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libertades fundamentales y los derechos inherentes de todos los ciudadanos sin perjuicio
todas las personas tienen derecho a alcanzar una tutela judicial efectiva por parte de la
pilar básico en la Administración de justicia, por la función social que representa. Con
actuar dentro del ámbito del Derecho con una habitualidad profesional, ya sea como
aplicadores del Derecho o bien como creadores, intérpretes o consultores del mismo.
Por ello, habrá que matizar que no todos los licenciados del derecho son operadores
Sobre las funciones que debe cumplir el Derecho es necesario hacer una reflexión sobre
lo que debe ser el derecho y para qué debe servir. Para responder esta cuestión habría
que plantearse primeramente las funciones que cumple el Derecho como conjunto de
normas que se postulan para organizar la vida social. En este sentido, cuando defiende
que el Derecho se constituye como un conjunto de disposiciones normativas que deben
conseguir, instaurar o reforzar una organización social. Entendiendo así, que el Derecho
Justicia, se le considera un operador del sistema legal. Pues con esa adscripción queda
búsqueda de la justicia.
Un servidor público puede realizar trabajos extras en la empresa privada sin incurrir en
faltas disciplinarias siempre y cuando cumpla con lo establecido por la ley para cada
profesión. Lo que no puede hacer es contratar con el Estado. Quienes fueron servidores
públicos también tienen unas inhabilidades, pero eso no significa que su vida laboral
esté suspendida, simplemente no podrán realizar algunos trabajos por un tiempo
determinado.
analogía.
El abogado ocupa un lugar muy importante en la sociedad, tiene que ser un señor. Tiene
una gran responsabilidad y tiene que tener una conducta ejemplar. No puede ser torpe,
grosero ni mucho menos tener un lenguaje soez; no puede ser insolente, porque esto
indudablemente denigra la profesión. Tiene que ser un hombre de una gran cultura,
porque no se puede limitar sólo al conocimiento del derecho, ya que mientras más
cultura tenga, más fácil le será encontrar la solución de los asuntos que le llegan.
Además, es necesario que sea prudente, de trato mesurado y afable, no sólo con los
Como persona inteligente tiene que estudiar cada uno de los asuntos que recibe, tiene
sociedad, y debe preocuparse no sólo por lo jurídico sino también por lo económico y lo
social. Si estudia bien el asunto, logrará tener una idea clara, y esto es muy importante,
porque el que tiene ideas claras, habla claro y escribe claro, pues -de lo contrario- no
sólo no lo entenderá él, sino que no lo entenderá nadie, y esto atenta contra el derecho
debe actuar con honestidad, con amor, con generosidad, y proceder siempre de buena fe.
Hay que tener en cuenta el decoro profesional, que es lo más preciado y digno de la
Hay que tener presente también que, si bien la meta es ganar el juicio, no todos los
caminos son buenos para llegar a ese fin sino sólo los que se pueden transitar con
honestidad. Tenemos que tener presente que la ética profesional tiene que ser el secreto
del triunfo, ya que en la profesión muchas veces hay flaquezas y extravíos, por
impaciencia, por irreflexión o por el afán de ganar pronto y de cualquier manera lo que
se debe ganar con trabajo, con esmero y con justicia. Es por esta razón que a los jóvenes
les digo que no se apuren en superar etapas, pues cada una de ellas tiene su tiempo y
-así como los primeros años de la carrera- la actividad profesional es bastante intensa;
luego vienen años también de trabajo, pero que varían en la forma y el método.
En esta etapa, se dirige a los jóvenes abogados que van al frente de la lucha y nosotros
estamos atrás, para organizar, para controlar. Con los años, se adquiere equilibrio,
prudencia y armonía, pero para eso uno tiene que tener paz, que la da el buen proceder;
necesario recordar que en los escritos no se puede ofender ni al colega ni al juez, porque
ello demostrará la debilidad del planteo y es más importante la “fuerza de la razón” que
la “razón de la fuerza”. Nos quedan por fuera de este análisis aspectos de la profesión
tan determinantes como la carrera judicial, ella a su turno expuesta a múltiples desafíos,
aunque de otro orden, pues allí también los vientos de cambio arrecian, en particular por
No resulta fácil imaginar cómo será el ejercicio profesional a la vuelta de una década
-seguramente muy distinto al actual, como ya lo es hoy respecto del pasado reciente-,
pero esta dificultad no nos exime del deber de reflexionar en beneficio de los abogados
del mañana.