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Recibió el nombre de Isabel, pero su mamá al ver que mientras crecía su rostro lucía
sonrosado y mostraba gran belleza, empezó a llamarla Rosa. Santo Toribio de
Mogrovejo, el entonces Arzobispo de Lima, tras impartirle el sacramento de la
confirmación en 1597 le puso definitivamente el nombre de Rosa, con el cual es
conocida ahora en todo el mundo.
Santa Rosa fue laica, específicamente una Terciaria en la Orden de Santo Domingo,
es decir, una mujer que se vestía con túnica blanca y manto negro, llevaba una vida
consagrada a Dios pero en su propia casa. Durante toda su vida buscó imitar a la más
famosa terciaria dominica: Santa Catalina de Siena.
Santa Rosa falleció el 24 de agosto de 1617, a los 31 años de edad. Menos de 50
años después de su muerte fue declarada santa para la Iglesia. Durante la ceremonia
organizada en su honor tras su fallecimiento fue aclamada por el pueblo entero e
hicieron que a los ocho días se abriera el proceso de canonización.
Antes de ser canonizada (1671) fue proclamada Patrona del Perú (1669), del Nuevo
Mundo y de Filipinas (1670). Solo en Perú hay más de 72 pueblos con su nombre.
Reflexión de Benedicto XVI
Santa Rosa de Lima puso en su vida espiritual tres puntos
esenciales:
1. La oración como un dirigirse interiormente al Señor, como estar
en su luz, como dejarse incendiar por su fuego santo.
2. El amor por Cristo, el doliente; aquel que por nosotros se ha
hecho pobre, ella también ama a todos los pobres que llegaron a ser
sus hermanos más cercanos. Mística del sufrimiento con todos los
pobres y los que sufren, que brota de la solidaridad con el Cristo
doliente.
3. Su misión. Ella deseaba poder ir a través de las calles de todo el
mundo y conducir los hombres hacia el Salvador doliente. Ahora
ella vuelve a llamar con la autoridad de Cristo a todos nosotros, a la
entera cristiandad, a vivir con radicalidad a partir del centro, de la
más profunda comunión con Jesús, porque sólo así y de ningún otro
modo el mundo puede ser salvado.
Démosle gracias por el coraje de su fe, que ÉL ha vuelto a despertar
aquí en América Latina. Pidámosle que su presencia sea cada vez
más fuerte y que su perfume se extienda desde aquí a todo el
mundo.
Homilía del Card. Joseph Ratzinger en el Santuario de Santa Rosa, 1986, Lima.
Señal de la Cruz
Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos,
líbranos Señor Dios nuestro.
En el nombre del Padre,
y del Hijo,
y del Espíritu Santo.
Amén
Acto de Contricción
¡Señor mío Jesucristo!
Dios y hombre verdadero,
Creador Padre y Redentor mío;
por ser Vos quién sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón el haberos ofendido,
también me pesa porque podéis castigarme con
las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia,
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia
que me fuera impuesta.
Amén
Credo
Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Amén.
Queremos ser de los Tuyos
Corazón de Jesús, queremos ser de los tuyos;
los tuyos de veras
los que no retrocedan,
los que no se desalienten,
los que no conozcan las medias tintas
ni las posturas ambiguas.
Los que lo den todo antes que traicionarte...
Amén, Amén
Intenciones
Rezamos
Recurrimos a ti, Santa María, y de manera
especial a Santa Rosa de Lima
para que, junto con la disposición necesaria
para rezar este Rosario
y ganar las indulgencias que la Iglesia ha
asociado a él,
nos alcances del Corazón de Jesús
y nos concedas del Padre por cada una de
nuestras peticiones.
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu Voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
Amén.
03 Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Amén.
Misterios Dolorosos
Amén.
10 Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Amén.
Oh, Jesús Mío,
perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo
y socorre principalmente a las más
necesitadas de tu misericordia.
Amén.
10 Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Amén.
Oh, Jesús Mío,
perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo
y socorre principalmente a las más
necesitadas de tu misericordia.
espinas
y llamaron a toda la cohorte.
Le visten de púrpura y,
trenzando una corona
de espinas, se la ciñen.
Y se pusieron a saludarle:
"¡Salve, Rey de los judíos!".
(Mc 15, 16-18)
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre,
venga a nosotros tu Reino,
hágase tu Voluntad,
así en la tierra como en el cielo.
Amén.
10 Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Amén.
Oh, Jesús Mío,
perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo
y socorre principalmente a las más
necesitadas de tu misericordia.
Amén.
10 Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Amén.
Oh, Jesús Mío,
perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo
y socorre principalmente a las más
necesitadas de tu misericordia.
Amén.
10 Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Amén.
Oh, Jesús Mío,
perdona nuestros pecados,
líbranos del fuego del infierno,
lleva a todas las almas al cielo
y socorre principalmente a las más
necesitadas de tu misericordia.
Amén.
Ave María
Dios te salve María, llena eres de gracia,
el Señor es contigo.
Bendita Tú eres entre todas las mujeres
y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.
Amén.
Gloria
Gloria al Padre, al Hijo
y al Espíritu Santo.
Amén.
Oración para sentir con la Iglesia
Señor Jesús, si de tu corazón herido
brotó como Esposa tuya muy querida,
nuestra Madre Iglesia.
Una, Santa, Católica y Apostólica;
dame un mismo entender, querer y sentir con Ella,
sobre todo en materias que rocen con el dogma y moral.
Ame y obedezca con pasión al Papa, tu Vicario
y una obediencia también rendida a los sucesores
de tus Apóstoles, nuestros Obispos.
Hijo fiel de tu Iglesia hasta la muerte,
su doctrina me ilumine,
sus glorias me honren,
sus persecuciones me aflijan,
sus fallas me estimulen,
por Ella ore, por Ella trabaje, por Ella sucumba.
Amén, Amén.
Salve
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra.
Dios te salve.
A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva,
a Ti suspiramos, gimiendo y llorando
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora Abogada Nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto
bendito de tu vientre.
Oh, clemente; Oh piadosa,
Oh dulce Virgen María.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro
Señor Jesucristo.
Amén
Ave María Purísima
Sin pecado concebida
Alabado sea el Corazón de Jesús
en todo lugar y tiempo…
Con María, su Madre.