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1
Sinopsis
2
Capítulo 1
Johnny Foster apretó los labios para evitar gruñir. Esa voz le
provocaba suficiente, en partes iguales ira y excitación, y nunca sabía con
cuál saldría primero. Desde que Russel Bozeman prácticamente se había
apartado de su camino para asegurarse de que Johnny supiese que nunca
iban a estar juntos, Johnny reaccionaba con furia.
Demasiado tarde.
Johnny tragó y dio un paso rápido hacia atrás cuando los malditos
pies más sexis de la historia aparecieron en su línea de visión. Sabía que si
levantaba la mirada, los vaqueros descoloridos que cubrían las musculosas
piernas de Russ abrazarían sus muslos como una segunda piel.
Johnny fue a pasar a Russ y chilló cuando fue cogido por unos
brazos, dado la vuelta y empujado a la pared de la entrada de la cocina. El
miedo le dejó inmóvil cuando levantó la mirada. Nunca había visto a Russ
ser violento ni agresivo. ¿Por qué ahora?
Había trabajado muy duro el último año para seguir adelante con lo
que su padrastro le hizo. Había ido a sesiones de terapia semanales,
trabajado con un experto en nutrición para volver a estar en forma e incluso
había recibido clases de auto defensa para no ser más una víctima.
A veces sentía que había estado en Cade Creek toda la vida. Otras
veces, sentía que eran sólo unos pocos días y, sin embargo, un año entero
había pasado desde que Johnny y su hermano Elliot llegaron con sus
hermanos pequeños buscando un lugar para esconderse de su padrastro.
Pensó que una granja a unas pocas millas de Cade Creek era donde
8 se suponía debía estar. Ciertamente parecía que Elliot le quería aquí, al
igual que Hannah y Henry. Pero Elliot estaba aquí con su marido, Mitch, y
una granja era el lugar perfecto para dos niños en crecimiento.
Tal y como Johnny sabía que haría, por todas las veces que le había
visto antes, Russ se dirigió al granero. Poco después una luz se encendió
dentro de este. Pasarían unos pocos minutos para que Russ se dirigiera al
campo con el tractor. Mitch se levantaría e iría al campo dentro de una
hora.
—Puede que sea hora, Elliot. Tengo veintidós años. Puede que
necesite estar un poco por mi cuenta. —Los ojos de Johnny se desviaron a
los hermanos que criaban juntos, Elliot más que él. —Seguiré viniendo tan
a menudo como pueda, pero…
Algún sitio donde no tendría que ver a Russ todos los días.
—¿Te mudas?
Russ frunció el ceño con una fría furia. Apretaba tan fuerte su
mandíbula, que Johnny se preguntaba si no se la rompería. —¿Hank
Vaught? —dijo las palabras entre dientes. —¿No es un bombero?
—Tú no te vas.
—Y yo creo que te has vuelto loco. —Por mucho que Johnny había
intentado convencerse de que podría importarle a Russ algún día, sabía que
se estaba engañando. El hombre apenas podía estar en la misma habitación
con él sin mostrar su disgusto por algo que Johnny planeó. Y Johnny estaba
13 malditamente cansado de no ser lo bastante bueno.
—¿Y cuándo planeas hacer esto?
—¿Necesitas ayuda?
—Claro. —Si Mitch tenía algún tiempo libre. Tener una granja
daba mucho trabajo. Mitch no tenía muchos días libres para descansar.
Parecía que siempre se necesitaba arreglar algo.
—Hank debería estar aquí pronto. Tengo que coger las bolsas de mi
habitación. ¿Necesitas que te ayude a llevar a los niños a la cama primero?
Elliot era muy bueno con ellos. Parecía que no le costaba cuidar de
los dos niños increíblemente activos cuando Johnny sabía por experiencia
15 que no era así. Ser padre era un trabajo a tiempo completo. Johnny
agradecía ser paramédico.
Se le atoró la garganta, se giró y subió las escaleras para coger sus
cosas. Dos maletas y tres cajas de cartón. Ese era el grueso de sus
pertenencias. Había unas cuantas , almohadas y tal, pero no tenía mucho
más aparte de eso. Todo entraría en la cabina del camión de Hank.
—No. La única vez que tengo una buena comida es cuando como
en el parque de bomberos.
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Capítulo 2
Sabiendo que era una muy mala idea incluso antes de hacerlo, Russ
metió los guantes de trabajo en su bolsillo trasero, salió del establo y se
dirigió hacia el hombre en la camioneta. Necesitaba tener unas palabras con
Hank antes de que el hombre se fuese con Johnny. Necesitaba asegurarse
de que Hank comprendía el regalo tan especial que le habían dado.
Y por mucho que quería que Johnny fuese feliz, sentía que su alma
moría.
Polvo estúpido.
La pesadilla que Johnny había vivido aún tenía a Russ despierto por
la noche. Era muy cercano a su familia y no podía entender como alguien
podía tratar a otro de la forma que Andrew Kramer hizo con Johnny. El
hombre podría no haber querido ser un padrastro, pero Johnny aún era un
ser humano. Se merecía respeto sólo por respirar.
Desde que Johnny se mudó hace ya dos semanas, había ido a casa
una vez y fue sólo para coger algunas cosas que se dejó atrás. Ni siquiera se
había quedado para cenar. Era como si Johnny evitara estar en casa, y
puede que así fuese. El beso que compartieron fue caliente y algo sobre lo
que Russ no podía parar de pensar.
Y esa podía ser la razón por la que Johnny estaba sentado en una
cafetería con gente de la estación de bomberos, en lugar de estar en la
granja a donde pertenecía. Cuando Hank alcanzó y desordenó el pelo de
Johnny, Russ casi partió el volante por la mitad.
—¿Quién?
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Capítulo 3
—¿Tu novio?
Aquí viene.
—Russ-…
—Llámame un taxi.
30 —Cade Creek no tiene taxis.
—Pide un coche de bomberos. —Hank podría traerlo.
—Johnny, vamos.
Johnny se lamió los labios y subió los brazos, rozando los fuertes
músculos de Russ. Dios, ¿había sentido alguna vez algo tan maravilloso?
Russ era como una figura mitológica, un glorioso Dios griego en vivo y
directo.
—Vamos. —La voz de Russ era más suave, menos dura y había
algo en el tono que llamó la atención de Johnny, pero cuando levantó la
mirada, la expresión en los ojos de Russ estaba oculta como siempre.
—Vamos a llevarte a casa.
— No vomites en mi camión.
—Johnny.
Johnny tragó cuando sus ojos bajaron. Oh, hombre. Russ no llevaba
37 puesta ninguna camiseta. Todos sus gloriosos músculos dorados estaban
allí a la vista. —Um… —Johnny se lamió los labios secos. —¿Qué haces
aquí todavía?
¿En mi cama?
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Capítulo 4
¡Jodidamente perfecto!
Oh infiernos…
Russ estaba condenado. Era tan simple como eso. Todo acerca de
Johnny decía que se iba a convertir rápidamente en una obsesión, si no una
necesidad básica. Como respirar.
—Lubricante, bebé.
Russ sonrió.
—Te tengo, bebé. —Russ gruñó, agarró las caderas del hombre y le
dio la vuelta. Envolvió con sus brazos los muslos de Johnny y elevó su culo
al aire, separando sus muslos. Johnny gimoteó e inclinó sus caderas en
invitación.
Era una de las cosas más calientes que había visto jamás.
Hizo esto varias veces hasta que oyó a Johnny gemir. Entonces,
Russ siguió embistiendo dentro del apretado cuerpo de Johnny y envolvió
sus dedos en la polla de Johnny. Empezó a acariciarle.
Era un monstruo.
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Capítulo 5
—Johnny.
—¿Cómo estás?
—No, no, están bien. Todos están bien. —Hank dijo rápidamente.
—Se trata de ti.
—¿Lo hizo?
Johnny odió poner lo que pensó que había sido tan especial en
términos despectivos, pero estaba claro que fue el único que creyó que fue
50 una noche especial. —Russ no me forzó ni me hirió de ninguna forma. Si
elige sentirse arrepentido por lo que ocurrió entre nosotros, entonces ese es
su problema. No quiero formar parte de eso.
—No. —Era tan simple como eso. —No estaba bebido cuando Russ
y yo tuvimos sexo. Sabía exactamente lo que hacía.
Infiernos.
—¿Qué?
Johnny rodó los ojos. —¿A qué hora me recogiste en el bar anoche?
—Eso fue hace doce horas, Johnny —dijo Hank. —Si estás
preocupado, estoy seguro de que Marc tiene un alcoholímetro en su equipo.
Marc asintió. —El sheriff Riley está en la escena ahora. Dice que es
malo.
—Oh sí, era una verdadera fiesta. —Johnny barrió con su mirada a
Russ, sin gustarle como le dolía el corazón cuando miraba al hombre.
53 —Casi desearía haber estado holgazaneando. Eso podría explicar por qué
me odias tanto.
—Johnny, yo no…
Enorme.
Johnny le amaba.
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Capítulo 6
—No.
Johnny se quedó con la boca abierta cuando Jack abrió las puertas
dobles, revelando la gran terraza con vistas a la calle. Estaban lejos de la
calle principal, pero Johnny podía ver el quiosco blanco en medio del
parque en el centro del pueblo.
Johnny sonrió y dio la vuelta con Jack para entrar. Alcanzó las
grandes puertas dobles y el mundo cayó a sus pies. De pie en el centro de la
isla de la cocina estaban todos los estudiantes que se habían apuntado a la
clase de cocina de Chester… y Russ.
—Russ.
—Johnny.
—De acuerdo.
—No te voy a dar ningún problema —el tipo dijo mientras que
sacaba un cuchillo. —Danos tu cartera y todo tu dinero, y nos apartaremos
de tu camino.
60 —Aquí, toma.
—Déjalo ya, Brad —el tipo con el cuchillo dijo. —Sabes que es
uno de esos… —Lo que sea que el hombre fuese a decir fue cortado por un
áspero jadeo.
—¿Por qué no le dejas ir, Brad? —Russ dijo en una voz que
prometía cosas profundas y oscuras si no obedecía. —No querrías que
alguien confundiese esto por algo que no es.
—Ahora las fotos —Russ dijo señalando a las cosas que Jeff había
sacado de la cartera de Johnny y tirado al suelo. Cogió a Jeff de la nuca y le
empujó hacia las fotos. —Recógelas y dáselas de nuevo a Johnny.
Jeff resopló, pero hizo lo que le dijo Russ, inclinándose para coger
las fotos que había tirado. Johnny dio un pequeño grito cuando fue a
cogerlas y Jeff la sostuvo, causando que una foto se rompiera en dos.
—Oh, lo siento.
—Jeff y Brad han dado problemas desde que usaban pañales —dijo
Russ—. No creo que vayan a cambiar pronto.
Johnny había pedido eso, pero ahora que lo tenía, no estaba seguro
de que fuese lo que quería. Y si eso no le hacía hipócrita, no sabía qué lo
haría. Sentía que su relación con Russ, si podía llamarla así, era como un
gran jodido viaje en la montaña rusa. Sólo que no sabía si quería bajarse de
la montaña rusa o dar otro viaje.
Era una conspiración. Tenía que serlo. No había otra forma de que
Russ pudiese saber tanto del itinerario de Johnny. Bueno, no a menos que
alguien hubiese empujado un dispositivo de seguimiento en su culo, y no
había tenido ninguna acción desde que durmió con Russ.
¡Dios, no!
Mierda.
¿Planes?
Johnny esperaba que Russ dijese algo más, por lo que se quedó un
poco confundido cuando el hombre se giró y regresó a la cafetería. Una vez
más se quedó de pie allí sintiendo que había comprado un ticket para dar un
viaje en la montaña rusa.
Eso era muy grande. Mitch sólo llevaba sus botas buenas a la
iglesia y a actos sociales especiales, como bodas y cosas así.
—¡Elliot!
Idiota.
Bastardo.
Él no era un mocoso.
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Capítulo 7
Johnny no había estado en su cama antes, pero saber que quiso estar
allí, tenía a Russ en un estado constante de excitación. No creía haber
tenido su polla tranquila en semanas, sin importar que se masturbase todas
las noches fantaseando con Johnny.
A Russ le gustaba el sexo un poco rudo, otra razón por la que había
intentado tan duro mantener la distancia entre Johnny y él. No creía que el
hombre estuviese preparado para sus gustos en el sexo. Ahora pensaba
diferente.
Básicamente, Johnny.
Pagar una cena romántica para dos para que Mitch y Elliot saliesen
fue un golpe de genialidad. Esto garantizaba que Johnny estuviese en la
casa cuando Russ viniese del campo. También garantizaba que Johnny
71 pensase en Russ recién salido de la ducha bastante tiempo después de que
saliese hacia el bar. Si jugaba bien sus cartas, Johnny aún estaría pensando
en él cuando regresase en unas horas.
¡Jodidamente fantástico!
La parte principal del plan era hacerse el duro mientras que aparecía
continuamente en frente del hombre. Johnny había decidido cortar sus
emociones en lo que concernía a Russ. Russ necesitaba romper el muro que
el hombre había levantado entre ellos. Necesitaba mostrar a Johnny que era
querido, necesitado, incluso amado. Necesitaba mostrar a Johnny que
estaría allí para él contra viento y marea.
Necesitaba…
Brad Murkily.
Russ miró hacia la casa. ¿Dónde estaba Jeff? Brad y Jeff nunca iban
solos a ningún sitio. Eran como los hermanos unidos por la cadera. Hacían
todo juntos, incluido meterse en problemas. Cruzó corriendo el resto del
patio y subió los escalones. Estuvo a punto de arrancar la puerta mosquitera
de las bisagras cuando tiró de ella para abrir. Parecía que todas las luces de
la casa estaban encendidas cuando dio un paso dentro. Su mirada revisó la
habitación en un abrir y cerrar de ojos. Había un paramédico sentado en el
sillón con Henry y Hannah, que estaban sentados en silencio, con lágrimas
en sus pálidas mejillas.
Russ paró para dar a cada niño un abrazo y unas palabras para
calmarles que probablemente no comprendían, aunque sí el tono suave en
la voz de Russ. —Subiré tan pronto como haya visto a Johnny y hablado
con el sheriff.
Russ esperó a que Terry desapareciese por las escaleras con los
niños y se dirigió a la cocina. Todo el temor y la ira que había mantenido
controlado explotaron cuando entró en la cocina y vio la venda manchada
de sangre en la frente de Johnny. Únicamente apretando los dientes y
cerrando las manos en puños Russ pudo evitar gritar.
—Johnny.
—¿Qué ha ocurrido?
76
Capítulo 8
Johnny sabía que no debería estar tan aliviado de ver a Russ, pero lo
estaba. Sabía que no debería estar tan feliz de escuchar las palabras
tranquilizadoras de Russ, pero le tranquilizaban como nada más lo hacía.
Especialmente sabía que no debería estar en los brazos del hombre, pero no
planeaba moverse a menos que se viese forzado.
El sheriff sonrió. —Lo creas o no, Hannah llamó al 911. Dijo que
su hermano estaba gritando y dijo que dos hombres estaban haciéndole
daño y dijo al operador su nombre completo para que pudiesen venir a
salvar a su hermano mayor.
Johnny estaba tan orgulloso de ella que no pudo evitar sonreír, aún
cuando su cabeza latía como si una campana sonase en su cráneo. Elliot y
Mitch trabajaron con los niños en caso de que surgiese una emergencia
alguna vez. Parece que mereció la pena.
—Eso espero.
¿De verdad?
—Pensé que sería mejor que no estuviesen aquí para esto —dijo
Russ. —Hice que Terry les llevase arriba a sus habitaciones.
79 Johnny asintió. —Yo les llamé. Dijeron que venían directos a casa.
Johnny apretó los labios al pensar en la foto que uno de los hombres
había roto. No tenía sentido decírselo al sheriff. Era sólo una foto. Pero,
para Johnny, era una de sus más preciadas posesiones. Habría dado cada
centavo de su cartera para mantener esa foto intacta.
Oh chico…
—Te haré mío —Russ susurró antes de morder la suave piel del
hombro de Johnny. No rompió la piel, pero la añadida estimulación fue la
perdición de Johnny. Gritó su liberación, su cuerpo tenso, desesperado.
Johnny abrió los ojos ampliamente y con su cabeza desorientada gritó el
nombre de Russ cuando se vino duro, empapando el frente de sus
pantalones con semen.
84 —¡Joder, bebé! —Russ gruñó, se inclinó hacia atrás y presionó su
mano en el frente de los pantalones de Johnny sobre el lugar húmedo. —Es
jodidamente caliente.
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Capítulo 9
Si Russ tuviese algo que decir, Johnny estaría expuesto para él antes
de que la noche terminase. Quería el hermoso cuerpo de Johnny extendido
sobre su edredón negro, sus brazos extendidos sobre su cabeza y sujetas sus
muñecas por las esposas de cuero que guardaba en un armario especial. No
podía esperar a envolver restricciones similares en los muslos de Johnny,
elevándolos, separándolos, poniendo todo lo que Johnny tuviese que
ofrecer para el disfrute de Russ.
—De acuerdo.
—Johnny.
Podía sentir las gotas de pre semen mojar sus pantalones cuando dio
el primer golpe y supo que Johnny disfrutaba lo que estaba haciendo. Russ
sabía cuanta presión poner en su movimiento para que Johnny se retorciese.
Una vez que Johnny se tumbó sobre sus piernas de nuevo, Russ se
lubricó los dedos y los movió entre las mejillas rosadas del culo de Johnny.
Insertó dos dedos dentro del culo de Johnny y los movió metiendo y
sacándolos. Con cada embestida, Johnny gritaba y cada vez que sacaba sus
dedos, Johnny gimoteaba.
—Aguanta, bebé. Es hora del plug. —Russ sacó sus dedos del culo
de Johnny, consiguiendo otra protesta de Johnny.
—Russ… no puedo…
—Shh, bebé, lo sé. —Russ canturreó y amorosamente acarició el
ardiente culo de Johnny. —Vamos. Levanta. Tu culo está hermoso todo
rojo ahora. Quiero ver cómo te ves cuando estás expuesto para mi placer.
Después se dirigió a por las otras esposas. Estas eran más grandes,
más anchas, sujetas por una correa de velcro. Russ envolvió una en el
muslo izquierdo de Johnny, asegurándose de que estaba cerca de la curva
de la rodilla. Hizo lo mismo con el otro muslo. Una vez que las esposas
estaban fijadas, Russ cogió el final de la cadena y comenzó a pasarla por
los enganches en la cabecera.
—Hermoso.
Johnny asintió.
Johnny asintió.
¡Punto caliente!
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Capítulo 10
Su culo dolía.
Johnny se sonrojó.
—No nos podemos ver antes de la boda. Las reglas no dicen nada
sobre hablar por teléfono.
Woah...
Lo hacía.
—Pero sabes…
—Quiero que tengas mi apellido, bebé. Quiero que todos sepan que
eres mío.
Sí. Sí. Sí. Johnny se contoneó en la cama. Eso era justo lo que
quería escuchar. Una vez que se acomodó, soltó un respiro. —Supongo que
puedo tratar con ello —dijo tan calmadamente como el latido de su corazón
le permitía.
Hubo una pesada inhalación y luego Russ dijo: —sé bueno, Johnny.
—Estaré allí.
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Capítulo 11
Cuando Johnny llegó a él, Russ intentó encontrar su voz para decir
al hombre lo impresionante que estaba, pero no salió nada, ni siquiera tras
tragar de nuevo. No parecía tener palabras. Cuando Johnny dijo que era un
hombre de pocas palabras, Russ sabía que no lo decía en el mal sentido.
Pero en ese momento, Russ deseó poder expresar sus sentimientos con
palabras.
—Os declaro marido y marido —Brody rió. —Te diría que puedes
besar al novio, pero parece que lo tienes cubierto.
Russ comenzó a gruñir hasta que escuchó a Johnny reír. —Si juegas
tus cartas bien, no estarás solo por mucho tiempo. Sé que hay cierta belleza
de ojos azules que tiene las miras puestas en ti.
—Puede.
—Sammy Helmond.
—Eso apesta.
Nada más salir las palabras de la boca de Russ, algo duro chocó
contra él y se hundió en un gran dolor. Cayó al suelo, parpadeó mirando el
techo e intentando averiguar lo que le había golpeado y por qué le dolía
tanto. No parecía conseguir respirar.
—¡Russ!
112
Capítulo 12
—Estoy seguro de que todo ha ido bien —Mitch dijo, pero podía
ver la preocupación en sus ojos. —¿Cómo lo estás llevando?
—Hank no tiene familia, por lo que creo que puso al Jefe Helmond.
Mitch rodó los ojos y le pasó su teléfono. Dio un paso atrás cuando
marcó, dejando a Johnny junto a su hermano.
—¡Nos humillaste!
Johnny tragó duro y dio un paso adelante. El grito que salió de sus
labios cuando Jeff le golpeó en la cara con el culo de la pistola fue más de
sorpresa que de dolor. Sabía que tendría un moratón en la mañana, pero
había sido golpeado en la cara bastantes veces para saber cuando algo
estaba roto, y nada lo estaba.
Aún así, Johnny usó el golpe para su ventaja. Chilló mucho más
alto de lo necesario y se llevó las manos a las rodillas en el suelo a los pies
de Jeff. Se aseguró de que el imbécil viese las lágrimas que salían de sus
ojos y caían por sus mejillas. Si Jeff hubiese tenido una onza de
inteligencia, habría sabido que eran lágrimas de ira, no de temor.
Pero no lo sabía.
—¡Muévete!
—¡Para!
Johnny alcanzó y agarró las palas. Sólo las había usado una vez
antes cuando un hombre sufrió un ataque al corazón -y fue un desfibrilador
portátil, no uno en un carro-. Johnny rezó por que funcionase igual cuando
saltó la distancia entre ellos y puso las palas en la espalda de Jeff.
El alto chillido que salió del hombre fue un bálsamo para la mente
enfurecida de Johnny, pero no tanto como ver al hombre sacudirse como un
pez y luego caer al suelo. Johnny rápidamente apartó la pistola, añadiendo
una patada extra a las costillas de Jeff.
121
Capítulo 13
—A-agua —gruñó.
—Aguanta, Russ.
Russ intentó abrir los ojos de nuevo, pero la luz aún era demasiado
brillante. ¿Quién inventó esas malditas cosas de todas formas? —Luces.
Russ abrió un ojo cautelosamente. Cuando vio que las luces fueron
atenuadas, abrió el otro. Johnny estaba inclinado sobre él.
—¿Qué ocurrió?
—¿Voy a curarme?
Maldita sea. Eso no estaba bien. Había mucho trabajo que hacer en
la granja. Si pudiese conducir el tractor…
—Para.
—No.
Russ asintió.
—¿Qué tiene que ver eso con el moratón de tu cara? —Russ sentía
que tenía que empujar para conseguir información de Johnny. Quería los
hechos, no una historia.
—Sí.
—Creo que el sheriff sintió pena por él. Puso a Jeff en la misma
celda que Brad.
—Jeff usó una mira láser en su arma. Hank vio el punto rojo en tu
frente y te sacó del camino justo a tiempo. La bala te habría matado.
Desafortunadamente, la bala que te golpeó pasó a través de él primero.
—Johnny asintió con la cabeza hacia la puerta cerrada. —Se recupera en
una habitación bajando el pasillo.
FIN
127
Nuestro agradecimiento al Staff de
Creditos
Nimaria
Misiranwe
Clau
Morgana
Libro Adicta
128 Pervy