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Vida Masónica
Revista mensual
Madrid, Julio, 1926
SUSCRIPCIÓN:
España.... 7 ptas. por afio.
Extranjero. 9 — — —
IV
La Logia se encuentra iluminada por siete luces. La paz
la perfuma.
La plancha de arquitectura leída por uno de los Maestros
presentes hace recordar a todos el trabajo realizado hasta
el momento.
Los Aprendices admiten con júbilo el trabajo que a ellos
corresponde. Lo mismo hacen los Oficiales.
Los Maestros examinan lo construido, y corrigen, de for-
ma cariñosa, las imperfecciones morales de los Obreros del
Taller.
La Fraternidad vive en los corazones de los que trabajan
en beneficio de la Humanidad.
La plancha arquitectónica queda minuciosamente estu-
diada y aprendida.
Los Aprendices descansan.
Los Oficiales preparan las herramientas que han de ser
utilizadas para batir al vicio, la ignorancia y la ambición.
Los Maestros continúan trazando los planos que han de
entregar a los Obreros para que éstos puedan desenvolverse
con el orden y la disciplina que demanda la magna obra
emprendida.
Civih'zaciótj.
DILUCIDARIO
IV (A)
El Tanayim Rabí S i m e ó n ben Jochai
ante lo cual dflscendió ana voz del cielo que dijo: Salid,
pues, de la cuevH; y obedecieron».
Debido a las indiscretas manifestaciones de R. Simeón^
fué puesta en entrediclio la escuela judía de Jamnia, conce-
diéndosele permiso a R. Yehudah para que desempeñara el
oficio de predicador en la Sinagoga. Después de la muerte
del Emperador Antonino, reapareció R. Simeón como funda-
dor de una escuela en Tequ'a, llamado ahora Teku'a, ciudad
de la tribu de Judah muy al sur de Jerusalem y Bethlehem,
(le cuyo lugar era el profeta Amos y donde se dice que fué
enterrado Isaías. La cueva en que moró R. Simeón, puede
haber estado situada en las cercanías de Teku'a, lugar en
que se ha podido apreciar que fundó su escuela. En su
proximidad existen numerosas cuevas y profundas gargan-
tas: algunas de las primeras pueden contener dentos de
hombres y pueden ser defendidas por unos pocos contra un
número ep&aiáo. Una tiene numerosos e intrincados pacajes
y Tobler encontró allí miiehos aaeeóUgos e insoripoionee áe
carácter fenicio.
8e diee qiue B. Simeón beo Jochai fué enterrado en Mei-
rón, al noroeste del lago Tiberias, donde existe m mona*
mentó. En Ain-etant, a unas «uantas millas al noroeste d«
Teku'a, están las ruinas dé'«na antigua Sinagoga atribgída a
R. Simeón, d« q«ii9n «e dice que construyó veinticuatro alre-
dedor d«l lago Tiberia«i C^rmoly, ew sus IHnérak'ea 4» Ja
Terre Samie, etc. (Bruselas, 1B47), dauo dibujo 4e su tumba.
«Muchas son las maravilks qm »& recuerda tuvieron )q-
gaae a su muerte, ó mejor d i ^ o , su tramito, puesío q,M« Mmo
murió como los d<emá3, sino qu@ habieadnt» Mbitameoté
desaparecido, mientras una deslumbradora luz llenaba Ja
«ueva de gloria^ su ouerpo loé visto de u«ievo en el fodido de,
la misma. Guando a e$ta luz celestial reemplaaó la faabifüal
áemiobseiurida4 de la lóbrega cueva, entonces únicamenie
—dice )Gin8feurg-^«»o<^PO!a los discipulos que la lémpmta.
70 VIDA MASÓNICA
Lüx «.rtenebri*
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Í.V.. ^ w %,.-;
3V
Lámina iiüm, 4.
VIDA MASÓNICA
• • •
Karma Nacional
El anciano de la barba blanca me hizo un signo negativo
con el dedo, y para contestarme con más calma se sentó
sobre una peña que habla al borde del camino.
—Mira, Esperanto—me dijo—, Karma nunca falla; es justo
hasta en sus menores detalles, y para convencerte te voy a
contar un episodio de tu propia patria.
Los barcos de una reina española mandados por un almi-
rante hebreo debían descubrir un Nuevo Mundo; pero aque-
lla reina, lo mismo que la mayor parte de sus subditos,
odiaba a los judíos. ¿Cómo compaginar estas dos oircans-
tancias?
Los Señores del Karma conferenciaron. Puesto que era
indispensable que un hebreo fuera el descubridor, lo sería,
y todos ignorarían su raza. Pero en compensación también
ignorarían su nacionalidad, mientras no desapareciese el
odio a los judíos.
Y todos los españoles, empezando por la reina Isabel I,
creyeron que Colón era italiano.
• * *
4 DE JULIO
1 8 1 1 - 1 o s e
* * *
LOS CANDIDATOS
üoo de los males que originan graves perjuicios a la Or-
den, es el desfluidado reclutamiento de profanos. El irre-
flexivo, afán del mejoi^amieBto eoonémi^o de la Logia y el
laudable deseo de hacer a otros participes del mejoramiento
que en él individuo debe producár ol trabajo masónieo, sue-
lan ser los motivos por los cuales no se presta la debida
ateatdón a este asunto capital para la FranemasonerSa. Todo
el ouidado que se ponga en la admisiÓQ de oolaiM»raidiores
|MUia la construoeidn del Templo, debe pareceroi^ poeo. Por
eso oopiaaifóft aquí las atinadas 'Otoeervsumomqvis baes jMifig-
tro míiy querido heroaano ©I M. v . lU .•.*. €. W. Laadbeator, ^ :
«Guando mm individuo o a a l ^ e r a del mundo prü^sio
desea hacerse Francmi^ÓB, es corriente lo solicite de «i&ki
VIDA MASÓNICA il
Pero los caracteres de esa verdad que yace en lo interno del misterio
eterno están escritos en lo externo de las cosas, para que el hombre
pueda penetrar por ellos en su espíritu. Estos caracteres son las cere-
monias externas o formas.
El vestíbulo de la naturaleza, el templo de la razón, y el santuario
de la revelación, no forman más que el Templo.
Eckartsh^ausen.