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COMENTARIOS PERIODÍSTICOS. 2º BACHILLERATO.

TEORÍA: COHESIÓN

Se denomina cohesión textual a la red de relaciones entre los distintos elementos de un texto
que manifiestan lingüísticamente su coherencia. Por tanto, los mecanismos de cohesión son
los procedimientos lingüísticos que aseguran o refuerzan la coherencia textual. Dichos
procedimientos son múltiples y muy variados, tanto que es bastante complejo intentar siquiera
un análisis completo de todos ellos. Para sistematizar, los clasificaremos en función del plano
de la lengua al que afectan, y así distinguiremos los mecanismos gramaticales, los léxico-
semánticos y los supraoracionales.

A) Mecanismos léxico- semánticos


a.1. Recurrencia léxica

a.1.1. Repetición y derivación

Es uno de los mecanismos fundamentales para la cohesión textual. La recurrencia léxica, que
puede darse en forma de repetición o de derivación, consiste en la reaparición continuada de
una misma palabra en diferentes enunciados de un texto.
Ejemplo de Repetición: 1. Inés se había comprado un vestido para la fiesta. Estaba convencida
de que sería el vestido más bonito de todos.
Del mismo modo, la derivación se da cuando es muy probable que en el texto aparecen
palabras de la misma familia léxica, pero con leves variaciones (es decir, que compartan el
mismo lexema, ya sean derivadas o compuestas).
Ejemplo: - No seas nunca violento. La violencia no lleva a ninguna parte.
- De la cantera, los bloques de piedra salen sin devastar. Son los picapedreros
quienes los labran.

a.2. Recurrencia semántica (repetición mismo significado)

En cualquier texto aparecen reiteradamente elementos de cohesión semántica relacionados


con el significado de las palabras que aparecen en el mismo. Las relaciones de significado entre
términos pueden ser de cuatro clases: sinonimia, antonimia, hiperonimia o hiponimia.

a.2.1. Sinonimia

En los textos es muy frecuente sustituir una palabra que ya ha aparecido antes por un sinónimo
o por una expresión sinónima para evitar su repetición. Dos términos son sinónimos cuando en
un determinado contexto son intercambiables sin que varíe el significado del enunciado.
Ejemplo: Agustín empezó / comenzó la lectura del poema.

Algunos sinónimos son intercambiables en todos los contextos y, por tanto, son términos que
presentan sinonimia plena (sinonimia conceptual). Pero en el léxico común los sinónimos
estrictos o conceptuales son extremadamente raros. Lo normal es que dos términos sinónimos
tengan algunas acepciones comunes y otras diferentes y, por eso, no se puedan intercambiar en
todos los contextos. Ejemplo: “El profesor me sacó a la pizarra” - “Velázquez fue un profesor en
el uso del color”.
En ese caso decimos que “maestro” y “profesor” son sinónimos contextuales (porque no son
intercambiables en todos los casos).
Otros ejemplos:
- Oí las risotadas de los otros chavales. Sus carcajadas sonaban en mis oídos como latigazos.
- Había algunas estatuas en el jardín. Eran esculturas modernas.

* Sinonimia referencial o correferencia


A veces un término se sustituye por otro vocablo o expresión (nombre propio, sintagma, etc.)
que, aunque no sea un sinónimo suyo, dentro de ese determinado contexto tiene el mismo
referente (es decir, alude o se refiere a la misma realidad). En esos casos hablamos de sinonimia
referencial. En el siguiente ejemplo, todas las expresiones en negrita tienen el mismo referente
(Juan): Juan entró en el despacho de su jefe. El señor López alzó la vista y miró a su
subordinado con desprecio: aquel joven le resultaba profundamente antipático.
Los procedimientos en este sentido pueden ser variados: metáfora, metonimia o perífrasis. A
través de ellos se logra la variatio retórica, evitando repetir constantemente las mismas
palabras.
Ejemplo: Rafa Nadal consiguió ayer su tercer Grand Slam. El tenista mallorquín patrocinado
por Nike [perífrasis o giro] recibió el premio con emoción. Parece que nada se le resiste esta
temporada a la raqueta nacional [sinécdoque]. Cuando llegó al aeropuerto su afición llevaba
esperándole horas. Ninguno quería perderse la oportunidad de darle la enhorabuena en
persona al cañón de las pistas de tenis[metáfora].

Recordemos en qué consisten estas figuras literarias:


- La perífrasis (paráfrasis)o giro consiste en sustituir un término por otro dando un rodeo
que lleva a una amplificación del texto, es decir, expresar con muchas palabras lo que se puede
decir con una o con menos. Por ejemplo, decir “el padre de la genética” para referirse a Mendel
o “la ciudad de las luces” para referirse a París.
- La metáfora consiste en sustituir un término por otro con el que guarda algún tipo de
semejanza o analogía. Por ejemplo, Antonio Machado se refiere al sol en uno de sus poemas
como “un globo de fuego” y a la luna como “un disco morado”.
- La sinécdoque (parte por el todo) es una figura retórica que consiste en nombrar la parte
de un objeto para designar su totalidad. Ejemplo: Ese cuadro es un Goya; Fue la primera pluma
de su nación durante décadas; En ese bar sirven muy buenos platos.

a.2.2. Antonimia

La antonimia es la relación semántica de oposición que se establece entre ciertas palabras del
texto. Sirve para dar cohesión al texto porque normalmente contrapone un término con otro
que ha aparecido antes, estableciendo entre ellos una relación de contraste.
Ejemplos: -Pedro guardaba un recuerdo bueno del viaje de fin de curso. Marta tenía uno malo.
-Los niños salieron; los mayores se quedaron.
a.2.3. Campos semánticos
Lo definiremos como la “línea de lectura que torna homogéneo un texto”. El campo semántico,
por tanto, es un conjunto de palabras que pertenece a la misma familia léxica.
Ejemplo: el término “automovilismo” incluye las palabras “coche”, “conductor”,
“aparcamiento”, “tráfico”, …

a.2.4. Hiperonimia – hiponimia

Dentro de los campos semánticos, se dice que un término A es hiperónimo de otro término B
cuando A (hiperónimo) incluye a B (homónimos). La Hiperonimia es una relación semántica de
jerarquía vertical, mientras que la homonimia es una jerarquía horizontal. La sustitución de una
palabra por su hiperónimo o por su hipónimo es un mecanismo frecuente para evitar
repeticiones en el texto y contribuye a la coherencia y cohesión que debe existir entre los
elementos del mismo.
Ejemplo: Flor es hiperónimo de “rosa”, “azucena”, “geranio”, “clavel” (todos ellos homónimos).
Igualmente, mueble es hiperónimo de “mesa”, “silla”, “ropero” (homónimos).
Otros ejemplos:
-El león se escapó de la jaula. La fiera estaba hambrienta.
-Llevaba unas rosas en la mano. Dejó las flores en un jarrón y se acercó. Han traído los
muebles, pero ni la cama ni el armario caben en el cuarto. Este calzado me aprieta. Voy a
tener que cambiar de zapatos.

a.2.5. Proformas (palabras comodín)

Son palabras de sentido vago que utilizamos para sustituir otras unidades léxicas, de ahí que
las llamemos palabras comodín. Algunas de estas palabras “comodín”, fíjate en las proformas
de los paréntesis, se utilizan siempre para sustituir a términos con valor de “humano”
(“persona”, “hombre”, “sujeto”, “individuo”), con valor de “objeto” (“cosa”, “asunto”, “hecho”,
“cuestión”) o expresiones que indican “acción-estado” (“hacer”, “pasar”, “suceder” u “ocurrir”).
Ejemplos: -Ayer colisionaron dos vehículos en la carretera nacional. El hecho se produjo…/

-Pedro trabaja. Juan hace lo mismo.

B) Mecanismos gramaticales

La “deixis” (término procedente del griego que significa “mostrar”, “señalar”) es la función
representada por ciertos elementos lingüísticos, que consiste precisamente en designar,
señalar, algo fuera del texto (deixis extratextual) o en el propio texto (deixis textual).

b.1. Deixis extratextual


Tiene lugar cuando un elemento de la lengua hace referencia directa a algún elemento de la
situación comunicativa: emisor, receptor, espacio-tiempo. Obsérvese esta oración: “Tú, dame
eso inmediatamente y ven aquí ahora mismo”. Para entenderla debemos conocer la situación
en que se ha emitido, pues “tú” señala al receptor, “eso” sitúa un determinado objeto a una
determinada distancia del emisor, “aquí” señala el espacio y “ahora” indica el momento de la
comunicación entre los interlocutores. La deixis extratextual se divide en:
- Deixis personal expresada con pronombres personales de 1.ª y 2.ª persona [[yo (mí,
me), tú (te, ti,...)]); también, con los de 3.ª persona [él, ella]), pero con estos solo cuando señalan
a una persona presente en la situación; con pronombres posesivos de 1.ª y 2.ª persona ([mi, tu,
su, nuestro, vuestro,...]); y con desinencias verbales de 1.ª y 2.ª persona, ([Quiero], en que la «o»
final señala a la persona que habla).
- Deixis temporal realizada mediante adverbios, locuciones y sintagmas adverbiales de
presente ([hoy, ahora]), pasado ([ayer, el mes pasado, hace poco]) o futuro ([el mes próximo,
dentro de poco]) y mediante morfemas de tiempo ([Llegó], [Llegas]).
- Deixis espacial formulada con adverbios de lugar ([aquí, ahí, allí, allá,...]),
demostrativos ([este, ese, aquel,…]) y verbos de significado locativo ([traer] al lugar en que se
habla, [venir], etc.)
Otro ejemplo:
Eres mi mejor amiga y me conoces (personal), con frecuencia cometo (personal) errores.
Ayer (temporal) cuando estábamos allí (espacial) no estuve muy acertado (personal) con mis
palabras y sé que te hice daños con lo que dije (personal). Ahora te (personal) pido que lo
olvides y me (personal) perdones.

b.2. Deixis intratextual

Refiere los elementos lingüísticos que no señalan los objetos de la realidad, sino a fragmentos
dentro del propio texto. Diferenciamos, aquí, anáfora y catáfora:

** Anáfora: fenómeno por el que una palabra remite a un elemento anterior del discurso, al
cual representa. Las palabras anafóricas son unidades gramaticales sin significado propio, pues
éste depende del elemento léxico al que hacen referencia.
Ejemplo: Tenemos un nuevo compañero. Es una alegría para todos y vamos a recibirlo
(anáfora) con un aplauso. En el ejemplo, lo remite a un nuevo compañero, aquí al aula de
segundo. Las palabras que con mayor frecuencia funcionan como términos anafóricos son los
pronombres personales, algunos demostrativos y posesivos, los relativos y los adverbios que
tienen un valor referencial (aquí, allí, entonces...).
Si encontramos una proforma, palabra “comodín”, también puede que haya anáfora.
Ejemplos: -Yo estudié durante toda la tarde, pero él no lo hizo (anáfora – estudiar).
-María se parece a su padre, y a Ana le sucede (parecer) lo mismo.
-Tiene un dolor de muelas. Es una cosa (dolor) muy desagradable.
En los tres casos, podríamos hablar de anáfora, pues esas proformas remiten a
elementos que han aparecido antes en el discurso.

** Catáfora es el fenómeno que consiste en anticipar alguna palabra o parte del discurso que
aparecerá en el contexto posterior.
Ejemplo: - Me dijo lo siguiente: “renuncio”.
-A la inauguración acudieron todos: los alcaldes de la zona, la consejera, la ministra…
- Aunque se lo repetí, María no me hizo caso.
En estos ejemplos, lo siguiente adelanta al receptor información que aparece después,
y lo mismo sucede con el pronombre indefinido todos, y con el personal se, que se refiere a
María.

b. 3. Elipsis

Llamamos elipsis a la supresión de algún elemento léxico del enunciado, omisión de


información. Los elementos léxicos omitidos, palabras, sintagmas u oraciones, se deducen
lógicamente por la información textual adyacente. Al tener que recurrir al contexto próximo, la
elisión es también un mecanismo lingüístico que permite relacionar unos enunciados con otros.
Distinguimos dos tipos:
- Elipsis nominal: cuando un elemento léxico ha aparecido antes en el texto y es
fácilmente identificable. Este es el caso, por ejemplo, de la omisión del sujeto en una oración
cuando en ella se sigue hablando del mismo sujeto de las oraciones anteriores.
Ejemplo: - La profesora llega al instituto. Deja el bolso en la sala y entra al aula (la profesora).
- Te fumaste veinte cigarrillos rubios. -Me fumé diez (cigarrillos).
- Elipsis verbal Cuando un elemento léxico se deduce fácilmente por el contexto verbal
(de formas personales o no personales): ¿Vas a pasear? -No, a estudiar. / ¿Quieres tomar otro
café? -No, no quiero.
Ejemplo: Pedro, empieza a leer. Y ya sabes, despacito y con voz bien alta.
En este ejemplo, extraído de un texto que refleja el ámbito escolar, se ha omitido la forma verbal
lee, deducible por el contexto (antes el maestro había dicho: Bien, y ahora vamos a empezar un
poema).
Desde el punto de vista de la cohesión textual, la elipsis que más nos interesa es la primera.

C) Mecanismos textuales

c. 1. Marcadores del discurso (función) * véase ficha “Marcadores textuales”

Los marcadores son elementos lingüísticos que permiten establecer relaciones entra las ideas,
los párrafos y el contexto comunicativo. El significado que expresan esos elementos (de
adición, de contraposición, de sucesión temporal, de consecuencia…) establece relaciones
diversas con otras oraciones y enunciados, y contribuye, por tanto, a la cohesión textual.

D) Rasgos estilísticos.

d.1. Recursos estilísticos: metáfora, epíteto, interrogación retórica, hipérboles,


comparación, metonimia, etc.
Lo importante, en este apartado, será dar cuenta de la función que ejerce los recursos estilísticos
señalados en relación al tema y la postura del autor. Veamos algunas posibles funciones:

- Epíteto, interrogación retórica y comparación buscan llamar la atención del receptor-lector a


través del trabajo con el lenguaje. Tanto la adjetivación (epíteto), la pregunta retórica y la
comparación pretenden captar la atención del lector sobre ciertos fragmentos del texto o,
igualmente, añadir una capa de sentido a propósito del tema tratado.
- Metáforas y metonimia, aquí, no tienen nada que ver con la Retórica literaria. La metáfora y la
metonimia son, más bien, un mecanismo de pensamiento que impregna la vida cotidiana, no
solamente el lenguaje. Hablamos de expresiones metafóricas lexicalizadas en el lenguaje,
ejemplos:
- Poner como hoja de perejil (criticar)
- Cantar las cuarenta (reñir)
- Caído de un guindo (no ser tonto)
- Tomar el pelo (burlarse de alguien)
- Bajarse del burro (convencerse de algo)
- Estar pescando (estar empanado)

d.2. Rasgos morfosintácticos:


* Categorías gramaticales:
Texto expositivo: léxico específico. Objetividad.
Emplearemos, si los hay, los sustantivos concretos presentes en el texto para legitimar
nuevamente su condición expositiva, puesto que, ya se dijo, la exposición aspira a la
presentación de hechos objetivos y demostrables.
Texto argumentativo: léxico connotativo. Subjetividad. relacionaremos
Emplearemos, si los hay, los sustantivos abstractos presentes en el texto para legitimar
nuevamente su condición argumentativa.
Asimismo, la argumentación disemina a menudo verbos dicenci (cuentan, sostienen,
afirman…), relacionados con la causalidad, para justificar determinadas opiniones.
Tema: Según el tópico tratado, el carácter de los adjetivos oscilará, para marcar una
postura. Luego, nos encontraremos con adjetivos negativos (malo, feo, nefasto…) o positivos
(bueno, bello, ideal…) dependiendo de la tesis defendida por el emisor.

* Sintaxis:

Siguiendo las investigaciones de Miriam Álvarez (2010), las construcciones sintácticas


predominantes en los textos expositivo-argumentativos son las siguientes.
Por un lado, en la exposición abundan las estructuras lógicas, establecidas sobre el
esquema sintáctico clásico: Sujeto - Verbo - Complementos y las oraciones subordinadas de
relativo, cuyo sentido persigue el fin mismo de la explicación-exposición.
Por otro, la argumentación se manifiesta en el texto por medio de estructuras sintácticas
complejas, tendientes al periodo oracional largo y subordinante, el cual permita relacionar
ideas y reflexiones profundas entre sí. Destacan las oraciones Subordinadas Adverbiales
Consecutivas (nexo: por consiguiente, por tanto, luego), Sub. Adverbiales Causales (nexo: pues,
ya que, porque) y las impersonales (verbos haber, ser y “se” impersonal).
En última instancia, las oraciones simples (un solo verbo) sirven para dar ritmo al
pensamiento, concluir razonamientos y fijar ideas a final de párrafo.

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