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La humanización de los cuidados en dos ejemplos

¿Qué significa la humanización de los cuidados?


CASO 1
Era un turno de noche como otro más en el Servicio de Paliativos, yo estaba
sentada en el cuarto de enfermería, ya había puesto la medicación de las
24.00h y me disponía a picar algo y a ver mi serie favorita en la televisión.
De repente veo que se enciende la luz roja de la habitación 211 y la miro,
pero me espero a ver si se apaga y no tengo que ir…pero vuelve a sonar y
me levanto resoplando.
– ¿Qué pasa?
– Enfermera tengo dolor
Me dirigí a la 211, abrí la puerta y encendí la luz.
– A ver…qué te pasa?
– Tengo dolor
– Pues ya te he puesto un calmante hace una hora, no puede dolerte
nada…buffff ¿y encima te has quitado la vía?, ¡con las venas tan malas que
tienes, ahora te voy a tener que volver a pinchar!
Me fui de la 211 pensando «qué pesado este hombre, todas las noches
igual desde que se murió el paciente de al lado, con lo cansada que estoy y
no me va a dejar descansar. Tengo que dar una cabezada porque mañana
tengo que ir a Hacienda y pasar por el súper antes de llegar a casa. Y ahora
a cogerle una vía, con las horas que son y con tantos pacientes como
tengo…»
CASO 2
Era un turno de noche como otro más en el Servicio de Paliativos y se
encendió la luz roja de la habitación 211, era la habitación de José Luis
Fernández. Me levanté preocupada de mi silla porque sabía que José Luis
estaba triste desde que su compañero de habitación Don Fernando nos
había dejado.
Me fui directamente a su habitación, llamé a la puerta y aprovechando
la luz del pasillo entré y me acerqué a su cama.
– ¿Qué te pasa José Luis, estás bien, qué necesitas?
– No sé lo que me pasa, creo que me duele algo.
Me senté en la silla al lado de su cama, le cogí la mano y le miré a los ojos.
– ¿Te duele aquí, seguro? Te puse un calmante hace 30 minutos, a lo
mejor tenemos que esperar a que te haga efecto, ¿qué te parece?, vaya se
te ha salido la vía, bueno no te preocupes. Vamos hacer una cosa José
Luis…me voy a quedar aquí 5 minutos contigo y si no se te pasa te doy una
pastilla y mañana le decimos a una compañera de la mañana que te coja la
vía si es necesario, ¿vale?
Me quedé allí un rato con José Luis, no recuerdo cuánto, pero sólo fue un
ratito. Lo que sí recuerdo es que mi paciente se durmió y se tranquilizó, no
necesitó más calmantes.
José Luis tenía miedo y se sentía solo y en ese momento “su enfermera”
era la única medicina que necesitaba.
MORALEJA
Mi cerebro le dijo a mi corazón: “no te metas en mis cosas”. Mi corazón le
respondió: “tus cosas son mis cosas”
En base a los dos ejemplos, reunirse en equipo leer y explicar que es
cuidado humanizado y las diferencias de actitudes de la enfermera en
ambos casos presentados.
Autora: Enfermería con H de Humanización - Ana Belén Abenoja

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