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Seirei Gensouki

Volumen 3
El Réquiem de un Adiós

Autor
Kitayama Yuuri
北山 結莉
Ilustraciones

Riv

Traductor

Presi5

Prólogo
Berth

Editor
Presi5

Redrawer
Darkhellsing

Typer
Hideki
Abril 2019
Índice de Capítulos

PRÓLOGO: En Busca de Pistas de sus Padres ......................................... pág. 8


CAPÍTULO 1: Partida y Viaje al País Vecino ........................................ pág. 19

CAPÍTULO 2: Pasando los Días en la Aldea ........................................... pág. 44

CAPÍTULO 3: Conmoción ........................................................................... pág. 56

CAPÍTULO 4: Despedida ......................................................................... pág. 101

CAPÍTULO 5: A la Capital ........................................................................ pág. 110

CAPÍTULO 6: De Nuevo a la Capital .................................................... pág. 138

CAPÍTULO 7: A la Aldea .......................................................................... pág. 179

CAPÍTULO 8: Un Visitante Inesperado................................................. pág. 191

CAPÍTULO 9: Augurios de Despedida ................................................... pág. 212

CAPÍTULO 10: Viaje Inaplazable ............................................................ pág. 222

EPÍLOGO: En un Mundo como Éste ....................................................... pág. 237


Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

Prólogo: En Busca de Pistas de sus Padres

Rio ya había salido del territorio del Pueblo de los Espíritus, y mucho antes de que
pasara una semana ya había llegado a la región de Yagumo.

Aunque el camino hacia esta región era tan complicado que normalmente se
tardaría entre dos o tres meses en llegar incluso usando Técnicas Espirituales para
aumentar la capacidad física, pudo llegar mucho antes gracias a la técnica espiritual
de viento que aprendió en la aldea. Y fue así que pudo recorrer todo el camino y llegar
a Yagumo fácilmente, no obstante, las verdaderas dificultades en realidad empezarían
de ahora en adelante.

Rio había venido hasta el lugar de nacimiento de sus difuntos padres, la región de
Yagumo, con la idea de construir una tumba para ellos, pero en realidad él no tenía
información específica de qué parte de la región eran ellos exactamente. Lo único que
se le podría llamar información eran sus nombres.

En esta región existían al menos más de treinta países pequeños y grandes, por lo
que intentar adivinar de cuál venían sus padres hacia ver esta travesía aún más larga.
No obstante, aun así Rio no perdió los ánimos y comenzó a moverse nuevamente
hacia su objetivo.

Básicamente él se estaba moviendo de país en país, de ciudad en ciudad y de


pueblo en pueblo, preguntando aquí y allá sobre sus padres para saber si no había
alguien que los conociera. No obstante, las cosas no siempre salen bien aunque
pongas esfuerzo en ello…

Fue así que varios meses pasaron sin tener ninguna información útil hasta el
momento. Ahora mismo Rio se encontraba en el reino Karasuki, un gran país ubicado
muy al oeste de la región de Yagumo. Luego de haber hecho lo mismo de siempre en
varias ciudades y pueblos, Rio se estaba moviendo hacia el próximo. Y así, luego de
que volara nuevamente usando la técnica espiritual de viento…

…Ahora sigue esa aldea.

En el horizonte podía ver el siguiente pueblo de interés. Desde arriba podía ver
cómo la carretera se extendía por la aldea de este a oeste mientras que en el norte
había unas pequeñas colinas y un gran bosque al sur. Se trataba de un pueblo como
cualquier otro, el cual podrías encontrar en cualquier lado. En el centro de esta aldea
se extendía una zona residencial donde varias casas rústicas hechas de madera,
arcilla y esa clase de materiales se extendían una después de otra. A juzgar por la
cantidad de casas, se podría decir que la población era de unas trescientas personas.
En los alrededores también había zonas rurales y zonas de siembra donde varias
personas estaban trabajando.

Escuché que la alcaldesa, Yuba-san, conoce a bastante gente de por aquí…

―8―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

Pensó Rio, recordando la información que la había dado el alcalde de un pueblo


vecino antes de venir a éste.

En realidad él no esperaba ya mucho. Hasta ahora muchas veces le habían dicho lo


mismo y había sido un completo error. No obstante, aun así eso no quería decir que
debiera darse por vencido aquí.

Dado que Rio podría causar un alboroto si aterrizaba justo en el centro del pueblo,
decidió ir descendiendo de a poco mientras se acercaba a los alrededores. Luego de
aterrizar en la carretera oeste, un poco alejado del pueblo, comenzó a trotar
suavemente hacia la entrada.

Los alrededores del pueblo estaban delimitados por varias cercas de madera, pero
dado que no había gente custodiando la entrada principal él pudo entrar a libertad. No
obstante, como a esta hora había varios granjeros trabajando en el área, pudieron
notar fácilmente que alguien del exterior estaba entrando al pueblo. Y claro, como era
de esperarse, al entrar, las miradas de varios aldeanos estaban ya sobre él. Aun así,
ellos no se acercaron a la entrada, tan sólo lo miraban desde la distancia. Era un
ambiente que hacía que no quisiera entrar, pero la desconfianza de los aldeanos hacia
alguien del exterior era algo que él había experimentado en todos los pueblos que
había visitado. Por ende, ahora para Rio eso era una reacción sumamente familiar.

Rio rápidamente, aunque con tranquilidad, dio un pequeño saludo y comenzó a


ingresar al pueblo. Luego de entrar, empezó a caminar por los alrededores en busca
de la oficina del alcalde para poder terminar sus asuntos aquí lo más pronto posible.

Al avanzar, dos chicas vistiendo ropas casuales se acercaron con un poco de


desconfianza a Rio, quien seguía su camino. Ambas parecían estar en plena
adolescencia, pero, a diferencia de la más pequeña, la otra chica parecía ser unos dos
o tres años mayor.

―Uhmm, ¿se te ofrece algo en nuestro pueblo?

Una de las dos chicas dio un paso al frente y cuidadosamente le preguntó a Rio.

―Mucho gusto. Mi nombre es Rio.

Dijo él con un tono de voz formal y poniendo una cálida sonrisa acogedora en su
rostro…

―La verdad es que ahora mismo estoy en medio de un viaje en busca de unas
personas. ¿Podría decirme si la alcaldesa del pueblo se encuentra por aquí?

Dijo Rio, preguntando más cosas. Su acento era en sí un poco torpe, pero no había
problema alguno para la interacción cotidiana. En su mayoría fue gracias Úrsula, quien
le enseñó varias palabras debido a que el lenguaje del Pueblo de los Espíritus estaba
relacionado con el de la región de Yagumo, además que recorrer y hablar por varios
lugares en estos últimos meses en la región le había servido de entrenamiento
también.

En todo caso, Rio nuevamente volvió a hablar formalmente y reveló su propósito a


las chicas, las cuales quedaron sorprendidas al escucharlo.

―9―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

―Ah, eeeh, sí, mucho gusto. Así que es un viajero… La alcaldesa se encuentra
ahora mismo en su casa, creo. ¿Quiere que lo lleve hasta ella?

Respondió la chica mayor trabándose un poco en sus palabras, tal vez porque no
estaba acostumbrada a esa forma de hablar.

―Muchas gracias. Sé que es una molestia, pero ¿podría hacerlo? Entiendo que
hay muchos que sienten desconfianza con personas del exterior, así que es mejor así.

Rio respondió con un agradecimiento casual, bajando un poco la cabeza con una
sonrisa elegante.

―¡S-Sí! B-Bueno, sígame por favor.

Respondió la chica mayor asintiendo con una gran voz y caminando por el centro
de la carretera del pueblo. Por otro lado, la chica menor que hasta ahora había estado
detrás de la otra seguía mirando el rostro de Rio cuidadosamente, distraída.

―…¿Sucede algo?

Rio estaba siguiendo el paso de la chica mayor para no perderla la vista, pero la
mirada de la otra chica le pareció intrigante, así que hizo esa pregunta.

―…¿Eh? ¡Ah, no, c-claro que no! ¡N-No es… no es nada!

Respondió la chica, ruborizándose claramente y diciendo que no meneando su


cabeza de un lado a otro.

―Sayo, ¿qué estás haciendo? Ven conmigo.

―¡D-De acuerdo, Ruri!

La chica mayor llamada Ruri apresuró a la menor llamada Sayo y ésta rápidamente
comenzó a caminar. Rio, aunque algo confundido aún, siguió a ambas chicas. Pero
aun así las dos, tal vez por estar nerviosas, caminaban lentamente mientras que de
vez en cuando giraban su mirada hacia Rio. En especial Sayo, que le miraba una y
otra vez de reojo.

(¿Acaso los forasteros son demasiado inusuales por aquí…?)

Rio pensó mientras miraba hacia Sayo, quien caminaba por delante de él.

Y así, en medio de una extraña sensación de distancia, los tres llegaron finalmente
a la casa de la alcaldesa.

―¡Abuela, tienes un invitado! ¡Dice que está buscando a alguien por aquí~!

Ruri comenzó a gritar con una gran voz mientras entraba a la casa. Al pasar, el
suelo hecho de cemento se extendía por toda la casa, y más al fondo había una sala
de estar y también un irori en el suelo.

―Ruri, no seas tan gritona, puedo escucharte bien… Oh.

― 10 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

En cuestión de nada, una anciana salió desde una de las habitaciones del interior.
Al ver el rostro de Rio, quien estaba parado detrás de Ruri y Sayo, la anciana se
sorprendió.

―Mucho gusto, mi nombre es Rio. He venido hoy hasta aquí porque quisiera hablar
con usted, alcaldesa.

Rio dio un paso al frente y se presentó cordialmente. Al escucharlo, la anciana se


sorprendió aún más que antes.

―Oh, qué buenos modales tienes. Pero por la ropa que llevas y por ese acento…
no eres de este país, ¿no es así?

La anciana miró de arriba abajo a Rio, viendo y tratando de confirmar sus rasgos.

―Correcto, no soy de este país. He viajado de región en región últimamente.

―Ya veo… Ah, lamento la tardanza. Mi nombre es Yuba. Creo que ya lo sabes
dado que has venido hasta aquí por eso, pero soy la alcaldesa de este pueblo.

―Mucho gusto.

Dijo Rio haciendo una pequeña reverencia.

―Bueno, dejando ya de lado los saludos, no conversemos aquí parados. Ruri,


Sayo, vayan a servir un poco de té.

―Bueno~ Vamos, Sayo.

Ruri respondió enérgicamente a la orden de Yuba. Sayo, algo intranquila, también


respondió y junto a su amiga se dirigió a la cocina.

―Tú también puedes entrar… bien.

Dijo Yuba a Rio y ésta se sentó frente al irori en la sala de estar.

―Con su permiso.

Rio una vez más hizo una pequeña reverencia y, luego de poner su equipaje en el
suelo, entró a la sala de estar. Comenzó a quitarse su abrigo con capucha y la espada
junto con su funda que había obtenido del Pueblo de los Espíritus y luego se sentó
frente a Yuba.

―La ropa que llevas debajo de ese abrigo no se ve muy a menudo por aquí.
Además, esa espada se ve de muy buena calidad, pero la forma es algo curiosa. Al
parecer realmente no eres de por aquí.

Se podría decir que, claramente, Yuba estaba observando el aspecto de Rio de


manera curiosa.

―Tanto mi armamento como mis prendas no fueron fabricados en este país. A la


vista de las demás personas podría resultar algo curioso, pero por eso trato de
esconderlos debajo de una túnica.

― 11 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

―Ciertamente, todas esas cosas son algo inusuales por aquí. Pero, para ser sólo
un viajero, esas armas son de muy buena calidad.

―Por supuesto que son de gran calidad. Por suerte tuve la oportunidad de hacer un
buen amigo que era artesano y me fabricó estas cosas para mí.

―…Ya veo. Bueno, no veo por qué debería meterme mucho más en ese tema.
¿Puedes comenzar a contarme resumidamente lo que viniste a decirme mientras
bebemos el té?

Yuba cambió el tema al ver que justamente Ruri y Sayo regresaban de la cocina
con el té.

Ruri y Sayo, cada una de ellas llevaba un té diferente de los cuales uno se lo dieron
a Yuba y el otro a Rio. Rio, al recibir su té de parte de Sayo, le dijo “muchas gracias”
con una pequeña formalidad. Al hacerlo, Sayo rápidamente giró el rostro avergonzada
y se movió hasta un rincón de la habitación. A Rio por su parte le pareció bastante
tierna aquella reacción, por lo que no pudo evitar soltar una sonrisa.

Desde hacía un buen rato que a Rio le parecían curiosas la reacciones que Sayo
tenía ante él, pero decidió no preguntar sobre el tema y seguir con sus asuntos.

―La verdad es que he venido hasta aquí para buscar a una persona que sepa algo
de mis padres fallecidos. Escuché que de entre todos los alcaldes del área era usted la
que conocía más gente, y por eso estoy aquí hoy.

―Uhm, ya veo…

Yuba asintió levemente, entendiendo el punto principal del asunto, y así la


conversación prosiguió.

―Creo pensar que tanto mi padre como mi madre vivieron en alguna parte de la
región de Yagumo hace unos quince años más o menos, aunque en realidad no tengo
mucha información… Yuba-dono, ¿ha escuchado los nombres de Zen o Ayame alguna
vez?

Dijo Rio, mencionando el nombre de sus padres, y luego…

―…¿Has dicho Zen y Ayame…?

Yuba había quedado perpleja, y su mano, la cual estaba levantando la taza de té,
se detuvo. Mirando hacia arriba, levantando la mirada hacia Rio, ella se quedó viendo
su rostro un rato. Al parecer ella sabía algo… Eso era lo que decía su reacción. Rio
seguía tranquilo, sentado correctamente frente a ella, pero rápidamente trató de
preguntarle de nuevo.

―…¿Los conoce?

―Ah, no, la verdad, primero quisiera escuchar más sobre ellos. Ruri, Sayo, la
conversación durará un buen tiempo, ustedes dos vayan a hacer sus quehaceres.

― 12 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

Yuba, estupefacta, respondió rápidamente y luego volvió a darle otra orden a Ruri y
Sayo.

―¿Eeh~? ¿Por qué?

Dijo Ruri, haciendo un puchero y mostrando su descontento.

―Sólo váyanse ya. No es bueno escuchar mucho los temas personales de otra
gente. Y asegúrense de no decir nada de lo que han escuchado aquí.

―Buenoo~ Tch, y eso que se escuchaba interesante… Vámonos, Sayo.

Ruri se retiró a regañadientes ante la pesada de Yuba, quien no aceptaba un no por


respuesta.

―S-Sí.

Y así, luego de que Ruri y Sayo salieran por la entrada principal…

―Bien. Ahora ¿podrías hablarme un poco más al respecto sobre tus padres?
Puede que tal vez sean personas que conozca.

Yuba dijo eso observando cuidadosamente a Rio, quien lentamente comenzó a


abrir su boca…

―De acuerdo…

Rio hizo todo lo posible para suprimir toda su sorpresa y comenzó a hablar poco a
poco sobre las características e historia de ambos.

Empezó a contar que, tanto su padre como su madre, nacieron en la región de


Yagumo. Luego de algunos años, ellos emigraron desde esta región a la de Strahl,
donde vivieron un tiempo. Después de dar vueltas por la región durante varios años,
finalmente se asentaron en un país específico luego de que Rio naciera. Cuando él era
aún pequeño, su padre murió y él comenzó a vivir solo con su madre. Luego de eso
empezó a hablarle de cómo y qué personalidad tenía su madre y cosas por el estilo…

Yuba estaba escuchando todas las palabras de Rio, completamente concentrada


en ello.

―Y así, cuando yo aún era pequeño, mi madre también falleció…

Rio, con un rostro algo deprimido, mencionó la muerte de su madre. No obstante, él


nunca dijo nada de la causa específica de su muerte. No quería recordarla, y mucho
menos hablar sobre ella. A decir verdad, aún no había podido superar nada de eso.

―Gracias, y lamento haberte preguntado algo tan duro como eso… En todo caso,
no hay duda; ciertamente conozco a ambos. Y, a decir verdad, ahora que lo escucho y
te veo de nuevo, puedo ver claramente sus rasgos reflejados en ti… Realmente es una
pena, y eso que no quería sentirme vieja. Aunque, no, debería decir que es una
fortuna haber envejecido, de lo contrario no creo que te hubiera encontrado.

Dijo Yuba en un tono algo triste y arrepentido.

― 13 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

―…Disculpe mi pregunta, pero ¿qué era usted para mis padres?

Rio por todos los medios trató de suprimir su voz temblorosa y, algo reservado, hizo
su pregunta.

―Soy la madre de Zen y por tanto tu abuela… aunque ¿en este caso debería decir
mejor gusto en conocerte?

Respondió Yuba junto a una pequeña sonrisa burlona.

―La madre de mi padre…. Ah, sí, mucho gusto.

Rio estaba anonadado, mirando fijamente el rostro de Yuba, pero de alguna manera
logró recuperarse y hacer una reverencia.

―…Lo siento, pero ¿podría preguntarte algo? Concretamente la razón de que


vinieras hasta aquí desde tan lejos para buscar información sobre ellos. Tal vez no sea
la más adecuada para decirlo, pero he de suponer que tu vida diaria no ha de haber
sido fácil.

Dijo Yuba. Aunque para ella era algo difícil de preguntar, su expresión decía que no
podía quedarse sin saber aquella respuesta, por lo que hizo lo que tenía que hacer.
Rio dudó un poco en dar su respuesta, pero al final…

―Quiero construir una tumba para ellos. La verdad es que no quedan restos ni
objetos que puedan ser considerados como recuerdos suyos. Por eso, al menos
quería venir a su tierra natal y darles un funeral como es apropiado. Además, mi
mamá… mi madre, me prometió que un día me traería a su tierra natal. Al final ella
murió sin poder cumplir aquella promesa, pero por eso al menos quería venir aunque
fuera yo solo. Ésa es la razón…

Respondió Rio lentamente.

―Ya veo. Hiciste bien en venir… Mira, no sé cómo decírtelo, pero en realidad
ambos ya tienen una tumba.

Dijo Yuba algo vacilante.

―¿Ya hay… una tumba? Pero escuché que ambos salieron de estas tierras cuando
aún estaban vivos, ¿o me equivoco?

Antes de darse cuenta, Rio hizo otra pregunta al ser atacado por esa incertidumbre.

―Sí, tienes razón. Pero ambos tienen su propia tumba en estas tierras. Aunque a
juzgar por tu reacción intuyo que no sabes la razón por la que ambos se marcharon de
aquí, ¿verdad?

Preguntó Yuba al ver la reacción de sorpresa de Rio.

―Así es. Yuba-dono, ¿usted sabe algo de eso?

―Lo sé. Pero, lo lamento, me temo que esa verdad no puede ser contada por mí.

― 14 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

Rio devolvió la pregunta y Yuba negó con su cabeza.

―¿Y eso? ¿Me puede decir por qué…?

―Por ciertas razones, ambos tuvieron que abandonar el país en secreto. Dado que
no planeaban regresar jamás, una parte de las personas que sabían esta historia
decidieron construir tumbas para ambos en la colina de este pueblo. Eso es lo único
que puedo decirte por ahora.

Yuba se tomó un momento para elegir bien sus palabras y luego le explicó la
situación.

―Se fueron del país en secreto…

―Pero, de todas formas, por ahora te guiaré hasta la tumba de ambos. ¿Te
gustaría ir a hacerles una visita?

Yuba volvió a hablarle nuevamente a Rio, quien estaba pensativo.

―…Sí por supuesto, se lo agradecería mucho.

En realidad había muchos puntos incongruentes, pero si Yuba no quería ni iba a


hablar sobre ello entonces no había razón para obsesionarse en preguntar; sería una
pérdida de tiempo. Por ahora, Rio decidió seguirla e ir a visitar la tumba de sus padres.

◇ ◇ ◇

Luego de eso, siendo guiado por Yuba, Rio llegó hasta una pequeña colina de entre
las muchas que había a las afueras de la aldea. Desde la parte alta de esta colina se
podían ver los árboles y las montañas que la rodeaban, lo cual era una vista magnifica.

Allí, en el suelo, había dos pequeños pilares de piedra. Al parecer estaban siendo
cuidados casi a diario por el hecho de que, aunque hacía aire, las piedras estaban
firmes y limpias.

―Ésta es la tumba de ambos. No tienen un nombre escrito, pero dentro hay objetos
que son recuerdos de los dos.

Dijo Yuba parándose frente a las dos piedras.

―…Ya veo.

Rio respondió vagamente mientras su mirada no se apartaba de ambos pilares de


piedra.

―…Es posible que llegado el momento puedas enterarte de la situación que ambos
pasaron.

Yuba dijo de manera oportuna luego de mirar a Rio. Él giró la vista y miró a Yuba, y
luego…

― 15 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

―Por eso, hasta ese momento, ¿no querrías quedarte a vivir en este pueblo?

Dijo Yuba. Su pregunta para Rio estaba adherida a la faceta de un claro amor
familiar.

―…¿Está segura?

―Tú eres mi nieto, así que no hay motivo para que un nieto no pueda dejarse
consentir por su abuela.

Yuba respondió de inmediato con una cálida sonrisa a la pregunta de Rio.

―Nieto… abuela…

Repitió Rio, como si tratara de apegarse al significado de esas palabras.

―Hay muchas habitaciones disponibles en mi casa. Casi todos mis familiares


murieron a causa de la guerra y enfermedades. Por ahora tan sólo vivo con Ruri, la
chica mayor de las dos que te guiaron hasta aquí hace un rato.

Dijo Yuba hablándole a Rio, quien seguía aún estupefacto.

―Ruri-san… ¿Y ella es…?

―La hija del hermano de Zen, o sea tu prima. Este año cumplió quince.

―Ya veo. Entonces es un año mayor que yo.

―…Me sorprende. No creí que aún fueras tan menor. Es decir, claro que tus
rasgos son los de un niño, pero tu forma de ser es la de un adulto.

―Por supuesto que no.

Rio negó levemente con una sonrisa en su rostro. Al escucharlo, Yuba soltó
repentinamente una pequeña risa.

―Ya veo. Entonces así es. En fin, ¿te quedarás?

―…Sí, muchas gracias.

Dijo Rio, algo reservado todavía, junto con una profunda reverencia.

―Será un gusto… Bueno, al principio puede que te resulte algo incómodo, pero
trata de hablar normalmente, no hace falta ser tan reservado. Sólo relájate.

Dijo Yuba encogiéndose de hombros un poco.

―Sí… Yuba-san.

Rio comenzó cambiando el honorifico de “dono” a “san” con Yuba. Aunque sabía
que ella era en realidad su abuela, llamarla “Yuba-san” también lo hacía sentir raro,
aunque a la vez maravillado.

―Jaja… Ah, por cierto, ¿te importaría si escondo tu identidad a todos en la aldea?
Incluyendo a Ruri.

― 16 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

Preguntó Yuba con un tono de voz alegre.

―Claro, por supuesto.

Rio rápidamente asintió, tratando de intuir las intenciones de Yuba. Zen y Ayame,
que eran sus padres, salieron a escondidas del país por ciertas razones, de modo que
no sería muy bueno que las personas de la aldea supieran quién era en realidad Rio.
Después de todo, posiblemente, no, muy seguramente, dentro de este pueblo había
personas que los conocían.

―Disculpa las molestias… En fin, ya veremos los puntos más específicos cuando
regresemos. ¿Quieres quedarte un poco más aquí? Yo tengo que regresar ya.

Intuyendo los pensamientos de Rio, Yuba preguntó.

―Sí, sólo un poco más.

―¿Sabes el camino de regreso a la casa?

―No hay problema.

―Ya veo. Intenta regresar antes de que oscurezca. Aunque no será mucho, te
prepararé algo de bienvenida.

Yuba dijo eso y comenzó a marcharse.

―Muchas gracias.

Dijo Rio dándole palabras de agradecimiento a Yuba, quien se estaba marchando.


Una vez su figura se fue haciendo más y más distante, Rio alzó su cabeza, miró a las
piedras y dijo…

―…Y, bueno, como ya oyeron, estaré viviendo un poco en la casa de papá.


Aunque, la verdad, aún no me puedo creer del todo que todavía tenga más
parientes…

Obviamente no hubo respuesta a sus palabras. La boca de Rio había formado una
expresión de desconcierto mientras miraba las tumbas. Al cabo de un rato, se dio la
vuelta y miró el paisaje del pueblo.

Y así, luego de estar solo en la colina por lo menos una hora, volvió a la casa antes
de que oscureciera.

―Con permiso.

Dijo Rio pasando algo nervioso al interior de la casa por la puerta, que ya estaba
abierta cuando llegó. Luego de eso, quien vino a recibirlo fue Ruri, que al parecer ya
había ya terminado sus quehaceres con Yuba…

―Bienvenido de vuelta.

Dijo ella.

―…Estoy de vuelta.

― 17 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Prólogo

Rio se vio impactado por esas palabras que le vinieron de frente, y luego, aunque
algo avergonzado, devolvió el saludo. Y así, luego de eso, celebraron una pequeña
fiesta de bienvenida para él tal y como había dicho Yuba.

― 18 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Capítulo 1: Vida en la Aldea

A la mañana siguiente… el día comenzó temprano en la aldea. Rio se levantó antes


del amanecer y se dirigió al salón de la casa del jefe de la aldea.

—Buenos días.

—Vaya, pues sí que eres madrugador. Buenos días.

Yuba le saludó con evidente sorpresa. Ella ya se había levantado y ahora estaba
sentada en un cojín del salón tras haber encendido la chimenea.

—Hoy estaba pensando en ayudar a los aldeanos con cualquier trabajo que puedan
necesitar. Pero antes, ¿podría ayudarla a preparar el desayuno de alguna forma?

—¿En serio? Bueno, si te ofreces, entonces eres más que bienvenido para hacerlo.
Muchas gracias por tu ayuda.

Y así, Rio y Yuba se pusieron a charlar durante un rato hasta que…

—Mmmah… Buenos días, abuela…

Ruri apareció en el salón medio dormida y con la ropa interior de noche con la que
había dormido. Su apariencia era algo escandalosa para una chica de su edad que se
encontrara vistiendo eso delante de alguien del sexo opuesto. Apenas ocultos tras su
ropa, había unos bultos que acentuaban su feminidad, y sus pechos generosos
adornaban su parte delantera.

—Buenos días… ¿Por casualidad no habrás olvidado que Rio se encuentra aquí
con nosotros?

Dijo Yuba carraspeando.

—…¿Eh? ¡A-Ah!

Ruri finalmente se dio cuenta de que Rio estaba allí. Bajó apresuradamente la
cabeza para mirarse a sí misma y entonces se puso roja como un tomate. Rio evitaba
el contacto visual, pero ella se lo tomó como si realmente se estuviera avergonzando
de su aspecto indigno de una dama.

—¡V-Voy a cambiarme!

Ruri se tapó el cuerpo con ambas manos como pudo y volvió corriendo a su
habitación. Entonces Rio suspiró. Se había encontrado numerosas veces en
situaciones similares, sobre todo cuando vivió con Latifa en la aldea del Pueblo de los
Espíritus. Afortunadamente no parecía que Ruri tuviera la personalidad que le haría
enfadarse con él irracionalmente, pero seguro que estarían algo incómodos entre sí
durante un tiempo.

― 19 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Poco después, cuando Ruri regresó de su cuarto, no dejó de mirar a Rio por el
rabillo del ojo.

Ah, bueno. Supongo que es inevitable…

Ruri era su prima mayor, así que Rio podía decir con total sinceridad que no se le
había despertado ningún sentimiento extraño a partir de eso. Pero ése no tenía por
qué ser el caso desde el punto de vista de ella, ya que desconocía el hecho de que
Rio fuera familia suya.

—Y, dime, ¿se te da bien la cocina, Rio? Como te has ofrecido a ayudarme con el
desayuno…

Yuba sonrió con mucha alegría.

—S-Sí. Por favor, deje que se lo demuestre.

Rio asintió con una sonrisa de vergüenza.

—Entonces te dejaré que hoy hagas el desayuno, a ver cómo te sale. Ruri,
acompáñalo a comprar lo necesario para el desayuno y de paso preséntalo a todo el
mundo. Haz que por lo menos las chicas de la aldea se acostumbren a verlo en el
exterior.

—¿Eh? O-Oh, de acuerdo… Vamos, Rio.

Ruri dudó durante un momento, pero luego asintió sin parecer del todo cómoda con
la idea. Aún se encontraba algo avergonzada por su descuido de antes.

—Oh, y dile a Sayo que se pase por casa con Shin. Hoy tomaremos el desayuno
todos juntos aquí.

Yuba le pidió algo más.

—Sí, abuela…

Su nieta respondió desganada antes de salir por la puerta delantera junto a Rio. Su
primer destino sería el huerto que había detrás de su propia casa. A diferencia de los
campos, que pertenecían a todos los aldeanos, los huertos eran propiedad de cada
casa individual.

—Nuestra aldea vive básicamente del trueque y de la venta de alimentos. Lo


primero que hacemos todos los días es recoger los vegetales que crecen en nuestros
huertos. Entonces los llevamos a la plaza del pueblo y los vendemos o
intercambiamos con los de otras familias. Con eso conseguimos toda la variedad de
alimentos necesarios para el día.

Ruri le iba explicando el funcionamiento de la economía de la aldea mientras


recogían las verduras del huerto. Una vez que terminaron esta tarea, se dirigieron a la
plaza del pueblo como había dicho. El lugar ya estaba lleno de mujeres jóvenes de la
aldea, charlando animadamente entre sí. El rango de edad era desde la adolescencia
hasta finales de la veintena.

― 20 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

—¡Buenas a todas!

Ruri saludó con energía acercándose a un corrillo de chicas.

—Oh, Ruri, buenos dí–

Las chicas la oyeron y se disponían a devolverle el saludo igual de animadas


cuando de pronto vieron a un chico desconocido detrás de ella, por lo que se quedaron
paradas. Antes de darse cuenta, Ruri ya estaba recibiendo las miradas inquisidoras de
todas las chicas.

—Emm, éste es Rio. Es el hijo de uno de los viejos conocidos de mi abuela y ha


estado viajando por todo el mundo, por eso su ropa parece un poco rara. Se quedará
en nuestra casa durante una temporada, así que quería presentárselo a todas…
Adelante, Rio.

Ruri se fijó atentamente en las reacciones de las otras chicas mientras lo


presentaba con timidez. Entonces animó al chico para que continuara por su cuenta.

—Por favor, permítanme que me presente por mí mismo. Mi nombre es Rio. Aún
tengo que habituarme a la vida de este pueblo, así que espero que sean capaces de
disculpar cualquier descortesía o vulgaridad que cometa en el futuro. Es un placer
conocerlas a todas.

Rio adoptó una sonrisa amable cuando las saludó de manera totalmente correcta y
educada.

—Uhm… igualmente.

Contestaron ellas medio avergonzadas.

—Hey, Rio, no hace falta que uses ese lenguaje tan formal con nosotras. Todas se
pondrán nerviosas si un chico como tú empieza a comportarse así.

Le aconsejó Ruri con una sonrisa forzada.

—Ah… pero me temo que ya estoy acostumbrado a esta forma de hablar. Haré
todo lo que pueda por ajustarme a las circunstancias.

Rio le contestó con una sonrisa similar a la de ella. Las mujeres de la aldea estaban
observando mientras tanto su intercambio con mucho interés; parecía que se sentían
bastante cohibidas en la presencia de Rio. Sin embargo, no hubo ni una sola que no
mandara una mirada evidente de interrogación en dirección de Ruri… La conclusión
que se puede sacar de esto es que no consideraban justo que ella fuera la única que
se llevara tan bien con él.

Los únicos hombres que las chicas de la aldea tenían dentro de su círculo social
eran brutos y salvajes, por lo que la amabilidad y la cortesía de Rio eran como un
soplo de aire fresco. Su apuesto aunque andrógino rostro no hacía más que acentuar
su encanto aún más.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Jaja… Apuesto a que luego durante el trabajo querrán sacarme muchas más cosas
sobre Rio.

Ruri sonrió amargamente para sí; podía sentir la presión silenciosa viniendo del
grupo de chicas. Miró a Rio para encontrárselo allí parado, algo incómodo por ser el
objetivo del tímido escrutinio del grupo femenino. Entonces él desvió su mirada hacia
Ruri como buscando ayuda con una expresión de desconcierto. Ella se sorprendió por
el contacto visual inesperado y su cuerpo se puso a temblar en un descuido.

…Umf. Ni siquiera le importa cómo me he sentido antes.

Ruri recordó que el chico le había visto en ese atuendo tan indecente por la
mañana, de modo que apretó los labios y se sonrojó. Aunque, sabía que la mayor
parte de la culpa la tenía ella por ser tan despistada, y era obvio que comentar ese
tema ahora no mejoraría para nada la situación. En su interior tenía un revoltijo de
emociones a causa de la tempestad de preguntas con la que sin duda las chicas le
bombardearían más tarde… Ahora lo único que quería era volver a casa cuanto antes.
Fue por eso que decidió sacar a Rio de este embrollo.

—Vamos, dejémonos de cháchara y llevemos la compra a casa de una vez. ¡Ya


casi es hora de ir al trabajo!

Ruri dio por finalizada la conversación apresuradamente y comenzó a caminar para


cambiar de una vez por todas las verduras de su huerto. Parecía que todas las chicas
querían seguir hablando con Rio, pero no pudieron encontrar un buen momento para
hacerlo. Ruri dio las gracias de que así fuera y metió rápidamente todos los
ingredientes necesarios en su cesta. Una vez que reunió todo lo que quería, se dio la
vuelta para llamar a Rio, que en ese momento era quien estaba llevando la cesta.

—De acuerdo, ya tenemos todo. Vámonos, Rio.

Le empujó por la espalda para hacer que se moviera más rápido.

—¡Ah, es verdad, Sayo!

Pero entonces ella se dio la vuelta cuando recordó una última cosa.

—…¿Eh?

Sayo se encontraba entre el grupo de chicas, observando en silencio a Rio. Su


cuerpo empezó a temblar de pronto en cuanto escuchó que la llamaban, y entonces
levantó la cabeza con aire interrogante.

—La abuela quiere que vengas a desayunar a casa con Shin. Vamos a estar todos
juntos.

Le explicó ella brevemente.

—¿Eh…? Ah, está bien. Allí estaremos.

Sayo asintió con timidez.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

—Supongo que te dirá para qué quiere que estén ahí cuando lleguen. ¡Nos vemos
ahora!

Con esas palabras de despedida, Ruri volvió a encaminarse hacia su casa


rápidamente. Rio hizo una pequeña reverencia al grupo de chicas que se encontraba
confundido y se fue tras su prima.

◇◇◇

Tras los eventos ocurridos en la plaza del pueblo, Rio regresó a la casa de la
alcaldesa y comenzó a preparar el desayuno a no mucho tardar. La aldea tenía
escasez de carne seca y de algunas especias, en particular la sal, por lo que tuvo que
echar mano de las reservas de su Almacén Espacio-Temporal para complementar su
receta. Después de todo, había suficientes alimentos y especias allí guardados como
para sobrevivir durante varios años.

No obstante, ocultó la existencia de este almacén puesto que explicar su


funcionamiento seguro sería un dolor de cabeza. Sencillamente se puso a rebuscar
entre los alimentos que llevaba encima para fingir que lo había sacado de su bolsa
personal. Aun así consiguió sacar una cantidad bastante aceptable de carne y
guarniciones, lo que puso a Yuba muy contenta.

—Esto es maravilloso. La cecina es un lujo por esta zona, y tenemos muy pocas
ocasiones de comprar sal, por lo que nunca hay suficiente. ¿Estás seguro de que está
bien preparar esta comida ahora? Esto no ha debido ser barato precisamente, ¿no?

Le preguntó Yuba con reserva.

—No importa.

Y Rio le contestó negando tranquilamente con la cabeza.

—No tendría sentido dejar que se echara a perder, así que acéptelo por favor como
pago por mi estancia. Ahora, si me disculpan voy a empezar a hacer el desayuno con
esto… Será para cinco personas, ¿correcto?

—Sí, Sayo y Shin vendrán más tarde. Gracias. Ruri, quédate cerca de él y observa.

Yuba se excusó dejando que Rio y Ruri se fueran a la cocina. Como a partir de
ahora estarían viviendo juntos, era necesario averiguar hasta dónde llegaban
realmente las habilidades culinarias de Rio. Para ello, el chico prepararía él solo la
comida y Ruri haría de supervisora y más tarde de juez.

—El fuego ya está listo… Luego te enseño dónde está la leña. Todos los utensilios
de cocina y los platos se encuentran en esa alacena. Si hay algo más que necesites
saber, no dudes en preguntar.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

—De acuerdo. ¿Y qué hago en cuanto al agua? Si no les parece mal, puedo
generarla con las Técnicas Espirituales sin problema.

—Ah, no hace falta, puedes usar el agua que hay en esa jarra. La abuela y yo
también usamos las Técnicas Espirituales para rellenarla una vez al día, pero ya veo
que no es nada nuevo para ti.

Ruri le preguntó con las cejas levantadas. Las Técnicas Espirituales eran algo
mucho más común que la magia y la hechicería en la región de Yagumo, pero aun así
el número de usuarios era bastante bajo.

—…Sí. Así que ustedes dos también pueden usarlo…

Rio se sorprendió ligeramente por este hecho.

—Sí. Nuestra familia siempre ha tenido una gran aptitud para las Técnicas
Espirituales, y todo a pesar del hecho de ser plebeyos corrientes. Ése es parte del
motivo por el que la abuela es la jefa de la aldea. Aparte de mí, Sayo y su hermano
mayor también tienen esta habilidad, así que todos hemos estado aprendiendo juntos
desde que éramos pequeños.

—Ya veo… Interesante.

Rio asintió tras escuchar la historia.

Cuando se comparaban con los elfos, los enanos, los hombres-bestia y otras razas
del Pueblo de los Espíritus, los humanos generalmente tenían un potencial muy bajo
para las Técnicas Espirituales. Sin embargo, en contadas excepciones nacía alguien
que sí lo tenía. Esto significa que su padre, Zen, probablemente también podía
usarlas; eso es lo que Rio pensó para sí. Si no, habría sido casi imposible que su
padre hubiese realizado aquel viaje tan exigente entre las regiones de Yagumo y
Strahl. Rio encontraba toda esta información fascinante, pero no podía permitir que su
objetivo pasara a un segundo plano.

Tras usar las Técnicas Espirituales para encender el fuego dentro del horno de la
cocina, Rio comenzó a hacer el desayuno. El menú incluía arroz, sopa de miso, carne
y verduras fritas, todo ello junto a los encurtidos que Yuba había preparado de
antemano. Por casualidad había muchas especias disponibles en Yagumo que le
recordaban a las comidas asiáticas de la Tierra, entres las que estaban incluidas la
soja y el miso, y eso hizo que a Rio le resultara fácil recrear el sabor de la comida
japonesa. Se había topado con toda clase de ingredientes y condimentos durante la
época que estuvo viviendo en la aldea del Pueblo de los Espíritus, pero tenerlos en
sus manos cuando en Yagumo no existían le daba cierta sensación de satisfacción.

—…Umf. Supongo que se te puede considerar bueno en esto, Rio.

Ruri murmuró absorta mientras observaba al chico preparar la comida con una
mano experta.

—Muchas gracias. No tuve más remedio que aprender a hacerlo puesto que he
viajado solo.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Rio trató de quitarle importancia con la cara sonrojada.

—No, no, esto no es ni siquiera un nivel medio. Tu manejo del cuchillo es incluso
mejor que el mío.

Ruri puso una sonrisa que dejaba ver ligeramente cierta envidia. Los dos
continuaron charlando así tranquilamente, lo que les ayudó a abrirse un poco más el
uno al otro. Algo menos de una hora después, toda la comida ya había terminado de
hacerse.

—¡Mira, abuela, Rio nos ha preparado un desayuno que huele de maravilla!

Con una sonrisa de emoción, Ruri llevó los platos terminados a la sala de estar y
los colocó en la mesa.

—¿Oh? Ciertamente se ve estupendo. Parece que no habrá problema en dejar que


Rio se encargue de cocinar.

Una sonrisa de sorpresa se dibujó en la cara de Yuba en cuanto vio los platos
alineados sobre la mesa.

—Umm, con permiso.

Una adorable voz femenina pudo oírse desde la entrada, donde habían dejado la
puerta abierta de par en par. Allí se encontraban Sayo y un chico que iba tras ella;
tenía más o menos la edad de Rio.

—Ah, Sayo, bienvenida. Vamos, pasa, pasa. Tú también, Shin.

Ruri los invitó a pasar haciendo señas con la mano y sonriéndoles.

—G-Gracias. P-Por favor, con tu permiso.

Sayo hizo una reverencia educada y entró por la puerta con timidez.

—Sí, con permiso.

Shin la siguió de cerca.

—Me alegro de que hayan venido. Han llegado justo a tiempo para el desayuno.
Vamos, no sean tímidos.

Yuba les indicó que se acercaran más mientras que Ruri regresaba a la cocina.

—Gracias por invitarnos a desayunar, señora.

Shin le dio las gracias a Yuba y se sentó en un cojín que quedaba cerca de la
chimenea.

—Gracias por la comida, señora Yuba.

Sayo también se sentó, pero ella agachó la cabeza por cortesía. Sin embargo, se la
veía bastante nerviosa puesto que sus ojos no dejaban de posarse en todos los

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

rincones de la estancia. Fue entonces cuando Rio salió de la cocina cargando con más
platos.

—Buenos días, Sayo-san.

—B-B-Buenos días, Rio-sama. ¿Puedo ayudarle con algo?

Le preguntó la chica, nerviosa, ofreciéndose a echar una mano.

—…No, no se preocupe. En realidad ya está todo servido. Lo único que queda es


disfrutar de la comida.

Rio dedicó un momento a reflexionar sobre cómo Sayo se había referido a él, luego
puso una sonrisa y negó con la cabeza. Mientras tanto, Shin estaba observando el
comportamiento peculiar de su hermana con curiosidad.

—Rio, Ruri, vengan los dos a sentarse ya.

Les ordenó Yuba. Ambos tomaron asiento inmediatamente.

Todos estaban dispuestos de manera que formaban como una herradura alrededor
de la mesa, siendo Yuba la que se encontraba en el centro. Ruri y Sayo estaban en los
sitios contiguos mientras que Rio y Shin en los más lejanos. Sayo hizo una reverencia
en dirección a Rio, que se encontraba en el lado diagonalmente opuesto, lo que hizo
que Shin no pudiera evitar poner una mirada de sospecha.

—Ésta es la primera vez que Rio y Shin se reúnen en un mismo lugar, ¿no es así?
Shin, este chico es Rio. Es el hijo de un viejo conocido mío y se quedará una
temporada en nuestra casa. Rio, él es el hermano de Sayo, Shin.

Parecía que un ambiente de tensión indescriptible se iba a adueñar de la sala, pero


Yuba lo ignoró y presentó a ambos chicos entre sí con aire informal.

—Mi nombre es Rio. Es un placer conocerlo.

Rio dibujó una sonrisa amigable e hizo una reverencia hacia el otro chico, quien se
encontraba sentado justo delante de él.

—…Sí, para mí también.

Shin contestó con bastante brevedad y una cautela evidente. Sayo, a su lado,
parecía tener algo que decir al respecto.

—Muy bien, Rio se ha tomado la molestia de preparar esta comida, así que será
mejor que nos la tomemos antes de que se enfríe. Luego podremos hablar todo lo que
queramos.

Sugirió la mayor de todos. Entonces, cuando sus miradas se fijaron en los platos
que había colocados sobre la mesa…

—Oiga, señora… esta fritura tiene carne dentro. ¿No es un poco lujoso para un
desayuno normal y corriente? ¿Acaso se ha guardado carne a escondidas por ser la
alcaldesa? ¡Qué aprovechada!

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Los ojos de Shin se fijaron inmediatamente en los trozos de carne que había dentro
de las frituras de verdura.

La carne era un lujo que no se podía encontrar en la aldea muy a menudo. Algunos
poseían ganado, pero no estaba destinado al consumo… Los animales de la aldea
estaban más valorados por su capacidad de trabajo y se empleaban para cosas como
el transporte o arar los campos. Las únicas ocasiones en las que comían carne de
estos animales era cuando ya no podían trabajar más por alguna herida o vejez y por
tanto eran desechados, o también cuando estaban en temporada de caza.

—No hay por qué ponerse así. No me he aprovechado ni nada parecido… Esta
carne ya la traía Rio consigo.

Le explicó Yuba con una sonrisa irónica.

—Oh, así que se trata de eso. Bueno, siempre y cuando tenga la oportunidad de
comer carne, no me importa. …¡Oye, esto está muy rico!

No mucho después de que hubiese oído esa explicación, Shin ya se estaba


llevando las frituras a la boca y haciendo cumplidos al sabor con los ojos abiertos
enormemente. Entonces se metió un poco de arroz mientras el sabor de la fritura aún
seguía en su boca.

—Cuida tus modales en la mesa, Shin.

Le advirtió su hermana.

—¿Qué importa?, prueba esto y verás por qué. Está muy bueno. ¡Ooh, esta sopa
de miso también está de muerte!

A Shin no parecía importarle en absoluto las advertencias de Sayo mientras


escarbaba en su plato con energía.

—Será posible…

Sayo apretó los labios de descontento, pero en el momento que probó la fritura de
carne y verdura sus cejas se elevaron y se quedó impactada por el sabor.

—¡Está delicioso!

—¿Verdad?

Dijo Shin con aire engreído.

—La sopa de miso no se queda atrás tampoco. ¿D-De verdad preparó todo esto
usted solo, Rio-sama?

Sayo le preguntó con cierto tono de envidia.

—Sí. Me alegro de que el sabor sea de su agrado.

Rio asintió con una leve sonrisa.

—Ajaja, los dos han dicho justo lo que estaba pensando. Está realmente rico, Rio.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

—En efecto, tienes una habilidad impresionante. Está exquisito.

Ruri y Yuba dieron su apoyo a las palabras de los dos hermanos con una sonrisa
en la cara.

—Muchas gracias. Preparé más arroz, así que siéntanse libres de repetir.

—¡Uah, repetir! Por favor, Sayo.

Shin se giró hacia su hermana, a su lado, y le acercó su bol vacío para que le
echara más.

—¡Por favor, Shin! ¡Ten un poco de educación al menos!

—Sayo, se supone que no debo contenerme con la comida. Estoy en edad de


crecer, así que cuanto más me meta al cuerpo mejor.

—D-Disculpe, señora Yuba. Mi hermano simplemente… está… mostrando su


agradecimiento por la comida.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Sayo bajó la cabeza en dirección a Yuba y Rio y entonces empezó a echar arroz en
el bol de Shin desde la olla que había a su lado. Cuando le entregó el bol hasta arriba
a su hermano, ella continuó con su comida.

Los cinco se tomaron el desayuno que había preparado Rio con gran placer.
Entonces, cuando ya todos habían terminado y se había servido el té…

—Ahora que esa comida tan deliciosa no puede distraernos… ¿les parece si
hablamos del tema principal? Shin.

Yuba se dirigió concretamente al chico.

—¿Um, qué ocurre?

—Te he invitado aquí por una razón. Me gustaría que Rio intentara hacer el trabajo
de los cazadores como tú. ¿Te importaría llevarlo a casa de Dola más tarde?

—…¿Eh? ¿Este chico, un cazador? ¿Lo dice en serio?

Habiendo olvidado completamente que Yuba le había llamado por una razón en
específico, la expresión satisfecha y deleitada de Shin se volvió mohína al oír esa
petición.

—Sí. Dijo que quería ayudar con cualquier trabajo de la aldea, así que le pregunté
qué sabe hacer. Por lo visto tiene una variedad de habilidades muy versátil, entre las
que se incluye la de la caza. Dola estaba buscando gente para que echara una mano,
¿no?

—Eso es… cierto, pero… se trata de un trabajo realmente exigente, ¿sabe?


¿Acaso tiene aguante? Se le ve bastante debilucho.

Dijo Shin mirando al chico por encima del hombro.

—No te preocupes, él no es del tipo que vaya mintiendo. Ya he confirmado que


sabe cocinar y usar las Técnicas Espirituales después de todo. Piensa que ha estado
viajando por todo el mundo él solo y encima a tan corta edad, por lo que tengo el
presentimiento de que ya es todo un experto en la caza. Aparte, lleva un arma de muy
buena calidad… Puede que sea incluso más fuerte que tú.

Dijo Yuba con una sonrisa para provocar al joven.

—¿Y-Y qué con eso? Yo también sé usar las Técnicas Espirituales. Ya veremos de
qué estás hecho.

Shin titubeó durante un momento, pero enseguida puso una actitud de superioridad.

—Bueno, pues ésa es la situación. Cuento contigo para que le expliques todo esto
a Dola. Primero que eche un vistazo a las habilidades de Rio, y si determina que
merece la pena, que elija a uno de los jóvenes principiantes y se lo asigne para
entrenarlo.

—Vale, vale. Pero será mejor que no nos haga perder mucho tiempo.

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Murmuró Shin con fuerte insatisfacción, claramente subestimando a Rio.

—¡Shin!

Sayo le regañó, ya que ella sabía qué era lo que estaba insinuando con eso.

—De acuerdo, como quieras. Qué pesada eres. Eh, Rio, no tenemos mucho tiempo,
así que vámonos de una vez.

Shin se levantó y fue rápidamente hacia la puerta principal sin molestarse en mirar
atrás.

—¡R-Rio-sama, lo siento mucho! Mi hermano debería tener más cuidado con lo que
dice.

Sayo se disculpó al instante con Rio agachando la cabeza, pero él le sonrió


amablemente y lo negó como diciendo que no estaba molesto ni nada. Entonces se
levantó y fue tras Shin con bastante calma.

—Lo que hay que oír… Rio es menor por un año, pero aun así es varias veces más
maduro que él. No te preocupes por él, Sayo… Más tarde tendré unas palabras con
Rio.

Dijo Ruri tras dar un suspiro de exasperación.

—D-De acuerdo.

Sayo asintió tímidamente.

—Y ahora, Sayo… y tú también, Ruri; ha llegado su turno.

Intervino Yuba de repente.

—¿Eh? ¿Nosotras también?

Ruri ahogó un grito de sorpresa al no esperarse que tuviera que hablar ahora.

—Sí. Al fin y al cabo, Rio acaba de llegar a la aldea como aquél que dice. Puede
que parezca que le va bien por ese comportamiento tan sosegado que tiene, pero hay
muchas cosas a las que aún no está acostumbrado. Además habrá muchos vecinos
que no se fíen de él debido a su situación de forastero. Por tanto, ¿podrían las dos por
favor cuidar de él hasta que se integre?

Explicó Yuba con un tono serio y realizó una reverencia exagerada ante las dos
chicas.

—S-Sí, por supuesto que lo haremos. Déjanoslo a nosotras.

Ruri fue tomada por sorpresa ante la poco frecuente imagen de su abuela
agachándose de ese modo, pero al momento asintió con una sonrisa.

—¡Y-Yo también me esforzaré, siempre y cuando esté dentro de mis posibilidades!

Sayo aceptó la tarea con entusiasmo.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

—Umm, ¿puedo pensar en él como si fuera mi nuevo hermano pequeño y como un


hermano mayor para Sayo? Aunque ella ya tiene a Shin.

Dijo Ruri estirando el cuello.

—¡D-De ninguna manera me atrevería a imaginarme a Rio-sama como mi hermano


mayor!

Pero Sayo intervino casi al borde de las lágrimas por lo que había dicho su amiga.

—Ajaja… Por cierto, ¿qué es eso de llamarle Rio-sama?

Le preguntó Ruri sonriendo, para meterse un poco con ella.

—¿Eh? B-Bueno, ¿no crees que tiene aspecto de pertenecer a la nobleza? Es


como alguien inalcanzable…

Sayo titubeó, contestando con un ligero rubor en sus mejillas.

—Ya veo…

Ruri observó a su amiga con una sonrisa.

—¿Q-Qué pasa, Ruri?

—Nada. Bueno, ¿nos ponemos a trabajar? ¡Abuela, nos vamos ya!

Ruri se levantó como un resorte y apremió a Sayo para que la acompañara hasta la
puerta.

—¡Ah! ¡E-Espera, Ruri!

Y apenas fue capaz de seguir su ritmo.

—De acuerdo, hasta luego.

Dijo Yuba para despedirse de las dos chicas.

—…Parece que las cosas se van a poner interesantes por aquí.

Murmuró, sonriendo.

◇◇◇

Shin guió a Rio hasta los pies de una montaña boscosa. A pesar de la tensión que
había entre los dos cuando salieron de la casa del jefe de la aldea, Rio siguió tratando
de entablar conversación con él hasta que finalmente acabaron charlando
amigablemente. Aquel ambiente de recelo parecía cosa del pasado.

—Vamos, ya hemos llegado. Este bosque en la montaña es donde nosotros los


cazadores hacemos nuestro trabajo. Por lo general nos ocultamos en el bosque desde

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

la mañana hasta el atardecer, y entonces volvemos al pueblo para ayudar en los


campos con lo que nos quede de tiempo libre hasta que se acabe el día. Si quieres
saber más, deberías preguntarle al maestro… Oh, hablando de él; éste es Dola,
nuestro jefe.

Shin le estaba dando una explicación somera acerca del trabajo de los cazadores
cuando un hombre llamado Dola, que ya había aparecido previamente en la
conversación con Yuba, hizo acto de presencia. Tenía aspecto de encontrarse al final
de la cuarentena y poseía un cuerpo robusto y bien curtido.

—Hey, Shin… llegas pronto. ¿Es éste el chico nuevo, Rio?

Dola se aproximó a los dos saludándoles de manera informal.

—…¿Qué, ya lo conocías?

—Bueno, sí. Mi hija lo conoció esta mañana y me lo contó. Um, ya veo…


ciertamente es… Tiene pinta de ser un poco delicado, pero ya veo por qué las chicas
se vuelven loco por él. Aunque, bueno, no tanto como por mí, ¡guajaja!

Dola se rió con ganas.

—Es un placer conocerlo. Mi nombre es Rio. Me quedaré a vivir en esta aldea


durante una temporada, así que vengo a ayudar a los cazadores en su trabajo bajo la
recomendación de la señora Yuba. Espero sinceramente que me dé la oportunidad de
trabajar con ustedes.

Dijo Rio a modo de presentación y además haciendo un pequeño resumen de las


circunstancias.

—Sí, yo también. Y dime, ¿tienes alguna experiencia en la caza?

—Así es.

—¿Ojó? Me alegra oír eso. Ahora mismo tenemos otros dos cazadores, pero los
dos se encuentran lesionados actualmente. Los únicos que están activos son este
aprendiz de aquí y yo mismo.

Explicó Dola con tranquilidad.

—La vieja de Yuba dijo que, si parecía tener mano para entrenar gente, podríamos
reclutar a algún joven de la aldea y hacer que él se encargara de su adiestramiento.
Pero, vamos, eso habrá que verlo.

Shin intervino con una leve mirada de burla.

—¿Por qué te pones a la defensiva? Tú ni siquiera eres un hombre hecho y


derecho todavía.

Dijo Dola con exasperación.

—¡C-Cállate! ¡Ya verás cómo voy a conseguir cazar algo más grande que él!

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Shin replicó agresivamente lleno de motivación.

—Sí, claro, a ver si es verdad. Pero no te exijas demasiado.

Dola se encogió ligeramente de hombros.

—Ahora, me gustaría saber exactamente lo talentoso que es Rio. Nuestro


equipamiento de caza de práctica está guardado en esa caseta de allí, así que en
cuanto estés preparado nos adentraremos en el monte.

El mayor de los tres cambió de actitud para concentrarse en el asunto que tenían
entre manos.

Tras este intercambio, todos se reunieron dentro de la caseta y se prepararon para


salir de caza. Dola y Shin llevaban ropa de trabajo con la que era fácil moverse, pero
aun así se cambiaron a una más ligera y cómoda para desplazarse por la montaña.
Entonces se pusieron una capa de camuflaje hecha con hierbas y cada uno se equipó
un cuchillo de caza y un arco. Mientras tanto, Rio se quedó con su armadura de batalla
más bien pesada y sus dagas, que portaba en el cinturón, por lo que determinó que lo
único que necesitaba coger de la cabaña era un arco.

—Ese equipo que llevas es bastante extraño para ir a cazar. ¿Seguro que te irá
bien con eso?

Cuando Shin terminó de cambiarse, miró a Rio de arriba abajo con escepticismo.

—Sí, éste es el atuendo con el que viajo normalmente, así que está hecho para que
sea muy resistente.

Rio asintió. Dola se le acercó para examinar la textura de sus prendas.

—Ya me parecía. Se ve que este tejido es de buena calidad. Bueno, seguro que te
irá bien.

Y le dijo eso dándole su aprobación.

—De acuerdo. Pongámonos en marcha.

Shin espetó con algo de impaciencia y salió apresuradamente de la caseta.

—Para que lo sepas, así es él cuando está más emocionado de lo normal. Debe ser
que tú estimulas su espíritu competitivo, Rio. Bueno, nosotros también deberíamos
salir.

Dola se rió brevemente y salió de la cabaña con una sonrisa en sus labios. Rio lo
siguió no mucho después.

—Un momento, Rio. Hay algo que deberías saber antes de entrar en el bosque.

Comenzó a explicar Dola cuando estaban los tres reunidos afuera.

—¿Sí? ¿De qué se trata?

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

—Es por esa forma de hablar que tienes. No hace falta que seas tan correcto con
nosotros; lo digo porque me parece ridículo. Después de todo, no hay tiempo para
preocuparse por los modales cuando estás en plena partida de caza.

—Eso es cierto… Lo que ocurre es que, para mí, hablar así prácticamente ya se ha
convertido en un hábito llegado a este punto, por lo que si me pide que deje de hacerlo
de pronto me va a resultar un poco difícil… Y eso me pondrá más tenso de lo que
estaba al inicio. Pero le prometo que lo intentaré.

—Jaja. Bueno, tampoco es que sea algo malo. Si dices que para ti es más fácil
hablar de esa forma, entonces no hay necesidad de obligarte a que no lo hagas. Muy
bien, lo que quiero es poner a prueba tus habilidades y explicarte un par de cosas, así
que vamos ya para el monte. ¿Tienes alguna pregunta antes de empezar, Rio?

—Sólo una. Si tienen algún tipo de señal con gestos para no tener que emplear la
voz, ¿sería tan amable de enseñármelas ahora?

—¿Señales con gestos? ¿Qué es eso?

Tanto Dola como Shin inclinaron la cabeza con curiosidad.

—Por ejemplo, movimientos que se hacen con las manos para comunicar tus
intenciones o indicar algo sin hablar, teniendo cada uno de ellos un significado
preestablecido. Cosas como avanzar, alto o silencio entre otras.

Explicó Rio.

—Ah, ya entiendo. Ahora que lo dices, sí que utilizamos algunos gestos para dar
instrucciones simples. Pero las que se tratan de algo específico sobre qué hacer o
dónde son muy variadas, así que en realidad no tenemos una serie de gestos
concretos para ellas.

Dola llegó a la conclusión de que efectivamente había estado usando señales


regularmente en la caza sin darse cuenta hasta ahora.

—Pero… ¿acaso tiene sentido hacer algo así? ¿A quién le importa siempre y
cuando entiendas qué hay que hacer? Las cosas como “avanza” o “para” se pueden
ver por la actitud o simplemente señalando.

—Sí que tiene sentido. Si no decides las reglas de la comunicación de antemano,


podrías acabar confundiéndote y perjudicando la cacería. Y cuando quieras decir algo
complejo te verás en problemas.

—Hah… Supongo que Rio tiene razón. De acuerdo, me ha resultado interesante. Si


insistes tanto en ello, entonces supongo que tendrás tus propias señales para cuando
vas de caza. Enséñanoslas.

Dola pareció aceptar la argumentación de Rio, por lo que mostró interés y voluntad
en implementar el uso de esas señales manuales para comunicarse durante la caza.

—Bueno, si el jefe lo dice, entonces supongo que…

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Shin también acabó accediendo. Y así, Rio les enseñó un código simple de señas a
los dos. Más tarde, después de algunos minutos…

—De acuerdo. Vamos un poco retrasados con respecto al horario normal, ¡así que
salgamos de una vez! Los dos, síganme.

Con Dola a la cabeza, finalmente marcharon hacia la zona de caza de la aldea, en


el monte. El hombre informó a Rio sobre las normas de caza locales mientras
caminaban, pero después de un rato se quedaron sin temas de conversación y
comenzaron a comunicarse activamente con señales manuales. Como cazador
experimentado que era, poseía una capacidad de adaptación por encima de la media;
aprendió el lenguaje de signos que le había enseñado Rio sin dificultad alguna.

A Shin aún le falta mucho camino, pero Rio lo está gestionando a la perfección. Dijo
que tenía experiencia… Resulta impresionante para alguien con una apariencia tan
frágil como la suya. Parece que no va a tener ningún problema con esto. Si demuestra
que tiene aptitudes para la caza, entonces podría empezar a trabajar por sí solo desde
mañana mismo.

Dola sonrió con amargura. La actitud de Shin seguía siendo demasiado imprudente,
aparte que en muchas ocasiones no entendía las señas que Dola le estaba indicando.
En cambio, las habilidades de Rio eran dignas de grandes alabanzas. La forma en que
silenciaba sus pisadas, cómo camuflaba su presencia, su habilidad para detectar
rastros o evidencias de su presa y su conocimiento sobre el comportamiento de los
animales… No importaba cómo se mirase, Rio era un experto en todos los ámbitos de
la caza.

Por tanto, Dola y Rio se dividieron naturalmente la búsqueda de presas para cazar
entre los dos, moviéndose en una formación de flecha invertida con Shin a la cola, lo
cual a él no le hizo ninguna gracia. A pesar de que salía de caza con Dola
frecuentemente, siempre estaba recibiendo instrucciones o siendo corregido y nunca
se le dejaba compartir las responsabilidades de la caza. Aun así, a un forastero novato
recién reclutado como Rio, alguien más joven que él, encima, le habían dado
responsabilidades en la caza y parecía haberse ganado la confianza del líder. Era casi
como si el propio Shin fuera una carga para el chico. Incluso puede que Rio pensara
así de él realmente. Y aunque ese pensamiento jamás había pasado por la mente de
Rio, sólo la posibilidad hizo que Shin sintiera una frustración insoportable. Además de
eso, Rio había aportado su conocimiento sobre el lenguaje de signos, con lo que atrajo
la atención de Dola. A los ojos del joven, parecía que Rio estaba tratando de ganarse
a su jefe, y eso le hizo sentir un desprecio aún mayor si cabía.

En algún momento su frustración se transformó en rabia y eso le condujo a una


distracción inevitable en lo que estaba haciendo.

—Eh, Shin, ¿qué te pasa? Si vas a vaguear, será mejor que vuelvas a casa. Aquí
nos estás estorbando.

Dola advirtió su comportamiento distraído y tuvo que mandarle una amenaza.

—…No estoy vagueando.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Shin susurró ofendido, lo que hizo que Dola frunciera el ceño.

—Ahí está.

Dijo Rio después de que ya hubiera disparado una flecha. El proyectil cortó el aire
con un sonido de “¡fuip!” y salió volando directamente hacia la presa. Era casi como si
el animal estuviera atrayendo la flecha. Entonces se clavó en el objetivo, que se
encontraba aproximadamente a veinte metros, acabando con la vida de un pájaro que
había en un árbol.

—¡O-Ooh, un lenou! ¡Esa presa no es para nada fácil! Estos pájaros se ponen muy
nerviosos en cuanto detectan la presencia de algo, por lo que cazarlos es muy
complicado.

—Disculpe. Disparé la flecha sin pedir confirmación… Pero es que el pájaro nos
había visto y estaba a punto de echar el vuelo, de modo que…

Rio se disculpó, sinceramente arrepentido.

—No te preocupes por eso. Pero, más importante, tu habilidad con el arco es
increíble. Apenas pasó un segundo desde que cargaste la flecha y la disparaste. Y
encima desde esta distancia… ¡Menuda puntería que tienes!

Dola, cuya irritación hacia Shin ahora se había difuminado, se volvió para alabar a
Rio. La expresión del otro chico se volvió aún más oscura.

—Muchas gracias.

Rio le dio brevemente las gracias por sus cumplidos antes de ir corriendo a por el
lenou que había abatido. Lo agarró por las patas y con su mano libre sacó una daga
para rajarle el cuello y que cayera toda la sangre. Su expresión se mostraba seria
mientras hacía esta labor, incluso llegando a ofrecer un pequeño momento de silencio
en agradecimiento a la presa que acababa de ser sacrificada para poder alimentarse.
Dola observó a Rio trabajar con mano experta y dejó salir un sonido de impresión.

—¡Ojó, estupendo! No podemos quedarnos atrás, Shin.

Dijo con entusiasmo para animar un poco al joven.

—¡Ya lo sé! ¡Como si fuera a dejarme ganar…!

Shin contestó enfadado. Dola percibió qué es lo que había detrás de esa actitud y
puso una sonrisa amarga de exasperación antes de volver con Rio. Después de
terminar todas las tareas necesarias sin perder tiempo, el equipo reanudó su
búsqueda de presas. Rio y Dola abatieron pájaros y conejos a buen ritmo a medida
que iban barriendo el bosque. Ser testigo de estas habilidades provocó un incendio
dentro de Shin, que no quería quedar peor que ellos. Sin embargo sus esfuerzos
resultaron inútiles puesto que fue incapaz de cazar un solo animal.

Y así, las horas fueron pasando hasta que llegó la tarde.

― 37 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

—Bien. Aún es un poco pronto, pero creo que con lo que hemos conseguido hoy
podemos retirarnos. Los dos lo han hecho bien… Tenemos más carne para llevar a la
aldea de lo normal.

Dola señaló el final de la cacería con una sonrisa de satisfacción.

—Yo sólo conseguí uno. La mayoría es de ese chico y de ti, jefe.

Murmuró Shin con aire derrotista.

—¿Pero qué dices?

Le preguntó Dola con una expresión de cansancio.

—Éste es el resultado de que los tres hayamos trabajado juntos. Usted también
tuvo un papel importante en acorralar a las presas, Shin. Gracias a eso, nuestras
flechas pudieron acertar justo donde nosotros queríamos.

—Así es. Arrinconar a las presas también es una tarea importante para todo
cazador.

Dola se mostró de acuerdo con la opinión de Rio, pero al otro chico no se le pasó el
enfado y en cambio chasqueó la lengua antes de ponerse a caminar montaña abajo él
solo.

—Maldita sea… No tiene remedio. Perdona, Rio, más tarde hablaré con él, así que
no pienses en esto como otra cosa que no sea el berrinche de un niño. No permitas
que esto te afecte.

—…No se preocupe. A mí también me gustaría disculparme. Si me permitiera un


momento a solas con él, se lo agradecería.

Rio se disculpó con una expresión arrepentida.

—…No es necesario que te disculpes por nada, pero como quieras. En fin, he
comprobado que te irá perfectamente cuando empieces a cazar tú solo a partir de
mañana. Yo debo ocuparme de los aprendices, así que si puedes cazar lo suficiente
para cubrir mi parte sería estupendo. ¿Crees que podrás apañarte?

Dola se rascó la cabeza con una mirada de culpabilidad por darle esa
responsabilidad a Rio, apartando la vista mientras hablaba.

—Claro… déjemelo a mí.

Y Rio respondió con serenidad.

—Genial, cuento contigo. Y ahora volvamos a la cabaña para limpiar las presas.

Dola le dio un golpe de aceptación en el hombro con una sonrisa.

― 38 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

◇◇◇

Una vez terminaron de limpiar los animales, Rio tomó una parte de la carne y se
dirigió de vuelta a casa.

—He vuelto.

Dijo a los habitantes de la casa desde la entrada, pero no hubo respuesta. No había
nadie en el salón, en la cocina ni en el patio trasero.

…¿No hay nadie en casa? Bueno, supongo que aún estamos en horas de trabajo.

Rio decidió que lo primero que haría sería deshacerse de la peste de los animales
muertos que llevaba colgando. No había baño dentro de la casa, por lo que tomó un
cubo de la cocina y salió. Dio la vuelta hasta el patio trasero, dejó el cubo en el suelo y
entonces levantó un muro con la tierra que le rodeaba haciendo uso de las Técnicas
Espirituales, con lo cual creó un espacio privado. A continuación utilizó otra técnica
para llenar el cubo con agua y después se equipó en la mano izquierda el artefacto del
Almacén Espacio-Temporal que le había regalado el Pueblo de los Espíritus para
finalmente usar la técnica llamada «Dissolvo». El aire alrededor de su mano comenzó
a distorsionarse de inmediato y entonces aparecieron cuatro botecitos de metal en la
palma de su mano. Cada una de ellos contenía diversos jabones y detergentes con los
que se lavaría el pelo, el cuerpo y su ropa. Obviamente, estos productos también
habían sido elaborados por el Pueblo de los Espíritus.

Rio sostuvo los botecitos con ambas manos, se quitó la ropa y se metió dentro del
cubo. Entonces usó de nuevo las Técnicas Espirituales para controlar el agua a su
voluntad y lavarse el cuerpo y el cabello con jabón.

Sería mucho más cómodo hacerlo en un baño, aunque esté en el exterior. Luego le
preguntaré a Yuba si me deja construir uno. Incluso podríamos dejar que el resto de
aldeanos lo utilice.

Después de que se hubiera bañado, lo siguiente que hizo fue lavar la ropa que
había usado ese día. Varios minutos después, Rio ya se había puesto una muda
limpia e hizo que el muro de tierra que había elevado desde el suelo volviera a su
estado original. En ese momento advirtió la presencia de Ruri y Sayo a cierta distancia.

—…Oh, así que era Rio después de todo.

Ruri dejó salir un suspiro de alivio. Alguien había levantado una estructura muy
extraña detrás de su casa mientras estaba fuera, por lo que era normal que
sospechara de una posible intrusión.

—Disculpe, no pretendía asustarla.

Rio se disculpó con sinceridad.

—No, no te preocupes… ¿De verdad acabas de mover el suelo con técnicas


espirituales?

― 39 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Le preguntó Ruri con curiosidad.

—Sí, en efecto.

—Umm. No soy buena con las técnicas de tierra, así que realmente no entiendo
cómo… ¿Realmente es algo que se pueda manipular tan fácilmente?

La chica no parecía aceptar del todo la respuesta breve de Rio, por lo que se giró
para preguntar a Sayo, que estaba a su lado.

—N-No lo sé. A mí tampoco se me dan bien las técnicas de tierra… Pero,


comparado con lo que sé hacer, no parece que sea sencillo en absoluto…

Sayo expuso su opinión con las mismas dudas que ella.

—…Bueno, no es tan complicado si lo practicas el tiempo suficiente.

Señaló Rio. Puesto que él no era consciente del nivel medio de habilidad de las
Técnicas Espirituales en la región de Yagumo, les dio una respuesta ambigua para
evitar entrar más en detalle. Dedujo que sólo debía explicar lo mínimo indispensable
sobre esto.

—Bueno, no importa.

Ruri no pareció molestarse mucho por ello y en cambio de repente comenzó a


moverse. Se acercó a Rio mientras arrugaba la nariz para oler el aire.

—Mmm… ¿Pero qué es esto…?

Cuando se puso justo delante de Rio se quedó mirando su cara. El chico empezó a
titubear.

—Emm, ¿pasa algo?

Preguntó tras unos segundos. Sayo se aproximó también con curiosidad mientras
observaba sonrojada a los dos tan cerca uno del otro.

—¿Eh?

—¡Lo sabía! ¡Ese olor tan agradable sale de ti, Rio!

Dijo la primera con la cara radiante debido a una gran sonrisa.

—…Oh, el hedor de los animales que hemos cazado se me había quedado pegado,
por lo que me he dado un baño.

—Oh, así que es por eso. Pero este olor es muy agradable… Ven, Sayo, huélelo tú
también.

Ruri le hizo gestos a su amiga para que se acercara.

—¡¿E-Eeh?! ¡N-No hace falta! ¡Lo puedo oler perfectamente desde aquí!

Sayo negó con la cabeza y la cara aún más roja que antes.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

—Vamos, vamos… no hay por qué ser tímida.

Ruri se plantó detrás de Sayo en un movimiento veloz y la empujó en dirección al


chico. Ella seguía insistiendo en que no era necesario, pero tampoco se estaba
resistiendo con una voluntad absoluta que se diga.

—Oh…

Pero, en cuanto llegó a su altura, su cara se puso de un rojo brillante hasta la punta
de las orejas. Seguidamente miró hacia el suelo.

—¿Ves, a que huele de maravilla?

—S-Sí…

Sayo le dio la razón con un tono prácticamente inaudible. No estando seguro de


cómo debía reaccionar adecuadamente a esta situación, Rio simplemente se quedó
allí parado con una sonrisa forzada en su rostro.

—Eh, Rio, ¿qué es este olor?

Preguntó Ruri.

—Creo que se refiere al jabón.

—¿Eh? ¿Jabón? ¿Hablas de eso que se utiliza para lavarte el cuerpo o la ropa?

La respuesta del chico hizo que Ruri se quedara sorprendida, casi impactada.

—Sí, exacto.

—¿Eeeeh? ¿Y cómo es que tienes jabón, Rio?

—¿Que cómo? Pues porque lo fabriqué yo mismo, vamos…

Rio se quedó conmocionado por la sorpresa de Ruri, ya que no parecía lógico que
las dos chicas estuvieran reaccionando de esa manera por algo tan común.

Aunque el jabón existía también en la región de Yagumo, se trataba de un artículo


de lujo. No era fácil para un ciudadano cualquiera poner sus manos en algo así, por lo
que el vinagre se usaba comúnmente como sustituto.

—¿L-Lo hiciste tú? Rio, ¿tú sabes fabricar jabón? ¡Vaya! En nuestra aldea, la
abuela es la única que realmente conoce algo de elaboración de productos para la
salud, pero ni siquiera ella sabe hacer jabón. ¿No te parece increíble, Sayo?

—Sí, sin duda.

Tanto Ruri como Sayo se giraron para mirar a Rio llenas de admiración.

—Siempre y cuando poseas los ingredientes, la elaboración resulta muy sencilla.


Los dejaré en la casa, así que siéntase libre de usarlo cuando quiera. Usted también,
Sayo-san.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Dijo Rio con algo de vergüenza. Las dos chicas se quedaron con la mirada perdida
ante él.

—¡Espera, ¿qué?! ¡¿Nosotras también podemos usarlo?!

—Por supuesto. Cuando tenga tiempo haré más, así que no hace falta que lo
racionen demasiado.

—¡Guau, no puedo esperar! ¡Gracias, Rio!

Ruri y Sayo juntaron las manos con alegría.

—Y, díganme, ¿qué hacían las dos aquí?

—Oh, hace un rato vimos a Dola y Shin por el camino principal, así que supusimos
que tú también habrías vuelto a casa. Seguramente querrías bañarte, así que
necesitarías agua caliente y por tanto una hoguera, por lo que Sayo dijo que
deberíamos volver y asegurarnos de que pudieras encontrar todas esas cosas y
enseñarte cómo prepararlas.

Dijo Ruri con una sonrisa y mirando a su amiga.

—Ah, no… yo, umm…

Sayo tenía problemas para encontrar las palabras correctas a causa de su


vergüenza.

—Ya veo. Sayo-san, gracias por su consideración. Pero ya utilicé las Técnicas
Espirituales para crear agua caliente, así que no es necesario que se moleste.

—Uh… ¿T-También usó técnicas para crear el agua?

Preguntó Sayo con una incredulidad incontenible; Ruri también estaba sorprendida.

—Sí, así es. ¿Hay algún problema con eso…?

Rio quería saber por qué las chicas se encontraban tan impactadas.

—Ah, no. Es sólo que el agua caliente es mucho más difícil de crear con Técnicas
Espirituales que la fría.

—…Oh, entiendo. Pero hay un truco para hacerlo… ¿Les gustaría que les enseñara
algún día?

Les ofreció a las dos con amabilidad.

—¡¿E-Eh, en serio?!

Sayo fue la primera en hablar, reacia a aceptar la oferta.

—S-Sí.

Rio asintió, aunque algo desconcertado.

—¡Qué bien, Sayo! Tendrás que esforzarte en aprenderlo bien.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 1

Ruri hizo una risita mientras le revolvía el pelo a Sayo.

—Cuento con usted.

Acabó respondiendo la chica, inclinando la cabeza tímidamente frente a Rio.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

Capítulo 2: Pasando los Días en la Aldea

Habían pasado dos meses desde que Rio comenzó a vivir en la aldea, y en ese
tiempo ya no había ni una sola persona allí que no conociera su nombre. En general,
los aldeanos tenían una opinión favorable de él. Esto era en parte gracias a la jefa de
la aldea, Yuba, que lo había acogido en su casa, pero sobre todo por las grandes
cantidades de piezas cazadas que traía al pueblo prácticamente de forma diaria. El
suministro de carne en la aldea nunca había sido tan alto, pero es que además Rio
trabajaba activamente en otros ámbitos aparte del de la caza. Utilizando los
conocimientos que había adquirido en la Academia Real y en el Pueblo de los
Espíritus, Rio contribuyó a mejorar el nivel y la calidad de vida de los aldeanos por un
gran margen.

Por ejemplo, construyó una zona de baños cerca de la casa de la alcaldesa para
uso de todos los aldeanos, y también repartió su jabón hecho a mano a cada una de
las familias del pueblo, con lo que se llevó la aprobación unánime de las mujeres. Pero
por si eso no fuera suficiente, el darles una serie de consejos sobre técnicas de cultivo
y nuevas herramientas aumentó considerablemente la eficiencia de los trabajos
agrarios y se ganó el apoyo de todos los ancianos.

El ritmo al que esta aldea se desarrollaba estaba siendo quizá demasiado rápido,
pero Rio no sentía remordimientos al compartir sus conocimientos y tecnología con
ellos. La aldea había sufrido en cierto momento de problemas sanitarios que derivaron
en enfermedades graves, y es que las víctimas de la hambruna tenían su origen en
una serie de cosechas pobres. La madre de Ruri falleció a una edad temprana debido
precisamente a estos problemas, y su hermano menor murió a los cuatro años por
desnutrición. Pero ahora contaban con Rio, quien poseía el conocimiento y la
tecnología para evitar esas muertes.

Llevaba un tiempo relativamente corto aquí, pero tanto Yuba como Ruri ya lo
consideraban un miembro muy querido de la familia. Yuba, por supuesto, ya conocía
sus circunstancias, pero es que Ruri sin saberlas lo trataba como un hermano.
Independientemente de todo esto, Rio tenía una realidad a la que enfrentarse: su
tiempo allí sería limitado puesto que algún día tendría que abandonar la aldea. Por esa
razón fue que, a modo de agradecimiento, quería hacer de la aldea un lugar lo más
cómodo y agradable posible. Sus acciones y sentimientos también eran reconocidos
por los aldeanos, de modo que ganarse su confianza resultó bastante sencillo.

Recientemente, las mujeres de la aldea le habían estado pidiendo cada vez con
más frecuencia que les ayudara a reparar sus hogares y mobiliario, ya que sus
habilidades de carpintería eran dignas de elogio y por tanto no pudieron pasar
desapercibidas. Aunque había otros artesanos en la aldea, la mayoría siempre
estaban ocupados con otras tareas.

Hoy, Rio se encontraba ayudando a una mujer que le pidió reparar unas grietas en
la pared de su casa por las que entraban corrientes de aire. Sayo y Ruri le habían

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

llevado hasta esa casa en cuestión. Después de que Rio finalizara el trabajo, la mujer
corpulenta que le había pedido ayuda le habló de una forma muy animada.

—Oh, muchas gracias… me has salvado. Las corrientes me hacían pasar tanto frío
últimamente… Intenté hacer que mi esposo se ocupara de ello, pero lo único que
consiguió fue empeorarlo, así que ya no sabía a quién recurrir. Además, los artesanos
del pueblo no dejaban de ponerme pegas.

—Las noches ya están empezando a ser frías después de todo. Me alegro de haber
podido serle de ayuda, señora Ume. Por favor, avíseme otra vez si necesita que le
eche una mano en algo.

Rio negó con la cabeza ante las palabras de Ume, con lo que pretendía demostrar
que esto no era una molestia en absoluto para él.

—Por supuesto. Dejando eso a un lado, veo que ustedes tres siempre andan juntos,
¿no es cierto? Los chicos jóvenes están todos verdes de envidia al verlo pasear con
dos de las chicas más bonitas de nuestra aldea, Rio.

La mujer sonrió alegremente cuando miró a Ruri y Sayo, quienes se encontraban


cada una a un lado de Rio mientras éste se reía por amabilidad, con una sonrisa más
bien forzada.

—Oh, déjese de eso, señora Ume. Rio y yo no tenemos ese tipo de relación.

Respondió Ruri con una tranquilidad ensayada.

—Puesto que has usado el singular, ¿significa eso que la situación es diferente
para Sayo?

Preguntó la mujer cambiando el foco de su atención a la otra chica.

—…¿Eh? Ah, no, umm, pues…

Sayo se puso roja al instante.

—Ajajaja. Sayo, sin duda eres muy adorable.

Ume se rió a carcajadas desde el fondo de su corazón.

Últimamente se habían visto metidos en muchas conversaciones de ese estilo, y


Sayo reaccionaba de esa forma prácticamente en la totalidad de las veces. Los que
sacaban el tema lo hacían a propósito esperando ver esa reacción, claramente
riéndose a costa de la inocencia de la chica.

—Por favor, acostúmbrate a eso de una vez, Sayo. Al menos deberías tomártelo
como Rio.

Dijo Ruri, y entonces empezó a reírse.

—Uuh… P-Pero es que…

― 45 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

Sayo miró a Rio, pero en el momento que sus ojos hicieron contacto visual apartó la
cabeza, azorada.

—Sayo no parece encontrarse muy cómoda cuando está con chicos, así que
intente no meterse mucho con ella. Además, también le agradecería que no fuese tan
dura conmigo. La verdad es que no me agrada mucho este tipo de conversaciones.

Dijo Rio para apoyar a Sayo.

—Umm… En su caso, lo que le pasa no es que se sienta incómoda con los


hombres…

—Ah, cierto…

Ruri y Ume se miraron entre sí con una sonrisa disimulada. Entonces las dos
pasaron a mirar de nuevo a Rio, que había inclinado la cabeza con curiosidad.

—Bueno, en cualquier caso nos alegramos mucho de tener a un chico como tú en


nuestra aldea. Al principio estaba un poco preocupada cuando oí que había un
forastero viviendo en la casa de la señora Yuba, ¡pero a partir de ahora no tendré
ningún problema para confiar en ti!

Dijo Ume animadamente para cambiar de tema. Esto lo acompañó con unos
golpecitos en el hombro a Rio.

—Será un placer ayudar cuando quiera.

Rio asintió algo avergonzado.

Después de eso, Ruri y Sayo lo llevaron a otras casas que necesitaban una
reparación en el mobiliario. Unos encuentros similares se produjeron allá donde iban,
pero el color rojo de las mejillas de Sayo sería una historia para otro día.

Rio y las dos chicas iban caminando juntos para volver a casa después de todos
estos trabajos.

—En serio, hay que ver la cantidad de cosas que sabe hacer Rio. Es inteligente,
sabe cocinar, cazar, y además es muy habilidoso con las manos, ¡por no mencionar
las Técnicas Espirituales! Todos los pueblos estarían encantados de tener a alguien
como tú.

Iba diciendo Ruri, asintiendo mientras hablaba.

—Es verdad que toco muchos palos, pero no soy experto en ninguno. Ninguna de
mis habilidades puede compararse con las de un auténtico maestro.

Rio negó con la cabeza con una sonrisa de humildad.

—¡Eso no es cierto! ¡Rio-sama es increíble! ¡Además, todos los aldeanos se han


abierto a usted por lo amigable que es!

Interrumpió Sayo, a su lado.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

—Ella tiene razón, ¿sabes? Tenerte a ti aquí realmente ha sido de gran ayuda.
Estamos muy agradecidos de contar con alguien que sabe hacer prácticamente de
todo y además muy bien.

—Muchas gracias. Me alegro de haber podido ayudar a esta aldea.

Respondió él con vergüenza, pero al mismo tiempo sonriendo levemente de alegría.


Entonces, en ese momento, Rio y las chicas se cruzaron con un grupo de jóvenes
aldeanos que iban por el mismo camino. Entre ellos se encontraba el hermano mayor
de Sayo, Shin. Cuando Shin y los demás chicos vieron a Rio, sus caras se crisparon
de desagrado.

—¿Ya están otra vez juntos? Dejando de lado a Rio… Ruri, Sayo, ¿qué pasa con
su trabajo?

Preguntó Shin con el ceño fruncido.

—Le estamos ayudando a él con el suyo. ¿Acaso tienes algún problema con eso?

Ruri replicó provocativamente.

—…¿Su trabajo? ¿Qué han estado haciendo, Sayo?

El chico miró a su hermana buscando una explicación.

—Emm… Reparar muebles y casas. Los artesanos de la aldea están todos


ocupados construyendo casas nuevas, por lo que Rio-sama se encarga de hacer las
reparaciones pequeñas.

—Tch, ¿ahora están haciendo eso?

Shin chasqueó la lengua y Sayo lo miró con una expresión hosca.

—Si no tienes nada que decir, entonces nos vamos ya. Estoy cansada, así que me
apetece echarme un rato. Vámonos, chicos.

Ruri apresuró a Rio y Sayo para alejarse del grupo cuanto antes, sin embargo, Shin
les gritó sin intención de permitírselo.

—Esperen. ¡Puedes lamerle el culo a la gente todo lo que quieras, pero con
nosotros eso no te va a funcionar!

Dijo jaleando a los demás para que se unieran a sus gritos.

—¡Eso!

—¡Sí!

—…

Rio dudó durante un breve instante. Él era consciente del hecho de que su
presencia estaba teniendo un gran impacto en las vidas de Shin y los demás chicos,
por lo que se cuestionaba cómo debía reaccionar ante estas provocaciones. ¿Qué

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

sería lo mejor, decirles algo directamente, enseñarles cuál era su lugar o ignorarlos
completamente?

Había personas en comunidades de pueblos muy cerradas que preferían excluir a


todos los forasteros de su sociedad, y Rio no pensaba que esa forma de pensar fuera
del todo errónea. Sabía que en ocasiones eso podía llevar a largos periodos de paz y
estabilidad. En otras palabras, tenía cierto sentimiento de culpa cada vez que
interactuaba con Shin. Sin embargo…

—Ya basta… Menuda panda de críos. Rio, ni siquiera te molestes en prestarles


atención. Tú ya eres un miembro muy valioso de nuestra aldea, ¿de acuerdo?

Ruri interrumpió abruptamente las provocaciones y dio un paso adelante para


defender a Rio.

—¡Ruri tiene razón! Tu comportamiento es patético, Shin. ¡La señora Yuba dio su
aprobación para que Rio se quedara en la aldea, y además ha estado trabajando sin
descanso para ayudar a todo el mundo!

Sayo se mostró de acuerdo con su amiga. No obstante, ver a esas dos chicas tan
lindas de la aldea defendiendo a Rio sólo hizo que los chicos estuvieran más
resentidos, y su rencor hacia Rio se elevó por encima de todo razonamiento lógico.
Shin conocía perfectamente la personalidad de Sayo, por lo que sabía que ella no era
del tipo que defendería a alguien con tanta vehemencia y se metería en una pelea. Ver
eso lo dejó profundamente impactado.

—¡N-No deberías tontear con un debilucho como él, Sayo!

—¡Y-Yo no tonteo!

Sayo titubeó durante un momento, pero entonces lo negó apresuradamente. Los


dos hermanos se quedaron mirando el uno al otro con rabia, y un ambiente de tensión
empezó a rodearlos. Justo cuando Rio pensó que la situación estaba empeorando…

—Shin, ¿no crees que has pasado algo por alto? Rio no es precisamente un
debilucho. A pesar de su aspecto, en realidad tiene los músculos bastante
desarrollados, ¿sabes?

Dijo Ruri, a lo que de repente se agarró al brazo de Rio. Los chicos abrieron
enormemente los ojos, totalmente estupefactos.

—¿Hah? ¿Q-Qu–? ¿T-Tú, y él…? ¡Qué indecencia!

Una fracción de segundo después, Shin pareció llegar a cierta conclusión, y


entonces su cara se puso de un rojo brillante. Sayo también estaba ruborizada.

—¿Y-Y cómo es que sabes eso, Ruri?

—¿Um? No sé qué conclusiones se habrán hecho en su cabeza, pero no se alteren


tanto. Ni siquiera me molestaré en mencionar lo mucho mejor que es Rio en la caza
que Shin. Y ahora marchémonos de una vez.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

Ruri sacó la lengua al grupo de chicos antes de llevarse a Rio tirando de su brazo.
Al otro lado de él, Sayo los estaba siguiendo en un estado de nervios, mirando atrás
de vez en cuando. Shin se había quedado congelado en el sitio por la vergüenza,
poniendo una mueca horrorizada cuando Sayo los miró por última vez antes de
alejarse.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

◇ ◇ ◇

Esa noche, en el jardín de la casa del jefe de la aldea iluminado por la luz de la luna,
Rio estaba trabajando con esmero en practicar con la espada, lo que hacía que el
sudor le corriera a chorros por su espalda al desnudo. Balanceaba la hoja
repetidamente asegurándose de que las sensaciones quedaran grabadas en su
cuerpo y músculos. Su respiración salía con algo más de fuerza de lo normal, y cada
vez que ejecutaba un movimiento salpicaba sudor. En ocasiones el viento movía la
bruma fría de la noche, envolviendo el cuerpo caliente de Rio en un abrazo refrescante.

El sonido de los insectos se podía oír a su alrededor y las plantas se sacudían


debido al aire, y todo ello generaba una sinfonía junto con el sonido de Rio moviendo
su espada. Era una sensación bastante agradable, tanto que casi le dieron ganas de
seguir entrenando así para siempre… Pero, con la cena esperando por él, Rio decidió
terminar de perfilar sus movimientos con el arma y pasó a hacer lo mismo solamente
con su cuerpo.

Aproximadamente diez minutos después de ponerse a hacer estiramientos, Rio se


paró de pronto.

—¿De verdad esto es tan interesante?

Dijo al aire sonriendo irónicamente con la intención de que lo escucharan Ruri y


Sayo, quienes estaban en la puerta de la casa observándolo en silencio. El cuerpo de
Sayo dio un respingo.

—Ajaja, así que te habías dado cuenta. ¿Es eso a lo que llaman artes marciales?
Tus movimientos eran tan elegantes y fluidos que no pude evitar mirar.

Dijo Ruri con una sonrisa despreocupada.

—No es más que mi entrenamiento diario.

Pero Rio le contestó con otra algo más comedida.

—No, no, ha sido realmente impresionante. No puedo creer que sigas haciendo eso
todos los días sin aburrirte. Te he visto hacerlo desde el día que llegaste.

Continuó Ruri con sincera admiración.

—¿Eh? ¿De verdad lo hace todos los días?

Los párpados de Sayo se abrieron por la sorpresa.

La razón por la que se encontraba aquí es que le habría resultado muy incómodo
volver a su casa y encontrarse casi enseguida con Shin, ya que habían discutido
recientemente. Por eso Ruri la invitó a cenar con ellos, aunque casi lo tuvo que hacer
por la fuerza. Rio se preguntó qué es lo que cenaría Shin si no estaba su hermana
para prepararlo, pero Sayo le tranquilizó diciéndole que les quedaban sobras del
desayuno.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

—Síp, hace esto como mínimo una vez al día, y casi siempre a estas horas.
Increíble, ¿verdad?

Ruri se encogió ligeramente de hombros.

—Sí, sin duda…

—Por cierto, siempre he querido preguntarte esto: ¿por qué empezaste a practicar
artes marciales, Rio?

De repente Ruri se sacó esa pregunta imaginándose que era un buen momento
para hacerlo.

—¿Por qué lo pregunta?

—Sí. Realmente no entiendo esas técnicas, pero incluso para unos ojos de
principiante como los míos puedo asegurar que ese entrenamiento es impresionante.
No todos pueden llegar a ese nivel de esfuerzo para alcanzar tal nivel.

—Veamos… Es una razón muy simple, por lo que me resulta un poco vergonzoso
decirlo, pero creo que todo chico de mi edad tendría la misma motivación.

Rio contestó con una pequeña sonrisa tras reflexionar cuidadosamente en la


respuesta.

—¡¿Eeeh, y cuál es ésa?! ¡Tengo mucha curiosidad! ¿No quieres saberlo tú


también, Sayo?

—S-Sí. Me gustaría saber más.

Tanto Ruri como Sayo estaban que no podían aguantarse de la curiosidad.

—Ajaja… ¿Qué hago ahora? Bueno, ¿les importa si me pongo primero la ropa?

Rio puso una sonrisa forzada antes de recoger su toalla y la ropa que había dejado
a un lado.

—¿Eh? Ah, sí. Claro, sin problema.

Ruri contestó con un poco de timidez, aunque en realidad no le habría importado


puesto que se encontraban envueltos por la oscuridad de la noche. Sayo solamente se
dio cuenta una vez que Rio comentó eso, por lo que también se ruborizó de repente y
miró al suelo. Rio aprovechó la oportunidad para secarse rápidamente el sudor y
ponerse una camisa.

—¡De acuerdo, ahora que ya estás vestido, cuéntanoslo de una vez! ¿Por qué
empezaste a practicar artes marciales?

Ruri le apresuró para que le diera una respuesta. Una vez que se hubo
tranquilizado, Sayo se acercó a Rio para asegurarse de que no se perdiera nada de la
historia. El chico accedió a sus exigencias y comenzó a relatar.

—Fue cuando aún era un niño, ¿sí?

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

Empezó a decir como si se sintiera un poco avergonzado de ello.

—En ese tiempo había una chica que me gustaba… y quería convertirme en
alguien fuerte para poder protegerla.

—…Uh. ¿Te gustaba una chica, Rio? Sinceramente no me lo esperaba. Un


momento, ¿significa eso que ya no te gusta?

Ruri le preguntó con gran interés.

—…No es que ahora la deteste ni nada parecido, es sólo que nos distanciamos.
Puede que ahora ya tenga una pareja o que incluso ni me recuerde…

Rio contestó con una sonrisa y un amago de risa, pero su mirada se veía algo triste.

—Rio-sama se esforzó tanto por aquella chica y al final… ¿De verdad no podrá
verla nunca más?

Sayo se interesó con timidez, fijándose con mucha atención en la expresión de Rio.

—Ahora ni siquiera sé dónde está o qué ha sido de ella. La última vez que nos
vimos fue hace ya mucho tiempo.

Rio negó lentamente con la cabeza.

—Pero aún sigue viva, siempre está la posibilidad de que algún día vuelvan a
encontrarse, Rio. Seguro que todo tu esfuerzo se verá recompensado.

Ruri trató de animarlo con un tono alegre; quería deshacerse de aquella atmósfera
de melancolía.

—…Tiene razón. Aunque, bueno… ahora simplemente entreno por mejorar.

Rio asintió y sonrió débilmente. Entonces las dos chicas se miraron entre sí.

—¿De verdad?

Preguntaron las dos a la vez.

—Sí. En parte es porque tengo miedo de echar a perder algo que llevo años
practicando, pero además es porque necesito ser fuerte para poder viajar solo. Las
cosas irrazonables sólo se pueden combatir a base de pura fuerza.

Rio apretó ligeramente los puños y habló con una voz tensa.

—¿De verdad es tan peligroso? Hablo de viajar en solitario…

Sayo hizo esa pregunta titubeando, ya que se había dado cuenta que el humor de
Rio se estaba poniendo tenso.

—Sí. Ahí fuera hay animales peligrosos, pero algunas personas no se quedan atrás.

Rio parecía ser consciente de lo tenso que se había puesto, así que esta vez
respondió con un tono algo más suave.

― 53 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

—Eso es… cierto…

Sayo asintió con desgana.

En este mundo, la vida de una persona era algo muy frágil. La gente moría a
menudo por cualquier enfermedad o por una hambruna, por las guerras o incluso por
sufrir el ataque de un animal salvaje o de unos bandidos. Por eso no sería extraño que
Rio tuviera que vérselas alguna vez en esas situaciones durante su viaje en solitario, y
tampoco que se viera obligado a matar para defenderse. Eso fue lo primero que se le
pasó a Sayo por la cabeza. Sin embargo, tenía tanto miedo de conocer la verdad que
no quiso seguir preguntando sobre el tema.

—Disculpen por entretenerlas tanto tiempo; deben de tener frío. ¿Pasamos


adentro?

Rio cambió de tema haciendo esa sugerencia con una sonrisa amarga.

—Sí, vamos. Había salido a llamarte porque la cena ya está lista, pero me olvidé de
ello por completo.

Ruri le dio la razón con una risa. Sayo también se rió, aunque de una forma un poco
más comedida.

—Oh, cierto. ¿Quieres que nos bañemos juntas después de cenar, Sayo? En los
baños que construyó Rio. Aún no lo has probado, ¿a que no?

Le propuso ese plan a su amiga.

—¿De verdad puedo? Hace nada que lo construyó, así que la lista de espera es
muy larga…

Los pequeños baños que Rio había construido eran actualmente el tema principal
de conversación del pueblo, y todos los aldeanos estaban deseando probarlo. Como
resultado, tuvieron que confeccionar una lista de espera.

—No pasa nada, de verdad. Dejamos que la use cualquiera a quien le apetezca,
pero después de todo sigue siendo nuestro baño. Los residentes de la casa y los
invitados pueden bañarse en él cuando quieran.

Dijo Ruri con aire presumido.

—Vale… Entonces… sí, por favor. Muchas gracias a usted también, Rio-sama.

Sayo se había mostrado dubitativa acerca de recibir cualquier tipo de trato favorable,
pero sucumbió a la tentación y accedió a bañarse en última instancia. Agachó la
cabeza ante Ruri y Rio para darles las gracias.

—¡Bien, entonces está decidido! ¡Así que, por favor, caliéntanos luego un poco de
agua, Rio!

Ruri juntó las manos para pedirle ese favor. Había un calentador de agua rústico
instalado en la bañera, pero era mucho más rápido que Rio creara agua caliente

― 54 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 2

directamente con sus Técnicas Espirituales. Pero lo más importante de todo era que
no hacía falta quemar leña.

—Sin problema. Yo me encargo.

Rio asintió aceptando hacerles ese favor.

—¡Ejeje, gracias! Como agradecimiento, puedes espiar a Sayo mientras se está


cambiando.

Dijo eso para jugar.

—¡R-Ruri!

Y Sayo le gritó con la cara sonrojada.

—¡Ajaja, sólo era una broma!

Ruri se retractó de lo que dijo, pero riéndose con fuerza. Entonces Sayo miró a Rio,
a su lado, por si acaso.

—¡No seas así! …Ah, Rio-sama, no me espíe, por favor.

Le pidió, avergonzada.

—Por supuesto que no lo haré.

Él le respondió de inmediato con caballerosidad.

Aunque, si se trata de usted, tampoco pasaría nada porque mirase un poquito…


Fue lo que pensó Sayo. Justo después, sus mejillas se encendieron al instante y su
corazón parecía haberse acelerado más de lo normal.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Capítulo 3: Conmoción

Ya habían pasado varios meses desde que Rio empezara su vida en la aldea. La
temporada de cosecha de arroz acababa de comenzar, y éste se trataba del momento
más ajetreado de todo el año. Durante estas fechas, incluso los cazadores, que
normalmente salían a hacer su trabajo principal por las mañanas, se quedaban en el
pueblo para ayudar en los campos. Por supuesto, Rio no sería ninguna excepción.

En este momento se encontraba usando una azada para crear surcos en el suelo.
La monotonía de la actividad hizo que en sus dos manos le salieran callos, pero lo
peor es que aparecieron en sitios distintos de los que ya tenía por el uso continuado
de su espada. Sin embargo, durante su vida como Amakawa Haruto había estado
ayudando en la granja de su familia prácticamente todos los años que estuvo
estudiando en la escuela primaria y en el instituto, por lo que Rio estaba acostumbrado
a los movimientos necesarios para arar los campos de arroz. Esto provocó que los
granjeros de la aldea se quedaran maravillados por su trabajo.

Un ligero sentimiento de melancolía le asaltaba en ocasiones cuando pensaba en


sus padres y abuelos de la Tierra, pero al continuar trabajando sentía una extraña
calma.

Entonces, después de que la cosecha hubiera progresado hasta cierto punto…

—¡Hey, es hora de descansar! ¡La comida está servida, que todos vengan aquí!

Ruri gritó con fuerza para que todos los hombres que estaban trabajando se
detuvieran.

Los aldeanos normalmente tenían dos comidas al día, una por la mañana y otra por
la noche. Sin embargo, durante las épocas como ésta, toda la aldea se reunía para
tomar el almuerzo juntos. Trabajar durante toda la mañana naturalmente provocaba
que les entrara hambre, por lo que todos los hombres sin excepción se dirigieron a la
plaza de la aldea donde las mujeres estaban repartiendo la comida.

—Aquí tienen sopa de miso y hortalizas encurtidas. Además, pueden tomar dos
onigiri por persona. ¡Rio se ha encargado de añadir la sal, así que nadie se olvide de
darle las gracias!

Ruri informó a los aldeanos que estaban haciendo fila para recibir comida mientras
colocaba las mesas. Todas las mujeres y hombres de familia pusieron una sonrisa de
alegría al dar las gracias a Rio, quien se encontraba por la zona.

—Eh, asegúrense todos ustedes de dar las gracias también a Rio.

Los jóvenes trataron de tomarse la comida en silencio y pasando desapercibidos,


pero Ruri se acercó a ellos, puso cara de enfado y les reprendió por su
comportamiento. Sayo asintió de acuerdo desde donde estaba colocando más mesas
al lado de Ruri. Los chicos chasquearon la lengua y al final tuvieron que dedicar

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

algunas palabras de agradecimiento a Rio, aunque lo hicieron susurrando. Entonces


se alejaron rápidamente y formaron un grupito entre ellos para llenarse la tripa con los
onigiri. Sus ojos se abrieron enormemente de la sorpresa por el sabor en cuanto
notaron lo generosamente que se había empleado la sal.

—Bueno… supongo que algo hemos avanzado. Al menos ahora son capaces de
decir gracias. Lo sentimos, Rio.

Ruri suspiró de exasperación y se disculpó con una sonrisa amarga mientras


miraba a Rio, a su lado. Él no se uniría a las hordas de personas que estaban
comiendo, sino que esperaría hasta que la gente se dispersara.

—No se preocupe.

Dijo Rio negando levemente con la cabeza.

—Bueno, nosotros también deberíamos comer antes de que se enfríe. Todas las
demás están esperando.

Sugirió ella. A no mucha distancia de los dos, había un grupo de chicas que estaba
llamando a Ruri.

—Está bien. En ese caso…

—¡U-Umm! Rio-sama, ¿le gustaría comer con nosotras? ¡No sería una molestia en
absoluto!

Rio se puso a mirar a su alrededor y estaba pensando en unirse a un grupo de


ancianos y ancianas casados que había en una mesa, pero Sayo le propuso eso
apresuradamente.

—Buena idea… Me estoy muriendo de hambre, así que démonos prisa.

A Ruri le pareció interesante y se acercó rápidamente al grupo de chicas. Rio tenía


ciertos reparos en ser el único chico en el grupo de jovencitas del pueblo, sin embargo,
Sayo se quedó esperando tímidamente a su lado para que las acompañara, por lo que
ya no podía rechazar su oferta de comer juntos en esta situación.

De todas formas, los aldeanos más maduros y casados como Dola o Ume se
encontraban cerca del grupo de chicas, de modo que Rio se replanteó sus
pensamientos y decidió que no habría problema en comer con ellas.

—De acuerdo. Vamos, Sayo-san.

—¡Bien!

Sayo asintió con alegría. El chico empezó a caminar hacia donde estaba el resto
del grupo, con Sayo trotando a su lado de emoción. Mientras tanto, Ruri ya había
llegado hasta las demás y se dirigió a Rio en un tono bromista.

—¡Dense prisa, chicos!

Entonces, las otras chicas también se unieron.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—¡Eso, que ya estamos cansadas de esperar!

—¡No es justo que Sayo acapare a Rio-sama para ella sola!

Y cosas así. Luego empezaron a rodear a Rio y hablar en voz alta.

—Hola a todas. ¿Todavía no han comido?

Preguntó Rio al ver que ninguna de ellas había tocado su plato todavía.

—Le estábamos esperando. No podemos dejar que Sayo se quede con usted para
ella sola después de todo.

Una chica bastante inteligente lo explicó de ese modo lanzando una mirada
juguetona hacia Sayo.

—Ya veo. Disculpen por haberlas hecho esperar entonces. Por favor, dejen que me
una a ustedes.

Rio hizo una reverencia para disculparse y se sentó en el primer sitio libre que vio.

—¡N-No lo estoy acaparando! Sólo pensé que la comida sabría mejor si estábamos
todos juntos, así que me quedé a esperar a Rio-sama… Umm…

Sayo se quedó paralizada durante un momento, pero poco después la vergüenza


hizo acto de presencia y provocó que tuviera que contestar con la cara ruborizada.

—Vale, vale. Sayo lo que quería básicamente era comer con Rio-sama a toda costa.
Entendido.

La chica que se estaba metiendo con Sayo asintió muy segura para continuar con
la broma.

—¡N-No! ¡No es eso! …Ah, no, no es que… no es que no quiera comer con Rio-
sama, pero…

Sayo lo negó por reflejo, pero enseguida se dio cuenta de su error y trató de
corregir sus palabras para explicarse ante Rio.

—No se preocupe, lo comprendo.

No muy seguro de cómo debía reaccionar, el chico simplemente puso una sonrisa
forzada. Mientras tanto, las chicas, que estaban observando el comportamiento
avergonzado de Sayo, pusieron una sonrisa divertida.

—Ya vale, chicas, denle un respiro. ¿No ven que Sayo está a punto de llegar a su
límite?

Dijo Ruri a las demás con algo de exasperación. Sayo miró a su grupo de amigas
con resentimiento y los ojos vidriosos. Aun así, a pesar de esto todavía parecía más
como un animalillo acorralado, por lo que su expresión no dejó ningún impacto en las
chicas. En todo caso, lo único que consiguió fue que les surgiera un sentimiento de
protección.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Es tan adorable que casi dan ganas de seguir haciéndola de rabiar…

—Vale. Bueno, tampoco es que ella sea la única que quiere comer con Rio-sama.
En realidad todas estamos deseándolo.

La chica chistosa que había estado molestando a Sayo terminó diciendo eso para
rebajar un poco la tensión. Las otras chicas también estuvieron de acuerdo en acabar
con la broma.

—Gracias… Me alegra oír eso. Pero ¿les importaría dejar de llamarme Rio-sama?
No creo que esté en una posición superior como para merecer ese honorífico, y la
verdad es que me hace sentir un poco incómodo.

Intervino Rio con una sonrisa tímida.

—¿Eeeh? Pero “Rio-sama” le da un aura así como de clase alta.

—Sí, sí. Es como si hubiera nacido en un entorno completamente distinto al del


resto de chicos del pueblo.

—¿Verdad? En cuanto les mencionas el nombre de Rio-sama, todos se ponen a la


defensiva. Qué patético.

—Resulta difícil pensar en ellos como hombres.

—¡Ajaja, no tienen ni punto de comparación! Rio-sama no se merece el deshonor


de ser comparado con alguien tan bajo.

—Tienes razón. Discúlpeme, Rio-sama.

Y de ese modo, las chicas continuaron charlando animadamente y en voz muy alta.
Su conversación fue pasando de un tema a otro hasta que se olvidaron por completo
de meterse con Sayo y de lo que les había pedido Rio. Parecía que tendría que seguir
aguantando que se refiriesen a él como “Rio-sama” durante algún tiempo más. Por ello,
dejó caer los hombros. Aunque, en cuanto a esto, Rio tampoco tenía mucho derecho a
hablar ya que las chicas le habían dicho muchísimas veces que dejara de hablar de
una forma tan educada con ellas. Quizás esto era como una pequeña venganza por no
hacerles caso.

A no mucha distancia de Rio y las chicas, Dola y Ume se encontraban sentados


juntos tomándose el té del postre después de haber terminado la comida. Los dos
sonreían satisfechos mientras observaban a Rio y al grupo ruidoso de chicas
charlando animadamente entre ellos.

—Jajaja, no podía esperar menos de alguien tan apuesto como Rio. Me recuerda a
mí cuando era joven.

—¿Dices que Rio se parece a ti cuando eras joven? Vamos, no te hagas ilusiones.

Ume negó despiadadamente lo que había dicho el hombre.

—Oye, oye, ¿por qué dices eso? No estoy bromeando.

― 59 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Pues yo no recuerdo para nada haberme casado con un hombre tan maravilloso
como él. Es más, resulta una ofensa para él que trates de compararte siquiera, ¿no te
parece?

—¿Qu–? ¡Oye! ¡¿Pero qué cosas dices de tu marido?!

—Eres completamente distinto tanto en apariencia como en personalidad, y no eras


ni por asomo tan maduro como él cuando tenías su edad. Diría que no eras tan distinto
de los jóvenes que ahora mismo sienten esa envidia por Rio. Fanfarroneabas de tener
una fuerza bruta pero no tenías ni idea de cómo cazar un triste conejo.

—Bah… Tampoco hace falta que lo digas así. A-A ver, después de todo ha viajado
por todo el mundo siendo así de joven. Debe de haberse visto obligado a superar
muchos obstáculos en su camino. Admito que quizá yo no era una persona tan
completa cuando tenía su edad…

Incapaz de refutar las duras palabras de su esposa, Dola se tragó lo que había
dicho al principio a regañadientes y asintió.

—¡Así que lo aceptas! Ah, pero ahora que lo dices, recuerdo que había otro chico
en la aldea que era como él… y no eras tú, por supuesto.

Dijo Ume mirando hacia el cielo, pensando en otra época.

—¿Eh? ¿Desde cuándo hubo alguien así en nuestra aldea…? Aah, ese chico, ¿eh?

Dola se disponía a negar lo de que alguna vez hubo alguien similar, pero entonces
pareció recordar algo. Su expresión se volvió bastante taciturna, aunque nostálgica al
mismo tiempo.

—Aunque sabías que jamás podrías ganarle, te quemaba una sensación de


rivalidad por dentro. Justo como le está pasando a Shin ahora mismo.

Ume se puso a reír con fuerza.

—Calla. Te recuerdo que ese chico también te rechazó a ti. Dijo que dejaría el
pueblo para convertirse en un soldado.

—Todas las chicas de mi edad se le confesaron casi al mismo tiempo, y por


supuesto ninguna de ellas se salió con la suya.

—Fíjate. Parece que no era del tipo que aceptara sentar la cabeza con una mujer
de un pueblucho como éste.

Dijo Dola sonriendo a más no poder.

—¿Oh? Parece que después de todo tienes una gran opinión de él.

—Umf. Calla.

—Me pregunto qué habrá sido de él… ¿Crees que ya ha tenido hijos?

—Quién sabe. Pero si así fuera…

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Dola negó con la cabeza, descontento, y se mordió la lengua con una sensación de
incomodidad.

—¿Si así fuera?

Ume le apremió con una mirada de sospecha para que continuara.

—…Si así fuera, entonces probablemente su hijo tendría la edad de los jóvenes de
esta aldea. Eso o aún más pequeño. De todas formas, dudo mucho que se hombre
regrese algún día. Ni siquiera tiene sentido pensar en ello.

Respondió él tajantemente.

—Bueno, supongo que tienes razón.

Ume asintió con un poco de tristeza.

◇ ◇ ◇

Una semana después, cuando el frenesí de la cosecha finalmente se calmó un


poco en la aldea… Rio se encontraba de camino a casa después de haber terminado
su trabajo diario cuando de repente se encontró con Yuba por el camino, justo antes
del anochecer.

—Ah, Rio, justo a tiempo. Hay una cosa que quería peguntarte. ¿Por qué no
hablamos mientras vamos caminando?

Le dijo ella una vez que estuvo a una distancia suficiente para hablar sin gritar, a lo
cual le animó a retomar el camino junto a ella.

—Y bien, ¿de qué querías hablar?

Rio fue el primero en decir algo.

—Sí…

Yuba asintió antes de comenzar, como para reunir fuerzas.

—Todos los años, al final de la temporada de cosechas, el reino envía a un


recaudador de impuestos. Cuando llega aquí, calcula oficialmente la cantidad de arroz
que debemos pagar por el uso de las tierras y el resto lo distribuimos entre todos los
habitantes. Si hay algún sobrante, lo llevamos a la capital para venderlo. Seguro que
ya sabes cómo funciona todo esto, ¿cierto?

—Sí, ya me lo han comentado.

—Bien, eso hará las cosas más fáciles. Ahora mismo estamos decidiendo quién
estará en el equipo que transportará los excedentes hasta la capital, y estaba
pensando en pedirte que tú los escoltaras ya que tienes experiencia viajando y todo

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

eso. Es muy extraño que pase algo, pero nunca se puede tener la seguridad absoluta
de que no vaya a haber ningún percance. ¿Te interesa el trabajo?

Le preguntó la anciana con la mayor delicadeza posible.

—Claro, sin problema. Será un placer ayudar.

Rio accedió al momento con un pequeño movimiento de cabeza.

—Nos serías de gran ayuda. Disculpa por ponerte en un compromiso.

Yuba sonrió ampliamente, aliviando sus nervios.

—Tampoco es gran cosa. Algo así no me representa un problema en absoluto.

Rio sonrió débilmente encogiéndose de hombros.

—Gracias a ti, la calidad de vida en esta aldea ha mejorado muchísimo. Todos los
aldeanos te están agradecidos. Nos has enseñado a fabricar herramientas útiles y
unas técnicas novedosas para nuestros cultivos. A este ritmo, la cosecha del año que
viene será gigantesca, y no habrá más evidencia de toda la ayuda que nos has dado
que ésa.

—No creo que las cosas hayan cambiado tanto como dices, pero al menos ahora
las cosechas deberían ser más estables que antes.

Las comisuras de la boca de Rio se curvaron formando una sonrisa.

—Estoy deseando verlo.

Y Yuba lo imitó con agrado. Entonces, cuando ya se encontraban cerca de la casa


del jefe de la aldea…

—¡Fuera de aquí, gilipollas!

Alguien gritó con furia. El ruido venía de la propia casa. Rio y Yuba se miraron entre
sí.

—¿Se trata de alguna pelea?

Yuba murmuró con intriga.

—Iré a echar un vistazo.

Rio se preparó para correr y llegar el primero a la casa de la alcaldesa.

—Espera, te acompaño.

Pero Yuba lo llamó y empezó a seguirlo a un paso más rápido de lo normal para
ella. Por tanto, los dos se dirigieron rápidamente a la casa de la alcaldesa por el
camino que conducía a ella.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

◇ ◇ ◇

Pocos momentos después de que ambos llegaran a la casa, justo delante, había
dos grupos de hombres mirándose entre sí. Uno de ellos estaba compuesto por los
jóvenes de la aldea, incluido Shin, mientras que el otro también por jóvenes aunque
Rio no los conocía. Los chicos locales ganaban en términos numéricos, sin embargo,
los otros tenían entre ellos a un individuo particularmente grande; parecía un
adversario formidable en una pelea cuerpo a cuerpo.

Pero es más, escondidas detrás de los chicos de la aldea, como si estuvieran


siendo protegidas por ellos, se encontraban varias chicas (incluidas Sayo y Ruri) con
escasa ropa. Cabía la posibilidad de que estuvieran preparándose para ir a los baños
que había junto a la casa, o que hubieran tenido que salir apresuradamente por algún
motivo.

—¡¿Quién demonios te crees que eres andando por ahí como si fueras el dueño del
lugar, Gon?! Incluso has tenido los huevos de ir directamente a los baños.

Decía Shin mirando con odio al gigante, que por lo visto se llamaba Gon.

—¿Eh? Sólo he venido a visitar a la alcaldesa. Había una caseta allí que
sencillamente no conocía, así que fui a investigar. ¿Desde cuándo tienen unos baños?
Aunque, ya veo, así que es por eso…

Comprendiendo la situación, Gon dirigió una mirada pervertida hacia las chicas que
llevaban poca ropa. Los hombres que lo acompañaban también les estaban dirigiendo
miradas lascivas mientras sonreían de forma repugnante.

—¡No las miren con sus asquerosos ojos!

Gritó Shin.

—¿Por qué no? No hacemos daño a nadie. ¿A quién le importa si miramos un


poco…? Espera, ¿no será que tu novia está entre ellas?

Gon rió con superioridad.

—¡No, pero sí mi hermana pequeña!

—¿Oh? ¿Tienes una hermanita? ¿Cuál es?

El gigantón inspeccionó al grupo de chicas una por una. Entonces, Sayo se puso a
temblar.

—Sayo, ponte detrás de mí.

Le susurró Ruri poniéndose delante de ella, pero Gon ya parecía haberse dado
cuenta de la situación.

—Aún es una mocosa, pero sin duda tiene un cuerpazo, ¿no crees? ¿Por qué no
nos la presentas, mi querido hermanastro?

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Dijo sonriendo.

—¡Que te jodan!

Shin perdió los papeles y estuvo a un pelo de soltarle un golpe al otro chico.

—¡Un momento, Shin! ¡No lo hagas!

Ruri salió corriendo hacia él y le sujetó el brazo para detenerlo.

—¡S-Suéltame, Ruri! ¡Este gilipollas no parará hasta que le enseñe una lección!

—¡No puedes permitir que te haga perder los nervios tan fácilmente! ¡Te meterás
en un buen lío si le das un puñetazo por una tontería como ésta! Da igual lo asqueroso
que sea, sigue siendo el hijo del alcalde de otro pueblo. ¡No querrás causarle
problemas a Sayo, ¿verdad?!

—Guh…

Shin retrocedió a regañadientes con la cara roja de frustración. Entonces, Gon dejó
salir un suspiro de decepción y trató de provocarlo más.

—Ooh, no hace falta que te contengas porque sea el hijo del jefe de otra aldea,
¿sabes?

Shin, no obstante, mantuvo la mirada en el suelo y se echó atrás.

—Tch, cobarde.

Gon chasqueó la lengua, aburrido. A continuación pasó de centrarse en el chico a


Ruri.

—Bueno, qué más da. Ruri, veo que te has convertido en toda una belleza… Casi
no te reconozco.

—Sí, ya. A ver, ¿qué quieres en nuestra aldea?

Le preguntó ella haciendo caso omiso de los sinsentidos de Gon.

—Deja que me quede en tu casa. Íbamos de camino a la capital para vender los
productos de nuestra aldea cuando de repente nuestra carreta se rompió. Repararla
nos llevará todo el día de mañana.

—Entiendo que quieran reparar su carreta estropeada, pero ¿por qué necesitas
quedarte en mi casa para hacer eso?

—¿Porque soy un invitado y además el hijo del jefe de otra aldea? Me merezco una
hospitalidad adecuada.

—Entonces te dejaremos una de nuestras cabañas para invitados para que te


quedes a pasar la noche. Me temo que no tenemos ninguna habitación de sobra en
nuestra casa para prestarte.

Ruri negó con la cabeza tajantemente, negándose a aceptar las demandas de Gon.

― 64 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Oye, no deberías tratar a tu futuro marido con esa indiferencia, ¿sabes?

—…¿E-Eh? ¡No digas esas estupideces sin sentido! ¡Vamos, qué asco!

Ruri se había mostrado implacable, pero las últimas palabras de Gon hicieron que
se pusiera a temblar de repugnancia.

—¡¿Eh, Ruri?! ¡¿De qué está hablando?! ¡¿Vas a casarte con este malnacido?!

Shin le preguntó llevado por el pánico.

—¡No tengo ni idea de por qué ha dicho eso! ¡¿Qué razón tendría para casarme
con alguien así?!

La chica respondió tratando de probar que efectivamente era la primera vez que oía
hablar de eso.

—¿No lo sabías? La única descendiente de la jefa de tu aldea eres tú, Ruri. Lo que
significa que… según la tradición, tú serás la próxima alcaldesa. Pero como para
mandar es obligatorio que te cases, no podrás mantenerte soltera durante mucho
tiempo. Por eso me estoy ofreciendo como pretendiente para ser tu futuro esposo.

Dijo Gon presumidamente y sin ningún rastro de vergüenza.

—¡Y una mierda! ¡No puedes decidir eso sin tener en cuenta lo que ella opine!

Shin, que había estado fuera de la línea de fuego durante un rato, fue incapaz de
seguir escuchando las barbaridades que soltaba el gigantón y gritó con rabia.

—No lo estoy decidiendo, sólo ofreciéndome. Y creo que ofrecerme está dentro de
mis libertades, ¿no? Me parece que las personas ajenas a esto como tú no tienen
derecho a protestar.

—¡Pero soy un miembro de la aldea y no me da la gana permitir eso!

Shin siguió gritando y los chicos que lo acompañaban le corearon para animarle.

—¡Eso!

—¿Hah? Pero si ninguno de ustedes ha reclamado a Ruri siquiera. ¿Qué es esto,


celos colectivos? Menuda panda de maricas.

Gon suspiró a modo de burla.

—¡Retira eso, gilipollas!

Incapaz de seguir aguantando esta fanfarronería, Shin le amenazó con lanzarle un


puñetazo.

—¡Ayudemos a Shin!

Los otros chicos se pusieron a gritar, soltando aire fuertemente por la nariz. Ellos
también habían perdido la paciencia.

― 65 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—¡Ah, esperen todos un momento! ¡Shin, detente ahora mismo!

Ruri trató de impedir la trifulca, pero su voz ya no podía llegar a los oídos de nadie.

—¡Ja! Por fin esto se ha puesto interesante. ¡Ven a por mí, te enseñaré lo fuerte
que soy!

—Cierra el pico, bastardo.

Sin importarle la diferencia de estatura, que era al menos de veinte centímetros,


Shin se lanzó a por él. La trayectoria que llevaba su puño iba directamente hacia la
cara de Gon, pero éste lo interceptó con la mano y lo retuvo. Entonces miró a Shin
desde arriba con una expresión de sorpresa.

—Oye, tú sabes usar las Técnicas Espirituales, ¿no? ¿De verdad esto es lo mejor
que puedes hacer incluso después de haberte reforzado?

Parecía como si no estuviera recibiendo resistencia alguna por parte del puño de
Shin.

—¡¿Q-Qué mierda has dicho?!

Shin se enervó mucho y puso más fuerza en su puño bloqueado, pero no consiguió
que el brazo del otro se moviera ni un centímetro a pesar de que realmente estaba
usando las Técnicas Espirituales para reforzarse.

—Ni siquiera merece la pena pelear contigo.

Gon susurró para sí mismo y extendió su otro brazo para agarrar a Shin por el
cuello como si nada. Entonces lo levantó del suelo como si pesara lo mismo que una
pluma.

—¿Qu–? ¡Guh… gah!

Shin forcejeó por el dolor. Intentó quitarse el brazo del chico de encima, pero no le
estaba haciendo absolutamente nada.

—¡S-Shin! ¡P-Para! ¡Suéltalo, por favor!

Al ver que su hermano estaba sufriendo, Sayo corrió hacia ellos en pánico. Su voz
sonaba muy aguda y el cuerpo le temblaba ligeramente. Cuando sus ojos se
encontraron con los de Gon, bajó la mirada tímidamente para evitar el contacto visual.

—¿Ah? Bueno, si insistes de esa manera, entonces supongo que no me importa


perdonarle la vida…

Satisfecho consigo mismo, Gon soltó aire por la nariz y miró hacia el chico con aire
triunfante.

—¡Ya es suficiente! ¡¿Qué están haciendo?!

― 66 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

La voz de Yuba resonó de pronto en todo el lugar; finalmente había llegado a la


puerta de su casa junto a Rio tras oír toda la conmoción a poca distancia de ella. Gon
chasqueó la lengua y miró a la jefa de la aldea.

—Hey, hace tiempo que no nos vemos, señora Yuba. Disculpe todo este jaleo…
Sólo estábamos charlando cuando de repente este tipejo de aquí trató de golpearme.

Respondió con la mirada fija en Shin, a quien aún tenía agarrado por el cuello.

—Si lamentas esta situación, entonces suéltalo. No me importa si eres el hijo del
alcalde de otra aldea… una pelea más en mi pueblo y te expulsaré sin que me tiemble
la voz. No quiero ni “es ques”, ni “peros” ni nada.

Dijo ella severamente sin apartar su vista del chico enorme.

—…De acuerdo, de acuerdo. De todas formas no estoy interesado en mocosos


gamberros como él.

Gon aflojó la mano que tenía alrededor del cuello de Shin.

—Cof, cof… Ugh…

El chico de desplomó sobre el suelo y se encogió debido a un ataque de tos.

—¡¿Te encuentras bien, Shin?!

Sayo se agachó a ayudar a su hermano, asustada. Le puso las manos alrededor


del cuello e invocó una técnica espiritual curativa para calmarle el dolor. Varios
segundos después, el chico ya era capaz de respirar de nuevo con normalidad.

—C-Cabrón…

Se quedó mirando fijamente a Gon.

—¡Ja! ¿De verdad necesitas a tu preciada hermanita para que te proteja? Qué
patético.

Gon se rió con superioridad.

—¡Déjenlo ya, los dos! Shin, lárgate de aquí y tranquilízate un poco.

Le regañó la anciana.

—Guh…

Pero Shin se tragó sus palabras y dejó caer la cabeza por la frustración. Sayo le
ayudó a caminar dejando que se apoyara en su hombro y lo llevó hasta donde su
grupo.

—V-Vamos, Shin, salgamos de aquí.

—Deja que te ayude, Sayo.

― 67 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Ruri se acercó a ellos y ayudó a Sayo a llevar a su hermano desde su otro costado.
Después de que Shin se hubiera retirado, Yuba se puso a hablar con Gon para
intentar dejar zanjada la situación que tenían entre manos.

—A ver, ¿para qué han venido aquí? No me digan que solamente iban buscando
pelea.

—Simplemente estábamos de camino a la capital para vender los excedentes de


nuestra aldea y decidimos parar aquí puesto que nuestra carreta tirada por caballos se
rompió desafortunadamente. He venido aquí concretamente a verla a usted, la
alcaldesa, para pedirle permiso y quedarnos a dormir en su aldea mientras tanto.

—¿Y cómo acabó convirtiéndose eso en una pelea?

—…Esa caseta nueva de allí me dio curiosidad. Y entonces, cuando me acerqué,


los chicos de su aldea aparecieron y empezaron a gritarnos. Así que… la cosa acabó
en esto.

Respondió Gon encogiéndose de hombros.

—Abuela, todas nos estábamos bañando en ese momento. Una de las chicas se
dio cuenta de que se estaban acercando a los baños y se puso a gritar…

Explicó Ruri.

—Ya veo. Así que confundieron a Gon y sus amigos por unos mirones y unos
pervertidos.

Yuba asintió como si hubiera comprendido la situación y Gon negó esa acusación
sin perder tiempo.

—A ver si te enteras, nosotros no sabíamos que esa caseta era de baños.


Simplemente me dio curiosidad al ver esa cabañita que no estaba allí la última vez que
vine.

—Vale, acepto el hecho de que no sabías para qué era esa cabaña. Sin embargo,
eso no es excusa para entrar en una propiedad privada que no te pertenece y
fisgonear por tu cuenta sin permiso.

Yuba analizó la situación con calma. Rio estaba de acuerdo con ella. Pensaba que
no era necesario intervenir, por lo que sencillamente se quedó observando en silencio
desde un lado.

—Tch. Bueno, supongo que esa parte sí fue culpa mía.

Gon expresó su arrepentimiento haciendo un sonido con la lengua. Parecía que no


estaba muy cómodo ahora que Yuba había tomado el control de la situación, pero
tampoco iba a permitir quedar en un mal lugar.

—¿Sabe?

Comenzó.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Esos tipos probablemente querían espiar a las chicas de verdad, no como


nosotros, ¿no le parece? ¿Por qué si no dio la casualidad de que nos encontraron
justo en esta casa? ¿Acaso me equivoco, Shin?

De pronto fijó su mirada en el grupo de Shin con una mueca sonriente.

—¡¿Q-Qu–?! ¡N-No! ¡Vinimos corriendo porque nos enteramos de que Gon y


compañía habían entrado en la aldea y se dirigían hacia la casa del jefe de la aldea! ¡Y
además Sayo me dijo que estaría allí bañándose!

Shin negó la acusación apresuradamente; parecía que ya se había recuperado lo


suficiente para hablar. El resto de chicos también alzó sus protestas una vez que se
recuperaron de aquel ataque. En ese momento, Yuba dejó salir un suspiro de
cansancio.

—De acuerdo, ahora lo entiendo. ¿Hay alguien que quiera añadir algo más?

Preguntó a todos los presentes. Nadie dijo una sola palabra.

—Entonces este asunto se acaba aquí. Gon, me disculpo por cómo la


malinterpretación de Shin ha provocado que las cosas se les salieran de las manos.
Sin embargo, creo que tu reacción fue demasiado dura y violenta. Por tanto, permitiré
que ustedes se queden en una cabaña de invitados a las afueras de la aldea, pero
tienen prohibido pasearse por el pueblo sin la debida justificación. ¿Entendido?

Yuba dio su veredicto en un tono que no permitía ninguna objeción.

—De acuerdo, como sea. Nos vemos, señora Yuba.

Gon suspiró exageradamente y comenzó a alejarse con su grupo de seguidores


corriendo tras él tras unos segundos. Para marcharse, tomaron el camino por el que
Rio y Yuba habían venido.

¿Um? ¿Había alguien así en la aldea la última vez?

Mientras se alejaba, Gon se dio cuenta de que había alguien desconocido al lado
de la anciana, es decir, Rio. Entornó los ojos y estudió el rostro del chico. Rio le
devolvió la mirada con una aún más fría, cuidando de que Gon no intentara hacer
nada más.

Umf. Con esa cara tan refinada seguramente se trate de otro aristócrata amanerado
de esos. No me gusta su aspecto.

Al ver que Rio le estaba devolviendo la mirada sin titubear, Gon frunció ligeramente
el ceño. Pero su expresión cambió inmediatamente a la de una sonrisa siniestra, como
si de repente se le hubiera ocurrido una idea fantástica.

El chico estaba caminando con los hombros rectos, pero de repente su dirección
cambió a otra que en principio no era su destino. Fingió indiferencia a medida que se
iba saliendo del camino y se chocó con Rio justo en el último momento; le había
golpeado con el hombro.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Uups, discul–

Gon, que superaba a Rio tanto en altura como en peso, rebotó como si se hubiera
chocado contra una pared. El impacto inesperado hizo que casi perdiera el equilibrio, y
entonces abrió enormemente los ojos al no poder creerse lo que acababa de pasar.

—¿T-Te encuentras bien, Gon? ¿Qué ha pasado?

Uno de los chicos que iban detrás de él le preguntó con el mismo nivel de sorpresa.
No había podido ver lo que sucedió desde detrás.

—¿Eh? Ah…

Gon seguía aún un poco asombrado. Se miró a sí mismo y luego a Rio para
compararse, incapaz de comprender lo que había ocurrido.

—Veo que sus músculos están bastante tonificados, pero parece que ese viaje tan
largo le ha pasado factura. El sol se pondrá pronto. ¿Le puedo sugerir que se dirija a
su alojamiento para descansar?

Dijo Rio educadamente y poniendo una sonrisa falsa sin ninguna emoción tras ella.

—…Tch. Vámonos, chicos.

Gon pareció percibir que había algo extraño en aquel chico, pero se convenció a sí
mismo de que seguramente sólo había sido su imaginación. Ése era el nivel de
confianza que tenía en su fuerza física.

Con sus seguidores a la zaga, el chico de otra aldea se marchó del lugar esta vez
de verdad. Una vez que su grupo se hubo perdido completamente de vista, los chicos
y las chicas de la aldea se relajaron inmediatamente y toda su tensión desapareció,
por lo que todos dieron un suspiro colectivo de alivio.

—Válgame… Miren todo el jaleo que han montado.

Yuba suspiró también, pero de exasperación.

—A-Abuela, Shin y los demás sólo estaban intentando protegernos. Así que, umm,
no les eches mucho la culpa, ¿vale?

Ruri no tardó mucho en intentar defenderlos.

—Por supuesto que eso ya lo sé. Me imagino que el que empezó la trifulca fue ese
salvaje. Cuando sus padres lo consideraron un caso perdido, ya no volvió a recibir
disciplina en condiciones, así que usa su posición para salirse con la suya. Siempre
está buscando problemas. Dicho esto, nuestros chicos tienen parte de la culpa por
haberse encendido tan fácilmente.

Yuba miró a Shin y los demás.

—Ugh…

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Después de haber perdido los papeles y lanzar el primer golpe, por no hablar de
que encima le habían hecho quedar mal, Shin se sintió culpable y no pudo refutar
nada de lo que dijo la jefa de la aldea.

—Por ahora, quiero que absolutamente todos se vayan a casa y no armen más
jaleo. Les he prohibido que salgan al pueblo, pero aun así no se confíen. Informen a
sus conocidos del vecindario también, y asegúrense de hacerme saber
inmediatamente cualquier cosa inusual que ocurra.

Yuba les dio esas instrucciones, lo que hizo que todos intercambiaran miradas
antes de dar su confirmación tímidamente.

Después de un rato, las chicas regresaron a los baños para terminar de cambiarse
y entonces volvieron a salir. Una vez que los preparativos ya estaban hechos, todos
comenzaron a moverse y cada uno se fue a su casa. Sin embargo, aún había dos
personas que no se habían movido del sitio donde estaban, paralizados: eran Shin y
Sayo. Ella aún parecía estar aterrada por lo que había sucedido anteriormente, ya que
su cuerpo seguía temblando un poco.

—¿Qué ocurre? Ustedes también deberían irse a casa.

Les dijo Yuba.

—…Perdón, señora, tengo que pedirle algo. ¿Podría dejar por favor que Sayo se
quede en su casa esta noche? Como sabe, los dos vivimos solos, y antes he dado un
espectáculo patético. Nuestra casa no queda muy lejos de donde se van a hospedar
esos tipos, así que probablemente se sentirá nerviosa durante todo el día… Creo que
estará mucho mejor si se queda con Ruri, usted y… él… sí.

Shin arrugó la frente de vergüenza mientras inclinaba su cabeza ante Yuba. Por un
segundo miró a Rio de reojo, pero inmediatamente volvió a apartar la vista y mirar al
suelo. Yuba pareció conmovida por esto, ya que sus ojos se abrieron enormemente.

—¿Oh? ¿Qué es esto? Qué raro es verte con esta actitud tan humilde y admirable,
incluso tratándose del bienestar de Sayo. ¿Acaso esa paliza que te han dado te ha
servido para aprender la lección?

Se rió con ganas delante de él.

—¡C-Calle! ¡Me puse nervioso y causé muchos problemas, pero no es por eso!
¡¿Va a dejar que se quede o qué?!

Objetó Shin, sonrojado como un tomate.

—Claro, no hay problema, después de todo tienes razón. Sayo se quedará en


nuestra casa esta noche.

Yuba le dio el permiso requerido y miró a la chica, quien aún seguía allí plantada y
notablemente asustada.

—¿Eh? Ah… ¿De verdad no le importa?

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Preguntó Sayo, asombrada.

—Claro que no. A juzgar por tu estado, igualmente habrías tenido demasiado miedo
como para poder dormir sola. Quédate en la habitación de Ruri esta noche… Oh, ¿o
prefieres dormir con Rio?

Le preguntó juguetonamente y puso una sonrisa burlona.

—…¡N-No hace falta! ¡Dormiré con Ruri!

Sayo se ruborizó al segundo y negó con la cabeza furiosamente. Ya parecía un


poco más la Sayo de siempre.

—¿Segura? De acuerdo, como quieras. En cuanto a ti, Shin… también puedes


pasar aquí la noche. Puede que Gon aún te guarde cierto rencor por lo de hoy.

—Yo… Está bien. Gracias.

Shin dudó durante un momento, pero acabó asintiendo obedientemente.

—¡Muy bien, esta noche habrá dos platos más en la mesa para cenar! A cocinar se
ha dicho.

Dijo Yuba para tratar de animar un poco el ambiente y a continuación entró en la


casa con el ánimo por las nubes.

—Sí. Vamos, chicos.

Ruri miró a los otros tres y les invitó a pasar.

—¡Yo ayudaré a preparar el arroz!

Sayo se ofreció poco después.

—Yo tengo algunos asuntos que atender primero, así que entren sin mí, por favor.

Rio manifestó su intención de permanecer afuera.

—¿Eh? ¿Asuntos?

Y Ruri le preguntó, confundida.

—Me gustaría llevar a cabo algunas medidas de seguridad, sólo por si las moscas.

—¿Umm? Entonces, eeeh… ¿gracias?

—Sí, vuelvo enseguida.

Parecía que Ruri no estaba del todo convencida, pero Rio puso una sonrisa
reservada y asintió.

—De acuerdo. No queremos molestarte, así que estaremos esperándote dentro. Tú


también, Shin.

—…Sí.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Parecía que Shin quería hablar de algo con el chico, pero acabó alejándose a
desgana después de que Ruri se dirigiera a él directamente.

◇ ◇ ◇

Esa noche, mientras la mayoría de los aldeanos estaba cenando en sus casas, Gon
y sus lacayos se encontraban bebiendo en la cabaña que les habían prestado. Su
cena estaba repartida por todo el suelo de la caseta junto a varios alimentos de
acompañamiento conservados. Todo sabía soso, sin ningún condimento que le diera
gusto.

—Esto es un aburrimiento, jefe. No hay nada interesante, justo igual que en nuestra
aldea.

Un chico de baja estatura iba diciendo esas cosas mientras le servía la bebida a
Gon.

—Bueno, la operación comenzará mañana a medianoche. Hasta entonces tenemos


que pasar desapercibidos, sobre todo ahora que les hemos dado un motivo para que
nos dejen quedarnos dentro.

Gon se tragó el alcohol que le acababan de echar en el vaso con una sonrisa.

—Jaja. Tu plan es magnífico, jefe. Provocando una conmoción al principio y luego


casi desapareciendo, esos idiotas sin duda bajarán la guardia. Es totalmente retorcido.

Dijo el hombrecillo sentado al lado de Gon.

—Bueno, todo sea por hacer que Ruri sea mía.

—¡Jaja! Ruri es una belleza, sin duda, pero creo que la hermana menor de Shin
también estaba para mojar pan.

—¡Vaya vaya! Así que tú eres uno de esos que buscan el placer por encima de todo,
¿eh? Bueno, de cara no estaba mal, y el hecho de que sea la hermana pequeña de
ese bastardo hace que sea aún mejor. Supongo que ella sería un buen objetivo
alternativo después de Ruri.

Gon dibujó enseguida una sonrisa pervertida en su rostro.

—Déjeme que yo también la pruebe, jefe.

—Claro… si no te importa quedarte con las sobras.

—¡Genial!

En cuanto Gon dio su permiso, sus seguidores se pusieron a vitorear con alegría.

Todos los hombres en esta cabaña eran considerados de moral cuestionable en la


aldea de la que venían. El grupo estaba formado por segundos hijos o incluso

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

siguientes, aquellos que nunca heredarían los negocios familiares. Por ello, habían
constituido una banda para así hacer lo que les diera la gana. A la cabeza del grupo se
encontraba Gon, el líder absoluto.

Él era hijo del jefe de su aldea, pero al igual que los demás no era el primogénito, y
desde pequeño lo habían criado como si fuera un reserva por si le pasara algo a su
hermano mayor. Sin embargo, el chico fue incapaz de quedarse callado ante esa
situación y no quiso aceptar su papel de ciudadano de segunda, algo parecido a lo que
pasó con sus subordinados. Quizá se debía a su educación o porque le tenían cierto
respeto por el hecho de ser el hijo del alcalde, pero su personalidad se desarrolló
hasta convertirse en una persona astuta y caprichosa con el paso de los años.
Además, tenía una constitución imponente y cierto talento para las Técnicas
Espirituales. Su especialidad eran las de aumento de las capacidades físicas y
corporales, la peor combinación posible para cualquiera que quisiera enfrentarse a él
cuerpo a cuerpo. Ya en el momento de cumplir diez años, ninguno de los adultos de la
aldea eran rival para él, por lo que empezaron a marginarlo.

Ahora tenía dieciocho. En algún punto de ese tiempo empezó a juntar hijos no
primogénitos como él y los puso bajo sus órdenes, ganándose su propia influencia en
la aldea. Con el tiempo, su poder se hizo tan alto que ni siquiera su padre se atrevía a
tocarlo. Cada vez que causaba algún problema, le costaba muchísimo castigarlo. Bajo
circunstancias normales, no habría manera de que un grupo de camorristas como el
de Gon fuera elegido para transportar y vender mercancías en la capital, sin embargo,
los aldeanos se vieron incapaces de negarse a sus exigencias permitiéndoles en
última instancia cumplir el papel de comerciantes. Lo que no sabían es que la banda
había estado planeando algo muy distinto a sus espaldas…

En los últimos tiempos, los aldeanos intentaron persuadir al grupo de Gon para que
se unieran al ejército del reino, pero él se dio cuenta de que su verdadera intención era
mantenerlos alejados de la aldea sin quedar mal. Por eso, Gon ideó un plan para
abandonar la aldea en unas condiciones mucho más favorables. No obstante, el
mundo no era tan sencillo como para abandonar su pueblo y poder vivir nada más que
con su grupo; debían asegurar su nuevo destino con antelación para tener un
suministro de comida y ropa y un techo bajo el que vivir. Fue entonces cuando la aldea
de Yuba captó la atención del joven.

Si convertía a Ruri en su esposa, entonces podría hacerse algún día el jefe legítimo
de la aldea. Ambas aldeas eran vecinas, la suya y la de Yuba, por lo que sabía que
Ruri era la única pariente viva. Se trataba sin duda de una oportunidad única en la vida,
y además le había caído prácticamente en las manos. Pero lo más importante es que
el aspecto físico de la chica era el tipo perfecto para Gon.

De todas formas estaba claro que, si trataba de llevar a cabo este plan por la vía
legal, Ruri lo rechazaría. El hecho de que Gon decidiera probar una aproximación más
cuestionable sin dudarlo demostraba lo retorcido que era realmente.

—También tuvimos que destrozar la carreta con los problemas que eso implicaba.
Será mejor que mañana la dejemos reparada.

Gon sonrió satisfecho en cuanto pensó en la noche del día siguiente.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

◇ ◇ ◇

La mañana siguiente transcurrió sin incidentes a pesar de que el día anterior habían
llegado unos invitados muy poco deseados a la aldea. Hasta ahora, Gon y su banda
habían mantenido su promesa, evitando el contacto con los demás aldeanos y
centrándose en reparar su carreta de caballos. Puesto que todo parecía normal, los
aldeanos se olvidaron pronto del grupo de forasteros.

Aunque ya habían pasado la temporada de cosecha, todavía quedaba mucho


trabajo que hacer en la aldea: entre las tareas estaba preparar grandes cantidades de
comida para su conservación en vistas al invierno y también llevar productos a la
capital. Debido a esto, la gente llevaba trabajando y yendo de un sitio para otro desde
bien temprano por la mañana. Para cuando llegó el mediodía, ya no había un solo
rastro en sus mentes de precaución frente al grupo de Gon. Cuando el sol comenzó a
ocultarse, todos dieron por finalizado su trabajo del día y se dirigieron a sus casas.

Rio también terminó el trabajo que se le había asignado bastante pronto, por lo que
se fue a casa antes que el resto. Yuba ya se encontraba allí, así que los dos
decidieron descansar un rato antes de ponerse a preparar la cena. Entonces, cuando
ya se estaban sirviendo el té, alguien llamó a la puerta.

—¿Se encuentra aquí la señora Yuba?

Dijo alguien.

—Iré a ver quién es.

—Gracias.

Rio se levantó rápidamente e insistió para que Yuba no se molestara en moverse,


tras lo cual se dirigió a la puerta principal. La abrió y vio a Ume esperando tras ella.

—Buenas tardes, Ume-san. ¿En qué puedo ayudarla?

—Ah, Rio. Hayate-sama ya ha llegado a la aldea, así que he venido aquí para
informar a la señora Yuba.

Ume debía de haber venido a toda prisa, ya que se encontraba sin aliento.

—Ya lo he oído. Iré a recibirlo inmediatamente. …Se encuentra en el granero, ¿no?

Preguntó Yuba.

—Sí, junto con sus subordinados. Le dije que se sintiera como en su casa en las
cabañas para invitados.

—Ajá. Buen trabajo, Ume.

La alcaldesa asintió, satisfecha. Se cambió los zapatos por los de exterior en la


entrada y ya estaba saliendo de la casa cuando de pronto se detuvo y se giró para
hablar con Rio.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Ah, cierto. Rio… perdona por pedirte esto, pero ¿podrías añadir cinco o seis
porciones más a la cena de esta noche? Seguramente vengan algunas personas a
acompañarnos hoy. Puede que incluso llame a alguna de las chicas del pueblo para
que te ayude.

Le pidió ese favor.

—Entendido… Me pondré a ello. ¿Quiere que prepare una comida algo más lujosa
de lo normal? Si es así, puedo ir a cazar algo ahora mismo…

—Ooh, ¿puedo encargártelo? Eso sería estupendo… Gracias. También puedes


servirte del huerto si ves que te vas a quedar sin ingredientes.

Dijo Yuba animadamente y dando las gracias a Rio por su predisposición para
ayudar. Entonces, una vez se hubo despedido de él, salió de la propiedad a paso
ligero mientras que Rio recogió rápidamente las cosas del té y se dirigió al monte para
cazar. Como andaba escaso de tiempo, decidió usar las técnicas espirituales que
normalmente se abstenía de emplear cuando iba de caza.

Pateó el suelo en un bosquecillo de la falda de la montaña y se elevó en el aire con


técnicas espirituales, llegando a la zona de caza en un abrir y cerrar de ojos. Si los
aldeanos hubieran visto eso, los ojos se les habrían salido de las órbitas y la boca se
les habría caído al suelo de asombro.

Después de ver a un pájaro lenou volando gracias a su visión aumentada, Rio se


aproximó a él desde arriba y lo decapitó de un solo movimiento con la espada. Atrapó
al animal por las patas y le extrajo la sangre, todo ello en el aire.

Ya tengo uno.

Los lenous eran criaturas que normalmente no volaban en bandadas, pero eran
mucho más fáciles de cazar en el aire, cuando llevaban la guardia baja. Con eso en
mente, Rio avistó enseguida a su siguiente presa un poco más lejos de su localización
actual y se lanzó a por ella sin demora. La caza progresó estupendamente y la dio por
terminada, limpieza de presas incluida, antes de que el sol se hubiera ocultado del
todo.

◇ ◇ ◇

La banda de Gon terminó pronto la reparación de la carreta y, tras dejar el resto del
trabajo a una serie de subordinados y aldeanos que los acompañaban, se pusieron a
beber en la cabaña que les habían prestado antes de que el sol se hubiera puesto
siquiera.

De repente, la puerta de la cabaña se abrió de golpe. Las miradas de todos los


presentes se dirigieron hacia la puerta, donde se encontraba un chico adolescente
parado y jadeando.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Hah… hah…

—Oh, ¿qué pasa? ¿Ya han terminado de preparar la carreta?

Un Gon borracho le preguntó más contento de lo normal.

El chico era un subordinado de la banda de Gon y normalmente lo usaban para


recados, ya que era el más joven del grupo. En estos momentos le habían dado la
tarea de supervisar a los aldeanos mientras preparaban la carreta para partir.

—¡Ah, jefe! ¡Hay un problema! ¡Un recaudador de impuestos se encuentra aquí, en


esta aldea!

Dijo gritando el chico, lo que causó que los hombres de Gon se pusieran todos
nerviosos.

Los recaudadores de impuestos eran funcionarios especiales del gobierno, y la


capital los enviaba durante la época de la cosecha a todas las aldeas del reino para
cobrar los tributos correspondientes a la cantidad de grano que se hubiese recogido
ese año. Era una posición de alto rango que se le concedía solamente a las personas
de máxima confianza del rey, aquellos que tenían el prestigio de maestros tanto en
artes literarias como militares. Se requería hacer algunos cálculos para llevar a cabo
las tributaciones de la cosecha, y además estos funcionarios debían tener la fuerza de
combate suficiente para proteger el grano recolectado de los peligros del camino. No
obstante, lo más importante de todo era que se tratara de personas que no abusaran
de sus privilegios.

—…¿Y qué?

Gon preguntó con un tono de soberbia. Parecía bastante molesto por el hecho de
que hubieran arruinado el ambiente de su fiesta para beber.

—P-Pero ¿acaso el recaudador no se quedará a pasar la noche en la casa del jefe


de la aldea? Ni siquiera nosotros podemos enfrentarnos a un funcionario del reino.
Quizá debamos abortar el plan…

Respondió el chico con la voz aguda por el miedo.

—Eso no será problema.

Sentenció Gon, descontento, y se llevó una copa llena hasta arriba de alcohol a la
boca. Los demás empezaron a mirarse entre sí.

—Pero, jefe, se rumorea que los recaudadores de impuestos son gente muy fuerte,
¿sabes? Se dice que, una vez, hubo una revuelta en cierta aldea y uno de ellos la
reprimió totalmente en solitario.

Uno de los subordinados se atrevió a decir eso, aunque con cautela.

—¿Oh? ¿Me estás llamando débil?

Gon le miró fijamente.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—¡No, por supuesto que no!

Y el chico negó con la cabeza sin perder un segundo.

—Además, nos pasaremos por allí cuando todos estén durmiendo. Como es la
señora Yuba de quien estamos hablando, probablemente habrá alcohol de por medio
en su cena. Da igual que sea un recaudador de impuestos, un guerrero o un simple
vasallo, en cuanto se eche a dormir después de haber bebido estará indefenso…

—Bueno, puede que eso sea cierto… S-Supongo que tiene razón.

Sobrecogidos por la radiante confianza en sí mismo de su jefe, los chicos


recuperaron el buen humor.

—Obvio. Tampoco es distinto a lo que ya hemos hecho anteriormente. Cuando


nuestra aventura nocturna haya resultado exitosa, Ruri no tendrá más remedio que
rendirse y aceptar su destino. Y si protesta, simplemente la amenazaremos. En
realidad, si quisiéramos asegurarnos de que todo salga a la perfección, podríamos
secuestrarla directamente y llevárnosla con nosotros. Eso nos facilitaría las cosas, ¿no
creen?

El líder de la banda propuso esa idea con una sonrisa pervertida. Jaleados por sus
palabras, los demás comenzaron a proferir una risa siniestra.

◇ ◇ ◇

Rio se apresuró en regresar a casa después de la caza, pero aún no había llegado
nadie todavía, por lo que decidió que lo primero que haría sería quitarse el olor a
sangre y vísceras de su cuerpo.

El plato principal de esa noche sería lenou; tras descartar y barajar diversas
combinaciones de platos para el menú, Rio se dirigió a la cocina y por fin se puso a
preparar los ingredientes de la cena. No mucho más tarde, un aroma exquisito ya se
estaba repartiendo por toda la sala de estar. Fue entonces cuando Yuba llegó a casa
acompañada de un grupo de hombres así como de Ruri y Sayo. La entrada de la casa
se puso ruidosa de un momento para otro.

—Bienvenidas de vuelta.

Rio saludó a Yuba y las demás desde la cocina, la cual estaba localizada justo nada
más entrar en la casa a la derecha.

—Ya estamos en casa. Hoy huele especialmente bien.

Yuba sonrió enormemente a Rio cuando le devolvió el saludo.

—¡Sí, huele de maravilla! ¿Qué estás preparando, Rio?

—¡Deje que le ayude, Rio-sama!

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Ruri y Sayo entraron corriendo en la cocina para echar una mano.

—Sin duda se trata de un aroma muy interesante… Señora Yuba, ¿ese chico
siempre ha sido un miembro de su aldea?

Preguntó un joven caballero, echando un vistazo a la cocina desde la entrada y


mirando a Rio mientras hablaba.

—Él es Rio, el hijo de un viejo conocido mío. Ahora mismo está pasando una
temporada en nuestra aldea.

Contestó ella. Rio dejó el fuego a cargo de Ruri y Sayo durante el rato que salió de
la cocina para saludar a los invitados.

—Buenas tardes. Mi nombre es Rio, es un placer conocerlos.

—Hola. Yo me llamo Saga Hayate, y soy el recaudador de impuestos asignado a


esta aldea. Detrás de mí están mis ayudantes. Un placer conocerlo a usted también.

—Igualmente.

Rio y el caballero llamado Hayate intercambiaron un saludo formal. A pesar de los


rasgos tensos y malhumorados del hombre, se trataba de un joven agradable con un
aura de vitalidad a su alrededor. En su cintura portaba una espléndida espada recta de
un solo filo y vestía un atuendo similar a los diseños ricos y elegantes de los samuráis.
En cuanto a su edad, parecía ser algunos años mayor que Rio.

Como curiosidad, en la región de Yagumo era una costumbre decir primero el


nombre de familia al presentarse, lo que significaba que Saga era el apellido y Hayate
su primer nombre.

Rio y Hayate se hicieron una reverencia el uno al otro y se examinaron mutuamente


la postura y los gestos. En secreto, ambos determinaron que el otro no era una
persona ordinaria.

—Bueno, no vamos a quedarnos aquí todo el día, ¿no? Caballeros, pasen al salón
y tomen asiento. La cena estará lista enseguida.

Yuba entró en la sala de estar e invitó al grupo de Hayate a que la siguiera.

—Gracias. Aceptamos su invitación encantados.

El funcionario realizó una gran reverencia y se quitó el calzado antes de pasar al


salón.

—Por ahora regresaré a la cocina. Con permiso, Yuba-san.

—Sí, por favor.

Yuba le dio permiso para excusarse y Rio volvió a la cocina. Al mismo tiempo, Ruri
salió de la cocina y ocupó el puesto de Rio en el salón.

—Aquí tienen, caballeros. Gracias por su trabajo de hoy.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Ruri sonrió de una manera muy amigable y sirvió el té para Hayate y compañía.

—C-Claro. No ha sido nada, señorita Ruri.

La actitud imponente que tenía Hayate al entrar desapareció completamente


cuando recibió el agradecimiento por parte de la chica; de repente sus movimientos
habían adoptado cierta inseguridad. Ni siquiera trató de hacer contacto visual con ella,
ya que al parecer se había puesto tímido. Rio observó la escena y el cambio de
comportamiento del joven le tomó por sorpresa.

—Ruri, quédate aquí y acompaña a estos señores.

Le ordenó Yuba, poniendo a su nieta a cargo de dar una cálida bienvenida a los
visitantes. Ella tenía una personalidad muy animada y amigable, por lo que era
perfecta para el trabajo. Yuba también debía permanecer junto a los invitados, lo cual
evidentemente dejó a Rio y Sayo solos en la cocina.

Rio regresó a la cocina para continuar preparando la cena y un momento dado se


dirigió a Sayo.

—Perdone por tener que ayudar tanto, Sayo-san. ¿Le irá bien a Shin en casa para
cenar?

Le preguntó con una mirada de culpabilidad.

—Sí. Mi hermano se quedará a cenar en casa de Ume y Dola. Suele ocurrir muy a
menudo cuando vienen invitados importantes a la aldea, por lo que no deje que eso le
preocupe.

Dijo ella alegremente y negando con la cabeza.

—¿Hay alguna buena noticia de la que no esté enterado?

Rio se interesó por el buen humor de la chica.

—¿Eh? ¿Por qué lo pregunta?

—Es que la veo muy contenta hoy.

Sayo inclinó la cabeza por la confusión durante un momento antes de imaginarse


por qué.

—…Ah.

Entonces puso una sonrisa tímida para a continuación responder a Rio con
inseguridad.

—…¿Tanto se me nota?

—Sí.

Él asintió y Sayo se puso roja.

—Umm, me temo que es un secreto.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Vaya… Entonces no insistiré más.

Rio sonrió radiantemente tras su respuesta. Mientras ella estuviera contenta, a él no


le importaban los motivos.

—…Bien.

En ese momento se dibujó una expresión contradictoria en el rostro de Sayo, pero


enseguida asintió.

—Estoy seguro de que todos tienen hambre ya, así que démonos prisa en terminar
esto.

Sayo asintió a la sugerencia de Rio.

—Claro, pero… creo que también me gustaría pasar algo más de tiempo cocinando
junto a usted.

Dijo con el volumen de un susurro. Rio ya se había movido de sitio, por lo que no
pudo escuchar la última parte de la frase.

◇ ◇ ◇

Menos de una hora después, todos los platos habían terminado de cocinarse y la
mesa estaba preparada para la cena.

—Esta comida es sin duda extravagante. No pensaba que sería invitado a un festín
de carne… Y ni siquiera se trata de alimentos conservados. Debe haber sido agotador
preparar toda esta cantidad para tantas personas. Le ofrezco mi más sincera gratitud.

Los ojos de Hayate se abrieron grandemente de sorpresa ante la imagen de todos


aquellos platos alineados en la mesa. Como recaudador de impuestos, había viajado a
muchas aldeas distintas y le habían invitado a numerosas comidas en la casa de cada
alcalde, pero casi nunca le servían un banquete tan generoso como éste. Sus
ayudantes se encontraban que no cabían de júbilo.

—Rio es un cazador muy aplicado. Tiene una gran variedad de talentos y ha sido
de gran ayuda para nuestra aldea.

Ruri hizo esos cumplidos a Rio con orgullo.

—¿Oh? ¿Así que el señor Rio no sólo ha preparado la comida, sino que además
cazó a las piezas por sí solo? Aunque mi equipo conoce las técnicas de caza, en lo
que se refiere a cocinar, lo más que podemos hacer es asar la carne a la parrilla y
preparar comidas simples en la hoguera. Ser capaz de hacer todo eso y además con
su edad resulta más que impresionante.

― 81 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

El noble alabó a Rio con asombro después de Ruri. Las comidas “de hoguera” de
las que hablaba eran las mismas raciones de campaña que se comían durante las
batallas.

—He estado viajando en solitario durante algún tiempo, así que esas habilidades se
fueron desarrollando por sí solas. En esta ocasión yo me encontraba a cargo del plato
principal, pero Sayo hizo la mayoría de los acompañamientos. Por favor, cómanselo
todo antes de que se enfríe.

Dijo Rio mirando a la chica, lo que hizo que todos los asistentes se animaran.

—¡Ooh, comida hecha por una mujer!

Sayo agachó la cabeza por vergüenza. Ante eso, Rio sonrió sutilmente y Hayate
reprendió a sus ayudantes por su comportamiento.

—Que todo el mundo se tranquilice. Vamos, no quiero ver a nadie perdiendo el


tiempo. A comer. Todos ustedes tienen mi máxima gratitud por su hospitalidad
excepcional.

Hayate se aclaró la garganta y se sentó en condiciones. Yuba se tomó esa acción


como una señal.

—Entonces comencemos.

Dijo ella, y todos empezaron a vaciar la comida de sus platos.

—Si se me permite preguntar, Rio-san, ¿qué clase de carne es ésta? Diría que es
del algún tipo de ave, pero no acabo de identificar la esencia. El aroma es realmente
apetitoso, si me lo preguntan.

Preguntó Hayate tras coger una loncha de carne entre sus palillos y acercársela a
la nariz para olerla.

—Esta receta la aprendí durante mis viajes por diversos países, y básicamente
implica asar la carne con hierbas. Ese aroma, diríamos único, es característico sólo de
esa receta, pero el ingrediente principal es simplemente carne de lenou.

—Ya veo… Esa ave, el lenou, ¿eh? Ah, ahora que lo dice… ¿cómo debería
describirla…? ¡Es deliciosa!

Hayate tragó saliva y se metió la rodaja de carne en la boca. En el instante que la


mordió, el jugoso sabor de la carne, con sus aderezos perfectamente seleccionados,
explotó en su boca haciendo que casi se le salieran los ojos. Al ver su reacción, los
ayudantes se lanzaron rápidamente a por su carne asada a las finas hierbas y
gimieron al unísono por el delicioso sabor que embriagaba sus lenguas. A
continuación empezaron a comerse el arroz que la acompañaba.

—¿Cómo ha podido crear un sabor tan celestial?

Preguntó el noble con gran interés.

― 82 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Los aderezos principales son sal y pimienta, pero también le puse algunas
hierbas especiales y aceite que no proviene de esta región para darle gusto. El
ingrediente secreto es un chorrito de miel.

Explicó Rio.

—Ooh, ¿utilizó pimienta? Qué ingrediente tan valioso… ¿Realmente está bien
gastar todos esos ingredientes que no se producen en nuestro reino?

El joven le preguntó sorprendido con cierto tono de culpa.

—Ni lo mencione. De todos modos no tendría ningún sentido guardárselo para


siempre. Decidí gastarlos cuando escuché que iba a venir un invitado importante a la
aldea.

La sal se producía en ciertos reinos con climas en los que la temperatura media se
encontraba entre la que había en la región de Yagumo y la de Strahl, así que, aunque
era cara, tampoco era imposible obtenerla. Aunque Rio podía guardar todos los
ingredientes que quisiera y durante un tiempo indefinido en el Almacén Espacio-
Temporal, no era tan estúpido como para revelar eso abiertamente, de modo que se
inventó una mentira adecuada para la situación. Bueno, ésa no era la única razón; si
podía aprovechar esta oportunidad para ganarse el favor de los visitantes, quizá eso
podría beneficiar a la aldea por si pasara algo en el futuro.

Parecía que todo estaba saliendo exactamente como Rio había planeado puesto
que daba la impresión de que Hayate tenía una opinión de él muy positiva.

—Umm, ¿es que la pimienta es un ingrediente caro?

Preguntó Ruri al no conocer muy bien el valor de esas cosas.

—Bueno, no lo es tanto en las zonas donde se produce, pero en nuestro reino no


es precisamente barato conseguirlo. La última vez que lo vi en un mercado, lo vendían
a un precio diez veces mayor que el de la sal.

Hayate respondió en detalle.

—¡¿Eh?!

—¡¿Fueh?!

Ruri y Sayo se quedaron anonadadas. Aunque Yuba no hizo ni un solo sonido, sus
ojos también se abrieron enormemente por una fracción de segundo.

Rio había utilizado pimienta en la comida de Yuba y Ruri varias veces, pero nunca
les había hecho saber el valor de dicho ingrediente. No era el tipo de comida en el que
la gente de aldea se interesara mucho, así que era natural que Ruri y los demás no
conocieran su valor.

—¡Rio, ¿en serio has estado usando algo tan caro en nuestra comida todo este
tiempo?! ¡Tenías que habérnoslo dicho!

Ruri gritó impactada, casi en pánico.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—…Emm, pero ¿no dije que tenía bastante menos pimienta que sal?

—¡P-Puede que lo hayas mencionado, pero nunca dijiste que fuera tan cara! Ugh…

—Umm, pero lo compré en una de las zonas donde se produce, así que no fue tan
caro.

—A-Aun así… Si se trataba de algo tan valioso, podrías haberlo guardado para ti…

—Ya dije que no tenía sentido almacenarlo para siempre, ¿no? No se preocupe por
ello, de verdad. Vamos, sigamos cenando antes de que se enfríe.

Rio negó con la cabeza y una sonrisa forzada. Y así, todos se calmaron y volvieron
a centrarse en sus platos. Más tarde, la bebida especial de la aldea fue servida y la
escena se convirtió en un pequeño alboroto animado. Para el momento en que Rio y
Sayo sacaron los acompañamientos para las bebidas, el resto de los invitados ya
estaban sonrojados por el efecto del licor.

—Si beben demasiado, mañana les pasará factura.

Dijo Hayate, el superior, con un suspiro de vergüenza.

—Jaja, lo sabemos, Hayate-san.

Los ayudantes respondieron con una pequeña sonrisa. En cierto momento, las
conversaciones se dividieron en dos grupos, uno entre Yuba y los ayudantes y el otro
entre Rio, Ruri, Sayo y Hayate.

—¿Usted no va a tomar ni una sola copa, Hayate-san?

Preguntó el chico.

—No es que no quiera, sencillamente prefiero abstenerme de beber cuando estoy


trabajando.

Respondió Hayate estoicamente.

—Ya veo.

A Rio le pareció muy admirable aquella conducta.

—Dejando a Ruri y Sayo a un lado, ¿usted por qué no bebe tampoco, Rio-san? No
hay necesidad de contenerse aunque estemos aquí.

El noble le hizo la misma pregunta.

—Después de esto debo realizar mi entrenamiento diario, así que hoy ya aprovecho
para ejercitar mi autocontrol.

—Oh, así que está estudiando alguna forma de artes marciales. Lo he deducido por
la compostura y la capacidad de controlarse que tiene.

—Sí, aunque simplemente lo hago por afición.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Jajaja. No tiene por qué ser tan modesto. Ha estado viajando por todo el mundo a
una edad muy corta… Estoy seguro de que disfruta de unas capacidades
considerables. ¿Sería tan amable de contarme algunas historias sobre sus viajes y
aventuras? Apenas tengo la ocasión de salir del reino y hacer viajes por placer.

Dijo Hayate con una ligera risa.

—Puede que no le resulten muy interesantes.

Rio le advirtió previamente, asintiendo.

Hayate tomó confianza con el chico y empezó a preguntarle sobre sus viajes. Ruri y
Sayo estuvieron escuchando atentamente durante la mayor parte, interrumpiéndolo
ocasionalmente con sus propias preguntas. Él respondió a todas sus curiosidades
hasta donde ya pasaban al territorio de lo personal. Al final terminaron preguntándole
sobre su hogar natal, el cual él dijo tratarse del reino de Karasuki.

—Así que sus padres nacieron en este país. Entonces es posible que usted
recibiera su nombre de la persona que aparece en las leyendas de nuestro reino.

Hayate asintió con seguridad.

—Aah, ¿se refiere a la leyenda del Ryuo el héroe? Vaya, qué recuerdos me trae
eso. Mi padre solía contármela mucho.

Dijo Ruri con nostalgia cuando la historia en cuestión le vino inmediatamente a la


cabeza.

—¿Se trata de una historia famosa?

Rio inclinó la cabeza con curiosidad y preguntó directamente a Sayo, que estaba
sentada a su lado.

—Sí. Es una historia que comúnmente se cuenta a los niños.

Ella asintió.

—¿Y qué clase de leyenda es?

—Veamos. Si recuerdo correctamente…

Hayate fue quien comenzó a relatar la historia.

Una vez hace mucho tiempo, aproximadamente hace mil años (antes de que el
reino de Karasuki se hubiera fundado), unos seres malignos campaban a sus anchas
por toda la tierra amenazando las vidas de la gente. Devastaron el mundo dejando un
enorme reguero de muerte y desesperación allá por donde pasaban. Pero fue
entonces cuando el héroe, a quien más tarde se le daría el nombre de Ryuo, apareció.

Ryuo tenía una personalidad fuerte, amable y excepcional. Fue capaz de subyugar
por sí solo a los seres malvados contra los que una vez la gente se vio en problemas.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Compartía su comida con cualquiera que se encontrara al borde de la desnutrición y


era capaz de curar hasta las heridas más graves en un abrir y cerrar de ojos. Se dice
que fue él también quien enseñó las Técnicas Espirituales a los habitantes de la región
de Yagumo, allá en los tiempos en los que prácticamente no había nadie que supiera
usarlas.

Personas de todos los rincones de la tierra se amontonaban en esta región para


recibir la bendición de Ryuo. Lo pusieron en un pedestal como su héroe, y sólo sería
cuestión de tiempo que un nuevo reino se fundara bajo su liderazgo. No obstante,
Ryuo tan sólo era un hombre y había un límite en lo que él podía hacer por sí solo.

No importaba cuántos seres malvados derrotara, siempre seguían apareciendo de


la nada. Al mismo tiempo, miles de ciudadanos víctimas de la pobreza que habían
escuchado los rumores llegaron a la región para buscar la salvación del héroe. A pesar
de todo, Ryuo continuó luchando sin parar y salvando a las personas del hambre y de
las enfermedades; continuó salvando al mundo sin descanso. Como él era tan fuerte y
tan bondadoso, siguió siendo el héroe perfecto para la gente. Por mucho que sufriera,
Ryuo mantenía la imagen de un héroe totalmente invencible… hasta que llegó una
época en la hubo víctimas en masa.

Un día, Ryuo declaró que había localizado el lugar donde se estaban generando los
seres malignos. Su plan era dirigirse allí inmediatamente con el fin de eliminarlos, pero
no había nadie que fuera capaz de seguirlo y aguantar en una batalla junto a él. Por
tanto, acompañado tan sólo por un valiente aventurero, el héroe partió hacia el lugar
donde se originaban los seres malvados y dejó a todo el mundo aguardando por su
regreso. Pero entonces sucedió la tragedia.

Mientras Ryuo se encontraba fuera, hordas de enemigos tendieron una emboscada


a los humanos con la máxima capacidad de sus fuerzas. Aquellos que decidieron
enfrentarse a los seres malvados llevaron sus propios ejércitos, pero sin el héroe
luchando junto a ellos el número de muertos no hizo más que subir y subir. Para el
momento en que Ryuo regresó, encontró que todos los pueblos habían quedado
devastados a conciencia tras la guerra que se había librado en su ausencia. Ryuo
utilizó su apabullante fuerza para aniquilar en un instante a las hordas de seres
malvados que avanzaban, pero cuando la guerra terminó alguien tomó la palabra.

¿Por qué? ¿Por qué no viniste a salvarnos antes? ¿Por qué nos abandonaste aquí
para morir?

Aunque Ryuo pidió disculpas por haber llegado tarde, todavía alguien insistía.

Los muertos no regresarán. Los muertos no descansarán en paz simplemente


porque te disculpes. No existe un número para contar la cantidad de gente que ha
perdido la vida…

Nunca hubo una batalla en la historia que hubiese terminado con tantas bajas como
ésta, y las expectativas de la gente habían sido traicionadas. El descontento que se
había ido generalizando durante la guerra creció hasta convertirse en la opinión de
todo el mundo, y entonces finalmente explotó.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Aunque había algunos entre la masa que pretendían apaciguar a los demás, ya era
imposible que la voz de unos pocos llegara hasta los oídos de una muchedumbre
enfurecida. Ryuo no cumplió con su papel de héroe y la gente lo consideraba culpable
de ese pecado, pero él agachó la cabeza ante todos y aceptó sus críticas como la
verdad. En consecuencia, Ryuo se declaró a sí mismo indigno del título de rey y
renunció al trono. Una nueva dinastía de monarcas comenzó su mandato no mucho
después, y esos son los precedentes del actual reino de Karasuki.

La vida continuó pacíficamente desde entonces, sin más ataques por parte de los
seres malvados. Cuando ya pasó un periodo extenso de tiempo sin un solo conflicto, la
gente finalmente se dio cuenta de que Ryuo había destruido el origen de los enemigos,
justo como él dijo que haría. De repente todo el mundo se acordó de él y empezó a
hacerse preguntas: “¿Qué será de Ryuo?”, decían, pero en ese momento el héroe ya
había desaparecido de aquellas tierras.

La amenaza de un ataque de los seres malignos ha desaparecido, pero todavía


siguen existiendo. Debo eliminar los peligros que aún quedan.

Eso fue lo que dijo a unas pocas personas de confianza antes de abandonar el
reino. El rey anunció públicamente la verdad a sus ciudadanos: reconocía que habían
cometido un error imperdonable al expulsar a Ryuo de sus tierras, lo que llevó a un
periodo de reflexión para todo el mundo. El tiempo pasó y la gente aún seguía
contando la leyenda de Ryuo, transmitiendo sus historias de una generación a otra.
Reconocieron su culpa y rezaban para que algún día su héroe regresara.

Cuando Hayate terminó de narrar, dejó salir un pequeño suspiro.

—No sé si lo que cuenta esta leyenda tradicional pasó en realidad o no, ni siquiera
sé si la figura de Ryuo existió. Sin embargo, creo que esta historia merece seguir
contándose. Se puede aprender muchas cosas de ellas.

Ésa fue su conclusión.

—Cuando era pequeña, siempre me sentía triste por el rey de esa historia y lloraba.
Incluso ahora, aún hace que me sienta decaída.

Ruri murmuró con una sonrisa de tristeza.

—Creo que yo también lloré la primera vez que me la contaron…

Añadió Sayo.

—Pero el gran Ryuo de la leyenda suena a que fue alguien increíble.

—Su nombre se parece al de Rio después de todo.

Ruri dijo eso con la intención de jugar.

—¡N-No lo decía por eso!

Sayo se sonrojó al instante.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Ajaja.

Se rió su amiga.

—Pero si los padres de Rio realmente le pusieron ese nombre por el héroe de la
leyenda, me pregunto qué clase de objetivo o de significado tendrían para hacerlo.
¿Acaso querían que se convirtiera en alguien como Ryuo?

Dijo Ruri, haciendo una pregunta retórica.

—…¿Quién sabe?

Rio finalmente abrió la boca con una sonrisa de añoranza. Los cuatro continuaron
charlando durante un rato más.

—Aquí tiene, Hayate-san. Por favor, tome un poco de té.

Ruri le sirvió una taza de té y se la ofreció al joven, sentado a su lado.

—Ah, por supuesto. Gracias.

Cuando Ruri se aproximó a él, Hayate le dio las gracias. Dio un sorbo a la taza
antes de dar a conocer sus impresiones sobre el sabor.

—Está delicioso.

—No hace falta que exagere. Tan sólo es un té de lo más común que bebemos
todos los aldeanos.

—No, eso no es así en absoluto. Fue usted, señorita Ruri, quien preparó este té,
por lo que uno común ni se le podría comparar.

—Ajaja. Me halaga.

Ruri aceptó las palabras de alabanza de Hayate y se rió con encanto.

Qué persona tan fascinante, pensó Rio mientras observaba a sus compañeros de
mesa con una sonrisa.

Aunque Hayate podía resultar seco y poco sociable, en realidad era una persona
muy honesta y sincera. Tenía dieciocho años y era el heredero de una de las familias
expertas en artes marciales del reino. A pesar de que llevaba el prestigio del linaje de
su familia a sus espaldas, jamás se aprovechó de su posición para avasallar a los
demás. Normalmente hacía gala de una gran dignidad, pero en cuanto vio a Ruri sus
acciones parecieron haberse vuelto algo inocentes e inseguras. La impresión que
tenía Rio de él era muy favorable.

Por otro lado, Ruri ya estaba en la edad de casarse y se encontraba enormemente


valorada por la mayoría de hombres de la aldea. Incluso siendo su primo, Rio la
encontraba una mujer encantadora. Esperaba que pudiera casarse con alguien que
tuviera grandes virtudes, pero la propia Ruri nunca sacaba ese tema y por tanto no

― 88 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

parecía que le interesara. Sin embargo ahí estaba Hayate, un joven con un futuro
altamente prometedor y que ya parecía haberse interesado por ella. Por supuesto,
aunque la decisión final del posible matrimonio les pertenecía nada más que a ellos
dos, Hayate ciertamente no parecía tener inconvenientes en convertirse en un
candidato para ser el esposo de Ruri.

Con ese pensamiento, Rio inició como si nada una conversación con Sayo, a su
lado, con la intención de darles a los otros dos un poco de espacio para hablar a solas.
Daba la impresión de que Sayo había pensado lo mismo, ya que respondió con
entusiasmo frente a la ocasión de conversar con Rio.

Y así, el tiempo se pasó mucho más rápido de lo que habrían deseado.

—Si extendemos más esta cena, me temo que mañana por la mañana estaremos
agotados. Terminemos la fiesta por hoy.

Sugirió Hayate. Él estaba disfrutando enormemente de la conversación con Ruri,


pero al mismo tiempo sabía que ya había llegado el momento de retirarse por hoy.

—Sí, será lo mejor. Sayo, deberías quedarte con nosotros esta noche. Ya es muy
tarde, así que puedes dormir conmigo.

Dijo Ruri decidiendo por su cuenta que su amiga se quedaría. No había necesidad
de avisar a Shin sobre ello, ya que él era consciente de que quedarse a dormir en su
casa siempre era una posibilidad. Recogieron todo rápidamente y se retiraron a sus
habitaciones a excepción de Rio, que salió a realizar su entrenamiento.

◇ ◇ ◇

Rio blandía su espada bajo el manto de la noche en el jardín de la casa de la


alcaldesa. Su respiración salía violentamente y su cuerpo emitía calor, tanto que una
pequeña nube de vapor se elevaba desde su piel. Después de practicar con la espada
concentrado durante varios minutos, se tomó un descanso y devolvió el arma a su
funda.

—Uff…

Ya era muy entrada la noche, por lo que decidió dejarlo y se dirigió inmediatamente
a la caseta de baños, muy cerca de donde estaba. Sin embargo…

—¿Um?

Rio se quedó parado al sentir una presencia oculta entre las sombras. Dirigió sus
ojos hacia donde sintió aquella presencia; al mismo tiempo, manipuló el aire con las
Técnicas Espirituales e hizo que soplara una ligera brisa desde la misma dirección.

Las técnicas espirituales de viento también eran muy útiles para detectar olores, y
un usuario de alto nivel de dichas técnicas era capaz de levantar viento que le trajera

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

la esencia de las cosas que lo rodeaban. Esta táctica le permitía por tanto reconocer
todo aquello que el aire tocaba.

Rio no podía confirmar visualmente la figura de nadie debido a la oscuridad, pero sí


que pudo detectar un ligero olor que pertenecía a lo que probablemente era una
persona recorriendo el camino que llevaba a la casa del jefe de la aldea.

¿Qué hace alguien andando por ahí a estas horas?

Ya era bastante tarde para que los aldeanos estuvieran despiertos siquiera, pero no
tanto como para que fuera absolutamente imposible que alguien se encontrara en el
exterior. Sólo podía detectar un aroma, y su dueño se estaba alejando cada vez más
de la casa de la alcaldesa.

…Bueno, supongo que no importa.

Si no iba a acercarse más, entonces no había necesidad de prestarle atención. Rio


recogió la toalla que había dejado a un lado y se secó el sudor.

Con el grupo de forasteros liderados por Gon pernoctando en la aldea, Rio había
colocado en secreto varias barreras mágicas el día anterior con las que poder detectar
a cualquier posible intruso que se acercara a la casa. Si alguien entraba en la
propiedad, él lo sabría inmediatamente. Concretamente, si un ser vivo con cierta
cantidad de maná cruzaba la barrera, la piedra espiritual usada como fuente mágica
para dicha barrera reaccionaría y produciría un montón de luz y de calor. La eficacia
de este sistema se podía ajustar a voluntad, llegando a dejar de funcionar en cuanto
se alejara de la barrera. Como mucha gente entraba y salía de esta casa por el día,
Rio mantuvo la barrera desactivada durante las horas de luz y la puso en
funcionamiento al llegar la noche.

Hasta el momento, la piedra espiritual, que era el núcleo de la barrera, había estado
inactiva. Una vez que Rio se secó el sudor de su cuerpo y se dio una ducha en los
baños, se retiró a su habitación y se quedó dormido.

◇ ◇ ◇

No mucho después de que Rio se echara a dormir, en una pequeña cabaña a las
afueras de la aldea…

—Vámonos ya.

Dijo Gon con tono impaciente.

Aproximadamente hacía una hora había enviado a uno de sus esbirros a vigilar la
casa del jefe de la aldea. Este subordinado informó que había oído a alguien en el
jardín y por eso había permanecido a la espera hasta ahora. Debido a ello, la
impaciencia del jefe no había hecho más que crecer en su interior. Viéndose incapaz

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

de soportar más aquellos sentimientos que le obligaban a apresurarse, Gon se puso


en pie y abandonó la cabaña junto a varios hombres.

Aunque su visión se encontraba dificultada por la oscuridad, avanzaron hasta la


casa del jefe de la aldea en silencio y con cuidado de que nadie los detectara. Ni un
solo aldeano se encontraba despierto a estas horas de la noche, por lo que el silencio
dominaba todo el pueblo.

Cuando llegaron a la parte delantera de la casa, haciendo uso de unos movimientos


practicados, Gon rodeó el edificio por un lado y abrió la ventana deslizante de madera
que había en una habitación en particular. Ya había visitado la casa de Yuba en
numerosas ocasiones antes acompañando a sus padres, por lo que sabía
exactamente dónde estaba localizada la habitación de Ruri. También conocía que
aquella ventana deslizante era el punto de entrada más fácil.

La ventana en sí se encontraba asegurada con un palo por el interior, pero éste no


servía de nada si se la ventana entera se sacaba de su sitio, aunque no podría hacer
nada con el ruido relativamente fuerte que produciría al sacarla del raíl. Gon le pasó la
puerta deslizante a uno de sus subordinados una vez extraída y se coló rápidamente
en la estancia. Apenas había pasado un minuto desde que entraran en la propiedad.

¿Um? ¿Hay dos?

Gon se quedó congelado ante la vista de dos chicas durmiendo en dos esterillas
distintas.

Tch, ¿por qué hay dos durmiendo aquí? Ruri y… ¿quién es ésa? Creo que ya he
visto esa car– ¡Ooh, pero si es la hermanita de Shin!

El giro inesperado de los acontecimientos hizo que Gon chasqueara la lengua. Se


aproximó a las dos figuras para tener una mejor vista de sus caras en la oscuridad.
Identificó a una de ellas como su objetivo al momento, Ruri, y algo más tarde se dio
cuenta de que la otra era Sayo. Entonces, una gran sonrisa se dibujó en el rostro de
Gon.

—Mm… ¿quién está aquí?

Ruri se movió un poco justo al lado de Sayo. Los ruidos de antes probablemente la
habían despertado, y ahora estaba sintiendo que había alguien en la habitación.

—Tch.

Gon volvió a hacer un ruido con la lengua. Entonces se puso encima de ella y le
tapó la boca.

—¡¿Mmgh?!

Naturalmente, esa acción hizo que Ruri abriera los ojos de golpe.

—Silencio. Como hagas ruido y despiertes al resto, te arrepentirás.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Él la amenazó justo delante de su cara. Sólo con esas palabras se dio cuenta de
quién era el intruso: Gon.

—¡Mmm! ¡Mm, mmrgh!

Incapaz de seguir la exigencia del hombre, Ruri empezó a dar patadas al aire y
forcejear.

—Eh, te he dicho que no te muevas…

Gon continuó con las amenazas, pero ya sí Sayo se despertó finalmente.

—…¿Ruri? ¿Eh? U-Umm, ¿qu–?

Mierda…

Con ese pensamiento repentino, Gon hizo impactar su puño al lado de la cabeza
inmovilizada de Ruri con gran fuerza. Pum. El golpe, que produjo un ruido sordo,
resonó por toda la habitación e hizo que los cuerpos de Ruri y Sayo temblaran enteros.

—¡Escúchame!

Gon les habló en un tono bajo aunque intimidante. Tenía agarrada a Ruri por el
cuello y movía el puño delante de su cara, deteniéndose a escasos centímetros antes
de que hiciera contacto.

—Si sigues armando jaleo, la próxima irá a tu cara, ¿entendido?

Continuó. Sobrecogida por su violencia, Ruri dejó de resistirse.

—Umf.

Gon resopló de satisfacción.

—Y lo mismo va para ti.

Dijo, agarrando a Sayo del cuello de su ropa de dormir y acercándola más.

—A-Ah… Uh…

—¿Me has oído? Asiente con la cabeza.

Aquel tirón violento hizo que a Sayo se le saltaran las lágrimas mientras Gon
continuaba presionándola con aire amenazante. Sayo casi asiente con la cabeza por
reflejo, pero entonces…

—¿Q-Qu–? Tú… ¡¿Gah?!

Los gritos de uno de los subordinados de Gon se pudieron oír al otro lado del hueco
de la ventana. Al mismo tiempo, se escuchó el ruido de algo pesado impactando.

—¡¿Qué está pasando, Rio-san?! ¿Qu–? ¡Tú, ¿qué crees que estás haciendo?!

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Ésa era la voz de Hayate a una distancia algo mayor, lo que significaba que el que
acaba de deshacerse del subordinado de Gon era seguramente Rio. Había detectado
una anormalidad con la piedra espiritual de la barrera mágica y acudió corriendo al
lugar.

“¡Mierda, tenemos que salir de aquí!”, decían las voces de los hombres que se
encontraban afuera. De repente todo se había puesto muy escandaloso.

—¡Quietos ahí! ¡No escaparán!

Hayate se lanzó a perseguir a los hombres que habían escapado hacia la oscuridad
de la noche.

—¡Puta, nos han encontrado! ¿Cómo…? ¡¿Guah?!

Gon se encontraba visiblemente molesto por cómo habían desembocado las cosas,
y entonces una luz cegadora entró a la habitación desde fuera. Esto hizo que todo lo
que entraba por sus ojos fuera de color blanco puro. Rio había cegado la visión de
Gon, le agarró del brazo izquierdo y encendió una luz en la habitación con las
Técnicas Espirituales. En cuanto vio la imagen del gigantón agarrando a Sayo por el
cuello y a Ruri con la ropa casi arrancada, comenzó a hablar con él en un tono muy
frío.

—…¿Qué estabas haciendo?

Preguntó.

—¡Kuh, que te follen!

Gon soltó inmediatamente a Sayo y se lanzó corriendo hacia la puerta deslizante


que conducía al exterior. Trató de derribar a Rio usando la fuerza bruta para apartarlo
de su camino, ya que estaba bloqueando la puerta, pero…

—¡Gah! ¡¿Hah?!

Rio lo mandó a volar con facilidad y su espalda impactó en el suelo con un ruido
fuerte. Ni siquiera tuvo tiempo de prepararse para el aterrizaje, por lo que la caída le
provocó una gran acumulación de presión en su pecho y todo el aire de sus pulmones
se le salió de golpe.

—…¿Por qué corres? Te he preguntado qué estabas haciendo. Contéstame.

La cara de Rio se encontraba completamente ausente de expresión mientras


miraba al hombre en el suelo, quien estaba luchando por recuperar el aliento.

—Hah… hah… hah…

—¿Qué pasa? Respóndeme. ¿Qué estabas intentando hacer?

—Hahn… hah…

Gon estaba jadeando con fuerza por la boca, buscando oxígeno desesperadamente.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

—Oye, será mejor que te des prisa y me contestes. Quieres seguir respirando,
¿no?

Rio agarró a Gon del cuello sin contemplaciones. Al aumentar la fuerza de su mano
alrededor del cuello, Rio estaba haciendo que le costara respirar aún más a propósito.

—Hah… Aah… Noche… colarme… v-violarla…

En un intento desesperado por salvar su vida, Gon dejó salir sin pensar las palabras
“colarse”, “noche” y “violar”. Su voz estaba tan constreñida que costaba interpretar los
sonidos claramente, pero eso no importaba. Rio ya sabía la respuesta.

—Oh, ¿de verdad?

Asintió como reconociendo su valor al haber intentado hacer eso y a continuación le


dio un puñetazo en la cara con todas sus fuerzas.

—¡Gah! ¡Agh!

Gon gritaba de dolor.

—…Todavía no he terminado.

El puño de Rio impactó en su cara una vez más. No dudó ni por un momento;
incluso había algo de intenciones de matarlo detrás de sus golpes. Resultaba difícil
creer que estas acciones fueran las de alguien que antes experimentó una sensación
de aversión a matar a alguien que intentó asesinarlo a él previamente. En el momento
que Rio posó su vista en la escena de Gon asaltando a Ruri y a Sayo, su cabeza se
vio colmada con el último recuerdo que tenía de su madre, algo que jamás podría
olvidar. La imagen de Ayame siendo un juguete en manos de aquel hombre para
proteger a su hijo indefenso de cinco años…

Antes de darse cuenta, Rio ya estaba volcando esas emociones sobre Gon, y su
cuerpo se movía con voluntad propia. No había límite en el flujo de odio incontrolable
que emanaba de él. Algo había cambiado en su interior… su mente estaba
completamente obcecada en seguir golpeando.

—…Ah, ah, ah…

Gon suplicaba por su vida entre jadeos moribundos, pero Rio no dio descanso a
sus puños ni siquiera un solo segundo. No permitiría que quedara inconsciente, no le
daría una muerte rápida, y tampoco lo perdonaría jamás, pasara lo que pasara. Tan
sólo cuando le hiciera sufrir hasta el límite que su cuerpo pudiera resistir, lo mataría.

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Eso era lo único que había en la mente de Rio mientras movía su puño con la
cantidad justa de potencia. Tampoco podía ver nada de lo que había a su alrededor,
ya que la furia que casi rozaba los límites de la locura envolvía todo lo que no fuera su
objetivo. Ruri simplemente estaba temblando de miedo mientras que Sayo lloraba
suplicando a Rio que parase. Hayate se encontraba allí parado, anonadado.

—¡¿Qué está pasando aquí?!

Tras despertarse por la conmoción, Yuba y los ayudantes del funcionario salieron
corriendo por la puerta principal con antorchas en la mano, y fue eso lo que finalmente
sacó a Hayate de su estupor.

—¡N-No! ¡Ya basta, Rio-san! ¡Morirá si sigue golpeándolo más!

Dijo con pánico para tratar de detener a Rio.

¿Morirá?

Por supuesto que lo haría, después de todo Rio estaba intentando matarlo.
Apremiado por las palabras de Hayate, Rio levantó el cuerpo del violador e hizo el
gesto de darle otro puñetazo más, pero entonces el otro joven le agarró del brazo
antes de que lanzara el golpe. Luego miró a Ruri y Sayo encogidas juntas en el suelo.

—¡Espere, Rio-san! Entiendo cómo se siente, pero está asustando a las chicas.
Este hombre se enfrentará a un castigo a su debido tiempo, pero también debemos
escuchar su testimonio. Así que, por favor, ¿puede dejar la mano quieta?

Le imploró con fuerza. Rio finalmente recuperó sus sentidos y miró a las dos chicas
que había en la habitación. Sus ojos hicieron contacto primero con Ruri, quien apartó
la cara de inmediato, mientras que Sayo le estaba viendo fijamente con una terrible
mirada de tristeza. Fue entonces cuando Rio finalmente quitó las fuerzas de su puño.
Aun así, una ira indescriptible seguía arremolinándose en el interior de su pecho. Ya
no podía soportar más mirar a Gon a la cara, porque si no habría acabado matándolo.

—Gah… hah… hah…

Rio soltó el cuello de la camisa de Gon haciendo que su cabeza diera contra el
suelo… muy fuerte. Su cara ya estaba tan hinchada que ni siquiera sintió dolor con
ese impacto. Su respiración salía en furiosos jadeos y era difícil saber si se encontraba
consciente o no. Rio dejó salir un suspiro fuerte que demostraba todo su odio hacia
Gon; no sintió ni una sola pizca de culpa al ver su estado. Se preguntó a sí mismo con
toda la calma del mundo si era una persona desalmada, como si se tratara de un
espectador observando la situación desde fuera.

—¿Es ése… Gon?

Yuba se aproximó con temor, acercando la antorcha que llevaba en la mano para
revelar claramente la cara del chico.

—Sí. Lo atrapó con las manos en la masa tratando de asaltar a la señorita Ruri y a
la señorita Sayo. Por favor, atiéndalas a ellas mejor.

― 96 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Hayate le dio una breve explicación de los hechos antes de dirigirse a las chicas.

—…De acuerdo.

Yuba asintió con una expresión solemne y se acercó a las chicas, al otro lado de la
habitación.

—Todos, formen dos grupos. Que uno vaya a capturar a los cómplices que hemos
derribado afuera y el otro que se dirija a la cabaña donde se hospeda la gente que los
acompañaba en su viaje e investigue cuál es la situación allí.

Hayate dio órdenes a sus ayudantes, quienes asintieron enseguida y salieron a


cumplir las tareas encomendadas. Lo siguiente que hizo el funcionario fue emplear
una técnica espiritual de curación sobre la cara desfigurada de Gon. Invocó una débil
luz curativa en su mano y la acercó a su cara, sin embargo, el ritmo de su
recuperación era claramente lento. Hayate quizá no estaba especializado en técnicas
curativas, aunque también era posible que hubiera debilitado el poder de sanación a
propósito. Rio al menos era capaz de desarrollar un nivel mucho mayor de poder de
curación, pero prefirió quedarse allí parado y observar en silencio. Después de un rato,
Gon se recuperó relativamente y empezó a gruñir.

—Uh, uugh…

—Eh, ¿estás despierto?

Le dijo Hayate.

—M-Me… du-duele… duele… ayuda… me…

Gon movía la boca desesperadamente.

—…Hayate-san, permítame ocuparme de su sanación. Estoy especializado en las


técnicas espirituales de curación, así que puedo hacer que se recupere hasta que sea
capaz de hablar en condiciones.

Nadie sabía lo que Rio estaba pensando hasta que le hizo esa proposición a
Hayate. Sin esperar a que éste le diera su consentimiento, se puso justo a su lado y
colocó una mano sobre la cara de Gon para iniciar la técnica espiritual.

—Oh… pero esto es…

Murmuró Hayate al ver cómo la hinchazón de la cara del asaltante iba


disminuyendo. Durante un momento temió que Rio fuera a matarlo en el sitio, pero ver
que estaba llevando a cabo la curación tal y como él había dicho hizo que le diera el
beneficio de la duda. Apenas habían pasado diez segundos desde que la cara de Gon
se hubo recuperado lo suficiente para permitirle abrir los ojos. En ese momento, Rio
interrumpió la técnica y le dio una orden directa.

—Eh, despierta. Ahora puedes hablar, ¿no?

—¡I-Iiih! ¡Tú!

― 97 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Gon abrió al máximo sus ojos hinchados sólo para encontrarse la cara de Rio, por
lo que reaccionó en consecuencia. Trató de reunir fuerzas y gritar, pero el dolor le
obligó a poner simplemente una mueca de tensión.

—Anda, pero mira qué bien hablas. ¿Quién crees que te ha curado? ¿Quieres que
revierta lo que acabo de hacer?

Dijo Rio fríamente, a lo cual Gon tragó saliva de puro terror. Su hostilidad hacia Rio
había desaparecido por completo y su mirada vagaba por toda la estancia en busca de
ayuda.

—Rio-san…

Incapaz de mirar a Gon a los ojos, Hayate llamó a Rio.

—Hayate-san, ¿cómo va a juzgarse esto?

Inquirió Rio con una voz sin sentimientos.

—…Aunque no llegó a consumarlo, el intento de violación sigue siendo un delito.


Fue cazado en mitad del acto siendo yo, un funcionario del gobierno, testigo de ello.
Nadie se habría quejado si hubiera sido ejecutado aquí mismo. También se podría
buscar un castigo por parte del reino, en cuyo caso será condenado a pena de muerte
o a cadena perpetua realizando trabajos forzados. Aunque este caso tiene relación
con alguien del gobierno de la aldea, por lo que la decisión final corresponde a las
partes afectadas o en su caso a la señora Yuba.

Respondió Hayate mirando a Ruri y Sayo.

—Ya veo…

Rio reaccionó frunciendo el ceño, pero al momento se quitó la máscara de


indiferencia de la cara y miró a Gon con una expresión de desprecio.

—Así están las cosas. Vas a comportarte hasta que todo esté resuelto, ¿verdad?

—Iih…

Gon se puso a temblar desde el inicio.

—Responde.

—¡V-Vale! Ah, n-no, ¡entendido! ¡Me portaré bien!

La irritación de Rio hizo que el hombre respondiera aterrorizado.

Parece que la hipnosis está funcionando.

Rio dirigió una mirada examinadora hacia Gon. Había empleado una técnica
espiritual de hipnosis con él mientras lo curaba. Aunque los efectos de esta técnica no
eran permanentes, normalmente eran usados para propósitos inmorales, de modo que
el Pueblo de los Espíritus lo trataba como algo prohibido dependiendo de la intención
del usuario y en qué consistiera la sugestión. Esta vez, la hipnosis que Rio le había

― 98 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

inducido se inclinaba más hacia esa parte prohibida de la técnica: le había implantado
a Gon en la cabeza que Rio era alguien a quien debía temer.

Él nunca había utilizado la hipnosis hasta ahora, pero no dudó en hacerlo con Gon.
Incluso si ello iba contra su propia moral, quería destruir la mente del chico bajo
cualquier circunstancia. Gon ya había recibido una severa paliza bajo sus manos, por
lo que los efectos de la técnica fueron muy fáciles de aplicar. Era incluso posible que la
nueva actitud de Gon hacia Rio permaneciera incluso después de haberse disipado la
hipnosis.

La cara de Rio se contorsionó con una expresión amarga al apartar la mirada del
asaltante. Entonces miró a su alrededor, fijándose en todos los presentes y ofreciendo
unas palabras de disculpa.

—…Por favor, acepten mis más sinceras disculpas por haber perdido mi
compostura de una manera tan degradante. Debe haber sido una imagen
espeluznante, sobre todo para Ruri y Sayo…

—N-No, en absoluto. No pasa nada.

—¡M-Muchas gracias, Rio-sama!

Ruri negó con la cabeza, titubeando, mientras que Sayo le dio las gracias al chico
con una voz más aguda de lo normal.

—…No, no he hecho nada por lo que deban darme las gracias. En todo caso hice
algo que les afectó más de lo que ya estaban sufriendo.

—No pasa nada, Rio. Estamos bien, de verdad…

Ruri le respondió preocupada debido a la fuerte expresión de arrepentimiento en el


rostro de Rio. Tenía muchas ganas de preguntarle cómo se encontraba, pero por
alguna razón sintió que no era el mejor momento para hacerlo.

—Lo siento. Me encuentro un poco cansado. ¿Les importa si les dejo el resto a
ustedes?

Rio apartó la vista de las dos chicas y en cambio se volvió hacia Yuba y Hayate.
Sentía que no debía permanecer en esa habitación más tiempo.

—Claro, ya hablaremos más tranquilamente en otro momento. Déjanos esto a


nosotros por ahora. Gracias.

Yuba asintió con una sonrisa de amabilidad. Hayate también cruzó la vista con él y
asintió con determinación.

—…Muchas gracias. Entonces, si hacen el favor de disculparme…

Con esas palabras, Rio se dio media vuelta y comenzó a alejarse. En vez de pasar
por dentro, salió para dar la vuelta a la casa y entró por la puerta principal.

—Ah…

― 99 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 3

Sayo estaba a punto de salir tras él cuando la mano de Ruri la detuvo. Sus hombros
empezaron a temblar mientras se preguntaba absorta si realmente estaba bien dejar
las cosas así, pero su amiga simplemente negó con la cabeza. No había forma posible
de dar una respuesta a esa pregunta.

Rio regresó a su habitación y se tumbó sobre su esterilla boca arriba, mirando al


techo. Su cara estaba desencajada y al borde de las lágrimas mientras reflexionaba
sobre su comportamiento y lo realmente vergonzosas que habían sido sus acciones.
Después de actuar de esa manera tan violenta, como si él hubiera sido la víctima, y
hacer que la situación se volviera aún más caótica asustando a Ruri y Sayo, a pesar
de todo ello, él fue el primero en huir de la escena. Probablemente ahora tenían una
imagen horrible de él y empezarían a comportarse con miedo, dándole todo lo que
quisiera. Al final había causado casi los mismos problemas que quería evitar.

—Soy patético.

Susurró para sí mismo, y entonces apretó los dientes y llegó a una decisión.
Mañana sería otro día. Puede que nunca volviese a ser el mismo de antes, pero sus
acciones irían encaminadas en esa dirección… por fuera, al menos. Así todos serían
capaces de volver a esos días pacíficos una vez más.

Rio permaneció acurrucado durante toda la noche en su futón, temblando por su


odio hacia sí mismo.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

Capítulo 4: Despedida

A la mañana siguiente, las mujeres de la aldea fueron testigos de una extraña vista
en el intercambio diario de alimentos. Gon y sus seguidores se encontraban atados en
la picota de la plaza del pueblo como criminales. Hayate y sus ayudantes estaban a su
alrededor montando guarda, vigilándolos mientras explicaban a todos los transeúntes
la razón por la que Gon y su grupo habían sido arrestados.

Con una duración de poco menos de una hora, los eventos que habían sucedido la
noche anterior ya estaban en conocimiento de toda la aldea. La historia se contaba
más o menos de esta manera: el grupo de Gon se coló por la noche en una casa ajena
y atacó a Ruri y Sayo. Sin embargo, Rio se dio cuenta inmediatamente de la intrusión
y les hizo pagar con una pelea. Como resultado, Rio acabó apalizando brutalmente al
líder de la pandilla. Finalmente lo dejó toda la noche a la intemperie, con el frío ya
intenso del otoño, simplemente vestido con su ropa interior como castigo.

Los aldeanos se pusieron rabiosos cuando se enteraron del delito, pero en cuanto
vieron la cara horriblemente hinchada de Gon y su cuerpo temblando de frío, su ira fue
aplacada porque consideraban que ya había recibido su merecido.

Y así, el incidente de la noche pasada se convirtió en el tema principal de toda la


aldea desde bien pronto por la mañana. Cuando Rio salió ese día a intercambiar
alimentos, los aldeanos alabaron su actuación con sonrisas de admiración. Él ya había
reflexionado sobre sus actos de por la noche y se sentía algo incómodo con todas
esas alabanzas, pero hizo todo lo que pudo por no dejar que los demás lo notaran y
fue a hacer las tareas del día como siempre. Lo mismo hizo cuando interactuó con
Yuba, Ruri, Sayo y Hayate.

Todos los subordinados y ayudantes más cercanos a Hayate dejaron a un lado su


trabajo habitual para supervisar e interrogar a la banda de Gon, dejando solamente a
Yuba, Ruri, Rio Sayo y su jefe en la casa de la alcaldesa. Él y Yuba ya estaban
levantados, pero las chicas no pudieron quedarse dormidas hasta muy tarde y estaban
cansadas, por lo que Rio se ofreció a preparar el desayuno. Era por eso que había
salido a intercambiar ingredientes. Cuando el desayuno ya estuvo hecho y las chicas
se habían despertado, todos se reunieron en el salón.

—Todos… siento los problemas que causé ayer. Por favor, acepten mis disculpas.
De verdad que lo siento.

Dijo Rio a todos los presentes una vez más.

Anoche, Rio había demostrado un comportamiento realmente violento delante de


Ruri y Sayo, que eran tan sólo dos chicas inocentes de pueblo… No habría sido
extraño que su crueldad les hubiera hecho un daño psicológico tal como para
causarles algún tipo de trauma. Obligar a otros a presenciar un acto de furia también
es una forma de violencia después de todo. Por eso era que Rio quería pedir perdón

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

adecuadamente y asumir la responsabilidad por su error; aceptaría cualquier cosa de


la que le culparan sin poner ninguna excusa.

—No hay nada por lo que debas disculparte. Gracias por proteger a Ruri y Sayo.

Yuba negó con la cabeza de parte de todos y puso una sonrisa amable para calmar
las preocupaciones. Rio se quedó sorprendido por un momento, pero entonces volvió
a fruncir el ceño.

—Pero Ruri y Sayo estaban aterrorizadas por mi culpa…

—No tienes que preocuparte por ellas. ¿No es cierto, chicas?

Dijo Yuba mirando a las dos.

—Síp. Para ser sincera, estaba un poco asustada… pero entonces Sayo me dijo
que Rio estaba tan furioso por lo mucho que quería protegernos, y eso no es razón
para tener miedo. Si no, le haríamos daño a Rio.

Continuó Ruri con una mirada de disculpa y asintió.

—¡No es culpa suya, Rio-sama! Así que, por favor, no nos pida más perdón.

Sayo quiso consolar a Rio con total sinceridad, asintiendo furiosamente con la
cabeza.

—Rio-san, es exactamente como dicen ellas. Puede que esté sobrepasando mis
derechos como forastero al decir esto, pero no debería permitir que ese incidente le
afecte. Si usted no lo hubiera golpeado, le aseguro que lo habría hecho yo en su lugar.

Hayate se mostró de acuerdo encogiéndose de hombros.

—…Muchas gracias a todos. Pero no se puede negar que mi rabia me cegó y me


impidió gestionar la situación de manera adecuada… Hay muchos métodos mejores
que podría haber usado para salvarlas. De modo que, por favor, permítanme que me
disculpe por ello.

Incapaz de contener sus emociones, la cara de Rio casi se tornó en una mueca de
dolor. Lo máximo que pudo hacer para evitarlo fue apretar los dientes y agachar la
cabeza. Las palabras de apoyo de todo el mundo se filtraron en su alma, pero no sería
tan fácil cambiar su actitud sólo porque las personas involucradas le hubiesen ofrecido
su perdón.

—Qué chico tan honesto. Es exactamente igual a alguien que conozco…

Dijo Yuba con un principio de risa.

—¿Una persona que conoces?

Ruri preguntó mirando a su abuela con ojos de curiosidad.

—Umm… Pero más importante, Rio se levantó pronto hoy para hacernos el
desayuno, así que deberíamos tomárnoslo antes de que se enfríe. Además, aún

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

quedan muchos asuntos por resolver… Tendré que convocar al alcalde de la otra
aldea para debatir sobre qué hacer con sus chicos, así que no perdamos más tiempo.

Dijo Yuba con alegría para cambiar de tema.

Los asistentes de Hayate se encontraban en ese momento de camino hacia la


aldea de Gon, y su tarea consistía en traer al alcalde y a los familiares de los
compinches de Gon con ellos. Llegarían en un día o dos para discutir sobre el
incidente.

Todos pusieron una sonrisa forzada y se concentraron en su plato con deleite.

—¡Sayo! ¡¿Está bien Sayo?! ¡¿Y Ruri?!

La puerta principal se abrió de golpe y tras ella aparecieron Shin y otros jóvenes de
la aldea.

—¡¿S-Shin?!

Su aparición repentina hizo que Sayo se quedara paralizada por la sorpresa.

—Vaya, ¿todos a la vez?

Ruri se rió irónicamente.

—¡O-Ooh! ¡Sayo, Ruri! ¡¿Están las dos bien?!

Shin preguntó rápidamente en cuanto vio a las dos chicas en el salón.

—Sí, lo están, y tú estás gritando mucho. ¿No crees que llegas un poco tarde para
venir corriendo?

Dijo la dueña de la casa con exasperación.

—E-Estuvimos bebiendo en casa del jefe hasta tarde, así que n-nos quedamos…
dormidos. Entonces Ume vino corriendo esta mañana y nos contó todo. L-Lo… lo
sentimos.

Shin y los demás estaban jadeando de cansancio mientras pedían perdón con una
expresión de culpabilidad.

—Me imaginaba que ése sería el caso. Bueno, pueden descansar tranquilos; el
incidente acabó siento tan sólo un intento fallido. Rio dio buena cuenta de Gon, y sus
compinches fueron atrapados por el señor Hayate. ¿Acaso no les han visto atados en
la plaza?

Preguntó Yuba con una sonrisa de cansancio.

—N-No, hemos venido corriendo aquí por el camino más corto posible…

—Bueno, pues así fue. Más tarde les puedo contar los detalles si quieren, así que
¿por qué no van a donde Gon y le dicen lo que piensan antes de volver a casa? Las
chicas se encuentran bien, como pueden ver.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

—D-De acuerdo…

Los chicos asintieron y se retiraron a desgana. Shin, sin embargo, se quedó en la


casa.

—Hayate-san y… Rio también, gr-… ¡gracias por salvarlas!

Dijo con gratitud, aunque en el caso de Rio con una mirada algo avergonzada. Los
tres jóvenes intercambiaron miradas entre sí antes de que se pusieran a murmurar
palabras de gratitud.

—Yo no hice nada especial… Toda la gloria debería ser para Rio-san.

Hayate negó con la cabeza y una pequeña risa. Rio puso una sonrisa de
incomodidad mientras que Sayo y Ruri simplemente hicieron una risita.

—Nos vemos más tarde entonces.

Terminó por decir Shin con timidez y se dio media vuelta. Los otros jóvenes le
estaban esperando afuera. Yuba se rió con diversión mientras veía sus espaldas
alejándose.

Más tarde, cuando los chicos vieron en la plaza el estado miserable en que Gon y
los demás se encontraban, se prometieron a sí mismos no volver a pelearse con Rio
nunca más.

◇ ◇ ◇

Dos días después, el jefe de la aldea a la que pertenecía Gon llegó al pueblo
acompañado por los ayudantes de Hayate. La comitiva fue convocada a la sala de
reuniones de la aldea donde les estaba esperando Yuba. Rio también se encontraba
sentado en la sala junto a Hayate, quien hablaría en calidad de testigo.

—¿Cómo va a compensarnos tu aldea por este incidente?

Preguntó Yuba al otro jefe de la aldea, el padre de Gon, quien se encontraba


sentado justo delante de ella.

—Nosotros también estamos cansados de ese grupo de jóvenes. Aunque este


incidente en particular es absolutamente inexcusable, me gustaría considerarlo mejor
como un accidente desafortunado.

El padre de Gon contestó ambiguamente, moviendo la cabeza de lado a lado con


exageración.

—¿Significa eso que aceptarán la responsabilidad por todo el caos que Gon ha
causado? Esos chicos son básicamente responsabilidad de tu aldea, ¿correcto?

― 104 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

—Eso es otra cuestión. Nuestra aldea no pondrá objeciones a cualquier forma de


castigo que elijan para ellos, pero sus acciones son responsabilidad de esos chicos y
de nadie más. Al fin y al cabo ya son adultos.

La intención que tenía Yuba de hacerle el responsable por la acciones de la banda


hizo que el padre de Gon recurriera a poner excusas. Tampoco había ninguna
objeción por parte de sus acompañantes; todos parecían haber llegado al cuerdo
durante su viaje hasta aquí de abandonar al grupo de chicos a su suerte.

—Sé que tu aldea se está esforzando por mantener una buena calidad de vida, y
comprendo por qué no quieres aceptar una carga mayor de lo necesario… Sin
embargo, no tenemos intención de ceder sin pelear. Por ahora permíteme informarte
de lo que pretendemos hacer.

Dijo Yuba para presentar sus sugerencias en cuanto a cómo gestionar el incidente.

—Primero, y éste es el único punto en que no aceptaremos negociación, Gon será


entregado al gobierno para recibir su castigo. Por lo que el señor Hayate nos ha
contado, lo más probable es que termine condenado a trabajos forzados.

—En efecto, me parece del todo justificable.

El padre de Gon asintió con cierta molestia. Aunque su respuesta parecía cruel
tratándose del padre del condenado, la existencia del chico no era más que una carga
para él.

—Lo siguiente, relativo a los demás chicos que son cómplices de haber ayudado a
Gon… aunque los entregáramos al gobierno, probablemente no serían castigados
como es debido. Puede que les dieran algunos latigazos o una pequeña pena de
cárcel, pero al final los liberarían sin tardar mucho. Para ser sincera, eso no aplacará
nuestro resentimiento, por lo que deseamos recibir una compensación justa. Eso me
lleva a lo siguiente: nos quedaremos con lo peor del grupo y los venderemos en la
capital como siervos contratados. Nuestra compensación será el dinero que recibamos
por ellos.

Explicó Yuba con una actitud sosegada.

—…Aunque es verdad que se puede conseguir una buena cantidad de dinero por
unos sirvientes, dudo que ellos estén de acuerdo. ¿Cuáles son los términos de ese
supuesto contrato de servidumbre?

El alcalde de la aldea de Gon hizo ver sus dudas.

Había una condición necesaria para establecer un contrato de servidumbre: la


voluntad de la persona contratada de querer ser un siervo. Las únicas formas de forzar
un contrato de servidumbre sin el consentimiento de la persona en cuestión eran bien
la bancarrota o una deuda impagable, y siempre que se contaran con testigos o
alguien que lo certificara. Llevando eso a esta situación, la banda de Gon no tenía
ninguna deuda impagada ni había nada por lo que debieran pagar una cantidad de
dinero. Por mucha culpa que tuvieran en el crimen que habían cometido, era difícil
imaginarse que pudieran pasar por el proceso de convertirse en sirvientes.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

—Ahí es donde nos gustaría pedirles cooperación. Si acceden a nuestra propuesta,


prometemos no exigir a su aldea ningún tipo de responsabilidad por lo ocurrido. ¿Qué
le parece?

Yuba sonrió con la mirada fija en el padre de Gon.

—…¿Y con qué deberíamos cooperar?

El alcalde preguntó con cautela.

—Queremos que les digan a esos chicos que ustedes tratarán de negociar por ellos,
excepto por Gon, para que sean perdonados y no les entreguemos al gobierno… bajo
la condición de que paguen una compensación económica.

—…Pero ellos no tienen ahorros como para pagar esa compensación. Y aunque
regresaran a nuestra aldea para trabajar y ganar dinero, simplemente serían
marginados.

El padre de Gon intervino con sarcasmo.

—Sí, pero escucha hasta el final. Ya sé que no tienen ningún tipo de ahorros, pero
por eso van a decirles que será la aldea quien pagará esa compensación por ellos.
Entonces usaremos ese motivo para crear una deuda y, una vez que exista una, ésa
será la condición que les permitirá establecer un contrato de servidumbre. Todos lo
comprenden, ¿verdad?

—¡¿Qu–?!

El padre de Gon abrió enormemente los ojos por el impacto de aquellas palabras y
su expresión se tensó.

—¿P-Pero eso no es un poco ilegal? Es cierto que de esa forma no podrían


negarse a asumir un contrato de servidumbre, pero parece como si nosotros los
estuviéramos condenando con un engaño… Llegar tan lejos sería…

Dijo con signos de culpabilidad. Los padres de aquellos chicos empezaron a


protestar ruidosamente.

—Um. Sé que es una costumbre en las sociedades de los pueblos que los jóvenes
se vean por la noche a escondidas, pero esto sólo se permite con el consentimiento de
ambas partes. El intento de violación es un crimen comparable con el robo o el
asesinato, y por tanto los cómplices de Gon deben pagar por ello. La estupidez de sus
hijos le ha creado a mi preciada nieta un trauma emocional con el que tendrá que
cargar durante toda su vida, y no tengo intención de dejarlo pasar tan fácilmente.

—U-Umm…

La declaración vehemente de Yuba hizo que el padre de Gon se quedara sin


palabras.

—Si se niegan a cooperar, entonces ya no tengo más opciones. Simplemente


volveremos a lo que discutimos al inicio de esta conversación y exigiremos que su

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

aldea asuma la responsabilidad. Oh, y como esto no quede resuelto, confiscaremos


toda la mercancía que portaban en su carreta.

Informó al jefe de la otra aldea con total tranquilidad al ver que aún no estaban del
todo convencidos.

—…¿E-Eh? ¿Q-Qué has dicho?

—Dije que nos quedaremos con la mercancía que llevaban en la carreta como
compensación por daños colaterales.

—¡T-Tienes que estar de broma! Esa mercancía pertenece a nuestra aldea… ¡Esto
es una estafa, un robo! …¡Señor Hayate, sin duda ese tipo de comportamiento no
puede ser tolerado!

El padre de Gon gritó llevado por el pánico y recurrió a suplicar a Hayate, quien
hasta ahora había permanecido a un lado escuchando.

—…Lo siento, pero fue su aldea la que permitió que esos vándalos sin control
actuaran como representantes en su grupo de enviados para comerciar. Por esa razón,
una gran parte de la responsabilidad recae sobre ustedes. Puede que su táctica fuera
la de desterrarlos finalmente en caso de que provocaran algún problema, pero el reino
no va a meter la mano sólo porque la señora Yuba haya confiscado sus productos
para comerciar

Dijo Hayate negando fríamente con la cabeza.

—P-Pero eso no…

El alcalde se hundió en la desesperación.

Los beneficios obtenidos por la venta de sus productos eran un sustento


indispensable para la vida de los aldeanos. Sin ellos, su pueblo sufriría enormemente.

—Por eso les estoy dando una opción. Ustedes son quienes criaron a sus hijos de
esta manera, ¿no? Ya sea que decidan hacerles asumir la responsabilidad por sus
acciones o comerse ustedes el problema por ellos, eso depende de ustedes.

Yuba los presionó sin piedad para que tomaran una decisión.

—…Está bien. Haremos que asuman la responsabilidad.

El padre de Gon agachó la cabeza y accedió tras un momento de meditación.

◇ ◇ ◇

Una vez que el debate sobre el destino de la banda de Gon quedó cerrado, Rio fue
a visitar la colina más al norte del pueblo, donde se encontraban enterrados sus
padres, y lo hizo además solo. El sol ya estaba comenzando a bajar y el paisaje otoñal

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

que se desplegaba ante él se encontraba manchado por motas rojizas. Rio se


encontraba frente a las tumbas de sus padres y tocaba delicadamente los pilares de
piedra que las simbolizaban con la mano derecha.

Allí empezó a reflexionar sobre el momento en que estuvo a poco de golpear a Gon
hasta la muerte. Durante los tres días que habían pasado desde ese incidente, Rio no
había dejado de indagar en su propio corazón.

En ese momento, realmente tuve la intención de matarlo. Esa intención se


materializó en violencia… Estaba dispuesto a matarlo. No me importaba el hecho de
que fuera a asesinar a otro ser humano…

Rio apartó la mano de la columna y se quedó mirando sus palmas. Era una
emoción que él ya conocía… No, no simplemente la conocía; esa emoción la sintió
una vez hacia una persona en particular. Una maldad lo suficiente poderosa como
para hacerle sentir náuseas. Un odio desmedido suficientemente fuerte para hacerle
perder la razón. Una intención de matar de un color puramente negro… todo ello hacia
el hombre que le arrebató a su madre. Sí, Rio una vez intentó buscar venganza contra
ese hombre. Fue el único pensamiento que tenía en la cabeza, lo único que deseaba
mientras vivía en el entorno infernal de los barrios bajos.

Pero… ¿cuándo cambió todo eso? ¿Cuándo empezó a pensar que el asesinato era
el error más primitivo que podían cometer los seres humanos? ¿Cuándo se dio cuenta
de que la venganza no era un motivo justificable para el asesinato? ¿En qué momento
fue capaz de encerrar esas siniestras emociones que yacían en su interior?

La respuesta es evidente: fue en el mismo momento que Rio comenzó a poseer los
recuerdos de Amakawa Haruto en su cabeza. La persona llamada Amakawa Haruto le
había hecho mirar hacia otro lado. El propio Rio odiaba al hombre que había matado a
su madre, pero el Haruto dentro de él tenía sus dudas respecto a la venganza. No
sacaría nada de ese acto, y su madre tampoco habría querido que recurriera a él.
Incluso si se cobraba su venganza, después ya no le quedaría nada. Además, puesto
que ahora odiaba esa forma de vida, comprendía que los actos como tomarse la
venganza, matar gente y mancharse las manos le harían ser lo mismo que ese
hombre, por mucho que tratara de justificarlo.

Él no quería llegar a conocer ese sentimiento. No era más que un egoísta, un


hombre sucio al igual que Lucius. Una persona arrogante y fea por dentro, viviendo
como le venía en gana. Así sería más fácil seguir adelante, lamiéndose las heridas y
tapando la verdad con palabras vacías. Por eso Rio dudaba a la hora de matar a
cualquiera, porque tenía la creencia de que eso estaba mal. Al contener sus impulsos,
pensó que se podría convertir en una persona honrada que no le causara ningún
inconveniente a los demás. Eso habría sido algo maravilloso, pero sólo era algo real
en su mente. Nada más que ideales… unos que de ninguna manera se podrían
adaptar a la cruel realidad de su mundo.

No hay un humano igual a otro. Había todo tipo de personas en el mundo…


Algunos eran irracionales, otros centrados en sí mismos, y cada uno tenía sus propios
valores morales. Era por eso que los humanos chocaban entre sí, y cuando lo hacían,
su verdadera forma de ser quedaba al descubierto. Por ejemplo, sería ideal que se

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 4

pudiera llegar a un acuerdo durante esos conflictos, pero rara vez ése era el caso.
Muchos se aprovechaban de los demás bajo el nombre de “acuerdo” para conseguir
sus propósitos. Algunos incluso entraban en conflictos a propósito por diversión.

Rio también había conocido y enfrentado a todo tipo de gente durante su vida, y
aun así nunca hubo nadie frente al cual desvelara su verdadera forma de ser hasta
que se topó con Gon.

Rio no podía permitirse convertirse en el hombre que mató a su madre. Con ese
pensamiento, se esforzó mucho por ser una persona honrada y racional… hasta que
llegó un momento en que, siguiendo sus instintos, trató de matar a Gon, de ensuciarse
las manos. Lo que sucedió aquella noche fue suficiente para que Rio se diera cuenta
de su propia hipocresía e inocencia. Deseaba con todas sus fuerzas seguir siendo una
persona racional con un fuerte autocontrol, alguien honrado que no causara molestias
a los demás. Y, aun así, a pesar de sus esfuerzos y de sus valores morales, todavía
había personas a las que no podía perdonar bajo ningún concepto.

Ésta es la segunda vez que traté de matar a alguien. No… no a alguien, a él. Con
estas manos y todas las ganas del mundo intenté matar a Gon. Y por eso…

Ahora que ya era consciente de sus sentimientos, ya no podría seguir siendo una
persona inocente e idealista. En este mundo, los que estaban en la cima podían
dormirse en los laureles si querían, jugar con los débiles y deleitarse con
autosatisfacción. Esa gente podía hacer lo que se les atojase con Rio y con aquellos a
los que él apreciaba en cualquier momento. A veces les obligaban a enfrentarse a
situaciones crueles, lo cual era la razón por la que uno necesitaba prepararse para lo
peor.

No puedo huir, y tampoco dar marcha atrás… Entonces no me queda más remedio
que seguir avanzando. Esto es una despedida para la parte más débil de mí.

Ya no volvería a escapar. Ya no quería escapar. Tendría que aceptar su lado


negativo… si quería vivir… si quería proteger a los demás. Ya no volvería a odiarse a
sí mismo por ensuciarse las manos.

Rio se mordió los labios y se prometió esto a sí mismo. Luego se rió amargamente,
casi sin energía.

“Supongo que tendré que volver a Strahl en algún momento”, se dijo para sí.

Ese día, Rio convirtió su desesperación y amargura en determinación.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

Capítulo 5: A la Capital

Pasados dos días desde que se decidiera cuál sería el castigo de Gon, por fin había
llegado la hora de que la comisión de aldeanos enviados a la capital para comerciar
organizada por Yuba partiera.

Se encontraban reunidos cientos de personas en la plaza del pueblo a pesar de ser


muy pronto por la mañana. Allí había varias carretas tiradas por caballos, y entre los
viajeros no sólo estaban los comisionados, sino también el grupo de trabajo de Hayate.

Los funcionarios del gobierno se dirigían a un pueblo vecino que había en dirección
a la capital, por lo que decidieron acompañar al grupo de comerciantes durante la
primera parte del camino. Además, algunos de los ayudantes de Hayate sí que se
quedarían todo el tiempo con los comerciantes para escoltar a los miembros de la
banda de Gon que serían vendidos como sirvientes en la capital.

—¡Rápido! ¡Asegúrense de no haber olvidado de cargar ni un solo grano de los


impuestos anuales! El carro con los prisioneros irá a la cola de la caravana. Y para
aquellos de ustedes que los van a escoltar: no les quiten los ojos de encima ni por un
momento.

Hayate estaba dando una orden tras otra a sus ayudantes desde su caballo. A su
alrededor había como una docena o así de personas corriendo de un lado para otro.

—Hayate-san.

Ruri se dirigió a él desde el suelo, al lado del caballo.

—¿Um? O-Oh. Señorita Ruri, ¿en qué puedo ayudarla?

—Oh, no. Sólo quería transmitirle mi gratitud por todo lo que ha hecho para
ayudarnos, Hayate-san. No tiene por qué bajarse del caballo.

El joven se había bajado de su caballo a todo correr, lo que hizo que Ruri se
pusiera a reír por lo divertido de la escena.

—A-Ah, no, bueno… No pasa nada. En realidad no he hecho nada que se merezca
tanta gratitud… Simplemente cumplí con mi deber como funcionario de este reino. En
todo caso, a quien debería darle las gracias es a Rio-san. Después de todo, él es el
que detectó que alguien se había infiltrado en su casa aquella noche.

—Sí, sin duda le volveré a dar las gracias a Rio más tarde, pero a usted ya no le
veré hasta dentro de mucho tiempo. Esto es todo lo que he podido preparar; es muy
humilde, pero si me hiciera usted el favor de aceptarlo…

Ruri estiró el brazo con un poco de vergüenza. Había guardado algo en una
pequeña bolsa.

—…¿Qué es?

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

Hayate inclinó la cabeza con curiosidad al aceptar el regalo.

—Es un amuleto para tener buena salud y ahuyentar la mala suerte. Lo hice deprisa
y corriendo, así que está un poco raído…

Dijo Ruri, azorada.

—¡O-Ooh! ¡Es más de lo que podría pedir! Lo guardaré con mucho cuidado.

Sobrecogido por la emoción, Hayate le ofreció su más profunda gratitud.

—Ajaja, me alegro de que le guste.

—Por supuesto. Es el mejor regalo que uno podría esperar recibir. Desearía poder
regalarle algo a usted también, pero me temo que en este momento no poseo ningún
objeto encima que pueda valer. Le prometo que traeré uno conmigo la próxima vez
que venga a visitarles.

—Esto es un regalo por haber cuidado de mí, así que de ninguna manera podría
aceptar algo a cambio. Ah, pero, por favor, siéntase libre de venir a visitarnos cuando
quiera. Un amuleto apenas es suficiente para compensarle por todo lo que ha hecho,
así que siempre será bienvenido a nuestra pequeña y aburrida aldea.

—C-Claro. Entonces, quizá en mis próximas vacaciones…

Hayate asintió con la cabeza, titubeando ante la sonrisa contenida de la chica.

—Estaremos esperándolo. Ah, otra cosa, la abuela también quería darle algo…

Ruri se acordó de repente y empezó a buscar a Yuba entre la gente.

—Estoy justo aquí. Hayate-san, me gustaría pedirle un pequeño favor, de modo que
¿sería tan amable de escucharme?

Yuba se acercó a los dos como si hubiera estado esperando la oportunidad.

—Sin problema. Le ayudaré dentro de lo que mis capacidades me permitan.

Hayate asintió con determinación.

—Ruri, tú ve a despedirte de Rio y de Sayo.

Dijo ella para crear una ocasión en la que poder quedarse a solas con el joven
noble.

—Por favor, haga llegar esta carta a su padre el señor Gouki.

Dijo Yuba, y le entregó apresuradamente un pergamino enrollado.

—¿A mi padre?

—Sí. Se trata de una carta muy importante, así que le agradecería que se tomara la
molestia de entregársela en persona.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—Ya veo. Delo por hecho… Le prometo que se la entregaré con estas mismas
manos.

Hayate aceptó el encargo con un feroz asentimiento y guardó la carta con cuidado
en un bolsillo de su ropa.

—Se lo agradezco enormemente.

—No supone ningún inconveniente para mí, puesto que de todos modos veré a mi
padre en cuanto regrese a casa. Y si ha decidido utilizar un tipo de papel tan valioso
como éste, puedo dar por hecho que se trata de un asunto muy serio. Por favor, déjelo
en mis manos.

—En efecto. Entonces, permítame que le compense por esto en fechas posteriores.
Veamos… ¿Qué le parecería venir un día a visitar a Ruri?

Yuba dibujó una pequeña sonrisa con las comisuras de los labios.

—¿P-Por casualidad ha oído lo que Ruri y yo estábamos hablando antes? N-No es


que vaya a venir para verla sólo a ella, pero sí es cierto que estaré esperando ese
momento con ansias.

Hayate respondió a una velocidad extrañamente superior a la normal, lo cual


sonaba casi como si estuviera dando algún tipo de excusa.

—Ah, ¿sí? Bueno, esa chica ya está en edad de hacer esas cosas, y me
preocuparía mucho más que se quedara siendo una solterona para siempre. Sería de
muy agradecer que nos hiciera una visita más pronto que tarde, no sé si me
entiende…

—C-Como dije, la señorita Ruri y yo no…

Al ver que Hayate se había puesto nervioso, a Yuba le dio un acceso de risa y puso
una sonrisa.

—Sí, pero venga por favor a visitarnos antes de que encuentre a otro que quiera
tomar su mano en matrimonio. No estaría bien visto que recorriera un camino tan largo
para visitar a una mujer casada después de todo.

—Eeh… Eso… es un buen argumento.

Hayate abrió ampliamente los ojos y asintió con una sonrisa de incomodidad. Por
alguna razón sentía como si hubiera picado el anzuelo.

Mientras tanto, a no mucha distancia de aquellos dos, Rio estaba hablando con las
chicas.

—Vaya. Parece como si hubieran pasado años desde la última vez que te vi con
esa ropa, Rio. La llevabas cuando llegaste a la aldea… y un par de veces también
durante tus entrenamientos, creo.

Ruri comentó con asombro ante la vista de Rio completamente equipado y armado.
El chico se había puesto el equipo de armadura completo que le habían fabricado los

― 112 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

enanos del Pueblo de los Espíritus. Encima de todo eso llevaba puesta su túnica negra.
Durante su estancia en la aldea, muy raramente se había vestido con el equipo
completo de viaje, así que lo que decía Ruri tenía bastante sentido.

—Ahora que lo pienso, ya ha pasado más de medio año desde que Rio-sama llegó
a este pueblo…

Sayo empezó a levantar los dedos a medida que iba contando los meses que Rio
había pasado con ellas.

—El tiempo vuela, sin duda. Pero ahora Rio es un miembro más de nuestra
comunidad.

Ruri asintió con satisfacción y orgullo, y entonces agachó la cabeza.

—Rio, protege a Sayo y al resto de aldeanos durante el viaje, por favor.

Dijo a continuación con una expresión seria.

—Sí, yo me encargo.

Rio respondió asintiendo con una pequeña sonrisa.

—Gracias. Y… perdona.

Ruri volvió a hablar, pero ahora con una cara de arrepentimiento.

—¿Por qué?

El chico inclinó la cabeza sin saber muy bien por qué Ruri se estaba disculpando.

—He estado reflexionando… sobre lo que pasó hace unos días. Y cuanto más
pienso en ello ahora que estoy en una disposición más tranquila, más me doy cuenta
de que te hice algo terrible. Te di las gracias, sí, pero no te pedí perdón. Por eso
quería disculparme antes de que marcharas hacia la capital. Me imaginaba que podría
ser muy tarde si espero hasta que vuelvas…

Ruri le explicó la razón por la que le estaba pidiendo disculpas con una expresión
que demostraba lo insoportables que encontraba sus propias emociones, pero
entonces Sayo intervino de repente.

—¡U-Umm! ¡En ese caso, yo también querría pedir perdón a Rio-sama!

—No, Sayo. Tú intentaste entrar en acción por el bien de Rio antes de pensar
siquiera en ti misma. Yo en cambio no hice nada.

Ruri negó con la cabeza.

—E-Eso no es cier–

—Por favor, esperen un segundo las dos.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

En ese momento, Rio las interrumpió tras advertir que la conversación podría
acabar convirtiéndose en una pelea. Tanto Ruri como Sayo se quedaron calladas a la
vez.

—La raíz del problema fue mi falta de consideración. Me encontraba tan


enfurecido… Ni siquiera podía ver lo que pasaba a mi alrededor, por lo que acabé
asustándolas. Soy yo quien debería disculparse en todo caso.

Dijo él con una expresión de culpabilidad.

—¡Eso no es verdad!

—¡Eso no es verdad en absoluto!

Las fuertes réplicas de Ruri y Sayo se superpusieron entre sí como si ya hubieran


planeado hacer eso de antemano. Rio abrió enormemente los ojos por un segundo
antes de dejar salir un a risa de diversión.

—…Jaja.

—¿Q-Qué te hace tanta gracia?

Ruri y Sayo intercambiaron miradas, ambas avergonzadas.

—¿Y si nos damos la mano?

Dijo Rio de pronto ofreciendo su mano derecha a las chicas.

—¿Eh? ¿La mano?

—Un apretón de manos para reconciliarnos. Todos tenemos cosas que nos
negamos a reconocer, así que me gustaría que lo dejáramos en un punto intermedio y
que nos olvidemos de ello. Vamos, démonos la mano. Así, todo volverá a la
normalidad.

Esta propuesta por parte de Rio dejó a Ruri y Sayo parpadeando con una cara de
incredulidad.

—S-Sí. Gracias, y perdona. Lo siento, Rio…

Ruri recuperó los sentidos tartamudeando y le dio la mano al chico.

—Sayo-san, usted también. ¿Podemos darnos la mano?

Después del apretón de manos con Ruri, Rio se dio la vuelta para hacerlo con Sayo,
quien aún seguía paralizada.

—¡¿Eh?! …¡Ah, sí! ¡S-Si a usted no le importa…!

Sayo se limpió la mano en la ropa y se la tendió a Rio apresuradamente. Él puso


una sonrisa contenida y le dio la mano, lo que hizo que Sayo se quedara congelada al
instante con la cara roja. Mientras, Ruri observaba a los otros dos con una sonrisa de
aceptación.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—Llévense esto consigo. Son amuletos de buena salud que además ahuyentan el
mal.

Cuando Rio soltó la mano a Sayo, Ruri les ofreció el mismo amuleto que le había
regalado a Hayate.

—Muchísimas gracias. Lo guardaré con cariño.

—¡G-Gracias, Ruri!

Rio y Sayo aceptaron los amuletos mostrando su gratitud.

—Síp. A ver si para cuando regresen podemos quedar juntos.

Sugirió Ruri.

—Sí, será un placer.

Y Rio se mostró de acuerdo inmediatamente con una sonrisa.

—Vale, que tengan un buen viaje. Sayo, asegúrate de no alejarte mucho de Rio.
Seguro que él te protegerá por encima de todo.

—¿Eh? D-De acuerdo…

La chica agachó la cabeza por la vergüenza.

—¡Muy bien! Parece que el equipo del señor Hayate ya está preparado. ¡Hora de
partir!

El líder de la comisión de viajeros, Dola, gritó a todos sus acompañantes.

—Bueno, nos vemos entonces. Vamos, Sayo.

—¡S-Sí!

Rio comenzó a caminar y Sayo lo siguió sin separarse mucho de él.

Una vez que el resto de aldeanos se despidió de sus seres queridos, Rio y Sayo se
subieron a una de las carretas que se dirigían a la capital. Yuba, Ruri y todos los
demás aldeanos despidieron a la caravana de carretas hasta que finalmente salió del
pueblo, tomando la carretera que conducía a la capital con un fuerte traqueteo.

Había riesgo de que fueran atacados por bandidos o animales salvajes en mitad del
camino, pero la docena de aldeanos, uno arriba uno abajo, se encontraban
relativamente preparados para esa posibilidad. Afortunadamente su viaje fue muy
tranquilo y llegaron a la siguiente aldea poco después del mediodía. El equipo de
Hayate se separaría allí, pero varios miembros de su comitiva se quedarían con los
aldeanos para escoltar a los criminales hasta la capital.

—Hayate-san, gracias por todo lo que ha hecho.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

Rio se dirigió a él y realizó una reverencia. Se había bajado de la carreta en la que


había ido viajando para despedirse de Hayate. Él por su parte desmontó de su caballo
con un movimiento fluido antes de responder a Rio con gran alegría.

—No, yo también le debo mucho, Rio-san. Me encantaría sentarme un rato y


charlar de nuevo con usted cuando tengamos la ocasión. Si alguna vez vuelve a visitar
la capital, siéntase libre de pasarse por mi casa. Estaré encantado de ayudarle en
cualquier cosa que necesite.

—Muchas gracias. Pretendo dejar la aldea en algún momento, pero sin duda me
aseguraré de pasarme por allí antes de salir del reino.

—Ya veo… Así que ése es su plan. Me siento un poco entristecido por escuchar
esa noticia, pero el destino decidirá si debemos volver a vernos o no. Si sucede algo
en el viaje a la capital, por favor no dude en confiar en mis ayudantes. Cuídese.

—Sí. Cuídese usted también, Hayate-san.

Los dos jóvenes intercambiaron unas palabras de amistad y un fuerte apretón de


manos para finalmente asentir con la cabeza antes de separarse.

Después de esa parada, el viaje a la capital continuó sin inconvenientes y la


caravana recorrió el camino mientras la brisa de otoño soplaba en torno a ellos. Varios
días después, Rio y los demás llegaron a su destino.

◇ ◇ ◇

Rio había llegado a la capital del reino de Karasuki. En el centro de la ciudad se


alzaba una construcción enorme cuya estructura recordaba a los castillos de estilo
japonés. Una muralla de una altura proporcional al castillo rodeaba su perímetro.
Como uno podría esperar de una capital, la ciudad que se hallaba en torno al castillo
era vasta y se extendía por una gran superficie, y acogía a decenas de miles de
personas.

Casi sin oportunidades de visitar la capital, la mayoría de los aldeanos del reino se
perdería inmediatamente entre estas calles, no obstante, el grupo de Rio, dirigido por
Dola y los ayudantes de Hayate, se dirigieron directamente a su destino: el alojamiento
del que harían uso durante su estancia. No es necesario decir que fueron los
subordinados de Hayate quienes guiaron al grupo, pero es que además Dola ya había
visitado la capital en varias ocasiones.

Su alojamiento era un edificio compartido de habitaciones gestionado directamente


por el reino que podía acoger a decenas de viajeros al mismo tiempo. Los
comerciantes y aldeanos que viajaban hasta aquí para vender sus productos, al igual
que el grupo de Rio, tenían permiso para usar los alojamientos sin realizar ningún
trámite a pesar de la alta demanda que había de ellos. Pero como en este caso iban a

― 116 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

alquilar todo el edificio, la comida y la colada tendrían que hacerlas ellos durante toda
su estancia,

Después de un tiempo atravesando la ciudad, llegaron al hospedaje y detuvieron


sus carretas.

—Muy bien. Viviremos aquí durante algunos días, así que asegúrense de recordar
la localización y no se pierdan por ahí. Además, es muy recomendable que vayan
siempre acompañados de alguien que ya haya estado en la capital cuando salgan.

Dijo Dola con aire risueño.

Dejando a un lado las grandes avenidas, era verdad que las calles más pequeñas
podían llegar a ser como un laberinto, por lo que no había que tomarse sus palabras
como si fueran una broma. Los más jóvenes de la aldea se rieron al escucharle
mientras que los mayores asintieron con seriedad. “No es un asunto como para reírse”,
decían. Dola puso una sonrisa irónica cuando escuchó ese intercambio.

—Bueno. Ahora tengo que salir un rato, así que les dejo todo el trabajo de
descargar las carretas, chicos. Rio, ¿te importa venir conmigo? Y… Shin, tú también.

—Sí, por supuesto.

Cuando Dola los llamó, Rio y Shin no tardaron en acercarse a él. Luego se pusieron
a andar por la ciudad, y cuando ya llevaban un rato, Dola les explicó la razón por la
que les había pedido que lo acompañaran.

—Vamos a hacer que los subordinados del señor Hayate nos acompañen para
llevar a la banda de Gon al campo de internamiento. Es posible que nos pidan alguna
clase de confirmación por parte de un testigo, pero preferiría no llevar a Sayo a no ser
que sea estrictamente necesario. Lo siento, Rio, pero tú tienes que venir
obligatoriamente, y tú también, Shin, como hermano de Sayo. ¿Les parece bien?

—Si no se trata más que de eso, entonces no tengo ningún inconveniente. Por
favor, permítame que le acompañe durante el proceso.

La expresión de Rio se tensó, pero entonces dio un asentimiento firme.

—Pues yo tengo que ver cómo acaban los bastardos de mierda que atacaron a
Sayo.

Shin también accedió, aunque con una expresión de desprecio. Así, los tres fueron
a ver a los ayudantes de Hayate, que habían ido a realizar otros quehaceres. Bajo su
custodia aún seguía el carro que transportaba a Gon y los demás.

—Ya estamos. Perdonen por hacerles esperar.

Les dijo Dola a los funcionarios.

—No, no se preocupe… éste es nuestro trabajo. Sin embargo, el campo de


internamiento se encuentra a una distancia considerable desde aquí. Nos gustaría salir
lo más pronto posible para poder regresar antes de que se ponga el sol.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

Siguiendo a los ayudantes de Hayate, el grupo se dirigió hacia el campo de


prisioneros de la ciudad. El ambiente que había entre ellos era más bien pesado y
silencioso debido a la naturaleza de la tarea que tenían que realizar. Tras caminar
durante unos treinta minutos, finalmente llegaron a su destino.

Situada cerca del centro de la ciudad, había una zona donde se habían construido
los edificios que servían como oficinas para el funcionariado del reino. Cuando
llegaron a las puertas de un edificio grande y de aspecto particularmente robusto, un
guardia de seguridad se aproximó a ellos. Les preguntó el motivo de su visita, a lo cual
uno de los subordinados de Hayate le explicó la situación. Gracias a su presencia, el
proceso se llevó a cabo rápidamente y varios funcionarios y guardias salieron del
edificio para sacar a Gon y compañía de la carreta de prisioneros.

—¡Fuera!

Cuando abrieron la puerta trasera, un guardia les gritó aquella orden a los
criminales que se encontraban dentro. Sabían que serían ejecutados inmediatamente
si trataban de escapar en este momento, por lo que el grupo de Gon obedeció sin
ofrecer resistencia y salieron. Tenían las manos atadas, lo cual limitaba muchas de
sus acciones y movimientos.

—…¡Iiik!

En el momento que Gon vio a Rio entre el grupo de gente, intentó volver adentro
instintivamente debido al miedo. Sin embargo, un guardia que se encontraba cerca de
él utilizó el mango de su lanza para darle un golpe en la cabeza.

—¡No te des la vuelta!

—¡Gah!

El golpe fue lo suficiente fuerte como para hacer que Gon perdiera el equilibrio y se
cayera. Mientras estaba tendido boca abajo en el suelo, los guardias se abalanzaron
sobre él y le hicieron ponerse en pie tirando de la argolla que tenía fijamente en torno
a su cuello.

—M-Mierda. Esto es una puta mierda…

La voz de Gon sonaba patética ya que su cuerpo no dejaba de temblar. A su lado,


los chicos que una vez le asistieron negaban su implicación en el crimen de forma
unánime y aseguraban que habían sido engañados, todo ello mientras los guardias los
llevaban con indiferencia tirando de sus cadenas uno a uno. Rio se encontraba
observando la escena con una mirada sin emociones.

—Llévenselos… Ahora llevaremos a cabo los trámites necesarios. Sígannos, por


favor.

Dijo un funcionario de la prisión a Rio y los demás antes de dirigirse al interior del
edificio. El resto de guardias tiró de las cadenas que estaban unidas a los cuellos de
los prisioneros y entraron también a buen ritmo.

—Nosotros también deberíamos ir.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

Dola dio un suspiro de cansancio y entró. Rio cogió aire profundamente antes de
comenzar a moverse, y Shin cerró el grupo dando unos pasos bastante inseguros.

Un espacio sorprendentemente limpio y ordenado los recibió una vez que entraron
en el edificio, y en su interior había lo que parecía un mostrador de recepción colocado
en el lado opuesto a la puerta. Allí había varias personas con aspecto de mercaderes
esperando en una fila.

—Este lugar no sólo recoge a criminales esclavos, sino también a los esclavos
normales. Por eso vienen comerciantes aquí y solicitan comprar los que necesiten.

Le explicó Dola a Shin, quien estaba mirando a su alrededor con gran curiosidad.

Después de eso, Rio y los demás fueron llevados a una sala de espera donde les
dijeron que aguardasen mientras se realizaban los trámites. Estuvieron esperando
durante varios minutos hasta que la puerta de la sala se abrió.

—Disculpen por la espera. Bien, gracias al testimonio que nos ha facilitado por
carta el señor Hayate, el juicio se ha llevado a cabo mucho más rápido de lo esperado.
La decisión ya se ha tomado: Gon será condenado a trabajos forzados mientras que
los otros se convertirán en siervos hasta que paguen su deuda.

Dijo uno de los subordinados de Hayate al entrar. Informó de todo esto con una
sonrisa, sintiéndose aliviado de que el procedimiento hubiera salido tan bien y además
de que fuera rápido.

—Ooh, me alegro de oír eso. Pero ¿por qué en circunstancias normales habría
llevado más tiempo?

Preguntó Dola con los ojos abiertos de par en par por la sorpresa.

—Bueno, verá… Normalmente, incluso un criminal pillado con las manos en la


masa tendría que pasar al menos por un juicio para ser condenado, no obstante, el
caso se cerró esta vez simplemente examinando unos documentos.

—Ya veo. Entonces dele por favor al señor Hayate nuestra más sincera gratitud
cuando tenga la ocasión de verlo de nuevo.

—Por supuesto. Se lo haré saber. Además, aquí tiene la compensación a las


víctimas que paga el gobierno por quedarse con la custodia del criminal y obligarle a
trabajar como un esclavo. Esta bolsa contiene una moneda de oro.

Dijo el ayudante de Hayate sosteniendo una pequeña bolsa con la indemnización a


las víctimas. Una sola moneda de oro era suficiente para que una familia media de la
capital pudiera vivir durante varios meses.

—Oh, vaya… ¿Tanto, de verdad?

Dola se sorprendió aún más.

—Bueno, era un hombre terriblemente pendenciero y buscado por la justicia. La


recompensa por él era de las más grandes que he visto.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

El funcionario se encogió de hombros con una sonrisa sarcástica.

—Ya veo…

—En cuanto al resto de siervos por contrato, pueden venderlos inmediatamente a la


oficina del gobierno y olvidarse de ellos o ponerlos en una subasta. Esta forma de
venta requiere mucho tiempo y esfuerzo, pero el precio que se puede llegar a
conseguir por un esclavo es mayor que el de una venta directa, dependiendo de la
calidad del esclavo, por supuesto. ¿Cuál de esos dos métodos prefieren?

—En ese caso, vayamos con la venta directa.

Dola escogió esa opción sin pensárselo dos veces.

—Muy bien. Entonces iré a informarles de inmediato. Por favor, esperen un poco
más hasta que todos los preparativos estén terminados.

El ayudante asintió y a continuación se dio media vuelta para salir de la sala una
vez más.

—Jefe, ¿de verdad ésa es la mejor opción? ¿No ganaríamos más dinero si los
pusiéramos en una subasta?

Le preguntó Shin.

—No pasa nada. Este método nos dará menos quebraderos de cabeza, y además
tampoco quiero volver a verles las caras.

El cazador le contestó con total sinceridad, moviendo la cabeza de un lado a otro.

—…Como veas. Aunque resulta un poco decepcionante. Yo quería verlos aún más
humillados.

Todo había salido tan bien y sin contratiempos que Shin no parecía del todo
satisfecho.

—Bueno, puede ser, pero en ningún momento deberíamos perder nuestra


humanidad. Mira, hoy para variar, te llevaré por ahí y te invitaré a una buena comida
para que puedas olvidarte de todo esto y empezar de nuevo.

Le dijo Dola para despejar aquella extraña atmósfera deprimente y revolviéndole el


pelo al chico con fuerza.

—¡P-Para ya, jefe! ¡No delante de él!

Shin miró a Rio de reojo y se apartó de Dola con vergüenza siendo muy consciente
del hecho de que le estaban tratando como un niño. Rio empezó a reírse mientras
observaba a los dos con diversión.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

◇ ◇ ◇

Para cuando Rio y los demás ya hubieron recogido el dinero de la venta y salieron
del centro de internamiento, el sol se estaba ocultando tras el horizonte. Ya se les
había pasado la mayor parte del día.

—Como ya nos han dado el dinero de compensación y hemos hecho todo,


deberíamos ir volviendo. ¡Les voy a invitar a cenar un bol del famoso kamutan local!

Dijo Dola mientras iban de camino a los alojamientos.

—¡Ooh, sí!

Shin se motivó.

—¿Qué es el… kamutan?

Pero Rio preguntó, ya que nunca lo había oído antes.

—Oh, ¿qué? ¿Nunca has comido kamutan?

Shin miró a Rio con una expresión algo satisfecha por saber algo que él no.

—No. ¿Qué tipo de comida es?

—Vaya. Bueno, ¿cómo podría explicártelo? Es como un caldo o una sopa que se
sirve caliente junto a unos fideos largos y finos hechos con harina de arroz y de trigo.
Se toma bebiendo y sabe estupendamente.

Frente a la pregunta inocente de Rio, Shin dio una explicación de qué era el
kamutan con una expresión de superioridad. Además movió las manos para imitar el
gesto de llevarse un tazón a la boca.

—…Umm, ciertamente suena apetitoso.

Rio se pudo imaginar qué tipo de comida era gracias a la explicación del chico.

Fideos, ¿eh? Ramen, soba, udon… No, dice que utiliza tanto harina de arroz como
de trigo, por lo que quizás se parezca más al pho de la Tierra…

En cualquier caso, sin duda su interés se había visto estimulado. A Rio le


encantaba cocinar y la comida en general por encima de todo, así que inmediatamente
fue invadido por el deseo de intentar prepararlo lo antes posible.

—No sólo suena apetitoso, sino que además lo es. Lo verás en cuanto lo pruebes.

—Recuerdo que quedaste pasmado cuando lo probaste por primera vez. Incluso
intentaste que Sayo te lo preparara cuando regresamos a la aldea… Ella nunca lo
había cocinado, así que acabaron peleándose si la memoria no me falla.

Dola se metió un poco con el joven. Shin se quedó callado por la vergüenza y
entonces miró a Rio con rabia, ya que éste parecía estar divirtiéndose a su costa. Sin

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

embargo, no lo hizo con una actitud hostil; Shin, quien al principio evitaba tener
conversaciones con Rio, ahora era capaz de hablar normalmente con él aunque en
ocasiones se mostrara un poco borde. Quizás sus impresiones cambiaron un poco a
raíz de que Rio salvara a su hermana durante el incidente con Gon.

Los tres fueron charlando tranquilamente mientras iban de camino a sus


alojamientos. Después de entregar el dinero de la indemnización que recibieron del
gobierno a los hombres de la aldea que los estaban esperando, volvieron a salir para
cenar algo. Era su primer día en la capital y el cansancio de su viaje se estaba
haciendo notar, así que todos decidieron dividirse en pequeños grupos y hacer turnos
para ir a cenar. Por tanto, Rio, Shin y Dola fueron a comer kamutan como habían
planeado.

Entraron en un local, a recomendación de Dola, que se encontraba a diez minutos


caminando del edificio donde se hospedaban.

—Buenas. Por favor, denos tres platos grandes de kamutan. Ah, y con extra de
carne.

El mayor de los tres pidió la comida con familiaridad. Entonces, un fuerte


“¡marchando!” se pudo escuchar como respuesta desde la cocina. Minutos más tarde,
el tan famoso kamutan ya estaba preparado.

—Aquí tienen… ¡tres raciones grandes de kamutan con extra de carne! ¡Disculpen
por la espera!

Un camarero llevó los tres boles grandes de kamutan a la mesa de Rio con alegría.
Rio les había estado pidiendo a los otros dos más detalles sobre esta comida mientras
esperaban, pero cuando vio en qué consistía realmente lo encontró extremadamente
similar al ramen. Sin embargo, se trataba de un plato que se llevaba tomando en el
reino de Karasuki desde tiempos muy antiguos, por lo que probablemente no era
invención de una persona reencarnada como la pasta introducida por Liselotte en la
región de Strahl, por ejemplo.

—La costumbre es tomarse el kamutan sorbiendo con fuerza y haciendo ruido.

Dijo Shin con orgullo cuando empezó a recoger los fideos. Rio se puso a revolver el
contenido del bol humeante con sus palillos. Primero, dio un sorbo a la sopa; el sabor
era similar al caldo que se hacía para el ramen de shoyu. Lo siguiente fue coger unos
cuantos fideos con un movimiento practicado y se los llevó a la boca. Estos tenían una
textura única gracias a la harina de arroz, pero al mismo tiempo eran elásticos y no
demasiado blandos. La carne no era de chashu, sin embargo había sido sazonada
adecuadamente e iba muy bien con el resto de ingredientes.

…Está rico.

Había pasado mucho tiempo desde que no comía algo similar al ramen. En realidad,
si los fideos estuvieran hechos sólo con trigo y la sopa fuera algo distinta aparte de
poner chashu, el kamutan habría sido exactamente igual al ramen.

― 122 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

“Algún día debería probar a hacer ramen”, pensó Rio mientras su boca dibujaba
una sonrisa.

◇ ◇ ◇

Al día siguiente, antes del mediodía… Bajo el brillante cielo azul de la capital, Rio
se encontraba caminando por el barrio comercial de la ciudadela junto a Sayo. El resto
de los enviados les habían pedido que compraran algunos artículos de lujo.

En cuanto al resto del equipo, algunos habían ido a vender los productos de la
aldea y otros estaban comprando grandes cantidades de alimentos y cosas básicas
para el día a día; otros se habían quedado para vigilar los alojamientos.

—Pues sí que vive mucha gente en la capital.

Dijo Sayo con curiosidad mientras observaba la calle por la que iban.

—¿Es la primera vez que viene?

Rio le preguntó, caminando a su lado.

—Sí. Mi hermano sí que había venido antes, pero yo siempre me quedaba en casa.
¡Cuando volvía me contaba todo tipo de historias, así que ya tenía muchas ganas de
verla por mí misma!

—Eso me ha contado él. Shin se puso pesado para que le preparase kamutan y al
final los dos acabaron peleándose, ¿no es así?

—Sí. No dejaba de presumir de haber estado en la capital, así que me cansé un


poco. No puedo preparar una comida que nunca he probado y por eso me enfadé.

Respondió Sayo con una sonrisa tímida.

—¿Pero lo intentó hacer al final?

—Sí, aunque no fue muy bien. Me salió demasiado denso y pegajoso…

—Dejando a un lado el caldo, se necesita más que harina de arroz y de trigo para
hacer los fideos. Si no tienes ese conocimiento, es imposible que te salgan bien.

—¿Eh? ¿Y usted sabe cómo se hacen, Rio-sama?

—Sí. Aunque no fue para el kamutan, sí que he hecho fideos antes.

—U-Umm… ¿Podría enseñarme a hacerlos entonces?

Preguntó Sayo con cautela.

—Claro, sin problema. Cuando volvamos a la capital los haremos juntos para que
aprenda.

― 123 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

Y Rio le respondió con una sonrisa.

—¡Muchas gracias! La verdad es que aún no lo he probado, y tengo ganas…

—Entonces ¿qué le parece si después de hacer esto vamos a comerlo juntos? Hay
que aprovechar ahora que estamos en la capital.

Rio le propuso ese plan después de que Sayo le hubiera dado las gracias con
emoción.

—¡Sí! ¡Me encantaría!

La chica asintió con entusiasmo.

Busquemos un buen restaurante mientras compramos las cosas que nos han
pedido.

Y así, los dos decidieron buscar un sitio de kamutan para comer.

El local al que nos llevó Dola ayer está un poco lejos de aquí, así que no sé a qué
sitio ir ahora…

Rio tenía sus dudas, pero no dejó que se le notara en la cara. Quería aprovechar
esta oportunidad para que Sayo pudiera probar una comida deliciosa, pero por
desgracia era la primera vez que visitaba esta ciudad.

Quizás esta organización de equipos no haya sido la mejor para ir a comprar… Ni


siquiera sabemos dónde hay un restaurante. Además, también es la primera vez que
Sayo visita la capital. Y si no sabemos dónde están los sitios para comprar lo que
necesitamos…

Antes de salir a comprar, Rio preguntó a los miembros de la comisión de aldeanos


para comerciar cuál era el razonamiento para haberlos agrupado así, pero le obligaron
a ir en pareja con Sayo sin dar ninguna explicación. Debido a ello, los dos tuvieron que
emplear toda la mañana para buscar artículos y comparar los precios de mercado así
como las calidades. Era más como si estuvieran haciendo turismo que trabajando. Por
fortuna, a Sayo parecía agradarle el hecho de estar con él, y tampoco dijo nada de
estar descontenta con el trabajo. Simplemente estaba disfrutando del tiempo de
compras con inocencia.

Rio se encontraba preocupado en secreto de que el incidente con Gon le hubiera


dejado algún trauma, pero ella no mostraba ningún indicio de algo así, ya que insistió
voluntariamente en participar en el viaje de comercio. Eso resultaba un alivio.

—Rio-sama, ¿por qué sencillamente no le preguntamos a los habitantes de la


ciudad qué sitio nos recomiendan?

Dijo ella con una sonrisa de estar pasándoselo bien.

—…Tiene razón. Preguntemos al dueño de la próxima tienda a la que vayamos.

Rio apartó de su mente aquellas preocupaciones absurdas y asintió con una


sonrisa comedida.

― 124 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

“Bueno, siempre y cuando Sayo se esté divirtiendo…”, pensó. Por fortuna, la


cantidad de artículos de lujo que les habían encargado comprar no era muy grande,
por lo que podían permitirse pasear por el barrio comercial un poco más.

—Ustedes dos, jovencitos, vengan aquí. Están teniendo una cita, ¿no es eso?

Una mujer joven llamó a Rio y Sayo. Parecía que estaba vendiendo bisutería para
mujeres, y tenía sus productos repartidos sobre una lona delante de ella.

—¿Eh? ¿N-Nosotros? Eh, ah, no… Emm…

Sayo intentó responder algo, pero era demasiado confuso. Se había dado cuenta
de que la vendedora se estaba refiriendo a ellos y se puso roja enseguida.

—Hemos venido aquí a la capital para vender los productos de nuestra aldea. Sólo
es un viaje comercial.

Explicó Rio para ayudar a su tímida acompañante. Estaba claro que la vendedora
ambulante sólo estaba intentando entablar una conversación para hacer negocio.
Aunque normalmente lo mejor habría sido ignorarla y continuar caminando, Sayo se
había detenido de buena voluntad por su inocencia, así que ahora sería un poco
incómodo marcharse sin más.

—Ya veo. Si ése es el caso… Umm…

La mujer asintió vagamente y miró a Sayo, quien seguía estando avergonzada. Sus
mejillas se volvieron de color escarlata bajo aquella mirada, que parecía haber
adivinado sus sentimientos.

—¿Qué le parece esto, señor? Un regalito para recordar este magnífico paseo por
la capital con una dama tan guapa a su lado.

La mujer sonrió dirigiéndose a Rio en cambio.

—¡P-Pero eso no es así! ¡Y me sentiría mal si él se viera obligado a hacerme un


regalo! ¡Ah, y no estamos teniendo una cita!

Sayo negó con la cabeza, en pánico. Mientras tanto, Rio se puso a mirar los
artículos que había en la estera. Para ser un puesto callejero, los objetos estaban muy
bien colocados y parecían ser de una calidad bastante buena.

—Veo que se le da muy bien esto, señorita. Sayo-san, ¿ve algo que le guste?

Le preguntó con una pequeña sonrisa irónica. En realidad sí que quería regalarle
algo, como por ejemplo un pequeño medallón, para darle las gracias por estar siempre
pendiente de él y también como disculpa por haber causado tantos problemas durante
el incidente con Gon.

—¿Fueh…? ¡N-No se preocupe! ¡No podría pedirle algo así!

Sayo se puso las dos manos delante del pecho y negó fuertemente con la cabeza.
Su reacción exagerada le daba la impresión de ser como un animalillo, lo que hizo que
Rio se echara a reír.

― 125 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—No tiene por qué ser tímida. Usted también ha estado cuidando de mí, así que
piense en ello como un regalo de agradecimiento.

—Tiene razón. Si un hombre se ofrece a comprar un regalo a una mujer, entonces


aceptarlo es un gesto de cortesía. Vamos… al menos echa un vistazo a lo que tengo.

Ante el ofrecimiento de Rio, la vendedora se rió y apremió a Sayo para que se


acercara.

—Eh, ah… Bueno, sólo voy a mirar…

A pesar de su azoramiento, Sayo accedió a mirar los productos que había


desplegados. Al principio dudó, pero luego halló que la mayoría de los objetos eran de
su agrado. Entonces, en sus ojos comenzó a aparecer un brillo especial.

—¿Hay algo que te interese?

—Emm, creo que esta cosa de aquí es muy bonita…

Tras la pregunta de la vendedora ambulante, Sayo señaló una horquilla con forma
de flor. Tenía un diseño simple, pero era bastante bonito.

—¡Ooh, sin duda tienes buen ojo, señorita! Ése es un objeto único.

—Umm, ¿y es muy caro?

—Mmm, veamos. ¿Qué les parecen dos monedas de plata?

La mujer preguntó con cierta cautela. En realidad, Sayo se había fijado en uno de
los objetos más caros que había a la venta. No es que a un aldeano normal le fuera
imposible comprarlo, pero el precio podía llegar a estar por encima de lo permisible si
se compraba sin ninguna consideración.

—¡¿D-De plata?! ¡Rio-sama, no se preocupe! ¡De… Después de todo no me hace


falta!

En cuanto Sayo escuchó el precio, se negó a aceptar el regalo con incredulidad. Se


trataba de una cantidad muy grande de dinero para una chica corriente de pueblo
como ella.

—No importa. Si le gusta, Sayo-san, se lo puedo comprar sin problemas.

Rio no mostró signos de preocupación por el precio y expresó su intención de


comprarlo.

—…¿Eh?

Los ojos de Sayo se abrieron ligeramente.

—Ooh. Bien dicho, señor. Pero a lo mejor debería aprender a comprar cosas en un
mercado un poquito mejor…

La vendedora también se encontraba sorprendida. Sin embargo, Rio negó con la


cabeza y una sonrisa amable.

― 126 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—No voy a pasar de comprar algo sólo por su precio cuando se trata de hacerle un
regalo a una chica. Ese precio está bien.

—¡Ajaja, estupendo! Entonces debí haberle puesto un precio algo más alto, ¿no?

La mujer empezó a reírse.

—¿Éste es el que quería entonces, Sayo-san?

Rio se sacó dos monedas de plata y confirmó con ella una última vez.

—¿Eh? Ah, p-pero…

Sayo se puso a mirar titubeando entre la horquilla y Rio. El accesorio le resultaba


extremadamente atrayente, y además el pensamiento de recibir algo de Rio le
producía una felicidad incontenible, pero el precio era tan alto que le asustaba.

—N-No lo necesito…

Justo cuando Sayo estaba diciendo eso, Rio finalizó la transacción.

—Muy bien, señorita. Deme ése, por favor.

Estaba claro por la reacción de Sayo que le había encantado aquella joya, así que
Rio fue y la compró sin hacer más preguntas. Conociendo la personalidad de la chica,
se imaginó que se habría negado a no ser que lo hiciera de este modo. Sayo se quedó
mirando la mano de Rio sosteniendo el dinero con una expresión anonadada.

—¡Gracias pro su compra! ¿Te gustaría una cajita para protegerla o prefieres
ponértela en el pelo directamente?

La vendedora cogió la horquilla y una caja. Entonces se levantó y se acercó a Sayo.

—Eh, ah, umm… ¡S-Sí, por favor!

—Aquí tienes, yo te la pondré. Quédate quieta un momento.

Sayo asintió tímidamente mientras la vendedora le colocaba la horquilla. Se quedó


paralizada como en un trance o en un sueño mientras tanto.

—¡Te queda de maravilla! ¿No lo cree usted también, caballero?

Preguntó la mujer después de haberle colocado la horquilla a Sayo en el pelo, que


antes lo llevaba suelto.

—Sí, creo que es muy lindo.

Rio se mostró de acuerdo con una sonrisa.

—¡M-Muchísimas gracias de verdad, Rio-sama!

Sayo finalmente recuperó el sentido y realizó una reverencia ante el chico con
ferocidad.

—No ha sido nada. ¿Nos vamos ya? Todavía nos quedan más cosas que comprar.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

Rio le quitó importancia al gesto y entonces sugirió proseguir con su tarea. Sin
embargo, de repente recordó algo y se volvió para preguntar a la mujer.

—…Oh, cierto. Señorita, ¿por casualidad no conoce ningún sitio donde hagan
kamutan por aquí?

—Si es kamutan lo que buscan, los locales de comida y los restaurantes están
concentrados sobre todo en esa zona que está por allá. Hay un sitio llamado Kuma
que tiene muy buena fama. A la hora de la comida está siempre abarrotado, así que lo
mejor es ir con algo de tiempo cuando quieran comer allí.

Contestó ella señalando a la zona donde había una alta concentración de locales
de restauración.

—Ya veo. Muchas gracias.

—De nada. Después de todo, me han comprado una joya muy buena.

La vendedora negó con la cabeza y entonces se acercó a Sayo casi corriendo para
susurrarle algo al oído y guiñarle un ojo.

—…Ah, señorita Sayo, ¿verdad? Tienes que hacer todo lo posible por ganarte su
afecto. No puedes dejar que este chico se te escape.

—¡¿…?!

Sayo miró al suelo y se sonrojó.

—¡Muy bien! ¡Por favor, pásense otro día por mi puesto si tienen la ocasión!

La mujer se alejó de Sayo y se despidió de los dos con una sonrisa radiante.

—Eso haremos. Vámonos, Sayo.

Rio se había quedado en silencio mirando a las dos hablando en susurros, pero
cuando la vendedora se despidió le devolvió una sonrisa de cortesía. Entonces le hizo
un gesto a Sayo y retomó la marcha. Ella empezó a caminar para seguirlo, pero antes
de marcharse se dio la vuelta para hacer una reverencia a la mujer. Ésta volvió a
despedirse con una sonrisa.

Ahora había algo distinto en los pasos de Sayo cuando aceleró el ritmo para llegar
a la altura de Rio.

◇ ◇ ◇

Después de que hubiesen comido kamutan en el local que la vendedora les había
recomendado, Rio y Sayo regresaron al barrio comercial para continuar con sus
compras de productos de lujo.

― 128 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

La calle principal tenía tiendas a ambos lados, y en el centro había una fila de
puestos que dividían la avenida en dos. Con una gran cantidad de tráfico peatonal, la
calle se encontraba atestada con todo tipo de gente moviéndose de un lado a otro. Rio
y Sayo avanzaban esquivando a la gente en la medida de lo posible y echando un
vistazo a las tiendas mientras pasaban por delante de ellas.

—Ha-Hay incluso más gente ahora.

—Ya ha pasado el mediodía, después de todo. Ahora sale todo el mundo a la calle
después de haber comido. Si ve una buena tienda, avíseme para entrar.

Iban hablando mientras caminaban cuando…

—¡¿Cómo te atreves?!

Alguien gritó con un tono de enojo.

—¡Kya!

El cuerpo débil de Sayo se puso a temblar al segundo. Un momento después,


empezaron a oírse unas voces de confusión por la zona.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—¿Una pelea? ¿Qué está pasando?

—Mierda, no puedo verlo.

—Hey, parece que unos mercenarios se están metiendo con una mujer y su hija.

—¡Qué me dices!

Y cosas así. La gente cada vez hablaba más alto.

Rio aumentó su capacidad de audición con las Técnicas Espirituales para recoger
distintos fragmentos de las conversaciones, pero entonces escuchó de nuevo aquellas
voces de enfado un poco más arriba de la calle.

—¡Mocosa insolente! ¡Mira por dónde vas!

—¡El que está siendo insolente aquí eres tú, ridículo mercenario! ¡¿Con quién te
crees que estás hablando?!

Parecía que un hombre y una mujer estaban discutiendo; primero se escucharon


los gritos graves del hombre, y a continuación una voz digna aunque enfurecida de
una mujer. Entre todo el jaleo, que provenía del mismo sitio donde se estaba
produciendo la discusión, también se pudo escuchar la voz adorable de una niña.

—¡¿Kya?!

Y entonces, unos instantes después…

—¡¿Qué estás haciendo?!

― 129 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—¡Señorita Komomo!

—¡Oye, espera!

Dijo la voz de la mujer, sonando muy nerviosa. Parecía que la situación estaba
desembocando en un problema grave, pero Rio no podía ver nada desde donde se
encontraba.

—¡Abran paso!

Se escuchó la voz de otro hombre a cierta distancia. Entonces, la gente que estaba
alrededor de Rio empezó a separarse dejando un paso en el centro. Por aquel camino
perfectamente abierto se estaba acercando un hombre con aspecto de mercenario a
toda prisa. Llevaba una daga en su mano derecha y una niña pequeña bajo el brazo
izquierdo, todo mientras amenazaba a los que le molestaban al pasar. La chica se
encontraba inconsciente y llevaba la cabeza colgando.

—¡Apártense, abran paso!

El hombre gritaba con furia.

—Ah…

Puede que Sayo se quedara paralizada por el terror hacia ese hombre, ya que se
quedó en mitad del paso, incapaz de moverse. Había sido asaltada por Gon hacía tan
sólo unos días, de modo que su reacción era comprensible.

—Tch.

El hombre que iba corriendo a toda velocidad vio a Rio y Sayo delante de su
camino y chasqueó la lengua, pero decidió ignorarlos por las prisas y cargar
directamente contra ellos. Sin embargo, sin necesidad siquiera de desenvainar su
espada, Rio se plantó delante con las manos vacías. Entonces se preparó para recibir
el impacto del cuerpo del hombre.

Lo primero que hizo fue esquivar la mano que llevaba el mercenario por delante, la
cual portaba la daga. A continuación, con una demostración de gran habilidad, le dio
una patada en la pierna y el hombre se puso a girar en el aire tras haber salido
volando; su mirada era de incredulidad. Mientras tanto, Rio agarró a la chica y la atrajo
hacia sí para acabar sosteniéndola bajo su propio brazo, y con la otra mano lanzó un
puñetazo directo al pecho del hombre. Una fracción de segundo después, el hombre
aterrizó en el suelo golpeándose.

—Guh…

El hombre soltó la daga y se encogió en el suelo, cayendo inconsciente. Todo


acabó en un abrir y cerrar de ojos.

—Oh… ¡Uoooooh!

La muchedumbre se quedó conmocionada durante un momento antes de explotar


en aplausos y vítores. En dirección a Rio no hacían más que llegar miradas de

― 130 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

admiración. Él puso una sonrisa forzada e hizo caso omiso a toda esa atención para
poder centrarse en comprobar si la chica que tenía en sus brazos se encontraba bien.

La chica aún era muy joven, aparentemente de unos diez años de edad. Su rostro
era extremadamente refinado y sin duda eso la convertía en una jovencita muy linda.

Ha perdido el conocimiento. O le propinaron un golpe que la dejó inconsciente o fue


drogada para inducirle este estado. Puede que incluso lo hubieran hecho con técnicas
espirituales de somnolencia…

Rio examinó fugazmente el flujo de maná en el interior del cuerpo de la chica y no


encontró rastros de haber sido modificado, por lo que determinó que lo más probable
es que hubiera sido una de las dos primeras opciones. También usó una técnica de
desintoxicación por si acaso hubiese sido drogada.

Ahora ya no hay por qué temer por su vida, al menos. Lo siguiente es…

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

Tras tomar las precauciones necesarias con aquella chica, Rio miró a Sayo, quien
se encontraba observándolo sin expresión.

—Sayo, ¿te encuentras bien?

Le preguntó Rio con una sonrisa ligeramente extrañada.

—¡S-Sí! Bien.

Sayo recuperó los sentidos y asintió con ferocidad.

—¡¿Señorita Komomo?!

Entonces apareció una mujer. Vio a Rio sosteniendo a la chica llamada Komomo y
al secuestrador inconsciente en el suelo, a su lado, por lo que comprendió
inmediatamente lo que había sucedido. Se acercó corriendo a Rio y él le entregó a la
chica que llevaba en brazos.

—Aquí la tiene. Ha perdido la consciencia, pero su vida no debería correr peligro.

—L-Lamento los problemas que le he causado. Y muchas gracias. Si hubiese


podido protegerla mejor…

La mujer tomó a Komomo en sus brazos y agachó la cabeza con una expresión de
arrepentimiento.

—Si quiere disculparse con alguien, ahórreselo para la chica cuando despierte.
Este hombre se encuentra inconsciente ahora mismo… ¿Qué le gustaría hacer con él?

Preguntó Rio. Desechó las disculpas negando con la cabeza y recogió la daga del
hombre del suelo para entregársela también a la mujer.

—En cuanto llegue la guardia, dejaré que lo trasladen al centro de internamiento y


haremos que confiese para quién trabaja.

—Ya veo… Bueno, parece que los guardias están llegando ya.

Mientras los dos hablaban, unos guardias que habían oído la conmoción se
aproximaron corriendo. Rio los escuchó preguntar qué había pasado y los buscó con
la mirada, lo cual atrajo la atención de la mujer hacia ellos.

—¡Aquí!

Gritó ella. En ese momento, Rio aprovechó la oportunidad para volver con Sayo.

—Vámonos de aquí, Sayo.

La tomó de la mano y tiró de ella para llevarla calle abajo y alejarse.

—¿Eh? Ah, pero… ¿Está seguro?

—Sí. Me gustaría evitar todos los problemas posibles, así que mejor nos vamos.

Dijo él con una sonrisa amarga como respuesta a la confusión de Sayo.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—¡Ah, espere! ¡Espere un momento!

La mujer cuyo nombre no llegaron a conocer le llamó apresuradamente desde atrás


cuando se dio cuenta de que se había marchado. Sin embargo, Rio ya se había
llevado a su compañera y desapareció como un fantasma entre la multitud.

Después de ese incidente, lograron pasar la tarde de compras con éxito y


regresaron a los alojamientos. Cuando entraron al edificio, las mujeres del equipo de
enviados se dieron cuenta al momento de que Sayo llevaba una horquilla en el pelo,
por lo que comenzaron a acosarla con preguntas hasta que ella se puso roja como un
tomate como solía pasarle casi siempre. Rio se las arregló para escapar del
interrogatorio fingiendo hablar de las ventas del día con el resto de hombres. La venta
de productos estaba yendo bien, y esperaban regresar a la aldea en unos pocos días.

La venta de alimentos estaba alcanzando los beneficios estimados, de modo que,


varios días después, Rio y los demás partieron de nuevo hacia la aldea. El comercio
en la capital había llegado a su fin satisfactoriamente y su viaje de regreso a casa
transcurrió sin incidentes.

◇ ◇ ◇

Justo cuando Rio y compañía volvieron a la aldea, Hayate terminó sus deberes
como recaudador de impuestos y regresó a su hogar, en la capital. Supervisó el
almacenaje de los impuestos en las bodegas del palacio real y a continuación se fue
directamente a su casa, la mansión de la familia Saga.

Cuando atravesó las puertas de la casa de su padre, los sirvientes acudieron a


saludarle. El cabeza de la familia Saga, su padre Gouki, le había ordenado hablar con
él inmediatamente nada más regresara de su misión. Hayate pretendía hacer eso de
todos modos cuando volviera, sin embargo, advirtió que el ambiente entre los
sirvientes se encontraba bastante tenso.

—¿Ha ocurrido algo en mi ausencia?

Le preguntó a uno de ellos. Cuando le contaron que su hermana pequeña, Komomo,


por poco había sido secuestrada, se apresuró a ir a la habitación de su padre sin
perder tiempo en cambiarse de ropa.

—Con su permiso, padre. Soy Hayate. Acabo de volver.

—Um… Entra. ¿Ya te has enterado?

Gouki le dio permiso a su hijo para entrar a su despacho y pasaron directamente al


tema en cuanto estuvieron uno delante del otro.

—Sí… lo de que Komomo por poco no fue secuestrada.

― 134 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—Nos pillaron pero bien. Lo prepararon justo para el único día del mes en que
Komomo sale en secreto al mercado para sus estudios de campo.

Gouki soltó esas palabras, compungido.

—¿Dice que el crimen ya fue planeado de antemano?

Le preguntó Hayate.

—Así es. El criminal que fue apresado lo confesó todo. Al parecer, uno de los
sirvientes de nuestra casa filtró la información. Tengo una idea de quién puede ser el
cabecilla que está detrás de esto, pero carezco de pruebas. Por eso he decidido llevar
a cabo una investigación rápida para atrapar a ese sirviente; deberíamos obtener
resultados inmediatamente.

Gouki le hizo un resumen de la situación como con indiferencia, dejando entrever


una sonrisa fría y siniestra.

—Veo que su respuesta es tan rápida como siempre. ¿Y cómo está Komomo…?

—Feliz y contenta tanto física como mentalmente. Se ha estado dedicando con


todas sus ganas a entrenar día y noche debido a la vergüenza que le dio lo sucedido.

—Ya veo. La señorita Aoi lo hizo bien.

Hayate suspiró de alivio al escuchar que su hermana menor se encontraba bien.


Aunque permitieron que alguien llegara tan lejos como para llevarse a la joven, los
guardaespaldas de la familia Saga eran excelentes, eficaces y dignos de confianza.

Como información adicional, Aoi era la asistente personal de Komomo y también la


persona a cargo de protegerla de cualquier peligro que se presentara a su alrededor.
Como Aoi acompañaba a la chica absolutamente a todas partes, Hayate dio por hecho
que quien salvó a su hermana había sido ella.

—En realidad, fue un chico desconocido el que salvó a Komomo y redujo al


secuestrador. Y además haciendo gala de unas habilidades de combate espléndidas.

Gouki corrigió a su hijo con una expresión que indicaba que también se encontraba
asombrado.

—¿Oh? Entonces debe ser una persona maravillosa. Me encantaría hacerle una
visita y expresarle mi gratitud. ¿Dónde puedo encontrarlo?

Impresionado, Hayate preguntó acerca del paradero del chico sin pensárselo dos
veces.

—Como he dicho, fue un chico desconocido. Desapareció al momento en cuanto


llegó la guardia. No tenemos ni idea de quién es o de dónde viene.

Gouki suspiró apáticamente y negó con la cabeza.

—Eso… es un problema.

― 135 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—En efecto… es un problema. Ni siquiera podemos darle las gracias. Bueno… eso
era lo único de lo que tenía que informarte por ahora. ¿Alguna novedad por tu parte?

—No, por el momento no hay signos de que alguien esté yendo tras de mí.

—Ya veo.

Hayate se colocó una mano bajo la barbilla para pensar en la pregunta de su padre
y entonces recordó la carta que llevaba en el bolsillo del pecho, de modo que la sacó.

—…Oh, espere, sí que hay algo. No tiene nada que ver con Komomo, pero la
señora Yuba me confió una carta dirigida a usted, padre.

—¿Oh? ¿De la señora Yuba, dices? Deja que le eche un vistazo.

Gouki tomó la carta que le ofreció Hayate y la abrió con un gesto refinado que no
era en absoluto propio de su constitución fuerte y musculosa. A continuación
desenrolló el pergamino, apoyó su peso en la pierna de atrás y comenzó a leer la carta
con atención.

Cuesta creer que alguien sea tan necio como para tratar de hacer daño a esta
familia siendo mi padre su cabeza…

Mientras Gouki leía la carta, Hayate se puso a reflexionar sobre el intento de


secuestro de su hermana pequeña.

Gouki era una figura militar de renombre, del cual se decía que era el más fuerte del
reino de Karasuki y temido por su apodo, el Dios Feroz Gouki. Se contaban historias
de cómo una vez él hizo que decenas de miles de enemigos temblaran de miedo en la
guerra contra el reino vecino de Rokuren. Por lo general era una persona estricta,
incluso con su familia, pero sobre todo durante el entrenamiento de Hayate. En esa
época realmente se comportó como si fuera un demonio con su hijo primogénito, sin
embargo, con su hija Komomo se mostró bastante más indulgente.

Mientras el joven se encontraba perdido entre esos pensamientos, Gouki dijo su


nombre murmurando.

—…Hayate.

Su voz tembló ligeramente. No, no sólo su voz… las manos que sostenían la carta y
hasta su cuerpo, que parecía duro como una roca, se estaban agitando
incontroladamente. Era evidente que se sentía conmocionado por algo.

—¿S-Sí? ¿Qué sucede?

Hayate le preguntó con una voz aguda y los ojos abiertos desmesuradamente por la
sorpresa.

—¿De modo que conociste a Rio-sa…? Quiero decir, ¿a un chico llamado Rio?

Su padre le preguntó acerca de Rio por alguna razón.

—Sí. Estuvimos hablando durante mi estancia en casa de la señora Yuba…

― 136 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 5

—¿Y qué clase de chico era?

—…Tenía una personalidad muy equilibrada y agradable. Amable y educado,


aparte de que era un chico bastante serio. Parecía conocer algunas artes marciales y
diría que sus habilidades estaban por encima de la media. Ciertamente se trata de una
persona de gran interés. Estuve a punto de invitarlo a nuestra casa si no hubiese
tenido que realizar otras tareas. Creo que a usted también le habría agradado, padre.

A pesar de encontrar la pregunta de su padre un poco extraña, le contó sus


impresiones sobre Rio con total sinceridad.

—Idiota. No tienes ni idea…

Masculló Gouki resoplando, pero lo hizo en un tono demasiado bajo como para que
Hayate pudiera oírlo.

—¿Sí?

Hayate inclinó la cabeza. Entonces, el mayor comenzó a reírse para sí mismo y se


puso muy erguido.

—Estaré fuera de casa con Kayoko durante un tiempo. Espera aquí en nuestra
finca con tu hermana.

Con esas palabras, Gouki abandonó la habitación.

—…¿A qué ha venido eso?

Hayate murmuró desconcertado para nadie en particular ahora que se había


quedado solo en la estancia.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Capítulo 6: De Nuevo a la Capital

Habían pasado varios días desde que Rio y los demás regresaran a la aldea. Los
negocios habían ido bien, los bolsillos de los aldeanos estaban llenos y todo el mundo
tenía una sonrisa en la cara. Ahora, por fin había llegado el momento del festival de la
cosecha, donde rezarían por obtener comida en abundancia para el próximo año.

Aún era mediodía, y aun así los hombres ya se habían reunido en la plaza de la
aldea para empezar a beber. Las mujeres, orgullosas de sus habilidades en la cocina,
prepararon un festín en la sala de reuniones y en las propias cocinas individuales de
sus casas; se ayudaron de asistentes para llevar la comida a la plaza del pueblo, y los
niños, con entusiasmo, no dejaban nada en el plato.

En cuanto a Rio, él utilizó la cocina de la casa de la alcaldesa para preparar la


mayoría de las recetas en que estaba especializado, y por supuesto se encontraba
manos a la obra junto a Ruri y Sayo. En este momento estaba haciendo un pastel de
carne, otro de manzana y un prototipo del kamutan que le había prometido a Sayo.
Como nadie en la aldea sabía cómo preparar los fideos para el kamutan, aparte de
que los pasteles de carne y manzana no eran platos que se comieran en el reino de
Karasuki para empezar, Rio asumió el papel de cocinero jefe, con Ruri y Sayo como
asistentas. Naturalmente, los fideos del kamutan eran caseros y se habían preparado
con dos días de antelación. Colocaron dos cacerolas enormes sobre los fogones, una
con sopa de shoyu y la otra de miso, ambas destellando por el movimiento de las
burbujas.

―Vaya… huele de maravilla. Así que al final vamos a poder probar el kamutan…

Ruri olió el aroma que emanaba de la cacerola con una expresión de deleite.

―Tan sólo lo he hecho un par de veces, así que se podría decir que soy un
principiante. Puede que el método de preparación sea algo distinto comparado con
cómo se hace en la capital… Además, la sopa también la he hecho de manera
experimental, así que no tengo mucha confianza en que vaya a salir bien.

Dijo Rio, algo preocupado.

―¡No pasa nada! Estoy segura de que todos querrán repetir. Por lo que he podido
probar, la sopa va a estar deliciosa.

―Es verdad… sin duda querrán que lo haga de nuevo en otra ocasión. ¡O mejor
dicho, querrán saber hacerlo por ellos mismos!

Tanto Ruri como Sayo hablaban con absoluta certeza.

―Requiere bastante esfuerzo y una gran variedad de ingredientes, pero tienen


razón. Me gustaría prepararlo de nuevo… Aunque es posible que la sopa no me
vuelva a salir igual…

― 138 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Rio asintió con una sonrisa de alegría. No sabía si el año siguiente seguiría viviendo
en la aldea, pero deseaba poder preparar kamutan otra vez junto a esas dos chicas.

Después de dejar reposar la sopa durante algo menos de una hora, los tres llevaron
los fideos hechos de antemano y las tartas horneadas hasta la plaza. Cuando los
aldeanos vieron que Rio había hecho kamutan, se apelotonaron alrededor de él como
moscas. Entonces, se puso a recalentar la sopa en un hornillo improvisado fabricado a
base de técnicas espirituales en un rincón de la plaza y a continuación hirvió los fideos.
En el momento que la gente probó el kamutan terminado, todos gritaron “¡está
delicioso!” uno tras otro. Rio miró el rostro de todas las personas y pensó que todo su
duro trabajo y esfuerzo habían merecido la pena. Su cara reflejaba felicidad. El pastel
de carne y el de manzana también fueron un gran éxito.

No mucho rato después, Rio y las chicas se unieron al banquete, disfrutando de la


comida y bebiendo mientras veían a la gente cantar y bailar alegremente en el centro
de la plaza. Se trataba de un evento de celebración constantemente marcado por las
risas. Sin embargo, cuando comenzó a caer la tarde…

…¿Um? Rio de repente sacó su piedra espiritual del bolsillo. Había aparecido la
fórmula de un conjuro en su superficie, y estaba emitiendo una fuerte luz y calor. Esta
piedra espiritual era el núcleo de la barrera de detección de intrusos que él había
modificado para cubrir toda la extensión de la aldea tras el incidente con Gon.
Normalmente la desactivaba durante el día, que era cuando los aldeanos entraban y
salían del pueblo frecuentemente, pero durante el festín la dejó en funcionamiento por
si acaso.

¿Quién puede ser? ¿Un viajero, un mercader, un amigo de alguien…? Viene por el
este. De pronto se levantó, ignorando a todos los que estaban celebrando la fiesta.

La piedra espiritual emitía un brillo más intenso cuando la dirigía hacia el lugar por
donde venía el intruso, de modo que se encaminó allí sin hacer ruido. En el camino
susurró el conjuro de «Dissolvo» para recuperar su espada junto con su vaina del
Almacén de Espacio-Tiempo. Tras haber caminado durante varios minutos, llegó a los
campos que se extendían por toda la zona este de la villa y se encontró a una docena
aproximadamente de hombres y mujeres ataviados con ropa de viaje. No pudo
detectar ningún tipo de hostilidad, pero iban completamente equipados y tampoco
parecían tener debilidades. Daba la impresión de que practicaban artes marciales.

―¿Qué les trae por aquí?

Rio preguntó con cautela al grupo de desconocidos. Cuando ellos vieron a Rio
espada en mano mostraron leves signos de temor, pero el hombre y la mujer de
mediana edad que iban al frente se quedaron observando a Rio con una mirada
distinta en sus ojos.

―…Mi nombre es Saga Gouki. Discúlpeme, pero ¿me podría decir su nombre?
¿No será usted por casualidad Rio-sama?

El hombre al frente se identificó como Gouki antes de preguntar su nombre a Rio.


En cuanto él escuchó el apellido Saga, de inmediato recordó a Hayate, con quien

― 139 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

había formado una relación de amistad recientemente. Rio pensó que quizás este
hombre era su padre.

―Es correcto… ¿Y usted por casualidad no será el padre de Hayate-san?

Contestó.

―¡Así que es usted, Rio-sama! Es un honor encontrarme ante su grandiosa


presencia.

Sobrecogido por la emoción, Gouki se arrodilló en el mismo lugar. Pero, no, no sólo
él… todos los que lo acompañaban también se arrodillaron frente a Rio al mismo
tiempo, sin preocuparse por ensuciarse la ropa ni nada.

―¿E-Eh?

Rio fue pillado por sorpresa al no ser capaz de comprender la situación.

―Eeeh, no nos hemos visto nunca, ¿verdad…? ¿No será que me han confundido
con otra persona? Si todos pudieran ponerse de pie otra vez, se lo agradecería…

Dijo después de una pausa.

―No se trata de ningún error. Rio-sama, tanto mi esposa Kayoko a mi lado y yo


una vez servimos orgullosamente a su madre, Karasuki Ayame.

Dijo Gouki negando fuertemente con la cabeza.

―¿Karasuki… Ayame?

Al escuchar el nombre de su madre junto a su apellido, Rio se quedó congelado.

―Su asombro es más que comprensible, pero su madre fue efectivamente un


miembro de la familia real de la nación de Karasuki. He venido a visitarle en esta
ocasión tras recibir una carta de la señorita Yuba… la madre de un gran amigo mío
llamado Zen.

Las palabras que salían de la boca de Gouki eran hechos que a Rio le resultaban
brutalmente impactantes. Independientemente de si se podía creer en lo que estaba
diciendo el hombre o no, el pensamiento racional de Rio se había detenido por
completo.

―…Por ahora, dejen que les lleve a la casa de la alcaldesa de la aldea. Entonces
iré a buscar a Yuba y más tarde podrán contarme toda la historia desde el principio.
¿Les parece bien? Y, por favor, levántense.

De algún modo, Rio se las arregló para decir estas palabras. Incluso si no había
nadie alrededor por estar todos en la fiesta, los campos no eran lugar para mantener
este tipo de conversación, aparte de que necesitaba algo de tiempo para calmarse.

―Lo comprendo. Entonces, si nos permite acceder a la aldea…

Gouki y los demás asintieron y se pusieron en pie solemnemente.

― 140 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

―Por favor, vengan por aquí.

Con un pequeño suspiro, Rio comenzó a guiarlos. Gouki y su gente lo seguían de


una forma que casi rozaba la reverencia.

Tras llevar al grupo hasta la casa del jefe de la aldea, Rio se dirigió a la plaza,
cabizbajo, y encontró a Yuba hablando con algunos aldeanos. Entonces le explicó la
situación susurrándole al oído. A pesar de su sorpresa, Yuba lo entendió todo de
inmediato y sonrió.

―…Ya veo. De acuerdo, vamos, Rio.

Le dijo en voz baja. Los dos se dirigieron inmediatamente a la casa del jefe de la
aldea. Apenas intercambiaron unas pocas palabras por el camino, pero en cuanto la
casa quedó a la vista, Yuba de repente abrió la boca.

―…Rio, sin importar qué, tú siempre serás mi nieto. Nada podrá cambiar eso. Al
menos eso es lo que yo creo. Puede que sea algo repentino, pero tenía que decirte
esto ahora.

―Yuba-san… Sí, yo también pienso igual.

Rio presentía que las palabras de Gouki de antes debían ser más bien ciertas.

―Gracias. ¿Entramos ya?

Yuba le preguntó con una sonrisa ligeramente alegre antes de poner un pie en la
casa.

◇ ◇ ◇

En el salón principal de la casa del jefe de la aldea, Rio, Yuba, Gouki y su mujer,
Kayoko, se encontraban unos frente a otros. Los acompañantes que Gouki había
traído consigo estaban haciendo guardia en el exterior para asegurarse de que nadie
oyera su conversación.

Gouki y Kayoko se arrodillaron, uno al lado del otro.

―Rio-sama, por favor acepte nuestras más sinceras disculpas por haberle contado
estos hechos tan impactantes de manera repentina.

Dijeron haciendo una gran reverencia.

―No, no es necesario que se disculpen por eso…

Rio negó con la cabeza, extremadamente confundido.

―Gouki-san, ¿debo asumir que su presencia aquí significa que ha obtenido los
permisos correspondientes?

― 141 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Yuba preguntó por Rio.

―En efecto. No estamos aquí por nuestro propio albedrío, sino bajo las órdenes de
Su Majestad.

Gouki asintió firmemente.

―Ya veo. Entonces, por favor, cuéntenmelo todo.

Yuba parecía aliviada… La verdad por fin sería revelada. Era el mismo sentimiento
de cuando algo malvado es derrotado.

―Por supuesto… para eso hemos venido hasta aquí. Sus Majestades desean
hacer llegar su gratitud y disculpas a la señora Yuba por todo el sufrimiento que debe
haber pasado hasta el momento presente.

―Es todo un honor.

Yuba agachó la cabeza cortésmente, y Gouki respondió asintiendo.

―Magnífico… Y ahora, Rio-sama, ¿quiere que proceda con la historia de lo que


ocurrió con la princesa Ayame y Zen, mi gran amigo?

Le preguntó Gouki.

―…Sí, por favor.

Rio se le quedó mirando y le pidió que lo hiciera. Entonces, Gouki comenzó


lentamente con el relato.

―La historia comienza hace doce años… pero, primero, deje que le hable sobre la
relación que teníamos Zen y yo… su padre. La señora Yuba podrá informarle sobre
cualquier cosa que sucediera antes de eso, por si le interesa…

Dijo Gouki mirando a la anciana.

―Zen era un chico algo extraño, pero era amable y listo como él sólo. En esa
época nos encontrábamos en guerra contra el reino vecino de Rokuren, por lo que
todas las aldeas y villas estaban atravesando tiempos difíciles. Como hijo segundo,
Zen decidió marcharse y reducir el número de bocas que alimentar en su casa, y un
día partió para alistarse voluntariamente como soldado.

Yuba habló de la época anterior en que Zen se hiciera amigo de Gouki con una
sonrisa algo nostálgica.

―Zen tenía un talento innato para cualquier cosa relacionada con las Técnicas
Espirituales y las estrategias militares. Encima estábamos en mitad de un periodo de
guerra, como bien ha dicho la señora Yuba. Comenzó como un simple soldado, pero
enseguida destacó y logró proezas merecedoras de la atención de Su Majestad. Y así,
él le concedió el rango de guerrero. Fue entonces cuando conocí a Zen.

En el reino de Karasuki era una tradición para los guerreros de reciente


incorporación enfrentarse a sus predecesores. En esos términos le tocó pelear contra

― 142 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Gouki, su superior. Aunque éste era mucho más joven que Zen, era uno de los
guerreros de élite del reino que destacaba en términos de habilidad. Y aun así, a pesar
de que Zen era sólo un autodidacta, Gouki tuvo grandes problemas para salir airoso
de aquella pelea.

―Sólo fue un combate de entrenamiento, pero aun así no había muchos oponentes
capaces de ponerme en un aprieto como hizo él. Sus habilidades no eran cosa de risa.
Por eso lo recomendé encarecidamente como guardaespaldas para la familia real.
Como ya debe haber deducido, el miembro de la familia que se le asignó fue la
princesa Ayame.

―Mamá… Mi madre era de la realeza…

Rio susurró sin llegar a procesar del todo la realidad de ese hecho.

―La princesa Ayame no estaba de los primeros en la línea de sucesión al trono,


pero tenía gran renombre incluso entre los reinos vecinos como la belleza de Karasuki.

Dijo Gouki, extasiado, con una sonrisa en la cara.

―Mi señor, eso es irrespetuoso.

Murmuró Kayoko con un tono de voz frío después de haber mantenido silencio al
lado de su esposo durante todo el tiempo.

―T-Tienes razón. De cualquier modo, así es como Zen se convirtió en el


guardaespaldas de la princesa Ayame.

Gouki prosiguió rápidamente con el tema principal.

Aunque Zen no tenía carencias en términos de experiencia militar, el hecho de que


fuera un simple plebeyo provocó algunos escándalos.

―Había muchos que se oponían a dejar la protección de la realeza a un cualquiera


inmundo. Dejando a un lado sus habilidades, carecía de una educación y de estatus
social. Dicho esto, la princesa Ayame también tenía a Kayoko y a mí como sus
guardias personales, así que nosotros nos encargamos de inculcarle toda esa
educación necesaria. Pero lo más importante es que la propia princesa sentía cierto
interés por él…

Zen se hizo con el puesto de guardaespaldas sin ningún problema.

―Si se me permite decirlo, para alguien como la princesa Ayame, que había
pasado toda su vida encerrada en el palacio, Zen representaba la libertad del mundo
exterior. Siempre le preguntaba cosas acerca de cómo era la vida en su aldea.

Ayame se vio atraída por Zen casi desde el primer momento. Cualquiera que los
viera se daría cuenta enseguida de lo que estaba pasando ahí. De una manera similar,
Zen también se vio atraído por Ayame pasado un tiempo. Sin embargo, Ayame era
una princesa, y aunque él había ascendido al rango de guerrero, no dejaba de ser un
antiguo granjero. Debido a esto, la diferencia que había entre sus estatus era
demasiado grande, por lo que Zen prefirió mantener sus sentimientos en secreto.

― 143 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

―En realidad, la princesa Ayame visitó en secreto la aldea unas cuantas veces.
Zen trató de detenerla desesperadamente, insistiendo que no había nada que ver allí,
pero ella se negó a ceder. Todos estábamos con los nervios a flor de piel.

―Así que… eso fue lo que pasó…

Se dijo Rio a sí mismo escuchando atentamente el comienzo de la relación de sus


padres. Mientras tanto, Gouki se estaba recreando con alegría de los recuerdos que
había evocado, pero de pronto recobró una expresión seria.

―Fue entonces cuando el reino de Rokuren presentó un tratado de paz tras un


tiempo de tregua.

Los tratados de paz no eran ocurrencias particularmente extrañas; de hecho, ya se


habían firmado varios durante los largos años de contienda entre los reinos de
Karasuki y Rokuren. Ambos países tenían un largo historial de conflictos. El reino de
Rokuren había sido el primero en incitar la guerra, pero prolongarla innecesariamente
no era deseable para la economía de ninguno de los reinos y tampoco habría sido bien
visto por los ciudadanos. Esto es lo que llevó al reino de Karasuki a aceptar el tratado
de paz.

Y así, para celebrar el fin de los combates y aplacar las protestas de los ciudadanos,
se llevó a cabo un gran festival en la capital real con el príncipe de Rokuren asistiendo
como embajador. La ceremonia en sí discurrió pacíficamente, y el tratado de paz se
firmó sin problemas. Lo único que quedaba era que el príncipe de Rokuren regresara a
su país para que el periodo de paz diera comienzo. Sin embargo, en la noche del día
de su regreso, ocurrió un incidente: alguien trató de secuestrar a Ayame cuando ella
ya se había retirado a sus aposentos. Pero Zen había estado protegiéndola desde las
sombras y fue capaz de apresar al criminal antes de que éste tuviera éxito.

Se reveló que el secuestrador era uno de los siervos del príncipe de Rokuren. Zen
intentó que explicara inmediatamente por qué se arriesgó a poner en peligro el tratado
de paz que se acababa de firmar, pero el siervo guardaba un arma oculta que había
sido preparada de antemano para suicidarse. Después de aquello, el palacio se puso a
hervir de actividad, y eso que se encontraban en mitad de la noche. Se concertó una
reunión de emergencia entre los líderes de Karasuki y el príncipe embajador. Los
primeros exigieron una explicación por los eventos sucedidos esa noche, pero el
príncipe se negó a responder y en cambio reaccionó con indignación por el
apresamiento y asesinato de su sirviente.

Desde el punto de vista de Karasuki, fue el bando de Rokuren quien preparó el


secuestro. El culpable estaba muerto y el guardaespaldas, Zen, era el único que se
encontraba en la escena del crimen. Además de eso, la propia Ayame estaba
durmiendo en su habitación, y por tanto no había suficientes pruebas para culpar a
Rokuren.

Mientras tanto, por el otro lado también carecían de pruebas, pero el príncipe usó el
hecho de que su sirviente estaba muerto como excusa para insistir tercamente en que
su confianza había sido traicionada. Las negociaciones entre ambos bandos se

― 144 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

estropearon inevitablemente y no hubo más remedio que romper el tratado de paz que
se había establecido días antes.

―El reino de Rokuren impuso una serie de condiciones adicionales entre las que
estaban la ejecución de Zen y un matrimonio pactado entre ambos príncipes.
Solamente con eso olvidarían la muerte del siervo y mantendrían la intención de
declarar la paz. Incluso viéndolo ahora sigue haciendo que me hierva la sangre.

Dijo Gouki temblando por la rabia. Si todo fue realmente como él había contado, las
exigencias de Rokuren fueron completamente descaradas y desvergonzadas. Rio
puso una mueca de desagrado sin darse cuenta. Sólo podía sacar sus propias
conclusiones acerca del escenario político de la época a través de las palabras de
Gouki, pero al parecer había rumores sobre que el príncipe de Rokuren era en realidad
cruel y mujeriego. Si alguien como él se hubiera casado en un matrimonio de
conveniencia con Ayame… Bueno, el pensamiento no era nada agradable.

En cualquier caso, aunque las exigencias de Rokuren eran completamente ridículas,


tener en cuenta seriamente cada una de ellas era parte de la diplomacia. Para
empeorar las cosas, el otro reino manipuló la verdad de cómo fue arruinado el tratado
y lo difundió por las calles, moldeando la opinión de los ciudadanos y de la sociedad
en su conjunto. La gente de la capital empezó a ponerse nerviosa, lo cual fue
degenerando en descontento e incluso en algunas protestas multitudinarias. Incluso
dentro del gobierno de Karasuki había una cantidad significativa de nobles que se
oponían a continuar con la guerra. Puede que la autoridad del rey fuera capaz de
reprimir ese descontento, pero eso sólo era de puertas para afuera. El reino de
Karasuki había perdido la ventaja y ahora estaba arrinconado en una posición
desfavorable.

―De todas formas, nadie podía garantizar que Rokuren se quedara tranquilo
aunque aceptáramos sus condiciones. Al mismo tiempo, revocar un tratado de paz que
acababa de pactarse y retomar la guerra habría llevado la tensión del pueblo hasta
niveles explosivos, arruinando la moral de la nación. La situación era muy
desesperada y teníamos que hacer algo para cambiar las tornas. Fue por eso que Su
Majestad fingió acceder a las exigencias para conseguir tiempo. Al final le dimos la
orden a Zen de que se llevase consigo a Ayame y huyeran del país.

Aunque no mucho, al menos fueron capaces de conseguir tiempo de esta manera.


Mientras tanto, el rey y muchos de sus tenientes desarrollaron un plan secreto.

―Su Majestad escogió a lo mejor de lo mejor para formar un reducido batallón de


guerreros que operaría en secreto y lo envió al reino de Rokuren. Entonces dio un
comunicado oficial en el que decía que Zen había tomado a la princesa Ayame y huido
con ella.

Por supuesto, el príncipe enemigo se enfureció al enterarse. “¡Han jugado con el


hombre equivocado!”, dijo tras volver a su reino y declarar orgullosamente la guerra de
nuevo. Al mismo tiempo, el descontento de la población se dirigió esta vez hacia Zen y
Ayame por haber escapado; sencillamente les parecía un acto demasiado
irresponsable. No había más opción que capturarlos y hacerles responsables por sus
acciones.

― 145 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

No obstante, la mecha de la guerra ya estaba encendida. Los partidos opositores


del reino de Karasuki dieron su acuerdo, aunque reacios, para movilizar sus tropas y
comenzar la invasión de Rokuren. En respuesta a la acción militar por parte del
enemigo, el gran ejército de Rokuren también fue movilizado. Entonces, los dos
bandos colisionaron en una batalla justo en la frontera incurriendo en un punto muerto.
Fue en ese momento que el escuadrón de élite formado por unos pocos elegidos de
los guerreros de Karasuki, entre los que Gouki se encontraba, tomó cartas en el
asunto. Lanzaron un ataque sorpresa sobre las innumerables tropas de Rokuren por
detrás con el objetivo de tomar la cabeza de sus oficiales de mayor rango.

El escuadrón de élite estaba formado por los guerreros con el mayor nivel de lealtad
hacia la familia real. Todos profesaban un odio casi enfermizo hacia el reino enemigo
debido a toda esta situación, por tanto, su intrépido asalto comenzó justo cuando su
moral se encontraba lo más alta posible. Los guerreros entraron en tromba hasta el
corazón del campamento enemigo en un abrir y cerrar de ojos y cortaron las cabezas
de todos los generales mientras estos se encontraban en una reunión, uno por uno.
Además, capturaron al príncipe, que estaba también entre ellos. Como resultado, la
primera batalla se ganó con un solo ataque sorpresa… fue toda una victoria histórica.

―El ejército de Rokuren se dispersó y se retiró tras perder a su príncipe y a unos


cuantos generales, lo que aumentó la moral de nuestras tropas hasta límites nunca
vistos… Era casi como si toda esa oposición a la guerra hubiera sido una mentira.
Entonces, nuestras fuerzas avanzaron a un ritmo tan rápido que el enemigo no pudo
reagruparse, y fuimos asegurando varias bases importantes sucesivamente. El reino
de Rokuren no tardó mucho en declarar su rendición.

Gouki explicó la situación de aquel entonces con una expresión de agrado.

Como Rokuren se había rendido, la moral cayó a un estado de reino derrotado. En


vez de un tratado de paz, Karasuki fue capaz de establecer una serie de condiciones
ventajosas para sí mismo como bando ganador de la contienda. Con tantas
condiciones impuestas unilateralmente a los vencidos, Karasuki prosperó naturalmente
y el descontento general se desvaneció al instante.

―Sin embargo, aunque el resultado había sido una victoria aplastante por nuestra
parte, la verdad es que habíamos cruzado una línea peligrosa. Los eventos que
llevaron al inicio de la guerra fueron manchados de mentiras y engaños, y si nosotros
hubiéramos cometido algún error el resultado habría sido a su favor. Más que nada, el
hecho de que Su Majestad hubiera ordenado escapar a Zen y la princesa
sencillamente habría sido demasiado dañino para la opinión pública. Los dos fueron
tratados oficialmente como traidores por huir y desencadenar la guerra.

Y así, los dos perdieron su prestigio en la región de Yagumo. Pero, al mismo tiempo,
la barrera social que separaba a Zen y Ayame desapareció, lo cual resultaba irónico.

―Su Majestad era consciente de que su hija estaba enamorada de Zen y de que él
sentía lo mismo por la princesa, sin embargo, no había forma de que los dos pudieran
estar juntos si Zen seguía siendo su protector. A pesar de que se las arreglaron para
ignorar las exigencias de Rokuren e imponer las suyas propias, ella acabaría
inevitablemente en un matrimonio de conveniencia con una pareja no deseada. Por

― 146 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

tanto, Su Majestad decidió que lo mejor sería confiar su hija a Zen. Yo sé que siempre
tuvo el remordimiento por pensar si había tomado la decisión correcta o no…

Tras la guerra, el rey de Karasuki envió listas de personas buscadas a los reinos
vecinos con los nombres de Zen y Ayame. Además, para ocultar totalmente la verdad,
impuso una orden de silencio a los pocos que tenían conocimiento de la verdadera
situación. Tan sólo Yuba fue informada de esto debido a que era la madre de Zen,
pero a ella también le prohibieron hablar y por eso nunca le contó nada a Rio.

―Nosotros también tenemos remordimientos dolorosos. Kayoko y yo siempre nos


hemos culpado por no poder acompañar a la princesa Ayame…

Dijo Gouki con una expresión avergonzada. La pareja ya estaba casada en aquella
época, y Kayoko llevaba a Hayate en su vientre. Simplemente no era conveniente para
ella soportar la dura vida de un fugitivo mientras estaba embarazada. Por otra parte,
quedándose ellos allí, las circunstancias que rodeaban la aventura entre Zen y Ayame
parecían mucho más auténticas. Sin embargo, los dos eran guardaespaldas de la
princesa, y claro que no se arrepentían de haber dado luz a Hayate en buenas
condiciones, pero la cuestión de si debían haber seguido a Ayame en su exilio siempre
se mantuvo presente en el aire.

―Pero entonces, justo el otro día, recibí una carta de la señora Yuba en la que me
informaba de la presencia de Rio-sama y de que había venido de unas tierras muy
lejanas en busca de pistas sobre sus padres.

Si la noticia hubiese venido de cualquier otra persona, sin duda no la habrían creído,
pero la que le había transmitido esa información no era otra que la abuela del chico;
sus palabras tenían un nivel muy alto de autenticidad para ellos. Por eso Gouki trajo
consigo a su esposa, para que el rey pudiera tomar la mejor decisión posible. Él les
había dado la responsabilidad de determinar si realmente Rio era el hijo de Ayame.

―La emoción me invadió en el momento que puse la vista sobre usted, Rio-sama.
Los rasgos de la princesa Ayame y Zen se encuentran muy presentes en sus
facciones. Por eso tengo la certeza… No hay error, usted es el hijo de la princesa
Ayame.

Rio personalmente sintió que era un poco molesto que pensaran en él de esa forma,
pero quizás simplemente quería decir que se parecía mucho a Ayame, y a Zen
también. Rio no podía recordar la cara de su padre, pero incluso cuando trató de echar
la vista atrás a su infancia había imágenes del rostro de su madre que tampoco podía
llegar a unir del todo.

―Su Majestad el rey y Su Alteza la reina… es decir, los padres de Ayame…


desean conocerlo. Rio-sama, ¿aceptaría usted viajar a la capital con nosotros?

―Los dos… quieren conocerme…

De quienes estaba hablando podían ser los abuelos de Rio, pero sinceramente a él
no le parecía que esto fuese real… Después de todo, ni siquiera conocía sus rostros.
Sin embargo era seguro que Ayame era su hija, por lo que sintió el deseo de

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conocerlos en persona. Y, de todos modos, le daba la impresión que ellos no se


rendirían tan fácilmente aunque él les rechazara ahora.

Rio tomó aire profundamente para tranquilizarse. “Está bien”, fue lo que respondió
mostrándose de acuerdo con una voz ligeramente tensa. Una sonrisa de alivio se
dibujó en el rostro de Gouki.

―Muchas gracias por aceptar la propuesta. Me disculpo sinceramente por la


precipitación, pero partiremos de esta aldea mañana a primera hora del día. Nosotros
garantizaremos su seguridad durante la travesía.

Y así, Rio se dirigió hacia la capital una vez más.

◇ ◇ ◇

Varios días después de que Rio marchara de la aldea, acudió a una audiencia en el
palacio del reino de Karasuki. Le permitieron pasar por la entrada sin ser interrogado ni
nada gracias a que iba acompañado por Gouki y Kayoko, y fue conducido hasta una
sala en particular. Allí le esperaba una pareja de mediana edad, más tirando hacia la
vejez. Eran el rey, Karasuki Homura, y la reina, Karasuki Shizuku.

―O-Ooh, tú debes de ser Rio… En efecto, veo los rasgos de Ayame en ti.

Dijo Homura con la voz entrecortada y las piernas temblorosas mientras mantenía
su vista fijada en el rostro de Rio. Mientras tanto, Shizuku hacía lo mismo con unas
emociones que la sobrecogían notablemente.

Su Majestad el rey Homura y Su Alteza la reina Shizuku… La reina se ve clavada a


mamá.

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Rio se quedó mirando a los dos con asombro. Le dieron una impresión mucho más
amigable y cercana de la que se había esperado. Estuvo imaginándose qué clase de
personas eran hasta este momento.

―…Es un honor conocerles, Su Majestad rey Homura y Su Alteza reina Shizuku.


Me llamo Rio, y me encuentro sumamente encantado de que me hayan concedido una
audiencia con ustedes en esta ocasión.

Rio se presentó cortésmente después de que los tres se hubieran quedado mirando
mutuamente durante algunos segundos. Entonces, Homura soltó una risa contenida.

―Tan sólo estoy conociendo a mi adorable nieto. No hay necesidad de guardar los
modales ni la etiqueta a la hora de hablar, y no hace falta que estés tan firme y tenso.

―Así es. Está claro que eres nuestro nieto.

La pareja real habló con un ligero rastro de dulzura y reserva.

―Con su permiso, entonces… les trataré como mis abuelos.

Rio asintió con algo de incomodidad.

―Parece que primero tendremos que estrechar nuestras relaciones familiares. Es


evidente que ambas partes nos sentimos algo azoradas. Intercambiemos algunas
palabras sobre este asunto, ¿de acuerdo?

―Sí, hay muchas cosas que nos gustaría contarte y otras tantas que nos
encantaría preguntar. Aunque nuestro tiempo es limitado, hablemos todo lo que nos
sea posible.

Los labios de Homura se curvaron y Shizuku sonrío elegantemente.

―Y bien, ¿nos sentamos?

―Sí, con permiso.

Rio tomó asiento.

―Oh, Rio, me alegro tanto de conocerte… Realmente eres idéntico a Ayame.

Dijo la reina de una forma claramente animada. Su mirada estaba fija en la cara de
Rio, observando cada uno de sus rasgos y su aura, que era similar a la de Ayame.

―Personalmente pienso que vos sois idéntica a mi madre…

Confesó Rio con timidez.

―Oh, ¿de verdad?

Shizuku inclinó la cabeza con curiosidad.

―Sí. Si mi madre estuviera aquí ahora mismo, la confundiría a vos por su hermana.

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―¿Eh? Oh, vaya. Qué cosas más embarazosas dices… Y eso que yo ya soy
abuela.

Las mejillas de Shizuku se sonrojaron de la vergüenza. Aunque se estaba


mostrando humilde, su apariencia realmente era la de alguien muy joven. Puesto que
era la madre de Ayame, ya tenía que estar llegando al final de la edad adulta, pero aun
así podía pasar perfectamente como alguien en la flor de la vida.

Después de eso, avanzaron poco a poco a través de su conversación juntos, lo cual


redujo la distancia inicial que había entre ellos. La variedad de expresiones que ponía
Shizuku era muy radiante, y enseguida se echaba a reír con las historias que le
contaba Rio. Entonces, tras haber charlado durante varios minutos…

―Shizuku… creo que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que te vi reír de
esa manera tan alegre y despreocupada.

Dijo Homura al ver la sonrisa elegante que había florecido en el rostro de su esposa.

―Oh, por favor, no digas eso. Entonces eso significa que hasta ahora he estado
sonriendo falsamente durante todo el tiempo.

Contestó ella con una adorable cara de enfado.

―Oh, no, cariño. Discúlpame… ésa no era mi intención.

Y Homura le pidió perdón enseguida. Ante eso, la mujer sonrió de alegría.

―Tú también pareces estar divirtiéndote más de lo normal, mi rey.

Dijo ella.

―Eso es… probablemente porque Rio se encuentra aquí con nosotros.

―Sí, en efecto.

Homura y Shizuku compartieron una sonrisa entre sí y entonces intercambiaron una


mirada de complicidad y un pequeño asentimiento.

―Disculpa, Rio, ¿te importaría hablarnos sobre Ayame y Zen?

Shizuku preguntó de pronto. Hasta ahora habían estado conversando para


profundizar su relación y soltarse un poco, pero la intención de esta pregunta era
claramente distinta. Los reyes querían saber el resultado de lo que sucedió después
de que su hija y su yerno no oficial escaparan del reino. No era una pregunta que le
estuvieran haciendo simplemente por curiosidad.

―…Empezando por el final, ambos ya fallecieron hace tiempo.

Respondió Rio con un tono ligeramente melancólico.

―…Ya habíamos sido informados de ello. Sin embargo…

―Nos gustaría saber más, como por ejemplo el motivo de su muerte, o qué clase
de vida tuvieron en el exilio.

― 151 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

La reina tuvo dudas a la hora de decir estas palabras, de modo que Homura dio voz
a su pregunta con más determinación. Sus ojos estaban clavados en Rio con
impaciencia.

―…Mi padre murió cuando era muy joven, mucho antes de que fuera capaz de
recordar nada, así que me temo que solamente tengo recuerdos del tiempo que pasé
con mi madre. Si les parece bien, hablaré de ella…

―Vaya… Bueno, ¿al menos podrías hablarnos de la parte que recuerdas?

―…Sin problema.

Rio tomó una gran bocanada de aire y asintió lentamente. Entonces comenzó a
hablar acerca de la muerte de su padre según la forma en que su madre se la había
hecho saber a él, así como de sus recuerdos con Ayame. Los detalles eran en su
mayoría los mismos que Yuba le había contado antes, que Zen estuvo trabajando
como aventurero y que un día cometió un error y murió, dejando a Rio y Ayame solos
hasta que él cumplió cinco años.

―Mi madre era una persona muy amable y que siempre estaba sonriendo. Por eso,
cuando era niño, pensaba que era natural que los dos estuviéramos solos. Nunca me
dejó ver que sentía tristeza a causa de la muerte de mi padre.

Eso fue lo que dijo Rio en cuanto a la personalidad de Ayame.

―Aunque no podía entenderlo en aquel momento, por lo visto éramos bastante


ricos. Mi padre cuando estaba vivo ganó un montón de dinero para nosotros, tanto que
fuimos capaces de salir adelante sin necesidad de que mi madre tuviera que buscar un
trabajo. Nuestros vecinos nos miraban con recelo sólo porque teníamos un color de
pelo distinto, pero aun así esos días estuvieron repletos de felicidad. Sin embargo, la
vida con mi madre no duró mucho. Cuando tenía cinco años, ella… se fue de este
mundo.

Al verse incapaz de determinar hasta dónde debería contar exactamente, Rio dudó
de si continuar o no.

―Cuando tenías cinco años… ¿Y cómo sobreviviste desde ese momento en


adelante entonces?

Preguntó Shizuku con temor. Rio ya se había preparado en caso de que le


preguntaran el motivo y el modo de la muerte de su madre, por lo que esto le permitió
relajarse un poco. Al parecer, el hecho de que hubiera perdido a sus padres a la tierna
edad de cinco años les pareció mucho más impactante.

―…Me convertí en un huérfano y comencé a vivir en la zona más pobre de la


ciudad.”

Explicó de seguido con una pequeña sonrisa amarga.

―Oh…

― 152 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

La reina parecía como si estuviera a punto de llorar en cualquier momento. Su


esposo tenía los ojos cerrados y había apretado sus puños con fuerza.

―Pero sólo estuve viviendo de ese modo durante dos años.

Dijo Rio encogiéndose un poco de hombros.

―Entonces… ¿de qué estuviste viviendo después de cumplir los siete?

Preguntó su abuelo.

―Por casualidad salvé a una persona importante del reino, y como recompensa me
permitieron entrar en una institución educativa gestionada por el gobierno real.

―¿Oh? Una institución educativa… También tenemos ese tipo de centros en este
reino, pero sólo los nobles de mayor prestigio y ciertas familias de militares tienen
permitido el acceso. ¿Acaso era distinto en ese reino?

―No, no hay ninguna diferencia. Todos los que había a mi alrededor eran de lo que
se podía llamar la alta nobleza y miembros de la familia real del país.

―…Entonces debiste sufrir enormemente.

Homura dedujo inmediatamente que Rio debió haber sufrido una fuerte
discriminación basada en su bajo estatus social.

―No, es cierto que la hostilidad hacia mí era alta, pero también había personas que
me trataron con mucha amabilidad y respeto. Gracias a ellas puedo decir con orgullo
que mis días allí fueron muy divertidos.

Contradijo Rio con una sonrisa cálida. Se estaba refiriendo sobre todo a Celia. No
obstante, eso no fue suficiente para apaciguar las emociones de los reyes, ya que en
ese momento trataron de evitar el contacto visual con su nieto. Gouki y Kayoko, que
habían estado escuchando en silencio a un lado, también mostraron una expresión
dolida en sus rostros.

―A partir de entonces asistí a esa academia hasta que cumplí los doce, y en ese
momento decidí partir hacia estas tierras.

―Oí que había otros reinos más hacia el oeste, pero… lo hiciste muy bien para
llegar hasta aquí ileso. Gracias a tu valentía hemos podido tener la oportunidad de
conocerte.

Homura inclinó la cabeza de una manera excesiva como muestra de gratitud hacia
Rio. Sabiendo que el rey no está en una posición en la que debería inclinarse tan
fácilmente frente a los demás, la gratitud de Homura llegó con mucha intensidad a Rio.

―Cuando era pequeño, mi madre me contaba muchas cosas sobre ustedes.


Incluso me prometió que algún día me llevaría a esta tierra para conocer a mis abuelos.
No fue capaz de cumplir esa promesa, pero por ello siempre quise viajar a esta región.
Como mínimo deseaba hacer una tumba en su honor aquí, en su tierra natal.

―¿Ayame te prometió algo así…?

― 153 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Homura se mordió el labio. En su interior había una mezcla de felicidad, lamento y


vergüenza. El sonido de los sollozos de su esposa hizo eco por toda la sala mientras
que el rey cerró los ojos y se quedó en silencio. Esto continuó durante un rato.
Entonces, pasados unos minutos, Homura tomó aire profundamente y le preguntó
sobre la última cosa de la que Rio quería hablar.

―…Rio, ¿nos contarás cómo murió Ayame?

―…Debo advertirles que se trata de algo difícil de escuchar. ¿Aun así desean
saberlo igualmente?

Preguntó Rio, cuestionándose el nivel de determinación que tenían Homura y el


resto de la sala. La historia ciertamente podría resultar muy cruda de oír.

―Pero debemos saber lo que ocurrió… lo que pasó en sus últimos momentos. Y, si
es necesario…

Asumiremos la culpa… La expresión del rey se oscureció debido a esa implicación.

―Lo siento… Sé que debe resultarte cruel pedirte que nos cuentes la verdad, pero
sencillamente no podemos soportar quedarnos en la sombra más tiempo.

Shizuku se mostró de acuerdo, aunque no levantó la cabeza en ningún momento.


Los dos habían hablado en un tono calmado y acompañado de una fuerte
determinación y deseo de saber.

―Si así lo desean…

Rio cerró los ojos como si le estuviera dando vueltas a algo en su cabeza antes de
tomar aire.

―Mi madre… fue asesinada. Justo delante de mis ojos.

Dijo abruptamente.

―…

Aunque la pareja ya se esperaba algo de esa gravedad, Homura y compañía no


pudieron evitar quedarse visiblemente impactados.

―La persona que mató a mi madre fue un hombre llamado Lucius.

Rio no les prestó atención mientras recordaba lo sucedido en aquella época.


Después de todo, eso es lo que ellos mismos habrían querido.

Durante los cinco años que sucedieron a la muerte de Zen, Ayame alquiló una casa
humilde en la capital del reino de Beltram y allí crió a su hijo. Afortunadamente contaba
con suficiente dinero ahorrado como para permitirse criar a Rio ella sola, siempre y
cuando no hiciera gastos extravagantes. Sin embargo, la carga que tuvo que soportar
fue mayor de lo esperado, y ni siquiera se pudo dar la opción de apartar la vista de Rio
un solo instante, ni para hacer la compra. Durante esa época, un aventurero llamado
Lucius se ofreció a ayudarla. Ayame conocía a Lucius de cuando su marido aún
estaba con vida.

― 154 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

En aquel entonces, Ayame se había retirado del mundo de las aventuras en el


momento que se quedó embarazada de Rio. Zen continuó con el oficio en solitario
durante algún tiempo, pero a partir de cierto día en particular, comenzó a realizar
misiones completas junto a Lucius. Zen poseía las habilidades, pero no dejaba de ser
un forastero en tierras extranjeras. Lucius se puso en contacto con él mientras aún se
estaba acostumbrando a su nueva vida en el reino y le hizo diversos favores. Debido a
ello, Zen lo trajo un día a su casa y le presentó a Ayame. Ése fue el momento en que
ella lo vio por primera vez.

Entonces, Zen murió poco después de que Rio naciera, y fue Lucius quien se hizo
cargo de Ayame y la apoyó en mil ocasiones mientras ella se dedicaba plenamente a
cuidar de su hijo. Por ejemplo, él era quien les hacía las compras, les visitaba siempre
acompañado de algún regalo e incluso entretenía a Rio jugando con él. En aquel
momento, ni Ayame ni Rio dudaban de que Lucius era una persona amable y solidaria;
además, como era un aventurero, tenía muy buen ojo y siempre profesaba una
especie de energía motivadora. Por otro lado, sus rasgos faciales eran muy refinados
y su personalidad se podía considerar la de alguien sociable: todo un caballero. Sin
embargo, todo eso era fingido.

Un día, antes de que Ayame saliera a hacer un recado en el barrio, le dijo a Rio:
“volveré pronto, así que no salgas de casa si viene alguien desconocido”. Entonces
dejó a su hijo de cinco años solo en casa. Inmediatamente después de que ella se
marchara, Lucius hizo una visita a la casa. Rio siguió las palabras de su madre y se
escondió para hacer parecer que no había nadie.

―Rio, estás por ahí, ¿no es así? Soy yo, Lucius. Me he encontrado con Ayame
afuera y me dijo que viniera a echarte un vistazo. ¿Podrías abrirme la puerta?

Dijo una voz desde el otro lado de la puerta de la casa. Cuando comprobó que era
Lucius, Rio le abrió enseguida. Él le conocía muy bien y confiaba plenamente. Pero la
personalidad de Lucius dio un giro de ciento ochenta grados para convertirse en
alguien cruel, frío y calculador.

―Gah…

El hombre entró en la casa y le dio una patada a Rio en el abdomen. El golpe


repentino en su estómago envió el pequeño cuerpo del chico a volar; se miró a sí
mismo y empezó a pensar por qué Lucius le había pateado, pero no podía comprender
la razón de ese acto.

―¿P-Por… qué…?

Rio se puso a rodar por el suelo, jadeando de dolor.

―Jajaja. Escúchame, Rio. En este mundo, a veces hay lobos disfrazados con piel
de cordero. Disfrutan traicionando la confianza de la gente y diseminando la maldad,
demonios como yo a los que eso les encanta más que nada. Incluso fingen ser buenas
personas para conseguirlo. Por eso no deberías confiar tan fácilmente en los demás,
¿sabes?

Lucius agarró la cabeza de Rio y se quedó observando su cara.

― 155 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

―Hoy has aprendido algo.

Añadió, y curvó sus labios para formar una sonrisa de satisfacción. Se podía ver un
brillo de locura en sus ojos.

―¿Sabes qué es lo que más le gusta a un demonio, Rio?

―…

El chico lo miraba con ojos aterrorizados y la cabeza aún atrapada por el agarre de
su agresor.

―Los demonios… cuando ven cosas que los demás encuentran preciadas o bellas,
lo que quieren es destruirlas y arruinarlas hasta el punto de no poder recuperarlas. La
cara de una persona traicionada por alguien en quien realmente confiaba resulta
especialmente deliciosa.

Lucius se estaba mostrando hablador, animado, pero Rio no podía comprender sus
palabras en absoluto.

―Pero… ¿sabes?, de todas formas es imposible que a tu edad entiendas lo que


estoy diciendo, ¿no es así? Por eso no es tan estimulante destruir a mocosos como tú,
y además tampoco me gusta.

Dijo con un suspiro.

―Aunque sí que podría poner las cosas un poco más picantes aprovechando que
estás aquí. Y Ayame, que es a la que más aprecias por encima de todo, será el plato
principal.

De nuevo Rio fue incapaz de comprender nada de lo que Lucius decía. Lo único
que sabía es que tenía miedo de ese hombre. Aunque no era sólo miedo, ya que unos
leves impulsos de odio estaban comenzando a nacer también en su pecho. Esto hizo
que Rio mirase a Lucius con un sentimiento indescriptible.

―…¿Oh? Así que tú también puedes poner expresiones interesantes.

Sus ojos se abrieron enormemente de curiosidad mientras que al mismo tiempo


lanzaba una risotada. Pateó de nuevo a Rio, que se encontraba encogido en el suelo,
para ponerlo boca arriba y a continuación lo presionó hacia abajo pisándole la tripa.

―Guh…

Un grito de dolor salió de la boca de Rio.

―Bueno, tenerte todo el rato gimoteando y gritando sería un aburrimiento. Será


mejor que te silencie antes de que Ayame vuelva, ¿no te parece? No te preocupes, no
dolerá. Tan sólo es una pequeña droga… una que te paraliza el cuerpo y hace que tu
mente se vaya nublando poco a poco. Si Ayame llega pronto puede que incluso aún
estés despierto para presenciar el acto final.

Lucius agarró al niño por el pelo y le levantó la cara, a lo cual se llevó una mano al
bolsillo y sacó un botecito de metal para finalmente introducirlo por la fuerza en su

― 156 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

boca. Incapaz de expulsarla, Rio se tragó la sustancia desconocida. Inmediatamente


después de eso, un ardor horrible le desgarró el estómago y fue royendo su cuerpo
poco a poco.

Su respiración comenzó a ser costosa y perdió la fuerza en sus extremidades. Fue


entonces cuando la puerta de la casa se abrió. Lo hizo un poco más rápido de lo
normal, probablemente debido al hecho de que no estaba asegurada con llave. Era
Ayame.

―¡Bienvenida a casa, Ayame! Llegas pronto.

Lucius se dirigió a ella de forma espontánea a pesar de que Rio aún seguía bajo su
pie. El chico estaba gimiendo de dolor con la cara enrojecida por la fiebre.

―¡¿Q-Qué estás haciendo, Lucius?!

Ayame se quedó paralizada al no ser capaz de procesar lo que estaba ocurriendo, y


apenas pudo soltar algunas palabras con un tono agudo una vez que lo comprendió.

―Jaja, ¿no es evidente…?

Lucius sonrió deleitado cuando respondió a Ayame. En este punto, la consciencia


de Rio ya se había desvanecido y no podía escuchar las palabras que los otros dos
estaban intercambiando. Una especie de bruma había nublado su visión, pero aún le
quedaba cierta capacidad para percibir lo que sucedía a su alrededor. Estuvo tanto
tiempo en ese estado que le pareció como si nunca fuera a tener fin. La única cosa
que quedó grabada fuertemente en su memoria fue la imagen borrosa de Lucius
abusando de su madre.

Al final del todo, sin embargo, Rio tuvo la vaga sensación de que Ayame lo había
abrazado con sus últimas fuerzas. Aunque no tenía manera de saber si fue un sueño o
la realidad, creía que Ayame le sonrió dulcemente con lágrimas en los ojos. Lo más
probable es que fuera real, o al menos eso es lo que él quería pensar. Pero, detrás de
ella, Lucius se encontraba de pie empuñando una espada. Miró a Rio y curvó sus
labios de una manera repulsiva. Eso es lo último que Rio recordaba.

Cuando despertó, se encontró con que había sido abandonado en un callejón de la


capital. Su ropa estaba manchada con la sangre de alguien, pero él se negó a aceptar
la realidad y comenzó a deambular por la ciudad, aturdido, buscando su casa. No era
consciente del tiempo que llevaba caminando, pero en algún momento encontró la
casa vieja y sencilla que habían estado alquilando. Sin embargo, la puerta se
encontraba cerrada a cal y canto. Rio se topó con un vecino que conocía y le preguntó
acerca del paradero de su madre, pero éste se mostró disgustado y le dijo que había
muerto. Por tanto, ahora la casa estaba vacía.

Después de eso, Rio estuvo viviendo en las calles de los suburbios durante dos
años hasta que entró en la Academia Real, siempre albergando un odio visceral hacia
Lucius en su pecho hasta el día actual.

―…Y eso es lo que pasó.

― 157 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Declaró Rio con el ceño fruncido. Con eso, había revelado todo lo que recordaba de
su oscuro pasado… algo que no le había contado a nadie nunca antes. Todos en la
sala, Homura, Shizuku, Gouki y Kayoko… estaban temblando. Puede que las
emociones emergentes en sus pechos fueran de rabia y tristeza, o incluso de algo más.
Rio se quedó mirando al rey y los demás con una sensación de arrepentimiento,
preguntándose si realmente debía haberles contado la verdad.

―Rio, debes de guardar muchísimo resentimiento hacia nosotros por haber


permitido que Ayame sufriera tal atrocidad…

Murmuró Homura en voz baja para contener sus emociones.

―Sí, así es…

Respondió Rio secamente y sin rastro alguno de duda.

―…

Frente a esto, ellos se quedaron enormemente impactados. Se habían preparado


para ser culpados, pero aun así las palabras francas de Rio fueron como una puñalada
en el corazón.

―…Es lo que diría cualquiera si hubiera pasado por lo misma situación que yo. Sin
embargo, no siento ningún resentimiento en particular hacia ustedes.

Añadió enseguida con una sonrisa amarga. El rey y compañía se quedaron mirando
a Rio con una expresión de incredulidad.

―Disculpen, no era mi intención sorprenderles de esa manera. Pero… creo que


aquí todo el mundo está malinterpretando algo. Por favor, no sientan una culpa que no
les corresponde, ni tampoco piensen que obraron mal.

―…¿Por qué dices eso?

Preguntó Homura con la voz ronca.

―Mi madre me crió con amor y dulzura, y soy yo quien la vio desde la perspectiva
más cercana posible. Por eso sé que mi madre no les odiaba. En todo caso, creo que
se sentía agradecida por haber tenido la oportunidad de casarse con mi padre. Por
tanto no sería lo correcto que yo les odiara, para mí sería igual de imposible.

Dijo Rio con la cara desencajada al recordar a su madre.

―¿De veras es así…?

Los demás se pusieron a temblar una vez más, cabizbajos. No podían soportar los
sentimientos de culpabilidad y vergüenza. Ellos siempre se consideraron culpables,
pensando que habían empujado a su hija a la desgracia… y las palabras de Rio fueron
a parar justo ahí; lo que acababa de decir les hizo aún más daño que cuando empezó
con que se sentía dolido hacia ellos. Los reyes se dieron cuenta de lo impotentes que
fueron en su día.

― 158 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

―Pero, Rio, permíteme preguntarte una cosa: ¿qué piensas de ese tal Lucius, el
hombre que asesinó a Ayame? ¿Crees que serías capaz de perdonarlo?

―No, de ninguna manera, eso es imposible. Hace muy poco me di cuenta de que
hay ciertas cosas en el mundo que son imperdonables.

Rio negó fuertemente con la cabeza para reprimir sus emociones.

―Entonces, ¿lo que buscas es venganza?

―No me planteo vivir únicamente con el objetivo de vengarme en mente; ni siquiera


sé dónde está o si sigue vivo siquiera… pero, si algún día me encuentro con ese
hombre, entonces estas mismas manos…

―…Ya veo. Soy rey después de todo; he visto innumerables personas repulsivas
hasta ahora. Por eso puedo comprender las emociones de las que hablas, y de ningún
modo voy a repudiarlas. Pero, si tu intención es seguir la senda de la venganza, hay
algo que debo trasladarte primero.

Dijo Homura con los ojos entornados para responder a la determinación de Rio.

―¿Y qué es?

Rio aceptó la mirada de su abuelo sin reparos.

―La venganza no es justicia. Los muertos ya no desean ser vengados, y las


represalias sólo engendrarán más venganza. En consecuencia, la senda que vas a
escoger sólo te conducirá al infierno, y, aunque te arrepientas y desees volver, ya no
serás capaz. Comprendes eso, ¿verdad?

―Sí, soy consciente de ello.

―Aún estás a tiempo de darte la vuelta. ¿Todavía quieres asesinar a ese hombre
sabiendo esto?

―…Sí, es lo que he decidido. Ya no volveré a apartar la vista de la realidad. De la


maldad de la gente, de mi propia debilidad… Por eso estoy dispuesto a manchar estas
manos si surge la oportunidad.

Rio explicó su voluntad de una manera sencilla, con una expresión de gran
determinación. Homura escudriñó los ojos de su nieto con intensidad; sus irises de
color acaramelado no mostraban signos de delirios o locura. Eran los ojos de alguien
que sabía que en este mundo no existía tal cosa como las morales absolutas, y que en
cambio había elegido adherirse a las suyas propias. Era por eso que Rio no pensaba
recurrir a cualquier medio que fuera necesario para llevar a cabo su venganza y no se
ganaría nunca la enemistad de alguien por una razón egoísta.

El rey suspiró de resignación.

―…Ya veo. En ese caso, no volveré a intentar disuadirte de que busques


venganza.

― 159 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Si Rio hubiera perdido de vista su camino en la vida, Homura le habría impartido


sus palabras como su abuelo que era para reconducirlo por una senda menos
dolorosa. Sin embargo, no tenía sentido hacer eso tal y como era él ahora. Por su
experiencia como un rey que había vivido durante muchos años, Homura entendía que
las emociones humanas no son tan frágiles como para poder modificarlas con unas
pocas palabras idealistas.

―…No obstante, como tu abuelo, desearía saber si realmente tienes la fuerza para
portar esa voluntad tan inquebrantable que tienes. ¿Considerarías la posibilidad de
enfrentarte a Gouki?

―…¿Deseáis vos que luche contra Gouki en un combate de entrenamiento?

Los ojos de Rio se ensancharon y a continuación inclinó la cabeza ante la


propuesta del monarca.

―…Discúlpame… Te he puesto en un compromiso con mi insolencia repentina.


Son simplemente las acciones entrometidas de un anciano…

―No, es simplemente que no acabo de ver el propósito de esa idea…

―Es acerca de Lucius. Por lo que nos acabas de contar, suena a que es una
persona bastante diestra en la lucha. Y con una personalidad tan repulsiva como la
suya no dudaría de que la muerte de Zen también podría atribuírsele a él. ¿No estás
de acuerdo?

―…Sí. Ya había considerado esa posibilidad.

―Dicho esto, yo conocía muy bien a Zen. Sé perfectamente que no era del tipo de
guerrero al que se le pudiera quitar fácilmente la ventaja en un combate. ¿No es así,
Gouki?

Dijo Homura volviéndose hacia él. Gouki asintió en silencio antes de compartir su
propia opinión sobre el asunto.

―Sí, la mayoría de los ataques encubiertos no serían capaces de engañar a un


hombre como él. Si ese desgraciado realmente se deshizo de Zen con sus propias
manos, por muy reacio que me encuentre a aceptarlo, creo que debe ser alguien
bastante poderoso.

―Como pensaba. Por tanto, debes poseer la misma fuerza que Zen o superior si
en algún momento deseas entrar en confrontación con Lucius. Y, aunque al final
resultara que él no mató a tu padre, la fuerza es una virtud muy valiosa para un viaje
como el tuyo, ¿no te parece?

Preguntó el rey, y Rio respondió asintiendo.

―En ese aspecto, Gouki rivalizó una vez con Zen, pero ahora cuenta además con
muchos años de experiencia militar a sus espaldas. Es un guerrero veterano que no
sólo no tiene rival en este reino, sino también en los vecinos. No hay nadie en este
país más fuerte que este hombre para poder evaluar y sacar lo mejor de tus auténticas
capacidades. ¿Qué te parece…? ¿Te gustaría entrenar con él?

― 160 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

En otras palabras, el rey Homura quería instruir y entrenar a Rio.

En el campo de batalla poseía el apodo de Gouki el Dios Feroz, y el número de


enemigos poderosos que había derrotado era tan alto que no se podía contar. Bajo la
supervisión de Gouki, su nieto tendría la ocasión de adquirir una experiencia muy
valiosa, eso lo que pensaba el rey. Tras sus palabras se podía entrever la absoluta fe
que tenía en su guerrero.

―Ni siquiera me atrevería a soñar con tal honor. Si tiene la amabilidad de


enseñarme, entonces lo aceptaré con gusto.

Rio asintió con una sonrisa de valentía.

―¿De veras? ¿Entonces puedo dejar a Rio a tu cargo, Gouki?

Le preguntó Homura.

―Por supuesto. Será un honor aceptar esta tarea.

Y él asintió vertiendo una fuerte emoción en sus palabras.

―Entonces que así sea… Y ahora, Rio, discúlpame, pero estoy asistiendo a esta
reunión haciendo uso del tiempo que tengo entre mis deberes oficiales. Por ahora
tenemos que preparar algunas cosas, de modo que por favor siéntete como en casa al
cuidado de Gouki en su residencia. No te olvides de practicar con él todo el tiempo que
puedas.

Teniendo en cuenta el pasado de Ayame, la identidad de Rio no podía ser revelada


bajo ninguna circunstancia, por lo que nadie debía enterarse de que esta reunión
secreta se había producido. Si ésta se hubiera extendido más tiempo de la cuenta, la
ausencia en sus deberes programados habría sido cuestionada por sus secretarios, de
modo que ya habían alcanzado la hora límite. La reunión se levantó por ese día.

―Rio, ¿podrías venir un momento?

Shizuku se levantó y de repente lo llamó.

―…Sí, por supuesto.

Rio asintió y se acercó a la reina, algo dubitativo. Entonces ella lo abrazó con
dulzura.

―Te has hecho mayor de una manera maravillosa, y además tú solo. Te felicito por
haber llegado tan lejos. Muchas gracias.

Al enterrar su rostro en el cuerpo más grande de Rio, la reina se vio conmovida


hasta el punto de llorar. El chico se quedó en tensión tras verse abrazado sin previo
aviso, pero enseguida se entregó al calor de su abuela. En cierta manera le recordaba
a Ayame.

―No… Yo soy quien se siente muy feliz de haber podido conocerles.

Rio le devolvió el abrazo con timidez.

― 161 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

―Sí…

Con una sonrisa fugaz, Shizuku observó el rostro de su nieto desde cerca. La
expresión que pudo ver en ella desde cierta distancia no era la de un miembro de la
realeza, sino la de una abuela entregada, y eso que su apariencia exterior parecía
ligeramente joven para la edad que debía tener. Homura miró a los dos con una
expresión llena de amor familiar.

―Debemos irnos, ya, Shizuku.

―Está bien…

A la intervención de su esposo, Shizuku se marchó de la sala a regañadientes.

―Si lo desea, Rio-sama… permítame indicarle el camino.

Una vez que los reyes hubieron salido, Gouki le habló con un tono calmado.

―Sí, por favor.

◇ ◇ ◇

Tras el encuentro, Rio abandonó el palacio real y se trasladó a la finca de los Saga.
La residencia de la familia Saga estaba localizada en un poblado militar cercano al
corazón de la capital, en el que las calles eran tranquilas y un ambiente de serenidad
se podía percibir en el aire. Todas las residencias de la zona estaban rodeadas de
muros y no había muchos espacios verdes, por lo que las robustas aunque
maravillosas mansiones estaban construidas perfectamente alineadas.

―Es por aquí.

En cuanto a la vivienda de Saga, incluso entre el resto de residencias militares del


poblado era particularmente espléndida. Los materiales empleados en su construcción
eran madera y cemento, y tenía algunas secciones pintadas de un rojo carmesí. Rio
pasó por la puerta de la finca mientras admiraba su aspecto exterior. Cuando las dos
personas que lo guiaban pasaron al jardín, la voz de una chica joven resonó.

―¡Padre, madre! ¡Bienvenidos de vuelta!

Una chica muy guapa de aproximadamente diez años apareció. Llevaba puesto un
uniforme de artes marciales con una hakama y una espada de madera bien agarrada
en su mano. Sus ojos eran bonitos, como piedras preciosas, sus facciones bien
definidas y su piel blanca se veía suave como la porcelana. Cada una de sus
características era de la mayor calidad, lo cual la convertía en la personificación de la
inocencia. Además, su cabello negro azabache y sedoso le llegaba hasta la espalda, y
se rozaba con su ropa creando una preciosa melodía.

― 162 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

…¿Um? Rio se quedó congelado a medio camino cuando vio a la chica. Sentía
como si la hubiera visto antes en alguna parte… Y recientemente, además. Entonces,
una mujer apareció detrás de la chica.

―Mi señor, mi señora… bienvenidos de vuelta. ¿Por casualidad esa persona es un


invit–?

La mujer saludó de forma respetuosa, pero cuando vio a Rio se quedó parada en el
sitio. En el momento que él vio la cara de la mujer, su sensación de déjà vu de repente
cobró sentido: las dos mujeres que habían aparecido eran las personas que se
encontró caminado por la capital el otro día, la chica que casi fue secuestrada y su
guardaespaldas. Rio se quedó sorprendido por el giro totalmente inesperado de los
acontecimientos al encontrarlas aquí.

―¡Qué irrespetuosa, Aoi!

Gouki gritó a la mujer que se había quedado callada ante la vista del chico.

―¡P-Por favor, perdóneme!

Aoi palideció y agachó rápidamente la cabeza.

―…Mi señor, debe haber algún tipo de razón para que se haya comportado así.
Aoi, cuéntanos qué sucede.

Kayoko buscó una explicación tras darse cuenta de las reacciones que habían
tenido Rio y Aoi. Sospechaba que posiblemente se conocían de antes.

―U-Umm, esa persona es la que salvó a la señorita Komomo.

Aoi desveló la razón con nerviosismo.

―¿Me salvó?

Komomo, la chica anteriormente mencionada, inclinó la cabeza con dudas. Dicho


esto, era comprensible que no recordara nada puesto que estuvo inconsciente durante
todo lo que duró el incidente del secuestro.

―El otro día me topé con esa misma chica de ahí justo cuando estaba siendo
atacada por unos rufianes…

Confesó Rio, aunque sintiéndose algo culpable.

―¡¿O-Ooh?! ¡¿De verdad?! ¡Qué coincidencia tan memorable!

Los ojos de Gouki se abrieron enormemente cuando lo comprendió todo.

―En ese momento decidí marcharme antes de que las cosas se volvieran más
problemáticas, así que es normal que se encuentre sorprendida. Por favor, no le grite.

Dijo Rio para ayudar a la mujer.

― 163 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

―U-Umm. Si así es como fue, entonces… le estamos agradecidos más allá de toda
magnitud y siempre nos encontraremos en deuda con usted. Aoi, ofrécele tu gratitud tú
también.

Gouki miró a la mujer, quien inmediatamente agachó la cabeza ante Rio.

―¡L-Lo siento muchísimo por la descortesía que he cometido antes! Me gustaría


ofrecerle la mayor de mis gratitudes por su generosa consideración. ¡Muchas gracias,
de verdad!

Aoi expresó sus disculpas y gratitud con una cortesía casi excesiva. A juzgar por la
forma en que Gouki interactuaba con Rio, dedujo que éste se trataba de una persona
de muy alto prestigio y que debía ser respetada.

―N-No, no se preocupe… Al fin y al cabo no hice nada especial.

Rio negó con la cabeza y una sonrisa de incomodidad. Por alguna razón siempre se
sentía azorado cuando la gente lo trataba con un alto grado de respeto. Dejó caer un
poco los hombros, resignándose a ser atendido con este tipo de tratamiento durante
toda su estancia.

―Umm… si me permite…

Komomo se acercó tímidamente a Rio.

―¿Um? ¿Qué ocurre?

―Es un placer conocerlo. Mi nombre es Saga Komomo… y quería darle las gracias
por haberme salvado el otro día de esos mercenarios.

Dijo ella educadamente e inclinando la cabeza.

―Gracias por la cortesía. Yo me llamo Rio. ¿Resultó herida después de ese


incidente?

Rio prosiguió con la conversación mostrando una ligera sonrisa.

―¡No, gracias, me encuentro perfectamente!

Komomo se rió inocentemente con el puño en alto.

―Me alegra mucho oír eso.

―Rio… -san, muchas gracias por salvar a mi hija. A mí también me gustaría


agradecerle desde lo más profundo de mi corazón.

La breve pausa después de añadir el título de “san” probablemente se debió a la


resistencia que tenía Gouki en su interior. Él y su mujer habían decidido de camino
aquí que tratarían a Rio como un invitado normal durante su estancia en la mansión,
pero decirlo resultaba mucho más fácil que ponerlo en práctica. La actitud de Gouki y
Kayoko hacia Rio hasta ahora había sido de mucho más respeto que incluso la que
usarían con un invitado del máximo honor; para nada era una persona común y
corriente.

― 164 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

―No fue nada. Además, permítame decir que tienen una hija muy linda.

―Me honra mucho el cumplido… Si me permite preguntárselo, Rio-san, ¿qué le


gustaría hacer en cuanto a la batalla de entrenamiento? Podríamos hacer los
preparativos inmediatamente si así lo desea.

Gouki le dio las gracias a Rio alegremente antes de desplazar su interés al combate.

―Ah, claro. Entonces… ¿le puedo pedir que empiece ya con los preparativos?

Rio asintió con un indicio de risa. En realidad él también estaba bastante


emocionado por la pelea. Aunque durante su época en la aldea del Pueblo de los
Espíritus nunca tuvo falta de contrincantes con los que entrenar, la mayor parte del
tiempo lo había hecho solo desde que llegó a la región de Yagumo. Por tanto, tenía
bastantes ganas de una pelea medianamente en serio con alguien que fuera muy
fuerte.

―¡Padre, ¿van a tener una competición?!

La expresión de Komomo se iluminó enormemente cuando mencionaron el


combate de entrenamiento.

―En efecto, será una batalla. ¿Está Hayate en la zona de entrenamiento?

―¡Sí! Estaba yo entrenando allí hace apenas unos minutos.

―Bien. Entonces a lo mejor te gustaría venir y observarnos. Hoy sin duda vas a
aprender algo. Y ahora, Rio-san… sígame, por favor. Por aquí se va a la zona de
entrenamiento.

Y así, Rio, Gouki, Kayoko, Komomo y Aoi se encaminaron a los terrenos de


prácticas. El grupo llegó al lugar y se les presentó la imagen de Hayate blandiendo en
silencio su espada de madera. La zona de entrenamiento estaba en el exterior, y
cubría una gran superficie de terreno. En una esquina de esa área había un edificio
muy parecido a un dojo. Hayate vio a Gouki y Kayoko y sonrió radiantemente.

―Ooh, padre, madre, bienvenidos de vue– ¡Espera, ¿Rio-san?!

Pero en cuanto vio a Rio detrás de ellos dejó escapar una voz mucho más
entusiasta.

―Buenos días, Hayate-san. Diría que hace mucho tiempo que no nos vemos, pero
en realidad no ha sido tanto.

Rio le saludó una vez que se acercó a él, sonriendo algo incómodo frente a su
reacción.

―A-Así es. Pero ¿por qué está aquí, Rio-san?

―El señor Rio se va a quedar en nuestra casa en calidad de invitado. Ahora mismo
vamos a celebrar un combate los dos, así que te invito a que observes. Prepara las
espadas de madera.

― 165 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Gouki se deshizo de la estupefacción de Hayate con una explicación adjunta.

―¡S-Sí, padre!

Él aceptó la orden, nervioso, y fue a coger las espadas de madera que se utilizarían
en el combate de práctica. Después de eso, el resto de los preparativos se realizó en
un abrir y cerrar de ojos, a lo que Rio y Gouki tomaron cada uno una espada y se
colocaron uno frente a otro en el centro del terreno de entrenamiento. Kayoko, que
haría de árbitro, se aproximó a los dos contrincantes.

―En nuestro reino es una costumbre que, antes de un combate de práctica entre
guerreros, se determine aproximadamente el nivel de peligro como si fuera una
situación real de lucha. ¿Bajo qué clase de normas les gustaría enfrentarse?

Preguntó ella.

―Gouki-san, ¿qué cree que es mejor que hagamos?

―Esa decisión se la dejaré a usted.

Gouki cedió la elección de las reglas a Rio.

―En ese caso, me gustaría un combate que simule uno real.

Rio dio su propuesta sin atisbo de dudas. En respuesta, los labios de su


contrincante se curvaron en una sonrisa que no fue capaz de contener. La expresión
de Kayoko también mutó para dibujar una leve sonrisa. Mientras tanto, Hayate había
tenido una extraña mirada de preocupación y Komomo observaba a Rio con ojos de
admiración. En el caso de Aoi, sus sentimientos hacia el invitado eran más de
ansiedad y preocupación. Cada uno de ellos tenía una expresión visiblemente distinta.

―…Entendido. Entonces, para dejarlo claro, está permitido cualquier tipo de ataque
mortal. Se pueden curar una buena cantidad de heridas distintas con las Técnicas
Espirituales, de modo que no se contenga en hacer uso de ellas, por favor. ¿Le parece
bien?

Kayoko miró a Rio para ver si estaba conforme.

―No tengo objeciones.

Y él asintió sin ningún rastro de temor.

―Entonces, que ambos contrincantes… tomen distancia y adopten una postura de


combate.

A la señal de Kayoko, Rio y Gouki se alejaron uno del otro hasta una distancia
adecuada y se miraron entre sí. Se familiarizaron con el agarre de las espadas de
madera y adoptaron la postura inicial para luchar.

―¡Comiencen!

Kayoko indicó el inicio del combate de entrenamiento. Inmediatamente después,


Rio se movió hacia el frente tan rápido como si se hubiera teletransportado a través

― 166 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

del espacio, disminuyendo la distancia que le separaba de Gouki en un instante.


Mientras tanto preparó su espada.

―¡¿…?!

Gouki se quedó anonadado por el hecho de que Rio hubiese aparecido de pronto
frente a sus ojos, pero se lanzó hacia el frente sin dudarlo. Supuso que si hubiese
tratado de evadirse descuidadamente sólo le habría colocado en un lugar aún más
desventajoso en el comienzo del combate. En un movimiento a todo o nada, redujo su
silueta en una postura defensiva y corrió hacia delante, esquivando la espada de Rio
mientras trataba de introducirse en el rango de su pecho. El chico dobló ambas rodillas
a la vez e intentó golpear a una de las de su rival agachado. Sin embargo, una vez que
se dio cuenta que la punta de la espada de Gouki se estaba dirigiendo hacia él, se
retiró de inmediato.

Ambas partes se habían distanciado de nuevo y recompuesto, ajustando sus


posturas mientras se examinaban mutuamente.

Umm… Prácticamente no he sido capaz de predecir sus movimientos. Quizás se


debe al hecho de que se vio obligado que madurar muy pronto, pero aun así tiene una
habilidad asombrosa para su edad.

Un sudor frío se formó en la frente de Gouki mientras en su rostro se dibujaba una


sonrisa desafiante.

Normalmente, para que un humano mueva su cuerpo se necesita emplear fuerza


de manera consciente y asumir cierta acumulación de movimientos innecesarios. No
obstante, cuando se trata de practicantes experimentados de artes marciales, ellos
poseen una vista que les permite apreciar ese exceso y aprovechar dicha desventaja
del rival. También cuentan con la técnica adquirida de relajar sus propios movimientos
de modo que sea más fácil engañar al oponente.

En este pequeño intercambio inicial, Gouki había confirmado que Rio era un
luchador experimentado.

Con esa velocidad no debería dejar que la distancia entre nosotros se agrande
mucho descuidadamente. Mantenerla sólo me llevará a estar en desventaja… y en el
momento que pierda la concentración, aunque sólo sea un segundo, estaré acabado…

Con eso en mente, Gouki se aproximó al chico lo suficiente como para poder
tocarlo. Se imaginó que a una distancia tan corta Rio no sería capaz de usar su
velocidad sobrehumana para evitar un impacto… y no estaba equivocado.

En la aldea del Pueblo de los Espíritus, Rio había aprendido durante sus estudios
sobre las Técnicas Espirituales a acelerar su cuerpo por la fuerza con técnicas de
viento y sin movimientos innecesarios, así como la habilidad de combinar eso con las
técnicas de relajación de movimientos, para cazar a su oponente con la guardia baja.
Sin embargo, el problema intrínseco a esta técnica de movimiento era que la
aceleración resultaba demasiado alta y no permitía una buena maniobrabilidad, lo que
se notaba más cuando el enemigo se encontraba demasiado cerca. Debido a ello, sólo

― 167 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

podía mostrar su auténtico potencial cuando luchaba en espacios muy abiertos donde
podía moverse libremente.

Está reduciendo las distancias… Supongo que es lo que se puede esperar de


alguien que está experimentado en las batallas. Probablemente me aplastará en el
momento que trate de echarme hacia atrás y recuperar de nuevo la distancia. Si ése
es el caso…

Rio admiró la forma en que Gouki contraatacó al momento su velocidad, pero pensó
que era lo esperado de alguien a quien llamaban el Dios Feroz. Pero, en ese momento,
relajó su fuerza y se introdujo voluntariamente en el rango de ataque de Gouki. Éste
reaccionó al instante moviendo su espada, pero Rio detuvo el golpe sin mucha
dificultad. Las respectivas espadas de madera entraron en contacto con violencia,
produciendo un sonido agudo que hizo eco por toda el área de entrenamiento. Los dos
de repente se encontraban en el rango de ataque del otro, intercambiando golpes
demasiado rápidos de seguir para el ojo humano. Ambos se estaban atacando aunque
ocultando sus intenciones; se tenían controlados el uno al otro. El intenso tira y afloja
de movimientos ofensivos y defensivos continuó durante varios segundos, y entonces
las puntas de las dos espadas golpearon el suelo tras liberarse de un bloqueo.

―Resulta abrumador. Y pensar que alguien puede tener tales habilidades a una
edad tan joven… Sin duda usted nos sobrepasa a Zen y a mí cuando teníamos su
edad. Lo mejor es que aún tiene que alcanzar la edad dorada en términos de
capacidades físicas y experiencia…

Gouki dejó de moverse y sonrió.

―La única cosa que nunca he dejado de hacer es entrenar.

―Estoy acabado…

Dijo Gouki al blandir su espada en dirección al chico una vez más. Sin embargo,
Rio giró el cuerpo y lanzó un corte al costado de su oponente evadiendo al mismo
tiempo el ataque que se dirigía hacia él. Para detener el golpe de Rio, Gouki movió
instantáneamente la espada que acababa de impulsar. Entonces sus armas chocaron
ferozmente una vez más para que sus portadores se empujaran uno al otro y salieran
de ese enfrentamiento cercano.

―…Pues a mí no me lo parece.

―Los combates que me hacen latir el corazón desbocado no suelen producirse


muy a menudo. Y que además mi oponente sea usted, Rio-san, hace que todo esto
resulte aún más emocionante.

Mientras hablaba, Gouki echó su cuerpo ligeramente hacia atrás y a continuación


cargó con todo lo que tenía, lanzando tres ataques consecutivos tan rápidos como
para no poder apreciarlos visualmente. Aun así, Rio recibió esos golpes con habilidad.

Gouki había estado manejando una espada durante años… no, durante décadas.
Sus ataques actuales se encontraban nutridos con los frutos de su labor y habilidades
adquiridas, lo cual era la razón de que Rio pensara que él era indudablemente el más

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

fuerte de todos los adversarios con los que había luchado hasta ahora. Como humano,
puede que sus capacidades físicas fueran inferiores a las de los hombres-bestia
incluso con la mejora de las Técnicas Espirituales, pero sus técnicas de lucha las
compensaban.

―Zen era un hombre con un talento innato para el arte de la guerra, pero veo que
ese mismo talento lo ha heredado usted y además en su totalidad. No, puede que
incluso tenga más que él.

Dijo Gouki lanzando un ataque de dos golpes consecutivos que eran incluso más
precisos que los tres anteriores. Rio esperó al momento exacto en que el segundo
golpe se hubiera realizado del todo para repeler la espada enemiga, lo cual hizo que
Gouki perdiera mínimamente el equilibrio. Rio aprovechó esa oportunidad para atacar
con la idea de lanzar una patada giratoria hacia su torso. Gouki intentó protegerse al
instante con el brazo izquierdo, pero todo su cuerpo fue enviado a volar.

Kuh, utiliza tanto las habilidades con la espada como con las artes marciales al
mismo tiempo… Espléndido.

El daño que Gouki recibió no fue leve en lo más mínimo, pero su expresión era de
estar divirtiéndose.

Hayate y Aoi observaron la imagen del líder de la familia volando con un silencio de
estupefacción. Incluso la tranquila de Kayoko abrió los ojos enormemente durante una
fracción de segundo. Komomo era la única que estaba mirando con ojos de emoción;
llena de respeto y admiración, no quería perderse ni un solo instante de la batalla de
tan alto nivel que se estaba desarrollando ante ella.

Gouki usó el impulso de haber sido pateado para aumentar la distancia entre él y
Rio de manera impensable. No obstante, el menor de ellos se movió como el viento y
acortó esa distancia en menos tiempo aún. Sin más opciones, Gouki respondió al reto
de Rio. Apenas había sido capaz de resistir los ataques sucesivos y claramente se vio
obligado a defenderse.

―No me lo puedo creer… Padre…

Hayate se encontraba sin habla debido al pensamiento de que su padre pudiera


perder. No era capaz de comprender que él, quien había resultado invicto hasta ahora,
se encontrara claramente en el lado perdedor, y mucho menos contra un chico que era
menos que él por bastante. Pero muy a su pesar eso era lo que estaba sucediendo
ante sus ojos. Gouki aún tenía una última cosa que ofrecer frente a Rio mientras que
éste ya le había dado varias. No… si hubiesen estado usando espadas de verdad,
Gouki ya habría resultado incapacitado para seguir luchando.

Contra el estilo de lucha del guerrero, que sobre todo estaba centrado en el manejo
de la espada, Rio empleó una combinación siempre cambiante de espada y artes
marciales. Aparte de hacer consciente a su oponente que su estilo estaba demasiado
centrado en la espada, le lanzó unos ataques brutales y agónicos sin previo aviso.
Gouki tan sólo pudo bloquear los golpes letales gracias a su habilidad y experiencia,
no obstante dejando pasar algunos ataques imparables entre medias. Sus piernas
temblaban ligeramente; era la evidencia del daño acumulado, sin embargo, no mostró

― 169 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

signos de debilidad. Lo soportó a base de pura voluntad y espíritu de lucha,


negándose a permitir que un combate tan maravilloso acabara enseguida.

―¡Jajaja! ¡Eres aterrador, sin duda!

Gritó Gouki con una sonrisa descarada. Entonces tomó distancia con Rio otra vez a
propósito, ya que su velocidad sobrepasaba a la suya, y agarró suavemente su
espada sin dudarlo.

El maná que se está acumulando alrededor de su espada… Rio de inmediato


percibió que Gouki estaba tratando de usar algún tipo de habilidad. Una posibilidad era
que Rio se lanzara directamente hacia delante y se acercara, pero sería un
movimiento muy arriesgado si no sabía qué clase de habilidad era aquélla.

―¡P-Padre, no me diga que va a usar eso…!

Hayate empezó a gritar desde el perímetro de la zona de entrenamiento. Parecía


que él conocía la habilidad que su padre estaba a punto de usar así como el poder que
se escondía detrás de ella. Pero Rio no mostró signos de temor, sino que elevó su
propio maná como medio de enfrentarse a la habilidad que pretendía liberar Gouki y
se quedó observando detenidamente.

―Habilidad Oculta, Primera Hoja, ¡Corte Aéreo!

Gouki atacó con su espada en línea recta y entonces una onda de corte horizontal
de gran tamaño comenzó a aproximarse a Rio. Era una cuchilla de aire que había sido
imbuida con el maná mediante las Técnicas Espirituales.

A diferencia de la magia, las Técnicas Espirituales no requerían el nombre de un


hechizo para ser activadas, por lo que no era necesario que a cada una de las
habilidades se le diera un nombre. Sin embargo, aunque las Técnicas Espirituales
eran unas artes milagrosas que volcaban la propia voluntad e imaginación en la magia
o la fuerza od para comunicarse con el maná y producir diferentes fenómenos, la
racionalidad de los nombres de las habilidades ayudaban a un reforzamiento de la
voluntad y de la imaginación, y eso era algo real. Y era aún más efectivo con un
espadachín tan experimentado como Gouki, quien ya había encontrado mediante el
entrenamiento diario su postura ideal y un espíritu fortalecido para atacar con su
espada en un único golpe decisivo.

En realidad, la cuchilla de viento que había liberado era extremadamente poderosa.


Contra humanos corrientes habría podido atravesarlos y cortarlos sin problemas,
incluso a varios a la vez. Rio detectó al momento el poder que ocultaba ese ataque y
abandonó la idea de recibirlo con la espada de madera. Sin embargo, no hizo ningún
movimiento para esquivarlo y decidió aceptar el reto directamente. Manipuló el maná
que había extraído de su cuerpo y lo reunió en su mano derecha antes de moverla
como si fuera una guadaña. Justo entonces, una pared de agua parecida a un tsunami
apareció frente a los ojos de Rio y se estrelló contra la onda de aire. Se produjo el
sonido de una explosión que resonó en toda la zona para que el viento y el agua
terminaran esparciéndose por alrededor.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

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―¡Gah, ¿qué demonios…?!

Con su visión dificultada por la lluvia de agua nebulizada, Gouki entrecerró un poco
sus ojos. Rio aprovechó esta circunstancia para moverse en torno a él y colocarse a
un costado para terminar propulsando su espada de madera justo frente a su garganta.

―¡Es suficiente! El vencedor de este encuentro es el Rio-san.

Kayoko, la árbitro, dijo eso con un instante de retraso.

―…He perdido.

Gouki dejó que la fuerza abandonara su cuerpo en el momento que aceptó su


derrota.

―Muchas gracias.

Rio retiró su espada dibujando un arco en el aire.

―Cielos… Crear un volumen tan grande de agua en un solo instante y además en


un ambiente que carece completamente de humedad… Sin duda me encuentro sin
palabras. Parece que el señor Rio también tiene un talento excepcional para las
Técnicas Espirituales.

Gouki elogió al chico sin tapujos.

―¡P-Padre! ¡¿No cree que ese último ataque fue demasiado?!

Entonces sonó la voz de Hayate. Hasta ahora había permanecido observando junto
a Aoi sin poder reaccionar, pero sus pensamientos por fin se habían recuperado lo
suficiente como para cuestionar ese último ataque cortante.

―Pero sabía que el señor Rio sería capaz de manejarlo. Utilicé esa habilidad oculta
solamente porque creía en él. Después de todo resultó ileso, ¿no?

Gouki negó con la cabeza sonriendo irónicamente, pero su hijo se negó a aceptar
eso.

―¡Pero ahora está hablando a posteriori! ¡Si eso le hubiera alcanzado directamente
habría muerto seguro!

―Hayate, esto es muy cruel por tu parte, ¿no te parece? Hay cosas que sólo se
pueden entender cuando te enfrentas a él de la manera que he hecho. Personalmente
sabía que ese ataque no le alcanzaría.

―E-Es cierto que el Rio-san posee una fuerza anormalmente alta, pero…

―Gouki-san solamente empleó esa habilidad porque sabía que yo podría manejar
la situación y evitarla.

Rio habló para apoyar a Gouki con una sonrisa contenida.

―P-Pero, Rio-san…

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

―Quizá estaríamos hablando de un asunto distinto si la hubiera liberado en plena


batalla para pillarme por sorpresa, pero lo hizo visiblemente a modo de un desafío
directo. Además, era yo el que deseaba una confrontación con alguien que pudiera
estar parejo conmigo en un combate. Me encontraba más que preparado para los
riesgos.

―Eso…

No había muchos humanos capaces de responder a ese ataque, ni siquiera


sabiendo que venía hacia ellos. No sería extraño que la mayoría de las personas se
acobardaran de terror simplemente por recibir la fuerza de Gouki en un impacto directo.
Y en cuanto a ver a tiempo ese ataque cortante y además escoger una forma de
evadirse de él… Hayate definitivamente no quería ni intentarlo. Pero, en realidad, Rio
no pareció inmutarse lo más mínimo frente a la idea de recibir la habilidad, así que
Hayate se vio incapaz de seguir objetando.

―Así son las cosas, Hayate. Bueno, en todo caso pensaba que simplemente lo
esquivaría…

Gouki asintió con una expresión triunfante, pero pronunció la segunda mitad de la
frase con la voz tan débil que apenas fue audible. Entonces se volvió hacia Kayoko y
se dio cuenta de que se encontraba en el lado receptor de una mirada fría y
penetrante.

Bueno, a lo mejor sí que me he dejado llevar un poco. Pensó para sí mismo


mientras le caía un sudor frío. No importaba lo cercano a la realidad que hubiese sido
su combate de entrenamiento, aun así no fue una buena idea lanzar un ataque letal
contra un oponente que debía ser respetado. No había duda de que Kayoko le daría
una pequeña charla más tarde a su marido.

―…Sin embargo, nada de eso cambia el hecho de que utilicé una habilidad muy
peligrosa. Rio-san, por favor, acepte mis disculpas.

Gouki se inclinó exageradamente ante Rio con arrepentimiento.

―No, está bien. Gracias a eso pude presenciar una habilidad magnífica.

Rio negó con la cabeza mostrándose de acuerdo con las acciones de Gouki
durante la batalla. Era una habilidad que había sido empleada sólo porque los dos
habían comprendido el alcance de las capacidades del otro y sabían que nadie sufriría
daño. En todo caso, Rio lo consideró como un honor.

―¡U-Umm!

La voz de Komomo los interrumpió de repente. Todos los presentes fijaron su vista
en ella.

―¡Por favor, entrene también conmigo!

Sus grandes ojos resplandecían brillantemente mientras retaba a Rio a un combate.

―Emm…

― 173 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

La propuesta repentina pilló a Rio desprevenido, lo cual lo dejó sin palabras durante
un rato.

―¡Jajaja! Komomo tiende a verse atraída por la gente fuerte. Debe de haberse
visto incapaz de contenerse tras ver luchar al señor Rio hace unos momentos.

Gouki rió con ganas mientras hacía un comentario sobre la personalidad de


Komomo.

―¡Sí! ¡Ese combate de ahora mismo ha sido maravilloso! ¡Nunca antes había visto
a alguien capaz de derrotar a mi padre!

Komomo expresó su emoción con una sonrisa inocente.

―¡Así que, por favor…!

Y de repente agachó la cabeza con entusiasmo.

―…De acuerdo. Por mí no hay problema.

Rio le dio su consentimiento con una sonrisa, impresionado por la actitud tan
sincera y entusiasta de la chica.

―Rio-san, gracias por aceptar el favor que le ha pedido mi hija. …Komomo, el


señor Rio es una persona que se encuentra muy por encima de tu nivel, de modo que
considéralo como un honor el que puedas practicar con alguien de tamaña habilidad.

―¡Sí! ¡Muchísimas gracias!

Komomo asintió con energía dando las gracias a Rio.

―Entonces, primero permítame limpiar el agua que ha caído por todas partes.

Rio recogió toda el agua del suelo de la zona de entrenamientos que se había
acumulado en charcos y la atrajo hacia él haciéndola girar en espiral por el aire. A
continuación movió ligeramente su mano y se la llevó a una esquina de la arena. Todo
pasó en apenas unos segundos, pero todos a excepción de Rio observaron lo que
estaba ocurriendo frente a ellos con los ojos desorbitados.

―Produjo una cantidad increíble de agua al instante… El señor Rio debe ser un
gran usuario de las técnicas espirituales acuáticas. Nunca había visto unas técnicas
del elemento agua tan espléndidas en todos los años que tengo de vida.

Dijo Gouki, sorprendido.

―Yo no diría tanto…

Pero Rio negó con la cabeza para quitarle importancia al asunto.

Basándose en las reacciones de Gouki y los demás, no tuvo más remedio que
aceptar que sus acciones fueron de un nivel ligeramente avanzado. Para comparar,
este nivel de técnica espiritual habría sido pan comido para la elfo Orfia, y el resto de
usuarios de técnicas espirituales acuáticas de la aldea también habría sido capaz de

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

utilizar esa habilidad fácilmente. Pero, como el Pueblo de los Espíritus tenía una
aptitud mucho mayor para las Técnicas que los humanos, a Rio le fue complicado
hacer una comparación justa.

―Y bien, señorita Komomo, ¿comenzamos?

Rio se dirigió al centro del área de entrenamiento con rapidez para que así no
pudieran acosarlo con preguntas incómodas a las que no quería responder.

―¡Sí!

Komomo estaba deseosa de enfrentarse a Rio, así que lo siguió de cerca con
mucha emoción. Con eso, la atención de todo el mundo se centró en la batalla que
estaba a punto de comenzar.

La niña llegó también al centro del área con una expresión de gallardía. Tomó aire
profundamente para calmarse y a continuación empuñó su espada de madera con
ambas manos, sosteniéndola justo a la altura de sus ojos. Rio se quedó boquiabierto
de asombro por cómo el aura de Komomo había cambiado completamente.

El combate de práctica empezó poco después de eso. Aunque existía un claro


abismo entre sus capacidades, la lucha transcurrió de forma que Rio pudo ayudar a
Komomo a mejorar sus habilidades.

―Ése no ha sido un buen movimiento. Debería haber aumentado la distancia entre


nosotros y recuperado el equilibrio primero.

Rio permitió que la niña lo atacara, pero cada vez que una parte o una fase de sus
movimientos era pobre, tomaba la ventaja de manera agresiva y le daba un golpe que
le doliera, aunque sin pasarse. Hubo muchas ocasiones en las que el combate se
podría haber decidido bajo circunstancias normales, pero al tratarse de una práctica
continuó hasta que Komomo estuvo satisfecha por lo mucho que había entrenado con
la espada. Por tanto, ella comenzó a moverse reflexionando sobre lo que estaba
haciendo mal.

―Aah… aah…

Después de intercambiar suficientes golpes, se sentaron en el suelo jadeando de


cansancio. La expresión de la niña era de extrema satisfacción; había tenido la
oportunidad de ganar una experiencia que jamás podría haber adquirido en
condiciones normales luchando contra los miembros de su familia. Por eso estaba
llena de felicidad en lo más profundo de su corazón. La imagen esplendorosa de Rio le
hacía sentir que algún día podría alcanzar mayores cotas y hacerse más fuerte.
Komomo sólo podía mirarle con fascinación.

― 175 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

◇ ◇ ◇

Al día siguiente del combate contra Gouki, Rio regresó al palacio real del reino de
Karasuki para reunirse secretamente una vez más con Homura y Shizuku.

―He oído la noticia… Así que por lo visto superaste a Gouki. “Espléndido” es lo
único que puedo decir.

La primera cosa que dijo el rey nada más abrir la boca fue una gran alabanza para
Rio. Le habían hecho saber el resultado de su combate de evaluación con Gouki
previamente a esta reunión secreta, pero nunca se imaginó que su mejor guerrero,
alguien conocido en todas partes como el Dios Feroz, sería derrotado. Al principio
Homura pensó que se trataba de algún tipo de broma, pero sabía que Gouki no era del
tipo de persona que jugaría con esas cosas. Sin duda le llevó un tiempo aceptar la
verdad, pero se las arregló para recuperar la mayor parte de su compostura durante el
rato previo a la reunión.

Mientras tanto, Shizuku elogió a Rio con una sonrisa encantada.

―Eres increíble, Rio. ¡Fuiste capaz de derrotar a Gouki!

A diferencia de su esposo, cuyas alabanzas iban acompañadas de algo de tensión,


Shizuku se encontraba genuinamente feliz por la victoria de Rio.

―Muchas gracias.

Rio inclinó la cabeza, avergonzado.

―Estaba pensando en dejarte entrenar bajo la tutela de Gouki durante un tiempo,


pero parece que mis preocupaciones han sido desestimadas…

Dijo Homura con un rastro de tristeza en su sonrisa. Su intención era que él


entrenara con Gouki, después de todo. De esa forma habría sido casi inevitable que su
nieto viviera en la capital e incrementara la frecuencia de sus encuentros secretos… o
eso era lo que deseaba en su interior. Aunque era consciente de que debían
abstenerse de tener un contacto excesivo con Rio debido a las mismas circunstancias
que les impedían revelar su identidad, su deseo de verlo asiduamente era muy fuerte.

Entonces, conociendo o no los sentimientos de su abuelo, Rio habló.

―En absoluto, pude disfrutar de una experiencia muy valiosa. No hay muchas
ocasiones de luchar contra alguien del nivel del señor Gouki. Gracias por su
consideración.

Rio le ofreció a Homura unas palabras de sincera gratitud.

―¿Es así? Entonces eso es lo más importante… Pero, Rio, con que sea tan sólo a
veces nos conformamos. Hasta que decidas marchar de estas tierras, ¿nos harías el
favor de venir a este castillo y hablar con nosotros?

― 176 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Le preguntó Homura. Su esposa miraba a Rio con impaciencia por saber su


respuesta.

―En cuanto a eso… por supuesto. Si les parece bien, trataré de hacerlo todo lo
posible.

Al otro lado de la cálida mirada de sus abuelos, Rio asintió con timidez.

―…Ya veo. Gracias.

Dijo Homura agradecido e inclinó la cabeza ante él.

―Por favor, no hay ninguna necesidad de que agachéis la cabeza.

Entonces Rio trató de detenerlo, azorado.

―No… Estás gastando tu preciado tiempo por satisfacer nuestros deseos egoístas.
No te hemos causado más que problemas y dificultades. Cuando lo pienso de esa
manera me hace sentir la mayor de las vergüenzas…

―Pero ése no es el caso. Si no quisiera verlos, habría rechazado su proposición de


venir aquí desde el principio. Si me encuentro en este castillo es por propia voluntad.

Dijo Rio abruptamente en respuesta a las palabras de lamento de Homura.

Ya se tratara de Yuba, Homura o Shizuku, no había duda de que todos ellos fueron
personas importantes para Zen y Ayame. Por eso Rio quería tener una buena relación
con ellos también; quería escuchar historias sus padres que no conociera.

―Rio…

Shizuku murmuró el nombre de su nieto con gran emoción.

―Entonces debemos estrechar más nuestra relación…

Homura resplandecía de alegría.

Después de eso, Rio y sus abuelos estuvieron charlando sobre un sinfín de cosas.
Los temas de conversación se centraban sobre todo en lo que tenían en común, es
decir, historias enternecedoras sobre Zen y Ayame. Los episodios relacionados con su
vida parecían ser lo que más compartían ambas partes.

Aunque los tres estaban disfrutando de una agradable conversación y se sentían


contentos por ello, el tiempo que podían pasar juntos era limitado. Homura y Shizuku
tenían deberes que atender también ese día, y la partida de Rio hacia la aldea era
mañana. Hicieron la promesa de volver a verse en una fecha posterior, sin embargo, la
decisión a la que llegaron fue que Gouki visitaría la aldea en momentos propicios, pero
sin determinar un día concreto. Por lo tanto, no sabían cuándo volverían verse
exactamente, así que aprovecharon a decirse todo lo que pudieron y más en esta
ocasión.

―No nos queda mucho tiempo, pero ¿hay alguna cosa más que desees saber?

― 177 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 6

Preguntó el rey a Rio.

―…Por lo visto tengo una prima en la aldea que estoy viviendo ahora mismo. ¿Se
me permite revelar mi identidad a esa chica?

Por supuesto, la prima a la que se estaba refiriendo era Ruri. Como él la


consideraba como otra miembro preciada de su familia, no quería dejar que ella fuera
la única que se quedara en la ignorancia con respecto a este tema.

―Umm. Si ella acepta adherirse estrictamente a la confidencialidad, entonces no


habría problema. Confío en que juzgarás correctamente si es o no capaz de hacerlo.

Homura reflexionó durante un breve momento antes de darle su consentimiento;


ése era su nivel de confianza en Rio.

―Muchas gracias.

Y el chico sonrió como respuesta.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

Capítulo 7: A la Aldea

El día posterior a su encuentro secreto con los reyes del país, Rio se marchó en
solitario de la capital. Gouki le insistió tozudamente en que le dejara acompañarlo,
pero Rio lo rechazó diciendo que quería regresar lo antes posible. En realidad, lo que
tomaba varios días de viaje a pie, él solamente tardaba unas horas de vuelo con su
técnica espiritual.

—Bienvenido de vuelta.

Dijeron los aldeanos efusivamente cuando Rio regresó al pueblo, y él correspondió


al cálido recibimiento con un “ya estoy aquí” y un saludo.

Rio anunció su presencia al entrar en la casa del jefe de la aldea.

—Bienvenido a casa, Rio.

Yuba lo recibió alegremente desde donde estaba, sentada en una alfombra de la


sala de estar.

—Parece que has sacado provecho del viaje y tenido conversaciones interesantes.

—Sí.

Rio asintió sonriendo, pero de esto último no se dio cuenta. Estaba contento por ver
que la actitud de Yuba no había cambiado.

—¿Debería hablar ahora más formalmente incluso cuando estemos solos?

Preguntó Yuba en broma, a lo que Rio se negó con una sonrisa amarga.

—Por favor, no.

Yuba se desternilló de la risa.

—Como dije antes, aunque seas un miembro de la realeza, tú y yo siempre


seremos abuela y nieto. Al menos es lo que creo yo, y siempre y cuando tú pienses lo
mismo eso nunca cambiará.

—Muchas gracias. En realidad hay una cosa que quería consultarte en cuanto a la
familia…

Rio salió de repente con una pregunta.

—¿Cuál es? De pronto te has puesto muy tenso.

—Es sobre Ruri-san. Me han dado permiso para revelarle mi identidad, pero
también quería consultarlo contigo…

—…Puesto que existe una relación de sangre entre ustedes, creo que tiene
derecho a saberlo.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

Yuba asintió con un amago de risa.

—Gracias. ¿Sabes dónde podría estar Ruri ahora mismo?

—Supongo que tomando té con las otras chicas de la aldea. Pero, si se ha enterado
de que ya has regresado, seguramente vendrá corriendo de un momento a otro. Se
preocupó mucho cuando dejaste la aldea repentinamente.

—Ya veo…

Rio puso una sonrisa tímida, pero justo entonces Ruri entró a la casa.

—¡Ya he vuelto! ¡Rio, por fin regresaste! ¡Hum, ¿a dónde fuiste?!

—Tenía unos asuntos muy importantes que atender. Perdóneme por haberla hecho
preocupar.

—En serio, la abuela no quería explicarme nada de lo que pasó cuando le


preguntaba. De pronto unos desconocidos te llevaron con ellos fuera de la aldea, así
que temía por ti.

—Precisamente hay algo que quería contarle sobre eso…

—¿Contarme, a mí?

—Sí. Pero antes de nada tiene que prometer que guardará los detalles, porque es
un secreto.

—Uuh, ¿de qué se trata?

Ruri inclinó la cabeza ante la vaga explicación de Rio.

—Es sobre quién soy. Yuba-san ya lo sabía… por eso fue que me dejó vivir en esta
casa. Me gustaría que usted también lo supiera, pero este secreto debe mantenerse
bajo la más estricta confidencialidad, por lo que primero debo comprobar si está de
acuerdo con ello…

Rio escogió sus palabras con cuidado para explicarse, no sin echar un vistazo que
otro a la cara de su prima mientras tanto.

—Así que es acerca de quién eres, ¿eh? Sí, claro que quiero saberlo. Prometo que
no diré nada a nadie de lo que me cuentes.

El rostro de Ruri se tiñó de miedo, pero entonces asintió con determinación.

—Entonces, aquí va.

—Vale. Cuando estés listo.

Ruri inspiró profundamente y asintió esperando a que Rio comenzara a relatar su


historia. Él intercambió algunas miradas con Yuba antes de abrir la boca con algo de
nerviosismo.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

—En primer lugar, usted y yo somos primos. Mi padre era el hermano menor del
tuyo.

—…Uuh. Así que… somos primos.

Aunque Ruri se tensó ligeramente al escuchar esas palabras, aceptó la verdad que
le estaban contando con bastante facilidad.

—No pareces sorprendida…

Yuba comentó eso con los ojos desmesuradamente abiertos.

—…No, sí que estoy sorprendida, pero me imaginaba que sería algo como eso a
juzgar por el ambiente que hay en la habitación. Además, Rio ya era como de la
familia, así que no hay tanto cambio.

—Gracias.

Rio le agradeció sus palabras con timidez.

—Yo también pienso en usted como alguien de mi familia, y es precisamente por


eso que quería hablar de este tema. Quiero que lo sepa.

—S-Sí, yo también te lo agradezco. Gracias.

Ruri, ruborizada, también le agradeció el gesto.

—Así que, mi padre… la persona que en algún momento fue su tío, se llamaba Zen.
El apellido de mi madre era Karasuki, Karasuki Ayame. Es decir, una princesa de este
reino.

Tras unos largos segundos de silencio, Ruri echó la cabeza hacia delante.

—…¿Perdona?

—Mi madre era una princesa de este reino.

Rio se vio obligado a repetirlo con una sonrisa amarga.

—Supongo que éste ya es un poco más difícil de creer.

Intervino Yuba con una risa desenfadada.

—Umm… Pero esto es una broma, ¿verdad?

—No, es la verdad. El padre de Rio… tu tío… se casó con la princesa de este reino.

—¿Lo dices en serio, abuela?

—Ya te lo he dicho, ésa es la verdad. ¿Por qué mentiríamos acerca de esto?

Yuba asintió con una sonrisa algo forzada ante la pregunta todavía de incredulidad
de su nieta.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

—Pero… es que… ¿eeeeh? ¿De verdad? Pero entonces… oh, no. Eso implicaría…
pues, ya sabes… Eso convertiría a Rio en un príncipe, ¿verdad?

—Bueno… supongo que sí. Aunque no de manera legitimada, Rio forma parte de la
realeza de este país.

—Ajaja… Pero, o sea, eso es imposible. No hay forma de que un aldeano se case
con una princesa, después de todo.

—Pamplinas. El padre de Rio ascendió al rango de guerrero por sus servicios


distinguidos en la guerra. Así es como llegó a conocer a la princesa Ayame. Te diría
que le preguntaras a la gente de la aldea… pero obviamente no puedes hacerlo por
tratarse de un secreto, aunque los más viejos del lugar seguro que recuerdan que Zen
se convirtió en un guerrero.

—Un guerrero… Entonces no es extraño que se convirtiera en una persona de


confianza para la princesa, supongo. Pero entonces eso convertiría a Rio en todo un
príncipe de este reino… ¿no?

—Desde un punto de vista sanguíneo, sí. Eso es lo que he estado intentando


decirte.

Dijo Yuba con un suspiro de cansancio. Ruri miró pasando de la cara de su abuela
a la de Rio numerosas veces antes de comprender finalmente lo que le habían
explicado. Entonces la chica se puso pálida cuando de repente se giró hacia Rio, y se
postró ante él apresuradamente.

—E-Emm, p-príncipe Rio… ¡l-lo lamento muchísimo! ¡Por favor, perdonad que me
saltara los protocolos y os haya tratado de una manera tan irrespetuosa hasta ahora!

—¡Espere! Por favor, no haga eso. ¡Compórtese conmigo como lo ha hecho


siempre!

Rio detuvo a su prima llevado por el pánico.

—P-Pero… el príncipe Rio es de la realeza… ¿no?

Ruri levantó la cabeza tímidamente para mirarlo.

—Puede que mi madre lo fuera, pero yo no. Incluso si se pone a discutir con el
razonamiento de que los hijos de la realeza también forman parte de ella, mi identidad
no puede hacerse pública. Así que, por favor, tráteme como siempre lo ha hecho.

Rio negó fuertemente con la cabeza y entonces la agachó para rogarle.

—¿Entonces puedo llamaros… simplemente Rio?

“Sí, así está bien. Como hacía hasta ahora.”

“A-Así se hará…”

De algún modo Ruri acabó cediendo, pero aun así seguía claramente nerviosa.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

—Pero su forma de hablar no ha cambiado todavía, ¿sabe?

Señaló Rio para meterse un poco con ella.

—Ah, sí… es cierto.

Ruri casi volvió a responder sin darse cuenta de la misma manera formal y tensa,
pero entonces fue capaz de interrumpir esos pensamientos y asintió una vez más con
una sonrisa incómoda.

—Sé que no debe ser fácil oír de repente que soy su primo, pero me gustaría que
siguiéramos llevándonos bien, por favor.

—…Sí. De acuerdo… Está bien, Rio y yo ahora somos primos.

Murmuró Ruri algo mareada, como para convencerse a sí misma de esta nueva
realidad. El impacto de que la madre de Rio fuera una princesa fue tan fuerte que eso
le hizo olvidar el hecho de que eran parientes de sangre.

—Estupendo. Soy su primo.

—Así que aún tengo otros familiares aparte de mi abuela. Ah, eso significa que soy
como una hermana mayor para ti por un año, ¿verdad?

—Eso es correcto. ¿Preferiría que me refiriese a usted como mi hermana mayor?

Preguntó Rio con una sonrisa juguetona.

—¡N-No, no es necesario! ¡Perdona por decir eso! ¡Vaya, eso sí que es


embarazoso! ¡No!

Ruri se puso a gritar con la cara de un rojo brillante.

—Entonces seguiré llamándola Ruri-san como hasta ahora.

Dijo él con las comisuras de sus labios curvadas hacia arriba para formar una
sonrisa de alegría. Aunque la expresión de la chica no era del todo de conformidad.

—Mm, pero somos primos, así que… creo que preferiría que me hablaras de una
manera algo más informal. Como un estilo más cercano, ¿no te parece?

Preguntó ella fijándose especialmente en la expresión de Rio.

—Umm. Ya lo expliqué antes, y es que ahora esta forma de hablar ya es


prácticamente un hábito para mí. Es que… desde que empecé a usarla, me es muy
difícil cambiarla sin una razón muy importante.

Explicó Rio con una sonrisa de incomodidad.

Aunque la otra persona fuera menos que él, siempre y cuando no se tratara de
alguien arrogante, Rio no se sentía cómodo hablando demasiado informalmente con
alguien que acabara de conocer. Por supuesto, una vez que cogía confianza ya estaba
más dispuesto a hablar sin reservas. Pero, a menos que hubiera algún tipo de

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

circunstancia que le impidiese hacerlo, siempre utilizaba esa manera tan educada de
hablar sobre todo por vergüenza.

—Umf. ¿Estás diciendo entonces que ser mi primo no es una razón suficientemente
importante?

Ruri miró a Rio con una cara ligeramente de enfado, y con eso él por fin pareció
captar la idea.

—…Bueno, supongo que tienes razón. Perdóname… Sí, está bien. ¿Qué tal ahora?

Dijo con timidez, desviando la vista por la vergüenza.

—¡Bien!

La expresión de Ruri se encendió de alegría. Puede que algo de la vergüenza


extraña en Rio le hubiera hecho gracia, ya que ahora se encontraba increíblemente
animada.

Después de eso, Rio le contó otra información que era necesaria, la mayoría
relativa a los motivos por los que Zen y Ayame abandonaron la aldea y las
circunstancias del momento, así como una explicación de por qué Ruri debía guardar
el secreto sobre la identidad de Rio a todo el mundo. Ella parecía tener algunas cosas
que decir acerca del pasado de su primo, pero le había prometido no hablar de ello.
Entonces, cuando terminó de explicarle todas las cosas nuevas que había descubierto
en la capital, cambió de postura y miró atentamente a su prima y a Yuba.

—Otra cosa: puede que sea un poco precipitado, pero quería aprovechar esta
oportunidad para informales a las dos sobre algo.

Rio se sentó correctamente y miró fijamente a ambas.

—¿De qué se trata?

Preguntó la mayor.

—Estoy pensando en dejar la aldea el año que viene, sobre estas mismas fechas.

Respondió Rio yendo directamente al grano.

—Ya veo… Es un poco triste, pero son cosas que uno debe hacer. ¿Volverás algún
día a la tierra que te vio nacer?

Continuó Yuba con una sonrisa llena de tristeza.

—Así es. Hay muchos otros lugares que me gustaría visitar, pero algún día…

Rio respondió afirmativamente a su pregunta con determinación en sus ojos.

—Regresarás a esta aldea, ¿verdad? Esto no es un adiós para siempre, ¿cierto?

Ruri, que había estado escuchando en silencio, preguntó a Rio vigilando su


expresión.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

—…Pues… claro, me encantaría volver si a ustedes les parece bien.

Él sonrió algo incómodo mientras respondía con bastantes dudas.

—¡Por supuesto que nos encantaría tenerte aquí de vuelta! ¡¿Qué cosas dices?!

—Pues claro… Puedes volver cuando quieras. Éste es tu hogar, y además ya eres
un miembro de la aldea como otro cualquiera.

Ruri y Yuba respondieron de inmediato invitando a Rio a que volviese algún día. Él
les dio las gracias a las dos, feliz de escuchar la respuesta que le habían dado.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

—Por cierto, si hay un lugar al que debes ir, ¿significa eso que hay alguien
esperándote allí? Si es así, me gustaría saber más sobre esa persona. ¿Nos harás el
favor de contárnoslo?

Preguntó su prima con curiosidad.

—…No estamos relacionados por sangre ni nada, pero hay una persona que me
considera su hermano mayor aparte de otras que cuidaron de mí.

Rio le respondió tímidamente.

—Ah, así que era lo que pensaba. ¿Por casualidad la persona que te trata como si
fueras su hermano mayor es una niña pequeña?

—Bueno, sí…

—Jeh, ya lo suponía. Pero, bueno, en ese caso no podemos retenerte aquí para
siempre. Si para ti es como una hermanita, entonces ella también es mi prima, así que
me gustaría que algún día me la presentaras. ¡Eh, al menos dime su nombre!

Ruri empezó a decir una cosa tras otra. Y así, Rio tuvo que aguantar la oleada de
preguntas vergonzosas que su prima le estuvo haciendo durante un rato.

◇ ◇ ◇

Pasaron unos días desde que Rio le explicó su pasado a Ruri. Con el festival de la
cosecha llegando a su fin, la aldea entró en la época de descanso de los cultivos
justamente antes del invierno. Los aldeanos estaban preparándose para pasar el
invierno aparte de haciendo algunos pequeños trabajos en los campos como
anticipación al año siguiente. Sin embargo, para un cazador, ésta era la época más
ajetreada del año.

Rio normalmente ayudaba en los campos por las tardes, pero desde que regresó a
la aldea pasó todos los días cazando hasta el anochecer, y cada presa que mataba la
procesaba para convertirla en comida conservada. Naturalmente, el contacto que tenía
con los aldeanos que no eran cazadores disminuyó bastante y apenas veía a Yuba o a
Ruri cuando no llegaba demasiado tarde.

—Escucha, Rio, ¿has vuelto a ver a Sayo desde que regresaste aquí?

Una mañana, mientras Rio se preparaba para salir de caza en la cabaña donde se
reunían todos los cazadores, Shin se le acercó.

—No, he estado ocupado cazando, así que aún no la he visto…

—Últimamente ella ha estado preguntando por ti. “Parece que está ocupado con el
trabajo de la caza, así que debe ser que le va bien…”. Me da un poco de cosa, así que
ve a verla aunque sólo sea una vez.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

Dijo Shin de una manera un poco seca.

—Perdone… se conoce que la he hecho preocupar. También quería saludar


correctamente a los demás, así que mañana o pasado buscaré un rato para ir a verla.

Respondió Rio con una mirada de disculpa y comprensión.

—…No te olvides de hacerlo.

El rostro de Shin se oscureció a causa de una expresión de molestia y asintió sin


mirar.

◇ ◇ ◇

En la tarde del día siguiente, tras haber recibido el permiso de Dola por la mañana
para terminar la caza, Rio se dirigió montaña abajo. Se esforzó en aparecer por un
sitio donde la gente solía reunirse y saludó brevemente a todos. Tras detenerse en
unas cuantas zonas de trabajo, finalmente llegó a un taller donde estaban reunidas las
chicas de la aldea.

—¿Eh, Rio? ¿Cómo tú por aquí?

Ruri fue la primera que advirtió la presencia de Rio y fue corriendo hacia él.

—Hey, Ruri. Me di cuenta de que no había saludado a nadie cuando volví a la aldea,
así que quería pasarme por aquí para que la gente me viera.

—Bien. Es cierto, muchos estaban preocupados porque te habías ido… Espera,


¿eh? ¿A qué vienen esas caras, chicas?

Los dos primos habían estado conversando como si fuera lo más normal del mundo
mientras que todas las chicas presentes los estaban mirando con una expresión de
estupefacción. Y, cuando Ruri se dio cuenta de ello, se puso nerviosa.

—¡El tono!

Las chicas contestaron al unísono.

—¿El tono?

Ruri inclinó la cabeza mientras que Rio sonrió de vergüenza al comprender lo que
ocurría.

—¡Tu tono con Rio-sama! ¡¿Por qué hablas de esa forma tan cercana con él, Ruri?!

Una de las chicas hizo una pregunta algo más extensa, lo que hizo que Ruri por fin
entendiera la situación.

—¿Eh? Ah, eso es porque…

― 188 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

—¿Qué significa esto, Ruri?

Obviamente, todas empezaron a arrinconar a Ruri de forma unánime con sus


preguntas.

—No, umm…

La mirada de Ruri empezó a perderse en el infinito, esperando a que Rio, a su lado,


la ayudara. Sin embargo, él dio un paso hacia atrás para divertirse y asumió el papel
de alguien que no tenía nada que ver con eso.

¡¡R-Rio!!

Ruri se lo quedó mirando con ojos de reproche.

Tú eres la que está siendo interrogada, Ruri. Si tratara de intervenir ahora, las
cosas no harían más que complicarse.

¡Puede que tengas razón…! ¡Pero aun así…!

Y así siguieron durante un rato. Estaban manteniendo una conversación a través de


la mirada, pero para las chicas, que todo esto las hacía sospechar aún más, este
silencio opresivo continuó aumentando por segundos. Un sudor frío empezó a
formarse en la frente de Ruri ante las miradas penetrantes que tenía fijas en ella.

—V-Vivimos en la misma casa, así que le pedí que no fuera tan formal durante todo
el tiempo porque ya empezaba a resultar agotador. Vamos, chicas, que no es para
tanto.

Ruri esquivó la pregunta con una explicación más que plausible. No podía contarles
la verdadera razón, y es que recientemente descubrió que ambos eran primos.

—………

Todas las chicas se miraron entre sí. No había forma de negar ese argumento, pero
aun así pensaron que seguía habiendo algo sospechoso; su intuición femenina les
estaba diciendo eso.

—Ruri… me dijo hace un tiempo que cambiara mi manera de hablar, pero ¿creen
que resulta tan extraño después de todo? Me temo que aún no estoy del todo
acostumbrado a ello…

Rio habló con las chicas en el momento preciso.

—No, no es que sea extraño…

Ellas no eran capaces de acosar a Rio con tanta persistencia como hicieron con
Ruri, así que negaron con la cabeza sin problema. Y como durante un momento
dejaron de hablar sobre el tema, Ruri soltó un suspiro de alivio.

Umf, y lo peor es que ni siquiera sabe cómo me siento…

― 189 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 7

Ruri se enfadó al ver que los labios de Rio estaban formando una sonrisa de
diversión. En ese momento él estaba hablando con las chicas fingiendo ignorancia, y
poco después se disculpó por haberlas hecho preocupar cuando dejó la aldea
repentinamente. También estuvieron charlando sobre otras cosas.

—Parece que también le hice preocupar a usted, Sayo-san. Shin-san me lo contó.

—¿M-Mi hermano? U-Umm, no le habrá dicho nada raro, ¿verdad?

—No, no entró en detalles…

—Ya veo… Entonces está bien. Así que, umm, con Ruri…

Sayo parecía aliviada, pero entonces se puso a susurrar el comienzo de una


pregunta.

—Sí, ¿qué pasa?

—N-No es nada…

Cuando Rio inclinó la cabeza esperando una continuación, ella se lo calló debido a
la timidez.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

Capítulo 8: Un Visitante Inesperado

Un día después de que el invierno llegara, cuando los aldeanos se encontraban


encerrados en sus casas refugiándose del frío, Gouki hizo una visita al pueblo sin
previo aviso. El asunto que le había traído aquí era el de conseguir que Rio fuera al
palacio real a ver de nuevo a Homura y Shizuku, y eso fue lo que ocurrió. Habían
pasado varios meses desde su último encuentro, pero al menos los nervios de la otra
vez ya no estaban presentes puesto que Rio tomó parte tranquilamente en la reunión
secreta.

—Disculpa por haberte hecho venir tan repentinamente, sobre todo con este frío.

Dijo Homura después de intercambiar unos saludos no demasiado formales y tomar


asiento.

—No, para empezar, ni siquiera hay trabajo que hacer en la aldea durante el
invierno.

—Ahora que lo pienso, la última vez que nos vimos fue en otoño. En realidad nos
habría gustado reunirnos contigo un poco antes, pero todavía había muchas cosas
que teníamos que terminar de atender primero.

No poder ver a su nieto cuando querían era descorazonador; Homura suspiró


mientras pensaba si decir eso.

—Gracias por darme la oportunidad de encontrarme con ustedes en esta época tan
ajetreada.

—No, no es ningún problema. Además, en esta ocasión hay algo muy importante
que queremos discutir contigo.

El rey lo miró con una expresión algo inquisidora.

—¿Algo importante?

Preguntó Rio colocándose en una postura menos relajada.

—Sí, y tiene que ver con tus planes de venganza.

Homura le respondió con un tono muy bajo.

—¿Y qué les gustaría discutir exactamente sobre eso?

Ahora, la expresión de Rio se veía un poco tensa.

—Um. En primer lugar, yo también detesto a Lucius. Siguiendo mis emociones, no


deseo nada más que apoyarte en tu objetivo… pero, como rey, desgraciadamente no
puedo abandonar este país.

—Supongo que eso era de esperarse…

― 191 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—…Y es por eso que pensé en preparar un pequeño grupo de asistentes para que
te apoyen. Ellos te prestarán su fuerza de parte de Shizuku y yo. Puedes usarlos como
te plazca.

—Uuh… ¿Eh?

La bomba que Homura dejó caer tomó a Rio por sorpresa, lo cual hizo que se
quedara paralizado en el sitio.

—¿Qué dices?

Homura insistió para obtener una respuesta mientras observaba la expresión


estupefacta de su nieto con ternura.

—U-Umm, no, de ningún modo podría…

Rio expresó indicios de desaprobación, pero Homura no estaba dispuesto a retirar


su ofrecimiento sólo por eso.

—Mi idea es asignarte una docena de sirvientes, los cuales además estarán
liderados por Gouki y Kayoko.

—…¿Y todos ellos están de acuerdo en hacer esto?

Rio sintió las ganas de esconder su cabeza entre los brazos, pero las resistió con
una voluntad de hierro y dio voz a esa pregunta mirando a Gouki y Kayoko, que
también estaban presentes en la sala.

—Naturalmente.

El rey lo confirmó. Los dos guerreros también asintieron vigorosamente, por lo que
Rio finalmente comprendió que sus abuelos hablaban en serio.

—Pero si alguien de tan alto prestigio como Gouki desapareciera del reino, creo
que las repercusiones serían de mucha gravedad, y eso como mínimo…

Rio abordó la cuestión principal dando un rodeo.

Gouki era afamado por ser el mayor guerrero del reino de Karasuki. Su fuerza se
encontraba a la par de un ejército de mil hombres, y además había logrado grandes
resultados y la confianza por parte de toda la población. Por tanto, si una figura como
ésa de repente abandonara el reino y desapareciera sin dejar rastro, no había duda de
que se produciría un escándalo.

—No te preocupes. Los preparativos necesarios para que eso no ocurra ya se han
completado; es algo básico en el mundo de la política.

—Si es así…

Rio se encontró sin palabras cuando le dijeron con tanta confianza que no habría
problemas. Estaba claro que habían escogido sus palabras minuciosamente, por lo
que si Rio hablaba sin dar argumentos bien razonados podría acabar viéndose
obligado a aceptar el trato.

― 192 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—Sin embargo, el señor Gouki posee una familia, por no mencionar la historia que
acompaña a los Saga y sus deberes públicos. ¿Qué será de todo ello?

Cuestionó Rio para comenzar con su réplica.

—No habrá inconveniente en eso. Los únicos de la familia Saga que pasarán a
estar bajo tu mando son Gouki y Kayoko. Aunque, Komomo dijo que también quería
acompañarte, ya fuera como una sirviente o por libre.

Dijo el rey mirando a la pareja de guerreros.

—Sí. Llevaremos a Komomo con nosotros, pero mi hijo y los demás se quedarán en
estas tierras. Por tanto, la continuidad de la familia Saga en este reino no se verá
peligrada.

Dijo Gouki con un tono de determinación absoluta.

—Pero mi destino, la región de Strahl, no es un lugar al que sea fácilmente volver


desde aquí por el viaje que implica. Al señor Gouki, incluso yendo solo, le llevaría
varios meses realizarlo, por lo que existe la posibilidad de que no vuelvan a ver a su
familia de nuevo.

—Como guerrero, uno debe estar siempre preparado para la posibilidad de no


volver a ver a su familia nunca más cuando se aventura al campo de batalla. Y esto no
es diferente.

Dijo Gouki. Era difícil dar un argumento razonado con esa forma de ver la vida que
habían puesto al instante sobre la mesa.

—No, pero ése no es el único problema… ¿Cómo le explicarán esto al señor


Hayate y los demás?

—Aunque puede resultar presuntuoso por nuestra parte, ya le hemos explicado


todo a nuestro hijo. Todos lo han asumido.

—¿Y eso también se aplica al resto de personas que me acompañarán? ¿De


verdad todos ellos están dispuestos a abandonar este reino?

—Debido a una serie de circunstancias, todos los demás son miembros de un


escuadrón encubierto asociado a mi familia. No tienen parientes, son devotos
sirvientes y además son extremadamente habilidosos, por lo que no hay inconveniente
en que nos acompañen.

—…Pero no hay pruebas de que ese hombre… Lucius, siga siquiera con vida.

Dijo Rio tratando de convencer a Gouki en última instancia de que no lo


acompañara.

—Rio-sama, ésta es una oportunidad que llevamos esperando durante mucho


tiempo. Aunque nuestro odio hacia Lucius juega una gran parte en ello, se trata de una
oportunidad única en la vida para Kayoko y yo en la que poder cumplir nuestro deseo
más anhelado, el cual no fuimos capaces en el pasado. De modo que… se lo ruego.

― 193 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

Gouki imploró agachando la cabeza profundamente delante de Rio. Con eso, él


finalmente lo entendió: Gouki y los demás no decían de acompañarlo porque se lo
hubieran ordenado, sino porque querían. Sus argumentos apenas válidos no iban a
ser suficientes para disuadirlos. Pero, aun así, Rio no tenía intención de convertir a
Gouki y compañía en sus sirvientes. No era una cuestión de lógica, simplemente no
pensaba que fuera lo bastante fuerte como para soportar la carga de las vidas de otras
personas. Y por eso…

—No puedo aceptar su apoyo. Agradezco la intención, por supuesto, pero esto es
algo que debo hacer por mi cuenta.

Rio no podía hacer otra cosa que rechazar las intenciones de Gouki y los demás.

—Ya veo. Así que después de todo hemos llegado a esto…

Homura masculló con pesar. Parecía que ya había previsto que Rio se negaría
desde el principio. Aparte, Gouki y compañía tampoco parecían muy alterados.

—Rio… Odiamos a Lucius tanto como tú, y no podremos estar en paz hasta que
asuma las consecuencias de sus actos. Puesto que nos sentimos igual que tú, no
podemos permitir que soportes toda la carga de la venganza sobre tus hombros.

Dijo Homura con dudas en su voz.

—Así es… pero aun así… no, es por otra cosa. No es que yo quiera rechazarlos,
sino que pienso que el señor Gouki y los demás no serán capaces de seguirme.

Rio negó firmemente con la cabeza.

—¿A qué… te refieres? El equipo está constituido por los mejores guerreros de mi
reino. Hallo difícil creer que no sean capaces de seguirte…

—Estoy hablando de lo siguiente:

Será mejor que se lo muestre sin más. No tendrán más opción que retractarse al
ver la diferencia en nuestras habilidades.

Con ese pensamiento, Rio reveló voluntariamente uno de los trucos que guardaba
bajo la manga. En cuanto dijo esas palabras, utilizó sus técnicas espirituales de viento.
Homura y los demás abrieron los ojos enormemente en una estupefacción muda.

—¿Qu–? ¿E-Estás flotando?

—No es simplemente flotar; puedo moverme volando por el aire. Y por eso no
podrían seguirme ni siquiera aumentando las capacidades físicas de su cuerpo con
Técnicas Espirituales, puesto que yo volaré fácilmente sobre cualquier obstáculo del
terreno.

La carta que Rio reveló resultó ser increíblemente efectiva. Homura y los demás se
quedaron escuchando la explicación de Rio asombrados.

― 194 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—…Y pensar que las técnicas espirituales de viento se podían usar de esa
manera… Gouki, tú te especializas justo en este tipo de técnicas, ¿sabes hacer lo
mismo?

Preguntó Homura, a lo que la cara de Gouki se retorció de frustración.

—…No puedo.

Le contestó.

Así que éste es el truco que hay detrás de la extraordinaria velocidad que demostró
tener durante el combate de entrenamiento…

Gouki llegó a esa conclusión con tristeza. Si se trataba de impulsar su cuerpo


usando viento por detrás, entonces Gouki sí que era capaz de hacerlo, pero no podía
utilizarlo en una situación real de combate. Si cometiera cualquier mínimo error ya
fuese en fuerza o en dirección, consecuentemente eso le colocaría en un problema
mayor.

—¿Y conoces a alguien que sí?

—…No, tampoco. Lo que yo puedo hacer es crear una ráfaga de viento y enviarme
a volar por el aire, pero lo que es flotar con tanta estabilidad…

—Si ése es el caso… Entiendo. Rio, por ahora nos retractamos. Pero, por favor,
¿podrías mantener esta oferta en mente? Puede que consigamos hacerte cambiar de
opinión antes de partir.

—…Como queráis.

Aunque dudaba que eso fuera a ocurrir, Rio se mostró de acuerdo.

◇ ◇ ◇

El día siguiente a que rechazara el ofrecimiento de ponerse al mando de un grupo


de sirvientes de parte del rey, Rio se encontraba en la residencia de los Saga, justo
como la última vez que pasó unos días en la capital. Allí, Komomo estuvo atosigándolo
hasta que él aceptó tomar parte en su práctica diaria. Una vez que sus energías en el
entrenamiento se agotaron, Komomo de repente le hizo una pregunta.

—Rio-sama, ¿se dirigirá usted hacia las tierras más lejanas del oeste?

—Sí, así es.

Rio asintió.

—¡Umm! ¡Desearía poder acompañarlo, Rio-sama!

Le propuso eso sin un segundo de retraso a su respuesta. Su rostro tenía una


expresión de genuina inocencia mientras lo miraba con una sonrisa alegre.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—…No puede.

Los ojos de cachorrito de Komomo poseían un encanto que causaba que cualquier
persona, independientemente de su género, accediera a sus demandas, pero Rio de
algún modo se las arregló para resistirse.

—¿No puedo… bajo ningún concepto?

—Bajo ningún concepto.

Rio negó bruscamente con la cabeza.

—Aww…

Komomo infló las mejillas con cara de enfado.

—Gouki-san, absténgase por favor de utilizar a su hija para tentarme.

Rio alzó esta queja al ver al instigador que se encontraba detrás de todo esto. Se
giró para mandar una mirada de exasperación a Gouki, que estaba vigilando la zona
de entrenamiento desde atrás, medio a escondidas.

—Umm, parece que me ha descubierto.

—Obviamente. Incluso tratándose de ella, el viaje sería extremadamente duro para


una niña de diez años, ¿es que no se da cuenta? Por favor, no sea absurdo.

Aunque hubo un precedente similar, Rio prefirió no mencionar a Latifa.

—Pero Komomo ya ha aprendido la habilidad de aumentar sus capacidades


mediante las Técnicas Espirituales. Este largo camino será una buena experiencia de
aprendizaje para ella.

—Pero es que este viaje no está pensado para que sea una experiencia de
aprendizaje…

Sin duda este viaje tan largo y complicado sería una gran experiencia educativa,
pero el optimismo casi temerario de tratarlo como una oportunidad para aprender y
entrenarse hizo que Rio suspirara. El hecho de que la propia Komomo estuviera lista y
deseosa de partir le dejó con una sorpresa muy grande.

—En cualquier caso, el único de aquí que marchará en dirección a la región de


Strahl soy yo.

—…Ya veo. La reunión de ayer sirvió para demostrar lo determinado que está a
hacer esto solo. Si insiste en que es imposible que le sigamos, entonces ya no
debemos tratar de convencerle más.

Gouki puso una sonrisa amarga que acompañó de un pequeño encogimiento de


hombros.

—¿Eh? Ah, bien…

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

Rio se sorprendió por la facilidad con que Gouki se dio por vencido. Para ser
sincero, se había esperado un poco más de resistencia, y fue por eso que no pudo
evitar enviar una mirada al guerrero para examinarlo.

—¿Um, qué sucede?

—Ah, no. Si usted está de acuerdo con eso, entonces no tengo ninguna objeción en
particular.

Temiendo causar más problemas él solo, Rio se contuvo de preguntar nada más.

—Pero sí que es un poco triste. Para empezar, no hemos tenido muchas


oportunidades de verlo, por lo que pensar que nos dejará para marcharse a una tierra
muy lejana resulta… Regresará a la aldea en unos días, ¿verdad?

Komomo dejó caer la cabeza mientras expresaba sus sentimientos.

—Sí. Por desgracia ése es el caso.

Rio asintió con una expresión incómoda.

—Entonces, ¿cuándo podremos volver a vernos?

—Pues… eso dependerá de la disponibilidad de Sus Majestades, pero creo que


como mínimo el mes que viene…

—El mes que viene…

Komomo se puso aún más triste.

—Komomo…

Rio miró a la niña con una expresión de conflicto consigo mismo.

—Me… me gustaría ir a la aldea de Rio-sama.

Susurró la pequeña mirando a Rio a la cara.

—¿A… mi aldea?

—Sí. Quisiera poder estar a su lado. Me gustaría que siguiera entrenándome más,
y también quiero saber cómo es la aldea en que vive.

Incapaz de disimular su tenacidad, Komomo le expresó sus deseos. Rio no podía


permitir que lo acompañara hasta la región de Strahl, pero si era a un lugar tan
próximo como la aldea, entonces quizás se lo planteara.

—Bueno, no debería haber ningún problema siempre y cuando Gouki-san y Yuba-


san lo permitan…

Murmuró Rio.

—…Um. Por mi parte no hay objeciones. No he permitido que salga mucho de esta
casa desde aquel intento de secuestro, así que quizás sea un buen cambio de aires.

― 197 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

Gouki comenzó a reflexionar sobre esta opción con optimismo.

—¿Eh? ¿De verdad puedo?

—A mí no me importa. Aunque no estaría tan seguro de otras aldeas, ésta es en la


que vive Rio-sama. Umm… por ahora creo que voy a escribir una carta a la señora
Yuba y discutir el asunto con ella.

Dijo Gouki con entusiasmo, caminando desde la zona de entrenamiento a la


mansión para comenzar con la tarea que acababa de mencionar.

—…¡¿De verdad puedo ir a la aldea de Rio-sama?!

Komomo le preguntó al chico llena de júbilo.

—T-Todavía no, aún no lo han confirmado…

Rio dudó al hablar mientras negaba con la cabeza.

¿Habré sido demasiado duro? Se cuestionó a sí mismo, pero ya era un poco tarde
para arreglarlo.

Después de eso, los preparativos se hicieron increíblemente rápido y la estancia


temporal de Komomo en la aldea quedó decidida. Sería durante un largo periodo de
tiempo e iría acompañada de su cuidadora, Aoi. Y, siempre que tuvieran tiempo para
hacerlo, también estaba el añadido de las visitas ocasionales de Gouki, Kayoko y
Hayate. Rio tuvo el presentimiento de que el invierno sería más movido de lo normal.

◇ ◇ ◇

Varias semanas después, Rio se encontraba caminando por la aldea mientras se la


mostraba a Komomo.

—Esto es como un sueño… Tener la oportunidad de visitar la aldea de Rio-sama de


esta forma… El paisaje es precioso y el aire se siente limpio. Creo que es un lugar
maravilloso.

Dijo Komomo con deleite.

—La capital está a rebosar de gente después de todo. No se puede disfrutar de


este tipo de paisajes muy a menudo allí. Me alegro que esta aldea sea de su agrado,
Komomo-san.

Respondió Rio con una sonrisa contenida.

― 198 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—Si fuera posible, me gustaría saludar a la gente que vive aquí… pero es que hay
muchos. ¿Por quién debería empezar?

Empezó a decir ella mirando a su alrededor.

Muchos de los aldeanos permanecían dentro de las casas durante el invierno; nadie
salía sin una buena razón para hacerlo, aunque en ese momento había unos pocos
habitantes por la zona. Los aldeanos se encontraban deseosos de entretenerse, así
que probablemente se habían juntado ahí para echar un ojo cuando oyeron que una
figura de la alta sociedad estaba visitando el pueblo. La atención de todos estaba
centrada en la dulce imagen de la niña caminando junto a Rio con una sonrisa y
vestida con su hakama favorita.

—¿Te parece si vamos primero con las demás chicas?

Le sugirió, y entonces se dirigieron a donde solían reunirse las chicas del pueblo.

—Buenos días a todas.

—Ho-Hola, Rio-sama.

Las chicas le devolvieron el saludo con bastantes nervios.

—Me gustaría presentarles a esta chica, que se va a quedar en nuestra aldea


durante un tiempo. ¿Tienen todas un momento?

—¡S-Sí! ¡Por supuesto!

—Ella es Saga Komomo, la hermana menor del señor Hayate, quien visitó la aldea
anteriormente en calidad de recaudador de impuestos.

Rio presentó a la niña de modo que los aldeanos que se encontraban alrededor
también pudieran oírlo.

—Mi nombre es Saga Komomo. A partir de hoy viviré en la aldea durante un tiempo.
Estoy muy contenta de conocerlas a todas… ¡Por favor, llevémonos bien!

Komomo puso una sonrisa adorable y se presentó con energía.

—¿L-La hermana pequeña del señor Hayate? Así que es una señorita noble… Qué
linda…

Cuando las chicas pusieron sus ojos en una auténtica señorita de la aristocracia, no
pudieron evitar hacerlo con admiración.

—Oh, vaya, muchísimas gracias… Aunque aquí todas son muy guapas también.

Dijo la pequeña tímidamente. En ese momento se ganó el corazón de todas las


chicas de la aldea.

—¡U-Umm! ¿Y cómo es que ha venido a vivir a nuestro pueblo? ¿Le importaría si le


pregunto qué relación tiene con Rio-sama…?

Una de ellas reunió el valor para preguntar eso.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—Rio-sama es mi salvador. Hace un tiempo me rescató cuando estuve a punto de


ser secuestrada por unos canallas de la capital.

Les contó ella, y Rio aportó algo más a continuación.

—Fue durante el viaje a la capital para comerciar. Quizá usted lo recuerde, Sayo-
san. Durante ese viaje de negocios…

—Pues… ¡Ah! ¿Es la chica de aquel día?

Sayo, que había sido aludida, abrió enormemente los ojos cuando recordó el
suceso del que hablaban.

—¿Eh? ¿Qué, qué? ¡¿Qué pasó?! ¡Cuéntanoslo, Sayo!

—¿Eeh? Umm…

Las chicas, ardiendo de curiosidad, rodearon a Sayo.

—Típico de Rio-sama. Siempre estando en guardia…

—Pero, o sea, ¿no es una oportunidad para él de casarse con una chica rica?

—No puede ser… Encima Ruri ya nos saca ventaja. Ahora ya sí que será imposible.

Las chicas se pusieron a hablar en susurros entre sí mientras que el resto de


aldeanos ya se había hecho una idea de la situación y empezado a charlar
animadamente. Por lo tanto, la escena de repente se volvió muy ruidosa.

—¿Por qué todos están formando este barullo?

Komomo le preguntó a Rio a su lado e inclinó la cabeza de curiosidad.

—Jaja… Yo también me lo pregunto.

La risa seca del chico casi se vio ahogada por el ruido.

—Ooh, Rio-s-san, ¿a qué se debe todo este jaleo?

Hayate apareció acompañado de Ruri y la asistente de Komomo, Aoi. La identidad


de Rio ya se le había revelado al primogénito de los Saga, quien dudó brevemente
antes de dirigirse a él como “san” delante de los demás. Abrió grandemente los ojos
ante la vista de los aldeanos charlando ruidosamente.

—Nada, solamente estaba presentando a Komomo-san a los aldeanos…

Explicó Rio.

—Ajaja, pues no parece que este jaleo vaya a calmarse pronto.”

A Ruri le parecía divertida la situación.

Esa noche se celebró una pequeña fiesta de bienvenida en la casa del jefe de la
aldea para Komomo y sus acompañantes.

― 201 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

◇ ◇ ◇

En el segundo día de estancia de Komomo en el pueblo…

Hayate, quien en principio había venido en calidad de escolta de su hermana, ya


había partido hacia la capital por la mañana. Después de eso, Komomo salió a dar un
paseo por la aldea junto a Aoi. Cada vez que se cruzaban con alguien lo saludaban
con entusiasmo y entablaban una pequeña conversación. Al principio Komomo era
tratada con sumo respeto debido a la enorme diferencia de estatus social, pero gracias
a su adorable apariencia y comportamiento amigable, los aldeanos se abrieron pronto
a ella.

—¡Ya he vuelto!

Komomo saludó con energía al regresar a la casa del jefe de la aldea con Aoi.

—Ah, bienvenida de vuelta, Komomo.

Ruri, que se encontraba sentada en la sala de estar, se levantó para saludar a la


chica.

—Ya estoy aquí, Ruri. ¿Rio-sama aún no ha llegado…?

Preguntó la más joven, mirando al interior de la sala. Al parecer las dos se llevaban
muy bien desde la noche anterior.

—Rio salió para ir a las granjas del pueblo con la abuela. Decían algo de construir
una noria de riego y acequias antes de la primavera.

—Dejando a un lado las acequias, ¿qué es una… noria de riego? Aoi, ¿tú lo sabes?

Preguntó Komomo.

—Me temo que no. Tampoco he oído hablar nunca de algo así.

Aoi negó con la cabeza, apenada.

—Al parecer, una noria de riego puede recoger agua automáticamente y


suministrarla a los campos.

Ruri trató de explicarlo a grandes rasgos con lo que le habían contado, y entonces
Komomo asintió anonadada.

—Suena a algo muy práctico… Rio-sama sin duda tiene unos conocimientos muy
extensos.

—U-Umm. ¡¿Disculpen?!

La voz de una visitante sonó en la entrada; era Sayo.

—¿Eh, Sayo? Bienvenida… ¿Qué te trae aquí?

― 202 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—N-Nada. Andaba por la zona, así que pensé en… Y, bueno, ¿están ocupadas?

Sayo se puso a hablar tímidamente mirando hacia la sala en vez de a las chicas.
Cuando su expresión perdida se cruzó con los ojos de Komomo, empezó a dudar
levemente, cautivada por su precioso rostro.

—Tú eres… la que me salvó junto a Rio-sama, ¿no es así?

Y entonces le hizo esa pregunta con la cabeza ladeada.

—¿Eh? N-No, simplemente estaba allí por casualidad…

Sayo dio una respuesta negativa con nerviosismo y acompañada de


gesticulaciones con las manos.

—Vas a coger frío ahí… Vamos, entra. Rio ha salido ahora con la abuela, pero
mientras tanto te prepararé un té.

Dijo Ruri invitándola a que pasara.

—…De acuerdo. Con permiso.

La chica entró en el salón tímidamente.

—Hola otra vez. Me llamo Saga Komomo, y la asistente que se encuentra detrás de
mí es Aoi. Las dos vamos a estar viviendo en esta aldea durante un tiempo, así que
estamos a tu cargo.

Se hicieron una reverencia entre sí antes de que Komomo saludara educadamente


a Sayo. Aoi también hizo lo propio tras su ama.

—Y-Yo soy Sayo. Es un placer conocerla, señorita Komomo.

A continuación, Sayo bajó la cabeza con una expresión de nervios.

—No hay necesidad de ser tan formal… Por favor, trátame como hace Ruri.

La pequeña se vio incómoda al ser tratada como si Sayo le tuviera miedo.

—D-De ninguna manera podría hacer eso.

—Ajaja, Sayo es así. Bueno, ya se acostumbrará.

Dijo Ruri riéndose.

—Aww, qué lástima. Por cierto, ¿cuántos años tiene ella?

—Umm, cumpliré los catorce en Año Nuevo. Soy un año más pequeña que Rio-
sama.

—Entonces eso te hace tres años mayor que yo. Espero que nos llevemos bien.

Y de ese modo… las chicas continuaron charlando amistosamente. Entonces,


después de casi una hora hablando, Yuba y Rio regresaron.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—Estamos de vuelta.

—¡Bienvenidos a casa!

Komomo cambió de postura para ponerse de cara a ellos y luego se levantó para
saludarlos con una sonrisa.

—Gracias por levantarte a darnos la bienvenida, Komomo-san. Y veo que Sayo-san


también está aquí.

Cuando vio que Sayo se encontraba sentada en el salón, los ojos de Rio se
abrieron algo más por la sorpresa y la saludó brevemente con una sonrisa.

—¿Oh? ¿Sayo está aquí?

—M-Me he pasado a hacerles una pequeña visita, Rio-sama, Yuba-san.”

Sayo hizo una reverencia con timidez frente a los dos.

—Siéntete como si estuvieras en tu casa.

Yuba sonrió ampliamente, dándole la bienvenida.

—Rio-sama, ¿podría ayudarme por favor más tarde cuando esté entrenando?

—Claro. Incluso podríamos ir ahora mismo si quiere.

—¡Sí! ¡Sí, por favor! Vamos a prepararnos, Aoi.

—Muy bien, señorita Komomo.

La niña asintió de pura alegría y regresó a su habitación junto a Aoi. Los labios de
Rio se curvaron para formar una sonrisa antes de ir a su cuarto a prepararse.

—El pueblo se ha animado mucho desde que Komomo está aquí. Rio tampoco
parece aburrido, así que es fantástico.

Intervino Ruri animadamente.

—…Sí. Sin duda. Parece que Rio-sama se está divirtiendo mucho.

Sayo se mostró de acuerdo, pero su expresión se nubló con una tristeza


imperceptible.

◇ ◇ ◇

Y así, su tiempo lleno de entretenimiento juntos se pasó en un abrir y cerrar de


ojos… y, antes de que se dieran cuenta, Komomo ya llevaba viviendo en la aldea todo
un mes. El año nuevo acababa de empezar, y durante esos primeros días la familia
Saga, Gouki, Kayoko y Hayate, visitaron la aldea en secreto.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

Estando unos frente a otros en el salón de la casa del jefe del pueblo, Gouki saludó
a Rio en nombre de su familia.

—Rio-sama, le deseamos un muy feliz Año Nuevo.

—Feliz Año Nuevo. Es un honor para mí que hayan decidido visitarnos con este
tiempo tan frío.

—No es nada. El cambio de las estaciones no impedirá que lleguemos hasta donde
esté usted, Rio-sama. Nadaríamos a través de un lago congelado para alcanzarlo si
fuera necesario.

—…Les agradecería que no se esforzaran tanto por ese objetivo.

Dijo Rio con una sonrisa incómoda.

—Ajaja. Rio, realmente pareces alguien de la realeza.

Ruri se rió, aunque con algo de exasperación. En el momento presente, los únicos
que había en la casa eran los que conocían las circunstancias de Rio, aparte de que
Gouki y compañía estaban actuando como sus sirvientes. Eso hacía parecer a Rio
como si fuera una existencia intocable. Incluso Komomo, que normalmente era alguien
muy sociable, hoy se encontraba respetuosamente callada detrás de sus padres.

—Mi madre lo era, pero yo no. La verdad es que no me gusta que se muestren tan
formales conmigo…

Dijo Rio con desconcierto mirando a Gouki y su familia.

—Desde nuestro punto de vista, usted es alguien que sin duda debe ser respetado.
Naturalmente no podemos hacer caso omiso a su voluntad como nos plazca, pero le
aviso que requerirá el mayor de los esfuerzos moderar nuestra forma de dirigirnos a
usted…

—…Soy consciente de ello. Sin embargo, al menos les pido que me traten con
normalidad delante de los aldeanos.

—Así se hará.

Gouki asintió profundamente.

—…Por casualidad Komomo no le habrá estado causando ningún problema,


¿verdad, Rio-sama?

—No, ha sido una niña muy buena. Además, la señorita Aoi nos ha estado
acompañado durante las sesiones de entrenamiento, por lo que ha sido de gran ayuda.

—Me alegra… escuchar eso. Muchas gracias por acceder a nuestras peticiones
egoístas. Seguro que también les hemos causado problemas a la señora Yuba y a la
señorita Ruri.

― 205 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—No, todo lo contrario, estamos agradecidas de recibir el apoyo que le han dado a
la aldea a modo de compensación. Aunque no hay muchas cosas interesantes en este
pueblo, espero que puedan disfrutar de una estancia agradable aquí.

Dijo Yuba educadamente.

—Yo también agradezco mucho haber tenido la oportunidad de hacerme amiga de


Komomo.

Ruri negó con la cabeza, sonriendo. Gouki correspondió a sus gestos inclinando la
cabeza ante ellas.

—Somos nosotros quienes deben dar gracias. Por ahora pretendemos quedarnos
durante unos tres días.

—En ese caso, me gustaría aprovechar para dar mis felicitaciones de Año Nuevo a
Sus Majestades los reyes Homura y Shizuku, de modo que, si no es mucha molestia,
¿podría acompañarlos en su viaje de vuelta?

Les propuso Rio.

—¡O-Ooh! ¿Realmente quiere hacerlo? La verdad es que pensábamos preguntarle


si quería hacer una visita a la capital, Rio-sama, si es que se me permite hacerlo. Sus
Majestades sin duda estarán encantados.

Gouki sonrió ampliamente. En realidad, Homura y Shizuku, que también querían ver
a Rio, les habían pedido indirectamente que hicieran esa tarea, por lo que la
proposición del chico les vino como anillo al dedo.

Después de eso estuvieron charlando un rato placenteramente, y así fue cómo


comenzó la estancia de la familia Saga al completo en la aldea. Entre los habitantes
del pueblo ya se estaban difundiendo los rumores acerca de los visitantes, pero como
Komomo ya llevaba un tiempo allí, no se causó una conmoción tan grande como la
última vez que recibieron a alguien de los Saga.

Durante su estadía, Gouki tomó a sus hijos para salir de caza, entrenó con ellos en
un combate de dos contra uno y disfrutó enormemente de varias actividades al aire
libre. Los tres días se les pasaron en lo que dura un suspiro.

En la mañana del día en que regresarían a la capital, ocho personas de ambos


sexos y diversas edades se reunieron frente a la casa del jefe de la aldea. Rio se
encontraba junto a los miembros de la familia Saga, que se estaban despidiendo,
mientras que Yuba y Ruri permanecían a un lado haciendo lo mismo.

—Señora Yuba, muchas gracias por su hospitalidad. Hacía mucho tiempo que no
disfrutaba a estos niveles.

Dijo Gouki para dar las gracias a Yuba con una sonrisa radiante en su rostro.

—Me alegra saber que se han divertido. Gracias a su ayuda, nuestras reservas de
comida conservada han aumentado cuantiosamente.

― 206 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

Yuba negó su gratitud con humildad. A su lado, Ruri se estaba despidiendo de Rio y
Komomo.

—Rio, asegúrate de proteger a Komomo. Y tú, ten cuidado de camino a casa.

—Entendido. Volveré pronto.

Rio asintió con calma.

—¡Estaré bien! ¡Yo también protegeré a Rio-sama!

Komomo le hizo caso con entusiasmo.

—Señorita Ruri, puede estar tranquila; mi padre y yo garantizaremos la seguridad


de Rio-sama.

Esta vez intervino Hayate, que les había estado escuchando desde cerca.

—¿Qué dice? Rio es lo suficiente fuerte como para no necesitar protección, así que
céntrese más en mirar por su hermana, Hayate-sama.

Ruri replicó con una expresión exasperada.

—A-Así es. Pero…

—Ruri tiene razón. Ella es su preciada hermanita, así que por favor protéjala a ella
antes que a mí.

Hayate se quedó sin palabras cuando tanto la persona que ocupaba sus
pensamientos como la que debía proteger le dijeron que priorizara la seguridad de
Komomo.

—Umf, entonces yo protegeré a Rio-sama.

Dijo Komomo enfadada y con las mejillas hinchadas.

◇ ◇ ◇

Una vez que Rio y los demás marcharon hacia la capital, la aldea se quedó en
silencio.

—De repente todo se ha vuelto muy tranquilo. Espero que Rio y Komomo vuelvan
pronto.

Murmuró Ruri mientras daba un sorbo a su té en la sala de estar de la casa del jefe
de la aldea.

Prácticamente no había nada de trabajo que hacer durante las mañanas invernales,
y, estando muchos de los aldeanos durmiendo a esas horas, Ruri había pasado la

― 207 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

mayoría del tiempo saliendo por ahí con Komomo y Rio. Pero ahora que los dos se
habían ido, la soledad se adueñó de su alma.

—Si estás así ahora, ¿qué va a ser de ti cuando Rio abandone la aldea
permanentemente? Además, la señorita Komomo regresará a su casa cuando eso
ocurra.

Dijo Yuba con una sonrisa amarga.

—Tienes razón… Aah, todo es tan triste…

La chica se quejó para después suspirar.

—¿Por qué no vas a charlar con las otras chicas de la aldea? Últimamente sólo has
pasado tiempo con Rio y Komomo, así que no has debido de verlas mucho, ¿me
equivoco?

—Bueno, todas han estado encerradas en sus casas, pero supongo que es cierto
que no las he visto mucho. Tampoco he hablado con Sayo últimamente… ¡De acuerdo,
vuelvo en un rato!

Ahora que se había decidido a socializar, se dirigió a visitar la casa de Sayo.

—Sayo, ¿estás por ahí?

Ruri se pasó por la casa de Shin y Sayo, llamó a la puerta principal y dijo el nombre
de su amiga en voz alta. Se podía oír una pequeña conmoción dentro de la casa.

—¿R-Ruri? ¿Pasa algo?

La puerta se abrió en silencio aunque rápidamente, y Sayo apareció tras ella.

—S-Sí. Me preguntaba si te apetecía que tomáramos té juntas. ¿Estás ocupada


ahora mismo?

—No. Ahora no tengo nada que hacer, así que por mí bien.

—Entonces ¿te importa si entro? Últimamente no he hablado mucho contigo


después de todo.

—Ya… No pasa nada, pero… umm, ¿está Rio-sama fuera del pueblo ahora
mismo?

Sayo miró por los alrededores mientras preguntaba tímidamente por la localización
del chico.

—Aah, sí. Ha partido hacia la capital con el resto de la familia de Komomo.

Dijo Ruri suspirando.

—Ah, ¿sí…?

El tono de voz de Sayo también sonaba entristecido.

― 208 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—¿Sayo?

Entonces su amiga inclinó la cabeza con curiosidad.

—Ah, emm, ¡pasa! Pero te advierto: mi hermano se pone en plan vago después de
comer, así que está todo sin recoger. Prepararé el té ahora mismo.

Sayo invitó a Ruri a que pasara y entraron rápidamente a la casa.

—Vaya, pero si es Ruri.

Shin estaba reposando la comida en la sala de estar.

—¿A qué viene eso? Vaya forma de saludar…

—Por nada. Es sólo que hacía un tiempo que no veía tu cara por aquí. ¿Qué es de
Rio?

—Fue a la capital con la familia Saga.

Shin asintió tras haber comprendido la situación y entonces observó a su hermana


preparando el té; ella estaba extrayendo diligentemente el sabor a las hojas usando
agua caliente.

—Deberías ayudar a Sayo un poco más, puesto que los dos viven solos aquí. Dejas
que ella haga todas las tareas, ¿a que sí?

Dijo Ruri con aire cansado, lo que hizo que Shin frunciera el ceño, molesto.

—…Calla. ¿Acaso te crees mi madre?

—En todo caso ésa sería Sayo, no yo.

Y así continuaron durante un rato. Ruri estuvo con él hasta que Sayo volvió a la
sala y les sirvió el té a los dos.

—El té ya está listo. Aquí tienen.

—Sayo es una chica muy buena y responsable a diferencia de ti.

Ruri siguió metiéndose con el hermano de su amiga.

—Tú tampoco es que seas un ejemplo a seguir.

Pero él replicó sarcásticamente, a lo cual Ruri se rió.

—Eso ya lo sé, no hace falta que lo digas. Aah, ha pasado mucho desde la última
vez que hicimos esto. Qué recuerdos.

—Um.

Shin protestó con desagrado.

—Gracias, Sayo. Y, ya que estamos, a ti también, Shin.

― 209 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

Dijo Ruri educadamente.

—¿Qué mosca te ha picado de repente?

Shin se la quedó mirando fijamente con sospecha.

—No, es de que de pronto me sentí un poco sola ahora que Rio y Komomo se han
ido. Y encima durante el invierno hay muchas menos ocasiones de ver a la gente, así
que me apetecía mucho visitar a Sayo.

Explicó Ruri.

—Es verdad que a veces tenemos momentos así. Entiendo cómo te sientes…

Sayo le transmitió su comprensión con un tono bajo.

—¿Verdad? Por eso me dieron tantas ganas de verte. ¡Mira!

De repente Ruri se lanzó hacia Sayo para abrazarla, quien estaba sentada a su
lado.

—Ajaja. Pero estaría bien que Rio-sama volviera pronto.

Sayo se puso a sonreír avergonzadamente.

—Sí. Tienes razón. Pero dijo que esta vez podría llevarle algo más de tiempo de lo
normal.

Ruri pasó a poner mala cara.

—…¿Cuándo va a volver exactamente?

—Dijo que a lo mejor tardaba un mes.

—U-Un mes… Eso es mucho tiempo…

La expresión de Sayo se oscureció.

—Al parecer hay muchas cosas que debe resolver allí en la capital.

A Ruri le costó mucho explicar los detalles.

—M-Me pregunto qué estará haciendo allí Rio-sama.

Sayo se hizo esa pregunta con la voz ligeramente más aguda. Estaba esperando la
respuesta de su amiga con impaciencia.

—Umm… Por lo visto, alguien de la familia Saga conocía a los padres de Rio o algo
así.

Ruri trató de ocultar la verdad de los hechos con una expresión dubitativa. Después
de todo, no podía revelar el secreto que le habían contado.

—¿Qué? ¿Rio nació en algún lugar de estas tierras?

― 210 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 8

—¿Eh?, lo dudo mucho. Rio dijo que estuvo viajando durante años de pequeño.

La aguda observación de Shin hizo que a Ruri le diera un escalofrío.

― 211 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

Capítulo 9: Augurios de Despedida

El invierno llegó a su fin dando paso seguidamente a la primavera. En esa época,


Rio había ido a ver a Homura y Shizuku para darles sus felicitaciones de Año Nuevo y
se quedó en la capital durante unos días con Komomo y Aoi. Después de regresar a la
aldea, se dedicó a la tarea de instalar una noria de riego y acequias con la intención de
tenerlas construidas para la primavera.

En el momento actual, la noria ya estaba en funcionamiento, extrayendo la cantidad


necesaria de agua y distribuyéndola por los canales de riego para dar suministro a los
campos. Además, Yuba le cedió a Rio uno de los terrenos de la aldea, y desde allí
comenzó a gestionar los cultivos. Le pidieron que lo hiciera porque la noria y las
acequias resultaron funcionar mejor de lo esperado, lo que causó un aumento en la
producción prevista. Komomo y Aoi también se ofrecieron a ayudar; empezando por
Ruri y Sayo, muchos aldeanos le prestaron su tiempo a Rio para ayudarle.

Ahora mismo estaban sembrando.

―¡Rio! ¡Ya he terminado de plantar las semillas en la zona que me habías dicho!

―Gracias. ¿Podrías echar una mano a la gente que todavía no ha terminado?

―¡Por supuesto!

El sonido de dos personas conversando a no mucha distancia se podía escuchar


por los alrededores.

―¡Rio-sama, Aoi y yo ya hemos terminado con nuestra zona asignada!

Komomo también anunció con energía que había terminado su parte del trabajo.

―Muchas gracias. Puede descansar un rato si quiere, Komomo-san.

Rio trató de ser considerado con la niña y su asistenta, pero la primera negó con la
cabeza, entusiasmada.

―¡Pero no estoy cansada! ¡Yo también quiero ayudar a los demás!

―¡Eh, Rio! ¿Por qué la tratas de manera distinta a mí?

Ruri quiso mostrarse molesta.

―No, lo que pasa es que… Komomo es una invitada.

Rio se sacó esa excusa con una sonrisa irónica.

―Rio, como sigas así, algún día Ruri te va a dar una buena.

Uno de los granjeros intervino entre risas.

―¡Oye, que yo nunca haría algo así!

― 212 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

Ruri protestó con las mejillas hinchadas. Eso provocó que el resto de trabajadores
explotaran de risa.

―¡Guajaja!

En los últimos tiempos, Rio, Ruri y Komomo tuvieron la ocasión de estar los tres
juntos como un grupo de tres, por lo que los aldeanos habían adquirido la costumbre
de tratarlos como un trío inseparable. Aparte, totalmente ajenos para el trío en
cuestión, algunas personas habían empezado a rumorear con mucha convicción sobre
que Rio se había prometido con las dos. Ruri era la única con la que Rio relajaba su
forma de hablar para que no sonara tan formal, y Komomo justamente había escapado
del peligro gracias a él antes de venir a vivir a la aldea y estar todo el tiempo posible a
su lado, por lo que el malentendido era comprensible.

Como resultado, la mayoría de las chicas que secretamente, o más bien


abiertamente, se habían quedado prendadas de Rio, se dieron por vencidas y
decidieron mirar por el futuro de los tres con ternura e ilusión. Sin embargo, aún había
algunas de ellas que no pretendían rendirse, y por tanto seguían sufriendo
angustiadas.

Se ve que los tres se llevan tan bien… Qué envidia…

Sayo observaba la imagen de Rio y las otras dos desde la distancia, con celos.
Durante esos días, Sayo no había sido capaz de encontrar un solo momento para
hablar con Rio en condiciones, por lo que ver a aquellas dos chicas trabajando tan
íntimamente con él le hacía sentirse extremadamente celosa. En el momento que Rio
se hizo cargo de uno de los terrenos de la aldea y éste requirió ayudantes, Sayo, nada
más enterarse, no pudo resistirse a ofrecerse voluntaria. No obstante, Ruri y Komomo
seguían pegadas al lado de Rio, y la tímida de Sayo no tenía el valor para acortar la
distancia entre ellos.

―¿Me deja que le eche una mano, Sayo-san?

Rio apareció de repente delante de ella mientras ésta plantaba semillas sin
descanso.

―¡¿Eh?, ah, Rio-sama! ¡P-Perdóneme! ¡Estaba soñando despierta!

Sayo dio un respingo al recuperar sus sentidos. Cuando miró en torno a ella para
ver sus alrededores, se dio cuenta de que únicamente su trabajo estaba siendo
notablemente más lento que el de los demás. Al comprenderlo, sus mejillas blancas
ligeramente bronceadas se ruborizaron.

―Asegúrese de recordar cómo se hace esto, Sayo-san. Cuando me vaya de la


aldea, puede que sea necesario que enseñe al resto de aldeanos lo que ha aprendido.
Bueno… sólo si al final esto resulta salir bien, por supuesto.

Rio hizo referencia a su partida de la aldea analizando la reacción de Sayo.

―…¿Eh? Rio-sama, ¿va a dejar la aldea para siempre?

Ella le preguntó con una mirada de estupefacción.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

―Sí. Aún no se lo he contado a nadie, pero estoy pensando en marcharme entre


este otoño y el invierno.

Rio asintió con una sonrisa algo pensativa.

―Este… otoño. Sí, eso parece. Se va a marchar… P-Pero ¿a dónde irá? ¡Si no es
muy lejos, aún podría venir a hacernos una visita a la aldea de vez en cuando!

Sayo preguntó sin poder afrontar la realidad, agarrándose al último resquicio de


esperanza. Pero Rio negó con la cabeza, arrepentido.

―Cruzaré fronteras de varios reinos y viajaré a un lugar muy lejano, por lo que no
puedo garantizar que vaya a volver con frecuencia. Pero sin duda me gustaría
regresar aquí algún día.

―Pero…

Dijo Sayo con la voz entrecortada.

―Aún falta bastante tiempo, pero quería que usted lo supiera con antelación. La
verdad es que últimamente no hemos tenido muchas ocasiones para hablar, y además
yo también he tenido dificultades para llegar a tomar esta decisión…

Mientras Rio hablaba de sus sentimientos…

―Nnh…

Sayo ya se encontraba al borde del llanto sin haberse dado cuenta. En el momento
que vio que las lágrimas amenazaban con caerse, giró la cabeza en un movimiento de
pánico y se frotó los ojos.

―Emm, voy a crear un poco de agua con Técnicas Espirituales. Puede refrescarse
y lavarse la cara con ella si quiere.

Rio inclinó la cabeza con una ligera sospecha de lo que estaba pasando, pero
decidió creer en las palabras de Sayo y generó una pequeña bola de agua en su mano,
la cual manipuló para que a continuación flotara lentamente hacia los ojos de la chica.
Sayo acercó la cabeza a la bola y empezó a parpadear rápidamente. No quería que
Rio se diera cuenta de que estaba llorando, por lo que se mojó la cara con fuerza para
así poder justificar el enrojecimiento de los ojos.

―Ajaja. Perdone por esta imagen tan vergonzosa.

―No, no se preocupe… ¿Le duelen los ojos?

Le preguntó Rio, dando voz a su preocupación.

―¡No, estoy bien! ¡Me esforzaré todo lo que pueda para compensar que me haya
rezagado!

Sayo trató de quitarse al chico de encima con una motivación forzada, y fue justo
entonces cuando llegó Ruri.

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

―Sayo, ¿qué te pasa?

―Ah, Ruri. Se me ha metido tierra en los ojos, así que Rio-sama estaba
ayudándome a lavarlos.

―Aah, ya veo…

No era algo tan extraño puesto que estaba trabajando en un campo de cultivo, por
lo que Ruri aceptó esa explicación sin hacer más preguntas.

―Umm, me he retrasado con mi parte del trabajo, así que será mejor que me
ponga de nuevo con ello enseguida.

―Oh, deja que te ayude.

Con eso, Sayo retomó su trabajo de sembrar semillas con una mirada de
entusiasmo, ahora acompañada de Ruri. La joven se dedicó en cuerpo y alma a la
tarea que tenía entre manos, ya que sabía que se pondría a llorar al instante si no lo
hacía. Entonces, una vez que el trabajo del día estuvo terminado, Rio dio las gracias a
todos los aldeanos que le hubieron ayudado.

―¡Buen trabajo! Gracias a su esfuerzo y dedicación, hemos podido completar el


trabajo planificado para hoy. No olviden lo que les he enseñado… El próximo año
tendrán que plantar las semillas del mismo modo.

Ya estaba anocheciendo, así que todos se fueron por su camino para llegar a sus
casas. Entre todos ellos se encontraban Ruri y Komomo, que llamaron a Rio aún con
bastante energía.

―¡Rio, buen trabajo! ¿Nosotros también nos vamos a casa ya?

―Esto de plantar semillas tiene mucho más trabajo de lo que pensaba, Rio-sama.
¡Así podré entrenar de una forma distinta a mis prácticas habituales!

Las tres personas que vivían bajo el mismo techo, cuatro si se contaba a la
asistente personal de Komomo, Aoi, se marcharon a su casa como era de esperar.
Mientras tanto, Sayo los observaba con la mirada perdida desde no mucha distancia, y
poco después decidió irse a su casa, que se encontraba en la dirección contraria. Su
humor estaba extrañamente apagado, tanto que los aldeanos que se encontró por el
camino dudaron de si saludarla o no. Una vez que llegó a su hogar, Sayo perdió las
fuerzas en las rodillas y se sentó en el suelo nada más abrir la puerta.

―…

Entonces se encogió y dejó que las lágrimas fluyeran como si se hubiera derribado
una presa.

―Ya estoy en ca– ¡Ey, ¿Sayo?!

Shin se acercó corriendo a la puerta principal cuando llegó, y sus ojos se abrieron
de la sorpresa ante la imagen de Sayo llorando en la entrada. Ella vio a su hermano y
levantó su mirada entristecida.

― 215 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

―¡¿Qué te pasa?! ¿Ha ocurrido algo malo?

―Shin… Perdona, no es nada… Estoy bien. Me pondré a hacer la cena.

Sayo negó con la cabeza a duras penas y se puso en pie con dificultad.

―¡Éste no es momento de preocuparse por la cena! ¿Quién ha sido? ¡¿Quién es el


que te ha hecho llorar?!

Le preguntó Shin mientras soltaba aire con fuerza por la nariz, tratando de
averiguar desesperadamente la razón que había detrás de las lágrimas de su hermana.
La primera persona que le pasó por la mente fue Rio. Por mucho que le costara
admitirlo, la única persona que podía perturbar los sentimientos de Sayo a ese nivel
era él. Y la mejor prueba de ello era que la chica se encontraba apretando fuertemente
la horquilla que le había regalado el chico.

―Ese desgraciado… Rio debe haberte hecho algo.

Shin determinó entonces que no había nadie más que hubiese podido hacer llorar a
Sayo en ese momento.

―N-No… no es… culpa de Rio-sama…

Oír la voz de su hermano temblando de rabia hizo que Sayo se viera obligada a
explicarlo todo dejándose llevar por el pánico, pero no pudo expresarse bien puesto
que las ganas de llorar la dominaban. Al ver a su hermana así, la furia hizo que la
sangre de Shin le hirviera aún más.

―Ese maldito nunca debió venir a la aldea.

Aunque estaba diciendo eso, Shin sabía en lo más profundo de su subconsciente


que no era verdad. Gracias a las contribuciones de Rio en el pueblo, sus vidas sin
duda habían ido a mejor, y de no ser por él, Ruri y Sayo habrían sufrido enormemente
en las manos de Gon. Debido a todo ello, secretamente Shin había aceptado la
presencia de Rio en la aldea. No obstante, ver la imagen de su hermana llorando
delante de él hizo que dudara de si habría sido mejor que el chico nunca hubiese
venido a la aldea desde un principio; por lo menos Sayo no estaría llorando ahora
mismo.

―No, te equivocas… Lo que ocurre es que Rio-sama va a abandonar la aldea…


Por eso…

Sayo intentó defender desesperadamente la inocencia de Rio.

―…¿Qué has dicho? ¿Que va a dejar la aldea?

Shin se desconcertó enormemente por esto.

―Rio-sama no tiene absolutamente nada que ver con mis cosas…

Sayo trató de enfatizar que Rio no estaba implicado en su estado actual, pero ya
era demasiado tarde.

― 216 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

―Va a abandonar la aldea… ¡Así que es por eso!

Una vez que Shin conectó todos los puntos, una expresión agria se dibujó en su
cara.

Era cierto que Rio siempre fue un forastero; llegó a la aldea durante uno de sus
viajes, así que tenía sentido que se marchara para emprender otro, pero eso
significaba que Sayo seguiría llorando por siempre. ¿Qué podía hacer? ¿Cómo podría
detener el llanto de Sayo? Shin hizo todo lo que pudo para buscar una respuesta a
estas preguntas, pero no era del tipo que resuelve las cosas pensando, y eso lo sabía
mejor que nadie. Por eso, ponerse a pensar hizo que perdiera los nervios y por tanto
se alejara a paso ligero de su casa. En vez de seguir pensando más en el asunto
decidió actuar dejándose llevar por sus instintos.

―¡¿Eh?! ¡¿S-Shin?! ¡E-Espera!

Podía escuchar la voz de su hermana tratando de detenerlo desde atrás, pero no le


prestó atención y comenzó a correr con todas sus fuerzas. Avanzaba prácticamente en
línea recta hacia la casa de Yuba.

―¡Eh, Rio! ¡¿Estás aquí?!

Shin derribó la puerta principal con la cara roja de ira, gritando el nombre de Rio. Él
y las demás, que en ese momento se encontraban preparando la cena, se quedaron
con la boca abierta de la sorpresa por la intrusión repentina.

―…¿Qué quieres de Rio?

Yuba le preguntó con una mirada de sospecha. Para empezar, era bastante raro
que Shin tuviera asuntos en común con Rio, pero su expresión desesperada indicaba
que no era un tema trivial. ¿De qué podía tratarse?

―¡Por favor, no te vayas de la aldea!

Dijo Shin, y entonces se arrodilló en el suelo.

―¡¿Qu–?!

Rio y las demás se quedaron sin palabras ante el comportamiento realmente


aleatorio y errático de Shin.

―¡Sé que es egoísta pedirte esto, pero, por favor, escucha al menos lo que tengo
que decir! ¡¿Podrías quedarte a vivir para siempre en la aldea?!

“Sayo está llorando” eran las palabras que Shin no se atrevía a decir en voz alta,
por lo que en cambio pegó la frente contra el suelo. Los demás se quedaron
estupefactos y se vieron incapaces de hablar.

Fue entonces cuando Sayo apareció de repente, jadeando del cansancio.

―¡S-Shin! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡Perdonen que mi hermano les esté causando
tantos problemas!

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Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

Sus ojos se abrieron desmesuradamente ante la imagen de su hermano arrodillado


en el suelo, de modo que agachó la cabeza en una disculpa apresurada.

―Pero… Sayo…

Shin comenzó a decir algo con el corazón en un puño.

―V-Vamos, Shin, ¿no ves que les estás molestando? Volvamos a casa, ¿vale?

Sayo empezó a tirar del cuerpo de su hermano frenéticamente.

―…

Él miró su rostro y encontró una sonrisa fingida; aún había rastros de lágrimas en el
extremo de sus párpados. Aunque su tono era sosegado, su desesperación se filtraba
claramente a la vista de los demás.

―D-De acuerdo… Perdóname.

Shin se levantó del suelo a trompicones.

―¡Lo siento muchísimo! ¡Luego le daré a mi hermano una buena charla por lo que
ha hecho!

Sayo se disculpó al momento sin levantar la cabeza.

―P-Perdón…

Y su hermano hizo lo mismo con aire derrotista.

―…Está bien. De momento no preguntaremos a qué se debe esto. ¿Te parece


bien, Rio?

Le preguntó Yuba suspirando de cansancio.

―Claro, no importa…

Rio asintió mirando a Sayo y Shin con curiosidad.

“Quédate en la aldea”… Es por lo que le dije a Sayo esta tarde, ¿verdad? Pero ¿por
qué Shin querría que me quede…

Rio trató de pensar en la intención tras las acciones de Shin, pero no fue capaz de
llegar a una conclusión. En cualquier caso, no podía soportar la vista de la pareja de
hermanos agachando la cabeza ante él.

―¡M-Muchas gracias! Vámonos cuanto antes, Shin.

Sayo les dio las gracias, aliviada, y se llevó a su hermano con ella. El silencio
continuó durante los instantes siguientes a que se marcharan.

―Señorita Komomo, señorita Aoi, me disculpo por el comportamiento de dos de


nuestros vecinos. ¿Quieren empezar ya con la cena? Ruri, sigue cocinando.

― 218 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

Dijo Yuba para quitar tensión al ambiente. Entonces, todos intercambiaron una
mirada antes de retomar sus tareas. Aunque no hablaron de lo que acaba de ocurrir, el
ambiente de incomodidad continuó en adelante.

◇ ◇ ◇

Tras la cena, cuando ya todos se habían retirado para dormir, Yuba hizo una visita
a la habitación de Rio.

―Rio, ¿aún estás despierto?

―Sí, lo estoy.

La pregunta había venido de detrás de la puerta, por lo que Rio contestó en voz
baja.

―Voy a entrar.

―Claro.

Rio se levantó de la cama y abrió la puerta para que Yuba pudiera entrar. Fue a
buscar un cojín para que ella se sentara mientras que él lo haría en su propia cama.

―…¿Se lo contaste a Sayo?

Después de varios segundos de silencio, Yuba salió directamente con el tema del
que quería hablar con él. Sin embargo decidió no especificar a propósito de lo que
supuestamente hablaron Rio y Sayo.

―Así es.

―Ya veo. Entonces ¿sabes la razón por la que Shin actuó de esa manera?

―…Lo siento. Si te soy sincero, no tengo ni la más mínima idea. ¿Tú sí lo sabes,
Yuba?

Rio negó con la cabeza lamentándose por no tener una sola pista del motivo y le
preguntó con algo de temor.

―Creo que sí… Sin embargo no es algo que yo deba contarte. La persona
implicada no lo desearía así, al fin y al cabo. No estaría bien de mi parte.

―…Entiendo.

―La única cosa que puedo decirte es que este incidente no es culpa tuya, así que
no hay necesidad de que te culpes o lamentes por ello. ¿De acuerdo?

Yuba le previno ante su asentimiento avergonzado.

―Yo…

― 219 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

La expresión del chico se entristeció al obligarse a contener la respuesta.

―A ver, hago esto porque sé que decírtelo no apaciguará tus preocupaciones.


¿Podrías confiar esta vez en tu abuela y dejar que yo me encargue de la situación?

―Yuba-san…

―Aunque, la verdad es que tampoco hay mucho que yo pueda hacer. Intentaré
hablar con esos dos sobre el tema de una forma indirecta.

Dijo Yuba encogiéndose un poco de hombros.

―Lo comprendo. Perdona por meterte en esto…

―No pasa nada… pero intenta depender un poco más de tu familia. Ya tienes
bastantes cosas con las que tratar.

―…Sí.

Las palabras de su abuela debieron llegar hasta él, ya que dejó la mirada clavada
en el suelo cuando pensó que tenía razón.

◇ ◇ ◇

Después de aquel incidente, regresaron a lo que en apariencia eran días pacíficos.


Como los dos chicos solían verse con bastante frecuencia durante las batidas de caza,
Rio tuvo que enfrentarse a la presencia de Shin tarde o temprano.

―Perdona por lo del otro día… Pero ¿podrías darnos un poco más de tiempo?
Hazlo por mí y por Sayo. Puede que no tengas ni la más remota idea de lo que estoy
hablando, pero aún no es el momento adecuado para darte una explicación… Aunque
algún día ten por seguro que te la daré.

Dijo Shin notablemente incómodo y con una expresión seria.

―Lo comprendo. Mi intención es dejar la aldea antes del próximo invierno, para que
lo tengas en cuenta.

Rio se sorprendió ante la actitud admirable de Shin, una que normalmente no


mostraba. Recordó las palabras que le había dicho Yuba y decidió esperar
pacientemente para obtener una explicación hasta que tuviera que marcharse del
pueblo.

Por tanto, fue capaz de volver a tener una relación normal con Shin relativamente
rápido, pero la que fue más difícil reparar fue la que tenía con Sayo. Por supuesto,
hablaban entre sí cuando tenían que hacer algún trabajo juntos en la aldea, y tampoco
es que actuaran muy distantes, pero el tiempo total que pasaba hablando con ella
cuando estaban solos definitivamente disminuyó. De hecho, pasó a ser inexistente.

― 220 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 9

Parecía que Sayo era la que mantenía intencionadamente las distancias con él, y
debido a ello su puesto en el grupo de tres personas que solía formar junto a Ruri y
Rio fue remplazado completamente por Komomo. Aparte de las veces que la pequeña
regresaba a la capital con Rio para visitar a Homura y Shizuku, la niña prácticamente
pasaba todo su tiempo en la aldea. Los demás miembros de la familia Saga se
pasaban de vez en cuando por allí cuando tenían tiempo, y se acabaron adaptando
por completo a la vida rural.

Para el momento que llegó el verano, se les podía encontrar llevando una azada en
vez de una espada. También durante esa época, Rio comunicó oficialmente a todos
los aldeanos que pretendía marcharse en algún momento tras el festival de la cosecha,
en otoño. Todo el mundo se entristeció enormemente por la noticia, pero se
dispusieron a preparar un festival de la cosecha por todo lo alto que incluiría la fiesta
de despedida de Rio. Y así, los meses fueron pasando en un abrir y cerrar de ojos
hasta que finalmente llegó el otoño.

― 221 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

Capítulo 10: Viaje Inaplazable

Llegó el esperado día del festival de la cosecha, en el cual casualmente coincidía


que había pasado justo un año desde que Gouki y sus acompañantes se presentaron
por primera vez ante Rio.

―¡Rio, ya he terminado de hacer la tarta!

―¡Por aquí la sopa va bien de momento!

―¡S-Señorita Komomo! Es peligroso asomarse a la olla de esa manera.

Y, al igual que el año anterior, Rio estaba preparando grandes cantidades de


comida en la cocina de la casa del jefe de la aldea. Sin embargo, en esta ocasión los
miembros que lo acompañaban en esta labor eran otros. Antes sólo fueron Ruri y Sayo,
pero en el día presente había cuatro personas aparte de Rio en la cocina: Ruri,
Komomo, Aoi y Kayoko.

Mientras que Kayoko trabajaba apartada de los demás y en silencio preparando sus
especialidades, los demás estaban cocinando juntos para hacer el mismo kamutan y la
tarta del año pasado. Ruri estaba bastante acostumbrada a cocinar, pero Komomo tan
sólo había dado sus primeros pasos en este ámbito cuando empezó a vivir en la aldea,
por lo que aún resultaba más un peligro que otra cosa. En cambio, su madre Kayoko
cocinaba con unas habilidades tremendas, sobre todo con el cuchillo.

Una vez que la comida se terminó de hacer sin inconvenientes, sacaron los platos a
la plaza, donde se celebraría el evento principal. Los hombres de la aldea ya estaban
bebiendo, cantando y bailando llenos de emoción. Entre ellos se encontraba Gouki,
que había hecho buenas migas con todo el mundo y era como uno más. Parecía estar
ganando en un juego similar al sumo, ya que llevaba una racha de victorias
consecutivas.

―¡Aquí no hay clases sociales! ¡Todo aquél que tenga confianza en sus
habilidades puede retarme libremente!

Anunció él a pleno pulmón y con el torso desnudo.

―¡Acabe con ellos, general Gouki!

―¡Dola, es tu turno!

―¡¿Qué dices?! ¡Es imposible que pueda ganarle!

Los hombres de la aldea ardían de emoción.

―…No puedo creer que haya tenido el valor de olvidarse de usted, Rio-sama, y
disfrutar del banquete a su aire. Luego voy a tener que decirle unas palabritas…

Murmuró Kayoko con una voz fría mientras observaba a su esposo.

― 222 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

―No, no se preocupe por mí, por favor. Después de todo, aquí no hay rangos ni
clases.

Rio tembló un poco después de tratar de salvar a Gouki de una buena.

―Bueno, ya…

Kayoko respondió con una mirada algo decepcionada.

―¡Perfecto! ¡Este año hemos vuelto a hacer kamutan! ¡Que todo el que quiera
probarlo se ponga a la cola!

Ruri gritó a la gente de la plaza. Todos los aldeanos se reunieron a la vez en un


mismo sitio y se pusieron a trabajar junto a las mujeres, que estuvieron sirviendo el
kamutan durante bastante tiempo.

―Deberíamos unirnos a ellos y empezar a comer también, Komomo. ¡Me muero de


hambre!

―Sí. El kamutan que ha hecho Rio-sama… ¡estoy deseando probarlo!

Ruri y Komomo se sirvieron sus merecidas porciones del kamutan.

―Muchas gracias por su ayuda. Me disculpo por hacer que alguien de su prestigio
tenga que trabajar en esto. Si así lo desea, sería un placer que pudiéramos comer
juntos.

―La amable de la señora Yuba nos ha invitado a este festival de la cosecha; lo


menos que puedo hacer como agradecimiento es echar una mano. Y recibir las
palabras de gratitud aparte de una invitación para comer juntos es…

Dijo Kayoko de una manera extremadamente humilde.

―No, pero es que ésta es una aldea de gente muy sencilla. No hay necesidad de
ser tan formal delante de los demás… Por no mencionar que Komomo siempre come
con nosotros, así que ya es un poco tarde para estas formalidades. Venga por aquí.

Añadió Rio para después indicarle la dirección de la zona donde Ruri y Komomo se
habían sentado. Hayate también se encontraba allí… Era la zona que habían
preparado especialmente para recibir a la familia Saga. Y así, todos se sentaron a la
mesa y empezaron a comer mientras charlaban agradablemente entre sí. Después de
un rato vino Gouki, y también se unió a los comensales.

Aproximadamente una hora más tarde, Sayo se acercó a Rio con timidez.

―¡U-Umm! ¡Rio-sama, ¿tiene usted un momento?!

Le preguntó. Entonces, las miradas de todos los presentes se clavaron en ella.


Sayo estaba temblando con una cara de insoportable nerviosismo.

―Claro. ¿En qué puedo ayudarla, Sayo-san?

― 223 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

Rio la miró desde su silla y se dio cuenta de que llevaba una horquilla en el pelo
que él conocía. Entonces sonrió… de felicidad, por alguna razón.

―U-Umm. Quería hablar con usted…

La chica se estaba mostrando exageradamente tímida, pero en sus ojos se podía


ver una determinación para nada despreciable.

―Está bien. ¿Prefiere entonces que vayamos a otro sitio?

Le sugirió él. Rio también quería hablar con ella en privado antes de marcharse.

―S-Sí. Si es posible, por favor.

―Entiendo. Por favor, discúlpenme un momento.

Rio se excusó con sus compañeros de mesa antes de levantarse. Entonces él y


Sayo caminaron hasta un lugar apartado. Komomo se quedó mirando a los dos con
una expresión ligeramente perpleja.

◇ ◇ ◇

Cerca de un camino desde donde apenas se podía oír el jaleo y el ruido del
banquete, Rio y Sayo se encontraban uno frente al otro. Ella estaba temblando
brutalmente por los nervios. Rio fue el primero en hablar.

―…Veo que todavía usa esa horquilla.

―Ah, sí.

Sayo asintió sin poder calmarse.

―¿No fue durante la primavera cuando Shin me pidió que me quedara en la aldea
y a partir de ahí usted y yo nos distanciamos?

―…Sí. Perdone por haberle causado tantos problemas en ese momento.

La chica agachó la cabeza en señal de disculpa.

―No me molestó… Pero lo que me preocupa es haber dicho algo que pudiera
haberla herido y ahora me odie por ello.

Dijo Rio soltando una risa amarga de preocupación.

―¡Pero eso no es así! ¡Sería imposible! Usted no hizo nada malo…

―¿Le puedo preguntar una cosa?

Intervino Rio de repente, lo que hizo que Sayo asintiera en tensión.

―…Sí.

― 224 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

―El día que Shin se presentó en mi casa… ¿tuvo eso algo que ver con que yo le
dijera a usted que me iba a marchar de la aldea?

―Pues… sí. La que no quería que abandonara usted la aldea era en realidad yo.
Aquel día, cuando me hizo saber sus intenciones, yo… me puse realmente triste… Y
cuando llegué a casa no pude aguantar más y rompí a llorar. Entonces mi hermano me
encontró así… e hizo lo que hizo por mí…

Sayo podía percibir el sonido de su corazón mientras hablaba. Todo su cuerpo


estaba ardiendo, y aun así temblaba como si tuviera frío.

―Así que… fue por eso… Mire, Sayo-san, yo…

La expresión de Rio se vio afectada por la amargura. Sintió una lástima muy
profunda cuando intentó decirle a Sayo que no iba a cambiar de idea con respecto a
su viaje.

―¡U-Umm! Pero… hay algo que quería contarle…

De pronto le entró una fuerte determinación.

―…Dígame, ¿qué es?

Rio la apremió, centrando su mirada en los ojos de Sayo.

―Umm, pues… Sé que le resultará molesto escuchar lo que voy a decir, pero… u-
usted… ¡me gusta, Rio-sama!

Sayo inclinó de repente la cabeza y a continuación se confesó.

―…

Esta revelación sorpresa hizo que el chico dudara de qué hacer. Se quedó
observando estupefacto a Sayo, que se encontraba con la cabeza mirando hacia abajo,
mientras se preguntaba qué debía decirle.

¿Cuál sería una respuesta adecuada? La contestación era obvia: o bien aceptaba
sus sentimientos o los rechazaba, no había más. Pero, una vez que alcanzó este
punto entre sus pensamientos, Rio al instante obtuvo una pista de cuál de las dos
respuestas debía elegir. Es más, se dio cuenta de que ya la sabía desde el principio.

―…Perdóneme. No puedo corresponder a sus sentimientos, Sayo-san.

Rio apretó las manos formando un puño y negó con la cabeza como tratando de
ahuyentar el dolor de su corazón.

―…¿E-Es porque se va a marchar de la aldea para siempre, Rio-sama?

El rostro de Sayo se contrajo del dolor, pero al hacer esa pregunta dio la impresión
de que ya se había preparado para ser rechazada.

―Ésa no es la única razón, pero sí.

― 225 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

Contestó él, llegando a la conclusión de que debía contestar con sinceridad


respecto a sus sentimientos.

―Entonces… ¡por favor, lléveme con usted!

Le propuso ella de inmediato.

―…Eso no es posible, Sayo-san.

Los ojos de Rio se abrieron grandemente ante el escaso tiempo de reacción de la


chica y el no ver signos de vacilación en ella, pero igualmente negó con la cabeza.

―¡Saldrá bien! ¡Haré lo que haga falta y me esforzaré todo lo posible por no ser
una molestia para usted! ¡Durante este último año he estado practicando las Técnicas
Espirituales todos los días sin falta!

Ella insistía con desesperación.

―Así que llegó a hacer eso…

Rio sintió profundamente las emociones de Sayo en su ser, lo cual lo dejó sin habla.
Seguramente comenzó a hacerlo durante la primavera, la época en que Shin fue a
casa de Rio para arrodillarse ante él. Y todo eso fue para…

―Por favor, lléveme con usted. Q-Quiero ir. Haré cualquier cosa… ¡No permitiré
que suponga una molestia para usted, así que por favor…!

Sayo estaba desesperada… y una muestra de ello era que permanecía con la
cabeza agachada.

―…Lo siento, pero es que no se trata de eso. Yo nunca podré corresponder sus
sentimientos.

Rio apartó la vista con gran pesar.

―N-No me importa. Ni siquiera tiene que mirarme. No hace falta que haga nada,
simplemente… Lo único que le pido es… que me deje estar a su lado. Por favor.

Las lágrimas empezaron a caer de los ojos de Sayo en el momento que se acercó a
él para agarrarle de la mano. Estaba tratando desesperadamente que cediera ante sus
sentimientos.

―Sayo-san… lo siento. De verdad que lo siento.

El joven se disculpó con la cara desfigurada por la culpa. Después de mucho


pensarlo, ésas fueron las únicas palabras que fue capaz de pronunciar. No tenía la
suficiente sangre fría como para decir algo más. Se sentía avergonzado… ¿Esos
sentimientos tenían origen en la culpa, su simpatía por Sayo o el odio hacia sí mismo?
Nadie podía saberlo. El único que tendría una mínima pista era la propia persona, pero
Rio tampoco lo sabía.

―Fueh… Uuh… G-Guh… snif.

― 226 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

Después de soltar dolorosamente la mano de Rio, Sayo se vio completamente


incapaz de contener más las lágrimas, puesto que se dio cuenta perfectamente de que
no tenía ya ningún sentido.

― 227 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

― 228 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

Era la primera vez que le habían roto el corazón, pero de algún modo ya lo sabía;
se lo había visto venir… que ese amor sería imposible. Lo sabía, porque podía sentir
que el corazón de Rio se encontraba en un lugar muy alejado de ella. Sin embargo,
para ella, que acaba de experimentar su primer amor, no podía rendirse ni tampoco
asumir que todas las posibilidades estuvieran cerradas. Por eso se vio en la necesidad
de entrar en acción.

Yuba la le había dicho que Rio estaba firmemente decidido a emprender ese viaje
por mucho que ella intentara detenerlo, así que tuvo que pensar apresuradamente en
alguna otra opción efectiva distinta a intentar disuadirle. Fue entonces cuando Sayo se
dio cuenta de que, si Rio al final se marchaba por mucho que ella hubiera tratado de
convencerlo, siempre podría seguirlo. Dicho esto, para seguir ese plan tendría que, por
lo menos, no significar una molestia. No obstante, estaba claro que simplemente
practicar por encima las Técnicas Espirituales no sería suficiente. Tampoco pensó que
en seis meses podría aumentar su nivel de manera importante, que es cuando Rio se
iría de la aldea.

A pesar de todo esto, Sayo se entregó al máximo en esta tarea. Puede que no
funcionara, pero se dedicó ciegamente a mejorar con la esperanza de que su esfuerzo
y devoción fueran reconocidos. De todas formas… siguió sin ser suficiente.

―…

Rio no podía soportar más ver a Sayo derrumbándose entre lágrimas ante él.
Estuvo por colocarle una mano en el hombro, pero se lo pensó dos veces y se contuvo
apretando fuertemente los puños. Ahora mismo no había ninguna palabra que pudiera
ofrecerle. Aunque le dijera algo amable o reconfortante, tampoco podría hacer mucho
más que eso. Él tenía claro que de ninguna manera iba a corresponder sus
sentimientos, así que su amabilidad y lástima sólo le harían más daño.

Con ese pensamiento, Rio se dio media vuelta, en silencio, con su expresión
deformada por el dolor. Mientras se alejaba, durante un breve instante bajó el ritmo y
se quedó observando la sombra de un árbol a no mucha distancia. Entonces, la
presencia que sintió desde las sombras empezó a debilitarse poco a poco.

…Perdóname, Shin. Rio le susurró esta disculpa en su corazón, y entonces se alejó


definitivamente de Sayo con paso firme.

―R-Rio-sama, espere…

―…

No quiso contestar a la débil llamada de Sayo. La distancia que había entre los dos
no era muy grande físicamente, pero no así sentimentalmente. Sin más opciones ya, lo
único que pudo hacer Sayo fue quedarse allí llorando.

― 229 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

◇ ◇ ◇

Mientras tanto, Shin observaba la figura de Rio alejándose desde detrás de un árbol
próximo.

Ese imbécil sabe que estoy aquí. Realmente es un hombre horrible.

Chasqueó la lengua y frunció el ceño. Aunque deseaba seguir su impulso de salir


corriendo tras Rio y darle su merecido, sabía que no sacaría nada bueno de ello.
Después de todo, no era culpa del chico.

Shin dio un suspiro de absoluto desprecio y miró a Sayo. Ella aún seguía arrodillada
en el suelo, llorando. Aunque hubiese pocas personas por la zona debido al festival,
eso no significaba que el lugar estuviera desierto en absoluto.

―¡Maldita sea!

Shin se rascó la cabeza violentamente y abandonó su escondite sin importarle ya


ser descubierto. No había vacilación en sus pasos a medida que se iba acercando en
línea recta a donde Sayo se encontraba tirada.

―Oye, Sayo.

Cuando Shin llamó a su hermana, su cuerpo debilitado titubeó.

―¿Sh-Shin…?

Sayo levantó la vista para mirar a su hermano con una cara de cachorrito
abandonado mientras lloraba.

―¿Vas a rendirte de una vez? Ya estás satisfecha, ¿no?

Le preguntó él de repente con un tono impregnado de irritación.

―C-Creo que sí. A-Ahora que… he sido rechazada… ya no tiene sentido seguir.

Susurró Sayo, cabizbaja hasta el extremo.

―Oh, bien, por fin te rindes. Bueno, después de todo es lo mejor. ¿Quién querría
entregar a su preciada hermana pequeña a un hombre indeseable como él, eh?

Dijo Shin con brusquedad, lo que hizo que Sayo levantara la cabeza con una
mirada algo rencorosa.

―N-No hables mal de Rio-sama.

―Oye, oye… ¿de verdad vas a defender a una basura como él? No tengo ni idea
de qué es lo que le preocupa tanto, pero siempre va por ahí con esa cara tan
deprimida. No es bueno para ti.

―…Déjalo ya. Como sigas así me enfadaré, Shin.

― 230 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

La voz normalmente dócil de Sayo se llenó de una rabia prácticamente nunca vista.

―Claro, puede que las chicas lo encuentren apuesto. Además sabe hacer tareas
del hogar y todo tipo de trabajos manuales sin problema, por no hablar de que fue lo
suficiente fuerte como para machacar a Gon y a esos otros bastardos… Espera,
mierda, decirlo en voz alta hace que me resulte aún más molesto. Pero es que así de
desagradable es ese chico. ¡Un imbécil astuto y liante!

Shin se puso a despotricar sobre Rio con mucha negatividad.

―¡Shin! ¡¿Cómo puedes decir esas cosas tan horribles?!

Sayo se enervó.

―¿Hah? ¡Pues tú tampoco te salvas! ¡¿Cómo puede gustarte un sujeto así?! ¿No
deberías detestarlo en estos momentos? Acaba de rechazarte. ¿De verdad vas a
seguir intentándolo?

Le preguntó él con intención de provocarla.

―N-No puedo odiarlo. ¡No es culpa suya!

―¿Eh? ¿Eres estúpida o qué? ¿Entonces le sigues amando?

Shin siguió interrogándola con una mirada hambrienta por saber más.

―…E-Es imposible que lo odie.

―Te estoy preguntando si lo amas. ¿Me estás oyendo, idiota?

Finalmente, el chico empezó a usar palabras despreciativas por la exasperación, lo


que hizo que ella se enojara.

―¡Pues sí! ¡Soy una idiota! ¡Lo amo!

Dijo gritando.

―¡ENTONCES NO TE RINDAS!

Shin le respondió gritando también sin un solo segundo de espera.

―¡¿…?!

Sayo, a pesar de sus deseos, no pudo encontrar las palabras para replicar a eso.

―¡Lo amas, ¿verdad?! ¡¿Entonces por qué te rindes tras haber sido rechazada una
vez, después de haberte esforzado tanto en practicar las Técnicas Espirituales todos
los días durante medio año?! ¡Tiene que ser una broma!

―¡Porque va a abandonar la aldea! ¡¡No sé qué podría hacer al respecto!!

―¡Pues no tienes más opción que esperar a que regrese algún día o seguirlo!

―E-Esperar… ¡Pero no sé cuándo volverá, si es que lo hace algún día! ¿Y qué


pasa si regresa y vuelve a marcharse?

― 231 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

―¡Entonces síguelo!

―¡N-No seas absurdo! ¡Ni siquiera sé a dónde va!

Shin tenía una réplica ilógica para cada argumento, y eso hizo que a Sayo le fuera
imposible no entrar en la pelea.

―Mierda, tienes razón. Entonces tendrás que esperar. Será mejor que te prepares
para resignarte todos los años que le lleve regresar, incluso hasta cuando ya seas una
abuelita si es necesario.

―…Cuando sea una abuelita ya ni siquiera querrá mirarme.

Murmuró Sayo abruptamente.

―Por todos los cielos… Ustedes dos, sí. Están hablando demasiado alto.

Gouki apareció de la nada y les habló con una voz cansada.

―¡¿…?!

El pensamiento de que su conversación pudiese haber sido escuchada por otras


personas hizo que Sayo mirara apresuradamente a su alrededor con la cara de un
color rojo brillante.

―No se preocupen… No hay nadie más aquí aparte de mí. Aunque puede que ése
no siga siendo el caso si continúan discutiendo de esa manera.

Dijo Gouki con una sonrisa incómoda para tranquilizar a Sayo.

―Usted es el padre de Hayate-sama…

―Así es. Soy Saga Gouki.

―¿Estaba usted… escuchándonos? Eso no es muy noble por su parte.

Shin lo miró con cara de descontento.

―¡S-Shin! ¡No seas grosero!

Sayo le regañó dejándose llevar por el pánico.

―Veo que tienes agallas, chico. Interesante… La verdad, no les estaba


escuchando a propósito, lo que ocurre es que ustedes estaban teniendo una pelea de
hermanos a un volumen que no era precisamente discreto, así que llegado cierto
punto decidí intervenir.

Gouki se rió a carcajadas.

―…¿Y? ¿Qué es lo que quiere? Si sólo ha venido aquí para reírse, entonces debo
pedirle que se marche.

―Me gustaría hablar con esa chica de ahí, por lo que te agradecería que fueras tú
el primero en marcharte.

― 232 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

―Como si fuera a dejar a mi querida hermana con un desconocido.

Shin se plantó ante Gouki con una expresión hosca.

―Um. Entonces, querida, escucha atentamente. ¿Estás enamorada del señor Rio?

―Eeh… s-sí.

Sayo le contestó asintiendo tímidamente.

―¿Tanto como para abandonar el lugar donde naciste?

Gouki disparó otra pregunta casi seguida de la respuesta de la chica.

―P-Pues…

Ahora Sayo dudó de qué contestar durante un momento.

―Olvídalo entonces. Parece que estaba equivocado.

Gouki se dio la vuelta para marcharse.

―¡E-Espere, por favor! ¡L-Lo amo! ¡Amo a Rio-sama!

Sayo se agarró en pánico de la manga de Gouki, hablando como si las emociones


se le hubieran desbordado.

―…¿Y eso que dices es la verdad?

Una expresión de seriedad se mostró en la cara de Gouki cuándo éste cuestionó la


determinación de la chica.

―¡S-Sí!

Mientras que el sol se iba poniendo gradualmente tras el horizonte, la voz de Sayo
resonaba a un lado del camino principal de la aldea.

◇ ◇ ◇

Varios días después, el momento en que Rio finalmente dejaría la aldea había
llegado. Una gran multitud de personas se reunió cerca de la puerta oeste de la aldea
para despedirlo. Entre ellos también estaban los miembros de la familia Saga; Homura
y Shizuku ya se habían despedido de él antes del festival de la cosecha. Rio empezó a
hablar con cada uno de los presentes en orden sin dejarse a la familia Saga.

―¡Rio-sama, espero que no se olvide de mí!

Dijo Komomo, mirándolo desde abajo con el rostro desencajado.

―Por supuesto que no. Yo también espero que no se olvide de mí, Komomo-san.

― 233 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

―¡Descuide! ¡Es imposible que lo haga!

La niña asintió alzando el puño.

―Gracias, Komomo-san… Gouki-san, Kayoko-san, Hayate-san, por favor,


cuídense mucho. Estaré esperando con ansias nuestro próximo encuentro.

Rio miró a todos los miembros de la familia de Komomo, que se encontraban detrás
de ella, y les dedicó esas palabras.

―Nos ha robado la frase. Debo mejorar mis habilidades en anticipación a la


próxima vez que nos veamos. Muchas gracias por todo.

―Toda nuestra familia le debe muchísimo. De verdad, espero que algún día
podamos volver a vernos.

―Para ser sincero, Rio-sama, usted todavía sigue… sorprendiéndome. Sin duda
creo que volveremos a encontrarnos algún día. Así que, por favor, cuídese y que tenga
un buen viaje.

Gouki, Kayoko y Hayate se despidieron en ese orden.

―Trabajaré diligentemente para no perder contra usted la próxima vez que nos
enfrentemos. Le deseo lo mejor.

Rio asintió con una sonrisa de diversión.

―Vamos, Sayo, tú también. ¡No seas tímida!

―¡Wawawa, Ruri!

Ruri empujó a su amiga para que se acercara a Rio.

―Hola, Sayo-san.

Dijo él con una sonrisa ligeramente tensa. No la había visto desde la confesión.

―Ho-Hola, Rio-sama. Umm… Por favor, tenga cuidado.

A pesar de estar visiblemente nerviosa, Sayo le dio la sonrisa más radiante que fue
capaz. A cambio, Rio también pudo recuperar algo de su capacidad para sonreír
normalmente.

―Sí. Usted también, Sayo-san. Cuídese.

―I-Intentaré hacerlo. ¡Ah, una cosa más… Rio-sama!

Sayo le llamó con determinación.

―…¿Qué es?

Rio inclinó la cabeza con curiosidad.

―¡Me esforzaré al máximo! Me esforzaré… ¡Así que usted haga también lo mismo,
Rio-sama!

― 234 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

Dijo ella con entusiasmo. Rio se sorprendió un poco antes de sonreír alegremente.

―…Sí. Me esforzaré al máximo. Me alegro mucho de que haya venido a


despedirse de mí. Muchas gracias.

―D-De nada. Yo también me alegro… Ajaja.

Sayo suspiró de alivio y sonrió con ganas. Estaba casi tan conmovida como para
ponerse a llorar, pero no derramó ninguna lágrima de tristeza.

―¿No vas a decir nada, Shin?

A un lado y no muy apartada de Rio y Sayo, Ruri pasó el centro de atención a Shin.

―Umf. Bueno, cuídate, supongo. Aunque tú tampoco le has dicho nada, Ruri.

Dijo Shin con sequedad.

―Ajaja. Eso es porque, ya sabes, ya le he dado una buena ración de despedidas.


Rio, asegúrate de hacernos una visita si alguna vez tienes tiempo para volver por aquí.
Y lo antes posible, si no es mucho pedir.

Continuó Ruri sonrojada por la vergüenza.

―Entendido. Me pregunto… si la próxima vez que nos veamos te encontraré


casada con alguien, Ruri.

Le dijo Rio en tono de broma, imaginándose el futuro.

―Ajaja, quién sabe. Oh, pero si nadie me quiere como su esposa, ¿tú me
aceptarías, Rio?

Respondió ella igualmente de broma.

―…No creo que tengas que llegar a eso. Si se trata de ti, entonces estoy seguro de
que encontrarás a alguien maravilloso con quien casarte.

Rio evadió la pregunta y luego se puso a reír con fuerza.

―Oh, porras, parece que me han rechazado. Qué mal. Ya nos veremos, Rio.

Ruri se encogió de hombros, dio un pequeño suspiro y le ofreció la mano a Rio para
darle un apretón.

―Síp, nos vemos. Estoy realmente contento de haber podido vivir contigo como si
fuéramos familia, Ruri.

Le devolvió el apretón y asintió lleno de felicidad.

―No como una familia, sino que somos familia. Aunque no pueda decírselo a nadie,
tú y yo seguimos siendo primos.

Ruri le susurró al oído.

―Tienes razón. Gracias, de verdad.

― 235 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Capítulo 10

Dijo finalmente Rio sonriendo ampliamente mientras le daba las gracias a Ruri. La
siguiente persona a la que se acercó fue Yuba, que no andaba muy lejos de su nieta.

―A ti también. Gracias por todo.

―Eso debería decirlo yo. Como dije antes, estás invitado a volver cuando quieras.
Por eso debes tener cuidado en tu viaje, ¿entendido?

Dijo ella riendo entre dientes.

―…Sí, muchísimas gracias.

Rio inclinó profundamente la cabeza y Yuba miró a su alrededor.

―¡Ya vale! Bueno, ¿hay alguien que quede aún por despedirse?

Preguntó al aire.

―¡Que tengas un buen viaje!

―Tenga cuidado.

―Puedes volver cuando quieras, pero no te olvides de traer regalos!

―¡Yo quiero algo con alcohol!

―¡Hasta pronto!

Las voces de todos los aldeanos resonaban por la zona.

―…Parece que no. ¡Muy bien, Rio, que tengas un buen viaje!

Yuba empezó a reír a carcajadas y se despidió de Rio con alegría. En respuesta, él


hizo una gran reverencia por última vez.

―¡Muy bien, gente, me voy ya! ¡Me acordaré de traer regalos para todos!

Con esas últimas palabras, Rio se dio la vuelta y se despidió con la mano y una
sonrisa dibujada en su cara. Poco después ya había puesto un pie fuera de la aldea
mientras todo el mundo le decía adiós gritando. Se giró una vez más y agitó los brazos
con fuerza mientras la distancia entre el pueblo y él iba aumentando poco a poco.

Era el otoño del año 999 del Calendario Sagrado.

― 236 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Epílogo

Epílogo: En un Mundo como Éste

El año era el 1000 del Sagrado Calendario. Un día, varios meses después de que
Rio abandonara la región de Yagumo… en algún lugar del mundo, alguien había
estado esperando a ese momento como si fuera una especie de profecía.

Parece que ha llegado el momento.

La región de Strahl se estaba reflejando en sus ojos. Al siguiente instante, seis


pilares de luz salieron disparados desde múltiples puntos del territorio, apuntando
directamente hacia el cielo. Las columnas atravesaron los cielos inmediatamente
dejando anonadados durante un tiempo a toda la gente con su luz cegadora. Sin
embargo, la persona en cuestión simplemente observaba la luz con una expresión
neutra.

No ha cambiado nada en los últimos mil años. Aun así, la historia de este mundo
está a punto de dar un giro radical. No… lo que ha nacido es la oportunidad de que
ese giro se produzca. Que cambie, se repita o se estanque ya depende de…

Todo lo que habría después de eso era desconocido para esta persona, por tanto
ahora simplemente podía observar el presente y el futuro más próximo.

¿Oh? Parece que esta vez hay muchos niños perdidos. ¿Um? Esto es…

De repente entornó los ojos. Y tan pronto como lo hizo volvieron a abrirse tras fijar
un objetivo: un niño humano se estaba reflejando ahora en ellos.

◇ ◇ ◇

Mientras tanto, después de que las columnas de luz hubieron perdido su brillo, en la
parte sureste de la región de Strahl, dos chicas y un chico se encontraban solos en un
campo cubierto de pasto. Una de ellas era una estudiante de preparatoria con
uniforme, la otra era una estudiante de secundaria también con uniforme y el último
era un estudiante de primaria con ropa normal… Nadie llevaba la indumentaria
adecuada para atravesar un campo de hierba.

Los tres jóvenes miraron a su alrededor boquiabiertos. Sus expresiones congeladas


eran totalmente comprensibles; después de todo, el paisaje urbano y moderno que los
rodeaba momentos antes había desaparecido por completo. Ahora, una pradera sin fin
se extendía en torno a ellos, y las únicas cosas que había a la vista eran rocas, colinas
y montañas, nada que pareciese hecho por la mano del hombre.

―…¿Dónde estamos?

―…A mí no me preguntes.

― 237 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Epílogo

―Perdona. La pregunta no iba para ti… Se la decía a Miharu.

La chica de secundaria y el chico de primaria iban de un lado para otro, sin terminar
de aceptar del todo la realidad. Poco después, los dos miraron simultáneamente a la
chica mayor de nombre Miharu.

―E-Emm, de momento… v-vamos a comprobar dónde estamos en mi smartphone.

Miharu puso una sonrisa para tranquilizar a los dos y sacó a toda prisa su teléfono
de la mochila. Entonces, con las manos temblorosas, presionó el botón lateral y la
pantalla se encendió. “Sin Señal” era el aviso que aparecía implacablemente en una
esquina de la pantalla.

◇ ◇ ◇

Al mismo tiempo, en algún lugar de la región de Strahl…

Haruto… haru… -os… -nemos.

La voz extrañamente familiar de una chica resonó en el interior de la cabeza de Rio.

― 238 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Epílogo

― 239 ―
Seirei Gensouki Vol. 3 Taikutsu

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