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TRABAJO GRUPAL
Derechos reales
PRESENTADO POR:
S3. PNP RAMIREZ COLLANTES LUIS BRANDO
S3. PNP QUISPE YUCRA WILLIAM ALAIN
S3. PNP QUIQUIA CONDOR RONALD ADIN
S3. PNP POLINARIO LOPEZ YEISON JULINHO
S3. PNP PAREDES SANCHEZ JORGE ROGELIO
DOCENTE:
SB.PNP PERCY V. MAUTINO COPA
Lima – Perú
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DEDICATORIA
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ÍNDICE GENERAL
INTRODUCCIÓN 4
CUERPO 5
● ACTO JURIDICO 5
CONCEPTO 16
● CLASES DE REPRESENTACIÓN 17
● CONCLUSIONES 27
LISTA DE REFERENCIAS 28
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INTRODUCCIÓN
En Perú, el Libro IV del Código Civil está dedicado a los "Derechos Reales". El
Código Civil del Perú regula las relaciones civiles en el país y establece las
normas fundamentales relacionadas con la propiedad y otros derechos reales
sobre bienes muebles e inmuebles.
El Libro IV del Código Civil peruano contiene disposiciones legales que rigen
diversos aspectos de los derechos reales, como la propiedad, la posesión, la
servidumbre, el usufructo, la hipoteca, la prenda y otros derechos similares.
Establece las reglas para la adquisición, transferencia y extinción de estos
derechos, así como las responsabilidades y limitaciones que implica su
ejercicio.
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CUERPO
ACTO JURIDICO
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efectos jurídicos, pues en él no hay nada relevante para el Derecho; por
ejemplo, un estornudo, un bostezo. El hecho jurídico es cualquier acaecimiento,
que produce efectos jurídicos y cuya relevancia para el Derecho consiste en la
pura fenomenicidad, es decir, el puro resultado exterior, la simple mutación en
la realidad; por ejemplo, la muerte o el nacimiento de una persona. El acto
jurídico en sentido estricto es cualquier acaecimiento, en el que interviene la
voluntad del hombre o que procede de la voluntad humana y cuyos efectos
jurídicos se producen simplemente por la presencia en el acto de la voluntad
del agente; en el acto jurídico, lo relevante para el Derecho es la fenomenicidad
y la voluntariedad del acto; por ejemplo, muerte de una persona provocada
dolosamente o por negligencia. El negocio jurídico es cualquier acaecimiento,
que procede de la voluntad humana y cuyos efectos jurídicos se producen,
porque el agente cuando actúa voluntariamente pretende precisamente
producirlos; así, en el negocio jurídico es relevante para el Derecho la
fenomenicidad, la voluntariedad y el propósito del agente de producir tales
efectos jurídicos; por ejemplo, un testamento, un contrato.
Voluntariedad: Los actos jurídicos deben ser voluntarios, lo que significa que
deben realizarse de manera consciente y deliberada. Una persona debe tener
la capacidad mental para comprender las implicaciones legales de su acción.
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y estar en pleno uso de sus facultades mentales. Si una persona carece de
capacidad jurídica, el acto podría ser anulable.
Objeto lícito: El objeto del acto jurídico debe ser lícito, es decir, no puede ir en
contra de la ley o el orden público. Los actos jurídicos que tienen un objeto
ilícito o inmoral son nulos y carecen de validez.
Forma: En algunos casos, los actos jurídicos deben cumplir con ciertas
formalidades legales para ser válidos. Esto varía según la jurisdicción y el tipo
de acto jurídico. Por ejemplo, algunos contratos deben hacerse por escrito o
requerir la presencia de testigos.
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REQUISITOS DEL ACTO JURIDICO
LOS REQUISITOS DE VALIDEZ DEL ACTO JURÍDICO
1. LA MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD:
La voluntad constituye la esencia misma del acto jurídico, pero sólo por la
manifestación el sujeto lo hace conocer. La conjunción de la voluntad y su
manifestación es el resultado de un proceso que va de lo subjetivo a lo objetivo,
de la voluntad interna o real a la voluntad manifestada.
Clases de Manifestación:
a) Manifestación expresa
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La manifestación de voluntad es expresa cuando los medios empleados por el
sujeto tienen por finalidad directa e inmediata dar a conocer la voluntad interna.
Tales medios pueden ser el lenguaje hablado o escrito y también el mímico.
b) Manifestación Tácita
c) El Silencio
Así pues, el Código en su Art. 142 ha dejado establecido que "El silencio
importa manifestación de voluntad cuando la ley o al convenio le atribuyen ese
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significado". la norma se contradice con la concepción del silencio en la
moderna doctrina, pues no constituye manifestación de voluntad en ningún
sentido ya 'que carece de significado jurídico en sí mismo. El significado sólo
se le puede atribuir la ley o el convenio; la primera con sus normas supletorias;
y, el segundo con la hipótesis y
consecuencias previstas.
2. LA CAPACIDAD
a) Capacidad de goce
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existencia, ya sea que se trate de personas de derechos público o de derecho
privado, y está en función de su finalidad que, a las primeras se las asigna la
ley Y.a las segundas su acto constitutivo. Pero ambas, además. están
sometidas, en cuanto a su capacidad de goce, a la gran limitación que les
impone el ser entre abstractos, como contraposición a las personas naturales,
pues sólo pueden adquirir y tener los derechos y contraer las obligaciones que
no sean lnflerentes a la condición de la persona humana, conforme al principio
contenido en el Art. 43 del Código de! 36 Y que el nuevo Código no reftera, sin
que ello pueda significar la abrogación de este principio.
b) Capacidad de ejercicio
Las personas naturales tienen, pues, tal capacidad de ejercicio a partir de los
18 años de edad, pues antes de cumplirlos están en estado de Incapacidad y
esta será para menores de 16 años conforme al Art. 43 del C.C. y restringida
para los menores de 18 años pero mayores de 16, salvo que contraigan
matrimonio y obtengan título que los autorice oficialmente a ejercer una
profesión u oficio. Así resulta de los Arts. 43, inc. 1; 44, inc. 1 y 46 deI C.C.
3. EL OBJETO
Si bien la voluntad que es la esencia del acto jurídico, debe ser manifestada por
un agente capaz, para que exista el acto jurídico se requiere, además, de un
objeto, que por ello se constituye también en un requisito de o de validez.
de validez.
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Caracteres del Objeto
Atendiendo a lo dispuesto por el Art 140, inc. 2 del Código, el objeto debe ser
posible física y jurídicamente; y según el artículo 219. Inc.3 debe ser también
determinable.
nulo el acto o para asignarle los defectos que la ley tiene previstos.
5. LA FORMA
La forma es, así otro de los requisitos para la validez del acto jurídico. Pero es
nescesano dejar establecido que no toda forma se constituye en requisito de
validez, aunque no puede concebirse un acto jurídico sin forma y que además,
esta constituye un medio de prueba de la existencia del acto.
a) Forma Verbal
ad solemnithatem).
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Es la llamada forma libre y también convencional. Pero preferimos denominarla
forma voluntaria, porque es indicativa de la libertad para su adopción y porque
pudiendo resultar de la convención es, por ende, voluntaria
d) Forma Prescrita
a) La realización de la forma.
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ciertos actos, y fundamentalmente para probar fácilmente el contenido del acto
jurídico.
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CONCEPTO
Por regla general toda persona en el ejercicio de sus derechos, y en uso de
sus facultades puede celebrar cualquier acto jurídico sin contravenir la ley, el
orden público y las buenas costumbres. Por excepción, la ley otorga o faculta a
la persona o sujeto de derecho que pueda celebrar indirectamente el negocio o
acto Jurídico, por intermedio de otra persona que previamente a designado con
tal fin, para que actúe a su nombre y representación celebrando directamente
el acto jurídico. A esta persona se le denomina Representante. En esta última
hipótesis se da la institución de la representación, consecuentemente, el
representante es la persona que en forma directa celebra el negocio o acto
jurídico, en cambio el representado lo hace en forma indirecta, y a cuyo nombre
el representante celebra el Acto Jurídico con un tercero. Ejm: A es apoderada
de B y celebra un contrato de arrendamiento con C. A, actúa como
representante y B como representada. REQUISITOS. 1.- La Capacidad. El
representante debe ser una persona capaz, es decir con capacidad jurídica
otorgada por la ley para poder celebrar actos jurídicos por sí mismo y
consecuentemente a nombre de otro. No debe estar incurso en las
incapacidades contenidas en los Arts. 43º y 44º del C.C., en concordancia con
el art. 145º del mismo cuerpo de leyes. 2.- Que el representante aporte una
voluntad propia, de lo contrario sería un simple mensajero, y actuaría sólo
como simple transmisor de la voluntad del representado. Sin embargo, es
evidente que el carácter del representante no es la de un simple mensajero
dado que se caracteriza, fundamentalmente, porque negocia, conversa, se
informa, conviene las condiciones propias del acto jurídico hasta dejarlo
plenamente celebrado y muchas veces ejecuta el acto jurídico. 3.- Los
derechos y obligaciones del acto jurídico celebrado por el representante deben
1 Richard Villavicencio Saldaña recaer exclusivamente sobre el representado y
no sobre el representante, por lo que debe manifestarse expresamente esta
intención en el documento que contiene el acto jurídico( contrato u otra forma
de acto jurídico). 4.- El representante debe estar facultado para actuar a
nombre del representado con el tercero, no debiendo excederse en las
facultades de que está premunido. Tratándose de una representación
convencional, si el representante pacta o celebre un acto jurídico mas allá de lo
que está autorizado por el representado, dicho acto no compromete a éste
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último, por lo que deviene en ineficaz lo convenido en exceso. Ejemplo: Si
Pablo autoriza a Moisés para que alquile una de sus propiedades y Moisés
alquila 2 propiedades, el acto deviene ineficaz por exceso en la representación
que ejerce Moisés. En el caso de la representación legal, a diferencia de la
representación convencional los límites de las facultades o de la autorización
del representado está prescrito por la ley.
CLASES DE REPRESENTACIÓN
1.- REPRESENTACIÓN LEGAL .- Llamada también Representación Necesaria,
se sustenta en la ley, en la función tuitiva del Estado y en aquella finalidad
dirigida fundamentalmente por el Estado a fin de que nadie se quede sin la
protección de sus intereses y derechos. Comprende tanto a las personas
naturales como a las personas jurídicas. En relación a los incapaces, los
padres son representantes legales, respecto de sus hijos menores, y aún de los
que están por nacer. El Derecho familia ha creado la institución jurídica
denominada Patria Potestad, la que se ejerce conjuntamente por el padre y la
madre durante el matrimonio. Tratándose de los hijos extramatrimoniales, la
representación es ejercida por el padre o la madre que los ha reconocido y si
ambos lo reconocen, pero viven separados, el Juez determina a quien
corresponde. La Tutela se ejerce sobre los menores de edad que no se
encuentran bajo la Patria Potestad. Al representante la ley lo denomina tutor.
La Curatela se ejerce sobre las personas mayores de edad que son incapaces
absolutos, los Curadores son representantes legales de las personas
anteriormente indicadas. 2 Richard Villavicencio Saldaña Los Representante
Legales de las personas Jurídicas de derecho Público se determinan por las
disposiciones que las leyes establezcan, (en concordancia con los arts. 76º y
79º del C.C.) Por ejemplo. El Alcalde representa a la Municipalidad, el Rector a
la Universidad, el Decano a la Facultad de Derecho, El Ministro al Ministerio,
etc. En el caso de las personas jurídicas de Derecho Privado regulados por el
Código Civil, la ley general de Sociedades o por leyes especiales. Sus
representantes son los presidentes, gerentes generales, secretarios generales,
según el caso particular.
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jurídicas, como resultado de un acuerdo de voluntades. Para el Jurista Italiano
Covielo, el otorgamiento del poder de representación es siempre una
manifestación de voluntad por la cual una persona autoriza a otra para actuar
en su nombre y en defensa de sus intereses. Por ejemplo, el mandato regulado
por los Arts. 1790 y 1792 del C.C.
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3. Fraude ejecutorio: Este tipo de fraude ocurre cuando una de las partes
modifica el contrato después de que la otra parte ya lo ha firmado, sin su
conocimiento o consentimiento.
manifestación de voluntad
constituye la esencia misma del acto jurídico por cuanto mediante ella se da a
conocer la voluntad interna. Pero bien se sabe que la voluntad interna no es
suficiente pues necesita de la manifestación, de la misma manera como esta
requiere de ella para la formación del acto jurídico, ya que entre ambas es
imprescindible que exista una correlación máxime si la manifestación tiene por
contenido la voluntad interna. (Vidal Ramírez, 2011, p. 421)
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suele hablarse de simples discordancias o patologías de la voluntad, cuando se
trata de anomalías de cuño diferente, como la simulación y la reserva mental.
(Parraguez Ruiz, 2012, p. 7)
La simulación del acto jurídico[1] está regulada en el Libro II, Título VI, del
artículo 190 al 194 del CC. A continuación abordaremos sucintamente tal
institución.
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en el acto, o uno de aquellos que la doctrina denomina vicios
sociales, positivizado en la conformidad entre la declaración de voluntad y el
orden legal, en relación al resultado de aquella, o en razón de la técnica de su
realización. La simulación consiste en la celebración de un acto, de apariencia
normal, pero que, en verdad, no mira al efecto que jurídicamente debería
producir. (Da Silva Pereira, 2011, p. 447)
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que sólo sirve de medio para producir engaño a terceros. De ahí que
precisemos con Albaladejo que con el negocio simulado se persigue un fin de
engaño, utilizando como medio una declaración divergente de la voluntad y que
esta divergencia se fija a través de un acuerdo simulatorio. Por ello, también
consideramos plenamente vigente la clásica definición de Ferrara según la cual
la simulación es la declaración de un contenido de voluntad no real, emitida
conscientemente y de acuerdo entre las partes para producir, con fines de
engaño, la apariencia de un negocio jurídico. (Vidal Ramírez, 2011, pp. 422-
423)
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Una doctrina nacional entiende que la simulación es un fenómeno de
apariencia contractual creada intencionalmente. Así, “los contrayentes pueden
dar vida a una regulación solo aparente, siendo en realidad, los intereses que
aparecen en el negocio, inexistentes o diversos respecto a aquellos
efectivamente perseguidos, según la simulación sea absoluta o relativa.
Piénsese, en el primer caso, en una transferencia simulada que tiene la sola
finalidad de hacer parecer fuera del patrimonio del aparente enajenante un
bien, con el fin de evitar ejecuciones forzadas de los acreedores. Piénsese, en
el segundo caso, en una donación a la cual corresponde en apariencia una
compraventa, con el fin de sustraer el bien a la acción de reducción a que
correspondería a los herederos legitimarios”. (Espinoza Espinoza, 2008, pp.
317-318)
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En esa línea de pensamiento, la simulación relativa comprendería la existencia
de 2 actos, uno que las partes en realidad no desean celebrar (acto simulado)
pero que de igual forma celebran, haciéndolo público, y otro acto que realmente
desean celebrar (acto disimulado) pero que mantienen oculto a terceros:
Para que el lector pueda seguir con facilidad esta reflexión nos valdremos de
un caso práctico, el que se expone a continuación: “A” simula vender con “B”,
su casa valorizada en US $ 100,000 celebrándose un contrato privado que
luego es elevado a Escritura Pública. Dichas partes suscriben un
contradocumento concretando que la referida compraventa se hace para
esconder realmente una donación. El contradocumento es conocido solo por
los contratantes quienes deciden guardarlo. (Muñoz Wells, 1988, p. 84)
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ilícito ni es ilegal. En síntesis: simular significa hacer aparecer lo que no es;
disimular significa esconder lo que es haciendo figurar lo que no es. (Ídem)
En ese sentido, podrá solicitar la nulidad del acto simulado, tanto para casos de
simulación absoluta como para casos de simulación relativa, cualquiera de las
partes como el tercero perjudicado (artículo 193 del CC)
Hay que hacer notar, no obstante, que cuando se trate de un negocio simulado
relativamente la acción puede asumir dos vertientes, o momentos. La primera,
dirigida a la declaración de nulidad absoluta del negocio aparente y la segunda
a la declaración de nulidad del acto disimulado y oculto. (Lohmann Luca de
Tena, 1994, p. 386)
Cabe recordar que la simulación absoluta es causal de nulidad del acto jurídico
(artículo 219, inciso 5) mientras que la simulación relativa causal de
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anulabilidad (artículo 219, inciso 3). En el primer caso, la acción prescribirá a
los 10 años (artículo 2001, inciso 1) mientras que para el segundo, la acción
prescribirá a los 2 años (artículo 2001, inciso 4). Algo adicional es la posibilidad
que tienen las partes de demandar los daños y perjuicios derivados de un acto
simulado cuya acción prescribe a los 7 años (artículo 2001, inciso 2).
4. Inoponibilidad de la simulación
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adquiere un derecho precario que requerirá del transcurso del tiempo para
convalidarse y legitimarse. (Vidal Ramírez, 2011, p. 446)
CONCLUSIONES
1. Los actos jurídicos son acciones voluntarias realizadas por personas con
la intención de crear, modificar, transferir o extinguir derechos y
obligaciones legales. Son la base de muchas transacciones legales y
acuerdos en la sociedad.
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requerir un poder de representación válido y la capacidad del
representante para actuar en nombre del representado.
LISTA DE REFERENCIAS
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● LOHMANN LUCA DE TENA, Juan Guillermo (1994). El Negocio
nuestro Código Civil”. En: Themis, Segunda Época, n. 13, Lima: Pucp,
pp. 83-85.
Tesis Doctoral dirigida por el Profesor Dr. D. José Antonio Martín Pérez,
Salamanca: Universidad de Salamanca, Facultad de Derecho.
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