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“El final depende de ti, ¿cuál es el final para ti?” — Stray Kids.

A boy and a girl


Beomgyu, 16 años.

En el pueblo, los mellizos Bang eran conocidos por todos. Los moretones que adornaban
sus cuerpos les decían a todos los horribles abusos que aguantaban a diario.

Varias veces quisieron contar lo que vivan, sin embargo su padre era uno de los policías
más respetados del pueblo, así que nadie creería lo que el hombre le hacía y le decía a sus
hijos repetidas veces.

En la escuela, nada mejoraba. A pesar de que todos sabían el ambiente en el que vivían,
los dos chicos eran objeto de burlas y el blanco de los que disfrutaban del sufrimiento
ajeno. Yo me quedaba en silencio, no decía nada por miedo a ser el siguiente, pero
llegaría el día en el que todos nos arrepentimos de no haber hecho nada.

•••

Era diciembre, las vacaciones de invierno habían comenzado. El señor Bang, llegaba a su
casa después de su turno nocturno, sus compañeros le habían comprado unas donas como
regalo de navidad, el decidió dárselas a sus hijos, ya que no había planeado comprarles
regalos ni celebrar en familia como lo hacían los demás en el pueblo.

Cuando entro a la casa, se dirigió directamente a la habitación de los mellizos, solo para
encontrar las camas vacías. Días después, la autopsia reveló que Christopher y Lily Bang
habían perdido la vida a medianoche. Sus últimas palabras quedaron grabadas en un
horrible video, donde revelaban todo lo que habían sufrido durante años.

El impacto de la noticia sacudió al pueblo durante mucho tiempo. Nadie pudo disfrutar de
las vacaciones, pues la muerte de dos chicos de apenas dieciséis años, víctimas de abusos
ignorados, provocó una profunda tristeza.

Días después, los padres fueron arrestados, por fin se hizo justicia, aunque los mellizos ya
no estaban presentes para ver lo que habían deseado durante toda su vida.

En su funeral, todos estuvieron presentes y, hasta el día de hoy, sus tumbas se adornan
con flores, ya que nadie lograría olvidar a los mellizos que todos vieron crecer y que al
mismo tiempo los veían desvanecerse poco a poco.

Todo lo que conté fue lo que salió en las noticias, y lo que los mellizos dijeron en su
video de despedida, ya que nadie fue tan unido a ellos como para saber todos esos
aspectos de su vida. Murieron sólo teniéndose el uno al otro, así como habían nacido y
como habían pasado toda su vida.
1. A boy and a boy

Beomgyu, 17 años

Los mejores amigos desempeñan un papel importante en tu vida, especialmente aquellos


que conoces desde que eres pequeño. Jisung y Minho eran esos mejores amigos, nunca se
separaban y era extraño ver a uno sin el otro.
A pesar de que yo no era tan unido a ellos, ambos eran mis amigos también. Por eso, fui
la primera y única persona en enterarme de los sentimientos que Minho había
desarrollado por Jisung desde que tenía catorce años.

Jisung nunca me dijo nada, pero la forma en que sus ojos se iluminaban cada vez que
Minho estaba cerca lo decía todo.

Nunca dije nada, primero porque Minho me lo contó confiando en que no se lo diría a
nadie, especialmente a Jisung; segundo, porque no estaba completamente seguro de si a
Jisung también le gustaba Minho (aunque ahora sé que sí le gustaba).

"Le voy a decir", me dijo Minho de repente mientras salíamos de la clase de ciencias. A
pesar de que no mencionó a nadie, ya sabía perfectamente que estaba hablando de Jisung.

—¿Estás seguro? No quiero verte llorar, Min —contesté preocupado.

—No te preocupes, Gyu. Simplemente quiero sacármelo del corazón, no planeo forzarlo
a tener una relación conmigo.

—¿Y cuándo piensas hacerlo?

—Hoy —respondió sonriente.

¡Oh, Dios!

•••

“Querido Minho:

No quise decirte esto en persona para que fuera más fácil para los dos, pero me iré. Mis
padres decidieron mudarse y no quieren decirme a dónde iremos.

Sé que nunca te lo dije, Min, y sé que debí haberlo hecho, pero soy gay. Mis papás lo
descubrieron, descubrieron que me gustas y por eso me van a alejar de ti.

Te amo, Minho, y nunca te voy a olvidar. Por favor, olvídame tú a mí. No quiero que
sufras por mi culpa.

Te quiero,

Jisung”
Terminé de leer la carta y no tenía ni idea de qué decir. Minho había dejado de llorar
desde que llegó a mi casa, sin embargo, su mirada estaba perdida. Miraba a un punto fijo
y parecía que su cuerpo estaba ahí, pero su alma no.

—Minho, yo...

—¿Crees que si me hubiera confesado antes algo hubiera cambiado? —me interrumpió.

—Nada hubiera cambiado, Minho. Tarde o temprano sus padres lo hubieran descubierto.

—Sabes cómo es Jisung, no sabe expresar sus sentimientos. Probablemente me estuviera


escribiendo una carta para confesarse y la hayan encontrado. Si tan solo se lo hubiera
dicho antes, no hubiera tenido que hacer eso y ahora estaría junto a él. —Minho había
comenzado a llorar a la mitad de lo que decía.

Ya no sabía qué más decirle para hacerlo sentir mejor, así que simplemente lo abracé y
dejé que llorara en mi hombro hasta que ya no tuviera más lágrimas que derramar.

Minho no merecía lo que le sucedió. Había perdido a su persona especial y a su mejor


amigo en un día; ni siquiera tuvo la oportunidad de despedirse bien.

¿Y ahora qué seguía? ¿Cómo se suponía que continuaría su vida sabiendo que sus
sentimientos eran correspondidos y que Jisung estaba en algún lugar siendo reprimido por
sus padres, seguramente siendo rechazado por ellos? Porque Jisung también había
perdido a su persona especial y a su mejor amigo.

2. Me and my friend

Beomgyu, 18 años

Sentirte rechazado era algo que yo conocía muy bien, y es que, a pesar de que no estaba
completamente solo, era imposible ignorar el vacío que sentía durante todo el tiempo que
viví en ese pueblo.

No solo me sentía rechazado, también me sentía una carga. Mis padres se encargaban de
recordarme lo inútil que soy todos los días, tanto así que la palabra "inútil" ya estaba
tatuada en mi cerebro.
Desde pequeño, quise saber qué sentiría al llegar a tu casa y que tus padres te reciban con
un abrazo, porque llegar a mi casa se sentía como llegar a la escuela y ver cómo todos tus
amigos te evitaban.

Mis padres hacían eso la mayor parte del tiempo, su atención solo iba dirigida hacia mi
hermano mayor, quien estaba empezando su carrera de modelaje.

No era un secreto que mi hermano era mil veces más guapo que yo, pero mi madre no se
cansaba de repetírmelo todo el tiempo.

"Espero que estés estudiando, porque solo con tu rostro no llegarás a nada".

"Ah, Beomgyu, cómo hubiera deseado que fueras más como tu hermano. Además de feo,
saliste inútil".

También estaban los comentarios de mi padre.

"Beomgyu, ve a tu habitación y estudia, o haz lo que quieras, pero no te quiero cerca de


mí".

"¿Acaso te comió la lengua el ratón? Habla, Beomgyu. Si ni siquiera puedes contestarle a


tus padres, ¿cómo esperas llegar a ser alguien en la vida?"

Mi abuela ya me había dicho que mis padres nunca me desearon y que probablemente
nunca desarrollarían cariño hacia mí. Me había dolido, como a cualquier niño de siete
años le dolería escuchar que sus padres no lo quieren.

Durante una caminata, me choqué con Liz, una chica hermosa que estudiaba en el único
colegio privado de la zona. Siempre fui una persona fácil cuando se trataba de hacer
amigos, gracias a eso los dos logramos conectar rápido.

Ella me contó todo lo que sucedía en su casa, de cómo sus padres querían obligarla a
casarse con un hombre que ella no conocía y que probablemente iba a conocer el día de
su boda, una boda que no deseaba.

Acordamos que deberíamos irnos del pueblo. Los dos teníamos dieciocho y podríamos
vivir en la ciudad sin problema. Lo único que tenía que hacer era ahorrar. Los dos
duramos un año trabajando y por fin recolectamos lo necesario para irnos.

Durante todo el tiempo planeábamos qué haríamos al irnos, los lugares a los que iríamos
y las universidades que queríamos. Nos habíamos vuelto tan cercanos que ya los dos
sabíamos todo sobre el otro.
Liz me contó por qué sus padres querían casarla con alguien que ella no quería, y era
sencillo: la pillaron besándose con una chica de su curso, y ese fue el final de su buena
vida. Yo no tenía nada interesante que contar, ya que siempre había sido un espectador, el
que veía a los demás pero al que nunca le pasaba nada. Si, tenía amigos, pero esos amigos
tenían otros amigos y solo se acercaban a mi de vez en cuando.

Pero esa era una gran oportunidad de dejar todo atrás. Me iría de ese pueblo deprimente,
donde las personas eran odiosas y donde nunca pude encontrar a alguien o algo que
pudiera llamar hogar.

A pesar de saber que nuestras expectativas eran muy altas, estábamos felices de que
lograríamos escapar.

Sin embargo, Liz nunca llegó, y el bus no podía esperarla.

1. The End

Beomgyu, 27 años

Todavía me pregunto qué sucedió con Liz. La verdad, lo único que deseo es que esté
bien, que haya logrado irse o al menos que no haya sido obligada a casarse con alguien
que no amaba.

De igual forma, espero que Jisung y Minho se hayan visto de nuevo. No importa en qué
circunstancia, pero estoy seguro de que esos chicos merecían una segunda oportunidad.

También me pregunto si mis padres me buscaron, o al menos hicieron el intento de fingir


que les importó que me fuera. De cualquier manera, ahora soy feliz. Estoy a punto de
terminar mi carrera de música. Trabajo en una cafetería donde encontré amigos, personas
que les importo y mi futura esposa.
Recientemente hablé con uno de mis antiguos profesores. Me dijo que las tumbas de los
mellizos Bang siguen llenas de flores y que varias personas siguen yendo en memoria de
los dos adolescentes que terminaron con sus vidas para, por fin, poder tener algo de paz.

Decidí escribir esto para poder dejar todo en el pasado, pero que nada de lo que sucedió
fuera olvidado, porque quiera o no, estas son historias que marcaron quién soy y en lo
que me convertí.

Fin.

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