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¿EL MATRIMONIO ES UN CONTRATO O UN ACTO JURÍDICO?

El matrimonio es un tema complejo que ha sido debatido por mucho tiempo en términos
legales y sociales. Algunos argumentan que el matrimonio es simplemente un contrato, un
acuerdo entre dos partes que establece derechos y obligaciones legales. En este sentido, el
matrimonio puede ser visto como un acto puramente jurídico, sujeto a las leyes y
regulaciones del país en el que se lleva a cabo.
Por otro lado, otros argumentan que el matrimonio va más allá de un simple contrato legal
y es un acto jurídico con implicaciones emocionales, sociales y culturales significativas. El
matrimonio conlleva un compromiso moral, emocional y espiritual entre dos personas, y
tiene un impacto profundo en la sociedad en su conjunto.
En última instancia, tanto las opiniones jurídicas como las socioculturales deben ser
consideradas al abordar esta cuestión. El matrimonio no se puede reducir simplemente a un
contrato o a un acto jurídico; más bien, es un concepto complejo que abarca tanto aspectos
legales como emocionales. La naturaleza del matrimonio como contrato versus acto
jurídico es un tema que seguirá siendo discutido y analizado en un contexto legal y social
en constante evolución.
 El matrimonio como institución: En esta, se parte del conjunto de normas
jurídicas, principios y costumbre que rige y ha regido históricamente al matrimonio.
Las normas jurídicas y los principios han establecido una serie de preceptos que
regulan la realización del acto de contraer matrimonio, por ello se llegó al punto de
fijar elementos esenciales y de validez, cumpliendo con formalidades normativas,
pues el cumplimiento de estas conlleva la creación de un nuevo estado civil, mismo
que otorga el acceso a un régimen jurídico que otorga derechos y obligaciones
exclusivos del matrimonio.
 El matrimonio como acto jurídico condición: Se considera al matrimonio como
un acto jurídico que condiciona, pues de este resulta el acceso a un estatuto jurídico
exclusivo de los cónyuges. De tal forma que sin la celebración del acto no se puede
aplicar el estatuto jurídico propio de la institución, pues la condición para acceder a
este es la realización del acto jurídico denominado matrimonio.
 El matrimonio como acto jurídico mixto: La celebración del matrimonio debe
cumplir con formalidades, entre ellas, la intervención de un funcionario público.
Esta es la característica que hace a un acto jurídico mixto, la concurrencia de
particulares con un funcionario público, en este caso, la intervención de un Juez del
Registro Civil, pue son basta con la expresión de la voluntad de los particulares,
sino que, hace falta que el funcionario público intervenga como lo precisa la
normativa aplicable.
 El matrimonio como contrato ordinario: Uno de los efectos de la secularización
del Derecho fue la distinción entre el matrimonio civil y el religioso. Cuando este
suceso aconteció, los doctrinarios consideraron que el matrimonio es un contrato,
pues en el existen todos los elementos que se observan en un contrato, los de
existencia y los de validez, inclusive la observancia de formalidades como lo es la
expresión de la voluntad ante el Juez del Registro Civil.
 El matrimonio como contrato de adhesión: En concordancia con lo anterior en
algún momento se consideró al matrimonio como un contrato de adhesión, pues se
parte de la afirmación de que los efectos del matrimonio no son estipulables por los
consortes, por el contrario, la ley establece previamente los derechos y obligaciones
que nacen del matrimonio.
 El matrimonio como estado jurídico: Los doctrinarios que propugnan por esta
perspectiva partieron de la afirmación de que el matrimonio es una situación
jurídica permanente a la que se le aplica un estatuto legal específico, este estatuto se
aplica durante toda la vida matrimonial, pues la permanencia en una situación
genera obligaciones y derechos constantes que se renuevan de un momento a otro.
 El matrimonio como acto de poder estatal: Los partidarios de esta propuesta
consideran que el matrimonio existe por la intervención estatal, por medio de un
funcionario público facultado. Sin la intervención estatal el matrimonio no podría
existir jurídicamente, pues así lo establecen las leyes al considerar como necesaria
la intervención del Juez del Registro Civil.

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