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Desde el inicio del año 1830 el proceso económico avanzó con lentitud en
los diferentes sectores de la economía nacional. Su característica
principal fue la de ser un país eminentemente rural con una actividad
agropecuaria, siendo el factor más importante de ésta actividad la tierra y
su explotación. En esta tónica se mantuvo este proceso hasta 1870,
cuando en el primer gobierno de Guzmán Blanco empezó a manifestarse
un desarrollo, con influencias foráneas, dándole un empuje a la economía
que se encontraba estancada.
Ingresos fiscales
Los ingresos fiscales son todas las cantidades de dinero que, por
diferentes conceptos ingresan al Tesoro Nacional, por supuesto esas
cantidades de dinero no permanecen estáticas, sino que las mismas
presentan cambios constantes, de acuerdo al comportamiento de los
mercados tanto internos como externos, los cuales activan la economía
venezolana. Estos ingresos son importantes para el desarrollo nacional,
pues de ellos depende la preparación y aplicación del presupuesto Anual
de la Nación, los cuales hasta finales del siglo XIX fueron por diversos
conceptos, tales como aranceles aduaneros, impuestos varios entre otros.
Capital Internacional en Venezuela:
Entendido como tal, es la organización afianzada en el gran capital
financiero cuyo fin es la dominación íntegra del proceso industrial y del
comercio internacional. Desde la fundación de la República en 1830 hasta
la muerte de Juan Vicente Gómez en 1935, las condiciones socio-
económicas en Venezuela eran campos interesantes para las inversiones
extranjeras.
Causas políticas:
Causas internas:
salir del subdesarrollo y estancamiento económico, a través de acciones
favorables como la construcción de vías de comunicación, seguridad para
la ampliación comercial y constantes medios para lograr la subsistencia.
Causas lógicas:
la inexistencia de impuestos excesivos, ausencia de gravámenes sobre
capitales ociosos y, especialmente, la ausencia de industrias y vías de
comunicación, esto llamó la atención para buscar nuevas áreas de
inversión especialmente en la industria petrolera. Estas inversiones se
acentuaron más por la iniciación de los trabajos de explotación con el
descubrimiento de los campos petroleros de Mene-Grande, Lagunillas,
Casigua-El Cubo, Los Barrosos, La Rosa y otros, lo que contribuyó a
transformar la estructura económica y social de base agrícola, y las
consecuentes relaciones políticas.
Los comerciantes:
Eran los integrantes de la burguesía mercantil, quienes realizaban el
comercio exterior y todas las operaciones mercantiles con las casas
comerciales establecidas en el país. Esta clase social era tan reaccionaria
como la de los terratenientes, con ellos compartían los beneficios del
poder, en los cargos públicos y usufructuaban los beneficios logrados de
la explotación de los campesinos. A esta clase social se debió la
promulgación de la Ley del l0 de abril, la cual defendía sus intereses
aumentaba el capital por la práctica de la usura por parte de estos. Sin
embargo, esta ley siguió aplicándose aún después de abolida, causando
desajustes socio-económicos en la sociedad.
Los artesanos:
Ellos representaban el sector industrial de la época, generalmente, la
mayor parte de este sector era de condiciones económicas reducidas, ya
que había poca demanda en el ramo artesanal. En la escala social
ocupaban el tercer lugar, como agentes indispensables en el oficio para el
desarrollo de la vida, integrado por los carpinteros, herreros, maestros de
obra, pintores, escultores, panaderos, sastres, músicos, maestros,
médicos y otros.
Los campesinos:
Estos desarrollaban su actividad en las zonas rurales del país, eran
numerosos pero sus condiciones socio-económicas eran de bajo perfil,
trabajaban en hatos y haciendas de los terratenientes o en sus propios
conucos y pequeños fundos, estaban distribuidos en tres grupos: los
pequeños propietarios, los peones y los aparceros.
Los esclavos:
Constituyeron el nivel más bajo en la escala social, en 1830 constituían
una población de 42.500 personas; para el año 1854, cuando se abolió la
esclavitud llegaban a más de 50.000, a partir de este momento cambia el
cuadro estructural de la sociedad venezolana, ya que al desaparecer la
esclavitud, el pueblo llano se reforzó con los individuos de condición libre,
es así como la sociedad quedó reducida en su estructura en tres grupos:
terratenientes, comerciantes y pueblo llano.
Para finales del siglo XIX la pirámide social presentó variaciones, como
resultado de los cambios en el campo socio-político y económico.
Observándose en ella que el nivel más alto de su estructura se
encuentran los terratenientes y en el más bajo las personas de
ocupaciones sencillas como el servicio doméstico y los campesinos, pero
dueños de su libertad. El dinamismo social a finales del siglo no permitió
el estancamiento que se vio a principios del siglo. Sin embargo, el
movimiento industrial y empresarial fue tomando auge en el país,
proyectándose sobre los terratenientes una nueva clase, la burguesía, la
cual tenía buena posición económica, permitiéndoles absorber a los
terratenientes y a los grandes comerciantes.
Para finales del siglo XIX la pirámide social (crear hipertexto 4) presentó
variaciones, como resultado de los cambios en el campo socio-político y
económico. Observándose en ella que el nivel más alto de su estructura
se encuentran los terratenientes y en el más bajo las personas de
ocupaciones sencillas como el servicio doméstico y los campesinos, pero
dueños de su libertad. El dinamismo social a finales del siglo no permitió
el estancamiento que se vio a principios del siglo. Sin embargo, el
movimiento industrial y empresarial fue tomando auge en el país,
proyectándose sobre los terratenientes una nueva clase, la burguesía, la
cual tenía buena posición económica, permitiéndoles absorber a los
terratenientes y a los grandes comerciantes.
La Cultura:
En toda sociedad han existido diversos factores que han modelado la
conducta de los individuos, entre ellas se pueden mencionar la cultura.
Entendiéndose la misma como el resultados de la adaptación y ajuste de
los recursos de fácil consecución, adecuándolos a la actividad social en
búsqueda de un objetivo común. También, es el resultado de cultivar los
conocimientos intelectuales del ser humano, para lograr un desarrollo
cultural y artístico.
Luis Fuenmayor Toro nos brinda entre tanto una reflexión y ensayo en
una óptica multidisciplinaria más vigente que nunca intitulada
“Necesitamos ser una nación contemporánea” donde aboga por la
necesidad de abandonar el subdesarrollo científico, tecnológico,
económico y social. Ciertamente estamos de acuerdo con el autor al
precisar que “el enfrentamiento de la crisis se dificulta al no existir un
proyecto nacional de desarrollo; no hay precisión sobre lo que se quiere
para el país, más allá de los deseos generales de cualquier sociedad, que
no ayudan a la hora de las concreciones prácticas” (Fuenmayor Toro
2105 p.54).
Luis Fuenmayor Toro no sólo analizada los errores cometidos en el
pasado y en presente por parte de la clase política, sino además, destaca
como hemos sido incapaces de transformar la visión sobre el petróleo y
especialmente la necesidad de explotar aguas abajo una diversidad de
productos de alto valor agregado en áreas como química o petroquímica
en el caso de la explotación aguas arriba lo referido a las aseguradoras,
fletes y afines. En paralelo a la valoración del petróleo como fuente
energética Fuenmayor Toro plantea un tema medular como es lo referido
a contar con una infraestructura educativa, de salud, servicios públicos
entre otros aspectos que están pendientes y que reflejan una debilidad en
términos de un proyecto viable de nación.
Claudia Curial Léidenz en una propuesta crítica y muy real propone una
agenda de desarrollo a partir de un escenario sin propiedad y sin
mercado. Su tesis describe cómo se ha diluido el contenido del principio
de propiedad privada y se han desmantelado las condiciones para que
operen los mecanismos de mercado. Curiel como buena parte de los
demás autores de Venezuela 2015. Economía, política y
sociedad, insiste en un ineludible programa de ajustes y equilibrios
macroeconómicos como condición obligatoria de reorganizar la economía.
Se explaya en la larga lista de decisiones erradas y distorsionadoras de la
economía, los mercados, y agentes.
España precisa que “la política social contribuye a resolver los problemas
de la pobreza en la medida en que ella es capaz de reducir los obstáculos
que tienen los individuos, sus familias y comunidades para proveerse de
las herramientas que les permitan salir de la condición de necesidad que
impone la pobreza … se trata de evaluar los niveles escolaridad, la
calidad de la educación, las inequidades, expectativas de vida y otros”
(España 2015 p.135.)
España agudamente precisa que “no existe la menor duda de que nuestro
país necesita de una política social que transforme las condiciones
estructurales de la pobreza y que no se conforme únicamente con la
distribución de la renta, por medio de mecanismos de mercado, para que
las familias se provean su propio ascenso .. y agrega se requiere una
política social que ofrezca oportunidades a los grupos más pobres
necesita de que el crecimiento económico tenga bases sólidas y ellas
están asociadas, por un lado, a la generación del mínimo de condiciones
para que la inversión nacional y extranjera sea posible y, por otro, a una
política social que incremente el capital productivo de los venezolanos”
(España 215 p. 143.).
En este sentido Margarita López Maya precisa que “la protesta puede
adquirir muchas formas, de acuerdo a la represión y el control que se use
para combatirlo, pero cuando se coloca entre lo permitido y lo prohibido
es una sociedad, entre lo convencional y lo violento, llama la atención,
produce tensión y suele obligar al poder a dar respuestas … en
Venezuela registramos cierre de calles, tomas pacíficas y cacerolazos son
generalmente protestas con frontacionales … un ciclo de protesta es un
lapso caracterizado por el conflicto intenso y la beligerancia a todo lo largo
del sistema social … un ciclo termina cuando la gente está satisfecha o
exhausta, o ha sido amansada hasta la sumisión por la policía o los
terroristas, o por una combinación de estas tres cosas” (López Maya 2015
pp. 199-200)
Luis Xavier Grisanti señala con acierto que “La enfermedad holandesa de
Venezuela fue advertida por Alberto Adriani después del auge petrolero
de los años 20. La mentalidad rentística de la sociedad venezolana se
exacerbó con la bonanza petrolera de los años 70, y no la hemos
superado… y agrega y concluye que la revolución tecnológica y el nuevo
paradigma energético y la enfermedad holandesa que padece Venezuela,
plantean desafíos inmensos al desarrollo sustentable del país, los cuales
no están siendo abordados en toda su dimensión por el liderazgo político,
económico y social de la nación” (Grisanti 2015 304).