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BERTOLT
BRECHT
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Bertolt Brecht (1898-1956) nace en una
familia acomodada en Augsburgo y
estudia Medicina en Múnich.
En 1922 y 1923 estrena sus primeras
obras, Tambores en la noche, sobre el
levantamiento espartaquista, y Baal. En
1924 se traslada a Berlín y colabora
como dramaturg con los directores Max
Reinhardt y Erwin Piscator,
empapándose de sus ideas teatrales
revolucionarias, así como de las de los
directores rusos del momento, como
Meyerhold, Vajtángov y Stanislavski.
En 1928, el éxito de La ópera de los
tres peniques, versión de The Beggar’s
Opera (1728) de John Gay, coescrita
con Elisabeth Hauptmann y con música
de Kurt Weill, le hace ganar una
extraordinaria popularidad.
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Representación de
La resistible
ascensión de Arturo
Ui en Londres
(2013)
“La ilusión del teatro ha de ser parcial, de modo que siempre pueda ser
reconocida como ilusión”
Eso no significa que la interpretación no deba ser natural, dado que la estilización
crea “símbolos rígidos” y significados demasiado abstractos, ajenos a los de las acciones
cotidianas.
E 14
Brecht y Stanislavski
Brecht no rechaza por completo el sistema de Stanislavski. Lo
valora por ser un método, una sistematización seria del arte del actor.
Aprecia, entre otras cosas, que profundice en las contradicciones
psíquicas del ser humano y que tenga en cuenta las influencias del
medio.
Pero su propuesta va en la dirección contraria. Stanislavski,
sobre todo en su primera etapa, trabaja en la identificación del actor con
el personaje, con el fin de que el espectador también pudiera sentirla
consigo mismo. Eso era para Brecht “un punto culminante del teatro
burgués” que “precisamente por su seriedad llevaba al extremo todos
sus errores”. Porque ni el propio Stanislavski puede negar que el
público siempre es consciente de que está en el teatro. Brecht no
pretende la eliminación total de la identificación, pero sí de los efectos
hipnóticos del teatro burgués, que suspenden la conciencia del
espectador. Para ello, el actor debe mostrar, más que encarnar;
convertirse no en el personaje, sino en un intermediario entre este y el
público.
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El Gestus social
Bibliografía