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FILOGENIA DEL
LENGUAJE
TEORIA ONOMATOPEYICA:
Otra teoría del origen onomatopéyico del lenguaje, apodada “teoría wau wau”, tuvo
gran difusión. Presentada como base las pinturas sonoras imitativas, las que son
muy comunes en determinada etapa de la evolución del lenguaje infantil (“guagua”,
“tictac”, “miau-miau”, etc.) también existen estas palabras en el lenguaje de los
adultos (“cucú, etc.). Pero por un lado estas palabras son relativamente pocas en su
número y por el otro el lenguaje se basa en un principio diferente a la representación
del sonido, en él es esencial la designación del objeto y no su presentación.
TEORÍA DE NOIRÉ
Plantea que las palabras se forman de sonidos que se emiten durante el proceso
laboral como involuntarios suspiros, éstos son producidos por el esfuerzo durante el
trabajo. La vinculación entre la acción y los sonidos que acompañan a ésta se
establecen involuntariamente entre los participantes del proceso colectivo de
trabajo, dando como resultado el lenguaje. Pero esta teoría omite el carácter
específico de esa vinculación, es decir la diferencia entre la vinculación significativa
y la asociativa o refleja de la que parte Noiré.
TEORÍA DE MARX Y ENGELS
Plantea principios básicos que explican en forma acabada el origen del desarrollo
del lenguaje:
a) El lenguaje es un componente inseparable de la cultura material, su génesis y su
desarrollo solo pueden ser entendidos en relación con la evolución histórico-social
del hombre;
b) No puede explicarse como reflejo instintivo, no es un producto natural, sino un
producto social y se organiza sólo en relación con la conciencia social;
c) No puede investigarse exclusivamente en el ámbito fisiológico-fonético, se debe
tener en cuenta su aspecto racional y estudiarlo en relación con el pensamiento.
TEORIA DE MARR
Marr defiende la opinión de que en el sentido histórico-evolutivo del lenguaje no fue
primero el lenguaje fonético, sino precisamente el lenguaje lineal cinético (lenguaje
mímico o gesticular).
El gesto de la mano, por ejemplo, que esquemáticamente representa el trabajo, se
convirtió en signo de éste, la relación entre signo y lo designado era hasta aquí
intuitiva y por ello directamente asequible a la conciencia primitiva.
Este lenguaje ligando inicialmente al proceso laboral se desprendió posteriormente
de tal proceso. Debido a ese lenguaje cinético se reforzó el pensamiento, sólo
entonces fue posible que surgiera el lenguaje fonético con su relación abstracta
propia entre la palabra y lo designado. El desarrollo del lenguaje fonético creó, por
su parte, premisas favorables para un desarrollo del pensamiento más abstracto,
con lo que se daban las bases para el desarrollo del lenguaje escrito.