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Los Tímidos Siempre Ganan
Los Tímidos Siempre Ganan
CREDITOS
TRADUCTOR CORRECTOR
Nimaria April
Nunadina
Cade Creek 13
3
STORMY GLENN
Sinopsis
1
Una almohada de un largo superior a 120 cm, y cuya función sería adaptarse lateralmente a los
contornos del cuerpo, ejercer de apoyo para yacer de costado.
Cory estaba tan emocionado ante la perspectiva de tener un fin de
semana libre que comenzó a bailar alrededor de la cocina con su escoba.
Aldrin se rio mientras volvía a su llamada telefónica.
¡Dos días enteros!
Cory jadeó cuando se dio la vuelta y golpeó un balde de platos
sucios que se hallaba en el mostrador. Toda la bandeja se estrelló contra
el suelo, el vidrio y la porcelana se hicieron añicos cuando golpeó el
suelo antes de volar por todas partes.
¡Oh mierda!
—¡Cory!
La mirada de Cory se disparó hacia la puerta entre la cocina y el
comedor principal. Odiaba cuando Jonah gritaba. El hombre era tan
grande como una casa. Es cierto, siempre había sido amable, pero tenía
una voz atronadora. A Cory no le gustaba que le gritaran.
—Tómate tres días —dijo Aldrin mientras le entregaba a Cory un 16
pequeño fajo de billetes—. ¡Vete ahora!
No se lo tenían que decir dos veces. Se quitó el delantal mientras
corría a la pequeña sala de empleados en la parte de atrás del
restaurante. Arrojó su delantal en su taquilla y agarró su mochila antes
de correr hacia la puerta. Cuanto más rápido escapara, más
posibilidades tenía de llegar a la ciudad con la piel intacta.
Los gritos fueron la primera pista que tuvo Cory de que algo andaba
mal. Eran fuertes y llenos de furia, pero teñido de lo que sonaba como
miedo. Era fácil para él distinguir el tono. Estaba muy familiarizado
con la emoción. Vivía con ella todos los días.
Al escucharlo de otra persona, sintió un escalofrío recorrer su
espalda.
Sabiendo que no le iba a gustar lo que vería, Cory se arrastró hasta el
borde del edificio de ladrillo de cuatro pisos y se asomó en la esquina.
Estaba oscuro afuera, pero las farolas brillaban con suficiente
intensidad para que Cory pudiera ver el estrecho callejón.
O al menos lo suficiente como para ver la pelea.
Tragó con fuerza, reprimiendo las lágrimas mientras veía la escena
que tenía lugar frente a él. Era una que había visto muchas veces antes.
Era una que había vivido muchas veces antes. Lo aterraba entonces y lo
aterraba ahora.
Cory dudaba que fuera algo con lo que alguien se sintiera cómodo,
pero tendían a acostumbrarse a ello. Y eso podría ser más triste que
cualquier otra cosa.
Tres hombres de aspecto rudo rodeaban a un hombre más grande,
uno mucho más grande. Cory no tenía dudas de que si no fuera por el
hecho de que parecía estar tratando de evitar golpear a alguien, el gran
oso de hombre que estaba siendo intimidado podría acabar con todos. 17
En cambio, mantenía los brazos sobre su rostro y trataba de alejar su
cuerpo para evitar lo peor de la paliza que estaba recibiendo. Cory no
estaba seguro de si el hombre no sabía cómo defenderse o si sólo estaba
loco.
Sabía que tenía que hacer algo. Si bien no iba buscando peleas, y de
hecho hacía todo lo posible para evitarlas, su conciencia no le permitía
mirar hacia otro lado cuando alguien más estaba siendo intimidado.
Demasiadas veces había deseado que alguien hubiera intervenido en su
ayuda.
Nunca había sucedido.
Cory sabía que debería haberse quedado en Cade Creek durante su
fin de semana de tres días en lugar de venir a la ciudad. Esto no iba a
terminar bien.
—Esta es una idea muy mala —murmuró Cory mientras sacaba su
spray de pimienta y su Taser2 de su pequeña mochila antes de deslizar
sus brazos a través de las correas y ponérsela. Había aprendido hace
mucho a no salir nunca de casa sin su mochila o algo con lo que
defenderse. Sostenía una en cada mano mientras se adentraba en el
callejón, manteniéndose cerca de la pared.
Realmente no había muchos lugares para esconderse. Unos cuantos
palets de madera3, un gran contenedor de basura y montones de basura
distribuidos al azar. Había un neumático viejo, pero Cory sabía que
sería inútil esconderse detrás.
Sabía que cuanto más se acercara antes de que supieran de su
presencia, más posibilidades tendría de... bueno, de hacer algo. No
había descubierto qué era ese algo todavía, pero estaba trabajando en
ello.
Estaba trabajando en ello rápido.
Cory hizo una mueca cuando su pie golpeó una botella de cerveza 18
vacía cuando estaba a sólo unos pasos de los hombres que golpeaban al
más grande y resonó al rodar por el áspero hormigón. Por un breve
momento, ojos tan marrones como bombones de chocolate con leche lo
miraron a lo lejos. Entendimiento llenó a Cory cuando un crujido de
energía pasó entre ellos, caliente y cruda, carnal.
El aliento de Cory quedó atrapado en una oleada de anhelo tan
abrupto e intenso que casi sintió dolor. Se sintió cautivado por el
hombre alto en cada poro, cada nervio, con cada pulso. Su madre le
había contado sobre el amor a primera vista, sobre ese momento en que
dos almas se conectaban. Hasta este momento, nunca había creído que
fuera cierto.
Infiernos, nunca creyó que encontraría a alguien, alma gemela o no.
Eso nunca había estado en las cartas para él.
2
Es un arma de electrochoque, diseñada para incapacitar a una persona o animal.
3
—¡Lárgate de aquí! —gritó uno de los matones.
Mierda.
—Necesito hablar con mi hermano. —Cory hizo un gesto con la
mano hacia el hombre acorralado contra la pared de ladrillo de los
edificios—. Nuestro padre me envió a buscarle y se enojará mucho si
no vuelvo a casa con él.
El tipo en el medio –Cory estaba bastante seguro de que él era el líder de
esta pequeña banda de imbéciles– metió sus pulgares en los bolsillos de sus
jeans y se inclinó hacia atrás sobre sus talones.
—¿Conoces a Moose? —preguntó.
Los ojos de Cory se dispararon hacia el tipo grande.
¿Moose?
¿En serio?
—Porque conozco a Moose —continuó el tipo—. También conozco
19
al padre de Moose, y la última vez que lo revisé, mi viejo sólo tenía tres
hijos.
Los ojos del tipo se entrecerraron amenazadoramente. —De modo
que, ¿quién jodidos eres?
Mierda.
Cory le lanzó a Moose una rápida mirada de tristeza y pesar antes de
darse la vuelta para correr. Había tratado de ayudar, pero Cory sabía
que no podía salvar al hombre. Tenía serias dudas de que fuera a ser
capaz de salvarse a sí mismo.
Cory no dio dos pasos antes de que lo agarraran y giraran. Tuvo el
tiempo justo para rociar al tipo que lo agarró con gas pimienta antes de
que lo golpearan en el estómago.
Cory gruñó cuando todo el aire salió de sus pulmones, y luego cayó
de rodillas sobre el frío y duro pavimento. Jadeó mientras trataba de
llevar el aire que tanto necesitaba a sus pulmones privados de oxígeno.
Ni siquiera podía comenzar a enloquecer por el dolor en sus rodillas
hasta que pudiera respirar nuevamente.
En este momento, se preguntaba si eso iba a suceder.
—¡Déjalo en paz!
Alguien había gritado eso. Cory no estaba seguro de quién. Rezó
para que fuera alguien con una insignia. Escuchó el inconfundible
sonido de carne golpeando carne. Se le hizo un nudo en el estómago
porque sabía que alguien estaba siendo lastimado, incluso si no era él
en ese preciso momento.
Esperaba que no fuera Moose, pero estaba bastante seguro de que lo
era.
Cuando alguien lo agarró del brazo, Cory gritó y luchó por escapar
del fuerte agarre. El miedo que lo invadía era casi debilitante. Cory
odiaba el dolor, tal vez más porque estaba muy acostumbrado a él.
Gritó cuando fue levantado en el aire. Antes de que el sonido de 20
pánico tuviera tiempo de rasgar el aire, quien fuera que lo tenía estaba
corriendo por las calles. Cory se resistió y luchó por escapar.
—Detente antes de que te deje caer.
Cory se congeló ante el tenso tono de voz que provenía del hombre
que lo llevaba. No sonaba amenazante, sino más asustado como él. —
¿Moose?
—Sí. —El hombre ni siquiera aminoró la velocidad.
—Dónde…
—Silencio —espetó Moose en voz baja—. Nos escucharán.
¿Ellos?
Cory tragó con fuerza mientras miraba por encima del hombro de
Moose. No podía ver a nadie siguiéndolos, pero estaba bastante oscuro.
Podrían estar rodeados por todo lo que sabía. Se agarró más fuerte a
Moose.
Debían haber recorrido seis manzanas antes de que Moose
finalmente disminuyera la velocidad. Estaban entrando en una zona
más poblada, motivo probablemente por el que Moose puso a Cory de
pie. Cuanto menos llamaran la atención, mejor.
—¿A dónde vamos? —Moose parecía tener un destino en mente. Su
agarre era firme en el brazo de Cory mientras lo conducía por las calles
oscuras.
—Tenemos que salir de las calles —dijo Moose mientras miraba por
encima del hombro—. Tengo una habitación alquilada no muy lejos de
aquí. Si llegamos allí, creo que estaremos a salvo hasta el amanecer.
—¿Y luego qué? —preguntó Cory, mientras sacaba la mochila de su
espalda. Se alegraba de habérsela colgado a la espalda antes de
enfrentarse a los hombres que golpeaban a Moose. Probablemente la
habría perdido si no lo hubiera hecho.
Sus pequeñas mini vacaciones estaban resultando ser un desastre.
Moose sacudió la cabeza. —No sé.
21
Eso fue útil.
Realmente no parecía haber nada que decir después de eso. Cada
sombra y rincón oscuro parecía cernirse amenazadoramente sobre ellos.
Cory seguía esperando escuchar voces llenas de ira, pasos golpeando en
su persecución. Saltaba cada vez que alguien nuevo pasaba junto a ellos,
preguntándose si iban a ser atacados.
Cory odiaba la ciudad. Quería volver a Cade Creek. Si bien el lugar
no estaba totalmente libre de delitos, tumbar vacas no era tan
peligroso... a menos que fueras una vaca.
Cuando llegaron a un viejo edificio de ladrillos que había visto días
mejores, Cory sentía que se le iban a caer los pies. Debían haber
caminado media ciudad. Podría haber caminado de un extremo de
Cade Creek al otro veinte veces.
Cory guardó sus pensamientos para sí mismo mientras Moose lo
conducía al interior del edificio. El deteriorado vestíbulo se sentía
siniestro, y aunque sólo había allí un par de hombres holgazaneando,
las miradas que le enviaron a Cory le hicieron desear tener un estropajo
para limpiarse.
—Estoy en el tercer piso —dijo Moose mientras dirigía a Cory hacia
la escalera de madera a un lado del vestíbulo.
—¿No hay ascensor?
Moose levantó las cejas cuando miró a Cory. —¿En este lugar?
Cory se encogió de hombros. Aparentemente, Moose sabía que el
lugar era un basurero. ¿Por qué se quedó entonces?
—No creo que el ascensor haya funcionado en este lugar hace años
—dijo Moose—, e incluso si lo hiciera, no estoy seguro de que confiara
en él.
—Entonces, ¿por qué quedarse aquí?
Moose se encogió de hombros igual que Cory había hecho, sólo sus 22
enormes hombros lo hacían parecer mucho más impresionante. —Es
barato y no hacen preguntas.
Cory no pudo evitar preguntarse qué preguntas le harían y por qué
era importante no responderlas. Habría preguntado, excepto que tenía
miedo, y bueno, eso sólo lo trajo de regreso a donde comenzó.
Preguntas sin respuesta.
Tal como dijo el hombre, la habitación alquilada de Moose –si se
podía llamar así– estaba ubicada en el tercer piso. Apenas era más que
un vestidor. Consistía en un estrecho colchón individual en la esquina,
una caja de madera que hacía de mesita de noche y una vieja silla
destartalada. Había un pequeño mostrador con el espacio justo para un
fregadero individual y una placa calefactora. Ni siquiera había una
cocina.
O un baño.
—¿Vives aquí? —Cory trató de no mostrar disgusto en su voz, pero
el ceño fruncido en la cara de Moose le dijo que había fallado
miserablemente—. Lo siento. No debería haber dicho eso.
—No, está bien —respondió Moose—. Es una basura, pero es lo que
puedo pagar en este momento.
Eso Cory lo podía entender.
—Mi lugar no es mucho más grande que esto, pero tengo mi propio
baño.
Moose hizo una mueca. —El mío está al final del pasillo. Lo
comparto con todos en la planta.
Cory se estremeció. Había vivido en lugares bastante malos, pero
siempre tuvo un baño para él solo. Lo bueno que pudo ver fue que el
lugar estaba limpio y organizado, o al menos tan limpio como podía
estar.
—Soy Moose Fletcher. 23
Le dio al hombre una pequeña sonrisa. —Cory James.
—Por favor, toma asiento, Cory —dijo Moose—. ¿Quieres algo de
beber?
A Cory le gustó lo educado que era Moose. Hacía que fuera más
fácil la situación en que se encontraban. —¿Tienes té?
Los ojos de color chocolate de Moose se iluminaron. —Sí. Me
encanta el té.
—A mí también. Hay un lugar en mi pueblo natal llamado Koffee
Korner de Kapheri. Es esencialmente un lugar de café, pero el
propietario comenzó a llevar un té muy bueno de Turquía cuando
descubrió cuánto me gustaba.
—Eso fue amable de su parte.
Cory asintió. —Kapheri y Brandon son personas muy agradables.
La mayoría de las personas en Cade Creek lo eran.
—¿Dónde está tu pueblo natal? —preguntó Moose mientras iba
hacia el mostrador.
Cory se sentó en la silla y observó a Moose preparar el té. —Cade
Creek. Está a un par de horas al este de aquí.
—Nunca he oído hablar de él, pero supongo que hay muchos lugares
de los que nunca he oído hablar.
—No me sorprende que nunca hayas oído hablar de él. Es bastante
pequeño, pero es un lugar maravilloso para vivir. Me mudé allí hace
aproximadamente un año. Ahora, no puedo imaginar vivir en otro
lugar.
—Suena agradable —respondió Moose—. Nunca he vivido en otro
lugar excepto aquí en la ciudad. —Miró por encima del hombro a
Cory—. Odio vivir aquí. Espero reunir suficiente dinero para mudarme
a un lugar menos abarrotado.
Cory no tenía idea de lo que le hizo hacerlo, pero abrió la boca y
dijo: —Siempre puedes venir a Cade Creek. Tengo un sofá libre que
24
podrías usar.
Moose volvió la cabeza bruscamente. —¿Harías eso?
El asombro y la esperanza en el rostro de Moose hicieron que Cory
asintiera.
—Claro.
Las cejas de Moose se juntaron, lo que era una linda imagen en un
hombre tan grande—. Pero ni siquiera me conoces.
Cory se encogió de hombros. —Sé que intentaste salvarme esta
noche.
Eso realmente significaba mucho para Cory. Muy pocas personas en
su vida se habían molestado en tratar de mejorar su situación o incluso
tenderle una mano. Jonah y Aldrin Cade fueron una gran excepción.
—Intentaste salvarme primero.
Cory sonrió. —Creo que intentamos salvarnos el uno al otro.
Moose sonrió. —Sí.
Cory trató de no mirar al hombre corpulento mientras volvía a
preparar el té, pero era difícil no hacerlo. Más allá del hecho de que
Moose podría ser la persona más grande que había visto en su vida –
incluso más grande que Jonah Cade, que tenía que agacharse cuando entraba
en el restaurante– había una presencia en Moose que atraía a Cory como
una polilla a una llama.
Siempre se había preguntado sobre esa afirmación hasta ahora.
Tenía mucho sentido.
Cory se levantó rápidamente y prácticamente pasó por encima de
Moose cuando lo vio hacer una mueca. Realmente no había mucho
espacio para cruzar. Tomó una toalla de mano del gancho en la pared y
humedeció el extremo.
—Déjame ayudarte con eso. 25
Moose miró a Cory con una expresión de desconcierto estropeando
su rostro. —¿Con qué?
—Tienes sangre seca en la cara.
Moose se llevó la mano a la cara. —Oh, sí. Supongo que lo olvidé.
Cory no sabía cómo Moose podía olvidar que había sido golpeado,
pero esa no era una pregunta para hacer ahora. Estaba más preocupado
por limpiar la sangre de la cara de Moose. Estaba sorprendido de que
Moose no se resistiera cuando agarró al hombre por la muñeca y lo
llevó a la estrecha cama individual.
—Siéntate.
Una vez que Moose se sentó, Cory se puso entre sus gruesos muslos.
Incluso de pie, estaban casi cara a cara. —Dime si te lastimo.
—Lo haré —respondió Moose.
Con el mayor cuidado posible, Cory limpió los moretones y
abrasiones en el rostro de Moose, limpiando la sangre seca y la
suciedad. La espesa barba del hombre lo hacía un poco más difícil, pero
estaba bien recortada, por lo que no fue demasiado complicado.
Moose lo observó todo el tiempo, sin decir una palabra. La
intensidad en la mirada de Moose era un poco estresante. Cory tragó
con fuerza. Tan cerca como estaba, podía sentir el cálido aliento de
Moose soplando sobre su piel.
—¿Quiénes eran esos hombres? —Cory recordó que uno de ellos
dijo algo acerca de tener el mismo padre que Moose.
—Mi hermano mayor y un par de sus amigos.
—¿Por qué te estaban golpeando?
Moose bajó la mirada. —Soy un tipo grande.
Eso era un eufemismo.
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—Mi padre me hace pelear en jaulas por dinero. Cuando le dije que
no quería volver a pelear, hizo que mis hermanos me golpearan y luego
me encerraran en mi habitación. Mi hermano menor Robby me ayudó
a escapar, pero mi hermano mayor Billy me encontró. Estaba tratando
de convencerme de que fuera a casa.
—¿Golpeándote de nuevo? —Cory estaba horrorizado por lo que
Moose le estaba diciendo. Era bárbaro.
Cory tragó saliva cuando los hombros de Moose se movieron debajo
de su camisa mientras se encogía de hombros. Eran enormes. —Creo
que pensó que podría convencerme de su forma de pensar.
—Realmente necesitas venir a Cade Creek conmigo.
Era mucho más seguro allí.
—¿Estás herido en algún otro lugar? —preguntó Cory cuando
terminó de limpiar la cara de Moose.
Moose miró a Cory por un momento antes de agarrar el dobladillo
de su camisa y sacársela por encima de su cabeza. La dejó caer al suelo
junto a la cama. —Tengo algunos puntos doloridos en la espalda.
Cory olvidó respirar por un momento mientras miraba el pecho
desnudo de Moose. ¿Había visto alguna vez tantos músculos en su vida?
Estaba bastante seguro de que la respuesta sería no. El grueso y oscuro
vello que cubría sus músculos pectorales le recordaron a Cory a la piel
de un oso. De repente entendió que este hombre era lo que todo el
mundo siempre se refería como un oso.
Era definitivamente un fan.
—Date la vuelta y déjame ver tu espalda.
Cory hizo una mueca cuando Moose se volvió. No es de extrañar
que su espalda le doliera. No había mucha sangre, pero una gran parte
de su espalda era un gran hematoma. Había algunas ronchas largas que
iban desde su hombro izquierdo hasta su cadera derecha.
—¿Te golpearon con algo?
27
—Una tubería de metal.
Cory contuvo el aliento, horrorizado por la tranquilidad con que
Moose respondió a su pregunta. —¿Te golpearon con una tubería de
metal?
—Billy lo hizo —dijo Moose con tal desapego, que Cory quería
llorar por el hombre—. Se enojó cuando intenté evitar que me golpeara.
Cory no podía entender ese tipo de violencia, o por qué algunas
personas sentían que estaba bien lastimar a alguien más. Él siempre
trataba de ser amable. Parecía mucho más fácil que ser malo. La
maldad tomaba demasiada energía.
—Lamento mucho que te haya pasado esto, Moose.
—Está bien —respondió Moose—. Tú no lo hiciste.
No estaba bien, pero Cory no iba a discutir con el hombre. Prefería
darle un poco de amabilidad y limpiar sus heridas.
—¿Puedo preguntarte algo?
Moose miró por encima del hombro. Su expresión era tan abierta y
desprotegida. Eso más que nada hizo que Cory se sintiera mejor, más
seguro.
—Puedes preguntarme cualquier cosa, Cory.
—Si sabías que tu padre y tu hermano iban a golpearte por no pelear,
¿por qué no simplemente pelear?
—No me gusta lastimar a la gente.
Los labios de Cory se extendieron en una sonrisa. Le gustó esa
respuesta. Odiaría pensar que se sentía atraído por alguien que
disfrutaba golpear a otros. La sonrisa cayó de su rostro cuando las
gruesas cejas de Moose se fruncieron. —¿Qué?
—No me tienes miedo, ¿verdad?
—¡No! —Cory sonrió de nuevo cuando Moose sólo parpadeó. Dejó 28
caer la toallita sobre la mesita de noche y se arrastró hasta la cama
hasta que estuvo frente a Moose. Cory ahuecó la cara del hombre entre
sus manos, riéndose un poco cuando la barba de Moose le hizo
cosquillas en las palmas de sus manos—. No me asustas, Moose. Lo
prometo.
Cory no entendía la conexión que sentía con el hombre,
especialmente teniendo en cuenta que se acababan de conocer. Tal vez
se debía a que ambos habían sufrido a manos de matones o porque
Moose se había puesto voluntariamente en peligro por Cory, algo que
no podía recordar que sucediera antes.
Pero nada de eso importaba. Lo que importaba era la sensación
cálida y reconfortante que parecía invadirlo cada vez que miraba a
Moose.
—En todo caso, me siento más seguro a tu alrededor.
—¿Sí? —Puro asombro brillaba en los grandes ojos marrones de
Moose.
La sonrisa de Cory se ensanchó. —Sí.
—¿Puedo…? —Los ojos de Moose se posaron en los labios de
Cory—. ¿Puedo besarte?
¡Oh, Dios mío!
29
Capítulo Tres
40
Capítulo Cuatro
49
Capítulo Cinco
Cory no pudo llevar aire a sus pulmones con calma hasta que vio a
Jonah y Aldrin entrar en el restaurante. Habían pasado tres horas desde
que los había llamado, un eón seguro. Cory levantó la mano y saludó
antes de levantarse y ponerse de pie al lado de Moose.
Sabía que probablemente era una mala idea cuando puso su mano
sobre el hombro de Moose, pero quería que Jonah y Aldrin supieran
que Moose significaba algo para él. Más que un amigo.
Sonrió cuando Jonah y Aldrin se acercaron. —Muchas gracias por
venir, chicos. Este es mi amigo, Moose Fletcher, y su hijo, Matty.
Aldrin y Jonah asintieron.
Jonah miraba a Moose como si estuviera evaluando al hombre.
Teniendo en cuenta que ambos eran hombres muy grandes, 63
probablemente lo hacía. Cory tenía curiosidad por saber quién saldría
ganador.
—Por favor, sentaros. —Cory agitó su mano hacia el banco frente a
él y Moose.
No fue fácil, pero Jonah y Aldrin entraron apretujados. Cory
comenzó a buscar una silla a su alrededor.
—Aquí, puedes sentarte conmigo —dijo Moose mientras agarraba a
Matty y se levantaba.
Cory sonrió mientras salía de la mesa. Tan pronto como estaba fuera,
extendió las manos. —Dámelo a mí.
Sus manos temblaron un poco cuando tomó a Matty de Moose. Era
la primera vez que Cory sostenía un bebé tan pequeño. Ni siquiera
estaba seguro de haber visto a un bebé tan pequeño, al menos no antes
de hoy. Pero Matty era monísimo. Grande para un bebé, pero eso tenía
sentido. Su padre era enorme.
Cory acurrucó al bebé más cerca, levantándolo contra su pecho. Se
aseguró de que la manta estuviera firmemente alrededor de él para que
la luz y el ruido del restaurante no lo despertaran. Cuando levantó la
vista, todos en la mesa lo miraban.
—¿Qué?
Aldrin se echó a reír, deleite iluminando su rostro. —Jonah y yo
vamos a tener hijos algún día. Espero que sean tan lindos como ese
pequeño individuo.
Personalmente, Cory no creía que fuera posible, pero ¿qué sabía él?
—Entonces, cuéntanos qué está pasando, Cory —dijo Jonah—. ¿Por
qué nos llamaste?
A decir verdad, no había esperado que Jonah viniera. El hombre
tenía problemas con las multitudes. A pesar de que Aldrin estaba
trabajando en él, Jonah no bajaba de su montaña muy a menudo.
Excepto los domingos. Jonah siempre venía a la ciudad los domingos
para ir a la iglesia, comprar comestibles y cenar en el restaurante.
64
—Mi hermano está detrás de mí —dijo Moose antes de que Cory
pudiera hacerlo—. Cory y yo estábamos planeando dirigirnos a Cade
Creek después de recoger nuestras cosas, pero vimos a mi hermano
dirigirse al hotel donde vivo. No podíamos volver allí, no con Matty.
Cory quería entrar y conseguir nuestras cosas, pero no es seguro.
Los ojos de Jonah se entrecerraron peligrosamente. —¿Por qué
estaría tu hermano detrás de ti?
—Está tratando de obligarme a ir a casa y participar en las peleas en
jaula que organiza mi padre. Lo he estado haciendo por un tiempo,
pero finalmente me armé de valor para decirle a mi padre que quería
parar. Hizo que mis hermanos me dieran una paliza. Mi hermano
menor me ayudó a escapar, pero de alguna manera, Billy me encontró.
—¿Peleas en jaulas clandestinas? —preguntó Jonah.
Moose asintió con la cabeza. —No me gusta pelear, pero mi padre
no me dejaba parar. El dinero que gano le provee licor.
Había tanta tristeza en la voz de Moose. Cory podía decir que no
sólo estaba desconsolado porque tenía que luchar contra otras personas
en una jaula, sino que estaba desconsolado por haber sido traicionado
por su padre. El hombre debería haberlo protegido y, en cambio, lo
estaba obligando a ponerse en peligro.
Simplemente estaba mal.
—Moose y Matty van a venir a Cade Creek y vivir conmigo —dijo
Cory. No le sorprendió la sorpresa en los rostros de Jonah y Aldrin.
Hasta ahora, nunca habían oído hablar de Moose—. Una vez que
encontremos una niñera para Matty, espero que Moose pueda
conseguir un trabajo en algún lugar en el pueblo.
Los ojos de Jonah se volvieron hacia Moose. —¿Qué tipo de trabajo
haces?
Cory se inclinó más cerca para darle tranquilidad a Moose mientras
el hombre se encogía de hombros. Sabía que esto tenía que ser un poco
difícil para él. Moose básicamente estaba obteniendo el tercer grado de 65
los amigos de Cory.
—Levantamiento pesado, mayormente. Trabajé en el desguace de
mi padre. Ahora, generalmente trabajo en cuadrillas de carreteras o en
construcción, ese tipo de cosas. Donde sea que necesiten un cuerpo
fuerte.
—Ya veo —respondió Jonah—. ¿Y qué tipo de trabajo quieres hacer?
La mandíbula de Moose se tensó, mostrando su enojo un tic en la
línea de la mandíbula. —Puedo cuidar de Cory y de mi hijo. No me
importa si tengo que apalear mierda; mi familia no pasará necesidades.
Cory bajó rápidamente la cabeza para evitar que todos vieran su
sorpresa ante las palabras de Moose y su sonrisa. La conversación era
seria, pero tenía ganas de bailar sobre la mesa. Podía mantenerse por sí
mismo, y lo había hecho durante bastante tiempo, pero era bueno saber
que Moose quería cuidarlo.
Cory deslizó una mano debajo de la mesa y acarició el muslo de
Moose. Sintió que el hombre se sobresaltaba ligeramente. Un momento
después, la mano mucho más grande de Moose cubrió la suya, dándole
un apretón suave a la mano de Cory.
Jonah continuó mirando a Moose, casi como si lo estuviera
midiendo, pero Aldrin estaba mirando a Cory. Cory tragó con fuerza
ante la ceja levantada de Aldrin. Había visto ese arqueamiento de ceja
antes. Significaba que Aldrin había descubierto algo y quería más
información.
Cory le dio a Aldrin una pequeña sonrisa. Se sintió como un insecto
debajo del cristal. —Entonces —comenzó a hablar para que Aldrin
dejara de calibrarlo bajo esa mirada— ¿qué tal el restaurante?
Aldrin se rio. —El restaurante está bien, aunque he recibido más de
una queja por echar de menos tu cocina. Parece que nuestra cocinera a
tiempo parcial no es tan buena como tú.
Cory frunció el ceño porque eso no tenía sentido. —Trudy fue la
dueña de ese lugar durante años. Fue uno de los lugares más populares
de la localidad. ¿Cómo pueden quejarse si ella esté cocinando de nuevo? 66
—Cariño, Trudy dirigió el lugar. Ella no cocinaba. —Los ojos de
Aldrin rodaron dramáticamente—. Ella no sabe cocinar.
Los ojos de Cory se redondearon. ¿Trudy no sabía cocinar? —
Entonces, ¿por qué contratarla para que cocine en mis días libres?
El rostro de Aldrin se sonrojó mientras se encogía de hombros y
desviaba la mirada. —Extrañaba el lugar.
Cory sonrió ante la respuesta de Aldrin. El hombre tenía un gran
corazón, por lo que Cory estaba agradecido. Aldrin no sólo le había
dado a él –un completo desconocido en ese momento– un trabajo, sino que
había venido cuando Cory le llamó. Eso decía mucho sobre la
personalidad del hombre en el libro de Cory.
—Gracias por venir. —Cory miró a Jonah para incluirlo—. Los dos.
Significa mucho para mí.
—Por supuesto, Cory —dijo Aldrin—. No eres sólo nuestro
empleado; eres nuestro amigo.
Cory miró a Moose por el rabillo del ojo. Estaba mirando a Jonah y
Aldrin como si les hubieran crecido dos cabezas. Cory dudaba que el
hombre se hubiera encontrado con alguien como los dos hombres
sentados frente a ellos, como la mayoría de los residentes de Cade
Creek.
—¿Qué es exactamente lo que quieres de nosotros? —preguntó
Jonah.
Aldrin volvió a rodar los ojos. —Lo que intenta preguntar es cómo
podemos ayudar.
Cory bajó rápidamente la cabeza para ocultar su sonrisa, otra vez.
Jonah no era tan rudo como le gustaba aparentar, pero nadie era lo
suficientemente valiente como para decirle eso, excepto Aldrin. Jonah
no era un mal tipo. Sólo daba un poco de miedo.
—Necesitamos un aventón a casa —dijo Cory—, pero también
necesitamos sacar nuestras cosas de la habitación de Moose, y no es
seguro para él regresar mientras Billy y sus amigos estén alrededor. 67
—No es seguro para Cory volver allí tampoco —agregó Moose.
—Realmente dudo que me viera, Moose.
—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó Jonah.
—No es nada —dijo rápidamente Cory.
—¿Tiene algo que ver con esos moretones que veo?
Maldición.
—Cory intentó salvarme anoche cuando Billy y sus amigos me
estaban golpeando en un callejón. Así nos conocimos. Cory parece
pensar que el callejón estaba demasiado oscuro para que Billy pudiera
verlo bien. Creo que es un riesgo innecesario.
—Estoy de acuerdo —dijo Jonah—. Iré yo.
Moose suspiró profundamente. —Podría no ser una buena idea
tampoco. No pasas desapercibido. Billy se fijaría en ti de inmediato.
Moose tenía razón. Era un poco más alto que Jonah por cinco
centímetros, pero eso de ninguna manera lo disuadía del factor
intimidación de Jonah, algo que Moose no tenía. Era un alma
demasiado gentil para ser intimidante, al menos para Cory. No sabía
cómo todos los demás veían a Moose.
—Si sólo me ve entrar en el lugar, ¿cómo podría saber que tengo
algo que ver contigo? —preguntó Jonah—. Podría estar visitando a
alguien en el edificio.
—Cierto, pero considerando los hombres con los que mi padre me
hace pelear en las jaulas, Billy estaría sobre tu culo. Puede que no sepa
que tenemos algo que ver el uno con el otro, pero es un bastardo egoísta.
Intentaría reclutarte o darte una paliza.
Jonah hizo una mueca. —Buen punto.
—Podría ir yo —dijo Aldrin—. Nunca me ha visto, y no destaco.
—Sí, lo haces —dijo Jonah—. Cada ojo en el lugar estaría sobre ti en
el momento en que entrases por la puerta.
68
Cory estaba de acuerdo con Jonah. Aldrin era muy lindo. Eso
todavía los dejaba con el problema en la mano. —Entonces, ¿a quién
enviamos?
Aldrin miró a Jonah. —Yuval. No vive tan lejos de aquí. Envíalo.
La mandíbula de Cory cayó cuando Jonah sonrió. Era un gesto que
no sucedía a menudo.
—Buena idea, cariño —dijo Jonah mientras sacaba su teléfono—.
Voy a llamarlo.
Mientras Jonah hacía su llamada telefónica, Cory se acercó a Aldrin
y le susurró, —¿Quién es Yuval?
—Yuval Zev —respondió Aldrin—, es el contable de Jonah. Cuando
toda esa mierda cayó con Buck, Yuval fue quien le hizo saber a Jonah
que Douglas le estaba desfalcando. Yuval es un poco raro, pero leal
hasta la muerte.
Aldrin hizo que Yuval sonara como un golden retriever. Hizo que
Cory se preguntara cómo el chico lo describió a otras personas.
—Entonces —dijo Aldrin— cuéntame sobre el macizo.
—¡Aldrin!
—Oh, por favor. Estoy casado, no muerto. Puedo mirar el menú.
Simplemente no puedo ordenar nada de eso, y hay carne de primera ahí.
Jonah gruñó y tiró de Aldrin más cerca, lo que hizo que Aldrin se
riera a carcajadas. Obviamente, Jonah había escuchado a Cory y Aldrin
hablando. Tenía sentido. La atención de Jonah siempre parecía
centrarse en Aldrin, sin importar lo que estuviera haciendo.
Cuando Cory se volvió para mirar a Moose, el hombre lo miraba
con una expresión desconcertada. —¿Qué pasa?
—Oh, nada —respondió Moose mientras apartaba su mirada de
Jonah y Aldrin—. Nunca he visto a dos hombres tan cómodos juntos
antes. —Moose asintió con la cabeza hacia el otro lado de la mesa—. 69
No... no así.
Cory miró para ver de qué estaba hablando Moose para encontrar a
Jonah y Aldrin dándose un beso apasionado. Rápidamente tosió por lo
bajo para llamar su atención, y luego se sonrojó cuando ambos
levantaron la cabeza y lo miraron.
—Este... uh... podría no ser el vecindario más apropiado para eso.
La ceja de Jonah se arqueó sobre su rostro. —Que alguien se atreva
a decirme que no puedo besar a mi esposo.
Cory dudaba mucho que alguien le dijera una palabra al hombre.
Con dos metros de altura, y más de ciento treinta kg de peso, Jonah
Cade era aterrador como el infierno.
—Sólo digo...
—Estoy de acuerdo contigo, Cory —dijo Jonah sin quitar el brazo
de los hombros de Aldrin—. No puedo esperar para volver a Cade
Creek.
—Cory dijo que... eh... cosas como esta están bien allí. —Salió como
una declaración, pero sonaba más como una pregunta.
Jonah asintió con la cabeza. —Todavía hay algunos imbéciles aquí y
allá, pero en su mayor parte, parece que no es a quien amas lo que es
importante para la gente de Cade Creek, sino cómo los amas.
Y por eso Cory amaba Cade Creek. No era como si estuviera
jodiendo con cada hombre con el que se encontraba. De hecho, había
habido una decidida falta de actividad sexual en su vida desde que se
mudó allí. No por falta de atención, sino porque se había dado cuenta
de que quería lo que Jonah y Aldrin, y todos los demás en Cade Creek
parecían querer, alguien sólo para él.
—Suena bien —dijo Moose.
Cory se giró para mirarlo sólo para encontrar al hombre mirándolo
fijamente. Cory sintió que sus mejillas se sonrojaban, pero no apartó la
mirada. No quería salir y decirlo en medio del restaurante, pero quería
que Moose supiera que estaba pensando lo mismo. 70
Moose sonrió y le apretó la mano, que aún descansaba sobre el
muslo de Moose.
Cory le devolvió la sonrisa.
—Oh, sois tan lindos —dijo Aldrin.
Cory gimió.
Momento arruinado.
Iba a golpear a Aldrin.
Moose se rio, aligerando parte de la ira de Cory. Era un buen sonido,
uno que esperaba escuchar mucho más. Tenía la sensación de que la
risa era algo que escaseaba en la vida de Moose.
—Oh, aquí está Yuval —dijo Aldrin.
—Eso fue rápido —agregó Jonah.
—Te dije que haría cualquier cosa por ti —susurró Aldrin en voz
baja, haciendo que Cory se preguntara si había un poco de animosidad
entre los dos hombres—. Apuesto a que vino corriendo.
Cory levantó las cejas mientras miraba al hombre, con la esperanza
de transmitir su pregunta sin ponerla en palabras. Había demasiadas
personas alrededor para ese tipo de conversación.
Se alegró cuando Aldrin sacudió la cabeza. No le gustaba la idea de
que pudiera haber problemas entre Jonah y Aldrin, incluso si provenía
de una fuente externa. Los dos hombres sentían devoción mutua.
Pertenecían juntos.
Cory apartó la vista de Aldrin justo a tiempo para ver que Moose le
entregaba una llave. No se había dado cuenta de que había estado en
las nubes por tanto tiempo. Apretó la mano de Moose para llamar su
atención. —Asegúrate de decirle que tenga cuidado —dijo cuándo
Moose lo miró—. No quiero que salga lastimado sólo porque
necesitamos nuestras cosas.
71
Cory estaría devastado si alguien salía lastimado por él.
—Lo sabe, amor.
¿Amor?
Cory se acercó más a Moose. No podría haber mantenido la sonrisa
fuera de su rostro incluso si Billy y sus amigos hubieran estado de pie
allí mismo. Moose lo había llamado amor. Eso tenía que significar algo
más allá de la cálida sensación de cosquilleo que le dio en la boca del
estómago.
—Una vez que Yuval regrese —dijo Jonah—, nos dirigiremos a
Cade Creek. Quiero atravesar las montañas antes de que se ponga el sol.
Algunas de esas carreteras más altas pueden volverse peligrosas por la
noche, especialmente en esta época del año.
Cory era todo por regresar a Cade Creek. De hecho, apenas podía
esperar.
Ahora estaría bien.
No estaba seguro de cuánto tiempo estuvieron sentados allí antes de
que Yuval volviera por la puerta, sin una bolsa a la vista. A Cory le
preocupaba que hubiera sucedido algo, y el hombre no hubiera podido
recuperar sus cosas hasta que Yuval dejó escapar un fuerte suspiro
cuando los alcanzó.
—Tengo todo en la parte trasera de mi coche. ¿Quieres que lo traiga
o...?
—Saldremos y lo pasaremos todo a mi coche —dijo Jonah mientras
se levantaba—. No tiene sentido traerlo adentro sólo para sacarlo de
nuevo.
—¿Tuviste algún problema, Yuval? —preguntó Moose.
—No. —El hombre negó con la cabeza—. Entré y subí directamente
las escaleras hasta tu habitación, tal como me dijiste que hiciera. Tomé
las bolsas y las llevé a mi coche. Me tomó dos viajes. Nadie me dijo
nada ni trató de detenerme.
Las cejas de Moose se levantaron. —¿Nadie te dijo nada?
72
—No. —Yuval negó con la cabeza nuevamente.
Moose le dio a Yuval una descripción de su hermano y luego le
preguntó si lo había visto.
—No.
—Tal vez se fue antes de que Yuval llegara allí, Moose —dijo Cory.
—Tal vez —dijo Moose—, pero eso sólo significa que no sabemos
dónde está.
—Yo diría que salir de la ciudad debe ser nuestra próxima prioridad
—dijo Jonah.
—No —Aldrin lo contradijo—. Un asiento de coche es nuestra
próxima prioridad.
Cory miró al bebé que aún dormía en sus brazos. Oh sí, uno de esos.
Capítulo Siete
Moose se quedó sin aliento cuando los espesos árboles del bosque
dieron paso a otros más delgados y la luna iluminó el valle debajo de
ellos. Ya habían alcanzado la cima de las montañas y se dirigían colina
abajo hacia Cade Creek, pero la vista era mucho más de lo que
esperaba o podría haber soñado.
Después de haber vivido toda su vida en la ciudad, Moose sólo había
visto lugares como este en películas y libros. Nunca pensó que vería un
lugar tan pintoresco en la vida real, o se mudaría allí.
No había un montón de luces encendidas en el valle, pero lo
suficiente como para decir que había una pequeña localidad ubicada
más abajo. Moose podía ver algunas luces más lejos y alrededor de la
cuenca, y un par más arriba en las montañas circundantes.
73
No podía imaginar el paisaje del lugar en invierno, cubierto de nieve.
Esperaba estar allí el tiempo suficiente para averiguarlo.
—Ya casi llegamos —dijo Cory, entrelazando sus dedos sobre la
parte superior del asiento de coche de Matty, algo que tuvieron que
comprar antes de salir de la ciudad. Carla no le había dado uno.
Carla no le había dado muchas cosas. Moose estaba empezando a
ver que necesitaría encontrar un trabajo de inmediato. Todavía estaba
tambaleándose por la cantidad de cosas que Matty necesitaba. Era una
tonelada.
Los árboles se espesaron a medida que se acercaban al pie de la
montaña, oscureciendo la vista de Moose, pero una vez que llegaron al
fondo del valle, los árboles se adelgazaron nuevamente y se
convirtieron en tierras de cultivo. Las casas salpicaban el paisaje aquí y
allá, rodeadas de pastos y tierras de cultivo.
Cuando llegaron a las afueras del pueblo, Moose estaba bastante
seguro de que nunca había visto un lugar más bonito, y aún no lo había
visto durante el día. No podía esperar para explorarlo todo.
—Tengo un pequeño apartamento a una manzana de la calle
principal —dijo Cory—. No es mucho, pero está limpio y bien
mantenido. —Cory sonrió ampliamente—. Y tengo mi propio baño.
—Vas a tener que hablar con Chester sobre alquilar uno de sus
apartamentos más grandes —dijo Aldrin desde el asiento delantero—.
Los dos viviendo en ese pequeño apartamento ya va a ser lo
suficientemente difícil. Con el bebé agregado a la mezcla, necesitarás
más espacio.
—No puedo permitirme un lugar más grande —dijo Cory
rápidamente—. Incluso si Moose encuentra un trabajo de inmediato, el
bebé necesita cosas, muchas cosas. Carla nos dio algo, pero no lo
suficiente.
Moose miró a los dos hombres y luego a Jonah, que conducía. No 74
quería que Cory tuviera que irse a causa de él o Matty.
—Vi las bolsas que Yuval trajo al restaurante. No había suficientes
cosas para cuidar a Matty durante una semana. —Aldrin frunció el
ceño—. Cómo esa mujer pensó que estaba bien deshacerse de un niño,
y no aportar nada, nunca lo sabré.
Moose no sabía por qué sentía la necesidad de hablar por Carla –Tal
vez porque ella era la madre de su hijo– pero lo hizo. —Carla tiene buenas
intenciones, pero dudo que sea material de madre. Ni siquiera tenía que
tener a Matty, y mucho menos dármelo, así que no puedo culparla por
eso.
—Es muy lindo —dijo Aldrin mientras bajaba la mirada hacia Matty.
Probablemente no podía ver mucho desde el asiento delantero ya que el
asiento de coche de Matty miraba en la dirección opuesta, pero eso no
parecía importar—. Ella podría haber conseguido mucho dinero por él
en el mercado negro.
A Moose se le heló el corazón. La idea de que Carla vendiera a
Matty a unos desconocidos le hizo querer vomitar. Desde el momento
en que tuvo a su hijo en sus brazos, la idea de renunciar a él solo había
pasado por su mente una vez, y eso había sido por el bien de Matty. No
podía hacerlo entonces –hace casi catorce horas– y no podía hacerlo ahora.
Dios, catorce horas. Si agregaba eso al tiempo que había pasado
desde que conoció a Cory, había pasado muy poco tiempo. Menos de
veinticuatro horas. ¿Era todo lo que se necesitaba para cambiar todo el
curso de su vida? Parecía una eternidad y, sin embargo, no lo
suficientemente largo. Moose tenía miedo de que si dejaba a Cory o
Matty fuera de su vista, nunca los volvería a ver.
No estaba seguro de dónde provenía esa posesividad, especialmente
teniendo en cuenta que no conocía a ninguno de ellos veinticuatro
horas antes, pero no podía negar que estaba allí. Se había asentado
profundamente dentro de él y crecido desde de ahí. Moose sintió como
si hubiera impregnado cada célula de su cuerpo.
Era abrumador por decir lo menos.
75
—Esto es Cade Creek —dijo Cory.
Moose se volvió para mirar por la ventana. Estaban entrando en un
pequeño vecindario de casas, cada una única, pero aún con esa
sensación de pueblo natal. Los negocios junto a los que pasaron eran
igual. Ninguno de ellos era más alto de tres pisos, e incluso los edificios
construidos eran únicos a su manera.
El parque en medio de la ciudad lo dejó sin aliento. Decididamente
le recordaba a una de las ilustraciones de Norman Rockwell 4 con el
cenador blanco en el medio, rodeado por la hierba más verde que había
visto nunca, coloridas flores y suficientes árboles para dar sombra a una
persona sin ser abrumador.
—Los fines de semana instalan aquí el mercado de agricultores —
dijo Cory—. Te encantará. Los agricultores traen sus productos frescos
4
Norman Percevel Rockwell fue un ilustrador, fotógrafo y pintor estadounidense célebre por sus
imágenes costumbristas llenas de ironía y humor.
y los artesanos tienen puestos para vender las cosas que hacen. Es muy
divertido.
—¿Sí? —Moose nunca había estado en un mercado de agricultores
antes. Había asistido a un par de fiestas de barrio en su tiempo, pero eso
fue todo—. ¿Crees que podría conseguir un puesto allí y vender algunas
de mis obras de arte?
—No veo por qué no —dijo Cory.
Una pequeña llama de esperanza atravesó a Moose. Había pasado
tanto tiempo desde que había podido trabajar con sus manos, haciendo
algo que amaba. Extrañaba su arte. —Tal vez podamos ir el próximo
fin de semana.
—Me gustaría —respondió Cory antes de echar un vistazo rápido al
asiento delantero—. Suponiendo que no tenga que trabajar el próximo
fin de semana.
—Creo que Trudy puede manejar las cosas por un fin de semana
más —dijo Aldrin.
76
Cory sonrió antes de mirar a Moose. —Entonces es una cita.
Una cita. A Moose le gustaba eso. Nunca había estado en una cita
real. Pero lo primero es lo primero. Antes de que pudiera contemplar
sacar a Cory, necesitaba tener el dinero para hacerlo, y eso significaba
un trabajo.
—¿Conoces a alguien en el pueblo que podría estar contratando? —
preguntó. Si iba a llevar a Cory a una cita, quería poder llevarlo a una
cita real.
—Hice algunas llamadas telefónicas —dijo Jonah—. Tienes una
entrevista con Gus en Fletcher’s Feed and Seed al final de la semana.
El mes que viene se someterá a una cirugía, por lo que necesita a
alguien que vigile la tienda mientras está en cama. Si las cosas
funcionan, Gus dijo que te mantendrá.
Los ojos de Moose se abrieron de par en par. —Lo tomaré.
Jonah se rio cuando se encontró con los ojos de Moose en el espejo
retrovisor. —Ni siquiera sabes lo que es todavía.
—No importa. —Moose miró a Cory—. Si eso significa que puedo
mantener a mi familia, lo tomaré.
Jonah se rio. —No puedo discutir con eso.
Aldrin se giró en su asiento tanto como su cinturón de seguridad lo
permitía y miró a Cory y Moose. —Hice un par de llamadas telefónicas
también, mientras estabais recogiendo las bolsas de Yuval. Nick y
Devon están llevando algunas de las cosas de TJ, así como un par de
los Blaecleahs, y Mitch y Elliot. Debería haber suficientes cosas de bebé
allí para que podáis ir tirando hasta que os instaléis.
Moose miró a Cory, sin saber quiénes eran esas personas. Cory
sonreía de oreja a oreja. —Me encanta Cade Creek.
—¿Qué quieres decir? —preguntó Moose.
—Nick y Devon tienen dos hijos, TJ y Hannah —explicó Cory—, 77
Mitch y Elliot tienen a Hannah y Henry. Ruben y Elijah tienen a Alani.
Y Quaid y Matthew tienen a Niall y Aidan. Entre todos, Matty debería
estar bien cubierto.
A Moose no le gustaba aceptar caridad, pero menos aún que su hijo
pasara necesidades. En este caso, tendría que comerse su orgullo hasta
que pudiera darse el lujo de cuidar a Matty por su cuenta, y luego se
aseguraría de pagar a todos.
—¿Conoces bien a estas personas? —preguntó Moose.
—No tan bien como conozco a Jonah y Aldrin, pero todos han
estado en el restaurante de vez en cuando y los he visto por el pueblo.
—Cade Creek es una comunidad muy unida, Moose —dijo Jonah
desde el asiento delantero—. Cuidamos de los nuestros.
Eso era genial en teoría, pero Moose no era uno de los suyos.
—Al decir que es unida significa que es hospitalaria —agregó Aldrin
con una pequeña mirada enviada en dirección a Jonah—. Todos aquí
hemos aprendido que necesitamos apoyarnos los unos a los otros.
Somos una comunidad pequeña y cuando uno de nosotros cae, todos
caemos.
Cory se rio ligeramente —Deberías haber sido un político.
—¡Oh, infiernos, no! —Jonah sacudió la cabeza rápidamente—. ¿Te
imaginas con qué frecuencia tendría que bajar de la montaña si Aldrin
se convirtiera en político? —Jonah se estremeció—. No está sucediendo.
—No te preocupes, amor. Cuidar de ti y de nuestra montaña es más
que suficiente para mí.
—Te diré quién debe postularse para un cargo —dijo Cory—. Ma
Blaecleah. Ella sería una gran alcaldesa para Cade Creek. De todos
modos, es prácticamente el corazón y el alma de Cade Creek.
Aldrin se echó a reír. —Cierto.
—¿Quién es Ma Blaecleah? —preguntó Moose.
78
—Te hablé sobre ella, ¿recuerdas? Ella y su esposo vinieron de
Irlanda hace unos cuarenta años
—Cierto. —Moose asintió—. Lo recuerdo.
—Ma y Da Blaecleah son como la columna vertebral de Cade Creek
—dijo Jonah—. Ayudaron a mis padres y abuelos a convertir Cade
Creek en lo que es hoy.
Moose no podía esperar para ver qué era eso.
Cuando se detuvieron frente a un gran edificio de ladrillos, Moose
no pudo evitar admirar la arquitectura. El lugar parecía haber estado en
pie desde hace cien años y, sin embargo, lo suficientemente resistente
como para soportar otros cien.
—Estoy en el tercer piso en la parte de atrás —dijo Cory—. Cuando
Chester arregló el lugar, convirtió el segundo y tercer piso del frente del
edificio en un gran apartamento para él. También renovó los
apartamentos de la parte trasera del edificio, que es donde se encuentra
mi apartamento.
Moose hizo una mueca. Levantó la vista hacia el tercer piso del
edificio. —No creo que haya un ascensor.
Cory se rio. —No.
Moose suspiró profundamente. —Sí, eso me temía. —Estaba
bastante seguro de que una de esas mochilas portabebés estaba en su
futuro—. Tal vez cuando busquemos otro lugar, podamos encontrar
uno a menos altura.
—Estoy seguro de que podemos encontrar algo que se ajuste a
nuestras necesidades —dijo Cory—. Tal vez algo con un patio para que
Matty tenga un lugar seguro para jugar cuando sea un poco mayor.
A Moose le gustó esa idea. No necesitaban un lugar grande, dos
dormitorios serviría. Un patio sería una gran ventaja. Si no le costaba
un brazo y una pierna, estaría encantado.
Moose apretó la mano de Cory. Esperaba que el chico estuviera en
la misma página que él. —Comenzaremos a buscar apenas tengamos
un par de cheques en mi haber. Necesitamos conseguir cosas para
79
Matty primero y luego acumular un buen depósito.
Cory le devolvió el apretón, agregando una sonrisa. —Suena bien.
Moose dejó escapar un suspiro que no se había dado cuenta que
había estado conteniendo. Enamorarse de alguien era algo aterrador,
pero sabía que Cory estaba tan asustado como él. Eso los ponía en
igualdad.
—Tómate un par de días y acomódate —dijo Aldrin—. Muéstrale a
Moose el pueblo y preséntale a la gente. Puedes volver a trabajar al
comienzo de la semana.
—Pero mis vacaciones eran sólo por tres días —insistió Cory.
Aldrin sonrió mientras volvía a mirar al bebé dormido. —Llámalo
licencia de maternidad.
Cory se echó a reír, que era un sonido encantador. Moose se
encontró sonriendo junto con él. Esperaba escuchar esa risa durante
mucho tiempo. Era el sonido perfecto.
—Vayamos arriba —dijo Jonah en un tono tenso—, estoy a punto
de agotar mi tolerancia por estar fuera de la montaña.
Moose no tenía idea de lo que eso significaba, pero no iba a
preguntar. Jonah y Aldrin habían hecho más de lo imaginable por
Moose. No estaba seguro de poder agradecerles por todo lo que habían
hecho.
Moose llevó a Matty en el asiento de coche y todas las bolsas que
pudo cargar con la otra mano. Se alegró de estar en buena forma
mientras seguía a Cory mientras subían los tres tramos de escaleras.
Cuando llegaron al tercer piso, le dolían las pantorrillas y sintió que se
le iban a caer los brazos.
Le iba a tomar un tiempo acostumbrarse. En su viejo apartamento,
había vivido en el tercer piso, pero no había tenido que cargar a un bebé 80
en un asiento de coche en los tres tramos.
Cuando llegaron al rellano, había una puerta a la izquierda y un
pasillo a la derecha.
—Estoy justo aquí —dijo Cory mientras sonreía sobre su hombro—.
Ese primer apartamento pertenece a Chester y Jack, los dueños. El
apartamento frente al mío está actualmente vacío, pero no tomará
mucho tiempo tener un inquilino allí. Este es un edificio bastante
agradable para vivir.
Cory se detuvo en la primera puerta a la izquierda del pasillo y la
abrió. Cuando entró, se detuvo tan repentinamente que Moose se
estrelló contra él por detrás.
—Cory, qué… —Moose se quedó con la boca abierta—. Mierda.
Parecía que Babies-R-Us hubiera explotado dentro del apartamento.
Había cajas de ropa de bebé, ropa de cama, juguetes, pañales, fórmula,
biberones, una cuna, parque, cochecito y una especie de canasta para
bebé de mimbre.
Justo en el medio de todo, colgando del techo, había una larga
pancarta que decía, "Bienvenidos a Cade Creek Moose y Matty".
Cory se rio mientras aplaudía. —Te dije que Cade Creek era un
lugar maravilloso para vivir.
81
Capítulo Ocho
89
Capítulo Nueve
5
Los horarios de las matinés (generalmente antes de las 17:59hrs) siempre son más baratos que los de
la noche.
—Creo que es un bebé recién nacido que necesita dormir para
convertirse en un jovencito sano —Trudy lo dijo con tanta convicción
que Moose tenía que creerla.
—Creo que voy a ser uno de esos padres que se preocupan por
cualquier pequeña cosa.
—Cariño, todos lo somos. —Trudy comenzó a meter la manta del
bebé con más firmeza alrededor de Matty—. Si te encuentras con un
padre primerizo que no se asuste cada vez que su hijo respire, estás
frente a alguien que nunca ha sido realmente un padre.
Las cejas de Moose se fruncieron. —Hablas con la voz de la
experiencia.
Trudy hizo una pausa por un momento –el tiempo suficiente para que
Moose supiera que había tocado una fibra sensible– y luego volvió a arropar
a Matty. —Lo siento. Eso fue irrespetuoso de mi parte.
—No, está bien. —Trudy sonrió, pero había tristeza en sus ojos—. 95
Se llamaba Stephen. Le pusimos el nombre de su padre. Stephen tenía
dos años cuando él y mi esposo quedaron atrapados en una tormenta
de nieve cuando regresaban de la ciudad. Su coche se salió de la
carretera y cayó al río. Cuando llegó el rescate, ya era demasiado tarde
para los dos.
Moose puso una mano sobre el hombro de Trudy cuando vio una
lágrima deslizarse por su rostro. —Lo siento, Trudy.
—No lo hagas —respondió ella—. Fue hace mucho tiempo.
—Eso no lo hace más fácil. Mi madre murió cuando yo era sólo un
niño. A veces, todavía se siente como si fuera ayer.
—Sí. —Trudy sonrió con tristeza—. Algunos días parecen ser
mejores que otros.
—¿Te volviste a casar y tuviste más hijos?
—No. Mi corazón pertenecía a mi esposo desde la primera vez que
lo vi. Nadie podría reemplazarlo.
—Quizás no reemplazar, ¿pero coexistir?
Trudy levantó una ceja. —¿Podrías tomar otro después de entregar
tu corazón a Cory?
Moose hizo una mueca, su estómago se anudó al pensarlo. —Buen
punto.
—No te preocupes, cariño. —Trudy acarició la mano de Moose—.
Tengo una buena vida aquí en Cade Creek. Y mi tiempo con mi esposo
y mi hijo pudo haber sido breve, pero no me arrepiento ni por un
segundo.
Moose podía entender ese sentimiento. Si hoy fuera el único día que
tenía para pasar con Cory, sería mejor que mil días sin él.
—Eres una buena mujer, Trudy. Cory y yo nos sentiríamos
honrados si te considerases una abuela adoptiva de Matty. Te adora,
como nosotros.
—Oh, yo... —Sus pestañas revolotearon salvajemente, y Moose 96
supo que estaba tratando de apartar sus lágrimas—. Me encantaría eso.
Moose sonrió. —Voy a ir a ver a Cory. Si me necesitas…
El sonido de la puerta abriéndose llamó la atención de Moose. Se
volvió a mitad de la frase, y luego perdió todo el hilo de pensamiento
cuando el terror puro lo inundó, borrando todo excepto su miedo.
—¿Moose? —preguntó Trudy—. ¿Sucede algo?
—Toma a Matty y ve a esconderte al baño —susurró Moose—. No
importa lo que escuches, no salgas hasta que Cory o yo vayamos por ti.
—Moose apartó los ojos de la pesadilla que estaba en la puerta y miró a
Trudy—. Ahora, vete.
Moose sabía que podía alejarse de la mesa y su padre nunca sabría
que Matty era el hijo de Moose, pero a Moose no le sorprendería que el
bastardo usara a un espectador inocente para obtener lo que quería.
Prefería tener a Matty fuera de peligro.
Moose esperó hasta que Trudy agarró a Matty del barreño, colocó la
correa de la mochila del bebé sobre el hombro y luego se dirigió al baño
antes de respirar profundamente y caminar hacia su padre.
97
Capítulo Diez
Fin
122
6
Hace referencia al dicho popular de que los chicos malos siempre ganan (las chicas se enamoran de los
que las hacen sufrir, en vez de los chicos buenos). Aquí, al contrario del dicho popular, se ha enamorado
del chico tímido.