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JOHN GRAY

Las dos caras del liberalismo. Una nueva interpretación de la tolerancia liberal
(Barcelona, Paidós, 2001)

En este libro sostiene John Gray, cepto de tolerancia resulta anacrónico


profesor de Pensamiento Europeo en en las sociedades tardomodernas y
la London School of Economics and propone una concepción revisada de
Political Science, que la doctrina libe- la tolerancia a partir del segundo con-
ral contiene dos maneras de entender cepto, como la manera de salvar al
la tolerancia. La tolerancia es, por un liberalismo de un posible fracaso en
lado, la manera de perseguir una el intento de lograr el acuerdo en
forma ideal de vida compartida, pero torno a unos principios universales.
es también la búsqueda de un com- El ideal liberal de la tolerancia
promiso de paz entre diferentes entendida como consenso plantea
modos de vida. En el primer caso, la una serie de problemas que hacen
tolerancia se considera como un bastante difícil su aplicación a la
medio para alcanzar un consenso sociedad contemporánea. Por un
racional universal en torno a unas lado, se trata de un ideal forjado en
verdades fundamentales, mientras sociedades divididas por sus reivindi-
que la diversidad es algo destinado a caciones sobre un único modo de
desaparecer. En el segundo, la tole- vida, en sociedades divididas, funda-
rancia es solamente un modus vivendi mentalmente, por la cuestión religio-
que haga posible la convivencia de sa. Por lo tanto, difícilmente podrá
regímenes y modos de vida diferentes. enseñarnos cómo vivir en un mundo
El autor considera que el primer con- como el nuestro, marcado por frac-

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CRÍTICA DE LIBROS

turas múltiples. Un mundo en el que los. No han tenido en cuenta que la


las personas estén definidas por su consideración de algunas libertades
pertenencia a una única comunidad como básicas presupone una evalua-
está bastante alejado de la realidad. ción de los intereses humanos que
Casi todos nosotros pertenecemos a protegen. Nuestros juicios sobre la
varios modos de vida, no nos adscri- mayor o menor libertad posibles son
bimos a una única identidad. Las for- juicios sobre el valor de las libertades
mas de vida en que nos encontramos que están en juego. Por eso, los mis-
no son las mónadas sin ventanas de la mos principios pueden llevar a con-
metafísica leibniziana. Se parecen más clusiones diferentes según cuál sea el
a prismas con luces cambiantes a tra- perfil moral de quienes los aplican.
vés de las cuales nos movemos. Son Y de ahí también —siguiendo una de
los conflictos entre esos diferentes las líneas de la crítica de Habermas a
modos de vida los que nos hacen ser Rawls— la imposibilidad de elaborar
lo que somos. un liberalismo estrictamente político
La mayor parte de los pensadores independiente de cualquier concep-
liberales han asumido la fe socrática, ción sustancial del bien. Pero si las
cristiana e ilustrada en la posibilidad visiones de la justicia contienen nece-
de una armonía de valores. No se dan sariamente juicios de valor, lo más
cuenta de que el ideal de la armonía realista es pensar que en muchas oca-
no es el mejor punto de partida para siones van a encerrar valores incon-
pensar sobre la política y sobre la mensurables y, en este sentido, cabría
ética. «Es mejor —señala Gray— hablar de un fracaso del proyecto
empezar por entender por qué no liberal.
puede evitarse el conflicto ni en la Resulta utópico hablar de un régi-
ciudad ni en el alma» (15). Los con- men en el que todas las libertades
flictos de valores son inherentes al ser básicas estén plenamente protegidas.
humano porque las necesidades No hay nada que asegure un resulta-
humanas plantean demandas en con- do satisfactorio para todos. Las liber-
flicto. De ahí la imposibilidad de una tades fundamentales pueden fácil-
comunidad sin fisuras. mente chocar entre sí. Por ejemplo, la
Es cierto que hay toda una línea de libertad de asociación y conciencia de
pensadores liberales, desde Locke y católicos, musulmanes u otros grupos
Kant hasta Rawls y Hayek, que han que abren escuelas en las que no se
aceptado que los distintos bienes cho- contrata a profesores divorciados u
can entre sí y que no hay manera de homosexuales, choca con la libertad
resolver los conflictos sin ocasionar de las personas para no sufrir discri-
pérdidas. Pero estos pensadores han minación en razón de su estado civil
tratado de establecer principios del o de su orientación sexual. Lo mismo
bien y la justicia universalmente váli- ocurre con la igualdad. En función de
dos que se mantienen al margen de a qué concepto de igualdad nos adhi-
esos conflictos. No nos dicen cómo ramos, diferiremos en la manera de
solucionar los conflictos porque su entender qué significa tratar a las per-
doctrina está diseñada para superar- sonas como iguales. Y esto dependerá

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de los intereses humanos que consi- tual en derecho y en política. En la


deremos más importantes para el bie- mayor parte de los casos se resolverán
nestar. Ante los conflictos planteados aplicando nuestra concepción de la
por distintas maneras de concebir la buena sociedad a las circunstancias
igualdad, las partes implicadas pro- históricas específicas del régimen par-
pondrán distintas soluciones según lo ticular. Es inútil buscar criterios de
que consideren que significa tratar a legitimidad que puedan aplicarse en
las personas como iguales. Tal como todos los contextos históricos. Las
ha señalado Walzer, la igualdad no circunstancias de la historia humana
significa lo mismo en la familia, en la son demasiado complejas y cambian-
escuela, en el mercado. En los dife- tes como para permitir que unos
rentes contextos hay que aplicar dife- valores universales actúen como fun-
rentes criterios de distribución. La damento universal de la legitimidad
postura de Walzer supone un avance política. Pensar que los derechos uni-
respecto a la de Rawls en este sentido, versales exigen que los valores libera-
pero, aun así, cabría objetar que es les se proyecten a todo el mundo es
muy difícil el consenso respecto al poner los derechos humanos al servi-
alcance de cada una de las esferas y cio de una especie de fundamentalis-
los principios que deben regir en cada mo liberal. Los conflictos que surgen
una de ellas; empezando por la fami- como consecuencia de las demandas
lia, sobre la cual se dan concepcio- conflictivas planteadas por los dere-
nes muy diversas en nuestras socieda- chos pueden resolverse de diferentes
des. maneras. Por eso pueden existir dife-
Por todo ello, los regímenes libera- rentes regímenes en función de las
les, como el resto de los regímenes diversas formas de resolver los con-
políticos, no pueden escapar al con- flictos entre las demandas; no existe
flicto de valores; siempre tendrán que un régimen ideal, como no existe
responder a demandas de libertades tampoco una solución ideal a los con-
incompatibles entre sí. Una de las flictos planteados por las demandas.
características de los regímenes no Pero el sistema de Rawls es un
liberales es que en ellos los conflictos intento de eludir las dificultades del
de valores se consideran signos de juicio político otorgando a los princi-
error. Pero un régimen liberal que pios liberales un carácter de ley nece-
aspire al consenso de valores estaría saria. «La doctrina de Rawls es un
tratando los conflictos también como tipo de legalismo anti-político» (26),
síntomas de error y, en este senti- ya que la distribución de cargas y
do, sería «una especie de funda - beneficios no es una cuestión de deci-
mentalismo, no un remedio contra sión política, sino de adjudicación
él» (31). legal. Pero, en cualquier caso, la ley
La teoría política liberal tradicional siempre exige tomar decisiones ya que
concibe el conflicto como algo transi- puede ser interpretada de diferentes
torio y no como un rasgo universal de maneras.
la vida política. Pero los conflictos El comunitarismo no ofrece una
entre libertades básicas son algo habi- mejor solución. Los comunitaristas

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no han comprendido tampoco que cia de lo histórico, lo circunstancial,


cuando coexisten distintos modos de los intereses. «Si buscamos un com-
vida en una sociedad resulta tanto promiso legítimo y estable para cues-
imposible como indeseable alcanzar tiones muy controvertidas —señala
un consenso global acerca de valores. Gray—, no tenemos más alternativa
Del mismo modo que el individuo que la del largo camino de la política»
liberal es una cifra sin historia ni (136).
identidad, el «hombre sin atributos» En las actuales sociedades plurales
de Musil, la comunidad comunitaris- no resulta tan necesario un consenso
ta está también alejada de cualquier sobre valores como instituciones
realidad humana, es una concepción comunes dentro de las cuales puedan
vacía. Los comunitaristas comparten negociarse los conflictos de intereses
con los liberales una concepción del y valores. Vivir en comunidad no sig-
sujeto humano del que ha sido elimi- nifica vivir en una sociedad unificada
nado el conflicto. por valores, sino disponer de institu-
Sería más razonable y adecuado a la ciones comunes que actúen como
realidad «retroceder de Kant a Hob- mediadores en los conflictos de inte-
bes y pensar en el proyecto liberal reses. La prueba de legitimidad de un
como en la búsqueda de un modus régimen o una institución es su capa-
vivendi entre valores en conflicto» cidad para mediar en los conflictos,
(121). Es preciso abandonar la idea incluso entre ideales rivales de justi-
del liberalismo como un sistema de cia. Por eso, el liberalismo debe signi-
principios universales en los que se ficar la gestión de los conflictos entre
basa un régimen ideal para adoptar culturas que siempre serán diferentes,
una concepción en la que la búsqueda no la creación de una civilización
de un modus vivendi entre valores universal.
inconmensurables sea el objetivo fun- En este tiempo de una supuesta
damental. Según el autor, el futuro «crisis de la política», de una subordi-
del liberalismo depende de su capaci- nación del sistema político a otro tipo
dad para abandonar la concepción de de sistemas, como el económico, la
la tolerancia como consenso racional, propuesta de Gray puede significar
apostando por la tolerancia como un «retorno de lo político» (Mouffe),
modo de convivir con la diversidad. una recuperación de la política como
Junto a ello será preciso abandonar deliberación y arte prudencial, sin
el legalismo liberal que fomenta la reducirla a una aplicación procedi-
ilusión de que podemos prescindir de mental de leyes universales.
la política, que, por otra parte, estaría
demasiado marcada por la contingen- Carmen INNERARITY GRAU

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