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Solemnidad de San Isidro Labrador 15 de Mayo

Cuando la primavera se adorna con todo su esplendor. Cuando la


Pascua nos sigue agasajando con armoniosos “aleluyas” de
resurrección, celebramos en este 15 de mayo la festividad de San
Isidro Labrador. Dejamos a un lado lo que puede ser leyenda y nos
fijamos en lo sustancial: Isidro fue un hombre de Dios y, eso, le ha
valido un puesto más que merecido en el calendario cristiano. En
una mano el arado y, en la otra, la oración. Así fue este hombre.
Sabía que, su esfuerzo y tesón, eran regalos bajados del cielo. No
descuidó ni lo uno ni lo otro: trabajaba mirando hacia la tierra pero,
su corazón, alababa incesantemente a Dios. Supo llevar, su alma
cristiana, al día a día. Cuando tantos de nosotros estamos
sumergidos en el puro activismo. Cuando nos resulta tan difícil
combinar “fe y trabajo”, San Isidro logró armonizar perfectamente
los dos aspectos. El “ora et labora” benedictino, lo supo custodiar y
vivir en primera persona. Dios era lo esencial y, a Él, se consagraba
con las primeras luces del día. ¿De qué servirían aquellas labores
agrícolas el día de mañana? ¿Merecía la pena gastarse en el arado
cuando, lo único que estaba llamado a fructificar eternamente era
su profunda fidelidad a Dios? Estos interrogantes nos vendrían muy
bien a nosotros, como fondo y planteamiento de nuestro vivir;
vamos de un lado para otro. Hacemos muchas cosas. Contamos
con una técnica que nos abarata costes y nos evitan esfuerzos
mayores. Pero ¿y la vida en Dios? ¿La cuidamos? ¿La
embellecemos con el arado de la oración, la humildad, la paciencia
o la confianza en Dios? Tan peligroso, para una vida cristiana, es el
"brazos cruzados" como una existencia atestada de actividad. Las
dos tienen algo en común: que no hay espacio para Dios. Que no
hay lugar para la búsqueda o el descanso en Dios.
Monición de Entrada

Sean todos bienvenidos a esta celebración. Celebramos hoy a San


Isidro Labrador, nacido en Madrid a finales del siglo once. Es hijo de
su época y su cultura y por tanto entre leyendas ha llegado hasta
nosotros su figura. Quien además de ser una persona
profundamente piadosa y caritativa, se dedicó durante toda su vida
a la humilde labor de trabajar la tierra, por la cual, es venerado
como patrón de los labradores. El Espíritu le ha potenciado las
virtudes propias del mundo rural pero en grado supremo y por eso
la Iglesia le ha declarado santo. También nosotros estamos
llamados como san Isidro Labrador, a la santidad de vida.
Iniciemos esta celebración teniendo para nosotros modelo de
hospitalidad; sobriedad, paciencia y acción de gracias y gratitud a
Dios como lo hizo San Isidro Labrador.

Monición de Lecturas

En la primera lectura, pablo nos muestra como el Señor se le


presenta en una visión, en donde lo exhorta a no tener miedo a
anunciar la palabra de Dios, ya que su pueblo es de él y nadie se
atreverá a hacerle daño. Jesús nos enseña una preciosa promesa.
Cuanto nos cuesta acabar de creerla. Con que facilidad la
olvidamos. La fe en cristo resucitado no conoce la palabra adiós
porque no existen las despedidas definitivas. Él no se va para
siempre no abandona a los suyos por ellos la tristeza debe ser
pasajera porque su ausencia es provisional.

Aclamación al Evangelio
Oración Universal
1.- Para que la iglesia se mantenga firme en el anuncio del
Evangelio y abierta al dialogo con los hombres y mujeres de nuestro
tiempo. Roguemos al Señor.

2.- por los que gobiernan las naciones, para que se empeñen en la
consecuencia de una vida social en paz y de un mundo más justo y
solidario. Roguemos al Señor.

3.- Para que el Espíritu Santo nos otorgue paz y serenidad en


tiempos de dolor y de prueba, ya que Dios nos ha hecho para la
alegría y la felicidad. Roguemos al Señor.

4.- Para que el Espíritu de oración y de hospitalidad que


resplandeció en la vida de San Isidro Labrador sea un signo entre
los cristianos. Roguemos al Señor.

5.- Por los agricultores, para que aprovechen el contacto con la


naturaleza para alabar al creador y para sean atendidos en sus
justas demandas y vean recompensado su trabajo. Roguemos al
Señor.

6.- Por los obreros que están en paro laboral, por las
organizaciones sindicales y políticas para que busquen con
honradez y constancia la justicia y la igualdad para los más
necesitados. Roguemos al Señor.

7.- Por las vocaciones sacerdotales y religiosas, para que muchos


jóvenes respondan a la llamada del Señor, y lleven a todas partes el
amor que viene del Señor resucitado, como distintivo de la llegada
del mundo nuevo. Roguemos al Señor.

8.- Por nuestra comunidad parroquial, para que conscientes de


nuestra dignidad de sacerdotes profetas y reyes, busquemos la
colaboración en las tareas evangelizadoras y seamos testigos de
amor y de unidad. Roguemos al Señor.
Oración de Ofrendas

Acepta Señor estos dones de pan y vino, signo del fruto de la tierra
que cultivo San Isidro, regándolas con el sudor de su frente, para
que sean convertidos en ofrenda agradable al Padre.

Oración de Comunión

Jesús quiere sacarnos de la tristeza y hacer realidad nuestra


comunión con él y con nuestros hermanos. Acerquémonos a
recibirlo en este banquete que él mismo nos ha preparado.

Oración de Despedida

No podemos callar ante el mundo la buena noticia que hoy hemos


escuchado. Vayamos a compartir con los demás hermanos lo que
hemos aprendido, para llegar a ser como San Isidro Labrador y
poder alcanzar la santidad de la vida.

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