes por su comportamiento.
—Entonces comencemos.
—Si se me permite preguntar, Rio-san, ¿qué clase de carne es ésta? Diría que es
del algún tipo de ave, pero no acabo de identificar la esencia. El aroma es realmente
apetitoso, si me lo preguntan.
Preguntó Hayate tras coger una loncha de carne entre sus palillos y acercársela a
la nariz para olerla.
—Esta receta la aprendí durante mis viajes por diversos países, y básicamente
implica asar la carne con hierbas. Ese aroma, diríamos único, es característico sólo de
esa receta, pero el ingrediente principal es simplemente carne de lenou.
—Ya veo… Esa ave, el lenou, ¿eh? Ah, ahora que lo dice… ¿cómo debería
describirla…? ¡Es deliciosa!
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Los aderezos principales son sal y pimienta, pero también le puse algunas
hierbas especiales y aceite que no proviene de esta región para darle gusto. El
ingrediente secreto es un chorrito de miel.
Explicó Rio.
—Ooh, ¿utilizó pimienta? Qué ingrediente tan valioso… ¿Realmente está bien
gastar todos esos ingredientes que no se producen en nuestro reino?
La sal se producía en ciertos reinos con climas en los que la temperatura media se
encontraba entre la que había en la región de Yagumo y la de Strahl, así que, aunque
era cara, tampoco era imposible obtenerla. Aunque Rio podía guardar todos los
ingredientes que quisiera y durante un tiempo indefinido en el Almacén Espacio-
Temporal, no era tan estúpido como para revelar eso abiertamente, de modo que se
inventó una mentira adecuada para la situación. Bueno, ésa no era la única razón; si
podía aprovechar esta oportunidad para ganarse el favor de los visitantes, quizá eso
podría beneficiar a la aldea por si pasara algo en el futuro.
Parecía que todo estaba saliendo exactamente como Rio había planeado puesto
que daba la impresión de que Hayate tenía una opinión de él muy positiva.
—¡¿Eh?!
—¡¿Fueh?!
Ruri y Sayo se quedaron anonadadas. Aunque Yuba no hizo ni un solo sonido, sus
ojos también se abrieron enormemente por una fracción de segundo.
Rio había utilizado pimienta en la comida de Yuba y Ruri varias veces, pero nunca
les había hecho saber el valor de dicho ingrediente. No era el tipo de comida en el que
la gente de aldea se interesara mucho, así que era natural que Ruri y los demás no
conocieran su valor.
—¡Rio, ¿en serio has estado usando algo tan caro en nuestra comida todo este
tiempo?! ¡Tenías que habérnoslo dicho!
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—…Emm, pero ¿no dije que tenía bastante menos pimienta que sal?
—¡P-Puede que lo hayas mencionado, pero nunca dijiste que fuera tan cara! Ugh…
—Umm, pero lo compré en una de las zonas donde se produce, así que no fue tan
caro.
—A-Aun así… Si se trataba de algo tan valioso, podrías haberlo guardado para ti…
—Ya dije que no tenía sentido almacenarlo para siempre, ¿no? No se preocupe por
ello, de verdad. Vamos, sigamos cenando antes de que se enfríe.
Rio negó con la cabeza y una sonrisa forzada. Y así, todos se calmaron y volvieron
a centrarse en sus platos. Más tarde, la bebida especial de la aldea fue servida y la
escena se convirtió en un pequeño alboroto animado. Para el momento en que Rio y
Sayo sacaron los acompañamientos para las bebidas, el resto de los invitados ya
estaban sonrojados por el efecto del licor.
Los ayudantes respondieron con una pequeña sonrisa. En cierto momento, las
conversaciones se dividieron en dos grupos, uno entre Yuba y los ayudantes y el otro
entre Rio, Ruri, Sayo y Hayate.
Preguntó el chico.
—Ya veo.
—Dejando a Ruri y Sayo a un lado, ¿usted por qué no bebe tampoco, Rio-san? No
hay necesidad de contenerse aunque estemos aquí.
—Después de esto debo realizar mi entrenamiento diario, así que hoy ya aprovecho
para ejercitar mi autocontrol.
—Oh, así que está estudiando alguna forma de artes marciales. Lo he deducido por
la compostura y la capacidad de controlarse que tiene.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Jajaja. No tiene por qué ser tan modesto. Ha estado viajando por todo el mundo a
una edad muy corta… Estoy seguro de que disfruta de unas capacidades
considerables. ¿Sería tan amable de contarme algunas historias sobre sus viajes y
aventuras? Apenas tengo la ocasión de salir del reino y hacer viajes por placer.
Hayate tomó confianza con el chico y empezó a preguntarle sobre sus viajes. Ruri y
Sayo estuvieron escuchando atentamente durante la mayor parte, interrumpiéndolo
ocasionalmente con sus propias preguntas. Él respondió a todas sus curiosidades
hasta donde ya pasaban al territorio de lo personal. Al final terminaron preguntándole
sobre su hogar natal, el cual él dijo tratarse del reino de Karasuki.
—Así que sus padres nacieron en este país. Entonces es posible que usted
recibiera su nombre de la persona que aparece en las leyendas de nuestro reino.
—Aah, ¿se refiere a la leyenda del Ryuo el héroe? Vaya, qué recuerdos me trae
eso. Mi padre solía contármela mucho.
Rio inclinó la cabeza con curiosidad y preguntó directamente a Sayo, que estaba
sentada a su lado.
Ella asintió.
Una vez hace mucho tiempo, aproximadamente hace mil años (antes de que el
reino de Karasuki se hubiera fundado), unos seres malignos campaban a sus anchas
por toda la tierra amenazando las vidas de la gente. Devastaron el mundo dejando un
enorme reguero de muerte y desesperación allá por donde pasaban. Pero fue
entonces cuando el héroe, a quien más tarde se le daría el nombre de Ryuo, apareció.
Ryuo tenía una personalidad fuerte, amable y excepcional. Fue capaz de subyugar
por sí solo a los seres malvados contra los que una vez la gente se vio en problemas.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Un día, Ryuo declaró que había localizado el lugar donde se estaban generando los
seres malignos. Su plan era dirigirse allí inmediatamente con el fin de eliminarlos, pero
no había nadie que fuera capaz de seguirlo y aguantar en una batalla junto a él. Por
tanto, acompañado tan sólo por un valiente aventurero, el héroe partió hacia el lugar
donde se originaban los seres malvados y dejó a todo el mundo aguardando por su
regreso. Pero entonces sucedió la tragedia.
¿Por qué? ¿Por qué no viniste a salvarnos antes? ¿Por qué nos abandonaste aquí
para morir?
Aunque Ryuo pidió disculpas por haber llegado tarde, todavía alguien insistía.
Nunca hubo una batalla en la historia que hubiese terminado con tantas bajas como
ésta, y las expectativas de la gente habían sido traicionadas. El descontento que se
había ido generalizando durante la guerra creció hasta convertirse en la opinión de
todo el mundo, y entonces finalmente explotó.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Aunque había algunos entre la masa que pretendían apaciguar a los demás, ya era
imposible que la voz de unos pocos llegara hasta los oídos de una muchedumbre
enfurecida. Ryuo no cumplió con su papel de héroe y la gente lo consideraba culpable
de ese pecado, pero él agachó la cabeza ante todos y aceptó sus críticas como la
verdad. En consecuencia, Ryuo se declaró a sí mismo indigno del título de rey y
renunció al trono. Una nueva dinastía de monarcas comenzó su mandato no mucho
después, y esos son los precedentes del actual reino de Karasuki.
La vida continuó pacíficamente desde entonces, sin más ataques por parte de los
seres malvados. Cuando ya pasó un periodo extenso de tiempo sin un solo conflicto, la
gente finalmente se dio cuenta de que Ryuo había destruido el origen de los enemigos,
justo como él dijo que haría. De repente todo el mundo se acordó de él y empezó a
hacerse preguntas: “¿Qué será de Ryuo?”, decían, pero en ese momento el héroe ya
había desaparecido de aquellas tierras.
Eso fue lo que dijo a unas pocas personas de confianza antes de abandonar el
reino. El rey anunció públicamente la verdad a sus ciudadanos: reconocía que habían
cometido un error imperdonable al expulsar a Ryuo de sus tierras, lo que llevó a un
periodo de reflexión para todo el mundo. El tiempo pasó y la gente aún seguía
contando la leyenda de Ryuo, transmitiendo sus historias de una generación a otra.
Reconocieron su culpa y rezaban para que algún día su héroe regresara.
—No sé si lo que cuenta esta leyenda tradicional pasó en realidad o no, ni siquiera
sé si la figura de Ryuo existió. Sin embargo, creo que esta historia merece seguir
contándose. Se puede aprender muchas cosas de ellas.
—Cuando era pequeña, siempre me sentía triste por el rey de esa historia y lloraba.
Incluso ahora, aún hace que me sienta decaída.
Añadió Sayo.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Ajaja.
Se rió su amiga.
—Pero si los padres de Rio realmente le pusieron ese nombre por el héroe de la
leyenda, me pregunto qué clase de objetivo o de significado tendrían para hacerlo.
¿Acaso querían que se convirtiera en alguien como Ryuo?
—…¿Quién sabe?
Rio finalmente abrió la boca con una sonrisa de añoranza. Los cuatro continuaron
charlando durante un rato más.
Cuando Ruri se aproximó a él, Hayate le dio las gracias. Dio un sorbo a la taza
antes de dar a conocer sus impresiones sobre el sabor.
—Está delicioso.
—No hace falta que exagere. Tan sólo es un té de lo más común que bebemos
todos los aldeanos.
—No, eso no es así en absoluto. Fue usted, señorita Ruri, quien preparó este té,
por lo que uno común ni se le podría comparar.
—Ajaja. Me halaga.
Qué persona tan fascinante, pensó Rio mientras observaba a sus compañeros de
mesa con una sonrisa.
Aunque Hayate podía resultar seco y poco sociable, en realidad era una persona
muy honesta y sincera. Tenía dieciocho años y era el heredero de una de las familias
expertas en artes marciales del reino. A pesar de que llevaba el prestigio del linaje de
su familia a sus espaldas, jamás se aprovechó de su posición para avasallar a los
demás. Normalmente hacía gala de una gran dignidad, pero en cuanto vio a Ruri sus
acciones parecieron haberse vuelto algo inocentes e inseguras. La impresión que
tenía Rio de él era muy favorable.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
parecía que le interesara. Sin embargo ahí estaba Hayate, un joven con un futuro
altamente prometedor y que ya parecía haberse interesado por ella. Por supuesto,
aunque la decisión final del posible matrimonio les pertenecía nada más que a ellos
dos, Hayate ciertamente no parecía tener inconvenientes en convertirse en un
candidato para ser el esposo de Ruri.
Con ese pensamiento, Rio inició como si nada una conversación con Sayo, a su
lado, con la intención de darles a los otros dos un poco de espacio para hablar a solas.
Daba la impresión de que Sayo había pensado lo mismo, ya que respondió con
entusiasmo frente a la ocasión de conversar con Rio.
—Si extendemos más esta cena, me temo que mañana por la mañana estaremos
agotados. Terminemos la fiesta por hoy.
—Sí, será lo mejor. Sayo, deberías quedarte con nosotros esta noche. Ya es muy
tarde, así que puedes dormir conmigo.
Dijo Ruri decidiendo por su cuenta que su amiga se quedaría. No había necesidad
de avisar a Shin sobre ello, ya que él era consciente de que quedarse a dormir en su
casa siempre era una posibilidad. Recogieron todo rápidamente y se retiraron a sus
habitaciones a excepción de Rio, que salió a realizar su entrenamiento.
◇ ◇ ◇
—Uff…
Ya era muy entrada la noche, por lo que decidió dejarlo y se dirigió inmediatamente
a la caseta de baños, muy cerca de donde estaba. Sin embargo…
—¿Um?
Rio se quedó parado al sentir una presencia oculta entre las sombras. Dirigió sus
ojos hacia donde sintió aquella presencia; al mismo tiempo, manipuló el aire con las
Técnicas Espirituales e hizo que soplara una ligera brisa desde la misma dirección.
Las técnicas espirituales de viento también eran muy útiles para detectar olores, y
un usuario de alto nivel de dichas técnicas era capaz de levantar viento que le trajera
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
la esencia de las cosas que lo rodeaban. Esta táctica le permitía por tanto reconocer
todo aquello que el aire tocaba.
Ya era bastante tarde para que los aldeanos estuvieran despiertos siquiera, pero no
tanto como para que fuera absolutamente imposible que alguien se encontrara en el
exterior. Sólo podía detectar un aroma, y su dueño se estaba alejando cada vez más
de la casa de la alcaldesa.
Con el grupo de forasteros liderados por Gon pernoctando en la aldea, Rio había
colocado en secreto varias barreras mágicas el día anterior con las que poder detectar
a cualquier posible intruso que se acercara a la casa. Si alguien entraba en la
propiedad, él lo sabría inmediatamente. Concretamente, si un ser vivo con cierta
cantidad de maná cruzaba la barrera, la piedra espiritual usada como fuente mágica
para dicha barrera reaccionaría y produciría un montón de luz y de calor. La eficacia
de este sistema se podía ajustar a voluntad, llegando a dejar de funcionar en cuanto
se alejara de la barrera. Como mucha gente entraba y salía de esta casa por el día,
Rio mantuvo la barrera desactivada durante las horas de luz y la puso en
funcionamiento al llegar la noche.
Hasta el momento, la piedra espiritual, que era el núcleo de la barrera, había estado
inactiva. Una vez que Rio se secó el sudor de su cuerpo y se dio una ducha en los
baños, se retiró a su habitación y se quedó dormido.
◇ ◇ ◇
No mucho después de que Rio se echara a dormir, en una pequeña cabaña a las
afueras de la aldea…
—Vámonos ya.
Aproximadamente hacía una hora había enviado a uno de sus esbirros a vigilar la
casa del jefe de la aldea. Este subordinado informó que había oído a alguien en el
jardín y por eso había permanecido a la espera hasta ahora. Debido a ello, la
impaciencia del jefe no había hecho más que crecer en su interior. Viéndose incapaz
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Gon se quedó congelado ante la vista de dos chicas durmiendo en dos esterillas
distintas.
Tch, ¿por qué hay dos durmiendo aquí? Ruri y… ¿quién es ésa? Creo que ya he
visto esa car– ¡Ooh, pero si es la hermanita de Shin!
Ruri se movió un poco justo al lado de Sayo. Los ruidos de antes probablemente la
habían despertado, y ahora estaba sintiendo que había alguien en la habitación.
—Tch.
Gon volvió a hacer un ruido con la lengua. Entonces se puso encima de ella y le
tapó la boca.
—¡¿Mmgh?!
Naturalmente, esa acción hizo que Ruri abriera los ojos de golpe.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Él la amenazó justo delante de su cara. Sólo con esas palabras se dio cuenta de
quién era el intruso: Gon.
Incapaz de seguir la exigencia del hombre, Ruri empezó a dar patadas al aire y
forcejear.
Mierda…
Con ese pensamiento repentino, Gon hizo impactar su puño al lado de la cabeza
inmovilizada de Ruri con gran fuerza. Pum. El golpe, que produjo un ruido sordo,
resonó por toda la habitación e hizo que los cuerpos de Ruri y Sayo temblaran enteros.
—¡Escúchame!
Gon les habló en un tono bajo aunque intimidante. Tenía agarrada a Ruri por el
cuello y movía el puño delante de su cara, deteniéndose a escasos centímetros antes
de que hiciera contacto.
—Umf.
—A-Ah… Uh…
Aquel tirón violento hizo que a Sayo se le saltaran las lágrimas mientras Gon
continuaba presionándola con aire amenazante. Sayo casi asiente con la cabeza por
reflejo, pero entonces…
Los gritos de uno de los subordinados de Gon se pudieron oír al otro lado del hueco
de la ventana. Al mismo tiempo, se escuchó el ruido de algo pesado impactando.
—¡¿Qué está pasando, Rio-san?! ¿Qu–? ¡Tú, ¿qué crees que estás haciendo?!
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Ésa era la voz de Hayate a una distancia algo mayor, lo que significaba que el que
acaba de deshacerse del subordinado de Gon era seguramente Rio. Había detectado
una anormalidad con la piedra espiritual de la barrera mágica y acudió corriendo al
lugar.
“¡Mierda, tenemos que salir de aquí!”, decían las voces de los hombres que se
encontraban afuera. De repente todo se había puesto muy escandaloso.
Hayate se lanzó a perseguir a los hombres que habían escapado hacia la oscuridad
de la noche.
Gon se encontraba visiblemente molesto por cómo habían desembocado las cosas,
y entonces una luz cegadora entró a la habitación desde fuera. Esto hizo que todo lo
que entraba por sus ojos fuera de color blanco puro. Rio había cegado la visión de
Gon, le agarró del brazo izquierdo y encendió una luz en la habitación con las
Técnicas Espirituales. En cuanto vio la imagen del gigantón agarrando a Sayo por el
cuello y a Ruri con la ropa casi arrancada, comenzó a hablar con él en un tono muy
frío.
Preguntó.
—¡Gah! ¡¿Hah?!
Rio lo mandó a volar con facilidad y su espalda impactó en el suelo con un ruido
fuerte. Ni siquiera tuvo tiempo de prepararse para el aterrizaje, por lo que la caída le
provocó una gran acumulación de presión en su pecho y todo el aire de sus pulmones
se le salió de golpe.
—Hahn… hah…
Gon estaba jadeando con fuerza por la boca, buscando oxígeno desesperadamente.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
—Oye, será mejor que te des prisa y me contestes. Quieres seguir respirando,
¿no?
Rio agarró a Gon del cuello sin contemplaciones. Al aumentar la fuerza de su mano
alrededor del cuello, Rio estaba haciendo que le costara respirar aún más a propósito.
En un intento desesperado por salvar su vida, Gon dejó salir sin pensar las palabras
“colarse”, “noche” y “violar”. Su voz estaba tan constreñida que costaba interpretar los
sonidos claramente, pero eso no importaba. Rio ya sabía la respuesta.
—¡Gah! ¡Agh!
—…Todavía no he terminado.
El puño de Rio impactó en su cara una vez más. No dudó ni por un momento;
incluso había algo de intenciones de matarlo detrás de sus golpes. Resultaba difícil
creer que estas acciones fueran las de alguien que antes experimentó una sensación
de aversión a matar a alguien que intentó asesinarlo a él previamente. En el momento
que Rio posó su vista en la escena de Gon asaltando a Ruri y a Sayo, su cabeza se
vio colmada con el último recuerdo que tenía de su madre, algo que jamás podría
olvidar. La imagen de Ayame siendo un juguete en manos de aquel hombre para
proteger a su hijo indefenso de cinco años…
Antes de darse cuenta, Rio ya estaba volcando esas emociones sobre Gon, y su
cuerpo se movía con voluntad propia. No había límite en el flujo de odio incontrolable
que emanaba de él. Algo había cambiado en su interior… su mente estaba
completamente obcecada en seguir golpeando.
Gon suplicaba por su vida entre jadeos moribundos, pero Rio no dio descanso a
sus puños ni siquiera un solo segundo. No permitiría que quedara inconsciente, no le
daría una muerte rápida, y tampoco lo perdonaría jamás, pasara lo que pasara. Tan
sólo cuando le hiciera sufrir hasta el límite que su cuerpo pudiera resistir, lo mataría.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Eso era lo único que había en la mente de Rio mientras movía su puño con la
cantidad justa de potencia. Tampoco podía ver nada de lo que había a su alrededor,
ya que la furia que casi rozaba los límites de la locura envolvía todo lo que no fuera su
objetivo. Ruri simplemente estaba temblando de miedo mientras que Sayo lloraba
suplicando a Rio que parase. Hayate se encontraba allí parado, anonadado.
Tras despertarse por la conmoción, Yuba y los ayudantes del funcionario salieron
corriendo por la puerta principal con antorchas en la mano, y fue eso lo que finalmente
sacó a Hayate de su estupor.
¿Morirá?
Por supuesto que lo haría, después de todo Rio estaba intentando matarlo.
Apremiado por las palabras de Hayate, Rio levantó el cuerpo del violador e hizo el
gesto de darle otro puñetazo más, pero entonces el otro joven le agarró del brazo
antes de que lanzara el golpe. Luego miró a Ruri y Sayo encogidas juntas en el suelo.
—¡Espere, Rio-san! Entiendo cómo se siente, pero está asustando a las chicas.
Este hombre se enfrentará a un castigo a su debido tiempo, pero también debemos
escuchar su testimonio. Así que, por favor, ¿puede dejar la mano quieta?
Le imploró con fuerza. Rio finalmente recuperó sus sentidos y miró a las dos chicas
que había en la habitación. Sus ojos hicieron contacto primero con Ruri, quien apartó
la cara de inmediato, mientras que Sayo le estaba viendo fijamente con una terrible
mirada de tristeza. Fue entonces cuando Rio finalmente quitó las fuerzas de su puño.
Aun así, una ira indescriptible seguía arremolinándose en el interior de su pecho. Ya
no podía soportar más mirar a Gon a la cara, porque si no habría acabado matándolo.
Rio soltó el cuello de la camisa de Gon haciendo que su cabeza diera contra el
suelo… muy fuerte. Su cara ya estaba tan hinchada que ni siquiera sintió dolor con
ese impacto. Su respiración salía en furiosos jadeos y era difícil saber si se encontraba
consciente o no. Rio dejó salir un suspiro fuerte que demostraba todo su odio hacia
Gon; no sintió ni una sola pizca de culpa al ver su estado. Se preguntó a sí mismo con
toda la calma del mundo si era una persona desalmada, como si se tratara de un
espectador observando la situación desde fuera.
Yuba se aproximó con temor, acercando la antorcha que llevaba en la mano para
revelar claramente la cara del chico.
—Sí. Lo atrapó con las manos en la masa tratando de asaltar a la señorita Ruri y a
la señorita Sayo. Por favor, atiéndalas a ellas mejor.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Hayate le dio una breve explicación de los hechos antes de dirigirse a las chicas.
—…De acuerdo.
Yuba asintió con una expresión solemne y se acercó a las chicas, al otro lado de la
habitación.
—Todos, formen dos grupos. Que uno vaya a capturar a los cómplices que hemos
derribado afuera y el otro que se dirija a la cabaña donde se hospeda la gente que los
acompañaba en su viaje e investigue cuál es la situación allí.
—Uh, uugh…
Le dijo Hayate.
Nadie sabía lo que Rio estaba pensando hasta que le hizo esa proposición a
Hayate. Sin esperar a que éste le diera su consentimiento, se puso justo a su lado y
colocó una mano sobre la cara de Gon para iniciar la técnica espiritual.
—¡I-Iiih! ¡Tú!
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Gon abrió al máximo sus ojos hinchados sólo para encontrarse la cara de Rio, por
lo que reaccionó en consecuencia. Trató de reunir fuerzas y gritar, pero el dolor le
obligó a poner simplemente una mueca de tensión.
—Anda, pero mira qué bien hablas. ¿Quién crees que te ha curado? ¿Quieres que
revierta lo que acabo de hacer?
Dijo Rio fríamente, a lo cual Gon tragó saliva de puro terror. Su hostilidad hacia Rio
había desaparecido por completo y su mirada vagaba por toda la estancia en busca de
ayuda.
—Rio-san…
—Ya veo…
—Así están las cosas. Vas a comportarte hasta que todo esté resuelto, ¿verdad?
—Iih…
—Responde.
Rio dirigió una mirada examinadora hacia Gon. Había empleado una técnica
espiritual de hipnosis con él mientras lo curaba. Aunque los efectos de esta técnica no
eran permanentes, normalmente eran usados para propósitos inmorales, de modo que
el Pueblo de los Espíritus lo trataba como algo prohibido dependiendo de la intención
del usuario y en qué consistiera la sugestión. Esta vez, la hipnosis que Rio le había
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
inducido se inclinaba más hacia esa parte prohibida de la técnica: le había implantado
a Gon en la cabeza que Rio era alguien a quien debía temer.
Él nunca había utilizado la hipnosis hasta ahora, pero no dudó en hacerlo con Gon.
Incluso si ello iba contra su propia moral, quería destruir la mente del chico bajo
cualquier circunstancia. Gon ya había recibido una severa paliza bajo sus manos, por
lo que los efectos de la técnica fueron muy fáciles de aplicar. Era incluso posible que la
nueva actitud de Gon hacia Rio permaneciera incluso después de haberse disipado la
hipnosis.
La cara de Rio se contorsionó con una expresión amarga al apartar la mirada del
asaltante. Entonces miró a su alrededor, fijándose en todos los presentes y ofreciendo
unas palabras de disculpa.
—…Por favor, acepten mis más sinceras disculpas por haber perdido mi
compostura de una manera tan degradante. Debe haber sido una imagen
espeluznante, sobre todo para Ruri y Sayo…
Ruri negó con la cabeza, titubeando, mientras que Sayo le dio las gracias al chico
con una voz más aguda de lo normal.
—…No, no he hecho nada por lo que deban darme las gracias. En todo caso hice
algo que les afectó más de lo que ya estaban sufriendo.
—Lo siento. Me encuentro un poco cansado. ¿Les importa si les dejo el resto a
ustedes?
Rio apartó la vista de las dos chicas y en cambio se volvió hacia Yuba y Hayate.
Sentía que no debía permanecer en esa habitación más tiempo.
Yuba asintió con una sonrisa de amabilidad. Hayate también cruzó la vista con él y
asintió con determinación.
Con esas palabras, Rio se dio media vuelta y comenzó a alejarse. En vez de pasar
por dentro, salió para dar la vuelta a la casa y entró por la puerta principal.
—Ah…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3
Sayo estaba a punto de salir tras él cuando la mano de Ruri la detuvo. Sus hombros
empezaron a temblar mientras se preguntaba absorta si realmente estaba bien dejar
las cosas así, pero su amiga simplemente negó con la cabeza. No había forma posible
de dar una respuesta a esa pregunta.
—Soy patético.
Susurró para sí mismo, y entonces apretó los dientes y llegó a una decisión.
Mañana sería otro día. Puede que nunca volviese a ser el mismo de antes, pero sus
acciones irían encaminadas en esa dirección… por fuera, al menos. Así todos serían
capaces de volver a esos días pacíficos una vez más.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
Capítulo 4: Despedida
A la mañana siguiente, las mujeres de la aldea fueron testigos de una extraña vista
en el intercambio diario de alimentos. Gon y sus seguidores se encontraban atados en
la picota de la plaza del pueblo como criminales. Hayate y sus ayudantes estaban a su
alrededor montando guarda, vigilándolos mientras explicaban a todos los transeúntes
la razón por la que Gon y su grupo habían sido arrestados.
Con una duración de poco menos de una hora, los eventos que habían sucedido la
noche anterior ya estaban en conocimiento de toda la aldea. La historia se contaba
más o menos de esta manera: el grupo de Gon se coló por la noche en una casa ajena
y atacó a Ruri y Sayo. Sin embargo, Rio se dio cuenta inmediatamente de la intrusión
y les hizo pagar con una pelea. Como resultado, Rio acabó apalizando brutalmente al
líder de la pandilla. Finalmente lo dejó toda la noche a la intemperie, con el frío ya
intenso del otoño, simplemente vestido con su ropa interior como castigo.
Los aldeanos se pusieron rabiosos cuando se enteraron del delito, pero en cuanto
vieron la cara horriblemente hinchada de Gon y su cuerpo temblando de frío, su ira fue
aplacada porque consideraban que ya había recibido su merecido.
—Todos… siento los problemas que causé ayer. Por favor, acepten mis disculpas.
De verdad que lo siento.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
—No hay nada por lo que debas disculparte. Gracias por proteger a Ruri y Sayo.
Yuba negó con la cabeza de parte de todos y puso una sonrisa amable para calmar
las preocupaciones. Rio se quedó sorprendido por un momento, pero entonces volvió
a fruncir el ceño.
—Síp. Para ser sincera, estaba un poco asustada… pero entonces Sayo me dijo
que Rio estaba tan furioso por lo mucho que quería protegernos, y eso no es razón
para tener miedo. Si no, le haríamos daño a Rio.
—¡No es culpa suya, Rio-sama! Así que, por favor, no nos pida más perdón.
Sayo quiso consolar a Rio con total sinceridad, asintiendo furiosamente con la
cabeza.
—Rio-san, es exactamente como dicen ellas. Puede que esté sobrepasando mis
derechos como forastero al decir esto, pero no debería permitir que ese incidente le
afecte. Si usted no lo hubiera golpeado, le aseguro que lo habría hecho yo en su lugar.
Incapaz de contener sus emociones, la cara de Rio casi se tornó en una mueca de
dolor. Lo máximo que pudo hacer para evitarlo fue apretar los dientes y agachar la
cabeza. Las palabras de apoyo de todo el mundo se filtraron en su alma, pero no sería
tan fácil cambiar su actitud sólo porque las personas involucradas le hubiesen ofrecido
su perdón.
—Umm… Pero más importante, Rio se levantó pronto hoy para hacernos el
desayuno, así que deberíamos tomárnoslo antes de que se enfríe. Además, aún
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
quedan muchos asuntos por resolver… Tendré que convocar al alcalde de la otra
aldea para debatir sobre qué hacer con sus chicos, así que no perdamos más tiempo.
La puerta principal se abrió de golpe y tras ella aparecieron Shin y otros jóvenes de
la aldea.
—¡¿S-Shin?!
—Sí, lo están, y tú estás gritando mucho. ¿No crees que llegas un poco tarde para
venir corriendo?
—E-Estuvimos bebiendo en casa del jefe hasta tarde, así que n-nos quedamos…
dormidos. Entonces Ume vino corriendo esta mañana y nos contó todo. L-Lo… lo
sentimos.
Shin y los demás estaban jadeando de cansancio mientras pedían perdón con una
expresión de culpabilidad.
—Me imaginaba que ése sería el caso. Bueno, pueden descansar tranquilos; el
incidente acabó siento tan sólo un intento fallido. Rio dio buena cuenta de Gon, y sus
compinches fueron atrapados por el señor Hayate. ¿Acaso no les han visto atados en
la plaza?
—N-No, hemos venido corriendo aquí por el camino más corto posible…
—Bueno, pues así fue. Más tarde les puedo contar los detalles si quieren, así que
¿por qué no van a donde Gon y le dicen lo que piensan antes de volver a casa? Las
chicas se encuentran bien, como pueden ver.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
—D-De acuerdo…
Dijo con gratitud, aunque en el caso de Rio con una mirada algo avergonzada. Los
tres jóvenes intercambiaron miradas entre sí antes de que se pusieran a murmurar
palabras de gratitud.
—Yo no hice nada especial… Toda la gloria debería ser para Rio-san.
Hayate negó con la cabeza y una pequeña risa. Rio puso una sonrisa de
incomodidad mientras que Sayo y Ruri simplemente hicieron una risita.
Terminó por decir Shin con timidez y se dio media vuelta. Los otros jóvenes le
estaban esperando afuera. Yuba se rió con diversión mientras veía sus espaldas
alejándose.
Más tarde, cuando los chicos vieron en la plaza el estado miserable en que Gon y
los demás se encontraban, se prometieron a sí mismos no volver a pelearse con Rio
nunca más.
◇ ◇ ◇
Dos días después, el jefe de la aldea a la que pertenecía Gon llegó al pueblo
acompañado por los ayudantes de Hayate. La comitiva fue convocada a la sala de
reuniones de la aldea donde les estaba esperando Yuba. Rio también se encontraba
sentado en la sala junto a Hayate, quien hablaría en calidad de testigo.
—¿Significa eso que aceptarán la responsabilidad por todo el caos que Gon ha
causado? Esos chicos son básicamente responsabilidad de tu aldea, ¿correcto?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
—Sé que tu aldea se está esforzando por mantener una buena calidad de vida, y
comprendo por qué no quieres aceptar una carga mayor de lo necesario… Sin
embargo, no tenemos intención de ceder sin pelear. Por ahora permíteme informarte
de lo que pretendemos hacer.
Dijo Yuba para presentar sus sugerencias en cuanto a cómo gestionar el incidente.
El padre de Gon asintió con cierta molestia. Aunque su respuesta parecía cruel
tratándose del padre del condenado, la existencia del chico no era más que una carga
para él.
—Lo siguiente, relativo a los demás chicos que son cómplices de haber ayudado a
Gon… aunque los entregáramos al gobierno, probablemente no serían castigados
como es debido. Puede que les dieran algunos latigazos o una pequeña pena de
cárcel, pero al final los liberarían sin tardar mucho. Para ser sincera, eso no aplacará
nuestro resentimiento, por lo que deseamos recibir una compensación justa. Eso me
lleva a lo siguiente: nos quedaremos con lo peor del grupo y los venderemos en la
capital como siervos contratados. Nuestra compensación será el dinero que recibamos
por ellos.
—…Aunque es verdad que se puede conseguir una buena cantidad de dinero por
unos sirvientes, dudo que ellos estén de acuerdo. ¿Cuáles son los términos de ese
supuesto contrato de servidumbre?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
—Queremos que les digan a esos chicos que ustedes tratarán de negociar por ellos,
excepto por Gon, para que sean perdonados y no les entreguemos al gobierno… bajo
la condición de que paguen una compensación económica.
—…Pero ellos no tienen ahorros como para pagar esa compensación. Y aunque
regresaran a nuestra aldea para trabajar y ganar dinero, simplemente serían
marginados.
—Sí, pero escucha hasta el final. Ya sé que no tienen ningún tipo de ahorros, pero
por eso van a decirles que será la aldea quien pagará esa compensación por ellos.
Entonces usaremos ese motivo para crear una deuda y, una vez que exista una, ésa
será la condición que les permitirá establecer un contrato de servidumbre. Todos lo
comprenden, ¿verdad?
—¡¿Qu–?!
El padre de Gon abrió enormemente los ojos por el impacto de aquellas palabras y
su expresión se tensó.
—Um. Sé que es una costumbre en las sociedades de los pueblos que los jóvenes
se vean por la noche a escondidas, pero esto sólo se permite con el consentimiento de
ambas partes. El intento de violación es un crimen comparable con el robo o el
asesinato, y por tanto los cómplices de Gon deben pagar por ello. La estupidez de sus
hijos le ha creado a mi preciada nieta un trauma emocional con el que tendrá que
cargar durante toda su vida, y no tengo intención de dejarlo pasar tan fácilmente.
—U-Umm…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
Informó al jefe de la otra aldea con total tranquilidad al ver que aún no estaban del
todo convencidos.
—Dije que nos quedaremos con la mercancía que llevaban en la carreta como
compensación por daños colaterales.
—¡T-Tienes que estar de broma! Esa mercancía pertenece a nuestra aldea… ¡Esto
es una estafa, un robo! …¡Señor Hayate, sin duda ese tipo de comportamiento no
puede ser tolerado!
El padre de Gon gritó llevado por el pánico y recurrió a suplicar a Hayate, quien
hasta ahora había permanecido a un lado escuchando.
—…Lo siento, pero fue su aldea la que permitió que esos vándalos sin control
actuaran como representantes en su grupo de enviados para comerciar. Por esa razón,
una gran parte de la responsabilidad recae sobre ustedes. Puede que su táctica fuera
la de desterrarlos finalmente en caso de que provocaran algún problema, pero el reino
no va a meter la mano sólo porque la señora Yuba haya confiscado sus productos
para comerciar
—Por eso les estoy dando una opción. Ustedes son quienes criaron a sus hijos de
esta manera, ¿no? Ya sea que decidan hacerles asumir la responsabilidad por sus
acciones o comerse ustedes el problema por ellos, eso depende de ustedes.
Yuba los presionó sin piedad para que tomaran una decisión.
◇ ◇ ◇
Una vez que el debate sobre el destino de la banda de Gon quedó cerrado, Rio fue
a visitar la colina más al norte del pueblo, donde se encontraban enterrados sus
padres, y lo hizo además solo. El sol ya estaba comenzando a bajar y el paisaje otoñal
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
Allí empezó a reflexionar sobre el momento en que estuvo a poco de golpear a Gon
hasta la muerte. Durante los tres días que habían pasado desde ese incidente, Rio no
había dejado de indagar en su propio corazón.
Rio apartó la mano de la columna y se quedó mirando sus palmas. Era una
emoción que él ya conocía… No, no simplemente la conocía; esa emoción la sintió
una vez hacia una persona en particular. Una maldad lo suficiente poderosa como
para hacerle sentir náuseas. Un odio desmedido suficientemente fuerte para hacerle
perder la razón. Una intención de matar de un color puramente negro… todo ello hacia
el hombre que le arrebató a su madre. Sí, Rio una vez intentó buscar venganza contra
ese hombre. Fue el único pensamiento que tenía en la cabeza, lo único que deseaba
mientras vivía en el entorno infernal de los barrios bajos.
Pero… ¿cuándo cambió todo eso? ¿Cuándo empezó a pensar que el asesinato era
el error más primitivo que podían cometer los seres humanos? ¿Cuándo se dio cuenta
de que la venganza no era un motivo justificable para el asesinato? ¿En qué momento
fue capaz de encerrar esas siniestras emociones que yacían en su interior?
La respuesta es evidente: fue en el mismo momento que Rio comenzó a poseer los
recuerdos de Amakawa Haruto en su cabeza. La persona llamada Amakawa Haruto le
había hecho mirar hacia otro lado. El propio Rio odiaba al hombre que había matado a
su madre, pero el Haruto dentro de él tenía sus dudas respecto a la venganza. No
sacaría nada de ese acto, y su madre tampoco habría querido que recurriera a él.
Incluso si se cobraba su venganza, después ya no le quedaría nada. Además, puesto
que ahora odiaba esa forma de vida, comprendía que los actos como tomarse la
venganza, matar gente y mancharse las manos le harían ser lo mismo que ese
hombre, por mucho que tratara de justificarlo.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4
pudiera llegar a un acuerdo durante esos conflictos, pero rara vez ése era el caso.
Muchos se aprovechaban de los demás bajo el nombre de “acuerdo” para conseguir
sus propósitos. Algunos incluso entraban en conflictos a propósito por diversión.
Rio también había conocido y enfrentado a todo tipo de gente durante su vida, y
aun así nunca hubo nadie frente al cual desvelara su verdadera forma de ser hasta
que se topó con Gon.
Rio no podía permitirse convertirse en el hombre que mató a su madre. Con ese
pensamiento, se esforzó mucho por ser una persona honrada y racional… hasta que
llegó un momento en que, siguiendo sus instintos, trató de matar a Gon, de ensuciarse
las manos. Lo que sucedió aquella noche fue suficiente para que Rio se diera cuenta
de su propia hipocresía e inocencia. Deseaba con todas sus fuerzas seguir siendo una
persona racional con un fuerte autocontrol, alguien honrado que no causara molestias
a los demás. Y, aun así, a pesar de sus esfuerzos y de sus valores morales, todavía
había personas a las que no podía perdonar bajo ningún concepto.
Ésta es la segunda vez que traté de matar a alguien. No… no a alguien, a él. Con
estas manos y todas las ganas del mundo intenté matar a Gon. Y por eso…
Ahora que ya era consciente de sus sentimientos, ya no podría seguir siendo una
persona inocente e idealista. En este mundo, los que estaban en la cima podían
dormirse en los laureles si querían, jugar con los débiles y deleitarse con
autosatisfacción. Esa gente podía hacer lo que se les atojase con Rio y con aquellos a
los que él apreciaba en cualquier momento. A veces les obligaban a enfrentarse a
situaciones crueles, lo cual era la razón por la que uno necesitaba prepararse para lo
peor.
No puedo huir, y tampoco dar marcha atrás… Entonces no me queda más remedio
que seguir avanzando. Esto es una despedida para la parte más débil de mí.
Rio se mordió los labios y se prometió esto a sí mismo. Luego se rió amargamente,
casi sin energía.
“Supongo que tendré que volver a Strahl en algún momento”, se dijo para sí.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
Capítulo 5: A la Capital
Pasados dos días desde que se decidiera cuál sería el castigo de Gon, por fin había
llegado la hora de que la comisión de aldeanos enviados a la capital para comerciar
organizada por Yuba partiera.
Los funcionarios del gobierno se dirigían a un pueblo vecino que había en dirección
a la capital, por lo que decidieron acompañar al grupo de comerciantes durante la
primera parte del camino. Además, algunos de los ayudantes de Hayate sí que se
quedarían todo el tiempo con los comerciantes para escoltar a los miembros de la
banda de Gon que serían vendidos como sirvientes en la capital.
Hayate estaba dando una orden tras otra a sus ayudantes desde su caballo. A su
alrededor había como una docena o así de personas corriendo de un lado para otro.
—Hayate-san.
—Oh, no. Sólo quería transmitirle mi gratitud por todo lo que ha hecho para
ayudarnos, Hayate-san. No tiene por qué bajarse del caballo.
El joven se había bajado de su caballo a todo correr, lo que hizo que Ruri se
pusiera a reír por lo divertido de la escena.
—A-Ah, no, bueno… No pasa nada. En realidad no he hecho nada que se merezca
tanta gratitud… Simplemente cumplí con mi deber como funcionario de este reino. En
todo caso, a quien debería darle las gracias es a Rio-san. Después de todo, él es el
que detectó que alguien se había infiltrado en su casa aquella noche.
—Sí, sin duda le volveré a dar las gracias a Rio más tarde, pero a usted ya no le
veré hasta dentro de mucho tiempo. Esto es todo lo que he podido preparar; es muy
humilde, pero si me hiciera usted el favor de aceptarlo…
Ruri estiró el brazo con un poco de vergüenza. Había guardado algo en una
pequeña bolsa.
—…¿Qué es?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—Es un amuleto para tener buena salud y ahuyentar la mala suerte. Lo hice deprisa
y corriendo, así que está un poco raído…
—¡O-Ooh! ¡Es más de lo que podría pedir! Lo guardaré con mucho cuidado.
—Por supuesto. Es el mejor regalo que uno podría esperar recibir. Desearía poder
regalarle algo a usted también, pero me temo que en este momento no poseo ningún
objeto encima que pueda valer. Le prometo que traeré uno conmigo la próxima vez
que venga a visitarles.
—Esto es un regalo por haber cuidado de mí, así que de ninguna manera podría
aceptar algo a cambio. Ah, pero, por favor, siéntase libre de venir a visitarnos cuando
quiera. Un amuleto apenas es suficiente para compensarle por todo lo que ha hecho,
así que siempre será bienvenido a nuestra pequeña y aburrida aldea.
—Estaremos esperándolo. Ah, otra cosa, la abuela también quería darle algo…
—Estoy justo aquí. Hayate-san, me gustaría pedirle un pequeño favor, de modo que
¿sería tan amable de escucharme?
Dijo ella para crear una ocasión en la que poder quedarse a solas con el joven
noble.
—¿A mi padre?
—Sí. Se trata de una carta muy importante, así que le agradecería que se tomara la
molestia de entregársela en persona.
― 111 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—Ya veo. Delo por hecho… Le prometo que se la entregaré con estas mismas
manos.
Hayate aceptó el encargo con un feroz asentimiento y guardó la carta con cuidado
en un bolsillo de su ropa.
—No supone ningún inconveniente para mí, puesto que de todos modos veré a mi
padre en cuanto regrese a casa. Y si ha decidido utilizar un tipo de papel tan valioso
como éste, puedo dar por hecho que se trata de un asunto muy serio. Por favor, déjelo
en mis manos.
—En efecto. Entonces, permítame que le compense por esto en fechas posteriores.
Veamos… ¿Qué le parecería venir un día a visitar a Ruri?
Yuba dibujó una pequeña sonrisa con las comisuras de los labios.
—Ah, ¿sí? Bueno, esa chica ya está en edad de hacer esas cosas, y me
preocuparía mucho más que se quedara siendo una solterona para siempre. Sería de
muy agradecer que nos hiciera una visita más pronto que tarde, no sé si me
entiende…
Al ver que Hayate se había puesto nervioso, a Yuba le dio un acceso de risa y puso
una sonrisa.
—Sí, pero venga por favor a visitarnos antes de que encuentre a otro que quiera
tomar su mano en matrimonio. No estaría bien visto que recorriera un camino tan largo
para visitar a una mujer casada después de todo.
Hayate abrió ampliamente los ojos y asintió con una sonrisa de incomodidad. Por
alguna razón sentía como si hubiera picado el anzuelo.
Mientras tanto, a no mucha distancia de aquellos dos, Rio estaba hablando con las
chicas.
—Vaya. Parece como si hubieran pasado años desde la última vez que te vi con
esa ropa, Rio. La llevabas cuando llegaste a la aldea… y un par de veces también
durante tus entrenamientos, creo.
Ruri comentó con asombro ante la vista de Rio completamente equipado y armado.
El chico se había puesto el equipo de armadura completo que le habían fabricado los
― 112 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
enanos del Pueblo de los Espíritus. Encima de todo eso llevaba puesta su túnica negra.
Durante su estancia en la aldea, muy raramente se había vestido con el equipo
completo de viaje, así que lo que decía Ruri tenía bastante sentido.
—Ahora que lo pienso, ya ha pasado más de medio año desde que Rio-sama llegó
a este pueblo…
Sayo empezó a levantar los dedos a medida que iba contando los meses que Rio
había pasado con ellas.
—El tiempo vuela, sin duda. Pero ahora Rio es un miembro más de nuestra
comunidad.
—Sí, yo me encargo.
—Gracias. Y… perdona.
—¿Por qué?
El chico inclinó la cabeza sin saber muy bien por qué Ruri se estaba disculpando.
—He estado reflexionando… sobre lo que pasó hace unos días. Y cuanto más
pienso en ello ahora que estoy en una disposición más tranquila, más me doy cuenta
de que te hice algo terrible. Te di las gracias, sí, pero no te pedí perdón. Por eso
quería disculparme antes de que marcharas hacia la capital. Me imaginaba que podría
ser muy tarde si espero hasta que vuelvas…
Ruri le explicó la razón por la que le estaba pidiendo disculpas con una expresión
que demostraba lo insoportables que encontraba sus propias emociones, pero
entonces Sayo intervino de repente.
—No, Sayo. Tú intentaste entrar en acción por el bien de Rio antes de pensar
siquiera en ti misma. Yo en cambio no hice nada.
—E-Eso no es cier–
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
En ese momento, Rio las interrumpió tras advertir que la conversación podría
acabar convirtiéndose en una pelea. Tanto Ruri como Sayo se quedaron calladas a la
vez.
—¡Eso no es verdad!
—…Jaja.
—Un apretón de manos para reconciliarnos. Todos tenemos cosas que nos
negamos a reconocer, así que me gustaría que lo dejáramos en un punto intermedio y
que nos olvidemos de ello. Vamos, démonos la mano. Así, todo volverá a la
normalidad.
Esta propuesta por parte de Rio dejó a Ruri y Sayo parpadeando con una cara de
incredulidad.
Después del apretón de manos con Ruri, Rio se dio la vuelta para hacerlo con Sayo,
quien aún seguía paralizada.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—Llévense esto consigo. Son amuletos de buena salud que además ahuyentan el
mal.
Cuando Rio soltó la mano a Sayo, Ruri les ofreció el mismo amuleto que le había
regalado a Hayate.
—¡G-Gracias, Ruri!
Sugirió Ruri.
—Vale, que tengan un buen viaje. Sayo, asegúrate de no alejarte mucho de Rio.
Seguro que él te protegerá por encima de todo.
—¡Muy bien! Parece que el equipo del señor Hayate ya está preparado. ¡Hora de
partir!
—¡S-Sí!
Una vez que el resto de aldeanos se despidió de sus seres queridos, Rio y Sayo se
subieron a una de las carretas que se dirigían a la capital. Yuba, Ruri y todos los
demás aldeanos despidieron a la caravana de carretas hasta que finalmente salió del
pueblo, tomando la carretera que conducía a la capital con un fuerte traqueteo.
Había riesgo de que fueran atacados por bandidos o animales salvajes en mitad del
camino, pero la docena de aldeanos, uno arriba uno abajo, se encontraban
relativamente preparados para esa posibilidad. Afortunadamente su viaje fue muy
tranquilo y llegaron a la siguiente aldea poco después del mediodía. El equipo de
Hayate se separaría allí, pero varios miembros de su comitiva se quedarían con los
aldeanos para escoltar a los criminales hasta la capital.
― 115 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—Muchas gracias. Pretendo dejar la aldea en algún momento, pero sin duda me
aseguraré de pasarme por allí antes de salir del reino.
—Ya veo… Así que ése es su plan. Me siento un poco entristecido por escuchar
esa noticia, pero el destino decidirá si debemos volver a vernos o no. Si sucede algo
en el viaje a la capital, por favor no dude en confiar en mis ayudantes. Cuídese.
◇ ◇ ◇
Casi sin oportunidades de visitar la capital, la mayoría de los aldeanos del reino se
perdería inmediatamente entre estas calles, no obstante, el grupo de Rio, dirigido por
Dola y los ayudantes de Hayate, se dirigieron directamente a su destino: el alojamiento
del que harían uso durante su estancia. No es necesario decir que fueron los
subordinados de Hayate quienes guiaron al grupo, pero es que además Dola ya había
visitado la capital en varias ocasiones.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
alquilar todo el edificio, la comida y la colada tendrían que hacerlas ellos durante toda
su estancia,
—Muy bien. Viviremos aquí durante algunos días, así que asegúrense de recordar
la localización y no se pierdan por ahí. Además, es muy recomendable que vayan
siempre acompañados de alguien que ya haya estado en la capital cuando salgan.
Dejando a un lado las grandes avenidas, era verdad que las calles más pequeñas
podían llegar a ser como un laberinto, por lo que no había que tomarse sus palabras
como si fueran una broma. Los más jóvenes de la aldea se rieron al escucharle
mientras que los mayores asintieron con seriedad. “No es un asunto como para reírse”,
decían. Dola puso una sonrisa irónica cuando escuchó ese intercambio.
—Bueno. Ahora tengo que salir un rato, así que les dejo todo el trabajo de
descargar las carretas, chicos. Rio, ¿te importa venir conmigo? Y… Shin, tú también.
Cuando Dola los llamó, Rio y Shin no tardaron en acercarse a él. Luego se pusieron
a andar por la ciudad, y cuando ya llevaban un rato, Dola les explicó la razón por la
que les había pedido que lo acompañaran.
—Vamos a hacer que los subordinados del señor Hayate nos acompañen para
llevar a la banda de Gon al campo de internamiento. Es posible que nos pidan alguna
clase de confirmación por parte de un testigo, pero preferiría no llevar a Sayo a no ser
que sea estrictamente necesario. Lo siento, Rio, pero tú tienes que venir
obligatoriamente, y tú también, Shin, como hermano de Sayo. ¿Les parece bien?
—Si no se trata más que de eso, entonces no tengo ningún inconveniente. Por
favor, permítame que le acompañe durante el proceso.
—Pues yo tengo que ver cómo acaban los bastardos de mierda que atacaron a
Sayo.
Shin también accedió, aunque con una expresión de desprecio. Así, los tres fueron
a ver a los ayudantes de Hayate, que habían ido a realizar otros quehaceres. Bajo su
custodia aún seguía el carro que transportaba a Gon y los demás.
― 117 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
Situada cerca del centro de la ciudad, había una zona donde se habían construido
los edificios que servían como oficinas para el funcionariado del reino. Cuando
llegaron a las puertas de un edificio grande y de aspecto particularmente robusto, un
guardia de seguridad se aproximó a ellos. Les preguntó el motivo de su visita, a lo cual
uno de los subordinados de Hayate le explicó la situación. Gracias a su presencia, el
proceso se llevó a cabo rápidamente y varios funcionarios y guardias salieron del
edificio para sacar a Gon y compañía de la carreta de prisioneros.
—¡Fuera!
Cuando abrieron la puerta trasera, un guardia les gritó aquella orden a los
criminales que se encontraban dentro. Sabían que serían ejecutados inmediatamente
si trataban de escapar en este momento, por lo que el grupo de Gon obedeció sin
ofrecer resistencia y salieron. Tenían las manos atadas, lo cual limitaba muchas de
sus acciones y movimientos.
—…¡Iiik!
En el momento que Gon vio a Rio entre el grupo de gente, intentó volver adentro
instintivamente debido al miedo. Sin embargo, un guardia que se encontraba cerca de
él utilizó el mango de su lanza para darle un golpe en la cabeza.
—¡Gah!
El golpe fue lo suficiente fuerte como para hacer que Gon perdiera el equilibrio y se
cayera. Mientras estaba tendido boca abajo en el suelo, los guardias se abalanzaron
sobre él y le hicieron ponerse en pie tirando de la argolla que tenía fijamente en torno
a su cuello.
Dijo un funcionario de la prisión a Rio y los demás antes de dirigirse al interior del
edificio. El resto de guardias tiró de las cadenas que estaban unidas a los cuellos de
los prisioneros y entraron también a buen ritmo.
― 118 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
Dola dio un suspiro de cansancio y entró. Rio cogió aire profundamente antes de
comenzar a moverse, y Shin cerró el grupo dando unos pasos bastante inseguros.
Un espacio sorprendentemente limpio y ordenado los recibió una vez que entraron
en el edificio, y en su interior había lo que parecía un mostrador de recepción colocado
en el lado opuesto a la puerta. Allí había varias personas con aspecto de mercaderes
esperando en una fila.
—Este lugar no sólo recoge a criminales esclavos, sino también a los esclavos
normales. Por eso vienen comerciantes aquí y solicitan comprar los que necesiten.
Le explicó Dola a Shin, quien estaba mirando a su alrededor con gran curiosidad.
Después de eso, Rio y los demás fueron llevados a una sala de espera donde les
dijeron que aguardasen mientras se realizaban los trámites. Estuvieron esperando
durante varios minutos hasta que la puerta de la sala se abrió.
—Disculpen por la espera. Bien, gracias al testimonio que nos ha facilitado por
carta el señor Hayate, el juicio se ha llevado a cabo mucho más rápido de lo esperado.
La decisión ya se ha tomado: Gon será condenado a trabajos forzados mientras que
los otros se convertirán en siervos hasta que paguen su deuda.
Dijo uno de los subordinados de Hayate al entrar. Informó de todo esto con una
sonrisa, sintiéndose aliviado de que el procedimiento hubiera salido tan bien y además
de que fuera rápido.
—Ooh, me alegro de oír eso. Pero ¿por qué en circunstancias normales habría
llevado más tiempo?
Preguntó Dola con los ojos abiertos de par en par por la sorpresa.
—Ya veo. Entonces dele por favor al señor Hayate nuestra más sincera gratitud
cuando tenga la ocasión de verlo de nuevo.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—Ya veo…
—Muy bien. Entonces iré a informarles de inmediato. Por favor, esperen un poco
más hasta que todos los preparativos estén terminados.
El ayudante asintió y a continuación se dio media vuelta para salir de la sala una
vez más.
—Jefe, ¿de verdad ésa es la mejor opción? ¿No ganaríamos más dinero si los
pusiéramos en una subasta?
Le preguntó Shin.
—No pasa nada. Este método nos dará menos quebraderos de cabeza, y además
tampoco quiero volver a verles las caras.
—…Como veas. Aunque resulta un poco decepcionante. Yo quería verlos aún más
humillados.
Todo había salido tan bien y sin contratiempos que Shin no parecía del todo
satisfecho.
Shin miró a Rio de reojo y se apartó de Dola con vergüenza siendo muy consciente
del hecho de que le estaban tratando como un niño. Rio empezó a reírse mientras
observaba a los dos con diversión.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
◇ ◇ ◇
Para cuando Rio y los demás ya hubieron recogido el dinero de la venta y salieron
del centro de internamiento, el sol se estaba ocultando tras el horizonte. Ya se les
había pasado la mayor parte del día.
—¡Ooh, sí!
Shin se motivó.
Shin miró a Rio con una expresión algo satisfecha por saber algo que él no.
—Vaya. Bueno, ¿cómo podría explicártelo? Es como un caldo o una sopa que se
sirve caliente junto a unos fideos largos y finos hechos con harina de arroz y de trigo.
Se toma bebiendo y sabe estupendamente.
Frente a la pregunta inocente de Rio, Shin dio una explicación de qué era el
kamutan con una expresión de superioridad. Además movió las manos para imitar el
gesto de llevarse un tazón a la boca.
Rio se pudo imaginar qué tipo de comida era gracias a la explicación del chico.
Fideos, ¿eh? Ramen, soba, udon… No, dice que utiliza tanto harina de arroz como
de trigo, por lo que quizás se parezca más al pho de la Tierra…
—No sólo suena apetitoso, sino que además lo es. Lo verás en cuanto lo pruebes.
—Recuerdo que quedaste pasmado cuando lo probaste por primera vez. Incluso
intentaste que Sayo te lo preparara cuando regresamos a la aldea… Ella nunca lo
había cocinado, así que acabaron peleándose si la memoria no me falla.
Dola se metió un poco con el joven. Shin se quedó callado por la vergüenza y
entonces miró a Rio con rabia, ya que éste parecía estar divirtiéndose a su costa. Sin
― 121 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
embargo, no lo hizo con una actitud hostil; Shin, quien al principio evitaba tener
conversaciones con Rio, ahora era capaz de hablar normalmente con él aunque en
ocasiones se mostrara un poco borde. Quizás sus impresiones cambiaron un poco a
raíz de que Rio salvara a su hermana durante el incidente con Gon.
—Buenas. Por favor, denos tres platos grandes de kamutan. Ah, y con extra de
carne.
—Aquí tienen… ¡tres raciones grandes de kamutan con extra de carne! ¡Disculpen
por la espera!
Un camarero llevó los tres boles grandes de kamutan a la mesa de Rio con alegría.
Rio les había estado pidiendo a los otros dos más detalles sobre esta comida mientras
esperaban, pero cuando vio en qué consistía realmente lo encontró extremadamente
similar al ramen. Sin embargo, se trataba de un plato que se llevaba tomando en el
reino de Karasuki desde tiempos muy antiguos, por lo que probablemente no era
invención de una persona reencarnada como la pasta introducida por Liselotte en la
región de Strahl, por ejemplo.
Dijo Shin con orgullo cuando empezó a recoger los fideos. Rio se puso a revolver el
contenido del bol humeante con sus palillos. Primero, dio un sorbo a la sopa; el sabor
era similar al caldo que se hacía para el ramen de shoyu. Lo siguiente fue coger unos
cuantos fideos con un movimiento practicado y se los llevó a la boca. Estos tenían una
textura única gracias a la harina de arroz, pero al mismo tiempo eran elásticos y no
demasiado blandos. La carne no era de chashu, sin embargo había sido sazonada
adecuadamente e iba muy bien con el resto de ingredientes.
…Está rico.
Había pasado mucho tiempo desde que no comía algo similar al ramen. En realidad,
si los fideos estuvieran hechos sólo con trigo y la sopa fuera algo distinta aparte de
poner chashu, el kamutan habría sido exactamente igual al ramen.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
“Algún día debería probar a hacer ramen”, pensó Rio mientras su boca dibujaba
una sonrisa.
◇ ◇ ◇
Al día siguiente, antes del mediodía… Bajo el brillante cielo azul de la capital, Rio
se encontraba caminando por el barrio comercial de la ciudadela junto a Sayo. El resto
de los enviados les habían pedido que compraran algunos artículos de lujo.
En cuanto al resto del equipo, algunos habían ido a vender los productos de la
aldea y otros estaban comprando grandes cantidades de alimentos y cosas básicas
para el día a día; otros se habían quedado para vigilar los alojamientos.
Dijo Sayo con curiosidad mientras observaba la calle por la que iban.
—Sí. Mi hermano sí que había venido antes, pero yo siempre me quedaba en casa.
¡Cuando volvía me contaba todo tipo de historias, así que ya tenía muchas ganas de
verla por mí misma!
—Eso me ha contado él. Shin se puso pesado para que le preparase kamutan y al
final los dos acabaron peleándose, ¿no es así?
—Dejando a un lado el caldo, se necesita más que harina de arroz y de trigo para
hacer los fideos. Si no tienes ese conocimiento, es imposible que te salgan bien.
—Claro, sin problema. Cuando volvamos a la capital los haremos juntos para que
aprenda.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—Entonces ¿qué le parece si después de hacer esto vamos a comerlo juntos? Hay
que aprovechar ahora que estamos en la capital.
Rio le propuso ese plan después de que Sayo le hubiera dado las gracias con
emoción.
Busquemos un buen restaurante mientras compramos las cosas que nos han
pedido.
El local al que nos llevó Dola ayer está un poco lejos de aquí, así que no sé a qué
sitio ir ahora…
Rio tenía sus dudas, pero no dejó que se le notara en la cara. Quería aprovechar
esta oportunidad para que Sayo pudiera probar una comida deliciosa, pero por
desgracia era la primera vez que visitaba esta ciudad.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—Ustedes dos, jovencitos, vengan aquí. Están teniendo una cita, ¿no es eso?
Una mujer joven llamó a Rio y Sayo. Parecía que estaba vendiendo bisutería para
mujeres, y tenía sus productos repartidos sobre una lona delante de ella.
Sayo intentó responder algo, pero era demasiado confuso. Se había dado cuenta
de que la vendedora se estaba refiriendo a ellos y se puso roja enseguida.
—Hemos venido aquí a la capital para vender los productos de nuestra aldea. Sólo
es un viaje comercial.
Explicó Rio para ayudar a su tímida acompañante. Estaba claro que la vendedora
ambulante sólo estaba intentando entablar una conversación para hacer negocio.
Aunque normalmente lo mejor habría sido ignorarla y continuar caminando, Sayo se
había detenido de buena voluntad por su inocencia, así que ahora sería un poco
incómodo marcharse sin más.
La mujer asintió vagamente y miró a Sayo, quien seguía estando avergonzada. Sus
mejillas se volvieron de color escarlata bajo aquella mirada, que parecía haber
adivinado sus sentimientos.
—¿Qué le parece esto, señor? Un regalito para recordar este magnífico paseo por
la capital con una dama tan guapa a su lado.
Sayo negó con la cabeza, en pánico. Mientras tanto, Rio se puso a mirar los
artículos que había en la estera. Para ser un puesto callejero, los objetos estaban muy
bien colocados y parecían ser de una calidad bastante buena.
—Veo que se le da muy bien esto, señorita. Sayo-san, ¿ve algo que le guste?
Le preguntó con una pequeña sonrisa irónica. En realidad sí que quería regalarle
algo, como por ejemplo un pequeño medallón, para darle las gracias por estar siempre
pendiente de él y también como disculpa por haber causado tantos problemas durante
el incidente con Gon.
Sayo se puso las dos manos delante del pecho y negó fuertemente con la cabeza.
Su reacción exagerada le daba la impresión de ser como un animalillo, lo que hizo que
Rio se echara a reír.
― 125 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—No tiene por qué ser tímida. Usted también ha estado cuidando de mí, así que
piense en ello como un regalo de agradecimiento.
Tras la pregunta de la vendedora ambulante, Sayo señaló una horquilla con forma
de flor. Tenía un diseño simple, pero era bastante bonito.
—¡Ooh, sin duda tienes buen ojo, señorita! Ése es un objeto único.
La mujer preguntó con cierta cautela. En realidad, Sayo se había fijado en uno de
los objetos más caros que había a la venta. No es que a un aldeano normal le fuera
imposible comprarlo, pero el precio podía llegar a estar por encima de lo permisible si
se compraba sin ninguna consideración.
—…¿Eh?
—Ooh. Bien dicho, señor. Pero a lo mejor debería aprender a comprar cosas en un
mercado un poquito mejor…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—No voy a pasar de comprar algo sólo por su precio cuando se trata de hacerle un
regalo a una chica. Ese precio está bien.
—¡Ajaja, estupendo! Entonces debí haberle puesto un precio algo más alto, ¿no?
Rio se sacó dos monedas de plata y confirmó con ella una última vez.
—N-No lo necesito…
Estaba claro por la reacción de Sayo que le había encantado aquella joya, así que
Rio fue y la compró sin hacer más preguntas. Conociendo la personalidad de la chica,
se imaginó que se habría negado a no ser que lo hiciera de este modo. Sayo se quedó
mirando la mano de Rio sosteniendo el dinero con una expresión anonadada.
—¡Gracias pro su compra! ¿Te gustaría una cajita para protegerla o prefieres
ponértela en el pelo directamente?
Sayo finalmente recuperó el sentido y realizó una reverencia ante el chico con
ferocidad.
—No ha sido nada. ¿Nos vamos ya? Todavía nos quedan más cosas que comprar.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
Rio le quitó importancia al gesto y entonces sugirió proseguir con su tarea. Sin
embargo, de repente recordó algo y se volvió para preguntar a la mujer.
—…Oh, cierto. Señorita, ¿por casualidad no conoce ningún sitio donde hagan
kamutan por aquí?
—Si es kamutan lo que buscan, los locales de comida y los restaurantes están
concentrados sobre todo en esa zona que está por allá. Hay un sitio llamado Kuma
que tiene muy buena fama. A la hora de la comida está siempre abarrotado, así que lo
mejor es ir con algo de tiempo cuando quieran comer allí.
Contestó ella señalando a la zona donde había una alta concentración de locales
de restauración.
—De nada. Después de todo, me han comprado una joya muy buena.
La vendedora negó con la cabeza y entonces se acercó a Sayo casi corriendo para
susurrarle algo al oído y guiñarle un ojo.
—…Ah, señorita Sayo, ¿verdad? Tienes que hacer todo lo posible por ganarte su
afecto. No puedes dejar que este chico se te escape.
—¡¿…?!
—¡Muy bien! ¡Por favor, pásense otro día por mi puesto si tienen la ocasión!
La mujer se alejó de Sayo y se despidió de los dos con una sonrisa radiante.
Rio se había quedado en silencio mirando a las dos hablando en susurros, pero
cuando la vendedora se despidió le devolvió una sonrisa de cortesía. Entonces le hizo
un gesto a Sayo y retomó la marcha. Ella empezó a caminar para seguirlo, pero antes
de marcharse se dio la vuelta para hacer una reverencia a la mujer. Ésta volvió a
despedirse con una sonrisa.
Ahora había algo distinto en los pasos de Sayo cuando aceleró el ritmo para llegar
a la altura de Rio.
◇ ◇ ◇
Después de que hubiesen comido kamutan en el local que la vendedora les había
recomendado, Rio y Sayo regresaron al barrio comercial para continuar con sus
compras de productos de lujo.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
La calle principal tenía tiendas a ambos lados, y en el centro había una fila de
puestos que dividían la avenida en dos. Con una gran cantidad de tráfico peatonal, la
calle se encontraba atestada con todo tipo de gente moviéndose de un lado a otro. Rio
y Sayo avanzaban esquivando a la gente en la medida de lo posible y echando un
vistazo a las tiendas mientras pasaban por delante de ellas.
—Ya ha pasado el mediodía, después de todo. Ahora sale todo el mundo a la calle
después de haber comido. Si ve una buena tienda, avíseme para entrar.
—¡¿Cómo te atreves?!
—¡Kya!
—Hey, parece que unos mercenarios se están metiendo con una mujer y su hija.
—¡Qué me dices!
Rio aumentó su capacidad de audición con las Técnicas Espirituales para recoger
distintos fragmentos de las conversaciones, pero entonces escuchó de nuevo aquellas
voces de enfado un poco más arriba de la calle.
—¡El que está siendo insolente aquí eres tú, ridículo mercenario! ¡¿Con quién te
crees que estás hablando?!
—¡¿Kya?!
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—¡Señorita Komomo!
—¡Oye, espera!
Dijo la voz de la mujer, sonando muy nerviosa. Parecía que la situación estaba
desembocando en un problema grave, pero Rio no podía ver nada desde donde se
encontraba.
—¡Abran paso!
Se escuchó la voz de otro hombre a cierta distancia. Entonces, la gente que estaba
alrededor de Rio empezó a separarse dejando un paso en el centro. Por aquel camino
perfectamente abierto se estaba acercando un hombre con aspecto de mercenario a
toda prisa. Llevaba una daga en su mano derecha y una niña pequeña bajo el brazo
izquierdo, todo mientras amenazaba a los que le molestaban al pasar. La chica se
encontraba inconsciente y llevaba la cabeza colgando.
—Ah…
Puede que Sayo se quedara paralizada por el terror hacia ese hombre, ya que se
quedó en mitad del paso, incapaz de moverse. Había sido asaltada por Gon hacía tan
sólo unos días, de modo que su reacción era comprensible.
—Tch.
El hombre que iba corriendo a toda velocidad vio a Rio y Sayo delante de su
camino y chasqueó la lengua, pero decidió ignorarlos por las prisas y cargar
directamente contra ellos. Sin embargo, sin necesidad siquiera de desenvainar su
espada, Rio se plantó delante con las manos vacías. Entonces se preparó para recibir
el impacto del cuerpo del hombre.
Lo primero que hizo fue esquivar la mano que llevaba el mercenario por delante, la
cual portaba la daga. A continuación, con una demostración de gran habilidad, le dio
una patada en la pierna y el hombre se puso a girar en el aire tras haber salido
volando; su mirada era de incredulidad. Mientras tanto, Rio agarró a la chica y la atrajo
hacia sí para acabar sosteniéndola bajo su propio brazo, y con la otra mano lanzó un
puñetazo directo al pecho del hombre. Una fracción de segundo después, el hombre
aterrizó en el suelo golpeándose.
—Guh…
—Oh… ¡Uoooooh!
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
admiración. Él puso una sonrisa forzada e hizo caso omiso a toda esa atención para
poder centrarse en comprobar si la chica que tenía en sus brazos se encontraba bien.
La chica aún era muy joven, aparentemente de unos diez años de edad. Su rostro
era extremadamente refinado y sin duda eso la convertía en una jovencita muy linda.
Ahora ya no hay por qué temer por su vida, al menos. Lo siguiente es…
― 131 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
Tras tomar las precauciones necesarias con aquella chica, Rio miró a Sayo, quien
se encontraba observándolo sin expresión.
—¡S-Sí! Bien.
—¡¿Señorita Komomo?!
Entonces apareció una mujer. Vio a Rio sosteniendo a la chica llamada Komomo y
al secuestrador inconsciente en el suelo, a su lado, por lo que comprendió
inmediatamente lo que había sucedido. Se acercó corriendo a Rio y él le entregó a la
chica que llevaba en brazos.
La mujer tomó a Komomo en sus brazos y agachó la cabeza con una expresión de
arrepentimiento.
—Si quiere disculparse con alguien, ahórreselo para la chica cuando despierte.
Este hombre se encuentra inconsciente ahora mismo… ¿Qué le gustaría hacer con él?
Preguntó Rio. Desechó las disculpas negando con la cabeza y recogió la daga del
hombre del suelo para entregársela también a la mujer.
—Ya veo… Bueno, parece que los guardias están llegando ya.
Mientras los dos hablaban, unos guardias que habían oído la conmoción se
aproximaron corriendo. Rio los escuchó preguntar qué había pasado y los buscó con
la mirada, lo cual atrajo la atención de la mujer hacia ellos.
—¡Aquí!
Gritó ella. En ese momento, Rio aprovechó la oportunidad para volver con Sayo.
—Sí. Me gustaría evitar todos los problemas posibles, así que mejor nos vamos.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
◇ ◇ ◇
Justo cuando Rio y compañía volvieron a la aldea, Hayate terminó sus deberes
como recaudador de impuestos y regresó a su hogar, en la capital. Supervisó el
almacenaje de los impuestos en las bodegas del palacio real y a continuación se fue
directamente a su casa, la mansión de la familia Saga.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—Nos pillaron pero bien. Lo prepararon justo para el único día del mes en que
Komomo sale en secreto al mercado para sus estudios de campo.
Le preguntó Hayate.
—Así es. El criminal que fue apresado lo confesó todo. Al parecer, uno de los
sirvientes de nuestra casa filtró la información. Tengo una idea de quién puede ser el
cabecilla que está detrás de esto, pero carezco de pruebas. Por eso he decidido llevar
a cabo una investigación rápida para atrapar a ese sirviente; deberíamos obtener
resultados inmediatamente.
—Veo que su respuesta es tan rápida como siempre. ¿Y cómo está Komomo…?
Gouki corrigió a su hijo con una expresión que indicaba que también se encontraba
asombrado.
—¿Oh? Entonces debe ser una persona maravillosa. Me encantaría hacerle una
visita y expresarle mi gratitud. ¿Dónde puedo encontrarlo?
Impresionado, Hayate preguntó acerca del paradero del chico sin pensárselo dos
veces.
—Eso… es un problema.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
—En efecto… es un problema. Ni siquiera podemos darle las gracias. Bueno… eso
era lo único de lo que tenía que informarte por ahora. ¿Alguna novedad por tu parte?
—No, por el momento no hay signos de que alguien esté yendo tras de mí.
—Ya veo.
Hayate se colocó una mano bajo la barbilla para pensar en la pregunta de su padre
y entonces recordó la carta que llevaba en el bolsillo del pecho, de modo que la sacó.
—…Oh, espere, sí que hay algo. No tiene nada que ver con Komomo, pero la
señora Yuba me confió una carta dirigida a usted, padre.
Gouki tomó la carta que le ofreció Hayate y la abrió con un gesto refinado que no
era en absoluto propio de su constitución fuerte y musculosa. A continuación
desenrolló el pergamino, apoyó su peso en la pierna de atrás y comenzó a leer la carta
con atención.
Cuesta creer que alguien sea tan necio como para tratar de hacer daño a esta
familia siendo mi padre su cabeza…
Gouki era una figura militar de renombre, del cual se decía que era el más fuerte del
reino de Karasuki y temido por su apodo, el Dios Feroz Gouki. Se contaban historias
de cómo una vez él hizo que decenas de miles de enemigos temblaran de miedo en la
guerra contra el reino vecino de Rokuren. Por lo general era una persona estricta,
incluso con su familia, pero sobre todo durante el entrenamiento de Hayate. En esa
época realmente se comportó como si fuera un demonio con su hijo primogénito, sin
embargo, con su hija Komomo se mostró bastante más indulgente.
—…Hayate.
Su voz tembló ligeramente. No, no sólo su voz… las manos que sostenían la carta y
hasta su cuerpo, que parecía duro como una roca, se estaban agitando
incontroladamente. Era evidente que se sentía conmocionado por algo.
Hayate le preguntó con una voz aguda y los ojos abiertos desmesuradamente por la
sorpresa.
—¿De modo que conociste a Rio-sa…? Quiero decir, ¿a un chico llamado Rio?
― 136 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5
Masculló Gouki resoplando, pero lo hizo en un tono demasiado bajo como para que
Hayate pudiera oírlo.
—¿Sí?
—Estaré fuera de casa con Kayoko durante un tiempo. Espera aquí en nuestra
finca con tu hermana.
― 137 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Habían pasado varios días desde que Rio y los demás regresaran a la aldea. Los
negocios habían ido bien, los bolsillos de los aldeanos estaban llenos y todo el mundo
tenía una sonrisa en la cara. Ahora, por fin había llegado el momento del festival de la
cosecha, donde rezarían por obtener comida en abundancia para el próximo año.
Aún era mediodía, y aun así los hombres ya se habían reunido en la plaza de la
aldea para empezar a beber. Las mujeres, orgullosas de sus habilidades en la cocina,
prepararon un festín en la sala de reuniones y en las propias cocinas individuales de
sus casas; se ayudaron de asistentes para llevar la comida a la plaza del pueblo, y los
niños, con entusiasmo, no dejaban nada en el plato.
―Vaya… huele de maravilla. Así que al final vamos a poder probar el kamutan…
Ruri olió el aroma que emanaba de la cacerola con una expresión de deleite.
―Tan sólo lo he hecho un par de veces, así que se podría decir que soy un
principiante. Puede que el método de preparación sea algo distinto comparado con
cómo se hace en la capital… Además, la sopa también la he hecho de manera
experimental, así que no tengo mucha confianza en que vaya a salir bien.
―¡No pasa nada! Estoy segura de que todos querrán repetir. Por lo que he podido
probar, la sopa va a estar deliciosa.
―Es verdad… sin duda querrán que lo haga de nuevo en otra ocasión. ¡O mejor
dicho, querrán saber hacerlo por ellos mismos!
― 138 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Rio asintió con una sonrisa de alegría. No sabía si el año siguiente seguiría viviendo
en la aldea, pero deseaba poder preparar kamutan otra vez junto a esas dos chicas.
Después de dejar reposar la sopa durante algo menos de una hora, los tres llevaron
los fideos hechos de antemano y las tartas horneadas hasta la plaza. Cuando los
aldeanos vieron que Rio había hecho kamutan, se apelotonaron alrededor de él como
moscas. Entonces, se puso a recalentar la sopa en un hornillo improvisado fabricado a
base de técnicas espirituales en un rincón de la plaza y a continuación hirvió los fideos.
En el momento que la gente probó el kamutan terminado, todos gritaron “¡está
delicioso!” uno tras otro. Rio miró el rostro de todas las personas y pensó que todo su
duro trabajo y esfuerzo habían merecido la pena. Su cara reflejaba felicidad. El pastel
de carne y el de manzana también fueron un gran éxito.
…¿Um? Rio de repente sacó su piedra espiritual del bolsillo. Había aparecido la
fórmula de un conjuro en su superficie, y estaba emitiendo una fuerte luz y calor. Esta
piedra espiritual era el núcleo de la barrera de detección de intrusos que él había
modificado para cubrir toda la extensión de la aldea tras el incidente con Gon.
Normalmente la desactivaba durante el día, que era cuando los aldeanos entraban y
salían del pueblo frecuentemente, pero durante el festín la dejó en funcionamiento por
si acaso.
¿Quién puede ser? ¿Un viajero, un mercader, un amigo de alguien…? Viene por el
este. De pronto se levantó, ignorando a todos los que estaban celebrando la fiesta.
La piedra espiritual emitía un brillo más intenso cuando la dirigía hacia el lugar por
donde venía el intruso, de modo que se encaminó allí sin hacer ruido. En el camino
susurró el conjuro de «Dissolvo» para recuperar su espada junto con su vaina del
Almacén de Espacio-Tiempo. Tras haber caminado durante varios minutos, llegó a los
campos que se extendían por toda la zona este de la villa y se encontró a una docena
aproximadamente de hombres y mujeres ataviados con ropa de viaje. No pudo
detectar ningún tipo de hostilidad, pero iban completamente equipados y tampoco
parecían tener debilidades. Daba la impresión de que practicaban artes marciales.
Rio preguntó con cautela al grupo de desconocidos. Cuando ellos vieron a Rio
espada en mano mostraron leves signos de temor, pero el hombre y la mujer de
mediana edad que iban al frente se quedaron observando a Rio con una mirada
distinta en sus ojos.
―…Mi nombre es Saga Gouki. Discúlpeme, pero ¿me podría decir su nombre?
¿No será usted por casualidad Rio-sama?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
había formado una relación de amistad recientemente. Rio pensó que quizás este
hombre era su padre.
Contestó.
Sobrecogido por la emoción, Gouki se arrodilló en el mismo lugar. Pero, no, no sólo
él… todos los que lo acompañaban también se arrodillaron frente a Rio al mismo
tiempo, sin preocuparse por ensuciarse la ropa ni nada.
―¿E-Eh?
―Eeeh, no nos hemos visto nunca, ¿verdad…? ¿No será que me han confundido
con otra persona? Si todos pudieran ponerse de pie otra vez, se lo agradecería…
―¿Karasuki… Ayame?
Las palabras que salían de la boca de Gouki eran hechos que a Rio le resultaban
brutalmente impactantes. Independientemente de si se podía creer en lo que estaba
diciendo el hombre o no, el pensamiento racional de Rio se había detenido por
completo.
―…Por ahora, dejen que les lleve a la casa de la alcaldesa de la aldea. Entonces
iré a buscar a Yuba y más tarde podrán contarme toda la historia desde el principio.
¿Les parece bien? Y, por favor, levántense.
De algún modo, Rio se las arregló para decir estas palabras. Incluso si no había
nadie alrededor por estar todos en la fiesta, los campos no eran lugar para mantener
este tipo de conversación, aparte de que necesitaba algo de tiempo para calmarse.
― 140 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Tras llevar al grupo hasta la casa del jefe de la aldea, Rio se dirigió a la plaza,
cabizbajo, y encontró a Yuba hablando con algunos aldeanos. Entonces le explicó la
situación susurrándole al oído. A pesar de su sorpresa, Yuba lo entendió todo de
inmediato y sonrió.
Le dijo en voz baja. Los dos se dirigieron inmediatamente a la casa del jefe de la
aldea. Apenas intercambiaron unas pocas palabras por el camino, pero en cuanto la
casa quedó a la vista, Yuba de repente abrió la boca.
―…Rio, sin importar qué, tú siempre serás mi nieto. Nada podrá cambiar eso. Al
menos eso es lo que yo creo. Puede que sea algo repentino, pero tenía que decirte
esto ahora.
Rio presentía que las palabras de Gouki de antes debían ser más bien ciertas.
Yuba le preguntó con una sonrisa ligeramente alegre antes de poner un pie en la
casa.
◇ ◇ ◇
En el salón principal de la casa del jefe de la aldea, Rio, Yuba, Gouki y su mujer,
Kayoko, se encontraban unos frente a otros. Los acompañantes que Gouki había
traído consigo estaban haciendo guardia en el exterior para asegurarse de que nadie
oyera su conversación.
―Rio-sama, por favor acepte nuestras más sinceras disculpas por haberle contado
estos hechos tan impactantes de manera repentina.
―Gouki-san, ¿debo asumir que su presencia aquí significa que ha obtenido los
permisos correspondientes?
― 141 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―En efecto. No estamos aquí por nuestro propio albedrío, sino bajo las órdenes de
Su Majestad.
Yuba parecía aliviada… La verdad por fin sería revelada. Era el mismo sentimiento
de cuando algo malvado es derrotado.
―Por supuesto… para eso hemos venido hasta aquí. Sus Majestades desean
hacer llegar su gratitud y disculpas a la señora Yuba por todo el sufrimiento que debe
haber pasado hasta el momento presente.
Le preguntó Gouki.
―La historia comienza hace doce años… pero, primero, deje que le hable sobre la
relación que teníamos Zen y yo… su padre. La señora Yuba podrá informarle sobre
cualquier cosa que sucediera antes de eso, por si le interesa…
―Zen era un chico algo extraño, pero era amable y listo como él sólo. En esa
época nos encontrábamos en guerra contra el reino vecino de Rokuren, por lo que
todas las aldeas y villas estaban atravesando tiempos difíciles. Como hijo segundo,
Zen decidió marcharse y reducir el número de bocas que alimentar en su casa, y un
día partió para alistarse voluntariamente como soldado.
Yuba habló de la época anterior en que Zen se hiciera amigo de Gouki con una
sonrisa algo nostálgica.
―Zen tenía un talento innato para cualquier cosa relacionada con las Técnicas
Espirituales y las estrategias militares. Encima estábamos en mitad de un periodo de
guerra, como bien ha dicho la señora Yuba. Comenzó como un simple soldado, pero
enseguida destacó y logró proezas merecedoras de la atención de Su Majestad. Y así,
él le concedió el rango de guerrero. Fue entonces cuando conocí a Zen.
― 142 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Gouki, su superior. Aunque éste era mucho más joven que Zen, era uno de los
guerreros de élite del reino que destacaba en términos de habilidad. Y aun así, a pesar
de que Zen era sólo un autodidacta, Gouki tuvo grandes problemas para salir airoso
de aquella pelea.
―Sólo fue un combate de entrenamiento, pero aun así no había muchos oponentes
capaces de ponerme en un aprieto como hizo él. Sus habilidades no eran cosa de risa.
Por eso lo recomendé encarecidamente como guardaespaldas para la familia real.
Como ya debe haber deducido, el miembro de la familia que se le asignó fue la
princesa Ayame.
Rio susurró sin llegar a procesar del todo la realidad de ese hecho.
Murmuró Kayoko con un tono de voz frío después de haber mantenido silencio al
lado de su esposo durante todo el tiempo.
―Si se me permite decirlo, para alguien como la princesa Ayame, que había
pasado toda su vida encerrada en el palacio, Zen representaba la libertad del mundo
exterior. Siempre le preguntaba cosas acerca de cómo era la vida en su aldea.
Ayame se vio atraída por Zen casi desde el primer momento. Cualquiera que los
viera se daría cuenta enseguida de lo que estaba pasando ahí. De una manera similar,
Zen también se vio atraído por Ayame pasado un tiempo. Sin embargo, Ayame era
una princesa, y aunque él había ascendido al rango de guerrero, no dejaba de ser un
antiguo granjero. Debido a esto, la diferencia que había entre sus estatus era
demasiado grande, por lo que Zen prefirió mantener sus sentimientos en secreto.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―En realidad, la princesa Ayame visitó en secreto la aldea unas cuantas veces.
Zen trató de detenerla desesperadamente, insistiendo que no había nada que ver allí,
pero ella se negó a ceder. Todos estábamos con los nervios a flor de piel.
Y así, para celebrar el fin de los combates y aplacar las protestas de los ciudadanos,
se llevó a cabo un gran festival en la capital real con el príncipe de Rokuren asistiendo
como embajador. La ceremonia en sí discurrió pacíficamente, y el tratado de paz se
firmó sin problemas. Lo único que quedaba era que el príncipe de Rokuren regresara a
su país para que el periodo de paz diera comienzo. Sin embargo, en la noche del día
de su regreso, ocurrió un incidente: alguien trató de secuestrar a Ayame cuando ella
ya se había retirado a sus aposentos. Pero Zen había estado protegiéndola desde las
sombras y fue capaz de apresar al criminal antes de que éste tuviera éxito.
Se reveló que el secuestrador era uno de los siervos del príncipe de Rokuren. Zen
intentó que explicara inmediatamente por qué se arriesgó a poner en peligro el tratado
de paz que se acababa de firmar, pero el siervo guardaba un arma oculta que había
sido preparada de antemano para suicidarse. Después de aquello, el palacio se puso a
hervir de actividad, y eso que se encontraban en mitad de la noche. Se concertó una
reunión de emergencia entre los líderes de Karasuki y el príncipe embajador. Los
primeros exigieron una explicación por los eventos sucedidos esa noche, pero el
príncipe se negó a responder y en cambio reaccionó con indignación por el
apresamiento y asesinato de su sirviente.
Mientras tanto, por el otro lado también carecían de pruebas, pero el príncipe usó el
hecho de que su sirviente estaba muerto como excusa para insistir tercamente en que
su confianza había sido traicionada. Las negociaciones entre ambos bandos se
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
estropearon inevitablemente y no hubo más remedio que romper el tratado de paz que
se había establecido días antes.
―El reino de Rokuren impuso una serie de condiciones adicionales entre las que
estaban la ejecución de Zen y un matrimonio pactado entre ambos príncipes.
Solamente con eso olvidarían la muerte del siervo y mantendrían la intención de
declarar la paz. Incluso viéndolo ahora sigue haciendo que me hierva la sangre.
Dijo Gouki temblando por la rabia. Si todo fue realmente como él había contado, las
exigencias de Rokuren fueron completamente descaradas y desvergonzadas. Rio
puso una mueca de desagrado sin darse cuenta. Sólo podía sacar sus propias
conclusiones acerca del escenario político de la época a través de las palabras de
Gouki, pero al parecer había rumores sobre que el príncipe de Rokuren era en realidad
cruel y mujeriego. Si alguien como él se hubiera casado en un matrimonio de
conveniencia con Ayame… Bueno, el pensamiento no era nada agradable.
―De todas formas, nadie podía garantizar que Rokuren se quedara tranquilo
aunque aceptáramos sus condiciones. Al mismo tiempo, revocar un tratado de paz que
acababa de pactarse y retomar la guerra habría llevado la tensión del pueblo hasta
niveles explosivos, arruinando la moral de la nación. La situación era muy
desesperada y teníamos que hacer algo para cambiar las tornas. Fue por eso que Su
Majestad fingió acceder a las exigencias para conseguir tiempo. Al final le dimos la
orden a Zen de que se llevase consigo a Ayame y huyeran del país.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
El escuadrón de élite estaba formado por los guerreros con el mayor nivel de lealtad
hacia la familia real. Todos profesaban un odio casi enfermizo hacia el reino enemigo
debido a toda esta situación, por tanto, su intrépido asalto comenzó justo cuando su
moral se encontraba lo más alta posible. Los guerreros entraron en tromba hasta el
corazón del campamento enemigo en un abrir y cerrar de ojos y cortaron las cabezas
de todos los generales mientras estos se encontraban en una reunión, uno por uno.
Además, capturaron al príncipe, que estaba también entre ellos. Como resultado, la
primera batalla se ganó con un solo ataque sorpresa… fue toda una victoria histórica.
―Sin embargo, aunque el resultado había sido una victoria aplastante por nuestra
parte, la verdad es que habíamos cruzado una línea peligrosa. Los eventos que
llevaron al inicio de la guerra fueron manchados de mentiras y engaños, y si nosotros
hubiéramos cometido algún error el resultado habría sido a su favor. Más que nada, el
hecho de que Su Majestad hubiera ordenado escapar a Zen y la princesa
sencillamente habría sido demasiado dañino para la opinión pública. Los dos fueron
tratados oficialmente como traidores por huir y desencadenar la guerra.
Y así, los dos perdieron su prestigio en la región de Yagumo. Pero, al mismo tiempo,
la barrera social que separaba a Zen y Ayame desapareció, lo cual resultaba irónico.
―Su Majestad era consciente de que su hija estaba enamorada de Zen y de que él
sentía lo mismo por la princesa, sin embargo, no había forma de que los dos pudieran
estar juntos si Zen seguía siendo su protector. A pesar de que se las arreglaron para
ignorar las exigencias de Rokuren e imponer las suyas propias, ella acabaría
inevitablemente en un matrimonio de conveniencia con una pareja no deseada. Por
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
tanto, Su Majestad decidió que lo mejor sería confiar su hija a Zen. Yo sé que siempre
tuvo el remordimiento por pensar si había tomado la decisión correcta o no…
Tras la guerra, el rey de Karasuki envió listas de personas buscadas a los reinos
vecinos con los nombres de Zen y Ayame. Además, para ocultar totalmente la verdad,
impuso una orden de silencio a los pocos que tenían conocimiento de la verdadera
situación. Tan sólo Yuba fue informada de esto debido a que era la madre de Zen,
pero a ella también le prohibieron hablar y por eso nunca le contó nada a Rio.
Dijo Gouki con una expresión avergonzada. La pareja ya estaba casada en aquella
época, y Kayoko llevaba a Hayate en su vientre. Simplemente no era conveniente para
ella soportar la dura vida de un fugitivo mientras estaba embarazada. Por otra parte,
quedándose ellos allí, las circunstancias que rodeaban la aventura entre Zen y Ayame
parecían mucho más auténticas. Sin embargo, los dos eran guardaespaldas de la
princesa, y claro que no se arrepentían de haber dado luz a Hayate en buenas
condiciones, pero la cuestión de si debían haber seguido a Ayame en su exilio siempre
se mantuvo presente en el aire.
―Pero entonces, justo el otro día, recibí una carta de la señora Yuba en la que me
informaba de la presencia de Rio-sama y de que había venido de unas tierras muy
lejanas en busca de pistas sobre sus padres.
Si la noticia hubiese venido de cualquier otra persona, sin duda no la habrían creído,
pero la que le había transmitido esa información no era otra que la abuela del chico;
sus palabras tenían un nivel muy alto de autenticidad para ellos. Por eso Gouki trajo
consigo a su esposa, para que el rey pudiera tomar la mejor decisión posible. Él les
había dado la responsabilidad de determinar si realmente Rio era el hijo de Ayame.
―La emoción me invadió en el momento que puse la vista sobre usted, Rio-sama.
Los rasgos de la princesa Ayame y Zen se encuentran muy presentes en sus
facciones. Por eso tengo la certeza… No hay error, usted es el hijo de la princesa
Ayame.
Rio personalmente sintió que era un poco molesto que pensaran en él de esa forma,
pero quizás simplemente quería decir que se parecía mucho a Ayame, y a Zen
también. Rio no podía recordar la cara de su padre, pero incluso cuando trató de echar
la vista atrás a su infancia había imágenes del rostro de su madre que tampoco podía
llegar a unir del todo.
De quienes estaba hablando podían ser los abuelos de Rio, pero sinceramente a él
no le parecía que esto fuese real… Después de todo, ni siquiera conocía sus rostros.
Sin embargo era seguro que Ayame era su hija, por lo que sintió el deseo de
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Rio tomó aire profundamente para tranquilizarse. “Está bien”, fue lo que respondió
mostrándose de acuerdo con una voz ligeramente tensa. Una sonrisa de alivio se
dibujó en el rostro de Gouki.
◇ ◇ ◇
Varios días después de que Rio marchara de la aldea, acudió a una audiencia en el
palacio del reino de Karasuki. Le permitieron pasar por la entrada sin ser interrogado ni
nada gracias a que iba acompañado por Gouki y Kayoko, y fue conducido hasta una
sala en particular. Allí le esperaba una pareja de mediana edad, más tirando hacia la
vejez. Eran el rey, Karasuki Homura, y la reina, Karasuki Shizuku.
―O-Ooh, tú debes de ser Rio… En efecto, veo los rasgos de Ayame en ti.
Dijo Homura con la voz entrecortada y las piernas temblorosas mientras mantenía
su vista fijada en el rostro de Rio. Mientras tanto, Shizuku hacía lo mismo con unas
emociones que la sobrecogían notablemente.
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Rio se quedó mirando a los dos con asombro. Le dieron una impresión mucho más
amigable y cercana de la que se había esperado. Estuvo imaginándose qué clase de
personas eran hasta este momento.
Rio se presentó cortésmente después de que los tres se hubieran quedado mirando
mutuamente durante algunos segundos. Entonces, Homura soltó una risa contenida.
―Tan sólo estoy conociendo a mi adorable nieto. No hay necesidad de guardar los
modales ni la etiqueta a la hora de hablar, y no hace falta que estés tan firme y tenso.
―Sí, hay muchas cosas que nos gustaría contarte y otras tantas que nos
encantaría preguntar. Aunque nuestro tiempo es limitado, hablemos todo lo que nos
sea posible.
Dijo la reina de una forma claramente animada. Su mirada estaba fija en la cara de
Rio, observando cada uno de sus rasgos y su aura, que era similar a la de Ayame.
―Sí. Si mi madre estuviera aquí ahora mismo, la confundiría a vos por su hermana.
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―¿Eh? Oh, vaya. Qué cosas más embarazosas dices… Y eso que yo ya soy
abuela.
―Shizuku… creo que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi reír de
esa manera tan alegre y despreocupada.
Dijo Homura al ver la sonrisa elegante que había florecido en el rostro de su esposa.
―Oh, por favor, no digas eso. Entonces eso significa que hasta ahora he estado
sonriendo falsamente durante todo el tiempo.
Dijo ella.
―Sí, en efecto.
―Nos gustaría saber más, como por ejemplo el motivo de su muerte, o qué clase
de vida tuvieron en el exilio.
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La reina tuvo dudas a la hora de decir estas palabras, de modo que Homura dio voz
a su pregunta con más determinación. Sus ojos estaban clavados en Rio con
impaciencia.
―…Mi padre murió cuando era muy joven, mucho antes de que fuera capaz de
recordar nada, así que me temo que solamente tengo recuerdos del tiempo que pasé
con mi madre. Si les parece bien, hablaré de ella…
―…Sin problema.
Rio tomó una gran bocanada de aire y asintió lentamente. Entonces comenzó a
hablar acerca de la muerte de su padre según la forma en que su madre se la había
hecho saber a él, así como de sus recuerdos con Ayame. Los detalles eran en su
mayoría los mismos que Yuba le había contado antes, que Zen estuvo trabajando
como aventurero y que un día cometió un error y murió, dejando a Rio y Ayame solos
hasta que él cumplió cinco años.
―Mi madre era una persona muy amable y que siempre estaba sonriendo. Por eso,
cuando era niño, pensaba que era natural que los dos estuviéramos solos. Nunca me
dejó ver que sentía tristeza a causa de la muerte de mi padre.
Al verse incapaz de determinar hasta dónde debería contar exactamente, Rio dudó
de si continuar o no.
―Oh…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Preguntó su abuelo.
―Por casualidad salvé a una persona importante del reino, y como recompensa me
permitieron entrar en una institución educativa gestionada por el gobierno real.
―¿Oh? Una institución educativa… También tenemos ese tipo de centros en este
reino, pero sólo los nobles de mayor prestigio y ciertas familias de militares tienen
permitido el acceso. ¿Acaso era distinto en ese reino?
―No, no hay ninguna diferencia. Todos los que había a mi alrededor eran de lo que
se podía llamar la alta nobleza y miembros de la familia real del país.
Homura dedujo inmediatamente que Rio debió haber sufrido una fuerte
discriminación basada en su bajo estatus social.
―No, es cierto que la hostilidad hacia mí era alta, pero también había personas que
me trataron con mucha amabilidad y respeto. Gracias a ellas puedo decir con orgullo
que mis días allí fueron muy divertidos.
Contradijo Rio con una sonrisa cálida. Se estaba refiriendo sobre todo a Celia. No
obstante, eso no fue suficiente para apaciguar las emociones de los reyes, ya que en
ese momento trataron de evitar el contacto visual con su nieto. Gouki y Kayoko, que
habían estado escuchando en silencio a un lado, también mostraron una expresión
dolida en sus rostros.
―A partir de entonces asistí a esa academia hasta que cumplí los doce, y en ese
momento decidí partir hacia estas tierras.
―Oí que había otros reinos más hacia el oeste, pero… lo hiciste muy bien para
llegar hasta aquí ileso. Gracias a tu valentía hemos podido tener la oportunidad de
conocerte.
Homura inclinó la cabeza de una manera excesiva como muestra de gratitud hacia
Rio. Sabiendo que el rey no está en una posición en la que debería inclinarse tan
fácilmente frente a los demás, la gratitud de Homura llegó con mucha intensidad a Rio.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―…Debo advertirles que se trata de algo difícil de escuchar. ¿Aun así desean
saberlo igualmente?
―Pero debemos saber lo que ocurrió… lo que pasó en sus últimos momentos. Y, si
es necesario…
―Lo siento… Sé que debe resultarte cruel pedirte que nos cuentes la verdad, pero
sencillamente no podemos soportar quedarnos en la sombra más tiempo.
Rio cerró los ojos como si le estuviera dando vueltas a algo en su cabeza antes de
tomar aire.
Dijo abruptamente.
―…
Durante los cinco años que sucedieron a la muerte de Zen, Ayame alquiló una casa
humilde en la capital del reino de Beltram y allí crió a su hijo. Afortunadamente contaba
con suficiente dinero ahorrado como para permitirse criar a Rio ella sola, siempre y
cuando no hiciera gastos extravagantes. Sin embargo, la carga que tuvo que soportar
fue mayor de lo esperado, y ni siquiera se pudo dar la opción de apartar la vista de Rio
un solo instante, ni para hacer la compra. Durante esa época, un aventurero llamado
Lucius se ofreció a ayudarla. Ayame conocía a Lucius de cuando su marido aún
estaba con vida.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Entonces, Zen murió poco después de que Rio naciera, y fue Lucius quien se hizo
cargo de Ayame y la apoyó en mil ocasiones mientras ella se dedicaba plenamente a
cuidar de su hijo. Por ejemplo, él era quien les hacía las compras, les visitaba siempre
acompañado de algún regalo e incluso entretenía a Rio jugando con él. En aquel
momento, ni Ayame ni Rio dudaban de que Lucius era una persona amable y solidaria;
además, como era un aventurero, tenía muy buen ojo y siempre profesaba una
especie de energía motivadora. Por otro lado, sus rasgos faciales eran muy refinados
y su personalidad se podía considerar la de alguien sociable: todo un caballero. Sin
embargo, todo eso era fingido.
Un día, antes de que Ayame saliera a hacer un recado en el barrio, le dijo a Rio:
“volveré pronto, así que no salgas de casa si viene alguien desconocido”. Entonces
dejó a su hijo de cinco años solo en casa. Inmediatamente después de que ella se
marchara, Lucius hizo una visita a la casa. Rio siguió las palabras de su madre y se
escondió para hacer parecer que no había nadie.
―Rio, estás por ahí, ¿no es así? Soy yo, Lucius. Me he encontrado con Ayame
afuera y me dijo que viniera a echarte un vistazo. ¿Podrías abrirme la puerta?
Dijo una voz desde el otro lado de la puerta de la casa. Cuando comprobó que era
Lucius, Rio le abrió enseguida. Él le conocía muy bien y confiaba plenamente. Pero la
personalidad de Lucius dio un giro de ciento ochenta grados para convertirse en
alguien cruel, frío y calculador.
―Gah…
―¿P-Por… qué…?
―Jajaja. Escúchame, Rio. En este mundo, a veces hay lobos disfrazados con piel
de cordero. Disfrutan traicionando la confianza de la gente y diseminando la maldad,
demonios como yo a los que eso les encanta más que nada. Incluso fingen ser buenas
personas para conseguirlo. Por eso no deberías confiar tan fácilmente en los demás,
¿sabes?
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Añadió, y curvó sus labios para formar una sonrisa de satisfacción. Se podía ver un
brillo de locura en sus ojos.
―…
El chico lo miraba con ojos aterrorizados y la cabeza aún atrapada por el agarre de
su agresor.
―Los demonios… cuando ven cosas que los demás encuentran preciadas o bellas,
lo que quieren es destruirlas y arruinarlas hasta el punto de no poder recuperarlas. La
cara de una persona traicionada por alguien en quien realmente confiaba resulta
especialmente deliciosa.
Lucius se estaba mostrando hablador, animado, pero Rio no podía comprender sus
palabras en absoluto.
―Aunque sí que podría poner las cosas un poco más picantes aprovechando que
estás aquí. Y Ayame, que es a la que más aprecias por encima de todo, será el plato
principal.
De nuevo Rio fue incapaz de comprender nada de lo que Lucius decía. Lo único
que sabía es que tenía miedo de ese hombre. Aunque no era sólo miedo, ya que unos
leves impulsos de odio estaban comenzando a nacer también en su pecho. Esto hizo
que Rio mirase a Lucius con un sentimiento indescriptible.
―Guh…
Lucius agarró al niño por el pelo y le levantó la cara, a lo cual se llevó una mano al
bolsillo y sacó un botecito de metal para finalmente introducirlo por la fuerza en su
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Lucius se dirigió a ella de forma espontánea a pesar de que Rio aún seguía bajo su
pie. El chico estaba gimiendo de dolor con la cara enrojecida por la fiebre.
Al final del todo, sin embargo, Rio tuvo la vaga sensación de que Ayame lo había
abrazado con sus últimas fuerzas. Aunque no tenía manera de saber si fue un sueño o
la realidad, creía que Ayame le sonrió dulcemente con lágrimas en los ojos. Lo más
probable es que fuera real, o al menos eso es lo que él quería pensar. Pero, detrás de
ella, Lucius se encontraba de pie empuñando una espada. Miró a Rio y curvó sus
labios de una manera repulsiva. Eso es lo último que Rio recordaba.
Después de eso, Rio estuvo viviendo en las calles de los suburbios durante dos
años hasta que entró en la Academia Real, siempre albergando un odio visceral hacia
Lucius en su pecho hasta el día actual.
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Declaró Rio con el ceño fruncido. Con eso, había revelado todo lo que recordaba de
su oscuro pasado… algo que no le había contado a nadie nunca antes. Todos en la
sala, Homura, Shizuku, Gouki y Kayoko… estaban temblando. Puede que las
emociones emergentes en sus pechos fueran de rabia y tristeza, o incluso de algo más.
Rio se quedó mirando al rey y los demás con una sensación de arrepentimiento,
preguntándose si realmente debía haberles contado la verdad.
―…
―…Es lo que diría cualquiera si hubiera pasado por lo misma situación que yo. Sin
embargo, no siento ningún resentimiento en particular hacia ustedes.
Añadió enseguida con una sonrisa amarga. El rey y compañía se quedaron mirando
a Rio con una expresión de incredulidad.
―Mi madre me crió con amor y dulzura, y soy yo quien la vio desde la perspectiva
más cercana posible. Por eso sé que mi madre no les odiaba. En todo caso, creo que
se sentía agradecida por haber tenido la oportunidad de casarse con mi padre. Por
tanto no sería lo correcto que yo les odiara, para mí sería igual de imposible.
Los demás se pusieron a temblar una vez más, cabizbajos. No podían soportar los
sentimientos de culpabilidad y vergüenza. Ellos siempre se consideraron culpables,
pensando que habían empujado a su hija a la desgracia… y las palabras de Rio fueron
a parar justo ahí; lo que acababa de decir les hizo aún más daño que cuando empezó
con que se sentía dolido hacia ellos. Los reyes se dieron cuenta de lo impotentes que
fueron en su día.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―Pero, Rio, permíteme preguntarte una cosa: ¿qué piensas de ese tal Lucius, el
hombre que asesinó a Ayame? ¿Crees que serías capaz de perdonarlo?
―No, de ninguna manera, eso es imposible. Hace muy poco me di cuenta de que
hay ciertas cosas en el mundo que son imperdonables.
―…Ya veo. Soy rey después de todo; he visto innumerables personas repulsivas
hasta ahora. Por eso puedo comprender las emociones de las que hablas, y de ningún
modo voy a repudiarlas. Pero, si tu intención es seguir la senda de la venganza, hay
algo que debo trasladarte primero.
Dijo Homura con los ojos entornados para responder a la determinación de Rio.
―Aún estás a tiempo de darte la vuelta. ¿Todavía quieres asesinar a ese hombre
sabiendo esto?
Rio explicó su voluntad de una manera sencilla, con una expresión de gran
determinación. Homura escudriñó los ojos de su nieto con intensidad; sus irises de
color acaramelado no mostraban signos de delirios o locura. Eran los ojos de alguien
que sabía que en este mundo no existía tal cosa como las morales absolutas, y que en
cambio había elegido adherirse a las suyas propias. Era por eso que Rio no pensaba
recurrir a cualquier medio que fuera necesario para llevar a cabo su venganza y no se
ganaría nunca la enemistad de alguien por una razón egoísta.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―…No obstante, como tu abuelo, desearía saber si realmente tienes la fuerza para
portar esa voluntad tan inquebrantable que tienes. ¿Considerarías la posibilidad de
enfrentarte a Gouki?
―Es acerca de Lucius. Por lo que nos acabas de contar, suena a que es una
persona bastante diestra en la lucha. Y con una personalidad tan repulsiva como la
suya no dudaría de que la muerte de Zen también podría atribuírsele a él. ¿No estás
de acuerdo?
―Dicho esto, yo conocía muy bien a Zen. Sé perfectamente que no era del tipo de
guerrero al que se le pudiera quitar fácilmente la ventaja en un combate. ¿No es así,
Gouki?
Dijo Homura volviéndose hacia él. Gouki asintió en silencio antes de compartir su
propia opinión sobre el asunto.
―Como pensaba. Por tanto, debes poseer la misma fuerza que Zen o superior si
en algún momento deseas entrar en confrontación con Lucius. Y, aunque al final
resultara que él no mató a tu padre, la fuerza es una virtud muy valiosa para un viaje
como el tuyo, ¿no te parece?
―En ese aspecto, Gouki rivalizó una vez con Zen, pero ahora cuenta además con
muchos años de experiencia militar a sus espaldas. Es un guerrero veterano que no
sólo no tiene rival en este reino, sino también en los vecinos. No hay nadie en este
país más fuerte que este hombre para poder evaluar y sacar lo mejor de tus auténticas
capacidades. ¿Qué te parece…? ¿Te gustaría entrenar con él?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Le preguntó Homura.
―Entonces que así sea… Y ahora, Rio, discúlpame, pero estoy asistiendo a esta
reunión haciendo uso del tiempo que tengo entre mis deberes oficiales. Por ahora
tenemos que preparar algunas cosas, de modo que por favor siéntete como en casa al
cuidado de Gouki en su residencia. No te olvides de practicar con él todo el tiempo que
puedas.
Rio asintió y se acercó a la reina, algo dubitativo. Entonces ella lo abrazó con
dulzura.
―Te has hecho mayor de una manera maravillosa, y además tú solo. Te felicito por
haber llegado tan lejos. Muchas gracias.
― 161 ―
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―Sí…
Con una sonrisa fugaz, Shizuku observó el rostro de su nieto desde cerca. La
expresión que pudo ver en ella desde cierta distancia no era la de un miembro de la
realeza, sino la de una abuela entregada, y eso que su apariencia exterior parecía
ligeramente joven para la edad que debía tener. Homura miró a los dos con una
expresión llena de amor familiar.
―Está bien…
Una vez que los reyes hubieron salido, Gouki le habló con un tono calmado.
◇ ◇ ◇
Tras el encuentro, Rio abandonó el palacio real y se trasladó a la finca de los Saga.
La residencia de la familia Saga estaba localizada en un poblado militar cercano al
corazón de la capital, en el que las calles eran tranquilas y un ambiente de serenidad
se podía percibir en el aire. Todas las residencias de la zona estaban rodeadas de
muros y no había muchos espacios verdes, por lo que las robustas aunque
maravillosas mansiones estaban construidas perfectamente alineadas.
Una chica muy guapa de aproximadamente diez años apareció. Llevaba puesto un
uniforme de artes marciales con una hakama y una espada de madera bien agarrada
en su mano. Sus ojos eran bonitos, como piedras preciosas, sus facciones bien
definidas y su piel blanca se veía suave como la porcelana. Cada una de sus
características era de la mayor calidad, lo cual la convertía en la personificación de la
inocencia. Además, su cabello negro azabache y sedoso le llegaba hasta la espalda, y
se rozaba con su ropa creando una preciosa melodía.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
…¿Um? Rio se quedó congelado a medio camino cuando vio a la chica. Sentía
como si la hubiera visto antes en alguna parte… Y recientemente, además. Entonces,
una mujer apareció detrás de la chica.
La mujer saludó de forma respetuosa, pero cuando vio a Rio se quedó parada en el
sitio. En el momento que él vio la cara de la mujer, su sensación de déjà vu de repente
cobró sentido: las dos mujeres que habían aparecido eran las personas que se
encontró caminado por la capital el otro día, la chica que casi fue secuestrada y su
guardaespaldas. Rio se quedó sorprendido por el giro totalmente inesperado de los
acontecimientos al encontrarlas aquí.
Gouki gritó a la mujer que se había quedado callada ante la vista del chico.
―…Mi señor, debe haber algún tipo de razón para que se haya comportado así.
Aoi, cuéntanos qué sucede.
Kayoko buscó una explicación tras darse cuenta de las reacciones que habían
tenido Rio y Aoi. Sospechaba que posiblemente se conocían de antes.
―¿Me salvó?
―El otro día me topé con esa misma chica de ahí justo cuando estaba siendo
atacada por unos rufianes…
―En ese momento decidí marcharme antes de que las cosas se volvieran más
problemáticas, así que es normal que se encuentre sorprendida. Por favor, no le grite.
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―U-Umm. Si así es como fue, entonces… le estamos agradecidos más allá de toda
magnitud y siempre nos encontraremos en deuda con usted. Aoi, ofrécele tu gratitud tú
también.
Aoi expresó sus disculpas y gratitud con una cortesía casi excesiva. A juzgar por la
forma en que Gouki interactuaba con Rio, dedujo que éste se trataba de una persona
de muy alto prestigio y que debía ser respetada.
Rio negó con la cabeza y una sonrisa de incomodidad. Por alguna razón siempre se
sentía azorado cuando la gente lo trataba con un alto grado de respeto. Dejó caer un
poco los hombros, resignándose a ser atendido con este tipo de tratamiento durante
toda su estancia.
―Umm… si me permite…
―Es un placer conocerlo. Mi nombre es Saga Komomo… y quería darle las gracias
por haberme salvado el otro día de esos mercenarios.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―No fue nada. Además, permítame decir que tienen una hija muy linda.
Gouki le dio las gracias a Rio alegremente antes de desplazar su interés al combate.
―Ah, claro. Entonces… ¿le puedo pedir que empiece ya con los preparativos?
―Bien. Entonces a lo mejor te gustaría venir y observarnos. Hoy sin duda vas a
aprender algo. Y ahora, Rio-san… sígame, por favor. Por aquí se va a la zona de
entrenamiento.
Pero en cuanto vio a Rio detrás de ellos dejó escapar una voz mucho más
entusiasta.
―Buenos días, Hayate-san. Diría que hace mucho tiempo que no nos vemos, pero
en realidad no ha sido tanto.
Rio le saludó una vez que se acercó a él, sonriendo algo incómodo frente a su
reacción.
―El señor Rio se va a quedar en nuestra casa en calidad de invitado. Ahora mismo
vamos a celebrar un combate los dos, así que te invito a que observes. Prepara las
espadas de madera.
― 165 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―¡S-Sí, padre!
Él aceptó la orden, nervioso, y fue a coger las espadas de madera que se utilizarían
en el combate de práctica. Después de eso, el resto de los preparativos se realizó en
un abrir y cerrar de ojos, a lo que Rio y Gouki tomaron cada uno una espada y se
colocaron uno frente a otro en el centro del terreno de entrenamiento. Kayoko, que
haría de árbitro, se aproximó a los dos contrincantes.
―En nuestro reino es una costumbre que, antes de un combate de práctica entre
guerreros, se determine aproximadamente el nivel de peligro como si fuera una
situación real de lucha. ¿Bajo qué clase de normas les gustaría enfrentarse?
Preguntó ella.
―…Entendido. Entonces, para dejarlo claro, está permitido cualquier tipo de ataque
mortal. Se pueden curar una buena cantidad de heridas distintas con las Técnicas
Espirituales, de modo que no se contenga en hacer uso de ellas, por favor. ¿Le parece
bien?
A la señal de Kayoko, Rio y Gouki se alejaron uno del otro hasta una distancia
adecuada y se miraron entre sí. Se familiarizaron con el agarre de las espadas de
madera y adoptaron la postura inicial para luchar.
―¡Comiencen!
― 166 ―
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―¡¿…?!
Gouki se quedó anonadado por el hecho de que Rio hubiese aparecido de pronto
frente a sus ojos, pero se lanzó hacia el frente sin dudarlo. Supuso que si hubiese
tratado de evadirse descuidadamente sólo le habría colocado en un lugar aún más
desventajoso en el comienzo del combate. En un movimiento a todo o nada, redujo su
silueta en una postura defensiva y corrió hacia delante, esquivando la espada de Rio
mientras trataba de introducirse en el rango de su pecho. El chico dobló ambas rodillas
a la vez e intentó golpear a una de las de su rival agachado. Sin embargo, una vez que
se dio cuenta que la punta de la espada de Gouki se estaba dirigiendo hacia él, se
retiró de inmediato.
En este pequeño intercambio inicial, Gouki había confirmado que Rio era un
luchador experimentado.
Con esa velocidad no debería dejar que la distancia entre nosotros se agrande
mucho descuidadamente. Mantenerla sólo me llevará a estar en desventaja… y en el
momento que pierda la concentración, aunque sólo sea un segundo, estaré acabado…
Con eso en mente, Gouki se aproximó al chico lo suficiente como para poder
tocarlo. Se imaginó que a una distancia tan corta Rio no sería capaz de usar su
velocidad sobrehumana para evitar un impacto… y no estaba equivocado.
En la aldea del Pueblo de los Espíritus, Rio había aprendido durante sus estudios
sobre las Técnicas Espirituales a acelerar su cuerpo por la fuerza con técnicas de
viento y sin movimientos innecesarios, así como la habilidad de combinar eso con las
técnicas de relajación de movimientos, para cazar a su oponente con la guardia baja.
Sin embargo, el problema intrínseco a esta técnica de movimiento era que la
aceleración resultaba demasiado alta y no permitía una buena maniobrabilidad, lo que
se notaba más cuando el enemigo se encontraba demasiado cerca. Debido a ello, sólo
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
podía mostrar su auténtico potencial cuando luchaba en espacios muy abiertos donde
podía moverse libremente.
Rio admiró la forma en que Gouki contraatacó al momento su velocidad, pero pensó
que era lo esperado de alguien a quien llamaban el Dios Feroz. Pero, en ese momento,
relajó su fuerza y se introdujo voluntariamente en el rango de ataque de Gouki. Éste
reaccionó al instante moviendo su espada, pero Rio detuvo el golpe sin mucha
dificultad. Las respectivas espadas de madera entraron en contacto con violencia,
produciendo un sonido agudo que hizo eco por toda el área de entrenamiento. Los dos
de repente se encontraban en el rango de ataque del otro, intercambiando golpes
demasiado rápidos de seguir para el ojo humano. Ambos se estaban atacando aunque
ocultando sus intenciones; se tenían controlados el uno al otro. El intenso tira y afloja
de movimientos ofensivos y defensivos continuó durante varios segundos, y entonces
las puntas de las dos espadas golpearon el suelo tras liberarse de un bloqueo.
―Resulta abrumador. Y pensar que alguien puede tener tales habilidades a una
edad tan joven… Sin duda usted nos sobrepasa a Zen y a mí cuando teníamos su
edad. Lo mejor es que aún tiene que alcanzar la edad dorada en términos de
capacidades físicas y experiencia…
―Estoy acabado…
Dijo Gouki al blandir su espada en dirección al chico una vez más. Sin embargo,
Rio giró el cuerpo y lanzó un corte al costado de su oponente evadiendo al mismo
tiempo el ataque que se dirigía hacia él. Para detener el golpe de Rio, Gouki movió
instantáneamente la espada que acababa de impulsar. Entonces sus armas chocaron
ferozmente una vez más para que sus portadores se empujaran uno al otro y salieran
de ese enfrentamiento cercano.
―…Pues a mí no me lo parece.
Gouki había estado manejando una espada durante años… no, durante décadas.
Sus ataques actuales se encontraban nutridos con los frutos de su labor y habilidades
adquiridas, lo cual era la razón de que Rio pensara que él era indudablemente el más
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
fuerte de todos los adversarios con los que había luchado hasta ahora. Como humano,
puede que sus capacidades físicas fueran inferiores a las de los hombres-bestia
incluso con la mejora de las Técnicas Espirituales, pero sus técnicas de lucha las
compensaban.
―Zen era un hombre con un talento innato para el arte de la guerra, pero veo que
ese mismo talento lo ha heredado usted y además en su totalidad. No, puede que
incluso tenga más que él.
Dijo Gouki lanzando un ataque de dos golpes consecutivos que eran incluso más
precisos que los tres anteriores. Rio esperó al momento exacto en que el segundo
golpe se hubiera realizado del todo para repeler la espada enemiga, lo cual hizo que
Gouki perdiera mínimamente el equilibrio. Rio aprovechó esa oportunidad para atacar
con la idea de lanzar una patada giratoria hacia su torso. Gouki intentó protegerse al
instante con el brazo izquierdo, pero todo su cuerpo fue enviado a volar.
Kuh, utiliza tanto las habilidades con la espada como con las artes marciales al
mismo tiempo… Espléndido.
El daño que Gouki recibió no fue leve en lo más mínimo, pero su expresión era de
estar divirtiéndose.
Hayate y Aoi observaron la imagen del líder de la familia volando con un silencio de
estupefacción. Incluso la tranquila de Kayoko abrió los ojos enormemente durante una
fracción de segundo. Komomo era la única que estaba mirando con ojos de emoción;
llena de respeto y admiración, no quería perderse ni un solo instante de la batalla de
tan alto nivel que se estaba desarrollando ante ella.
Gouki usó el impulso de haber sido pateado para aumentar la distancia entre él y
Rio de manera impensable. No obstante, el menor de ellos se movió como el viento y
acortó esa distancia en menos tiempo aún. Sin más opciones, Gouki respondió al reto
de Rio. Apenas había sido capaz de resistir los ataques sucesivos y claramente se vio
obligado a defenderse.
Contra el estilo de lucha del guerrero, que sobre todo estaba centrado en el manejo
de la espada, Rio empleó una combinación siempre cambiante de espada y artes
marciales. Aparte de hacer consciente a su oponente que su estilo estaba demasiado
centrado en la espada, le lanzó unos ataques brutales y agónicos sin previo aviso.
Gouki tan sólo pudo bloquear los golpes letales gracias a su habilidad y experiencia,
no obstante dejando pasar algunos ataques imparables entre medias. Sus piernas
temblaban ligeramente; era la evidencia del daño acumulado, sin embargo, no mostró
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Gritó Gouki con una sonrisa descarada. Entonces tomó distancia con Rio otra vez a
propósito, ya que su velocidad sobrepasaba a la suya, y agarró suavemente su
espada sin dudarlo.
Gouki atacó con su espada en línea recta y entonces una onda de corte horizontal
de gran tamaño comenzó a aproximarse a Rio. Era una cuchilla de aire que había sido
imbuida con el maná mediante las Técnicas Espirituales.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
Con su visión dificultada por la lluvia de agua nebulizada, Gouki entrecerró un poco
sus ojos. Rio aprovechó esta circunstancia para moverse en torno a él y colocarse a
un costado para terminar propulsando su espada de madera justo frente a su garganta.
―…He perdido.
―Muchas gracias.
Entonces sonó la voz de Hayate. Hasta ahora había permanecido observando junto
a Aoi sin poder reaccionar, pero sus pensamientos por fin se habían recuperado lo
suficiente como para cuestionar ese último ataque cortante.
―Pero sabía que el señor Rio sería capaz de manejarlo. Utilicé esa habilidad oculta
solamente porque creía en él. Después de todo resultó ileso, ¿no?
Gouki negó con la cabeza sonriendo irónicamente, pero su hijo se negó a aceptar
eso.
―¡Pero ahora está hablando a posteriori! ¡Si eso le hubiera alcanzado directamente
habría muerto seguro!
―Hayate, esto es muy cruel por tu parte, ¿no te parece? Hay cosas que sólo se
pueden entender cuando te enfrentas a él de la manera que he hecho. Personalmente
sabía que ese ataque no le alcanzaría.
―E-Es cierto que el Rio-san posee una fuerza anormalmente alta, pero…
―Gouki-san solamente empleó esa habilidad porque sabía que yo podría manejar
la situación y evitarla.
―P-Pero, Rio-san…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―Eso…
―Así son las cosas, Hayate. Bueno, en todo caso pensaba que simplemente lo
esquivaría…
Gouki asintió con una expresión triunfante, pero pronunció la segunda mitad de la
frase con la voz tan débil que apenas fue audible. Entonces se volvió hacia Kayoko y
se dio cuenta de que se encontraba en el lado receptor de una mirada fría y
penetrante.
―…Sin embargo, nada de eso cambia el hecho de que utilicé una habilidad muy
peligrosa. Rio-san, por favor, acepte mis disculpas.
―No, está bien. Gracias a eso pude presenciar una habilidad magnífica.
Rio negó con la cabeza mostrándose de acuerdo con las acciones de Gouki
durante la batalla. Era una habilidad que había sido empleada sólo porque los dos
habían comprendido el alcance de las capacidades del otro y sabían que nadie sufriría
daño. En todo caso, Rio lo consideró como un honor.
―¡U-Umm!
La voz de Komomo los interrumpió de repente. Todos los presentes fijaron su vista
en ella.
―Emm…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
La propuesta repentina pilló a Rio desprevenido, lo cual lo dejó sin palabras durante
un rato.
―¡Jajaja! Komomo tiende a verse atraída por la gente fuerte. Debe de haberse
visto incapaz de contenerse tras ver luchar al señor Rio hace unos momentos.
―¡Sí! ¡Ese combate de ahora mismo ha sido maravilloso! ¡Nunca antes había visto
a alguien capaz de derrotar a mi padre!
Rio le dio su consentimiento con una sonrisa, impresionado por la actitud tan
sincera y entusiasta de la chica.
―Entonces, primero permítame limpiar el agua que ha caído por todas partes.
Rio recogió toda el agua del suelo de la zona de entrenamientos que se había
acumulado en charcos y la atrajo hacia él haciéndola girar en espiral por el aire. A
continuación movió ligeramente su mano y se la llevó a una esquina de la arena. Todo
pasó en apenas unos segundos, pero todos a excepción de Rio observaron lo que
estaba ocurriendo frente a ellos con los ojos desorbitados.
―Produjo una cantidad increíble de agua al instante… El señor Rio debe ser un
gran usuario de las técnicas espirituales acuáticas. Nunca había visto unas técnicas
del elemento agua tan espléndidas en todos los años que tengo de vida.
Basándose en las reacciones de Gouki y los demás, no tuvo más remedio que
aceptar que sus acciones fueron de un nivel ligeramente avanzado. Para comparar,
este nivel de técnica espiritual habría sido pan comido para la elfo Orfia, y el resto de
usuarios de técnicas espirituales acuáticas de la aldea también habría sido capaz de
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
utilizar esa habilidad fácilmente. Pero, como el Pueblo de los Espíritus tenía una
aptitud mucho mayor para las Técnicas que los humanos, a Rio le fue complicado
hacer una comparación justa.
Rio se dirigió al centro del área de entrenamiento con rapidez para que así no
pudieran acosarlo con preguntas incómodas a las que no quería responder.
―¡Sí!
Komomo estaba deseosa de enfrentarse a Rio, así que lo siguió de cerca con
mucha emoción. Con eso, la atención de todo el mundo se centró en la batalla que
estaba a punto de comenzar.
La niña llegó también al centro del área con una expresión de gallardía. Tomó aire
profundamente para calmarse y a continuación empuñó su espada de madera con
ambas manos, sosteniéndola justo a la altura de sus ojos. Rio se quedó boquiabierto
de asombro por cómo el aura de Komomo había cambiado completamente.
Rio permitió que la niña lo atacara, pero cada vez que una parte o una fase de sus
movimientos era pobre, tomaba la ventaja de manera agresiva y le daba un golpe que
le doliera, aunque sin pasarse. Hubo muchas ocasiones en las que el combate se
podría haber decidido bajo circunstancias normales, pero al tratarse de una práctica
continuó hasta que Komomo estuvo satisfecha por lo mucho que había entrenado con
la espada. Por tanto, ella comenzó a moverse reflexionando sobre lo que estaba
haciendo mal.
―Aah… aah…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
◇ ◇ ◇
Al día siguiente del combate contra Gouki, Rio regresó al palacio real del reino de
Karasuki para reunirse secretamente una vez más con Homura y Shizuku.
―He oído la noticia… Así que por lo visto superaste a Gouki. “Espléndido” es lo
único que puedo decir.
La primera cosa que dijo el rey nada más abrir la boca fue una gran alabanza para
Rio. Le habían hecho saber el resultado de su combate de evaluación con Gouki
previamente a esta reunión secreta, pero nunca se imaginó que su mejor guerrero,
alguien conocido en todas partes como el Dios Feroz, sería derrotado. Al principio
Homura pensó que se trataba de algún tipo de broma, pero sabía que Gouki no era del
tipo de persona que jugaría con esas cosas. Sin duda le llevó un tiempo aceptar la
verdad, pero se las arregló para recuperar la mayor parte de su compostura durante el
rato previo a la reunión.
―Muchas gracias.
―En absoluto, pude disfrutar de una experiencia muy valiosa. No hay muchas
ocasiones de luchar contra alguien del nivel del señor Gouki. Gracias por su
consideración.
―¿Es así? Entonces eso es lo más importante… Pero, Rio, con que sea tan sólo a
veces nos conformamos. Hasta que decidas marchar de estas tierras, ¿nos harías el
favor de venir a este castillo y hablar con nosotros?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―En cuanto a eso… por supuesto. Si les parece bien, trataré de hacerlo todo lo
posible.
Al otro lado de la cálida mirada de sus abuelos, Rio asintió con timidez.
―No… Estás gastando tu preciado tiempo por satisfacer nuestros deseos egoístas.
No te hemos causado más que problemas y dificultades. Cuando lo pienso de esa
manera me hace sentir la mayor de las vergüenzas…
Ya se tratara de Yuba, Homura o Shizuku, no había duda de que todos ellos fueron
personas importantes para Zen y Ayame. Por eso Rio quería tener una buena relación
con ellos también; quería escuchar historias sus padres que no conociera.
―Rio…
Después de eso, Rio y sus abuelos estuvieron charlando sobre un sinfín de cosas.
Los temas de conversación se centraban sobre todo en lo que tenían en común, es
decir, historias enternecedoras sobre Zen y Ayame. Los episodios relacionados con su
vida parecían ser lo que más compartían ambas partes.
―No nos queda mucho tiempo, pero ¿hay alguna cosa más que desees saber?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6
―…Por lo visto tengo una prima en la aldea que estoy viviendo ahora mismo. ¿Se
me permite revelar mi identidad a esa chica?
―Muchas gracias.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
Capítulo 7: A la Aldea
El día posterior a su encuentro secreto con los reyes del país, Rio se marchó en
solitario de la capital. Gouki le insistió tozudamente en que le dejara acompañarlo,
pero Rio lo rechazó diciendo que quería regresar lo antes posible. En realidad, lo que
tomaba varios días de viaje a pie, él solamente tardaba unas horas de vuelo con su
técnica espiritual.
—Bienvenido de vuelta.
—Parece que has sacado provecho del viaje y tenido conversaciones interesantes.
—Sí.
Rio asintió sonriendo, pero de esto último no se dio cuenta. Estaba contento por ver
que la actitud de Yuba no había cambiado.
Preguntó Yuba en broma, a lo que Rio se negó con una sonrisa amarga.
—Muchas gracias. En realidad hay una cosa que quería consultarte en cuanto a la
familia…
—Es sobre Ruri-san. Me han dado permiso para revelarle mi identidad, pero
también quería consultarlo contigo…
—…Puesto que existe una relación de sangre entre ustedes, creo que tiene
derecho a saberlo.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
—Supongo que tomando té con las otras chicas de la aldea. Pero, si se ha enterado
de que ya has regresado, seguramente vendrá corriendo de un momento a otro. Se
preocupó mucho cuando dejaste la aldea repentinamente.
—Ya veo…
Rio puso una sonrisa tímida, pero justo entonces Ruri entró a la casa.
—Tenía unos asuntos muy importantes que atender. Perdóneme por haberla hecho
preocupar.
—¿Contarme, a mí?
—Sí. Pero antes de nada tiene que prometer que guardará los detalles, porque es
un secreto.
—Es sobre quién soy. Yuba-san ya lo sabía… por eso fue que me dejó vivir en esta
casa. Me gustaría que usted también lo supiera, pero este secreto debe mantenerse
bajo la más estricta confidencialidad, por lo que primero debo comprobar si está de
acuerdo con ello…
Rio escogió sus palabras con cuidado para explicarse, no sin echar un vistazo que
otro a la cara de su prima mientras tanto.
—Así que es acerca de quién eres, ¿eh? Sí, claro que quiero saberlo. Prometo que
no diré nada a nadie de lo que me cuentes.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
—En primer lugar, usted y yo somos primos. Mi padre era el hermano menor del
tuyo.
Aunque Ruri se tensó ligeramente al escuchar esas palabras, aceptó la verdad que
le estaban contando con bastante facilidad.
—…No, sí que estoy sorprendida, pero me imaginaba que sería algo como eso a
juzgar por el ambiente que hay en la habitación. Además, Rio ya era como de la
familia, así que no hay tanto cambio.
—Gracias.
—Así que, mi padre… la persona que en algún momento fue su tío, se llamaba Zen.
El apellido de mi madre era Karasuki, Karasuki Ayame. Es decir, una princesa de este
reino.
Tras unos largos segundos de silencio, Ruri echó la cabeza hacia delante.
—…¿Perdona?
—No, es la verdad. El padre de Rio… tu tío… se casó con la princesa de este reino.
Yuba asintió con una sonrisa algo forzada ante la pregunta todavía de incredulidad
de su nieta.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
—Pero… es que… ¿eeeeh? ¿De verdad? Pero entonces… oh, no. Eso implicaría…
pues, ya sabes… Eso convertiría a Rio en un príncipe, ¿verdad?
—Bueno… supongo que sí. Aunque no de manera legitimada, Rio forma parte de la
realeza de este país.
—Ajaja… Pero, o sea, eso es imposible. No hay forma de que un aldeano se case
con una princesa, después de todo.
Dijo Yuba con un suspiro de cansancio. Ruri miró pasando de la cara de su abuela
a la de Rio numerosas veces antes de comprender finalmente lo que le habían
explicado. Entonces la chica se puso pálida cuando de repente se giró hacia Rio, y se
postró ante él apresuradamente.
—E-Emm, p-príncipe Rio… ¡l-lo lamento muchísimo! ¡Por favor, perdonad que me
saltara los protocolos y os haya tratado de una manera tan irrespetuosa hasta ahora!
—Puede que mi madre lo fuera, pero yo no. Incluso si se pone a discutir con el
razonamiento de que los hijos de la realeza también forman parte de ella, mi identidad
no puede hacerse pública. Así que, por favor, tráteme como siempre lo ha hecho.
“A-Así se hará…”
De algún modo Ruri acabó cediendo, pero aun así seguía claramente nerviosa.
― 182 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
Ruri casi volvió a responder sin darse cuenta de la misma manera formal y tensa,
pero entonces fue capaz de interrumpir esos pensamientos y asintió una vez más con
una sonrisa incómoda.
—Sé que no debe ser fácil oír de repente que soy su primo, pero me gustaría que
siguiéramos llevándonos bien, por favor.
Murmuró Ruri algo mareada, como para convencerse a sí misma de esta nueva
realidad. El impacto de que la madre de Rio fuera una princesa fue tan fuerte que eso
le hizo olvidar el hecho de que eran parientes de sangre.
—Así que aún tengo otros familiares aparte de mi abuela. Ah, eso significa que soy
como una hermana mayor para ti por un año, ¿verdad?
Dijo él con las comisuras de sus labios curvadas hacia arriba para formar una
sonrisa de alegría. Aunque la expresión de la chica no era del todo de conformidad.
—Mm, pero somos primos, así que… creo que preferiría que me hablaras de una
manera algo más informal. Como un estilo más cercano, ¿no te parece?
Aunque la otra persona fuera menos que él, siempre y cuando no se tratara de
alguien arrogante, Rio no se sentía cómodo hablando demasiado informalmente con
alguien que acabara de conocer. Por supuesto, una vez que cogía confianza ya estaba
más dispuesto a hablar sin reservas. Pero, a menos que hubiera algún tipo de
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
circunstancia que le impidiese hacerlo, siempre utilizaba esa manera tan educada de
hablar sobre todo por vergüenza.
—Umf. ¿Estás diciendo entonces que ser mi primo no es una razón suficientemente
importante?
Ruri miró a Rio con una cara ligeramente de enfado, y con eso él por fin pareció
captar la idea.
—…Bueno, supongo que tienes razón. Perdóname… Sí, está bien. ¿Qué tal ahora?
—¡Bien!
Después de eso, Rio le contó otra información que era necesaria, la mayoría
relativa a los motivos por los que Zen y Ayame abandonaron la aldea y las
circunstancias del momento, así como una explicación de por qué Ruri debía guardar
el secreto sobre la identidad de Rio a todo el mundo. Ella parecía tener algunas cosas
que decir acerca del pasado de su primo, pero le había prometido no hablar de ello.
Entonces, cuando terminó de explicarle todas las cosas nuevas que había descubierto
en la capital, cambió de postura y miró atentamente a su prima y a Yuba.
—Otra cosa: puede que sea un poco precipitado, pero quería aprovechar esta
oportunidad para informales a las dos sobre algo.
Preguntó la mayor.
—Estoy pensando en dejar la aldea el año que viene, sobre estas mismas fechas.
—Ya veo… Es un poco triste, pero son cosas que uno debe hacer. ¿Volverás algún
día a la tierra que te vio nacer?
—Así es. Hay muchos otros lugares que me gustaría visitar, pero algún día…
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
—¡Por supuesto que nos encantaría tenerte aquí de vuelta! ¡¿Qué cosas dices?!
—Pues claro… Puedes volver cuando quieras. Éste es tu hogar, y además ya eres
un miembro de la aldea como otro cualquiera.
Ruri y Yuba respondieron de inmediato invitando a Rio a que volviese algún día. Él
les dio las gracias a las dos, feliz de escuchar la respuesta que le habían dado.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
—Por cierto, si hay un lugar al que debes ir, ¿significa eso que hay alguien
esperándote allí? Si es así, me gustaría saber más sobre esa persona. ¿Nos harás el
favor de contárnoslo?
—…No estamos relacionados por sangre ni nada, pero hay una persona que me
considera su hermano mayor aparte de otras que cuidaron de mí.
—Ah, así que era lo que pensaba. ¿Por casualidad la persona que te trata como si
fueras su hermano mayor es una niña pequeña?
—Bueno, sí…
—Jeh, ya lo suponía. Pero, bueno, en ese caso no podemos retenerte aquí para
siempre. Si para ti es como una hermanita, entonces ella también es mi prima, así que
me gustaría que algún día me la presentaras. ¡Eh, al menos dime su nombre!
Ruri empezó a decir una cosa tras otra. Y así, Rio tuvo que aguantar la oleada de
preguntas vergonzosas que su prima le estuvo haciendo durante un rato.
◇ ◇ ◇
Pasaron unos días desde que Rio le explicó su pasado a Ruri. Con el festival de la
cosecha llegando a su fin, la aldea entró en la época de descanso de los cultivos
justamente antes del invierno. Los aldeanos estaban preparándose para pasar el
invierno aparte de haciendo algunos pequeños trabajos en los campos como
anticipación al año siguiente. Sin embargo, para un cazador, ésta era la época más
ajetreada del año.
Rio normalmente ayudaba en los campos por las tardes, pero desde que regresó a
la aldea pasó todos los días cazando hasta el anochecer, y cada presa que mataba la
procesaba para convertirla en comida conservada. Naturalmente, el contacto que tenía
con los aldeanos que no eran cazadores disminuyó bastante y apenas veía a Yuba o a
Ruri cuando no llegaba demasiado tarde.
—Escucha, Rio, ¿has vuelto a ver a Sayo desde que regresaste aquí?
Una mañana, mientras Rio se preparaba para salir de caza en la cabaña donde se
reunían todos los cazadores, Shin se le acercó.
—Últimamente ella ha estado preguntando por ti. “Parece que está ocupado con el
trabajo de la caza, así que debe ser que le va bien…”. Me da un poco de cosa, así que
ve a verla aunque sólo sea una vez.
― 187 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
◇ ◇ ◇
En la tarde del día siguiente, tras haber recibido el permiso de Dola por la mañana
para terminar la caza, Rio se dirigió montaña abajo. Se esforzó en aparecer por un
sitio donde la gente solía reunirse y saludó brevemente a todos. Tras detenerse en
unas cuantas zonas de trabajo, finalmente llegó a un taller donde estaban reunidas las
chicas de la aldea.
Ruri fue la primera que advirtió la presencia de Rio y fue corriendo hacia él.
—Hey, Ruri. Me di cuenta de que no había saludado a nadie cuando volví a la aldea,
así que quería pasarme por aquí para que la gente me viera.
Los dos primos habían estado conversando como si fuera lo más normal del mundo
mientras que todas las chicas presentes los estaban mirando con una expresión de
estupefacción. Y, cuando Ruri se dio cuenta de ello, se puso nerviosa.
—¡El tono!
—¿El tono?
Ruri inclinó la cabeza mientras que Rio sonrió de vergüenza al comprender lo que
ocurría.
—¡Tu tono con Rio-sama! ¡¿Por qué hablas de esa forma tan cercana con él, Ruri?!
Una de las chicas hizo una pregunta algo más extensa, lo que hizo que Ruri por fin
entendiera la situación.
― 188 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
—No, umm…
¡¡R-Rio!!
Tú eres la que está siendo interrogada, Ruri. Si tratara de intervenir ahora, las
cosas no harían más que complicarse.
—V-Vivimos en la misma casa, así que le pedí que no fuera tan formal durante todo
el tiempo porque ya empezaba a resultar agotador. Vamos, chicas, que no es para
tanto.
Ruri esquivó la pregunta con una explicación más que plausible. No podía contarles
la verdadera razón, y es que recientemente descubrió que ambos eran primos.
—………
Todas las chicas se miraron entre sí. No había forma de negar ese argumento, pero
aun así pensaron que seguía habiendo algo sospechoso; su intuición femenina les
estaba diciendo eso.
—Ruri… me dijo hace un tiempo que cambiara mi manera de hablar, pero ¿creen
que resulta tan extraño después de todo? Me temo que aún no estoy del todo
acostumbrado a ello…
Ellas no eran capaces de acosar a Rio con tanta persistencia como hicieron con
Ruri, así que negaron con la cabeza sin problema. Y como durante un momento
dejaron de hablar sobre el tema, Ruri soltó un suspiro de alivio.
― 189 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7
Ruri se enfadó al ver que los labios de Rio estaban formando una sonrisa de
diversión. En ese momento él estaba hablando con las chicas fingiendo ignorancia, y
poco después se disculpó por haberlas hecho preocupar cuando dejó la aldea
repentinamente. También estuvieron charlando sobre otras cosas.
—Ya veo… Entonces está bien. Así que, umm, con Ruri…
—N-No es nada…
Cuando Rio inclinó la cabeza esperando una continuación, ella se lo calló debido a
la timidez.
― 190 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—Disculpa por haberte hecho venir tan repentinamente, sobre todo con este frío.
—No, para empezar, ni siquiera hay trabajo que hacer en la aldea durante el
invierno.
—Ahora que lo pienso, la última vez que nos vimos fue en otoño. En realidad nos
habría gustado reunirnos contigo un poco antes, pero todavía había muchas cosas
que teníamos que terminar de atender primero.
—Gracias por darme la oportunidad de encontrarme con ustedes en esta época tan
ajetreada.
—No, no es ningún problema. Además, en esta ocasión hay algo muy importante
que queremos discutir contigo.
—¿Algo importante?
― 191 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—…Y es por eso que pensé en preparar un pequeño grupo de asistentes para que
te apoyen. Ellos te prestarán su fuerza de parte de Shizuku y yo. Puedes usarlos como
te plazca.
—Uuh… ¿Eh?
La bomba que Homura dejó caer tomó a Rio por sorpresa, lo cual hizo que se
quedara paralizado en el sitio.
—¿Qué dices?
—Mi idea es asignarte una docena de sirvientes, los cuales además estarán
liderados por Gouki y Kayoko.
Rio sintió las ganas de esconder su cabeza entre los brazos, pero las resistió con
una voluntad de hierro y dio voz a esa pregunta mirando a Gouki y Kayoko, que
también estaban presentes en la sala.
—Naturalmente.
El rey lo confirmó. Los dos guerreros también asintieron vigorosamente, por lo que
Rio finalmente comprendió que sus abuelos hablaban en serio.
—Pero si alguien de tan alto prestigio como Gouki desapareciera del reino, creo
que las repercusiones serían de mucha gravedad, y eso como mínimo…
Gouki era afamado por ser el mayor guerrero del reino de Karasuki. Su fuerza se
encontraba a la par de un ejército de mil hombres, y además había logrado grandes
resultados y la confianza por parte de toda la población. Por tanto, si una figura como
ésa de repente abandonara el reino y desapareciera sin dejar rastro, no había duda de
que se produciría un escándalo.
—No te preocupes. Los preparativos necesarios para que eso no ocurra ya se han
completado; es algo básico en el mundo de la política.
—Si es así…
Rio se encontró sin palabras cuando le dijeron con tanta confianza que no habría
problemas. Estaba claro que habían escogido sus palabras minuciosamente, por lo
que si Rio hablaba sin dar argumentos bien razonados podría acabar viéndose
obligado a aceptar el trato.
― 192 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—Sin embargo, el señor Gouki posee una familia, por no mencionar la historia que
acompaña a los Saga y sus deberes públicos. ¿Qué será de todo ello?
—No habrá inconveniente en eso. Los únicos de la familia Saga que pasarán a
estar bajo tu mando son Gouki y Kayoko. Aunque, Komomo dijo que también quería
acompañarte, ya fuera como una sirviente o por libre.
—Sí. Llevaremos a Komomo con nosotros, pero mi hijo y los demás se quedarán en
estas tierras. Por tanto, la continuidad de la familia Saga en este reino no se verá
peligrada.
Dijo Gouki. Era difícil dar un argumento razonado con esa forma de ver la vida que
habían puesto al instante sobre la mesa.
—…Pero no hay pruebas de que ese hombre… Lucius, siga siquiera con vida.
― 193 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—No puedo aceptar su apoyo. Agradezco la intención, por supuesto, pero esto es
algo que debo hacer por mi cuenta.
Rio no podía hacer otra cosa que rechazar las intenciones de Gouki y los demás.
Homura masculló con pesar. Parecía que ya había previsto que Rio se negaría
desde el principio. Aparte, Gouki y compañía tampoco parecían muy alterados.
—Rio… Odiamos a Lucius tanto como tú, y no podremos estar en paz hasta que
asuma las consecuencias de sus actos. Puesto que nos sentimos igual que tú, no
podemos permitir que soportes toda la carga de la venganza sobre tus hombros.
—Así es… pero aun así… no, es por otra cosa. No es que yo quiera rechazarlos,
sino que pienso que el señor Gouki y los demás no serán capaces de seguirme.
—¿A qué… te refieres? El equipo está constituido por los mejores guerreros de mi
reino. Hallo difícil creer que no sean capaces de seguirte…
Será mejor que se lo muestre sin más. No tendrán más opción que retractarse al
ver la diferencia en nuestras habilidades.
Con ese pensamiento, Rio reveló voluntariamente uno de los trucos que guardaba
bajo la manga. En cuanto dijo esas palabras, utilizó sus técnicas espirituales de viento.
Homura y los demás abrieron los ojos enormemente en una estupefacción muda.
—No es simplemente flotar; puedo moverme volando por el aire. Y por eso no
podrían seguirme ni siquiera aumentando las capacidades físicas de su cuerpo con
Técnicas Espirituales, puesto que yo volaré fácilmente sobre cualquier obstáculo del
terreno.
La carta que Rio reveló resultó ser increíblemente efectiva. Homura y los demás se
quedaron escuchando la explicación de Rio asombrados.
― 194 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—…Y pensar que las técnicas espirituales de viento se podían usar de esa
manera… Gouki, tú te especializas justo en este tipo de técnicas, ¿sabes hacer lo
mismo?
—…No puedo.
Le contestó.
Así que éste es el truco que hay detrás de la extraordinaria velocidad que demostró
tener durante el combate de entrenamiento…
—…No, tampoco. Lo que yo puedo hacer es crear una ráfaga de viento y enviarme
a volar por el aire, pero lo que es flotar con tanta estabilidad…
—Si ése es el caso… Entiendo. Rio, por ahora nos retractamos. Pero, por favor,
¿podrías mantener esta oferta en mente? Puede que consigamos hacerte cambiar de
opinión antes de partir.
—…Como queráis.
◇ ◇ ◇
—Rio-sama, ¿se dirigirá usted hacia las tierras más lejanas del oeste?
Rio asintió.
― 195 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—…No puede.
Los ojos de cachorrito de Komomo poseían un encanto que causaba que cualquier
persona, independientemente de su género, accediera a sus demandas, pero Rio de
algún modo se las arregló para resistirse.
—Aww…
Rio alzó esta queja al ver al instigador que se encontraba detrás de todo esto. Se
giró para mandar una mirada de exasperación a Gouki, que estaba vigilando la zona
de entrenamiento desde atrás, medio a escondidas.
—Pero es que este viaje no está pensado para que sea una experiencia de
aprendizaje…
Sin duda este viaje tan largo y complicado sería una gran experiencia educativa,
pero el optimismo casi temerario de tratarlo como una oportunidad para aprender y
entrenarse hizo que Rio suspirara. El hecho de que la propia Komomo estuviera lista y
deseosa de partir le dejó con una sorpresa muy grande.
—…Ya veo. La reunión de ayer sirvió para demostrar lo determinado que está a
hacer esto solo. Si insiste en que es imposible que le sigamos, entonces ya no
debemos tratar de convencerle más.
― 196 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
Rio se sorprendió por la facilidad con que Gouki se dio por vencido. Para ser
sincero, se había esperado un poco más de resistencia, y fue por eso que no pudo
evitar enviar una mirada al guerrero para examinarlo.
—Ah, no. Si usted está de acuerdo con eso, entonces no tengo ninguna objeción en
particular.
Temiendo causar más problemas él solo, Rio se contuvo de preguntar nada más.
—Komomo…
—¿A… mi aldea?
—Sí. Quisiera poder estar a su lado. Me gustaría que siguiera entrenándome más,
y también quiero saber cómo es la aldea en que vive.
Murmuró Rio.
—…Um. Por mi parte no hay objeciones. No he permitido que salga mucho de esta
casa desde aquel intento de secuestro, así que quizás sea un buen cambio de aires.
― 197 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
¿Habré sido demasiado duro? Se cuestionó a sí mismo, pero ya era un poco tarde
para arreglarlo.
◇ ◇ ◇
― 198 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—Si fuera posible, me gustaría saludar a la gente que vive aquí… pero es que hay
muchos. ¿Por quién debería empezar?
Muchos de los aldeanos permanecían dentro de las casas durante el invierno; nadie
salía sin una buena razón para hacerlo, aunque en ese momento había unos pocos
habitantes por la zona. Los aldeanos se encontraban deseosos de entretenerse, así
que probablemente se habían juntado ahí para echar un ojo cuando oyeron que una
figura de la alta sociedad estaba visitando el pueblo. La atención de todos estaba
centrada en la dulce imagen de la niña caminando junto a Rio con una sonrisa y
vestida con su hakama favorita.
Le sugirió, y entonces se dirigieron a donde solían reunirse las chicas del pueblo.
—Ho-Hola, Rio-sama.
—Ella es Saga Komomo, la hermana menor del señor Hayate, quien visitó la aldea
anteriormente en calidad de recaudador de impuestos.
Rio presentó a la niña de modo que los aldeanos que se encontraban alrededor
también pudieran oírlo.
—Mi nombre es Saga Komomo. A partir de hoy viviré en la aldea durante un tiempo.
Estoy muy contenta de conocerlas a todas… ¡Por favor, llevémonos bien!
—¿L-La hermana pequeña del señor Hayate? Así que es una señorita noble… Qué
linda…
Cuando las chicas pusieron sus ojos en una auténtica señorita de la aristocracia, no
pudieron evitar hacerlo con admiración.
—Oh, vaya, muchísimas gracias… Aunque aquí todas son muy guapas también.
― 200 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—Fue durante el viaje a la capital para comerciar. Quizá usted lo recuerde, Sayo-
san. Durante ese viaje de negocios…
Sayo, que había sido aludida, abrió enormemente los ojos cuando recordó el
suceso del que hablaban.
—¿Eeh? Umm…
—Pero, o sea, ¿no es una oportunidad para él de casarse con una chica rica?
—No puede ser… Encima Ruri ya nos saca ventaja. Ahora ya sí que será imposible.
Explicó Rio.
Esa noche se celebró una pequeña fiesta de bienvenida en la casa del jefe de la
aldea para Komomo y sus acompañantes.
― 201 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
◇ ◇ ◇
—¡Ya he vuelto!
Komomo saludó con energía al regresar a la casa del jefe de la aldea con Aoi.
Preguntó la más joven, mirando al interior de la sala. Al parecer las dos se llevaban
muy bien desde la noche anterior.
—Rio salió para ir a las granjas del pueblo con la abuela. Decían algo de construir
una noria de riego y acequias antes de la primavera.
—Dejando a un lado las acequias, ¿qué es una… noria de riego? Aoi, ¿tú lo sabes?
Preguntó Komomo.
—Me temo que no. Tampoco he oído hablar nunca de algo así.
Ruri trató de explicarlo a grandes rasgos con lo que le habían contado, y entonces
Komomo asintió anonadada.
—Suena a algo muy práctico… Rio-sama sin duda tiene unos conocimientos muy
extensos.
—U-Umm. ¡¿Disculpen?!
― 202 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—N-Nada. Andaba por la zona, así que pensé en… Y, bueno, ¿están ocupadas?
Sayo se puso a hablar tímidamente mirando hacia la sala en vez de a las chicas.
Cuando su expresión perdida se cruzó con los ojos de Komomo, empezó a dudar
levemente, cautivada por su precioso rostro.
—Vas a coger frío ahí… Vamos, entra. Rio ha salido ahora con la abuela, pero
mientras tanto te prepararé un té.
—Hola otra vez. Me llamo Saga Komomo, y la asistente que se encuentra detrás de
mí es Aoi. Las dos vamos a estar viviendo en esta aldea durante un tiempo, así que
estamos a tu cargo.
—No hay necesidad de ser tan formal… Por favor, trátame como hace Ruri.
—Umm, cumpliré los catorce en Año Nuevo. Soy un año más pequeña que Rio-
sama.
—Entonces eso te hace tres años mayor que yo. Espero que nos llevemos bien.
― 203 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—Estamos de vuelta.
—¡Bienvenidos a casa!
Komomo cambió de postura para ponerse de cara a ellos y luego se levantó para
saludarlos con una sonrisa.
Cuando vio que Sayo se encontraba sentada en el salón, los ojos de Rio se
abrieron algo más por la sorpresa y la saludó brevemente con una sonrisa.
—Rio-sama, ¿podría ayudarme por favor más tarde cuando esté entrenando?
La niña asintió de pura alegría y regresó a su habitación junto a Aoi. Los labios de
Rio se curvaron para formar una sonrisa antes de ir a su cuarto a prepararse.
—El pueblo se ha animado mucho desde que Komomo está aquí. Rio tampoco
parece aburrido, así que es fantástico.
◇ ◇ ◇
― 204 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
Estando unos frente a otros en el salón de la casa del jefe del pueblo, Gouki saludó
a Rio en nombre de su familia.
—Feliz Año Nuevo. Es un honor para mí que hayan decidido visitarnos con este
tiempo tan frío.
—No es nada. El cambio de las estaciones no impedirá que lleguemos hasta donde
esté usted, Rio-sama. Nadaríamos a través de un lago congelado para alcanzarlo si
fuera necesario.
Ruri se rió, aunque con algo de exasperación. En el momento presente, los únicos
que había en la casa eran los que conocían las circunstancias de Rio, aparte de que
Gouki y compañía estaban actuando como sus sirvientes. Eso hacía parecer a Rio
como si fuera una existencia intocable. Incluso Komomo, que normalmente era alguien
muy sociable, hoy se encontraba respetuosamente callada detrás de sus padres.
—Mi madre lo era, pero yo no. La verdad es que no me gusta que se muestren tan
formales conmigo…
—Desde nuestro punto de vista, usted es alguien que sin duda debe ser respetado.
Naturalmente no podemos hacer caso omiso a su voluntad como nos plazca, pero le
aviso que requerirá el mayor de los esfuerzos moderar nuestra forma de dirigirnos a
usted…
—…Soy consciente de ello. Sin embargo, al menos les pido que me traten con
normalidad delante de los aldeanos.
—Así se hará.
—No, ha sido una niña muy buena. Además, la señorita Aoi nos ha estado
acompañado durante las sesiones de entrenamiento, por lo que ha sido de gran ayuda.
—Me alegra… escuchar eso. Muchas gracias por acceder a nuestras peticiones
egoístas. Seguro que también les hemos causado problemas a la señora Yuba y a la
señorita Ruri.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—No, todo lo contrario, estamos agradecidas de recibir el apoyo que le han dado a
la aldea a modo de compensación. Aunque no hay muchas cosas interesantes en este
pueblo, espero que puedan disfrutar de una estancia agradable aquí.
Ruri negó con la cabeza, sonriendo. Gouki correspondió a sus gestos inclinando la
cabeza ante ellas.
—Somos nosotros quienes deben dar gracias. Por ahora pretendemos quedarnos
durante unos tres días.
—En ese caso, me gustaría aprovechar para dar mis felicitaciones de Año Nuevo a
Sus Majestades los reyes Homura y Shizuku, de modo que, si no es mucha molestia,
¿podría acompañarlos en su viaje de vuelta?
Gouki sonrió ampliamente. En realidad, Homura y Shizuku, que también querían ver
a Rio, les habían pedido indirectamente que hicieran esa tarea, por lo que la
proposición del chico les vino como anillo al dedo.
Durante su estadía, Gouki tomó a sus hijos para salir de caza, entrenó con ellos en
un combate de dos contra uno y disfrutó enormemente de varias actividades al aire
libre. Los tres días se les pasaron en lo que dura un suspiro.
—Señora Yuba, muchas gracias por su hospitalidad. Hacía mucho tiempo que no
disfrutaba a estos niveles.
Dijo Gouki para dar las gracias a Yuba con una sonrisa radiante en su rostro.
—Me alegra saber que se han divertido. Gracias a su ayuda, nuestras reservas de
comida conservada han aumentado cuantiosamente.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
Yuba negó su gratitud con humildad. A su lado, Ruri se estaba despidiendo de Rio y
Komomo.
Esta vez intervino Hayate, que les había estado escuchando desde cerca.
—¿Qué dice? Rio es lo suficiente fuerte como para no necesitar protección, así que
céntrese más en mirar por su hermana, Hayate-sama.
—Ruri tiene razón. Ella es su preciada hermanita, así que por favor protéjala a ella
antes que a mí.
Hayate se quedó sin palabras cuando tanto la persona que ocupaba sus
pensamientos como la que debía proteger le dijeron que priorizara la seguridad de
Komomo.
◇ ◇ ◇
Una vez que Rio y los demás marcharon hacia la capital, la aldea se quedó en
silencio.
—De repente todo se ha vuelto muy tranquilo. Espero que Rio y Komomo vuelvan
pronto.
Murmuró Ruri mientras daba un sorbo a su té en la sala de estar de la casa del jefe
de la aldea.
Prácticamente no había nada de trabajo que hacer durante las mañanas invernales,
y, estando muchos de los aldeanos durmiendo a esas horas, Ruri había pasado la
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
mayoría del tiempo saliendo por ahí con Komomo y Rio. Pero ahora que los dos se
habían ido, la soledad se adueñó de su alma.
—Si estás así ahora, ¿qué va a ser de ti cuando Rio abandone la aldea
permanentemente? Además, la señorita Komomo regresará a su casa cuando eso
ocurra.
—¿Por qué no vas a charlar con las otras chicas de la aldea? Últimamente sólo has
pasado tiempo con Rio y Komomo, así que no has debido de verlas mucho, ¿me
equivoco?
—Bueno, todas han estado encerradas en sus casas, pero supongo que es cierto
que no las he visto mucho. Tampoco he hablado con Sayo últimamente… ¡De acuerdo,
vuelvo en un rato!
Ruri se pasó por la casa de Shin y Sayo, llamó a la puerta principal y dijo el nombre
de su amiga en voz alta. Se podía oír una pequeña conmoción dentro de la casa.
—No. Ahora no tengo nada que hacer, así que por mí bien.
—Ya… No pasa nada, pero… umm, ¿está Rio-sama fuera del pueblo ahora
mismo?
Sayo miró por los alrededores mientras preguntaba tímidamente por la localización
del chico.
—Ah, ¿sí…?
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—¿Sayo?
—Ah, emm, ¡pasa! Pero te advierto: mi hermano se pone en plan vago después de
comer, así que está todo sin recoger. Prepararé el té ahora mismo.
—Por nada. Es sólo que hacía un tiempo que no veía tu cara por aquí. ¿Qué es de
Rio?
—Deberías ayudar a Sayo un poco más, puesto que los dos viven solos aquí. Dejas
que ella haga todas las tareas, ¿a que sí?
Dijo Ruri con aire cansado, lo que hizo que Shin frunciera el ceño, molesto.
Y así continuaron durante un rato. Ruri estuvo con él hasta que Sayo volvió a la
sala y les sirvió el té a los dos.
—Eso ya lo sé, no hace falta que lo digas. Aah, ha pasado mucho desde la última
vez que hicimos esto. Qué recuerdos.
—Um.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—No, es de que de pronto me sentí un poco sola ahora que Rio y Komomo se han
ido. Y encima durante el invierno hay muchas menos ocasiones de ver a la gente, así
que me apetecía mucho visitar a Sayo.
Explicó Ruri.
—Es verdad que a veces tenemos momentos así. Entiendo cómo te sientes…
De repente Ruri se lanzó hacia Sayo para abrazarla, quien estaba sentada a su
lado.
—Sí. Tienes razón. Pero dijo que esta vez podría llevarle algo más de tiempo de lo
normal.
—Al parecer hay muchas cosas que debe resolver allí en la capital.
Sayo se hizo esa pregunta con la voz ligeramente más aguda. Estaba esperando la
respuesta de su amiga con impaciencia.
—Umm… Por lo visto, alguien de la familia Saga conocía a los padres de Rio o algo
así.
Ruri trató de ocultar la verdad de los hechos con una expresión dubitativa. Después
de todo, no podía revelar el secreto que le habían contado.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8
—¿Eh?, lo dudo mucho. Rio dijo que estuvo viajando durante años de pequeño.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
―¡Rio! ¡Ya he terminado de plantar las semillas en la zona que me habías dicho!
―¡Por supuesto!
Komomo también anunció con energía que había terminado su parte del trabajo.
Rio trató de ser considerado con la niña y su asistenta, pero la primera negó con la
cabeza, entusiasmada.
―Rio, como sigas así, algún día Ruri te va a dar una buena.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
Ruri protestó con las mejillas hinchadas. Eso provocó que el resto de trabajadores
explotaran de risa.
―¡Guajaja!
En los últimos tiempos, Rio, Ruri y Komomo tuvieron la ocasión de estar los tres
juntos como un grupo de tres, por lo que los aldeanos habían adquirido la costumbre
de tratarlos como un trío inseparable. Aparte, totalmente ajenos para el trío en
cuestión, algunas personas habían empezado a rumorear con mucha convicción sobre
que Rio se había prometido con las dos. Ruri era la única con la que Rio relajaba su
forma de hablar para que no sonara tan formal, y Komomo justamente había escapado
del peligro gracias a él antes de venir a vivir a la aldea y estar todo el tiempo posible a
su lado, por lo que el malentendido era comprensible.
Sayo observaba la imagen de Rio y las otras dos desde la distancia, con celos.
Durante esos días, Sayo no había sido capaz de encontrar un solo momento para
hablar con Rio en condiciones, por lo que ver a aquellas dos chicas trabajando tan
íntimamente con él le hacía sentirse extremadamente celosa. En el momento que Rio
se hizo cargo de uno de los terrenos de la aldea y éste requirió ayudantes, Sayo, nada
más enterarse, no pudo resistirse a ofrecerse voluntaria. No obstante, Ruri y Komomo
seguían pegadas al lado de Rio, y la tímida de Sayo no tenía el valor para acortar la
distancia entre ellos.
Rio apareció de repente delante de ella mientras ésta plantaba semillas sin
descanso.
Sayo dio un respingo al recuperar sus sentidos. Cuando miró en torno a ella para
ver sus alrededores, se dio cuenta de que únicamente su trabajo estaba siendo
notablemente más lento que el de los demás. Al comprenderlo, sus mejillas blancas
ligeramente bronceadas se ruborizaron.
― 213 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
―Este… otoño. Sí, eso parece. Se va a marchar… P-Pero ¿a dónde irá? ¡Si no es
muy lejos, aún podría venir a hacernos una visita a la aldea de vez en cuando!
―Cruzaré fronteras de varios reinos y viajaré a un lugar muy lejano, por lo que no
puedo garantizar que vaya a volver con frecuencia. Pero sin duda me gustaría
regresar aquí algún día.
―Pero…
―Aún falta bastante tiempo, pero quería que usted lo supiera con antelación. La
verdad es que últimamente no hemos tenido muchas ocasiones para hablar, y además
yo también he tenido dificultades para llegar a tomar esta decisión…
―Nnh…
Sayo ya se encontraba al borde del llanto sin haberse dado cuenta. En el momento
que vio que las lágrimas amenazaban con caerse, giró la cabeza en un movimiento de
pánico y se frotó los ojos.
―Emm, voy a crear un poco de agua con Técnicas Espirituales. Puede refrescarse
y lavarse la cara con ella si quiere.
Rio inclinó la cabeza con una ligera sospecha de lo que estaba pasando, pero
decidió creer en las palabras de Sayo y generó una pequeña bola de agua en su mano,
la cual manipuló para que a continuación flotara lentamente hacia los ojos de la chica.
Sayo acercó la cabeza a la bola y empezó a parpadear rápidamente. No quería que
Rio se diera cuenta de que estaba llorando, por lo que se mojó la cara con fuerza para
así poder justificar el enrojecimiento de los ojos.
―¡No, estoy bien! ¡Me esforzaré todo lo que pueda para compensar que me haya
rezagado!
Sayo trató de quitarse al chico de encima con una motivación forzada, y fue justo
entonces cuando llegó Ruri.
― 214 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
―Ah, Ruri. Se me ha metido tierra en los ojos, así que Rio-sama estaba
ayudándome a lavarlos.
―Aah, ya veo…
No era algo tan extraño puesto que estaba trabajando en un campo de cultivo, por
lo que Ruri aceptó esa explicación sin hacer más preguntas.
―Umm, me he retrasado con mi parte del trabajo, así que será mejor que me
ponga de nuevo con ello enseguida.
Con eso, Sayo retomó su trabajo de sembrar semillas con una mirada de
entusiasmo, ahora acompañada de Ruri. La joven se dedicó en cuerpo y alma a la
tarea que tenía entre manos, ya que sabía que se pondría a llorar al instante si no lo
hacía. Entonces, una vez que el trabajo del día estuvo terminado, Rio dio las gracias a
todos los aldeanos que le hubieron ayudado.
Ya estaba anocheciendo, así que todos se fueron por su camino para llegar a sus
casas. Entre todos ellos se encontraban Ruri y Komomo, que llamaron a Rio aún con
bastante energía.
―Esto de plantar semillas tiene mucho más trabajo de lo que pensaba, Rio-sama.
¡Así podré entrenar de una forma distinta a mis prácticas habituales!
Las tres personas que vivían bajo el mismo techo, cuatro si se contaba a la
asistente personal de Komomo, Aoi, se marcharon a su casa como era de esperar.
Mientras tanto, Sayo los observaba con la mirada perdida desde no mucha distancia, y
poco después decidió irse a su casa, que se encontraba en la dirección contraria. Su
humor estaba extrañamente apagado, tanto que los aldeanos que se encontró por el
camino dudaron de si saludarla o no. Una vez que llegó a su hogar, Sayo perdió las
fuerzas en las rodillas y se sentó en el suelo nada más abrir la puerta.
―…
Entonces se encogió y dejó que las lágrimas fluyeran como si se hubiera derribado
una presa.
Shin se acercó corriendo a la puerta principal cuando llegó, y sus ojos se abrieron
de la sorpresa ante la imagen de Sayo llorando en la entrada. Ella vio a su hermano y
levantó su mirada entristecida.
― 215 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
Sayo negó con la cabeza a duras penas y se puso en pie con dificultad.
Le preguntó Shin mientras soltaba aire con fuerza por la nariz, tratando de
averiguar desesperadamente la razón que había detrás de las lágrimas de su hermana.
La primera persona que le pasó por la mente fue Rio. Por mucho que le costara
admitirlo, la única persona que podía perturbar los sentimientos de Sayo a ese nivel
era él. Y la mejor prueba de ello era que la chica se encontraba apretando fuertemente
la horquilla que le había regalado el chico.
Shin determinó entonces que no había nadie más que hubiese podido hacer llorar a
Sayo en ese momento.
Oír la voz de su hermano temblando de rabia hizo que Sayo se viera obligada a
explicarlo todo dejándose llevar por el pánico, pero no pudo expresarse bien puesto
que las ganas de llorar la dominaban. Al ver a su hermana así, la furia hizo que la
sangre de Shin le hirviera aún más.
Sayo trató de enfatizar que Rio no estaba implicado en su estado actual, pero ya
era demasiado tarde.
― 216 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
Una vez que Shin conectó todos los puntos, una expresión agria se dibujó en su
cara.
Era cierto que Rio siempre fue un forastero; llegó a la aldea durante uno de sus
viajes, así que tenía sentido que se marchara para emprender otro, pero eso
significaba que Sayo seguiría llorando por siempre. ¿Qué podía hacer? ¿Cómo podría
detener el llanto de Sayo? Shin hizo todo lo que pudo para buscar una respuesta a
estas preguntas, pero no era del tipo que resuelve las cosas pensando, y eso lo sabía
mejor que nadie. Por eso, ponerse a pensar hizo que perdiera los nervios y por tanto
se alejara a paso ligero de su casa. En vez de seguir pensando más en el asunto
decidió actuar dejándose llevar por sus instintos.
Shin derribó la puerta principal con la cara roja de ira, gritando el nombre de Rio. Él
y las demás, que en ese momento se encontraban preparando la cena, se quedaron
con la boca abierta de la sorpresa por la intrusión repentina.
Yuba le preguntó con una mirada de sospecha. Para empezar, era bastante raro
que Shin tuviera asuntos en común con Rio, pero su expresión desesperada indicaba
que no era un tema trivial. ¿De qué podía tratarse?
―¡¿Qu–?!
―¡Sé que es egoísta pedirte esto, pero, por favor, escucha al menos lo que tengo
que decir! ¡¿Podrías quedarte a vivir para siempre en la aldea?!
“Sayo está llorando” eran las palabras que Shin no se atrevía a decir en voz alta,
por lo que en cambio pegó la frente contra el suelo. Los demás se quedaron
estupefactos y se vieron incapaces de hablar.
―¡S-Shin! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Perdonen que mi hermano les esté causando
tantos problemas!
― 217 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
―Pero… Sayo…
―V-Vamos, Shin, ¿no ves que les estás molestando? Volvamos a casa, ¿vale?
―…
Él miró su rostro y encontró una sonrisa fingida; aún había rastros de lágrimas en el
extremo de sus párpados. Aunque su tono era sosegado, su desesperación se filtraba
claramente a la vista de los demás.
―¡Lo siento muchísimo! ¡Luego le daré a mi hermano una buena charla por lo que
ha hecho!
―P-Perdón…
―Claro, no importa…
“Quédate en la aldea”… Es por lo que le dije a Sayo esta tarde, ¿verdad? Pero ¿por
qué Shin querría que me quede…
Rio trató de pensar en la intención tras las acciones de Shin, pero no fue capaz de
llegar a una conclusión. En cualquier caso, no podía soportar la vista de la pareja de
hermanos agachando la cabeza ante él.
Sayo les dio las gracias, aliviada, y se llevó a su hermano con ella. El silencio
continuó durante los instantes siguientes a que se marcharan.
― 218 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
Dijo Yuba para quitar tensión al ambiente. Entonces, todos intercambiaron una
mirada antes de retomar sus tareas. Aunque no hablaron de lo que acaba de ocurrir, el
ambiente de incomodidad continuó en adelante.
◇ ◇ ◇
Tras la cena, cuando ya todos se habían retirado para dormir, Yuba hizo una visita
a la habitación de Rio.
―Sí, lo estoy.
La pregunta había venido de detrás de la puerta, por lo que Rio contestó en voz
baja.
―Voy a entrar.
―Claro.
Rio se levantó de la cama y abrió la puerta para que Yuba pudiera entrar. Fue a
buscar un cojín para que ella se sentara mientras que él lo haría en su propia cama.
Después de varios segundos de silencio, Yuba salió directamente con el tema del
que quería hablar con él. Sin embargo decidió no especificar a propósito de lo que
supuestamente hablaron Rio y Sayo.
―Así es.
―Ya veo. Entonces ¿sabes la razón por la que Shin actuó de esa manera?
―…Lo siento. Si te soy sincero, no tengo ni la más mínima idea. ¿Tú sí lo sabes,
Yuba?
Rio negó con la cabeza lamentándose por no tener una sola pista del motivo y le
preguntó con algo de temor.
―Creo que sí… Sin embargo no es algo que yo deba contarte. La persona
implicada no lo desearía así, al fin y al cabo. No estaría bien de mi parte.
―…Entiendo.
―La única cosa que puedo decirte es que este incidente no es culpa tuya, así que
no hay necesidad de que te culpes o lamentes por ello. ¿De acuerdo?
―Yo…
― 219 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
―Yuba-san…
―Aunque, la verdad es que tampoco hay mucho que yo pueda hacer. Intentaré
hablar con esos dos sobre el tema de una forma indirecta.
―No pasa nada… pero intenta depender un poco más de tu familia. Ya tienes
bastantes cosas con las que tratar.
―…Sí.
Las palabras de su abuela debieron llegar hasta él, ya que dejó la mirada clavada
en el suelo cuando pensó que tenía razón.
◇ ◇ ◇
―Perdona por lo del otro día… Pero ¿podrías darnos un poco más de tiempo?
Hazlo por mí y por Sayo. Puede que no tengas ni la más remota idea de lo que estoy
hablando, pero aún no es el momento adecuado para darte una explicación… Aunque
algún día ten por seguro que te la daré.
―Lo comprendo. Mi intención es dejar la aldea antes del próximo invierno, para que
lo tengas en cuenta.
Por tanto, fue capaz de volver a tener una relación normal con Shin relativamente
rápido, pero la que fue más difícil reparar fue la que tenía con Sayo. Por supuesto,
hablaban entre sí cuando tenían que hacer algún trabajo juntos en la aldea, y tampoco
es que actuaran muy distantes, pero el tiempo total que pasaba hablando con ella
cuando estaban solos definitivamente disminuyó. De hecho, pasó a ser inexistente.
― 220 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9
Parecía que Sayo era la que mantenía intencionadamente las distancias con él, y
debido a ello su puesto en el grupo de tres personas que solía formar junto a Ruri y
Rio fue remplazado completamente por Komomo. Aparte de las veces que la pequeña
regresaba a la capital con Rio para visitar a Homura y Shizuku, la niña prácticamente
pasaba todo su tiempo en la aldea. Los demás miembros de la familia Saga se
pasaban de vez en cuando por allí cuando tenían tiempo, y se acabaron adaptando
por completo a la vida rural.
Para el momento que llegó el verano, se les podía encontrar llevando una azada en
vez de una espada. También durante esa época, Rio comunicó oficialmente a todos
los aldeanos que pretendía marcharse en algún momento tras el festival de la cosecha,
en otoño. Todo el mundo se entristeció enormemente por la noticia, pero se
dispusieron a preparar un festival de la cosecha por todo lo alto que incluiría la fiesta
de despedida de Rio. Y así, los meses fueron pasando en un abrir y cerrar de ojos
hasta que finalmente llegó el otoño.
― 221 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
Mientras que Kayoko trabajaba apartada de los demás y en silencio preparando sus
especialidades, los demás estaban cocinando juntos para hacer el mismo kamutan y la
tarta del año pasado. Ruri estaba bastante acostumbrada a cocinar, pero Komomo tan
sólo había dado sus primeros pasos en este ámbito cuando empezó a vivir en la aldea,
por lo que aún resultaba más un peligro que otra cosa. En cambio, su madre Kayoko
cocinaba con unas habilidades tremendas, sobre todo con el cuchillo.
Una vez que la comida se terminó de hacer sin inconvenientes, sacaron los platos a
la plaza, donde se celebraría el evento principal. Los hombres de la aldea ya estaban
bebiendo, cantando y bailando llenos de emoción. Entre ellos se encontraba Gouki,
que había hecho buenas migas con todo el mundo y era como uno más. Parecía estar
ganando en un juego similar al sumo, ya que llevaba una racha de victorias
consecutivas.
―¡Aquí no hay clases sociales! ¡Todo aquél que tenga confianza en sus
habilidades puede retarme libremente!
―¡Dola, es tu turno!
―…No puedo creer que haya tenido el valor de olvidarse de usted, Rio-sama, y
disfrutar del banquete a su aire. Luego voy a tener que decirle unas palabritas…
― 222 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
―No, no se preocupe por mí, por favor. Después de todo, aquí no hay rangos ni
clases.
―Bueno, ya…
―¡Perfecto! ¡Este año hemos vuelto a hacer kamutan! ¡Que todo el que quiera
probarlo se ponga a la cola!
―Muchas gracias por su ayuda. Me disculpo por hacer que alguien de su prestigio
tenga que trabajar en esto. Si así lo desea, sería un placer que pudiéramos comer
juntos.
―No, pero es que ésta es una aldea de gente muy sencilla. No hay necesidad de
ser tan formal delante de los demás… Por no mencionar que Komomo siempre come
con nosotros, así que ya es un poco tarde para estas formalidades. Venga por aquí.
Añadió Rio para después indicarle la dirección de la zona donde Ruri y Komomo se
habían sentado. Hayate también se encontraba allí… Era la zona que habían
preparado especialmente para recibir a la familia Saga. Y así, todos se sentaron a la
mesa y empezaron a comer mientras charlaban agradablemente entre sí. Después de
un rato vino Gouki, y también se unió a los comensales.
Aproximadamente una hora más tarde, Sayo se acercó a Rio con timidez.
― 223 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
Rio la miró desde su silla y se dio cuenta de que llevaba una horquilla en el pelo
que él conocía. Entonces sonrió… de felicidad, por alguna razón.
Le sugirió él. Rio también quería hablar con ella en privado antes de marcharse.
◇ ◇ ◇
Cerca de un camino desde donde apenas se podía oír el jaleo y el ruido del
banquete, Rio y Sayo se encontraban uno frente al otro. Ella estaba temblando
brutalmente por los nervios. Rio fue el primero en hablar.
―Ah, sí.
―¿No fue durante la primavera cuando Shin me pidió que me quedara en la aldea
y a partir de ahí usted y yo nos distanciamos?
―No me molestó… Pero lo que me preocupa es haber dicho algo que pudiera
haberla herido y ahora me odie por ello.
―…Sí.
― 224 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
―El día que Shin se presentó en mi casa… ¿tuvo eso algo que ver con que yo le
dijera a usted que me iba a marchar de la aldea?
―Pues… sí. La que no quería que abandonara usted la aldea era en realidad yo.
Aquel día, cuando me hizo saber sus intenciones, yo… me puse realmente triste… Y
cuando llegué a casa no pude aguantar más y rompí a llorar. Entonces mi hermano me
encontró así… e hizo lo que hizo por mí…
La expresión de Rio se vio afectada por la amargura. Sintió una lástima muy
profunda cuando intentó decirle a Sayo que no iba a cambiar de idea con respecto a
su viaje.
―Umm, pues… Sé que le resultará molesto escuchar lo que voy a decir, pero… u-
usted… ¡me gusta, Rio-sama!
―…
Esta revelación sorpresa hizo que el chico dudara de qué hacer. Se quedó
observando estupefacto a Sayo, que se encontraba con la cabeza mirando hacia abajo,
mientras se preguntaba qué debía decirle.
¿Cuál sería una respuesta adecuada? La contestación era obvia: o bien aceptaba
sus sentimientos o los rechazaba, no había más. Pero, una vez que alcanzó este
punto entre sus pensamientos, Rio al instante obtuvo una pista de cuál de las dos
respuestas debía elegir. Es más, se dio cuenta de que ya la sabía desde el principio.
Rio apretó las manos formando un puño y negó con la cabeza como tratando de
ahuyentar el dolor de su corazón.
El rostro de Sayo se contrajo del dolor, pero al hacer esa pregunta dio la impresión
de que ya se había preparado para ser rechazada.
― 225 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
―¡Saldrá bien! ¡Haré lo que haga falta y me esforzaré todo lo posible por no ser
una molestia para usted! ¡Durante este último año he estado practicando las Técnicas
Espirituales todos los días sin falta!
Rio sintió profundamente las emociones de Sayo en su ser, lo cual lo dejó sin habla.
Seguramente comenzó a hacerlo durante la primavera, la época en que Shin fue a
casa de Rio para arrodillarse ante él. Y todo eso fue para…
―Por favor, lléveme con usted. Q-Quiero ir. Haré cualquier cosa… ¡No permitiré
que suponga una molestia para usted, así que por favor…!
Sayo estaba desesperada… y una muestra de ello era que permanecía con la
cabeza agachada.
―…Lo siento, pero es que no se trata de eso. Yo nunca podré corresponder sus
sentimientos.
―N-No me importa. Ni siquiera tiene que mirarme. No hace falta que haga nada,
simplemente… Lo único que le pido es… que me deje estar a su lado. Por favor.
Las lágrimas empezaron a caer de los ojos de Sayo en el momento que se acercó a
él para agarrarle de la mano. Estaba tratando desesperadamente que cediera ante sus
sentimientos.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
― 227 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
Era la primera vez que le habían roto el corazón, pero de algún modo ya lo sabía;
se lo había visto venir… que ese amor sería imposible. Lo sabía, porque podía sentir
que el corazón de Rio se encontraba en un lugar muy alejado de ella. Sin embargo,
para ella, que acaba de experimentar su primer amor, no podía rendirse ni tampoco
asumir que todas las posibilidades estuvieran cerradas. Por eso se vio en la necesidad
de entrar en acción.
Yuba la le había dicho que Rio estaba firmemente decidido a emprender ese viaje
por mucho que ella intentara detenerlo, así que tuvo que pensar apresuradamente en
alguna otra opción efectiva distinta a intentar disuadirle. Fue entonces cuando Sayo se
dio cuenta de que, si Rio al final se marchaba por mucho que ella hubiera tratado de
convencerlo, siempre podría seguirlo. Dicho esto, para seguir ese plan tendría que, por
lo menos, no significar una molestia. No obstante, estaba claro que simplemente
practicar por encima las Técnicas Espirituales no sería suficiente. Tampoco pensó que
en seis meses podría aumentar su nivel de manera importante, que es cuando Rio se
iría de la aldea.
A pesar de todo esto, Sayo se entregó al máximo en esta tarea. Puede que no
funcionara, pero se dedicó ciegamente a mejorar con la esperanza de que su esfuerzo
y devoción fueran reconocidos. De todas formas… siguió sin ser suficiente.
―…
Rio no podía soportar más ver a Sayo derrumbándose entre lágrimas ante él.
Estuvo por colocarle una mano en el hombro, pero se lo pensó dos veces y se contuvo
apretando fuertemente los puños. Ahora mismo no había ninguna palabra que pudiera
ofrecerle. Aunque le dijera algo amable o reconfortante, tampoco podría hacer mucho
más que eso. Él tenía claro que de ninguna manera iba a corresponder sus
sentimientos, así que su amabilidad y lástima sólo le harían más daño.
Con ese pensamiento, Rio se dio media vuelta, en silencio, con su expresión
deformada por el dolor. Mientras se alejaba, durante un breve instante bajó el ritmo y
se quedó observando la sombra de un árbol a no mucha distancia. Entonces, la
presencia que sintió desde las sombras empezó a debilitarse poco a poco.
―R-Rio-sama, espere…
―…
No quiso contestar a la débil llamada de Sayo. La distancia que había entre los dos
no era muy grande físicamente, pero no así sentimentalmente. Sin más opciones ya, lo
único que pudo hacer Sayo fue quedarse allí llorando.
― 229 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
◇ ◇ ◇
Mientras tanto, Shin observaba la figura de Rio alejándose desde detrás de un árbol
próximo.
Shin dio un suspiro de absoluto desprecio y miró a Sayo. Ella aún seguía arrodillada
en el suelo, llorando. Aunque hubiese pocas personas por la zona debido al festival,
eso no significaba que el lugar estuviera desierto en absoluto.
―¡Maldita sea!
―Oye, Sayo.
―¿Sh-Shin…?
Sayo levantó la vista para mirar a su hermano con una cara de cachorrito
abandonado mientras lloraba.
―C-Creo que sí. A-Ahora que… he sido rechazada… ya no tiene sentido seguir.
―Oh, bien, por fin te rindes. Bueno, después de todo es lo mejor. ¿Quién querría
entregar a su preciada hermana pequeña a un hombre indeseable como él, eh?
Dijo Shin con brusquedad, lo que hizo que Sayo levantara la cabeza con una
mirada algo rencorosa.
―Oye, oye… ¿de verdad vas a defender a una basura como él? No tengo ni idea
de qué es lo que le preocupa tanto, pero siempre va por ahí con esa cara tan
deprimida. No es bueno para ti.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
La voz normalmente dócil de Sayo se llenó de una rabia prácticamente nunca vista.
―Claro, puede que las chicas lo encuentren apuesto. Además sabe hacer tareas
del hogar y todo tipo de trabajos manuales sin problema, por no hablar de que fue lo
suficiente fuerte como para machacar a Gon y a esos otros bastardos… Espera,
mierda, decirlo en voz alta hace que me resulte aún más molesto. Pero es que así de
desagradable es ese chico. ¡Un imbécil astuto y liante!
Sayo se enervó.
―¿Hah? ¡Pues tú tampoco te salvas! ¡¿Cómo puede gustarte un sujeto así?! ¿No
deberías detestarlo en estos momentos? Acaba de rechazarte. ¿De verdad vas a
seguir intentándolo?
Shin siguió interrogándola con una mirada hambrienta por saber más.
Dijo gritando.
―¡ENTONCES NO TE RINDAS!
―¡¿…?!
Sayo, a pesar de sus deseos, no pudo encontrar las palabras para replicar a eso.
―¡Lo amas, ¿verdad?! ¡¿Entonces por qué te rindes tras haber sido rechazada una
vez, después de haberte esforzado tanto en practicar las Técnicas Espirituales todos
los días durante medio año?! ¡Tiene que ser una broma!
―¡Pues no tienes más opción que esperar a que regrese algún día o seguirlo!
― 231 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
―¡Entonces síguelo!
Shin tenía una réplica ilógica para cada argumento, y eso hizo que a Sayo le fuera
imposible no entrar en la pelea.
―Mierda, tienes razón. Entonces tendrás que esperar. Será mejor que te prepares
para resignarte todos los años que le lleve regresar, incluso hasta cuando ya seas una
abuelita si es necesario.
―Por todos los cielos… Ustedes dos, sí. Están hablando demasiado alto.
―¡¿…?!
―No se preocupen… No hay nadie más aquí aparte de mí. Aunque puede que ése
no siga siendo el caso si continúan discutiendo de esa manera.
―…¿Y? ¿Qué es lo que quiere? Si sólo ha venido aquí para reírse, entonces debo
pedirle que se marche.
―Me gustaría hablar con esa chica de ahí, por lo que te agradecería que fueras tú
el primero en marcharte.
― 232 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
―Um. Entonces, querida, escucha atentamente. ¿Estás enamorada del señor Rio?
―Eeh… s-sí.
―P-Pues…
―¡S-Sí!
Mientras que el sol se iba poniendo gradualmente tras el horizonte, la voz de Sayo
resonaba a un lado del camino principal de la aldea.
◇ ◇ ◇
Varios días después, el momento en que Rio finalmente dejaría la aldea había
llegado. Una gran multitud de personas se reunió cerca de la puerta oeste de la aldea
para despedirlo. Entre ellos también estaban los miembros de la familia Saga; Homura
y Shizuku ya se habían despedido de él antes del festival de la cosecha. Rio empezó a
hablar con cada uno de los presentes en orden sin dejarse a la familia Saga.
―Por supuesto que no. Yo también espero que no se olvide de mí, Komomo-san.
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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
Rio miró a todos los miembros de la familia de Komomo, que se encontraban detrás
de ella, y les dedicó esas palabras.
―Toda nuestra familia le debe muchísimo. De verdad, espero que algún día
podamos volver a vernos.
―Para ser sincero, Rio-sama, usted todavía sigue… sorprendiéndome. Sin duda
creo que volveremos a encontrarnos algún día. Así que, por favor, cuídese y que tenga
un buen viaje.
―Trabajaré diligentemente para no perder contra usted la próxima vez que nos
enfrentemos. Le deseo lo mejor.
―¡Wawawa, Ruri!
―Hola, Sayo-san.
Dijo él con una sonrisa ligeramente tensa. No la había visto desde la confesión.
A pesar de estar visiblemente nerviosa, Sayo le dio la sonrisa más radiante que fue
capaz. A cambio, Rio también pudo recuperar algo de su capacidad para sonreír
normalmente.
―…¿Qué es?
―¡Me esforzaré al máximo! Me esforzaré… ¡Así que usted haga también lo mismo,
Rio-sama!
― 234 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
Dijo ella con entusiasmo. Rio se sorprendió un poco antes de sonreír alegremente.
Sayo suspiró de alivio y sonrió con ganas. Estaba casi tan conmovida como para
ponerse a llorar, pero no derramó ninguna lágrima de tristeza.
A un lado y no muy apartada de Rio y Sayo, Ruri pasó el centro de atención a Shin.
―Umf. Bueno, cuídate, supongo. Aunque tú tampoco le has dicho nada, Ruri.
―Ajaja, quién sabe. Oh, pero si nadie me quiere como su esposa, ¿tú me
aceptarías, Rio?
―…No creo que tengas que llegar a eso. Si se trata de ti, entonces estoy seguro de
que encontrarás a alguien maravilloso con quien casarte.
―Oh, porras, parece que me han rechazado. Qué mal. Ya nos veremos, Rio.
Ruri se encogió de hombros, dio un pequeño suspiro y le ofreció la mano a Rio para
darle un apretón.
―Síp, nos vemos. Estoy realmente contento de haber podido vivir contigo como si
fuéramos familia, Ruri.
―No como una familia, sino que somos familia. Aunque no pueda decírselo a nadie,
tú y yo seguimos siendo primos.
― 235 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10
Dijo finalmente Rio sonriendo ampliamente mientras le daba las gracias a Ruri. La
siguiente persona a la que se acercó fue Yuba, que no andaba muy lejos de su nieta.
―Eso debería decirlo yo. Como dije antes, estás invitado a volver cuando quieras.
Por eso debes tener cuidado en tu viaje, ¿entendido?
―¡Ya vale! Bueno, ¿hay alguien que quede aún por despedirse?
Preguntó al aire.
―Tenga cuidado.
―¡Hasta pronto!
―…Parece que no. ¡Muy bien, Rio, que tengas un buen viaje!
―¡Muy bien, gente, me voy ya! ¡Me acordaré de traer regalos para todos!
Con esas últimas palabras, Rio se dio la vuelta y se despidió con la mano y una
sonrisa dibujada en su cara. Poco después ya había puesto un pie fuera de la aldea
mientras todo el mundo le decía adiós gritando. Se giró una vez más y agitó los brazos
con fuerza mientras la distancia entre el pueblo y él iba aumentando poco a poco.
― 236 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Epílogo
El año era el 1000 del Sagrado Calendario. Un día, varios meses después de que
Rio abandonara la región de Yagumo… en algún lugar del mundo, alguien había
estado esperando a ese momento como si fuera una especie de profecía.
No ha cambiado nada en los últimos mil años. Aun así, la historia de este mundo
está a punto de dar un giro radical. No… lo que ha nacido es la oportunidad de que
ese giro se produzca. Que cambie, se repita o se estanque ya depende de…
Todo lo que habría después de eso era desconocido para esta persona, por tanto
ahora simplemente podía observar el presente y el futuro más próximo.
¿Oh? Parece que esta vez hay muchos niños perdidos. ¿Um? Esto es…
De repente entornó los ojos. Y tan pronto como lo hizo volvieron a abrirse tras fijar
un objetivo: un niño humano se estaba reflejando ahora en ellos.
◇ ◇ ◇
Mientras tanto, después de que las columnas de luz hubieron perdido su brillo, en la
parte sureste de la región de Strahl, dos chicas y un chico se encontraban solos en un
campo cubierto de pasto. Una de ellas era una estudiante de preparatoria con
uniforme, la otra era una estudiante de secundaria también con uniforme y el último
era un estudiante de primaria con ropa normal… Nadie llevaba la indumentaria
adecuada para atravesar un campo de hierba.
―…¿Dónde estamos?
―…A mí no me preguntes.
― 237 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Epílogo
La chica de secundaria y el chico de primaria iban de un lado para otro, sin terminar
de aceptar del todo la realidad. Poco después, los dos miraron simultáneamente a la
chica mayor de nombre Miharu.
Miharu puso una sonrisa para tranquilizar a los dos y sacó a toda prisa su teléfono
de la mochila. Entonces, con las manos temblorosas, presionó el botón lateral y la
pantalla se encendió. “Sin Señal” era el aviso que aparecía implacablemente en una
esquina de la pantalla.
◇ ◇ ◇
― 238 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Epílogo
― 239 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Taikutsu
https://taikutssu.wordpress.com/
― 240 ―