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DESARROLLO ECONÓMICO (CARDENISMO)

Aspecto Económico

La política en materia de economía implantada por el régimen cardenista fue


conocida como nacionalismo económico, la que mantuvo el interés nacional sobre
el privado o el interés externo, expresado en el art.27 de la constitución. Los
creadores del nuevo régimen revolucionario plasmaron en la constitución el
derecho a la propiedad de la nación de sus recursos naturales como el petróleo,
sin embargo, fue hasta el gobierno de Cárdenas cuando se dieron las condiciones
políticas para hacer posible los mandatos nacionalistas de la revolución mexicana.
Él propósito del proyecto cardenista fue conservar dichos recursos y transformar la
economía nacional en una economía autosuficiente y que generara grandes
beneficios.

Nacionalización de los ferrocarriles

Dentro de la política que el gobierno de Lázaro Cárdenas desplegó para impulsar


el desarrollo capitalista del país, ocupan un lugar destacado la nacionalización de
los Ferrocarriles Nacionales y, principalmente, la expropiación de los bienes de las
compañías petroleras.
La enorme deuda de los ferrocarriles tendía a crecer cada vez más, no sólo debido
a los intereses sino también por la devaluación del peso, pues los acreedores
imperialistas podían exigir los pagos en dólares.

El 23 de junio de 1937, el presidente Cárdenas decretó la expropiación de los


intereses minoritarios de los Ferrocarriles Nacionales de México, pertenecientes a
capitalistas extranjeros, con lo que pasaron al completo control gubernamental.

Entre las causas que determinaron tal medida estaban:


* El estado de quiebra de la empresa, el cual ponía en peligro el desenvolvimiento
de la economía del país, pues tendía a paralizar el vital servicio del transporte
ferroviario, dado que las vías y el equipo de los ferrocarriles no se renovaban ni
ponían en buenas condiciones.

* La situación jurídica de la empresa, controlada por los capitalistas extranjeros,


que no le permitía al gobierno exigirle su colaboración en la política económica,
mediante tarifas adecuadas.

* Imposibilidad del gobierno para arreglar la deuda de los ferrocarriles.

* La imposibilidad gubernamental para iniciar la reorganización del sistema


ferroviario de acuerdo a las necesidades de la economía nacional.

La nacionalización de los ferrocarriles dejó pendiente el pago de la deuda con sus


intereses acumulados y el Estado pudo trabajar en el desarrollo del sistema
ferroviario de acuerdo a las necesidades económicas del país.

Esto era fundamental, pues los ferrocarriles se habían trazado de acuerdo a los
intereses de los capitalistas norteamericanos, quienes los concibieron como una
prolongación de los Estados Unidos, y las cuotas diferenciales de transportación,
al mismo tiempo que beneficiaban a la minería, en manos también del capital
norteamericano, agravaban a la agricultura, la industria y el comercio con tarifas
elevadas.
La política cardenista de estímulo al desarrollo económico requería abrir nuevas
líneas ferrocarrileras y proteger las actividades productivas y comerciales,
conduciéndoles medios baratos para el traslado de sus mercancías a diversos
lugares de la república.
De este modo la nacionalización de los ferrocarriles fue una respuesta a tal
requerimiento de la política de impulso del desarrollo económico.
Expropiación petrolera

La decisión de política pública más representativa de la administración Cárdenas


del Río es la expropiación petrolera. Debido a una combinación de factores entre
los que destacan la debilidad de las economías estadounidense y británica
durante la década de los treinta y la existencia de un fuerte conflicto entre los
trabajadores de las empresas petroleras instaladas en México y los empresarios
extranjeros que desatendieron un laudo laboral de la corte mexicana, así como su
propia visión de un capitalismo democrático y nacionalista, en el que las industrias
básicas jugaban un papel clave, Cárdenas decretó la expropiación el 18 de marzo
de 1938, creando PEMEX.

La presión que ejercieron las empresas estadounidenses al retirar sus fondos


bancarios para provocar una crisis monetaria, fue aumentada por la decisión de
las autoridades de su gobierno para no reanudar un convenio anual que tenían
con México para la compra de plata, desde principios de 1938, este convenio
anual comenzó a ser revisado de forma mensual. En 1937, un año antes de
expropiación, la producción fue de 46 millones de barriles. Una vez realizado el
acto de expropiación, las compañías petroleras pensaron que con el boicot México
no podría desplazar su petróleo, pero con la ayuda de la William Rhodes Davis y
su compañía para desplazar el producto a Italia y Alemania, el descenso de la
producción y el incremento del consumo interno el gobierno cardenista pudo
superar la situación.

Las exportaciones en 1932 significaron 96.5 millones de dólares, cifra que


ascendió a 208 millones en 1935 aunque luego, como resultado de la expropiación
petrolera, de 247 millones de 1937 descendieron en 1940 a 177 millones, esto no
significa que hubo un colapso de la exportación petrolera, más bien, en vez de
exportar el petróleo, un 90% se quedaba en el país para consumo interno.
Las empresas petroleras norteamericanas y anglo-holandesas protestaron y
solicitaron a México el pago de indemnizaciones muy altas, más de 500 millones
de pesos. El presidente Roosevelt (EUA) sólo exigió que se cumplieran los
acuerdos para el pago de indemnizaciones de las compañías afectadas, en
cambio Holanda e Inglaterra no aceptaron la legalidad de la expropiación, al
considerar ilegal el procedimiento y exigieron la devolución de la compañía
petrolera como única solución, en respuesta Cárdenas suspendió relaciones con
Inglaterra.

Reforma agraria

En el norte, llevó a cabo la Reforma agraria, planeada originalmente por Emiliano


Zapata. Este reparto es considerado por muchos como el más grande del siglo en
la historia de México. Durante el sexenio del general Lázaro Cárdenas del Río
fueron repartidas 18 millones de hectáreas a las comunidades y ejidos. De esta
manera, aumentó a 25 millones de hectáreas la cantidad de tierras en el sector
social. El objeto del reparto agrario lanzado durante el gobierno de Cárdenas
buscaba no sólo la satisfacción de una demanda popular plasmada en la
constitución de 1917, sino la formación de pequeñas unidades productivas, con
capacidad de autosuficiencia alimentaria.

La unidad básica del modelo de reforma era la conformación de ejidos. Se trata de


una dotación de tierras que eran entregadas a un núcleo de población para que
las aprovecharan de la manera que consideraran conveniente. Cada ejido estaba
regulado por un órgano interno llamado Comisaría Ejidal, integrada por los
titulares de la dotación que elegían a un presidente y una mesa directiva. La
Comisaría Ejidal tenía la facultad de representar a los ejidatarios en los trámites
gubernamentales. Dado que al final de la Revolución y la guerra Cristera, la mayor
parte del país estaba en la ruina económica, el gobierno de Cárdenas creó el
Banco Nacional de Crédito Ejidal destinado a capitalizar a los núcleos ejidales.

Entre 1935 y 1938 el programa cardenista se desarrollo completamente. Grandes


extensiones de tierra pasaron de los terratenientes a los campesinos, quienes
crearon ejidos por medio de la nueva Confederación Nacional Campesina (CNC).
En este periodo se establecio el proyecto agroindustrial de La Laguna. La
Confederación de Trabajadores de México (CTM) canalizó el respaldo obrero en
medio del auge industrial y, para impulsar el desarrollo industrial nacional, en 1937
se fundó la Comisión Federal de Electricidad y se nacionalizó Ferrocarriles
Nacionales de México.

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