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encuentros entre indianistas y feministas. Mi postura personal me ha colocado,
por las ideas y esperanzas feministas, sino porque siempre he vivido la identidad
femenina desde el interior histórico y político del colonialismo interno, donde
cadena q’ara
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masculina y otra femenina, las cuales parten de una pareja de ancestros fun-
qaqa lari
HNO.M.), al
HNO.ESA P.ESA.), del mismo
modo como la palabra ipa
HNA. ESO HNA. P.), pero no a la madre
M. ESO qaqa no
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.
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ayllu como
panaka tuvieran como referencia común a un mismo ancestro masculino en
en realidad una pareja, no hay que perder de vista el hecho de que la mujer
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ayllu proviene del
aymara allu panaka pana
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queando permanentemente la formación de linajes corporados patricentra-
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M.ESO.). Por así decirlo,
las mujeres se aliaban con su parentela afín femenina, en el interior del ayllu
nacional y el Estado.
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hijas o hermanas de los jefes de las etnias conquistadas. Una cita y un dibujo
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donde los hombres oprimen colectivamente a las mujeres, sea en tanto espo-
sas, hermanas o cuñadas. En la sociedad andina, por el contrario, la inexisten-
cia de linajes corporados y el paralelismo de líneas de descendencia, permitió
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cos era compartido por diversas etnias sin necesidad de un poder central
social y ritual.
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de parentesco bilateral antes expuesto, establecía dos líneas de descendencia a
del ciclo ritual a hombres y a mujeres por separado. Pero este equilibrio no
y respeto intercultural.
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temente difícil la expansión estatal y debió haber implicado una alta dosis
con ayuda del concepto andino de pachakuti, que se podría traducir como la
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LA APUESTA FEMENINA POR EL MESTIZAJE: EL HORIZONTE COLONIAL
vida de los españoles, se espantaron de que los cristianos no durmiesen. Es que decía
porque velaban y que comían plata y oro, ellos como sus caballos. Y que traía ojotas
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netes colorados. Y que de día y de noche hablaban cada uno con sus papeles, qillqa. Y
que todos eran amortajados, toda la cara cubierta de lana, y que se le parecía sólo los
hermanos en el traje y hablar y conversar, comer y vestir, y una cara sólo le pareció
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blaba mucho con todos (Poma de Ayala 1988: 379; el texto proviene de las pp. 380-383 del
original, ortografía corregida).
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plementa con la idea de una sociedad sin orden, sin poder, puesto que el
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dora, implica la amenaza de un drenaje y acaparamiento unilateral de mujeres,
fuera de toda norma de intercambio, que desequilibra y hiere el corazón de la
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siado elocuente en la descripción de los episodios de violación y abuso a las
de las mujeres casadas, y doncellas, y hombres principales, y andan robando sus ha-
(Poma de Ayala
1988: 503; el texto proviene de las pp. 503-504 del original, ortografía corregida).
fuerza la discriminación dentro del ayllu, puesto que no es un partido apeteci-
ble por su falta de acceso a los bienes de su patrilinaje, ni un wajcha
bien educado, que compensa su falta de patrimonio con un sentido de servi-
la sociedad colonial.
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nante, mediante su participación en ocupaciones desdeñadas por los conquis-
tadores, que abandonaron todo trabajo manual para ascender a la posición de
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La Chaskañawi
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socialmente aceptable.
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XVII-XVIII) fue un
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ción histórica del individuo y que las feministas ensancharon posteriormente
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XIX
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zación del espacio rural andino, pues el único derecho real que se reconoció
a los indios fue el de enajenar su tierra, con lo que dos terceras partes de las
comunidades que habían sobrevivido a las reformas toledanas fueron redu-
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indio, y la parentela patricentrada que lo vincula al proceso de aculturación y
de esta apuesta femenina es, por lo tanto, una defensa terca y multisecular de
una identidad diferenciada, que se expresa con claridad en la cultura chola
andina, cultura que, explosivamente articulada con la propuesta reivindicativa
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tidades colectivas o, por el contrario, la de cerrar esta posibilidad en aras de un
A MODO DE EPÍLOGO
XIX,
sean
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noce como ciudadanía ha sido un paquete cultural eminentemente civilizador
y occidental, que implica el abandono de todo rastro de identidad diferen-
XVII.
Por fuerza casamiento que hacen los dichos padres de las doctrinas y a otros no la
quieren casar aunque lo piden y tienen depositada. Doctrina
(Poma de Ayala 1988: 573).
FOF -
q’ara -
espacio de ejercicio de la libertad. Petronila Infantes, cocinera de profesión y
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sindicalistas. Eso quiere decir ser libres, tener control sobre la manera de vivir, tener
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nio de doña Petronila, como producto de una historia condensada en su propia
panaka ayllu
lari de la
femenina actual en nuestro continente puede conformar un espacio nuevo y
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tarias feministas, refuerce al mismo tiempo la vocación universal y humanista
clases subalternas.
The human condition.
Espacio urbano y dinámica étnica. La Paz en el siglo XIX, HISBOL
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Etnicidad, economía
y simbolismo en los Andes,
HISBOL, IFEA, SBH-ASUR, 1992.
La identidad aymara. Aproximación histórica, siglos XV y XVI, HISBOL,
1987.
Estudios de antropología política.
Volontá
Los artesanos libertarios y la ética del trabajo, THOA,
Mercado, Melchor María. Álbum de paisajes, tipos humanos y costumbre de Bolivia (1841-1869).
BCB, ANB, BNB, 1991.
Formaciones económicas y políticas del mundo andino, IEP,
El primer nueva coronica y buen gobierno. Edición de
XXI