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-BATALLÓN COLORADOS DE BOLIVIA


Dentro de la historia de Bolivia, en sus guerras internacionales adversas, nacional recuerda el sacrificio, la lealtad y el valor de sus soldados; a
surgieron episodios trascendentales para los hitos nacionales que hidalguía de ellos al vestir el uniforme de batalla.
matizaron de heroísmo los hechos. Entre ellos se puede destacar las héroes de la contienda
batallas de Ingavi, Avaroa en Atacama, el Alto de la Alianza y la epopeya
de Boquerón. Pero solo los cuerpos de estos valientes quedaron en al campo de batalla
pues su sacrificio y valor nunca quedaron en el olvido, al contrario, se
Estas son páginas que preservan el honor nacional y muestran el temple conservan en la memoria de la sociedad.
del boliviano como soldado.
Como es el caso del Coronel Ildefonso Murguía Anze, el comandante casi
Este próximo 26 de mayo se recuerda el Día de los Colorados de Bolivia, olvidado por la historia de Bolivia, fue él quien guío a los soldados del
una fecha significativa para los bolivianos, que se sienten orgullosos de Batallón Colorados de Bolivia.
sus soldados que dignamente los representaron en la guerra.
La escritora María Luisa Zeballos afirma que este personaje nació el 23
Hombres valientes y de coraje que enfrentaron la arremetida chilena, la de enero de 1838, creció en la ciudad de Pagador y de joven se dedicó a
cual estaba decidida a arrebatarnos una parte del territorio nacional y la explotación de minas, pero luego participó de la revolución de 1857 y
también peruano. Las condiciones en las cuales se tuvo que desenvolver peleó a favor de José María Linares, quien lo nombró capitán e ingresó al
el ejército nacional eran precarias, tanto en armamentaje como Ejército.
numeralmente.
La escritora relata que fueron los intereses políticos de la época los que
A partir de ahí el Batallón Colorados de Bolivia continúa siendo un condenaron a ocho sobrevivientes del Batallón Colorados de Bolivia a
referente de patriotismo y heroísmo. sufrir la muerte con ignominia por fusilamiento y a su comandante a
Desde esta revista dominical se quiere rendir homenaje a esos hombres, condenarlo al olvido, y es así como murió, marginado por el Estado.
muchos de los cuales quedaron en el anonimato.
El tamborillero Juan Pinto Cabrera, con solo 13 años de edad, ocupaba el
BATALLA DEL ALTO DE LA ALIANZA cargo de tambor de órdenes del Batallón Colorados de Bolivia. El Museo
Al estallar la Guerra del Pacífico, el ejército boliviano estaba compuesto del Litoral de La Paz y otros archivos no tienen más datos sobre su
de dos escuadrones de caballería, una batería de artillería y tres procedencia.
batallones de infantería siendo los Colorados el Nº 1 de Línea. En el Campo de la Alianza cambió su tambor por un fusil. Cuentan que
Su armamento consistía en fusiles Remington mientras que los otros cuando los Colorados eran castigados por el intenso fuego de la artillería
batallones, dada la poca confianza que inspiraban al presidente, se enemiga, arrebató a un herido de su batallón su arma para enfrentar al
encontraban armados en su mayoría de anticuados fusiles de fulminante. enemigo junto a sus camaradas y murió.

Esta batalla es considerada el fin de la Guerra del Pacífico, en ese El orureño Pascual Mariano Mamani participó de la guerra como el
momento el ejército perú-boliviano constaba de 12 mil hombres de los corneta de dos batallones. En esa batalla los bolivianos lograron escalar
cuales 6.500 eran peruanos y 5.500 bolivianos, con 23 piezas de artillería, un cerro y tomar cañones chilenos, pero el numeroso ejército enemigo
se enfrentaron a tropas chilenas compuestas por 19 mil hombres, que causó bajas a los aliados, por lo que el corneta Mamani se montó sobre
tenían 41 piezas de artillería. un cañón, con la pierna fracturada y tocó su corneta pidiendo refuerzos
hasta que murió.
La contienda se llevó a cabo en un terreno desértico donde soportaron
temperaturas extremas, calor excesivo durante el día que llegaba a 28 Por su parte la rabona del sargento Olaguibel llegaba con su guagua a la
grados. El cielo despejado alternaba con períodos de densa neblina, espalda y sosteniendo en una mano una ollita de barro. Venía desde
llamada "camanchaca", y temperaturas gélidas por las noches. Tacna trayéndole el almuerzo a su compañero. Luego de alimentarlo,
entregó a su bebé para que se despida y emprendió el regreso a Tacna...
El lugar fue bautizado como “Alto de la Alianza”, una de las versiones Mientras la rabona se alejaba, el batallón la seguía con la vista, y no
sobre este nombre indica que surgió de la decisión chilena de ponerle en habría caminado 150 metros, cuando una bomba fue a caer cerca a ella,
Tacna un alto definitivo a la alianza perú-boliviana, los defensores levantando una nube de polvo.
abrieron tres frentes de batalla.
origen DEL REGIMIENTO
el grito de guerra
La unidad fue creada en 1821 por el general José Miguel Lanza, bajo el
Cuando el batallón peruano "Victoria" estaba a punto de ser dominado por nombre de Batallón Aguerridos, para enfrentar al Ejército español, y en
las tropas chilenas, se envió, decididamente, al "Batallón Colorados", que 1851 pasó a denominarse Batallón Colorados Primero de Línea.
entraron al combate al grito de "Agarrarse rotos, que aquí entran los
En los anales históricos del batallón "Regimiento Primero de Infantería
Colorados de Bolivia".
Colorados de Bolivia Escolta Presidencial" se menciona como primera
Éstos emprendieron la batalla al trote avanzando en los campos de la referencia a este cuerpo de combate que aparece en 1857, cuando figura
Alianza desplegados en guerrillas, con el fusil en la diestra, la mano como Batallón "Colorados" 39 de Línea convirtiéndose desde entonces en
izquierda sujetando la mochila, el kepí rojo echado hacia atrás y la mirada una unidad de élite del Ejército boliviano.
dura clavada en el enemigo.
El combate duró casi todo el día y la derrota de los aliados se dio al caer
AUTOR:Alexis Pérez Torrico
la tarde. De acuerdo al relato que hizo el periodista peruano Víctor
Mantilla, que quedaron en los libros de la historia nacional.
“Aquellos Colorados eran los soldados fantasmas por cuyos cuerpos
atravesaban las balas sin derribarlos; caían heridos pero para ponerse de
pie… cruzaban como relámpagos ante los ojos de los soldados chilenos,
cegándolos...”.
Mantilla prosigue con el relato más desgarrador de la contienda bélica
como epílogo: “Cuando a la caída de la tarde se pronunció la derrota y el
corneta del batallón tocaba la retirada, no apareció ninguno de ellos. Al
cerrar la noche, él continuaba llamando sin que ninguna chaqueta roja
respondiera a la cita... los que no habían muerto estaban heridos y no
llegaban a veinte”.
Y porque además los caballos del ejército chileno pisaron a los soldados
de la casaca roja y amarilla, y buscaron cuidadosamente a los que aún
respiraban para clavarles sus afiladas bayonetas. Es así como la historia

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