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CUALIDADES DE LA PERSONA JUZGADORA

La figura del Juez o Jueza siempre ha sido vista como la persona “que sí conoce de

Derecho” y por ello es él quien conoce cuál es la mejor forma de solucionar un conflicto,

mediante una sentencia.

Lo anterior mencionado hace que recaiga sobre la persona juzgadora una gran

responsabilidad, siendo que es esta quién debe estar verdaderamente capacitada para

solucionar un conflicto, de manera integral con el menor daño posible para las partes. Al

mencionar “verdaderamente capacitado” se entendería que debe estar bien preparado para

ejercer sus funciones y esta preparación incluye tanto los requisitos académicos como los

requisitos morales, sociales y de manera inherente debe tener el requisito de la vocación real

para ejercer como persona juzgadora.

Hoy en día para nadie es un secreto que existen muchas personas juzgadoras que

carecen de vocación para ejercer, son jueces o juezas que están realizando sus funciones con

el único fin de obtener recurso económico y no les interesa velar por una real tutela judicial

de los derechos de las partes involucradas; son jueces o juezas que les falta el requisito

esencial para ser una persona juzgadora, les falta: vocación y tener una verdadera

composición humana.

La composición humana es de carácter super necesario en materia familiar, siendo

que es aquí en donde la persona juzgadora debe considerar que los conflictos no se terminan

en el marco jurídico y que al eliminar dicho conflicto estaría ayudando a la familia a encontrar

un nuevo orden en su estructura, como lo menciona el documento en estudio “Las cualidades

de la persona juzgadora” en otras palabras, el Juez o la Jueza debe tener esa humanización

necesaria para poder ponerse en los zapatos de las partes y ver desde una perspectiva más
humana la situación conflictiva y a partir de ello tratar de solucionar integralmente dicha

situación.

En la actualidad se evidencia la falta de humanización como también la carencia de

vocación por parte de la gran mayoría de las persona juzgadoras, siendo un problema medular

que hay que subsanar en pro del elemento fundamental de la sociedad que es la familia. Tanto

el marco estatal como los profesionales en Derecho deben esforzarse en cumplir a cabalidad

con los requisitos que amerita tener una persona juzgadora para el ejercicio de sus funciones.

En cuanto al Poder Judicial debería modificar el sistema que actualmente tiene para

la elección de las personas Juzgadoras en materia de familia, no solamente se debe medir la

idoneidad con la aplicación de una prueba de conocimiento escrita, una prueba oral y la

sumatoria de diversos aspectos académicos, sino que también se debería crear una carrera

judicial específica en materia de familia, que el postulante deba someterse a diferentes cursos

por un lapso adecuado en donde se logren adquirir todos los elementos de conocimiento

necesarios y también se logre determinar si un postulante tiene la vocación real para

convertirse en una persona juzgadora.

Por parte del profesional en Derecho debería existir una obligación consigo mismo, y

ser fiel a su verdadera vocación, si en realidad la materia de familia no es de su agrado o no

es su fuerte no debería ejercer como Juez o Jueza en esta materia, porque sin la vocación por

más que se especialice en el marco jurídico no se lograría el complemento ideal para el

ejercicio idóneo en la función de persona juzgadora.

Como conclusión la persona juzgadora debe tener cumplir con los requisitos

esenciales y características especiales como el adoptar conductas humanísticas para la

resolución de los conflictos y garantizar una tutela real de los derechos de las partes

involucradas.

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