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ARQUITECTURA DEL
RENACIMIENTO EN ITALIA
- Filipo Brunelleschi
o Palacio Pitti
- Michelozzo Michelozzi
o Palacio Medici-Ricardi
o Palacio Rucellai
- Donato Bramante
o Palacio Caprini
o Palacio Brescia
o Villa Madama
o Palacio Massimo
o Villa Farnesina
o Palacio Farnesio
o Biblioteca Laurenciana
o Iglesia de Il Gesú
o Palacio Caprarola
o Villa Julia
- Andrea Palladio
- Giorgio Vasari
- Giulio Romano
o Palacio de Te en Mantua
4- Bibliografía
1- Características generales de la arquitectura del Renacimiento:
La península italiana entre los siglos XV al XVIII estaba dividida en diversos ducados,
marquesados y repúblicas, haciendo que las élites de estos territorios interaccionaran
con los artistas y sus áreas de influencia.
Reconocido como arquitecto, su formación como orfebre le dio una perspectiva distinta
de la arquitectura y la escultura, que también practicó. Fue el oponente a Lorenzo
Ghiberti para realizar las puertas del Baptisterio de Florencia, que terminó por ganar
Ghiberti, pero dónde demostró en su Sacrificio de Isaac una nueva visión del espacio en
una composición bidimensional. Fue el gran descubridor de la perspectiva moderna,
adecuando el punto de vista del espectador para determinar el punto de fuga en sus
construcciones. Es el estudio de las ruinas clásicas y de sus soluciones constructivas lo
que le permitió enfrentarse de forma novedosa a soluciones audaces, como fue la
terminación de la cúpula de Santa María dei Fiori de Florencia. Usando las pautas
tradicionales de los nervios de sujeción góticos, junto con las ligaduras horizontales de
base romana, ideó un sistema que le sirvió para levantar una doble cúpula, que gracias
a su apuntalamiento y al tambor octogonal, adquiere gran elegancia y un sentido
ornamental que enmascara el gran peso que soporta.
Dentro de la arquitectura civil, el palacio Pitti (1440) fue un espacio donde aplica el
paramento almohadillado de sustrato clásico a toda la fachada y lo articula mediante
unas balconadas corridas y arcos de medio punto que dan cabida a los vanos, logrando
con todo ello una armonía y esbeltez que contrarresta el carácter rústico del paramento.
Discípulo de Brunelleschi, seguirá sus pautas en edificios tanto religiosos como civiles.
El palacio Medici-Riccardi (1445), residencia de los Médicis durante el siglo XV, introduce
variaciones frente al modelo de fachada de Brunelleschi. Diferencia los espacios de cada
una de las plantas a través del cambio de paramento, dejando el almohadillado para el
piso bajo, y enriquece los vanos con el uso de parteluces, dando un ritmo más ligero a
la fachada.
Los palacios florentinos contaban con un patio interior, que Michelozzo articula por
medio de columnas, arcos de medio punto y entablamentos corridos con decoración de
tondos y guirnaldas.
La iglesia de San Andrés de Mantua (ca. 1470), es el precedente de lo que luego hará
Vignola en la iglesia de il Gesú de Roma. La planta de cruz latina con una sola nave a la
que se abren tres capillas laterales a ambos lados, se cierra con una cúpula sobre el
crucero y bóveda de cañón sobre la nave central y capillas laterales. El ritmo de las
capillas laterales se enmarcan por pilastras sujetando un entablamento corrido. El
espacio entre las pilastras juega con los óculos en la parte superior y puertas adinteladas,
creando un efecto de arcos de triunfo. La decoración de grutesocos y candelieri en las
pilastras y entablamento acentúan el sentido clásico. La fachada se distribuye también
a modo de arco de triunfo romano y se termina por un gran frontón, como hará un siglo
después Palladio.
En la capilla de San Sebastián de Mantua, realizada para Ludovico Gonzaga, Alberti ideó
un espacio centralizado en cruz griega sobre una cripta. Posee doble fachada, una
siguiendo un modelo arco de triunfo, y la otra un pórtico de un templo clásico.
Ahora va a ser Roma la capital artística de Italia. Es en este siglo cuando se emprenden
las obras más importantes de la época. En parte, motivada, por la labor artística papal.
Julio II ordena demoler la antigua basílica de San Pedro para construir otra en su lugar
digna del centro espiritual de la cristiandad occidental.
A su llegada a Roma, se encarga del claustro de Santa María della Pace (1500), pero es
en el templete de San Pietro in Montorio (1502), obra costeada por los Reyes Católicos,
donde Bramante deja reflejado todo su pensamiento arquitectónico. La planta y alzado
del edificio son descendientes directos de los templos romanos de planta central,
culminados por una cúpula de media naranja. Elevado sobre unas gradas, un pórtico
columnario de orden dórico lo rodea y sustenta el entablamento sobre el que se alza
una balconada tras la que se eleva la cúpula sobre un alto tambor. La linterna remata el
conjunto acentuando el sentido vertical y contrarrestando los ritmos horizontales de
gradas, entablamento y balconada. La sobriedad y robustez de este edificio son las
características de toda la plástica del Cinquecento romano.
Otra de las obras que Bramente empezó en 1505, pero que no llegó a culminar, fue el
arreglo de los jardines y patio del Belvedere en el Vaticano, que une el palacio papal con
la villa de Inocencio VIII. Bramante partió de un eje de simetría que remata en una
gigantesca exedra que quedará inacabada. Se articula en tres terrazas ascendentes con
escaleras, rampas y un ninfeo. El patio inferior sirve para la representación teatral,
mientras que las dos terrazas superiores se dedican a jardines. A los lados se abren
galerías de diversos pisos, ordenadas por pilastras corintias de ritmo alterno.
Rafael Sanzio (1483-1520) dirigirá la obra de San Pedro durante algún tiempo
continuando la línea de su maestro, y se le encargará, hacia 1513, la capilla funeraria de
los Chigi en la iglesia de Santa María del Popolo, en la que sigue la idea de planta central
rematada en una cúpula decorada con mosaicos.
En arquitectura civil seguirá el modelo del palacio Caprini para los palacios Brescia y
Branconio dell´Aquila, pero introduciendo la decoración figurativa que tendrá gran
repercusión en las fachadas romanas pintadas. En Villa Madama estructura el espacio
en terrazas con un patio semicircular en el centro.
A nivel civil planteará el palacio Massimo, en cuya fachada las columnas desempeñan
un importante papel, y la villa Farnesina (1509-1511), con planta en U, con dos pisos y
un gran pórtico abierto a la naturaleza.
Contemporáneo a Miguel Ángel, se formó con Bramante. Sus trabajos buscan la escala
monumental. Desde 1539 dirigirá las obras de San Pedro. Presentó un proyecto en el
que retoma la idea de planta basilical con una enorme cabecera, cúpula de doble tambor
y un pórtico a los pies con dos torres a los lados.
Otro de los lugares donde Miguel Ángel desarrolló la idea de arte completo fue en la
capilla de los Médicis, para la que labra sus famosos sepulcros (se hablará de ellos en la
parte de escultura).
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La cúpula actual es la que ejecutará Giacomo della Porta en la que acentúa el sentido apuntado de la
misma. La de Miguel Ángel no eran tan apuntada.
estructurar las fachadas unificando las dos plantas y retoma la fórmula de frontones
alternos, como pautas decorativas de las fachadas En la zona occidental dispuso una
balaustrada y una rampa de acceso.
Formado como pintor, junto con Palladio son los grandes representantes de la última
etapa Renacentista conocida como Manierismo. La arquitectura pierde el sentido de
claridad grandiosa que distingue la etapa clásica anterior, se comienza a multiplicar los
elementos arquitectónicos, anunciando lo que vendrá con el Barroco.
Vignola fue discípulo de Miguel Ángel, y a él se debe una tipología de iglesia que tendrá
una gran repercusión posterior. La conocida como iglesia de Il Gesú, o de los jesuitas de
Roma (1568). Retoma la cruz latina coronada por un cúpula en su crucero. La nave
central se ensancha a costa de las naves laterales, que se reducen a dos filas de capillas
bajas, pequeñas y comunicadas entre sí. La penumbra de estos espacios contrasta con
la luminosidad de la capilla mayor y el crucero. Sobre las capillas laterales dispone una
tribuna, muy apropiada para que la comunidad de religiosos pudiera asistir a los actos
litúrgicos, sin ser molestada por los fieles. Esta iglesia es el prototipo para el resto de
iglesias jesuíticas que se levanten en toda Europa y América, por tanto su uso se
generalizará en el Barroco. La fachada la terminará su discípulo, Giacomo della Porta,
quien siguiendo el modelo de Alberti, la corona con un gran frontón y establece el
tránsito entre el cuerpo bajo y el alto por medio de grandes ménsulas.
Trabajará sobre todo en el norte de Italia en Vincenza y Venecia. Arquitecto con una
gran formación humanística. Una de sus actuaciones más satisfacctorias y relevantes fue
el revestimiento de la basílica de Vincenza, (1549) concebida siguiendo la austeridad
bramantesca, revistió el edificio trapezoidal existente de un pantalla regular de
arquerías distribuidas en dos pisos con serlianas (estructuras de tres vanos articuladas
por un arco central y dos dinteles laterales). Su novedad consiste en el empleo
simultáneo en su fachada de columnas de dos escalas, unas bajo arcos y otras
recorriendo toda la planta. De este modo logró un edificio completamente nuevo.
En Vincenza realiza palacios urbanos como el de los Chiericati (1550), sin patio, con una
fachada estructurada en dos pisos y tres cuerpos con columnas, en los que juega con los
efectos de luz de los espacios. No obstante, a pesar de todos los palacios urbanos
proyectados, son las villas de recreo las que se ejecutarán completamente. A ellas les
dedica un libro de su tratado y parecen verdaderos templos de gran empaque
monumental, con grandiosas columnas, frontones y áticos. Son casas de formato
pequeño y compacto, en las que se combinaban los espacios destinados al asueto y a la
labor.
En Venecia realiza el claustro del convento de la Caridad (1560), hoy la actual Academia.
La iglesia de San Jorge el Mayor es una basílica de tres naves, crucero y cúpula,
organizada en su interior por pilares corintios. La fachada organizada a través del orden
gigante
Para terminar esta unidad, es necesario, al menos citar, a Vasari y Giulio Romano. Vasari
ha trascendido más su figura por su faceta de historiador del arte, y sus Vidas de los más
excelentes pintores, escultores y arquitectos sigue siendo básica y de referencia obligada
para todo el que quiera profundizar en el arte de los siglos XV y XVI. No obstante, como
arquitecto, terminó, junto a Bartolomé Ammananti y Vignola, la villa de recreo romana,
Villa Julia (1551), trazada siguiendo un esquema axial, con una fachada de tipo rústico y
patios oblongos. A él se debe el edificio de los Uffizi en Florencia.