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DÍA 10

Luz de los Patriarcas


Ruega por nosotros
¡Cómo me encanta llamar a San José Patriarca de los cristianos y de los elegidos de Dios! ¿Cómo
podríamos no darle ese venerable título a quien de forma tan especial jugó un papel importantísimo
en los misterios de nuestra regeneración espiritual?1
— Beato Guillermo José Chaminade

L a palabra “patriarca” significa padre. Lo que todos los patriarcas del


Antiguo Testamento prefiguraron, y lo que todos los padres cristianos están
llamados a reflejar, es la luz paternal de Dios brillando a través de la paternidad
de San José. Después de Cristo, San José es el más grande de todos los
Patriarcas; ¡es el más grande de todos los padres!
Imagina la santidad de todos los patriarcas antiguos, esa larga línea de sucesivas generaciones que
es la misteriosa escalera de Jacob, culminando en la persona del Hijo de Dios. Ve cuán grande fue
la fe de Abraham, la obediencia de Isaac, la valentía de David, la sabiduría de Salomón. Después de
que te hayas formado la más alta opinión de estos santos, recuerda que San José está en la parte alta
de la escalera, a la cabeza de los santos, los reyes, los profetas, los patriarcas. Que es más fiel que
Abraham, más obediente que Isaac, más generoso que David, más sabio que Salomón; en una
palabra, superior en gracia porque está cerca de la fuente, de Jesús que duerme entre sus brazos.2
— Beato Guillermo José Chaminade

SAN JOSÉ ES UN REFLEJO DEL PADRE DE LAS LUCES. En la carta de Santiago,


leemos:
Toda dádiva buena y todo don perfecto viene de lo alto, desciende del Padre de las luces, en quien
no hay cambio ni sombra de rotación.
— Sant 1,17

En el principio, Dios creó las grandes luminarias en los cielos: el sol, la luna y
las estrellas. Sin luz, la creación estaría en tinieblas. En el Nuevo Testamento, el
Padre estableció una nueva creación en Cristo. A través de Cristo, el Padre
derrama su vida divina, amor y luz en nuestros corazones. San José y su
paternidad juegan un rol muy importante en el maravilloso plan de Dios. San
José es el reflejo perfecto del Padre de las luces, y nos ayuda a recibir la luz de
Cristo. San José es un portador de luz; él nos trae a Jesús, la verdadera luz del
mundo.
SAN JOSÉ TE AYUDARÁ A VIVIR EN LA LUZ DE DIOS. Tú eres hijo(a) de la luz.
Como cristiano, Jesús te hace participar de su luz para que seas luz del mundo
(ver Mt 5, 14-16).
Todos ustedes son hijos de la luz, hijos del día. Nosotros no pertenecemos a la noche ni a las
tinieblas.
— 1 Tes 5, 5

Antes, ustedes eran tinieblas, pero ahora son luz en el Señor. Vivan como hijos de la luz. Ahora
bien, el fruto de la luz es la bondad, la justicia y la verdad.
— Ef 5, 8-9

EL “LUMEN PATRIARCHARUM” ATERRORIZA A SATANÁS. En la versión latina de la


Letanía de San José, el título de “Luz de los patriarcas” aparece como “Lumen
Patriarcharum.” El demonio odia a San José y su luz. El otro nombre de Satanás
es Lucifer, que significa “portador de luz”. Lucifer perdió la luz por su soberbia
y desobediencia a Dios. Ahora Satanás vive en perpetua oscuridad y aborrece la
luz. Satanás le teme a tu padre espiritual porque San José es una humilde
creatura de carne y sangre, el reflejo perfecto del Padre de las luces. San José es
un verdadero y eterno portador de luz, un icono de Dios Padre. Después de Jesús
y María, no hay ninguna persona que Satanás deteste más que a San José.
¡Mantente cerca de San José y camina en la luz!
Deseo ofrecer una particular palabra de aliento a los padres para que tomen a San José como su
modelo. Aquel que vigiló al Hijo del Hombre puede enseñarles el significado profundo de su propia
paternidad.3
— Papa Benedicto XVI

Leer “¡Ite ad Ioseph!”


Rezar la Letanía de San José
— Papa León XIII
Glorioso San José, esposo de la Virgen María, te rogamos por el corazón de Jesucristo, nos
concedas tu paternal protección.14
— San Francisco de Sales

Ite ad Ioseph!
Si quieres estar cerca de Cristo, hoy te volvemos a repetir, “Acude a José.”1
— Venerable Papa Pío XII

¿C uál es la forma de estar más unido a Jesús en esta vida? La respuesta es


fácil: recibirlo en la Santa Comunión. No existe mayor intimidad con Jesús
en esta vida, que cuando lo recibimos en la santa Eucaristía durante la Misa. El
Santísimo Sacramento es el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de
Jesucristo.
¿Sabías que sin la paternidad terrenal de San José no podrías recibir el Pan de
Vida? A San José se le dio la misión de mantener y proteger al sagrado pan de
vida para ti.
Permíteme explicarlo.
Probablemente conozcas la historia del Libro del Génesis sobre los hijos de
Israel que vendieron a uno de sus hermanos a la esclavitud. El hermano vendido
a la esclavitud se llamaba José. Los nuevos dueños de José se lo llevaron a
Egipto, muy lejos de sus familiares. Lo que aquellos hombres le hicieron a su
hermano fue horrible y vergonzoso, pero Dios tenía un plan.
Increíblemente, el Faraón, rey de Egipto, adoptó a José como miembro de su
propia familia, por lo que se tenía a José como hijo del Faraón. El rey le dio gran
autoridad a José poniéndolo al frente de todos los graneros de Egipto, que en
aquella época estaba considerado como la canasta de pan del mundo. José
realizó un trabajo muy eficiente almacenando trigo.
Y así José juntó una cantidad de trigo tan enorme como la arena del mar, hasta tal punto que
perdieron la cuenta, pues sobrepasaba todo cálculo.
— Gen 41,49

Aunque los hermanos de José lo habían vendido a la esclavitud, Dios tenía


planes maravillosos para José. Después de que José había almacenado una
cantidad inconmensurable de trigo, una terrible hambruna azotó Egipto y los
territorios circundantes. Como resultado de la escasez de comida, el Faraón
instruyó a todos en Egipto: “¡Vayan a José y hagan lo que él les diga!” (Gen
41,55). La hambruna llegó a tal extremo, que los propios hermanos de José, los
que lo habían vendido, viajaron a Egipto buscando comida.
Cuando los hermanos conocieron al hombre encargado de los graneros de
Egipto, había pasado tanto tiempo que no se dieron cuenta de que estaban
parados ante la presencia de su propio hermano a quien habían vendido en
esclavitud años atrás. Como todos los demás, ellos también consideraban a José
de la realeza egipcia, y se dirigieron a él como su señor. Sin embargo, José sí los
reconoció.
Resumiendo, José ocultó su identidad, pero fue amable y misericordioso con
sus hermanos llenándoles sus sacos de granos para que pudieran llevar bastante a
su padre, Israel. Eventualmente, José les reveló su identidad y perdonó a sus
hermanos. Gracias a José y su función como administrador del trigo, incontables
vidas se salvaron de la hambruna y la muerte.
La historia del Antiguo Testamento es verídica y es una prefiguración de un
José más grande aun que mantendría seguro a su Hijo, el Pan del cielo, en
Egipto. ¡San José protegió una comida capaz de salvar a todo el mundo!
San José, nuestro padre espiritual, es mucho más grande que el José del
Antiguo Testamento. ¡Nuestro José fue el custodio del Pan del cielo! ¡Su deseo
en el cielo es que todos sus hijos coman el Pan de vida eterna!
El primer José (del Antiguo Testamento) era santo, recto, piadoso, casto, pero este José lo sobrepasa
en santidad y perfección, como el sol eclipsa la luna.2
— San Lorenzo de Brindisi

Dios envió a San José a Egipto para que de allí San José pudiera llevar el Pan
de Vida a las naciones. San José salvó a Nuestro Pan de Herodes; lo protegió y
lo cuidó en Egipto; y ahora Él quiere que recibamos el Pan de Vida en la Santa
Misa. A diferencia del José del Antiguo Testamento, el Pan celestial de San José
es más numeroso que las arenas del mar. Este Pan celestial puede alimentar a
todas las multitudes y satisfacer cada alma.
El Faraón, el poderoso rey de Egipto, exaltó a José y lo hizo el príncipe más encumbrado de su
reino porque almacenó el trigo y el pan salvando a la gente de todo su reino. Así José salvó y
protegió a Cristo que es el Pan vivo y da vida eterna al mundo.3
— San Lorenzo de Brindisi
Él (San José) diligentemente crio a Aquél a quien los fieles recibirían como el pan que bajó del
cielo para que pudieran obtener la vida eterna.4
— Beato Papa Pío IX
Si quieres hacerte una idea de la grandeza de San José, considera que por un privilegio divino
mereció el título de “Padre de Jesús.” También reflexiona que su propio nombre, “José”, significa
un incremento. Teniendo en cuenta al gran patriarca José vendido por sus hermanos en Egipto,
comprende que nuestro santo ha heredado no sólo su nombre, sino más aún, su poder, su inocencia
y su santidad. Así como el patriarca José almacenó el trigo no para sí sino para la gente en tiempo
de necesidad, así José ha recibido una comisión celestial de vigilar el Pan vivo no para él sólo, sino
para el mundo entero.5
— San Bernardo de Claraval
Sin José no tendríamos el Pan vivo de la Eucaristía. María “amasó la masa”
en su sagrado vientre; San José amorosamente resguardó el Pan en Egipto, y
continúa resguardando y preservando el Pan de vida en cada tabernáculo del
mundo. San José hizo posible que todos sus hijos recibieran el Pan de vida
eterna.
¡A (San) José se le sigue atribuyendo la custodia del Pan vivo!6
— Venerable Fulton J. Sheen

Actualmente hay una hambruna espiritual y moral en todo el mundo. Las


almas están muriendo por falta de alimento espiritual. Los corazones están
destrozados, los matrimonios arruinados, las vidas destruidas, los niños son
asesinados en el vientre de sus madres, y la verdad y el sentido común son
escasos. La hambruna espiritual y moral del mundo está devastando a todas las
naciones y arrasando con la humanidad. No hay un solo país que no se haya
visto afectado por eso. ¿Qué debemos hacer? ¿A quién podemos acudir para
encontrar alimento para nuestras almas?
¡Acudan a José y hagan lo que él les diga!
— Gen 41,55
LETANÍA DE SAN JOSÉ
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros
Dios Hijo, Redentor del mundo, Ten misericordia de nosotros
Dios Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros
Santísima Trinidad, un solo Dios, Ten misericordia de nosotros
Santa María, Ruega por nosotros
San José, Ruega por nosotros
Noble Retoño de David, Ruega por nosotros
Luz de los Patriarcas, Ruega por nosotros
Esposo de la Madre de Dios, Ruega por nosotros
Casto Guardián de la Virgen, Ruega por nosotros
Padre Nutricio del Hijo de Dios, Ruega por nosotros
Ferviente Defensor de Cristo, Ruega por nosotros
Jefe de la Sagrada Familia, Ruega por nosotros
José Justísimo, Ruega por nosotros
José Castísimo, Ruega por nosotros
José Prudentísimo, Ruega por nosotros
José Valientísimo, Ruega por nosotros
José Obedientísimo, Ruega por nosotros
José Fidelísimo, Ruega por nosotros
Espejo de Paciencia, Ruega por nosotros
Amante de la Pobreza, Ruega por nosotros
Modelo de los Obreros, Ruega por nosotros
Gloria de la Vida Doméstica, Ruega por nosotros
Guardián de las Vírgenes, Ruega por nosotros
Pilar de las Familias, Ruega por nosotros
Consuelo de los Afligidos, Ruega por nosotros
Esperanza de los Enfermos, Ruega por nosotros
Patrono de los Moribundos, Ruega por nosotros
Terror de los Demonios, Ruega por nosotros
Protector de la Santa Iglesia, Ruega por nosotros
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos, Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros.
V. Lo hizo Señor de su Casa
R. Y administrador de todas sus posesiones
Oremos: Oh Dios, que en tu amorosa providencia elegiste a San José para ser
esposo de tu santísima Madre, concédenos la gracia de tener como nuestro
intercesor en el cielo a aquél que veneramos en la tierra como nuestro
protector. Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
Letanía de San José (latín)
Kýrie, eléison. Kýrie, eléison.
Christe, eléison. Christe, eléison.
Kýrie, eléison. Kýrie, eléison.
Christe, audi nos. Christe, exaudi nos.
Pater de caelis, Deus. Miserére nobis.
Fili, Redémptor mundi, Deus. Miserére nobis.
Spiritus Sancte, Deus. Miserére nobis.
Sancta Trínitas, unus Deus. Miserére nobis.
Sancta María. Ora pro nobis.
Sancte Ioseph. Ora pro nobis.
Proles David ínclyta. Ora pro nobis.
Lumen Patriarchárum. Ora pro nobis.
Dei Genetrícis Sponse. Ora pro nobis.
Custos pudíce Vírginis. Ora pro nobis.
Filii Dei nutrície. Ora pro nobis.
Christi defénsor sédule. Ora pro nobis.
Almae Famíliae praeses. Ora pro nobis.
Ioseph iustíssime. Ora pro nobis.
Ioseph castíssime. Ora pro nobis.
Ioseph prudentíssime. Ora pro nobis.

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