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LA

LEYENDA DE ORO
VIDAS

DE TODOS LOS SANTOS QUE VENERA LA IGLESIA.

SU PUBLICA

CON AÍHMW? BAJO LOS AUSIM F.XMO. E II.!HO. SKNOK OHISPO IMÍ HAlftKLONA

MADRID. BARCELONA.
imBERÍA ESPAÑOLA, CALLE DE RELATORES
UBRBRíA ESPAÑOLA, CALLIÍ ANCUA, MJM, 2{¡
umnE-nÍAS m CUESTA, Y m IA PUBLIGIDAD.
C-ER&Á, YPiFERUER, PLAZA DBL ANGEL.
IA

LEYENDA DE ORO.

TOMO TEUCKKO.
LA

LEYENDA DE ORO
PARA. CADA DIA DEL AÑO.

VIDAS DE TODOS IOS SANTOS QUE VENERA IA IGLESIA.


ü\)Ya (\\u couVvme.

TODO EL RIBADENEIRA, MEJORADO, LAS NOTICIAS DEL CROISET , BUTLER, GODESCART, ETC.
QLE KALTA.N EN AQUÉL : LAS VIDAS DE MILLAHES DE SANTOS DE QUE NO HABLAN DICHOS AUTORES Y QUE ESTÁN COMPRENDIDOt
EN EL MARTIROLOGIO ROMANO , QUE SE INSERTA ÍNTEGRO, CON SUS ADICIONES MAS RECIENTKS:
T UN VOCABULARIO GENERAL ALFABÉTICO DE TODOS LOS SANTOS CON REMISION
AL DIA DEL AÑO EN QUE SE ENCUENTRA SU VIDA.

OBRA NECESARIA

PAIU El. PA&TO t S P l K l T l ' A L Dt. LIIS FIKLCS QUE AMIELAM SAUEll LAS CIRCUNSTANCIAS DE L.V VIDA Y V I H T t b E S HE SCS PAlllUIUI'-
Y 1'AIU LUS SEÑURES CUBA» rÁHRUCOS Á FIN DE SAI1ER LOS NOMBRES QUE PUEDEN ADMITIR EN LAS PILAS l i A l ' T l b . l U t E S .

LA REVISA

e ( oRc^o. (3c). S o ó e Sa^oí y í^c&evatua.

SE PUBLICA COÜ LA A m n n A C l U i r t BAIO LOS AUSPICIOS DEI.

EXMO. É 1LMO. SEÑOR D. DOMINGO COSTA Y B O R R A S


OBISPO DE BARCELONA,

y lian puucrdidu iudulguni-iiM A loa fieles que la l e j e r e n ú oyeran leer

LOS EXMOS. ÉILMOS. SEÑOR PATRIARCA DE LAS INDIAS, SEÑOR ARZOBISPO DE SELEUCIA,
Y EL SEÑOR OBISPO DE TERUEL.

TORIO TERCERO.

MADRID RVRCELONA
LIBRERÍA ESPAÑOLA, CALLE RELATORES, | LIBRERÍA ESPAÑOLA, CALLE ANCHA.
NÚM, 14. f j t f j , . 26.

m
Barcelona : I m p . de L. Tasso , calió líafsea, 23.
LA

L E Y E N D A DE
TOKIO TERCERO.

SETIEMBRE

con su oración se tornó fértil y abundante. Por estos m i -


lagros comenzó Veredemio á estimar y reverenciar mas á
DIA 1.
san G i l ; y él, que ninguna cosa huia mas que la honra,
SAN G : I , ABAD.—Fué saruGil griego de nación, natural determinó dejarle y entrarse á la tierra mas adentro y v i -
de Atenas, de sangre real. Su padre se llamó Teodoro, y vir apartado de los hombres, por estar mas seguro y mas
su madre Pelagia. Desde nino se aplicó al estudio y á to- apartado de sus alabanzas. ILdló en aquella parto, don-
das las obras de virtud, y especialmente á las de miseri- de el rio Ródano entra en el mar, un desierto retirado,
cordia, y socorro de loa pobres. Iba un dia á la iglesia: y y en él una grande espesura, con nna cueva y una clara
viéndole un pobre enfermo que estaba en la calle, ecbado y copiosa fuente de agua. Halló mas una cierva, como
en el suelo, le pidió limosna ; y san Gil desnudándose la enviada de la mano del Setlor, para que con su leche le
túnica que llevaba vestida, se la dió al pobre, y luego sustentase: hizo su morada en este lugar, vivk'ndo con solo
quedó sano. Murieron sus padres, y él repartió á los po- Dios. Sucedió que un dia el rey de Francia salió á caza
bres su patrimonio, haciendo heredero al Señor de todos hácia aquella parle, y los perros encontraron coh la cier-
sus bienes. Ilizo el Señor otros milagros por él. Volviendo va s la cual se guareció con gran lijereza á la cueva de
un dia de la iglesia, topó un hombre á quien babia mor- san Gil, y se echó á sus pies, como pidiéndole ayuda y f a -
dido una ponzoñosa serpiente; y estando á punto de mo- vor en aquel peligro. Hizo oración el santo por su huéspeda,
r i r , le sanó con su oración. Otra vez estando un endemo- y los perros no pudieron pasar adelante; ántes dando
niado en la iglesia un dia de domingo, y dando grandes grandes ladridos, se volvieron atrás para sus amos. Otro
gritos, y estorbando quo no hiciesen oración los que esta- dia vino el rey con mas cazadores y mas gente al mismo
ban en ella; san Gil mandó al mal espíritu que saliese de puesto; y como los perros tampoco no osasen llegar adon-
aquel cuerpo y le dejase libre; y él obedeció. Por estos de el santo estaba, un ballestero desatinadamenlc tiró una
milagros se comenzó á divulgar la santidad de san G i l , y saeta: la cual, por voluntad del Señor, fué á dar en el
extenderse por toda Grecia su fama: y como él era ver- santo, y malamente le hirió. Rompieron los cazadores el
daderamente humilde y deseoso de ser menospreciado, y camino por medio de aquella espesura y arboleda, basta la
no honrado de los hombres; por huir el aire popular y cueva donde estaba san G i l : allí le hallaron vestido de
vano, se embarcó para ir á otras partes donde no fuese monge, de anciano y venerable aspecto, puesto en o r a -
conocido ni eslimado. Levantóse en el mar una tormenta c i ó n , sin moverse ni turbarse, corriendo sangre de la
peligrosa: hizo san Gil oración al Señor y sosególa: y la herida que le habia hecho !a saeta, y la cierva rendida á
gente que iba en el navio, le hizo gracias por ello, reco- sus piés. Todo esto ctuisó grande admiración al rey y a
nociendo que Dios los habia librado de aquel peligro por los que con él venian. Fuese luego á é l : y conociendo que
•su intercesión. A l cabo de algunos dias el navio llegó á era varón santo, se cebó á sus piés y le pidió perdón, y
Francia: saltó en tierra san Gil, y fué á la ciudad de Arles, dió orden para que le curasen luego de aquella herida i
donde era obispo san Cesáreo, varón de grande doctrina aunque el santo lo resistió, deseando que le durase toda
y santidad. Estuvo en su compañía dos años con grande la vida, para padecer algún dolor y tener mas que mere-
Contentamiento de los dos; porque todo su trato y con- cer con ella. Comenzó con esta ocasión el rey á visitarle
versación era de Dios, ó con Dios. Aquí sanó á un enfermo á menudo, y á venerar su santidad y ofrecerle muchos
^ne habia ya tres años que andaba muy fatigado d e c a - dones y riquezas, las cuales él no quiso recibir; ánte»
'enturas; y temiendo de ser por esto honrado, pasó el rio aconsejó al rey que las gastase en edificar en aquel de-
Ródano, y hallando en su ribera á un santo ermitaño, lla- sierto un monasterio para religiosos que continuamente en
gado Veredemio, sedetuvo con él algunos dias, donde sanó sus oraciones le encomendasen á él y su reino á Dios. Hí-
^otro enfermo: y aquella tierra qne de suyo era estéril, zo.-c el monasterio, y san Gil lomó el cargo de él, con

TOMO I I I . 1
2 LA LEYENDA DE ORO. DIA f.
titulo de abad, por pura importunidad del mismo rey. la trompeta. Al dia séptimo y al dar la última vuelta, ca-
Aquí vivió algunos años, y so ordenó de sacerdoté, ó hizo yeron las murallas por si mismas, siendo tomada y sa-
una vida de ángel vestido do carne , aprovechando á queada la ciudad de I l a í , y los gabaonitas que temían
• foiios, y con virtiendo muchos pecadores al servicio y igual suei fe, hicieron alianza con Josué valiéndose de una
amor del SeUor: entre los cuales fué el mismo rey de estratagema. Incomodado el rey dejcrusalen Adonise-
Francia que salió de un pecado grave que hahia cometido^ decb de esta alianza, se juntó con cuatro reyes y marchó
é hizo penitencia por la amonestación y oración de san contra Gabaon, pero Josué los derrotó. Aquí fué cuando
Gil. Diftieado, pues, gobernado su monasterio religiosa y acaeció el prodigio de pararse el sol en su carrera al
santamente algunos artos, llegó el dichceo fin de sus dias, mando de Josué. De este modo manifestó Dios á las nacio-
y Dios se lo reveló .antes : y aparejándose para la partida nes idólatras la fuerza de su poder, y enán absurdo era
de esta vida, dió su espíritu al Sefior, y se fué á gozar el culto que ellas seguían. Prosiguiendo Josué sus victo-
de él el primer dia de setiembre. El año puntualmente no rias por el espacio de seis años, se apoderó de casi todas
se sabe, sino que no puede ser el de 'JOO, como algunos las ciudades de los cananeos. Insiguiendo lo ordenado por
escriben, ni ménos el de 720, como otros dicen; porque Dios, distribuyó entre los vencedores las tierras conquis-
san Cesáreo, obispo de Arles, en cuya compafiia vivió tadas; y después de haber colocado el arca de la alianza
san Gil dos años, floreció en tiempo de S.'maco , papa y en la ciudad de Silos, murió á l a edad deciento d i e z a ñ o s ,
do Anastasio, emperador, siendo rey de Italia Teodorico, 1 7 2 í ánles de Jesucristo, habiendo gobernado veinte y
arriano y de Francia Clodoveo , por los años del Seilor siete años el pueblo de Israel.
de 500. La vida de san Gil escribió Fulberto, obispo car- SAN GEDEON.—Era hijo de Manasés. Fué el quinto juez
notense, y de él hacen mención los Martirologios, roma- de Israel, unos 1245 años antes de Jesucristo, y un ángel
no, el de Beda y Adon, y san Antonino y Pedro de Na- le anunció que el Señor lo habla escogido para ser el liber-
tálibns. tador de su pueblo. Gcdcon, cuya humildad era extrema-
Los SANTOS DOCU IIKRMAXOS, MÁRTIIIES.—El mismo dia da, y que por otra parte pensaba que aquel ángel era un
que la Iglesia celebra la fiesta de san ( i i l , hace conmemo- hombre;, necesitó ver algunos milagros para creer en la
ración de doce hermanos m á r t i r e s : los cuales fueron afri- autenticidad de semejante misión. Habiendo hecho cocer
canos de nacionj naturales de una ciudad llamada en latin un cabrito para ofrecerlo, el ángel le dijo que metiese la
Adrumelum, que hoy dicen que se llama Sissa; aunque no carne y pan sin levadura en un cesto, y el zumo en un
falta quien la llame Toulb, y otros Macoméla. Los nombres jarro, que lo llevase en seguida todo al pié de una encina,
de estos valerosos guerreros del Señor fueron. Donato, y que derramase aquel zumo sobre la carne después do
Félix, Aconcio, Honorato, Fortunato, Sabiniano, SeptimiOj haberla colocado sobre una piedra. El ángel tocó la p i e -
Jauuario, Félix 11, Vital, Sátiro y Repósito. Eran de noble dra, y al momento salió de ella un fuego que consumió la
linaje, y todos bien enseñados en letras humanas y d i v i - carne y el pan. Habiendo después extendido un vellocino
nas. Fueron presos en África, y después traídos á Italia á al anochecer, al dia siguiente lo encontró Gedeon todo mo-
]a ciudad de Benevcnlo, en donde acabaron el curso desn jado de rocío, sin que lo estuviese la tierra de su rededor:
glorioso martirio, aunque en diferentes dias, siendo e m - la mañana siguiente sucedió lo contrario; la tierra se ha-
perador de Roma Valeriano: y antes de darles la muerte, llaba toda mojada y el vellocino enteramente seco. El nue-
los atormentaron con muchos y atroces tormentos. Escri- vo libertador de Tsrael empezó su misión destruyendo de
bió en verso heroico su martirio Alsano, arzobispo de Sa- noche el altar de Baal. En seguida hizo tocar una trompe-
lerno, que está en el séptimo tomo deSurio. Tamhien es- la, y v i ó e n muy poco tiempo reunido á su rededor un
cribió de ellos Anastasio, bibliotecario, como lo dice Pe- ejército de treinta y dos mil hombres, el cual redujo por
dro Galesino en las anotaciones de su Martirologio; y el órden de Dios á trescientos, dando á cada uno de ellos por
romano, y César Baronio en sus anotaciones hacen de ellos toda armadura un cántaro de barro con una luz dentro de
mención. él, y un cuerno de carnero ó una trompeta. Durante la no-
* SAN JOSUÉ—Aun viviendo Moisés, Dios escogió á Jo?iié che, Gedeon se adelantó hacia el enemigo con sus tres-
para que gobernase el pueblo de Israel. Fué hijo de Nun cientos hombres que tenían órden de romper á un mismo
de la tribu de Efrain. Moisés, según lo dispuesto por Dios, tiempo sus cántaros y locar sus trompetas, y espantados
al conducir al pueblo hebreo hasta las orillas del Jordán los enemigos con aquel ruido y la aparición repentina de
debía acabar su ministerio y su vida, quedando para Josué aquellas luces, creyeron que tenían que pelear con un
la gloria de introducirle á la tierra prometida. Estaba Jo- ejército formidable. Desatentados y confundidos, se mata-
s u é dotado de relevantes prendas; guerrero, prudente, ron unos á otros, y los que escaparon de aquella carnice-
amoroso, circunstancias indispensables para aquel pueblo. ría fueron á su vez derrotados por los vencedores, que los
Apenas tomó el mando, cuando envió emisarios á Jericó pasaron á cucbillo, quedando así libre la tierra de aque-
para examinar sus murallas y sus fuerzas, y cuando estu- llos hombres malvados. A fin de que no pudiese haber
vo Informado reunió su ejército y pasó con él el J o r d á n . equivocación sobre el verdadero autor de la victoria, aque-
Dios obró entonces el milagro de suspender el curso de las llos guerreros escogidos para libertar al pueblo de Dios,
aguas quedando seco el rio en una ostensión de dos l e - no eran los mas ricos ni los mas distinguidos por sus t a -
guas. Luego Josué m a n d ó circuncidar á todos los hijos va- lentos ni por su experiencia. En todos aquellos aconteci-
rones que babian nacido durante los años de peregrina- mientos que tenían lugar en el pueblo escogido, siempre
ción, celebró la Pascua y fué á poner sitio á Jericó. Según se ve sola en todo la mano de Dios, empleando los medios
lo dispuesto por Dios, dió seis vueltas por la ciudad en seis mas débiles, mas despreciables en sí mismos, para que
dias consecutivo^, a c o m p a ñ a d o d c los sacerdotes y pun!!- se conozca que únicamente es el Señor el q u é obra. Des-
Rcea que llevaban el arca sania, y locaban ¡nresanlemente pués de aquella victoria, los israelitas quisieron dar ta co-
DÍA I. SKTIEMBRE. 3
roña á (¡edeon y proiílainarlu rey, ofreciéndole animismo vertido á la fé de Jesucristo á las vírgenes que después
la sucesión al Irono para su posteridad, pero él les conles- alcanzaron con él la palma del martirio. Estas santas eran
l ó : N ó ; ni yo ni mis hijos reinaremos nunca sobre voso- todas naturales de Adrianópolis, y por haber dado oidos á
tros : solo el Señor será vuestro rey. Continuó, pues, g o - las palabras del ilustre diácono, fueron con él metidas en
bernando como juez con mucha sabiduría y equidad, y la cárcel, donde sufrieron horribles suplicios. Después de
rnurió de una edad muy avanzada, el año 1239 antes de esto, fueron llevadas también en compañía de Amon á la
Jesucristo, dejando setenta hijos de muchas mujeres, ade- presencia del tirano Licinio. Sus cuerpos estaban ya desfi-
más de Abimelech, que habia tenido de una concubina y gurados por los tormentos que habían sufrido en la c á r -
mató á todos los d e m á s . cel ; pero su valor y su constancia llenó de despecho al t i -
SANTA ANA, PROFETISA.—Fué esposa de Elcana. Dios, rano, que mandó que en seguida ocho de aquellas santas
movido por sus ruegos y oraciones, la prometió que seria vírgenes fuesen degolladas con Amon, diez atravesadas
madre, y efectivamente un año después parió á Samuel, con clavos, otras diez quemadas en una hoguera, seis
el año 11SS ántes de Jesucristo. Ana señaló su reconoci- despedazadas y las demás sofocadas cruelmente, entrándo-
miento á tan gran beneficio por medio de un cántico de ac- les un hierro candente por las fauces. Así acabaron todos
ción de gracias, lleno de ideas sublimes y magníficas de la aquellos santos su glorioso martirio, el a ñ o 316 según
divinidad, de su providencia y de su terrible y admirable Baronio.
justicia, Nada sabemos de su muerte, conslándonos por los SAN PRISCO, MÁRTIR.—Fué uno de los setenta discípu-
libros santos su santidad y eminentes virtudes. Créese que los de Jesucristo, y habiendo venido en compañía del
murió en Jerusalen. príncipe de los apóstoles á Occidente, fué enviado por
SAN Luro Ó LOPE, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en la d i ó - el mismo san Pedro á Capua, de cuya ciudad aseguran
cesis deOrleans, y desde la infancia echó los cimientos de algunos que fué primer obispo, y la cual consagró con su
la eminente santidad á que debia llegar después. Como sangre, muriendo mártir en tiempo de Nerón.
otro Samuel, fué criado en el santuario y agregado desde SAN TERENGIANO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué discípulo de
muy temprano al clero de su diócesis. Profesaba particu- los apóstoles, y consagrado por ellos obispo de Todi, en la
lar devoción á los santos m á r t i r e s , y con frecuencia visi- Umbría. Después de haber convertido muchos infieles á
taba sus sepulcros. Animado de su mismo espíritu, cruci- Jesucristo, y sembrado abundanles mieses en el campo de
ficaba su carne por medio de rigurosos, ayunos, largas v i - la Iglesia, en tiempo del emperador Adriano y del procón-
gilias, y por la práctica de las mayores humillaciones. sul Peciano fué preso, atormentado en el potro y qon
Sensihle á la miseria d é l o s que la sufrían, llevó la ca- escorpiones, le cortaron la lengua y le degollaron en la
ridad á un punto inconcebible. En el año 609 fué misma ciudad, el d i a l . 0 de setiembre del año 138. Los
elegido arzobispo de Sens, en Francia, cuyas fun- fieles recogieron sus reliquias y les dieron sepultura, y
ciones desempeñó con perfeelísima exactitud , mos- fueron en todos tiempos prenda de muchos milagros.
trando que puede conservarse la humildad entre las Los SANTOS VICENTE Y LETO, MÁRTIRES.—-Son tan varias,
mas elevadas dignidades, y hermanar las funciones exte- tan confusas y contradictorias las noticias que hemos e n -
riores de los puestos encumbrados con el recogimiento y contrado de estos santos, que no podemos formar con ellas
la soledad. l n tranquilidad pública tuvo en Lupo un celo- ningún cálculo prudente. Autores respetables dicen que
so defensor, y á pesar de los grandes bienes que hacia al fueron franceses; que Vicente fué obispo y l.eto p r e s b í t e -
oslado, el rey Clotario, escuchando á los calumniadores, r o ; que fueron dos apóstoles de todo el Occidente, y que
le desterró de su Iglesia, y le hizo conducir por un oficial murieron bautizados, en cuya última circunstancia lodos
pagano á la villa de Auseua. Cuando el santo llegó al l u - los escritores convienen. Otros aseguran que nacieron en
gar de su destierro, vió que aquellos pueblos prosliíuian
la ciudad de Toledo; que no tuvieron nunca ningyna ó r -
un incienso sacrilego á los ídolos, y creyó que Dios le
den sagrada, y que sufrieron martirio en su misma pa-
habia enviado allí para emprender su conversión. Sus dis-
tria en el siglo 111 ó IV. Lo cierto es que el antiguo brevia-
cursos sostenidos por milagros y santos ejemplos obraron
rio mozárabe tiene rezo propio de estos sanios, sin que
admirables frutos, recibiendo el bautismo de su mano m u l -
tampoco se aclare en el muy decididamente que son os-
titud de paganos. Pasado algún tiempo, los habitanles de
pañoles.
Sens solicitaron de la córte el regreso de su venerable
SAN PRISCO,OBISPO Y srs COMPAÑEROS LOSSANTOS CASTREN-
pastor, y Clotario, que habia ya reconocido su error, llamó
SE, TÁMARO, Rosio, ERACUO, SECINDINO, ADJITORIO,MARCOS,
al santo, y postrándose á sus piés le pidió perdón por su
AuotsTO, ELPIDIO, CAMÓN Y VINDONIO, CONFELSORES.—To-
"ijusticia, y le dejó volver á su Iglesia colmado de benefi-
dos estos santos pertenecian al número de aquellos santos
cios. Lupo no quiso vengarse do sus eneurgos; al conlra-
sacerdotes que en la persecución de los vándalos por de-
''IO, buscó siempre ocasión para coiTesponderlescon Inme-
ficios, y después de una vida santa, murió en paz el dia 1.0 fender la fé católica fueron bárbaramente atormentados, y
de setiembre del año (¡2.1. después metidos en un barco viejo fueron ecb.idos del Áfri-
ca, y arribaron milagrosamente á las riberas de la Cam-
SAN SIXTO, OPISPO V MÁUTIR.—Fué discípulo del apóstol pana de Italia. Apareciéndose luego por iodo aquel pais.
*an Pedro, según san Gerónimo, que le consagró obispo y Prisco fué consagrado obispo de Capua, y otros de ellos
envió á Rbeims de Francia. Después de haber propaga- fueron también elegidos para gobemar varias Iglesias, de
do el Evangelio en aquellas comarcas, recibió la corona modo que fueron los propagadores de la religión cristiana
««1 martirio y el premio de la vida elerua en tiempo del durante el siglo V.
emperador Nerón. SAN RÉGULO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué obispo de África y
SAN AMON Y CUARENTA VÍRGENES, MÁRTIRES.—AlllOn W» defendió con lanío celo la fé católica conlia los arriunoa,
lacono, y con sus exhortaciones y ejemplos habia oon- que lo echaron violenlamenle de su diócesis. Fuese, pues,
i LA LKYKNDA DE ORO. DIA 2.
ú Italia con doscompafieroá, y llegando á Populonio, en la al gobernador una enfermedad mortal, de que sanó al
Toscana, llamado hoy Porto Baratto, fué preso por orden momento por intercesión de la santa, y la dejó en liber-
del rey de los godos Totila, y sacrificado por no quererse tad. Volvióse, pues, á su retiro , donde vivió por muchos
prestar á las sacrilegas exigencias de ios bárbaros. Su años en compañía de otras santas vírgeneiu que la tenían
nui^rie la colocan los !¡oi;tnd¡s!a? en el año 5 i 2 . por maestra y superiora, hasta que el Señor la llamó á
S ÍJÍPA ANA, PROFETISA.—Fué de la tribu de Aser , é hija gozar dp las eternas recompensas el dia 1.0 de setiembre del
de ramtel. Como estaba dedicada al servicio del templo, año 300 , poco mas ó ménos. Un antiguo Martirologio dice
halló- e en él cuando fué presentado el niño Jesús, y fué á que pocoántes de morirse le apareció la Reina de los cie-
purificarse aquella Madre sin mancilla. Cediendo entonces los, acompañada de un coro de v í r g e n e s , que la acompa-
Ana á los vivos trasportes de su alegría , y la admiración ñaron en su dichoso tránsito.
que le causaba la humildad del Hijo y de la Madre, amm- SAN FIRMINO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué tercer obispo de
ció al mundo juntamente con el anciano S i m e ó n , las ma- Amiens. Floreció á mediados del siglo I V , y gobernó
ravillas del Mesías. El evangelista san Lucas en su cap. 2, con gran celo y santidad su iglesia por espacio de cua-
ver. 36 y siguientes, habla de esla santa con particular renta años.
elogio, y dice entre otras cosas que era viuda, que no se
apartaba nunca del templo, que con sus ayunos y oracio-
DIA 2.
nes le servia de noche y de d i a , y q m al llegar la hora
de ver al Salvador, proiumpió en alabanzas al Señor, * SAN ESTÉVAN, REY DE HUNGRÍA , CONFESOR.—Si bien la
bafciahdo de él á lodos los que esperaban la salud y la re- Iglesia hace commemoracion de este santo en este dia, con
dención de Israel. todo su vida se halla el dia 20 de agosto.
SAN VICTOIUO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en el s i - SAN JUSTO , OBISPO Y CONFESOR.—Ignoramos el año y l u -
glo V , y gobernó la Iglesia de Mans por espacio de cua- gar del nacimiento de este santo : sus virtudes le dieron
renta años , siendo atestig lada su santidad por muchos tal celebridad siendo diácono de la iglesia de Viena, en
milagros obrados antes y despue- de su muerte. Entre Francia , que por los años 330 fué elegido y consagrado
oíros secuenla, que con la spñal deja cruz apagó un i n - obispo de Lyon. Su conducta en tan elevado puesto, acre-
cendio que causaba-grandes estragos en la ciudad de Mans, ditó que Justo solo temía á Dios , y nada esperaba mas que
y que amenazaba destruirla. Ignoramos el año en que m u - de él. Superior á toda consideración humana, no veia mas
r i ó , aunque algunos creen que fué el 490. que las necesidades de los que le oslaban encomendados.
SAN CONSTANCIO, OBISPO Y coNFEsoa.—Gobernó la I g l e - Distinguíase por una paciencia á toda prueba , y por una
sia de Aquino, ciudad de Italia, con prudencia y santidad, celosa libertad contra los abusos de lodo género. Asistió
fué insigne en milagros, particularmente en el don de con otros dos obispos de las Galias al concilio de Aquilc-
profecía, dejó varias mo iumeulos de su piedad en las y a , en 3 8 1 , bajo el imperio de Graciano, congregado
iglesias y hospicios que hizo construir, y después de ha- para tratar los asuntos de los arríanos. San Ambrosio, que
ber sido el padre de los pobres, el promovedor de la p u - era el alma de esta asamblea, tenia en tanta estima al
reza en la disciplina eclesiástica, y el modelo de todas las arzobispo de Lyon , que después le escribió dos célebres
virtudes, murió santamente el dia 1.° de seiiombre del cartas relativas á varios puntos de la santa Escrilura. Poco
a ñ o 573. San Gregorio habla de é l , proponiéndole por tiempo después del concilio de Aquileya, Justo disgustado
modelo á todos los pastores cristianos. del mundo, y suspirando por el retiro y la penitencia, dejó
SVNTA VERENA , VÍRGEN.—Nació en Tebas , donde fué secretamente sus ovejas , se dirigió á Marsella, y en c o m -
bautizada por un venerable obispo, que poco después fué pañía de un lector de su Iglesia, llamado Viador, se e m -
coronado con la corona del martirio. Para escapar de ios barcó para Alejandría y se retiró á un monasterio de Egi p-
estragos de la persecución, h u y ó esta santa con otros cris- to , sin darse á conocer. Pasados algunos años , fué des-
tianos al Egipto; pero encontrando también aquí ardiente cubierto en la soledad por uno de sus diocesanos: toda la
el odio contra los cristianos , se marchó con sus c o m p a ñ e - comunidad quedó sorprendida del suceso, y la Iglesia
ros á Italia. Llegada á Milán, y deseando ofrecerse en de Lyon así que lo supo, comisionó á un sacerdote llamado
hoslia'viva á su celestial Esposo , empezó á visitarlas ca- Antíoco, para rogar al santo volviese á la dirección de su
sas y cárceles donde se hallaban detenidos los fieles, en r e b a ñ o , á lo cual no quiso nunca consentir. Por los anos
cuyas ocupaciones pasó algunos años, hasta que sabiendo 300 murió el venerable obispo en los brazos de Antíoco,
que habia sido sacrificada al furor pagano toda la legión que no había querido dejarlo. Su cuerpo fué después tras-
tebana, en la cual tenia parientes y amigos, encendiéndose ladado á Lyon , y su nombre, ilustre en muchos milagros,
en sanio celo, se fué á Constanza, en la Helvecia, y se re- fué colocado en el número de los santos.
tiró á un lugar solitario , haciendo continua oración y pe- SAN ANTOLIN Ó ANTONINO, MÁRTIR.—Este santo descen-
nitencia , á Qn de prepararse para el martirio. Pero el Se- diente , según algunos , de los reyes visogodos, y según
ñor la tenia reservado otro destino. A l cabo de un año de otros , de la Galía Narbonense , fué converlido á la fé y
estar ( n aquel sitio, la f.ima de su emineatesantidad se bautizado en su infancia , y promovido después al sacer-
había ya divulgado por todas parles, y la'mansión de la docio. Los que le suponen nacido en las Galias, dicen que
santa era continuamente visitada por una infinidad de per- fué agregado á la Iglesia de Tolosa, ó á la de Nai Lona, ó á
sonas que iban á oir sus discursos, y se volvían conver- la de Arles, de donde p a s ó á la ciudad de Pamiers en el
tidos á la fé. El gobernador de aquel pais, que era paga- Langiiedoc , habitada en gran parte por idólatras, á p r e -
no, la metió un (lia en la c á r c e l , en la cual la visitó de dicar el Evangelio; y que allí, después de padecer muchos
n,f?cbe el mártir san Mauricio , consolándola y a n u n c i á n d o - trabajos en el ejercicio del ministerio apostólico, alcanzó
lo su libertad. Efectivamente , al dia siguiente le acometió la palma dttl martirio. Algunos. scgtm Villanueva , c o n -
t-lv 3 . SETIEMBRE. 5
funden J'I esle sanio con otro dtíl misino nombre, que se cuanto hablan hecho los auligucs tiranos. Ln dia mandó
cree fué compañero de san Dionisio , obispo de París , y llamar á su presencia á un personaje principal de aquel
enviado por él á Arles. Otros suponen que floreció y m u - pais, llamado Zenon , hombre sabio y elevado á altas dig-
rió en la ciudad deApamea, en Siria, donde en el s i - nidades, y habiéndole preguntado si era crisliano y si te-
glo V habla ya un lemplo dedicado á san Anlonino márlir. nia hijos, y habiéndole contestadoalirmalivamenle el sier-
Ii¡ Martirologio romano dice que las reliquias de csle vo de Dios á ambas preguntas, mandó el emperador que
santo «c consarvan con gran. veneración en la Iglesia dü viniesen también los hijos, y á ellos y al padre los entre-
Tal neia en Hspana , y el autor citado cuenta de este modo gó á un lal Conslancio para que los castigase si no ofrecian
el origen del callo de este sanio en la sobredicha diócesis. incienso á los Idolos. Los tres fueron puestos en la cárcel
Se cree, d b é , que motivé á él un milagro obrado allí con pública, de donde salieron después casi muertos de ham-
el rey don Sandio el Mayor, el cual refiere el arzobispo bre, para sufrir una porción de tormentos cuya relación
don Rodrigo de esta manera : «lí! rey don Sancho de Cas- hace estremecer. Permanecieron siempre constantes en su
lilla y de Navarra , después que vió ensanchada su (ierra, primera confesión, hasta que á fuerza de dolores y padeci-
puso paz y sosiego entre sus hijos, y movió guerra contra mientos, entregaron su alma á Dios. Con ellcs murieron
el rey don líennudo de León. Y ganó muchos lugares del también otros muchos santos que se habían animado á
reino de León. Y acaeció que un dia este rey don Sancho, vista de la constancia y valor de Zenon y sus dos hijos.
andando á caza por tomai placer, halló un jabalí y co- LOS SANTOS DlOMEDES, J l L I A N , FEI.II'E , ElTIQUIANO, Esi-
menzó á ir en pos de é l , y el puerco se metió en un l u - QUIO, LEÓNIDES, I-ILADELEO, MENALIPO Y PANTÁGAPES, MÁR-
gar yermo, que fué despoblado en limnpo de los moros, y TIRES.—Nada mas sabemos de estos santos, que lo que dice
aun enlonces lo estaba, que es donde está ahora Palen- el Martirologio romano, esto es, que llegaron á la coro-
cia. Y el puerco enderezó por una cueva adelante, y el na del martirio, unos quemados, otros ahogados, olios
rey bajó del caballo y entró Iras é l , y halló aquella cueva pasados con espada, y oíros crucificadcs.
que era como iglesia, y dentro de ella habia un altar, y en LOS SANTOS EVODIO , HERMÓGENES Y CAUSTA , III UMANCS
él una inscripción, que decia a s í : Este aliar es de san A n - Y MÁRTIRES,—Tampoco sabemos nada de estos santos, por
lolin, márlir. El jabalí se metió cerca del altar, y el rey haberse perdido las actas de su martirio.
disparó uu venablo para herir al jabalí, é hirió Dios al rey. SAN ELPMMO , OBISPO Y CONFESOR.—Fué obispa de Lyon,
El jabalí escapó, y al rey se le secó el brazo , y cuando se y floreció en santidad y sabiduría y en el don de milagros.
sintió tan mal parado volvió á hacer oración y á rogar con Fué un verdadero pastor de su pueblo, y descansó en el
gran fervor á san Aníolin , y luego fué curado , y salió de S^ñor en la misma ciudad, á mediados del siglo Y. Su
allí Im'go , y n m u i ó que hiciesen allí la ciudad como á n - cuerpo fué enterrado en la iglesia de los Siete Hermanos
l * ' - ^ y le puso por nombre Palencia, y mandó hacerla Mácábeos, al lado de su predecesor san Justo.
iglesia catedral sobre aquella cueva , y le puso por nom- S^N EU'IDIO, ABAD Y CGNVESOR.—Según Natal, fué es'o
bre San Anlolln, y al papa pidió tuviese por bien que santo oriundo de Capadocia, y habiendo pasado á Italia, se
fuese obispado y que le diese obispo. Y (lió á la Iglesia ¡a retiró á un desierto, donde permaneció veinte y cinco
ciudad libre y cumplidamente con todos sus ténr.i ios para años , no comiendo mas que los jueves y domingos. Des-
siempre, y asi la tiene hoy dia. » Basta aquí el arzobispo p u é s , habiéndose hecho pública la fama de su santidad,
Rodrigo. También contribuyó al culto de este santo en Es- se le reunieron varias personas piadosas que querían vivir
p a ñ a , a ñ a d e Yillanueva, la fundación de un monaslerio bajo su d i r e c c i ó n , . las cuales condujo por los caminos de
de San Benito, que á la ribera de Ezla, en el lugar de la virtud , basta que murió á 2 de seliembre del año 418.
S m Lorenzo, cerca de Coyanza, erigió con la invocación Su cuerpo fué enterrado en un pueblo de la Marca de A n -
de san Antolin la condesa doña Sancha, hija del conde cón a , que después lomó el nombre del sanio.
Ñuño Fernandez, muy señalada bienhechora de la i g l e - SAN NONOSO. ABAD Y CONFESOR.—Fué insigne en h u -
sia de León. Para dar mayor culto al glorioso márlir, hizo mildad y en sanios fervores por lodo lo que alañc al
(l'ie de Pamiers se trajesen á aquel monasterio algunas servicio de Dios. Vivió en el monaslerio del monte Sorac-
'eliquias suyas, que desde entonces se conservan con te, donde también murió á mediados del siglo V I . El
S'andísima veneración. Martirologio romano dice que con sus oraciones trasladó
SANTA MÁXIMA, v SAN A \ s \ x o . MÁRTIRKS.—San Ansano de un lugar á otro un peñasco g r a n d í s i m o , y floreció con
(ll'a noble ciudadano romano , que habia sido inslruido en otros milagros.
fé, y bautizado por el presbítero san Protasio, y le ha- SAN MAWS, CONFESOR.- Fué un fervoroso mongo irlandés.
'JÍa sido madrina en el sacramento de la regeneración I» La tradición le pinta como maestro de escuela, y según
v'rgen Máxima, lambicn romana. Poco tiempo después, se dicecn el lugar de su nombre, fué hecho obispo en Hie-
Máxima y Ansano fueron delatados al emperador Diocle- la ña.
C|ano, que u n m i ó prenderlos y apalearlos tan bárbai a- SAN GUILLERMO, OBISPO DE ROSCIULD , CONFESOR.—Fué
n ^ n l e , que murieron en medio de aquellos golpes. Natal un presbítero inglés de eminente zelo y santidad, y ca-
Alejandro dice , que mientras eran conducidos al suplicio pellán del rey Canuto. En 10«7 fué enterrado en el m i s -
^iconlraron en el camino un hombre ciego, al cual por la mo sitio que el rey su amigo.
V|' 'uil de Dios restituyeron la vista, y que su martirio fué LA BEATA MARGARITA , VÍRGEN Y MÁRTIR. — Nació en
el año ;iü2. Lovaina de Rrabante. Fué martirizada en las riberas del
LOSSVNTOS EEXKT, C I\»IIDIO, TEODORO T oíaos MÁHTI- D y l e ó Deel por ciertos rníianes de las cercanías en el s i -
KES.—JÍI pri,m-ro e,.a padrt de los dos segundos. Cuando glo XíII, por no haber querido consentir en el pecado.
^ / m p m d o r J i d i a i u ) el Apóstala estuvo en la ciudad de
• " omodia, excedió su ferocidad cunlra los cristianos > i
LA LEYENDA DÉ OKO. m 3.
maestra Serapia, por Vér si podría librarla y sacarla do
DIA 3. los manos de los tiranos. Pero viendo que no p o d í a , vuelta
al presidente con un furor piadosamente católico, sin r e -
SANTA SEIUPIA , VÍRGEN \ MÁRTIU.—Era tanta la ira parar enserdescubierla porcrisliana , le dijo: Can n bieso
con que fueron los cristianos perseguidos, y tanto el furor impío y cruel tirano, advierte bien y repara que si haces
de los tormentos que en tiempo del emperador Adriano se la menor injuria á la santa virgen de Dios y s e ñ o r a mía
inventaron , que á los mas valerosos capitanes podían h a - Serapia, ha de ser para mayor daño tuyo; porque te ad-
Cer temblar y volver la espalda al r i g o r , si no se armaran vierto , si no lo sabes, que Crislo Dios nuestro, que á todo
con el escudo inexpugnable de la fé, por quien padecían. está presente, tiene la espada de la divina justicia en la
En este tiempo, pues, y en esta persecución se bailaba la mano , para castigar á tí y á t ú s e m e l e s emperadores con
gloriosa santa Serapia , noble ciudadana antioquena, en penas sempiternas, por lasínjurias y tiranas sinrazones do
casa y compañía de una nobilísima señora romana llama- que usáis con los que sirven á Dios vivo, ejecutando en ellos
da Sabina. Era Serapia cristiana y Sabina gentil, pero la vuestra infame zaña y rigor, con inauditos tormentos. Con
dulzura de la conversación de Serapia era t a l , que por esto llorando tiernamente, se fué á su casa, sin que el do-
ella se convirtió Sabina á nuestra santa fé , y fué mártir lor la diese lugar á pronunciar mas palabras. Pero d e j é -
gloriosísima, dando por Cristo la vida al mismo dia que mosla en su casa y envuelta en tiernas lágrimas á
su maestra Serapia. El presidente de Roma era Berilo: l l e - generosa y piadosa Sabina; que su vida y martirio tiene
g ó á su noíicia como Serapia cristiana estaba en casa de su lugar y dia propio, y prosigamos nuestra historia.
Sabina: y aunque para otro cualquiera delito quelmbiese Al punto, pues, que se partió Sabina, vuelto Berilo á "a
cometido, le seria sagrado casa tan noble y principal; el virgen Serapia, la dijo- Sacrifica á losdio&esinmorta-
delito de ser cristiana (que para aquellos tiranos lo era y les, á imitación de nuestros augustos emperadores. Serapia
el mayor) no tenia seguridad, ni sagrado alguno; porque r e s p o n d i ó : Yo temo y adoro á Dios omnipclentc que hi/.o
aunque fuera en el palacio del mismo emperador, podían el cielo y la tierra y cuanto hay en ellos: esos que tú me
prenderlos: y así Berilo envió una gran chusma de minis- mandasadorar, no son dioses sino demonios; y á m í , que
tros suyos, para que sin mirar el respeto debido a l a casa soy cristiana, no me es lícito adorar sino á Jesucristo. En-
de Sabina, tanto por sil gran nobleza, cuanta por haber tonces dijo el presidente: Pues llega y sacrifica á t u Cristo.
sido mujer de Valenlino, uno de los primeros príncipes de Yo (dijo la santa virgen) cada dia le ofrezco sacrificios, y
Roma, le trajesen presa á Serapia. Prendiéronla los crue- le adoro y hago oración dia y noche. El presidente como
les ministros, pero la gloriosa santa Sabina no se pudo haciendo burla, dijo: ¿Dónde está el templo de Cristo, y
contener, sin dejar de seguir á su querida maestra; y así qué sacrificio es el que le ofreces? Serapia respondió: Es-
llegaron á un tiempo al tribunal de Berilo la maestra y la te es el sacrificio mas acepto y agradable á mi Dios, que
discípula , aquella presa d é l o s tiranos, y esta, del divino pura y limpia'virgen y casta le ofrezca mi corazón, sin
amor. Viendo Berilo á Sabina que acompañaba á Serapia; mas cuidados que el de solicitar que otros se le rindan y
aunque bárbaro í i e r o , tuvo tanto respeto á Sabina no j u z - adoren. ¿Este es (dijo riéndose Berilo) el templo y sacri-
gando fuese cristiana , que al punto dió libertad á Serapia ficio de tu Cristo? Respondió Serapia: No hay cosa mejor
y permiso para que Sabina se la volviese á llevar á su casa, en el mundo que conocer al verdadero Dios, y viviendo
como lo hizo. casta y piadosamente servirle. Berilo dijo: Según eso, tú
Vueltas las dos sanias á su casa, la gloriosa virgen Se- eres el templo de tu Cristo, como dices. Serapia respondió:
rapia, encendida en el amof de su esposo Jesucristo, y Si confiada en su ausilio y misericordia me conservare cas-
deseosa de padecer por é l , quería volverse con los solda- ta y pura, le digo de verdad que soy templo de Dios vivo;
dos que las habian a c o m p a ñ a d o , y viendo se lo estorbaba porque dice la sagrada Escritura: «Vosotros sois templo de
Sabina su discípula , la habló de esta manera: Señora y Dios vivo y el Espíritu Santo habila en vosotros.» Luego
madre de mi vida, permilc que me vaya con estos minis- si fueres violada (dijo el presidente), perdiendo la v i r g i n i -
nistros: no me quites la preciosa ó inestimable corona del dad, dejarás de ser templo de tu Dios. Serapia respondió:
m a r l i r i o , que si no fuera el debido honor y respeto que el Si alguno violare el templo de Dios le destruirá. Berilo,
prosidenle le ha lenido, adornaria ya mis sienes. Tú haz que no entendía estas sentencias, la mandó entregar á dos
oración y conüa en nuestro Señor Jesucristo, que te será mancebos egipcios con orden de que la encerrasen con
esposo, padre y maestro, suplicando aquello que m i ellos toda la noche siguiente, para que á su salvo la vio-
corla capacidad no ha alcanzado á enseñarle. Yo creo y lasen y gozasen.
tengo gran confianza en mi divino esposo Jesús , que aun- Los deshonestos y lascivos mancebos, que no deseaban
que soy indigna y pecadora, me ha de recibir por su es- otra cosa, la llevaron á un oscuro aposento, y allí encerra-
clava ; pues como lal me quisiera sacriflear por medio del dos los tres , se puso en oración la bendita virgen, d i c í e n -
m a r t i r i o , confesando su santo nombre y defendiendo su do así á su esposo JesüB: A tí te invoco, Señor mío Jesu-
fé divina. En estas amorosas súplicas, y en continua o r a - cristo: pues, como Esposo á quien tengo dedicada mi
ción p e rm a n e c i ó Serapia tres días continuos, al íin d é l o s pureza y virginidad, te loca guardarla, pues eres v e r -
cuales, volviéndose el presidente á acordar de Serapia, dadero custodio mió y mi conservador: á (í te invoco,
arrepentido de haberla perdonado, mandó prevenir su Señor mío Jesucristo, que eres verdadera luz y ale-
tribunal cerca del puente de Tiber sobre el arco de Albino, gría sempiterna : tú que cerradas las puertas visitas-
lugar dedicado para hacer justicia: y puesto en é l , orde- te y con loriaste á tus sanios apóstoles, cuando estabin
nó que sin atender el respeto debido á Sabina , le trajesen en la tenebrosa cárcel; r u é g o t e , S e ñ o r , humildemente
allí presa á Serapia. lliciéronlo a s í ; pero santa Sabina no me asistas y tengas piedad de m í , tu esclava Serapia , y
pudo dejar de s s g w , como el acero al ¡man , á su amada me libres del impuro y lascivo deseo de estos dos manee-
DÍA 3. SETIEMBRE
bes: pierdan, S e ñ o r , la luz de sus ojos, para que no Trajeron allí á los dos mancebos, tan sin mover p i é
puedan tocar á tu humilde esclava que en tí confia, ni con- ni mano , ni algún otro de sus miembros, que todos los
taminar mi cuerpo á tí consagrado: a v e r g ü é n c e n s e , Se- juzgaban por muertos; y el presidente viéndolos dijo: Ea,
ñor de su misma deshonestidad , y no permitas que me Serapia, ruega á tu Dios por la salud y vida de estos. L e -
manchen; á n l e s , Señor, llévame para t í : asiste también vantó Serapia los ojos a! cielo y dijo : Señor Dios omnipo-
S e ñ o r , á tu esclava Sabina: confírmala con tu virlud y tente , que hiciste el cielo y la tierra, el mar y cuanto hay
poder, huen J e s ú s ; no se burle de ella el cruel enemigo en ellos, y por tus sanios apóstoles resucitaste los muer-
del linaje humano: mira , S e ñ o r , quopor tu santo nom- tos, y sanaste los leprosos, é hiciste otros innumerables
bre ha sufrido muchas cosas por m i causa: Señor mió Je- milagros; o y e , S e ñ o r , á esta tu esclava que en tí confia:
sucristo, óyeme t ú , que eres bendito y glorioso con el no disimules, Señor por esle infeliz i n c r é d u l o : sana, Se-
Padre y el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. ñor, á estos dos mancebos, para que quede confundido
Amen. este soberbio, y para que él y lodos conozcan que tú solo
Apenas acabó esta humilde y devota oración , cuando ores Dios. Hecha esta oración, se llegó á los mancebos, y
se oyó un gran ruido y terremoto t a l , que sonó por les dijo: En el nombre de nuestro Señor Jesucristo os
toda la ciudad; y aquellos dos lascivos jóvenes cayeron mando que os pongáis en p i é , sanos y buenos. Al instante
en tierra medio muertos, y quedaron sin sentido ni ope- se levantaron y hablaron. Admirado todo el pueblo del
ración vital alguna, cuando juzgaron violar la castísima prodigio; solo el presidente protervo dijo; ¿ N o reparáis
doncella: la cual reconocida al divino favor, dió gracias como no pudo usar de su arte mágica, sino es tocándolos?
h su amante esposo J e s ú s , y se estuvo en oración , rega- Y vueltoá los j ó v e n e s , dijo: Decidme, ¿ d e q u é manera
lándose con él toda la noche. Apenas amaneció, cuando esta encantadora os privó de la razón y uso de vuestros
envió sus ministros el presidente, á que supiesen de aque- miembros? Y ellos respondieron: Señor, al punto que
llos dos mozos , si habían saciado bien sus libidinosos de- nos encerraron con ella, según el órden de vuestra alteza,
seos. Entraron los ministros y hallaron á la santa virgen vino un mancebo do perfecta y maravillosa forma, despi-
puesta en oración, y á los jóvenes tendidos en tierra como diendo de sí rayos como un sol hermoso, y se puso en
muertos , sin fuerzas para hablar ni levantarse; solo t e - medio de nosotros y esta doncella; nosotros, pasmados
nían los ojos abiertos. Llegóse gran concurso á ver el es- de ver hermosura tanta , quedamos sin sentido, desma-
pectáculo ; y el presidente , noticioso del caso, hizo parar yados y mas muertos que vivos; y así hemos estado
su tribunal y traer allí á Serapia, y puesta en su presen- desde aquella hora hasta este punto : y así una de dos,
cia , la dijo: Y pues, Serapia , ¿cómo has pasado la no- Señor , ó ella sabe la arte mágica, ó su Dioses verdadera-
the? ¿ Has cumplido bien tus deseos libidinosos , ó te mente grande. Volvióse el presidente á la gloriosa virgen,
queda algún incendio? A palabras tan deshonestas res- y dijo: Serapia, si me dices cómo has hecho este encan-
pondió la santa virgen : Tú hablas según tu perverso j u i - tamiento, te empeño mi palabra de darte por libre. Sera-
cio , ocupado y poseído del demonio : lo que le s é decir pía respondió: Yo siempre aborrecí las maldades; porque
C-S que ni he oido á los mancebos, ni sé si han estado sé que lodos los cristianos, invocando el nombre de Disto,
conmigo. ¿ P u e s no han estado contigo toda esta noche? desharán cuantos encantos hay en el mundo, sin que
Solo conmigo ha estado (respondió Serapia) aquel de haya alguno que les d a ñ e . Yo conoceré (dijo Berilo) si
quien yo soy , y me quiere para sí. ¿Quién es ese? (dijo hay alguna fuerza en tus encantos: si no sacrificares á los
e' presidente). Mi custodio y conservador, y m i Señor dioses, te cortaré la cabeza. Haz tu gusto (dijo Serapia );
'«sucristo (respondió la santa virgen). No gastemos el
que yo no sacrificoá los demonios, ni hago la voluntad do
tiet»[io (dijo Berilo ): d i m e ; ¿ d e qué encantamientos has
tu padre Satanás , porque soy cristiana.
Usado contra aquellos pobres mozos , que así los has
Con estas palabras se acabó de encender el furor de Be-
puerto ? A nosotros los cristianos (dijo Serapia) no nos es
rilo ; y así mandó que pusiesen á los dos costados de la
Ilcito como á vosotros usar de maleficios: ánles nuestro
santa virgen dos hachas encendidas , para que le abrasa-
Señor Jesucristo vuelve á la vida á los que vosotros la
sen y consumiesen , como él se abrazaba y consumía;
p i t á i s con ellos. Supuesto (dijo Berilo) que tu Cristo v e n -
pero al instante se apagaron por la virtud divina : y los
ce los encantos todos, invócale para que vuelva la vida
que las aplicaban , cayeron muertos. La gloriosa virgen,
a aquellos dos míseros jóvenes , para que sepamos de
volviendo al cielo los ojos , d j o : Señor mió Jesucristo,
05' qué han hecho contigo toda la noche; porque yo
avergüéncense ya tus enemigos: sean , Señor , confundi-
esloy cierto que con tus hechizos los has pueslo así para
dos , para que te conozcan y adoren por su Dios y Se-
(¡ue no digan tus deshonestidades. Mi Dios, de quien yo
himiildo esclava (dijo Serapia), todopoderoso es; á ñor. El presidente la dijo : Sacrifica á los dioses , paia
nada hay imposible. Haz, pues ( dijo Berilo), que vuel- que no mueras. Serapia respondió : Por esa misma causa
Van 0808 pobres jóvenes y hablen. Tú juzgas (digo Serapia) no sacrifico á los demonios, para no morir. Berilo la dijo:
9Ue yo soy maga y hechicera; pero le digo de verdad, Oye , hechicera, encantadora, asesina , los preceptos de
^ue todos mis encantos se reducen á hacer oración á mi los emperadores, y sacrificando á los dioses inmortales, fo
^ cnor Jesucristo. Sea como tú quieres (dijoel presidente): librarás de crueles tormentos y de la muerte. Vosotros
i haz que hablen los dos mozos; que no deseo otra cosa (dijo Serapia)sois los hechiceros, encantadores y asesinos,
Por ahora: y así vé al lugar donde están , y allí haz ora- que negáis la adoración al Dios vivo y verdadero , y la
ron a tu Dios. Nada importa (dijo la sania) que yo vaya dais á los demonios, para perecer con ellos eternamente
a . O n ó ; antes será mejor los mandes traer a q u í , para Yo rae ofrezco á mí misma en sacrificio á mi Dios y SiTior
Jesucristo , á quien s u p l i c ó s e digne de recibirme, que,
Uí ninguno,
(iu<-- ninennn como
finmn tú,
l i i juzgue
itivonn mal
m«i de
A.. la
I _ virlud
. . . . . . . . I qne i •
aunque indigna pecadora , soy cristiana. Mandóla el pre-
Dios da a sus siervos.
sidente dar crueles palos, y sucedió mientras la herian un
8 LA LEYENDA DE ORO DIA 3.
gran terremoto ; y snllando una astilla de un palo de aque- Mauricio y Justino, A este último le escribió una carta so-
llos con quo herían á la inocente virgen, le dió al presi- bre el culto de las santas i m á g e n e s ; que es citada por san
dente en un ojo, de cuyo golpe se estuvo abrasando dedo- Juan Damasceno y por el segundo concilio de INicea. S i -
lores del infierno por espacio de fresdias, y c e g ó : y meón fué atacado por una fuerte enfermedad , y murió el
abrasado del dolor del golpe y enfurecido, pronunció dia 3de setiembredel a ñ o r a s , asistiendo á sus funerales
esta sentencia: A Serapia , no solo porque no obedece á todo el clero, el pueblo y algunos obispos, entre los cuales
nuestros emperadores, sino también por haberla cogido estaba san Gregorio, patriarca de Conslanlincpla, que ha-
en mil hecbicertos y encantos, la mandamos cortar la ca- bia acudido á ser testigo de los últ imos momentos del santo.
beza. Al instante los crueles verdugos ejecutaron la senten- San Simeón predicaba continuamente desde lo alto de su
cia: con que la invencible gloriosísima y virgen Serapia dió columna, y sus discursos obraron una infinidad de con-
su garganta bella al cuchillo, y la hermosísima alma a su versiones.
Criador, para que le diese las merecidas coronas de virgen LAS SANTAS EUFEMIA DOUOTBA , TECLA, T EBASMA, VÍRGE-
y mártir. La iluslrísima Sabina tomó su plorioso cuerpo, NES Y MÁRTIRES. —Las dos primeras eran hermanas , y las
y con solemnísimas exequias colocó aquel tesoro y mar- otras primas suyas. Habian nacido en Aquileya, y allí
garita preciosa en un sepulcro , que para sí tenia labrado, derramaron también su preciosa sangre del modo s i -
con hermosura y riqueza; y después tuvo por maestra en guiente. Durante la persecución del emperador Nerón,
el martirio, á quien lo habia sido en la fé. Padeció la glo- fueron presas por orden del presidente Sebaste , y des-
riosa virgen Serapia á los 29 de agosto por los años del pués de azotarlas, abrasarlas en el fuego, cortarles los
Señor de 122 ; pero la Iglesia hace su memoria y fies- pechos y otros crueles suplicios, fueron degolladas por
ta á los 3 de setiembre , que es el dia en que se colocaron Valente , padre de las dos primeras y tic de las segun-
juntos los santos cuerpos de las dos gloriosísimas márli- das. San Ilermágoras recogió sus cuerpos y les dió honro-
tires, discípula y maestra, Sabina y Serapia , y este dia sa sepultura.
es mas célebre en íloma. Escribieron la vida de santa Se- SANTA ÍÍASILISA , VÍRGENT MÁRTIR. — Natural de Nico-
rapia, Ueda , Usuardo y Adon, con la de santa Sabina; demia, á la edad de nueve años fué presa por ser cristiana
Surio, tomo v ; Yincencio Rurgundio , tomo iv, Specul. porórden del prefecto Alejandro, que estaba encargado de
mojor.; el Martirologio romano; Baronio en sus anotacio- hacer cumplir los edictos del emperador Diocleciano. Su
nes y en el tomo segundo de sus Anales, n ú m . 2, y constancia , á pesar de edad tan tierna, enfureció al t i r a -
otros. no, quien mandó que primero la abofeteasen, después que
* SAN MANSUETO, OBISPO Y CONFESOR. — Durante el la azotasen, y no cediendo aun de su primera confesión,
imperio de Constante, hijo de Constantino el Grande flore- la colgaron de un palo, derramaron sobre ella pez, azu-
ció este santo, escocés de nación. Deseoso de propagar fre y plomo derretido, y machacándole la cabeza con
la fé en todas las Gaüns , trabajó con zelo apostólico, unas piedras, la dejaron por muerta. Al caho de un ralo
haciéndose amable á Di )S y á los hombres. Fue con- revivió, y se presentó ilesa ; pero redoblándose entonces
sagrado obispo de T o u l , cuya Iglesia habia engendrado contra ella el furor de los paganos, la metieron en una
en Jesucristo. Murió Heno de virtudes en su misma dió- hoguera , de la cual salió ilesa: después la arrojaron á
cesis. los leones, que también respetaron su persona. Librada
SAN SIMEÓN STILITA , LLAMADO EL JOVEN, PENITENTE.— milagrosamente de tantos tormentos, salió de la ciudad,
Nació en Antioquía en l i l i , y desde su infancia se retiró y siendo atormentada por la sed, se puso en oración, y
al monasterio, llamado «Montaña a d m i r a b l e , » situado salió de unas rocas un manantial de agua viva , en la cual
en los desiertos de Siria. Estuvo algunos años sirviendo á han encontrado después salud los enfermos. Finalmente,
un religioso del mismo monasterio , que hacia penitencia poco d e s p u é s , estando arrobada en divina contemplación,
el Señor se la llevó á s í , y le dió la corona debida á su
sobre una columna no lejos de la comunidad , y se dedicó
virginidad y á su martirio.
con todo su corazón á ser liel imitador de sus virtudes. Un
dia que encontró un leopardo , lo condujo al pié de la co- SAN SÁNDALO , MÁRTIR.—El breviario de Córdoba dice,
lumna de su maestro con tanta facilidad, como si luibie- que este santo es uno de los fieles dichosos que en aquella
sc sido un animal doméstico, y al ver el ermitaño aque- ciudad padecieron por Jesucristo, cuando los gentiles con
lla fiera que con tanta sumisión obedecía á la voz de un mayor furia y crueldad perseguían su Iglesia. Martin de
n i ñ o : concibió las mas altas esperanzas de su discípulo. Roa , en su Historia de los santos de Córdoba, dice , que
Pasado algún tiempo , le mandó que viviese también so- su culto es muy antiguo, y añade estas palabras: n Guardó
bre una columna , á cuya disposición se conformó desde á Dios gran fidelidad en confesar su f e ; y habiendo pe-
luego Simeón como si hubiese sido el cielo quien se la die- leado muy bien , acabó su carrera dichosamente. La razón
ra. En ella vivió por espacio de sesenta y ocho años, en- y manera de su martirio, aunque no quedó escrita para
tregado á una continua contemplación y á las austerida- memoria de los hombres, lo está en los cielos en el libro
á e » d e la mas rigurosa penitencia. El Señor manifestó la de la vida donde le estaba guardada la debida corona que
santidad de su siervo por medio de un gran número de le dió el Señor en tiempo, como se cree, de la cruelísima
milagros, que tuvieron por principal objeto la curación do persecución de Diocleciano. » Hasta aquí el autor citado,
todo género de enfermedad. Fué también famoso en el don sin que se encuentren en otra parte documentos que den
de profecía, y un autor contemporáneo del santo dice noticia de las circunstancias de su vida y muerte.
que leia los secretos del corazón de los que iban á con- SANARISTEO Y SAN ANTONINO, MÁRTIRES.— El primero
sultarle, acerca de la salvación de su alma. La fama de sus parece fué obispo de Capua , y el segundo era un niño de
virtudes corrió por todas partes: era venerado en lodo el la misma ciudad , educado por el venerable, obispo , y
universo, V respetado principalmente por los emperadores bautizado á los diez años de su edad. Después de algunos
4, SETIEMBRE.
afios , siendo discípulo y maestro ,dQs vasos do eU-ccion
para la causa de Dios , dos hoslias agradables y santas, DIA i
fueron sacrificados por los gentiles y volaron al cielo co-
ronados con la a u r é o l a del marlirio. SANTA ROSA DE VITERBO, VÍRGEN.—Al tiempo que el e m -
Los SANTOS ZENON YCABITON, MÁTIRES.—Parece que fue- perador Federico I I , cruelmente tirano , y enemigo del
ron de Grecia , y según el Martirologio , presos por ser vicario de Cristo y de toda la Iglesia , con pretexto de
cristianos, negándose á ofrecer adoración á los dioses pa- paz y reconciliación con el sumo pontífice Gregorio IX , á
ganos , Zenoufué metido en una caldera de plomo derre- cuya falsa voz dió crédito fácilmente la insigne ciudad do
tido y á Garitón lo echaron en un horno encendido , con- Viterbo, por lo mucho que lo deseaba , viendo tan o p r i -
siguiendo así los dos la palma del martirio. mida la silla apostólica , pues nunca se ha visto mas que
SAN AUSANO, OBISPO Y CONFESOII.— Nació de nobilísima en aquel tiempo , ni mas abatidos los pobres cristianos,
familia en Milán , de cuya ciudad fué nombrado después con la soberbia y dominio de pérfidos herejes , siendo
obispo por el papa Juan 111. Uabia pasado su juventud en sola esta ciudad la que habia quedado á devoción del pon-
el estudio y la oración , de modo, que cuando fué eleva- tífice ; dió libcralmente entrada al tirano, por ser paso
do al episcopado , desde luego empezó á dar muestras de para Roma , de donde dista unas cuarenta millas, que son
su sabiduría y sólida piedad , en la reforma do los abu- trece leguas , con cuyo permiso tuvo ocasión el cruel
sos , en el arreglo espiritual y temporal de su diócesis y emperador dc apoderarse de la ciudad y dominarla, lle-
en el zelo que desplegó en favor de las verdades de la fé nándola de herejes é insultos, tanto , que movió al pon-
que eran conbalidas por los herejes. En la irrupción de los tífice á que publicase la santa cruzada contra el dicho e m -
b á r b a r o s del norte, prestó á sus ovejas beneücios incalcu- perador , y excomulgarlo y maldecirlo, como á sacr ilego
lables, y últimamente murió en paz, el dia 3 de setiembre y rebelde á la santa Iglesia católica. A este tiempo, pues,
del afio 568. que era el año de 1240 , cuando la primavera apunta sus
fragantes rosas , nació (debajo del palacio del tirano Fe-
SANTA FEBES , DIACONISA.—Fué de Corinto y abrazó la
derico , y junto al convento de Santa María de las Rosas)
religión cristiana pór la predicación de san Pablo, de quien
de Juana y Catalina , pobres poro nobles casados í mila-
fué digna discípula. El apóstol, en su carta á los roma-
grosamente , porque fueron estériles ántes y después) la
nos, cap. 16 , les dice estas palabras : « O.s encomiendo
bendita santa Rosa, para ser freno al impío Federico y sus
á Febes , nuestra hermana , que está en el servicio de la
secuaces herejes, ejemplo á la vida religiosa , imiiadora
Iglesia de Cenchrea : que la recibáis en el Seíior como de-
de la vida déla mas divina rosa, Cristo Jesús, y admiración
ben los santos , y la ayudéis en tcxlo lo que os hubiere me-
á los cielos, enriqueciéndolos con las fragrancias de fus
nester; porque ella ha asistido á muchos, y á mí en par-
olorosas y admirables virtudes. Los prodigios y maravillas
ticular. » Los bolandistas son de opinión que murió en Co-
que sucedieron en el nacimiento de esta santa fuerongran-
rinto por los últimos anos del siglo I .
des, dando anuncios de su virtud y santidad ; pero en
SAN AIGÜI.FO , T OTROS MONGES , MÁBTIRES.— El primero
la confusión de tantas desdichas como experimentaba V i -
rra abad y los otros religiosos del monasterio de Lcrins.
terbo con la entrada del cruel tirano Federico ; loda la
Vivia aquella santa comunidad en la observancia mas per-
alencion estaba dedicada al yugo que los oprimia : y así
fecta de la vida monástica : pero como en las reuniones
no se observaron.
mas escogidas permite Dios que haya siempre algún mal-
vado para prueba y purificación de los buenos, hubo No se ha podido averiguar el dia propio do su nacimien-
^ m b i e n en aquella casa dos monges perversos, que no t o ; pero sí , que en breve fué conducida á la iglesia, para
queriendo conformarse con las prácticas de disciplina y r i - que con el agua del sagrado bautismo b ó r r a s e l a culpa
^0r que el santo abad habia establecido , se conjuraron heredada de sus padres , y comenzase á mosírar la justifi-
t0n'ra él y los que le obedecian , y armaron un complot cación que la ilustraba, de que dió maravillosos indicios
Para perderlos. Efectivamente, Aigulfo y sus fieles discí- desde su tierna infancia, despreciando al mundo, vivien-
|ÍU 08 fueron víctimas de su piedad , muriendo degollados. do pobremente , y macerando sus delicadas carnes con
Pues de habérseles arrancado la lengua y los ojos, en ayunos, abstinencias y mortificaciones, por el amor entra-
e ^ g ^ 0 Cie 1038 dc trein,a » 61 dia 3 de setiembre del ano ñable que tenia á su esposo Jesús , á quien procuraba
mo i a ma.llos de ^os revoltosos. La Iglesia los venera co- imitar , teniendo por dechado su paciencia y humildad , en
pl0(jeniart'rcs , para dar á todos sus hijos el ilustre ejem- que se ejercitó tanto, que j a m á s le cansó tedio alguno el po-
^ quenosolo se alcanza la palma del martirio, murien- co cuidado quetenian en alimentarla; pues descuidándose
rado0r ^rden do ^os liranos i s*no í110 también son hon- su madre los dias enterosde aplicarla al pecho , era Rosa
el m •C,0n eS*e P1'00'080 dictado todos los que , conociendo una piedra i n m ó v i l , hallándola siempre de la suerte que
Sacr'fi ^ Va'01 ^e SUS ^S30*01168 cristianas , se dejan la habia dejado , sin dar señales de su hambre , ni hacer
3 V lcar ántes que hacer traiciona su conciencia, ni faltar ruido alguno , con una santa quietud mirando continua-
nslnguna de esas obligaciones. mente al cielo , como centro de todas sus esperanzas. Las
AN REMACLO , OBISPO DE MASTRICU , CONFESOR.—Flot'O- primeras palabras que se le oyeron pronunciar, fueron el
« a m e d i a d o s d e l s i g l o V H . S a n E l o y l e nombrg primer dulcísimo y santísimo nombro de Jesús y do María s a n t í -
«fau del monasterio que fundó en Solignach. En 650 fué sima , sin pecado concebida ; y después continuamente los
^ l o o b s p o , y e n e e i m u r i ó c o n g r a n o l o r d e santidad. nombraba , como quien los tenia dentro de su amante co-
m MACNIS:O , OBISPO DE IRLANDA.—Fue d primer obispo razón. Luego que pudo dar los primeros pasos , todo era
hincarse de rodillas delaníe de las imágenes sagradas de
e l d n T ; ' en Irta;,dalSan 01«a« su maestroTy murió
3 do setiembre de 513; otros dic.n que en 506. Jesús y María santísima , que tenían sus padres en casa,
como devotos , humildes y buenos cristianos ; y como
TOMO t i r . o
i O LA LEYENDA DE ORO MA 4-
talos daban documentos á su querida Rosa , y ella los ob- Ardia Rosa en deseos de amar á Dios, y visitar sus
servaba con gran punüialidad. santas iglesias : oslaba delanle del santísimo Sacramefilo,
Así como la rosa nace y es aplaudida señora entre las y demás imágenes, tan devota y atenta , que movia á de-
flores ; así quiso Dios escoger á esta su sierva , para que voción y reverencia á los circunstantes. Observaba los
con los labios de leche , sin capacidad ni ciencia alguna, divinos misterios,y ola la palabra de Dios con tal aten-
con débiles alientos hiciese señalados, prodigios , para ción , que acabado el sermón , le repelía y decia todo:
honra de su Criador Jesús y exaltación de la santa fe ca- cosa que causaba admiración en una niña de tres a ñ o s ,
tólica. Apenas llegaba á ver las luces del segundo año de aun no cumplidos , en que descubría no solo feliz memo-
su nacimiento, cuando empezó á descubrir el tesoro rico ría , sino gran juicio y prudencia, repitiendo con mas fer-
que acaudalaba de santidad y devoción con efectos mara- vor y afecto los buenos y saludables documentos, y
villosos ; pues si oia hablar de cosas divinas , aplicaba ripru\echándose de ellos en todas sus acciones, afrenta
una extraordinaria atención; imitaba las buenas obras de grande de los que van solo á notar si el predicador so
sus padres con una santa simplicidad e inocencia ,'<le la equivocó: sí repitió muchas veces una cosa: si tiene g r a -
cual mostró Dios un patente milagro, y fué , que estando cia en el decir:, y otras cosas que observan los maldi-
un día retirada en un aposento de su casa , con un peda- cíenles, y que solo van á que su ociosidad se entretenga
cilo de pan en la mano , llegándole á las delicadas en- en la murmuración , sin advertir el respeto que se debe
cías entraron diversos pajarillos ( cosa hasta entonces j a - al expositor de la palabra divina. Era Rosa hija de pobres
más vista en aquel aposento) , y volando al seno de la padres ( como dijimos) y andaba buscando nuevos modos
candida virgen Rosa, y puestos en sus brazos y manecitas, de ser mas pobre, y deseando, sor monja, y abrazar la po-
picaban las migajas de pan , que mal quebrantado des- breza espiritual, acaudalar riquezas colcslialos, y consa-
perdiciaba y caian de su boca ; y la santa inocente, con grarse á Cristo en eterna pureza y castidad, vivia retira-
una mansedumbre y paz a n g é l i c a , los cogia y besaba, da en el mas pobre aposento y rincón de su casa , de
haciéndoles mil caricias y halagos; y do esta forma csUi- donde hizo celda para toda su vida, y de donde j a m á s
ban entrando y saliendo de la habitación de Rosa, como salió, sino es por obedecer á sus padres : su cuerpo Iraia
si fuese en su propio nido: de que admirados los que se vestido de tosco sayal á raiz de las carnes ; andaba la
hallaban presentes, dieron á Dios las gracias. De aquesta pobre inocente con los piés descalzos , pisando los abro-
suerte entretenía su tierna edad de bendita niña , prosi- jos y espinas con gran gozo de su alma, la cabeza siempre
guiendo este prodigio de los pájaros repetidas veces, y descubierta. Así maceraba en la lernura de tres años sus
particularmente las palomas se dejaban halagar de sus débiles y delicadas carnes , y así lo observo hasla el fin
benditas manos por instantes, aunque mas montaraces fue- de susdias, imitando á su amado y dulce esposo J e s ú s .
sen, y que al menor ruido de otra persona humana huían.
Fué la santa y betulita Rosa tan hermosa , que pudiera
Ya en esta edad tan tierna oraba, enseñada de Jesús: encender su vista los mas muertos apetitos; pero con lanía
tí cual viendo el fragante olor d é l a simplicidad de Rosa, simpleza, modestia y honestidad en el h á b i t o , en las cos-
escogida para el paraiso, se compadeció, y mostró evi- tumbres, eu las acciones , y en todas las demás partes y
dentes señales de su misericordia; porque viendo que calidades del cuerpo, que cualquiera que la miraba, no
suspiraba y se afligía Rosa por los desafueros de Fede- tan s;)lamentc no le provocaba á deshonestidad, sino que
rico y sus aliados, herejes y rebeldes lodos á la Iglesia quedaba edificado, recibiendo en sí una virtud de g l o r i -
de Dios, quiso su divina Majestad íibrar á Yirberbo de ficar á Dios y servirle eternamente; que es lo que suce-
tanto enemigo por la intercesión de esta niña. Para eso, día á los (jue miraban aquella t ándida Rosa de las florestas
cumplidos los dos años de su edad, habiendo muerto una del cielo, y blanco lirio de la santísima Trinidad, que
tia suya, después de estar un dia entero el cadáver en el siempre está fresca y hermosa , María santísima , mi Se-
féretro, ya cuando le querían dar sepultura, viendo la ñ o r a , sin pecado concebida. Correspondían Igualmente en
niña Rosa la aflicción de sus padres , y d e m á s parientes Rosa las partes del espíritu á las del cuerpo , poseyendo
y circunstantes, llegándose al oscuro féretro, y tocándole, todas las virtudes necesarias para ser una alma noble y
por i m i t a r á Cristo, llamó enalta voz á su lia por su n o m - excelente á los ojos de los hombres, y justa y santa á los
bre, i O maravilla eterna de Dios I aquella voz de leche, de Dios. Fué virgen toda su vida, casta, pura y santa de
organizada del Espíritu Santo, hizo ahuyentar la muerte cuerpo, do pensamiento y de espíritu; y para conservar
pavorosa ; y abriendo los ojos la l i a , cobró el espíritu v i - esta pureza , ayunaba y se disciplinaba continua y r i g u -
tal , tornó de muerte á vida , y resucitó, quedando buena rosamente: y se observó que j a m á s se le vió mirar al
y sana, y viviendo despuesmuchos años. ¿ A quién no ma- rostro á hombre mortal. Siempre fué asistida de los doce
ravillaria este milagroso prodigio? ¿ Qué corazones no se frutos del Espíritu Santo, y de las virtudes teologales y
enternecerían de ver una gracia lan singular en edad tan cardinales; y con estas virtudes adornaba su bendita a l -
tierna? ¿ Que espíritus no se moverían á seguir el estan- ma. Fueron continuos los. éxtasis y raptos que tuvo: las
darte de Cristo ? Tanto conmovió la voz y fama do este visitas de Jesús , de María santísima y de los ángeles ,- y
m f i a g r o á t o d a la ciudad, que bastó á que, puestos en los milagros prodigiosos, no cesando desde los primeros
arma lodos los católicos, se librasen d é l a opresión de alíenlos de su vida basta el último parasismo de ella, de
Federico y los suyos, dando la libertad á muchos carde- publicar milagrosamente sus excelentes virtudes y santi-
nales que tenia presos y otros infinitos católicos. Así dad , y dando continuas ocasiones de alabanzas al Cria-
quiere el Señor entre gente incrédula y enemiga de su dor , como de quien provenían todas estas acciones. Pre-
Iglesia santa, mostrar su divino poder con la santidad de dicaba públicamente en las calles, plazas é iglesias, la
unanifia, casi del pecho, para reprimirla arrogancia heré- palabra de Dios, detestando y abominando los pecados:
tica v exaltar la fé católica. persuadía la observancia de la fé católica, y la obediencia
UIA 4. SETIEMBRE. M

ul y paslur universal du toda la Iglesia ; disputaba rlferas rosas de varios colores, siendo por el rigor del
con los herejes sus perseguidores: interpretaba los sagra- invierno , cuando el hielo tiene todas las plantas consumi-
dos lugares y textos de los sanios padres, profetas y das. Atónito y confuso el padre de este milagro, conoció
evangelistas, declarando las cosas mas dificultosas de claramente que quien podía transformar el pan en rosas,
ellos con una doctrina celestial y tan profunda , que ha- sabría también mulllplicar y pagar lo que se daba á los po-
cia quedar atónitos y confusos á cuantos la escuchaban : y bres, aunque fuese quitándolo del necesario sustento : y
tanto era mas digna de admiración su doctrina, cuanto asi levantó el p r c c e p l ^ á Rosa, dejándola libre en la ope-
sabian lodos que ni habla estudiado, ni sabia leer ni es- ración de sus limosnas, y d e m á s obras de misericordia
c r i b i r , ni tenia edad ni posibilidad para haberlo aprendi- espirituales y corporales.
do: con que habían todos de confesar, como lo hacian, Hurtaron á l a madre de Rosa una gallina que tenia de
que era doctrina celestial infusa la suya. Su vida era un varios colores, por lo cual era eslimada : y viendo la n i -
perpetuo ayuno y vigilia, y tanto, quedaba y causaba na que pasaba á extremo el sentimiento que su madre
admiración á lodos, y parecía imposible que. naturalmente hacia, llamó aparte á una mujer vecina, que con su espí-
pudiese vivir con las abslinencias que hacia. En los ejer- ritu profélico supo la habia hurtado, y díjole con caridad
cicios espirituales era incansable , y tan dada á las obras y humildad volviese á su madre la gallina, pues ella la ha
de misericordia , que no tenia reposo ni sosiego , cuando bia llevado, y conocia el sentimiento grande de su madre
no se ejercitaba en ellas. Consolaba los aiflgidos, y los La mujer, mas airada que compungida, comenzó á dar
acompañaba en sus miserias. Visitaba conlimiamente los voces y á tratar mal con palabras á la sania n i ñ a ; pero
enfermos y encarcelados, procurando s;mar á unos, y l i - apenas acabó de negar la verdad, cuando le nacieron en
brar á otros con sus penitencias y oraciones, sanando tu- el rostro una multitud de plumas del mismo color, que las
llidos , dando visla á ciegos, oido á s o r d o s , vida á difuu - de la gallina, pareciendo ser las mismas, con asombro de
los y haciendo otros innumerables prodigios. los que se hallaron presentes, que eran muchos los quo
No es posible que criatura humana tenga palabras para hablan concurrido á las voces que ella habia dado l l a m á n -
ponderar y explicar la caridad de esta santa y pura v i r - dolos para que viesen su afronta. Confusa y corrida la m u -
gen; pues parecía díspensera del cíelo para lodos los ne- jer , sacóla gallina de donde la tenia escondida, y la res-
cesitados. Y a s í , cualquiera que se vela en alguna aflic- lituyó, confesando á voces su culpa y pidiendo á Dios
ción i de cualquiera cal¡d;id que fuese, recurría luego á perdón de ella: lo cual visto por Rosa, hizo oración á
Rosa, como en quien Dios tenia puesta la virtud de la su amante Jesos, para que suspendiese el cas' ígo de aque-
caridad. V si bien nos acordamos, aun los pájaros volando lla miserable; pues merecía el p e r d ó n , por hallarse arre-
se venían también á valer de este sagrado, y no con poco penlida de su culpa. Apenas la nina hizo su petición, cuan-
'mslerio recogían con sus picos las migajas que desper- do la oyó aquel piadosísimo Señor, y libró á la mujer do
diciaba. Parecíale al padre de la bendita Rosa, que su aquella nota y fealdad, quedando su rostro como á n t e s , y
hija era muy liberal en darlo que él sudaba y ganaba con su corazón compungido y enmendado, para no cometer
tanto a f á n , y sentía fuese tariia su candad; y así muchas en adelante semejantes insultos.
veces la reprendió, para que se abstuviese de aquel iiiren- Siendo de siete años Rosa iba á la fuente con un cántaro
dioamoroso, porla imiclia pobreza en que se bailaban. No de agua, sirviendo y obedeciendo en esto, como en todo,
le faltaron palabras ni disculpas á la santa niña inspirada á su madre; rompiósele á otra muchacha , que estaba j u n -
del Espíritu Sanio, para aquietar á su amado padre; pero to á ella, el sin o: comenzó á llorar y decir que Rosa se
habiéndola probibido no prosiguiese mas en dar lo que no lo babia quebrado: acudió la madre ; y creyendo á su h i -
trabajaba, ni a d q u i r í a , y siendo ella tan obediente y ja volvió como una fiera leona contra Rosa, diciéndolo
observante, h u m ü d e m e u t e cedió a su volunlud, y escon- mil injurias y baldones , y á grandes voces chipaba á la
diendo el poco pan que ella había de comer, lo guardaba madre de Rosa, diciendo que le consentia este y otros de-
P^ni los pobres, satisfaciendo su sania y piadosa inclina- s ó r d e n e s , con capa de hipocresía, y que bija y madre
Cl.on1 primero que su hambre : y siendo tan corla su por- eran unas embusteras. Gustosa sufría nuestra Kosa aque-
) era bastante á satisfacer lodos los pobres que á ella llas afrentas por su esposo Jesús ¡ mas viendo que no ha-
Lniiin, que no eran pocos: pues así como Cristo Díen bia medio de aquietar á la mujer con humilde? disculpas,
|lüeslro uuilliplicó los cinco panes en el desierto ; así nues- y que á sus voces se juntaban mil almas, escogió el mejor
'a bendita Rosa por virtud divina multiplicaba todos los medio, para confundirla y avergonzarla, ya que sus dis-
la8 su corla porción de pan, y hacia que abundase para culpas no bastaron. Trató de volverle su cántaro entero co-
61 socorro de muchísimos necesilados. Afiadiéronse pro- mo estaba á n t e s ; y así recogiendo los pedazos de é l , que
digios á prodigios : porque saliendo Ufl día apresurada con eran innumerables y p e q u e ñ o s , alzó los ojos al cielo y al
""os pedazos de pan en el seno, para socorrer la necesi- instante volvió y se vió el cántaro entero y sano en las
^ ' d de unos pobres que había oído pasar por la calle, la manos de Rosa puras y santas, sin hallaise en él señal
w e o n t r ó su padre que venia de fuera : y viéndola ir tan alguna de que hubiese sido roto, con que se le restituyó
(" esurosa, y que el bullo que mostraba era pan que lle- entero á la avara y soberbia mujer, que tanto habia ofen-
víiba á los pobres, conlravinieiido al mandato que le habla dido y maltratado á aquella inocente y'pura Rosa. La m u -
pueslo; con rostro severo y voces impacientes lo dijo, jer se fué corrida, j la mullituddegi'tiíc no cesaba de dar
M^c descubriese el seno y mostrase lo que llevaba en él. gracias á Dios, que tal virtud había dado á su querida
Púsose Rosa como una ro^a, sonroseadas de su temor las Rosa.
"H-jillas; y obediente y humilde descubrió lo que llevaba. Como sus deseos eran de ser religiosa , y en Vilerbo no
Mfiat, ió maravilloso Dios! en vez del pan que habla es- habia por enlom es mas convento que el de Santa Mana de
condido , descubrió el seno lleno de hermosísimas y odo- las Rosas, del orden de San Benito, donde ( q i i z á por
12 LA LEYENDA DE ORO DIA 4-
disposición divina para que campease para la virtud de que se vieron caer de sus ojos grande abundancia de l á -
Uosa) no la quisieron recibir, ó por muy niña ó muy po- grimas ; y en aquel instante , en que la santa oraba ; se
h r e ; ella hizo (como ya dijimos) convento de su casa, eli- rindió Damieta al santo rey , con fuga de los enemigos de'
giendo por celda un aposentillo tan oscuro y estrecho, que nombre de Cristo , sin haberse derramado una gota de
solo cabia la santa, y una tabla que tenia por cama , sin sangre cristiana. Mas de un mes después de la revelación
mas aderezo ni ropa : allí continuamente estaba en ora- de Rosa v i n o á Dalia el aviso de la victoria , y se halló
ción : allí se le pasaban las semanas enteras, sin comer ser cierto cuanto había dicho , y en el mismo instante y
ni beber viviendo de milagro: allí se daba tan crueles dis- hora que la santa niña oraba por la felicidad de las armas
ciplinas con unas cadenas de hierro, cuyos remates eran cristianas.
unos agudos garfios, que bafiaba en sangre las paredes, Esta misma noche, que era la vigilia de san Juan Rau-
(echo y Mielo de su cueva , que no era otra cosa su habi- tista, de quien era muy devota, se le apareció la V i r -
tación , quedando algunas veces desmayada y sin fuerzas, gen santísima, acompañada del coro de las v í r g e n e s : y
caida en (ierra revolcada en su misma sangre, que derra- ella como si no hubiera tenido enfermedad alguna, se l e -
maba con muchas lágrimas por la conversión d é l o s peca- vantó de la cama para recibirla y adorarla. Tuvo con ella
dores, vesüda siempre de un áspero cilicio, lodo á fin de la soberana Reina de los ángeles María santísima, sin pe-
aplacarla divina justicia. Viéndose confundido el dragón cado concebida, divinos y varios coloquios, y al (in la
infernal, y vencido de una inocente y purísima Rosa , es- mandó que por la maílana fuése á h iglesia, y allí se h i -
cogida de Dios y guardada de los ángeles , no se atrevía ciese corlar el cabello y se vistiese el hábito de San Fran-
á mirarla ; pero pensó que si Rosa llegase á tocar y pa- cisco. Fué por la mañana, con asombro y admiración de
decer el castigo de la mano de Dios, que la impaciencia sus padres y de tidas las personas que la miraban tan e n -
obraría y daría materia á q u e con su induslria y engaños, ferma y descaecida; porque la veían tan sana y buena"
obrasen sus insidias; pero quedó engañado al doble y con- como si nunca hubiera tenido enfermedad. Dljole su m a -
fuso , porque la virtud de Rosa se perfeccionó mas, y a d - dre, quede dónde buscaría el h á b i t o , y ella le respondió:
quirió quilates de mayor valor en la enfermedad, y regalo Debajo de la cabecera de mi cama lo hallaréis. Y así fué,
divino. F u ó , pues, visitada del Señor con una gravísima que sin duda se lo trajo quien tantos favores le hizo aque-
enfermedad, debilitada y afligida con susrigurosisimas pe- lla noche, para que aun en la lierra adornase su cuerpo
nitencias y abstinencias; mas con una singular paciencia, Rasa de prendas celestiales. Y habiéndose desnudado las
bendiciendo y alabando siempre á Dios, no cesaba de mas ricas galas que se hallaron en Vilerbo, enviadas á
persistir en sus continuas oraciones, y en los mas ardien- ROM por las mismas señoras, juzgándose por muy dicho-
tes ejercicios espirituales que le permiiia su indisposición. sas en que Rosa las vistiese, cortados los cabellos, vestido
Aunque mas la afligian sus padres procurando disuadirla su sanio hábito y cilicio, descalzos los piés, con un c r u c i -
de semejantes ejercicios, por considerarla moribunda; solo fijo en las manos, alabando los santísimos nombres de Je-
permit ió (por obedecerlos) la sacasen de su cueva y cárcel, sús y María, predicando penitencia, ablandando los dia-
y pusiesen en una decente cama. mantinos corazones do los pecadores, y causando admira-
Duró su enfermedad mas de un a ñ o , y locó el nono de ción, espanto y horror a los enemigos de la fé católica, se
su edad, bailándose tan empeorada en el achaque, que volvió á su casa seguida de todo el pueblo con admirable
postrada totalmente, muerto el color, quedó sin sentido devoción. Y aunque no consiguió entraren el monasterio
y sin habla, juzgándola todos por muerta; pero lo que de Sania María de las Rosas; con todo se sujetó á los tres
pareció muerte, fué un éxtasis que le duró fres dias con- votos de castidad, pobreza y obediencia, y á todas las de-
tinuos, en que le mostró Dios la gloria, prenda que había más obligaciones de la religión, é hizo profesión de obser-
de gozar, y asimismo las miserias del lóbrego calabozo var la regla de Santa Clara debajo la del seráfico Franci-;-
del infierno. Volvió en sf: y abriendo los ojos, adviiiió á co: ta cual observan ahora á imitación de Rosa, vistiendo
los circunstantes (que eran muchas y devotas personas) su mismo pobre hábito las religiosas, que ánles no la
que hiciesen penitencia de sus pecados; porque había visto quisieron admitir, teniéndose por muy dichosas en tener
el estado de los justos y el de los condenados, nombrando después demuerta en su poder la estimable joya del cuer-
y dando señas de diferentes personas que ni había visto ni po de aquella que no quisieron recibir en vida: lodo
podido ver en este mundo, por haber mas de veinte años lo cual les profetizó la niña llosa cuando la desecharon.
que eran muertas ántes que ella naciese : d é l o cual que- Encerrada en su celda ó cueva, continuó su salud, y con
daron todos maravillados y compungidos. Gastó lodo este ella sus antiguos rigores y penitencias, sin desnudarse j a -
día en que volvió del éxtasis, en predicar divinamente sin más aquel sanio hábito y cilicio. Tuvo por superiores á
comer ni beber cosa alguna , dando á entender en cuanto sus padres, sin cuya licencia no salía jamás de su celda
decia y obraba que su conversación y pensamientos no ni hacia cosa alguna. Las oraciones, abslinencias, disci-
moraban en la tierra eníre los mortales, sino en el cielo plinas y mortiticaciones que allí hacia de dia y noche, fue-
con los bienaventurados; y así pasó toda aquella noche ron innumerables cuanto prodigiosas, ni oidas otras seme-
sin dormir un inslanfe. Estaba en este punto san Luis IX, jantes á ellas, llegando con esta penitente vida á los diez y
rey de l'ranciit, en la provincia de Sora , á vista de Da- ocho años de su edad, con admiración y aclamación de
mi'eta , dudoso y con poca esperanza de victoria : vio Rosa aquel siglo. Su casa era frecuentada de infinitas almas, que
por virtud divina el estado de aquel ejército cristiano ; y por las oraciones y pláticas de Rosa se convertían á
dijo en alta voz a los que la asistían : Roguemos devota- Dios.
mente á Dios , que conceda fanlo poder y lanío valor al Aparecióle un día visiblemente Cristo nuestro Ríen cla-
rey de Francia , que pueda deshacer y desunir aquella vado en la cruz, lleno de sangre y cardenales, desfigura-
gente enemiga. Con esto ge quedó en oración Ion fervorosa do, mallralado, y las carnes tan rolasy deshechas á crue-
SETIEMBRE.
es golpes que provocaba á llanto su vista. Rosa sintió en firmaba el Altísimo, de que se pudiera hacer un grande
^ corazón y alma tanta compasión y dolor, qus como si volumen; mas por abreviar referiré uno solo, por porten-
a atravesasen con crueles lanzas, se halló tan dolorida y toso, aunque cualquiera lo era; pues daba vista á los cie-
'an falta de aliento, que á grandes voces imploró el favor gos, voz á los mudos, pies á los cojos y hacia otros infini-
•'e la sacralisima Keina de los ángeles, y postrada á l a ve- tos, para confusión de los herejes y confirmación de los ca-
'lenicncia del dolor, cayó en tierra como muerta; mas v o l - tólicos: no siendo el menor el que sucedió infinitas veces;
viendo en sí, derramando un mar de lágrimas de sus tier- y era que, como la sania era tan niña, y acoulecia muchas
"os y amorosos ojos, arrancándose de dolor los cabellos, é veces ponerse á predicar en las plazas sin prevención de
biriendosn delicado pecho con una piedra, pronunció es- silla ó bufete, no alcanzando á verla el numerosísimo con-
t is p f M r r a a : Badue y Señor m i ó , ¿quién ha sido el agre- curso de la gente, lo remediaba el Altísimo, levantándo-
do • de tanto d a ñ o ? ¿Quién os ha puesto tan lastimoso? la en el aire sobre la piedra misma en que se bailaba, la
¿ Qüién os ha ofendido y malfrnta:lo así? Respondedme, cual permanecía así todo el tiempo que duraba el sermón,
mi Jesús. A cuyas amorosas preguntas respondió Josns: y en a c a b á n d o l e , se volvía la piedra á su centro y la
Kl airo;- y el ardor. Y Rosa prosiguió : ¿Quién os ha cla- nin i con ella á tierra. Disputaba con los herejes imperiales
vado en esa cruz ? Y el divino Redentor dijo: Kl pecado y y los confundía á todos; de lo cual, corridos y avergonza-
61 furor humano. Aquí sacando Rosa del corazón inflama- dos, no pudiendo sufrir que una nina los venciese, la acu-
do ardentísimos suspiros, gritó en alta voz: Misericordia, saron al presidente imperial por alborotadora del pueblo,
Ssfior, misericordia. Y sintiendo otra vez arrancársele las hechicera y loca, y la llevaron á su presencia de la mane-
entrarías de dolor, cayó en tierra desmayada y quedó ra que fué llevado Cristo, Ríen nuestro, á la del presidente
como difunta. Yolvió del desmayo, y bailada en sangre de Poncio Pilato, arrastrada por los suelos, herida y maltra-
los golpes que se daba, llena de lágrimas y con un cruci- tada, arrancando sus cabellos. ¡ Qué impiedad con una niña
íijo en las manos, salió por las calles predicando peniten- de diez a ñ o s ! Y con la misma crueldad la pusieron en la
cia , conmoviendo á todo el pueblo á que pidiese miseri- c á r c e l , sin oírle otra palabra de su inocente boca, que:
cordia y perdón de sus culpas. Yiva vuestra fé, mi Dios, socorred vuestros fieles, y no
permitáis que prevariquen.
Grandes fueron los marlirios que esta delicada niña eje-
('u!ó en su cuerpo, por haber visto á nuestro Redentor Je- No pararon los perversos herejes, hasta que hicieron
sucristo tan maltratado y herido. Pero como después de con el presidente que sentenciase á muerte á la inocentísi-
'os m-irlirios y penitencias viene el premio de la gloria, ma Rosa, amenazándole [como los judíos á P í l a l o ) , por
con la consideración del Sefior; así le sucedió á Rosa, que si no lo hacia, le acusarian al emperador Federico. Temió,
despuos de af]uel!as terribles aflicciones, estándose r e t i - después de dada ta sentencia, el presidente un alboroto
rada en su acostumbrada oración y devoción, le apareció en la ciudad ; y así la mitigó con que saliese desterrada
de nuevo Cristo J e s ú s , glorioso y resplandeciente porcon- con sus padres, pena de la vida de los tres, si no salían
sohrla y regalarla, como á su amada esposa: con cuyo fa- al instante. Con esto, los crueles herejes la llevaron d á n -
vor quedó w^sn toda gozosa y alegre, tanlo , que á lodos dole muchas heridas y porrazos, fuera de la ciudad, donde
Jnoslraba la alegría de su alma, líscogióla sg esposo Je- la dejaron así herida y maltratada, en compañía de sus
s ú s , para que cultivase la viña de la Iglesia , dándole ofi- padres, y cerraron las puertas. Era en el rigor del diciem-
cio de apóstol, en que salió admirable al mmidoy agrada- bre, y cala tanta nieve y hielo, que no daban paso que no
ble al cielo; pues sin haber salido jamás de su oscura c e l - se sepultasen en ella : y finalmente , perdidos y desconso-
da , ni haber tenido maestro alguno, ni vislo libros como lados, los cogió la noche en la montaña, y así en la nieve
ya dijimos, la llenó de sabiduría y espíritu divino: y asi, y al frió la pasaron. Solo Rosa se consolaba, porque pade-
para cumplir su ministerio, iba todos losdias por las calles cía por su esposo Jesús, si bien la afligía nuicho el ver pa-
de Yiterbo con un crucilijo en las manos, subiéndose á ios decer por osla causa á sus padres. Al fin Dios, que no se
P'ilpilos de las iglesias, y sobre sillas y bufetes en las pla- olvida de ios suyos, y mas cuando por su amor padecen,
Z!1s, predicando públicamente la observancia do la fé ca- los guardó y abrigó aquella noche: y á la mañana, ama-
tólica, la obiMliencia que se debe al vicario de Cristo, la neciendo el dia claro y sereno, les señaló un camino ho-
Penitencia que se debe hacer por los pecados , el premio llado y bueno, que iba á la ciudad de Sorano, distante
l ú e esperan los buenos, y el castigo que hay para los ma- nueve millas de Viterbo, donde llegaron á medio dia, sin
los, enseñando á lodos la verdad evangélica, con tantos que se hubiese seguido el malvado intento del cruel pre-
^gares de la sagrada Escritura , tañías autoridades y es- sidente, que era que en el camino perdiese Rosa la vida.
Posiciones de los santos padres, y tan eficaces y vivas r a - Convirtió con su predicación toda aquella ciudad ; y mas
i n e s , que tenia pasmado el mundo y compungida y l l o - confirmada la dejó en la fé, cuando vieron que les profe-
rosa toda la ciudad. Y como era tan humilde, y veia el lizó la deseada muerte del tirano emperador Federico, y
Universal aplauso que todos h a c i a n á s u s sermones, y que se siguió á pocos días : con que la Iglesia fué poco á poco
iQs hombres mas doctos y cursados cu las escuelas, con volviendo á su paz y quietud, y el santo pontífice, qtie v i -
todo el pueblo la honraban; ella, bajando los ojos á la vía retirado en Francia, volvió pacíficamente á Italia. Re-
t i e m y toda mortificada, se volvía á s u casa y se encerra- dujo Rosa , y convirtió con su predicación al gremio de ia
ba en su cueva, donde se disciplinaba tan cruelmente, santa Iglesia, muchos pueblos circunvecinos y miliares i n -
como si hubiera cometido las mayores culpas. finitos de almas. Pero donde mas se aplicó su fervor, fué
No le iba bien al demonio con la predicación de la ino- donde había mas necesidad, que era en Yitorquiano, pue-
cente Rosa ; pues perdia infinitas almas que antes eran blo distante poco mas de cuatro millas de Viterbo, donde
soyas, no solo por la fuerza de la verdad y palabras san- obró un portentoso milagro que tengo ofrecido referir.
tas, sino por inünilos milagros con que cada dia las con- Babia en Yitorquiano una mujer diabólica, maga, here-
U LA LEYENDA DE ORO. DÍA i
lica, encantadora y hochicci a, la cual debajo de especie aquella violencia , con que daba ¡i entender H fuego que
de religión, con su arte mágica y engañosa, tenia embau- aquella criatura no ora terrena, sino celestial, y asila
cado lodo aquel pueblo, y apartado totalmente de la obe- ([tieria llevar á su centro. Ca^ó, pues de aquella violencia
diencia del papa y fé católica, siguiendo la falsa y heréti- en piés, sobre las ardientes llamas, donde la pura niña es-
ca pertinacia del emperador. Vino Rosa, y viendo que con tuvo paseándose hácia todas partes, como si fuese entre
medios humanos y con sus sermones, no podia reducir flores, y así perseveró dentro de aquel volcan de fuego,
aquel pueblo engañado de aquella perversa mujer, acudió sin tener sobre su cuerpo mas que su cilicio y túnica, des-
á los divinos; y así, hecha oración á su esposo Jesús, hizo cubierta la cabeza, y los piés descalzos: y no fué tan poce
muchos patentes milagros, en confirmación de lo qne pre- el tiempo que gozó de este incendio, pues estuvo en él,
dicaba; y entre otros, fué el de dar vista á una mujer que hasta que convertido en cenizas perdió su forma ürdiente,
era c i e g í de su nacimiento , con solo tocarle los ojos con de donde salió la Rosa pura, viva y sana, sin daño alguno,
sus puros y delicados dedos. Hecho este milagro á vista de ni mancha ni señal de fuego, tanto en el cuerpo cuanto en
todo el pueblo , en pública plaza, y habiendo procedido el hábito, causando maravilla increíble á lodo el pueblo, que
otros muchos, no hubo persona que no confesase á voces postrado en tierra con abundantísimas lágrimas gritaba y
ta f é d e Jesucristo: todos obedecieron las órdenes pontifi- repetía : Misericordia ; y dando gracias á Dios, glorifica-
cias, y por todas las partes de la ciudad se veian señales ban su grandeza, por tan señalada gracia y tan gran m i -
evidentísimas de penitencia. Solo la maga, guiada del de- lagro, como habia obrado por medio y en persona de su
monio, quedó en su dura obstinación, y procuraba apar- esclarecida sierva santa Rosa.
lar la gente de los buenos propósitos, y provocarlos con La maga quedó con aquel milagroso espectáculo a t ó -
su sacrilega lengua contra la virgen y pura Rosa. Disputó nita, inmóvil y llena de horror, sin poder formar palabra
con ella la bendita Rosa diversas veces , y aunque siem- alguna, hecha una eslaUia de hielo: pero la santa virgen
pre la convenció, avergonzó y confundió, j a m á s pudo re- Rosa llegándose á ella, con humildad y caridad la dijo:
primir su temeridad, ni mover su obstinado corazón. Sen- Amiga y hermana en el Señor, deja ya la incredulidad de
tía Rosa entrañablemente la perdición de aquella alma ; y lu corazón, y reconoce la fé de la santa madre Iglesia ca-
sabiendo que por ella sola daría su lísposo la vida, quiso tólica, que es la verdadera de Cristo; el cual como por su
esponerla suya, imiíándole por ganarla, viendo que otros benignidad me ha librado de aquellas ardientes llamas;
medios no valían con'ella. Rogó á ios circunstantes, que así también está pronto á recibirte en las entrañas de su
eran muchos los que la oian disputar, que trajesen gran misericordia. La mujer entonces hincada de rodillas, con
cantidad de tetia'; y encendiesen una grande hoguera cu lágrimas en los ojos confesó la verdad, y arrepentida de
medio de la plaza, y qne al son de las campanas convo- sus pecados pidió perdón á Dios, dándole gracias á la
casen lodo el pueblo, para que supiesen q u é ley habían santa que habia sido causa de su conversión. Así esta pura
de seguir; ó la que ella predicaba, ó la inventada d é l a y santa Rosa, por su gran fé y caridad, acom¡)ariada con
hechicera berélica mujer; porque para prueba de ello que- obras, fué patrocinada de Cristo su Esposo, y guardada
ría entrar en el fuego. de sus santos ángeles, y tuvo gracia de hacer en Vitor-
Tocáronse las campanas, concurrió todo el pueblo sin quiano, entre otros infinitos milagros, cuatro tan señalados
faltar un alma, y habiendo hecho m i monte de leña en y portentosos: no fué ofendida de las llamas de tati t e r r i -
medio de la plaza, tan grande, que tenía mas de dos es- ble y horrorosa hoguera: dio vista á una ciega de naci-
tados de alto, y cogía gran parte dé la plaza, le peg;iron miento : convenció, y redujo á penitencia y conocimiento
fuego; cuyas voraces llamas subían á las nubes, y hadan de la fé católica, aquella pérfida y obstinada herética y
que la genle se aparíase de miedo, porque su violencia no maga, guiada y entregada ya á las manos del demonio; y
ofendiese. La sagrada virgen Rosa, puestas las rodillas cu convirtió juntamente lodo un pueblo á la ley evangélica
tierra, alzó los ojos al cielo, y dijo devola y humildemente de Cristo, por cuya virtud obraba este milagroso prodigio
estas palabras: Señor mío Jesucristo, único refugio de de santidad tantas maravillas.
mí alma, yo pobre é indigna criatura, por mi obligación y Huyendo los infinitos aplausos populares, que á vista de
por gloria vuestra, sin ciencia ni mérito, he hecho todo tal portento se siguieron, y tan debidos, se salió la h u -
aquello que he sabido, y os habéis dignado alumbrarme, mildísima Rosa de Vitorquiano, y se fué á convertir otros
para que este pueblo y esta obstinada mujer se conviilieseu muchos pueblos de la provincia, como lo hizo : al fin so
á la féde vuestra católica Iglesia. Yos veis, Señor mió, la volvió á su patria, y al encierro de su amada celda. El pa-
buena disposición del pueblo, y la perfidia de esta mujer: »pa Inocencio I V , hubiendo vuelto de Francia á Italia,
concededme tanto vigor y fuerza, que yo pueda con vuestro muerto Federico, oyó con mucha edificación la maravillosa
poder y virtud resistir al ardor de esta tremenda llama, y célebre santidad de ta beata virgen Rosa, y los milagros
para confirmar al uno, y convertir la otra. Oid, dulcísimo estupendos que obraba, y el fruto que hacia y sacaba en
Jesús raio, oid los devotos ruegos que de lo íntimo del co- sus sermones de los herejes por defensa de la fé católicn,
razón envía á vuestros piés esta vilísima sierva; y m u é - en virtud del divino poder, en sus pueriles años, pues aun
vaos á piedad, para que lodos conozcan que vos sois el no pasaba de los once; y después de haber recibido de
verdadero Dios, y el verdadero Esposo de !a santa Iglesia. lodo cierlísima información, para que la sania madre
Acabadas oslas razones, se levantó intrópida y animosa, y Iglesia, en la infelicidad de aquellos tiempos, pudiese en
hecha la señal de la cruz, se arrojó á las llamas; y el fue- provecho de sus fieles gloriarse de un nuevo triunfo, el
go hizo tal salva al entrar, que la levantó en el aire, y la año de 12S2 le concedió á la sania niña autoridad apos-
subió tanto, cuanto alcanzaban sus furiosas llamas. Gran tólica, para poder predicar libVemeute, como lo hacia, el
confusión y dismayo causó esta acción á los que la m i r a - Evangelio de Cristo, y ordenó, por bula especial al prior
ban; pero no entendieron el mislerio que se encerraba en de Santo Domingo, y al arcipreste de San Sivto de Viter-
Í>IA 4, SETIEMBRK. 15
^o, que escribiese la vida y los milagros de esla sierva de Procuraba la bendita Rosa con los crueles martirios y
Ríos, y que foruiasíii proceso de su sanlidad, siendo la ásperas penilencias que en sí hacia, pagar por los delitos
santa enlonces de edad de doce anos, para poderla cano- de los pecadores: y como conocia se acercaba el tiempo
nizar, como se ejecutó. Este fué uno de los mas singula- en que los dejaba, y se apartaba para siempre de ellos;
res favores, entre laníos que la divina bondad de Dios por el amor tan grande que les tenia, se mostró tan peni-
concedió á esta su sierva por medio de su vicario; pues tente en el poco curso de su vida, que sobrepujó á lo que
basta boy no se ha visto ejemplar de que, viviendo aun la otros muchos santos obraron en término muy dilatado.
persona, se haga proceso de su vida y milagros para ca- Cumplíanse los dos años del encierro y ultimas penitencias
nonizarla: pero si Dios la había declarado y canonizado de Rosa : y viéndola debilitada y casi falla de espíritu,
por jusla y sania, con tantos prodigios comO hemos oido; creyeron la madre y d e m á s doncellas y mujeres piadosas
¿qué mucho es que su vicario también procurase concur- que la asistían, que ya eran los últimos alientos de su vida;
rir á la aprobación de tan gran santidad? Siendo de quince y viéndolas la santa llorar y alligirse, dijo a s í : Cese el
años, permitió Dios, para mayor gloria suya y honor de llanto: que si es, como creo, porque me muero, todavía
su sierva y querida Rosa, que su confesor y padre espiri- no es tiempo: y tomando una piedra en la mano, hincada
tual, como quien mejor que todos sabia su pureza y santi- de rodillas, prosiguió diciendo: Yo soy la que tengo de
dad, erigiese un oratorio, con titulo de Santa Rosa, donde llorar; salgan pues de mis ojos arroyos de lágrimas en
se juntasen sus d¡scípu!as á oir su santa doctrina. tanta abundancia, que basten á mereceros, Señor, el per-
don de las ofensas que os han hecho. Y estándose r o m -
En fin, después de haber padecido Rosa por la fé de su
piendo el pecho con cruelísimos golpes, y den-a mando m u -
amado esposo Jesús tantas miserias, calamidades, tor-
cha sangre, cayó en tierra desmayada; y después de
mentos, martirios, destierros, frios, hambres, sed y todas
gran ralo, que volvió en sí, se vió un fuego tan vivo en su
las demás aflicciones de este mundo, y después que habia
celda, que causó grande admiración á lodos los circuns-
convertido tanta inmensidad de millares de almas á la fé
tantes; y Rosa, vuelta á hincarse de rodillas, prosiguió:
de Cristo, exponiendo su vida al peligro en mil ocasiones,
Seáis, Señor, Dios y Jesús mió, alabado en los cielos y en
metiéndose en ardientes llamas, haciendo infinitos mila-
lodo el mundo: y yo, indigna sierva vuestra, os repilo las
gros, dando vista á ciegos, habla á mudos, oido á sordos,
alabanzas que mi ruda lengua sabe proferir; ¿ p e r o q u é
salud á mancos y cojos, habiendo sido un escudo inexpug-
gracias h a b r á que basten? Mi corazón tenéis vos, mi Dios:
nable de la fé por su esposo Jesús, acreditando sus mara-
en él leeréis lo que yo no sé decir: obra vuestra es; pues
villas y dispensando sus favores, y después de conocer
bien me conozco indigna de tal grandeza. ¿Vos por m í ?
que á la Iglesia católica la habia librado la omnipotente,
¿No bastaba vuestra voluntad? No, Señor, quiero ser obe-
mano de Dios de la persecución del tirano Federico, que
diente : aquí me t e n é i s : hágase vuestra voluntad y yo la
estaba ya sosegada toda la Italia, la fé exaltada, consumida
obedezca. Pidió con presteza los santos sacramentos de la
y aniquilada la herejía; trató de retirarse totalmente del
Iglesia: y habiéndolos recibido con mucha devoción y
mundo y comunicación de las gentes. Encerrada en su
atención, tomando en las manos el santo Cristo, que s i e m -
cueva y voluntaria cárcel, se entregó totalmente á la con-
pre habia traído consigo, dijo: Ea, Salvador mío, ya estoy
templación y meditación de su muerte, que supo mas de
pronta á vuestros mandatos: ya me halláis dispuesta á
dos años ántes,'y la predijo y anunció. Kacerróse, pues,
vuestras ó r d e n e s : y no por eso, Señor, rehuso vivir, si
estos dos anos á enseñarnos cómo nos hemos de preparar
conviene á vuestro servicio: no me hagáis cargo, m i Jesús,
para morir, y no temer en aquella hora espantosa. En
de que dejo tan presto las miserables tribulaciones y pe-
lodo el tiempo que estuvo encerrada, no tomaba alimento
nalidades de este mundo; que si es gloria vuestra que yo
alguno sino es de tres á tres dias, y á veces se le pasaban
padezca, vengitn misoi ias y calamidades, que serán rega-
semanas enteras sin comer ni beber, olvidándose total-
los para m í : y en esto, mi Jrsus, nada h a r é ; pues vos,
mente de su delicado cuerpo : ios meses enteros se le pa-
siendo justo y manso Cordero, me ensenasteis y disteis
saban sin d o r m i r ; y si alguna vez rendida, tomaba algún
escuela, después de tantos tormentos, con el q u e ú l í i m a -
leve rato de descauso, era sobre una dura tabla sin cabe-
mente padecisteis en la cruz, dando la vida á manos de la
cera. En todo este tiempo, como ni el demás de su vida,
crueldad de los hebreos, ó por mejor decir, á manos de la
tuvo sobre sus carnes mas que la túnica que las ctibria, y
ingratitud nuestra. Pero si os dignáis, mi Dios, de dar lin á
Un cilicio riguroso que las traspasaba: tomaba continuas
mi vida, para que vaya á gozar vuestros favores eterna-
disciplinas con unas cadenas de acero^ cuyos remates
mente; ¿ á q u é a g u a r d á i s ? Pronta estoy. Alma m i a ; sal;
eran lleras y agudas puntas, que llegando sin reparo hasta
no temas: diez y ocho años has servido al justo Dios; ¿cíe
los huesos, ponian á'esla criatura formidable, arrojando
q u é le retiras? ¿ D e q u é has cobrado horror? Para ahora
arroyos de sangre: de que son fieles testigos el suelo, pa-
e s e l b r i o : Dios te llama: su favor le ayuda: la Virgen
redes, puerta, techo y todo cuanto conlenia su corta hahi-
sacratísima le patrocina: los santos te saludan : las v í r g e -
lacion. Este fué el sello y corona de virtudes tan alias y
nes te esperan: sal, acaba. Con esto y hacer tiernas exhor-
gracias tan señaladas, oyéndosele repetir estas palabras;
taciones á sus padres, y á los circunstantes, obligando á
Ya, Señor, que me habéis concedido que se llegue el plazo
todos á exbalarse cu lágrimas, pidiéndoles dijesen cou
en que se vea el premio de mis trabajos: dadme también
ella: Renditoy alabado sea el santísimo Sacramento del
fuerzas para que pueda agradecer tantos favores, como de
aliar, y la Virgen María purísima, san Juan Bautista y I07
vuestra liberal mano tengo recibidos: queriendo decir
dos los demás santos y santas de la corte del cielo, para
que agradecía á Dios ios favores con las ásperas peniten-
siempre j a m á s ; se recosió sobre su tabla, abrazada con el
cias que hacia, para que pedia fuerzas, enseñándonos
sanio Cristo, poniendo su cara sobre la de Jesús, y se d u r -
cómo hemos de retornar los agradecimientos á los divinos
mió en el Señor, sin mas movimienlo ni señal alguna. Es-
favores.
46 LA LEYENDA DE ORO. DIA 4.
piró el alma {lidiosa end e los brazos del crucifijo, y en que quiere decir «sacado de las a g m f , » y lo hizo instruir
manos de los á n g e l e s ; pues al inslanlc mismo se vió á en todas las ciencias de los egipcios; pero sus padres, á
modo de una paloma, con tal resplandor, que quilal a la (piienes habia sido confiado por m í a feliz casualidad, se
vista á los circunstantes; y de esta suerte la presentaron dedicaron con lodo cuidado á enseñarle la religión y la
con fragancia increible á los sacratísimos piés de Jesucris- historia de sus mayores.
to, para que adornada de su inmensa gloria viviese eter- Algunos historiadores cuentan muchas particularidades
namente entre las demás santas y puras vírgenes del ce- d é l a juventud de Moisés, que sin embargo no se apoyan
lestial coro. en ninguna relación de la Escriiura, á la cual nos limita-
Murió, ó por mejor decir, nació para vivir eternamente, remos. Por e.5ta sabemos, pues, que á la edad de cuarenta
e! ano M U S , á 6 de marzo, de edad de diez y siete años años salió de la córte de Faraón para ir á visitar á los de
y diez meses. Quedó su cuerpo muerto lan bello y her- su nación, que la crueldad de sus dominadores agobiaba
moso, que parecía que dormia: su rostro tan encarnado y con excesivos y crueles tratamientos. Ilabiendo encontra-
luciente, que demostraba ser rosa Iiermosa, tanto masque do un dia á un egipcio que maltrataba á un hebreo, le
espiraba y daba un olor suavísimo. Toda la ciudad se a l - mató, suceso que, hahiéndose hecho público, obligó á
borotó, movidos de celestial impuláo de un gran resplan- .Moisés á dejar los estados de Faraón y refugiarse en e1
dor (pie se vió sobre la casa de Rosa, y de oir las campa- pais de Madian, donde tomó por esposa á Séfora, hija del
nas todas de la ciudad, que milagrosamente se tocaron, sacerdote Jetró, de la cual tuvo dos hijos, Gersam y Elie-
haciendo salva á la santa, al pasar por aquellos aires, zer. Por espacio de cuarenta años el que habia de ser liber-
cuando iba á gozar de aquella gloria. Fue enterrada luego, tador de Israel estuvo apacentando en aquel pais los g a -
por evitar tumultos y que no la maltratasen por llevar sus nados de su suegro, hasta que un dia, conduciendo las
reliquias. Y á los treinta meses se apareció gloriosa visi- ovejas á lo interior del desierto, en la montaña de Horeb
blemente tres noches al papa Alejandro IV, que á la sazón se le apareció el Señor en medio de una zarza que ardía
se hallaba en Vilerbo: el cual la declaró y adoró por sin consumirse, y le mandó que fuése á romper el yugo
santa, y trasladó su cuerpo de la iglesia de Santa María de sus hermanos, visión que se halla explicada de una
del Poyo, donde habia sido sepultado, á la de Santa María manera llena de interés é instrucción en los capítulos 3 y
d é l a s Rosas, donde, permanece hasta hoy entero, incor- í del libro del Exodo.
rupto, sano, hermoso y tan palpable y tratable como si
Moisés se resistió al principio, pretextando su inutilidad
durmiera; de suerte, que las religiosas suyas (que por
y el poco crédito que se daria á sus palabras; pero Dios
ella hoy se llaman de Santa Rosa, visten el hábito de san
venció esta resistencia por medio de dos prodigios. Jun-
Francisco, y guardan la regla seráfica de santa Clara) la
tándose, pues, él y su hermano Aaron, marcharon á la
visten y desnudan continuamente para mudarle ropa, como
córte, y presentándose á faraón le intimaron que Dios le
si fuera cuerpo vivo. Los milagros que Dios ha obrado y
mandaba permitiese á los hebreos i r al desierto á ofre-
obra por ella cada dia, son infinitos; tanto, que para es-
cerle sacrificios ; pero el impío monarca se burló de aquella
cribirlos era menester hacer un nuevo y grande l i b r o : y
órden y redobló la crueldad con que trataba va á los i s -
por eso me ha parecido omitirlos todos, para no hacer
raelitas. Los dos enviados de Dios se volvieron; pero p r e -
agravio á ninguno. Quien gustare leer muchos y porten-
sentándose luego por segunda vez, se esforzaron en per-
tosos, lea el tratado de ellos, con la traslación de la santa,
suadir á Faraón, seducido por los encantamientos de sus
que escribió don Alonso de Guzman al fin de la vida de
magos, á los cuales confundieron por medio de algunos
Rosa, y saciará su devoción. Celebra la fiesta de santa
portentos. El obstinado principe atrajo con su ceguera es-
Rosa de Viterbo nuestra madre la Iglesia á 4 de setiem-
pantosas calamidades sobre su reino, de las cuales la d é -
bre, que fué el dia de su traslación. Escribieron su vida
cima y última fué la muerte de los primogénitos de Egipto,
Bartolomé de Pila; Mariano Franciscano; Rartolomé de
que en una sola noche fueron todos muertos por el ángel
Lisboa ; y Wadingo en las Crónicas de san Francisco, Pe-
exterminador, desde el primogénito del mismo rey Faraón
dro Corretin de Viterbo; don Alonso de Guzman; el Mar-
basta el primogénito del último de los esclavos y animales.
tirologio romano y Baronio en sus anotaciones y otros.
Semejante catástrofe ablandó por un momento el cora-
Y porque toda esta vida es un vivo ejemplar de ta vida de
zón endurecido del monarca, que dió permiso á los israe-
Cristo, no hago ni saco de ella mas ejemplo, que ponerla
litas para ir donde querían. En virtud de esta órden sa-
á la vista.
lieron los hebreos de Egipto el dia 15 del mes de Nisan,
* SAN MOISÉS, LEGISLADOR, Y PIIOFETA.—Fué hijo de A m - desde cuyo dia empezó en adelante á contar los años eq
ram y de Jocabed, y nació 15T1 anos antes de Jesucristo. pueblo escogido en memoria del recobro de su libertad.
Viendo el rey de Egipto que los hebreos se multiplicaban Cuando salieron de Ramessos eran en número de seiscien-
tanto y que Ilegarian á ser un pueblo temible por su bfr- tos m i l hombres, sin contar las mujeres y los niños, l l e -
mero, dió un edicto por el cual disponía que fuesen a r r o - vando consigo innumerable número de ovejas y ganados
jados al Nilo lodos los niños varones que naciesen de ma- mayores, y bestias de diversos géneros. Apenas hablan
dre israelita. Jocabed guardó á su Moisés por espacio de llegado los hebreos á la orilla del mar Rojo, Faraón y los
tres meses, al cabo de los cuales tomó un cesto de juncos, suyos, arrepentidos de haberles dejado salir de Egipto,
lo empegó, metió al niño en él, y lo puso sobre las aguas corrieron detrás de ellos con un ejército poderoso; pero Moi-
del Nilo. Termulis, hija del rey, que se paseaba después sés extendió su vara sobre el mar, las aguas se dividieron,
por la orilla, viendo flotar el canastillo, mandó que lo sa- los israelitas pasaron al otro lado á pié enjuto, y los egip-
casen, y prendada de la belleza del infante, quiso que se cios que quisieron seguirlos, quedaron envueltos y ahoga-
salvase, y lo hizo criar a sus expensas. Tres años después dos entre las olas que hablan tornado á su estado natural
la misma princesa le adoptó por hijo suyo; le llamó Moisés, por medio de un fuerte viento que el Señor habia hecho
DIA i . SETIEMBRE. 17
30ptar. Ni uno solo quedó con vida del ejércilo de Faraón: inspirados. U Iglesia católica le ha colocado entre sus
eI ^»ripío quedó asolado y humillado con aquel t e m b l é santos y celebra en este dia su memoria.
seceso, y Moisés desde el otro lado del mar entonó aquel S vx M UICKLO, MÁttTiu.—Cuando en tiempo del empe-
admirable y célebre cántico de acción do gracias que e m - rador Antonino Pió tuvo lugar la horrible matanza de los
P ' ^ a : Cantcmm Domim, y que se halla en el capítulo 1"J cristianos de Lyon y Yíena, estaba en la primera de estas
«kl citado libro del Exodo. ciudades el ilustre san Marcelo, que tuvo itempo para es-
Diísde entonces caminó el pueblo hebreo por el desierto caparse, marchándose á predicar el KvangtíKoiWíos países
Cl1 paz y libertad, y dirigiéndose hacia el monte Sinaí, vecinos. Después de dos años, el 119 de Jesiici4slo, ha-
"egó á MaiT, donde no encontrando mas que aguas amar- llándose Marcelo en Chalons de Erancia, fué arrestado
fi^s, Moisés las endulzó por un prodigio para que se h i - por órden del gobernador Prisco, que quiso obligarle á
ciesen potables. En Knphidin, que fué la decimasexta comer manjares ofrecidos á los ídolos. El santo se negó
jornada, faltó el agua; pero el divino libertador la hizo de tal modo, que reprendió libremente al gobernador y á
salir de una roca de Iloreb golpeándola con su vara. El todos los que estaban presentes, después de lo cual le h i -
Señor se indignó en aquella ocasión contra Moisés, por la cieron sufrir lodo género de crueldades las mas inauditas,
e5pec¡c de desconfianza ó falta de fé que habia mostrado y ai lin lo sepultaron vivo hasta la cintura, y después de
golpeando dos veces seguidas la roca y empleando l a m i - estar así por espacio de ires días, murió al lin quemado,
wgrosa vara, en lugar de mandar sencillamente que sa- y entregó su alma á Dios.
liese el agua conforme á la urden que se le habia dado. S&NTA ROSALÍA, VÍHC.EN.—Nació en la ciudad de Paler-
Entonces y en aquel mismo sitio llegaron los amalecitas mo, en Sicilia, y fué hija de un señor principal, llamado
para pelear contra Israel, y mientras Josué los rechazaba Sinibaldo, descendiente de la familia imperial de Cario
Y los vencia, Moisés, colocado en la eminencia de un co- Magno. Desde su primera juventud despreció tan de co-
llado, tenia las manos levantadas al cielo y se las sosle- razón todas las vanidades del mundo, que dejando el
lian.Varon y I l u r . Los amalecitas quedaron completamente principado de su padre, la córle y toda su familia, se r e -
derrotados , y los hebreos siguiendo su camino llegaron tiró á una gruta en el monte Pelegrino, á tres millas do
por ü n á la falda del monte Stnaí el dia tercero del noveno Palcrmo. En esta soledad hizo la santa virgen cl sacrifi-
mes después de su salida de Egipto. Moisés subió á la cio de su corazón por las austeridades de la penitencia,
cumbre, y en medio de rayos y truenos recibid la ley que por el trabajo de su manos, por una oración continua y
habia de dar al pueblo y concluj ó la famosa alianza entre por la comimícacíon no interrumpida de su alma con Dios.
ol Señor y los hijos de Israel. Rosalía murió el dia í de setiembre del año 1160, y pos-
Mientras esto pasaba en la montaiia, aquel pueblo desa- tcrionnenle fueron descubiertas sus reliquias, que obraron
gradecido que se entregaba á la murmuración con tanta muchos milagros, atribuyendo la Sicilia á su protección la
frecuencia, pidió á Aaron un Dios visible, y fabricó el be- cesación de una horrible peste que habia causado grandes
cerro de oro al cual erigió un altar. Cuando Moisés bajó estragos en todo el pais.
de la montaña con las tablas de la ley, y vió á los israeli- SAN MARÍN Ó MARINO, mÁcoNO.—Dícese que trabajó de
las entregados á tan infame idolatría, se llenó de justo albañil en la constiuccion de las murallas de Rimini, que
horror, rompió las tablas de la l e y , y mandó p a s a r á c u - se cree fué su patria. Su santidad fué tan eminente, que
chillo veinte y tres m i l de los prevaricadores. Después subió habiéndola manifestado Dios por algunos milagros, Marín
otra vez á la montaña, y habiendo alcanzado cl perdón de fué ordenado diácono por san Gaudencio, obispo de Rres-
Dios para su pueblo, trajo oirás dos labias como las p r i - cia. Después de esto, el santo se retiró á una pequeña ca-
meras, en las cuales estaba escrita la ley. Cuando bajó baña que él mismo construyó en medio de unos bosques
esta vez, la cara de Moisés despedía tayos de luz tan viva, á diez millas de Rimini. Aquí vivió por espacio de muchos
fiuc el pueblo no podía mirarle y fué preciso que se c u - años, santificándose con ios ejercicios de la mas austera
briese con un velo. Empezó entonces á fabricar el taber- penitencia, y murió en paz á fines del siglo I V . En aquel
nácuIo según el diseño que el mismo Dios le habia i n d i - mismo sitio edificóse una población que tomó el nombre de
cado, hizo su dedicación, consagró á su hermano Aaron y «San Marino,» y fué la tan conocida república del mismo
^ sus hijos para ser sus sacerdotes y destinó á los levitas nombre, que ha conservado por tanto tiempo su primitiva
Para su servicio. Escribió asimismo todo lo concerniente organización.
Oculto divino y al gobierno político del pueblo; y des- Los SANTOS TEODORO, OCÉANO, AMIANO Y JUMAN, SIÁUTI-
pués de haber arreglado todas estas cosas, condujo los RES.—Eran griegos de nación, y en tiempo del empara-
ls''aelilas á los conünes del pais de Canaan al pié del monte dor Maximiano, acusados por ser cristianos y no queriendo
^ebo. Entonces le mandó el Señor que subiese á la c ú s - renegar d'J sus creencias, les cortaron lospiés y los echa-
pide de esta misma montaña, desde donde le,, mostró la ron dentro de unas calderas de aceite hirviendo, de cuyo
'ierra prometida en la cual no podría entrar. Efectivamen- marlrío salieron sin lesión y se escaparon. Marcharon á la
te, Moisés murió allí á la edad de ciento y veinte años, cl soledad; pero pasados algunos dias, fueron también p r e -
l i í i i ántes de Jesucristo, dejando á su pueblo y á los s i - sos allí, y después de haberles abierto una porción de r a -
glos futuros do todo el universo la idea de un hombre jas en todo el cuerpo, y rolo las piernas, los echaron en
extraordinariamente favorecido de Dios y conducido por una hoguera, donde cantando divinas alabanzas, entrega-
sus caminos, de un genio elevado y vasto, y de un legis- ron á Dios su espíritu.
lador ilustrado y profundo. Moisés es incontestablemente SANTA CÁNDIDA, VIÜDA.—Cuando el apóstol san Pedro
cl autor de los cinco primeros libros del Antiguo Testa- se dirigia á Roma á fundar allí la primera silla de la cris-
mento, conocidos con el nombre de Penlateuco, que los tiandad, pasó por Ñipóles y permaneció en esta ciudad
jQdíos y todas las Iglesias cristianas han reconocido por por espacio de algunos dias. Uospcdóse en casa de una

TOMO I I I . 3-
18 LA LEYKXDA Dlí OÍU). DIA i )
viuda Ikuwaila Cándida, que ctesde luego qne oyó al a p ó s - cedió por los años de 1 " " . Marcelo y Valeriano predicaron
tol se convirtió á la fé y i^icibió de sus manoí el banlismo, á pesar de la persecución el Evangelio, y fueron coronados
y cu el tiempo qno recüna el agua santa, se siniió lihi e do con el martirio el año de JTO, dando su alma á Dios en me-
un fuerte dolor de cabeza que de muchos años padecía. dio de los mas aíroces tormentes.
Animada masy mas en su fé y caridad con este prodigio, LA TRASLACIÓN OK SAN CLTURERTO.—Celébranla los c a t ó -
fuese á ver á un amigo suyo llamado Aspren, insigue en licos de Inglaterra en este dia, ílolivaron dicha traslación
bondad, y que estaba sepultado en cama hacia largo tiem- les piratas daneses que infestaban algunas de las p r o v i n -
po. Encargóle que pusiese su confianza en el DÉ)S de Pe- cias de aquel reino.
dro, y ella misma rogó encarecidamente a! príncipe de los Sumjk IrA, vici)A,—Su padre fué un conde mny amigo
Apóstoles que se dignase curar á aquel pobre enfermo. de Cario Magno, Éste casó á Ida con uno de sus favoritos,
Pedro lo entregó su báculo (queaim se conserva enlS'ápo- llamado tlegberlo, y la dotó con muchos estados. Hégberts
les) diciéndole: Entrega á Aspren este báculo, dile que murió muy jóv en, y desde entonces vivió Ida en el retiro y
tenga fé en Jesucristo y su enfermedad desaparecerá. El murió en olor de santidad.
milagro coronó La predicción, y Aspren recibió lambienel SAN ULTANO, OBISFO.—Fué primer obispo de Ardbrac-
bautismo. Cándida siguió propagando por la ciudad las cam, en Mealh de Irlanda. Fué muy alabado porsn c a r i -
nuevas del Evaugelio, obró muchas conversiones, vivió dad para con los huérfanos irlandeses: murió en 6116.
en continuo ayuno y oración, y á mediados del siglo I •
murió on el Señor en la misma casa que san Pedro br.bia
DA 6.
consogrado con su presencia y con la celebración de los di-
vinos misterios. SAN VICTORINO, CRISPO Y SIÁRTIR.—La ciudad deAmiler-
SANTA CÁNDIDA LA JOVEN.—Celebra la Iglesia en este dia no, hoy llamada de Aquila, está en aquella parte de I t a -
dos santas del mismo nombre y ambas de la ciudad de lia que llaman Campania, en el reino de Nápoles. De esta
Nápoles. La presente nació de la antigua y noble familia de ciudad, pues, fué natural san Victorino. Muertos sus pa-
Brancatia, y aunque estuvo casada, su vida fué pura, san- dres que eran ricos y nobles, quedaron abundantes de po-
ta y resplandeciente en las mas elevadas virtudes. El sesiones Victorino y Severino hermanos; pero aspirando á
continuo objeto de sus oraciones eran su marido y su hijo, la cumbre de la perfección cristiana, vendieron el rico pa-
por enya salvación rogaba incesantemente. Susdeseosfue- trimonio, y repartieron á pobres cuanto haber pudieron.
ron dignamente coronados, porque el Señor concedió á Quedaron tanto mas ricos en bienes espirituales, cuanto
aquellas dos personas, por quienes tanto se, interesaba la mas pobres de los de este mundo. Una voluntad sola go-
santa, abundancia de bienes espirituales. Cándida murió bernaba á los dos hermanos: nada les faltaba; porque
en la ñor do su edad como una sania, el dia 2 de se- todo lo hablan dejado y dado por Cristo Ellos eran s e ñ o -
tiembre del año 0 8 6 , y cu su sepulcro manó por m u - res uno del otro, y criados t a m b i é n ; pues en cuanto se
cho tiempo un aceite que curaba toda clase de enferme- ofrecía-, servia el uno al otro. Victorino bien estaba con
dades. servir á su hermano Severino; mas no le agradaba ser de
SAN MARCFXO, omsro v MÁRTIK.—-Sucedió á san Avitocn él servido; y así resolvió irse al desierto como lo hizo. E n -
la silla arzobispal de Tréveris, cuando estaba mas enfure- tróse eti lo mas oculto y retirado, donde ni pudiese ver ni
cida la persecución contra los cristianos. Con sus trabajos ser visto de las gentes, y solo pudiese gozar de la conver-
y ejemplos confundió á los paganos y esforzó á los fieles; sación de los ángeles. Fabricó una celda tan estrecha,
pero bien pronlo fué purpurado en la gloria del marlirio. que solo él podia estar de rodillas ó en pie orando, y si a l -
Floreció en el siglo I I I . guna otra persona estaba dentro, hablan de estar por fuer-.
za en pié los dos; que de otra suerte era imposible. Vivia
Los SANTOS RUFINO, SILVANO Y VITAUO, MÁUTIRES.—Eran
nueslro santo en la gloria, vacando solo á Dios, con ora-
tres niños de Ancira que murieron martirizados en el s i -
cioii, abstinencia, disciplinas y penitencias. Pero como
glo 1 de la Iglesia.
nuestro enemigo común no duerme, envidioso de ver la
Los SANTOS MAGNO, CASTO Y MÁXIMO, MÁUTIUES.—Sa-
paz y quietud de ánimo con que Victorino vivia, trató de
lazar cree con bastante fundamento que fueron discípu-
contrastarla. Tomó forma de una hermosa doncella, y
los del apóstol Santiago el mayor, y que predicaron el
siendo ya noche, se llegó á la puerta de la celda llorando
Evangelio en Andalucía. Dexlro no duda que murieron
y pidiendo favor, y diciendo que iba perdida, y que temia
m á r t i r e s en Espafia por los años de 6 6 , después de ha-
las fieras de aquel desierto; que por amor de Dios la hos-
ber fundado varias iglesias con su predicación y sus m i -
pedase por aquella noche; que en a m a n e c i é n d o s e i r i a .
lagros.
Tan bien supo fingir la tragedia, tanto supo llorar y tan
SAN TAMEL Y SUS COMPASEROS, MÁRTIRES.—El santo de
Instimosasjalegarias supo hacer, que movido el corazón
quien hablamos habia sido sacerdote de los ídolos, y fué
de Victorino á misericordia y piedad cristiana, abrió la
convertido á la fé de Jesucristo por un santo obispo que
puerta y dió entrada á su enemigo.
dió su sangre en confirmación de las verdades que predi-
caba. Tamel se encendió también en deseos de dar su vida Luego que hubo entrado, se fingió santa como el santo
por la religión que acababa de conocer, y presentán- la doncella, y así se puso como él en oración, pero per-
dose espontáneamente a los tiranos en tiempo del em- severó poco; porque tocando con uno d e s ú s piés uno de
perador Adriano, y confesando su nueva religión, l o - los del santo, le encendió en,un fuego tal, que olvidóse de
g r ó ser inmolado con otros muchos fieles al fnror de los sí y de Dios, sin poderse valer ni reprimir: tanto efecto
paganos. hizo el v i l engaño de aquella sierpe enemiga. Apenas le
LOS SANTOS MA.BCF.LO Y VALERIANO , MÁRTIRES. — La \ i ó e a ¡ d o en la culpa, cuando el demonio, burlándose de
horrorosa carnicería de los mártires de León y Viena su- e!, le dijo: ¿ Q u é haces, varón santísimo? Tú, que te has
Wa S SKTIEMimií. 10
^ ^ ¡ m s i M J u del 1¡1Unj0 y s.ig „i01.i¡iS p o r s ^ i i i r la virhul, llamado^ Fuiiques y Marón. Despucs el juez impío lo hizo
3 l_l!lt,tlesilt> verdad t'iiácfiarlü á lodos, ¿ahora te has ilos- llevar cerca de Roma á un lugar que llamaban Calilas ó
l ^ ü a d o ? l)(.j¡lsie ¿ lu nlismo hermano: ¿y admites á l u Cotilas, donde manan unas aguas pestíferas ; y allí le hizo
enemigo en lu compama? ¡Ah desdichado! Y diciendo esto colgar la caheza hácia abajo, para que fuese atormentado
S1-1 desvaneció en liumo. Quedó Victorino c o n f u í o y aver- de aquella pestilenle hediondez: donde estuvo por espa-
gonzado de verhabia li iimí'ado de él su enemigo, con tal cio de tres dias, al lin de los cuales dió el alma á su Cria-
B*gáfiO y cautela : pero como sabia bien rpie Dios no quie- dor por quien tanto habia padecido. Fue su glorioso mar-
Pi la muerte del pecador, sino que se convierta y viva, se tirio á los !i de setiembre del año del Señor 100. Escribie-
tomó por su culpa una de las mas raras penilencias que ron su vida y martirio Csuardo, Adon y Surio, tomo v ; Pe-
s^ liayan visto j a m á s ; y t a l , que no es para imitada de dro deNalálihus iíi Cathalogo sanclorum, lib. v m , cap. 39;
Btogop pecador, sino es que tuviese, como Victorino, es- el Martirologio romano; y Raronio en sus anotaciones, y
Weári inspiración, ayuda y favor de Dios para hacerla, en el tomo iv de sus Anales, año 98, número 12 y lomo l ( ,
•'"ese en busca de su hermano Severino: confesóte el en- á num. 100.
gafio del demonio y su culpa, y pidióle le ayudase á la pe- * SA\ REUTIN, ABAD YCON'FESOU,—En Suiza, territorio de
"¡ícncia; porque la que Dios le habia inspirado y se ha- Constanza, y á íines del siglo V I , nació este santo, que
^ia impuesto, no podía solo ponerla en ejecución sin su abrazó la vida monástica en Luxeuil, habiémlose distingui-
;iyuda: ofreciósele el hermano, y llevando instrumentos do en su infancia por sus virtudes. Su l i o san Omer, que
P^i'aello, rajaron un árbol, y por la raja ó hendidura he- era también religioso d é l a misma órden, fué nombrado
c^a, metió Victorino las manos, y luego hizo que su hor- obispo de Terranova , y con esta ocasión llevóse consigo
'"ano volviese á cerrar y apretar muy bien aquella raja á Bortin, Irabajando los dos con mucho celo en la conver-
con cufias y una faja de hierro, cerrada muy bien con su sión de los habilantes de aquel pais. Entre otras de las
('aiidado y llave, de suerte que j a m á s pudiese sacar de allí conversiones, se refiere la de un magnate llamado Adroal-
las manos ni dar alivio á su cuerpo. do, el que cedió al sanio sus posesiones de Silien para
Obedecióle en todo Severino; pero después que le dejó fundar un monasterio. Luego que esluvo concluido, se vió
metidas en tal prensa las manos, y en tan nunca vista pe- lleno de una multitud de personas, quienes bajo la direc-
nitencia, se fué al obispo de Aquila y le dió cuenta para ción de su abad Berlín vivían mas bien como ángeles que
que viniese y sacase de allí á su hermano. EÍ obispo, a d - como hombres. Acaeció la muerte déosle santo el año 700,
mirado y compadecido, vino, y procuró con toda pruden- y ánles de ella se hab:a retirado á una solitaria ermita, en
cia y suavidad persuadirlo á que dejase aquella rigurosa la que murió á los ciento y tantos años de edad. Su cuerpo
penitencia; mas viéndole íirme en su propósito, por no fue Sí'piillado en el monasterio de S.'lien, que d e s p u é s
contradecir al espiiilu de Dios (pie en él obraba, le echó llevó su nombre, en reconocimiento á los muchos fa-
su bendición, oró por e!, le consoló y animó, y se fué. Tres vores que habia recibido del Señor por mediación del
ftfíos pasaron sin que se viesen señas algunas de mudar santo.
de á n i m o ; solo pei'milia viniese á verle su h e r m a n ó l o s LOS SANTOS BÓMCLO, El DOXIO, ZENOH I M.VCAUIO, Y MIL
domingos y le lra[ese im poco de pan y agua, que lomaba CIKNTO Y CUATIIO COMPAM-ROS, Toóos MÁUTIKKS.—Rómulo era
por conservar lu vida para padecer: en cuyo rigor de mayordomo del emperador Trajano, y merecía toda su
abstinencia y ayuno de ocho días enteros, le imitaba Se- confianza. Un día lo envió el emperador á las Galias para
verino su hermano; pu; s solo los domingos tomaba, como que examinase el estado de las legiones allí acantonadas,
él, «na escasa refección de pan y agua. Kn todos los tres y obligase á todos los soldados á sacrificará los dioses.
años no cesó Victorino de llorar su culpa: al lin d é l o s Rómulo cumplió con exaclílud su encargo, pero n i con
cuales el obispo movidoá piedad vino á verle; y al lin al - promesas ni amenazas logró vencer á muchísimos de ellos,
canzó con sus ruegos, que permitiese deja i se sacar de parlicularmenle á su gefe, llamado Kudoxio, ciudadano
aquel árb:tl las manos. Convencido, pues, llegó su herma- romano y ennoblecido además con alias condecoraciones
no, abrió la aldaba, quitó las cufias y salió un esqueleto del imperio. A l saber el emperador la obstinación de aque-
vivo Victorino: pues solo tenia la forma de humano, que llas tropas, mandó que en castigo fuesen trasladadas des-
en lo demás era un tronco seco. Obró en él de suerte la de las Calías á Melitina, en Armenia, sin que se les tuvie-
gracia y virtud del Altísimo, que comenzó á resplandecer se ninguna clase d e consideraciones. Algún tiempo des-
en milagros, santidad y virtudes, sanando enfermos de to- pués Rómulo abrió sus o j o s t la fé; se arrepintió de lo que
das enfermedades, resucitando muertos y expeliendo de- había hecho, y presentándose á Trajano, le c o n l o ó que
monios de humanos cuerpos. Al fin fueron tantos los mila- él lambien era cristiano, y que por este solo titulo renun-
gros que hizo, que no hay lengua que pueda contarlos, ni ciaba desde aquel momento á su confianza y á todos los
pluma que los pueda reducir á n ú m e r o . Murió el obispo de honores de la córle. Furioso el emperador por lo que él
Aquila, y por disposición diyina todo el pueblo le aclamó y llamaba un desacato, mandó que su mayordomo fuese i n -
eligió por su obispo: y él por no resistir á la divina dis- media'amente decapilado, como cfectivamenlc se ejecutó.
posición aceptó el cargo. Ordenóse de sacerdote, y gober- Algunos años después, reinando Maximíano, enviáronse
nuevas órdenes al prefecto de Melílina, para que obligase
nó su Iglesia santísimamente, si mdo á todos ejemplo de
á todos los soldados de su guarnición que adorasen á los
vida santa y milagrosa.
dioses del imperio, y que condenase á la última pena á
El cruel Nerva, emperador, tuvo noticia de la santidad
los que se resistíesená obedecer. Entonces murieron, pues,
de Victorino, y dió orden á Aureliano, juez, para que lo
Eudoxío, Zenon, Macario y los d e m á s soldados que habían
prendiese y martirizase; como lo hizo cu la via Salaria,
í ído relegados de las Galias, por haberse negado á lo mis-
setenta millas de Roma, donde estuvo preso y padeció
mo (pie después se les exigió á fuerza de tormentos, en
muerte por Cristo, junto con oíros dos gloriosos márlii es
20 LA LRYRNDA DR ORO. DIA 6.
los cuales acabaron su vida siempre valerosos y constantes gloria de tan gran milagro: lo cual conoció al instante pol-
en su fé. los efectos; pues al mismo punto se apoderó el demoniu
S \ \ lli:ii(:ri,.\NO, M.VKT:R,—Era soldado romano , y m u - del muchacbo, y comenzó de nuevo á atormentarle. Re-
rió despedazado por las Otras, en la ciudad de Ostia, en conoció el santo padre su culpa; aunque fué tan lijera, que
Italia, el año 2;>2, al principio del reinado del emperador casi era dudoso que la Imbieso comalido, lloróla amarga-
(¡alo. Sus reliquias fueron recogidas por un tal Ensebio, mente, y pidió á los monges todos se pusiesen cu oración,
sacerdote de rarma, (pie les dio lionrosa sepultura, levan- protestando, liado en la divina misericordia, que ni él ni
tándose algunos afios dtíspnes una magnífica hasílica ; i su otro alguno de ellos habían de probar bocado de pan, has-
memoria, donde ha obrado el Señor grandes milagros. ta tanto que aquel niño estuviese bueno, y libre del demo-
I.OS SAN TOS UllIUNO, TliODOttO, Ml'NKDl-.MO, Y SETENTA Y nio. Y como la oración de muchos vale mucho con Dios;
METE COMPASEIIOS, TODOS MÁUTIUKS.—Eran eclesiásticos de al Ün alcanzaron el perdón de aquella lijera culpa que el
la Iglesia de Constantinopla, y por no querer ceder á las santo abad habia cometido de vanagloria, y juntamente la
exigencias impías del emperador Valcnlc, por su órde i salud del niño tan cumplidamente, que nunca j a m á s se
fueron embarcados en una nave vieja, á la cual pegaron atrevió el demonio á entraren él.
fuego en alta mar, y los ilustres confesores volaron desde « T u v e yo (prosiguesan Gregorio), una continua e n -
allí á recibir el premio de la vida eterna. fermedad, que los griegos llaman sincopia, de calidad, que
Los SANTOS QUINTO, AKCONCIO Y DONATO,MÁUTIUF.S.—Solo si no comia cada instante, parecía a c a b á r s e m e la vida, y
sabemos de ellas, (pie derramaron su sangre por la fé de dar el último aliento sin remedio. Vínola pascua de Re-
Jesucristo en Capua, y según los bolandistas en el Puerto surrección: y como yo viese que en el sábado santo loilos
liorna no. ayunaban, hasta los niños tiernos y delicados, conside-
SANTA OBOI UA, VÍIIOEN.—lié aquí lo que dice el M. Flo- rando que yo solo no podía ayunar, me entristecí de m a -
rez, en el lomo v i de su España Sagrada: «De santa Ob- nera con sola esta consiileracion, que mas que la misma
dulia bacen memoria, llamándola virgen, el .Martirologio enfermedad me áOigia y acababa totalmente la vida esta
romano, el calendario muzárabe, y el breviario toledano pesadumbre. Un solo consuelo y esperanza de vida halló mi
anlenor á la edición del muzárabe. Los olicios nuevos de ánimo triste, que fué llamar al bendito padre Eleuterio, y
aquella santa Iglesia,b añaden el titulo de m á r t i r . Nuda comunicaiic secretamente el mal que nuevamente meafii-
consta de la vida ni do la muerte de esta gloriosa sania.» gia, pidiéndole que con sus ruegos me alcanzase de Dios
SAN LOUENZO JLSTINIANO.~SU vida puede verse en el gracia para ayunar aquel dia. ¡O lo que vale la oración del
dia 8 de enero. justo! Apenas lo hizo, y me echó su bendición, cuando
S \ \ ALTON, ABAD.—Vyié un monge escocés, que pasando sentí tai vigor, tanta virtud y fortaleza en mi estómago,
á la Alemania, se bizo famoso por sus muchos milagros, y que no solo pude ayunar aquel dia, sin acordarme mas de
fundó la abadía de Almunster, en Bavicra, á mediados del mi enfermedad, sino que también podia ayunar al siguien-
siglo V I H . te; y así experimenté la gran virtud y santidad de esto
bendito padre. AI fin, lleno de dias y virtudes, dió su san-
tísima alma á Dios el glorioso Eleuterio, á C de setiembre,
DÍA e.
por l ó s a n o s del Señor de 580.» Escribieron su vida des-
SAN ELEUTERIO, ADAD.—El glorioso y magno pontífice pués de Gregorio, papa, ya citado, Adon ¡ Reda; Adriano,
Gregorio, en el cap. 33 del l i b . m de sus Diálogos, esori- papa; Pedro de Natálibus i n Cathalogn sanclGrum, lib. v m ,
cap. íK ; Surio, tomo v ; el Martirologio romano, y Raronio
beasi la vida del bendito san Eleuterio, abad : «Eleuterio,
en sus anotaciones, y en el tomo vu de sus Anales,
padre del monasterio de San Marcos, evangelista, sito en
a ñ o riSO.
la ciudad de Espoleto, vivió mucho tiempo, y conversó
conmigo en Roma en mi monasterio, y en él murió. Fué * SAN ONESÍFORO, MÁRTIR.—Do este sanio, que fué dis-
de tanta virtud, que con sus oraciones resucitó un muer- cípulo de San Pablo, hace mención el mismo apóstol en su
to. Cierto'ldia caminando, sobrevino la noche, y no tuvo segunda carta á Timoteo, cuando dice: « E l Señor haga
donde recogerse, sino es en un monasterio de religiosas merced á la casa de Onesíforo, porque muchas veces me
que hahia en aquel paraje. Estas siervas de Dios tenían un consoló, y no tuvo vergüenza de mi cadena ; antes cuando
uifio, á quien todas las noches atormentaba el demonio, vino á Roma, me buscó con diligencia y me halló. Díle a l
apoderándose de él. Pidieron al santo, permitiese que Señor, que halle misericordia delante de su presencia en
aquel niño durmiese con él aquella noche, sin decirle por aquel dia. Cuánto servicio me hizo en Efeso, mejor lo sa-
qué. Concediólo el bendito padre, y por la m a ñ a n a le pre- bes t ú . » Según consta d é l o s Martirologios griego y r o -
guntaron, cómo le habia ido con el huésped. El santo res- mano, fué martirizado con Porfirio, criado suyo, en el es-
pondió quo muy bien ; y como entendiesen que por su v i r - trecho de Gal ¡polis, por órden del procónsul Adriano, sien-
tud, el demonio no se habia atrevido aquella noche al do cruelmente azotado, y después atado á la cola de un
muchacho, le pidieron se lo llevase en su compañía, r e í i - caballo, que le arrastró largo tiempo, en cuyo tormento
riéndole lo que pasaba. Llovóselo consigo á su monaste- entregó su alma al Criador.
rio , y nunca mas el demonio se atrevió á inquietar aque- SAN ZACARÍAS, PROFETA.—Es el X I de los doce profetas
lla criatura. Pasaron muchos diag, y gozoso el santo ídnd menores, y fué hijo de Raraquías, y nielo de Addo. Dios lo
de ver tan sano, bueno y libre del demonio aquel mucha- envió juntamente con el profeta Ageo á los judíos, para
cho, Heno de alegría dijo un dia á sus monges : El diablo animarlos á reedificar el templo. Sucedió esto doce anos
,se burla de aquellas santas religiosas, y así atormentaba antes del reinado de Darío, hijo de Ilislaspes, quinientos
á este niño, pero ahora no se atreve. Aunque dijo con s i n - veinte antes de Jcsucrislo. Ignórase el lugar y la épocadol
ceridad estas palabras, no dejó de deslizarse en la vana- nacimienlo de este profeta, como también los de 511 muer-
r>lv# i . SEfriBMBRB. w
feí; poro es s?gtiro quo habla tle él Jesucristo oa el cap. 23 Pamho de Nitria, y desale muy joven se fué al desierto on
(le san Maleo, no solamenle porque dice que os liijd de busca del grande Antonio de quien fué discípulo, y á quien
Baraqnías, sino pem^M aíiade que es el último (le los pro- acompañó por algún tiempo en la soledad: después fundó
fetas que luaiaron los judíos, y (pie murió entre c! templo en el desieiio de Nilria un monasterio.
y el aliar. Para conocer el valor que dan estas palabras SANTA KECA , VÍHC.KN.—Esta santa virgen irlandesa flo-
iiilcr lemplum el aliare á la época de la muerte del profe- reció á mediados del siglo V U , f fundó un monasterio
ta, debe advertirse, dice un autor, que cuando murió Za- en Espelan , cerca de (larlisle.
c a r í a s , hacia seisafios que se habiaempezado la reedilica- SANMAcc.n.ixoo.—fué obispo de Lusk , y solo se sabe
cion del templo. Jesucristo mismo quiso especifrar esta de él que murió c:i i í n .
circnnstiincia, para distinguirle del otro Zacarías que l i a -
liia sido asesinado on el atrio del mismo templo. Kslc
DIA 7.
santo profeta dejó escrita una profecía, dividida en cator-
ce capítulos, que la Iglesia venera entre sus libros c a n ó n i - SANTA REINA , víitr.EX Y MVHTIÍI.— La bendita Ueina fué
cos. Todo lo que ella contiene relativa al Mesías, es tan cla- natural de la ciudad de Alisia , sita en la paite seten-
ro y tan cin unslanciad ), quemas parece una bisloria que ti ional de (¡ermania : su padre fué gentil y se llamó (-ló-
una profecía. La Iglesia celebra su fiesta en esle dia, y el mente. Siendo de edad de quince años , ciCyó en Ci islo,
Mai lirologio romano dice, que sien io ya muy aticiano, y sin que su padre lo supiese; y bien instruida en la fé ca-
habiendo vuelto de. h t-uldea, murió en su patria (Jerusa- tólica , s c b a u t ' z ó , y ofreció á Dios su virginidad y pureza.
len), y fué sepultado jimio al profeta Ageo. Era tan hermosa íesmalle que divinamente sale sobre el
Los SANTOS DoviciANO, PRKSIDIO, JIAXSI KTO, GKRAIW, oro de la virtud ) , que pasando acaso por Alisia Olihiio.
l isci i.o v LETO, ORISPOS v MUTIHKS.—Eran todos obis- prefecto, y viéndola, se enamoró de ella, llízola venir á
pos de África, cuando el rey Hunerico, que habia abra- su presencia , y sabiendo de ella misma que ora cristiima,
zado e! arrianisnio, movió aquella cruel persecución con- la mandó poner en la c á r c e l , advii tiéndola que él iba á
tra los católicos, que renovó los primeros tiempos del u n v h i j e , y (pie si a! volver do él no habia mudado de
crislianismo. Por su constancia en defender la fé ortodoxa, religión, ovporimenlaria su rigor. Volvió de su viaje;y
fueron presos por orden del mismo rey, llevados á ia cár- habiendo sacrificado á sus falsos dioses, hizo sacar de la
cel y cargados de cadenas. Después los azotaron cruei- cárcel á ia santa virgen Reina. .Mandóla sacrificar; y ha-
menle con manojos de varas, y luego los mandaron des- llándola firme y constante en la foque h a h i e p r o m o t i d o á su
tenados á dislinlos lugares, méuos al ilustre san Leto, esposo J e s ú s , le hizo suspender en el ocúloo, después he-
que después de haberle hecho sufrir una porción de supli- r i r por mucho tiempo con varas de hierro, y atormentar,
cios , lo echaron en una hoguera, donde murió abrasado y rasgar sus delicadas carnes con uñas de acero. Tan
el año f8G. cruel fué esle martirio, y tan hcrrendamenlo fué herida
y despedazada la santa virgen, que el mismo Olibrio y l o -
LOS SANTOS FAISTO, MACARIO, Y DIKZ Mil- COMPAÑEROS,
dos los d e m á s circunstantes cubrían sus rostros do horror,
MÁIITIIIES.—El primero de estos dos santos era sacerdote
por no ver tan lastimoso espectácnlo y tanto rigor. Los
de Alejandría, en cuya ciudad fueron lodos ellos arresta-
arroyos desangre que corrían, no parece posible que de
dos por orden del gohernador Valer io en tiempo del e m -
tan tierno y delicado cuerpo manasen. Poro viéndola
perador Dccio. Tuviéronlos por muchos dias en una oscu-
constanle siempre el cruel Olibrio, la mandó descolgar del
ra prisión, y al íin los llevaron al tribunal de su juez, que
ccúleo, y volverá la cárcel.
se e m p e ñ ó en que liabian de ofrecer incienso á los dioses
paganos. Resistiéronse ellos con gran fortaleza, reprendie- Puesta segunda vez la c á r c e l , fué admirablemente
ron á Valerio su insensata exigencia, y predicando al pue- consolada por su divino Esposo, el cual le envió unacniz
Ido las verdades del Evangelio, sufrieron con pacien- de oro de maravillosa hermosura, sobre la cual tremolaba
cia una porción de tormentos, y al Iin recibieron la corona una hermosísima paloma, que sin duda ora el Espíritu san-
del martirio, siendo degollados on la misma ciudad de to, que bajó á consolarla y sanarla de sws heridas, y a n i -
Alejandría, el año ¿HO. marla para el fin de la pelea. Llegaba la ernz d é l a tierra
LOS S\M0S CÓTÍDO, ElT.F.MO, \ SUS COMPASKHOS , MÁUTI- al cielo, y la paloma volaha sobre la cabeza de la bendita
itr.s.—rucron degollados en Capadocia , en tiempo de los Ueina, como h a l a g á n d o l a , acariciándola y consolándola,
emperadores gentiles, por confesar á Jesucristo. San Có- junto con animarla á la corona del martirio, qnoleespoiaba.
lido era diácono de aquella Iglesia , y animando á todos Pasados dos dias, fué sacada segunda vez do la cárcel; y
al coinhale , fué el último que mereció la palma del mar- p u e s t a á la presencia de Olibrio, la mandó otra voz poner
tirio. en el c c ú l e o , y que debajo encendiesen una grande ho-
SA\ PÍÍTROMO, OBISPO v COXFI'.SOR.—Fué varón de a d m i - guera que la abrasase: y cuando ya el fuego había bo-
rable santidad , de profunda doctrina , y de vida irre- cho su oficio, la mandó descolgar , y que atada de pies
prensible. Dolado de singular elocuencia se atraía todas y manos, como inocente cordera , la melioson dentro de
las voluntades, así es que sus ovejas abrazaron suave- un baño de agua muy fria , para que con la contrariedad
mente las buenas máximas á medida que el santo pastor de los tormentos padeciese mas crudamente: y al entrarla
las iba enunciando. La Iglesia de Verona ,que le tuvo por on el b a ñ o , hubo un horrible terromolo; y aquella hermo-
prelado, vió sus mas helios dias durante aquel pontifi- sa paloma, que en la cárcel la habia consolado , bajó so-
cado. Petronio murió á mediados del siglo V , ilustre en bre olla , y desalándola todas las prisiones , la dejó lihrc
y sana, y puso una corona de oro y piedras de ineslimablo
santidad y milagros, y su cuerpo fué sepultado en la
valor sobre su hermosa cabeza , y bajó una voz del cielo
iglesia de San E-tehan, junio al de san Andróníco.
! que la convidaba al reino que tan valciosamcnle babia
SAN PAMBO, ARAD.—Es conocido con el nombre do san
22 LA LEYENDA DE ORO. LIA 7.
ganado. Es!c [mnli^io fué tan palenle á todos los que ha- bres : predicaba conliiiuamou'e la palabra de Dios á los
bían acmliilo á ver el espectáculo , que se convirliiTon á piifblos vecinos ; desvelábase siempre por el bien de l o -
la fe de Jesucrislo ochocientos cincuenta gentiles. Con esto dos , y su vida era en un todo la de un apóstol. El Señor,
se encendió mas con furor diabólico el presidente, y la que le tenia reservada una corona inmarcesible por sus
hizo degollar : con que acabó gloriosamente su triunfo; esclarecidos merecimientos, le llamó á la patria de los
y para mayor gloria suya permiliósu amado esposo Jesús, bienaventurados el dia 7 de setiembre del año íiOO.. ó
que (oda h ciudad concurriese y viese su bendita alma ir bi/o glorioso su sepulcro por medio de muchos milag'osa.
gloriosa al cielo enmanos de los sanios ángeles , qu-,1 en- SAN JUAN, MÁRTIR. — Era este santo natural y habitab:»
vidiosos de su Iriunfo so la presentaron gozosos á su Cria- en Nicodemia cuando se lijaron en esta ciudad los edictos
dor. Fue sepultado su glorioso cuerpo por los cristianos en imperiales contra los cristianos. Al pasar un dia por la
la misma cindadde Alisia, donde resplandece en milagros. plaza principal, su corazo» se inflamó tan vivamente
Fué su gloi ioso martirio á 1 de setiembre [ dia en que la contra aquellos excesos , que arrancando los edictos de
Iglesia celebra su tiesta ) , por los años del Señor de t i l .
la pared, los hizo públicamenle pedazos. En aquella sazón
Kscrihieron su vida y martirio , Heda , Ustiardo , Adon; se bailaban allí los emperadores Diocleciano y Maxiuiiauo,
Mombricio, tom. u V'tí. Sancl., Pedro de Nalalibus i / i Ca-y habiendo llegado á su noticia el hecho, llenos de cólera
thahuj. s m c l . tib. v u i , cap 47 , el Murlirologio romano, y
contra el audaz ci istiano , mandaron que se ejecutasen ea
Baronio en sus anotaciones. su persona los mas horrorosos é inauditos castigos. Efecti-
* SA\ Evoitr.io , OBISPO v coM-Eson. — Cuando impera- vamente, el animoso Juan se sujetó á los tormentos mas
ba Constantino el Grande, esle sanio era subdiácono da la atroces , pero sin abrir siquiera la boca para quejarse; ni
Iglesia romana. Fl cielo manifestó que habia de ser obispo se permitió en su rostro la mas lijera señal de liisie/a,
de Orleans, por seña! milagrosa de una paloma. No se tie- sino que cantando divinas alabanzas , consumó su heroico
ne noticia alguna au'.énlica de su vida, se sabe que mu. ió martirio, muriendo en testimonio de la l'é.
el año 310, y que sucnllo fué muy famoso en los reinos SAN Eusiyvio, MÁUTIU.—Nació en Cesárea de Capado-
de Inglaterra y Francia. c i a , de padres gimliles; pero muerto su padre , se bi/o
SAN CI-ODOAUKI, PIU:SBÍTK[IO V CONTESOH. — Eslesaido, instruir en la religión cristiana y fué bautizado. Sus v i r -
llamado por los franceses m n Cloud, nació en ' ) 2 ¿ , de Clo- tudes eran la admiraciun y el encanto de todos, y desde
domiro , rey de Or!e<ins, hijo primogénilo de sania Clotil- que recihió el agua santa lodos sus deseos eran de pade-
de. Apenas tenia tres años el príncipe, cuando perdió á su cer por Jesucristo. En lieinpo del emperador Adriano, le
padre, y quedó bajóla tutela de su santa abuela que le metieron en una prisión , en la cual pasó todo género do
amaba liernamenle. P r e p a r á b a s e la piadosa lulora para miserias; poco después le dieron libertad, la cual empleó
dar á sus nielos una educación conforme á su augusto na- en prepararse de nuevo para el marlii io. Vendió un con-
cimienlo , cuando los reyes de París y Suissons invadie- siderable patrimonio que posein : dió una parle de su
ron los estados de Orleans, asesinaron los hermanos de producto á los que le habían acusado, á quienes él lla-
Clodoaldo, que escapó de su furor per una especial pro- maba sus bienheclioves ; repartió lo restante á los p o -
videncia d e l c i e í o , y aquellos quedaron dueños del reino. bres, y continuó ejeiticndo públicamente las mas acen-
Eljóveu príncipe se retiró entonces á la celda que habitaba dradas virtudes cristianas. Poco liempo después gober-
cerca de París el piadoso solitario san Severino,. y allí nando el juez Sapricio, volvieron á prenderle ; y después
a p r e n d i ó tan pronlo la verdadera ciencia de la salvación, de haberle hecho sufrir varios tormentos , al fin le pasaron
que él mismo se corló los cabellos , ceremonia por medio de con una espada , y consumó el martirio.
Ja cual declaraba que renunciaba al mundo y se consa- SAN ANASTASIO, MÁRTIII.—Nació en Aquileya de una fa-
graba á Dios. J'eneli ado de la futilidad de las cosas h u - milia pubrísima, la cual enriqueció y ennobleció con
manas, despreció las ocasiones que se le presentaron para su altas virtudes y ruidosos milagros. Hacia tiempo que
recobrarla corona de su padre: conlenloen su soledad, daba era cristiano, y ejercía el oficio de cerrajero, cuando se
conlinuamenle gracias á Dios por haberle apartado de los publicaron los crueles edictos de Diocleciano. Dejando en-
escollos del mundo; y lleno de la divina gracia , adelan- tonces su patria se fué á Salona , donde empezó á predicar
taba á pisos agigantados por los caminos de la perfección. publicamente la religión de Jesucristo, y para que si le
Después de algún tiempo, temiéndolos peligros de ÍU pro- buscaban diesen luego con é l , pintó una cruz encima la
ximidad á París , dejó su primera mansión , y se retiró á puerta do sn casa. Efectivamente, á los pocos (lias le pren-
laProvenza , donde vivió desconocido por algunos años. dieron y le hicieron sufrir martirio, muriendo el año 30 í ,
Pero sus virtudes y eminente santidad le hicieron de nuevo y su cuerpo fué trasladado á su patria muchos años des-
t r a i c i ó n : sintiéndose agobiado de visitas y de admiradores pués.
se volvió á París, donde fué recibido con las mas i n e q u í - SAN SOZONTE, MÁRTIR.—Era de Licaonia , y habiéndose
vocas muestras de alegría. El año 3151 el pueblo pidió al convertido á la fé cristiana , hallándose en la ciudad de
obispo do París que ordenase á Clodoaldo de sacerdote? Pompeyópolis , en Cilicia, entró en un templo de ídolos,
cuyas funciones ejerció el siervo de Dios con general aplau-
se llevó una estatua de oro que en el habia, la deshizo,
so de todos; pero después se redro á un sitio llamado en-
la vendió y dió su producto á los pobres. Habiéndolo
tonces Nogenf, y posteriormente San Cloud, á dos leguas
sabido el prefecto Máximo, llamó al santo á su presencia,
de la capital de Francia. Rouniéronsele luego multitud
el cual confesó el hecho, dijo que era cristiano, y mani-
de personas piadosas, que vivieron bajo su dirección ; y á
festó grandes deseos de sellar con su sangre sus creen-
quienes alentaba el santo en los caminos de la virtud Con
cias. Por órden del mismo prefecto le calzaron unas san-
sus instrucciones y ejemplos. Entonces fué cuando Clo-
dalias llenas de puntiagudos clavos y le hicieron correr
doaldo disUibuyó lodos sus bienes á la Iglesia y á los po-
así por varias calles, después le colgaron de un arbo! y
DIA 8. SRTIRMBKE. 23
le jizolaron con varas de hierro, y al fin lo ocharon en ditísima, en cuyas purísimas entrañas se habia de encer-
una lioynefa, (londe consumó su martirio, el año 303. rar Dios nuestro Hedonlor, y vestirse de su carne y unir la
¡SAN ¡N'uvouio, v sis COMI'AÑI.UO^, M.UITIRES.—San Ne- nalm aloza divina con la humana, y darle, con su bendi-
morio era diácono de la Igie&iu de Troyes cuando enlró ción, vida y salud eterna? Todo el universo estaba vesti-
en esta ciudad A l d a , rey de los hunos. Para apaci- do de tinieblas, de culpas é ignorancia, y cubieilo de una
guar á aquel guerrero, llamado « el azote de Dios, » el noche tenebrosa y oscura; mas cuando apuntó y comenzó
clero y el pucldo mandaron al ilustre diácono con otros á reirsc la luz de esta Alba divina, lodo se bañó de rego-
sois clérigos á su oncueniro. Vestidos, pues, con las vesti- cijo y alegría, entendiendo que se acercaba el dia, y venia
duras sagradas y llevando la cruz en procesión , se pre- el Sol que le había de esclarecer y librarle de todos
sentaron al vencedor, que lejos de ahlandarse con aque- los males y miserias que padecía. La sanlísima Trinidad
llas señales do, paz , mandó á sus soldados que se apode- tuvo singular contento: el Padre, por haber nacido su
rasen de los siete eclósiasticos , é inmediatamente los dulce Esposa: el Hijo, porque habia de ser su Madre; y
degollasen. Murió ¡Scmorio con sus seis compañeros en el el Espíritu santo porque era su Templo, y porque por v i r -
mes de setiembre del año 4 5 1 . tud suya habia de concebir al Hijo del Altísimo en su sa-
S.v.\ PANFILO, OBISPO Y CONFESOU.—El cardenal IJaronio grado vientre. Pues ¿ q u é diré de todos aquellos celestiales
dice que fué este santo obispo de Capua, y que después y bienaventurados e s p í r i t u s ? ¿ Q u é fiesta creemos que h i -
de haber llorocido en ciencia y piedad, acabó pacílica- cieron en el cielo el dia que vieron nacida en la tierra á
mente sus dias en medio de su r e b a ñ o . El mismo autor es la que habiu de ser su Reina y reparadora de las sillas,
de parecer que floreció durante los siglos IV ó V. Antigua- por medio de su benditísimo Hijo? ¿Qué de los santos pa-
mente fué muy venerado en Italia, y habia algunas igle- triarcas, sus primogenitores, cuando vieron cumplidos sus
sias de su invocación. largos y ansiosos deseos, y que por medio de esta niña
SAN AUGDSTAL, OBISPO Y CONFRSOU.— Según Beda fué habia de ser tan ¡lustrado y encumbrado su liníqe? ¿ Q u é
francés de nacimiento y obisijo de la ciudad de Arles. Su de los profetas, que tantas veces la anunciaron, y debajo
pontificado fué célebre en imporlanles trabajos apostólicos de tantas sombras y misteriosas figuras la dibujaron y
para la reforma de la disciplina y propagación de la fé. pintaron? Todo el linaje humano se debe alegrar con el
Su ardiente caridad para con los pobres le obligó á ven- nacimiento de esta Señora, por la honra que le vino do
der hasta lo que le era mas preciso, para dárselo y a l i - tenerla por parionla, y por gloria, ornamento y corona
viar las miserias públicas. Euézcloso y caritativo como un suya ; y particularmente life pecadores, po'- tener tal abo-
apóstol; asistió á varios concilios de su tiempo, y m u - gada é intercesora. Peroles que mas parte hoy tienen en
rió con la muerte de los santos, eu el mes de setiembre esta fiesta son los padres de esta niña, á quienes Dios hizo
del año ífiO. tan señalada merced, y por medio de ellos dió tanta ale-
SANTÍI GEHMWA, VÍKORN Y MÁiim. — Oíros la llaman gría ;i todo el mundo. El padre de la Virgen fué Joaquín,
tlrimonia. Fué martirizada en defensa de su castidad en el de -Nazareth; su madre Ana, de la ciudad de Belén; y los
siíio de su retiro, en Picardía, diócesis de Laon. dos eran de la tribu de J u d á , y del linaje de David. Eran
S.VM V MEDRUIEUTA, VÍHGKN Y ABADESA.—Puésobi ina de ricos y nobles, y de sangre ilustrísima; poique descendían
sania Aldegunda, y fué educada en un monasterio de que de muchos reyes, de valerosos capitanes, de grandes y
(U'spues fué abadesa; murió por los años de 70o. sabios jueces y gobernadores del pueblo de Israel: y lo
SAN EUXAN, OBISPO.—Solo se sabe de él que fué primer que mas importa, de santísimos sacerdotes y patriarcas,
obispo de llaphoe, cu Irlanda, provincia de ülsler. y amigos de Dios, que le habían servido con singular
amor y reverwicia. A mas de esto, eran personas muy
temerosas de Dios, y guardaban con gran cuidado su santa
DIA 8.
ley, en ayunos, oraciones y limosnas; porque lal couvenia
LA NATIVUUD p l U VÍRGBN SANTÍSIMA.NUESTRA SESORA.— que fuese el árbol que habia de producir tal fruto. Re-
DH nacimienlode la gloriosísima Virgen y Madre de Dios, partían sus rentas en tres partes: en el templo y culto d i -
María Señora nuestra, dice la santa Iglesia en una antífo- vino, en los pobres, y en sustentar su familia.
na, hablando con ella, estas palabras: «Vuestra nalivi- Habían vivido veinte años casados, sin tener hijos, por-
dad, ó Virgen y Madre de Dios, ha traido gozo y alegría al que era Ana estéril; y por esta causa andaban muy tristes
mundo universo; porque de vos ha nacido el Sol de j u s - y afligidos. Mas Dios nuestro Señor con gran providencia
ticia, Cristo nuestro Dios:, el cual, deshaciendo la maldi- ordenó que Ana fuese estéril, para que el nacimiento de
ción (debajo de la cual estábamos comprendidos), echó su su Hija santísima fuese milagroso, y no se atribuyese á la
copiosa bendición sobre nosotros; y venciendo y matando naturaleza, sino á la gracia. Y como dice san Juan D a -
la muerte, nos dio vida sempiterna y perdurable. Por masceno, para que por este milagro se allanase el camino
cierto que con gran razón, guiada del Espíritu santo, dice para el milagro mayor de todos los milagros, que es venir
la Iglesia, que el nacimiento de ¡a Virgen ha acarreado al Dios al mundo y encarnar en las entrañas de María; y
mundo universo singular alegría y regocijo: porque si el para que se entendiese que la que nacía no era obra de
ángel san Gabriel dijo á Zacar.'as, que muchos se gozarían deleite sensual, sino de la gracia divina: y que el Señor
y tendí ian placer en la natividad de su hijo san Juan Bau- algunas veces cierra la puerta para abrir la mayor mara-
tista, y la celebraron, porque era hijo de oraciones, y na- villa, para que con el nuevo milagro se conoza mejor y se
cía de [¡adres viejos y de madre estéril, y habia de ser estime mas la grandeza de la que nace. También quiso
procursor del Mesías, y aparejarle el camino; ¿cuántos Dios que fuese estéril Ana, y ella y Joaquín viejos; para
mas motivos y títulos tiene todo el mundo para holgarse que la Virgen que nacía, fuese bija de oraciones, de de-
y dar saltos de placer, el día que nació esta Virgen ben- seos y lágrimas, á la manera que lo fué Samuel, hijo de
Si LA LEYENDA DE ORO. DIA S.
h\ otra Ann, que con suspiro:*, ayunos y ünnlos 1c p a r i ó . gracia, que el alma de la Yirgen tuvo, y las inmensas
Así eslos santos casados suplicaban conlimiamonU! á nics riipiezas de todas las virtudes y dones, que por un modo
con grande instancia que los diese frmo de bendición; singular el Señor 1c c o m u n i c ó : porque todas las gracias
prometiéndole de c o n s a g r a r á su divina Majestad el hijo ó que Dios reparlió á todos los otros santos, las amontonó y
hija quclcs diese; y con la oración juntaban el ayuno y juntó en María, con mayor perfección y con medida mas
la limosna, rerseveraron lanío, y con tan grande confianza colmada, y así todas las mujeres que cnel Yiejo Testamento
y buenas obras, que el Sefior les envió un ángel (que Pan- tuvieron alguna excelencia, fueron cifra y como un dibujo
taleon dice que fué san Gabriel), y él les reveló que el de la Yirgen santísima, y en todas las hace infinitas ven-
Señor habia oido sus plegarias y oraciones, y que tendrian lajas. Ella es la segunda Eva, nó como la primera, que se
una bija que la llamarian María, y seria Madre del Mesías llamó madre de los vivientes que habian de morir, sino
y Salvador del mundo. Y fué muy convememe que el como Madre de los vivientes que vivirán para siempre;
ángel trajese del cielo esta buena nueva, y anunciase la porque tuvo enemislad con la serpiente, y le quebrantó la
que habia de alegrar al cielo y la tierra: pues los na- cabeza, y con esto mató á la misma muerte. Ella fué mas
cimientos de Isaac, de Sansón y de san Juan Bau- dichosa (pie Sara, mas prudeule (pie Rebeca, mas hermosa
tista habita sido anunciados á sus padres por ángeles. que Raquel, mas fecunda que Lia; porque aunque Lia pa-
Con este favor de Dios quedaron consoladísimos Joaqnin y rió muchos hijos, y María uno; éste uno vale mas que lodo
Ana, y 1c dieron muchas gracias por tan señalada merced; lo criado. Ella fué mas excelenle que María profetisa, her-
y Ana concibió á la Yirgen sanlísima á los 8 diasde diciem- mana de Moisés, legislador, y de Aaron, sumo sacerdote,
bre, en que la santa Iglesia celebra la fiesta de la inmacu- y la que cantó cánticos de alabanza, cuando vió libre al
lada Concepción: y cumplidos los nueve meses, la parió pueblo de Israel, y ahogó á Faraón con sus carros y ejércitos
á los 8 de setiembre en Nazarelh, en una casa que tenían en el mar Rojo: porque nuestra María no fué hermana,
sus padres en el campo, entre los balidos de las ovejas y sino Madre del verdadero y único legislador del mundo, y
alegres cantares de los pastores, como lo afuma Damas- del sumo poulílice, que con el sacrificio de su sacratísimo
cuerpo y sangre amansó el peclw) airado del Padre eterno,
ceno: y nueve dias después, que fué á los \ 1 del mismo
y venció y ahogó al tirano infernal que perseguía á su
mes (según la costumbre de los hebreos), le fué puesto el
pueblo. Ella fué mas sabia (pie Débora, mas fuerte (pie
nombre de María, que. en la lengua hebrea, ó siríaca,
Judith, mas graciosa que. Ester, mas humilde que Ahigail,
quiere decir «Señora, alumbrada y alumbradora, y estre-
mas hermosa que Abisag, mas casta que Susana: porque
lla del m a r ; » portille ella es Rt que por haber parido al
fue aquella señal grande, que pareció en el cielo y hoy
Hey y Señor del mundo, es verdadcramenle Señora de
en la tierra, y aquella gloriosa mujer vestida del sol, coro-
todas las cosas criadas; nó de una parte de él, ni de una
nada de estrellas, y que liene debajo de sus piés la luna:
provincia ó nación, ni solamente del ciclo, ó de la tierra,
es aquel santuario que Dios hizo para habilar en él; y
ó del infierno, sino de lodo el universo entero y de cada
aquella arca fabricada do madera de Selhiii, y forrada de
parle de é l : porque todas las criaturas que reconocen por
dentro y defuera de oro p u r í s i m o : es la eslrella que nació
su Criador y Hacedor á Dios, reconocen á María por Madre
de Jacob: es el templo vivo, y el trono en que el verda-
del mismo Dios, y se sujetan á su imperio, y con una pro-
dero Salomón reposa: finalmente es aquella Yirgen p u r í -
fundísima humildad y acatamiento la reverencian y v e -
sima, de la cual dice el sagrado Evangelio, que se lee
neran : es asimismo alumbrada de aquella I.uz que nunca
en la misa, para solemnizar su nacimiento: De qua nalus
se oscurece, y vestida de aquel Sol que ella cubrió con la
esl Jesús, qui vocalur Clmsnis. Sí, ¿ q u i e r e s saber quién
nube de su purísima carne; y^emendo en sí e.-le Sol d i -
es María? Ella es Madre de Dios, y do ella nació Jesucris-
vino, alumbra micslro emisferio y el del m í o , á los hom- to. Todos los títulos y excelencias que le pueden dar á la
bres y á los ángeles, y resplandece con inmensa claridad: Virgen, se comprenden y se resumen y cifran en este nom-
y por eso también es estrella del mar, y norte de lodos los bre de Madre de Dios. Ella nace hoy, y de aquí á quince
que navegamos por este océano y siglo tempestuoso; para años de ella nacerá el Hijo de Dios, para que desde hoy
(pie mirándola á ella, é invocándola, no perezcamos én la miremos, nó como á Hija de Joaqnin y Ana, sino como
medio de las furiosas ondas y horribles lormentas que á Madre del Altísimo y unigénito Hijo de Dios: y desde
continuariiente nos combaten, hasta llegar (medimite esta este dia, que entra en el mundo, concibamos una reve-
cvlrella) al puerto deseadode nuestra bienavenluran/.a. rencia tan profunda, y un acatamiento tan humilde, y una
Nació esta gloriosa niüa, en el cuerpo la mas linda, la devoción tan enli añable, como se debe á la Madre de Je-
mas bella y hermosa que ninguna pura ciialura; y en s ú s ; porque para esto nace, y para esto nos la dió el Se-
el alma, tan pura, tan perfecta, tan adornada de gracias ñor. ¡ O bienaventurada y dichosa Señora ! ¿Qué lengua,
y virtudes, que los serafines y querubines se admiraban aunque sea de ángeles, podrá explicar, 6 q u é mente com-
y estaban s u s p e n í o s de verla : porque como del cuerpo prender lo que se encierra en este nombro de Madre de
de la Yír,rcn se habia de formar el cuerpo de Jesucristo, y Dios? iO Madre de tu Padre, Esposa de tu dulcísimo Hijo,
organizarse de su delicada sangre; fué cosa muy conve- que mereciste tener un mismo Hijo con Dios: De qua natus
niente (pie aquella carne, de la cual se habia de vestir el est Jesús! Nació sin madre clernameute de la sustancia del
Verte? eterno, fuese muy proporcionada á la del Hijo, y Padre: y nació lemporalmenU) sin padre de la snst-dricia
bien compuesta, y en lodos los bienes naturales acabada de María. Engendró el Padre ai que dió ser á todas las
con suma perfección; y que el Hijo fuese muy parecido á cosas; y lú engendraste al mismo Hijo, que les da la g r a -
la Madre en el ser natural, y la Madre al Hijo muy seme- cia y el perfecto ser. El Padre engendró al Criador de t o -
jante en el ser de la gracia: porque en lo primero Cristo das las cosas; y tú al Reparador de todas, y al Salvador.
era hijo de María, y ella su Mad- e; y en lo segundo, él era Por Jesucristo fué hecho y formado el mundo: y por el
su Padfe, y ella su Hija I y de aquí vino la plenitud de la
IMA 8. SlíTIlíMRRIí. 2l>

mismo Cristo HA lí ha sido rcformíido y r m v a d o . Nacida «Cuando tú, ó Virgen boalisima, naciste, entonces rompió
eres de la carnede A d á n ; mas sin la conupcion do Adán: el dia y salió al mundo la verdadera Alba, y nos significó
Hija oros de Jíva; mas para rqiarnr las misorias do Kva: que venia el dia sempiterno; porque asi como el alha os fin
Hija ores de hombro; mas Madre de Dios : Virgen eres; d é l a noche pasada y principio del dia siguiente; así tu
mas no esleí i ! : fecunda ores; mas con parísima v i r g i n i - nacimionlo fue (in de nuesíros dolores y tristezas, y princi-
dad. Dios lo salvo,'Virgen saoraüsima, lálamo del Esposo pio de nuestro consuelo y alegría.
oeleslial, morada del elorno Padre, templo d é l a Sapiencia La liesla de la Natividad de nuestra Señora, dicen a l -
increada, sagrario del Espíriln sardo, palacio d é l a D i v i - gunos, que ta instituyó Inocencio, IV de este nombre, sumo
nidad, tabernáculo de nuestra salud, huerto de delicias, ponlílice, cerca de los años del Señor de 1230; y que la
paraisode deleites, tesoro riquisimo, vena de aguas vivas, causa d é l a insfilucion fué una larga sede vacante de vein-
deposilaria de todas las gracias y dones de Dios, singular te y un mes que hubo en la Iglesia, después de la muerte
entre todas las criaturas; pues no hay cosa que le igualo: del papa Celestino I V , y que se hizo voto y promesa que
porque lodo lo que tiene sér no está sobre t i : sobre ti osla saliendo con brevedad sumo ponlílice, se celebraria con
solo el Criador; y debajo de tí esUán todas las criaturas: solemnidad esta fiesta d é l a Virgen: y que luego fué ele-
porque eres Madre de Dios, Madre de nnestra luz, Madre gido el cardenal Sinibaldo, que en su asunción se llamó
de nuestra salud, Madre de nuestra redención y de nuestra Inocencio IV, y fué el que la mandó celebrar en toda la
bienaventuranza. Iglesia. Pero esto no puede ser verdad; porque de san Da-
Pues si esta niña benditísima que nace hoy, es tan do- mascono, Pedro Damián y Uuperto, y otros autores que
tada de gracias, tan adornada de virludes y enriquecida habernos citado, y florecieron mucho antes que Inocen-
de tantos y tan incomparables dones de Dios, y por medio cio IV fuese sumo ponlílice, consta ya en el tiempo de ellos
de ella el mismo Dios se nos comunica y toma nuestra se hacia fiesta de. la Natividad de la Virgen. Y en el Sa-
carne, y so hace nuestro hermano, de manera, que le po- cramenfario de san Gregorio, que fué aun mas antiguo,
demos decir que os carne do nuestra carne, y hueso de hay especial prefacio de osla fiesta de nuestra S e ñ o r a ; y
nuestros huesos; ¿ c ó m o nos debemos alegrar en osle dia? déoslo hace mención san Ildefonso en el libro de la Virgini-
¿Con q u é regocijo celebrar este nacimionlo? ¿Y con qué dad. Y en el libro de los divinos oficios llamado Orden r o -
fiesta solemnizar la venida al mundo, de la que lo dio vida? mano, también se hace mención de las homilías do los
Cuando un gran rey loma por mujer alguna doncella, to- santos (pie en esta fiesta se han de leer, y de las letanías
dos los de aquel linaje se alegran y se dan el parabién, y que en ella se solían decir, por institución de Sergio, papa,
hacen grandes demostraciones de su confonto y alegría. como eruditamente lo notó el cardenal Baronio. También
Cuando una reina viene de nuevo al reino, ¿ n o es recibi- es falso lo que otros han dicho, que esta liesla se cele-
da con real aparato y con costosas y varias libreas, arcos braba en tiempo de san Agustin, engañados quizá por un
triunfales, fiestas y regocijos? ¿Pues con cnánlo mayor scrmoti del santo, que se loe en los maiiines de este dia,
gozo, devoción y reverencia debemos nosotros recibir á donde se dice: «Gócese nnestra tierra con suma alegría;
nueslra Reina y universal Seflora del mundo, y honrarla pues ha sido esclarecida con el nacimiento de tan alta V i r -
por haber la soberana mnjesfad del Padre eterno tomado g e n . » Mas este sermón, annqne es de san Agustin, no es
por Esposa y por Madre de su Ilijoá una paricnta nueslra, de la natividad, sino de la anunciación de la Virgen : y la
y ennoblecido tanto á lodo el linaje humano? V por esto Iglesia, para acomodarle á esta tiesta, trocó una palabra y
dice el cardenal Damián estas palabras: «La natividad de puso «nacimiento,» por «solemne d i a ; » porque venia
la bealísima é intemerata Madre de Dios (hermanos carísi- mas á propósito. Pero el n)ismo san Agustin claramenle
mos) da á l o s hombres singular alegría, por haber sidoel dice, que en su tiempo no se celebraba en la Iglesia sino
principio de toda nuestra salud. Con razón, por cierto, lodo el nacimiento.de Jesucristo nuestro Salvador, y el de su
el mundo hoy jubila y salta de placer, y la santa y univer- precursor san Juan Bautista. En q u é tiempo se haya insli-
sal Iglesia hace fiesta; pues en esto dia nace la Madre luido esta fiesta, y quién la haya instituido, no sabemos
dignísima de su celestial Esposo, y en ella celebra el prin- cosa cierta, sino que es muy antigua y celebrada de los
cipio de las otras fiestas suyas, porque siendo esta fiesta santos griegos y latinos. Puede ser que después del conci-
m tiempo mas antigua, no debe sor inferior en la digni- lio efesino (en el cual fué condenado Nostorio, porque con
dad. Por tanto gocémonos y holguémonos en la natividad su lengua sacrilega negaba que la Virgen nuestra Señora
de la Virgen y Madre, que ainmció un nuevo gozo al mun- habia de ser llamada Madre de Dios, y con esta ocasión
do, y fué principio de toda nuestra salud; y como nos so- creció mas la devoción de los fieles para con ella ¡ se haya
lemos alegrar en el nacimiento de Cristo, alegrémonos dado principio á celebrar su santísima natividad con fies-
también en el nacimiento de la Madre de Cristo.» Y Ser- ta particular. Otros autores nlrihuyen la insliíucion de osla
gio, hierapolitanoy antiguo, dice: ((Venid todos los fieles, fiesta á ciertas revelaciones que tuvo un religioso contem-
y enn gran prisa dad el parabién á esta nina que naco; plativo; el cual dicen, (pie todos los años á 8 de setiembre
porque ánles que naciese, ya estaba predestinada para oia una suavísima música en e! cielo, con gran liesla y re-
Madre de Dios; y con ella nace el mundo y se renueva.» gocijo de los á n g e l e s ; y que preguntando una voz á uno
Y san Damasccno dice : «Venid, todas las gentes y todos de ellos !a causa, lo respondió, que aquel dia se celebraki
los estados de hombres de cualquiera lengua, edad y con- en el cielo el nacimiento de la Madre de Dios; y que por
dición que sean, para que celebremos con grande afecto el el dicho de esto religioso se comenzóá celebrar en la Igle-
dichoso y alegre dia del nacimiento de esta Virgen.» Y sia. Bien pudo ser esto; poro io cierto es lo que a r r i -
Uuperto Tuíciensc, declarando aquellas palabras de los ba queda referido. De ia natividad de nueslra Señora.
Cantares: «¿Quién es osla que se levanta y va creciendo Lipomano y Surio refieren muchos sermones y homi-
fon su luz, como el alba?» hablando con la Virgen le dice: lías de santos: y el cardenal Baronio las de otros g r a -

TOMO ni- 4
2G LA LEYKNDA Í)E 01^0. DIA ftl
ves autoreí griegos que su halian escritos de mano en !a les suplicaba que animasni y eífovzosen á su marido, para
copiosa y curiosa liljrei ía del cardenal Ksforcia. (jue está que la victoria que alcanzase fuese fruto do las peleas de
enlloma. e l l o s : ) ' no solamente ganasen sus almas y las ofreciesen
SAN ADRIANO, MÁIITIH.—Entre las ciudades ilustradas á Dios, sino también la de Adriano, y por este servicio
con la sangre de los mártires, fué Nicomedia ciudad prin- recibiesen mayor corona del Señor. Con esto se despidió
cipal en la provincia de ISiünia; ponjiie como residió p r i - la valerosa mujer délos santos mártires y de su marido,
mero en ella el emperador Diocleciano, cruelísimo ene- (pie le prometió avisarla al tiempo que le hubiesen de ator-
migo del nombre de Cristo, y después Maximiano Gaierio, mentar, para que. se hallase presente á su martirio. Para
qne fué otro monstruo cruel, allí ejecutaron los dos su saña cumplir esla promesa, pasados algunos días, enlendiendo
y furor contra los que profesaban nueslra santa religión, san Adriano que querían los jueces concluir la causa; con
mandando buscar con increíble diligencia, pesquisar, des- parecer de los otros mártires y licencia del carcelero,
cubrir, prender, atormentar, acabar y consumir lodos los comprada con dineros , salió de la cárcel para avisar á
amigos de Dios, como si fueran enemigos suyos y de su su mujer, que ya se. acercaba la hora de su glorioso
imperio. Los emperadores se embravecieron contra ellos; martirio.
y los ministros de su impiedad ejecutaban sus mandatos. M a s á n t e s q u e llegase á su casa, tuvo nueva Natalia,
Los mártires eran atormentados; y el Señor les daba ale- que Adriano venia á ella libre: y pareciéndole que aquello
gría en sus tormentos y victoria de la misma muerte: y no podía ser sino por haber su marido renegrido de la fó
algunos de los gentiles, viendo la paciencia, mansedumbre de Cristo, y huir de la muerte , enternecióse sobremane-
y gozo de nuestros valerosos guerreros en tan terribles y ra : y viéndole venir , arrojó la labor que tenia en las m a -
atroces tormentos , maravillados y espantados de cosa tan nos , y corrió á la puerta de su casa , y cerróla muy bien,
nueva se convertían á ía fé de Jesucristo : y los que p r i - diciendo: No trate el cobarde mas conmigo , ni yo le vtfa
mero, como ministros de los tíranos, atormentaban á los con mis ojos , pues ha vuelto atrás , y mentido á su Dios
cristianos-, después siendo ya cristianos se dejaban ator- y Señor. No me hable palabra, ni oiga ya lengua que ha-
mentar y ponían el cuello al cuchillo por Cristo. De estos ya sido engañosa en la presencia de su Criador. Y llegán-
fué uno san Adriano, mártir, que era mozo'de veinte y dose mas cerca , y hablando con é l , le dijo: i O hombre
ocho años, caballero principal y ministro del emperador desleal y sin Dios ! ¿ P a r a (pié comenzaste lo que no ha-
Maximiano: el cual por haber visto la fortaleza y constan- bías de a c a b a r ? ¿ P o r q u é te apartaste de aquellos santo»
cia de los cristianos en sus penas, y la alegría y júbilo con en cuya compañía yo te dejé? ¿ l'or qué volviste las espal-
que m o r í a n ; juzgando que aquello no era ni podía ser das áutes que se comenzase la batalla , y arrojaste las a r -
cosa humana, sino del cieio, se movió lanío, que encen- masántes de ver el roslro al enemigo? ¿ Q u é haré yo, des-
dido en el amor de Dios, públicamente confesó que era dichada de. mi? ¿ Quién me juntó con descreído ? No m e -
cristiano, 6 hizo poner su nombre en la lista de los recí yo ser llamada mujer de mártir , sino de aquí ade-
otros santos m á r t i r e s , para ser con ellos atormentado lante me Ihimai áii mujer de renegado. Por un momento
y muer lo. fué mi alegría , y por muchos siglos será m i afrenta y
Supo esto el emperador Maximiano, y salió do juicio: oprobio.
mandóle prender, y cargado de hierros echar en la c á r - Estaba Adriano á la puerta , oyendo estas palabras, y
cel, donde estaban otros veinte y tres cristianos. Dió bañábase como en agua rosada oyéndolas, y lomaba á n i -
aviso de la prisión de Adriano á Natalia, su mujer (que mo y nuevo esfuerzo , por el esfuerzo y ánimo que veía
era cristiana, aunque ocultaiiienfeí, un criado suyo. Ella en su mujer: la cual satisfecha que su marido no venia por
luego que entendió lo que pasaba, llena de gozo fue á la huir de! martirio ,.sino por aparejarse á él , y tenerla pre-
c a i v d , y w h á n d o s o á los pies de su marido, besando los sente cuando padeciese , como se lo había prometido; le
grilios le decía : Bienaventurado eres, señor mío Adriano, a b r i ó l a puerta , y con grande humildad y gozo , se echó
quebSfl hallado las riquezas que no te dejaron tus padres. á sus pies y le abrazó ; y los dos juntos volvieron á la c á r -
Ya vas seguro á .lesucrislo, en quien has puesto todos los cel Yendo por la calle Adriano , temiendo que después de
tesoros para hallarlos en tiempo de la necesidad, cuando su muerte los ministros del emperador confiscarían sus
nadie bastará á librar de las penas al miserable que se bienes, y que Natalia quedaría sin hacienda y desampai
rondenaro, nó el padre al hijo, nó la madre á la hija, nó rada , le preguntó , q u é ó r d e n habia dado en su patrimo-
pl amigo al amigo, ui las riquezas perecederas, ni e| nio y hacienda. Y ella , con grande espíritu y v a l o r , le
acompañamiento de muchos criados, ni la ambición y va- r e s p o n d i ó : No quieras , señor mío , acordarte de los bie-
nidad de los cargos, ni otra cosa alguna valdrá para librar- nes transitorios de este mundo, para que no le embaracen
le í?ino las buenas obras que hiciere. Tú, señor mío, tienes y cautiven tu corazón ; pon los ojos en los bienes perdura-
ront'go a Jesucristo; no te canses para que goces de sus bles y eternos , que tan presto te dará Dios á ti y á los san-
promesas. Mira, que no te quite de este camino la memo- tos con quienes duseas morir por Jesucrisio. Llegaron á la
ria de ios bienes caducos y frágiles de la tierra, nó los cárcel , y luego Natalia se postró á los piés de los santos
gemidos de tus padres, rió tu juventud y la hermosura de mártires , y besó sus prisiones: y viendo que por los g r i -
ta cuerpo, nó las lisonjas de tus amigos, ni las amenazas llos y cadenas que habían padecido , estaban mwy'maltra-
de tns enemigos: no le espanten los tormentos del tirano, lados , y las carnes ulceradas, y los miembros de algunos
sino considera la constancia y paciencia de estos santos tan podridos , que de;-lilaban podre y criaban gusanos,
mártires que están contigo: imítalos en la vida para que mandó á sus criados traer de su casa lienzos preciosos y
delirados, y con ellos comenzó a limpiar tas llagas de los
pn la muerte recibas con ellos el premio de la inmortali-
santos , y curarles con admirable devoción y ternura ; y
dad. Y echándose la «anta mujer á los pies de los otros
en cMo se ocupó la sania rmtjer siete di;is. Después fui-rou
Mtfirtir*^ ron entrañable devoción besaba ?n5 cadenas, y
DÍA 8, SÍ'TJEMBRE. 27
s»c;i(ius de la cí'u'ix;! los veinte y Iro? marliros , loilos en Cristo ; y el la e x t e n d i ó , y ella la tuvo, y el verdugo se
una misma cadena , y li as ellos san Adriano , nladasalrás la c o r t ó ; y con este tormento acabó y dió s.u espíritu al
las manos; y fué presentado delante del emperador, an- Señor. La misma crueldad se ejecutó con los otros veinte y
tes que los otros, para que fuese atormentado; porque r o - tres m á r t i r e s , compañeros de san Adriano: los cuale?,
mo mozo sano y robusto , juzgaron qnc tendría fuerza pa- encomendándcsi1 al Señor , y diciendo: Buen J e s ú s , r e c i -
ra padecer mayores tormentos. Cuando se aparió d é l o s bid nuestro espíritu; volaron al cielo, dejando sus cuerpos
otros notos , sus compañeros , para entrar en la audien- en la tierra. El tirano los mandó quemar, echándolos en
cia i los santos mártires le dijeron : Ka , Adriano, tiempo un horno encendido: levantóse luego un gran torbellino,
es que lomes tu cruz, y sigas á Cristo : no vuelvas a t r á s , y comenzaron á sonar truenos, aparecer relámpagos y
ni te espanten los tormentos que ves , sino mira al cielo, caer rayos. Murieron algunos do los paganos, y otros h u -
y considera la corona que por ellos te espera. Y la buena yeron , y con esto ISatalia y otras mujeres religiosas t n -
Natalia, su mujer, llegando á él le dijo: Mira, señor mió, vierou lugar para recoger los cuerpos de los mártires, los
que en solo Dios pongas tu corazón , y que no te espantes cuales hallaron tan enteros y sin lesión , que atm los ca-
de, ningún género de tormento que te dieren : porque ol belles no se habían quemado con el fuego. Fué tan grande
trabajo será breve, y el premio y gloria durará para la devoción de aquellas piadosas mujeres , que recogían
siempre. Acuérdate que sirviendo al rey de la tierra, pa- la sangre de los mártires , y compraban por gran precia
deciste grandea trabajos por una paga escasa y vil | y que los vestidos de los verdugos en que hubiese caído alguna
ahora, con mayor constancia debes sufrir cualquiera pena gota deella. Después los cristianos secrelamcnle tomarculos
por el reino d é l o s cielos. Fué presentada satv Adriano de- cuerpos de san Adriano y de los otros márlíres, y por mal-
lante del tirano : el cual , viéndole constante en la confe- los llevaron á Constantinopla. Mas Natalia tomó la mano
sión de Jesucristo, y que GOI> buenas palabras y promesas de san Adriano . y guardóla como ua tesoro riquísimo , y
no le podía ablandar, le mandó azotar cruelmente, y des- envolvióla en paños preciosos y olorosos , y púsola á la
pués apalear por cuatro .sayones, hombres robustos, con cabecera de su cama, sin que nadie entendiese lo que era
palos duros y nudosos: y Natalia, que estaba presente, se Y siendo (comoera) muy noble , rica, iiKfza y hermosa,
fué luego á los otros mártires, avisándoles que ya Adriano y que solo trece meses había estado con su marido, un
babia comenzado su batalla , para que rogasen á bios por tribuno, ó maestre de campo del emperador, le suplicó
e l ; y en los demás tormentos que le dieron . siempre ha- que diesen órden que Natalia se casase con él. Pareciólo
cia esto para sustenlitrle con las oraciones de los santos. A bien al emperador : enviáronselo á decir ; mas la santa
este tormento añadieron otro, mandando que oíros cuatro mujer lomó tres dias de tiempo [como quien se quería
hombres le diesen grandes golpes en el vientre , con que aparejar para las bodas1, y en este tiempo hizo oración
le rasgai ou y descubrieron las entrañas; y después carga- continua y muy afectuosa á Dios, pidiéndole, por los m e -
do de cadenas le volvieron á la cái cel. Iba con él la santa reciiuíeutos de san Adriano, quo no permitiese que ella
y varonil mujer, y halagándole blandamente con la mano, padeciese fuerza , ni mancillase el tálamo de su primer
le decía i ¡ O lumbre de. mis ojos , y q u é bienaventurado marido: y después de la oraeiou se a d o r m e c i ó , y tuvo
eres, pues mueres por aquel Señor (pie murió por t í ! Lle- una revelación de Dios , por medio de los santos m á r t i -
gado á la cárcel, los otros santos, airaslramlo sus (uerpos res, á quienes había servido en la cárcel , que so em-
despedazados , como podian , venian á el para dai le •>! barcase luego y fuóse á Conslantinopla , donde estaban
parabién y ósculo de paz, y animarle al rosto de la bula- sus cuerpos , porque Dios la quería librar de aquel peli-
l i a : y él le respondió , que aquel gozo suyo era de ellos, gro, y llevarla á gozar de s í , en compañía de estos y da
y aquella corona írulo de sus merecimieiili s y oraciones- win Adriano su marido. Luego la sania mujer, dejando
Y la bienaventurada Natalia limpiaba las heridas de su la casa y todos sus bienes, y tomando consigo la mano do
marido,, y recogía la sangre que corría do ellas, y con san Adriano, se e m b a r c ó , y con él favor del Señor, y con
e l l a , como con un preciosísimo ungüento, ungia su cuer- una visión quo tuvo del mismo san'o en aquella navega-
po; y por su ejemplo vinieron ulraí sanias mujeres á la ción (con que la libró de un gran peligro), llegó á Constan-
c á r c e l , para consolar, servir y r e g a l a r á los santos m á r - tinopla , y entró en la casa donde estaban los cuerpos de
bresque estaban presos. Mas sabiendo esto el tirano, les aquellos bienaveiitm ados mártires , é hincadas las rodi-
mandó cerrar la puerta, y que ninguna mujer pudiese eu- llas, hizo oración á ellos, poniendo la mano de san Adria-
Irar en la cárcel. No se espauló , ni se, acobardó la valero- no sobre su cuerpo; y luego se retiró á un aposenlo á des-
sa Natalia por esle mandato ; áules , cobrando mas á n i - cansar un poco del trabajo del camino, rogando á todos
m o , se corló el cabello, y se vistió de hombre, y entró en los lieles que la encomendasen á Dios. Alli le apareció san
la cárcel para animar á su marido, y servir á los otros Adriano, y le dijo: Seáis bien venida, Natalia, hermana,
martina.- y pudo (;mio con su ejemplo , que otras piado- sierva de Cristo é hija de mártires: venid á descansar con
sas matronas hicieron lo mismo. Supo esto el tirano: em- nosotros, y recibir el premio que se os debe. Despertó la
bravecióse sobi omanera, y mandó que con una deslí a] santa : descubrió lo que había visto á los lieles : tomó h
sobre un yunque quebrantasen las piernas y las manos dormir; y dió su espíritu al Señor.
á Adriano y a los d e m á s mártires ; y la santa mujer rogó Kste fué el Gn do esta bienaventurada mujer, y heie
a los verdugos que comenzasen por Adriano, para (pie no querido poner a q u í , por la gran parte que tuvo en el
se turbase tii desmayase viendo primero padecer aquel martirio de san Adriano, que escribimos : y porque no se
tormento tan atroz á los d e m á s ; y asi se hizo : y ella mis- deque mas me maraville, ó de la fortaleza y constancia
ma le tuvo los piés para que se los cortasen , como lo h i - que sao Adriano tuvo en sufeír lo^ tormentos que paderio-
cieron. Y no contenta con esto, lo rogó que extendiese y ó del ardor de la fe y encendido deseo que Natalia Invo-
se dejase corlar la mano , para :¡ue padeciese mas poi que él tal padeciese, y de las palabras que le d i j o , y las
?| LA LEYENDA DE ORO. PU 8.
obras que hizo para animarle á mot il' con alegría por Dios. Reunido después el pueblo en el anfiteatro para vorlosjue-
l'nego de amor divino lavo esta varonil mujer, cuan- gos públicos, oyéronse algunos gr ifos que pedían fuesen
do, en sabiemio que su marido estaba preso, corrió á la dignamente castigados los sacrilegos, título que se daba
cárcel para esforzarle! ¡ Guando le cerró la puerta de su entonces á los cristianos. Aquellos grilus excitaron al m o -
casa pensando que bnia como cobarde! ¡Cuando le tenia mento efervescencia entre el populacho, que corrió en t r o -
los pies, para que se los corlasen, y lo rogaba que ex- pel á la prisión de los tres hermanos, forzó las puertas y
tendiese la mano y se la dejase cortar, para que pade- los arrastró por la ciudad. No contenta ja turba con magu-
ciese mas por O í s l o ! ¡ Cuando besaba sus cadenas, y se llarlos así, les arrojan enormes piedras, les golpean con
ungiacon su sangre y se cortaba el cabello, y veslia de palos, y por todas las calles donde pasan, hasta las muje-
hombre [¡ara poder servir mas libremente á los santos res dejan sus ocupaciones para aumentar el número de los
m á r t i r e s ! Murió san Adriano á los í de marzo. como lo verdugos de aquellas víctimas. El agua hirviendo corro
dice el Martirologio romano; y hace su fiesta y conmemo- como un rio por lodos los parajes donde han de pasar, y
lacicn á los 8 de setiembre, que es el dia en quesu sagra- aquellos cuerpos tiernos y delicados dejan al fin de exis-
do cuerpo fué trasladado á Iloma , y colocado en la igle- tir horriblemeule desfigurados. Por último, conducidos
sia deSan Adriano, que es una de las diaconias antiguas de también arrastrando fuera de la ciudad, son arrojados i \
los cardenales, en la cual, en nuestros dias, el ano del So- un muladar y después quemados en una hoguera. Los i d ó -
fior de 1 alU), siendo sumo pontífice Sixto Y, se halló su latras persiguieron hasta sus pacíficas reliquias, arrojando
bendito cuerpo. De santa Natalia haej mención el Martiro- al viento sus cenizas.
logio romano el primer dia tic seliemíírc: y por la devo- SAN" NESTOH, MÁRTIR.—Vivía en la misma ciudad do
ción do etta fanta, la casa en que murió en Gons'antinopla Gaza en Palestina, también bajo e! reinado del emperador
se hizo monasterio , y en él muchas personas-se dedicaron Juliano el Apóstata. Fué hecho prisionero al mismo tiempo
al servicio perpetuo del SeDor. Dcsan Adnano y de santa que los tres sanios hermanos anteriores, y sufrió iguales
Natalia escriben lodos los Martirologios; y mas copiosa- lormenlos que aquellos, con la única diferencia de que
mente e! de Adfln, y el !*, Fr. Lorenzo Surio, en el quinto cuando le llevaban arrastrando, unos paganos se compa-
tomo de las Vidas de los santos. decieron de su juventud y hermosura, y arrancándole de
* SAN COBIUMAXO, onisro Y CONFESOU.—Nació en Char- las manos del pueblo, le condujeron á casa de Zenon, pa-
tres, lugar no muy distante de París. Desde joven se reti- riente de los tres hermanos. Fu esla casa murió Néstor
r ó , donde permaneció catorce años, en una [jequeña celda tres dias después de resultas de aquel martirio, y Zenon,
que se habia construido junto á una capilla rural. Dios le que fué descubierto, recibió recios azoles en medio de la
habia dotado á A don de milagros y de consejo, por ma- plaza pública. Esto martirio sucedió el año 362.
nera que eran muchos los que iban á consultarle. Muchas Los SANTOS Amov, TüóriLO, NIÍOTKÍUO V viavru Y DOS COM-
personas deseaban vivir bajo su d i r e c c i ó n , lo que le obli- J'ANKROS, MÁRTIRES.—La ciudad de Alejandría fué m u c h í s i -
gó á formar una especie de comunidad. Ordenó y arregló mas veces teatro de las mas horribles escenas, durante los
ja nueva casa, y como tenia tanto roce con las gentes , no primeros dias del cristianismo. Los fieles eran allí condu-
considerándose seguro trató de buscar otra soledad, par- cidos á bandadas al suplicio, y sacrificados casi siempre
tiendo á este fin á Roma , y fijando su residencia en otra sin pLedad. En uno de estos furores que provocaban g e -
pcqueíia celda junto á la iglesia del Príncipe do los a p ó s - ncralmenle los saccrdolos do los ídolos, murieron los san-
toles. Pidió el beneplácito del ponlíííee, el cual conociendo tos de que hacemos aquí conmemoración, sin que se les
la capacidad y conocimientos del humilde anacoreta y su diese otra defensa que delatar á los tiranos otros cristia-
gran v i r t u d , 1c consagró obispo apostólico, enviándole á nos que seboseaban para ser atormentados con ellos. Pero
predicar el Evangelio á las naciones infieles. Obedeció eí los esforzados atletas de Jesucristo pretirieron entregar
santo la voz del cielo en persona del pontífice Gregorio 11: sus cabezas al verdugo que incurrir en ninguna acción i n -
dirigióse á su pais , donde hizo mucho fruto con sus fame, y así murieron lodos degollados. No hemos podido
predicaciones. Recorrió después la Gaviera, desterrando averiguar el año de su martirio, aunque, según liaronio,
de allí la idolatría ; y á fin de ser mas útil á sus ovejas, puede calcularse que seria el siglo I I ó Mí.
lijó su residencia en Trisingen , en la alta Baviera , de SAN TIMOTKO Y SAN FAUSTO, MÁRTIRES. — Nada ha
cuya Iglesia fué el apóstol. Atendidas sus eminet)les cali- quedado do estos santos mas que los nombres, y que
dades,, y sobre lodo su celo, era reverenciado de lodos murieron en Antioquia. Ignoramos todas las parliculari-
como un santo , encomendándose muchos á su protección dades de su vida por no encontrarse las actas de su
como si estuviera en el cielo. Sabedor Corbiniano de que martirio.
el duque de Itaviera, Grimoaldo, se habia casado clandes- SAN SIDRONIO, MÁRTIR.—Ganó la palma del marlirio en
tinamente con Billrada, viuda de su hermano, reprendió Boma, durante la persecución de Aureliano. Algunos cele-
al príncipe su incestuoso matrimonio, de lo que irritada bran su festividad el 11 de julio.
1; duíjuesa compró asesinos para que lo mataran, de lo SANTA ADELA.—Fué viuda de Italdnino I V , y en el ano
que Dios le libró milagrosamente, quedando muertos de dclOG7 fué á Roma, donde recibió el hábito de religiosa,
repente ios asesinos. Murió santamente el dia 8 de se- siendo mandadora del famoso monasterio do benedictinas
tiembre del año 730. doMassena,
LOS SANTOS EfSEBlO, NESTAVO Y ZEXON., !HÁRTIIIKS.-— Í.OS SAN DISIBODO ó DISKN, ORISPO Y CONFESOR.—Fué un sanio
tres eran hermanos y vivian en Gaza, ciudad de Palestina, monge irlandés que pasó á Francia en 6112, y produjo
en tiempo del emperador Juliano ol apóstata. Esiando un fruto maravilloso con su predicación evangélica. Murió
di» en su casa, fueron presos por los paganos, y los lleva- por los años de 700.
ron á la cárcel, donde seles azotó con la mayor crueldad-
DIA 9 SETIEMBRE 29
tiempo del emperador I.icinio. Kn la ciudad de Sebasle en
Armenia, permitió Dios abriera los ojos á la luz de la ver-
DIA O
dad, y siguiendo las máximas de la religión, ejercitaba la
SA\ (ÍOUGOMO, MÁiiTiu.—V loa dic/ y nueve años ile su mas grande caridad, por manera que con mucha fra nen-
iuipci io, maudóel emperador Diocleciauo puhlicar un edic- cia visitaba á los cristianos queso hallaban en las cárceles
lu en la ciudad de Nieomedia, en que ordenaba (p;e loda.s p o r l a f é , prodigándoles los mas dulces consuelos. Sabien-
las iglesias de los ertsUanos se derribaren y ochasen i)or do oí presidente Disias la conducta del santo, fué llamado
el suelo, y los libros sagrado* se qiieuuisen, y que los no- á s u tribunal, de donde salió para ir al lugar del martirio.
bles fuesen privados de su dignidad y nobleza, y la gente Fué colgado de un árbol con una gran piedra alada á los
co.ium de su libertad, si no quisiesen adorar á sus dioses. piés, fué azotado, descarnado lodo su cuerpo, y después
Añadió d e s p u é s , que lodos los prelados y cabezas de la de otros tormentos murió eu el Señor.
Iglesia de Cristo en cualquiera pai te que estuviesen fue- Los s.v.xTOS JACINTO, AuJAMmo Y w n f W i MAIITIKV.S.—
sen presos, y con exquisitos y alroces tormeatos apretados Derramaron su sangre por Jesucristo en la tierra de los sa-
para que se apartasen de nuestra santa religión. V¡6 este binos á treinta millas de Jloma durante las primeras per-
edicto tan impío y tan bárbaro un caballero ilustrwmo y secuciones de la Iglesia.
valeroso que era cristiano y se llamaba r e d r o : el cual en- SAN STRATOX, MÍUTIR.—Tampoco sabemos de este sanio
cendido eu el amor de Dios, eclió mano de él (que oslaba mas que lo que dice el Martirologio romano, esto es, que
lijado en la plaza) y le r a s g ó , no temiendo el enojo del e m - por confesar á Jesucristo fué atado á dos árboles, y beclio
perador que estaba en la misma ciudad, ni las penas y pedazos llegó á la corona del marlii io. Algunos autores
dafios que de aquel hecho dafioso le podían venir. No se querian (pie fuese español y natural de unaaniigua ciudad
puede fácilmente creer el sentimiento que tuvo Dioclecia- llamada Hela; pero Nicolás Antonio niega redondamente
uo cuando supo lo (pie Pedro habia hecho en su desacato (pie tal santo haya sido conocido nunca en Kspaña, y dice
y oprobio. Mandóle prender y darle tantos y tan crudos que en la península jamas ha existido ciudad ni población
tormentos, como de, su g n m furor y crueldad en un caso alguna llamada Iteta.
tan grave se podian temer: y eu ellos el bienavcnlurado Los SANTOS ID i ixo Y ID Fixi AXo, MÁiirniKs.—Fueron her-
márlir Pedro estuvo con admirable constancia y alegria manos y nacieron en Grecia. Sus padres los educaron en
ii is'a (pie dió su espirilu al Señor, Tenia en este tiempo los rilos gentílicos; pero los dos niños (pie eran de nalural
Diocleciauo dos caballeros muy principales de su cámara, bondad y de entendimiento claro, ya antes de tener nocio-
' itimos ¡aaiiliares y privados suyos, (pie se llamaban Gor- nes del Kvaugelio, aborrecían la religión de los paganos.
Konioy Doroteo, los cuales secrelamente eran cristianos, y Ks por demás decir, (pie en cuanto les ilinnínó la luz de la
habían con su ejemplo y buenos consejos traído á la fé de fe, fueron tan fervorosos y tan puros cristianos, que ha-
Cristo á muchos de sus c o m p a ñ e r o s : y como los dos se ha- biendo recibido el bautismo, se presentaron después de
llasen [M ésenles al tiempo que atormentaban á san Pedro; pocos días al prefecto, y confesando (pie eran cristia-
movidos con su ejemplo, y abrasados de un vivo deseo nos y que detestaban á los dioses del imperio, fueron de-
de morir por Cristo, ambos á una hablaron al emperador gollados.
de esta manera ; ¿Que quiere decir, ó emperador, que SAN AiDOMAno, onisro Y COXKKSOII.—Los-franceses le
atormentes á solo Pedro por una cosa, (pie si esculpa, no- llaman san Omer. Nació aliñes del siglo V I y fué hijo ú n i -
sotros también la leñemos? Si le atormentas porque es co de Friiilfo y de Domitila, nobles y ricos esposos (pie
m s l i a n o , lambion lo somos nosotros, y somos del mismo vivían en un pueblo junto al lago de Suabia. Itecibíó una
parecer que él es. Espanlóse el tirano do oir talos pala- educación conforme á su ¡lustre nacimiento, y correspon-
hras, y saliendo fuera de si do enojo, convirlió en aborre- diótan perfectamente á lasolícilud de sus piadosos padres,
t'iimoiUo todo el amor que ánles les tenia. Mandólos azotar que siendo atm muy niño era un modelo do lodas las v i r -
'wribilisimamonle, y colgar y desgarrar sus carnes; y os- tudes. Habiendo perdido á su madre, el joven Audomaro
^"do abieiias sus eiilrañas, derramar sal y vinagre sobre se retiró á la abadía do Luxeual á doce leguas de Uesan-
^"íis, y luego extenderlos en unas parrillas de hierro, y zon, donde desprendido do todos los lazos del mundo se
('('liajo poner fuego manso para que poco á pocofuése ha- ocupó tan solo de los negocios de su salvación, b i g a i
c">tido prosa en ellos y consumiéndolos, y la muei le fuese lambienque su padre le siguiese á la soledad, y vendien-
li|nlo mas cruel cuanto era mas prolija: y linalmonle ocháii' do ambos cuanto tenían, lo ropartiei'on entre los pobres,
^oles doslazosá sus cuellos los ahorcaron, y deesta maue- Padre ó hijo hicieren su profesión en aquel monasterio, y
''^ los dos santos mái lires dieron sus benditas almas á su en breve Audomaro se hizo notar entre todos por sus e s -
Criador: aunque Metafraste dice, que Doroteo murió des- olarecidas virtudes. Al poco tiempo quedó vacante ta silla
(';<bezado y Gregorio con una gran piedra atada al cuello, episcopal d e T a r v a n a ó Terrovana, ciudad de la Galia I t c l -
^us cuerpos fueron sepnilados por algunos ci ístiauos ; y gica, en cuyo pais reinaba entonees la idolatría mas gro-
'lospues eu suceso de tiempo, el cuerpo de san Gorgouio sera. El rey Dagoberto, que quena civilizar aquellos pHe-
'Mé llevado á ftoma y sepultado en la via Latina: y de aquí blos, buscaba na hombre apostólico que fuese capaz do
h trasladó el papa Gregorio IV á la iglesia del príncipe de llevar á cabo felizaquella empresa, y púsolos ojosen A u -
'l's apóstoles san Pedro, como dice el Martirologio roma- domaro, q u c á pesar de una obstinada resistencia, tuvo u!
no; y el de, heda, tJ.suardo y Adou, hacen mención de es- lin que ceder, y fue consagrado obispo por los úllimosmeT
'os sanios m á r t i r e s : cuyo martirio fué á los 9 deseliembie ses del año G,17. El cielo bendijo desde luego sus trabajos
(^n (pie le celebra la Iglesia), año de 302, imperando el ya episcopales, y eu breve se v ió Irasformado aquel pais en
Hombrado Diocleciauo. viña lerlil de Jesucristo; los templos paganos se convir-
* SAX SKVKBUNO, MÁiiTia.—Servia «n clase de soldado en t i m u í en basílicasauguslasdonde brillábanlos signos de
30 LATEYENDA DE ORO. DIA 10.
micstra mU-ncion; (k-siipnreciiTon los (dolos y su culto, y fueron martirizados b á r b a r a m e n t e , solo ponjue profesaban
el corazón é t aquellos dinccsiuios se llenó del mas pin o y la fe de Cristo.
verdadero espírilu del crisliauismo. Por (odas partes l e - SANTA OSMANV, VÍRIÍEN.—Descondienledeuna ilustre fa-
vantó templos al Dios verdadero, mandó misioneros á los milia irlandesa. Cdnservó toda sn vida intacta la Ilorde su
paises mas apartados, erigió varios monasterios y algunos virginidad, viviendo muy solitaria en la Itretafta m e -
asilos de beneíicencia, y dejó en todas parles útiles regla- nor, adonde p a s ó , y murió cerca de lirieuch en el s i -
mentos que dan prueba de su talento y santidad. En su glo VH.
vi'jez so quedó ciego, y esto le proporcionó dedicarse casi SAN BETEUNO Ó ÜECCELINO . KRMITVÑO Y CONFESOR.—So
e n l c r a m e n t e á la contemplación, sin dejar por esto de pre- sabe de él que vivió en las práclicas de la penitencia mas
dicar con mucha frecuencia á sus ovejas los mandamien- austera en las montanas de Staflbrd, de cuya ciudad es
tos de la ley divina. Después de ocho años de ceguera, patrono. F u e d i s c í p u l o d e san Gulhlaco.
acabó santamente su vida el dia 9 de setiembre del afio ¡ -írtíl fr^irí.'ls-.*»'ttip'ihiíq (í fíiuph:!! ) ICJ ¡'-í ;»h r • J^T
de 070, después de un ponlilicado de treinta á cuarenta
DIA 10.
anos. Kn su sepulcro dispensó el Sefior muchos y grandes I ' U ' - j v.if s t M t f i m tímtiBmmuf uU w w . ' n . u -np n-ivf
prodigios, que han atestiguado hasta en los siglos venide- S\N NICOLÁS DE TOI.ENTINO, CONFESOR.—San Nicolás de
ros la santidad de Andomaro. Toleuüno, religioso de la órden del glorioso padre y doctor
S.\x SKKGIO, PAPA Y CONFKSOR. —Fué oriundo de Antio- de la Iglesia san Agnstin, nació en una aldea llamada San
quía y natural de Palermo en Sicilia. Kra presbítero de la Angelo, de la ciudad de Fermo, que es en la provincia do
Iglesia de Koma y gozaba de gran reputación de ciencia y la Marca de Ancona. Su padre se llamó Gampañano, y su
virtud, cuando fué nombrado papa después de d »s elec- madre Amala. Eran honrados y muy buenos cristianos: y
eiones, la una en favor del arcediano Pascual, y la otra en habiendo sido casados muchos dias, notenian hijos; y por
favor del arcipresle Teodoro. El nuevo papa fué consagra- esto andaban muy congojados y afligidos. La madre Ama-
do en Roma el dia t í de diciembre del aíio 687. El pres- ta lomó por medianero á san Nicolás, obispo, con quien te-
bílero Teodoro se sometió volunlariamenle á Sergio, y nia particular devoción, y prometió de ir á visitar su sa-
el arcediano Pascual tuvo (pie hacerlo por fuerza, y des- grado cuerpo, que está en la ciudad de Bari, en el reino
pués de algún tiempo fué depuesto de su arcedianalo por de Nápoles, si Dios le daba un hijo y le cumplia su deseo.
crimen de magia, Kn" 6 itíí, habiendo el emperador Jusli- Fué revelado á sus padres que hiciesen aquella romería,
n i a n o l l enviado á Sergio los cánones delconcilioÍH T n t l t o , |)orque en ella se les (liria quién habia de ser el que de.
que se h ibia convocado sin su consentimiento, lejos de e los habia de nace'. Pusiéronse en camino, llegaron í»
lirmarlos este papa como lo deseaba el emperador, ni s i - Bari, visitaron la iglesia do San Nicolás; y a l l í s e l e s a p a -
quiera quiso leerlos. Irritado Justiniano por este despre- reció el santo y les hizo ciertos que tendí ian nn hijo, á
cio, dos años después envió un tal Zacarías á Roma para quien pondrían por uomlire Nicolás, por haberle alcanza-
prender á Sergio y llevarle á Constanlinopla. I.os soldados do por su inlercesion, y (pie seria siervo lidclísinio de Dios
tomaron la defensa del papa, cuya protección se vió pre- y varón muy ejemplar y de gran penitencia. Todo se
cisado á implorar Zacarías para ponerse á cubierto del f u - cumplió a s í , porque Amala concibió, y á su tiempo parió
ror del puehlo y de la tropa. El ailo 698 tuvo Sergio la d i - un hijo que se llamó Nicolás: el cual desde niño fué muy
cha de acabar el cisma de los obispos de Istria, que hacia inclinado al servicio de Dios: frecuentaba tas iglesias, oia
cincuenta años desgarraba las e n t r a ñ a s de la Iglesia; y misa y rezaba con mucha devoción, huia las c o m p a ñ í a s
después de haber gobernado el mundo cristiano con p r u - de los muchachos traviesos, gustaba de tratar con religio-
dencia y santidad por espacio de trece años y ocho me- sos, hacia bien á los pobres, ayunaba y o c u p á b a s e en el
ses, murió con la muerte de los justos, el dia 8 de setiem- estudio, y oraba con tanta devoción y atención, que se
bre del año 7 0 1 . Entre muchas cosas notables que dejó dice haber visto, aun siendo mozo y orando en la iglesia,
establecidas en la Iglesia, una es el que en la misa se d i - á Cristo nuestro Señor con los ojos corporales; y como
jese el A g m a Dei. iba creciendo en edad, iba también creciendo en virtud y
SAN QumiANO, ABAD V CONFESOR—Parece que fué i r l a n - ciencia. Hiciéronle canónigo de una iglesia de San Salva-
dés de nacimiento, á lo menos porque floreció en aquella dor: y aunque vivia loablemente, no estaba contento, por-
isla. Era de una familia oscura y gentil, y se convirtió á la que siempre aidielaba á olro oslado de mayor perfección.
religión católica entrando un (lia en una iglesia en que Y así, habiendo oido un sermón de un famoso predicador
ge leía el Evangelio. En seguida se retiró del mundo á la de la órden de San Agnstin, del menosprecio del muntlo:
soledad. Los maestros en la ciencia de la salvación que- como el corazón estaba dispuesto y seca la leña, la cente-
daron sorprendidos de los progresos de Qucrano, y le die- lla de la palabra de Dios que cayó en ella, la encendió de
ron permiso para fundar un monasterio en otra isla i n - manera, que Nicolás, abrasado del amor divino, se deter-
mediata á Irlanda, el cual llegó á ser muy poblado y minó á dar libelo de repudio á todas las cosas de la l i m a ,
recibió de su santo abad una regla que después fué m u y y buscar con grande ansia y solicitud las del cielo. Para
c é l e b r e . Este sanio murió en Escocia el dia í) de setiembre esto tomó el háhito de San Agnstin en el convento de la
del año ciudad de Tolenlin: y los religiosos de el se !e dieron con
Los SANTOS PEDRO, DOHOTEO Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES. gran voluntad, conociendo cuán sania ero su vida, y cuán
—Doroteo fué camarero del emperador Diocleciano, y su grande su ciencia y habilidad, y esperando que habia de
íntimo amigo Pedro, suben marero. Los dos eran los p r i n - ser (como lo fué gran ornamcnlo de su sagrada religión.
cipales eunucos del palacio. Cuando se prendió fuego al Luego comenzó san Nicolás a darse á todas las virtudes, y
palacio de Nicomedia se acusó injustamente á los cristia- m a s á las que son propias del religioso, á la liui»ildad, a
nos, y aquellos dos amigos y oíros subalternos del palacio la pobreza, al >i!oiino. á la obediencia, á la oración, al
DIA 10. SET1EMME. 31
ayuno, y ponitcnciH; de suei le, que ora espejo de religiosos á n g e l e s ; y él entendió que llegaba la hora de su dicho-
eomolo fii6de sacerdoles, siendo saceiilole, y de predica- sa muerte: así lo pruielizó y avisó de ella á sus frailes. "V
dores, siendo predicador, Pero aunque en lodas las v i r t u - liabíondo caido malo y agravándosele la enfermedad, los
des se esmeró nuielio y filé exceicule, lo que se esc ribe de llamó y rogó que le perdonasen sus fallas, y al prior que
su absíinéncia pone grande a d m i r a c i ó n ; porque treinta le diese la absolución de lodos sus pecados y le adminis-
aíios estuvo en el convento de Toleulia sin comer carne, trase los santos sacramentos de la Iglesia, los cuales reci-
ui huevos, ni peces, ni cosa de leche, ni aun manzanas, bió con grandisima devoción y abundancia de lágrimas.
ahora estuviese sano, ahora enfermo. Fue esto con lanío Después se hizo traer una cruz en que estaba un pedazo
exlrcnio, que habiendo una vez caido malo y llegado á de la de. nuestra redención, la cual adoró con profundísi-
punto de muerte, los médicos le mandaron que comiese ma humildad, suplicando al Señor que por virtud de la
carne porque asi convenía á su salud: y como ellos no se santísima cruz le salvase y le defendiese en aquella j o r n a -
lo pudiesen persuadir, fué necesario que su superior se lo da, del malencueulro y ongafío del común enemigo. J u -
mandase en virtud de sania obediencia. Bajó la cabeza el bilaba su espíritu, y regocijábase sobre manera, por el
santo y probó la carne que le trajeron, y pidió al prior deseo que tenia de salir de la cárcel de este cuerpo y ver
que se contentase con aquella obediencia y que no le apre- á Dios: y como los frailes le preguntasen, por qué estaba
tase mas fii le hiciese quebranlar el propósito que tenia; tan conlerflo y alegre, respondió: Porque mi Señor Jesu-
porque Dios no oslaba atado á la carne ni á las reglas de cristo, acompañado de su dulce Madre y de nuestro padre
medicina para darle salud; y asi se la dio el Señor muy san Agustín, me convida á la partida y me dice que me
entera dcnlro de pocos dias. Ayunaba cada semana los l u - alegre y entre en el gozo de mi Dios; y diciendo aquellas
nes, miércoles, viernes y sábados á pan y agua, y comia palabras: I H mmus lúas, Domine, conmendospirilum meum,
una sola vez: y desde los siete afios de su edad a y uñó tros levantadas las manos y los ojos hacia la cruz (pie tenia
días cada semana, imitando en estoá san Nicolás, obispo, presente, con maravillosa tranquilidad dió su alma al Se-
el cual, siendo nifio, los miércoles y viernes no queria l o - ñor á los 10 de setiembre del año de 1306. Ilustró Dios á
mar mas de una vez el pecho, Disciplinábase las noches san Nicolás con muchos y grandes milagros en vida y en
con una cadena de hierro: su túnica era pobre, áspera y muerte. Tuvo don de profecía, dió salud á muchos enfer-
remendada: la cama era dura y propia de penitente: su mos que estaban afligidos con graves dolencias, dió vista
oración era muy fervorosa y continua; y casi lodas las á los ciegos, libró muchos endemoniados. Y no solamenle
noches se le pasaban ó en el coro (en el cual era primero), los que vivían en la ciudad de Tolentin y en loda su c o -
ó en atenta y regalada contemplación del Seflor. Mas el marca, sino otros muchos mas apartados recibieron g r a n -
demonio que siempre vela para nuoslro mal, procuró con des beneficios y singulares gracias por su intercesión. K n -
varias tentaciones apartar al santo de su dulce conversa- tre las otras cosas notables con que Dios le esclareció, fué
ción: y una noche, oslando orando delante de un altar una: que una noche le apareció una eslrella de gran cla-
como solia, mató la lámpara y la arrojó en el suelo, y la ridad, la cual venia de la aldea de San A l l t e l , donde él
hizo pedazos : y poniéndose sobre el techo de la iglesia, había nacido, y por derecha línea iba á dar á Tolentin, y
comenzó á desrejarle y hacer tanto ruido que parecía que se paraba sobre el altar donde el santo solia decir misa y
se queria caer la ¡glosia. Tomó varias y horribles figuras hacer oración; queriendo Dios con esta visión declarar que
de beslias fieras para cspanlarlc: y como el santo no se este santo era como una estrella muy resplandeciente de
moviese de su oración, le dió tantos y tan grandes golpes su Iglesia; y que habiendo tenido su origen en un lugar
ípcrmilíéndolo el Seíior para mayor prueba y corona de de poco nombre, se acabaría y lendria fin en Tolenliu, y
su siervo), que por muchos dias ic quedaron en el cuerpo seria enterrado debajo de aquel altar, donde se paraba la
las señales de las heridas. Otra vez, entrando á hacer o r a - estrella, como lo fué. \ después de muerto, cada abo el
ción delante de un crticilijo, el demonio le derribó y le mismo día aparecía en aquel lugar la misma estrella, la
malu-aló de manera, que le dejó por'muerto y quedó cojo cual veía la gente que aquel día concurría de lodas partos
f>0r toda la vida; pero él, esforzado por el Seíior, selevan- al sepulcro del santo por su devoción y por alcanzar salud
ffi é hizo su oración y gracias, porque así 1c probaba y le en sus enfermedades y alivio de sus (rabajos, y esto duró
('aba victorias de su enemigo. Fué devotísimo de las almas muchos a ñ o s . Después el papa Eugenio IV, año del Señor
del purgalorio, por una visión que luvo, en la cual vió de 1446, le canonizó y le puso en el catálogo de los san-
S''an número de almas del purgatorio, que con grande ins- tos? y el papa Sixto Y , el primer año do su ponliücado,
'^iicia le pedían el sufragio de sus oraciones y misas; y que fué e l d e l ü S S , mandó que á los 10 dias de seliembr«i
habiéndolas dicho, le dieron gracias por olio. No era me- se rezase de san Nicolás de Tolentino, con solemnidad de
nor su caridad para con los vivos que para con los difun- dúplex, en loda la Iglesia católica íaunqne después cu el
tos. Visitaba con gran cuidado á los enfermos y compa- breviario reformado de la santidad do Clemente YIII se
decíase de «líos: recreábalos con sus palabras, a n i m á n d o - pone semidupieJC) : \ i \ cual, habiendo sido muchos afius
los a llevar con padenda su trabajo, y dábalos todo lo que afligida con grandes divisiones y con un largo cisma, lue-
podía para su regalo. UedlHa á los frailes h u é s p e d e s , como go que fue san Nicolás canonizado por sus merecimien-
Si fueran ángeles del cielo. Alegraba los tristes, consolaba los y oraciones, tuvo paz y unión. La vida de san Nico-
á los afligidos, reconciliaba á los discordes, socorria á los lás escribió un fraile grave y antiguo de su orden; y la
pobres, libraba á los cautivos y á los encarcelados. Final- refiere el l \ Fr. Lorenzo Surio cu el quinto lomo de las
mente, la vida de san Nicolás era como de un hombre per- Yitlas de los santos, y el Martirologio romano hace men-
fectísimo y venido del cielo: y como á tal le favoreció y ción de él.
regaló mucho nuestro Sofior. Seis meics antes que murie- 4 SAN SOSTENES y SAN YICTOR, MÁaTinES.—Estando en
se, cada noche, á hora de maitines, le dieron musica los cierta ocasión santa Eufemia en presencia de Prisco, p r o -
LA LKYRNDA OR ORO. DIA 10.
cónsul del Asia, incropándole por su inhumanidad con los cono de la Iglesia de Novara, en Italia, cuando habiendo
ci islianos; Sosfcuos y Victor, calcedonenscs, se hallaban vacado la silla episcopal de la misma ciudad, fué elegido
jjnsentes, y vieron con asombro á la santa circuida de á n - como por divina inspiración para ocupar aquel puesto.
geles y celestiales vírgenes. Esla visión molivó su conver- Vivió siempre como un anacoreta , todo el tiempo que le
sión por manera, qne desde aquel momento confesaron ser dejaban libre sus cuidados pastorales, en los cuales era
cristianos. El procónsul, montado en cólera, mandó queen- muy solícito, lo empicaba cn*lü oración y contemplación
cadenados fueran entregados á las hambrientas fieras, las de las cosas celestiales, y en castigar su cuerpo con mi r i -
que lejos de d a ñ a r á los santos, se arrodillaron para lamer gor excesivo. Muchas veces, al celebrar el santo sacrificio
y acariciar sus piés. Lejos de alilandarse el tirano á vista d é l a misa, se vió sobre su cabeza un ángel rodeado de r a -
de este prodigio, mandó encender una grande hoguera, en yos, en actitud de apartar del santo los pensamienlos que
la que echados los sanios, cantaban en ^lla las divinas ala- pudiesen distraerle. Su vida fué la de un ángel en carne,
banzas, después de haberse dado el ósculo de paz al en- y su muerte, acaecida á mediados del siglo Y , fué ilustre
trar en ella. Enó su martirio por los afios 300 de.Iesnciisto. en cosas portentosas y engrandes milagros.
ÍASSWTAS MEXOKOU.OIETIIODOIU VÍNÍNFOHOHA, VlIKiKMÍS V SAN PEDRO, OBJSPO Y CONFESOR.—Floreció en el siglo X, y
M \TIKF.S.—Eslas sanias eran hermanas y naturales de üili- fnéobispo deSantiago de Galicia. Haronio dice, que fué es-
nia, donde derramaron su sangro. En tiempo del emperador clarecido por sus grandes virlmles y milagros. Ninguna
tlalerioMasimiano, siendo prefecto de su patria mi hombre otra noticia hemos encontrado de este santo, y aun eslas
llamado Eronlon, fueron obligadas á que optasen entre las ponemos con desconlianza, poi que los bolandistas prue-
ofrecer incienso á los ídolos, ó morir en manos del verdu- ban con bastantes datos qno nunca existió tal san Pedro,
go, en cuya elección no vacilaron un momenlo, pues solo obispo de Santiago.
descahan irsecuanlo antes á reunir con su Esposo celes- Los SANTOS NEMESIANO, FÉLIX, LICIO, OTRO FÉLIX, LITÍIO,
tial. Su fervor y constancia obraron algunas conversiones. POLIANO, VÍCTOR, JAOERF.S, DATIVO, Y OTROS COMPAÑEROS,
LOS SANTOS APF.I.IO, IXCVS V fXEMKN'TE, MÁUTIUES. l'UC- CONFESORES.—Los santos que acabamos de nombrar eran
ron discípulos de Jesucristo, y parece que vivieron en l'a- obispos de disfintas Iglesias de África, y sus compañeros
leslina, donde padecieron martirio, durante el reinado del perlenecian á lodos los rangos y clases de la sociedad.
emperador Nerón. Las Iglesias griega y latina honran su Duranle la octava persecución que excitaron contra el cris-
memoria en este dia. tianismo los emperadores Valeriano y Galieno, san Cipria-
SAN TEODAuno, OBISPO Y MUITIH.—Nació en Francia, y no fué desterrado á Curnba por el procónsul de Cartago, y
fiíé hijo de padres piadosos. Desde niilo dió indicios de la los d e m á s cristianos sufrieron en su mayor parte la mis-
gloria futura que le Uabia de cirenndar. Penetrado de aque- ma suerte. Unos fueron condenados á las minas, otros su-
lla máxima evangélica : «Muchos son los llamados, y po- frieron fórmenlos horribles, otros murieron de hambre y
cos los elegidos,» decidióse en su juventud á llevar una sed, y á muchos en lin se les sujoló á un martirio pro-
vida laboriosa y sania, Encerróse en un monasterio, en el longado en las privaciones de lo mas preciso á la vida, en
cual pasó sus dias, andamio continuamente de virtud en la desnudez y la infección do los calabozos, en los mas fa-
virtud, hasta que, conocido su mérito y santidad, fué ele- tigosos lrabajos,y en una ignominia perpetua. Los sanios
gido obispo de Lieja en los I'aises Hajos. Su primer c u i - que, celebra hoy la Iglesia, se hallaban en INumidia reuni-
dado fué establecer un plantel de operarios para la vifia dos, cuando recibieron una carta de san Cipriano, escrita
del S e ñ o r : abrió en su cítsa una especie de seminario, desde el lugar de su destierro, para exhortarlos á perse-
del cual salieron varones eminenles, formados sol)re la verar constantemente en la confesión de su fe y en la pa-
sabiduría y ejemplo del dignísimo pastor. Entre sus discí- ciencia en que el Señor quería probarlos. Esta carta, llena
pulos so cuentan una porción de santos ilustres en la de unción patética y de santas consolaciones, animó mas
Iglesia, como san Lamberto y otros, que después ocupa- y mas el valor de aquellos fervorosos confesores, que con-
ron las principales sillas del Occidente. Fué de caridad sin testaron al venerable arzobispo de mía manera digna de
límites, de vasta ciencia , de celo inexlingiulde á pesar de todos ellos. «Vueslra carta, le dicen en su respuesta, ha
lodos los obstáculos, de irresistible alraclivo para (-nantos suavizado y endulzado la amargura de nuestras penas,
le conocieron, y se le vió dotado de un ospinlu verdadera- y nos ha hecho insensibles al peslifero olor que se exhala
mente apostólico. Arregló las costumbres públicas de su del Ingar donde nos hallamos encerrados. Confesando vos
diócesis, edilicó y restauró muchos templos, doló varios la fé delante del procónsul, y precediéndonos en el des-
hospitales y otros asilos para los pobres y peregrinos, y tierro, nos habéis enseñado lo que debemos hacer, y ha-
obligó á los grandes señores á hacer lo mismo en sus esta- béis animado para el combate á todos los soldados de Je-
dos "una conducta tan pura y tan esclarecida no podia sucristo. » Y en seguida acaban su carta con estas pala-
menos que acarrearle muchas enemistades por parte de bras : « Roguemos los unos por los otros, á fin de que Dios
los malvados. Efectivamente, un dia p a s á n d o l a visita de nuestro Salvador y los ángeles nos socorran en nuestras
sn diócesis, fué acometido por unos malhechores pagados necesidades.» Casi todos ellos murieron en Nnmidia d u -
por los cortesanos á (|menes el santo babia reprendido su rante su destierro, dando así un ilus'.re testimonio de su
lihiTtinaje. que á lanzadas lo dejaron muerto en el cami- fé y caridad.
no. Grande fué el senlimicnto de sus ovejas por la p é r d i - SAN HILARIO, PAPA Y CONFESOR.—Nació en la isla de Cer-
da de tan buen pastor; pero el Señor consoló á aquellos deña, y se dedicó á la carrera eclesiástica, llabia presta-
lielcs en su amargura, obrando junto á la tumba de Teo- do servicios importantes á la religión, y era diácono de la
dmdo gran número de milagros. Según los bolandistas, Iglesia de Roma, cuando por muerte de san León el Gran-
acaeció la muerte de este santo el año 6fi8. de fué elegido soberano pontífice, y consagrado el dia 12
SAN AÍ^PITO, OBISPO Y CONFESOU.—Era canónigo y d i á - de noviembre del año i d . La alegría que produjo su ele-
DÍA 11. SKT1K
vacion ix la silla de san I'cdro, cu Imlos las obispos ÚA sania Maria KgipM'aen y de .-anta Folngi»,- pf nileuteí, pue-
imiiulo crisliano, es una prueba de que era meiecodor de den s/rvir de e j e m p l o , especialmeüte para las mujeres
aquella dignidad. El celo que desplegó Hilario en favor de prc'ddras y púbücameiilo malas, que, perdida la ver-
la religión, y los cuidados incesantes con que procuró que ^ i i e u z a , enlregaron á un tiempo sus cuerpos y sus almas
se observase eu toda su pureza la disciplina eclesiástica, á Satanás. Escribamos ahora oífo ejemplo de una mujer
repararon en fllgun modo la pérdida que habia sufrido la casada, noble, y rica, que, habiendo vivido on gl'ande ho-
Iglesia con la mucrle del papa san León. Entre las cosas nestidad, fué engaflada, y cayó eu una flaqueza de carne,
notables de su pontiíicado, es una de ellas la probibicion é hizo traición á su marido, y lloró tanto su pecado, como
de que ningún obispo eligióse á su sucesor, y la estríela en el discurso de esta historia so v e r á ; la cual escribió S i -
observancia del canon del concilio de ¡\icea contra las meón Metafrasle en es!a manera.
traslaciuncs de los obispos de una silla á otra. San Hilario Siendo emperador Zenon , nació en Alejandría una mu-
raurió el dia 21 de febrero del üíio Í 6 8 con la muerte de jer de padres nobles y ricos , dolada de grandes virtudes:
los santos, después de baber analematizado á ios heresiar- la c u a l , siendo de edad, se casó con un caballero igual
cas Euliques y Neslorio, conlirmado los concilios generales suyo, y vivieron en el malrimonio con gran paz y confor-
de Nicea, Éfeso y Calcedonia, y tenido olro concilio en midad : llamábase Teodora , era muy amada y estimada
Roma, el año iGa. del marido ; porque le era muy obediente , muy amorosa
SAX S u v i o , OBISPO i c o N F i í s o a . — F u é natural de Lan* y bien acondicionada , y por las muchas y grandes v i r -
guedoc, de una d e s ú s principales familias, y se dedicó en tudes que resplandecían en ella: por las cuales y especial-
su juventud á la carrera del foros llegando á ejercer una mente por su rara honestidad, era muy querida y reveren-
de las primeras magistraturas de la provincia. Después, ciada de lodos. Tuvo el demonio euvidia de tanta bondad,
disgustado del mundo, abrazó el estado monástico, y en y determinó hacer cruda guerra á la que vivía en tanta
muy corto tiempo llegó á ser el modelo de lodos sus b c r - p a z c ó n su marido. Instigó á un mozo de buenas partes y
manos, (pie le eligieron por su abad. Cuando vacó la silla rico que se aficionase á Teodora : encendióle con llamas y
episcopal de Alhi, fué el santo monge elegido y consagra- estímulos de concupiscencia , abrasándole las enlrafics,
do obispo^ dignidad que no le impidió separarse de su ge- cuando pensaba en ella. Hendido el pobre mozo á su loca
nero de vida, que era la soledad y el amor á los pobres. pasión procuró a t r a e r á su voluntad á Teodora conblan-
En ocasión én que una peste horrorosa diezmaba á MIS d u i a s , promesas y présenlos , y con todo l o q u e el amor
ovejas, Sal vio estaba en todas partes; á todos asistía en ciego en semejantes ocasiones suele ofrecer. Iv'inguna cosa
persona, los consolaba^ y se preparaba él mismo para la aprevechó para que Teodora (pusiese consentir en su mal
eternidad, con el ejercicio do estas buenas.obi as. En efec- deseo , n i aun mirarle ; porque como era mujer tan hones-
to, acometióle también la contagiosa enfermedadi y des- ta y tan cris'iana ¡ tenia á Dios delante , y la lealtad que.
pués de haberse preparado por sí mismo una sepultura, debia á su marido. Viendo, pues, el mozo perdido que no
murió santamente el dia 10 de setiembre del afio o82. le sucedia á su propósito aquel negocio , lomó por media-
SANTA Pui.yur.niA» EMPEHATIUZ.—Fué hija del empenulor nera á una vieja hechiceta y endiablada, para que le sir-
Arcadio, y b e r r n a n a de Tcodosio el Jóvon, y nació en viese de tercera , y acabase con Teodora , por medio de
Conslanlinopla el año 398. En 414 fué nombrada « a u g u s - sus palabras venenosas , lo que él por otros tantos medios
t a » y compartió con su hermano el poder imperial; pero no habia podido alcanzar. Dijo tantas cosas la perversa
en 450, por mucrle de Tcodosio, se halló sola dnefia del vieja á Teodora , que con sus falsas razones la engañó y
trono d é l o s Césares. Entonces se asoció á Marciano y casó pervirtió , para q u e cousinliese ; y etl efecto se cometió el
con 61, mas para que le ayudase á llevar las cargas de la a d n l t e H O , y luego de él se siguió loque sUele del pecado,
corona, que para lener un esposo, pues le hizo prometer que es la vergüenza , arrepentimiento y dolor. Este fué
que guardarla con ella perpetua continencia, y lo cumplió. tan grande, y atravesó de tal manera como un cuchillo agu-
Kl concilio de Calcedonia, convocado en 437 á instancias do) el corazón de Teodora, que si Dios no la tuviera de'su
de Marciano, y por órden del papa san Econ ol Grande, mano , fácilmente cayera en desesperación. No le sirvió
dió á Pulqucria todos los elogios debidos á una mujer tan aquel pecadolle eslabón para olro pecado, sino para pe-
Si'ande y tan santa como ella, y seguramente los habia nitencia y corrección ; porque habia nacido de flaqueza y
•Merecido, pues en medio del resplandor de las mayores engaño , y nó de malicia y mala voluntad. Comenzó á an-
f-^andezas de la tierra, se ofreció al mundo como un aca- dar triste , desconsolad;! y afligida: y el marido , que la
bado modelo de todas la# virtudes. Fué celosa por la g l o - amaba tiernamente , y no sabia la causa de aquella nove-
ria do Dios, humilde y piadosa, amante de las ciencias y dad, procuraba con caricias y regalos alegrarla y recrear-
de la prosperidad da sus pueblos, y murió pacíücamente la ; mas como la llaga estaba en las entrañas y el cora-
'•'iel Señor el dia 10 de setiembre del ano V á l , á los c i n - zón tan lastimado , ninguna cosa que hacía el marido
cuenta y seis de su edad, siendo gloriosa en milagros á u - era parte para consolar á la pobre mujer. Parecióle que
y después de su muerte. habia ofendido á su Dios , y deshonrado á su marido , y
SAN FJMAN, Ó WININ, OBISPO Y CONFESOR. Nació en I r l a n - perdido el buen nombre que en la ciudad lenia , y que un
da á principios del siglo V I . Fundó un monasterio, fué intierno era poco para ella i y corrida y afrentada d e sí
electo obispo, y no bien hubo muerto, cuando ya fué hon- misma no osaba alzar los ojos al cielo. Finalmente cavó
'"ado c o m o á patrono universal de Flsler, en Irlanda. tanto este sentimiento en Teodora, que, movida del Seflor,
se resolvió á pagar la culpa do aquel pecado con pena
perpetua , y con una penitencia rigurosa de toda su vida.
DÍA 11
Tara esto, sin que nadie lo entendiese , se vistió de h o m -
SANTA TEODOKA ALEJANDRINA, üMtPMnc,—'has vidas de bre y se fué á un monasterio de monges, que estaba como

TOMO I I I , 5
ai I.A LEYENDA DE 0110. DIA 11.
seis legMIM ilela ciudad de Alejandi ía , donde con grande el convento y ftiéseá dormir al establo, donde estaban sus
humildad y disimulación de quién era , suplicó al abad que camellos. Instigó el demonio á una moza que la vió y cre-
la admitiese en aquel convenio, para servir eo él mas al y ó que era hombre , para que se enamorase de é l , y le
Seilor. Hiciéronla aguardar, para prueba de suconslancia, solitase á m a l : y como no hallase enlrada para lo que
toda aquella noche fuera de la puerla del monastorio al se- quería y esluviese abrasada del fuego infernal de concu-
reno , y no con pequeño peligro de ser despedazada y co- piscencia , juntóse con otro pasajero de los que allí estaban
mida de las bestias fieras ; y á la maílana , vista su cons- y concibió de é l ; y creciéndole el vientre y siendo pregun-
tancia, la admilieron, declarándola lo que habia de hacer tada de quien habia concebido , dijo, que del monge Teo-
en aquella santa casa , la regla que habia de guardar , y doro , en el monasterio Nono, seílalando la noche y el l u -
cómo habia de obedecer y servir á todos en ios mas bajos gar de aquella maldad. Los monges , que esto oyeron,
y viles oficios, y tenercuenla con la l u i e i l a , y traer ag;:a, acudieron al monasterio donde estaba Teodora y dieron
y hacer todo lo demás que fuese menester en el convenio y parle del caso al abad y á los otros monges; y después que
fuera de é l , y no por eso olvidarse del ayuno, oración, parió la mujer, llevaron al niño , que habla parido, al
horas canónicas , y otras obras penales , en (pie los santos mismo monasterio, acriminando aquel hecho. Y eomo
mongesse ejercitaban. Todo lo aceptó Teodora con gran vo- Teodora no lo negase por padecer mas; el abad le mandó
luntad, y todo le parecía poco, por satisfacción y castigo echar del monasterio con el n i ñ o , para que le criase como
de su pecado. Ejercitóse ocho aíios en todos los oficios ba- padre, é hiciese la penitencia de tan grave culpa. Salido
jos de la casa , y en los demás , que habernos dicho , con del monasterio, sustentó al niño con leche de ovejas, y
tan grande fervor y espíritu del cielo , que ponia admira- crióle por espacio de siete años , con gran paciencia y ale-
ción á los otros monges. Mas cuando el marido halló menos gría , comiendo ella algunas yerbas del campo y bebien -
á su mujt'r , no se puede fácilmente creer las obras y pen. do un poco de agua, ó por mejor decir, las muchas l á g r i -
samientos varios que embistieron su corazón, porque habia mas (pie derramaba , y por ei calor del sol traia su cuerpo
desaparecido: por una parte temía que no fuese alguna l i - tostado y requemado, que parecía un etíope. Pero siempre
viandad ; y por otra se aseguraba con la honestidad y se quedó pegada al monasterio en una choza que allí
recalo que siempre habia conocido en su mujer. Estando junto había armado para ser mas notada de los monges
con esta congoja muy fatigado y lloroso , pidiendo á Dios que entraban y salían. No coulento el demonio con esta
que le descubriese dónde estaba Teodora , le apareció un tela que habia urdido; pai'a tentarla y afligirla mas, l o -
ángel que le d i j o , que la mañana siguiente fuéseá la igle- maba nunhas veces la figura de su marido, y se llegaba
sia de San Pedro, apóstol , y que allí mirase atenlamente á ella díciéndola los requiebros y dulzuras que solía cuan-
el rostro de la primera persona que se le pusiese delan- do estaban junios, y derramaba muchas lágrimas, r o g á n -
te. Mandó el abad á Teodora que fuése con los camellos á dola que so las enjugase, quitándole la causa de ellas , y
la ciudad á comprar aceite , que fallaba en el convento. volviéndose á su casa : otras veces venían los demonios á
Fué , y encontróse á la puerta de-la iglesia de San redro embestir con ella en forma de bestias lleras , ó de soldados
con su marido ; saludáronse los dos; y ella le conoció y y do oq grande ejército, en que venia un gran príncipe,
no fué de él conocida : porque comola vió veslida de hom- que por no haberle querido adorar la mandó azotar; y
bre y demonge, y tan trocada y atenuada en el gesto con los demonios lo hicieron con tanta fuerza y vehemencia,
los ayunos, no cayó en su imaginación que podía ser ella, que la dejaron por muerta; y algunos pastores que la
especialmente que se habia olvidado ( por permisión de vieron, avisaron de ello á los monges para que la enterra-
Dios) de lo que el ángel le habia dicho ; pero quedó sose- sen; pero ella volvió en s í , 6 hizo oración, suplicando
gado entendiendo del mismo á n g e l , que le v o l v i ó ¿ apa- á nuestro Señor que la confortase; y con esto la deja-
recer , que su mujer estaba en salvo , y -no habia echado ion. Pareciendole al abad que ya Teodoro había pagado
por mal camino. .bien el delito cometido, con los siete anos de tan dura pe-
Pero santa Teodora , no contentándose de la vida común uilencía, le mandó recibir de nuevo en su monasterio;
d« los otros monges, aunque era tan austera, y ella la pero con condición que esluviese cerrado en una celda,
hacia con suma exacción, siempre aíiadia nuevos rigores y sin ocuparle en cosa alguna: y de esta manera estuvo
nuevas asperezas de ayuno y dcotras penitencias para mace- otros dos años. Después de esto oyeron un día á Teodoro
rar su cuerpo y vengarse de é l , por la flaqueza que habia que estaba hablando en voz alta con el niño dentro de su
cometido. Dióso tanto á la abstinencia, que vino á no comer celda: y algunos monges, á q u i e n e s el abad habia m a n -
sinouna vez cada semana, trayendo á raiz de suscarnes un dado que estuviesen atentos para ^ í r lo que le decía , le
áspero cilicio, pareciendole todo poco para su pecado. Mas oyeron decir estas palabras: Hijo m i ó , ya se llega el fin
resplandeciendo Teodora con tan grande ejemplo y sanli- de mi vida, yo te encomiendo á aquel que, estando en
dad , el demonio , que llevaba muy mal el ser vencido de el cielo, es Padre de lodos los huérfanos; y en la tierra,
uwa mujer , á quien 61 al principio habia rendido y derri- al que lo fuere de este monasterio. Tendrás por hermanos
bado ; viendo que no le sucedían los medios secretos y á loa monges de él. No procures ser honrado de los hom-
ocultos que babia tomado para hacerle guerra, se 1c apare- bres , sino de Dios : y para serlo, el medio mejores ser
ció un día, y la amenazó que la babia de pereeguir y aco- deshonrado en el mundo , y padecer afrentas y falsos les-
sar hasta que cayese; y luego buscó la ocasión para hacer limouíos. Si quitres ser honrado , honra tú primero á los
lo qne aquí diré. Mandó el abad del monasterio á Teodora otros. Aborrece el demasiado dermir : abraza la aspereza
que fuése con los camellos á la ciudad por trigo , y que si en el comer y en el vestir, y huye de todo regalo. No te
no pudiese vo'ver á tiempo , se quedase aquella noche cu descuides de la oración , ni dejes de asistir con los mon-
un monasterio, que eiitaba en el camino , llamado Nono. gos á las horas canónicas, así de noche como de día. No
Hízolo ¿(H Teodora i y por ser ya de noche , quedóse en acuses á tus prójimos, Cuando te preguntaren, responde
DÍA I I . SlíTiEMBRE. m
t on inuilestia , puesloslus ojos en el suelo. No bagas l)iiria de inmensa grandeza, y Mtti Heio y cruel, que á niiignna
á s la cakla fijena. Llora pai^a que seas consolado. Haz ora- persona humana, ni ó bestia, dejaba de acouieler y t r a -
ción por los que supieres que viven mal. Visila á kis enfer- gar, por grande que fuese, si se llegaba al lago; Teodora,
mos, y sirve á los monges como á tus señores. Knlas ten- yendo por obediencia de su abad por un cántaro de agua
taciones acude á la o r a c i ó n , y pide al Señor que no seas al lago, con gran seguridad subió encima de la bestia car-
vencido. Y acabando de decir estas razones, diosn espirtu nicera, y entró en el lago, y salió caballera en él, sin l e -
al Señor. sión alguna, y de repente reventó aquella bestia horrible,
Cuando el niño vió muerlo al que pensaba ser su padre con admiración de todos los que lo vieron. Otra vez, y e n -
y comotal le criaba, comenzóá llorar amargamente; y tos do por un desierto, perdida y sin camino, otra bestia
monges que ailí estaban por orden del abad} oyendo los liera y terrible se llegó á ella, y la siguió hasla el monas-
documentos que Teodora d a b a á aquel niño , le avisaron lerio, adonde iba; y queriendo matar al portero, Teodora
de lo que pasaba : y el mismo abad aquella noebe tuvo le libró. Y en una gran sequedad, Dios nuestro Señor dió
una r e v e l a c i ó n , e n (píele descubrió Dios la grar.títtgloria agua por los merecimienlos de Teodora, Así que no pode-
(pie tenia Teodora en el cielo , y la penitencia lan ex'ra- mos dudar, por los efectos, de haber sido Dios nuestro
ordinaria (pie babia becbo con nombre de Teodoro. Con- Señor anior de lo que hizo Teodora en la mudanza de su
vocó á sus monges: declaróles la revelación que liabia vida: y esto no se debe imitar, sino cuando el misino Se-
tenido : llevólos á la cel(!a, donde estaba el santo cuerpo, ñor con parfioular revelación lo mandare. Mas lo que se
y vieron que era mujer y no hombre,' y alabaron lodos debe sacar de esta vida, es el seníimicnto que debemos te-
id Señor: y para lionrar mas al santo cuerpo avisaron á ner d é l a s ofensas de Dios, y que no basta comonzar bien,
todos los moi>ges que estiban en aquella^comarca, y es- como comenzó Teodora, en la honestidad, amor y fideli-
pecialmente á aquellos que habion acusado á Teodoro , y dad que tuvo á su marido, sino que conviene perseverar
dádole poi hijo al que no era suyo. Todos vinieron á por- hasta el cabo, y huir de las ocasiones y silbos venenosos
fía y reverenciaron el santo cuerpo y le sepultaron, can- de las malas terceras (que, como una pestilencia, se debe-
tando binmos y-sabnos, y con otras ceremonias que usa la rían desferrar de la república, para que no inficionen
santa Iglesia. También el marido de Teodora, que siempre las almas, como lo hacen): y que si alguna mujer cayere
babia eslado en tristeza y l á g r i m a s , fue avisado del cielo, en tan grave culpa, no sea para permanecer en ella, ni
que su mujer era muerta en aquel monas!crio, y yendo anegarse en el abismo de los males, sino para volver lue-
<?1 para vería, se enconlrócon un monge á caballo , que go á Dios, y llorarla, y enmendarla, como lo hizo esta
por órden del abad del convento le iba á llamar. Vino, santa y bienaventurada pecadofa.
Vitda, lloróla, y pidió con grande instancia qnc le diesen
Los SANTOS Paoro v JACINTO, MÁRTIRES.—San Proto y san
^ hábito de mongo, y la celda en que babia muerto Teo-
Jacinto fueron ennucos y criados de una nobilísima don-
tlora: en la cual vivió , y acabj sautamenle su vida : y el
cella, llamada Eugenia, hija de Felipe, senador romano:
niño imp;itado y criado de Teodora, con los santos consejos
el cual, siendo provisto (tara, prefecto de Alejandría, en
que ella le dió, se rpiedó en el monaslerio, y vivió con tan
lígipto, fué con su mujer, llamada Claudia, y con Euge-
perfecto ejoioplo y n-ligion , que vino á ser abad del mis-
nia, su hija, y toda su familia, á vivir en aquella ciudad.
mo monaslerio. Kl Martirologio romano pene la imierte de
Kra Eugenia virgen de alto ingenio, de extremada b e -
santa Teodora á los 11 de setiembre , y los griegos en
lleza y muy inclinada á los estudios de todas buenas l e -
en Menologiobacen de ella mención, y Nicéforo C:ibxlo ; y
tras, que florecian en aquella sazón en Alejandría. Dióse
(comoya dijimos) fué en liempo del emperador Zenon,
muy de veras á ellas Eugenia ; y por su respeto sus dos
que comenzó á imperar el año del Señor 4G í .
criados Proto y Jacinto, leyendo en buenos libros, y alum-
Gran ejemplo nos dió Teodora á lodos los pecadores, de brados de nuestro Señor, vinieron á entender la ceguedad
penitencia, particularmente á las mujeres casadas quo de los gentiles que adoraban las piedras, y lenian por
c^en en alguna llaqueza y quebrantan la le que deben á dioses hombres tan viciosos, que eran indignos no solo del
^'os y á sus maridos; porque cierto os cosa que espauta nombro de dioses, sino también del nombre de hombres;
v<;r lo que esta santa mujer lloró su culpa, y las l á g r i m a s pues sus hechos fueron de bestias. Diciéronse cristianos,
l ú e derramó para lavarla, y la aspereza de vida que u s ó y con deseo de mayor perfección, se determinaron lodos
P<U'a pUi.i(icar S[J aiina aquella mancha que habia con- tres á tomar el hábito de mÓEgds en un monaslci io de r e -
ttlJtlo. Mas si alguna de estas mujeres me preguntase, ligiosos, donde estaba un santo obispo y abad, por n o m -
bl fue parece que para castigo de tal pecado es bien que bre Heleno. Vistióse Eugenia de hábito de hombre, y con
deje sus dos criados y compañeros fuese al monasterio, y ha-
su casa y su marido, y se transforme en hombre, y blando con Heleno, le pidió el hábito de su religión; y
y,va en hábito de monge en algún monasterio, como lo hizo aunque él, por divina revelación, conoció quo era doncella
^ o d o r a ; respondo, que n ó ; porque en las vidas de los la quo se fingia varón, y hacia llamar Eugenio, y se lo
Etilos hay muchas cosas mas admirables que imitables, y dijo; mas disimuló con ella, porque entendió ser aquella
Jos privilegios de ellos están fuera de la regla común. Lo la voluntad de Dios. Dióles el hábito, y comenzaron todos
M'ie hizo Teodora, fuo con especial instinto ó inspiración tres á hacer vida santisima ; y especialmente Eugenia se
^ Dios, sin la cual no se ha de intentar lo que ella hizo. esmeraba sobretodos, y les era dechado do toda santidad y
^ vese claramente que la guió Dios, asi por la santa y virtud, l úe esto de manera, que muriendo el abad Hele-
admirable vida que vivió, y por la paciencia y constancia no, fué elegido Eugenio por prelado aunque contra su v o -
con que sufrió las calumnias de los hombres, y las bata- luntad, y gobernó aquella casa con grande satisfacción
llas y combates de Saíanás, como por los milagros que de los religiosos y admiración de los de fuera. Habia una
^ios obró por ella: entre los cualos dice MetalVaste, que matrona, llamada Melancia, en la misma ciudad de A l e -
habiendo en un lago cerca de su monasterio m cocodrilo
'M> LA LEYENDA DE ORO. Müifti
jandrú) ¡ ia cn.il estando ent'erina de una grave enl'erme- á pedirle consejo. Hallándoie vacante la sede episcopal
tJad, por las oraciones del abad Engetiio cubro salud ; y de Verceil, en Italia, el cielo designó milagrosamente á
Icniéiidole por varón, se enamoro perdidaineníe de el. y limiliaiiofara ocuparla; y aunque se resistió extraordina-
•en cie.rlo ocasión le declaró su dafiuda voluntad, provo- riamente, le consagraron obispo, y fué por muchos afios
cándole á pecar: y como el sanio á s p e r a m e n t e la l e p i v n - pastor y padre de aquellos pueblos. Asistió á los conci-
diesc y cerrase los oídos á los silb is de la serpiente ve- lios 111, IV y V I de Roma congregados por el papa san
nenosa, y con gi an presteza se fu'se huyendo del lugar Símaco, que profesaba al obispo de Verceil particular
d o n d e estaba ; ella, viémlose escarnecida y menosprecia- afecto y admiración, y después de un apostolado muy fe-
da, como otra ama de José, dió v e o s , y publicó que E u - cundo en cosas admirables, cargado do arios y de mereci-
genio, el a b a d , la babia querido hacer fuerza. Dió noticia mientos, m u d ó santamenle por los primeros años del s i -
de esla monlira y falsedad á Felipe, el prefecto, que toda- glo V I .
vía era gentil, y no sabia de su bija, porque se le bahía S VN PACIENTE, OBISPO Y CONPESOB.—Dios suscitó á este
desaparecido y hecho cristiana, y lomado el hábito de santo para ser el sosten y el consuelo de los cristianos do
religión, sin poderlo él entender. Permitió mieslro Sefior las dalias en las calamidade? que los alligiemn durante
esta tribulación á Eijgenio ; para que conozcamos mas la el siglo Y . Por sus eminentes virtudes fué colocado en la
flaqueza de las mujeres, y nos guardemos de ellas, y para sede arzobispal de Lyon, y desplegó al instante tanta acti-
descubrir con esta ocasión la virtud de los que, armadus vidad en su cargo pastoral, quo por todas partes se s i n -
con su g r a c i a , resisten á los apolítos de la carne ; y para tieron muy pronto los efectos de su zelo. En sus manos se
mas maniu'.star la gloria y excelencia de nuestra sagrada mulliplicabnn los medios de hacer bien, y casi siempre las
religión : porque el prefecto Felipe, babiendo oído el caso empleaba todos en favor de los indigentes. San Sidonio
de Melancia, mandó traer delante de sí á Eugenio, abad. Apolinar, que era amigo y contemporáneo suyo, dice que
Vino, llevando consigo á Troto y Jacinto, con sus hábitos poseía todas las viiiudes apostólicas, y que no sabe quo
de religiosos. Díóles 1-elípe una grande reprensión, dicien- era en él mas admirable, si su zelo por la gloria de Dios,
do, si Cristo, su Dios, les ensenaba que desbonrasen é ó su caridad para con los pobres. Templaba siempre la
hiciesen fuerza á l a s matronas honradas. Entonces Eugenio suavidad con la dulzura, y la actividad con la prudencia, y
con gran severidad y modestia respondió: Tiempo hay sus esfuerzos fueron coronados con la conversión de gran
para cíillar, y tiempo para hablar: ahora se verá la ver- número de infieles y herejes, arríanos y foemianos. Con su
dad de ¡o que dice Melancia, y Ui, ó Felipe, me repren- zelosa predicación ilustraba los entendimientos de los que
des. Diciendo esto, rasgó ei hábito que tenia: descubrió se hallaban sumidos en el error, y después acababa por
sus pechos; y vieron como era mujer; y quedaron todos ganarles el corazón á fuerza de bondades. San Paciente
espantados, Melancia confusa, y el prefecto admirado: y murió en Lyon. el afio 480. Su nombre se halla en esto
babiendo conocido que aquella era Eugenia, su hija, y sa- dia en el Martirologio.
bida la historia de todo lo que había hecho, y alumbrado SAN PAFNCCIO, OIHSPO Y CONFESOR.—Natura! de Egipto,
del rayo de la divina luz, se convirlóá la fé de Jesucris'o y cristiano desde su infam ia. Habiendo pasado algunos
el y toda su familia. Dejó la prefectura, y después de a l - afios en el desierto, bajo la dirección de san Antón, salió
gún tiempo fué mártir del Seílor. Volvió á Roma la santa de la soledad para ser consagrado obispo de la Tebaida.
doncella Eugenia con ProtQ y Jacinto, y p o r su ejemplo y San Paínucio fué uno de aquellos ilustres confesores, que
santa conversación muchos recibieron lafé de Cristo. Supo en tiempo del emperador Maximino-Daia, después de h a -
esto el emperador Galicno,,}- mandólos prender; y á Eu- berles arrancado el ojo derecho, y cortado los nervios de
genia, después de haberle dado graves tormentos, la sen- la rodilla izquierda, fueron condenados á las minas. Cuan-
tenció á degollar, l'rolo y Jacinto pasaron por !a misma do se volvió la paz á la Iglesia, el venerable obispo so
senlencia; ia cual se ejecutó en elíos el dia que la Iglesia reunió otra vez á su grey, y empezó á trabajar con lodo
les celebra la fiesta, que fué á los 11 de setiembre, el año su zelo para librarle de los estragos del arrianismo que
de 273, aunque del martirio de santa Eugenia celebra la amenazaban. Su eminente santidad, y el glorioso titulo de
fiesta á los '23 do diciembre. Escribieron de estos santos confesor de la fé, le granjearon la estima y veneración do
Simeón Melafraste, y los Martirologios, romano, el de Ueda, los padres del concilio de Nicea, al cual asistió. Dicesc que
üsuardo y Ádon. el emperador Constantino le llamaba con mucha frecuencia
LOS SANTOS DlODOaO, DlO-MEDES, Y DÚmiO. MÁUTIIIKS.— á su palacio, y se complacía hablando con él largos ralos,
Estos santos eran nalurales de Laodicca en Siria. Convenci- no despidiéndose nunca sin besarle ei lugar donde babia
dos de la divinidad do la religión de Jesucristo, se convir- estado el ojo quo perdiera por la fe. Pafnucio tuvo estre-
fieron á ella, fueron bautizados, y muy luego empezaron cha amistad con san Alanasio y todos los obispos católicos
á predicar la misma religión á sus paisanos, cuyo sucoso de su época, y murió en la paz de Dios por los años 337.
llegando á oidos del tirano, mandó prenderlos, y después ', »Uii5>ni!Í •• tp )Mft-H(Hbt* «Sin -!'-<>•( H:,; ¡un / r , d ^ i ' m :
de haber sido atormentados, alcanzaron la palma del DIA l í " : " •
martirio. n v v m i V M - o C ' U ü w l m w mv> UIÍÍ , m o b m t m M m p
S\N EMU.IVNO, OBISPO Y coNFESon.—Nació en un pueblo SANTA HIENA , VÍRÍÍEM.—buena, á quien los egipcios
pequeño de Aragón, fué inslruído en la religión por el llaman Cordímimda, fué natural de Egipto, de real estirpe
obispo san Féliv, y se dedicó todo entero al estudio de la y saegre. Su padre se llamó Zabui, noble s á t r a p a : su ma-
piedad cristiana. Algún tiempo después so retiró á un d e - dre se llamó Ziba. I'ué hermosisima de cuerpo: pero m u -
sierto, en el que vivió por espacio de cuarenta afios, mi cho mas de ánimo y virtudes. No era bautizada cuando
tregado á la santificación de su alma, y á conducir por los murieron sus padres: y asi q u e d ó nina huérfana en la
caminos de la salvacióná todos losquecon este objeto iban tutela do sus parientes: pero muy rica do bienes de for-
DIA 12. SETIKMBRE. U 37
luna; por lo c u n h m caballt!ro uiozo, rico y principal como que le quitaba el velo de ia cabeza, y le escondía y guar-
ella, la pidió en malrimonio para cuando tuviese edad: á daba en una caja : y pregunlándole, que (pieria pígniticar
•juicn ella respondió, que ya eslaha desposuda con Cristo aquello; respondió, (pie aquel día quedaría sin Buena:
desde su infancia, y le liybi'i dedicado su virginidad; y porque se la quitaría su Esposo y se la llevaría á su g l o -
üsi (pie ofreciese sus grandes riquezas á otra, como á Hla ria. La mañana siguiente, juntas todas las monjas, y entre
so las ofrecia, ( p í e l a s eslimaria mas, porque ella ni las ellas Buena, buena y sana, refirió la abadesa el sueño que
«slimaba, ni hacia caso de las su\as, cuanto y mas de las había tenido aipiella noche : y al inslante se o\ ó la voz
íijenas; y que tuviese en'endido que j a m á s mudarla de de un ángel que la llamaba á la patria celeste: la cual,
¡'mimo. Con esta respuesta se volvieron como unas fieras obedeciendo á la dulce y deseada voz, puesta cu medio
los parientes, á cuyo cargo estaba, contra ella, y ya con de todas las religiosas, sus hermanas, levantó los ojos al
ruegos y promesas, ya con amenazas crueles, procuraban cielo, dando gracias á su divino Ksposo por tan singular
disuadiría de su sanio propósito. La sania niña Buena, t e - beneficio, gozosa y regocijada . cantando salmos (á (pie
miendo la violencia que podían é inlenlaban hacerle, se todas la ayudaban, sin dejar de llorar y derramar copio-
h u y ó secrctameule de casa de sus deudos, y se fué á un sas l á g r i m a s , por la ausencia de su querida bernuma,
monasterio de sagradas vírgenes, donde pidió con l á g r i - aunque mezcladas con el gozo de considerar cuánto m e -
mas á la madre portera la recihies? : á que respondió ia joraba de vida); despidió su purísimo espíritu, (pie entregó
religiosa, (pie ella no podia recihirh sin orden y licencia á su Criador, á los doce de setiembre. Sti cuerpo quedó
de la madre abadesa. Ksfaba en oración la santa abadesa, tan hermoso, que cansaba admiración mirarle: y luego le
>' tuvo revelación de !o (pie pasaba en !a portería, y quién rodeó una luz del cielo tan clara y resplandeciente, (¡ue
era la que (pieria entrar: y así al instante dió orden de era una gloria todo el monasteiio ; y tanto mas, cuanto al
que le abriesen la puerta y dejasen entrar. resplandor de la luz se llegaba la fragancia suavisima de
Tan gozosa es!aba liuena, como si hubiera entrado en de un olor celestial que despedía el mismo cuerpo, d u -
la gloria : pidió el santo hábito con humildad, el cual le rando la luz y olor admirable todo el tiempo que lardaron
dió al punto gustosa la abadesa, «uscáronla sus (lívidos á darle la debida sepullura. Escribió la vida de esta sania
con gran cuidado y solicitud; y al tín la hallaron: que el virgen, de la misma forma [que aquí va referida, Pe-
oro tiene calidades de sol, que todo lo descubre, y de rey, dro de Nalalibns M Vulhalog. nanri. , ¡ib. v i n . m;). T I , á
que todo lo sujola. A l punto que supieron donde estaba, quien cila el Martirologio romano, y Baronio en sus ano-
hiéron al monasterio, y dijeron á la madre abadesa, que taciones.
'•M'U'lla niña era gentil: con cuya noticia daban por r o n - * EMIKATO Mino\. COM-FISOU. — F u é calalan, nacido en
S( oiiido su inlenlo, que era llevársela ; porque juzgaban la el pueblo de Tagamanent, en la diócesis de Vich. Hijo de
uespodirum al inslante las monjas, liuena confesó buena- padres piadosos, le inclinaron ya desde niño á la virtud,
menle ser verdad lo que decian ; pero pidió al instante*el y al estudio de las ciencias edesiáslicas, en las que salió
MBOJ bautismo, el cual le dió un santo sacerdote, que g o - muy aventajado. Siguió la carrera eclesiástica, y cuando
bernaba y tenia cuidado de la iglesia del monaslerio: con sacerdote, adelantó mucho en la peí lección, deseando v i -
(pie se fueron hurlados los deudos de la santa virgen, y vir en la soledad. Bara no errar el paso, cnnsultó con los
ella se quedó en su cielo, recihiondo han!¡sino y velo á un monges de Rtpoli, quienes aprobando su resolución, salió
tiempo, y consagrando de nuevo con solemne y pei-peino por los desiertos de la ribera del T e r . A pesar de esto p e -
voto á Dios su virginidad y pureza, siendo de edad de dia continnameiile al Señor le moslrase su voluntad, y so
(toce aííos. Comenzó á hacer una vida tan santa, penilenfe le apareció mi ángel didendole entrase en el monaslerio
y ejemplar, que era envidia á todas las santas religiosas de San Juan de las Abadesas, de canónicos regulares de
y gloria á su divino esposo y amante Jcsus. san Aniistin. Vistió el hábüo agiistiniano, dislinguiéndose
Tenia especial amistad y cariño, entre las d e m á s , á nna luego entre los monges por su santidad. Su compasión
Ba^fl8¡tna religiosa, cuyas virtudes en todo seguia. Tsia l u - para con los pobres era extraordinaria, grande su h u m i l -
" ,,n;' grande enfermedad; y siendo visitada de todas las dad y obediencia, brillando por el don de profecía. Murió
/"''K'osas del monasterio, solo Ruena, su querida y grande santamenle en el mismo monaslerio el 12 de selíembre del
r ^ & i ñ o l a vino á ver; porque se estaba en oración en año 11 t i l . Los nalurales de aquel país han enconlra-
, .'•í'osia, donde le reveló Dios como se quería llevar para do alivio en sus necesidades, cuando han invocado á san
Bstu grande amiga para darle el premio de sus virludes: Mirón.
00,1 'a cual divina revelación. Buena, perseverando en su LOS SANTOS (ÍRROMDER, LEONCIO, SEUAIMON, SEI.ECIO, VA-
0lllcion, le pidió á su dulce Esposo, que pues se hallaba á I.KIUANO Y KSTUATON, MÁBTUIKS. FtlOrOU piCSOS 011 A l n -
Sl1 Si'aride amiga y compañera, fuese servido de llevársela jamlria, y habiendo confesado que eran crislianos y que
ella, para que las que liahian sido c o m p a ñ e r a s nunca adorarían á las falsas divinidades del paganismo,
0n el monaslerio, lo fuesen lambien en el cielo. Al punió fueron atormeulados con varios suplicios , y liualmcnle
'l'ie acabó su humilde pelícion, bajó una voz del cielo que los echaron al mar alados de pies y manos, y así murie-
dljb, como había sido oída su petición, y se le había ron. Después de alfíimos dias, sus cuerpos salieron á la
''"'icedido. Knlonces, dando infinitas gracias á Dios por orilla, y unos crislianos, que babian sido avisados por un
' ^ n r tan singular, se levanló gozosa y alegre, y so fué á á n g e l , los recogieron y dieron sepullura. Esle martirio
V|s¡lar a su amiga, á quien contó cuanto le haba pasado; fue durante el imperio de Maximino.
^ n cuya alegre nueva la amiga dió su alma á Dios. De SAN AUTÓNOMO, j i A n n a — F u é obispo l egionario, y por
ft'l< á t¡-es dias, la tercera noche después del gloriosoIrán- consiguiente predico el Evangelio en muchas provincias
Sno de esta santa religiosa, estando la abadesa en oración, de Occidente, particularmente en Italia y Francia, Hallán-
^ sueño dulce, vió uu jóven hermoso y resplandeciente. dose en Bitinia, durante la persecución de Diocleciano,
m LA LEYENDA DE ORO. DIA 13.
Iiaciendo HHBMijW C^APMfM p M I la religión, l;is eiiítlos de Anderlech, y había nacido en un pueblo cerca de B r u -
í'.xcilubau d odio de los pacanos, estos lo premlinon; selas, de padres pobres pero virtuosos, que lo instruyeron
pero dospucs de algunos dias lo dejaron en libertad. Con- en el conocimiento de la religión, repitiéndole con fre-
linnó Anlononio sus predicaciones y sus muchas conver- cuencia aquellas palabras de T o b í a s : «Nosotros seremos
siones, y no pudiendo conlener ya su cólera los genlilcs, bastante ricos, si tememos al Señor.» Aun ora Güi no mas
lo buscaron, y cnconlráudole. que estaba diciendo misa, que mi niño de muy pocos años, y ya era un modelo do
le maluron en ei mismo altar, á principios deí siglo 1Y. todas las virtudes. Enamorado de ia bajeza y humildad de
Los s w r o s MACEDOMD, TIÍÓDI IX) y TACIÍNO, MÁRTIHES.— su condición, se contemplaba feliz en ella, por ser así mas
Eran de Mora, ciudad de Frigia, y allí consumaron tam- semejante á Jesucristo. Era el consuelo de los pobres, coi)
bién su martirio. Eu tiempo del emperador Juliano el las rellexioncs que les hacia para que en su miseria g l o -
Apóstata, el prel'ecto de aquella provincia, llamado Arna- rilicasen á Dios, que habia hecho á su Hijo semejante á
co, mandó abrir un templo, donde volviesen á adorarse ellos, y los animaba con su ejemplo, pues no solo amaba
los antiguos ídolos de Roma. Los cristianos estaban s u - la pobreza, sino que buscabi las penalidades y privacio-
mergidos en la mayor amargura por aquel suceso, cuan- nes que le son consiguiente.1'. Su caridad con el prójimo
do una noebe, los tres santos que boy celebramos, forza- igualaba á su amor por la mortilicacion y ia penitencia,
ron las puertas del indicado templo, entraron en 61, r o m - visitaba á los enfermos y encarcelados, y les llevaba e!
pieron todas las estatuas de los ídolos que encontraron y alivio que sus facultadas lo permitían. Después de un;»
despedazaron cnanto en él habla para el sacrilego culto. jiiveniiul empleada en estas obras di; caridad, enlró e l
Al dia siguiente el prefecto ordenó una conscripción ge- santo de sacristán en la iglesia de Nuestra Señora de La-
neral conlra todos los crislianos; pero los tres jóvenes se ken, donde se le vió ejercer sus funciones con sania ale-
prcsenlaion volimlarianiente y se eunfesaron solos autores g r í a , y pasarlas noches enteras postrado á los piés de ios
de aquel suceso. Rabioso y fuera de sí el tirano, todos los albires; Su compunción, su piedad y su amor á Jos pobres
suplicios le parecían poco, y así después de haberles man- llegaron á un alto grado de perfección, y los milagros
dado azotar con varas de hierro, y desgarrarles sus carnes que obró le atrajeron la admiración de todos. Entonces,
con garbos, los hizo extender sobre unas parrillas en las para huir el aplauso de sus admiradores, se fué á Roma y
ascuas, dotide fueron quemados á fuego lento. Los es- á J e r u s a l e o á visitar los lugares santos, y de vuelta á su
forzados confesól es no dejaron de cantar las alabanzas del patria murió de una enfermedad epidémica, el dia 12 do
Señor, hasta que le entregaron su espíritu, coronados con setiembre del año 1012. Sus restos fueron enterrados en
la diadema resplandeciente del martirio. Sucedió este en Anderlech, donde poco después se edilicó una iglesia bajo
el año 362. su invocación.
S.VN GcnoNOTo, OBISPO Y núiiTiu.—Nació en la ciudad de SANTA EANSWIDA, VÍUOEN V AIUDI-SA—I'loicció en el
Iconio, en Licaonia, de la cual era después presbítero siglo V I I . Fué nieta de san Klelberto, primer rey crisliano
ciianilo el Señor lo elevó á obispo de Cogni. Sus virlmles d é l o s ingleses. Fué famosa por sus milagros, y su festivi-
y milagros, junto con una incesante predicación del Kvan- dad so guarda por los católicos ingleses en 12 de seliem-
gelin, le hicieron el apóstol de aquellas regiones, y tam- bre, probablemente por ser el dia de la traslación de sus
bién le merecieron la palma del martirio, que alcanzó reliquias á alguna iglesia.
siendo arrastrado por todas las calles de Iconio, y ú l t i - SAN Ai.nro, OBISPO l i;oNFF,son.—ES honrado como p r i n -
mamente degollado. cipal patrono deMnnster. l'lorecióá últimos del siglo Y, y
SAN SII.VINO, orusi-o Y CO.VFESOK.—Uno de los primeros mediados del V I , y murió, según unos, ol año de ;»¿!», y
obispos de Verona, en Italia, recomendable por su afán en según otros, el de 341
propagar las lucos del Evangelio, lo cual logró, dester-
rando de su diócesis casi entera mente la idolatría. Nunca DÍA 13.
se le veía mas alegre, que cuando podia distribuir ainin-
dantes limosnas á los pobres, y después de haber casti- SAN MAUIUMO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué san Mamilio
gado su cuerpo con fuertes penitencias, murió entre sus italiano de nación y de patria milanés, hijo de ilustres pa-
ovejas, de imicrte repentina, un dia 12 de setiembre, i g - dres, y desde mozo criado y enseñado del glorioso san
noramos de que ano. Martin, obisp), cuando estuvo en aquella ciudad; pero
SAN SACBimoTE, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció durante el después habiendo sido el santo echado de ¡Hilan, por el fu -
siglo V I , y fué arzobispo de Lyon. El año 5 i 9 asistió al ror y rabia de los herejes arrianos que no podían sufrir
quinto concilio de Orleans, celebrado para atajar y con- su gran celo y constancia, quedó Maurilio algún tiempo
denar los errores de Neslorio y de Eutiques contra la fé en Milán, donde fué ordenado de san Ambrosio de lector.
católica, y publicar algunos cánones acerca de la reforma Murió en este tiempo su padre, que era gobernador p i i n -
de la disciplina. Algún tiempo después fue el santo á Pa- cipal en Haba ; y él, iollamado del amor de las cosas del
rís, sin que se sepa el verdadero motivo de aquel viajo, y cielo, se determinó á dejarlas de la tierra y á s u madre, e
durante su permanencia en esta ciudad fuó atacado do irse en busca de san Martin, que ya entonces era obispo
una violenta enfermedad, que lo condujo al sepulcro, de Tours. Fué, y estuvo en su compañía hasta limUi (pie lo
ordenó de sacerdote, sirviéndole en todo y aprendiendo
siendo visitado en sus úl'imos momentos por el rey
de él las virtudes que después mostró en toda su vida. Paso
tlliildeberto , que le eslimaba mucho. Su sagrado cuerpo
mas adelante Maurilio. y para abiazar mas estrecbamoole
fue trasladado á Lyon, donde se conserva, y el Señor ba
ia perfección evangélica, tomando la bendición de su pa-
obrado por su intercesión muchos milagros.
dre san Martin, se fué á la ciudad de Anxerre, donde ha-
SAN ULIDOX, CONFESOR. — Este sanio es llamado por los
lló cerca del rio Luera, un templo dedicado á los falsos
franceses «san G ü i » , En vida fue conocido por el pobre
ni A 13. 39
dioses. Tuvo gran (lolor MauiÜio por ver al demonio lau do misa, vino á él una mujer con un hijo suyo que eslaba
señoreado de los corazones de los hombres, y adorado en para morir (y ella le habia alcanzado de Dios siendo e s l é -
"quel templo: y deseando sobremanera asolarle, y v i e n - r i l , por las oraciones de san Maurilio), para que le diese
do que no tenia poder para hncerlo, se puso en oración, el sacramento de la conlirmacion, y muriese (siendo Dios
suplicando á Dios nuestro Señor, que le derribase y no de- de ello servido) su hijo con mayor gracia del Señor. Detú-
jase de él [liedi a sobre piedra. Al momento bajó fue^o del vose mucho el santo prelado en el sacrosanlo sacrilicio, y
cielo que abrazó al templo y los ídolos que en él estaban, en aquel espacio el muchacho acabó la vida. Cuando san
y los hizo ceniza. Ko este lugar fundó el santo una iglesia Maurilió vió muerto al hijo, y las lágrimas y sollozos de la
á Jesucrislo, Dios verdadero, que fué muy frecuentada con madre, y la causa por queselo habia traído; no se puede,
mucha piedad y devoción de todos aquellos pueblos, y él creer fácilmente el dolor , que como clavo le traspasó las
la gobernó doce años, obrando nuestro Señor muchos m i - entrañas, temiendo que por culpa suya aquel muchacho
ingios por su siervo; porque con la señal de la cruz curó fuese muerto sin el sacramento de la conlirmacion (que los
un hombre que tenia las manos secas de su nacimienlo, á santos temen que hay culpa suya donde no la h a y ) , y fué
una mujer endemoniada y ciega, y atada con cadenas, á tanto su sentimiento (pie no se podia consolar, y determinó
un muchacho que estaba para morir, por haberle mordido darse á mayores ayunos, esperanzas y penitencias, para
una víbora, y á una mujer vieja y estéril le alcanzó hijos: pagar con ellas aquella culpa que á su parecer habia c o -
y con estos y oíros milagros creció su fama, y él cobró metido. Tara esto secretamente se salió de la ciudad, l l e -
•Tnimo para hacer con mayor esfuerzo guerra á los demo- vando consigo las llaves del sagrario de su iglesia, donde
"ios, quitándoles la adoración que la gente engañada les estaban muchas reliquias de santos, y cscrihiendo en una
•l^ba. Allí, junto donde el santo vivia, habia un ídolo í a - piedra que eslaba á la orilla del mar, el dia en que partía,
moso á quien el pueblo con extraña superstición acudia. entró en una nave, y habiendo navegado un rato, las l l a -
Fué allá el sanio traspasado de dolor, y haciendo la señal ves que llevaba en las manos se le cayeron en el mar. En-
de la cruz, luego cayó el ídolo y salieron los demonios de tonces, con nuevo sentimiento y dolor, dijo: Hasta quees_
él, dejando en aquel lugar un olor pestilencial. También tas llaves vuelvan á mis manos, no volveré yo á mi casa n¡
en este mismo lugar, habiendo primero quemado todas las á mi Iglesia. Llegó á la tierra, concerlósc con un caballe-
estatuas de los demonios, edilíco otro monasterio, y libró ro por hortelano para tener cuidado de su huerta, y con
á muchos de la tiranía de los mismos demonios que los i n - aquella humildad y trabajo alligir su cuerpo y borrar el
fe&laban. pecado que tanto le congojaba.
basaban ciertos mercaderes una vez cerca de la casa El clero y pueblo, y toda la ciudad de Auxerre, cuando
(londe habitaba el santo, y Cnlre las otras mercaderías, se vió sin su pastor, quedó atónita y confusa, y mucho mas
llevaban por esclavosalgunosilaliancs, hombres y mujeres después que Dios desde el cielo con varias visiones los iba
para vender en España. Uno de aquellos esclavos, vien- amoiieslando que buscasen su prelado; porque de otra
do la iglesia, con grande ímpetu se arrojó á ella, suplican- suerte alguna gran calamidad vendría sobre ellos. Trata-
do con muchas lágrimas al santo confesor, que le ayudase ron de esto en su consistorio, y escogieron cuatro ciuda-
y le librase d(? ¡iqael cauliverio. K l , movido de compasión, danos de los mas á propósito para esto, y proveyéndoles
comenzó á rogar al d u c u o por el esclavo; mas el amo, no de todo lo necesario para el camino, les mandaron que no
haciendo caso de los ruegos de Jlaurilio, mandó á sus cria- volviesen hasta hallarle. Siete años anduvieron en su bus-
dos que sacasen por fuerza al esclavo d é l a iglesia. Volvió ca, sin hallar rastro de él en parle alguna : y volviéndose
el venerable sacerdote los ojos al cielo, puso las rodillas ya sin esperanza, llegaron á un puerto de mar de la me-
eu el suelo, derramó lágrimas al Señor por el cautivo, y nor ISretaña, y hallaron escritas en aquella piedra que d i -
súhitamenle le dió un mal tan repentino y vehemente al jimos, estas palabras: «Por aquí pasó Maurilio, obispo de
dueño, que allí espiró. Quedaron los d e m á s atónitos y dcs- Auxerre.» Alegres con este solo indicio, se embarcaron
l):,voridos, temiendo que la tierra no se abriese y los I r a - para pasar á la otra parte del mar en busca de su prelado:
j^80: mas el bienaventurado sucerdote, postrado en el stic- mas navegando (¡ó bondad y poder de Dios!) un pez gran-
1 Sl|[dicó á nuestro Señor que le restituyese la vida, y no de saltó del mar dentro de la nave; y a b r i é n d o l e , halla-
ev;,n(ó hasta que el Señor se la dió, y el esclavo quedó ron dentro de él las llaves de las reliquias que se le habiau
COn.l¡l>ertad. caidoal santo de las manos , y reconociéndolas, temieron
' san Martin á la ciudad de Auxerrc, que á la sazón que el mismo santo hubiese caído en el mar, y allí fuese
* ^''ha sin pastor: y como conocía tan bien los méritos de ahogado. Trataron entre sí si volverían á su ciudad con so-
,ll>riIio5 su discípulo, procuró que le hiciesen obispo, y las las llaves ó q u é h a r í a n : y estando en esta duda, luvie-
'os desde el cielo dió signiflencion de ser aquella su vo- ron una revelación del cielo, que les mandaba que siguie-
U|ílad; porque bajó una paloma estando él en la iglesia sen su derrota hasta hallar al mismo santo. Alentados con
^ se puso sobre su cabeza, y é l viendo que aquella era la esta revelación, saltaron en t i e r r a , y guiados del áu^el
Vülunlad del Señor, bajó la cerviz á la carga y aceptó del S e ñ o r , llegaron á casa de aquel caballero, y vieron á
'ulUellíi dignidad para servir mas al que se la daha. Estan- Maurilio que llevaba verdura para servicio de su amo.
co muy ocupado en ejercer su olicio de santo y vigilante Conociéronle y e s p a n t á r o n s e , echáronse á sus p i é s , dijé-
l'i'stoi, le sucedió una cosa digna denotarse; para que los ronle quiénes eran y á q u é habían venido, y suplicáronlo
P' elados vean el cuidado que deben tener de his ovejas que se volviese con ellos, para bien y consueto de aque-
'loe nios ios encomendó, y el escrúpulo y angustia con llas ovejas que Dios le habia encargado. Turbóse el santo
fiuc viven los santos obispos, cuando temen haber fallado con aquella novedad , y aunque le hacían gran fuerza los
1111 cualquiera cosa por pequeña que sea, locante á la sa- i liegos y Ingrimas de aquellos mensajeros, no se dejó
de las almas. Estando un dia el santo pontiíice dicien - vencer, antes se dijo, que él habia hecho juramento y voto
40 LA LEYENDA DE ORO.
ile no volver á su Igiosia hasta que Dios le restituyese las dice el cardenal Haronio en sus anofaeionesá 1.1 de se-
llaves deias rLliquias de ella que se 1c haj)ian caído en el tiembre.
mar. Entonces ellos se las mostraron , y le dieron cuenta SAN LIGORIO, MÁRTIU.—Era griego, y el amor de Dios
del pez que había sallado en la nave , y como las halnnn hizo que ya desde su juventud renunciara el mundo para
hallado en sus entrafias. Luego se divulgó la fama de esle sepultarse en un desierto, donde permaneció muchos años
hecho y llegó á oidos del rey : y todos comenzaron á r e - ignorado de los hombres. Unos gentiles que iban á caza
verenciar, como á sanlísimo pi ciado , al que ántes tenian le encontraron, y creyendo fuese un ladrón le pregun-
por v i l hortelano. Pero Maurilio , aunque importunado de taron quién era, y él les contestó que ei-acristiano, pero
los suyos y animado de los mihigros que había visto, se gran pecador. A l oír el nombre de crislíano, aquellos gen-
inclinó á volver á su iglesia , no quizo hacerlo , hasta ha- liles sacaron sus espadas y allí mismo le degollaron. Su
berlo primero consultado con Dios nuestro Señor, y pedir- cuerpo fué trasladado á Venecía, pero nada se sabia de
le su guia y favor. su nombre y martirio, basta que el mismo santo se apa-
r ú s o s e una noche en oración, y estando ya cansado, se reció á un niño y le dijo se llamaba Ligorio, y que h n -
adormeció y vió un ángel que le decía : bevántale Maurilio bia muerto en 13 d e s e t í e m b r e ; y como sus reliquias se
y haz lo que desean esos puehlos; porque por lus oracio- conservaban en la iglesia de San Lorenzo, los mongos esta-
nes Dios ha guardado lus ovejas y te restituirá el mucha- blecieron su fiesta en este día.
cho que tú tanto has llorado y por quién has salido de tu • SAN ASUDO , PiiRSBÍTKno Y A t ú n . — Fué oriundo de
Iglesia. Con esta revelación del cielo el santo obispo la Roma , y nació de nobilísimos padres y muy cristianos,
m a ñ a n a siguiente, acompañado de innumeraljle pueblo, se que habían hecho voto de consagrar su hijo á Dios. Efec-
embarcó, y acabada su navegación se desembarcó y fué Ihamentc , tenia Amado muy pocos años, cuando fué con-
recibido de sus feligreses con increíble liesta y regocijo. fiado á un monaslerio de religiosos ejemplares • que de-
Entré en la ciudad, y muy confiado de lo que el Señor le bían formarle en la ciencia y en la piedad. Bien pronío el
habla prometido, se fué á la sepultura del muchacho muer- joven discípulo aventajó á lodos en santidad y buenos
to, y echado en el suelo, suplicó al Señor le resucilase; y ejemplos. Tomó el hábito en el mismo monasterio , en el
al mismo tiempo el santo obispo se levantó de la oración y cual vivió Ireinta años , retirándose luego á una soledad
el mozo del sepulcro. Diólc el sacramento de la coníirma- inhabitada para entregarse mas libremente en los ejerci-
c i o u : llamóle llénalo, como dos veces nacido: dedicóle á cios de la contemplación. Fué muy tentado por el espíritu
la Iglesia y e n s e ñ ó l e ; ^ el Señor le adornó de tantas virtu- infernal, al que venció siempre á fuerza de invocaciones
des que mereció suceder en el obispado á san Maurilio, y y penitencia, y lo echó muchas veces del cuerpo de los
resplandeciendo con muchos milagros ser digno discípulo poseídos. Sus milagros le asociaron una porción de per-
de tal maestro. sonas piadosas, que querían vivir en su compañía , de
No es maravilla que este sanio prelado haya sido tan modo qm aquella soledad se coiivirlíóen una especie de.
esclarecido, ni que el Señor baya obrado por él tantas y laura donde vivían en eeldas separadas muchísimos
tan grandes maravillas, porque su vida fue. sanlisima y m i - monges. Entonces fué, cuando recibió Amado las órdenes
lagrosa. Desde que comenzó á ser obispo, siempre se vis- sagradas, aumentándose con este motivo con fervor y
tió vilmente; su comida casi no era comida por ser tan po- compunción. Faltando agua en aquellos desierlos, la hizo
s.'dír el santo de una roca , golpe/indola cual otro Moisés:
ca : en la cuaresma de li es en tres días no comia sino un
obró otros muchos porlentos que seria prolijo referir, y
poco de pan seco con sal y agua libia; y en loda la cua-
murió como había v i v i d o , el día líl de seliembre del
resma nunca salía de casa por estar mas atento en la con-
año 62Ü, cu su monasterio de Remiremonl, en Francia. #
templación de Dios y distraerse menos viendo las.cosas h u -
manas. Y tratando su cuerpo con lanío rigor y aspereza, S\N VBNEUIO , CONFESOR. «* Floreció en el siglo VH. v i -
llegó á la e d a á de noventa años, entero, robusto y con viendo penitente y solitario en la isla de. Tiro in;iyor, lla-
tuerzas, con el rostro colorado, sin dolor de cabeza ni de mada l'almaria , en el mar Mediterráneo. Fué oriundo de
estómago, sin faltarle la vista ni los dientes, ni tener los una familia muy distinguida de balín , y dejó el mundo
otros achaques y miserias de viejos. Conoció que se llega- después de haber distribuido á los pobres cuanto poseía.
ba el liempo de su descanso, y mandó hacer una bóveda Ordenado de sacerdote, fué modelo de eclesiásticos, t r a -
l»ara su entierro: cayó malo, y á los siete días de su enfer- bajó sin descanso en los pueblos comarcanos de su man-
medad, y á los Ireinta años después que le consagraron sión , y después de una vida tan santa , murió tranquila-
obispo, d i ó s u espíritu al S e ñ o r , á líí de seliembre, con mente en el S e ñ o r , en su propia celdita.
gran gozo suyo, alegría de los ángeles y llanto de lodo su SAN FEIII-E , MÁUTIR. — Fué padre de la gloriosa santa
pueblo, que le lloró como á padre, maestro y pastor, y Eugenia, y natural de Alejandría, Era gobernador ó pre-
único refugio ds todos sus traba jos. Enterráronle con gran fecto del Egipto cuando conoció la religión cristiana. Ha-
concurso y devoción, y el Señor le ilustró con nuevos m i - biendo recibido el bautismo, reiumcíó su deslino, y se
lagros; porque dos ciegos de su nacimiento cobraron vista, disliníiuió tanto en todas las viiiudes e v a n g é l i c a s , que
y un paralítico de treinta años, b e s á n d o l a s andas, en que poco después mereció ser consagrado obispo. Su conducta
iba su sagrado cuerpo, luego cobró salud. llena de zelo y caridad , excitó el furor del gobernador
La vida de san Maurilio escribió Fortunato, y la trae Terencio que le había sucedido , y por su órden , un dia
el P. Er. Lorenzo Surjo en su quinto tomo. Hacen men- que estaba el santo en fervorosa oración , fué degollado,
ción de él los Martirologios, romano, de Usuardo y Adon, y alcanzó la diadema del martirio. Su muerte sucedió en
á los 13 de seliembre; y Pedro Cíuníacense, l i b . XMI, Alejandría bajo el reinado del emperador Galicno , en el
cap. 2 0 ; Antón., parle 2 , tlt. 1 0 , cap. 13. Floreció siglo I l i .
siendo emperadores Teodosio y Honorio su hijo, como lo Los SANTOS MACROBIO Y JLEUN , MARIIIIKS. — Eran g n e -
DIA 14. SETIEMBRE. / J II
gos de nación , y muy querkloíi del emperador Licinio, y se encerró en una pequeíia celda al lado de la iglesia*
por su juventud y vasla erudición. S« gallardía , su her- en la cual murió el dia l ü de getiembre del ano (¡90. San
mosura y demás prendas de su cuerpo y espíritu les ha- Amado fué ilustro en milagros áñtes y después de su
bián captado el aprecio de toda la corle ; pero habiéndose muerte.
descubierto un dia que eraijhcriátianos, fueron llamados á SAN ELOY , PATRIARCA Y CONFESOR. — Floreció á últimos
la presencia del mismo Licinio , que no pudo vencerlos ni del siglo V I y murió á principios del V I I , en el afio 608v
con halagos ni amenazas. Por consiguiente, á los pocos combatiendo con vasla erudición, con celo ardiente y has-
tijas fueron desterrados á la Seitia, donde, coiiliniiaron ta con milagros la herejía euliquiana.
sus ejercicios cristianos con mas feivorque á n l e s , hasta
« i n q •/ .T'ÍMHI. / -niUu « ¿ ¿ / t* ¿ «iiuii «irf r u ^ b eaioa
que, presos otra vez, y confesando de nuevo la fé de Je^.
DIA 14.
sucristo , ios echaron en una hoguera , de donde salieron
(¡í r,-s''->tin.'jb rMiírilfrírtft<wiÉifiiiMBi<i'i1 ''*.".!'»
ilesos , y los degollaron.
LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRLZ. — Cierta cosa es que
SAN ELÍ.OÜIO , OBISPO Y CONFESOU. — Nació en Siria, y
las calamidades que padecemos los mortales, son comun-
en su juventud ahrazó la vida monástica en su misma pa-
mente penas por nuestros pecados , y castigos que nos
tria, [•ntregado á su propia santificación y al estudio de
vienen del cielo : y uno do los mayores de Dios es, cuan-
las ciencias sagradas y profanas , era enleramntc extraño
do permite que tenga el cetro y mando un príncipe vicio-
á cuanto á su alrededor pasaba. Su infatigable aplicación
so , flojo y desalmado ; porque como es la cabeza de toda
unida á un espíritu penetrante , á una concepción viva y
la república , deriva en los otros miembros su maldad. Tal
á un juicio s ó l i d o , le hicieron un caudal de conocimientos
fue el emperador Focas , que mató á Mauricio , y le suce-
'an vasto , que muy pronlo se halló en estado de comba-
dió cu el imperio: y queriéndole nuestro Sefior castigar,
tir los errores do su tiempo. Entonces c r e \ ó el santo que
y con él á todos sos subditos , movió á Cosroas , rey de
dehia salir de su soledad para alonder mas fácilmente á
Persia , que le hiciese guerra , y que le venciese , tomase
|as necesidades d é l a religión , y fué ordenado de presbí-
y destruyese muchas y grandes provincias del imi.erio ro-
tero por san Anastasio , patriarca de Antiofjula , de cuya
mano. Acabó la vida Focas con la muerte que le dieron, y
ciudad permaneció trabajando con mucha ulilidad, hüsla
sucedióle en el imperio Hcraclio, el cual le halló tan des-
que el emperador Tiberio-Constantino le nombró para el
proveído, desarmado y tan sin fuerzas, que por muchos
arzobispado de Alejandría, cu doudc fué consagrado, el
años no pudo salir al em uentroy hacer resistencia á Cos-
afioSSa.En üSü hizo un viaje áConslanlmopla donde cono-
roas, porque estaba armado, poderoso y vencedor : y
ció y trabó estrecha amistad con san Gregorio el Grande,
como señor del e a m p í , hacia la guerra con gran ventaja
y ambos trabajaron en adelante de consuno en favor de
contra Hcraclio * dando sobre unas ciudades y otras j y
la Iglesia de Dios. San Eulogio escribió variar obras en
tomándolas por fuerza de armas , y coiiquislando á toda
defensa de la fé católica , contia los novacianos y otros
Siria , llamada ahora Suria. Finalmente, vino sobre la
herejes, y después de un pontificado ilustre engrandes
santa ciudad de Jerusalen, y tomó, saqueó y mató en ella
acciones, murió en Alejandría el dia 12 de setiembre de|
; á lo que escriben ) ochenta m i l personas , y llevó con-
ano 607.
sigo preso y cautivo á Zacarías, patriarca de Jerusalen,san-
SAN AMADO , OBISPO Y COJÍFESOII.—Fuéliijode padres r i - to varón y excelente prelado, y á o t r o g r a n número degen-
cos y piadosos; imimó con la leche el amor á la virluil, y le; aunque algunos autores dicen, que fué esto en los pos-
d e s p u é s hizo rápidos progresos en las ciencias. Sobresalía treros años del imperio de Focas. Pero lo mas quese sintió,
en eh entre las demás virtudes, la práctica de la humildad lúe que tomó el madero de la cruz de .lesncrislo nuestro
y de la mas pura caridad. Cuando hubo de tomar estado, Redentor, que sania Elena , madre del emperador Cons-
suplicó fervorosamente al cielo se dignase declararle sti tantino , habia dejado en Jerusalen ) y le llevó á Persia,
voluntad, y habiéndose preparado por los ayunos y la y le puso con grande veneración encima de una silla y
oración, abrazó el estado eclesiástico. Desde entonces se trono r e a l , que era de oro fino i entre muchas perlas y
0 vió enlcramenlc felirado del mundo , vivir conforme en piedras preciosas. Como lleraclio vió los daños de su i m -
iTv** 'a es'r'cla disciplina de la Igiosia, y lomar luego perio, y sus pocas fuerzas y las muchas de su enemigo,
. ^'bilo en el celebre monasterio de Agaune. Civciendo acordó de pedirlo paces ó treguas, y hacerlas, aunque
''«ppecn las vias d é l a perfección, fue llamado desde fuese con condiciones afrentosas y fuera de (oda razón. Has
Ja Piedad á la silla episcopal de Sion , en Valais , y fué Cosroas estaba tan insolente con su gran poder y con las
consagrado el año (1(19. Esta dignidad hizo brillar sus victorias que habia alcanzado, que no quiso admitir pla-
^ m e n l e s calidades con un nuevo resplandor: d e r r a m ó tica alguna de concierto, sino con condición que el e m -
^undantes limosnas en el seno de los pobres ; instnn ó á perador lleraclio renegase de la fe de Jesucristo. Enlónces
sus ovejas con un ardor infatigable v cumplió con U mas el emperador se volvió de corazón á Dios, y tomando gran
Perfecta exactitud todos los deberes de un pastor según el conüanza en él (por parecerlo que era causa suya y no de
corazoa de Dios. I V r o e i cielo quiso probar al santo en el los hombres}, determinó juntar ejercito y pelear con el
crisol de las tribulaciones : acusado de supuestos cn'me- enemigo, y hacer lo último de potencia, para que él no
'J08 i Tierri i l l , rey de Francia, le desterró al monasterio triunfase de la religión cristiana, como triimfaha de las
'te San Fursey en I'eronne, donde fué el modelo y la a d - muchas ciudades y provincias que había robado y des-
miración de aquellos religiosos por su paciencia y humrf- truido. Para esto la primera cosa que hizo, fué acudir á
^ d - C u a n d o murió el abad, el venerable obispo se vió Dios, que es el Dios de los ejércitos y de las viciosas, y
^ l i g a d o á encargarse do la dirección de aquellos monges, mandar que por todo el imperio se hiciesen muchas ora-
y después de haber encaminado á todos sus subditos por ciones, plegarias, procesiones, ayunos, limosnas y otras
08 senderos de la perfección, resignó su nueva dignidad, buenas obras, con que se aplacase el S e ñ o r : y' luego

TOMO I I I .
Ü LA LEYENDA DE ORO DIA H .
juntó su ojército de gente nueva y h h o M (porque no tenia que determinó quitar el reino y la vida al padre y al her-
soldados viejos); y para industriarlos y hacerlos á las ar- mano, por la injusticia que se le babia hecho. Asi lo hizo,
mas, los ejercitó antes de venir á batalla con los enemigos. y asentó paces con el emperador Heraclio: le restituyó t o -
Con este ejército salió Ileraclio en busca de Cosroas, con das las tierras que su padre babia tomado del imperio, y
ánimo de pelear con él, contiando que Dios le daria victo- le entregó todo el tesoro de la casa real que poseía su pa-
ria, y humillaría al blasfemo é insolente rey, que estaba dre, y cumplió otras muchas condiciones muy honrosas y
tan desvanecido por los buenos sucesos que el mismo provechosas para el emperador. Pero la mas principal fué
Dios le había dado para castigo de los cristianos; y él, el entregarle la santa cruz que tenia en su poder, y al pa-
como ciego, los atribuía á sí y á su valor y poder. Y para triarca de Jerusalen, y á los demás cautivos cristianos,
i r con mayor seguridad, llevaba e! emperador en su-mano que eran muchos. De esta manera se acabó esta guerra en
derecha una imagendevotisima de nuestra Señora, ó (se- algunos años, mostrando Dios la confianza que debemos
gún otros, de Jesucristo noestio Redentor; y por ventura tener en é l : y que ni debemos desmayar, sino humillar-
fué de Madre é Hijo); y ( á lo que escriben) esta imagen no nos cuando nos castiga, ni desvanecernos en Jos prósperos
habia sido pintada por mano de hombres, sino venida del sucesos, sino reconocerlos de su mano. El emperador He-
cielo; porque su esperanza no estribaba en la gente y raclio, para hacer gracias á nuestro Señor de las victorias
fuerza que llevaba, sino en la misericordia del Señor, y tan grandes, y glorias que le habia dado, fué á Jerusalcn,
en la intercesión y patrocinio de su bendita Madre. Con llevando consigo la cruz de nuestra redención, que en ca-
esta confianza salió Ueraclio con su ejército, bien discipli- torce años habla estado en poder de Cosroas. Entró en la
nado y enseñado á guardarse de todo pecado, de robos y ciudad con ella, llevándola sobre sus hombros con la ma-
desafueros, y de pelear mas por la gloria del Señor, que yor pompa y solemnidad que se puede imaginar. Pero s u -
no por otros intereses temporales. No le pareció á Cosroas cedió una cosa maravillosa en este triunfo del emperador,
agualdar él en persona y dar la batalla á Ueraclio; antes que llegando á la puerta de la ciudad con la cruz, p a r ó : y
se retiró dentro de su tierra, é hizo talar los panes, y a l - queriendo ir adelante, no pudo moverse, sin poder enten-
zar todos los mantenimientos, por do creia que babia de der la causa de aquella detención. Iba al lado del empe-
pasar; y por otra parte envió un copiosísimo ejército de rador el patriarca Zacarías, ó Modesto (como dice Suidas),
gente muy diestra y veterana, y un capitán llamado Sa- y avisóle, que por ventura era la causa de aquel milagro
ravago, ó Salvaro, con el cual peleó Ueraclio, y alcanzó tan eslrauo el llevar la cruz por aquel camino, por donde
la victoria; aunque la batalla fué muy porfiada y reñida. Cristo nuestro Salvador la habia llevado, con muy diferen-
No desmayó por este suceso el rey de Persia; antes j u n - te traje y manera que el Señor la llevó: Porque tú, sefior
tando olro mayor ejército, se opuso á Ueraclio, con un ca- (dijo el patriarca), vas vestido y ataviado de riquísimas é
pitán muy esforzado y de gran fama, llamado Saín, ó Sa- imperiales ropas, y Cristo llevaba una vestidura humilde:
lín. Trabóse entre los dos ejércitos una cruel y brava ba- tú llevas corona imperial en la cabeza, y él corona de es-
talla, que habiendo comenzado al salir del sol, duró hasta pinas ; él iba con los piés descalzos, y tú vas con los piés
gran espacio después de medio dia, sin declararse la vic- calzados. Pareció á Ueraclio que Zacarías tenia razón, y
toria por ninguna de las partes, peleando con igualdad. Y por lo tanto vistióse un vestido v i l : quitóse la corona de la
como ya en este tiempo los persas hiciesen grande esfuer- cabeza, y con Jos piés descalzos pudo proseguir con la
zo, y las tropas del emperador comenzasen á mostrar fla- procesión, hasta poner la sacrosanta cruz en el mismo l u -
queza ; Ueraclio, volviéndose á Dios, le pidió socorro por gar de donde Cosroas la habia quitado. Y queriendo nues-
intercesión de la Yírgetk s a c r a l í s i m a ; y él se le dió de tro Señor regalar á su pueblo, y mostrar la virtud de la
manera, que luego súbitamente se levantó un viento muy santa cruz, a d e m á s de otras cosas maravillosas que acae-
recio, con grande lluvia y granizo, que á los imperia- cieron aquel dia, un imierio resucitó, cuatro paralíticos
les daba en las espaldas, y á los persas en los ojos, cobraron salud, quince ciegos vista, diez leprosos queda-
co;i lo cual en muy breve fueron rotos y vencidos: ron limpios, y otros muchos que eran atormentados del de-
y , volviendo las espaldas, comenzaron á huir. Mas, como monio quedaron libres, y gran número de enfermos con en-
Cosroas fuese tan poderoso, no bastaron estas dos v i c - tera salud. Esta es la causa de la fiesta que hoy celebra la
torias que habia tenido el emperador para quebrantarle de Iglesia con nombre de la Exaltación de la Cruz. Verdad es
manera, que se diese por vencido ; antes echando el res- que no fué esta la causa para instituir esta fiesta ; porque
to, juntó olro ejército mucho mayor, y nombró por ca- muchos años antes que Heraclio imperase, los griegos ha-
pitán á un varón muy sabio y diestro en la guerra, l l a - cían fiesta este mismo dia, con nombre de la Exaltación
mado Uazatcnes; el cual vino á batalla conHeraclio, y por de la santa Cruz, y lo mismo hacían los latinos, como so
virtud de la santa cruz fué asimismo vencido y muerto ve en el Sacramenlario de san Gregorio, celebrando la glo-
con gran parte de su ejercito, peleando Ueraclio por su ria de la cruz, que so esteodió y resplandeció por todo el
mano valerosamente, y matando en esta batalla tres h o m - mundo en tiempo del emperador Constantino: pero las
bres s e ñ a l a d o s , como soldado esforzado, y gobernando victorias que alcanzó Heraclio, y el haber recobrado el
y animando á su ejército, como muy sabio y experimenta- madero de la santa cruz de mano de los enemigos, y res-
do capitán. Con esta tercera batalla quedó enflaquecido lituidole á los cristianos, colocándole en Jerusalen con
el poder do Cosroas, y él tan desanimado, que no osando gran gloria del Señor y bien de su Iglesia, fué causa para
esperar al emperador, se entro huyendo en Persia, y pasó que se celebrase esta fiesta con mayor solemnidad y rego-
el rio Tigris: y para su socorro y ayuda, nombró por rey cijo que antes, como lo notó el cardenal Baronio. Sucedió
igual suyo á su segundo hijo, llamado Modarses, no ha- esta restitución de la santa cruz á los 1 i de setiembre, á
ciendo caso de Siróes ,511 hijo mayor, y de mas ánimo y los dícjz y nueve años del imperio de Heraclio, que fué e l
d í s e r m o n . De lo cual Siróes hizo tan grande sentimiento, de 629 del Señor , aunque Sigibct to la pone en el de 6 3 1 .
m K I i SETIEMBRE. 43
Kscribcn de ella la Hi^loria miscelánea, l i b . x v m , y los sión de su estado, la aconsejaron que no llevase una vida
Martirologios, romano, el de Ueda, üsuardo y de Ador. tan retirada como había llevado hasla entonces ; sino que
SAMA CATAUNA OE GÉNOVA, VIUDA.—Catalina nació de se divirtiese como lo hacían las demás damas, á fin de
una de las mas nobles y principales familias de la repúbli- procurar de este modo algún alivio á su espíritu oprimido
ca de Génova, llamada de Fiescbi, y vino al mundo á ií de do lanta melancolía. Catalina se dejó persuadir de estas
abril de 1447. Su padre se llamó Jaime, y su madre insinuaciones mundanas, y mudando el tenor de su vida
Francisca de Nigro, que en nobleza y riqueza era igual á devota y retirada, empezó á vivir á la moda, hacer y r e -
su marido. Estos nobles padres criaron, segun convenia á cibir visitas, y á frecuentar las recreaciones y conversa-
su condición, á esla su bija, la cual desde muy niíia fué ciones del siglo; y en esta vida perseveró por el espacio
prevenida de copiosas bendiciones del cielo, y llegando á de cinco aftos, sin hallar en todas estas recreaciones n i n -
la edad de ocho anos, recibió un don particular de ora- gún alivio á las tristezas y angustias que la oprimían, a n -
ción y de unión con Dios; por cuya causa, aborreciendo tes al contrario se la aumentaron mucho mas; porque á la
los juegos y entretenimientos propios de aquella edad, aflicción que la causaba el mal vivir de su marido, se la
amaba el retiro, el silencio y la mortificación. Tenia en su afiadieron continuas interiores amarguras, y fuertes estí-
pósenlo colgada en la par ed una devota imagen, gene- mulos, é incesantes remordimientos de conciencia, origi-
ralmente llamada de la Piedad, que representaba á Jesu- nados de la vida mundana y relajada que llevaba.
cristo muerto, y puesto en los brazos de su santísima Ma- Hallándose Catalina sumergida en estas angustias y so-
dre. Fijando Catalina con mucha frecuenc ia su vista en esta bresaltos de corazón, que no la permiiian un momenlo de
devotísima imagen, sentía encenderse en su pecho una sosiego, su hermana monja, de que arriba se ha hecho
llama deardienlc amorde Dios, y un deseo vivisimodeimi- mención, la aconsejó fufcse á ver á un piadoso sacerdote,
lar á su Salvador, que (an!o ha hecho por la redención del que era confesor de aquel monasterio, y que hiciese coa
género humano. De aquí resultó, que siendo de solos tre- él una buena confesión. Abrazó la sierva de Dios el conse-
ce años, hizo instancia paia ser admitida por monja en el jo de su buena hermana, y en el dia del glorioso san Be-
monasterio de Santa María de Gracia de Génova, donde nito del año de 1473, fué humildemente á hablar á aquel
tenia una hermana mayor monja, ya profesa. Pero no h a - sacerdote, resuelta á limpiar su alma de loa defectos y fal-
biendo querido admilirla lasmouj is por su poca edad, dc- las de una sincera y general confesión, y de seguir en todo
delicada y dobil complexión, hnb;) de condescemler á la y por lodo los consejos é insinuaciones del confesor. Ape-
voluntad de sus padres, los cuales, así (pie llegó á la edad nas se puso de rodillas para empezar su confesión, cuan-
de diez y seis aíios, la colocaron en matrimonio con un j ó - do el Señor se dignó alumbrar su mente con un rayo tan
ven caballero de la misma ciudad de Géuova, llamado J u - claro y penetrante de su divina luz, y de encender en su
lián Adorno, con cuyo matrimonio se creyó se aseguraría corazón una llama tan ardiente de su divino amor, que vió
siempre mas la paz entre estas dos familias, rieschi y en un momento, y conoció con mucha claridad de una
Adorno, que siendo muy poderosas, y habiendo sido c n - parte, cuan grande sea la bondad de Dios que merece un
^re sí discordes, babian ocasionado turbaciones en aquella infinüo amor; y por otra parte, cuán grande sea la m a l i -
república. cia y deformidad que tiene el pecado, y la ofensa de Dios
Pero tal vez de ningún matrimonio se podían lemer mas cualquiera que sea, aunque lijera y venial: á la vista de
fatales resullas que de este, atendida la diversidad de h u - estas dos cosas, sintió eseilarse en su corazón una con-
mor, y contrariedad de costumbres de los dos desposados; trición tan viva de sus pecados, y un amor tan grande á
porque Catalina era á la verdad dotada de una singular Dios, que perdió la palabra y quedó como fuera de sí, y
helleza, y de un natural dulce, pacifico y modesto, é i n - poco menos que amortecida, por lo que fué preciso diferir
dinada á la virtud y á la devoción, en la cual basta enton- su confesión para otro dia. Desde este instante sc hizo
ces se había ejerciUido : al contrario, Julián era de un na- en el alma de Catalina una lolal mudanza de afectos y sen-
T ^ l colérico, voluble y estravagante; amaba los placeles timientos ; de modo, que abandonando lodos los pensa-
Y las mientos del mundo, y renunciando cualquiera solicitud y
conversaciones, y estaba todo entregado al lujo, al
congoja do cosas temporales, no cuidó de otra cosa que
cibk)0^ 'a'S P 0 1 0 ^ Y vanidad del siglo : con estocon-
de servir y amar á su Dios, y de conformarse en todas las
j;U|^'IVoi'sion á su buena consorte, despreciándola y ultra-
cosas con su divina voluntad, llevando no solo con pacien-
tos A lnuc'10S W ^ o s , y causándola continuos disgus-
cia, sino también con alegría, la pesada cruz de su esta-
en e| eniás de esto, empezó á disipar en necios gastos y
do, Fué tan grande el horror que concibió de sus peca-
de j . ^ o g o de sus viciosas pasiones el rico patrimonio
dos, que exclamaba frecuenlemente. ¡Amor mío (asísolia
r e í •CaSa' 'lasta cIue con e^ P'^S'080 ' M liempo quedó
CaM01''0 ^ e!'l'a('0 t'e P0^1"023 y niisena: sufría lodo esto llamar al Señor su Dios), amor m i ó ! nunca j a m á s peca-
1 auna con paciencia, y procuraba condescender al genio dos. Así, habiéndole dado el Señor una luz mas viva de la
je A V0'.Unla^ del marido en todo lo que se oponia á la fealdad del pecado, protestaba que mas presto desearía ver
mis- I)'0S; ^ ^ ' ^ J qu^, contenta con oír una sola los demonios del infierno, y padecer cualquiera otra pena,
« en una iglesia cercana, estaba siempre retirada en que una semejante vista. Su conformidad á la voluntad de-
^sa, aplicada á las labores domésticas, y al buen gobier- Dios llegó á ser tan perfecta, que parecía insensible á todos
ae la familia. Mas como todo eslo no fuese parle para los accidentes, ya prósperos, ya adversos, que la acaecimi;
HueJuhan vanase de conducta, ni dejase de tratar á Ca- por lo que tenia frecuentemente en la boca aquellas pala-
b i n a con aspereza y despecho, fué acometida de tan graa- bras: «Yo quiero lo que Dios quiere, y como y cuando
Dios lo q u i e r e . » Y finalmcnle, el sufrir trabajos, no solo
no la causaba tristeza ó disgusto, sino que mas presto la
emeo aflos en grande alliccion, llena de desconsue-
causaba gozo y contento.
o y angust.as. Por eso sus parionles, movidos á compa-
14 LA LEYENDA DE ORO. DIA I 4
I.a divina bondad, que habia encoiulido en el corazón pedia la necesidad á las personas mas asquerosas y aban-
do su siei-va osla ardiente llama de su amor, la fué do tal donadas. Procurábales lodos los posibles subsidios, asi es-
modo fierecentando, qnc con el progreso del tiempo llegó pirituales como temporales, con tan grande ternura, como
á ser un vasto incendio, causando en la santa los maravi- si hubiese sido su propia madre. Estos ejemplos de heroi-
llosos efectos de éxtasis, raptos é interiores coinunicacio- ca cal illad que se admiraban en Catalina, movieron á los
lies del divino espirilu, con las cuales llevó una vida mas administradores del grande hospital de Ueuova llamado de
angélica que liumaua. Seria meiiesler un corazón tan i n - l'anmalone, á rogarla quisiese lomar el cuidado y la su-
ílamado en c! amor de Dios como o¡ suyo, para poder de- perinfendencia del sobredicho hospital, consliluyéndola
clarar las gracias singulares que recihió del Sefior en lo administradora de él, con amplia potestad de arreglar se-
restante de su vida. Quien quiera tener una noticia distin- gún su prudencia todas las cosas que mirasen al servicio y
ta de estes favores y gracias sobrenaturales, puede leer asistencia de los enfermos y á la conducta de los ministros
el diálogo que ella compuso eulre la alma y el cuerpo, y M y subalternos del mismo hospital. Aceptó santa Catalina
vida escrita por el sacerdote que en sus últimos años fue con mucho gusto este empleo de caridad, en el cual se
su confesor y director. Nosotros nos ceñiremos á referir ocupó lodo el resto de su vida con grande satisfacción de
jas aociones esteriores e.i que si> empleó después que se los adminislradores del hospital, con muchas vejilajas de
dedicó cn'eramehte al divino servicio. Y primeramente en aquel lugar pió, y no menor beneficio d;' los muchos en-
los cuatro primeros años se dedicó á toda suerte de peni- fermos que allí acudían para ser curados de sus enferme-
tencias y morlilicaciones, á fin de d o m a r su cuerpo y sus dades, .lunlaba la sania admirablemente los oficios de Ma-
sentidos, para que esluviesen lolalmeole sujetos y obe- ría con los de Marta i porque al mismo tiempo que atendía
dientes á las impresiones ilei divinó amor, que por sí solo, á los ejeiricios de oración, conlemplacion y de unión con
y sin alguna ayuda humana, la guiaba á una sublime per- Dios nueslro Señor, en los cuales, como se ha dicho, era
le'.viou. l'or inspiración, pues, exlraordinaria del divino di1! Señor favorecida con unmodo pariicular, no dejaba de
r s p í n i u , p o r espacio de veinte y tres años pasó doscua- proveer y de velar con grande solicilnd sobre todas las
rc^masdel afín, «slo es, la que precede á la solemnidad de necesidades del hospital y de nslsür con loda la diligencia
la l'ascua, y la olía que precede á la liesfa de.Cavidad, posible á los enfermos, así en lo locante á las cosas espi-
empezando tñ dia inmediato á la fiesta de san Marlin, sin rituales como á las Icmporales. Teniendo esta sania señora
tomar alimenlo alguno de ninguna especie, fuera de un una caridad tan ardiente y solicita para con las personas
vaso do agua en que echaba un poco de sal y vinagre. l ! a - extrañas, cada uno puede considerar cuán'o mayor seria
bií'ndola aparecido en una visión Jesucristo, todO bañado la que tendría para con Julián, su marido, á quien se h a -
en sangra, con la cruz á cuestas, dicié.ndola que, los peca- llaba unida con los lazos del sanio matrimonio. Por eso
dos de los hombres, y el amor con que los amaba, lo ha- nunca cesó derogar al Señor con mucha eficacia, á fin de
blan reducido á aipiel estado, la quedó tan prol'und uocole que se dignase convertiile de sus desvíos al camino de la
grabada en el corazón la pasión del Señcr su Salvador, salvación, portándose siempre con él con mucha manse-
que cuasi no podía ni sabia pensar en otra cosa ; y se dumbre y humildad; y consiguió en efecto de la piedad
derretía en lágrimas y dolorosos gemidos, considerando de del Señor la gracia (leseada; porque su marido muchos
una parle la monstruosa ingratitud de los hombres, que años antes de morir volvió en s(, dejó la vida viciosa que
después de un beneficio tan inestimable no dejan de llevaba, y venerando la santidad de su consorle, vivió en
ofenderle, y de renovar cuanto es de su parle la pasión adelante con ella como un hermano con su hermana, y se
de su amable Uedenlor. El único alivio que hallaba en es- entregó á los ejercicios de la cristiana piedad ; y lomando
fas penas iiitcriores, y en los ardores de su abrasado el hábito de la Tercera Orden de San Francisco, abrazó
amor, era el acercarse con mucha frecuencia, y cuasi t o - con mucho fervor las penitencias y morliíicocioncs propias
dos los dias, á la mesa eucaristica, de que estaba suma- de este santo instilulo. Y por úliimo, siendo acometido al
menlc hambriimta, bailando en ella todas sus delicias. fin de sus dias de una enfermedad bastante fastidiosa y
dolorosa, santa Catalina le asistió y sirvió con indecible ca-
El fuego del divino amor que ardia en el pecho de Cata-
ridad, y le alcanzó aun de Dios nueslro Señor la paciencia
lina seextendiótambiená beneficiode sus prójimos. Porque
necesaria para sufrir con mérito el mal, que le privó de la
pasados cualro año? do vida, cuasi del todo solitaria y r e -
vida en el año 1 Í 9 T . Sobrevivió la sania trece años á la
tirada, se empleó en asistir y servir con grande amor á los
muerte de su marido, y conlinuó en santificarse siempre,
enfermos, asf en las casas particulares como en los hospi-
mascón el ejercicio de la penitencia, de la caridad con los
tales públicos de Genova, espccialmento en el de San L á -
pobres enfermos del hospital de Panmatorie, y con conti-
zaro, donde estaban los que eran infectos de lepra y de
nuos ardentísimos actos de divino amor, el cual la iba poco
otros males incurables. Al principio que empezó esta obra
á poco consumiendo; y en los últimos años de su vida la
de caridad, la causó mucho asco, y experimentó una aver-
ocasionó varios efectos exlraorninarios, no solo en el es-
sión poco menos que insuperable, en curar las llagas po-
pírifu, sino lambien en el cuerpo, dejándole suiuanicu!.'
dridas y asqueiosas de aquellos miserables; pero se hizo
debililado y oprimido de varios y graves males, á l o s c u a -
tal fuerza, que quedó perfeclamente victoriosa de loda- las
les ninguna medicina limnana podia dar remedio ni alivio-
repugnancias d é l a naluraleza; por lo que en adelanfe no
De eMe modo purificó el Señor, como el oro en el crisol,
simió j a m á s diíicultad alguna en curar las llagas do aque-
á esta alma escogida y la llenó decélesliales favores; Hasta
llos pobres, limpiar sus asquerosos paños, y ejorcilarsc en
que en el ;iño i ;>Hi, en la noche que medió eulre los dias
les servicios mas despreciados y fastidiosos, con grande
t í y l o de setiembre, la llamó á la posesión de los eter-
edificación de toda la ciudad de fiénova, que estaba pas-
nos gozos en el cielo. En el mismo momento en que la
mada de ver una dama de tan alio grado, luimillarse por
alma se separó de los lazos del cuerpo, se apareció á una
amor de Jesucristo á servir de dia v do noche, según lo
1UA 1 O. SETIEMBRE. 45
Wjfl suya eí|j¡iiliiat, que la vió subii- al cido i'odoada de ciarse ni quietarse e» las cosas terrenas por ser ledas B¿
' ''Spiandores; y liona de una gloria inefable : y el Sefiorse nilas, y cuanto mas busca en estas cosas su contento y quie-
li;< dignado después hacer conocer al mundo la santidad tud, ménos le halla ; porque cada dia se va apartando
"le su sierva por medio de muchos milagros obrados por su mas de Dios, que es su verdadero contenió y quietud : el
míercesion; y fuerontórfwrjque movidos de ellos los gc- verdadero remedio de nnesiras liistezas es a c u d i r á Dios
lioveses, luego empe/aron á venerarla como á sania, d á n - y purificar el alma de todos los afectos lerrenos, buscan-
dole público culto. Pero creciendo catla dia m a s í a devo- do en Dios nuestra consolación; pues él, como dice el
ción di'I pueblo bácia esla su paisana, y obrando el Señor Apóstol, es el padre de misericordia y el Dios de toda con-
mievos ruüagros por su iulercesion, la santidad de Cle- solación.- • ; imibuísli! 'oi|-iaboii nn '.nqt oí r,xvtií\ VI-I IIJX
meníe X I I la canonizó solenineniente, bahieuclo aprobado * SAN h \S CIUSÓSTOAIO, onisro Y r \ T i u \ i i i ; \ m CONSTAW-
'inli-s á eáÚ lin los tres milagros siguienfes. TINOI'T.A.—I.a liesla principal de este sanio se celebra el dia
I?í primero acaeció con María Magdalena Hiz/i: padecía 11 de enero, en cuyo dia pusimos la vida; pero en este
«'sla nui jer nueve ailos liabia mu( lia;S (Milennedades, por- dia la Iglesia celebra la memoria de su muerte; pues des-
que el liunior que se le había viciado, extendiéndose | ía- pués de haber sido desterrado por sus enemigos, fué res-
pat l i s inferiores del cuerpo, y al lado siniestro, la cauca- líluído á Conslanlinopla por decreto del pontiliceInocencio
ba coniínuos y fuertes dolores que á veces se le iban (ie- primero, pero nuirió en manos de los soldados que le cus-
'•anienle aumculando: de otra parlo la había eulnniecido todiaban antes de lle;;ar á su deslino.
('ste humor de tal modo los musios, que no podía en modo SAN Ciifiscuiscio, MÁKTIR.—lira niño de pocos años, hijo
alguno moverse: lodos !a tenían por incurable murbo de san Eulimío, también mártir. En tiempo del emperador
'ii'mpo lia!)ía. radeciendo una noche los dolores aun m u - Dioclecíano para escapar á su cruel persecución, los padres
cho mas fiUTies de lo acoslumbrado, invocó con mucha fe de este niño huyeron con el y se refugiaron en l'erngía.
H socorro desaula Cilalina de (Jénova: con esto durmió uu Vivieron algún tiempo en esta ciiiíiad ocultos (lelos per-
y al despertarse se halló del todo sana , salló de la seguidores; pero al fin Culirnio fue descubierto y llevado
cama, v d;indo muchas gracias á sania Calalina, empez') á!a cárcel, y confesamlo á .lesuci islo, perdió la vida en
á hacer todas las haciendas y fatigas que hacen las que manos del verdugo. Kl niño Cresccncio, (¡ue no quería s e -
gozan de perfccla y robusta salud. pararse de su padre en los eternos gozos, dió sepultura al
Kl segundo lo obró el Señor con una señora de las fes cuerpo del anlor de. sus días, y después se presento a l
"IIIÍMS mas principales de (iónova, llamada María l'rancís- juez Tnrpiiio. En su presencia hizo el s;oilo joven su tiene-
ca Ja viera: quince años había que padecía di'escorbuto. rosa confesión de fé, acabada la cual, fué llevado al tor-
c,,;'l enlrcolrcs malos efeclos la hacia difícil la r c q i i - mento, y liltimamente lo degollaron en liorna en la via Sa-
'"'icioi^ ia cansüiya convulsiones ron alraccion di» nervios laria por órden del mismo juez.
Pn los piós; no ¡iodia sufiír la Inzuí el menor ruido, ni po- S\.N MATERNO, OBISPO Y CONFESOR.—Según Kaller, suce-
'lia andar ni estar en cama sino apoyada en muchas a l - dió á san Valerio en el gobierno de la Iglesia de Tréverís,
mohadas: ftré á visilar el sepulcro de sania Cnlalina, p i - porlüsúltimos años del siglo 111. Después fue trasladado por
diéndola con w m é k v h á t t ñ a r m la restituyese la salud; v la santa sede al arzobispado de Colonia, donde permane-
volviéndose á casa en una silla de mano," así q m Ifegó á ció hasla su muerte. Su vida fue siempre santa y pura, y
ella, se halló perfectamente sana, subió por sí rntema! jas trabajó con mucho celo en la conversión de los inlieles de
escaleras, y empezó á caminar, desvanecidos enieramenle los países que gobernó. Asistió á dos concilios celebrados
lodos sus procedenles males. conlra los donalislas. uno en Homa y olio en Arles. Sus
Kl lercero sucedió con una mujer llamada Blanca, la reliquias fueron trasladadas á Tréverís y enterradas en la
nial veinte y cinco años habia que estaba en el hospilal iglesia de San Matías junio á sus predecesores san Kutpie-
(leIos incurables, paralílica de los muslos y piernas y de rio y san Valerio. El autor citado dice que es falso que san
'a mano derecha; pero habiéndola llevado al sepulcro de Materno hubiese sido discípulo del apóstol san IVdro, á
s;iiila Catalina, al momento eNlendió la mano baldada y pesar de lo que dicen el Martirologio romano y otros e s -
^npozó a moverse y á andar con agilidad, habiendo r e - crílores; • ! *>h b R l m b
cobrado perfecta la salud. l.os SWTOS CRESCENCUNO, VÍCTOR, RÓSII.A V GENERAL,
I.a vida do esta sania nos enseña y hace ver entre otras iiuiriRKs.—Fueron martirizados en el mismo sitio y dia
('osas, cuánlo se engañan las personas piadosas y que han que san Cipriano, obispo do Cartago, cuya vida puede ver-
f>nqiezado á gustar do la vida espiritual, p e r s u a d i é m W e ' se en el dia I fí de esíe mismo mes.
^"e en las diversiones y entretenímienfos del mundo ha- SAN CORMAC, ORISPO V REY.—Fué obispo de Cashel y rey
'fwáíi alivio en las aflicciones y tristeza que á veces pade- de Mimster, en Irlanda. Fué descendiente del rey Engo. y
Sania Calalina cayó lambíen en este engaño, y á probablemente primer obispo de Cashel. Murió peleando
l^rsuasion de sus pariente buscó en las diversiones y con- contra Flan, rey de Meald, en el año 008. un
t!>"los del >íglo algtth alivio en las ])eiias que i)a(lccia; oh
'':,|'o sus diligencias salieron vanas: pues en vez de en- ten
DIA 15.
'"""'rar en esías cosas él alivio que buscaba, no bailó en fia
^ ' a s s i n ó miovas amarguras y angustias que agravaron S\N NicoMrocs, PRESRÍTERO V MÁRTIR —Cuando la glo-"'
ln"cbo mas sus males, llenándola el es|ii)-ilu de mayor l iosa virgen sania Petronila, pot piardar su virginidad y
'' '-'iva. Y la razón es clara; porque, romo dicé la sania abi-azarse con su dulce esposo Jesucristo, (lió de mano al
,'r| sü diálogo, sii-ndo miesh'a alma de una infinita capaci- casamiento que el conde Flaco le ofrecía (como lo dijimos
•''"b pues es criada á imagen de Dios y es capaz de po- en su vida), y suplicó al Señor que la llevase entera y pura
SOcr al mismo Dios, que es un bien infinito, no puede sa • de esta vida; un sanio sacerdole llamado Nícomedes vino
4G L A LEYENDA DE ORO. DIA 15.
á su c.tsa, y le dijo misil y lít comulgó; y ella rccihicndo sobre todos los otros c o m p a ñ e r o s , en virfud, en ingenio
á Dios 1c dió su espíritu. Tenia la santa virgen en su com- y en las letras que de él aprendió. Pero como nuestro Se-
pañía otra doncetla que se llamaba Felícula, muy parecida ñor le llamnba para mayores cosas, siendo de doce años
á ella en santidad, hermosura y loables costumbres : y el se fué á un monaslerio, llamado Ansion , en el cual gran
conde Flacco, viendo que no le liabia sucedido el primer número de mongos servían al Señor con extremada per-
casamiento con la santa Petronila, puso los ojos en Felícu- fección y aspereza de vida. En este monasterio entró el
la y rogóla que le tomase por marido: y como no !a p u - santo niño y bajó la lierna cervizal suave ^ugo de Cristo.
diese ablandar ni inclinar á s u voluntad, determinó alcan- Al principio sintiéronlo mucho sus padres, temiendo que
zar por fuérzalo que no podia por blandura; y así la dijo, no tendría su hijo en tan poca edad bastantes fuerzas para
que escogiese una de dos, ó ser su mujer, ó sacrificar á llevar la carga pesada de tan áspera religión; pero cuando
sus dioses. Felícula le respondió con grande libertad : Ni vieron y oyeron lo que Dios obraba por él, alabáronle por
seré tu mujer, porque yo estoy desposada con Jesucrislo, ello, entendiendo que él era el autor de las maravillas
ni sacrificaré á (us dioses, poique soy cristiana.Enojóse so- que obraba por su h i j o ; porque los ciegos, los cojos y
bremanera Flacco: entrególa á su vicario, para que, co- fatigados de varias enfermedades y calamidades, avisa-
nocida la causa, prosiguiese con lodo rigor con ella; y fi- dos de los á n g e l e s , í b a n á él para recibir remedio de sus
nalmente, después de haberla tenido encerrada en un apo- trabajos: en las calles y cu las plazas no se oia sino el
sento oscuro por siete dias, sin darle cosa de comer, y te- nombre de Aicardo, alabando lodos al S e ñ o r , por haberle
niéndola otros dias entre las vírgenes vestales (sin querer enviado al mundo: y aunque él rogaba á los hombres que
ella comer cosa de las que ellas comian, por ser manjares callasen, no podia hacer callar á los demonios , que por
ofrecidos á la diosa Yesla), la atormenlaronenel ccúleo, y su mandato salían de los cuerpos. Siendo ya de veinte
echaron en un albanal inmundo, y allí dió su alma á Dios. a ñ o s , fué enviado un dia por la obediencia lucra del m o -
Tuvo noticia de esto san Nicomedes, p r e s b í t e r o , (el que nasterio, y yendo él solo, cantando sus salmos (como so-
minislró el saniísimo sacramento á sania Petronila á la lia ) , oyó de repente una voz del cielo que le decia: Irán
bora de su muerte), y salió de una cueva donde estaba es- los santos de virlud en virtud, y se regocijarán cu la glo-
condido, y de noche tomó el cuerpo de sania Felícula y le ria. Oyó esta voz con sumo gozo, y no con menor estímulo
sepultó una milla de Roma, en la vía Ardealina. Supo de crecer cada dia en la virlud , y darse priesa hasta l l e -
Flacco esta obra de caridad que babia hecho Nicomedes: gar á la cumbre de la perfección ; y así se dió mas á los
mandóle prender, y procuró con lodo el artificio que pudo, ayunos y vigilias para domar la carne y olvidarse de los
persuadirle que sacrificase á los dioses, y como el santo se cuidados de esta vida miserable, y estar siempre lijo y
riese de todas sus promesas y amenazas, le mandó azotar atento con la mente en los del cielo, y abrazar las obras
lan cruelmente, que en aquel tormento dió su espiritual de caridad , atendiendo no solo á sí mismo , sino también
Señor. Mandó el juez echar su cuerpo en el rio Tíber; al provecho de los olios. Para esto rogó á su padre quo
mas un d ó r i c o llamado Justo (que lo era no menos en la pusiese en salvo sus muchas riquezas, dándolas á Dios
vida que en el nombre), le buscó y le halló, y le sepultó porque en sus manos estarían seguras, y en las suyas
en un huerto suyo, cerca de los muros de la ciudad, en la propias no lo podían esíar; pues lan fácilmente se pierden
via Nomentana. Allí vinieron muchos crislianos, y por los y con tanta diíicullad se cobran. El padre oyó á su hijo con
merecimientos del santo alcanzaron de Dios grandes mer- mucho gusto, y le dió gran cantidad de oro y plata, y
cedes. Fué su muerte á los 13 dias de setiembre, etique la muchas y muy ricas posesiones para edificar una iglesia y
Iglesia celebra su fiesta. Hízosele templo en Roma y cemen- sustentar los ministros de ella: y el santo hijo conincreible
terio do su nombre. Escribieron de san Nicomedes los Mar- alegría y licencia de Ansualdo, obispo de Poiliers, edificó
tirologios romano, de Beda, Usuardo y Adoo, y el carde- una iglesia que el mismo obispo dedicó á la sacralísima
nal Baronio en sus anotaciones. Virgen María nuestra Señora, y fundó un monaslerio, quo
por la fama y buena industria del sanio, dentro de poco
SAN AICAIIOO, ABAD T CONFESOR.— El padre de san A i -
tiempo se llenó de religiosos y varones perfectos, siendo
cardo se llamó Auscacio , y su madre Ermena , personas
el capitán, padre y maestro de todos, Aicardo con su ejem-
principales , nobles y ricas de la ciudad de Poitiers , en la
plo. De este monasterio le sacó nuestro S e ñ o r , para go-
provincia de Aquitania. Nacióles este bienaventurado nido
bernar el monasterio gemiliense, en Normandia, que era
y desde su tierna edad dió muestras en su mesura , m o -
muy principal y de muchos mongos, enlugar d e F i ü b c r t o ,
destia y bu^na inclinación , de lo que el Seilor q u e r í a
su abad : á quien por bien del mismo monasterio, y para
obrar en él. Mas como su padre fuese soldado , deseó en-
quo Ebronio, tirano (que estaba mal con é l ) , no le des-
caminar á su hijo por las armas y soldadesca : y la madre
truyese, le fué forzoso retirarse, dejando el cuidado do
que en su parto dificultoso y peligroso le habia prometi-
él á Aicardo; y él aceptó aquel cuidado por mandárselo
do , y después ofrecido á Dios , quería para cumplir con
san Audoeno, arzobispo de R ú a n , su prelado, y mucho
su voto que se aplicase al servicio de la Iglesia. Pregunta-
mas por una revelación que t u v o , de ser esta la voluntad
do el niño en esta contienda de sus padres , á q u é s c i n d i -
de Dios, En este monasterio fué maravilloso el fruto que
naba mas ; respondió inspirado del Señor ; A mí ningu-
el santo y nuevo abad hizo: porque como era tan conocida
na cosa me a p a r t a r á déla milicia de Cristo , sino la muerte.
su santidad y la opinión de ella y de su rara prudencia
Habia en aquella sazón un hombre de raras partes, y ex-
tan extendida por todas partes, muchos acudieron á aquel
celente maestro de costumbres y de letras , á quien los ca -
monasterio, como a una escuela de perfección, para ser
talleros y señores de aquella tierra enviaban sus hijos para
enseñados de tan excelente y divino maestro; y fueron
que los oriase y enseñase. A este instructor y maestro qui-
tantos los que concurrieron, que los monges de él llegaron
so i r Aicardo , y fué enviado con gusto de sus padres ; y
á ser nuevecienlos. Gran saña tuvo el demonio contra este
estando debajo de su magisterio y disciplina, se aventajó
DIA 11).
conveiilo, y una voz quiso malar á muchos de ellos, que y después les notificó la revelación que había tenido,
estaban sacando nna gran piedra de un campo para sem- exhortándolos á recibir la muel le con alegría , y á apare-
brarle, haciendo caer sobre ellos un árbol antiguo y jarse á ella con todo cuidado. Los monges lo hicieron, es-
grande; mas el sanio, estando en su celda orando, tuvo lando tres dias sin comer bocado, y llorando muchas y
revelación de lo que pretendía el enemigo; y viéndole muy amargas l á g r i m a s , y suplicando al Señor que les
que estaba el mismo demonio con la hacba en las manos perdonase sus culpas y las penas que por ellas merecían,
corlando el á r b o l , bizo señal con la voz y con la mano á y que como Padre benignísimo recibiese sus almas en ho-
sus monges que lo dejasen todo y al punto se retirasen; y locausto y olor de suavidad. A l cuarto día recibieron el
con esta providencia de su santo padre, los hijos no pere- sacrosanto Sacramonlo del altar por v i á t i c o , y a b r a z á n -
cieron y el demonio quedó burlado. Pero lo que otra vez dose entre sí con gran caridad, se encomendaron á las
aconteció fué cosa memorable y digna de escribir, para oraciones unos de otros; y puestos en oración comenzaron
que entendamos los secretos juicios de Dios, y los modos sus rostros á resplandecer con una maravillosa claridad:
qnetoma para probar á sos siervos, y para coronarlos, y á la hora de tercia una parle de ellos (como quien está
dejando á unos mas largo tiempo en este destierro, para en dulce sueño) dieron sus almas al S e ñ o r ; y la otra parte
que trabajen mas; y llevando á otros al cielo mas pr esto, á la hora de sexta; y la tercera á la hora do nona; y la
para coronarlos de gloria, según el consejo y beneplácito cuarta y última al anochecer: y de esta manera acabaron
de su divina providencia. Estaba el santo un día en su lodos aquellos santos religiosos que locó el ángel con su
cuida ya viejo y co decrépita edad, y considerando la vara,y quedaron vivos los otros, á quienes no locó, y muy
multitud de sus monges que tenia á su cargo, y sus pocas tristes porque no habían merecido tan dichosa suerte de
fuerzas para gobernallos, y que ya su fin no podia l a r - acompañar en la muerto á los que habían acompañado en
dar , temió que después de sus dias algunos de sus m o n - santa vida: y si los que locó el ángel y murieron, fue-
ges volverían a t r á s ; y suplicó á nuestro Señor que los ron la mitad de los monges que había en el monasterio
librase de aquel peligro, y que antes los sacase de esta (como lo dice la historia); siendo ellos nuevecienlos (como
vida en su santa gracia que permilir que ellos la perdie- lo dijimos), serian cuatrocientos y cincuenta, que es cosa
sen , dejándose e n g a ñ a r de las blanduras de la carne y notable y digna do admiración. A todos hizo dar sepul-
astucia de S a t a n á s ; y que si para esto convenia que él tura el santo abad , y consoló á los monges que habían
viviese algún tiempo mas y trabajase, llevando aquella quedado y deseaban acompañar á sus santos y dulces
carga tan pesada, que se la aliviase é hit iese líjera, d á n - c o m p a ñ e r o s ; y el mismo padre poco d e s p u é s , recogido
dole fuerzas para poderla llevar. Vino la nocbe y la hora en su camilla do c i l i c i o , con los ojos levantados al cíelo
del sueíio: recogiéronse todos los monges en su dormilo- dió su espíritu al Señor á los 15 de setiembre.
, ' 1 0 1 y el santo padre les dio su bendición, y se echó so- La vida de san Aicardo abad, escribió Ruperto, monge
^'"e su cilicio en el suelo. Estando a s í , vió á un lado un de su inismo monasterio: tráéla el P. Fr. Lorenzo Surío en
""gel resplaudecíenle con una vara en la mano, y al otro su quinto tomo. Ilácese mención de él en el Martirologio
'•'do un demonio , como un monstruo disforme y borrible romano, á los quince de seliembre; en la vida de san F i -
que echaba por los ojus centellas y llamas de fuego, y oyó líberto, á los 10 de agosto; en las adiciones de Molano á
^"a larga disputa que tuvieron los dos á n g e l e s , malo y Usuardo, y en el Indice de los santos de los dos estados
bueno. El malo jactaba su poder, y el d a ñ o que había de Flandes. Floreció por los años de 908.
hecho al mundo, y el oficio que tenia de tentar y enlazar
SANTA EDITA, VÍIUJEN.—La gloriosa virgen santa Edita,
a todos, y mas ú los monges: y el santo ángel le repren-
fué hija de Edgardo, rey de Inglaterra y de Vulfride. Ua-
^ por huber entrado en aquel lugar donde había tantos
biendo su madre dado libelo do repudio á los doloites de
s,eryos de Dios y varones perfectos, y le declaraba cuán
la carne, y á tos engaños del mundo, entrándose en un
,'es y flacas eran sus fuerzas, después que Jesucristo
monasterio do sagradas vírgenes de la ciudad de Winto-
vj^81'0 Re('enlor se las había quitado, y dosarraádole por
nia, y consagrándose á Cristo nuestro Señor, por manos
. " i ^e 'a santa cruz. Mandóle que no hiciese daño en
de san Eteboldo, obispo, vino á ser tan perfecta religiosa
^ covnj1'*'1" ' Í'UC Cra ni0,'at'a ^c D'09 i n' se partiese de él
y tan esclarecida, que las monjas la tomaron por su aba-
día ¿- e! ^e,noilio lo quería hacer, viendo que no les po-
desa, teniéndola por un vivo rolrato de toda santidad. La
^ ^ « f t e m i ' s ' n o que se estuviese allí para que cuando
santa doncella Edita, que de suyo era bien inclinada, y
1)¡0S n. üs mongos que habían de morir por voluntad de
amiga de recogiiníento y puridad, movida con el ejemplo
espa,,, ' " ^ s e n sus almas con el horror y asombro de su
de su madre, se entró en el mismo monasterio, para tener
'"ie'sc •1St<l' y con e,'la (como con fuefío) ,es consu- por madre de su alma á la que lo había sido de su cuer-
I m l j i ^ j ^ 1 . 1 " - cscoria de sus imperfecciones. Finalmente po: y la madre procuró ataviarla y componerla, nó con
demonio ül¿0 S,'ln A'cardo la larga disputa del áng«l y el oro, joyas, galas y piedras preciosas, sino con las virtudes
Dios había o" i ^ 0 ^ á,lsel ^ue n0 se esPa,,lase' P0, tlue y letras, que son las verdaderas riquezas y precioso teso-
rnuchos de • SU 0,ac'on 5' «I110"8 ^cvar a 6ozar de sí á ro del alma. Ayunaba y velaba mucho, y ocupábase do
ñaua debí- d(llU"os "'onges; á los cuales luego por la m a - muy buena gana en servir á los pobres enfermos; y mas
avisar limpiasen perfeetamonle sus concicn- á los mas llagados y asquerosos: huía de loda honra vana,
^as con U, W'nfesloa, á hiciesen estrecha penitencia y y hacia mas caso del pobre leproso, que del hijo del rico,
«'eciLii
'n Pw viático el sagrado cuerpo del S e ñ o r , y es señor y r e y : porque al pobre miraba como á hijo de Cris-
tuvi
luvioson a l o r i i x t u ^ F w ^ . ^ . . v . , j vo
to y heredero del ciclo; y á los otros, como cosa de la
celestial Y ^mU> para i r a las bodas del Coi tlero
tierra. Traia á raíz do lascarnos un áspero cilicio, y para
ririan v*f, . lediJ0' que 'a mitad de los monges m o -
íeoia en S r a(lllcllos (lue él toca,'ia con ta vara que mas disimular, andaba bien vestida de fuera. Siendo de
w mano: y el ángel los locó y el santo los notó, solos quince años, el rey Edgardo, su padre, la quiso ha-
48 LA LEYENDA DE ORO DÍA l o .
cor prelada de tres monaslerios do monjas; pero ella nun- que parecía querer arremeter al rey. Fué tan grande el
ca lo cousintió, queriendo i ánles obedecer que mandar, pavor y sobresalto que el rey tuvo, que, medio muerto,
y estar sujeta á su madre, mas que ser superiora de cayó en el suelo; y volviendo en si, pidió perdón á la
otrafchtim obtieioH y fob»i-)od TÜIKW i m c S í i h ) santa virgen, y do allí adelante la honró mucho,y el Seflor
Murió el rey su padre, y sucedióle Eduardo su hijo, de la ilustró con otroS muchas milagros. Apareció á su madre
poca edad. Tuvo en sueños Edita,su hermana, una visión» treinta dias después de su muerte, muy alegre, y vestida
en que la parecía que hahia perdido el ojo derecho ; y de una celestial claridad, y dijola, que el demonio la ha-
lueíío entendió que su hermano moria presto, como suce- bia querido acusar delante de su Esposo , pero que no h a -
dió; porque yendo á ver otro hermano suyo de padre y no bia podido, porque ella le habia quebrantado la cabeza, y
de madre, le mataron en ei camino. Quedó el reinosin k>-. triunfado de él por vii lud de la cruz del Señor.
gilimo heredero, y ios grandes de él pretendieron sacar La vida de santa Edita escribió un grave autor: refiére-
del monasterio á Edita, y darle el celró y la corona de la el P. Fr. Eorenzo Surio en su quinto tomo. Hace men-
reina, y la hicieron gran fuerza ; mas ella estuvo tari iii-me ción deellael Martirologio romano, á los 16 de selieoibro,
y tan constante en su propósito, que nunca lo consinlió, y Rodolfo tu l'olichron, lib. v i , cap. 1 ; y Polídoro Virgilio
diciendo, que ninguna cosa de esta vida la podria aparlar en la Historia de ínglaterra, lib. v i . Floreció por los año.í
de los abrazos de su dulce esposo Jesucristo. del Señor de 980, como lo dice el cardenal Baronio.
Tenia costumbre esta santa virgen, en cualquiera paso * SA\ EMILVS Y SAX Jcai:MÍAS MÁIITUIES.'—Naturales do
que daba, y en cualquier lugar que estaba, hacer la señal Córdoba, estos santos y de ilustre linaje , se criaron y
de la cruz sobro sí. Hizo labrar una iglesia suntuosa conservaron en la fé, cuando los moros que dominaban
en honra de san Dionisio, obispo y mártir, y convidó á san aquel país lo regaban con la sangre de los márlires. So-
Dunslano, arzobispo, para que la consagrase. Vino el san. lufsalian tanto en virtud como en letras, y Emilas era
lo prelado , y vió que la virgen Edita, con el dedo pulgar diácono, y seglar Jeremías. Sus ¿ouocimíentos en la len-
de la mano derecha, muchas veces hacia la señal de la gua á r a b e sirvieron mucho para impugnar á los moros,
cruz en la frente. Pidióle la mano, y tomando el dedn cuya impugnación les valió la palma del martirio. Espon-
pulgar con la suya, dijo : No permita Dios que este dedo táneamente se presentaron los dos santos al gobernador,
se pudra : y dicho esto, se puso á decir misa solemne, y para reprenderle su crueldad, y manifestarle la false-
en ella comenzó á deshacerse en lágrimas ¡ y preguntado dad de su Coran, amenazándoles con los castigos del cielo
por el diácono que le servia la causa de aquel tan copioso por sus blasfemias y maldades. Como Emilas, según se lia
llanlo, dió un gran suspiro y respondió: l'orque esta alma dicho, era diácono, este carácter hizo que llevara siempre
escogida de Dios, esta piedra preciosa, eslaestrella relurien- la palabra, y sus discursos enfurecieron tanto á los moros,
tc se oscurecerá y morirá de aqui á cuarenta y tres dias: y que U alaban de acabar con los cristianos y su g e n e r a c i ó n .
asi, murió el mismo dia que el santo prelado había dicho, Fueron los santos colocados por algunos dias en una oscu-
siendo de edad de veinte y tres años, y en el de. Cristo ra cárcel, y por óllimo fueron degollados en 13 de setiem-
de 9 8 4 : y el mismo san Duustano la sepultó en la misma bre del nfio 832. A pesar de estar sereno ei cielo el dia
iglesia de San Dionisio, que ella había edificado, y junto de su muerte, al punto que acabaron la vida, »e levantó
á ell.i un hospital con bastante renta para el sustento de una muy recia tempestad, que hacia temblar la ciudad en
trece pobres. Pasados trece años despue» de su glorioso sus cimientos. ; n-. IAÍÍUÍ.[ i t w i U .<>-\-<ÍU:-
tránsito, apareció á san Dunstano, y le mandó que sacase
S w PoiiFimo, MÁRTIR.—Era un gentil, que ejercía la
su cuerpo de donde estaba, y le colocase en parta mas
profesión de comediante, y estando un dia representando
decente y honorílica: y díjole, que, para que entendiese
un espectáculo delante del emperador Juliano el Apóstata,
que aquel no era sueno, sino vohmlad de Dios, ios
para burlarse de las ceremonias ecb'siaslicas, sehizobau-
miembros y parles de su cuerpo de que ella, siendo niña,
lizar. De repente y por inspiración divina se convirtió á
habia usado con alguna liviandad, como los ojos, manos y
la religión, y confesando y publicando quo era verdadero
píes, los hallaría podridos, y el resto de su cuerpo, culero
crUliano, mandó degollarle el mismo Juliano, y asi alcan-
y sin corrupcioii alguna; y que el dedo pulgar de la mano
zó la palma del martirio, en Constantinopla, por los a ñ o s
deredha, por virtud de la santa cruz, que haeia con é l ,
de ^18, poco mas ó ménos.
tmnbien estaría entero, porque el Señor en las pai Us po-
SAN VALERIANO, M Á u m . — F u é uno de aquellos cincuen-
dridas de su cuerpo se quería mostrar justo Juez , y en
ía cristianos, que durante la persecución del emperador
las enteras. Padre piadoso. Con esta revelación y otras
Anlonino, estando presos en un oscuro calabozo de la c i u -
que Divo san Dunstano, fué á la iglesia de Wintonia, don-
dad de Lyon, pudieron escapar milagrosamente del poder
de estaba el santo cuerpo de la virgen, y hallóle de la
de sus enemigos. San Valeriano se fué al territorio de Cha-
misma manera que ella le habia dicho; y á los 3 de no-
lons, y en él hizo tantas conquistas para Jesucristo-, que
viembre le sacó de donde estaba, y le puso en un altar
celoso el gobernador Prisco lo mandó prender, y viendo
con gran devoción y reverencia.
m linne constancia, le condenó á ser martirizado. El mar-
Estaba en Wintonia á la sazón el rey Canuto, é hizo tirio consistió en colgarle y escarniticarle cruelmente con
burla de los (pie tenían por santa á Edita, y como á tal, garfios de hierro, y después cortarle la cabeza. Su muer-
le daban la honra y adoración que se debe á los santos, te, según Boda, fué el año 178.
diciendo que no podía ser santa, IÍÍ que era hija de un rey SAN NICCTAS, MÁRTIR.—Fué godo de nación, y nació en
que habia sido carnal y tirano. Kepremlíó al rey el ai zo- las orillas del Danubio. En su juventud se convirlió á la
bíspo Dunstano , y alíi delante de él m a n d ó abrir la caja religión cristiana, por la predicación de Teófdo obispo de
donde estaba el cuerpo de la sania virgen : la cual levan- los scitas y godos en tiempo de Constanlino. El rey godo
tó luego del sepulcro el medio cuerpo, con tal semblanle. Atanarico, que tenia á los cristianos un odio mortal, excitó
DIA 1(5. SETIEMBRE.
(•onlra ellos unalerriblc porsecucion, el a fio ÍHO. Dis- SAN ALBINO, OBISPO r CONFESOR.—Floreció duranlo el s i -
puso, enlre otras cosas, que se colocase un ídolo sobre un glo I V , y fué obispo do L j o n . Su [lonlificado es memora-
carro, ei cual debia ser conducido á lodos los lugares don- ble por las obras públicas que dejó en favor de la Iglesia
de se sospechaba que había cristianos, mandando que y de los pobres. Entre otras muchas cosas, edificó la ba-
fuesen entregados al verdugo cuantos rehusasen adorarle. sílica de san Eslevan, donde después fué enterrado, y
BI suplicio que se empicaba entonces contra los üelcs, era donde el Señor ha glorificado sus reliquias con muchos
quemarlos vivos en el mismo sitio donde se hallaban reu- milagros.
nidos, y con frecuencia se les sacrilicaba al pié de los a l - SAN LEOBINO , OBISPO Y CONFESOR.—Ignoramos la época
tares. En esta ocasión, fuá cuando el ilustre san Nicelas en que floreció, y sabemos tan solo que gobernó la Igle-
alcanzó la corona del martirio, haciéndose notable por su sia de Chartrcs con prudencia y sabiduría.
valor c intrepidez en confesar la fó que profesaba, y por SAN JUAN DE DWARB , ANACORETA.—Llamado por otro
los milagros que el Señor obró en su martirio. nombre e! Enano ó Colobus, (pequeño) por razón de su
SAN Amo, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en las Galias, y baja estatura. Fué famoso entre los eminentes santos que
fué hijo de virtuosos esposos, establecidos en las inmedia- habitaron antiguamente en los desierios de Egipto. Reti-
ciones de Tours. Dedicóse á la carrera de las letras, que le róse en las vastas malezas do Scette y murió en olor de
conquistaron un puesto distinguido en la sociedad. Era santidad á principios del siglo V.
magistrado de su patria cuando recibió el bautismo, y
como su natural era ya bondadoso y recto, se disgustó del DÍA te.
mundo, y le abandonó para vivir en la continencia y en
las prácticas de la mortideacion. Poco tiempo después, fué SAN CORNEUO, PAPA Y MÁRTIR. — Por la muerte del
elegido y consagrado obispo de Toid, siendo las virtudes santo pontífice Fabián , quedó la Iglesia del Señor viuda y
en que mas brilló, el espíritu de oración y la caridad con sin pastor: y con la persecución terrible del emperador
los pobres. Dejó muy buenos recuerdos de su episcopado, Dccio tan despavorida y afligida , que duró la sede v a -
de modo, que fué tan sentida por sus ovejas su muerte, cante mas de un a ñ o , sin hacerse elección de quien su-
acaecida el aíio 140, según Galesinio, que hubo luto p ú - cediese á F a b i á n , ni darse pilólo valeroso, diestro y
blico en su diócesis por mucho tiempo. Los mismos inlie- sanio, que en aquella tempestad gobernase la nave de san
les derramaron lágrimas sobre su tumba, porque el santo Pedro. Pero fué nneslro Señor servido, que movido de la
habia hecho bienes inmensos á lodos sin distinción, y de necesidad presente , se juntó el clero romano, con mucho»
este modo habia ganado muchos corazones para el conoci- obispos que á la sazón estaban en Roma, y eligieron por
miento del verdadero Dios. padre y pastor universal á Cornelio, ciudadano romano,
SANTA EUTBOPIA, VIUDA.—Descendiente de una dislingni- hijo de Castino. Fué tan acertada esta elección, qne san
da familia de Auvernia, floreció esta santa en tiempo de Cipriano (que vivia en aquel tiempo) dice, que fué o r -
san Sidonio Apolinar, en el siglo V . Después de la muerte denación divina, y que san Cornelio no subió de repente
de sn mnrido, no quiso vivir mas que para Dios, y se con- como otros á aquella dignidad, sino habiendo primero
sagró enteramente á la penitencia, y á la práctica de toda servido y ejercitádose en todas las órdenes y oficios ecle-
clase de buenas obras. El Sefíor probó su virtud por va- siásticos. Y a ñ a d e , que era tan grande la conlincncia v i r -
rias tribulaciones, y la afligió con la pérdida de su hijo y ginal , humildad y modestia de Cornelio, que fué necesa-
d e s » nieto, á quienes amaba con ternura entrañable. La rio hacerle fuerza para que quisiese ser papa; y alaba
santa sobrellevó esla desgracia con una igualdad de á n i - en gran manera el á n i m o , espíritu y constancia de Cor-
mo, propia de las almas justas. Sus enemigos la calum- nelio, por haber aceptado aquella dignidad en tiempo
r,iaron, y enlabiaron contra ella pleitos injustos para arre- que no podia esperar sino la espada, la cruz, el fuego y
s t a r l e cuanto poseia; pero ella lo vendió lodo, y lo repartió todos los otros tormentos que padecían los m á r t i r e s ; ofre-
^ntre los pobres. Finalmente, colmada de merecimientos, ciéndose por el S e ñ o r , y padeciendo con la voluntad y
'^Urió pacíGcamenle en una ciudad de Francia, y fué g l o - afecto lodo lo que podia padecer por la crueldad del t i -
,0sa en muchos milagros. rano. Esto es de san Cipriano. Después que se senló en su
dad dNTA ^ELIT1!^, MÁRTIR,—Vivia en Marcianópolis, c i u - silla apostólica san Cornelio, padeció muchos y muy gran-
Anti eTl ac'a Y en tiempo del emperador Antonino, siendo des trabajos de los herejes y de los tíranos ; porque un
blic-icT I)re^ec,ü ^e T1,110'3* 'a prendieron por haber p u - obispo se levantó en Africa , llamado Novato j hereje , y
l i u . ^ ^U(! era cristiana. Lleváronla dos veces consecu- que (como dice san Cipriano) era amigo de novedades,
hecl 'P'0 ^ los ídolos, los cuales cayeron en tierra avaro, arrogante é hinchado , y como una llama de fuego
azot-HS ')(^azos !,,»has veces. Por este motivo fué la santa para abrasar con sus sediciones el mundo, y como un tor-
a(la y colgada de un á r b o l , y después la degollaron bellino y tempestad para dar al través con la fé, enemigo
Los
SANTOS MÁXIMO , TEODORO Y ASCLF.PIODOTO , MÁRTIRES. de paz y de toda quietud y tranquilidad. Este Novato,
^ ^ ' a n ^ Andrinópolis, en cuya ciudad convirtieron á temiendo ser castigado en Africa donde era conocido, fué
6 03 * Ja fé , despreciando los edictos imperiales. Pre- á Roma : encontróse con un presbítero romano , llamado
s y conducidos al tribunal del juez pagano , se ralifi- Novaciano, que estaba muy quejoso porque no le habían
, 011 en sus propósitos y fueron por esta razón condena- elegido papa, sino á Cornelio : hiciéronsele estos á una
os al tormento. Después de ser cruelmente azotados, les contrarios, y comenzaron á imponer falsos testimonios al
Esgarraron las carnes hasta que aparecieron los huesos, sanio pontífice Cornelio , y levantaron cisma en la Iglesia

i ^ s p u c s de este martirio , los condujeron á Andrinópo- contra el verdadero papa, ordenando los cisraálicos á
los . W n COrla,0n 138 man0S y los Piés' í ültimamenle Novaciano por obispo de Roma, y haciendo muchas inso-
os degollaron en tiempo del emperador Maximiano.
lencias y desafueros: los cuales, aunque san Cornelio por
TOMO I I I .
m LA \ M Y $ M \ M ORO. DÍA m
loque á él le tocaba , sufiia con mncha paciencia y man- Roma. Itablóle secretamente; y como san Cornelio le res-
sedumhre ; pero por loque tocaba al bien de la Iglesia , y pondiese con grande fortaleza y conslancía, mandó que se
á su oficio, le hizo resistencia, ittíñtt concilio en Roma, en le (piilasen de delante, y que con plomadas hiriesen su
el cual fueron condenados Novato y Novaciano , con lodos boca sagrada y le llevasen al templo de Marte, para que
sus secuaces , y los errores que enseftaban ; y gran t i ú - allí le ofreciese sacriíicio, ó , no queriendo obedecer, le
UIPÍ'O de fieles que habian sido en^;!fiados , se redujeron corlasen la cabeza. Antes que llevasen á san Cornelio al
á ta unidad de la Iglesia , y con muchas lágrimas y pe- templo de Marte, la guarda que le lenia á cargo, y se
nitencia , pidieron perdón á san Coruelio. Kl los recibió lianiaba Cerca!, le suplicó que se fuése con él á su casa,
con gran benignidad, juntándo los presbíieios de Roma, y visitase á sn mujer por nombre Salustia, que estaba pa-
y el pueblo católico , para que como el delito habia sido ralitica ya hacia quince años. Entró el santo en casa de
público, también fuese pública la penitencia : como lo es- Cereal: hizo oración al Señor, tomó á Salustia por la mano
cribe el mismo san Coi nelio, papa , á San Cipriano en una y dijole : En nombre de Jesucristo Nazareno levántale y
epístola. Con esto dió nuestro Señor al santo ponlífice Cor- ponle sobre lus piés. Levantóse luego la mujer y dijo:
nelio victoria de sus enemigos, y cesó aquella tonnenla Verdaderamente que Cristo es Dios, é Hijo de Dios: y p i -
que tanto cuidado le babia dado: pero no por eso paró la dió luego í e r banlizada , y así la bautizó san Cornelio y
otra tempestad y cruel persecución de los tiranos, la cual á todos los soldados de Cereal que eslaban p r é s e n l e s : y
fué tan terrible que hablando de ella el mismo san Cor- por haber vislo aquel tan grande milagro , se echaron á
nelio, escribiendo á Lupicino, obispo de Vicna, le dice sus pies y le pidieron que los b a u l ú a s e ; y él lo hizo, y
estas palabras: «Quiero que sepas hermano carísimo, dijo misa y los comulgó. Cuando el emperador supo loque
que la era del S e ñ o r , con el viento de la persecución, habia pasado en casa de Cereal, le mandó prender á el y
gravemente está luí-bada i y que los cristianos por los á Salustia su mujer, y á lodos los otros soldados que se
edictos de los emperadores, en todas parles son atormen- habían bautizado , y que con san Cornelio fuesen llevados
tados con varias penas : y en Roma se ha puesto empe- al templo de Marte, para que sacrificasen ó muriesen : y
rador para esto; y es de manera que ya no pueden los como todos siguiesen el ejemplo de su buen maeslro y
cristianos ofrecer el santo sacrificio de la misa pública- santo pastor , y escupiesen é hiciesen burla de sus falsos
mente sino en las cuevas mas escondidas. Por tanto vues- dioses; todos fueron degollados con é l , en número de
tra caridad exhorte á lodos los que creen en Cristo, que veinle y una personas. Vino aquella noche la bienaven-
no teman á los que matan el cuerpo, sino á aquel Señor turada Lucina , acompañada de muchos clérigos y c r i a -
que liene potestad de malar el alma con el cuerpo. M u - dos , y recogió los cuerpos de los sanios m á r l i r e s , y en-
chos han sido coronados de martirio : rogad á Dios que terrólos en un campo suyo cerca del cemenlerio de Calixto,
nos dé gracia para (pie acabemos felizmente nueslra car- l ' a d e d ó martirio san Comelio en l í de setiembre, año
rera como él nos lo ha revelado. Dios te guarde, hermano del Señor de 2 3 5 , imperando Galo y Volusiano, y no
.carísimo. Saluda de nueslra parte á todos los que nos Decio, como algunos escriben : lomando ocasión de l l a -
aman en Cristo.» Hasta aqni son palabras de san Cornclio marse la persecu; ion que tuvo la Iglesia en tiempo de Galo
en el principio de aquella persecución: en el cual fué des- y Volusiano, persecución de Decio; porque fué una con-
terrado á Cenlum-Cellas, ciudad que algunos dicen que linuacion que Decio liabia comenzado, y se ejecutó con
se llamaba Forcele. Eslando en el destierro san Cornelio, las mismas leyes y edictos que Decio habia promulgado.
le escribió san Cipriano una caria, alabándole de la gran Tuvo san Cornelio la silla de san Pedro dos a ñ o s , como lo
fortaleza y constancia ,xcon la cual como valeroso capitán, escribe san Gerónimo; aunque algunos le dan mas tiem-
iba delante de sus soldados; y precediendo con su ejem- po, por venlura porque cuentan el principio de su ponti-
plo á la corona del martirio, habia hecho muchos compa- ficado desde la mueiic de san Fabián, no considerando que
ñeros de su gloria; y a ñ a d e estas palabms: «Grande vacó la silla apostólica mas de un año , y que después fué
eii'mplo de fortaleza habéis dado á todos los hermanos: elegido san rornelio. No se lee que baya hecho órdenes,
baboislos enseñado gloriosamente á temer á Dios , abra- que es cosa rara y que apenas se lee de otro romano pon-
zarse gloriosamente con Cristo , unirse en los peli- tífice. San Gerónimo cuenla á san Cornelio, papa , entre
gros el pueblo con los sacerdotes, y no apartarse en los escritores eclesiásticos, y dice que escribió cuatro epís-
Ja persecución los hermanos de los hermanos; y que la tolas muy graves. Hizo este santo pontífice algunas cosas
concordia y unión no puede en ninguna manera ser ven- muy provechosas para ornato y gloria de la Iglesia r o -
cida , y que Dios de la paz otorga á los pacíficos lo que mana. Sacó los cuerpos de los bienaventurados apóstoles
junlamente y con un corazón le piden. Entendido ha el san Pedro y san Pablo de las catacumbas , porque no es-
enemigo, que los soldados de Cristo están velando , y laban allí con la decencia que convenia. Kl cuerpo de san
armados y á punió para pelear, y que pueden morir y no Pablo, puso I.ucina nobilísima matrona romana, en una
pueden ser vencidos: y que por eso son invencibles, por- heredad suya , en la via Osliense, cerca del lugar donde
que no temen en la muerle.» Eslo es de san Cipriano : el fué descabezado: y después el emperador Constantino edi-
cual escribió otras muchas epístolas á san Cornelio, papa, ficó allí un templo muy sunluoso. El cuerpo de san Pedro
a l a b á n d o l e , e x h o r t á n d o l e , animándole y avisándole de lo colocó san Cornelio en el monle Valicano, donde también
qne se ofrecía para bien de toda la Iglesia. Supo esla co- el mismo emperador labró otro templo con gran magnifi-
ni'.micacion por cartas entre san Cornelio y Cipriano, V o - cencia. Esto de haber quitado san Cornelio los cuerpos de
hisiauo Auguslo, que (muerto el emperadorDecio desas- los apóstoles de la» catacumbas, lo dice el libro de los r o -
trosamente en pena de su pecado) imperaba con Caio, manos ponlíficesque anda con nombre de Dámaso: aunque
sn padre; y entendió que muchos iban á Centnm-Cellas el cardenal Baronio lo pone en duda. También hizo a l g u -
P';r verfl! santo prelado, y mandó que se lo ¡rajesen á nos decretos de Cosas útiles , provechosas y convenientes:


DÍA 1G. SETIEMBIUÍ / 1 ol
tlM cuiilos se [iiu'dcn líer cu el libro de los concilios. duiulam ia. j le dió otra elocuencia nía? grave y religiosa1
S.w CII'UIANO, tpmp v MAÍIIIR.—La vida del g'orioso como la que se ve en sus escritos: la cual, aunque su
I)oi)lilice y foiiísimo miii'tir san Cipriano escribió l'oncio, desea, cuando se leen, con dilicultad se puede aleanz;:r.i)
su diácono y compañero en la vida, en d destierro y en Fué tan excelente la vida de san Cipriano, y tan resplau-
la m u e r l e ; y de qaien, como de sanio, hace meiu-ion el decieufes los rayos de luz, que, luego que fué bautizado,
Martirologio romami; y san G'oróaimo, por hab?r escrito comenzó á derramar con su celestial doctrina, que poco
la vida de san Cipriano, le pone en el catálogo de los es- después fué ordenado de preshitero ; y siendo jnuerto el
critores eclesiúslicos. V no solamente san Poncio escribió obispo de Carlago, do común consentimiento de los cris-
su v i d a ; pero tundios de los dodores mas insignes de la tianos fué elegido por prelado y pastor de aquel rebaño
Iglesia, como san Gregorio Nacianceuo, san Gerónimo, del Señor. Rehusólo el santo cuanto pudo, alegando que
san Agustín y otros, alaban con grande encarecimienlo á había en aquella ciudad oíros muchos sacerdotes mas a n -
san Cipriano: cuya vida es de esla manera. Fué san C i - tiguos que él (que poco ántes había dejado la idolatría),
priano de nación africano, de sangre ilustre y hombre los cuales, por sus letras y sania vida, merecían mejor
poderoso, y en su ciudad senador amplísimo, y que tuvo K p a H l dignidad ; pero cuanto él mas rehusaba, tanto era
ia primera dignidad da aqnei orden, y de grande eslima mas merecedor de ella, y el pueblo mas se encendía é i n -
entre los gentiles. Diose á los csludios de la elocuencia y sistía en que él, y no otro, había de ser su pontífice y pro-
de la fdosofía con gran cuidado, y salió muy eminente filó- lado. Recogióse san Cipriano á su casa: mandó cerrar
sofo y orador; y ántes de bautizarse, enseñó retórica con muy bíen las puertas: cercóle el pueblo por todas parles
gran loa y fama. Trabó amistad feMi un cristiano y p r e s b í - la casa; y finalmente, se hubo de rendir á la voluntad do
tero, llamado Cecilio: el cual, meilianle su santa vida y Dios, y á la violencia de la genle. No fallaron alguaos,
doctrina, le persuadió que se hiciese crisliano; y Cipriano que por codicia y ambicien quisieron estorbar aquella
lo hizo con lan partic ular reconocimiento ilela merced que elección (como fué un presbítero llamado Felicísimo, con
Dios le hacía, por medio de Cecilio, que lomó su nombre, otros cinco sus consortes ) ; mas estos después, así en Car-
y de allí adelante se llamó Cecilio Cipriano, y siempre le lago, como en Roma, levantaron el cisma de Novato, y se
reverenció como á padre de su alma y maestro de su hicieron herejes, y aun (como dice el mismo san Cipria-
tmeva \ illa. Admiró el mundo la conversión de san Cipria- no) en la persecución de Decio se hicieron á una con los
no (como din1 s;m l i e r ú n i m o ) , y los cristianos qm'daron gentiles, para perseguir á los crisliauos. Otros hubol;aii-
muy animados y favorecidos, por haberles dado nuestro bien, que (aunque con mejor iiilencion) repugnaron á la
•serior un varón tan eslimado y caudillo tan valeroso; elección de san Cipriano, por ser lan nuevo en la fe, no
'"'oque ios gentiles hacían burla de él, como dice Laclan- considerando la calidad y eminencia de su persona, y que
wol'irmiano, por haber dejado la escuela de retórica, y Dios nuestro Señor, que le escogió, le había adornado do
por escarnio le llamaban Copriano, que quiero decir esler- todas las virtudes, que para tan alta dignidad eran me •
colero. Luego que recibió la luz del cielo, y por el agua nester, A estos, después que se sentó en su silla traió
del santo bautismo fué reengendrado en Cristo, encomen- con tanto amor y mansedumbre, que tenia espanlados á
dó ii Cecilio preshiíero, sn loi'jer y los hijos que de ella los d e m á s ,
tenia; y dejándoles lo qiiehahiau menesler para su suslenlo, Pero, ¿ q u é lengua podrá dignamente explicar la m a -
repartió sus grandes r í q n e w s á los pobres, y eomenzó á nera que esle santo pastor tuvo en apacentar, curar y
hacer una vida perfeelísima, y á ensenar á los fieles una defender aquel rebaño, que el Señor le había encomenda-
doctrina tan alta y divina, que mas parecía venida del do? Era grande su piedad con los flacos y humildes, m a -
cielo, que aprendida en la tierra; porque en baulizándoso, ravilloso el rigor y fuerza con los entonados y soberbios.
apareció de repente e\celcnlisimo teólogo; y aunque el Su rostro era alegremcnle grave, y gravemente alegre,
mismo san Cipriano dice, que después de bautizado, no con una mezcla y temperamento lan raro, que no sabían
hacia caso do la elocuencia, ántes procuraba corlar de raiz los que le trataban, si le habían de a m a r , ó temer nías;
ta elegancia y ornato de palabras; con todo eso ponen porque de lo uno y de lo otro era merecedor. Su traje y
•'dmiraciou sus escritos á los grandes oradores ó ingenios vestido, ni era curioso, ni del lodo vil y despreciado; poi -
'^as altos. Y Lacíancío, que fué muy elocueule, alaba á que la demasía no decía bien con su persona, ni !a falta
•s;,n Cipriano de copia, smm'dad y ilarídad de estilo, y con el oficio. Con los pobres era misericordioso, repartien-
la fuerza y elicacía en persuadir: y san Gregorio xNa- do con ellos largas limosnas, que los ricos y gente devota
ci;»:iceiio, varón lan eminente en la elocuencia, dice de sí, con liberal mano le ofrecían. Finalmente, á lodos era pa-
•«que era muy alicionado á los' escritos de san Cipriano, dre dulcísimo, pastor vigilantisimo, maestro venido del
lJf>r su singular doctrina y clocucnwa, en la cual hacia cielo, y forma, dechado y modelo de sanios prelados. L e -
lauta ventaja á los d e m á s hombres, cuaula hacen los vantóse en aquel liempo una brava tempestad contra la
l'ombres á los anímales brutos: » y san Gerónimo dice de Iglesia, siendo Decio emperador, que aui¡qae fué breve
6lj « que era como un río de elocuencia, claro, puro y cau- su imperio, y Dios reveló á san Cipriano, que lo seria, fue
s daloso.» De donde podemos sacar, que sí la elocuencia de muy cruel y atroz contra nuestra sania religión ; porque
s;ui Cipriano era tan grande, cuando él la cercenaba y (como el mismo san Cipriano dice) quiso nuestro Señor
procuraba cortar de raíz y coger las ve!a>; ¿ c u á n t a sería, probar su familia, y levantar la fé de los fieles, que estaba
cuando ella estaba en su punto y primor, y tendidas las caída y como dormida: porque con la paz, que on tiempo
velas navegaba? Y añade san Agustín, « q u e en algunas do los Felipes, padre é hijo, emperadores, la Iglesia h a -
l'artcs, por voluntad de Dios, san Cipriano levanta el estilo. bía tenido, la disciplina edesiástica estaba muy debilitada
Para que se entendiese la grandeza de elocuencia que á n - y fuera de sus quicios; y lodos atendían á sus Intereses,
l«e tenía; que la doctrina de Cristo le sanó de aquella r e - y á acrecentar con una sed y codicia insaciable FU haden-
52 LA LKYKNDA DE ORO. DIA IG.
(la. Ka liubiü t-u los sacerdotes la debida religión y devo- gracia y autoridad en mandarlo, que lodos le obedecían,
ción, ni tm los nuniáíros la fidelidad, ni en las obras la aunque fuese con manifiesto peligro de sus \ idas. Pasó
jnisei icordia, ni en las coslumbras el concierto convenien- aquella persecución; porque el emperador Decío no vivió
te. Uabia en las mujeres muchas galas, atavíos y afeites; mas de un año y tres meses en el imperio : y sosegada la
y en los hombros gran desenvoltura y ambición, muchos tempestad, estando ya el cielo sereno y el mar tranquilo,
juramentos falsos, odios, rencores y disensiones. Algunos volvió san Cipriano á su Iglesia, y recogió las ovejas des-
obispos, dejando ol cuidado de sus ovejas, atendían mas á carriadas y amedrentadas, como buen pastor; y celebró
sus ganancial» temporales, que á s o c o r r e r á los pobres ne- las coronas y triunfos de los santos mártires que habían
cesitados. Finalmente, habia perdido la santa Iglesia en muerto en ella. Pero aunque con la muerte de Decío tuvo
algunas partes aquel lustre y resplandor que ántes tenia: y alguna paz la Iglesia; mas entraron los bárbaros de N u m í -
para restituirle, ordenó Dios que viniese i ] azote de aquella dia, é hicieron grande estrago y llevaron muchos cauti-
grande persecución, y tuvo revelación de ello san Cipria- vo»; y san Cipriano mandó hacer una demanda general
no, y previno al pueblo y le avisó qua se aparejase, y en su Iglesia (como se acostumbra en semejantes casos),
aplacase al Señor con oraciones, ayunos, lágrimas y fi'utos y allegó una grande limosna para remedio de aquella po-
de verdadera penitencia. Vino la persecución, y el santo bre gente, contribuyendo los fieles cada uno conforme 6
prelado se escondió, no para huir de ella, sino para pade- su posibilidad, como el mismo santo lo cuenta. Sobrevino
cer mas y á mejor tiempo; porque el Espíritu Sanio le después una cruelísima pestilencia en África, y hubo muy
reveló y mandó que se ausenlase, para que no espar- grande mortandad, en la cual resplandeció en gran ma-
ciese y ahuyuntase el rebaño de los fieles, y muerto el nera la caridad y comi^sion de san Cipriano. Animaba á
pastor, fuese despedazado y tragado de los lobos, como el todos: servia á los enfermos: exhortaba á los sanos á ser-
mismo sanio lo leslifica M una epístola que escribió á los virlos y socorrerlos ; y mostraba las entrañas de su pie-
prcsbileros de Garlugo: y lo mismo dice Poncio, su d i á - dad, no solo con los crislianos, sino también con los genti-
cono. Y el clero romano tuvo por cosa muy acertada el les, de quienes habian sido tan cruelmente perseguidos y
haberse retirado en aquella sazón san Cipriano. Estando maltratados.
el santo apartado y escondido, los gentiles y ministros del No bastaron tantas y tan señaladas obras, para amansar
emperador le buscaban con extraña diligencia y cuidado: los corazones de los gentiles, mas fieros que los tigres;
y como el mismo santo dice, muchas veces estando en el porque siendo ya emperadores Valeriano y Galíeno su
antiloatro el pueblo, entendiendo en sus fiestas y espec- hijo, un procónsul llamado Aspasio Pater no, viendo la
táculos, como infiel y ciego, daba voces y pedia que t r a - autoridad, que san Cipriano tenia en Carlago, no atre-
j osen allíá Cipriano, para echarlo á los leones. Confiscáronle viéndose á matarle, le envió á mandar que se fuése des-
los bienes (como él lo dice), y pregonaron, que quien t u - terrado de la ciudad : y el santo pontífice obedeció á esto
viese ó poseyese cosa alguna de los bienes de Cecilio C i - injusto mandato, y salió de Carlago y se fué á una ciudad
priano, obispo do los cristianos, lo manifestase. Y a ñ a d e llamada Curubitana, donde estuvo casi un ano. Mas h a -
san Cipriano contra los cismáticos, que habían hecho otro biendo acabado su oficio Aspasio, y sucedido en el cargo
obispo en competencia suya, estas palabras: « P a r a que de procónsul Galerio Máximo, se volvió san Cipriano cer-
los que creen á Dios, queme hizo obispo, crean al demo- ca de Carlago, y estuvo en unos huertos que habian sido
nio, que, confiscándome los bienes, me llama obispo. Esto de su patrimonio, y él los había vendido para dar el pre-
digo con dolor do su perdición, y no por jactancia.» Esto cio de ellos á los pobres, y otra vez el que los compró so
es de san Cipriano. los díó graciosos: y si la persecución no se lo hubiera es-
Increíble fué el fruto que el santo prelado hizo desde torbado, él los hubiera tornado á vender, y dado de nuevo
aquel lugar secreto donde estaba escondido. Fué medio el precio á los pobres. En estos huertos estuvo algunos
para que muchos hiciesen penitencia y dejasen el mun- días acompañado de muchos clérigos y diáconos, y otros
do, y que muchas doncellas consagrasen su virginidad á amigos suyos. Venían de la ciudad de Cartago y de otras
Dios. Predicaba la verdad á los herejes, la vanidad á parles, muchas gentes á tratar con él negocios de sus
los cismáticos, y la paa á los hijos_ de Dios. Anima- almas; y todos le hallaban afable, amoroso y verdadero
ba á los mártires para que padeciesen valerosamen- padre, y consolador y remediador de sus necesidades,
te por Cristo los tormentos con que eran atormcnia- ^logáronle algunos de sus amigos, que se desviase y ale-
dos, y la misma muerte. Llamaba en lugares ocultos y jase mas de la ciudad, para que al nuevo procóníul no so
apartados ya á unos, ya á otros, y predicábales como er« le antojase echarle la mano y matarle; mas el sanio no
venido el tiempo en que se echaría de ver los que de ve- lo quiso hacer: porque había tenido revelación del Señor,
ras eran amigos de Dios; y que no estuviesen mal con quo dentro de un año de su destierro alcanzaría la corona
los que los perseguían, sino "que los amasen y rogasen á del martirio, cosa que sumamente deseaba. Supo el p r o -
Dios por ellos: pues ol pagano ama á solos los amigos; y cónsul donde estaba san Cipriano y la gente que concur-
el cristiano debe amar á los amigos y enemigos. Demás ría á é l : mandóle prender, y estuvo preso una noche en
de esto díó órden para que de noche, y á horas seguras, la casa del mismo que le habia prendido. Vino allí mucha
se diese sepultura á los cuerpos de los que habían muerto gente por ver á su prelado vivo, teniendo por cierto quo
por d isto; y que se curasen y hospedasen en las casas presto le verían muerto. Entendió san Cipriano, ántes que
los que quedaban con la vida, aunque llagados y heridos le prendiesen, que el procónsul enviaba sus ministros y
con los tormentos; y que se favoreciese y diese de comer soldados para prenderle y llevarle á la ciudad de Clica, y
y vestir á los que habían perdido las haciendas y andaban allí hacer justicia de é l ; y apartóse del lugar donde es-
huidos. Estas y otras cosas proveyó el santo pontífice en taba á otro mas oculto y seguro, basta que el procónsu
aquella calamidad y horrible persecución; y tenia lanía fuése á Carlago, de donde era obispo; porque deseaba
Dfk 16 SKT1OTRE. n
morir eü uqtK-Ila ciudad ó los ojos de sus Lijos y feli-re- j por Cristo con su pastor. Fué san Cipriano el primer obis-
ses, y a n i m a r á todos con su martirio. Y para que el cloro ' po de Carlago que d e r r a m ó su sangre por el Sofior. M u -
y lodo el pueblo entendiese la causa porque él se habia rieron allí el mismo dia los santos mártires Crescencia-
retirado, les escribió una epístola en que les dice estas no, Victor, Rósula y General, como lo dice el Martirolo-
palabras: « H a b i e n d o sabido, bermanos carísimos, que gio romano. El martirio de san Cipriano fué el mismo dia
lia y órden de prendernos, para que nos lleven á Útica; en que murió on Roma san Cornelio, papa, aunque on
por consejo de nuestros amigos me be ausentado, pare- diferente a ñ o ; porque san Cornelio murió (como dijimos)
ciéndome que es cosa conveniente que el obispo confiese en el ( k 23S, imperando Galo y Volusiano; y san Cipria-
al Señor en aquella ciudad, donde es prelado, y alegre y no en el de 2 7 1 , imperando Valeriano y Galieno. Fué á
esfuerce todo el pueblo con su confesión ; porque todo lo los 1 i de setiembre; aunque la Iglesia lo celebra á los 16
que en aquel tiempo, por la gracia de Dios, dice el obispo, del mismo mes; porque hace fiesta á los 1 i de la Exalta-
lo dice en nombre de todo el pueblo: poi que sin duda se ción de la Cruz, y á los 15 de la octava d é l a Natividad de
disminuiria la gloria de nuestra Iglesia, que es lan glorio- nuestra Sonora. En honra de san Cipriano se edilicarou
sa, si yo, no en ella, sino en la ciudad de Ulica, por sen- después dos suntuosas iglesias: la una en el lugar donde
tencia de juez muriese y fuese mártir del Seíior. l o que fue mai brizado, y la otra en el que fué sepultado: y soba
«•oiilinuamente deseo y pido á Dios, es, que me. dé gracia concurrir de todas partes mucha genio al sepulcro del
para confesar su santo nombre, por mí y por vosotros, en santo, por las mercedes y favores que por su intercesión
•ni Iglesia de Carlago y en vuestra presencia, y morir en continuamente rocibian del Señor. Y no solamente en Áfri-
vuestros ojos, y de a l l U o l a r á Dios.» Todo esto es de san ca sino en Italia, se celebró con gran solemnidad la liesta
Cipriano Cumplió el Señor el deseo de san Cipriano: do san Cipriano, como parece por una epístola del rey
porqm; aunque no fué martirizado en la misma ciudad do Alalarico á Severo. Las reliquias de san Cipriano, dice
Carlago; pero fuélü allí cerca, en un lugar que se llama Heda, que fueron trasladadas de Africa á Francia, y quo
Sixti, porque está seis millas ó dos leguas de Cartago, están en León; y lo mismo dice Adon Vionnonsc. Las ala-
adonde fué llevado. Allí salió (anta gente d é la ciudad á luinzasquc dan los santos doctores á sanCipriano,sonlanlas
verle, que se puede decir que murió en medio de la plaza y lan grandes, quo no sepuodon roforiren pocas palabras.
de Cartago. Entre los oíros vinieron muchas doncellas San Gerónimo le llama «varón santísimoyelocuenlísimo:»
cristianas, por verle y tomar su bendición: y o l santo sanAguslin en un lugardice, «quela santa madre Iglesia le
pastor, no descuidando de sus ovejas, y temiendo que cuenta entre los mas raros y mas excelentes v a r o n e s : » en
entre tantos soldados idólaíras y ruido de armas, podia otro lugar le llama «doctor suavísimo y mártir beatísimo:»
Peligrar la caslidad de ellas, y suceder alguna desgra- en olro, «mártir gloriosísimo y doctor lucidísimo, ó muy
cia ; habló á los cristianos, y les ordenó que guardasen esclarecido;» en otro, «mártir victorioso, doctor clarísimo
<!on mucha vigilancia aquellas v í r g e n e s . Y esto, recato y y testigo gloriosísimo del S e ñ o r ; » y do osla manera
cuidado alaba mucho san Agusfin, porque estando lan cor- hablan los otros santos, que por ser tantos, no referiremos
ea la muerte del cuerpo, no mona en el corazón del pastor aquí.
la vigilancia pastoral. SANTA E L FE M I A , V í UG E N Y MÁUTIII.—El martirio de la g l o -
Fué presentado el santo prelado delante del procónsul riosa virgen sania Eufemia escribe Simeón Metafrasle, y
Galerio Máximo, que por su salud estaba en aquel lugar, lo refiere el P, Fr. Lorenzo Surio en el quinto tomo de las
y después de haberle preguntado si era Cipriano, y el Vidas de los santos cu osla manera. Fué santa Eufemia do
que se hacia pontífice de los crisliauos e n g a ñ a d o s , y n o t i - la ciudad de Calcedonia, hija de Filofi onio y Teodora, per-
ttcádoleel mándalo de los emperadores, y que, si no ado- sonas en sangre ilustres y ricas, y el padre era senador en
vaba á les dioses habia de m o r i r ; respondió san Cipriano aquella ciudad. La hija Eufemia era dotada de grandes vir-
'0 q u e á su persona y dignidad convenia, y finalmente dió tudes y de grande hermosura, modestia y castidad: y co-
sentencia que fuese degollado. Cuando le fué leida la sen- mo so hiciese en Calcedonia una liesta muy solemne al
tencia, dijo san Cipriano: D e o y r a l i a s : Gracias sean dadas Dios Marte, y por mandato de Prisco, procónsul de Asia,
1 Dios, q,IC f,^ servi(lo de librarme de la cárcel de esle todos fuesen llamados so pena de la vida á aquel regocijo
U(!rlJo. Lleváronle al suplicio con gran concurso do genio y liesta para que adorasen á Marte j la santa virgen Eufe-
M'W iba lloran^Q y diciendo á voces: Córlennos á todos con mia, aborreciendo aquel profano y sacrilego culto de los
* las cuezas. Llegado al lugar del martirio, se desnudó dioses vanos, no quiso ir á la fiesta por no contaminar su
s O l i d o s de obispo: doblólos y diólos á sus diáconos, alma' con cosa tan fea y abominable. Como ora persona
y (I«edó con el vestido úllimo, que era de lienzo, y mandó tan principal, luego la echaron menos los sacordolos de.
(,ue fe diosen veinte y cinco piezas de oro al verdugo on los gentiles y la acusaron delante del procónsul, el cual la
Sratificacion de la buena obra que esporaba recibir de él. mandó prender, y procuró persuadirlo que adorase á los
''loraban liernamenle sus amigos y lodo el clero que osla- dioses si no quería padecer todos los tormentos exquisitos
presonto; y lendian sus ropas en el suelo, y lienzosFO- y atroces que se ejecutaban en los otros cristianos. La san-
bre que cayese su bendita sangre para guardarla como ta virgen no hizo caso de las dulzuras ni de las amenazas
un preciosísimo tesoro. Él mismo se tapó los ojos, y puesto del procónsul. Echáronla en la cárcel, y de allí á pocos
de rodillas, el verdugo hizo su otício.lLuego que fué dego- dias la sacaron á la audiencia püblica; y hallándola cons-
llado, los clérigos y muchos cristianos tomaron con g r a n - tante en la confesión de nuestro Salvador .losucristo, la
de reverencia el santo cuerpo, y le enterraron con gran m a n d ó el fiero tirano atormentar cruclisimamenle. Azolá-
pompa y solemnidad, llevando cirios encendidos en sus ronla con varas de hierro, descoyuntaron sus delicados
manos, sin tener respeto al procónsul ni á la violencia y miembros enelecüleo, atáronla á una rueda para quebran-
furor de los gentiles, porque estaban aparejados á morir tarle loe huesos y hacerla pedazos; y ella, armada con in
Ü LA LEYENDA Dlí ORO. DIA ! ( ) •
seíial do la cruz y con la confianza en su dulce esposo, le ció que Dios es maravilloso en sus sanios, y le alabó pol-
suplicó que la socorriese: \ así la socorrió, librándola de las grantlezas que obraba en el cuerpo de sania Eufemia.
la nieda y sanando todas sus llagas, y dejándola mas her- Demás de oslo, salia un olor lan suave de la caja donde
mosa y resplandeciente (pie antes, espantando á los sayo- estaba su hendilo cuerpo, que ningún olor de la liorra se
nes y verdugos que la atormentaban. Encendieron un hor- podia comparar con é l .
no lleno de pez, piedra azufre, estopa y sarmientos; y Pero no debemos pasar en silencio otro milagro mas ma-
queriéndola echar en él dos ministros principales del pro- ravilloso, que por la intercesión de sania Eufemia obró
cónsuJ, vieron dos ángeles que estaban al rededor de la Dios para confirmación de nuestra santa fé. Habíase hecho
virgen para amparar la, y no se atrevieron á echarla. Man- en el templo de sania Eufemia, en tiempo de san Uvm pa-
dó Prisco á otros dos (que se llamaban César y Vario), que pa, el Magno y del emperador Marciano, aquel gran con-
ejecutasen su mandato: y como ellos lo hiciesen, el fuego cilio calcedonense, en el cual se hallaron seiscicnlos y
los q u e m ó , quedando la sania virgen siti lesión alguna, y Ireinla obispos, y en él fueron condenados Dioscoro y K u -
alabando al Seftor, ^ a l i ó d e l horno sin haberse chamusca- tiques y sus secuaces. Pero acabado el concilio, como los
do un hilo de su ropa. No se contentó el cruel tirano con herejes son inquielos y rebeldes á Dios y á su Iglesia, t u -
estos tormentos, ni conoció al Criador y Señor, á quien s i r - multuaban y bacian burla de los decretos del sanio con-
ven y obedecen todas las criaturas; antes empedernido y cilio, diciendo, que no estaban fundados en la verdad ca-
obstinado, la mandó dar nuevos tormentos y colgarla, y tólica, sino en la autoridad y potencia del emperador.
alar á sus pies y á sus sagrados miembros, piedras de Para quebrantar aquel orgullo y cerrar las bocas á ios he-
gian peso para (|ue la desmembrasen. Habiendo vencido rejes ; los católicos, confiados de la misereíordia del Se-
este tormento, hizo hacer una hoya grande á manera de ílor y del palrocinio de sania Eufemia, se concei laron con
cisterna y llenarla de peces y de olías sabandijas del mar, ellos de esta manera: que los católicos escribiesen en un
y echarla en ella para que allí la comiesen y consumie- papel la confesión de su fé y los herejes en otro la suya:
sen : pero todas la reverenciaron, y no se llegaron á ella (pie aípiellos dos papeles se encerrasen en la caja donde
sino para defenderla y respetarla. Y como esla vlclorta y estaba el cuerpo de santa Eufemia; y que el papel de los
las d e m á s , el procónsul las atribuyese á arle mágica, man- dos que ella aprobase esle fuese tenido por verdadero,
dóla de nuevo alórmeníar y aserrar sus miembros y freir- llízose a s í : alzóse la piedra que estaba sobre la sepultura,
los en sartenes de hierro -pie tenia aparejadas. Trajeron y pusiéronse los dos papeles sobre el pecho de la gloriosa
las sierras para aserrarla, y el bierro perdió su fuerza y virgen y mártir. Tornóse á cerrar el sepulcro, sellándose
SL' hizo mas blando que una cera, y el fuego se a p a g ó , y j d é l a una parle y de la otra, y pusiéronse lodos en oraciuti
la santa virgen quedó entera y sin detrimenlo alguno, l suplicando á nueslroSenor que descubriese la veid.ul. Pa-
triunfando del fne^o, del hierro, del tirano y del demonio sados tres dias, estando el emperador présenle, abrieron
que por tantos medios la perseguía. Finalmenlc Prisco la el sepulcro, y hallaron el papel do lo» herejes arrojado á
m a n d ó echar á cuatro leones y Ires osos. Ella, deseando los piés de la santa, y el de los católicos en su mano: hi
ya verse con su esposo, le pidió afectuosamente por aque- cual extendió sania Eufemia, y entregó la confesión c a l ó -
lia caridad y onmipolencia suya, con que la había dado lica al emperador y al patriarca ; y por ver un milagro
gracia para vencer la flaqueza de su cuerpo, el furor de tan grande, algunos de los herejes se convirlieron, y oíros
los demonios y la saña del tirano, y héchola triunfar de quedaron obstinados en su perfidia. Todo esto refiereZo-
Irn os t o n n e n l o s ; que recibiese su espíritu y no perini- naras y Glicas; y esle milagro también le refieren Mela-
liese que aquellas bestias la perdonasen. Oyó el Señor del fraste y Mceforo, aunque algo diferenlemenle. Fué el
cielo ¡a oración de la santa virgen; y llegóse u ñ o s o , y niarlirio de sania Eufemia á los 1G de setiembre, impe-
dióla un bocado y dejóla sin locar ni comer sus carnes; y rando Diocleciano, y en esle dia celebra la santa Igle-
los otros osos y cuatro leones estaban al rededor respe- sia su fiesta. De santa Eufemia, á mas dcMelafrasle y el
lándola y lamiéndola sus piés. A l liempo que espiró la P. Er. Lorenzo Surio, lodos los Martirologios haucen men-
sania virgen, vino un gran terremoto y la gente despavo- 4¿Mb in&M íífií K.'.'íK a i i u n ^ «mí : «wmriqtíVnKeffíjb'; r h f r . :
rida h u y ó . Con eslo los padres de santa Eufemia tuvieron Los SANTOS L c m v GEMINIANO, MÁRTIRKS.—El mismo
lugar para lomar su sagrado cuerpo y enterrarle honoi ífi- dia celebra la Iglesia el martirio do sania Lucía y san
camenle allí cerca de la ciudad, llorando muchas l á g r i - Geminiano, el cual refiere Adon en su Martirologio, de
mas, no de tristeza, sino de alegría. Hizo Dios muy gran- esla manera. Fué santa Lucía matrona boneslísima, y ha-
des milagros por esla gloriosa esposa suya, los cuales re- biendo quedado viuda de su marido, v i v i ó santamenlo
fiere Evagrio; porque algunas veces aparecía en sueños al hasta setenta y cinco anos de su edad. Tenia uu hijo l l a -
obispo calcedonense, y le mandaba que se hiciese en aquel mado Eutropio, muy vicioso y desbaralado, y por cxlrenm
templo alguna fiesta solemne alabando al Señor, y reci- enemigo de cristianos. Entró el demonio en osle mozo, do
biendo susacralisimo cuerpo, y locando con una esponja su manera, que olvidándose de (odas las obligaciones que
sagrado cuerpo, la sacaban empapada en sangre, tan c o - tenia á su madre, le acusó delante del emperador Diocle-
piosamenle, que se podia repartir de ella con los otros ciano que era cristiana. Mandóla prender el emperador
pueblos y ciudades, quedando las gotas de sangre ente- y cebarla en la cárcel, donde fué consolada del Scfior.
ras y perpetuas y sin mudar forma ni color: y este mila- Trajéronla olio dia al It ibumil; y hallándola conslanle en
gro hacia el Señor mas ó menos veces, según los mere- la confesión de Jesucristo, la hizo azolar cruoliáimaimmte.
cimienlosdol prelado que en aquella Iglesia presidia. El Levantóse uu lorbcllino y un temblor de tierra espantoso,
emperador Mauricio, no creyendo este milagro d é la san- con el cual cayó el lemplo de Júpiter y se asoló, de suerle,
ta, quiso cerlilicarse, y habiendo hecho esperiencia de él, que no quedó piedra sobre piedra del edificio. Enojado
quedó confuso y con s u í m a n o s llenas de sangre; y cono- por eslo Diocleciauo, mandó traer una grande olla de me-
m 17. 55
li>l y llenarla de pez y plomo derrelido, y ardiendo ocliar do llegado á los oidos del emperador Diodeoiano, éste l l a -
?i la santa en ella para tpuí allí se cociese: mas l a v i r l u d del mó á su presencia á los que lo habian obrado y á los que
Omnipotenle la g u a r d ó y estuvo li es dias en aquella olla lo habian recibido. Abundio, Abundancio, Marciano y Juan,
alabando á Dios, como si estuviese en una cama muy blan- se presentaron pues, delante del emperador, confesaron
da y regalada. Sacáronla después á la vergüenza por la todos el milagro, y la divina virtud que Jesucristo comu-
ciudad cargada de hierro y plomo; y pasando por la puer- nicaba á s u s siervos, la falsedad é impostura de los dioses
'!> d i la casa ile un hombre principal que se llamaba ( l e - del imperio, y la ceguera de los que se obstinaban en no
•niniano, donde habla gran n ú m e r o de ídolos, una palo- ver la luz en los hechos tan públicos que ocurrian l'urioso
ma blanca mas que la nieve, bajó del ciclo y se puso so- Diocieciano con el razonamiento de los santos, mandó que
bre la cabeza de rreminiano, el cual movido de loque vela los cuatro fuesen ¡nmediatamenie conducidos á un sitio
>' alumbrado de la luz del ciclo, se -echó á los piés de la apartado diez millas de Roma, y allí los degollaron.
«anta y le pidió el bautismo, y le recibió por mano de un Los SANTOS ROGELIO Y SEUVODEO, MÁBIIBES.—Eran es-
•beénM^ llamado Protasio, á quien avisó un ángel, que pañoles y vivían en la ciudad de Córdoba en tiempo de la
í'iése á la cárcel á bautizarle. Üiocleciano mandó enli eg;ir dominación de los moros. A pesar de las severas probibi-
á Lucía y á (rcminiano, á un juez cruelísimo para que los cioiifts de estos dominadores, los dos sanios predicaban la
atonncnlase y acabase: mas al tiempo que los atormenla- doctrina de Jesucristo por los sitios mas públicos, y de-
H*n y molían á palos, cayó el aposento donde estaba el testabán en todas ocasiones la falsedad de Mahoma. Al lin
juez y 1c mató. Tomó la mano otro juez llamado Abofra- Ies pusieron presos; pero en la cárcel como en las calles
sio, y buscó nuevos tormentos para atormentarlos (como no cesaban de enseñar y predicar, por cuyo motivo un dia
Ki los pasados no baslaran;: y convirtiéronse setenta y les cortaron las manos y los p i é s ; pero los esforzados h é -
cinco personas por ver las maravillas que Dios obraba por roes de la religión continuaban todavía publicando las ex-
sus santos, y lodos setenta y cinco recibieron la corona del celencias del Evangelio. Después de algunos dias los saca-
martirio. Mas el juez no se fué alabando; porque pasando ron de la prisión, y conduciéndolos á la plaza pública,
á caballo por una puenle, cayó en el rio y se ahogó, y no allí los degollaron, muriendo en el mes de setiembre del
pudo ser hallado su cuerpo. Finalmente, la bienaventurada año 8:52. San Eulogio, en su libro u De s a n d i s . cap. l í í ,
santa Lucia y san Geminiano, fueron pasados á cuchillo habla de Rogelio y Servodeo como de dosesforzndos cam-
pin1 mandado de Megalio, varón consular, á los 1G de se- peones, que en el foro y en la cárcel supieron defender su
liembre, por los años del Señor de l i i Y i . Sus cuerpos tomó fé y acreditar dignamente su valor.
una santa mujer llamada Máxima, y Ies dio sepultura con S\NTA SKÍUSTIANA, MÁRTIU.—Fué de Ileraclea, en Tracia,
6**0 revei'CMcia y iiietlad. y se convirtió á t i religión católica por la predicación y
SAN NINIANO, OBISPO Y CONFESOB.—Este santo que era milagros del apóstol san Pablo, del cual fué después bde-
bijode un prím-ipede los bretones que habitaba en los con- lisima discíp ila. Continuó en lo sucesivo practicando todas
dados deCumberland y deGalloway, ya desde su infancia las virtudes evangélicas, y siendo modelo perfecto deci is-
dió muestras de que babia nacido para la virtud, pues ti anos, basta que en tiempo del emperador Domiciano,
que lodos sus afanes eran amar á su Dios. Dejó siendo siendo gobernador É l Tracia un tal Sergio, la prendieron,
muy jóven su palria, y se dirigió á Roma dedicado al es- la hicieron sufrir varios y crueles tormentos, y por fin le
tudio y á la práctica de las virtudes, y fueron tantos sus corlaron la cabeza en su misma palria, el a ñ o 92 do
Pi ogresos en uno y otro, que fué ordenado de sacerdote, Jesucristo. Su cuerpo, recogido por los fieles, fué guar-
y luego cousagrado obispo de su pais. Dirigióse á su pa- dado con gran veneración en la ciudad de Ileraclea, y el
lria revestido de este carácter, y empezó su ministerio Señor dispensó por su inlereesion grandes iiiilagros.
J^a tanto celo y fruto, que muy en breve aquel país i d ó - SANTA EDITA,'VÍROEN,—Está en el dia de ayer.
^'"a vino en conocimiento del Evangelio. Y uo solo esto,
'^"o que cambió el corazón de Tndovaldo, rey de los pic-
los,
y odilieó una basílica cristiana en Goíloway. Esta EL DULCE NOMBRE DE MARÍA.—Entre todos los nombres
'Mes'a fué dedicada á San Martin, y Niniano lijó allí su r e - con que la Escritura sagrada y los sanios Padres nombran
b i e i " 1 1 ' ^0 Sti ''in'1^ SH cc^0 ^ 8,1 Pa's' 88te(BdM tam- á la Madre de Dios, para signiücar sus excelencias y pre-
l*0'" los otros, pues ilustró en la religión las provin- rogalivas, el nombre propio es el de María, y juntamente
cía '"'^ulas por los pictos meridionales, y fué el apóstol
el mas principal; porque está lleno de misterios, y siendo
«íeloe /'Umbríos y de otros distantes lugares. Volvió el uno solo, significa en compendio todas las grandezas de
y n.su Pa'si y después de haber obrado multitud de
María, que se representan por los olios nombres y epile-
í digi0Sj murió saniamente el dia 16 de setiembre del
.uio i ; { 2 . los. Por lo cual, aunque decia Pilágoras, que se hallará
muy rico de prudencia en la vejez, quien no gastare el
SANTOS ABUNDIO, ABUNDANCIO, MABCIANO Y JUVN, tiempo en disputar de los nombres, y los filósofos despre-
no l^T—E' P1 'Inei"0 cra presbítero y el segundo d i á c o - cian las cuestiones de nombre como inútiles; la excelen-
pv ^ ' ^ b ' s i a de Roma, y se ocupaban en predicar el cia y santidad del nombre de María, nos convida y aun
(- aiigelm á los habitantes d é l a capital del mundo; en obliga á tratar de é l ; porque este dulcísimo nombre p r o -
¥0 mmistcno obraron muchísimos milagros é immme- nunciado, consagra los labios: escuebado, recrea los o i -
es conversiones. Un dia fueron llamados á la casa de dos: pen-ado, alegra el corazón; y ni se puede escribir
" a Marciano ciudadano principal; cuvo hijo que se de él sin provecho, ni hablar sin frulo, ni discurrir sin ga-
' n:.ba Juan, había muerto. Vistaíl lassúplicas y l a f é del nancia: y como dice san Bernardino de Sena: «Ya que no
M e, los santos resneilaron al hijo, y c a u . ó tanta a d m i - podemos a!r:bnr á María como merece, debemos ensalzar
' « c o n e n t o d a la cuidad aqnel patente milagro, que habien- su nombre cuanto nos fuere posible.»
5G L A L E Y E N D A D E ORO DIA l l
El sanílsimo nombre do María desde la eternidad se es- Joaquín y á Ana la concepción y nombre de María; de ma-
cribió en el libró de la vida, después del nombre de Je- nera, que podemos acomodar á la Virgen, lo que dice el
sus: el nombre de Jesús fuó el primero, y el nombre de Evangelio de su Hijo: « rocaíwm est nomen ejus M a ñ a :
María el segundo. Y advirtió el cardenal Nicolás Gusano, quod v o c a l u m esl ab a n g e l o , f r i u s q u a m i n u l e r o concipere-
que nunca fué borrado el nombre de María del libro de Ja t u r . » Y así este nombre no es inventado de hombres, sino
muerte; porque nunca fué escrito el nombre de María en dado de Dios: no es nacido en la tierra, sino bajado del
este libro. Si creemos lo que dicen graves doctores, el cielo: no fué puesto por elección de sus padres, sino por
nombre de María fué revelado á Adán, el primero de los providencia del que había de ser su hijo. Primero pro-
hombres, por el mismo ángel que en nombre de Dios ame- nunciaron el nombre de María los ángeles quo los hombres;
nazó á la serpiente, que una mujer le habia de quebrantar y verdaderamente, es menester que sean los hombres
la cabeza: el nombre de María fué revelado á Elias, cuan- ángeles, para pronunciar con labios bastantemente puros
do vió levantar del mar aquella nubccilla pequeña , que el santísimo nombre de María. Por eso mudó la Virgen el
era imagen y figura d é l a Reina del cielo y estrella del nombre de María en otro, cuando subió á la dignidad do
mar: también entre los maestros antiguos de los judíos Madre de Dios: como á Simón le mudó d isto el nombre
habia noticia de que se habia de llamar María la Madre del en el de Cefas ó Pedro, cuando le levantó á la dignidad do
Mesías, como lo prueba Pedro (lalatino. Pero no solo los cabeza de su Iglesia : porque el nombre de Muría se le
judíos, mas también los gentiles tuvieron noticia del nom- habia dado Dios á la Virgen, y por eso nunca le habia de
bre de María, como dice san Juan Damasceno: porque en- dejar. El nombre de María significaba la dignidad de Ma-
tre las diez Sibilas, dos profetizaron claramente el nombre dre de Dios, y así no pedia otro nombre su dignidad: el
de María, que fueron la Eritrea y la Tiburlina: y esta a ñ a - nombre de María, era el mejor nombre que podia tener la
dió, que habia de tener un esposo llamado José, y que su Madre de Dios, como dice san Buenaventura; y así no h a -
hijo nacido del Espíritu Santo, sin obra de varón se habia bia otro nombre en que poderle mudar. Por eso el ángel, al
de llamar J e s ú s ; de manera, que expresó lodos tres nom- anunciar á la Virgen el misterio de la encarnación, la cun-
bres de Jesús, María y José. El oráculo de Apolo, que se lirmó el nombre diciéndola: No temas, Maria , porque ha-
veneraba en Delfos, consultado de los argonautas Jason y llaste gracia delante de Dios. Y ¿ q u é gracia halló Mar á?
«us compañeros, á-quien dedicarían un templo que habían La primera gracia que halló, fué el nombre, en que signi-
cdiQcado en una ciudad del estrecho de Galípoli, que an- ficaban todas las gracias que habia de recibir María; y
lignamente se llamó Cizico y ahora Spyga; respondió el quizá por eso dijo san Pedro Crisólogo, « que el nombro
oráculo, que á María, Madre del Verbo eterno, lo cual de María es semejante á profecía, porque esle nombre, fuó
ellos, envueltos en las tinieblas de sus errroi es no enten- una profecía de todos sus privilegios, gracias y preroga-
dieron ; y así dedicaron el templo á Rea, madre de los dio- 'ivas. »
ses, hasta que en tiempo del emperador Zenon se consagró Dan tos santos padres y doctores diversas significacio-
el templo á honra de María santísima: todo lo cual cuenla nes á este nombre de Maria, según diversas lenguas y d e -
Cedreno en el Compendio de las historias. rivaciones, con que esplican las innumerables excelencias
Dejando otros monumentos y memorias con que quiso de María santísima, para que digamos de ella: S e c u m d i m
Dios anunciar en la antigüedad el nombre de María, parti- nomen <u«m, sic t i l a m i u a : Como tu nombre, es tu ala-
cularmente fué revelado á sus padres Joaquín y Ana, por banza ; porque si los nombres de los grandes sugeto»
medio de un ángel que les mandó pusiesen á su hija Adán, Eva, Abrahan, Sara, Isaac, Israel, Juan, Pedro y
el nombre de María, como se lee en el libro del Naci- Pablo, no carecen de misterio, y Ies fueron puestos con
miento de la Virgen, que anda entre las obras de san Geró- singular providencia y sabiduría divina, ¿ q u é hemos de
nimo. Y se lo fué revelado á Abrahan el nombre de su hijo decir, ó q u é hemos de pensar del nombre de María, M a -
Isaac, y á Zacarías el de san Juan Bautista, y también á dre de Dios, y Reina del cielo y de la tierra? El nombre
santa Isabel, como indica el Evangelio y notó san Ambro- de María, según san Ambrosio (aunque no sabe de q u é raíz
sio; no era justo que careciese María santísima, habiendo |0 tomó), se interpreta : «Dios de mi l i n a j e ; » que es de-
de ser Madre de Cristo, del privilegio que gozó Isaac, por c i r : «Dios nacerá de m í : » y vínole ajustado el nombre;
ser figura de Cristo; y Juan, por haber de ser su precur- pues se hizo Dios hombre en sus purísimas e n t r a ñ a s : y
sor; y así lo significa san Ambrosio, diciendo, « q u e no es haciéndose Dios del linaje de María ; también se hizo María
verosímil que se negase á María este privilegio, que so del linaje de Dios; y por esto quizá la llamó san Ignacio
concedió á otros santos; pues no hay santo ninguno, que m á r t i r : «María de J e s ú s . » El nombre de María, sogun
venza á María en los privilegios de la gracia. Fuera de san Epifanio, san G e r ó n i m o , san Damasceno y otros doc-
(pie solo Dios podia dar conveniente nombre á la Virgen, ta res, significa en lengua siríaca, lo mismo que s e ñ o r a :
no sus padres, ni alguna criatura ; porque solo quien co- y cuadróle esle nombre á la Virgen, dicesan Juan Damas-
noce las cosas, puede darlas nombre que las convenga: y ceno ; porque fué constituida universal Señora de todas
como Dios conocía la excelencia de aquella niña que na- las criaturas, cuando fué hecha Madre del Criador de t o -
cía, solo Dios podia ponerle el nombre de María, que s i g - das ellas. El nombre de María, según muchos santos doc-
nifica, como veremos, sus excelencias. Y nota un doctor, tores, significa « estrella del m a r ; » entendiendo unos por
(pie María sanlisima, fué la primera de las mujeres que estas palabras, que es luna, oíros quo es lucero de la ma-
recibió el nombre, por revelación divina, ánles de su ñ a n a , otros que es norte, y todo lo es Maria: Luna, que
concepción. Panlaleon, diácono y otros doctores, afirman alambra nuestras tinieblas; Lucero de la m a ñ a n a , que nos
que el mismo arcángel san Gabriel, que anunció ántes á anuncia el dia eterno de nuestra felicidad; y Norte que
Zacarías la concepción y nombro del Bautista, y después guia á los que navegan por el mar tempestuoso del siglo.
á María la concepción y nombre de J e s ú s ; anunció a Sin esta Estrella del mar, lodo es tinieblas: sin esta luz,
DÍA 17. SRTIKMimií 37
todo es bajíos: sin este Astro, lodo es teinpi'sUules: m i - tísimo padre Alonso Salmerón, lienen mas do piedad quo
'"ando á María y mirándonos María, descubrimos los r u m - de solidez.
bos, alcanzamos las alturas, y sabemos adonde hemos de Acerca del dia en que fué puesto á la Virgen el nombro
enderezarla proa y tender las velas, para llegar seguros al de María, hay variedad de opiniones, por haberla también
puerto do la bienaventuranza. El nombre de María, según acerca del dia (pie acostumbran los hebreos poner el nom-
Won, significa «mar amargo;» y lo fuéMaría santísima en bre á sus hijas : porque de los niños, es cierto que era el
la pasión y muerte de su Hijo , por los ríos de amargara octavo dia en que se hacia la circuncisión ; mas de las n i -
Ule entraron en su alma, y olas de (rihulaciones cpie com- ñas, unos dicen el octavo dia como los varones, otros que
batieron su corazón. El nombre de María, según san E p i - al noveno dia, otros q u e á los quince dias, otros que ochen-
kínio , se interpreta « E s p e r a n z a ; » ponpic parió á Cristo, ta dias después del nacimiento, cuando según la ley l l e -
(iuecs esperanza de lodo el mundo, y porcpie María con vaban las madres á ofrecer á sus hijas en el templo. M -
su intercesión, da esperanza de perdón á los pecadores, de céforo dice que á María le fué puesto el nombre poco des-
acrecentamiento de santidad á los justos; y de conseguir pués de nacida, signiücando con él, como con un enigma,
fe bienaventuranza á lodos los que viven desterrados en la gracia que aquella niña habia recibido.
este valle de lágrimas. El nombre do María, significa, se- D d s:inti3Ímo y dulcisiiuo nombre de María, dice el sa-
Sun otros, «maestra y doctora:» y con mucha razón pientísimo idiota', hablando con la Virgen, estas palabras:
turne este nombre , porque fué doctora de los docto- « Dióle, ó virgen María , toda la santísima Trinidad un
res, y maestra de los apóstoles, como la llama el sabio nombre, que después del nombre de tu benditísimo Hijo,
Idiota. es sobre lodo nombre ; porque á tu nombre se arrodilla
Dejando las interpretaciones de «excelsa ,» ó eminente, toda criatura del cielo, de la tierra y del infierno, y toda
de «iluminada ó iluminadora, lluvia del mar ó mirra del lengua confiesa la gracia, gloria y virtud de este santísimo
mar, » y otras que, ó están incluidas, ó tienen mucho pa- nombre; porque no hay otro nombre después del nombre
reutesco con las que hemos traido; es muy celebrada la detu benditísimo Uijo, que sea tan poderoso socorro: ni hay
interpretación, ó acomodaciou del bienaventurado Alberto otro nombre dado en la tierra á los hombres, después del
Magno: el cual, hablando del nombre de María, dice, dulce nombre de Jesús, del cual se redunda lauta salud á
« q u e Dios llamó á la congregación de todas las aguas Ma- los boiuhres : porque sobre todos los nombres de los san-
ría, á la congregación de todas las gracias María; » para tos, alivia á los que están fatigados : sana á los enfermos:
significar que como el mar es lugar de todas las aguas; alumbra á los ciegos : penelra á los duros : recrea á los
María es lugar de todas las gracias. Y conforme á esto, causados: u u g e á los luchadores, y libra á todos del yugo
dice Dionisio Cartujano: «María se interpreta mar, por- del demonio. La fama de tu santísimo nombre , ó clarísi-
que como ninguno puede contar las gotas do agua delmar, ma virgen María, primero estuvo encerrada, mientras v i -
así ninguno puede esplicar la excelencia de la gracia y viste en el mundo; mas después de tu asunción á los cie-
gloria de María.» Con mas elegmeia, en este mismo sen- los, se divulgó por todas las parles del mundo ; porque
tido, lo dice san Iluenavenlura, acomodando á María aque- con la predicación de los acostóles, llenó toda la tierra el
llo del eclesiáslico: O m n i a j l u m i n a i n í r u n l i a m a r e . Todos sonido de tu santísimo nombre, y se manifestó á todo el
los rios ( dice) entran en el mar, cuando todas las exce- inundo su gloria,. De lunla virtud y excelencia es tu nom-
loncins de los santos entran en María. El rio de la gracia bre., ó beatísima Virgen María, que á su invocación el cie-
de los ángeles entra en María : el rio de la gracia de los lo rie, la tierra sealegra, los ángeles se gozan, los demo-
l^'riareas y profetas, entra en María : el rio de la gracia nioslicmblan, y se turba todo el infierno,)) Todo eslodica
^ los apóstoles entra efi María : el rio de la gracia de los este padre, del nombre de María ; y se pueden decir de
mártires entra en María : el rio de, la gracia de los confe- él, con la debida proporción, casi todas las alabanzas que
^"'''sciiira en María : el rio de la gracia de, las vírgenes se dicen del nombre de J e s ú s ; porque aunque el nombre
Pntra en María finalmente, todos los rios enínm en el de Jesús sea mucho mas excelente que el de María; con
mar
noV'*'008' tcK'as ^as S ™ ' 3 3 enlran en M u í a . » Todo todo eso, ha querido el Ilijo, en órden á uueslra salud,
nfeint ,Cfe S!lri buenaventura : donde se ve, cuán conve- dar sémejahle virlud al nombre de su Madre que al suyo:
gr^1110010 se llama María : Mar; pues que es mar de y aun dicesan Anselmo, « q u e algunas veces se alcanza
les v s' 0111:lu',0íl se recogen todas las gracias de los á n g e - mas presto la salud, invocando el nombre de María, que
f'umla ant0S: So10 c'on ^ diferencia, que el mar no re- invocando el nombre de Jesús, único Hijo suyo y Señor
todos l' COntl0 ^^Je^e 0' Eclesiásli¿0, aunque entren en él nuestro : no porque la Madre sea mas poderosa que el
dos l o s ^ - ' Pero en María, misterioso mar, entran to- Hijo, pues no es grande y poderoso el Hijo por la Madre:
san B ll0s c'0 'as gracias, y redundan en nosotros. Dice sino la Madre por el Hijo; sino porque Cristo, llamado por
no coClnai'('iiio de Sena, que así como llamamos á Dios, su nombre, no oye luego al punto, por justas causas ijue
si"- T Un nom')r,) solo, sino con muchos nombres, para tiene para ello : pero invocado en nombre de su Madre,
ohotí ^3'" 8,1 ""•ompiTnsibilidad; asi llamamos con m u - aunque los méritos de quien le invoca, no merezcan que
j os nombres á la gloriosa Virgen, ya con el nombre do seaoido; interceden lo-, méritos de la Madre para que sea
con Aii 801 y 0,l'üs semejautes, para conocer de a l - bien despachado.» Esto es de san Anselmo. Y no es mara-
^ 'na manera su excelencia y sublimidad. Pero, si bien lo villa que quiera Dios hacer mayores favores, ó mas pres-
consideramos, en el noníbro santísimo de. María, se en- to, por el nombro de su Madre que por el suyo; pues q u i -
so hacer mayores milagros por medio de sus siervos que
cado rt" ndaS SUS •gran,]C2aS; por(Jlie corao ««nibre í ^ é t o ' -
por si mismo : y antiguamente respondía mas fácilmente
á los que le invocaban, llamándole Dios de Abrahan, y
misterios y signincácidnes, c o m ó c o u s i -
«eian otros, y yo les dejo, porque, como advierte el doc- Dios de Isaac y de Jacob, que si le noaibrabau Dios sola-
TOMO
8
5H LA LEYIÍND v m OIÍO. DÍA U t i
menle, coiue advirtió Oi ígeiies. Y en nuestro caso hay con- Ave María, que solamente había podido aprender en toda
veniente razón : porqtie cuantío invocamos el nombre de su vida, por ser muy r u d o ; y agradó á Dios lanto esta
Jesús, no solo invocanios con este, nombre á nuestro Pa- devoción, q u é después de enterrado salió de su boca una
dre, mas también á nuestro Juez: con que su justicia sue- azucena, en cuyas hojas estaban escritas cen letras de oro
lo detener á su misericordia, para que ó no nos oiga, ó d i - oslas palabras: Ave María. Lo mismo cuenta Angelo Guiano
late el despachar nuestra petición ; mas cuando nombra- en sus Anales del beato Francisco Senense de la órden do
mos á María, solo invocamos nuestra Müdre, y á la Madre los Servitas. Un soldado que por haber sido devoto de la
de misericordia, en quien no hay título que embarace el Virgen y babor dejado su devoción , no pudo pronunciar
interceder por nosotros con su Hijo: y si inlercede María, en dos años el nombre de María ; dando limosna á cinco
¿ c ó m o la negará su Hijo lo que pidiere? ó ¿cómo ha de pobres en reverencia de las cinco letras dei nombre de
embarazar su justicia á su misericordia ; pues atiende can- María, al dar la última limosna al quinto pobre desaló Dios
tes á los méritos de la Madre que inlercede, que á los de- su lengua y pudo pronunciar entonces y después toda su
méritos dei siervo que suplica ? Por eso prueba un doctor, vida el dulcf-iimo nombre de María. Mas no es maravilla
que el nombre de María obra algunos efectos ex opere opé- que haya hecho Dios estos y otros milagros , librando de
r a l o , solo con invocarle cualquiera que le invoque por vo- enfermedades, peligros de muerte, tentaciones, y de los
luntad é institución divina, al modo que dan algunos demonios á los hombres que invocan con devoción el
doctores esta virtud á la sefial de la cruz, á los cuales fa- nombre de María ; pues ha sucedido no una vez sola, que
vorece no poco san Agustín, y al moda que la tienen los algunas avecillas de estas que aprenden á hablar, v i é n -
exorcismos de la Iglesia. Pero sea lo que fuere de esto; lo dose presas del g a v i l á n , con pronunciar el nombre do
cierto es, que los santos y doctores atribuyen semejantes María á que las habian acostumbrado; ellas quedaren l i -
efectos, al nombro de María que al nombre de Jesús. San bres, y el gavilán cayó de reponte muerto. Aflado sola-
Germán afirma, que el nombre de María destierra todo te- mente un caso, que cuenta Viucencio Uelovaccnse, en su
m o r : san Buenaventura, que los que invocaren á María, Espejo historial, porque ensena juntamenle una devoción
no temerán en el punto de la muerte; y que no tiemblan a! dulcísimo nombre de María. Dice, pues , este autor,
tanto los enemigos visibles de un copioso ejército, como que había un monge llamado Josio, devotísimo del nombre
los demonios del nombre de María; y que tienen mucha de María, en cuya reverencia rezaba cada día después de
paz los que veneran este nombre : santa lírígida dice, que maitines, cinco salmos que empiezan con las cinco letras
el nombre de María le veneran los ángeles, le temen los del nombre deMaiía , y son estos: 1. M a g n i f t c a t : 2. A d
demonios, y trae salud á ¡os hombres que le invocan con D u m i n u m , cutn í r i b u l a r e r : Itclribue servo t u o : 4. I n
propósito de no pecar mas : el beato Alberto Magno, que c o m e r l e n d o : 5. Á d le levavi oculos meos. Murió de repente
el nombre de María apaga las llamas deshonestas, é i n - aunque no desprevenido, y yendo el abad con los mongos
funde castidad : san Anselmo, que el nombre de María es á verle á su celda, hallaron su roslro hermoso, como de
seguridad de los que se hallan en algún peligro : san A n - un ángel que gozaba ya de la vista clara de Dios, y vic^-'
tonio de Padua, que el nombre de María Irae alegría á les ron que do los ojos le salían dos bellísimas rosas, otras
triflcs, parque es júbilo en el corazón, miél en la boca y dos de los oídos, y la quinta de la boca. En las hojas de
música en eloido. Mas, ¿ p a r a q u é es menester amontonar esta rosa estaba escrito el nombre de María; y en las hojas
testimonios, y gastar muchas palabras en lo que se puede do las cinco rosas los principios de los cinco salmos del
decir en pocas? A los que invocan con fó y devoción nombre de María. Esluvo el sanio cuerpo por enterrar siete
cJ nombre de María, favorece Diosen todas sus necesida- dhis, concurriendo mucha gente á ver tan gran mara-
des , socorre en iodos los peligros, consuela en todas las villa , con que Dios testificaba cuán agradable le había
aflicciones; y no hay ninguno tan miserable que no hallo sido aquella devoción al nombre de su Madre.
consuelo, alivio y socorro en este dulcísimo y poderosísi-
Por esto nuestra principal devoción después del nom-
mo nombre.
bre de J e s ú s , ha de ser con el nombre de María; y sí p e -
Con todo esto, no se excusa apuntar uno ú otro de los dimos al Padre en nombre de su Hijo, para alcanzar loque
Innumerables milagros que ha obrado Dios para honrar y deseamos; pidamos al Hijo en nombre de su Madre, para
ensalzar el nombre de su Madre,sacados de graves y d i - conseguirlo que pedimos. Dijo Cristo, que todo cuauto
ligentes autores, Y aunque, si bien se considera, lodos los pidiésemos al Padre en su nombre, nos lo concedería;
milagros que Dios hace por la iiilercesion de María , qae así podemos creer que no nos negará nada el Hijo, que le
son continuos , grandes y estupendos en todas las partes pidiéremos en nombre de su Madre. San Gerardo , obispo
del mundo, y cen lodo género de personas, sirven para y m á r t i r , y otros muchos devotos de la Virgen, no nega-
ensalzar y magnificar el nombre de María; con todo eso ban nada que les pidiesen en nombre de María. Pues ¿quién
ba obrado muchos y muy grandes milagros, particular- creerá que no hará el Hijo á su Madre la honra que le
mente por la invocación ó devoción de. este dulcísimo nom- hacen los siervos ? Invoquemos en todas nuestras necesi-
bre. San Alberto, carmelita, como refiere Surio en sn dades y aflicciones el nombre de Jesús : porque es un
vida , hizo mochos milagros con la invocación del santí- nombre sobre todo nombre, y no hay otro nombre debajo
simo nombre de María. San Eustaquio cisierciense, era del cielo, en que haya salud, sino este nombre: pero des-
devotísimo del nombre de María, y siempre que pasaba pués del nombre de Jesús invoquemos el nombre de María;
por delante de alguna imágen de la Virgen, la saludaba, porque después del nombre de Jesús es nombre sobre
diciendo: Ave María. Murió, y después de muerto, le ha- lodo nombre , y por medio de e»le nombre quiere Dios
llaron en la lengua , escritas con letras de oro, estas pa- coocodernos la salud qnc nos viene del nombre de J e s ú s .
labras : Ave María. El beato Guillermo, monge también Por eso el dukfeiiposan Bernardo después de haber dicho
-'V.erci'en.^e, repelía muchas veces estas dos palabras: que el nombre de María se interpreta estrella del mar,
IMA 17. SKT1EMBRE 59
aft{»0é : «O lú cualquiora , que (c miras fluctuar en el mar pafta , Flandes , Italia, Francia y las Indias , con grande
¡9* ^(L1 siglo, combalido de olas y enrado de lempesta- aamento del culto de la Virgen, y grande provecho de sus
'Ics ; no apartes los ojos de esta Estrella, si no quieres ser congregantes que se honran con el titulo de esclavos de la
anegado de las ondas. Si se levantan vientos de lentacio- santísima Virgen. En Polonia se tiene tal reverencia y ve-
ffts, si das en escollos de iribuíaciones; mira á la Eslrc- neración al nombre santísimo de María, que no se atre-
llí«. llama á María. Si eres combalido d e c í a s de soberbia, ven ó poner á ninguna mujer esle nombre, juzgando que
fie ambición , de detracción ; mira á lo Estrella, llama á no es justo tenga otra mujer el nombre que tiene la Ma-
María. Si la ira , la avaricia, ó la tentación de carne, aco- dre de Dios; como ningún hombre se llama Jesus , por
metiere la navecilla de tu alma ; mira á Mana. Si turbado respeto á tan alto y divino nombre. Esta costumbre de
con la grandeza de tus delilos, confuso con la fealdad de los polacos se cree tuvo origen de Casimiro , primero rey
'H conciencia , y atemorizado con la terribilidad del juicio de Polonia, que casándose con una hija del duque de R u -
divino, estás para caer en una profundísima tristeza, y en sia , que se llamaba María ; quiso que tomase otro nombre
'in abismo de desesperación ; piensa en María. En los pe- y dejase el de María, por reverencia á tan soberano nom-
ligros, en las angustias , on las cosas dudosas, piensa en bre , del cual ni una reina era merecedora. Esto 6 lo me-
María: y para alcanzar el sufragio de su oración, no dejes nos avisa á las mujeres que llenen el nombre de Mar ía,
pasar el ejemplo de su converpacion. Siguiendo á María, cuánta pureza de vida y santidad de costumbres deben
no vas descaminado: rogando á María, no desesperes: procurar para llenar lan sublime y soberano nombre, y
pensando en Maria, no yerras: teniéndote María, no caes: no ofender ni afrentar, si se puede decir así, el nombre
defendiéndote María , no temes : siendo In guia María, no Marta : del cual dice san Pedro Crisóiogo , «que es insig-
te fatigas: y siéndote propicia María, llegas al puerto de- nia de la virginidad, hermosura de la honestidad, indicio
seado y experimentas en tí mismo , con cuánta razón se de la castidad , sacrificio de Dios , viitud de la hospitali-
llama esta Virgen María.» Hasta aquí san Bernardo. dad y colegio de toda la santidad.
Siempre ha sido muy venerado y celebrado en la Igle- Empezóse á celebrar fiesta al nombre de María en Es-
sia el nombre de María. Tomas Bozio afirma, que desde pana , en la muy santa y muy ilustre Iglesia de Cuenca el
el tiempo de los apóstoles la reina Candace , convenida á año de 1 S 0 3 , por breve apostólico, el octavo dia de la
la fe por san Müleo, a p ó s t o l , edificó en la ciudad de A u - Natividad de nuestra Señora . con oficio propio y rito do-
*im , en Etiopia , un templo con el nombre de María , que ble, y mucha solemnidad: gloria grande de esta santa
fué aníignamente muy célebre y frecuentado de los pere- iglesia haber sido la primera que celebró la fiesta al nom-
Ri'ioos de toda aquella provincia. En nuestra líspnfia sa- bre de María. Fundó y doló esta Cesta el canónigo Pedro
bemos, que Santiago a p ó s t o l , su p a t r ó n , edificó en la del Pozo, por !a singular devoción que tenia al du'cís'tmo
ciudad d(.> Zaragoza , de! reino de Aragón, una iglesia con nombre de María, dando para la fundación seis mil mara-
P1 nombre de María, por mandato de la Virgen que vivia vedís. Reformó entre otras muchas fiestas Pió V , esta del
aun en la tierra. Mas no hay para q u é detenernos en esto; nombre de María ; y desde entonces se hizo en la iglesia
pues como dice san Antonio de Florencia , no hay ciudad de Cuenca conmemoración de ella solamente , hasta que
ni tugar por peqttefio que sea on toda la cristiandad que no el canónigo Juan del Pozo, sobrino del canónigo Pedro
tenga alguna iglesia ó ermita , ó por lo menos algún altar del Pozo, imitando la piedad de su iio suplicó al papa
consagrado al nombre de María. Las religiones que se han Sixto V , restüuyese esta fiesta á la Iglesia de Cuenca, y
fundado debajo del nombre de María , son muchas y muy diese licencia de celebrarla con ia misma solemnidad que
esclarecidas , la de Santa María del Monte Carmelo , la de ántes , y con oficio propio enmendado, se.gun los decretos
la Merced y la religión de log Siervos de María. Dejo las del concilio Tridenlmo, y Pió V ; todo lo cual concedió su
religiones de monjas, que se honran con el nombre de santidad, mandando que se trasladase Ja fiesta á los 17
María. Muchas órdenes militares (como también lo fué en de setiembre , corno consla de testimonio del cardenal
sus principios la de Santa Maria de la Merced , cuando Deza al canónigo Juan del Pozo , dado en Roma a n de
descendió á Barcelona ) lomaron el nombre de María : la enero de 1581. Después se comenz ó á celebrar esta fiesta
de Santa María de los Teutónicos: la de Santa María de en la santa Iglesia y arzobispado de Toledo: y finalmenic
Calatrava , que se instituyó en Castilla, año de 11S8 , y nuestro santísimo padre Clemente X , ha mandado que en
•oilita en ella debajo del nombre de María , gran parte de todas las provincias, reinos, estados y señoríos , sujetos
la nobleza de España : la de Sania María de Monlesa , en á mieslro católico rey de España (que Dios guarde), se
Aragón t la de Santa María Gloriosa en Italia; y otras en cekhre perpetuamente fiesta al nombre de María, á los IT
diversos reinos y provincias. Las congregaciones que se de setiembre con las lecciones del mismo oficio, que se
bao fundado y' cada dia se fundan debajo del nom- suele decir en el arzobispado de Toledo, por un breve'
bre de María, no tienen número : entre las cuales es despachado á H de enero de 1611.
niuy celebre la que fundó el venerable P. Fr. Simón Del nombre de María escribió Fr. Antonio Navarro' de
Rojas de la sagrada órden de la Sanlísima Trinidad , con la órden de la sanlísima Trinidad, un libro que intituló:
"lulo del ¿tue Jtfaníi, del cual nombre y salutación era Abecedario v i r g i n a l : en (pie da á la Virgen doscientos veinte
devolísimo ; y se dice que la primera palabra que habló y ocho nombres; según la sagrada Escritura y propieda-
coando n i ñ o , f u é ; Ave M a r í a , y después toda la vida la des de piedras preciosas, aves , animales, fuentes, á r b o -
rcpotia frecuentemente , y con esta salutación dió salud á les y otros secretos de naturaleza. Otro libro iulilulado:
muchos enfermos , y echó los demonics'de los cuerpos, é T r i s c g i o n í/ajíi/tiwn), escribió el padre Adriano Lireo, de
hizo otros milagros ! y aun afirma su historiador, que no la Compañía de Jesus ; y el padre Juan Bautista Poza; de
P'dió á Dios por el nombre de María, que no lo alcanzase. la misma Compañía, dice mncho en su Elucidario de est»
Hase extendido esta congregación del Avú M a r i o por Es- santísimo nombre. Otros doctores y sanios Padres, dicen
LA Lr.YlíNDA DE ORO. DÍA 17.
grandes alabanzas del nombre de María de los cuales llamado Faramundo, para castigo de aquella Iglesia; por-
muclios dejamos arriba citados. que era un lobo cruel y carnicero, que no atendía sino á
SAN LAMBERTO, OBISPO Y M Ú r n u . — D e ilustre sangre derramar y despedazar el rebano del Sefior, cuyos juicios
nació san l.ainborlo en la ciudad de Mas'ricbl; su padre son secretísimos y justísimos, auntjue en esta \ida no los
se IÍÍHIÍÓ Apto, y su madre Ucrisplinde. Tuvo por maes- alcancemos ni enlendamos, porque aflige al santo y le-
Iro desde niño á uu sanio y docto v a r ó n , llamado l a a - vanta al pecador. Salió de su Iglesia Lamberto , y fuese á
tioaldo. defjuien bace conmemoración como de santo, el un monasterio de sanios monges , que se llamaba e s t a b ú -
Martirologio romano á los 10 de marzo : el cual le enseñó lense , para vivir en él mas apartado de los cuidados de
las divinas Letras y el temor santo del Seiior: y Lamberto obispo , y darse mas á la penitencia , á la oración y con-
se (lió lauto á la vii lud , que por sos merecimientos y los templación de Dios. Fué recibido del abad y de lodo el
de su maestro Landoaldo trajo fuego en el seno, sin que- convento, como santísimo varón y un ángel venido del
marse , y por ¡as oraciones de ambos brotó una fuente de cielo : y aunque lodos le honraban y respetaban por su
agua clarísima para el edificio de la iglesia (pie se labraba. santidad y dignidad ; él se humillaba y ponía debajo de
Cuando volvió á casa de sus padres , huia de la conversa- los piés de todos, y no se trataba como obispo, sino como
ción de los oíros mozos nobles y libres, sus iguales, y el menor novicio del convento. Mostrólo bien en una cosa
menospreciaba las bonras y vanidades del siglo, y todo que le sucedió; porque una noche durmiendo con los otros
lo que podía daba á los pobres, lira á la sazón obispo de frailes en el dormitorio, quiso á deshora levantarse de su
Maslricht san Teodardo, varón de grande anicridad en la camilla para darse con mas cuidado y atención á la ora-
córle del rey y en lodo el reino por HIS excelentes virtudes: ción: al tiempo de calzarse se le cayó nn zapato en el
por las cuales Dios 1c dió la corona del marlirio ; porune suelo, y con el ruido inquietó á los bailes que dormian.
d e r r a m ó su sangre por la libertad y defensa de su Iglesia, Oyólo el abad; y no sabiendo quien era , dijo: Cualquiera
y como de mártir bace memoria de él la santa Iglesia á quesea el que ha hecho este r u i d o , vayase á la Cruz,
los 10 de setiembre. A este santo obispo entregaron á como es nuestra costumbre , y estése allí paia que pague
Lamberlo, ya mozo, sus padres para que le criase y le su culpa con <»sla obediencia. La noche ora muy fría y de
guiase: y el lo bizo, y descubrió en Lamberlo tan grande gran hielo; y el santo prelado por obedecer al mandato
ingenio, doctrina, modestia y prudencia , rpie le amó y del abad, vestido como estaba de solo el cilicio, sin tomar
íavoreció miiclio; y todo el pueblo se le aficionó de ma- para su abrigo otra ropa, se fué á la Cruz, que era un l u -
licia , que, muerto Teodardo, luego puso los ojos en Lam- gar devoto , apartado y descubierlo, y allí se estuvo hasta
berto, para liacerle sucesor del santo obispo y mártir : y que se levantaron los frailes , y rezaron sus maitines y
por mucho que Lamberlo lo resistió , declarando sus ¡lo- volvieron á calentarse porque el frió era muy crudo y r e -
cas fuerzas para llevar lan gran peso , fué tanta la instan- cio. Cuando el abad no vió entre los otros monges á san
cia que le hicieron y la fuerza con que se lo pidieron, que Lamberlo , preguntó en donde estaba ; y entendió (le los
iio pudo dejar de bajar la cabeza , y rendirse á su volun- monges (pie era aijnel á quien él habia mandado que se
tad , entendiendo que era la de Dios, que se queria servir fuese á la Cruz. Corrió luego á é l : hallóle desnudo con
de él en aquella dignidad , de la cuál él se tenia por lan solo el cilicio, traspasado y casi helado de frió, y res-
indigno. plandeciente su roslro con una nueva y celestial claridad:
echóse á sus piés con los demás monges pidiéndole per-
En sentándose en la silla de obispo, luego se entregó á
don : y el sanio obispo corrido y confuso con la humildad
todas las obras y ministerio xle vigilante y santo pastor.
y perdón que le pedia el abad , le rogó que no le hablase
Tredicaha á menudo coo gran fervor y espíritu y lo que
de aquella manera , sino que le perdonase á él sus fallas,
ensenaba de palahra, coníirmábalo con su santa vida. Re-
y el descuido que habia tenido en turbar el sueno de los
parlia todo lo que tenia á los pobres : era padre de los
religiosos. En este monasterio estuvo siete años san Lam-
luiérfanos , refugio de las viudas , consuelo de los afligi-
berto , basta que el tirano Kbroíno su perseguidor, por
dos y remedio de todos los necesitados. Hacia Dios por él
justo castigo de Dios fué muerto; y Faramundo fue echado
muchos milagros , y resplandecía en su Iglesia como un
no solamente de la Iglesia que con violencia habia usur-
nuevo sol en el mundo. Extendióse luego la fama de su
pado, sino también deloda la provincia. Trocáronse lodas
santidad periodo el reino de Francia : y el rey Childerico
las cosas, después que el gobierno del reino con la d i g -
que á la sazón lo era , deseó tenerle cabe s i , y se sirvió
nidad de prefecto ó mayordomo mayor del palacio real,
de é l , dándole mucha mano en el gobierno del reino y
vino á manos de Pipino: el cual envió á llamar á san
aprovechándose de su consejo. Mas esto duró poco , por-
Lamberlo del monasterio cslahulense donde estaba , y le
que el rey Childerico fué muerto á traición ; y Lbroíno,
honró mucho , y le favoreció y restituyó á su Iglesia,
caballero principal y maesiro de casa ó mayordomo ma-
donde el santo con su ejemplo , doctrina y vigilancia, hizo
^,01' del palacio real (á cuyo cargo, por razón de su oficio,
gran fruto, visitando su diócesi y curando la roña de
estaba el gobierno del r e i n o ) , era ambicioso y cruel t i -
sus ovejas, y esparciendo por todas partes los resplando-
rano: y muerto el rey, para que no hubiese quien le fuese
res de sus virtudes. Y no contento con dar buena cuenta
(\ la mano, la tuvo para eclíar de su silla á san Lamberlo,
del ganado que Dios le habia encomendado ; sabiendo que
y deslerrarle con gran regocijo de los malos, y tristeza y
unos pueblos allí cerca llamados Tajandrcs , todavía esta-
llanto de los buenos. Consoló el sanio prelado lo mejor que
ban en la ceguedad y tinieblas de la gentilidad, fué á ellos
pudo á sn pueblo, y mostróse en lodo varón do Dios;
para alumbrarlos y traerlos á la luz y fé de Jesucristo.
porque ni perdió la paz de su alma , ni la serenidad de
Jimtáionse todos aquellos pueblos paganos, para maltra-
su rostro , ni la compostura y gravedad de^su persona, en
lar al santo predicador y darle la muerte: dijéronle m u -
todas las injurias . desacatos y vituperios que le hicieron,
chos baldones: luciéronle grandes injurias y malos trata-
r ^ u r p ó por fuerza la silla del sanio un malísimo hombre.
DIA 17, SETIEMBRE. i / A 01
míenlos : y él con la paciencia , consl.nr.cia y nianscduni- suyos que se llamaban Pedro y Andolero, y otros de su
bi'e, los rindió y sujetó al yugo de micslio Soñor Jesu- familia. Fué su muerle á los IT de seliembre del año del
r r i s l o , y los baulizó y derribó los ídolos , fundó iglesias, Señor de 098, habiendo sido obispo cuarenta a ñ o s . A l g u -
ordenó sarerdoles; y (¡nalmenle consiigió á Crislo nuestro nos de los que estaban en compañía de san Lamberto, y
Redentor toda ariueila tierra. y se pudieron escapar d é l a s manos de aquellos sayones,
lira Pipino principe excelente , pnideutc en la paz, v a - tomaron su cuerpo y le llevaron por el rio Mosa abajo ú
leroso on la guerra y piadoso y liberal con las iglesias, y Mastrichf, y le sepullaron honoriíicamenlc en la iglesia
í"on las personas eclesiásticas y dedicadas á Dios ; pero del príncipe de los apóstoles. Y fué cosa maravillosa (pie,
'odas estas virtudes las oscurecía y mancillaba con la concurriendo de todas parles innumerable gente, para ver
deslioneslidad y con liaber descebado á su legítima mu~ y adorar ai santo, y llegándose fácilmente lodos los demás
jer Plecludris, entregándose lolalmente á una amiga que al sagrado cuerpo; las mujeres que esiaban amancebadas
se llamaba Alpayda , con grande ofensa de Dios y e s c á n - y eran deshonestas, no podían por ninguna manera llegar
dalo de lodo c! reino. Oíros obispos y sacerdotes callaban, á é l . Allí estuvo doce años, y Dios hizo por el santo gran-
ó por lisonjear al pi íncipe ó por desconfiar que el repren- des milagros; y entre ellos se senlia en su sepulcro un
derle no podría aprovecbai ¡ mas Lamberto como era tan olor suavísimo, y una fragancia del cielo que excedía á
sanio, lan abrasado y zeloso del amor de Dios, tenia todas las especies aromáticas y á lodos los suaves oleres
tanta autoridad con el mismo Pipino y en el reino, que se de la tierra , y una música y consonancia de voces mas
opusoá Pipino, avisándole, a m o n e s t á n d o l e , r e p r e n d i é n - que humana. A Dodon, que fué el principal matador, se
dole y amenazándole muebas veces con la ¡ra y castigo le pudrieron las e n l r a ñ a s , y las vino á echar á pedazos
severo del Señor sino se enmendaba. Temió la mala bem- por la boca. Ll que hirió al santo obispo en lá cabeza, r i -
bra , como otra llerodías , que al cabo podría tanto san ñ e n d o , mató á su mismo hermano , y fué muerto del her-
Lamberlo con su auioridad con Pipino , que ia dejaría y mano ; y los demás que inlervinieron en su muerte, den-
se apaiiaría de su dcsboneslo Iralo, y persuadió á un tro de un año todos, ó perecieron miserablemcale ó v i -
hermano suyo, que se llamabn Dodon, (pie no permitiese vieron después con laníos Irabajos y pobreza, que la vida
que Lamberlo pudiese tanto con Pipino en dafío suyo. tuvieron por muerle. Pasados los doce años . habiéndose
vislo en la aldea de Lieja , y en el mismo aposento donde
Tomó algunos medios Dodon, para, ablandar, ó es-
fué martirizado, muchas lumbres y leslimonios del cielo,
lianiar á Lamberlo; pero lodos fueron sin provecbo: y
que testificaban ser la volunlad de Dios, que el sanio m á r -
Alpayda eslaba siempre alenla, y buscando alguna luiena
tir fuese sepullado en el mismo lugar donde bahía sido
ocasión para ponerle en desgracia de Pipino y acusarle.
muerto, se le edificó una iglesia de su advocación. Tras-
Ofrecióse una de un c o n v i í e q u e Pipino hizo, como lle: o-
ladó oí sagrado cuerpo san I berio, discípulo y sucesor de
des, al cnal convidó al sanio obispo Lamberlo y á oíros
san Lamberlo, y traspasó la silla catedral á Lieja , (pie es
señores. Trajéronlc al convite un vaso de vino (á la usanza
ahora una ciudad muy celebrada y populosa, y cabeza
de la tierra), y Pipino le mandó dar á san Lamberlo, para
de toda aquella provincia, y tiene por patrón á san L a m -
•pie bebiese p r i m e r o , > el le recibiese de su mano sa-
berlo : y nuestro Señor después le ilustró con muchos m i -
grada. Bebieran de él los oíros señores (jue estaban sen-
lagros y con muchos y grandes templos que en diversas
tados á la mesa ; y Alpayda, que (ambicti se bailaba allí
piu les se han edificado á honra suya: y esla traslación
con nnicha desenvoltura y poca vergüenza , extendió la
celebra la Iglesia de Lieja á los 2IJ de abril. De san L a m -
mano para lomar el vaso y beber ella : lo cual no pudo
berto, hace mención el Marlírologío romano á los 17 de
sufrir san Lamberlo; ánles se levantó do la mesa, y con
setiembre, y el de Beda y los d e m á s . Escribió su vida
mucho disgusto se p a r t i ó , dejando á Pipino y á los otros
Pedro Godescalco, diácono d é l a Iglesia de Lieja; des-
convidados confusos. Pero la mala mujer para irrilar mas
pués Kslébau, obispo de la misma ciudad; Sigiherlo y N i -
« Pipino contra san Lamberto , bizo que le enviase un re-
colás , canónigos de san Lamberlo, y Uainerio monge.
cado , y le rogase que en ninguna manera se partiese sin
Surio en el tomo Y, trae la vida de san Lamberlo, y se
ver primero á su mujer; llamando así á su amiga. San
croe (¡ue es la que escribió Esteban, obispo; y el carde-
I-amberto, con gran ánimo y constancia respondió á este
nal líaronío en sus amMaciones del Martirologio romano;
'•erado , que por ninguna cosa comunicaría con aquella
Juan Molano en las anotaciones á üsuardo , y el Indice de
Rhijer , por ser adúltera : y que le pesaba en el alma,
los santos de Flandes. escriben de el,
que el estuviese lan duro y lan empedernido en su peca-
do. Con esto quedó Pipino enojado , y su amiga rabiosa y *SANTA COLOMBA Ó COLOMA, VÍIUÍEN VMÁUTIR.—Habiendo
furiosa , lemíendo que el justo zelo del santo obispo había perdido á su padre siendo aun muy joven, quedó confiada
de prevalecer contra ella: y así apretó á Dodon su her- á cargo de una hermana suya llamada Isabel, esposa de
mano, y le encendió do tal manera contra el sanio (pie san Jeremías. Enlramlms bermanas, se reunian para en-
se delerminó á darle la muerle: y tomando consigo gente tregarse á ejercicios de piedad, y la aversión (pie mani-
l i m a d a y atrevida., una noche que el sanio obispo des- feslaba Colomba al matrimonio, laatribnia su madre á este
pués de haber rezado sus horas, y orado largo rato, ya íntimo trato con su hermana. Isabel y J e r e m í a s , edifica-
cansado, se había echado un poco c reposar en la cama, ron un doble monaslorio no muy lejos de Córdoba, patria
(b«ron en él como lobos en un cordero manso ; y s a c á n - de Colomha, y allí se encerraron con su familia. Apenas
dole de ella y postrado en el soelo y tendidos los brazos pudo Colomba disponer de si, dejó la casa de su madre, y
forma do cruz, y suplicando humilde y afectuosamente pasó á vivir en el monasUírio de su hermana, donde se dió
a nuestro Señor delante del altar do los santos mártires enleramente á la perfección religiosa. Muchas fueron las
^osme y Damián , que recibiese su espírilu; le atravesa- tentaciones con que la probó el Señor, pero la santa v i r -
'on con una lanza y le mataron , y con el á dos sobrinos gen, escudada con la oración, las resislió ludas. Poco l¡e:u-
62 LA LEYENDA DE ORO DIA 17.
po después, los moros declararon cruel persecución á por medio de un milagro la alegría y órden de la fiesta.
cuanlos vivían en los dos monaslerios, así es, que se vie- Inmediatamente fué presa y puesta en el tormento, en el
ron obligados á abandonarle, refugiándose casi todos á la cual fué afligida por espacio de muchas horas, y des-
ciudad de Córdoba. Colomba, inspirada d e ü i o s , y sin hablar pués salió ilesa, hasta que al fin la degollaron, y así alcan-
palabra, se présenlo al juez mahomelano, declarando (pie zó la pajma de la victoria.
era cristiana y que adoraba á Jesucristo, Dios verdadero, SAN NARCISO Y SAN CRESCENCION, MÁIITIRES.—En las ac-
al paso que abominaba al impostor Mahoma. La sania fué tas del mártir san Lorenzo se leen las siguionles palabras:
condenada á ser decapitada, y efeclivamente, le corta- o Poco antes del martirio del ilustre levita, fué este de no-
ron la cabeza en la misma ciudad de Córdoba, el d i a l ! che á buscar á los cristianos que se hallaban reunidos en
de setiembre del a fio 8;i3 Fué enten ado su cuerpo en la la casa de un tal Narciso; les exborló á todosá continuar
iglesia de Santa Eulalia. en la fé de Jesucristo, y á no intimidarse con la persecu-
SAN JUSTINO, PIIESBÍTE[IO Y MÍRTIU.—Fué ordenado sa- ción que estaban sufriendo. Ilabia en aquella reunión de
cerdote de la Iglesia de Roma, por el papa san Sixto I I . fieles un cristiano llamado Crescencion ; ciego de naci-
El Martirologio romano, dice que fué célebre en la confe- miento, que al oír á Lorenzo, le suplicó le curasen la
sión gloriosa de su fé, durante la persecución de los e m - ceguera para que pudiese verle, y en efecto, habiendo he-
peradores Valeriano y Galieno. La principal y mas gustosa cho Lorenzo la señal de la cruz sobre los ojos del ciego,
ocupación de este santo, después de las atenciones de su al momento vió Crescencion á su bienhechor, y toda
sagrado ministerio, era el dar sepullura á los cuerpos do aquella congregación dió gracias al Señor por el nuevo
los que habiau derramado su sangre por Jesucristo. Entre prodigio.» Después, Narciso y Crescencion, derramaron
los muchísimos santos á quienes enterró, se cuentan el también su sangre por la f é e n la misma ciudad de Roma,
nombrado papa san Sixto, san Lorenzo, san Hipólito y durante el imperio de Valeriano.
otros. Fué célebre en aquel tiempo por su intrépida perso- SAN PEDUO DE ARBUÉS, MÁRTIR.—Nació en el reino de
verancia en aquella buena obra, y al fin murió también Aragón, en una villa d i s l a t e seis leguas de Zaragoza, el
martirizado en Roma, en la via Tiburtina, en tiempo del año 14 i ! . Fué criado por sus virluosos padres en el temor
emperador Claudio I I , por los años 2G8. de Dios, é hizo luego grandes progresos en las ciencias
Swr.v niU)F.(iAnms, víiifiEN.—Nació en la dióresis de humanas, y en la sagrada teología. Graduóse de doctor en
Maguncia, el año" 1098, de los condesde Spanheim. Ape- Uolonia, donde enseñó con admiración de todos, y ense-
nas tenia ocho años, fué entregada á la abadesa de un guida fué hecho canónigo de la sania Iglesia de Zaragoza,
convento, parienta suya, que debia cuidar de su educa- cuando aquel cabildo era todavía regular. Pedro hizosuso-
ción. A pesar de su tierna edad, mostró desde luego deci- lemne prolbsion el año 1 í "76, y fué el gozo, el consuelo y el
dida aficiona lodo lo que era santo y virtuoso, y abierta espejo de todo aquel clero, por sn modeslia, su humildad,
repugnancia á las cosas del mundo. Algunos anos después su amor á los pobres y sn pnidencia. Cuando los reyes
recibió el hábito religioso en el mismo monasterio, y cre- cnlólicos eslablederon en España la Inquisición,nombraron
ció de tal tebfá en ella, el espíritu de perfección, que el á Pedro primerinqnisídor de Aragón, y el celoso desempe-
cielo la favoreció muchas veces con divinas visiones. San ño de su encargo, le atrajo el odio de los judíos, que j u -
Bernardo, que esiaba predicando la cruzada en aquel raron perderle. Una noche á la hora de maitines, se i n t i o -
pais, visitó á llildegardis varias veces, y habiéndola exa- dujeron tres de aquellos en la iglesia, y cuando el santo so
minado detenidamente, declaró que se hallaba dotada del hallaba arrodillado haciendo oración delante del santísimo
espíritu piofético. Su humildad, su modestia, su paciencia sacramento, le acometieron de improviso y le descarga-
y l erogimicnlo, eran superiores á toda ponderación : era ron tan fuerte cuchillada en la cabeza, que á los dos dia»
un ángel en carne, un serafín en amor encendido á su murió, el í l de setiembre del año 1485, siendo después
esposo Jesucristo. Por la muerte de la abadesa, su parien- canonizado por el papa Alejandro V I I .
ta, fué la santa elegida superiora d é l a casa, en cuyo des- LOS SANTOS SÓCRATES Y ESTÉVAN, MÁRTIRES.—Ingleses (le
tino continuó viviendo en una íntima unión con su Dios. nación, fueron convertidos y bautizados por san Anlibalo,
No descuidaba por esto la solicitud debida al buen desem- presbítero y mártir. Durante la persecución de Dioclecia-
peño do su encargo; pero habiéndose aumentado conside- no, se negaron á abjurar la fé de Jesucristo, y fueron de-
rablemente su comunidad, llildegardis se retiró al monte gollados en Walia de Inglaterra, el año 3 0 i .
de San Roberto, cerca de Binguem, el año 1 1 Í 8 . Después LA IMPRESIÓN DE LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO.—Dos años
fundó otro monasterio en la diócesis de Maguncia, y en él antes del glorioso tránsito de san Francisco de Asís, en e l
murió el dia n de setiembre del año I H O , el ochenta y de 1224, se fué el santo patriarca, como solía, al monte
dos de su edad. Esta santa fué célebre en su tiempo, en de Aherna, lugar apartado y quieto para la oración, á
lodo el orbe cristiano, y lo prueban las varias obras r e l i - celebrar la cuaresma de Asunción de nuestra Señora.
giosas que nps ha dejado, y particularmente una colección Y como allí gozase en la altísima contemplación de los m i s -
de cartas que escribió, la mayor parle dirigidas á las per- terios de Je ucrislo, trasformado en él con inefable dulzu-
sonas mas calificadas de la Iglesia y del estado, que lo pe- ra, una m a ñ a n a cerca de la Exaltación de la santa Cruz,
dían su consejo. vió bajar del cielo una semejanza de serafín, que leuía
SANTA AIUADXA, MÁIVTÍIV.—Era una joven griega que v i - seis alas como el que vió Isaías, que echaban de sí cenle-
vía en Frigia durante el imperio de Adriano, ü a d i a quese llas de gran resplandor. Y como volando con ligereza,
estaba celebrando una gran fiesta en honor de los ídolos, Hugase a! lugar donde él estaba, apareció entre las alas la
se presentó la san^t en el lugar de los sacriücios, y pro- figura de un hombre crucificado que tenia las manos y
clamando en alta voz la gloria y divinidad de Jesucristo, los piésestendídos en cruz, y clavados con clavos, y el pe-
condenó la horrible superslicion de los paganos, y lurbó cho alanceado. Esta visión llenó de maravilla al siervo do
niA 18. SETIK G;^
Dios, dü compasión por los dolores de Cristo, y de goito, hitáramos de escribir la vida de sus padres, como la del
porque entendió que era voluntad de Dios Iransformarle en hijo, tuviéramos muchos ejemplos raros y admirables que
una iinágtín viva de Jesucristo crucificado . Desapareció la contar: especialmente de su santa madre, que no solo en
visión, dejando abrasada su alma en amor muy encendido la misericordia, mas en la penitencia, oración y otras
vehemente, y luego so vieron en sus manos y pies, las virtudes, se señaló mucho, como lo mostró Dios con a l g u -
seftales de los clavos conforme los habia visto en aquella nos casos milagrosos. Uno de ellos fué, que habiendo dado
''gura. Los agujeros eran tan grandes, que se pedia me- un dia toda la harina que le hablan traido de un molino,
l w un dedo de la mano, y de la llaga del costado, que cuya renta lenian destinada ella y su marido para los po-
siempre tenia abierta, con mucha frecuencia le corria san- bres; viniendo un pobre de nuevo, dijeron las criadas que ya
gre, (san Buenaventura , Legenda sane. F r a n c . cap. 13). se habia dado toda la harina, y no habiaquedado nada en la
Este milagro se puso en el Martirologio romano, por man- troj. Con todo eso, dijo ella: Mirad bien la troj y barredla;
dato de Sivto V, y después se mandó que se celebrase que no permitirá Dios, que so vaya este pobre de mi casa
lie sta de él en toda la Iglesia. Véase la vida del santo, el sin limosna. Volvieron las criadas, seguras deque no ha-
(íia 4 de octubre. hian de hallar nada; y hallaron la troj llena, con grande
SAN RÓCELO, MÁRTIR.—Era un niño de la ciudad de espanto y admiración. Empezaron á d a r voces admiradas,
Aulun, que en tiempo del emperador Antonino, siendo y ella, huyendo de la vanagloria, les hizo señales que ca-
prefecto Valeriano, por no querer abandonar la religión llasen, y dijo : Bendito y alabado sea el Señor, que así r e -
C| isl¡ana, después de padecer muchos tormentos, hecho media á sus pobres. Dióle también el Señor particular g r a -
pedazos por las fieras, alcanzó la corona del martirio en cia para sanar niños quebrados : porque haciendo la se-
su misma patria. ñal de la cruz, los dejaba libres do aquel accidento; mas
ella quería ocultar el milagro con una venda que les ponía,
Los SANTOS VALERIANO, MACRINO Y GORDIANO, MÁRTIRES.
advirtiendo que no se la quitasen hasta cinco ó seis dias.
—Las únicas noticias que tenemos de estos santos, son del
Murió como habia vivido, y en su úlliraa enfermedad, todo
Martirologio galicano, que dicen que murieron degollados
su cuidado ora decir á los criados : Den limosna á e s o s po-
en Noyon, en tiempo de Decio.
bres : dénies de comer : vistan á esos pobres: que son las
SANTA AGATODIA, MÁRTIR—Fué griega de nacimiento, y
palabras que decia toda su vida : y estando ya cercana á
abrazó la religión cristiana, siendo esclava de una mujer
la muerte, ó por mejor decir á la vida cierna, vió á su
'"fiel. Asi que esta lo supo, empezó á castigarla continua-
marido, que habia muerto algunos años antes, y venia
«noiile, y á darla muy malos tratos, los cuales duraron por
desde el cielo á visitarla. Hablando sanio Tomás do su san-
espacio decebo años. La santa paciente y resignada, no se
ta madre, decia semejantes alabanzas, que san Agustín
(lllejó nunca, pero tampoco desistió de sus propósitos, y
do santa Mónica. De tales padres nació tal hijo, y do talos
la que tanto la habia atormentado, la acusa al juez. Este,
limosneros, el limosnero por excelencia, siendo mas he-
viéndola invencible, la condenó á varios suplicios, y al lin
redero do su misericordia que de su hacienda ; y una do
le hizo arrancar la lengua, y echarla en una hoguera,
las mayores alabanzas de santo Tomás, fué haber excedi-
tlondc acabó gloriosamente su vida
do mucho en la misericordia á sus padres.
S AN SÁTIRO, CONFESOR.—Fué hermano de san Ambrosio,
arzobispo de Milán, por el cual sabemos que Sátiro con- En la niñez dió sauto Tomás no solamente muestras y
servó toda la vida su integridad bautismal, con cuerpo señales do la caridad y misericordia que habia de tener en
casto y corazón puro. Según los bolandistas, murió en M i - su vida; mas tales ejemplos, que ya entonces merecía el
lán, el año 392 ó 393. nombre do Padre do pobres, y solo son menores, compa-
SANTA TEODORA.—Fué una noble matrona romana, que rados con los que dió después. Si alguno pudo decir con
cristiana de todo corazón, en tiempo de la persecución de el santo Job: «Conmigo nació la misericordia desde el
^¡ocleciano y Maximiano, se ocupaba en servir con toda vientre de mi madre, y conmigo ha crecido,» es nuestro
soficilud á los mártires durante su vida, y dar sepultura Tomás de Villanueva; porque en teniendo uso do razón,
3 sus cuerpos muertos. En estas ocupaciones y otras obras tuvo uso de la misericordia, siendo tan presto misericor-
^e piedad, llegó Teodora á una edad muy avanzada y dioso como racional. Cuando iba á la escuela, no queria
'parló coronada de merecimientos, por los ailos do 312. almorzar en su casa, sino que le diesen su almuerzo para
llevarle á l a escuela; y al primer pobre que encontraba se
DIA 18. lo daba, y él no se desayunaba hasta venir á comer á su
S.VXTO TOMÁS DK VILLANUEVA, ARZOBISPO Y CONFESOR.— casa. Muchas veces volviaá su casa sin medias, ni zapatos,
* M U t el santísimo ponliOco, gran limosnero y verdadero ni vestido, por habérselo dado á los niños pobres qué en-
l);idre de pobres, santo Tomás de Villanueva, en la villa contraba. Fstando un dia do invierno en casa de un veci-
^ Fuenllana, del arzobispado de Toledo, el aflo del Sefior no de su casa, llegaron unos muchachos desnudos, t i r i -
^ U H 8 : su padre se llamó Alonsó Tomás García, de los tando de frío á pedir limosna : despidiéronlos en aquella
l'ijos-dalgo mas principales de Villanueva d é l o s Infantes, casa sin limosna; y saliendo el niño tras ellos, los llamó,
y su madre dofia Lucía Martínez de Castellanos, natural y dió á uno la ropilla y á otro el jubón, á otro las media?,
^ Fuenllana, y de lo mejor de aquella villa. Aunque nació y con sola la camisa se volvió á su casa: y preguntado
santo en Fuenllana, so crió en Villanueva : y de aquí de su madre, cómo venia de aquella manera, la dijo: Se-
loiuó t.i apeii¡(i0 a| entrar en la órden de San Agustín, se- ñora, d é m e vuestra merced el castigo que quisiere, por-
la costumbre de la provincia de Castilla. Eran sus pa- que sabe Dios nuestro S e ñ o r , que viendo yo aquellos po-
^l'es ricos de bienes temporales, pero mas ricos de mise- brecitos desnudos y helados de frío, no me sufrió el cora-
ricordia y piedid ; y asi, su caga era hospital de pobres, zón, ni estuvo en mi mano dejar de vestirlos y cubrirlos
y su madre era ílamadn, la santa Limosnera ; y si b u - lo mejor que yo pude. Y como la madre era tan piadosa,
LA LEYENDA DE ORO. DIA 18.
no pndiemlo dolonortos lágrimas de censuólo, volvió á otra Villanucva; rogó á sn madre que pusiese en ella camas
parte los ojos y dio gracias á Dios nuestro Señor porque y ropa, y sirviese de hospital para pobres y peregrinos;
le había dado un hijo tan compasivo y misericordioso. Ha- porque dando él á Dios casa en sus pobres, Dios le daría
luéndose puesto un dia do fiesta un vestido nuevo, salien- á él casa en que vivir. Ilízose así, y después dotó el santo
do de su casa, vió un mucliacho de su estatura que tenia aquel hospital con la herencia de sus padres, y se llama
el vestido viejo y rolo, trocó con él su vestido, y volvien- hoy «el bo-pital del Arzobispo de Valencia : » y se puede
do á su casa, preguntado de sn madre, q u é haliia hecho el llamar el hospital de la Salud; porque desde que se e m -
vestido nuevo, dijo que le hahia d a d o á un pohre que le pezaron á hacer las informaciones de su santidad y m i -
merecia mejor que él, y que su vestido le venia mejor al lagros, fueron muchos los enfermos que cobraron salud,
pobre, y el del pobre á é ! . Siempre que pódiá alcanzar de mas por virtud de, la intercesión del santo á quien se enco-
su madre algún dinero ó cosa de comer, lo llevaba luego mendaban que por la eficacia de las medicinas; y así casi
al hospital d é l o s pobres. Kslaiulo un dia su madre fuera ninguno moria de cuantos entrahau en el. Volvió á Alcalá,
de casa, llegaron unos pobres á pedir limosna, y no ha- y Dios le (lió casa en que vivir, como se lo prometía su
llando nada que darles, se fué el santo niño adonde estaba confianza; porque aprovechó tanto en los esludios de filo-
una gallina con seis pollos que criaba, y repartió los po- sofía y teología, que buscando el cardenal Cisneros los
llos entre los pobres, dando á cada uno el suyo. Vino su mejores estudiantes, para dar buen principio al colegio
madre, y preguntándole cómo habia hecho aquello, res- mayor de San Ildefonso que liabia fundado; por los infor-
pondió: Sefiora, no me sufrían las entrañas que los po- mes que tuvo de los maestros y otros varones doctos y
bres se fuesen como hablan venido, y así les di los pollos, graves de la universidad, le nombró luego por su colegial,
y si viniera otro pobre pensaba darle la gallina. En el siendo el nono entre los primeros que tuvo aquel insigne
agosto le enviaban sus padres á llevar el almuerzo y comi- colegio. El ejemplo que dió de todas las virtudes fué tal,
da á los segadores, y sin que ellos lo echasen de ver, dis- que el maestro Juan de Vergara, uno de los hombres mas
tribuía mucha parte á los pobres que por allí andaban y insignes en letras y pulpito, que tuvo aquella universidad
venian, como es costumbre, á recoger las espigas; mas y estaba en aquel colegio al mismo tiempo; en los sermo-
al llegar los cegadores á comer, con ser gente voraz, nes que predicaba, traía por ejemplo á sus oyentes las v i r -
no echaban méuos la falta, y quedaban satisfechos y con- tudes de Tomás; y los exhortaba á imitarle, como si habla-
tentos. ra, no de un mancebo y colegial que vivía, sino de un san-
No solo de misericordia, mas de otras virtudes daba ra- to que estaba ya canonizado.
ros ejemplos eula niñez y puericia. Ayunaba muchos dias, Diéronle una cátedra de artes, en que no ménos procu-
fuera de los que manda la Iglesia, y se disciplinaba curaba enseñar á sus discípulos la virlud que las l e -
con tanto rigor como si tuviera muchas culpas, pero con tras : y fuera del ejemplo que les daba, no perdía ocasión
gran secreto: y así tuvo gran pesar y sentimiento, porque de exhortarlos á la castidad, rpcogimienlo, devoción, fre-
un dia halló sumadle las disciplinas junto á su cama. Era cuencia de sacramenlos y áplicadtón al estudio.
obedientísimoásuspada-:* sin apartarse en nada desu vo- La fama de sus grandes [¡artes excitó la codicia de la uni-
luntad, muy humilde y devoto, y aficionado á las cosas versidad do la ciudad de Salamanca, porque deseaba gozar
' del culto divino; y tan honesto y modesto en todas sus ac- de su doctrina; y así vacando la cátedra de filosofía moral,
ciones y palabras, que no solo notaba falta ninguna, aun la proveyeron en él por claustro y le enviaron á llamar.
de las que son propias de aquella edad, antes reparando Ya Tomás deseoso de retirarse del mundo y entregarse
los vecinos sus acciones, d e c í a n : Este niño ha de venir á todo á Dios, deliberaba acerca del modo de vida que ha-
ser un gran santo: y por muchos años duró en Vilhmue- bía de tomar, ó do clérigo ó de religioso, pidiendo á Dios
va la fama de la santidad que habia mostrado en su niñez. nuestro Señor luz de su voluntad, con oraciones, ayunos
Huía de los muchachos traviesos é inquietos, y ordinaria- y limosnas, por no errar en lo que tanto importa, como
mente andaba solo, poi' no andar mal acompañado. Era la elección de oslado, de que ordinariamente depende la
muy amigo de oir misa y sermón : y los dias de fiesta des- salvación, y resolver despacio lo que ha de durar toda la
pués de comer, juntaba los niños que podía de su vecin- vida. Con lodo eso, por mostrarse reconocido á la demos-
dad y barrio, y no fallaban hombres que se hacían niños tración de aquella universidad, fué á la ciudad de Sala-
para oir al predicador n i ñ o ; y subiéndose á algiin lugar manca y leyó tres leccioiK's. y en la postrera, donde fué
eminente, repetía el sermón que habia oído, con tanto es- oyente el rector leyóaquel misterioso salmo: I n c x i i u ¡ m i e l
píritu y fervor, (pie muchas veces se acababa el sermón de M f j i p l o , despidiéndose del siglo con la palabras de Da-
con lágrimas del predicador y de los oyentes que ¿i; com- vid; porque al otro dia tomó el hábito en el convento de
pungian, oyendo los desengaños que Ies decía Dios por la San Agustín, habiendo escogido esta sagrada religión,
boca de aquel niño inocente. después do madura consideración y mucho consejo; por-
Mostró en esta edad singular ingenio, y así teniendo que sus reglas le parecieron las mas acomodadas á sus
quince ó diez y seis años, le enviaron sus padres á la u n i - deseos, y su instituto el mas conforme á su inclinación.
veisidad de Alcalá, que habia fundado poco antes el car- Uecibióel hábito dia de sania Caialina, virgen y m á r t i r ,
donal don fray lYanciscn Jiménez fle Cisneros. Aquí con del año de I J Í n ; teniendo veinte y nueve años de edad,
los buenos principios (pie llevaba de latinidad, y su apli- con gran gozo de aquellos religiosos ; porque Dios nuestro
cación y capacidad, salió en breve e\celente latino y re- Señor los traía á su casa un varón tan excelente en letras
tórico. Fuélc forzoso volver á su casa para consolar á su y v i r t u d , y mayor gozo del santo; porque le sacaba el
madre en la muerte de su padre, y viendo que había he- Señor del piélago del mundo al puerto seguro de la r e l i -
redado una casa principal que su padre le habia Iiedm. gión. No dió cuonla de su vocación ni enlr'ada á sus pa-
para que viviese cuando acabados sus estudios volviese á rieulcs ni á su misma madre, aunque era tan grande sier-
DIA 18. SETIEMBRE 63
va de Dios; porque, como él ilecia algunas veces p r e d i - Mamlároulc los superiores leer teología en su convento
cando : Estos seglares tarde dan su consentimiento; y no á los frailes; y él explicó al maestro de las sentencias se-
dudan de embarazar lo que no tienen ánimo de imitar. En gún la mente del Doctor angélico, á cuyadoclrina fué siem-
el noviciado, siendo novicio en el fervor, parecía antiguo pre muy aficionado, por ser este Salomón de la teología
en el aprovecliamiento, adelantándose no solo á sus com- como un sol clarísimo, con cuyas luces se acierta siempre
pañeros, mas aun á los que lenian muchos años de r e l i - la verdad. Con la ocupación de la cátedra juntaba losejer-
gión. Principalmente resplaiidccian en él una oración con- ciciosde la oración y caridad ; á todo esto le añadieron los
tinua, un recogimiento y silencio tan grande, que no ha- superiores la carga de predicar, porque conocieron que
blaba si no erapregunladoruna profunda humildad con que Dios nuestro Señor le había dado lalento, no solo de maes-
se tenia por el menor de todos, y una obediencia tan re- tro, sino también de predicador, y quisieron que no sepul-
signada, que no tenia mas voluntad que la de sus supe- tase su talento, sino que lograse con él las almas; pues
riores, y todo loque ellos querían, él prontamente lo ejecu- para eso se le había dado aquel Señor, que reparte como
taba. Acompañaba á estas y las d e m á s virtudes religiosas, quiere los talentos á sus siervos. Empezó á predicar en su
con una grande abstinencia y templanza en el comer; por- convento con tanto espíritu y celo, que luego se extendió
que no solamente guardaba los ayunos de la orden, sino su fama por la universidad, y le oyeron con tanla admira-
Otros muchos dias por su devoción; de manera que de las ción y espanto, como sí vieran en e l p ú l p í t o á Pablo resuci-
tres partes del afio, ayunaba las dos; y los dias que no tado, ó algún ángel hubiera venido del cielo á predicar-
ayunaba, reservaba la mayor parte de su comida para los les. Llam ibanle algunos Elias, de quien dice la Escritu-
pobres, juntando el ayuno con la misericordia, y haciendo r a , - « q u e su doctrina era fuego, y sus palabras como una
de la abstinencia caridad, y quitándose el becado de la bo- hacha encendida:» y no hablaba con este encarecimiento
ca para darlo al pobre. Su sueño era de pocas horas, su solamente la gente vulgar, si hay de esta en las universi-
cama ordinariamente un jergoncillo con dos m a n í a s , y en dades, pero los hombres mas sabios y los varones religio-
la cuaresma y adviento solas unas'tablas. De los cilicios y sos se admiraban mas, y todos iban á oírlo cuando p r e d i -
disciplinas se puede conocer q u é haria cuando religioso, caba, dejando ellos su sermón cuando le tenían. Las pala-
por lo que hacia cuando niño, y por lo que diremos que bras del divino predicador eran como un cuchillo de dos
hacia siendo de edad y arzobispo. filos, que atravesaba el alma y corazón de cuantos le oian:
Acabado el ailo del novictado, hizo su profesión; mas y así era el fruto increíble, los pecadores que se conver-
aunque empezó á ser profeso, no acabó de ser novicio en tían irinuincrables; y podemos decir, que ninguno le oía
el recogimiento, humildad y sujeción, no queriendo que le que no saliese mudado de su sermón. Eos monasterios de
'•"ájese mayor libertad lo que le traia mayor obligación. la ciudad de Salamanca se poblaron de religiosos, y aun
Luego so ordenó de sacerdote por mandado de sus prela- dice don Juan de Muñatones, de la órden de San Agustín,
dos, y celebró la primera misa en la fiesta del Napimienlo y obispo de la ciudad de Segorbe, que se hallaba á esta
de Crislo nuestro Señor, del cual misterio fué desde niño sazón en la ciudad de Salamanca, « q u e quien mírase en-
muy devoto. Dijo sus primeras misas con gran preparación tonces á Salamanca no le parecería ciudad de seglares,
y devoción, recibiendo del Señor grandes misericordias: sino un grande monasterio de religiosos.»
y después toda la vida, cuando celebraba el sacrificio Pero no es mucho que hiciese tanto fruto en sus oyen-
do la misa, al decir: G/ort« ín e x e d m Deo, y después en tes, y tan grande mudanza en aquella ciudad; porque no
el prefacio: P e r i n c a r m t i Verbi m y s i e r i u m , no podiacon- se predicaba á sí mismo, sino á Jesucristo crucificado; no
tener las l á g r i m a s ; y no pocas veces quedaba el cuerpo ponía el estudio en la hermosura de las palabras, sino en
inmóvil, y el espíritu era arrebatado á Dios nuestro Señor. las vivas razones: no buscaba conceptos sutiles que le
Algunas veces, al acabar la misa, fué visto su rostro res- ganasen aplausos, sino razones penetrantes que h i r i e -
plandeciente como el de Moisés, de manera quenopodian sen los corazones; y sobre todo acompañaba su predica-
•nii arle á la cara. Antes de entrar en la religión, lenia ción con el ejemplo de vida, y acreditaba lo que predi-
costumbre de examinar cada día su conciencia; pero des- caba con lo que obraba; siendo sus obras el alma de sus
p u é s de ser religioso se lomaba mas eslrecha cuenta, y m u - palabras, y viendo los oyentes en el predicador, obrado
c^o mas d e s p u é s de sacerdote, para ver si se aprovecha- el sermón que habían oído. Preguntáronle algunos amigos
^a y crecia con el nuevo manjar que recibía lodos los días; suyos q u é libros estudiaba, y cuáles eran mas convenien-
Y á e s t e propósito solía decir: El sacerdote que diciendo tes para un predicador; y respondió, que de todos los
'^isa cada día no se halla mejorado y mas medrado cada libros católicos que aprueba nuestra madre la Iglesia, se
'I'3» no le va bien, mala señal es; porque en el camino del podia aprovechar el predicador, como tuviese tres cosas:
^eñor, no ir adelante es volver atrás. No enlraba en celda santidad de vida, humildad de oración y verdadero zelo y
^ o t r o , ni otro en la suya, y j a m á s le veían por el con- deseo de la salvación de las almas: porque la buena vida
vento parlando ó perdiendo tiempo; todo lo gastaba en acredita la buena doctrina: la humilde oración alumbra el
0|,acion ó en lección de libros devotos, ó en alguna obra propio entendimiento y enciende la voluntad, pnra que
^ c a r i d a d . A sus superiores respetaba como á padres; á alumbre y encienda á los d e m á s ; y el zelo y deseo de la
Sl,s iguales amaba como á hermanos, y á l o s enfermos ser- salvación de las almas da fuerza á las palabras y eficacia
v,a como si viera en ellos á Cristo nuestro Señor. Cuando á las razones, para que hieran los corazones mas endure-
^ b i a que había alguna amargura entre algunos frailes, cidos; pero buena doctrina, sin buena vida, pierde su a u -
lue8o entraba como ángel de paz á componerlos: con lo toridad ; y estudio sin oración y zelo llena el onlendi-
cual era amado, estimado y venerado de lodos, como si miento de agudos conceptos, mas deja seca la voluntad, y
tit'se un ángel del ciek); porque verdaderamente en sus el pecho del predicador frió; y de pecho frió, repetía m u -
costumbres y vida lo parecía. chas veces, ¿ cómo pueden salir palabras ardientes? .

TOMO I I I . 9
LA LEYIÍNl) A DE ORO. DÍA 18.
Yulo luogo su fama por toda España, y el emperador entraban religiosos, y oíros vivían como religiosos en el
Cárlos V y la emperatriz le llamaron á Yalladolid, con siglo, tratando de gran perfección. Reformó con sus con-
doseo de oirle predicar; y les agradó lanío el primer ser- sejos y exhortaciones muchos monasterios de religiosa?.
món, que le hicieron luego su predicador, y quisieron que Acudían al santo los consejeros del emperador, los grandes
en adelanlc residiese en Yalladolid, para poderle oir m u - y señores y otras muchas personas, á consultar las cosas
chas veces. Eran sus auditorios mííyores que las iglesias de su conciencia, y los negocios en que estaban metidos,
donde predicaba,, y concurnan á oii le ohispos, gramlrs, como á padre espiritual y gran teólogo; y Dios le habia
títulos, nobles, eclesiásticos, seglares y • religiosos, y el dado con mucha doctrina una admirable prudencia para
misino emperador Carlos V, mientras estaba cu Yalladolid, desenredar conciencias, y guiar por camino seguro á los
rara vez ¡o perdia s e r m ó n ; y para esto tenia mandado á que le consultaban: de manera que á un mismo tiempo
sus capellanes, que le avisasen cuando predicaba, y si no era predicador, maestro, padre espiritual, y hacia diver-
podia ir en público, iba en secreto; porque conIVsaba, sos oficios para ayudar de muchas maneras á todos: y era
así el emperador Carlos Y, como también la emperatriz, tanta su autoridad para con lodos, que lo que él pedia;
que sacaban notable fruto de los sermones de Fr. Tomás nadie acertaba á negarlo, por muy dificultoso que fuese;
de Villanueva. Avisáronle un dia que predicaba en su casa y con olla compuso negocios que parecía no tener compo-
en Yalladolid; y el césar, codicioso de oirle, fué muy sición. Basta un ejemplo grande por m i l . Fueron conde-
temprano : y entrándose con los grandes en el claustro á nados en Yalladolid á degollar unos caballeros por el em-
esperar la hora del sermón, dijo al portero: Decidle á perador Carlos V, cím tanto enojo y resolución, que yendo
Fr. Tomás de Villanueva, que estoy aquí, que baje. í'aó a interceder por ellos el arzobispo de Toledo y los gran-
el portero; y respondió el santo á la majestad cesárea, des, y echándose á sus pies el mismo príncipe don Felipe,
que estaba estudiando; que si habia de predicar no podia su hijo heredero, para que los perdonase.; se mostró á
bajar, y que si bajaba no predicaría. Pareció, á los que todos inexorable el emperador. Rogaron á Fr. Tomás, que
acompañaban al emperador, despejo y descortesía, y d i é - fuese á hablar al emperador: y aunque le parecía ocioso
ronlo así á entender, obligando á que su majestad dijese: pedir él, lo que á tales personas se habia negado, con
A mi É o ha edificado lo que á vosotros os ha escandaliza- todo eso solicitado de k>$ señores, y mucho mas de su
do : y quisiera yo qne todos los predicadores y religiosos misma misericordia, cutió á pedir al emperador que los
funran tan def;;isidos de la vanidad, y despegados de la perdonase; y á pocas razones que le dijo, alcanzó e! per-
g r a n d m , como Fr. Tomás d« Villanueva. Conforme á esto don que deseaba. Admiráronse los grandes y señores de
era la verdad y libertad crisliatia, con quí? predicaba al esto, y ei emperador les dijo: No os espantéis de que haya
emperador Carlos V. U e g ó su f,>ma á Portugal: y el rey concedido á Fr. Tomás, lo que he negado á (autos l porque
don Juan, esiando el césar:fuera dé Espíiñfa,'Escribió al los deucás i negan ; pero Fr. Toui'is manda, y yo no acierto
provincial de Castilla, que lo enviase á tp. Tomás de V i - á nesaiie nada, conociendo que viene enviado del cielo,
llanueva, porque deseaba mucho oirle. Partióse el sanio á como minisfro de.la caridad y misericordia. Mas no sé ma-
Portugal por mandato de, su superiGr ; pero cansó tanto ravillará de esto, quien considerare la opinión que todos
sentimiento en Yalladolid su ida, que los regidores fueron tenían de su santidad, la cual era tanta, que al pasar pol-
á euplicai4 á la emperatriz, escribiese al rey do Portugal, las calles sallan á verle á las puertas y ventanas, y se ar-
para que les volviese á Fr. Tomás de Villanueva, porque rodillaban muchas personas para reverenciarle, como sí
hacia mucha falta en su córtetal predicador. Cuando pre- fuera un sanio del cielo, qne por privilegio ó dispensación
dicaba, así e n c e n d í a n ^ u s palabras á los oyentes, como si viviera en la tierra. Esta opinión le ganaron en todas las
ítioran Mamas de fuego; y así alravesaban sus corazones, partes donde estuvo, fuera d e s ú s grandes virtudes, algu-
como si fueran saetas. Él derramaba muchas lágrimas, y nos milagros (pie Dios obraba por sus merecimientos.
las h - l : lU-iramar á lodos los presentes; y por el grande
Como sus religiosos veian su grande santidad y p r u -
sen'imieolo que tenia de las verdades que predicaba, se
dencia, le ocuparon, desde que entró en la órden, en el
quedaba muchas veces en el pulpito absorto y como fuera
gobierno. Dos veces fué prior de Salamanca; y la primera
de sus sentidos, sin poder hablar: y aunque él procuraba
dos años después de profeso i cosa rara y nunca vista en
encubrir y disimular aquellos afectos y arrobos, porque
su religión, y que prueba la rara santidad do aquel, con
fué siempre enemigo do eslerioridades, no podia; porque
quien justamente se dispensaron sus perpetuos estilos. F u é
en la mano de Dios nuestro Sehor estaba el darlos, y no
también prior dos veces del convenio de Burgos, muchas
estaba en su mano el dejar de recibirlos. Y sucedíate tan-
del convento de Yalladolid, y dos veces provincial, una
tas veces arrobarse en el pulpito ó en la oración, ó en la
de la provincia do Andalucía y otra vez de la de Castilla,
misa, qne de muchos era llamado varón extático, por el
habiendo sido antes visitador de las dos provincias, cuan-
don que tenia de padecer éxtasis. Su doctrina era comoc!
do estaban juntas, y por su parecer y consejo so dividie-
m a n á , que sabia á cada uno á lo que queria, ó por mejor
ron. Siempre entró en los gobiernos contra su voluntad y
decir á lo que habia menester; porque, como escribe el
por pura obediencia de sus prelados, que lo cargaban la
obispo de Segorbc, teniéndolo por cosa milagrosa, con
conciencia si lo resistia: y entrando á gobernar por esta
ser tintos y de tan diversos estados, condiciones, inge-
puerta de la voluntad de Uios, era un gobernador según
nios y costumbres, los que asistían á s u s í e r m o n e s ; con
el gusto de Dios, zeíosísimo de su gloria, y cuidadosísimo
unos mismos conceptos, documentos, doctrinas y pala-
de la observancia de su religión. Fué enemigo de toda
bras, satisfacía y aprovechaba á lodos.
novedad, y j a m á s quiso en los conventos mandar cosa de
No solo con sus sermones reformaba las costumbres del nuevo, sino que se observasen lais leyes de sus mayores,
pueblo; mas cuantos trataban ó se confesaban con él, sa- y las buenas cestumbres de la órden. Deseaba qne lo§'
Jfyn m t y aprovechados, y muchos dejaban el s-glo y se frailes hiciesen mas caso de lo interior que de lo exterror:
m is SKT1EM1ÍM. 07
y dena que lo oxlerior, siu la intcriur, no luu'e frailes que sienc'o en el castigo de otras faltas benigno; en el
verdaderos, sino hipócrilas Ungidos. Mandaba mas con castigo de esta se mostraba riguroso: porque vtia que
fbras que con palabras, y su ejemplo era el preceplo mas el ocio no es una culpa sola , sino un seminario y
eficaz para sus subditos; porque era el [¡rimero en lodas fuente perenne de culpas. Tuvo discreción de espíritus
'as observancias de su órdeu, sin que las continuas ocu- y gracia de aplicar á cada uno la medicina que habia me-
paciones de sermones, confesiones, consultas, con las otras nester para sanar de su enfermedad espiritual; y cuando
«si gobierno, ie excusasen de ir al c o r o á la media noche-, bastaba la suavidad no llegaba al rigor: y si podia corre-
Y <le dia á lodas las horas que podia: con (pie ninguno girlo cen penitencias propias, no se las daba al culpado;
l'eliusaba i r detrás del quo veia ir delante, ni se atrevía á y después que alguno se enmendaba de su falla , se o l v i -
dí'jar de seguir al que con el ejemplo le predicaba. Amaba daba de ella, y le trataba como si nunca la hubiera co-
a lodos sus subditos como á hijos, y tratábalos como á metido. Cuando fué por priora Burgos, halló un subdito
'Suales; pero templaba de tal manera la llaneza religiosa que tenia una falta notable , y porque merecía grave cas-
con la autoridad de prelado, que lodos le amaban como á tigo no le habló palabra, ni le mostró mal semblante , d i -
padre y le respetaban como á superior, sin que el res- simulando como si ignorara su culpa ; pero juntamente
Pelo entibiase al amor, ni el amor disminuyese al respeto. oraba á Oíos y hacia penitencia por su enmienda : y con-
Aguardaba sazón para corregir las faltas, para-que la re- cedióle el Señor tan cumplidamente lo que pedia , que no
prensión y castigo fuese de provecho; y así le acontecia solamente se eniKendó aquel religioso, mas salió tan es-
v«i' las fallas y hacer como que no las veia, y á su tiempo piritual y observante , que haciéndole luego provincial al
'¡amaba al delincuente y le corregia con amor, y cuando era sanio, le tomó por su compañero. Admiróse mucho el re-
nienester, con rigor. Moraba, ayunaba y se disciplinaba, ligioso, porque habin sabido que el santo tenia noticia de
hasta derramar sangre, por las culpas de sus subditos; su culpa , y díjole : ¿Cómo me escojo vuestra paternidad
para que eiloi las llorasen é hiciesen penitencia do ellas. por compafiero , conociéndome y sabiendo quién yo soy?
Lindaba mucho de que á todos se les proveyese de lo ne- U.^pondió el sanio: Bien os conozco y sé vuestra falta;
cesario, especialmente á los enfermos. Sobre todo era ce- pero sé también vuestra penitencia , y el bien que por la
lebrada, de cuantos le conocieron, la paciencia y man- divina misericordia habéis sacado de vuestra caida, A b -
sedumbre con que sufría las impciíccciones y condiciones bad siempre á Dios, y entended que por vuestra culpa,
de sus subditos, sin exasperarse j a m á s con ellos, ánies con la penilencia que habéis hecho así como no valéis mé-
compadeciéndose de su enfermedad, como el médico ó la nos con Dios, tampoco valéis menos conmigo, ni dejáis
"uadre amorosa del hijo enfermo. de ser bueno para acompañarme en este oficio. Con su be-
nignidad j prudencia y ejemplo de vida, cuando prior y
Las veces qiie fue provincial, visitaba por sí mismo l o -
[¡i ovincial , reformó los convenios que necesitaban de r o -
á o s l o s conventos de su provincia, sin perdonar ningim
formación . y enfervorizó masa los observantes , y tuvo
li'abüjo, i,j querer usar de vicarios ni eiicr.rgar á olio aque-
muchos subditos muy espiriluales y santos de qne pudiera
llo de que el babia de dar cuenta a Dios nueslro SeftOT,
hacer aquí un largo catálogo ; pero basta decir que todoj
Cuatro cosas, entre otras , encomendaba y procuraba
los varones insigues que florecieron en su provincia,
principalmeiUe en ledus los conventos donde'entraba: la
imeniras 61 vivió en ella , fueron discípulos de esle maes-
primera elcullo divino, declarándoles que consisle prin-
tro , c hijos de este padre espiritual, Ki envió la segunda
cipalmenleen la atención y devoción inleriordel corazón,
vez que fué provincial á predicar á Méjico aquellos vale-
con quo se debe celebrar el sacrificio de la misa , y decir
rosos soldados de Cristo, que tanta parte fueron en la con-
el oficio divino , y en el sosiego y pausa taáarkxe de las
versión do aquellas provincias, con sus vidas, doctrina
voces en el coro, y en la limpieza y aseo de los aliares;
y milagros, i-r. Cristóbal de San Martin, I'r. Pedro d«
afirmando que esta era la puerta por donde entran lodas
Pamplona, Pr. Juan Crúzale, y por caudillo al santo
'as felicidades á los monasterios, y lodas las misericor-
Fr. tierónimo Giménez, profetizándoles el fruto que habían
Jias del Señor á ios religiosos i la segunda era la lección
de hacer, y prometiendo ayudarles con oraciones como
d é l a sagrada-líscrilura y libros devotos, en que los r e l i -
lo experimentaron ellos bien en el fruto que hadan en las
Siosos hallan luz para su enlendimicnlo, aidor para su
almas.
Voluntad, aliento para la observancia rcligicsa , \ sufri-
miento para llevar todos los trabajos de la religión : y La luz iodos la apetecen , y no hay quien no quiera go-
Jecia que así como no puede conserv arse el cuerpo bu- zar de los rayos del sol ; y Dios quería poner osla hacha
nano sin el calor natural, (pie cuece y digiere los manja- ciu ciidida en lugar mas alio y eminente para que atimi-
res del eslómago ; así no puede el religioso aprovecharse hrase mas. Estando el emperador en Toledo, vacó el ar-
'le los ejercicios de la religión sin la lección y sin la cun- zobispado de Granada ; y aunque no estaba en aquella
sideracion de loque lee, que es como el calor , que los ciudad santo T o m á s , por andar visitando su provincia, do
convierte lodos en aJimenlo del religioso: la tercera, una que era entonces provincial ; sin proponérsele nadie mas
oaridad entre lodos verdadera y no fingida ; porque sin que sus méritos le eligió por arzobispo de Granada. Lla-
ella la religión no es órdeu , sino desorden y turbación : y móle para que aceptase; pero fué laL la resistencia qnu
ponderaba mucho los bienes de la caridad , dando medios hizo , que desistió por entonces el emperador. Después p]
para guardarla; y á los perturbadores de ella castigaba a ñ o d e l ü a í , renunció el arzobispado de Valencia tfoft
con rigor, como á enemigos comunes y perturbadores de Jorge de Austria , tío del emperador , y fué promovido de
h> p M : ' a enarla era que c^da religioso tomase aquella Paulo 111 á la Iglesia de Lieja . en Alemania. Hallábase en
ocupación y ejercicio que mas decía con su natural i n c l i - Flandes el emperador y luego nombró por arzobispo de
nación, para que ocupado gustosamente en ella, Luyese Valencia á un religioso de la órden de San Gerónimo , y
e ' o c i o , enemigo de toda vii lud : al cual abon ecia tanio mandó á su secretario que despachase la cédula. Fué e'
C8 LA LEYENDA DE ORO. DÍA 18.
secrolai io á hacoila , y en lugar de poner en ella al que stiam , et adhoerebil v x o r i suoe, también obliga á los obis-
le habia nombrado el emperador , puso á Fr. Tomás de pos respecto de sus Iglesias. En llegando á Valencia, se
Villanucva. Llcvósela al emperador para que la Armase: fué al convento de nuestra Señora del Socorro , que es de
el cual le dijo : ¿ Qué habéis escrito ? porque yo no os su orden, y está fuera de los muros, y los frailes le reci-
dije á Fr. Tomás de Vülanueva , sino á Fr. N. de la orden bieron con grande a l e g r í a , y cantaron el Te Deum l a u ~
de San Gerónimo. Respondió el secrelario : Ciertamente, damus. Quiso Dios mostrar en la entrada del santo arzo-
^eñor, que á mí me pareció que vuestra majestad me l i a - bispo las grandes felicidades que venían á aquel arzobis-
bia dicho á Fr. Tomás de Villanucva; pero iré á hacer oirá pado: porque padeciendo antes grande falta de agua , y
cédula y pondré el que vuestra majestad manda. IS'ó [dijo con ella mucha esterilidad ; al entrar por el distrito de su
el emperador ) , no deshagamos la elección que Dios ha diócesis etnpezó á l l o v e r , y al llegar á su convento, fué
hecho. Aquel primer arzobispo le nombraba yo ; éste lo grande la abundancia de agua, atribuyendo todos este
nombra Dios! mejor sabe Dios le que hace, que yo : y así favor á los méritos del santo, cuando supieron que estaba
á bien seguro que salga la elección acertada , y el arzo- ya en su ciudad.
bispo sea como elegido de Dios , y luego firmó la cédula Habiendo estado en aquel convento algunos días, aten-
para Fr. Tomás de Yillauueva. Despachóse la cédula á diendo á su dignidad , á pesar de su humildad, permitió
Yalladolid, donde estaba el príncipe don Felipe, y el santo que le recibiesen en la ciudad de Valencia con la pompa
era prior de su convento. Alegró la nueva á toda la córle; y aparato que se acostumbra. El día siguiente, después
solamente al santo le enlristeció mas de lo que se puede de decir misa quiso que le llevasen á ver las cárceles de
decir, y temblaba de ver la caiga que amenazaba á sus los eclesiásticos: y viendo que eran unos calabozos h ú -
hombros, encomendólo á Dios con muchas l á g r i m a s , p i - medos, hondos y oscuros, dijo con sentimiento: Mas con-
diéndole no permitiese que por sus culpas le echasen veniente tís esta cárcel para ladrones y salteadores , que
carga mayor que sus fuerzas; y excusóse con tal resisten- para sacerdotes consagrados á Dios; por otro camino h e -
cia , que ni bastaron los ruegos d é l o s grandes y señores, mos de corregir á los cristos del Señor y ganar á nues-
ni las razones del arzobispo de Toledo don Juan de T a - tros hermanos; y mandó cerrar y llenar de tierra aque-
vera, que con la mayor elocuencia que pudo, le persua- llos calabozos. Tratábase con lanía humildad y pobreza,
día que resistía á la voluntad de Dios, y prefería su juicio que los canónigos le enviaron cuatro mil escudos para que
al de lodos, y finalmente las del príncipe don Felipe; res- alhajase su casa. Admitiólos el santo con agradecimiento;
pondiendo que él lo habia encomendado mucho á Dios t y y sin tocar el dinero, llamó á los administradores del
conocia su iusuficiencia , y no queria dar cuenta á Dios de hospital general que poco antes se habia quemado, é hizo
haber tomado el cargo que no podía bien administrar. F i - que recibiesen aquel dinero para el reparo del hospital,
nalmente, escribió el príncipe al provincial de Castilla, olvidado de su necesidad , y solamente cuidadoso de la
que era Fr. Francisco de Nieva, para que mandase á ajena. Fuera de esto encargó á los predicadores y confe-
Fr. Tomás aceptar el arzobispado ; y el provincial so lo sores que en los púlpilos y confesionarios exbortasen A
mandó en virtud de santa obediencia , y só pena de exco- que los que pudiesen ayudasen para la fábrica de aquel
munión. Con esto viendo tan clara la voluntad de Dios, hospital.
inclinó los bombros á la carga y aceptó el arzobispado.
No dejó el santo con la dignidad de arzobispo las v i r t u -
Bien prometía lo milagroso de la elección, Jo porfiado des de religioso; antes añadió á las de religioso las de
de la resistencia y lo humilde de la obediencia, cuán gran arzobispo : y si lo mudó la dignidad, como muda á tan-
prelado había de ser , el que por tales escalones ascendía tos, fué en ser mayores sus obligaciones, y mayor el cam-
á la dignidad; y así se rhostró luego: porque fué uno de ios po de ejercitar sus virtudes. Trajo por algunos años, sien-
mas insignes prelados que ha tenido la Iglesia de Dios. do ya arzobispo, los mismos hábitos que traía en su c o n -
Fué consagrado en Yalladolid en el convento de San Agus- vento, y los bacia remendar muchas veces, y también sus
tín , por el cardenal Tavera: y luego se partió á Yalen- vestidos interiores, no dejando él á sus vestidos, hasta que
cia á p i é , sin mas acompañamiento que el de un r e l i - sus vestidos le dejaban á él, cansados de servir de muy
gioso, á quien amaba mucho por su v i r t u d , llamado viejos: lo cual hacia por amor de la santa pobreza como
Fr. Juan Rincón y dos criados. No habia querido decir á religioso, y por el amor de los pobres, como prelado, por
los seglares el día que se habia de i r , porque ninguno ahorrar para los pobres. Siempre que podía, se remenda-
saliese á acompañarle , ni permitió que saliesen los r e l i - ba él mismo sus vestidos, como lo habia hecho en la r e l i -
giosos , aunque muchos lo deseaban. Habíale enviado á g i ó n ; y para esto se encerraba en un aposenlíllo secreto,
rogar su madre muy encarecidamenle, que al partirse á donde tenia aguja, hilo, dedal y tijeras, con algunos r e -
Yalencia pasase por Yillanueva de los Infantes: y el santo miendos. Un día que se descuidó en cerrar el aposento, le
dudoso entre el respeto á su madre y la solicitud de sus halló en este ejercicio un canónigo familiar suyo, y muy
ovejas, de que ya era pastor, le preguntó á su compañero admirado, le dijo: ¿ Q u é es esto, señor ilustrlsimo? ¿En
si seria bien visitar á su madre y darla aquel consuelo. esto se ocupa Y . S., pudiéndolo hacer un oficial por un
Respondió que sí i y dióle para ello buenas razones ; mas real, y mucho mejor? A lo cual respondió el santo : A u n -
el santo replicó : Bien está ; mas encomendémoslo á Dios, que me han hecho arzobispo, no he de dejar de ser r e l i -
para ver q u é nos dice; como lo tenía de costumbre en t o - gioso , y con este real que se habia de gastar en esto, se
das sus dificultades. Detúvosecomo medio cuarto de liora; puedo sustentar mañana un pobre. Lo que yo os ruego es,
y luego dijo á su c o m p a ñ e r o : vamos á Yaleucía, que esto que no digáis á nadie lo que habéis visto. Como atidalia
es aliora lo que quiere Dios, que acuda á mí Esposa; por- vestido tan pobremente, parecióles á los canónigos que
que lo que dijo el primer hombre de la Esposa que üius desdecía de su dignidad, y enviáronle á rogar que se vis-
le d i ó : Quamobrem r d i n q u e t homo p a l r c m , ct m a i r m tiese con mas decencia. Y el santo, sourieudose, y con
DIA 18. SKTIKMBUIÍ. C9
rostroalegiv, r e s p o n d i ó : Digan á esos señores, que yo despide criado que recibió, ó recibió criado malo, ó se ha
les agradezco el cuidado que tienen de mi persona; pero hecho malo el criado en su casa i y lo primero desacredita
no desdice la pobreza de un arzobispo, ni consiste la auto- al señor, y lo segundo á su casa. Decíales luego algunas
ridad de un prelado en lo precioso de las ropas, sino en el reglas saludables que debían guardar, y juntábalos m u -
^ l o d e las almas que Dios le ha encomendado. No osaron chas veces para exhortarlos á huir todas las culpas, y ser-
replicar á tan discreta respuesta, solo le rogaron que un vir deveras al Señor. Aun mas que sus palabras, les obli-
boncíillo de pafio que solia llevar en el verano, fuese de gaba á cumplir sus avisos y consejos, el amor que les
raso; y ¿1 por no negarlo lodo, ya que no lo concedía mostraba, y el buen tratamiento que les hacia, como ver-
lüdo, les dio gusto en esto : y luego decia con mucha gra- dadero padre de familias, que no miraba á sus subditos
c'a» señalando al bonetillo : Veis aquí mi arzobispado; como criados, sino como hijos. A ninguno decia palabra
P(>rqne no les parece á los señores canónigos que soy ar- áspera, ni inénos injuriosa, ni le mostraba mal semblante.
Zobispo, sino traigo bonetillo de seda. Solamente dos ve- Sus reprensiones eran con amor, nó con enojo; y como
«es se vistió de nuevo, y fué del paño mas barato que se iba el vino mezclado con %l aceite, sanaba las heridas sin
,l;'lló en Valencia. Habiéndole persuadido un amigo se vis- exasperarlas. Cuidaba mucho que no les fallase nada de
tiese de raja j viendo que era mas cara que el patio basto todo lo necesario, para que no admitiesen presentes ni re-
que se vcslia, le dijo I Compradlo vos que soissoftor do galos de nadie; porque importa poco que el prelado sea
Vl1 '^li a hacienda, y os la dió el Señor ; que yo de la ha- desinteresado como Eliseo, si llene en su casa á Giezzi,
t,ienda de los pobres no puedo gastar mas de lo que basta- que abre las manos para recibir los dones de Naaman.
re á cubrirme con honestidad. Afligíase con cualquier trabajo ó enfermedad que padecie-
En el comer conservó la misma templanza que cuando se alguno de sus criados, aunque fuese el mas ínfuno, y
or;* religioso, no queriendo que se pusiese á su mesa mas no pocas veces derramaba lágrimas de sentimiento, cuan-
^ lo que se daba á los religiosos en su provincia de Cas- do estaban en peligro, como pudiera una madre en la en-
^ftwj añadiendo solo algún principio de fruta, por los que fermedad del hijo, á quien ama mucho: visitábalos y
comian con él. S intia mucho cualquier gasto extraordina- consolábalos ; y cuando venia el médico á visitar al en-
' i o que se hacia, por pequeño que fuese, y lo reprendía, fermo, se informaba muy por menudo del estado d é l a e n -
'-nconlrando á su mayordomo que habia comprado una fermedad, y le encargaba que le curase con el mismo cui-
'aiiiprea, le p r e g u n t ó , ciránto le habia costado; y respon- dado, que á su misma persona : y al enfermo preguntaba,
dietulo que cuatro reales, dijo admirado : ¿Por q u é habéis si le acudían á sus horas con lo que el médico Labia o r -
«'oniprailo para mi, pez tan caro? No quiero yo comida tan denado. Todas las noches, ya tarde, en compañía de un
Preciosa. Dijo el mayordomo : l'ues hartos compradores paje que llevaba una vela, daba una vuella á su casa, y
habia que lo tomaran por el mismo precio. Pues andad, visitaba todas las puertas de los aposentos, para ver si l o -
••ijo el sanio, dadles el pez, y traed los cuatro reales, que dos estaban recogidos. A los criados que eran virtuosos,
con ellos puedo yo sustcnlar cuatro pobres, cuya es la ha- mostraba mayor amor, y fuera de sus salarios, les hacia
cienda que me han entregado, que para m i , un par de otras mercedes y gracias, con que animaba á todos á
huevos y un poco de pescado ordinario me sobra. Su casa que fuesen buenos , y á los buenos á que fuesen mejo-
ito parcela casa de arzobispo, sino casa de la pobreza ; j a - res. Fin límente, sobraban todos los preceptos, para que
más sufrió paños de seda, ni tapicería, ni sobremesas, su casa y familia estuviese en todo ordenada; porque te-
solamente en la mesa de que se ser via en su c á m a r a , ha- nían siempre delante el ejemplo de su señor : y era el
bla un guadamacil negro, y una antepuerta de friso negro, palacio de este santo prelado idea de los palacios ecle-
los ornatos de su casa eran las virtudes y el desprecio de siásticos ; porque su vida era ejemplar de las vidas de los
lodas las cosas. prelados de la Iglesia,

Servíase con b a r r o : y diciéndole su veedor, que con Halló santo Tomás en su diócesis , gran disolución do
'üs platos y escudillas de barro que se quebraban en ma- costumbres, así en los eclesiásticos, como en los seculares,
"os d é l o s criados, se pudiera haber hecho una vajilla de por haberse administrado aquel arzobispado mucho tiem-
P****! respondió: 15ien echo debe ser eso que me advertís; po por vicarios y visitadores, sin asistencia del propio pas-
pero soy fraile, y lo que en otros fuera honra, en mi seria tor. Visitó lodas las iglesias de la ciudad de Valencia, y
escándalo. Solamente tenia unas cuch iras de plata, para después las de su diócesis, predicando en todos los pue-
•os que alguna vez con vida h«. La cama del arzobispo era blos por pequeños que fuesen. Remedió en esta visita m u -
«le madera, sin dorar ni pintar, con dos colchones y dos chos pecados públicos: quitó muchos abusos y atajó g r a -
mantas ; pero la cama de santo Tomás, en que ordinamen- ves d a ñ o s , y lodos ios pueblos parecían haberse mudado
dormia, cí a un haz de sarmientos, que tenia detrás de en otros, después de la visita de su prelado. Por mostrar-
«qnella cama, poniendo una piedra por cabecera. No usa- se mas padre que juez, y obligar con la benignidad á la
ba de s á b a n a s , sino estando enfermo : ayunaba los dias enmienda, concedió perdón general, así á eclesiásticos
tfat en su orden, y muchos de su devoción; y en el ad- c o m o á seglares, de todo cuanto hasta enlonces habían de-
viento y cu iresma, los miércoles, y viernes y vigilias linquido y merecía castigo de su mano, rogándoles con
•le cutre año, comia solo pan y agua. muchas lágrimas que enmendasen sus vidas, y no le o b l i -
Ski casa mas parecía monasterio que palacio; y así lo gasen con dolor de su corazón á usar del rigor, con que
•Wcia él á sus criados, (pie pues él era fraile, ellos debían le seria forzoso castigar á los que no se aprovechasen de su
v,vir en su casa, como en un convento. Tenia gran elec- benignidad. Muchos se enmendaron, y muchos se queda-
0|ou en admitir los criados, no por ruegos ni intel-cesio- ron en sus vicios, pudiendo mas la coslumbre envejecida,
,u,s> sino por conocimiento do los que admitía, por no l e - que la razón y benignidad del santo prelado. Mas como él
ner 'l11^ despedir al que una vez recibía; porque quien había vislo con sus ojos el miserable estado de su dióce-
70 LA LEYENDA DE ORO. DIA 18.
si» y la dilicultad di'l remedio, se afligia y lloraba sin averiguaba con toda certidumbre, y entonces aplicaba el
consuelo. Oyólo una noche su compañero fray Juan R i n - remedio. Decía que los obispados habiau de ser peque-
cón, que estaba vecino á su aposento, y yendo á saber ños, para que pudiesen los obispos conocer ápodas sus
qué tenia y por q u é lloraba; le respondió el santo : j Qué ovejas, y procuró con el emperador Cárlos V, que se h i -
tengo de tener! Q m temo no mo he de salvar en este ciese un obispado nuevo de una parte de su arzobispado,
obispado: porque estoy obligado á remediar estas ovejas porque este santo prelado no miraba á la mayor autoridad
tan perdidas, y según están, no sé cómo. Respondió el re- y renta del obispo, sino al mayor bien y provecho de las
ligioso : Haga V . S. loque pudiere y no se aflija, que Dios ovejas. Discurriamedios su celo, para reducir á los peca-
no le pedirá mas ; y si ellas, aplicándoles V . S. los reme- dores; y enseñábale muchos su ingeniosa caridad, y él no
dios, no sanaren, suya seria la culpa, nó de V . S. Bien rehusaba ninguno por dificultoso que fuese, como parecie-
decís (dijo el santo); yo quiero juntar sínodo, y hacer los se conducente para el fin que deseaba, llaljia amonestado
estatutos que viere convenir paia la reformación de este y corregido muchas veces á un canónigo de su Iglesia,
pueblo, y lo deinás hágalo Dios. que vivía escandalosamente, y nada aprovechaba, para
Convocó luego sínodo, dos meses después que habia ve- que dejase el escándalo : tornó otro remedio, que fué ha-
nido de la visita, en el cual, por lo que él habia visto y cerle muy su amigo; y para esto, por espacio de dos anos,
por loque informaron los rectores y curas de los pueblos, le hizo cuantos agasajos y favores podía para ganar su
hizo santísimas leyes, que fueron muy estimadas de los amistad ; y después que ya lo tuvo lau ganado, que no
arzobispos que le Sucedieron. Estas leyes observaba el san- habia nada que el canónigo no hiciera por el santo, ]e,UiOgó
to arzobispo con grande cuidado, sin mirar respeto huma- queso recogiese por algún tiempo, y se confesase y deja-
no, sino solo á la gloria de Dios y provecho de sus ovejas: se su maia vida; y todo lo hizo el canónigo como el santo
y con ella y su prudencia, benignidad y afabilidad, refor- se lo pidió, y fué en ad .'lante ejemplo de ta ciudad, el quo
mo en gran manera su arzobispado, y principalmente con antes era escándalo y tropiezo-de ella. Había avisado m u -
la continua oración, en que gastaba la mayor parte del dia chas veces á un sacerdote escandaloso, que dejase su mala
y de la noche, consultando con Dios, como el legislador vida; y sabiendo que no se enmendaba, 'o llamó un dia á
Moisés, los negocios de su pueblo, y luchando con el S e - un oratorio, y estando con él á solas, lo dijo: Yo tengo la
ñor, como oí pastor Jacob, hasta alcanzar la bendición culpa de vuestra obstinación, y nó vos, por haber usado
para sus ovejas." con vos de tanta misericordia, y no haberos castigado como
Ivspecialmonte, cuando se habia de tratar el dia siguit-n- m e r e c é i s ; y pues yo tengo la culpa, yo p a g a r é Ja pena.
te algún negocio grave, pasaba toda la noche antes en Dicho esto, so arrodilló delante de un crucifijo, y desnu-
oración sin acostarse. El lugar mas cierto para encontrarle dando sus espaldas, empezó á herirlas con una disciplina
á cualquiera hora, era su oratorio, donde le hallaban m u - tan reciamente, que luego empezó á correr la sangre.
chas veces sus criados arrobado, sin uso de los sentidoSí El clérigo corrido y confuso, sin saber (pié hacer, ni
todo transformado en Dios, otras vertiendo lágrimas de dónde estaba, turbado y con imjcbas iágritnas y sollozos,
sus ojo?, otras postrado en el suelo y puesto en cruz. Mas se arrodilló á sus piés diciendo: Dadme, señor, las discipli-
como sabia que el pastor no es . suyo, sino de sus ovi-jas. nas, que yo pagare ia pena, pues es mia toda la culpa. Yo
y que nunca está mas con Dios, que cuando trata con los merezco los azotes, y ¿ v o s los tomáis? Yo os prometo en
hombres, por amor de Dios y para su provecho; tenia adeianle la enmienda de mí vida. Atravesó de manera este
mandado á sus criados, que en buscándole alguno, á cual- espectáculo, el corazón de aquel sacerdote, quo saliendo de
quier hora que fuese, y en cualquier ocupación que es- allí, sín poder enjugar las l á g r i m a s , se encerró en su casa
tuviese, aunque fuese estudiando, ú orando, ó comiendo, por algunos días, sin comunicar con nadie, llorando y ha-
le llamasen y no hiciesen aguardar á nadie; porque á mas ciendo penitencia de sus pecados ; y fué despuosgi an sier-
de la pesadumbre que reciben los que esperan, le pidiera vo de Dios, y ocasión con su ejemplo para la eumiomla de
Dios cuenta del tiempo que hacia perder esperando, á los muchos sacerdotes. Otro sacerdote vivia amancebado con
que le buscaban ; y así, se levantaba luego de la oración una mujer, sín haber podido el santo apartarle de ella con
y de la mesa, sin acabar de comer, y con paciencia y medios do blandura ui de rigor: encerróse un dia á solas
amor daba audiencia á cuantos la deseaban; á los que con él, y preguntóle la causa de perseverar tanto tiempo
venian afligidos, consolaba ; á l o s necesitados, remediaba; en aquella mala amistad: el clérigo vino á confesar, (pío
y á los que pedían consejo, se les daba'con tanto acierto, era porque él ora pobre y ac^uella mujer rica, y lo sus-
que los mayores letrados decian, queenresolviendo el ar- tentaba.
zobispo algún punto, encontraba de tal manera con la Oyendo el santo estas palabras, dió un grande suspiro,
verdad, que no dejaba lugar á la coalroversia. como si lo huhieran atravesado el coi azon ; y volviendo
Para remediar los pecados de sus súbdiíos, procuraba los ojos á un crucifijo que tenia delante, dijo con gratido
saber cómo vivían, y en un libro secreto escribia de SH sentimiento y l á g r i m a s : i Ay de m í . Señor, .que por nece-
mano, sin que ninguno lo entendiese, los nombres d é l o s sidad os ofendo un subdito mío ! ¡ Que por falla de sustento
clérigos que eran acusados de algún vicio, y en q u é i g l e - está un sacerdote mío en pecado ! ¡No tiene el la culpa sino
sias r e s i d í a n ; y en otro libro ios nombres de los seglares y o : apiadaos, Señor, de su alma y de la mía, que yo h a r é
que vivían mal, y en qué lugares estaban, para aplicarle la penitencia. ÍNo tenia la culpa el santo, porque no lo sa-
á cada uno la medicina conforme á su enfermedad y nece- bia; poro la conciencia pura teme culpa donde no la hay.
sidad; y en estando enmendado alguno, luego le borraba Exhortó al clérigo á la enmienda de la vida, y á dejar
de su libro. Pero no creía do lijero y fácilmente la culpa aquel pecado, prometiendo do sustentarle, y mandóle quo
de ninguno, aunque se lo dijese persona de autoridad, te- volviese al otro dia por la mañana. Tasó el sanio aquella
miendo quo podía haber pasión ó e n g a ñ o , hasta que lo noche en oración, pidiendo á Dios la conversión de aquel
m•
Oíir SETIEMBRE. | A J /1
pecadoi", y lomó por sus culpas una rocia disciplina. A la que no se puede explicar con muchas : no supo necesidad
•nanana, cuando vino el clérigo, le tnoslró las espaldas que no socorriese; y rara ó ninguna seria, la que se
Acardenaladas y ensangreí\ladas, y le dijo: Esla peniten- ocultase á su misericordia, que tenia mas ojos que Argos.
cia he hecba yo por vueslros pecados: mii'ad la que vos iSo se tenia por dueño de sus reñías; sino por tesorero de
ha!jei.s de hacer; y eníended, que si no os enmendáis, no Dios, ó por mayordomo de los pobres, con quienes las
0s es[jerará mas la justicia divina. Arrojóse el sacerdote á gastaba todas. No reservaba un real de un año para otro,
Sus pies, pidiendo perdón á Dios con muchas lágrimas, y porque lo luviera, como él decía, por sacrilegio; y aun
fl>'iso Dios dc.>dc aquel punto, quitarle de manera la a í i - llegóá decir en una ocasión predicando: Si ma halláredes,
cion á aquella mujer, que nunca mas la vió ni se acordó sefiDres, al tiempo de mi muerte un real, tened mi alma
{le olla : y el santo le señaló para todos los dias, la ración por perdida, y no me enterréis en sagrado. Porque decia
(Iiie al mismo cléi igo le pareció necesaria y suticiente para este santo prelado, que era obligación de los obispos y
su suslenlacion, y se la dió, hasta que el clérigo por tener sacerdotes, que gozan rentas eclesiásticas, ser muy limos-
0lras cosas de que sustentarse, no la quiso recibir. A oíros neros : y cuando oia decir, que algún eclesiástico que tenia
'uuchos corrigió, lomando delante de ellos, ó por ellos as- rentas y frutos de la Iglesia, dejaba en su muerte dinero
peas disciplinas; de manera, que castigaba las culpas aje- achocado, asi le lastimaba, como si oyera decir, que h a -
las con grande rigor, si se miraba la penitencia que él ha- bia muerto con la manceba al lado, i Terrible sentencia
ciu por ellas; pero con grande blandura, si se consideran de un prelado tan santo para los que tuvieran por dema-
^s penitencias q u e á ellos les daba, que ordinariamente se siado austero, al que no quieren imitar! Siendo tan pebre
(iuedaban cu palabras. que un real le parecía mucho para poseerlo, le parecía
Cuando habia de reprender á alguno, se recogía ánles pequeña la renta de su arzobispado para dar á los pobres:
í» orar y pedir á Dios que diese eficacia á sus rascones; y y asi cuando vino á Valencia, preguntando á una persona,
con aquellas palabras encendidas en el fuego de la ora- cuánto valia el arzobispado, y respondiéndole que diez y
ción ó de la caridad, movía de tal manera los corazones, ocho m i l ducados, mostró alguna pena y d i j o : Me han
que muchísimos pecadores que no tenían mas que el nom- e n g a ñ a d o ; porque pensé que valia mas ; pero no lo siento
bre de cristianos, dejaban su mala vida, y se mudaban en por mí, sino por los pobres, que para mí con muy poco
otros hombres. Cuando después de haber lentado todos los basta; porque me dicen que hay muchas necesidades en
olios medios, se veia obligado á prender á alguno por esla diócesis, y es poco eso para socorrer á tantas. Mas
incorregible, se le hadan mas largos al santo los dias de annque al principio valia diez y ocho m i l , después valió
la prisión, que al mismo que la p.ulecia, y en estando veinte y dos mil y lucfío treinta m i l ; y siempre, fuera de
M>¡s ú ocho dias en ella, decia : Mucho ha que está aquel dos mil ducados que pagaba de pensión á don Jorge do
pobre on la c á r c e l ; ¿ n o hay quien pida por é l ? Y si n i n - Austria, su predecesor, y tres mil que gastaba en el sus-
gmio pedia, procuraba por medio de sus ministros mas tento de su familia y en el salario de abogados y procu-
conlidenles, que alguna persona de autoridad intercediese radores y oíros ministros, todo lo demás gastaba en limos-
por el reo; y el santo le hacia traer delanle de si, y mos- nas , y si de esto, que se gastaba con grande cuenta y ra-
trándose al principio severo e inexorable, le mandaba vol- zón, sobraba algo, lo daba también de limosna.
v e r á la cárcel, iiasta (pie prometiendo la enmienda muy El órden que tenia en el repartimiento de las limosnas,
de. veras, se iba eJ santo ablandando poco á poco ; y d á n - era este: á los pobres mendigos que andan por las puer-
dole una buena reprensión, le enviaba libre u su casa. tas, mandaba hacer una olla de carne ó pescado todos los
Tenia este gran prelado, entre las demás, una prenda dias, y á cuantos venían á su casa, se daba un pan, una
excelente, que teniendo lanío zelo de corregir las culpas, escndilla de caldo, una vez de vino y un dinero: á los que
no le tenia menor en mirar por la honra de los que corre- venían con alguna enfermedad ó achaque, se Ies añadía
gia, especialmente de los clérigos, porque quedasen en- una ración de carnero y otro dinero mas Venian unas
mendados, y no desacreditados. Y cuando llamaba á a l - veces cuatrocientos y oirás quinientos, y ninguno se iba
guno, para reprenderle, mandaba á sus ministros (pie v i - sin limosna; porque si se habia acabado la olla por venir
niesen lan apartados de él, que no pudiese nadie notar muy tarde, se le recompensaba en otra cosa ¡ porque tenia
qne venia preso, por ovjtar el e s c á n d a l o ; porque pesa mandado que á ningún pobre á ninguna hora enviasen de
mucho (decia) y vale mucho la liorna de un eclesiástico. su casa sin limosna. No falló quien le dijo, que con su
A los que podía corregir por si solo, sin intervención de caridad hacia holgazanes; porque con el recurso que
" IM pm-som, lo hacia con gran secreto; y cuando no, tenían á l a limosna de su casa, no querían trabajar. A esta
«n causa de eclesiástico no quería que interviniese nin- y otras razones semejantes, con que quieren cubrir su
gún seglar. codicia, con capa de justicia, los que son escasos con los
La caridad con los pobres y necesitados, fué tan grande pobres, respondía el sanio: Gobernador y regidores hay
eii este santo prelado, que aun no se explica bastanle- en la ciudad: miren ellos si hay holgazanes y castíguen-
mento con llamarle limosnero por excelencia y padre de los; que á mí no me loca sino socorrer las necesidades que
Pobres; porque nin.ííun padre hace con sus hijos, lo que llegan á la puerta de mi casa. Hacienda es de Dios esln,
A bacia con sus pobres. I.o primero usaba de grande ca- nó mía; y el envía estos á cobrarla; no tengo yo que i n -
fMfed con sus ministros y domésticos cuando padecían Iroducirme en calificar los cobradores que Dios elige, sino
alguna necesidad ; y con todos los ministros pobres era pagar lo que debo á quien viniere á pedirlo. Decíanle
l'bp.i al, por quitarles la ocasión de obrar ménos rectamente también que algunos pobres engañaban al limosnero y
Por cansa de algún interés. Sustentaba á los que tenia lomaban dos y tres raciones ; á que él respondía : ¿ E s e
Pr(lsos en sus c á r c e l e s , pjnfue no anduviese la justicia llamáis e n g a ñ o ? Guárdenos Dios de que nosotros e n g a ñ e -
Sln 'a misericordia. En pocas palabras se puede decir, lo mos á los pobres; que ellos no nos pueden e n g a ñ a r á
72 LA. L E Y E N D A D E ORO n u 18.
nosotros; pues no nos pueden qnilarel mérito de la limos- t o : ¿Y q u é habéis sabido d é l a s posesiones ó rentas que
na que les damos por amor del Señor. Vió desde una ven- tiene ese caballero? Y respondiendo, que de eso no había
tana, donde siempre tenia por recreación el ver dar la sabido cosa cierta; dijo el santo: Pues eso quisiera yo que
limosna, que un criado suyo refíia con un pobre, que ha- supierais; y no sabiéndolo, es cierto que ese caballero
biendo recibido su ración, se volvió á mezclar con los que padece mucha necesidad; porque á no padecerla, no v i -
no habian llegado, para llevar otra. Idos lodos, le p r e - niera á pedir limosna: de las alhajas de su casa, antes me
g u n t ó aparte, por q u é se babia enojado con aquel pobre; alegro que no las haya vendido; porque esas las pide su
y respondiendo, que porque babia llevado ya limosna y calidad y estado; eslo pide la caridad, prevenir que un
le quería e n g a ñ a r ; le dijo el santo : ¿Por eso os enojáis? caballero tan principal no caiga do su opinión, pudiéndolo
¿ Q u é sabéis vos, si aquel pobre tenia necesidad dedos nosotros socorrer; y asi continuó en ayudarle con su l i -
raciones? Dejaos e n g a ñ a r de los pobres, que es logro; y mosna, dándole por sus tercios ciento y cincuenta escudos
no es ménes sabroso ejercitar la caridad muchas veces cada a ñ o . A otro caballero daba cada mes veinte escudos:
con uno que una con muchos. Ese pobre, que pensáis vos ofreciósele cierta necesidad exlniodinaria, y vino á comu-
que os e n g a ñ a , puede ser algún ángel que viene á probar nicarla con el limosnero con grande encogimienlo ; por-
vuestra caridad, como leemos de un pobre, que mudando que había llevado pocos dias antes sus veinte escudos. Su-
el vestido, pidió muchas veces limosna á san Gregorio bió el limosnero al santo, y díjole lo que pasaba, y que,
Magno en el mismo d i a ; y era un ángel enviado de Dios según babia conocido, se contentaría el caballero con
á ejercitar su caridad. A los pobres vergonzantes socorría cien reales. Al punto mandó que se los diese ; y al salir el
conforme á su necesidad y calidad, dándoles un lanío para limosnero del aposento, dijo: Fulano, dadle doscienlof;
cada mes; y para eslo (enia escritos en una lista los que que aunque él pide ciento, quizá por encogimienlo no
había en cada parroquia, y q u é familia t e n í a n : á los que pide mas; y ya que se había apartado un corto espacio, le
no podían trabajar, daba una limosna ordinaria todos los llamó, y m a n d ó que le diese trescientos, diciendo: Un
dias: á los que podían trabajar y padecían necesidad, les hombre honrado, que, recibiendo la limosna ordinaria,
daba todo lo que babian menester para hacer algún cau- viene por mas, mucha necesidad debe de tener: y ha-
dal con que poder sustentar honradamente su familia: ú biéndolo vuelto á despedir, le mandó llamar, y que le
los oficiales pobres daba lo necesario para comprar los ins- diese cuatrocientos, que bien los habría menester, y le
trumentos de su oficio y poner su tienda con que susten- dijese, que no por eso dejase de acudir por la limosna o r -
tai-se á sí y á sus hijos: á los que tenían algunos frutos ó dinaria de cada mes, y en las necesidades extraordinarias
labor de sus manos que vender, y por la necesidad se que se le ofreciesen. A otras muchas personas principales
velan forzados á venderlo fuera de tiempo y á bajo pre- socorría largamente: y cuando sabia que algunos no to-
cio, les mandaba que no lo vendiesen, hasta que pudiesen marían nada con nombre de limosna, se valia de v a -
sacar el precio justo; que él los sustentaría mientras tanto, rias tra/as, para hacerles limosna, sin parecer que la
y daría todo lo necesario, como lo bacía. Sabiendo que en hacia: y hubo caballero principalísimo y pobre, y con
algunas iglesias de Valencia había algunos clérigos sin hijas por casar, á quien hizo que por medio de un criado
mas renta que la misa, y que tenían madre ó hermanas pusiese una parte del arrendamiento de sus frutos en m i l
á quienes sustentar, los llamaba, y de su propia mano los ducados, sabiendo que había de sacar mas de dos m i l : y
proveía cada año de lo necesario; y sí enfermaban ellos ó por mas que se lo decian algunos inteligentes, no quiso
sus hermanas, los enviaba á visitar y los proveía de m é - subir el arrendamiento, diciendo, que le dejasen que de
dico y medicinas y el regalo necesario, sin quilaiies por su hacienda hiciese lo que quisiese ; que él sabía lo que
esto nada de la limosna ordinaria. Avisáronle que un c l é - hacia, situando de esta manera á aquel caballero mas de
rigo pobre que tenia su madre y una hermana pobres, l e - mil ducados de renta cada a ñ o . Avisáronle que un caba-
jía en su casa rasos todos los dias, aun los de fiesta, fuera llero, á quien daba diez escudos cada mes, jugaba, y que
de las lioras que estaba en la iglesia. Llamóle el santo, y seria bien quitarle la limosna. Eso nó (dijo el santo); que
haciéndole el cargo, respondió, que de la iglesia no sacaba si él hace mal en jugar la limosna; nosotros hacemos
mas que un real, y había menester trabajar, aun los dias bien en d á r s e l a : y si con ella hace un mal, sin ella h a r á
de fiesta, en aquel oficio que sabia, para sustentar á su muchos. Defendió de esta manera al caballero, como solía
madre y hermana ; pero que era con todo secreto y sin á los que le delataban, excusándolos como podía; y luego
ningún escándalo. Echóle el santo los brazos a! cuello, y le llamó y reprendió ásperamente, y amenazó que l e q u i -
díjole: Si me fuera licito, besara las manos que se e m - taria la limosna, pues la empleaba tan m a l ; y el caballe-
plean en trabajo tan piadoso: proseguid; que agradáis ro se enmendó de manera, que nunca mas volvió á jugar.
mucho á nuesfro Señor en esto: y para que no trabajéis A las mujeres principales socorría con semejantes arlilicios:
los domingos y fiestas, aunque podáis por tan buena cau- y cuando era tanta su autoridad ó calidad, que no podían
sa, yo os d a r é lo que habéis de ganar esos d í a s ; y así lo descubrir su necesidad ni pedir el remedio, se informaba
hizo todo el tiempo que vivió. de quién era su confesor y le llamaba, y tanteando la nece-
sidad de aquella señora, le daba toda la cantidad que ha-^
Socorría á caballeros y gente principal, de manera que
bia menester, y que viniese de tres á tres meses por olro
no hiciesen cosa contraria á su conciencia, ni indigna de
tanto; y encargaba que no dijese quién se la enviaba,
su estado. Vino un caballero á pedirle algún socorro:
sino que una persona que le tenia hacienda á cargo,
ayudóle luego con una gran cantidad ; pero admirado de
por no poderlo pagar lodo junto, lo iba pagando por sus
que aquel caballero padeciese aquella necesidad, encargó
plazos: y decia la verdad á su parecer; porque juzga-
á una persona familiar suya, que lo supiese. Volvió la
ba que la hacienda del obispo no era suya, sino do los
persona, diciendo, que aquel caballero, según tenia alha-
pobres.
jada su casa, no parecía tener necesidad. Preguntó el san-
DIA 1 8 . SKT1RMBRE. 73
A las doncellas huérfanas y pobres socorría con libe- reparlir á los pobres la hacienda que Dios le babia en-
l a! mano, y en once aflos que fué arzobispo, no casó n i n - comendado; y que desengañasen á los demás parientes,
guna á quien él no diese, ó todo el dote ó parte del dote. para que no se cansasen en venir; porque aunque tenga
Criaba á todos los que echaban á sus puertas, con tan parientes el obispo, su renta no ha de tener mas parientes
grande caridad y amor, que al nombre de « P a d r e de po- ni herederos que los pobres de su obispado.
b r e s , » le pudiéramos añadir el renombre de «Madre de Consigo era lan escaso para ahorrar para ios pobres,
huérfanos;» porque su carino para con los niños que que á los que no le conocían, parecía avariento de muy
criaba, era de madre amorosa para con los hijuelos pe- limosnero. Teniendo los jubones muy gastados, especíal-
queños menle d é l a s mangas, los envió á casa de una buena m u -
Como se sabia esta caridad del santo obispo, le echaban jer para que los aderezase. Vino ella, y díjole que aque-
muchos niños de noche : y porque los niños no pasasen t o - llos jubones no tenían aderezo, ni ella sabia aderezarlos,
da la noche sin el sustento de la leche, hizo que viviesen ni parecía bien que un prelado como él anduviese con
dos amas junio á palacio, y les alquiló casas para que en aquellos jubones pudiéndose hacer otros con treinta rea-
echándoles algunos niños, á cualquier hora que fuese, los les. Eso no haré yo (dijo el sanio); que echando unas
llevasen y les diesen leche, y tuviesen hasta buscarles mangas á estos jubones podrán servir, y con esos treinta
amas. El primero dia de cada mes venian todas las amas á reales remediaremos algún pobre que no tenga vestido
palacio, y puestas en dos órdenes, iba el santo mirando de ni nuevo ni viejo. Mandó llamar á un sastre para que les
uno en uno sus n i ñ o s : y á la que veia que le llevaba l i m - echase unas mangas: y aunque el sastre no quería con-
pio, aseado y bien tratado, se lo agradecía y daba algu- certar el precio, diciendo que su señoría le daría después
nos reales demás de su salario; y á la que nó, reprendía lo que fuese servido; no quiso el sanio que llevase los j u -
severamente y no le daba nada para que se enmondaee: bones hasta que se concertó cu lo justo que merecía el
y lo mismo hacia en las pascuas y fiestas solemnes. Hacia aderezo. Fuese el sastre escandalizado de la miseria del
caricias á los niños pasándoles la mano por el rostro, y arzobispo; porque pensó que nacía de avaricia, pero pres-
decia á las amas i Si os dieran á criar un hijo del rey, to se d e s e n g a ñ ó ; porque teniendo tres bijas sin tener dolé
¡por cuan honrada y dichosa os tuviérades, y con que cui- para casarlas, le advirtió un clérigo que fuéso á pedir l i -
dado le cviárades y Uevárades muy limpio y bien puesto! mosna al arzobispo, ponderándole cuan limosnero era.
l'ues estos pobrecilos tiene el Rey del cielo por muy hijos Reíase el saste, diciendo, que le conocía muy bien y sabía
suyos y me los ha encomendado á mí, y yo de su parte os cuán miserable era ; y contóle lo que le hnbia pasado. No
lo encomiendo á vosotras: lenedlos limpios y bien trata- obstante, importunado del clérigo, fué al santo prelado y
dos; pues os proveemos cumplidamente de lodo lo que declaróle su necesidad. Oyóle con mucho amor y díjóle:
ellos han menester. De los enfermos tuvo mucha compa- Venga acá vuestro confesor, y encomcndadlo vos y vues-
sión y cuidado. Tenia mandado á su limosnero, que á los tras hijas á Dios, que Dios os r e m e d i a r á : que era el ordi-
enfermos de enfermedades curables proveyese cumpli- nario estilo que tenia en semejantes limosnas. Vino el c o n -
damente de carnero, aves, conservas y pan de su mesa; fesor, informóse de la necesidad de aquellas doncellas, y la
y á los que tenían enfermedades incurables, que acompa- comodidad que se les ofrecía para casarse y qué seria me-
ñan toda la vida, les diese cierta limosna cada semana, nester para el dote. Dijo el confesor, que si daba treinta
para que pudiesen pasar su enfermedad; y para lodos te- escudos á cada una, sería una grande caridad y remedio
nia un boticario adonde acudían por cuanto habían me- para ellas. Díjole el santo que volviese por la mañana con
nester, y dos médicos y un cirujano con muy buenos sala- el padre d é l a s doncellas y le baria cédula de la cantidad;
ríos, para que les acudiesen con grande cuidado y pun- y en estando efectuado el casamiento se los daría. Fué e l
'ualidad en avisándoles su limosnero. No se quedaba su padre al día siguienle: y como la caridad de esle prelado
b r i d a d dentro de la ciudad de Valencia ni cabia en ella; era lan grande, se desvelaba en tantear y mirar si la l i -
extendíase á toda su diócesis: y así, cuando visitaba ó en- mosna que daba era bastante para el remedio de las nece-
viaba á su visitador, mandaba llevar cargas de paños y sidades, y así le dijo: Aunque prometí ayer á vuestro con-
benzos para vestir pobres, y mucho dinero con que hacer fesor treinta escudos para cada una de vuestras bijas, con-
¡'mosna á todos los necesitados. siderándolo aquesta noche me ha parecido poco; porque
casi toda la cantidad se les irá en poner su casa, y les
El que tenia la mano abierta para los pobres, la tenia
quedará muy poco para caudal; y así daré cincuenta es-
^i'rada para sus parientes. Vino á verle un parienlc suyo
cudos á cada una para que con los veinte pongan su casa
Pobre, con deseo y esperanza de volver á su casa rico:
y echen los Ircinla en el caudal de su oficio para empezar
hospedóle el santo con mucha alegría y llaneza , l l a m á n -
a trabajar. No sabía q u é hacerse aquel hombre de admi-
dole señor primo y regalándole un mes que esluvo en su
rado y agradecido i echóse á los piés del santo para be-
^asa. Después le preguntó, cómo le iba en su tierra, y res-
sárselos, y él le levantó y dijo: ¿ N o sois vos el que me
pondió que m a l ; poique de dos bueyes que tenia para su
aderezastes los jubones? Ya sé que os ofendísles de ver lo
'abor se le había mucrio uno. Dijo el sanio: Señor primo,
que regateó por el precio, pero no tuvisteis razón ; porque
Pai'a comprar un buey en lugar del que se le murió, yo le
yo no lo hacia por cierto para ahorrar dinero, que yo ni
d-Té, no porque es mi pariente, sino porque es pobre;
lo estimo sino para haceros esta limosna á vos y á oíros
PPfo no espere mas de mí, porque esta hacienda no es
que tienen necesidad. De estos y semejantes casos, que
ni de mis parientes, sino de los pobres de mi arzobis-
cada uno de ellos se celebrar:) dignamente en otros prela-
pado. Otros vinieron también llamados d é l a dignidad por
dos por admirable, callo muchos; porque son laníos en
tozar parte de la renta; y á dos ó tres dias los desenga-
este santo prelado, que la multitud les quita la admi-
ñaba y d e c í a ; que nunca había sido mas pobre que en-
ración.
•ouces; pues no tenia por suyo mas que el cuidado de

TOMO ni. 10
1% LA LlíYENDA DE ORO. DIA 1 8 .
INÜ se conlentaba eskí padre de pobres con ser 61 limos- sas y s á b a n a s , y on viendo el santo que algún pobre ne-
nero; procuraba hacer á oíros limosneros, y daba un con- cesitaba de camisa ó sábanas se las dejaba. Sucedía a l g u -
sejo á los que no Unen hijos ni obligaciones; y era, que nas veces hacer los criados la cuenta de las sábanas y ca-
empleasen su hacienda en pobres vergonzanles y gente misas que habían dado, y conocían ser muchas mas que las
honrada, y lo hiciesen en vida y no aguardasen á uiíin- que habían sacado de casa. Haciendo visita en e! marque-
darlo en muerte, para que so dé á los pobres que están por sado de Denia, mandó al criado que llevaba la bolsa del
venir; porque á eslos Dios los proveerá á su tiempo, y los dinero, que notase el que sacaba de Valencia y loque iba
ricos presentes son para los pobres presentes ; y los ricos gastando: y hecha la observación, halló el criado que
futuros para los pobres futuros; y que Dios no les pediría era mucho mas lo quii se habia dado de limosna que, lo
cuenta de que no socorrían á los pobres que habia de ha- que se habia sacado de casa, y que aun quedaba en la
ber, sino porque no socorrían á los pobres que babia ensu bolsa mucho dinero, y mandóle que lo callase. De esta
tiempo. manera se multiplicó muchas veces el dinero cuando lo
Un milagro continuo sacedla en el repartimiento de las repartía el santo por sus manos, como él mismo confesó
limosnas, que por continuo no se adverlia m reparaba; y en una ocasión. Pero ¿ q u é maravilla es que hiciesen m i -
es, que, mirada la renta del santo piolado, y computadas lagros aquellas manos que repartían tantas limosnas? De-
las limosnas que daba, públicas y secretas, por si y por jando otros milagros de su limosna, quiero decir, la limos-
medio de su limosnero, era tres y cuatro veces mas lo na de un milagro que dió á un pobre en una ocasión. Vió
que daba que lo que percibía; pero este milagro continuo un pobre tullido con dos muletas entre los pobres que acu-
y oculto le hizo Dios patente en algunos casos extraordina- dían á pedir limosna á s u puerta, y reparó que le miraba
rios. Amasaban cada dia en la casa del santo prelado mu- con mucha atención, llizole llamar, y á solas le preguntó,
cho pan para dar á los pobres: y con una inundación por q u é 1c miraba con tanta atención, y si necesitaba de
grande que rompió las azudes, cesaron de moler los moli- mas limosna que los d e m á s pobres que se la daria de bue-
nos de Valencia y ora necesario ir á moler muy lejos. Ha- na gana : que le dijese sin empacho su necesidad. Res-
bla gran falla de pan, y creció el número de pobres, de pondió: Señor, para mí harto me dan, pero tengo mujer
manera, (pie el que tenia á su cargo cocer el pan, viendo y dos nifios, y repartido con ellos padecemos harta nece-
la poca harina que habia, y que el trigo que habia envia- sidad. Replicóle: ¿Sabéis algún oficio? Respondió el p o -
do á moler habia de tardar mucho tiempo á venir, se fué bre: sastre soy, pero mire vuestra santidad las manos y
al sanio y le dijo, que seria bien despedir á los pobres los dedos como están que no los puedo mover; que sí yo
hasta que viniese harina; porque si cocia el pan ordina- tuviera salud, con ella sustentaría mi casa como ánlcs lo
rio, á dos dias no habiia [tan para los de casa Enojóse hacia. ¿ P u e s , q u é queréis dijo el santo, salud ó limosna ?
mucho el sanio prelado con esta propuesta, y dijo: ¿ Q u é Ilespondíó: ¡O sí yo tuviera salud! No le dejó decir mas
decis? ¿Jcspeilir á los pobres? Líbrenos Dios de despedir palabras; y haciendo sobre él la sefial de la cruz, dijo:
ningún pobre; ánles despediré yo todos los criados de mi En el nombre de Jesucrislu Nazareno crucilicado dejad esa*
casa. Coced lo mismo y dad pan á cuantos vinieren: y si muletas é idos con salud á trabajar á vuestra casa. Al p u n -
faltare, falte para nosotros; que yo conüo en Dios que no to se halló el tullido y manco con virtud en los piés y en las
fallará para ninguno. Goctóse aqueí dia lo ordinario ¡ y al manos; y lleno de alegría se fué alabando á Dios y al san-
dia siguiente se halló la misma harina que el primero, y al to á su casa, á ejercitar su oficio con que sustentaba su fa-
tercero que el segundo, de esta manera todos ios dias has- milia, ayudándole el santo prelado con una buena limos-
ta (pie se aderezaron tal azudes; de manera, que sacando na cada semana. También le sucedió muchas veces, al v i -
s iempre la misma harina, parecía siempre que no se toca- sitar los enfermos pobres hallar algnnos desahuciados, y
ba á ella. En tiempo que setemia necesidad, se previno el con decirles un evangelioy echarles su bendición, les daba
santo arzobispo de mucho trigo: y mandando repartir entera salud: y cuando los médicos pensaban hallarlos al
grande cantidad por los lugares de su diócesis, g u a r d ó otro dia muertos, los hallahan sanos, admirado al m é d i -
lo d e m á s ca su casa y fuélo repartiendo á los pobres. V i - co limosnero que daba de limosna la salud, que no se pue-
nieron un dia tres viudas á podir al santo que las socorrie- de comprar con el dinero.
se porque padecía grave necesidad; mandó el santo á su De las otras virtudes de santo Tomás no bay para que
mayordomo que las diese un poco de t r i g o ; y como res- hablar, sino decir, que todas fueron conforme á esta g r a n -
pondiese que no había ni un g r a n é e n l a casa, dijo el san- de caridad; porque á quien dió el Señor en tan alto grado
t o : No es posible, miradlo bien, q u e a l g o h a b r á para estas la virtud de que mas se precia, que es la misericordia, no
pobres mujeres. Trajo el mayordomo á dos criados que ha- podia negarle las otras virtudes. Su castidad fué no cotno
bían barrido aquel dia el granero, los cuales aseguraron de hombre con carne, sino como de ángel sin ella. Ni en
como no quedaba ni un grano. Con todo eso dijo: Miradlo su niflez, HÍ en sil mocedad, y mucho ménos siendo r e l i -
bien, y al subir el mayordomo á verle, dijo el santo á los gioso y arzobispo, se conoció que era hombre sino en el
criados: El Padre de las misericordias y Dios de toda con- recato con (pie liuia las ocasiones en que solos los hombres
solación, se compadecerá de estas pobres viudas: y con pueden caer. Siendo niño, huía de los niños viciosos y mal
dilícultad pudo abrir el mayordomo el granero, según es- inclinados: siendo estudiante y colegial, huían los vicio-
taba lleno de trigo, pasmándose de admiración con tan sos de 61 como de la misma castidad: siendo religioso y
grande y evidente mílngro. Dió el santo una gran cantidad superior en su religión, nunca hacia visita á mujer ningu-
á aquellas mujeres , y mandóles que callasen el milagro; na, aunque fHesc su hija espiritual y muy principal, sino
aunque ellas no lo cumplieron. Tenia lista de lodos los 9ñk es cuando la caridad ó la necesidad le obligaba á ello:
fertoós que habia en cada parroquia, y cada sensana salía siendo arzodispo no admitía visita de mujer ninguna en su
una larde á visitarlos. Delrás iban dos criados con cami- casa ( y por no faltar al oíicio de pastor de todas seis ove-
DIA 18. SETlEiMME. 7o
jxis, Icnia Ée&alfidfM cierlos dias on la soiuana, en que lt;s vería por ellos; (pie á el nuda le quitaban : porque con
liaba audiencia en la iglesia, y llegaban ellas, cubierto el volverse á su celda de donde le habían sacado contra su
• ostro, á comunicarle sus necesidades ó aflicciones. Sa- voluntad , estaría mas rico y contento que con todas sus
biendo que venia su madre á Valencia á verle, le avisó qne rentas. Y finalmente , no desistió hasta que el gobernador
fuese á Villar, que es un pueblo de la mesa eiñscopal, le entregó el preso; y el santo dió al gobernador p u b l i -
donde estuvo el santo con ella algunos Jias regalándola: camente la penitencia que le pareció necesaria para satis-
y deseándola madre ir á Valencia, no consintió, diciendo facer al escándalo que babia causado. Su magnanimtdad,
que si iba á Valencia, como madre babia de posar en su con que , sin atender á respetos humanos, miraba solo á
palacio, y las sefíoras de Valencia le vendrían á visitar Dios y á su obligación fué admirable. Pidióle el empera-
como á t a l ; y que él no queria visitas de mujeres en su dor Carlos V veinte m i l ducados prestados, para ayuda
casa, aunque fuése con tan justa causa. Él s o l ó s e veslia yde bacer u n presidio en la isla de Ibiza ; porque sonaba
desnudaba, y ninguno de sus criados le vio j a m á s n i aun que venían sobre ella los turcos y él se hallaba sin dine-
los piés. Murió virgen este santo prelado, como lo afirmó ros. Respondió el santo , que él no podía prestarlos; por-
su confesor con quien se habia confesado generalmenU' on que aquella hacienda no era suya sino de los pobres ; y
la hora de la muerte; y en testimonio de. ello cubrieron nadie puede disponer de, hacienda ajena. Hubo muchos
su cuerpo de flores, y le pusieron una guirnalda de ellas demandas sobre esto: y el emperador le volvió á escribir
junto á la mitra. Confirmábanse muchos en esta opinión, que no le pedia dado sino prestado, y que la necesidad
por los resplandores (pie veian salir de su rostro cuando de Ibiza era grande , y sería obra de caridad socorrerla.
le hablaban. Su celo de la salvación de las almas era tal, Respondió el santo que bien lo entendía ; mas que Dios no
que deseó con grandes ansias, y procuró muchas veces le habia encomendado á Ibiza , sino á Valencia; y que
renunciar su arzobispado, por darse del todo á la predica- para estas empresas era el dinero de los reyes, no el do
ción, especialmente para convertir á los moriscos del reino los obispos que es de pobres. Advirtióle el virey que so
de Valencia, cuya ceguedad y perdición le dolia mucho. ofendería el emperador, y él respondió : Mucho sentiré
Procuraba con singular cuidado que los predicadoresnim- ofender al emperador; pero mucho mas sentiré ofender á
pliesen con su obligación; y para esto los juntaba todos los Dios : y en caso que el emperader se ofenda , yo me vol-
años ánles de la cuaresma, y les hacia una plática, acor- veré con grande gusto á mi celda, que aun me traigo la
dándoles cuántas almas estaban á su cargo, cuya salva- llave en la cinla. Al fin , después de muchas instancias,
ción dependía de su predicación, y cuánto premio Ies da- prestó diez mil ducados, y esto señalándole fincas seguras
ría Dios, si haciandebidamente su oficio; y al contrarío, de donde cobrarse ; y en su tiempo cobró siete m i l , y
cuánto casligo les esperaba, si por predicarse á si mismos después se cobraron tres m i l , que se distribuyeron con-
y no á Jesucristo, dejasen las almas de salir de sus vicios forme á lo que el santo dispuso en su muerte.. Con esta en-
y de conseguir el fin para que fueron criadas. Á esta plá- tereza on las cosas que locaban al servicio divino, juntaba
tica asistían también los confesores, para que en lo que una Immildad y llaneza grande eu*el trato de su persona.
les locaba, hiciesen loque debían. La Compañía de Jesús E n su casa no habia fausto M aparato, ni porteros que h i -
debió mucho á este santísimo prelado; porque viendo lo ciesen aguardar los que v e n í a n , porque no bacía autori-
mucho que trabajaban los hijos de ella en procurar la sal- dad de hacerse esperar ; solo habia un portero para que
vacion de las almas, los honraba y favorecía con singular le avisase luego que alguno le buscaba. Su puerta era
amor, y se quejaba amorosamente siempre que le sacaban como las puertas de los templos , que están abiertas para
alguno de Valencia, diciendo que le quitaban sus coadju- pobres y ricos , y si habia alguna diferencia, era en re-
tores que. le ayudaban á cumplir con la obligación de su cibir de mejor gana á tos pobres , por venir apadrinados
olicio, procurando el provecho de sus ovejas. V en la de su necesidad-. Sentábase en una silla baja, y hacía sen-
muerte, con facultad que tenia del sumo pontífice para tar al pobre en otra, y con grande afabilidad se informaba
disponer en aquella hora de lo que se le debiese, mandó muy despacio de su aflicción y trabajo, y siempre eran
dar al colegio de la Compañía de Jesús de aquella c i u - mejor despedidos que recibidos; porque volvían reme-
dad la mayor parle de una cantidad (pie le debía el empe- diados los que venían necesitados. Finalmente, la caridad
rador. con Dios , que era la reina entre las virtudes de este sanio
prelado | y gobernaba todas sus acciones, y le bacía p r o -
Su zelo en mirar por la inmunidad y libertad eclesiás- curar con lanío zelo la gloria divina , y excusar sus ofen-
lica en las ocasiones que se le ofrecieron , fué digna de s a s , y le obligaba á amar á los pobres, por mirar en ellos
tan gran prelado. Habiendo preso el gobernador de V a - á Cristo; ¿ q u i é n la explicará con las palabras? ¿Quién no
lencia á un capííular de su Iglesia , por haber dado de la dejará toda á la admiración ? ¿Y para q u é es ment'sler
puñaladas á un alguacil del mismo gobernador, fulminó explicarla? pues todas las obras y palabras de este sanio
coníra el gobernador todas las censuras, y úlliniaiiuMile prelado dan lestimonio de su caridad ron Dios.
puso entredicho general, y cesaíw it é h m s i y como l l e -
gase la cuaresma , envióle á decir el virey que alzase el l.o que no se puede admirar baslantemcnte en santo
entredicho, y ccsaíío, ó á lo méuos el cesaiio. No quiso el Tomás , es , que siendo tan grande prelado, y Icniendo
santo, diciendo, que no lo haría hasta que le roslíluyese en tan eminente grado todas las prendas necesarias para
el gobernador el preso. Llegó la semana sania y volvió á esta dignidad , clamaba continuamente por dejar el arzo-
enviarle recado el v i r e y , pidiendo lo misino por el des- bispado, y , como si estuviera en un mar tempestuoso,
consuelo de la ciudad , y amenazándole que , si no lo ha- anhelaba ansiosamente por volverse á su convenio como
cia , le ocuparía las temporalidades: á que respondió el á puerto seguro; porque según el decía á su confeser,
santo con grande constancia que, si te ocupaban las t e m - nunca habia temido tanto ser excluido del número de los
poralidades, todo el daño seria de los pobres, y Dios vol- predestinados, como desde que babia entrado en el m í -
7(> LA LEYIÍNDA DE ORO. DÍA 18.
meru du los prelados. Escribia al emperador repelidas car- un santo canonizado; bien claro se v e , cuánto mas hon-
tas en órden á reminciar la dignidad , y pedíalo á Dios rado seria en la muerte, en que ya las virtudes están se-
con conlinuas oraciones : y aunque el emperador no le oia guras de la perseverancia. Contribuyó el cielo á la cele-
por no quitar á la Iglesia tai prelado, oyóle Dios, por dar bridad con un milagro; porque pasando por una calle el
ta! prelado ^1 cielo, como singular adorno del coro de los entierro, cayó un muchacho de nueve á diez años de un
poutilices , y para darle á el digno premio de sus v i r t u - ediGcio muy alto. La madre que le viócaer le encomendó
des : y porque quería castigar á Valencia con la hambre á santo T o m á s , diciendo: Sanio arzobispo , librad á m i
que padeció el afto de 15í)G y con la peste que hubo los hijo: y el niño bajó tan despacio como si le bajara en bra-
dos años siguientes , quísose llevar al santo ánles , el afio zos algún á n g e l , y quedó de piés en el suelo , sin lesión
de 35 , poique no viese tantos males, ó porque no los ni dolor. Sepultáronle en el convento de Nuestra Señora
embarazase con sus oraciones. Estando una noche de la del Socorro , como él lo había mandado, queriendo que,
tiesta de la rnriíicacion de nuestra Señora en oración, pues el arzobispado lo había sacado de su convento, la
pidiendo á Dios que le librase de aquella carga tan pesada muerte le restituyese á su religión. Después de su muerte
del arzobispado, le habló un Crucilijo que tenia delante, se apareció glorioso y resplandeciente á muchas personas
y le d i j o : Ten buen ánimo ; que el dia del Nacimiento do asegurándoles de su descanso y bienaventuranza.
mi Madre vendrás á m í : y desde entonces quedó abierta Honró Dios á este gran siervo suyo en vida y en muerto
la boca del Crucilijo, que ánles estaba cerrada ; y así se con muchos é insignes milagros , los cuales dejo, porque
ve h o y , con los dientes tan perfectos, que los mas pe- si hubiera de contar milagros contara los ejemplos que he
ritos escultores dicen que no puede el arle imitar tanto á hallado de sus virtudes , que me admiran mas que el h a -
la naturaleza. Empezóse á aparejar para la partida , el que ber resucitado nueve difuntos , y haber sanado innume-
estaba tan aparejado y alegre con la nueva ; aunque le rables enfermos de diversas enfermedades. Tuvo espírilu
parecían muy largos plazos aquellos meses mas de arzo- de profecía, y favorecióle el Señor con todas aquellas
bispo , y de desterrado de la patria celestial. En 29 do prerogalivüs con que suele homar á sus líeles siervos y
agosto enfermó de una esquinencia, procedida de largos amigos.
estudios, desvelos y penitencias; y conociendo que se En todo fué admirable santo Tomás de Vülanueva y su
acercaba ya su partkla , se confesó generalmente de toda vida , que sirve á la admiración de todos , sirva también á
la vida , y recibió por viático el cuerpo del Scílorcon m u - la imitación; porque no hay quien no bulle qué imilaren
cha devoción y l á g r i m a s . Cuatro días ánles de su muerte, este prodigioso varón. En todos los estados y edades fué
mandó á su limosnero, que cinco mil ducados que habían santo, cuando n i ñ o , cuando mancebo, cuando varón,
quedado, los repartiese todos á los pobres , y se volviese cuando anciano: siendo seglar, siendo religioso , siendo
sin un real. Y cuando le dijeron que se había repartido predicador, siendo prelado; y así lodos pueden aprender
todo, dijo: ¡O cuánto habéis aliviado mi espíritu 1 Dios os de él alguna virtud : los niños la inocencia , los mancebos
d é el consuelo que me habéis dado. Mandó también que la castidad, los varones la madurez, los ancianos la p r u -
sus muebles se diesen á los pobres: y no teniendo ya mas dencia , los seglares la modestia, los religiosos la obser-
que la cama, llamó á su carcelero que era pobre, y le dió vancia , los predicadores el zelo, los prelados la vigilan-
su cama. Preguntóle si la aceptaba; y respondiendo el cia ; y lodos la caridad y misericordia para con los pobres
carcelero que s í ; dijo con grande gozo de su espíritu: y necesitados ; porque él fué seglar y ejemplo de segla-
Gracias á Dios que he alcanzado lo que siempre he de- res , religioso y espejo de religiosos, predicador y maes-
seado : bendito sea Dios , qiíe muero como pobre religioso tro de predicadores, prelado é' idea de prelados. ¡ O q u é
sin poseer nada en este mundo. Ya esta cama es luya: varón , mayor que todas las alabanzas ! Grande en los
mira si me la quieres prestar por amor de Dios, para mo- ojos de Dios nuestro S e ñ o r , y pequeño en sus ojos, en
rir ; y sino muy gustoso moriré sobre la tierra. El sábado quien nadie halló que reprender, sino os su misma vista:
víspera de la Tvalividad de nuestra Sefiora , pidió la ex- á quien juzgaban todos por digno de mayores dignidades;
tremaunción , y el domingo por la m a ñ a n a , dijo, que le y él se tenia por indigno de ser arzobispo. ; 0 qué arzo-
faltaban pocas horas de vida : que se pusiese en su sala bispo, que supo unir las virtudes de religioso con las de
un altar y se dijese misa ; porque quería despedirse en prelado 1 Pobre y padre de pobres, que no tenia mas t e -
la misa como Cristo se despidió de los suyos. Díjose la soro que las manos de los necesitados: rico para los p o -
misa que oyó con gran dsvocion y l á g r i m a s , y en a l - bres ; y pobre para s í : á quien todas las necesidades h a -
zando, empezó el salmo: I n t e , D o m i n e , s p e r a v i , ele. y llaban liberal, sino en las propias. En sus manos se m u l -
al llegar á decir el último verso: I n m a m s lúas , Domine, tiplicaban las limosnas; pero no es maravilla , pues
conmendo s p i r i l u m m e u m ; que fué cuando el sacerdote mulliplicaban las limosnas sus manos. « bienavenlurado el
acabó de consumir el santísimo Sacramento , espiró ; y varón que fué hallado sin m á c u l a , y que no se fué tras
su alma desatada de las prisiones del cuerpo, fué á grzar el oro ni puso su confianza en los tesoros del dinero. Este
del premio que tenia merecido con tantas obras, dia de es el sacerdote grande que en sus días a g r a d ó á Dios, y
la Natividad de nuestra Señora, á 8 de setiembre de 1 .'ÍÍM- fué hallado en sus ojos justo, y en el tiempo de la ¡ra fué
Nd li.iy para q u é decir con palabras el sentimiento hecho reconciliador y no se halló otro semejante á él.»
que hubo por su muerte en la ciudad de Valencia; pues ¿Ouién cerrará la mano viendo abierta la de Tomás de
ninguno le sabia explicar mas que con lágrimas \ sus¡)i- Villanucva, no ménos para recibir benclicios de la mano
roa : ni os menesler decir el concurso de su entierro , la de Dios nuestro S e ñ o r , que para dar limosna á los p o -
veneración de santo que t u v o , besándole los piés y las bres? Encomendémonos todos á este santísimo ponliíice:
manos, y procurando alguna de sus reliquias : porque pidámosle su favor, que su misericordia no ha acabado,
quien en vida era venerado por sus obras . como si fuera sino perficionado el ciclo, y nos a y u d a r á con sus oracio-
nulS. SETIEMBRE. 77
HPS á conseguir la gloria deque él goza y gozará por los en la cual vistió el hábito de clérigo en el día 19 de junio
siglos de los siglos. Amen. del afio I(i2íí; y habiendo cumplido con satisfacción y ad-
Escribieron de snnto Tomás de Villanueva JoséPamülio, miración de lodos el año de noviciado, hizo la solemne
fot; 119; M. Grijalva , Ilisloria mejicana, l i b . i , cap. 2 y profesión en manos de su superior , en la cual retuvo el
13; Alvar. Gómez, en la Vida de donFr. Francisco J i m é - nombre de José, que se le había impuesto en el bautismo.
nez, l i b . v m ; Gonzfigi», en la Crónica de los Menores; Desde entonces compareció un verdader o y per fecto r e l i -
Cornelio Curcio, De los varones ilustres de la orden de San gioso en la práctica de todas las virtudes convenienles á su
Aguslin , elog. 2 , fol. 2 í i ; Fr. Tomás de Herrera , en el estado y en la observancia exactísima de las reglas de su
Alphabel. Aguslin., 2 p . , Hl. T. verb. Thomas, fol. 438, iuslíluto ; de suerte, que los superiores en este parlicular
y en la Ilisloria del concilio de Salamanca. Escribieron nada mas podían desear de él. Pero en el estudio de las
también de él Fr. Miguel S a l ó n , don Fr. Juan Mufiatones, letras necesarias para recibir las órdenes eclesiásticas,
obispo de Scgorbe , Fr. Kicasio Bario, agustinianos; clon nada ó muy poco aprovechaba. Por este motivo era m u -
Francisco de Quevedo, llcnrico Hyveo, en francés, y T a - chas veces reprendido; pero aunque el santo recibía con
mayo de Salazar, en su Martirologio tomo v, á 8 de se- humildad las reprensiones que se le baciarr, acostum-
tiembre. brando decir á su maestro: Tomad paciencia conmigo,
SAN JOSÉ DE COPERTINO , CONFESOR.—El glorioso san porque asi mereceréis mas ; todavía poquísimo aprove-
J o s é , nombrado de Goperlino , poi que nació en el lugar chaba en las letras, ya fuese por incapacidad de talento,
de e.sle nombre, situado en el obispado de Nardo, en el ó porque vivía siempre absorto en Dios , y como abstraído
reino d e N á p o I e s , vino al mundo á 17 de junio de 1C03. de los sentidos en una continua oración y conlemplacion,
Féli\ Desa. y Francisca Panara fueron sus padres, pobres de la cual en un grado sublime, como después diremos, fué
á la verdad, y de baja condición, pero al mismoliempo favorecido de Dios nuestro Señor. No obstante sus supe-
piadosos y bonrados, los cuales le educaron en la cristiana riores creyeron oportuno, atendido el buen olor de su
piedad; y é l , prevenido de copiosas bendiciones del cielo, singular santidad , hacerlo promover á las órdenes sa-
ya desde su^ primeros años dió nuiestras de la pálmente gradas hasta el sacerdocio; y se dice que en los e x á m e -
santidad á que Dios le babia destinado. Cuando llegó á la nes que suelen preceder á la ordenación , acaeció un no
edad de diez y siete años resolvió consagrarse enteramente sé qrré de prodigioso , habiéndole el obispo presentado
á Dios, entrando en alguna r e l i g i ó n , y escogió entre las para declarar ó repetir el evangelio de la misa, que em-
d e m á s la de los padres capuebinos, por ser una de las mas pieza : Beatus venter q n i le p o r l n v i t , que era el único que
rígidas y observantes , en !a cual fué efedivamenle a d - había aprendido á fuer za de un largo estudio. En cuyo
mitido en el año 1(520, en calidad de fraile lego, porque parlicular es forzoso confesar que un lal ejemplo es mas
como no se babia dedicado á las letras ni al estudio, no para admirarse que para imilarse; pues nadie debe apar-
se creyó capaz de grado mas bonoriíico. Pero ya fuese tarse de las reglas establecidas en los cánones de la santa
por la debilidad da la vista ó por su natural abstracción, Iglesia, según los cuales se requiere la conveniente cien-
salió nada apto para los oüeios propios de su estado, en cia y habilidad en los que han de ser promovidos á las
cuya atención después de haber pasado ocho meses en el sagradas órdenes.
noviciado, fué despedido de la religión y despojado de
Después que José en el año de 1C28, fué ordenado sa-
aquel santo b á b i l o , con tan grande sentimiento y dolor
cerdote, sintió nacer en su espír itu un nuevo y mas ar-
del santo j ó v e n , que solía decir después que le parecía
diente deseo de adquirir la mas sublime perfección, y de
que le desollaban cuando le desnudaban la túnica, y que
vivir enleramente despegado de todas las cosas de la
le separaban la carne de los huesos. No osando nuestro
tierra, y únicamente atento á la práctica de todas las v i r -
santo volver á Coperlino por miedo de su madre, que era
tudes evangélioas, y especialmente de una lotal mortifica-
de natural áspero y severo, y por no hallarse sujeto á
ción de s( mismo, y de una asperísima penitencia. A este
sus fuertes reprensiones, se fué á buscar á un religioso
fin, se privó de todas las cosas que se permiten á los r e l i -
de los padres menores conventuales, lio suyo , quien en
giosos de s u ó r d e n , hasta de los vestidos interiores, con-
aquel aflode 1621 predicaba la cuaresma en el lugar de
tentándose con la sola li'mica ; y se separó do cualquiera
Yelrara, y echándose á sus p i é s , le rogó con muchas
conversación y comercio con los hombres, llevando mía
inslancias quisiese cuidar de é l , pues estaba dispuesto á
vida retirada y solitaria, en una pequeña y oscura celda
ejecutar prontamente lodo lo que le mandase: el religioso
del convento: se privó del lodo del uso de la carne, de los
movido á compasión del desamparo en que se veía el so-
lacticinios y del vino, sustentándose d e s o í a s yerbas y f r u -
brino, le hizo quedar en su compafiia hasta la Pascua , en
tas secas, ó de legumbres cocidas con unos polvos amar-
cuyo tiempo le trató con mucha aspereza ; pero después
guísimos. Ayunaba* rigurosamente siete cuaresmas en el
le llevó consigo á su convento , nombrado de la Grollella,
año, á imitación de su patriarca san Francisco, pasando
distante poco mas de medía hora del lugar de Copcrtíno,
donde fué recibido como oblato terciario , destinándole á frocuenleinente bis semanas enteras sin tomar cosa a l g u -
los ministerios mas bajos y mas viles de la comunidad, y na de alimento, fuera del juéves y domingo. Tomaba un
en particular á cuidar de una muía de aquel convento. brevísimo sueño sobre una camilla tan incómoda, que le
Pero fué tan loable la conduela del santo en este estado, causaba mas dolor que reposo. So disciplinaba frecuente-
tan pronta su obediencia en todo lo que se le ordenaba, y mente con unos cordeles enlretejidos de puntas de alfile-
sobre todo tan singular la devoción y piedad que se le res y vcslrellitas de acero; con este terrible instrumento
descubría en todos sus discur sos y acciones, que se mercT hacia lal carnicería en su cuerpo, que corria por todas
ció la estimación y amor de todos los religiosos, quienes partes hilo á hilo la sangre: llevaba continuamente so-
por este motivo se resolvieron á admitirle en su religión. bre sus desnudas carnes nn áspero cilicio, ceñido con una
cadena de bierro. En una palabra, era tan grande la aspe-
78 LA LEYENDA DE OUO. bw 18.
re/a y rigor con que el siervo do Dios tratabn su cuerpo, volvió á vudo del lugar de donde había partido. Semejan-
que se podia justainen'e llamar mártir de la penitencia, tes vuelos dió alguna vez sobra el altar de san Francisco,
viéndose renovados en su persona ios grandes ejemplos y sobre el de la santísima virgen María do la Grotlella,re-
de penitencia, que en los primoros siglos de la Iglesia zando las letanías.
se admiraron en los desiertos de Siria, de Egiplo y de Pero mas admirable y juntamente plausible fué su r a p -
Palestina. to de amor, cuando queriendo representar el monte Calva-
Pero cuanto c! bienaventurado José afligía su cuerpo rio sobre una pequeña colina, situada onlrc Coperlino y
con estas asperísimas penitencias, superiores á las fuerzas elCDUvento do la Grotlella, donde habia ya hecho levan-
humanas (que nadie debe hacer por su propio arbitrio, y tar dos cruces, y viendo que diez personas juntas no po-
que el santo ciertamente practicaría, movido de nn i m p u l - dían colocaren el lugar destinado la tercera cruz, que era
so particular del Señor, que le inspiraría la práctica de la mayor, que tenia cíncuenla y cuatro palmos de alto, y
unos rigores tan extraordinarios, para confundir la sobra- era en consecuencia de muchisimo peso; movido nuestro
da delicadez, con que no solo las personas del mundo, bienaventurado de su interno fuego, desde la puerta del
sino también algunas de las religiosas acarician su cuer- convenio anduvo á vuelo por la distancia de ochenta pasos
po ) , otro tanto se regalaba y acrecentaba su espirilu con hacia la misma cruz, y cogiéndola con la mano, él solo la
el dulce pábulo de la oración y contemplación, con la cual levantó como una paja lijera, y la colocó en el lugar apa-
f u é de Dios favorecido con Extasis y rapios, no solo de rejado. Eran después estas cruces el objeto de sus adora-
espíritu, sino también de cuerpo, tan estupendos, ex- ciones; por lo que acaeció mochas veces, (pie por el es-
traordinarios é inauditos, que no creo cause disgusto al pacio ya de diez, ya do doce pasos, voló arrebatado do su
lector el oír la relación de ellos, en el modo que se des- amor cniciñcado, yn sobre el clavo de la cruz de emno-
criben en la historia de su vida, compuesta sobre las a u - dio, ya sobre la cima de la misma. Voló también en otra
ténticas declaraciones de muchos testigos, recilmltteen los ocasión cuatro pasos en el aire, arrebatado del fuego del
procesos que se formaron en la cansa de bcatiíicacíon y Espíritu santo, hablando de su venida sobre los apóstoles,
canonización del siervo de Dios. « Kstos éxtasis y raptos y viendo pasar á un religioso que llevaba en la mano una
eran tan frecuentes, que por mas do treinta anos (son pa- linterna encendida. Del mismo modo voló sobre un olivo,
labras de! mismo antiy de su vida) no fué admitido con así que oyó que un sacerdote le decia : Fr. José, ¡ q u é
los otros frailes en el coro, en las procesiones, ni en el r c - hermoso cielo ha hecho Dios ! quedándose firme arrodilla-
feclorio, porque se perturbaban las funciones.» Por lo que do sobre él por espacio de media hora : y era cosa estu-
seria nunca acabar, si se quisiesen referir todos los raptos penda, ver que el ramo que le sostenía se movia, como
que tuvo el siervo de Dios, después qne fué sacerdote, en si encima de él se hubiese puesto un pajarillo.
todo el resto de su vida. Por eso bastará referir solamen-
Poro mas qne otras veces, causó José admiración y e s -
te aqMÍ los que tuvo en Coperlino, on el tiempo que ha-
panto á loscircunslnntes, en la iglesia de Santa Clarado
bitó en el convento de la Grotlella, los cuales refiere el so-
Coperlino , (mando hallándose p r é s e n l e á la ceremonia de
bredicho autor en el modo siguiente.
dar el hábito á algunas sagradas vírgenes, asi qne seenlo-
Primeramente en Copcrtino, en la noche de la vigilia de nó por los m ú s i c o s : rcm, sponsn C / i m í i , vió lodo el con-
Navidad, oyendo José el son de la zampoña y de los s i l - curso, que, desde un ángulo donde oraba arrodillado, cor-
bos de algunos pastorcilios que él había convidado para ría velozmente á un padre de los menores observantes,
honrar el nacimiento del divino Nífio, primero empezó á confesor del monaslerio, y que habiéndole lomado por la
bailar por sobrada alegría, después dando un suspiro con mano, le levantó de la tierra con fuerza sobrenatural, y le
un alto grito, voló por el aire como una avecilla, desde hizo dar varias vueltas por el aire, en un baile violento,
en medio de la iglesia hasta el altar mayor, distante de movido éste de José, y José do Dios. Soria aquí muy difu-
allí mas de diez varas, y aquí, habiendo abrazado la custo- sa la relación de todos los raptos y vuelos ruidosos por el
dia del Señor sacramentado, estuvo dulcemente arrebata- aire del bienaventurado, que so admiraron en Coperlino;
do cerca de un cuarto de hora, sin hacer caer ninguna de por lo que á fin de no exceder de la brevedad que nos he-
las velas encendidas, de que estaba lleno el altar, y sin mos prefijado, basta saber que, como resulla de los pro-
ser ofendido del fuego cu ninguna parle de sus vestidos. cesos, solo aquí fueron mas de setenta, no contándolos que
A esle suceso quedaron sobremanera maravillados aque- tenia colidianamente cuando celebraba la santa misa, la
llos pastores; mas no fué menor la admiración de los r e l i - cual por eso duraba regularmente dos horas.
giosos de aquel convento, y del pueblo de Copertino, Estos maravillosos raptos del bicnavenlurado José, y la
cuando vieron que el bienaventurado José, vestido de capa santidad de su vida, lo conciliaron en todos los pueblos y
pluvial para asistir á una procesión en la fiesta de san Fran- países vecinos tan gran fama, que las genios corrían á t r o -
cisco, se fué á vuelo sobre el pulpito de la iglesia, quince pel para verlo y recomendarse á sus oraciones, de los d í a -
palmos elevado de la tierra, y quedó en el borde del mis- los muchos experimentaron la eficacia, alcanzando por su
mo por largo espacio extático y maravillosamenle arrodi- medio, de Dios nuestro Señor, gracias prodigiosas. Pero
llado. Igualmente estupendo fué un rapto que tuvo en la este mismo concurso dió motivo al vicario general de un
noche de un j u é v e s santo, orando con los demás religiosos obispo, para d e n u n c i a r á ta Inquisición ai siervo de Dios,
delante del sagrado sepulcro, colocado en la parle superior c o m o á hombre peligroso, que podía insímiar novedades y
del altar mayor, y adornado de nubes iluminadas con gran causar lumullos en el pueblo. Por loque, en el año 1638,
número de l á m p a r a s ; porque repeiilinameiHe fué á vuelo fué llamado á Nápolesá dar cuonla de sí mismo, y de Ñ a -
directamente á abrazar la urna de su divino tesoro, dejan- póles fué enviado á R min, donde fué examinada su conduc-
do inlaclos todos los adornos do aquella perspectiva, y ta, y declarada libredt> cinlquiera tacha, aunque no fue re-
después dn algun espacio de tiempo, llamado del superior, mitido á su convento de Coperlino, sino al de.Vsis. Habiendo
DIA 18. SETIEMBRE. 7 9
llegado el siervo de Dios á e s l e convenio, dispuso el Sefior dentro del convento de los padres capuchinos, y conver-
que fuese acouiclido de fuertes tenlaciones, así exleiiores sando continuamente con Dios en la oración y contempla-
como inlenorcs, q u é sirvieron para purificar siempre mas ción de las cosas celestiales. Aquí acaecieron muchas ve-
la virtud del sanio. Porquu el superior de aquel convento ces los mismos rapios, enlre los cuales es admirable el
lo recibió con enfado, y con un rostro lleno de cefio, y por que refiere el escritor de su vida con las siguientes pala-
algún tiempo usó con él de mucha severidad y aspereza, bras : « Kn la dominica en que se lee en la misa el evan-
mortilicándole continuamente con amargas reprensiones, gelio: E g o s u m Pastor b o m s , se hallaba el bienaventura-
y tachándole de hombre soberbio é hipócrita. Sufria el do José en la huerta de los padres capuchinos, y viendo
bienavenlurado José estas reprensiones y continuas mor- allí un corderillo, lo tomó por las piernas y se lo puso so-
tilicaciones con maravillosa paciencia, humildad y resig- bre los hombres, y en esle acto contemplando en el d i v i -
nación ; pero lo que mas le morlilicaba fué, que de repen- no rastor, empezó á correr por la huerta hacia el padre
te se vió privado de toda consolación celestial, su mente guardián que estaba allí presente, diciendole con alegría:
quedó oscurecida de espesas tinieblas, su corazón quedó Padre g u a r d i á n , hó aquí el buen Pastor que lleva la oveji-
duro y seco, de modo que no hallaba gusto alguno en el t a : después arrojando en alto el corderillo, tras de él dió
canto do los salmos, en decir la santa misa, ni en la ora- un vuelo por el aire hasta la allura de los árboles, y quedó
ción, y como si el cielo fuese de bronce, no llovía sobre él aquí con los brazos abiertos, arrodillado y extático por
gota alguna de celestial rocío. Al mismo tiempo el demo- mas de dos horas, con estraordinaria admiración de aque-
nio le daba mucho trabajo, fatigándole con vehementes llos religiosos, que fueron espectadores de aquella mara-
tentaciones de impureza, mientras estaba despierto, y con villa; volviendo después, como tenia de costumbre, de se-
feísimas imaginaciones, mientras estaba dormido; de mejantes raptos con el mismo vuelo, al lugar de donde habia
modo, que el siervo de Dios pasaba los días gimiendo y partido.
llorando sus males; pero en medio do tantas amarguras y Plugo finalmente al sumo pontífice Alejandro V I I , que
tribulaciones, no dejaba j a m á s cosa alguna do sus acos- habia sucedido á Inocencio X en la silla apostólica, res-
tumbrados ejercicios y penitencias. Duró esta batalla por tituir á la religión do Menores conventuales á su biena-
espacio de dos aftos, después de los cuales plugo al Señor venlurado religioso, como en efecto de su ó r d e n , en el
restituirle su primera calma y tranquilidad de espíritu, y mes de julio de IfiST , fué trasferido del dicho convento
llenar su alma de mas abundantes gracias y consolacio- do padres capuchinos de lYosorobrone al de padres con-
nes, renovándose en él los éxtasis y raptos extraordinarios, ventuales de la ciudad de Osimo, con mucha alegría del
¡semejantes á los que arriba se han referido, con pasmo y hiervo de Dios, quien , aunque estuviese en todas las c o -
admiración de todos; porque hallándose una vez en la sas resignadísimo á la voluntad divina, todavía se consoló
basílica patriarcal, mirando en la bóveda de la iglesia mucho de poder vivir el resto de sus dias entre los r e l i -
«ua iinágen de la Virgen santísima, se elevó diez y ocho giosos sus hermanos. Aquí fué colocado en una remota
palmos en el aire, como para venerarla mas de certa. pieza del convento , donde habia una capilla para cele-
Otra vez, hallándose en d noviciado en la flesla de la brar en ella privadamente el santo sacrificio do la misa,
imnaculada Concepción do la Virgen, de cuyo misterio era separado del todo del comercio de cualquiera persona,
devotísimo, abrazó al maestro do novicios, y clamando como lo habia ordenado el sobredicho Alejandro Y I I ; por
altamente; 3 q u é hermosa es María! ¡ qué hermosa es Ma- lo que en lodo el tiempo que sobrevivió no trató j a m á s
rial lo levantó con fuerza sobrenatural de la tierra, y ha- persona alguna fuera del obispo, de su vicario general y
biéndole dejado caer dentro de poco, él solo se levantó ann de los religiosos de su convento; ni j a m á s salió de su
mas alto. celda, sino para visitar algún religioso enfermo , y una
Da aquí resultó, que sucedió en Asís, lo mismo que ha- vez la iglesia .del mismo convento, lo que ejecutó de n o -
bla acaecido en Copcrtino; esto es , que las gentes de lo- che , y cuando estaban ya cerradas las puertas. Estaba no
das parles se atropellaban al rededor del santo, deseando obstante tan contento en aquella soledad , que solia decir:
cada uno ser espectador de las maravilJas que Dios obra- Yo estoy dentro da una ciudad, pero me parece que estoy
ba en su persona. Por eso el sumo pontífice Inocencio X, dentro de una selva, y así en un paraíso; y en efecto p o -
que entonces ocupaba la silla de san Pedro, mandó al i n - día con toda verdad decir, que le parecia habitar en un
quisidor de la ciudad de Perugia, á lin de apartar el ruido paraíso porque era cuasi continuamente arrebatado en
y rumor del pueblo, que trasportase secreta mente á José Dios, y favorecido do dnlcisimos é x t a s i s , de los cuales
del convento de padres menores conventuales de la ciudad algunos le duraban de seis á siete horas. Acercándose el
de Asís, á un convento de padres capuchinos, situado en término de su p e i r g i inacion sobre esta lierra , del cual
Pietrarosa, lugar solitario entre la's ásperas raontafias de habia recibido una especial revelación de Dios nueslro Se-
f.arpegna, en el obispado de Monte Feltro, como fué eje- fior, se encendieron mucho masen su pecho las llamas
cutado ron mucho secreto á 22 de julio de l<ílí3, y des- del divino amor, y los santos deseos de ser desatado de
pués de tres meses, fué el siervo de Dios nuevamente los lazos del cuerpo, que por desprecio solia llamar su as-
trasportado de este convento de Pielrarosa, al de Fosom- nillo, para unirse eternamente en el cielo con el sumo
brone de los mismos padres capuchinos, obedeciendo el Bien. En efecto, fue atacado de una calentura muy a r -
humilde siervo de Dios prontamente, como manso cordero, dienle, que le duró cerca do un mes, acompañada de una
las órdenes de los superiores. En la demora que hizo en grande debilidad de estómago: hallándose el santo en esle
este convento, que fué cerca de tres anos Reparado de la estado y muy extenuado do fuerzas por el furor del nial,
vista de los hombres, y como muerto al mundo, llevó una y por sus muchas penitencias, quiso sin embargo hasta
vida del lodo retirada, y según su costumbre, penitente; el üllimo celebrar la santa misa, hasta que destituido t o -
celebrando misa en un altar privado, eregido á esle lin talmente de fuerzas, y habiéndosele agravado la enfer-
80 LA LEYENDA DE ORO. DIA 18.
medad, se vió reducido al extremo de su vida, y habiendo una mujer soltera , llamada Benedicta Pierangelini: se le
recibido con singular y extraordinaria devoción los sacra- habían formado á esta mujer dos pólipos carnosos en los
mentos de la Iglesia, descansó plácidamente en el Seflor vasos del corazón , los cuales, impidiendo el libre curso
ú 18 de setiembre de 1663. Así como e! siervo de Dios de la sangre, por espacio de diez y seis años , la habían
habia sido enriquecido del Señor durante su vida, además de tal manera molestado, que necesitando de frecuentísi-
de los éxtasis y raptos referidos, del don de profetizar Jas mas expectoraciones, varias veces se hallaba en inminenle
cosas futuras, del de conocer los secretos del corazón, del peligro de quedar sofocada y muerta: por ú l t i m o , h a -
de obrar cosas prodigiosas, y de oíros dones sobrenatu- biéndose encruelecido por espacio de quince dias la enfer-
rales, así después de su muerte se dignó el mismo Seíior medad que iba acompañada de moríales parasismos, fué
iluslrar su santidad con muchos milagros obrados por su preciso administrarla los santos sacramentos. No obstante
intercesión; por los cuales y por su santa y virtuosa vida, la enferma , concibiendo confianza de recobrar su salud
la sede apostólica le escribió en el número de los beatos, con la intercesión del boato José , le invocó con mucho
en el año 1733 , y en el siguiente de 1161 lo canonizó fervor, aplicándose entretanto al pecho una reliquia suya;
solemnemente. entonces fué acometida de un gravísimo parasismo, que
Entre los muebos milagros que obró Dios nuestro Sefior no asustó á la enferma , poique tuvo en su interior un
para declarar á los hombres la santidad de su siervo, solo secreto presentimiento que este parasismo le daría la sa-
referiremos los que la santa Sede tiene aprobados para su lud. Entonces, habiéndola el cirujano dado una sangría
beatificación y canonización. que la enferma, consintiendo el médico , habia pedido, y
El primero aprobado para su beatificación, lo obró con habiéndola abierto en la mano la vena que llaman salva-
un muchacho de doce aflos de edad, llamado Esteban de tela , salieron milagrosamente por la incisión aquellas dos
Matéis: habiendo este muchacho recibido un golpe de una moles poliposas de sustancia carnosa, y obrándose e n -
piedra en el ojo derecho, le quedó herida y rota la nifia, tonces muchos milagros, quedó la enferma en el mismo
de donde resultó que , vaciándosele todo el humor, se le momento sana y libre perfectamente de todos sus males.
hundió la órbita del ojo , con lo que quedó del todo sin El tercero acaeció con Bcrnardino Conogallese, de ofi-
vista en é l ; pero habiendo acudido al sepulcro del santo, cio arriero : padecía éste de herpes, que abriéndosele, le
y hecho tocar en él los p á r p a d o s del ojo perdido, a! mis- formaron una l l a g a , de la cual manaba un humor lan
mo instante le recobró entero y hermoso, y vió con él cruel y corrosivo, que no solo le abría las carnes , sino
perfeclísimamente. que c o n s u m í a l o s paños que se le aplicaban; entonces,
El segundo le obró Dios por su intercesión con Viclorio extendiéndosele la llaga desde la ingle hasta la rodilla,
de Matéis , padre del muchacho referido: tenia ésto tan le quitó la facultad de caminar causándole al mismo tiem-
enormemente entumecida la rodilla , á causa del humor po vobementísimos dolores , de modo que no podia des-
que habia acudido á ella , que no se podia arrodillar ni cansar un solo momento. En este peligro su buena mujer
podia caminar sino con mucha dificultad ; seis años habia se fué á la iglesia para implorar con sus oraciones el a u -
que padecía esta enfermedad, pero confiando curar de ella silio del beato J o s é , mientras el marido postrado en la
con la intercesión de san José , fué á visitarle en su con- cama hacia lo mismo. En esta sazón el beato José apareció
vento, y apenas puso la rodilla ofendida s ó b r e l a tarima al enfermo, y le exhortó á rezar junto con él las letanías
del altar donde el santo solía orar, y dunde aun se perci- de la Virgen santísima : el beato José empezó la letanía, é
b í a n las seflales que con el largo uso de orar habia dejado iba el enfermo respondiendo á cada una de las salutacio-
en ella, cuando al m i s m o p ú u l o q u e d ó desvanecido aquel nes, y cuando llegó á la salutación en que se invoca á
enorme tumor, y él sintió perfectamente sana la rodilla María santísima con el título de Salud de enfermos: Salus
y ágil para cualquiera movimiento como si en ella no h u - i n f i r m o r u m , de repente desapareciendo la visión , se des-
biera padecido mal alguno. vaneció toda aquella enfermedad. Bernardino salló al m o -
Para su canonización fueron aprobados los tres milagros mento de la cama , se vistió, salió de casa, y se fué luego
siguientes. á la iglesia con toda expedición , á dar gracias á su sin-
El primero se obró con una doncella llamada María Mag- gular bienhechor, y la m a ñ a n a siguiente se puso á t r a -
dalena Panzironi, en el dia 31 de octubre de M o 3 . Toma bajiir en su oficio de a n i e r r o , fuerte y robusto , como si
esta doncella en la boca del estómago un tumor esquir- j a m á s hubiera estado enfermo,
roso m u y crecido, y duro como una piedra; este Uimor * SAN METODIO , OBISPO Y MÁRTIR.—Tanto su nacimien-
habia reducido á la doliente á tal estado, que , perdido el to como los primeros años de su vida se ignoran. Las p r i -
movimiento, el color, el pulso, la habla y los demás meras noticias que tenemos de este santo son cuando era
sentidos, desahuciada de los m é d i c o s , se la prevenia ya obispo de O l i m p o , ciudad marítima de la Licia. Trasla-
lo necesario para su entierro. Hallándose pues, á punto de dado á la silla episcopal de Tiro, dió muestras de su gran
espirar, la pusieron algunas reliquias del beato José en saber, de su elocuencia, y sobro lodo de su gran virtud.
los dedos, y una estampa sobre el tumor esquirroso, y Escribió varias obras, á saber: elFeslindelas Vírgenes, la
ella de la manera que pudo en aquella última agonía, que tiene por objeto demostrar las ventajas de la castidad;
imploró su ayuda con tan feliz y portentoso efecto, que el Libre Albedrío contra los valenlinianos, y otra obra so-
de repente se halló buena, sana y perfectamenta conva- bre la resurrección do los cuerpos contra O r í g e n e s ; cuyos
lecida ; de modo, que habiendo sucedido esto al anoche- libros fueron tenidos en mucho aprecio por los autores
c e r , se levantó de la cama en el mismo d i a , hizo y eje- eclesiásticos de los primeros siglos , ya por la pureza de
cutó en aquella noche todo lo que suelen hacer los que su doctrina, ya por la fuerza de sus discursos , y sobre
gozan de una perfecta y robusta salud. todo por la unción que se desprendía de todas sus pala-
El segundo sucedió en el dia 18 de enero de 1756 con bras. En la última persecución de la Iglesia , según dice
DÍA 19. SRTIEMBRE 81
san Gerónimo murió por la f é , en Calcule de Grecia , y que ceder á la voluntad del cielo, manifestada visible-
por lo tanlo seria su mucrlc por los afios !íl 1 ó 312. Es menle por medio de prodigios, y fué consagrado obispo
también conocido bajo el nombre de Eubnlo ó Eubulio, de Gortina. Obró tantos milagros, que sus contemporáneos
nombre que 61 mismo se babia atribuido en el Feslin de las le llamaron el Taumaturgo, y arregló tan perfectamente
vírgenes. los asuntos de sus ovejas, principalmente de los pobres,
SAX FEUUKOI.0, MÁRTIR.—Era tribuno d é l o s ejércitos r o - que cuando murió, llorósesu pérdida como una calamidad
manos en Viena de Francia, y profesaba secretamente la inmensa. Floreció durante el siglo \ H .
religión cristiana. Las pocas simpatías que mostraba t e -
ner Fen eolo para las ceremonias religiosas de los ídolos,
DIA 19.
hicieron entrar en sospechas á Cispino, gobernador de
aquella parte de las Gallas, de que el ilustre tribuno era SAN JANXARIO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué san Januario obis-
cristiano, y lo mandó prender. Pasados algunosdias, dis- po de la ciudad de Benevcnto, que es en el reino de Ñ a -
puso que en su misma presencia ofreciese incienso á los póles: y como en la persecución de Diodeciano y M a \ i -
ídolos; pero se negó redondamente, diciendo, que frotes miano, esluviese preso un sanio confe-or, llamado Sofio,
moriria mil veces que abandonar la religión que profesa- y san Januario le visitase en la cárcel, para consolarle y
ba, la cual eslimaba en mas que todos los honores y rique- animarle al martirio; Timoteo, presidente, le mandó pren-
zas de la tierra. Entonces fué azotado cruelmente y con- der y traer delante de sí, y procuró pervertirle y atraerle
ducido olrn vez á la cárcel cargado de cadenas. Al tercer con muchas pafabras y razones á la adoración de sus f a l -
dia, Ferreolo se dispertó desalado milagrosamente de sus sos dioses. Pero entendiendo que perdía el tiempo, hizo
grillos, y viendo que sus centinelas dormían y que su c á r - encender un horno por espacio de tres dias, y echar en él
cel estaba abierta, se escapó y salió de la ciudad por el á san Januario; mas guardóle el Señor, de manera, que
camino que conduce á l.yon. Pasó el Ródano á Nado, y es- salió del horno, sin que la llama le hubiese hecho daño en
tando al otro lado del rio fué alcanzado por los que le la ropa, ni en un pelo de la cabeza. Encendióse mas el t i -
buscaban, que le ataron y le hicieron seguir con ellos. rano, viendo que las llamas le habían perdonado, al que
Pero no llegaron á entrar en Viena; porque poco des- él deseaba acabar: mandóle atormentar tan cruelmente,
pués en un acceso de furor, aquellos soldados le cor- que lodos los miembros del sanio mártir fueron descoyun-
taron la cabeza junio al Ródano. Así acabó su preciosa tados. Vinieron á visitarle Feslo, diácono, y Desiderio,
existencia Ferreolo, muriendo mártir el a ñ o 3 0 i . Los lector : y siendo conocidos por cristianos, fueron presos y
cristianos recogieron su cuerpo y le dieron sepuliura, llevados con sn obispo san Januario, cargados de hierros
siendo testigos de muchos milagros obrados por su inter- y cadenas, delante del coche del presidente á la ciudad
cesión. de l'nzo!. Allí fueron echados en la misma cárcel, donde
SAXTA SOFÍA Y SANTA IRENE, MÁRTIRES.—NO sabemos de estaban presos Sofio, diácono de la ciudad de Misena, y
dónde fueron ni en q u é punto murieron. Sus nombres Próculo, diácono de Puzol, y dos legos llamados Euliques
se hallan en los mas antiguos Martirologios griegos y r o - y Acucio: los cuales lodos hablan sido condenados á ser
manos. despedazados de lasheslias fieros, y estaban aguardando
SAN EÜSTORÍÍIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Conslanli- la ejecución de su sentencia. Al dia siguiente todos siete
nopla, de noble familia, á fines del siglo M j y habiendo fueron echados á las fieras: las cuales, olvidándose de su
dedicado sus primeros años al estudio de las ciencias, sa- natural ferocidad, se derribaron á los piés de san Januario
lió en ellas consumado. Abrazóla carrera eclesiástica, y y de sus santos compañeros, como unas ovejas mansas.
fué enviado por el emperador con una comisión importan- El presidente, atribuyendo esle milagro del Sefior á h e -
te á la ciudad de Milán en Italia, donde permaneció algún chizos y arte mágica, dió sentencia contra ellos y man-
tiempo. Entretanto murió san Protasio, obispo de aquella dólos degollar; pero luego perdió la vista, y por la ora-
ciudad, y lodos los ojos y los corazones de lodos se lijaron ción de san Januario la recobró, y con esle milagro se con-
en Eustorgio cuando se trató de darle un sucesor. Tan alia virtieron casi cinco mil personas. No bastó el beneficio que
idea se lenia ya de su virtud y d e m á s prendas que le habia recibido el inicuo juez, para aplacar su furia, y co-
adornaban. Efectivamente se hizo la elección, y Eustorgio nocer la mano poderosa de Dios, que obraba en sus san-
fué consagrado obispo de aquella Iglesia, la cual goher- tos; ántes viendo la conversión de lanía gente, y temien-
nó según se habia esperado de su sabiduría y santidad, do la ira de los emperadores, pronunció senlencia de
muriendo en paz por los afios 3 Í 0 poco mas ó menos. Los muerte contra los santos m á r t i r e s . Lleváronlos al lugar del
bolandistas prueban hasta la evidencia que es equivo- martirio, y corláronles las cabezas. Sus sanios cuerpos
cado que éste fuese el primer obispo de Jlilan, como fueron llevados á diversas parles ; el de san Januario h a -
dice Haronio en el Martirologio romano, sino que fué el biendo estado primero en Benevcnto, y después en el m o -
noveno. nasterio llamado Monte de la Virgen, fué trasladado á
Nápoles en tiempo del papa Alejandro V I , y pueslo en la
SAN EI MEMO, OBISPO Y COVFESOR.—Natural de Grecia,
iglesia catedral, donde es reverenciado con grande devo-
desde la infancia fué un vaso de elección y un espejo de
ción y veneración de toda aquella ciudad, que le tiene
todas las virludes. Habiendo distribuido su cuantioso pa-
por patrón, y recibe de su mano grandes y continuos be-
trimonio á los pobres, se retiró á la soledad, donde estuvo
neficios. Dos milagros entre oli os ha obrado nuestro Señor
muchos anos entregado á las mas austeras mortificaciones.
por los merecimientos de san Januario. El primero es, ha-
El Señor lo descubrió á los habitantes de la ciudad de Gor-
ber librado la ciudad y reino de Nápoles del incendio del
lida en la isla de Creta, que buscaban un hombre santo
Vesubio, que ahora se llama el monte de Soma: el cual
que se encargase de dirigirlos por el camino de la salva-
es un volcan, no léjos de Nápoles, que echa fuego; y a l -
ción. Eumenio se espantó con esta notic i a ; pero al fin tuvo

TOMO 111. 11
82 XA LEYENDA DE ORO. DIA 19.
guiias veces sale con lanía abundancia el fuego, que pa- santo, según el Martirologio romano, hombre de una v i r -
rece que lia de consumir y abrasar (odas aquellas provin- tud eminente. El año i í 4 fué elegido obispo de Tours;
ci is, como sucedió en tiempo del emperador T i l o ; y en dedicóse con mucho empeño á la reforma de la disciplina;
aq ud incendio m u r i ó Plinio I I , por baberse llegado por asistió á varios concilios y publicó algunos reglamentos
curiosidad á verle mas cerca de lo que debiera, l'ero olí a llenos de prudencia y sabiduría para el gobierno de la
vez fué lan espantoso y horrible el incendio que salió de Iglesia. Dislinguióse parlicularmcnlc en el concilio de A n -
este motile, que parecia que toda Europa se habia de con- gers, celebrado el año i 53 para examinar una ley de V a -
vertir en ceniza; porque arrojó tanta y lan menuda, que lenliniano I I I , quealacaba los derechos de la Iglesia. Dis-
llegó hasta Constanlinopla, y cesó por las oraciones de san tribuyó su vasta diócesis en parroquias; edificó muchos
Januario; y los griegos le instiluyeron liesla, y cada año templos, y murió saniamente en setiembre del año 4 6 1 .
hacen dos veces procesión solemne, haciendo gracias á SAN TEODORO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué natural de Tarso,
Dios por haberlos librado de aquel peligro, y s u p l i c á n -
en Cilicia, esludió en Atenas la filosofía y las bellas letras,
dole que para a d e l á n t e l o s librase. Con esta ocasión c r e -
y habiendo abrazado la vida monástica, se fué á Roma.
ció la devoción de san Januario en la genle que venia á En esta ciudad se perfeccionó en las ciencias humanas y
visitar sus sagradas reliquias, y fundáronle muchas igle- divinas, en la inleligencia de las lenguas sabias, y sobro
sias en diversas parles. El olio milagro es perpetuo, y todo en la sublime práctica de la perfección crisliana.
que hasta hoy dura. Tienen en Ñapóles la sagrada cabeza Llegó á ser lan pública la fama de su sabiduría y virludes,
de san Januario, y aparte una ampolla de vidrio, llena de que estando vacante el arzobispado de Gantorbery y bus-
la sangre cuajada del mismo santo; y en junlándola con cando el papa un hombre de el('\ ad.ís prendas, que p u -
la cabeza, ó poniéndola delante de ella, comienza luego la diese dirigir dignamente al numeroso clero de Inglaterra,
sangre á deshelarse y derretirse y hacerse liquida, como puso los ojos en Teodoro, que poco después fué consagra-
si se acabara de verter: y este milagro yo lo he vislo a l - do por el mismo papa Yilaliano, el dia 26 de marzo del
gunas veces, y tiene á lodo el mundo por testigo. El mar- año 668. Marchó en seguida para su deslino; pero se de-
tirio de san Januario fué á los 19 de setiembre, el afio tuvo algún liejnpo en París para aprender la lengua i n -
del Señor de 3flíí, imperando los sobredichos Diocleciano glesa, y allí recibió una embajada del rey de Kent, que
y Maximiano. El papa sixto V , el primer año de su ponti- le suplicaba apresurase su marclia. Habiendo lomado po-
ficado, que fué el de 1í>83, en 27 dias de enero mandó sesión de su silla, empezó su episcopado, visitando todas
que se rezase de san Januario, como de sanio simple : y las Iglesias de la nación inglesa, derramando por todas
después el papa Gregorio XIV ordenó que se guardase su parles las luces de su sabiduría, y las instrucciones nece-
fiesta cu la ciudad y reino de Ñapóles, y que se le rezase sarias para restablecer la pureza de la moral y confirmar
el olicio doble, y en el reslo de la crisliandad semidoble. la disciplina de la Iglesia católica. Estableció varios obis-
Escribió el martirio de san Januario y de sus sanios c o m - pados donde c r e y ó conveniente ; introdujo el canto g r e -
p a ñ e r o s , Juan, diácono, y le refiere Surio en el quinlo l o -
goriano; creó algunas cátedras pata la enseñanza do la
mo, y hacen mención de él los Marlirologios, romano, el sania E s c i ü u r a , y de algunas otras ciencias, como la as-
deBeda, ü s a a r d o , Adon y otros autores latinos y griegosIronomía y las matemáticas. Él mismo enseñaba las l e n -
que escriben vidas de santos. guas griega y latina, con los cuales se formaron una por-
* SAN FESTO, DIÁCONO , SAN DEÍIDEIUO , LECTCB , SAN So- ción de hombres célebres, y profesores de gran nombra-
cio, DIÁCONO, SAN PllÓCCLO, DIÁCONO, SAN El TIQUES Y SAN día, que luego establecieron y abrieron escuelas en todas
Acucio, MÁRTIRES.—Estos simios padecieron martirjo por las poblacioues considerables de Inglaterra. Esla nación
la fe, junto con saíi Genaro, como es de ver en la vida llegó en pocos años á ser morigerada, laboriosa y sabia,
que acabamos de inserlar en este mismo dia. merced á los continuos desvelos de su esclarecido p r i m a -
do. En los concilios que este santo convocó, publicó una
SAN SECXJANO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Nació en el pue-
infinidad de reglamentos útiles á la Iglesia, y que al mis-
blo de Maimonl, en ta Borgoña, y sus padres, que funda-
mo tiempo afirmaban la seguridad y la paz en el estado.
ban en él sus mas bellas esperanzas, le dieron una b r i -
Una vez que esla paz se turbó por las pretensiones opues-
llante educación. A pesar de loda su familia, abrazó Se-
tas del rey de los norlumbros y del rey de los mercios,
cuano el estado eclesiástico, y ánles de la edad prescrita
Teodoro los reconcilió, y volvió á los ánimos la tranquili-
por los cánones , fué elevado al sacerdocio por el obis-
dad. Fué el arbitro y el oráculo de aquellos paises, y en
po deLangres, que conocia las virtudes y el mérilo del
su largo ponlificado no desmereció nunca la veneración y
sanio. Disgustado de los peligros y escollos del mundo, se
aprecio de sus habitantes. Una de las cosas que mas me-
retiró al monasterio de San Juan en el pais de Auxois, don-
morable le han hecho en la Iglesia católica es su P e n i t e n -
de se perfeccionó en el estudio de las santas Escriluras y en
c i a l , colección de cánones que arreglaba todo lo concer-
la práctica de las virtudes religiosas. Pasado algún tiem-
niente á las penilencias públicas, monumento eterno de su
po hizo edificar á sus espensas un monasterio en los bos-
sabiduría y del conocimiento que tenia del corazón del
ques di) Segreste eu el origen del rio Sena, y se fué á v ¡ -
hombre. Su muerte, ocurrida el dia 19 de setiembre del
\ i r en él. La regularidad de aquella casa monástica y la
año 690, fué una calamidad irreparable para los ingleses,
santidad de su superior la hicieron célebre en poco l i e m -
que la lloraron con un sentimiento y unas muestras i m -
po, y muy pronto se vió llena de un considerable número
ponderables de dolor. Murió á la edad de 88 años, el
(lemongcs.Secuano vivió hasta el dia 19 de setiembre del
veinte y dos de su ponlificado.
ano 580, y fué memorable por sus muchos milagros á n -
les y después de su muel le. Los SANTOS PELEO, NILO T EM'AS, OBISPOS Y MÁRTIRES.—
SAN EUSTOQCIO, OBISPO Y CONFESOR,—Descendiente, de Durante la última persecución general contra la Iglesia,
una de las mas distinguidas familias de Auvernia, fué este fueron estos santos condenados con oíros muchos á Iraba-
i)• A 20. SETIEMBRE. 83
j ; i r en l;is minas (le la Palestina, En ollas formaron una san Eustaquio caballero y valeroso soldado, y siendo gen-
especie de oratoi ios, duiide celebraban los divinos miste- til se llamaba Plácido, ó como otros dicen Plácidas; y á ]
rios , hasta qne habiéndolo sabido el gobernador de la cardenal Bar onio le parece probable, que haya sido aque*
provincia, los dispersó, mandando algunos á las minas de Plácido, de quien hace mención Josefo De k i l o j u d a i c o : é l
Chipre, otros á las del monto Líbano, y los restantes á cual fué capitán de caballos y sirvió valerosamente á Yes-
otros punios. Los tres, de que hace hoy memoria la Igle- pasiano y Tilo, cu la guerra que hicieron contra los judíos:
sia, merecieron no ser desterrados, sino condenados á ser en la cual también sirvió Traja no, que después fué empe-
quemados vivos en la misma Palestina, c u j o martirio se rador. Tenia mujer é hijos Plácido ; y aunque era soldado
efectuó en setiembre del año 3 1 1 . y gentil, era hombre de buenos respetos y moralmenlu
SANTA POMPOSA, VÍUGEN V MÁHTIII.—Nació de padres no- virtuoso, modesto, benigno y amigo de hacer bien. Delei-
bles en la ciudad de Córdoba, en tiempo de la dominación tábase en la caza, tomándola por una manera do ejercicio
sarracena. Pasó sus primeros anos en el monasterio de para la guerra. Yendo un dia á caza, y estando apartado
San Salvador de Peña Melaría, y en él aprendió á ejercitar de sus criados y cazadores, vió un ciervo de extraña g r a n -
todas las virtudes. En la que mas sobresalió la santa, fué deza, y siguiéndole desapoderadamente, con deseo de co-
en una extrema huinild;id y en el amor á los sufrimientos. gerlo, quedó cogido y alumbrado del S e ñ o r ; porque pa-
San Eulogio dice, que sabia de ella tantas excelencias, rándose el ciervo, vió entre los cuernos un Crucifijo do
que seria prolijo el referirlas. El amor de Dios engendró inmensa claridad, y oyó una voz que le dijo: Plácido,
en el alma de Pomposa el deseado dar por él su vida, y ¿por q u é me persigues? Yo soy Jesucristo tpie mori por
después del martirio de santa Colomba, se escapó secre- tu amor, y ahora le deseo salvar. Itajó luego del caballo
tamente de su monasterio y se presentó al juez mahome- Plácido : arrojóse en el suelo; y con la novedad sobresal-
tano, D í j o l e q u e e r a crisliaua y que solo su Diosera el ver- tado y despavorido, estuvo como atónito, hasta que v o l -
dadero, y Mahoma no mas que un impostor. Enfurecido viendo eu si, tomó á n i m o , y como otro Saulo progunló
el juez, sin contestarle ni hablarle una palabra, mandó al Sefior q u é mandaba que hiciese. Y el Señor lo mandó
que al punto la degollasen, cuya sentencia se ejecutó de- que entrase eu la ciudad, y fuese al sacerdote de los cris-
lante de la puerta del alcázar de Córdoba, el dia 1» de tianos y se bautizase con su mujer y con sus hijos, y des-
setiembre del año 853. Su sagrado cuerpo fué echado al pués volviese á aquel mismo lugar; portpie allí le tornaria
r i o , pero unos trabajadores cristianos lo sacaron y le d i e - otra voz á aparecer, y le diria lo que quería que para en
ron sepultura. adelante hiciese. Hizo Plácido luego con grande cuidado
SA\ RüDair.o r»; SILOS, CONFESOU.—Era espaííol y tio de y alegría lo que Dios le mandaba. Bautizóse, y tomó en
santo Domingo de Guzman. Floreció en el reinado do el bautismo nombre de Eustaquio:, y su mujer, que antes
san Fernando y de su hijo don Alonso el Sabio. Renunció se llamaba Trujana, se llamó Teopista : y sus dos hijos,
al mundo y sus vanidades y se hizo mongo en el monas- el mayor Agapilo, y el segundo Teopisto. Hecho esto, v o l -
terio de Silos, del cual fué luego abad. Fué muy eslimado vió Eustaquio a! puesto en que le habia aparecido el Se-
de los dos reyes qne hemos nombrado, que le hicieron ñor, para ciiíonder de él lo que mandaba que hiciese. Es-
algunas visiias en su mismo retiro. Obró muchos prodi- lando eu oración, y suplicando con grande afecto al Sefior
gios, entre ellos el de convertir el agua en vino. Dióse que se le mostrase y que cumpliese su promesa, le apa-
lodo entero á la contemplación, al ayuno y penitencia, y reció el Salvador: y alabándole de lo que ya habia hecho,
murió santamente el dia 19 de setiembre del año r ¿ 8 0 le avisó que el demonio le habia de tentar y probar como
El Sefior glorificó su sepulcro con muchos milagros. á otro Job, para que su virtud fuese mas afinada y cono-
SAX FÉLIX Y SANTA CONSTANCIA, MÁIITUUÍS.—-El primero cida; pero que tuviese fuerte, porque él le a y u d a r í a , y
era sacerdote de Nocera, eu Italia, y santa Constancia después do haberle probado, le baria glorioso en la tierra
noble matrona de la misma ciudad. El año C9 de .losu- y en el cielo. Con esto desapareció aquella visión, y Eus-
crislo, siendo emperador el cruel Nerón, fueron condena- taquio se volvió á su casa con grande ánimo y gozo, ar-
dados á muerte por seguir la fe cristiana, y su martirio se m á u d a s e y apercibiéndose contra las batallas do Satanás,
ejecutó el dia 17 de setiembre. y confiando en Dios que le daría victoria de ellas, como
solo había prometido. Y porque Teopista ora mujer cuerda
LOS SANTOS TRÓFIMO, SABACIO Y DORIMEDONTES, MÁRTI-
y temerosa de Dios, Eustaquio le díó parle do lo que so
RES.—Eran de Asia, y practicaban las mas puras virtudos
lo había revelado, para prevenirla y disponerla para los
del cristianismo. Reinando el emperador Probo, y según
trabajos que le habian de venir. D i ! allí á pocos dias entró
sus edictos, fueron presos y obligados á ofrecer adoración
la pestilencia encasa de Eustaquio, y malo á lodos sus
á los dioses; pero negándose á semejante sacrilegio, Sa-
criados y criadas. Dió olra enfermedad á todo su ganado
bacio fué azotado en Anlioquía hasta que espiró, y T r ó -
mayor y menor, que de olla p e r e c i ó ; y en breve tiempo
Gmo fué enviado á Sinnada, al presidente Percnnio, d o n -
se halló pobre y desnudo de las grandes riquezas que
de, después de muchos tormentos, para dar glorioso fin á
ánles poseía, y comenzó á ser menospreciado en aquella
su martirio fué degollado junlamento con el senador Dori-
adversidad de los mismos que en su prosperidad poco á u -
medonlcs. Los bolandistas colocan el martirio de estos
les le a c o m p a ñ a b a u y servían. Parecióle dejar su patria, e
santos en el año 277.
i r s e á vivirá alguna parte remota y escondida: y lomando
á su mujer y á sus dos hijos (que oían de poca edad),
DIA 26. y algunas pocas cosillas que le habían quedado, se partió
de noche camino de Egipto, donde pensaba vivir. Siguien-
SAN EUSTAQUIO, MÁRTIR.—La vida y martirio de san
do su camino, llegó á un puerlo, y halló en él un navio
Eustaquio y do Teopista su mujer, y de Agapilo y Teo|jis-
aprestado: entró en ó); y el patrón do él puso los ojos en
lo, sus dos hijos, esciibiMMetafraüle de osla manera. Fué
si LA LEYENDA DE ORO DIA 20.
Teopisla (que era liorinossiina), y previo y cautivo de su cumplir sus promesas, y á darle serenidad y algún alivio
amor, se delerminó á quitarla á su marido, y pudo tanto, después de tan cruel y horrible tormenta. Hízole Trajano
que lo hizo, sin ser parle él para librarla, ni sacarla d e s ú s su capitán general, y dióle las insignias acostumbradas:
manos: aunque el Sefior la libró, sin saberlo Eustaquio; comunicóle lodo lo que pertenecía á aquella jornada, con-
porque, queriendo hacerle fuerza el patrón de la nave, fiando mucho que tendría buen suceso por su gran valor y
Dios le quitó la vida, y la g u a r d ó á ella entera con su virtud. Mandó Eustaquio hacer gente de nuevo, porque
muerte, y le dió el fin que adelántese verá. Salió del bar- la que tenia no le pareció bastante. La guerra tuvo el fin
co con sus dos hijos triste y lloroso Eustaquio, por haberle que se podia desear, quedando los enemigos desbarata-
quitado la mujer con tanta violencia • mas acordándose de dos, destrozados y vencidos, y sus tierras destruidas y
las palabras que el Señor le habia dicho, y pidiéndole su- quemadas; y el ejército de Eustaquio volvió victorioso
frimiento y perseverancia en su amor, siguió su camino y cargado do despojos. Pero para que se entienda m e -
con sus dos hijos. Llegó á un rio, que por su gran corriente jor la providencia paternal que Dios tiene de los suyos, y
no se podia fácilmente vadear; y como Eustaquio era hom- que no hay cosa que resista á su voluntad; sucedió una
bre de mucho ánimo y muchas fuerzas, dejando al uno cosa maravillosa y digna de considerarse con mucha aten-
de sus hijos á la orilla del rio, tomó el otro sobre sus hom- dion y ponderación. Paró Eustaquio con el ejército en una
bros y pasóle á la etra parte, y púsole allí para volver con aldea, y entretúvose en ella tres días, para descansarle y
el segundo hijo. Va que se llegaba á él, vió que un bravo recrearle. Comenzaron algunos soldados (como suelen,
león le arrebataha y llevaba asido. Atravesó este caso el cuando no tienen que hacer) á razonar entre sí y pasar
corazón del amoroso padre con un cuchillo de dolor, por- tiempo, contando sus varios casos y acaecimientos. Uno
que no podia socorrer á su hijo ni librarle de las garras dijo á los otros, que él había tenido un padre capitán, rico
deí león: y encomendándose á Dios, determinó volver al y noble, y una madrede estremada hermosura; y un herma-
otro hijo, que habia dejado de la otra parte del rio, y y e n - no menordemuy gracioso aspecto,y quehabiendosalidode
do por é|, vió q u é un lobo se le llevaba, sin poderle el su casa por cierta ocasión, que él no sabía, yendo camino
triste padre socorrer ni remediar. ¿ Q u i é n no se maravilla con ellos, entraron en una nave, de la cual había salido su
d é l o s juicios de Dios? ¿ Quién no se espantará de los ca- padre muy lloroso y triste, sin haber visto mas á su ma-
minos que toma, para probar, coronar y glorificar á sus dre; y que al pasar un rio caudaloso, su padre habia l o -
escogidos? Habiendo Eustaquio perdido los criados, la mado al otro hermano menor en los hombros, y dejádole á
hacienda y la honra, perdió juntamente la mujer y los él de esta otra parte del rio para pasarle d e s p u é s ; y que
hijos; pero no p e r d i ó l a fortaleza y constancia, porque es- estando el un hermano á la una parle del río, y el otro á
taba fundado en Dios, y confiaba en sus promesas y pala- la otra, á él le había arrebatado un león y á su hermano
bras. Vió Eustaquio su pobreza, y que tenia necesidad de un lobo a! mismo tiempo; mas que por la providencia del
trabajar por sus manos, si quería comer: y l l e g a d o á un cielo, el león á él no le habia hecho daño, porque allí cer-
pueblo que se llamaba Badilo, asentó con un labrador rico, ca estaban unos pastores, que viéndole, acudieron á él, y
para cultivar la tierra y trabajaren el campo; y asi lo hizo se le quitaron de las u ñ a s , y compadeciéndose de él, lo
por espacio de quince años, con gran paciencia y longani- habían criado y hecho hombre: aunque estaba con gran
midad, aguardando el tiempo del consuelo y de la benig- cuidado, porque no sabia nada de aquel otro hermano
nidad del S e ñ o r : la cual, aunque algunas veces nps parece suyo, ni de su padre ni de su madre. Estaba presente
que larda, al fin nunca desampara á sus siervos, y ol d i - á osle razonamiento el otro hermano menor, que también
latar las consolaciones, es para doblarlas y acrecentar mas era soldado: y después que por las señas entendió que
la corona; como acaeció á Eustaquio de la manera que aquel era su hermano, no so pudo detener, que lleno do
aquí diré. increíble gozo y admiración, y derramando muchas l á g r i -
mas de alegría, no corriese á él y le abrazase, y le dijese:
Sucedió al emperador Trajano una guerra muy peli-
Hermano mió dulcísimo, yo soy vuestro hermano, que,
grosa : y como habia sido compafiero de Plácido en la
como á vos os libraron los pastores del león, á mí unos
guerra de Yespasiano y T¡to contra los judíos (como d i j i -
labradores me libraron del lobo, y también me criaron y
mos), y conocía su gran valor y experiencia en las cosas
sustentaron. Y para mayor y mas ostraña maravilla, o r -
de la guerra, determinó nombrarle por capitán general
denó la divina Providencia, que en aquella misma aldea,
de su ejército, y onoomendarle aquella empresa tan difi-
donde esto p a s ó , estuviese Teopista, madre de los dos
cullosa. Mas habiendo entendido que Eustaquio, por los
mozos, sirviendo en traje pobre y humilde, y morase allí
infortunios que le habían venido, se había ausentando con
cerca, dondesus dos hijos, (de la manera quehabemos refe-
su mujer é ipjos y no p a r e c í a ; envió criados y mensajeros
rido) se habían conocido: y entendiendo que aquellos eran
suyos por todas partes para buscarlo, por el deseo grande
sus dos hijos, revivió, como si resucitara d e m u e r t e á vida,
que tenia de hallarle y encargarle aquella jornada, loa
y los abrazó, y so les dió á conocer, y ellos la tuvieron
mensajeros del emperador, después de haberle buscado
por madre, la cual, deseando v o l v e r á su patria con sus
en muchas parles con gran curiosidad y diligencia, al fin
dos hijos, se fué al capitán general Eustaquio, y le dijo
le hallaron ; pero tan trocado y en el hábito tan diferente,
quién era, y le suplicó que le mandase dar alguna comodi-
que aunque él ios conoció, no le conocieron, hasta que des-
dad, para volver segura y quieta á su tierra con el ejérci-
pués por ciertas senas entendieron que era el que busca-
to. Al tiempo que le hablaba, por dispensación del Señor,
ban; y con increíble gozo le dieron el vacado del empe-
resplandeció el rostro de Eustaquio, de manera, que ella
rador: y desnudándole de los pobres y rústicos vestidos,
conoció que era su marido. Finalmente, por las cosas par-
lo vistieron & las ropas (pie traían. Eustaquio se dejó ves-
ticulares y domésticas, que ella le contó de su vida pasa-
tir, porque eniendió que aquel era negocio de Dios, que
da, se vinieron á conocer y alabar y ensalzar iníinitamenle
ge quería servir de él en aquella jornada, y comenzaba a
DIA 20. SETIEMBRE. 85
al Señor, que los iiübia giumhulode liuitos peligros, y l i - cias de los herejes, protegidos por Justiniano. Esle prínci-
brado á ella de la deslionesiidad y violencia del patrón de pe queria decidir en materias eclesiásticas, y si bien reci-
la nave, y á sus hijos de las lleras, y á él de lanía miseria bió al pontífice con singulares demostraciones de c a r i ñ o ,
y calamidad, y que por un camino tan maravilloso se h u - con lodo, al ver que este queria hacer valer los derechos
biesen tornado á juntar para gloria de su santo nombre. de la Iglesia, el emperador le amenazó con desten arle.
De aquí partió Eustaquio victorioso con su ejército : entró Lejos de intimidarse el pontífice por esla amenaza, per-
en Roma, donde ya era muerto el emperador Trajatio, é maneció mas firme en la resolución tomada, cuya reso-
imperaha Adriano, su sucesor: el cual, aunque honró n u i - lución arredró al emperador y á los euliquianos, y obli-
ch%á Kuslaquio, y le agradeció el trabajo que habia loma- gó á Antimo, elegido patriarca de Constantinopla, por las
do en aquella guerra, y le hizo muchas mercedes; pero intrigas de la emperatriz Teodora, á volverse á su obispa-
queriendo agradecer á sus falsos dioses la victoria, y vien- do de Trebisonda. El papa lo declaró escomulgado á m é -
do que Eustaquio no queria entraren los templos para ha- nos que probase s u catolicismo, suscribiendo al concilio de
cerles sacrificio, y que en efecto era cristiano; privándole Calcedonia. Agapito fue el objeto del odio y furor de los
de la dignidad que tenia, lo mandó p r e n d e r á él y á su m u - eutiquianos, y de la emporatriz que los favorecía, pero de
jer c hijos, y echar los á los leones: los cuales se postraron todo triunfó la constancia del pontífice; y Mennas sugelo
á sus piés, lamiéndolos mansamente, y haciéndoles reve- muy recomendable, por su piedad y saber fué elegido y
rencia. Mas el emperador Adriano no se amansó, antes se consagrado por el mismo papa patr iarca de Constantino-
embraveció mas, y mandó hacer un buey grande de me- pía. Cuando tenia arreglados todos los negocios, y se pre-
tal, y encenderle, y echar á los santos mártires en é l , para paraba para marchar, cayó en una grave enfermedad,
que asi fuesen asados, quemados y hechos ceniza. Los muriendo en Constantinopla el dia 11 de abril del año í>3(;,
hieuavenluiados mártires, armados de la señal d é l a cruz, después de haber gobernado la Iglesia once meses y v e i n -
de fé y de constancia, haciendo gracias al Señor por las te y un dias. Trasladado su cuer'po á Roma, fué enterrado
mercedes que hasta aquel punió tai liaijia hecho, h u m i l - on la iglesia de San Pedro, el dia 20 de setiembre del mis-
demente le suplicaron que los recibiese en sacrificio, como mo a ñ o . Urilló este santo en todas las virtudes, pero espe-
hahia recibido la sangre del primer mártir san Esteban y cialmente en amor á los pobres, pues refiere la historia,
de los otros mátires, y que concediese todo lo que para que para .Hender á los gastos de s u viaje á Constantinopla,
bien de sus almas pidiesen los que se encomendasen en fué preciso venderlos vasos sagrados de la iglesia de San
sus oraciones: y oyeron una voz del cielo que les di jo, que l'edro.
Dios habia oido su pelicion, y que tuviesen por cierta la SANTA FAI STA Y SAN EVII.ASUO, MÁimrtKs.—Santa Fausta
corona. Entraron con grande alegría en el buey de metal, era una virgen cristiana en la ciudad de Cizico, en el Ue-
hecho un fuego, y estuvieron allí tres dias encerrados : y lesponto. En tiempo del emperador Maximiano, fué Fausta
abriéndole d e s p u é s , hallaron los cuerpos muertos, poro prosa por órden de Evilasio, sacerdote de los ídolos, y por
fesplandecieules, y lan enteros y sin lesión, como si eslu- disposición del mismo le corlaron todo el cabello, y la ra-
vieran vivos, porque no les fallaba un pelo de su cabeza; suraron para que fuese el escarnio del pueblo. Después la
y con este milagro muchos de los gentiles se convirtieron, colgaron y atormentaron, y queriendo aserrarla por c! me-
y otros quedaron atónitos y confusos. Fué el martirio de dió, por mas esfuerzos que hicieron los verdugos no p u -
san Eustaquio á los veinte de setiembre, el primer ano dieron conseguirlo , porque la sierr a se embolaba. Evila-
del imperio de Adriano, y el 120 del Señor. Escribió sio, que estaba presente, á vista de tal prodigio, se llonó
la vida de san Euslaquio Mclafrasle•{como dijimos), y de terror, y se convirtió á Jesucristo. En seguida fué t a m -
hacen mención de él los Martirologios romano, de líeda, bién puesto en el tormento, y asociado á la'qne poco a n -
Usuardo y Adon. Nicéforo le llama otro Job, por su gran tes era su víctima. Ambos alcanzaron juntos la corona del
paciencia, y san Juan Damasceno, cita los actos de su vida. martirio, oyendo en medio de los suplicios una voz del
V en Roma hay una ilustre y antigna iglesia de san Eus- cielo que los llamaba á gozar de su cierno premio. Evila-
laquio, donde se suelen hacer limosnas á los pobres; y en sio murió degollado, y á Fausta, después de haberle tala-
un ritual antiguo, se halla una oración, en la cual se pide drado la cabeza, y clavádole clavos en todas las parles del
para el que hace la limosna, (pie sea paplicioncro de la cuer po, la melieron en el fuego, donde espiró. San Evila-
gloria del hienavenlurado mártir Euslaquio ; pues es i m i - sio tenia ochenta anos, y santa Fausta Irece. Ambos fueron
tador de sus ejemplos. enterrados en Cizico.

SAN AUAPITO, PAPA Y COXFESOR.—Nacido esle santo en LOS SANTOS TRODORO, FELIPA, DlOMSlO V l'RIVAnO, MÁRTI-
Roma, manifestó ya desde niño grande alicion á la carre- RES.—En el reinado del emperador Antonino, Teodoro era
ra eclesiástica, por manera, que instruido en las ciencias soldado romano, joven y de robusta figura, dotado de to-
clesiáslicas, y saliendo muy aventajado en ellas, fue ins- das las prendas de alma y cuerpo, que hacen pr eciosa una
ólito al servicio del clero de aquella ciudad en la iglesia existencia. En cierta ocasión le tocó ofrecer públicamente
• I " San Juan-y san l'edro. En el año ÍÍJÍli murió el papa sacrificio á los dioses; pero se negó absolutameule, confe-
Juan segundo, y fué Agapilo elegido para succderle en el sando que era cristiano. El prefecto lo mandó prender de
pouhlicado, y como estuviese muy penetrado de los debe- i s l i l l a s de esto, y después de cruelmcufc azulado, fué
l es que le imponía su nueva dignidad, se manifestó lleno arrojado dentro de un hor no encendido. Pero después de
é intlexiblc. Apenas enlió al pontificado, condenó el cisma haber estado en él mucho tiempo, salió ileso, á visla de
del anlipapa Dióscoro, y el de los acemetas y neslor ianos. cuyo portento; se convirtieron á la fe dos soldados que le
A fin de complacer á Teodalo, rey d é l o s godos, temeroso custodiaban, llamados Dionisio y Privado. En seguida f u é -
de que el emperador le declarasé la guer ra, hizo u u viaje ron estos dos nuevos cristianos reunidos á el en los l o r -
a Constaulinopla, y aquí fué donde se opuso á las exigen- mcnlos, juntamenlo con Felipa, madre de Teodoro, que
86 U LEYENDA DE ORO. DIA 2Í.
liiibla acudido al lugar del marlii io de su hijo, y los cuatro
alcanzaron el premio de la vida eterna en la ciudad de Per- DIA 2 í
ga en Paníilia.
SAN PRISCO, MÁUTÜI.—Nació en la Grecia, y habiendo SAN MATEO , APÓSTOL Y EVANGELISTA.—El glorioso a p ó s -
conocido el Evangelio, se encendió en tan ferviente amor tol y evangelista san Mateo, que por otro nombre se llamó
de Dios, que luego que hubo recibido el bautismo, empe- Leví, fué galileo, de la ciudad de Caná , en donde Jesu-
itó á predicar la doctrina de Jesucristo en su patria y fuera cristo nueslrp Salvador hizo el primer milagro , y convir-
de ella, con abundantes frutos de conversiones. Sus triun- tió el agua en vino. Era pnblicano, y arrendador de bis
fos le concitaron la envidia y el furor de lo» paganos, que reñías imperiales, que se cogían de los tribuios y exac-
lo prendieron y llevaron al prefecto. Este le hizo sufrir un ciones que pagaban los judíos á los emperadores, que ern
largo interrogatorio, y mostrándose el santo siempre ine- oficio odioso entre ellos, y muy aborrecible : porque co-
xorable en su primer propósito, fué condenado á h o r r i b i - mo aquel pueblo se tenia por el pueblo escogido de Dios,
lísimos suplicios, entre ellos, el agftjcreai le el cuerpo con parecíale que había de ser exento y libre de los pechos y
punzones, su constancia no cedió en medio de tantos tor- cargos que otros t e n í a n ; y por esto , y por los agravios
mentos, y por último fué degollado. que comunmente los ministros reales suelen hacer en el
SANTÍ SUSANA, VÍUGEN Y MÁIITIU.—Fue hija de un tal cobrar, aborreciau á los miradores que eran los publí-
Artemio, sacerdote de los ídolos, y nació en Eleulrópolis canos , y teníanlos como por paganos exconmlgadcs y
de Palestina el año 310. Habiendo quedado huérfana de públicos pecadores. De estos era san Mateo, y como a í i r -
sus padres, fué inslruida en la religión cristiana, y recibió ma Simeón Melafiasle, era cabeza, y el mas principal de
el bautismo. Aunque todavía m u y j ó v e n , se penetró de tal los publícanos , que residian en Caíarnaum. Estando, pues
modo del espíritu cristiano, que dió lodos sus bienes á los un dia L e v í , ó Mateo, sentado cerca del mar , en la casa
pobres, y se fué á vivir en la soledad, bajo la dirección de ó aduana donde se pagaban los tributos, haciendo su ofi-
uno de los mas célebres archimandrilas de la Palestina, á cio , pasó el Sefior y puso en él los ojos de su clemencia, y
quien Uuíino tributaba grandes elogios. En tiempo del e m - alumbrándole y llamándole iiileriormente con la voz exte-
perador Juliano el Apóstala, fué la santa virgen atusada rior le d i j o : S gueme; y luego oyendo esta palabra san
de haber derribado unos ídolos, y el gobernador de Elcu- Mateo se levantó , y dejando el trato, riquezas , casa y
lerópolis, la condenó á muerte el aíio 362. fannlia, siguió al Sefior y comenzó de un pnblicano peca-
Eos SANTOS ROCEUOY SEBVOWEO, MÁRTIRES.—Rogelio fué dor á s e r discípulo suyo. Moslrócon este hecho el Señor
natmal de una aldea de Andalucía, cerca de llíberis, y Ser- las e n t r a ñ a s de su piedad y misericordia, llamando á un
vodeo era de Oriente. Ambos vivían en Córdoba en tiempo publicano para hacerle apóstol suyo ; y diónos gran c o n -
de los moros. El primero era anciano, y el segundo jóven; fianza que no desechará á cualquier pecador, por malo
pero los dos se parecían mucho en las inclinaciones y v i r - que haya sido , y viniere á é l : y que cuando no viniere,
tudes, de modo, que estrecharon entre sí los vínculos de y le cerrase la puerta , llamará á e l l a , y si le abriere,
una fuerte nmislad. Un dia que los moros se hallaban r e u - entrará en su corazón , y le perdonará sus pecados : y
nidos en su mezquita principal, entraron en ella los dos juntamente nos propone el sagrado Evangelio la presteza
santos, y empezaron á predicar en alta voz las verdades con que debemos obedecer á la voz de Dios , y dar do
de la fé cristiana. Aljnslante se les echaron los moros enci- mano á todas las cosas de la tierra , por seguirle cuando
ma, y hubieran acabado con sus vidas, si el juez no h u - él nos l l a m a , como hizo san Mateo : el c u a l , alumbrado
biese aparecido luego, y los hubiese mandado prender. con la luz del cielo, y movido con la fuerza de aquella pa-
Lleváronlos a l a cárcel, donde, á pesar de hallarse medio labra poderosa del S e ü o r , y de la majestad de su divinal
muertos, á causa de los golpes que habían recibido con- rostro, que solo bastaba (como dice san Gerónimo) á t r o -
tinuaron predicando. Profetizaron la próxima muerte de car y atraer á si los corazones , de repente dió libelo de
Abderramen 11, y obraron algunos milagros. Al cabo de repudio á lodos los gustos y vanidades del siglo , por ser
poco tiempo, fnéion sentenciados á ser degollados, y por verdadero discípulo del Señor : y el que ántes tomaba la
el desíicato de haber entrado en la mezquita, á que se les hacienda ajena, ahora deja la suya; y estando ya encen-
cortasen las manos y los piés. La sentencia so ejecutó en dido en el amor de Dios, y deseoso que oíros le conozcan,
Córdoba el dia 16 de setiembre del ano 852. y se conviertan á él, hace un convite en su casa al mismo
S e ñ o r , y á otros publícanos y pecadores para que con esta
SVSTA CÁNDIIU , VÍUGEX v MÁRTIR.—Fué de la ciudad
o c a s i ó n , atraídos de su dulzura y conversación le sirvan
de Cartago, en África , la cual ennobleció con su martirio
y amen. Esto es lo que hallamos en el sagrado Evangelio
en tiempo del emperador Maximiano. Murió despedazada
de san Mateo, y también un ejemplo de su profunda h u -
por crueles azotes hasta que espiró.
mildad , con la cual contando á los doce apóstoles que
SAN CUCERIO , OBISPO Y CONKESOR. — N a c i ó en Milán;
escogió el S e ñ o r , y nombrándose entre ellos, dice: « B a r -
fué piadoso , justo é ilustrado; hombre de Dios en todas
tolomé, Tomás y Mateo , publicano ;» confesando loque
las cosas y sobre lodo en la caridad con los infelices. Ele-
habia sido, para alabar y magnificar mas la gracia del
vado al episcopado de su patria por muerte del obispo san
S e ñ o r , que le habia llamado, y de publicano hpeholedis-
Marfiniano, fué Clicei io un pastor cabal, modelado según
cípulo suyo, y predicador del mundo. líespues de la s u -
el corazón de Dios, y conforme á las circursl'iucias que
bida al cielo del Salvador, y venida del Espíritu santo so-
san Pablo prescribe para los prelados perfectos. Gobernó
bre aquel colegio aposlólico y bienaventurada compaíiía,
su Iglesia por espacio de ocho a ñ o s , y murió sautaraenle
comenzó san Mateo á sembrar la doctrina del cielo con los
el dia 18 do setiembre del aflo Í 3 8 .
oíros apóstoles, por las provincias de Judea , y á cojer
grandes nieses en las trojes del Señor. Y habiéndose de
DIA 21. SKTIKMlíRE. 87
dividir los apósíolospor lodo el numdo, y repartir entre sí y de mucha prudencia, oyendo alabar al santo apóstol el
las provincias, en (jue cada uno habla de predicar; á estado v i r g i n a l , se determinó con su parecer á consa-
san Mateo le cupo la provincia de Etiopia , bien apartada grarse á Dios, y se encerró en un monasterio con otras
y dificultosa: aunque para el grande y fervoroso espíritu doscientas doncellas que la quisieron hacer compañía.
que él tenia, cualquier trabajo le parecía descanso, la Estuvo san Maleo veinte y tres años en Etiopia, ganando
pena regalo, y í á d ' lo dificultoso. Habia escrito antes de almas para Dios, edificando templos, ordenando sacerdo-
este apartamiento y división de las provincias, su sagrado tes , consagrando obispos con grande acrecentamiento de
Kvangelio, á los ocho años como algunos autores dicen, nuestra sagrada religión. Murió en este tiempo el rey
después de la ascensión de! S e ñ o r , siendo el primero de Egipto: apoderóse del reino un hermano suyo, llamado
lodos los evangelistas que por instinto del cielo escribió el Hirtaco: quiso casarse con Ifigenia , así por su grande
evangelio: y escribióle en lengua hebrea ó siríaca, que hermosura, como para asegurarse mas en el reino; tomó
era la común y vulgar que comunmente usaban entonces por medio á san Maleo, para que se lo persuadiese; pero
los hebreos, para ensenar y confirmar mas á los muchos el santo apóstol en un sermón que hizo teniendo presente
que de aquel pueblo babian creido y recibido la fé del á lligenia con sus religiosas, y estando también allí el
S e ñ o r : y este evangelio por revelación del mismo santo rey con los principales de su c ó r l e , después de haber
apóstol y evangelista , se halló después en la isla de Chi- tratado como Dios habia instituido el matrimonio, y cuán
pre , con el cuerpo de san B e r n a b é , apóstol, en tiempo necesario era para la conservación del universo; añadió
del emperador Zcnon , y por él hizo Dios muchos y g r a n - cuánto mas excelente era el estado de las vírgenes , y la
des milagros. No se sabe quién tradujo el evangelio de pena que merece el criado que se atreve á quitar su m u -
san Mateo de hebreo en griego, como dice san Gerónimo, jer al r e y ; y que siendo Ifigenia esposa de Jesucristo, el
que afirma que fué en su tiempo: el mismo evangelio en que se la pi-etendiese quitar, cacria en su indignación. E l
hebreo se hallaba en la librería de Cesárea, que Panfilo, rey Hirtaco se enojó sobre manera, oyendo estas razones,
m á r t i r , con grande esludio y cuidado habia allegado, y y se fué de la iglesia, amenazando al santo a p ó s t o l : el
que los nazarenos que usaban de é l , se le hablan pres- cual se fué á decir misa, y acabando de decirla, fué
tado para trasladarle. alanceado por los ministros de Hirtaco , dejando el altar
Entró el santo apóstol en Etiopia, para predicar el Evan- rociado con su sangre, y delante de él su cuerpo muerto.
gelio ; y sin duda padeció muchos trabajos: obró grandes Procuró después Hirtaco persuadir á Ifigenia que quisiese
milagros, convirtió gran número de almas, y alumbró con ser su mujer: y no pudiendo apartarla de su santo p r o -
la luz del cielo toda aquella provincia con su vida y doc- pósito, mandó poner fuego al monasterio ; mas víóse el
irina. Clemente Alejandrino dice, «que comia yerbas y mismo san Maleo por el aire que le apagaba. Hirió Dios
legumbres, y no comia carne.» Las cosas particulares que al sacrilego Hirtaco con una enfermedad de lepra tan pe-
le sucedieion que sean ciertas y averiguadas , no las sa- nosa , que él mismo con sus manos se mató. Esto es lo
bemos : algunas refiere Nicéforo Calixto en su historia, que estos autores escriben, referido aquí brevemente.
que por no ser aprobadas de otros graves autores, no pa- De haber resucitado san Mateo al hijo del r e y , san Isidoro
rece que tienen fundamento. Abdías Babilonio, san Anto- hace mención en su breviario. Lo de Ifigenia debe ser
nino , el obispo Eqnilioo, Joaquín Perionio , y otros m o - cosa cierta sin duda; porque elMail'rologio romanoen este
dernos autores , en la Vida de san Mateo, refieren lo que mismo dia de los 21 de setiembre , hace mención de santa
yo en suma aquí d i r é . Ifigenia , v i r g e n , y dice que fué bautizada y consagrada
á Dios por san Mateo: y de aquí sacan algunos qnc el v e -
Después de haber predicado san Maleo á los hebreos y
lar y consagrar á las vírgenes , tuvo principio de san Ma-
egipcios, pasó á predicar á Etiopia: y entrando en la c i u -
leo , y que es ordínacion apostólica ; é Hipólito llama á
dad que se decía Nadaber , donde vivia aquel eunuco de
esle santo apóstol víctima y sacrificio de la virginidad;
la reina Caudace,que bautizó san Felipe, diácono, de
porque fué martirizado por amparar y defender la v i r g i -
quien se hace mención en los Actos de los apóstoles, fué
nidad que Ifigenia habia prometido y ofrecido á Dios. En
de él hospedado en su casa , y halló allí dos magos y he-
las constituciones de san Clemente, papa , se escribe que
chiceros, llamados Zaroes y Arfasad, los cuales con sus
san Mateo fué el instituidor del agua bendita , y se pone
malas artes hacían mucho daño al pueblo, privando á
la oración con que el santo apóstol mandó que se bendi-
muchos del uso de sus miembros con varias y diferentes
jese ; aunque san Alejandro , papa y m á r t i r , hizo un d e -
enfermedades. Opúsose el santo apóstol á los dos magos,
creto del agua bendita , y ordenó que loque babian man-
y comenzó á desengañar y á consolar á la gente que es-
dado los apóstoles, se guardase como lo dijimos en
taba de ellos muy amedrentada. Los magos por arte del
su vida.
demonio trajeron dos dragones terribles, para que les
hiciesen d a ñ o ; hizo el sagrado apóstol la señal de la También ordenó san Mateo que los fieles ofreciesén ai
cruz; y luego, dejada aquella fiereza, volvieron como S e ñ o r í a s primicias y décimas para sustento de los minis-
ovejas mansas al desierto. Con este milagro el pueblo tros de la Iglesia, y de los pobres como lo refiere eí m i s -
q u e d ó maravillado: comenzó á perder el miedo á los mo san Clemente en el octavo libro de sus constituciones
magos, y á dar crédito á las palabras del santo apóstol: apostólicas, capitulo 3 5 , que tradujo de griego en latín,
y confirmáronse mas cuando vieron que san Maleo habia y declaró el padre doctor Francisco Turriano , varón doc-
resucitado al hijo del rey , que se llamaba Egipto, y que tísimo de la Compañía de Jesús. El cuerpo de esle sagrado
los dos magos no le habían podido resucitar. Convirtié- apóstol fué tenido muchos años en gran veneración y es-
ronse el rey y la reina y sus hijos á la fé del Señor , y lima en la ciudad de Nadaber, en que m u r i ó : después
gran parle del pueblo, siguiendo su ejemplo , se bautizó: fué trasfadado á la ciudad deSalerno, en el reino de Ñ a -
y una hija del rey llamada Ifigenia, que era hermosísima, póles ; y de esta translación hace mención ei Martirologio
88 • LA LEYENDA DE ORO. DIA 22.
romano á los fi de m a y o , annque no se sabe el tiempo en por su fé en Jesucristo, hasta que al fin lo llevaron á la
que se hizo : pero de una epístola de Gregorio V i l , papa, vía Claudia, diez millas distante de Roma, y allí le corta-
escrita el año del Señor do 1080 á Alfano , obispo de Sa- ron ta cabeza, consiguiendo así la gloria del martirio. Su
lerno, se saca que en su tiempo se lialló el sagrado cuer- cuerpo fué posteriormente trasladado á Roma por el papa
po üel apóstol en aquella ciudad. El Martirologio romano san Dámaso, que instituyó su festividad.
dice, que se le edificó un suntuoso templo, el cual escribe SVN PÁXPILO, MÁRTIR.—No se encuentra noticia alguna
León Ostiense haber mandado hacer el príncipe de Sa- de este santo, y solo sabemos por Galesinio, que murió
lerno Koborlo , y hoy dia está allí su cuerpo reverenciado mártir en Roma en el primero ó segundo siglo del c r i s -
de los cristianos con gran devoción, como se debe á tan tianismo.
grande apóstol y evangelista , y m á r t i r del Señor. La SAX EUSEBIO, MÁRTIR.—Era de Fenicia, y hallándose en
muerte de san Mateo fué á los 21 de setiembre, el año su misma patria durante las primeras persecuciones de la
del Señor de 90 , imperando Domiciano. De san Maleo Iglesia, fué preso por órden del prefecto, por h a b é r s e l e
escribe Eusebio, lib. m , /iis(on«p, cap. I , S ó c r a t e s , lib. i , presentado espontáneamente á reprenderle de cruel é i m -
cap. 7 8 ; Doroteo i n S y n o p s i ; Isidoro, l i b . De r i l a , c l o b i l u pío. Colgáronle de un palo, y le azotaron tan inhumana-
s a n c l o r u m , c a p . 78 ; é Hipólito , ¡ib. De duodecim a p o s - mente, que lodo su cuerpo fpiedó lleno de profundas h e r i -
l o l i s ' j Mclafraste; Pedro Damiano en su sermón de san das. Después le molieron sal y vinagre en aquellas heri-
Mateo ; y los autores que escriben sobre los evangelios; das, lo envolvieron en unas mantas cerdosas y le encerra-
y lodos' los Martirologios. ron otra vez en la cárcel. Ensebio conlinuabn glorificando
* SAN JO\ÁS, PROFETA,—Fué el quinto de los doce p r o - á Jesucristo en medio d e s ú s dolores, sin quejarse, ni sus-
fetas menores, nació en Getefer, en la tribu de Zabulón. pirar, como si nada sintiese, y por fin el prefecto, enfure-
Yivia en los tiempos d e J o á s y Jeroboam I I . D e ó r d e n de] cido por la invencible constancia del santo, mandó que le
Señor, se presentó á la gran ciudad de Ninive, que era la corlasen la cabeza, con cuyo martirio voló al cielo.
capital del imperio dolos asirios, para anunciarles que iba SAN ISACIO, OBISPO Y MÁRTIR, Y' SAN MELECIO, OBISPO Y
Dios á destruirla. Apenas dió cumplimiento á los mandatos CONFESOR.—Los dos gobernaron la Iglesia de Chipre en
del Señor, h u y ó embarcándose en Joppe para ir á Tarso distintos tiempos; pues Isacio floreció primero y luego
en Cilicia. Gomo sobreviniera una gran tempestad, los Melecio. Ambos brillaron como dos antorchas luminosas,
marineros, para saber quién era la causa de ella, ocharon cuidando con mucho zelo de las cosas de Dios, y promo-
suertes y recayó en Jonás. Arrojáronlo al mar y se apaci- viendo su culto, socorriendo las necesidades de sus ove-
guó la tormenta; mas Dios permitió pasara por allí mía jas, y dándoles el ejemplo de las mas puras Virtudes. Los
ballena, que trucándose al profeta, lo g u a r d ó en su vien- dos poseyeron el don de milagros, y vivieron hasta una
tre tres días y tres noches, arrojándolo después s ó b r e l a vejez extrema, muriendo el dia 21 de setiembre de distin-
costa. Mandóle Dios que volviese á Ninive, obedeció e m - tos años.
pezando á predicar á aquellos habitantes, los cuales aterro- SANTA IFUÍENÍA, VÍRÍÍEM.—Fué natural de Etiopia: c o n -
rizados hicieron penitencia, ayunaron; y el Señor los per- virtióla á la fé de Jesucristo y banlizola el apóstol san Ma-
donó sus pecados. El profeta en vista de la misericordia teo, y después de haberse consagrado á Dios, murió san-
que Dios había usado con aquel pueblo, temió pasar por lamenle por los úllimos años del siglo I : Puede verse la
falso profeta y se quejó al S e ñ o r , quien muy pronto le vida de san Maleo puesta en este mismo dia.
hizo ver la injusticia de su queja por medio de una lección
práctica. Tara preservar al profeta de los ardores del sol,
DIA 22.
hizo Dios crecer en una sola noche un vejelal llamado en
la escritura hiedra, y según algunos intérpretes es la p a l - SAN MAURICIO, Y t i LEOION DE LOS rriiKos, MÁRTIRES.—El
ma Christi. Un gusano picó al dia siguiente Ja raíz del á r - martirio del esforzado caballero y Capitán de la legión de los
b o l , que al momento se secó, quedando como ántes Jonás tóbeos san Mauricio, escribió el bienaventurado san Euqne-
espuesto á los rigores del sol, lo que aumentó tanto su rio, obispo de León de Francia, mas há de mil anos, de osla
aflicción que c r e y ó morir. Entonces se le apareció el Se- manera. Después que Diodeciano tomó el cetro del impe-
ñor, y le dijo que si lanío se afligía por la pérdida de una rio, hizo César á Maximiano, y envióle á Francia con un
biedra que nada le costaba, no debía extrañar fine él no ejército poderoso, á sosegar algunos alhorolos que habian
derremase la copa de sus venganzas sobre una ciudad en levantado Amando y Esiano. Entre la otra gente que l l e -
la que haliía mas de ciento veinte mil personas tino ningún vaba consigo, era una legión de seis mil y seiscientos y
conocimiento tenían del bien y del mal. Jonás salió des- sesenta y seis soldados, los cuales oran de la ciudad de
pués de Ninive y pasó á Jadea retirándose con su madre Tobas y cristianos, y babiau sido bautizados por Zambea,
á las ccrcáfn'as de la ciudad de Sur, donde permaneció obispo de Jcrusalen, y confirmados en la fé por san Mar-
hasla su muerte, según relación de san Epífanio, acaecien- celino, papa, al tiempo que pasaron por Roma. Ilabia pa-
do aquella 7 f i l ántes de la venida de Jesucristo. La Iglesia sado él ejército la aspereza y fragosidad do los Alpes, y
coloca este profeta entre los santos. acercábase ya á vista de los enemigos. Parecióle á Maxi-
S\\ AuMANimo, OBISPO Y MÁRTIR.—En tiempo del empe- miano, que era bien hacer la reseña de su gente, y ofre-
rador Antonino, fué este santo obispo preso y alormenlado cer sacrificio á sus dioses, y tomar juramento á los solda-
inbumanamenle. Azotáronle primero con varas, después dos, sobre sus aras, de fidelidad y de polcar animosa-
lo pusieron en el potro, luego le aplicaron á los costados mente. San Mauricio, que era capitán de aquella legión,
lamparas encendidas, le descarnaron todo el cuqj-po con Exuperio que era alférez, y Cándido persona principal, y
garfios de hierro, lo entregaron á las fieras, y lo melioron de la órden de los senadores, entendieron la resolución
en un horno. Todo lo sobrellevó con paciencia, y lo superó del emperador, y fueron de parecer que para no conta-
DIA SKTIEMIÍRE. 89
minarse con aquel juramonfo sacrilego y saciificio abo- soldados entendieron qne Víclor era cristiano : levántausc
minable, se apartasen del resto del ejército; y así se apar- conlra e l : échanle mano y háccnle pedazos, y así mereció
taron ocho millas léjos, á un lugar que se. llamaba Agauno, el pi emio que los santos soldados tebeos merecieron: cuyo
y ahora se llama san Mauricio. Luego que supo Maximia- martirio fué á los 22 de setiembre, por los años del Señor
no la retirada de la legión lebea y la causa, le envió un de 2S7. Los cuerpos de estos gloriosos mártires fueron
recado, mandándole que viniese y se juntase con el ejér- echados por los naturales do aquella provincia en diversas
cito, ó hiciese lo que los demás soldados hacian. Todos hoyas y cavas, que para esto liicieron: allí estuvieron,
los sanios soldados, con un misino ánimo y extraño valor, hasta que andando el tiempo el Señor los descubrió á un
respondieron por boca de su capitán Mauricio, que olios es- santo obispo, llamado Teodoro, el cual les edificó una igle-
taban aparejados para obedecer á Maximiano, en todo lo sia, y después sus santas reliquias so repartieron en varias
que no fuese contra Dios, y á pelear con él, como lo h a - provincias y tierras para remedio y consuelo de los fieles,
bían hecho otras muchas veces; pero que siendo cristia- obrando nuestro Señor por ellas muchos y muy grandes
nos no querían sacrificar ni conocer por dioses á los que milagros. San Martin, obispo de Tours, fué á visitar aque-
no lo eran. Enojóse sobre manera Maximiano con esta lla iglesia, y de ella llevó una redoma de la sangre de los
respuesta, y mandó diezmar aquella legión tebea, que era m á r t i r e s , la cual tuvo como un preciosísimo tesoro, y la
un castigo militar, con el cual por no malar á todos los trajo siempre consigo. Solia la Iglesia romana en las ba-
culpados, mataban de cada diez uno, á quien cabia la tallas conlra los enemigos de la fé invocar siempre el favor
suerte. Supieron los santos soldades el cruel decreto del de Dios por intercesión de san Mauricio, de san Sebastian
emperador: y como si fuera para darles la vida y una y san Jorge, como se saca del Orden romano. De san
ilustrisima corona, así se regocijaron; y con una exhorta- Mauricio y de sus sanios compañeros, á mas de san E u -
ción, que san Mauricio les hizo, se encendieron en el amor querio, escriben los Martirologios, romano, el de Beda,
del Sefíor, y deseo del martirio. Ejecutóse aquel riguroso Usuardo y Adon: el cual dice que la causa porque Maxi-
suplicio en los valerosos guerreros de Jesucristo : y cre- miano los hizo matar, fué porque no quisieron ser v e r d u -
yendo Maximiano que escarmentados con él, los queque- gos suyos, y perseguir y matar á los otros crisiianos.
daban estarian mas blandos y rendidos á su vohmlad, * SAN EMMEIUNO, OBISPO Y MÚITIU, — Nacido de una
toi nó otra vez á mandarles que viniesen al ejército y que ilustre familia del Poitou, trató desde muy jóven de dedi-
sacrificasen; mas ellos estuvieron fuertes y no quisieron carse al servicio de Dios, renunciando á este fin los hala-
obedecer, aparejándose todos á perder la vida por no gos del mundo. Sus virtudes eran tan exlrordinarias como
perder á Jesucristo, y obedecer antes al Emperador del su ciencia, por cuyo motivo fué elevado á la silla episco-
cielo que al de la tierra: para lo que les ayudó mucho pal durante el siglo séptimo. Constituido en esta dignidad,
una plática que Ies hizo san Exuperio, su alférez, dicién- no omitió medio alguno para el bien de sus ov«jas, p r e -
doles: Bien vet*, hermanos mios, que yo llevo la bandera dicándolas, instruyéndolas y socorriendo á los meneste-
del emperador ; pero ahora no os convido á esta guerra rosos con prodigalidad. Zeloso de la gloria de Dios y bien
temporal, sino á otra mas sublime. Grande ánimo y es- de su prójimo, fué á predicar el evangelio á los infieles de
fuerzo es menester para que paguemos á Dios lo que le Baviera, pues si bien la luz del evangelio habia iluminado
prometimos, y dejando las armas muramos y alcancemos aquel pais, con todo, muchos yacían todavía en la idola-
la corona que nos espera. Cuando el emperador vió el á n i - tría. Detúvose algún tiempo en Ratisbona, á instancias del
mo determinado de aquellos valerosísimos caballeros del duque Teodon, lo que ha hecho creer á muchos que habia
Señor, teniéndolo por obstinación y pertinacia, se embra- sido obispo de aquella ciudad. Mucho fruto recogió de sus
veció, y con increible saña y furor mandó que todo el e j é r - tareas apostólicas, pasando al cabo de tres años á Roma á
cito diese en ellos y no dejase hombre á vida. Uicn pudie- visitar los sepulcros de los apóstoles y consultar al pontí-
nú los santos soldados resistir y pelear y vencer sus fice acerca algunas dificultades. Una mujer que habia j u -
vidas; mas armados de fé y espíritu del cielo, no quisie- rado acabar con el santo, compró á algunos malhechores,
ron tomar las armas, sino vencer con una nueva manera los cuales apostándose en el camino, se apoderaron de él
de victoria, sin pelear, y alcanzar la corona gloriosa del cerca de Munich, y le cortaron los brazos y las piernas,
martirio, nó meneando las manos, sino ofreciendo sus v i - asesinándole el día 22 de setiembre del a ñ o 632. Condu-
das al cuchillo: y a s í , animados siempre de su capitán cido su cuerpo á Ratisbona fué enterrado en la iglesia de
Mauricio, sin alzar la espada para defenderse, pue.slos de San Jorge.
rodillas y levantadas las manos y los corazones al cielo,
SAN SANTINO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué discípulo de san
recibieron todos la muerte y se ofrec ieron en sacrificio á
Dionisio Areopagita , y consagrado primer obispo de
Jesucristo. Quedaron muchos de los soldados del ejército
Meaux á fines del siglo I . F u é el primero que predicó el
desnudando á los sanios m á r t i r e s , para aprovecharse de
Evangelio en aquella parle de las ¿ a l i a s , plantando el es-
sus vestidos y armas, y después se pusieron á comer muy
tandarte de la religión cristiana en muy estonsos países.
contentos por aquella hazaña que habian hecho. Llegó allí
Según el cardenal Baronio, murió este sanio pacílicnmen-
un soldado cristiano, llamado Víctor, nó de los tebeos,
te por los años de 115 al 120.
sino de otra nación : el cual, viendo tantos cuerpos muer-
SAN LAUTON, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Normandía,
tos por aquel campo, y no sabiendo la causa, y p o r q u é
recibiendo una educación muy esmerada, cual convenia á
los que allí estaban tenian tanto contento y alegría; la
la nobleza de su cuna. El año 528 fué consagrado obispo
p r e g u n t ó . Cuando supo Víctor lo que habia pasado, dijo
de Rouen y metropolitano de la Neustria, en cuya calidad
con una voz lastimera y triste: ¡ O miserable de m í ! i y
asislió á los concilios 11,1H, IV y V de Orleans. Habiendo
por q u é no me hallé yo en compañía de estos santos sol-
después heredado el considerable patrimonio de su fami-
dados, para morir con ellos! De estas palabras los otros
lia, lo adjudicó á su Iglesia y á los pobres. Gobernó siem-

TOMO I I I . 12
m LA LEYENDA DE ORO. DÍA 23.
pre su diócesiá con celo y sabidim'a, y el 5C8 fué á r e c i - y fué ordenado sacerdote per san Dionisio, al cual acom-
liir en el cielo la recompensa debida á sus virtudes y I r a - pañó á Francia. Vivió en Chartres mucho tiempo p r e d i -
bajos. cando el Evangelio y obrando gran número de conversio-
S A \ FLORENCIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en las Ga- nes, hasta que por órden del prefecto de la misma ciudad
lias, y jóvcn aun abandonó su ciudad patria, para vivir fué azotado y degollado.
bajo la dirección do san Martin de Toursquc le confirió el
presbiterado. Después de predicar algún licmpo en el Poi-
DIA 23.
tou, se retiró á la cima de una montaña en los confines de
las diócesis de Nanles y de Angors para hacer vida e r e m í - SAN LINO, PAPA Y MÁRTIU.—Fué san Lino italiano de na-
tica.Su santidad le atrajo gran número do admiradores que ción, y natural de la ciudad de Yoltcrra, que es en la p r o -
quisieron vivir en su compañía, y de este modo tuvo o r í - vincia deToscana: su padre se llamó Herculano, hombre
"gen el famoso monasterio de G!on, conocido después con nebley principal. Estando en Roma, y oyendo predicar
el nombre de Sím Florencio. Floreció este santo durante el al apóstol san Podro, le siguió y fué uno de los primeros
siglo V y principios del Y I . discípulos que allí tuvo. Yió el sagrado apóstol grandes
SAN SILVANO, CONFESOR.—Ignóranse todas las particula- prendas de virtud, letras y prudencia en Lino, y sirvióse
ridades de la vida y muerte de este sanio. Es patrón del de él en la predicación y administración de los santos sa-
pueblo de Leuroux en el ducado de Berri, en cuyo pais cramentos: y después le hizo como su coadjutor y minis-
hay una antigua tradición popular que asegura que este tro para todas las cosas á que él no podia acudir; y lodo
santo es el publicano Zaqueo del Evangelio. El cardenal lo proveia Lino con la dirección y autoridad de san Pe-
líaronio y el Martirologio romano suponen que murió en dro, con mucha prudencia y solicitud. Después del mar-
Uourges. tirio del glorioso apóstol san Pedro, le sucedió Lino en la
SANTA SALAUERGA, ABAWESA.—Nació de una ilustre fa- cátedra pontifical, y la tuvo once años, dos meses y veinte
milia establecida en en el tcrrilorio de Toul. Habiendo y tres dias, y así fué el primer papa y vicario de Cristo
quedado ciega en su infancia, recobró mílagrcssmcnlc la nuestro Señor en la tierra, que inmediatamente sucedió á
vista por las oraciones y la bendición de san Eustasio, abad san Pedro. Tuvo órdenes dos veces , y ordenó quince
de Luxeuil. Contrajo matrimonio con un caballero jóven, obispos y diez y ocho presbjleros. Mandó que las mujeres
que la dejó viuda al poco tiempo, y aunque ella solo pen- no entrasen en la iglesia con las cabezas descubiertas,
saba en consagrarse enteramente á Dios, sus parientes la como lo tenia mandado san Pedro, y lo dejó escrito san
obligaron á casarse segunda vez con un tal Ulandino, que Pablo. Escribió san Lino la Historia de la contienda que
después fué colocado por la Iglesia en el número de los tuvo san Pedro con Simón, mago; pero no se halla. Es-
santos. Tuvo Salaberga cinto hijos, que educó en la mas cribió también dos libros del martirio de san Pedro y san
esmerada virtud, y cuando ya fueron lodos mayores de Pablo, que están en el séptimo lomo de la liibliolheca s a n c -
edad, disgustada del mundo y sus e n g a ñ o s , tomó el velo í o r u m ; aunque al cardenal Baronio le parece que están
de religiosa con beneplácito de su esposo, y fundó un mo- depravados y sembrados de algunos errores, y no con la
nasterio en la diócesis do Langres. Algunos años después, pureza y verdad que los escribió san Lino La santidad de
en CííO, fundó otro monasterio en Laon, al cual se retiró, este glorioso sumo ponlííice fué admirable, é ilustrada con
y d e s p u é s de haber dirigido á sus hijas espirituales por muchos y grandes milagros, que por él obró el S e ñ o r .
los senderos de la perfección religiosa, murió Salaberga Sanaba muchos enfermos: resucitaba muertos: lanzaba
en la misma casa, santa y gloHosamenlc, el dia 22 dese- los demonios de los cuerpos: y habiendo una vez librado
í i e m b r e del año 665. del demonio á una hija de Saturnino, c ó n s u l ; el desagra-
decido y malvado padre le mandó malar por la fé de Cris-
^ANTAIEATDA Y sus COMPASF.ROS, MÁRTIRES.—Iraida era
to nuestro Señor, dando mal por bien, y maleficio por be-
una virgen cristiana de Alejandría, que saliendo un dia de
neficio. Su sagrado cuerpo fué enterrado en ei Yaticano,
su casa para i r por agua á una fuente cercana, vió junto á
junto á su padre, maestro y predecesor san Pedro: y fué
la orilla al prefecto de la ciudad, que esperaba una em-
su marlirio á 23 de setiembre, en que la santa Iglesia ce-
barcación que se acercaba llena de gentes. La sania v i r -
lebra su fiesta, el año del Señor de 80, imperando Ycs-
gen esperó un poco, y habiendo preguntado á los de la
pasiano. Uacc mención de san Lino el apóstol san Pablo.
embarcación por q u é los tratian presos, contestaron que
Escriben de él los Martirologios, romano, el de Usuardo y
porque eran cristianos y habían confesado á Jesucristo.
Adon, y el libro de los Romanos Pontífices, que anda en
Al momento se juntó á ellos, y habiéndola preso, los con-
nombre de Dámaso, y los d e m á s que escriben las vidas
dujeron todos reunidos á la ciudad de Antinópolis.. Entre
de los santos pontífices.
aquellos cristianos habia muchos pi-esbíteros, diáconos,
vírgenes y personas de todas clases. En Antinópolis les SANTA TECLA, VÍBGEN Y MÁRTIR.—Entre los otros libros
pusieron á todos en el tormento, y permaneciendo cons- que Gelasio, papa, d i ó p o r apócrifos cu el concilio roma-
tantes en su fé, fueron todos degollados, siendo la prime- no, fué uno de los actos de santa Tecla y de san Pablo i y
ra la virgen Iraida. ántes de Gelask), el gran doctor de la Iglesia, san G e r ó -
LAS SANTAS DIGNA Y EMÉRITA, VÍRGENES Y MÁRTIRES.—Pa- nimo, habia dado á aquel Hbro la misma censura : y sin
decieron martirio en Roma, en tiempo de los emperadores duda que aquellos actos habían sido fingidos, como dice
Valeriano y Galicno, alcanzando la doble corona de la Tertuliano, y escritos por un presbítero anciano, y por
virginidad y del martirio. Sus cuerpos fueron enterrados vcnlura añadidos y depravados por los herejes, para dar
en la via Ostiensc, y después colocados en la iglesia de licencia á las mujeres de predicar en público, y bautizar,
San Marcelo de la misma ciudad. y hacer otras cosas que á su estado no convienen. De-
,SAN JO.VU, PIIE?BÍTERO y MÁRTIR.—Era griego de nación, jando, pues, aparte las cosas apócrifas y falsas, escribí-
SFFIEMBBE. i

r é m o s la villa y marliiiode santa Tocia, sacado de aulo- hasta los Iconos se ü d m i r n n d c olla y la rovnencian. No
ivs graves, anliguos y dorios. pudo el hambre mover á los leones, para que hiciesen pro-
Fué sania Tecla dti la ciudad de Icotiia, en ta provincia sa en la sania virgen: no su natural fiereza, ni la costum-
de Cilicla: era doiicella muy hermosa y toma madre, y bre que tonian de despedazar á los otros; no el furor del
oslaba concerlada de casarse con un mancebo llamado T a - pueblo, ni los medios que tomaron para irritarlos y e m -
miro. ILII este (iempo el apóstol son Pablo, de Anlioqnía bravecerlos conlra la santa; antes adorando á la mártir,
fue á Iconia: recibióle en su casa Onesíforo, hombre v i r - nos enseñaron la religión y castidad; pues asi besaban los
tuoso: juntóse en ella alguna gente bien inclinada y de- piés de la virgen, fijos los ojos en l i o n a , como lenioiulo
scosa de salvarse; y el Apóstol los predicaba con grande v e r g ü e n z a , y mostrando que la lenian respeto, y temian
aprovechamiento de los oyentes: entre los cuales fué una que algún hombre ó alguna bestia no viese aquel sagrado
« m í a Tecla, que, oyendo la doctrina del cielo que ensena- cuerpo desnudo.» Todo esto es de san Ambrosio. No bastó
ba san Tabln, y las palabras de vida que hablaba, y el es- este milagro para que el tirano, mas fiero que las mismas
píritu divino y fervoroso con que las decia, setrocó de ma- fieras, reconociese la mano del Señor, que así amparaba á
nera, que se hizo cristiana, y consagróal Sefior su v i r g i n i - su dulce esposa ; antes mandó qne la echasen en una hoya
dad, dando de mano á lodos los deloil es y gustos déla carne. llena de muchas víboras y serpientes venenosas. Al tiempo
Mupo la madre que Tecla, su hija, babia mudado de p r o - que la ochaban, bajó de lo alio una nube de fuego que las
pósito, y no se queria casar; y sintiólo de manera, q u e á mas m a t ó á todas, y quedó libre de este tercer tormento, como
deavisar á Tamiro, esposo d é l a doncella,deloque pasaba, habia quedado de los dos pasados, del fuego y fiera»,
se fué al juez, y acusó á su hija que era cristiana, y que Aparejaron de nuevo otras bestias: atáronla á dos (oros
repudiaba al esposo con quien antes estaba concerlada de ferocísimos, para que la despedazasen: y para que estu-
casarse: y dijo al juez la perversa y cruel madre, que h i - viesen mas bravos, los agarrocharon con garrochas, p n -
ciese quemar viva á su hija, para que la? olí as mujeres condidas las puntas; pero el Señor la guardó de manera
escarmentasen. Mandóla el juez parecer delante de s í : y que quedó sin lesión alguna. Vistas por el pueblo tantas
liahiendo entendido por su confesión ser verdad lo que la maravillas, y especialmente por una señora llamada T r i -
madre le habia dicho, hizo encender «na grande hoguera fena, á quien el juez habia dado en guarda á santa Tecla,
y mandó que Tecla fuese echada en ella; mas la sania comenzaron á dar voces, y decir que el Dios que adoraba
doncella, arniiindose con la señal de la cruz, no a g u a r d ó á Tecla era poderosísimo, y digno de ser adorado: y ©1
(pie los sayones la echasen en el fuego; antes ella de procónsul, temiendo el furor del pueblo, dió por libro á
grado y con grande alegría entró en el, y eslavo en m e - sania Tecla: la cual volvió á la casa de Trifona, y la c o n -
dio de Ins llamas con estraordiuaria seguridad y varonil virtió á ella y á toda su familia á la fié de Jesucristo nues-
constancia. Levantóse de repente una tempestad, y cayó tro Salvador: y de allí se fué á la ciudad de Seleucia, don-
tan copiosa agua del cielo, que el fuego se a p a g ó , y la de vivió muchos años con admirable ejemplo do santidad,
gente h u y ó , y la bienaventurada virgen, sin lesión alguna alumbrando con el resplandor de sus virtudes-aquellas
de su cuerpo ni de su ropa, por divina voluntad quedó l i - gentes, y enseñándoles el camino del cielo; y cargada do
bre. Después de esto la santa doncella se dió á grandes anos y merecimientos, después de tantas victorias y po-
penitencias, ayunos, vigilias y oraciones; y de nuevo fué lcas, se fué al cielo para gozar de la corona de virgen y
acusada y presentada delante del juez; el cual Ja condenó mártir. Su muerte fué á los 23 de setiembre en Seleucia, y
á ser echada á las bestias fieras, para que la despedazasen en este dia la santa Iglesia celebra su fiesta.
y tragasen. Lleváronla al teatro: y estando todo el pueblo
De santa Tecla escriben casi todos los santos doctores
presente y dando gritos y voces contra ella, soltaron las
antiguos, como son : san Gregorio Nacianceno, Epifanio,
fieras: mas ellas no osaron locarla, sino reverenciarla y
Ambrosio, G o r ó n i m o . Crisóslomo, Severo Sulpicio, y
lamer blanda y mansamente sus piés. Otro dia la echaron
oíros muchos: y es cosa maravillosa verlas alabanzas quo
de nuevo á los osos y leones; pero olvidados de su natu-
dan á esla gloriosa virgen y bienavenlurada m á r t i r , por
ral fiereza, se amansaron, admirados de la gloriosa don-
haber sido la primera mujer qne. fufe atormentada por
cella que allí tenían : la cual pinta san Ambrosio, por es-
€r¡slo nuestro S<'ñor, y como capitana y guia de las de-
tas palabras: «Huyendo sania Tecla los deleites conyuga-
m á s . Llámanla «hija primogénita do san P a b l o ; » y fuó
les, y siendo condenada por el sentimiento que tuvo su
tan conocida y tan estimada la santidad de santa Tecla,
esposo, mudó la naturaleza de las bestias, que la trocaron
que para alabar alguna mujer, y decir era tan grande y
por la admiración de su virgim'd id. Kcháronla á las (¡eras;
evcoloulísima su virtud , decían que ora una santa Tecla,
y fué tan grande su castidad, que allí en el lealro bajaba
y así san (ioi ótiimo dió este nombre á Melania y san Gre-
los ojos por no ver á los hombres, y ofrecía sus entrañas
gorio Niceno á su hermana santa Macrina ; y por devo-
al Icón feroz; y con esto, los que habían venido con ojos
ción fué san Gregorio Nacianccno á Seleucia á visitar el
lascivos, volvían con ojos castos y honestos. Veíase la
sepulcro de santa Tecla , y de muchns parles concurrian
boslia fiera lamer los piés de la santa doncella, y p o s t r á r -
los pueblos por la misma causa, y por los muchos y g r a n *
sele, y con un murmullo y sonido mudo dar á entender
des milagros qne el Señor continuamente obraba por ella
que no podía tocar el cuerpo de la virgen. Adoraba la
en su santo sepulcro. Y no folamente en aquel lugar, pero
bestia á su presa; y olvidada de su propia naluraleza, se
en otro donde dicen que la santa estuvo en un tiempo es-
habia vestido de la naluraleza do que los hombres se ha-
condida denlro de una peña (la cual se aWandó y recibió
bían desnudado : y con mudanza extraña, viérados á l o s
en sí el cuerpo de la santa v i r g e n ) , hizo el Señor muchos
hombres crueles mandar á la bestia que lo fuese, y la fiera
y grandes milagros , no solamcHte en beneficio de los fie-
Asando los piés do la virgen, ensenar á los hombres lo
Íes que á él concurrian sino también de los infieles. A mas
fiue habian de hacer. Es tan admirable la virginidad, que
de esto es cosa muy acostumbrada en los grandes traba-.
LA LEYIÍNDA l ) K ORO.
jos suplicar á nuestro Señor que nos libre de ellos, como de su hermana, de cuyo ejemplo y persuasión se valió
libró á santa Tecla de sus tormentos: y algunos niárlires Dios para que aquella ciudad, dejada la superslicion de ta
en el rigor de sus tormenlos pedían ú Dios que los librase idolatría , abriese los ojos á la f é y se convirtiese á la ado-
de ellos como Labia librado á santa Tecla del fuego , del ración de su santo nombre. Uno de los convertidos fué el
teatro de las íieras y toros y de los d e m á s tormentos. Y cilado Eiloteo. Murieron estas dichosas hermanas en la
san Cipriano , en la oración que bizo á Dios el dia de su paz del S e ñ o r , hacia el año TO de Cristo , y su memoria
m a r t i r i o , le dice: Asistidme, Señor, y sed conmigo, como se señala hoy en el Martirologio romano y en el Menologio
fuiste con Tablo en sus prisiones, y con Tecla en ei fuego: de los griegos. Y i l l a n . A ñ . c r i s l . , t o m . \ x .
y toda la santa Iglesia en las oraciones que hace al Señor Los SANTOS ANDRÉS , JUAN , PEDRO Y ANTONIO , MÁR-
para encomendar el alma del que está agonizando, le su- TIRES.—Estando los sarracenos en Siracusa, prendieron á
plica que le libre como libró á santa Tecla de los tres atro- dos j ó v e n e s , llamados Pedro y Antonio , y se e m p e ñ a r o n
císimos tormentos. Por donde se ve los grandes méritos en que habían de abrazar la ley de Mahoma. Los dos eran
de esta bienaventurada virgen y m á r t i r , y la devoción hermanos, cristianos desde su nacimiento, y a d e m á s muy
que la debemos tener. El emperador Zenon ediíicó un sun- dados á todas las virtudes religiosas. Habiéndose negado
tuoso templo á santa Tecla , por haber por su favor reco- á la apostasía, fueron maltratados, azotados , y al fin a r -
brado el i m p e r i o : y el emperador Jusüniano le ediíicó rastrados por toda la ciudad , en cuyas calles acabaron
otro no menos magnífico; y en lodo Oriente y Poniente ha sus dias. Cuando acababan de espirar, llegó al lugar del
sido muy ilustre su memoria. Su sagrado cuerpo está en suplicio el padre de los dos hermanos, llamado Juan , y
!a ciudad de Tarragona , en el principado de Cataluña , y reprendiendo á los verdugos por su crueldad, fué allí
es patrona de aquella Iglesia metropolitana. Y una vez mismo degollado, y cayó muerto sobre los cuerpos de sus
como el rey de Aragón don Pedro el IV de este nombre hijos. El mismo dia y en el mismo lugar fué también sa-
(pretendiendo que el dominio útil de aquella tierra y v a - crificado otro noble cristiano, llamado A n d r é s , que hacia
sallos, que tiene la Iglesia de Santa Tecla , pcríenecia á mucho tiempo estaba detenido en la cárcel y que ha-
él), hubiese hecho muchos d a ñ o s , y por armas los q u i - bia sufrido el hambre, la desnudez y todas las penalida-
siese reducir á su servicio ; es conslante fama que santa des de su triste deslino. Botando cree que murieron estos
Tecla dió una palmada en la cabeza del r e y , de la cuaj santos durante el siglo X.
c a y ó malo y m u r i ó ; y reconociendo su culpa, y que aquel
SAN PATERNO, OBISPO Y MÁRTÍR.—Floreció siendo obis-
era castigo de Dios, mandó restituir á la Iglesia lo que le
po de la diócesis de Constance , y murió mártir en una de
habia tomado y reparar los daños que le habia hecho. Es-
las primeras persecuciones contra la Iglesia.
cribieron de santa Tecla los Marliroiogios, y especial-
SAN CONSTANCIO , CONFESOR.—Nació en Italia y fué sa-
mente el de Adon ; y el cardenal Baronio muy erudita-
cristán d é l a Iglesia de Ancona. En su humilde y modesta
mente en las anotaciones del Martirologio, y en el primer
posición fué el modelo de eclesiásticos y seglares, y el
tomo de sus Anales.
cielo manifestó al mundo cuán aceptas le eran las v i r t u -
' S A N Socio, DIÁCONO Y SLUTIR.—Era natural de Italia, des de su siervo, concediéndole el don de milagros, San
practicaba mucho la caridad, y tenia singular afición á Gregorio Magno en su libro de los Diálogos cuenta m u -
las ciencias eclesiásticas. Servia de diácono en la Iglesia chos hechos gloriosos de este santo, y concluye diciendo,
de Mesina, y como leyendo el evangelio observase el que « fué grande en los milagros; pero mayor aun en su
obispo Genaro qtie se levantaban de su cabeza unas l l a - profunda humildad.» Murió á fines del siglo Y l , y , s e g ú n
mas de fuego, predijo que el diácono alcanzaria la palma un antiguo Martirologio, el año 590.
del marlirio. En efecto Socio no mucho después fué preso
y llevado al suplicio junto con su obispo Genaro.
DIA 2 1 .
SANTA XANUPA Y SANTA POLIXENA , DISCÍPCLAS BE LOS
APÓSTOLES.—Sania Xantipa fué «na de las mas esclare- NUESTRA SESORA DE LA MERCED.—Entre las florecien-
cidas mujeres de Córdoba en el imperio de Nerón. Su nom- tes religiosísimas familias, que bajo el timbre y nombre
bre da á entender que descendía de los antiguos griegos de la serenísima Reina de los ángeles María santísima,
que poblaron aquella ciudad. Casó con Probo, romano al Madre de Dios, militan en la Iglesia católica , con sobe-
parecer y uno de los señores principales de aquella tierra, rano acuerdo la santidad del papa Paulo V en la bula. I n -
amigo íntimo del emperador. Tenia otra hermana llamada ter omnes v i t a reg u i a r is ordenes, llamó á la Reina de los
Polixena , de la cual no consta que hubiese casado. Era á ángeles María santísima primera y verdadera instituidora
este tiempo pretor de la España ulterior Fileteo, cuya r e - y fundadora del real Orden que en la Iglesia católica m i -
sidencia como la de todos los d e m á s pretores era Córdoba, lita , con la invocación y timbre de Nuestra Señora de la
donde estaba la basílica y pretorio. Dicen, pues, que Merced, Redención de cautivos: para que así como las
cuando san Pablo vino á España, cuyo hecho tiene a su ilustres religiones de san Francisco, santo Domingo y
favor insignes testimonios, persuadió Xantipa á su esposo otras, reconocen á sus santísimos palriarcas por inmedia-
que le hospedase en su casa, y fué adoctrinada con su tos y primeros instituidores y verdaderos fundadores ; la
predicación en el Evangelio de Jesucristo, cuya fé abra- ínclita, real y militar órden de María santísima de la Mer-
zaron ella y su esposo. Añaden que Xantipa vió en la ced , á la misma Reina de los á n g e l e s , nó por disposición
frente de san Pablo unas letras que decían : «Pablo, a p ó s - humana, sí por especial gracia con que la Reina de los
tol de Jesucristo.» Polixena partió con el Apóstol á Acaya, ángeles quiso tener tales hijos, reconociéndose por su ver-
provincia d é l a Grecia, que hoy llamamos la Morea, donde dadera Madre y fundadora. Habiendo ella manifestado ser
predicaba el apóstol san A n d r é s , de cuya mano recibió esta su voluntad, cuando de ella, como de primera causa,
ella el bautismo. Después volvió á Córdoba á la compañía apareciéndose á los bienaventurados Pedro Koiasco, R a i -
1*1 A 2 Í . SETHiMBRE. 93
tmitulo de rcftíiforl, y al clarísimo rey do» Jaime I do sísimo y angelical santuario de la Reina de los ángeles, la
A r a g o » , les hizo constar que de ella, como de principio, Virgen sanlísima de Monserralc, donde empleando días y
cnumaba la ínclita, real y militar religión deKucstra Se- noches en fervorosa oración, satisfizo al voto que tenia
fiora de la Merced , Redención de cautivos, como de la hecho. Cumplido esto, se fué á la ciudad de Barcelona,
relación de la siguiente revelación de muchos sumos pon- donde por lo esclarecido de sus virtudes, acompañadas do
tífices con muchos dones y gracias aprobada, y d é l a sania la nobleza de su sangre, fué magnificentísimamcnte del
Iglesia con solemne culto ilustrada, conslará. ínclito y clarísimo rey don Jaime de Aragón acariciado y
Iluilábase la mayor y mas feliz parle delíspafia del cruel hospedado. Era entonces el rey don Jaime (digno de eter-
y tirano dominio mahomelano oprimida: lenian los b á r - na memoria entre los esclarecidos reyes de Aragón) obe-
baros (enemigos del santísimo nombre de Jesucristo) á decido, jurado y aclamado en ta nobilísima ciudad do
innumerables c rií-tianes en m u les mazmorras encerra- Barcelona, en la cual era grande la estimación que se ha-
dus, aíligiéndoies y atormentándoles para hacerles negar cia de la persona de san Pedro Nolasco, viendo las obras
la verdad de nuestra santa fé calólica ; y como eran m u - tan heroicas de caridad en que se ejercitaba, á quien gus-
chos los que desmayaban y fallaban á la conslancia de la tosamente oía el rey, siempre que san Pedro Nolasco le
f é , lloraba la perdición de sus hijos nuestra madre la Igle- hablaba de la redención de cautivos; y tanto se encendía
sia católica; mas uo fallaron en ella santísimos varones, el magnánimo rey en el amor de los cautivos, que lleno
q u e , lastimados de la perdición de tantas almas, con de piedad, lodo era discurrir como había de destruir y
mortificaciones y penitencias ofrecian con vivas lágr imas a n i q u i l a r á los sarracenos, para librar de sus manos á l o s
sus oraciones y súplicas á Dios, para que piadoso aplicase pobres cristianos cautivos. Concordes los dos para este tan
el remedio á tanto mal. Y así como los lastimosos clamores realzado fin, resolvieron aplicarse cada uno de por sí á la
de los hijos de Israel fueron de Dios oídos, para el reme- consecución de él, valiéndose cada uno d e s ú s medios; y
dio de las aflicciones y penas que padecían en la esclavi- así, cuando ei esclarecido rey con sus fuerzas belicosas
lud de Kgípto ; así la deprecación de aquellos piísimos va- opugnaba los lugares y castillos de los moros, estaba san
rones fué oida, no soíamente de Dios , sino lambien de su Pedro Nolasco en fervorosa oración, contemplando y l l o -
Madre María santísima, qne no pudiendo contener sus rando los trabajos y calamidades que en la mísera escla-
piadosísimas entrañas á tan lastimosas súplicas, se inclinó vitud los miserables cautivos padecían, y como verdadero
ú aplicar el remedio como lo verificó el suceso. Estaba la imitador de nuestro Redentor Jesucristo, sentía sus penas,
piadosísima Reina de los ángeles María santísima en el nó como ajenas, sí como propias, como lo verificó bien su
Irono de su majoslad (donde , y en compaflía de su pre- ardiente caridad; pues habiendo consumido todo cuanto
ciosísimo Hijo Cristo Sefíor nuestro, goza eternas glorias), tenia por la redención de muchos, no una vez sola se en-
mirando las penas, miserias y calamidades que en la b á r - tregó en r ehenes, para dar libertad á muchos mas.
bara esclavitud padecían los pobres cautivos cristianos: y Alentaba y fomentaba los ánimos de estos dos héroes,
conmovida la clemenlísima Reina de los ángeles de tantas del ínclito rey y de san Pedro Nolasco, viéndoles ejercita-
miserias y calamidades, piadosa, así para consolarlas dos en tan escelente piedad, san Raimundo de Peñafort,
lágrimas de la calólica Iglesia , como para obviar no se que graduado en ambos der echos, estaba entonces res-
perdiesen tantas almas que á vista del c r u e l , doro y t i - plandeciendo el ardentísimo zelo de su caridad y virtud,
rano rigor sarracénico desfallecían y faltaban á la cons- en consolará los enfermos d é l o s hospitales, en enseñar á
lancia de la f é ; aplicó para remedio de tanto mal la obra los ignorantes y en convertir herejes, judíos y sarracenos;
de candad mas perfecta como es la redención. Y para eje- por cuyas heroicas obras, y su grande doctrina, mereció
cutar este su tan lino amor, y dar principio á tan perfecta verse colocado en el puesto de canónigo en la ilustre y
obra que había de destruir la Ürana servilud , eligió á santa iglesia catedral de Barcelona; y asimismo el p r u -
tres esclarecidos ejeculorcs, siendo el ncrle con que se dente rey le eligió por su grande santidad y sabiduría pa-
habían de gobernar la misericordia de quien Ies mandaba ra su confesor. Viéndose san Raimundo constituido confe-
Y gobernaba, que era la misma Reina de los ángeles, sor del ínclito rey (á quien lambien san Pedro Nolasco fia-
bajando visiblemente del cielo á declararles su voluntad ba la dirección desu alma, habiéndole hecho participante
qne era de fundar una religión ron el titulo de su piísima en el secreto de la confesión, de sus fervorosos y píos de-
misericordia, disponiéndolo maravillosamente del siguien- seos), tomó por su cuenta alentar les pios ánimos de los
te modo. dos para la consecución de tan realzado fin , como era la
Florecía en aquella ocasión en la nobilísima ciudad de liber tad de los pobres cautivos cristianos; y asi tanto en
Barcelona, cabeza del principado de Catalufla, en santidad el secreto de la confesión con sus exhortaciones, como en
y virtud san Pedro Nolasco, de nación francés, nacido en lo público de sus sermones, con pías y santas palabras les
el lugar dicho de las Puellas, cercano á la ciudad de Car- alentaba y animaba á la redención de los pobres cautivos;
casona, hijo de padres ilustres, de la nobilísima casa de y tanto con sus vivas razones enfervorizó los ánimos del
los condes de Blés. Estaba entonces en aquella tierra muy esclarecido rey, y de san Pedro Nolasco á esta piedad,
cstendida la herejía albigense: y hallándose el santo j ó - que no solo san Pedro Nolasco, sino lambien el mismo rey
ven muy adornado de todas virtudes, y aborreciendo todo en sus retretes, se empleaban en fervorosa oración, supli-
género de herejía, se resolvió para apartarse de ella á de- cando á Dios y á la Reina de los ángeles María santísima,
jar su casa, padres y parientes: y para ejecutar su santo y demás santos, en particular á Jos patrones de la ilustre
iutenlo, vendió su rico patrimonio, y recogido lo que l i a - ciudad de Barcelona, les inspirasen y favoreciesen con
r í a sacado de él, con todas sus riquezas se puso en cami- medios para poder copiosamente cumplir con esta obra de
"o, que le tomó para el principado de Cataluña: y cu- caridad. Y oyendo el Padre celestial, y Padre de miseri-
bando en él, fué su primer cuidado ir á visitar aquel religio- cordia, Dios nuestro Señor, tan pías súplicas, clementísimo
LA LEYENDA DE ORO. DÍA 2 4 .
reinunerótnn fervorosos deseos,con el favor fan ^raiulo que el nuevo órden ; suspenso y lleno de admiración san Rai-
fué darles la iluslre religión de la Merced, ejeculándose su mundo, le interrumpió sus palabras, diciémlolo, que tam-
fundación con esle maravilloso modo. bién él híibia tenido la misma visión aquella noche, ha-
En las calendas de agoslo, primero de dicho,mes, de- biendo sido favorecido de la Reina de los ángeles, y oido
dicado á san Pedro A d - v i n c u i a , en el año 1218, gober- de su boca el preccplo en que le mandaba que para la
nando la Iglesia de Dios la santidad de Honorio I I I , para conslruccion y consecución de tan grande obra, pusie-
librar de la Gera esclavilud sarracena á los pobres cris- se todo su cuidado, y que con todas veras aplicase
Jianos cautivos Alé enviada de Dios desde el empíreo la todo su estudio, para que con la eficacia de sus sermones
Reina de los ángeles María santísima á la ilustre ciudad alentase los corazones de los católicos á una obra de tari
de Harcelona, y acompañada de muchos celestiales espí- giande caridad; y así, que gozoso y agradecido á tan ce-
ritus, y grande concurso de santos y sanias, y entre ellos lestial favor había con toda presteza venido á la iglesia
el apóstol san Pedro y Santiago, patrón de España, san mayor para dar á Dios y á la inmaculada Reina de los
Cucufate, san Severo, san l'aciano, sania Madrona y sania ángeles las gracias de tan soberano beneficio. ¿.Quién p o -
Eulalia, patrones de Barcelona, visible y corporalmente drá declarar la alegría de los dos puros corazones do
en el punto de la media noche bajó, se apareció y m a n i - aquellos dos santos varones, hallándose igualmente favo-
festó á san Pedro Nolasco, empleado en fervorosa oración recidos de la Reina de los ángeles? Todo seria conferir
y contemplación: y lleno el santo y humilde siervo de entre^sí el modo de cumplir el divino precoplo; cuando
Dios de gozo y alegría, por el favor de tan admirable y para quitar toda dificultad á su cumplimiento, y tenerla
gloriosa presencia, mereció oir de la misma boca de la obra todo el lleno de la a d m i r a c i ó n ; el ínclito rey don
Reina de los ángeles estas palabras: Yo, hijo, soy la Ma- Jaime, habiendo participado el mismo favor aquella no-
dre del Hijo de Dios, que por la salud y libertad del g é n e - che, para que no fuese notado por negligenle ejecutor de
ro humano d e r r a m ó su sangre, y padeció cruel muerte: la Reina délos ángeles, el quohabia sido compañero en la
vengo, pues, á buscar hombres, para que á ejemplo de visión, acudió puntual á la Iglesia catedral, para dar á Dios
mi Hijo pongan sus almas por la salud y libertad de otras y á l a Reina de los ángeles las gracias del beneficio recibi-
almas que no la tienen: y siendo esta la caridad mas do:}'viendo cu ella á aquellos dos pios varones confiriendo
acepta á mi Hijo, será para mí muy agradable, si en ho- entre sí, llamándoles p u-así, y apartados de lodoconcurso
nor mío se funda una religión, cuyos hijos con fe viva, y en la misma iglesia, Ies manifestó la alegre visión que
verdadera y perfecta caridad, pues ñ o l a puede haber m a - había tenido, con estas palabras: La purísima Ileina do
yor, rediman á los cautivos cristianos del poder y tiranía los ángeles María santísima muy bella y hermosa me apa-
de los turcos, y ofreciéndose ocasión, en que de otro m o - reció esta noche y me mandó que inslilnyese un orden
do no se puedan librar, se queden en rehenes por la l i - que se ocupase en redimir cautivos, y que se llamase do
bertad de los cautivos. Declárete, hijo, esta mi voluntad; Santa María de la Merced ó de Misericordia: y como r e -
porque tcadvierlo, (pie cuando tü con vivas lágrimas so- conozco en tí, Pedro Nolasco, esta inclinación innata de
licitabas por medio de la oración el remedio de los cauti- redimir, te elijo para la ejecución de esta obra ; y á tí,
vos, recogías limosnas y los redimias, presenté yo tus s ú - Raimundo, por la mucha virtud y doctrina que miro en lí,
plicas á mi Hijo, el cual se dignó, para consuelo luyo, y te nombro por idóneo coadjutor de ella. Concluidas por el
para insliluir esta religión, con especial tílulo mió, bajase rey sus palabras, respondieron los dos santos varones,
del cielo: y á tí, Pedro, te e l e g í ; porque tú has de ser la que también ellos habían sido favorecidos aquella misma
piedra fundamental sobre la cual se ha de edificar esta noche de la Reina de los ángeles, refiriéndole al rey las
mi religión. Concluido este razonamiento fervoroso y h u - palabras que babian oido de la purísima Virgen, y los
milde, respondió san Pedro Nolasco á la Reina de los á n - mandatos que á los dos habia dado. Conferida, pues, e n -
geles, diciendo: Con viva fé creo, Sefiora, que vos sois tre sí tan admirable aparición, asegurados de la verdad
la Madre de Dios vivo que habéis bajado á esie mundo de ella, unánimes y conformes declararon ser la volun-
para remedio de los que miserablemente padecen la b á r - tad de la purísima V i r g e n ; y para su cumplimiento deli-
bara esclavilud. Pero decidme. Señora, ¿quién soy yo beraron instituir en honor de la Reina de los ángeles el
para que vaya á los bárbaros enemigos de vuestro s a n t í - orden de Nuestra Sefiora de la Merced, Redención de cau-
simo Hijo, y saque de sos crueles mazmorras á los cris- tivos.
tianos cautivos? No lemas, Pedro (le dijo la Reina de los
Llegado , pues , el dia 10 de agosto del mismo año del
ángeles); que yo te asistiré en todo: y para que lo creas,
Señor de 1 2 1 8 , dia señalado para la ejecución de tan
y en señal de que te elijo, verás con brevedad cumplido
grande obra; como ya se habia divulgado el prodigioso
cuanto te he dicho, y se gloriarán los hijos ó hijas de esta
milagro por todo el reino, era grande el concurso que
mi religión en vestir hábitos blancos, del modo que á mí
concurrió á celebrarle: y así con magnífico aplauso fuéren
me ves vestida. Dicho esto, desapareció la Reina de los
el rey y los dos santos varones acompañados de los c o n -
ángeles subiéndose al trono de su gloria.
sellcres de Rarcelona , de toda la nobleza y pueblo, á la
Tan soberanamente favorecido san Pedro Nolasco, con Iglesia catedral, donde estaban ya convocados por el rey
lo que con sus propios ojos vió y oyó con sus oidos, per- lodos los prelados eclesiásticos , así los de afuera como de
severó hasta el amanecer en fervorosa oración, meditando dentro la ciudad, y todos los grandes del reino, y entre
y contemplando tan celestial favor. Amanecido el dia, con ellos el ilustrísimo señor don Berengai io Palnciolo , obispo
presuroso cuidado fué en busca de su confesor san Rai- d é l a ilustre ciudad de Barcelona, vestido de pontifical,
mundo de Pefíaíort, para darle cuenta de la admirable v i - para celebrar el oficio divino , que comenzándole y dicho
sión. Hallado y postrado á su pies, apenas empezó á ma- el evangelio, subió san Raimundo de Peñafort al pulpito,
nifestar la celestial visión, y el precepto divino de fundar y con fervoroso espíritu de la celestial visión inflamado.
IA n. SETIEMBRE. 95
realzaiitlo los favores de la Ueiua de los ángeles María san- on'ünces la católica Iglesia, para alcanzar la confirmación.
lisima cotí relevatile, pia y sania [londeracion manifesló Admitió gustoso san llaimundo de Peñaforl la comisión,
para mayor gloria de Dios y Ú& su Pantisima Madre, la como quien sabia cuán agradable era á Dios y á María
celeslial revelación de aquellos tres lan fidelísimos tesligos santísima; y lomadas las instrucciones y poderes del r e y ,
aprobada, que oida del pueblo, fué lanío el gozo y alegría se encaminó para el romano pontífice, que llegado y pos-
que infundió en los pios corazones, no pudiendo conle- trado á sus pies, haciéndole primero relación de la a d m i -
nerse, oyendo con sus oidos lo que aquellos dichosos rable aparición y descensión de María santísima, le pre-
varones vieron con sus ojos, aclamando lodos tan prodi- sentó la súplica del rey, en que pedia la confirmación de
gioso milagro, con pias voces alababan las piadosísimas la nueva religión : la cual liberal y benignamente con-
enlraflas de María santísima. cedió la santidad de Gregorio IX, después de pasados doce
Concluido el sermón, bajó el rey de su solio, vestido años de la fundación de la dicha real religión de nuestra Se-
con sus reales vestidos, y con la corona de oro en su ca- ñora, de la Merced, Redención de cautivos, á lacual decoró
beza, y llevando al un lado á su confesor san Raimundo también el dicho pontífice con muchas gracias y plenarias
de l'eiiafort, y al otro á san Pedro Nolasco, acompañándo- indulgencias, á quien han imitado casi todos sus sucose-
le los conselleres de Barcelona y muchos grandes, se fué res, enriqueciendo con muchos privilegios y gracias á
al aliar donde celebraba el obispo la misa, y estando en tan realzado instituto de caridad. Y para que del bentíficio
su presencia, le dijo estas palabras: Es nuestra voluntad de tan realzado inslituto se den á Dios y á la Reina de los
cumplir el precepto divino, y la voluntad de la purísima ángeles las debidas gracias, la santidad del papa Paulo V
Ueina de los ángeles, María santísima, según nos ha r e - instituyó la fiesta de la Descensión ó Aparición de la siem-
velado y manifestado, en instituir y fundar una sagrada pre inmaculada Virgen María, para que se celebrase en
y militar religión para que los religiosos de ella se em- toda la religión, en la dominica mas cercana á las calen-
pleen en redimir cautivos, aunque sea con dispendio de su das de agosto, como don dado del cielo: y la santidad del
propia vida y libertad ; y el primer religioso y redentor papa Inocencio X aumentó el culto de la festividad, c o n -
será nuestro amigo y compañero Pedro de Nolasco, á cediendo para el rezo oración y lecciones propias en el se-
quien la Reina du los ángeles eligió como piedra funda- gundo nocturno, estendiendo su rezo en lodos los reinos,
mental de esla grande obra de caridad. A vos, pues, r e - dominios y provincias sujetas al católico rey de las Espafias
verendo padre, pido que pongáis en ejecución este divino Carlos 11, y después la santidad de Inocencio X I I á toda la
preceploy voluntad de María santísima. Oida la petición Iglesia católica, mandando que en adelante se ponga en
*le] ínclito rey, el obispo y el mismo rey, viendo j u n t a - el calendario romano el elogio do la Descensión de Marín
mente y a á sus pies arrodillado á san Pedro Nolasco, y He- santísima, para la fundación del real orden de nuestra Se-
nos de puro gozo sus ojos de l á g r i m a s , asistiéndoles san ñora de la Merced, Redención de cautivos, y se ofetebinc á
Raimundo, le vistieron los I r e s e l candido hábito, que ya los 24 de setiembre, realzando con esto el culto de tan
prevenido le tenia en el modo y forma que aquellos Ires grande festividad : debiéndose lodo al amparo y patrocinio
ínclitos y dichosos varones hablan visto á la Reina de los de la Reina de los ángeles María santísima ; pues ya desdo
ángeles resplandeciente. Vestido el hábito, le puso el rey los principios de su sagrada religión, quiso que en ella flo-
con sus propias manos en el escapulario el escudo de sus reciesen varones en caridad y piedad insignes, que no solo
armas reales, y en medio del escudo fué puesta una cruz se empleasen en distribuir las limosnas recogidas de los
blanca, timbre de la ilustre iglesia catedral de Barcelona, fieles en el rescate de los cautivos, sino que también, de-
en reconocimiento del favor que en ella se recibía, tenien- seosos de ganar almas para Dios, liberalmente se entrega-
do en ella principio esla sagrada y militar religión; de- sen para dar libertad á los que pueden peligrar en la fé,
cretando el rey con su privilegio real, que así san Pedro como muchos lo han hecho, quedando esclavos por dar
Nolasco, como todos sus hijos sucesores, llevasen el dicho libertad al esclavo.
escudo de armas en el pecho, yencomendandosu majestad
SAN GERARDO-, OBISPO Y MÁRTIH.—En Venecia, ciudad
íi dichos señores conselleres de Barcelona la dicha su real
ilustre de Italia, nació Gerardo de la noble familia de los
y militar religión para que perpetuamente la defendie-
Segredos, por los años de 986. Su alma nació ilustrada y
sen, consliluyéndoles protectores de ella.
rodeada de inclinaciones virtuosas, sanias y buenas, con
Viéndose ya san Pedro Nolasco redentor, dió principio que desde luego dió evidentes señales de cuán bien le
á esla sagrada milicia con aquel solemne voto de quedar convenia el nombre (que sin duda le fué puesto por d i v i -
<in rellenes en poder de los turcos, si fuese necesario, por na inspiración) de Gerardo, que en alemán significa « v a -
la libertad de los cautivos cristianos, obligándose á esto ron bueno y virtuoso.» A los cinco años de su edad, r e -
(como se obligan) lodos sus hijos, dejándoles en esle vín- conociendo cuánto habia de adelantarse en ¡as virtudes y
culo de caridad su copiosa herencia. letras, le ofrecieron sus nobles padres al monasterio de San
Instituida y fundada la nueva y real religión de nuestra Jorge, quo era de monges benitos, de cuyo santísimo pa-
Señora de la Merced, Redención de cautivos, admiroa l o - triarca aprendieron esla loable ocupación de criar algunos
dos su maravilloso instituto, y mas cuando tan á sus p r i n - niños, como se vió en Mauro, Plácido, Beda, en el a n g é l i -
cipios y dentro breves años esperimentaron el copioso co doctor santo Tomás, y otros muchos. Cou su buen na-
f|'ulo de su caridad: que visto por el ínclito rey don Jai- tural, y tan santa escuela, salió no ménos santo que doc-
Ule, y por el amor grande que tenia á la religión, de- to. Era tanta su atención á Dios, y su fervorosa devoción á
j a n d o fuese por la santa sede apostólica confirmada, re- su santísima Madre María, sin pecado concebida, que sien-
v i v i ó enviar á san Raimundo de Poñaforl (su confesor y do pequeño en el cuerpo y edad, era grande, y sugelo á
(,(! sim Podro Nolasco) á la ciudad de Perusa, donde ha todas luces consumado en los ojos de Dios y de ios h o m -
hitaba la santidad del papa Gregorio IX, que gobernaba bres. Con estas divinas prendas, llegó á los diez y ocho
9G LA LEYENDA DE ORO. DIA 2 i
años de su edad, cuando por haber muerto su padre, se rico, partió con sus compañeros para Hungría, así por ser
vio obligado á volverse á su casa, para acompañar y con- paso á Palestina, como por gozar de las maravillas de
solar á su madre en su viudez: donde sus méritos y no- Dios, que por medio de san Eslevan, su primer rey, obra-
ble sangre le negociaron una canongía en la catedral de ba en aquella tierra ; pues con celo apostólico desterró la
San Marcos, con cuya aceptación el cabildo y república se idolatría, y plantó el estandarte de la fé en el corazón de
prometieron dichosas felicidades. Pero como Gerardo esta- sus vasallos. Como el santo rey buscaba obreros apostóli-
ba prevenido de la divina gracia, para renunciar el siglo, cos, que le ayudasen á trabajar en su nueva y católica
se hallaba descontento entre sus faustos honores : por lo viña, luego que v i ó á san Gerardo, y conoció sus muchas
cual resolvió abrazar una religión, cuyos empleos lodo letras y santidad, juzgó que el Señor se lo enviaba, y sin
fuese retiro, soledad y aspereza : y auncpic se habia cria- admitir excusas ni razones, despachando á los compañeros
do entre los hijos del gran Benito; con todo deseaba su á Jerusalen, á dar razón de su embajada, hizo lanío para
ánimo encendido saber si hallaría mas aspereza. que se quedase san Gerardo en Hungría, que le puso
Hablan fundado por aquellos tiempos en Yenecia, los guardas para que no se le huyera.
ermitaños ó monges del Carmelo. (Kstos títulos tenian e n - Obedeció Gerardo á la volunlad de Dios, y con su vida
tonces los carmelitas: por lo cual han querido algunos ha- y predicación apostólica ayudó lanío á los intentos del
cer á Gerardo á t la sacratísima familia del gran padre santo rey, que domó del todo los á n i m o s d e l o s h ú n g a r o s , y
san Benito, por ver fué inongt», sin advertir que en aque- de feroces, indómitos, crueles y carniceros lobos, hechos
llos tiempo» habia muchos con este título: también los pa- solo á derramar sangre, los bizo mansos corderos y senci-
dres servitas le han querido hacer de su religión; y no me llas palomas. Para dar firmeza á estas mudanzas (entre
admira, que tan gran santo es muy para que lodos le otras devociones) a y u d ó al santo rey á plantar y estender
quieran por suyo; pero ya el reverendísimo Ferrarlo, en aquel reino la de la Madre de Dios María santísimaSeño-
general de los dichos padres servitas, rendido á la razón, ra nuestra, sin pecado concebida: la cual (como Hijo ver-
por conocer vivió san Gerardo doscientos afios antes que dadero, y criado en la fuente y manantial de su devoción,
su religión tuviese principio, confiesa ser carmelita: pero que es la religión carmelita) tanto la imprimió en sus co-
á unos y otros ha desengañado la autoridad de la Iglesia, razones, que por público edicto mandó el rey que el dia
que se le concede con rezo propio á los padres carmelitas, de la Asunción gloriosa de nuestra Señora fuese en toda
y varios autores de la misma religión, y estraños, que con- Hungría solemnísimo, y lodo el reino la tomase por su
fiesan lo mismo). En el monasterio, pues, que los carme- especialísima patrona, intilulándose «familia de la Y í r -
litas fundaron en Yenecia, dicen algunos que lomó Gerar- g e n . » Era tanta la reverencia con que la nombraban, que
do el hábito: otros, que con deseo de v i s i t a r l a Tierra como los hebreos no se atrevían á pronunciar el nombre
Sania, donde habia muerto su padre, pasó á ella, y allí le de Dios; así ni los húngaros el dulcísimo nombre de María,
vistió. Gastó en la Tierra Sania algunos años, y vi.silando á sino que comunmente le daban el de nuestra S e ñ o r a : »
Jerusalen, y los d e m á s santos lugares, llegó al sagrado y si alguna vez pronunciaban el de « María,» al punto
monte Carmelo, donde fué recibido con mucho amor de to- hincados de rodillas besaban la tierra, en señal de su ve-
dos sus e r m i t a ñ o s : quedóse en íii compañía, divinizándose neración y respeto; y con el mismo, el santo rey le e d i -
cada dia mas en el estado, y pagándoles con ejemplos de ficó un templo suntuosísimo, en que desahogó en parte la
toda perfección los muchos que recibía de sus santos pro- devoción que tenia á su celestial protectora.
fesores. De lan sanio retiro le obligaron á salir las nece-
Yiendo Gerardo el buen estado en que se hallaba aquel
sides públicas.
reino, ansioso de volver á su amada soledad, pidió licencia
Yivian los católicos en Palestina oprimidos, ya do al santo rey : el cual, considerando el gran placer que se
los griegos cismáticos, ya de los bárbaros sarracenos: le hacia, se la dió, y con ella se retiró al yermo de Beel,
y como san Gerardo era por su sangro y santidad lan no lejos de Buda, y en una estrecha celda pasó siete años
famoso y estimado de lodos, determinaron el patriar- en continuos ayunos, penitencias y oraciones, sin dar la
ca de Jerusalcn y otros prelados, que fuese al sumo puerta ú otro que á un ermitaño ó monge, llamado Mau-
ponlíficc, que á la sazón era Benedicto V I H , á pedir r e - ro, que á tiempos le visitaba y asistía; y cuando éste falta-
medio , y su intercesión con los príncipes cristianos, ba, le socorría Dios por ministerio de siervos, como á sti
para que los fuesen á librar de tanta tirana opresión. padre Elias por el de los cuervos. Pasados los siete a ñ o s ,
Abrazó el santo la l e g a c í a , así por no conlraslarlos, juzgó el santo rey Esté van era razón que volviese san Ge-
como porque su caridad habia hecho propias las ajenas rardo á cultivar y regar con su doctrina, lo que ya estaba
calamidades. Por los años de 1021 llegó á Roma, y habló al plantado. Consiguiólo después de muchas instancias, y
pontífice, el cual le remitió (después de haberle recibido para dar mas autoridad á su apostólica predicación y doc-
benignamente) al emperador Uenrico, I de este nombre: trina, le obligó, aunque forzado, á admitir la dignidad de
y para que fuese con mas autoridad, le hizo patriarca de obispo de Canadio, hoy llamada Cañad, ciudad grande y
Antioquía, nó de posesión, sino solo de título; porque los situada á las riberas del rio Morisio. Derramó el Señor tal
griegos no corrían bien con los latinos entonces. Propuso gracia en los labios del santo obispo Gerardo, y puso tal
ron mucha instancia al emperador, así las lágrimas de la eficacia en su lengua, que se llevaba tras sí los pueblos, le
Tierra Santa, como la súplica del pontífice: á que el santo veneraban los fieles, y temían los idólatras. Creciendo con
emperador respondió con buenos deseos, pero se dila- esto el número de los católicos, le fué preciso edificar m u -
taban , por estar ocupado en otras no menos arduas chas iglesias, donde concurriesen á oír la palabra de Dios
empresas. Yiendo la dilación Gerardo, trató de dar la y los divinos oficios. Tuvo el primer lugar entre las de-
vuelta á P a l e s t i n a ; y reducido á su celda, negociar con m á s , una muy suntuosa, que edificó en honra de san Jor-
Dios lo que dificultaban los hombres. Despedido de l i e n - ge mártir, en la ciudad de Canadio, por ser cabeza de su
DIA 2 4 . SETIEMBRE. 97
obispado, la cual doló d sanio rey con amplísimos réditos nm camino por donde habia de pasar el santo, ataron á un
para sustenlo de sus ministros y fábrica. En ella edificó san árbol al carretero y le pusieron medio desnudo como qm;
GiM-ardo una capilla en honra de nuestra Señora, en que le hubiesen azotado. Cuando Gerardo llegó y vió aquel
puso un gran turíbulo ó braserode plata, en el cual con- hombre de aquella forma , de tal manera se compadeció
tinuamenfo estaban dos venerables ancianos echando per- que arrojándose del carretoncillo, hincado de rodillas,
fumes, y quemando aromas en servicio de la sacratísima besaba con tiernas lágrimas al delincuente y ai árbol en
Virgen María, sin pecado concebida: y para mostrar mas que estaba ligado, y pidiéndole perdón, le solicitó la v o -
su estremada devoción á esta Emperatriz soberana de los luntad con muchas d á d i v a s : tan piadoso era como todo
ciclos, y hacerle nuevos y mayores servicios, fué el p r i - esto. Los ralos que las forzosas tareas de PU pastoral m i -
mero que dedicó el día del sábado á su especial culto y nisterio le daban l u g a r , huia la conversación de los po-
vener ación: costumbre que, recibiéndola después algunas blados , y se retiraba al desierto , en cuevas ó ermitas,
iglesias particulares, hoy la vemos en común recibida y que á imitación de las de su sagrado monte Carmelo,habia
venerada de toda la universal Iglesia, que con gusto espe- hecho edificaren diversas partes de su obispado, para
cial le ha consagrado estedia: y para estrenar tan gran que , donde quiera que se hallase, pudiese hurtar algu-
devoción, instituyó que todos los sábados se celebrase una nos ratos para la contemplación y vida carmelita qne tanto
fiesta á nuestra Seftora, con su oficio de nueve lecciones; amaba, y en que se habia gustoso ejercitado. Muchas no-
y hacíase con tanta solemnidad, que igualaba á la de su ches solia pasar atado á un árbol en figura do reo , siendo
g'oriosa Asunción, que es la principal de Hungría. Los de- su pan las l á g r i m a s , y sus vestidos rallos y cilicios.
más dias de la semana, después de vísperas y maitines, la En estos ejercicios de piedad y penitencia , le halló el
visitaba con su cabildo en procesión, y con dulces himnos año de 1038, en que la sacratísima Virgen María, sin
cantaba sus alabanzas. pecado concebida, queriendo pagar á su amado siervo el
Con esto creció tanto Gerardo en la devoción de la V i r - rey Esléban los servicios que le habia hecho, le subió al
gen santísima María , sin pecado concebida , y de suerte cielo , rodeado de coros de ángeles , el mismo dia de su
le poseyó el corazón , que , en oyendo su dulce nombre de Asunción gloriosa, de que habia sido el santo rey singu-
Marta, se derretía en l á g r i m a s : y si algún delincuente ne- larmente devoto. Enterrado en Alba Real con lágrimas y
cesitaba de su favor, en pidiéndoselo en nombre de la aclamaciones debidas á sus m é r i t o s ; habiendo también el
Virgen María , al instante le socorria y se Lacia su procu- p r í n c i p e E m e r i c o , su único h i j o , dejado y trocado el ter-
rador, solicitando sus aumentos. De esta devoción como reno reino por el celeste, no habiendo heredero, pusie-
de fecunda r a i z , nacieron las muchas y excelentes v i r t u - ron en su lugar á Pedro, hijo de una hermana del difunto
des con que adornó su alma , y se acredita mejor que con rey ; pero tan diferente en sus costumbres , que ningunas
las piedras preciosas la mitra de un obispo. El cuidado se veian en él propias de su santo tio. Tan á rienda suelta
y curiosidad en el adorno de los altares, decencia de los di'jó correr el vicio y la crueldad que sin valer cosa alguna
ornamentos , limpieza de las iglesias y buen ejemplo que as santae amonestaciones de Gerardo, dió lugar y motivo
procuraba diesen sus ministros, eran iguales á la devo- para que desconüados de enmienda y remedio , tomasen
ción dicha , y el mismo grado alcanzaron en él todas las sus vasallos por dllima resolución, al tercer aDo de su
d e m á s virtudes. Su caridad con los pobres era tanta , que coronación, echarlo fuera del r e i n o , y dar la corona á un
á iimlacion del Hijo de Dios, q u e , siendo r i c o , se hizo seflor p r i n c i p a l , llamado Abon , cufiado de isan Eatéban:
pobre para enriquecernos; así Gerardo se despojó de sus el cual fué tan vicioso, cruel é inhumano , que en so com-
haberes, é hizo mendigo por gastar con los pobres todo paración Pedro, su antecesor , pareció moderado y v i r -
el precio de sus rentas. Vióse esto bien en una ocasión, tuoso. Supo, ó presumió Abon , que ciertos personajes
q u e , llegando á su casa un pobre leproso, y no teniendo de los nobles desu consejo se carteaban con Pedro el des-
>'(>pa alguna con que poderlo abrigar, lo acostó en su pojado, y trataban de restituirle al reino; y á palos (como
mismo lecho , en que parece excedió á la caridad de san si fueran bestias) los hizo matar á lodos delante PUS ojos.
Martin: pues este santo glorioso partió su capa ; y el Usó esta bárbara crueldad en la cuaresma , y sin reparar
nuestro su cama y ropa toda , con pobre mas asqueroso; en ella quiso ser coronado por rey en la pascua de Re-
s' ya no fué uno mismo el que vistió Martin y abrigó Ge- surrección , seflalando para la función solemne la Iglesia
rardo. Otras veces iba de noche al monte á cortar lefia y canadiense, en que presidia Gerardo. Vino á ella el rey,
traerla sobre sus hombros , asi para ejercitar la humildad rodeado de obispos y de la grandeza del reino: y aunque
y trabajo, como por aliviar de él á los ministros de su convidaron al santo para hacer la ceremonia, no quiso
casa; que es hasta donde puede llegar el colmo de la ca- venir en ello: con que la ejecutaron los d e m á s , haciendo
ndad por a l i v i a r á los inferiores, echarse á cuestas todo interés la lisonja.
el peso del trabajo.
Gerardo, que en mansedumbre era cordero, y en s i m -
Por su mucha flaqueza (causada así de la edad como plicidad paloma con los buenos, hecho contr a la iniquidad
d é l a s pemtcncas grandes que hacia) no podia c a m i n a r á un l e ó n , se subió al púlpito , y lleno de Espíritu Santo,
p i é , y por no usar de caballo y tener comodidad de me- dijo al rey : La observancia de la cuaresma santa, ó rey,
ditar y leer los bbros que escrib¡a para ensenanw dei fué instituida, para que los pecadores alcancen perdón,
p r ó j . m o , usaba de un carretoncillo en sus viajes, ü n a vez y los justos premio. T ú , habiéudola violado con muertes
descuidado ó malicioso el carretero , dejó trastornar el tan injustas, y q u i t á d o m e , con tantos hijos , el nombre
carretón y lastimó grandemente al santo, q u e , divertido de padre ; ni uno ni otro mereces con Dios n i con el
«?n sus l i b r o s , se dejó llevar del primer movimiento y mundo. Y porque no temo tu ira, antes estoy deteriniHado
Candóle castigar. Los que le asistían, como conocían bien á morir luego por la honra de mi Seflor; te hago saber
sas piadosas entrafias, lomaron on atajo; y vueltos al mis- que al tercer afio de ta reinado te h a l l a r á el cuchillo ven-

TOMO I I I .
06 L A L E Y E N D A 1)K ORÍ) DIA 2 Í .
gador, y le quitará la vida y celio, i\nc con fraude y un templo que habia dedicado á sania Sabina , pidiendo
violencia has adquirido. Prosiguió aniuicso (irofe! izando las al S o ñ o r s e apiadase de los fieles y defendiese su causa.
ísedicionos , alborotos y rdajacion de ios oslados qile l i a - Consolóle el Señiir con la ceroanu posesión de su corona:
liian de causar ios pecados y las armas de loda llnni:na: y queriendo por la mañana decir misa, después de reves-
dejó pasmados -á los oycnles, y lan coníuso al rey , que, tido les dijo a sus comparioros, como aquel dia habian de
disimulando la colora y odio que contra el santo concibió ser martirizados, excepto el obispo Róñela , que era uno
por temer algún alljorolo, dejo para mejor tiempo ta ven- de los tres que le a c o m p a ñ a b a n . Pregunlándole cómo sa-
ganza, l'ero mucho'ántcs dispuso el ciclo su caMigo y de- bia uno y otro suceso , respondió: En esta noche, herma-
sastrada muerte, en cumplimiento de la profecía del sanio, nos , he visto á Cristo nuestro Señor , que, presidiendo en
con cuja muelle volvió l'odro á la corona; pero como j a - el templo de su Madre, nos daba á lodos la sacratísima
m á s vuelve á su juicio entero el que muebo tiempo t u é eucaristía, y el cáliz de su sangro, excepto á Üonela; quizá
loco, así Pedro fué peor cada dia. porque ha de huir el martirio. Animáronse con esto los
Por esto tiempo un valeroso soldado francés, natural de d e m á s : dispusiéronse para la muerte : y habiéndose con-
Limoges, llamado Guido do Makfajda , luvo tan familiar fosado y cetebrado su misa con gran devoción, salieron á
irato-y amistad con Gerardo, que , alicionado á su santo buscar y abrazar la muorle. Caminaron hacia el Danubio,
hábito-, resolvió vender su liaciemla, y pasando al monte para encontrar al ejército , y saludar á sus reyes. Iba san
Carmelo, quedarsecen los hijos de la Virgen María , Sin Geranio en su c a r r e t ó n , consumido de las asperezas; pero
pecado concebida, lisiando en este santo propósito, luvo mas animoso qne lodos. Llegaron al rio ; y ánles de pa-
una visión celestial,- en que le mandaba se volviese á su sarle, les salió al encuentro una manga de aquellos hom-
tierra. Consultóla con san Gerardo : el cual le continuó en bres malditos, cuyo capitán era Yala , el primero que,
]o mismo por haber tenido otro aviso del cielo la misma apostatando d é l a f ó , se habia vuelto á la falsa adoración
noche; y ailadió, que vuelto á su tierra se casase, porque de sus dioses. Viendo á los obispos, mandó que á pe-
no le quería el Señor para religios;), sino para ser padre dradas los matasen ; y así lo ejecutaron, con que lodos
d e d o s lumbreras fulgentísimas, que hablan de ilustrar murieron, ménos el obispo Renela, que por ruegos so
lodo el Oriente. El efecto mostró bien la verdad del espí- escapó.
ritu profetico de Geraulo; pues casado Guido tuvo hos h i - Conlra san Gerardo se embraveció mas la impía c o m -
jos sanlisimos, Ademaro y san Bertoldo, que el uno fue pañía: y como la cólera (y mas la impiedad) es especm
por legado á la conquista de la Tierra Santa , y el otro do locura, como locos le tiraban piedras ; pero al santo
fué el primer gcueral de la religión de Muestra Señora del adargado con la sefial de la cruz, no le Ufaban; porque
Cármen , en el gobierno latino. ánles de llegar á herirle, se quedaban su-ponsí¡s en el a i -
Luciendo Gerardo con estos profetices rcfplandorcs, y ro. Hincóse entonces do rodillas, y como otro san E s t é -
oíros innumerables milagros, llegó al término dosusdias van, pidió perdón para sus mismos enemigos: los cuales
t n q u e , queriendo el Señor premiarle con la corona del mas irritados, asiendo del carretón y atando al santo de
martirio , lo dispuso en esta forma. Restituido el rey Pe- su limón i) pértiga, lo llevaron arrastrando á lo alto do
dro á su trono, el año de 1043, haciendo capricho la obs- unas peñas, y desdo allí lo arrojaron por enlre sus quie-
tinación , aumonló sus desafueros y elucidados, sin que el bras, cuchillos y agudas puntas, para qao muriese no solo
saníd obispo con sus amonostaciones pudiese refrenar sus uña vez sino muchas, siendo divididas y despedazadas sus
arrojas. Los hüngarcis, viéndose cada dia mas oprimidos, carnes. Los soldados que ahajo le esperaban, llegando á
ofrecieron la corona á dos hermanos, Andres y f.evaía, él, y notando que aun le palpitaba el corazón, se lo atra-
qne íirtnqtio oran de nación r é j a n o s , teman muclu s ami- vesaron cbñ una lanza, y arrojando de nuevo al santo
g«fcy-andaban desterrados desde la coronación de Pedro: cuerpo é n t r e l a s peñas, que lamia el Danubio con la lengua
i\ Cflos ofrecieron la corona que los desafueros y liraníaá de sus cristales, Ic estrellaron Ps sesos en una de ellas: y
de I'edro habinn jiisíaruenle pei dkló y desmerecido: tales aunque el rio por espacio de siete- aftos la l a v ó , no piído
fi-utos coge un gobierno tirano y cruel. Diérohles la'enlra-* borrar la sangro. Así acabó gloriosamente el divino Ge-
da aJ reino, con pació y condición que bnbian de extin- rardo, á quién los autores llaman apóstol y protomárlir de
guir de él loda la religión calólica. Ofreciéronlo así los dos Hungría: cuyos títulos se mereció por ser oí padre espiri-
hermanos, y con tal mal principio dieron posesión á su tual de aquel ^eino, al que honró con sus milagros y p r o -
esperanza, y comenzó la turbación grande que habia pro- fecías, y con tan ilustre triunfo garió la palma de mártir,
fetizado san Gerardo, tan desaforada , que habiendo y alentó áotros infinitos á ganarla. Fué su martirio el año
in,uerto al rey lo primero , á porfía los rebeldes á H Igle- de t 0 í 7 á los l i do seliembre, Y como amaba tanto aquol
sia ,' basta entonces reprimidos y disimulados, procura- reino, sin duda alcanzó de Dios su reducción á l a f é ; pues
han destruirla santa fé. Degollaban los sacerdotes, mar- á poco tiempo la volvieron á abrazar los húngaros con
lirizaban los mongos, profanaban los templos, levantaban gran fervor y linoza : con que tuvieron comodidad los ca-
ídolos ; y ol mayor delito era no ser delincuentes. Tenien- nónigos de Canudio de llevar las reliquias de su santo pre-
do ya sojuzgado todo el reino; con gran lástima de los lado, que hallaron después de sirle años de su martirio,
católicos , quisieron los huevos reyes coronarse en linda, lan frescas y Olorosas, como el dia que lo padeció: d i é -
que ora ia cói te ( aunque Surio aliníia que en Alba Rea!) ronlo en su catedral honorfíieo depósito, y en el lugar
en aquol UempÓ. ' -" ' ' . StnODfilKip'¿ ««}-::,. . i . y SbtíéQ fué martirizado, rdiíicaron una iglesia con nombre
del mismo santo. El año de TOTlt, reinando Ladislao í en
y>á\\ Gerardo , acompañado de otro- tres obispos y el
Hungría, y siémlo pmUíñce Gregoi ió V U , se hizo en aquel
prnteipe de Albania ,. que, se hallaba en Hungría , salió íi
reino un concilio, y en él se delWrtíinó fuesen tenidos por
recibir á los nuevos principes. Hicieron noche en on pue-
«antós mártires los qne ríiarimTñ en la persecución réfe-
blo ihtmydo Glodiú ; y sr.n Gorardó 1* p1:-ó'i3ii Wfttion W
niA I k SETIIüMBRií. 01)
rida : y eníoaeót fué devado el ciiwpo de san Gerardo, SAN I l f STICO, omsro T coM"i;son.—Fué nalm-al d d t e r r i -
Hevándole on hombros d rey Ladislao y otros pnnciiu's. torio de Auvernia. Entró en el estado eclesiástico, y era
Después d año de 1400 fué trasladado á Yenecia, su p a - sacerdote y párroco de una aldea de la diócesis de su pa-
tria, y cslá on la iglesia de Sania María de Murano. y lioy tria, cu;;ndo por muerte de san Venerando quedó vacante
San Donato, donde es freiMienlado de los lides, que expe- la silla episcopal de la misma ciudad. Reunido el clero y
rimentan sn patrocinio y favores en inniimerables m i l a - el pueblo para suplicar al Señor les indicare una persona
gros, con que es Dios glorioso y admirable en (Ifírardo, que fuese según su corazón y capaz de dirigirlos por la
como en sus santos todos. La vida de san Gerardo escri- senda de la virtud, Dios manifestó su voluntad de ( \ m
bieron varios autores, como son: uno antiguo, anónimo; fuese Rústico d nuevo obispo. Consagrado en seguida, á
Surio, tomo v y tomo v i , i n Vila s a n r ü Stoptiani, f t í / i í t pesar de sn resistencia á cargar con tan gran peso, fué
Bonfin., Verebiis U m f i n r . , dec. 1, ¡ib. v. c 2 ; Trilem., De d santo un modelo de pastores y un ejemplar de toda»
v i r . H k m k o r d i n . S. Bened., l i b . n i , c a p . 2;M); Arnaldo las virtudes, y murió santamente, á mediados del siglo Y.
Wion, bi'lga, i n [.igno v i l w ; pedro de Natalihus. l i b . m ,
SAN GEREM.VRO, ARAD.— Ilustre vastago de una noble y
cap. 4 5 ; Pedro l*remonstra(eusc en su Crónica, d cual, antigua familia, nació este santo en el territorio-do Beau-
con los siguientes, afirma sercarmelha ; el ütistrísimo Ye- vais. Recibió esmerada educación, y salió de ella formado
pes, i n V i l . S. Teres.; Laurencio Heyerlinch, i n T l m l . v i t .
en ciencias y piedad. Sus felices disposiciones le distin-
w n c r a b . r e l i g i o . ; Nicolao Manerbio, nt K a h v d a r . s a n c l o r . :
guieron entre todos los jóvenes, y fué empleado en la
Tjófilo Ilaynaudo, ])e s c a p u i , 1 p a r t . , cap. í , § . 3; José
córte d d rey Dagoberto l . Contrajo matrimonio con una
Andrés, i n Dscor. c a r m e U U m . , i m m . 3 t l ; Lezana en sus
mujer digan de él por sus bellas cualidades y por sus
Anales, tom. n i , d cual cita muchof! otros autores, así car-virtudes, de cuya unión tuvo un hijo y dos hijas quft
nielilas, como exlraOos; d Martirologio romano, y H;i- han dado gloria á la Iglesia. Geremaro liizo edificar un
ronio en sus anotaciones, y en d tom. w de sus Anales, monasterio, que se pobló en seguida de santos solitarios,
año 1042 y 1 0 í 7 . y él disgustado cada dia mas de los peligros d d mundo,
1 LOS SASTOS EODOQUIO, PUESBÍTEHO, TlRSO, DIÁCONO, V FÉ- se retiró de la córte con permiso del rey Clodoveo I I y de
LIX, MÁRTiaBS.—Instruidos estos santos por san I'olicarpo, su esposa, y entró en d monasterio de Peni ala para recibir
obispo de Ksmirna, fvmm enviados á las Galias para pre- d hábik) y la tonsura clerical. Habiendo llegado á ser
dicar la religión de Jesucristo. Predicaron pues el Kvan- abad de aquella casa, fué un modelo de virtud para todo»
gelio algunos años en muchas provinoias, y fundaron m u - sus hermanos, pero su regularidad en la observancia do
idlas iglesi.is en rrancia. Como llegasen al terriiorio de la disciplina le suscitó algunos enemigos que llegaron h
Autnn á últimos d d siglo segundo, fueron presos, y des- formar el proyecto de quitarle la vida. Dios, p o r u ñ a pro-
pucs de habiu-sido azotados, les colgaron á uros palos, tección especid, le salvó de aquel peligro, y d santo so
aladas las manos á las espaldas. Después les cebaron al retiró entonces á una gruta poco distante d d monasterio,
fuego, y como no recibiesen daño alguno, les taladraron en cuya mansión continuó sns ejercicios y h s santas aus-
la garganta con varillas, y asi alcanzaron la palma d d teridades de la penitencia. Algún tiempo después, a n i e -
martirio en Aulnn. gos de san Ouen, consintió en recibir las sagradas órdenes,
SoUI P VFMOO, Y SIS COMP '.MÍUOS, MÁUTIIIKS.— San Paf- y fué hecho sacerdote. Distribuyó cuantos bienes le que-
nucio vivin solitario en los desiertos de Kgiplo, después de daban, entre los pobres; fundó otros dos monasterios, y
liaber despreciado las mas brillantes seducciones del m u n - murió en paz él dift 24 de setiembre d d año 638, siendo
do, y dado á l o s pobres cuanto poseia. Sabiendo que pren- alesliiiuíida sn santidad por muchos milagros. Sus r e l i -
dían á muchos cristianos y que oran espanlosamente afor- quias se conservan en la catedral de íteanvais, de cuya
itientados por los gentiles, movido por divina inspiración, ciudad es patrón.
se presentó un dia al gobernador de Egipto, declarándole EL BEATO DAIMACIO MO\>T.R , coNFESon.—Fué natural d©
que él profesaba la religión cristiana y reprendiéndole la Santa Coloma de Parnés, en el obispado de Gerona: su
cruel conducta que observaba con los fieles. Tan gloriosa padre fué labrador y muy hacendado, y su madre des-
y abierta confesión atrajo sobre la cabeza d d santo todas cendía de un linaje ennoblecido en la profesión de fas ar-
las iras d d gobernador. Por su órden fué cargado de pe- mas. Cuando tuvo la edad suficiente, fué enviado á G-ero-
sadas cadenas, y atormentado p o r largo tiempo en el po- na á e s t m i i a r ; y d e s p u é s p a s ó á Mompeller, donde á la
tro, .y habiendo sanado milagrosamente de sus heridas, sazón florecían las ciencias, y allí aprovechó muy bien d
lo enviaron en compafua de otros muchos cristianos al tiempo en el estiulio y la devoción. Siendo de veinte y dos
emperador Diodeciano para que decidiese de su suerte. afios de edad, volvió á Gerona, y á los veinte y tres tomó
En efecto, llegados á la presencia d d tirano y renovada d hábito de Santo Domingo en la misma ciudad. Fué tal
su primera confesión, fueron condenados á ser degollados. su humildad, que nunca quiso meterse cu ningim negocio
Pafnucio murió clavado en una palma, y los demás cris- terreno, aunque solo rogasen personas calificadas, como
tianos, en número de quinientos cuarenta y siete, le le Micedió con don Podro, hijo del rey de Aragón, y otras;
acompañaron en el triunfo y consiguieron con él la corona y fue tan casto, que nunca quiso hablar con mujer n i n g u -
del martirio. na, á no mandárselo sus superiores; y entonces lo hacia
Ei. TRIOPO OE CÜABEMTAL Y JTOEVÍ S.LMOS MÁRTIRES.— con gran recato, sin poner siquiera los ojos en sn rostro,
Después d d martirio de santa Eufemia, cuya vida hemos conservando de este modo la gracia bautismal Tuvo ignal-
puesto en d dia iC> de este mes, fueron estos snntos con- menle en grado heroico las demás virtudes. Pasó á la Pro-
dcuados á las fieras en Calcedonia; pero habiendo sido vrn/a con el fin de visitar la cueva donde hizo penitencia
milagrosamente preservados, por íin los degollaron, r e i - sania María magdalena, haciéndola también el, hasta (pie
nando el emperador Diodeciano. por graves causas tuvo que r e g r e s a r á Gerona; y á poco
100 U L E Y K ! \ D A DE ORO. DIA 25.
obtuvo licencia de sus superiores para balitar una cueva min sepultado honoríficamente por Fausliniano, senador,
h ú m e d a y malsana, abierta en una roca que liabia en el padre de san Firmio, obispo de Amiens, llamado así por
convenio, donde permaneció ejorcilándose en todas las el santo obispo y mártir Fermin, que los habia convertido
virtudes, p a i i i c u b i mente en la contemplación de las cosas y bautizado á ambos.
celestiales, y en ayunos y vigilias, y favoreciéndole Dios Hubo en el suceso de tiempo muchos santos obispos de
con frecuentes éxtasis y con el don de profecía; hasta que Amiens, que desearon ver las sagradas reliquias del glo-
entregó su espíritu á su Criador, á los t i de. setiembre rioso mártir san Fermin, por constarlos la gran fama de
del afio 134!, contando cincuenta años de edad, habiendo milagros y prodigios innumerables que Dios habia obrado
imles recibido los santos sacramentos, y tenido una espe- por su intercesión desde el dia y hora de su glorioso mar-
cial revelación de que sus pecados estaban perdonados. tirio, y en el tiempo de él, no siendo el de ménos cuenta,
Muchos fueron los milagros que hizo en vida, é infinitos el babor del lodo quedado aquella ciudad y provincia r e -
los que ha obrado después de su muerto, experimentando ducida á la ley evangélica: pero ninguno pudo conseguir
10 poderosa intercesión cuantos le han invocado con fé tal dicha, hasta que pasados casi quinientos años, siendo
viva en sus necesidades: en vista de cuyos prodigios de- obispo de dicha ciudad el bendito san Salvio, sabiendo
terminaron los religiosos de su convento trasladarle con por ciertas noticias, que el glorioso cuerpo del santo már-f
gran pompa h otro sepulcro mas honorífico levantado en tir y español esclarecido habia sido sepultado en una i g l e -
una capilla que se le eligió, á los 3 de setiembre del afio sia de la bienaventurada siempre Virgen María, sin peca-
1613. Véase Ja Ilistoi ia general de los santos de Catalufia, do concebida, edificada por san Firmio obispo, hijo de
esci iia por el P. Fr. Antonio Domencí h , de la órden de Faustiniano, que ya dijimoi fué bautizado con su padre por
Predicadores. él. Quien mas ardientes deseos tuvo de ver y venerar dichas
reliquias, fué este santo obispo Salvio; poro ignoraba el l u -
gar donde estaban sepultadas, si bien sabia la iglesia.
DIA 21)
Hizo á Dios súplicas, oraciones y ruegos: derramó copio-
sas lágrimas, y animoso convocó un dia todo el pueblo:
SAN FEBMIN, OBISPO Y SIÁRTIH.—Fermin, á quien oíros
celebró un solemnísimo oficio ; hizo un sermón admirable,
llaman Firmio, fné natural de Pamplona de Navarra: su
lodo on honor del invicto m á r t i r , cuyo cuerpo buscaba,
padre se llamó Firmo, ilustro, sonador y muy poderoso:
al fin del cual publicó un ayuno general do tres dias con-
crióle con el cuidado que á su lustre se debia: conque sa-
tinuos; y pidió y exhortó á todos hiciesen continua ora-
lió docto y virtuoso. Por sus méritos y virtudes llegó á ser
ción, y súplicas á nuestro Seflor, para que su divina Ma-
obispo de su misma ciudad. Ardia en su corazón el deseo
jestad se dignase revelarle el lugar del sepulcro del santo.
de la dilatación de la fé y salvación de las almas: por lo
Perseveró el santo prelado asistido de todo el pueblo, lodos
cual, predicando apostólicamente, pasó á Francia, y en
los tres dias en el templo en perpetuo ayuno, oración y
aquella parle de ella, que llaman la Galia Lugduncnse,
lágrimas. Al dia tercero, al rayar el alba, levantó el santo
fijó su espíritu mas encendidas flechas, predicando y re-
prelado humildemente los ojos al cielo, y (¡ó poderoso y
duciendo los pueblos andegavenses, cuya principal ciudad
misoricordioso Dios, que nunca desechas la oración del h u -
se llama ea la lengua vulgar francesa, Augevins : aquí pre-
milde ! ) , vió como que salla un rayo de sol de la eminen-
dicó un año y tres meses, y convirtió infinitas almas. De
cia do un levantado Irono, y queresplandocia sobremanera
aquí pasó á Bolvaco, ciudad en la misma provincia, donde
admirable, en la parte donde estaba sepultado el cuerpo
fué preso por Valerio, presidente de la misma ciudad i el
del divino español. Dió infinitas gracias á Dios, y con temor
cual le hizo azotar cruelmenlé varias veces, y después que
y reverencia trémula so llegó, y lomando un azadón, co-
lo juzgó ya muerto de los azotes, lo hizo volver á la c á r -
menzó á cavar en aquella parle que señalaba el divino rayo;
cel, donde, si no moría, le acabase de quitar la vida Ser-
y al instante salió un olor tan precioso, suave y vehemente,
gio, sucesor suyo. Pero el pueblo lo sacó violenlamenle de
como si hubiesen esparcido por la iglesia cuantas aromas
la c á r c e l ; con que volvió de nuevo á predicar, y convirtió
cria la Feliz Arabia, y cuantos sábeos perfumes ha descu-
y bautizó á todos los moradores de aquella ciudad, y fa-
bierto la industria humana, como si allí de repente se hubie-
bricó en ella muchas iglesias.
sen trasplantado todos los hibleos prados y campos elisios,
De aquí pasó á la ciudad de Ambiano, vulgarmente lla-
creciendo mas las fragancias, cuanto mas la azada se iba
mada Amiens, en la misma proviieia, donde en cuarenta
acercando al santo cuerpo. A lanto estremo llegó, que so
dias convirtió tres m i l hombres á la fé de Jesucristo. Pre-
esparció el olor y fragancia, no solo por h iglesia y c i u -
sidian on osla ciudad Longinos y Sebastian, crueles lii-a-
dad, sino también por toda la provincia y ciudades c i r -
nos , los cuales prendieron al glorioso obispo é invicto
cunvecinas ; de tal suerte, que todos confesaban á una voz
espafl¡)l Fermin, y temiendo no se lo quitase el pueblo do
después, que juzgaban en aquella hora hallarse todos en
entre las manos, como hablan hecho los de Bolvaco, lo
el paraíso ; y así imánimos y conformes, arrebatados do
degollaron en la c á r c e l : con que acabó gloriosamonle,
¡a suavidad del olor, é inspirados del Espíritu Santo, deja-
dando la vida por la fé do Jesucristo, que tanto habia d i -
ron sus casas, y cantando himnos y salmos con velas e n -
latado, recibiendo triunfante la corona del martirio, y
cendidas en las manos, vinieron á Amiens todas las ciuda-
•iiondo su alma santa presentada por manos de ángeles on
des circunvecinas á celebrar la invención y traslación do
las de su Criador. Fué su martirio á los 2S do setiembre,
tan sagradas reliquias, donde merecieron ver prodigios
por los años del Scflor do 303. Los de Bolvaco, deseosos
inenarrables, y j a m á s oidos de otro algiin santo; porque
de vengar la muerte de su apóstol y padre espiritual, q u i -
al instante que se descubrió el santo cuerpo, siendo en el
taron la vida al tirano Sebastian, y lo mismo hubieran
rigor del invierno y por enero, cuando todo estaba cubier-
hecho con su compaRero, si le hubiesen podido haber á
to de nieve, hielo y frió, todo árido y seco, comenzó á ha-
las manos. Fue el glorioso cuerpo del invicto mártir Fer-
DIA 2o SKTlExMBRE. 101
orr VM<¿vancalor, tfm cuantos estaban presentes, juzga- cia de los antiguos, ó porque en aquel nobilísimo princi-
ban que sin duda ei inundóse abrasaba, el cual calor per- pado, aun boy se estila, el no tener, ni usar regularmente
luaneció por espacio de tres horas. las mujeres de otro apellido, que el del v a r ó n : notable,
Levantaron el sagrado cuerpo en sus hombros, el santo aunque ejemplar demostración de la reverencia y del res-
o!)¡s|)o y clero: comenzóse una solemne procesión, y la pelo á las leyes do aquel sagrado estado, cuya unión solo
multilud de la gente lendian sus vestiduras por tierra, y puede darse á entender en términos de identidad. ) ivian
clamaban como los hebreos en la entrada de Cristo en Je- en ella los ilustres padres de nuestra santa, atentos á las
rusalen el domingo de Ramos : Hosanna i n excelsis: y de obligaciones de su estado; pero como los bienes de esta
repente vieron lodos los árboles florecer, y despedir tal vida no se dejan gozar sin la pensión de algún disgusto,
fragancia, como si fuese por la primavera, y estuviesen padecieron mucho tiempo estos nobles casados el de ver-
ya cercanos á sazonar sin frutos. Las ramas mas eminen- se sin sucesión. Afligía notablemente este desconsuelo á
tes de los árboles y sus pimpollos se vistieron, no solo de los padres de nuestra santa, y no ménos á los abuelos;
hoja y flor, sino es también de fruto, y todas se inclinaban que en el ocaso de la vejez deseaban en su casa con mas
á la parte por donde pasaba el sacratísimo cuerpo, ha- impaciencia el fruto de la posteridad. Por esto, acudien-
ciéndole acalamienlo y debida reverencia; y la multitud, do como acostumbraban á Dios, no dejaban ni omitían me-
confusa y admirada, cortaba ramos floridos y frucliferos dio alguno de aquellos con que su divina Majestad acos-
de los árboles, y con devoción y alegría los esparcía por tumbra dejarse obligar: acudían á los monasterios, ins-
tierra. Todos los campos y prados circunvecinos á la c i u - tando á los ministros de Dios, mas seflalados en modestia
dad de Amiens, al mismo instante se vieron verdes, ame- y ejemplo, para que en sus oraciones y sanios sacriíicios,
nos y floridos, llenos de azucenas, claveles, rosas, y cuan- lomasen á su cuenta el buen despacho de su causa.
tas flores ó yerbas hay odoríferas y hermosas. Cuanlos Ilesplandecia entonces con raras luces de santidad el
enfermos (que fueron inlimlos) concmrieron de varias en- gran padre y patr iarca san Pedro Nolasco, fundador g l o -
fermedades, tomaron de aquellas flores : las rompían y rioso del sagrado y real órden de nuestra Señora de la
esparcían por tierra, y quedaban sanos y buenos, como si Merced, Bedencion de cautivos. Amaba el santo tiernamen-
jamas hubiesen tenido mal alguno, siguiéndose á estos oíros te á los padres de santa María, por lo mucho que ellos
mmimeiables prodigios. Esta invención y translación se mosiraban amar á Dios con las frecuentes y copiosas l i -
celebró en la octava de la Epifanía : la cual me ha parecido mosnas que empleaban por su mano en la redención de los
escribir, por ser tan admirable, gloriosa y llena de prodi- cristianos cautivos, á cuyo piadoso y escelenle ministerio
gios, que dudo se halle alguna otra semejante, de cuantos habían con religiosa y cristiana piedad dedicado también,
SMMM y santas tiene la Iglesia de Dios Celébrala la Igle- á falta de sucesión, sa numerosa hacienda, no contentos
sia de Amiens con toda solemnidad, y la Iglesia y cimlad con tan repetidos subsidios. A aqueste, pues, varón s a n t í -
m Pamplona le celebran y tienen por patrón, como á hijo simo, eran mas frecuentes las instancias: á que corres-
suyo y su obispo, hallándose hoy en dicha ciudad en pié pondia el santo con dar esperanzas muy benignas, hasta
la casa en que nació, que lo fué de sus padres, y ha sido que un día la noble señora con devota resolución fué á
de sus sucesores, en que han sucedido y sucedieron pro- buscarle, y echándose á sus piés, se los regó con l á g r i m a s ,
digios desde sus nifteces, que dejo por no dilatai mo dema- afiadiendo no se levanlaria de ellos hasta que la prometie-
siado. Escribieron la vida de este glorioso márlir y español se de parle de Dios, el logro d e s ú s justos deseos. Prome-
invicto, líeda ; Usuardo; Adon; Pedro de Nalalihus, i n C a - tiólo, en lin, san Pedro Nolasco, y cumpliólo Dios ; porque
ihalogo s a n c l . > l i b . v m , c a p . 1 1 9 ; T r u j i l l o i n T h m m r o á breves días reconoció dona María, en las seflas de su
c o n c i o m t o r u m , tom. n ; Morales i n C h m ú f . H i s p a n . , lib. ix, p r e ñ a d o , la .elicacia de aquellas oraciones. Dió gracias á
<'<')> ' i ; el Martirologio romano, y líaronio en sus Ano- Dios, y á su grande abogado Nolasco por el beneficio; y
taciones, y en el lomo n de sus Anales, ano 303, nume- cumplido el tiempo, se llegó el dia del nacimiento feliz de
ro 1 3 0 ; y lo que referimos de su invención y translación uueslra santa, que fué el 1.0 de diciembre del aíío de 1230.
gloriosa, lo trae Vinccncio Burgundio Bidovacense i n Spe- Indecible fué el regocijo de los padres, deudos y familia
r u l o m a j o r i , l o m . i v , l i b . x v i , ca^. 9 1 . loda con este nacimiento; porque en los resplandores pro-
digiosos, y extraordinaria serenidad, con que se notaba
SANTA MAIU'A DE CEIIVELUW (VULGO tm Socos), VÍJUÍHN.—
ya aquel recien rosti ó, pronoslrcaban todos en sus corazo-
Santa María de Cervellon, á quien la piadosa gratilud de
nes cuánto había aquella niña de ilustrar á su casa. Bauti-
sus favorecidos seftaló con el nombre « d e Socos» (voz
záronla en la insigne parroquia de Santa María del Mar;
catalana, que en nuestro castellano suena «socorro,» por
pusiéronla por nombre María, en honor de esta santísima
el pronto y benigno que en ella y sus méritos hallaron, y
Señora : crióla su madre con el cuidado que correspondía
hallan siempre los navegantes, y del cual también noso-
á tan amable prenda, no liándola de ajenos pechos. Cre-
tros usaremos en adelante, estimando por mas conforme á
ció la nina, y crecieron al parecer con ella, y por ios m i s -
su piedad, el darla ó conocer por el apellido de sus lu-no-
mos pasos de la naturaleza, la gracia y la hermosura.
lirins , nació en la ínclita y nobilísima ciudad de Barcelo-
Aprendió con felicidad y facilidad indecible la doctrina
na, cabeza y metrópoli secular del principado de Catalu-
cristiana, y rudimentos de la fe y de la religión. Guslaba
ña, [•nerón los padres de nuestra santa, el nobilísimo ca-
de oírlos repetir á su madre, y entrañábalas con aféelo,
ballero don Bernardo Guillen de Cervellon, hijo segun-
mayor que sus anos, en aquel dócil y bien dispuesto cora-
do de don Guillen de Cervellon, sefior de los castillos y
zón. Aborrecía las travesuras: amaba la quietud y la de-
higares de Cervellon, de Vilamager, de Roqueta, Mirailc!;,
voción; y pedía con prudente simplicidad, « q u e la dije-
Gélida y otros; y doña María, su consorte, de cuyo ape-
sen muchas cosas de Dios. » Kmpezóse á señalar en la ca-
llido, aunque suponérnosla calidad, no hemos podido ras-
ridad con los pobres, dolíanlo sus miserias, compadecínse
trear la certeza, ó sea habérnosla uegado la poca diligen-
102 LA LEYENDA DE ORO. DIA 25.
dtí sus necesidades;; y la que aun no conocía el uso de las Queríale el Señor hablar á lo intimo de su corazón, y
riquezas, ya quisiera con sania codicia tener nmclrjs, para para eso, según su estilo, la llamaba á una retirada y
ponerlas lodas en manos de aquellos, á quienes suave y espiritual soledad. Empezó á darse con toda aplicación á
oculta íuerza la obligaba á entregar su corazón; pero e n - la lección de libros sanios : leia cuanlos podia haber á las
tre lodas las que mas le movian, eran las ralamidadcs manos, pero gustaba singularmente de leer y admirar las
que oia decir padecían los cristianos cautivos en las maz- vidas de los santos : emendíase con. una emulación sania
morras de los-sarracenos. y generosa , en varios deseos de la imilacion de aquellas
Apenas pasaba do cinco afios, cuando llegó á Barcelo- obras que leia; y pasando á la ejecución desde el deseo,
na una redención de ciento noventa y dos caulivos, con- uo observaba virtud ni acción proporciunada con su es-
ducidos de su redentor san Pedro Nolasco : el cual, por el tado ó con su persona, qvc no tratase de emprenderla y
gran concepto (pe tenia de la caridad con que serian r e - de copiarla dentro de s í , chupando é incorporando en sí
cibidos y agasajados en la casa de nuestra santa, envió á misma , como cuidadosa abeja, lo mas precioso y escogido
ella los que te pareció por h u é s p e d e s ; y era tal el consue- de cada flor. Ilabia dispuesto san Pedro Nolasco un resu-
lo que la gloriosa nina mostraba en tratarlos, tal el afecto men d é l a vida y heroicas virtudes de santa Isabel, hija
de que fuesen servidos, que bien daba á entender haberse de A n d r é s , rey de Hungría , á la cual profesaba el sanio
producido esta hermosa llor en el riego de las lágrimas de gran devoción. Esle libro leyó una y otra vez nuestra glo-
.Nolasco. Llegó en lin á aquella edad, en que dando lugar riosa virgen, sacando de él notables aprovechamientos de
los sentidos á las luces de la razón, empiezan á correr las espíritu. De su continua lección procedió como ilación le-
acciones por la cuenta del albedrio : y luego empezaron á gítima su oración y trato con Dios, que aunque en adehmíe
parecer frutos aquellas tempranas flores, que el calor de la tuvo mayores progreses, desde entonces.fuémuy grande y
gracia hubia anticipado á la edad. Empezóse á ejercilar en muy continua. Gastaba cada dia dos h o i í i s e n ella, fuera
piadoso número de devociones, «pie cumplia y observaba de algunas en que, libre de las ocupaciones. daba la
con puntual ejecución cada d i a : frecuentaba con su noble rienda al impulso de su devoción. De la lección y de la
y devola madre el sanio sacramento de la penitencia, llo- oración nació aquel despego del mundo, y de cuanlo en
rando como graves culpas, las mas leves fallas, y dete- él ha hecho estimable la codicia y la vanidad , no siendo
niéndose á repasar aquellos álotnos, quo solo podian de- posible componer con ella j a m á s que asistiese á los paseos
jarse K M d é l a mucha luz, que en su alma la empezaba á y espectáculos ; y sentía en su alma cuando oia decir que
comunicar nuestro Seoor. Obtenida licencia para comul- otras señoras y doncellas de su porte no se negaban á
gar, era admirable y esquisilala diligencia queponia para estos pasatiempos. Ueliróse cuanlo pudo de las visitas, ne-
UeS^rsc á la mesa de las bodas de aquel Cordero, pare- g á n d o s e muchas veces aun á las de sus deudos; á los cua-
ciéndole siempre que llegaba poco dispuesta. Despertó les, como ella solo amaba en Dios y por Dios , decia , (pie
Dios, esposo de las vírgenes, en sn alma una estimación no nocesilaba de verlos ni de que la viesen para eslimar-
altísima de aquella joya inestimable, que perdida una voz, los, Conmuió con resolución bien poco imnginable de oíros
no tiene modo de recuperarse j a m á s : y conociendo que la sujetos de su calidad , las v i l l a s do los suyos, en visitas
virginidad es prenda que tiene en sí de frágil cuanlo tiene de los hospitales , contemplando en los pobres á sus ver-
de flor, propuso y Iraló de guardarla en su corazón, aun daderos hermanos, acudiendo á estas visitas gustosa tres
de los amagos de cualquier aliento menos puro. Con esle veces en la semana, acompañándola su piadosa madre;
cuidado procuró desde entonces recatar sus ojos de la asistiendo con indecible satisfacción de su alma al servicio
dañosa variedad de los Objetos, como quien conocía muy de los pobres , ministrándoles la comida por su mano,
bien que su poca guarda suele ser causa de las ruinas mas barriendo las cuadras y abatiéndose á los ministerios mas
miserables. Huía con igual diligencia las ocasiones de ver humildes. Aunque en salud no visitaba á sus deudos,
y de ser vista ; de manera que, yendo un dia de gran so- cuand) caía alguno de ellos enfermo, obrando entonces el
lemnidad nuestra santa en compañía de su madre á la amor de Dios lo que no podían respetos icnqmiales, se.
iglesia ; la circunstancia del dia, y calidad de personas, les entraba por las puertas, y con piadosa vigilancia y
no pudo excusar el cortejo de los mas principales de los cuidado se esmeraba, pidiéndolo también asi la circtins-
nobles, que, absortos en la perfección de la santa donce- lancia del vinculo natural del parentesco, en aliviar sus
lla, aplaudían con cortesana atención, y veneraban con trabajos y remediar sus indisposiciones , humillándose
respeto, mas (pie cortesano, aquella armonía admirable, para su mejor asistencia á los mas abatidos empleos. Abor-
con que su modestia hacia mayor su hermosura, y la heiv recía extrañamente la ociosidad, fundameolo de la diso-
mosura hacia mas espelahlc la modestia. Pasó la santa, lución y de los vicios : por lo cual los ralos que le sobra-
lan sin atender ni corresponder al cortejo, que tuvo por ban de los ejercicios referidos, ocupaba con indispensable
preciso su madre advertirla su diversión, diciendo: Repa- severidad en la labor y trabajo de las manos, empleándose
ra hija, y corresponde (pues es debido), á ta cortesía de en labores, ó para el ornato de los templos, ó para la asis-
la nobleza i mas ella con prudente sinceridad, y disculpan- tencia de los hospitales. Estos eran por esle tiempo los
do con el cuidado de su ánimo la desatención de sus ojos, ejercicios y la vida de nuestra sania; mas como si ello,
respondió á su madre; Madre y señora, cuando voy á los fueran otros, ó como si fuera la de hasta aquí digna de
templos, yo no acierto á atender á otra cosa, sino á Dios: grande enmienda y satisfacción , emprendía con raro fer-
y volviéndose con apacible y modesta gravedad á los que vor los de mortificación y penitencia, frecuentando aun
la hacian obsequio , a ñ a d i ó : Sefiores, disculpen mi des- mas de lo que podían sus fuerzas los ayunos, usando
cuido: porque, dejándose llevar de su compostura y r u - regularmente de áspero cilicio, y castigando con frecuen-
bor, no era fácil componer ú un mismo liempo las ceremo- tes disciplinas las graves culpas que ella en si suponía y
nias de la urbanidad y las atenciones del espíritu. lloraba, y los que mas trataban su e.-piritu, no pudieron
D'A 25- SETIEMBRE. 103
jaiuás dosculinr. Y quorieiido seguir con resolución s i m i - jestad da los deseos; también dará para la perseverancia
[)re consíanle el camino de!a cruz y del espíritu, Ira lo des- el aliento. Yo lo encomemiaré no obstante con mayores ve-
de luego de buscar y solicitar liallar con lodas veras uu ras , pues lo pide esla materia , á nuestro Sefior, de cuya
sugelo , cu quien pudiese confiar sus aciertos y caminar misericordia espero dispondrá de mí lo que fuese mas
con prudente satisfriccion por ios órdenes de su conduela. agradable á sus divinos ojos. Mi volunlad y resolución c o -
Acudió con vivas iustoncias á Dios: pidióle repetidamen- municaré á mis padres en la ocasión en que fuese preci-
te á su divina Majestad, duplicando entretanto sus peui- so decirla; cntretanlo suplicóos, señor, no se trate conrni-
leucias y ejercicios, le hiciese este grande favor d e p a r á n - ga mas de esla materia: pues aun los ralos breves que en
dole de la mano de su providencia un varen en quien ella se gastan, me parecen años perdidos en pláticas tan
resplandeciesen iguales el espíritu y la dignidad de i n i - ajenas de mi inclinación y propósitos. Esto digo, señor, en
nLstro suyo; cuyos consejos, cuya doctrina y cuyos ejem- medio del respeto grande que debo y profeso á vuestra
plos la condujesen al puerto que deseaba; y mostrando presencia , asegurando que este tratado solo tiene de res-
hacer su santísima voluntad la enseftase á buir perfecla- pelahle para mí el haberos servido de introducirle vos , á
menle del mundo y de sí misma. cuya persona mis padres y yo reconocemos siempre las
mayores obiigaciones.
Florecía á la sazón en el real convento de Santa Eula-
lia de líarceloua con singular opinión de doctrina y ejem- Admirado y casi enternecido quedó el tio de oir la res-
p l o , el venerable P. Fr. Bernardo de Corbera. Movida puesta de su sobrina : y reconociendo como prudente y
pues de esla estimación , deseó comunicarle dentro del sa- cristiano que era obra de Dios, noquiso e m p e ñ a r s e á por-
grado fuero de lu conciencia, y á pocas veces, asegurada fía contra los decretos del cielo: y así despidióse benig-
de superior inspiración, fácilmeiue acabó de entender que namente de su sobrina , dejándola en el mismo oratorio,
estaban oidos sus ruegos y que aquel era sin duda el suge- y d e s e n g a ñ a n d o á sus deudos de su constancia. Con la vic-
to que Dios la señalaba para guia,de su camino: por lo toria de este combale creció en nuestra sania el fervor de
cual resuelta ya de no buscar otro; y agradeciendo pro- sos primeros ejercicios. Ocupaba con exacta distribución
fundamente á Dios este, gran beneficio, Iraló de entregarse y severidad todas las horas del dia y de la noche en v a -
toda en sus' manos y lo ejecutó así. Siendo tales sus ele- rias obras de piedad y de espíritu , siendo pocas y p r e c i -
vadas prendas y tempranas virtudes que empezaron á ser sas las que dedicaba al descanso é indispensable reparo
ya notorias no solo entro sus deudos, sino en la ciudad to- del sueño. En la comida g u a r d ó notable parsimonia y m o -
da de Barcelona y principado de Gatalufía, excitaron y mo- deración, ajustándose siempre cuanto pudo á las regias de
vieron la fama de ellas sobre modo los ánimos de muchos penitente y mol lificada. La misma medida y reparo guar-
de los nobles para aspirar con toda la atención y el deseo daba en las palabras, conteniendo y refrenando su len-
á la honesta pretensión de sus bodas, haciendo para esto gua , aun dentro do los términos de lo lícito. En la c a r i -
repelidas instancias á los padres y deudos de la santa; pe- dad y benignidad con los de su casa era eximia. El c r i a -
ro ellos que conociendo y viendo mas de cerca el modo do ó criada de mas baja esfera hallaban en ella siempreeii
de vivir de su hija , le miraban con un afecto de admira- sus aflicciones consuelo, en sus defectos compasión . y en
ción, no se atrevían por no disgustarla á hacerla esta pro- lodos sus males alivio: pero en donde mas lo experimen-
posición : con que consultada esta materia se resolvió co- taron todo era en sus enfermedades : entonces era cuan-
meler la e m p r e s a á . s u lio don Grau ó Gerardo Alemnny do mostraba esta mas largamente los efectos de su com-
de Gervellon, Encargado, pues , con las mas vivas espre- pasiva piedad, permutando con gran consuelo suyo la a u -
siones don Grau de este intento , fué una larde á casa de toridad de señora en los oficios de criatla de cada uno;
la sania , y diciendo que la queria hablar á solas, e l i - guisábales y dábales p o r sus propias mynos la comida :
giendo para mas decencia y dignidad de la plática el hacíales las,camas: barríales los aposentos;no hnliiendo
oralorio, se entró coft ella, donde sentados vn conformi- ministerio á que no se abatiese. Mas no podían conlenorse
dad uno y otro, le propuso el Uo el matrimonio : y habién- en la esfera de su propia casa las influencias de esla c a r i -
dola santa oído á su tio estando con modestia y compos- dad; conliniiaba aquella admirable frecuencia de los hos-
tura Virgiftal, los brazos recogidos, los ojos inclinados al pitales que ya dijimos: y un dia dedicándose a lavar,
suelo y con tal especio y circunspeooion, que por la sereni- piH'sla.de rodillas, las manos á una enferma que fuera de
dad y constancia del rostro, como por fácil velo se dejaba la pobrera, lo vehemente y asqueroso del mal se las t e -
ver la liruiííza y la tranqnidad del espíritu j le respondió nia llenas de horror, rebosando cierta abundancia espiri-
así; Tio y señor, yo estimo y aprecio, como deho-, la mer- tual y consuelo de espíritu, no pudo cunlencr este dulce
ced que me hacéis: reconozco el afecto y cuidado que os de- íínpctu sin manifestarle á su madre , diciendo : Ahora,
ben los puntos de m i conveniencia ; y venero sobre modo madre mía, que soy toda de Jesús, ahora sí que toda pue-
la prudencia con que me aconsejáis : pero el intento que do ser para los pohres.
os habéis servido de proponerme es de mucho peso para
Apenas había empezado á gozar el consuelo de verso
que yo b' Sfe de mi resolución : ni y o l a hede lomar en él
reducida á s u amada y deseada quietud, cuando le asaltó
hasta procurar entender la voluntad de nuestro S e ñ o r , en
nuevo combate y tribulación. El enemigo común, corrido
cuya providencia y disposición lengo sin rcseiva alguna
de ver lan maduros progresos en una doncella de florida
resignadasiodas mis cosas. Yo coulieso que mis íucrüas
edad, empezó á ejercitarla y molestarla con balerías í n l e -
son muy débiles para llevar adelanto este camino; [¡ero
riores muy continuas. Traíale á la memoria las comodi-
yo confio únicamente en las q « e Dios me. puedo dar ; y así
dades del siglo que perdia, lo brillante de las ocasiones
no he hecho cómputo de mis fuerzas. El misma Señor c u -
<|ue malograba; y hacíale inaccesible 1« perseverancia en
yos me parecen ser estos impulsos, tomará a su cuidado
el camino que bahía emprendido. Toda esta guerra, bien
el conducirlos basta su perfección : y pues >ti divina l a >
que cruel, y otra no ménos fuerte que le sobrevino por
104 LA LRYEN I U DE ORO. DÍA 25.
modio de sns parientes, queriendo persuadirla otra vez mildemenle, bañada toda de vivas lágrimas y suspiros
con mayor empeño á quu se casase con cierto noble é ardientes que le salían del corazón, á Jesucristo la quisie-
ilustre pretendiente, de mucha y ventajosa conveniencia se recibir por su esposa.
para su casa, que se le ofreció; venció y contrastó nuestra Pero la activa llama que encendía y movia el corazón
santa virgen con las armas de la humildad y de la oración, de esta purísima virgen, no pudo fácilmente contener su
con frecuencia de los sacramentos y continua severidad fervor dentro de la esfera de sus afectos. P a s ó á las obras,
de snsayunos y penitencias. Llegó en esto eldia 12 de fe- y levantándose de la oración, trató de mostrar con ellas
brero del año de J 248, dedicado de la Iglesia al sagrado cuán cerca deben andar de las grandes resoluciones. Con-
triunfo d é l a gloriosa virgen y prolomártir de España san- sagró efectivamente á Dios lodos sus adornos, empezando
ta Eulalia de Barcelona, de quien desde su niñez era de- por aquel natural, en que tan estrechamente se prentle
votísima. Celebraba el real, ilustre y primitivo convento el afecto, ó la vanidad de las mujeres; esto es, el cabello:
de Nuestra Señora de la Merced, con culto y decencia del cual, tomando unas tijeras en la mano, corló con he-
proporcionada á su obligación, la fiesta de su gran titular: roica resolución las trenzas que hasta allí la hahia obliga-
y para hacerla mas plausible, se eligió para predicar este do á conservar, nó sin dolor, la necesidad de obedecer á
dia, la autoridad y espíritu del Y. P. Fr. Bernardo de Cor- los suyos. Despojóse asimismo de lodos los vestidos de se-
bera, su confesor. Concurrió nuestra santa, como otras da, de los anillos, arracadas , y en fin de lodas las demás
veces solia, acompañada de s u m a d l e y criadas, á la curiosidades y adornos, sucediendo á los mejores locados,
iglesia del real y religioso convento; y habiendo por la ordinarias y groseras tocas: á los vestidos de seda, co-
m a ñ a n a , después de larga preparación y confesión muy munes y vulgares lanas, vistiéndose una saya de paño
pura, recibido en la mesa del altar el sagrado Pan de los grueso, que acertó á hallar su ingenioso fervor; y que-
escogidos, gustaron una y otra de quedarse al sermón. dando en este traje, se presentó á sus padres, á los cuales,
Fundóle lodo aquel gran maestro en las palabras de san con graves, breves y eficaces palabras, dió cuenta de la
Pablo, que propone, escribiendo á los de Corinto: De t i ' r - resolución que hahia tomado, y mudanza que en el esta-
ginihtts prwceplim Domini non habeo, etc., y dividiéiulolo do de su vida habia hecho. Dióles noticia del voto con que
en dos puntos principales, trató en el primero aquellos so habia obligado ya, y suplicóles humilde y rendidamen-
elogios con que el mismo Apóstol, y después los sanios te, que pues esto no se habia obrado sin particular llama-
san Crisóslomo, san Ambrosio, san Basilio, san Cipriano, miento de Dios, que ella tantas veces habia experimenta-
san Gerónimo y lodos encarecen, ó mas verdaderamenle, do en sí, se sirviesen por amor suyo, de conformarse y
tenerlo por bien; añadiendo por último, que si sn resolu-
alaban sin encarecimiento los atributos y perfecciones i n -
ción les parecía culpa , allí la tenían dispuesto á recibir
comparables de la virginidad: y en el segundo, con el
gustosa la pena ó castigo que les pareciese. No se puedo
mismo peso de razones y autoridad, persuadió al menos-
decir fácilmente los afectos que ocuparon los ánimos de
precio del mundo y de sus cosas, cuyos engaflos solo l l e -
los padres, al ver la resolución de su hija; pues en medio
gan á ser indignamente poderosos para apartar á las almas
de su dolor no hallaron ni discurrieron otro alivio, que en-
de tan apetecible bien : proponiendo en ambos á dos pun-
viar á llamar al venerable P. Fr. Bernardo de Corbera, su
tos, como vivo ejemplar y animada idea, la vida y muer-
confesor, al cual, habiendo llegado, dieron parte de su
te de la gloriosísima Eulalia, que en tan floridos años, co-
aflicción, c hicieron arbitro de la causa. Oyó el siervo d»
mo catorce , supo y pudo con la divina gracia, consagrar
Dios con grave sosiego las razones de lodos s y pesando
á Dios su virginidad en el martirio, y crucificada por su
con prudencia del cielo unas y otras, redujo á perfecta
Esposo crucificado, pisar con delicadasysangrienlas plan-
quietud aquellos ánimos, y trató luego con los padres, que
las lodas las pompas y vanidades del siglo. Sálian las
se vistiese la santa el hábito de beata de nuestra Señora
palabras tan encendidas de aquel sagrado fuego, en que
de la Merced. Llegó, pues, el dia señalado á la piedad de
sin duda ardia el corazón de quien las predicaba, que ape-
esta función, en el cual fué la gloriosa virgen, acompañada
nas hubo acabado, cuando tampoco pudo contener su fer-
de su madre y otras señoras de la mas calificada nobleza,
vor la «anta, sino que llegándose á su madre, bien contra
á la iglesia de aquel real y primer convento de la Merced
el silencio y rara compostura que ella solia guardar en el de Barcelona. Hizo una plática y oración al intento el dicho
templo, cogiéndole y apretándole las manos, la dijese con Fr. Bernardo, y después de ella, vistió á la santa doncella
sentidos afectos: ¿No habla conmigo, madre y sefiora el hábito de beata de nuestra Sefiora de la Merced: el
mia, el predicador? ¿Estas razones, y este espíritu con cual recibió con tales muestras de alegría y gozo, que es-
que Dios ha movido su lengua, no se dirigen lodas á mí? citó en los ánimos de muchas señoras de su porte unos v i -
¿Esto no basta ya para enseñanza mia, y desengaño de vos deseos de imitarla.
mis deudos? Pues y o . . , iba á decir, cuando ahogada de
los suspiros no pudo articular otra palabra: y la madre Cesaron del todo, á vista de la constancia de nuestra
enternecida de r u sentimiento, para templarla y consolar- santa virgen, y especialmente con la consideración de la
l a , la d i j o : No llores, bija, sosiégale y cree que no se te nueva y no esperada mudanza de su traje, las porfías é
h a r á violencia alguna: y si Dios te llama para esposa s u - importunaciones de los suyos, que tanto habían molestado
ya, toda serás de Dios. Con esto se t e m p l ó : y acabados su á n i m o : con que sosegadas eslas borrascas, dióse con
1<JS sagrados oficios, volvió con su madre á su casa; llegó nuevos fervores á la piedad, y continuación de los ejerci-
á ella toda absorta y fuera de sí, y apartándose de lodos, cios. Vivia en un continuo recogimiento y abstracción tan
f i a ver ni hablar á nadie, se encerró á solasen su aposen- apartada del comercio de las criaturas, como si no viviera
to, donde abraiada con un crucifijo, y regando con copio- en la tierra, y las veces que inlerrumpia la qnielud y r e -
sas lágrimas sus sagrados pies, empezó á destilar copio- cogimiento, era para conmutarlos en los de piedad y c a r i -
samente el alma en muchos sentimientos, suplicando h u - dad con los prójimos. Dedicábase con indecible fervora
DIA 25. SETIEMBRE. io:>
la asistencia de los pobres, y visita de los liospilalos y de Barcelona, en donde, asistida do la nobleza, y á vista
casas de personas menesterosas: frecuentaba los sagra- de innumerable concurso, hizo la sania profesión solemne
dos templos: oia con particular espii'itu y devoción los en manos del venerable l ' . Fr. Bernardo de Corbera, prior
sermones: disponíase con escpiisita diligencia y pureza de Barcelona, por estas palabras, cuyo tenor consta do
do espíritu para recibirlos sacramentos: lloraba como originales muy antiguos: « Y o , sor María de Ccrvellon,
graves excesos los mas levc> descuidos, tomando riguro- prometo á Dios y á la bienaventurada siempre Virgen
sa satisfacción de estos, que ella llamaba culpas graves, María de la Merced ó Misericordia , pobreza, obediencia y
con continuos cilicios , severas disciplinas, ayunos, v i g i - virginidad; y trabajar por la redención de los cautivos,
lias y otras asperezas. Fué en su casa tan poderoso el por los cuales haré lo que á nuestro padre general fuere
ejemplo de nuestra santa virgen, (pie aun habiendo sido bien visto.» Por esta misma fórmula devotos solemnes
hasta allí casa de toda cristiandad; desde entonces empe- consagraron su voluntad á Dios las compañeras de lasan-
zó cá serlo de perfección, siendo muchas las señoras y don- la, pasando por este medio, del estado que tenian de bea-
cellas nobles que entendiendo el raro fervor y vida de tas, al de verdaderas religiosas, á las cuales el venerable
nuestra santa, se resolvieron á dedicarse mas á Dios, por padre Corbera dió ciertas reglas y modo de vivir en que
medio de ejercicios de oración y piedad. Con esto tenor su admirable religión y prudencia unió la suavidad de la
de vida continuó la santa en casa de sus padres, y con el discreción con el rigor de la observancia. Y siendo forzo-
hábito de beata de nuestra Señora de la Merced, hasta el so nombrar una que fuese cabeza de todas, fuélo con
año treinta de su edad, habiendo gastado doce, desde que aprobación común nuestra santa, aceptando el nuevo e m -
se consagró á Dios por medio del voto, que dijimos, hizo, pleo de prelada, después do mucha repugnancia y m o -
siendo de diez y ocho: y queriendo nuestro Señor en este desta resistencia de su espíritu humilde. Parecíale obra
tiempo ejercitar con un golpe su constancia, y premiarlos muy superior á todas sus fuerzas el cuidado de las accio-
méritos de su noble y piadoso padre, habiendo precedido nes ajenas; y en la aflicción de este pensamiento recurria
una enfermedad, en que asistiéndole de dia y de noche la frecuentemente á Dios, para que su bondad diese el a u -
santa hija, mostró bien cuán de una raiz nacen el verdade- mento y perfección á aquellas plantas, cuyo riego estaba
ro amor de Dios, y la atención á sus obligaciones; se le l l e - encomendado á su industria. Conocía cuánto mas podero-
vó para sí. Muerloel padre, y cumplida exactamente su últi- so es para con el subdito el ejemplo, que no la voz, y
ma voluntad, se recogieron madre é hija, dejadassuscasas cuánto mas mueven los corazones aquellas instrucciones
principales á habitación mas limitada, repartiendo copio- que se reciben por los ojos; y determinó desde entonces
sas limosnas con los pobres, y ejercitándose en un género no mandar cosa alguna, en que su ejemplo no fuese de-
de vida, tanto mas celestial, cuanto ya mas apartada del lante, como regla viva de su precepto. Sobre todo hizo
todo d é l o s comercios de la tierra. Pero duró poco esta se- alto concepto que el obligarla á cuidar de otras, no era
renidad : porque pasados cinco años, ó poco ménos, fué descuidarla de s í : por lo cual debia tratar con mas veras
Dios servido de probar, con segundo y mas duro golpe, la de su aprovechamiento, por el mismo caso que la habían
paciencia d é l a santa, haciendo contraste d é l a virtud en confiado el ajeno.
la fragua de los trabajos. Enfermóla madre, y en la en- Con estos dictámenes emprendió y siguió nuestra santa
fermedad, que fué penosa y larga, juntándose á ella el la carrera de su gobierno, y con ellos y su práctica, fué
peso y achaques de los años, tuvo la santa hija abundante admirable el fruto que cogió de virtud y perfección en
materia y espacioso campo en que ejercitar su caridad, su aquel nuevo religioso plantel. Usaba en su gobierno de la
humildad y sobretodo su piedad y resignación. En fin, fué blandura y de la severidad: si se ofrecía reprender, era
Dios servido de premiar á la noble y venerable viuda con notable ia benignidad respetuosa con que lo hacia, mos-
una muerte santa, en que asistida de religiosos y sacer- trando corno-prudente médico, tanto amor al enfermo, co-
dotes, y de las lágrimas, oraciones y exhortaciones de su mo aborrecimiento á la enfermedad : en las cosas que
santa hija, entregó su espíritu á su Criador, con singula- mandaba, encontraba siempre mas á mano las palabras
res indicios de recibirla aquel Señor que siempre se mues- del ruego, hallando también, y experimentando con ellas
tra admirable en sus criaturas. aquella suave fuerza que sienten los ánimos, cuando ven
Mucho habia deseado nuestra gloriosa santa, aun des- que ruega quien puede mandar. Jamás ordenó cosa que
de los fervores de su niñez, sujetarse á Dios por medio ella no hiciese, y mucho mas en las obras de mayor t r a -
del yugo fuerte y suave de la obediencia, suspirando bajo y mortificación, en cuya consecuencia solia decir,
siempre por añadir á sus méritos la perfección del estado que, mandar á un subdito lo que no ejecuta quien manda,
religioso. Comunicólo con su venerable confesor, sin c u - es prevenirle las excusas para no obedecer. Si algún p r i -
ya dirección no solia ni sabia emprender aun resolucio- vilegio tomaba para sí, era solo señalarse en las cosas
nes de menor consecnencia. Aprobó sumamente esta el de trabajo, aun cuando concedía á las demás algún alivio.
siervo de Dios, y con su prudencia y autoridad se arbi- Cuidaba con entrañable afecto de asistirlas en sus enfer-
traren brevemente los medios, y vencieron las dificultades. medades; en lodo, en fin, procuraba gobernarlas y d i r i -
Habia muchos dias que algunas señoras de calidad y v i r - girlas de manera, que la suavidad y prudencia santa del
tud deseaban é intentaban también instituir vida religio- gobierno, hiciese apetecible la sujeción. Para conseguir
sa, dedicando la suya á servir á Dios en la nueva religión con mas eficacia todo esto, insistió siempre en plantar en
de su Madre. Llegado, pues, el dia 25 de marzo del año todas la práctica de las verdaderas ó interiores virtudes,
de 1213, en que celebrándose el principio de la redención aficionándolas á la oración, puerta de todas ellas, en la
humana, se dedica á María, Madre de nuestro Redentor, cual ella solia gastar muchas horas.
se dió feliz principio al instituto de religiosas del órden de l a s virtudes en que especialmente resplandeció, fueron
nuestra Señora do la Merced, en el templo del convento muchas; pues la fé, que es fundamento- de todas, la tuvo

TOMO I I I . U
10ÍÍ LA LEYEN1) \ m ORO. DÍA 55.
nuestra santa virgen en (an supremo grado, como dim á caba y repefia postrada en tierra tres veces al día. Una
onlendcr sus altas y relevadas obras, y las grandes ma- cadena de hierro que traia cefiida sobre la carne, era su
ravillas que por su medio obró nnoslro Sefior, como vere- ordinario cilicio, á cuya aspereza acompañaba la morlifi-
mos. En la esperanza fué no menos eximia. Concebía no- cacion y dolor que causaba, y quedaba por efecto de una
tab!emcnlc de Dios; y así la enseñaba su Majestad á es- cotidiana y rigurosa disciplina. Una vez cada día se loma-
perar grandemenfe de él, siendo sentencia suya, muchas ba á sí misma severa y estrecha residencia de su vida,
veces repetida, que : «La mayor ofensa que *e puede ha- diciendo con entrañable dolor á Dios: No entres, Señor,
cer á Dioses la desconfianza de él.» Tero sobre lodo, de en juicio con esta sieva t u y a ; que yo misma me h a r é juez
su abrasada y encendida caridad, de aquel amor ardienle contra mis maldades, poslrada ante tu misericordia, para
para con su Dios, verdaderamente seráfico, ¿qué podrémos que usando de tus piedades, le muevas á perdonar lo que
decir, cuando toda su vida fué un argumento claro, del alto esta indigna mujer insolentemente te ha ofendido. Así
grado y perfección heroica con que lucia y ardia en su traia su virginal cuerpo en perpetua sujeción como á es-
pecho este fuego divino? Algunos observaron muchas clavo. Valíase también, para conservar esta [¡renda ange-
sentencias espirituales que manifiestan bien la santidad do lical, y para caminar á ¡a cumbre de la perfección, del
esta sagrada llama, siendo como uaas centellas que, no uso frecuente de los sacramentos, recibiendo con prepa-
pudiéndose contener en el pecho, las arrojaba á la boca la ración y devoción grande, cinco veces en la semana el Pan
fuerza del incendio que abrasaba su puro y seráfico cora- de los ángeles.
zón. Mas la caridad que resplandecía en su obras, ¿quién Mas ¿ q u é dirémos ya del fundamenlo de esta grande
podrá compelenlemcnte insinuarla; siendo ellas tañías y fábrica, de su humildad heroica? Pues en su casa, no m é -
tales, que al referirse unas, parece que quedan agravia- nos ilustre ni ménos espléndida que la de Lea, se tuvo por
das las otras? Siendo señal y argumento, sino mas eficaz, sierva de sus criadas. En el hospital se moslraba raénos
mas visible del grande amor de Dios que encendió siem- que sierva de los pobres, y en el monasterio le parecia
pre el pecho de esta gloriosa virgen, lo mucho que obró grande ambición aspirar al lugar mas bajo entre aquellas
en beneficio de los prójimos, mostrando el amor del o r i - á quienes por tantos tílulos era y debia ser superior. Sen-
ginal en la estimación y amor de sus imágenes. Procuraba tía tan baja y humiidcmenle de sí, que se tenia (cosa que
por cuantos medios podia la redención de los cautivos, la solía repetir muchas veces) por mas indigna y mas i n -
libertad de los encarcelados, el socorro de personas me- grata á Dios, que los mayores pecadores, alribuyendü á
nesterosas: por cuyas casas, que su gran caridad procu- culpas suyas las tribulaciones con que Dios quería p r o -
raba descubrir y saber, se entraba con benignidad y libe- bar su constancia, y no reconociendo en sus acciones mas
ralidad, igual á la codicia con que otras, á quienes el que la nada, que solo tenia por suya. Su pobreza fué tal,
mundo engafladainente llama espirituales, se enlran por cual convenia á un corazón que en el aprecio de las rique-
los palacios y casas de tos ricos, pretendiendo negociar zas y pompas, mostró siempre cuánto era mayor que lodo
para sí, con afectaciones de hipocrecía, y haciendo trato el mundo Fuéle preciso en casa de sus padres vestir se-
la profesión de la virtud. Su oración y trato con Dios, en gún el porte de su calidad, y ménos conforme a! dictamen
los principios de su vida espiritual; fué grande, en los de esta virtud que ya tenia grande lugar en su alma; pero
progresos mayor, y en los fines podremos decir que con- como ella es don espiritual, hallaba y reconocía nuestra
tinuo. Hábil fabricado en lo interior de su alma un orato- santa en sus afectos el efecto suyo: pues en medio de los
rio, cuyo puro altar dedicó á la pasión de su esposo Jesús: bordados se empobrecía su corazón, y entre el lustre de
ella, en fin, por la perseverancia en la oración se adquirió la seda conservaba desnudo el espíritu. Las alhajas de cel-
el nombre de contemplativa, dejando también reglas para da, en el estado de religiosa, fueron la cama, cwnpuesla
este ejercicio. Su pureza y castidad celestial solo la puede de unas tablas que, pudiéndose lomar como rigor, ella de-
escribir uno de los ángeles, con quienes la semejanza de jaba como regalo: sobre una mesa tosca unos pocos de
la vida la babia comunicado la frecuencia y familiaridad libros de espíritu, un Cristo crucificado de madera, y una
del trato; porque verdaderamente sabemos, que su p u - imagen de su Madre santísima, una cestilla con las cosas
reza, no contenta con reinar en el alma como virtud, b r o - tocantes á su labor, y una arca, en que, por esconderlos
taba y rebosaba fuera como calidad, y se pegaba como del reparo común, encerraba los instrumentos muchos y
eficaz y saludable contagio á los otros; de modo que a l - diversos de su penitencia. ¿ S e r obediente? Eralo en ex-
gunos de solo tratarla y otros de sola verla, aprendieron tremo, nó solo á sus legítimos superiores, enyas insinua-
á ser castos. Sobre el recato inviolable virginal d e s ú s ojos ciones atendía ella como oráculos, sino á sus mismas i n -
y sentidos, que insinuamos, ayunaba, desde que hizo feriores ; porque en su concepto, ella sola, respecto de
nueva elección de vida tres dias en la semana á pan y todas, era ínfima. iNo buscaba otra razón en su modo de
agua, siendo en los demás admirable su parsimonia. Dor- obedecer, que la que suponía en el superior, ni hacía dis-
m í a , ó en unas tablas ó en el suelo, cuando al común y tinción de materias ásperas ó suaves, conformes 6 repug-
preciso reparo de las cansadas fuerzas y rendidos alientos, nantes á su gusto. En los ejercicios de devoción y peniten-
la obligaba la necesidad de un parco y penitente sueño; y cia vivia tan regulada á las órdenes del confesor, que solo
é tiempo que este la oprimía y molestaba, decía á s u cuer- con una insinuación suya los dejara todos. Su paciencia
po, quejándose y reprendiéndole de su flaqueza: ¡ O carne fué admirable; porque, como amante tan verdadera de la
frágil y cárcel inhumana, en quien el alma se entorpece y cruz de su Esposo, ni los trabajos le parecían penas, ni la
vic ia, y se llena de las feas tinieblas de la ignorancia! aiísia de padecer la permitía ver en las mayores injurias,
¿Quién me librará de tí, para que yo pueda gozar de lo que tenian de sinrazones. Toleró con paciencia inviola-
aquellas dulzuras que son regocijos de los cielos y alegrías ble las contradicciones recias de sus deudos, en el camino
do los angeles? Los mismos sentimientos y afectos expli- que emprendió de espíritu. Sufrió con admirable constan-
Sin 1KMBRK. 107
t:i.n el dcscotisiitílo y dolor do la n m c i lo do sus padres: las del cuerpo y ualuial. Muchas y ropolidas veces la ha-
pena, (juc en la simia lnvo eircuii.sUuicias que la hieieron llaron en los umbrales do la puerta do la dicha iglesia de
pasar d é l o vulgar, portándose en lodas las tribulaciones tan la Merced, sin acción ni movimiento, teniéndola por muer-
ajena del sentimiento, que muclias voces se le inlorproló ta, cuanios no sabían que por estarlo al mundo, oslaba su
á insensibilidad la constancia. Levantóse en cici U ocasión vida on Dios oculta y escondida con Cristo. Otras voces
una borrasca de persecuciones contra la sanís virgen, lan la hallaron donlrode la misma iglesia en maravilloso é \
crecida ó tan de.^beclia, (pie el autor aiili¡íUo, que escribió tasis, elevada en el aire: cosas que al principio causaron
su vida el año de 1323, y la dedicó y remitió á don G u i - rara admiración, aumentándola el no poder averiguar,
ilom llainon do Cervollon, su sobrino, que á la sazón so cómo ó por dónde habia salido de casa, y entrado en la
bailaba sirviendo en la empresa y conquista de Cerdoña, iglesia: pues las puertas de una y otra, examinadas con
al señor rey don Jaime el I I , no so etrevió á individuarlas toda diligencia, so hallaban y reconocían cerradas: ó fuese
p e r n o despertar (como él mismo dice) émulos de ven- que por ministros del cielo se abriesen y cerrasen las puer-
ganza en su noble pecbo, ni avivar las centollas de enojos tas; ó fjue nuestro Señor participase tal vez el favor de la
que tenían sepultadas las cenizas del tiempo y del olvido- penetración á aquel cuerpo. Una de las noches, que la ha-
Pero la sania, onseñnda á vencer on otro género de m i l i - llaron dentro d é l a dicha iglesia, la vieron gran distancia
cia, triunfó de estas persecuciones con la paciencia. Ella, elevada del suelo, on presencia de la antiquísima y mila-
on fin, llegó á tal cumbre de las virtudes, que su ospíritu grosísima imágen de nuestra Seflora de la Merced, pnlro-
con aquella hambre y sed, que hace «ugolos bienaventu- na grande de Barcelona, y la primera que veneró sn sa-
rados, no podia salisfacorso con lo bueno, sino con lo m e - grado y real orden. Aguardó el R. P. prior, á que la san-
jor, no pmliendo paraíso en lo saludable, sino ailolaularsc ta volviese de aquel profundo éxtasis, con debida consi-
á lo po.rfeclo. Sucedió ajusticiar en Barcelona á un faci- deración ni suefio santo de la espesa, lan guardado y
neroso de aquellos, cuya vida bacia casi abominable lo atendido de su Esposo on los sagrados cánticos : volvió
raro de su cruelad y delitos: refinéronsolo á la san'a; y on f i n ; y el dicho prior, a r m a n d o á la obediencia de lodo
olla movida de aquel zelo, lan amiga do la razón y de la su respolo y autoridad, la dijo (palabras, que por decoro
justicia, se dejó llevar de un afoclo no solo lícito sino sanio, do la antigüedad en que se refieren, hemos copiado casi
alegrándose que la hubiese y se administrase en su r e p ú - á la letra1: «¿Es posible, sor María, que una señora noble,
blica : poro advertida después do su ángel, cunnlo mas y religiosa ejemplar, se halle á puertas cerradas, y de
meritorio hubiera sido cu la ocasión otro acto que fuera de noche en la soledad de esla iglesia? ¿Es posible que tonga
compasiva misericordia, concibió lal dolor do osle, que alrovimionto una mujer, para lo que no tuviera resolución
nosotros no acerlamos á lia marte defecto, que juzgándole un bombre? Dígame la verdad, y no me oculte la causa,
digno de gran salisfaccion, duplicó para ello sus ponilen- el modo y los lances de este suceso.» Turbóse sobre modo
t'ias, aborroeiendo y castigando on sí somejanlos visos la santa, al verse obligada á publicar los favores, que ¡-u
de faltas. Asimismo fué muy conocido y singular ol e s p í - humildad trataba de tener escondidos on ol centro de su
ritu de profecía de nuestra sania virgen, de (pie bacon propio conocimiento: sola, pues, la obediencia y el m á n -
comim mención lodas las anliguas memorias suyas, con dalo del superior pudo sacar de su silencio la verdad do
mas recomendación de la noloi inlad do osla excdonda, la nolicia ^ y fué que, naufragando en alta mar unos na-
que expresión de los casos parlicularos, acaso por ser l a u - vegantes, invocaron á María santísima de la Merced, cuya
tos y conocidos. Sucedía freciienícmonle dar noticia de prodigios i i m á g e n , colocada en el altar mayor de dicha
cosas que por camino humano no podían babor llegado á ií;lo.-ia, fue llevada por ministeriode espíritus angélicos, y
la suya. A h s devotos, quu1 la trataban, dcscubria por bio" on su compañía nuestra gloriosa sania, á lo alio del mar:
suyo cosas por venir, y á los mercaderes y navogantos el cual al punto se pacificó, como en reconocimiento h u -
repelidas veces acaeció prevenir los peligros futuros del mildeá las intluoncías benignas d é l a que es estrella,y por
uiar y las tempestados, muchos dias áulos de suceder, reverencia ó vasallaje á tanta majestad, salpicó los vestidos
comprobando cuantos la creian, la verdad del oráculo en de la sagrada i m á g e n , que con el agua que esprimidos
lástimas y sucesos á g e n o s ; y los que nó, condonando su destilaron de sí, dieron asegurado leslimonio de cuanto
incredulidad con la dura exporioiu ia de sus naufragios y habia referido la santa: la cual preguntada después por el
peligros. Gozaba frocuontomonle regalos del ciólo, c o n prelado, quien habia sido ol portero dichoso que había
revelaciones ó iluslraciones singulares de Cristo y de su abierto y cerrado las puertas de la iglesia ; respondió, (pie
Madre, que, como pagados de su amor, empozaron á los santos á n g e l e s : los cuales habian restituido la mila-
mostrarla en los favores de esla vida un rasgo de los olor- grosa imágen á su aliar, y á ella á aquel sitio, para que
nos que la lenian prevenidos en la otra. El trato visible y gastase lo rcslante de la noche en divinas alabanzas; con-
comunicación con los santos ángeles, singularmente el de cluyendo su relación, con pedir arrodillada á sus pies,
su guarda, fué familiar. Era devotísima y con extremo (pie on cuanlo tocaba á s í , se sirviese de no publicar el
liorna en la meditación dolos mislerios do la vida y muerte prodigio. Innumerables fueron otros favores, que recibió
de nuestro Redentor, experimentando tan celestial suavi- de Dios, de éxtasis, revelaciones y raptos.
dad en la contemplación de las heridas, ponas y dolo-
Y como por altas disposiciones de su providencia quiso
res de su crucificado Esposo, y recibiendo on su alma
Dios siempre honrar y enriquecer á sus sanios de alguna
con gozo tao inefable las aguas de las fuentes del Salva-
protección especial para con los hombres, á fin de qne
dor, que en cualquiera parle que la cogiese una devota y
estos, ejercitando la devoción, hallasen socorro en sus
afectuosa meditación de estas, quedaba oxlátíca, sin sen-
aprietos y alivio en sus necesidades: uno de estos gran-
tido y movimiento por mucho ralo, llevada y arrebalada
des patrocinios encomendó su Majestad á su grande siorva
de toda aquella superior fuerza, á que no podian resistirle
y esposa santa María de Socos, á quien sobre escelenles
i 08 LA LEYENDA DE ORO. DIA 2ü.
prerogativas, concedió aquel imperioso dominio sobre las por el m a r : cuyas olas, olvidadas de sí, ú obedientes á
olas y arrogancia del mar, tan leniido y respetado de él, aquellas plantas que movía la caridad, la dieron paso so-
como reconocido, aun en vida, de ios alligidos navegan- bre sí mismas, tan seguro y sólido, como si se huliioran
tes, cuya favorecida gratitud le dió el nombre de María converlido en mármoles. Arribó, pues, por medio de las
del Socorro (que eso, como dijimos, significa Socós), o l v i - ondas, nuestra santa al navio, al punto mismo que se s u -
dándose el de Cervcllon, aunque tan ilustre en Europa. mergía del lodo: y serenando primero el mar, extendió
Referir en esta parte las nmchüs demostraciones que ha la mano al borde, suslenlando la nave sobre las aguas, y
dado la santa de su maravilloso poder, y las veces que lia conduciéndola así, con no visto prodigio, hasta al mas se -
sacado Je la boca del riesgo á ios que, ya anegados, casi guro lugar de la orilla, en donde la admiración del por-
tenia tragada la muerte, seria inlenlar otra navegación lenlo no sabia qué hacerse ni q u é decir, sino esclamar y
muy larga. Solo, pues, insinuaremos por ahora uno ú preguntarse todos, como los del mar de Palestina: ¿Quién
otro suceso, que en vida de la santa dio testimonio de esle es esta, á quien así obedecen los vientes y el mar? Final-
maravilloso dominio, el cual después de su muerte se menle, el año de 1289, que fué el que procedió á su d i -
continuó, como veremos. Kl nñoMe 1278, partió mi navio choso tránsito, partieron á las costas del Africa al minis-
de la playa de Barcelona, al principio con bonanza y lan terio d é l a redención de los cautivos, los padres redentores
agradables señas del temporal, como las suele dar la en- Fr. Manuel de Alburquerque y Arnaldo de Linivcr, en un
gafiosa inconstancia de este elenujMto. Manlúvose sereno bien pertrechado navio. Navegaron algún líempo p r ó s p e -
el cielo, y sjpló el viento favorable, solo lo que bastó á en- ramente, hasta que un viento recio, haciéndoles perder
golfar á los navegantes en un piélago de peligros; porque el rumbo que llevaban, los acosó con lan furioso tempo-
apenas se hablan en alta mar alejado de tierra, cuando r a l , que en breve ralo perdieron los marineros mismos las
M'pullaroii casi de repente al sol, inquietaron al mar y esperanzas de salvamento: pf)rque el cielo escondió su
amotinnron el aire aquellos vientos, que cuanto mas dis- rostro, como quien huía de mirarlos por no favorecerlos:
cordes, soplaban mas unidos, conspirando todos á la ruina las olas, sobrepujando á la nave, y casi locando á las nu •
del mismo bajel. Ninguno se atrevia á poner los ojos en el bes, anegaban el vaso: el viento embravecido soplaba
agua : porque sumergidos en las profundas cavernas que con formidables silbos, amenazando á aquellas vidas, ya
formahan las olas, se miraban inferiores ul mismo mar, casi sepultadas en su temor; y finalmente, lodo se había
temiéndose á cada paso, no ya naufragar, sino precipi- reducido á un estado cstiemamente. miserable; porque,
tarse al abismo. Entre tanta confusión se recurria con tronchado el mástil, y rotas la entenas y jarcias, solo es-
ruegos y lágrimas al cielo. Trajeron á la memoria muchos peraban verse con la nave sepultados en el profundo, de-
de los navegantes el poder ya acreditado en otras ocasio- jando el timón en un escollo. No omitieron en la fuerza de
nes, con que la santa madre María favorecía á los que de este conflicto los marineros aquel lamentable remedio do
veras la invocaban en semejantes riesgos; y lodos, alen- alijorar el vaso, echando para esle fin al mar las rique-
fados de esta noticia y esforzando, cuanto pudieron, su fe, zas. Arrojaron, pues, en esle caso la carga del navio p¡u a
empezaron entre clamores y lágrimas, á implorar su favor aliviarle, y entre ella intentaban arrojar la piala de la r e -
entre los mismos afectos con que solicitaban el de Varia dención, que á fuerza de súplicas y piadosas instancias
santísima d é l a Merced. La esperiencia acreditóla fé, y el consiguieron los redentores fuese lo úllimo que se aban-
suceso correspondió á los votos; porque inmediatamente donase. Acogiéronse entretanto los venerables padres a l
oyeron cerca de si una voz, que les dijo: Yo soy sor María patrocinio de la sania madre María de Socós, de quien
de Ccrvellon, que con la santísima Virgen vengo á socor- antes de partirse habían despedido, y á cuyas oraciones
reros. Sucedió el efecto á la promesa; porque al punto, habían encomendado el suceso de la r e d e n c i ó n : y fué lan
ahuyentados los vientos, se resliluyóal ciclóla serenidad, efectivo remedio esta piadosa diligencia, que cuando es-
al mar la quietud y la alegría á los navegantes. En otra taba la tormenta en su mayor fuerza, vieron cuan os esta-
ocasión, cuyo tiempo no s e ñ á l a l a historia, si bien cree- ban en la nave á la santa, que vestida del hábito de nues-
mos seria cerca de los mismos años, sucedió haber sin g i - tra Señora de la Merced, caminaba s ó b r e l a s aguas, según
do un navio en la playa de Barcelona, que entonces no y como muchos de ellos la habian visto en Barcelona. La
tenia la grandeza y capacidad del puerto que hoy tanto la novedad y la admiración, era tal, q u é obligaba á todos á
ilustra. El piloto y los mas prácticos del mar habian salta- lener por ilusión lo que veían, incrédulos al testimonio de
do en tierra, fiados mas de lo que debieran en la sereni- sus ojos; pero confirmólos en la verdad el oír junlamento
dad del tiempo; pero no lardó este, como acosíumbra, en su voz, que les dijo: Alentaos en el Señor, carísimos her-
castigarles la confianza: porque en breve se levantó un manos; que luego quedareis sin peligro: y así f u é ; por-
furioso viento, que escitando una fuerte tormenta, rompió que al mismo punto, sosegado el mar y los vientos, h u -
las amarras, y metió al navió en el golfo, en donde para yó la tempestad, apareció la luz y sucedió á la borrasca
su miserable naufragio, s ó b r e l a braveza del mar y fiiria una tranquilidad admii-able. Desapareció la sania, y p r o -
de los vientos, que era grande y por momentos se aumen- siguió la nave su camino con próspero viaje; y volvieron
taba, concurría la falta de gobierno y turbación de los con é! los navegantes y los rescatados á Barcelona, por-
que habian quedado en el vaso. Llevábanle los aires i r r i - que el mar, obediente ó temeroso, los trató con respeto
tados de una parte á otra, esperando ellos en cada ola la dé favorecidos. Los padres redentores fuéron á dar las
muerte, y en cada vaivén el sepulcro; pero santa María de debidas g r a c i a s á la sania; pero ella, á-quien molestaban
Socós, que con mas perspicaces ojos vió, desde el retiro mas las honras, que á otras las afrentas, les pidió h u m i l -
de su oración, el peligro del bajel, se apresuró á la playa, demenle postrada, como en pago de su socorro, el silen-
y en presencia de aquella muchedumbre, haciendo sobre cio de tan estraordinaría maravilla. Otras muchas veces

las aguas y sobre sí misma la sfñal dtí la cruz, se enlró | esperimentaron los afligidos navegantes el amparo de la
DIA 25. SETIEMBRE. 109
sinil;i madro, que ya pisando el mar, ya apareciendo en los ojos. Observóse haber falido del sanio cadáver-uno co-
ej aii c, ya con sola la invocación de su nombre, desde el mo ungüento ó licor odor ífero, por cuyo medio obró Dios
teliro de su oración los sacó contra loda esperanza de lo en cuantos le usaron con viva fé, diversas maravillas. V i s -
mas profundo de los peligros; y por los mismos medios tieron las religiosas á su difunta madre del hábito de
libró repetidas veces deejiemigos y corsarios á los padres nuestra Seilora de la Merced , con sus locas y velo, y l l e -
icdenlores, cuando navegaban. varon el cuerpo las religiosas á su iglesia, para darle des-
Ba el ejercicio de las virtudes referidas, y operaciones pués d é l a s exequias eclesiásticas, decente sepultura: pe-
de estos y oíros milagros, pasó nuestra gloriosa madre el ro la fama do su muerte habia traido á la iglesia tan ex-
curso de su vida, llegando á una sania ancianidad, vene- traordinario concurso, así de la ciudad como de toda la
rable por los méritos y los dias ; y queriendo nuestro Se- comarca, que el tumulto atropellado de la gente que en
ñor darle el merecido premio á sus fatigas, trató de dispo- piadosa porfía se arrojaba á ver y venerar el sanio cuerpo,
nerla con una enfermedad, para que con su (olerancia no dió lugar en lodo aquel dia, ni en olí os dos á los oficios
diese nuevo verdor á la palma, de que presto se le babia funerales: cumplidos los cuales , aunque fué preciso atro-
de labrar la corona. IS'o ignoraba la prudente virgen el fm pellar de una vez por la devola impaciencia del pueblo,
(pie habia de tener el mal, que era el fin de su peregrina- para dar al santo cuerpo sepultura , que se ejecutó, de-
c i ó n : abrazó conforme y resignada el decroloquc adoraba positándole los religiosos con la mayor asislencia de a m -
y feconocia en lo ejecutivo d é l a enfermedad, no pudiendo bos concursos, eclesiáslico y secular en la iglesia de Nues-
ser- ter rible la muerte-, á quien con Iodos sus afectos y de- tra Señora de la Merced en la parte destinada para entier-
seos suspir aba por- otra vida; y mir ábala como vencida y ro de las religiosas.
desarmada por su Redentor. Agravóse err breves dias la lluslró Dios en este tiempo la santidad de su sierva , y
tuer za del mal, y al mismo paso que los médicos perdían acr editó la fé de los que la invocaron con muchas y muy
la esperanza de su salud, se encendía la sania madre en notorias maravillas; fueron innumerables las que se vier on
mayores deseos de la eterna. Recibió con diligentísima los tres dias en que estuvo el santo cuerpo sin enlerrar.
pr eparación y muestras singular es de espir ilu ios santos Recibieron salud tos enfermos, manos los mancos, acción
.sicramenlos; y al administrarla el mayor de lodos, la y movimiento los tullidos, con solo llegar á ver y reveren-
sanlísima comunión, el fervor y lágr imas con (¡ue mos- ciarle desde lejos : y par a que puediesen verle habiendo
traba recibir de mano de la Iglesia aquel viático celestial, esforzado los de la f é , recibieron muchos ciegos los ojos.
intemimpieron mas de una voz los oficios del sacerdote. Una señora estaba en la cama sirr esperanza aiguua de sa-
Asislian présenles las religiosas de aquella bumilde con- lud ; deseó ir á ver el santo cuerpo; y no pudiendo esto,
«ri'gacion: exhor tólas á la observancia religiosa, á la trató de hacer lo que solo pudo, que f u é , invocar desde
conservación y aumento de las virtudes, singularmente allí su patrocinio; y al punió quedó sana. Otra fué á ver la
« aquellas que eran propias de su inslitulo. Concluyó santa difunta, dejando al mismo tiempo en su casa á un
«on pedirlas encarecidamenle, mostrasen su car idad con pequeño hijo, á quien la malignidad de un accidente ha-
los pobres, y tuviesen muy presente, como carácter de su bia baldado del Iodo, impidiéndole el uso de acciones y
mslitulo, el ayudar con sus oraciones á las necesidades miembros: vió la devola sefiora el santo cuerpo : adoróle,
espirrtuales y temporales de los cautivos: cofrespondieron pidiéndole la salud de su hijo y el consuelo propio i v o l -
á la exhortación las religiosas con públicas lágrimas, con- vió á su casa, en donde se renovó y aumentó su dolor por
siderando cada una la madre, maestra, hermana, amiga y no hallar en toda ella al hijo que poco antes habia dejado
compañera que perdía. Pidió la santa la exlrcmauncion, enfermo: per o el no lo estaba ya; y así lo reconoció la m a -
viendo que cada pimío sé le iban postrando las fuerzas: dre en breve no acertando con el gozo á encontrar pala-
recibióla con grande espíritu y devoción, respondiendo bras con que alabar á Dios en su santa : porque buscando
por sí misma á las oraciones de la Iglesia. Después p i - al nino fuera, le hallaron que sano y bueno jugaba con
diendo una imagen de su Redentor crucificado, se abrazó otros de su edad. Habíase hallado en los oficios de la se-
MII él, y mandó que la leyesen cntrclanlo su pasión san- pultura de la santa un noble caballero francés, llamado A r -
tísima, como la escriben los cuatro evangelistas. Final- naldo de Ligner: el cual desdesu patria, Marsella, camina-
'f'imle, habiéndola fallado por breve espacio el habla, ba á visitar el nunca bastantemente celebrado santuario do
fijando los ojos en su amado crucifijo, y exhalando un sus- ¡Nuestra Señora de Monserrate, centro de la piedad y r e -
piro afectuoso, enlre tiernas lágrimas de todas sus religio- ligión, teatro digno de las misericordias de esta gran So-
sas y de todos los que la asistían, entre gemidos de, m u - nora : oyó el noble peregrino las alabanzas y grandezas
ehos pobres y personas devolas, que ya senlian anlicipa- que todos á una vez publicaban de la santa madre María, y
damenfe su ausencia, entre piadosas 01 aciones de los r e l i - que el apellido con que la llamaban de Socos, era título no
giosos; con admirable quietud y serenidad, la sagrada heredado sino adquirido de los muchos y prontos socor-
virgen y santa madre entregó su espír itu en manos de su ros con que su piedad habia favorecido en sus aflicciones
Dios. Sucedió el feliz tnánailo de nuestra santa, márles 19 á todos, singularmente á los navegantes. Este, pues, so
de setiembre del año 1290, habiendo vivido cincuenta y embarcó para Marsella en un navio de muy buen porte ,
nueve, nueve meses y diez y ocho dias. en que navegaron él y los que con él iban con felicidad
algún tiempo; pero apenas tocaron el golfo de Narbona,
Ouedó el cuerpo d é l a gloriosa madre como en teslimo-
cuando les sobrevino una cruel borrasca. Acordóse Arnal-
nio de su purísima mlegridad , suave y flexible, el rostro
do en lo mas urgentede ella, de lo que habia oido en Bar-
decente y sereno como en ademan de dormida; respiraba
celona ; y esforzando la devoción con el fervor que ense-
y exhalaba de sí una fragancia celestial; y adornóse de
nan los peligros, imploró con grande eficacia su favor ; y
• cpenlc de un género do resplandor que se llevaba tras sí,
fue con tanto y tan seguro fruto que cnlre los mismos
junto con el respeto y la devoción, la misma atención de
110 LA LKYEN MORO. uUtm
clamores con que la llamaron, viero» cuantos iban en la propias manos, ayudado dfe sns asistente, sacó el cuerpo
navo con caro asombro venir cuminando por las aguas de la caja en que estaba , y procuró ponerle en la nueva,
una mujer vestida con hábito blanco, que, llegando mas superior en calidad y mayor en capacidad de ancho y de
cerca reconocieron ser la misma que en Barcelona deja- largo que la antigua. Mas (¡ó prodigio no imaginable de
ban muerta: con cuya presencia al mismo punto calmaron una humildad verdaderamente pcofimda!: resistióse á es-
los vientos y se serenaron los mares. La santa desapare- te honor el sagrado c a d á v e r , y aun muerto dió documen-
c i ó , y el navio reslituida la bonanza prosiguió felizmente tos de humildad aquel cuerpo que habia sido digna habi-
su viaje, y dió fondo en el puerto de Marsella. El año s i - tación de una alma tan grande como humilde; porque a l
guiente de 1293, caminando á Túnez al ministerio sagra- intentar el obispo poner en la caja nueva el santo cuerpo,
do de la religión , la Uedcncion de los cautivos, los padres creció repentina y milagrosamente , de modo que no fué
redentores Fr. Vicente de Prats y Fr. Dionisio Roneo, pa- posible caber, ni acomodarse en ella por muchas y varias
decieron tan grave tormenta , que ya se trataba de alige- diligencias de que se valieron para conseguirlo. Recono-
rar del todo la nave, arrojando ó sacrificando á la voraci- cieron todos el prodigio, y venerando en él los juicios d i -
dad del mar las riquezas sin reservar las arcas , en que vinos que ignoraban, alabaron á Dios. El rey devoto y ad-
con el dinero de la redención iba encerrada la liberlad de mirado , mandó volver el c uerpo á s n antigua caja que fá-
los miserables cautivos: implorando con vivas ansias el cilmente cupo, y se puso como ánles : porque pura ello
favor de la santa madre, representando su tribulación, y cobró su estatura y volvió á aquella diminución que solo
pidiéndole mirase como cansa común y propia su peligro. parecía habia dejado para rcusar y resistir por entonces
Ni fué menester mas diligencia; porque al mismo punto se aquella boma.
los apareció en el aire, y se vió que con un azote en la Con la vista y consideración de estos prodigios, se e n -
mano ahuyentaba la tempestad , obligando á los vientos á cendió de nuevo la devoción y fé de lodos , con la cual
encerrarse en sus mas profundas cavernas, de donde los implorando su favor alcanzaron nuicbos remedio: cobra-
habia sacado, ó la furia del temporal ó acaso la malignidad ron salud no pocos tullidos y enfermos que no h espera-
del común enemigo que poresle medio trataba de impe- lian del arte : algunos ciegos se resliluyeron á la vista ; y
dir la santa y heroica obra de la redención, que él tan de- dos muertos á la vida. Ni hubo menester mas el obispo do
claradamente aborrece. Barcelona para que, comprobados con su autoridad estos
La frecuencia de estos y otros prodigios aumentó PUCO- milagros, la mandase dar pública veneración y culto. Así
sivamenle la devoción de nuestra santa virgen creciendo lo hizo, decretando que se colocase el sanio cuerpo en la
cada dia la veneración: y así c! año de 1380, el señor rey capilla de le gloriosa mártir santa Catalina, como se ejecu-
don Pedro IV en Aragón , de este nombre, pareciéndolo tó. Al otro dia de esta traslación amaneció el cuerpo m i l a -
que el arca en (pie estaba allí depositado el sagrado cuer- grosamente colocado en ta sacristía, do donde reconocien-
po á quien su real piedad veneraba con singular afecto, era do los padres de aquella gran casa la volunlad de nuestro
menos decente de lo que pedia el crédito de su santidad, S e ñ o r e e n semejantes maravillas,no sealrevieron á sacar-
sobre la calidad de su sér se resolvió á hacerla trasladar le , hasta que se manifestó y fué hallado también incor-
en caja mas proporcionada con la riqueza y preciosidad do rupto, con singular consuelo de todos , el cuerpo del ve-
tan noble deposito. Pata este fm la mandó hacer grande nerable siervo'de Dios Fr. Bernardo de Corbera su confe-
y costosa llena de varios adornos dignes de su cuidado y sor : y entonces ambos fueron trasladados al cuerpo de la
magnificencia s y llegado el dia señalado á la traslación iglesia y colocados á los dos lados del retablo en donde t o -
que fué el 17 de j u l i o , dispuso qutí este solemne acto se do este tiempo han tenido veneración, permaneciendo sin-
ejecutase con el aparato y ostentación á que sobre pedirlo gularmente el de nuestra santa con nuevos prodigios y
la dignidad de la materia , 1c inclinaba naturalmente la maravillas , siendo inmenso océano la materia que ofrece
exacta pun'.ualidad de su genio ceremonioso. Previno pues este argumento; pudiendo en él y debiendo ceñirnos ú
para que asistiese y celebrase de pontifical el obispo, que decir , que no solo en las ocasiones que se ha llevado p r o -
á la sazón lo era de Barcelona, don Pedro de Planella. ccsionalmente el santísimo cuerpo de nuestra aantp á la
Concurrieron también á este acto de orden del rey los con- orilla del mar, cuando con desusada braveza ha sucedido
sellcres de la misma ciudad y gran número de nobleza pasar sus límites, y con horror y furia do terribles tormen-
que se hallaba en la corte. El obispo celebró de pontiiloal; tas ha congojado á la ciudad de Barcelona , ínclita patria
y concluida la solemnidad del sacrificio, fueron en proce- suya , han experimentado total alivio los alligidos ciuda-
sión al lugar donde estaba la caja, y con losconseileres la danos, sino que llevada la reliquia de la sania virgen á
abrieron en presencia de todos. Hallaron el cuerpo tan sin instancias de todo género de enfermos, y obrar por medio
corrupción después de noventa a ñ o s , como si entonces de ella nuestro Señor repetidos y prodigiosos favores en
acabara de morir, y tan entero como si en lodos ellos no sus criaturas; es un milagro tan frecuente, que el mismo
hubiera estado muerta, sino dormida. Celebraron con i n - uso casi le ha quitado la admiración.
decibles júbilos y admiración los ánimos de todos este F u é , pues, nuestra gloriosa virgen tenida y eslimada
portento. Habíase levantado un altar en medio del coro por santa en el concepto universal de lodos; y aun e n v i -
bajo, en donde tenian preparada la caja nueva que se h a - da la honraron con esa voz los pueblos s argumento ver-
bla hecho de órden del rey. Los religiosos de mas autori- daderameule irrefragable de su gran santidad. Esta inme-
dad trajeron en ombros la antigua en que estaba el cuer- morial posesión con que ¡a aclamó siempre el respeto nni-
po de la santa hasta el coro, acompañados de los señores versal, sa ha continuado hasta ahora desde el dia su fe-
rey y ryina, del obispo , de los conselleres y de lo mas liz tránsito pm- espacio de mas de cuatro siglos ¡ la cual
numeroso y escogido del pueblo y nobleza. Colocáronse probada , se obluvo después de varias y repetidas ins-
Jas dos cajas en medio de aquel altar; y el obispo con sus tancias, así de lodo el principado de Ciitaluna y religión
m 2 5 . SETIEMBRE. 411
d é l a MOITIHI, como Qá la mnjeslad del rey calólieo el se- y hará siempre glorioso el nombre de santa Maria de
ñor don Cíuios 11, el afio de 1692 , de la snnlidad de Ino- Socós.
cencio X I I la aprobación y declaración del culto inmetno- Escribieron la vida de esta sania los padres maestros
rifll de sania María de Socos ; coníirmando y asegurando mercenarios Fr. Alonso Rcmon, Er. Bernardo de Vargas,
con la autoridad apostólica, como vicario de Cristo, la ca- Fr. Inlerian de Ajala y Fr. Manuel Mariano Ribera ; y Es-
nonización antiquísima que hasta aquí habia gozado en lévan dcCorbera, ciudadano honrado de Barcelona. Hicie-
el culto y veneración pública de los pueblos. Guárdase su ron memoria de ella los padres maestros Fr. Francisco
sanio cuerpo en el real convento de Sania Eulalia, virgen Zumel, en un Iratado De vilis palrum, eí mogislrorum ge-
y m á r t i r , de la misma sagrada y militar ordenen la c i u - nerulium; Fr. Felipe d e G u i m e r á , en la Historia de s u ó r -
dad de Barcelona , en la magnífica y suntuosa CÉfSll qmí den; Fr. Marcos Salmerón, en sus Recuerdos históricos;
mandó fabricar el excelentisimo señor m a r q u é s de A y l o - Fr. Melchor Uodiiguez de Torres, en su Agricullura del
na, don Guillen llamón de Moneada y Cen ellon , su pa- alma; Fr. Gabriel Gómez de Losada, en su Escuela de
riente; poniendo el mismo m a r q u é s por su singular de- U-abajos, lodos mercenarios; y el doctor Juan Dámelo, en
voción á la santa en 21 de enero de 1699, la primera fun- la Crónica del reino de Mallorca; el abad SilvestroMarulo,
damental piedra en dicha capilla, donde á los 12 de agos- en el Océano de lodas las religiones; el abad Marlin Car-
to del ano nOS fué con grande y pomposa solemnidad rillo, en sus Anales del mundo, y otros muchos. Celébra-
trasladado el sagrado cuerpo , siendo en ella muy fre- se su fiesta á los 2S de setiembre.
cuentado de la piedad d é l o s líeles, con quienes por la * S.V.NCLEOFÁS, MÁUTIR.—Este fué uno de los dos d i s c í p u -
poderosa intercesión de la santa, derrama el Señor sus los, que dirigiéndose desde Jerusalen, á la aldea ó castillo
divinas misericordias, y se venera dentro de la caja a n t i - de Emaús, encontraron por el camino al Salvador, el dia
gua guarnecida con otra riquísima de piala que mandó l a - mismo de su resurrección, y se reunieron á él, contándole
brarle la misma ciudad, afio 1693, siendo tal, aunque de- sin conocerle, la historia de su vida y pasión. Según el
bida siempre la estimación y el cuidado con que se apre- cardenal Raronio san Cleofás, murió después mártir á
cia y conserva este prodigioso tesoro, que sobre la r e l i - manos de los judíos en la misma casa en que habia con-
gión y autorizada decencia del culto, tiene y está ya de vidado al Señor, y dice que fué sepultado en ella, habien-
tiempo antiguo resguardado con muchas llaves; de las cua- do obrado muchos milagros.
les la una tiene la misma ciudad, otra el muy ilustre c a - S\N LOPE, OBISPO V CONFESOR.—Pasó los primeros anos
bildo de la sania iglesia catedral, dos el reverendo prior de su juventud en un monasterio de solitarios, establecido
y convento de la Merced , y otra la excelentísima casa de á corta distancia de Lyon. Era abad de aquella casa, cuan-
Moneada. do habiendo quedado vacante la silla arzobispal de la m i s -
Alabemos, pues, todos á DÍJS en su santa: y si en sen- ma ciudad de Lyon, fué elegido Lope para ocuparla. Su
tencia de san Juan Crisostomo, es ociosa la alabanza de los reputación de eminente santidad, no desmereció en lan
santos, cuando no se acompaña de la imitación ; procure- elevado puesto, sino que por el brillante desempeño de
mos, ayudados de la gracia divina, hacer con la imitación, sus funciones pastorales, creció mas cada dia su fama y
digna y fructuosa la alabanza. No nos pide él, nó, que su virtud. Asistió y presidió en 338, al lercer concilio do
la imitemos en aquellas müs admirables (pie imilables pre- Orleans, y después de haber trabajado incesantemente en
rogalivas, con que la enriqueció para gloria suya, sino en el arreglo y restablecimiento de la disciplina, murió san-
aquellas virtudes eximias, en que ella se señaló para ejem- lameuleeldia i'ó de setiembre del año 5 i f , siendo sepul-
plo nuestro. Quiere , pues, y nos manda que imitemos tado como habia dispueslo, en el mismo monaslerio en
aquella tolerancia en las adversidades, aquella paciencia que habla vivido tantos años.
en los trabajos, aquella piirexa angélica, incontraslablé á S w AMC.UUO, OBISPO Y CONFESOU.—Nació de una fami-
todas las baterías y ardides de la carne, aquella humildad lia principal de Orleans, y pasó sltá primeros años en la
siempre profunda, aun cu medio de las honras y favores c ó r t e d e Gonlrando, rey de Borgoña. Después renunció al
del mundo, aquella pobreza desasida de (odas las cosas mundo, vivió algunos años bajo la dirección del obispo Sia-
de la tierra, aquella oración continua, aquella fé constante, grio, célebre per su sabiduría y piedad,y el año 510, fué
•'•quella caridad, y aquel negarse siempre toda a sí, por elegido y consagrado obispo de Auxerre. Las virtudes que
hacerse toda á Dios. Pero si es eficaz para nuestra refor- desplegó Anacarto durante su pontificado fiteron lan g r a n -
mación y enmienda su ejemplo, no es mónos eficaz para des, que t>or lodos los países de Europa se le cilaba como
•meslro remedio su patrocinio. En é l , pues, y sus méritos modelo y espejo de prelados. Asistió al cuarto Concilio de
je hallarán, nó una, sino todas las necesidades ; porque París y á los dos de Macón, y reunió un sínodo en su dió-
^como ha ensenado la experiencia) todos los males la l e - cesis, parn regularizar la disciplina eclesláslica en su reba-
tttü(, y lodos los clemenlos la respetan. Con su devoción é ño. Veló con un zelo infatigable por la pureza de las cos-
invocación, experimentan los navegantes favor en las bor- tumbres, instruyó conlinuamenle á los pueblos en sus de-
rascas : los caminantes, seguridad en los peligros : los cie- beres, socorrió á los pobres con extraordinaria largueza,
gos,-ojos: los mancos, manos : pies y movimiento, los t u - dió decencia y pompa al culto divino, y murió en el Señor
llidos : salud, en medio de los mayores males los enfer- el dia 25 de setiembre del año GOS.
mos; y hasta los muertos, vida. Al poder de su nombre, 6 SAN SOLENIO, OBISPO Y CONFESOR.—A fines del siglo V ,
á la presencia de sus lellijuias, cesan los incendios , se fué este santo elegido obispo de Charlrcs; pero, espanta-
purilica el aire, se refrena el mar, se fecunda la tierra do ¡x vista del enorme peso de ios deberes de! episcopado,
para que lodo el mundo, y en él sus clemenlos, confiesen huyó y se escondió tanto, que no fué posible enconlrarlc.
y publiquen, con la universal experiencia de estos so- Algún tiempo después, san Aventinofué elegido para reem-
corros , la excelencia maravillosa que ha hecho, hace plazarle, y Solenio, creyendo entonces que ya nada debía
\ v-l LA LEYENDA DE ORO. 1)1 V 20.
lomer, volvió á presentarse en la ciudad. Era tan grande con su paciencia y su zelo, venció muchos obstáculos y
la reputación de su santidad, y tanto lo que le querian, adquirió muchas conquistas para Jesucristo. Parece quo
que le obligaron á consagrarse y á tomar el gobierno de murió en paz el aílo (JI.
la diócesis de Charlres, cuyo cargo renunció voluntaria- LAS SANTAS HERMANAS AURELIA Y NEOMISIA, VÍRGENES.—
mente el último elegido. Solenio, llenó üdelísimamente t o - Nacieron en Asia, y habiendo perdido á sus padres, siendo
dos los deberes de un digno obispo, y murió por los años aun muy jóvenes, vendieron lodo su patrimonio, repartieron
de 509. su producto á los pobres, y se f ueron á vivir en una sole-
SAN Pfti.xciPio, OBISPO Y CO.VFESOR.—Fué hermano del dad. Aquí hicieron voto de perpetua castidad, y se mar-
obispo san Remigio, y como él instruido en ciencias y v i r - charon á visitar los santos lugares de Jerusalen. En segui-
tud por dos piadosos monges del célebre monasterio de da se fuéron á Roma á venerar el sepulcro de los a p ó s -
í.erins, enel cual vivió algunosafios. San Sidonio Apolinar toles: por el camino obraron muchos milagros, y des-
habla de él con gloria y alabanza. Entre otras cosas, pués de haber visitado la capital del cristianismo, se
dice que se observaba en él un fervor increíble, por su san- volvían á Asia, pero fueron prosas por los sacarracenos en
tiücacion por la gloria de Dios y por la salvación de las Capua. Las azotaron, las maltrataron, y querian obligar-
almas. Consagrado obispo de Soissons, honró aquella I g l e - las á renegar do su fé, cuando el Señor las libró milagro-
sia con la práctica de todas las virtudes apostólicas, y m u - samente de las manos de sus enemigos, y las condujo al
rió santamente por los primeros años del siglo VI. En su territorio de Anagni, doíulo fueron hospedadas por un
largo ponliücado, asistió á varios concilios, promovió los siervo de Dios, en cuya casa murieron dentro de poco,
intereses de la religión con laudable zelo, y dió á Clodo- acompañadas de santos ángeles. Su muerte la coloca Baro-
veo, cuya amistad habia cultivado, muy útiles consejos nio á principios del siglo XI.
para la Iglesia y el estado. M itfrti e k í q ^ f i i i i k i f t p i i Bitó óOiid/t:nniMé¡
Los SANTOS PABLO, TATA, SABINIAXO, MÁXIMO, RLFO V EU-
DIA 26.
GENIO, MÁRTIRES.—Pablo y Tata eran esposos, y los de-
más eran hijos suyos. Esta santa familia vivia en Damas- Los SANTOS CIPRIANO Y JUSTINA, MÁRTIRES.—Los modos
co, ocupada y entregada, aunque ocultamente, á prácti- que Dios nuestro Señor tiene para salvar las almas, son
cas piadosas, cuando un dia fueron lodos delatados al juez muchos y maravillosos; porque de nuestros males saca
pagano. Presentáronse en el tribunal, y confesaron gene- bienes, de la ponzoña hace triaca y de la muerte vida.
rosamente que eran cristianos, y que no ofrecerían incien- Vese eslo ser verdad en la vida y martirio de san Cipria-
so á las falsas divinidades, aunque se les quisiese quitar la no : el cual, siendo mago y nigromántico, armando lazos
vida. En seguida los entregaron á los verdugos para que por mano de los demonios y ministros del infierno, para
los azotasen inluimanamenle, y les aplicasen otros h o r r i - que cayese en pecado la gloriosa virgen santa Justina, fué
bles suplicios, cu medio de los cuales al lin entregaron su preso y enlazado, y se conviilió á Cristo, y después fué
espíritu á Dios. con ella mártir del Señor. El martirio de estos santos C i -
SAX HEUCUIANO, MÁRTIR.—Eué soldado romanq y osla- priano y Justina, es de esta manera. Fué santa Justina de
ba en Roma cuando el martirio de san Alejandro, obispo. la ciudad de Antioquía: su padre se llamaba Dusio, 6
Al ver sacar á éste de la hoguera, y que iban á degollar- (como Melafraste dice) Edosio, y su madre Cledonia. Eran
le, el jóven Ilerculano se sintió animado por el csplrilu de gentiles, y también lo era su hija Justina; mas por la doc-
Dios, y dirigiéndose al emperador Antonino, le reprendió trina de un santo diácono, llamado Praiso ó Proelio, se
en alfa voz su obstinación en no querer confesar la divini- convirtió á la fe del Señor, y por su medio y por una r e -
dad de Jesucristo. El emperador lo mandó prender, y des- velación que tuvieron, también se convirtieron y se b a u -
pués de haber padecido varios suplicios, fué degollado. Su tizaron sus padres. Era Justina hermosa por estremo, y de
martirio sucedió en Roma, en el siglo I I . muy grandes gracias naturales., y mucho mas hermosa por
Los SANTOS BARUOMIANO, ELCAUPO, Y VEINTE Y SEIS COM - las virtudes, con que su alma resplandecía en Ice ojos del
PAÑEROS, MÁRTIRES.—Derramaron su sangre por la fé cató- Señor, á quien tomó por Esposo, y consagró su v i r g i m -
lica en Asia, durante el reinado del emperador Decio. dad. Tuvo envidia el demonio de la santidad de Justina, y
SAN FORMEIUO, MÁRTIR.—Nació en Gapadocia de Cesárea, pretendió derribarla y bacei-la caer de aquella perfección
el aíio 348. Después de una vida santa y llena de mila- en que estaba. Para esto incitó á un mancebo rico y lasci-
gros, y de otros singulares beneücios del cielo, hizo pro- vo, que se llamaba Agladio, quo pusiese los ojos en Justi-
fesión pública de la fé ante el juez Alejandro, por cuyo na y se enamorase de ella, y por lodos los caminos que
mandato y el de Sózimo, sacerdote de los ¡dolos, fué echa- saeleel amor ciego, procurase atraerla á su voluntad. N i n -
do en una hoguera, en la cual fué visto acompañado de gún medio bastó para vencer el propósito do la santa v i r -
á n g e l e s , y así entregó su espíritu al Señor, el dia 25 de gen ; porque estaba fundado sobre la pefla Arme, y no
setiembre del a ñ o 362. Sus reliquias fueron, no se sabe temía las avenidas de los ríos, ni el ímpetu y braveza de
cómo, trasladadas á Treviño, pueblo del obispado de Ca- las tempestades y vientos. Como Agladio vió que le salían
lahorra, en España, donde se guardan coa gran devo- en vano sus intentos, tomó por postrer remedio el favorecer-
ción. se de los demonios que le incitaban, para alcanzar por ellos
SAN ATAUON, OBISPO Y CONFESOR.—Fué natural de la isla lo que por sí no podía. Había en la misma ciudad de An-
de Chipre, y discípulo del apóstol san Bernabé, sucedióle tioquía un grande hechicero y nigromántico por nombre
en el obispado de Milán. Gobernó esta Iglesia por algunos Cipriano: á este descubrió Agladio lo que pretendía de Jus-
años, durante el pontificado de san Lino, habiendo sido tina, y los medios que habia tomado para ablandarle, el
antes obispo de Brescia. Tuvo que sufrir muchas penalida- ánimo obstinado y mas duro que el diamante que tenia; y
des y miseria?, y las persecuciones do los paganos ; pero que si no quería que de paro amor de aquella doncella el
DIA ^6. SETIEMBRE. 1 13
se uim-iese, le socorriese con sus artes poderosas y sobre- * SAN EtsEmo, PAPA.—Este santo, griego de nación,
liumanas; porque él se lo pagaría libei alíñenle, y queila- pasó á Roma para tratar asuntos eclesiásticos, y serian
ria su perpetuo esclavo. Tomo Cipriano á su cargo el v e j i - muy recomendables sus circunstancias, porque por muer-
ccr á Justina y atraerla á la voluntad de Agladio. Convocó te del papa san Marcelo, fué elegido obispo de Roma, y
los demonios, mandóles lo que habian de hacer: fueron consagrado el dia 20 de mayo del afto 310. Entre otras de
una, dos y tres veces a la sania : asaltáronla y combatié- las cosas, procuró mantener en todo su vigor la p r á c -
ronla, transíigurándose en mil formas y figuras; y después tica de las penitencias canónicas, especialmente con res-
de haber usado contra ella todas sus arlesy embustes,que- peto á los que habian lluqucado durante la persecución.
daron vencidos y corridos: porque la santa doncella favo- Muchos fueron los enemigos que le atrajo su zelo, en par-
recida de su dulce esposo Jesucristo, J armada de oración ticular un lal Ileraclio, hombre turbulento que le suscitó
y ayuno, y especialmente de la señal de la santa cruz, toda especie de contradicciones, de las que triunfó Ensebio
triunfo de ellos gloriosamente. Quedó Cipriano asombrado, con su paciencia. Poco después do su elección, fué dester-
por ver que sus artes lenian tan poca fuerza, y (pie los rado por el tirano Maxencio á Sicilia, donde murió el dia
misinos demonios confesaban su llaqueza, y que no podian 26 d é setiembre del mismo año u l O . Si bien su pontifica-
prevalecer contra Justina, por ser cristiana, y estar arma- do no duró mas que cuatro meses y seis días, con todo
da con la virtud y poder de Cristo crucificado. De aquí en- proporcionó días de júbilo á la Iglesia, por las acertadas
tendió Cipriano que Jesucristo nuestro Salvador era Dios, disposiciones que dió.
y mas poderoso que todos los demonios, á quienes él tan- S i s CAi.isTa.vTO, Y sus COMPAÑF.HOS, MÁRTIRES.— San Ca-
to reverenciaba; y encendiéndose la luz del ciclo en su lislralo era de liorna, y habiendo confesado piiblicamenlo
corazón, determinó hacerse cristiano. YJuo á Aulimo, obis- el nombre de Jesucristo en tiempo del emperador Diocle-
po, y le descubrió lo que pasaba ; y en efecto, quemando ciano, le metieron en uft saco lleno de quijo y le arrojaron
sus libros nigrománticos, y renunciando al demonio y á al mar. Por una providencia especia!, el saco sobrenadó y
sus malas artes, se ban!i/ó, y después fué ordenado de permaneció largo tiempo sobre las aguas, y á vista do se-
diácono, y resijlandet'ió cou gran santidad, y muchos m i - mejanle prodigio, cuarenta y nueve soldados romanos que
lagros que por él obró el Sefior. ^ porque él le habia he- presenciaban la ejecución del sanio, se convirtieron y abra-
cho tan grandes mercedes por m&dio de la sania virgen zaron la religión (•risliana. Indignado el emperador con
Justina, tuvo siempre gran cuenta de ayudarla, y de l l e - íiquel suceso, mandó que Calislralo y los cuarenta y nue-
var adelante sus sanios propósitos, siendo ella abadesa y ve soldados fuesen todos juntos degollados, y así se eje-
madre do un monasterio de doncellas, (pie con gran pui-e- cutó, alcanzando reunidos la palma del martirio.
servían al Sefior. Floreciendo, pues, los santos de la
SAN NILO, AUA».—Fué descendiente de una familia grie-
manera (pío hemos referido, un conde llamado Eutolmio,
ga, y nació en la Calabria, en el año 910. Llamóse en el
los mandó prender y atormentar á Cipriano, y rasgarle los
bautismo Nicolás, cuyo nombre cambió después por el de
costados con uñas aceradas, y á Justina, después de haber-
Nilo. Hizo rápidos progresos en el esludio de las letras d i -
la dado muchas bofetadas, azotar con crudos nervios. Des-
vinas y humanas, y contrajo matrimonio. En sus primeros
p u é s pusieron á Cipriano en la cárcel y á Justina en casa
años practicó todas las virtudes; pero poco á poco fué de-
de una mujer honrada. De allí á pocos dias, traídos á su
bilitándose su piedad, y llegó hasta á darse á los hábitos
presencia, viendo la constancia y perseverancia que lenian
viciosos. A la muerte de su esposa, se sintió Nilo tocado
en la fé, los mandó echar en una caldera grande, encen-
de la gracia de Dios, y á fin de escapar á las tentaciones y
dida y llena de pez, sebo y resina. Entraron los santos
peligros del mundo, se retiró á un monasterio, teniendo á
mártires en la caldera, y salieron sin lesión alguna, por
la sazón Ircinta años de edad. Consagróse solemnemenlB
virtud de aquel Señor, á quien obedecen todas sus cria-
al Señor, y llevó á tan alto grado de perfección la obe-
turas : y un sacerdote de los gentiles, llamado Atanasio,
diencia, la humildad, la mortificación de los sentidos y la
fué quemado del fuego que habia perdonado á los santos.
contemplación de las cosas celestiales, (pie sus hermanos
De alli fuéron llevados á ¡Nicomedia ; y después de haber
le consideraban como otro san Pablo. Pasados algunos
padecido otros tormentos con grande, ánimo y alegría, los
años, sus superiores le concedieron el permiso que pedia
degollaron, y dejaron seis días sus cuerpos sin sepultura,
para irse á vivir en un bosque vecino, y lijar su residencia
para que las fieras los comiesen ; mas quedaron enteros,
junto á una pequeña capilla de San Miguel. Muy pronto se
guardándolos Dios. Ciertos cristianos, una noche los toma-
hizo célebre sau Nilo por sus profecías y milagros: la r e -
'"on y pusieron en un navio, y los pasaron á Roma, en
putación de su extraordinaria santidad, corrió por lodo el
donde primero fueron sepultados en una heredad de Ru-
pais, y de todas parles se llegaban á consultarle. Los obis-
fina, noble matrona, y después trasladados á la iglesia de
pos, los príncipes, y hasta los mismos papas buscaron sus
San Juan de Lelran, donde al presente están junto al bau-
consejos ó instrucciones. Con ocasión de visitarle, muchos,
lisicrio. Celebra la Iglesia fiesta de estos dossanlos á los U
enamorados de su santidad, se quedaron á vivir junio á su
de setiembre, que fué ^ ^ ¿ c sa maitir¡o, imperando
celda, formándose así una especie de comunidad, cuyos
Diocleciano y Maximiano. Escribieron de estos santos los
individuos vivían en cabañas separadas, y se reunían para
Martirologios romano, el do Reda, Usuardo, Adon y Meta-
los ejercicios de piedad, bajo la dirección del santo, al cual
frasle. liase de advertir que algunos autores griegos con-
habian nombrado su abad, sin que pudiesen conseguir que
funden este santo Cipriano con saa Cipriano, que fué obis-
lomase nunca este título. Las incursiones de los sarracenos
po de Gartago, e iluslrísimo m á r t i r y elocuentísimo escri-
echaron después do allí á aquellos solitarios. Nilo se fué al
tor, cuya fiesta celebra la Iglesia á los i c de este mes de
monte Casino; después pasó diez años en el monasterio de
setiembre; pero ellos fueron dos, y nó uno, y diferentes en
Serperi, situado junto al mar, y al On se fijó con sus discí-
la patria, grado, profesión tiempo y lugar del martirio.
pulos en Tasculum, donde fundó el monasterio de Golafer-

TOMO I I I . 15
Mi LA LEYEX m m ORO. DÍA 27.
r;ila, doiiiic muriú el día i 8 de seiiembre é e i a ñ o 1005, á
penosos; y luego, así como estaban alados, echar en el
la edad de nóvenla y cinco afios.
mar. Envió el Señor un ángel en su defensa, el cual los
Sx's EÜSEBIO, omsi'ü Y CONVESOR.—Gobernó la Iglesia de
desató y libro, y puso en la ribera. Supo esto Lisias, y
Bolonia por muchos años, siendo insigne en doctrina y
atribuyéndolo nó á la virtud de Jesucristo (á quien el mar
piedad. Asislió á varios concilios, trabajó incesanleniente
y la tierra obedecen ) , sino á arle mágica, los mandó po-
unido con san Ambrosio de Miian, y murió en la paz de
ner en la cárcel, y al otro dia encender una grande ho-
Dios por los últimos años del siglo I V .
guera y echarlos en ella. Estaban los sanios en medio do
SAN VIÜILIO, OBISI-O.—Después de haber pasado por t o - las llamas sin ser quemados, puestos en oración, y alaban-
dos los grados inferiores de la clerecía, fué consagrado do al Señor por la misericordia qjie con ellos usaba. Salie-
obispo de Brescia. Sus raras cualidades le hicieron amable ron de repente las llamas de aquel incendio, y quemaron
á Dios y á sus ovejas; y el papa san León el Grande, que á muchos de los paganos que allí estaban. Quedó espanta-
conocía todo su mérito, cultivó su amislad y le coníió v a - do e! procónsul, aunque no rendido: mandólos colgar en
rias comisiones imporlanies. Llenó sus deberes apostólicos el ecúleo, y descoyuntar sus sagrados miembros; mas el
con mucha exactitud, y murió saniamente cerca del s i - ángel del Señor los a m p a r ó , y salieron de aquel tormento
glo V I . sin lesión alguna, con gran paz y alegría. Estaba Lisias
SAN SENADOR, MÁUTIR.—A pesar de hallarse esíc santo confuso, y no acababa de entender el poder de Dios, y la
en todos los Martirologios anliguos y modernos, ninguno fuerza y virtud de la religión cristiana : y lleno de furor y
trae mas que su nombre, y solo Pedro de .Natal, dice que enojo, mandó que. los atasen en dus cruces, y «pie allí los
sufrió martirio en Alhano, el dia 26 de setiembre. apedreasen. Pero ¿ q u é p u é d e l a fuerza del hombre ( o n -
SAN AMANCIO, PIIESBÍTEKO Y CO.NFESOU —iNació y murió en Ira el brazo de Dios? Tirábanles piedras, y ninguna llega-
Caslelo de Italia durante el siglo V I . Ordenóle de sacerdo- ba á los mártires, y imu has caían sobre los mismos que
te san Florido en.Petugia, y desde entonces fué su fervo- las tiraban y sobre los que miraban este epectáculo, y sa-
roso apóstol, convirliendo lodos los dias multitud de godos lían descalabrados. El presidente, afirmando que todo esto
con sus exhortaciones, y principalmente con sus milagros. era hechicería, les mandó asaetear, y las saetas se volvie-
Fué muy eticazen el socorro de los pobres y de los cncaj- ron á los (pie las tiraban, sin que alguna llegase á los cuer-
celados, y de todos -cuanlos padecían necesidades espiri- pos de los santos. Pronunció el juez scnlencia de muerte,
tuales y temporales, y habiendo anunciado con anlicipa- y que fuesen degollados ; y de esta manera los dos santos
cion el dia y la hora de su muerte, descansó dulcemente mártires, acabaron gloriosamente sus vidas, y con ellos
en el Señor, el dia 2G de setiembre del año íi98. los otros tres hermanos ; y sus cuerpos fueron sepultados
por varones religiosos,, fuera de la ciudad de Egea. Su
martirio celebra la Iglesia á i l de setiembre, y fué el a ñ o
DIA 2 1 .
del Señor de 28;i, imperando Diocleciano. Los cuerpos de
LOS SANTOS HERMANOS COSME Y DAMIAN MARTIRES. — LOS san Cosme y san Damián se trajeron después á Roma, y
santos mártires Cosme y Damián, fueron hermanos y na- fueron colocados en un solemne templo, que Félix, papa,
turales deEgea, ciudad de Arabia, é hijos de padres cris- bisabuelo de san Gregorio el Magno, les edificó, donde
tianos. Siendo niños les falló su padre. La madre, que se hoy dia son reverenciados con gran d e v o c i ó n : y como
llamaba Teodora, y era mujer de loables costumbres, y dice Gregorio Turonense, obraba Dios nuestro Señor m u -
sierva de Dios, tuvo cuidado de criarlos en su sanio temor. chos y grandes milagros por ellos: y los enfermos que v e -
Diéronse al estudio de las buenas letras, y especialmente á nían á su sepultura, volvian sanos; y otras veces apare-
la medicina, y salieron excelentes médicos, y curaban y cían los sanios en sueños á los dolientes, y les decían lo
sanaban muchos enfermos que parecían incurables, mas que habían de hacer, y en haciéndolo, quedaban sanos.
por arle divina que humana. No tenían puestos los ojos Entre los enfermos que por las oraciones de estos santos
en interés temporal, ni curaban por dineros, sino por m i - alcanzaron salud, fué uno el emperador Justiniano, que,
sericordia y puro amor de Dios, en cuya virtud sanaban; en memoria del beneficio y salud que. habla m-ihido, les
y por esto los llamaban «los anarguirios» en griego, que edificó dos templos magníficos y suntuosos. Solían lo? cris-
es lo mismo que • los sin d i n e r o ; » poi que no lo tomaban: tianos ir en romería á la Iglesia de San Cosme y San Da-
y así eran amados y respetados de todo el pueblo, por las mián que estaba en Palestina. La vida de estos santos es-
buenas obras que de los santos hermanos recihia, y su cribió Nícetas, y la refieren Metafraste y el padre Surío,
fama volaba por todas partes. Estaba en la ciudad de Egea lom. v. Uacen mención de ellos los Martirologios romano,
á esta sazón un procónsul, llamado Lisias, hombre c r u e l í - el de Beda y Usuardo, y mas copiosamente Adon ; y el
simo, y por extremo enemigo de cristianos. Tuvo noticia cardenal Baronío en las anotaciones del Martirologio, y en
de los dos santos hermanos: mandólos traer á su presen- el segundo tomo de sus Anales. Y en el concilio NicenO I I ,
cia ; y preguntóles de q u é tierra eran, y cómo se l l a - se refieren algunos milagros que hizo el Señor por la i n -
maban. Respondieron, que eran de la misma provincia de. tercesión de estos santos, dando salud milagrosamente á
Arabia, y nacidos en la ciudad deEgea, y que so llama- los enfermos que les encomendaban.
ban Cosme y Damián, y que tenían otros tres hermanos, * SANTA ELTRODIS, VÍRGEN.—Era descendiente de nobles
cuyos nombres eran Antimo, Leonico y Euprepio, y que padres, pues era hija del conde Wiverto, gentilhombre del
todos eran cristianos. Prendieron luego los otros herma- Poitou. Amante de su Dios, lo consagró su virginidad, des-
nos, y procuró el procónsul con todo el artificio que pudo preciando cuantos acomodos le ofrecía su familia en el
persuadirles que eacrificasen a sus dioses ; y viendo que mundo, hasta llegar al extremo de escaparse de la casa de
perdía tiempo, los mandó atar de piés y manos, y azotar sus padres, para no contraer un matrimonio que se le
erudamenle, y atormentar con otros tormentos crueles y proyectaba. El casamiento que para ella se proporcionaba,
SETIEMBRE. M5
se voi Kicó con su iicnnana, to que sabiéndolo Ellrudis, de su diócesis el culto de los ídolos, y murió santamente
volvió á la casa de sus padres, disfrutando complela liber- en Itavena, en el siglo !!,
tad. Pidió al obispo de Gambray el velo de religiosa; y se SAN FLORE.NTLN" V SAN UILAIUO, MÁHTIUES.—Al principio
retiró á una eeldila, junio á la iglesia del monasterio de de! siglo V entraron los bárbaros en las Galias, y malaron
Liesies, gobernado entonces por un hermnno suyo. S i - á muchos cristianos á causa de su íé. Fntre eslus c u é n -
guieron su ejemplo algunas personas de su sexo deseosas tanse los dos sanios de quienes hablamos. Vivían en un
de la perfección, y reunió una pequeña comunidad. Apar- pueblo de la diócesis de Aulun, el que santificaron con
tada de torio comercio humano, tan solo se dedicaba á la sus virtudes y su dichosa muerte, porque después de ha-
oración y á la penitencia. Según Mabillon, murió esta san- ber sido despojados de todos sus bienes, fueron degolla-
ta á fines del siglo octavo, y fué sepultada en la iglesia de dos el dia 27 de setiembre del año íOC. Sus reliquins
Liesies. fueron trasladadas á Lien á mediados del siglo IX, y de-
SAN ELEÍZARO, CONFESOU.—Nació el año 1283 en la d i ó - positadas en el monasterio deAisnay, donde obraron gran
cesis de Apt, de la familia de los ilustres condes de Arlan, luimero de prodigios.
en la Provenza. Apenas salió á luz, su madre á quien l l a - SAN MARCOS, OBISPO.—Fué discípulo de Jesucristo, y le
maban «la buena condesa» le tomó en sus brazos, y le llama Juan el evangelista san Lucas. Dícese que era p a -
ofreció á Dios, suplicándole, que ánlcs le sacase de esic riente de san Bernabé y qiie fué de los primeros que pre-
mundo, que permitir que aquel hijo que la daba, perdiese dicaron el Evangelio á los gentiles. Lo que parece fuera
por la culpa, la gracia del bautismo. El niño Eleázarose de toda duda es, que fué consagrado obispo de Biblis,
mostró desde luego Heno de todos los dones con que.pre- ciudad de la Francia, donde murió santamente entre los
viene el Señor á sus elegidos. Apenas habla salido de la a'ños 80 y 90 de Jesucristo.
infancia, fué entregado á s u t i o , el abad del monasterio de Los SANTOS ADOLFO T JUAN, SIÁRTIRES.—Nacieron en Se-
San Victor, en Marsella, quien cuidó de su educación. A la villa, de nobles padres, y después fueron los primeros
edad de diez años era ya un modelo cabal de penitencia, que dieron en Córdoba la vida por Jesucristo. Su padre
llegando al extremo deque su (io tuviese que ruitiiíar los era moro, y su madre, llamada Artemia, era cristiana,
rigores con que se castigaba. A imitación de! rey Carlos H¡ mujer muy celebrada por su virtud y por la gloria de ha-
Eleázaro contrajo matrimonio con Doifina de Glaudcves, ber tenido tres hijos mártires, los dos de que ahora ha-
rica y virtuosa, y ambos esposos se obligaron á guardar blamos y santa Aurea hermana suya. San Eulogio dice
perpetua castidad. Las ausleridades cá que ambos se entre- que los dos hermanos fueron acusados ante el juez, como
gaban para moiiiiicarse, casi excedían á bis de los anti- lo fué mas de treinta años después su hermana Aurea, de
guos padres del desierto. A la edad de veinte y tres años, que siendo hijos de padre mahometano, hablan renegado
quedó Kleázaro único heredero del condado y de la i n - de su ley y abrazado la fé de Cristo. Contesáronlo ellos en
mensa fortuna d e á n familia, y lodos estos bienes los miró seguida y perseveraron en su propósito sin amedrentarles
siempre como otros tantos medios para socorrer las nece- las amenazas y las promesas grandes que aquellas gentes
sidades de! prójimo, y promover la gloria de Dios. Su alma les hacían. Por esta cansa fueron degollndos en el reinado
estuvo constmlemenle unida con Dios, y fué adudrable en de Abderramen I I , hacia los años 824 de Jesucristo, y sus
la resignación y paciencia con que sufrió todas las perse- cuerpos fueron sepultados en la iglesia de San Ciprian de
cuciones de sus enemigos. En medio de las grandezas y los la misma ciudad de Córdoba.
honores de la tierra, vivió como un anacoreta, y para ase- SANTA EI'ICARIS Ó EPICÁRIDES, MÁRTIR.—Estaba casada
gurar mejor su eterna salvación, dejó el mundo para to- con un senador romano y vivía en la ciudad de Roma, en
mar el hábito en la tercera orden de San Francisco, ejem- tiempo del emperador Dioclecíano. A causa de sus obras
plo que imitó su santa esposa, y después de haber nom- de caridad, fue mandada comparecer ante el presidente
brado á los pobres, herederos suyos universales, murió Cesarlo, que viendo que no podia vencer su constancia
Eleázaro en París, el dia 2T de setiembre del año 1 3 ¿ 3 . con halagos y promesas, la hizo azotar con cordeles e m -
SAN GATO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué discípulo del apóstol plomados, después la hizo colgar cabeza abajo, y en esta
san l í e r n a b é , y deseando ser testigo de los milagros y ce- penosa actitud estuvo mucho tiempo, hasta qne al fin le
lestiales instrucciones de los santos apóstoles Pedro y cortó la cabeza el verdugo, y su alma voló á Dios.
Pablo, se dirigía á liorna, cuando tuvo una visión, estan- LOS SANTOS FlDENOtO Y TURENCIO, MÁRTIRE'í. Fuei'On do
do en camino, en la cual se le manifestó el martirio de los Capadocia, y habiendo venido desde Siria á Roma en
dos principes de la Iglesia. Llegó á la capital del mundo y tiempo de los emperadores Dioclecíano y Maximiano, fue-
permaneció allí algún tiempo," asistiendo á las reuniones ron presos y martirizados en Todi, donde fueron sepulta-
de los cristianos , y trabando estrecha amistad con san dos honoríticamenteá espensas de una piadosa mujer, c u -
Clemente, que después fué papa. Consagrado obispo de yo hijo los dos santos habían curado.
Milán, convirtió á muchos á la fé, y bautizó á los santos
Gervasio y Protasio, sacrificados poco después al furor de
DIA Í 8 .
los enemigos de la religión. Durante la persecución de Ne-
rón tuvo que subir muchos trabajos, que sobrellevó con SAN AVENCESLAO, MÁRTIR.—E! esclarecido duque de Bo-
admirable fortaleza, y al lin murió en paz entre sus ove- hemia y glorioso mártir de Cristo, Wenceslao, fué hijo de
jas, á fines del siglo I . Wratislao , cristianísimo y religiosísimo principe , y de
SAN ADERITO, OBISPO T CONFESOR.—Ordenóle de sacerdo- Praomira, mujer perversa y muy enemiga de nuestra
te san Apolinar, obispo de Ravena al cual sucedió en el santa religión. Murió su padre, siendo niño Wenceslao, y
obispado, designado por medio de un milagro. Desempeñó una abuela suya, madre de so padre, que se llamaba L u d -
d cargo pastoral con incansable zelo y vigilancia, desterró mila y era santa matrona, adoptó á Wenceslao, y le tomó
11G LA LEYENDA DE ORO. DIA 28.
para criar á su cargo, tiímiendo que la madre lo había de de Bohemia, robando y d e s t r u y é n d o l a tierra, sin querer
pervertir y lefiirle de su coior. Dio por maeslro á MlMr oir á los embajadores que Wenceslao le enviaba para I r a -
ceslao á un varón sanio, llamado Pablo, para que desde lar de paz y concordia. Fué forzado Wenceslao á salir en
nifio le ensenase y le instruyese en e) temor santo del Se- campo contra su enemigo: y temiendo que si venían á
fior: y el mismo padre Wratislao, con este mismo recelo, batalla, se derramaria mucha sangre, y los inocentes pa-
Labia mandado en su testamento, que su madre y abuela decerían; para escusarlan gran mal, ofreció á su enemigo
de Wenceslao, le tuviese consigo y gobernase aquel es- de hacer campo y pelear cuerpo á cuerpo con él. Admitió
tado, hasta lanío que el míio creciese y tuviese edad para el partido Radislao, y armóse de todas armas de piés á
gobernarle: y así se hizo, quedando á la madre Draomira cabeza, y salió al campo en liravo caballo, con su lanza; y
otro hijo menor, por nombre Holeslao, á quien se dió una Wenceslao, vestido con sola una loriga sobre el cilicio, y
provincia llamada Boleslavia, para su suslenlo y estado. con una pequeña espada, se puso de la otra parle, estando
Cada uno de los dos hermanos imiló las costumbres de los dos ejércitos á la mira. Al tiempo del arremeter, W e n -
los que los criaban ; poique no se puede fácilmente ceslao so a r m ó con la señal de la cruz, y el contrario en-
creer lo que puede la crianza de los niños, y como se ristró la lanza para h e r i r l e : mas siíljilamentc vió dos á n -
les pega en Lien y en mal lo que en aquella tierna edad geles en favor de Wenceslao, y oyó una voz, que le de-
ven y aprenden de sus amas, ayos y maestros, como cía : No le hieras; y quedó tan espanlado y alónilo, que
el ejemplo de estos dos hermanos nos lo enseña; por- se echó del caballo á los piés de Wenceslao, y le pidió
que Wenceslao imitó las costumhres de su abuela, que perdón, conociendo que Dios peleaba por é l ; y el huen
eran cristianas y religiosas, y su hermano, las de su Wenceslao le levantó del suelo y le perdonó.
madre, que eran viciosas y conirarias á la religión cris- Otra vez, habiendo el emperador Otón, I de este n o m -
tiana, de la cual (como dijimos) era capital enemiga: bre, mandado juntar los príncipes del imperio en Yorma-
y como tal, ó tan ambiciosa, no obstante lo que W r a - cia, para tratar algunos negocios graves en la Dieta impe-
tislao, su m a r i d o , hahia mandado en su leslamento, rial, fué llamado entre los otros Wenceslao, duque d«
tomó por fuerza el estado, y mandó luego que se cerrasen Bohemia, como príncipe del imperio. Un dia, por haherel
las Iglesias de los cristianos: que los sacerdotes no predi- sacerdote tardado á decir la misa solemne que oia W e n -
casen; ni los maestpos enseñasen á sus discípulos, so pena ceslao, vino tarde á la junta de los p r í n c i p e s : y ellos, sos-
de la cárcel, del desfierro y de la muerto. Mudó en Praga pechando que aquella tardanza nacía de soberbia y vani-
los magistrados cristianos, y puso otros idólatras, que dad, determinaron no levantarse de sus sillas, ni Iioceile
mallratasen á los que profesaban la fé de Cr isto, y liahia cortesía cuando viniese, y lo mismo persuadieron al e m -
en todos ellos griin llanto, gran lurljacion y confusión : por perador. Al tiempo que Wenceslao entró en la sala, donde
lo cual la abuela Ludmila y los olios que lj;en seniian, estaba el mismo emperador, vió dos ángeles que delante
fueron de parecer que Wenceslao se encargase del go- iban de él y le acompañaban : y asombrado, se levantó
bierno, para cortar la raiz de aquellos males; y así se h i - de su trono imperial y le salió á recibir, y le hizo acala-
zo. Fué tan grande el odio y aborrecimiento que la nuera mienlo y le mandó sentar cabe sí, quedando los otros
conciliió contra su suegra, por verla gobernadora do aquel príncipes, maravillados por ver lo que el emperador hacia
estado,y lan aficionada á las cosas da religión y piedad, con Wenceslao, y no saber la causa; pero cuando el e m -
que la hizo ahogar, estando en una capilla con la misma perador se la dijo, lodos conocieron su culpa y le pidieron
loca que traia, y malar con este M i e l íicnero (le muerte. perdón. Quedó de esta vez tan alicionado el emperador á
Era esta mujer como una fíiria infernal, brava contra to- la modestia y santidad de Wenceslao, que le dijo que le
dos los subditos, y cruelísima é intolerable contra los pidiese cualquiera cosa que quisiese ; porque de muy
cristianos (como habernos dicho), y enemiga de su propio buena gana se la concederia. Pensó el emperador que h a -
hijo Wenceslao, y deseosa que el hermano menor líuleslao bía de pedir algunas mercedes de cosas grandes y ricas
fuese el sefior. del siglo; mas Wenceslao solamente le pidió el brazo de san
Era Wenceslao de muy lindo y grave aspecto, virgen Vito, mártir, que de Francia había sido trasladado á Cor-
(oda su vida, templado en la comida y bebida, devotísimo beyade Sajonia, en tiempo del emperador Ludovico Pío;
sobremanera, asistiendo á los oficios divinos de noche y y también las reliquias de san Sigismundo, rey d c B o r g o -
de dia, y de tanta penitencia y virtud, que de noche algu- fla. El emperador le concedió lo que pidió como un p r e -
nas veces andaba con los piés descalzos sobre la nieve y el cioso y santo tesoro, y le dió otros dones magníücoa, y
hielo, sin sentir la fuerza del frió: y un compañero suyo, entre ellos título do rey, y sus armas imperiales, y le l i -
yendo bien arropado y calzado, se heló, y poniendo los bró de cualquier pecho ó tributo. Mas el santo duque lo
piés sobre la huella y pisadas de Wene^slao, cobró calor; (¡ue mas eslimó, fueron las reliquias de los santos: y l l e -
y después al dia siguiente se hallaron los piés del santo gado á Praga, mandó edificar una suntuosa iglesia, que
mozo destilando sangre. Era en el gobierno mas padre después fué catedral, y dedicarla á san Vito, y colocar en
benigno y sanio príncipe, (pie señor temporal: porque las ella su brazo, que el emperador le había dado, y trasladar
noches las gastaba en oración, y en alabar al Sefior, y á ella el cuerpo de la santa abuela Ludmila : el cual al
pedirle luz y fuerzas para hacer bien su oíicio; y los dias cabo de tres afios que había sido enterrado, se halló en-
empleaba en el gobierno, y en amparar y consolar á los tero y despidiendo un olor suavísimo de s í : y fué tanta la
pobres, visitándolos, alimentándolos y remediando sus humildad de Wenceslao, que nunca se quiso coronar n i
necesidades. Algunos señores comenzaron á tener en poco üinmrae r e y ; aunque el emperador y los otros príncipes
á Wenceslao, pareciéndoles que su vida era mas de mon- en sus cartas lo llamaban. Con estas obras, y con las m a -
ge humilde, que de príncipe poderoso : y uno de ellos, ravillas que Dios obraba con él y por él, vino Wenceslao
llamado Radislao, tomó las armas y se entró por el ducado á ser muy famoso principe, y eslimado y amado de todos*
HA 28. SETIEMBRE. 117
fiifra de su mismn madre y lierin;íno, que crnn los que amigos de Wenceslao; mas viendo qno á su sepulcro los
mas ie del)ian nmar y eslimar. Mas como en la religión y ciegos veían, los sordos oían, los cojos y mancos cobra-
las costnmltres eran lan deseiímjanles, no se puede creer ban piés y manos, se deshacía de rabia: y para quitar al
ia rabia que conlra el santo rey tenían, y lo que con sus hermano, que él habia muerto, aquella honra, mandó quo
buenas obras y amor del pueblo, y estima y honra de los de noche secretamente se lleTase el cuerpo de Wenceslao
prínciiics, como con im viento recio crecian las llamas á Praga, y se colocase en el mismo sepulcro de san Vito,
que á h.-aomira y Koleslao abrasaban contra él. Entendió- sin que nadie lo entendiese, para que los milagros quo
lo el sanio rey : y como de suyo era blando, manso y m c - allí Dios obrase, no se atribuyesen á Wenceslao, sino a
nospreciador de todas las grandezas del siglo, tuvo deseo san Vilo. Pero ¿qué puede contra Dios y conlra la verdad
de dejarlas y renunciar el ducado de Hobemia y hacerse la malicia humana? Los caballos del coche que iba el san-
monge; y tratando él de esto, fué tanto lo que aquel g u - to cuerpo, se pararon en un lugar, y se quedaron i n m ó b i -
sano de la envidia y odio royó las entrañas de su madre y les, hasta que vino el día y se descubrió la m a r a ñ a , y se
hermano, que determinaron no aguardar que cumpliese conoció la maldad y embuste de Boleslao: el cual murió
ÍMJ dt'sco, sino luego darle la muerte y de una vez acabar consumido de enfermedades.
con é l ; porque no podian sufrir [siendo estos idólatras} La vida de san Wenceslao escribió Eneas Silvio , que
que AVenceslao sirviese á los sacerdotes en la misa, ni los después fué papa Pío I I , en la Historia de Bohemia, cap.
visitase en su casa y les proveyese de las cosas necesa- 14 y 1 3 ; y mas largamente Juan Dubra, obispo de O l -
nas, y q\u\ muchas noches se fuese descalzo al templo mutz, en su Historia de Bohemia , lib. n y v , y se refie-
para oir los mailines, y velar en oración; y mucho m é - re en el v tomo de Surío. También la describió antes Lo-
»os, que fuese tan grande su devoción para con el sacro- renzo , monge de Monte Casino ; y el Martirologio romano
santo Sacramento del altar, que él mismo sembraba, cogía y el de Adon hacen mención de él á los 28 de setiembre,
y (riHaba d trigo de qne se habían de hacer las hostias, y el breviario de Polonío y Wiltchindo, sajón , lib. m
y las hacia por sus manos: que lodo era contrario á la EL BEATO SIMOX DEUOJAS, COXFKSOII.—El beato Simón
impiedad y torpeza con que ellos vivían. Para ejecutar, de Rojas, iluslre ornamento de la sagrada órden de la San-
pues, la maldad que babian tramado, lomaron esla oca- tísima Trinidad, nació en la ciudad de Valladolid, en Cas-
sión. Nació á «olcslao un hijo que había de suceder en los tilla la Vieja á 28 de octubre de 1532. Sus padres fueron
estados de los dos hermanos: y queriéndole hacer hesla y Cregorío Ruiz de IS'abamuel, y Constanza de líojas, a m -
regocijar aquel nacimiento, conviilaron á Wenceslao, y bos ilustres así por la nobleza de su sangre, como por
rogáronle que se fuéso á la provincia de Boleslavia donde su singular piedad. No pronunció palabra alguna este ben-
WRM e r a b a n ; y el santo mozo se confesó muy despacio dito niño hasta los catorce meses de nacido, y entonces
y comulgó, y después se puso en camino para ver á su la? primeras palabras quo articuló fueron Ave María. Con
madre, y bermauo, n ó s i n recelo de lo que le babin de su- este extraordinario y maravilloso suceso parece que quiso
ceder. Salióle el hermano á recibir con gran corteja y manifestar el cielo , que este santo niño era singularmen-
disimuiaeion: entró en la casa de su hermano : aparejóse te elegido de Dios para excitan á los líeles á venerar y o b -
un solemne convite: sentáronse á la mesa la madre y los sequiar á María s a n t í s i m a , y para promover en la Iglesia
dos hermanos: y como la cenase alargase mucho, levan- el culto de su dulcísimo nombre. En efecto tuvo el siervo
tóse Wenceslao de la mesa muy de noche, y fuese al t e m - de Dios tan profundamente grabado en su corazón es!e san-
plo, por guardar su buena costumbre y hacer su acosium- tísimo nombre de María, y fué tan tiernamente enamora-
brada oración al Señor. La cruel madre se embraveció do de esta Reina celestial, que trabajó siempre con un ze-
con esto, y encendió mas á Bolcslao, para que luego ma- lo incansable en promover su culto y v e n e r a c i ó n , y aque-
tase á su hermano. Fué armado de hierro y de impiedad llas palabras Ave María con que empezó á hablar, las r e -
al templo con gente : halló á sti santo hermano desarmado pitió con tanta frecuencia en todos sus discursos y conver"
y orando, y allí le mató por su mano y le hizo mártir de saciones cu lodo el tiempo de su vida que j a m á s se le caian
uueslro Señor Jesucristo. La misma noche el rey de Dina- de la boca.
marca, estando tan lejos de Bohemia, tuvo en sueños una
Tuvieron sus padres mucho cuidado de criar este hijo
'•''velación, en que le mandaba Dios que celebrase la me-
en la crisliaua piedad, y él correspondió tan bien á su Ira-
nmría de Wenceslao, duque de Bohemia, que había sido
bajo que conservó b á s t a l a muerte pura y limpia la ino-
warlirizado por manos de su hermano, y que le honrase
cencia y la gracia del santo bautismo, sin mancharla j a -
como á santo; y así lo hizo el rey de Dinamarca, man-
más con ningún pecado grave. Cuando luvo la edad com-
dando edilicar un templo y dedicarle á san Wenceslao, por
petente, le enviaron á la escuela donde con su vivo inge-
el cual obro Dios nuestro Señor muchos y grandes m i l a -
nio y constante aplicación, aprendió en poco tiempo á leer,
g'os; y la d iste y desventurada Draomira, estando en la
escribir, contar, la gramática y la retórica. Todos celebra-
parle de la eiudad, que llaman el Castillo de Praga, se
ban el grande talento y singulares virtudes de esle bou-
abrió la tierra y la t r a g ó ; y los que a c o m p a ñ a m n a ta*
dilo n i ñ o ; pero é l , menospreciando los aplausos y las l i -
leslao en aquel maleílcio ó perdieron el seso, y furiosos y
sonjas de esle mundo, no pensó sino en abandonarle abra-
fuera de sí so despenaron, ó se mataron con las mismas
zando el estado religioso. No tenia mas que unos doce á
espadas que habían desenvainado contra el santo: y la
trece años, cuando recibió el hábito do religioso Irinitario
pared de aquel templo, donde mataron á Wenceslao, mfei
en el convento que esla sagr ada religión tiene en la misma
dó bañada con su sangre, de tal manera, que nunca la
ciudad de Valladollid, donde vivió con indecible contento
imdieron lavar. Roleslao ejerciló tiránicamente el señorío,
de su alma , y no menor ed/íícacion de los religiosos do
que liránicamente había usurpado, y comenzó á perseguir
aquel monaslet io que quedaban admirados de las muchas
á los cristianos y á lodos los que habían sido criados ó
virtudes que advertían en el sanio novicio, y daban g r a -
118 LA LEYENDA DE ORO. DIA 28.
cías ai Sefiorque le IIUIMCSC tiüido á sa casa para lustre enfermos también le llamaban ó para que les confesase, ó
de toda la («•den. Hizo á su liempo la profesiun con acpie- para que impusiese sus manos sobre ellos y les dijese los
Ha devoción y fervor que se deja discurrir; y después le evangelios; el siervo de Dios á todos asistia y consolaba,
enviaron sus superiores á Salamanca para esludiar la sacrilicando su comodidad, su reposo y su salud, á bene-
lilosofia y teología en aquellt» celebre universidad. Estu- íicio de las almas redimidas con la sangre de Jesucristo,
dió el sanio mancebo ron nmcho cuidado estas facultades; Una virtud tan e m i n e n l e s e g a n ó d e s d e l u e g o e l amory&I
pero su incesante aplicación al estudio nada enlihiócl fer- rospetode los religiosos de su órden; porlo quemuclios con-
vor de su devoción; porque estudió con el tin que debia, venios que deseaban conservarse en la rígida observancia
esto es, para saber sus obligaciones y ensenar al próji- deseaban tenerle por superior, esperando que, bajo el go-
mo las suyas. Cuando tuvo la edad prescrita porlos sagra- bierno de un prelado tan santo, so aumentaría en ellos el
dos c á n o n e s , recibió las órdenes sagradas hasla el sacer- fervor y la devoción. El primer convenio que le eligió por
docio, y como tenia tan grande devoción á la Virgen san-- su ministro, fué el de la villa de Cuellar. Procuró el sier-
tisitna, pidió y consiguió de sus superiores licencia pura vo de Dios eximirse de este cargo que se le quería i m p o -
ir á decir la primera misa en el convento d é l a s Virtudes, ner, porque deseaba obedecer y nó mandar; pero los s u -
que es un monasterio de su órden solitario, situado en periores le mandaron aceptarles por virtud de sania obe-
Castilla la Vieja ¡ donde se venera con singular concurso diencia; por lo que fué forzoso inclinar la cabeza al yugo
de los pueblos vecinos una devola imagen de la santísima del precepto y aceptar el oficio ; el cual desempeñó tan
Virgen. En el aliar donde está colocada esta devola i m a - perfectamente, que sucesivamente le eligieron para el m i s -
gen , dijo el siervo de Dios Ja primera misa con extraordi- mo oficio varios convenios; de suerte, que pasó lo restan-
nario fervor de espíritu , y después que se hubo detenido te de su dilatada vida en los oficios de gobierno de la r e -
algunos dias en este santuario para satisfacer á su tier- ligión, liabiendosido minislro de varios conventos, visitador
na d e v o c i ó n , volvió á Sabmanca á proseguir sus eslu- de varias provincias, y finalmente provincial de su p r c -
dios, y cuando los hubo concluido, r e g r e s ó á su convento vincia de Castilla. En efecto , no se podia desear prelado
de Valladolid. mas digno que el beato Simón ; en los conventos que g o -
En el año 1579 los superiores le mandaron pasar al bernaba como ministro , hallaban los religiosos en su pre-
convenio de Toledo; para enseñar la tilosofía á los j ó v e - lado un padre de familias benigno , vigilante, próvido,
nes religiosos. Knseñó el siervo de Dios seis años esla fa- prudente, jusío y religioso. No mandaba sino loque él m i s -
cultad, procurando con increible diligencia i n s t r u i r á sus mo ejecutaba : observaba con exactitud todas las regias y
discípulos, no solo en esla ciencia sino priiicipabuenle en estatutos de la religión por mínimas que fuesen: j a m á s
la ciencia de los sanios, inspirando en su tierno espiiiln faltaba al coro, ni á acto alguno de la comunidad, sino
las virtudes religiosas; y bendijo el Señor do tal modo compelido de la necesidad ó de la caridad : no salia de la
sus piadosas industrias que tuvo varios discípulos muy celda sino le sacaban de ella la caridad ó las obligaciones
aventajados en virtud y letras, que fueron después honor de su oficio : observaba un profundo silencio, como per-
y lustre de toda la ó r d e n ; y entre ellos el P. M. Fr. Luis sona que estaba interiormente recogida con Dios nuestro
V e t i l , general de la religión; el maestro Reinoso, que S e ñ o r : era tan modesto y circunspecto en todas sus accio-
murió obispo de la Nueva Segovia ; el maestro fray Fer- nes , que causaba á lodos suma edificación y llevaba á
nando N u ñ e z , obispo de Nicaragua; el maestro Yillaroel, mas de esto una vida muy austera y penitente: su absti-
predicador de la serenísima infanta Ciara Eugenia en Flan- nencia era singular: desde muy jóven a y u n ó á pan y agua
des; el maeslro Damián López de Uaro , obispo de Puerto tres dias en la semana, durante la cuaresma y el advien-
Rico ; el maestro Monroi, que murió en Argel por la fe to, y en las vigilias de las fiestas principales y de los san-
de Cristo y rescate de sus hermanos; y finalmente fué tam- tos de su devoción : en los d e m á s dias no comia sino y e r -
bién su discípulo el venerable P. Fr. Juan Bauslista Rico, bas y legumbres , á que á v«ces anadia algún huevo abs-
nombrado de la Concepción , cuando á mayor gloria de la teniéndose siempre de carne: j a m á s se desnudaba el h á -
santísima Trinidad erigió la descalcez trinilaria, cuya bea- bito; porque decía: El santo hábito que vestimos, á ios
tificación se eslá solicitando en la Santa Sede. Concluidoel delincuentes se lo quitan, y solo los apóstalas le dejan i y
segundo curso de filosofía , prosiguió su carrera literaria así ni en la cama ni fuera de ella J a m á s le vieron desno-
leyendo teología en el mismo convento, hasta que concluyó do de su hábito. Cuando necesitaba dar algún descanso á
el tiempo señalado por las leyes de la j oligion; entonces se su cuerpo, lo tomaba echándose vestido en el suelo donde
dedicó á oir las confesiones d é l o s fieles, y á predicar la dormía dos ó tres horas antes de los maitines, á los cuates
palabra de Dios, que anunciaba en un modo fácil y aco- acudía siempre , y después de haberlos cantado, pasa-
modado á la capacidad de los oyentes ; pero con un es- ba lo restante de la noche en oración y otros ejercicios
píritu tan conmovido y penetrado de las verdades que en* devotos.
s e ñ a b a que no podia contener las l á g r i m a s , y era su l l a n - La mañana la empleaba en oir las confesiones de los
to mas copioso cuando trataba de los misterios de Cristo, fieles y en celebrar el sanio sacrificio de Ja misa; en c u -
ó de las virtudes, excelencias, glorias y privilegios de la ya acción se encendía tanto su afecto, que sus ojos eran
Virgen santísima. Predicando con este espíritu conmovía dos fuentes perennes de lágrimas , singularmente después
maravillosamente á sus oyentes, les enternecía y persua- de la consagración hasla después de la snmpcion. Predica-
día lo que quería. Luego se esparció por todas partes la ba con mucha frecuencia la palabra de D i o s , asistia á los
fama de este varón apostólico ; por lo que eran inuume- enfermos, recogía limosnas para la redención do los cris-
bles los que acudían á e l , Jos unos para confesarse y em- tianos cautivos,cuyos trabajos le traspasaban el corazón,
prender una vida devota bajo su dirección, otros para con- y socorría á lodo género de pobres: á las viudas, á los
sultarlo sus dudas en casos difíciles y e n m a r a ñ a d o s : los huérfanos, á losaucianos y á todos los mendigos que acu-
DÍA 2 8 SKTIF MBRE. 119
ílinn en mucho número á la portería del convento á buscar que hizo en los convenios que gobernó, esmerándose los
la comida que el sanio ministro les daba todos los dias, religiosos en imitar las virtuosas acciones de su santo pre-
previniendo á este fin una olla competente, cuidando con lado. Hallándose ministro del convenio de Ciudad Rodrigo,
increiblc solicitud de buscar lo (pie se necesitaba para un asistió al capitulo provincial que celebró la religión en
gaslo tan crecido. Sobre todo relucía en nuestro beato una Talayera, y en él quiio el provincial premiarle su mucho
perfectísima oljsei vancia de los votos de la religión. Su mérito, confiriéndole el grado de maestro. Rehusó el h u -
castidad era verdaderamente angélica y libre de toda mo- milde Simón este honor, pero el prelado le mandó acep-
lestia y tentación. Esta fué una gracia muy particular que tai le. Una virtud tan extraordinaria llegó á noticia del r e -
alcanzó de Dios iiuestro Señor por intercesión de la V i r - ligioso monnrea Felipe l l f , el cual, deseoso detener cerca
gen santísima ; porque bailándose el santo religioso en su de su real persona un varón tan sanio y alumbrado de
juventud muy molestado de tentaciones sensuales, supli- Dios, para oir su parecer en los asuntos mas graves que
có con mucho fervor á la Reina del cielo le librase de es- ocurriesen en su monarquía, hizo insinuar á los superiores
te importuno y doméstico enemigo, á fin de que sin r á c e - que seria de su real agrado que el padre Simón de Rojas
lo de manchar su pureza, pudiese acudir al socorro de las viviese en la c ó r t e ; con esto los superiores mandaron á
necesidades espirituales d e s ú s prójimos; acompañó la ora- nuestro beato pasase á vivir al convenio de Madrid, y en
ción con la mortilicacion, afligiendo su carne con cilicios, ciimplíniiento de este precepto pasó el siervo de Dios á
disciplinas y otras asperezas ; y estando un dia en eleva- vivir en la córle pasado el afio de 1600, y en ella perma-
da contemplación, le pareció que le apretaban en la cintu- neció casi de continuo todo el resto de su vida. En este
ra una cuerda ó cfngulo con lo que que'dólibre en lorestan- convento prosiguió el beato en llevar la misma vida aus-
te de su vida de esta peligrosa tentación y no obstante que tera y penilenle, y aplicada á procurar el bien espiritual y
alcanzó esta singularísima gracia en su juventud , fué ex- temporal de sus prójimos, que había llevado hasta cnlon-
traordinario el recalo y cautela con que trataba las perso- ces; predicaba con mucha frecuencia la palabra de Dios,
nas de otro sexo; no iba á su casa sino cuando estaban y en el convenio de religiosas de San Francisco predicó
enfermas, ó padecían oirás necesidades que pedían su todos los sábados doce anos continuos; oía todos los dias
piMsona! aHi.steiicia; las palabras que entonces usaba con las confesiones de los líeles; visitaba las c á r c e l e s ; conso-
ellas, eran contadas , evitando las superfluas ; y esta mis- laba los presos, los socorría con limosnas y se inleresaba
ma conducta observaba con sus hijas espirituales y la mis- á su favor con los jueces; acudía á Jos enfermos, les hacía
ma aconsejaba á los confesores. Su obediencia no conocía las camas y los servía hasta en los minislerios mas bajos
límites, obedeciendo prontamente á sus superiores en todo y fastidiosos; los enfermos de las casas particulares lo
loque le mandaban , no teniendo otra voluntad que la su- llamaban continuamente, ya para confesarse con él, y a
ya. Ejia virtad fué la que le obligó á aceptar los olidos y para que les dijese los evangelios; pues la experiencia
empleos honrosos que se le confiaron, y á vencer todas las enseñaba que muchos por este medio alcanzaban la salud;
repugnancias que en esto sentiasu humildad. El religiosísi- y el beato, aunque se hallaba cargado de años y exhausto
mo Felipe DI así lo conceptuaba; por lo que, díciéndole los de fuerzas, á lodos acudía y á todos consolaba con entra-
superiores de la ói den que el medio de tener cerca de su ñas de amoroso padre; procuraba que cada dia en la hora
persona al padre Rojas, como deseaba , era el de confe- de medio dia se diese de comer en la portería del convento
rirle algunos empleos de palacio; replicó el devoto monar- y en los claustros á los pobres que la pidiesen, conformo
ca : el medio único de conseguir esto del padre Rojas , es lo había practicado en todos los conventos en que había
til de que se lo manden sus superiores. Su pobreza era vivido, y aunque acudían a centenares, j a m á s les falló s u
asombrosa; no tenia sino un hábito viejo y rolo, y una t ú - refección, trabajando el beato con incansable desvelo en
nicu interior de estameña ; cuando dehia lavar el hábito, buscar las limosnas que para este gasto eran menester; y
tenia que pedir otro prestado, y á este lin solia acudir á cuando fallaba el socorro humano le favorecía el Senor
los novicios; no usaba la camisa de lino sino cuando p a - con manilieslos prodigios, para que no fallase la comida á
decía alguna enfermedad, y entonces obligado de la obe- los pobres, y quedase su siervo consolado y contento;
diencia ; si le importunaban que dejase el hábito por ser porque era tan grande el consuelo que sentía en preparar
sobrado viejo y roto, decia con gracia especial, que no él mismo la olla de los pobres, y en repartir-Ies á medio
hay mejor amigo que el mas viejo, y que como había dias día por sus propias manos la comida, que decia que e n -
que trataba aquella ropa la tenía cariño y no quería des- gordaba con verlos comer y saciarse.
prenderse de ella. En su celda no tenia sino un lecho po-
A estos trabajos de la vid;i activa añadía el beato una
hrfsimo , una arca de madera que valdría ocho reales,
penitencia asombrosa; porqrie después de cantados los
•tos sillas para acomodar á las personas que le visitaban,
maitines de media noche, bajaba al claustro del con-
alg'>nas estampas, una cruz, y dos ó fres libros. Para
vento y allí procuraba imitar al Redentor, y repetir en
componer sus sermones acudía á la biblioteca del conven-
su persona los tormentos de la pasión sagrada! se hacia
^ y decia que en una comunidad todas las cosas debían
atar á una coluna, y cubrir de azotes en memoria de los
ser comunes, hasta los libros. Siendo tan pobre para so-
que en ella había recibido su Redentor, cargaba sobre sus
correr SHS propias necesidades, era riquísimo para reme-
espaldas una pesada cruz; se hacia poner en la cabeza
diar las ajenas: era muy grande como se ha dicho, el n ú -
una corona de penetrantes espinas, que le lastimaban de
mero de los pobres que acudían al beato Simón á buscar
tal modo, que la sangre le corria por el rostro; se ponia
algún socorro en su miseria, y el siervo de Dios á todos
una soga al cuello, mandando á un religioso que le tirase
favorecía con las limosnas que con indecible solicitud r e -
de ella; y con las rodillas desnudas por el suelo andaba
cogía á este (in de personas ricas y piadosas.
las estaciones por el claustro contemplando los pasos do-
Con esta vida tan sania y perfecta fué increíble el fruto
lorosos del Señor, representados en los cuadros qu« ador-
m LA LEYEN DA DE ORO. DÍA 28.
nahan las paredes; y para concluir la dolorosa represen- Quiso este piadoso monarca premiar el mérito y las
tación do lanías angustias y misterios, se extendía sobre virtudes del beato Simón, nombrándole primero para el
la cruz, se hacia alar en ella, y levantándola, pennanecia obispado de Jaén, y después para el de Yalladolid, su pa-
por espacio de dos horas hecho un vivo retrato de nuestro tria ; pero el siervo de Dios rehusó constantemente admilir
Redentor ; era tan amante de este ejercicio, que ni empleo este honor, y el rey, que conocía cuan sólida y profunda
ni incomodidad pudieron j a m á s apartarle de él. era su humildad, le dejó en paz, sin molestarle mas sobre
Estas penitencias superiores á las fuerzas humanas, de- este asunto; pero aunque el beato se libró del peso del
bieran acabar la vida á un hombre tan anciano y exhausto obispado, no pudo librarse del cargo de preceptor y do
de fuerzas como el beato, pero el Seflor que le inspiraba ayo de los señores infantes, que le dióel mismo Felipe I I I ,
aquellos extraordinarios rigores, le conservaba de tal mo- en e l a ñ o l G 2 l , cuando pasó á Portugal. Este cargo de
do la salud y las fuerzas, que por la mañana se hallaba tanto honor no retuvo sino un año nuestro Símon, porque
ágil y robusto, para atender á las obras de caridad, como habiéndole en el año siguiente nombrado la religión pro-
si hubiese pasado la noche en el mas apacible sueño. vincial de Castilla, renunció con este motivo los empleos
Tan heroicas virtudes, unidas á los dones sobrenatura- de preceptor y ayo de los sefiores infantes.
les de profecía, de discreción de espíritus, de penetración Habiendo en este año de 1622 fallecido Felipe I I I , asis-
de los corazones y de obrar cosas prodigiosas, con que tido basta el último aliento por nuestro beato, Felipe IV,
Dios enriqueció á su siervo, le ganaron el respeto y el ca- su hijo, que le sucedió en la monarquía, tuvo el mismo
rino de los soberanos y de toda la corte. Felipe I I I , y amor y la misma confianza con el padre Rojas que su pa-
la reina doña Margarita, su esposa, le veneraban y res- dre, por lo que le nombró confesor de la reina doña Isa-
petaban como á santo; se confesaban estos piadosos reyes bel de Borbon, su augusta esposa, el cual honor admilió
varias veces con el beato, le comunicaban todo su interior, el beato con las condiciones siguientes : la primera, que
y en los sucesos adversos que ocurrían, el beato era todo S. M. le permitiese continuar las visitas de las cárceles, d é
su consuelo. Felipe I B , tenia tanta confianza con el siervo los hospitales, y de los que se hallaban enfermos en las
do Dios, que no quería resolver cosa alguna de importan- casas pai liculares, y proseguir con estos pobrecitos todos
cia sin su consejo; de aquí es, que cuando transfirió su los oficios de caridad que habia practicado con ellos hasta
corlo á Yalladolid, -quiso que pasase á vivir allí también entonces: la segunda, que no disfrutaría de los honores
el beato, á quien veneraba de tal modo, que cuando pasaba y distinciones con que se suelen condecorar los confesores
do su cuarto al de la reina, el mismo soberano le acompa- de las reinas de España, y en consecuencia que no usaría
ñaba y abria la corlina de la puerta: una vez le visitó en de coche, ni se le daría el título de reverendísimo, sino el
su celda, acompañado de los señores infantes sus hijos, de l"r. Simón: y la tercera, que no gozaría de la pensión
edificándose mucho de verla tan pobre y desnuda de ador- señalada á los confesores : pero insistiendo la reina en
nos, y quiso asistir también á la comida que en los claus- que quería que tomase la pensión, le dijo el beato, que la
tros del convento daba el beato todos los dias á los pobres tomaría no como pensión, sino como una limosna que
soldados inválidos, y á otros, que habiendo acudido á la S. M. le daba para que la distribuyese enlre los pobres, á
córtc á solicitar el premio de los servicios que habían bocho lo que hubo de consentir S. M. Con esto iba el beato á pié
á la corona, peleando contra los moros en África, ó contra á palacio vestido pobrísimamenle, y á veces por no tener
los herejes en Flandcs, no tenían con q u é subsistir, y capa, pedíala prestada á otro. Mas cuanto el beato mas se
quedó el monarca edificado de la caridad del siervo de humillaba y abatía, tanto mas los soberanos le veneraban
Dios, y del zelo con se interesaba para todo lo tocante al y amaban; pero el beato nnnea se valió de la grande con-
real servicio y al bien de la corona. Creció aun mas la fianza que tenían con él los soberanos para favorecer á su
veneración del rey hacia el beato, con el suceso maravilloso licrmano, á sus sobrinos y á otros parientes, á favor de los
que acaeció en la última enfermedad t|ue tuvo la reina cuales j a m á s pronunció en el palacio nna sola palabra, ni
doña Margarita, su esposa ; poique, habiendo sido acome- les procuró ventaja algutia temporal i tampoco se valió de
tida, de resultas de un parlo peligroso de un mortal pa- esta autoridad para alcanzar distinciones y honores t e m -
rasismo, se hallaba el rey inconsolable, por ver morir de porales á favor de su religión; j a m á s pidió á sus majesta-
improviso á la reina sin recibir los santos sacramentos; en des que le diesen cosa alguna para proseguir las obras y
este triste lance envió á llamar al beato, con quien se con- reparos que hizo en el convento de Madrid; porque rece-
solaba en lodos los sucesos adversos, y así que llegó al laba tocar en el tesoro público, temiendo que, fallando
palacio, le dijo el r e y : Vea Y. K. como se muere la reina después lo necesario para las urgencias del estado, no se
sin remedio, y sin recibir ios santos sacramentos, que es viese el rey precisado á cargar á sus vasallos con nuevas
l o que mas siento. El beato le consoló, y pasando sin de- imposiciones. Solo se valió del favor de los soberanos para
tenerse al cuarto de la enferma, así que llegó á él, dijo promover el culto de María santísima; porque, habiendo
en voz alta: Ave María, ¿ q u é es esto, s e ñ o r a ? A estas v o - fundado en la córte el siervo de Dios la congregación del
ces la reina, que hasta entonces habia estado como muerta Ave María, deseoso de establecerla con firmeza, suplicó á
y sin dar señal alguna de vida, como si resucitara, res- S. M. se alistase en ella por hermano, junto con los seno-
pondió al momento; Gralia plena, padre Rojas: y cobran- res infantes, lo que ejecutó el rey con mucho gusto por
do lodos sus sentidos, se confesó con toda quietud, recibió el amor que le tenia, y este ejemplo do piedad han conti-
después con mucha devoción el santísimo Sacramento y la nuado hasta el presente sus sucesores; por lo que ha per-
extremaunción, y después, asistiendo siempre á su lado manecido firme esta piadosa fundación. También se valió
et boato, entregó plácidamente su alma en manos de del favor de los reyes para promover el culto del santísimo
su Criador, , con increíble consuelo del rey y de toda la nombre de María; pues deseando el beato que su santidad
corle. concediese licencia á los religiosos de su órden para rezar
DÍA 2 8 . S O T E MURE. i 'l l

<lrt eslo dulcísimo nombre de MÍIIÍÍÍ , creyó que osla licen- la capilla real; y en los doce días ímnfdíalos á su entier-
cia la cortseguiria mas fácilmente si se pidiese en nombre ro, se le hicieron solemnes honrasen la misma iglesia del
de S. M . , por lo que suplicó al rey mandase á su embaja- convento por las comunidades religiosas de la córte, te-
dor que leniaen la córte de Roma, la pidiese en su mal niendo cada una su día.
nombre, y habiéndose lodo ejeciUadoen esla conformidad, Bealilicó al siervo de Dios el papa Clemente X I I I , en el
su santidad ia concedió con mucho gusto; la cnal licencia año 176fi, habiendo antes aprobado al dicho iin los dos
se fué después extendiendo, basta que por último Inocen- milagros siguientes.
cio X I , en memoria de la gloriosa victoria que los crislia- El primero sucedió á 12 de febrero de n 3 6 con doña
nosconel patrocinio de la Virgen sanlisima consiguieron María Josefa de Torquemada : padecía esta señora en el
de los turcos, que sitiaban la ciudad de Viena, capital de pecho izquierdo unas llagas malignas, que la causaban
los estados de la casa de Ausli i:i, mandó rezar en (oda la un dolor inexplicable, y le iban consumiendo el pecho. En
Iglesia católica de este dulcísimo nombre, en la segunda el largo espacio de muchos meses que padeció este mal,
dominica de setiembre; de este modo ha manifestado el se aplicó varios remedios para curarse, pero todos fueron
Señor cuán agradable le era la devoción que el beato tenia inútiles, porque las llagas iban creciendo en el número y
al santísimo nombre de María. en la extensión. Por consejo de una hermana suya, en el
Ya habia llegado el tiempo en que Dios quería premiar día 12 del referido mes de febrero, al tiempo que se ponia
á su fiel siervo con la posesión de su gloria: se hallaba ya en la cama, arrojando los emplastos, se aplicó sobre el
el beato Simón en la adelantada edad do setenta y dos pecho llagado una estampa del beato Simón, é implorando
años, cuando, gozando de perfecta salud, procuró ajustar su palrocinío quedóse dormida, y cuando dispertó se halló
cuentas con los acreedores que le habia atraído su caridad; sin dolores y con el pecho enteramente sano y sin señal
despidióse de la reina, de las damas de palacio, d e s ú s algnna'del precedente mal.
bijas espirituales y de sus hermanos los religiosos, dicien- El segundo sucedió con doua Josefa Ribero, la cual pa-
do á todos que se despedía porque tenia que hacer en decía doce años había un aneurisma debajo de la rodilla
breve un largo viaje; nadie tuvo la curiosidad de pregun- de la pierna derecha; lodos los facultativos declararon i n -
tarle q u é viaje era este, y nadii» sospfioho que hnblase el curable esta enfermedad ; entonces la enferma acudió con
beato de su tránsito á la eternidad. Mas á últimos del mes mucho fervor al patrocinio del beato Simón, rogándole la
de setiembre fué el siervo de Dios asaltado de un acci- alcánzasela salud ; con eslo se q u e d ó dormida, y al des-
dente tan fuerte de apoplejía, que le privó del uso de los pertarse se halló perfectamente curada.
sentidos, y le redujo á los últimos extremos: apenas se * SA\ MÁXIMO , MÁRTIR.—Vivía este santo en Asia, de
divulgó por la córte el mortal accidente que habia acome- donde era natural, en tiempo del emperador Decio. Sufrió
tido al siervo de Dios, cuando lodos acudieron á su celda. varios tormentos por ser cristiano, basta que p o r ú l l i m o f u é
I-os grandes, ios títulos, los obispos, los caballeros ilus- degollado el año 131.
tres, los religiosos graves estaban arrodillados al rededor S \ \ T \ LIOBA. v f t a r t — N a c i ó en el país de los sajones
de su pobre cama, le besaban las manos y los piés, le occidentales, de padres ya ancianos, nobles y virtuosos,
aclamaban por santo, y querían ser herederos de sus po- que la ofrecieron á Dios asi que hubo nacido. Después de
bres alhajas para tenerlas por reliquias; entretanto los una educación enteramente perfecta, entró en el monaste-
médicos de c á m a r a que le envió la reina á la primera no- rio de Vimburn, y en él tomó el velo de religiosa. Hiz o
ticia que tuvo de este accidente, procuraban con varios extraordinarias progresos en la ciencia de la salvación. San
remedios roslituirte el uso de los sentidos, pero lodos fue- Bonifacio de Maguncia, pariente de la santa, que conocía
ron inútiles; p«es el beato padre, á las treinta horas de todo su mérito, suplicó encarecidamente á la abadesa y a
padecer el accidente, entregó su bendita alma al Criador, obispo, que ie enviasen la ilustre religiosa con algunas
que para tanta gloria suya, para salud de tantas almas y compañeras, y habiendo accedido, Liobafué efectivamente
remedio de tantas necesidades la habia criado. Entonces á Alemania, y fundó allí varios monasterios, quedándose
la reina, las damas, y aquellos de quien se habia des- ella en uno, á dos leguas de Maguncia. Su vida era peni-
pedido el beato Simón para un viaje que debía hacer muy tente y mortificada y llena del espíritu de Dios. Cario
en breve, entendieron que les había hablado del viaje á Magno la veneraba y estimaba mucho, y sn esposa I l i l d e -
la eternidad, y nadie dudó de que habría (enído de su gardis la hizo ir á Aix-la-Ghapelle, para consultarla acerca
próximo tránsito una expresa revelación de Dios nues- de muchos asuntos importantes. Lioba se resistió siem-
tro Señor. pre á las solicitaciones que se le hicieron para queseque1-
Luego que el pueblo tuvo noticia de la muerte del beato, dase en la córte, y estando en su monasterio, murió san-
lodo conmovido acudió al convento á venerar sus reliquias: tamente el año 779. Fué enterrada en Fulda, y su sepul-
el ímpetu de la devoción derribó las puertas del claustro y cro fué glorioso en milagros.
d é l a celda, el convento esluvo como inundado de gentes, SAN EXUI>ERIO, OBISPO Y CONFESOR — S e g ú n la opinión
de suerte que nb habia lugar para pasar de una parte á mascomun, nació este santo en Aqnitania, y fué consa-
otra: la misma devoción del pueblo impidió el poner el grado obispo de Tolosa, después de la muerte de san S i l -
cadáver con la decencia que convenia en el féretro, y l l e - vio. San Gerónimo, que estaba con el en correspondencia
varle á tá sala capitular hasta muy entrada la noche en epistolar, habla siempre con elogio de sus cualidades,
que se retiró el concurso. En la m a ñ a n a los prelados de y alaba principalmente su caridad para con los pobres
las religiones y los religiosos mas distinguidos llevaron á «Sufro, dice el santo doctor, el hambre para alimentar á
la iglesia el venerable cadáver para hacerle las exequias, sus hermanos, y se condena voluntariamente á toda clase
que fueron solemnísimas; cantó la misa el patriarca de de privaciones, con el fin de atender á las necesidades de
las Indias, asistido de sus capellanes y de la música de los demás. La palidez de su rostro revela la austeridad

TOMO n i . 46
i 22 LA LEYENDA DK ÜÍIO. DÍA *ft
de sus ayunos. Sin cmljaigo, su pobreza le constituye dia; y era tanta MI virtud, que las mismas Gerassenman-
verdaderamcnlc rico. Esta po'orozn era tal, quo se vió re- sahan en su presencia y le adoraban. En tiempo del e m -
ducido á llevar el cuerpo del Señor en un canastillo de perador Diocleciano, unos cazadores que iban persiguiendo
fflimbres, y su sangre en un vaso de barro. SÜ caridad una osa, llegaron hasta donde el sanio se hallaba, porque
p e n e t r ó hasta la otra parte de los mares, pues hizo el animal viéndose acosado, habia corrido á refugiarse bajo
sentir sus efectos ¿> los solitarios del Egipto.» Durante l u el amparo del siervo de Dios. A l volver los cazadores á
episcopado, los vándalos, los suevos y los alanos causaron Anlioquía, lo denunciaron al prefecto, quien mandó solda-
horribles estragos en las Galias, y la ternura con que el dos que prendiesen á Marcos y lo condujesen á la ciudad.
santo obispo acudia por todas partes á consolar aquellas Por el camino, el santo convirtió á aquellos soldados, (¡no
desgracias, arrancaba á san Gerónimo lágrimas de ale- fueron m a n d a d o s á Nicea y degollados. El también fué en-
gría. Ignoramos el ¡ugar y la ^poca íija de su muorle, y viado allí, y por lodos los lugares donde pasó, obró m u l -
EOIO sabemos que vivia todavía el año 509, poi que san titud de portentos, convirtió muchos infieles á la religión, y
Paulino de Ñola, que escribia á la sazón, le cuenta en!rc al fin fué degollado con los d e m á s santos de que hemos
los grandes obispos que ilustraban entonces la Iglesia ga- hablado, á los cuales él mismo habia administrado el
licana. baulismo.
SANTA. ELSTOQI IA, VÍUCEV.—Fué hija de santa Paula, y SAX SALOMÓN, oitisro Y CONFICSOR.—Fué el primer obispo
natural de Roma. Nada dehemcs decir de su educación, de Génova. y con sus desvelos y conlinuos Irabajos, se
puesto que fué dirigida por la misma santa i'aula y por arraigó en aquel suelo la fe cristiana, y echó profundas
san Gerónimo. Este üu.-lre doctor de la Iglesia, fué t a m - raices. Floreció en el siglo 1 ó I I , fué esclarecido oo virtud,
bién su maestro en la dirección de su vida ascética, y benéfico con los pobres, próvido con sus ovejns, rígido
compuso á este fin y para Eustoquia, su tratado « D t í l a consigo mismo, y alcanzó la gloria debida á los santos con-
virginidarl,» conocido a d e m á s con el titulo do « Cartas á fesores.
Eustoquia.» En las obras de aquel santo leemos, que cuan- SAN SILVINO, OBISPO y COXFESOU. — F u é el X I I obis-
do la noble virgen era muy niña aun, su madre la liabia po de Brescia, cons:igrado el año 110. Su pontificado fué
acostumbrado á no llevar mas que vestidos muy sencillo-, el de un apóstol, adornado cun la corona de todas las v i r -
y que un dia que su lia IVeíexlata la habia vestido con tudes. Distinguióse parlicularmenle por su zeloenel arre-
mucho lujo, creyó esta ver en sueños un ángel, que la glo de los negocios eclesiásticos, asislió á algunos conci-
reprendía por haber querido inspirar la vanidad á una lios, y á n l e s ' d o su muerte acaecida á mediados del s i -
alma que el Salvador habia escogido para ser esposa glo V, ya era aclamado como mi sanio, cuya opinión ates-
suya. Cuando san Gerónimo dejó la ciudad de Roma, el tiguó el SeHor después de su muerte, por medio de m u -
ano 38o, Eustoquia acompañó á su madre en el viaje que clios milagros. Su cuerpo fué sepultado en la iglesia de
hizo á Siria, Egipto y Palestina, y se quedó con ella en su San Pedro de Olívete, donde se ha conservado con gran
monasterio de ííelen. Muerta santa Paula en 40 í , la hija veneración de los fieles.
fué elegida superiora del monasterio, y se aprovechó siem-
pre tan bien de las lecciones de san Gerónimo, su maes-
DIA 29.
tro, que llegó á adquirir una perfecta inteligencia en la
lengua hebrea, y otra multitud de conocimientos raros. LA DEDICACIÓN DE SAN MIGUEL ARCÁNGEL.—La fiesta de
El santo doctor le dedicó sus comentarios sobre Ezequiel y la Dedicación del glorioso arcángel y príncipe de la I g l e -
sobre Isaías, y tradujo en-Jatin la regla de san Pacomio, sia san Miguel, que celebra la santa Iglesia á los ^9 de se-
para el uso del monasterio. Eustoquia murió santamente tiembre, tiene dos partes. La primera es, hacer gracias á
por los años de 419, y fué enterrada junto á su madre. Dios nuestro Señor, por la merced que hizo á su Iglesia en
El Seflor manifestó por medio de repetidos milagros la glo- darle por patrón y defensor suyo á san Miguel, y por ha-
ria de esta su casta esposa. berle manifestado, que quiere que le honremos y reve-
SAN PRIVADO, MÁRTIR.—Vivia este santo en Roma por los renciemos, por aquella aparición que hizo en el monte
primeros años del siglo I I I . Tuvo una enfermedad peno- Gargano, de la cual escribimos en su día, que fuó á los 8
sa, que le puso todo el cuerpo lleno de llagas asquerosas, de mayo ; y por haber mandado que en el mismo lugar se
las cuales le curó milagrosamente el papa san Calixto. Fué le edificase un templo á honra de san Miguel, para que
cristiano muy ejemplar en toda clase de virtudes, y en viseándole los fieles, recibiesen por su mano muchos é i n -
tiempo del emperador Alejandro Severo, fué preso, y ne- comparables beneficios del S e ñ o r ; y porque hoy se le de-
gándose á ofrecer incienso á los ídolos, le condenaron á dicó aquel templo, la santa Iglesia celebra la fiesta do san
ser azotado con nervios emplomados hasta que espirase, Miguel.
cuya sentencia se ejecutó en la misma ciudad de Roma. Ea otra parte de esta fiesta, y mas principal, es celebrar
Los SANTOS MARCIAL, LORENZO T OTROS VEINTE COMPAÑE- junlamenlela memoria de todos los santos ángeles, y r e -
ROS, MÁRTIRES.—Murieron en defensa de la fé, por cuyo verenciarlos y honrarlos, y hacer gracias a l S e i i o r q u e
amor derramaron su sangre en África, durante las prime- los crió tan excelentes, para gloria suya y provecho nues-
ras persecuciones de la Iglesia. tro; y suplicar á los mismos ángeles que nos ayuden, a m -
SAN ESTATEO, MÁRTIR.—Según Beda, que es el único paren y defiendan en esta nuestra peregrinación, recono-
que habla de estesanlo, murió mártir en Roma, se ignora ciendo lo mucho que les debemos, por la perfección y d i g -
cuándo. nidad de su naturaleza, y por el bien que continuamente
LOSSANTOSMARCOS, AI.FIO, ALEJANDRO, ZÓSIMO, NICON, NEOV nos hacen. Algunos filósofos mas groseros (como dice
Y ELIODORO, MÁRTIRES.—San Marcos era pastor, y guarda- Aristóteles), y entre los judíos los saduceos (d.; quienes
ba unos rebaños en un monte vecino de Anlioquía de Pisi- escribe san Lucas en el libro de los Hechos apostólicos)


mv 29. nmm MBUE. 123
za con que obran , no hay velocidad en la (ierra, ni aun
eran fioiiibres quo no creían sino lo qut) percibían por los
sentidos, y así dijeron que no había ángeles. Y en nuestro en los cuerpos celestiales, que con la de lo» ángeles se
tiempo, no han faltado herejes que han tenido eslc mismo pueda comparar. I ucs ¿ q u é diré de aquella capacidad y
error, que es tan grande, que. hasta los mismos filósofos excelencia del eidendímiento ajigélico, qne entiende per-
mas sabios y cuerdos, como Platón, Aristóteles, Trisme- petuamente y sin discurso , y desde el punto que fué
jistro y oíros, le h;in tenido por tal. Pero aunque ellos se criado, tiene perfecta yconsumada ciencia de todaslas co-
hubieran engañado y creído lo contrario; nosotros tene- sas (pie naturalmente se pueden saber? ¿ Q u é de la cons-
mos por fe católica, que hay ángeles, y que Dios los crió, tancia y eficacia de su voluntad , por la cual tan intensa-
y se sirve de ellos como de ministros suyos, en el cielo y mente quieren lo que quieren , que nunca se apartan do
en la tierra : y de esta verduii están llenas las divinas L e - lo que una vez escogieron ? ¿Qué de la firmeza de su me-
tras, que por ser cosa tan clara y tan sin duda, no la pro- moria , que nunca se olvida de lo que una vez percibió ?
bamos aquí. Y fué cosa muy conveniente, que criando ¿ Q a é de su poder, que es tan grande, que un ángel solo
Dios en esto teatro del mundo tanta variedad de criaturas mató ea una noche ciento y ochenta y cinco m i l hombres
corporales, criase también en los cielos una criatura i n - del ejército de los asirlos? ¿ Y lo que es mas, un ángel sin
malerial, espiritual, i n c o r p ó r c H , invisible é incorruptible, trabajo ninguno y con una facilidad admirable, mueve el
como lo es el ángel, que por ser en su sustancia mas no- primer cielo, en cuya comparación toda esta máquina de
ble y mas perfecto que todas las otras criaturas, nos r e - la tierra y del agua, no es mas que un punto y há tantos
presenta mas perfectamente la bondad y omnipotencia del millares de años que continuamente can tanta uniformidad
Sefiorquelocrió. y concierto le mueve ? ¿Pues el número de estos soldados
Por dos razones principalmente debemos honrar y ser- y bienaventurados ministros del Señor, quién lo podrá d i g -
, v i r á los ángeles : l a u n a por sus grandes excelencias; y namente, explicar? Daniel, hablando d é l a muchedumbre
la otra, por los benelicios que continuamente recibimos por d é l o s á n g e l e s , dice: «Millares de millares ministraban á
medio de ellos, de ia mano del Señor : y de estas dos co- Dios y diez veces centenares de millares le asistían : » y
sas hablaremos aquí brevemente, para explicar la causa san Dionisio Areopagila dice, que el umnero de los á n g e -
de la institución de esta lic-sla, y lo que debemos á estos les excede y es mayor que el número de todas las cosas
gloriosos espíritus, y se lo procuremos pagar y servir. corporales y materiales; porque como Dios nuestro Señor
Aunque es verd.id que el hombre y el ángel son criatu- en esta hermosísima y admirable máquina del universo
ras de líics y hechura de un mismo artífice soberano, y pretende principalmente la perfección de é l , y su poder
que son criados á la imagen de Dios, y por la memoria, no es limitado, sino infinito é inmenso; con tanta mayor
^ f m d l n í i e n t e y voluntad, capaces de su gracia y par- copia y ahundancia ha criado las cosas, cuanto ellas son
lieioriems de su gloria y bienavenlurau/a, y que por estos mas perfectas en s í : y así vemos que todas estas cosas ba-
v otros respetos, el hombre se puede igualar con el ángel: jas y caducas que están debajo de la luna , son casi un
y que, considerando la unión hipostática del Yerbo eter- punto en comparación de ios cielos , que son cuerpos mas
no con la naiiiralcza humana, y aquel Hombre Dios, perfectos y nobles: y en los mismos cielos , el mas alto y
sentado á la diestra del Padre eterno, y aun á su henditisima superior excede mucho al inferior, y el supremo á todos
Madre la Yirgen María nuestra Señora, ensalzada y en- los d e m á s ; y por oslo algunas estrellas del firmamento
cumbrada sobre todos los coros de los ángeles, podamos que á nosotros nos parecen tan pequeñas á la vista , son
con verdad decir, que por esta pai te la naturaleza humana mucho mayores que todo este globo, compuesto de todas
sobrepuja á los á n g e l e s : pero-mirando bien la naturaleza las cosas inferiores. Ksta misma proporción hay en las co-
del ángel y del hombre, no hay duda sino que el ángel le sas espirituales, y en aquellos supremos espíritus, respec-
hace grandisimas ventajas: las cuales el hombro debe re- to de las cosas corporales , á las cuales exceden no en la
conocer, acatar y alabar por ellas al S e ñ o r , que se c u a u l i d a d c o n ! í n u a , s í n o e n el número y cuantidad discre-
las dio: porque asi como el plomo, por fino que sea, ta, Y vese esto ser a s í ; porque si cada uno de los hombres
no puede llegar á la perfección do la plata, ni la pla- desde nuestro primero padre Adán Insta el postrero que
á ia del oro; asi un cuerpo, por noble y excelen- habrá en el mundo t exceptuando á Cristj nuestro Señor,
le quesea, no puede llegar á la excelencia que tiene que por ser Dios, y en cuanto hombre, cooiprensor , Se-
cualquier espíritu, ni el alma del hombre á la digni- ñor y Uey de todos los ángeles , no tuvo necesidad de á n -
dad del menor ángel del cielo, mirando la naturaleza de gel que le guardase), tiene su Angel de Guarda, diputado
cada uno: que por esto dijo el S e ñ o r , como lo interpretan para su defensa como nos enseña la sania Iglesia nuestra
algunos doLiores, que entre los nacidos no había ninguno madre: y en esto no hay excepción de bueno ó malo, ni de
mayor que san Juan Daulista; mas que el menor en el r e i - fiel ó infiel (porque todos en cuanto hombres, participamos
no de los cielos era mayor que é l : porque para decir algo de este beneficio ) ; necesariamente habernos de confesar,
de Jas excelencias de los ángeles si miramos su principio que son mas los ángeles de solo el postrer coro (del cual
hallaremos que el Señor los crió , ó ante todas las otras se dipulan los que guardan á los hombres) que todos los
criaturas , como muchos santos doctores lo sienten, ó á lo mismos hombres que ha habido y habrá basta el liu del
ménos ( y es lo mas cierto), con las primeras de todas: si mundo. Pues ¿ q u é será del número de los otros coros ;
consideramos la vida y duración que tienen, son incorrup- pues por la razón que habernos dicho, tanto es mayor el
lihles ó inmortales : si el modo y condición de su natura- número de ellos, cuanto su órden es mas alto y su perfec-
leza, no tienen cuerpo ni están sejelos á la necesidad de la ción es mayor? Y por esto dicen algunos que es mas f,!-
»nuerfe, ni del frío y calor, de la hambre y sed , del can- cil contar las estrellas del cielo, y las gotas del mar, y
sancio y de la enfermedad, ni de las otras miserias del las hojas de los árboles , y (as yerbas de la tierra , y los
cuerpo. Pues sí ponemos los ojos en la agilidad y presle- átomos del sol, que comprender la muchedumbre de los
m LA LEYENDA DE ORO. D1A
á n g e l e s : la cual, aunque para e! Señor es finita y lasada, que esto es propio d é l o s ángeles de la ínfima jerarquía^;
para nosolros parece ínfinila : y por eslo dijo Job, ¿ÍVWÍ»- pero que en algunos muy importantes algunas veces v i e -
quid esl numerus miiilum ejus? ¿Hay por vcnlui-a mitnoro nen para nuestro bien , ni los falla humildad , ni caridad,
de sus soldados que se pueda conlar ? Lo cual nos declara ni tienen por que d e s d e ñ a r s e , viendo al Hijo de Dios y
la gloriosa soberana majestad del mismo Señor que los Rey s u y o , humillado y hecho hombre por nosotros: y t a -
crió , y se sirve de eílos como de criados y soldados su- les dicen , que fueron el seralin que purificó los labios de
yos: pues es grande honra de un rey tener muchos no- (saias, y los querubines que fueron enviados á Ezeqniel, y
bles y poderosos ministros, y una familia lucida de cria- san Rafael que fué enviado á T o b í a s , y mucho mas el ar-
dos que le acompañen y sirvan: que por esto dijo el Espí- cángel san Gabriel, que vino por embajador del Padre
ritu Santo : « La dignidad y majeslad del Rey se conoce e t e r n o á la Virgen iMaría nuestra S e ñ o r a : y san Miguel,
en la imichedunibre de sus ministros; y el tener pocos v a - que, como principe de la Iglesia , muchas veces ha sido
sallos es afrenta del principo. » Mas es cosa de gran ma- enviado á ella para su amparo y defensa. La segunda j e -
ravilla que con ser tantos los ángeles, no hay ninguno de rarquía es alumbrada y alumbra, espul gada y purga , es
ellos que no se diüera en especie de todos los otros , se- perfeccionada y perfecciona (que eslos tres actos j e r á r -
g ú n el sentir de santo Tomás : de manera , que así como quicos pone san Dionisio Areopagita , habiendo aprendido
seria cosa hermosísima y maravillosa, si en un campo ó esta doctrina de su maestro san Pablo , después que estu-
prado lleno de infinitas flores, no hubiese entre todas ellas vo en el tercero c i e l o ) ; pero en diferente manera: por-
dos que fuesen de la niisina espéGie , sino que cada flor que es alumbrada, purgada y perfeccionada de la prime-
fuese de la suya y desemejante de todas las o i r á s ; a s í ( s e - ra y suprema jerai'quía, y alumbra , pinga y perfecciona
gun este sentir) en aquel campo copiosísimo y abundan- á la tercera: de suerte, que las tres j e r a r q n í a s s e distinguen
tísimo del cielo, donde hay innumerables ángeles, que co- en que la primera recibo inmediatamente de Dios todos es-
mo flores herniosísimas y suavísimas lo hermosean y vis- tos divinos dones, y los comunica á la segunda j e r a r q u í a ;
ten , no hay dos de ellos que convengan en una misma y la segunda habiéndolos recibido mediatamente del Se-
especie. Y ele aquí se puede colegir cuánta será la. exce- ñor , por medio de la primera, los difunde á la tercera : y
lencia y perfección del ángel supremo , pues es tan gran- así la primera alumbra y no es alumbrada: la segunda es
de la del ínlimo y menor de todos. También se ha de con- alumbrada y alumbra ; y la tercera no alumbra y es a l u m -
siderar que , con ser (como dijimos) un número innume- brada: y esto se hace por una manera á nosotros oculia
rable el de les ángeles, no por esto están desordenados, ni é inefable, comunicándose los ángeles y comunicando sus
confusos , sino con admirable concierto y orden , distin- conceptos , y hablándose con aquella lengua que el após-
guidos en iros j e r a r q u í a s , suprema, media é ínfima , y tol san Pablo llama lengua de ángeles, qoe es tal , que
cada jerarquía dividida en tres coros ú ó r d e n e s , como se para esplicarla b i e n , lengua do ángeles es menester. Y
saca do las dividas Letras y santos doctores. Y así hay aunque sean tantas y tan sublimas las excelencias y dones
nueve coros de ángeles repartidos en tres j e r a r q u í a s , naturales de los á n g e l e s , como habernos dicho, y por ellos
de esta manera: en la suprema jerarquía (que es la que debamos honrarlos con particular afecto y devoción ; pero
recibe inmediatamente los resplandores é ilustraciones de mucha mas honra se les debe por las gracias sobrenatura-
Dios) hay tres ó r d e n e s , serafines , querubines y tronos : les, que con tan larga mano Ies repartió el S e ñ o r ; por-
los seraíines exceden á los d e m á s en el fervor de la cari- qu.1, si bien miramos, hallaremos que todos los á n g e l e s
dad: los querubines on la plenitud de la ciencia ; y ios están vestidos de la estola de la gracia é inocencia, y quo
tronos en ver á Dios, y conxmas perfección la razón de nunca la perdieron ni se vieron desnudos de ella, ni la
sus divinas obras : en la segundad jerarquía hay tres co- mancharon con ninguna culpa ; ántes perpetuamente han
ros , dominaciones, virtudes y potestades : en la IciciM-a, conservado la gracia en que fueron criados , sin perderla
principados, arcángeles y á n g e l e s ; porque aunque este j a m á s y teniendo tan gran copia y excelencia de dones
nombro sea común á todos aquellos espíritus bienavcniii- naturales y sobrenaturales, lo que mas nos debe admirar
rados , especialmente se atribuye al coro ínfimo de (odos es la profundísima humildad ó indecible reverencia con
los nueve; porque ángel quiere decir propiamente nuncio, que asisten , ministran y sirven al S e ñ o r : de lo cual dicu
y no es nombre de naturaleza sino de, oficio: y porque el Job : Coram eo inourviinlur, ^íti porlant orbem; el e n h m -
oficio de los espíritus inferiores de este coro es anunciar, nw cmlipavent i n cons;íecíit e/'ws .* Los que mueven el cic-
y ser embajadores de la voluntad de Dios; por esto se l l a - lo se encorvan y postran delante del S e ñ o r ; y en su aca-
man ángeles, tomando por propio el nombre que es común tamiento tiemblan las columnas del cielo: y están tan r e n -
á todos. Verdad es que el apóstol san Pablo dice, « q u e didos, tan aparejados y prontos para ejecutar con suma d i -
todos los soberanos espíritus son ministros del Señor e n - ligencia y clicacia lo que Dios les manda, que dice de ellos
viados para bien de los que han de heredar la salud y el real profeta David estas palabras: «Alabad lodos los
bienaventuranza eterna : » las cuales palabras del Apóstol, ángeles al Señor, que sois poderosos y ejecutáis lo que él
san Dionisio , su discípulo y san Gregorio , san Damas- os manda , obedeciendo como fieles ministros á la voz de
ceno y santo Tomás las interpretan de manera, que se sus m a n d a t o s : » y es esto de manera, que no hay cosa
entienda que los coros d é l a primera jerarquía no son en- tan baja y humilde quo los simios ángeles no abracen y
viados á los hombres, sino á los ángeles de la segunda j e - cumplan con grandísima voluntad por obedecer al Señor
r a r q u í a , y los de la segunda á los d é l a tercera, Pero san y aprovechar á los hombres. Esta es la primera causa, pol-
Gregorio Nacianceno , san Cirilo y san Crisóstomo , san lo cual los debemos nosolros alabar, honrar y reveren-
Agustín , y muchos doctores eclesiásticos son de parecer, ciar, m i r á n d o l a naturaleza excelente de aquellos celestia-
que aunque es verdad que comumnoníe los ángeles supe- les espíritus y cortesanos del pabeio del Señor : la cual
riores no son enviados á los negocios de los hombres {por- aquí sumariamente habernos declarado, dejando las otras
TU A -11). SETIEMBRE. 125
nilikv.as y ügndns cneslioncs, que los Miagm mueven en lo despedazascn y comiesen? ¿Y que otro, después de h a -
Istá o-ü'iieiaá; como (lol modo con que fueron criados: del ber san Felipe, el diácono, bautizado al etíope eunuco de
orden de las m ó r n l a s , ¿ inslantes : de la disposición que Candace, reina de Etiopia, le llevase porel aire, hasta de-
luvieron para recildr la gracia: del licnq)o en (pie comen- jark1 en la ciudad de Azoto? Finalmente, no hay cosa tan
zaron ¡i ser bienaventtnados, y si merecienm la bienaven- baja, que aquellos altísimos y soberanos espíritus no h a -
ini anza : y cuál haya sido su pecado por el cual los m a - gan con singular pronlilud y alegría, para beneficio de los
los fueron echados del cielo: el secrelo modo de ense- hombres, por mandárselo el Señor ; porque como dice el
narse v mariifcsiar sus concepks unos á otros: su admi- bienovenlurado Lorenzo Jusliniano, hablando de la guarda
rable niovimienlo de una parle á olra y eficacia en su de los á n g e l e s : «Ellos son los que refrenan á los demo-
operación ; y olías dificnllades como estas, que son mas nios, para que no nos tienten tanto como querrian, y nos
para ejercitar en las escuelas los agudos ingenios^ne pa- descubren sus engaños : responden á sus falsos argumen-
ra inílamar las voluntades de los que esto leyeren, que es los: si caemos, nos levantan: si no sahemos, nos ense-
lo que yo aquí pretendo. ñan i si estamos libios, nos inflaman; y como fieles c o m -
La segunda causa de honrar á los ángeles es, por los pañeros, siempre eslán á nuestro lado y nos defienden,
lietielicios que coulinnamenle nos hacen, como minislros ('liandodormimos, cuando estamos quedos, cuando anda-
priucipa'es del Seíior ; porque dado que él sea la fuen- mos, cuando obramos y ruando estamos ociosos, nunca
te manantial, la raiz, origen y primera causa de lodos nos dejan , ni desamparan. Alumbran nuestro enlcndi-
los bienes de naturaleza y de gracia que se derivan e» mienlo, despertándole e imprimiendo en él los rayos de la
nosolms; mas los caños y arcaduces por donde se derivan, divina luz, y deshaciendo las tinieblas, oscuridades y
son los sanios ángeles, de los cuales Dios se sirve, como sombras que le podían ofuscar. Cuando hacemos limosna
de mano e inslriimenlo, para hacer lodo lo que es servido y cuando oramos, llevan nueslras oraciones y nuestras
en el cielo y en la tierra. De estos beneficios algunos son oírendas, y las presentan al Señor, y de allá nos traen la
parliculares y propios de cada uno de los hombres: otros gracia y dones espirituales, alegrándose de nuestro apro-
iK'rleiieceii en general á lodos, y á la gobernación y con- vechainieulo y gozándose de nueslro bien.» Todo esto
servación del universo ; porque (como dijimos) desde la es del beato Laurencio Jusliniano. Mas porque en la festi-
hora de su nai itiiienta tiene cada hombre un Angel de vidad del Angel Custodio, que es el primer dia de marzo,
( í u a r d a , que le acompaña hasta la hora de su mnerle, y traíamos mascopiosamenle de los beneficios del Señor y
sea nmio su mr.eslro. ayo y una guia cierla y segura para de los grandes e innumerables bienes que de él nos \ i e -
llevarle por las sendas derechas y apacibles de la virtud, nen por manos de los ángeles de nueslra guarda, no me
>' apurhirle de les tropiezos y malos pasos y lazos p e l i - quiero alargar en eslo, sino pasar á los oíros beneficios
grosos (pie el demonio le arma, y delVndei le y amparar- que el linaje humano y todo el universo, por el ministerio
'ede sus asechanzas, embnsles y m a r a ñ a s : lo cual hace (lelos ángeles perpelnamente recibe: porque ellos son
eJ sanio Angel Cuslodio con suma vigilancia y cuuliulo, ;('omo dijimos) los principales minislros de la divina l'ro-
por habérselo mandado Dios, y por el amor (pie por su videucia, para regir y conservar el mundo: ellos son los
amor nos tiene; porque como dice gravemcnle san Uei- que mueven los cielos, y con su concertado movimicnlo ó
nardo, en lo? soberanos espíritus, no solamente se halla influencias, son causa de toda la vida, variedad, distinción
una admirable dignidad, sino lambien una amable d i g - y belleza que hay en todas las criaturas corporales: estos
nación : quiere decir, que con ser laníos y tan sublimes son los presidentes de las provincias, príncipes de los
aquellos celesliales espíritus, no se desdeñan de abatirse á reinos, conservadores de las especies de todas las cosas
las cosas rateras y bajas, y encargarse de enseñar y e n - visibles, repartidores de los dones y ejecutores de la vo-
caminar á una cosa lau frágil, como el hombre, porque el luntad de Dios'. Por eso en las divinas Lelras se llaman sol-
'-'•iador del ángel y del hombre se lo manda, para gloriíi- dados de Dios, ejército del Señor, principes de las pro-
^ar por este medio al liombrc, y colocarle, en aquellas s i - vincias, presidentes de los pueblos,, guardas y maestres
"íts vacías que perdieron por su culpa Lucifer y los de su de los hombres, medianeros e inlcrcesores para con Dios,
Ijaudo. ¿Quién l e y é n d o l a s sagradas Lelras, no se admira redores y gobernadores del mundo: l l á m a n s e l u z , por su
^ 'i>s cosas que se cuentan en ellas haber obrado los san- gran claridad y sutileza: llámanse fuego y carbones en-
tos angeles en a\uda y favor de los escogidos de Dios? cendidos, porque, son ardentísimos y abrasados en | ]
<.Quién no reconoce y se espanta de aquella humildad con amor: llámanse eslrelias de la m a ñ a n a , porque asi como
que el i H v ^ i gaY) ¡ ^ e i stí \iU0 caminante, y come eorreo las eslrelias corporales hermosean al cielo visible , así
(1,> * Pié, para acompañar, guiar y amparar á Tobías, y ellos mas escelentemenle adornan el supremo é inlelec-
despacharle sus negocios, y defenderle del pez (pie l o q u e - lual cielo: llámanse trono de Dios, porque en ellos reposa
•ia tragar, y darle por mujer tan buena compañía, como y tiene su asiento : llamánse piedras preciosas y encendi-
le dió, y res|j|Uút |a jjája (|(. |üS 0jÜS su padre, que para das, porque encienden con sus oraciones, amonesiacioncs
''J^icicio de su virtud , y ejemplo nuestro de paciencia, y consejos nuestras almas, para que apetezcan y busquen
'1;,h¡a perdido? ¿Quién no alaba al Señor, cuando lee que las cosas sanias y preciosas del cielo y menosprecien las
Uil ángel luchó toda la noche con Jacob, y que no pudo de la tierra: llámanse s o l , porque alumbran el mundo:
P' evaleeer contra el? ¿Y que otro vino del cielo á de>per- columnas del cielo, porque le sustentan : carros de Dios;
•a* v animar al profeta Klías, y traerle de comer? ¿Y que ciudadanos del paraíso ; y Cnalmenle amigos é hijos del
olio llevó por un cabello al profeta llabacuc hasla Haliilo- mismo Dios. Por lodos estos lílulos debemos nosotros i n -
" i ' - ' , para que diese de comer al profeta Daniel, que esta- vocar á lodos los santos ángeles, alabarlos c imitarlos; y
f e n el lago de los leones; y que (como el mismo Danieldi- ron mas especial devoción al capitán de todos ellos, y
I" • erró las bocas de los leones hambrientos, para que no príncipe de la Iglesia, sanMiguel, comolodiceel bicuaven-
12G LA LEYENDA DE ORO. DIA 30.
turado san Lorenzo Jusliniano, por las palabras que, para En (iempo de Tiridales, rey de Arn enia, fué interrogada
acabar osla malcria, (¡uiovo poner a q u í : ((Honremos (rHce) sobre su religión, y ella y dos compañeras su\ as confesa-
en el Sefior á n u c i r o s cituladanos y ayudadores fidclísi- ron á Jesucristo, y fueron degolladrs por los años de 328.
inos y capitanes esforzados de nuestra milicia: y pues nos SAN FRATEIINO, OBISPO Y MÁRTIR.—Aunque el Martirolo-
ayudan, ayudémosles nosotros, para que ellos mejor nos gk? romano, arreglado por el cardenal Baronio, da á este
puedan ayudar y m se pierda el fi nio de sus trabajos; sanio el titulo de mártir, la opinión mas probable es que
porque el gozo de ellos es nuestra fortaleza: ellos nos en- fué obispo de Auxerre en el siglo V , y que después do
serian en nuestras dudas: defienden en nuestros peligros: haber padecido muchos trabajos por la fé, y de haber des-
siislenlan en nuestras adversidades; bumillan ennuesli as plegado un santo /.elo contra las herejías de su tiempo,
prosperidades: presentan nuestras oraciones: Iráennos la murió en tranquila paz á mediados del mismo siglo.
gracia: acrecienlan nuestros merecimienlos; y ejercitan, SAN GaiMOAiJio, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Natural de
sin cansarse sus miiiislerios con nosotros. Por tanto, a m é - Inglaterra y hermano de los sanios Fulco y Eleulerio, en
moslos como á nosotros mismos, y cuanto sufre nuestra cuya compañía dejó su patria para ir á Roma á visitar el
í ] a i | i i r a i , imitémoslos y reverenciémoslos de corazón. Y sepulcro de los santos apóstoles. Después se separaron los
puesto caso que, debemos honrar á todos los soldados de! tres hermanos, aunque lodos quedaron en Italia , si hien
cielo, pero mas parlinilarmente al glorioso san Miguel, en lugares distintos. Grimoaldo fijó su residencia en Pon-
como á caudillo y capitán de todos: reverenciémosle por to Corvo, junto á Aquino, por cuyo obispo fué ordenado
la gracia soberana, por la prerogaliva singular, por el presbítero, á vista de su gran sanlidad. El Señor le e n r i -
oGcio que le lian encargado, por la fortaleza invencible, queció con el don de milagros, y murió santamente en
por la benevolencia del Señor qun le crió, y por la cons- setiembre del año 1138.
tancia con que le sirvió en aquella tan reñida batalla qno SAN QÜIUIACO, ANACORETA.—Nació en Corinto en tiempo
tuvo con el dragón infernal y con todos sus secuaces; de Teodosio el Grande. Abrazó la carrera eclesiástica;
porque nó sin causa la santa Iglesia le honra, porque co- pero cuando iba ya á ser promovido á las órdenes m a y o -
noce que es su particular y propio defensor y continuo res, dejó el mundo y todos sus encantos y so fué solo á
intercesor, y príncipe de la corle celestial, y el que acoge un desierto. Pero primero quiso visitar los sanios lugares
y recibe en su seno con gran caridad todas las ánimas de deJerusalen, y estando orando en la iglesia de! Santo Se-
los escogidos del Señor. Por tanto, cada uno de nosotros y pulcro, tuvo una revelación para qnc se marchase á la
todos junios reconozcamos á nuestro protector, y a l a b é - laura de san Eutimio, en la misma Palestina. Tenia e n -
mosle á menudo con nuestras oraciones: abracémosle con tonces veinte y dos a ñ o s : entró efectivamente en aquel
nuestros deseos: inclinémosle, para que nos oiga, con monaslerio, y á poco tiempo fué su abad ; porque su sa-
nuestra devoción; y alegrémosle con la enmienda de biduría, sus virtudes y el don de profecía, con que el cielo
nuestra vida. Nodesnreciará á los que oran, ni desechará le dotó, le captaron el respeto, la adoración y el amor de
á los que confian en él, ni se apartará de los que le aman; lodos aquellos religiosos. Murió santa y gozosamente, el
pues (ieíiende á los humildes, anima á los castos, abraza dia 29 de setiembre de! ano ülSt!.
á los inocentes, guarda nuestra \ i d a , guíanos eu el ca-
mino y llévanos á nuestra patria, donde Jesucristo Señor
DIA 30.
nuestro, verdadero Ksposo de la Iglesia, reina con el Pa-
dre y con el líspírilu Snnloken los siglos de los siglos.» SAN GERÓNIMO, DOCTOR Y FUNDADOR.—Escribiendo el
* LOS SANTOS F ü T l Q n O , PLAUTO Y HRIUCXEAS, MARTIrtl'.S. glorioso san Gerónimo la vida de santa Paula, comienza
—Eran estos santos cristianos y por la confesión de la fé de esta manera : ((Si lodos los miembios de m i cuerpo se
murieron degollados en Tracia, en las primeras persecu- hiciesen lenguas, y todos mis artejos formasen voz h u m a -
ciones de la Iglesia. na, no podria yo decir cosa digna é igual á las virtudes de
SANTA ( I I IU I . I A , MÁsmn.—Habiendo convertido á m u - la santa y venerable Paula.» Con mneba mas razón pode-
chos inlleles á la fé católica, y no queriendo adorar al sol mos nosotros decir estas palabras del mismo san G e r ó n i -
ni al fuego, por mandato del rey Sapor fué afligida con mo, á quien la sania Iglesia á boca llena llama ndocior
muchos tormentos, entre los cuales se cuenta que le de- máximo;» porque verdaderamente fué máximo y admira-
sollaron h cabeza y la clavaron en un madero, hasta que ble en todas sus cosas. Fué noble, rico, de grande i n g e -
al fin mereció el premio de la vida eterna, siendo degolla- nio, elocuenlísimo, y en las lenguas y ciencias humanas
da en una ciudad de Persia, en el siglo I V . y divinas sapientísimo: en la vida espejo de penitencia y
SAN DADAS, SANTA CASDOA Y SAN GABDELAS, MÁUTIBES.— santidad, luz de la Iglesia y singular intérprete de la d i -
Eran de Persia y parientes cercanos del rey Sapor. Dadas vina Escritura, martillo de los herejes, amparo de los c a t ó -
y Casdoa esposos, eran padres de Gabdelas, y los tres licos, maestro de lodos los estados y condiciones de per-
despreciaron las impías amenazas del rey, prefiriendo la sonas, y lumbrera del mundo. La vida de este gran doc-
muerte al abandono de su fé. Fueron, pues, degradados tor, sacada del obispo Mariano Yictorio, que la recopiló
de todos sus honores y despedazados con varios tormen- de sus obras, y del cardenal Baronio y otros autores, es
tos, hasta que después de una larga prisión, fueron de- de esta manera.
gollados en Persia, en el siglo I V , en el mismo sitio que Nació san Gorónimo :que en griego quiere decir « nombre
san'a'Gudelia. s a g r a d o » ) en mi lugar en los confines de Dalmacia y de
SWTA RWIMA Y SUS COMPAÑIvIUS, MÁRTIRES.—Rsla t(0M Parmonia, que antiguamente llamaron Eslridon, y ahora
era una viuda de Armenia que abrazó la fé de Jesucristo S i r i g m ó Sdrigna, y en su vida (como el mismo san!o
por la predicación del obispo san Gregorb, y después ella afirma) fué casi destruido de los godos. Nació en tiempo
misma convirtió ó sus c o m p a ñ e r a s á la verdad cristiana. del emperador r i n s t a n n o , hijo de Con-lanfino Magno,
LIA 30. SKTIEWUIE. 127
como se saca de lo que el misino escribe ; amique no sa- babia escrito. Desde Francia volvió con su compañero
bemos pai licularmeiile en que ano n a c i ó . Sus padres fue- Roñoso á Italia : estuvo en la ciudad de Aquileya un poco
ron crislianos, nobles y ricos. El padre se l l a m ó Ensebio. de tiempo, comunicando con san Valeriano, obispo, y con
Tuvo nn hermano, llamado t'aulinia no, y una hermana, Hcliodoro, Nepociano y Rufino y otros siervos de Dios, á
cuyo nombre, como el de su madre, no se sabe. El her- los cuales escribió muchas carias muy familiares y de
mano y hermana acabaron en religión santisimamenle. grande amistad. De allí (no se'sabe con qué ocasión) tuvo
También lavo una tia, hermana de su madre, que se 11a- necesidad de partirse y volver á su patria, donde halló
maha Castorina, con la cual tuvo algunas pesadumbres; que su hermana, por su poca edad y flaqueza mujeril, ha-
aunque no se sabe por q u é ; pero el santo la convidó con bia caido del glorioso estado virginal. Dióle la mano y
Ja paz y concordia, y procuró reducirla á la debida y cris- levantóla, encomendándola á Juliano, diácono, y después
liana amistad. Luego que comenzó á tener edad para darse á Cromado, por cuyos saludables consejos se hizo religio-
á los esliulios, dió muestras de su vivo y raro ingenio: y sa y perseveró en la virtud. De su patria pasó á Grecia, y
para que con mayor comodidad se diese á ellos, sus pa- anduvo las provincias de Tracia, Ponto, Bilinia, Galacia,
dres le enviaron á la ciudad de Roma, como á cabeza del Capadocia, Cilicia y Siria, y estuvo en Antioqnía algún
mundo y escuela de nuestra santa religión y de todas las tiempo con Evagrio, el que después fué obispo de aquella
buenas letras. Allí tuvo por maestro en la gramática á Do- ciudad, y habló con Maleo, el monge fugitivo: cuya vida
nato, el que doctamente escribió sobre Virgilio y Terencio. después escribió, refiriendo lo que de él mismo habia oido;
Después de haber aprendido de él, lo que le pudo enseñar, para enseñar á los religiosos cuán peligroso es el amor
estudió con gran cuidado y diligencia el arle oratoria, y demasiado de los parientes, y que algunas veces, so color
se dió á la elocuencia, en la cual salió muy eminente, y se de piedad, es bastante para inquietar al religioso y sa-
ejercitó en componer y recitar declamaciones y contro- carle de su religión, como á Maleo aconteció. Aquí también
versias, y en leer los libros de lodos los excelentes orado- en Antioquía conoció y trató mucho á Apolinar Laodiceno,
res, historiadores y poetas griegos y latinos, juntando en que florecía con grande opinión de hombre docto y elo-
uno la elegancia y propiedad de la lengua latina y g r i e -
cuente, aunque era hereje; pero no descubierto ni cono-
ga , para ser en la una y en la otra consumado, como
cido por t a l : y así san Gerónimo le pudo oir y ser su dis-
fué. No contento con esto, pasó adelante en todo género
cípulo, y cuando le conoció, le dejó, aborreciendo y de-
de ciencias: esludió la lilosofia : revolvió los libros de
testando sos errores.
Platón y Aristóteles, y los demás filósofos, sin dejar co-
Estando en Siria, con el ejemplo de tantos mongos san-
sa que le pudiese aprovechar; porque el Señor, que se
ios como habia en aquella provincia, y con el consejo de
quería servir de él para ilustrar la santa madre Igle-
Teodosio, anacoreta, varón perfectísimo, y principalmente
sia con su doctrina, le iba disponiendo y enriquecien-
con el espíritu del Señor, que le incitaba, se determinó
do de manera que lo pndiese hacer. Allí en Roma se
san Gerónimo dar de mano á lodos los regalos d é l a carne
bautizó y recibió la vestidura de Cristo, cerno él mis-
y á las vanidades del siglo, y á las grandes esperanzas
mo lo escribió d e s p u é s á san Dámaso, papa. Dábase mu-
de subir y valer en el mundo, que sus aventajadas partes
cho á los oüeios de piedad y devoción, visitando las
le prometian. Para esto y para darse al Señor con quietud
reliquias de los mártires, y entraba en los cementerios y
mas intensamente, y gozar á solas d é l a contemplación, se
lugares subterráneos, donde estaban sus sagrados cuer-
fué á un desierto apartado y áspero de Siria, con Ires
pos, y gastaba en esta santa y piadosa ocupación los do-
compañeros, Inocencio, Hilas y Heliodoro, á ios cuales
mingos, como días dedicados ai Señor. Habiendo, pues,
Evagrio proveía de todo lo necesario, y daba á san Ge-
aprendido en Roma las artes liberales, que habernos d i -
t'ho, y juntado una copiosa librería con sumo estudio y rónimo escribieníes y hombres doctos, y en cosas de a n -
trabajo; p a r e c i ó á san Gerónimo que leconvenia darse á tigüedad muy eruditos, para que le ayudasen en sus es-
otros esludios mayores y aprender la sania teología, y tudios y en trasladarle los libros que habia menester.
P"i'a eslo andar por varias provincias, y oir y ver á los Pero queriendo nuestro Señor probarle, Inocencio, uno de
bombres mas sabios de ellas, como lo hicieron Pitágoras, sus compañeros, en breve m u r i ó ; y poco después también
Platón, Apolonio Tianeo, y otros filósofos, que, por alcan- Hilas y Heliodoro se partieron paia su tierra : y san Ge-
la noticia de las cosas naturales, salieron de sus casas rónimo comenzó á padecer graves enfermedades en el
Y se hicieron peregrinos del mundo. Tomando, pues, en cuerpo, y mucho mas recias lenlacíones y fatigas en el a l -
su eompafiía á Bonoso (que era mozo como él, noble, rico ma: las cuales fiuron tan terribles, que el mismo santo,
í hermano suyo de leche, con quien se habia criado en escribiendo á Eusloquia, virgen las pinta de esta manera:
su patria, y venido á Roma y estado en ella), fué á Fran- « ¡ O h cuántas veces (dice), estando yo en el yermo, y en
c a , donde á la sazón habia bombres muy doctos, para aquella áspera soledad que, abrasada con los recios calo-
Malarios y comunicarlos, y ver lo que habia en aquella res del sol, da horror y espanto á los mongos que moran
Provincia. En Trévcris (que en aquel tiempo era ciudad de en ella, me parecia estar en medio de las delicias de Ro^
Eranc'ia y ahora lo es do Alemania, y su arzobispo elec- mal Estaba solo, sentado y lleno de amargura : tenia los
t01, del imperio) se detuvo algunos dias, y trasladó con su miembros de mi cuerpo quebrantados y vestidos de saco:
Propia mano un gran libro De symdis de san Hilario, obis- la carne denegrida y casi consumida. Lloraba y gemia
P0^ teniéndole por un riquísimo tesoro. En este camino lodo el dia : cuando el sueño me vencía y me rendía con-
que hizo de liorna á Francia, pasó por un pueblo de Lom- tra mi voluntad, echaba mis huesos, que apenas se j u n -
"•irdia que se llama Concordia, no lejos de la Mirándula: taban unos con otros, en la tierra fría. No hablo de mi co-
"Hí tomó amistad con un santo viejo llamado Pablo, al cual mida y bebida: porque los monges; aun cuando están
dospnes envió la Vida de san Pablo, primer ermitaño, que enfermos, no beben sino agua cruda, y comer cosa cocida
lo tienen por sensualidad. En este destierro y cárcel, á que
DIA 3 0 .
m LA LEYENDAsuave
DEPlinio.
ORO El trabajo que esto me cosió; las dificullades
yo mismo, y rtti mi propia voluntad, por temor del infier- que tuve i las veces que perdí la esperanza de salir con
no me habia condenado, no teniendo otra compañía, sino ello ; y las que lo dejé y torné á comenzar, por el deseo
de escorpiones y bestias fieras, muchas veces me hallaba y ansia de aprender, yo que lo pasé soy buen testigo, y
con la memoria entre las danzas de las doncellas romanas. los que lo vieron y viven conmigo, lo pueden ser; y hago
Tenia el rostro amarillo por los muchos ayunos; y la v o - gracias á mi Dios, qne me deja coger los frutos dulces de
luntad ardía en malos deseos. En el cuerpo frió, y en las letras de raíz lan a m a r g a . » Hasla aquí es de esle g l o -
la carne soca y antes de la mueríe muerta, solamonle rioso doclor.
vivian los incendios del apetito deshonesto: y aunque yo Mas no fueron estos trabajos los mayores que tuvo en
los reprimía, siempre porfiaban por crecer y echar mas aquel dosiorlo do Siria : oli os se lovanlaron mas pesados
vivas y peligrosas llamas. Y hallándome desamparado y mas dificullosos; porque estando la Iglesia de Antio-
y sin socorro alguno, me derribaba a los pies de Jesús, quía y (oda aquella provincia dividida en lies partes : la
y los regaba con l á g r i m a s , y los limpiaba con mis una, que seguía á Paulino : la otra, tino «bodecia á Mele-
cabellos, y sujetaba mi carne rebelde con los ayunos de cio (ambos ohispos católicos); y la tercera, que siendo
las semanas culeras. N o m o avergüenzo de contar mi.s inliciouada de la herejía de Apolinar, tenia por su capitm
tentaciones y luchas; ántes lloro, porque no soy ahora lo á Vital, gran caudillo y dorensor do ella : cada una de es-
que entonces fui. Acuerdóme haber juntado el (lia con la las tres parles procuraba con lodas sus fuerzas hacer á
noche, clamando y suspirando, é hiriendo sin cesar mis san Gerónimo do la suya, juzgando que por ser vaion de
pechos, hasla que por mandato de mi Señor se amansaba tan gran opinión do sanlídad y doclrína, ganaría mucho
aquella tempestad, y volvía la bonanza deseada. A la mis- su parcialidad, si el santo se inclínase á ella: y como él
ma celda cu que habitaba, temia como á testigo que sa- so dolonía para acerlar; los mismos con quienes trataba,
bia mis pensamientos: y enojado y severo contra m i , me le tenían por sospechoso: oíros le apretaban, para que
entraha solo por las parles mas secretas del desierlo, y á (leclarasesiel místoriode la sanUsima Trinidad se había de
lo mas llano de los valles, á lo mas áspero de los monles decir Iros hipóslases, como se dice li es personas, por sor
y mas alio d é l a s p e ñ a s y riscos, escogía por lugar de mi aquella palabra «Hyposlasis» en aquel liompo no lan re-
corazón, y en él arrojaba este saco de mi miserable cuer- cibida. Para salir de este laherinlo y de aquellas peligro-
po. El mismo Señor me es testigo, qne de tantos sollozos sas ondas y contrarios vientos (jue le combalian, se aco-
y lágrimas, y de haber mirado alenlamentc con tanto des- gió al seguro puerto de la cátedra de san Pedro, y escri-
consuelo al cielo, sentía unos gustos y regalos, y unas an- bió dos admirables epístolas á san Dámaso, papa, que á
sias tan amorosas, (pie, trasportado, absorto y fuera de mí, sazón en ella presidía, declarándole sus dificultades, y su-
me parecía hallarme, entre los coros de los ángeles ; y ale- plicándole que se las solíase, y le mandase con quién de
gre gozoso cantaba : Scuor. en pos de vos correremos con los dos, Paulino ó Melecio, habia do comunicar y como
fragrancia de vuestros celesliales iini;iien(os. r ú e s A t a ñ - habia de hablar en materia lan delicada y misloriosa;
ía guerra hace la carne á quien la aflige y atormenta, /,qné porque él oslaba ;dice) unido á la cátedra de San Pedro,
piensas que padecerá, el que con deleites la enlretíene y como con su cabeza, y sabia que la Iglesia oslaba ediíi-
regala? Posible es, que esle no tenga lan vehementes (en- cada sobre aquella piodi a, y que era profano el que comia
líiciones; mas en tal caso no pienso que pueda halier ma- el cordero pascual fuera do aquella casa, y perocoría en
yor tentación, que no ser tentado.» Todas estas son pala- el diluvio el que estaba fuera del arca do Noé, y el quo no
bras de san Gerónimo, para declararlas peleas que luvo cogía con él, derramaba, y el que no era de Cristo, era
con su carne, y la penitencia rigurosa con (|iie la domó, y Anli-Crislo. Lo que san Dámaso respondió á san G e r ó n i -
el consuelo que después de la victoria le daba el Señor. mo, no lo sabemos; poro es de creer, que le respondió
Pero no solamente se a r m ó con la oración y penitencia que se comunícase con l'aulino y se llegase á é l : porque
para esla peligrosa guerra, sino también con el estudio de el santo ponlííioo siempre tuvo por mas sana la parle de
las sagradas Letras, ocupándose de día y de noche en él, Paulino, y le favoreció, como se saca de san Basilio en
para que hallándole el enemigo tan bien ocupado, no le una epístola, y lambien de lo que el mismo san Gerónimo
pudiese tan fácilmente derribar: y para mejor entender- hizo; pues se ordenó de presbítero por mano de Paulino:
las, quiso aprender la lengua hebrea, en que fué escrito lo cual BO hiciera, si san Dámaso no le hubiera escrito que
el ViejoTeslamenlo, y se hizo discípulo de un mongo, que comunicase con él Estando san Gerónimo en el yermo,
de judío se habia hecho crisüano , y con gran trahajo comenzó á desplegar las velas y descubrir los tesoros do.
aprendió perfeclamente aquella lengua, que le aprovechó su gran ingenio y sabiduría, y á ilustrar la Iglesia con sus
en gran manera para entender la Escrüura sagrada, co- escritos; porque intcipreló al profeta Abdías : la cual i n -
mo el mismo santo, escribiendo á Uúslico, mongo, lo dice terpretación, dice él, que después la e n m e n d ó , por pare-
con eslas palabras : «Siendo mozo y estando cercado de cerle que era muy mozo cuando la escribió, y no lan sa-
soledad en el desierto, no podia sufrir los estímulos de los zonado y maduro como convenía. Trasladó de griego en
vicios, y el ardor y fuego de m i carne: y aunque yo la latín las homilías de Orígenes al pueblo, y escribió m u -
quebrantaba con ayunos continuos; todavía el alma con chas epístolas admirables á diversas personas. Pero fué
malos ponsamionios so abrasaba. Pues para domar bien lan eslraña la guerra que le hicieron, y las molestias que
mi carne y sujetarla al espíritu, me entregue á un her- le dieron los herejes arríanos, y los mongos de la parte
mano mongo (que de j u d í o , se habia convertido), para deMalecio (viniendo cada hora á examinarle en la fé, y á
íipronder el abecé, y pronunciar las palabras duras y á s - querer saber curiosamente lo que crcia, y llamándole á
peras de los hebreos, d e s p u é s de haber estudiado con él, y á los que seguían á Paulino, «sabelíanos»^, que el
tanto cuidado los libros del agudo Quintiliano, y del c o - sanio se dolerminó á salir del desierto, por librarse de
pioso y elocuentísimo Giseron, y del grave Frontón, y del
DIA 30
SKTIOIBUE. m
aquellos hombres que le perseguian mas que las serpiea-
les y fieras que en el liabitabati. á leer al Profeta , luego me daba el rostro en el estilo l l a -
Habiendo pues , vivido cuatro anos en aquella soledad, no y mal limado, y como con mis ojos ciegos no podia ver
con un género de vida tan rigurosa y penilenlc, y sido la luz, pensaba yo que eslaba la falla en el sol, y no en
probado del Señor con lan duras bolallas, y vencido y ellos. Al tiempo, pues, que la antigua y astuta serpiente
quebrantado al enemigo , salió del yermo: y siguiendo al de esta suerte me engaQaba , rae vino á media cuaresma
Scfíor que le guiaba y llamaba para mayores cosas , so una lan recia calentura, que, como eslaba mi cuerpo ñ a -
fué á Jerusalen , así por ver y reverenciar aquellos sanios co y exhausto , me puso en lo último , y los que estaban
lugares en que se obró nueslra redención , como por per- conmigo aparejaban lo que era necesario para mi sepul-
ücionarse en la lengua hebrea . y estudiar muy de p r o p ó - tura. Al tiempo que ya el calor vital del alma habia desem-
sito la sagrada Escritura , y ver con sus propios ojos los parado las d e m á s parles del cuerpo , y solo se sentía en
mismos lugares , en que habían pasado las cosas que en e¡ pecho, fui súbilamciUe arrebatado en espíritu y l l e -
ella se cuenlan, para poderla mas lacil enlender , \ asi le vado ajuicio delante del trono real de Jesucristo , donde
sucedió. Tomó por maeslro de la lengua y cosas hebreas era tanta la claridad y el resplandor que salía de lodos les
á un judio, por nombre Barrabano , ó Darnanina , el cual que allí estaban, que derribado en tierra no osaba alzar
venia de nodie al monasterio por medio de los oíros judíos los ojos. Siendo preguntado de mi condición y fé , respon-
para enseñarle ; y el santo selo pagaba largamanle. Aquí dí libremente que era cristiano. Jlienlcs (respondió el que
también era consultado de san Dámaso , papa: el cual presidia en aquella audiencia): que no eres cristiano , s i -
siendo supremo de toda la Iglesia católica, y varón s a n t í - no ciceroniano ; pues donde está tu tesoro, allí está lu co-
simo y sapientísimo, y ya viejo , no se desdeñaha de es- razón. Oyendo eslo enmudecí : m a n d ó m e azotar cruda-
cribir á san G e r ó n i m o , que á la sazón era n m o , y pi 'e- mente el juez; y yo, aunque senlia el dolor de los azo-
guntarle dudas y lugares dilicullosos de la sagrada Escrir tes, mucho mas me atormentaba el fuego de mi conciencia
lin a ; y con tan grande humildad suya y eslima de san y llurando y gimiendo c o m e n c é á decir: Perdonadme, Se-
G e r ó n i m o , que en una epístola le dice estas palabras: «No ñor : S e ñ o r , perdonadme. Esta sola voz se oia entre el
pienso que podemos hallar mas suave conversaeion , ni ruido de los azotes. Al lin los que estaban presentes, se
mas provechosa comunicación entre nosotros, que hablar pusieron de rodillas delante del juez, suplicándole que per-
de las Escrituras sagradas ; de tal manera , que yo le pre- donase mi culpa, que era de mozo , y me diese lugar pa-
gunte , y lú me respondas ; porque no hay en esía vida .co- ra enmendar el yerro con la penitencia; con tal condición,
sa de mayor deleite, ni miel lan dulce, como este manjar (pie si en m i n o hubiese enmienda, quedase obligado á
del a l m a . » Esto es de san Dámaso , escribiendo á san Ge- mayor castigo. Mayores cosas prom(4iera según el estre-
rónimo. De donde se vé la eslima que hacia de é l , y la cho en que eslaba ; j u r é de así cumplirlo; y hecho el j u -
opmion que tenia de sus sagradas letras y virtud. Mas, ramcnlo, me dejaron libre , y yo torné á m i sentido y
dado que san Gerónimo tenia una sed insaciable de saber abrí los ojos tan bañados en lágrimas de dolor, que todos
y entender los misterios profundos , que en la sagrada Es- los presentes se admiraron , y las tomaron por testimonio
crilura cslán enconados , no le faltaron sus impedimentos bástanle de lo que yo habia padecido.» Y añade el santo:
y diliculladcs que vencer en aquel sagrado estudio : por- «Y no piense nadie, que aquel fué sueño vano , y de los
que como él se había dado tanto á la elocuencia , y á la (]ue algunas veces nos dejan burlados : testigo es el juez,
elegancia del estilo, y no hallaba (á su parecer) en la d i - en cuya presencia yo fui azotado : testigos J'ucron los san-
vina Escritura aquel órnalo de palabras, lomaba algunas tos ángeles ; también las señales de los azotes, que por
veces alguu prolela en las manos para l e e r , y dejábale muchos dias quedaron en mi cuerpo. Desde aquella hora
luego ofendido de la llaneza y humildad del estilo, cen yo me di con tanta diligencia y atencioa á leer las cosas
que el Espíritu sanio (para confundir á los soberbios , y divinas , con cuanta j a m á s habia leído las humanas.» To-
ensenar á los humildes) quiso que se escribiesen los l i - do eslo es de san G e r ó n i m o , de cuya verdad no se puede
aros sagrados. Pero como Dios le habia escogido para i n ~ d u d a r , aunque algunos hombres libres y atrevidos, por
^'rprete y expositor principalísimo de osla misma Kscritu- parecer ciceronianos han hecho risa de ello, y dicho, que
ra sagrada, le castigó severamente, porque la leia con no hubo razón de azotar á san Gerónimo por ciceroniano,
menos atención y cuidado, que á Cicerón y á oíros aulo- porque no lo es en su estilo : no mirando que no le casti-
f|S profanos. La manera como esto p a s ó , es bien que lo garon porque seguía el estilo de Cicerón, sino por la afición
bigamos con las mismas palabras del santo, que, cscri- con quo le leía, y porque, por leerle, dejaba de loor las d i -
^iendoa la virgen Eustoquia , su hija en Cristo regalada, vinas Letras que Dios quería que leyese, deleitándose mas
h a así : « Quiérele contar la historia de mi desdicha y en las palabras muertas y compuestas de TuÜo, que en las
miseria. Gomo yo muchos años há me hubiese determina sentencias vivas y divinas del Señor. Ni tampoco advier-
do ten', que el ser uno ciceroniano consiste lanío en usar de
Privarme, por el reino de los cielos, de mi propia ca- las palabras y frases que usó Cicerón, cuanto en imitarle
sni padres, hermanos y parientes, y lo que e s m a s d i ü en la gravedad de las palabras, y disposición y orden do
f i l o s o de la costumbre de las comidas regaladas, y me lo que se escribe, para ensenar, deleitar y persuadir
Puliese para morar cu Jerusalen; no podia deshacerme al que lo leyere: lo cual lodo lo tuvo san Gerónimo , con
e la librería que con cuidado y cosía habia allegado en (anta eminencia como olro cualquier autor: porque, ¿ q u e
ma- i j o miserable por l e e r á Tulio, ayunaba, y des- orador hay cnlre los griegos y latinos , que enseñe con
PUPS de las vigilias largas de la noche y de las copiosas lá- mas claridad, que deleite con mayor suavidad y mueva
grimas quede lo mas íntimo de mi corazón destilaban mis con mayor eficacia ? ¿ Quien hay que alabe con tanta sin-
0J0s por mis pecados, me ponia á leer á Planto : y si algu- ceridad, y reprenda con lanía vehemencia, y exhorte con
V02 • mirando mi daño y volviendo en m í , comenzaba tanto espíritu y fervor ? ¿ Qué así levan'.e ó abala , lo quo

TOMO ni. \ 1
30 LA LEYENDA I)K OUO. DIA 30.
quiere levmitar y nbalir ? ¿Oiiú cloclor de la Iglesia hay; donde, él tiempo que estuvo en ella, escribió san G e r ó n i -
que ti-alií las cusas sagradas boa lar. gramuajeslad, las l l a - mo sobro el sexto capítulo de Isaías, y le dedicó á s a n D á -
nas con lanía crudicimi, iasoscabrosas con Mnla clocncn- maso, que se lo habia mandado, y otros amigos se lo ha-
cia, las oscuras con lanía Itiz? ¿ Q u e así se sii'va úv tódaa biau impoiiuuado, como lo dice el mismo santo doctor. En
cicncins , divinas y humanas, piM'a explicar y poner dc- esta sazón, estando las cosas de la Iglesia oriental altera-
lanle, do nuestros ojos los Diisterios de nueslra sanlísiiua das, y algunas Iglesias con graves disensiones entre sí,
religión ? Eslo os ser simio orador: eslo es sor ciceronia- pareció al santo pontífice Dámaso y al emperador Teodo-
no, ó imilár á Cicerón en lo que él fué oxcolenlísúno y pef- sio, ambos españoles y religiosísimos príncipes, que era
feclísiiiio orador, y por lo que es llamado príncipe de. la bien juntar concilio en Uorna de los obispos do Oriente y
romana elocuencia ; porque lodas las ciencias humanas Poniente, para dar asiento en ellas, y paz y sosiego á t o -
son como criadas que deben servir, como á su señora y da la Iglesia. A esle concilio fuéron á liorna san Epifanio,
reina , á la sagrada loología , y los tesoros de los egipcios obispo de Salamina, en Chipre, y Paulino, obispo de .Vn-
al pueblo do Dios, como gravísimamonle nos lo ensena el lioquía (el cual habia ordenado de presbítero á san G e r ó -
mismo san Gerónimo, y mas con obras que con palabras. nimo) ¡ varones do conocida santidad, y grandes rmiigcs
Volviendo pues , á nueslro glorioso doctor, después que so suyos : y ahora sea porque ellos se lo pidieron, ahora, y
vió obligado con tan riguroso castigo á Irocnr el eslndio es lo mas probable, porque el mismo papa san Dámaso so
de Cicerón y de las letras humanas en las divinas, r o - lo m a n d ó ; san Gerónimo también fué á I'.oma, y entró en
minciando y cortando do sí lodo lo (pie le podia estorbar, ella en compañía de estos santos prelados. Allí fué recibi-
se entregó á la celestial sahiduría , y procuró con grande do del sumo ponUGcc con grande benevolom ia y amor, y
ansia meditar do dia y de noche en la sagrr.da Kscrilnra, doloda la ciudad con extraordinaria admiración y respeto.
y buscar á los hombi cs que mejor se la podían enseñar, Halló allí á Pamaquio, su antiguo condiscípulo, y á olros
sin reparar en costa , ni trabajos é incomodidades de ca- amigos, q u é ya ántes le conocían, ó por conversación, ú
mino. Para eslo se ordenó primero de presbítero en Antio- por fama de su santidad y doctrina. Todos concurriau á é l ,
quía, siendo do edad de treiula a ñ o s , por manos de Pau- y cada uno procuraba ganarl« la voluntad: unosalababan
l i n o , obispo, que se lo r o g ó : aunque nunca pudo acabar su santidad, otros la doctrina, otros su dulzura y trato sua-
con é l , que do tal- manera se ordenase , que se atase á la ve y benigno, y linalmenle todos lenian puestos los ojos
residencia y sujeción de alguna iglesia , sino quedar mon- en él, como en un espejo de toda v i i t u d , dechado de po-
go como antes; porque quiso quedar libre para poder en la niloncia, y oráculo de s a b i d u r í a ; de tal manera, que c o -
soledad llorar sus picados, y para darse mas enteramen- munmente lo juzgaban por digno-dolsnmo sacerdocio. Aquí
le al estudio de las dividas Letras, sin impedimento y em- en Roma sirvió al sanio pontiÚce Dámaso en responder á
barrizo, como el mismo santo lo dice en una epístola, que todas las dudas que le proponían, y en las cosas eclesiásti-
osla 61 , la cual escribió troco años después de muerto cas qtié le consultaban de lodas las Iglesias orientales y
san D á m a s o , papa. Ni aun se pudo acabar con é l , que occidentales. Y como la Iglesia en aquel tiempo estaba tan
quisiese en el monasterio ejercitar en público ios m i n i í t o - extendida por lodas las provincias del mundo, ora nego-
riosdel olido sacerdotal. cio gravísimo y do mucha dilicullad, satisfacer en mate-
rias tan importantes á lanías domantes, y responderá l a u -
Siendo, pues , ya ordenado de sacerdote, fué á Cons-
tas preguntas. Tenia también cuidado de proponer la con-
tanlinopla para ver y oír á san Gregorio Nacianceno : al
fesión de la fé, que habían de hacer, y ensenarles lo que
cual por su singular sabiduría y elocuencia llamaron el
habían de creer, á los que se conveiiian de la herejía, y ,
Teólogo; y san Geróniifto a boca llena le llama su maes-
para sor reconciliados con la Iglesia, acudían á la silla
t r o , y se precia de haber sido su d i s c í p u l o , que es sefial
apostólica ; y en las d e m á s cosas, que pertenecen al g o -
del gran caudal de la doctrina de san Gregorio , y no m é -
bierno do la Iglesia católica , era san Gerónimo el que
nos de la pioíunda humildad do san G e r ó n i m o : porque
llevaba gran parto del peso, y con su cuidado descuidaba
siendo ya 61 tan grande letrado y conocido por t a l , y que
san Dámaso, y con su trabajo descansaba. En este tiempo
lo consultaban los obispos de Occidente, y el obispo de los
procuró que en la Iglesia romana, como esciibe san Gre-
obispos y sumo pastor, san Dámaso y le pedían que Ies
gorio, papa, se cantase el AUeluya, nó solamente en el
declarase los lugares oscuros de la sagrada Escritura, y al
tiempo de Pascua, como ántes se usaba, sino también en el
que los obispos de Oriente co» tanto cuidado procuraban
resto del tiempo, fuera de Septuagésima á la Pascua, como
ganar, y traerle á su opinión, para defenderla y susten-
lo usaba la Iglesia de Jerusalen ; y que en el fin de los sal-
tarla con su autoridad ;como arriba se d i j o ) ; con lodo eso
mos se cantase oí «Gloria P a t r i , » como se usaba en la
quiso el santo antes ser discípulo de san Gregorio Nacian-
Iglesia de Antioquía. Él enmendó en Roma los salmos, se-
ceno, que maestro de los demás. En Constanlinopla estu-
gún la inlerprelacion de los setenta intérpretes, que la
vo casi tres anos, oyendo en público á san Gregorio, cuan-
Iglesia lee y cania • y por orden de san Dámaso el Tes-
do ensenaba, y conliriendo familiarmente en casa con él, co-
tamento Nuevo, que en su tiempo andaba no tan correcto.
mo un varón docto con otro, y como un amigo con otro a m i -
El lué el primero, que con brevedad escribió los martirios
go, los lugares mas dificultosos de la Escritura. Allí tam-
de los santos mártires, que en la Iglesia se leen, como lo
bién conoció y trabó amistad censan Gregorio Nicenoher-
dicen Casiodoro, Usuardo y Aden, obispo de Viena. Kl
tnanodesan B a s i l i o , y a y u d ó á su maestro san Gregorio Na-
ordenó el leccionario, y dispuso las lecciones que se h a -
cinneenoen las contiendas y debates que tuvo Máximo,
• bian de rezaren el oficio divino, y las epístolas y evange-
filosofe cínico, que con hipocresía y engaño lo pretendió
lios que se habían de recitaren la misa. Además de esto
quitar la silla : mas san Gerónimo escribió á san Dámaso,
se ocupaba el santo en visitar los santuarios de Roma, que
papa, en favor do su maestro, y por las cartas de san Dá-
siendo mucliacho soíia frecuentar; aunque ahora lo ha-
maso, Máximo fué echado de la ciudad de Constantinopla:
I M H 30. SETIEMBUE
cia cop (IÍIIM CIIU'devoción y cspirilu. Dál)a;C nmclio á la blicaron que no parecía bien que un monge tratase con
oración y conk'iii])la(:ion: dccia mina con imicliasláiífimas, tanta familiaridad con mujeres, auiupie fuesen señorai»
lOMura y .scnliniicnlo; y hoy (üa se n n u ' í l r a n en liorna el pn'ncipales y pareciesen sanias: y eslo d e c í a n , ¡jorque
cáliz y casulla, con que la solia decir. Era muy solícito y algunas personas de las mas principales de Roma, y de-
cuidadoso del cnllo divino, y de la limpieza de las iglesias votísimas y deseosísimas de toda perfección, acudían á
y órnalo de los aliares; y así alababa lanío á Nepociano san Gerónimo, como á padre y maestro, para que las
por el cuidado fine en esto ponia. Trataba con loda la no- ensenase c inslruyesc en lo que habían de hacer, p:ira
bleza y corle de Boma, y procuraba alraer los corazones agradar mas al Señor, como fueron santa Paula, viuda, y
de las genles al amor y temor sanio del Señor. Y como su^ hijas Paulina, Eiisloquia, B r i l l a y Rulina, santa Mar-
velan en él una vida lan perfecta, un menosprecio del cela, Albina, Asela, Lela y o l r a í , algunas de las cuates
mundo, un semblante del cielo, unas palabras tan vivas, fueron santas, y como tales son celebradas en la Iglesia
unos consejos tan acertados, un pozo lan profundo de sa- católica. Pero entre todas, la que mas se sefialó fué santa
biduría, y (¡ue en todas sus cosas mas parecía varón divi- Paula : la cual, para darse mas perfectamente á Dios, de-
no, (me hombre mortal; muebos se le rendían, y por su terminó dejar su casa, hijos, deudos y c mondos, y salir
medio daban libelo de repudio á los vicios, gustos y c n - de Boma, é irse á vivir á Jesuralen, adonde san G e r ó n i -
•relenimíenlos, y se enlregaban de veras á la virtud. Asi- mo, muerto ya san Dámaso, papa, quería navegar. Y co-
mismo en el tiempo que estuvo esta vez en Roma, que fué mo el mundo siempre (¡ene por locura la sabiduría de
Cristo, y por perdido todo lo que se emplea en su servi-
casi I r e s a ñ o s , escribió muchas obras maravillosas: por-
cio, y por demasía y rigor lo que no se ajusta con sus l e -
que habiendo un hereje, llamado Ilelvidio, abierto su bo-
yes y vana prudencia ; los que estaban sentidos de las
fa sacrilega y ladrado, como perro rabioso, contraía l i m -
reprensiones de san Gerónimo, lomaron esta ocasión para
pieza de la purísima Virgen nuestra Seftora, y escrito un
infamarle y pregonarle, no solamente por burlador é h i -
libi o contra su perpetua virginidad ; el santo lomó la ma-
pócrita, sino también por lascivo y deshoneslo: y para
no, y de tal suerte le convenció y confundió con su res-
persuadir mejor su mentira, se aprovecharon de un h o m -
puesta, que aquel monstruo en un mismo tiempo parei e
bre, á quien persuadieron que dijese falso teslimonio con-
haberse comenzado y acabado. A Ilelvidio sucedió otro
tra el sanio y contra sania Paula. Fué preso el hombre, y
monsii uo, que fué Joviniano, falso monge, el cual había
en los tormentos negó lo que primero habia significado : y
estado en .Vilan en un monasterio, debajo de la disciplina
reconociendo su m e n ü r a , desculirió la verdad y la i n o -
de san Ambrosio, del cual hace mención en sus confesio-
cencia de san Gerónimo: el cual, en una epístola, que es-
nes san Aguslin, y venido á Roma, ensenaba que el m a -
cribió á Asela, al tiempo que en el Puerto Romano se qwe-
•nmonio era ignal á la virginidad, y que no se habia de
ria embarcar para Jerusalen, le dice estas palabras: «Yo
ayjíflar^ y otros errores mas dignos y propios de un l ü ó -
(dice} soy ;iquel malvado, yo aquel taimado y embustero,
0 eP'éÚl"eo y delicioso, que de un monge lloroso y pfW-
yo el menliroso, y el que con arte de Satanás engaña.
lenle. Contra estelan pernidoso hereje escribió san (i c r ó -
¿Cuál es mas seguro, creer eslo, ó fingirlo, de los que no
mmo aquellos dos admirables libros, lan llenos de e r u d i -
tienen culpa, ó no querer, ó creer de los culpados? A'gunos
ción divina y humana, que ponen espanlo.
me besaban la mano, y con la boca de serpiente decian
Escribió asimismo los diálogos contra los lucifei ianos y
mal de m i : moslraban pesar con la lengua, y gozábanse
otras obras de grande utilidad y admiración. T;imh¡en se
en su corazón. Veíalo el Señor y hacia burla de ellos, y
ocupaba en declarar la sagrada Escritura á algunas per-
guardaba á este miserable siervo suyo, para juzgarle con
sonas devolas y estudiosas, que venian á él, y le impor-
ellos el día del juicio. Unos reprendían mí iminera de an-
lunabati y preguntaban y proponían varias cuesüoncs. Pe-
dar y la risa:' otros el semblante de mi rostro; y otros
Í'O en ninguna cosa ((lesppes de haber cumplido con las
alribuiau á ma!, lo que yo con llaneza y simplicidad ha-
obligaciones del oíicio, que el sanio papa Dámaso le había
cia. Tres afios casi he vivido con ellos, ymuchas veces he
(hído) se ocupaba de mejor gana, que en desarraigar las
estado rodeado de gran n ú m e r o de doncellas, y á algunas
'Malezas, espinas y vicios de los corazones de los hombres,
de ellas les he declarado las divinas Letras, lo mejor quo
Y en refrenar la demasiada libertad y licencia con que
yo he podido. La lección era causa de que hubiese Italo
•nuch )s vivían en Roma, y reformar las costumbres torci-
entre nosotros: el Iraío de que bubii'se familiaridad ; y la
rias de al gunos clérigos, para que tloreciese en la santidad ramiiiaridad suele dar alrevimienlo y conlianza. Pues, d í -
!U|neIla ciudad, y en las obras fuese lan sania comosiem- ganme: en eslas ocasiones ¿qué cosa han visto en mí,
lJre lo ha sido en el nombre. Y como san Gerónimo era lan que desdiga un punto de ta modestia y gravedad cristia-
Zt;loso, tan severo y grave reprensor de los vicios, y no no? ¿lie lomado j a m á s dinero de1 nadie? ¿No he desprecia-
'•-'nia respeto á la calidad de las personas, sino á la virlud do siempre los dones, grandes y pequeños que se me han
Y a la gloria de Uios, no pudieron los ojos flacos sufrir ofrecido? ¿Han sido mis palabras descompuestas, ó mis
lan gran resplandor y claridad ; y el manjar sabroso y ojos lascivos? iNinguna cosa se me opone, sino que soy
d u d a b l e hizo mal estómago á los que lenian estragado hombre; y aun esto no se me opone, sino cuando Paula
0' Paladar, l o s mismos que ánles se poslraban á sus pies, y Melania se parlen para Jerusalen. Los que han creído al
y besaban la ropa y pedían su bendición, comenzaron que mintió; ¿por qué no creen al que se desdice? El mis-
li fpiererle apedrear y á llamarle hipócrita, embustero mo hombre es este y aquel: y el que ahora dice que soy
i eiigañador, y lomaron mayor ánimo y osadía con la inocente, es el mismo que ánles dijo que yo era culpado,
Caerle del santo papa Dámaso, que fué el aña (te $84, especialmente, que los tormentos son mas poderosos para
Pai"eciéiidoles que quedaba el santo doctor solo, desabri- sacar la verdad, que ia mentira; sino que mas fácilmen-
8a«0 y sin aquel arrimo y defensa que ánles tenia. Y pa- te se cree lo que sabiendo que es fingido, de buena gana
•,a fiuc sus mentiras tuviesen algún color de verdad, p i i -
132 LA LEYIÍNDA DE ORO. DI A 3 0 .
se oye; ó no siendo tingklo, se procura que lo sea. Antes y regalarse con la meditación y presencia de aquel pobre
que yo conociese á l'auia, loda la criulad de Koma me po- portal, en que el Verbo eterno salió al mundo vestido de
nia en las nubes, y me juzgaba por digno del sumo sacer- la flaqueza de nuestra carne. Allí edificó un monasterio en
docio, y leniaen tanto mis palabras, como si salieran de que vivia con los monges santísimamente, y un albergue
la boca de san D á m a s o : llamábanme santo, luimilde y para acoger y r e c i b i r á los peregrinos que en aquel tiem-
e l t K i i e n í e . ¿Por venfnra he yo enírado enrasa de alguna po en gran mimero venían en romei ía á Jernsalen. Para
persona ménos honesta? ¿llanme llevado Iras sí KiS ropas hacer esto envió á su hermano Pauünianoá su tierra, para
de seda, las piedras preciosas y resplandecientes, los ros- que vendiese lo que quedaba de su patrimonio, y socorrer
Iros ¡ fcihidos, ó la codicia de oro y de riquezas? No ha con ello á las necesidades d é l o s pobres. Vivia el sanio en
bahido en Roma matrona que haya podido ablandarme y este monasterio con gran pobreza, contentándose de una
hacer que yo mudase mi propósito, sino la que lloraba y comida y vestido pobre: no tenia dineros, ni los quería
ayunaba, y estaba vestida de cilicio y casi ciega por las lener: escondiarO y recogíase en sn celda: deseaba ser
continuas l á g r i m a s , la que las noches enteras pasaba en bueno mas que parecerlo : d á b a s e mucho á los ayunes y
oración, y cuyas canciones eran los salmos, sus palabras oración: su cama era dura y áspera : de su boca no seoian
el Evangelio, sus deleites la abslinencia y su vida un per- sino cosas santas y del cielo, y en el mismo silencio ha-
peluo ayuno. Ninguna me pudo agradar, sino la que nun- blaba interiormente con Dios: era muy humilde interior y
ca vi comer. Mas después que pi r sus grandes mereci- esteriormenle ; y traía el temor del dia del juicio tan me-
mienlo.í, y estremada honestidad, la comencé á reveren- tido en las e n t r a ñ a s , que él mismo dice de s í estas pala-
fiar, honrar y admirar, luego todas las virlndes me de- bras: «Todas las veces que me pongo á pensar ene!dia del
s a m p a r a r o n . » Todo esto es de san Geróiumo, al tiempo juicio, estoy como azogado y liembla (odo el cuerpo.»
que partió de Roma para Jernsalen, adonde después le Recibía á lodos los peregrinos (como no fuesen herejes), y
regalábalos y lavábales los piés, y aun los piés de los ca-
siguieron santa'Paula, con su hija Ensloquia, y oirás m u -
mellos que Iraian: y eran tantos los que venían, que el
chas vírgenes, que tuvieron mas cuenta con la inspiración
mismo santo dice, que no habia hora ni momento en que
santa c impulso del Señor, que las guiaba, que no con las
no recibiesen gran mnllilud de hermanos, y que la soledad
voces de los hombres mundanos, y con los lazos de Sata-
del mouasíei io se habia trocado en un continuo bospeda-
nás, que las pretendia detener.
jí', tanto, que ó habian de cerrar las puertas del monaste-
Partió, pues, de Roma nuestro gran doctor por el mes
rio, ó dejar el estudio de. la sagrada Escritura, la cual les
de agosto, en compañíadePauiiniano, su hermano menor,
mandaba abriesen las puertas á los peregrinos.
y de Yincencio, pre.shílero, y do otros monges que iban
con él, con intento de ir á Jernsalen, y hacer allí su m o - Aquí tuvo también el santo grandes trabajos y dificul-
rada, I.logó á Chipre, donde fué recibido de s;m Ép¡f:intó tades con los origenislas y especialmente con Juan, obispo
con grande benevolencia y caridad. De allí pasó á Anlio- de Jernsalen, por defender la pureza de nuestra santa ie;
qu:a, y fué h u é s p e d , y muy acariciado y agasiijado del porqué entre las otras grandes alabanzas que meiecc esto
obispo Paulino: y acabó la navegación entrando en Jern- santísimo varón, una es y no la menor, haber sido siem-
salen en lo recio del invierno con mucho frió. Venia tan pre martillo de los herejes y contraveneno de sus errores.
causado d é l a s grandezas, vanidades y murmuraciones de Habia sido Juan Jerosolimitano monge, y hereje macedo-
la córle romana, y lan deseoso de ser de veras monge, y niano, y con esperanza de ser obispo, habia abjurado la
darse del todo á Dios, que poco después se fué á Kgiplo, bcrejía. Alcanzó el obispado de Jernsalen, é hizosc defen-
por visitar los monasterios que allí habia, y los de Nilria, sor de los errores de Orígenes que á la sazón se ventila-
y consolarse con aquellos santos varones (pie en ellos ser- ban y como cáncer cundían é iban inficionando á los fieles.
Opúsosele san Gerónimo, teniendo mas cuenta con la ver-
vian al Señor, y aprender nuevas virtudes por mas agra-
dad do la fé, que. con la dignidad y potencia del obispo.
darle ; porque con sor san Gerónimo un vivo retrato y es-
Llevólo mal Juan Jerosolimilano, y determinó perseguir á
pejo de toda santidad, y varón en todas ciencias tan con-
san Gerónimo y maltratarle con todas sus fuerzas. Para
sumado, era lan humilde, que de lodos qneria aprender
esto le escomulgó á él y á su hermano Paiiliuiano, y á sus
letras y virtudes. Para esto fué á Egiplo á verse con los
monges, y vedóles que no entrasen en el Santo Sepulcro,
monges, y en Alejandría se hizo discípulo de Dídimo : el
entrando en él aun los herejes. Quiso probibirle que no
cual era ciego, y por su grande ingenio é industria habia
estuviesen en líelen ; pero no se atrevió por respeto de
alcanzado fama de hombre s a p i e n t í s i m o : y por esloelmis-
sania Paula, á quien como era señora lan principal, lan
mo san Gerómino le llama en lalin, Videns, el que veía, ó
Hca y poderosa, lodos procuraban darla contento. Pero
el ciego de buena vista ¡ de manera, que el que en tiem-
después, viendo que con los otros remedios no podia ren-
po del papa Dámaso habia sido maestro de todo e) mundo,
dir y vencer el invencible pecho de san Gerónimo, procu-
por su liumildad (con su cabeza entrecana, como él misino
ró que él y su hermano, y los otros menges, fuesen des-
lo dice), quiso antes aprender que nó e n s e ñ a r . Estaba
terrados; aunque no pudo salir con ello. Hablando de esta
Dldimo tocado de los errores de Orígenes, y enseñólos h
violencia, dice el mismo san Gerónimo en una epístola es-
Rufino; pero, ó no s e a l i e v i ó á descubrirse á san Geróni-
tas palabras: «Pluguiera á Dios, que así como á él se le
m o ; ó si se descubrió, no fueron por el santo sus errores
cuenta la voluntad por obra ; así nosotros, no solo con la
admitidos: porque como abeja solicita y prudente, de lal
voluntad sino con el efecto, alcanzáramos la corona del
suerte recogía el rocío y jugo (lelas (lores, para labrar
destierro. Derramando sangre, y padeciendo, y no ha-
sus panales y henchir sus colmenas de la dulce miel, que ciendo agravios ni afrentas, se fundó la Iglesia de Cristo:
se guardaba de las yerbas ponzoñosas que le podían infi- con las persecuciones c r e c i ó ; y con los martirios fué co-
cionar. Volvió después de esto el sanio á líelen, y lomó ronada.» Y mas abajo, quejándose que Juan Jerosolimila-
por asiento el pesebre y cuna del Salvador, para vivir allí
m 30. StTJEMBRE. 133
no, siendo mongo, hncia iták» obi'as con los monges, ilice el santo, por ironía y risa, llama Dormilancio. Este al p r i n -
así: «¡íl monge amenaza á los mongos (¡ay dolor!;, ó i m - cipio con extraña hipocresía disimulaba sus errores; mas
]ioti a ijiio soan desterrare*; i y mongo que se jacta leuci- después se quitó la máscara y públicamente los enseñaba
ia ciiiedi") aposiólica! iS'o saben los mongos rendirse por y defendía en Francia. Estando en Rarcelona babia tenido
teri'oreí y espantos; y al golpe de la espada, ánles darán amistad con san Paulino, y yendo en romería á Jerusalen,
el cuello que I;is manos. ¿Qué monge'hay, que desterrado llevó cartas suyas de recomendación para san Gerónimo,
de su patria, no se tenga por doslerrado del mundo? ¿Para creyendo san Paulino que era do dentro lo que de fuera
que es menesler autoridad publica, y rescriptos, y provi- parecía. Mas después se manifestó y vomitó el veneno que
siones, y discun ir por lodo el mundo contra nosotros? Tó- traia en el pecho, reprendiendo la castidad de los clérigos
qnenoscon su dedo mas [ c q iefio; y de buena gana nos y la veneración de las reliquias de los santos mártires, y
iremos. De Dios es la tierra y toda su redondoz.» Todo es- enseñando otros disparates como estos : los cuales de tal
to es de san Gerónimo: el cual por esta misma causa y manera deshizo nuestro gran doctor con su admirable doc-
Contienda de la le tuvo grandes reyertas con Ruíino, que trina y elocuencia, que el hereje no levantó mas cabeza y
do grande amigo y compañero que babia sido suyo, se le quedó con sus errores sepultado; porque nuestro Señor, en
hiso adversario y enemigo; porque, ensoñado de Dídimo, casligo de los que en Francia le habian croido, envió por
do lid manera se aficionó ¡i Orígenes, y bebió sus errores, este tiempo los vándalos y alanos que entraron en ella,
que trasladó de griego en lalin un libro suyo, llamado haciendo gran riza y estrago; de manera, que cada uno
l'cñarchon, en griego, y en latin De principiis; y le pnbÜ- miraba cómo oscaparia con la vida, sin acordarse mas do
CÜ en Roma, como doctrina sana y segura , babioudo en Vigilancio, que si tal hombre no hubiera habido en el
él muchos errores y herejías; y alabando al santo, como á mundo. Levantóse también otro hereje, enemigo asimismo
amigo y admirador de Orígenes. Hubo de e.^o grande es- de la gracia de Jesucristo, que fué Pelagio, mongo, é i n -
cándalo en Roma, y los devotos y aficionados de san Ge- glés de nación, contra el cual escribió san Gerónimo, á
ninimo luego acudieron á él, y le osciibiorou á Jerusalen ruego de sus devotos: aunque nó de muy buena gana, por
lo que pasaba, rogándole que les avisase de lo que babia parocerle que no habia necesidad de lomar él aquel I r a -
de creer y hacer, y que volviese por si. Kl santo lo hizo, bajo, habiéndole lomado ánles con lauta loa san Agusiin;
y trasladófielmenteel libro de Orígenes que Rufino habia y así dice: « P a r ó l e m e que es bien rpie dejemos osle tra-
trasladado con poca fidelidad y se lo envió. Y para cum- bajo: porque no se nos diga aquella sentencia de Horacio:
plir con la amistad anligna de Rufino, y el oficio demodes- ¡n siliHua ve l i p i a [eras: No Retes leña al bosque; porque,
,,!, y caridad, ánles que escribiese contra él , le avisó ó habernos de decir las mismas cosas q u e e s l á n ya dichas,
amoroiíamente que quitase aquel escándalo v tropiezo (y cs'o no hay para q u é ) , ó cosas nuevas: pero ya se ha
que habia pm-sto á los fieles; y le dice estas palabras: anticipado Agustino, y dicho las mejores con su clarísimo
« Pongo por testigo á Jesucristo, que de mala gana y por ingenio. » i'or donde se ve la estima que san Gerónimo te-
fu 'iza vengo á hablar, y que siempre hubiera callado, si nia de san Agustin. Y no fué menor la que san Agusiin t u -
tú no me provocaras y obligaras á hablar. Finalmente, no vo de san Gerónimo: del cual hablando, dice: «No pienses
me acuses; y yo no me defenderé. Dejemog de defender á que es de desechar Gerónimo, aunque no fué mas que
lus herejes; no habrá contienda alguna entre nosotros. presbítero: el cual fué muy erudito en la lengua griega,
Deja la espada y yo dejaré el broquel, En una sola cosa hebrea y latina i de la Iglesia occidental pasó á la orien-
no podré consentir contigo: que perdone á los herejes, y lal, y vivió en los lugares sagrados, y estudió letras sagra-
que no me muestre en lodo católico. Si esta es la causa das hasta la edad decrépita ; cuya elocuencia echó su res-
de nuestra discordia, mm ir p o d r é ; mas nó callar. Haya plandor, como lámpara, desde el Oriente hasta el Occi-
entre nosotros f é ; «pie luego habrá paz.» Esto dice san dente.» En estas cosas se ocupaba el santo el tiempo que
Gerónimo á Rufino, exhortándole á ser calótico y á la an- esluvocn líelen, y en traducir, i n t e r p r e t a r é ilustrar con
t'gna amistad. Pero aunque no bastó esta diligencia para sus comentarios las divinas Letras, deshaciendo por una
que Rufino se reconociese y emnondase; bastó ella y otras parle las tinieblas de los herejes; y por otra alumbrando
que hicieron Marcela y otros discípulos do san Gerónimo, con su singular doctrina toda la Iglesia católica.
para quedan Anastasio, pupa, varón de riquísima pobre-
Pero sucedieron dos cosas las'imosas en que el santo
za y solicitud apostólica [Como el mismo santo le llama),
buho de ejercitar mucho su gran confianza en Dios y la
que babia sucedido á Siricio, sucesor de Dámaso, conde-
caridad con los prójimos. La primera fué, que el año de
nase los errores de Orígenes, quedando el santo y la vc'r-
39:i, e n t r á n d o l o s himnos, gente brava y feroz, por A r -
dftd con victoria ; y sus adversarios, Juan Jorosolimitauo y
menia, por lodo el Oriente, talando las tierras del imperio
Hufino y oíros, humillados y confusos. Y aunque ellos
romano, con tanta braveza y furor, que rindieron y asola-
pioim arón por medio de Alipio (compañero y discípulo
ron casi lodo Egipto ; mataron muchos mongos y cauliva-
'le san A g u s i i n q u e habia ido á Jerusalen, poner mal al
ron gran número de gente, y los rios iban tenidos en san-
mismo san Agusiin con san Gerónimo, y por esto al prin-
gre humana y como pasasen adelante con su victoria, llegó
cipióse escribieron algunas cartas algo desabridas; poro
nueva que venian á Jerusalen; y fué tan grande el es-
después, entendida la verdad, fueron muy grandes ami-
panto, que todos los peregrinos y extraños, y entre ellos
8os, sin que los origeHÍstas, con todos sus embustes y
Fabiola, matrona romana principal y devotísima del santo,
Artificios, los pudiesen apartar ni dividir á los que con
se partieron de Jerusalen. Con esta nueva Gerónimo y su
tfneoto de caridad tan estrecho oslaban tan imidos y abra-
gente también se aprestaron parala partida; y teniendo
zados.
ya aparejada la embarcación, y oslando ya en la ribera
bespues do esta tan gloriosa victoria, alcanzó olra, no para embarcarse, al punió que entendiesen que vanian los
' " ó n o s ü u s l r o , conlia un hereje llamado Vigilando, á quien enemigos; fué nueslro Señor servido por las oraciones y
134 L i L E Y E N D A D E ORO DFA 3().
lágrimas de san Gerünimo, que aquellos bárbaros no l l e - los que de Siria, Palestina, Egipto, y de lodo Ol iente
gasen á la Tierra Sania; y con estocesú la partida, y l o - aendian á é l ; de Italia le consultaban l'amaqnio, Occéano,
dos los moradores de Jerusalen quedaron libres de aquel llelíodoro, Cromacio y otros muchos; y entre ellos |COII¡O
sobresalió. 1.a segunda fué, que casi al mismo tiempo en- dijimos] el maestro y pastor universal de la Iglesia san
traron los godos por Europa y destruyeron muchas c i u - Dámaso, papa ; de l'ram ia, san Paulino, Exupcrio, Mine-
dades y provincias de Grecia; y después, andando el liem- río y Alejandro; y Rustico, mongo, Hebdibia y Algasia,
po, con varios sucesos entraron también en Italia, y cer- que de las últimas partes de Francia le enviaron nn men-
caron á Roma, y la tomaron y saquearon y arruinaron sajero á Belea, para que les declarase algunas cuestiones
el a ñ o de 4 1 0 , siendo emperador Honorio, hijo del gran difíciles: de Alemania enviaron Simia y Eretela otro, para
Tcodosio, como san Gerónimo antes que sucediese lo ha- haber de él las varias tra.slacionesdel Salterio: de España,
bía profetizado, escribiendo sobre el profeta Daniel. Y aun- Abigaole escribió; y Luciano Balíco, desde Andalucía, le
que sus enemigos y otra gente holgazana le quisieron ca- envió á preguntar lo que habia de hacer, acerca de a y u -
lumniar y reprender por l o q u e babia escrito; cuando lo nar el sábado, y el comulgar cada d í a ; y tenia asalariados
vieron con los ojos y cumplirse lo (pie él babia profetiza- seis escribienles en Relen, para que trasladasen lo que iba
do, lloraron su desventura, y alabaron el espíritu profélico el santo escribiendo, y se lo enviasen. San Severo Sulpi-
y prudencia del santo doctor: el cual, hablando de esto, cío fuéá buscarle, y le visiló, y estuvo con él seis meses:
dice estas palabras : «Iso se ha de lisonjear á los princi- y si pudiera, estuviera toda la vida, por aprender de él
pes de manera que se deje la verdad de las Escriluras sa- virtud y ciencia: y lo (pie es de mayor maravilla, ílesde
gradas; ni es injuria de una persona particular, cuando África, el santísimo y sapientísimo Agustino, luz de la Igle-
en general se disputa de las cosas. Y aunque yo baya te- sia, le enviaba sus libros para que los censurase ; y se los
nido cuidado de esto en lo que escribí, la calumnia que se dedicaba, y le proponía las cuestiones dificultosas que él
me habia impuesto, con el juicio de Dios se ha quitado, no sabia desalar, especialmente las del origen del alma:
para que se echase de ver el amor que me tienen mis y no pudiendo el ir en persona, como deseaba verse con
san Gerónimo, le envió á Paulo Orosio, Alipioy Profutnro,
amigos y las asechanzas y embustes de mis enemigos.»
para que oyesen de él, lo que él, por su humildad, decía
Pero en aquella ruina y destrucción de Roma, luvo el sanio
que no sabia: y eu una epístola, que es la t i í , para san
mucho que llorar y éti que ejercitar su carulad ; poi que
Gerónimo, le dice estas palabras: « Dos escritos tuyos que
muchos de los que de ella se pudieron escapar, fueron
han venido á mis manos be leído, y los he bailado tan r i -
buyendo hasta Jerusalen, donde san Gerónimo los reqibió
cos y llenos de cosas, que no quema, para aprovecharme
y amparó lo mejor que pudo, con la ternura y sentimienlo
en mis estudios, sino poder estar siempre á tu lado, pero
(pie pedia mi caso tan triste y miserable : del cual él mis-
porque no puedo hacer eslo, pienso enviarte algunos de
mo dice estas palabras: «Verdad es aquella sentencia,
mis hijos en el Señor, para que ¡os e n s e ñ e s ; porque yo
que todas las cosas que nacen se acaban, y las que crecen
conozco, que no hay en m i , ni puede haber, ciencia de
se envejecen, y que no hay cosa hecha por mano y obra
las divinas Letras, como veo que hay en f . » Esto es de
de hoaibres, que al f i a no se acabe y consuma con el
san Aguslin: para que se vea la estima que tenia de san
tiempo. ¿ Q u i é n creyera que Roma, edificada con las vic-
Gerónimo. I'inalmenle, eran tantos los que le importuna-
torias y despojos de lodo el mundo, babia de caer y ser
ban con sus carias, que el mismo santo, escribiendo á
juntamente madre y sepultura de sus hijos? ¿ Y que todas
Paulino, 1c dice estas palabras: « Tara decir llanamente la
J á s e o s l a s de Oriente, de Egipto y África, se hablan de
verdad á vuestra santa caridad; al tiempo que estoy para
llenar de los cautivos y esclavos de aquella ciudad que fue
navegar á Occidente, son tantas las cartas que en un mis-
señora de tantas gentes? ¿Y que Rolen santa cada día ha- mo punto se me piden, que no me es posible que yo las
bla de recibir y acoger en sí, como pobres y mendigos, á pueda escribir, ni satisfacer á los que me las piden.» Y
hombres y mujeres nobles, que en otro tiempo fueron tan lo que pone mas admiración es, que escribiendo e^lesan-
ricos y abimdiinles? A los cuales, porque no podemos re- to doctora lauta variedad de personas, á papas, obispos,
mediar, les tenemos gran compasión y juntamos nuestras monges, clérigos, señores y señoras principales, vírgenes1»
lágrimas con las suyas; y ocupados con la carga de tan casadas y viudas; de tal manera escribe, que se mide con
sania obra, no pudiendo ver sin sollozos y gemidos á los el estado de cada uno, y guarda el decoro y ja propiedad
muchos que vienen, habernos dejado la interpretación so- que le conviene, y le desjnvuelve, explica y enseña lo que
bre el profeta Ezequiel, y casi todo el estudio; porque de- debe hacer en él, como si cu aquel solo y nó en otro se
seamos poner por obra las palabras de la Escritura, y no hubiera ejercilado; lo cual, aunque en algunos otros san-
decir cosas sanias, sino h a c e r l a s . » tos se echa de ver, en ninguno mas que en san Gerónimo:
En estas obras de caridad y o n otras semejantes se ejer- porque Dios nuestro Señor especialmente le habia escogi-
citaba nuestro santo doctor, como quien estaba tan encen- do para doctor y maestro del mundo.
dido y abrasado del amor de Dios y de sus prójimos. Ocu-
pábase también en responder á innumerables cartas que A quien leyere esto con atención, parecerá que las ocu-
le escribían de todas las parles de la cristiandad hombres paciones que habernos dicho tenía el santo, eran tantas y
doctos, obispos, prelados, pregunlándoie dudas, y propo- tan grandes, que bastaban á derribar cualquiera gigante:
niendo cuestiones de la sagrada Escritura, y otras perso- pero san Gerónimo lo era tan grande, y tan robusto y v a -
nas principales, pidiéndole consejo en lo que habian de leroso, (pie la carga que para otros fuera Insufrible, era
hacer, para agradar á Dios, y servirle mas pcrfectamoiile; líjera para el ¡ porque todo lo demás le era como acceso-
porque cierto es cosa que admira, ver como todos consul- rio, y su principal estudio y cuidado era meditar la ley
taban á san Gerónimo como á un oráculo del cielo, y el del Señor de dia y de noche, y leer y entender la sagra-
gran trabajo que tenia en responder; porque además de da Escritura, y traducirla cín'.erprelaiia, para enriquecer
m 30. SETlFJlimE. 135
la sonta Iglesia, y darle rkiS tesoro que ahora posee. después toda la Iglesia católica ha usado de ella, dejando
Habla en aqtiel tiempo niuchas traslaciones latinas, y casi la que hasta allí habia usado, como se ve en lo que escri-
irihumerables del Viejo Toslamento, sacadas de la versión ben san Agustín, san (iregorioy san Isidoro: el cual en el
griega do los Setenta, ydeLN'uevo Teslamento, otras tantas libro de los Oficios divinos, dice: « Solo Gerónimo, pres-
traducidas de griego, como lo afirma san Aguslin y el mismo bítero, ha traducido do hebreo en lalin las Escrituras sa-
san Gerónimo por estas palabras: «Entre los latinoá (dice) gradas, y todas las Iglesias comunmente nsan de su tras-
hay lanías versiones, como libros; porque cada uno á su lación, por ser mas verdadera en las sentencias , y mas
voluntad, ó ha afiadido ó quitado lo que le ha parecido.» clara en las palabras: » y después acá los expositores do
Pues habiendo tanta variedad de traslaciones, y siendo la la sagrada Escritura han tomado esta traslación de san Ge-
divina Escritura la. luz del cielo que tiene la Iglesia para rónimo por regla, para seguirla. Y no solo los doctores
alumbrar ú sus hijos, y el pan con que los ha de sustentar, parlicularcs, sino lumbien la Iglesia católica ha aprobado
v él fimtlamenlo de nuestra santísima fé, escogió Dios toda la edición vulgala, y dándole autoridad para confir-
nuestro Señor, por su gran clemencia, entre lodos los doc- mar los dogmas de la f é : y así usa de ella en las escue-
tores de su iglesia á san Gerónimo, para que trabajase y las, y pulpitos, en disputas contra los herejes y en los
sudase en una obra tan importante, quitando las nieblas mismos concilios, para dilinir las controversias y materias
de ta ignoiancia, y limpiando los caíios por donde se de- de la f é : y esta edición vulgata es la que hizo san Geró-
riva el agua, nos diese esta misma luz mas resplandecien- nimo , como erudilamenle lo prueban el cardenal Belarmi-
te, y esta fuente de la sagrada Escritura mas limpia, para no en sus Controversias , y el padre Alonso Salmerón de
refrigerio y descanso de nuestras almas: y para que p u - nuestra Compañía. Por donde se ve la autoridad que tuvo
diese mejor hacerlo, le castigó con duros azotes; porque y tiene este santísimo doctor en toda la Iglesia católica;
dejaba de leerla, por leer á Cicerón : inspiróle que estu- pues toda ella así ha abrazado esta vulgata traslación de san
diase con tanto cuidado las lenguas griega, hebrea y c a l - Gerónimo , y desechado en lo que la contradicen todas
dea, y que visitase y anduviese por lodos los lugares de las d e m á s . De esto se saca asimismo, cuán gloriosos y cuán
Palestina, para mejor entender loque en las divinas Letras fl uctuosos fueron sus trabajos en esta obra , propia de la
se reííere haber Dios obrado en ellos : dióle una sed insa- mano del S e ñ o r , y con cuánta razón Je do la Iglesia al t í -
etabte de saber, y de andar por (Cintas provincias y nacio- tulo y renombre de doclor máximo en exponer las sagita-
nes del mundo, y aprender de los insignes varones que das Escrituras: el cual él alcanzó aun viviendo ! y así Juan
iiabia en él, y de maestro hacerse discípulo, todo esto en Casiano, autor de aquel mismo tiempo, dice: «San Ge-
órilen á las Letras sagradas. Y subte todo, le dió una h u - rónimo fué maestro de los católicos : cuyos escritos, como
milcbui tan grande, que el mismo santo dicede s í : « A u n - rayos divinos, resplandecen por todo el mundo: » y san
finc yo me conozco por tan gran pecador, y cada dia en la Próspero, que escribió poco después , dice: «San Geróni-
oración, hincadas las rodillas, digo al Seilor: No os acor- mo fué muy elocuente en hebreo, griego y lalin, ejemplo
deis de los pecados de mi mocedad, ni de mis ignorancias; de costumbres santas, y maestro del inundo: » y Casio-
todavía, sabiendo que dijo el Apóstol, para que no caiga doro : «No pienso yo (dice) que san Gerónimo estuvo ocio-
hincbado con la soberbia en el lazo del demonio, y quo en so en Belblehen, antes se fué á aq iella tierra de milagr)?,
Otro lugar eslá escrito, quo Dios resiste a. los soberbios y para que ?u elocuencia á manera de un sol, resplande-
da su gracia á los humildes; ninguna cosa, desde mi niñez, ciese en nosotros por la parte de Oriente.» Y no solnmen-
he procurado huir tanto, como el ánimo altivo, y la cerviz te en la interpretación d é l a divina Escritura tuvo san Ge-
yerta, que provoca contra si el odiode Dios.» Yen otro lugar rónimo tan grande autoridad ; pero en las demás cosas
dice: «Yaconliesoque en interpretar las divinas Ksmlnras, siempre la Iglesia se le ha dado grandísima, como se ve
no he confiado en mis propias fuerzas, ni hecho caso de en el decreto de Gelasio, papa, en el concilio romano.
mi opinión; antes he acoslumbrado á preguntar, nó so-
Mas sin duda que ci S e ñ o r , que escogióá san G e r ó n i -
'aineiUe l-as cosas de que dudaba, sino (ambien las que
mo para obra tan grande , le proveyó de lodos los talen-
yo pensaba que sabia.» Pues armado san (íerónimo con
tos que para sacarla tan acabada y perfecta era menester;
'as ciencias humanas, y rico con las lenguas latina , g r i e -
y el mas principal de todos, y mas necesan i o , fué \n luz
ga , hebrea , siríaca y caldea, y sobro lodo vestido del
de su divino espíritu, que alumbrase el enlendimienlo del
espíritu tlel S e ñ o r , y del zelo de su gloria, y del bien de
santo doclor, para entender sus sentencias, y que rigiese
Sli Iglesia, emprendió una cosa que ninguno anles de él
su pluma para descubrir aquellos tesoros divinos , que en
había osado emprender, ni después de él hasta nuestros
ellas están escondidos. Pero lo que mas espanta es , que
tiempos ha osado inlentar: y tradujo el Viejo Testamento
haya podido san Gerónimo escribir lo que escribió, y ha-
veces, una de griego en lalin, según la traslación de
cer lo que hizo, habiendo sido acosado de muchas j g r a -
• los Setenta, y otra de la lengua hebrea, según la verdad
ves enfermedades, como él mismo lo dice por estas'pala-
hebraica : y aun el Salterio, no solamente le tradujo dos
bras : « El Señor que mira la tierra y la hace temblar: quo
veces en h u i n , una de hebreo y otra de griego; pero
toca los montes, y humean: que dice en el Deuteronomio:
enmendó dos veces la edición antigua, que cu su tiempo
Yo m a t a r é , y yo vivificaré : hei •¡ré, y s a n a r é ; hace t a m -
andaba sacada de la griega común y vulgata : y el Nuc-
bién que tema y se estremezca la tierra de este mi cuerpo
Vo Testamento , que andaba lleno de fallas y errores por
con frecuentes enfermedades: á quien se dice: Tierra eres
f'ulpa de los escribientes, le corrigió y enmendó con gran
y en tierra te has de tornar: y así como estoy, olvidado
c,i¡dado por mamlado do san Dámaso, como arriba se d i -
de mi suerte y condición humana, me amonesta muchas
J**: y filó tan acertada y tan perfecta esta traslación de san
veces, que como hombre, y como viejo , reconozca quo
Gerónimo del Viejo y del Nuevo Testamento, que en sa-
estoy muy cerca de la muerte. Y por quien eslá. escrito :
á luz, luego algunas Iglesias le recibifron , y
hendo ¿De q u é te g l o r í a s , ó tierra y ceniza? Y así el mismo que
13G LA LEYENDA DE ORO. m 30.
me hirió con tan súbita dolencia , me sanó con increible
taré mas ufano y glorioso, que el olro filósofo del mundo
presteza, mas para alemorizarme que para a í l i g i r m e , y
pues no e n s e ñ a r é como él al rey de ¡Hacedonia, sino á una
mas para enmendarme, que para apartarme. Así que sa-
sierva y esposa de mi Señor Jesucristo, que ha de ser [¡re-
biendo y o , cuyo es, lodo lo que vino , y que por ventu-
sentada é n t r e l o s coros de los ángeles, y puesta en el t á -
ra la causa de dilatar mi muerte es para que acabe la obra
lamo de los palacios celestiales.» Esto es de san G e r ó n i -
comenzada sobre los Profetas; quiero emplearme todo en
mo. Pues ¿ á quién no ponen admiración estas palabras?
esta ocupación, y como puesto en una alta atalaya , con-
Mas así como Dios nuestro Señor en las cosas mínimas es
templar, nó sin dolor y gemidos, los torbellinos y nau-
m á x i m o ; asi los grandes santos en las cosas pequeñas son
fragios de este mundo, sin que me dé cuidado cosa alguna
grandes, y para ellos no hay cosa menuda, de la cnal no
presente, sino solo ¡o futuro; y estimando en poco el juicio
pueda resultar gloria al Señor. Era san Gerónimo pequeño
y el decir de las gentes, sino solo el de Dios.» Esto es de
de cuerpo, como él mismo lo dice, y ya en la vejez usaba
san Gerónimo. Y d e m á s de estas enfermedades, que él d i -
de un bouelillo, para tener caliento la caboza, el cual le
ce, tuvo una vejez muy cansada y quebrantada; pues él
había enviado san Paulino; y él le hace gracias per aquel
mismo confiesa que babia ya catorce años que no podia
don, |)or estas palabras: «De buena gana he recibido el
sufrir el trabajo de escribir por su mano, ni leer de noche
bonetillo, que me habéis enviado para calenlar la cabezo,
los libros hebreos , ni aun de dia sino con mueba dificul-
fria por la edad, pequeño en el tamaño, mas grande en la
l a d , y que los libros griegos otros bermsnos se los leian
caridad; y me he holgado mucho con el don, y con el do-
por no poder é l : y con esto estaba tan lleno de sabiduría,
n a d o r : » (pie l a m l m T i es señal de su grande agradeci-
y era lan rico su caudal, que no se podia creer la preste-
miento y humildad.
za y facilidad con que escribía si él mismo no lo dijese;
Habiendo, pues, f l sanlísimo doctor corrido gloriosa-
porque en tres días tradujo los tres libros délos Troverbios,
mente su carrera, y derramado por lodo el mundo los res-
del Eclesiastés, y de los cantares de Salomón : en un dia,
plandores de sus virliulcs y doctrina, enriquecido la Igle-
de caldeo en latin , el libro de Tobías ; y en dos semanas
sia católica con los tesoros de la sagrada Escriluta, que-
dictó los Comentarios sobre Mateo, por la grande ins'ancia
brantado la cabeza á la serpiente, domado los monstruos
de Ensebio Cremonense, su discípulo , que habiendo de
infernales de las herejías, y triunfado de todos los que por
c a m i n a r á I t a l i a , no quiso i r sin alguna prenda de su
ellos, ó por sus vicios, le hubian sido contrarios, y ense-
maestro. Y escribiendo á las santas madre é hija, Paula y
ñado á los fieles el camino del cielo, y de toda perfección;
Eustoqnia, y disculpándose d é l a llaneza de su estilo mal
estando ya muy viejo, y con los largos años> trabajos, es-
limado, dice, que no prelendia mas de declararla losmis-
tudios y penitencias tan consumido, que no podía menear-
terios de la santa Escritura : lo cual hacia con tanta velo-
se en la cama, sino asiéndose á una cuerda, que para es-
cidad, que muchos dias pasaban de mil renglones los que
te propósito tenia colgada del techo, le dio una recia ca-
dictaba: y el libro que escribió contra Vigilando, hereje tan
lentura, y luego entendió que se acercaba ya aquel dicho-
erudito y admirable, dice que lo dictó en una noebe, pol-
so dia en que el Señor le queiia librar de la cárcel del
la priesa del portador, que era Sisinio : que son todas co-
cuerpo, y llevarle á gozar de sí; como él con lan vivos y
sas que ponen espanto: y mucho mas, que con ser este
encendidos deseos suspiraba. No se puede fácilmente creer
gloriosísimo doctor tan grande en los ojos de Dios, 5; en los
el regocijo y júbilo que entonces sintió en sí el alma del
de toda la Iglesia, fuese tan pequeño y tan humilde en los
santo: y aunque toda su vida no habia sido sino una me-
suyos, q u e e n s e ñ a h a á los niñoséhijos de algunos caballe-
ditación perpetua y aparejo para la mueiie, se armó con
ros, y Ies declaraba los poetas, historiadores y oradores,
los santos sacramenlos, para pelear de nuevo con aquel
para criarlos, por medio de aquellas letras, con la leche
dragón á quien tantas veces habia vencido: después con-
de la piedad y temor santo del Señor, y haciéndose niño
soló á sus monges y personas devolas que habian concur-
con los niños, para ganarlos á Dios. Y puesto i aso que Ru-
rido,para hallarse presentes á su glorioso tránsito, y amar-
fino le lacha de esto, y dice, quehabia usado oficio de g r a -
gamente le lloraban: y habiéndolos exhortado y animado
mático ; á mi ver es una de las cosas mas raras y admira-
al amor del Señor, y entre sí, y á toda virtud, dió su es-
bles que hay en san Gerónimo, y quemas nos declara
píritu al que le habia criado, á los 30 del mes de setiem-
cuan encendido estaba aquel sagrado pecho del amor de
bre del año 422, según Próspero en su Cronicón; y según
Dios, y cuán poco reparaba en su autoridad, por servir
el cardenal Baronio, de 420, imperando Honorio y ' l e o d o -
mas al S e ñ o r : y juntamente nos euscfia con su ejemplo,
sio, el menor, su sobrino. De la edad en que murió, no
que ninguna cosa hay en la república á que tanto se deba
hay cosa cierta; porque san Próspero, autor casi del mis-
atender, cuanto á la crianza de los n i ñ o s : y esto hizo el
mo tiempo de san Gerónimo, le da noventa y un años:
santo, habiendo mas de quince años que no tomaba en las
oíros noventa y ocho, y aun noventa y nueve : el cardenal
manos libro alguno de gentiles para leerle; porque lo que
Baronío setenta y ocho ó setenta y nueve: el P. Fr. José
no habia menester para sí, lo habia menester para i m p r i -
de Sigúenza, de su órden, en la vida que escribe de sn
mir en los corazones blandos de los niños el amor á la v i r -
santo padre, lo extiende á ochenta y uno. La causa dií
tud. Y 110 se echa de ver esto ménos en lo que el mismo
tanta diversidad de opiniones es, no saberse puntualmente
santo, escribiendo á Lcta, matrona romana nobilísima,
el año en que nació este glorioso doctor, sino solamente
exhortándola á enviar á su hija niña á Jorusalen, para que
que cuando murió en Persia el emperador Juliano Apóstata
se criase á la sombra de santa Paula, su abuela, le dice;
(que fué el año del Señor de 373), san Gerónimo era m u -
K Si la enviares, yo te prometo de serle maestro y ayo: yo
chacho, como él mismo lo dice, y estudiaba gramática:
la tomaré en mis brazos, y traeré sobre mis hombros; y
las cuales palabras unos las extienden y otros las acortan
viejo como soy, enseñaré á la niña á formar y pronunciar
mas, para en ellas fundar su opinión. Eo cierto es, que
tartamudeando las palabras, y me preciaré de ello, y es-
llegó á la edad decrépita, como lo dicesan Agustín, á quien
D U 30. SlíTIEMBRE. Í37
s!ui<ii>r6ii¡n)o llama en dignidad padre, p o n j i o era obispo Agusiin, que conlieneu las grandezas y milagros de este
y t n ta edad hijo, porque era IIUICIJO menor que él. Y si santísimo doctor , los hombres doctos las tienen por a p ó -
san (ierónimo murió de selenla y ocho años, y en el del crifas y fingidas: y que asi como no tiene necesidad el sol
Señor de 120, como cree el cardenal Baronio; esle año de la luz del candil para ser visto; asi la grandeza de san
lenia san Agustín sesenta y seis, pues murió de setenta y Gerónimo no la tiene de estas alabanzas, para ser cono-
seis, el alio de 430; y no le llevaba ( s e g ú n esta cuenta) cido y estimado í porque, ¿ q u é doctor hay en la Iglesia
san Gerónimo sino doce años, que parecen pocos para el católica, entre lodos los griegos y latinos, que con mayor
modo con que estos santos hablan de la edad que tenian c'arid.ul la alumbre: con mas copiosas y saludables aguas
entre sí. Tero para la imitación del santo, que yo preten- la riegue y fecunde: con los ejemplos de su vida santísi-
do, esta cuestión de la edad es de poca sustancia. ma mas la edifique; y con su divina doctrina mas la ilus-
Kl sagrado cuerpo do san Gerónimo se enterró con gran tre, enseñe y defienda? ¿ Q u i é n hizo guerra á la virtud,
solemnidad en la cueva de Bden, y después fue trasladado que no hallase contra sí á este glorioso doctor? ¿ Q u é he-
á Boma y colocado en la iglesia de Santa María la Mayor, reje se levantó en su tiempo contra la Iglesia, que no fuese
junto á la capilla donde también se trasladó el pesebre en luego vencido y derribado, y postrado á sus piés? ¿ Q u i é n
que el Verbo encarnado y recien nacido fué reclinado; y leyó sus obras, y no quedó admirado y compungido, y
de rsta tiaslafioii hace mención el Martirologio romano á con nuevos deseos de servir da veras al S e ñ o r ? ¿Quién
IOÍ 9 de mayo. hay, no solamente de los gentiles filósofos, sino también
de los cristianos teólogos, que on la lección de todos los
Kl haber sido san Gerónimo cardenal, lo dicen muchos
aulores, en la noticia perfecta de las lenguas, en la c i e n -
y graves autores, que refieren el padre maestro Fr. Alon-
cia de la divina Escritura, en el conocimiento de tantas
so Chacón, de la orden de Sanio Domingo, en un h a -
y tan varias cosas, en el ornato do las palabras y fuerza
bido que hizo para probar que san Gerónimo fué carde-
de la elocuencia con san Gerónimo se pueda comparar?
nal, y el r . IV. José de Sigüeoza en su Vida, y la misma
¿ q u é así haya sido en vida por una parto respelado, con-
pintura y tradición de la Iglesia tiene fuerza para persua-
sultado y tenido por un oráculo do sabiduría de los bue-
dirlo. Y sin duda que en Boma tuvo con san Dámaso, papa,
nos, y i p o r otra perseguido y maltratado de los malos?
oficio de mayor importancia, que en aquel tiempo era ser
Pero no es la postrera alabanza de esto santísimo doctor el
cardenal ó cura de algún título de. Boma. Los cardenales
haburle dado el Señor (autos y tan lucidos hijos, que en su
Baronio y Belarmino lo niegan, fundándose principalmente
órden y debajo de tal padre militan en E s p a ñ a , con tan
el cardenal Baronio en una epislola del mismo san G e r ó -
grande religión, ejemplo y observancia do su regla, que
'limo, en la cual, escribiendo á l'amaquio, claramente d i -
ha movido á los reyes, príncipes y personas ricas, á h o n -
ce « q u e cuando Paulino, obispo de Amioquía, le ordenó
rarlos, estimarlos y darles tan grandes haciendas, y edifi-
de presbítero, él se dejó ordenar, y dió su consentimiento,
carles tantos y tan suntuosos monasterios: lo cual es gran-
con comlicion que no habia de estar atado á alguna Igle-
de indicio do la devoción que lodos estos reinos tienen á
sia, como se dijo arriba ; porque de tal manera queria ser
nuestro santísimo doctor, y por él á sus hijos, y que ellos
clérigo, que no dejase de ser monge ni perdiese la liber-
no desmerecen por s í , lo que su bienaventurado padre les
tad, para estar donde q u i s i e s e ; » y Belarmino por otra r a -
mereció y ganó con tanta copia y abundancia; porque,
zón, sacada de la misma epístola, como mas particular-
¿qué orden hay en toda la Iglesia de Dios, que se precie
mente lo podrá ver el curioso lector en el cuarto lomo de
mas del culto divino : que asisla mas de dia y de noche en
los Anales del cardenal Baronio, y en el primero de las
el coro, y mas continuamente le alabe? ¿ Q u e viva con
Gontroversias del cardenal Belarmino. Lo que á mí me pa-
mas recogimiento, clausura y silencio? ¿ Q u o guarde t o -
rece es, que los que hacen cardenal á san Gerónimo, no
das sus constituciones y reglas con mayor vigor? ¿ Q u e
w añaden grandeza alguna, y ni los que lo niegan se la
apartado comunmente del bullicio de los pueblos, los sus-
quitan: porque aunque la dignidad de cardenal es de tan-
tente con sus oraciones, y aplaque la ira del S e ñ o r ? Aca-
ta reverencia y majestad como vemos, pero es tan grande
bamos la vida de este sapientísimo y máximo doctor, con
sí este gloriosísimo doctor, que ni ella ni otra alguna
lo que de ella dice el beato Lorenzo Jusliniano, por estas
puede levantar ni hacer mas ilustre por haberla tenido,
palabras: « ¿ Q u i é n hay en el gremio de la Iglesia, que
m quitarle un pelo de sus excelencias la falta de ella. Mas
no haya sido enseñado con la ciencia de san Gerónimo?
'oca esto al colegio de los ilustrísimos cardenales; porque
¿ Y editicado con el ejemplo do su vida ? ¿ Y esforzado con
«> san Gerónimo lo fué (aunque haya habido tantos carde-
sus oraciones? Porque él fué padre común do todos, luz
nales muy insignes en santidad, letras y prudencia), todos
del mundo, predicador del reino, medianero para con Dios
, se pueden gloriar de haber tenido'lal colega, que fué
y para con los hombres, espejo de santidad, dechado de
luz do ia Iglesia católica, y gloria del siglo en que vivió y
virtudes, y defensor valeroso de la Iglesia y de lodos los
de lodos los que deSpUes han succdid0i serh ornamento
fieles, y sin haber derramado sangre, mártir del Señor.
perpetuo de todos los advenideros hasta el fin del mundo.
Él, adornado de caridad, no se dejó vencer de las tenta-
De sau Gerommo hicieron mención san León, san Gela-
ciones, ni so turbó por las injurias, ni se rindió á las per-
sio y Bonifacio V I H , ponlífices romanos, la séptima sínodo
secuciones de sus enemigos, ni se dejó llevar de los b l a n -
general, los concilios magunUno y de Aquisgran. Coligió
dos deleites de la carne, ni desvanecer de las honras, ni
su vida do sus mismos eseriios (como dijimos) Mariano
levantar de las alabanzas, ni congojar de los trabajos y
Victono, obispo reatino, y refiérela Surio en su quinto
adversidades: antes permaneció limpio de corazón, subli-
orno. Pero a d v i é r t a s e , que una epístola en que so tra-
me con la humildad, admirable por su pureza, insigne con
ta do la vida y muerte de san G e r ó n i m o , y está en el
la castidad, invencible por la fortaleza, encumbrado por
nono tomo de sus obras, con nombre de Ensebio Cre-
su autoridad, devoto en el corazón, y vestido de la ropa
monense, su discípulo, y otras de san Cirilo y de san
TOMO 11!. 48
138 LA LEYENDA DE ORO. DIA 30.
mas blanca que !a nieve do todas las virltules. iMiialmen- si puede ser no conocerlas; y amarlas á todas en caridad,
lo, lodo el diseuiTido db san (ieróniino fué nn relíalo y generalmente sin oslar j a m á s en casa con alguna : «Nunca
modelo de religión y s a n t i d a d . » Todo eslo es de san L o - íieis, le dice, en la pasada castidad; no sois vos mas santo
renzo J LIS! ¡nía no. que David, mas fuerte que Sansón, ni mas sabio que Sa-
La i n t i m a coneccioa de los escritos de esie padre con los lomón. No visileis á mujer sola : no habléis con ella cara
l u v l i o . - de su vida, no puede menos de obligarnos á dar de á c a r a . » Prohibe hacer fiestas con los legos: recomienda
ellos una idea algo difusa en la historia de este dia, que ta caridad., prudencia, discreción, modestia y sobriedad;
acasocorrcsponderia mas bien á un apéndice de sns obras, pero no quiere excesos en los ayunos. Encarga severamen-
y los motivos que pudieron inducir al sanio á emprender- te á los clérigos no tener aguda lengua, y que j a m á s de-
las; y csloinismo nos excusa aquí de una repelicion i m - seen ser convidados á comer; y que una vez llamados,
portuna de mucho de lo que dejamos dicho en el cuerpo vayan, pero muy rara vez, ele. Muerto Nepociano, poco
de su historia; pero para completar las noticias que pue- después escribió san Gerónimo su panegírico á su lio I l e -
dan perfeccionarla, diremos brevemenle lo que resta para liodoro, obispo enlonces do Allino, en que hace una pin-
su inteligencia, adv'iiiendo que para instruirse en la serie tura elegantísima do la cortedad ó incerlidumbre de la
de los escritos de san Gerónimo, y eu los hechos de su vida, recomienda la devoción do los difuntos, adornando
vida, es necesario consullar recíprocamenle su vida y sus tas capillas y altares do los mártires con flores, etc., y con-
escritos. suela á Ileliodoro, asegurándolo que su sobrino estaba
Varias carias de este santo doctor, á las devolas muje- á la sazón ya con Cristo, en compañía de los santos
res que á su dirección estaban en los pasos de la v i r l u d (p. u m
cristiana, y á varias otras personas, contienen excelentes Haliicndolc pedido su consejo un tal Rústico, natural de
consejos ó instrucciones para varios estados y condiciones. Marsella, y mongo, pero que vivia en Roma, el santo le
Habiéndole dejado Ileliodoro en el desierto de Chaléis, en dió algunas instrucciones para servir á Dios en el estado
Siria, por volverse á su casa á liorna, le escribió san Ge- monástico. Recomienda la vigilancia y fervor constante, la
rónimo una carta elocuenUsima para persuadirle á que labor manual, lectura, meditación, obediencia, castidad y
volviese á su reli.ro. l'sa en ella de tiernas reprensiones. ayuno. Prefiére la vida cenobítica á la de los crmilaños,
«Soldado cobarde, le dice, ¿ q u é habéis de hacer en la como mas segura ; y aun dice, que para hacerse cual-
casa de vuestro padre ? Acordaos de aquel dia en que quiera ermitaño, deberia primero vivir algún tiempo en
os alislásteis por soldado de Cristo : que después le juras- comunidad. Añado, sor regla de algunos monasterios de
teis fidelidad... Aunque vuestro tierno sobrino se cuelgue Kgipto, no admitir al que no supiese ó pudiese aplicarse á
de vuestro cuello, y vuestra madre se mese su cabello: alguna labor manual, no tanto por ganar su suslento, como
aunque vaeslro padre se ponga al umbral de la puerla para por precaver.los malos pensamientos que son hijos de la
deteneros, pasad por cima de vuestro padre, y seguid el ociosidad. En el canío de los divinos oficios, no se conside-
estandarte de la cruz con los ojos enjutos. Es gran miseri- ra tanto la voz como los afectos del corazón. « Ningún arle,
cordia ser cruel en semejantes ocasiones. Os engañáis, dice, so aprende sin maestro, mucho ménos la salvación.
hermano, si suponéis que puede haber cristiano sin per- Servid á vuestros hermanos, lavad los pies á los extranje-
secución : cuando se cree mas seguro, es cuaudo se ve ros, callad cuando os hagan alguna injuria, e t c . » Pone la
asaltado con mayor violencia... Vos diréis: Los clérigos humildad y la paciencia por los medios mas eficaces para
viven en las ciudades. Dios prohibo que hablemos mal de vencer las tentaciones, lo que confirma con el siguiente
los que sucedieron á los apóslolcs, que consagran con sus ejemplo. Un jóven griego que vivia en un monasterio de
mismas bocas el cuerpo de Jesucristo, que nos hacen cris- Egipto, fué turbado con violentas tentaciones de la carne,
liaiios, y que tienen en sus manos las llaves del reino de y ni el continuo trabajo, ni la abstinencia mas severa for-
lo» cielos.» Demuestra san Gerónimo la diferenciacnlre lalecida de fervorosa oración, le libertaban do las impor-
los clérigos y los mongos, y lo aparta del deseo de ser tunaciones y asechanzas de esto pertinaz enemigo. Su su-
admitido en el cloro, porque « aunque un presbítero digno perior, á quien descubrió su mal, dio secretamente órden
adquiere mayor grado de perfección, no es la dignidad á uno de sus companeros, de que le insultase en cualquie-
eclesiástica la que hace buenos cristianos... No es fácil á ra parto con invectivas y baldones, y después fuése á que-
todos los hombres tener las gracias de san Pablo, ni la jarse al abad de aquel mismo á quien había ofendido, como
santidad de san Pedro.» Ensalza después elocuentemente si hubiese recibido de él la injuria. Habiendo pasado un
la dfcha de una santa penitencia y de la soledad en (jue se año eu estos términos, le preguntó el superior al jóven, si
nos manifiestan abiertamente los cielos. Ileliodoro resolvió las primeras tentaciones le molestaban todavía. A lo que
volver al desierto, pero como se había ordenado do pres- respondió: Padre, me cuesta mucha pena vivir, para que
bítero se vió obligado á servir en la Iglesia de Roma. Su infesten mi imaginación deleites sensuales. Rústico había
sobrino Nepociano, jóven eclesiástico, solicitó de san Ge- á la sazón de volver á la Galia: por lo que san Geróni-
r ó n i m o , y éste le escribió varias cartas y reglas excelen- mo le mandó dirigirse por los consejos de los santos obis-
tes para «onducirse en la vida de eclesiástico; como, el pos, para que no s« descarnase, ni abandonase el camino
que Cristo solo sea su porción, de modo que nada posea real. Estos directores eran Proclo, religioso y sabio obispo
en su corazoR sino al Señor, y que aunquo viva y se man- de Marsella, y Exuperio de Tolosa. De este úllimo dice:
tenga del altar, deba contentarse con la comida y el ves- «Este último prelado imita á la viuda de'Sarepta: alimenta
tido honesto y parco, teniendo lo demás por porción debi- á otros, y él ayuna siempre : nada le turba mas que la
da al peregrino y al pobre: que j a m á s Heve á su casa m u - angustia ajena. Él hadado á los pobres todo loque tenia,
jer alguna, ó á lo ménos, muy rara vez por n e c í s i d a d : no no obstante no hay un hombre mas rico que él. Lleva el
íener fumiliaridad con vírgenes consagradas á Dios, y aun cuerpo de nuestro señor Jesucristo enunacaja de mímbri-, y
m,v 30. SKTÍEMIiRK 1 :ifJ
ÍII sangre preciosa en un vaso de burro... Seguidlos pasos car para ella un maestro que sea hombre de virtud y
de osle buen obispo, y de oíros simios, á quienes su d i g - ciencia : ponpie ningún grande estudiante se desdeñará
nidad lia liedlo mas pobres y mas b u m ü d e s . Si queréis de enseñarla ios primeros rudimeulos , como hizo Aristó-
alcanzar un estado mas perfecto, salid de vuestra patria, teles con Alejandro el Magno. Esto no puede omitirse,
eomo hizo Abrahan, dejad vuestros parientes: si tenéis pues sin ello nada apreciable puede aprenderse. El mismo
bienes, vendedios, y distribuidlos á los pobres. Despojaos sonido de las letras y los primeros documentos son m u y
de todas las cosas para seguir á Cristo solamente: Nudum diferentes cu las bocas de un maestro sabio y de un im--
Christum nudus sequerc. Es cosa dura, lo confieso , es ar- perito. Es necesario cuidar de que no aprenda con las
dua, es difícil, pero la recompensa es iníinila.» Sobre las amas mimosas á pronunciar las palabras á medias ; ni á
reglas que osle santo prescribió cá las vírgenes, véase la jugar con oro y p ú r p u r a ; lo primero corromperá su l e n -
vida de santa Eustoquia. Sus cartas á las viudas, por lo gua , lo segundo su corazón. Gran cuidado es monesler
geneialconlienen fuertes exhortaciones á la vida retirada, para que no aprenda, lo que h a b r á do querer después no
penitencial y devota, á que les convida particularmente su haber aprendido. La elocuencia de los Gracos derivó su
estado. Habla con mucho ardor contra los segundos m a t r i - perfección de la elegancia y pureza del lenguaje de la
monios; aunque concede que son lícitos y no pecami- madre: y la de Ilorlensio fué formada en el pecho de su
nosos. padre. Lo que bebe una mente tierna j a m á s lo olvida; y
Entre las cartas espirituales de este Padre, acaso no hay todos están mas dispuestos á imitar los defectos y vicios,
otra de tanto mérito y utilidad como la que escribió á Lela, que las virtudes y buenas calidades. Alejandro el conquis-
mujer de Toxotio, hijo de santa Paula. Contiene las reglas tador del mundo , no pudo j a m á s corregir sus defectos
de educación para Paula la menor, hija suya, á quien su en su porte y costumbres, como que las habia aprendi-
abuela había resuelto destinar á la vida religiosa, lleván- do desde niño de su maestro Leónides. Es necesario que
dola consigo á Itelen. Su abuelo paterno era sacerdote de no tenga ama de cabeza lijera, habladora, ó de poco seso.
Júpiter, pero los d e m á s de su familia eran cristianos. San Cuando vea á su abuelo el pagano, cuando se recueste
Gerónimo les exhorta á convertir á aquél con la regulari- en su pecho, se cuelgue de su cuello, cante á sus oidos
dad de la conducta de ellos, modoslia y porte virtuoso: la Aleluya. Sea amable con todos, pero es necesario,
armas á que no resiste la malicia misma. «Yo estoy per- que desde muy luego sepa que ha de ser esposa de Cristo:
suadido, la dice, que Júpiter mismo hubiera creído en Je- no toque su rostro la pintura, no componga su cabello que
sucristo, si hubiera teñid ) una familia come vosotros.« lodo esto pi'onoslica y aviva las llamas del infierno.»
San Gerónimo hace presente á Leta, que ella habia tenido * S\N LEOPARDO, MÁUTIR.—Descendía de una familiaÍÍUÍH
de Dios aquella hija, en los sepulcros de los mártires, solo tre de Poma, en cuya ciudad habia nacido, y era muy ins-
porque ia e[||1casepai.a g^!^!,,^. y cn cuanto á su educa- truido en las arles liberales. Su hermosa figura, bello ca-
ción, establece las siguientes reglas: « S e a criada como lo rácter y brillante educación, cautivaron al enquM-ador Julia-
fué Samuel e» el templo, y el « á u l i c a en el desierto, en no el Apóstata, quien quiso entrara en su palacio, dándolo
una onlera ignorancia di'l vicio y la vanidad. No oiga, un destino cerca de su persona. Admitió Leopardo el des-
aprenda, ni hable de cosa que no sea conduct-nle al temor tino que le ofreciera el emperador, pero la Providencia
de Dios. No escuche j a m á s malas palabras, ni aprenda permitió que allí mismo viniera en conocimienlo del Evan-
profanos cantos, sino en cuanto pueda pronunciar lome de gelio, y fuese bautizado, perdiendo la gracia del empera-
memoria algo de los salmos. No dejar queso aproximen á dor, que le hizo degollar en la misma ciudad de Roma.
ella muchachos rudos; ni aun muchachas, sino aquellas Su cuerpo fué trasladado á Aqnisgran, do donde es patrón.
(pie no conozcan las máximas y conversación del mundo. Los SALTOS YicToii Y Uas», HÍRTUIES.—PerlCM/ícíau osle:
Désela un alfabeto de letras pequeñas hachas de boj ó dos santos á la gloriosa legión lehana, y en tiempo del
marlil con los nombres de todas las que pueda conocer, emperador Maximiano fueron primeramente atormentados
para que el juego mismo le sirva de ftíslrnccion. Cuando con crueles castigos; pero, habiéndose librado por una luz
sea algo mayor, llévesela de una letra á otra con el índice celestial, que resplandeciendo sobre ellos hizo caer en tier-
0 dedo suyo, guiado por otra mano; y convídesela con ra á los verdugos, fueron metidos cn el fuego, y habiendo
presentes y promesas convenientes á su edad, para que también salido sia lesión, los degollaron. Véase la Vida do
víiya con este interés juntando sílabas; y escriba los nom- san Mauricio y compañeros, en el dia t i de este mismo
bres de los patriarcas desde Adán a c á . Tenga compañeras mes.
para aprender con ellas, y poder adelantar con la emula- SAN ANTONIXOJMÁRTIII.—Era de la misma legión que los
r o n , y oír las alabanzas de las otras. No debe ser intimi- dos anteriores, y se celebra de él memoria particular á
dada, ni castigada sin tiempo, si es algo perezosa, sino instancia de la Iglesia de Nasencia, que posee su sagra-
animada con buenos modos, para que pueda regocijar- do cuerpo. Puede verso también la vida,de san Mau-
se en exceder, ó entristecerse on verse despreciada y de- ricio,
bajo de otras, no envidiando sus progresos, sino ale- SAN CRRCORIO, OBisro Y CONFESOR..—rFué llamado el «Ilu-
grándose de ellos , al mismo tiempo que se baldone á minador,» y nació en la Armenia Mayor, d é l a iluslrísi-
si misma por los pocos que ha hecho. Debe tenerse gran ma familia de los Arsacidas. En su juventud lo llevaron
cuidado en que no conciba aversión á los esludios, porque á Cesárea para aprender las ciencias: allí conoció la r e l i -
este sinsabor no le quede en anos mas maduros. Las pala- gión cristiana y recibió el baulismo. Enardecido por la sa-
d a s que aprenda sean santas y escogidas, como los nom- lud de las almas, resolvió ir á predicar el Evangelio á los
bres de los apóstoles y de los profetas. Hágasela conocer infieles, y se volvió á Armenia, de cuyo pais se puede de-
'a genealogía de estos desde A d á n , para que desde esta cirque fué elapóslol. Sus discursos ó instrucciones, acom-
edad prepare para después su memoria. Es necesario bus- pañados de una vida sin mancha, obraron innumerables
LA LEYENDA DE ORO. t)lA I .

conversiones, y ademús Dios conlinnó con milagros la de Yorclv. E! nuevo arzobispo lrab;ijó con un celo ínfaliga-
verdad áa la doctrina epie su stM'vidor anunciaba. Al p r i n - ble, y luvo el consuelo de ver aumenlarse de dia en día et
cipio de s u misión tuvo que sufrir mucho por pnrte de T Í - reino de Jesuerislo en aquellos p a í s e s . Sus inslrucdoncs al
ridates, rey del país ; pero este mismo principe abrió por pueblo iban siempre acompañadas del estímulo de! propio
lin los ojos á la luz y recibió el baulismo. A la visla de sus ejemplo, y las ovejas, para ser enleramenle perfectas, n o
trabajos apostólicos y del copioso frulo rpio daban á la tenían que hacer mas sino seguir en un lodo las pisadas
Iglesia, Leoncio, obispo de Cesárea, le consagró o l i b p o , y de su venerable pastor. Este acabó saniamente el curso de
desde entonces su misión y su celo no se limitaron ya á la sus (lias el 30 de setiembre del ano GiJÜ, después de un
Armenia, blevó la antorcha de la fé á otras naciones b á r - ponliticado de veinte y tres aflos.
baras y penetró ha*ta el monte Cáucaso. Después de tan- SANTA SOFÍA, VIUDA.—Esta santa, célebre principalmen-
tas fatigas, que no habían tenido oíro objeto que la gloria te en la Iglesia de Oriente, fué madre de las tres vírgenes
de Dios, se retiró el santo á un desíerlo de la Alfa Armenia, Fé, Esperanza y Caridad, nombres que dió á sus tres hijas
donde murió en paz, y fué á gozar del premio que había en el bautismo por respeto y a m o r á esas virtudes. En tiem-
merecido. Su muerte sucedió al principio del reinado del po del emperador Adriano las tres hermanas fueron presas
gran Constantino. y atormentadas por no habiM' querido tributar adoración á
S.VN IIoNOiuo, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Roma, y on los dioses del paganismo ; y Sofía, que las había inslruido
la misma ciudad abrazó el estado monástico. El papa san en la religión y que les había inspirado h virtud, las ex-
Gregorio ol Grande, que conocía la extensión de sus c o - hortó á confesar generosamente á Jesucristo y las viócon
nocimientos y la solidez de sus virtudes, le asoció á los alegría derramar su sangre por la causa de. la religión.
misioneros que había enviado á Inglaterra para la con- Sofía continuó viviendo en el estado de viudez, practicando
versión de sus habitantes. Habiendo muerto en el año (!30 obras de misericordia y castigando su cuerpo con r i g u -
san Justo, arzobispo de Canlorbery, san Honorio fué ele- rosas penitencias hasta que Dios la llamó á s í , muriendo
gido para succderle, y le consagró san Paulino, arzobispo por ¡os años de 130.

OCTUBRE.

reíiere Paladio , Sozomcno y Casiotloro, de un mongo l l a -


DIA í. mado Paulo , varón excelente c i sanlidad, que tenia por
costumbre rezar cada dia trescientas oraciones; y por no
NUESTRA SESORA DEL ROSARIO (-1).—Enlre las devociones defraudar nada á su devoción, escondía otras tantas p í e -
de la Virgen, ¡a mas celebrada es la del Rosarío,-ó Salterio, drecitas en el pecho, y á cada oración arrojaba una pie-
llamado asi porque consta de ciento cincuenta Ave Marías dra , con que, al acabarse las piedras conocía haber aca-
que corresponden al Salliírio de los ciento y cincuenta sal- bo sus oraciones, y cumplido aquella piadosa tarea, A y -
mos do David. Esta devoción, dicen graves autores que berto, monje, que floreció en tiempo del papa Pascasio 11,
es tan antigua como la Iglesia; porque empezó con ella, y por los años de 1099, cuenta Surio, que cien veces al
fué el primer breviario y las primeras horas canónicas día hincado de rodillas , y cincuenta veces de noche pos-
que la Iglesia u s ó , y que los apóstoles rezaron el rosario trado on tierra, rezaba la salutación angélica. Algunos r e -
por órden de la V i r g e n , y los fieles que tuvieron el p r i - tratos de la Virgen* de mas de ochocientos aflos de a n t i -
mitivo espíritu y las primicias de la devoción , por órden g ü e d a d en que están pintados rosarios, como ahora se
de los apóstoles, antes que san Ignacio, m á r t i r , introdu- usan, muestran ser muy antigua en la Iglesia esta devo-
jese en Antioquía el Salterio de David, que recibió después ción; y siendo de tanto agrado de Dios y de su Madre,
toda la Iglesia católica para cantar las alabanzas á Dios. como después veremos, es creíble que no se ocultó á aque-
El rosario se derivó de Igs primeros fieles á los anacoretas llos primeros líeles, que, como mas fervorosos en el amol-
de Egipto y N i l r i a ; y de los desiertos le recibieron en las de Dios, eran también mas diligentes en el servicio de la
ciudades san Agustín, san G e r ó n i m o , san Ambrosio y Madre de Dios.
otros Padres: y resfriándose después de algunos anos el Pero dejando esta cucslion á otros; pues las devociones
fervor de esta devoción , le avivó y encendió en Inglater- no se acreditan lanío por la antigüedad de los afios que
ra el venerable Reda ; porque los ingleses confesaban ha- tienen , cuanto por la gloria que se sigue de ellas á Dios,
ber recibido esta devoción d e s ú s antepasados, como he- y provecho que sacan los que las usan ; no hay duda quo
rencia de padres á hijos , debida á la enseñanza de este merece con mucha razqn santo Domingo de Guzman el
venerable Padre. De esta opinión es el beato Alano de R u - título que le dan muchos de inventor y primer predica-
p e , fraile de la órden de Santo Domingo , y de grande dor del rosario de nuestra S e ñ o r a ; porque este esclareci-
autoridad en esta materia, por haber sido elegido milagro- dísimo patriarca, fué el primero que lo enseñó , y predicó
samente de la Reina de los á n g e l e s por predicador de su con el método y órden admirable de meditar los mislerios
rosario, casi olvidado ca muchas partes. Particularmente de nuestra fé, repartidos en tres clases de gozosos, dolo-
rosos y gloriosos , que él aprendió do nuestra S e ñ o r a , y
[t] Gorrosiionde á la priaiora dominica esto mes. de él lo recibió la Iglesia, como cosa venida del cielo pa-
PIA 1.
OGTUBUK.
ra provecho de lodo H imnido , culto de la Madre do Dios
m
y gloria del mismo Dios; porque n i esta nidísima devo- superior en el n ú m e r o ; el de los cristianos era mayor en
ción se eslalioinn y encadenan la oración uienlal y vocal, el valor : los turcos presnmian alistarse debajo d e s ú s han-
para ipie el alma y e! cuerpo , el enletulimienlü y la len- deras la fortuna , hinchados con repetidas victorias; los
gua, la voluntad y ios labios alaben á Dios , celebren á la cristianos sabían que venia con ellos la justicia de la cau-
Madre do Dios, y tiQ baya parteen el hombre que no ala- sa : ambas armadas miraban presente la batalla y el ries-
be al Criador y Redetilor del hombre, y á la Madre de su go, y en esperanzas la victoria y el triunfo; pero los infieles
Oi.-ulur y líedentor; y juntamente pida y merezca los fa- le esperaban de su valor, y los fieles del favor divino. Por
vores de q m necesita para su salvación, y obligue á quien esto, ya que se acercaba á tiro de canon, mandó su alteza
se los ha de concedci-, y á la tpie se los ha de alcanzar enarbolar uncrucilijo y muchas imágenes de nuestra Se-
con su intcrci-sion. 1*01* eso los hijos de sanio Domingo, ñora, y todos, puestos de rodillas hicieron oración á Dios,
zelosísimos siempre de la salud de las almas, imilandola poniendo por intercesora la V i r g e n , suplicándole que no
caridad y devoción de su incomparable padre, han exten- diese la victoria á sus enemigos por castigar á los que
dido y dilatado esta devoción por Iodo el mundo, y el Se- confesaban y llamaban arrepentidos de sus culpas. Luego,
ñor la lia acreditado con innumerables milagros , y los habiendo esforzado los dos capitanes á sus soldados, y da-
sumos pon'ílices la han aprobado y conlirmado, y reco- do la señal de aceptar de ambas partes la batalla con dos
mendado con mnclios privilegios, gracias é indulgencias, lirosde bombarda, se acometieron las naves con increíble
que han concedido á los que rezan el rosario ó corona ímpetu, y se peleó por espacio de dos horas con extraño
de nueslra Señora , que se compone de siete l'adre nues- valor, con diferentes sucesos, ya prósperos, ya adversos,
'ros y setenta y tres Ave Marías, ú ocho Padre nuestros, y como los lleva la guerra, sin saberse aun donde estaba la
setenla y dos Ave Marías, por los años que vivió en la tier- victoria, hasta que se reconoció en nueslra armada, y se
ra la ileina del cielo , según las dos opiniones mas recibi- fué declarando tanto por los cristianos, que en breve tiem-
das acerca do los años que vivió con los hombres la Ma- po quedó desbaratada y deshecha la armada de los turcos,
dre do Dios; de las cuales la mas vulgar es que fueron se- treinta mil con su bajá muerlos, diez mil cautivos, cíenlo
fenla y lies años ; y la que parece mas probable al eximio y ochenta naves presas, -noventa sumergidas, quince m i l
doctor Francisco Snarez, y tiene mucha autoridad, e- que crislianos rescatados, casi trescientos tiros de artillería co-
fueron selenfa y dos. gidos, el despojo de dineros, joyas y armas ni tiene precio
ni n ú m e r o ; y lo principal fué cobrar las armas católicas la
Aunque ha sido muy célebre esla devoción del rosario
reputación perdida, y perder las mahometanas la soberbia
desde el tiempo de santo Domingo , se hizo mas célebre
y la (Miifianza, ganadas en muchas victorias. Murieron de
con ocasión de la famosa batalla naval de Lepanlo, (pie se
nueslra parte seis mil hombres, y pocos do cuenta i por lo
ganó pi;r iniercesioii de, nuestra Sefiora , y particularmen-
cual fué esla la batalla mas celebre (pie han corisegiíido en
tq W«!l!) devoción de sn santo rosario : la cual, siendo tan
el mar los crislianos, y no sé si vió ñutes primera, ó ha
•^'hida, r » hay para (pié referirla aquí de propósito : y
visto después segunda en sus c a m p a ñ a s el elemenlo del
siendo muy propia de la fiesta de hoy no se puede callar
agua.
del todo; y por esodire la snina de ella. Dcspncs (pie Se-
Debióse esta insigne victoria á las oraciones de san
bm I I de este nombre, gran turco , rompió las paces con
Pío V y de ta cristiandad, donde el santo pontílice las
la república dcVcnecia; viéndose señor del mar por la
mandó hacer: y fuera del valor de los soldados crislianos
multitud de sus naves y soldados, se señoreó del reino de
a y u d ó mucho la devoción y celo con que confesados y bien
Chipre, y empezó á hacer hoslilidades y estragos en jos
dispueslns, entraron en la batalla para morir defendiendo
cristianos. El sanlisiino pontífice PioV, procuró unir todas
la fé, si Dios por nuestras culpas diese á los infieles la v i c -
'as armas católicas coaira el enemigo común de lacrislian-
toria; y principalmente se debió á la intercesión de la sa-
^¡,d, que deseaba dominarlo lodo con su poder;, y pre-
cratísima Virgen María nueslra Señora , singular patrona
sumia eclipsar con sus lunas las luces clarísimas de nues-
de las batallas, á quien el sumo pontílice encomendó esta
^ a f é . Excusáronse los otros príncipes cristianos, y sola-
empresa, y el general y capitanes hicieron diversos votos.
juentc el rey católico Felipe 11 se coligó con el papa y con
Consiguióse esla victoria en el primer domingo de octubre
Jl1 ''cpiibücn de Yenccia, para oponerse á tan formiclablc
de 1571, día que la religión de Predicadores lenia consa-
enemigo. Dispúsose una poderosa armada, de queiha por
grado (como todos los primeros domingos de cada rnes} al
general don Juan de Austria, hijo del invicto emperador
culto de nuestra Selora del Rosario; y en este cspedal-
Carlos V , en quien parecía herencia el valor y patri-
mente encomendaba á Dios el buen suceso de las armas
monio el vencer.' Buscó la armada católica á la turques-
católicas, por mandado del sumo pontífice Pió V, el cual,
ca que esperaba en el golfo do Lepanto. Los turcos conta-
en reconocimiento de tan señalada merced, como recibió
bí,n doscientas y treinta galeras reales con otras muchas
toda ta cristiandad de la Madre de Dios, consagró este día
6aleolasy vasos menores: los cristianos llevaban mas de
á su culto, con Ululo do «Santa María de la Victoria;» y
doscientas galeras, ochenta y una del rey de España, cien-
Gregorio X I I ! , que le sucedió, mandó que se celebrase ca-
'0 y nueve de Venecia y doce del sumo pontífice, Ires de
da a ñ o , en el primer domingo de octubre, en todas las
Malta y otras de caballeros particulares. Al llegar nuestra
iglesias del orbe cristiano donde hubiese capilla ó altar de
g u i a d a á vista de la del enemigo, el viento, que para
Nuestra Señora del Rosario, fiesta á nuestra Sefiora con
los turcos era favorable y para los cristianos contrario,
título del Rosario, por haberse alcanzado esta victoria por
''uiamó casi de repente, empezando ya á desfavorecerles
su devoción. Confirmó esta tiesta Clemeule V I H , y última-
esle elemento, y el mar se sosegó, como si pretendiera ver
mente nuestro santísimo padre Clemente X , á instancia de
con reposo los dos mas poderosos ejércitos del mundo dis-
la reina nueslra señora dofía Mariana de Austria, ha man-
putar sobre la posesión de 61. El de los turcos era muy
dado que en todos los reinos y señoríos de la monarquía
143 LA LEYENDA DE ORO. DIA 1
católica se cek'brc fiesta de nueslra Seftora del Uosario, puede pensar, do muy buena gana os saludaria con ella.
con oficio de doble mayor, por lodo el cclcsiáslico, secu- Luego fné arrebatada en espíritu, y vió á la gloi iosí.-ima
lar y regular. Yíi g c n María, cercada de innumerables ángeles y de i n -
Es muy digna de ser usada do todos, y muy agradable mensos resplandores, que traia en el pecho escrita con l e -
á nueslra Señora la devoción de su santísimo rosario, y tras de oro la salutación angélica, y dijo la santa : Nunca
muy segura: porque fuera de estar aprobada y recomen- pudo llegar hombre á inventar semejante salutación, ni
dada por la Iglesia; este rosario ó salterio de nuestra Se- me puedes saludar con otra que mas me agrade, que esta;
fiora, se compone de la oración del Padre nuestro, y de la porque con ella me saludó la sanlísima Trinidad: tí Padre
del Ave iMaría, que son las mejores oraciones que tiene la me confirmó con su omnipotetteia, para que fuese exenta
Iglesia, como dice santo Tomás, y las mejores que se de toda culpa : el Hijo me ilustró con su sabiduría, para
pueden decir á la Virgen. V dejando la oración del Padre (pie fuese como un astro refulgente del cielo y de la tier-
nuestro, que es compuesta por el mismo Cristo, y en esto ra ; y el Espíritu Santo con la dulcedumbre de su amor
lleva toda su recomendación ; la oración del Ave María se me llenó de toda gracia, y me bizo tan agradable á sí,
com|uiso de las palabras del arcángel san Gabriel, cuando que todos los que buscaren por mí la gracia, la hallarán:
saludó á María, y de las de sania Isabel, cuando María la y dejando consoladísima á la santa virgen, desapareció la
s a l u d ó : aunque diremos mejor, que el mismo Dios com- Virgen de las vírgenes y toda aquella maravillosa visión.
puso esta salutación y nos ensenó por boca de un ángel Juan Lanspergio y el abad Ludovico Rlosio, en sus
y de una mujer; para que tengan parte en esta saluta- obras espirituales, cuentan haber sido revelado á algunos
ción los hombros y los ángeles, alaben todos con ella á varones santos, de cuánta gloria sea para Dios, boma
la Reina de los ángeles y de los bombres : porque san para la Virgen, agrado para los ángeles y bienaventura-
Gabriel, como advierte el beato Alberto Magno, no sa- dos, y provecho para los hombres, la devoción del sanio
ludó á María en su nombre, sino en nombre de la san- rosario t y particularmente refieren que un prior de la
tísima Trinidad, como su embajador; y dijo aquella Carluja del monasterio de Tréveris, que por muclios años
salutación, nó como inventada por el, sino como en- se habia ejercitado en la devoción del rosario, siendo en
señada de Dios: y santa Isabel, antes de saludar á lina ocasión arrebatado en espíritu, como solia, y subido
María, fué llena del Espiritu Santo: el cual le hizo decir al tercer cielo, como san Pablo, ó abiértosele el cielo, como
las palabras que no había pensado y profetizar lo que á n -á san Estéban, vió con los ojos del alma, como toda te
les no sabia, como advierte san Gregorio. A esta salutacióncorte del cielo daba á Cristo y á su gloriosísima Madre, m i -
anadió la Iglesia, gobernada y ensenada del mismo Espí- llares de bendiciones y alabanzas por los inefables miste-
rtlu Sanio, las últimas palabras: «Santa María, Madre de rios que se encierran en el rosario: que los coros de los
Dios, etc.» El cardenal Buronio dice, que se anadió esta ángeles y santos estaban con grande atención el tiempo
parte á la salutación angélica el ano de 4 3 1 , con ocasión
que se rezaba el rosario; y que al pronunciar el nombre
de la herejía de Neslorio, (pie no q•feria llamar á María sanlísimo de Jesús, hincaron con profundísima humildad
Madre de Dios; porque, condenado este perverso heresiar- la rodilla, y al oír el nombre dulcísimo de María, inclina-
ca, que prelendia oscurecer la mayor gloria de María san- ban la cabeza con grandísima reverencia: y vió j u n t a -
tísima, creció mas la gloria de esta soberana Scttora en mente que lodos los celestiales espíritus y hombres biena-
toda la Iglesia j la cual empezó á invocarla y predicarla venturados, hacian oración á Dios, pidiendo favores y
perpeluamenle con el nombre do Madre de Dios, muy usa- mercedes para todos aquellos que, rezando el rosario, se
do de los santos Padres; y para que todos los fieles con- ocupaban en la tierra, en lo que ellos se ocupaban en el
fesasen y celebrasen esta gloria de María, siempre que cielo, en alabar á Jesús y á María, y dar gracias á Dios pol-
repitiesen la salutación angélica, anadió aquellas pala- los allos y soberanos misterios que con inefable y estupen-
bras: «Santa María, Madre de Dios, e t c . » El doclisimo da caridad obró por la salud de. los hombres, y por las
padre Pedro Canisio, de la Compañía de Jesús, dice, que grandes cosas que con inmensa liberalidad hizo en María
desde el principio de la Iglesia los sirios, ensenados por el Todopoderoso. Vió también aparejadas en el cielo m u -
los sagrados apóstoles, acababan el sacrificio de la misa chas coronas de gloria, hermosas y resplandecientes, para
con el Ave María, añadiendo á la salutación del ángel y los que rezaban devotamente el rosario. Supo que cada
de santa Isabel, estas palabras: «Santa María, Madre do vez que alguno decía un rosario, alcanzaba algún favor y
Dios, ruega por nosotros pecadores. Amen.» Mas puédese merced, y alguna gracia y bendición particular en esta
componer esta diferencia, si decimos, que lo que usaban vida por medio d é l a sacratísima Virgen María, que oraba
los sirios en la miáa desde el tiempo de los apóstoles, lo por los que rezaban su rosario. Finalmente entendió que
empezó á usar toda la Iglesia, siempre que reza el Ave en esta devoción estaba encerrado tal tesoro do gracias y
María, desde el año 4 3 1 . bienes espirituales, que ninguno de los mortales lo podría
Es tan agradable la salutación angélica á la santísima comprender con el entendimiento y ménos explicar con las
Virgen, que, como dico san Atanasio, los ángeles en el palabras. Todo esto fué revelado a aquel varón santo: y
cielo la saludan y ataban con las palabras del arcángel por no ser avariento del tesoro mayor, n i defraudar á los
san Gabriel. Y de sania Matilde, hija muy regalada de la venideros de la noticia que tanto les podia oprovechar, dejó
Madre de Dios, se escribe que, oyendo .un dia misa de escrito lo que había visto, y descubrió esta mina, de que
nueslra Señora, al empezar el sacerdote á decir aquellas podían enriquecerse todos, de espirituales riquezas.
palabras: Sabe, sánela Parens, le vino un deseo muy en- No tienen número los favores que Dios hace á los devo-
trañable de saludar también á la Virgen; y hablando con tos del rosario do María. Pero ¿ q a é maravilla es que sean
ella, le dijo: O Señora y Reina dulcísima, si yo hallase tan favorecidos y consigan tantas gracias, si ruegan por
una salutación lamas excelente que humano enUndimicuto ellos los bienaventurados, si suplican los ángeles, si ínter-
DIA 1- OCTünUK. U3
cede María? ¿ Q u é no alcanzarán talos ruegos, q u é se ne- dora, en la ciudad de Roma, hizo santo Domingo por m e -
g a r á á talos súplioas, q u é cosa hay imposible ni diíiciiltosa dio de! l osarlo una Magdalena penitente, ó una santa Ca-
á lal intercesión ? Por el rosario los ciegos reciben vista, talina, que este era su nombre: y merece este renombre
ios sordos oidos, los mudos lengua, los mancos manos, la que mereció ser regalada de Dios con visitas y revela-
los cojos pies, los desconsolados consuelo, los necesi- ciones celestiales, con admiración del mismo santo D o -
tados socorro, las estériles hijos, los enfermos salud mingo, que no acababa de engrandecer la misericordia de
y los miu-i tos vida. ¿ Q u é milagros no hizo santo Do- Dios, que saca los pobres del estiércol, como dice David,
mingo por medio del rosario en España, Italia y Fran- liara colocarlos entre los príncipes de su reino, y habia
cia? ¿ Q u e maravillas no han hecho sus hijos en todo el llenado de tanta gracia y santidad aquel corazón que es-
mundo donde han introducido esta devoción? ¿ Q u é p r o - taba llono de inmundicias y abominaciones. ¿ Cuántos, que
digios no obró en el Oriente el apóstol de las Indias san estaban desesperados de su salvación, han cobrado espe-
Francisco Javier con el rosario en sus manos, ó en las tío ranzas de vida eterna, rezando el rosario? ¿Cuántos, que
los niños inocentes que enviaba á curar endemoniados, á toda priesa caminaban por el camino de la perdición,
sanar enfermos y resucitar muertos? Muchas son las ba- han lomado el camino derecho por medio de esta devo-
tallas que se han conseguido con las armas del rosario: y ción? ¿Cuántos se han librado por el rosario de males
fuera de la batalla naval deque hablamos á u l e s ; es muy temporales y eternos? Para muchos pecadores ha sido
iiuslre la que ganó León I V , afío de 8 S i , de los enemigos • principio de su felicidad eterna el haber perseverado m u -
de Cristo: porque, viniendo á liorna un ejército de moros cho tiempo en la devoción del Rosario; y así reveló la
y hárbaros, amenazando fuego y sangre, ruinas, impieda- Virgen al beato Alano de Rupc, según el mismo lo escribe,
des y sacrilegios, á aquella santa ciudad; el santísimo que es señal probable de reprobación tener horror, tedio y
ponlifice, que no era menos valeroso para la ocasión de la descuido de rezar el Ave María ; y al contrario, ser devoto
guerra, que prudente en el tiempo de la paz, hizo gente, y cuidadoso de rozar esta salutación, es señal probable do
y mudando el oQcio de Aaron en el de Moisés, ó juntando predestinación.
en uno el cargo de sumo sacerdote y capitán general, Considerando, pues, los diversos favores y mercedes
¡u üudilió á los soldados hasta el puerto de Ostia, donde que Dios hace por medio del santo rosario, podemos decir
el ejército contrario habia desembarcado: mandóles á l o - que es la honda de David, con que derribó al gigante é
dos confesar y comulgar, é invocar á la Madre de Dios del hizo huir al ejército de los filisteos : el lazo, en que quedó
Ilosario, y quiso que por el camino llevasen en la una ma- suspenso Aman, y libre el pueblo de Dios, y de la muerle
no la lanza con que habían de pelear, y en la otra el r o - que le quería dar este poderoso enemigo ; y aquella c i n -
sario con que habian de vencer, hasta que, encontrándose ta que puso Rahab en la ventana para salvar su vida y
los dos ejércitos, el sanio pontíüce echó al de los cristianos de su familia, cuando entraron los israelitas á fuego y san-
'a bendición haciendo sobre ellos la seíial de la cruz, y gre en la ciudad de Jcricó. Las dos oraciones del Padre
los animó con gravísimas palabras á morir ó vencer: pues nuestro y Ave María , deque se componed rosario, c o m -
de niakuiiera manera voncian, ó á los enemigos, ganando paran algunos á lasdos alas de paloma que pedia David,
la vicloi ¡a , ó á la muerle, muriendo en la batalla por tan para volar y descansar, y á las dos alas do águila que le
justa causa. Luego dtóel ejército do los cristianos en el de fueron dadas á aquella mujer del Apocalipsi, que es el a l -
los iníielescon tal furia, que malaron la mayor parlo de ma sania para volar al desierto , huyendo del dragón i n -
ellos, y los demás huyeron á sus navios, llenos de lemor y fernal : y dicen que son las mejores armas que penden
espanto, buscando la seguridad en la fuga, y dejando á de la torre de David , que es Alaría santísima y la Iglesia
los crislianos muchos cautivos y despojos, con una insigne santa, con que se han de armar los fuertes para d c í e n d e r -
victoria, debida mas á la oración, que al valor, y conse- se y ofender á los enemigos ; y que de estas dos oracio-
guida mas con el rosario de la Virgen, que con las armas nes juntas, como de dos lados grandes, se forma to escala
de los soldados. Recibió sanio Domingo el rosario de mano mística que vio Jacob en sueños , que llegaba desde la
de la Virgen para destruir la herejía de los albigenses: tierra al cielo, por donde subían ángeles y bajaban, de lo
porque como una d é l a s herejías de eslos blasfemos here- cual reconoció el santo patriarca , que estaba allí la casa
jes era poner su lengua sacrilega en la pureza de María deDiosyla puerta del cielo. Este rosario se compone de las
santísima, quiso el Señor oponer alabanzas de su Madre á rosas y flores de que gusta María santísima ; y esto basta
las injurias de su Madre, y por medio de su rosario, que para aficionarnos á su devoción. A algunos devotas suyos,
aconsejó santo Domingo rezasen los capitanes y soldados que ponían á sus imágenes coronas de flores, revotó María
del ejército católico, que gobernaba Simón de Monfortc. santísima que gustaba mas de coronas compuestas de sus
siendo solo de ochocientos caballos y m i l infantes, alcanzó salutaciones ; y en demostración de esto ha sido vista tal
«na insigne victoria del ejército de los albigenses, que vez coger de la bocado sus devotos , mientras rezaban el
constaba de cien m i l hombres de pelea, muriendo muchos rosario, rosas en lugar de Ave Marías, y azucenas, en l u -
millares de los enemigos de María, y solos siete ú ocho de gar de las oraciones del Padre nuestro , y formando una
los católicos, que tbfendian su pureza y estaban debajo de guirnalda de aquellas flores misteriosas, coronarse con
su patrocinio. ella. Otros devotos ,del rosario han sido coronados coa
¿ Q u é diré de las victorias espirilualos que han conse- guirnaldas de semejantes rosas y azucenas , mientras
guido los devotos de María santísima, de los demonios y le rezaban con devoción. María se compara en el Ecle-
de los vicios, por medio del rosario ? Muchos sdh los que siástico á las rosas de J e r i c ó , ;quo , s e g ú n dice A l -
por medio de esta devoción han salido de sus culpas, y se berto Magno , tienen ciento y cincuenta hojas ; y el r o -
han desnudado de los vicios y malas costumbres que se sario se compone de otras tantas rosas , que se ofre-
habian convertido en naturaleza. De una Magdalena peca- cen en oloroso sacrificio á la rosa de J e r i c ó , que es la r e i -
Ui LA LEY EN DA DE ORO. DÍA m
na ó la diosa de las flores. Eslas son las rosas y flores que del divino oráculo ; porque ya ella y su marido eran v i e -
pide María en los cantares cuando dice : «Cercadme de jos y no podían creer que habia de ser mas madre : pero
flores ; porque esfoy enferma de amor : » con eslas flores Montano le cerlilicó que tendría aquel h i j o , y q u ¿ le c r í a -
se alivia su enfermedad y se satisface su amor. Eslas son i ia á sus pechos, y que cuando le desleíase , lavaría con
las flores que dice María en el eclesiástico : « Mis flores su leche los ojos del mismo Montano , que estaba ciego y
son fruto de honra y honestidad. » ¿ Q u é cosa ele mayor le reslilniria la vista. Todo secumplió como el santo varón
honra, que coronarnos con las flores de María? ¿ Q u é co- le dijo : porque Cilinia recibió y parió á Remigio ; y Mon-
sa mas honesta, que c o r o n a r á María con tales flores? T o - tano cobró la vista con la leche de su madre. Luego so
do lo es el rosario, corona de María y corona nuestra. De conoció que Hemigio era escogido de Dios para grandes
estas rosas, que nunca se marchitan, nos hemos de coro- cosas; porque era muy apacible , muy obediente , muy
nar ; nó de aquellas que se coronan los necios del lihro do devoto, é inclinado á todas las cosas de piedad y de l e -
la Sabiduría, con temor de que se marchiten. A María vió tras , las cuales esludió con mucho cuidado : y para huir
san Juan coronada de estrellas : y mas estima María ser los peligros y ocasiones de la jnvenlud, se e n c e i r ó en un
coronada de rosas y azucenas , de que se compone el ro- lugar solitario, donde vivió hasla la edad de veinte y dos
sario, que ;!e las eslrellas del cielo. Si quieres, pues, co- años, con tan grande fama de santidad, que, siendo nmer-
ronar á María con una corona de su buen gusto, no husfjUL'S lo Renandio, ai zobispo de Rbeims, todo el pueblo con un
diamantes, ni piedras preciosas , ni eches menos las es- mismo ánimo y una voz , lo eligieron por su pielado. V
lrellas para labrarle una corona digna de su grandeza : como él se escusase por su mucha insuliciencia y poca
sino rézala todos los dias su rosario ó corona con m u - edad, Dios nueslro Señor envió un resplandor del cielo
c'ia devoción , meditando juntamente los misterios del sobre síí cabeza, patente y visible, é infundió maravilloso
rosario , gozándote de los privilegios de María , para (pie licor sobre ella, de manera que él y todo el pueblo eulen-
a c o m p a ñ e la consideración á la voz , y no esté lejos el dió que aquella era la vohmlad de Dios, á la cual nodebia
entendimienlo de la lengua ; porque así le coronará Ma- repugnar.
ría de favores en esta vida, y te alcanzará una corona de
Aceptó Remigioaquella dignidad, y fué consagrado arzo-
gloria en el cielo, adonde nos lleve el SeDor á lodos por
bispo ; y luego comenzó á mostrarlas virludes con que le
ta intercesión de su Madre. Amen.
habia adornado el que para tan alio lugar le habia escogi-
Escriben del rosario de nuestra Señora el beato Alano do. Era muy limosnero, vigilante, devoto y perfecto en t o -
de Rupe ; Er. Juan Andrés Coppestein ; Fr. Andrés (¡ian- da virtud : era su conversación mas del cíelo que de la
neli ; Fr. Juan López, obispo de Crotón ; Fr. Juan de Sa- tierra : sus palabras encendidas en amor de Dios : el ros-
gnsti/iual, y F r . Francisco Mejía, de la orden de Santo Do- tro sereno, grave y tan agradable, que solo el mirarle po-
mingo ; el padre Gaspar Aslele , de la Compañía , y otros nía devoción por la santidad que en él resplandecía. Tenia
autores, por la mayor parte de la úrden de Santo Domingo. gran fuerza en sus palabras ; porque todo lo que predica-
Oíros muchos escriben tratados del Ave María. ba á los otros, primero lo cumplía en sí. Era leu ible para
SAN REMIGIO , ARZOBISPO V CONFESOR.—La vida del g l o - con los soberbios , y manso para con los humildes. Huía
rioso san Remigio , arzobispo de Rbeims , predicador y d é l a ociosidad : aborrecía el deleite i apetecía el trabajo;
apóstol de los francos sacada de llincmaro, arzobispo asi- y amaba el'ser menospreciado. Era impaciente cuando le
mismo de Rbeims, y de Fortunato , que la escribieron es honraban, y pobre de dinero y rico de virludes : particu-
de esla manera. Fué san^Remigio hijo de muy nobles y larmente reprendía en sus sermones el vicio de la desho-
ricos padres, y muy dados á todas las obras de virtud y nestidad, y aconsejaba que ninguno tuviese por fea á su
caridad. Su padre se llamó Emilio y su madre Cilinia-. propia mujer , ni por hermosa á la extraña. Visitaba sn
Ysíin ya viejos y sin esperanza de tener mas hijos. Esta- arzobispado con gran cuidado por sí mismo, no cometien-
ban las cosas del reino de Francia muy turbadas con las do este oficio á tercera persona. Finalmente, era tan per-
g ü e ñ as, y muy perdidas en las costumbres, especialmen- fecto, y tan consumado en todas las virtudes de sn alma,
te las de los eclesiásticos , que son el corazón y como el y tan solicito y cuidadoso pastor en aparentar y curar la's
pulso de toda la república. Castigaba Dios nuestro Señor dolencias de sus ovejas, que mas parecía ángel venido del
ícomo suelej aquel reino por sus pecados. Habia en él un cielo que hombre mortal. A mas de la santa vida con que
santo varón , llamado Montano , de muy perfecta y peni- resplandecía en el mundo , Dios le esclareció con muchos
tente vida , que vivía encerrado en un desierto apartado, y grandes milagros. Echó del cuerpo un demonio que afli-
y era muy regalado y visitado del Señor por sus grandes gia un pobre hombre y restituyó la vista que le habia
merecimientos , y por las oraciones que continuamente quitado : libró á otra doncella también endemoniada : la
hacia, suplicándole que se apiadase de aquel reino , y se cual, habiendo sido llevada al glorioso patriarca san Be-
contentase con las calamidades y miserias que habia pa- nito para que la sanase, él por su humildad le envió con
decido. Estando una noche Montano en su oración pidien- una carta suya á san Remigio, que no quedó poco confu-
do al Señor con muchas lágrimas su misericordia , le fué so : y teniéndose por indigno y no queriendo hacer ora-
revelado que Dios habia oido su oración , y que Cilinia ción por ella ; fué tan grande la distancia que lodo el pue-
concebiría y parirla un hijo que se llamaria Remigio , el blo le hizo y tantas las l á g r i m a s q u e los padres de la don-
cual seria remediador y reparador de todo aquel reino. cella derramaron , que vencieron al santo prelado : y él
Quedó consolado Montano con esta revelación de Dios: mandó al demonio que saliese de aquella doncella ; y el
avisó de ello á Cilinia : díjola qne parirla un hijo ; cuyo demoniíTobedeció. Poco después m u r i ó ; y san Remigio la
nombre seria Remigio t que hiciese gracias á Dios por él, resucitó, dando vida á la difunta que antes con su oración
y le criase con gran cuinado , como hijo dado de su mano había librado del poder de Satanás. Habiendo falta de v i -
para bien de lodos aquellos pueblos. Dudó miu'ho Cilinia no para la gente que llevaba consigo , la suplió el Señor
DÍA i . 0CTÜB1ÍE. •J / i 145
por las oraciones de san Remigio , y las cubas que antes vor á Jesuci isto, prometiéndole de hacerse cristiano si le
estaban vacias, se bailaron llenas. Pegóse fuego una vez daba victoria contra sus enemigos. En prometiendo esto,
en la ciudad de Rbeims , y creció lanío el incendio que los alemanes volvieron las espaldas y huyeron , y muerto
quemó la tercera parle de la ciudad, y el resto estaba en su rey en la batalla, se sujetaron á Clodoveo, y con esta
tan grande peligro, que no habia esperanza alguna de re- victoria alcanzó el rey otra mayor de sí mismo y del d e -
medio. Dieron aviso del daño y fuego á san Remigio, y él monio : porque se determinó á hacerse cristiano, y atrajo
luego se entró á liacer oración en la iglesia de San N i - con sus palabras y ejemplo á los principes de su reino,
cacio, obispo que babia sido de Uheims. Acabada la ora- para que lo fuesen. l£nvió la reina Clotilde á llamar á san
ción , se levantó , y mirando al cielo , dió un suspiro , y Remigio para que enseñase é instruyese al r e y ; y él fué:
dijo : Dios mió , dad eücacia á mis palabras : y fué á la y estando una noche el rey y la reina, y algunos de sus
parte donde las llamas del fuego eran mas poderosas, y privados y clérigos, en un oratorio del príncipe de los após-
haciendo la señal de la cruz , luego el fuego comenzó á toles san Pedro , oyendo las palabras que san Remigio les
recogerse y retraerse , y como á huir de la presencia del decia (que en su tiempo fué varón e l o c u e n t í s i m o ) , vino
santo, y él iba siempre siguiendo al fuego basta que reco- de repente una luz del cielo tan copiosa y esclarecida, que
gido (como en un globo) se retrajo á una puerta de t i ciu- vencia á la claridad del s o l , y oyóse una voz que dijo :
dad, y salió por ella, con grande admiración y bacimien- Pax vobis : ego sum : nolile l i m e n ; manele m dilecdon
to de gracias de lodo el pueblo. mea: l a paz sea con vosotros : yo soy ! no t e m á i s ; per-
Supo por divina revelación que habia de venir una severad en m i dilección; y tras la voz se siguió un olor
grande hambre en toda I-rancia : y , como otro José, j u n - del cielo suavísimo. Con esta visión despavoridos y asom-
tó mucho trigo en una alquería para proveer í arjudln brados los reyes y los circunstantes, se echaron á los piés
necesidad. Pareció á algunos hombres ociosos y perversos de san Remigio, y él los consoló, y declaró que es propio
que esta caridad del santo era codicia , y que se queria de Dios nuestro Señor en el principio de su visitación es-
hacer tratante para ganar y atesorar ¡ é insligados del pantar; y consolar y regalaren el l i n . Enseñóles lo que
demónio, pusieron fuego á los granos. Hallóse á la sazón hablan de hacer; y lleno de espíritu profético les anunció
no léjos de allí san Remigio : fuéronle á decir lo que pa- todo lo que les habia de suceder á ellos, y á sus descen-
saba ; y él se partió luego para ver si se podia remediar dientes : la felicidad que habian de alcanzar: como ha-
aquel dafio ; cuando llegó, ya el fuego estaba apoderado bían de dilatar y gobernar su reino : las victorias que ten-
de lodo ; y él con grande paz (porque hacia grande frió y drían de sus enemigos : el servicio que habian de hacer á
por su mucha edad estaba helado) se llegó al fuego y se la Iglesia romana ; y que no les faltarla esta felicidad,
comenzó á calentar, sin mostrar en su rostro enojo ni ira hasta que ellos faltasen del camino derecho y cierto del
alguna. Después con gran serenidad dijo : Dios tendrá temor de Dios, y dejasen la justicia, el culto divino, el fa-
cuidado de castigar á los que han quemado este trigo vor y amparo de la Iglesia, y la disciplina eclesiástica;
por la falta que ha de hacer á los pobres j y fué a s í , que porque los reinos se conservan con la religión y justicia, y
los que pegaron fuego al trigo quedaron quebrados ; y to- se pierden con la injusticia é impiedad. Después bautizó
dos sus descendientes varones padecieron la misma enfer- al r e y ; y bré cosa milagrosa que, faltando el crisma (por-
medad , y las mujeres tenían unas paperas y las gargan- que el que lo traia por la mucha gente no pudo entrar),
tas indiadas. Hincmaro, arzobispo de Rbeims, que ya ha san Remigio, alzando los ojos y las manos al cielo, suplicó
ochocientos años que escribió esta historia, afirma haber con muchas lágrimas al Señor que proveyese aquella ne-
visto algunos de esle linajeáquienes habia caidolamahli- cesidad ; y viósc luego venir una paloma mas blanca que
cion de san Remigio y la sentencia rigurosa del cielo. No la nieve, quo traia en el pico una redoma llena de crisma
solo esta vez castigó Dios á los que, ó no quisieron conce- celestial: la cual puso en las manos á san Remigio , y
der , ó pretendieron quitarla hacienda que para sustento desapareció, dejando en todo el templo una fragancia tan
de los pobres ó de los ministros de la Iglesia allegaba san divina, que ningún olro olor de la tierra se le podia com-
Remigio, sino otras muchas, quitándoles los bienes que parar. Con este milagro se confirmó mas el rey , y entró
ya poseían, ó haciendo sus tierras estériles , para que no en la pila del bautismo; y estando en ella, le dijo san Re-
diesen fruto, ni ellos le cogiesen de sus trabajos. Otros in- migio estas palabras: Milis depone collar, Sicamber i Clo-
numerables milagros hizo esle santísimo ponlífice ; pero doveo, manso ya y humilde, baja el cuello al yugo del
el mayor de todos y mas provechoso , fué la conversión Señor : adora al que hasta aquí has perseguido ; y persi-
del rey Clodoveo y del reino de Francia al conocimiento gue á los dioses que has adorado. Y con esto le bautizó, y
de Jesucristo naostro Salvador : lo cual sucedió de esta le dió por nombre Luis, que fué el I de esle nombre, y el
manera. que dió principio á los cristianísimos reyes de Francia; y
fué instruido y enseñado por san Remigio, maestro, p r e -
Reinaba á la sazón en Francia Clodoveo, que era gentil dicador, y apóstol de los francos, y de ellos fué reveren-
y estaba casado con Clotilde , que era de la casa de Bor- ciado y obedecido, como hombre venido del cielo ¡ y el
gofia, y cristiana y muy temerosa de Dios, y como tal pro- rey, y los grandes de su reino, le dieron grandes he-
curaba persuadir al rey su marido, que dejase la idolatría redamientos y posesiones, que él repartió á su Iglesia de
y conociese por verdadero Dios á Jesucristo nuestro Re- Rbeims, y á otras muchas que edificó y puso en ellas obis-
dentor. No púdola reina salir con su inlento, hasta queuna pos. Y san Dormisdas, papa, le escribió, y le hizo legado
gi'an necesidad ablandó y rindió el corazón de Clodoveo : suyo en lodo el reino de Francia , para que con su autori-
pwque, haciendo guerra á los alemanes y suevos, y ha- dad ordenase y dispusiese las cosas eclesiásticas de aquel
llándose muy apretado y en peligro de perderse, sin espe- reino como mejor le pareciese. Con esta tan grande y apos-
ranza alguna de remedio; amonestado del duque de O í - tólica autoridad, y con el favor del rey Luis, y con el res-
h'ens, su consejero (que era cristiano), pidió socorro y fa-

TOMO n r . 19
UG L A L E Y B N DA DE OKO. DÍA f.
pelo que los grandes seflores del reino de Friincia le te- ' SA.\ DOMNIXO, MÁKTIR.—Kra osle santo natural de T c -
nían, pudo san Remigio hacer lautos y tan grandes bienes, salónfca, profesaba la religión cristiana y estaba dotado
como hizí) en aquel reino, que fueron innumerables. Kl le de un gran fondo de piedad. Imperando Maximiano pasó
sustentó con sus oraciones: él le alumbró con su doclrina: á la ciudad de Tesalónica, y habiendo sido conducido el
él le inflamó y reformó con sus virtudes y ejemplo : él le santo á su presencia, m a n d ó l e que diese culto á los ¡do-
espantó con sus milagros : él dió forma á sus sucesores y los, á lo que se denegó Domnino y confesó libremente á
prelados, de cómo babian de vivir, y gobernar y apacen- Jesucristo. En vista de esto, m a n d ó el emperador fuese
tar | l ganado del Señor : el cual, para perfeccionar mas primero azotado con varas, luego le rompieron los brazos
y aliñar á san Remigio, estando ya muy viejo, le quitó la y las piernas , y lo llevaron fuera de la ciudad abando-
vista corporal: aumjue después se la restituyó : y el santo nándolo á un lugar inmundo. Siete dias permaneció sin
en el tiempo que estuvo ciego, llevó con gran paciencia y comer ni beber, al cabo de los cuales entregó su alma á
alegría -aquel trabajo , alabando como otro Tobías al Se- Dios.
ñ o r ; y ejercitando tanto mas los interiores de su alma, Los SANTOS VEIUSIMO, MÁXIMA Y J L U A , MÍUTIKES.—Eran
cuanto menos podía ejercitar los esteriores del cuerpo. F i - de Lisboa, en Forlugal, y las dos santas eran hermanas.
nalmente , habiendo corrido gloriosamente su carrera, y Ksluvieron unidos los tres mas por los vínculos de la c a r i -
siendo ya de noventa y seis anos, entendiendo que se l l e - dad, que por los de la sangre, y padecieron juntos el
gaba la hora dichosa en que htibia de ser desatado de las martirio, con ánimo alegre y rostro sereno, en tiempo del
prisiones du esta dura c á r c e l , armándose para la jornada cmpci-ador Diocleciano, según el cardenal HaroniOj.-y se-
con las armas de los santos sacramentos, y despidiéndose gún Galesinio, reinando el emperador Antonino.
amorosamente de todos sus hijos, habiendo gobernado SAN RABÓN, ANACORETA Y CONFESOR.—Mació de noble f a -
santísimamente su Iglesia setenta y cuatro años, dio su a l - milia en el territorio de Liego. En sus primeros años llovó
ma al Sefior á los 19 de enero del año de íiiS , con gran una vida bastante desarreglada; pero la muerte de su es-
senlimiento y llanto de lodo el reino de Francia, que per- posa le dio logar para reflexionar sobre las vanidades é
dió lan buen padre, maestro y pastor. La santa Iglesia ce- inconstancia del mundo, y so convirtió á Dios de todo co-
lebra la fiesta de san Remigio en el primero de octubre, razón. Distribuyó á los pobres cuanto poseia, y se retiró
que fué el de su traslación, en la cual, á mas de los otros á un monasterio en Cante, donde se entregó á las mas á s -
milagros que obró el Sefior, sucedió «no muy notable. pera austeridades de la penilencin, para que sus pasados
Queriéndose trasladar de la iglesia de San Cristóbal, d o n - ( avíos fuesen dignos de la misericordia del Señor. A l -
de estaba , á otro lugar mas decente y magnífico, nunca gún tiempo después se retiró á bacer vida eremítica, y
le pudieron mover; y viniendo la noche , y estando el lijó su residencia en el tronco de un grande árbol que
clero y el pueblo con las velas encendidas , cantando estaba buceo. No comia mas que yerbas silvestres y be-
himnos y alabanzas al santo, á la media noche, sobre- bia solo agua. Habiendo vuelto á su monasterio, se cons-
•vino un sueño tan estraño á lodos, que quedaron dor- t r u y ó una celdila en un bosque vecino, se encerró en ella
ínidos. Cuando despertaron , hallaron el cuerpo de ocupándose lan solo do las cosas celestiales, y murió allí
san Remigio colocado por manos" de ángeles detrás del santa y dichosamente, á mediados del siglo V I I , asistido
altar, en aquel mismo lugar donde ellos habían pretendi- en sus últimos momentos por san Amando, obispo de
<lo, y no habían podido trasladarle: y juntamente sintie- Ulrech, san Floriberto, abad del monasterio de Gante , y
ron sun olor suavísimo y propio del cielo , que salia de muchos oli os mongos. El cuerpo de san líabon fué enter-
aquel cuerpo santo; y entendieron cuán inestimable co- rado en la abadía donde habia vivido, y después colocado
rona de gloria tenia en el cielo , el que así era de Dios en la Iglesia que se erigió en Gante en su honor.
honrado en la tierra, y la devoción y afecto con que de-
SAN FIATON, MÁRTIR.—Natural de Italia, y presbítero de
bían venerar é imitar este glorioso prelado. Creció tanto
la Iglesia de Roma, fué desde esta ciudad á las Gallas pa-
« • los de la ciudad de Rheims aquella devoción, que s u -
ra predicar el Evangelio. Habiendo penetrado en la Ga-
cediendo después una cruelísima pestilencia que destruyó
lla Rélgica , convirtió al cristianismo lodo el lorritoriode
á Italia y al reino de Francia, los naturales de Rheims
Tornay, y recibió la corona del martirio por los años de
acudieron á su patrón «aa Remigio: y tomando una r e l i -
286, reinando el emperador Maximiano Hércules. Su mar-
quia de su sepulcro, la llevaron en procesión por toda la
tirio consistió en clavarle en todo su cuerpo gruesos c l a -
ciudad, y por las casas particulares de ella, hasta salir
vos, de los que se servían los romanos para clavaren las
fuera de las puertas: y fué cosa maravillosa, que vinien-
vigas que querían juntar.
do después la peslilencia, no entró en la ciudad, ni pasó
los límites de donde había llegado la procesión con la r e - SAN A RETAS Y sus COMPAÑEROS, MÁRTIRES.—Este santo
liquia de san Remigio. Dénos el Señor gracia por su i n - d e r r a m ó su sangre por la fé de Jesucristo en Roma, en el
tercesión para que de tal manera le imitemos, que merez- reinado del emperador Antonino. Con él fueron degolla-
camos ser particioneros de su bienavcjituranza. De san dos por la misma causa otros quinientos y cuatro cristia-
Remigio, á mas de los Martirologios romano, de Reda, nos, cuya memoria celebra hoy la Iglesia.
Usuardo y Adon, escribieron su vida Fortunato é Hítiema- Los SANTOS PRISCO, CRESCENTE Y EVAGRIO, MÁRTIRES.—
r o ; y hacen mención Gregorio Turoncnsc, De gest.franc, Murieron degollados por los paganos en la ciudad de To-
lib.u,cap. 315 y Sidonio Apolinar, Ub. i\,e.pisi. 7; Sigi- mis, en el Fonlo, durante los primeros siglos del cristia-
berlo, De v i r . illust. cap. 1 2 » , Tritemio , De scriptor. ec- nismo. Sus reliquias fueron después trasladadas á Espa-
desiasl., etdevir.iUusl., saneli Senedicú, Ubi n , cap. :]2,et ña, y se veneran en la diócesis de Segovia, en un pueblo
lib. i v , mp. 198; y el cardenal Baronio en las anotaciones llamado Cuellar.
dolMarJirologio, y en el sexto y séptimo tomo de sus Anales. SAN SEVERO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Fué natural de
Ilalia y floreció en el siglo V. San (irogorio dice que fué
DIA 2. OGTUBlli:. 147

vaion prubiido en l<i virliid y santidad, y que por su me- degario quién le bacía el m a l : pero habiendo apren"
diacion se vieron cu la tierra grandes milagros. Su sa- dido de su maestro Jesús á hacer bien á sus enemi-
grado nierpo se venera en la ciudad de Orvieto, d igno- gos y volver bien por mal, los convidó á todos y al mismo
ramos donde acabó sn dicliosa vida. rey con ellos, para que el dia santo de la Pascua le cele-
S\\ A \ A \ Í \ S , coxtESOR.—Fué uno de los discípulos de brasen con él en su ciudad eduense, (pie era donde tenia
nueslro Señor Jesucristo, y de los mas recomendables por su silla ponlillcal. Admitió el rey el convite, y vino con t o -
su caridad. dos los traidores enemigos del sanio obispo, á quien dieron
aviso como el rey tenia dispuesto darle aquelle noche cruel
muerte.
DIA 2.
No se turbó por esto el ánimo de Leodegario; ánleí: con
EL SANTO ÁMÍKL DE I A (IUARUA.—Hemos colocado su mucha paz y sosiego admitió al rey, celebró su misa y le
festividad en el dia hf de marzo, por celebrarse en tal dia dió la comunión como Cristo hizo á Judas. Pero acabados
en la mayor parle de las Iglesias. los oficios, sabiendo que la ira del poderoso, mal informa-
ÍS\.N LEODEOAlllO, OBJSI'O, Y SAN GEIUNO, IlElíMANOS, MÁR- do, se vence mejor con la ausencia que con súplicas ni
Tiiycs.—Fué Loodegario de la sangre real de Francia : p o r ruegos, se fué ai monasterio mismo donde estaba Ebroíno,
lo cual, fallando sus nobilísimos padres, le dejaron en po- y allí le servia á él y á todos los monges con rara h u m i l -
der del rey Clotario, el cual le recibió , como si fuera hijo dad y alegría de ánimo. A pocos dias murió el rey Childe-
suyo, y le dió al obispo pictaviense, tio suyo, para que le rico, en pago de su depravada intención; y los eduenses,
enseñase todas las arles y buenas letras: en que salió tan viendo que reinaba Teodorico su bernnno, fueron todos al
diestro y docto, como virtuoso, que era lo que mas esli- monasterio por su santo obispo, pidiéndole con muchas l á -
maba el santo obispo Didou, su l i o : por lo cual le ordenó grimas no los desamparase, siquiera que no se perdiesen:
de sacerdote, y dió la dignidad de arcediano de su I g l e - á cuyos ruegos se llegó el mandarle el abad volviese á go-
sia, descando le sucediese en el obispado, por ver cuánto bernar y dar pasto á sus ovejas, con que hubo deobedeccr; y
lo merecian sus virtudes y lelras, y sobre todo la pureza fué recibido en su ciudad con loda honra y universal mues-
de la castidad en que compelía y emulaba á los mismos tra de alegría y regocijo. E b r o í n o , que supo que reinaba
á n g e l e s : ai íin, siendo tan grande su nobleza, era muebo Teodorico, apostató al instante, dejando el santo hábito que
mas gl ande su virtud con que obligaba á poner en él los indignamenle veslia, y se fué á la córte. Uecibióte el rey
ojos para dignidades alias. Gobernó seis arios el monaste- con todo carino, y diólc los mayores cargos de su corona,
rio de San ¡Haxencio, siendo su abad. Murió (llolario, y y sobre todo su privanza. Soberbio con ella Kbrofno, lodo
sucedióle en el reino su hijo Clolarro: el cual, recono- su anhelo era no cuidar de la paz y quietud del reino, sino
ciendo ser muy nifio, consejo y ruegos de, muchos p n i i - Solo de quitar la vida al santo obispo. Lo primero que hizo
Clpefi y obispos, liajo á su palacio á Leodegario, para que fué enviar soldados que lo prendiesen. Estaba predicando
eonsu discreción, virtud y prudencia grande, gobernase á su pueblo, y conociendo querían defenderle, les pidió no
el reino UKIO. Acjiii, sobresalijm lauto sus virlndes, que el hiciesen t a i ; y as( en su hábito ponlilical, acompañado do
reino,.coijlenlo con l»;djei le dailo tanto honor, le hizo obis- iuliniías lágrimas de los suyos, salió á recibir los soldados,
po anguslodunense. A los diez nfios de su obispado, murió los cuales le prendieron con furor y rabia; y si no le qui-
Clotario: y el santo obispo Leodegario , p o r volunlad de taron la vida, fué porque no tenían órden para ello ; pero
Dios y parecer de lodos los príncipes que le asistían, dió le sacaron los ojos, pareciéndolos que en esto lisonjeaban
el reino á Childerico, hmnano de Clotario. Pero como en al traidor y apóstata Ebroíno; y nsf ciego lo dejaron preso
semejantes casos no lodos consiguen su guslo, Ebroíno en una a b a d í a .
quedó disgustado, y procuró (pie Teodorico, hermano Pasados dos años, hizo Ebroíno que le trajesen á palacio
lambien d e l rey Childerico, reinase; porque esle solo al santo obispo Leodegario y á su hermano Gerino, á quien
amigo había conservado en el tiempo que habia sido ma- con otros mucltos lenia desterrado y preso: y como q u i -
yordomo mayor de la casa del rey Clotario , habiéndose siese burlarse de ellos en presencia del rey, los dos glo-
hecho á todos odioso por su soberbia vana. riosos santos hermanos respondieron á sus b á r b a r a s é i n -
Bien claro se ve que Ebroíno no miraba la conveniencia decentes pregunlas con gran modestia y humildad; de lo
del reino, sino la suya propia ¡ pero por el mismo easo fué cual enfurecido el traidor apóstala, mandó que á Gerino
su parecer de lodos menospreciado: y asi él, consideran- lo apedreasen , lo cual se ejeeuló, y murió mártir glorioso
do cuan abatido habia de verse habiéndose hecho á lodos como otro san E s l é b a n , pidiendo perdón por sus enemi-
odioso y al mismo rey, que no habia (pierido adniilir, se gos ; y que á su hermano Leodegario le trajesen todo el dia
fué al monasterio luxavic:ise, y allí se ocultó en hábito descalzo, baciéndolo pasar, sin parar, por un rio que cor-
monacal. El rey, por evitar algún disturbio, puso á su ría sobre unas agudísimas piedras, para que fuese cruel-
hermano Teodorico en custodia decente y segura, y san mente herido y atormentado. Ejecutaron los verdugos la
Leodegario era único señor del rey y el reino: con ([tic rigurosa senlencia, y el invicto mártir de Jesucristo se
gozaba de tanta paz loda Francia, que bien se conocía paseaba y alabalw á Dios en lan gran tormenlo, de lo cual
obraba la mano poderosa de Dios por medio de su siervo avisaron á Ebroíno, y furioso, le hizo sacar la lengua y
Leodegario. No dormía la sierpe del abismo, envidiosa corlar los labios; y luego lo mandó poner en custodia,
siempro; y asi, pasado un año de tanta paz y quietuJ, co- para discurrir nuevos géneros de rigores ron que ator-
menzó á sembrar cizaña , conque en breve tiempo hizo mentarte. Pero el bendito santo no por eso perdió el hablar;
que todo el amor que el rey tenia al santísimo obispo Leo- ánles hablaba y predicaba al pueblo, sin lengua, lan bien
degario se convirtiese en odio mortal ; de suerte que lodo y mejor que cuando la tenia, y profetizó lo (pie había de
era maquinar trazas para darle la mucrle. líien supo Leo- suceder en el reino, y cómo y cuándo morirta el traidor
U8 LA LEYENDA DE ORO. DÍA 2.
líbroíno y oíros muchos : lo cual lodo se cumplió de la ma- no y después en su glorioso sepulcro, que ninguno llegó
nera que el sanio n)árl¡rlo dijo; porque, habiendo el rey, con molestia ó enfermedad alguna, que no volviese sano y
con su amigo Ehroíno, hecho un concilio, en él sucedió bueno á su casa, [.a vida y martirio de este ínclito obispo
que uno de aquellos que se hablan atrevido á poner sus y mártir y de su bendito hermano Gerino, escribieron I l c -
sacrilegas manos en el sanio obispo Lcodegario, de allí fué da, Usuardo, Adon, Ursino, Surio, tom. v, eí í. ir, i n Vilo,
desterrado, y á pocos dias degollado : otro, á quien Ebroí- S. tlelmelandi; Adon Viennense, i » t7<ro>i?ds; Vincencio
no, agradecido por lo mismo, había dado el obispado del líelovaecnse, l i b . \ X I I I , cap. 124 el 1 2 ; i ; Tritemio, De viris
gloriosa sanio, convencido de un grave delito y azulado illust. ord. S. Bcned.,lib. « i , cap. 133, ct Hb. i \ , c a p . 131;
públicamente, se ahorcó. Molano, ÍH Indice SS. Belq.; Sigiberlo, í» C h m x i á s ; Pedro
Luego fué mandado traer Lcodegario: y para que no deNatalibus, i n Caihal. sanct., lib. i x , cfl^. 1 3 ; el M a r t i -
compareciese entre los obispos del concilio, fué mandado rologio romano; y Baionio en sus Anotaciones, y en el
detener fuera; pero estando fuera de é l , le preguntaron tomo vm de sus Anales, afib « 8 3 . numero 1 1 .
algunas cosas, á que respondió fielmente; y asimismo dijo * SA¡V ELEUTERIO, SOLDADO Y MÁIITUI.—Durante la perse-
cuándo y cómo habian de morir los dos; esto es, Ebroíno y cución del emperador Diocleciano murió martirizado esle
él mismo. Ebroíno entonces, viendo que Leodegario había santo con otros muchísimos compañeros. Según refiere el
profetizado púbiieameute su martirio glorioso, y la desas- cardenal Baronio, fué su martirio del modo siguiente. En
trada muerte de él con su condenación eterna; furioso so Nicomedia san Eleulerio, soldado y mi'irtir, con otros i n n u -
salió del concilio, y mandó á un soldado tuviese en custo- merables, los cuales falsamente acusados de haber puesto
dia al mártir glorioso. El soldado se lo llevó á su casa; y el fuego al palacio de Diocleciano, que habia sido quemado
santo obispo, padeciendo gran sed, pidió un poco de agua por órden del mismo cruel emperador, fueron martiriza-
á uno de la calle, el cual se la d i ó ; y al instante bajó del dos, unos degollándolos, otros quemándolos y otros s u -
ciclo una inmensa luz, que, á modo de corona, rodeó la mergiéndolos en el mar. Eleuterio, después de haber sido
cabeza del santo: á cuya vista se convirtió el que Ic daba atormentado atrozmente, y mostrándose cada vez mas
á beber, su familia toda y otros muchos de la calle que constante, alcanzó la victoria y la palma, acrisolado en el
vieron la luz y oyeron predicar al santo. Esta nueva lleva- fuego como el oro refinado, el año 303 de la era cris-
ron á Ebroíno infinitos que vieron bajar la luz del cielo y liana.
coronar su cabeza; pero el infiel apóstala, rabioso de envi- SANTO TOMÁS, OBISPO Y CONFESOII.—Descendiente de una
dia, envió cuatro verdugos que lo degollasen al instante: de las mas ilustres familias de Inglaterra, enlazada por
de los cuales tres se convirtieron á la fé de Jesucristo, pai entesco con las casas soberanas de Francia y do la
oyendo predicar al santo, y le pidieron p e r d ó n ; y el cuar- ü r a n Bretaña, fué Tomás el primogénito de ella y la en-
to, dicióndolo m i l oprobios, le degolló: y viendo al santo nobleció mas aun con sus esclarecidas virtudes. El joven
cuerpo inmóvil, después de haberle cortado la cabeza, íe Tomás aprendió las ciencias b;ijo la dirección de un tío
dió un puntapié y lo echó en tierra; pero al instante pagó suyo, obispo de Erfort; y después pasó á perfeccionar sus
el desacato, porque se apoderó de él el demonio, y furioso conocimientos en París, donde se hizo notable por su
lo arrojó al fuego, donde acabó su vida miserable, rabian- aprovechamiento y su piedad. Muy versado ya en el c o -
do y abrasado. nocimiento de la teología y del derecho civil y canónico,
Dos aiíos habian pasado del martirio del gloriosísimo abrazó el estado eclesiástico y fué nombrado canciller de
Leodegario, y por su intercesión hacia .nuestro Señor infi- la universidad de Oxford, y poco después gran canciller
nitos milagros, cuya noticia llegó á oídos del apóstata del reino de Inglaterí a. En el desempeño de su encargo
Ebroíno, o! cual, atormentado de envidia de oir publicar se mostró siempre justo, laborioso é incansable. Nada so
tantas glorias de su enemigo, envió un soldado adonde ha- hacia en palacio ni en las asambleas sin su voto y pare-
bía sido sepultado el cuerpo glorioso, para que se informa- cer, y era tan respetable su ilustrada prudencia, que todos
se de la verdad; llegó arrogante y soberbio el soldado, le buscaban como un oráculo infalible. Ei papa Gregorio X
como quien lo enviaba pudiera; y dando con el pié á la le mandó ir al concilio de Lyon, celebrado el año 1 2 T i , y
tumba, dijo : Muera quien dijere y creyere que un niuerlo un año después fué canónicamente elegido arzobispo de
puede hacer milagros. ¡O maravilla de Dios siempre Erfort y consagrado en la catedral de Canlorbery. Desde
grande ! A l instante fué aquel mal hombre arrebatado del entonces trató solamente de adquirir todas las prendas
demonio, y murió allí mismo de repente y desdichada- pastorales, y llegó á ser un prelado perfecto. Todo el tiem-
mente; con que con lo mismo : que
mtr. quiso
ntilcui (por
! nnr liüfmipnr a
lisonjear á po que le dejaban libre los deberes de s u ministerio lo de-
su seílor), vituperar al santo obispo y glorioso m á r t i r ; con dicaba al retiro, al estudio y á la oración, y aunque su
esto mismo, á vista de prodigio tanto, le ensalzó y g l o r i - complexión era débil y enfermiza, no dejaba de castigar
ficó mas. La nueva de tan estupendo caso llegó al instante su cuerpo con ásperas penitencias. Su caridad era sin l í -
á oidos del apóstata Ebroíno; y rabiando de envidia, cuan- mites y se extendía á todas las necesidades espirituales y
do solicitaba oscurecer la gloria de tan gran santo, murió temporales de sus diocesanos, que él llamaba sus herma-
al golpe de una espada en el mismo dia y de la misma nos. El séptimo año de su pontificado vióse obligado á ha-
suerte que lo habia profetizado el bendito mártir Leodega- cer un viaje á Boma para negocios importantes de la Igle-
rio. Así se cumplieron del gloriosísimo obispo las profe- sia de Inglaterra, y hallándose ya de vuelta , tuvo que
cías, y así vengó Dios su gloriosa muerte , la cual fué á quedarse en Monle-Fiasconc, en Toscana, acometido p ó r
ios 2 dias del mes de octubre, por los años del Señor una enfermedad grave que le condujo al sepulcro el dia 2;»
de 685. Después fué trasladado su cuerpo glorioso al lugar de agosto del año 1282, después de haberse preparado
y monasterio de San Maxencio, donde habia sido abad, para la muerte con actos de la mas edificante piedad. Su
haciendo tantos y tan innumerables milagros por el cami- sagrado cuerpo fué después trasladado á Erfort y colocado
MIA i . OGTüBRE. U9
iKiiiorilifiinuMilo m PII caloilnil, y el ilia 2 á é OcUibro dol des de Irlanda en las ciencias y en la virtud. Como los dos
-•iñu 1310, á vislü di; los milagros que había obrado, el s u - tenían un mismo nombre, les distinguían con el color de
mo [jonlfííce Juan XXH colocó solcinnemcnte á Tomás on sus cabellos , llamando al uno Evaldo el negro , y al otro
t'l catálogo de los sanios. Evaldo el blanco. Poco tiempo después de haber llegado
SVN SVTUIUO, coxFGsou—Este sanio fué espafiol , y v i - los dos santos al pais que habían escogido para teatro de
vió por muchos afíoi! en el desierto, haciendo vida peni- sus misiones, pidieron á un hombre del campoque les con-
U'nle y eremílica. Fué maestro del obispo san Trudencio dujese á la presencia del principo ó géfc de los sajones.
5 de otros grandes varones. Su vida fué humilde y r e t i - Algunos do aquellos habitantes salieron en efecto á acom-
rada di-sde su jurenlud híisla su última vejez, pasando l o - pañarles | pero por el camino, temiendo que los dos h e r -
do el tiempo en la oración y meditación y en los d e m á s manos obligarian á su príncipe á abandonar el culto de
ejercicios de un santo solitario. Murió e» el sitio donde los ídolos, formaron el designio do asesinarles. Apenas lo
liabia estado la antigua Numancia , y posteriormente sus habían resuello, quitaron la vida á Evaldo el blanco, y al
reliquias fueron colocadas suntuosamente en una iglesia otro hermano lo mataron también, pero después de haber-
de Soria, do cuya ciudad es patrón. le hecho sufrir largos y crudos tormentos , arrojando en
Los SANTOS hiiMO, CHULO, Y SECCNDAIUO, MÍRTIHUS.— seguida los cuerpos de ambos en el Rhín. Sin embargo,
Nonos ha quedado de estos santos mas que la memoria de Dios que queria mostrar la gloria de sus siervos , no quiso
-sus nombres, conservados en todos los Martirologios. Pa- que aquel precioso tesoro quedase oculto en las aguas : de
teco quesn martirio tuvo lugar en Antioquía. noche se apareció una luz milagrosa que reveló á otro
santo misionero el lugar donde se hallaban las sagradas
SAN TEÓFILO, smr.E.—Vué hijo de padres cristianos, y
reliquias, las 'cualas fueron recogidas y enterradas en el
nació y se educp en Tiberiópolis , en Grecia , mostrando
mismo lugar de su martirio , hasta que Pepino las m a n d ó
desde su infancia los g é r m e n e s de la gran santidad á que
trasladar á Colonia , donde se conservan. El martirio do
Dios lelliimaba. Hacia ya mucho tiempo que era mongo,
estos santos sucedió según Boda, el año 693.
cuando el emperador León Isauro , habiendo sabido que
era uno d é l o s maszelosos defensores del culto de !;'s san- SAN CÁNDIDO, MÁRTIR.—Fué martirizado en Roma, j u n -
tas imágenes , le llamó á su p r e í e n c i a , y después de h a - to á la puerta Mayor durante el siglo 111. Su sagrado cuer-
berle reprendido amargamente su conducta, le mandó que po con el de muchos otros mártires , fué donado por el
en adelante se portase con mas circunspección, si no que- papa Urbano VIII á los religiosos trenilarios descalzos do
n a experimentar el rigor de sus castigos. Lejos el santo Madrid, y estos lo regalaron después á un convenio de la
de prometer lo que se le exigid , contestó con valentía al misma órden en la Mancha, donde todavía se conserva.
emperador que su conducta era santa y jusla , y que el SAN MAXIMIANO, OBISPO.—Floreció en el siglo Y , siendo
emperador seria horriblemenle castigado por demostrarse obispo de Bagaya, en África. Tuvo que sufrir gramlos
eon sus obras p r m i r s o r del Anticristo y fiel inslnmiento persecuciones do parto de los donatislas , herejes casi
de Satonasi Indignado León contra el siervo de Dios, man- siempre armados, que llenaron de luto á hi Iglesia católi-
do que le azotasen y le encerrasen en una oscura p r i s i ó n , ca. Su odio contra el santo obispo pasó algunas u r o s a
y después le echó á un destierro lejano. Pero no quedó vías de hecho ; pues le hirieron tan cruelmente , que sus
tampoco en paz en su destierro ; pues por órden del m i á - heridas movieron á compasión á los gobernantes civiles,
moemperador, pasado algún tiempo volvieron á azotarle, le que publicaron varios edictos con el fin de atajar aquellos
traspasaron la cara y los piés con unos clavos, y le aban- excesos. Sin embargo, sus enemigos continuaron en per-
donaron en esta situación en medio de un campo , donde seguirlo, y una vez habiéndole precipitado de una torre
se le apareció Jesucristo , y le curó lodas sus heridas , v i - muy alta , le dejaron por muerto ; pero sobrevivió algún
viendo d e s p u é s de esto algunos aftos , obrando muchos tiempo, y al fin esclarecido en su gloriosa confesión, m u -
milagros, y muriendo en la dichosa paz de Dios, á media- rió en el Sofior.
dos del siglo VUI, S VN EsiQiio , CONFESOR.—Fué un célebre monge de la
Palestina, que llorecióen tiempo de Conslanlinoel (irande.
DIA 3. Era amigo íntimo de san Hilarión y su companero on las
peregrinaciones. Filósofo , teólogo y sabio consumado,
* Los SANTOS DIONISIO, FAUSTO , CAVO , PEDRO . PAUT O T dotado al mismo tiempo de una santidad eminente, no
OTBOS CUATRO COMPASIÍROS , MUTIRES.—Cuando reinaban solo gobernó con prudencia y grande acierto el monaste-
los emperadores Valeriano y Galieno (según refiereGalesi- rio de Gaza por muchos anos , sino que escribió varios
nio), murieron estos santos en Grecia despedazados por reglamentos é instrucciones para el buen gobierno do l o -
las fieras. Dice el cardenal Itaronio, en el Martirologio dos los monasterios de la Palestina. Abrió una escuela de
romano, que hablan padecido estos santos muchos traba- literatura sagrada , de la cual salieron grandes sanios y
jos en tiempo del emperador Decio , y que por órden del lumbreras dignas do la Iglesia, y el ilustre maestro murió
gobernador Fmiliano fueron largamente atormentados, santa y pacíficamente entre sus queridos mongos , el
alcanzando la palma del martirio en tiempo de Valeriano. ano 373.
LOS DOS SANTOS KVALDOS, PRESBÍTEROS Y MÁRTIRES. Cuail-
DIA í.
do san Vilibrondo y sus companeros llegaron á fines del
siglo V i l á la Frisia, dos hermanos, ingleses d o n a c i ó n , y • SAN FRANCISCO DE ASÍS, CONFESOR V FUNDADOR.—Para
ambos sacerdotes quisieron seguir su ejemplo, y resolvie- hablar bien de la vida del gran patriarca y seráfico padre
ron ir á predicar el Evangelio á los idólatras. Dirigié- san Francisco , instituidor do la esclarecida y devotísima
ronse al pais do los antiguos sajones , llamado después órden de los Menores, es menester lengua de serafines ; y
Wcstfalia ; habiéndose perfeccionado ántcs en las soleda- así proveyó nuestro S e ñ o r , que la escribiese el seráfico
150 LA LEYENDA D E ORO. DIA i.
doclorde la Iglesia san ttiicnavoníiira , hijo suyo y rppa- se dispuso á la unción del Espíritu Santo ; y así habiendo
railor, é ¡lii^li ailor y gobiM-rutclor de su inistna ói-dou: al convalecido, salió un dia de su casa bien vesli 'o, y eucon-
cual nosolros i)riíici|)aliiienk> a(|<ii soguiifíiio.- , añadiendo trándosecou un hombre de noble lin tje, pero pobre y mal
algunas i:usa.s que se h a l l a n en las crónicas de esta saci a- vestido , le tuvo lástima y trocó su vestido con el. La no-
da orden, y ¡suplicando á nuestro Señor que nos d é parte che siguiente le mostró Dios un palacio muy grande y muy
de aquel espíritu que en escribir esta vida tuvo san Itue- hermoso, y en él muchas y muy ricas armas , que lenini
navcnlura , para que se impriman en nosolros, y en los la señal de la cruz : y no sabiendo él loque aquella visión
que la leyeren , los ejemplos de virtudes mas divinos que significaba , preguntó cuyas eran aquellas riquezas y a r -
humanos, con que este seraíin resplandeció en el mundo. mas que allí estaban : y fuele respondido que de él y de
Nació el hienavenUirado san Francisco en Asís, ciudad de sus soldados, si lomasen la señal de la cruz, y con esfuer-
la Lmbria, provincia en Italia, d a ñ o del Señor de W H i . zo la siguiesen. Y como él uo estaba ejercitado en las co-
Su padre se llamó l'edro Iternardo y su madre Picha, muy sas espirituales, enlendió aquella visión malerialmenle; y
honrada y devola matrona : la cual estando de pai lo la m a ñ a n a siguiente se partió para el reino de ívápoles,
de san Francisco , y no pudiendo por algunos dias pa- para ser soldado , y militar debajo de la bandera de un
rir , llegó un pobre peregrino á su puerla á pedir l i - conde liberal y poderoso, y tener por esta via muchos sol-
mosna, y dijo al que se ia traia, que llevasen aquella u m - dados, y alcanzar honra y grandes riquezas. En el camino
jer que estaba de parlo y no podia parir , á un establo, y el Señor le habló una noche, y le dijo que se volviese a MI
que luego pariria. Lleváronla á un establo , que estaba tierra ; porque aquella visión se habia de ¡cumplir en él y
cerca de su casa, y luego parió : y después se edilicó allí en sus soldados espirilualmente, y queno era j u s l o d e -
una capilla y se piuló este milagro. Fn el bautismo le l l a - jar al Señor del ciclo y de ia tierra, por servir al siervo y
maron Juan, y después en la conlirmaciou Francisco. Fü hombre.mortal. Con eslose volvió l u e g o á su tierra, y se dió
leoiendo edad le pusieron al estudio: y como su padre era mucho á la oración; y con el ejerciciodc ella sintió en s n a l -
mercader le ocupó en los negocios de aquel oíicio. Comen- ma un grandesprecio de lodaslas cosas caducas y frágiles,
zando á ser mozo se dió á las vanidades y entretenimu'n- y un encendido deseo de vender su hacienda, y comprar la
los de mozo ; aunque (con el favor de Dios ) no solió la margarita preciosa del Evangelio. Pero aun no se sabia
rienda á los apetitos sensuales: y atendiendo alas ganan- cómo lo habia de hacer: solo sentía unas inspiraciones
cias temporales, no puso su confianza en las riquezas y te- vehementes, en las cuales le daba el Señor á entender
soros ; áules era compasivo y liberal con los pobres, é que la mercadería espiritual y la milicia de Cristo t i e -
hizo lirme propósito de dar siempre limosna á los (¡iir se nen su principio en la morlilicacion y victoria de sí mis-
la pidiesen por a m o r de Dios. Fstaba un dia muy oeiqiado mo : y estos movimientos ¡nleriores ¡e despertaban y le.
y embebecido cu sus negocios, vino á él un pobre que le .euceudian cada dia mas al deseo de la perfección, m o r l i -
pidió limosna , y é! no se la dió: fuese el pobre, y Fran- licacion y menosprecio de sí mismo. Ofteciósele una
cisco volvió en s í : y considerando su poca caridad, corrió buena ocasión para su aprovechamiento ; poique un día,
tras é l y dióle limosna, y prometió á nuestro S e ñ o r y le yendo á caballo por un campo descubierto junto á Asís,
hizo voló de no negarla j a m á s á quien 'por su amor se la encontró á ua leproso que le causó mucho asco y horror:
pidiese ; y g u a r d ó inviolablemente este voto basta la y acordándose que para ser soldado de Cristo se habia do
muerte, y por él Dios nuestro Scfwr le hizo muchas y gran- vencer , se apeó del caballo: extendió la mano el leproso,
des mercedes, con aumento de su amor y gracias. Siendo como para recibir limosna y san Francisco se la besó coii;
aun seglar (como el mismo sanio padre después de ser re- grande devoción y ternura. Subió l u e g o á su caballo, y
ligioso dijo), en oyendo el nombre de amor de Dios , seu- mirando á todas parles no pudo descubir, ni y e r m a s
lia en su corazón un júbilo espiritual y maravilloso. Fra aquel leproso ; aunque el campo estaba bien patente y r a-
muy manso , paciente y tratable , y mas liberal de lo que so : de lo cual quedó admirado y consolado interiormenle
sufría la bacienda : que era indicio de lo que después alabando al Señor , y proponiendo cosas mayores en su.
había de ser. Fu aquel mismo tiempo habia u n hombre en servicio. Gustaba de la soledad y recogimiento , y de es-
la ciudad de Asís muy simple : el cual inspirado por el tar cu lugares apartados , sin bullicio, ni mido ; y d á b a -
Señor, á lo que se cree, cuando encontraba á san Francis- se todo á la oración, suplicando al Sefior con grande afec-
co se quitaba la capa y la echaba á sus pies, para que pa- to que le declarase su voluntad. Un dia estando lodo a b -
sase sobre ella, y decia que Francisco era digno de g r a n - sorto y transportado en Dios, se le apareció Jesucristo
de reverencia y que presto baria cosas grandes, y seria nuestro Señor como crucificado , y con este regalo y fa-
muy honrado de lodos los fieles : pero san Francisco en*- vor , quedó tan tierno y tan derretido en su amor , que
tonoes no hacia ca-o de lo que oia ; porque andaba muy desde aquella hora , siempre que se acordaba de la pasión
ocupado en los negocios de la hacienda, y distraído en del S e ñ o r , derramaba muchas l á g r i m a s , sin podeilas r e -
travesuras de gente moza. Quiso el Señor reprimirle y p r i m i r , y juntamcnle so vislió del espíritu de pobreza, ca-
darle u n a sofrenada para que asentase el paso: y Pai'a ridad y piedad ; de manera , que sintiendo ántes mucha
esto le envió dos trabajos. El uno fué, que habiendo guer- repugnancia y grande asco en solo mirar á los leprosos,
ra entre las ciudades de Perusa y de Asís, f u é preso de aun desde muy léjos , después les cobró lauto amor y afi-
los perusianos con otros sus compañeros y echado c n - ción , que se iba á los hospitales, y les besaba las manos,
la cárcel. Pasó aquel trabajo con gran constancia y ale- y el rostro, y les servia como al mismo Jesucristo , con lu-
gría , -animando á los otros y dándoles esperanza que da devoción y humildad. A los pobres mendigos daba unas
en breve tendrian libertad , como la tuvieron. El otro fué veces su vestido; otras parte de é l : á los clérigos pobres
una enfermedad l a r g a y congojosa , con la cual y con la remediaba con reverencia , y de buena gana daba limos-
flaqueza del cuerpo lomó mayores fuerzas su espíritu y na para los ornamenlos de los aliares. Fué una vez á Ro-
DÍA 4. OCTCBRK. j 15Í
ma á visilar la iglesia de Sa» l'edro , y halló á la piuTla conlianzn y ospii itu profétíco , respondió; Soy pregonero
de i ¡ctesia & m n w h ü i d de pobres : dió al que le pa- del gran Hoy. Diéronle los ladrones muchos golpes, y
recio mas neccsilado su vestido, y 61 se visitó de los an- echáronle en un boyo , que estaba allí cerca lleno do n i e -
drajos del pobre, y lodo el dia se estuvo é n t r e l o s uiciuli- ve ; y fuéronse: mas el sanio no cabla de placer por verse
gos, con extraordinaria consolación de su alma. Y peque maltratar, c iba cantando como á n l e s , alabanzas al Señor
ya tenia interiormente la cruz de Cristo en su corazón, porque así le regalaba. Pasó por un monasterio y d i é r o n -
también atendia Hincho á mol lificar y crucificar su carne le limosna como á pobre desconocido. De allí se fué á la
para (me el alma y el cuerpo participasen del precio d« ciudad de Eugubio , donde le conoció un amigo suyo , y
nueslra redención, y llevasen su cruz y gozasen de Ies le recogió en su casa y le dió un vestido cumplido , pobre
mereciniienlos de ella. Todo eslo lo pasó al seráfico padie y honoslo, el cual trajo dos años y un cinto ceñido, y za-
ánles de dejar el hábito seglar. patos calcados, y un cayado en la mano como ermitaño.
NQ tenia el santo oli o maestro sino á Cristo en todas es- En Fugubiose fué al hospital dolos leprosos, y los servia
tas cosas (pie habernos referido, y sn majestad le iba en- con gran caridad : lavábales los p i é s , y limpiábales la po-
señando y perfeccionando cada dia mas, como perfeclísi- dre de sus llagas, .y besábaselas con maravillosa devo-
mo y sapientísimo maestro. lTn dia eslimdo san Francis- c i ó n ; y por osla lan ilustre victoria de sí mismo, lo dió el
co hacieinlo oración en la iglesia de San Damián ((pie os- Señor singular gracia de sanar enfermedades corporales
laba fuera de los muros do As:s) delante de un crucilijo, y espiriluales. Vióse eslo parlicularmcnto en un hombre
oyó una voz que salia de é l , y por tros veces le decia : del condado de Espoleto, que tenia una enfermedad h o r -
l'iam isco, vé y repara m i casa (como ves) se está ca- rible ó incurable, y se le iba carcomiendo la boca y las
yendo. Quedó el santo como asombrado y fuera de s í , mejillas sin remedio ; y viniendo de Roma de visilar la
oyendo aquella voz: y viendo que aquella iglesia de San iglesia de San Pedro , se encontró con san Francisco, y
Damián era muy vieja, y se venia al suelo, c n t e n d i ó q u e echóse á s u s piés para besárselos ; y el santo por su h u -
aquella voz del Señor lu mandaba reparar aquella iglesia mildad no lo consintió, antes se llegó á é l , y con exlraña
material, y lomó buena cantidad de paños, y llevólos á la devoción y ternura le besó la boca cancerada y podrida, y
ciudad de Foligni, que está como tres leguas de Asís, y luego quedó sano el pobre de aquella enfermedad lan i n -
vendiólos, y también el caballo en que iba: y tornando á curable Fstando ya mas fundado san Francisco en la h u -
A - i s , dió el precio y lodo el dinero que llevaba, á un po- mildad , y en el menosprecio de sí mismo y do los juicios
bre sacerdote, que oslaba en la iglesia de San Damián, vanos del mundo, volvió á Asís, y comenzó á mendigar
rogándole con gran reverencia (pie lo lomase para reparar entre los que ánles le habian conocido abundante y rico :
¡•quella iglesia, y que le dejase estar en ella algunos dias. y como la voz divina , cuando estaba en la iglesia de San
Kl clérigo le concedió que estuviese en la iglesia los dias D a m i á n , le había mandado que reparase la iglesia, inten-
que quisiese; mas no le pudo persuadir que lomase el d i - tó hacer (siendo pobre) lo que no habia podido hacer sien-
nero , por temor de su padre : y así san Francisco le arro- do rico , y con su trabajo , y con llevar él en sus h o m -
ja sobi o una venlana de la misma iglesia. Supo su padre bros las piedras para e l edificio, y con las limosnas que
Jo que pasaba , y con grande enojo y amenazas cobró el otros movidos con su ejemplo le dieron, ia reparó y la de-
dinero, y san l-rancisco por algunos dias se escondió en jó bien aderezada ; y lo mismo hizo cu otra iglesia del
una cueva 5 y después como corrido de su cobardía , salió apóstol San Podro, á quien él tenia gran devoción. De allí
de ella y onlró en la ciudad Como la gente le vió tan des- se fué á un sitio, como una milla de A s í s , que llaman Por-
figurada , flaco y mal vcslido, comenzó á arrojarle lodo y cnmcula, en el cual estaba una iglesia de miostra Señora
piedras, y darle grita como loco. Do eslo cobró su padre muy antigua, desierta y maltratada. Supo que el nombre
mayor sana: y trayóndole á su casa , le dió muchos g o l - antiguo de aqn&lla iglesia era Santa María de los Ángeles:
pos y azotes , y le echó grillos y le encerró en un apo- y enlondió que conforme al nombre habia allí frocuentos
sento , donde estuvo hasla-que sn sadré le libró , oslan- visitaciones angélicas , y por la devoción con los á n g e l e s ,
do el padre ausente : el cual finalmente se concertó con su y con la Reina de los ángeles nuestra S e ñ o r a , Irabajó m u -
hijo, por bien de paz, de osla manera: que los dos se fue- cho para repararla , y se delermmó á hacer allí su asien-
sen delante del obispo, y que el liijo renunciase al padre su to. Allí humildemenle c o m e n z ó : allí virluosamente apro-
legítima y herencia que esperaba ; y así se hizo con m a - v e c h ó ; y felicísimamente acabó su carrera; y cuando m o -
yor ventaja y espíritu de lo que él mismo padre prclen- n a , encomendó á sus hijos este lugar , como lugar muv
dia : porque en llegando delante del obispo, san Francis- amado y favorecido de la Virgen. En esla iglesia por r e -
co con grnn denuedo y alegría se desnudó de todos los ves- velación divina, dió san Francisco principio á la sagrada
tidos, hasta la camisa, y se los dió 9 su padre, dioietido: órden de los Menores, de la manera que adelflnle se vera.
Hasta aquí le llainé-padrc en la tierra : de aquí adelante V es de considerar que así como ánles de la fundación de
diré seguramente : padre nuestro, que estás en los cielos: la ó r d o n , r e p a r ó san Francisco oslas tres iglesias maloria-
en quien he puesto todo mí tesoro y esperanza. Admiróse les, como habernos dicho: así después reparó y restauró
el (/hispo do tan gran fervor: y derramando muchas l á g r i - la Iglesia militante con las tres órdenes que instituyó en
mas le cubrió con su í n a n i o , y S a o d ó traer alguna ropa este espiritual edificio.
eeo q u é cubrirte Trajéronlc una pobre capa de un labra-
En esta Iglesia se ocupaba el nuevo y sanio soldado de
dor, criado del obispo, que hallaron mas á mano : tomó-
dia y de noche en oración , y con grande fervor, g e m i -
la el sanio con grande agradecimiento , y corlando aquel
dos y lágrimas suplicaba á la Reina dolos ángeles nues-
capote á manera de cruz, se lo puso y salió de la ciudad,
tra S e ñ o r a , que fuese su abogada, y le diese su mano y
y se fué á una selva, cantando loores á Dios, Salieron á é l
favor para lo que pretendía hacer: y finalmente por los
unos ladi onos, y proguiiláronle quien era ; y lleno de
mcrecimieiilosdo la que, quedando v i r g e n , concibió y
152 LA imm DA DE ORO. DÍA
acogió con gran benignidad , y entendió que aquel pobre-
4.
parió al Verbo elerno, vino él á concebir y parir el ospi- cilo, v i l y despreciado, habia de ser como una palma alta
rilu de la verdad evangélica , é instituir la vida apostólica y sublime en la Iglesia del Señor, y reparador y susten-
que en su regla se contiene: porque un dia oyendo misa tador de su espiritual edificio que se iba cayendo: porque
de los apóstoles, y en ella aquel Evangelio en que, envian- acostándose el sumo pontífice una noche con grandes c u i -
do Cristo nuestro Señor á predicar á sus discípulos, ¡les dados de las calamidades que padecía la Iglesia , vió en
dijo que no poseyesen oro ni plata , ni dineros en sus b o l - sueños que el templo de San Juan de Letran, donde él h a -
sas , ni llevasen alforjas en el camino, ni tuviesen dos t ú - bitaba, amenazaba gran ruina y se venia al suelo ; y que
nicas , ni zapatos, ni vara; luego el santo, alumbrado un pobrecito y desestimado hombre ponia sus hombros de-
con la luz divina , se quitó los zapatos, dejó el báculo, sa- bajo de él y le sustentaba: y por divino instinto entendió
cudió de sí como cosa detestable, el dinero, y contento que este pobrecito era el glorioso san Francisco, que por
con una pobre t ú n i c a , dejó el cinto de cuero que traia , y sus ejemplos y doctrina habia de sustentar la Iglesia de.
ciñóse un cordón , y comenzó á hacer una vida apostólica Dios, como la sustentó en su vida, y ahora la sustenta por
tomando las palabras que liabia oido del Evangelio para sus bienaventurados hijos i y osla revelación ú otra seme-
s í , como si un ángel se las hubiese traído del cielo. Con jante, precedió en la confirmación de la sagrada orden de
este traje y hábito dió principio á su predicación, exhor- Santo Domingo, con el cual se vió san Francisco en Roma,
tando á todos á penitencia, con unas palabras llanas y sim- y los dos santos patriarcas, sin haberse visto ántes, se co-
ples; mas graves, severas y encendidas, que inflamaban nocieron y abrazaron y confederaron entre sí para hacer
y penetraban los corazones de los oyentes: y ántes de co- guerra al infierno; y volver por la gloria de su celestial
menzar sus sermones , saludaba al pueblo diciendo : Do- Capitán y Señor. Con la revelación que tuvo el papa, y cun
minus del vobispacem : El S e ñ o r os d é paz: la cual salu- ver la humildad, pureza y fervor de san Francisco, le i n -
tación dijo después que la habia aprendido por divina re- clinó á conceder lo que el santo le suplicaba ; pero como
velación. Con estos sermones y muebo mas con el ejem- la cosa era tan árdua y tan importante, quiso encomen-
plo de su vida convirtió á muebos pecadores al S e ñ o r , y darla mas á Dios , para tomar mas madura deliberación,
algunos se animaron á dejar todas las cosas de la liei ni y especialmente, viendo que algunos cardenales no venian
seguirle en el hábito y modo de vivir: entre los cuales el bien en ello, juzgando que era mejor reformar las religio-
primogénito hijo , que e n g e n d r ó en Cristo, fué BetdUdo nes antiguas, que instituir otras nuevas, y que aquella r e -
de Quintaval, varón perfeclísi m o, á quién y á Pedro Ca- gla y estremada pobreza que en ella se profesaba , pare-
tanio, canónigo de A s í s , dió san Francisco el hábito á 10 cía sobre las fuerzas humanas. Pero en fin, después de m u -
de agosto del a ñ o de 1209: y desde este dia comenzaron cha oración y consultación, el papa otorgó lo que san Fran-
algunos á contar el principio de la urden ; aunque otros le cisco le pedia, y confirmó su regla, y le mandó que predi-
toman un año a t r á s , cuando el santo oyendo las palabras del casen penitencia ; y á todos los frailes legos que con 61
Evangelio , se quedó con una sola tónica. Después se fue- habían venido , ordenó que se les hiciesen unas peque-
ron allegando otros compañeros hasta el número de doce ñas coronas, para que libremente sembrasen la palabra de
para representar el colegio de los sagrados apóstoles ;que Dios. Esta confirmación hizo el pontífice do palabra, y n -
se repartieron por lodo el mundo, y le conquistaron y VCB vocis oráculo: y san Francisco y sus c o m p a ñ e m s hicie-
rindieron al Señor: y de la misma manera envió san Fran- ron profesión solemne, en manos de su santidad, el año de
cisco á sus compañeros á predicar por el mundo la cruz y 1209, prometiendo la vida y regla evangélica ; y san Fran-
penitencia: y cuando los enviaba , decia á cada uno en cisco fué instituido por el mismo papa ministro general de
particular: Jada cogilalum tuum i n Domine; elipse le enu- ja órden.
I r i e l : Poned vuestra confianza y cuidado en el S e ñ o r ; que
él os sustentará. Lloraba muy amargamente una vez los Confirmada, pues, la Orden , se volvió el santo con sus
pecados de la vida pasada, y repentinamente le sobrevino compañeros á Asís. En el camino tuvieron una gran nece-
una inefable y espiritual a l e g r í a , y con ella una certifica- sidad, fallándoles de. comer : y no habiendo remedio h u -
ción que lodos sus pecados plenariamente le habían sido mano para traerlo, súbitamente les apareció nn hombre
perdonados ; y luego tuvo un éxtasis , y le fué revelado que les dió p a n ; y luego desapareció sin ser conocido.
todo el aumento y progreso de su órden. Deseando m u - Tuvieron duda algunos de sus c o m p a ñ e r o s , si seria mejor
cho ver á sus hijos, que estaban esparcidos y predicando retirarse á algún lugar apartado, para darse á la contem-
en muy diferentes partes , suplicó al Señor que él los j u n - plación, ó conversar entre los hombres; pero después que
tase ; y a s í , sin llamarlos nadie, se juntaron en breve hicieron oración sobre ella, pidiendo al Señor que les des-
tiempo con grande admiración de todos: y viendo que iba cubriese su voluntad, fué revelado al santo que Dios que-
creciendo el número de sus santos hijos, escribió la regla ría su religión para que ganase las almas fjue el demonio
con palabras humildes, sacándolo todo del santo Evan- le pretendía quitar; y así se recogieron en una pobre y
gelio , y añadiendo algunas pocas cosas que parecían desamparada casa, junto á Asís, comiendo pan de l á g r i -
necesarias para la manera uniforme de vivir. Mas á el mas ^ y viviendo con admirable pobreza y santidad. Su
y á sus c o m p a ñ e r o s les pareció necesario procurar que oración era mas mental que vocal, porque aun no tenían
h sede apostólica aprobase la regla : y asi partieron libros para cantar las horas c a n ó n i c a s ; ensoñábales el
para Roma todos; y san Francisco en el camino tuvo una santo á tener oración, y ver y alabar al Señor en todas y
revelación, con que el Señor le consoló y le dió esperanza por todas sus criaturas, y á honrar con particular reveren-
que seria bien oido y despachado del papa Inocencio I I I , cia á los sacerdotes, y á creer firmemente y morir por la
que á la sazón tenia la cátedra de san Pedro ; como suce- fé que enseñaba la Iglesia romana. Cuando veían alguna
dió : porque aunque al principio el papa no le admitió, iglesia ó cruz, desde léjos se postraban y oraban como el
después con una revelación que tuvo , le hizo buscar y le santo les habia enseñado. Estando aun los santos religiosos
DIA. 4. OCTUBRE. 4 53
en esta pobre casa, fue san Francisco QB sábado por la tar- Después qne asentó el gobierno de su ó r d e n , aunque no
de á la ciudad de Asís, porque babia de predicar el do- podía el santo hallarse presente con el cuerpo en los c a p í -
mingo en la iglesia catedral; y estando él ausente, aque- tulos provinciales que se celebraban, se hallaba con el es-
lla noebe apareció á sus frailes en un carro de fuego, y píritu , y algunas veces por milagro se apareció en ellos.
dentro de él un globo resplandeciente como el s o l , y el Y en el capítulo que se celebró en la ciudad de Arles, pre-
carro dio tres vueltas por la casa, con gran espanto de dicando san Antonio de Padua á los frailes, sobre el título
aquellos religiosos : los cuales recibieron no ménos c l a r i - de la cruz: Jesús Nazaremis, rex judeeorum; fué visto el
dad en sus almas que en sus cuerpos; y entendieron que santo patriarca levantado en el aire, que bendecía á sus h i -
aunque el padre san Francisco estaba ausente con el cuer- jos , con las manos estendidas, como en cruz. Y otra vez,
po, estaba presente con el espíritu y que él era el que en estando con" sus frailes hablando de cosas do Dios, apare-
aquel carro de fuego les mostraba Dios como otro Elias, ce- ció nuestro Sefíor Jesucristo en medio de ellos, en figura
lador de su santa ley. Después se pasó á la ermita de de un mancebo muy hermoso, y á todos echó sn santa
Santa María de Porciúncula, que los monges de San Be- bendición. Deseó el santo que su regla, aprobada por el
nito (cuya era) liberalmenle le dieron para que fuese ca- papa Inocencio 111, fuese también confirmada por Honorio
beza de su órden. De allí salía á predicar por los lugares asimismo I I I , que le babia sucedido en el pontificado : y
y pueblos circunvecinos, mirándole los oyentes como á un para esto, habiéndole Dios mandado con una revelación,
bombre del otro siglo , que tenia su corazón y sus ojos que hiciese otra regla mas breve (porque la primera era
siempre en el cielo, y con sus obras y palabras los quería algo l a r g a ) ; por instinto del Espíritu Santo se subió á un
llevar á todos allá. Convirtiéronse muchos con estraordi- monte con dos de sus frailes , y ayunando h pan y agua,
nario fervor ; y de estos instituyó el santo, la órden que y haciendo continua y fervorosa oración, mandó escribir
llamó « l o s Hermanos de ta penitencia : » y gran número la reglff como Dios se lo revelaba. Bajó del monte y dió
de doncellas determinaron guardar perpétua castidad, de la regla escrita al vicario, para que la guardase: el v í c r -
las cuales la primera planta é bija espiritual del padre san rio por descuido la perdió; y el santo volvió al monte, co-
Francisco, fué la santísima virgen Clara, madre de las re- mo otro Moisés, é hizo escribir la regía con las mismas pa-
ligiosas qne se llaman « l a s Sefioras pobres , » y c l a r í - labras de á n l e s , como si las oyera de la boca del mismo
simo espejo de toda pureza y santidad. Pero otros m u - Dios. Esta regla fué la que confirmó el papa Honorio, el
elles, dando libelo de repudio á todas las eosas de la tier- octavo afio de su pontificado : y exhortando san Francisco
ra, seguían á san Francisco como á varón y maestro venido á sus frailes á la observancia de ella , solía decir que no
del cielo; de manera, que su santa familia se iba cada dia había puesto en aquella cosa regla alguna de su cabeza,
nrnliiplieando mas, é binchendo el mundo de un suavísimo sino que todo lo que babia en cíla, había sido revelado del
o l w y fragancia de sus perfectas virtudes. Entre los otros cielo. Antes, en el tiempo que estaba en el monte en o r a -
fué uno un religioso de la órden de los Cruciferos, llamado ción , bajó una voz del cielo y sonó tres veces, y dijo:
Morico, qne estando en un hospital, junto á Asís, desahu- Francisco, en esta regla no hay cosa tuya: toda es m í a , y
ciado ya de los m é d i c o s , envió un recado á san Francisco todo quiero que se guardo al pié de la l e t r a ; porque yo sé
pidiéndole que rogase á Dios por sn salud. El sanio hizo las fuerzas del hombre y la ayuda qne le tengo de dar: y
oración y luego tomó un poco de p a n , y 16 desmenuzó de allí á pocos días confirmó c\ Sefior aquella regla y la
en un poco de aceite del que había en la l á m p a r a delante revelación con que la habia dado, imprimiendo sus Hagas
del altar de nuestra Sefiora, y mezclándolo, se le envió con en el cuerpo del seráfico padre, como adelante se d i r á .
unos frailes, diciendo: Llevad esta medicina á nuestroher-
¿ Pero quién podrá dignamente referir las admirables y
mano Morico, con la cual s a n a r á , y será valeroso soldado
altísimas virtudes de este serafín ? O'iereiias escribir, es
de nuestra milicia. Tomó Morico la medicina: s a n ó : en-
entrar en la inmensidad del mar Océano, ó en un profun-
tró eo Ta órden, y vivió con grande aspereza y santidad de
dísimo abismo sin suelo. De cada una de ellas se podia h a -
v i d a , y perseveró hasta la muerte. Otro, gran poeta ( á
cer nn libro f mas nosotros las iremos recogiendo breve-
quien llamaban rey de los versos) vino por ver al santo y
mente, de lo que san Buenaventura mas copiosamenlo cu
bailóle que estaba predicando en un monasterio, y vió en
su vida escribe. Y comenzando por sn penitencia, casti-
el sermón dos espadas muy resplandecientes atravesadas
gaba su cuerpo con grande aspereza, y apenas tomaba k
en figura de cruzT la una que tomaba desde la cabeza de
necesario para la vida i y solia decir que era muy dificul-
san Francisco basta los pies, y la otra le cruzaba por los
toso satisfacer la necesidad del cuerpo, y no obedecer á la*
brazos; y admirado y compungido con esta visión , se
inclinaciones sensuales. Cosa cocida, raras veces (estando;
eonviriió y tomó el hábito con tanta devoción , que san
sano) la c o m í a ; y cuando la comía, le echaba encima ce-
Francisco le mudó el nombre , y le llamó fray Pacífico y
niza ó agua , para hacerla desabrida. Bebía agua cruda;
fué el primer ministro provincial de Francia, y vió muebas
pero con mucha templanza , por grande sed ó calor quo
veces en la frente del garito padre una cruz. De esta m a -
tuviese. Cada dia , como si fuera novicio, hallaba nuevas
nera iba el Señor llamando á la nueva órden nuevos sol-
maneras de morlificarse y de afligir su carne. Cuando sa-
dados, junlaudo aquel íloritlo y glorioso ejercito que tanta
lía fuera á predicar, comía lo que le dahm. Su cama o r -
guerra babia de hacer á las'potestades del infierno. Creció
dinaria era el suelo, y las mas veces dormía sentado, po-
tanto el número d é l o s benditos hijos de san Francisco, que
niendo por cabecera un madero ó piedra. Andaba vestido
para repartirlos y distribuirles las provincias, y sonalailes
con una sola y pobre túnica : y preguntado, como podia
ministros provinciales, juntó capítulo general en Santa Ma-
sufrir el rigor del frío con tan poca ropa ; r e s p o n d í a , que
ría de Porciúncula, y vinieron á él mas de cinco mil frai-
con el fervor del espíritu. No consentía blandura en su ves-
les : y con el favor del Señor tuvieron salud, y todo lo ne-
tido; y d e c í a , que era masóle los palacios de príncipes,
cesario bastantemente, y grande gozo y alegría espiritual,
que no de las casillas de los pobres: y cuando sentía a l -

TOMO I U , 20
154 L A L E Y E N D A D E GIU3. DU i .
gnna blauJura en su túnica, lejíala por de denlro con unas Dios. Con haber sido para si tan riguroso, no lo era con
cuertlas, de manera qae csluvieso áspera ; y aun anadia los otros, ni le agradaba la aspereza cuando era indis-
qno habid hallado por esperiencia que los demonios lienlan creta : y así una noche, viendo un fraile, que por la de-
fiicilmenle á los que traen el vestido blando; y se espantan masiada abstinencia no podía reposar y corria peligro su
y huyen del áspero. Y cuando vela que su hábito era me- salud, le llevó p-m: y para que comiese con menos empa*
jor ó mas nuevo que el de los oíros frailes, le trocaba con (dio, el mismo santo comenzó á comer con é l ; y con esto
c! mas viejo y mas roto, y aun algunas veces hacia su ves- le libró de aquel peligro: y decía, que la discreción es la
litio de los pedazos y remiendos que le daban sus frailes; maestra y guia de las virtudes.
y por esto los prelados de la orden mandaron después á Con esta extremada aspereza juntó san Francisco una
los frailes, que no trocasen con el cosa de vestido, ni l o t o - profundísima humildad ; porque fué humildísimo y en
masen aunque el sanio se lo diepe. Pues ¿ q u é diré de la sus ojos muy v i l , y deseaba que todos le luviesen por l a l ,
limpieza y castidad de su alma ? Al principio de su con- y sor vituperado, y huía de las alabanzas y decía, que
versión, bailándose apretado del ardor de la concupiscen- tanto es cada uno, cuanlo es en los ojos de Dios y nó
cia, se echó muchas veces en el invierno en un boyo lleno mas. Cuando ja gente le loaba y llamaba santo, mandaba
de nieve, para templar aquel fuego infernal; teniendo por él á un fraile que le dijese baldones y palabras de afrenta:
mejor padecer gran frió en el cuerpo, que en el alma tan y cuando predicaba, muchas veces decía sus faltas en el
pcfigro?o incendio. Estando una noche en oración, le l l a - sermón, para que le menospreciasen; y hacia otras cosas
mó el demonio tres veces por su nombre, y le dijo: No hay mas admirables, que eran indicio cierto de su gran fervor
pecador tan malo, que si se convierte no le perdone Dios; y humildad profundísima. Procuraba encubrir con grande
mas el que se matare con indiscretas penitencias , no b a - estudio los dones do Dios, y cuando le alababan, decía:
ilará j a m á s misei ieordia. Conoció el sanio por divina r e - No me a l a b é i s ; que aun no estoy seguro: ni hay que
velación , que el demonio le queria inducir á tibieza, y alabar al que no se sabe en q u é parará. Y á los frailes
sintió en sí una gravísima tentación de carne. Desnu- muchas veces d e c í a : Ninguno se ha de desvanecer, por-
dóse hiego, y comenzó á disciplinarse fuertemente, y con que hace cosas que un pecador las puede hacer; como es
grande fervor da espírilu salió de la celda á un buerío, ayunar, orar, llorar y castigar su carne; que todo esto
y cebó su cuerpo desnudo en mucha nieve, y hacien- algunos pecadores lo hacen: mas ser fieles á su Dios y
do siete pellas grandes ó bultos de la misma nieve, de- Señor, esto, estando en pecado, no lo pueden hacer. Do
c í a : Esta mayor es tu mujer: estas otras tus liijasé h i - esta humildad nació el no haber querido ordenarse de
jos y criados: abrígalos que se mueren de frío: y si esto sacerdote y haber quedado siempre en el grado de d i á -
toda pena, sirve con cuidado solo á Dios. Con este fuego cono. Tenia tan gran respeto á los sacerdotes, que solía
divino apagó las llamas del otro fuego sensual; de ma- decir, que si encontrara con uno de ellos y juntamente
nera, que nunca mas sintió cosa semejante. Y con haber con un santo que bajara del cíelo, primero besara la mano
alcanzado tan gran victoria de su carne, y haber sido r e - al sacordole, y después hiciera reverencia al santo: porque
velado á Fr. León, su c o m p a ñ e r o , que san Francisco era mas acatamiento debía á aquel, cuyas manos recibían el
contado en el cielo entre los que eran vírgenes de cuerpo sanlísimo cuerpo de nuestro Señor. Efecto de la misma
y alma, fué recatadísimo en el (ralo y familiaridad con humildad era el pedir consejos á sus subditos, cuando l e -
mujere-, y lenia tanto recogímícnlo en sus ojos cuantiólas nia alguna duda, teniendo el don de profecía y tan g r a n -
hablaba, q u e á n i n g u n a í a s i conocía de vista; porque de- de la luz del cielo : y así una vez, estando dudoso si pre-
cía qno con las ocasiones, el fuerte se hace flaco y el flaco dicaria ó s e daría á la contemplación, encomendó á Fr. Sü-
es vencido ; y que conversar con mucha fainíliariilad con vostro y á la virgen santa Clara, que después de haber
mujeres y no quemarse y chamuscarse, os tan diücul- hecho oración, le dijesen su parecer: que fué que predi-
foso como andar sobre las ascuas, ó (encr el fuego en case; y é l l o siguió : porque como dice san líuenavenlura,
el seno y no quemarse. ¿ Q u é negocios (dice el santo) tie- no so avergonzaba el verdadero menor de preguntar las
ne un religioso que tratar con las mujeres, sí no es cuantío cosas pequeñas á otros luenoros á él, habiendo aprendido
las oye de confesión, o cuando les da una breve ¡ns'.ruc- las cosas grandes del supremo Maestro. De esta misma
cion para mejorar su vida? El que so tiene por seguro no humildad nacía el deseo tan encendido que tuvo el biena-
es cauto : y hallando el demonio de donde asir, aun que venturado padre de obedecer y no mandar: y por esto
sea de algún cabello, hace terrible guerra. Bstaes la doc- renunció el generalato, y pidió que le diesen g u a r d i á n ,
tiina del seráfico padre: la cual enseñaba mas con sus cuyo subdito fuese. En los caminos prometía obediencia
ejemplos, que con palabras; y por esto llamaba y su cuer- al fraile que llevaba por compañero y la guardaba: y
po el « h e r m a n o a s n o ; » porque había de llevarlas cargas dijo una vez, que entre otras mercedes que Dios le h a -
y mucha disciplina, y comer poco y de cosas viles. Cuan- bía hecho, era una , que tan de buena gana y con tanta
vi'ia algnn ocioso, y que comía de los trabajos ajenos, le diligencia obedecería á un novicio de una hora de religión
llamaba «fray Mosca;» porque no hacia cosa buena, y (sise lo diesen por g u a r d i á n ) , como al mas antiguo y
manchaba lo que los otros hacían, y era molesto y abo- mas discreto de los frailes : porque el subdito (decía) no
minable 6 los d e m á s . Finalmente, el bienaventurado padre ha do mirar la persona á quien obedece, sino á Dios, cuyo
se dió tal vida, y con el rigor de sus penitencias se consu- lugar tiene y por quien obedece. Y preguntado como h a -
mió de manera, que pocos días ánlcs que muriese, dijo su bia de ser el verdadero obediente; respondió, que como un
culpa á su cuerpo de las veces que lo había tratado con cuerpo muerto. Yió un santo fraile, compañero de san
mayor aspereza de lo que era menester: excusándose que Francisco, estando en oración, una silla en el cielo muy
lo habia hecho para mayor seguridad y guarda de la cas- eminente, y llena de piedras preciosas y de inmenso res-
tidad y pureza de su alma, y mayor servicio y gloria de plandor : y preguntó al que se la mostraba, para quién so
DfA í. OCTUME.
guarthiba aquella silla ; y fuolc respomliLlo, que para el cencia para darlo á otro mas pobre, si se encontrase con
humilde rraucisco. Después que luvo esta visión, pre- el: y cuando hallabi alguna gente pobre que llevaba car-
guntó al santo, q u é setilia de sí mismo; y él le dijo: P a r é - ga, él se la ayudaba á llevar. Gustaba mas de las limos-
cemeque soy el mayor de lodos los pecadores del muiido: nas que el pedia de puerta eu puerta, quede las que le
y replicándole, cómo podia decir eso con verdad ; res- daban sin pedirlas: y cuando le convidaban personas g r a -
pondió : Porque si Dios hubiera hecho á un ladrón, ó al ves, iba primero á pedir limosna por los vecinos de puerta
mayor pecador del mundo, las mercedes que me ha hecho en puerta. Y cuando enviaba á sus frailes á pedirla, a l g u -
á mí, le fuera mas agradecido y mejor que y o ; y si á mí nas veces les decía : I d ; que para esto ha enviado Dios4»
me hubiera dejado, hubiera hecho mayores maldades que los frailes menores al mundo, para que sus escogidos les
ninguno de ellos. Pidióle una vez el cardenal de Santa Cruz den limosna, y cumplan con la misericordia, de que e l
en Roma, que estuviese unos pocos dias en su casa ; y el Juez les ha de pedir cuenta el dia del juicio. Un dia de
santo, como era tan humilde, o b i ' d m ó al cardenal por pascua de Flores, estando fuera de poblado, tan léjos que
el respeto que le tenia. La segunda noche que estuvo en no pudo ir á pedir limosna, deseando imilar al Señor, que
su casa, después de larga oración, queriendo reposar un aquel dia, en íigura do peregrino, habia sido couvidai'o»
poco, vinieron los demonios y azotáronle cruelmente, y de los dos discípulos que iban á E m a ú s ; pidió limosna á
diéronlc tantos golpes que quedó casi muerto: llamó á su sus propios frailes, que con él estaban; y ellos se la die-
c o m p a ñ e r o y contóle el caso, y díjole que aquel era castigo ron, y el bienaventurado padre la recibió con gran h u m i l -
de Dios, y que era mejor salir de la córte é irse con los dad y alegría. Estando enfermo en un lugar, que se llama
pobres de Cristo, que dar q u é pensar á los frailes, y decir iNocera, y llevándole algunos hombres de Asís, que habían,
de él que se holgaba de estar con los cardenales, y que venido por él, para curarle y regalarle en s u ciudad, no-
se regalaba y pretemlia honrar; y así luego á la mafiana hallaron en el camino cosa de comer, qué comprar por
se excusó humildemente con el cardenal, y se volvió á su sus dineros :. y sabiéndolo él santo, ordenó que pidiesen
convento. por amor de Dios lo que no habian pod id o hallar por
De esta misma humildad nacia el amor e n t r a ñ a - dineros; y haciéndolo así, volvieron cargados de lodo los
ble que tenia á la santa pobreza, á la cual llamaba reina que habian menester para sí y para el santo. Otra vez,
d é l a s virtudes, por haber sido tan amada del Rey del cie- viniendo un hombre honrado á pedirle el hábito, le mandó
lo y de su sacratísima Madre : y decia que ora el funda- que antes de tomarle, diese su hacienda á las pobres. El
mento de su orden, y que Dios le habia enseñado que la pretendiente dióla á sus parientes que eran ricos y no te-
entrada en la religión debo comenzar por la pobreza; y nían de ella necesidad. Súpolo el santo, y no le quiso a d -
algunas veces mandó derribar casas ya hechas,' por pare- mitir, diciendo, que el que no sabia dar su hacienda á
cciie el edilicio muy suntuoso y,contrario á la pobreza Dios, ménos sabría darle su persona; y asi aquel hombre
evangélica. Una vez, diciendo el vicario de Santa María de cobró su hacienda y dejó el propósito de la virtud. Todo-
l'orciiincula, que era tanta la pobreza de aquella casa, que esto era amor de los pobres y de la pobreza. Mas ¿ q u i é n
no lenian q u é dar á los frailes huéspedes, y que seria podrá declarar el amor tan encendido que este seratin tuvo
bueno guardar algo de la hacienda de los novicios que al Señor y á sus prójimos? Era la sed que tenia de la con-
entraban, para tener algún recurso en tiempo de necesi- versión de las almas, ardentísima, y decia, que para esto
dad ; el santo le respondió: Hermano c-arísimo, en ningu- lienc mas fuerza el ejemplo que las palabras; y que h a -
na cosa cumple hacer cosa contra la regla. Ménos incon- bian de ser llorados los predicadores que en sus serma-
veniente es que cuando haya necesidad, quites los orna- nes no buscaban la salud de las almas sino su honra;
mentos del altar de la Virgen gloriosa, para remediarla, y los que destruyen con su mala vida, lo que c d i i l -
que inlentrn- cosa contra el voto de la pobreza: y la misma can con su buena doctrina; y ' que en el día del juicio
Virgen lo tendría por bien. En ua camino vieron una bolsa se verá que muchos legos y personas sencillas fue-
que parecía estaba llena de dineros: el companero d^o ron causa de la conversión de muchos con sus oracio-
al samo, que era bien alzarla para dar aquellos dineros á nes y l á g r i m a s , aunque no les predicaron de palabra.
los pobres: y aunque san Francisco al principio no vino Tenia gran cuenta con el silencio en sí y en sus frailes, y
W ello; después, viendo inquieto al compañero, hizo ora- decía, que esta no era pequeña virtud , y que aquella
ción y le mandó que alzase la bolsa, y echando mano de sentencia del Espíritu Santo que dice , «que la vida y la
ella, salió una serpiente, que luego con la misma bolsa muerte están en manos de la lengua,» no se ha de enten-
desapareció. Otra vez en otro camino, se le aparecieron der tanto del gusto del comer como en el hablar. No podia
tres doncellas pobres y muy semejantes en la estatura, sufrir que se murmurase de nadie : y una vez oyendo que
rostro y edad, que eran la pobreza, castidad y obediencia; un fraile decia mal de otro ; el santo ordenó al guardián
y saludándole, dijeron : Ea buena hora venga la señora queaveriguase con.diligencia aquella falta, y que hallan-
pobreza; y con esto desaparecieron. Cuando veia oiro do que e l acusado no tenia culpa , diese al acusador tan
mas pobremente vestido, se reprendía á s í mismo, y ani- duro castigo, que quedase notado á los ojos de todos. T e -
maba a mayor pobreza, pareciéndolegran confusión suya, nia grande caridad con los enfermos y necesitados : y una
que en la pobreza alguno le hiciese ventaja : y asi estando vez porque un fraile habló con aspereza á un pobre que
el santo cnb.erto con una capa (por estar enfermo),encon- importunaba porla limosna, le mandó que se arrojase á los
tró un día en la calle a un pobre, y le dió la capa: y p i é s d e l pobre y le pidiese perdón, diciendoque los pobres
porque su compañero le iba á la mano, le dijo: Yo me representan á Cristo pobre, y á su Mwdre la Virgen María
tendna por ladrón de ante de Dios, s¡ no á k 9 ¿ m capa pobre,' y que por esto se les ha de hablar con gran blan-
al mas pobre. \ cuando le daba uno algo, lí- r'nrn v ^ - « diente. Este amor de ¡os prójimos manaba
*5G LA LEYENDA DE ORO. DU 4 .
como de su fuente, de un amor enlraliabie del Señor que daba arrobado y suspenso. Rezaba las horas canónicas
abrasaba su corazón ; porque era cosa que pouia grande con gran devoción y reverencia, estando siempre en pié
admiración , al ver cuán ardiente y cuán encendido era y quitada la capilla, sin arrimarse, por mas enfermo que
aquel fuego de amor divino , con que este serafín se der- estuviese. Y cuando iba de camino siempre paraba al
relía ; de suerte que no contentándose de lo mucho que tiempo del rezar, y decía, que si el cuerpo cuando come
bacía y padecía por este amor, se determinó á ir á predi- el manjar corruptible, quiere estar con reposo; ¿por q u é
car á Siria á los moros y á los otros infieles , por la ansia no lo ha de estar el alma, cuando toma y gusta el mante-
grande que tenia de morir por su señor. Embarcóse el nimiento celestial? De los nombres de Dios y de Jesucris-
sexto año de su conversión , y levantóse una tempestad to fué devotísimo: y cuando los hallaba en el suelo, ó en
con la cual aportaron á Escruania , y no habiendo embar- algún lugar indecente, los recogía con devoción y los po-
cación para pasar adelante hubo de volver atrás. Después nía en parle mas decente 5 y á todas las reliquias de los
se partió áMarruecosá predicar alMiramamolio, y caminaba santos tenia cordial reverencia. Una vez, orando en una
con tanto fervor y deseo del ma: l i r i o , que aunque estaba iglesia desierta, supo por revelación que habia allí algu-
muy Qaco y consumido, con todo eso el compañero no po- nas reliquias que no estaban con la debida reverencia:
día seguirle con su paso : mas fué Dios servido , que en mandó á sus frailes que las tomasen y llevasen á su igle-
España le sobrevino una enfermedad gravísima, y por ella sia. Descuidáronse ellos de hacer lo que el santo padre
y por otros negocios de la órden y varios sucesos % no fué les habia mandado; mas no se descuidó el Señor de r e -
posible ir áMarruecos. Finalmente el año trece de su con- galar á su siervo: porque por virtud divina se trasladaron
versiou, nq pudiendo reposar por este tan abrasado deseo los santos huesos, y queriendo decir misa, se hallaron so-
del martirio, en tiempo que había muy sangrienta guerra bre el altar, hermosísimos y con una fragancia del cielo.
entre los cristianos y los moros, pasó con gravísimos peli- Aunque en todos los misterios de la vida del Salvador se
gros á Siria, en compañía de Fr. Uuminario, varón de ad- enternecía admirablemente; pero mucho mas en el de su
mirable virtud. Cayeron en manos de los moros, los cua- sagrado nacimiento, por la pobreza, desabrigo y desnu-
les los trataron afrentosamente, dándoles muchos azotes el dez que en el portal y pesebre de Bethlehen se nos repre-
Soldán, y con prisiones los llevaron al de Babilonia , que senta : y así una vez, habiendo alcanzado primero licencia
del papa (para que no se pudiese atribuir á liviandad),
ora lo que el santo.deseaba. Predicó al Soldán con grande
una noche de Navidad hizo traer paja, y un buey y un
¿nimP, y espíritu el misterií) de la santísima Trinidad, la
jumento, y convocar gran multitud de gente y sus f r a i -
enfiacnacion del Dijo de Dios, y se ofreció de entrar en un
les, y con gran solemnidad de música y lumbres decir mi -
graafuego,, en prueba de la verdad d é l a féqu&predicaba, si
sa en un pesebre, y el santo en ella cantó un Evangelio y
Jos, sacerdotes de JJahpma quisiesen entrar en é l , en de-
predicó al pueblo del nacimiento del Rey pobre; y cada
feesa die la suya : y aunque ellos no quisiesen entrar, d i -
vez que le nombraba, le llamaba el Niño de Bethlehen,
jaqiue él entraría en.el fuego, si \& pr-ometia» de conver-
con inexplicable devoción y ternura. Guardó el pueblo por
tirse á Griglo nuestro S e ñ o r , en caso de que él saliese del
reliquias del heno que habia estado en aquel pesebre, y
íitfgp sin daño. Pero el Soldán, temiendo algún alboroto
valióle para curar muchas enfermedades de los animales,
de gente , no vino en,elJo : y admirado de la constancia
y para librarse de grandes peligros. Con la sacralisima
del santo, y. del menosprecio de todas las cosas de la tier-
Virgen Mar ía nuestra Señora tuvo muy particular devo-
ra, y que no quería aceptar los grandes dones y joyas de
ción, y la tomó por abogada suya y de sus frailes, y en
mucho precio que le ofrecía , ñ i p a r a s i , ni para repartir
honra de ella ayunaba desde la fiesta de San Pedro y San
á las Iglesias y á los pobres cristianos , le honró sobre
Pablo basta la Asunción. Después de esta festividad t a m -
manera y le regaló : y el santo viendo que en lugar del
bién ayunaba otros cuarenta días, y oraba mucho por de-
martirio que él buscaba, había hallado honra y regalo,con
voción de los santos á n g e l e s , y especialmente de san M i -
una revelación que tuvo , se volvió á tierra de cristia- gue!, arcángel, y á Todos los Sanios ayunaba otra cuares-
nos. ma ; y con achaque de estas cuaresmas se le pasaba lodo
Esta misma caridad hacia que san Francisco estuviese el año ayunando y orando. Por muchas y grandes mo-
siempre ocupado en la meditación y contemplación del lestias que los demonios visiblemente le dieron para
Señor, y que viviese de oración; porque el que mucho apartarle de la oración, siempre luvo fucrle y j a m á s le
ama, mucho desea tratar con la persona á quien ama, y pudieron divertir ni enflaquecer; y á la medida de su
todos sus tesoros y su bienaventuranza pone en aquel que grande afecto y ternura para con Dios, fué la abundancia
tiene por sumo bien, y todos sus entretenimientos y de- de las gracias y consolaciones espirituales que con l a r -
leites son considerar sus excelencias y graudezas, como guísima mano él le daba; porque muchas veces, estando
lo hacia san Francisco: el cual, para mostrarnos esté afee en oración, era levantado en alto, y una vez le vieron en
lo, repelía muchas veces en la oración : üeus m u s , el om- el aire cercado de una nube resplandeciente. Yendo do
n i a : Dios mió, y todas las cosas: porque en él veía y h a - camino, muchas veces era visitado y regalado del Señor
llaba todas Ja;*cosas, y fuera de él ninguna estimaba ni con una dulzura inefable: y para recibirla mas suave-
juzgaba que le hacia al caso. Todos los años, en pasando mente y á solas, hacia que los que iban con él pasasen
la tiesta de la Epifanía, se iba á la soledad, en reverencia adelante; porque procuraba con gran cuidado encubrir
de los cuarenta días que Cristo nuestro Señor estuvo en el sus virtudes, y las visitaciones é ilustraciones y regalos
desierto, y encerrándose en una celda, empleaba todo del S e ñ o r ; el cual parece que escogió á esto bienavetilu-
aquel tiempo con muy estrecho ayuno en oración. Co- lado patriarca, para enriquecerle inleriormcute, tanto
mulgaba muy á menudo con gran fervor y devoción, y "' ' ' abia hecho pobre : y porque se habia h u m i -
casi de ordinario en comulgado padecia éxtasis. y¿ n n o -
DÍA 4. OCTUBRE i 57
' i a d o y desecho del amor de lodas las criaturas, le sublimó f no hablar llevólo mal el santo, y reprendió á los que
y le hizo superior ú todas, como luego se verá. Porque alababan aquella singularidad, y díjoles: Ese no es espíritu
primeramente alumbró el entendimiento de san Francisco decios, sino del demonio: tentación diabólica, y nó virtud
con una luz soberana y con sabiduría no aprendida en divina: y como lo dijo, así se d e s c u b r i ó ; porque con la
los libros , sino venida del cielo, le infundió el conoci- luz del cielo habia penetrado el corazón de aquel pobre
miento de la sagrada Escritura, y de los misterios inefa- religioso, que con aquella engañosa singularidad se
bles de nuestra santa religión: dióle á mas el don de p r o - apartaba de la común y santa conversación de los demás.
fecía, para que profetizase y dijese cosas que mucho des- Dióle también el Señor gran dominio sobro las criaturas,
pués habían de suceder. Estando el ejército de los cristia- las cuales le regalaban y s e r v í a n ; porque, considerando
nos sobre Damiela y para pelear, les avisó que no pelea- el santo como Dios hizo todas las cosas de nada, llamaba
sen porque serian vencidos: no le creyeron; y salieron hermanes y hermanas á las criaturas, por viles que fue-
de la batalla destrozados y vencidos. Convidóle una vez sen, y especialmente á las que representaban á Cristo
un soldado honrado á comer á su casa, y recibióle en ella con su mansedumbre, como los corderos y ovejas. Una
con gran devoción : hizo antes de comer el santo oración, vez en Santa María de Porciúncula, le dieron de limosna
y llamó aparte al soldado, y dijole que en pago de aque- una oveja viva, y él la recibió de buena gana, por ser
lla caridad que habia usado con los pobres de Jesucristo, símbolo de inocencia y simplicidad, y exhortó que viviese
l o q u e r í a avisar que no comería en aquella mesa sino en en el convenio sin inquietar á los frailes y que asistiese á
la otra vida: que se confesase con verdadero dolor y en- las alabanzas divinas; y así lo hizo: porque al tiempo quo
tero arrepentinnento de todos sus pecados. Hízolotodo el los frailes iban al coro, entraba la oveja en la iglesia, é
soldado: confesóse con el compañero del santo: ordenó su hincaba las rodillas, y delante del altar de nuestra S e ñ o -
conciencia y las cosas de su casa, con la brevedad que el ra balaba, como quien la saludaba i y cuando en la misa
tiempo le daba; y sentándose los convidados á la mesa, alzaban el santísimo Sacramento, hincaba también las
súbitamente espiró. Un prebendado de una iglesia, de ma- rodillas como adorando al Señor. También en Roma tuvo
la vida, estaba muy enfermo en su cama, sin poderse mo- san Francisco otro cordero, á quien ensefló á asistir á la
ver : hízose llevar al santo, y pidióle con muchas lágrimas misa y.horas: y cuando el santo se fué á otras partes, le
que hiciese sobre él la sefial de la cruz; y él le respon- dejó encomendado á una noble matrona, y si ella á las
dió : ¿ Cómo quieres que yo haga lo que me pides, siendo mañanas lardaba á i r á misa, el cordero con los balidos
tú enemigo de la cruz y tan contrario en tu vida? mas la despertaba, y con la cabeza y meneos la hacia señas
por la devoción de los que aquí están, que con tanta ins- que fuése á la iglesia. También muchas veces los peces,
tancia me lo piden, yo h a r é la seílal de la cruz sobre tí: conejos y liebres se le venían á las manos y al seno; y
con apercibimiento que te hago en el nombre del Sefíor, no se querían ir hasta que el santo les diese su bendición.
(iue si, librado de esta enfermedad, volvieres al vómito, Caminando una vez por las lagunas de Yenccia, halló
caerás en mayores calamidades por tu ingratitud. Sanó el gran número de aves que cantaban en los matorrales y
hombre con la sefial de la cruz, y no hizo gracias á Dios arbolillos, y dijo al c o m p a ñ e r o : Las hermanas aves ala-
por la salud que le habia dado, ni se e n m e n d ó ; ántes ban á su Criador: vámonos entre ellas , y cantemos allí
volviendo á sus liviandades, estando una noche durmien- al Señor las horas canónicas. Fueron á ellas, y las aves
do en casa de un canónigo, cayó el techo de la casa, y no se espantaron ni se movieron de su lugar: y como por
escapándose todos los otros que en ella estaban , él solo el canto de ellas no se oyesen bien el uno al otro los versos
murió. Y no solamente manifestó las cosas futuras, sino que cantaban, dijo san Francisco á las aves : Hermanas
también descubrió los secretos pensamientos del corazón, aves, cesad de-cantar, hasta que nosotros acabemos de
los deseos íntimos del alma y los escrúpulos de las con- pagar al Señor las debidas alabanzas. ¡Cosa maravillosa!
ciencins. Y de algunos pecadores que estaban en mal es- Las aves se estuvieron quedas y callando hasla que san
tado, dijo ántes que se e n m e n d a r í a n ; y de algunos, que Francisco y su .compañero acabaron sus horas muy des-
en los ojos de los hombres parecían buenos y loables, pacio ; y luego el santo les dió licencia, y ellas cantaron
avisó la mala vida que habían de hacer, y los danos que como primero. Otra vez estaba una cigarra en una higue-
por ella k-s habían de venir. Viniendo una vez dos frailes ra cantando, junto á la celda del sanio en Sania María de
de camino, el mas viejo hizo algunas cosas con que dió Porciúncula: llamóla un dia, y la cigarra voló y se le [lu-
escándalo al mas mozo: cuando llegaron, el sanio pre- so en la mano; y él le dijo: Canta, hermana mia cigarra,
guntó al menor cómo lo habia hecho su compañero en el y alaba á tu Criador. Ella lo hizo sin cesar, hasta que al
r a i m n o : y respondiéndole (por no culpar y descubrir la santo la mandó volver á su lugar; y por ocho días iba y
taita del companero), que lo habia hecho bien ; dijo el volvía á él, obedeciéndole y cantando, hasla que el santo
: Mirad que no miniáis con pretexto de humildad : dijo á sus frailes: Demos ya licencia á la hermana cigar-
ra, que bien lo ha hecho dispertándonos estos ocho días á
aguardad un poco y veréis lo que pasa. De allí a pocos las alabanzas de Dios. Dióle licencia, y nunca mas pare-
días el fraile que habia da'do el escándalo , se salió de la
ció. Con un halcón y un faisán le pasaron también cosas
ehgion; permitiéndolo el Señorj no h;ibia hccho
admirables y propias de un varón, á quien el Sefíor habia
" l e " T de.su,cu,Pa; Y P ^ a manifestar juntamente el dado señorío sobre las aves y sobre todas sus crialuras,
cas go de su justicia, y el espíritu profélico que habia da- como se ve por lo que otra vez le aconteció. Yendo á pre-
do a su siervo. Otra vez, viniendo á visitar á sus f r a i l a dicar, halló en el camino gran multitud de aves de dife-
y hablando con ellos de las cosasdel dell como solh le rentes géneros y colores que estaban cantando, y se fuó
dijeron que habia entre ellos uno de singular santidad v á ellas : y como si tuvieran entcndiraienlo, se estuvieron
de vida admirable, de grande oración y tan dado al s i - quedas, y le miraron con un modo inSÓfHo, ó inclinaron sus
lencio, que aun confesarse no quería sino por senas, por
158 L A L E Y E N D A DE OIÍO U k 4.
cabezas; y él, viendo la atención con que eslaban, les co- hallándose muy fatigado, deseó un poco de música para
menzó á predicar, y á decir: Hermanas mias aves, m u - despertar la alegría del ospírilu , y por modestia religiosa
cho debéis a l a b a r á vuestro Criador; porque os vistió de no la quiso pedir; pero el Señor aquella noche le dió
plumas y dió alas para volar, y un aire puro en que es- música del cielo tan suave, que le parecía estar ya en el
paciaros, y sin ningún cuidado vuestro, ni solicitud, os otro mundo. Otra vez, yendo á predicar, le sobrevino la
mantiene y conserva: y oyendo estas palabras las aves, noche muy oscura , y el camino era peligroso, por un rio
se regocijaban, estendiendo el cuello y las alas, y ha- y lagunas que hnbia en e l ; el fraile que iba con él le
ciendo otras demostraciones de contento y a l e g r í a : y dijo: Fadre , ruega á Dios que nos libre de estos
aunque el santo las tocaba con el vestido, paseándose en- peligros. Respondió el santo : Poderoso es Dios si quiere
tre ellas, ninguna se m e n e ó , hasta que las dió su bendi- para darnos luz. En diciendo estas palabras, vino una
ción y licencia. No fué menor milagro lo que otra vez le luz grande y clara , que les duró hasta que llegaron á
acaeció, predicando á un pueblo, con unas golondrinas, la posada, y otros que iban do camino no vieron esta
las cuales cantaban tan importunamente, que no le deja- luz.
ban predicar; porque volviéndose el varón de Dios á ellas, Pues ¿ quién podrá referir los otros innumerables m i -
on voz alta Ies d i j o : Hermanas mias golondrinas, ya es lagros con que el Señor honró á san Francisco en vida y
tiempo que yo también hable; pues vosotras hasta ahora en muerte? Echó de los cuerpos muchos demonios: dió
habéis cantado: callad, hasta que se acabe el sermón, y vista á muchos ciegos: sanó á muchos cojos y mancos;
estad atentas : y como si tuvieran razón, luego callaron y restituyó los muertos á v i d a ; dió hijos á las mujeres e s t é -
no se movieron hasta que se acabó el s e r m ó n , y con su riles, y libró de peligro á las que cstahan de parto y á
bendición se partieron. No solamente dió el S e ñ o r a san los encarcelados de la c á r c e l , y á los que navegaban de
Francisco este imperio sobre las golondrinos, sino tam- horribles tormentas. El pan que el santo bendecía : los
bién á algunos de sus compañeros, por sus merecimientos; pedazos de su roto y pobre h á b i t o : la cuerda con que so
porque en la ciudad de París , habiéndose divulgado el c e ñ i a : el agua con que lavaba sus pies y sus manos , y
milagro de las golondrinas, que acabamos de referir, es- cualquiera otra cosa que hubiese tocado , era saludable
tando uno de sus hijos estudiando, una golondrina .con su medicina para las dolencias, remedio para las adversida-
molesto canto le quitaba la atención; y él dijo á sus com- des , y alivio y descanso en los trabajos. Finalmente l o -
p a ñ e r o s ; Esta golondrina debe ser de aquellas que estor- dos los que en sus enfermedades y peligros con devoción
baban á nuestro santo padre y no le dejaban predicar, y confianza le invocaron , hallaron remedio, como mas
hasta que les mandó que callasen; y volviéndose á la g o - largamente se puede ver en la vida , que escribió san
londrina, le dijo : En el nombre del siervo de Dios Fran- Buenaventura, y en la Crónica de la sagrada orden de
cisco, te mando que luego calles y vengas á mí. Galló y los Menores. Yo solo quiero referir tres milagros que me
púsose luego en sus manos; y conocióse mas la virtud del parecen mas notables. El primero f u é , que habiendo
seráfico padre y la gracia singular que el Señor le habla estado el glorioso padre muy enfermo, le curó un médico
dado sobre la§ criaturas, y por él á sus hijos. con mucho cuidado; y como el sanio no tenia con qtté
Mas no es tanto de maravillar que las aves y las otras pagarle, le recompensó la buena obra que del médico
criaturas que tienen sentido obedeciesen á san Francisco, había recibido de esta manera. Había este médico labrado
como el ver que el fuego y las cosas insensibles se s u - una casa con mucha costa: abrióse la casa de alto á bajo;
jetasen á su imperio y voluntad. Tuvo el varón de Dios y aunque era nueva estaba para caerse; pidió el médico
muy gran don de l á g r i m a s , y sus ojos eran dos fuentes alguna cosa que el santo hubiese tocado con sus manos;
perpetuas que las destilaban ; por esto vino casi á perder y después de mucha instancia , al fin los frailes le dieron
la vista; y fué avisado de un médico que si no reprimia unos pocos de cabellos de san Francisco. Tomólos y pú •
las lágrimas , sin duda vendría á quedar del todo ciego. solos aquella noche en las aberturas que so habían hecho
Ilcspondió el santo : llermano médico , no recibió el e s p í - en las paredes de su casa; y á la m a ñ a n a las halló tan
ritu el beneficio de la luz por la carne , sino la carne por cerradas, que no quedaba rastro de ellas, y el edificio
el espíritu i y no debemos por amor de la vista que tene- muy firme, sin poder sacar los cabellos que habla pues-
mos común con las moscas , poner impedimento á la vista to. El otro es, que un hombre religioso y temeroso de
espiritual y á la consolación celestial Y como le rogasen Dios tenia una cuerda , con que el santo se solia ceñir:
que á lo ménos recibiese un cauterio de fuego para reme- y habiendo en el pueblo muchos enfermos de varias y
dio de los ojos; vino en ello por ser medecina áspera y graves enfermedades, iba por las calles de los dolientes,
saludable. Al tiempo que el cirujano le quiso dar el caute- y dábales á beber un poco de agua, en que aquella
r i o , el santo habló con el fuego, y le d i j o : llermano cuerda había estado on remojo; y con esto los enfermos
fuego, Dios te hizo muy hermoso y eficaz, y provechoso cobiaban salud. El tercero es, que estando la ciudad de
entre todas las criaturas: mira que me seas ahora blando Arezo para perderse por las disensiones, bandos y guer-
y cortés : ruego yo al gran Señor que te crió , que me ras civiles que en ella se habiaíi levantado; el santo para
quemes suavemente para que te pueda sufrir. LFzosc el apaciguarles, fué allá. Hospedáronle en una casa fuera
cauterio bien profundo desde la oreja hasta las cejas, y no de los muros, y víó á los demonios sobre la ciudad muy
sintió mas dolor que si no se hubiera hecho en su cuerpo. contentos, como atizando el fuego de aquellas disensio -
Estaba una vez muy enfermo, y sintiéndose muy debili- nes y muertes: llamó luego á su compañero (que era
tado , pidió un poco de vino; no le hubo,, mandó que le Fr. Silvestre}, y díjole que se fuése á la puerta d é l a c i u -
trajesen agua, hizo la señal de la cruz sobre ella, y dad, y que en voz alta y en virtud do obediencia mandase
convirtióse en excelentísimo vino; y en bebiendo un trago de parte de Dios á ios demonios que se fuésen luego do
de aquel vino , luego se levantó bueno y sano. Otra vez, allí. El santo lo mandó ; los demonios luego obedecieron,
DÍA 4. OCTUBUE. 159
y la ciudad dejando las anuas, volvió á su anticua paz y pios ojos: después de muerto las vieron claramente mas
lodos se lucieron amigos. de cincuenta frailes , y sania Clara con todas sus monjas,
Pero el mayor y mas raro y admiralilc milagro de l o - é innumerable mullilud de gente seglar, que s e j u n l ó á
dos es el de las sagradas llagas, que el Señor en el su entierro : y á mas de tantos y tan graves testigos, hizo
cuerpo de esle gran prodigio celestial i m p r i m i ó , para que el Señor algunos grandes milagros para confirmación y
nó solamente su purísima alma, sino también su cuerpo reverencia de las sagradas llagas del seráfico padre san
fuese un vivo y perfecto retrato de Jesucristo. La historia Erancisco. Uno fué dudando el papa Gregorio IX (á quien
como p a s ó , cuenta san Buenaventura de esta manera. Dos el sanio habia profetizado que seria sublimado á la silla
años Antes que muriese el santo padre, se recogió al de san Pedro) de la llaga del costado, una noche le apa-
monte de Alvernia (que es en la provincia de Tosíana), reció san Erancisco, reprendiéndole con rostro severo de
para darse mas á la oración y ayunar como solia la cua- aquella duda: alzó el brazo derecho, y descubrió la llaga
resma de san Miguel. Regalóle aquella vez el S e ñ o r , ó que tenia en aquel lado; y le pidió una redoma para
ilusli óle exlraordinai iamenle , y revelóle que abriese el recoger la sangre que de ella salía. Ofreció en aque-
libro de los Evangelios; porque allí le diria lo que pen- lla visión la redoma, y llenóse de la sangre preciosa
saba obrar en él y por él. En cumplimiento de loque Dios que manaba de la llaga. Otra vez apareció á un fraile
le mandaba, hecha primero oración, lomó del altar el suyo, predicador y de gran fama, y le reprendió, porque
libro de ios Evangelios, y dijole á su companero varón curiosamente habia querido invesligar el modo con que
perfecto y santo que le abriese tres veces: abrióle, y to- aquellas divinas señales se habían impreso; y por no en-
das tres veces hallaron la historia de la pasión del Sc- tender bien la razón, comenzaba á dudar, ó tener e s c r ú -
fior. Luego entendió el santo que Dios quería que así como pulo de ellas. En Potenza ciudad de la provincia de A p u -
hübia imilado en sus acciones á Cristo nuestro Salvador lla, en el reino de Nápoles, un clérigo, mirando una i m a -
en vida , así antes que muriese , se habia de conformar gen de san Francisco, dudó del milagro de las llagas, y
con él en las aflicciones y dolores. Vino el dia de la Gcsla luego se sintió herir en la palma de la mano izquierda, y
de la Exallacion d é l a santa cruz , que es á 14 de setiem- quitándose el guante, la halló llagada : y conociendo su
bre; y estando orando aqnrlia mañana al lado del monte, culpa, pidió perdón al santo, y por su intercesión alcanzó
y con el corazón abrasado de amor de Dios y Iranspor- la salud del alma y de la mano. En la provincia reatina,
lado en el S e ñ o r , v i ó q u e bajaba d e l cielo un seraliH con dio una manera de pestilencia al ganado maynr y menor,
seis alas encendidas y resplandecientes^con un vuelo muy lan cruel, que lodo perecia : fué revelado á un hombre te-
lijero se ponia en el aire cerca de donde eslaba, y cnlrc las meroso de Dios, que fuése al convento de los frailes, y les
alas le apareció un hombre crucificado, clavadas las manos pidiese el agua con que san Francisco se hubiese lavado
y pies en la cruz. Las dos alas<lel sei alin se levanlaban so- los piés y las manos, y que la derramasen sobre las ove-
bre la cabeza del crucifijo, las doscubrian todo el cuerpo y jas y bueyes, tocados de aquella pestilencia. Hízolo así:
las otras dos se extendían como para volar. En esta visión y fué cosa maravillosa, que lodos los animales que fueron
se impnmioron en las manos , piés y costado del serático rociados c©n aquella agua, sanaron con admiración de
padre las llagas de la misma figura que él las habia visto toda la gente, por haber locado las llagas sagradas del
en aquel serafín. Quedaron unos como clavos do carne santo. Antes que las recibiese san Francisco en el monlc
d u r a , cuyas cabezas eran redondas y negras, y en las de Alvernia, solia ser aquel monte muy infestado de tem-
manos se echaban de ver en las palmas y en los p i é s , pol- pestades y rayos, y la mucha piedra que caía del cielo,
la parle alia del empeine: las puntas eran largas y exce- quitaba los frutos de la (ierra; pero después que aquel l u -
dían á la demás carne, y estaban retorcidas y como re- gar recibió tan gran favor del ciclo, el mismo cielo pare-
dobladas con martillo: la llaga del costado derecho era ce que se ablandó y mudó de tal manera, que no pade-
como una cicatriz colorada, de la cual manaba muchas cieron mas la calamidad de piedra, que solían, los mora-
veces lanía sangre que bañaba la t ú n i c a , y los z a r a g ü e - dores de aquella comarca. Finalmente, la santa Iglesia r o -
lles del santo: el cual quedó tan favorecido del Seíior con mana, ha comprobado el milagro estupendo de las sagra-
estas sagradas llagas que parecía un vivo relí alo suyo, y das llagas del seráfico padie san Francisco, con Jas letras
•»as un serafín venido del cielo que moraba en la tierra, apostólicas, que de ellas escribieron los sumos pontífices
(|no hombre mortal: pero quedó junlamenle tan humilde, Gregorio I X , Alejandro IV y Ilenediclo X I , y con el cele-
tan confuso y tan v i l en sus ojos , que ninguna cosa p r o - brar y hacer conmemoración de las mismas llagas en el
curaba con mayor estudio, que encubrir este tan grande Martirologio romano á los 17 de setiembre, por órden del
y lan singular don de Dios. Para esto de allí adelante l l e - papa Sixto V ,
vaba los piés calzados, las manos cubiertas con el hábito,
Nó solamente imprimió el Sefior las señales de su cruz y
y unos zaiiigii0iies lan altos, que cubrían la llaga del
pasión en el costado, piés y manos de san Francisco,
costado. Mas como el Señor se las habia dado para h o n -
para honrarle con su librea en la tierra, sino también
rarle y hacerle glorioso en el mundo , quiso que so vie-
para que padeciese mas, y con las grandes aflicciones y
sen y so supiesen, y quedasen ennoblecidas con muchos
dolores, fuese un dibujo de los dolores y lormcnlos de la
uulagros y divinas revelaciones. Viéronlas, viviendo el
cruz del mismo Cristo, Para esto, luego que recibió las sa-
nnopai]l.e,niuch0Sl.tjlig¡osos dcsu loscu;iles gradas llagas, tuvo muy recias y dolorosas enfermedades,
lo afirmaron con juramento solemne: viéronlas algunos que le consumieron de tal manera, que no le quedó sino el
ca.denales ín irnos aimgos suyos, los cuales de palabra pellejo y los huesos, y mas parecía un relí alo vivo de la
y por escrito dieron lest.monio de ellas: violas el papa muerte, que hombro con vida : y llevaba con tan extraf-a
Alejandro IV , y en un sermón (en qUe Se ha]|ó san paciencia sus males, que rogó al Seíior, que sobro aque-
navenlura) dijo que 61 mismo las había visto con sus pro- llos dolores le enviase otros mucho mayores, si aquella
1G0 LA LEYENDA DE ORO. DÍA 4
ora su ^voluntad. Mucho áulcs dijo á sus frailes, que Dios Ic verenciarle, y cantar himnos al Señor. A la mañana l o -
liabia revelado su muerte, y cuando hahia de ser; y el maron ramos de árboles y cirios encendidos, y con una
mismo dia en que murió, les avisó que aquel dia seria. procesión bien larga y bien ordenada, pasaron por la iglesia
En la ullima enfermedad, se hizo llevar á Sania 3íaríadc de San Damián, donde estaba la santa vígen Clara: ella y
Porciúncula: y cuando ya qucria espirar, como verdade- las monjas llegaron al santo cuerpo, y vieron las llaga, y
ro amador d é l a pobreza (por ser semejante á Crislo, que se las besaron con increible llanto, admiración y ternura:
m u r i ó desnudo en la cruz), se desnudó fodo, y se postró de allí entraron en Asís, y con toda reverencia le coloca-
en la (ierra desnudo i y para que no se viese la llaga del ron en la iglesia de San Gregorio, en la cual, siendo niño,
costado, con la mano izquierda la cubria. Comenzaron todos habia aprendido las primeras letras. Los milagros que el
á llorar, y él les dijo: Yo, hermanos, yahe hecho lo que á Señor obró por el santo después de muerto, fueron m u -
mí me loca : vosotros haced lo que Cristo os e n s e ñ a r e . chos y muy grandes: por los cuales y por su santísima
Entendió estas palabras un fraile, á quien el santo solia vida, el papa Gregorio X I , personalmente vino á la ciudad
llamar su guardián , y tomó un hábito viejo y un cordón, de Asís, y con gran solemnidad le canonizó y le puso en
y diósele diciendo: Hermano, vos no tenéis hábito en que el catálogo de los santos, á 16 de julio del año de 1228:
morir, porque sois pobre memligo y desnudo: este hábito y después, el a ñ o de 1230, celebrando sus frailes capítulo
os damos de limosna, y por amor de Dios; nó dado, sino general en Asís, trasladaron su sagrado cuerpo á la iglesia
prestado; y vos le recibid en virtud de santa obediencia. que se habia edificado de su nombre, á los 2í> de mayo, y
Alegróse el santo sobremanera, por verse morir pidien- fué hallado el cuerpo con un olor celestial y maravillo-
do limosna, y con vestido; y por ello dió muchas gracias so: y de esta traslación hace mención el Martirologio r o -
á Dios, y mandó á los frailes en obediencia de caridad, mano.
que en viéndole ya difunto, le dejasen en el suelo desnudo, Pero no es justo que callemos el modo con que el Señor
tanto tiempo, cuanto se pudiese andar despacio una milla. después acá, se ha mostrado maravilloso y glorioso en el
Después los exhortó al amor de Dios, de la santa pobreza seráfico padre san Francisco, porque á mi ver es una do
y paciencia, y á morir por la fé de la santa Iglesia roma- las cosas mas raras que de ningún santo se leen. Dirélo
na; y cruzados las brazos, dió su bendición á los presen- de la manera que lo rellcre la Crónica de los Menores, en
tes y á los ausentes, y dijo: Quedaos, hijos mios, en el el capítulo 1.0 del décimo libro. Dice, pues, que el estar el
temor del S e ñ o r , y permaneced en él siempre; porque la «uerpo del glorioso san Francisco sepultado en el monas-
tentación y tribulación venidera ya se acerca: dichosos se- terio de Asís, es cosa cierta; mas que no lo es, en q u é l u -
rán los que perseveraren en el bien comenzado. Yo voy gar, y como e s t é : porque solo se sabe que está en una b ó -
aprisa alSefior, á cuya gracia os encomiendo. Luego hizo veda, debajo do la capilla mayor de la iglesia de San
que le leyesen la pasión en el Evangelio de san Juan, des- Francisco. Añade que el papa Nicolao, que debia ser el
de aquellas palabras: Anle diem feslum Pascha;: y des- IV do este nombro, y el que f u é , antes de serlo, ministro
p u é s de leida, él mismo, como pudo, comenzó á decir el general de h órden, y comenzó ser papa el año del Se-
salmo 1 4 1 , que comienza: (f Con mi voz he clamado al ñor de 1228, setenta y dos años después que murió el
S e ñ o r : Con mi voz he suplicado al S e ñ o r : » y díjole todo santo, desoando mucho ver su sagrado cuerpo, entró
hasta acabar con las últimas palabras : «Sacad Señor, mí una noche en aquella bóveda, acompañado solamente do
alma de la cárcel, para que confiese vuestro sanio nombre, un cardenal y de un obispo, de su secretario y del guar-
porque los justos me están esperando, para que me deis dián del convento, que se le mostraba: y que el cardenal
galardón : » y en diciendo estas palabras, dió el alma al después, estando á la hora de su muerte, declaró á un
Criador, un sábado á puesta del sol, á 4 de octubre, año grande amigo suyo, la forma con que estaba el santo cuer-
del Señor de 12iG, á los veinte de su conversión, y cua- po, por estas palabras: «Era cosa (dice) de admiración,
íonta y cinco de su edad. Aparecióse en aquella hora que que un cuerpo humano, muerto de tanto tiempo, estuviese
espiró, al obispo de Asís, que habia ¡do á San Miguel del do la manera que él estaba; porque estaba en pié derecho,
no allegado ni recostado á parte alguna. Tenia los ojos
monle Gargano , y le dijo : Ya dejo al mundo y voy al cie-
abiertos, como de persona viva y alzados hacia el cielo
lo. También apareció á un g u a r d i á n , llamado Fr. Agus-
moderadamente. Eslaba todo el cuerpo entero, sin corrup-
tín, quo estaba agonizando y sin habla, en el postrer
ción alguna, blanco y colorado, como si estuviera vivo.
trance de la muerte : q u i é n , cuando vió á su santo padre,
Tenia las manos cubiertas con las mangas del hábito de-
clamó súbitamente, y dijo: A g u á r d a m e , padre, aguarda,
lante de los pechos, como las acostumbran traer los frailes
que ya voy contigo. Y preguntándole lo que decia, res-
menores, Viéndole así el papa, puso las rodillas en tierra
pondió : ¿No veis á nuestro padre san Francisco, que se
con gran reverencia y devoción, y alzó el hábito do enci-
ya al cielo? Y diciendo esto, espiró. Otras muchas revela-
ma del pié, y vió él y los que allí estábamos, que en
ciones hubo de la gloria do este santísimo patriarca. En
aquel santo pié estaba la llaga, con la sangre tan fre?ca y
sabiendo que era muerto, concurrieron de Asís y de to-
reciente, como si en aquella hora se hiciera con-hierro en
dos los pueblos comarcanos, gran muchedumbre de perso-
algún cuerpo vivo. El otro pié no le vimos, porque estaba
nas elesiáslicas y seglares, á ver y besar las sacratísi-
cubierto con el hábito, y teníale tomado debajo del p i é ; y
mas llagas, que ya estaban para todos patentes y descu-
el señor prfpa descubrió las manos, y vimos que en ellas
biertas.
tenia las llagas, como las del p i é ; y asi, le besamos las
Quedó su cuerpo muy hermoso y resplandeciente, h a -
manos y el pié. Mirósusantidad el lado derecho, y v i ó q u o
biendo sido envida algo moreno y consumido por los m u -
tenia el hábito abierto, y la llaga tan fresca y reciente,
chos trabajos, asperezas y enfermedades. Sus miembros
como las de las manos y de los pies; y él solo y nó noso-
quedaron tan tratables y blandos, como si fueran de algún
tros, la besó, y la boca del santo, y sintió tanta devoción y
niño tierno. Toda aquella noche se gat ló en mirarle y re-
DIA 4. OCTÜBRK. iG|
santidaJ interior, que fué cosa maravillosa, según Bt mos- piísima, y tan docto, que escribió un libro de la Ordena-
traba por los afectos exteriores. Finalmente, tanta conso- ción del obispo, lleno de doctrina y piedad. Procuró el
lación y suavidad sentimos lodos en el alma y en el cuer- padre Petronio que su hijo Petronio fuese adornado de t o -
po, que no mirábamos que se Labia pasado toda la no- das las ciencias y virtudes, y en todo semejante á é l : y el
c h e . » Todas estas son palabras de aquel cardenal, que hijo, que de suyo era bien inclinado , con lal ejemplo y
poco después dió su alma á Dios, referidas en la crónica, maestro creció mucho en v i r t u d , en lelras y honrado trato
como se ha dicho. Pues ¿quién no ve las grandezas y ex- con sus iguales. Entro las otras buenas costumbres que te-
celencias de este pequeño y humilde siervo del Sefior : y nia nuestro Petronio, era una muy loable, que antes de
que cuanto ól mas se abatió y deshizo por amor de Diosen comenzar cualquiera cosa, hacia oración y pedia favor á
el mundo; tanto el mismo Dios le ha sublimado y he- nuestro Señor para comenzarla y acabarla en su santo
cho mas glorioso cu el cielo y en la tierra ? Desnudóse de nombre. Creció en edad san Petronio : y alumbrado con
todos sus vestidos delanle del obispo; y vistióle el Señor la luz del ciclo en el conocimiento de la vanidad de todas
de su espíritu y de su gracia. Tomó por esposo la santa las cosas de la tierra, y encendido en el amor de Dios y de
pobreza, y amóla con entrañable afecto ; y en pago le en- toda perfección, se fué á Egipto, por entender que en
riqueció Dios con tantos y lan divinos dones, y le hizo pa- aquella provincia habia enjambre de monges que vivían
dre de un minero innumerable de hijos santísimos, ricos nó como hombres en cuerpo mortal, sino como ángeles
por la pobreza de su padre, abastado en las menguas tem- venidos del cielo, á los cuales él deseaba imitar, y para
porales, y señores de las haciendas de los fieles, por ha- esto verlos, hablarlos, conversarlos familiarmente y com-
ber despreciado las suyas. Porque ¿ d e dónde se ha pro- prender bien sus reglas é instituto. Así lo hizo ; y después
pagado y extendido tanto por todos los reinos, provincias de haberse enterado bien de la maravillosa y celestial vida
y naciones del mundo, la sagrada órden de san Francisco? de los monges, volvió á su casa y escribió lo que habia vis-
¿De dónde se han multiplicado tanto sus conventos, y cre- to y oído de las vidas de algunos monges santos, los cua-
cido tanto la muchedumbre de sus hijos, como vemos, les los oíros mongos después lomaron por dechado y por
sino por los morecimientos y virtudes de su gran padre? un vivo retrato de la vida monástica y de toda per-
La bendición que con lyn larga mano echó el Señor desde fección.
el cielo á san Francisco, esa ha caido sobre toda su órden,
Fué asimismo á la ciudad de Jerusalen para ver, adorar
y le ha dado tantos, lan santos, tan doctos, admirables y
y reverenciar aquellos santos lugares que habian sido
fructuosos hijos, tantos mártires, doctores, confesores y vír-
consagrados con la vida y muerte de Jesucristo nuestro
genes, tantos sumos pontífices, cardenales y prelados que
Salvador, notando el sitio y bascosas particulares de cada
con su vida, doctrina y gobierno, han sustentado 6 ilus-
uno. Tuvo noticia el emperador Teodoro el Menor, de las
Irado la Iglesia católica. „
grandes excelencias de nuestro Petronio, y comenzóle á
Fué el padre san Francisco de estatura mediana, y an- estimar y honrar por su santidad y buenas costumbres,
tes pequeño que grande, el rostro un poco largo, la frente no nada ménos que habia honrado á Petronio, su padre,
llena, los ojos negros y apacibles, y no grandes, los cabe- por sus muchas lelras y rara prudencia. Servíase de él:
llos de la cabeza y ¡a barba eran negros, la nariz igual y tomaba su consejo: dábale mano en los negocios graves, y
delgada, y las orejas pequeñas. Era de rostroalegre y be- particularmente en uno que se ofreció en su tiempo y era
nigno, antes moreno que blanco; su lengua era aguda y gravísimo, quiso servirse de san Petronio; porque habien-
viva, la voz clara, dulce y sonora. Era naturalmente elo- do el desventurado mongo Nestorio puesto su lengua sa-
cuente, y de muchas y buenas palabras, de muy pocas crilega en la sacratísima Virgen María nuestra Señora, é
carnes y delicada complexión, y de grande ingenio y es- inficionado á muchos con su veneno, para atajar el mal
píritu en lo que emprendía. El abad Joaquín, ánles que ántes que cundiese y cobrase fuerzas, y extinguir aquel
santo Domingo y san Francisco instituyesen sus religio- incendio, envió Teodosio á Petronio por su embajador á
nes, hizo pintar en San Marcos de Venecia, las imágenes Roma, para tratar del remedio con el sumo pontífice, que
de san Francisca con sus llagas y hábito, y de sanio Do- á la sazón era Celestino, I de este nombre. Llegó á Roma
mingo con el suyo. Tengamos lodos gran devoción con Petronio: propuso su embajada; y Celestino se resolvió á
este santísimo patriarca: imitemos (en la manera que convocar concilio general en la ciudad de Efeso; y asf se
nuestra flaqueza pudiere) sus heroicas virtudes: seamos c o n v o c ó , y e n élfué reconvenido ycondenadoNestorio y sus
humildes; estimemos-las cosas de la tierra, nó en lo que secuaces. Pero sucedió una cosa en esta jornada y embajada
parecen, 8Íno en ¡0 ^ S0I). apeiezC;imos y anhelemos á de Petronio, notable; y fué a s í : que al tiempo quePelronio
las del cielo: arda nuestro corazón y derrítase con el llegó á Roma, habia muerto en Bolonia, Félix, obispo de
r St!ftor, y quec[e llagado con la memoria de sus aquella ciudad, y venido embajadores d é l a misma ciudad
preciosas llagas para suplicar al papa queles diese obispo y digno sucesor de
Y reverenciemos con enlrañable afecto,
Félix. Ántes que llegasen á Roma los embajadores, apa-
<» estampó en el cuerpo deí seráfico padre
san Francisco, para dPfia..^ i •< • reció san Pedro, apóstol, en sueños á Celestino, y dfjole,
' v \ declararnos que en el espíritu v en la
carne, era un verdadero r ^ i r - , ^ i n • i r i ^ que Félix, obispo de Bolonia, era muerto, y que presto
c ' . ucloietrato de Cristo crucificado. El
oeñor nos lo conceda ñor • J i • llcgaria á Roma Petronio, enviado del emperador Teodo-
ZZ, . . .. pur las oraciones del mismo santo
pactre y de otros hijos suyos m » a<.IA I •i sio, y que á él y n ó á o t r o , hiciese obispo de Bolonia;
la lierr!» í,J!>'Mne están en el cielo y en porque no había otro ninguno para aquel oficio mejor que
ra. Amen.
él, ni que diese tanta satisfacción á los bolonieses. Con
d e l ^ P ^ ^ ^ f ' 0 B t S f ^ C0NF.ES0R --San Petronio, obispo
esta visión (la cual declaró el papa á los embajadores do
t l í Q T \ ^ h,J0 ^ ' T 1 0 ; Var0,, en s ^ letras y
cargos clarísimo, que nació en Constantinopla y fué pre- Bolonia, y al mismo Petronio) le hizo obispo: y aunque óí
fecto del pretorio, que era dignidad en aquel tiempo por su humildad se quiso escusar, no pudo; y al Gn, como
ara-
TOMO 111, 2i
U'rl LA LEYKM) A
hijo de obodioncia, b;ijó la calicxa y acopló la carga que
m 0110. DÍA 4.
Unronío en las anotaciones del Martirologio, á los i de oc-
Dios y su vicario en su nombro, le daban.
tubre. La vida de san Petronio trae el P Fr. Lorenzo Surío
Fue recibido de loda la ciudad de Bolonia con extraordi-
en su quinto tomo, con nombre de Carlos Sígonio ; pero
naria alegría y regocijo; y él entró en la iglesia de San
aquella vida es de Pedro Galesino, como el mismo Galesi-
Pedro, que era la catedral, y á la sazón estaba fuera de la
no lo dice en las Anotaciones sobre su martirio, á los 4 do
ciudad, y suplicó afecliiosamenle al Sefior, que pues le
octubre. Hacen mención de san Petronio el Martirologio
había mandado ser obispo, le diese su espíritu y fuerzas
romano, san E u q u e r í o , Genadio, Adon, Víncencío Bello-
para serlo, según su santa voluntad, y hombros para lle^
vacense, san Antoníno, Pedro de Matalibus, Trilemío, Ba-
var lan pesada carga. Todavía duraban en llalla en aquel
ronio y otros.
tiempo las reliquias de los herejes arriarlos que turbaron
* LOS SANTOS HERMANOS MABCOS ¥ MánCIANO, CON SLS
toda la Iglesia católica, y habían arruinado con b á r b a r a y
COMPAÑEROS, MÁRTIRES.—Entre todas las p e r s e c n c Í D n e s que
cruel impiedad muchos templos de católicos; y pai te de
esperimenló la Iglesia, la mas cruel fué la que sufrió i m -
esta ruina habia cabido á la iglesia de holonia. Para repa-
perando Díoclcciano el año 304 de Jesucrilo. La sangre
rarla, á mas de su sania vida y celestial doctrina con que
corría por todas parles y especialmente en Egipto y en la
ganaba y alumbraba los corazones de sus subditos, deter-
Tebaida. Eusebío la describe de un modo que causa h o r -
minó Petronio reparar las iglesias caídas y edificar otras
ror: «unos, dice, fueron cruelmente azotados, despeda-
de nuevo, con gran gusto y contento de todo el pueblo; y
zados con garfios de hierro, descoyuntados sus miembros:
así edificó una á san Bartolomé, apóstol, otra á san Mar-
otros decapitados, arrojados al mar, quemados, crucifica-
cos, evangelista, la tercera á s a n Fabián y Sebastian, m á r -
dos, muchos enclavados en cruces con las cabezas hacia
tires, la cuarta y qninla á los santos confesól es Martín y
abajo, é innumerables empaladcs. Entre los que mas t u -
Barbacíano, y otras dos á las sagradas vírgenes santa
vieron que sufrir de estos mártires cuénlanse los santos
Agueda y santa Lucía. A mas de estas hizo otras dos, que
Marcos y Marciano hermanos según la carne, y unidos al
dedicó, la una á san Ksteban, protomártir, y la otra á s a n
propio tiempo por los vínculos de la caridad.
Juan , evangelista , haciendo poner en ellas y representar
Los SANTOS CRISPO Y CAYO, CONFESORES.— Parece que
al vivo los lugares mas señalados que él había visto en la
eran de Corinto, y que en dicha ciudad les convirtió á la
ciudad de Jerusalcn,
le y les bautizó el apóstol san Pablo. Este santo en su p r i -
Pero sucedió que cuando se labraba la iglesia de San mera carta á los corintios, dice es'as palabras en el c a p í -
Esteban, una columna cayó íobre un oficial de los que a n - lulo 1 : n Gracias á Dios porque no he bautizado á n i n g u n o
daban en la obra, y le quebrantó de manera que allí luego de vosotros sino á Crispo y á Cayo; para que n i n g u n o d i -
perdió la vida. Púsose en oración san Petronio, y luego re- ga que en mi nombre habéis sido bautizados.» Además,
sucitó el hombre muerto, ron grande admiración de todos el mismo apóstol en la carta á los romanos, cap. 16, dico:
los que estaban presentes y de los que después lo supie- « O s saluda Cayo, mi huésped, y toda la Iglesia.» Dees-
ron ; y por este milagro y por otros conocieron la gran tas palabras han inferido algunos que san Pablo vivia en
santidad de Petronio. También consagró la iglesia de San Corinto, en la casa de Cayo, el cual lenia sus puertas abier-
Vital y Agrícola , mártires , en el mismo lugar di nde fue- tas á lodos los pobres, principalmente á los cristianos, y
ron martirizados, á ruego de la santa viuda Juliana, q u e á que se ocupaba en ejercer las obras de una santa hospila-
su costa la habia mandado labrar. Hizo asimismo acre- lidad. Sabemos por el Menologio griego que estos dos san-
centur el circuito de la ciudad; y habiendo ido á Conslan- tos fueron muy célebres en las Iglesias de Asia, no solo
tinopla, trajo de ella muchas y grandes reliquias que le por los milagros que obraron, sino también por la fama
dió el emperador Teodosio, y él las colocó en algunos de que dejaron d e s ú s sublimes virtudes. La opinión mas pro-
los templos que habia edificado, y especialmente en el de bable es que murieron ambos en paz á fines del segundo
San Esteban, para ornato y defensa de aquella nobilísima tercio del siglo I .
ciudad. Despm-s de haber gobernado algunos años santísi- SANTA AUREA , VÍRGEN.—Cuando san Eloy fundó en Pa-
mamente su Iglesia, cayó malo: y entendiendo que Dios rís un monasterio de religiosas, el 6 3 1 , puso al frente de
nuestro; Sefior le quería hacer merced de librarle de la la nueva comunidad á una vírgen noble y santa, llamada
cárcel del cuerpo y llevarlo á gozar de s í , llamó á sus c l é - Aurea, natural de la misma ciudad, y dolada de cualida-
rigos y encomendóles su Iglesia y la fó católica : y ha- des sobresalientes. La santa gobernó aquella casa por espa-
biendo recibido devolísímamente lodos los santos sacra- cio de treinta y tres ahos con admirable santidad siendo el
mentos, dió su espíritu al Señor que lo ilustró con muchos modelo de todas sus hermanas. Un año antes de su muer-
y esclarecidos milagros. Enterraron su sagrado cuerpo en te , se le apareció san Eloy en una visión, y 1c advirtió
b iglesia de San E s l é b a n : y habiendo estado muchos anos que se preparase para el tránsito á la eternidad. Llena de
encubierto, queriendo Enrique, obispo de Bolonia, recono- a l e g r í a , aumentó sus inefables fervores , y conversando
cer las reliquias que tenia en su Iglesia, se descubrió por tranquilamente con sus hermanas y con los sacerdotes que
divina revelación, siendo sumo ponüücc Inocencio, I I de la asistian , entregó Aurea su espiniu al Criador , el dia
este nombre; y desde entonces se ordenó que se celebrase i do octubre del año 666 , y poco después murieron tam-
la invención do su santo cuerpo el mismo día que se cele- bién sesenta de sus religiosas, arrebatadas por una peste
bra su muerte, que es á los í de octubre; y fué- imperan- asoladora que hubo á la sazón en París.
do en el Oriente el menor Teodosio, y en Occidente Va-
Los SANTOS CAYO , FAUSTO , EUSEBÍO , QÜEKEMON , Lucio
Icntiníano el I I I , su sobrino.
Y sos COMPASEROS, MÁRTIRES.—Todos estos santos eran ó
Algunos hacen á Petronio mas antiguo que esto, y dicen presbíteros ó diáconos de la Iglesia de Alejandría , y dis-
que murió el ano del Sefior de 306 ó de 3 8 3 ; pero fácil- cípulos de san Dionisio, obispo de la misma ciudad. Cayo
menle se pueden convencer con lo que notó el cardenal y Fausto fueron desterrados con su prelado , y consuma-
DÍA i ) . OCTÜliM 103
ron d luarllriudespucs de varios tormentos. Ensebio, Que- do, que comenzó luego en aquella lierna edad á aprove^
loinon y Lucio, después que su inot-stro fué enviado al cbar mucho en la virtud. Amaba la abstinencia ; abrazaba
dtólierro , ayudados por divina virlud , so ocupaion en v i - las vigilias , los ayunos y asperezas: era muy humilde y
sitar con fret uencia á los cristianos que se hallaban en- muy puntual en la obediencia, modesto, callado, vergon-
carcelados, les consolaban, les proporcionaban el alimen- zoso ; y en el seso y compostura parecía viejo. Tomóle
to necesario, y daban sepultura á los cuerpos de los que parlicular amor san Benito, por su nobleza y buena condi-
eran marlirizados. Nada Ies arredraba , y á pesar de los ción, y mucho mas, porque en tan pequeños años se aven-
grandes peligros que c o m a n , continuaban predicando l i - tajaba tanto en toda perfección. No se contentó Tertulo de
bremente el Evangelio en los parajes mas públicos de la haber ofrecido su hijo al santo; mas habiendo entendido
ciudad. Por esto fueron presos y llevados delante del pre- que fundaba un monasterio en Monte Casino, le hizo do-
fecto de Alejandría, por cuyo mandato fueron puestos en nación de muchas tierras , pagos y heredades , que allí
el ecúlco y escarnificados ó despedazados basta que die- cerca tenia, y á mas de estas le dró diez y ocho vil'aí 6
ron su espíritu á Dios, glorificándole y cantando sus d i v i - cortijos en Sicilia, con puertos, bosques, rios, pesquerías
nas alabanzas. Sucedió este martirio por los anos de 2J}6, y molinos : tanta fué la piedad de este caballero , y tan
reinando el emperador Valeriano. persuadido estaba que aquella donación tan liberal, hecha
S A \ HIEROTEO, CONFESOR,—Fné de Atenas, y discípulo para fundar monasterios y sustentar á ios siervos de Dios,
del apóstol san Tablo, que le administró e! bautismo cuan- era acepta al Señor , que le había dado á éi aquellos bie-
do estuvo en aquella ciudad. Galesinio dice que fué consa- nes. Luego qne en Sicilia se supo lo que Terluio habia da-
grado obispo de su patria Atenas, por los apóstoles , y do á los mongos , no falló quien por codicia procuró apo-
que en su vida les imitó en todas las virludes. Ilierotco es- derarse de aquellas heredades, y tiranizar las con fuerza y
tuvo encargado por san Pablo , de instruir en los misterios violencia : como si por haberse dado á la religión, fueran
de la religión cristiana á Dionisio el Areopagita , que el mal dadas, ó Dios nuestro Señor no tuviese cuenta con los
Apóstol habia convertido. Escribió varios libros de cien- agravios que se hacen á sus siervos. Cuando tuvo noticia
cias eclesiásticas, los cuales se han perdido, y sublima- el padre san Benito de lo que pasaba en Sicilia, determinó
do á la eminencia de las mas puras virludes; durmió san- enviar á ella á Plácido: porque, aunque era mozo de veinte
tamente en el Señor por los últimos atlos del siglo l de la y un afios, por su gran religión y cordura , y por ser hijo
Iglesia. de Teriulo, juzgó que podía mejor que otro amparar aque-
llos bienes y sacarlos de Jas u ñ a s de los que ya so habían
SAN PF.ÜUO, ODISPO T MÁRTIII. — Griego de nacimiento, y
entrado en ellos. El santo mozo, como lujo de obediencia,
muy instruido en los estudios sagrados,fue elevado á la si-
aceptó la i d a , y acompañado de dos familiares , Gordiano
lla episcopal de Damasco, por el voto u n á n i m e del clero y
y Donato, salió de Monte Casino en 20 dias de mayo, alio
puesto cristiano de la misma ciudad. Con su predicacií n y
del Señor de 336: Llegó á Capua, donde fué recibido con
sus santos ejemplos estendió en gran manera el rebaño de
mueba caridad de san G e r m á n , obispo de la misma c i u -
Jrsücnsio.Anles de ser protm vido al sacerdocio habia sido
dad y de allí siguió su camino por Canosa (que es en la
casado, y dcsn matrimnniü tenia (res hijos, que se retira-
provincia de Apulla) , y por Rijoles hasta ¡legar á Sicilia.
ron con él á hacer vida eremítica en un desierto, del oual
Por todo el camino bizo grandes milagros : sanó á un sa-
salió para ser consagrado obispo. En medio de sus traba-
cerdote de la Iglesia de Capua ¡ llamado Zofas, que estaba
jos, fué interrumpido por haberle acusado de blasfemo de-
imty enfermo de la cabeza : á un ciego, haciendo la seña
lante de un príncipe de los árabes. En castigo fué cende-
de la cruz sobre sus ojos : á un niño que estaba á pn»to do
, nado á que le cortasen la lengua ; pero á pesar de esto Pe-
espirar; y á.una doncella , ciega, sorda y muda. Lanzó
dro conlinuaba hablando mejor y con mas velocidad: en-
muclios demonios de los cuerpos ; y á otros muchos que
tonces le arrancaron los ojos, le corfaron la mano dei echa
estaban dolientes de varias enfermedades, y sin esperanza
y los piés , !c clavaron en una cruz, lo degollaron , y lo
de salud, se la resliUiy6 el santo mozo con sus oraciones,
echaron al fuego, y no contentos aun con todo esto, arro-
de manera que la fama de san Plácido se divulgó por don-
jaron sus cenizas al rio. Su martirio fué en el año 713.
de quiera que iba ; y así, cuando llegó á Sicilia, fué reci-
bidocon grande reverencia y admiración, y como un á n -
DIA S. gel venido del cielo ; y en la misma isla de Sicilia, obró
también muchos y grandes milagros, en beneficio d é l o s
SAN PLÁCIDO, T srs COMPASUROS , MÁRTIRES. — E n e] moradores de aquella tierra. Llegó á la ciudad de Mecina:
tiempo -que el glorioso patriarca san iíeuilo resplandecia y queriéndole tener en su casa un caballero principal, y
en el mundo, y le alumbraba con su santísima vida y m i - muy grande amigo de su padre, que se llamaba Mesalino,
lagros, y con la institución de su religión , vivía en liorna no quiso estar mas de solo un dia en ella , diciendo , quo
Terfulo, caballero y señor ilustrisimo y riquísimo ; y des- los monges no han de estar aposentados en casa de segla-
pués de los emperadores, de muy alta dignidad. Tuvo este res; poi que el trato de los unos y de los otros es diferente-
caballero por hijos á Plácido, Eutiquio, Victorino y Fia- Concertóse con los que habían usurpado las villas y tier-
via : y como era no menos piadoso que poderoso, enten- ras de su padre y eran ya de su ó r d e n , de manera que
diendo las grandezas y obras maravillosas que Dios obraba ellos estuviesen con buena conciencia , y su religión no
por san Benito, y deseando que su hijo Plácido ( que era fuese agraviada. Comenzó allí cerca del puerto de Mecina
el mayor) se criase en toda virtud , y en eJ sanio temor á edificar un monasterio para sus religiosos, y un oratorio
del S e ñ o r , le ofreció, siendo de siete años á san Benita, á san Juan Bautista , el cual fué consagrado por el obispo
suplicándole que le instruyese de su mano, y íe enseñase de Mecina, y la obra de! monaslerio se acabó al cuarto año
«1 camino derecho de la bienaventuranza. Quedó Plácido después de su venida á Sicilia. Fue tan períecla la vida de
con su santo maestro ; y era tan dócil y tan bien inclina-
LA LEYENDA DE ORO. DIA 5.
Vlacido, y sus palabras tan encendidas en el divino amor, visto que con tormentos no la podían vencer , pretendió
que acompañadas con loa milagros que Dios obraba por él, que algunos de sus sayones mas desvergonzados y atrevi-
inflamaba los corazones de mucbos para que, aborreciendo dos la forzasen y la diesen el mayor tormento que la santa
los estados vanos del mundo, y los deleiles y regalos da- virgen podía recibir : pero ella hizo oración á Dios; y el
ñosos de la carne, libremente se diesen á Dios. Empleá- Señor, que es tan amigo de la castidad, la defendió de ma-
base san Plácido en conlínua oración y medilacion , y re- nera, que todos los que querían llegarse á ella , quedaron
galaba su espíritu en el SeOor derramando muchas l á g r i - mancos y tullidos ; y con esto la dejaron. Cada día man-
mas. Kn la cuaresniii, los domingos, mártes y jueves a y u - daba iManucha traer á los santos delante de sí y darles
naba á pan y agua : los demás dias no comia cosa alguna; nuevos tormentos : y porque una vez vió (pie san Plácido
y en lodo el año no bebia vino: traía un cilicio á raiz de estaba muy regocijado en las penas, y alababa á Dios, le
sus carnes: su sueño era breve y ligero , y mas sentado mandó dar muchos golpes en la boca con una piedra : y
que echado: era manso, grave y benigno; y nunca se vió viendo que no bastaba esto para que el santo cesase en las
airado : no hablaba sino cuando la necesidad lo pedia, ó alabanzas de Dios, le hizo cortar la lengua ; mas después
para consolar á los monges, ó los pobres, ó para negocio de corlada , hablaba mejor y proseguía los loores del Se-
íorzoso y de caridad. Con esta vida tan áspera y tan per- ftor, haciéndole gracias por lo que en su nombre padecía.
fecta, trajo mucbos á la religión, y en breve tiempo se j u n - Túvolos tuda una noche colgados y alados, cargando sobre
taron con el otros treinta religiosos, que ílórecian con gran- sus piernas áncoras y piedras de grande peso , y fmal-
de ejemplo de santidad; y la religión del padre san Benito mente los mandó degollar, declarando en la sentencia que
se iba propagando en el mundo. los hacia mor ir porque adoraban y tenían por Dios á Cristo
crucificado. Lleváronlos á la marina , é hizo san Plácido
Tubiicose en Roma como estaba san Plácido en Sicilia :
oración al Señor, suplicándole por los méritos é intercesión
la vida que hacia : el monasterio que babia fundado; y los
de san Benito, su maestro , que Ies diese constancia para
milagros que Dios obraba por é l : y sus hermanos Euti-
pasar aquel trago de muerte, y llegar al puerto de la bie-
quio, Victorino y Flavia su hermana, con deseo de verle
naventuranza; y respondiendo todos sus compañeros
( porque'no le hablan visto desde que su padre Tertulo le
«amen , » rindieron el cuello al cuchillo, y fueron desca-
entregó á san Benito) navegaron á Sicilia , donde le ha-
bezados, y sus cuerpos estuvieron allí cuatro días, sin que
llaron , y fueron de,61 recibidos con singular gozo y ale-
se les diese sepultura. Destruyeron los bárbaros el monas-
g r í a , alabando al Señor porque les habia dado tal hermano
terio, sin dejar piedra sobre piedra ; aunque no locaron á
((ue tan de veras le servia. Deluvicronse en aquel monas-
la iglesia de San Juan Bautista : y entrando en sus navios,
terio algunos dias, y para que se entiendan los caminos
se partieron par a seguir- su viaje : pero el Señor envió lue-
que toma Dios para llevar los bombres al cielo y coronarles
go una tormenta tan brava y horrible, que allí en el faro y
do gloria, permitió que un moro, capitán de Abdala , rey
estrecho que bay entre Jlecina y Calabria , se hundieron
africano, que se llamaba Mamicha, saliese á este tiempo á
los cien navios y se ahogaron las diez y seis mil y ocho-
infestarla costa de Sicilia, y hacer guerra á los cristianos.
cientas personas que en ellos venian. Después Gordiano,
Traian una armada de cien navios , y cu ellos diez y seis
que fué uno de los dos compañeros que habían venido con
mil y ochocientos hombres de pelea. Llegaron al puerto de
san Plácido del Monte Gasino, y solo-{por ser mozo y estar
Mecina : y como el monasterio de san Juan Baulisla estaba
cerca de uu postigo cuando vinieron tos bárbaro?) se ha-
cerca de la marina, dieron de repente en é l , y con í m -
bía escapado , sepultó el cuerpo de san Plácido en la igle-
petu de bárbaros quebraron las puertas, y pusieron p r i -
sia de San Juan Bautista, y los cuerpos de los otros treinta
sion»ros á cuantos en él estaban. San Plácido, con sus her-
y tres mártires en el lugar donde fueron degollados. En la
manos Kutiquio, Yiclorino y Flavia, con Donato, Fauslo y
una parle y en la otra hizo Dios muchos milagros, sanando
Firmato, diácono, y con los treinta monges, fueron lleva-
á los enfermos que de todas pai tes venian á pedir salud,
dos en cadenas delante de Manucha, hombre feroz y b á r -
por intercesión de san Plácido y de sus benditos c o m p a ñ e -
baro, y mas Gero que un tigre : el cual, después que con
r os. Fué su martirio á los í> de octubre , á los trece a Ros
amenazas y espantos no pudo persuadirles que renegasen
del imperio de Jusliníano , y el año del Señor de 5 4 1 , se-
de nuestro Seilor Jesucristo, los mandó crudamente azotar
g ú n Gordiano, que fué el autor de la historia , y según el
y encerrarlos en una c á r c e l , y que allí no les diesen de
cardenal Baronio en las anotaciones enmendadas de la
comer y les diesen de palos y azotes, y los colgasen en
postrera impresión, el ano de liíOS. Era san Plácido do
nlto de los piés, y les diesen humo en los rostros. Después
veinte y sois años cuando m u r i ó ; y cuando el glorioso pa-
de este tormento mandó dar á cada uno un poco de cebada
dre san Benito supo el martirio de su hijo querido y de sus
y agua, para que se sustentasen ; y no muriendo, durase
santos c o m p a ñ e r o s , se alegró por eslremo, é hizo gracias
mas el tormento. Todos estaban con gran paciencia, cons-
al Señor que le habia dado tal hijo ; y á él Je habia coro-
tancia y alegría en sus penas, confesando y alabando al
nado con la corona del murlirio, y puéstole por ejemplo
Señor, por ver que padecían por su amor, y por la confe-
y dechado en su religión, y en toda la Iglesia, De san P l á -
sión de su fé, siendo san Plácido, el que, como capilan es-
cido escriben todos los Martirologios, y León Ostiense, Ca-
forzado, iba delante, y con su ejemplo los animaba. T a m -
siano, Tritemio, y el cardenal Baronio en las anotaciones
bién la sania doncella Flavia, su hermana, entre los otros
del Martirologio, y en el lomo vu de srrs Anales; y el su-
mostró gran fortaleza y valor del cielo; porque teniéndola
mo pontífice Sixto V, el año del Señor de 1588, que fué el
desnuda y levantada en alto, y despedazando sus carnes,
cuarto de su pontilicado, mandó que se celebrase su fiesta
y preguntándole el b á r b a r o tirano, como, siendo persona
en toda la Iglesia católica, con oíicio simple ; y en la Igle-
tan ilustre y romana, podía sufrir aquella ignominia y des-
sia de Mecina de San Juan Bautista, donde están sus sagra-
nudez ; ella le r e s p o n d i ó , que por amor de Jesucristo l o -
das reliquias, con oficio doble,
dos los tormentos le serian dultee. y la muerte, vida Y
I)fA 5. OCTUBRE.
SÍ.NTA CUIT:NV. VÍHÜ'N T M i a m . — D u r a n t e el reina- que eran á la sazón el ornamento de la Iglesia de Occi-
do de Diodociimo y siendo cónsul Domicio, ftió acusada dente, se apresuraban á rendir homenaje de admiración á
esta sania de profesar la religión cristiana, ante el gober- la piedad de la santa, que a d e m á s recibia sus instruccio-
nador de Grecia. Confesó libre y espontáneamente la r e - nes y sus consejos, como órdenes del cielo. Los últimos
ligión de Jesucristo, manifestando eslaba dispuesta á mo- años de su vida, fueron una serie de enfermedades conti-
l i r por su creencia. Fué por esta confesión cruelmente nuas, y la última que la llevó al sepulcro, fué un c á n c e r
a!ormeii(ada. le rasuraron la cabeza y se la cubrieron que le ocasionaba los mas agudos dolores. Gala murió
co i.carbuics encendidos, y luego alada una gran piedra al mártir del sufrimiento y de la penitencia, á mediados
cuello, fué arrojada al mar. Salvada milagrosamente pol- del siglo V I .
los ángeles, salió á la orilla sin lesión alguna, y presen- SAN PALMAGIO , Y SUS COMPASF.ROS, MÁRTIRES.—San Pal-
tándose de nuevo al gobernador, confuso éste, mandó macio era cónsul y patricio de la ciudad de Tréveris. D u -
1c corlasen las manos y los piés, le arrancasen los ojos y rante el imperio de Diocleciauo y Jlaximiano, por senten-
lo* dientes, y puesta después en oración, entregó su alma cia del presidente Ricciovaro, fué atormentado y degolla-
á Dios. ¡Ci ase el a ñ o 304. do en compañía de otros once patricios, que también eran
SAX TIUSKAS, OBISPO x MÁariR.—A. üiies del siglo I I , fué cristianos.
este sanio una de las mas esclarecidas lumbreras de la SAN FROILAN, OBISPO Y CONFIÍSOR.—Este santo es patrón
Iglesia de Asia, Gobernó la Iglesia de Enmenia, en Frigia, de la Iglesia de León, en E s p a ñ a . Nació en un arrabal de
y se declaró con ardiente zelo contra las extravagancias y la ciudad de Lugo en Galicia: sus padres cristianos y pia-
pretendidas profecías del heresiarca Montano. San Trascas dosos, le inspirarort aun en la niñez ideas muy verdade-
dió su vida por Jesucristo, siendo martirizado en Esmir- ras de lo que es la futileza y vanidad de las cosas del
na, el a ñ o 177. Su cuerpo fué enterrado en la misma c i u - mundo. Desde muy niño, resplandeció el siervo de Dios
dad, y su sepulcro resplandeció en muebos milagros. en amor al retiro y á la oración, afición al estudio de las
SAN APOUXARIO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué b i j o d e i m se- sagradas Letras y ejercicio de todas las virtudes. Antes de
nador de la ciudad de Viena, en Francia, cuya familia dió llegar á los diez y ocho anos, resuelto á vivir vida mas
á la Iglesia algunos santos y muebos obispos. San Ma- perfecta, dejó su casa y su patria, y so retiró á un desier-
merio, obispo de la misma ciudad, bajo cuya dirección to, para ocuparse en la contemplación de las cosas divinas,
babia Apolinario aprendido las ciencias y la virtud, le ad- y juntamente prepararse para el miuislorio de la predica-
mitió en la clerecía de su Iglesia, y le confirió las sagradas cien, á que se senlia llamado. Cuando salió del desierto,
orden 's. Hallándose después sin paslor la diócesis de V a - ptínsó andar de pueblo en pueblo, enseñando el camino de
lencia, en el Delímado, confióse su gobierno á san Apoli- la salud y la ciencia do los santos. Para estar mas seguro
nario, fp e fué cor sagr ado obispo hácia el año 480. Entre- de que era cierta esta vocación, inspirado de Dios, se puso
góse sin descauso á la reforma do los abusos que se lia- unas ascuas en lá lengua y en los labios, creyendo, que si
bian mlroducido en la disciplina, y aunque sus trabajos no le quemaban, le destinaba Dios para instrumento de la
apostólicos, fueron algunas veces interrumpidos por peno- salud ajena, y así fue. La primera noche que habia empe-
sas enfermedades, tuvo no obstante ocasión de despleg;ir zado su misión, vió dos palomas, una d.'color de fueg ) y
todo su zelo, lo cual le acarreó muchos enemigos. Uno do otra blanca, que llegándose á él, le entraron por la boca:
los altos empleados en la córte del rey de Horgoña, ha- al mismo tiempo se sintió abrasado en zelo de la honra de
bía conlraido matrimonio incestuoso, y el santo que se pro- Dios, y muy recreado con la suavidad de su espíritu. A
puso hacer cesar el escándalo que ocasionaba semejante este principio de su misión apostólica correspondieron los
unión, condonó al culpable, que lejos de arrepentirse le frutos de su predicación, convirtiéndose muchos pecado-
hizo desterrar. Pero con su paciencia triunfó Apolinario de res en sus auditorios, y mojorátidose nmchos justos. Des-
todos sus enemigos, y Dios lo resliluyó á su rebaño, el pués de haberse ejercitado en las tareas de la vida apostó-
cual santificó con sus virtudes, sus ejemplos y sus mila- lica, como tenia siempre vivo en su corazón el amor de la
gros. Estuvo unido en amislad, con los mas iluslros pre- soledad, andaba siempre recreando su espíritu en lo
lados de su época, y murió en la paz de Dios, por los
mas quebrado de los montes de León, donde le halló san
'"fios de tjás, después de un pontificado de mas de cua-
Alilano, que deseaba tenerle por director espiritual. Allí
renta anos.
fundó el santo un monasterio, que se hizo célebre por lo?,
SANTA GALA, VIUDA.—Nació en Roma, y fué hija del Pa- milagros de su venerable fundador, y por la regularidad
tricio Símmaco, á quien Toodorico, rey de Italia, hizo dar de la vida que en él se llevaba. Llegó la fama de Froilan
una muerte tan injusta como cruel. Desde la infancia mos- á Oviedo, córto entonces de los reyes de León, y don
tró Gala grande amor á la vii-md. Casáronla siendo aun Alonso el Magno quiso conocerle, y le dió amplísimo po-
muy jóven, pero quedó viuda antes do cumplirse el año der y gran cantidad do dinero, para que, escogiendo los
de su maliiiiKinio. Libre j a entonces de les ataduras del sitios mas acomodados de su reino, fundase en ellos mo-
mundo, cifró toda su ambición en agradar á Dios, y se re- nasterios, para refugio do los que quisiesen dejar el mun -
tiró a hacer vida solitaria. Gomo siempre habia sido muy do. U:d)iendo poco después vacado la silla de León, por los
dovota & ios apóstoles san i ^ l r o y san Pablo, mandó anos de 900, don Alonso, cediendo á los clamores del pue-
constrmruna pequeña celda junto á Ja iglesia de su se- blo y del clero, obligó á Froilan á que aceptase sobre sí
pulcro, so..re el monte Vaticano, se encerró en ella, y se aquella carga. Efectivamente, fué consagrado obispo aquel
entrego toda entera a la oración y 6 ,a p.-áctica de las bue-
mismo ano, el mismo día que lo fue san Alilano, para obis-
nas obras Sus considerables riquezas fueron patrimonio
po de Zamora. Un antiguo escritor de la vida de Froilan,
de los pobres, y durante su vida fué el consuelo de todos
dice, « q u e puesto en el candclero de ta dignidad, a l u m -
los necesitados. Los obispos, y todos los d e m á s personajes
bró toda aquella parte de la España con el resplandor de
u;0 LA LEYENDA DE ORO. DIA 0.
Ja luz eíornn, predicando por todas partes la palabra de mañana siguiente, fuéron á casa del obispo por la limosna
Dios: qne con la honra B»b¡ó cu él dt; punto la santidad, y que cada dia les daban, y pidiendo también para el h u é s -
r e d h i ú del d é l o grai'ia nhindantisima, para adocli in; r á ped, l e s d i ó el mayordomo un pez grande, el cual enlre-
los fieles do lodos estados. Adornóle también el Señor con garon á san Alilano para que le abriese, mientras ellos
dones maravillosos: poco ánles do morir, profetizó hs en- iban por lumbre yagua. Abrióle el siervo de Dios, y den-
fermedades, la hambre y la mortandad con que habia de tro de él halló el anillo que habia echado en el rio al salir
castigar Dios á aquel reino, para que sus autoridades y d é l a ciudad. Dió gracias al cielo por este prodigio, y e n -
sus habifantes fratasen de aplacar el divino enojo, prepa- tonces las campanas de Zamora se echaron á volar por- sí
rándose para aquella calamidad, con una enmienda ver- mismas, y el pueblo acudió á la ermita, y fué consotado
dadera de sus costumbres. También dijo de antemano el conel hallazgo de su verdadero pastor. Siete años sobrevi-
dia en que habia de morir, y á los de su clero, que habia vió Atilano á su peregrinación: en ellos atesorando cada
llamado al rededor de su leclio, los exhortó con gran zelo dia nuevos méritos, llegó al término de su dichosa carrera,
y fervor á que guardasen las leyes de su estado, y á que en el mes do octubre del año 9! 9. La gloria de su muí'rle
fuesen siempre leales á su vocación, y después entre- dió nueva fama á su virtud, por la cual mereció que Ur-
g ó dulcemente su alma á Dios, el dia 4 de octubre del bano I I , colocase su nombre entre los santos confesores.
año 906. SAN MARCELINO, OHISPO Y CONFESOII.—fiobernó en santi-
SAN FIKMVTO, mÁcoNO Y SANTA FI.AVIANA, VÍRGEM.—Es- dad la Iglesia de Unvena, por espacio de cincuenta a ñ o s ,
tos dos santos eran hermanos, y vivian en la ciudad de y en tan largo pontificado, fué siempre creciendo en él e l
Auxerre, practicando todas las virtudes cristianas, l'irmato suave olor de todas las virtudes. A pesar de tas calamida-
entre el clero de aquella Iglesia y Flaviana é n t r e l a s v í r - des públicas que afligieron á la Italia en aquellos tiempos,
genes consagradas á Jesucristo. Kn tiempo de Em ico, rey tuvo el santo oportunidad de dejar arregladas en gran par-
de los visigodos, tuvieron mucho que sufrir los cris!¡aiios te las cosas pertenecientes á la disciplina de la Iglesia, y do
de las Galias, y entonces fué cuando estos dos santos her- aumentar considerablemente su grey, con las nuevas con-
manos fueron degollados á causa de su amor A la religión quistas que hacia lodos los dias. Carenado de altos m é r i -
verdadera, sucediendo su marlirlo, el año Í G 6 . tos, murió Marcelino en el Señor, el aña 3 i ( ! , y al m o -
SAN ATIUNO OIIISPO v CONFKSOII.—Nació en Tarazona, y mento de espirar, empezó su cuerpo á exhalar un olor
fué hijo de las oraciones de sus padres, que después do suavísimo, que continuó hasta que hubieron colocado den-
haber estado mucho tiempo sin sucesión, vieron como v e - tro del sepulcro el sagrado cadáver.
nido del cielo aquel beneficio. Criáronle como correspoo-
din á ta nohleza de su c u m , y le hicieron aprender las DIA C.
ciencias divinas y humanas. Aun era muy jóven, y ya
dejó el mundo, rclirándose á un monasterio de San Benito, SAN R;U-NO, CONFESOR Y FUNDADOR.—El gran patriarca y
que bábía junio á Tarazona. A los diez y seis años profe- fundador de la sagrada órden de los •cartujos, san Bruno,
s ó , y perseveró, siendo modelo de santidad, hasta (pie, fué alemán de n a c i ó n , c hijo de ricos y nobles padres:
con licencia del abad, se fué en busca de san Froilan á las nació en la ciudad de Colonia. Desde niño mostró buena
m o n t a ñ a s de León, y se quedó con él. La virtud de eslos inclinación á la virlud y letras, y para que las aprendiese
dos santos anacoretas, atrajo á aquel lugar mucha gente mejor, siendo ya de edad conveniente, le enviaron sus
llamado de Dios á seguirles en su propósito. No se separa- padres á la universidad de P a r í s , que ílorecia mucho y
ron mas, hnsla que ambos fueron arrancados del desierto, era como madre de todas las ciencias. Aquí líruno se dió
el año 000 para ser colocados, Froilan en el obispado de á la filosofía y á la sagrada teología con tanto estudio y
León, y Atilano en el de Zamora. Diez años gobernó este cuidado, que se aventajó á los otros sus compañeros y
úllimo su diócesis, en los cuales experimentó España gran- vino á ser maestro excelente, y vnron docto y de fama, y
des calamidades. La esterilidad de los campos asolaba canónigo de la ciudad de. ftheinis. Sucedió en este tiempo
provincias enlei as, y el moro Almanzor. hizo además hor- on París una cosa notable y espantosa. Entre los otros i n -
ribles exfragos enlodo el reino de León, miserias que sir- signes doctores de aquella universidad habia uno muy
vieron para acrisolar la paciencia de Alilano, y en (pie amigo de B r u n o , de grande opinión de virtud y letras,
mostró el zelo que el SdMi1 le habia dado por la salud de el cual vino á morir , y llevándole á enterrar, fué acoir-
pañado su cuerpo de (oda la universidad y fie otra nmeba
su grey. Pasados estos diez años y sosegada la tormenta,
gente principa!. Estando en la iglesia haciéndole el ofeio
emprendió el santo una peregrinación á los lugares de Je-
divino de los finados como se acostumbra; al tiempo que
rusalcn, y áníes de partir de Zamora, dejó dispuesto el
uno de los clérigos cantaba aquella lección de Job que
modo cómo se hablan de distribuir las reñías á los po-
comienza Responde m i l ñ : Quanlas habeo iniquilales? quo
bres. Dicen que cuando se iba, arrojó en el Duero el a n i -
quiere decir : R e s p ó n d e m e : ¿Cuántas son mis maldades?
l l o , diciendo que hasta volverle á ver, no se daría por se-
el cuerpo del difunto que estaba en las andas, en medio
guro de haberle Dios perdonado sus culpas, Por la Pales-
de la iglesia levantó la cabeza y con una voz espanlosa
lina andaba con un solo c o m p a ñ e r o , mudó de traje para no
dijo: Por justo juicio de Dios soy acusado; y acabando de
ser conocido, iba desprevenido aun de lo necesario para
decir estas palabras, reclinó su cabeza en las andas como
comer, é iba pordioseando como los pobres peregrinos. A
ánles estaba. Asombiáronse con un caso tan nuevo y (an
los dos años de haberse ausentado de su diócesis, oyó en
extraño los circunstantes, y determinaron no'enterrarle
soéhóá una voz celestial que lo mandó volver á ella, y
hasta el dia siguiente para ver lo que sucedia. Tornaron
obedeció. Habiendo llegado do noche á Zamora, quedóse
á juntarse otro dia : y con la fama que se habia esparcido
fuera en la ermita de San Vicente, cuyos ermitaños le
de aquel caso concurrió mucha mas gente. Volvieron á
hospedaron y partieron con él su cena, sin conocerle. A la
DIA 0. OCTC1ÍRK. 1G7
hacer el oficio, y iil mismo tiempo que el primer clia, y porque el que promete perdón al penitente no promete el
tlela misma maiicra , se levanlo y (lió otra voz mas teme- día de mañana al que peca. Con estas y otras palabras
rosa que la primera, y d i j o : m jíWte juiL'io de Dios soy acompañadas de lagrimas que salían del pecho de Bruno,
juzgado: y luego se sosegó y se puso como antes. Fué la tierno, compungido y devoto, todos los seis compañeros
turbación "de los presentes'aun mayor que la del dia an- que lo estaban mucho con lo que habian visto y oido , se
tes : lomando su acuerdo le dejaron hasta el tercero dia: ofrecieron á seguirle , y vendidas y dadas sus haciendas
en el c u a l , haciendo el mismo oticio en el mismo punte á los pobres, se despidieron de sus parientes, conocidos y
se levantó I f tercera vez, y con voz mas terrible y tremenda amigos, y se pusieron en camino para ir á Grenoble, c i u -
dijo: Por justo juicio de Dios soy condenado, Oida esta dad de l'rancía, en el Delíinado, donde sabían que había
voz se pasmaron les que la habían oido, y mirándose unos un obispo de santísima vida, llamado Hugo, que los podía
á otros quedaron como muertos y asombrados. Enterra- amparar y favorecer en su diócesis , donde habia algunos
ron el cuerpo del difunto en el campo, y diéronle la se- lugares solitarios y muy apartados del bullicio y trato de
piillm a del asno, como dice el profeta Jeremías del rey los hombres , donde podían (olvidados de las cosas de la
Joaquin: porque en sagrado no le quisieron scpullar; lierra) entregarse á las del cielo y ocuparse en la contem-
pues él mismo confesaba de sí que era condenado. plación de Dios.
¿ Quién no se espantará de los justos juicios de Dios, El santo obispo H u g o , estando una noche durmiendo,
aunque ocultos? ¿ Quién no temerá lo que le puede suce- luvo un sueflo admirable con que Dios le despertó y 1c
der , viendo lo que sucedió á un letrado, que en los ojos siguiíicó lo que habia de ser. Parecióle que veia como en
de los hombres parecía de buena vida y de loables cos- un yermo de su obispado , que se llamaba la Cartuja, Dios
tumbres , y había muerto con todos los sacramentos y editicaba una casa para su morada; y que siete estrellas
con conocimiento de Dios, cuya censura y examen es muy resplandecientes á manera de corona , y levantadas algún
diferente de los hombres? Déla condenación de este m i - tanto del suelo , y en el sitio, movimiento, color y c l a r i -
serable hombre sacó nuestro Scfior (como suele) la sal- dad diferentes de las del cielo , iban delante de el como
vación de muchos, que se ganaron con la pérdida de guias , enseñándole el camino. Quedó el venerable obispo
uno. De estos el principal y como capitán y caudillo de con esta visión suspenso y perplejo , por no saber lo que
todos, fué san Bruno; porque tocado de la mano del Se- quería signilicar, hasta que el día siguiente llegó san
ñ o r , deshaciéndose ea l á g r i m a s y considerando la b r e - Bruno con sus seis compañeres á la casa del obispo, y
vedad é incerlidumbrc de esta vida, y la severidad de postrados á sus piés le declararon lo que habia acaecido
la justicia divina, y cuan horrible cosa es caer en las en P a r í s , y la causa de su venida y sus piadosos inlentos;
matios de Dios vivo (como dice san Pablo), determinó y le suplicaron humildemente que los ayudase para l l e -
hacer divorcio con el mundo, y morir en vida, por no varlos adelante. No se puede creer la alegría y contenió
morir eternamente: y llamando á seis de los mas amigos que recibió el obispo, asi por ver declarado lo que el sneilo
y mas familiares discípulos suyos, que se llamaban Lan- oscur amenle le habia pronosticado , como porque , como
duino, que después de san Bruno fué el primer prior de santo, se gozaba mucho de la gloría de Dios y de ver tan
la Cartuja, y dos Esleíanos, c a n ó n i g o s , H u g n n , sacer- onccndidüs en su amor y tan deseosos deservirle, á Bruno
dote, Andrés y Guarino, legos, que se hablan hallado en y á sus compañeros. Alentólos y confirmólos en sus bue-
aquel laslimoso especlácuio; les habló de esla manera: nos propósitos, y diótes con gran liberalidad aquel lugar
¿ Q u é haremos ( d i c e ) , compaficros y hermanos carísimos desierto que dijimos a r r i b a , llamado h Cardija , el cual
v iendo lo que con nuestros ojos habernos visto, y con nues- era muy grande; pero á s p e r o , frío é inhabilablo, y mas
tras orejas oido? ¿ Q u é corazón hay tan duro que no se propio para cuevas de bestias fieras, que no para morada
ablande? ¿Y qué pecho tan fuerte y obstinado , que no de hombres; porque á mas de que la mayor parle del aflo
se rinda á Dios? ¿ Y q u é hombre tan seguro y conliado,
estaba cubierlo de nieve, era tan fragoso y e s t é r i l , quo
que no tema y tiemble con este trueno espantoso que ha
ninguna cosa de provecho en él se podía cojer ni sem-
dado el cielo? Visto habernos á un gran doctor de esla
brar. Y aunque el santo obispóles propuso las dificultades
universidad conocido y amigo nuestro, ejercitado en l e -
que tendrían en vivir en lugar tan horrible ; todavía B r u -
tras, amado por sus buenas costumbres , honesto, p r u -
no y sus compañeros las vencieron todas con el vehemento
dente, y al parecer virtuoso y temeroso de Dios, que
afecto y deseo de servir al Señor que los traía : y asi el
con su misma voz nos ha dicho que por justo juicio de
año de 1084 , siendo sumo pontífice Gregorio V I I , y e m -
Dios esla condenado. Pues ponga cada uno de nosotros la
perador Enrique IV , cerca de la fiesta de San Juan Ban-
mano en su seno y mire si se juzga por mejor que este
lísla, acompañándolos y ayudándolos y proveyéndolos de
dt'svenlurado, y considere sí es negocio de poco mas ó
lo necesario el mismo obispo, en la cumbre de u» monlo
ménos el salvarse ó condenarse; y sí una vez se condena
edificaron una iglesia que hasta hoy se llama Sania María
¿ q u é remedio t e n d r á ? Este caso no es acaso: Dios lo ha
de Casalibus, y algunas celdas, ó por mejor decir chozas
hecho para nuestro bien , y para que nosotros siguiendo
( que tales fueron aquellas primeras) no léjos de la i g l e -
su bandera y viviendo lo que nos queda de vida en aspe-
sia ; pero apartadas unas de otras. Aquí comenzaron á
reza y penilencia , aseguremos nuestra suerte y abramos
fundar la sagrada órden de la Cartuja, viviendo mas
el cammo a otros muchos , que con la gracia de Dios nos
como ángeles venidos del cíelo, que como hombres de la
segmran , y por el ejemplo y naufragio de este misera-
ble, llegaran a puerto de salud. Las voces que nosotros lierra, en silencio, oración, lección y contemplación de
onnos no las dyo el d.funlo para s i , sino para nuestro Dios; y sobre lodo, en grandísima pureza de corazón y
provecho; que ya él no las había menester. Pues o i g á - santidad de vida , ocupándose á ratos en alguna obra ma-
moslas y sigamos á Dios que nos llama; y no tardemos: nual, y especialmente en escribir y trasladar algunos l i -
bros provechosos, así por ganar su pobre comida con su
108 LA LKYEN DA m ORO. n u 6.
trnbajo como por servir mas á la sania Iglesia. El trata- alma, sacrificando su voluntad á la voluntad do Dios y
miento d e s ú s personas era muy áspero y riguroso, y an- obedeciendo á su vicario : el cual le quiso hacer arzoliispo
daban vestidos de cilicio. Determinaron j a m á s comrr car- deRijoles, y é l , teniéndose por indigno le suplicó humil-
ne, aun en tiempo de enfermedad; y aunque algunos demente que no le echase carga tan pesada, ni le diese
hombres prudentes, segnn la carne, y sabios del mundo, cargo de almas; pues no haria poco en dar buena cuenta
les pusieron escrúpulos sobre esto, diciéndoles que se á Dios de la suya. Y porque el papa partía de Roma para
ponían á peligro de matarse, y ser homicidas de sí mis- Francia , y deseaba no ir con él ni seguir la córle; t a m -
mos; pero con un aviso que tuvieron del cielo, se confir- bién le suplicó que le diese licencia para relirarse á atgnn
maron en su buen propósito y perseveraron en aquella desierto en la provincia de Calabria , donde entendía ha-
soledad espantosa (de la cual el demonio pretendió sacar- llar lugar á propósito para sus intentos. Concedióle su
los) , tomando por especial protectora y abogada á la sa- santidad las dos cosas benignamente : y san Bruno, t o -
cratísima Virgen María nuestra S e ñ o r a , rezando cada dia mando su bendición, se paríió para Calabria, acompa-
sus horas; y también lomando por abogado á san Juan ñado de algunas personas que ya le s e g u í a n , con ¿testa
líautisla con deseo de imitar su penitencia y rigor. Todos de imitar su vida y perfección.
anhelaban á la perfección; pero el que mas se esmeraba, y En aquella provincia halló un yermo llnmndo Torre, en
como caudillo y maestro iba delanle de todos, era san el lerrilorio de Esquilache, que le pareció á propósito, y
Bruno, á quien nuestro Señor habia escogido para poner en él hizo su asiento. Allí labró unas celdillas toscas y de
los cimientos de una religión tan esclarecida, y para h a - tierra por el amor que tenia á la pobreza : y si en la C a r -
cerle padre de tantos y tan santos hijos. Resplandecía con tuja de Francia habia vivido con tan gran santidad, como
lan grande santidad, modestia y prudencia , que Hugo, dijimos; en este nuevo yermo comenzó á vivir con nuevos
obispo, en lodos los negocios tomaba su consejo, y le fervores, y mas encendidos deseos de olvidarse de todo
obedecía como si fuera su propio abad , y muchas veces lo que no es Dios, y de estar con solo el cuerpo en la
se iba á vivir entre los nionges por gozar de su conversa- tierra y con la mente en ti cielo. Aconteció un dia qno
ción y ejercitarse en los oficios mas bajos y v i k s de la Bogoi io, conde de Sicilia y Calabria, yendo á caza dió en
casa: tanta era su humildad y la admiración con que m i - aquel lugar apartado y desierto en que san Bruno y sus
raba á san Itruno; el-cual le solia decir que se volviese á compañeros moraban ; y hallándolos puestos en oración
su casa y cuidase de sus ovejas, pues era pastor. Mas es- de rodillas, y sabiendo quiénes eran, á q u é habian venido
lando el santo varón muy quieto y contento por verse en y como vivían, se les aficionó mucho, y les (lió una igle-
aquel puerto seguro, fuera de las ondas lempesluosas y sia de Santa María y de San Estévan, y Ies proveyó de las
lan contrarios vientos do esle siglo, le fué necesario salir cosas necesarios, y quedó lan aficionado á san Bruno, que
de é l , con la ocasión que aquí diré- le llamaba algunas veces, y otras él le visitaba, y oía de?
Al papa Gregorio V i l , sucedió Víctor I I I , que vivió poco buena gana sus consejos y se encomendaba á sus oracio-
en el pontificado: á Víclor, Urbano I I , varón excelente y nes. Estas le valieron tanto, que una vez le libraron mila-
que habia sido discípulo en París de san Bruno: el cual, grosamente de un gravísimo peligro do la vida, estando
deseando acertar en su gobierno y dar buena cuenta á sobre la ciudad de Capua, por una traición que le armó
Dios del rebaflo que le habia encomendado, y entendiendo uno de sus capitanes, en la cual el condecayera, si no
las grandes parles de r e l i g i ó n , letras y prudencia que fuera avisado con una visión del ciclo por medio de san
concurrian en su maestro Bruno, le mandó llamar á Boma, Bruno. Quedó de esto el conde lan agradecido, que ofre-
para servirse de él y aprovecharse de sus consejos. Sintió ció á san Bruno muchas tierras y heredamientos en el
esle mandato san Bruno todo lo que se puede encarecer, y territorio de Esquilache; y él no los quiso tomar, sino so-
lamente (por pura importunidad 6 instancia que le hizo) el
no menos sus santos companeros, que les parecía perdían
monaslei io de Santiago, con su termino y lo que era me-
p a d r e , g u i a , maestro, refugio y consuelo y todo el bien
nester para edificar una iglesia junto á la cueva, donde él
que tenían en la t i e r r a ; mas , como hijos de obediencia,
inoraba, dedicada á la Beina de los ángeles nuestra S e ñ o -
se conformaron con la voluntad de nuestro S e ñ o r , y se
r a ; y otra, poco dista ule de esta, á honra del glorioso
consolaron con la esperanza que les daba, de q u e , ha-
protomártirsan Estéban. Labró asimismo un convento pa-
biendo cumplido con la obediencia de su santidad, volve-
ra habilacion de ios monges que allí tenia, y de los oíros
ria á verlos de Roma presto: adonde llegó san Bruno, y
que después se juntaron con ellos, y para adelante les
fué recibido del sumo pontífice con estraordinarias mues-
habian de suceder. En este monasterio perseveró san
tras de benignidad y benevolencia, sirviéndose de su con-
Bruno hasta el fin de su vida, teniendo cuidado no sola-
sejo eu todas las cosas arduas para bien de la Iglesia.
mente de los santos companeros que allí vivían, mas t a m -
Pero los compañeros que habia dejado en la Cartuja, en-
bién de los que estaban léjos en la Cartuja de Francia, es-
comendados á un abad de la casa de Dios, llamado S i -
cribiéndoles y dándoles reglas y documentos para ir ade-
guinio , no hallándose sin é l , le siguieron á Roma, de
lante. Y el prior de ellos Landuino, por no discrepar un
donde por órden del papa Urbano, volvieron á su soledad,
punto del espíritu y forma de su maestro san Bruno,
y su santidad les encomendó al mismo abad Siguinio, é
vino de Francia á Calabria á verse con él y proponerle
hizo prior á Landuino, uno de los companeros, y mandó
sus dudas, y llevar luz y claridad para gobernar su con-
que se les restituyese el lugar de la Cartuja que habian vento y dejar el modelo de aquella sania institución á sus
dejado, el cual hasta hoy persevera en su religión. Quedó sucesores.
san Bruno en Roma, por una parle muy triste y amargo,
por verse como engolfado en el bullicio y tráfago de la Finalmente, habiendo vivido con estremada perfección
c ó r l e , y apartado de su quietud y de la santa conversa- y admiración de toda aquella provincia, y enriquecido la
ción de sus c o m p a ñ e r o s ; y por otra con paz y gozo de sa santa Iglesia con una nueva y celestial familia d e s ú s g l o -
D U G, OCTUBRE. 1G9
riosos hijos, y de la órden de la Carfnja, que él instituyó; carne por ninguna enfermedad, y con tanto rigor' de v i -
c a y ó malo de una enfermedad, que le acabó y desaló da, que la santa Iglesia da licencia á los religiosos de to-
aquella bendita alma de la cárcel del cuerpo para que v o - das las otras órdenes para pasar de las suyas á la de la
lase al Señor, á quien tnnlo había servido. Murió á los 6 Cartuja: que es señal que es muy estrecha , y que la
de octubre del año d e l 101. Hizo Dios grandes milagros tienen por mas rigurosa que las demás, y que se guarda
por san Bruno después de su muerte: muchos ciegos co- en la Cartuja hoy dia la regla con que san Bruno la insti-
braron vista: los sordos, oidos: los mancos y cojos, lepro- t u y ó , y ella comenzó sin haber aflojado, ni descaecido en
sos y endemoniados, por sus oraciones cobraban salud, lo sustancial de lo que aquel santo padre ordenó y esta-
bebiendo del agua de una fuente que salió junto del sepul- bleció: que todo es argumento de su gran santidad y do
cro donde le cnlei r a r o n : y hoy dia aOrman que en aquel sus altos merecimientos, y singulares gracias y p r i v i l e -
lugar donde él después de haber estado en altísima con- gios que Dios le comunicó ; pues le hizo uno de los mas
templación, arrojaba sus cansados miembros en el suelo grandes patriarcas de su Iglesia, y glorioso padre de t a n -
para descansar un poco, no nace yerba alguna en lodo el tos y tan esclarecidos hijos: y no solamente de santos
espacio que ocupaba su cuerpo, estando todo el resto lleno confesores, sino de fortísimos mártires, como fueron los
de verdura y frescor. monges cartujos que por defensa de la sede apostólica, el
Con liabcr sido la vida de san Bruno tan esclarecida y año del Señor de 1568, por mandado del desventurado
tan rica de merecimientos, y su muerte tan gloriosa y l l e - rey Enrique V I H , murieron en la ciudad de Londres, co-
na de milagros, y haber concurrido de toda aquella p r o - mo mas largamente lo escribimos en nuestro libro del C l i -
vincia á su sepulcro los pueblos, señores y príncipes para ma de Inglaterra.
pedir favores y mercedes á Dios nuestro Señor por su i n - * SANTA FK, VIRGEN Y MÁRTIR.—Descendía de una fami-
tercesión ; no se trató de canonizarle hasta él año de 1 JJl í , lia ilustre de la Francia, y desde su infancia conoció á Je-
cuatrocientos y trece años después de su muerte, en que sucristo y siguió su doctrina. Todos sus anhelos eran la
el sumo poiilifice León X, mandó q u e á los C de octubre, oración y dedicarse á obras de caridad ; y si bien á causa
dia de su glorioso tránsito, en todos los monasterios de la de su hermosura eran muchos los que la solicitaban para
órden de la Cartuja y sus iglesias, oratorios y capillas, se contraer matrimonio, con todo siempre se mostró insensi-
celebrase la tiesta de san Bruno y se le haga en el oficio ble á los alhagos del mundo. Los emperadores Diocleciano
divino cada dia de él c o n m e m o r a c i ó n ; y abora ú l t i m a - y Maximiano reinaban por aquel tiempo en Boma, y en
menle se ha puesto en el breviario romano, para que toda las dalias era gobernador Daciano. La sania vivia en Agen,
la Iglesia rece do él. La vida de san Bruno escribieron dedicada como se ha dicho á obras de piedad, de lo que
Francisco de Puteo, prior de la gran Cartuja, Pedro B l o - sabedor Daciano, dió órden para que se presentara. Tan-
mevene, prior de la Cartuja de Colonia, y Pedro Sutor y to á las caricias como á las amenazas del tirano, contestó
lorenzo Surio, frailes asimismo cartujos. Hace mención con una firmeza indecible, de lo que irritado aquél la hizo
de él el Martirologio romano, y Juan Molano, en lo qtie conducir al lugar del tormento. Alada con cadenas á una
añadió al Martirologio de Usuardo. cama de hierro, pusieron fuego debajo y para que éste
Pues ¿quién no ve en la vida do este santísimo confesor mejor prendiera al cuerpo de la santa, derramaron sobre
los caminos tan maravillosos que el Señor toma para l l e - su desnudo cuerpo gran cantidad de aceite y otras mate-
var almas al cielo, y para quebrantar la cabeza á la infer- rias grasas Muchos de los espectadores al ver tan horro-
nal serpiente? Condenóse por justo juicio de Dios el letra- roso suplicio, llenos do compasión soltaron algunas pala-
do soberbio y vano, y publicó su condenación con un m o - bras de conmiseración, lo que notado por Daciano mandó
do tan espantoso, para que movidos con ejemplo tan es- los prendieran, haciéndoles corlar la cabeza jnnlo con la
Iraño, muchos simples, pobres y humildes se salvasen. santa Fé, volando todos á recibir en el ciclóla corona do
5 aunque liabia en la Iglesia del Señor muchos caminos su martirio, el 28T.
de perfección para i r al cielo, escogió á san Bruno para Los SANTOS MARCELO, CASTO, EMILIO Y SATURNINO MÁRTI-
que abriese otro mas estrecho y áspero, y fundase la sa- RES.—Hánsü perdido las actas del martirio de estos san-
grada religión de la Cartuja, para adorno, esfuerzo y a m - tos, y solo sabemos por el Martirologio romano anotado
paro de la misma Iglesia: porque ¿qué otra cosa son los porBaronio, que murieron en Capua, donde se conservan
conventos de estos santos religiosos, sino unos coros de sus reliquias.
ángeles que continuamente alaban al Señor? ¿Unos escua- SAN SACARES, OBISPO Y MÁRTÍR.—Fué uno de los p r i m e -
drones de soldados valerosos que con sus plegarias le ros discípulos de san Pablo, y se cree que este apóstol
aplacan y delienden su Iglesia? ¿Unos retratos vivos de le consagró obispo de Laodicea. En tiempo del emperador
penitencia, de menosprecio del mundo, de oración, mor- Antonino, lomó una parle m u y grande en la cuestión que
tificación y de toda virtud? ¡Qué de santos varones ha ha- se agitó enlonces en la Iglesia acerca del tiempo de la ce-
bido, y boy (lia hay en esta santa religión, que con su lebración de la Pascua, y se cree que murió mártir en la
doctrina alumbran al mundo, y con su vida le inflaman; misma ciudad de Laodicea, por los últimos años del s i -
Y apartados do la conversación de los hombres, muestran glo I I .
(I'<e son mas que hombres, y nos predican que nuestra SANTA EROTIDA, MÁRTIR.—Fué griega, y después de
f'-'beidad no está en la tierra sino en el cielo! Diez y seis haber ilustrado á su patria con el ejemplo de mía vida
provincias dicen que hay en esta sagrada religión, y en penitente y sania , mereció la corona inmarcesible del
ebas ciento y ochenta y nueve monasterios, en los cuales martirio, el año 320. San Gerónimo dice, que encendida
los padies cartujos viven con tan grande aspereza, sole- en el amor de Jesncristo, venció las llamas de la hoguera
dad, silencio, asistencia y continuación en el coro, vesti- en que la arrojaron.
dos de cilicio á raiz de sus carnes, y sin comer j a m á s
SANBOMAN, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué el XYI obispo da

TOMO i n . 22
170 LA LEYENDA DE ORO. DIA 7.
Anxerre, cuya Iglesia gobernú. por espacio de tres anos. nian con el emperador, eran de él muy amados y honra-
Los Lotanílislas son tic parecer que floreció este santo en dos por sus virtudes , aunque no sabia que eran-cristia-
el siglo V,Í aunque no i n s e r í a n ' n i n g ú n documento que lo nos. Vino á entender que lo e r a n ; y queriendo certificar-
apoye ni que haga creer lo contrario. El Martirologio r o - se mas de la verdad,estando en la provincia de la Siria i n -
mano y casi todos los demás le suponen anterior á dicho ferior, que llaman Eufrastesia , en la ciudad de Augusta,
siglo, y le dan el título de mártir. los mandó llamar para que le acompañasen á un templo
SAN MAGNO, OBISPO V CONFESOR.—Nació en Allino, de la adonde iba á hacei'sacrificio á sus vanos dioses. Fueron
noble familia de Frigcri, que habiéndose refugiado en Ye- con é l ; mas entrando el emperador en el templo, ellos se
necia, íuiyéndo de la inundación de los bárbaros del Nor- quedaron fuera : y como Maximiano , al tiempo de hacer
te, educó allí al jóven Maguo en el temor de Dios y en las el sat rificiono los viese, mandólos buscar, y halláronlos á
ciencias sagradas y profana?. Su amor al retiro lo Icnia la puerta del templo puestos en oración, l'reguulóles e l
casi siempre encerrado en nua cacara y pequeña cueva, emperador la causa por q u é no habiau entrado con el á
que se enseña aun en el dia, y que llaman la cueva de San sacrificar al gran J ú p i t e r ; y ellos libremeule respondieron
Magno. Consagrado obispo de Uderzo, fué admirable en que por ser cristianos ; y porque á solo Dios , criador del
santidad y en portentos, y murió en el Señor, el año C60. cielo y d é l a tierra , se debe sacrificio..Mandó Maximiano
LÁ CONMEMORACIÓN DE LOS MÁRTIHFS DE TRÉVIÍUIS.—En con gran saña que les quitasen luego los collares de oro
csia ciudad, durante el reinado del impío Diocleciauo y que Iraian al cuello, y los vestidos ricos y de caballejos,
siendo presidente Iticciovaro, fueron sacrificada una mul- y que los vistiesen de mujeres y cargadns de cadenas fue-
titud casi innumerable de cristianos, por quererse mante- sen sacados é la vergüenza por la ciudad } después echa-
ner constantes en la confesión de su fé. Un autor antiguo dos en la cárcel. Tentólos algunas veces el emperador, ya
dice, que seria espantoso leer la relación de los inaudilos con halagos y blanduras, ya con amenazas y espantos, para
tormentos, que se pusieron entonces en juego para hacer reducirlos á su voluntad, y persuadirles que no se apar-
MilVir á aquellos fieles. La Iglesia lea consagra hoy una tasen de la religión antigua de sus antepasados, y que sa-
memoria particular. crificasen á los dioses, que eran fundadores, conservado-
res y amplificadores de su imperio : y como la fuerza y
maña y todas las máquinas del emperador no pudiesen
DÍA 1. hacer mella en aquellos pechos fuertes y esforzados de los
santos m á r t i r e s , determinó enviarlos á Antíoco , prefecto
SAN MARCOS, VAI'A TCONI ESOR.—Por la muerte de! sumo
de Oriente, para que los hiciese adorar á los dioses , Ó
ponliíice Silvestre, fué elegido en su lugar, y puesto en la
morir con extpiisitos tormentos. Tomó esla resolución el
silla de san Pedro, san Marcos, naliual de Hoina, hijo de
emperador., para que en aquel largo camino padeciesen
Prisco: el cual fué dotado de grandes virtudes^ y aunque
mas los sanios mártires, yendo cargados de prisiones y
vivió poco tiempo con la paz que con el favor del empera-
cadenas, y porque Antioco era hombre feroz y b á r b a r o ,
dor Constantino t ú v o l a Iglesia, pudo ocuparse en resistir
y confiaba de su natural fiereza, que ejecularia en ellos
á tos herejes arrianos que se iban multiplicando, y en or-
su braveza y f u r o r ; y también porque habia sido como
denar todo lo que para el buen gobierno parecia necesario.
criado de Sergio, y por favor de él habia alcanzado la d i g -
Edilicó san Marcos dos templos : el uno en la via Ardeali-
nidad de prefecto que tenia, y juzgaba que no podia de-
na, tres millas de Roma, y el otro dentro d e j a misma
jar Sergio detener por gran afrenta y menoscabo suyo el
ciudad, que se llama de su nombre; dolólos de muchas
ser presentado y juzgado de quien le era tan inferior, y
póé&iones y adornólos de vasos de oro y piala. Concedió
tantos beneficios habia recibido de su mano. Escribió Ma-
al obispo de Ostia que usase de, palio, por el antiguo p i i -
ximiano una carta á Antíoco , en (pie le declaba su volun-
yilégio que tiene de consagrar al sumo pontífice. Dui óle el
tad. Fueron llevados los santos adonde él estaba ; y él los
poalilicado, según san Gerónimo, ocho meses. Kl carde-
mandó poner en la cárcel, donde estuvieron orando y p i -
nal Baronio dice que se sentó «n la silla apostólica á los
diendo favor al Señor para aquella dura batalla que espe-
1 í de febrero, y qué murió á 1 de octubre, que son !o*s
peraban; y el Señor les envió un ángel que los consoló y
ocho meses menos ocho dias. Fué sepultado en el cemen-
a n i m ó , y les dijo que no temiesen.; porque Dios era m de-
terio de lJalbina, cri la misma iglesia que en la via Ardea-
fensor y estaba con ellos, y les daria victoria. Tomó A n -
tina él había edificado. Murió á 7 de octubre, en que (a
tioco lodos los medios que le fueron posibles para aprn tar
Iglesia celebra t u fiesta, que fué el aíio de! Señor de 336,
á los santos mártires de la confesión de Jesucristo; y co-
imperando Constantino Magno. Escribieron de san Marcos
mo todos saliesen vanos, hizo a-zolar á Baco con nervios
los autores que escriben las vidas de los sumos pontífices,
de bueyes duRsimos por cuatro hombres robustos y bra-
y hacen mención de él los Martirologios, romano, de Bcda,
vos: los cuales lo dieron tantos golpes y tan crueles h e r i -
Usuardo y Adon.
das, que le despedazaron las carnes; y así en aquel tor-
Los SANTOS SEUC;IO v BACO, MÁRTIRES.—El martirio de los mento , oyendo una voz -del cielo que le l l a m a b a , dió su
iluslres mártires san ScrgioyBaco, escribió Simeón Mela- espiritual Señor. Apareció después san Baco, lleno de
fraste, y resumiéndole brevemente fué de esta manera. gloria y resplandor á s a n Sergio, que estaba en la cárcel
Tueron san Sergio y Baco , caballeros romanos, muy no- y mostróle la inestimable corona que por aquellos tempo-
bles y principales criados del emperador Maximiano; por- rales tormentos habia alcanzado, y animóle píira que pa-
que Sergio era su primicerio , que quiere decir el p r i n c i - deciese él los que le estaban aparejando; porque siendo
pal y cabeza de todos los escribanos, que era gran digni- compañeros en las penas, lo fuesen también en la victo-
dad y no se daba sino después de grandes servicios y aca- ria y triunfo. Deseó mucho Antioco ablandar á Sergio y
bada la milicia ; Baco era secundicerio y el que tenia el reducirle a su opinión; mas nunca p u d o : y siguiendo su
Begundo lugar en aquel oficio; y á ina§ del lugar que t c -
tȒA 7. OCTUBRE. I7t
natural fiorczn , y qucnendo dar salisfaccion al cmpora- y sus cuerpos fueron cnlerrados cerca de los muros de
dor, 1c mandó calzar unos sapatos sombrados de puntas de Roma. Hacen mención de estos sanios los Martirologios-,
clavos agudas, y que fuese delante de su coche corrien- Romano, el de Bfcda, Usuardo y Adon.
do ; .y de esta manera le llevó tres leguas, con un- dolor SANTA OSITA , VÍIICEX y MAÍITUI.—Fué sania Osila ingle-
acerbísimo del sanio m á r t i r , de cuyos piés salian arroyos sa de nación, é bija del rey Erilevaldo y de Ynlrebcr-
de sangre ; rnas la noche siguiente vino un ángel que le ga que. era bija de Penda, rey de los hercios. Desde niña
rocreóy le dejólos piés tan sanos, como si ningnu mai h u - fué muy bien inclinada á recogimiento , honestidad y l a -
biera padecido. das las obras de virtud. Habia en aquel tiempo dos s e ñ o -
Atribuyó el injusto juez la gracia du Dios A arle m á g i - ras principalísimas y sanias vírgenes en Inglaterra ; Mo-
ca , y endurecióse mas, y otra vez ie hizo pasar aquel duvena, abadesa de cierto monasterio, donde vivian m u -
mismo tormento; y íinalmcnle viendo que perdia el tiem- chas doncellas con grande recogimiento^ y Edita , her-
po , y que por ningún camino podia rendir ni laraer a su mana del rey Mfrido» que asi mismo fué madre y maes-
voluntad al santo mártir , le mandó corlar la cabeza ; y tra de otras doncellas que vivian apartadas de lodo líalo
así se hizo. Acompañaron á san Sergio al lugar del supli- del mundo. Fué enlregadá Osila á santa Moduvena , para ,
cio gran número de hombres y mujeres , y aun de bestias que la criase; y ella la dió de su mano , y la encomendó,
lleras que iban Iras él, mansas como unas ovejas, h a c i é n - á Edila , pareciéndole que estaría mejor en su compañía,
dole honra y reverencia. Hizo oración ánles que se ejecu- Acaeció que un día Edila envió á Osita con un libro á Mo-
tase la sentencia, puesto de rodillas, suplicándole á nues- duvena , y al pasar por un puente de madera sobre un
tro Señor que aceptase aquel sacrificio de sn vida que él r í o , vino un viento lan recio que la arrebató y la arrojó
le ofrecía , y perdonase á los que se la quitaban y perse- en el rio, y las corrientes la llevaron tras sí, y se hundió y
guian, y les diese el conocimienlo de su verdadera luz y abogó en aquel rio. De allí á tres dias, estando orando Mo-
verdad. Oyó una voz que le convidaba al cielo, y ífe da- duvena , le apareció un ángel , y le dijo que filóse apriesa •
ba el parabién de la victoria ; y con esto tendió el cuello, al rio. Fué y bailó á sania Edila , que buscaba á Osila ; .
y fué degollado á los 7 de octubre , y después fué en!er- porque no habia vuelto á casa, después que le bábia en-
rado su sagrado cuerpo en un magnífico templo, que los viado con el libro. Allí entendieron que Osita se habia abo-
cnslianos le edificaron. Fueron los milagros que Dios gado. Pusiéronse en. oración suplicándi) á nuestro Señor
nuestro Sefior obró por san Sergio laníos y tan ilustres, que se la restituyese y sacase del profundo de aquel rio.
que los fieles iban en romería á su sepulcro: y no solamen- Acabada la oración , Moduvena la llamó con voz clara y
le los cristianos participaban de mnchos y grandes bene- sonora tres veces, diciendo: Osita, Osita , Osila , en el
ficios por la intercesión de san Sergio , sino también los nombre de la santísima Trinidad sal fuera del rio : y Osi-
infieles, gentiles y paganos. Cosroas, rey de Persia, por la respondió : Héme aquí, sefiora, b é m e a q u í , b é m e aquí
naber tenido hijos de la reina Sira , su mujer, y haber s i - y liiego salió de las aguas con su libro en la mano, sin
do librado de grandes peligrosy calamidades por las o r a - lesión alguna. Murió sania Moduvena ; y Osila volvió á ca-
ciones d e san Sergio {á quien é! se e n c o m e n d ó ) , envió á sa de sus padres, creciendo cada dia en virtud y loables
su templo una cruz riquísima d « oro, con oíros dones muy costumbres. Cuando llegó á edad para poderse casar , Si—
preciosos: el emperador Justiniano le edificó dos templos gero , rey de los sajones orientales, la pidió á su¿ padres
magníficos, uno en Conslanlinopía y otro en Tolemaida: por mujer ; y por mas que ella lo. repugnó y contra j i j ó ,
en Roma fué célebre la memoria de estos santos márliresj porque tenia propósito do guardar su pureza virginal p e í -
donde se les edificó iglesia, quo es tílulo de diácono car- peluamente, como por fuerza la hicieron casar. Vino el
denal : la cual el papa Gregorio I I I reparó y aereccnló: y dia de las bodas que sé hablan aparejado con aparato real:
la misma ciudad en que fué martirizado san Sergio, fué y la santa doncella con muchos gemidos y suspiros se e n -
llamada de su nombre Sergiopoli. El martirio de estos s a n - comendába de todo corazón al S e ñ o r , suplicándole que
tos fué el año de 309. Escriben de ellos los Marliiologios, no permitiese que perdiese la joya lan preciosa dé la v i r -
Romano, el de Beda, Usuardo y Adon ; Nicéforo, lib. v u , ginidad: después con varios achaques y excusas, procura-
cap. l í ) l i b . x v , cap. 26 y 27 , l i b . x v m , cap. 2 1 ; y la ba conservarla y no consumar el matrimonio; hasta que
segunda sínodo nicena , Adion l \ ; y el Prado Espiritual, un dia el rey la llamó y la hizo entrar en un aposento mas
cap. 180 ; y Teodoreto, Be Evanyel. v e r ü . , l i b . v m ; y secreto, para gozar de su extremada hermosura y belle-
Evagrio, l i b . i v , cap. 27 , y l i b . v i , cap. 20 ; y Gre- za : cosa que él tanto deseaba , y ella aborrecia. Mas en el
gorio Turonense, en la Historia de Francia , l i b . viit mismo tiempo se levantó un gran ruido en el palacio real
cap. 3 1 . por un ciervo de extraordinaria grandeza que habia pare-
cido á la puerta del mismo palacio: y el rey dejando a Ja
Eós SANTOS MAUCFXO Y APULEYO, MÁRTIRES.—En esle mis- reina Osila, sin tocarla, salió á ver el ciervo; y viéndole,
mo dia de los 7 de octubre hace conmemoración la santa como era amigo de caza •, se determinó á seguirle con sus
Iglesia de san Marcelo y Apuleyo, m á r l i r e s , los cuales cazadores basta cogerle. De esta manera quedó Osila libre
fueron discípulo's de Simón Mago : y viendo las disputas esta vez, haciendo gracias á nuestro Señor que por aquel
que con él tuvo san Pedro, y como le habia vencido y medio la habia librado : y para no verse en otra tal, l l a -
rendido , y las obras maravillosas que hacia el glorioso mó luego á algunos religiosos, siervos de Dios, y les de-
npóstol; dejando á su engañoso maestro, le siguieron y claró su inlenlo ; y ellos le cortaron el cabello, y le die-
so hicieron cristianos, y estuvieron en s u compañía, has- ron ql hábito de religión y el velo, y la consagraron mon-
la que m u r i ó ; y finalmente merecieron derramar la sau- ja. Al cabo de algunos dias volvió el rey d é l a caza , y
gi'e por aquella fe y doctrina que habían aprendido del queriendo ver á su mujer, hallóla vestida de monja y su-
santo apóslol. Fueron martirizados por un juez, llamado po que habia hecho voto de castidad, y lomado por espeso
Aureliano, á los 7' de octubre , en el ario del Señor de í)0;
172 LA LEYEiNDA DE 0110. DIA I r
á nuestro Señor Jesucristo: y aunque le pesó, ni quiso h a - lengua y el oido ; y á o l r a doncella que no podía menear
cerla fuerza, ni apartarla de aquel tan santo propósito; an- el brazo , le dió entera salud. Ésta , habiendo hecho voto
tes le m a n d ó edificar un edificio acomodado para vivir r e l i - de castidad después se casó: aparecióle santa Osila, y con
giosamente, y le dió algunas posesiones y tierras para un aspecto severo la reprendió de aquel pecado ; y de. tal
su sustento. Luego que esto se supo, muchas doncelhis de- manera la ató de los piés invisiblemente , que en ninguna
searon a c o m p a ñ a r y s e r v i r á santa Osila; y ella tomó a l g u - manera los podia mover, basta que con muchas lágrimas
nas ensenándoles la perfección con su ejemplo ; porque su alcanzó del Señor que la perdonase y la restituyese el uso
vida era muy austera, muy callada,5muy penitente,porex- de sus piés, por la intercesión de la sania virgen. A otra,
tremo dada á la oración, y mas parecía un retrato del cie- que habia muchos años no podia andar, le apareció san
lo, que vida de mujer en carne flaca. Pero resplandecien- Edmundo, arzobispo que fué cantuariense, y le mandó que
do la sania virgen con tanta virtud y recogimiento, nues- fuese á la iglesia de Santa Osila , porque allí alcanzaría la
tro Señor, para darle dos corona» de virgen y mártir, per- salud que deseaba ; y luego la alcanzó.
mitió que unos corsarios de Dinamarca, gente feroz y b á r - La vida de esta santa escribió Alberico Veero , regular:
bara, viniesen á aquella parle de Inglelerra , donde Osita tráela el P. Fr. Lorenzo Surio, en su quinto tomo, á los 1
estaba , y destruyendo y quemando toda aquella tierra, de octubre; y los autores que escribieron la historia de I n -
dieron en el monasterio y la prendieron : y el capitán glaterra, hacen mención de ella : y el Martirologio r o m a -
de ellos sabiendo la calidad de la bienaventurada virgen, no, á los 16 de setiembre, de sania Edita, que fué maestra
comenzó con halagos, promesas y amenazas á persuadirla de santa Osita, como habernos dicho ; y allí dice el carde-
que adorase é sus falsos dioses y negase á Jesucristo : y nal Baronio en sus anotaciones , que floreció por loa a ñ o s
como la hallase constante y firme en la confesión y amor del Señor de 980 ; y también escribe de ella Uodulfo , m
de su dulce Esposo, le m a n d ó cortarla cabeza. Mas suce- Policron., lib v i , cap. 1 .
dió una cosa digna de referir aquí. En cayendo en el suelo * SAN AUGUSTO,, PUESBÍTEIIO Y CO.WIÍSOR.—Imposibilitado
la cabeza de la santa virgen, el cuerpo se levantó , y con de manos y piés este sanio no podia trasladarse de un l u -
las manos alzó la cabeza de! suelo, y por camino derecho gar á otro como no fuese arrastrándose sobre jos codos y
se fué con ella basta la iglesia de los apóstoles San Pedro rodillas. En tan triste estado excitaba la commiseracion
y San Pablo, por espacio de casi tres estadios, que hacen pública, a y u d á n d o l e cuantos le conocían con socorros. De
trescientos y setenta'y cinco pasos. Halló la puerta de la las limosnas recogidas edificó al cabo de algunos años una
iglesia cerrada, y llamó á ella con las manos ensangren- capilla en honor de san Martin, en el pueblo de Brives en
tadas; y dejando alli las señales de su preciosa sangre, ca- el lerritorio de B e r r i , cuya piedad fué recompensada por
y ó en tierra. En el lugar, donde fué degollada, brotó una Dios dando movimiento á sus paralizados miembros. Reco-
fuente de agua clarísima , que daba salud á muchos do- nocido Augusto á tan singular beneficio, resolvió dedicar-
lientes de varias enfermedades. Sepultaron su sagrado se enteramente al servicio de Dios, pasando el resto de sus
cuerpo sus padres en una arca de plomo, en una iglesia de días en la vida ascética , y como se le juntaron algunos
A&lesber honoríficamente , y Dios por ella hizo muchos discípulos, perfeccionóse en su compañia en los caminos
milagros. Allí estuvo hasta que la misma santa v í r g e n a p a - de la vida interior. El obispo de Burgos, Probiano, le dió
reció á un hombre y le m a n d ó que lomase su cuerpo, así sagradas órdenes, nombrándole abad del monasterio de
como estaba en aquella caja de plomo, y le llevase á la Sun Sinforiano, situado cerca de aquella ciudad. Se portó
iglesia Cinchante, donde ella habia vivido y sido m a r í i r i - con mucha prudencia en este nuevo destino, dióles ejem-
aada, y que no temiese porgue ella le ayudaría y favore- plos de la mas acendrada piedad , acabando su vida en
cería en aquel camino y empresa. Hízoloel hombre, y l l e - los santos ejercicios el dia siete de octubre del a ñ o JIGO.
gó con las reliquias de la santa virgen adonde ella le ha-
SANTA. JUSTINA , VÍUGEN Y MÁRTIR.—Fué hija de un tal
bla mandado ; y Mauricio, obispo de Londres, las recibió
Yilaliano Justino, presidente de Padua, en cuya ciudad
y colocó con gran reverencia; y el obispo Rofense, que es-
fué bautizada por el obispo san Prosdocinio, discípulo del
taba présenle y gravemente enfermo, luego cobró salud.
apóstol san Pedro. Muertos sus padres se dedicó con loda
Tomaron unos marineros un pedazo de mármol del por- libertad á los ejercicios del crislianismoy consagró su v i r -
tal de la iglesia de Santa Osita : pusiéronle en su barco, ginidad á Jesucristo. Entregada á la penitencia y á las
para llevarle secretamente; y luego el barco quedó i n m ó - obras de caridad, solopensaba en el premio celestial. H a -
v i l , hasta que los marineros conocieron su culpa, y res- biéndose encendido el fuego de la persecución, fué la santa
tituyeron á la iglesia el mármol que habían tomado. Un virgen llamada al tribunal del prefecto Maximiano, y ha-
clérigo hizo voto en el monasterio de Santa Osita de hacer- biendo confesado delante de todos que era sierva de Jesu-
se monge.: desenidóse de cumplir lo que habia prometido cristo, y que no cedería en su confesión á pesar de todas
á Dios : cayó malo, y estando para morir pidió favor á la las promesas y amenazas, airado el juez mandó que la de-
santa virgen, y ella le apareció y le reprendió de su i n - gollasen, y así voló al cielo á recibir la diadema de la
gratitud, y de no haber cumplido el voló que habia hecho; virginidad y del martirio, muriendo por Icís primeros anos
y prometiendo él de nuevo que enmendaría su vida y to- del siglo I I .
maría eí hábito de monge, la santa virgen le dijo : Yo ten- SANTA JULIA , VÍRGEN Y MÁRTIR.—Fué marlirizada en
go compasión de tí, si tú la llenes de tí mismo , y quieres tiempo del presidente Máximo en la ciudad llamada A u -
servir á Dios, aunque tarde ; y con esto le tocó y el c l é r i - gusta Éufratesia (Comagencs ó Azar, junto al rio Eufrates).
go sanó y se hizo monge, y sirvió a nuestro Señor loable- Algunos creen que murió juntamente con los santos Sergio
mente y vino á ser prior del convento de San Bartolomé y Baco también mártires , que hemos puesto en este mis-
d e L ó n d r e s . A una mnjer contrahecha y que no se podía mo dia.
alzar, la sanó : á otro mozo mudo y sordo le restituyó la SAN ELANO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Créese que fué de
DIA 8. OCTIME. 173
Escocia y que fué á Francia á predicar el Evangelio á mw quien era el y quien es Dios , y lo poco que baria por
diados del siglo V I . Después se retiró con oíros niucbos agradarle. Vino el domingo : y estando lodos los obispos
compañeros en un lugar solitario, del cual no salían mas en la iglesia, acabado de decir el santo Evangelio , el pa-
que para distribuir el pasto espiritual á los n u e v o s c o ü v e r - riarca de Antioquía dió el libro á ISono , rogándole que
lidcs. Aquel retiro se convirtió dentro de poco en un mo- predicase al pueblo. Él lo hizo descubriendo el tesoro es-
nasterio que fué famoso en todo el territorio de Hheims, condido de sabiduría y espíritu divino que el Señor había
siendo san Elano una de sus mas distinguidas anforclias, encerrado en su pecho. Usaba de palabras nó pulidas ni
hasta que siendo ya de edad muy avanzada murió el sier- elegantes, ni de razones sutiles y filosóficas, ni de arle de
vo de Dios, por los años de Ü96. retórica y elocuencia , sino de unas sentencias macizas y
verdaderas , cnvuell;is con el espíritu de Dios , agudas y
eficaces para quebrantar y ablandar los corazones endure-
DIA 8.
cidos. Comenzó á reprenderlos vicios, y á poner delante ú
SANTA PEUGIA, PENITENTE.—Celebrándose en la ciudad tremendo juicio de Dios, el castigo de los malos y el pre-
de Aiitioquía un concilio de ocbo obispos en la iglesia de mio de los buenos, con lanío fervor , que oyendo las pala-
San Julián mártir, y estando predicando Nono , obispo de bras del santo obispo , lodo el auditorio se movió y com-
Edesa, que era uno de ellos, varón perfectísimo y de admi- pungió y lloró muchas l á g r i m a s . Hallóse presente á es-
rable santidad, pasó á deshora delante de la puerta de la te sermón aquella mujer pecadora y profana que dijimos
iglesia donde estaban sentados los obispos , una famosa arriba : la cual aunque no era cristiana , ni solia oír ser-
ramera llamada l'elagia, con gran ruido y aparato. Iba mones , ni tener cuenta con su conciencia , ni venir á la
sobre un jumento al uso de la tierra, acompañada de gran iglesia ; mas aquella vez vino por ordenación de Dios, que
número de criados y criadas, y ella tan compuesta y ata- por este medio la quería salvar. Fué tanto lo que las pala-
viada, que no solamente las ropas que llevaba encima, bras de Nono obraron en ella , y lo que el Señor enterne-
eran galanas y ricas y cubiertas de oro, sino que el loca- ció su corazón , que despidiendo d e s ú s ojos muchas l á g r i -
do y el calzado iban sembrados de perlas y piedras de mas, acabado el sermón, y sabiendo que el predicadores-
gran valor. Llevaba descubierta la cabeza y los pechos, y taba en su celda, le envió con dos criados suyos una caria
al cuello ricos collares de oro : volvía los ojos lascivos m i - en que decía estas palabras : «Al santo discípulo de Cristo,
rando á una parle y á otra : su hennosnra era tan g r a n - la pecadora ydiscípula del demonio. Oidohedetti Dios, que
de, que los hombres carnales no se hartaban de verla; iba descendió de los cíelos á ia tierra por la salud de los h o m -
llena de olores , que cuando llegó cerca de la puerta bres, y que aquél , á quien los querubines no osan m i -
de la iglesia todos los- que allí estaban sintieron una rar, conversó con publícanos y pecadores, y no se desdeñó
fragancia y olor suavísimo. Ofendió este espectáculo so- de hablar con una mujer samaritana y pecadora. l'ues^skn-
bremanera á los obispos que estaban en el concilio : los do tú discípulo de esle Señor, no es justo que menosprecies
cuales dando algunos gemidosdulorosos, volvieron su ros- á una pecadora como yo, n e g á n d o m e lu habla, por medio
tro por no ver á lu que con latí gramlo deseivvoltura y de la cual deseo ver á Jesucristo.» Turbóse con esta carta
desvergüenza se les presentaba : solo Nono lijó los ojos en san Nono, temiendo que el demonio no le quisiese armar
la triste mujer y la miró atentamente , y no dejó de algún lazo por medio de aquella deshonesta y atrevida m u -
mirarla lodo el liempo que la pudo v e r ; y después que jer ; y respondióle que bien sabia Jesucristo , quién ella
p a s ó , volviéndose á los obispos con muchas lágrimas y c í a y la intención que tenia, que no le tentase; porque
suspiros, les preguntó si se hablan deleitado en ver aque- era hombre y pecador, y que en ninguna manera consen-
lla m u j e r : y callando ellos, él dijo : l'ues á mí grande- tiría que le hablase sino delante do los otros obispos. Ella
menle me deleitó, porque creo que Dios ha de tomar á es- se contentó con esla respuesta, y con grande alegría se
la mujer en el dia de su tremendo juicio , por medio para fué á l a iglesia del bienaventurado mártir San Julián, don-
juzgarnos á nosotros y pedirnos cuenta de nuestro oíkio de estaba san Nono delante de los otros obispes, y se pos-
y ministerio : y fué declarando la solicitud y cuidado y tró delante de ellos en el suelo, y abrazándose con los piés
tiempo que ponía aquella mujer en afeitarse, engalanarse, de Nono, con lo? ojos c ó m o d o s fuentes d e - l á g r i m a s , le
componerse por a g r a d a r á los ojos de los hombres, que hoy comenzó á suplicar que imitase á su maestro Jesucrislo, y
son y m a ñ a n a nó ; y el descuido con que nosotros vivimos la bautizase é hiciese crísliana; porque era un piélago de
sin limpiar y adornar nuestras almas , para que parezcan torpezas y un abismo de maldades. Y como el santo obispo
bien á aquel Señor , que es Rey del cielo y de la tierra, le dijese, que los sagrados cánones yodaban bautizar á
y paga con galardón eterno á todos los que le sirven. ninguna mujer públicamente mala, si no daba fianzas de
Acabado su razonamiento , se fué á su aposento y se no v o l v e r á aü mal estado; ella con gran fervor le replicé,
d e r r i b ó en el suelo dándose golpes en los pechos, y der- deshaciéndose en lágrimas y lavando con ellas los piés del
ramando muchas l á g r i m a s , pedia perdón á Dios de sus pe- obispo, que m í r a s e l o que hacia; porque él habia do dar
cados y de la negligencia con que le servia siendo sacer- cuenla á Dios de su alma y de todos sus pecados, y que
dote y obispo , y participando cada dia de sus divinos Dios so la pediría, si dilatase el bautizarla y limpiar su
misterios, y estando obligado á dar ejemplo á los demás, alma de las manchas de ellos : y que rogaba á Dios, que
Y viendo que el trabajo que un solo dia tomaba en adere- no tuviese parte en él con sus santos, y que fuese juzgado
zarse aquella desventurada pecadora , excedía al que en como si le negase, si aquel dia no la hiciese esposa do
toda la vida él tomaba en componer su alma : y no se bai - Cristo, y no la ofreciese pura y sin mácula en su presen-
laba de llorar ni de lamentarse de sí mismo , cotejando cia. A todos los obispos convencieron las palabras tau a r -
por uaa parte, quién era aquella miijer,y quiénes eran los dientes y fervorosas, y mas los sollozos y lági imns de
hombres, y lo que hacia por parccerlos bien; y por otra. aquella publica pecadora, y dieren aviso al patriarcado
174 LA LEYENDA DE ORO DIA 8
3o que pasaba, rogándole quo Ies enviase una mujer ¡le que dispusiese de ello á su voluntad : y él mandó al m a -
buena vtd» y ejemplo; y así lo hizo mandando ir á la igle- yordomo de la iglesia, que todo lo repartiese á las viudas,
sia á una señora, llamada Romana, que tenia el primer huérfanos y pobres, sin que cosa alguna de ello quedase
lugar eníre las mujeres dedicadas á Dios. Vino Romana á á la iglesia; y así se hizo. Llamó después M a g i a á sus
la iglesia, y halló á la pecadora abrazada con la t i e r r a ; y esclavos y esclavas, y dióles libertad con algunas joyas
apenas^ laHpudo persuadir que se levantase de ella: y el que para ello habia guardado, exhortándoles á mirar por
tanto obispo la preguntó, cómo se llamaba; y ella respon- sí, y librarse de la tiranía y vanidad del siglo. A los ocho
dió, que sus padres le habían puesto por nombre Pelagia. dias, cuando ios nuevamente baulizados dejaban la vesti-
aunque los ciudadanos de Anlioquía le llamaban Marga- dura blanca que recibian en el bautismo, ella se la des-
rita, por las muchas margaritas y perlas preciosas que nudó y se vistió do un áspero silicio; y sin decir nada á
traia en sus vestidos y galas, siendo para muchas almas nadie, secretamente una noche se partió de Anlioquía,
lazo de .Satanás. Con esto «I santo obispo la bautizó con dejando á Romana, su maeslra, muy desconsolada por no
nombre de Telagia : y hechas las demás ceremonias, le saber a d ó n d e t'clagia se hubiese i d o ; mas el obispo Nono
dió el santísimo Sacramento del cuerpo de Jesucristo, y la la consoló, diciéndola, que Pelagia habia escogido la m e -
entregó á Romana para que la instruyese y enseñase en jor parle como María Magdalena , y era guiada de Dios;
las cosas de la fé. que no tuviese pena. Ella se fué á Jerusalen, y en el monte
Gran regocijo hubo en la ciudad de Anlioquía, por ver Olívete edificó una celda y se encerró en ella vestida de
la conversión de una pecadora (an pública y famosa, es- hombre, y con nombre de Pelagio. De allí á li es ó cualro
pecialmente los obispos se alegraron por extremo ó hicie- años, yendo á Jerusalen por su devoción un diácono del
ron gracias al Señor ; pero el que mas demostración hizo santo obispo Nono, que se llamaba Jacobo (que es el que
fué el santo obispo Nono, que la celebró con los ángeles como testigo de vista escribe esta historia), el obispo le
del ciclo, é hizo fiesta aquel dia, echando aceite en la co- mandó que en Jerusalen preguntase por un monge llama-
mida y bebiendo vino por haber ganado aquella mujer do Pelagio, que habia vivido algunos años solo y encerra-
para Dios: mas al tiempo que comia, se oyeron unas v o - do, y que de su parle le visitase, llízolo así el diácono:
ces lamentables y unos alaridos espantosos como de per- hallóle en la celda del monte Olívete que he dicho, que te-
sona que se quejaba y á quien se hacia alguna fuerza; y nia una sola ventanilla, á la cual se asomó Pelagio: y
era el demonio que se lamentaba por haber perdido aque- aunque conoció al diácono, no fué de él conocido; porque
lla pecadora, en quien como en cebo sabroso picaban con los ayunos y penitencias estaba muy desfigurado y
tantas almas, y tragaban el anzuelo de su condenación. flaco, el color pálido, los ojos hundidos y como un viva
Oyóse que decia : ¡Ay de mí miserable, cómo es.grande rctralo de la nruiertc. Dióle el diácono el recado de su obis-
el mal que padezco por este viejo decrépito! <,¡So le bas- po; y el le respondió que era yaron santo y que rogase á
tara que me quitó de las manos treinta m i l sarracenos qu0 Dios por él, y cerró su ventanilla. Yolvió otras veces el
bautizó y ofreció á Dios? ¿No se contentara con qnequifó diácono para saludarle, y llamó á la ventana dos y tres
de mí jurisdicción á la ciudad de Heliópolis, donde yo era dias: y como ninguno respondiese, mirando por la ven-
adorado y reverenciado, y la restituyó á su Dios? Ahora tana lo mejor que pudo, vió que estaba muerto el mongu
me ha quitado mi esperanza: ya esto no se puede sufrir. Pelagio. Dió nueva de su muerte á otros santos monges-
O hombre maldito, i cuánto padezco por t i ! Maldito sea entre los cuales tenia gran fama de santidad. J u n t á r o n s e
el dia en que naciste; pues me haces tan cruel guerra. Es- muchos y fuéron á la celda de Pelagio, y sacando el sanio
las voces daba el demonio, oyéndolas los que allí estaban; cuerpo, y queriéndolo ungir con mirra (como cnlonces so
pero como eran sin provecho, acometió luego á la nueva usaba), hallaron que era mujer; y á una l e v a n t á r o n l a
cristiana : quejóse de ella, porque le habia hecho traición voz alabando al Señor, y dijeron: Bendito seáis vos, Dios
y vendido como Judas, habiéndola é¡ enriquecido y hon- nneslio, que tenéis tantos tesoros escondidos en la tierra,
rado tanto. Oyendo Nono lo que el demonio decia á Pela- no solo entre los hombres, sino entre las mujeres. D i v u l -
gia, poique'estaba cerca ; le dijo-que se armase con la góse el caso por toda aquella tierra, y vinieron d é l o s mo-
señal de la cruz. Elia lo hizo, y el demonio h u y ó y la dejó nasterios de mujeres, que estaban en Jericó y en el Jordán
por entonces: aunque'dos dias despucs, estando dur- muchas de ellas con cirios y lumbres, y fué su santo cuer-
miendo una noche, le apareció y l e j i ó nuevas quejas; po sepultado. Esta fué la vida de Pelagia pecadora : esla
mas ella con las mismas armas se defendió y se libró de fué su conversión. El Martirologio romano y el de Usuardo
sus manos. Pues ¿quién no ve en estas quejas de Satanás ponen su muerte á 8 de octubre ; y á lo que se puede e n -
la parte que él liencien las mujeres, que son el tropiezo y tender de Nicéforo y del cardenal Baronío en sus anota-
escándalo d é l a r e p ú b l i c a , y qoe'se. sirve de ellas como ciones sobre el Martirologio, fué su muerte, siendo e m -
de red, para pescar y coger las almas d é l a gente liviana perador Teodosio el menor. También hace mención el
y d eshoncsla ? ¿ Quién por aquí no entiende cuan acepto y Martirologio romano de Nono, obispo de Edesa, en 2 do
agradable servicio hace á Dios, el que se emplea en con- diciembre, que fué el que la convirtió,
vertir los pecadores y librarlos del cautiverio del demonio;
* SAN SIMÜON, CONFESOR.—yivia esfe sanio en Jerusa-
y traerlos al conocimiento y amor del S e ñ o r ; y la rabia y
len esperando la llegada del Salvador de Israel. Pusaha
saña que tiene el cemun enemigo contra los que le hacen
la mayor parle del tiempo en el templo , y estaba en él
este g é n e r o de guerra? Mas al tercero dia después del
cuando fué presentado Jesucristo. El santo Simeón recibid
bautismo, m a n d ó Pelagia á un criado suyo que hiciese
á Jesucristo entre sus brazos, y lleno de contenió por un
invcnlaiiodc lodos sus bienes, y que le trajese toda la piala,,
beneficio tan singular, mamfe.-.tó su reconocimienlo por
o r o j o y a s y piedras preciosas y vestidos ricos que tenia»
medio de un cántico en el que expresa la venida del Dijo
y traído, lo entregó todo en manos del obispo Nono, para
de Dios á la lion a, y lo? beneficios (pie habian do experi-
rnA 9. OCTUBRE. 17:
monhir los pueblos de su venida. Algunos creen que S i - c u m c i i t o > l a l ¡ v o á este sanio, quesea anterior á Usuardo,
meón era gran sacerdote del pueblo hebreo, mas Pelter por lo cual sospecha el P. Elorez, que padeció en tiempo
dice que esta tradición no tiene fnndumenlo alguno. El de los moros, y no en el de los romanos en que fijan a l -
evangelisla san Lucas en su capítulo segundo, así habla de gunos su martirio. La Iglesia de Sevilla comenzó á cele-
Simeón. brar su fiesta por los años de 1 C 2 Í , y de su vida nada
Babia á la sazón en Jerusalon un hombre llamado S i - se sabe.
meón, y esle hombre, jusío y temeroso de Dios, esperaba S\N NÉSTOR, MÁRTIR.—Era de Tesalónica, y fué conver-
la consolación de Israel, y el Espíritu Santo era en él. Y ha- tido á la fé de Jesucristo por san Demetrio, con quien es-
bía reribido respuesta del Espíritu Santo, que él no veria tuvo después unido con los vínculos de la amistad. De san
la muerte sin ver ántes al Cristo del Senor. V vino por es- Demetrio hablamos en esle mismo dia, y solo podemos
pirilu al templo. Y trayendo tos padres al niño Jesús, para añadir que san Néstor derramó su sangre en su compañía
hacer según costumbre de la ley por é l : entonces él lo en el mismo dia y lugar el año 304.
lottfé eA sus brazos, y hetuüjo á Dios y dijo : ahora, Señor, S AN AUTEMOX, I'RESHÍTERO v MÁRT.R.—En tiempo del em-
d e s p i d e s á tu siervo, según In palabra en paz, porque han perador Diocleciano fué presbítero de la Iglesia de Laodi-
Visto mis ojos tu salud; la cual has aparejado ante la faz cea, en Erigia. Un año antes que fuese coronado con la
delodus los puehlos ; lumhre para ser revelada á los gen- corona del martirio, entró con su obispo en el templo do
liles, y para gloria de tu pueblo Israel, Y su padre y ma- los ídolos y cayeron derribadas milagrosamente todas las
dre estaban maravilllados de aquellas cosas que de él so estatuas de los dioses. Luego que lo supo el prefecto man-
deriaii. Y los bendijo Simeón,- y dijo á María su Madre: hé dó que los prendiesen á ambos; pero no habiendo podido
aquí que este es puesto para caida y para levantamiento encontrar mas que al obispo, le quitaron la vida. A A r l c -
de muchos en Israel, y para señal á la que se hará con- mon le encontraron después de algún tiempo, y habiéndole
liadiVcion. Y una espada traspasará tu alma, para que conducido á la misma ciudad de Laodicea, y negándose á
sean desrubierlos los peusainienlos de muchos corazones. ofrecer incienso á los dioses, le rajaron todas las carnes, y
Hasta aquí el Evangelio. Esto es lo único que se sabe de le iban ya á meter en una caldera para asarle, cuando se
Simeón ; pero se creo que moriría cu Jerusalen muy luego aparecieron dos enormes águilas que arrebalaron al pre-
de este suceso. fecto, y llevándoselo por los aires lo dejaron caer sobro
S.OT.Í Ur.p.uvM, viafiiíN Y MVUTIR.— Natural d é l a c i u - unas rocas, donde espiró. Asustados los paganos conaípiel
dad de Cesárea, cu Palestina, que ilustró con su vida y pórtenlo, dejaron libre al sanio, que murió dentro de poco
milagros. Eu tiempo del emperador Decio, el a n o ^ i l , fué en paz el año 298.
acusada de ser cristiana, y no queriendo hacer sacrificio SANTA PAIACIATA Y SANTA LORENZA, VÍRGENES Y MÁRTIRES.
a los ídolos, después do haber sufrido diverso género de —Paiaciata era una señora principal de la ciudad de A n -
lormenlos, la degollaron. Algunos fieles vieron á su alma cona, y Lorenza era criada suya. Ambas eran cristianas
salir del cuerpo y subir al cielo en figura de paloma. de todo corazón, y deseaban dar su vida por su esposo
SAX Donrraio, MVUTIR.—siendo procónsul romano se Jesucristo. Eu el reinado del emperador Diocleciano fue-
convirtió a la religión cristiana y se dedicó desde luego á ron presas y afligidas con varios tormentos: primero las
promover con todas sus fuerzas los intereses del cr j¿lia- arrojaron al fuego, del cual salieron ilesas, luego, alada
uismo. En Tesalónica convirtió muchos infieles á la ver- una gran roca al cuello, las echaron al mar, pero las sacó
dera fé, y cu la misma ciudad lo prendieron y lo degolla- un ángel y las puso en una nave que se encaminó á la o r i -
ron por orden del emperador Maximiano, el año 30 í. San lla. Después de esto fueron enviadas á Roma, y de aquí
Anastasio, bibliotecario de la Iglesia romana, tradujo la vida las desterraron á Fermo, donde murieron por los primeros
de Demetrio en latín por órden del emperador Cario Mag- años del siglo !Y.
uo, que « r a devoto del ilustre mártir. SANTA línitiiiu, VIUDA.—Su vida la hemos colocado en el
S \ \ T \ lÍENEiucTA, VÍRC.KN v M.UITUI.— Francesa por na- dia 23 de julio, en que murió.
• inuculo y habitante de la ciudad de Lyon, fué esta santa
virgen gloria do su sexo y honor de su patria. Su prolon- DÍA 9.
gado martirio le proporcionó ocasión de dar pruebas de
su constancia y valor, y testimonio de su viva fé. Por lmt Los SANTOS DIONISIO AREOPAGITA, OBISPO, RÚSTICO, ELEU-
despuos de mucho padecer, por órden del juez Macrobio TERIO Y sis COMPA.ÑEUOS, TODOS MÁRTÍRES.—La vida y martí-
íué decapitada en la misma ciudad de Lyon. riodel gran filósofo y divino teólogo Dionisio Areopagila, dis-
SAN Evomo, oinsro Y COWESOII.— No se sabe de fijo ia cípulo del apóstol san Pablo, escribieron Aristarco; Melodio,
•'poca en que fué este santo elevado á la silla episcopal da ohispode Constantinopla;Miguel Singelo;Melafraste;Glicas
^oan, aunque se ere que fué durante el siglo V . Según y Suidas, autores griegos; y de los latinos, Ililduino, á
w autor de sus actas, fué educado desde muy tierna petición del emperador Ludovico; Adon; san Antonino,
edad en el servicio d é l a Iglesia de Roan, su patria, y arzobispo de Florencia; Mateo Galeno, y los qué tratan
después recibió las órdenes sagradas de manos del obis- vidas de santos; y los Martirologios hacen mención de san
po san Victricio. Dicen que murió en Andelis, el año í t i í , Dionisio como de varón sapientísimo, obispo santísimo é
>' Qtw su sagrado cuerpo fué posteriormente trasladado á iluslrísimo mártir : de ios cuales escritores y del cardenal
•a Iglesia de Rúan, y lillimamentea la diócesis de Soissons, Raronio en el primero y segundo tomo de sus Anales, y
donde se conserva. en las anotaciones sobre el Martirologio romano, sacare-
SAN PEDRO, M Á U T I R . — E l Martirologio hace memoria en mos lo que de este santo habernos de decir.
este día de un mártir de Sevilla, llamado Pedio, del cual Nació san Dionisio en Atenas, ciudad principalísima de
hablan además muchos eset ifures. No se halla ningún do- Grecia, madre do todas las ciencias. Sus padres fueron
LA L E Y E N D A DE O R O . DIA 9-
íiombiTS ilnslres y ricos, y si tilgimos habia on Alonas ves y enteros losjuecesdc aquel magistrado, que antigua-
moralmcnte justos, bcnisnos, y para con los huóspotles mente para decir que un juez era hombre severo é incor-
amorosos y liberales. Dióse san Dionisio á los esludios, y rupto, decían que era un areopagita.Habiendo, pues, san
salió lan eminente en ellos, que, así por su gran sabiduría, .Pablo predicado una nueva religión y un Dios que ellos no
como por su claro linaje, alcanzó el primor lugar entre conocían; como á hombre sacrilego y facineroso le lleva-
los que regian y gobernaban la ciudad. Pasó á Egipto para ron al Areopago, donde presidia san Dionisio y ora cabeza
mejor estudiar y saber el curso del ciclo y de las estrellas de los otros areopagilas; porque, aunque los romanos se
y lodo lo que toca á la ciencia de la aslrologia. Siendo de habian hecho señores de toda la Grecia ; pero habían de^
veinte y cinco afíos, y estando en la ciudad de Ileüópoli, jado á los atenienses y lacedemooios libertad para gober-
un compañero suyo, llamado Apolofancs, vió el eclipse del narse segnn sus leyes, y tener sus magistrados, que con-
sol que sucedió en toda la tierra por espacio de tres horas, forme á ellas Ies hiciesen justicia, como lo dice el Meta-
a! tiempo que Jesucristo nuestro Salvador estaba clavado frasle. Estando, pues, el apóstol en el Areopago, rodeado
en el madero de la santa cruz. Conoció entonces san Dio por todas partes de filósofos, habló altísimámenle de la
nisio que aquel eclipse del sol no era natural, porque la majestad de Dios, mostrando que es uno. Criador y Señor
luna estaba llena y en oposición del sol, y duró mas tiempo del cielo y de la tierra, y que era aquel Dios desconocido
de lo que naluralmentc habia de durar. Quedó con aquella que ellos adoraban, con otras razones admirables y d i v i -
novedad maravillado y asombrado; y comunmente se dice nas; y concluyó su razonamiento con decir que habia do
que dijo estas palabras t Aul Deus n a t u r a p a l i t u r ; aul m m d i llegar la resurrección de los muertos y dia señalado para
mnchimdisfíolvetur: O el Dios autordo lanaturaleza padece, juzgarlos, y dar á cada uno según sus obras. Como ellos
ó toda la máquina del mundo perecerá. Miguel Singelo, oyeron hablar de la resurrección, quedaron espantados, y
presbítero jerosolimitano, autor muy antiguo, escribe que unos se burlaban de é l , y oíros dijeron que le querían oir
oyó decir á su padre, que las palabras que habia dicho san otro dia de aquella materia mas despacio; porque como
Dionisio cuando vió aquel prodigio tan grande, fueron es- los atenienses eran genio curiosa y novelera (como dice el
tas: i Dios desconocido padece en la carne; y por esta causa evaugelisla san Lucas), y juntamente habladora y parlera
el universo con estas tinieblas se ha oscurecido y tembla- (que lo uno se sigue de lo otro), tenían gran impedimento
para conocer y abrazar la verdad; y así no es maravilla
do : o y lo mismo nefiere Suidas. Pero c! mismo san Dioni-
que cerrasen la puerta de su corazón á la verdad que les
sio, en una epístola que escribe á Policarpo, y en otra á
predicaba el apóstol, por tenerla lan abierta á la mcnlira,
Apolofancs (que le acompañó cuando vieron el eclipse),
y que aquella semilla del cielo sembrada por san Pablo,
dice que preguntándole que le parecía de aquella nove-
como labrador divino, no hiciese tan gran fruto como fuera
dad, de la cual él estaba tan admirado, le respondió que
razón, por caer en tierra lan inculta y llena de espinas y
eran mudanzas de las cosas divinas, y que notó el día y
abrojos: aunque no faltaron algunos que, como buena
y la horade aquella tan extraña novedad. Fué casado san
tierra, recibieron la palabra del Señor y se couvirlieron:
Dionisio con una sefíora principal, llamada Damaris (como
entre los cuales principales fueron el presidente de aquel
se saca de san Ambrosio y de san Juan Crisóslomo) y ce-
senado Dionisio Areopagita y Damaris su mujer, los cua~
lebró este matrimonio por dar contento á sus padres. Vivió
lesje siguieron y se cotilimaron mucho mas en la verdad
en su república con rara moderación: administraba j u s t i -
después que familiarmente trataron con el santo apóstol y
cia con gran rectitud, y era eslimado y honrado de lodos
oyeron de él los misterios de nuestra santa fé, particular-
los atenienses como íilósofo sapientísimo. Entró en esta
mente san Dionisio, cuando entendió que el eclipso que él
sazón el apóstol san Pablo^en Atenas para e n s e ñ a r l a filoso-
habia vislo en la ciudad de Heliópoli, babia sido en la mis-
fía del ciel;), y con la luz del Kvangclio deshacerlas t i -
ma hora que el Uedenlor del mundo, como verdadero Sol
nieblas y vana filosofía de la tierra, y conducir las varias
do justicia, se habia eclipsado en la cruz, y el cielo se ha-
sectas de los epicúreos, estoicos, poripalélicos, a c a d é m i - bia vestido de luto, y U-mblado la tierra, y lodos los ele-
cos y de otros sabios ignorantes que liabia en aquella c i u - mentos hecho senlimiento por la imierto desn Criador.
dad : la cual, como era escuela de todas las ciencias I m -
matias, así se ocupaba en el estudio y ejercicio de ellas. l n é líi audc admiración en loda la ciudad de Aleñas el
Entrando el sagrado apóstol, vio que á mas de los otros v e r á san Dionisio convertido á la fé de Jcsucrislo nuestro
muebos dioses que se adoraban en Atenas, habia un aliar Salvador; porque lodos le tenían por varón sapíonlísimo y
dedicado á un Dios no conocido, con esle título: lynoio maestro de los d e m á s , y como príncipe de los sabios de
Veo: y lomando, como prudeníísimo y divino orador, oca- Ateiüis. De aquí comenzó Dionisio de maestro á hacerse
sión de lo que habia vislo, comenzó á predicar al Dios discípulo de san Pablo y del divino Ilieroleo; y él mismo
verdadero, criador del cielo y d é l a tierra, y á declarar so precia de ello, y haber aprendido de ellos la divina y
que ora aquel Dios que ellos adoraban sin conocerle, como profundísima sabiduría, que después comunicó con sus l i -
lo testificaba el título del aliar, consagrado al Dios no co- bros á loda la Iglesia católica. Y puesto caso que san Dio-
nisio se hizo cristiano y dejó el Areopago y el cargo que
nocido. Había en Atenas, en un collado ó lugar eminente
tenia en él de presidente; todavía siempre le quedó el
y alto, un tribunal de doce jueces y supremos gobernado-
nombre de Areopagita, como á san Justino, mártir, el de
res, que se juntaban en él para hacer justicia y tratar las
Filósofo, y á otros santos los que tenían antes de su con-
causas criminales de los acusados. Estos jueces se llama-
versión. Estando ya bien enseñado en las Letras sagradas,
ban aroopagitas; porque se juntaban en aquel lugar á tra-
y siendo de vida perfectísima, el mismo apóstol san Pablo,
lar cansas de muerte, á las cuales (según la ignorancia de
al cabo de tres años que le habia tenido consigo, le consa-
los gentiles) presidia el dios Marte; y por eso le llamaban
gró cu obispo y padre do los que cada dia se iban convir-
ircopajo; porque Ares, en griego quiere decir « M a r t e s y
tiondo en Atenas, para que enseñase, honrase y diese sa-
IWjos «collado ó lugar alto y emineule : » y eran tan gra-
DÍA 9. OCTUBUK 177
lud y vidu á su misma patria, por la cual Dios le había muchos caballeros ricos y sabios, y se derribaban los
dado á 61 el ser quelenia. llízolo el santo con gran cuidado templos de los ídolos, y se ediíicaban muchas iglesias,
y vigilancia, y ganó muchas almas para el Señor. Suce- donde el nombre de Jesucristo era alabado. Tuvo envidia
dieron á san Dionisio dos cosas maravillosas con la santísi- de este gran bien nuestro común enemigo: procuró quitar
ma Virgen María nuestra Señora, la una en vida y la otra del mundo á san Dionisio, que era el principal ministro de
en muerte. La'primera fue, que yéndola á ver, luego que Dios para esta obra suya; y movió á los sacerdotes de los
la vió le dio una admiración y un estupor tan grande, que ídolos, para que lo procurasen matar: y habiendo venido
la tuviera por Dios, y como á tal la adorara, si no supiera muchas veces con gente armada para prenderle, resplnn-
por la fó que no lo era; porque aquella majestad y res- decia en el rostro de san Dionisio una luz tan celestial,
plandor que vió en ella fué tal, que le parecía que no po- que muchos de ellos se convirtieron y los demás huyeron
día caber en persona mortal. Una epístola anda impresa en de espanto. Finalmente , un prefecto, llamado Fescenio
nombre de san Dionisio para san Pablo, en que se cuenta Sisir.io, le hizo prender juntamente con Rústico y Elento-
esto; aunque en el catálogo de las obras ilc san nionisio, rio, sus compañeros. Tuvo Sisinio con el santo un largo
donde se pone el número de sus epístolas, no se hace men- razonamiento, reprendiéndole por haber quitado con su
ción de esta; pero rclíérela Hubertino, Dionisio Cailusiiino predicación la adoración de sus dioses, y exhorlándoie á
y Casiano. La segunda cosa fué, que al tiempo que la sa- confesar su error, y recompensar el daño que había he-
cratísima Virgen hubo de partirse de esta vida; para con- cho, con persuadir al pueblo que, dejadas las novedades
suelo suyo y de toilos los apóstoles que estaban esparcidos sin fundamento que les había enseñado, volviesen á lo an-
y predicando por diversas provincias del mundo, el Señor tiguo: y como san Dionisio le respondiese con gran liber-
por ministerio de ángeles se los trajo, para que se despi- tad y zelo de la honra de Dios, mostrándole cuán i n d i g -
diesen de ella y tomasen su bendición, y se hallasen á su nos eran de ser tenidos por dioses, los que habían sido
muerttó y la alabasen con himnos, y diesen á sn smilo hombres viciosísimos, y que adorar piedras y palos, era
ciiLM'po sepultura , se halló también presente san Dionisio, mayor ceguedad, y que no había otro Dios vcrdadeio, s i -
con Uieroleo y oíros varones apostólicos, como él mismo no el que é! predicaba; el juez, enojado de su respuosla,
lo refiere. le mandó azotar terriblemente, y después ponerle sobre
Después que san Dionisio hubo gobernado la Iglesia de parrillas, y á fuego manso quemar. Y añade Hilduino,
Aleñas muchos años, y con su vigilancia y grandes Irahüjos que después le echaron á las bestias fieras hambrientas, y
recogidocopíosas míesesen las trojes del Señor, y fué á Kíeso que hiiciendo la señal de la cruz sobre ellas, se postraron
u hablar á san Juan, evangelista, recien venido del destierro á sus piés; y que no conlenlos con esto, le arrojaron en
de Palmos y por sn consejo, siendo ya sumo pontífice y v i - un horno ardiendo, y habiendo salido de él, le crucifica-
cario de Cristo nuestro Salvador en la tierra san Clemente, ron, y que desde la cruz predicaba á Cristo nuestro I l e -
papa; partió para Roma á verse con é l ; de allí, quedando denlor; y viendo que no moria, le desclavaron y pusieron
bien proveída la iglesia de Atenas de pastor con la persomi en la cárcel con otros cristianos presos , donde el santo
dePublioíquesucedió en ella á san Dionisio), fuéenviado del (¡¡ jo misa, para animarlos con la sagrada comunión ; y al
mismo san Clemenle á p r e d i c a r á Francia la l'é de Cristo, y partir la sograda hostia, apüreció á todos visihlemenle
alumbrar toda aquella provincia con la luz del Kvangelio, Cristo nuestro Señor con ima desacostumbrada luz, y ha-
queeslaba por una parte muy dispuesta para recibirla, y por bló con san Dionisio, esforzándole al martirio. Fueron otra
olra falta de obreros y maestros que la enseñasen, por vez presentados delanle del juez san Dionisio y sus com-
haber muerto los primeros discípulos que el apóstol san pañeros, y de nuevo azotados: y visto por el juez, que no
Pedro había enviado á ella. Llevó san Dionisio en su morían, y que sufrían todos los tormcnlos con admirable
c o m p a ñ í a á Rústico, sacerdote, y áEleuterio, diácono, y a constancia y alegría, levantándose con furor de su silla,
Eugenio y á oíros que se le juntaron. A Eugimio envió á dijo: Los dioses son menospreciados, los emperadores de-
E s p a ñ a , y él entró en ella y llegó hasta la ciudad de To- sobedecidos y los pueblos engañados con vuestros e n -
ledo, y fué s u primer arzobispo; y después volviemlu á cantamientos, haciendo milagros falsos: delitos son estos
Francia, fué martirizado como en su vida y martirio (que que merecen ser con rigor castigados : por tanto yo man-
•ÍS á los 13 de noviembre) se verá. Entró san Dionisio en do que luego seáis muertos. A esta voz san Dionisio, R ú s -
Francia con sus santos c o m p a ñ e r o s : y sabiendo que la tico y Eleuterio, sin mostrar en sus rostros turbación, res-
ciudad de París era muy populosa, rica y abundante, y pondieron muy contentos: Sean semejantes á los dioses,
cabeza-de todas aquellas provincias, se fué á ella, para los que los adoran; que nosotros á Dios del cielo adora-
ganar aquel alcázar para Dios, y de allí hacer guerra al mos. Encendióse el impío juez con las piadosas palabras
demonio. Allí comenzó á abrir su celestial pecho, y des- de los santos y mandó luego ejecutar en ellos la sentencia
cubrir las riquezas de Dios que en él Iraia, predicando su de muerte. Sacáronlos fuera de la ciudad á un monte ¡dto,
Evangelio, y acompañando sus palabras con obras mara- y entregáronlos á los verdugos, para que los degollasen.
villosas y milagros que hacia. Con esto, y su vida santísi- San Dionisio se puso de rodillas, y levantadas las manos,
ma y doctrina divina, en breve liempo recibieron la l u m - y puestos los ojos en el cielo, dijo : Señor Dios Padre to-
bre del cielo, los que vivían en la sombra de la muerte; dopoderoso, y Jesucristo, Hijo de Dios vivo y tú, Espíritu
y despedidas las tinieblas de su ceguedad, abrieron los Santo, Consolador, que sois un Dios en la misma substan-
0j0s para ver y conocerla luz de nuestras almas, Jesucris- cia, y una indivisible Trinidad, recibid en paz las almas
to nuestro Redentor. Y nó solamente en la ciudad de París de estos vuestros siervos; pues por vuestro amor perde-
se hacia fruto admirable, sino también en las otras parles rnos la vida. Respondieron Rústico y Eleuterio, en voz a l -
adonde el santo con s u bendición enviaba otros discípulos ta : Amen. Acabada esta oración, les cortaron las cabezas
suyos. Iba oslo creciendo de manera, que se convertian con unas cuchillas, ó hachas de armas embotadas, y de

TOMO I I I . 23
17CS LA LEYENDA DE ÜUO D1A 9.
grueso lilo para mayor loi tuenlo, como el juez lo habia nia veinte y cinco a ñ o s : habiendo muerto el año por lo
mandado. Degolláronlos allí en aquel monte, que hoy dia m é n o s d e 119, en que Adriano comenzó á imperar, ne-
se llama: Mons Marlyrum : El monte de los mártires, por cesariamente le habernos de dar esta edad, y no la que
memoria y reverencia de ellos, y el mismo dia padecieron le daban otros autores, como el mismo cardenal Baronio
en París martirio muchos cristianos. Pero sucedió, des- lo prueba en sus Anales.
p u é s que los martirizaron, un milagro de grande admira- Escribió san Dionisio algunos libros admirables y llenos
ción. Levantóse el cuerpo de san Dionisio en pié, y tomó de aquella celestial sabiduría que su maestro san Pablo
su propia cabeza en sus manos, como si fuera triunfando habia oido en el cielo, y á él le habia enseñado, de la Ce-
y llevara en ella la corona, trofeo de sus victorias. Iban lestial Jerarquía, d é l a Jerarquía eclesiástica, de los N o m -
los ángeles del cielo acompañando al santo, cantando á bres divinos, de la Mística Teología y de la Simbólica
á coros himnos con una celestial armonía y consonancia, Teología, y de algunas epístolas maravillosas y dignas do
y acababan con aquellas palabras : Gloria libi, Domine, tan gran varón. Verdad es, que algunos autores antiguos,
Alleiuya; y la gente, que 05 ó las voces (que era innume- y otros modernos y libres, han puesto duda si estas obras
rable) y muchos de los ministros, que le habían perse- son de nuestro san Dionisio Areopagita, ó de Dionisio,
guido, creyeren en e! Señor, haciendo penitencia de su obispo de Corinto, ó de otro Dionisio Alejandrino, que
infidelidad. Atiduvo el santo con su cabeza en las manos también fueron varones insignes y eminentes; pero no
como dos millas, hasta que enconíró con una buena m u - hay duda ninguna, sino que el aulor de estas obras fué
jer, llamada Catula, que salía de su casa; y llegando el san Dionisio Areopagita; porque á mas de que la grande-
cuerpo de san Dionisio á ella, le puso su cabeza en las za y alteza de las cosas que dice, y la gravedad y p r o -
manos. Habíanse quedado en el lugar del martii'io Rústico y fundidad de las palabras con que las dice, muestran que
Eleuterio : y tratando los impíos ministros de echarlos en el autor fué varón apostólico, y tuvo espíritu y doctrina,
el rio, para que los comiesen los peces y no fuesen hon- mas divina que humana; él mismo se llama en ellas dis-
rados de los cristianos; la religiosa mujer Catula con gran cípulo de san Pablo, y de Hieroteo; escribe á san Juan,
sagacidad y prudencia convidó á comer á aquellos minis- evangelista, y también á Timoteo y á Tito y á Poliearpo,
tros de Satanás en su casa, y los regaló y entretuvo, bas- como á condiscípulos y c o m p a ñ e r o s : hace mención del
ta que los cristianas tomaron aquellos sagrados cuerpos de eclipse que vió al tiempo de la pasión del Señor : todo lo
los mártires y los escondieron. Después les paganos los cual no puedo convenir á ninguno de los otros dos Dioni-
buscaron, y por no bailarlos, se embravecieron é hicieron sios. A mas que le cita Orígenes, san Atanasio y san
grandes amenazas; mas ella los aplacó con dádivas, y con Juan Crisóslomo ; y d mi^mo DÍCIIÍMO, obispo de Corinto,
maña puso los santos cuerpos cu una «isa particular, fue- san- Gregorio, papa, san Damasceno y la sexta sínodo
ra de los muros de P a r í s ; y pasados algunos años, se les constantinopolitana alega con gran reverencia sus palabras,
ediücó allí un famoso templo, donde reposan ; y los que y la octava sínodo alaba sus libros: y san Máximo, M i -
visitan sus santas reliquias, por su intercesicn alcanzan guel Jerosolimitano, san Martin, mártir, y Beda y otros
grandes misericordias del Señor. Pero mucho mas mag- muchos graves autores después dé él, los reconocen por
nífico y suntuoso se hizo el sepulcro de san Dionisio, des- de san Dionisio Areopagita, y los han traducido del g r i e -
pués que los cristianísimos reyes de Francia le ennoble- go, é interpretado, y escrito comentarios y anotaciones
cieron con suntuosos y magníficos edificios, y le acrecen- sobre ellos, como Juan Escoto, Hugo de San Víctor, Ro-
taron con grandes rentas, y le escogieron para su entier- berto Linconicnse, Alberto Magno, Dionisio Cartujano, y
ro. Fué el martirio de san-Dionisio a los 9 de octubre, i m - Ambrosio Camaldulense: así que en esto no hay que d u -
perando Adriano, á los ciento y diez años de su edad. dar. Entre las otras epístolas de san Dionisio hay una pa-
Verdad eá (pie Metafrasle, Ililduino, 6 Hincmaro, obispo ra Demoülo, á quien el mismo santo habia ordenado os-
de Rheims y otros, dicen que murió en tiempo del e m - tiario, y dádole por sus manos el hábito y estado de mon-
perador Domiciano , de noventa y un afios ; pero ni lo ge. Este Demofilo vió á un grande pecador, que recono-
uno ni lo otro puede ser verdad. Lo primero ; porque en ciendo su culpa, se echaba á los pies de un sacerdote, p i -
una epístola, que el mismo san Dionisio escribe al apóstol diendo con humildad y confusión, penitencia y remedio
y evangelista san Juan, desterrado en la isla de Patines, d e s ú s pecados, y que el sacerdote recibía, como estaba
le dice que habia tenido revelación de Dios, que saldría obligado, al penitente con misericordia | y movido con uu
libre de aquel destierro y volverla á Asia, y que allí los zelo indiscreto y atrevido, so enojó contra el penitente,
dos se v e r í a n : lo cual se cumplió cuando á Domiciano, ya echándole á coces de la iglesia, porque habia ofendido á
muerto, sucedió Nerva, y se anularon los decretos crueles Dios, y contra el sacerdote porque le admitía á penitencia,
de Domiciano, y los presos y desterrados fueron restitui- diciendole malas palabras, y que se saliese dé la iglesia:
dos á su libertad: y el mismo san Dionisio cita la epístola y pareciéndole que habia hecho grande hazaña y servicio
de san Ignacio ya difunto, que escribió á los romanos: el á Dios, escribió una carta á san Dionisio contándole el ca-
cual (como es notorio) fué coronado de martirio en tiempo so. El santo le respondió otra, enseñándole y r e p r e n d i é n -
deTrajano, que sucedió á Nerva. Miguel Singelo dice, dole aquel falso zelo y sobrado atrevimiento, y le refiere
que llegó san Dionisio á los postreros afios del imperio de una historia que san Carpo, obispo, le habia contado es-
Trajano; mas los Martirologios antiguos ponen el m a r t i - tando en la isla de Candía: que por ser digna de tan sa-
rio de san Dionisio, imperando Adriano, como lo notó el grado autor, y útil para los pecadores y para los m é d i -
cardenal Baronio. De esta manera se saca lo segundo, que cos espirituales que los curan, quiero yo en suma poner
«i haber vivido san Dionisio ciento y diez a ñ o s ; porque aquí.
(como dijimos) en la epístola, que escribe á Apolofanes,
Dice, pues, san Dionisio, que estando en Candía, le
dice que al tiempo del eclipse y pasión del Señor, él tc-
hospedó en su casa san Carpo, varón perfecto, y por la
ÍUA 0. OüTUMK.
limpieza de sn alma, dignísimo de ser visitado y regalado fueron inuumerabies, y que cuando Miguol, emperador
de Dios: el cual no comenzaba á decir misa, hasta haber de Constanlinopla , envió los libros de san Dionisio, es-
tenido alguna especial visitación del cielo, y que le dijo, critos en griego , á Ludovico , aquella noche siguienu1 en
que una vez tuvo gran tristeza, porque un infiel en cierta que él los recibió , Dios hizo por el santo diez y nueve
fiesta, que se hacia á sus dioses, habia engañado á otro milagros. Pero el que obró el Señor en el santo pontífice
fiel, pervertídolo, y apartidóle de nuestro benignísimo Esléban, 111 de este nombre, fué señalado y notorio: por-
Jesús. De la tristeza n a c i ó á san Carpo un grande enojo que habiendo ¡do el papa Estéban al reino de Francia,
y amargura contra aquellos pecadores que asi habian para librar la Iglesia romana de las armas del rey Aislull'o
ofendido al Sefior , pareciéndole que eran indignos de la que la o p r i m í a , cayó malo y estuvo desahuciado en e l
vida , y pidiendo á Dios que los privase de ella con a l - mismo monasterio de San Dionisio, que es'á cerca dü
gún rayo ó torbellino. Estando el santo con esta turba- París. Allí tuvo una revelación y vió á los príncipes de los
ción y sentimiento, una noche v i ó s ú b i t a m e n l e q u e la casa apóstoles san Pedro y san Pablo, y á san Dionisio, que le
en que estaba, temblaba con gran terremoto y después tocó amorosamente y le díó entera salud ; y fué esto el
de alio á bajo p o r medio se abría. Vió juntamente una luz año del Señor de 1 5 4 , á los 28 de j u l i o ; y en agradeci-
inmensa que bajaba del cielo, hasta donde él estaba: alzó miento de este beneficio díó grandes privilegios á aquella
los ojos al cielo y viole abierto, y allí sentado al Salva- iglesia de San Dionisio , y llevó consigo á Roma algunas
d o r , rodeado de ángeles en íigura humana. Volvió los reliquias de su sagrado cuerpo, y edificó un monasterio
ojos hacia abajo, y vió asimismo el suelo abierto, y de- para honra s u y a , y le dió á monges griegos para que le
bajo do él una profundidad horrible y espantosa, y que habitasen y alabasen continuamente al Señor ; y por esta
aquellos dos hombres , contra los cuales él estaba enojado causa se llamó aquel monasterio en Roma «la Escuela de
por la injuria que habían hecho á Dios , estaban á la boca los griegos.» De San Dionisio escriben los autores que en
de aquel abismo , como p a r a caer en él despavoridos y el principio de esta vida y en el discurso de ella quedan
temblando. Salían de dentro muchas serpienles, que con referidos.
los dientes y colas, con sus bocas y lenguas, y el moví- SAN ANDRÓNICO Y S I M A ATANASIA , CONFESORES.—En el
Diienlo de sus cuerpos, procuraban tirarlos para deniro en
tiempo del emperador Teodosio, el mayor, hubo en la
aquella profundidad; y no faltaban algunos hombres que ciudad deAntioquía dos casados, ricos y principales, muy
ayudaban á las serpientes, y querían á empellones y g o l -
piadosos y siervos de Dios. El marido se llamaba Andró-
pes hacer caer aquellos miserables hombres que, mas nico y la mujer Atanasia. Repfartierod estos bienaventu-
muertos que vivos, allí estaban. Cuando san Carpo tuvo rados casados sus grnndes riquezas en tres partes : la una
Wla visión , comenzó á alegrarse por ver que tenían su empleaban en limosnas y en socorrer y remediar á los po-
merecido, y que era cnsligada su grave culpa con grave bres: la otra en proveer á los monasterios y sustentar á
pena, y deseaba que cayesen preslo en aquella horrenda los siervos de Dios que, vivían en ellos, que también era
sima; y cualquiera tardanza te parecía grande por el zelolimosna , y no menos acepta que la olí a á nuestro Señor;
qu(! tenia de la honra do Dios y del castigo de los malos.
y la tercera gastaban en su casa y familia , procurando
Pero a ñ a d e San Dionisio que estando con este afecto san
dar buen ejemplo con su vida y con las buenas obras que
Carpo , tornó á mirar a l cielo, y vi¿ que Jesucrisio t e -
hacían á toda la ciudad, de la cual eran muy amados.
niendo compasión de aquellos dos pecadores, se levan- Tuvieron un hijo y una hija , los cuales criaron en mucha
taba de la silla en que estaba sentado, y bajaba hasta boneslidad y v i r t u d : y pareciéndoles que ya nuestro So-
donde ellos estaban, y les daba la mano benignamente, y ñor les había dado fruto de bendición , y que (enían hijos
que los ángeles les ayudaban y los libraban de aquel pc-que heredasen su mucha hacienda , defenninaron entre sí
bgi'o : y dijo el Señor á Carpo: Hiéreme á m í , que estoy
guardar castidad para darse mas de veras al servicio del
aparejado á padecer otra vez, poique los hombres se sal- Señor. Vivieron doce años con gran conformidad y unión
V(,n í y harélo de buena gana, porque ellos no pequen Andrónico y Alaníisia: y queriendo nuestro Señor probar-
mas; y tú , que te muestras tan zeloso, mira bien lo que los y levantarlos á mayor perfección, dió en un mismo dia
le conviene , si te está mejor gozar de la compañía de Dios
una gran enfermedad M hijo , que era de doce años , y
d e m e n t í s i m o y de los buenos á n g e l e s ; ó caer en esta tan
se llamaba Juan , y á la hija por nombre María , que era
Profunda morada, llena de sabandijas y serpienles. Y de diez años. Fué tan recio y vehemente el m a l , que en
concluye esla narración san Dionisio con estas palabras: el mismo dia á ambos los arrebaló de esla vida. Cuando
«Estas cosas oí de Carpo, y creo que son verdaderas.» lo supo Andrónico, e n l r ó s e e n s u oratorio á hacer oración,
lle querido referir aquí esta historia, para que lodos y dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo
a p r e n d a m o s c u á n benigno y suave es el S e ñ o r , y cuán
volveré a e l : el Señor nos los d i ó : el Señor nos los quiló;
digno de ser amado y servido: y que el que cayere en a l -
h á g a s e como él fuere servido : sea el nombre del Sefior
go n pecado g r a v e , no tiene porqué desesperar: ni el
bendüo , ahora y siempre, y en los siglos de. los siglos.
l ú e estuviere en pie, y por la misericordia de Dios se ha-
Atanasia, como mujer y madre , sinlió mas este golpe: y
dare sano, no debe menospreciar sino d a r la mano al volviendo su marido Andrónico á su casa , del enlíerro do
caído para levantarle; y el que fuere ministro de Dios, sus hijos , que se hizo con gran solemnidad en la iglesia
" " ' l a r las entrañas de su piedad : pues así perdona y
de San Julián ( que era el entierro de sus padres y abue-
abraza á los pecadores, cuando de corazón contritos y los), acompañado del patriarca y de! clero, y de lodo lo
humillados vuelven á éi. bueno de la ciudad; ella se quedó en la iglesia tri.sle, des-
A mas de los milagros que san Dionisio hizo en vida; consolada y deshaciéndose en l á g r i m a s , y quiso toda
después de muerto hizo otros muchos, algunos de los cua- aquella noche velar allí, pegada á la sepullura de eus h i -
les refiere san GregorioTuronense, y Alcuíno dice que jos. P e r o á la medía noche el mártir san Julián (en cuva
180 LA LEYENDA DE ORO, DIA 9.
iglesia estaba) le apareció IMI b^biíq tle mongo, y ha- nasía á Andi ónieo , luego le conoció ; mas él no la cono-
biándoia scveraniLMiie, le dijo: ¿ Porqué no dejas ivposar ció á ella , porque había perdido con la penitencia su an-
á losque eslán a q u í ? Alanasia creyendo que iuese algún tigua hermosura , y estaba muy requemada y consumida;
inonge le respondió: No os enojéis, señor, comuigo; por- y creyendo que era otro monge como é l , y sabiendo que
cino es!oy muy afligida : dos solos hijos tenia , y en un iba á Jerusalen y (pie llevaba el mismo camino, se con-
mismo dia los he enterrado. Preguntóle el mongo cuántos certaron los dos de ir juntos , aunque callando y guar-
años lenian. Y ella dijo : El uno tenia doce y la otra diez. dando silencio como si cada uno fuera solo, por mayor
Knlonces el santo la dijo : ¿ Pues por q u é los lloras? Me- devoción y religión. De esta manera fueron Andrónico y
jor harías en llorar tus pecados; porque ellos viven y g o - Atanasia á Jerusalen , y estuvieron en ella y volvieron á
zan do Dios. Con estas palabras se c o n s o l ó l a madre y Alejandría , sin haber conocido Andrónico que elcompc-
convirtió el llanto en alegría sabiendo que sus hijos vivían ñero qee llevaba era su mujer, y creyendo siempre que
con Diosen el cielo, y que mas debía tenerles envidia que fuese hombre y alguno de los mongos santos do Egipto.
lástima , y gozarse del bien de ellos que enlrislecerso por Alanasia convidó á Andrónico si queria vivir on su misma
su ausenqia. Buscó luego al mongo que le había hablado, celda con e l ; y él lo acopló, habiendo primero dado parte
y no lo halló ni lo pudo ver: y sabiendo que todas las al abad Daniel, y conládole lo que le habia sucedido con
puertas estaban corradas , y que ninguna persona había aquél mongo en el camino , y el silencio que en él habia
entrado en aquel l u g a r , entendió que aquella debía ser guardado , y por su consejo y con sn bendición volvió á
revelación de Dios, y que el santo mártir Jaban la había Alanasia , y estuvo otros doce afios en la misma celda, cu
aparecido, y tuvo gran temor, y determinóse á hacer lo compañía de su mujer, sin entender que lo era ni que
que la había mandado, y llorar sus pecados. fuese mujer: que es caso bien raro y póra notar que en
Volvió á sn casa y dió cuenta á su marido de lo que tantos años , con tan continua y extraña comunicación y
aquella noche había pasado, y rogóle que la diese licen- c o m p a ñ í a , ni por el gesto, ni por la voz, ni por la habla,
cia para entrarse en un monasterio, y hacer penitencia ni por los meneos , ni por otras propiedades individuales,
de sus pecados ; porque aun viviendo sus hijos, bahía te- no echase de ver Andrónico, quién era Atanasia; porque
nido este mismo intento , aunque no se lo había osado de- ó estaba tan dentro de sí y tan átenlo á servir al Señor,
cir. Andrónico la respondió que lo pensase mejor y lo que no reparaba en las cosas exteriores , y viéndolas no
encomendase á Dios por espacio de una semana, y que las veia; ó el mismo S e ñ o r , que por este camino (pieria
después tornarían á hablar de ello. Finalmente, ellcs se mostrar lo que puede su gracia , le detenía y diverlia para
concertaren entre s í , ó hicieron lo (pie aquí diré. Dió A n - que ñ o l a conociese : y aunque vivían con sumo silencio
drónico su hacienda á su suegro, padre de Atanasia, y los dos ( porque este fué el concierto que hicieron ) . no es
díjole que él y SH bija iban por su devoción á visitar los probable que en las cosas forzosas no se hablasen y no t u -
lugares santos de Jciusalon : que si Uíos dispusiese de v ícsi'ii entre sí algunas pláticas espirituales.
el! s, gastase toda aquella hacienda que le dejaban, para En el espacio de estos doce años que estuvieron juntos
bien de sus almas , en edificar algún monasterio y algún Andrónico y Atanasia , los selia visitar algunas veces el
hospital para los pobres. Dieron libertad á sus esclavo?, y santo abad Daniel, y enderezarlos y animarlos á todas las
alguncs dineros, lomando los que los pareció quo para su obras religiosas y de perfección. Vino una vez acabados
camino tasadamonle habían menester: y una noche A n - ya los doce años á verlos , y supo de Andrónico que su
drónico y Alanasia solos, dejando su paliia y su casa, se compañero estaba muy fatigado y de camino para el cielo.
partieron para Jernsalen ^suplicando á nuestro Señor que Entró á él el abad Daniel, y hallóle con grandes angustias
pues había mandado á Abrahan y Sara que saliesen de su y congojas y lloroso; y díjole : ¿ P o r q u é lloras, debiendo
tierra y de entre sus deudos , y fuésen á la tierra que él alegrarle por ir al Señor ? Y él respondió : No lloro por
les mostraría , los guiase y tuviese de su mano paiv (pie m í , sino por mi compañero Andrónico; poro y o le rue-
cumpliesen on todo su sanlisíma voluntad.. go que después que me hubieres enten ado , lomes un
Estuvieron en la ciudad do Alejandría , donde hicieron papel que estará á mi cabecera y le leas, y después
oración al sanio y glorioso mártir Menna : y quedando le des á Andrónico. Con esto se aparejó para morir,
allí Atanasííi, Andrónico fué á visitar á los santos padres y comulgó: encomendáronle el alma: y acabó en el Se-
de Egipto , y á consultar con el santo abad Daniel, loque ñor. Yinieion para amortajarle , y hallaron que era m u -
babia de hacer ; y per su consejo volvió por su mujer, y j e r , y alabaron al Señor que le habia dado tanta forta-
la llevó consigo adonde el santo abad oslaba , el cual les leza y tan gloriosa victoria de la flaqueza mujeril. Con-
dió cartas para que Alanasia fuese recibida en el monas- vocaron á lodos los mongos, hasta los mas apartados de
terio de los labenÍQsilas, adonde Andrónico la acompañó toda aquella comarca, y ellos vinieron para honrar aquella
y d e j ó : y tornando a! abad Daniel, recibió de sus manos santa, que tan bien habia sabido triunfar de su carne,
el hábito de monge, y fué enseñado do lo que en aquel mundo é inliorno , y acompañados de toda la ciudad de
hábito y profesión le convenia hacer. Pasados doce años Alejandría, con ramos, palmas y cirios encendidos, la se-
de religión, tuvo deseo Andrónico de ir á visitar otra vez pultaron honoríficamente. Quiso d abad Daniel llevar con-
los lugares santos de Jerusalen: propúsolo a l a b a d ; y sigo á Andrónico; mas él rogó que le dejase, porque d e -
coa su licencia y bendición , se partió para aquella jorna- seaba morir y ser enterrado con Atanasia. Dióle luego la
da, y por voluntad é inspiración de Dios, al mismo tiempo enfermedad do la muerte y acabó saniamente su pei o g r i -
AJanasia tuvo la misma voluntad y se puso en camino nación, y fuese al cielo para gozar de Dios eternamente,
vestida do monge', y llegó adonde estaba Andrónico: ha- y Je la compañía que había tenido en la tierra ; y los
lióle debajo de un árbol descansando un poco, y g u a r d á n - menges volvieron y le llevaron á enterrar, alabando al Se-
doso del calor del sol que era muy recio. En viendo Ata- i ñor, obrador de tan grandes maravillas. La vida de estos
IMA 9,
OCTUBRE.
dos sanios escribió Sinu-on Mclalrasle : Irácla el í l Fr. L o -
m
renzí) Smiocn su primer lomo, á los 27 de febrero ; mas bió la cirruncision como la señal y el sello de la alianza
el Marlirologio romano , y el Menologio de los griegos la que habia hecho con él. Abrahan se circuncidó á la edad d o
ponen á km 9 de oolnbre. Pues ¿ qnién no ve en la vida de cíen años, y circuncidó á loda su familia : un año después
eslos dos santos casados y perfeelos religiosos , las obras nació Isaac , que Sara dió á luz cuando tenia ya noventa
del Sefior, y lafcer/ade su espírilu y gracia ? ¿ Q u i e n n o años, Cuando este hijo hubo cumplido los veinte y cinco
se maravilla de los medios que torna para llevar las almas año?, Dios, que quería probar la fe y la virtud de su sier-
íd cielo y hacerlas subir en el suelo á la cumbre de la per- vo , mandó al padre que se lo ofr eciese en sacrificio. Sin
Jea ion ? Vivían orislianamenle Andrónico y Atanasia en el examinar Abrahan una órden que debía parecerle lan es-
sanio malí imnnio : daban iimebas limosnas á los pobres; Irafia, que desvanecia en un mornenlo todas sus esperan-
y habiendo tenido dos hijos, guardaron continencia: y con zas, y que efeclivarnente no era mas que una pr ueba , so
estas y oirás buenas obras, se dispusieron para recihir ma- apresuró á obedecer con lanía prontitud como valor; pero
yores gracias y favores del Señor : el cual, para descan- en el mismo instante de ir á consumar e! sacrificio , Dios
sarlos y desemharazarlos mas de todas las cosas que les contento de su sumisión, detuvo el brazo ya levantado pa-
podían estorbar, les quitó los hijos , y por este medio los ra herir á aquella víctima querida, y puso en el lugar de
alentó y esforzó , y para que trasladasen su corazón de la Isaac un cordero, que Abrahan ofreció. Doce años después
criatura al Criador, y el amor de los hijos de la carne con- murió Sara , y fué enterrada en la gruta de Efron, que
virliesen en el amor del Padre celestial, y se entregasen Abrahan habia comprado para srr sepultura, y éste se casó
(an de veras á su servicio como habernos visto : y dió su entonces con Cetura, de la cual tuvo seis hijos. En tiempo
espírilu á Alanasia, para que , siendo mujer, en háhilo de de Sara, habia Abrahan tornado también por mujer á Agar
monge, venciese á los varones valientes y esforzadas en su sierva, que fué madre de Ismael. En fin después de h a -
la virliul y esindio de la perfección, y viviese con tanta d i - ber vivido ciento y setenta y cinco afios, murió el 182'> a n -
sininlacion y recalo doce, años en una misma celda con su tes de Jesucristo, y fué sepultado en el mismo lugar que
marido; y que no fuese conocida de é l , hasta que en la Sara, srr esposa. La viva fé de Abrahan y su sincera adhe-
muerte ella misma, por el papel que habernos dicho, se sión al cullo del Dios verdadero, le merecieron el título de
descubrió. líendilo sea y alabado el ¡-"eñor, por quien d e s padre de los n é j e n l e s , y la pronresa que le hizo el Señor
y por lo (¡ni> obra y hace por sus sanios. Amen. de que sus descendientes ser ian lan numerosos como las
estrellas del cielo y las arenas de la mar.
SAN DdMNixo MÁinrn. — Cuando Maxiniiano Hércrdes
SAN Grsr.ENo', OBISPO y CONFESOR. — V i v i ó esle sanio c o -
tenía s rcói le en Milán, que era el año 301 , Domnino le
mo ermitaño en un bosque de la Annonia. Habiéndosele
scr\ia de a\uda de c á m a r a . Kec'arada abierlamenle la
m m i d o murlias personas piadosas, fundó un monaslerio
persccm ¡i;,, contra ¡os crisliancs, como Domnino lo fuera,
el año C o l , al cual dió la regla de san Uasilio , y e! título
afirt de evi!ar las pesquisas, huyó secrelamenie y se díi i -
de San Pedro y San Pablo. Gobornó este monaslei io por
gió a Roma para ocultarse en esta ciudad ; pero como se
espacio de Ireinta y seis años con prudencia y santidad, y
enviaran soldados con el fm de aicar.zarlo, fué cogido en
murió el dia 0 de octubre del año de (¡81. El Marlirologio
la via Claudia, entre Parmr. y Plasencia, y allí mismo te
romano da á esle sanio el título de obispo ; pero no hemos
corlaron la cabeza. Fué enterrado en el mismo logar d d
podido encontrar de q u é Iglesia lo f u é : otros le llaman
martirio, y el Sefior hizo glorioso su sepulcr o por los mu-
abad y confesor, y aseguran que nunca fué elevado á la
chos milagros que obró por su mediación.
dignidad episcopal. Galesinio dice que fué obispo de una
SAN A B I U H W , PADRE DK LOS CIIEYENTES.— Nació en Cr,
ciudad de Bélgica, y que renunció su dignidad para i r á
1!M>G años ánics de Jesucristo, y fué el primer patriarca
Roma en peregrinación, y qrre de vuella de su viaje se r e -
de la nación judaica. Sir padre Taré profesaba el cullo de
tiró al desierto.
las estrellas; pero el hijo era enemigo de esta superslioion
SANTA PIPLIA, AHAKESA.—l'uó una mujer principal de
v adoraba al Dios verdadero, que le mandó abandonar su
Aníioqnia, que habiendo quedado viuda y educado á sus
l'üis natal. Dirigióse á liar an, en Jlesopolamia, donde per-
hijos , se retiró á un monasterio que ella misma habia
dió á su padre. Una nueva órden de Dios le hizo abando-
fundado, á fin de pasar entro las santas vírgenes los años
nflr 'amblen esla tierra, y se fué á Siquem con Sara, su
que le quedaban de vida. Por' su virtud y por la pruden-
mujer, y Lol, su sobrino. El hambre le obligó á ir se á Egip-
cia que brillabaen ella, fué elegida abadesa de aquella casa
'0 i en donde Faraón le quitó su mujer1 creyendo que era
religiosa, y tenia á loda la comunidadconslantemenlc ocu-
,le''iiiana suya , y se la devolvió en seguida , dándole a l -
pada en cantar salmos y divinas alabanzas. Un dia en que
gUnes regalos, acoutecímienlo que se renovó después casi
estaba cantando estas palahras de David : « Los ¡doles de
las mismas ciicunslancías en (ierara con el rey Abí-
los gentiles no son mas que piala y oro , y sean semejan-
ID«leohi Cuando Abrahan salió de Kgiplo se dirigió a Be4
tes á ellos los que los fabrican, » a c e r l ó á pasar' por allí el
leí con su sobrino l.ol , decenal se separó á can>a de que
emperador Juliano el Apóstata, y babiemlolo oido, mandó
'"INel pais no podia coniener sus numeroses r e l i a ñ e s : el
que abofeteasen á la venerable abadesa y que la c: stiga-
sobríoo marclió á Sodoma y el lio se quedó en el valle de
sen severamente. Mas ella lejos de intimidar se con el cas-
wamhpé. Algun licmpo de.-pues , habiendo Lol caído p r i -
ligo , levantó mas la voz y repitió eslas palabras de otro
S'óuew) en poder de Codorlabomor y otros Ires reyes. Abra.
salmo : ((Levántese el Señor' y confunda á sus enemigos.»
an a| iiió á sus criados y dependientes , persiguió á los Tuvo que sufrir otros malos tratamientos , á los cuales se
vencedoi es, los derroló y liberló á Lot. El santo patriarca sujetó con santa conformidad , y murió gozosamenle en el
tuvo anles de salir de Mamhré una visión en la que Dios Señor, el año 3 C i .
eainhió su nombre de Ahram en el de Abrahan , le pro- SVN Dí;i sm;nrT , Aruo.—Floreció en Ilalia en el siglo
metió que tendíia un hijo de su esposa Sara, y k« presen- 1N, siendo abad del .Monte Casino; cu yo taígo desempeño
182 L A L E Y E N D A D E ORO DÍA 'lO.
por espacio de seis afios, T o r no quererse prestar á las variaba las iglesias , comulgando ya en una iglesia , y a
profanas exigencins del tirano Sicardo, príncipe de Bene- en otra.
vento, fué preso y metido en una oscura prisión't donde Confesábase con un religioso muy espiritual d é l a ó r -
murió de hambre y de miseria el afio 8 3 í . den de Santo Domingo, que le iba poniendo en perfección;
pero juzgando él que no podia servir perfectamente á Dios
DIA. 10. en su patria, y en la casa de sus padres, mudando el Irnje
se salió secrelamente de Valencia con intento de irse á a l -
SAN LUIS BEÍITRIN, CONFKOH.—San Luis Bertrán, hijo del guna tierra donde no fuese conocido ; mas por una carta
grande patriarca santo Domingo , nació en la nobilísima que dejó escrita á sus padres fué buscado, y hallado siete
ciudad de Valencia, fecunda madre de'muchos santos , á leguas de Valencia y traido á su casa. Vistióle su padre
l . 0 d e enero de Iíi25. Su padre se llanm Juan Luislíertian, de hábito clerical; y é l s e ocupaba continuamente en ejer-
y su madre Angela Exarch , personas honradas y virtuo- cicios de piedad y devoción, acudiendo á los hospitales»
sas. Estuvo el padre casado con otra mujer ántes que con para servir y consolar á los enfermos. Llamábale Dios á
la madre del santo ; y Dios dispuso el segundo matrimo- mayor perfección ; y así determinó entrar en la órden de
nio, y le alargó milagrosamente la vida para que diese al Santo Domingo, y pidió el hábito al maestro Fr. Jaime
mundo este hijo que habia de dar tanta honra á su patria, Ferran , prior del convento de Valencia : mas el dia que
lanía luz al mundo y tanto lusíre á la orden de Predica- habia de ser recibido en la órden, sabiéndolo su padre,
dores ; porque estando Juan Luis en lo óllimo de la vida vino al prior, y le representó tantas enfermedades y acha -
con una gravísima enfermedad, y aparejada ya la morta- ques ordinarios de su hijo , que el prior le prometió no
j a , abrió súbitamente los ojos, y lepidio sus vestidos para darle el hábito en todo su priorato. Afligióse el sanio man-
levantarse. Pensaron que desvariaba ; y él dijo : No des- cebo, viendo fruslados sus deseos y esperanzas ; y siem-
vario ; porque han estado aquí san Bruno y san Vicente pre que miraba las paredes del convento de Santo Domin-
Ferrcr, y me han dicho que no tengo de morir de esta en- go, ú o i a tocarla campana , derramaba muchas l á g r i m a s
fermedad ; y fué a s í : porque luego estuvo, y quedó lau de sentimiento. Acudía frecuenlemente al convento , y los
devoto de san Bruno , que muerta su primera mujer , se viernes mientras los religiosos cantaban completas, se es-
fué al monasterio de Poría-fJíe/íjpara hacerse mongo car- condía en una capilla del claustro , y en entrando ellos ei>
lujo ; pero en el camino se le aparecieron san Bruno y san el capitulo, se acercaba á la pueiia y con grande silencio
Vicente Fcn er , y le dijeron que no era la voluntad de oía la plática, que ordinariamente hacia estos dias á los
Dios que fuese religioso , sino que se quedase en el siglo; novicios el venerable Fr. Juan Micó, y al quererse aca-
y así se casó segunda vez con Angela Exarch , y de ella bar, se iba muy de priesa por no ser descubierto. Una no-
tuvo ciuUro hijos j cuatro hijas , y el primero de los hijos che se quedó en el convento , y la empleó toda en visitar
fué Luis Bertrán , á quien en el bautismo llamaron Juan las capillas, haciendo oración en ellas, y pidiendo á Dios
Luis, y después dejando el nombre de Juan, se quedó con y á la Virgen María y á sanio Domingo, que le diesen lo
el de Luis. Ln su nifiez era tan aficionado á las cosas sa- que tanto deseaba. Alcanzóloíinalmcnle de nuestro Señor
gradas, que cuando lloraba, el medio de callarle era l l e - con sus oraciones y l á g r i m a s ; porque Fr. Juan iMicó, que
varle á la iglesia donde no solo cesaban las l á g r i m a s , pe- sucedió en el priorato á Fr. JaimeFerran, ledió el hábito á
ro se convcifian en risa y alegría ; y si estaban cerradas 26 deagosto de 1544. Hizo su padre grandes diligencias
las puertas de la iglesia mayor , con mostrarle las i m á - para sacarle de la religión ; pero ninguna bastó contra la
genes que estaban allí de los apóstoles , callaba y sa ale- constancia del novicio ; y Dios que le habia llamado , lo
graba. Con la Beina de los ángeles tuvo especialísima de- dió la perseverancia.
voción, y de ocho aftos empezó á rezar su oficio todos los
Propúsose Luis por ejemplar la vida de su padre sanio
dias. Gustaba del retiro y de la oración ; y encerrado en
Domingo, y d é l o s otros santos de su órden, especialmen-
su aposento gastaba orando mucha parte de la noche. No
te la de san Vicente Farrer, con quien tuvo siempre p a r t i -
dormía en la cama , sino sobre una arca y sobre la tierra
cularísima devoción ; y v e r d a d e r a m e n í e fué Luis un re-
desnuda, y por la m a ñ a n a descomponía la cama para d i -
trato al vivo de san Vicente : y así solía decir el sanio Fr.
simular su mortificación. Pocas veces quería almorzar , y
Juan Micó, su maestro de novicios, que Luis habia de ser
ya en tierna edad ayunaba muchos dias. Nunca le oyeron
en Valencia otro san Vicente Ferrcr. Pasó su noviciado
jurar ni maldecir , ni decir palabra descompuesta ; ántes
con grande fervor, y tomó imacostumbre que observó
reprendia con seso de varón á los muchachos que faltaban
después toda la vida , de dar á los pobres la mayor parto
en esto, como también á los que estaban ociosos, esliman-
de su comida : con que jumamente ejercitaba la abstinen-
do ya el valor del tiempo , que es un tesoro no conocido,
cia y misericordia. En profesando cayó en una grave e n -
de que hay pocos avarientos y muchos pródigos en el
fermedad por el demasiado rigor con que afligía su cuer-
mundo. Su entretenimiento era asistir á las misas y visitar
po. Esmerábase mas en las virtudes que habia volado, y
los conventos do los religiosos. Era muy obediente á sus
en las que son mas propias de los religiosos, como la obe-
padres, y nunca les dio ocasión de enojo ; ántes si veia á
diencia , castidad, pobreza, humildad y oración, en que
su madre enojada con alguno de su casa, tomaba un libro
gastaba muchas hoias y quedaba como fuera de PÍ, sin sa-
espiritual y le leia algo para sosegarla. Era muy vergon-
ber si estaba en el ciclo ó en la lierra; tanto que consultó
zoso y modesto, y ordinariamente traia los ojos bajos, co-
con el padre Micó , ¿ q u é seria la causa que cuando oraba
mo quien andaba recogido dentro de si mismo. En llegan-
no estaba en sí ? A lo cual respondió el venerable padre:
do á los quince años, frecuentaba mucho los sacramentos;
Dad gracias á Dios, que esa es dicha, que no la alcanzan
y píir evitar el reparo que podía haber en tiempo que no
todos. AI principio quiso dejarlosestudios para alcridercon
se usaba tanta frecuencia de comuniones como ahora,
mas desembarnMá la oración \ c o n t e m p l a c i ó n ; p e r o c o n o -
mA 10, OCTUBRE. 183
cien Jo después, qne esla era tentación del demonio que pre- veces. Para persuadir á sus novicios la observancia de
tendía esloi-barle por este medio el provecho que podia ha- sus constitueiones, procuraba que sus acciones fuesen el
cer en sus prójimos, se dió mucho ai estudio, no teniendo alma de todas ellas, y que viesen en él ejecutado lodo lo
por malogradas las horas que dejaba de contemplar por que en ellas veían mandado. Era e! primero en la oración,
estudiar; y nunca dejó los libros hasta su última enferme- y enseriábales el modo de tenerla con provecho. Exhor-
dad , tanto que decia el maestro Justiniano, que no habia tábalos principalmente á meditar en la pasión de Cristo,
en toda la provincia de Aragón quien mas libros hubiese diciendo que hallarían en ella el consuelo de lodos sus I r a -
leido que Fr. Luis. Fué muy aficionado á los hombresdoc- bajos, y motivos para amar á Dios y despreciar las cria-
tos i á los cuales consultaha con grande humildad sus d u - turas, y aprenderían del mejor maestro la humildad, po-
das y dificultades , y devotísimo de la doctrina del a n g é - breza, obediencia y todas las otras virtudes. Queria que
lico doctor santo Tomás. Ordenado de sacerdote , crecie- todos los religiosos tuviesen en su celda «na imágen de
ron suá virtudes tanto como sus obligaciones. P r e p a r á b a - Cristo crucificado , para avivar la meditación, y tener á
se para decir misa con grande cuidado, y decíala con m u - quien acudir en todas sus necesidades: y así, preguntando
cha devoción : y por el fruto que él experimentaba de r e - á un fraile si tenia alguna imágen de Cristo crucificado, y
cibir este soberano Sacramento, solia decir que los siervos respondiendo que nó; le dijo el santo: No puede ser fraile
de Dios navegaban con el santísimo Sacramento del Altar, deSanto Domingo, quien no tiene en su celda un crucifijo,
como la nave con próspero viento. Por esto aconsejaba á y levantándose de su asiento, quitó uno de la pared que
todos que comulgasen á menudo ; y que cuando que pu- allí tenia, y se lo dió diciendo: Aquí hallareis cuanto de-
diesen hacerlo, comulgasen espii itualmentepresentándose seareis. Hablaba el santo de experiencia, porque en Cris-
en la iglesia delante del santísimo Sacramento , deseando to crucificado hallaba el remedio de sus necesidades, la
con gi'andes ansias recibirle, y preparándose como si real- victoria de sus tentaciones, el consuelo de sus tristezas y
mente le hubiesen de recibir. Con el ejemplo de su vida y finalmente de todas las cosas. Criaba á sus novicios en
el zelo y diligencia que puso, fué causa para que se r e - grande aspereza y penitencia; porque después no se les
formase mucho su provincia y se dejase la vida claustral, hiciesen ásperas las observancias de la ó r d e n : y él era
que en algunos conventos se usaba ya. consigo tan riguroso, que tenia ensangrentadas las paredes
í'or este tiempo fundó san Francisco de Borja , que en- de su celda y otros lugares, por el rigor de sus disciplinas;
tonces era duque de Gandía , y después fué religioso y de manera, que un novicio movido de compasión, le ame-
general de la Compañía de Jesús , un convento de la ó r - nazó que se lo habia de decir al prior; y el santo le pidió
den de Santo Domingo en su villa de Lombay. Fué electo que callase, prometiendo enmendarse: pero la enmienda
por primer prior Fr. Juan Micó: y como tenia tan conoci- fué ceñirse una sábana cuando se disciplinaba, para que
da la santidad de Fr. Luis, quiso llevársele consigo , para empapándose en ella la sangre que corría, no llegase al
que los principios de aquel monasterio fuesen muy fervo- suelo, y con eso ninguno lo pudiese advertir. Encargaba
rosos. Pero no perseveró mucho en este monasterio; por- mucho á sus novicios la obediencia, y castigaba con rigor
que mía noche se le representó su padre Juan Luis Ber- cualquiera falta que contra ella cometían. Fundábalos en
trán, como muerto , con tanta viveza que á la mañana dió humildad y desprecio de sí mismos; y procuraba encen-
parte á su confesor, y luego llegó un mensajero á toda derlos en el amor de Dios: para lo cual se hacia encon-
priesa que le dió cuenta de la enfermedad de su padre y le tradizo muchas veces con sus novicios, cuando estaban en
dijo, que se pusiese luego en camino par» Valencia, si honesta recreación, y les decia : Amemos, hermanilos,
quería verle vivo. Partióse al punto.á Valencia; y en v i é n - amemos al Señor Dios : y con estas palabras los abrasaba
dole su padre entrar por el aposento, le dijo : Hijo m í o , de modo en el amor de Dios, que dejando el entreteni-
«na de las cosas que mayor pena me dieron en esta vida, miento en que estaban, se recogían á sus celdas para estar
fué verle fraile ; y ahora lo que me da mayor consuelo, á solas con Dios. Deseaba que los hermanos del coro, fue-
que lo seas: mi alma te encomiendo, acuérdate de mí. ra del cuidado de su perfección, fuesen diligentes en el es-
Asistióle el buen hijo hasta que murió , y después le reve- tudio, por ordenarse este al fin de su órden, que es apro-
ló el Señor las terribles penas que padecía su padre en vechar á las almas; y que los legos sé criasen en h u m i l -
el purgatorio por espacio de ocho años, en los cuales ofre- dad y simplicidad, y no tuviesen libros como lo manda su
cía por él misas, oraciones, ayunos y penitencias, hasta regla; porque decia , que el rosario es muy buen libro y
que al lin de los ocho años vió á su padre muy alegre, li - muy provechoso para ellos, si le rezan con devoción. Era
hre ya de aquellos tormentos. Refirió esta visión san Luis muy rígido y menudo con los novicios en materia de o b -
con lágrimas en ios ojos, un año antes de morir, á su her- servancia, castigando con severidad faltas muy bjeras;
mano Jaime Bertrán y á otro devoto suyo: y preguntado pero juntamente procuraba aliviarles la carga d é l a r e l i -
de su hermano, cuál era la canga de haber padecido su pa- gión cuando podía, con regalillos que á él, ó á ellos les
^fe tan grandes y tan largas penas , respondió, qne en- enviaban; y especialmente cuando estaban enfermos, los
tendía era por haber sido gran servidor de un gran señor proveía con gran caridad y liberalidad. Queria en sus no-
de estos reinos; porque debía de procurar agradar de- vicios virtudes sólidas, y eso eslimaba, nó revelaciones y
masiado -al príncipe ( como suelen muchos) con desagra- arrobamientos, en que suele haber mucho engaño. Vino á
do de Dios. él un novicio de pocos dias tomado el hábito, y contóle
una revelación que habia tenido, y el santo le d i j o : ¿Ya
No le dejaron sus religiosos volver á Lombay, porque,
tenéis revelaciones ? Vos dejareis el hábito. Y así fué, por-
uo teniendo mas de veinte y cinco años, le hicieron maes-
que dentro de pocos dias se volvió al siglo. Decia, que p r i -
tro de novicios del convento de Valencia, supliendo la fal-
mero era ejercitarse en la obediencia, humildad y obras de
ta de edad su mucha santidad y prudencia. Hizo tan es-
la vida activa, y sujetar la carne con la mortificación, que
cogidamente este oficio, que le eligieron después otras seis
18i LA LEYENDA DE ORO. DIA 10
no volar con la contemplación. La segunda vez que le h i - nunca durmió en ella como lo observó Fr, Pedro Micó, que
cieron maestro de novicios, sacó patente del general, para entonces era seglar y servia á la condesa; y él mismo de-
i r á estudiar al convento de San Esteban de Salamanca, cía, (pie por mucho que madrugase para ir al aposento del
do doqde han salido muchos insignes maestros. Procuró santo, siempre le hallaba de rodillas en oración. Llegaron
apartarle de aquel intento el padre maestro Micó, dicien- á la playa de Valencia unas galeotas de moros, cargadas
do, que Dios no le habia traido á la religión para maestro de cautivos cristianos que habían cogido en las costas del
de estudiantes, sino para maestro de novicios: nó para reino, y el arráez, mientras se trataba del rescate, salió un
enseñarles letras, sino virtudes; mas perseverando en su dia de fiesta con olro-í moros á pasearse por la ciudad. El
intento, se partió á Castilla, y allí le dijo un padre muy santo, que con una encendida caridad juntaba el celo de
espiritual, que no era aquel el camino por donde le llama- Elias, sintió esto mucho; y juntando á primera noche á s u s
ba Dios; que se volviese á su convento á trabajar en lo novicios, les dijo: ¿ Quién sufrirá esto, hijos míos, que
que le mandase la obediencia. Con estose volvió á la c i u - los enemigos de Cristo después de haber caulivado á los
dad de Valencia, y prosiguió su ejercicio de maestro de cristianos, se vengan á pasear por la ciudad y se vayan
novicios, y quedó enseflado, que aunque el ejercicio de l i s alabando de ello? Hinquémonos (l« rodillas y digamos mi
letras es bueno, no quiere Diosa todos para él, y es mejor salmo contra los moros. Oyó Dios su oración, y moslró que
su voluntad que todas las cosas. habia nacido de celo de su major gloria, porque lia( leu-
Después fué nombrado superior del convento de Sania dóse á la vela los moros, se levantó una lempeslad y los
Ana, en el marquesado de Albaida, y aquí se ejercitab;in echó á fondo. Pidiéronle que encomendase á Dios nn h o m -
el sanio y sus religiosos en predicar y confesar, y aprove- bre que estaba en pecado mortal, para que saliese de é l :
char á las almas. Diósc mucho á la contemplación; y para hizolo el santo, y dijo á la persona que se lo habia pedido,
atender á ella con mas quietud, se subia descalzo á un que Dios quería dar un cnsligomuy sensible á aquel hom-
monlecillo que está cérea del convento. El fuego (pie Dios bre, y con eso se emnondai in. Denlro de breve tiempo se
encendía en su alma en la contemplíiciun era tal, que lo le murió el hijo que mas amaba, y con la pena abrió los
senlia también el cuerpo; y a s í , quejándose uno un (lia de ojos y enmendó su mala vida.
invierno, de que hacia mucho frió, le dijo : I'íidre, si tiene Tuvo noticia do la necesidad que habia en las Indias de
frió, póngase en oración y no le sentirá. Salían sus pala- ministros evangélicos, y compadecido de tanta gentilidad
hras tan encendidas del fuego de su corazón, que abrasa- como vive y muere sin conocimiento del verdadero Dios:
ban á los que trataban con é l , y algunos confesaban, que alcanzada licencia de su prelado, determinó parlirse á las
una palabra sola del santo los encendía en amor de Dios, Indias á procurar la salud de aquellas almas tan desam-
y movía á devoción y lágrimas. Antes de predicar, se re- paradas. Ponderábanle sus amigos los trabajos grandes
cogía á orar en la saeristia, y saliendo al pulpito, le vieron que padecían los ministros evangélicos, y la crueldad con
algunas veces cercado su rostro de resplandores. Salía por que los bárbaros les quitaban las vidas; pero nada basta-
los lugares vecinos en busca de las almas, para predicar- ba á mudar su determinación ni entibiar sus deseos; átt-
les la palabra de Dios y moverles á penitencia. Viniendo les |e encíMulian mas por la ardiente sed que lonia de la
un dia de predicar, y encontrando en el campo un pastor, corona del martirio, que esperaba poder allí conseguir.
se hincó de rodillas á hacer oración, y después le descu- Procuraron sus hermanos y parientes detenerle con megos
brió sus mas secretos pensamientos, y le dijo cuantos y lágrimas, y los frailes con razones, proponiéndole su
asios habia que no confesaba, exhortándole á confesar por- mucha flaqueza y enfermedades para lan diíicullosa e m -
que habia de morir presto. Así lo hizo el pastor, y dentro presa, hasta decirle el prior del convento de la ciudad de
de pocos días murió. Cuando venia tanta gente á confesar Valencia, que no le daría el viático que se suele dar en
al convento de Albaida, que no podían los religiosos des- aquella provincia á los que caminan ; y sus hermanos (pie
pacharla en una m a ñ a n a , la detenía el santo y les duba de no esperase do ellos ningún socorro para ol camino; pero
comer, porque no se fnéseri ántes de confesar. Estaba el él, entendiendo que aquella era la voluntad de Dios nues-
convento lleno de deudas cuando vino á él por superior, y tro Señor, no desistió de su intento; y así, habiendo hech;)
apenas podia sustentar cuatro ó cinco religiosos; pero l u e - una plática á sus novicios, evborlándolos á la observancia
go crecieron de mauei a las limosnas del convento, que con de la regla, y pidiendo con mucha humildad perdón del
hacer el santo muchas á los pobres, pagó todas las deu- mal ejemplo queles habia dado, les echó su bendición, y
das, y pudo sustentar con abundancia muchos religiosos, alcanzada con gran dificultad la de su prior, se despidió
Y siéndoles prohibido el pedir limosna por los lugares c i r - de sus frailes con muchas higrimas, y se partió á la c i u -
cunvecinos, por haber enterrado en su iglesia un hombre dad de Sevilla solo y á pié, con unas alforjas al hombro en
que habia muerto de pesie, no solamente los libró Dios del que llevaba sus libros. Guando supieron sus hermanos la
conlagio, mas les proveyó de lodo lo necesario, sinfultar- partida del santo, le siguieron y alcanzaron en la ciudad
1 es nada. de Jáliva, una jornada de la ciudad de Valencia ; y como
Volvió á Valenciaj donde era muy deseado, el año no pudieron detenerle, le dieron dinero para el camino, y
de lí>.'iC, á su ejercicio de maestro de novicios. La cuares- él compró un jumentillo, porque su corta salud no le per-
ma siguiente predicó en la villa de Alcoy con grande fruto mitía ir á pié, y en él llegó hasta la ciudad de Sevilla,
y ejemplo ; porque con la tarca de los sermones y confe- donde se embarcó para las Indias. En la nave le reveren-
siones juntaba grandes asperezas, durmiendo sobre una ciaron luego como á santo los navegantes; porque notaron
estera y ayunando muchos dias á pan y agua. Iba algunas su modestia, humildad y morliticacion; y en levantándose
veces á Gonccnlaina á satisfacer la devoción de la condesa alguna tormenta acudían á él á pedidle el socorro de sus
doña María de Mendoza, señora de gran virtud; y aunque oraciones, con las cuales se tenían por seguros.
le ponían un aposento bien aderezado y con buena cama, Aportó á Cartagena de las Indias y fuése á su convento
DÍA 10. OCTUBRE
de San J o s é , donde fué muy bien recibido de sus frailes. que tenían escondidos sus padres, y los ricoceaba y que
Y no se puede decir en pocas palabras el fruto que bizo en maba, para que viesen los gentiles lo poco que podían sus-
el nuevo reino de Granada. Envióle la obediencia á muchos dioses ; pues aun no podían defenderse de quien los agra-
lugares para doctrinar los indios, en los cuales hizo muchas viaba, y así no dejasen de convertirse por temor de ellos:
maravillas y convirtió muchas almas. Luego que llegó al y en una ocasión, por solo esto, se coflvirtió un cacique
primer pueblo d e s ú s doctrinas, vino á él un indio idólatra principal.
con un niño en las manos, pidiendo que se le bautizase. Habiendo predicado á los indios, que están debajo de la
Preguntóle el santo, p o r q u é , siendo él gentil, qucria que sierra de Santa Marta, y bautizado mas de quince m i l ,
su hijo fuese crisliano. Y respondió el indio: Porque este halló un pueblo donde no se convertía ninguno, poi que te-
niño se muere, y me ha dicho en el monte un buen espí- nia D enterrados con gran veneración los huesos de un sa-
ritu que tú has venido a q u í ; y si le bautizas se s a l v a r á . cerdote de los ídolos, y pensaban que si los quitaban de
Bautizóle poniéndole por nombre Miguel, y luego murió, allí, se caería sobre ellos el cielo. Hurló el santo los hue-
quedando el siervo de Dios muy consolado de que el p r i - sos secretamente, y los llevó léjos de allí. Por esto le q u i -
mero que bautizaba se iba derecho al cielo. Predicando en sieron matar los indios, y le dieron veneno en la comida:
otro pueblo, no pudo hacer fruto sino en dos indios que tomólo el santo sin saberlo, y dióle una mortal calentura;
recibieron el santo bautismo, lo cual sintió tanto el demo- mas Dios, que le guardaba para salud de muchos, le dió
nio, que estando los indios en una borrachera de las que remedio, haciéndole echar al quinto dia una serpiente pol-
acostumbran, en las cuales invocan al demonio, se les apa • la boca. Quejábase después del veneno, porque no le h a -
recio cu forma horrible y espantosa, y les dijo: ¿Cómo me bia quitado la vida, y decía: j O bienaventurada muerte,
invocáis ahora estando aquí dos cristianos? Quitádmelos de por la cual podía esperar la palma del martirio! i Cómo
delante. Y luego vieron todos á su lado un hombre vestido no merecí yo conseguir tal dicha ! ¡O veneno, q u é t a r -
como cristiano, el cual les dijo que Fr. Luis Bertrán le e n - do fuiste, y sin eficacia; pues no pudiste quitar la vida
viaba para decirles que les engañaba el demonio, que no le á quien deseaba la muerte! Yiendo los indios que el
creyesen. Quedaron tan admirados y movidos con esta v i - siervo de Dios convalecía, fuéron mas de trescientos ar-
sión, que todos los indios, que pasaban de mil y quinientos, mados con sus flechas para matarle; y lo hubieran ejecu-
se pusieron en camino juntos, y fuéron al pueblo donde tado, si otro cacique cristiano no le librara de sus manos.
estaba el santo y le pidieron el bautismo; y el sanio, De oíros peligros de la vida le libró el S e ñ o r : y una vez
informado del caso, habiéndolos catequizado é instrui- bebió ponzoña sin recibir daño, en confirmación de nues-
do en los misterios de nuestra santa f é , los bautizó á to- tra fé. Pues los trabajos que padeció de hambre, sed, des-
dos con increiblc gozo de su espíritu. En Turbara es- nudez, frío, calor, fatigas y tempestades, andando á pié
tuvo por espacio de tres a ñ o s , y convirtió y bautizó por por aquellos caminos ásperos, y navegando aquellos gran-
sus propias manos cuantos infieles halló, que pasaban de des ríos en flacas embarcaciones, no tienen n ú m e r o , como
tres m i l . Daba eficacia á sus fervorosos sermones su vida ni los desprecios, calumnias, falsos lesiimonios que le le-
verdaderamente apostólica, porque su casilla era muy po- vantaron, de los cuales le sacó el Señor con mayor h o n -
bre y desacomodada: su comida se puede llamar ayuno: su ra. Hizo muchos milagros en confirmación de la fe, que
cama se componía de unos palos, sin colchón ni almoha- predicaba especialmente con su rosario: y así, volviendo
da: disciplinábase con cadenas de hierro, y ofrecía peniten- después de las Indias á Valencia, dió á una persona devola
cias, oraciones y lágrimas por la conversión de las almas. y confidente un rosario, diciéndóle que lo tuviese en m u -
Tanto era su celo, que dos años hizo penitencia y ofreció sa- cha estima; porque en Indias con él habia sanado enfer-
crificios por la conversión de un sacerdote de los ídolos, mos, convertido pecadores, y aun (según pensaba) resuci-
por entender que seria de consecuencia para la conversión tado muertos.
de muchos; y al fin de los dos años le envió á llamar el Un milagro solo de los que hizo en las Indias, quiero
sacerdote, que estaba muy enfermo, y le pidió el santo contar; porque puede ser de enseñanza. Beprendia el san-
bautismo. Diósolc, y luego empezó el sacerdote á temblar: io muchas veces á unos hombres poderosos, poi que impo-
y preguntando la causa, respondió, que los demonios en nían tributos injustos á los pobres indios: no se enmenda-
figura de bestias fieras, le amenazaban que le habían de ban, y el santo, comiendo con ellos á la mesa un día, (ornó
despedazar; porque habiéndole ellos honrado tanto en unos panes y exprimiólos: salió do ellos sangre, y díjo-
vida, y héchole el mas principal de lodos sus sacerdotes, les: Mirad bien lo que coméis, porque esta es la sangre
en la muerte los dejaba. Hizo el santo una cruz de juncos, de los pobres. Concedióle Dios un don singular y apostó-
T poniéndola á la cabecera del enfermo, se despidió de él, lico para la predicación del Evangelio, que predicando en
esforzándole á que no temiese al demonio, que teme á la español, era entendido de los indios, como si hablara en
cruz, por haberle vencido en ella Cristo nuestro Señor. su propia lengua. Ayudábale mucho para la conversión
Solviendo después á la casa, le contó el sacerdote, que de los gentiles su gran d e s i n t e r é s ; porque no admitía lo
siemprc había estado á la puerta un demonio aullando; que se da á los ministros y curas de los pueblos para su
"Ws que nunca se habia atrevido á entrar por temor de la sustento, sino que se dejaba á la providencia del mayor-
santa cruz. En otro pueblo, habiendo bautizado á un indio, domo del pueblo para que le sustentase: y cuando le pe-
pnso una cruz de caña á su puerta : vino un demonio que dían que dijese alguna misa, decíala por quien la pedía;
w l i a aparecérsele, y con grandes gemidos le pidió que le mas no quería la limosna, sino que so repartiese entre IOÍ
abriese la puerta ; y respondiendo el indio, que abierta es- pobres necesitados, y de la misma manera no admitía esti-
taba replicóle que uo estaba sino cerrada, con la cruz que pendio por la administración del santo bautismo, ni otras
allí tenia. Quemaba las chozas de los ídolos que eran sus acciones parroquiales: por lo cual los indios, viéndole tan
templos, y se valia de los niños para descubrir los ídolos desinteresado, le llamaban «el fraile de Dios.» Tampoco
TOMO n i . 24
80 LA LEYENDA M ORO DIA 10.
quiso lener en su casa indias que le sirviesen, mirando por del ¡Niño recien nacido pasó gran parle de la noche en
el recalo y buena fama lan necesaria en un predicador, ni oración.
indios (aunqueuno y olio le ofrecian), diciendo, que era Acabado su priorato, volvió el santo á Valencia, y luego
un pobre religioso, y no ie con venia lener familia de cria- le hicieron maestro de novicios, y después prior del mis-
dos y criadas: solo consinliy que dos nifios le asistiesen en mo convenio de Valencia, con grande gusto de lodos los
lo necesario. religiosos y no menor sentimiento suyo. Pero hallándose
Habiendo oslado siete anos en las Indias, y convertido desconsolado por esta elección, se fué á la celda que ha-
muchos millares de gentiles, no pudiendo sufrir su mucha bia sido de san Vicente Ferrer, donde eslá una imagen su-
caridad y zelo, la crueldad é impiedad de algunos minis- ya de bulto; é hincado de rodillas, hizo con grande fervor
tros que oprimían demasiado á los indios, y embarazaban esla oración : Padre san Vicente, á mí me han hecho prior
la predicación del Evangelio; con licencia de su general, y de esta casa, sin tener parles para este cargo; yo renun-
aun del mismo Dios (como el sanio confesó á un caballe- cio en vos el priorato: vos seréis el prior y yo ejecutaré
r o ) , se volvió á Espaíia. En el viaje padeció la nave en vuestras órdenes. Inclinóse luego para besarle el pié, y
que venia el santo, una brava tormenta, pero sosegóse la imagen de san Vicente se inclinó, y le abrazó y levanto
con su oración y la señal de la cruz. Llegó á España á 18 de la tierra, como el mismo santo lo contó á dos religio-
de oc'.ubre de 1STD, y luego sin descansar se puso en ca- sos en su última enfermedad: aunque a ñ a d i ó : Mas ¿ q u é
mino para Valencia, donde fué recibido de sus frailes, con importa eso? También habló Dios por el asna de Balaan,
gozo igual á la pena que hablan tenido en su partida. Dijo sin tener ella merecimientos para ello. En el principio de
que quería empezar á servir á Dios, y Iralarse como no- su priorato puso en su celda un letrero, que decia aquellas
vicio; y así lo hizo en el fervor y observancia religiosa. palabras de san Pablo á los g á l a l a s : Si homiiúbusplacerem,
El año siguiente de 1580, fué hecho prior del convento de Chrisli servus non essem: Si yo procurase agradar á los
San Onofre, muy contra su voluntad, y 1c adelantó m u - hombres, no fuera siervo de d i s t o : y guardóle tan al pié
cho en lo espiritual y temporal; porque hallando el con- de la letra, que por mucha amistad que tuviese con algún
venio muy alcanzado, y á los religiosos sin alguna provi- religioso, j a m á s le disimuló defecto alguno, aun de los que
sión. Dios le ayudó de manera, que fuera de pagar las tienen sus constituciones por lijcros: y solia decir, que no
(leudas, y proveer abundaulcmcnle á los religiosos, le ade- se queria ir al infierno ni al purgatorio por sus amigos.
lantó mucho en el edificio: y recibía generalmente á to- Puso muy gran cuidado en que los frailes so aplicasen al
dos los huéspedes de otras religiones, y daba muchas l i - esludio, y queria que estuviesen siempre ocupados, para
mosnas, asi en la portería, á cuantos venian á pedir, como evitar el ocio que trae consigo todos los males. Deseaba
á personas vergonzanlos; y cuando acabó su oficio dejó la que se aficionasen al retiro, y era muy dificultoso en dar
casa bien proveída de trigo y lodo lo mas necesario. Pero licencia para salir de casa, sino es con precisa necesidad.
es maravilloso esto; porque, como el mismo santo confesó Si oia que en el convento habia algún disgusto entre los
á Fr. Vicente de Vera, hallaba algunas veces en su celda hermanos, procuraba que se atajase luego, porque no pa-
dínerq que él no había piuislo, oí sabia cómo habia venido sase adelante cosa tan perniciosa para una comunidad.
á ella. Sucedióle en esta materia un suceso muy particu- Cuidaba mucho que no hubiese en sus subditos embarazo
lar con un librero llamado Vicente Garriga, que le habia alguno para la pureza de conciencia; y por eso era muy
dabo algunos libros fiados. Entró un dia en su celda; y en limitado en reservar casos, y muy liberal en dar licencia
Viéndole, dijole el santo: Perdóneme, hermano ; que he paja elegir confesor; y solia decir, que mas queria ser
olvidado de enviar por dinero para pagarle: pero siéntese en esto largo, que dar ocasión para que se hiciese alguna
en esla silla, que Dios proveerá. Respondió el librero que mala confesión, Favorecía mucho á los religiosos que veia
no venia sino á verle. Trabaron plática, y á lo mejor de observantes y deseosos de la perfección, y los alentaba y
ella, alargó el santo la mano á la mesa, y dió al librero ayudaba euanlo podía para que la alcanzasen. Así como
puntualmente el dinero que le debia. Quedó espantado el ponía cuidado en la guarda de sus reglas , así le ponia en
librero, por no haber en la mesa dineros cuando él entró, que los frailes fuesen bien asistidos en la comida y vesti-
y quedóse por devoción con la mitad, dando la otra mitad do, y en todo lo demás necesario, especialmente en el tiem-
á un letrado amigo suyo, que se la trocó por otra moneda po de las enfermedades; de manera, que no echaban m é -
para guardarla por reliquia. nos el regalo que podían tener en sus casas. Era para l o -
El zelo que lenia de la salvación de las almas no le de- dos benigno y afable, y aun cuando castigaba las fallas,
jaba estar mucho tiempo en su celda y convenio: salíase era mas como padre, que como juez; porque mezclaba la
muchas veces á predicar por aquellos pueblos; y por no blandura con el rigor, para que conociesen sus subditos
hacer falla á su oficio, se volvía ordinariamente á su con- que nacia el castigar, de deseo de su bien y no de mala
vento el mismo dia. Hacia muy do ordinario sus viajes á voluntad. Todos los viernes exhortaba á sus religiosos en
pié, aunque estaba achacoso y lenia una pierna llagada: el capítulo al ejercicio de las virtudes, particularmente á
y por condescender con los ruegos de sus frailes, salia de la obediencia; porque siempre hizo mucho aprecio de esta
casa á caballo, y en saliendo al campo so. apeaba y lo virtud ; y solia decir, que la pobreza que Dios nuestro Se-
lo mismo hacia á la vuelta. Un viernes santo salió á caba- ñor mas estima en un religioso, es la desestimación de la
llo para predicar en Moneada, y luego se apeó y descalzó; propia voluntad. Aumentó mucho las limosnas del con-
y lo mismo hizo después de haber predicado, volviendo á vento, aunque le halló con muchas deudas^ pero Dios lo
Valencia. Predicando en Liria un dia de Navidad, y estan- volvía ciento por uno, y con las limosnas que le daban,
do aposentado en casa del rector Ó cura del pueblo, se r e - sustentó á los religiosos con abundancia, é hizo otros gas-
cogió á su aposento á dormir, y en parecióndole que esta- tos que se le ofrecieron.
ban recogidos lodos, se bajó al establo, y en reverencia Ofreciéronsclc muchos trabajos á san Luis en su p r i o -
1)1 A 10* OCTLBUE. 187"
mto; porque no todos gustaban del rigor con que zclaba ñero suyo, le dijo : Espanlárasle, hermano, si supieras los
IÍÍ observancia: pero ya Dios se lo lialjia manifestado antes trabajos que me dan los demonios.
que sucediese; porque al principio de su gobierno se le Un año antes de morir, dijo el día en que había de pa-
aparecieron (res Verónicas juntas, y entendió que por ellas sar de esta vida, al patriarca de Valencia don Juan de R i -
le significaba Dios los trabajos que por él hubia de padecer bera, y en el discurso del año repitió otras veces la misma
en su trienio; aunque Dios, que permilia la aflicción do profecía, señalando el día de'su mueric á los 9 de oclu-
su siervo, le consolaba en el tiempo do la mayor necesi- bte, día de san Dionisio Areopagila. Las enfermedades que
dad. Estando una vez algo triste, vió caer delante de su por toda su vida había padecido, se le aumentaron mucho
celda un pájaro con un pió quebrado, que ni podía volar en este último a ñ o ; poique cayó enfermo muchas veces,
ni andar; y luego oyó una voz que .decía lo que dijo Cristo y en mejorando, volvía á recaer; porque Líos quería con
á sus discípulos: E l lamen m u s ex eis non cadilia ierra las enfermedades y dolores pm ííicarle para la vida eter-
s'm Paire vcslro: dándole á entender que no sucedia nada na; y él llevaba sus dolores, que eran intensísimos, coa
sin la voluntad de Dios: con lo cual quedó muy consolado- tanta paciencia y conformidad, que preguntado del patriar-
Otra vez vió en el cielo una grande luz, y oyó una voz que ca don Juan de Ribera si estaba contento con lo que Dios
decía , que aunque cnlonces vivía en tinieblas, vendría le enviaba , respondió: En verdad, señor, yo no trocaría
tiempo eri que se le diese gran luz y resplandor. Día de estas penas con cualesquíer bienes del mundo, y estoy
la Resurrección de Cristo, vio al Señor con tanta majestad muy confuso que nuestro SeHor me haga laníos favores,
y resplandor, que en su comparación todo el mundo y el no mereciéndolos yo, que soy un gran pecador. Y decíale
cíelo le parecía oscuro y feo ; y esta vista le trajo grande á Dios muchas veces las palabras de san Agustín: Domine,
gozo y alegría. Volviendo en otra ocasión de maitines á su Me ure, hlc seca, h)c non parcas, ul in calernum parcas:
celda, oyó una voz sobrenalural, que decía: Mas agrada á Señor, abrasad aquí, cortad aquí, no perdonéis aquí, para
Dios la aflicción de corazón, la coutricion y tribulación, que perdonéis para siempre. íNi se contcnlaba con el t r a -
que la dulzura, descanso y consolación; y el siervo de bajo y penitencia d é l a enfermedad, sino que quería ha-
Dios la recibió entonces muy grande. Oirás muchas cosas cer mas penitencia, y afligir su cuerpo tan afligido. L l e -
notables le sucedieron en su priorato, que fuera largo con- gando un religioso á componerle la cama, vió que tenia
tar. Había (ralado un religioso a' santo de ignorante antes un ladrillo entre la iónica y la carne; y dijole, lastimado
de ser prior: y estando una noche en oración en el coro, y quejoso: ¡O válgameDios! Mi P.Fr. Luis, ¿para qué hace
se le apareció cercado de fuego, y le dijo: Padre, p e r d ó - estas cosas estando enfermo? ¿Quiero quitarse la vida?
name lo que le dije tal día, y dime una misa, poique no Respondió el santo: ¡O hermano! acércase ya la jornada,
quiere Dios que salga del purgatorio y suba al cielo, hasta y es menester mucho para ir al cielo: y cenjuróle que no
que me perdones y hagas por mí lo que te pido. Perdo- dijese á nadie lo que habia visto. Mientras estaba en la
nóle luego el santo: dijole por la mañana la misa; y cama, comulgaba tedas las veces que podia, por la gran
a la noche se 1c apareció glorioso, y le dió las gra- devoción que tenia con este soberano Sacramento. Por los
cias. muchos que le visitaban no podia darse laoto á la oraciuu
Acabó san Luis su oficio con grande gozo de su espíri- como quisiera; pero tenia señalada para la orac:op, mía
tu ; porque deseaba verse desembarazado de gobierno; y hora por la manaña y otra por la larde; y rogaba á ios
solía decir á los religiosos, que rogasen^ Dios no muriese enfermeros que no dejasen entrar á nadie, para que no le
mientras era prior, sino después que no tuviese cargo dé inquietasen.
almas. No salió mas de este convenio hasta que murió, y Cuatro días á n t e s d e su muerte pidió la Iónica de lan.i,
su vida en este tiempo fué una preparación para la muer- y se la puso, quitándose la camisa de lienzo que traía por
te, dándose á mas oración, y uniéndose eslrechísimamen- mandado de los médicos, para morir con la túnica, de su
le con Dios, por medio de la contemplación. En este tiem- órden. La víspera de san Dionisio, á las seis de la tarde,
po parece que crecieron los favores de Dios para con este pensando los frailes que se moria ya, le dijeron la reco-
su fiel siervo, y que como él se iba acercando al cielo, el mendación del alma en presencia del patriarca de Valen-
cielo le trataba como mas familiar. Saliendo de maitines cia y el obispo de Marruecos, hasta que abriendo el santo
san Miguel de setiembre, al punto que los religiosos los ojos, dijo: Vayanse; que liempo tendrán. Pasadas a l -
empezaban en el coro el Te Deum laudamus, encontró en gunas horas , oyendo al enfermero preguntar al médico
el claustro á santo Domingo y san Francisco. En viéndolos,. qué habia de comer el enfermo al día siguiente, dijo : No
se echó á los piés del seráfico padre, y besándole el pié es necesario aparejarme de comer para m a ñ a n a ; signifi-
derecho y la llaga del costado, se estuvo un ralo delei- cando que moriría ántes de comer. Venida la m a ñ a n a , co-
tándose espíritualmenle, y san Francisco le sostenía la ca- mo le iban faltando los sentidos, t ensando que la túnica
^cza con Jas dos manos, y se las pasaba suavemente por de lana que le habían dado antes, era de lienzo, por ser
'a cabeza y rostro, con señales de mucho amor, dándole blanca y delgada, pidió que le quitasen aquella camisa y
Sondes esperanzas de su salvación. Luego quiso besar los le diesen una túnica de santo Domingo, con tantas ansias,
pies á s u padre santo Domingo; mas el santo patriarca no que hubieron de quitórsela y volvérsela á poner dentro
'0 permitió y solo le dió la mano para que se la besase. de un rato, diciéndol'?, que aquella era túnica y no cami-
Otra vez, estando en su celda, le apareció Cristo nuestro sa. Vino por la m a ñ a n a d arzobispo, y á las nueve le dijo
Señor en la cruz, como estaba en el monte Calvario: otra, el santo: Señor, despídame, que ya me muero: d í g a m e
oyó una voz que le decia: Fr. Luis, ya te son perdonados un evangelio y écheme su bendición. Luego le dijeron
tos pecados. Con estos y semejantes favores, fortalecía los religiosos la recomendación del alma, que usa su ó r -
Dios á su siervo contra las persecuciones del demonio, las den ; y al acabarla con aquellas palabras: Vi vineulis car-
cuales eran tantas, que hablando de ellas con un compa- nis exutus penenire mereatur a i gloriatn regni coelesiis;
188 LA LEYENDA 1)E ORO. DÍA 10*
salió su dichosa alma de la cárcel del cuerpo, para vivir de por medio, intercediendo por su injuriador. Para sati&-
elernamente en la patria celestial en compañía de los bie- facer al deseo que tenia de ser despreciado, se decia á si
naventurados á los 9 de octubre dia de san Dionisio Areo- mismo oprobios y títulos afrentosos, llamándose gran pe-
pagita, del año 158y como tantas veces el sanio lo habia cador, y el mayor pecador del mundo, perturbador de to-
profetizado. das las cosas , y ocasión de lodos los males. Aborrecia de
Cuando espiró, vieron los presentes salir de su boca un corazón cualquiera honra, y así se enlristecia mucho cuan
resplandor muy grande , que alumbró toda la celda : el do le querían besar la mano como á siervo de Dios : y
mismo resplandor vió sobre la celda Fr, Gerónimo de A l - cuando fué prior de Valencia, no quiso le llamasen paler-
menar, que estaba fuera de ella; y don Martin Pallas, ca- nidad , como se da á los priores, teniéndolo por dema-
nónigo de la catedral do Valencia, viniendo muy de priesa siada honra para lo que él merecia. Ocultaba los favores
para hallarse en su tránsito, al l l e g a r á una plaza que está que Dios le hacia, por no ser honrado por ellos. Pidién-
en frente del convento, vió sobre él una grande claridad, dole un amigo suyo, que le contase algunos de los favores
y cnlrando, halló que acababa de e í p i r a r el santo. Fr. A n - que Dios le hacia; r e s p o n d i ó : Yo no sé decir olra cosa mas
tonio Baltester, que estaba en la iglesia á este tiempo, oyó que pecados. Replicando el amigo que los deseaba saber,
una música de eslraordinaria melodía, y cuando quiso sa- para dejarlos escritos á los venideros, d i j o : Uabenl Moij-
ber donde estábala música, quedó mas admirado; porque sem el Propheias: como si dijera : Tenéis evangelios, la
ya te parecía estar hacia el altar mayor, ya hacia la ca- doctrina y ejemplo de los sanios; esto os basta, sin que-
pilla de nuestra Señora de! Rosario , ya hacia el claustro: rer saber olra cosa de m í : y a ñ a d i ó : Lucifer tenia mas
y viendo que no la oían otras personas que estaban en la luz que y o , y fué echado del cielo : Judas fué a p ó s t o l , ó
iglesia, conoció era música celestial. La misma tarde, es- hizo milagros, y después se colgó y r e v e n t ó , y fué se-
tando el cuerpo en la iglesia, y el dia siguiente por la raa- pultado en el infierno: lo cual acostumbraba á decir muy
ftana, antes que le enterrasen, y el dia de las honras, fué de ordinario. Replicó el amigo : No será para o l r o , sino
oida la música de otras personas. A diversas personas r e - para mí solo, para que yo comience á servir á Dios. No
vetó Dios la grande gloria de su siervo. Después que es- queráis saber olra cosa (dijo el santo): inclinaos ahora á
p i r ó , eshalaba su cuerpo una fragancia celestial, y tam- los piés de Jesucristo crucificado , y yo os prometo que
bién su ropa, y especíalmenle la túnica. Concurrió toda la entenderéis mas de lo que pensáis. Y sabed que las ma-
ciudad de Valencia á venerar el sagrado c a d á v e r , y llevar ravillas que deseáis saber, poco me valen, supuesto que
si pudiesen alguna reliquia suya : y estando en el féretro, yo no sé si estoy en gracia ó en aborrecimiento de Dios.
obró Dios por el santo algunas maravillas, sanando de va- Solo os digo que todos los dias me suceden cosas de eslas
rias enfermedades á los que se le encomendaban, con que y no hago caso de ellas, por no saber de cierto de q u é
creció mas la devoción de todos ; y aunque entonces le en- espíritu son ; antes lengo por cierlo que si Dios no usa
terraron en e l sepulcro común de fos demás religiosos, al conmigo de misericordia, yo seré condenado. Su divina
aflo siguiente, hallándole entero 6 incorrupto, le pusieron Majestad me d é gracia para que muera yo con humildad,
en un sepulcro, ó túmulo de piedra, á manera de capilla. recibidos los sacramentos d é l a santa madre Iglesia. En
Después se ha aparecido muchas veces glorioso, para fa- tiempo que se ai rebalaban muchos en Valencia , le p r e -
vorecer á sus devotos. guntaron ciertas personas sise arrebataba; y él respon-
dió : S í , hermanos, cuando duermo estoy arrebatado; y
Resplandeció san Luis en vida y muerte con innumera-
cuando tengo cólera, que soy furioso. Con ser tan santo, le
bles milagros. Pero ¿quién se admirará que Dios honrase
venían algunas veces tales temores de su condenación, que
con tantos milagros al que habia adornado de tantas y tan
le hácian andar triste y melancólico. Estando una vez en
escelentes virtudes ? En la humildad, que es el fundamento
recreación con sus novicios, le sobrevinieron tantas l á g r i -
de todas, se señaló de manera, que estimándole lodos por
mas que se hubo de recoger á su celda: y preguntándolo
sanio, él se tenia por grande pecador y se alegraba de que
un religioso la causa de su llanto, respondió: Eslamos co-
le notasen y dijesen sus faltas : y cuando era maestro de
miendo y hablando; y yo pobre de mí no sé si me tengo
novicios, mandaba á sus novicios que se las notasen y dije-
de salvar ó condenar. ¿ N o os parece que lengo bien poi-
sen ; y aun Ies perdonaba por esto las penitencias que mc-
qué llorar? Con este temor, decia el santo que le preser-
recian. Enseñaba que el deseoso de la perfección no solo
vaba Dios de pecados de soberbia.
habia de menospreciarse á sí y al mundo, sin menospreciar
á ninguno; mas que habia de menospreciar también el ser De su humildad íe nacía la paciencia en lodos sus li a-
menospreciado f y así decia: Spernere se, sperncre nutlum, bajos ; porque lodo le parecía poco para lo que él mere-
spernere mundum, el spernere sperni. Alegrábase cuando se cia. Padeció toda la vida continuas enfermedades y dolo-
veia menospreciado , y daba gracias á Dios por ello y á res , muchos trabajos y aflicciones interiores y exteriores,
los mismos que le menospreciaban é injuriaban. Unos ca- con que Dios nuestro Señor le probaba, y los demonios y
balleros de Valencia, porque no habia hecho cierta cosa los hombres le afligían, y con grande igualdad de ánimo
que le habían pedido, le trataron afrentosamente, l l a m á n - le pedia á Dios nuestro S e ñ o r , que le castigase a q u í , y
dole mal fraile, y otros oprobios semejantes : y él respon- no le perdonase en esta vida para que le perdonase en la
dió con humildad y mansedumbre : En lo que decís, que otra. Era cosa muy digna de notar ver padecer lanías en-
soy malo, decís la misma verdad; y ninguno me ha co- fermedades, al que sanaba tantos enfermos; mas él decia
nocido tan bien como vosotros. Lo mismo le sucedió en las que sus enfermedades y dolores eran grillos con que lo
Indias con otro , que le dijo muchaá palabras afrentosas; lema preso el Señor. Los demonios le afligían, a p a r e c i é n -
y el santo dijo, que tenia razón en lo que decia , y que le doseleen horribles formas, y dándole palos y golpes. Los
perdonase ; porque era un gran pecador: y queriendo una hombres le levantaron falsos testimonios de cosas g r a v í -
persona que estaba con él ^ vengar este agravio, se puso simas contra la pureza y castidad, pero Dios le sacó de
DIA 10. OCTUBRE. 189
lodos con mayor honra, y sus acuíadores fueron castiga- y como á tales los obedecía. Su morlíficacion era tal, que
dos ; aunque el santo inlercedia por ellos, para que se les en una ocasión lamió con su lengua los lamparones á una
perdonase la pena que merecían. Bastaban los trabajos y persona quepadecia esta asquerosa enfermedad. Era muy
enfermedades que el santo padecía por asperísima peni- amigo del silencio y muy dado á la oración en que gas-
tencia ; pero no se contentaba su fervor con esos rigores, taba mucha parte del día y de la noche, y en ella se que-
sino que anadia otros mayores de los que podian llevar daba muchas veces absorto, y como fuera de s í , sin p o -
sus fuerzas. Tomaba rigurosísimas disciplinas, hasta der- der alender á loque le preguntaban ; y fué vislo algunas
ramar sangre, y sobre las llagas vestía de ordinario un veces levantado en el aire, arrojando de su rostro gran-
áspero cilicio; y oirás veces se ceñía una cadena de hierro, des luces: indicio de las luces interiores, con que Dios
imitando á su padre santo Domingo. Desde sus tiernos ilustraba su alma. Rezaba las horas canónicas con gran
anos empezó á afligir su carne con ayunos y vigilias: y devoción, y ánles de comenzar cada una, decía ciertas
en entrando en la ó r d e n , no conlenlo con los ayunos or- antífonas, que contenían los misterios de la Pasión que
dinarios de ella , ayunaba otros muchos días , y de su tenía repartidos para todas las horas. La devoción con
pobre ración dejaba siempre una parte para los pobres. que decía la misa, causaba devoción en los que la oían,
Cuando había de comer se ponia en la boca unas pildoras derramando lágrimas la mayor parte del tiempo, y parti-
de a c í b a r , para que le amargasen ledos los manjares. cularmente desde la consagración hasta consumir. En la
Con la penitencia, como con un preciosísimo bálsamo, caridad, que es la reina de las virtudes, se señaló mocho,
conservó su carne sin corrupción y su alma pura, y m u - como se ve por el deseo que siempre tuvo de morir por
rió tan virgen como había nacido. Cuando hablaba de la Cristo. Todos los días cuando en la misa alzaba la hostia
castidad la persuadía con tanta eficacia , que mostraba decia, á imitación de san Pedro m á r t i r : D á m e , Señor que
bien el afecto entrañable que tenía á osla celestial virtud. muera por t í , como lú quisiste morir por mí. Y al mismo
Era recatadísimo en tratar con mujeres: y cuando era ne- intento repetía las palabras de san Vicente mártir. Eslo
cesario hablarlas, era con mucha brevedad; y si ellas es lo que siempre deseé : eslo es lo que con todas mis
querían detenerlo, decia: Id con Dios; que yo bien me fuerzas busqué. Otras veces decia: Si fuésemos lan dicho-
acuerdo de rogar á Dios por vosotras. En las Indias afir- sos que nos llevasen atados con cadenas por esas calles;
maban algunas personas no haber tratado á persona de entonces experimenlaríamos, cemo los apóstoles, cuán
mayor modestia , en quien mas resplandeciese la pureza dulce cosa es padecer por Cristo y ser dignos de sufrir
y castidad. En Turbara, viendo los indios la castidad del contumelias por su santo nombre. En cierta ocasión le dijo
santo, incitados del demonio, le armaron un lazo para ha- á un amigo suyo: Yo no merezco el m a r t i r i o ; pero si
cerle caer: enviáronle una mujer para que le provocase; Dios me hiciese lan gran merced, lo recibiría de muy
pero el santo quitándose la correa con que andaba ceñido, buena gana , y rogaría que me diesen los mayores
la echó con ella de su presencia. Predicando en el nuevo toifncnlos del mundo. Por eslo, aunque le amenazaron
reino de Granada, un hombre noble , porque le había re- muchas veces, y le quisieron malar por la fuerza con
prendido un amancebamiento, pagó.muy bien á una don- que predicaba contra los vicios, no desistia de repren-
cella para que hiciese caer al sanio en alguna culpa : fué derlos ; porque deseaba él mas recibir la muerte , que sus
á la casa del santo á las diez de la noche: llamó á la puer- enemigos dársela. El amor de Dios y de sus prójimos le
ta y él salió, pensando que era para alguna confesión; mas hizo dejar sus amigos, parientes , patria , y á E s p a ñ a , y
conociendo el intento de la desventurada mujer, la dijo que navegar á las Indias, á otros climas y regiones diferentes,
esperase porque luego volvería. Cerró muy bien la puer- para convertir los gentiles á |a fe, y el mismo le hizo toda
ca , fuese á la iglesia ; tomó una recia disciplina; y des- su vida predicar, confesar, aconsejar, orar, hacer peniten-
pués se estuvo en oración casi tres horas, pidiendo á Dios cia y lomar oíros medios, para apartar á los pecadores de
que le favoreciese y ayudase para no caer en ninguna sus culpas, y reconciliarlos con Dios. Derramaba muchas
culpa. Volvió d e s p u é s á la mujer que había oido la disci- lágrimas cuando sabia que alguna persona estaba en pe-
plina, y la halló tan compungida y turbada, que de temor cado mortal. Solicitada una doncella de un hombre , h a -
"o se había atrevido á apartar de aquel lugar: despidióla biéndose resistido mucho tiempo, se determinó una noche
exhortándola á hacer penitencia de su mal intento; y al á consentir con su voluntad: y habiéndolo enviado á bus-
otro día vino el que había urdido esta maldad á pedir per- car, estuvo en la ventana aguardándole tres horas, y per-
don al santo con muchas lágrimas, y se puso en sus manos severó en su mala intención hasta la m a ñ a n a , sin parecer
para hacer todo lo que le mandase. Esta pureza de su aquel hombre. Fué el santo á su casa y díjola : Dios os lo
cuerpo en que era mas semejante á los bienaventurados, perdone, señora loquilla ; que me habéis hecho velar por
l ú e á los hombres mortales, tcstitkaban algunos privile- toda esta noche , pidiendo á Dios que no llegase á ejecu-
gios que gozó en la tierra semejantes á los que han dete- ción vuestro mal intento. Compungióse aquella mujer , y
ner en el cielo los cuerpos gloriosos; porque muchas v e - propuso de servir á Dios en adelante. Supo otra vez por
ces fué visto cercado de resplandores y otras muchas v c - revelación, que una mujer principal estaba enamorada de
ees , en vida y en muerte , s« sintió salir de su cuerpo un hombre con quien había ofendido á Dios : fuéla á visi-
«na fragrancia totalmente celestial que se comunicaba á su tar, y comenzó á derramar muchas lágrimas : y pregun-
umea y h á b i t o ; y notaron algunos en su vida que dejaba tada por la mujer la causa, respondió que lloraba los m u -
Luís por donde pasaba, rastro de esta fr agranda ce- chos pecados que había cometido con aquel hombre ; y la
lestial. señaló el lugar donde habia ofendido á Dios nuestro Se-
ñor : luego la describió un poco las espaldas , que tenia
¿ Q u é diré de las otras virtudes de este prodigioso san-
llagadas de las disciplinas que habia temado por las c u l -
io? Su obediencia fué t a l , cual él la deseaba en todos sus
pas que ella habia cometido. Empezó la mujer á iloiar
novicios y subditos. En todos sus prelados miraba á Cristo,
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arropenlida ; y el sanio 1c dijo que bien podia decir las la ciuz, y luego al punto la pistola se convirtió en un c r u -
f]n¡nce misas que á honra de los quince misterios ¿el r o - cifijo. Cuando el caballero vió la pistola convertida en
sario habia prometido á la Reina del cielo, si la sacaba crucifijo, atónico y atemorizado, se arrojó del caballo á los
de aquella culpa, porque ya no caerla mas en ella. Creció piés del santo, y revuelto en un mar de l á g r i m a s , le pidió
la admiración de la mujer ; porque no habia comunicado perdón de su gran maldad, y el santo con su acostumbrada
á nadie aquella promesa : y de allí adelante vivió crislia- mansedumbre y benignidad le perdonó, y d i ó b u e n o s c o n -
Tiamente, sin caer j a m á s en semejante pecado. Con los en- sejos, para que enmendase en adelante su vida. Sucedido
fermos tenia gran caridad , visitándolos y sirviéndolos en esto, se volvió á Francisco de Mora , y le mandó que no
los hospitales: con los pobres era liberalísimo, socorriendo dijese lo que habia visto ; añadiendo que no le pregunta-
todas sus necesidades ; y todos hallaban en él consuelo y rían de este caso, hasla que pasasen treinta años ; y así
alivio de sus aflicciones y trabajos. Muchísimas son las sucedió, que después de treinta años le examinaron acer-
profecías que se cuentan de san Luis en su vida ; porque ca de esta maravilla.
alcanzaba lo venidero , y conocía los pensamientos de Escribieron la vida de san Luis Bertrán Fr. Francisco
las personas que trataba. Confesándose con él un religio- Diago, en la historia de su orden de la provincia de A r a -
so, y comenzando en cierto paso á titubear de vergüenza, gón ; Fr. Baltasar de Boca ; t-r. Vicenle Jusllniano , y Fr.
le dijo el santo; ¿Sois Judas vos? ¿Por q u é no confesáis Lucas de Loarte , lodos autores graves de la órden de
tal pecado? s e ñ a l á n d o l e el que en la verdad habia come- Santo Domingo , y don Juan Tomayo , en el quinto tomo
lido. Confesándose con él otra mujer , y no acordándose de su Murtiroiogio : y hacen honorífica mención de él los
de un pecado se le dijo el sanio ; y después siempre, que historiadores de la Compañía de Jesús , por haberla esli-
se confesaba con él, le preguntaba al On de la confesión: mado y favorecido mucho en sus principios, cuando entró
Padre, ¿ d é j o m c algo? Y el santo respondía i Tul y tal pe- en la ciudad de Valencia.
cado os dejais. A oirás muchas personas docia sus pecados,
SAN FRANCISCO «E BORJA, CONFESOR.—Don Francisco de
ántes que ellos se los dijesen. Habiendo losfrailes legos r e -
Borja, duque IV de Candía, y después religioso y tercero
cogido mucha limeña [una semana , guardaron parte de
propósito general de la Compañía de J e s ú s , fué primoge-
ella para otra en que juntasen menos : fuéron á dar la l i -
nilo de don Juan de Borja , tercero duque de Gandja, y de
mosna al santo, que entonces era prior ; y él les dijo, que
doña Juana de Aragón su mujer, que era hija de don Alon-
diesen todo el dinero. Respondiendo ellos , que no tenían
so de A r a g ó n , hijo del rey católico don Fernando. Nació
mas que dar, le dijo al uno : ¿ Y el real de á cuatro, que
en Gandía á los 28 de octubre , dia de los santcs a p ó s t o -
cscondisíe en el calzado del pié izquierdo? Y volviéndose
les san Simón y Judas, el año de 1510, siendo sumo pon-
al otro : Y vos también echad acá el ducado que (cncís en
tífice Julio I I , y emperador Maximiliano el T, y rey de
la manga. Tuvo don de discernir espíritus, y la santa m a -
Aragón el católico rey don f ernaedo su bisabuelo mater-
dre Teresa de Jesús en el principio de sus fundacignes
no. Estuvo la duquesa , su madre, con recios dolores de
consultó con san Luis sus deseos y algunas revelaciones
parto, y con gran peligro de perecer ella y la crialura.
que habia teaido ; y el santo después de haberlo cnco-
Promelió el seráfico padre san Fi ancisco (del cual era muy
m e n d a d o á nuestro Señor, la respondió , que su espíritu
devota) que si Dios la alumbraba con b i e n , y le daba h i -
era de Dios, y que se animase á proseguir en lo comenza-
jo varón , le llamarla Francisco. Con esta devoción y un
do ; y la aseguró de parte de Dios, que ántes de cincuenta
cordón del mismo santo que se ciñó , fué Dios servido que
años su religión seria una de las mas Ilustres de la Igle-
naciese este dichoso n i ñ o , al cual llamaron Francisco, co-
sia ; lo cual vemos hoy felidsímamente cumplido.
mo la duquesa, su madre, lo habia prometido. Tuvieron
Entre los innumerables milagros, que se cuentan de este gran cuidado sus padres de la crianza del n i ñ o , y que las
prodigioso santo , solamente contaré uno , por ser muy primeras palabras que aprendiese fuesen devotas y santas,
singular y maravilloso. Siendo prior del convento de A l - y que se acostumbrase desde su tierna edad á repetir m u -
balda, reprendía con grande fuerza de espíritu los pecados chas veces lartamudeando los dulcísimos nombres de Je-
públicos ; y un caballero de calidad , imaginando que se sús y de María ; y él lo hacia con mucha gracia y apren-
decía por él, lo que él habia bien menester, le envió á de- día las oraciones que le enseñaban , con tan buena me-
cir por un criado suyo , que si no se desdecía de cuanto moria y felicidad, que no teniendo mas de cinco a ñ o s ,
habia dicho en el s e r m ó n , le habia de quitar la vida. Res- cada dia decía de memoria la doctrina cristiana de r o d i -
pondió el santo con grande fortaleza, que tendría por gran llas. Mostraba particular contento y devoción en rezar al
dicha recibir la muerte por lo que habia predicado. E m - santo que le cabla en suerte , conforme á la loable cos-
bravecióse mas con esta respuesta aquel caballero : y al tumbre de la casa de Gandía , con la cual destetaban y
dia siguiente, caminando el santo desde Albaida á su c o n - criaban á sus hijos. Siendo nuestro don Francisco tan n i -
vento, que está distante del lugar una milla, en compañía ño , era cosa de maravillar el gusto con que rezaba y que-
deun hombre llamado Francisco de Mora, vieron al caballero ría levantarse de la cama para hincarse de rodillas , y h a -
que venia á caballo á toda prisa con una pistola en la m a - cer muchas genuflexiones , para imitar al apóstol Santia-
na. Francisco de Mora hecho á huir rogando al santo que go, el menor, de quien era muy devoto porque le habia
hiciese lo mismo; mas él confiado en Dios prosiguió su ca- i caido en suerte.. Toda su recreación y entretenimiento era
mino. Llegó el caballero y díjole con mucha ira :. ¿ Cómo allegar imágenes de santos, hacer altares y a y u d a r á m i -
has tenido atrevimiento de reprender á un hombre como sa , é imitar al sacerdote en las ceremonias eclesiásiicas,
yo ? Y puso la boca de la pistola al pecho del siervo de y enseñar á los otros niños y pajes suyos. No era travieso
Dios , apretando el gatillo para quitarle la vida. Mas i ó ni inquieto, sino apacible, manso y sufrido; no se enojaba
maravilhi de Dios ! El santo sin temor alguno ni turbación, con nadie, ni enojaba á nadie.
alzando el brazo derecho, hizo hacia la [listóla la señal de Llegado á los siete años, el m a c h i o , que era un grave
DIA 10 OCTUBRE. 191
teólogo , comenzó á enscfinrlc los principios de la g r a m á - viandades , ni cosa que desdijese d^j?, o ' ^ j a d y vida
tica, y el a y o , que era varón cristiano y diécreío, las que él profesaba. Oía ' m ¡ s a " 7 y lenia^sus ratos de oración
costumbres y ejercios de caballero, cuanto á aquella edad cada d i a : era amigo de oír la palabra de Dios : confe-
se permitía ; y el uno y el otro tenían poco trabajo, así por sábase las fiestas principales , trataba de buena gana con
su buen ingenio, como por su blanda condición. Aun no hombres religiosos, cuerdos y graves , dando de mano h
tenia diez afios cuando comenzó á gustar de los sermones; las amistades de gente liviana y l i b r e : era bien criado y
y cuando le agradaban mucho , lo que había oído le que- cortés: no murmuraba de nadie ni consentía quesemurmu-
daba en la memoria, y lo repelía, imitando al predica- rasc delante de él. Era amiguísimo porextremode^decir ver-
dor con tan buen donaire, que causaba contento y admi- dad : ponía su honra en honrar á lodos : holgábase mucho
ración. En esta misma edad tenia ya sus devociones o r d i - cuando los reyes hacían mercedes á otros caballeros por
narias, que rezaba vocalmente cada dia, y en ellas senüa sus buenos servicios, y tenia esperanza de:recíbir seme-
gusto y ternura: y habiendo caido mala la duquesa, su jantes mercedes por los que él hiciese. Y como no podía
madre , de la enfermedad que murió , se encerró el ben- dejar de visitar algunas veces á las señoras^y damas'de
dito niño en un aposento apartado y se puso en oración, la córle, y temía las ocasiones de caer en tales visitas;
suplicando con muchas lágrimas á nuestro Setior por la sa- cuando las había de hacer, se ponía un cilicio á raíz de las
lud de su buena madre, y acabada su oración, se disci- carnes, para resistir mas Tácilmenle}á los fieros golpes del
plinó buen ralo; y esta fué la primera vez que en tan enemigo^: y con esta 'prevención y defensivo se escapó,
tierna edad y con tan pía causa usó la disciplina. por la misericordia del S e ñ o r ' , del contagio de la desho-
, Murió la madre el año del Sefíor de 1520 , siendo ya nestidad, sin notarse en él cosa que oliese á liviandad.
nuestro don Francisco de diez , y en el mismo ano, por Casáronle el emperador y la emperatriz con una señora
el alboroto de las comunidades que sucedió en Espa- portuguesa, que se llamaba doña Leonor de Castro, dama
ña , y por haber los rebeldes alcanzado la victoria , y muy favorecida de la misma emperatriz; y don Francisco
y saqueado á Gandía , el duque don Juan sacó de hizo este casamiento por obedecer (como buen hijo) á su
aquel incendio á su madre y á su hermana, é hijas mon- padre, y porque deseaba casarse para no ofender á Dios
jas que estaban en el monasterio de Santa Clara de Gan- •en medio de tantos lazos y ocasiones, y porque estaba muy
día , y con don Francisco, su hijo, fué á Zaragoza, donde pagado de las prendas de doña Leonor. Dióle entonces el
le dejó en poder de don Juan de A r a g ó n , arzobispo de emperador título de marqués de Lombay, é hízole caballe-
aquella ciudad , nielo del rey católico y hermano de ÍU rizo mayor de la emperatriz. De este matrimonio tuvo el
madre : el cual le puso casa , y le dió maestros que le márqués cinco hijos varones y tres hijas. En casándose
Perfeccionasen en la gramática , música , y ejercicio de dejó el gobierno de su casa á la marquesa, y él se ocupaba
fruías , que en Gaudia había comenzado á aprender; y en los negocios púb'icos de palacio y en oíros que le man-
1>IOS nuestro Señor le ¡ba labrando, y dándole grandes daba el emperador, no fallando un punto á lo necesario y
toques é inspiraciones del cielo, para dejar las grandezas híiuroso, y dejando lo superfluo y vano. Ponía su honra
y esperanzas vanas del mundo. De Zaragoza le llevaron á masen los buenos criados y caballos, lucidas y finas ar-
liaza adonde había ido á parar su bisabuela doña Magda- mas, que en otros gastos que suelen hacer los cortesanos
lena, mujer de don Enriipie Enrique, lioy mayordomo ma- por su antojo. No era amigo de jugar ni de ver jugar, por-
yor del rey católico don Fernando , y comendador mayor que decía que en el juego se pierden cuatro joyas, el tiem-
de León y su abuela, fia, y hermana. Allí cayó malo deuna po, el dinero, la devoción y muchas veces la conciencia;
grave dolencia, que 1c duró seis meses, y al cabo de ella y para librarse de los que le imporlunaban q u e jugase, so
sucedió un temblor de tierra lan espantable, que estuvo dió mucho á la imusica, y aprovechó tanto en ella, que
cuarenta dias en el campo debajo de una tienda, metido compuso algunas obras, de que se servían las Iglesias de
pn una liiora, que le servia de casa y cama. De Baza le España, y llamaban las obras del duque de Gandía. Tam-
enviaron á Tordesillas: allí sirvió á la infanta dona Cata- bién se dió á la caza de halcones, al principio por su
Jma, hasta que, el año de 1522, se partió para Portugal, cnlrelenimienloy para darguslo al emperador, y después
Para casarse con elrey don Juan el 111. Volvió á Zaragoza por el provecho que sentía en el campo para darse mas á
Dios, apartado del bullicio de la gente, con las considera-
( l ^ ! 0 a^ esludio de la lógica y filosofía por espacio de
ciones espirituales que sacaba de la misma caza. Estudió
jlJS ''rios' C|jn tanta vigilancia y cuidado, como si en aque-
Ha con cuidado las matemáticas; porque le pareció que eran
, a iacu'lad se hubiera de graduar. No por esto se olvida-
útiles para los oficios de un valeroso capitán, y porque el
f su alma, y de resistir á los asaltos del enemigo , y
^ Ppnmir y los apetitos sensuales , que ya con el calor de emperador también las estudiaba y las conferia con él. En
ad , y de su complexión sanguínea y condición amo- este tiempo le fatigaron mucho unas tercianas; mas el Se-
s;í, comenzaban a brotar: y para esto se confesaba ya ñor por medio de ellas le despertó y le hizo conocer do
nia.s a menudo y acudía por remedio á su confesor, y se- cuán quebradizo hilo está colgada nuestra vida, y que to-
guía con mucha prontilud los consejos que le daba ; y así dos los bienes do la tierra no la pueden alargar, ni mitigar
se entiende que el Señor por su bondad le conservó en su el dolor de las enfermedades, si el Señor, que las da, no
virginal pureza, hasta que lomó el estado del santo matri- pone su mano. Leía libros devotos y de santos, especial-
monio : que en mozos nobles, ricos , regalados y libres, mente los sagrados, y mas los del Nuevo Testamento, que
es cosa rara. SÍendo ya de diez y ocho á diez y nueve años apenas le dejaba de las manos: y aun cuando en la cou-
e envió su padre a la corte del emperador Carlos Y coa valescencia se iba al campo, le llevaba consigo y algún
buena casa y acompañamiento de criados. En la córle nro- intérprete sobre é l ; y en hallando alguna sentencia á su
c u r ó j u n t a r e n uno las leyes de cristiano y de caballe propósito, cerraba el libro, y Dios le abría el entendimiento
ro. No consentía que hubiese en su casa juegos , ni l i - y le aficionaba la voluntad para entender y desear cumplir
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lo que había loido; y este fué el primer escalón de su ora- escabullirse lo mas presto que pudiese y retirarse á su ca-
ción mental, y como las primeras líneas de la altísima sa para servir á Dios con mas seguridad y quietud; y si
contemplación que después le comunicó el Señor. El año alcanzase de días á la marquesa, de hacerse esclavo do
de 1537 le apretó una esquinencia y le llegó al cabo: en la Cristo, abrazándose con la desnudez é ignominia de Id
cual, aunque no podia hablar con Dios con la lengua, h a - santa cruz, y teniendo edad y salud para poderlo cumplir,
blábale con el corazón: y teniendo la muerte delante, se de entrar en alguna religión; y á esto se obligó con voto,
consolaba pensando que no le topaba tan desapercibido siendo á la sazón de veinte y nueve años.
como en otro tiempo le pudiera topar; porque en este ya Luego que tornó á la córle, y dió cuenta al emperador
se confesaba y comulgaba cada mes, que en aquel tiempo de su jornada, le suplicó que le diese grata licencia para
era cosa de muy pocos usada. ir á Gandía á ver á su padre, mas no pudo alcanzarla:
Mucho ayudaron al m a r q u é s para bien de su alma las ántes le mandó que le sirviese en el cargo de vírey y ca-
enfermedades que Diosle envió, y no menos la muerte de su pitán general de Cataluña; y por mucho que se quiso excu-
abuela doña MaríaEtu iquez, mas esclarecida por su santidad sar, alegando su poca edad (que aun no era detreinlaafios),
que por su sangre; porque, dejando su casa y estado se poca experiencia, y pocas fuerzas para carga tan pesada,
hizo monja descalza, siendo de veinte y tres años, en Santa nunca pudo acabar con el emperador que aceptase la ex-
Ciara de Gandía, y vivió otros tantos en aquel sagrado cusa, por la afición y estima grande que tenía de su per-
convento, con admirable ejemplo de religión, y murió sona.
saniamente, con grandes señales de la gloria que el Señor Llegado á Barcelona, comenzó luego á tratar de cum-
la d i ó ; y aunque el marques perdió en ella madre, maes- plir con las obligaciones de su oficio, y gobernar aquel
tra, guia y consejo, desde el ciclo le favoreció mucho mas principado, como cosa encomendada de Dios, y de que le
que pudiera hacer acá en la tierra, y le alentó para que había de dar estrecha cuenta. La primera cosa en que puso
con mas ánimo y fervor se entregase de veras al servicio la mano, fué el limpiarle de bandoleros y salteadores, que
del Seíior. Pero lo que mas le inflamó y le hizo romper las eran en aquel tiempo innumerables y atrevidos, y no ha-
cadenas del siglo, fué la muerte de la emperatriz doña Isa- bía camino seguro, ni pueblo ni ciudad de Cataluña, que
bel, su señora, que sucedió en Toledo el primer dia de no sintiese esta plaga. Pero el nuevo vírey se dio tari
mayo del año de 1539, estando el emperador en c ó r - buena m a ñ a , y puso tanta vigilancia y cuidado en esto,
tes de lodos los grandes señores de Castilla, con extraor- que en pocos días prendió y castigó gran número de ellos,
dinarias fiestas y regocijos. Mandó el emperador á los saliendo él mismo en persona una vez á cercarlos en una
marqueses de Lombay que llevasen el cuerpo de la empe- torre, en donde se habían hecho fuertes cuarenta y cinco
ratriz á Granada, donde se había de enterrar en la capilla de ellos: los cuales se rindieron y fueron castigados, y los
real de los reyes católicos. otros de miedo huyeron ó se enfrenaron, y la tierra so so-
Hicieron aquella jornada con grande acompañamiento, segó y gozó de paz y quietud. Parecióle al vírey que Dios
y llegados á Granada, al tiempo que, para hacer la entre- nuestro Señor se servía tanto en prender y castigar aque-
ga, se abrió la caja de plomo en que iba el cuerpo de la lla gente facinerosa, que solía decir, que ninguna caza
emperatriz; se descubrió su rostro tan feo y tan desflgura- j a m á s le había dado tanto gusto, como le daba esla, por-
do, que ponia horror á los que le miraban, y de los que la que le parecía que iba á caza en compañía de la justicia do
habían conocido no había ninguno que pudiese afirmar que Dios : el cual se servía que se cortase el miembro podrido,
aquella era la cara de la emperatriz; antes el marqués, para que todo el cuerpo de la república se salvase. Pero
no pudiendo jurar sin duda que aquel era el cuerpo de la no por esto dejaba de tener gran lástima á los mismos que
emperatriz, juró que, según la diligencia y cuidado con que castigaba, y ninguna gota de sangre derramaba de ellos,
se había traído aquel cuerpo, tenia por cierto que era el cuer- que á él no le costase lágrimas de dolor; y era tan grande
po déla emperatriz. Pero eslavista y este espectáculo lanlas- sn caridad, que mandaba decir un treinlanario de misas
limosoy de mal olor, dió un vuelco tan estrafio al corazón del para cada uno de los que mandaba ajusticiar.
m a r q u é s , que lo trocó como de muerte á v ¡ d a , é hizo en él Velaba sobre los jueces, y les encargaba que hiciesen
mas maravillosa mudanza que la misma muerte había he- justicia, y que despachasen con brevedad á los negocian-
cho en el cuerpo de la emperatriz, porque le penetró una les: y para darles ejemplo, él daba audiencia á todas las
soberana y divina luz que le dió á conocer la vanidad de horas del dia. Acudía con alegre rostro á los que venían á
todas las cosas de la tierra, con un aborrecimiento y me- él, y los despedía con dulces palabras, y se compadecía
nosprecio de todas ellas, y un vivo y eficaz deseo de las de los miserables afligidos, y sufría con paciencia las i m -
celestiales y eternas: y pidiendo favor al Señor, decía: portunidades y groserías de los que poco sabían, y procu-
Dadme, Señor mío, dadme, Dios mío, vuestra luz, dadme raba que en los pleitos dudosos y enmarañados se concer-
vuestro espíritu, dadme vuestra mano y sacadme de este tasen las partes.
atolladero y de este abismo en que estoy sumido, que sí Hizo visitar los notarios y escribanos públicos, y que los
vos me la dais, yo os ofrezco de no servir mas á señor que ricos pagasen á los pobres lo que les debían : y sí ellos de
se me pueda morir; y hablando consigo mismo, decía: presente no podían pagar, mandábalos pagar de su casa, y
Harto habernos servido á los príncipes do la tierra: harto que después se cobrase de los ricos. También mandó v i s i -
habemos dado á la mocedad y á la libertad: tiempo es ya tar las escuelas donde aprendían los niños, y buscar bue-
de acogernos al sagrado y de aparejarnos para la cuenta nos maestros, y que se les señalase casa y algún salario
que con rigor se nos lomará de todos los momentos de la público, para que ellos con mejor gana y comodidad aten-
vida; y muchas veces r e p e t í a : Nunca mas, nunca mas ser- diesen á la enseñanza y buena inslruccion de la juventud,
vir á señor que se me pueda morir. De este loque tan fuerte que es la fuente de donde se deriva el bien de toda la r e -
del Señor sacó el m a r q u é s una resolución muy firme de pública. Puso orden en la gente de guerra, así en la oi d i -
DIA 10. OCTUBRE.
naria del principado, como en la que pasaba por él para para ganar aquel tiempo para la oración, y para enflaque-
Italia: y sabian los capitanes, que de cualquier desórden cer su cuerpo, que era muy grueso y corpulento. Y h a -
de sus soldados, hablan de dar ellos al virey cuenta con biendo ayunado dos cuaresmas con tan gran rigor, que
pago. En su tiempo se hizo lodo el lienzo de delante de la en todo el día no comía sino una escudilla de legumbres,
Lonja, poniendo el virey la primera piedra en el baluarte con 'ina rebanada de pan y bebía un pequeño vaso de ?giia;
de San Francisco. Y porque aquellos aílos fueron muy es- hallándose bien con ello, se determinó á ayunar un año
tériles y trabajosos, y no se hallaba pan sino cá precios ex- entero con este mismo r i g o r ; y así lo hizo, perdido el vano
cesivos, y la gente padecía hambre; él la desabogó con la respeto al mundo, y teniendo mesa espléndida para los
abundancia de trigo que hizo traer de fuera del reino". Ha- señores y caballeros que venían á comer con él. Con esta
cia grandes limosnas: casaba huérfanas: socorría las per- dieta y estrecha manera de vida se enflaqueció tanto, que
sonas que se habían visto en honra, y después venido á un sayo suyo, que antes le venia justo, al cabo de este
pobreza y necesidad: proveía á los monasterios de frailes año le sobraba de cintura media vara de medir. Añadía á
y de monjas, y á todos los pobres y obras pias. Sobre esta tan excesiva abstinencia otras asperezas no ménos r i -
todo, se desvelaba en desarraigar los pecados públicos y gurosas, las vigilias, el cilicio, las disciplinas, la perpetua
escandalosos: y cuando oía decir que se había cometido morlilicacion, el irse á la mano en todas las cosas de gusto,
algun grave delito en desacato de la divina Majestad, se el examen riguroso de su conciencia, el no perdonarse ni
afligía en gran manera, y se le marchitaba el corazón, te- disimular falta que cometiese sin castigo: de manera que
miendo que no hubiese sido por su culpa, y que se le ha- mas era su vida de un religioso penitente, que de un se-
bía de pedir estrecha cuenta, y así no reposaba hasta ha- ñor y gobernador mozo, casado y criado en regalo y
ber puesto el remedio que podía. abundancia. Por medio de estos santos ejercicios daba
Nmguna 'cosa dejaba de hacer de las que tocaban al Dios al marqués nuevo refresco y alientos; pero mucho
olicio de un gobernador cristiano, solicito y prudente, mas por el uso de los santos sacramentos de la confesión
para aprovechar á sus subditos : y para hacerlo mejor, y y comimion; porque ya en este tiempo se confesaba y co-
ganar la voluntad del Seflor, que le habia puesto t-n aquel mulgaba cada domingo y las tiestas principales del a ñ o : lo
cargo, atendia con sumo cuidado á cultivar su alma, y á cual hacia de ordinario en su capilla, y las fiestas solem-
pedir favor á Dios. Anle todas cosas se determinó con gran nes en la iglesia mayor, para ejemplo y edificación de
resolución á romper con el mundo, y no hacer caso de sus todo el pueblo.
desvariados juicios y vanas murmuraciones, y despreciar Hacíalo con particular aparejo, recogimiento y devoción:
las lenguas maldicientes, y escupir y hollar al ídolo «Qué y en acabando de recibir el santísimo cuerpo del Señor,
dirán, « que es tan cruel tirano, y está tan apoderado de la quedaba como absorto y suspenso, y comunmente con tan
mayor y mas noble parte del mundo. Con este fundamen- copiosas y suaves lágrimas, y con tal blandura y suavi-
to, comenzó muy de veras á darse á la oración, y á la dad de espíritu, que él mismo, que la tenia, apenas la
mortiQcacion y penitencia, y al uso de los santos sacra- conocía, y muchas veces, considerando el manjar de puer-
mentos. Rezaba las siete horas canónicas, conforme á los cos con que sesustentan loshijos de este siglo, hablando con-
estatutos de la regla de Santiago (cuyo comendador era), sigo mismo, decia: ¡ O vida sensual! ¡O vida de bestias,
que sefíala para cada una de ellas, cierto nümerO de Padre cuán ciega, v i l y miserable eres delante de la lumbre y
nuestros y Ave Marías, y juntamente con la oración vocal felicidad de la vida espiritual 1 ¡Cómo se deshace y desa-
meditaba ios pasos de la santísima pasión de Jesucristo parece aquel vano y hermoso resplandor con que deslum-
nuestro Iledentor, que en las siete horas canónicas se en- hras y ciegas á los que te siguen, cuando amanece en sus
cierran. Rezaba asimismo el rosario de nuestra Sefíora, corazones el día claro de la verdadera luz! Y auque las
meditando profundamente los sagrados misterios que en él comuniones y confesiones tan frecuentes y ordinarias del
se contienan, reconociendo y agradeciendo el don sobe- marqués, para él eran tan provechosas; eran censuradas,
rano del Señor en aquel misterio, y sacando confusión no solamente fie la gente popular (que en aquel tiempo
'<i sí, de lo poco que de él se habia aprovechado, y p i - se maravillaba de esta novedad), sino también de alguna
diendo alguna gracia á Dios, conforme al misterio que me- espiritual y devota, por parScerles^oco respeto llegarse
. aba. Mas después que se hubo ejercitado en esta senci- tantas veces al Sacramento del altar un hombre seglar,
8 Y G u i l d e manera de meditación, le abrió el Scfior el casado y ocupado en tantos negocios. Pero él tuvo fuerte
ei»teodiíaieirto, y le levantó á otros modos de meditación y llevó adelante su buena costumbre por la experiencia
masaba, de las excelencias y perfecciones divinas, en las que tenia de su aprovechamiento, y por el buen olor que
. ' conio en un mar Océano, inmenso y sin suelo, se se derramaba con su ejemplo, y por el parecer de algunos
sumía y anegaba. Estaba por las mañanas cinco y seis ho- padres graves de la órden de Santo Domingo, con quienes
ras en oración continua, y todo el resto del tiempo que le trataba las cosas de su almo, y mucho mas por haberle
sobraba de las obligaciones públicas de su olicio, andaba escrito el santo padre Ignacio de Loyola desde Roma (con
como absorto y transportado en Dios, y tan arrebatado, quien lo había consultado el m a r q u é s ) que así lo hiciese.
^ue le aconteció estar algunas veces, con el cuerpo p r e - Murió en esta sazón el duque don Juan deBorja, padre
sente en alguna música-ó fiesta que no podía excusar, y del m a r q u é s , y su muerte fué muy sentida de sus vasa-
con el pensamiento y corazón tan lejos de ella, y tan den- llos ; porque era gran caballero, muy limosnero y muy
tro de sí, que acabada la fiesta, no podía dar fé de coea que devoto del santísimo Sacramento, al cual iba á acompa-
en ella habia pasado. ñar siempre que salía á algún enfermo, y dejaba cual-
Pues ¿ q u é diré de su penitencia y mortificación? P r i - quiera ocupación que tuviese, diciendo : Vamos; que nos
meramente se qmtó del lodo las cenas, en satisfaedon de llama Dios. Tomó esta ocasión nuestro don Francisco,
los excesos de las comidas regaladas de otros tiempos, para retirarse, y suplicó al emperador le diese licencia
TOMO I I I .
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m LA LIíYEN DA m ÜÜO. DIA 10.
para irse á s t i í s t a d o , y conocer y goíjcrnar á sus vasallos, la nueva Compañía de JCÍ US, que Dios nuestro Señor h a -
y cumplir el teslamento de su padre; y el emperador bía plantado en su Iglesia para bien del mundo, y tratado
lo tuvo por bien: y el nuevo duque, el año de JrJi3, de- á algunos padres de ella, y aíicionádose mucho á su bue-
jando el gobierno de Cataluña, se fué k Gandía, donde na vida é instituto : pero creció mas esta afición con la
recogió los criados de su padre y los recibió en su servi- comunicación del padre maestro Pedro Fabro, el primer
cio, aunque no tenia de ellos necesidad ; pero ellos la te- compañero que tuvo el santo padre Ignacio en !a instilu-
nían de aquel amparo y remedio. Jíandó reparar y edifi- cíon de su religión : e! cual á esla sazón estaba en Espafla,
car el hospital de Gandía, y poner en él camas y todo re- y pasó por Gandía, de camino á Tiento, adonde le m a n -
cado para albergar los peregrinos, y curar los enfermos, daba i r el papa Paulo 111, para asistir en el sanio concilio
proveyéndolos de todo lo necesario con mucha liberali- en nombre de su santidad. Con este varón divino y celes-
dad. Fortificó la misma villa de Gandía, y proveyóla de tial maeslro comunicó su alma el duque, con gran gusto y
mucha y buena artillería para que los naturales esluvie- aprovechamiento suyo, y fundó un colegio en Gandía, del
sen seguros de los moros, y los pueblos comarcanos se cual puso la primera piedra el mismo padre Pedro Fabro,
pudiesen guarecer en ella en tiempo de necesidad. Y ha- acabando de decir misa, á los 3 de mayo del año de 1 ííiC;
biendo proveído con el hospital á los pobres y enfermos, cujo primer redor fué el padre Andrés de Oviedo, na-
y con la fortificación á la seguridad de sus vasallos, la- tural de Illescas, que después vino á morir patriarca en
bró en su casa un cuarto para su lucrada, y un convento Eiiopía. Dióleel padre Fabro al duque los Ejercicios espi-
de frailes de la orden de Santo Domingo de su villa de rituales del santo padre Ignacio, y él los hizo con mucho
Lombay, con buen edificio, suficiente renta, y ricos vasos recogimiento y devoción, y quedó tan deseoso que la
y ornamentos para el culto divino. doctrina y el fruto de ellos se comunicase á muchos, quo
Estando, pues, el nuevo duque tan bien ocupado, y v i - suplicó á la santidad del papa Paulo I I I , que mandase
viendo en santa conformidad con la duquesa, su mujer, y examinar con diligencia el libro de los dichos Ejercicios:
habiendo convertido ya algunos años ánlcs la licencia del y hallando que era de sana y calóiiea doctrina, y el uso
matrimonio en espiritual amor y hcrmanahle compañía; de ellos para las almas provechoso, fuese servido de apro-
dió el Señor á la duquesa una larga y trabajosa enferme- barlos y confirmarlos con sus letras apostólicas; y el p a -
dad, para purgarla y perfeccionarla mas, y después, l i - pa, después de haber mandado examinar el dicho libro al
brándola de este miserable destierro, llevarla á gozar de cardenal don Fr. Juan de Toledo, de la órden de Santo
sí alas moradas eternas. Sintió mucho el duque esta en- Domingo, que era inquisidor general, y á Felipe Archin-
fermedad, y á mas de las muchas misas, oraciones y l i - lo, su vicario general en Boma, y al maestro de su sacro
mosnas que mandó hacer por la salud y vida da la d u - palacio que asimismo era fraile do Santo Domingo, y t o -
quesa, él con grande instancia suplicó al Señor que se la dos tres varones doctísimos, hallando que los dichos Ejer-
diese. Mas un día, en el mayor fervor de su oración, oyó cicios eran llenos de piedad, y muy provechosos para la
una como voz interior que le decia : Si tú quieres que te ediíicacion y fruto espiritual do los fieles, los aprobó y
deje á la duquesa mas tiempo en esla vida, yo lo dejo en confirmó, exhortando á todos, asi hombres, como muje-
lus manos; pero avisóte que á tí no te conviene. Quedó res, que usen de ellos, por un breve apostólico despacha-
con esla liberal oferta del Señor tan confuso el duque, y do en Roma el postrero dia de julio del año de 1548, que
tan abrasado de un amor tierno y dulcísimo del Señor, anda impreso con el mismo libro d é l o s Ejercicios.
que le parecía que se le partía y derretía el corazón: y Pero lo que mas deseaba el duque era cumplir su voló;
volviéndose á él con grandes sollozos y copiosas lágrimas pues se hallaba en edad y con fuerzas para poderlo hacer,
le dijo: Señor mío y Dios mío, ¿ de dónde á mí, que vos y dejar su estado y vestirse de la desnudez de Cristo, y
dejéis en mí mano lo que está en sola la vuestra? ¿ Q u i é n morir con él, pobre en la cruz de la santa religión. Hizo
sois vos. Criador mió y Bien mío, siendo yo el que tengo m u g í a s limosnas, y mucha oración y penitencia, para que
en todo y por lodo de negar mi voluntad (Wa hacer la nuestro Señor le alumbrase á escoger la religión en que
vuestra? Pues desde ahora digo, Señor, que así como yo él quería que le sirviese, y para que le diese fuerzas y
»o soy mió, sino vuestro, así no quiero que se haga mi perseverancia en ella. Y puesto caso que él de suyo se i n -
voluntad, sino ía vuestra, y que yo quiero lo que vos que- clinaba mas á la soledad y á la contemplación del Sehor;
réis, y os ofrezco la vida, nó solamente de la duquesa, sino todavía entendió que le baria mas servicio en entrar en
de todos mis hijos, y la mia y todo lo que de vuestra mano dguna religión, en la que á mas de procurar su salvación
tengo y poseo en el mundo. Yo os suplico que vos dispon- propia, se emplease en ayudar á los prójimos á alcanzar
gáis de todo, según vuestro beneplácito. Todo esto dijo el aquel bienaventurado fui para el cual fueron criados. Mas
duque con grande afecto y resignación, y luego se vió el habiendo tantas y tan santas religiones en la Iglesia del
efeclo de eiia; porque la duquesa comenzó á d e s c a e c e r é ir Señor, que se ocupan en cultivar su viña y llevar almas
por la posta á la muerte, y e! duque la asistió y la esforzó al cielo, no sabia cuál de ellas habia de escoger; porque
t;n aquel tranco con palabras de singular amor y espíritu; como él había nacido debajo de la protección del seráfico
y ella dió el suyo al que la había criado, á los 27 de mar- padre san Francisco, y mamado con la leche la devoción
zo de 1546 atlos, dejando al duque viudo en los treinta y a este santo, y tenia su nombre, Tleseó en gran manera
seis años de su edad. abrazar su religión, en la cual le parecía que hallaria buen
Bien se vió que la muerte de la duquesa había de ser aparejo para la pobreza y penitencia que quería seguir.
para dar vida y acrecentamiento de virtudes al alma del Pero finalmente entendió que la voluntad del Señor era
duque; porque quedó mas desembarazado para poner en que entrase en la Compañía de Jesús; y así se determino á
ejecución loque había prometido en Granada, y echo voto hacerlo por grandes motivos que tuvo para ello,y por el
de ello á nuestro Señor. Ya en esle licmpo l e n b noticia de parecer y consejo de los mismos padres de San Francisco,
DIA 10. OCIOME. 195
innigcs suyos y varones i-spiiitiialos y de allaperfcccion, abrigo. Levaníábase ú las des después de media noche, y
con quienes lo consultó. Con esla delerminacion despachó postrado en tierra, ó de rodillas, se estaba en oración hasta
luego un criado suyo á Roma con carias al sanio padre las ocho de la m a ñ a n a , con ian'o gusto, que cuando salía
Ignacio, fundador y primer propósito general de la misma de ella le parecía que no habia eslado un cuarto de hora.
Compañía, con las cuales se ponía en sus manos, y le ro- Acabada su cracion , se- confesaba y comulgaba cada día
gaba le admUiese entre sus hijos y subditos, y le enviase en su capilla , y algunas veces en el monasterio de Santa
á mandar lo que habla de hacer: y para que el padre lo Clara, y los domingos y fiestas principales en la iglesia
pudiese hacer con mas resolución , le avisó muy parlicu- m a y o r ; porque era amigo de dar buen ejemplo á sus v a -
iarmente de lodo lo que podía dar luz de su edad, salud, sallos. A las nueve oía su lección de teología , y la repelía
fuerzas, hijos, hijas, estado, renta, negocios comenzados, con algún buen esludianlc: luego daba audiencia á los
y finalmenic de todas las circunstancias que le parecieron ministros de justicia, y á los que qnerian negociar con él.
necesarias, para que el bienaventurado padre mejor acer- A las doce comia con lan gran templanza , que no le es-
tase á ponerle en camino, y le señalase el tiempo en que torbaba la comida las pláticas es] irilm.les que después
sus intentos se habían de ejecutar. tenia familiarmente con sus hijos y con sus criados. G a í -
El santo padre Ignacio, que ya tenia premisas del cielo taha después la tarde, parte en los esludios y lecciones,
de lo que había de ser, y algunos años antes sabia y había parle en el gobierno de su casa y eslado, y recogíase tem-
dicho que el duque habia de ser su h i j o , y general de h prano , porque, nunca cenaba , y su ayuno era perpetuo
Compañía, se holgó mucho con las cartas del duque , por todo el año. En su recogimiento rezaba sus horas y su r o -
ver que se iba cumpliendo lo que el Señor le habia reve- sario, y leía en la divina Escritura y en los santos, y hacia
lado : y así 1c aceptó desde luego en la Compañía , y le sus penitencias y morlilicaciones, á las cuales era muy
dió la órden^de lodo lo que habia de hacer, y particular- inclinado. Finalmente, todo el dia y toda la noche ( q u i - -
mente que casase á sus dos hijas (que la tercera y menor tando las pocas horas que lomaba para el sueño necesa-
eran monjas descalzas), y al marqués de Lombay, su hijo rio), era un perpetuo sacrificio que hacia de sí mismo, un
mayor; y que sin publicarsu determinación, estudiase muy estar siempre presente delante del ac-damienlo de Dios,
de propósito la teolog;a, y se graduftse de doctor en ella una tela de santas obras , cnlrelejiendo unas buenas con
en la universidad do Gandía. Todo lo hizo el (luque pnn- otras mejores : y con ser tal la vida del religioso duque,
tualmenlc como el santo y padre superior ya suyo, se lo era cosa maravillosa ver cuan imperfecta le parecía á él,
mandó. Cuso á sus dos hijas y ni marqués don Carlos de y como al tiempo que hacia el exámen de la conciencia,
Borja, á quien queria dejar el eslado, y retiróse á un cuarío se reprendía y castigaba, haciendo él mismo jnnlamenle
que babia labrado en el mismo colegio de la Compañía pa- niuelíos oiieios : de portero que citaba: de fiscal que acu-
esle efecto, con sus hijos y algunos pocos criados, y se saba : de juez que condenaba : de reo que conocía y con-
^ió muy de propósito á oír la saciada teología, asi la es- bsaf.a su culpa ; y de verdugo (pie ejeculaba la s.'ntencia,
colástica, como la esposi;iva , oyendo las lecciones con los para ser absaelto y bbre en el tríbmial de Dios.
otros esludianles, y r e p í ü c m i o l a s , y dispuíando y defen- Con esle admirable ejemplo de su Señor, y con el gran
diendo sus conclusiones, y haciendo todos los ejercicios cuidado que tenia el duque, toda s i casa era como una
hiérales con tanta coniinuacíon, humildad y diligencia, que casa recogida de religión, sin los vicios que son tan o r d i -
á lodos ponía admiración 5 y con su feliz ingenio y buenos narios y familiares en casas do señores. Oian sus criados
principios, que ya tenia, aprovechó tanto en poces años, cada dia misa : rezaban el rosario : examinaban sus con-
que acabados sus esludios, y precediendo su examen, y ciencias : confesábanse á menudo: hacían sus penilencias;
los ados que en semejantes grados suelen preceder, se y lodo eslo voluntariamente, provocados por el ejemplo
gniduó secrelamenle, primero de maestro cu arles, y des- de su amo, y de las palabras dulces y sanias que les de-
Pmvs de doctor en la teología, como el sanio padre Ignacio cía, y de las buenas obras que les hacia pagándolos muy
Sl' '<) había mandado ; el cual, porque el dmiue no podia cumplida y puntualmente sus salario s y haciéndolos curar
(¡PW su gran fervor y encendido deseo) aguardar tanto y proveer de lodo lo necesario cuando estaban enfermos;
'icmpo para salir de aquel que él llamaba cautiverio , Y porque decia, que lo que se habia de dar á otros pobres,
^"tregarse á Dios, y gozar de la gloriosa y libre servidum- era bien empleado en los pobres que tenia en su casa, y
'e 'a religión, suplicó al papa que diese licencia al en su servicio babían perdido la salud. Y no solamente la
Que de hacer profesión en la Compañía , y junlamenlc casa del duque estaba concertada, sino también en la villa
ad para administrar por espacio de cuatro años su es- de Gandía, y todo su estado se echaba de ver lo que vale
o y hacienda, para en esle liempo acabar las cosas que y puede el buen ejemplo de la cabeza. Y no pareba aquí,
n''i cfitre manos, y cumplir con sus obligaciones. E! pa- ni se encerraba dentro de lan estrechos límites la fama de
pa k concedió Indo , y despachó un breve, por virtud del esta vida tan ejemplar del duque; ánles se derramaba y
cual el duque h¡Zo ^ profesión en la capilla dei cole-ío de, esieiulia por lodo el reino: porque, no se puede esconder
, día, o! '''fio de i s n , con tantas y tan dulces lágrimas la ciudad puesta sobre el monte, ni encubrirse la extraor-
consiielo, como si aquel día hubiese salido de un largo dinaria virtud ; y así, venían algunos á visitarle, no tanto
y penoso cautiverio; para ver al duque, cuanto para ver un santo.
Hecha su profesión , le pareció que el nuevo eslado le Habiendo, pues, vivido en esle tenor de vida, y aca-
on«aba a nueva vida y mas alta perfección; y asi co- bado todas las cosas precisas que le podían obligar á sus-
raenzó a darse mas de veras á Dios , v á perseguirse y tentar aquella reprcsenlacion de duque; deseando r o m -
• u.a.iaríi., doblando sus penilencias, oraciones y sanios per las ataduras que le detenían en su casa, delerminó
J icicios Dcrmia eomunmeoUí sobre una tarima cubierta salir de ella (como otro Abrahan) , y olvidarse de sus h i -
una alfoml,,,, ; y ^ era w W w 0¡.ciilini.¡a &¡n o(ro jos, criadjs, vasallos y amigos, y desnudarse de todo lo
19G LA LEYENDA DE ORO DIA 10-
quo es uiunJo, y abrazarse mas perfeclamente con Cristo snyo, que desde Roma habia enviado al emperador don
en la cruz: y para oslo, habiéndolo comunicado con el Carlos, dándole cuenta de lo que quería hacer, y supli-
santo padre Ignacio, se resolvió á ir á Roma con ocasión cándole que le diese licencia para renunciar el estado de
de ganar el jubileo plenísimo, que en el a no de 1")30, sa Gandía en don Carlos,-su hijo. El criado vino con cartas
celebraba en aquella santa ciudad, y visitar y reverenciar del emperador, y con la licencia; y el duque hizo su r e -
los santuarios y reliquias de ella, y echarse á los piés de n:incÍacron con incroible gozo y júbilo de su espíritu, sin
su santo padre (que era lo que mas le tiraba), y descu- reservar cosa alguna para sí, y con tal aíecto, que si t u -
brirle toda su alma, y regirse por su santo consejo y obe- vÚTa todos los reinos y la monarquía del universo, la r e -
diencia. Hecha esta resolución, se aparejó para el camino: nunciara con la misma voluntad y alegría que dejaba el
otorgó su testamento, el cual fué breve y claro, porque no estado de Gandía ; y ofreciéndose al Süñor, le decia: Reci-
tenia di-scargos que hacer, ni legados quo dejar; pues con bidme, Dios mió, en vuestra casa : acoged me en vuestra
cristiana prudencia, él mismo en vida habia sido ejecutor cruz, pues para'caber en ella, con vos me desnudo. Aceptad
de su testamento, y üado mas de sí que de sus herederos. mi servicio : agradaos de mi sacrificio: favoreced mis de-
Y habiendo amonestado grave y paternalmente á su hijo seo's: esforzad mi flaqueza: pelead mis batallas; y otras
don Carlos (que era el primogénito, y quedaba por go- palabras de un encendido y afectuoso corazón. Hecha la
bernador dei estado) de la jornada que quería hacer á renunciación, se despojó el vestido secular, y se vistió del
Uoma, y de las causas de ella, y de lo que habia de hacer de la Compañía: quitóse la barba: abrió la corona para r e -
en su ausencia, y despedtdose de los otros hijos,y de algu- cibir los sacros órdenes : proveyó á sus criados; los ctiüles
nos principales criados y vasallos suyos, y abrazado a los S'¿ deshacían en lágrimas, y á escondidas recogían los ca-
padres y hermanos del colegio de la Compahía; el último de bellos cortados, para guardarlos como reliquias de su se-
agosto del año de l o 5 0 , salió de Gandía para Roma, l l e - ñor, al cual ya para sí le tenían por muerto, y le reve-
vando consigo á su segundo hijo d o n j u á n de Borja, y á renciaban como á santo.
nueve padres de la Compañía y algunos criados á caballo, No se puede explicar con pocas palabras, el contento y
y salió con lii me resolución do nunca mas volver á Gan- alegría espiritual con que quedó el duque, cuando se v¡ó
día ; y así la cumplió, aunque tuvo ocasión para volver. desmido de este titulo y dignidad ; porque le pareria que
Prosiguió su camino con-tal concierto, quetoda su gente comenzaba ya á ser suyo, ó por mejor decir, de su Cria-
y compafiía, mas parecía tina congregación de religiosos, dor y Señor, y que no habría ya cosa que te pudiese es-
que de criados de señor. Cada dia, después de su larga torbar el entregarse totalmente á é l ; y para comenzar á
oración, se confesaba, y oia misa y comulgaba ; y eslo hacerlo con mas fervor, se ordenó fuego de misa , Ja cual
nunca lo dejó, hasta que fué sacerdote y dijo misa. Comia dijo el primer dia de agosto del aíio de 1 Fiíil, en una ca-
una vez al dia, y con mucha sobriedad, y á la noche to- pilla que los señores de la casa de Loyola tenian adereza-
maba una ligera colación. Hacia su disciplina en las no- da, la cual dijo rozada, y en aquella casa, por haber nacido
ches, por e! camino: unos ratos oraba, otros tenia confe- en ella el bienaventurado santo padre Ignacio, á quien él te-
rencia de cosas espirituales, y santos y dulces razona- nia por gran santo y padre suyo. Después dijo la segunda
mientos. Entró en Roma con grande recibimiento que le h i - misa en público, en la villa de Vergara, para que la gente
cieron, mucho cotilra su voluntad (que era de entrar de gozase del jubileo que su santidad habia concedido á los
noche y sin ruido ) : y aunque su santidad le convidó con que la oyesen t y fué tan grande el concurso que vino de
sa sacro palacio y muchos cardenales con sus casas; él toda aquella comarca á oírla, que fué necesario decirla en
escogió para su habitación la pobre casa de la Compañía el campo; y allí también predicó, y dió de su mano á
de Jesús, en la cual le estaba aguardando á la puerta el muchos el santísimo Sacramento del altar, con grande
sanio padre Ignacio. En viéndole el duque, se arrojó á sus edificación y admiración de aquellos pueblos. Oíanle p r e -
piés, pidiéndole ia mano y su bemiieion, como á padre y dicar con gran atención, y derramaban hombres y muje-
superior suyo, y varón tan esclarecido en e! mundo; mas res muchas l á g r i m a s , y no percibian muchos lo que pre-
el padre le abrazó y se enterneció con é l : porque veia ya dicaba, por estar lejos del pulpito, y por no entender la
en é! los afectos maravillosos de la divina gracia, y de le- lengua castellana: y preguntados estos, ¿ p o r q u é llora-
jos lo que aquella planta habia de fructificar en h santa ban en el sermón, pues no entendían ? respondían, que por
Iglesia, é ilustrar su Compañía. Estuvo algunos meses en ver un duque santo, y porque dentro de sus almas sentían
Roma con gusto y devoción, en los cuales ganó el jubileo, unas voces de Dios, que les daban á entender lo que el
y visitó los santuarios de aquella santa ciudad: Besó los padre desde el pulpito les estaba predicando.
piés al papa Julio H I , del cual fué muy favorecido, y Diéronle los de la villa de Oñate una ermita de Sania
cumplió con las otras obligaciones de fuera de casa, y María Magdalena que está allí cerca : en ella hizo edificar
abno su pecho y todo su corazón á su santo padre, toman- nnosaposeniilíos de labor tosca y de madera sin labrar,
do de él dirección para su vida, y entera noticia del insti- tan estrechos y deslucidos , que SG veia bien cuánto mas
tuto de la compafiía, y dió principio con alguna renta que estimaba el padre aquel pobre y angosto rínconcíllo, que
dejó al colegio romano, que después fundó la santidad de los palacios suntuosos de los reyes. Aquí se pasó el nuevo
Gregorio l i l i para tanto bien dei mundo. Hecho todo esto, sacerdote con algunos padres y hermanos de la Compañía,
queriendo el duque renunciar en Roma su estado, se der- gastando su vida en perpetua oración , contemplación y
r a m ó esta voz; y él entendió que el papa trillaba de ha- ponílencia. Luego pidió con grande instancia al superior
cerle cardenal; y temiendo tanto aquella dignidad, como que m i estaba , licencia para servir al cocinero. Traía
oíros la apetecen, por consejo del mismo santo padre agua y leña i hacia lumbre : barría y fregaba ; y o c u p á -
Ignacio se volvió á España, y se fué á la villa de Oñate, en base en todos los oficios de la cocina, como lo pudiera h a -
Ja provincia de Guipúzcoa, para aguardar allí á un criado cer el novicio mas humildey mas abatido del mundo. Ser-
DJA 10. OCTUBRE. 197
via en el refeclom á los padres y hermanos : hincábase habia tratado el tiempo que estuvo en Roma , y le habia
de rodillas delante de ellos: pedíales perdón de las fallas que juzgado digno de aquella dignidad , íacilmenle vino en lo
tenia on servirlos: hesábalcslos piés de uno en uno, rogándo- que el emperador le suplicaba ; y así se resolvió á hacer-
les con extraña devoción y humildad queconsus oraciones le lo con grande aprobación del sacro colegio de los cardena-
alcanzasen gracia de nuestro Señor para ser de veras suyo. les. Súpolo el santo padre Ignacio , y después de mucha
Salía con unas alforjas al hombro para pedir limosna de oración y consideración habló al papa, y declaróle el me-
puerta en puerta, y otras veces á e n s e ñ a r la doctrina noscabo que recibiría el buen crédito del padre Francisco,
ci isüana á los niños de aquellas pueblos, llevando la cam- y el daño de la Compañía con aquel capelo ; y suplicóle
panilla en la mano para llamarlos ; y de esta manera a n - que de tal manera le ofreciese al padre Francisco , que no
duvo por toda aquella {¡erra enseñando y edificando á l o - le obligase á aceptarlo : porque con oslo por una parle
dos con sus palabras y ejemplo : el cual dio tan grande cumpliriacon el emperador y con el colegio de los carde-
estallid) por todos los reinos de España, que muchos man- nales y con todo el mundo , y mostraria su santo zelo ; y
cebos ilustres y de grandes ingenios y esperanzas, y otros y por otra no afligiria á aquel siervo de Dios , ni pondría
eminentes varones y singulares letrados, y algunos viejos, en peligro la Compañía, y su santidad lo tuvo por bien , y
por sus canas y prudencia venerables , vinieron á buscar ofreció el capelo al padre Francisco, que estaha en su r i n -
al padre Francisco á la ermita de Oñale para vivir en su cón bien doscuidado de lo que se trataba en Roma ; y
obediencia y compañía, y otros muchos dieron de mano á cuando lo supo se afligió en gran « a ñ e r a , por ver el pe-
las vanas esperanzas del mundo, y le menospreciaron y ligro en que habia estado , y se consoló por verse ya libre
se entraron en otras religiones. de é l , y alabó al Señor que le había puesto en sus manos
También vinieron á visitarle, en aquel rincón donde es- aquella dignidad para ofrecerla de nuevo , como le ofre-
taba' algunos grandes señores, y otros le enviaban á v i - ciera con ella lodo el mundo , si fuera señor de él : y a s í
sitar ; y no pocos le rogaron é ¡mporlunaron que los vie- respondió á su santidad con el agradecimiento que debía,
se, por no poder ellos salir de su casa á buscarle. Uno de suplicándole que le dejase acabar deloquehabia comen-
estos fué don Bernardino de Cárdenas, duque de Maqueda, zado, y morir en su santa pobreza. Otras veces estuvo en
que á la sazón era virey de Navarra , á cuya insiancia el el mismo peligro , y cada vez que se hablaba de ello , se
padre fué á Pamplona , y predicó diversas veces en la congojaba por extremo , y le costaba muchas lágrimas,
iglesia catedral, con extraordinario concurso yadmiracion, gemidos y azotes , y suplicaba á nuestro Señor q i i e á n l o s
e hizo obras de mucha caridad ; y dejando bien e n s e ñ a - lo llevase de esta vida, que permilir que él, del puerto en
do y consolado al virey , que en el tiempo que estuvo en que estaba , volviese al mar lompesluoss que habia de-
^ m p l o n a no se a paila ha de su lado, se volvió á su er- jado.
" " l a de Oiiate , por la provincia de Alava , prodicando Resplandeciendo pues el padre Francisco con lan escla-
w lodas partes con notable frulo y edificación. recidos rayos de virtudes, y exlendiondose tanto por lodas
D i Portugal, á donde habia llegado la fama de sn vida parles el buen olor de ellas , pareció al santo padre Igna-
ojcmpiiir, 1c escribió el infante don Luis, hermano del rey cio sacarle de aquel rincón donde estaba, y ponerlo co-
d o n j u á n el I l l y d é l a emperatriz doña Isabel M quien ha- mo hacha encendida sobre el candeloro. Slandóle salir de
bía servido el padre Francisco) carias ospiriluales y reca- aquel su regimiento : y é l , aunque con suspiros y copio-
ladas, y de grande favor: en las cuales, á mas de decirle sas lágrimas, obedeció y se despidió de su dulce hermiía.
que habia hecho su casa mucho mas ilustre con dejarla, y Anduvo por muchas partes , donde le deseaban y llama-
que era bienaventurado porque en tiempo de tan grandes ban. F.siuvoon la casa de la reina , lugar del condestable
perturbaciones habia sabido hallar la paz del hombre i n - don Pedro Fernandez de Ve'asco, con dofla Juliana Ange-
terior ; le pide con grande cncarecimionlo tenga memoria la de Aragón duquesa de Frías , su lia y prima hermana
^8 <d en sus devotas oraciones y sacrificios, para que el co su madre: en Burgos, en Valladolid, en Toro, en Sa'a-
Señor le enseñe el camino do su voluntad : y el padre le manca, on Tordecillas, en Medina del Campo y otros pue-
10spondió y le confirmo en sus buenos propósitos : y pudo blos de Castilla , predicando con admiración de los (pie le
taulo con su ejemplo , que el infante don Luis determinó oían , y con notable edificación de los que le veían posar
^ ' g u i d c , y entrar en la Compañía : y no lo hizo ; poique on los hospílales con lanía humildad y pobreza. De Casti-
s,nt0 padre Ignacio y el mismo padre Francisco, j u z - lla pasóá Andalucía , y anduvo las eslaciones do Monlilla,
^'t,0n clil,e Pw su edad y poca salud, y otros justos respe- Marchena y San Lúcar, tratando con la marquesa de Prie-
Wi 'aria mayor servicio á nuestro Señor estándose en su go y con la duquesa de Arcos , su hija , y con la duquesa
^ a , | y ' ^ " d o el ejemplo que daba á lodo el reino de Por- de Mcdina-Sidoma, (pie todas Iros oran deudas muy cerca
"S1' , sirviendo al rey don Juan , su hermano , como lo ñas del padre Francisco, y d é l a Medma-Sidonia, lia hor-
mana de su madre. A lodas dejó edificadas V aprovecha-
Peto navegando con es!a quielud y prosperidad, se 1c- das on sus almas , y aficionadas á la Compañía do Josus,
v«nló una borrasca que afligió mucho al padre, y le afli- (pie el padre Francisco profesaba.
íí'Pi'a mucho mas, si con el espíritu y prudencia del santo De Andalucía le fué forzoso pasar á Portugal , á pedi-
li;,(he Ignacio tan presto no se sosegara. Habiendo sabido monlo y mandato de aquellos piadosísimos royes : de los
«'l emperador don Cárlos la renunciación que habia hecho cuales ;habiendo primero estado y predicado en la u n i -
el padre Francisco de su oslado y la vida que hacia, versidad de Coimbra , y admirádota con su ejemplo y
pulió con grande instancia á la santidad del papa Julio 111 dnclrinn) fué recibido con eslraordinarias muestras de
que lo hiciese cardenal ; poique á mas do darse á porso- amor y favor, usando con él de nuevo y mas familiar t r a -
na que tan bien morecia el capelo, él recibirla en ello par- to que solían usar con los hombres de sn calidad, y h o n -
ticular gracia y favor. Y como ya el papa le conocía y rándolo mas que si todavía estuviera en su estado y a n t L
198 LA LEYENDA DE ORO. DIA 10
gua grandeza ; porque no le miraban y trataban ya como mo de la vanidad Aquí en Valladolid declaró al pueblo
á diif|ije (Je Gandía, sinocomo á sanio qne había IIDIIÍUÍO y p o r u ñ a manera de lección sagrada los Trenos ó Lamenta-
pneslo debajo de lo? pies lo que los otros tanto aprecian y ciones del profeta Jeremías , y al año siguiente los acabó
esliman ; para que se entienda cuánto mas vale la pobre- de leer en Alcalá de llenares. Al oir estas lecciones con-
za y humildad de Cristo , que la grandeza y honra del currian las personas mas graves y mas doctas de aquelLns
mundo ; y q^e Dios nuestro Señor aun acá levanta mas dos univesidades : y después de haberle o í d o , decían que
á los que mas se abajan por su amor. Cumplió con la reina aquella doctrina que enseñaba, no era sacada de los libros
doña Catalina, con quien tuvo mucha comunicación, y con que ellos solian leer , sino de los archivos secretos de la
el infante don Luis , que se holgó y adelantó mucho en la humilde oración, y comunicada graciosamente de la d i v i -
virlud con su vista y trato familiar. Diósc porsu cansa prin- na sabiduría.
cipio á la casa profesa de San Roque en una ermita , que Entre las otras obras insignes que esta vez hizo el padre
estaba fuera de la ciudad , junto al muro y cercada de Francisco, una fué traer á los reinos de Castilla algunas
olivares : y el dia que se hubo de lomar la posesión , que monjas descalzas y de la primera regla de Santa Clara,
fué el primero de octubre del año de 15,)3, el rey se q u i - del monasterio de Gandía , para que en ellos se fundasen
so hallar presente con el príncipe su hijo, y oyó en la her- con su ejemplo oíros de aquella tan observante y santa ins-
mita de San Roque la misa que dijo el padre Nalal ( q;;e titución; y por su consejo y buena diligencia, la serenísi-
era comisario general en Espafiadel.bienavenlurado padre ma princesa de Portugal doña Juana de Urgel, de Gandía
san Ignacio), y el sermón que predicó el padre Francisco, trasladó al convento que fundó de las descalzas de Madrid
que fué admirable ; y para que lo fuese, bastaba verle en algunas de aquellas generosas plantas: el cual convento
el pulpito. En esía erniita después se ha edificado casa, es un dechado de perfección para las demás religiosas, y
y un templo suntuoso , y de los mayores y mas hermosos un reclamo y estímulo para que las señoras seglares quie-
que hay en la ciudad , y se ha poblado aquel campo de ran imitar y s e g u i r á las religiosas efrta en él con tan gran-
casas principales. Todocslo se debe al padre Francisco: el de espíritu y fortaleza las incitan á su sania imitación.
cual con su presencia dió principio y echó los [¡limeros Vinieron de Gandía para esla obra tan insigne dos lias del
fundamentos de la casa de San Roque de Lisboa. padre Francisco, la madre sóror Francisca de Jesús, h e r -
Después de haber cumplido con aquellos príncipes y mana del duque don Juan, su padre, y sóror María de Je-
personas reales, y acrecentado la benevolencia y devoción sús, hermana del m a r q u é s de Denia, y dos hermanas tam-
que antes lenian á la Compañía, y en Évora visitado al i n - bién suyas, sóror María de la Cruz y sóror Juana Bautis-
fante cardenal don Enrique, y predicado á su instancia en ta, con otras religiosas escogidas; y después vino la ma-
aquella ciudad ; se volvió á Castilla , donde le llama- dre sóror Juana do la Cruz, hermana del padre Francisco,
ban algunos negocios importantes y de mucho servi- que fué abadesa mochos años, hasta que el señor la llevó
cio de nuestro Señor. Salióle al camino el duque de á gozar de sí, dejando su casa con un admirable concier-
Braganz i don Teudosio , y llevóle á su casa de Y i l l a v i - to, religión y opinión de santidad, y esclarecida con Jaen-
ciosa casi por fuerza, y allí le tuvo y regaló algunos clias Irada de la serenísima ¡ufanía doña Margirila doAusiria,
con gran magnificencia ; aunque lodo aquel regalo y apa- hija de los emperadores Maximiliano I I y de daña María,
rato era nueva cruz para el padre Francisco, y en lo que hija del emperador don Carlos Y y hermana del rey don
podia, lo procuraba escusar. Felipe I I .
Llegó á Valladolld, donde á la sazón estaba lacórte del Viendo, pues, el sanio padre Ignacio que en todo loque
príncipe don Felipe , que gobernaba los reinos de España el padre Francisco ponía su mano, el Señor ponía la suya
por el emperador su padre. Fuese á posar con los otros y le echaba su bendición, y que los colegios y casas que
padres de la Compañía , que moraban en el hospilal de la Compañía tenia en España, cada dia se mulliplicaban
San Antonio , en un eslrpchoy pobre edificio muy seme- por su medio ; determinó instiluir nueve provincias y dis-
jante á la ermita á e Ofiatei Allí le venían á buscar los se- tinguirlas y proveerlas de provinciales, y nombrar por co-
ñores y grandes de la córle, con los cuales traía siempre misario general de todas ellas al padre Francisco. La pro-
pleito , porque le trataban con los títulos y cortesías anti- vincia de Portugal ya tenia su provincial: el resto de Em-
guas, pidiéndoles de rodillas que no hiciesen tan nolable p a ñ a s e dividió en provincias de Castilla ( q u e c o m p r e n d í a
agravio á la merced (pie Dios le habia hecho , y diesen á las dos provincias (pie hora son de Castilla y Toledo), en
entender que estimaban mas lo que habia dejado , que lo la de Aragón y Andalucía. De estas provincias y de la I n -
que ahora tenia, siendo de tanto mayor estima lo presente dia oriental hizo comisario general al padre Francisco, con
que lo pasado , cuanto va de cielo á tierra. l!i/.f) platicas tan precisa y resoluta obediencia, que aunque él se quiso
espiri'.uaiesen l o ; monasterios de monjas, y encendiólas excusar, no pudo, y fué necesario (pie bajase la cabeza é
en el amor de su Esposo y en el esludio de la perfección. inclinase el hombro á la carga. Yióse que fué de Dios este
Predicó en su iglesia de San Antonio , y en los otros t e m - consejo, por lo mucho que se sirvió su divina Majeslad d d
plos mas principales de Yailudolid , con maravilloso con- padre para eslablecimienlo y acrecentamiento de la Com-
curso y fruto del pueblo y de los cortesanos. Todos que- pañía en los reinos de E s p a ñ a ; porque él la í!ns!ró con sn
daban admirados de sus sermones , y mas los que le ha- persona y la propagó con su gobierno, y la animó á la
blan conocido seglar , casado, y gran señor , y no M U H pcrícccion con su ejemplo, y la amparó y deremlió con su
ta que habia estudiado i y muchos de es!os,quele hablan valor y autoridad do muchos encuentros, y terribles y po-
visto y tratado en diferenle traje y estado, quedaban por derosas contradicciones que tuvo. Recibió en la Compañía
una parle confusos , y por otra pasmados dQ tan gran- gran número de mozos ilustres y hábiies, y de hombres
de mudanza, viendo al padre en un género de vida tan po- maduros y letrados, y de varones prudentes y de canas:
bre y hmoilde, y asi tan sumidos y anegados en el ;.bis- dió vigor y fuerza á los colegios que ya estaban comenza-
D I A 10 OCTÜimiL 199
dos, y comenzó oíros muclios con flacos fandamentos, los numerables pobres, curarlos crdermos; y Onalmente, es-
cuales después han crecida y hecho gran fruto en la santa tando ocupado en semejantes obras de piedad, fué el Señor
Iglesia. Ninguna cosa mas procuraba qna el aprovecha- servido de llevarle á gozar de sí, como de su misericordia
mienloespiritual de sus subditos: y para esto hacia conti- lo confiamos.
nua y afectuosa oración por ellos, y con su ejemplo iba En el mismo tiempo que el demonio procuraba sembrar
delante de su ganado, como cuidadoso y vigilante pastor. en la ciudad de Sevilla su cizaña y mala doctrina, tuvo el
Visitaba por sí mismo los colegios para cumplir con la obli- padreFrancisco grandes inspiraciones é impulsos del cielo,
gación de su oficio y tener mas ocasión de padecer; y era de enviar gente de la Goiupañía á aquella ciudad, y pro-
cosa maravillosa ver á un hombre criado con tanta g r a n - curó (pie so fundase allí un colegio: y para eslo envió
deza y regalo, andar tantos caminos con soles y lluvias en adelmte al padre Juan Suarez, que á la sazón era rector
el invierno y en verano, de noche y de dia, con tanta i n - del colegio de Salamanca , y después algunas veces fué
comodidad, durmiendo muchas veces en el suelo, y no te- provincia! de la provincia de Castilla. Pasados algunos días,
niendo q u é comer, por visitar á unos pobres religiosos y el mismo padre Francisco con otros padres fué á Sevilla,
pobres hermanos , y considerar la alegría y contento con y se albergó en una casilla pobre y caediza , y llena de
que lo hacia, como quien tenia delante de los ojos las f a - muchas goteras , que caían aun en el mismo aposento del
tigas y caminos de Cristo nuestro Redentor, y lo que le ha- padre y le mojaban su pobre cama y la cabeza algunas
bía costado cada una de las almas que con su preciosa san- veces, con grande alegría y gusto del mismo padre, por-
gre redimió. Era tan grande este contento que llevaba en tille cí a á la medida de su deseo. Allí pasaron mucha ne-
su áuirna, que en entrando en cualquiera colegio, parece cesidad y pobreza ; aunque el Señor no Ies faltaba ni de-
que entraba en él el consuelo, la devoción, el espíritu y jaba de proveerles y algunas veces milagrosamente. A l
deseo de padecer por Cristo. Hablaba á cada uno de por si, tiempo que hubo de partirse de Sevilla, despidiéndose de
y animábale á la'perfección: hacia pláticas á lodos juntos, los padres, entre otras cosas Ies dijo: Una d é l a s cosas que
exhorlándolos á la perseverancia, y á reconocer y agra- me llevan consolado es que os dejo sin casa y sin qué co -
decer al Señor el mcomparable beneíicio de su vocación. mer; pero no tengáis pena, que todo os sobrará. El padre
Arordaba á los superiores que mirasen la cuenta que ha- lo dijo; y Dios lo ha cumplido con las tres casas que la
blan de dar á Dios, de lodos los que lenian á su cargo, y Compañía (¡ene boy dia en Sevilla.
que eran padres y siervos, y nó amos y señores de sus Supo el padre Francisco que el emperador don Carlos
subditos, y que como á hijos los regalasen y castigasen, (que dejando el imperio y la monarquía de tantos reinos
mezclando con la suavidad el rigor, y con la severidad la se había retirado al monasterio de Yusle) deseaba verle, y
blandura, y procurasen ganarles para Dios los corazones, fué á Yuste por hacerle reverencia y cumplir con tan p r e -
porque con esto se ganaba lo d e m á s : y si alguno como cisa obligación. Mandóle su majestad aposentar en el mis-
hombre fallaba, aquí se mostraba mas la caridad del pa- mo convento (que fué cosa particular), y dió orden de c ó -
dre Francisco, procurando que el tal conociese su culpa y mo se había de aderezar el aposento; y holgóse por extremo
la cisiigase, y él se ofrecía á hacer penitencia por ella, con él. Dióle el padre cuenta de su vida y entrada en la
como si fuera culpa propia suya. Y porque la visita de los Compañía, y díjolelas razones que le habían movido á en-
colegios no fuese solameiile de palabras, él servia á la me- trar mas en ella (siendo religión nueva y no tan conocida
sa á los liormanos, y Ies besaba los piés, y tes servia en ni aprobada en el mundo), que en otras religiones venera-
la cocina. Iba á predicar á las iglesias : visitaba los hos- bles por su antigüedad : y el emperador quedó muy s a l í s -
pitales y las cárceles: hacia pláticas á los esludiantes y era fecho, y ofreció al padre su imperial favor para la Compa-
0 pntucro á (odas las obras de humildad, mortificación y ñía, y le dió algunos buenos consejos para que se conser-
caridad. Con esto quedaban los colegios regalados y apro- vase: y á la partida le mandó d a ñ i n a limosna de doscientos
vechados en espíritu, y también proveídos en lo temporal: ducados, diciendo, que aunque la limosna era poca, mas
P p ^ u é muchas veces, cuando el entraba en el colegio ha- que, respecto de lo que su majestad ahora tenia, nunca
Ma gran falla d é l a s cosas necesarias para el suslenlo; y le había dado tanto en cuantas mercedes le había bocho;
entrando el padre, parece que entraba juntamente la y el padre la aceptó con grande agradecimienlo y gusto,
>ettdicbn del Señor y todo lo que había menester. por ser lísmosna que le daba un príncipe tan grande y con
oseó don Gutiérrez de Carvajal, obispo de Placencia, tan buena voluntad, y se la daba como á pobre, por amor
fundar de Dios.
en aquella ciudad un colegio para la Compañía, y
^ J l ' le Fl"ancÍsco á su instancia fué allá con algunos pa- Acabada su jornada y visita al emperador, se volvió á
1 ^ para dar principio al colegio. Fueron muy bien reci- Yalladolid para atender al gobierno de sus subditos y al
H os y agasajados del obispo, que era tenido por m a g n á - acrecentamiento y buen despacho de los negocios de la
mq caballero, mas que por devoto sacerdote. Tomó muy Compañía que en aquella córte se le ofrecían. Pero con
« pecbos el padre Francisco el hacer mucha oración y pení- ser estos muchos, eran muchos mas los negocios de los
encia por aquel prelado, y pagarle l?s buenas obras v Inmc- seglares que á él acudían y le importunaban para que k a
ind8,00" qile(>l,liS;iba á la Compañía; y ordenó á todos los favoreciesen en sus pleitos, asientos y pretensiones, los
SefiorV1'10 l0lliasen muy á Pechos el pedir á Dios nuestro cuales eran tantos que le embarazaban y ahogaban, y no
sus ni .Sa!vac'0n del 0^ispo, y á esta inlencíon ofrivcrle le dejaban atender á los que eran propios de su religión y
»ueslrosa.flaS, saci'itici0s i Penitencias; y así se hizo ; y oficio. Pero por mucho que le fatigaban, no se quería e n -
dó en ol ^ ^ SUS 9Fac'0lieS5 P01'(iu« el obispo se mu- cargar de negocios seglares sino con grande moderación y
.-, . , var(m: reformó su vida y su casa: desagravió precisa obligación, así porque no le faltase tiempo para los
Uídsn (IUe Cl0 él eSlaban a » r a v i a d o s : Il¡zo Sondes fe- espirituales y mas importantes , como porque lemía que
8 > i en una gran carestía mandó dar de comer á i n -
los jueces por sus ruegos (aunque contra su mlencion) no
200 LA LEYENDA DIí ORO. 1>1A 10-
declinasen do la justicia , ó que queriendo hacer bien á y le pedia con encarecimiento que le diese algunos bue-
una parte, tal vez h a r í a mal á otra. Para eximirse do la nos maestros de la Compañía, que leyesen en ella , y el
instancia ó importunidad de la gente, y poder mas libre- mismo viniese á verle. El padre le envió dos maestros,
mente respirar y gozar algunos ratos de Dios, lo deparó que leyeron muchos años con gran loa en aquella u n i -
cerca de Valladolid en la villa de Simancas una casa, á la versidad, y después fué á ella , para cumplir en todo la
cual se acogia todas las veces que se podia escapar de la voluntad y mandato de tan grande y ejemplar príncipe, y
córte, y recreaba su espíritu y cobraba nuevas fuerzas con tan devoto y señalado protector de la Compañía. De Évora
sus oraciones y penitencias, que hacia allí mas largas y pasó á Coimbra, donde consoló y edificó mucho á lodos
mas rigurosas. los padres y hermanos de nuestro colegio con sus pláticas
Aquí también instituyó una casa de probación ( y fué la espirituales y ejemplo, y á los de fuera con sus sermones
primera que hubo en Castilla de la Compañía), para p í o - y santa conversación. Ayudó asimismo á la fundación del
bar los muchos novicios que Dios le enviaba de las u n i - colegio de Braga , que el padre Fr. Bartolomé de los Már-
versidades de Alcalá y de Salamanca y de otras pai tes, y tires , religioso de la orden de Santo Domingo y arzobispo
amoldarlos al in-titulo de la C o m p a ñ í a , como quien tan de aquella ciudad, con gran caridad fundó y doló. Y por-
bien sabia que P1 fundamento de las religiones es la Iniena que se hallaba fatigado el padre de graves y trabajosas
instrucción de los novicios. Para esta casa hizo labrar un enfermedades, y acosado y casi oprimido de negocios de
edificio semejante al de Oñate, y muy conforme al espíritu las personas mas principales del reino, se retiró á la c i u -
de su santa pobreza. Era de adobes de sierra y de madera dadede Porto, para tener alguna mas quietad y descanso.
tosca; y él mismo llevaba con los novicios la tierra y los Allí fué recibido como mi ángel del cielo, y comenzó
otros materiales, y con unas esteras atajaban los aposen- el colegio de Porto con gran contento y alegría de toda la
tillos; y al talle de esto era lo d e m á s . Acabada la casa, ciudad y de la reina doña Catalina, que fiivoreció la fun-
puso el padre su noviciado, y en él buen número de novi- dación. A q u í , olvidado de su edad y enfermedüdes , co-
cios, mozos ilustres y de muy raras habilidades, y h o m - menzó á ejercitar los ministerios de la Compañía con tan-
bres de grandes prendas y ya graduados, y aun algunos to fervor, como si fuera mozo sano y robusto. Predicaba de
escogidos letrados y muy eslimados en el mundo, los cua- ordinario, y daba el santísimo Sacramento á los que que-
les vivían entre sí con mucha paz, perfecta obediencia, rían comulgar (cpie eran muchos), haciéndoles unas p l á -
extremada oración, mortificación y menoprecio de si y de ticas devotísimas. Iba los dias de fiesta con la campanilla
todas las cosas de la tierra; y el mismo padre Francisco por las calles y plazas , llamando los niños á la doctri-
iba delante y los animaba con su ejemplo, siendo el p r i - na , y ocupábase en los otros ejercios de humildad y ab-
mero en el trabajo, en la cocina, y en el pedir limosna y negación.
en lodos las obras de humildad, con lanta alegría que po- Pero esl;.ndo el padre con gran gusto en aquella quie-
nía espanto. Mas habiendo fallecido á los 11 de junio del tud y soledad , le llegó un breve de la santidad del papa
año 1557 el serenísimo rey de Portugal don Juan el I I I ; el Pió I V , en que le mandaba que fuese á Boma ; porque lo
emperador mandó llamar á Yusteal padre Francisco, para quería tener cabe sí para cosas muy importantes al divino
enviarle á Portugal á tratar un negocio de grande" impor- servicio: y el padre, aunque estaba flaco y con miulms
tancia. F u é , y tuvo en Evora una recia enfermedad, y achaques, como hijo de obediencia , se puso luego en ca-
aunque los médicos juzgaron que moriría de ella , él les mino en lo recio del verano del año de 15G1 : y pasando
dijo que se asegurasen; porque de allí á cuatro dias se por Francia , y visitando en llalla la santa casa tle Lore-
partiría para Lisboa, como se partió, y trató con la reina to, llegó á Roma á los 1 de setiembre del mismo año, con
doña Catalina el negocio á que iba, y visitó (aunque de extraordinario consuelo de lodos los padres y hermanos
paso) las casas y colegios que pudo, de la Compañía; y de la Compañía que en ella habia. Poco después , por es-
volviendo á Yuste, dio razón al emperador de lo que habia tar el padre maestro Diego Lainez (que era prepósito ge-
hecho en lo que le habia mandado: y tornando otra vez á neral) ausente, primero en Francia, y después en el con-
Yuste, después de pocos meses, también llamado de su cilio ; el mismo padre general le nombró por vicario g e -
majestad, hablaron los dos de cosas de espíritu, y de la neral suyo en Roma: y cuando murió el dicho padre ge-
oración y obras satisfactorias, en las cuales deseada el em- neral , que fué á los 19 del mes de enero del a ñ o 1565 ,
perador ejercitarse, aparejándose cada dia mas para ta los padres de la Compañía , que estaban en Roma, n o m -
cuenta que en breve había de dar al supremo y divino braron al padre Francisco la segunda vez por vicario ge-
Emperador, como s u c e d i ó ; porque pocos dias después que neral de toda la Compañía, y él lo fué hasta los 2 do j u -
el padre llegó de Yuste á Valladolid, falleció el emperador nio del mismo a fio , en que , en la congregación general
á los 21 de setiembre, dia de san Maleo, apóstol, del año que se celebró en Boma , fué elegido por prepósito gene-
de 1558. Dejó entre otros por testamentario al padre r a l , con grande repugnancia y sentimiento suyo, y no
Francisco: el cual predicó en sus honras en Valladolid, menor alegría y contento de los que le elegían y del res-
con gran senlimienlo y lermira suya, y admiración y e d i - to d é l a Compañía , y satisfacción de toda la córte romana,
ficación de los oyentes. y especialmente del papa Pío I V , que en aquel dia dijo á
toda la congregación , cuando fué á besar el pié á su san-
Aunque el padre Francisco habia ido dos veces á Portu-
tidad , que no podía haber hecho mas acertada elección
gal , y servido á la Compañía en lo que se le habia ofre-
para el servicio de Dios y para el acrecenlamiento de su
cido; todavía como habia sido de paso, determinó i r l a
religión, ni de mayor satisfacción s u y a ; y que así lo
tercera vez mas despacio, para visitar y consolar los co-
mostraría enlodas las cosas que para bien de la Compa-
legios de aquel reino que estaban á su cargo, especial-
ñía se ofreciesen.
mente porque el infante cardenal, y arzobispo de Évora,
Cuando se hubo acabado la congregación , el padre
habia fundado una insigne universidad en aquella ciudad,
DIA 10. OCTÜBIUÍ. 201
Francisco habló con grande hinnildad á los padres , r o - padres de la Compañía que onlraron en aquel reino, y
gándoles que le ayudasen con sus oraciones, consejos, después se fueron enviando otros: y el afio de 1 S T í , á los
avisos y reprensiones, y <pic cuando viesen que no podia 23 de junio, partieron para la Nueva España catorce p a -
llevar la carga se la quitasen, como se hace con un jumen- dres y hermanos, los cuales hicieron su asiento cn la c i u -
to que no puede ir adelante con la carga; y se levantó de dad do Méjico, cabeza de aquel reino. Lo que la divina
su asiento, y mandándoles que se estuviesen quedos, an- bondad se ha servido del ministerio de los de la Compañía
duvo de rodillas, besando los piés á todos de uno en uno; en estas provincias y en las otras de Indias por donde se
y abrazándolos, los envió á sus casas llenos de edilicacion han extendido, en la conversión de los gentiles y en la en-
y alegría. señanza de los ya convertidos, y reformación de los cris-
Luego comenzó á hacer su oficio y gobernar la Compa- tianos viejos, en la instrucción de la juventud y en todas
ñía , y dió principio á la casa de probación de San Andrés las demás obras de caridad, os tan notorio, que no -hay
de Roma, para criarlos novicios , que nuestro Señor le para q u é referirlo aquí.
enviaba en gran n ú m e r o , y formarlos al uso de la Gom- No solamente acrecentaba nuestro Señor el número de
pafiia; y ordenó que en cada provincia se insliluycsc ó los de la Compañía que estaba acá en ta tierra, sino t a m -
s e ñ a l a s e casa particular para e^te mismo fin, y un semi- bién el de los dol cielo; porque el año de 1S60, á los 1 íí
nario en que se enseñasen y leyesen todas las ciencias de julio, un corsario francés, hereje, que se llamaba Jac-
que usa la Compañía. ¥ porque la iglesia, que la casa ques Soria, encontrándose con una nave portuguesa, en
profesa tiene en Boma, era muy estrecha y desacomodada que iba el padre Ignacio do Acevedo por provincial del
para la muchedumbre de gente que á ella acndia [ procu- Brasil, con otros treinta y ocho religiosos de la Compañía,
ró que el cardenal Alejandro Farnelio, grande amigo su- la combatió y entró por fuerza: y sabiendo que iban allá
yo y protector nuestro, fundase el templo que fundó para aquellos padres y hermanos, los mandó matar á todos,
su entierro, con grande suntuosidad y magnificencia. Dió sin quedar ninguno, diciendo á grandes voces: Mueran,
la santidad de Fio V (siendo general el padre Francisco) mueran los papistas, que van á sembrar falsa doctrina en
cargo del colegio de la penitenciaría de San Pedro á la el Brasil. Y después de rendida la nave, llegándose á ella
Compañía , y mandó que los padres de ella le predicasen el mismo Jacques, desdo su galeón, dijo : Echad al mar á
en su palacio apostólico, é instituyó una congregación do esos perras jesuítas, papistas y enemigos nuestros; y al
cuatro cardenales, para tratar de los medios que se po- mismo punto arremetieron sus soldados, herejes calvinis-
dían tomar para reducir á los herejes ; y otra do oíros tas como él, y desnudándolos de sus pobres sotanas, y
cuatro para ayudar á la conversión de los gentiles, por sa- dándoles muchas heridas, y corlando á algunos los brazos,
^er quo el fin principal de la Compañía es defender de los los echaron en el mar. Y el a ñ o siguiente de 1 3 6 1 , otros
herejes, y propagar entre los gentiles nuestra santa fé doce padres y hermanos, que llevaban al padre Pedro
católica, y con estas congregaciones darle aliento y favor. Díaz por superior, é iban á la misma jornada, y con el
Maravilloso fué el progreso y amplificación de la Com- mismo intento de publicar el Evangelio en el Brasil, caye-
pañía, siendo el padre Francisco prepósito general; por- ron en manos de otro corsario, también francés, lan g r a n -
que los sujetos que entraron en ella en todas partes, fue- de hereje y tan cruel enemigo de los católicos como Jac-
ron muchos y muy lucidos : los colegios que se aumenta- ques Soria, que se llamaba Juan Cadavillo; y por su man-
ron, siendo antes fundados, y se fundaron de nuevo en dado, después de haberlos tratado con bárbara y diabólica
gran n ú m e r o . Algunas provincias so instituyeron y acre- inhumanidad, y llamándoles porros, ladrones, papistas y
centaron, y la Compañía entró y se extendió á nuevos r e i - enemigos de Dios", las mandó echar en el mar, querieiulo
nos y muy remotas naciones, con notable fruto y gloria Dios nuestro Señor regalar y favorecer á los de la Com-
de Dios, que en su nombre los enviaba; porque á mas de pañía, con doblar el celo de los hijos de ella. Cuando el
haber enviado el padre Francisco, el año de I S M j algunos padre Francisco tuvo nueva de la dichosa muerte de estos
padres y hermanos á las islas que llamamos Canarias, en fuertes guerreros y bienaventurados hijos suyos, aunque
compañía de don Bartolomé de Torres, obispo de Canaria, por una parte sintió pena por la falta quo harían en el Bra-i
los cuales visitaron toda aquella isla con notable fruto s i l ; por otra so regocijó mucho mas, por ver que en su
tiempo se dignaba el Señor aceptar esta ofrenda y sacrifi-
? j05 isleños, que estaban bien necesitados de aquel es-
cio de sangro que la Compañía le ofrecía, y con gran ter-
piritual socorro ; envió también» á instancia del católico
nura y sentimiento se encomendaba á los muertos, y ala-
» ey don Felipe otros padres el mismo año para la Flo-
baba sus virtudes y suplicaba á Dios que diese gracia á
a 5 Y d de U;c8, otros para predicar y dar noticia del
los que quedaban para seguirlos con efecto, como con e]
vangelio á los naturales de aquella provincia, á cuyas
afecto y deseo se le ofrecían.
manos murieron. Abrióse asimismo la puerta, que basta
ontonces había estado cerrada, de las Indias occidentales, Aunque Dios nuestro Señor se servia tanto del padro
Para que los nuestros pudiesen i r á ellas y cultivarlas con Francisco en el gobierno de la Compañía, como habemos
sus trabajos, como lo hacían en la India oriental; porque visto, asi en la extensión y acrecentamiento de ella, como
ci misino rey don Felipe escribió algunas cartas al padre en la edificación y fruto qno con sus ministerios se seguia
n . w I S C 0 ' P,(li6ridole con encarecidas palabras que enviase en todas parles., todavía, como él era tan humilde y es-
sion y0808 ^ GomP:iílía y"6 80 ocupasen en la conver- taba lan poco satisfecho de sí mismo, siempre le parecia
Y enseñanza de los indios, y comenzasen á fundar que no hacia lo que debía á Dios y á la Compañía, y que
casas
nece^rin g,0S, qUe 61 las manda,ii, P' oveer de todo lo estaba mal el gobierno en sus manos, y que ganaría mucho
icslail m T ? SU pasaje- Y cn lJjeCucion de lo que su ma- ella poniéndole en las manos de cualquier otro : y h a b i é n -
S l T n a b a ' 61 añ0 de 1S67' a 103 2 fc s i e m b r e , dose encomendado muy de veras á nuestro Señor, junto
i w u u o u dol puerto de San Lúcar para el P e r ú los primero sus asistentes y les propuso el deseo que lenia de convocar

TOMO r u .
26
202 LA LEYENDA DE ORO. DIA 10.
congregiicioo generQ], para renunciar el cargo que la m i s - En la córte de/ rey don Felipe fué muy bien recibido,
ma Compañía le habia encomendado. No vinieron los pa- regalado y favorecido de su majestad, con quien trató el
dres asistentes en ello: antes le dijeron que su zelo era padre Francisco algunos otros negocios de mucho servicio
bueno; pero que la ejecución seria dificultosa y contraria de nuestro S e ñ o r , que su santidad particularmente á él le
á la voluntad de Dios, que lo habia puesto en aquel lugar habia encomendado. Fué muy visitado de lodos los g r a n -
y favorecídole maravillosamente con el acrecentamiento y des y s e ñ o r e s , y tuvo tantas ocupaciones, que no le de-
fruto de la Compañía, y provecho y gusto de sus subditos jaban respirar. Acudieron también los superiores de las
y satisfacción y edificación de los de fuera: que no era su provincias y colegios de la Compañía , que pudieron, de
trabajo monos meritorio y acepto á Dios nuestro Señor, E s p a ñ a , para ver al que tanto amaban y reverenciaban,
que le seria su oración retirada y su propia quietud : ni y tratar con él los negocios d e s ú s casas y provincias. Y
mejor aparejo para morir en el mirar por sí y su descanso, aunque el tiempo era corto y ocupado, todavía el padre los
que el emplearse en hacer perfectamente el oQcio que Dios oyó y despachó con mucha consolación de sus almas, y
le habia encargado. Con esto por entonces se sosegó, vien- provecho de sus subditos. Habiendo concluido con el rey
do cerrados las puertas á su pretensión, y que no podtia católico, partieron para Portugal, y de allí (después de ha-
salir con lo que su humilde espíritu con tantas ansias ber sido recibido el legado del rey don Sebastian con g r a n -
deseaba. de aparato y magnificencia v y el padre Francisco con ex-
Al mismo tiempo que el padre trataba de retirarse y de- traordinario amor y favor), despachados los negocios c o -
jar el cargo de prepósito general, el Señor queria que munes y particulares que el padre Francisco llevaba á su
llevase aquella carga, y añadirle otra sobrecarga de una cargo, volvieron de Lisboa á Madrid, y habiendo estado
larga y trabajosa peregrinación; porque la santidad de pocos días en « H a , tomaron su camino para Francia,
Pió Y para resistir á Selim, gran turco, que se habia apo- acompañándolos hasta la raya don Femando de Borja, por
derado del reino de Chipre, y con esta victoria estaba órden del rey católico , que quiso que á la entrada y á la
muy insolente, y amenazaba gran ruina á la cristiandad, salida de sus reinos, acompañase y sirviese el hijo á su
á suplicación de la república de Venecia, procuró que se padre.
hiciese una liga entre su santidad, el rey católico de Es- En Francia hallaron en Bles al rey Carlos IX y á la reina
p a ñ a don Felipe I I , y la misma república de Venecia, para Catalina , su madre, bien fatigados y afligidos; porque á
resistir al común y fiero enemigo: y para confirmar mas sazón en aquel reino no habia sino armas, latrocinios, r e -
la l i g a , y acrecentarla con nuevas fuerzas de otros reyes beliones y desobediencias á sus reyes, causadas de la
y príncipes cristianos, envió al cardenal Alejandrino, su desobediencia que los herejes tienen á Dios. Estaban en
sobrino, por legado a los reyes de Espafia, Francia y Por- muchas partes las iglesias desiertas y arruinadas, y los
tugal ; y quiso que el padre Francisco acompañase en esta católicos oprimidos y perseguidos d é l o s herejes. Exiorló
jornada al Jegado , y le sirviese con su autoridad y p r u - el padre Francisco á los reyes con vivas razones á conser-
dencia , y ayudase á tratar con los royes los negocios de var en su reino la fé católica, mostrándoles que si ella se
que iba encargado. Envió el rey católico á la entrada de p e r d í a , también se perdería el mismo reino, y dándoles
Cataluña á recibir al legado á don FernaiKlG de-Borja, hijo otros avisos y santos consejos, todos enderezados al mismo
del mismo padre Francisco, con quien le escribió el rey el fin, los cuales oyeron los reyes con mucha atención , r o -
gusto y contentamiento grande que tenia de su venida. gándole que los encomendase á nuestro Señor en sus ora-
Vinieron por Barcelona á Valencia, donde salió á recibir á ciones, y que le suplicase que alzase la mano del castigo
su padre el duque de Gandía don Carlos de Borja , y des- de aquel reino, <pie estaba tan fatigado y diviso; y l a
pués su hijo don Francisco, m a r q u é s de Lombay, y he- reina madre con gran instancia y devoción le pidió un r o -
redero de su casa, acompañado d é l a flor de la caballería sario que llevaba en la cinta; y íinalmenle mostró querer-
de Valencia : el ciial, en vrendo desde lejos á su abuelo, le con tantas veras , que se le dió. Con esto, y con haber
se apeó con toda su genio, ó hincadas las rodillas , le be- Iratado el logado los negocios públicos, se partieron de la
só la mano y pidió su santa bendición: y de la misma m a - córte de Francia para Italia : y habiendo llegado el padre
nera llegaron los otros caballeros y criados antiguos de á un lugar que no halló sino un templo yermo y asolado,
su casa. Pero el padre Francisco, con la honra que le ha- que tenia solo un altar de piedra en p i é , y dicho misa en
c í a n , se halló-tan atajado y confuso, que no v i ó l a h o r a el día de la PuriGcaeion de nuestra S e ñ o r a , le asaltó un
de escabullirse de ellos y de la otra gente que también le recio accidente de frió y calentura, que le c a u s ó , no t a n -
venia h recibir; y así con solos los padres que traia en-SU to el rigor del tiempo, cuanto la impresión que le hizo el
c o m p a ñ í a , se desvió del camino real, y por sendas secre- ver aquel templo destruido, y un reino tan poderoso y tan
tas se entró en Valencia, y se vino á su colegio de la Com- cristiano, en tan lastimoso y calamitoso estado. Desdo
p a ñ í a , donde los de ella le estaban aguardando. F u é tan aquel día de la Purificación nunca mas se pudo tener en
grande la instancia que el patriarca arzobispo don Juan pié. Lleváronle por el estado de Saboya hasta T u r i n , con
de Ribera y la ciudad de Valencia le hicieron que predi- gran cuidado y regalo; porque el duque le envió médico,
case en la iglesia mayor, que no lo pudo excusar; y fué medicinas y criados de su casa para que le sirviesen. En
tan extraordinario el concurso de la geote de dentro Turin , no pudiendo su humilde y pobre espír itu sufrir el
y fuera de la ciudad al s e r m ó n , que el mismo padre ape- tratamiento y regalo de su persona, que el duque le m a n -
nas pudo subir al púlpito : y quedaron todos admirados de daba hacer, se embarcó en una barca bien aderezada has-
lo que oyeron y vieron. Nunca pudieron acabar con él que ta Ferrara, donde el duque don Alonso de Este, su p r i -
se llegase á Gandía , con no estar mas de nueve leguas de m o , lo tuvo algunos meses, haciéndole curar, regalar y
Valencia: pero de ella y de lodo su estado vinieron m u - servir como si fuera su propio padre. Mas como él enten-
chos á ver á su antiguo señor. dió que se llegaba el tiempo de salir de la cárcel del cuer-
DIA 10. OCTUBRE. 203
po, é ¡r á gozar del sumo Bien, deseando morir en Roma, dirse y aniquilarse delante de lodas las criaturas. Este
se parlió de Ferrara; y pasando por la sania casa de era el principio de su oración: esta la materia de sus p l á -
Ntieslra Señora de Lorcto, Jlegó á aquella sania ciudad á ticas; y este el común ejercicio de su vida. De aquí le v i -
los 28 de setiembre del año de 1572 , metido en una lite- no el estar algunas veces muy encogido, y como avergon-
ra y sin salir j a m á s de ella. Cuando supo que estaba ya zado, pareciéndole que yendo por la calle, todos le mtrtt»-
dentro de los muros de Roma , dijo con grande alegría de han como á hombre salido del inQemo; y el juzgar olí a
espíritu el A'wnc dimiüis servum t u u m , Domine, ó hizo vez que su propio lugar era el estar á los pies de Judas: y
gracias á nuestro Señor porque habia perdido la salud y que el Salvador, cuando la noche de la cena se los lavó
acabado la vida en obediencia de su santa sede apostólica, con sus manos arrodillado delante de él, le habia quitado
y cumplimiento del cuarlo voto solemne que habia hecho aquel lugar, y dejádole singular en el mundo. De esle
en su profesión , y no menos por haberle librado lanías mismo aféelo nacia el tenerse por bestia, y decir que
veces de las dignidades á que el mundo habia procurado cuando siendo duque le habían salido á recibir Jas millas
levantarle , para derribarle del estado de pobreza en que de los cardenales en Roma (como se usa), habia sido un
su divina mano le habia puesto. Antes que el padre Fran- recibimiento muy convenicnle; pues habían salido las bes-
cisco llegase á Roma , habia f;illeeido la santidad del pa- tras á recibir otra bestia. Y siendo comisario general de
pa I'io V, y con su muerte se corló el hilo á muchos nego- la Compañía en España, y teniendo las llaves del colegio
cios graves é importantes que resultaban de aquella lega- de Porto, tomó un puerco muerto que bahía traído de l i -
cía y jornada, para gran servicio de Dios. SiHedióle en el mosna, y se le echó á cuestas, y la subió por una escale-
ponliílcado Gregorio X I I I , que estando en Tíboli, supo la ra bren alia; y maravillándose los padres d c c s l o , dijo:
llegada del padre Francisco á Roma, y que estaba al cabo ¿Que maravilla es que un puerco lleve á otro puerco?-
de su vida, y tuvo mucho scnlimienlo de ello, y dijo, que Desde que se dió al ejercicio de larga oración m c n ' a í ,
la Iglesia perdía en él un íiel ministro y fu me columna,, y empleaba cada dia las dos primeras horas de ella en este
le envió indulgencia plenaria para aquel paso y su bendi- conocimiento y menosprecio de sí mismo: y cuanto oía,
ción. Acudieron muchos cardenales y embajadores de leía y veía, ludo le servia para esíe abatimiento y confu-
príncipes á visitarle: y 61 les rogó que le dejasen; porque sión ; y daba gracias al Señor, porque habiendo sido tan-
ya no era tiempo sino de tratar con Dios. Vivió después tos sus pecados pasados, no le desamparaba y dejaba caer
que llegó á Roma solos dos d í a s , en los cuales recibió los en todos los pecados en que caian otros hombres. Ninguna
santos sacramentos, respondiendo él mismo con entra- cosa le daba tanta pena como cuando se veia honrar por
ñable devoción al de la E x t r e m a u n c i ó n , y á la invo- santo, ó por siervo de Dios. Y preguntado una vez, poi-
c:»c¡oti de los santos. Después se puso en oración muy q u é seaíligia tanto de eslo, pues él no lo deseaba ni pro-
^segada y atenta : y hablando de lo mas íntimo del cora- curaba ; r e s p o n d i ó , que temia la cuenta que habia de
zón con el Seflor, y echando afectuosos y amorosos sus- dar á Dios por ello , siendo él tan otro de lo que se pen-
piros del alma, la dió á su Criador el postrero de setiem- saba.
bre día de-san Gerónimo , del ano de 1 p o c o antes de
Tenia gran sentimiento, cuando le trataban con alguna
inedia noche, habiendo vivido setenta y d o s a ñ o s , ménos
ceremonia de la grandeza pasada, ó con mas respeto y
veinte y ocho dias. Su cuerpo fué enterrado con gran sen-
reverencia que á otros, como llamándole «señoría,» ele.
timiento de los de la Compañía y de los d i fuera , en la
De los lugares y ocasiones, donde hahia de ser honrado,
iglesia antigua de la Compañía , junto á los cuerpos del
rodeaba por los caminos aunque hubiese de tener incomo-
santo padre Ignacio de boyóla , y del padre maestro Diego
didad de posada, y padecer su salud , á irueque de no
bainez , que fueron los dos primeros prepósitos generales
recibirla tal honra. Encubría con maravillosa humildad lo
sus predecesores.
que habia sido en el siglo, y trataba con tan grande lia •
Esta es una breve recopilación de la vida del padre neza con todos, que no habia rastro ni memoria de lo pa-
francisco de Borja, que yo escribí mas largamente en sado. En dos solos casos se servia de los tílulos antiguos,
cuatro libros: en tres de los cuales traté del discurso de que no ménos descubrian su humildad. El uno, que el ha-
s« vida, y en el cuarto de sus particulares virtudes, que ber sido duque, le sirvió para que le recibiesen en la Com-
es a parte que ahora nos queda que proseguir, y la mas pañía ; porque si no lo fuera, ¿qué talentos, ó q u é pren-
necesaria y principal para nuestro ejemplo é imitación; das tenia yo (decia el humilde padre) para ser-admilido en
porque cierto todas las virtudes fueron raras, admirables ella? El otro, cuando llegaba de camino á algún pueblo, y
Y divinas en este santo varón. Y por comenzar de la h u - para decir misa no le querían dar recado, ó por ser tardé,
mildad, que es la madre, fundamento y conservadora de ó por no conocerle; entonces daba licencia á sus compa-
0 asi y la que parece que repugnaba mas á su estado y ñeros, que dijesen quién era, por no quedarse sin misa.
grandeza; ¿quién no se admira de tantos y tan maravi- Pues ¿qué diré de la congoja y angustia que tuvo lodas
llosos ejemplos de humildad en el padre Francisco? ¿Del las veces que trataron de hacerle cardenal? t'orque no
Pedir hraosna por las calles con unas alforjas al hombro? hay hombic tan ambicioso, que así codicie y procure la
¿ücl juntar los mños con una campanilla para que oyesen h u m a ó dignidad, como el padre la IUIH» y desochaba.
a doctnna cnslmna? ¿Del servir en la cocina y refectorio? ¿Qué del ansia que tuvo de ocuparse en leer una clase de
i•*> Tn a cLí a / ^¿Yr las
^ otras
J SUS h0,manos
cosas do nato^ ^ n u d o ™mo-Jél gramática, y de la invención que halláronlos padres, pa-
quedan referidas? 9te Jí,cz' ^ en su v,da ra persuadirle que desistiese de aquella pretensión, d ¡ -
ciéndole que no lo sabría hacer, y que dcsacredilurh los
Deseando de corazón esta viidut . i• ,
^ .i . ..v!r,arf' y satuendo que el ca- estudios de la Compañía? Porque era tan humilde que lo
mino para alcanzar la humildad
es la humillación, n i n - c r e y ó ; y por esto lo dejó. No quiero alargarme mas en
gana ^ s a Parece que ,ornó tan á pechos, c o n . ^ i c ^ a m :
referir oíros ejemplos de la singular humildad del p a d i í
20i LA LEYENDA DE ORO. DIA 10,
Francisco: véalos quien quiáiere en su vida : estos bastan dre Francisco cualquiera significación de la inclinación del
para que entendamos que fué muy profunda y estremada superior.
la que dió el Señor á este luimilde siervo suyo. Para tener un poco la rienda al espíritu fervoroso del
Hija de la verdadera l)un¡ildad es la virtud de la santa padre Francisco en sus penitencias le ordenó el santo pa-
pobreza, en la cual se esmeró muebo el padre Francisco; dre Ignacio que en lo que locaba á su salud obedeciese á
porque deseó afectuosamenle ser verdadero pobre de Cris- su compañero que era un hermano y se llamaba Melchor
to, y lo supo ser, y vivir y morir como pobre, favorecido Marcos. Fué cosa de admiración la obediencia que le tuvo
del Seflor. Desde el dia que se bizo religioso, no tuvo en y la humildad con que le preguntaba si baria esto ó
su poder moneda de ninguna suerte, ni conocia el valor aquello : y si le daban alguna cosa para su salud , luego
de las monedas: que era cosa que ponia admiración en preguntaba si el hermano Marcos lo mandaba. La misma
una persona que babia sido tan rica, y gastado tanla ha- obediencia guardaba con el cocinero cuando le iba á ser-
cienda. En todas sus cosas daba muestra de verdadero po- vir en la cocina. Un dia que estaba ayudando en ella en
bre y perfecto amador de esta virtud : en su vestido, en Yailadolid, le mandó llamar la princesa doña Juana; y el
su comida, en su cama y aposento, y aun en las cosas mas padre no quiso ir sin licencia del cocinero, el cual le dijo
menudas, como en el papel que gastaba para sus sermo- que fuése , pero que se volviese luego ; porque les haría
nes, en el fuego que se le bacia en alguna necesidad y en falta si se detuviese , y que dijese á su alteza como estaba
cosas semejantes; y para hacerle tomar unos zapatos, ó ocupado en la cocina , y que luego le dejaría volver. De
unas calzas nuevas, era necesario usar de grandes per- la misma manera que el simple hermano se lo mandó , lo
suasiones y artilicios. Cuando iba á pedir limosna, de me- cumplió el padre, contando á su alteza puntualmente lo
jor gana comia los mendrugos y pedazos de pan que él ú que le había mandado el cocinero, quedando la princesa
otro traían, que el entero que se ponia á la mesa. En sus admirada y edificada de ver la obediencia con que el re-
caminos, por largos y trabajosos que fuesen, nunca, por ligioso padre, y sanio y dlscrelo cortesano , había ejecu-
mucha falla que tuviese de salud, consentía que para su tado lo que aquel simple hermano con tanta llaneza le
persona so llevase ni una sábana l i m p i a , temiendo que habia ordenado.
esto fuese en perjuicio de la santa pobreza; y muchas Solía decir que esperaba en nuestro S e ñ o r , que tres
veces dormía, cuando iba de camino, en los parajes, ó á cosas principalmenle conservarian .y acrecentarían la
teja vana en tiempo de (rio, y entrando el viento por m u - Compañía: la primera la oración y el uso de los santos sa-
chas partes. Su liellro y capa aguadera, as( en el invierno cramentos : la segunda las contradicciones y persecucio-
como en el verano, era su manteo doblado al revés (por nes : la tercera la perfecta obediencia: y daba la razón;
no gastarle tanto); y con esto no pocas veces llegaba á las porque la primera nos junta y ata con Dios : la segunda
posadas traspasado del agua y frió; y entonces ora su nos despega de la vanidad y amor del siglo ; y la tercera
alegría, cuando llegando de esta manera no hallaba buen nos hermana y traba entre nosotros mismos, y nos une
recado en la posada. La ermita de la Magdalena, que l a - con nuestras cabezas. Después que en Oñale renunció su
b r ó en Oflate, la casa de probación de Simancas, y otras estado, y se comenzó á dar á la vida religiosa con mas
obras que hizo, todas eran al talle de su espíritu, el cual perfección, le deparó nuestro Señor un superior muy r i -
resplandecía, y era tanto mas admirable en el padre, guroso en si, que le daba larga rienda en sus penitencias,
cuanto mas era lo que había dejado en el mundo; porque y le incitaba á mayores cosas que sus fuerzas podían l l e -
se echaba bien de ver, que lo que en otro pudiera ser m i - var. Hacíale trabajar con la angarilla muchas horas, y
seria, ó falla de ánimo y eslrechura de corazón, en él era traer piedra y c a l , y los otros materiales para la obra;
menosprecio del mundo, é imitación de Cristo, y un vivo y y el buen padre con una mansedumbre y sania simplici-
entrañable deseo de vestirse de su desnudez, y vivir y dad le obedecía como si fuera un ángel enviado del cielo
morir como él vivió y murió. Hubo algunos que admirados para gobernarle.
y movidos principalmenle de esta humildad y pobreza del Pero ¿quién podrá explicar el don de la oración y trato
padre, se determinaron á seguirle, y entrar en la Compa- familiar que este bienavcnlurado padre tuvo con Dios , y
fiía, como lo hicieron. el cuidado de examinar muchas veces cada dia su con-
También es bija de la humildad la obediencia, en la ciencia , y confesarse dos sacramentalmenle, para dispo-
cual fué muy perfecto el padre Francisco, obedeciendo en- ner su alma á recibir el rayo de la divina luz? Con el uso
teramente al Señor, y los ministros que en su nombre le continuo de la oración vino á hacer un hábito de ballur
gobernaban. Solía l l a m a r á la obediencia barca segura, en á Dios en lodas las cosas , de manera que parecía que
la cual aunque duerma y repose, no deja el religioso de lodos los lugares le servian de oratorio , y los negocios,
navegar prósperamente, y hacer camino de noche y de de recogimienlo y máleria para la misma oración. En los
día. Cobraba tan gran respeto á sus superiores, que no caminos , los montes , los ríos y los campos le servían de
solamente le duraba el tiempo que ellos lo oran, sino t a m - despertadores y mensajeros de Dios, para conocerle,
bién d e s p u é s que lo dejaban de ser, solamente porque lo amarle y alabarle mas en lodas sus criaturas: y aunque
habían sido. Cuando estaba en Espafia, y recibía cartas le era trabajoso el caminar , todavía gustaba del Iraluijo;
del santo padre Ignacio, general, ánles que las abriese, porque no habia quien le embarazase para su oración.
se hincaba de rodillas y bacia un poco de oración, supli- Cuando estaba en alguna conversación de seglares que
cando á nuestro Señor que le diese gracia para oír y c u m - no podía excusar, estaba tan denlro de s í , y lenía á Dios
plir la obediencia de su superior, que en aquellas cartas le tan présenle como si estuviera en alguna alia y profunda
enviaba, y como si del cielo le viniera aquella obediencia, contemplación ; porque el cuerpo eslaba con ellos, y su
así se gozaba con ella y la c u m p l í a : y lo que para los corazón y espirilu con Dios. Acontecióle estando con per-
otros religiosos es una expresa obediencia, CÍO para el pa - sonas graves y de respecto, elevarse y olvidarse de si, y
DIA 10. OCTUBRE. 205
de lo que estaba tratando, sin poder hacer otra cosa, ni gunos padres de la Compañía, cuando se hallaban tibios
estar masen su mano, especialmente si algunos segla- y sin devoción, se iban á é l ; y sin hablarle, de solo verle,
res querian meter pláticas impertinentes; porque entonces volvían compungidos y cotí el espíritu encendido y blando
no estaba atento á lo que platicaban: y avisándole algunos para con Dios.
padres que caia en falla , y que algunas veces no venia Esla oración del padre Francisco tenia por hermana y
bien lo que decía con lo que se trataba ; respondía que compañera á la morlilicacion, en tanto grado que pono
mas quería que le tuviesen por necio que perder tiempo. admiración ; porque tenia á su cuerpo por capital enemi-
Aunque tenia casi continua oración y andaba en la actual go , y nunca quiso hacer paces ni treguas con é l ; y bus-
presencia de Dios en todos tiempos y lugares; pero su re- caba y hallaba siempre en q u é maltratarle, y llamaba
galo era la oración larga é intensa y sosegada , que bacía amigos suyos á las cosas que le ayudaban á afligirle. Si
cuando despertaba después de la medía noche, que con el sol le fatigaba, caminando en el estío: sí el hielo, aire
durar cinco ó seis horas, no le parecía á él haber durado y la lluvia en el rigor del invierno , d e c í a ; ¡ O cómo nos
un cuarto de hora ; y salía de ella tan encendido el rostro ayuda bien el amigo! Y lo mismo decía del dolor de la
como una brasa , y cebábase tanto algunas veces en ella, gola y de corazón ; y de los que le perseguían y m u r -
que el hermano Marcos (temiendo que no le hiciese daño muraban. Las purgas, por amargas que fuesen, las bebía
á su salud) daba golpes y le decía que acabase, y el pa- á tragos como sí fuese una escudilla de sustancia: las p i l -
dre respondía : Un poco m a s , hermano Marcos, un poco doras amargas las mascaba y deshacía en la boca muy
mas ; porque estaba tan asido y abrazado con Dios; que despacio; y de esta manera mollificaba sus sentidos y
parecía que no podía soltarle y desasirse de él. crucificaba su carne. Decía , que viviera desconso-
lado si supiera que la muerle le habia de lomar en día
Entre día se escabullía todas las voces que p o d í a , de los
en que él no hubiera hecho alguna mortíOcacion y peni-
negocios, é iba á hacer oración delante del santísimo Sa-
tencia; y así él andaba en perpetua v e l a , haciendo la
cramento , y cuando salía fuera de casa se entraba en las
guerra á su carne. Siendo virey en C a t a l u ñ a , y después
iglesias que le venían á mano para adorarle. Esta devoción
general de la Compañía en Roma, lenia con su .lavecer-
del santo cuerpo del Señor fué admirable en el padre
rados los cilicios y disciplinas que usaba , y los paños con
Erancisco , y no hay hombre tan goloso y amigo de man-
que limpiaba la sangre que se sacaba; y los cilicios eran
jares delicados como él lo era de este manjar celestial, al
tan ásperos que causaban horror y admiración. De tener
cual ningún día dejó de recibir sano ni enfermo, hasta
lanías horas al día la boca cosida con la tierra en su l a r g í
que de esta vida le sacó nuestro Señor. Estando enfermo
oración, vino á perder las muelas y después á cancerarse
en Evora, y con un sueño tan profundo, que para desper-
la boca ; de manera que si no se remediara con tiempo,
terie era menester darle tormento; á la horade comulgar
en breve se acabara su peregrinación. También tuvo las
no había dormir, ni descuidarse un punto. Tenía en la
espaldas desolladas de los azotes, y tan molidas y maltra-
casa de Roma un aposcnlillo muy estrecho sobre el altar
tadas , que se le p u d r í a n ; y él mismo vino á tener e s c r ú -
mayor, y lo mismo procuraba siempre en las otras casas
pulo de ello, y d e c í a , que confiaba en el Señor que
y colegios donde había de residir. Este rincón era su refu-
le perdonaría los rigores que había usado; porque los
gio y guarida: á esle nido volaba , siempre que se podia
había hecho con buen zelo y deseo de agradarle.
escapar del bullicio de la gente y trabajo de los nego-
cios. A la penitencia llamaba camino real del pecador para el
Pues, ¿ q u é diré de la devoción que tuvo á las reliquias cielo; y como era tan humilde , y se sentía por lan gran
é imágenes de los sanios , y el cuidado que puso en hacer pecador, se entregaba á ella de manera, que en un tiempo
estampar en Roma gran número de ellas, y repartirlas d i j o , que le seria la comida desabrida el día que no l o -
por todas las provincias h a s l ü las de las Indias orientales mase una buena disciplina , y solíala tomar tan rigurosa,
Y occidentales, y aun enviar los mismos moldes é inslru- que algunas veces aconteció á su compafiero contar ocho-
""enlos, para que allá se pudiesen astampar ? ¿ Qué del cientos y mas azotes, y no bastaba dar muchos golpes á la
retrato verdadero que con suma devoción y estudio hizo puerla, para que dejase la disciplina de las manos.
s:icar 'iniy propio de la imágen de la sacratísima Virgen Cuando no podia escusar en sus caminos el ser huésped
María nuestra Señora , que pintó san Lucas, y está en en casa de algún s e ñ o r , procuraba en la mesa (sí podia ¡
0ma cn Santa María la Mayor , para avivar mas la de- comer lo que comiera en su refectorio; y cuando le daban
v o c i ó n de la gente para con esta Señora ? ¿Qué de la e o s - cama blanda y ricamente aderezada, despedidos todos los
lumbre que plantó en la Compañía de echar cada mes los criados de casa, se cerraba en su aposento , y sacaba un
santos, y hacerles en su día algún servicio particular co- colchón de la cama, y le echaba en el suelo, y en él dor-
mo se usa en la Compañía? Llegó á muy alto grado de mía , y á la m a ñ a n a le tornaba á poner en su l u g a r , de
contemplación unitiva y afectiva, y en ella se regalaba y manera que no se echase de ver.
se abrasaba su espíritu , y se encendía cada día mas en el No era solamente la mortificación del padre Francisco de
WBpp de su amado. Aquí era su descanso: aquí sus abra- asperezas y penilcncias; pero mucho mas de sus pasiones
zos : aquí sus gozos; amando con gozo al Señor y go- y afectos, y de todo lo que tocaba á carne y sangre ; por-
zándose de amarle. que desde que salió de su casa , así se olvidó de sus hijos,
Muchas veces procuró el demonio inquietarle y espan- hermanos y deudos, como si no los tuviera, y hubiera na-
tar e en su oración, apareciéndosele unas veces como cido y criádose toda su vida en religión, y estaba tan des-
pegado de su carne y sangre, que causaba á l o s e s t r a ñ o s
yv con n ^otros v.sajeShaCña COC0S' olras c o ™
y Dgui.as ^ gigan'c « r *
g r o¿,
maravilla, y á sus deudos senlímicnto. Pero así los que se
nunca pudo apartarle de su oración. l ' n a l U m e , ¿ra el quejaban, como los que se maravillaban, tenían materia de
padre i i a n c . c o tan devoto y tan unido con Dios, que a l - edificarse y alabar al Señor, que en uua lan feliz memoria
206 LA LEYÉNDA DE ORO niA 10.
como era la del padre Francisco, hubiese puesto tanto o l - lual amor: y cuando para bien de sus almas le habían
vido de las cosas á que el afecto natural lanío nos inclina. menester, hallaban en él entrañas de verdadero padre, y
En una carta , hablando de esto desapego que tenia á los alivio, remedio y consuelo. Todos sus subditos sabían que
suyos, dice estas palabras : «No dejo de amarlos y de r o - era tanta su caridad, que podían seguramente dcscnbrírlc
gar por ellos, como debo , y quizá es mas acepta la ora- sus pechos, y descargar en él sus trabajos, allicciones y
c i ó n , cuanto ménos tiene de carne : muera, muera; que cuidados, sin enfadarse ni cansarse; porque su trato con
de su muerte sale la vida.» ellos era muy suave, y mas de padre amoroso, que de su-
Murió casi repentinamente doña Isabel de Aragón, con- perier austero, así en el modo que tenia de mandar, como
desa de Lerma, hija muy querida del padre Francisco: el en el cuidado que tomaba en alentar y mejorar en la v i r -
cual, estando en Yalladolid, yendo por la calle á palacio, tud á los que veía desalentados y caídos, porque decía
tuvo nueva de su muerte : luego cerró los ojos del cuerpo que la religión, si se guarda exactamente , es una conti-
y estuvo, como un cordero, en oración, y siguió su cami- nua cruz, y un perpetuo ejercicio de morlilicacion ; y qne
no. En palacio trató con mucha serenidad los negocios, que los superiores deben mas procurar aliviar esta carga á sus
llevaba, con la princesa, y al cabo la dijo que encomen- súbdilos, que hacérseles mas pesada, biiscando nuevos y
dase su alteza el alma de su sierva doña Isabel, que se ha- particulares modos para mortilisarlos; aunque también de-
bía ido á la otra vida casi de repente. Turbóse la princesa, ben probarlos y hacerles mas robustos, conforme á la ne-
y díjole : Y c ó m o , ¿ e s nueva esa para dármela tan de cesidad y fuerza de cada uno: lo cual debe pesar el s u -
paso , y no hay mas sentimiento en el padre de la muerte perior con el peso de la prudente cal idad. Cuando algún
de tal hija? Respondióle el padre: Como la teníamos pres- súbdito suyo caia en alguna falta lijera ó descuido, su
tada, sefiora , y vino por ella su dueño ; ¿ q u é podemos mas áspera reprensión era decirle: Dios os haga sanio,
hacer sino volverla alegramente ? Yolvió al colegio, y dijo hermano i ¿ c ó m o hicisteis, ó como dijisteis esto? Pero si
misa por ella ; y este fué y no mayor su sentimiento. Y la falta era grave y pedia mas satisfacción, no la dejaba
como el condestable de Castilla le viniese á visitar y á darle sin castigo ¡ mas para que se llevase mejor, él mismo lla-
el pósame de la muerte de su hija , y se espantase de maba al que habia faltado, para que conociese su culpa,
aquella paz y serenidad, y le preguntase como era posi- y para compungirle mas, él mismo se ofrecía á hacer pe-
ble que no sintiese la falla de su hija; le respondió el pa- nitencia por é l ; y después de esta satisfacción y enmien-
dre : S e ñ o r , el dia que Dios me llamó á su servicio y me da , no se acordaba ni trataba mas de culpas pasadas.
pidió el corazón, se lo deseó entregar tan enteramente, que Puesto caso que para todos sus subditos era blando ; pero
ninguna criatura le pudiese turbar, ni viva, ni muerta. con los enfermos usaba de particular caridad, visitándolos
Trayendo el duque don Caries, su hijo , pleito con don y regalándolos y haciéndoles proveer de todo lo que habían
Sancho de Córdoba , almirante de Aragón , sobre ciertos menester, conforme al parecer del m é d i c o ; porque ver-
lugares que el duque poseia ; nunca el padre Francisco daderamente él imitaba al glorioso apóstol san Pablo,
quiso hablar al emperador don Carlos en favor de su hijo; enfermando con el enfermo, y afligiéndose con el afli-
antes, hablándole el mismo emperador sobre este negocio,, gido.
le suplicó el padre, que no solamente mandase guardar al Mas aunque el padre Francisco tenia para con todos sus
almirante su justicia, mas que le hiciese toda la gracia y prójimos esta caridad ; pero mas la mostraba y ejercilaba
merced que cupiese en la misma justicia. Lo mismo le con los que decían mal de él y le perseguían. A los tales
aconteció con el papa Pió IV en Roma : porque pidiéndose llamaba bienhechures, por el bien que hacen los enemigos
dispensación á su santidad, para que don Alvaro de Ror- á los que persignen , aunque no lo pretendan hacer. Nun-
j a , hijo del padre Francisco, se pudiese casar con su so- ca se le oyó palabra contra ellos , ni para descargo suyo,
brina , marquesa de Alcañizes; el padre Francisco nunca ni consentía que en su presencia se dijese ni se hablase
quiso hablar palabra por é l , ni dar á entender á su santi- cosa que pudiese desdorar á los que le calumniaban: y si
dad que don Alvaro era cosa suya , hasta que el mismo no podia defender la obra , excusaba la intención ; y m u -
papa lo supo, y le mandó llamar, y casi lo reprendió, por cho mas mostraba esta caridad con las obras, que con las
no haberle dado parte de cosa que tanto le tocaba. V aun- palabras, cuando alguno de sus adversarios tenia necesidad
que el papa le preguntó lo que le parecía que habia do ha- de su favor. Pero esta dulzura y caridad de este biena-
cer en aquel caso; el padre estuvo tan en sí, que aconsejó venturado padre para con sus prójimos, manaba [como de
á su santidad que pues dos lios pretendían casarse con la su fuente) de aquel amor lan divino y perfecto que él te-
marquesa, su sobrina, el wno primo hermano del padre y nia al S e ñ o r , en el cual, y por el c u a l , y para el cual
el otro hermano de la madre (que era don Alvaro), y a m - los amaba: y cuanto era mayor el fuego del amor que ar-
bos pedian la dispensación; que su santidad se Ta conce- día en el pecho del padre para con Dios ; tanto eran mas
diese á ella, para que escogiese y tomase por m a r i d o á vivas y mas encendidas las llamas que salían de él para
que quisiese de los dos : porque con esto cumpliría su con sus hermanos. Pues ¿ q u i é n podrá explicar la caridad
santidad con ambas partes, y la marquesa se casaría l i - que tuvo para con Dios? El que se la dió, solólo sabe: por
bremente con el que de los dos le diese mas gusto. De lo lo que hizo y padeció por él , podemos rastrear algo do
cual quedó el papa admirado, aunque no siguió su parecer; ella, y no ménos por el deseo afectuoso y abrasado que t e -
porque no quiso conceder la dispensación sino al hijo del nia de morir por su amado, como se ve en ima carta que
padre Francisco, para que se casase con su sobrina. el año de 1 íi:j9 escribió de Yalladolid al padre Diego L a i -
Aunque el padre Francisco consigo era riguroso y se- nez, general d é l a Compañía, en la cual le dice, que Dios
vero , y con los que le tocaban en sangre no mostraba ca- nuestro Señor le hacia gracia de darle muy particular y
riño , porque los miraba como parle de sí mismo ; pero á entrañable deseo de morir derramando la sangre por la
ellos y á todos los demás amaba con un tierno y espiri- verdad católica , y en servicio de la svniix Iglesia : y aflaH

É
DIA 10. OCTUBRE. 207
de: «Pido por caridad á vuestra paternidad, que le ofrez- tres Ave Marías, y escribiré al duque que os las d é ; que
ca este deseo por m i , y le suplique que le d é eficacia y bien las merecéis.
efecto si de ello es servido , ó que á lo menos haga que á La segunda vez, que por mandado del emperador fué á
mí me sea otra muerte y otro martirio verme m o r i r , sin Portugal, cayó enfermo en Evora tan gravemente, quecos
morir derramando la sangro por él.» Pues ¿ q u é diré de médicos que le curaban le tenian y lloraban por muerto;
las otras admirables virtudes de este glorioso padre? ¿Qué y él, viendo sus lágrimas, dijo, que aun no estaba madu-
de aquella soberana prudencia con que conoció la vileza y ra y sazonada la fruta , para presentarse delante de los
bajeza de todas las cosas de la tierra , y las menospreció; ojos del Rey soberano, y que de allí á cuatro dias partiría
y eslima y aprecio que tuvo de las del cielo, que por ha- para Lisboa, con el favor del Señor ; y así fué : aunque
berlas dejado le habian de dar? ¿ Qué de la sencillez y los médicos decían que naturalmente era imposible.
santa simplicidad de paloma, acompañada con esta p r u - Estando en Lisboa convaleciente en el palacio de Xabre-
dencia de serpiente? Queria antes ser engañado, que pen- gas, que es del rey, á la ribera del rio Tajo, y de aires
sar que le e n g a ñ a b a n : y con haberse criado en la córle, sanos y frescos, una tarde á deshora comenzó el padre
donde hay tantos arliücios y e n g a ñ o s , y sido señor y v i - Francisco á dar gran priesa á sus compañeros que le sa-
rey , y conocido per experiencia cuan poco hay que fiar casen luego de aquella casa , y que ninguno de ellos ni
en el mundo; ninguna cosa bastaba para hacerle perder de los criados de la reina, que estaban con él y le servian,
su santa simplicidad, ni sospechar mal de nadie. Pues aquella noche quedase a l l í ; y así se hizo por la instancia
¿ q u é diré de su maravillosa mansedumbre , y que nun- y firmeza con que el padre insistió en ello. Aquella misma
ca se le oyó palabra descompuesta ? ¿ Qué del zelo de la noche súbitamente se levantó una tan brava y terrible tor-
justicia , siendo seglar? ¿ Q u é de la severidad en la r e l i - menla , que las naos poderosas de la India , que estaban
gión , cuando veia que la suavidad no aprovechaba? amarradas con fuertes cables y maromas , se desamarra-
¿ Q u é de la vigilancia para que no se entrase en la Compa- ban y so encontraban y hacían pedazos entre s í : y si el
flía el regalo y la relajación, ni cosa que la pudiese des- padre se estuviera con sus compañeros en aquella casa
dorar ó menoscabar su vigor? ¿ Qué de la benignidad con del rey , sin duda hubieran padecido mucho aquella
que mezclaba esta severidad, de manera que el rigor fue- noche.
se suave, y la suavidad rigurosa cuando era menester ? Otra vez, yendo camino de Andaluaía, se topó con Sue-
¿ Q u é de su honestidad, que estando enfermo en casa de ro de Vega, hijo de Juan de Vega, que á la sazón era pre-
su misma hija la condesa de Lerma , no consintió que ella sidente del consejo real de Castilla. Llegaron ambos una
le bañase con un poco de leche los p i é s , que tenia hincha tarde en la posada : retiróse luego el padre á un aposento
dos y atormentados con recios dolores de gota ? ¿ Qué á hacer oración comosolia; y Suero de Vega se quedó con
de las otras virtudes, que todas fueron heroicas y d i - sus criados al fuego deuna chimenea en otro aposento mas
vinas en el padre Francisco , y dignas de tan gran varón afuera. Estando allí en su pláticas bien descuidados , salió
de Dios? el padre á deshora dando voces y diciendo : O se-
Como á tal lo trataba y regalaba el mismo Señor y le ñores, ¿ aquí están ? Sálganse luego. Los que esto oyeron,
hr.cia mil favores, no solamente adornando su alma con aunque no veían por qué, se saberon luego tras el padre:
las virtudes que hemos dicho , sino también esclarecién- apenas habian salido , cuando se cayó una pared de la
dole con los resplandores de su divina luz, y magnificán- casa con espantoso estallido.
dole con algunos milagros y cosas sobrenaturales; porque Cuando se partió de España con el cardenal Alejandrino
estando una vez en Medina del Campo en su aposento de para Francia , y de allí á Roma , le acompañó el padre
rodillas en oración, le vió el padre Gerónimo Ruiz de Por Juan Suarez hasta Miranda de Ebro; y á la despedida el
tillo (que fué el primer provincial de la Compañía en el padre l e s i g n i l k ó que él apenas llegaría vivo á Roma , y
P e i ú ) rodeado de una clarísima luz, y con el rostro muy que Suarez seria otra vez provincial de la provincia de
resplandeciente. Lo mismo vió en Bcrlanga otro padre que Castilla : y lo uno y lo otro sucedió como el padre lo
se llamaba el doctor Ayala: el cual, entrando á prima no dijo.
che donde el padre estaba orando, le vió cercado de una Estando el padre vecino á la muerte , dijo al hermano
uz excesiva , y [a pieza con mayor claridad que si en ella Marcos, su compañero, que pasado él de esta vida, ¡ría á
^ubicra muchas hachas ardiendo , y juntamente vió que las Indias , y en ellas trabajaría en servicio de Dios : cosa
crf11 rof^o sallan unos como rayos de gran resplandor, que decía Marcos que j a m á s le había pasado por el pensa-
mbicn P^ece que el Señor le revelaba las cosas se- mientu procurarla ni desearla^ pero como el padre se lo
cretas y ocultas; porque estando el año de 15S2 en O ñ a - dijo, así se cumplió.
P lleSó m •aeayo de don Carlos, su hijo, el duque de Estando Francisco de Briones , que fué algunos años
Jjamlía, que se llamaba Sansón, m a d o a n t i g u ó l e aque- companero del padre Francisco, tan apretado de una do-
la casa, con la nueva del nacimiento de don Francisco de lencia, que los médicos desconfiaban de su salud ; entró á
«orja, su hijo primogénito y sucesor; y ántes que el la verle el padre Francisco , y le animó y consoló , y le dijo
cayo hablase y le diese las cartas qne traia, le dijo el pa- que no tuviese pena, que no moriría de aquella enferme-
OUÍ.U T ' L 11 v e n i d 0 ' S a " S ü n : ¿cómo queda Francis- dad, sino que muy presto se levantaría ; y así se cumplió
b a fado esta y otras dos veces^jue se halló en otros semejantes pe-
tna aauo t mucha
f h ? prisa
^ ' ^ ñor
manera
iraerel ^ „- y o Porque
, , se ha-
ligros.
ganar las albricias; y c h > Z J j ? ^ 1
ría que hay F ^ Z n ^ ^ ^ J ^ ^ El padre Hernando de Solícr estaba enfermo en la ca-
ma de unas tercianas, y al tiempo que aguardaba el acci-
n a d ó l a s albricias; i u e y o gran S d i l f í me ha
dente, entró á verle el padre Francisco, y preguntóle. c ó -
. o perderlas? No A r L ^ e ^ X ^ S mo estaba. Respondióle el doliente : Como nuestro Señor
208 L A LEYENDA DE ORO DIA 10.
es servido, aguardande la lorciana. ¿Pues para que la rió un hijo muerto, y ella quedó viva y s;ina : teniendo
a g u a r d á i s ? dijo el padre. Replicó el enfermo : Mande lodos esto por milagro, que nuestro Señor habia obrado
vuesa reverencia a la terciana que no venga, y no la por medio del padre Francisco, para dar la vida á la d u -
a g u a r d a r é / S e a asi (dijo el padre) en nombre de nuestro quesa, y librarla de aquel tan evidente riesgo.
Señor : terciana , no vengas mas á Solier. Él lo dijo , y *S\N PINITO , OBISPO Y CONFESOR. — Este santo floreció á fi-
Dios lo hizo, y el enfermo se levantó : y fué cosa tan sa- nes del siglo segundo, y durante el imperio de Marco A n -
bida esta, que después de muerto erpadrc Francisco , en tonio Vero, y Lucio Aureliano Cómmodo. Era natural de la
la Nueva España en el colegio de Guajaca,el a ñ o d e 1396» isla de Creta ó de Candía, y fué consagrado obispo de G ¡ -
estando uu hermano enfermo muy fatigado de unas cuar- nocea. Era hombre muy sabio, como lo prueban los escri-
tanas, y aguardando la calentura , que ya habia enviado tos que dejó en favor de la religión cristiana, los cuales
adelante sus aposentadores , que eran el f r i ó , desabri- son como una viva representación de sí mismo, y de su
miento y tristeza , un padre de la Compañía le dijo , que vida. En la carta que escribió á san Dionisio, obispo de
mandase á la calentura que no viniese ; y el hermano en- Corinto, y que se conserva, revela sus conocimientos en
fermo le respondió , que á él como sacerdote , locaba el la literatura eclesiástica, su elocuencia y su santidad.
maullarlo. Entonces dijo el padre : Eso seria, si yo tuvie-
SAN PAUUMO, OBISPO YCOXFESOB.—'Este santo es recono-
se la virtud y potestad que tuvo nuestro padre Francisco
do por el apóstol de los siete reinos de los anglo-sajone?.
de Borja. Aquí el enfermo : Pues mande vuesa reverencia
El año 601 f u é á Inglaterra, enviado por el papa san Gre-
en nombre del padre Francisco á la cuartana que no ven-
gorio el Grande, para ser cooperador do san Agustín, y
ga, y no vendrá. Mandólo el padre; y la cuartana no vino
llevó allí de parte del mismo pontífice vasos sagrados, l i -
mas.
bros y reliquias de los mártires. A poco de haber llegado
No fué menor milagro dar la calentura á un sano , que allí fué Paulino destinado á trabajar en el reino de Kent, y
quitarla á un enfermo. Estaba un gran señor de España y fué consagrado obispo el año 62S. Al principio sus t r a -
muy desabrido y encontrado con su hijo , heredero y se- bajos y todos sus afanos fueron e s t é r i l e s : Dios quería p r o -
ñor de su casa. Suplicóle el padre Francisco que se o l v i - bar la constancia de su siervo; pero despue-, convirtió al
dase de aquel enojo , y recibiese en su gracia á su hijo. rey de Kent, y sus apostólicas tareas dieron copioso r e -
Enfadóse mucho el s e ñ o r , y respondióle con palabras de- sultado, pues una gran parto de aquellos habitantes abra-
sabridas y fuése á casa. El padre calló y determinó hablar zaron la religión cristiana. De todas partes acudían los
con Dios, ya que el señor no le oia ; y súbitamente asaltó paganos á pedir que se les instruyese y bautizase: empe-
una liebre tan recia á aquel señor que le congojó y apretó zóse á levantar templos é iglesias al Dios verdadero, y se
con el temor de la muerte. Pensó luego en su alma , que fundó la Iglesia para i r á predicar el Evangelio en otras
Dios le castigaba, por no haber querido oir los ruegos de provincias: su» conversiones fueron innumerables, y
su siervo, y envióle á llamar con gran priesa : pidiólo murió santamente, é ilustre en milagros, en la ciudad de
perdón, y púsose en sus manos. El padre dijo misa por Rochesler, el dia 10 de octubre del año 6 i í .
su salud , y Dios so la dió muy cumplida ; y con esto SAN GEHEON, T OTROS TRESCIEXTOS DIEZ Y OCHO COMPA-
aquel señor quedó muy agradecido al padre , y se pacifi- ÑEROS MÁRTIRES, Y SAN VlCTOR Y SUS COMPAÑEROS, TAMBIEN
có con su hijo. MÁRTIRES.—Esto» dos sanios eran oficiales distinguidos de
El heredero Marcosque (comodijimos) fué compañero del la legión tebea, y todos sus compañeros, individuos asi-
padre Francisco, dió una escolia suya á don Francisco de mismo do dicha legión. Parece que no murieron el mismo
Borja m a r q u é s de Lombay su nieto : cayó mala una hija dia que su gefe san Mauricio; sino que después de aquel
de Baúl isla Cávele, hombre honrado y buen cristiano, de martirio, se acrecentó mas en ellos el amor á la religión
Gandía, cuya madre ora hija de Gabriel de Llanos, m a - cristiana, y muy pronto fuéron á reunirse á sus demás
yordomo del duque de Gandía don Carlos: y estando compañeros, muriendo degollados en Alemania por los
muy al cabo la enferma , poniéndole la escofia del sanio años d é 304, reinando Ma\imiano, y gobernando la Iglesia
padre, sanó luego; y así lo testifica aquel m a r q u é s don san Marceliano.
Francisco, y la misma marquesa de Lombay doña Juana Los SANTOS CASIO Y FLORENCIO CON OTROS COMPAÑEROS
de Velasco, que envió la dicha escofia á la madre de la MÁRTIRFS.—Eran d é l a misma legión que los anteriores, y
niña , para que se la pusiese. murieron casi al mismo tiempo que ellos, también en
Estas, cosas son maravillosas poro antiguas; diga- Alemania, y por iguales motivos.
mos una de nueslros dias, y fresca, que tiene p^r tes- SAN EULAMPIO Y SANTA EULAMPIA, MÁRTIRES.—Estos dos
tigos á los mayores señores y señoras de esta córte del santos eran hermanos , naturales de Nicomedia y educa-
rey don Felipe I I I . dos en la religión cristiana desde su infancia. Eulampio
La duquesa de Cea estuvo un dia do este año pasado era j ó v e n , de ilustre linaje, de hermosa presencia y de
de 1607, con gravísimos dolores de parto, con la criatu- vasta instrucción, con cuyas dotes so captaba la atención
ra atravesada, y con tan pocas fuerzas, que no la podia y el respeto de cuantos le conocían. Indignado por la con-
echar. Todos los médicos que eran los del rey, y la co- ducta sacrilega de sus paisanos , salió de la ciudad y se
madre, y las señoras que estaban presentes, y el mismo retiró á un desierto para consagrarse á Dios , libre de los
duque de Lerma, que tenia y animaba á su nuera en aquel escollos del mundo. Pasado algún tiempo en aquel santo
conílicto, la tuvieron por muerta. Trajéronle un hueso del retiro, unos paganos encontraron en él á Eulampio y lo
lik-navonturado padre Francisco de Borja, bisabuelo del condujeron á la ciudad, donde se le mandó que adorase
la estatua de J ú p i t e r ; pero él se negó abiertamente, d i -
duque do Cea, su marido, y pusiéronle sobre el vientre,
ciendo que prefería la muerlo á semejante profanación.
con mucha devoción de la paciente, y de todos los circuns-
En seguida empezaron los genlilcs á atormentar al g l o -
lantes; y fué cosa maravillosa, que luego la duquesa pa-
DIA 11. OCTUBRE. 209
lioso confesor, lo cual sabiéndolo sn licrmana la virgen tratado, con la cabeza raida y llorosos los ojos, que tiraba
Knlampia, corrió al lugar del suplicio, y atravesando pot- el carro : supo de él lo que pasaba, y el tratamiento que
en medio del tropel, fué á abrazar á su hermano, y quiso la mujer habia hecho en su ausencia á los de su casa. E n -
hacerse compañera suya en la pelea. Ambos fueron meti- lei nociósc el santo varón, y mucho mas cuando llegó á
dos en una caldera de aceite hirviendo; mas como de ella ella y oyó los gemidos y alaridos con que fué recibido de
saliesen sin recibir daño alguno, fueron degollados para sus criados. Angustióse de manera, que volviéndose á su
alcanzar la palma desumarlirio, juntamente con otros dos- nmjer la d i j o : Dios* te aflija, pues tú has afligido álos otros
cientos, que al ver aquel milagro, se habían convertido á sin tener cuenta con lo que los señores deben hacer con
la fé. sus criados, y que el esclavo y el libre y todos somos una
SAN GF.RBONIO, OBISPO vcoxFEsoa.—San Gregorio, papa, misma cosa en Cristo. Mandó luego traer delante de sí lodo
en su libro n de los diálogos, dice, que fué Cerbonio v a - el ganado, y restituir á cada uno lo que era suyo y su
ron venerable, obispo insigne de Porto Baralfo, en Italia, mujer le habia quitado; y juntamente aparejar una solem-
ilustre en la práctica de todas las virtudes, y principal- ne comida y llamar á todos sus criados para que comiesen
mente en el ejercicio de la hospitalidad. Un dia dió hospe- y se recreasen; y así lo hicieron; y con esto quedaron
daje á una porción de soldados, perseguidos por el rey contentos y se volvieron á sus casas consolados. Vínole
Tolila, y les salvó la vida; pero el tirano supo después la gana al santo varón de ir á Roma para adorar los cuerpos
acción del santo prelado, y le bizo prender para matarlo, de los sagrados príncipes de los apóstoles san Pedro y san
lo cual se hubiera ejecutado, si el pueblo y parte del ejér- Pablo, y reverenciar los otros santuarios y reliquias de
cito no se hubiesen amotinado pidiendo la vida de su aquella ciudad. Partióse de su casa con algunos vecinos
pastor. Ignoramos la época fija de su muerte y los he- suyos, y el primer dia paró en el campo, cabe un rio, y
chos de los últimos años de sn pontificado. mandó corlar un árbol que estaba allí cerca para armar la
tienda que consigo llevaba. Corlado el árbol, vino á el un
S A \ T \ IREXK, VÍIUÍFN Y MÁimn.—Son muchos los que
labrador muy furioso y enojado por haber corlado el á r -
continúan su vida en el dia de abril. Yivia en Tesalóni-
bol, que él decia haber plantado y guardado muchos años,
ca, fué acusada do retener en su poder muclios libros san-
dando voces y haciendo grandes fieros, sin poder nadie-
ios, y alcanzó la corona del martirio en el ano 30 5.
sosegarle. Mas el santo le dijo que se aquietase aquella
noche, que él le prometía devolverle su árbol la mañana
DIA 1 1 .
siguiente ó lo que valia. Aquella noche, estando los d e m á s
Fué sandumaro noble, y n a - j durmiendo, él se puso en oración junto al á r b o l ; y aca-
SAX GUMARO, ONFESOR
bada la oración, ató el árbol, que estaba a l l í c a i d o , con su
(-'ó en la provincia de Brabante, no lejos de la ciudad de
cíngulo, y le levantó y aseuló en el mismo lugar donde
Lrtá , que cs de ia diócesis de Ambares, en una aldea l l a -
ántes estaba, y se arraigó y fijó en la tierra como si nunca
mada Emblechen. Desde la primera edad parece que le
le hubieran cortado. Cuando á la m a ñ a n a vió el labrador
escogió el Señor por suyo, según que era blando, bien i n -
este milagro, quedó asombrado y atónito, y c o n o c i ó l a
clinado y piadoso. Enviáronle sus padres á la córtc del
mano de Dios y la virtud del sanio, y echándose á sus
r o y P i p i n o : y aunque el santo mozo deseaba mas quedarse
piés, le hizo donación del árbol y de todos los otros bienes
en su casa, porque era amigo do quietud y enomigo de
que en aquel lugar tenia. En esla misma noche le apare-
ruido y bullicio, y temía los vicios que comunmente reinan
ció un ángel en figura do una paloma y le mandó que en
en las corles de los grandes p r í n c i p e s ; todavía obedeció á
un lugar que allí junto estaba, cercado del rio y plantado
sus padres y procuró vivir enlre los cortesanos, sin o l v i -
de árboles, edificase un oratorio para que le sirviese de
darse de sus buenas costumbres'y del temor santo de Dios.
habitación en vida y de descanso en muerto. Con esto dejó
No era hombre de letras, porque no las habia estudiado;
la peregrinación á Roma por obedecer el mandato divino;
mas era enseñado del cielo, y mostrábalo en sus obras;
y habiendo desmontado y limpiado aquel lugar de las mu-
porque era humilde, manso/caritativo, devoto, modesto,
chas malezas que tenia, edificó en él una iglesia y d e d i -
benigno, y de muy buen tralo y conversación; y así vino
cóla á san Pedro. Cuando quería ejercitar la vida activa y
a Sanar las voluntades de los cortesanos, y mucho mas la darse á las obras de misericordia, estábase en su casa, r e -
gracia del r e y , por cuya voluntad se casó con una señora cogiendo á los peregrinos, dando de comer á los h a m -
que se llamaba Guimaria, que aunque l e e r á semejante en brientos, vistiendo á los desnudos, curando á los enfermos,
a nobleza, no lo era en las costumbres; porque él era h u - defendiendo á los huérfanos, amparando á las viudas y
mano y manso, y ella cruel y llera. Dióle el rey á Guma- remediando las necesidades de todos: y cuando se quería
•o, por sus buenas costumbres, el gobierno de una pro- recoger para darse mas á la oración y contemplación, o l -
vincia, y saliendo á la guerra, lo llevó consigo, y él dejó vidado de todas las cosas de la tierra, se iba á este lugar,
su casa en gobierno á su mujer, mandándola que fuese y en aquella iglesia tendia las velas de su devoción al
muy blanda y benigna para con todos sus subditos y cria- viento y espíritu que el Señor le enviaba del cielo, con
dos; pero en partiéndose el marido, soltando la mujer la el cual se entretenía y refrescaba, y navegaba p r ó s p e r a -
nenda á su mala condición, comenzó á turbar toda su fa- mente.
milia y afligir á sus criados con cargas y irabajos, q u i t á n -
doles con varios achaques las haciendas que t e n í a n , con Andando una vez la mujer de san Gumaro en el campo
anta crueldad que algunos pobres labradores, por haber- al tiempo de la siega, los segadores, por el recio calor del
rdosTS0eiu y besaas de ^ eran f o t - sol, querían descansar y refrescar bebiendo un poco de
^ete (o 1.1, r l f . m,S,n0f l0S Ca,T0S COmo agua : y la mujer, como era terrible y codiciosa, no los
siete ol,os dicen nuevo) a ñ o s , volviendo Gumaro con el
dejaba, ántes los reprendía como flojos y para poco: de
ejercito a su casa, vió en el campo un criado suyo m a l - lo cual indignado el sanio varón la dijo palabras graves;
TOMO m .
27
210 L A LEYENO \ DE O í l O . DÍA 11.
y movido ú c o m p a s i ó n , con el palo que llevaba en la ma- c a s t i g ó : porque dos, los mas principales capitanes ó r e -
no cavó un poco en la tierra, y luego salió una fnenle de yes de los norlmannos, que estaban allí, iijin ieron repen-
agua copiosísima, de la cual bebieron todos y alabaron al tina y miserablemente: el uno , que se llamaba Reolfo,
Señor, y después quedó aquella fuente por memoria y echando las e n t r a ñ a s en cierta necesidad natural; y el
testimonio de la santidad de Gumaro: y la pobre mujer, otro, por nombre Rcginacío, perdió la vista y la vida j u n -
volviendo á su casa, encendida del ardor del sol, cayó tamente.
mala, y sintió tan gran fuego en su cuerpo, que no podiur La vida de san Gumaro escribió Teobaldo, y la trae
apagarle, y cuanta mas agua bebia, mas 8e abrasaba; y Surio en su quinto lomo. Hace mención de él el Martiro-
conociendo su pecado y que era castigo de Dios, y viendo logio romano á los 11 de octubre, y Juan Molano en las
la muerte a l o j o , envió á suplicar á san (¡uinaro que se anotaciones de Usuardo, y en el Indice de los santos do
compadeciese de e l l a , y que con sus oraciones la restitu- los estados de Flandes. Floreció por los años del Señor de
yese la sanidad. El santo, como era benigna y piadoso, no 770, como lo dice el cardenal Baronio en sus anclacíones.
la quiso dar mal por m a l , ni pagarla en la misma moneda SAN DIEGO ALEMÁN, CONFESOR.—Fué san Diego Alemán,
con que ella había tratado á los segadores, y suplicó á de nación alemán, como lo dice el mismo nombre: nació
nuestro Señor que la sanase; y viéndola tan al cabo, que en la ciudad de Ulma, de honrados y muy cristianos pa-
solo la faltaba espirar, hizo la señal de la cruz sobre ella, dres : su padre se llamó Teodorico, varón de muy loables
y dióla de su mano á beber y luego quedó sana. costumbres, muy modesto y devoto, y que llegó á ciento y
Otra vez, también al tiempo de la siega, una mujer de tres años, sin fallarle los dientes, ni las fuerzas, ni tener
uno de los que segaban, llevó á un niño suyo y echóle necesidad de báculo, porque fué muy sobrio y templado
sobre una haz para que durmiese, y fuese ella á segar. en el comer. Con el ejemplo de su padre se crió Diego, su
Estando el niño durmiendo con la boquila abierta, se le hijo, en mucha virtud, en devoción y temor de Dios, fre-
entró por ella una serpiente hasta el estómago, dejando cuentando las iglesias, oyendo sermones, asistiendo á los
toda la cola fuera de la boca: vió esto san Gumaro, y oüeios divinos, y ocupándose en todas las cosas de r e l i -
asiendo la cola, sacó la serpiente del cuerpo del n i ñ o ; y gión, porque así se lo enseñaba Teodorico, su padre. Cuan-
de esta manera le dió la vida: y túvose por milagro. A l do llegó á la edad de veinte y cinco años, tuvo devoción
mismo tiempo que floreció san Gumaro, floreció también de visitar los santos lugares de Roma, yconbuena licencia
san Rumoldo, que vivia no lejos el uno del olro: y movi- y bendición de su padrehizoaquella peregrinación. Estuvo
dos del Espírilu Santo, vinieron á verse, y se comunica- en Roma desde el principio de la cuaresma hasta la Pas-
ron y trataron, y dieron orden que cada a tío se hiciese cua, sin dejar santuario, templo, ó casa de devoción que
una procesión solemne en aquel lugar, y en ella se traje- no visitase, dentro y fuera de aquella ciudad. Pasó des-
sen las sagradas reliquias de los santos, y se dijese misa pués á Ñápeles, é hízose soldado: y aunque él procuraba
pidiendo á nuestro Sefior misericordia, y que echase su vivir bien y guardar sus buenas costumbres, d e s a g r a d ó -
bendición sobre los moradores de toda aquella tierra. le la vida licenciosa y desenfrenada de los soldados; y as{
Traía el uno y el otro una vara en la mano: e c h á r o n l a s ; y presto la dejó, y se retiró á la ciudad de Capua, y asentó
súbitamente reverdecieron y produjeron hojas y flores. F i - con un caballero letr ado, que le a m ó y trató como si fue-
nalmente, sobrevino asan Gumaro una grave enfermedad, ra su hijo. Estuvo cinco años en su casa: y no pudiendo
y e n t e n d i ó q u e Dios le quería librar del saco corruplible de alcanzar de él licencia (por el grande amor que le tenia)
nuestra mortalidad; y haciendo gracias por ello, le dió su para volver á su patria y ver á su padre, dejó los vestidos
espíritu á los 11 de octubre, en su aldea de Emblechen, y y dineros que de su amo había recibido, y con los que a n -
allí le sepultaron. Pero después el mismo santo apareció á tes que entrase á su casa tenia, se partió secretamente
nna santa virgen llamada V u r a c h í l d e , y le mandó que de ella, habiendo primero hecho oración delante de u n
avisase á los clérigos y á los d e m á s , que la voluntad del crucifijo que tenia en su aposento, suplicándole que e n -
Señor era que su cuerpo se trasladase á la iglesia de San derezase su camino. Llegó á Bolonia con intento de pa-
Pedro que el mismo santo había edificado; y por divina sar adelante y volver á su tierra; mas allí se detuvo a l g u -
revelación tomaron su cuerpo, y poniéndole en una barca nos dras, visitando á menudo el convento de Santo Domin-
sin remos, ni piloto, ni persona que la gobernase, ella g o : y viendo la santidad y celestial vida de los religiosos
misma navegó derechamente hacía aquel lugar, y allí pa- de él, tocóle el Señor al corazón, é inflamóle en su amor
ró la barca, y le enterraron con mucha reverencia, y es- de tal manera, que se determinó á seguirlos c imitarlos;
tuvo cuarenta anos, hasta que se edificó en el mismo lugar y olvidado ya de su padre y de su patria, pidió el hábito
un monasterio, y fué trasladado á él, haciendo nuestro Se- de religioso en aquel sagrado convento. Y aunque era
fior muchos y grandes milagros por su intercesión, dando persona noble y de edad ya de treinta y cuatro años, y
salud y consuelo á los que se encomendaban á él. había estudiado y sabia medianamente; por su mayor
humildad quiso ser fraile converso y servir al Señor en
Entre los otros milagros, un mancebo que era sordo y
los ministerios de lego. Con este fundamento de verdadera
mudo de nacimiento, sirviendo en aquel monasterio, co-
humildad, acabado el año del noviciado, al tiempo que ha-
bró oídos y lengua.
bía de hacer profesión, juzgando que era indigno do ella,
Entraron después los norlmannos por aquella tierra,
y temiendo que por sus culpas le echarían del convento,
arruinándola y d c s l r u y é n d o l a : pegaron fuego al monos-
se fué á los padres mas graves, y postrándose á sus piés,
lerio., y el sanio milagrosamente le a p a g ó : de lo cual
les suplicaba humildemente que no le despidiesen, n i
quedaron aquellos bárbaros mas bravos y furiosos, y e n -
echasen de su compañía. Habiendo sido tan grande y
traron en el templo, y mataron á un sacerdote que decía
tan profunda su humildad, no es maravilla que el edifi-
misa, robando todas las cosas sagradas y ricas que cu él
cio de las otras virtudes, que se edificó sobre tal c i -
h a b í a ; mas llevándolas á sus naves, Dios visiblemente los
DiA H . OCTUBRE M 21
mñ'nto, huya sido íidmirable. Fue obedientísimo no so- rostro resplandeciendo, y lodo MI cuerpo vestido de luz.
líinieiitc en las cosas que expresamente le mandaban los Pero cuanto el Sefior mas le fegalfibá y Favbrédá ; tanto
stjpei i o r c s , sino también en las que él cnlendia que el demonio mas le perseguia (como suele) y atribulaba.
eran de su voluntad, ó á que los veia inclinados; y esla Dióle muchas veces de palos, estando en oración, y en
obediencia era sencilla, pronta, alegre y puntual, vistién- otras mil formas y maneras le tentó y le afligió; pero
dose de la voluntad de su superior, y conformándose con siempre salió de la batalla victorioso nuestro santo fraile
su parecer y juicio. Yendo un dia el prior del convenio lego, haciendo burla de su enemigo: y con razón; porque
mostrando la casa á un gran prelada, encontró con Fray después de la pelea el ángel del Señor le aparecia, y le
Diego Alemán; y volviéndose al prelado, le dijo la gran- consolaba y animaba , proponiéndole la brevedad del
de religión y observancia de Fr. Diego, especialmente en trabajo y la eternidad del galardón que por él se le había
la virtud de la obediencia : y para prueba, dijo á Fr. Die- de dar. Orando una vez después de completas delante del
go : Hijo, partios luego con unas cartas de mucha impor- altar de san Vicenta , le apareció el demonio en una fi-
tancia para la ciudad de P a r í s ; que es negocio que no s u - gura horrible y vergonzosa: y haciendo el santo la seiial
fre dilación: y él con grande alegría respondió: H é m e d é l a cruz, desapareció. Otra vez después de maitines vio
aquí, padre: vamos; y a n a d i ó : ¿l'odró llegar á la celda venir una cuadrilla de demonics con grande algazara y
á tomar el báculo y el sombrero? Era excelente artífice de regocijo: llamólos, y conjurólos de parle de Jesucristo,
pintar imágenes en las vidrieras, y para asentar los co- que le dijesen la cansa de aquel regocijo: y respondieron
lores y perfeccionarlos mas, era menester ponerlas des- que la causa era , porque el dia siguiente en una altera-
pués d é pintadas en un hornillo. Una vez, habiendo pues- ción y revuelta del pueblo habia de haber grandes muer-
to en el horno una imagen hermosísima, y siendo nece- tes y danos. Entonces el santo varón se postró deianlo
saria su presencia para acabarla y darla su perfección, del acatamiento del Sefior /suplicándole con muchas l á -
quiso el prior probar su obediencia, y mandóle que toma- grimas que no permitiese aquel mal tan grande, sino que
se luego la alforja y la mochila, y fuése á pedir limosna: con su benignidad lo atajase , y apaciguase los ánimos de
y él, sin replicar, ni hacer caso de la ocupación precisa ios ciudadanos, y les diese entera paz y quietud; y a s í
que tenia, obedeció luego, y pidió limosna ; y volviendo lo alcanzó , y el demonio quedó burlado. Mas en acabando
después do muchas horas con ella al monaslerio, halló su esta oración , y entrando en su celda para descansar un
imágen tan acabada y perfecta como podia desear. Él poco, vió una gran muchedumbre de molestísimos cuer-
mostró la fineza de su obediencia ; y Dios suplió su falta, vos que graznaban , y con los picos y las uflas querían
de manera, que nunca 1c sucedió tan perfectamente su embestir con é l : armóse con la sefial de la cruz; y toda
arte como aquella vez. aquella manada de aves de rapiña desapareció. Una
vez, estando en oración, se arrobó y trasportó, y qiíedó
Fué casto por extremo y conservó la virginidad' toda
sin sentidos como muerto, y de esla manera le hallaron
su vida, y para guardarla trataba y domaba su cuerpo
sus frailes, y procuraron hacerle volver en s í : aunque á
á s p e r a m e n t e afligiéndole con ayunos, vigilias y oracio-
él le pesó harto que le hubiesen hallado y privado do
nes. Guai-daba sus ojos con gran recalo y cuidado: nunca
aquella suavísima contemplación y deleite en que es-
estaba ocioso ; y cuando el demonio le representaba algún
taba,
pensamiento de cosa fea, luego acudía á la sagrada pa-
sión del Señoi', y se entraba por sus benditísimas llagas, Habia ya llegado á edad de ochenta y cuatro años , y
y reposaba en ellas como en un puerto seguro, no ha- dióle una enfermedad: f entendiendo que habia de morir
ciendo caso de las ondas y alteraciones del mar. ¿Qué diré de e l l a , se confesó generalmente y se aparejó (aunque
de su caridad y compasión , especialmente para con ios siempre estaba aparejado) para aquella jornada : y h a -
enfermos, á los cuales con gran diligencia y alegría r e - biendo cottl puesto decentemente sus piés y manos, y todo el
galaba y servia de tal manera, que sola su vista los con- cuerpo, dió su espiritual S e ñ o r , q u e d a n d o el rostro con un
solaba y daba esperanza de cobrar salud , y muchos real- color y alegría maravillosa, y mas del cielo que de la tier-
mente la cobraban ? ¿ Q u é de su oración y conlemplacion ra. F u é su muerte á los H de octubre del año del Señor
tan continua y fervorosa , y del cuidado de rogar á Dios de 1491. Luego se oyó por toda la ciudad de Bolonia una
por todos los vivos y difuntos? Él era el primero que se voz que decia que los que quisiesen ver al santo varón,
levantaba á maitines, y en acabándose se retiraba á algún que habia pasado deesla vida, fuesen á la iglesia de Santo
rincón apartado secreto, para atender con mas recogi- Domingo. Con esla voz se movió toda la ciudad, y con-
miento y quietud al Sefior. Cuando amanecía rezaba sus currió innumerable gente á su entierro. Enterráronle en
horas y oia su misa , ó misas, con maravillosa ternura y el capítulo menor de los frailes; mas como Dios nuestro
devoción. Despnes se ocupaba en algún trabajo de m a - Sefior obrase por él grandes maravillas y prodigios, y
l o s , hasta que la obedienciía le mandaba otra cosa j os- diese salud á los enfermos do varias y graves dolencias,
ando siempre aparejado para dejar todo lo que tenia en- que á él se encomendaban , y la gente, especialmente las
lre manos, en o y é n d o l a voz del superior, como si fuera mujeres no pudiesen entrar al sepulcro, donde estaba? fmi
de Dios. Era amiguísimo del silencio, y por maravilla necesario trasladarle á la iglesia junto al altar de Santo
Oblaba sin necesidad. Tuvo don raro de paciencia y s u - Tomás : y así le trasladaron ocho dias d e s p u é s , q u é la
frbnienló : y con haber padecido tres muy graves enfer- primera vez le enterraron, y hallaron su cuerpo tan e n -
niedades y dolores intensos, nunca lo quiso descubrir, tero y sin corrupción , ni mal olor, corno si aqncllfi hora
d á n d o l o s con extraordinaria paciencia. Era afable, acabara de espirar. Después de esta traslación crecieron
"P^cible, grave , blando y suave en sus palabras y obras, mas los milagros, y nuestro Señor por los merecimientos
favorecióle nuestro Señor con muchas gracias y privile- de este bienaventurado religioso lego, hizo innumerables
í ' o s . F u é visto algunas veces orando de noche con el benéficos y mercedes á todos los que se encomendaban á
U* L A L E Y I Í N DA m ORO. DÍA m
é l : las cuales se pueden ver en la vida de este santo, que suplicios, y con el hambre y las inmundicias de la cárcelt
esciiljió Juan Antonio l'laminio, y la trae el padre fray L o - parecían esqueletos destituidos de figura humana. Por fin
renzo Surio en su quinto lomo de las Vidas de los santos. los entregaron á las fieras para que los devorasen; pero
* S i s CÍMCO, ABAD.—Nació este snnto en Irlanda el año estas respetaron las personas de los santos, con lo cual
527 y murió en el de í)9!) según se desprende de los ana- indignado el gobernador, m a n d ó que los degollasen en
les de aquel pais. Cuando jóven pasó algún tiempo bajo medio del mismo anfiteatro. Su martirio sucedió en A n a -
la dirección del abad Doco en el pais de Gales, y des- zarbo el día 11 de octubre del año 304.
pués tuvo por maestro á F i n i a n o , abad que era de un LOS SANTOS NlCASIO, QlJIRINO, ESCUBÍCtl.O T PlENClA, MÁR-
monasterio de Irlanda, donde se reunían cuantos desea- TIRES.—Nícasío fué obispo de Rúan, y entre la multitud
ban aprender la verdadera sabiduría. Mucho fué l o q u e de personas que convirtió á la religión cristiana, una de
adelantó Cánico en esta escuela , por manera que su zelo las mas notables fué santa Piencia, virgen francesa de
y trabajos apostólicos por la propagación de la piedad en gloriosa memoria. Quirino fué presbítero, y Escubiculo
Irlanda , bacenque sea tenido como uno de los principa- diácono : ambos ayudaron á Nicasio en sus trabajos apos-
les ornamentos de esta isla. Tuvo grande amistad con los tólicos, y se cree que los tres fueron los fundadores de d i -
santos de su tiempo, fundó un monasterio, que fué en el cha Iglesia de Unan, y que murieron durante el segundo ó
tiempo muy célebre, ya por los milagros que obró su fun- tercer siglo del cristianismo en Francia, en el territorio de
dador, ya por ¡a vida ejemplar que alli se practicaba. Vexin. Sus sagrados restos íuei'on sepultados por los cris-
SAN FEUMIN , OBISPO Y CONFESOR.—Nació en la Galia tianos en una gruta, en la cual encontraron un día los
Narbonense, y á la edad de doce aüos sus nobles y p i a - gentiles á santa l'iencia y la degollaron.
dosos padres lo pusieron bajo la tutela y dirección de un Los SANTOS ANASTASIO, PLÁCIDO V GINÉ?, MÁRTIRES.—El
tio suyo obispo de üecz. Este ilustre prelado le educó en primero era presbítero de la Iglesia de liorna, y los otros
las ciencias y en la práctica de todas las virtudes, en las dos compañeros eran soldados de aquellas legiones que se
cuales hizo el jóven tantos progresos , que antes de llegar expurgaron de cristianos para hacerles trabajar en las
á la edad prescrita por los c á n o n e s , fué ordenado sacer- famosas termas del emperador Dioclcciano. Un antiguo
dote. Poco después murió el sanio obispo , y Fermin fué manuscrito, citado por Baronio, dice que estos tres santos
colocado en su lugar por el unánime sufragio del clero y murieron con otros muchos en la misma ciudad de Roma,
del pueblo , siendo consagrado á la edad de veinte y dos el año 290.
afios. La prudencia y sabiduría que m o s t r ó , acrediUirun SAN SÁRMATAS, MOXGE Y MÁRTIR.—Fué discípulo de san
muy bien que la elección había sido inspirada por Dios. Antonio, abad, y vivió muchos años en los desiertos de la
Fu el desempefio de las funciones de su minislorio, la ora- Tebaida. San Gerónimo dice que el año veinte y dos del
ción y la morliQcacion fueron los principales medios que imperio del gran Constantino, invadieron los sarracenos
empleó para sanliíicarse y preparar la sanliíicacion de el monasterio de San Antonio, y entre otros sacriticaron
los d e m á s . Asistió á los concilios IV y V de Orleans cele- al ilustre san S á r m a t a s .
brados en 5 í l y 549 , y al de París en 5 5 1 , y su reputa- SAN GERMÁN, OIUÍPO V MÁRTIR.—Fué el séptimo obispo
ción iba aumentando á medida que se le presentaban oca- de la ciudad de Besanzon, en las Galias. Su zelo por la
siones para defender los intereses de la Iglesia. Después pureza de la fé católica le atrajo de tal modo el odio de
de un ponlilkado de quince años, murió santamente eldia los arríanos, qaa no cesaron do perseguirle hasta que le
11 de octubre del Uli'i, á la eda* de treinto y siete años, asesinaron el ano3T2. Su vida fué gloriosa en trabajos,
en la misma ciudad de Ucez, en el Languedoc. y su muerte en maravillas.
Los SANTOS TARACO , PROBO , v ANDRÓMCO , MÁRTIHKS. LAS SANTAS ZENAIDA Y FILONILA.—El Martirologio romano
— E l primero de estos santos fué romano de extracción y dice que fueron hermanas, parientas y discípulas en la
nació en Isanria. En su juventud sirvió en los e j é r c i t o s fé del apóstol san Pablo. Nada sabemos de ellas mas que
imperiales , á cuya profesión renunció por temor de verse eran de Tarso en Cilicia, y que fueron de las primeras
obligado á obrar contra su conciencia. Cuando sufrió personas que en aquella región abrazaron el cristianismo.
martirio, tenia sesenta y cinco años de edad. El segundo, SAN EMILIANO, CONFESOR.—Según Usuardofué este santo
san Probo, natural de Panfllia, había despreciado una for- de llcnues, en Francia, donde floreció con gran santidad
tuna muy considerable , á fin de poder servir á Jesucristo de vida, dedicado á la oración y al socorro de los pobres.
con mas libertad. Andrónico, el mas jóven de los tres, era Cuéntase de él que multiplicó muchas veces el alimento
de una de las principales familias de la ciudad de Efeso. que debia dar á los necesitados, y que á semejanza del
Habiendo los tres sido presos en Pompeyópolis, ciudad de divino Salvador alimentó un día á todo un gentío nume-
Cilicia, fueron conducidos á la presencia de Numeriano roso con muy escasas provisiones. No sabemos la época de
JÉáxímo, gobernador de la provincia, que debía hacer eje- su dichosa muerte, que fué santa y gloriosa.
cutar las órdenes contra los cristianos. Este gobernador SANTA PLACIDIA, VÍRGEN.— Nació en Verona y fué her-
dispuso que los condujesen á Tarso, adonde debía él tras- mana del obispo san Leoncio. Desde muy jóven consagró
ladarse dentro de poco. Efectivamente, llegado el gober- su integridad á Jesucristo, y observó tan perfectamente su
nador á esta última ciudad, fueron los "tres santos pre- voto, que por no estar expuesta á las seducciones del m u n -
sentados á é ! , y sufrieron varios interrogatorios, envián- do, se retiró á una soledad, donde vivió por muchos años
doles después de ellos á la ciudad de Anazarbo. Sujetóse- ilustre en virtudes y milagros, hasta su dichosa muerte,
Ies también aquí á nuevos interrogatoiios , á los cuales en cuya hora se vió rodeada de coros de ángeles que
contestaron con la misma constancia. Su paciencia y sü acompañaron su a l m a á la morada de Dios.
valor fueron superiores á toda ponderación : sus cuerpos
afligidos por largo tiempo con loda clase de penalidades y
DIA 1 2. .OÍR OCTUliRE. 213
también redujo á la ley evangélica, y fundó en ella un
DIA 12. monasterio admirable. Aquí, pues, en toda paz y quietud
vivia Wilfrido, y ejercia la dignidad de obispo y apostólico
SIN WILFRIDO, OBISPO Y C.O.NFKSOU.—Wilfrido fué inglés v a r ó n : y como libraba á todos de la esclavitud cierna del
de nació», hijo de muy nobles padres, do quienes fué tan demonio, también libró de la temporal y espiritual á un
bien instruido en la fé católica y buenas costumbres, que tiempo doscicn'os y cincuenta esclavos, que tenían los se-
adelantándose la prudencia á la edad, era de los mas a n - ñores de aquella isla, bautizándolos y dándolos libertad.
cianos y doctos, venerado y reverenciado en sus mas tier- En este tiempo murió el rey Britanno, que habia echado
nos anos; y apenas cumplió los catorce, cuando renun- de la silla al santo obispo Wilfrido, y sucediéndole en el
ciando al siglo y sus riquezas {de que era abundante) con reino Aldfrido, pidió al bendito prelado que volviese á su
todas sus vanidades, se entró á servir á Dios en un m o - Iglesia de Eboraco, y el santo, para complacer al rey y
nasterio, donde en breve tiempo se adelantó tanto á todos consolar aquellas ovejas, que sin su pastor balaban ti isles
en prudencia, virtudes y letras, que era de todos maestro. y desconsoladas, volvió de nuevo á ocupar su primera s i -
Kl rey Alchfi ido, que en este tiempo poseia (oda la Hretafia lia, dejando sacerdotes y varones apostólicos en aquella
y se bailaba sin obispo, puso los ojos en Wilfrido y le en- isla y provincia, nuevamente por él convertida, para que
vió al rey de Francia, para que le hiciese consagrar en cultivasen la viña del Señor. Poco le d u r ó l a quietud ; por-
obispo de Eboraco, en Inglaterra. Recibióle el rey liono- que pasados cinco años, movió tal discordia la sierpe i n -
ríticamente, como mcrecian su virtud, sangre y recomen- fernal, que el mismo rey que le habia llamado, incitado
daciones de Alcbfrido, y lo envió al obispo de Taris, A g i l - de muchos envidiosos, le desterró y arrojó de su silla.
berlo, que lo consagró, asistido de otros obispos: con lo Volvió á Roma, y fué otra vez declarado por el pontitice
cual Wilfrido, hecho ya obispo, volvió á su patria con lodo inculpable y justo, como se vió, según las acusaciones que
honor, y coa el mismo fué recibido. Gobernó su Iglesia le hacian; pues todas eran impuestas y falsas.
algunos afios en paz y quietud, predicando y reduciendo Con esta declaración y órden de su santidad, se volvió
nmclias almas á la fé de Jesucristo; pero como el enemigo a su obispado : y pasando por Francia, le dió de repente una
común se viese perdidoso con la predicación y virtudes de enfermedad, de que estuvo en la ciudad de Meldo cuatro
Wilírido, procuró inquietarle y divertirle; y así s e m b r ó dias continuos con sus noches, ya casi muerto, sin comer,
gtfftü entre él y el r e y : el cual lo echó do su silla y de beber, hablar, ver, oir, ni hacer otra acción vital, fuera do
su Iglesia. respirar, tan delicadamente, que apenas se percibia si l e -
Vínose, á Roma : donde, vista su inocencia por el sumo am alienlo. Al quinto dia, como quien despierta de un pro-
poniíiice Agalon, que entonces tenia la silla de san I'edro, fundo sueño, se levantó: abrió los ojos y v i ó cerca de s(
6 abso!vió y declaró inculpable y amado de Dios, en un un coro de música y llanto; porque le estaban cantando
concilio que tuvo en la misma ciudad de Roma de ciento salmos, mezclados en tiernas l á g r i m a s : y suspirando a l -
veinte y cinco obispos, y quiso su santidad [para declarar gún lanío, preguntó por un sacerdote suyo, llamado Acca.
mas su inocencia) que Wilfrido fuese uno de los obispos I.laiiiáronle al instante: el cual, como vió vivo y que ha-
de dicho concilio : el cual acabado, se volvió á su patria y blaba á su pastor y padre, que juzgaba muerto; hincado
obispado, mandándoselo así el poníífice. Pero por uo t e - do rodillas él y todos los presentes, dieron á Dios las g r a -
ner mas encuentros con el rey, no volvió á su misma I g l e - cias. Luego pidió á todos le dejasen solo con aquel su sa-
sia, sino que se entró en la provincia de los australes sa- cerdote; y estando á solas le dijo: Sabe que he tenido
jones, que eran gentiles; y pudo tanto su divina predica- una v i s i ó n tremenda, la cual quiero que sepas tú solo, y
ción, que los redujo á todos á la fé de Jesucristo y á lodos guardes silencio, hasta ver lo que Dios quiere de mí. P ú -
los bautizó, librando toda aquella provincia y «gente sajó- soseine en pié delante cierto gallardo jóven vestido de
l a , no solo de la esclavitud del demonio, sacándolos á blanco, pero ricamente adornado, el cual dijo: Yo soy el
todos, desde el rey y príncipes hasta el mas humilde, de arcángel san Miguel, y soy enviado de Dios, para volverte
de la muerte á la vida : la cual le concede el Señor por
Jas tinieblas gentílicas en que tan ciegos vivian; sino tam-
las oraciones y lágrimas de tus discípulos y hermanos, y
bién de las penas temporales, que justamente padecían
por la intercesión de su santísima Madre y mi Señora, la
e los, sus campos y ganados; pues habia tres años que
siempre Virgen María, sin pecado concebida. Por lo cual
no llovía y muchos morían de hambre y sed. A tanto l l e -
te digo, que ahora s a n a r á s de esta enfermedad ; pero está
ar m'aban I8081'6'30'0"' (,Utí de cinciienta en cillcucnta se
J n os BQinbnwr. al mar, desesperados, gustando apercibido y pronto; porque pasados cuatro años te v i s i -
mas morir de una VP* a i . „ i j taré. Ahora irás á tu patria ; recibirás y s e r á s restituido á
. . . . . Utl vez abogados en sus ondas, que morir
tu Iglesia; cobrarás cuantas posesiones te habían quitado;
rabiando de hambre. Pero , , ó bondad inmensa de Dios!)
y en honor y paz tranquila a c a b a r á s tu vida.
apenas los m l n j o á la fé con su divina predicación el g l o -
lioso
. obispo
• Wilfrido,
,, ' e iuan,l0
nmi» n •• sobre
Hovio i n eli agua de
ellos i Convaleció, pues, el santo obispo; y habiendo todos
ia graciMen el baulisrao v c n K r . „ o . , i A A alegres y regocijados, dado á Dios infinitas gracias por ta»
,1. . , . " u ' Y soore sus campos la deseada
«el cielo; de suerte, que á nnm* A : * * , i ,
A •. ' ' 1 . d Pocos días todo se vió verde, beneficio, despedido de todos, prosiguió su viaje. Llegó en
noi ido y con sazonados frutos d i n r i n i ^ , ™ • r •. fin á su Iglesia y obispado i dió las cartas que traia de su
ri-ca i t i - ^ r • ' aan(:,() todos míluitas g r a -
UJs a Dios por beneficios tantos. santidad; y leidas por el rey y demás príncipes y obis-pos,
maiíos 7 ° ,n;laS1'0 ^ f , ' 0 V ^ o s , que hacia Dios por fué recibido con lodo honor, y le fueron restituidas todas
sus rentas, posesiones y dignidades, por común acuerdo
de lodos, en un concilio que para este electo se juntó cer-
viendo tam0s prodigios, dió al santo obispo una isla llama! ca del rio Nidd. Con estos honores, y toda paz y quietud,
BLCCn o * * * * * Península ó Quersoncso, la cual vivió cuatro años, gobernando su Iglesia saiilisimamcnte,
214 L A L E Y E N D A DE O R O . PIA 12.
y descansó en el Sefior, lleno ( h días y virtudes, hablen^- 1 casa de Loreto, llegando al rio Potenza, halló que iba tan
do padecido tantas cahunidades y destierros, todo por su crecido, que no podia vadearse ;• y en efecto, sus compa-
amante J e s ú s , por c&paoio de cuarenta y cinco años (pie ñeros permanecieron en la orilla sin atreverse á entrar en
fué obispo, sin dejar de predicar y buscar almas para el é l ; pero Serafín le pasó dos veces á vista de todos á pié
cielo, donde la suya descansa. Su cuerpo santísimo, fué enjuto, causando cu los espectadores aquel aátunbro quo
bonoríficamcnle llevado al monasterio Inthipo, donde p r i - se deja discurrir.
mero hahia sido monge, como dijimos al principio, y allí Entretanto Silencio pasó á Loro, aldea poco distante de
obra Dios por él inlinilos milagros. Escribieron su vida, Monte Granare, para construir allí un eier'o edificio, y so
Ileda, De gestis a n g l a r . , l i b r o , w cap. 28, l i b , i v , cap. 12, llevó consigo á su hermano Serafín, para que le sirviese
l i b . v, c«;). 20, el i n E p i l o m e , donde dice, fué su muerte de peón en aquella fábrica. En la casa en que habilaroii
gloriosa á 12 de octubre, año del Señor de ; Pedro entonces ambos hermanos, habia una mujer jóven, muy
Klesense, i n C a l h a l . s r r i p t o r . b r i l a m i c . ; Molano, úv Anno- devota y virtuosa, que leia en voz alta libros espirituales,
t a t . a d U s i u t r d n m ; Hoddio; O d ó n ; Snrio, lom. v ; el especialmente uno que trataba de los novísimos. Seraliu,
Martirologio romano; y Baronio en sus anotaciones, y en que tenia mucha ansia y mucha sed do la palabra de Dios,
el lomo v u i de sus Anales, año de T09, núin. 4. aplicaba cuidadosamente el oido y el corazón á aquella
SAN SERAFIX DEMOXTK (ÍIUNAKO, COXI-ESOR.—El glorio- santa lectura. Un día sucedió, que oyendo leer la severi-
so san Serafín, llamado vulgarmente do Ascoli, ciudad de dad del juicio con que Dios juzgará á todos los hombres, y
la Marca deAncona, por haber vivido, siendo religioso, m u - las penas eternas é incomprensibles de las llamas infer-
chos años en esta ciudad, y por haberla ilustrado con su nales, á que condenará á los pecadores, quedó de tal
sania vida y con sus estupendos milagros; mientras vivió modo atónito y atemorizado, que dijo á aquella jóven : S i
en el siglo se llamó Félix, y nació en e! a ñ o 1340, en una las cosas van así, seria mejor retirarse á un bosque para
aldea del obispado de Fermo, nombrada Monto Granare. hacer vida eremítica, á. fin de no exponer á tan gran p e l i -
Sus padres fueron pobres y de baja condición ; porque su gro la propia alma. No es esto necesario, le respondió la
padre ganaba el sustento trabajando de albafiil; mas así virtuosa j ó v e n ; pero si lú quieres asegurar tu salvación,
él, como Teodora, que era su madre, tenían un rico fondo basta que entres en la religión de los padres capuchinos,
de virtudes; por lo que á semejanza del santo Tobías, cria- donde se profesa una vida santa y penitente. Seralin, que
ro» á osle hijo en el sanio temor de Dios, y desde niño le hasta entonces no había tenido ninguna noticia de esta r e -
enseñaron á aborrecer el pecado, á amar y servir á Dios, ligión, se informó dél modo de v i v i r de sus religiosos por
y á vivir segim las máximas de la religión. Luego (pie la misma jóven, que se hallaba plenamente informada do
tuvo edad para servil', su padre, que por su miseria no todo, con ocasión de hospedarse en su misma casa lo? ca-
podia suministrarle el necesario sustento, le puso en casa puchinos que pasaban por aquella aldea de I . o r o ; y ba-
de un labrador, (pie le destinó á guardar el ganado. Esta liiendo entendido que tenían un convento en Tolenlino,
separación de la casa y de los ojos de sus padres, no cansó luego quo pudo pasó allí, é hizo vivas y humildes instan-
ningún perjuicio á la piedad tpiele habían inspirado; por- cias á los padres capuchinos, para que le admitiesen por
que Serafín conservó en la casa de su amo la misma ino- fraile lego en su religión; y aunque entonces no fueron
cencia de costumbres y la misma devoción que había te- atendidas sus súplicas, todavía repitiéndolas varias veces,
nido en la casa de sus padres. Cuando se hallaba en el y siempre con mayor fervor, consiguió por fin la gracia
campo guardando el ganado, acostumbraba hacer alguna deseada: y en el año 1364, teniendo veinte y cuatro años
cruz en algún árbol que tuviese corteza, y delante de ella de edad, vistió el hábito de religioso lego, en el convento
se postraba y rezaba sus oraciones, y recomendaba con de Jesi, donde fué destinado para hacer el acostumbrado
mucho fervor los intereses de su aVma á Jesucristo su Sal- año del noviciado.
vador, y á la santísima virgen María, de la cual era d o -
Todo el mundo sabe cuán duras y ásperas son las h u m i -
vulisimo.
llaciones, mortificaciones y penitencias quo los padres ca-
Habiendo muerto después de algún tiempo su padre, puchinos imponen á sus novicio?, á lin de probarles su v o -
fué Serafín llamado á vivir á la propia casa de un herma- cación y de inspirar en su alma el espíritu propio de aquella
iio mayor que tenia en ella llamado Silencio, para que le religión, que en una manera particular está dedicada y
ayudase y sirviese de peón en el oficio de albanil, que consagrada á la vida penileute y mortificada, con tanta
ejercitaba á imitación de su padre. En este oficio tuvo que edificación de la santa Iglesia. El bienaventurado Serafín,
sufrir Serafín muchos' trabajos y penas; porque siendo no sola acepta de buena gana y practicó con prontitud y
poco apto para este oficio, su hermano, que era hombre alegría de su alma todo lo que le mandaban sus superio-
colérico y bastante furioso, frecuentemente le reñia con res, sino que afwdia á estas raorlificacione?, comunes á to-
aspereza, diciéndole muchas injurias y villanías, y m u - dos los novicios, otras muchas particulares; no dormía
chas veces le cargaba de palos, y en algunas, trasportado sino tres horas; llevaba conlinuamentc sobre sus desnu-
de ira, le daba crueles golpes con el martillo: Serafín su das carnes un cilicio tejido de asperísimas cerdas, que lo
fria con admirable paciencia todos estos malos tratos; y cubría lodo el cuerpo á manera de túnica ; tomaba cada
aunque su fatigosa ocupación le dispensaba de la ley del dia una sangrienta disciplina con un azote armado de
ayuno, ayunaba no obstante tres dias en la semana, y puntas de clavos, con el cual hacia tal carnicería en su
y cuando los d e m á s oficiales descansaban de su trabajo, cuerpo, que quedaba bañado en sangre; su obediencia no
tomando su ordinaria refección, Seraíin empleaba aquel conocía ningunos límites, bastando la menor seña de los
tiempo en rezar sus devociones. Manifestó Dios con un m i - superiores y de cualquiera de sus hcrm:inos religiosos para
lagro estupendo, cuán grata le era la piedad de Serafín; ejecutar todo lo (pie se quería de é l : su humildad era pro-
porque yendo á visitar á la Virgen santísima, en su santa fundísima, reputándose el mas mínimo de todos, y que
DIA 12. OCTüimE. 215
para nada era baefio ; a Jo qoo coulribuia mucho la cor- mucho mas admirable si se considera que en los diversos
tedad de su tálenlo, que le Iiacia poco apto para las cosas oficios de que fué encargado, ya de portero, ya de limos-
exteriores; por cuya causa no solo en el tiempo del novi- nero, ya de compañero de los predicadores que iban á
ciado, sino también en toda su vida, estuvo sujeto á varias predicar á diversos lugares, tuvo que tratar con toda
reprensiones y mortificaciones, particularmente de algunos suerte de personas; y por el gran concepto que todos ha-
superiores indiscretos, sin que el siervo de Dios j a m á s se cian de su virtud, le encargaban muchas y varias incum-
quejase ó excusase, ni manifestase alguna tarbacion; antes bencias, que el santo admitia obligado de la ardiente cari-
al contrario, de este su involuntario defecto tomaba motivo dad que tenia para con sus prójimos. Esta caridad de Se-
para bmmllarse, envilecerse y llamarse el jumento del COH- rafin procedía de aquella gran llama de amor de Dios que
vento, que comía el pan de balde y que no mcrecia sino ardía continuamenle en su corazón, que frecuentemente le
palos. Desde los primeros dias en que tomó el hábito, se hacia desfallecer y le obligaba á gemir y suspirar por el
dedicó eiUeramenlo al ejercicio de la oración, en la cual, ó deseo que tenía de unirse con el sumo Bien, y de verse l i -
en la iglesia ó en la celda, empleaba lodo el tiempo que le bre de la cárcel del cuerpo y del destierro de esla tierra
sobraba de sus precisas ocupaciones. Tenia siempre fija en de miserias, que era tan ardiente, que pidió al padre ge-
su menle la sagrada pasión de Jesucristo; pasaba las no- neral con muchas instancias le concediese licencia para
ches enteras en la meditación de sus pasos; y no podia pasar á regiones b á r b a r a s de infieles para tener ocasión do
pensar ni hablar de ella sin derramar muchas lágrimas. morir allí saciificado á gloría de Dios y en defensa de
La oración , pues, era el dulce pábulo do su alma, de la nuestra santa fé, á fin de irse presto al cielo.
cual sacalta luz y fuerza para practicar todas las virtudes, También fué efecto de su ardiente caridad el celo quo
habiendo sido en ella favorecido de Dios nuestro SeQor con tenia de impedir las ofensas de Dios y quitar á los fieles
admirables éxtasis y raptos, y con una luz sobrenatural las ocasiones de pecar. Formas que fuese nn religioso lego,
tan extraordinaria, que si bien era un hombre idiota que á quien no pertenecía el predicar y el promover de oficio
no conocía las letras, tenia no obstante sublimes senti- el bien espiritual de sus prójimos, todavía disenn iendo por
mientos de la grandeza de Dios, y discurría con tal unción las calles y por las casas, pidiendo limosna como limos-
de espíritu y con tanta propiedad de palabras sobre los nero de su convento, no dejaba de dar saludables docu-
misterios de nuestra religión, que causaba admiración y mentos, persuadiendo á todos á huir el pecado, y a c o r d á n -
pasmo á los mismos que eran consumados en el estudio de doles la eternidad del premio y castigo que nos está p r e -
la sagrada teología. Veneraba con ardentísimo afecto al parado en la otra vida; lo que practicaba con palabras tan
santísimo Sacramento, que recibía casi todos los dias con cuerdas y graves, que penetraba los corazones de los quo
un fervor de espíritu que compungía á los que le observa- le escuchaban, produciendo en sus almas maravillosos
ban. Era también muy singular la ternura con que venc- efectos. Conociendo el santo que el juego de naipes es un
''fha á la Virgen santísima, poniendo en ella, después de seminario de males, tanto por el tiempo que se desperdi-
ííios, toda su confianza. En todas sus acciones descubría cia en el y por el dinero que se pierde, en perjuicio de la
una santa simplicidad, pero acompañada de la prudencia familia y de los pobres, como por las blasfemias, riñas y
de la serpiente, según la expresión del Evangelio; por lo fraudes que ordinariamente le a c o m p a ñ a n ; mostró siempre
que era amable á todos, fácil en condescender á su volun- muchas ansias de extirpar un vicio tan perjudicial: por lo
tad , y pronto en cumplir cuanto le encargaban, mien- que, cuando entraba en alguna tienda ó casa donde hubie-
tras pudiese cjecularlo sin perjuicio de su delicada con- se jugadores, se sentaba cerca de ellos, y en viendo alguna
ciencia. oportuna ocasión, les quitaba los naipes de las manos, los
Para prueba de esta verdad, bastará referir lo que le su- rasgaba y hacia de ellos m i l pedazos, y con todo nadie
cedió con una señora de la ciudad de Ascolí. Rogó esta se- osaba contradecirle por el concepto grande que todos h a -
ñora al siervo de Dios tratase un cierto negocio, que la cían de su santidad: cuando les quitaba los naipes de las
•nsiaba mucho, con un sugelo que la n o m b r ó ; el siervo de manos solía decirles: Perdonadme, que no hago injuria á
Ihos se ofreció pronto á complacerla; pero añadiendo ella vosotros, sino al demonio, que por vuestro medio manejaba
T i e cuando hablase con dicha persona fingiese que trata- estos naipes. Era tan sabida esta costumbre suya de quitar
ha el asunlo por si mismo y nó por encargo que se le h u - á los jugadores los naipes de sus manos y de rasgarlos,
biese hecho, Serafin la d i j o : Señora ¿ c ó m o juzga vuesa que al verle desde lejos, soban decirse reciprocamente:
merced quC un religioso es capaz de fingir? Quien está de- Acabemos, acabemos, que viene Fr. Serafín : y dejaban en
dicado al servicio divino como yo, está obligado á proce- efecto el juego.
der clara y sincoramenie con todos. Estas razones no con- Iguales, y aun mayores ansias manifestaba el siervo de
vencieron a la dama, ánles prosiguió diciendo era neeesa- Dios de quitar de las casas las pinturas inmodestas, quo
m conduen- el negocio de este modo, á fin de quo saliese él solía llamar pecados permanentes, y escándalos pen-
fehzmente, y q u e a u a cuando se dije.e alguna pequeña dientes de la pared, entre guarniciones de oro; y son ver-
menura, sena esta oficiosa y de poca consideración: se a l - daderamente un funesto manantial de innumerables c u l -
oro el buen rel.gmso al «ir el nombre de mentira, y san- pas, especialmente en la incauta juventud. Por eso en
tamente md.gnado la d.jo claramente; Si asi es, yo no soy cualquiera parle en donde le acaeciese ver alguna de es-
a propósito para scrv.rla; y volviéndola las espaldas, se tas pinturas, rogaba y conjuraba á los dueños de la casa
parbó de su presencia dejándola {seria difícil decir) si mas para que las rasgasen ó quemasen, sin querer admitir la
confundida ó mas edificada de la inocente simplicidad v excusa que muchos daban para retener tales imágenes,
singular pureza de conciencia del hombre de Dios Esta diciendo, que eran pinturas de precio y de excelente p i n -
inocencia y pureza, que conservó en toda su vida, sin cel : ántes por eso mismo, replicaba el santo, hay mas r a -
manchar j a m á s su alma con culpa alguna grave, se hace zón para abolir semejantes pinturas, cuanto representan
216 L A L E Y E N D A D E ORO. DIA 12.
mas al vivo, y con mayor arfe la inmodestia y la desnu- letras, como lo era el santo, la vida ejemplar y adornada
dez de aquellas partes que aun el mismo rubor natural de virtudes heroicas! Acompañaba el santo este ardiente
pide que se cubran y escondan. Pero en las casas donde celo de la gloria de Dios con una caridad liernísima hacia
tenia mayor confianza, si le ocurria ver cuadros deseme- sus prójimos. Visitaba los presos en las cárceles, los con-
jante especie, él mismo de su autoridad los quitaba de la solaba en su desgracia, los exhortaba á la paciencia, y se
pared, los rasgaba y echaba á las llamas, con aquella a u - empeñaba á su favor con los ministros de la justicia. Asis-
toridad que Dios le daba en semejantes ocasiones, y que tía á los enfermos, los alentaba con sus dulces palabras, y
sus singulares virtudes, y los muchos milagros que Dios los servia como el mas diligente y piadoso enfermero en
obraba por su medio, le hablan conciliado. Del mismo los ministerios mas bajos y fastidiosos, con tanto contento
modo era solícito en quitar de manos de las personas los de su alma, que hallaba en oslo todas sus delicias. O l v i -
libros de las vanas poesías, los cuales con la dulzura del dado de sí mismo, y de las necesidades de su propio cuer-
verso destilan en el corazón de los lectores el veneno de po, se entristecía y se angustiaba por las necesidades aje-
la ujuria. Un dia vió á una dama que leia el Ariosto : el nas, y hacia todo lo posible paia remediarlas. Contenlán-
bienaventurado Serafín la reprendió de esta lectura, de la dose para su comida con medio pan cada dia, la pilanzu y
cual no podía sacar otro fruto, que el de llenar su mente casi todo lo demás que le daba la comunidad, lo roparlia
de vanidad, y su corazón de profanas indecencias y de entre los pobres, y aun en un afio de carestía s* privó pa-
obscenidades; y la exhortó á leer libros espirituales p r o - ra los pobres de la mitad del meilio pan que reservalia
vechosos á su alma, y ella le prometió qne así lo baria en para su sustento. Manifestó Dios con varios milagros (¡uo
adelante. No hizo menor guerra el siervo de Dios á las v a - le era muy acepta esta tierna niiscricordia (pie Seralin te-
nidades de las mujeres, y á la locura de adornarse en nia para con los pobres; porque no teniendo alguna vez
una manera ^impropia y escandalosa; y logró con la efi- bastante pan para repartirles, suplía esta falla dándoles
cacia de sus persuasiones reducir á muchas damas á aban- una porción de verdura que cogia de la huerta del con-
doiiür las galas, y á vestirse en una manera conveniente á vento; y reprendiéndole esto el g u a r d i á n , dic iendo, que
una señora cristiana; esto es, á una hija de Dios y discí- faltaría después á la comunidad la hortaliza que necesita-
pula de Jesucristo crucificado. No obstante, hubo una p t ba, le dijo Serafín, que estuviese de buen ánimo, que no
despreció sus santas amonestaciones, diciéndole: ¿Qué dejaría por eso la comunidad de tener en abundancia la
pretendéis de mí ahora que soy joven? cuando sea vieja verdura qne necesitaba ¡ y en efecto, á la mañana del dia
renunciaré todas las pompas. Mas el bienavenlurado Se- siguiente se vieron crecer nuevos retoños en las plantas,
rafín la respondió: Cuando no se da cumplimiento á las de las cuales había sacado el siervo de t>íos la hortaliza
voces de Dios á su tiempo , después falta el tiempo para que bahía dado á los pobres. Después el guardián conce-
reparar el perjuicio. Kslas palabras fueron una profecía; dió á Serafín un pedacíto de la huerta, para que la c n l l i -
porque la dama poco después enfermó, y en medio de la vase á su gusto y diese á los pobres la verdura que de
carrera de su vanidad compareció en el tribunal de Dios ella se sacase; y era cosa asombrosa ver que aquel peda-
con poca disposición, y en consecuencia con poca esperan- cifo, cedido al sanio, producía mas hortaliza que toda la
za de su salvación. restante huerta, reservada para la comunidad, aunque
mucho mejor cultivada,
El mismo zelo que ardia en el pecho de! siervo de Dios,
le hacia correr con prontitud á las casas donde sabia Pero la virtud en que mas se distinguió Serafín, fué sin
que había disensiones y escándalos, á fln de hacerlos duda la paciencia y la mansedumbre, que suelen ser la
cesar; y tanta é r a l a energía de palabras y la eíicacia prueba menos sospechosa d é l a sólida piedad. Su vida fué
de sus razones , que hasta Jos pechos mas exaspera- un continuo ejercicio de estas virtudes, habiendo sido i n -
dos, y los escándalos mas envejecidos se le rendían. numerables las ocasiones (pie tuvo de practicarlas, ya con
Supo una vez, que en una casa de las principales do la sus guardianes, quienes, ó por indiscreción, ó para m o r -
ciudad de Ascoli, reinaba una fiera discordia entre la sue- tificarle y tenerle lejos del peligro de desvanecerse , le
gra y la nuera, de la cual se seguían lamentables efec- molestaron de muchas y varías maneras; ya también de
tos. Por eso fué el santo á apaciguar aquellas dos señoras, sus jiermanos los religiosos de su mismo convento, de los
y después de haber visto que eran inútiles todas las tenta- cuales, permitiéndolo asi Dios nuestro Sefior. varias veces
tivas de que habla usado, [ oí- estar ambas muy obcecadas fu¿ maltratado; ya por fin de los estraños, en las ocasio-
de la pasión, se echó por tierra delante de ellas, desha- nes en que, haciendo su oficio de limosnero, discurría por
ciéndose en un copiosísimo llanto, y rogándolas encareci- la ciudad, y por las aldeas y lugares circunvecinos, no
damente reflexionasen, no solo sobre los males cspiritualos fallando jamás malvados que aborrecen la virtud y p e r s i -
qne con su discordia hacían á sus propias almas, sitio guen á las personas virtuosas. Pero el siervo de Dios
también sobre los males temporales que causaban á toda siempre estuvo firme y constante, sufriendo todos los m a -
la familia. Su llanto y humildad ablandaran el corazón les que se le hacian con una paciencia invencible, sin a l -
de aquellas dos Aeras; por lo que allí mismo en presencia terarse ni turbarse j a m á s . De los muchos ejemplos de su
del santo renunciaron todo rencor, y se abrazaron, y con invicta paciencia é Inalterable mansedumbre, que se leen
una sincera reconciliación hicieron revivir en sus almas y en su vida, solo referiremos aquí los siguientes. Un dia,
en toda la familia la calma deseada. Fueron innumerables habiendo dejado de hacer alguna cosa del convento qne
los que por medio de sus exhortaciones, animadas del es- se le había encargado, el guardián en presencia de otras
píritu de Dios, se reconocieron de sus defectos haciendo personas le cargó de palabras picantes y de injurias, d i -
de ellos una sincera penitencia, abrazando unos el estado ciéndole, que era un hombre que para nada era bueno,
religioso, y enfervorizándose otros en la piedad y la de- que era un estólido, un desobediente y otras cosas de esta
voción : itanlo puede en un hombre, aunque idiota y sin misma calidad: d u r ó l a invectiva casi un cuarto de hora,
DÍA 1-2. OCT UBRE. 217
después de la cual el siervo de Dios se echó á los pies de feneció su mordaz invectiva diciéndole, que no engafiaria
su coi'reclor, y se los besó, dándole las gracias y prome- á Dios, como e n g a ñ a b a á los hombres: el sanio, nada en-
liéndolc una seria enmienda de sus defectos. Otra vez, tristecido por esta afrenta, se humilló, y con mucha apa-
yendo por compañero del padre guardián, fué éste á una cíbilidad se recomendó á las oraciones de aquel religioso.
iglesia, á fin de exorcizar allí á una seftoil que se decia No lo recibió del mismo modo el compañero del bienaven-
estar obsesa ó espiritada: algunos de los circunstantes turado Serafín, pues juzgando que con aquella injuria se
preguntaron al siervo de Dios si creia que aquella mujer menospreciaba el sagrado hábílode su religión, quería que
fuese verdaderamente obsesa Q poseída de los demonios; se diese parto á los superiores , manifestándoles el debido
á que alumbrado de una luz celestial, respondió Serafín resentimiento: pero el siervo de Dios le aquietó, diciéndo-
con simplicidad é ingenuidad, que no lo creia. Habiendo le , que la verdadera gloria de un religioso consiste , nó
el guardián oido esta respuesta , se volvió al momento tanto en amar mucho á Dios , trabajando mucho por su
contra el sanio, todo enfurecido, y le dió una terrible r e - gloria, cuanto en el padecer mucho por su amor. En una
prensión, llamándole insolente y temerario, pues siendo palabra, la mansedumbre y paciencia del siervo de Dios
lan ignorante como era, osaba hablar de tales materias en habían llegado á tal grado de perfección , que parecía i n -
presencia de los religiosos doctos que allí so hallaban, y sensible á las injurias y desprecios, aunque de otra parle
le mandó que en pena de su atrevimiento besase la tierra, fuese de un natural ardiente y sentido ; por lo que tuvo
y pidiese perdón á todos; lo que el siervo de Dios ejecutó mucho que trabajar para llegar á ser dueño de sí mismo,
prontamente , sin manifestar la mas mínima turbación. y superior á todos los movimientos de ira ó de impacien-
Paseándose otro dia el guardián del convento de Ascoli pol- cia, como él mismo en cierta ocasión lo confesó á una per-
la huerta del mismo convento con un religioso forastero, sona su confídente , que le habia preguntado sobre esle
vió al santo que hacia oración en una pequeña capilla, particular. Yo he empleado treinta años (le dijo) para v e n -
coi-respondiente al claustro de la portería, y á fin de ha- cer osle monstruo , y finalmente, después de un dilatado
cer prueba de su virtud, se acercó á 61, y con un rostro ejercicio de padecer, el Señor me ha hecho esta gracia do
serio y palabras sentidas le d i j o : ¿Qué haces aquí, hipo- ser insensible como un tronco ó una piedra á todas las
critazo? El Sefior enseña que la oración se haga en el afrentas.
aposento cerradas las puertas, y tú la haces en público Había ya cuarenta años que el bienaventurado Serafín
para ser visto: levántate de aquí e n g a ñ a m u n d o s , y aver- servia á Dios en espíritu y verdad en el estado religioso,
güénzate de e n g a ñ a r de este modo á los pobres foraste- edificando á todos con sus singulares virtudes , y siendo
«•os: á estas asperísimas reprensiones el bienaventurado favorecido de Dios con muchosdones sobrenaturales, que
Serafín se humilló hasta la tierra, besándola con respeto, fueron el de profecía, el deconocer los ocultos secretos del
y sp partió de allí con una boca de risa, como si hubiera corazón, el de obrar cosas prodigiosas, y singularmente el
'"ocibido alguna cosa de su gusto y provecho, lo que cau- de sanar las enfermedades con solo bendecir los enfer-
só mucha admiración y ediücacion al religioso forastero. mos con un crucifijo que tenia. Pues fueron tantas las en-
De este mismo modo fueron sin número los desprecios, fermedades que sanó de este modo milagroso, y tantos los
apodos y repi-ensiones que en varias ocasiones recibió de enfermos que aun de partes muy distantes acudían al santo
los religiosos sus compañeros, y de otros muchos, sin o b - para que les bendijese , que á veces pasaba en esta ocu-
servársele j a m á s el mas mínimo movimiento de ira ó de pación todo el dia, y el convento se llenaba de tantas gen-
impaciencia ; ántcs al contrario correspondia con benefi- tes que pedían ser bendecidas de Serafín , que el guar-
cio§ á los que le mallralaban é injuriaban. Ucprcndia un dián de Monlc Granaro para impedir el disturbio de la co-
dia el santo con mucha humildad á on seglar un delito munidad, estuvo casi resuelto de mandar al santo no usa-
que habia cometido ; pero é l , á manera de ün frenético se de la gracia de curación que Dios le habia concedido.
que se vuelve contra el médico que procura curarle, se Esta gracia de hacer milagros concilio al santo tanto res-
volvió contra Serafin lleno de furor, y teniendo en la mano petoy veneración de los ciudadanos de Ascoli, que cuando
un pedazo de plomo, le dió con él tan terrible golpe en la pasaba por las calles , nó solo le besaban el h á b i t o , s i -
c;'bcza, que le habría dejado allí mismo muerto , si Dios no que algunos le cortaban pedazos de él para conservar-
milagrosamente no le hubiese conservado la vida ; y con los por reliquias.
todo estuvo tan lejos demostrar el mas mínimo resenli- Se acercó por fin el tiempo en que Dios quería cumplir
nuenlo, que antes al contrario, con una cara jovial le puso al santo les deseas que tenia, de ser libre de las ataduras
hi mano en las espaldas, y acariciándole le dijo : ¡ Cuánto del cuerpo para irse al cíelo ; que eran tan ardientes, que
le soy obligado! Otra persona que estaba poco satisfecha solía decir : Me es insufrible este destierro , que me tiene
del siervo de Dios , porque cierto asunto no habia salido léjos de Dios ; yo deceo que presto se acabe para i r á go-
como deseaba , aunque en eso él no tuviese ninguna cul- zarle. Porque en el mes de octubre del año 160 í fué aco-
P<i> encendido en ira, ó para decirlo mejor poseído del de- metido con mayor fuerza do ana enfermedad de pecho,
'"onio, le descargó una bofetada con tanta fuerza , que le que de algún tiempo le molestaba, aunque el santo no ha-
hizo estremecer toda la cabeza; pero el siervo de Dios r e - cia de ella caso , ni hablaba de ella con persona alguna,
cmió esta bofetada, nó como una ignominia , sino como si gustando de padecerla con silencio por amor de Jesucris-
subiese recibido alguna caricia ; pues sin conmoverse, le to crucificado ; vino el médico á visitarle , y c r e y ó que o]
puso la mano en el hombro con mucha alegría como tenia mal era de ningún peligro ni imporlancin ; pero el santo,
de costumbre, diciéndole : Dios te bendiga. Iba un dia con que habia tenido una revelación ó presentimiento de s »
u» eompanero á la limosna de la lana, y encontrándole un cercana muerte, pidió con mucha instancia los sanios sa-
religioso de distinta órden, empezó á llamarle de palabras cramentos, diciendo claramente y sin turbación , que poco
descomedidas , tratándole de hipócrita y escandaloso , y le quedaba de vida. Para condescender , pues , á sus t é *
TOMO I U , 28
218 LA LEYEND A m ORO. DÍA m
dientes deseos y fervorosas s ú p l i c a s , le fué adminislrado el di a 12 de octubre, en que se celebra la fiesta del santo,
el santísimo viático , que recibió con l á g r i m a s de (ernísi- fué á la iglesia de los padres capuchinos , y puesto de-
m i devoción ; después pidió con mucha ansia la extrema- lante del altar del santo lleno de una fé muy viva, dijo
unción : pero el superior, creyendo- que no se hallaba en con sencillez al santo: Mira como lo has de hacer, porque
peligro de muerte como lo aseguraba el m é d i c o , rehusó yo no me tengo de ir de aquí sin estar sano. Continuando
condescender á sus instancias , diciéndole que ya habría esta oración con la mano derecha , sacó la siniestra del
tiempo, y que moderase entre tanto aquel sobrado ardor: pañuelo de que la llevaba pendiente, y la puso sobre el
á que replicó el siervo de Dios, con igual aseveración que altar; y á poco tiempo sintió que ya estaba enteramente
huüiildad : Tendrán después pesar de d a r m « este sacra- sana y buena; luego e x c l a m ó : Bendita sea la santísima
mento con demasiada prisa. En efecto poco se tardó en Trinidad, i y q u é admirable es Dios en s u s santos ! Como
saber , con cuánta razón el santo se hubiese apresurado la iglesia estaba llena de gente, acudieron lodos á ver el
en pedir este sacramento, que es el último conforlalivo del milagro y á reconocer la mano paralitica , y la hallaron
almacrisliana, para pasar á la eternidad. Porque mientras fuerte , robusta, de buen color, y restituido á ella el sen-
se enlretenia en dovolos y fervorosos coloquios con Dios tido y calor natural, como si en ella no hubiese padecido
nuestro Seíior, fué sorprendido de un repentino deliquio, ningún mal.
que le redujo á los últimos extremos ; por lo que fué for- "NUESTRA SEÑORA DEL PILAR.—Sabido es que la Virgen
zoso administrarle el sacramento de la extrema unción santísima ántes de su gloriosa asunción á los cielos vino á
con la prisa posibie, según lo hahia predicho ; y acabada España , apareciéndose al apó-slol Santiago en Zaragoza
esta sagrada función, acabó él también el curso de su v i - sobre una coluna de mármol, de donde ha tomado el n o m -
da, y entregó su bienaventurada alma en las manos de su bre de Virgen del Pilar. De ahí es que según tradición de
criador , a 12 de octubre de dicho año 1604 , y á los se- la Iglesia de E s p a ñ a , desde los primeros tiempos de la
senta y cuatro años do su edad. Los muchos milagros que Iglesia tuvo la santísima Virgen María capilla y altar en
Dios ha obrado después de su muerte por su intercesión, la ciudad de Zaragoza, cuyo culto y devoción se propagó
han hecho siempre mas pública y mas auténtica su san- á los d e m á s pueblos de la península. Gomo han sido y
tidad. son muchos los favores que los españoles han esperimen-
Benedicto X I I I , le beaticó solemnemente, y Clemen- tado de la Reina de los ángeles de ahí es que la profesan
te X ! 1 I , le puso en el catálogo de los santos, habiendo una devoción inviolable, y esta devoción misma los ha
antes aprobado á este efecto los dos milagros siguientes.. reanimado para levantarla suntuosos templos y magníficos
El primero se obró en la ciudad de Ascoli con Genaro altares dedicados todos en honor s u y o , dando así prue-
Ranali, italiano , al cua!, habiéndole salido el afio 11 í í bas incontestables de s u reconocimiento y gratitud á lan
un tumor en el sobaco izquierdo, que le causaba intensísi- soberana Señora.
mos dolores , se le hizo abrir en Yiena de Austria por un LOS SANTOS EVAGRIO, PRISCIAM), T SOS COMPAÑEROS, 'MÁR-
famoso cirujano e s p a ñ o l , pero esta operación no le pro- TIRES.—•-Derramaron su sangre por la fe de Jesucristo,
dujo el menor a l i v i o , ántes se le abrieron otras dos llagas, reinando el emperador Decio , por los afios de 250. Su
de las cuales salia mucha sangre y materia de mala cali- martirio según el cardenal Baronio, tuvo lugar en la c i u -
d a d ; consultó á otros cirujanos hábiles , y entre ellos á dad de Roma.
Moliuari, que era cirujano del emperador ; pero ninguno SANEDISTIO, MÁRTIR.—Era de Ravena y habia abra-
supo curarle ni aliviarle con todos ios remedios y opera- zado la religión cristiana á vista de la constancia y de los
ciones de su facultad; por lo que lodos le amenazaban que milagros de los m á r t i r e s . Acabábase ya la persecución
su mal pararia á una mortal gangrena ; en vista de lo que suscitada por el emperador Diocleciano, cuando fué este
le aconsejar on , volvióse á Italia á probar si con los aires santo llevado al tribunal del juez pagano, y negándose á
nativos lograrla algún a l i v i o : púsose en camino, y con adorar á los dioses , fué decapitado en s u misma patria en
increibles trabajos , -yendo de un hospital á otro, descu- c¡ camino de Loreto , el ano 3 0 8 . Su sagrado cuerpo fué
briendo en todos su m a l , llegó por fin á Ascoli; y oyendo sepultado en el mismo lugar del martirio , y después co-
los milagros que el Señor obraba por el beato Serafín, se locado en una iglesia dedicada á su nombre.
fué á la iglesia de los padres capuchinos, donde hizo al SANTA DOMNINA, MÁRTIR.—Nació en Licia. Ocupada e n
sanio una fervorosa oración .- llegó en esta ocasión el pa- los deberes de su estado y en la práctica de todas las v i r -
dre guardián., quién exhortándole á confiar en la protec- tudes cristianas , fué presa por unos lictores griegos, y
ción del santo, hizo sobre las llagas la señal de la cruz conducida á la presencia del prefecto. Allí confesó á Jesu-
con el mismo crucifijo que traia el santo mientras vivía: cristo con voz entera y ánimo libre, detestando á los dioses
continuó el paciente su oración y de improviso se conoció falsos y amenazando con la indignación del cielo á s u s
curado, movió el brazo y se halló sin dolores: descubrió adoradores. Después de ésto fué cruelmente azotada, y en
las llagas y las vió cerradas y curadas perfectamente; seguida llevada á la cárcel, donde permaneció algunos
quedándole el brazo sano y bueno. dias sin tomar alimento n i bebida. Posteriormente la s a -
El segundo sucedió en la misma ciudad de Ascoli, á 12 caron de la cárcel para azotarla con mas crueldad que á n -
de octubre de 11<J1, con Hugo Antonio Carteli, vecino tes, descarnarle lodo el cuerpo, aplicarle planchas e n -
de la misma ciudad. Hallándose en la edad ya de setenta cendidas en los costados , y romperle una porción do
y cuatro a ñ o s , fué acometido de una perlesía en la mano miembros. E n este lastimoso estado la condujeron olra vez
izquierda, dejándosela como si fuera muerta y destituida á s u calabozo, y dentro de poco acabó en él gloriosamente
totalmente del movimiento, del sentido y del calor: pa- su vida, cantando divinas alabanzas, el a ñ o 3 0 1 .
deció por espacio de cuatro meses este m a l , sin hallar LA CONMEMORACIÓN DE CUARTO MIL NOVECIENTOS SESENTA
alivio alguno en los muchos remedios de que usó^ pero en Y SEIS SANTOS AFRICANOS.—Estos santos que celebra hoy
DÍA 13. OCTUBRK. 219
la Iglesia , inárliros y confesores, fueron de África, y fio- abad, hijo deEranlo , varón ilustre y de lá casa de 11a-
rccieroíi duranle la persecución de los vándalos siendo rey- ganon, duque de Austrasia y de Elelrude, hermana de
el bárbaro Unnérico. De ellos unos eran obispos, oíros pres- EsU'ban , obispo de Tongeren, y desde nifio muy bien i n -
bilercs otros diáconos y muchos seglares, y lodos sin distin- clinado á todas las cosas de virtud. Habiendo ya salido
ción por defender la fé católica fueron desterrados á un á s - de los tiernos años de la nifiez , y entrando en la juvéntiíd
pero desierto. Algunos de ellos murieron por el camino en resplandeció en Gerardo una modestia de costumbres tan
fuerza de los malos tratamientos que los daban los soldados grande y una prudencia en sus consejos tan rara , y en
que les acompañaban; pues los punzaban con los cuentos de sus palabras (anta suavidad y elegancia , que la gente se
las lanzas para que corriesen , los apedreaban, á otros los le comenzó á aficionar; y particularmente Bérengaiio,
ataban por los piés y los llevaban arrastrando por los l o - conde y señor de Namur, le cobró tanto amor que le llevó
gares escabrosos, como si fueran cuerpos mnerlos y les á su casa y se servia de él para muchas cosas de impor-
descoyuntaban así lodos sus miembros. Por último, ó en tancia , porque era hombre para la paz y para la guerra;
el camino ó en el destierro , afligidos con diverso género y así le envió á Francia por su embajador , para despa-
de tormentos, casi todos ellos consumaron el martirio. char algunos negocios graves que ké )e ofrecían. Había,
De entre todos ellos hace la Iglesia particular mención antes de esta jornada á Francia , tenido Gerardo en sueños
de los obispos SAN FÉLIX Y SAN CIPRIANO. cierta visión, en que se le mandaba que r e p á r a s e l a igle-
SAN MONAS, OBISPO Y CONFESOR.— Estando vacante la sia de Bromio que habia sido fundada de Pipino , y estaba
silla de Milán y hallándose el clero y el pueblo reunidos mallraiada , y que trasladase á ella las reliquias de san
para la elección de un pastor, se apareció una luz m i l a - Eugenio, m á r t i r , arzobispo de Toledo. Él habia ya edi-
grosa , que rodeando á Monas, designó que aquel era el ficado la iglesia , y dádole muchas heredades y posesio-
designado por el Sefíor. En seguida fué unánimemente ele- nes; mas no sabia cómo llevar á ella el cuerpo del g l o -
gido y luego consagrado, atestiguando en lo sucesivo por rioso san Eugenio, ni donde estaba; pero sucedióle en
sus virtudes y milagros que habia recibido del ciclo su esta jornada de Francia, qne caminando un diá con deseo
misión. Gobernó la diócesis de Milán por espacio de c i n - de llegar á la ciudad de P a r í s , Icsobrevino la noche y se
cuenta y nueve afios con prudencia y santidad y particu- hubo de detener en el monasterio de San Dionisio, cerca
larmente con admirable fortaleza en tiempo de la persecu- de la ciudad: y entrando en la iglesia para encomendarse
ción , y finalmente murió en dichosa paz en medio de su al Señor y á los santos que en aquella eran honrados,
rebaño en el siglo l l í . oyó hacer conmemoración de san Eugenio, mártir : y
SAN SALVINO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en Yerona, queriendo'saber quién era aquel Eugenio, supo que era
cuya ciudad ilustró con sus ejemplos y sabiduría. Fué san Eugenio primer arzobispo de Toledo y discípulo de
A m p i a r de penitencia, y siendo tentado de la incontinen- san Dicnisio; y que después de su maestro habia sido
cia, maceró su carne con cilicios y ayunos, y con asidua martirizado en Francia; y que su sagrado cuerpo estaba
oración. Su humildad fué tan elevada, que se tenia allí sepultado y venerado , resplandeciendo con muchos y
por el m a s despreciable y abatido de los hombres; pero grandes milagros en todo el reino de Francia.
sus eminetilcs virtudes le hacían considerar por cuantos Eslrañamentc se gozó Gerardo con estas nuevas, pare-
1c conocían como un modelo acabado de perfección. Poseyó ciéndole que se le abria camino para cumplir y poner
el don de milagros y fué perfecto en todas sus obras y por obra loque se le habia significado del cielo. Pidió con
acciones, mereciendo que Jesucristo se le apareciese en mucha instancia al abad y monges de San Dionisio, que le
su última hora para conducirlo á la patria celestial. diesen el cuerpo del santo: y como no se. lo concedieren,
SAN MAXIMILIANO , OBISPO Y CONFESOR. — Natural de fué á la córte del conde Roberto (que después fué r e y ) , y
Hungría y educado en la práclica de las virtudes e v a n g é - trató los negocios á que iba, y volvió á dar ciiénlá de ellos
licas , fué el ornamento de su noble familia y de la Iglesia al conde Berengario, y suplicóle qne le diese licencia para
de Dios. Su instrucción en las ciencias sagradas y su acri- dar libelo de repudió á todas las cosas de la tierra, y r e -
solada virlud le merecieron los sufragios del clero y del cogerse á servir al s e ñ o r : y aunque con mucha dificultad
pueblo para ser elevado á l a silla episcopal de Lorch, cuya y tristeza del conde, alcanzó su beneplácito; y tomando
diócesis gobernó con prudencia y distinción, dotándole el primero la bendición de Esteban, obispo de Tongeren,
cielo con el don de profecía y de milagros, los cuales se volvió al monasterio de San Dionisio, y pidió el hábito, y
continuaron en su sepulcro después de su dichosa muerte. se hizo religioso en aquel santo convento, donde fué espe-
Sus reliquias se conservan en la iglesia de Celene, en el jo de toda santidad y virtud. Allí comenzó á estudiar y
mismo reino de Hungría. aprender desde las primeras letras, como un n i ñ o ; y
SAN EUSTAQUIO, PUESBÍTEUO Y CONFESOR.—Floreció en aprovechó tanto en las humanas y después en las divinas,
Siria, y aunque ignoramos la é p o c a , sabemos por un a n - que á los nueve años de su conversión se ordenó.de sa-
tiguo escritor llamado Pedro y por el venerable Boda, que cerdote, con gran humildad y gozo de su espíritu, y edi-
fue insigne este sanio en la penitencia , la caridad con los ficación y aprovechamiento de los otros monges, á los cua-
pobres y el zolo por la gloria de Dios. les era g r a t í s i m o , y tenido de todos en gran veneración;
NUESTRA SEÑORA DEL RiwsM0 ^0tr08 ponon g(l fics|a porque conocían que era varón de Dios, y adornado d é l a s
en el día 8 de este mismo mes. Es uno de los mas hermo- raras virtudes y gracias del Señor. Honraba á. los viejos:
sos y poéticos títulos, bajólos cuales es invocada la Reina amaba á los mozos: afligía su cuerpo con ayunos: gasta-
de los ángeles. ba las noches en oración: tentase por el menor de todos,
y tratábase como fiel míníslro de Dios: estaba m u y .asido
DIA 13.
á la guarda de su regla : su vestido era v i l y su comida
SAN GERARDO, ABAD Y CONFESOR.—Fué san Gerardo, poca, en la obediencia pronto y en las injurias sufrido.
%W L A L E Y E N D A DE ORO. DIA 13.
Todo su deseo era hacer lo que Dios lehabia mandado, y hombre poderoso y muy j i c o ; pero muy atormentado de
y llevar á la iglesia de Bronio las reliquias de san Euge- dolor de piedra : para el cual no hallaba remedio, habien-
nio. Para esto hizo juntar al abad y á los monges; y de- do probado todos los que la medicina y los grandes m é d i -
claróles la revelación que habia tenido de Dios, y rogóles cos le podian dar. Parecióle que la salud le habia de ve-
que lo diesen aquel precioso tesoro de las reliquias de san nir del cielo, y que san Gerardo con sus oraciones se la
Eugenio, y que le dejasen ir á cumplir lo que el Señor le podria alcanzar de Dios: rogólo instantemente, que le
habia mandado. Vinieron bien en ello los monges: diéronle librase de aquel tormento cruel y perpetua agonía que
parto del cuerpo, y algunos de los mismos religiosos que padecía. Excusóse el santo por su humildad, diciendo que
le a c o m p a ñ a s e n ; el santa, muy contento y regocijado, no era digno de tan grandes favores del S e ñ o r ; y final-
llevó sus reliquias y las colocó en aquella iglesia. Fué mente, como Arnulfo, con el deseo y ansia de la salud
tanto el concurso de los pueblos, por donde pasaban, y le importunase, san Gerardo le aconsejó que repartiese
las fiestas y regocijos que se hacian por todos, en el r e - con los pobres sus grandes riquezas, y que ayunase tres
cibimiento do las sagradas reliquias, y tantos los milagros dias, y se confesase y comulgase; porque de esta manera
con que nuestro Señor las honraba y inagniücaba, que no granjearla la voluntad del Señor, en el cual esperaba que
se pueden decir con pocas palabras. Para mejor servicio y le oiria y le concederla entera salud Todo lo hizo el m a r -
adorno de aquella iglesia y edificación de los fieles,quitó q u é s , como el sanio se lo d i j o ; y en acabando san Gerar-
de ella á los clérigos, que primero él mismo había puesto, do de decir misa, y él de recibir de su mano el santísimo
y puso en su lugar los monges que llevaba consigo, é cuerpo de nuestro Señor, echó la piedra que tanto le f a t i -
instituyó en aquel lugar un monasterio: y habiéndole go- gaba, y cobró milagrosamente la salud. Ofreció grandes
bernado algún tiempo, por la mucha gente que acudió á dones, y mueba cantidad de oro y plata Arnulfo, á san
él, y le inquietaba, uombró otro superior, y él se retiró á Gerardo; pero él no quiso aceptar para sí nada: porque
otro lugar mas apartado, para vacar mas al Señor, y decia, que cl-raongc que en la tierra tiene peculio, no tie-
darse á la contemplación con mayor libertad y paz de su ne parte en el cielo, ni se puede llamar religioso. Pero
alma. Arnulfo le conjuró é importunó lanío, (ftui fué forzado ú
Entre los otros sanlos.que cultivaron los estados de Flan- aceptar la décima parle de sus bienes, para repartirla á
des y sembraron en ellos la palabra evangélica, fué uno los pobres; y él con gran prudencia y fidelidad la dispen-
san Gislcno, de nación griego: el cual, por divina revela- só. También le encomendó la administración y gobierno do
ción, dejando su patria vino á Roma, y de Roma á los es- todas las abadías que tenia en su estado; y san Gerardo
lados de Flandes, y en la provincia de Ilcnao, ó Anonia, se encargó de este trabajo tan pesado, por la necesidad
fundó una iglesia que llamó Cela, á honra de los gloriosos que habia de reformar y poner en mejor orden algunas de
príncipes de los apóstoles san Pedro y san Pablo. Allí v i - ellas. Entre los otros tuvo mucho que hacer, en componer
vió y murió santísimamcnle, y fueron colocadas sus pre- y asentar el monasterio blandinense, que san Amando
ciosas reliquias. Mas andando el tiempo, los clérigos que habla fundado en Cante: porque algunos clérigos le ha-
vivían en Cela, no daban el ejemplo que á su estado con- bían despojado y casi asolado; pero él los echó, y puso
venia, ni trataban las reliquias de san Gisleno, con la de- en su lugar monges: y pretendiendo los que habían sido
cencia y reverencia que era razón. Apareció el sanio á echados malar al santo, aunque estuviese en el altar d i -
Gisleberto, duque de Lorena, y avisólo que pusiese en ciendo misa, y queriendo ejecutar su maldad ; mirándolo
aquel lugar á Garardo, abad, y quitase á los que allí osla- al rostro, vieron en él una cosa mas que humana, y so
ban; y el duque envió al obispo de Cambray, y á un con- l-rbaron, y despavoridos y sobresaltados, se echaron á
de principal, á buscar á san Gerardo, y rogarle con m u - sus piés, y le pidieron p e r d ó n . Tuvo cargo de diez y ocho
cha instancia que se encargase del gobierno del convento monasterios, y por su gran solicitud é industria, plantó en
de Cela, para cumplir con lo que san Gisleno le mandaba. ellos la vida y observancia religiosa, y muchos tomaron
Halláronle los embajadores escondido en su r i n c ó n ; y el hábito de religión, por vivir debajo de su disciplina
apenas pudieron persuadirle que a c é p t a s e l a dignidad de y regla. Finalmente, habiendo tenido revelación de su
abad: pero finalmente, entendiendo ser aquello la volun- dichoso t r á n s i t o , puso en cada monasterio superiores
tad del S e ñ o r , bajó la cabeza y lomó el cargo, y quitando que lo gobernasen, y recogióse al suyo antiguo y pobre,
á los clérigos, por ser escandalosos, fundó en aquel lugar dfrBromio, en que habia colocado las reliquias de san E u -
un insigne monasterio de monges, y con una revelación genio mártir, y allí, cargado de dias y merecimientos, dió
que tuvo, apareciéndosele san Gisleno, halló sus santas su espíritu al Scfior; el cual le ilustró con muchos m i l a -
reliquias, que las hablan hurlado, y las tornó á su lugar, gros en vida y en muerte.
y procuró con la santidad de vida y.con amor y dulzura, La vida de san Gerardo, escrita á Gunlcro abad, trae
ganar los ánimos de sus subditos, ó inflamarlos cada dia el P. Fr. Lorenzo Surio en su quinto tomo. Tritcmio dice
mas á la perfección, juzgando que es mas fuerte el amor que san Odón, abad cluniacense, la e s c r i b i ó ; y Pedro,
que ol temor, para gobernar bien á los que por el amol- diácono dice que también la escribe Gregorio, obispo de
de Dios se sujetan al yugo de la religión. Tarracina. Ilace mención de san Gerardo abad, el m a r t i -
Decia cada dia misa; y una vez vino una mujer ciega y rologio romano, á los 3 de octubre; y Tritemio y Mohíno
pidió que le diesen del agua con que el santo, diciendo en la adiciones de Usuardo y en el catálogo de los sanios
misa, se habia lavado las manos : lavóse con ella los ojos, de Flandes. Murió san Gerardo el año del Señor de 908.
y luego cobró la vista; aunque Gerardo por su humildad, Los SANTOS FAUSTO, JANUARIO, Y MARCIAL MÁRTIRES.—
atribula este milagro á la fé de esta mujer, y á la virtud Tres hijos de san Marcelo centurión, llamados Fausto, Ja-
del santo Sacramento. nuario y Marcial, padecieron martirio en Córdoba, siendo
Era señor de Flandes á la sazón, el marqués Arnulfo, presidcflle Eugenio, y fué tan grande su fervor y deseo
DJA 13. OCTUBRE. 22I
do morir por Crislo, quesin ser llamados (á lo que parece), imitador de San Pablo por su zelo en la propagación del
se presentaron aljuez y le reprendieron, porque con cruel- Evangelio: Según Galesino, era tal la suavidad de sus
dad trataba á los siervos del Dios verdadero: y habiéndo- costumbres que sus contemporáneos le dieron el título de
les respondido con ¡ra Eugenio, y pasado entre ellos a l - Mdalica , san Dionisio el Areopagila hace de él estraordi-
gunas pláticas, en las cuales los santos con gran libertad nario elogio en su 'carta á Demófilo , y dice un escri-
y constancia dieron á entender al inicuo juez la ceguedad tor antiguo que murió en santa paz, á últimos del siglo
en que estaba, y su determinación y la alegría que tenían primero.
de morir por Cristo; fueron atormentados y despedazados SAN FLOUENCIO, MÁRTIH.—Natural de Tesalónica, y con-
con penas rigurosas. Despedazaron á Fausto poco á poco, vertido á la religión cristiana milagrosamente, se encen-
para que durase mas el tormento: corláronle las orejas y dió en tan grande fervor, que dedicó toda su vida á Jesu-
las narices: r a y é r o n l e cruelmente los cabellos y las ce- cristo. Empezó á predicar públicamente la falsedad de IQÍ
jas : arrancáronle los dientes de las encías de arriba; y el dioses del paganismo y excelencia de los misterios de la
santo mártir todo lo sufria con gozo y júbilo de su cora- fé católica, por cuyo motivo le prendieron y llevaron al
zón, haciendo gracias al Señor. Quiso el tirano espantar á prefecto. Por mandato de éste fué afligido con varios tor-
Januario, mostrándole á Fausto tan maltratado y hecho mentos, y perseverando siempre mas constante en su p r i -
un retablo de dolores: pero viendo que aquel espectáculo mera resolución, le pusieron en el potro , y después de
no le movía, antes le encendía mas en amor de Dios; le haberle descoyuntado, lo metieron en un horno encendi-
hizo pasar por el mismo tormento, y herir y afear de la do, donde cantando divinas alabanzas, entregó su e s p í -
misma manera que Fausto lo había sido. Finalmente aco- ritu á Dios.
metió á Marcial; pero en vano: y desesperado de vencer SAN COLMANO, MÁRTIR.—Al principio del siglo X I , los
á los santos, y temeroso de verse mas á la clara vencido pueblos vecinos del Austria, de la Moravia y de la Bohe-
de ellos, los mandó quemar. Estando atados al palo, no mia, divididos por un' ódío implacable, so hacían entre si
dejaron los bienaventurados y esforzados caballeros de una guerra cruel. Por esta época, Colmano, escocés de
Crislo de amonestar á los cristianos que se hallaron pre- nación, y de sangre real, l l e g ó á la ciudad de Stockenuv,
sentes, que perseverasen en la confesión de la fé, y que situada á seis leguas d e c e n a de paso para Jerusalen,
no temiesen los tormentos, porque no eran tan lerribk'!,, adonde se dirigía en peregrinación. Como el siervo de
como parecían, y se acababan presto, y la corona que por Dois, había atravesado un país enemigo, lo tomaron por un
ellos se daba, era eterna é inmortal. Diciendo esto, el espía, y á pesar de sus protestas de inocencia, lo prendie-
fuego Ies quitó la habla, y sus purísimas almas volaron al ron, le hicieron sufrir una porción de crueldades, y des-
cielo, dejando sus cuerpos abrasados y ofrecidos al Señor pués le colgaron de un árbol, donde murió el día 13 de
en sacrificio. En el mártir san Eulogio muchas veces hay octubre del ano 1012. La santidad de su vida, y su i n -
mención de la iglesia de estos sanios de Córdoba, donde vencible constancia en medio de los sufrimientos, junto á
se conservan y eran reverenciados sus cuerpos, l l a m á n - los muchos milagros que obró el Señor por su intercesión,
dola algunas veces: «Los tres mártires,» De ellos hace lo hicieron mirar desde luego con particular veneración,
mención el Martirologio romano á 13 de octubre; aunque siendo después colocado en el número de los santos. La
san Isidoro, Beda y Usuardo ponen su fiesta á 28 de se- Alemania lo lomó por patrón, y dedicó muchas iglesias en
tiembre. El año de l o 1 5 , á 21 de noviembre, cavando un su honor.
cimiento de la iglesia de San Pedro de Córdoba (que fué
Los SANTOS DANIEL, SAMÜEL, ANGEL, DOMNO, LEÓN, N I -
anliguamenfe catedral), se descubrió un sepulcro do pie-
COLAS, Y IIÜGOLIMO, MÁRTIRES—Estos siete santos eran sa-
dra tosca con ciertas letras, que leídas señalaban estar allí
cerdotes y religiosos del órden de Menores franciscanos.,
los santos mártires de Jesucristo, Fausto, Januario y Mar-
que desde Italia fueron á Marruecos para predicar el
cial, Zoilo y Acíelo, y otros; y habiéndose consultado el
Evangelio á los mahometanos. Habiendo llegado á la c i u -
negocio con el papa Gregorio X I I I , su santidad lo remitió
dad de Ceuta, y empezando á ejercer en ella su ministe-
^1 concilio provincial, que se celebró en Toledo el año
rio, fueron cojídos'por los infieles, de quienes recibieron
de 15Í82, presidiendo en él don Gaspar de Quiroga, car-
multitud de ultrajes. Presentáronlos á un príncipe llamado
denal y arzobispo de Toledo; y á los 23 de enero de 1583,
Mahometo, que teniéndolos por locos, los remitió al g o -
declaró el concilio, que las tales reliquias debían ser reve-
bernador de la ciudad para'que los castigase, y éste, des-
renciadas de lodos los fieles crislianos, como reliquias de
pués de un largo interrogatorio los condenó á ser decapi-
sanios, que reinan con Dios en el cielo. El martirio de es-
tados, cuya sentencia se ejecutó el día 10 de octubre del
tos santos sacó Marineo Sículo de los libros y memorias
año 1221. El papa León X instituyó su fiesta en este día.
antiguas, y se refiere en el séptimo tomo de S u r í o ; y en
SAN TEÓFILO, OBISPO y CONFESOR.— Nació en Asía, fué
el breviario toledano hay un himno, en que se cantan sus
educado en la religión cristiana, y por su eminente .virili-
alabanzas y vioiorias.
dad y singular sabiduría fué consagrado obispo el ano n 6 .
/ S A N CARro, OBISPO.-FUÓ co/vertído á la religión cris- Fué el séplimo patriarca de Antioquía, cuya Iglesia gober-
tiana por el apóstol San Pablo. fkmBtm apóstol en aten- nó por espacio de diez años. Escribió varios tcalados en
c o n á las virtudes de Carpo, Ú nombró consagró á(,s_ favor y defensa de la religión, en los cuales vemos cuán
pues obispo de Troas cmdad del Asia menor, de cuyo elevada era su ciencia y su celo, y murió el año sexto del
punto era natural. Estuvo san Pablo hospedado en casa emperador Cómodo, el 186 de Jesucristo.
de Carpo como se infiere de las palabras de la segunda SAN VENANCIO, ABAD Y CONFESOR.—Nació en las Gallas,
carta á Timoteo cap. i v. 13. «A la venida tráete conti"Éo y siendo aun muy joven, sus padres, que eran ricosy pia^
el capote que dejé en Troas en casa de Carpo y los libros dosos, le obligaron á casarse. Entregóse casi con exceso á-
y mayormente los pergaminos.» Fué Carpo un verdadero los placeres de su estado; pero habiendo ido dentro de poca
222 LA LEYENDA DE ORO. DIA I*'
tiempo á la ciudad de Tours, donde había un monasterio tífice romano estaba á su cargo, llamó de Inglaterra y de
de religiosos muy edificantes y ejemplares, se enamoró otras provincias varones santos y doctos para tan gloriosa
de su método de vida y do la santidad que practicaban; y empresa. Entre los otros que vinieron fué uno Burcardo,
obteniendo el consentimiento de su esposa, lomó el hábito que ya era sacerdote, el cual fué recibido de san Bonifu-io
é hizo los votos. Desde luego aventajó á lodos sus herma- con grande humildad y alegría, y después con el trato y
nos en perfección, de modo que en las primeras eleccio- familiaridad tan eslimado, que le llevó consigo á Roma y -
nes fué nomhrado abad y ordenado sacerdote. Era m u y procuró que el papa, (que á la sazón era san Zacarías) ins-
fervoroso en el sanio sacrificio de la misa, y muchas veces tituyese nuevo obispado en la ciudad de Ilervipoli y le con-
se le vió durante la celebración rodeado de una luz celes- sagrase obispo de él, por su gran sanlidad y letras, y que
tial, y se lo oyó profetizar lo venidero. Poseyó particular le mandase predicaren las provincias de Francia, para
gracia para curar las enfermedades, librar á los poseidos conveiiír con su vida y elocuencia aquellos pueblos (¡toe
y conciliar los ánimos irritados. Murió santamente á fi- estaban en la ceguedad de su idolatría. No pudo san B u r -
nes del siglo I V , memorable en toda clase de prodigios. cardo r e s i s t i r á la voluntad del vicario de Cristo, teniéndo-
SANTA CELIDONIA, VIRGEN.—Por haberse perdido las ac- la (como lo es) por voluntad y obediencia del mismo Cristo.
tas de esta santa solo sahemos por las adiciones puestas Volvió á Alemania: señaláronse los limites de la nueva
en el Martirologio romano por el cardenal Baronio, que v i - Iglesia y diócesis de I l e r v i p o l i ; y san Bonifacio repartió
vió y murió en Subiaco, en la campaña de Roma, donde se líberalmente con esta de las rentas de su Iglesia; y nuestro
halla su cuerpo colocado en la iglesia de Santa Esco- Burcardo, entendiendo la excelencia de su dignidad, y el
láslica. peso de la carga que Dios había puesto sobre sus hombros,
SAN EDUARDO, REY Y CONFESOR.—Véase el dia 5 de enero, pidió humildemente fuerzas al Señor para llevarla: atendió,
donde se halla su vida. como solícito y vigilante pastor, á apacentar y curar el ga-
nado que Dios le había encomendado, alumbrando á los gen-
tiles y reformando las costumbres de los que ya eran cris-
DIA l i .
tianos, y procurando con gran cuidado que los unos y los
SAN BURCARDO, OBISPO Y CONFESOR.—Después que nuestro otros sirviesen de veras al Se'ior. Era blando en sus pala-
Señor miró conejos de piedad á la isla de la Gran Bretaña bras, afable y venerable en su semblante, muy dado á las v i -
(que ahora llamamos Inglaterra), y por medio del gran g i l í a s y á la lección de los libros sagrados, y o n sus coslum-
doctor y pontífice san Gregorio alumbró á los infieles que bres tan compuesto y de tan rara humildad, que su báculo
vivían en ella con los rayos de la predicación evangélica, pastoral nunca quiso que fuese sino de saúco, y en testimonio
y los sacó de las tinieblas de la gentilidad ; toda aquella y memoria de su humildad, so lo pusieron en su sepulcro.
tierra, que ánles estaba inculta y llena de malezas y espi- Pero cuando él era mas humilde , tanto era mas amado y
nas, con el riego y lluvia del ciclo comenzó., á manera de respetado de todos ; y así , cuando san Zacarías , papa,
un jardín bien plantado y deleitoso, á producir nuevas y quitando el reino de Francia á Childcríco, le dio á Pipíno,
generosas plantas y unos varones divinos, que no sola- padre de Cario Magno , fué nombrado de lodo el reino
mente cultivaron á e l l a , sino también á otras provincias Burcardo, para que en nombre de él fuése á Roma á fra-
apartadas, y con su vida, doctrina y predicación las ilus- tás con el papa aquel negocio tan grave é i m p ó r t a m e , del
traron. De estos santos varones fué uno san Burcardo, cual dependía el buen gobierno, asiento y felicidad de t o -
obispo de Ilervipoli, cuya vida escribió Egilvardo, monje do el reino de Francia. Fué devotísimo de reliquias de san-
del monasterio del mismo santo y de la misma ciudad de tos, y el segundo año después que le ordenaron obispo,
Ilervipoli, y la trae el P. Fr. Lorenzo Surio en su quinto trasladó las de san Kiliano y de sus santos c o m p a ñ e r o s ,
tomo; y nosotros brevemente la referiremos. m á r t i r e s , con gran gozo suyo y fiesla de lodo el pueblo,
y las adornó ricamente y edificó un monasterio en el mis-
Eué san Burcardo (como dijimos) de nación inglés , do
mo lugar. Mas para juntar á Mat ía con María , y tener a l -
p u d i v s nobles y de sangre ilustre, y no ménos piadosos, los
gún refugio y como puerto seguro, adonde recogerse de
cuales inclinaron á su hijo al estudio de la virtud y de las
las ondas y alteraciones de la vida activa , edificó otro
buenas letras í y él era tan dócil y tan hábil, que tuvo poco
convenio cerca del rio Meno á honra de la santísima V i r -
que hacer en aprenderlas y en dar de mano á las l i v i a n -
gen María y de san Andrés a p ó s t o l , y dióle posesiones
dades y entretenimientos que son propios de la tierna
y tierras, para que en é l s c pudiesen sustentar d o c e c a n ó -
edad; ánles con una madurez y fortaleza de ánimo comen-
nigos. Y siendo ya viejo , y conocido y estimado en el
zó á tener en poco y menospreciarlos gustos y deleites de
mundo por sus raras virtudes, y habiendo gobernado cua-
la carne, y el resplandor vano de las honras y las riquezas
renta años santamente su Iglesia, y recibido eoneslraordi-
perecederas, y darse de veras al amor y temor santo del
naria devoción los sanios sacramentos , dió su espírilu al
S e ñ o r ; y creció tanto en este afecto y deseo de servirle,
Señor, el año de 791 , en un puelilo que se llama Iloem-
que dejando su patria, sus amigos y parientes, se partió
burgo, de donde después se trasladó á I l e r v i p o l i , y de
de ella, y pasó el mar y llegó á Francia, donde estuvo, a l -
allí otra vez al monasterio do la Virgen y san Andrés,
gunos años en hábito de peregrino, escondido al mundo,
que él mismo había edificado. De san Burcardo hace m e n -
pero conocido y amado de Dios,
ción el Martirologio romano á los 14 de octubre; y
Al mismo tiempo, ó poco ánles, había salido también do
Tritemio en el libro de los Varones ilustres de la órden de
Inglaterra san Bonifacio, arzobispo de Maguncia, predica-
San Benito. Adviértase que ha habido olro Burcardo,
dor apostólico y apóstol de Germanía, que algunos dicen
monge de San Benito y obispo do Vormacia , que fué
era deudo de san Burcardo. Descando, pues, san Bonifacio
varón erudito, y escribió una obra grande é insigne , c o -
tener obreros que le ayudasen á planiar en Germanía la
mo recopilación de los'decretos y recolección de-las sen-
viña de la santa Iglesia, que por comisión del sanio p o n -
DIA H , OCTUBRE 223
leticias de los sanios Padres, y de los concilios generales, el martirio de este santo el año del Señor de 226 , i m p e -
y de los sumos pontífices , como dice Trilemio en el libro rando el ya dicho Alejandro Severo.
dolos Escritores eclesiásticos j y éste floreció por los afios * SAN DON ACIANO, OBISPO Y CONFESOR.—Do este santo se
del Señor de 1120, siendo Enrique emperador. sabe únicamente que fué el octavo obispo de Uheims y
SAN CALIXTO , PAPA Y MÁRTIR—La vida de san Calixto, que murió por los años de 389. Se dice fué enterrado en
el I de este nombro, papa y mártir, sacada de san D á m a - la iglesia de San Agrícol, llamada después de San Nicasio.
so , y de otros autores que escribieron las vidas de los su- Después que se trasladaron sus reliquias á Flandes, que
mos ponlííices, y de los que Lorenzo Surio en el quinto y fué á mediados del siglo nono, se hizo célebre el culto de
séptimo tomo de las Vidas de los santos, y el cardenal Ba- esle santo, y el conde líalduino que habia recibido del rey
rouio en el cuarto tomo de sus Anales, refieren ; es de esta Carlos el Calvo dichas reliquias , las colocó en la catedral
manera. de Brujes, donde todavía se conservan.
Por la muerte de san Zeferino, papa y mártir, faépues- SANTO DOMISGO LORICATO, CONFESOR.— F u é natural de
to en la silla de san Pedro Calixto , natura! de Roma , hijo Italia, y habiendo manifestado en su juventud grandes
de Domicio ; y gobernó la iglesia santísimamente , en el deseos de abrazar el estado eclesiástico, compraron sus
imperio de Marco Aurelio Antonio Heliogábalo, y en el de padres una prebenda y lograron que fuese ordenado sa-
Alejatulria Severo, cinco.años, un mes y docedias. Edifi- cerdote. Conociendo desde luego el grave pecado que en
có ¡a iglesia de santa María Trans^Tibarim en Roma í y esto se habia cometido contra ios leyes d é l a Iglesia, ne-
para sepaUar los muchos mártires que en aquel tiempo góse á ejercer ninguna función de su nuevo ministerio, y
morian por Cristo, hizo un cementerio en la via Appia,que formó la resolución de consagrarse á los ejercicios de la
se llamó el cementerio de Calixto, en la cual fué enterrado mas rigurosa penitencia. Después de haber pasado a l g u -
gran número de mártires. Instituyó las cuatro témporas nos años solo en una ermita desierta, fué á asociarse á
del año , para hacer gracias á nuestro Sefior por las mer- unos santos solitarios que vivian en los montes Apeninos,
cedes que en todos los tiempos del año nos hace, y para y muy luego los adelantó á todos en austeridad. Algunos
suplicarle que conserve todos los frutos de la tierra. Vedó años-después dejó también aquella mansión, para entrar
e! comunicar con los excomulgados, y mandó que n i n g u - en un monasterio de camaldulenses, que dirigía á la sa-
no de ellos pudiese sor absuelto sin conocimiento de su zón san Pedro Damián. Aquí como en todas parles fué la
causa, y estando satisfecha la pai te. Fué el primero que admiración y el pasmo de cuantos le veian por los rigores
pn)htl)ió el matrimonio entre parien(es,y señaló el séptimo con que se castigaba y por la severidad con que juzgaba
grado de consanguinidad; y después se redujo al cuarto todas sus acciones. Su continua ocupación era rezar el
grado, como al presente se guarda. Celebró cinco veces Salterio, y san Pedro Damián dice que hubo dias en que
órdenes por el mes de diciembre , é hizo en ellas ocho lo reciló nueve veces seguidas. Este ejercicio lo eontinuó
obispos, diez y seis presbíteros, y cuatro diáconos. Obró hasta su santa muerte, acaecida el dia 14 de octubre
Dios por él grandes milagros , y con ellos y con su santa de 1000.
vida y predicación convirtió á muchos gentiles y personas SANTA FORTUNATA, VIRGEN Y MÁRTIR.—Era de Cesárea,
principales á la fe de Cristo nuestro Señor. Entre ellos fué •cu Palestina, hija de padres infieles ; pero abrazó y prac-
uno Paimacio , cónsul que con haber sido antes muy d i l i - ticó la religión cristiana á pesar de cuantos osbtáculos se
gente, y zeloso en el culto de sus falsos dioses persiguiendo le opusieron. Durante la persecución del emperador D i o -
por órden del emperador á los cristianos, se hizo cristiano cleciano, habiéndose negado reiteradamente á obedecer
con su mujer é hijos , y otras cuarenta y dos personas de los edictos contra la Iglesia, fué puesta en el potro, des-
su familia , por haber visto que los soldados que iban á pués echada á una hoguera y luego entregada á las fieras,
prender á san Calixto , perdieron la vista y quedaron cie- de cuyos tormentos la sacó libre el Señor, y últimamente
gos ; y una doncella gentil endemoniada , estando en el los paganos la degollaron, conquistando de esle modo la
templo haciendo sacrificio á sus dieses, habia clamado palma de la virginidad y la corona del martirio. Sus sa-
que no habia otro Dios sino el de Calixto, que era Dios solo gradas reliquias fueron posteriormente conducidas á Ñ a -
vivo y verdadero. También Simplicio senador, por haber póles, en cuya ciudad se conservan muy veneradas y glo-
visto otros milagros , se convirtió con sesenta y ocho per- rificadas con abundancia de milagros.
sonas de su casa, y lodos fueron m á r t i r e s . Finalmente e n - Los SANTOS CARPONIO, EVARISTO Y PRISCIANO, MÁRTIRES.—
tendiendo el emperador que san Calixto era el maestro de Eran hermanos de la mencionada santa Fortunata, por
lodos los cristianos, y el que mas guerra hacia á sus dio- cuyo medio hablan conocido la fé y la habian abrazado.
ses, le mandó prender y azotar cada dia ; y habiendo es- Sabiendo que su hermana se hallaba presa y que iba á ser
tado el santo orando en la cárcel cinco dias, sin comer, y martirizada, acudieron al lugar del martirio, y habiendo
sido visitado del Sefior, y sanado en ella á un soldado l l a - confesado públicamente el nombre de Jesucristo, fueron
mado Prívalo , que estaba muy enfermo y lleno de l l a - asociados á la ilustre Fortunata, siendo degollados j u n t a -
gas ; el emperador h mtméó arrojar de la vcnlana mente con ella en la misma ciudad de Cesárea, su patria,
de su casa abajo , y con una piedra muy pesada , alada el año 306 de Jesucristo.
al cuello, echarle a un pozo, y muclias pie£|ras ericima. y Los SANTOS SATURNINO, T LUPO Ó LOPE.—Créese que es-
con este cruel martirio acabó el glorioso san Calixto su d i - tos santos, de quienes apenas nada se sabe, derramaron
chosa vida. De allí á diez y siete dias , un presbítero l l a - su sangre por la fó de Jesucristo en Palestina, en el s i -
mado Asterio, acompañado del clero, vino de noche al po- glo 1 de la Iglesia.
ÍO, y sacó el sagrado cuerpo, y lo sepultó en la via Aure-
SAN GAUDENCIO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué natura! de Italia
lia, en el cementerio de Calopodio, á los 14 de octubre en
y muy versado en los estudios sagrados y en los estudios
la santa Iglesia celebra la fiesta de san Calixto. Fué
de controversia. Era obispo de Rimini cuando se tuvo en
m LA LEYENDA DE ORO DIA t5.
csla ciudad un conciliábulo pnra autorizar la doctrina de En esa misma edad empezó á gustar de la oración, de
A r r i o : el santo se presentó en 61 y peroró con lanía ener- la cual había de ser después gran maestra. Como viese una
gía y tanta fuerza de razones contra los herejes, que estos pintura de la Samarítana, que decía á Cristo: «Señor,
quedaron confundidos y sus planes desbaratados. Pero e] dadme de esa agua ;» ella quedó con tal deseo y ansias
emperador Constancio, que favorecía á los partidarios de del agua divina de la gracia, que se la pedia al Señor fer-
Arrio, se vengó del santo obispo, haciéndole prender y vorosa é instantáneamente.
raallralar por sus soldados, y por fin fué asesinado con b á r - Siendo de veinte años, crecieron mas en ella los deseos
bara crueldad. de servir á nuestro Señor con mas perfección: para lo
SAN FORTUNATO, OBISPO Y CONFESOR.— San Gregorio el cual se determinó á entrarse monja. No tenia esperanza
Grande en su libro Dialogorum, cap. 20, dicede este san- que su padre la daría licencia por el grande amor que la
io, que fué dolado de maravillosa virtud para lanzar los tenía; y así se fué, sin decirle nada, al monasterio de la
demonios. Efectivamente, en la historia de su vida escrita Encarnación de Avila, que es de monjas de Nuestra S e ñ o -
por un autor contemporáneo, vemos muitiplicadísimos m i - ra del Cármen, donde recibió el hábito con gran devoción,
lagros obrados por el santo á este efecto, lo cual le atrajo y dentro de un a ñ o hizo profesión en él, creciendo cada
las bendiciones de lodos los fieles y la generación de la día en virtud y observancia, y ejercitándola nuestro Se-
Iglesia. San Fortúnalo fué obispo de Todi, y floreció en ñor con varias enfermedades, las cuales llevaba con m u -
licrapo del emperador Jusliniano, cuando Tolila, rey de cha paciencia. En una de ellas, dia de la Asunción de
los godos, invadió la Italia, de cuyo azote libertó el santo nuestra Señora, la dió un parasismo tan largo, que estu-
pastor á su ciudad episcopal por medio de sus oraciones vo cuatro días sin sentido y como muerta, y diéronla el
y ruegos. Su cuerpo fué sepultado en Lodi, y después sacramento de la unción. Es'.aba ya la sepultura abierta
trasladado á Francia en tiempo del emperador Otón, el para enterrarla, y lo hubieran hecho, si no lo estorbara
año 9C9. su padre, que entró á verla, y conocía mucho de pulso.
SAN RÚSTICO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué el X I I I obispo de Al cabo de los cuatro días volvió en sí, y hallándose con
Tréveris, apacentando su rebaño por los pastos de la vida la cera en los ojos, y los de su padre y hermanos b a ñ a -
cierna. La gloria de su pontificado consiste principalmente dos de l á g r i m a s , comenzó á decir, que para qué l a habían
en los asiduos trabajos que empló para la abolición c o m - llamado; porque habia estado en el cielo: y que supiesen
pleta del culto de los Idolos en su diócesis. £1 Señor le que su padre y otra monja, amiga suya, llamada Juana
concedió la gracia de ver sus ardientes deseos realizados S u a r é s , se habían de salvar por su medio. Vió también
y coronadas con un resultado feliz sus laboriosas misio^ los monasterios que habia de fundar, y lo que habia de
nes. Molano dice que san Rústico murió en paz por los hacer en la órden, y cuantas almas se salvarían por sil
últimos afios del siglo I V . causa, y que habia de morir santa , y en su sepulcro la
habían de poner un paño de brocado. Sucedió todo des-
pués conforme á lo que el Señor la mostró.
DIA 13.
Queria Dios á su sierva muy perfecta, porque la habia
SANTATERBSA DE JESÚS, VIRGEN Y FUNDADORA.—Nació, escogido para que fuese maestra de gran perfección, que
la seráfica madre santa Jeresa de J e s ú s , para bien de por su medio y doctrina alcanzaron y alcanzan muchas
innumerables almas, en la ciudad de Avila, que es una de personas; y así no la dejaba entibiar en sus santos p r o p ó -
las principales de España, año de 1S14, á 28 del mes de sitos, sino que luego la corregía y tiraba del freno. Un
marzo, de padres nobles y devotos cristianos. Su padre dia, que estaba en la puerta del monasterio perdiendo
se llamó Alonso de Cepeda, y su madre doña Beatriz de tiempo con una persona, se le mostró Cristo Señor nues-
Ahumada. Criáronla en santas costumbres y temor de tro atado á la coluna muy llagado y particularmente en
Dios, y ella mostró desde niña muy buen natural y g r a n - un brazo junio al codo desgarrado un pedazo de carne:
de inclinación á la virtud, dando señales de lo que des- con la cual quedó la santa muy |maravillada y turbada,
p u é s habia de ser. Siendo de siete años, aprendió con que no quisiera ver mas á aquella persona con quien es-
tanta viveza la eternidad de la gloria y penas del infierno, taba.
que repetía á menudo y con gran ponderación: Para siem- Después de cuatro ó cinco años de monja , vino casi a
pre, para siempre, para siempre. Entreteníase en edificar dejar poco á peco la oración (aunque aconsejaban á otros
algimas ermitas, siendo esto pronóstico de los conventos la tuviesen), e n g a ñ a d o , como ella dice , con una falsa
que, ya mayor, habia de fundar. Cuando leia las historias humildad ; porque lo parecía atrevimiento tratar con
de los santos mártires, se encendía con tal deseo del mar- Dios, la que tenia gusto y trato con las criaturas. En esto
tirio, que habiéndose concertado con un hermano suyo, tiempo dió á su padre la enfermedad de la muerte, y salía
también niño, se salió de casa de sus padres, para irse a con una compañera , como se acostumbraba entonces, á
África á ser martirizada por Cristo, de los moros. Iba muy curarle. Asistióle y ayudóle para que muriese con gran con
contenta fuera del lugar, donde la encontró un tio suyo y suelo. En esta ocasión el confesor, en cuyas manos murió
la volvió á su casa con gran sentimiento de la fervorosa su padre, que era un religioso dominico, llamado fray V i -
nina; y procuró suplir el mérilo do su jornada con m u - cente Varron, persona docta y muy espiritual,comunican-
chas'buenas obras, lágrimas y limosnas, que según su do á la santa doncella y confesándola , tomó á su cargo el
estado y niñez podía hacer. Muriósela su madre, siendo aprovechamiento do su alma , y la hizo volver á la ora-
de doce años, y con gran devociou é instancia pidió á la ción ; y así dbe ella misma : «Esle padre dominico , que
Virgen santísima la tuviese por hija, que ella la tendría era muy bueno y temeroso de Dios, me hizo harto prove-
por madre, y que así hiciese oficio de tal con e l l a ; y cho ; porque me confesó con é l , y tomó hacer bien á m i
el suceso mostró que lo alcanzó de la Reina de los cielos. alma con cuidado y hacerme entender la perdit ion que
DIA 15. OCTUBRE. 2-2r>
traía : hacíame comulgar de quince en quince dias; y ha era renovarlas con machos golpes. Estaba lan encarni-
poco á poco, comenzándole á Iralar, traléle de mi oración. zada conlra sí misma, que una vez juntó muchas zarzas, y
Uíjome que no la dejase ; que en ninguna manera me po- desnudando su cuerpo comenzó á entrar y revolverse e n -
día hacer sino provecho.» Desde este tiempo se dió con tre ellas como si fuera en una cama de rosas. Con todo esto
mas continuación á la oración, durando en ella con gran- tenia la santa algunas imperfecciones que no conocía, has-
des sequedades por espacio de diez y ocho años , hasta ta que el siervo de Dios Baltasar Alvarez la desengañó, d i -
que un dia, mirando una imágen que estaba en s u ora- cicndola que para contentar del lodo á Dios, ninguna cosa
torio, de Cristo muy llagado y lastimoso , se postró con había de dejar do. hacer por é l ; y así, que dejase unas
grandes lágrimas delante de ella, pidiendo su favor y a y u - amistades que tenia. Parecíale á la santa que seria desa-
da lan de veras (pie se sintió toda trocada, y con gran á n i - gradecimiento; pues en ellas no habia pecado: él la dijo
mo y fortaleza para servir á Dios cuanto pudiese , favore- que lo encomendase á Dios por algunos d í a s , y que rezase
ciéndola de allí en adelante el Señor con grandes visitas y el himno de Veni, Crealor Spiriius, para que la diese luz
altísima contemplación. Estaba la santa, por so gran h u - Dios de aquello que era lo mejor. Hízolo así la santa; y es^
mildad, dudosa si era bueno su espíritu y tenia aun algu- lando una vez en oración suplicando al Señor la ayudase á
nas imperfecciones ; y asi buscaba algún diestro maestro contentarte en lodo, la vino un grande arrobamiento, en el
cspirilual que la enderezase, deseando para eslo tratar cual la dijo su divina Majestad : Ya no quiero que tengas
con los padres de la Compañía de J e s ú s , como ella misma conversación con los hombres, sino con los ángeles : lo cual
lo escribe en su vida, con estas palabras : «Como su Ma- se le imprimió de manera que nunca mas tuvo amistad ni
jestad queria ya darme luz para que no lo ofendiese y afecto á persona ninguna que no fuese por Dios y según
conociese lo mucho que le d e b í a , creció de suerte este Dios. Estaba lodo el dia en oración, y vivía do suerte que
miedo, queme hizo buscar-con diligencia personas espiri- enlodo procuraba contentar al Señor, que traía siempre
tuales con quienes tratar, que ya tenia noticia de algunas: presente y por testigo de su vida; y el Señor se iba mos-
porque habían venido aquí los de la Compañía de J e s ú s , á trando poco a poco á s u sierva. Estando un dia en oración,
quit'nos yo sin conocer á ninguno , era aüciomula de solo la mostró solas las manos con tan grande hermosura que
saber el modo que llevaban de vida y oración ; mas no no se podia encarecer: de allí á algunos días la descubrió
me hallaba digna de hablarles, ni fuerte para obedecerlos, aquel divino rostro, quedando del lodo absorta y elevada;
que esto me hacia mas lemer : porque tratar con ellos , y después la mostró toda su humanidad sacratlsiraa, con
ser la que era , hacíaseme cosa recia.» Después dice: aquella hermosura y majestad con que había resucitado.
«También me daba pena que me viesen en casa tratar con Por mas de tres años vió á Cristo Señor nuestro siempre á
gente tan santa, como la de la Compañía de Jesús; porque su lado derecho, que le hacia compañía y la hablaba, e n -
temia mi ruindad , y parecíame que quedaba obliga- señaba y consalaba en sus trabajos y recogía en altísima
da mas á no lo ser, y quitarme de mis pensamientos; oración. Vió una vez al Salvador del mundo que la mos-
y qno s¡ esto no hacia , que era peor : y asi procu- traba la llaga de la mano izquierda y que con la derecha
r é con la sacristana y portera, no lo dijesen a n a d i e . » sacaba un clavo grande que en ella tenia metido, y á vuel-
Todas estas son palabras de santa Teresa : la cual cuen- tas de él sacaba parle de su carne sacratísima, diciendo
ta muy largamente, cuán notable mejoría siniíú con su que quien aquello habia pasado por ella, que no dudase
trato, y como la pusieron en mayor perfección y mortifi- sino que mejor haría lodo lo que ella pidiese, prometién-
cación, asegurándola ser su espíritu bueno. Fueron m u - dola de hacerlo así. Estando una vez la santa en presencia
chas los que la trataron, y entre ellos san Francisco de de Cristo, teniendo ella una cruz en la mano, se la tomó
llorja; pero quien mas tiempo y mas asislenlemente la el Señor con la suya y volviósela á dar, pero muy mejo-
gobernó, fué el ilustrado y estático varón el padre Balta- rada de como se la habia tomado; porque era de cuatro
sar Alvarez: este siervo de Dios fué quien mas la apro- piedl as grandes, sin comparación muy mas preciosas y
vechó en sus principios, como la misma santa confiesa, y ricas que diamantes, y estaban en ellas las cinco llagas
la acabó de desarraigar el corazón de todo lo que no era esculpidas desde entonces ; y aunque los demás juzgaban
Dios y su mayor gloria : por lo cual quedó la sania por su no ser aquella cruz sino de madera, la santa siempre la
gran humildad muy agradecida y devota de ésta religión, veía de la manera dicha.
como en sus obras tantas veces lo muestra, y por toda su
Creciendo con semejantes favores el fuego del divino
vida duró en este afecto y recurso á ios padres de la Com-
amor en santa Teresa , solía ver un ángel junto a s í , hacia
pañía, y de la esclarecida religión de santo Domingo, de
el lado izquierdo, de muy hermoso rostro y tan encen-
los cuales fué también devotísima ; porque como la h u m i l -
dido que la parecía s e r a í i n : traía en las manos un dardo
de sania andaba con los temores que hemos dicho de su
de oro largo, y al fin de él en la punta tenia un poco da
espíritu, la parecía que nadie la podría asegurar mejor y
fuego: metíasele el ángel en el corazón , y traspasábala
enderezar que gente tan docla y cspirilual, como hay en
las entrañas: y al salir de él, la parecía se las llevaba tras
estas sagradas religiones.
sí con gran dolor; pero dejábala abrasada en amor de
Con loque la animó san Francisco de Boija, concibió la Dios. Mostrósele también el Espíritu Santo, que es el amor
sierva de Dios gran odio contra sí, quebrantando en todo divino, en figura de Un mancebo muy hermoso, rodeado
su voluntad, y haciendo grandes penitencias. Vistióse de lodo de llamas muy encendidas. Quedóle á la santa tan im-
un cilicio de hoja de lala, hecho y agujereado al modo de presa esta visión, que hasta que murió la traía presente,
"•alio, que dejaba toda su carne llagada: tomaba rigurosa- aunque estuviese muy ocupada , salvo que algunas veces
mente disciplinas, unas veces con ortigas, otras con lla- era como si tuviese un velo delgado delante; pero con cer-
ves, hasta venir á hacerse llagas, de las cuales manaba y tidumbre que estaba d e t r á s , muchas veces se corria esta
corría mucha materia; pero la medicina con que las cura- cortina y la volvía á ver. Sobretodos estos favores fué

TOMQ ! i í . 29
220 L A L E Y E N D A DE ORO. DIA 15.
umy partioulat- ciuinJo el mismo Cristo la desposó consigo; la tierra con aquel oro y piedras : cen lo cual quedó la
porque estando un dia para comulgar , aparecióla el Se- santa llena de ternura y gozo de su espíritu , y animada
ñor con gran resplandor y hermosura (como otras veces grandemente para vencer todas las dincultades que se la
s o l í a ) , y celebró con su esposa esle divino ayuntamiento ofrecían. Estándose edificando el convento cayó un pe-
y desposorio como la misma santa lo escribe: «Uepresen- dazo de pared sobre un sobrino de la santa, hijo único
lóseme el Señor (dice) por visión imaginaria , muy en lo de sus padres: lomándole una devola señora en los b r a -
interior, y dióme su mano derecha , y díjome: Mira esle zos que tenia bien conocida la gran santidad de santa Te-
clavo, que es señal que serás mi esposa.desde hoy : hasta resa , no dudó de verle resucitado por medio de sus o r a -
ahora no lo habias merecido. De aquí adelante, no solo ciones ; y así la dijo: Este muchacho está muerto ; pero
como Criador, como Rey y lu Dios m i r a r á s mi honra, el poder de Dios no es limitado, que si quiere darle vida,
sino como verdadera esposa m i a ; mi honra es ya luya, puede: mire lo que han sacado su hermana y su r u ñ a d o
y la tuya mia. Ilízome tanta operación esla merced, de su casa, y cuán laslímados q u e d a r á n : alcance de Dios,
que no podía caber en m í , y quedé como desatinada hermana, que le vuelva la vida. Súpolo sn madre, y
y dije al S e ñ o r , que, ó ensanchase mi bajeza ó no me h i - deshaciéndose en l á g r i m a s , instó á santa Teresa su her-
ciese tanta merced ; porque cierto no me parecía la podía mana, le resucitase. La santa, movida á compasión , hizo
sufrir el nalural. Estuve así todo el dia muy embebida: he oración por é l , y luego comenzó el muerto á revivir,
sentido después gran provecho y mayor confusión y allí- como sí despertara de un s u e ñ o , diciendo la santa á su
gimienlo de ver que no sirvo en nada con tan grandes hermana, que lomase ya á su hijo: el cual quedó bueno
mercedes.» Y de allí adelante el ordinario lenguaje que y sano. A l fin, después de muchas contradicciones y
entre Cristo y la santa había , eran estas palahras- que el grandes trabajos que pasó la sierva de Dios, se acabó el
Señor la decía, con que su Majestad y ella se regalaban monasterio , y vió á Cristo nuestro Uedcntor que la ponía
y enamoraban mas cada dia: Hija , ya eres toda m i a : yo una corona , agradeciéndola lo que había hecho. Después
soy luyo ; y esto no uaa sino muchas veces. vio á la Virgen santísima con grandísima gloría , vestida
Enriqueció el Señor con tales favores á la que había es- de un manió blanco, debajo del cual amparaba á la santa
cogido para llenar el cielo de muchas almas, que ardia en y á todas sus "monjas. Trató luego por revelación que de
grande amor de Dios sania Teresa: afligíase mucho de ello tuvo, de fundar otros monasterios de monjas y frailes
las ofensas que hacia el mundo á su amado; sentía sobre- en gran pobreza y rigor como lo hizo, favoreciéndola en
manera el estrago que por aquellos tiempos habia hecho lodo Dios nuestro Señor y su misma Madre. Después de
la herejía en Francia y Alemania ; y para reslaurar cuan- la fundación de A v i l a , fundó santa Teresa en Medina de!
to pudiese por su parte el daño que el demonio hacía á Campo, luego cnMalagon, luego en Valtadolíd. Desde allí
la Iglesia, determinó resucitar el prímilivu rigor de la cnvió.con licencias y paíentes del general al santo P Fr. Juan
regla del Carmen, quo dió san Alberto , é inspirada de á fundar en Dnrvelo, donde se descalzó. Después de esto
Dios, y ce» promesa suya del feliz suceso que tendría, fundó la santa madre los convenios de Toledo , Pastrana,
fundó las monjas carmelitas descalzas, y luego los frai- Salamanca , Alva, Segovia, Veas y Sevilla : de aquí e n -
les de la misma orden , rigor de regla, persuadiendo vió á fundar el convento de Caravaca: luego fundó en V i -
á algunos padres de su orden , diese principio á los des- llanueva de la Jara, en Falencia, Soria: luego envió á fun-
calzos , y á la rigurosa observancia de la regla primitiva: dar el monasterio de Granada; después fundó en Burgos.
de los cuales fué el primero y capitán de los demás el pa- En todas estas fundaciones la favoreció el Señor mucho.
dre san Juan de la Cruz, varón de admirable espíritu y Habiendo hecho la fundación de Malagon, la regaló el
santidad, como sus libros y fama fcstiücan: el cual dando Señor con una admirable visita que cuenta la santa por
principio a la vida descalza en un pequeño lugar llamado estas palabras: «Acabando do comulgar, segundo dia de
Dui velo , fué como semilla de la gran posteridad de tan- cuaresma, en San José de Malugon., se me representó
tos liijos insignes en virlud , que extendidos después por nuestro Señor Jesucristo en visión imaginaria, como suele,
loda España , Italia , Francia y las d e m á s provincias de la y estando yo m i r á n d o l e , vi que en la cabeza en lugar de
cristiandad, son ejemplo y edificación en la Iglesia ; y corona de espinas en lodo ella (que debia ser en donde
singular honra de esta insigne sania madre y fundadora hicieron llaga) tenia una corona de gran resplandor. Como
suya. Fundó el primer convento de monjas, que fué San yo soy tan devota de esle paso, consolémo mucho, y co-
José de Avila , para cuya fundación la animó muchas v e - mencé á pensar, q u é gran tormento debia de ser, pues
ces Jesucristo. Otra vez vió á la Virgen á su lado derecho habia hecho tantas heridas, y á darme pena. Díjome el
y san José al izquierdo, que la vestían de una capa de S e ñ o r , que no le hubiese lástima por aquellas heridas,
mueba blancura, con (pie la dieron á entender que ya es- sino por las muchas que ahora le daban. Yo le dije, que
taba limpia de sus pecados. Acabada de vestir de aquella ¿ q u é podia hacer para remedio de esto , que determinada
ropa hermosísima , la dijo la Madre de Dios que la daba estaba á lodo? Díjome, que no era ahora tiempo de des-
mucho contento en servir al glorioso san J o s é , y que cansar, sino que me diese priesa á hacer estas casas; que
creyese que lo que pretendía del monasterio se baria, y con las almas de ellas tenia él descanso : que tomase
en el se serviría mucho su Hijo , y ellos dos : que no te- cuantas me diesen; porque habia muchas que por no te-
miese habría quiebra en esto j a m á s ; porque ellos la guar- ner en dónde, no le servían; y que las que hiciese en l u -
d a r í a n : porque.su Hijo habia prometido andar con olla en gares pequeños fuesen como esta, que tanto podían m e -
el negocio de la fundación, y en señal que era verdad la recer con deseo de hacer l o q u e en las otras; y que
daba aquella joya , y echóla al cuello un collar de oro, procurase anduviesen todas debajo de un gobierno de
asida á él una cruz de mucho valor, lodo tan hermoso, prelado, y que pusiese mucho cuidado en que por cosa
que no tenia comparación lodo lo hermoso y precioso de de mantenimiento corporal no se perdiese la paz i n -
DÍA 15. OCTÜIiRií,
I f i i o r ; qiui él nos ayudaría para quo nunca faltase.» y necesidades. La priora, que en el pueblo no hallaba r e -
Caiíiinamlo nna vez con las monjas que habinn de medio, escribió á una persona eclesiástica, rica y podero-
í'ututar el convento de Yeas, y pasando de noche por sa, representándole su grave necesidad y pobreza, y q u i -
Sierra Morena , perdieron los carreteros el camino, ha- so el Señor que j a m á s te respondiese cusa alguna ; y así
biéndose metido en unos grandes riscos y despeñaderos: se vieron destituidas di; todo favor humano, y lo que mas
halláronse muy afligidos: santa Teresa dijo entonces á era, cerradas las puertas para buscarle: pero el Señor
sus monjas, que se encomendasen á san José; y habiéndolo fué servido de proveerlas de las suyas adentro, por el m e -
hccIiD devotamente, oyeron una voz como de hombre an- dio que ahora diré. Habia en el convento un peral solo, no
ciano que decia á los carreteros: Teneos; que vais perdi- muy grande, y en este les libró el Señor toda su comida
dos, y os despenareis si pasáis adelante. Pararon los car- y sustento; porque cargó de tal manera de peras, que co-
reteros á estas voces: y las personas que iban en compañia g í a n cada dia todas las que eran necesarias para la comu-
de la santa comenzaron á gritos á preguntar al que les nidad, de las cuales comían unas veces cocidas y otras
avisaba, ¿ q u e remedio tendrían para salir del eslrecho y asadas, y cogían cargas para vender en el lugar, y con
peligro en quo estaban? Él les respondió que echasen t o - el dinero quo sacaban de las peras, compraban lodo lo ne-
dos hacia una parte, por la cual habia tan mal paso que no cesario para el convento: y era tanta la abundancia, que
fué menor milagro atravesar por é l , que salir del peligro acudían Hinchas personas del pueblo, de ordinario, por p e -
en que estaban. Como se vió este caso tan maravilloso, ras para los enfermos, y á todas daban. Perseveró el peral
quisieron algunos ir á buscar al que les habia avisado: en dar abundante fruto por espacio de mas de dos meses;
mientras ellos fueron á buscarle, dijo la santa á todas las y con desfrutarle cada dia con tan grande exceso, parecía
religiosas con raucba devoción y l á g r i m a s : No sé para q u é que no se tocaba á él.
los dejamos ¡r; que era mi padre san José y no le han de Otra vez, en otra grande necesidad (pie tuvieron, es-
hallar: y así f u é ; que no hallaron rastro de é l , aunque lando la previsora algo afligida y acaso estando pensa-
llegaron á la hondura del valle; y desde entonces camina- tiva, comenzó á escarbar en ei cimiento de un corral de la
ron las muías con tanta lijereza, que afirmaban los carre- casa, y halló sesenta reales, donde no se podía esperar
teros con juramento que parecía que volaban ; y todo era que persona humana los hubiese puesto; porque las que
necesario para llegar aquel dia á buen tiempo á Yeas. hasta allí habían vivido en la casa, habían sido tan po-
ítabiemlo fundado el monasterio de Villanueva de la bres, que para su comida no alcanzaban. Guardólos, y
Jara con gran necesidad y pobreza; al partirse de él, vien- comenzó á gastar de ellos; y multiplicó el Señor d e tal
do que las monjas que quedaban no tenían con q u é sus- suerte aquel dinero, que en mas de un año se proveyó el
' ' ' " i u r s e , las promelió de parte de Dios, cuando se despe- monasterio de todo lo necesario, no mas de con echar m a -
día de ellas, que si viviesen religiosamente nunca las f a l - no la previsora á la faltriquera, donde parece que tenia
taría lo necesario ; la cual promesa tornó á confirmar otra una mina de reales acuñados, sin que en todo este tiempo
vez, respoudíendo á una carta en que preguntaban sí da- le fallase, lín otras cosas menores tuvo nuestro Señor gran
rian la profesión á nueve novicias quo acababan, por ser providencia con aquellas siervas suyas, á las cuales había
suma la pobreza de aquel convenio, t a santa escribió que prometido santa Teresa el divino favor. Como una vez en
las diesen la profesión, y que en nombre de la sanlísima ei monasterio faltasen las ollas en que aderezar la comida,
Trinidad, en cuyo dia escribía aquella carta, las prometía y no hubiese en el lugar de dónde poderlas comprar, vió
que no las M a r i a lo necesario, si fuesen las que debían: la cocinera cuatro pedazos de una olla que se había f)ue-
lo cual sucedió a s í ; porque las sobiaion limosnas. para brado; y considerando que no tenía otro remedio, acordó
repartir á los pobres; y un año de grande hambre, cuando de fregarlos, y juntólos lo mejor que pudo, y con grande
no se hallaba trigo en el lugar de Villanueva por ningún conlianza én Dios puso en ellos la comida quo habia de
dinero, de modo que no podían los de la villa favorecer á guisar para la comunidad: hizo la olla su oücio, como si
las siervas de Dios, ellas se sustentaron milagrosamente fuera de hierro ó del todo esluvieia sana, y después de
por espacio de seis meses que duró la hambre ; porque comer la volvió á fregar la cocinera, cada pedazo de por
eon solo odio ó nueve fanegas de trigo que estaban en el si, y los juntaba de nuevo cada vez que quería poner lu
monasterio al principio de aquella carestía y no bastaban olía, y perseveró en hacer esto mismo por espacio de un
para el sustento de un mes, se sustentaron todo aquel mes, hasta que hubo ocasión de comprar nuevas ollas.
tiempo las monjas tan cumplidamente, que las sobraba para Con semejantes maravillas moflraba el Señor !o que
dar largas limosnas á muchos pobres, multiplicándose se agradaba en las fundaciones que hacia santa Teresa, y
aquella harina por virtud divina ; porque la misma omni- acreditaba la santidad de su sierva con muchos milagros
potencia de Dios, que sustentó con cinco panes á cinco m i l que obraba por su medio. Estando una religiosa con l a
hombres, susícnló á s u s siervas tantos meses con aquella santa madre (que estaba escribiendo algunas cartas), la
poca de harina, en cumplimiento de la promesa que las d i j o : Hija, si supiera escribir, a y u d á r a m e á despacbar
habia hecho su santa madre. Acabada la necesidad del t r i - estas cartas. Ella la dijo, que la diera alguna materia para
go, púsolas el Señor, para mayor demostración de su aprender: dióla dos renglones de su letra , mandándola
gloria y providencia, en otra nueva y por ventura mayor que aprendiese luego por ellos; y aquella misma noche
que la pasada ; y fué, quo luego d setiembre del mismo escribió la religiosa una carta, y ayudó de allí adelante á
año, sucedió aquella enfermedad universal del catarro; y la santa madre á escribir las cartas, sin haberlo aprendi-
así por estar toda la gente enferma y ser el lug;ir pobre y do j a m á s . A los principios de la fundación de San José de
necesitado, y no venderse la labor de manos que las mon- Avila estaban sus monjas muy afligidas y acosadas dees-
jas hacian, y estar también muchas de ellas enfermas, tos gusanillos que comunmente llaman piojos, por ser es-
para hacerla, vino el nunasterio á cargarse de enfermas 'to un género de inmundicia qce se cria cutre la estameña
228 L A L E Y E N D A DE ORO DIA 15-
6 lana de que son las túuicas de las religiosas, que traen tro, donde estaba la erisipela, y la dij»: Confie, bija, que
junio al cuerpo. Pidieron todas ellas á la santa madre e n - Dios la s a n a r á . ¡O maravilla de Dios! que desde aquella
carecidamente, pidiese á nuestro Señor Jesucristo las l i - hora se sintió la enferma sin calenlura, sin erisipela, sin
brase de aquel trabajo, por la inquietud que les causaba dolor y sin enfermedad alguna, y por espacio de mas de
en la oración : ella lo hizo, y pidió á nuestro Señor aque- veinte años, que después vivió, j a m á s la volvió este acci-
lla merced con grande inslancia: y hahiéndosela el Sefioi dente, con haber sido desde su niñez continuamente aco-
concedido, aseguró á todas las monjas de aquel monaste- sada de esta enfermedad.
rio, que. vivirían libres de allí adelante de aquella penali- También fué cosa milagrosa el aparecimiento que hizo
dad. Fué cosa gramle, que mostró grandemente lo que la sania Teresa en vida al padre Gaspar de Salazar, redor
santa podia y valia para con Dios; pues no solo en aquel de la Compañía de Jesús que fué en Avila y en otras par-
monasterio, sino que en todos los demás de las monjas, no les, y confesor de la santa madre, dándole algunos avisos
se ve ni se ha visto (dice el P. Fr. Diego de Yepes, obispo para el provecho de su alma, estando él distante bailas
de Tarazona), mas ha de cuarenta y tres aflos, rastro n i n - leguas de donde la sania estaba. Otra vez, estando la san-
guno de esla inmundicia , con ser hábito de sayal y de ta en Segovia , se apareció á una monja enferma, qno es-
jiM-ga, y las (únicas de estameña, todo muy ocasionado taba en Salamanca, bendiciéndola y r e g a l á n d o l a , y l l e -
para lo contrario : de tal manera, que las que estando en gándola las manos al rostro la d e c í a : Hija m i a , no sea
el siglo padecían algún trabajo en eslo, en lomando el h á - boba ni esté con esos temores, sino ántes muy confiada en
bito, se las quita; y las que no han de profesar, no p a r l i - lo que hizo y padeció por ella su Esposo; que es grande la
cipan de este privilegio, como se ha visto mudias veces gloría que la tiene aparejada, y crea que hoy la g o z a r á : y
por la experiencia. Este raro milagro dura hasta hoy: en aquel mismo día fué á gozar de Dios, muriendo con g r a n -
que se echa de ver, como vive en estas santas religiosas de alegría de su alma.
el legitimo espíritu de santa Teresa. Mayores maravillas fueron las de sus heroicas v i r t u -
Estando la santa madre en Avila, y habiendo d e s a b r a des y dones del Espíritu Sanio, con que enriqueció el Se-
fundación, estaba su companera, que era la venerable ñor á esta grande sierva suya, para que fuera dechado
madre Ana de San Bartolomé, mas habia de un mes en la de perfección á tantas personas, como en la sagrada r e -
cama, enferma de unas recias calenturas: la noche ántes ligión del Cármen descalzo han florecido en santidad,
que se partiese, fuéla á ver la santa, y hallóla con una dando á todas sus hijas é hijos singular ejemplo de toda
gran calentura, y díjola : Mire, hija, que se ha de ir con- perfoccion religiosa. Fuera cosa muy larga si hubiéramos
migo m a ñ a n a . Ella r e s p o n d i ó : ¿Pues cómo, madre? ¿Node tratar de todas las virtudes de esta gloriosa santa; por-
ve V. R. cuál estoy? Replicóla !a santa madre: Mi ida no que en todas alcanzó un heroico modo de obrar y una per-
se puede excusar; y ella habrá de ir conmigo: sin decirla fección admirable. Solo diré algo de las virtudes que
mas palabra. A la media noche despertó tan sana y tan son mas propias y mas necesarias á los religiosos. Fué
buena, como si no hubiera tenido mal, y acompañó á la cosa de gran admiración la maravillosa obediencia de san-
santa madre su camino; y esto la sucedió algunas otras ta Teresa , con ser la fundadora de su sagrada r e l i -
veces con esla religiosa. gión. Priraeramonte, obedecía á sus confesores tanto c o -
Tuvo clara y manifiestamente la gracia de sanidad; y mo al misma Dios; y decía, que si todos los ángeles del
con solo llegar sus manos curó á muchos enfermos. Esta- cielo se juntasen y la dijesen una cosa, y sus prelados y
ba en Salamanca en casa de la condesa de Monterrey una confesores otra; aunque supiese que era» ángeles, no baria
señora honrada llamada doña María de Arriaga, mujer sino loque sus prelados la mandaban. Tenia por estilo o r -
del ayo de los hijos de la condesa, muy enferma de un dinario, cuando el S e ñ o r í a revelaba alguna cosa, p a r t i -
tabardillo: p i d i ó l a condesa licencia al provincial para cularmente si era cosa que la mandaba que ella hiciese,
que cuando la santa viniese á Salamanca, entrase por su proponer á su confesor el negocio sin decirle nada de la
casa : hfzolo a s í ; y después de haber visilndo á la conde- revelación, para que él lo mirase según las leyes de la
sa ; pidióla enirase á ver la enferma. Enlró la bienavi n- prudencia; y ella se ponía con grande indiferencia para
tnrada sania y púsola la mano sobre el r o s t r o , sin que obedecerle, aunque la mandase contra lo que en la reve-
ella supiese en ninguna manera quién la tocaba, ni me- lación había entendido, haciendo mascase de un punto de
nos que estuviese allí la santa madre, porque la enferme- obediencia, que de cuantas revelaciones tenia : porque
dad h tenia muy fuera de s í ; pero luego comenzó á decir esto, decía ella, era lo mas seguro, y no puede e n g a ñ a r s e
con alta voz: ¿Quién me ha tocado, que me sienío sana? el que so guiare por a q u í ; pero lo otro, podia ser ilusión
quedando desde aquel punto con entera salud. En el mo- y engaño. Gustaba mucho la santa madre, que la manda-
nasterio de Medina estaba la madre Ana de la Trinidad sen cosas dificultosas y que la costasen trabajo, y solía
(que después fué priora de aquella casa) enferma de una decir, que ninguna cosa la mandaría su confesor, que la
erisipela y de un encendimiento do rostro y narices muy dejase por cosa del mundo, y cuando no la hiciese como
grande, y siempre que la daba esta enfermedad [que era él la mandaba, pensaría que andaba muy e n g a ñ a d a . Pe-
muy de ordinario) eran necesarias muchas s a n g r í a s , y la sábale mucho que sus confesores la diesen razón de loque
inflamación era de suerte, que temiendo los médicos p e l i - la-mandaban: y así se lo pedia, porque gustaba grande-
gro de cáncer, trataban de hacerla dos fuentes. Estando mente de la obediencia simple, pronta y ciega, como se
allí santa Teresa, dióla la enfermedad á esta religiosa, verá por los ejemplos que ahora diré. Habiendo la santa
juntamente con una grande calentura, y llevábanla á acostar madre escrito un libro, por órden de un confesor suyo,
las d e m á s : luego que lo supo la santa, hízola llamar: vino sobre los Cantares de Salomón; por sola una palabra que
la enferma, y sin saber lo que la santa madre q u e r í a , hin- la dijo otro confesor, mandándola que quemase lo que habia
cóse de rodillas delante de ella: trájola la mano por el ros- | escrito, luego al punto lo hizo, sin reparar en el trabajo
DIA 15. OCTUBRE. 2^9
que la babia coslatlo y las cosas tan buenas que allí tenia decía la fuése á comunicar con alguna persona que la e n -
escritas, y el írulo que del libro se podia esperar. Y casi tendiese, que por no haber ella experimentado semejantes
lo mismo la bubiera acaecido con el que eseribió de su tentaciones, la parecia estaba inhábil para dar el reme-
vida (que es el que ahora anda impreso con notable pro- dio: lo que no respondía á otras ningunas que la comu-
vecho de muchas-ilmas): porque como el padre maestro nicasen.
Baíiez, confesor suyo, para probar su sentimiento, 1c die- No fué ménos extremada santa Teresa en el espíritu
se á enli'nrhirque convendria quemar aquel libro ; la san- que tuvo de la pobreza evangélica, no queriendo cosa de
ta con grande igualdad de ánimo y prontitud de obedien- esta vida : era muy amiga de traer el hábito viejo y r e -
cia, le dijo que lo mirase, y que como á él le pareciese, lo mendado para ayudar también con la pobreza del vestido
quemaria luego al punto. Estando en el monasterio de Me- á la humildad y desasimiento del alma. Sulia vestirse los
dina del Campo, y babiéndose disgustado con ella un pro- hábitos viejos que otras dejaban, y cnanto mas iba en esto
vincial de los padres calzados del Carmen, porque no ha- contra su natural inclinación que era de toda limpieza y
bla hecho una priora que él pretendía, la envió un manda- aseo, tanto mostraba mas su mortificación y el amor
to con censuras, que saliese luego de aquel monasterio, que tenia á la santa pobreza; y así, cuando andaba con
juntamente con la priora que habia elegido, que era la un hábito roto, andaba la mas contenta del mundo. Abo-
madre. Inés de Jesús : llegó este mandato ya larde, y por minaba en sus monjas todo lo que olia á curiosidad, así
cerca de Navidad ; hacia una nocb? bien fria, y la madre en él como en otras cosas; poi que la parecia que de las
estaba enferma de perlesía, y actualmente tenia otras en- vanidades ninguna podia ser mayor que el sayal y vestido
fermedades; pero en recibiendo la obediencia y precepto que se trae para muestra del menosprecio del mundo,
de su prelado, y pudiendo muy bien dilatar el cumpli- sacarle de su paso y adulterarle, buscando en él curiosi-
mienlo de él para otro dia, ó darle razón de lo que habia dad y vanidad. Y para que las monjas estuviesen desasi-
hecho; no reparando en la salud, ni en su vida, salió j u n - da?, así del hábito, celda, libros, ú o k ' a s cosas que se las
lamenle con la priora (como lo mandaba el provincial) permiten á uso (en las cuales suele cebar el demonio á a l -
con mucho conlen'o y alegría ; porque todo lo que ella po- gunos con un asimiento y aíicion como si fueran propi ias,
dia tener en esta vida, era el no hacer su voluntad. Y así, y con un alfiler ó nifierías semejantes impide á veces tan
siempre que llegaba á un monasterio, en no habiendo alto aprovechamiento, como si fueran grandes tesoros ;
priora, se sujetaba á la supriora ; y con ser fundadora, para evitar tantos inconvenienfe.-!, solía la santa hacer que
se sentaba en los mas humildes lugares. Para perfeccio- las trocasen y mudasen, quitando con esto el asimiento y
narse mas en esta virtud, procuraba mil invenciones san- afición que del uso de estas cosas se suele pegar ai cora-
t!'s- Cuando caminaba, daba siempre la obediencia á los zón. Trabajaba siempre de manos para ganarla comida
•"^ligiosos y clérigos que iban en su compañía ; y en los como pobre. No quería recibir por limosna joyas ni otros
monasterios donde estaba, á la priora. dones de esíima. Dábala gran contento cuando, estando en
alguna fundación, la faltaba algo de lo necesario, de comi-
Fué en la virtud de la castidad angélica tan excelente,
da, de cama, ó de otra cosa. Estando en la de Alva, no
y túvola en grado tan superior, que no solo conservó este
tenían servilletas, y queriendo las monjas enviárselas á
precioso tesoro do la castidad lodos los días de su vida,
pedir á la fundadora de aquel monasterio, la-saula no lo
sino que estaba tan pura, que no sentía las tentaciones
consintió, para gozar de aquel privilegio: y esto mismo la
molestas de la carne, mas que si no estuviera vestida de
pasaba en mil ocasiones, y no quería que sus monjas t u -
ella; y esto mas fué singular privilegio que la concedió
viesen mas alhajas de aquellas que eran tan necesarias,
Dios, que victoria ganada á punía de lanza: y aunque to-
que no se podían excusar para acomodarla casa; y así de-
das las virtudes resplandecían, no solo en sus costumbres
jaba el monasterio é iglesia que fundaba, con grandísima
y acciones, sino también en su semblante; pero patlicu-
pobreza, basta que los de fuera por su devoción se movían
larmenle la castidad y pureza de su alma se manifestaba
á darlas loque tenían necesidad, en lo cual mostraba bien,
•»as en suroslro y compostura, y con ella atraía y aficio-
no solo su pobreza, sino su fé. Confesaba la santa que por
naba á es!a misma pureza á los que, hablaba y trataba; de
el hien de sus monjas le habia dado el Señor á entender
manera que la persuasión mas eficaz para la castidad era
los grandes bienes que hay en la santa pobreza, y trataba
la vista de su semblante. Este dibujo de castidad que traía
de ella con gran gusto y eslima: « E s un bien (decía) el
estampado en su rostro, era un retrato, ó por mejor de-
de la pobreza, que todos los bienes del mundo encierra en
cir, una sombra de su castidad y pureza interior, que era
si, es un sefiorío grande señorear todos los bienes del
lan grande, que ni en la carne, ni en el espíritu, ni aun
mundo. La verdadera pobreza, tomada por solo Dios, trae
en la misma imaginación, ni en vigilias, ni cu sucílo. ni
consigo una gran honra, no ha menester á nadie sino á él,
en nmgun ttempo, ni Pn oc;isjon alguna, j a m á s se oía ñ¡
y luego tiene muchos amigos en no habiendo de menester
veía en ella rastro de este enemigo común y casero; por-
á nadie. Nuestras armas son la santa pobreza: esta han de
que, como profetizó Oseas, el Seftor le habia quebrado el
tener nuestras banderas, procurándola guardar en la casa,
arco y la espada, y ahuyentado la guerra de su tierra, y
en vestidos, en palabras y mucho mas en el pensamien-
dándole lugar pora que durmiese y reposase en sus brazos,
to.»-Quería asimismo que sus casas y alhajas do ellas
sin temor de estos enemigos. En fin, fué tanta la limpieza
fuesen pobres; y así en las que hacia, ponia cruces de ca-
no solo de su alma sino también de su cuerpo, que parece
ñas y do palos toscos, sin labrar. Encargó la pobreza y
increíble; poique por privilegio particular vivía con igno-
estrechura de los edificios de los monasterios, asi para los
rancia de esta pasión: y así muchas religiosas afirman en
frailes como para las monjas. Parecíala gran monstruosi-
sus dichos, que si acontecia que alguna como á madre ó
dad ver gente pobre y descalza en grandes edificios, y
prelada la comunicaba alguna tentación contra la honesti-
gran locura (como ella decia) que las casas de gente des-
dad y pureza, era la cosa donde se hallaba mas atajada, y
230 L A LEYiíiNDA D E ORO. DÍA vm
calza hugnn niuclio ruido, ciiando se hayan do caer el sumidaenel abismo desu nada, y tan enterada de las m u -
dia del juieio. chas ofensas que habia hecho á Dios, y del gran castigo
AiiiiK'nlab;! al espíritu de pohreza el gran amor y estima que nicrecia, que por ella ninguna cosa se la ofrecía de
que hizo de la penileneia y l igor. Con estar cargada de ti abajo ni de menosprecio, por grande que fuese, que l l e -
cní\írmedades (porqno era mny molestada del mal de c o - gase á lo que ella senlia de s í : y así, estaba tan baja y
razón, del dolor de ijada y de perlesía, y de otros a c h a - tan honda, (pie por mucho que cavasen en ella con las i n -
fjues, comparuM-os de tantos duelos; y sohre todo, padeció jurias, oprobios y menosprecios , no podían llegar al
por espacio de cuarenta aflos graves enfermedades y con- profundo donde ella estaba su nida; porque si la de-
tinuos dolores, nacidos da tanto desconcierío y despropor- cían, que era e n g a ñ a d o r a ó mala mujer, ú oíros tesli-
ción que tenia eri los humores), j a m á s volvió las espaldas monios semejantes (quede estos no la fallaron muchos);
ai rigor y penitencia, n i perdonó al mal tratamiento de SU aunque ella por la bondad de Dios, echaba de ver que no
carne; porque en lugar d é l a cama regalada (que era bien tenia oslas faltas, pero mirando sus pecados, la pare-
necesaria para sus enfermedades) dormia en una poca de cía que virtualmenle en haber ofendido á nuestro S e -
paja; y esto, aunque la apretasen algunas de las enferme- ñor, habia cometido toda maldad y pecado ; y así halla-
dades dichas, y si no era muy grave, apenas admilia col- ba ( á su parecer ) en sí mucho mas mal, que el que la
c h ó n , ú otro regulo de lienzo. Por mucho tiempo trajo tan atribuían i y por esta razón ((pie era la que hacia á Ú san-
áspero cilicio, que la causaba en la carne muy lastimosas ia tan humilde) la parecía que todos la tenían en cuanto
llagas, y este pocas veces lo dejaba, cargada de aflos y mal podían imaginar y decir de ella, y buscaba otras m i l
de perlesía y otras enfermedades. Su túnica era siem- razones para disculparlos, y para dar á enletider que era
pre de lana: sus vigilias eran continuas, en las cuales se verdad lodo cuanto de ella decían, y que tenían razón
la pasaba la mayor parte, o ca^i toda la noche en oración; en cualquier mallratamienlo que la hadan. Las honras la
porque su sueño e n tnu escaso, que el reposo que daba eran un dolor y carga intolerable ; y por esta causa senlia
al cuerpo enfermo y cansado de, lautos negocios, y á veces en el alma escribir las mercedes y favores q u é el Señor la
de largos caminos, no excedía de tres horas, y á lo mas hacia, y mucho mas cuando sospechaba se habían de sa-
largo, de cuatro. Kn el ayuno y abstinencia era tan r i - ber ; y así dice en el fin del libro de su vida , que sintió
gurosa, como en lo demás. Su comida ordinaria era un mucho roas escribir las mercedes que el Señor la hací;',
que sus pecados. Y por no ser conocida , ni tenida por
huevo ó sardina, algunas legumbres, y otras veces unas
buena , pidió á nuestro Señor la quitase los arrobauiienlos
puches: y cuando senlia alguna necesidad, su regalo era
públicos, y costóla barias lágrimas y oraciones el alcan-
un poco de pan frito en aceite. No bebia jamás v i n o : no
zarlo : y cuando se comenzó á tener alguna noticia y
comia carne, sino con grave enfermedad, y esto liabia de
C í t i m a de su virtud , trató con grandes veras de irse del
ser con eslrcvba obediencia de sus confesores; y entonces
monasterio de la Encarnación á otra casa de su órden , la
comia u n poco de carne ; porque mas que esto la parecía
mas remota y apartada (pie hubiese, donde no fuese cono-
gran e \ c o s o y regalo. Y así, p u r g á n d o s e u n dia en Sala-
cida, ni nadie se acordase de ella ! pero sus confesores no
manca, la trajeron para comer de una gallina ! y aumpie
se lo consintieron; porque Dios la tenia guardada para
se lo rogaron mucho sus hijas, dici6ndola,que mas las edi-
grandes cosas. Llegó á lanío la pena que la daba sospe-
licaria comiendo de ella, que nocon la abstinencia que ha-
char que se podían venir á entender las mercedes que el
cia ; no pudieron alcanzar de ella que la comiese, mas
Señor la hacia, que escogeria antes que la encerraran v i -
que un poco do carnero cocido. Guardó estrechamente los
va, como ella escribe en su vida por estas palabras I
ayunos de la orden , que son casi ocho meses del a ñ o :
« Guando pensaba que eslas mercedes , que el Señor me
pero de esto no me maravillo ; porque estaba tan absorta
hace, se habían de venir á saber en público, era tan e x c e -
de Dios, que no habia pena, ni trabajo alguno, que así Io
sivo el tormento, que m e inquietaba mucho el alma. Vino
hiciese perder los estribos, como el baber de esforzarse
á términos que considerándolo, de mejor ^ i n a ine parece
á COITUM- alguna cosa: y lo que mas admira, es, que es-
me determinara á que me enterraranj viva: y así cuando
lando acostada en la cama, cargada de dolores y enfer-
me comenzaron estos grandes recogimientos ó arrobamien-
medades, la vieron muchas veces, en tiempo que la comu- tos á no poder mas resistirlos en público, quedaba ya des-
nidad estaba en disciplina, levantarse secretamente y ha- pués lan corrida, que no quisiera parecer en donde nadie
cer ella otro tanto en su celda. Tratábase de ordinario, n ó me viera. Estando una vez muy fatigada de eslo , me dijo
como monja, sino como e r m i t a ñ a : nó como enferma, sino el Señor, que ¿ q u é temia? que en esto no podia haber s i -
como robusta y sana: nó como inocente y pura (que lo no dos cosas, ó que murmurasen de m í , ó (pie alabasen á
habia sido su a l m a de toda culpa grave, como lo dijo el el : dando á entender que los que lo creían , lo alabarían;
gurao pontífice que la canonizó, en la bula de su canoniza- y los que nó , era condenarme sin culpa : y que ambas
ción, y en las relaciones de la sagrada Rota), sino como cosas era ganancia para mí , que no me fatigase. Mucho
si hubiera sido la mujer mas profana y pecadora del m u n - me sosegó esto , y me consuela cuando se me acuerda
do; y así, en ninguna cosa perdonaba el mal tratamiento Yino á términos la tentación , que me quería ir de este l u -
de su cuerpo. Decia muchas veces la santa, quedaba Dios gar, y morar en otro monasterio muy mas encerrado (pie
gran gloria en premio de la penitencia que acá se hace; y el en que yo de prcsenle estaba, que había oído decir
que aunque no la hiciéramos, sino por imitar á Jesucris- muchos extremos de él. Kra también de mi órden y muy
to, que no tuvo hora de descanso en esta vida, no la ha- lejos; que esto es lo que á mi me consolara, estar en don-
bíanles de dejar. de no me conocieran , y nunca me dejó m i confesor.» Lle-
Ts'acia este rigor tan raro de un grande aborrecimiento gó á tenor tanto gusto en el propio desprecio, que decia,
que de si tenia, fundado en un vivo conocimiento de sus no habia para ella música mas concertada y agradable,
pecados y s)rofimd¡sima humildad ; porque estaba toda
DIA 15. OCTUÍUIE. 231
romo cmuiilola dt-rian sus fallas , porf|iic no solo quería pas, y pedia perdón á la priora y á las monjas de las fal-
ser humildo, sino lanibion lnimillada de todos. las que en aquel día había hecho como si fuera la menor
(aiando estaba en el coro , si se la ofrecia alguna 'duda de todas ellas : y algunos dias comiaen el suelo, estando
en el reliado, por imiy pequeña que fuese (y á veces aun- las demás sentadas á la mesa, dando con esto ejemplo á
que pai ecia ([iie la sahia), allí la preguntaba á las novi- sus monjas, y muestras claras de su grande humildad. A
cias y á las niñas del monasterio , para mas bumillarse. estos actos heroicos de virtud añadiré otro no menos levan-
Y porque la parecía que todas las demás aprovecbaban tado; y fué que como la santa era tan humilde, la parecía
cu el servicio de Dios , y ella quedaba muy a t r á s , \ había comenzadoá ser religiosa, y queriendo que las de-
que no merecía servir á aquellas religiosas; en saliendo más compañeras suyas entendiesen esto, estando en Tole-
del coro, iba secretamente á cogerlas los mantos que allí do, pidió á su prelado (que era entonces el P. Fr. Geróni-
dejaban. Tué siempre con esta determinación de no excu- mo de la Madre de Dios), que la quitase el hábito, y la de-
sarse, por culpada que fuese. Gustaba de los oficios mas jase andar sin él algunos días como si fuera seglar y pre-
liumildcs, hallaudo en ellos á Dios. De la cocina bacia o r a - tendiese el hábilo, y que se lo diese después cuando á él
torio, y allí era para ella el Sanclus Sanclorum, donde le pareciese. El prelado, v i é n d o l a devoción y humildad
ofrecia sacriücios de alabanzas á su Esposo, donde ella con que lo pedia, condescendió con su petición,y haciéndo-
trataba y converiaba con 61, y él la visitaba y regalaba la (pillar el hábito que ella traja, la dejó pordos ó tresdias
dulcemente, no extrañándose del lugar ni del oficio; y así de esta manera; y entonces andaba la santa tan humilde
entrando las religiosasá deshora á la cocina, bailaban á la como contenta. Después, al cabo de Ires dias vino el pre-
sania con la sartén en la mano puesta sobre el fuego y el lado á darla el hábito, y ella lo recibió con las mismas ben-
corazón abrasado en el de Dios, toda elevada y fuera de sí, diciones y ceremonias, como si aquel mismo dia lomara el
con un rostro muy hermoso y resplandeciente, y la sartén hábito para novicia. Estaba con tanto espíritu, mienlras la
tan fueilemenle apretada, que no se la podían sacar de la decían las oraciones, que se quedó arrobada en presencia
mano. Kn eslos y en otros oficios bajos y humildes, que de todas : y otro dia recibió el velo con otro grande arro-
era barrer y fregar, se ocupaba muchas veces, y siempre bamiento, quedando con una extraña hermosura en el ros-
se inclinaba á lo que mas decía con su condición y virtud tro, con que mostraba claramenle la que tenía en el alma,
de humildad qoe era á lo mas vil y bajo: y si otras bar- y cuán de veras sentia lo que en lo exterior mostraba.
rían la casa, el claustro, las oficinas y celdas, ella escogía ¿Qué diré del encendido amor de Dios que lenia sania
barrer y limpiarlas inmundicias del corra!, y otros l u g a - Ten sa, sino que parecía igual á aquel en que los serafines
res semejanles, y allí sentia grandísima fragrancia de sua- se abrasan el que Dios puso en esta sania virgen, quese-
vísimos olores. Acaecíala muchas veces levantarse antes gun las muestras y finezas que en esta vida dió de él, no
que las d e m á s á coger la basura del convenio, y cuando se hallo en la tierra con qué compararlo? Porque á la manera
ofrecía hacer alguna obra, la primera que tomaba la es- que los serafines son todos una llama y un fuego vivocon-
pnci la y la escoba era la santa, y sacando esfuerzo de su linuo encendido y penetrativo; así el amor de esta sania
espírilu, vencía la llaqucza del cuerpo y de sus enferme- fué para con Dios en perseverancia conlinuo, en fervor ar-
dades y (lo que era mas) de su condición nalural. Y cuan- dentísimo y en la fuerza muy penetrante: que eslas son
do por las ocasiones graves de los negocios, ó la demasiada las propiedades altísimas que san Dionisio Areopagila po-
flaqueza del cuerpo, no la permitían hacer lo que las otras; ne en el amor de los serafines. Andaba siempre tan encen-
porque uo se la pasase dia sin dar algún ejemplo de h u - dida enamor, que hecho su corazón una brasa, de conlinno
mildad cuando para otra cosa no estaba, tomaba el candil despedía de sí fuego y encendimiento de amor, y toda
para alumbrar á las religiosas, cuando salían del coro ó andaba embebida y empapada (si así se sufre decir) en
entraban á otros lugares comunes que suele ser oficio de Dios. Aquí tenia siempre sus deseos: allí eran de conlinno
las mas Huevasen años y religión. Si veía alguna religio- sus pensamientos; y allí vivía: estas eran sus ansias: esla
sa que padeciese alguna enfermedad asquerosa, ejercitan- era su comida, su suefio, su tralo y conversación; porque
do junlamenle la mortificación y humildad se llegaba á ardia de continuo en su corazón tan grande afición que la
^Ha, y la regalaba y besaba las manos y comía de lo que sacaba fuera de si, y la robaba el pecho, el amor y el de-
ella estaba comiendo, y hacia otras demoslraciones de su seo, y de tal manera la Irasformaba en Dios, que andaba
grande amor, siendo naturalmente muy limpia y teniendo como si estuviera en otra región, y lascosas de esla no la
estómago y condición natural muy contraria á estas enfer- tocaran, que no parece que estaba su alma donde lenia su
medades. cuerpo. Los negocios y embarazos que se la ofrecían, y lo
que mases el comer y beber, y todas las demás cosasquo
Fué entro todos singularísimo e l ejemplo que dió esla
la ocupaban y quitaban de estarse absorta en Diosgozando
bienaventurada santa de su humildad, saliendo una vez al
de su sabrosa conversación, la era muy penoso. Y como
refectorio delante de toda la comunidad, arrrastrando
el que está inflamado con alguna calentura aborrece y
por el suelo con p i é s y maHos, como suele andar una bes-
abomina cualquiera mantenimiento que le ofrecen por mas
lia, con un serón de piedras encima de sus espaldas, con
gustoso que sea, por razón del fuego y mal que le abrasa;
una soga en la garganta, y una hermana que la llevaba
así ella, por estar tan encendida con el fuego del espíritu
del diestro, diciendo públicamente sus faltas; significando
celestial, no la arrastraba cosa de la tierra, ni la daba gus-
con esta figura y espectáculo de bumíldad, su deseo de
to nada de ella. Y á la manera que el fuego embiste con
ser tenida por bestia, y la eslima y reputación que de sí
su calor al agua, y la hace perder sn frialdad y subir ar-
tenia. Olra vez salió cargada con unas aguaderas llenas
riba con grande ímpetu y calor ; así hería el fuego divino
de paja diciendo también susculpas con grande hmníldad,
con tanta violencia al corazón de esta santa, que causaba
y con grande sentimiento y lágrimas de las quedas oían.
en ella unos ímpetus de Dios y deseos de verle tan oxee-
Solía también salir en medio del refectorio á decir sus c u l -
232 L A L E Y E N D A DE ORO. DIA 15.
civos, que la hacían salir el alma de los sentidos, y á ve- muchas ordinarias. Tenía un gran cuidado de la salud
ces la ponían en ocasión de salir también del cuerpo. y conversión de los pecadores; y lo que mas pena la da-
Eran estos ímpetus y deseos de ver á Dios, y la pena de ba, era la caída de los buenos. El multiplicarse las here-
carecer de él tan grande, que (como ella confiesa) la ena- jías y necesidades de la Iglesia, era una saeta que siem-
jenaba de sentido; porque era una manera de arroba- pre traía atravesada en el corazón, y un despertador conti-
miento penal , que casi la quitaba todos los pulsos, y la nuo de sus lágrimas, y unas espuelas para hacer grandes
ponía tan en las puertas de la muerte, que [ como ella de- penitencias.Así hizo en órden al remedio de estos daños, y
cía) creía que estas ansias de Dios la habían de quitar la para satisfacción d e s ú s deseos, todo lo que pudo hacer
vida. Moría, porque vivía: y no podia valerse con la vida, según su estado y su condición. Rasgábasela el corazón á
y á su parecer hacia mucho en sufrirla ; y así venia á la santa de ver la tiranía con que el demonio trataba y te-
tener en el mayor deseo la muerte y en la mayor pacicn- nia oprimidas las almas de los herejes y de otros pecado-
cia la vida. No podia sino pedir á Dios la muerte , porque res, criadas por el cielo y redimidas con la sangre del mis-
m hallaba remedio en la vida. mo Dios, sin hallar medio para su desengaño. Las noches
Creció tanto el amor y v i n o á ser el fuego tan ernínen- casi las pasaba en vela, orando, gimiendo, suspirando y
le, que llegó á hacer su alma tan una con Dios, como lo suplicando á Pios la hiciese merced de alumbrar aquellas
son dos luces que entran en un aposento por diferentes almas que tan lastimosamente estaban e n g a ñ ulas. Mil v i -
ventanas, ó como dos aguas que, estando antes divididas, das diera para remediar una alma, y de cualquier gozo,
se vienen á juntar en una ; que son dos ejemplos de que aunque fuese muy espiritual, se privara de muy buena
ella usa en sus libros í nó porque se viene á hacer una gana por el aprovecbamienlo del prójimo. El fruto que
sustancia con Dios, sino un amor y un espíritu. Tenía una hizo en las almas, y conversiones admirables que por las
invencible resolución de no dejar de hacer cosa alguna oraciones y medio de santa Teresa se hicieron, pide una
que entendiese era mas perfección y servicio de Dios, larga historia, porque fueron muchas y por toda su vida;
aunque fuese á costa de su descanso , de su sangre y de porque por toda ella la abrasó el celo de la casa y honra
su vida, de suerte que tenia por regla , nó como quiera la de Dios. Los trabajos que pasó por sus prójimos fueron
voluntad y gloria de Dios , sino aquello que enten- muchos ; pero muy pocos la parecían á su excesiva c a r i -
día que era mayor gloria y honra suya. En esto q u i - dad, deseando padecer mas y mas por Jesucristo nueslio
so hacer de su virtud necesidad ; y para darle toda la per- Redentor y sus redimidos. Este era su continuo pensa-
fección á este modo de obrar tan divino y propio t\ los á n - miento, este su deseo, este el único consuelo que tenia en
geles que moran en el cielo, lo confirmó con voto. Pues el esta vida, y con que acallaba y cntrelenia los grandes
amor que tanto pudo , sin duda tiene gran fuerza , y es ímpetus y deseos que tenia de morirse para ver á Dios. El
grandísimo el fuego que á tan grandes cosas se extiende, padecerla baria agradable vida tan enojosa, y breve pe-
y que tanta leña consume y abrasa ; porque aunque pa- regrinación tan larga y prolija, y segura navegación tan
rece este voto una simple promesa, es una determinación peligrosa. Por esto (como otro san Pablo) sufría y deseaba
que abraza en sí todo lo mas alto y apurado de la perfec- el privarse el tiempo que la vida la durase de la clara v i -
ción cristiana, que no es una sola cosa , ó pocas cosas , ó sión y abrazos dulces de su esposo Jesucristo: y como no
fáciles para ser hechas , sino una muchedumbre de difi- vivia sino para padecer, asi solo esto la daba contento y
cultades sin número ; porque trae consigo una obligación satisfacion á su alma: y solía decir, que para nada era
á hacer siempre lo que Dios manda en su ley , lo que su buena esta vida sino para padecer: para nada era corla y
órden dispone en su regla y constituciones , y á cumplir breve sino para trabajar. Por esto nunca cesaba de pe-
lodo lo que la razón dicta, lo que la justicia manda y la for- dir á Dios la diese trabajos, ni se cansaba de padecerlos.
taleza pide , y la templanza y prudencia y todas las de- No solo no la cansaban las tribulaciones y trabajos, sino
m á s virtudes establecen y ordenan : y para decirlo todo ántes la eran particular alivio y regalo, y lo que otros t i e -
en una palabra, es negar todos sus propios gustos , por nen por pena ó castigo, lo tenía ella por deleite y premio
gustar solamente de lo que Dios gusta y quiere. Todo esto de sus trabajos; como se echó de ver en lo que ahora diré.
es lo que promelió en este voto, y salió vaierosamnitecon Estando la santa madre en Avila en los años postreros de
el cumplimiento de el,ayudada del amor que tenia á Jesu- su edad, ofreciósela uno de los mayores trabajos que en su
cristo, en quien (como decía san Pablo) todo la era posible vida había pasado; y dijo entonces delante de una grande
y hacedero. amiga suya con gran consuelo y ternura: Con este traba-
j o . Señor, me pagáis todos los que me habéis dado en mi
La caridad que tenia la santa con los prójimos, era cor-
vida. Con estas palabras dijo mas de lo que yo aquí sabré
tada al molde de la caridad tan abundante y encendida
declarar; porque no solo dice en ellas el gusto grande que
que tenia de Dios. Este amor y deseo de la salud d é l a s a l -
lema en el padecer, sino que tenia puesta en esto la felici-
mas, la hizo ponerseen tantos trabajos y andar casi diez y
dad de la vida presente, como si Dios no la hubiera criado
seis años cargada de dolores y enfermedades,peregrinan- sino para trabajos, teniendo por corona y premio el pade-
do por toda España con fríos, con aguas/concalorcsgran- cer; porque estaba ya su alma tan trasformada y connatu-
des, para fundar monasterios, en que recogidas muchas de ralizada en eslos deseos, que solía decir que el padecer no
ellas, como en otra arca de Noé, fuesen salvas de los pe- tenia necesidad de otro fin sino padecer; significándola
ligros del mundo. Y aunque deseaba mucho que todas estima que tenia de los trabajos y deleite que había en
sirviesen á Dios; cuando veía alguna persona de gran ta- ellos. Tenia muy frecuentemente en la boca y corazón es-
lento, íbase á uuestro Señor con unas ansias que no se po- tas palabras: Señor, ó morir ó padecer. ¡Gran indicio del
dia valer, y con gran fervor le d e c í a : Señor, mirad que sumo amor que á Dios tenia; pues eslimaba mas los tra-
este es bueno para nuestro amigo ; pareciéndola que una bajos pasados por su amor que la misma vida ! Había pe-
persona tal, siendo perfecta, haría mas provecho que
DIA 15- OCTUBRE. 233
di Jo á Dios que nunca le fallasen dolores que alormcnla- villa estaba con grandes preñeces esperando que cada día
sen y afligiesen su cuerpo: y cumplióla el Señor estos de- habían de llevar á las pobres monjas á la Inquisición. V i -
seos; porque ni la fallaron eslos mientras vivió, ni jamás niendo un día el P. Fr. Gerónimo de la Madre de Dios (que
las que la trataron la vieron con salud; y si algun tiempo ya estaba en Sevilla) á visitar á la santa madre, vio en la
se la aliviaban sus trabajos y enfermedades, era cuando calle muchos caballos y m u í a s : y sabiendo que eran de
selaofrecia alguna fundación. Por entonces suspendiaDios los señores inquisidores y ministros (que estaban en el
nuestro Señor el padecer para mas padecer: y si acaso se monasterio para averiguar la verdad de este caso, y el
veia apretada de algnn dolor, disimulaba todo lo que po- clérigo á una esquina esperando cuándo las habían de l l e -
día para que las bermanas no lo echasen de ver y la q u i - var presas), dióle gran miedo y turbación: y llegando á
siesen impedir tan buenas ocasiones y tan agradables para hablar con la santa, hallóla muy alegre y contenta, espe-
ella, cuanto llenas de diíicultades y trabajos. rando si por ventura se la ofreciera alguna afrenta que
No solo quiso probar el Sefior á su sierva en estos t r a - padecer; fjue de cualquier trabajo é infamia, como ella no
bajos y dolores causados de sus enfermedades, sino que tuviese culpa, gustaba como si fuera la cosa mas dulce y
para mayor premio y corona de su paciencia, dió licencia sabrosa del mundo; pero viendo tan afligido y turbado al
al demonio para que le atormentase en su cuerpo y e m - padre, díjole que no tuviese pena; que Dios quería mucho
please su malicia y fuerzas para vencer á laeanla, estando la honra de sus siervas, y no consentiría en ella tal mancha
í l á la mira de todo, como en otro tiempo hizo con el santo ni afrenta: que ya nuestro Señor la había dicho en la ora-
Job. Y como de ordinario por medio de la oración é inter- ción que no temiese, que lodo seria nada; y que los
cesión de la santa, sacaba Dios á alguna alma de pecado, y que pretendían oscurecer la verdad no saldiian con su i n -
por el consiguiente de la servidumbre del demonio; luego tento: y así fué; porque aclararon los señores ¡nquisidoreí.
se vengaba de la santa madre y la atormentaba cruelmen- la verdad y dieron muy gran reprensión al c l é r i g o : y
te. Entre otras una vez la apretó con tan terribles dolores, para certificarse mas del espíritu y manera de proceder en
y tanto desasosiego interior y exterior, que la hacia estar la oración de la santa, acudieron al padre Bodrigo A l v a -
dando grandes golpes con todo el cuerpo, brazos yeabeza, rez, varón muy espiritual de la Compañía de J e s ú s , á
que parecía se quería deshacer y despedazar; pero ella quien la santa madre dió una relación por gscrilo de su
entretanto estaba pidiendo á nuestro Señor paciencia, y vida; y él la aprobó y mostró á los inquisidores: y con
ofreciéndose como solía, á padecer y sufrir, si fuera v o - esto cesó el alboroto, y por este medio vino á ser mas
luntad suya, aquel trabajo y fatiga hasta el día del juicio, conocida y estimada la virtud y santidad de la santa y sus
ó hasta cuando fuese su santísima voluntad. Después de monjas.
haber padecido por espacio de cinco horas, echó de ver al Conforme al excesivo amor que tenia á Dios santa Tere-
malhechor y causador de su d a ñ o ; porque víó cabe sí un sa, la sublimó él mismo Señor á un tan alto modo de ora-
negrillo muy feo, mostrando gran r e g a ñ o , porque don- ción, que mas parecía de ángel que habitaba en los cielos,
de pretendió ganar había salido con pérdida. La bienaven- que de persona que vivía en este destierro y valle de m i -
rada sania con gran serenidad de ánimo, echando un poco serias, y nadie la pudiera dar á entender sino ella misma,
de agua bendita hacía donde estaba, le lanzó de allí. Otra en aquellos libros admirables que escribió para enseñanza
vez el demonio con furor y rabia infernal lomó una hacha de muchos y admiración de lodos, escogiéndola Dios para
de cera y la dió con ella tan grandes golpes, que la dejó doctora y maesira de oración y espíritu. Fueron grandes
inedio muerta y muy desfigurada en el rostro; y tuvo con y muy frecuentes los arrobamientos y visiones, hablas i n -
él otras muchas refriegas, que en ellas la apretaba y afli- teriores y revelaciones, sabiduría infusa, don de profecía,
gía con trabajos exteriores de visiones, amenazas, golpes y oíros grandes favores que la divina Majestad comunicó á
y otros tormentos: y así la oyeron decir algunas veces esta santa virgen. Muchas veces fué vista levantada de
que el demonio la afligía mucho con trabajos exteriores; tierra y toda absorta en Dios, yquo el rostro tenia lleno de
pero ella triunfaba de él con humildad y paciencia. resplandores, como otro Moisés, que alumbraban los apo-
Sufrió también de los hombres muchos nialos tratamien- sentos oscuros. Los que la comulgaban la soban ver con el
tos é injurias, con grande paz y gozo de su espíritu. En la rostro lodo resplandocíentc. Con los mismos resplandores
fundación de Burgos, porque nunca la fallasen trabajos la vieron muchos cuando escribía los libros admirables
que padecer, estando en una iglesia el jueves tanto, que- que compuso. Otra vez, estando en capítulo con sus mon-
riendo pasar unos hombres por donde ella estaba; como jas, echaba tantos rayos do sí que ilustraba lodo el c a p í t u -
la santa no lo advirtiese, y. por esto no se levantase tan lo. A los principios, andando con grande temor de ser e n -
presto para darles lugar, pensando que no hacia caso de g a ñ a d a , la aparecieron los bienaventurados apóstoles san
ellos ni les quería dar paso, viendo el manto humilde y Pedro y san Pablo en el mismo día, y la prometieron no
desechado que traía, pensaron que debía de ser alguna seria engañada del demonio: ello se cumplió a s í ; poos
mujercilla de condición semejante al vestido: diéronla de con haber tenido tantas cosas de Dios y tan exlraordma-
coces para echarla á la otra parle; y con ellas la derriba- rias, j a m á s el demonio la pudo e n g a ñ a r . Supo la ríídcrte
ron en el suelo- Cuando su compañera Ana de San Barto- de aquel admirable varón y gran siervo de Dios, san Po-
lomé acudió para ayudarla á levantar, hallóla con mucha dro de Alcántara, un año antes que sucediese. Bcvclóla
risa y contento de lo que había pasado. Con el mismo nuestro Señor algunas veces que había de morir de repen-
contento y alegría sufrió unos chapinazos que la dió una te doña María de Cepeda, su hermana: díjolo á su confe-
mujer, estando en la fundación de Toledo, oyendo misa en sor, y con su licencia fué á una aldea donde estaba su her-
la iglesia de San Clemente. Estando en Sevilla, la l e - mana, y sin decirla nada de lo que habia visto, la comen-
vantó un sacerdote grandes testimonios, y andaba el ne- zó á disponer para que se confesase á menudo y se apare-
gocio de manera que casi todo lo mas principal de Se- jase para cuando el Señor la llamase. Murió al cabo de

TOMO l l f . 30
m L A L E Y E N D A D E ORO DIA 15.
( iiulro afios de i-epcnle, y deuiro de pocos dias la vió sa- vez nueslro Señoi , no se desharía la nueva reforma de
iir del pnrguíorio. los descalzos que entonces estaban muy perseguidos, sino
Mas de veinte anos á n l e s q u c sucediese en Portugal la que antes irían creciendo. Estando en la fundación de Se-
inuei te del rey don Sehíisíian y de íanta nobleza de aquel gó vía , la reveló nuestro Sefior por medio de san Alberto,
reino, como murió en Africa, vió la santa un á n g e l c o n u n a santo de su ó r d e n , la reparación de los descalzos y de los
espada muy sangrienla sobre el mismo rey de Portugal; padres calzados. Cuatro años antes que se acabasen las
dimdola á entender la mucha sangre que de él se derra- persecuciones y trabajos que los religiosos descalzos pa-
maria : y al cabo de estos años, estando,ella afligiéndose decían , que fueron grandísimos , vió un mar muy grande
delante de nuestro Sefior de tan grande pérdida de un rey y muy alterado de persecuciones, y con esta visión la dió
y de tanta gente, la dijo nuestro S e ñ o r : Si yo los hallé dis- el Señor á entender que como los egipcios se habían h u n -
pucslos pai a traerlos á mí ;. ¿ d e q u é le fatigas t ú ? Vió t a m - dido en el m a r , cuando iban persiguiendo los hijos do
bién el mismo ángel con la espada desnuda y sangrienla Israel, y el pueblo de Dios pasó l i b r e ; asi su órden que-
sobre el reino de Francia, y dióla e¡ Señor á entender la daría l i b r e , y los que la perseguían ahogados y vencidos.
ira que entonces tenia con aquel reino, y profetizó las he- Tuvo también revelación de la religión de la Compañía
rejías que se habían de levantar. de Jesús, y lo dejó escrito de su propia mano en el libro
Vió de algunas religiones grandes proezas que han de que se guard*en San Lorenzo del Escorial, donde dice:
baccr en tiempos venideros en servicio de la-Iglesia, como «De los de la órden de este padre, que es la Compañía de
ella largamente escribe en el cap. 38 de su vida. Eeve- Jesús, y de toda la órden junta he visto grandes cosas:
lóla nueslro Sefior que veria muy adelante en sus dias la vílos en el eíelo con banderas blancas en las manos algu-
orden de la Virgen, que ella babia reformado por es- nas veces, y como digo, otras cosas de grande admira-
las palabras: «Esfuérzate; pues ves lo que le ayudo: be ción : y así tengo esla órden en gran veneración; porque
querido que ganes lú esta corona: en tus dias verás muy los he tratado mucho, y veo conforme su vida con lo que
adelante la orden de la Virgen. Esto entendí del Señor el Seflor me ha dado de ellos á entender.» T estando ella
mediado febrero, año de V á l i . n Consolóse muebo la maravillada y contenta por la mucha devoción que tenia á
santa madre: lo uno con osla corona que el Señor la ofre- esta religión, la dijo nuestro señor Jesucristo: Pues si tú
cia; y lo olro con ver que el sumo Pontífice del cielo, supieses cuánto han de ayudar estos á la Iglesia en los
d i s t o nuestro Redentor, confirmaba con estas palabras tiempos venideros. Esta visión dice ella que -vió algunas
el lílulo que sus vicarios en la tierra babian declarado veces : y aunque en la Vida que se imprimió no se decla-
con la autoridad apostólica en favor de su religión, con- ra el nombre de la religión, está declarado on el libro que
tra muchos émulos que á los principios que esla orden olla escribió, y en los d e m á s que andan de mano, l a s
vino á Europa (envidiosos de tan glorioso renombre) p r o - palabras que la dijo nueslro Señor, puso después mas ade-
curaban conlradedr el lílulo lan ilustre que tiene desde el lante en él capítulo íO, sin el nombre de la religión; pero
Ü e m p o d e la primitiva Iglesia, de religión de la Virgen es cosa ciertísima y sabida de su boca, todo lo que se ha
María del Motile Carmelo. Vió cumplida la sania madre dicho, como lo testifica el padre doctor Francisco de Ribe-
Teresa en sus dias esta profecía; pues antes que muriese ra. En otra parte dice: «Estando en un colegio de la Com-
dejó aumentada su religión en gran número de monaste- pañía do Jesús, y oslando comulgando los hermanos de
rios y sujetos, y (lo que es mas de estimar) en grados aquella casa, v i un palio muy rico sobre sus cabezas: esto
de perfección: y para mayor consuelo suyo la mostró vi dos veces; cuando otras personas comulgaban, no lo
nuestro S e ñ o r , no solamenle lo que babia de ser de esta veía.» De la misma religión de la Compañía de J e s ú s , ad-
nueva plañía en su vida, sino también el crecimiento que vierten algunos escritores de su vida que habla la santa,
tendria después de muerta, y el frulo grande que haria en cuando dice, en ol capitulo íO de su Vida : «Estando una
los tiempos venideros en la Iglesia, como ella escribe en vez en oración con mucho recogimienlo, suavidad y quie-
BU vida, por estas palabras: «Estando otra vez rozando tud, parecíame estar rodeada de ángeles y m u y cerca de
cerca del santísimo Sacramento, aparecióme un sanio, Dios: comencé á suplicar á su Majestad por la Iglesia:
cuya órden ha estado algo caida : tenia en las manos un dióseme á entender el gran provecho que ha de hacer una
libro grande: abrióle; y díjome que leyese unas letras órden en los tiempos postreros, y la fortaleza con que los
que eran grandes y mny legibles : y decian a s í : En los de ella han de sustentar la fé.»
tiempos advenideros íloi'ecerá esla ó r d e n , y habrá m u -
Conoció también por revelación que su confesor, arpiel
chos márlires. Otra vez estando en maitines en el coro,
divino varón, el padre Baltasar Alvarez, d é l a Compañía
se me reprcsenlarou y pusieron delante seis ó siete, me
de Jesús, se había de salvar, y la mostró Dios nuestro Se-
parece serian de esta misma ó r d e n , con espadas en las
ñor un eminente lugar que había de tener en el c í e l o : y
manos: pienso que se da en esto á entender han de defen-
añadió que aquel padre había llegado en la tierra á lan
di-r la fé; porque otra vez estando en oración se arrebató
alto grado de perfección, que no vivía en aquel tiempo
el e s p í r i t u : parecióme oslar en un gran campo donde se
quien le tuviese lan alto, y que según aquel grado de per-
combalian muchos; y estos de esla órden peleaban con
fección se le habían de dar los grados de gloria en el cie-
gran fervor; tenían los rostros hermosos y muy encendi-
lo, y que él excedía en perfección á todos los que había
dos, y echaban muchos en el suelo vencidos, otros mata-
entonces vivos en el mundo. Supo también la muerte de
ban: parecíame esla gran batalla contra los herejes.»
cuarenta padres y hermanos de la Compañía de Jesús que
Calló la sania madre el nombre de su religión por algunos
iban al Brasil, y los mataron los herejes. Iba entre ellos
honestos fines; pero es cierto como se supo de la misma
un devoto de la santa madre; y luego que los tomaron,
sania Teresa , que hablaba de la nueva reforma que ella
dijo al padre Ballasar Alvarez, su confesor, que los había
fundó. A mas de esla profecía de su religión , la dijo otra
vislo cen coronas de mártires en el cielo. Después vino á
D U 13. OCTUBRE 235
España la nücva del marfirio y dicliosa suerte do osles re- go. Acabada la misa la dijo sn confesor que si queria g o -
ligiosos. Del padre maestro fray Pedro Ibafíez, religioso zar do aquella compañía , se fuese á tener oración á la
d é l a órden de Santo Domingo, y confesor que hahia sido capillita mas pequeña donde estaba-ún santo Domingo de
mucho tiempo de la santa madre, con haber muet lo Irein- bulto. IIízolo así la santa madre , y después do haber es-
la y cinco leguas de donde la santa estaba, la reveió Dios tado allí postrada un cuarto de hora , so levantó, y dijo á
luego su muerte, y como habia ido al ciclo sin pasar por su confesor como sanio Domingo feawa estado grande-
el purgatorio. rato con ella, y que la dijo : Gran gozo ha sido para
Tuvo santa Teresa singular devoción con el sanlísimo mí que tú hayas venido á esta capilla , y tú no
Sacramento: la cual sé la pagaba bien nuestro Sefior en has perdido nada: y luego la comunicó los grandes
darla de ordinario al tiempo de la comunión grandes r a p - trabajos que en su vida pasó allí con los demonios, y
tos, y en ellos luz de muclias verdades, revelaciones de. las mercedes que de Dios habia allí recibido en la o r a -
grandes misterios y visiones muy subidas; porque de or- ción. Y preguntándole la santa por qué se le apareeia
dinario esperaba el Sefior osle tiempo para bacerla estas siempre á la mano izquierda ; respondió : Porque h mano
mercedes. Yió muchas veces en la hoslia consagrada al derecha es de mi Sefior.
mismo Cristo, unas resucitado , otras puesto en cruz, y Infundió también Dios á santa Teresa una sabiduría d i -
otras coronado de espinas y de otras maneras; pero siem- vina casi de repente; porque como ella antes fuese muy
pre con tan grande majestad, que la causaba temor y re- ruda é inhábil, no solo para decir las cosas espiti'uales,
verencia. Hacia este sacramento grandes efectos en su a l - sino también para entenderlas ; en brevísimo tiempo la
ma : porque á la manera que saliendo el sol huyen las dió el Señor tan gran luz y tanta inteligencia de las cosas
tinieblas y se deshacen los nublados; así, en llegando á sobrenaturales y divinas, cual grandes teólogos con m u -
comulgar cesaban las tentaciones y atlirclones, oscurida- chos afios de estudio no pudieran alcanzar. Espantábase
des y aprietos que en el espíritu padecia. Entonces no pa • la santa madre de esta mudanza y admirábanse tambiciv.
recia que la quedaba de mujer sino sola la figura de ha- sus confesores, como que entonces no dcscubviaii los B -
berlo sido, porque el alma, las potencias, los deseos y nes que Dios en esto tenia; poique como la habia escogi-
afectos, y lodo lo que en ella hahia, parece se la arranca- do para maestra y doctora de espíritu, no era mucho se
ban para unirse y transformarse en Dios, con que que- mostrase tan liberal y magnífico, no solamente en darla
daba toda enajenada y absorta. Este era el tiempo cuando en tan subido grado esta penetración de misterios y cono-
el cuerpo también en compañía del alma se levantaba do cimiento de cosas altísimas , sino también (por ventura
ta tierra, y parece queria él también salir de osle mundo. era mayor gracia) palabras y estilo para declararlo que
Con Hogar á comulgar con un color de tierra en el rostro, d é suyo es, por su alteza c incomprensibilidad, tan se-
como quien estaba tan enferma y era tan penitente; luego creto y oculto. Clara señal es de esta sabiduría infusa los-
que recibia el santísimo Sacramento, como si la envistieran admírables libros que escribió por revelación cpie de ellos
con algnn rayo grande de fuego y de luz, y ella fuera de tuvo; pero esta no bastara: porque en cosa ninguna se
cnstal, sa la ponía el rostro hermosísimo, de color rosado guiaba por sola la revelación, si juntamente no se lo b u -
que parecía transparente, y quedaba corr una gravedad y hieran mandado sus confesores. De! libro de su Vida dice
majestad tan grande, que mostraba bien el huésped que en el prólogo de é l : «Yo hago esta relación que mis con-
tenia consigo. Quedaba con este bocado del cielo, no solo fesores me mandan : y aun el Señor sé yo lo quiere riíftf
el alma, sino también el cuerpo bueno de sus enfermeda- chos dias h á , sino que yo no me ho alrevido.» Del libi o
des. Comulgando im dia de Ramos, cuando tomó en la de las Fundaciones la mandó nuestro Señor expresamente
boca el santísimo Sacramento, antes que lo pasase, que- que lo escribiese, como ella lo refiere en las adiciones do
do con gran suspensión : do ta cual como volviese al cabo su Yida. El-de las Moradas escribió , dándola el Señor la
de un rato, la pareció verdaderamente tenia toda la boca materia, la traza y el nombre para el libro. Y como Dios
llena de sangre, y asimismo que todo su rostro y toda ella la mandó que escribiese estos libros ; así parece, quiso
estaba bañada en la misma sangre, y tan cállenle, como mostrar ser el autor de ellos; porque el modo con que ta
si entonces so acabara de derramar. Era excesiva la sua- sania madre los escribió, muestra no ser ella mas quo un
vidad que con este baño sentía, y dijola el S e ñ o r : Hija, instrumento suyo y que no ponía de su casa mas que !a
yo quiero que m i sangre te aproveche; y no hayas miedo mano y pluma. Muchas veces estando escribiendo estos l i -
que te falte m i misericordia. Yo la d e r r a m é con muchos bros, se quedaba en arrobamiento; y cuando volvía do
dolores; y tú la gozas con grande deleite como ves. Otro él, hallaba algunas cosas escritas de su letra, pero no
dia, estando en Sevilla, acabando de comulgar, sintió por por su mano. Estaba con la pluma en la mano, y con
una manera de visión delicada, que su alma se hacia una un resplandor en el rostro notable quo no parece sino
misma cosa con el cuerpo del Señor, á quien también vió que la luz del alma so íransligtiraba en el cuerpo. Te-
entonces, y quedó de esta visión con grandes efectos on su nia el alma absorta en Dios, tanto, quo aunque h u -
alma y grande aprovechamiento en el amor y en las demás biese mucho ruido en'' su celda , ni la perturbaim,
virtudes. Estando la sania en la capilla de Santo Domingo ni lo senlia, Escribia, estando llena de ocupaciones y
del convento do Santa Crnz de Segovia, donde el santo es- cuidados de tantas casas que gobernaba, acudiendo al
tuvo, vió al santo que la estaba acompañando á su lado, y coro con la puntualidad que las demás. Escribia con gran
después al tiempo de la comunión vió á Cristo nuestro Se- presteza y velocidad; pero ¡ q u é maravilla, pués (cerno
fior á su mano derecha y á santo Domingo á l a izquierda, David dice), su pluma era movida por aquel escribano
como antes; y volviéndose la santa á hacer reverencia á velocísimo I No parecía sino que tenia un molde en su en-
nuestro Señor , la dijo i Huélgate con mi ami?0 ; y con tendimiento, de donde salían las palabras tan medidas y
esto desapareció quedando en su compañía santo Domin- amoldadas, con lo que habia de decir, que con escribir
236 L A L E Y E N D A Dlí ORO. DIA 1í).
tiinlos pliegos, j a m á s se paró á pedir cosa de las que tanto tenia deseado. Estuvo de esta manera, sin mover pié
líabia de escribir; porque la diciaba el espíritu con tanta ni mano, por espacio de calorce horas , que fué hasta las
abundancia, que si tuviera muchas manos, á lodas diera nueve de la noche de aquel mismo dia.
quehacer, y las cansara, sin que la faltara materia. Por En este tiempo la venerable Ana de Sanlíartolomé, per-
todo esto merece la calificación que la da la Iglesia en la petua compañera de la santa , y muy parecida en su es-
oración del oficio de esta santa, en las lecciones de maiti- pirilu, vió á los piés de la cama á Cristo nuestro Redentor
nes, y en la bula de su canonización, llamándola « c e l e s - con gran resplandor , acompañado de infinitos ángeles,
t i a l ; » y los auditores de Rala dijeron, que es doctora y que aguardaba el alma de la santa madre, para llevarla á
maestra, que Dios preparó para su Iglesia, y que escribió su gloria. También asistieron á su cabecera los diez m i l
clara y ordenadamente la que los santos bnbian escrito, mártires, poique ellos solo habían ofrecido muchos afios
sin tanta distinción y de paso, en cosas místicas. habia en un arrobamiento que tuvo, después de haberles
Quiso Dios premiar tantos trabajos y heroicas virtudes celebrado su fiesta : y volviendo de él, como la pregunta-
de sania Teresa, y coronarlos grandes favores y dones d i - se la condesa de Osorno (que era una señora muy devola
vinos que en ella habia puesto, con una dichosísima muer- y grande amiga suya) que habia sentido ; la dijo , que la
te, que fué entre sus hijas en el convento de las Carmelitas habían aparecido los diez m i l mártires , y la habían pro-
descalzas de Alva, adonde llegó, viniendo de Burgos, metido de acompañarla á la hora de su muerte y llevarla
muy fatigada : cayó luego mala: estuvo todo un dia y á gozar de Dios. Y así la enfermera que curaba á la santa,
una noche embebida y toda trasportada en oración, donde que se llamaba Catalina de la Concepción (que murió
entendió de nuestro Señor que se le acercaba la hora de cumplido un año que la sania madre salió de este mundo;
su descanso; que aunque mas habia de ocho años, la ha- que era una monja de singular caridad y espíritu), estan-
bia revelado el Sefior el año en que habia de morir, y lo do sentada en una ventana baja que salia al claustro , en
Iraia escrito en cifra en su breviario, y se lo habia dicho la misma celda d é l a sania ; aquella noche que espiró, oyó
así al padre Mariano, y do algunas hijas suyas en Segovia un gran ruido, como de gente que venia muy regocijada,
se habia despedido, diciendo no las vei ia mas en esta y vió que pasaban por |el claustro muchas personas res-
vida, y que se acercaba su partida, y así lo tenian muy plandecientes vestidas de blanco, y entraron todas en la
enlondido casi lodas las monjas de aquella casa j pero el misma celda, donde estaba la santa madre.enferma , con
dia puntual en esta ocasión, se lo reveló nuestro Señor. grandes demostraciones de contento ; y era tanta la m u -
Hubo también algunas señales de su muerte: algunas r e - chedumbre de aquella dichosa compañía , que con estar
ligiosas de aquel monasterio, hablan visto algunas veces todas las religiosas de aquel convento en la celda , no so
una estrella muy grande y resplandeciente encima de la parecía á ninguna. Llegaron todas las monjas á la cama,
iglesia : otra vió, entre las ocho y las nueve de la m a ñ a - donde estaba la santa, y á ese punto , dice , que espi-
na, pasar junto á la ventana de su celda, donde después ró , que fué á las nueve de la noche. Esta fué la hora
murió la santa madre, un rayo de color de cristal muy en que salió aquella bienaventurada alma de la c á r -
hermoso: otra, dos luces resplandecientes en la ventana cel de su cuerpo, y estos sagrados sanios, en compa-
de la misma celda ; y aquel mismo verano, antes que la ñía de los ángeles , hicieron su oficio de llevarla h o n -
santa madre viniese á Alva, estando las religiosas en ora- rada y acompañada al descanso eterno de la gloria, que
ción , oian un gemido muy pequeño y agradable cabe sí, y con tantos trabajos tenia merecido, viviendo acá en
eran tantas las cosas y señales que se veían, que las mon- el suelo. A la hora que la santa madre espiró, vió una
jas andaban con grande temor de algún prodigioso suceso religiosa salir por su boca una como paloma blanca : otra
de la órden. vió á este mismo tiempo una estrella de gran resplandor so-
bre la torre y campanario de la iglesia ; y otras vieron
Recibió santa Teresa todos los sacramentos: y así, cosas maravillosas , con las cuales daba el Señor por m i l
como llegó el santísimo Sacramento, con estar en este resquicios muestras de la gloria y felicidad de que goza-
tiempo tan caida y mortal, que no se podía rodear en la ba. Aquella misma noche que murió la santa , un árbol
cama^ sino era ayudada de dos religiosas, se sentó con seco, que estaba en frente de su aposento , refloreció do
mucha ligereza y fervor sobre ella, &in ayuda de nadie ; y repente, regocijándose cielo y tierra con la gloria de esta
eran lan grandes los ímpetus que el amor la cansaba, que sierva de Dios.
parecía se quería echar de la cama á recibir á tal Majestad.
Púsosela el roslro lan grave, tan encendide y resplandecien- Fué tan grande el ímpetu de sa espíritu en aquel ú l t i -
te, que no se dejaba mirar. Estaba venerable y hermosa, mo arrobamiento, que no pudo sufrir e! cuerpo la fuerza
muy semejante á la edad que tenia, y como si fuera m a - del amor con que el alma se iba para su Criador; de suer-
cho mas moza; y puestas las manos , y abrasado en amor te^ que mas murió de amor de Dios, que de la enferme-
su espíritu, lleno el rostro de alegría, comenzó aquel blan- dad : y así lo reveló después de muerta santa Teresa á
quísimo cisne á cantar al fin de su vida con mayordolzura algunas personas , que en su muerte había tenido un
y suavidad, que en toda ella la había hecho, regalándose grande ímpetu de amor de nuestro Señor , con que se sa-
tiernamente con su Esposo. El dia en que murió r á las lió su alma. Fué el dia de su glorioso tránsito jueves, en-
siete de la mañana se echó de un lado y á la manera que tre las nueve y diez de la noche , á 4 del mes de octubre
pintan á la Magdalena , con un crucifijo en la mano ( que del año 1EJ82 , día del glorioso y bienavenlurado san
luvo siempre, hasta que se le quitaron para e n t e m u l a ) , el Francisco, de quien la santa era muy devola. Fué el año
rostro muy encendido, y con grandísimo sosiego y quie- en que se enmendaron los tiempos quitando los diez días
¡IU] so quedó absorta toda en Dios y enajenada toda con la que andaban de sobra y adelantados ; y así al día s i -
novedad de lo que se la comenzaba á descubrir , y alegre guiente se contaron 13 de octubre , siendo pontífice Gre-
con la posesión que casi comenzaba ya á gozar, de lo que gorio XUI, de gloriosa memoria, y reinando en España el
DIA 15. OCTUBRE. 237
rey católico y prudente don Felipe , I I de este nombre. años que le tenia, y los ojos tan malos, que sino los apre-
Murió de sesenta y siete afios , seis meses y siete dias, taba con la mano, no podía andar, ni ver la luz, y ciuuulo
habiendo vivido en la religión cuarenta y siete años : los la santa quiso espirar, tomó sus manos y metió los dedos
veinte y siete en la Encarnación ; y los veinte postreros de ellas en sus ojos, y púsolas también sobre su cabeza;
en la penitencia y observancia de la primera regla que y nunca mas de allí adelante sintió dolores de cabeza, y
ella restituyó : la cual fué el Señor servido que viese, quedó con clara vista en los ojos. Otros muchos milagros
antes que muriese, muy acrecentada y con prelados pro- y maravillas obró nuestro Señor en la muerte de su sier-
pios, y vió cumplida la profecía que el Señor ánles la ha- va, acudiendo todos á venerar su sanio cuerpo y pedir
bla hecho. remedio de sus necesidades.
Era la santa madre de muy buena estatura: en su mo- DesplieS que santa Teresa partió de este mundo, ha
cedad hermosa; después do vieja, de muy buen parecer: aparecido á algunos religiosos, y á muchas religiosas de
el cuerpo abultado y muy blanco; el rostro redondo y l l e - monasterios y otras personas seglares, con gran resplan-
no , de muy buen lamafio y proporekm: el color blanco y dor y hermosura, en demoslracíon de la mucha gloria
encarnado, y cuando estaba en oración se cncendia y po- que goza. Una religiosa, que entonces era prelada, vió á
nía hermosísima, y en todo el demás tiempo le tenia muy la santa madre con gran gloria,y que la salían de Id boca,
apacible: el cabello negro y crespo : la frente ancha y corazón y ojos, unos rayos de luz muy grandes, que l l e -
hermosa: los ojos negros, vivos y graciosos , y por otra gaban hasta Dios, y particularmente con una cinta que la
parte muy graves: las cejas algo gruesas y llenas: la na- ceñía y trababa con Dios, parecióla que la dijo la santa
riz p e q u e ñ a : la punta algo redonda y un poco inclinada madre, que aquella cinta significaba el premio que el Se-
para abajo: la boca de buen tamaño, y bien proporcionada ñor la habia dado, por la pureza y deseo del aprovecha-
con el rostro: tenia en él tres lunares , que caian al lado miento d é l a s almas. Otra religiosa la vió con grandísima
izquierdo, que la daban mucha gracia , uno mas abajo de gloria, muy adornada de piedras y perlas muy ricas, y la
la mitad de la nariz , otro entre la nariz y la boca y otro fué diciendo lo que significaba cada ornato de aquellos de
debajo de la boca. En todo su semblante era tan amable y que venia vestida, l i a mostrado bien la santa madre con
apacible, que á todas las personas que la miraban, era las obras, lo que en su vida prometió muchas veces,
comunmente muy agradable. De los ojos y frente parcela que después de muerta había de ayudar mucho mas á
algunas veces que la sallan como rayos de resplandor y la religión ; porque en vida solamente estaba en un
luz , que la hacian respetar á los que la miraban. monasterio; pero después de muerta, acudiría á las
necesidades espíriluales de muchos, ya aconsejando á las
Acabando de espirar, quedó su rostro hermoso en gran
preladas, ya reprendiendo á sus subditas y atajando p r i n -
manera, blanco como el alabastro, sin ruga ninguna;
cipios de relajación, como se ha visto y ve cada dia en sus
yunque solia tener h a r í a s por ser vieja : las manos y los
monasterios. Y así acaeció en el convento de Yillanucva
pies con la misma blancura todas transparentes, que se
de la Jara á una religiosa que comía carne por ciertos
podían mirar en ellas como en un espejo, y tan t r a -
achaques de una enfermedad que tenia, pero no suficientes
tables y tan suaves al tacto , como si estuviera viva.
para comerla, según la regla de su ó r d e n ; estando cenan-
Todos sus miembros quedaron hermoseados- con
do una noche de una ave, o y ó una voz que la llamó por
manifiestas señales de la inocencia y santidad que en ellos
su nombre y la dijo: ¿Conóccsme? Alzó ella entonces los
hábia conservado. Fué tan grande la fragancia del olor
ojos y vió á la santa madre: la cual con severidad la r e -
que salía de su santo cuerpo, al tiempo que la vestían y ade-
prendió y la dijo: ¿ Q u é modo de relajación es esla?¿Q:ic
rezaban para enterrarla, que trascendía por (oda la casa,
lo que yo con tanto trabajo fundé, lo relajes tú ahora?
y era de suerte, que las religiosas no podían discernir, á
Tanto es lo que sienten los santos cualquier demasía ó r e -
q u é olor de los do acá de la tierra se pareciese, porque
lajación eñ su orden. Fué tanta la pena y el sentimiento
verdaderamente era olor del cíelo, y de rato en ralo, pa-
que tuvo, que arrojó luego al suelo lo que tenia en el p l a -
recía que venían nuevas olas con nueva suavidad y fragan-
to, y nunca mas comió carne, sino fué en enfermedad grave,
cia de olor, y era tanta la fuerza y demasía de él, que fué
y entonces constreñida por obediencia, y tuvo salud y me-
necesario abrir las ventanas para poderlo sufrir. Quedó
joría de sus achaques. Otras veces ha aparecido, apoyan-
este olor, nó solo en la enfermería, cama, ropa y vestidu-
do la pobreza : otras, donde veía se resfriaba la caridad,
ras de la santa madre, sino en todas las d e m á s cosas que
persuadía la unión de unas con otras: donde bailaba t r a -
ella, estando enferma tocó, como en los platos, y aun en
badas amistades particulares, las d e s h a c í a ; y así, como
el agua con que los lavaba. Había entonces allí nna her-
verdadera madre, ha acudido siempre á las necesidades y
mana, gran sierva de Dios, que carecía del sentido del o l -
aumento d e s ú s monasterios.
fato estaba desconsolada, porque no podía participar
de aquella suavidad de olor que las demás decían que sen- A una religiosa de mucho espíritu con mucha eficacia
tían; y llegando á besar sus santos pies, y abrazada con la dijo, que avisase al provincial, que en ninguna manera
ellos, comenzó á sentir su olor, y cobró desde entonces el se haga caso do visiones, ni revelaciones, porque, aunque
sentido del olfato, y duróla en las manos la misma fragan- hay algunas verdaderas, hay muchas falsas y mentirosas;
cia mucho tiempo, de suerte, que aunque se lavaba m u - y es trabajosísima y peligrosa cosa sacar verdades ciertas
chas veces, no la perdía. Habia otra religiosa, que había de entre las mentiras; y cuanto mas caso se hace de oslo,
mucho tiempo que tenia un grande dolor en un ojo, y l l e - tanto mas se va desviando de la fé, que es la virtud cierta
gándose á los piés de la santa madre, al punto sanó, y y segura; y los hombres son tan amigos de ellas, que san-
dando voces, publicó la misericordia que el Señor la habia tifican el alma que las tiene: lo cual es negar el órden
hecho. Otra religiosa, llamada Isabel de la Cruz, traía de que Dios tiene puesto para la jusiificacion de una alma,
ordinario gran dolor de cabeza, que habia mas de cuatro que es por medio de las virtudes y cumplimiento de su ley
238 L Á L E Y E N D A D E ORO DIA lo.
y mandaniionlos; que como las mujeres son muy fáciles y lasfronteras de la Liluania. Mucho padeció en su apostóla'
(le pocoentendimienlo, fácilmente se engañan, y acudien- do, y como cayera en las manos de los enemigos del
do á los que no son letrados, ni tienen tanta prudencia nombre cristiano, eslosle cortaron bárbaramente las ma-
para poner las cosas en su punto, so pueden seguir m u - nos y los piés, degollándolo por último el dia catorce de
chos inconvenientes; y que el premio que ella tenia en febrero del año 1008. También fueron martirizados con
el cielo, no se le habia dado por sus revelaciones, sino él diez y ocho compañeros de apostolado, recibiendo
por sus virtudes. juntos el premio d é l a vida eterna. El príncipe de rolonia,
Son grandes las maravillas que ha obrado nuestro Se- Boleslao, compró á los infieles los cuerpos de aquellos
fior, para honrar á su sierva; milagros perpetuos han santos mártires y les dio honrosa sepultura.
sido la incorrupción do su virginal cuerpo, y el olor sua- SANTA TECLA, AIUDESA.—Fué natural de Inglaterra, y
vísimo que sale de él, y el óleo que de sí mana i el olor tomó el velo de religiosa en AVim'ourn, en el condüdo de
e s t á n grande, que cuando la volvieron por mandato de üorset. Después, habiendo pasado á Alemania á instan-
Sixto Y íi la villa de Alva, de donde la hablan llevado se- cias de san Bonifacio, fué elegida abadesa de un monas-
cretamente á A v i l a ; los labradores que estaban en los terio situado á tres leguas de \Vurlzburgo, cuya comuni-
campos, sin saber q u é era, dejaban las haciendas y se dad edilicó con el admirable ejemplo de sus altas virtudes.
iban Irás aquella maravillosa fragancia que despedía de Distinguióse principalmente en ella el amor al retiro, á
si el santo cuerpo. Está con gran veneración- en Alva, la pureza y á ta humildad, y habiendo obrado muchos
con mucho concurso de los que de todas partes acu- milagros, murió santamente en el Suñor.
den á reverenciarle y pedir á nneslro Señor por me- EL TRIÜNI-O DE TRESCIENTOS SANTOS MÁRTIHES.—Perle-
dio de su sierva alivio de sus enfermedades. Son m u - n e c i a n á la célebre legión lebana, y ss hallan continua-
chos y grandes los milagros que Dios ha hecho por su dos en este dia en el Martirologio romano por conmemo-
intercesión: por los cuales, y por sus heroicas virtudes el ración particular que hace de ellos la • Iglesia de Colonia,
papa Gregorio X V , á los 12 dias de marzo del año do en Alemania, que posee sus sagradas reliquias. Murieron
1C22, la canonizó juntamente con san Isidro Labrador, san en tiempo de Maximiano, juntamente con sus d e m á s c o m -
Ignacio de l o y o l a , fundador de la Compañía de Jesús, san pañeros de dicha legión, cuyo martirio hemos puesto en
Francisco Javier, apóstol de la India, y san Felipe Neri, el dia 22 de setiembre.
fundador de la Congregación del oratorio. El mayor m i l a - SAN SEVERO, OBISPO v CONFESOR.—Fué discípulo de san
gro es haberla escogido Dios para fundar una órden tan Lupo y le sucedió en la silla episcopal de Tréveris. Esta-
santa y de tanta perfección y ejemplo en su Iglesia, y no ba dotado de tanta virtud y era tan ardieníe su piedad y
solamente haber restituido la regla primera de Alberto, su znlo, que con solo su ejemplo obligalja á sus ovejas á
patriarca, que guardaban antiguamente los carmelitas en s r g ' ú r l e por el camino de la ley de Dios. Así es que toda
las partes oriéntalos; sino que también fué ella el p r i n c i - su diócesis floreció durante su pontificado en bm-nas obras
pal medio para que el instituto antiguo de ta vida e r e m í t i - y santas costumbres, las cuales fomentó de continuo el
ca de aquellos padres de la órden, que vivian en Egipto y santo con su eficaz predicación y con los milagros quo
Palestina (que se perdió y acabó en la Iglesia, cerca del obraba por virtud divina. Cargado de años y de mereci-
año de 630, por la crueldad de Ahumar y de otros princi- mientos, después de haber anunciado con anticipación el
pes sarracenos), se haya restituido y puesto en práctica dia y la hora de su muerte, doscanzó pacíficamente en el
entre los religiosos que ella reformó, con tanta puntualidad Señor, durante el reinado del emperador Vah'ntiniano .
de silencio y recogimiento, do oración y penitencia, como SAN FORTUNATO, MÁRTIR.—Kra sacerdote de la Iglesia
antiguamenteílorecióentreaquellossagrados mongcs.Todo de Roma y se ocupaba como otros muchos cristianos en
esto es un cúmulo do milagros y pruebas grandes delasan- recoger y dar sepulUira á l o s cuerpos de los que hablan
tidad de la beata madre santa Teresa de J e s ú s , que exce- sido martirizados. Reinaba en aquel tiempo el emperador
den á otras muchas que en particular se pudieran referir: Claudio, y hubo una temporada en que sus órdenes contra
podránse ver en los autores que escribieron su vida, que la Iglesia se llevaron á una crueldad excesivamente reti-
son el padre doctor Francisco de Ribera, de la Compañía nada. Entonces fué preso san Fortunato y martirizado
de J e s ú s , el P. Fr. Diego de Yepes, religioso de la orden de basta perder la vida, siendo sepultado en el cementerio
San Gerónimo, obispo de Tarazona, y el P. Fr. Juan de de la via Aurelia en la misma ciudad de Roma. Su muerte
Jesús María, carmelita descalzo, y las relaciones que se sucedió, según el abate Piazxa, el a ñ o 2T0.
hicieron para su canonización. SANAGILEO, MÁRTIR.—Nació en África y murió m á r t i r
* SAN BRCNO, OBISPO Y MÁRTIR.—Hijo de una noblefa- en Cartago durante la persecución del emperador Diocle-
milia de Alemania, recibió una muy buena educación, por ciano. San Agustín predicó en el dia de la conmemoración
manera que salió sabio y virtuoso. La modestia y pureza de este santo un sermón al pueblo, y por él sabemos que
de costumbres que brillaban en él desde sus primeros años su constancia y admirable fortaleza le granjearon en la Igle-
le granjearon la admiración de la corte de Otón tercero. sia de Africa el título de mártir invicto y capitán de lo3
Cuando este príncipe murió en 1002, Bruno resolvió insi- mártires...
g u i é n d o l a bondad de su corazón ocuparse en la salvación SANANTIOCO, OBISPO YcoxrESOR.—Fué el XVII obispo de
de las almas. Recibió órdenes sagradas y luego consagra- Lyon,modelo de prelados poi'su zelo y calidad que usó
do obispo, de orden del soberano pontífice, con destino á con los pohres. Su administración fuésanta y piadosa; t u -
predicar el Evangelio á los habitantes de la Prusia que vo que sufrir muchas persecuciones departe de los here-
aun estaban sumidos en la harbarie é idolatría. F u é jes, y murió dichosamente en el Señor, rodeado de MÉ
mucho el fruto que reportó, pues convirtió innumera- ovejas y de los coros de ángeles que asistieren á su feüz
bles infieles á la religión de Jesucristo, penetrando hasta tránsito.
DIA I C . OGTUBUE. 239
SAISTA AI UF.I.I\, VIRGEN.—Kl único nutor qnc habla de humano. Si quieres, toma mi consejo; y ofreciéndole á
cslíi sania es Molano, y dice solamonte quo floreció en Dios tu pureza, tendrás justo premio en la gloria. Estas
Kslrasburgo, viviendo en perpelua conlinencia por haber palabras pasaron el corazón del mancebo, de suerte, quo
consagrado su virginidad á Jcsuci isto. no solo él ofreció á Dios su virginidad convertido á la fé
de Jesucristo y bautizado, sino que fue causa de que sus
tres luTmanos hiciesen lo mismo. Tuvo de lodo noticia el
DIA 1G.
vándalo, su señor, y la dió asimismo al rey Genserico:
SAN DiíocnAciAS, CHISPO Y CONFESOR, V EL MARTIRIO DÍ I.OS el cual ordenó que los hiciese perder la pureza que á Dios
SANTOS MAIITINIA.NO, SATÜBNINO, MÁXIMA, YALEUÍANO, OlílSl'0, hablan ofrecido, y viendo no habia remedio, ordenó quo
ARMO(i VST(),MÁSlXLO,SATüllOYl)EDOSGlENrOS Y SETENTA COM- fuesen cruelmente castigados hasta obedecer ó morir. El
TAÑEROS.—üeogracias fué ordenado obispo dcCartago en cruel bárbaro los mandó desnudar, y que con unos leños
.Urica, siendoya deanciana edad, en el tiempo que el rey rajados y con puntas ó dientes á manera de sierras los h i -
de los vándalos Giínserico cautivó á R j i n a y otros tmichos riesen en las espaldas: con que no solo les atormentaban
pueblos^rislianoselcual dividió los cristianos cautivos por el los huesos, sino que también se quedaban infinitas do
Africa, y en ella los vándalos y moros se hadan de ellos se- aquellas puntas ó dientes dentro de Igs carnes, con que cor-
ñores: y lo que mayor lástima causaba, era que unos toma- rian arroyos de sangre de sus delicados cuerpos. Descan-
ban por esclavos los maridos, otros las mujeres y otros los saban á la noche los verdugos, y Cristo Jesús les curaba
hijos. Movido á compasión el santo obispo Deogracias, deter- las beridas, de suerte, que á la mañana estaban sanos y
miiKWender cuanto poseía, y cuantos vasos de oro y plata buenos, sin señal siquiera de alguna de ellas. Repitieron
babia en la iglesia para su ministerio; y juntando una can- este cruel tormento muchos dias continuos; y el divino Es-
tidad grande dtí dinero, dió libertad á muchísimas fami- poso, á quien habían ofrecido su pureza, y por conservár-
lias, tanto, que tuvo necesidad de dedicar dos templos, sela ilesa padecían, los curaba, sanaba, regalaba y visita-
como si fueran hospitales, para que se recogiesen los cris- ba todas las noches.
lianas que babia sacado de cautiverio: allí les puso cama: Cansados los verdugos y cansado el b á r b a r o vándalo,
allí les ministraba la comida, y todo lo necesario para el los dejó estar en la cárcel, mandando que á Máxima la
vivir. Y porque ya de las guerras, ya de los combates tendiesen sobre un fuerte y espinoso madero para que allí
del mar, ya del pesar de haberse visto cautivos y d i v i d i - muriese atormentada, sin remedio y sin fatiga de los
dos de sus hijos y mujeres, habia muchísimos enfermos; verdugos; pero su esposo J e s ú s la libró, baciendo que to-
el sanl.ísimo Üeogracias, como piadosísima madre, solícito ca aquella máquina fallase milagrosamente, y la santa
cuidaba de lodos, trayéndoles médicos y medicinas, cuantas virgen quedase libre y sana. Con estos milagros tan pa-
ordenaban los mismos médicos, y todo género de regalos,
tentes y su fervorosa predicación, se convirtieron infini-
cuales convenia á aquellos que estaban enfermos y des-
tos de aquellos b á r b a r o s á la fé de Jesucristo: solo el cruel
caecidos, lista santa ocupación y obra de candad, ejerci-
vándalo, su señor, j a m á s quiso reducirse; y así comenzó
taba de d i a ; y á la noche volvia él solo, y de cama en
la divina ira á tomar de él justa venganza, quitándole la
cama iba reconociendo á cada nno do los enfermos, m i -
vida y todos sus hijos, familia, ganados y cuanto lenia,
rando si gustaba de alguna c o s a , consolándolo y r e g a l á n -
perecieron de repente. Quedo sola la mujer, viuda y po-
dolo como si cada uno de por sí fuera un hijo suyo, siendo
bre, con que ofreciá los sanios esclavos á un pariente del
su dormir y descanso esta santa ocupación, que en nna
rey, el cual, de orden de Genserico, remitió los santos
edad anciana y casi decrépita, como era la suya, causa
cuatro hermanos á cierto rey de los moros, gentil, llama-
admiración. Los perversos a n é a n o s , admirados y j u n l a -
do Capsur; y á la santa virgen Máxima, confuso y vencido
mente envidiosos, de ver (aula caridad y amor tanto, an-
no supo cómo castigarla, ni q u é haccr.con ella; y así l i -
dahan maquinando trazas para quitar la vida al santo vie-
bre se fué á un monasterio, donde vivió santamente m u -
j o ; pero como Dios lo ve lodo, quiso librar á su pájaro de
chos años, y fue madre de muchas sagradas vírgenes, y
tan peslíl'eras y crueles redes; y así, se lo llevó después
en él pasó en paz de esta vida caduca á la inmortal y cier-
de haberse ejercitado en tan santas obras , y gobernado su
na , donde para siempre se goza con su dulce esposo
'o-l^ftia sanüsimarnente tres anos, para darle el premio me-
JCMIS.
recido como á siervo fiel, y bueno.
Capsur wvia en mi desierto con sus bárbaros y gentiles
l'-n este liompo, pues, eran esclavos de cierto vándalo vasallos, donde los cuatro santos mártires comenzaron á
( d é l o s que llamaban millenarios), Marliniano, Saturnino predicar y convertir á la ley evangélica tantos de aque-
y otros dos hermanos suyos, con Máxima, cristiana, her- llos bárbaros, que tuvieron necesidad de enviar sus lega-
mosa por extremo, de corazón, alma y cuerpo. Era M a r l i - dos al sumo ponlílice, para que les enviase un sacerdote
niano espadero, y Um agradable á BU Befór, que le habia quo bautizase aquella multitud convertida, y cultivase
dado el vándalo lodo el cuidado de la casa : y deseoso de aquella nueva y recien plantada viña del Señor. Por m u -
conservar estos dos esclavos, trató de (pie se casasen. Mar- clios desiertos y á s p e r e s caminos llegaron á Roma los e m -
liniano que no deseaba otra cosa, vino bien en las bo- bajadores: y gozoso el ponlílice les concedió lo que pe-
das, pero Máxima, q i ^ habla ofrecido su castidad y p u - dían : conque so volvieron alegres, y en breves días
reza á Jesucristo, y le habia breho su único Esposo, s i n - fueron todos bautizados, y se edificó una iglesia dondo
tió gran pesar, pero no desconfió d é l a rntaericordea d i v i - j a m á s se habia tenido noticia del Evangelio , convenidos
na. Llególa noche del desposorio, y como Marliniano q u i - en corderos aquellos fieros lobos. Capsur dió cuenta a
siese gozar áMáxima como esposa suya, la sania virgen le Genserico de lo que pasaba i el cual furioso y desespe-
habló así animosamcnle: Sabe, ó hermano Marliniano, que rado dió contra los santos cuatro hermanos esta cruel sen-
soy esposa de Jesucristo, y así no puede gozarme bouibre tencia: que los atasen de los pies de las colas de los caba-
DIA 10.
m L A L E Y E N D Acaricias
DE ¡ ORO.
y viendo que estas no bastaban á contrastar su
Hos, y que desnudos los anaslrason vivos por los lugares ánimo y fé invicta, le mandó degollar, ordenando al ver-
mas ásperos , espinosos y pedregosos del desierto , y que dugo que si al tiempo de corlarle la cabeza , le hallaba
los unos se viesen á los otros en las vueltas y tornos qno limido y que quería dejar la fe para v i v i r , sin remedio le
los caballos hiciesen, para que con la vista fuesen mas degollase; pero si vela que moría firme y constante, no
alormenlados; pero ánlcs le salió al revés esfa segunda le quitase la vida. No era piedad esta del traidor Gense-
intención : porque ejecutada la sentencia por los lieros r i c o , ánles sí impiedad j a m á s oida: porque su ánimo era,
verdugos con todo rigor y tiranía , cuando pasaba uno si estaba constante , quitarle de mártir la corona: y si no
de los sanios mártires cerca del o l i o , de suerle que p u - lo estaba que entonces muriese y perdiese el alma. Pero
diesen verse y hablarse, no solo no recibían mas tormento nada consiguió ¡ que si bien no le quitó la vida el v e r d u -
ánles bien alegres y regocijados en el S e ñ o r , por quien go, porque le halló mas firme y constante que una co-
p a d e c í a n , se saludaban diciéndose uno á otro: Hermano, lumna de m á r m o l , y nos quitó un m á r t i r ; nos dejó un
ruega á Dios por m í : ya su inmenso amor ha cumplido confesor glorioso, cuyo martirio ya celebraron los á n g e -
nuestros deseos: así se consigue el reino de los ciclos. les, y premió Dios. El último fué san Saturo, á quien no
De esta suerte se animaban y regocijaban en el S e ñ o r , y podiendo el impío rey apartar de la fé con promesas do
de esta suerte, haciendo oración y cantándole á Dios him- dignidades y puestos grandes , mandó le quitasen los
nos de alabanzas, eníregaron sus benditísimas almas en esclavos , la hacienda toda , que era riquísima; los hijos
manos de su Criador, y sus cuerpos gloriosos, aunque y la mujer : á la cual ordenó que á sus mismos ojos se
tan maltratados y heridos, se conservan en el mismo l u - casase con un pérfido arriano. Esta fué la mas cruel guer-
gar donde fueron sepultados por los cristianos, obrando ra que le previno el Urano ; porque inducida de la sierpe
nuestro Señor Jesucristo innumerables milagros por su infernal, cual otra Eva procuró con caricias y alhagos
intercesión. derribar al fuerte Adán , su esposo; mas él la respon-
No se aplacó la ira del cruel y rabioso arriano Gense- dió, lo que Job á la suya: como una de las mujeres necias
r i c o ; á n f e s mas enfurecido hizo martirizar otros muchos has hablado. Quítenme los hijos: quítenme la mujer: q u i -
é invictos soldados de Jesucristo, cuyos nombres eslán lenmelas riquezas; que mi Señor Jesucristo me enseña que
escritos en el libro de la vida. Mandó desterrar algunos; quien no lo deja todo por su amor, no es verdadero discí-
y uno fué san Valeriano, obispo, con penas gravísimas, pulo suyo, ni puede serlo. ¡ O constancia sania 1 ¡ ó valor
de que ninguno le diese albergue en su casa ; y así el inaudito ! ¡ ó Saturo glorioso! Pobre y mendigo te dejan,
santo viejo, que era de ochenta años, vivió mucho tiempo sin hijos, y mujer; pero no le pudieron quitar la corona
desnudo, al frió y hielo; y así acabó felizmente su car- de gloria que tan gloriosamente mcrocisle. Querer de-
rera. Por órden del mismo Genseiico entraban en los clarar los tormentos que padecieron los otros doscientos
templos los arrianos, y echaban por tierra el sacrosanto y setenta mártires , que aquí ponemos , con otros , tre-
cuerpo y sangre de Jesucristo: y porque defendía un sa- cientos setenta y cinco mas, que todos murieron á manos
cerdote llamado Armogaslo , tan impío sacrilegio, le p u - del tiranoGcnscncOjSÍnolros inünilosque se ignoran; fue-
sieron en un cruel lormento, donde le (orcianlas piernas, ra nunca acabar; basta saber las crueldades que usó con
hasta romperle los huesos y dejarlos en solo las delicadas los que nonbramos para discurir lo que seria de los
cuerdas de los nervios: y viendo los verdugos que se le otros. Celebra la Iglesia el martirio y fiesta de estos g l o -
caian ya las piernas y brazos, se los alaron con duras riosos santos á l 6 de ocluhre; porque sin duda lodos, ó
cuerdas, para que durase el lormento; pero de todo le los mas, padecieron este dia, y fué por los años del Señor
sacó sano y libre aquel divino Señor por quien padecía. de 456. Escribieron su vida y martirio Beda; Usuardo;
Colgáronle de un pié la cabeza hácia bajo, y el bendito Adon ; Yictor, obispo ulicense, Hb. 1 de Perserut. wandal.;
santo estaba como quien descansa y duerme en una cama Surio, l o m o v ; Pedro de Natalib., i n Calhulogo sancl.,
de blandas plumas 3 y al fin lo m a n d ó el rey degollar: lib. i x , cap. 73 ; el Martirologio romano; y Baronio en sus
pero un sacerdote arriano le dijo , no hiciese t a l ; porque anotaciones y en el tomo v i de sus Anales, año de í")6,
los cristianos no le venerasen por m á r t i r . Admitió el impío mim 13.
rey el consejo, y por mas afrenta después del destierro y
otras muchas, le hizo guardar vacas. Estando en este * LOS SANTOS SATÜIIMXO Y NEtlEO, C0X 0TI10S TIÍESCIEX-

ejercicio , le reveló el SeHor el dia y hora de su gloriosa TOS SESENTA Y CINCO COMPAÑEROS, MÁRTIRES.—Lo mismo
muerle: y llamando á un crisliano, su amigo, y que le que los anteriores, eran estos sanios de África, y sufrieron
veneraba como á apóstol, llamado Félix, le dijo y pidió le el martirio en el mismo país durante la persecución que
enterrase en muriendo debajo de un ái bol por huir el ser contra los cristianos movió el rey de los vándalos Gense-
venerado, y le lomó juramento deque así lo baria. Murió rico. Los tormentos con que fueron afligidos aquellos san-
el dia y hora que d i j o ; y Félix, cumpliendo lo que habla ios fueron tan atroces, que solo podia inventarlos la inge-
jurado, cavó al pié del á r b o l : y como le embarazasen las niosa crueldad de un tirano.
raices, hizo tanto que las corló y a r r a n c ó del todo, y SAN ELIFIO MÁRTIR.—Nació en Lorena, de una familia de
cavando cuanto hondo pudo, al tiempo que ya quería de- santos, y su educación é inclinaciones correspondieron
jarlo y sepultarle en el h o y o , descubrió una urna de her- perfectamente á los eficaces ejemplos de virtud de que h a -
mosísimo m á r m o l , tan bien labrada, tan curiosa y rica, bía sido testigo en su infancia. A causa de su celo por la
que no es posible haya alguno de los reyes tenido tan religión cristiana acarreóse sobre Elifio el odio de judíos y
precioso sepulcro, y en ella lo s e p u l t ó : que así honra paganos, que lograron hacerlo prender en tiempo de J u -
Dios á los que le sirven y por su santo nombre padecen. liano Apóstala. Metiéronle en una cárcel en Toul; pero
Luego se siguió el glorioso Másenlo, al cual procuró el pasado algún tiempo fué puesto en libertad. Después fué
impío rey traer á su voluntad con promesas, hulagos y preso segunda vez y sufrió varios tormentos ; pero con su
m i7. OCTUBRE. 24í
hispo de Maguncia con el consentimiento del rey pepino y
valor y sus discursos convirtió entonces muchos infieles á
la aprobación de todo el clero y pueblo del pais. Durante
la religión, hasta que indignados los paganos por su cons-
tancia le condenaron á ser decapitado, cuya sentencia se ios ti-einta y cuatro años de su pontificado, se mostró
ejecutó el año 362. Su cuerpo, que se guardaba en el mis- siempre digno por su sabiduría y sus virtudes, del alto
mo lugar de su martirio donde se habia edificado una igle- puesto que ocupaba, venerado y querido de los reyes y
sia, fué trasladado á Colonia el año 9G0 y colocado en la prelados y de la sede apostólica que le consultaba en to-
abadía de San Martin, donde aun se conserva. dos los negocios graves de la Iglesia. En los últimos aflos
SAN BERCARIO, ABAD V MÁRTIR.—Descendiente de una de su vida renunció su obispado y se retiró al monasterio
familia ilustre de Aquitania, nació este santo el afio G30. de Uarsfeld, donde acabó dichosamente sus dias el dia 1.°
Encargóse de su educación un santo arzobispo de Rheims, de noviembre del año T87.
que le hizo instruir en las letras y la piedad, de la cual SAN GALO, ABAD Y CONFESOR.—Nació á mediados del s i -
sacó el jóven la inspiración do retirarse del mundo á la glo V I en Irlanda, de familia noble y virtuosa. Sus padres
abadía de Luxeil. Su humildad y la exactitud con que Je consagraron á Dios desde su infancia y le hicieron en-
cumpüa sus deberes, le hicieron mirar luego como el espe- trar en el monasterio que dirigía á la sazón san Columba-
jo de todos los religiosos, y habiendo vuelto á llheims no para que lo formase en letras y piedad. Galo aprendió
persuadió al arzobispo para que fundase el monasterio de allí ambas cosas con aprovechamiento, y cuando «u maes-
Ilauvilliers, donde se retiró Bercario con otros religiosos, tro san Columbano dejó la Irlanda para ir á predicar la fé en
que le nombraron abad. Animado siempre del mismo celo Inglaterra, fué él uno de los doce rnonges que le acompa-
por la gloria de Dios, fundó otros dos monasterios en la ron y que el año S83 fueron con él mismo á Francia. Ga-
diócesis de Chalóos, los cuales enriqueció con las reliquias lo se retiró después á la Austrasia y fijó su residencia en
que habia traido de Roma y de Jertisalen, adonde babia un desierto inhabitado, del cual salia solamente para i r á
ido en peregrinación, y con la entera donación de cuanto predicar á los infieles la doctrina de Jesucristo. Sus ex-
habia heredado de su familia. Después de algunos afios hortaciones y discursos tuvieron buen éxito, convirliendo
fué el santo abad víctima de su celo por la salvación de las gran número de paganos. Su desierto se llenó dentro de
almas: un monge, á quien habia reprendido por una falla poco de numerosas celdas llenas de solitarios , las cuales
grave, lo esperó durante la noche y le dió una puñalada formaron muy pronto un monnsterio, que se hizo célebre
mortal. El santo se contentó con exhortar al culpable á la por la santidad delosque la habitaban. El rey de Austra-
penitencia, y pasados dos dias de agonía murió sania- sia quiso colocar á Galo sobre la sede episcopal de Cons-
mente el dia 28 de marzo del año 696. tancia ; pero el santo se negó siempre á aceptar semejan-
SAN AMBROSIO, OBISPO Y CONFESOR. — Habiendo pa- te dignidad y designó en su lugar á su discípulo Juan,
sado por los grados inferiores de la jerarquía ecle- que fué consagrado con aplauso de todos. Después de h a -
siástica , fué este santo consagrado obispo de Ca- ber regularizado la disciplina, monástica entre sus discí-
hors por los años de 13%. Encontró su Iglesia en pulos y de haberles dado la regla de san Columbano, m u -
un estado tan deplorable que á pesar de lodo su celo para rió Galo en el propio monasterio, llorado de todos el dia
hacer desaparecer la corrupción de las costumbres, tuvo 16 de octubre del año 6 í 6 , ilustre en milagros.
el desconsuelo de ver inútiles todos sus esfuerzos. Retiró- SAN FLORENTIN, OBISPO Y CONFESOR.—Fué el XXIII obis-
se pues á una gruta cerca de la ciudad, donde se entregó po de Tréveris, brillando en esta Iglesia por tiU celo, su
á la penitencia y á fervorosas oraciones para alcanzar que piedad y sus vastos conocimientos. Después de haber
aquel pueblo reconociese su extravio. Algún tiempo des- gobernado su rebaño en paz y santidad, descansó en el
pués fue descubierto en su retiro, pero del todo imposible Señor, coronado de merecimientos durante el siglo V .
lograr que volviera á encargarse de la dirección de su
r e b a ñ o , y para sustraerse mas fácilmente á las solicitacio-
DIAl'I.
nes de los que le querían obligar emprendió una pere-
grinación á Roma. A su vuelta, fué á visitar el sepulcro SANTA EDÜVIGIS , VIUDA.—Fué santa Eduvigis hija do
de San Martin de Tours, y últimamente se retiró á una Bertoldo, marqués de Moravia y conde de Tirol. Tuvo
ermita del territorio de Berry, á cuatro leguas deBourges, tres hermanas, la una casada con Felipe, rey de Francia,
donde murió en paz elaño T70. Fué enterrado en el mis- otra con Andrés, rey de Hungría, que fué madre de santa
mo lugar, y en lo sucesivo se levantó allí mismo un mo- Isabel, y la tercera abadesa en un monasterio de monjas
nasterio de canónigos regulares de San Agustín que llevó en la provincia deFranconia. Tuvo asimismo cuatro her-
su nombre. manos , Bertoldo, patriarca de Aquileya , Eleberto , obis-
SINLULO, OBISPO T CONFESOR.—Fué inglés y discípulo po de Bamberga, Olon y Enrique, que siguieron la milicia
del venerable Beda. Pasó sus primeros años en variosmo- y"sucedieron á su padre en el estado. Siendo doncella de
naslenosde l a G i a n B r e t a n a ) y e I año i n pasó á Ale_ doce años la casaron sus padres con Enrique, duque de
mama, donde san Bonifacio, que era pariente s u y o , lo Silesia y de Polonia, con el cual vivió con grande houcsU-
recibió con a l e g r í a , le dió el hábito monástico y le dad y recogimiento, procurando de tal manera darconten-
ordenó de d i á c o n o , encargándole el cuidado de p r e - to á su marido y cumplir con las leyes del santo matrimo-
dicar el Evangelio a los infieles , los herejes y los nio, que bien mostraba el ardiente deseo que tenia de
cismáticos. En T51 fué ordenado presbítero por el " mis- guardar cuanto pudiese la castidad; porque desde que se
mo san Bonifacio, quien lo envió á Roma para consultar seiitia p r e ñ a d a , hasta haber parido, la cuaresma, el ad-
al papa san Zacarías acerca de algunos puntos importan- viento, los domingos y muchas fiestas principales y v i g i -
tes de disciplina, y cuando volvió á Alemania fué designa- lias del a ñ o , de común consentimiento dormían apartados,
do para ser su sucesor. Lulo fué pues consagrado arzo- para darse á la oración y vacar mas al S e ñ o r : el cual dió á

TOMO I I Í , 31
242 U LKYIvNDA
cslos priiieipi's seis liijos, y ilcspnesIrs iiirnmlin un ¡imorJo
m, o s o . DÍA 17.
oíros pobres tenia trece mas necesitados , cu reverencia
rastidíid tan grande, qno con la bcndifinn dol obispo pro- de Cristo nuestro Hedenlor y de stis apóstoles: á ellos lle-
incliiTori ile guardarla perpcIiiaiDonlc, y tralarsc como vaba siempre consigo,do quiera que iba, bien acomodados,
lii'rmano y hermana; y asi \¡vieron casi Ircinla añoscon y les mandaba proveer de posada; y ella misma tenia c u i -
inaravilloso ejemplo, y rrtra modestia y recalo entre sí, dado de ellos, y queria (pie comiesen ánles que ella s i r -
por huir las ocasiones de perder aquella pree¡osajo>a, que viéndolos por sí misma; y cuando ella comía, los enviaba
tanto deseaban y babian promelido : y sania Ijlnvigis, los platos mas regalados: y era lanía su caridad que siem-
como f u t a ] (an bien eonocia el valor de esla virtud celes- pre repartía con los pobres d é l o (pie le liaian , aunque
tial, exhortaba á lodos cuantos podia que la amaseny pro- fuese una pera; porque no le sabia bien lo que comia si
curasen y se abrazasen con ella. Para es!o hizo labrar un los pobres no gustaban de ello. Para los oíros pobres, á
monasterio de monjas del Cisler, al cual ella j su marido quienes ella no podía servir, tenia su cocina, criados y
dieron grandísimas posesiones, y lanías rentas que se ministrosdipulados paraaparejarles lo que habían decon;ei'
podían sustentar mil personas de las que vivían en él, ó y cenar, y proveerles aliundantemente. Nose esiircbaha
de su limosna. Kn este monasterio recogió muchas donce- la compasión y caridad de esta sania princesa á remediar
las y dueñas, y á su misma hija (que se llamada Gerlru- los pobres mendicantes; ántes se extendía á consolar cual-
des, y después vino á ser abadesa; ofreció al Sefíor entre quiera persona desconsolada y adigida; ella era proveedo-
ellas: y no contenta con esto, tomó una casa junto al mo- ra de todos los religiosos y religiosas que padecian nece-
nasterio, viviendo aun su marido, á quien ella con su sidad : ella madre de los huérfanos, amparo de las viudas
ejemplo y santas costumbres babia hecho casi religioso: y albeiguc de los perefírinos, liberladora de los presos, res-
aunque ella no hizo profesión de monja vivió con lanía per- catadora de los cautivos, remediadora de los adeudados,
fección, y resplandeció con tan excelentes y señaladas v i r - refugio y puerto seguro de los que padecían alguna grave
tudes, que todas las monjas la podían tener por dechado y tormenla, ó habían dado al través. No podia su tierno y
espejo de santidad. Toda su vida, y aun en su mocedad y amoroso corazón ver llorar á nadie sin derramar muchas
estando con su marido, fue modestísima en el traje y e n e - lági imas, ni tener descanso viendo á los otros con amargu-
miga de galas y vestidos curiosos; mas después quesc r e - ra y quebranto. Pero la que para los otros era tan blanda,
cogió, fué cxlrafia su bumiklad y la llaneza que usó en el benigna y piadosa; para si era rigurosa y de una \ida tan
veslir; porque nunca se quiso vestir ropa nueva ni la m u - á s p e r a , que apenas se puede creer. Kn cuarenla añosn;)
daba basta que fuese muy vieja: y esla humildad la mos- comió cosa de carne : los dominaos, martes y jueves comia
traba en todas las otras cosas, teniéndose por pecadora y algunos peces y cosas de leche: el limes y el sábado, le-
deseando que la tuviesen por tal, y honrando y reveren- gumbres, y el miércoles y vieruesavunaba á pan y agua:
ciando á los siervos y siervas de Dios; de manera que be- bebía de ordinario agua; y losdomiiigos y tiestas un poco
saba y lamía el suelo, en qne ellos babian hecho oración, de cerveza, por mandárselo así el obispo y su confesor. KÜ
ü otra buena obra. Esto hacia en el coro y en el dormito- la cuaresma, adviento y vigilias de muchos santos, y es-
rio, y las disciplinas, con que se disciplinaban las monjas, pecialmente délos apóstoles, se coulenlaba con pan yagua.
secrelamenle las besaba, suplicando á D i o s q u e por los me- Dijeron una vez á su marido, que siempre bebia agua, y
iTcímíentosde acuellas siervas suyas la perdonase a ella enfadóse, creyendo (pie algunos achaques que la santa
sus pecados, y lo mismo hacia con las toallas con que se padecía, nacían del agua que bebia; j queriendo saber si
limpiaban, y lavaba sus ojos con el agua con que ellas se era verdad loque le habian dicho lomó el jarro del agua
babian lavado las manos por su gran devoción y humildad, aparejado, para que sania Kduvígis, que estaba comiendo,
y por la opinión y estima que tenia de la santidad de ellas. bebiese, y probándolo, halló que era excelentísimo vino, y
La causa principal porquedel todo nose hizo monja,fué para se enojó con el criado que le había dicho que siempre be-
hacer mavor bien á los pobres de su estado, y remediar bia agua, leniémlolc por mentiroso y engañador; pero ver-
mejor sus necesidades. Muchas veces lavaba los piés á los daderamenleeraagua: mas el Señor nnidú el agua en vino;
pobres de rodillas, y se los limpiaba y besaba y después y con aquelmílagro mostró que le era agradable lo que ta
le.s daba limosna; y esto hacia el jueves de la Cena, mas sania hacía. A la misma manera le aconteció olra vez, que
particularmente con los leprosos, vistiéndolos después y andando esta santa princesa con los piés descalzospor hie-
liegalándolos con extremada caridad. Siempre que comía, los y nieves, y calzándose los zapalos, que siempre traía
había de tener consigo algunos pobres, á los cuales, ántes consigo, solamente cuando recibía visitas de personas
de sentarse á la mesa, ella misma servia de rodillas: y grandes v de alio estado, ó cuando iba al templo, porhuir
cuando'eomia, no queria beber hasta que el pobre mas as- la ostentación; entrando el príncipesu marido, donde ella
queroso y *vü, que allí estaba, hubiese bebido en el mismo estaba á deshora, y tan repeulinameute que no la dió
vaso que ella hahia de beber; y muchas veces, cuando p ó - liempo para calzarse los zapatos, mirándola él á los piés,
dia hacerlo sin ser vista., besaba la tierra, donde los pobres los vio calzad, s, y creyó era engañólo que le habían dicho
habian estado reverenciando en ellos á Jesucristo, que de su mujer. Es cosa maravillosa lo que se eseribede ella,
siendo Rey de gloria se hizo pobre por nosotros; y era tan que traia los piés llenos de grietas, abiertos y lastimados,
grande p tan tierno su afecto y amor á los pobres y á la po- algunas veces corriendo sangre, y (pie pisando la nieve y
breza, que íolia ,com|>í-ar de ellos los mendrugos y pedazos los hielos, nose helaban; ántes á una criada sn\a bien
de pan que les dahaude limosna los religiosos, para comer- calzada y arropada, eslando una noche con su señora se le
los ella, y muchas veces los besaba como cosa sagrada y helábanlos piés: mas poniéndolos donde los tenia su s e ñ o -
pan de ángeles; y si acaso convidaba á comer á algunos ra (por habérselo ella mandado), se calentó y despidió el
inonges y siervos de Dios, recogía las sobras que dejaban frío (pie padecía; tanto era el fuego de amor divino que
ftQnw reliquias, f ella las comia por gran regalo. Knlrelos abrasaba su corazón, que redundaba en lodo el cuerpo y
MÍA 17. ocTuimií. 24a
daba MUÍS calor á los ¡¡u-s, ijncia nieve y los liiolos la po- consigo, cuando iba á ¡a i-losia. para despertar mas su
tl¡;ui (¡uiUii-. ('.Oiic ilii '.' úi\ las otras asjx'rezns y [H'iiilcncias devoción con la vista de ellas ; especialmente llevaba con-
con (¡uc la santa princesa se perseguía, mas para a d m i - sigo en la mano una imágen pequeña de la sanl;siina V i r -
rar (pie para imilar? Cubt iasu cnerpocxlianslo yconsnini- gen María (con la cual tenia dulce trato y suavísimos co-
do, y aíptcllos huesos que solo 1c quedaban conun solo mon- loquios; , y no pocas veces, dando con esta imagen la ben-
j i l , y m manteo, de invierno y varano, en calor y en frio: dición á los enfermos, cobraban salud. La meditación de la
traia á raiz de sus carnes un áspero silicio decerdasde ca- pasión y cruz del Seílor, era todo su regalo y recreo, y
ballo, con unas mangas de p a ñ o blanco, por mejor d i s i - veneraba con snma devoción cualquier cosa que represen-
mular y engañar á los que la viesen, y una cinta con m u - tase aquel sagrado é inefable misterio. Fué mny curiosa,
cljos mulos, tan apretada, (pío fue necesario arrancarla piadosa y magnífica en el aseo dolos templos, en el ornato
por fuerza de la carne, donde se habia entrado y h u n d i - de los aliares, en la riqueza de los cálices, en la variedad
do, con gran sentimiento y dolor de la santa, y limpiar la de los vasos y ornaineutos preciosos ¡tara el culto divino,
matci ia y sangre que de las llagas corria. Tenia cama de los cuales olla misma hacia por sus manos'y por las de sus
estado blanda y rica para cumplir con e! mundo con criadas. Nunca se sentaba cuando hacia oración, sino con
aquella apariencia ; mas la cama, en que ella dormia, eran las rodillas desnudas, aun en tiempo do imierno y de frio,
unas labias, ó el suelo cubierto con un pedazo de cuero: y y con tanta continuación, y tan largo espacio, que so la
citando, por estar enferma, se quería regalar, mandaba hicieron en las mismas rodillas unos callos duros, tan
(Miliar un [toco de paja ó heno, y encima un cobertor g r o - grandes como dos huevos 6 como dos puños. Siendo,
sero. Velaba casi toda la noche; era la primera que se l e - pues, esta santa princesa tan devola, tan fervorosa y
vantaba á maitines; y después de acabados, no volvia á amorosa para con Dios, y tan solícita y cuidadosa en ser-
la cama, antes se entraba en el capítulo de las monjas, y virle, y olvidada de todas las cosas de la tierra, en v a -
allí se abria á azoles: y no contentándose de la carnicería car y asistir á é l ; no es maravilla que el mismo Se-
que hacia de sí, parecicndola que tenia pocas fuerzas, ñor haya sido tan liberal con ella, y onriquecídola con
mandaba á algunas criadas conlldentes suyas, que la dis- sus celestiales dones, y comunicádola su divina luz. Una
ciplinasen basta derramar muidla sangre. Pues el fervor, vez, estando secretamente orando en la iglesia á hora que
conlinuacion y perseverancia de su oración, ¿quién la podrá las monjas comían, dolante del altar de la Virgen donde
explicar? V aquella ternura y devoción, conque deno- habia un crucifijo; una monja, que se había escondido
ebe y de iba se entregaba á su amado, y se abrazaba con para acecharla, vió que el crucííijo alzó la mano derocha
él, y le tenia apretado, y no le di'jaha hasta que la diese y la echó su bendición, diciendo con voz alia ; Yo he oído
su bendioion ; y él se la daba tan copiosa, (pie muchas ve- lu oración : tú alcanzarás lo que me has pedido, k mas do
ces, eslando orando, fue \ i s t a levantada en el aire, rodea- esty, revelóla grandes secretos y díóla don de profecía.
da de clarisima y celeslial luz con un rostro angelical; y Muchas cosas dijo que serian, antes que sneedieson: unt-
algunas arrolnda y irasporiada en Dios, sin sentido, como clcis estando auscnle, anunció y afirmó, como si estnvie-
imierla? .Mm lio pesaba al dmionio lanía santidad ) r(i présenle y las viera; y hasta los pensamientos ocultos
lanía oración de Kduvigis, y lanfo regalo y favor del Se- descubrió á algunas personas, como si los leyera en sus
fior: y dándole el mismo Señor licencia, para mayor co- corazones. Ilustróla el Señor con muchos y grnndes mila-
rona y vidoria de la sania, u n a vez la acometieron "tres gros en su vida y muerte, que so pueden leer en sn Vida.
demonios, y la azotaron y mallratai oii, dando gritas y d i - Entre los otros milagros se escribe, que dos hombres ahor-
ciendo: ¿Por que eres tan sania?l'ero olla no se movió; cados, vinieron por tos merecimientos de olla, y los man-
ánlcssufriendo con paciencia y alegría aijuel trabajo, hizo dó quitar de la horca, con grande admiración d é l o s que
sobre sí la señal de la c r u z ; luego desaparecieron aque- estaban presentes: y cuando línrique, su marido, lo supo,
llas furias infcrnules. Oia m i s a , \ í s p e r a s y maitines en la mandó que cuando Eduvigis pasase por las cárceles p ú b l i -
iglesia, y con música y solemnidad, y por muchos lodos cas, se abriesen las puertas y se soltasen los presos, y se
o nieves (pie hubiese, no dejaba de ir á ía iglesia, aun- diese á lodos perdón y libertad por su respeto. Ilalwa esta-
que estuviese léjos, sino era cuando por enfermedad no do una noche gran ralo velando y orando; y cansada,
podia; porque no hacia oslado de oir los divinos oficios en adormecióse: tenia en la mano una vela encendida; cayó
^ casa, como lo hacen otras señoras ¡ y cuando los oia .si sobre un libro en que leía , y consumiéndose toda la vela,
no era cosa forzosa y sumamente ¡iccesai ¡a ) , no consentía el.libro no se q u e m ó , ni recibió daño alguno.
que ninguno la hablase en la iglesia; porque decia que
aquella era casa de Dios y de oración, y no do p a r l a r . Oia Poro.no quiso el Sefior que á una alma lan querida suya
(odas los misas que podia, y procuraba que hubiese m u - la faltasen trabajos, adversidades y lionas, (pie son la fra-
chos sacerdotes, y hacíalos venir de otras partes para oir gua en que se prueba y afina la virtud, y una de las mas
muchas; y acabada la misa, qneria (pie el sacerdole p u - ciertas señales de su amor. Vió á sn marido herido y p r e -
siese sus manos sobre su cabeza, y la ochase su bendi- so en manos de su enemigo, y no se t u r b ó ; ántos ella con
ción, y docia qUÜ ]c era gi-an provecho para el alma y sus oraciones y coa su presencia, le libró do sus manos.
para el cuerpo; y asi lo oxperimenlaba muchas voces. Viole después acabado y sin v i d a : y aunque lo amaha
liornamonte, como á señor y marido, no por eso se angus-
Cuando habla de comulgar, eran tantas las lágrimas tió ni desconsoló; pero siijolandjsu vohmlad á la do Dios,
m derramaba, tanto el cuidado de aparejarse, arrodi- le hizo gracias por ello, y consoló á los que amargamente
r**** W f a m y ¿ d i r favor al Señor, que no podia de- lloraban su muerte, Vió á sn hijo primogénito Enrique [ á
jai ( e pegar devoción y ro.\eiTiicia al sanlísimo Sacra- quien ella por sus grandes virtudes quería sobremanera!,
'ÍWHÍWÍ a cualquier persona que la miraba. Tenh muchas m u e r l o á manos de los lárlaros en batalla, poro no por
J muy preciosas reliquias e i m á g e n e s , que mandaba llevar eso .perdió la paciencia, rinalmeulo, en todas sus tribuía-
2H LA L E Y E N D A DE ORO. w á 17.
piones, fatigas y tormcnlas, siempre fu¿ la misma, y luvo Señor innumerables milagros y haciendo grandes miseri-
el mismo semblanle, humilde, sufrida y mansa, y nunca cordias á los fieles por su intercesión. Después , el año de
se. enojaba, ni decia malas palabras; y cuando los criados I C i n , á los 15 asimismo de octubre, la canonizó Cle-
la hacian algún agravio, ó cosa que la podia dar disgus- mente , papa , IV de este nombre : el cual sumo pontífice
to, la palabra mas áspera que decia, era: Dios os lo per- habia sido casado ántes de serlo, y tenia una hija ciega, y
dona, porque lo liabais hecho asi. Procuraba con extraña diciendo misa, suplicó al Señor que sí Eduvigis era santa,
caridad y benevolencia pagar las malas obras que la ha- restituyese la vista á su hija por su intercesión , y la hija
cian, con otros mayores" beneficios, y regalar mas á los cobró la vista. Después el año de 1268 á los I T de agosto,
mayores enemigos suyos, ó de su marido. Finalmente, se trasladó el sagrado cuerpo , despidiendo de si la mis-
todas las virtudes tuvo esta santa princesa en grado per- ma fragancia que hubo en su entierro. Hallóse el cuerpo
fectísimo, y en cada una do ellas se esmeró de manera deshecho y la carne consumida ; mas tres dedos de la
como si no tuviera sino aquella, Y estando ya cargada do mano izquierda estaban enteros y sin comipcion alguna, y
anos y de merecimientos, luvo revelación de su muerte: y en ellos aquella pequeña imágen de nuestra Señora , que
muy gozosa, por el deseo que tenia de verse con su ama- ella solía traer en la mano por su devoción ; porque la
do; so aparejó para aquella jornada, como lo había hecho luvo tan apretada , cuando murió , que no se la pudieron
en toda su vida. Armóse con los santos sacramentos, y re- sacar. También el celebro estaba entero, y los sesos sin
tibió el do la extremaunción; aun antes do tiempo, para corrupción alguna , después de veinte y cinco años que
recibirle con mayor acuerdo y devoción. Creció la enfer- había sido enterrada , y destilaba do su cabeza un licor
medad, y su hija Gertrudos, que era abadesa del monas- puro, claro y oloroso, en tanla copia, que bañaba los pa-
terio, p r e g u n t ó á su santa madre, dónde mandaba que la ños que se le aplicaban. La vida de esta santa escribió
enterrasen; y ella, como tan humilde y tan amadora de la un autor grave , recogiéndola de los procesos que se le
pobreza, respondió que en el cementerio de las monjas: y presentaron al sumo pontífice para su canonización; y tráela
diciéndola su hija, que mejor estaría en la iglesia y en el el P. Fr. Lorenzo Sorio en su quinto lomo. Hace mención
mismo sepulcro del duque Enrique, su marido; respondió, do ella el Martirologio romano á los 18 de octubre; y E n -
que en ninguna manera tal hiciese; porque no queria que gelberto , monge cislerciense , y Martin Cromero, l i b .
su cuerpo, aunque muerto, se juntase con el cuerpo muer- de su Historia de Polonia y otros.
to de su marido, pues por amor de la castidad en vida se ¿ Quién no ve.en la vida de esta santa princesa lo que
habían apartado. En aquella enfermedad, fué muy visita- puede la gracia del que es todopoderoso ; pues esfuerza
da y consolada del Señor, y de los santos y santas de la la flaqueza mujeril , y da tan rara humildad á los señores
córte celestial. Un dia de la Navidad de la sacratísima y mode-lía á los que son adorados , y amor de la castidad
Virgen María nuestra Señora, estando las monjas en vis- á los casados , y amargura y disgusto en los deleites y
peras, la visitaroft las santas María Magdalena, Catalina, gustos de la carne ? ¡ Qué vida tan áspera y rigurosa en
Tecla, Ursula, con otras vírgenes, á las cuales saludó c hizo tanta abundancia y regalo ! ¡ Qué desnudez , desabrigo y
reverencia, habiándolas en latín. También tuvo otra v i - descalcez en los frios y hielos insufribles de Polonia!
sión y regalo del Señor, como este, el dia de San Mateo ¡ Qué oración, q u é fervor, q u é caridad para con Dios tuvo
a p ó s t o l ; y á los 15 de octubre del año de 1 2 í 3 , a hora de esta santa! ¡ Y q u é compasión , benignidad y liberalidad
vísperas, dió su espíritu al que para tanta gloria le había para con los pobres ! Mas parece su vida de una mujer y
criado, y recibióla corona y gloria que tan bien había religiosa consagrada á Dios, que de una princesa y s e ñ o -
merecido por la gracia del Señor. Hallaron su cuerpo ves- ra poderosa, y eslimada y respetada del mundo. Pero el
tido de un áspero cilicio y ceñido con un cinto de cerdas Señor trueca los corazones, y en todos los estados , g r a n -
de caballos. Mas aquel cuerpo atenuado con ayunos, exhaus- des y p e q u e ñ o s , liene almas puras, sanias y escogidas i y
lo con vigilias, consumido con disciplinas y penitencias, para que ninguno se excuse , nos las pone por ejemplo,
denegrido y afeado con los hielos del invierno y con los y para que las grandes señoras no aleguen las leyes del
ardores del verano, con el mal tratamiento muerto en vida, mundo ó de su estado , ni digan que no pueden hacerlo
y que parecía un vivo retrato de la misma muerte; luego en que otras hicieron , tan buenas ó mejores que ellas ; y los
espirando, parece que se vistió de los dotes de gloria: por- pobres se confundan, viendo que en el amor y estudio do la
que el color del rostro, que en vida era pálido ó amarillo, se perfección, ha habido princesas clarísimas y señoras ilus-
p a r ó claro y como resplandeciente: los labios y las mejillas trisimas , que fueron tan perfectas y excelentes en todo
sonroseadas: los píes como una leche; y hasta los callos género de virtudes ; y que la santa Iglesia las reverencia
de las rodillas (que dijimos arriba), cuando las monjas los como á santas, y nos las propone por dechado y un v i v o
descubrieron , las causaba admiración y devoción. P u s i é - retrato de la vida celestial.
ronla en las andas , y fué tanto el concurso y la devoción SAJI ANDIIÉS, MONGE Y MÁivriR.—En Creta, que hoy es
de la gente que acudió al entierro , que en tres días no se Candía, isla noble y rica, y mas rica y noble hoy que ha
pudo enterrar, procurando lodos á porfía tocar y adorar vuelto al suave yugo de la ley evangélica (reducida pol-
al santo cuerpo, y llevar alguna cosa de él por reliquia. las gloriosas ó invencibles armas venecianas), nació A n -
Quién le cortaba las u ñ a s de los piés y de las manos : drés de ricos y nobles padres. Crióse como hijo de quien
quién los cabellos ; y su hija, la abadesa, la mandó quitar era, con la enseñanza de buenas letras y doctrinas cris-
el velo que tenia en la cabeza, que por haber sido de san- tianas, amando desde sus tiernos años la virtud, la peni-
ta Isabel de Hungría, su sobrina, santa Eduvigis le habia tencia, el cilicio y el ayuno, con que domaba y tenia á
guardado con gran respeto y devoción. Pasados los ti es rayalos incentivos do la juventud lozana. Al olor de su
días la enterraron , esparciendo el sagrado cuerpo de sí virtud vinieron muchos siguiéndole, á quienes enseñó el
yn olor suavísimo y una fragrancia del cielo, y obrando el camino de la patria celestial, haciendo con ellos vida co-
DIA 18. OCTUBRE. 4i45
mun, pobre y religiosa. Gozaba el orbe cristiano de una á manos de tu crueldad, que estoy dispuesto á padecer
lran(|iiila paz en este tiempo, de que envidioso el enemigo conslante: ¿ y q u é h a r é yo en morir por quien murió
comnn, buscó modo de perturbarla; y fué en esta forma- por m í ?
Tenia el imperio Constantino, nó el Magno, propagador de Por cierto, dijo, riéndose el emperador, que es grande
la religión ci isliana, sino un sucesor suyo, llamado Cons- tu sabiduría : pues le atreves á persuadir y mudar los á n i -
tantino Coprónimo. Este dió en afirmar que era especie, de mos de un emperador supremo, y tanto magistrado docto,
idolatría la veneración de las santas imágenes, no enten- tantas dignidades y tan venerables canas como aquí miras:
diendo cpie los cristianos no adoran la imagen, sino el pro- lo que importa es que desistas de tu locura, ó te preven-
totipo, y que cuando la imagen es de Cristo, su Madre san- gas á sufrir inauditos tormentos. Constante oyó Andrés al
tísima Maria, sin pecado coocebida, ú otro alguno de los emperador, y mirando al cielo, dijo : No te n e g a r é . Cristo
santos, mueve al calólico á contemplar en el representado y Salvador mió : no te burlaré con mi confesión : no des-
por ella sus virtudes y excelencias, y desea imitarle. Si la preciaré lu imagen santa: dame valor, mi Dios; y vuelto
veneración se quedase en solo el lienzo ó estatua, eso fue- al emperador, dijo: Castiga, ó emperador, mi cuerpo:
ra idolatría ; y si la imagen fuese de una Venus lasciva) corla mis piés y manos: sácame los ojos: arranca mi l e n -
un desbonesto Júpiter, ú otros semejantes, también. En gua ; porque pronto estoy á padecer en defensa de la ima-
tin, con esta capa do piedad impía comenzó el demonio la gen santa de Cristo Jesús, mi Dios y Salvador. Tuvieron
mas cruel guerra que j a m á s se ha visto, perturbando la varios coloquios los dos, uno reprobando y otro defendien-
paz de la Iglesia toda. do la veneración de las santas imágenes, hasta que con-
Sintió el divino Andrés, como era justo, tan grave mal- vencido y furioso el emperador, le mandó desnudar y
y no sufriéndole el corazón dejar de hacer de su parle azotar cruelmente en su presencia con cordeles y duros
cuanto fuese posible para remediarlo, dejó sn patria, nervios. Después que con invicta paciencia habia sufrido
amigos y parientes, y se fué á Constantinopla á verse con el mártir glorioso infinitos azotes, severo y constante,
el emperador, y argiiirle de su error y maldad. Puesto» vueltos los ojos al cruel emperador, dijo : O emperador:
pues, en presencia del emperador y magistrados que le dejadas las guerras contra los bárbaros, que licitamente
asistían, levantando la voz, d i j o : Cruel tirano, sabe que podias y debías emprender; ¿ has puesto todo tu ánimo y
Dios es adorado y venerados sus santos en las imágenes esfuerzo contra Cristo y sus siervos? ¿Y juzgas, obrando
santas que nos los representan : si á tí le ha engañado el así, tener en paz tu cetro y corona ? ¿ Por ventura no temes
padre del e n g a ñ o , no es razón que por ti so pierdan tan- el juicio de Dios? ¿No sabes que le ha de pedir cuenta?
tos : yo vengo á reducirlos y reducirte á penitencia: y si Con esto se acabó del todo de enfurecer mas el tirano, y
no puedo; á lo ménos á animar.ii los que valerosos se ex- mandando venir nuevos verdugos, que estuviesen descan-
ponen al martirio, por no obedecer tus crueles edictos. ¿A sados, con fuertes y duros nervios de loros lo hizo seiíiin-
los erislianos persigues? ¿ T ú eres emperador cristiano? davez azotar tan cruelmente, que á pedazos le quilabau
/,Qné mas luciera un Nerón ? A estas razones mas furioso la cniiie, y la tierra corría arroyos de sagrada sangre: y
de lo que ánles eslaba, se volvió el cruel lirano contra lo-^ lo que mas es de ponderar que como lodos sabían el gran
verdaderos católicos, y que como lides veneraban las san- gusto que recibía el tirano emperador en ver padecer mas
tas imágenes, y sin perdonar tormento alguno, á unos y mas al márlir de Cristo ; los verdugos tomaban nuevas
hacia azotar con duros nervios, á otros sacar los ojos, á fuerzas, y los circunslanles, unos sacaban las espadas y
otros arrancar las lenguas, á otros corlar piernas y brazos, le herían por diversas parles ! otros le tiraban piedras; y
á otros arrojar al fuego y finalmente á lodos quitar las el inviclísimo mártir por lodos y para todos pedia perdón
vidas. Con esto mas encendido en compasión y caridad d i - y misericordia.
vina, levantó Andrés mas la voz ípor si no le habia oído Tenia con razón hecho juicio el lirano, que si reducía á
el tirano), diciéndole: ¿ P o r q u é , ó emperador, si eres su parecer al glorioso san Andrés, conseguía una gran
cristiano, castigas de esta manera la imagen de Cristo? victoria; porque (laqueando este invencible guerrero, ha-
Entonces se volvió contra él furioso, viéndose así repren- bían de (laquear infinitos, y siendo glorioso mártir, habían
y mandó que lo prendiesen. Obedecieron los minis- de serlo lambien infinitos eon su ejemplo, como sucedió: y
tr08 infernales, dándole tantas puñadas, bofetadas y palos, así probó (antear todos los vados. Mandó otra vez que ce-
Q1^ bastaron á mitigar la ira del tirano emperador; y así sase el rigor y volvió á las caricias, haciéndole mil ofertas,
'"ando que le dejasen : y vuelto á él, le dijo: ¿Cómo l i e - á que resistió el fuerte y valeroso caballero de Cristo con
|H's ia] atrevimiento, que no solo no obedeces los imperia- tanto valor, como á logizóles y tormentos. Viendo el t i r a -
('s precepios; sí que me reprendes á m í ? Pero me ha no que nada aprovechaba, volvió á los tormenlos : man-
eaidoen gracia tu denuedo; sigue la religión verdadera, dóle herir en las mejillas con piedras hasta que no le de-
nz 0 que yo mando, y te prometo mi gracia y perpetua jasen diente ni muela en la boca, por vengarse de las pa-
"'luslad. No \msco gracia del emperador lerresire (dijo labras con que le había reprendido su crueldad. Después
J d r c s animoso): solo quiero la del celestial Emperador de este cruel tormento, lo mandó poner en la cárcel, y fué
r e r r o m n i 'tUamjÍSlad Sea Pai'a los (1!IC te siSuen Y W**- enviar á ella doctor y maestro: porque allí predicaba y
deinn I • conde,,a,,se- No he surcado tantos mares, confortaba á los mártires de Jesucristo; y después de ha-
2 d , i c ^ c „ u r . t o tiene ei m u n d o ' p a r a 8aBar tu ber convertido á muchos y confirmado á todos, deseaba ya
do que CueIva „ ^ ^ ^ t'Íd0' t ™ ™ ' tanto ser libre de la cárcel de su cuerpo y verse con Cris-
«an as i m á J n J I ' l,an,1o el d ^ i d o culto á las to, como otro Pablo, que provocaba al tirano Constanlino,
santas .magenes, y perdonando á los que tienes nreso. para que, ó le atormentase sin cesar, ó le acabase la vida
porque as veneran: y cuando esto n T c o ^ ' L Z - y perficionase la corona de su martirio. Cuando ya Ic
guu-e a lo menos una muerte gloriosa, V G r i Í Q ¿ ^
pareció al cruel y malvado emperador, que con tonto co-
SIS LA LEY KM DA DE u n o . IMA m
tno iiahia piidci ido, se liabria mutlailo el ámmo inconlras-
SANTA MAMKI.TA, MÁRTIR. — E r a nalural de l'ersia y v i -
faUe átá .micrrero vtakirase, lo mandó sacar de la cáiccl vió en esle p.iis en'.regada á las supersticiones del p a g a -
\ traer á su presencia; pero viéndole siempre lirme y nismo. Sin e m l K i r g o , su vida arreglada y las bellas dispo-
constanle, lo hizo desnudar olra vez, y mandó lo azotaseti siciones de s » corazón hacian que ya ántes de conocer la
con mas rigor y crueldad que á n l e s , si mas podía ser: y religión cristiana, perteneciese su espiritual cristianismo
obedeciendo los verdugos, le dieron laníos y tan crueles á causa de la inclinación que profesaha á la verdad y á las
azotes, que renovándose de los primeros las llagas y he- doctrinas sanas. Efectivamente Dios quiso para si aquella
ridas, era lodo su sagrado cuerpo un mar de sanare, cor- a l m a t a n buena, y enviándola cierto dia un ángel, la i l u -
liendoenlre ella los pedazos de carne por tierra; pero minó con la divina revelación, y porujedio d e l mensajero
aunque le despedazakm y quitaban las carnes, j a m á s p u - la hizo decir (pie dejase el culto de los ídolos y abrazase
dieron qnilarle ni una mínima parte del tesoro de la fé el del Dios verdadero. Gozosa entonces Mamella y Oel al
que en su corazón guardaba. celestial mandato, se convirlió á la fé de Jesucristo, reci -
Cansado ya el tirano de herirle y atormentarle, se con- bió el agua santa del bautismo y empezó á pj aclicar públi-
fesó vencido de la constancia del invicto m á r t i r : y así dió camente la ley de Dios. Los paganos y gentiles se mofai ou
contra él la sentencia de muerte, mandando le alasen pol- al principio de ella, luego empezaron á maquinar contra
los piés con fuertes cuerdas,, y que le arrastrasen por la su vida, y al fin la apedrearon y la arrojaron á u n profun-
ciudad, dando vueltas á todas las calles y plazas públicas, do lago, en el cual entregó alegre su espíritu al Señor y
y en llegando al lugar donde morían afrentosamente los consiguió la corona d e l martirio.
m ilhecbores, allí fuese arrojado y muerto, dejándolo en- Los SANTOS VÍCTOR, AUV.IAM»UO Y JIUIIANO, M Á u T i R t s . —
tre ellos para (pie no pudiese su cuerpo santísimo ser vene- Fueron de Asia y se cree que murieron marlirizados en
rado de los cristianos. Todo por su orden fue ejecutado: Antioquía durante la persecución del emperador Decio.
y pasando por una plaza un pescador, instigado sin duda SAN ELORENTIN, oiusro v CO.MKSOII.—.Nació en las Ca-
del demonio, dejó los peces que vendía y corrió al santo lías, y se educó en medio de una familia que no le d i ó
m á r t i r , y de un golpe que lo dió con una cuchilla le cortó mas que ejemplos de virtud y santidad. El Señor le prepa-
nn pié, con que acabó folizmeiile la carrera y la vida, vo- ró ya en su infancia con las benéficas bendiciones d e l cie-
lando su sacratísima alma á los cielos á ser colocada en el lo, haciéndole progresar exli aordinariamente en los cami-
coro de los espíritus soberanos é invencibles m á r t i r e s , nos de la perfección y en el estudio de las sagradas Le-
dándole lodos mil parabienes de tan glorioso triunfo, como tras. Su espíritu, siempre, dócil á las inspiraciuiies del c i e -
había alcanzado del tirano emperador Constantino Co|ii ó - lo, se inclinó aleslado eclesiástico, y fué ordenado por san
nimo. Su cuerpo santísimo fué arrojado enellugar inmun- Agricio, obispo de ü r a n g e s , en Francia, (pie lloreció en
do de los malhechores, y expuesto mucho tiempo á ser tiempo del segundo concilio de Orleans. Muerto este san-
despedazado y comido de las fieras; mas no sucedió así to obispo, Elorentin, queso habia captado el aprecio \ la
como deseaba el tirano; porque llegándose doce hombres admiración de lodos, fué aclamado pa^lor de la diócesis de
posei los del demonio á aquel lugar, y tocando casual- (b angos por lodo el clero y pueMo reunidos, toé el W l l i
mente el cuerpo glorioso que Dios conservaha allí mila- prelado de aquella Iglesia, j d e s p u é s de haberla goberna-
grosamente defendido de aves y lieras.al insiaule queda- do y dirigido santamenle, adornado do esclarecidas \ ii l u -
ron sanos y libres de la opresión de los demonios, que des, descansó en dichosa paz á ('mes del siglo V.
mucho tiempo habia que los atorinenbban: conque, con- SAN VÍCTOR, OBISVO v CONFESOR.—Fué natural de Italia;
fesando á voces el milagro, conocieron al santo mártir, y pasó sus primeros años en la soledad esludiandolas santas
dando cuenta á los piadosos católicos, lo sacaron de allí y Escrituras y ejercitándose en la penitencia y devoción. E!
dieron honorílica sepultura en un lugar llamado Crisis, don- venerable Boda, en su libro de Ihidone icmporim, le llama
d e e s t á y obra Dios por él infinitos milagros. Fué su gloriosa varón santísimo y doclisimo. y dice que florec ió dnranle
muerte y martirio á 17 de octubre (día en que lo celebra el siglu V I . El cardenal Itaronio, en s u s BMUuNMWes ;ií
la Iglesia) por los años del Señor de 7 6 1 . Escríhieron su Martirologio romano, escribe que vivió bajo el reinado del
vida y maitirio los griegos en su Menologio, Metafraste; emperador Jusliniano. Consagrado obispo do Capna, s e
Lipomano, tomo v i ; Surio, lomo v ; Zonaras, lomo m dedicó sin descanso á la ilustración de los fieles, y e s c r i -
A m a l i u m Uistor. miscel. exTeophane, el Cedreno in Coni- bió varios tratados tocantes á la disciplina y cosliimliies
pend. ann. 21 Coiislaiitini C o p m w n i ; el Martirologio Confutó el ciclo pascual do Victorino de Aquitania, y p u -
romano; y Baronio en sus anotaciones y en el tomo ix de blicó otro, que fué ro\ isado y aprobado en el cuarto c o n c i -
su* Anales, a ñ o 7 C I , m í m . 8 í . lio de Orleans, celebrado en el año íG'l. Su sabiduría l e
* S.\N Enox, ontspo Y MÁiiTiu.—A la predicación del pa- colocó en el niímero de los oráculos de su tiempo, lo cual,
triarca de Antioquía san Ignacio, debió su conversión á la junto á su eminente santidad, hizo que su nombre liiese
religión cristiana san Hron, que. fué natural de Siria. Fué muy reverenciado en toda la Iglesia. El cardonal Haroum
ordenado de diácono por el mismo san Ignacio, y en la c«ee que Víctor murió saniamente en Capua p o r los años
escuela de esle santo no solo aprendió las ciencias ecle- dcoGO.
siásticas, sino también hizo notables progresos en la v i r -
tud. ¥A emperador Trajano se llevó á san Ignacio á Roma
DIA IS.
haciéndolo devorar perlas fieras, y entonces Eron fué ele-
gido y consagrado obispo de Antioquía, gobernando con SANI.KAS, K\ -VNÍÍEUSTA.—El glorioso evangelista san
muchtt celo aquella Iglesia por el espacio de veinte anos, i.uoas fue. natural de la ciudad do Aiilio(|uía, hijo de pa-
muriendo al ün martirizado enlamisma ciudad, el año 1 M dres nobles y ríeos, \ desde su niñez inclinado a! estudio
de Jesucristo. de las buenas letras y de toda virtud. Fs gran señal de su
ni A 18.
kamftóéái el haber per^i-verado virgen tod;» Bttvld^i Vn en sus entrafias, la visitación de sania Isabel, la santifica-
la ducuenciji y cu las lientas ciencias puso mucho cuidado, ción,gozo y saltos del niño -luán en el vientre de su madre.
y mas particular en la medicina, la cual ejercitó, y s$d el nacimiento del Señor en Uelen, su circuncisión y la
Babk) le llamó «módico cai isimn.» También aprendió el prcseiilacion en el templo, y todos los otros misterios que
ui íe de ptotar, nó por oüci') y tener nombre de pintor, s i - solo san l.u as escribe en su Evangelio, y sola la que era
no (como es de creer) para saberla y ocuparse en ella a l - Madre y habia sido lesligo, y tanta parte en ellos, los sa-
gunes ratos, y [tasar el tiempo honestamente. Orígenes, bia y se. los podia descubrir. A mas del sagrado Evangelio
Kpifanio, san Oregorio y Simeón Metafrasle dicen, que eset ibió san Lucas otro libro queso llama los Hechos apos-
í¿é uno de los setenta y dos discípuhts que el Señor á ' ó l r o s . en el cual, comenzando desde la subida á los cie-
mas d é l o s apóstoles; envió á predicar su Evangelio, como los del Salvador, y tratando de la venida del Espíritu
lo refiere él mismo san Lucas. Algunos de estos autores, y Sanio, escribe la predicación de los apóstoles, los milagros
Teonialo y Mceforo, son de parecer qnc san Lucas fué que hicieron, las contradicciones que tuvieron de los j u -
c o m p a ñ e r o de Cleofas, y uno de los discípulos que el dia díos, las costumbres con que los cristianos de la primitiva
(ta la resurrección iban á E m a ú s , cuando en traje de pe- Iglesia vivían, la muerte de san Esteban, la conversión de
regrino se les apareció el Señor, y otros traen algunas san Pablo, como Heredes mandó degollar á Santiago el
razones ^ conveniencias para probar esto: "yá mi parecer mayor, y p r e n d e r á san Pedro, y el Señor le libró. Einal-
no están tan fundadas, (pie por ellas se pueda tener por mente, siendo ya san Lucas compañero de san Pablo, va
cierto: antes san Ireneo, Tertuliano, Ensebio, san Geróni- contando su peregrinación, sus trabajos, sus persecucio-
mo, san Agustín, Doroteo, Hecla y Pedro Damián dicen, nes, de que no pequeña parte le cupo al sagrado evange-
que san Lucas no íné de los setenta y dos discípulos: y lista, hasta que llegaron á liorna, donde estuvo dos años
si se ponderan bien las palabras que el mismo san Lucas, san Pablo preso; y allí pone fin y remata su libro. Dejan-
hablando de sí, dice en el principio de sn Evangelio, fácil- do al glorioso apóstol en Roma, volvió san Lucas á Orien-
mente se echará de ver que lo escribió, nó como testigo te: y habiendo ilustrado con su presencia la provincia de
de visla, sinodcoidas, y como le informaron los que des- África, pasó á Egipto y á la superior Tebaida, y de allí a
de el principio fueron discípulos del Sefior. Lo cierto y sin la inferior, donde fué obispo, y convirtió gran número de
duda es que san Lucas fué compnñeio de san Pablo en sfis gentiles á la fé de Jesucristo nuestro Señor. Allí estuvo
trabajos y peregrinaciones, y que fué señalado para esto muchos años, ordenó sacerdotes y consagró obispos y
<le las Iglesias.: y así el mismo san Pablo, escribiendo á enviólos á predicar por diversas partes. Derribó ídolos,
sn discípulo Timoleo, le dice: «Lucas solo está conmigo:» levantó altares, edificó templos al S e ñ o r ; y con su vida y
y á los colosenses, «Salúdaos Lucas, mi muy amado:» y predicación santísima , toda aquella provincia, de una
i[ los de Coriuto: «Con Tito (dice; os enviamos á nuestro tierra yerma y estéril, se convirtió en un jardín a m e n í s i -
hermano (entendiendo á san Lucas), que tiene loa en el mo, lleno de plantas celestiales y divinas. Y habiendo gas-
llvaiiííclioporlodas las Iglesias) nosolohayen élesto,sino tado en estas santas y fructuosas ocupaciones su vida, y
que está señalado de las Iglesias, para qu« sea compañero llegado á la edad de ochenta y cuatro años (como escribe
de imeslra peregrinación.» Y así es de creer que san L u - san Gerónimo), dio su bendita alma á Dios en Dítinia ; y á
cas li alujo y padeció rmicbo en la predicación del sagrado lo que se saca del mismo santo doctor, de Isidoro, Mela-
i'.vaniíelio, y que fué particionero de las grandes fatigas, fraste y otros autores, murió de su muerte natural. Ver-
molestias, incomodidades y persecuciones que padecí*) dad es que san Gregorio Nacianceno da á eulender que
san Pablo, cuando iba alumbrando al mnudo con la doc- fué mártir, y lo mismo san Paulino, obispo de Ñola, en
'" iua del cielo : aunque no fué san Lucas luego al princi- dos versos, que dicen:
I»io compañero de san Pablo, sino [tasado algún tiempo, \ Hic f a U t Andreas, et tkáfké nomine ÍHCrts,
cuando el santo apóstol llegó á una ciudad marítima de Jtfrtríi/r, et illnslris sfr«(¡f«i/te iV(ijraW«s.
• ^ w , llamada Troade. como lo significa san Ireneo. Escri- Y san Gmidencio, obispo de Bresa, siente lo mismo: y M -
• • í San Lucas su sagrado Evangelio en griego, en estilo céforo Calixto no solamente dice qne fué m á r t i r ; pero es-
^^'ganie, para enseñar á los griegos á quienes san Pablo cribe el género del martirio con qne fué martirizado, y
P'edieaba; como san Maleo habia escrito su Evangelio en que le colgaron de un olivo y que allí acabó su vida ; y
'"'breo liara los hebreos, y san Marcos el suyo en latin (á G-Iicas es también de esle parecer.
« fjue parece á algunos autores para los romanos y l a | ¡ - Entrelas olrascosas memorables y dignas de veneración,
"os, donde escribió. Y el mismo san Pablo, es de creer que hizo el bienaventurado evangelista san Lucas, fué una
que dio noticia á san Lucas de muchas cosas de las que es- piularlas imágenes de Cristo nuestro Salvador y de la
11 ! (," su Evangelio: y por etilo dice san (rerónimo, que sacratísima Virgen su Madre, y retratarlas muy al vivo,
algunos fueron de parecer que cuando el Apóstol dice en y dejarlas á la Iglesia católica para consuelo de to(I(i> los
sus epístolas: Juxia Evangelitm mcion: según mi Evange- fieles: las cuales imágenes fueron siempre tenidas en gran-
'o, que habla del Evangelio que escribió san Lucas; por- de eslima , y reverenciadas con gran devoción. La de la
san Lucas lo habia^aprendido de el, y lo habia escri- Virgen , que piuló san Lucas, hoy dia está en Roma , en
^ "iforntado del riii.^u,, vpóslol y en su compañía. Pero la basílica de Santa María la Mayor, y el Señor ha obrado
^^soiameuie san Lucas fué enseñado del apóstol san Pa- muchos milagros por ella. Murió san Lucas á J8 de oc-
mosi' i ' ' *'S(TÍI)il' d B«W>geH<N sino también de los otros tubre, en que la Iglesia celebra su fiesta. Sus sagradas
m u • s l r ; X L ! ¡ ^ d a l ^ , ' t e . ( l , ' , a s;i<T;,!iáima ^ reliquias , con las de san Andrés y san Timoteo, mártir,
liarid i I |KII'we qne ,uvo n'ut'lia f¡lin'- fueron llevadas á Conslantinopla, donde el emperador
v .'.V ^ ^'Ua fué muy favorecido, y supo los sagrados Constancio, hijo del gran Constantino, les edificó un sun-
J -u-re.os misterios de la encarnación del Yerbo eterno
tuoso templo ; y después , andando el tiempo, el cuerpo
248 L A L E Y E N DA DE ORO. DÍA 19.
de san Lucas se trasladó á la ciudad de Padua, donde nitud, fué martirizado durante la persecución del empera-
ahora esíá , como lo dice el Martirologio romano ; aunque dor Aurcliano el año 233.
la cabeza y un brazo de este sagrado evangelista se mues-
tran y reverencian en Roma en la iglesia de San Pedro. DIA 19.
De san Lucas escriben todos los Martirologios ; Ensebio, •

san G e r ó n i m o , san Agnstin , Isidoro, Metafrasle, Nicé- SAN PEDRO DE ALCÁNTARA, CONFESOR Y FUNDADOR.—En la
foro , y todos los que han escrito comentarios sobre los villa de Alcántara, que antiguamente se llamó Norba Ce-
evangelistas. s á r e a y perteneció á Lusitania, y hoy es de la provincia de
*SAN JULIÁN, ERMITAÑO T CONFESOR.—Vivia en el siglo Extremadura y cabeza de la orden militar de los caballeros
cuarto, y estaba dolado de tan singular prudencia y sabi- de Alcántara; nació de padres nobles y virtuosos san Pedro
d u r í a , que le llamaban sus contemporáneos Sabas, que en de Alcántara, ejemplo de espantosa penitencia y varón de
idioma siríaco es lo mismo que anciano. Muchos años altísima contemplación, el año de 1499. Su padre fué el
había pasado en una sombría y h ú m e d a cueva, junto á la jurisconsulto Garabito, y su madre doña María de Sanahria
ciudad de Edesa, cuando se retiró á vivir solo en la A r a - y Maldonado. En su niñez desmentía la edad con su cor-
bia. Sus ejercicios principales eran la oración y medita- dura y devoción ; porque á los cualro años se retiraba al
ción conlinna , añadiendo á esto la mas rigurosa peni- oratorio de su casa á rezar las oraciones que sus padres le
tencia. Sabido es que Juliano Apóstata m u r i ó en Persia, y habian e n s e ñ a d o . Cobró grande afecto á la Reina de los
el santo ermilafio tuvo una visión que le reveló aquel acon- ángeles, y rezábala el rosario hincado de rodillas y con el
tecimiento tan importante para la paz de la Iglesia. Mucho misterio de su concepción purísima tenia especial devoción.
luvo que sufrir Julián de los arríanos en tiempo del e m - En sabiendo leer, luego se aficionó á los libros devotos y
perador Valenle, lo que obligó al santo á dejar su soledad, desechó los profanos, y no pocas veces se retiraba á con-
dirigiéndose á Anlioquía para confundir á j o s herejes. siderar lo que habia leído. Hizo un cuaderno de papel en
Fueron muchos los prodigios que obró en esta ciudad , y forma de libro, que traía siempre consigo, y aquí apuntaba
muchas también las pruebas de su catolicismo , h;isla que las sentencias d é l o s santos que encontraba, para medi-
tarlas y considerarlas muchas veces. Cuando fallaba de su
por último se retiró á su soledad , instruyendo allí á los
casa le hallaban en la iglesia, en la cual gastaba muchos
que se habian puesto bajo su dirección , y entregando su
ratos meditando en la pasión de Cristo con grande ternura
espíritu al Criador. San Juan Crisósfomo habla con grande
y l á g r i m a s ; y en una ocasión le hallaron arrebatado en
elogio de este santo llamándole «hombre de prodigios.»
espíritu y levantado en el aire. Hizo pacto con sus ojos,
SAN ASCIEPÍADES, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué sucesor de
como el santo Job, de no mirar rostro de mujer, y para
san Sei apion en la silla episcopal de Anlioquía, siendo
cumplirlo andaba siempre con los ojos bajos: con que pudo
consagrado el año 2 1 1 . Dió glorioso testimonio de la fé
conservarla preciosa joya de la virginidad, sin que se la
de Jesucristo, derramando su sangre por su confesión
robasen los ladrones que suelen entrar por los ojos á r o -
durante el reinado de los emperadores Caracalla y Macrino,
barla, cuando el alma se sale por ellos, como otra Dina, á
muriendo degollado en la misma cuidad de Anlioquía el
verlas mujeres de su región. Habiendo estudiado la g r a -
ano 219. Su cuerpo, enterrado por los cristianos, fué vín-
mática, fué á la universidad de Salamanca para cstudirr
culo de grandes portentos para la Iglesia de Dios.
retórica, dialéctica y lógica ; y aunque aprovechaba m u -
SAN JUSTO, MÁRTIR.—Nació en el territorio de Beauvais
cho en las letras con su vivo ingenio y aplicación, apro-
de padres cristianos, que supieron arraigar en su lierno vechaba mucho mas en las virtudes, y era tan conocida
corazón tan profundamente los principios y las máximas entre los estudiantes de la universidad su modestia y c o m -
del cristianismo , que siendo aun muy nifio confundió con postura, que si tal vez estaban algunos en conversación
su valor y constancia á los mismos paganos. Apenas habia poco decente, en viéndole venir decian: El de Alcántara
cumplido Justo los nueve a ñ o s , fué preso y llevado á la viene: mudemos de plática. Preveníase con oración y d e -
presencia del gobernador Ricciovaro, el c u a l , después votos ejerciciosicontra las tentaciones del demonio, que
de haber agolado todos los recursos humanos para hacerle empezaba ya á hacerle cruel guerra, á que afíadia disci-
renegar de la religión cristiana, le condenó á ser deca- plina?, cilicios, ayunos y otras asperezas, deseando salirse
pitado, cuya sentencia se ejecutó el año 3 0 6 , reinando presto del mundo que veia tan lleno de lazos , y pidiendo
Diocleciano. á Dios que le mostrase el camino de su voluntad : lo cual
SANTA TKIFONIA.—Esta santa era esposa del b á r b a r o hizo el Señor, revelándole que se entrasen en la religión
emperador Decio, que tanta sangre hizo derramar entre del seráfico padre san Francisco, porque en ella se q u e r í a
los cristianos. Convirtióse á la religión de Jesucristo, y la servir de é l .
instruyó en la fé un sacerdote romano llamado Justino, que
también la bautizó. A l día siguiente de haber recibido este Entró en la órden seráOca, siendo de edad de diez y seis
sacramento Dios la llamó á s í , y murió santamente en la años, en la custodia de Extremadura, que después se l l a -
misma ciudad de Rema, siendo sepultada en una cueva raó provincia de San Gabriel, en el convento recoleto de
junto al sepulcro del mártir san Hipólito. Su dichoso t r á n - los Manjarreles, una legua de Valencia de Alcántara. Ca-
sito sucedió á mediados del siglo I I I . minando al monasterio para tomar el hábito, confirmó Dios
SAN ATENODORO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué hermano de san su vocación con un raro prodigio; porque llegando al rio
Gregorio Taumaturgo y consagrado obispo de Neocesarea. Tietar, que no podia vadearse ; como no hallase barque-
Asistió al concilio de Anlioquía contra Pablo de Samosala, ro que le pasase de la otra parte, se entristeció sobrema-
en el cual se distinguió por su eminente sabiduría y noble nera y empezó á rogar á Dios que no permitiese se le e m -
celo por la pureza de la doctrina católica. Después de h a - barazase ó dilatase el cumplimiento de sus deseos; y l u e -
ber brillado en la Iglesia como un astro de primera m a g - go se sintió llevar sobre las aguas, sin ver ni entender
DÍA 19. OGTUimE. 249
quien le llevaba, y se bailó á la otra orilla con los piés en- se compungían de solo verlo celebrar; de manera que ha-
jiilos, dando.gracias á Dios portan singular favor. E n v i s - cia mas fruto con una misa, que otros predicadores con un
tiendo el hábito de san Francisco, se vistió del espíritu sermón fervoroso. Deseaba el provincial de su custodia,
bnmilde, pobre y penitente de la seráfica religión : y no que era el siervo de Dios Er. Francisco Frenegal, hacerle
es fácil decir la vida angélica y celestial que comenzó á predicador, esperando que se habia de seguir á Dios m u -
hacer, adelantándose, al empezar el camino do la perfec- cha gloria y á las almas mucho provecho; mas detenía-
ción, á muebos que lo acababan. Echó un profundo cimien- se, juzgando (pie no pedia ejercilar esto ministerio con
to de humildad, para levantar sobro él un alio y firme fundamento, por no haber osludiado la sagrada teología.
cdiíicio de santidad: atligia su cuerpo con tantas penilen- Sucedió que estando juntos los religiosos con el provin-
cias como si castigara graves culpas, el que no habia per- cial, tratando do mafeiias espirituales; llegando á un
dido, según so cree, la gracia bautismal: mortificaba sus punto delicado, y habiendo dicho los domas lo que les
sentidos, sin pcrmilirles j a m á s el menor alivio: olvidábase parecía, mandó el provincial al santo que él también dije-
de sus padres, hermanos y parienles como si fuera otro so su sentir en aquella materia, Excusóse el santo con su
Melquisedech, sin padre, ni madre, ni genealogía: su p u - falta de letras escolásticas, que (Man necesarias para ex-
reza era de á n g e l : su fervor de novicio, como lo era : su plicar aquel punto; mas por voluntad de Dios, quo que-
aprovechamiento de muy antiguo: su rendimiento de un ría descubrir la sabiduría de san Pedro, como antigua-
nifío de poco a ñ o s : su prudencia de un anciano de muchas mente la de san Antonio de Padua, para ponerle en el can-
canas y experiencias; y linalineulc su vida un ejemplar delero de la predicadeoi le obligó el prelado á que hablase;
de toda virtud y un espejo de toda santidad, en que los y el lo hizo con tanto acierto, agudeza, espíritu , propie-
religiosos tenian mucho (pie aprender y que admirar. dad de términos y palabras, quo el prelado le mandó
En profesando le pareció que hasta allí no habia co- (pie sin falla predicase, y no sepultase el talento que Dios
menzado á servir á Dios y que era menester empezar de le había dado para bien de muchas almas. Eu lo restante,
nuevo, y se decia muchas veces á sí mismo lo de san Ber- de su vida corrió por muchas ciudades , villas y lugares,
nardo: ¿ \ q u é he venido á la religión? i'Qúé es lo que especiahnenle de la provincia de Extremadura , haciendo
bago? ¿Cómo se me pasan los dias y los años sin d.ir ufl grande fruto por su predicación, sacando innumerables
paso adelante &a el camino de la perfección, debiendo ca- pecadores de las garras del demonio , y haciendo r a r í s i -
da dia y cada hora adelanlaruie eu este camino cuque me mas conversiones y mudanzas en las personas con quie-
ha puesto el S e ñ o r ? De esta manera, considerando cada nes trataba : porque sos palabras eran muy eficaces, pe-
Jia, como si fuera el primero de su conversión, '(;orria y se ro mas eficaces sus obras, y solo verle hecho un retrato
nl>resuraba para adquirir alguna virtud, el que en su con- de la penitencia bastaba por sermón , cuanto mas mudo,
cepto no tenia ninguna, y en la eslim¡icion de los demás mas elocuente para ablandar los mas endurecidos peca-
las tenia todas en alio grado. Parecióles á los religiosos dores. Al entrar en las ciudades, apareció tal vez un astro
(pie Dios habia traido á Pedro á su casa para grande a u - resplandeciente, como avisando al pueblo de la nueva luz
mento de la nueva recolección que enlonces se empezaba que venia á alumbrarle, y estando predicando, se vieron
á plantar; y así, después quo se hubo ejei cilado por algún estrellas sobre su cabeza.
tiempo con maravilloso ejemplo de bmiuldad y caridad en Eu las parles donde predicaba, hacia fabricar cruces de
los oficios humildes del convento, le fueron ocupando sus madera, y llevándolas él sobre sus hombros, acompañado
prelados en cosas mayores, para que lograse como buen de mucha gente en forma de procesión , las colocaba por
SÍBÍVO con lo> muchos talentos que el Señor le habia en- sí mismo en lugares eminentes y cumbres de los montes,
'''í'gado. Vivían los frailes con grande rigor de observancia para q u é fuesen vislas de muy lejos , y adorado el Señor
Y fervor de, vida, y con la entrada del santo empezó á res- en ellas. En Sierra do Gatas fabricaron una cruz tan g r a n -
plandecer mas su virtud y á echar mayores rayos su san- de, para que pudiese ser visla en aquella altura, que doce
i d a d , de que atraídos muchos religiosos venían de varias hombres de muchas fuerzas apenas la podían levantar;
Provincias de la órden seráfica á la nueva custodia , donde pero el santo, sin permitir (pie nadie le ayudase , la lomó
ei'an recibidos, por virtud de un breve de León X : con quo en sus hombros y subió por la sierra , parle del camino
^ poco tiempo se llenaron cuatro conventos que entonces hincado de rodillas , hasta que la colocó en la eminencia,
l(}nia la custodia, y se fundaron otros muchos, debiéndose dando el espíritu mas que de gigante prodigiosas fuerzas
l11'" ipalmenle todo este aumento á la santidad, celo y d i - al cuerpo flaco y debilitado con los ayunos y penitencias.
''gencia de san Pedro de Alcántara. En Sierra Morena llevó y colocó de la misma manera otra
Siendo de solos veinte a ñ o s , le enviaron sus prelados cruz, compuesta de dos pinos, que veinte hombres no p u -
con otros religiosos á fundar el convento de Hadajoz, y le dieran subir veinte pasos ; y el santo la subió solo , por
bicieron superior de los d e m á s : prueba grande de su m u - un despeñadero en que un hombre sin embarazo sube con
(;,>a santidad ; pues no repararon en su poca edad ni en mucha dificultad y peligro. Predicando por los confínes de
(iue no era sacerdote, para hacerle prelado y fundador de Extremadura , llegó á Alcántara : y aunque dice Cristo,
Uo nuevo convento; ánles les pareció el mas á propósito quo ninguno es profeta acepto en su patria , quiso que
I r a q u e s e fundase en fervor y espíritu verdadero. Los años san Pedro fuese excepción de esta regla ; porque fué en
gunMUes le mandaron sus superiores recibirlos sacros ella muy venerado , y cogió no menos frulo que en las
.t"nes llasll> el sacerdocio, con mucha repugnancia suj a; d e m á s parles donde sembró la palabra de Dios : y muchos
porque como tenia tan bajo concepto de sí, y tan alto de la de sus pal íenles se hicieron religiosos y tomaron su mis-
"'gmdad sacerdotal, deseaba no subir a ella, y admitióla m o h á b i l o , y particularmente un sobrino suyo llamado
obligado do la obediencia. Decia la misa con tanta devoción Antonio Baldonado* filtrando en la provincia de San G a -
y Jgnmas, que las hacia derramar á sus oyentes, y muchós briel, fue en la penitencia y demás virtudes un vivo r e -

10X.0 i u . 32
m LA LEYliM)A D E O R O . DÍA 19.
tralo de su santo tio y padre espirilnal, y imiriócon g r a n - defiende de los vicios. Encargábales mucho que huyesen
de fama de santidad : algunas sobrinas suyas Irocaron de la m u r m u r a c i ó n , polilla de todas las buenas obras, y
KI siglo por ia religión , y rc's[iIandecÍLTon en viríndes y y que si tenían mil razones para juzgar mal de uno,
jnilagros; y los parientes que (piedaron en el siglo, v i - buscasen una para juzgar bien ; porque con la c a r i -
vían como religiosos, con hidjiío de seglares : tanto fué el dad puede mas esta sola que aquellas m i l . Final-
fruto que sacó con sus ejemplos y palaliras. Volaba su fa- mente, en todas las cosas se mostraba el santo provincial
ma por todas pai tes, y no cabiendo en Castilla, llenó tam- vigilante pastor, cuidadoso prelado y amoroso padre.
bién á Portugal , adonde fué llamado del rey y la reina, Fundó en el tiempo de su provinciaiato diversos conven-
que deseaban verle y bablarle : y fué tanto el provecho tos, y con nuevos eslatulos que hizo acomodados á la ne-
que experimentaron con su trato y conversación, que de- cesidad presente, redujo la provincia de San Gabriel á
searon se quedase en su corle y palacio ; mas no se lo mayor observancia y rigor de vida del que ántes lenia.
pudieron persuadir, porque le parecía, según el diebo de En acabando su gobierno, fué llamado á Portugal con un
Cristo, bablando del Bautista, que no se dice bien el ves- compalero, y ayudó al siervo de Dios Fr. Marlin de Santa
tido áspero con las corles y palacios de los reyes , donde María, religioso observante de la provincia de Cartagena,
viven los que visten delicadamente; y así se volvió á Cas- á la fundación de la provincia de l a Arrabida, y en esta
lilla á su provincia, de donde solia ir una vez cada año á sierra hicieron los tres y otros , que los imitaron, vida
Lisboa, á ruegos del rey de Portugal y de la ¡ufanía doña anacorética por algún l i e m p ó , resucitándolos ejercicios
María, su hija, y la princesa dofia Isabel. de la Tebaida y Egipto , y haciendo volver al mundo des-
Habiendo sido guardián do algunos convenío.5 de su pués de tantos siglos á los Antonios é Hilariones Luego se
provincia, fué elegido provincial; y aunque el postrado fundaron algunos conventos, y san Pedro fué guardián y
delante del capítulo procuro con l á g r i m a s , razones y s ú - maestro de novicios del convenio de Pallaes, y plantó su
plicas excusarse , no pudo ; porque todos á una voz dije- espíritu en los que fueron después las columnas de aque-
ron que no se le admitiese ninguna excusa; y á él que no lla religiosísima provincia, que suslenlaron en sus hom-
resistiese á la voluntad de Dios. Luego empezó á ejercitar bros la observancia y santidad de tdla. Dejando asentada
su oficio como se podia desear; era consigo riguroso y la provincia de la Arrabida, se volvió por mandado de su
severo; con los d e m á s blando y amoroso : á lodos lenia provincial á la provincia de San Gabriel, de la cual por
por buenos y sanios ; á sí solo por malo y pecador: para muerte del siervo de Dios Fr. Marlin, fué llamado segunda
sí no buscaba nada; y atendía ú las necesidades de todos: vez á la Arrabida , para resucitar el primitivo fervor que
á los ancianos trataba como á padres, á los mancebos él y Fr. Martin habían plantado, y había descaecido algo
como á hijos, y á ninguno miraba como á inferior; y con con su ausencia y la muerte de su primer fundador.
eso no se dejaba servir de ninguno; parecíale que ser p r i - Habiendo estado muchos años san Pedro en la provin-
moro en una comunidad religiosa es tener obligación de cia de San Gabriel, y siendo como fundador de ella quo
ser primero en la h u m i l d a d , caridad, mortiücacion y la defendió para que no se deshiciese, la aumentó en m u -
en las otras virtudes, y que la cabeza en este cuerpo no chos conventos, y la dio nuevas leyes para su conserva-
tiene mas diferencia de los otros miembros, que estar en ción: se salió de ella con breve del sumo pontífice J u -
lugar mas eminente, para ver y atender con solicitud á lio I I I , para hacer vida eremítica, y disponer una nueva
las necesidades de lodos. Visitaba á pié y descalzo los reforma que meditaba. Estuvo algún tiempo con un discí-
convenios de su provincia , para alentar á sus subditos en pulo suyo, que nunca le quiso dejar , llamado Fr. Miguel
la observancia y alentarlos en la perfección, para lo cual Cedena, en una ermita que le dió el obispo de Coria don
los ejercitaba y probaba con caridad y prudencia , según Diego Enrique de Almansa, cerca de la villa de Santa
la capacidad de cada uno; á los fervorosos mandaba cosas Ci uz de Cevollas, donde hizo vida mas del cielo quede
arduas para hacerlos correr á largos pasos en la virtud, lalierra, entregándose todo ala contemplación, viviendo
y á los flacos cosas fáciles para sacar de cada uno lo que entre los hombres mortales con el cuerpo, y con el es-
podia. Tenia muy particular cuidado de los enfermos , y píritu entre los bienaventurados; hasta que con propósito
se informaba si los guardianes cuidaban de proveerlos de de dar cumplimiento á sus deseos, se partió á Roma,
lodo lo necesario; y si hallaba á algún guardián remiso donde venciendo con la ayuda del Señor grandes contra-
en esto, le castigaba con severidad diciendo ; No puedo dicciones , alcanzó finalmente del sumo pontífice facultad
hallar excusa ninguna en un prelado que falta á á la cari- para fundar su nueva reforma. Volvió á España para po-
ridad. Las medicinas que el médico ordenaba, por ex- nerlo en ejecución, y en prueba de que Dios y san Fran-
quisitas y preciosas que fuesen, queria que so trajesen; cisco, su padre, le guiaban en estos inlenios, dice su
aunque para ello fuese necesario empeñar los ornamentos cronista Fr. Juan de San Bernardo, quo entrando en la
de la iglesia; que es muy digno de notar en un santo tan ciudad de Coria en la casa de unas siervas de Dios, v i e -
pobre ; para que se vea como no se oponen entre sí las ron al lado derecho del santo á Cristo nuestro S e ñ o r , y al
virtudes, ni contradice la caridad á la pobreza. No se izquierdo á san Francisco. Cuantas contradicciones, i n -
contentaba con velar sobre ¡os superiores y enfermeros, j u i ias, persecuciones y afrentas padeció el santo en la
para que cuidasen de los enfermes: él mismo les hacia ejecución de sus deseos, no hay para q u é referirlo. A su
las camas, harria la enfermería, limpiaba los vasos i n - penitencia llamaban temeridad ¡ á su pobreza tentación: á
mundos, y ejercitaba los demás oficios con singular amor su humildad bajeza: á su oración ilusión : á su zelo m u -
y cdiíicacion. Exhortaba á sus religiosos á lodas las v i r t u - labilidad; y finalmente á todas sus virtudes, invenciones,
des , y especialmenle á que tuviesen paz y amor entre sí; y á sa toda santidad, hipocresía ; pero nunca se conoció
y decíales muchas veces: Paz y amor, hijos mios, son los mejor su santidad que entre tantas persecuciones, lascualos
brazos fuertes del alma, con que granjea las virtudes y se | venció con paciencia y humildad , y con la confianza en
DIA t9. OCTUBRE. Uí
Dios. Fundó su primer convento cérea del l'edroso , como mudaban las vidas, otros renunciaban el mundo, y se
diez legnns de Plasencia, trayendo él mismo consuscom- entraban religiosos; y los demás teman envidia sania á
j;afieros los materiales. Todo el ámbito del convenio, me- aquellos que no podían ó no se ali evían á iniiíar. Los s é -
dido por la parte de afuera, lenia de largo treinta y dos flores (pie no podían verle , le escribían enrías para reci-
pasos, y de ancho veinte y ocho. Dentro de esta cerca bir sus respuestas , y entre los demás san rrancisco do
hahia una iglesia con su capilla mayor , que dividía una Borja, ánles duque de Gandía, y entonces comisario ge-
reja de, madera : en la capilla mayor cabla el sacerdote neral de la Compañía de Jesús en E s p a ñ a , no pudiendo
que dec'ia misa y el ayudante; si entraba otro, embara- visitarle por sus precisas ocupaciones, le escribió cuán
zaba : el cuerpo de la iglesia era proporcionado á la ca- de buena gana fuéra á verle á su pequeño convento, y lo
pilla. Ilabia también celdas, refeclorio, cocina, claustro, tendría por un paraíso en la tierra. Jliuhos varones espi-
y las otras oficinas necesarias: y nada de. esto habia; rituales iban á consultarle y preguntarle sus dudas, como
porque las celdas aun eran estrechas para sepulturas: la á gran maestro de espíritu , y un oráculo de la sabiduría
iglesia apenas podia servir de celda ; y lodo el ediíu io qne no se aprende en las universidades ni en los libros.
mas parecía planta de edificio dibujada en un papel, que Su convenio era como un santuario de devoción, adonde
fábrica ejecutada del arle. Las puertas de la celda eran acudía todo género de personas á buscar consuelo y re-
lan bajas y estrechas, que era necesario entrar de lado, medio en sus necesidades y afiieciones : y aun podemo.?
y bajar la cabeza: y preguntado el sanio por q u é hacia decir como una córle , por el gran concurso de señores y
lan estrechas las puertas; respondió: Porque los homhres caballeros que estaba en él, seinamis enteras sin saber
que han de vivir en ellas son muertos al mundo, y ca- apartarse de su conyersacion. Parecerá encarecimiento
minan al cielo : y como el camino del cielo es estrecho y esto, á quien no considerare cuánto honra Dios á los h u -
la puerta angosta, es menester que se e n s e ñ e n , entrando mildes y pequefios en sus ojos, y que de esta manera
por estas puertas á entrar por la puerta del cielo. Cuando quería recompensar aun cu esta vida , los desprecios y
vió acabada la obra, dió muchas gracias á Dios y á la afrentas quo poco ánles había padecido su Ücl siervo.
santísima V i r g e n , y dijo: Esto basta para frailes pobres: Teniendo noticia el etliperador Garlos V de la santidad del
no mas, no mas. ¡ A y de los qne en adelante buscaren siervo de Dios, le mandó llamar para hacerle su confe-
mas y quisieren mejorarse en edificios ; que hallarán m u - sor ; y viniendo á su presencia, le propuso su determina-
cho menos de lo que vinieron á b u s c a r á la religión! En ción. Respondióle el santo con mucha humildad : Señor,
esta casa vivía el sanio con doce c o m p a ñ e r o s , en quienes peta esle oficio debe V. SI. buscar sujelo mas dígiió y de
se veía copiado su espíritu. Ocupábanse de día y de no- mayores prendas; porque yo no tengo las que son nece-
^he en alabanzas divinas y en la con'emplacion de lasco- sarias para cumplir con las obligaciones de cargo lan
sas celestiales : el cuerpo juzgaban carga pesada; porque grave. No admitió su excusa el emperador: ánles con a l -
'os embarazaba subir al cielo , y obligaba á tener a'go de guna severidad le dijo: Haced , padre lo que os mando,
ta tierra : ei comer tenían por martirio , el (loi inir no solo y sed mí confesor; qne yo sé lo que me conviene. No so
por imagen de la imieríc , mas aun por la misma muerte: turbó el santo; ánles le dijo: S e ñ o r , V. K me dé tienq o
el ayuno era su regalo , la oración su reposo y la mortifi- para encomendarlo á Dios, y me dé licencia paia volver
cación sus delicias. Suslentáhanse lodos los días con pan á mi convento á considerarlo: y si no vo!viere, tenga
y agua, y á las fiestas anadian unas legumbres: los h á - V. M. por cierlo que no se sirve Dios de ello. Admiróse,
bitos pobres, estrechos y remendados, mas parecian el emperador de su icsolucion y entereza , y decía des-
mortajas para esconder el horror de los muertos que ves- pués i Este santo religioso no es hombre de la tierra. En
tiduras para cubrir la desnudez de los vivos : no habia llegando á su convento empezó á rogar á Dios con gran-
diferencia enlre subditos y prelado: lodos querían obe- des ansias, le ensenase su voluntad , y conoció que el
decer y ninguno ser obedecido; cada uno se tenia por el Señor quería asistiese á su nueva reforma, y no se me-
menor, y lodos le miraban como superior s u y o : la ca- tiese en oíros cuidados ; y así le oyeron decir: Yo no vine
ridad hacia qne no pareciesen hermanos, sino un mismo á la órden á buscar honras, sino á ser fraile menor, á
cuerpo alentado de un mismo espíritu. Aquí parecía vivir llorar mis culpas y hacer penitencia de ellas , y ocupiinuo
como en propia casa , la h u m i l d a d , pobreza, caridad, en servir á los siervos de Dios : no permita la divina Ma-
paciencia , mortificación y todas las virtudes qne se m i r a - jestad que yo me vea fuera de esle pequeño rincón: esto
ban en cada uno como en espejo , y d c é l las copiaban escogí: este es el puerto seguro de mi salvación; en esto
los demás para la imitación ; pero quien resplandecía c n - desprecio y en esta vida tengo de perseverar hasla la
b'c lodos , y oscurecía á los d e m á s con su claridad , era muerte. Consoló Dios al santo: porque viendo el empera-
san Podro de Alcántara: cuya santidad de vida era ma- dor que no volvía, enlendió que no era voluntad de Dios;
yor de lo que se puede encarecer con las palabras. y con eso le dejó en su quielud. Algunos años después fué
á Valladolid, llamado de la princesa doña Juana, hija de
A la fama de la vida de san Pedro y sus companeros, Cirios Y , qne le escogió también por su confesor ; pero
ven¡an al Pedroso gran número de gente do todos estados excusóse con la princesa de la misma manera que se ha-
Y condiciones, hombres y mujeres , grandes y pequeños, bia excusado con el emperador.
nobles y plebeyos, eclesiásticos, religiosos, títulos y gran-
C ^ ' J loüos quedaban pasmados de ver la santidad de los Con esto quedó desembarazado d santo para atender á
'g'osos j ]a pequeñez del edificio, y á unos hombres su reforma, qne fué muy apriesa, creciendo con algunos
mayores que el mundo, que despreciaban al mundo , y conventos recien fundados por otros siervos de Dios qne se
huían de é l ; y por eso el mundo los buscaba y veneraba le agregaron, y oíros que fundó de nuevo : los cuales -se
como varones celestiales. Cuando oian las dulces y efica- poblaron de religiosos de varias provincias, aventajados
ces palabras del santo padre lodos se compungían: y irnos en lelras y virlndes, que venían de ser profesos en ellas á
252 LA LEYENDA DE ORO. DU 1 9 .
sor novicios del santo padre, y hacerse como niños para limpió los labios con una toalla ántes y después de beber;
SLT enseñados de él. De los cuatro primeros convenios y con esto desapareció, quedando el santo anegado en go-
hizo una custodia qne llamó de San José, su especial pa- zos celestiales y arrebatado en éxtasis; y santa Teresa y
trón y devoto; y en llegando á nueve los conventos, con su compañera gozesas, maravilladas y suspensas, con
autoridad apostólica y potestad del comisario general que nueva eslima y veneración del santo á quien Dios hacia
tenia, la erig ó en provincia, é hizo constituciones muy tales favores.
prudentes 6 importantes [tara ta perfecta guarda de la re- Pero no es maravilla que hiciese Dios estos favores á
gla do su seráfico padre san Francisco, i ) modo de vida quien habia adornad;) de tan admirables virludes, que es
asperísimo y santísimo que san Pedro de Alcántara plantó mas fácil admirarlas que imitarlas ó alabarlas ; y en ellas
en el mundo, se ha dilatado por diversas provincias de hallarán mucho por que confundirse aun los que tratan de
España y ha llegado hasta las Indias, dando á la Iglesia perfección, viendo cuán adelante, cuán de priesa, y á l a r -
muchos varones insignes en santidad y milagros, y f i - gos pasos camina este gigante de santidad que deja atrás
íialmente mártires declarados por la sede apostólica; por- á los mas fervorosos. Su fó era como la columna de luz
que aquellos seis religiosos descalzos que murieron en el que guiaba á los israelitas entre las tinieblas de la noche:
Japón crucificados por la predicación del Evangelio, como decia, que los misterios divinos, oscuros al enlendimiento
dijimos en su vida, á 3 de fehrero, hijos son de san Pedro humano, eran claras luces de la grandeza de Dios, y que
de Alcántara. cuanto ménos los enlendia mas los creia; porf|pe !e mos-
No solamente escogió Dios á san Pedi o para qne insti- traba mejor quién es Dios y cuán incomprensibles son sus
tuyese una nueva familia; mas quiso tamhien que ayuda- perfecciones. Aprendió de memoria el viejo y nuevo Tes-
se á la seráfica madre santa Teresa de Jesús á la funda- tamento, y este era eljparaiso de deleites en que hallaba
ción de su religión; porque el santo aprobó su espíritu y todas sus delicias: por lo cual repetía muchas veces a l g u -
la quitó los temores y dudas que la afligian, y aseguró nos textos de la sagrada Escritura. Cuando oia alguna pa-
que sus revelaciones eran verdaderas, y la dijo, como la labra del Evangelio, se inclinaba con profunda reveren-
misma santa lo refiere, que si no era la fé, no podia ha- cia : y tratando con sus frailes un dia del respeto y vene-
ber cosa mas verdadera ni que tanto pudiese creerse: y ración que se debe á los misterios de nuestra santa fe, les
desengañó á los que la tenian por engañada , aseguró á dijo: Mirad, hijos, cuando leyéredeslos Evangelios santos,
los que dudaban, la defendió de los que la persegnian, la poned los manos juntas, y estad atentos con gran reveren-
consoló en sus aflicciones, la aquietó en sus escrúpulos, la cia y devoción; porque está escrito en ellos este soberano
alentó á la fundación de sus conventos, in ayudó á ven- misterio, de cómo Dios encarnó y se Iiizo hombro por amol-
cer las dificultades que se ofrecían, haciendo para esto de los hombres. Su espe-ranza y confianza en Dios fué igua'
muchos viajes, y no perdonando á trabajo ni faliga; por- á su fé: ella era como el áncora de su alma en las tempes-
que entendió con luz del cielo cuánto se habia de servir tades que se levantaron contra él, ó como el norte (pío
Dios do aquella obra, y cuánto se habia de propagar y guiaba sus rumbos por entro los escollos y bajíos del mar
extender por el iflundo para bien de la santa Iglesia; y tempestuoso del mundo. En-lodas sus empresas y dificul-
así se lo prometió á la santa madre. Con el largo trato y tades, levantando los ojos al cielo, repetía las palabras de
comunicación que tuvo san Pedro con sania Teresa, cono- David: In te, Domine, speravi, non confvndnr in a l e r m m .
ció la santa madre los tesoros de santidad que Dios habia Con ser tan estimado de los reyes y principes, nunca es-
encerrado en aquella venturosa alma : y el Señor quiso peró de su mano el buen sucoso de sus negocios, ni t e -
también con algunos singulares favores dar á conocer me- mía mal suceso aunque se !e opusiesen personas muy po-
jor á la santa los méritos de su siervo. Habiendo ido el derosas, y no se descubriese camino para llegar al c u m -
santo á la ciudad de Avila, le convidó á comer santa Te- plimiento de sus deseos; porque todo lo esperaba de Dios,
resa, y él admitió el convite, estimando su caritativo afec- y Icniendí) á Dios de su parte no tenia á quien temer. Con
to. Previno el convite, nó la ostentación vana, sino la ca- esta esperanza venció insuperables dilicultndes, óhizo po-
ridad humilde. Y fué la comida en el convento de la Encar- sibles los (pie á la prudencia humana parecian imposibles;
nación, donde le esperaba la santa madre en compañía de y decia á lodos los que trataba : En sus pretensiones pon-
otrasierva de Dios llamada María Diaz. Sustentaba el san- gan en Dios la esperanza, que él encaminará los medios al
to con palabras divinas el alma d é l a s que pretendian r e - deseado fin. Por esta confianza sustentó Dios al santo y á
galar su cuerpo con manjar corruptilile; y entre estas sus hijos milagrosamente muchas veces, cuando estaban
pláticas se arrebató y quedó en éxtasis por mucho espa- destituidos de todo remedio humano. En la fé de los miste-
cio con gran consuelo de la santa madre, que nunca hasta rios divinos y en la esperanza de los bienes celestiales, so
cotonees le habia visto de aquella forma. Sentado a la conocía que san Pedro era hombre que vivía en la tierra:
mesa no quiso comer masque una escudilla de potaje, que en la caridad parecia un seraliu de los qne habitan en el
era ta comida de las solemnidades; pero Dios, que no s a - cíelo: tanto era c! incendio de su amor, que no pudién-
be escasear sus favores y gusta de los conviles que cele- dolo sufrir, se salía muchas veces de la estrechura de su
bra la caridad y no la gula, se apareció visible á loa dos celda á los campos buscando el aire frío, para q u e r e f r k e -
santos en forma de im mancebo de maravillosa majestad rase el aidor da su pecho. Dice una cosa muy rara su his-
y hermosura, y sentándose á la mesa aliado del santo toriador Fr. Juan de San Bernardo, procurador general en
padre, partió el manjar (pie estahaen la mesa, y hacien- Roma en la causa de la canonización de san Pedro de A l -
do plato al santo, se le puso delante y le mandó que co- cántara, que viéndose en una ocasión abrasado del fuego
miase. Comió algunos bocados partidos de las manos de del amor divino, sin poder sufrir sus llamas, se arrojó en
d isto, y luego lomó el Seilor un vaso de agua que estaba un estanque helado para templar el incendio, y que con
en la mesa, y se le aplicó á la boca para que bebiese, y le su calor deshizo el hielo, calentó el agua y comen/.ó á
DI \ 19. OCTUBRE 2o3
luM-vir el eslnmiuo, como sucio una caMci-a pnesla ai fue larga y el sanio de grande eslalura. Cuando dormía fue-
go. Vov los excesos da su ainor con que suspiraba, seque- ra del convento en la casa de algún seglar, nunca se echa-
jaba lasliiDosamenle y daba voces por los campos, convi- ba en la cama, aunque la descomponia ordinaríamenle
dando ú todas las crialuras á alabar á Dios, le leuian por para disimular su penitencia, sino en un rincón del apo-
loco los q u e no le conocían : « Y de verdad k» estaba ídicc sento^fodas las noches tomaba dos disciplinas de sangre,
sania Teresa) á lo divino de aquella locura y embriaguez una antes de maitines y otra ánlcs de amanecer, unas ve-
que tenia el sanio Profela, cuando convidaba á todas las ces con cordeles nudosos, oirás con ortigas, otras con ca-
criaturas del cielo y de la tierra á las alabanzas de Dios, denas de hierro, variando los iiislrmnentos para renovar
cantando aquel admirable cántico del Denedieite omnia. el dolor. Siempre Iraia descubierta la cabeza al sol, aire,
¡Olí q u é buena locura si nos la diese Dios á todos!» De un lluvias, nieves y hielos, y no pocas veces se ponía en ora-
fuegfl se encendió otro fuego, de la caridad con Dios la ca- ción en los campos cuando oslaba nevando ó lloviendo : y
r i d a d con los prójimos. A lodos sus prójimos amaba con congelándose la nieve, ó el agua en su cabeza , para l i m -
mi verdadero amor, á todos procuraba su mayor bien, piarla se arrancaba los cabellos, deseando padecer de a l -
qne es la s a l v a c i ó n y perfección, procurando sacar á los guna manera la corona de las espinas del Señor. En tiem-
pecadores de sus pecados, y adelantar á los justos en la po de inviei no abría la ventana y puerta de su celda, y
justicia con sus serinoucs, pláticas, conversaciones fami- quitándose el mantillo se pouia en medio de rodillas, basta
liares, consejos, ejemplos, penitencias, oraciones y cuan- que con el airo bolado que pasaba, quedaba el cuerpo
tos medios bailaba que conducian para aprovecbar á al- pasmado del frío, y entonces corraba la ventana y lo decía
guna alma. á su cuerpo, como burlándose do el: Bien (o regalas, cuor-
pecillo ; pues cierro la ventana porque no sientas el frío.
Su paciencia fué invencible en los trabajos de cualquie-
De allí á un rato cerraba la puerta, y decía lo mismo; y
ra p¡ii te que le viniesen. Afligíale Dios con enfermedades,
después se ponía el manto y le decía: Ahora, hermano
los hombres con injurias, los demonios con tentaciones, la
cuerpo, bueno estás y acomodado: bien puedes perseverar
carne le hacia guerra, el mundo le perseguía, el intierno
en la oración. Otras veces so salía do noche á la huurla
lo maltrataba, y él deseaba que creciesen las penas y se
en el tiempo mas riguroso, y se estaba desnudo al hielo,
aumentasen los trabajos; porque decía, que el padecer
basla que no lo podia sufrir; y enlonces, como por alivio
muchas tribulaciones por amor de Jesucristo es el camino
se arrojaba en un estanque helado, quebrando el hielo con
mas cier lo y seguro para alcanzar la perfección : y aun-
el golpe, y perseveraba en esto tormenlo muchas horas, y
que es estrecho, áspero y lleno de espinas, llega hasta las
(¡es|!ues salía á buscar el calor de la oración que templase
puertas del cielo. Su prudencia ora admirable para enca-
los rigores de aquel frío. Los piós traía siempre descalzos
"duar los negocios del servicio divino, como su constan-
y ordínariamenló Henos do heridas: porque yendo por los
cia I'ara empezarlos y proseguirlos hasta conseguir el l o -
campos abslraido do los sentidos, se herían con las pie-
g^o de ellos. El conde de Oropesa don Juan Alvarez de
dras y espinas; y estas decía que eran flores y rosas
Toledo, no niénos prudente que piadoso y religioso princi-
paia el. Cuando las heridas oran grandes, las curaba
po, v e n é r a l a todas las palabras del santo , admirando en
ochando on ellas un poco de tierra, y decía (pie no era
ellas una prudencia mas que humana, y decía que eran
meneslor otra medicina. Andaba vestido de un asperisimo
como las palabras do la Escritura que encierran cada una
cilicio, el cual no se quitaba de día ni de noche, sino para
muchos inislerios, y halla cada uno en ellas lo que ha
ponerse otro mas á s p e r o , ó á lo menos por la novedad
menester. Estando un dia el conde con el santo, l a m e n l á n -
mas penoso. Invenló é hizo fabricar uno do hoja de lata
^ose de la perdición del mundo le dijo: ¿ Q u é le parece,
agujereado á manera de rallo, con las puntas hacia den-
Pr Er. Pedro, cuál está el mundo con lautas culpas? "So sé
tro, que le cogía desde el cuello hasta la cintura y lo ce-
cómo nos sufre Dios y no llueve rayos sobre nosotros. Res-
nia estrechamente al cuerpo, y trujólo veinte años conti-
Pendió el santo : ¿ D e eso se aflige V. S. ? No tenga pena;
nuos, y solamonic se desnudaba de él, para cargar de
Que remedio tiene. Admirado el conde do que hallase re-
azotes sus espaldas, y luego se lo vestía sobre las llagas
niedio en un mal tan desesperado, le p r e g u n t ó : ¿ Y qué
con mayor dolor. Einalmente, él habia hecho do la p e u í -
'"oincdio? Eácil, s e ñ o r : con quékV. S. y yo seamos ¡os
teucia como un vcslido de que nunca se desnudaba, para
'pie debemos, podremos tanto con Dios que lo remedie; y
poder decir con san Pablo, que andaba cercado de la
cuando n ó , ya oslará el mundo remediado cuanto es de
mortificación de Jesucristo. Parecían á algunos sus rigo-
nuestra parte, y habrá méuos que remediar. Su penitencia
res temeridad, y aconsejábanle que los moderase, á (pie
fué increiblc: no comía sino de li es en tres dias una vez,
respondía el santo: liemos hecho un pacto mi cuerpo y
) < gmiaa veces se le pasaban seis v ocho dias sin comer ni yo, que mientras viva en este mundo, nunca ha de loner
beber cosa alen* ™ ; ,
"'buna. comía un poco de pan con unas yerbas, inle¡ misión on el padecer ; mas en llegando al cielo, lo de-
y para (potarla el poeo sabor que pedia loner esla comida, j a r é para siempre descansar. Y así lo cumplió en c u e r e ó -
echaba sobre ella ceniza y agua fría, ó polvos de ajenjos la y siete años que vivió, después que entró en la r e l i -
u otras yerbas amargas, vino no lo probó en suvida, gión; y llegó á ponerse tan llaco del exceso de sus rigores,
aunque le aconsejaron nmchos que lo bebiese para tem- que nú tenia mas que la piel sobro los huesos, y esta tan
plar los coulmuos dolores de estómago que le aíligían. Al pálida y denegrida, que mas parecía sombra do algún ca-
deca él que aborrecía mas que á la muerte, y en dáver, que figura do hombre vivo. Santa Teresa dice, (pie
cuarenta años no durmm enlre noche y día mas que íiora cuando en su vejez lo conoció, paiecia por su extremada
5 "iod,a, y nunca tuvo mas cama que el suelo duro : y flaqueza, hecho do raices de. árboles- Conservóle Dios m i -
cuando estaba enfermo, ponía por regalo un pedazo de lagrosamente la vida para que viviese muriendo, y fiavc
Pell&O sobre que se senlaba; porque en su celda no podia ejemplo de una penitencia sobre todas las fuerzas bum;;-
estar eslondido, por ser la celda de cuatro pies y medio
25i L A L E Y I í N D A DE O R O . DIA 19.
ñ a s . Levantóle Dios al sinpremo grado de la contempla- dos los ojos del cuerpo á las cosas de la tierra, estuviesen
ción ; y así se le pasaban, no solo muchas horas, sino m u - abiertos los ojos del alma para mirar las del cíelo.
chos días, sin interrumpir su oración, ni de dia ni de no- Desde niño fué arnantísimo de la castidad: y con ser tan
che, sin acordarse de comer ni de dormir, teniendo por recatado y vigilante en la guarda de la pureza, y tener el
sustento las palabras (pie proceden de la boca de Dios, y cuerpo tan flaco y atenuado con las penitencias, aun vivía
por sueño el de la Esposa, cuando no quiso el Esposo que en la carne casi muerta el ardor d é l a concupiscencia, avi-
}jpdespertasen, hasta que ella quisiese. Padecía en su ora- vando el demonio las llamas, y después de haberse coro-
ción continuos éxlusis. Todo lugar era para él lugar de nado por muchos años de perpeluas victorias, no cesaba
oración, y en todo lugar hallaba abierta la puerta del cie- la guerra; porque el Señor, que veia á su soldado vencer
lo y puesta la escala para subir á la casa do Dios. Nada lan gloriosamente, permilia al demonio que combatiese
podia embarazarle el unirse con Dios, ni los hombres ni con él, para que multiplicándose las batallas, se multipli-
los demonios. ¡Cuántas liazas inventaron los demonios, casen los triunfos. ¿ Q u é (razas no usó el infierno para ven-
para hacerle dejar el puesto donde oraba 1 ; Qué inven- cerle? hasta aparecórsele los demonios en figura de m u -
ciones no Imscaron para divertirle! [ Qué figuras no to- jeres hermosas y desenvueltas, que le daban tenililes
maron para espanlarle y amedrentarle! Unas veces lo ape- asaltos, y por mas que cerraba los ojos del cuerpo, las
dreaban y herían : otras hacian estruendo de formados y veia claramente en la idea de su mente, dibujadas con co-
contrarios ejércitos que trataban la batalla, oyéndose el so- lores de sensualidad. Hacíase la guerra á sí mismo para
nido de los clarines y tambores, los relinchos de los caba- vencer al demonio, multiplicando los rigores de ayunos,
llos, el ruido de las armas y la gritería de los soldados: disciplinas y cilicios, y tal vez se arrojó á estanques de
otras arremetían á él, como que le querían dar la muerte; agua helada, como san Bernardo, y se revolvió en la
y habiendo luchado con el santo, huian corridos y aver- nieve como san Francisco, y se arrojó en las espinas como
gonzados por no haber podido hacerle retirar ni dejar el san Benito, para templar con el hielo el fuego de la l u j u -
campo, ni perder el puesto de la batalla. En todas parles ria, y apagar con su propia sangre las llamas de la sen-
miraba á Dios presente, como si le viera con los ojos del sualidad. De esta manera, con rigores, cautela, oración,
cuerpo; y de aquí le nacia traer siempre la cabeza des- desconfianza de sí y confianza en Dios, defendió y con-
cubierta ; porque decia, que los que están delante de los servó entera su virginidad (oda la vida, como un castillo
reyes, están descubiertos; y así lo estaba él delante de fuerte cercado de armas y enemigos: y en una ocasión
su Rey. Con el ejercicio continuo de la oración y contem- que alcanzó del iníierno una insigne victoria, vinieron los
plación y luz que Dios lo comunicaba en ella, vino á ser ángeles á cantarle la gloria del vencimiento, con una mú-
tan gran maestro de espíritu, que los mas cminenlos va- sica tan suave y armoniosa, que olvidado de que estaba
rones de su tiempo se preciaban de ser sus discípulos; en la tierra, le pareció que vivía ya en el cielo entre los
y del libro que escribió de la Oración, tomó ocasión el i n - coros de los bienaventurados. No se si hé de llamar á esto^
comparable varón, el venerable P. Fr. Luis de Granada, santo pobre, ó la pobreza misma ; porque lodo lo despre-
para escribir sus celebrados libros, en los cuales corre el ciaba y tenía debajo de los p i é s : todas las cosas dejó, como
espíritu en un rio de elocuencia, de cuyas aguasaos que los apóstoles, y á todas las tenia por basura como san Pa-
beben, reciben salud. Como san Pedro andaba tan dentro blo, para ganar á Cristo, y tomó forzado del mundo lo
de sí, no veia ni percibía lo que estaba fuera de sí, y me- qne apenas bastaba para vivir en el mundo, como quien lo
j o r le llamaremos ciego que modesto, y muerto que mor- tenía por destierro, y deseaba salir de él, para caminar á
tificado. En el aposento que le dieron al entrar en la r e l i - la patria celestial; y solo admitía de buena gana los des-
gión estuvo un a ñ o , y en todo él no miró al techo, ni supo precios qne le ofrecía el mundo; porque su humildad no
si estaba á leja vana, ó era de tablas: en la iglesia y coro fué inferior á ninguna de sus virludes. Mas como el mundo
asistía muchas horas en oración y otros ejercicios, y no je daba honras,n | e ensoberbecía con ellas, antes se b u m i -
sabia si el cielo era de bóveda ó madera : en la mesa bus- ilaba mus, teniendo las honras por un gravo peso que !o
caba el cuchillo y el pan por el liento : no sabia los lugares hacia hundir y sumir en el abismo de su nada. Primero no
donde se suelen juntar los frailes; y así, se iba tras ellos se dejaba honrar; mas viendo después que no podía excu-
cuando habían de hacer algún acto de comunidad. Habien- sarlo, se armaba contra la vanagloria, con piadosas y dis-
do estado Ires años en un convento, saliendo de él para cretas consideraciones. ¿No eres ( decia) muerto al m u n -
otro, no pudo dar razón de nada de lo que en él había: en do? Pues déjate tratar como muerto, el cual, por r e v e -
otro convenio estuvo por espacio de cuatros afios ; y ha- rencias y genuflexiones que le hagan y alabanzas que le
biendo un árbol junto á la puerta del claustro, por la cual digan, no se mueve ni envanece; antes se queda seguro en
entraba y salía cada dia muchas veces, nunca levantó los la corrupción y polvo donde camina. ¿No corres cada ins-
ojo3 á mirarlo; así los hombres como mujeres, así religio- tante al sepulcro? ¿Estas honras, no son viento y vani-
sos como seglares, no los eonocia mas que por el habla, y dad que pasa? Pues estáte y persevera en lo que eres;
ninguna persona podía decir de q u é color eran sus ojos; que estas honras, como el vienlo p a s a r á n , sin que te pue-
porque ni ellos veían ni se dejaban ver, y particularmente dan dar la virtud que no tienes.
cuando hablaba con alguna mujer, los cerraba y apreta-
ba de manera los párpados, como si por ellos le hubiera Habiendo concedido Dios á san Pedro de Alcántara (odas
de entrar la muerte. Kn ningún lugar, ni en su celda, ni las virtudes en tan eminente grado, no es mucho qne le.
en el campo, dispensaba con sus ojos, ni les permitía algún concediese las otras gracias menores, que no son santidad
alivio: solo miraba el lugar donde p o n í a l o s piés, para sino señal de santidad,con que suele honrar y favorecer á
que de esta manera, no mirando las cosas lícitas, estuvie- los mayores santos. Hizolo admirable en lodos los elemen-
sen mas seguros de no mirar las ilícita?, y estando cerra- tos; porque en lodos hizo por sus merecimientos grandes
prodigios. Habiéndose pegado fuego en un convento, sin
m 19. OCTUIUIE. 255
saberse el origen, se entró san Pedro por medio del fuego, ra-; y por eso la ha concedido Dios los mismos privilegios
y á su presencia y ai imperio de su voz, Luyeron las l l a - y virtudes que á la del Pedroso. El espíritu de profecía con
mas y se apagó el incendio. Muchas veces pasó los ríos que sabia lo oculto, penetraba lo interior y decia lo v e n i -
caudalosos, caminando á pié sobre las aguas sin hnndirse, dero, fué uno de los dones mas raros con que Dios nues-
como si pasara por un firme puente; y otra vez hizo á un tro Señor adornó á su siervo. Yo solamente contaré una
compañero suyo que le siguiese, y pasaron ambos de esta de sus muchas é insignes profecías ; porque puede servir
manera el rio Guadiana, que venia muy crecido con las á muchos de aviso y enseñanza. Habia educado el santo en
avenidas. Kstando lloviendo sin cesar, caminaron él y un toda virtud á un mancebo de ilustre sangre, de tal manera,
compañero suyo sin que cayese sobre ellos gota de agua, que el mancebo en cuanto podia, y su edad lo permitía,
cercándolos per todas partes la lluvia, y corriendo arroyos seguía los pasos de su santísimo maestro. Estaban juntos
de ella por los campos. Estando una noche el siervo de un día, y vínole un pliego de la córte al mancebo, en que
Dios en un despoblado, empezó á caer mucha nieve: en- le av isaban sus parientes como por la muerte de un deudo
tróse dentro de los cimientos de una antigua venta; y r e - suyo habia heredado un oslado de mucha consideración.
conociendo el peligro de la vida pidió al Señor que le fa- Alegróse como mozo de verse heredero, y trató luego de
voreciese apuella noche; y luego la nieve quehabia caído lomar postas, para partirse á la córte. Procuró el santo de-
tenerle, diciéndole dos y tres veces , que no le convenia
seliquidó é introdujo por las venas de la tierra, y d e j ó s e -
co el suelo donde el santo estaba como pudiera estar en parlirse tan presto ; mas el mancebo, deseoso ya de verse
verano: y la que iba cayendo, se apartaba auna y otra en la posesión de su mayorazgo, no daba oídos á las pala-
parte sirviendo de materiales para una espaciosa sala que bras del santo : el cual por despodida le encargó que no
fabricaron los ángeles, siendo el hielo la argamasa que se olvidase de los consejos que le habia dado , ni dejase
hacia mas fuerte la fábrica. Levantadas en breve espacio jas buenas costumbres con la mudanza de estado , ni so
las paredes, prosiguieron los soberanos artífices la obra mudase por ningún suceso adverso que le acaeciese. Y c o -
cerrándola con una hermosa bóveda, quedando hecha una ms el mancebo con la poca experiencia prometiese mucho
pieza bien capaz, y tan abrigada como si fuera sala de a l - y ser siempre el mismo que habia sido y nunca desampa-
gun palacio. Toda la noche estuvo nevando sobre el edifi- rar la virtud ; le miró el santo con rostro triste, como quien
cio de nieve, yclsantoen or-.cion dentro de é l , defendién- miraba compasivo los varios sucesos que habia de tener; y
dole la nieve de la misma nieve, hasta que por la mañana p r e g u n t ó l e : Decidme , hijo mío , sí os víésedes dentro de
los rayos del sol, que penetraron las paredes del transpa- poco tiempo sin el estado del cual vais á tomar posesión, y
renle edificio, le avisaron que ya era día, y él salió r o m - que otro lo gozaba ¿tendríades paciencia por amor de
piendo una puerta en la pared; dando gracias á Dios por Dios? Sí tendría (dijo é l ) ; porque por todas las cosas de
tan singular beneficio. Muchas veces lo vieron levantado en la tierra no quiero perder las del cielo. Añadió el santo'y
el aire, estando en altísima contemplación: otras volar por dijo : Y si con veros sin vuestra hacienda y estado, os v í é -
él algún espacio como si fuera una ave. Aparecióse á s a n - sedes también sin honra, ¿lendríades paciencia por amor
ta Teresa y á otras personas viviendo y estando distante de Dios? Si tendría i r e s p o n d i ó ) ; pues Dios nuestro Se-
muchas leguas, para consolarlas en sus afleiciones y so- ñor se humilló, y mucho mas que esto, padeció por m í . Y
correrlas en sus necesidades. Pues en la tierra ¿ cuántas si junlamcnto con esto (replicó el santo), con veros sin h a -
maravillas Li/.o ? Entrando en la huerta del convento del cienda y sin honra, os víésedes en tal estado, que las per-
Pedroso, en que habia muchos árboles fructíferos,le dije- sonas que según naturaleza os habían de ayudar y favore-
ron los religiosos que solo les faltaba una higuera. Díjoles cer, esas mismas os persigan y no solo deseen quitaros la
t'l sanio: Dios lo remediará, y no faltará higuera en esta hacienda y la honra, pero aun quitaros del mundo si p u -
huerta. Luego hincó en la tierra su báculo, que le había diesen, ¿ lendríades paciencia por amor de Dios ? A esto el
;>compañadü muchos años, y no era de higuera; y e c h á n - caballero bien turbado respondió : Padre mió , como
dole su bendición, fué cosa maravillosa que el báculo seco no toque á mi alma , en todas las cosas temporales y
' evei deció, echó raices en la tierra, y mudando la natura- del cuerpo p r o c u r a r é tener paciencia por amor de Dios.
leza se coiivirlió en higuera, como lo mostraron las hojas El santo padre , dando un doloroso suspiro, le dijo con l á -
de que se vistió, y los higos que llevó aquel mismo a ñ o , grimas en los ojos : ¡ Ay , hijo ! y sí juntamente con todo
los cuales se repartieron á diversas personas, y comiéndo- lo dicho estuviese vuestra alma por espacio de algunas h o -
los eon devoción, sanaron de varias enfermedades que ras perdida por ceguedad contra Dios nuestro Señor, y por
padeeiaii. Creció mucho esta higuera, y dura hasta hoy ello os viésedes encarcelado, sentenciado, ensambenitado
pues t,t'lnas de cien años, conla misma lozanía quelos y puesto en el último esti emo de la infamia, ¿ lendríades
paciencia por amor de Dios ? Quedó el caballero como
primeros a ñ o s , y ]oS |j¡gOS son mas suaves que los de otras
higueras. Son innumerables los milagros que Dios ha obra, muerto; y como fuera de sí, dió una voz, diciendo : Dios
do por medio de los frutos, hojas y ramas de esta higuera me tenga de su mano para que no le ofenda. Pues id con
eu España, Francia, Italia, Alemania v otras remolas pro- Dios (concluyóel santo), y armaos de paciencia, para lo
vincias, adonde han sido llevados por reliquias, para sa- que os sucediere. Partióse el mancebo muy triste y p e n -
nar enfermedades : por lo cual es llamada esta I n f e r a sativo, por lo que el santo le habia dicho: encontró en el
camino una persona muy calificada, pero tocada de la h e -
« la higuera santa.» Créese comunmente que la higuera
rejía, que pasaba de Alemania á España, la cual inficionó
del convento de Arenas fué plantada por el santo padre;
al simple mancebo, que perseveró hereje veinte \ cuatro
PWO Fr. Juan de San Bernardo a l í n n a , q,le es una ram3
horas ; porque luego reconoció su engaño. Descubrióse el
de la del pedroso, plantada por un hijo de san Pedro de
caso poco tiempo después, y le sucedieron los trabajos que
Alcáulai a, gran siervo de Dios, llamado Fr. Alonso de San
el santo le profetizó: fué preso, sentenciado, deshonrado,
5laiiin, que b plantó en nombre de san Pedro de Alcánta-
256 L A LEYKiVDA DE ORO. DIA 19.
privado de su estado , perseguido de sus deudos y do. su ejercitándose con mayor fervor en las virtudes, y ardiendo
propia madre y hermanos , y vivió lo restante de su vida en llamas de caridad : y con haber sido su vida como una
desterrado en un lugar lejos dé la corle, llorando sus c u l - preciosa cadena de santidad, en que se eslabonaban unas
pas y el no haber cteido al santo padre, llevando sus 1ra- virtudes con otras , y unas buenas obras con otras mejo-
hajoscon mucha paciencia, y ejercitándose en las buenas res , repetía muchas veces al fin de sus días con fnlimos
costumbres que aprendió de su santo maestro. suspiros : ¡ Ay de m í , que soy siervo inútil y sin prove-
Concedió el Señor á san Pedro de Alcántara en eminonle cho ! Sobr e sus continuos achaques y dolores, que le afli-
grado el don de discernir espíritus , como se vióen la se- gían toda la vida, lo envió Dios nuestro Señor una calen-
guridad con que aprobó ol de santa Teresa de J e s ú s , y el tura , que conoció luego era la que bahía de ser fin de los
de olí as siervas de Dios , que eran tenidas de muchos por males que padecía, y principio de los bienes (pie espera-
ilusas, y aseguró que su espíritu era de Dios, como se com- ba. Estaba en el convenio de la Viciosa, en el estado de
probó después por los efectos. A los mancebos que ven¡;m Oroprsa , y fué llamado de los condes con muchas instan-
á pedirle el h á b i t o , les decia la religión que les convenia, cias á Oropesa y á su palacio ; pero no quiso acostarse en
y para enfervorizarlos, solia profetizarles los sucesos del la cama que le lonian prevenida, sino en una que le hicie-
liempo futuro. Conocia en todas las personas que le comu- ron sobre unas tablas; conforme á su pobreza y espíritu , y
aicabun y consultaban cuál era su espíritu, y en qué grado aun de esta manera no pudo sufrir la honra y regalo que
estaban ; y solia decir á sus discípulos, que era lanía la le hacían aquellos p r í n c i p e s ; y prosiguiendo la enferme-
variedad de espíritus y grados de oración , como la de los dad y conociendo que se acercaba su fin, se hizo llevar á
rostros de los que la ejercitan , sin qué uno se parezca á su convento de.Arenas : porque deseaba morir entre sus
otro. Kn varias ocasiones se conoció que Dios nuestro Se- hermanos con la pobreza y humildad que habia profesado.
ñor le habia concedido don de interpretar las Escrituras sa- Llevóle el médico de aquella villa á su casa para curarle,
gradas ; porque , consultado de varones doctos en lugares por conocer era rmiy grave su enfermedad ; y después de
muy oscuros de la Escritura , que ellos no entendían , los algunos días de su curación , le preguntó el santo : Señor
evplicaba con tanta claridad y profundidad, (pie los dejaba doctor, ¿ cuándo partiremos? lí respondiendo el médico,
no ¡nénos satisfechos que admirados de ver que el Espíritu que presto, porque era sin remedio su enfermedad ; con
santo le habia comunicado en la oración aquella sabiduría extraordinaria alegría cantó con el profeta David : Lcelalvs
que ellos no habían podido alcanzar con el estudio. Otra s i m i n his, qua dicla sunl m i h i : indomum Dommibimus:
gracia singular notaron en el santo cuando predicaba, que Heme alegrado con tales nuevas : iremos á la casa del Se-
algunos hisloriadoi es de su vida llamaron don de lenguas, ñor. Hacíanle remedios mas penosos que la misma enfer-
por la semejanza que tiene con é l ; y era que, predicando medad ; y el santo los admitía : porque, aunque eran sin
urta misma doctrina a diversos oslados y condiciones de provocbo para su cuerpo, eran de fruto para su espíritu,
personas-que necesitaban de diversa enseñanza, cada uno en lo que le daban (pie padecer por amor de Dios nuestro
la enlendia para si, como si á él solo se dirigiese la doctrina Señor. Padeció en su última enfermedad , fuera de insu-
y enderezase el sermón. Con estas y otras gracias lo enri- fribles dolores, gravísimas tentaciones, especialmeníe de
queció el Señor , y el que e n tan favorecido de Dios, lo ira, para que basta el fin de la vida alcanzase insignes vic-
era también de la Madre de Dios y de los ángeles y santos. torias de los demonios. No admilia regalo ninguno, ni do
Queriendo rezar una noche en el campo los maitines, se le led religiosos, ni de los seglares, para padecer sin alivio,
diciendo : que , pues , hasta la miiorle dura el peligro,
apareció en un árbol la Reina del cielo acompañada de
hasta la muerk1 debe durar tí cuidado y la mortificación.
muchos ángeles, los cuales con hachas encendidas le alum-
Viendo llorar á sus hijos , los consolaba con santas pala-
braron para que rezase, asistiendo la santísima Virgen todo
bras : y como ellos mostrasen grande sonlimienlo, porque
el tiempo que duraron los maitines. Otras veces fué visi-
los dojaba y desamparaba en tiempo que tanto necesilaban
Uulo do la Aladre de Dios, y de los santos á n g e l e s , (pío le
de su asistencia y dirección ; dijo, con humildad y resig-
trajeron de comer á él y á sus frailes , le hicieron música
nación en la divina voluntad , las palabras de san Martin,
muy suave, é hicieron con el oíros olicios de grande amor.
obispo : Señor y Dios mió, si todavía soy necesario para
Dando san Pedro de Alcántara la sagrada comunión á sania
aumento de este pequefio pueblo vuestro, y gustáis do quo
Teresa en una misa, á que ella asistía, vióla santa virgen
viva para nuevos trabajos, hágase en mí vuestra santísi-
que le servian en el sacrilicio san rrancisco, su padre, de
ma voluntad, que no rehuso el padecer si es gusto vneslio.
diácono , y san Antonio de subdiácono : los cuales , aca-
bada la misa, desaparecieron. Exhortó á sus religiosos á todas las virtudes, y especial-
Ouiso Dios coronar en su siervo sus favores, baciemlole mente á la pobreza, diciéndoles, que la pobreza era el m a -
el mayor, que era llevarle á gozar de sí, y un año ántes le yorazgo que les habia dejado Jesucristo , naciendo en un
avisó por medio de sania Teresa de Jesús ; porque estando pesebre y muriendo en una cruz, y que se tratasen en esta
la santa en altísima contemplación , la manifestó el Señor vida como pobres y peregrinos. Profetizó el día y hora en
los grandes merecimientos , virtudes y excelencias de san que habia do m o r i r : y viendo que ya se acercaba ; para
Pedro de Alcántara , y la dijo: Tantos son ios méritos de mostrar en aquella hora el amor que habia tenido á la santa
pobreza, se desnudó de su hábito y lo renunció en manos
mi querido y amado Pedro de Alcántara , y tanlu pueden
del guardián del convento, mirando sus hijos con vene-
conmigo, (pie cualquiora cosa que me pidieren en su nom-
ración y compasión aquel cuerpo , que ya parecía c a d á -
bre, no la l e g a r é . Luego añadió, que dentro de un año lo
ver, en que duraban aun las llagas que el rigor de las dis-
sacarla d'VMa * ida, para darle el premio de sus trabajos,
ciplinas y asperezas de los cilicios habían causado. H i n -
y (pie para su conduelo podía avisárselo. Escribióselo la
cóse luego de rodillas, como pudo, y pidió perdón do sus
seráfica madre ; y el sanio rocibió e^la nueva con extraor-
faltas á lodos los frailes, y al g u a r d i á n , que le diese de l i -
dinaria a l e g r í a , y comenzó á dispouorsé para la partida.
DÍA 1 9 . OCT UBRE. 2;>7
mosna un pobre hábito, para enterrarse. El g u a r d i á n , que- cuerpo á lo descubierto , cesó la lluvia en el camino por
riendo condescender con el gusto del santo, buscó el h á - donde iba la procesión , lloviendo á un lado y á otro sin
bito m a s p » b r e que habiu en el convento, y no se halló en- cesar, y todo el pueblo iba en medio cercado de agua, sin
tre los frailes otro mas pobre que el que ti aia el que era mojarse, como los israelitas cuando caminaban por medio
padre de todos , y así le volvió su misino hábito con título del mar Bermejo , viendo á un la(!o y á otro altagua que
de limosna, y él lo recibió con grande alegría. Estaba he- se detenia de respeto ó temor á aquella vara que llamaban
lado ; y llegando un fraile á cubrirle los piés, le dijo : Pa- «i obradora de maravillas. » Duró este milagro, hasta que
dre, por amor de Dios, que se abrigue; que ya está mas entró la procesión en el convento , porque luego empezó
muerto que vivo. Respondió: Déjame, hijo, no abrigues á llover igualmente por todas partes. Otra maravilla fué,
mi cuerpo; que aun tengo peligro. Finalmente, habiendo con correr tan grande aire , que hacia temblar los á r b o -
recibido todos los sacramentos , y díchole la recomen- les mas firmes á una y otra parte del camino, no apagó en
dación del alma, y dicho el mismo santo algunos sal- él ninguna luz , ni turbó su llama , y después de haber
mos con mucha devoción, estando presento la soberana ardido las hachas y velas muchas horas , no se consumió
Virgen María, san Juan evangelista, con otros muchos ni una gota de cera , y hallaron que pesaban lo mismo
santos y á n g e l e s , empezando aun en esta vida á v e r , co- que ántes que empezasen á arder. Enterrarónle en un so-
mo en una imágen ó ugura , á la santísima Trinidad; su pulcro común, atendiendo mas sus hijos á su modestia y
espíritu , libre de las prisiones de la carne mortal, voló al humildad, 6 á la inclinación del santo padre , aun en el
cielo á la libertad de los hijos de Dios, donde goza y go- cielo humilde, que á lo que se debía á tan sagrado cuerpo,
zará por toda una eternidad el premio de sus grandes v i r - y abriendo la tierra, encerraron en ella aquel tesoro, que
tudes y merecimientos, domingo 18 de octubre de 1S62, nunca la tierra de las Indias supo guardar en sus minas.
á las seis do la m a í i a n a , como el santo lo babia pro- Después de cuatro años , abriendo el sepulcro para tomar
íelizado. A la hora que e s p i r ó , se apareció muy res- del cuerpo alguna reliquia , lo hallaron sin corrupción,
plandeciente á santa Teresa, que estaba muy distante de entero, hermoso, y que destilaba un licor preciosísimo de
a l l í , é ignorante de la muerte del santo ; y s a l u d á n d o - suavísima fragrancia. Aun después de ver cuánto le v e -
la con mucha afabilidad y alegría , le dijo ella admirada: neraba la tierra, no lo sacaron sus hijos de aquel sepulcro,
¿ Q u é es esto, padre ? Respondió : Vóime á descansar. hasta pasados casi veinte años, que lo colocaron en otro
Declaróle la grande gloria de que gozaba ; y al despedir- lugar mas decente ; y últimamente en la capilla del con-
se exclamó como admirado I ¡ O bienaventurada peniten- vento de Arenas, donde hoy es muy veneiado por las con-
cia, qug tanto premio has merecido 1 Como lo dice santa tinuas y grandes maravillas que Dios obra, para honrar y
Teresa en el capítulo 27, por estas palabras, que me ha glorificar al que tan bien supo en esta vida honrarle y
parecido poner aquí , por ser testimonio do tan grande glorificarle con su vida y doctrina , y con los hijos que
sania. « F u é su fin ( dice, hablando de san Pedro de A l - dejó para tanto ejemplo y provecho de todo el mundo.
cántara ) como la vida , predicando y amonestando á sus
Resta que, pues el Señor dijo á santa Teresa q i e cual-
frailes : y como vió que se acababa, dijo el salmo : Lwla-
quiera cosa que le pidan en nombre de su siervo Pedro de
tus sum i n /its, qua dicta sunl mihi : ó hincado de r o -
Alcántara, la concederá, pidamos' á n u e s l r o S c ñ o r muchos
dillas murió. Después ha sido el Señor servido tenga yo
beneficios por los méritos de este gran santo , y te s u p l i -
mas en él , que en v i d a , aconsejándome muchas cosas:
quemos nos haga en esta vida imitadores de sus virtudes
hele visto muchas veces con grandísima gloria i díjome la
para que en la vida eterna seamos compañeros de su g l o -
primera vez que me apareció : Qué bienaventurada peni-
ria , la cual nos conceda el Señor por su intercesión.
lencia, que tanto premio habia merecido, y otras muchas
Amen.
cosas. Un atio ánles que muriese, me apareció estando
Escriben y hacen honorífica mención de san Pedro de
ausente, y supe que se habia de m o r i r , y se lo avise os-
Alcántara santa Teresa de J e s ú s , que en muchas partes
a n d o algunas leguas de aquí. Cuando espiró me apareció,
alaba y engrandece su santidad ; san Francisco de Sales,
Y me dijo que se iba á descansar: yo no lo creí: díjeselo
que escribió á un discípulo , mandándole que se gobierno
a algunas personas, y después de ocho dias vino lá nne-
por el libro de la Oración , que escribió san Pedro de A l -
va, como habia muerto , ó comenzado á vivir para siem-
cántara, si quiere aprovechar en la perfección; el apóstol
P1'», por mejor decir, Uéle aquí acabada esta aspereza de
de Andalucía, el maestro Avila, contemporáneo del santo
vida con tan grande gloria.»
padre ; Fr. Diego de Tepes, confesor de Felipe I I , y quo
Quedó el cuerpo hermosísimo con admiración de cuan- lo fué de santa Teresa, obispo de Tarazona j el padre B a l -
tos lo vieron ¡ los ojos tantos años cerrados, se abrieron tasar Alvarez, d é la Compañía de J e s ú s ; y el padre Riba-
y aparecieron claros, como si fneran dos estrellas resplan- deneira, d é l a misma Compañ a ; el siervo de Dios don
decientes ; y toda el rostro era mas propio de un ángel, Fr. Francisco Goninga, arzobispo de Manín;! ;<>! \ ,
que de un hombre muerto, ü h o Dios muchos milagros P. Fr. Juan de Sania M a r í a , confesor do la em^éiii nz
en este tiempo por los méritos de su siervo ; porque m u - María, gran'imitador del santo padre en penilencin y reo: H -
chos enfermos, que fueron á venerar sus reliquias, halla- ciardignidades, pues renunció tre?obispados; el v . n c i ..b.e
ron ta salud : otros que no podían levantarse de la cama, Fr. Juan Bautista Moles; Fr. Martin de San José ; Fr. Juan
1M fué á buscar la salud á su casa , encomendándose al de la Trinidad, íH C/)roiu> ,• Barezolib. toi Hilar. Acostn,
santo. Queriendo llevar el cuerpo desde el pueblo al con- Calhal., lib. u , png. 321 ; Daza, 4 part. Chron. cap. íi2;
cento, para sepultarlo ; después de haberse detenido la Rapineo, Hislor. gen. remllcet. decad. S ; Ribera i n Hislor.
procesión, esperando que cesase la lluvia que era muy S. Teresia Silvest. Labanense, Dejustit. magnilud. Mcéltt,
grande, viendo que no dejaba de llover , se determinaron rom., lib. m , cap-12; Gualter., tn Tabula chron. scecut^
á s a l i r ; y fué cosa maravillosa , que saliendo el sagrado Algecira, in Arbor.; Epilot. Poitco.; iract, 3, Triplic. c ¡ m .
TOMO 33
2o8 L A L E Y E N D A DE ORO DIA 19.
v i r g . , cap. 13 ; Mariano, lib. i v , cap. 1. Chron. reform.; na de él. Sirvió en el ejércilo durante las guerras que hizo
Gravian, t u . Voc. Turt. , pag. 2, cap. 13 el 2 í ; Arturo, m Clodoveo I I á los bárbaros que amenazaban pasarlas fron-
Marlhirulog., l i l t . E; Yislorin, Tract. deanliq. etmodern. teras de sus estados, y cuando so concluyó la paz, y v o l -
uso canon sancl.; c. 28; Lucas Caslcllino, in Elucid, iheo- vió á reunirse con su esposa, ambos dieron gracias á Dios
¡og. ccrliludinc glorias sanct. canonizat.;Tmmyo], M a r t y - por los favores que les habia dispensado, é hicieron voto
roí. hispan., 18 oclob.; y copiosamente tV. Juan de de pasar el resto de sus dias en la continencia. R e t i r á r o n -
Sisn Bernaiulo , su hijo, y cronista y procurador en Ro- se á Evreux, de cuya Iglesia era entonces obispo san Eter-
ma en la causa de su canonización. no, y se dedicaron exclusivamente á la práctica de las bue-
* SAN VAKO, Y SUS COMPASAROS, MÁUTIRES.—En el imperio nas obras, haciendo construir una especie de hospital, al
de Uiocleciano servia este santo en clase desoldado en cual dedicaron todos sus bienes. Habiendo vacado poco
Egipto. Lleno de fó y piedad iba todos los dias á vi.silar, después la silla episcopal de Evreux, Aquilino fué nom-
consolar y llevar alimento á siete santos monges que por brado para ocuparla, y desde luego se vieron resplande-
no querer ofrecer incienso á los ídolos se hallaban en la cer en él todas las virtudes de su predecesor, cuya memo •
cárcel. Como hubiese muerto uno de ellos , Varo se puso ría era bendecida por lodos. Desempeñó con fidelidad todos
en su lugar, sujetándose gustoso á correr la misma suer- los deberes del episcopado, y temiendo que las funciones
te que ellos. Sacáronlos después d é l a cárcel, y degollados de su ministerio debilitasen su espíritu de retiro y compun-
los seis monges, á Varo lo atormentaron cruelmente, pues ción, nuindó construir una pequeña celda junto á su igle-
no solo io azotaron con inhumanidad sino que le abrieron sia, y con frecuencia se retiraba á ella, fiara entregar-
las carnes con uñas de hierro, pasando cinco horas en mal- se libremente á la penitencia y oración. Se habia pro-
tratarle , en cuyo martirio enli egó su espíritu al Criador, puesto por modelos de su conducta á san Martin deTom s
alcanzando así la palma del martirio. y á san Germán de Auxerre, y en sus eminentes virtudes,
Los SANTOS TOUIMEO Y Lucio, MÍUTUIES.—El primero era fueron recompensadas con el don de milagros. El año OSO
un crislianu lleno de zelo, que con sus exhorlaciones convir- asistió á un concilio en Unan. En los últimos arlos de su
tió á la fé á una mujer romana que tenia nn marido b r u - vida, se vió afligido con la pérdida d é l a vista, desgracia
tal y desarreglado. El cambio de religión expuso á esta que consideró como gracia del Señor, que sin duda que-
mujer á los mas bárbaros tratamientos de parte de su es- ría preservarle de muchos peligros. A pesar de este acci-
poso, que renegaba casi continuamente del divino Autor dente, continuó trabajando con un zelo incansable, y m u -
del cristianismo. Ella , usando de las facultades que las rió santamente, después de un pontificado de cuarenta y
leyes divinas y humanas conceden ep semejantes casos, dos años, á fines del siglo V I I .
procedió á un divorcio legal ; y en este lance el marido LOS SANTOS VERÓMCO Y PELAYA, CON OTROS COMPAÑEROS,
por venganza acusó de cristiano á Tolomeo. El santo estu- MÁRTIRES.—Estos santos eran y vivían en la ciudad de A n -
vo mucho tiempo en un oscuro calabozo, y habiendo sido lioquía, en tiempo del emperador Valeriano. Habiéndose
al üu conducido ante ürbicio, prefecto de Roma , confesó encendido la persecución contra los cristianos, fueron acu-
animosamente su fé en Jesucristo , y sin mas examen fué sados, y no habiendo podido vencer su constancia toda la
condenado por el juez á ser decapitado. Lucio, que estaba fuerza de los mas atroces tormentos, dieron al fin su san-
presente, dijo al p r o c ó n s u l : ¿ Dónde hay justicia para gre por Jesucristo.
castigar á una persona sin ser convencida de crimen algu- SAN ETVINO, ABAD.—Fué bretón por nacimiento; pero
no ? El prefecto preguntó á Lucio si también era cristiano', pasó muy jóven á Francia á estudiar bajo la dirección de
y habiendo contestado afirmativamente, Urbicio, colérico Sansón, obispo de Dole, estuvo muchos años dedicado a!
y enfurecido, pronunció contra él la misma sentencia. Otro servicio de esta Iglesia, y oyendo un dia en la misa aque-
cristiano, que declaró profesar la misma fé , y cuyo nom- llas palabras del Evangelio: '< El que no renuncia á lodo
bre nos es desconocido, fué también decapitado con ellos. cuanto posee, no puede ser mi discípulo, » formó la r e -
Reciliieron, pues, sus inmarcesibles coronas, en Uoma, el solución de abandonar el mundo y cuanto en él le pertene-
año 1G6, reinando Marco Aurelio. cía. No era entonces mas que un diácono : consultó su de-
SAN YEBANO , OBISPO Y CONFESOR.—Por san Gregorio de terminación con su prelado, y se fué al monasterio de
Tours sabemos que Verano no fué obispo de Orleans, co- Taurac, donde después pronunció los votos solemnes , el
mo dice el Martirologio romano, sino de Cavilone, antigua año í i o i . Habiéndose dispersado los monges de aquel m o -
ciudad de las Galias. Según el autor citado , estaba este nasterio cuando la irrupción de los b á r b a r o s , Etvino se d i -
s;inlo dolado de tan singulares virtudes y favor del cielo, rigió á Irlanda, donde permaneció veinte años en una
que daba la salud á los enfermos con solo hacer sobre celdita en el centro de un bosque. La austeridad de su
ellos la señal de la cruz, floreció cu tiempo de Childeber- vida y algunos milagros que obró, hicieron célebre su
lo, rey de los francos, y m u ñ o por los años de líSS. nombre, y murió á los ochenta y tres años de su edad,
SAN EUSTERIO, OBISPO Y CONFESOR.—Lo fué de Salerno en por los de 597, el dia 19 de octubre.
el siglo V i , cuya Iglesia purgó de las infecciones de la SANTA FREDESVINDA, VÍNGEN.—Fué hija de un prínc ipe
herejía. Asistió á todos los concilios celebrados en su tiem- de Oxford y nació en esta ciudad. Prevenida con todas las
po, fué infatigable en promover la reforma de las costum- gracias del cielo, mostró desde su tierna edad ser vaso
bres públicas, y después de haber sufrido con admirable de elección y digna esposa del Señor. Las riquezas, el na-
resignación las persecuciones de sus enemigos, murió en cimiento, la belleza y todas las ventajas que puede ofrecer
paz en medio de su r e b a ñ o . e l i ü u n d o , n o los miró nunca sino como otros tantos escollos
SAN AQUILINO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació el año 620, de contra la virtud, y por esta razón, después que su piadoso
padres nobles, que le dieron esmerada educación. Cuando padre hubo fundado un monasterio en su patria, lomó
estuvo en edad de tomar estado, casó con una mujer d i g - Fredcsvinda el velo religioso, y fué nombrada abadesa de
DIA 2 0 . OCTUBRE. 259
aquella casa. Yivia la santa virgen en medio de todas las do segura. Pasaron después dos años, y estando la biena-
dulzuras do la piedad, cuando su reposo fué Uirbado con venlurada virgen sirviendo al Señor en su encerramiento
una prueba dolorosa. Algar, príncipe de los mercios, con- y quietud, el demonio, que es inquieto y enemigo de nues-
cibió por ella una pasión violenta y trató de robarla, con tro bien, con el trato familiar que el monge Ilemigío
la cual pasaron algunos sucesos que causaron á la santa tenia con ella, por haber sido su maestro, comenzó á ha-
graves disgustos. Escapada completamente del peligro, cerle cruda guerra, y á levantar en su corazón una tor-
redobló su fervor y su penitencia, y murió entre sus her- menta de tentaciones deshoneslas. tan terrible y espantosa,
manas, en octubre del año 788. Esta santa es patrona de de dia y de noche, que el pobre monge no podía v i v i r ; y
la ciudad de Oxford. finalmente le hizo dar al través y rendirle de tal manera,
que perdida la vergüenza, vino á manifestar á Irene s »
pasión: y como ella era honestísima, y le reprendiese y 1&
DÍA 20.
respondiese lo que á la pureza de su castísima alma con-
SANTA IUEXE, VÍROKN Y MÁRTIR.—En los breviarios de venía jt quedó el triste y mal religioso corrido, nó enmen-
las Iglesias de Portugal, y especialmente en el de la I g l e - dado ; antes, como desesperado y aborrecido, convirtió,
sia de Évora, se cuenta la vida de santa Irene, virgen y todo su amor en mayor aborrecimiento y deseo de v e n -
m á r t i r ; y es de esta manera. ganza : y cayendo de un gran mal en otro mayor (com^
En un pueblo de Portugal, llamado antiguamente Na- suelen hacerlos pecadores que se han entregado á Sata-
bancia (que algunos dicen ser hoy la villa de Tomar), h u - nás), instigado de él, tuvo manera para dar á la santa
bo un caballero ¡lustre por linaje y poderoso, que se l l a - doncella una bebida,con que se la incbó el vientre de suerte,
maba Castinaldo, señor del mismo pueblo, y tenia un hijo que verdaderamente parecía estar p r e ñ a d a . Divulgóse es-
único, por nombre Ilritaldo, mancebo modesto y de buenos to, y con grande infamia de Irene, aunque sin culpa suya,
respetos, llabia asimismo en el mismo pueblo dos caballe- la gtíntelo c r e y ó ; porque el mal fácilmente se croe. Cuan-
ros casados, que sollamaban el marido llermigio y la m u - do líritaldo lo supo, con la certidumbre que daba la vista,.
jer Eugenia, y tenían una hija llamada Irene, de extre- se alteró y embraveció de manera, que acordándose de lix
mada belleza, de grande ingenio y honestísima. Cerca de que habia tratado con Irene, y de lo que 61 la habia ame-
este lugar estaba un monasterio con la advocación de nazado y ella le había prometido, determinó darla la
Nuestra Señora la Virgen María, enyo abad era un santo muerte por haber puesto su amor (como él pensaba) en
varón llamado Selio, hermano de Eugenia y lio de Irene: otro y no en é l . Encomendó á un soldado que ejecutase su
el cual, deseando que su sobrina desde su tierna edad e m - mal intento: el cual, buscando oportunidad para hacerlo,
please su habilidad y el buen natural que Dios le habia halló que la santa virgen una noche después de mailínes
dado, en obras de virtud, encargó á Remigio, monge se habia salido á la ribera del río Naban (que estaba cerca
principal de su monaslorio, que la enseñase las letras que de Nabancia y por esto la dió el nombre) , para hacer ora-
la convenia saber, y la enderezase á toda perfección. Criá- ción y suplicar á nuestro Señor que la líbrase de aquella
base la santa doncella con Julia y Casta, dos lias suyas, infamia; pues sabia su inocencia. Estando de rodillas on
hermanas de su padre, y con otras doncellas que allí v i - la oración, recogida y fervorosa, el soldado arremetió a
vían con citas, con tan grande recogimiento, que no salla ella y la atravesó una espada por la garganta, y quiló la
do esta clausura Irene mas que una vez en el a ñ o , en la vida á la que la había dado á Brítaldo, que se lo había
tiesta de san Pedro á hacer oración en su iglesia, que era mandado. Desnudándola y dejándola en camisa, echó el
cerca del palacio de Ciistinaldo. Yióla allí un día Itrilaldo, santo cuerpo en el rio, para cubrir mejor su maldad. Vino
su hijo y heredero, y aficionóse tanto á su extremada her- el d i a : y como Julia y Casta, lías de santa Irene, no la
mosura y rara modestia, que la comenzó á amar dosati- hallasen, en su casa, tuvieron gran pena, temiendo que su.
nadamenfe, no osando descubrir las llamas que abrasaban sobrina, no pudiendo ya sufrir tan grande infamia, se ha -
su corazón. Cayó enfermo, y de pura tristeza se consumia bia salido de casa como perdida, para perderse mas. ¡Qué
sin poderle dar remedio los médicos, por no saber la raiz secretos son y q u é profundos los juicios del Señor, y cii.m
de su mal. Tuvo revelación de Dios Irenede la enfenne- investigablcs sus caminos, y cómo prueba á sus escogidos,
dad de Kritaldo y de la causa de ella : y encomendándose dando brazos á los malos para que los persigan, alropellen
a él, esforzada y confiada en su gracia, se determinó á v i - y confundan, para coronarlos mas! Dio Dios el don de la
sitar al enfermo y curar aquella llaga que parecía innn a- pureza virginal á Irene: díóla sabiduría y espíritu para sa-
> c. Visitóle, acompañada de gen!e honesta y grave : ha- nar á líritaldo, que estaba llagado de su a m o r : dióla for-
blóle: descubrióle la herida que tenia en su corazón : ém taleza para resistir á los asaltos del falso religioso y eu-
claróle su ceguedad y locura: exhortóle y encendióle en señarlo con sti ejemplo, ta castidad; y con ser estos dones
el amor de la castidad; y üaalmente con sus palabras y de Dios tantos y tan excelentes, permitió el mismo Señor
razones de, c e l o , alegró y Serenó ^ ú m a(]¡gi(]a. de que el mismo monge la inficionase con aquella bebida sa-
crilega, y que la gente pensase que tenia cntpa y estaba
tal manera, que e cuerpo cobi.ó , n M ^ desconsolado preñada la que era doncella, y que Brítaldo por eslo la
mozo quedo consolado, y .«uy reconocido y obligado á la
mandase malar, y que el soldado lo hiciese, y que hasta
santa doncella. Pero q m s o q u e á n t e s que de él se parliesc,
sus mismas lias, que debían de saber (como testigos de
le prometiese que no amaría á otro hombre a l ^ m o , mas
vista) su grande honestidad, sospechasen de ella cosa tan
que a el, amenazándola gravemente de muerte, si otra
indigna de su recogimíenio y santidad. Mas el Señor no
eosa hiciese.
Blléíta la rienda al pecador, para que pueda á su volunUul
Volvióse la santa virgen muy contenta á su casa por afligir al j u s t o ; ánles después de haberlo humillado, lo le-
haberla sucedido tan bien esta jornada, quede suyo' era vanta, y después de haberlo allígido lo consuela, corona y
peligrosa, pero, por haber sido guiada por Dios, había s i -
2G0 LA LEYENDA DE ORO. DIA ^ 0 .
glorifica, como lo hizo con sania Irene: porque, estando para que le lentase y ablandase con torpe afición al que
el abad Selio, su lio, como suspenso y maravillado de lo antes parecía duro como una piedra. Religioso era Remi-
que había oido de su sobrina; el Señor le reveló lodo lo gio, y religioso grave y principal, y por la aprobación de
que pasaba y dónde hallaría el cuerpo de la santa virgen su vida le encomendó el abad que fuese maestro de su
y mártir. Con esta revelación habló al pueblo, para que sobrina; mas ninguna victoria pasada ha de ser parte para
con una solemne procesión lo fuesen á buscar-, y el pueblo asegurarnos, ni para dejar de temer la batalla que con
con gran voluntad lo hizo, movido de la autoridad del santo blando, doméstico y porfiado enemigo tenemos, y que solo
abad, y mucho m a s c ó n la inspiración é impulso del Sefior, con el huir se puede vencer,
que por este camino quería descubrir la verdad y magni- SAN JUAN CAXCIO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—San Juan
ücar á la santa virgen. Había llevado elrioNaban con su Cancio nació á 24 de junio de 140G, en un lugar llamado
corriente el cuerpo al rio, llamado entonces Nocecaro, y Kcncio, del obispado de Cracovia, en el reino de Polonia.
ahora Zezere, en quien él entra, y por este había descen- Sus padres fueron Estanislao y Ana, ambos ilustres, no
dido ai Tajo. Yendo en su procesión (ó mano poderosa y ménos por la nobleza de su sangre, que por su cristiana
benignísima del Señor f ) , vieron que el rio Tajo milagro- piedad; en la cual criaron con gran diligencia á su hijo
samente se había retirado en aquel su hondo piélago, de- Juan, inspirándole desdo sus tiernos a ñ o s con sus pala-
jando descubierto en seco el cuerpo de la santa virgen, y bras y ejemplos el aborrecimiento al vicio y el amor á la
que estaba ya puesto en un hermoso sepulcro, labrado por virtud. Por esto motivo tuvo Juan la feliz suerte, ó para
manos de los á n g e l e s , renovándose el antiguo milagro de decirlo mejor, recibió de Dios nuestro Señor la gracia de
la sepultura del glorioso papa y mártir san Clemente, co- conservar la inocencia y de evitar los pecados y d e s ó r d e -
mo lo decimos en su vida á les 23 de noviembre. Quiso el nes, á los cuales suele estar demasiado sujeta la edad j u -
abad y los que con él iban, sacar el cuerpo de donde esta- venil ; después de haber pasado Juan los primeros años
b a ; y nunca pudieron ni con alguna fuerza moverlo: y bajo el cuidado de sus piadosos padres, y de haber apren-
entemhemto que era la voluntad de Dios que so quedase dido en su misma casa las letras humanas, le enviaron es-
allí, lo dejaron, llevando consigo algunos de sus cabellos tos á la ciudad do Cracovia, para que en aquella univer-
y parte de su camisa, como unas preciosas reliquias, las sidad recientemente fundada por Uiadislífo, rey de Polo-
cuales puestas en el monasterio del abad Selio dieron sa- nia, esludíase la filosofía y teología. En efecto, estudió el
lud á muchos enfermos, ciegos y tullidos, que las loca- siervo de Dios on dicha universidad con mucha diligencia
ron. Pero otro milagro no menos maravilloso obró el Se- y aplicación estas facultades, y como era de un ingenio
ñor,; porque volviéndose la procesión, el rio Tajo, que se muy porspicaz y penetrante , aprovechó tanto en el es-
hahin retirado y recogido, y estaba como inmóvil, hasta que tudio, que. obtuvo en ambas el grado de doctor ó maes-
enltM-aincnle se manifestase la gloria de Dios en su santa, tro, el cual en aquellos tiempos se concedía, no por c e -
comenzó luego á volverse á su antigua corriente, y á ex- remonia y pura formalidad, como frecuentemente sucede
tender sus aguas y cubrir el sepulcro de la sania: á la al presente, sino por recompensa de la virtud, y como un
euíil el Señor pag6 en el cíelo con gran gloria eterna l a auténtico leslimoDio do la habilidad de aquellos que lo o b -
ignominia é infamia que había pasado por su amor, y la tenían.
coronó con guirnalda de virgen y m á r t i r , y quiso que en
Pero lo que mas importa es que san Juan conservó
la tierra fuese tan honrada y reverenciada, y que la villa
siempre la misma pureza de costumbres en medio de las
de Escalabis, donde está su cuerpo, mudase el nombre y
ocupaciones de sus esludios, y entre los peligros á que se
se llamase Santa Irene, y ahora corrompido y abreviado
hallaba expuesto fuera de la vista y snjecion de sus padres.
el vocablo, vulgarmente se dice Samaren: con esto
A este fin llevaba una vida retirada y mortificada: a l i -
quedó á la bienaventurada virgen lodo el rio Tajo como
mentaba su alma con el dulce pábulo de la o r a c i ó n , de la
por lempio de su celestial sepultura, y una gran villa por
lección espirilual y de los santos sacramentos: sobre lodo,
epitafio y letra do su sepulcro. Y aun se dice, que en
resplandecía en él una singular humildad, que es la basa
nuestros días en el rioNaban (donde fué echado su sa-
y el fundamento de la piedad cristiana. Por cuyo motivo,
grado cuerpo) se han hallado muchos guijarros con go-
aunque los principales doctores y maestros de la universi-
las de sangre. También se escribe que el triste monge Re-
dad estimasen y admirasen mucho su mérito y sus v i r t u -
migio y el soldado que la m a t ó , conocieron su culpa, y
des, él se reputaba sinceramente el menor de todos, y se
fueron á Roma y allí murieron en penitencia y llamo.
ereia indigno de cualquiera honor ó magisterio. Por esto
Los breviarios ponen la vida de esta santa el año del Se-
fué preciso hacer fuerza á s u humildad, para que consin-
ñor de 6S3. Hace de ella mención el Martirologio r o -
tiese á recibir primero el sobredicho grado de doctor, y
mano á los 20 de octubre, y el cardenal Baronío en aquel
después el cargo de enseñar á otros la filosofía, el cual
lugar.
desempeñó tan excelentemente y con tan universal aplau-
Pues ¿quién leyendo esta vida no aprende el recato con so, que los rectores de aquella universidad le eligieron
que los hombres, aunque sean religiosos y santos, deben dos veces decano del colegio de doctores de filosofía de la
tratar con las mujeres y apartar con cuidado la estopa del misma universidad. Después que por algún tiempo el siervo
fuego: la cual con una centella y con un soplo se encien- de Dios hubo enseñado la filosofía, dejando los esludios fi-
de, y se abrasa y consume sin remedio? Muchas veces co- losóficos se aplicó enteramente al estudio de la sagrada
mienza la comunicación entre el hombre y la mujer en la teología, de la cual fué maestro excelente, cuando fué des-
caridad y acaba en carnalidad, como vemos en Remigio; tinado á enseñarla á los jóvenes seglares, que de lodo el
pues por obediencia de su abad y para enseñarla y ha- reino de Polonia acudían en gran número á aquella u n i -
cerla perfecta, comenzó á tratar con santa Irene; pero la versidad. Las lecciones que hacia sobre las materias teo-
mucha comunicación y familiaridad dió lugar al demonio, lógicas, todas las sacaba de las puras fuentes de la sagra-
DTA 20* OCTUBRE. 2CI
da Esci'itura y de la tradición de la Iglesia; procurando sucrislo: sucedió no pocas veces que hallándose ya senta-
no solo alumbrar el espíritu de sus discípulos con la luz de do á la mesa con los otros doctores del colegio de la unir
la ciencia, sino también inflamarle en el ardor de la c a r i - versidad, con los cuales vivía en comunidad, teniendo una
dad y piedad cristiana: al logro de cuyo objeto contribuia mesa y habitación común, oyendo pasar por la calle a l g ú n
mucho el ejemplo de su santa vida, llena de virtudes, y en pobre (pie pedia limosna, se privaba de la propia comida
la cual como en un clarísimo espejo podían mirarse los j ó - para darla á aquel pobre hambriento : y de aquí resultó
venes que frecuentaban su escuela, y aprender lo que de- que los doctores de la universidad, movidos del ejemplo
bían practicar. de su santo compañero, establecieron suministrar lodos los
Entretanto creciendo en el hombre de Dios el fervor de días á un pobre el necesario alimento, como si fuera uno
espíritu y el deseo de ayudar á sus prójimos, habiendo ya de sus comensales, lo que se ha observado siempre desdo
abrazado el estado eclesiástico, fué promovido por el obis- entonces y se observa aun en nuestros dias. Cuanto el san-
po de Cracovia al grado de sacerdote, y destinado á dis- to era propenso á socorrer la necesidad de sus prójimos,
pensar al pueblo el pan evangélico de la palabra de Dios. basta privarse á este fin de las cosas necesarias, lauto era
Entonces la virtud de Juan resplandeció con mayor lustre amante de mortificarse, haciendo frecuentes y rigurosos
á los ojos de todos, porque cuando se acercaba al altar ayunos, y vistiendo pobremente; de modo que en el i n -
para ofrecer á Dios el incruento sacrilicio, que era lodos vierno, que, como se ha dicho, es rigurosísimo en Polonia,
los días, era tal su compostura y devoción, que causaba á sufría la incomodidad del frío: y para mortificar mas su
todos los presentes suma edificación. Del mismo modo carne y sujetarla al espíritu, acostumbraba dormir poco, y
cuando subía al púlpito á predicar la palabra de Dios, era muchas veces sobre unas tablas desmidas ó bien sobre el
tan grande su celo y la eficacia de sus palabras, que oca- suelo; solía ceñirse los lomos con un áspero cilicio, y l o -
sionaba en sus oyentes una extraordinaria conmoción, maba frecuentes y rigurosas disciplinas. Pero sabiendo que
siendo su costumbre reprender los vicios con libertad el principal estudio de un cristiano debe consistir en la i n -
evangélica, sin mirar respetos humanos ; por lo que era terior morlificacion de las pasioues, no dejó j a m á s de ejer-
copiosísimo el fruto que sacaba de sus sermones. Ni era citarse todo el tiempo de su vida en loda suerte de mor-
menor el celo que descubría en las conversaciones y p l á t i - tificaciones. De aquí resultó, que no solo sufría con alegría
cas familiares, exhortando á lodos á huir el pecado y abrazar de su alma cualquiera palabra injuriosa que se le dijera y
la viriud. Finalmente, continuando el siervo de Dios, aun cualcpiier desprecio que so hiciese de su persona, sino (pío
después que fué sacerdote, en ensenar la teología en la buscaba de propósito las ocasiones de ser hollado y des-
universidad de Cracovia, no se puede bastantemente de- preciado, siendo en esto mas diligente de lo que son los
clarar cuáles y cuántas fuesen las industrias de que se va- hombres del mundo, en buscar las ocasiones de ser exalta-
^ > para imprimir en los ánimos de los estudiantes el hor- dos, elogiados y estimados; y con el fin de tener siempre
ror al vicio y el amor á Dios nuestro Señor, y á las máximas delante de sus ojos estas máximas evangélicas, tan con-
santas de nuestra católica religión : por lo que de su es- trarias al amor propio y á la inclinación de la naturaleza,
cuela salían los jóvenes no menos doctos en las verdades y tenia escritos algunos versos en las paredes y en la puerta
dogmas de nuestra santa fé, que instruidos y fundados en del cuarto de su habitación, y en los libros do su uso, quQ
las máximas de la cristiana piedad. En suma, el santo y le acordasen la resolución que había jiccho de humillarse
piadoso sacerdote en todas sus acciones y discursos procu- y envilecerse en todas las cosas.
raba siempre promover la gloria de Dios y la salud do las
El manantial de donde se derivaban á la alma del biena-
almas redimidas con la sangre de Jesucristo; teniendo t i -
venturado Juan las luces y las gracias celestiales para
jas en su espíritu las palabras de este divino Salvador, con
practicar la caridad, la humildad y las demás virtudes
las cuales ha ensenado á todos los cristianos, y mas en
cristianas, era la oración, en la cual empleaba todo e! tienif-
particular á los sacerdotes, que la caridad del prójimo
po que le quedaba libre de sus ocupaciones,, todas d i r i g i -
es el carácter propio y distintivo d e s ú s verdaderos discí-
das á la gloria de Dios y á la salud de las almas: en. este
pulos.
ejercicio de la oración y en la lectura de los libros sagra-
Esta caridad de Juan para con sus prójimos le impelía á dos pasaba la mayor parte de la noche; pues como se ha
socorrer de la manera que podía las necesidades tempo- dicho, no daba á su cuerpo sino un breve é incómodo r e -
rales de las personas afligidas y menesterosas. Por eso poso. La materia mas frecuente de su oración y m e d í l a -
empleaba la mayor parle d é l o s honorarios que recibía co- cion eran los misterios de la vida y pasión de Jesucristo
mo lector y maestro de la universidad de Cracovia, en so- nuestro Salvador; y solía pasar muchas horas de la n o -
correr las necesidades de las viudas, de los huérfanos y che, cuando los demás dormían, postrado delante de una
de los pobres. Todos los años al acercarse el invierno solía devota imagen de Jesncrislo crucificado, colocada cerca de
proveer de vestido y de calzado en cuanto lo permitían la puerta de la habitación de los doctores del colegio de
sus fuerzas, á las personas que se hallaban faltas de él, á la universidad, donde el santo habitaba. Aquí quedaba
Gn de defenderlas del frío, que suele ser rigurosísimo en muchas veces absorto y arrebatado en dulcísimos éxtasis,
e' pais septentrional de Polonia ; y algunas veces encon- contemplando el infinito amor de un Dios, abatido y h u m i -
trando algún pobre descalzo, le daba su propio calzado, y llado hasta la muerte de cruz por la salvación del género
el se volvía desnudo de piés á su casa, dejando caer la ca- humano, y se anegaba en tiernas lágrimas, considerando
Pa hasta la tierra, á fin de que su mortificación y miseri- la monstruosa ingratitud de los hombres, los cuales cor-
cordia no fuese conocida: otras veces, hallando algún po- responden tan mal á la excesiva caridad de su amable
bre mal cubierto, tiritando de frío, se desnudaba de sus Redentor.
propios vestidos para cubrir la desnudez de aquel pobre, Esta tierna devoción á la pasión de Jesucristo le hizo
en el cual con los ojos de la fé reconocía la persona de Je- emprender la peregrinación á la Tierra Sania, á fin de v i -
262 L A L E Y E N D /V DE OKO. DÍA 2 0 .
sitar los lugares saníificados con la presencia corporal de Pero después de algún tiempo, haciéndole mucha impre-
nuestro divino Salvador; hizo esta larga peregrinación sión los peligros que van unidos con la cura de las almas,
siempre á pié, rehusando aceptar la comodidad de la ca- y temiendo, atendida la. delicadez de su conciencia, ha-
balgadura que, los que le acompañaban en este viaje, fre- cerse culpable delante de Dios de alguna omisión, tan f á -
cuentemente le ofrecían. Así que llegó á Palestina visitó cil de cometerse en la cura pastoral de las almas, rogó
aquellos lugares, en los cuales se veneran las memorias de con muchas instancias á los sobredichos redores de la
los misterios de nuestra redención, especialmente el santo universidad, que le descargasen de aquel peso, que para
sepulcro, con tal compunción de corazón y tantas lágrimas su profunda humildad era intolerable. Habiendo ob'.emdo
de devoción, que si se le hubiese permitido no se hubiera la gracia deseada, volvió á continuar las primeras fun-
separado de aquellos santos lugares en lodo el resto de su ciones de enseñar las sagradas Letras á los clérigos j ó v e -
vida. Después que el siervo de Dios hubo satisfecho á su nes, destilando, como arriba se ha referido, no menos en
devoción, se volvió á su pais del mismo modo que habia su mente la doctrina de la Iglesia, que en su corazón la
salido de é l ; es á saber, siempre á pié y con mucho r e - piedad cristiana, á fin de que con el tiempo saliesen bue-
cogimiento de espíritu, y todo encendido en nuevas y ar- nos y doctos ministros en los oficios de la Iglesia: ocupa-
dientes llamas de la divina candad. Tenia también el santo ción verdaderamente digna de ser imitada de aquellos
una particular devoción á los príncipes de los apóstoles eclesiásticos, que siendo dotados de talento y de ciencia,
san Pedro y san Pablo; por cuya causa cuatro veces en se hallan en estado de poder formar buenos alumnos, do
distintos tiempos fué á Roma en la misma forma de pobre que suele haber tanta escasez para el servicio de la I g l e -
peregrino, y con el mismo espíritu de recogimiento y de sia. Continuó también el santo en predicar la palabra do
penitencia. Todo el tiempo que se detuvo en Roma lo em- Dios con igual celo y fruto, del numeroso concurso de t o -
pleó en visitar el sepulcro de los santos apóstoles y los d'e- da suerte de personas que acudinn á oir un predicador,
más santuarios de que abunda aquella metrópoli del cris- que con los ejemplos de su sania é irreprensible vida con-
tianismo, sin cuidar de ver las cosas curiosas y la magni- firmaba lo que enseñaba con sus palabras. Finalmente, no
ficencia de aquella gran ciudad; porque en sus peregrina- habia obra de misericordia, que estimulado de su infla-
ciones no buscaba sino visitar y venerar las memorias y mada caridad, no abrazase y practicase con mucho gusto,
las reliquias de los santos, con el fin de animarse siempre ya con los presos detenidos en las públicas cárceles, p r o -
mas á seguir sus huellas y á implorar su protección para curándoles todo el alivio y consuelo posible; ya con los
llegar al mismo término de la vida bienaventurada de que enfermos del hospital, visitándoles para consolarles en sus
ellos gozan en el cielo. enfermedades, y exhortarles á sufrir sus niales con pa-
ciencia y resignación; ya empleándose en socorrer las
En una de estas peregrinaciones acaeció, que algunos
personas que á él recurrian en sus necesidades; de modo,
ladrones 1c acometieron en el camino y le hurlaron el d i -
que él era como el común padre de las personas afligidas
nero que llevaba para el viaje; y preguntándole después
y atribuladas.
si tenh mas dinero, el siervo de Dios respondió que nó;
pero apenas los ladrones se habían algún tanto aleja- Ilabia ya cumplido nuestro santo los sesenta y sieto
do, cuando acordándose el siervo de Dios que tenia a l g u - años de su edad, cuando experimentó que perdía nota-
nas monedas escondidas en el vestido que llevaba encima, blemente las fueraas de su cuerpo, maltratado de sus pe-
los volvió á llamar y Ies dijo: Yo me habia olvidado de nitencias y de las muchas fatigas padecidas por la gloria
estas monedas que tenia aquí guardadas: yo no quiero de Dios, y por la salud de sus prójimos. Entonces, pre-
decir ninguna mentira, y así lomad también estas mone- viendo que tenia cercana la muerte , que miraba como el
das que me han quedado. Los ladrones quedaron a t ó n i - término de su destierro en este valle de miserias, se p r e -
tos á este ofrecimiento, y admirando su virtud y movidos paró á ella con actos de mas ardiente candad, y con dis-
de la santidad que se descubría en su rostro, nó solamente tribuir á los pobres de Cristo las pocas cosas que le que-
no le quitaron aquellas monedas, sino que le restituyeron daban,^ que servían á su necesario uso. En efecto, poco
todas las que ¡c habían ya hurtado, pidiéndole perdón de después fué acometido de su última enfermedad, la cual
su atentado y partiéndose de su presencia muy compun- sufrió no solo con paciencia, sino también con mucha
gidos de su pecado. Y á la verdad, así en el porte del sier- alegría y gozo de su alma; repitiendo con frecuencia aque-
vo de Dios, como en todas sus acciones y discursos, res- llas palabras de David; I k u mihi I quia incolalvs mcus
plandecía una singular piedad, que reconciliaba una gran- prolongaius esl: ¡ay de m i l que se ha prolongado tanto
de esLimacion de todos los que lenian ocasión de hablar y mi habitación en este valle de l á g r i m a s : con las cuales
tratar con él. Da aquí resultó, que habiendo vacado la palabras declaraba los ardientes deseos que tenía de ser
iglesia parroquial del lugar de Ol-Kusz, cinco millas dis- desatado de las prisiones del cuerpo, para llegar presto á
tante de la ciudad de Cracovia, los rectores de aquella la bienaventurada patria del cielo. Recibió con extraordi-
universidad, á quienes pertenecía proveerla de pastor, naria devoción los sanios sacramentos de la Iglesia, y l l e -
eligieron la persona de Juan, su bienaventurado compa- no de confianza en la divina misericordia, durmió el sue-
ñero, y le confiaron la administración de ella, la cual el ño de los justos á | | de diciembre de 1 m . Su cuerpo fué
siervo de Dios aceptó de mala gana y solo por obediencia. sepultado en la iglesia colegiata de Sania Ana, en la c i u -
Cumplió el santo con mucha diligencia ó igual fruto de las dad de Cracovia; y Dios nuestro Señor se dignó ilustrarle
almas que tenia confiadas á su cargo, con todas las funciones con muchos milagros, los cuales testificaron siempre mas
de un bueno y vigilante pastor, apacentándolas con el pan y mas á los hombres su heroica santidad, de la cual la
de la palabra de Dios y con los ejemplos de su santa v i - santa sede dió un público testimonio en el año IIÍ80, es-
da, socorriendo con mucha caridad todas las necesida- cribiéndole en el número de los beatos. Pero crecicn b
des, así espirituales como temporales de sus feligreses. siempre mas la devoción de la nación polaca, y especial-
N A 20- OCTUBRE. 2G3
menlo de la cimlad y universidad de Cracovia hacia csle su Dios y guardador de los divines preceptos, el jóven
su ciudadano, y obrándose en su sepulcro nuevos y con- Isidro. No le llevó la pensión á contraer matrimonio,
tinuos milagros; la santidad de Clemente X l l l lo canonizó pues so preparó para él con ayunos y oraciones, c e l e b r á n -
solemnemente en el mes de julio de 17C7, junto con los dose con llaneza y humildad. Todas las circunstancias
hejilos Corónimo Emiliano, José de Calasanz, José de Go- que el Espíritu Santo describe en el libro de la Sabiduría
pei lino, y Juana Francisca de Chanlal: aprobando prime- al hablar de la mujer fuerte, concurrieron on María. Ella
ro para este fin los milagros siguientes. iba en compañía de su esposo á visitar las iglesias, lo mis-
El primero sucedió con un mucbaclio llamado Sebasiian mo cuando vivía en Madrid que cuando vivia en Tordela-
Lnzark : se hallaba ésle tísico confirmado: habia sacado guna y en Caraquiz. De todos eran amados, y Dios o l u a -
de sus padres esta enfermedad , que era hereilitai ia en ba por su mano grandes prodigios. Cuando vivian en Ma-
aquella familia; no obstante implorando la poderosa i n - drid, habitaban una casa junto á l a iglesia de San Andrés;
tercesión de san Juan, quedó instantánea y peí fectamenle tuvieron un hijo que criaron santamente, habiéndolo en
curado. cierta ocasión libertado de la muerte por sus oraciones.
El segundo acaeció con una doncella, llamada Eduvigis Murió su hijo siendo aun muy niño, y entonces los dos es-
Paskuna; se hallaba ésta acometida de una enfermedad de posos de común acuerdo se separaron, para cntregaisc
calentura aguda ; pero invocando al glorioso san Juan, no mas libremente á s u Dios. Retiróse María á una casilla de
solamente quedó instantáneamente curada, sino que reco- Caraquiz, y allí frecuentaba la iglesia donde se veneraba
bró al mismo momento absoluta y enteramente todas sus la imágen de nuestra Señora bajo el título de la Cabeza.
fuerzas. Entregóse allí enteramente á Dios separada del mundo, y
ocupada totalmente en el asco y limpieza de aquel l e m -
El tercero fué obrado con María Gaucelike, la cual pa-
plo, y en orar y alabar á Dios. Era un dechado de peni-
deciendo una grave y perniciosa calentura, que la habia
tencia, de modestia, caridad y de todas las virtudes. Mu-
reducido al último aliento de su vida; por medio del g l o -
cho tuvo que sufrir de la emulación, mas todo lo toleraba
rioso san Juan quedó curada repentinamente, y en un solo
con la mas grande conformidad. Para confundir á los que
momento.
la calumniaban y disfamaban y hacer sobresalir su v i r -
El cuarto sucedió con Antonio Alcxovick, quien pado-
tud, permitió el cielo que pasase á pié enjuto el rio Jarama
cia una grande y profunda llaga, que se exlemlia desde
que habia salido de madre, lo que presenciaron su esposo
la parte inferior del cuello, que los anatómicos llaman j w -
y muchas gentes. Pasó después á Madrid para asistir á s u
gulo, hasta las fauces, la cual nada habia perdonado, es-
esposo en su última enfermedad, y continuando en sus
cepto los tendones y los vasos mayores : manaba de ella
devotos ejercicios de piedad la llamó Dios á sí en el año
una podre maligna, y por la parle del cuello agujereada
1180. Fué enterrado su cuerpo conforme lo habia ella
echaba el enfermo lo que tomaba para su alimento: no
dispuesto, en la capilla de Nuestra Señora de la Cabeza,
•ibstanlc, invocando al glorioso san Juan, fué inslanlánea
en cuyo lugar estuvo como cuatrocientos años, hasta que
y porfec Uimcnlc curado de sus males.
fué trasladado á Madrid donde se venera junto con el de
líl quintósncvciió en el rio llamado Solana: cayeron en
su esposo.
osle l io, que iba muy crecido, las m e r c a d e r í a s á un po-
bre arriero; el ímpetu de la comcnle las llevó rio abajo, SAN MÁXIMO, DIÁCONO Y MÁRTIR.—Por los años de 250,
el dueño las veia ya perdidas, mas en este aprieto invocó reinando en Roma el emperador Decio, sucedió el marti-
con gran fervor el auxilio de san Juan Cancio, y al m o - rio de este santo en Forcone, junto á Aquila, en el Abrnz-
mcnio vieron con asombro suyo lodos los presentes, que zo. Por el deseo que tenia Máximo de padecer, se descu-
las mercaderías caldas y perdidas en el rio Iban por sí brió á los perseguidores, y después de una constante y
mismas subiendo rio arriba, venciendo el ímpetu de la gloriosa confesión, fué estirado y atormentado en el po-
corriente , hasta llegar finalmente al mismo lugar donde tro, luego apaleado, y por último, habiéndole precipita-
se habían sumergido, de donde las sacó el ducílo con el do desde una grande altura, durmió gloriosamente en el
contento queso deja discurrir. Señor.
* SANTA MAHÍA DE LA CABEZA.—Fué esta santa, esposa SAN CAPRASIO , MÁRTIR.—Estando este santo escondido
jde San Isidro, labrador, y no se sabe do lijo el lugar de en una cueva huyendo de la persecución, llegó á su noti-
su nacimiento. Tampoco se sabe de sus padres sino que cia la fortaleza con que la virgen santa Fe padecía por
eran labradores d é l a gente mozárabe ó cristianos viejos, Jesucristo. Animándose él entonces á la misma pelea, p i -
que vivian mezclados con los árabes sin ser tiznados de dió al Señor, que si le juzgaba digno de la gloria del mar-
su superstición. No están acordes los autores acerca el tirio, hiciese salir agua clara de la peña de su cueva.
nombre que lo impusieron en el bautismo, pues unos d i - Obi ando Dios en seguida aquel milagro, se fué Caprasío
cen que le dieron el nombre de Toribia, y otros el de Ana, seguro al campo de batalla, en donde combatiendo gene-
pero la opinión mas común es que se le dió el nombre de rosamente, mereció la palma del martirio. Sucedió en
María. Criada en el santo temor de Dios, se distinguió en Agen, en las Galias, en tiempo del emperador Maximiano.
ías virtudes, especialmente en la honestidad y en vivísi- SAN ARTEMIO, MÁRTIR.—Fué este santo un caballero r o -
mos deseos de agradar á Dios. A todo esto añadía un g r a n - mano muy principal, nombrado desf ues por el emperador
de fervor en oir el santo sacrificio de la misa, en frecuen- Constancio, prefecto augustal de Egipto, y general de t o -
tar los santos sacramentos y en meditar la pasión de das las tropas de aquel distrito. Protegió á san Atanasio y
nuestro divino Salvador. Tenia en gran veneración y res- estuvo siempre separado de los herejes é Infieles. En
peto a sus padres, á quienes socorría y ayudaba con el tiempo de Juliano Apóstala, los idólatras le acusaron do
trabajo de sus manos. Dios premió aquí en la tierra sus haber demolido los templos de los dioses y hecho pedazos
S'-andes virtudes, dándole por esposo á un hombre íiel á los ídolos. El emperador Juliano W hizo comparecer en
m LA LEYKNDA DE ORO. DIA 2
aquel tiempo florecia con gran fama de varón celestial, y
Anlioquía el año 302, y en visla de la acusación y do la
vínole deseo á Hilarión de verlo : fué al yermo donde es-
confesión del santo, mandó que fuese decapitado en la
taba ; y en viéndole, se encendió tanto en amor de Dios
misma ciudad en el mes de junio del mismo afio 362.
con deseo de imitar á san Antonio, que luego m u d ó su
LAS SAXTAS MABTA Y SAULA, VÍIU;E\ES V MÁRTIRES —Es-
traje y se vistió de mongo, y estuvo con él dos meses,
tas santas fueron martirizadas con otros muchos cristianos
aprendiendo el modo de su vida para imitarle. Conside-
en la ciudad de Colonia, durante los primeros siglos de la
raba la gravedad de sus costumbres, su continua oración,
Iglesia.
la humildad con que recibía á los h u é s p e d e s , la severi-
SAN FELICIANO, OIUSPO v MÁUTIU.—Gobernó la Iglesia de
dad en corregir á los culpados, el fervor en exhortar á
Minde con admirable sabiduría, propagó las verdades de
los libios, la benignidad en consolar á los flacos, la aspe-
Ja fe entre los infieles y después selló con su sangre su
reza en el tratamiento de su persona, así de comida como
apostolado. El emperador Otón desenterró las reliquias
de sueño y vestido. Pasados los dos meses volvió á su
del santo obispo, y el año. 969 las hizo colocar en una
tierra y halló que eran muertos sus padres : vendió su
suntuosa capilla de la misma ciudad de Minde. No se sabe
palrimonio y repartiólo entre pobres y sus hermanos ; y
la época del martirio de este santo, pero se cree que fué
quedando él pobre de sustancia y rico en Cristo, siendo á
durante la persecución de Diocleciano.
la sazón de quince a ñ o s , se fué á un lugar solitario para
Los SANTOS JORGE Y AURELIO, MÁRTIRES.—El primero fué
comenzar su milicia y entrar en campo con todo el poder
diácono y ambos españoles por nacimiento, según la o p i -
del infierno. Era aquel lugar frecuentado de salteadores:
nión de los antiguos Martirologios. San Eulogio, en el Me-
y diciéndole sus amigos el peligro en que se ponia, no
morial de los santos, habla de ellos como tales españoles
hizo caso de ello; no temiendo la muerte corporal para l i -
y mártires de nuestra Iglesia, y se cree que la notación de
brarse de la eterna.
París, que pone junto á ellos el Martirologio romano, es
porque sus reliquias fueron trasladadas á la capital de Era Hilarión delicado de complexión, muy sujeto á
Francia durante la dominación de España por los moros. cualquier injuria del tiempo, de calor y frió, y mas en
SAN SINDCLFO, CONFESOR.—Era un presbítero de Rheims tierna edad; y con todo esto se vistió de solo un pobre
que inflamado del deseo de la perfección cristiana dejó saco, y sobre él un cobertor tejido de pelos ásperos de
su patria, Aquitania, y buscó un retiro en la diócesis de animales, como de camello, que le había dado san Anto-
Klieims, á principios del siglo V I I . Escogió para su r e s i - nio, cuando se partió de él. Gomia después de puesto el
dencia el lugar de Aussonce, á cuatro leguas de h c i u - sol quince caricas, que era una fru'.a propia de Siria, á
dad , donde juntaba la continua oración á grandes ansle- la manera de higos: y por razón do muchos salteadores
ridades. Era muy versado en las sagradas Letras, y daba que habia en aquel desierto, nunca paraba en un lugar.
mucha instrucción á cuantos iban en busca suya para con- Mucho sintió Satanás verse desafiar de un muchacho que
sultarle, y murió en su soledad , famoso on milagros, el antes que supiese tomar las armas ya le habia vencido,
dia 20 de octubre á mediados del siglo V I L Su cuerpo fué acoceado y hollado, y determinó hacerle guerra. Fatigá-
enterrado en el mismo sitio de su r e t i r o , y d e s p u é s , en bala con diversas lenlacioncs: representábale muchas
pl siglo IX lo trasladaron con gran pompa á la abadía de cosas torpes, por donde el santo mozo era forzado á pen-
Hautevillers , cerca de Rheims. sar lo que no sabia, y traer en su imaginación lo que
SANTA FORTUNATA , VIRGEN Y MÁRTIR. — En una de las nunca habia experimentado. Enojábase contra s í : heria
mas crueles persecuciones de los primeros siglos de la sus pochos pensando vencer á p u ñ a d a s aquellos feos p e n -
Iglesia, la inocente Fortunata, doncella do preclara es- samientos. Airábase con su cuerpo, y decíale: Yo te h a r é ,
tirpe, de sentimientos caritativos y de fó ardiente, fué asnillo, que no tires coces; porque te quitaré la cebada,
una de las victimas escogidas por los enemigos de nuestra y solamente te d a r é paja: matarte he de hambre y de
religión santa. Parece que su cuerpo se conserva en un sed, echarte he cargas pesadas , fatigarte he con calores
oratorio particular de Gherta, y frios; para que así tengas solo cuidado de la comida, y
nó de la lascivia. Esto docia el santo mozo, y como lo
DIA 2 1 . decía así lo hacia; porque se estaba tres y cuatro dias
sin comer, ejercitándose en este tiempo muchas horas en
SAN HILARIÓN, ABAD Y CONFESOR.-La vida del glorioso cavar la t i e r r a , nó porque pensase sembrar en ella a l -
san Hilarión, sacada de la que de él escribió el gran doc- guna semilla , sino para quitar las espinas y malezas que
tor de la Iglesia san G e r ó n i m o , es de esta manera. Nació echaba su propio cuerpo. Hacia también cestillas de m i m -
san Hilarión en un lugar llamado Tabatha, cinco millas bres , imitando á los mongos de Egipto, y empleábase en
de la ciudad de (iaza en Palestina. Sus padres fueron i d ó - la oración la mayor parte de la noche y del dia. Cuando
latras, y el hijo nació de ellos , como la rosa de las espi- ya se sontia muy cansado y como desfallecido del trabajo
nas. Fué enviado de sus padres, siendo niño á la ciudad tomaba la refección ordinaria con algunas yerbas silves-
de A l e j a n d r í a , pora que allí estudiase : y él lo hizo con tres ; y hablando con su cuerpo, mientras comía le de-
tanto cuidado que en pocos años aprendió el arle de bien cía : Mirad , cuerpo, que si no I r a b a j á r e d e s , no oomereis;
hablar; y por su modestia agradable condición y vivo i n - y pues coméis ahora , aparejaos á trabajar. De esta ma-
genio , era amado de la gente; y Dios nuestro Señor tam- nera se consqmió y enflaqueció tanto que ya solo parecía
bién lo a m ó ; pues teniendo allí noticia de la fé de Cristo, quedar en solos los huesos.
se bautizó y se hizo cristiano, y de tal manera so dió á la Estaba el santo mozo una noche en oración, y oyó
piedad y devoción, que en tan tierna edad no se deleitaba como lloros de n i ñ o s , lamentaciones de mujeres, balidos
sino en eslar en la iglesia 6 con los ministros de ella. de ovejas, mugidos de toros, bramidos de leones, silbos
Oyó decir las grandezas de san Antonio abad , que en de serpientes y varias voces de diversos monstruos para
DIA 21 OCTUBRE, 2G5
espantarle y hacerle huir. Antes que viese cosa alguna, no se maravillará de la gracia del S e ñ o r , que así esfuerza
entendió ser embuslcs del demonio: postróse en tierra, un hombre flaco y miserable, para que viva una vida tan
hizo sobre sí la señal de la c r u í , mirando á una parte y áspera y admirable como la vivió san Hilarión? Y le ador-
á otra para ver con los ojos, lo que sus oidos oian. Hacia nó de tan altas y extraordinarias virtudes que son mas
una luna muy clara ; y de repente vió venir sobre sí un admirables que imitables ; para que nosotros ya que no
carro, guiado de unos furiosos caballos que daban mues- podemos llegar adonde él llegó, procuremos hacer lo poco
tra de quererle alropellar; pronunció Hilarión el dulcísimo que podemos, y no midamos con nuestra flaqueza la v i r -
nombre de J e s ú s ; y al momento vió que se abrió la tierra tud de los santos.
y tragó el carro y los caballos, y todo aquel torbellino y Estando , pues , en su choza Hilarión y siendo de diez
ruido que traían consigo. Hizo gracias al Señor por ha- y ocho a ñ o s , vinieron á él una noche los ladrones, ó pen-
berle librado, y cantó aquellas palabras que dijeron los del sando que tenia alguna cosa que poderle robar , ó pare-
pueblo de Israel, cuando el mar Bermejo tragó á Faraón ciéndoles que era afrenta suya que un mozo viviese entre
y á sus ejércitos: «Al caballo y caballero derribó en el ellos con tan gran seguridad y sin algún temor y recelo.
m a r . » Muchas fueron las tentaciones con que los demo- Anduvieron toda la noche buscando aquella pobre choza,
nios le combatieron , y varios los lazos que le armaron: y nunca la pudieron hallar. A la m a ñ a n a le hallaron, y
porque estando echado en el suelo, para recrear su de- como por burla le dijeron : ¿ Q u é harías si te vieses cer-
bilitado cuerpo con un breve süeflo, parecian delante de cado de ladrones? Y él les respondió : El pobre y desnudo
él mujeres desnudas ; otras veces pereciendo de hambre, no teme ladrones. Y ellos le dijeron : A lo ménos puedes
ponían mesas llenas de muchos y preciosos manjares; perder la vida. Dijo é l : Así es verdad que la puedo per-
otras cuando oraba , andaban lobos aullando al rededor; der; mas no temo los ladrones, porque estoy aparejado
si cantaba himnos en alabanza de Cristo , represenlaban- á morir. Quedaron admirados de ver su constancia, y con-
sele hombres que «e acuchillaban y dejaban muerto á fesaron que le habían buscado aquella noche y no le ha-
sus piés uno de ellos que le pedia sepultura. Estaba una bían podido hallar, y prometieron enmendar sus vidas.
vez orando, y divirtióse de la oración un poco con la i m a - Veinte y dos años habia pasado san Hilarión en esta
ginación : llegó á él un hombre feroz y c r u e l , al talle de manera de v i d a , sin ser conocido sino por la fama , que
los que en Roma llamaban gladiadores : dióle de coces en por todas las ciudades de Palestina se había derramado,
los costados, y comenzóle á herir cotí un azote en las de su santidad y grandes virtudes. Vino á él un día una
espaldas, y diciendo: E a , ¿ q u é es esto? ¿ p o r q u é te mujer y echóse de repente á sus p i é s ; y viendo que él
duermes ? daba grandes risadas; y cuando lo tuvo bien mostraba pesar de verla allí y hacia muestra de quererse
atormentado, le preguntó si tomaria un poco de cebada. ir, con muchas lágrimas le dijo: Perdona m i osadía, siervo
Desde los diez y seis años hasta los veinte , usaba de de Dios; que mi necesidad y trabajo me hace que te sea
una pequefia choza de juncos y otra yerba espinosa, l l a - importuna. Vuelve á mí tus ojos, y mírame nó como á
mada carica, para defender su tierno cuerpo de los hielos mujer, sino como á afligida; que mujer fué la que parió
y recios soles. Después de este tiempo ediQcó una celda, al Salvador. Detúvose san Hilarión oyendo estas palabras
que dice san Gerónimo , que permanecía en su tiempo , y y preguntóla la causa de su dolor; y entendiendo que era
era mas sepultura de cuerpo muerto, que celda de h o m - casada, y que su m a r i d ó l a quería dejar porque eo quince
hombre vivo: porque tenia cuatro piés de ancho y de alio años no tenia hijos, alzó los ojos al cielo é hizo orackm,
cinco; de m o d o , que era mas baja que su estatura, y de y despidióla ; y al cabo de un año le vino á visitar con
largo no tenia mas que su cuerpo. Dormia en unos juncos un hijo. Este fué el principio de las maravillas qtíe Dios
puestos sobre la tierra; y esta fué su cama hasta que m u - obró por san Hilarión, y fueron tantas y tan grandes, que
rió. Corlábase el cabello una vez al a ñ o , por la festividad llenaron al mundo de admiración. Resucitó tres hijos de
de la Pascua : no lavaba el saco que traía vestido, porque una señora muy principal llamada Aristenela, mujer de
decia que no habia para q u é buscar regalo en el cilicio; un caballero que se decia Elpidío , la c u a l , habiendo ido
ui tomó túnica nueva basta que la vieja estaba hecha pe- por su devoción á visitar á san Antonio con su marido y
dazos. Tenia de memoria gran parte de la Escritura sa- con sus tres hijos, volviendo á su casa se le murieron t o -
grada , y recitaba algo de ella , después de haber rezado dos tres en la ciudad de Gaza, en donde fué san Hilarión
muchos salmos y oraciones; lo cual hacia con tan grande importunado de los ruegos de sus monges y vencido do
«tención y reverencia como si viera con sus ojos presente las lágrimas de la pobre madre, é invocando sobre ellos
a' Señor con quien hablaba. Desde los veinte y un años el nombre santo de J e s ú s , resucitaron luego y besaron
de su edad hasta los veinte y siete , los tres años y medio las manos al santo varón. Divulgóse este milagro y ve-
eomia unas lentejas remojadas en agua fría, y otros tres nían de todas parles mucha gente para ver á Hilarión:
años comía pan seco, mojado en agua y s a l ; desde los viéndole muchos gentiles recíbian la fé de Cristo , y otros
veinte y siete años hasta los treinta se sustentó con y e r - tomaban el hábito de monge y se quedaban con él, y se
has y raices: después hasta los treinta y cinco comía cada fundaron algunos monasterios que fueron los primeros
día seis onzas de pan de cebada con algunas yerbas cocí- que se edificaron en Siria , los cuales instituyó y gobernó
as : después por estar enfermo añadió á las yerbas un Hilarión como lo hacia san Antonio en Egipto. Trajeron á
poco de aceite por regalo ; y así pasó hasta los sesenta y san Hilarión una mujer ciega que le dijo que habia gas-
lado toda su hacienda con los médicos sin provecho; y él
™ . e eslacdad hasta los ochenta, no quiso
comer pan m olrn me-» o; • , . . la respondió: Sí lo que has perdido con los médicos lo
w rincm J ' s,no un maniar de harina y y e r -
bas desmenuzadas ( J U P l o o ™ , - J .j • i_ • , hubieras dado á los pobres , Jesucristo verdadero médico
, ' "ue ie servia de comida v bebida v te hubiera sanado: y ungiendo con su saliva los ojos de
Z ^ l Tf P U C f 5 0 1 • fies,, ¿ fuese ni
|ior grave enfermedad que (uvioSCÍ|oj6 de ayunar. ¿Quifn la ciega, luego cobró la vista. A un cochero, de quien el
TOMO I I I ,
u
mi A L E Y E N D A DE 0P»0, DIA 21.
(iemonio se habia apodciado y fué (raido á san Hilarión, no, y procurando por todas las vias que le fueron posibles
dijo creyese en Cristo y dejase aqnel olicio , y que así atraerla á su voluntad, y no aprovechándole cosa que h i -
sanaria. Creyó en Crislo, promelió dejar el oficio, y quedó ciese, fué á la ciudad deMenfis, y comunicó su enferme-
sano y libre del demonio. También sanó á oli o mozo r o - dad y locura con unos hechiceros, ministros del lemplodc
buslísimo y de extrañas fuerzas que se llamaba Ularsilas, Esculapio. Diéronle una lámina ó plancha de cobre con
y estaba endemoniado y no habia quien 1c tuviese , ni ciertas figuras espantosas, para que cubierta de tierra la
grillos, ni esposas, ni cadenas que no hiciese pedazos, pusiese al umbral de la puerta de la doncella y dijese allí
arremetiendo á unos ó hiriendo h otros. Lleváronle atado ciertas palabras. El demonio cumplió todo lo que fué d i -
como un toro muy bravo, delante del santo; y él lo hizo cho. Comenzó la doncella á amar al mancebo tan desali-
desalar, y estando suelto le dijo: V é n , llégale aquí. Llegó ñadamente, que parecía mas locura que amor; porque
Marsilas temblando, la cabeza baja, echóse á sus p i é s , y daba grilos l l a m á n d o l e : heríase el rostro: arrancábase los
lamfaselos con su lengua como si fuera una oveja mansa. cabellos, y hacia otros visajes de locura. Lleváronla sus
Hizo oración por é l , y al cabo de siete dias que le tuvo padres á san Hilarión: y como el demonio que habia en-
consigo quedó sano. Otra vez le trajeron otro endemo- trado en la pobre doncella y la atormentaba, confesase el
niado que se llamaba Orion, hombre riquísimo, que tenia modo con que había entrado, y declarase que estaba ala-
una legión de demonios. Venia el endemoniado encade- do en una plancha de cobre al umbral de la puerfa y que
nado, atadas las manos y la cerviz, y con los ojos bravos no podía salir hasta que le soltase el mancebo que lelenia
centelleando y con aspecto feroz, que parecía que echaba preso; el santo le dijo: ¿Tan poco es lo que puedes, que
llamas de fuego. Estaba á la sazón el santo declarando á una plancha de cobre le tiene asido? D f : ¿por qué has
sus monges un paso de la sagrada Escritura : soltóse el osado entrar en esta sierva de Dios? Uespondió el demo-
endemoniado de las manos de los que le t r a í a n , y arre- n i o : Entré en ella para guardar su virginidad. ¿Tú (dice
metió á Hilarión; y asiéndole por detrás le levantó en el el santo) la habías de guardar siendo eneuiigo de la casti-
aire. Temieron los que allí estaban que el demonio no lo dad? ¿l'or q u é no te apoderaste del que te trajo acá?
maltraíase y lastimase aquel cuerpo, que con los ayunos ¿Cómo (dijo el demonio) habia yo de apoderarme de él,
y penitencias estaba tan consumido, y levantaron un teniendo consigo á otro demonio del amor, amigo mió?
grande alarido; mas Hilarión , riéndose, dijo: Dejadme á Finalmente, san Hilarión sanó á la doncella, sin (pie se
raí con mi luchador, y asiéndole de los cabellos con la ma- quitase aquel impedimenlo déla plancha que decía el de-
n o j o derribó en tierra,y poniendo el pié sobre é l , y apre- monio; para que se entendiese que á la voluntad de Dios
tándole y dándole algunos golpes, le dijo: Aquí seréis ningunos hechizos ni encantamientos pueden resistir; y
atormentados, miserables demonios. que no se debo dar crédito al demonio, que es lan sagaz y
mentiroso. Después de haber librado á la doncella deaquel
Oíanse salir de la boca de aquel hombre miserable m u -
incendio y frenesí que padecia, la reprendió de ¡algunas
chas y diversas voces, como un clamor de pueblo confuso.
liviandades que habia hecho, y con ellas abierto puerta al
Oró él santo al Sefior, que es poderoso para vencer á los
demonio para que la afligiese y alormentase.
demonios, y no raénos á muchos que á uno; y quedó sa-
1)0: y de allí algunos (lias vinonl monasterio con su mu- Innumerables fueron los milagros que obró el Señor por
jer é hijos, y trajo algunos dones al siervo de Dios. Él lo la intercesión de san Hilarión, por los cuales se extendió
dijo: ¿Núhas leído loque aconteció á Giezi y á S i m ó n Ma- su fama por todas parles: y el gran padre san Antonio,
go: d é l o s cuales el uno pretendió vender y el otro com- cuando algunos enfermos, ó endemoniados, iban á él por
piar la gracia de Dios; y los dos pagaron la pena desupe- remedio de Siria á Egipto, Jes decía : ¿Para qué venís á
ca;lo? Y como Orion llorando le rogase que yaque no lo mí, teniendo en vuestra patria á mi hijo Hilarión? Y le en-
q ' r r i a para sí ni para sus monges, tomase aquella limosna viaba cartas y recibia con gran consuelo las que Hilarión
y la diese á los pobres; respondió san Hilarión: Mejor se la le cscribia. Por estos milagros y mucho mas por el ejem-
puedes dar tú que andas por las ciudades y los conoces: plo admirable de su santa vida, se ediBcaron en Palestina
dejé j o mi hacienda propia ; ¿ y quieres que meencargue innumerables monasterios, y acudian todos los monges á
de la ajena? Yo s é que. á muchos el nombre de pobre es Hilarión, como á su padre y maestro, para ser ensenados
ocasión de avaricia : ninguno mejo r da al pobre, que el que. d e é l ; y él los instruía con su vida y con sus palabras,avi-
no guarda nada para sí. Estaba muy triste y caido en el sándolos que considerasen bien como se pasa la figura y
suelo Orion; y díjole el santo abad: No quieras, hijo entris- vana representación de este mundo, y que aquella es ver-
tecerte: lo que hago por mí, hago por tí: si yo lomase tus dadera vida que se compra con la incomodidad y pérdida
dones, ofendería á Dios, y la legión de los demonios se do la vida presente. Amonestábales que no tuviesen solici-
volvoriaá tí. La misma doctrina nos enseñó san Hilarión en tud de lo que habían de comer ó vestir, ni de las otras co-
otro criado del emperador Constancio, que habiendo sido sas que pasan con el tiempo, sino que pusiesen en Dios to-
desdo tiiüo afligido del demonio, vino á él, y con ser de da su confianza, y aborrecía en gran manera á los que
nación alemán, le respondió en lengua siríaca, sin haber- guardaban mucho las cosas, temiendo que les habiadefal-
la aprendido; y después que por las oraciones del santo se lar. Una vez, un monge que tenia algunos dineros y era
vió libre, ie ofreció diez libras de oro,las cuales no quiso muy guardador, lo envió una haz de garbanzos verdes,
lomar sinoim pan de cebada; para darnos á entender (co- como primicias de su huerta, y so la pusieron sobre la me-
mo dice san Gerónimo; que los que con tal pan se susten- sa. El dijo que no podia sufrir el mal olor que salía de la
lan, tienen el or-o por lodo. Mas entre los otros milagros haz porque hedía á avaricia; y que en prueba de estola
fué muy notable el que hizo-san Hilarión, para librar una diesen á los bueyes y viesen si comían de ella. Echóse la
ÍMMIIX; doncella. Habia en un pueblo de Gaza una doncella haz á los bueyes; y ellos espantados, rompiendo las ata-
de bueM vida de quien se enamoró un mancebo su veci- duras, huyeron del establo; porque entre lasolras gracias
DIA 21. OCTUBRE. mn
que íuvosan Hilarión, í«é. una que del olor de los cuerpos, él se escondía; y'como Dios lo descubria: la solicÜudron
y de los vestidos y de las oirás cosas que alguno habla que él huía d é l a gloria; y como aquella misma gloria iba
tocado, sabia el vicio qiietenia y deque demonio eiaten-, tras él y le seguía como sombra! y que cuanto el hombre
lado. Visitaba al tiempo de la vendimia las celdas d é l o s mas se humilla; tanto Dios mas lo levanta: estando en es-
monges, acompañado de todos los que vivían en aquellos te desierto san Hilarión muy contento, por parecerle que
desiertos, que eran algunas veces dos m i l y tres mil per- ninguno lo conocía, todos los pueblos de aquella comarca
sonas: llegó una vez con sn santa compañía á una viña de vinieron á él, y le suplicaron que con sus oraciones les a l -
un monge, que tenia fama decodicioso y apretado, y halló canzase lluvia del cielo; porque habia tres a ñ o s q u e nolto-
puestas guardas que no los dejaron entrar; pero fueron via. Pidiéronselocon (anta instancia y con tantas l á g r i -
recibidos y acariciados de otro monge, que se llamaba Sa- mas, que é! se enterneció : alzólos ojosa] cielo, y luego
ba, y les entregó una viña para que comiesen y se recrea- impetró loque quería; pero con las muchasaguas nació tan
sen en ella. Hecha oración y dadas las gracias al Señor, grande muchedumbre de serpientes y animales ponzoño-
el santo bendijo la viña, y mandó á los tres mil hombres sos, que destruyeron la (ierra, y mucha gente perecía.
que iban con él, que comiesen de los frutos de ella. Co- Acudieron á Hilarión, y con el aceite bendito qne les da-
mieron y s a c i á r o n s e : y fué tan provechosa al mongeaque- ba curaban sus llagas y sanaban. Como vió que en este
lla su caridad, que juzgando lodos, antes que comiesen, desierto era conocido, salió de allí y peregrinó por d i -
que la viña daría como cien cargas de uvas; después do versas parles: y juzgando que no podía vivir seguro y
haber comido de ella (res m i l personas, vendimiándose de desconocido en Oriente, se embarcó para Sicilia, ofrecién-
allí á veinte d¡as,dió trescientas. Y aquel monge avariento dole por flete al patrón del navio un libro de los Evange-
cogió aquel a ñ o mucho menos que solia, y lo que cogió se lios, que siendo mozo habia escrito; porque no tenia otra
le volvió en vinagre, como el santo viejo mucho antes se cosa q u é darle. Navegando, un hijo del patrón comenzó á
lo había profetizado. ser atormentado deldemonio; y san Hilarión lo sanó; y por
esíe beneficio el padre le volvió el libro. Llegado á Sicilia,
Tuvo don de profecía. Estando en Palestina, y diciéndo-
para esconderse mas se entró la tierra dentro, y cada dia
le una señora que quería ir á Egipto á ver á san Antonio,
corlaba un haz de leña, y la veadía, y del precio 61 y un
abad; él la respondió, que de buena gana hiciera él aquel
discípulo se sustentaban. Pero ¿cómo puede el sol dejar de
eamino para ver á su santo padre; pero que ya habia dos
resplandecer y dar luz? O ¿cómo se puede esconder la
días que el mundo carecía de tal maestro. Otra vez, que-
ciudad puesta sobro un alto monte? ¿NÍ encubrirse, aun-
riendo algunas personas devotas detenerle en un pueblo
que eslé debajo de (ierra, el que Dios quiere manifestar?
cerca de Alejandría, les dijo que no quería quedarse con
A! liempoque Hilarión estaba escondido en Sicilia, un h o m -
ellos a(|iiclla noche por no hacerles mala obra; y que por
bre endemoniado dió voces en la iglesia de San Pedro en
lo (pie después sucede-ria, entenderían que habia tenido
Roma , y dijo, que pocos dias ánles Hilarión, siervo da
jusla causa para partirse tan apriesa, Luegoá la mañana
Cristo, había entrado en Sicilia, y estaba escondido sin ser
v í n i m m á aquel lugar los ministros de Juliano Apóstata,
conocido de nadie; mas que iria allá y té dosi'iibriria, P u é :
pura peMferla y m a l a r k ; y él por la revelación divina,
hallóle: hablóle; y quedó sano. Súpose el milagro: con-
quean'cs h ibia teniito, se escapó de sus manos, Pero en-
currió de toda la isla innumerable gente á Hilarión para
tre todas las excelencias que tuvo san Hilarión, de la que
remedio de sus niales, y fué pregonado por Dios, y cono-
mas se admira y la que mas engrandece san Gerónimo, es
cido de todos, el que deseaba no serlo de ninguno. Aquí
la humildad y el menosprecio de la honra, y el estudio con
tampoco quiso recibir cosa alguna de los muchos dones que
que h u y ó l a g l o r i a y aplauso popular: porque concurrien-
le ofrecían los que habían curado, diciendo á (odos aque-
do al santo de todas parles clérigos,monges, obispo y lodo
llas palabras del Señor : Gratis aceepistis, gratis date: Lo
género de personas ríeos y pobres, hombres y mujeres,
que graciosamente habéis recibido, dadlo graciosamente.
para recibir de él un poco de pan , ó aceite bendito; él
siempre lloraba, y le parecía que v i v k e n el siglo, y que Y con esto, como dice san Gerónimo , de ninguna cosa
Dios le pagaba en esta vida sus servicios; y por eso se de- se maravillaban mas los hombres , como de que con tantos
terminó á huir á alguna parte remola y solitaria, donde milagros no tomase un pedazo de pan de los que recibían
no fuese conocido, Entiítidióse su determinación , y vinie- aquel beneficio. De Sicilia huyó á Dalmacia , para escon-
ron a él mas de diez mil personas para detenerle y rogar- derse de nuevo ; mas permitió nuestro Señor, que al m i s -
le qne no se partiese; mas él estuvo tan (irme en su pro- mo tiempo un dragón de extraña grandeza , que llamaban
pósito, que les dijo, que no comería bocado, ni belteria en su lengua boas (porque era tan grande, que se tragaba
gota, sí no le dejaban partir; y en efecto estuvo siete dias un buey entero; y no solamente el ganado mayor y menor,
sin comer, hasta que le dejaron : y él, despidiéndose de sino los mismos pastores y hombres se engullia), destruia
toda aquella gente y no habiendo comido en todos aque- toda aquella tierra. Compadecióse el santo de aquella cala-
llos dias, estuvo fuerte para andar camino á pié, y ayunar midad tan grande : y habiendo hecho oración , hizo traer
todo el día sin comer hasta la noche: y así se fué al lugar mucha leña, y mandó al dragón que se pusiese en 'medio
donde balji;i vivido san Antonio, reverem'iándolo como de ella ; y pegando el santo fuego á la leña, en presencia
inorada de tan sanio varón que ya era muerto. Después se de todo el pueblo se hizo ceniza aquella besün horrible y es-
'"«tiró con dos solos monges a u n desierto que estaba allí pantosa. Otra cosa le sucedió allí n ó d e menor admiración,
ceren, y comenzó á hacer una vida^mas de ángel que de y fué, que por un terremoto extraño que hubo después de
mmbre, con tanto rigor, abstinencia y penitencia como si ja muerte de Juliano Apóstala, el mar íaííó de sus ( é r m i -
entonces comenzara á servir al Señor. Mas para que se vea nos, 6 inundó la tierra de manera, que las naves queda-
el deseo que san Hilarión tenia de no ser conocido en el ron en seco en las cumbres d é l o s montes. No tuvieron
mundo; y como Dios lo hacia conocer; el cuidado con que otro remedio los naturales de Epidauro , donde san Hila-
208 L A L I Í Y E N D A DE ORO. DIA I M .
rion estaba, sitio lomarle y llevarle á la ribera del mar, y sas ciertas , y otras apócrifas y dudosas : lo cierto es, que
oponerle como un muro forlísimo á sus furiosas ondas. santa Ursula y todas sus santas c o m p a ñ e r a s fueron vír-
Hizo el sanio tres cruces en la arena, y extendió las manos genes y mártires, y que fueron once m i l , porque, aunque
hácia el m a r ; y luego con espanto de todos se p a r ó y el Martirologio romano no dice que fueron once m i l ,
volvió a t r á s , y tornó á su lugar. Pero como él viese que ni la oración que de ellas rezamos ; pero dícenlo Boda y
allí le honraban so embarcó para huir á la isla de Chipre, Adon en sus Martirologios, y Molano en las adiciones que
y navegando se encontró con ciertos corsarios : los cuales hizo al Martirologio de Usuardo y otros autores : y aun-
viniendo á embestir al barco en que iba san Hilarión , él que no hubiese ninguno que lo dijese ; para creerlo, bas-
se p u s o á la proa; y extendiendo la mano, les dijo : B;ista taría la tradición sola y común sentido de la Iglesia; pe-
que hayáis llegado hasta a q u í : y de lal manera se emba- ro lo que es incierto y dudoso, es la manera desu martirio,
razaron, que no pudieron pasar adelante , antes volvieron la ida de estas vírgenes á Roma con un grande acompa-
a t r á s con mayor presteza que habían venido. Llegado á ñamiento, y el venir con ellas, cuando so volvían, el papa
Chipre, se escondió en un lugar apartado como dos millas Ciríaco, dejando el sumo pontificado : y otras cosas, como
de la ciudad de Pafo ; mas estando muy contento, porque estas, que escriben algunos, no tienen fundamento, ni a u -
no habia quien le conocía, todos los endemoniados comen- toridad, ni aun probabilidad, y contradicen á la verdad de
zaron á clamar por (oda la isla de Chipre que Hilarión, la historia eclesiástica, y á toda buena razón : y así , de-
siervo de Cristo, había venido á ella ; y dentro de pocos jando aparte lo que comunmente se dice del modo con que
dias vinieron á él casi doscientos de ellos , hombres y se pudieron juntar, y el fin con que se juntaron once m i l
mujeres, y todos fueron por sus oraciones libres. De allí doncellas, y después todas juntas murieron por la fé de
pasó á otro lugar mas apartado del mar y muy "áspero, Cristo nuestro Señor, y alcanzaron coronas de vírgenes y
donde oia alaridos y unos voces confusas como de un mártires, diré aquí lo que al cardenal Baronio y á Gui-
ejército de demonios, con las cuales el santo se recreaba, llermo Lindano, obispo de Buremunda, varones doctísi-
pareciéndole que tenia presentes los enemigos con quioiies mos, les parece mas probable y seguro , sacándolo de un
habia de luchar y pelear, y que por la aspereza del lugar libro muy antiguo de la librería Vaticana de Roma , que
no habría quien allí le molestase; mas el Scflor le descu- trata de las cosas de Bretaña ; cuyo autor es Guafrido,
brió, y los pobres enfermos y necesitados, con el deseo obispo asafense , en el reino de Inglaterra ; y es de esta
de hallar remedio, vencieron la dificultad del camino. F i - manera.
nalmenie , siendo ya do ochenta afios , entendiendo que
Siendo emperador Graciano, hijo del emperador V a -
nuestro Señor le quería llevar para s í , escribió una bre-
lentiniano, el mayor , un capitán suyo , llamado Máximo,
ve carta de su mano para Esiquio , su fiel compañero que
hombre muy valeroso , natural de la isla de Bretaña ((|ue
oslaba ausente, por la cual le hacia heredero de (odas sus
ahora llamamos Inglaterra) se le rebeló , y fué alzado del
riquezas , que eran el libro d é l o s Evangelios, su saco,
ejército y aclamado emperador, y él con el favor de los
manto y cogulla. Vinieron muchos á verle: conjurólosque
soldados y de los otros naturales de Inglaterra , sus a m i -
luego que fuese muerto , le sepultasen en el huerto donde
gos y conocidos, entró en lasGalias (que ahora es Francia) y
estaba, con sus vestidos, y que un punto no le guardasen.
se apoderó de ellas, especialmente de una provincia, que
Estando ya en lo último , y que ninguna cosa de hombre
entonces se llamaba Armórica, y ahora se llama Bretaña;
vivo le quedaba , sino el sentido, tenia los ojos abiertos,
porque los britannos ó ingleses lo sojuzgaron y asolaron
y hablando con su alma, decía : Sál ya, alma mia : ¿ d e
con grande estrago y furor, que matando á los naturales,
q u é temes? ¿ q u é dudas ? Setenta afios casi ha que sirves
la dejaron yerma y sin gente. Quiso Máximo poblar aque-
al Señor, ¿ y temes la muerte? Diciendo estas palabras,
lla provincia , porque le venia á cuenta , para conservar
acabó la vida. Luego fué sepultado como él lo habia orde-
las de Inglaterra y Francia. Para esto repartió á sus sol-
nado, y en un mismo tiempo se supo en la ciudad de Pafo
dados, venidos de Inglaterra, los campos y tierras fértiles
que era muerto y enterrado. Vino Esiquio, pasados algunos
de la menor Bretaña , para quo las cultivasen y gozasen
dias, sin que se entendiese ; abrió la sepultura ; y halló
de sus frutos. Pero para que los soldados se pudiesen ca-
la túnica sana , con el saco y cogulla con que le habían
sar y tener sucesión, y arraigarse en aquella tierra y pro-
enterrado, y el cuerpo tan entero como si esiuviera vivo,
vincia , donde no habia mujeres , por haberlas fmuerto;
dando de sí una fragancia suavísima y celestial. Desen-
parecióle enviar á las islas de Bretaña que comprenden á
lerró el santo cuerpo y llevólo á Siria, y púsolo en su a n -
Inglaterra, Escocia é Irlanda, por gran número de donce-
tiguo monasterio, donde Dios (como dice san Gerónimo)
llas, para que traídas á la nueva y menor Bretaña , se ca-
hacia muy continuos milagros por el sanio, y mas en el
sasen con los soldados , que por la mayor parte eran na-
hucrleeillo de Chipre, por haber él mas amado aquel lugar,
turales de su misma patria. El capitán mas principal de
l a muerte de san Hilarión fué á 21 deoctubre enquelacc-
lodo aquel ejército era Canano, persona de gran linaje, y
lebra la Iglesia, y fué el año del Señor de 3 ^ , imperando
uno de los señores mas eslimados de Inglaterra, á quien
Valentiniano, el mayor. Amasde san Gerónimo, queescri-
Máximo habia hecho su lugarteniente y prefecto de todos
bió su vida, hacen mención de san Hilarión el Martirolo-
los puertos de aquella costa. Pidió Canano por mujer á una
gio romano, y el de Beda, Usuardo, Adon y Niccforo. El
doncella nobilísima , hija de Dionocio , rey de Cornvalla,
Martirologio romano pone por santo á Esiquio, discípulo
por nombre Ursula, en la cual concurrían todos los dotes
de san Hilarión, en 3 de octubre.
de honestidad , hermosura y gracia que se desea en las
mujeres. Buscáronse por todas aquellas provincias de
SANTA URSULA, Y LAS ONCE MIL VÍRGKNES, MÁRTIRES.— El
Bretaña once m i l doncellas para el efecto que habernos
mismo dia de los 21 de octubre celebra la santa madre
dicho, y para que acompañasen á Ursula, que habia de ser
.Iglesia el martirio de santa Ursula , y de las once m i l vír-
capitana y como señora de las demás,
genes, sus compañeras , en cuya histor ia hay algunas co-
DIA 2 1 . OGTÜimE. i ü
De las doncellas , unas iban de buena gana, y oirás son coronados de eterna gloria. Los cuerpos de las santas
contra su voluntad ; pero como era fuerza y mandato de vírgenes fueron recogidos de los líeles con gran devoción,
Máximo (que ya era empcnidor, ó como, por mejor decir, y llevados á la ciudad de Colonia, que está sobre el mismo
tirano); que quisieran, ó q u e n ó , hubieron de obedecer. llhin, donde se fundó un célebre monasterio de monjas, y
Kmltarcúronse en algunos navios , que, para pasarlas á la en él hoy dia se ven muchas de las cabezas de estas san-
nueva porvincia de Bielafia, estaban aprestados. Fué tísimas v í r g e n e s , y son reverenciadas con singular devo-
nuestro Señor servido, que en saliendo las naves del ción, aunque por muchas partes de toda la cristiandad se
puerto , tuvieron los vientos tan contrarios, que en lugar han repartido. Muchos creen que el lugar donde ahora es-
de llevar aquella armada y bienaventurada compañía ha- tán los sagrados cuerpos d é l a s vírgenes, es el mismo donde
cia Bretaña, la arrebataron y llevaron á la parte contraria, las mataron; porque la tierra de aquella iglesia no admite
con tan grande ímpetu, que pasando delante d é l a s islas de ningún cuerpo muerto, aunque sea de niño recien bautiza-
Zelanda y Holanda , embocó por el rio Rhin, que es do, si lo entierranen ella, y antes d é l a noche lo echa de
muy caudoloso, ancho y profundo, y llegó á aquellas par- sí, como lo escribe el obispo Lindano: tomando esto por
les donde el mar se esplayacon crecientes y menguantes. señal que no quiere Dios que ningún otro cuerpo esté en-
En el mismo tiempo que esto sucedió, el emperador Gra- terrado donde están los de tantas y tan ilustres vírgenes y
ciano sabiendo lo que Máximo habia becbo en Inglaterra mártires, esposas suyas, que allí dieron su purísima san-
y en Francia, y que se trataba, como emperador y señor, gre por la confesión de su fó y defensa de su castidad.
y nó como capitán y criado suyo ; para reprimirle y cas- También se dice que santa Ursula y sus santas c o m p a ñ e -
ligarle, habia llamado á su servicio á los pidones y á los ras, á la hora de su muerte favorecen á los que en vida
hunos , gente feroz, cruel y b á r b a r a , que habia vencido á tienen con ellos devoción y se les encomiendan. El m a r t i -
los godos, y hecho cosas hazañosas y espantosas en las ar- rio de estas vírgenes fué, según Baronio, el año del Señor
mas. Estos, debajo de Melgo , capitán de los pidones, y de 383, imperando Graciano y Valentiniano, su hermano,
do Gauno, general de los hunos, y con una armada pode- y Teodosio el mayor, á quien Graciano habia hecho com-
rosa , comenzaron á infestar el m a r , y correrle como pañero suyo en el imperio, por verse tan apretado por l o -
corsarios, robando y arruinando todo lo que podian, con das parles de las armas de inllniios bárbaros, y necesitado
intento de pasar á Inglaterra, para echar deella á Máximo, de socorro de un tan valeroso c a p i t á n ; y fué á los 21 de
tirano , y servir al emperador Graciano, que para eslo les octubre, y aquel dia lo celebra la santa Iglesia. De las once
daba el sueldo. Halláronse los bárbaros á la misma sazón
mil vírgenes íá m i s de los autores que habemos referido)
que llegaron las vírgenes, en aquel paraje : y conociendo
escribieron Wandalberto, que floreció por los años del Se-
que eran naves enemigas , y de Máximo , contra quien
ñor de 850; Sigibcrfo, mongo del monasterio gemblaccn-
^"os venian, embistieron con ellos. Cuando vieron que ve-
se, que há casi quinientos que escrihió; Rogerio Cister-
" i i ' n cargadas de dcncellas : como eran tan deshonestos
ciense; Ricardo Premonslratense; Claudio de Bota; BonQ-
y lascivos, como crueles y feroces , pretendieron hacerlas
nio, en la Historia de las cosas de H u n g r í a ; Pedro de
fuerza y afrentarlas : mas las santas doncellas , a n i m á n -
Natalibus; Polidoro V i r g i l i o , en la Historia de Inglaterra,
dolas su capitana y maestra santa Ursula, se determina-
y mas copiosamente el P. Fr. Lorenzo Surto en el lomo V
ron á perder antes Ja vida,quela castidad. Ycomocon obras
de las Vidas de los santos.
y con palabras mostrasen su valor y constancia, y que por
SAN MALCO, MOXGE Y CONFESOR. — Habiendo el gran pa-
no ofender á Dios, estaban aparejadas á cualquier pena y
tormento ; convirtiendo los bárbaros el amor en furor dre y doctor san Gerónimo escrito las vidas de san Pablo,
y en aborrecimiento d é l a fó cristiana, dieron en ellas, primer e r m i t a ñ o , y de san Hilarión, abad, y puéslolas en
como lobos en un rebaño de corderas, y á lodas las pa- la Iglesia como un vivo retrato y modelo de los santos
saron á cuchillo , para no detenerse allí, y llegar presto anacoretas y monges, y como vidas mas de ángeles que
;i Inglaterra que enlendian estaba sin gente por ^haber de hombres en cuerpo mortal; escribió también la vida de
sacado Máximo lós sodados de ella. De toda aquella san- otro santo monge, llamado Malco, que tuvo algunas i m -
ta y virginal compañía no quedó con vida sino una don- perfecciones y tentaciones, y con la gracia del Señor salió
cella , llamada Cordula, que con temor mujeril al bien de ellas, para ejemplo de los religiosos que pasaren
'lempo de la matanza , se escondió ; mas visto lo que por semejantes tentaciones. Y dice san Gerónimo que el
pasaba , y quo lodas las otras sus compañeras habían mismo Malco, siendo ya muy viejo, le refirió á él, siendo
s«w martirizadas , animada por el Señor , que las h a - mozo, su vida; y fué de la manera que aquí diré.
bía todas escogido para sí, al otro dia se descubrió, y fué Fué Malco de una aldea llamada Maronio, como diez l e -
marlinzada , como dice el Martirologio romano. Las mas guas de Antioquía, ciudad de Siria. Fué hijo único de sus
principales yiigenes que a]lj derramaron su sangre por padres, que eran labradores. Cuando Malco tuvo edad,
la fe de Cristo y por w iimpieza , fueron (como dice como era solo, desearon sus padres casarle; y el padre con
Adon ) santa Ursula , guia % cabeza c;iudil[o de ^ amenazas y espantos, y la madre con caricias y blamln-
Sentía, Grcgona, Pmnosa, Mardina, Saula, Brilula, Salur- ras, procuraban que tomase mujer; mas el Señor te h a -
nma, Salurn.a, Rabacia, Paiadia, clemencia y Grata. El blaba al corazón, y le daba otros intentos y deseos da
^'a que .nuneron triunfó Cristo, su dulce Esposo, en las guardar castidad. Finalmente, viéndose apretado de s m
M i r t M doncellas, de la infidelidad y de la carnalidad del padres, determinó dejarlos, y huyendo se partió de su ca-
Pecado y del infierno, y declaró cuánto mas poderosa es sa solo, sin decirles nada, y se fué á un desierto hácia la
^ v",l«d del cristiano para sufrir la muerte, que la cruel- parte do Occidente, y entró en mi monasterio, en el cuai
düd del demonio y de sus ministros para dársela, v que con el trabajo de sus manos ganaba sus pobre comida, y
sus soldados cayendo se levantan, y muriendo v ' con los ayunos refrenaba la lascivia do su carne. Estuvo
'encen y muchos años en aquel monasterio con mucha paz y quie-
270 L A LEYENDA DE ORO DIA ' i ! .
Iml hirviendo al Señor. Supo que era muerto su padre, y mó el bárbaro grande enojo con esta respuesta i sacó un
(píele liabiii dejado por heredero de algunas posesiones y puñal y púsoselo á los pechos, diciendo que con él le q u i -
heredades : vínole deseo de ver á su madre para conso- laria la vida; y el pobre Maleo, para excusar la muerte,
larla en su viudez, y juntamenle de vender aquellas pose- echó los brazos sobre la mujer como quien se queria casar
siones (pie su padre le hahia dejado, y dar parle del precio con ella. Vino la noche, y el desventurado monge comenzó
de ellas á los pohres, y parte á aquel monasterio, y otra á sentir su trabajo y á acordarse de las palabras que su
parle guardar para sus necesidades. Declaró su deseo al abad le habia dicho, y á conocer que aipiel era castigo de
abad, el cual, como varón espiritual y prudente, luego Dios por no haberle obedecido. Llevó á su cueva y apo-
entendió que aquella era tentación del enemigo, que, so sento á la esposa: ella se puso á una parte y él á otra, sin
capa de piedad lo queria e n g a ñ a r . Comenzó á rogar á hablarse: á él era penoso el verla, y á ella no m é n o s c o n -
Maleo que se sosegase y no se dejase vencer de aquella goja el verse en aquel cautiverio y lugar. Comenzó á llorar
tentación, proponiéndole algunos ejemplos de otros mon- Maleo, y hablando consigo mismo en su corazón, á decir:
ges que habian sido engañados, y amenazándole con los ¿ l ' a r a esto me guardó mi ventura? ¿ A tanto han llegado
castigos que suele dar nuestro Señor á los que, habiendo mis pecados, que siendo yo virgen y y a con la cabeza llena
puesto la mano á la esleva, la dejan y vuelven atrás. Todo de canas haya ahora de ser marido? Dejé de casarme en
lo que el abad le decia, pensaba Maleo que nacia mas del mi tierra con mujer doncella y moza; ¿ y tengo de casar-
deseo de tenerle en su compañía que por su bien ; y así no me en la ajena con mujer vieja y que tiene marido? ¿ Q u é
se dejó ablandar ra persuadir de quien tan buenos conse- provecho me será haber dejado los padres, la patria y la
jos le daba. Salió del monasterio acompañándole el abnd hacienda, si ahora hago lo que por no hacerlo lo dejé todo?
como si le llevara á enterrar; y á la despedida le dijo que ¡ Ah triste mongo, que te ves en esta angustia porque v o l -
le veia llagado con una terrible llaga , y como una oveja viste á mirar á la patria que habias dejado por Dios! ¿Qué
descarriada y apartada del rebaño, (pie luego cae en las haces, ó alma mia? ¿ V e n c e r e m o s ó seremos vencidos?
bocas de los lobos. Volviendo, pues, Maleo del monasterio Mejor será que muera el cuerpo y viva el alma; el guar-
á su tierra, hubo de pasar por una soledad y camino de- dar la castidad también tiene consigo su martirio. Diciendo
sierto y peligroso, en el cual los sarracenos soüan saltear esto, propuso de morir antes de casarse; y sacando un c u -
á los caminantes, y por esto procuraban juntarse muchos chillo para matarse dijo á la mujer: Quédate á Dios; que
para poderlos mejor resistir. Juntáronse aquella vez con án!es me verás mártir de Cristo que marido tuyo. Turbóse
sobremanera la mujer, y derribándose á los piés do Mateo
Maleo otros como setenta pasajeros, hombres y mujeres,
le dijo: Ruégete por Jesucristo que no seas ocasión de tu
viejos, mozos y muchachos: y yendo caminando vieron
muerte para mi daño : y si todavía quieres morir, mátame
venir para sí gran miinero de ismaelitas en camellos, me-
á mí primero; porque si lo haces por guardar castidad,
dio desnudos sus cuerpos, con turbantes en sus cabe-
quiero que entiendas de mí que estoy determinada á guar-
zas, y aljabas con saetas colgando de sus hombros, y los
darla cuanto yo pudiere, aunque me viese libre con m i
arcos en sus manos, flechándolos contra ellos. Toda aque-
propio marido. ¿Por q u é quieres m o r i r ? ¿ P o r no juntarle
lla comprima se esparció, y unos por un cabo y oíros por
conmigo? Pues yo moriria si tú quisieses juntarte. Si lo
otro echaron á huir. Maleo, que iba del monasterio á he-
parece, para librarnos del furor de este bárbaro, nuestro
redar, vino á manos de uno de aquellos ismaelitas , y con
amo, seamos para con él marido y mujer, y para con Dios
él una mujer de un hombre que iba en aquella misma
hermanos. Admiróse Maleo de la virtud de la mujer, y
compañía, y también do otro señor, habia sido cautivo.
consolóse al oir sus palabras. Concertáronse de hacerlo
Tomó, pues, el ismaelita al monge fugitivo y á la mujer
así, y vivian como hermanos; aunque Maleo siempre con
casada y sin marido, y cargólos sobre su camello y llevó-
grande recato, no mirando j a m á s el cuerpo desnudo de ta
los por un desierto, temiendo ellos á cada paso caer de la
mujer, ni locándole, por no perder en la paz lo que habia
bestia, por ir mas colgados en ella que sentados. La co-
conservado en la guerra. De esta manera pasaron algunos
mida del camino fué carne medio cruda, y la bebida leche
dias los dos, siendo mas queridos de su seflor, porque es-
de los camellos, rinalmente, después de haber pasado un taba mas confiado que no se huirian. Pero como aquella
caudaloso rio, llegaron á la casa de aquel bárbaro y señor vida era forzada y violenta, y muchas veces Maleo se
suyo, é hicieron reverencia á su mujer é hijos: después acordase de su monasterio y de los monges con quienes
mandaron á Maleo que hiciese oíicio de pastor, y enco- habia conversado; vínole deseo de volver á su aiiligim re-
mendáronle sus ganados. Comenzó á hacer su oficio Maleo, cogimiento y profesión. Comunicólo con la mujer; y los
fiel y diligentemente, mirando por la hacienda de su amo, dos concertaron de huir y de malar dos cabrones que te-
acordándose de lo que dice el Apóstol, que los esclavos nían en el r e b a ñ o , y desollarlos para comer la carne y
sirvan á sus amos como á Dios. Andaba desnudo; porque servirse dolos cueros, llenos de viento, para pasar el gran
el temple de la tierra lo pedia. Tenia oración y cantaba rio que habia en el camino: y así lo hicieron, nó con poco
salmos que habia aprendido en el monasterio. lemor y recelo de ser descubiertos y presos. Anduvieron
Comia queso fresco y leche, y tenia por consuelo estar tres dias, volviendo siempre los ojos á mirar si alguno les
apartado y ver pocas veces á su s e ñ o r , el cual, como vió seguia; y después de. los tres vieron que venia su señor
que aquel cautivo era hombre íicl, y que en sus manos con un criado suyo, en dos camellos en su seguimiento.
cre.ia su hacienda; para hacerle mas fiel y que no tratase Lntráronse en una cueva que estaba allí cerca: y por no
de huir de él y dejarle, quiso (pie se casase con aquella hallar la muerte, huyendo de ella, y ser comidos de alguna
mujer (pie en su compañía habia sido cautiva. Gomo Maleo bestia fiera, se quedaron á una parte de la cueva, sin en-
enleiiilió el intento do su amo, rogóle (jue no le apretase, trar en lo interior y mas escondido de ella. Luego que el
porque no era lícito al cristiano casar con mujer que tuvie- a m ó l o s vió entVKr en aquella cueva, mandó bajar del
se marido, como el sabia que aquella mujer le tenia. To-
DIA 21. OCTUBRE. 271
camello á su criado y enlrar en ella con la espada desen- y padres, ó do hacer algún bien, so apartan del puerto
vainada, aguaidandu el á la entrada para lomar vengan- seguro de la religión y vuelven al golfo turbulento y pe-
za por sus manos de los esclavos fugitivos. Entró el cria- ligroso del siglo? ¿Quién no eslimará la preciosa joya de
do por la cueva adentro, sin ver á los que dejaba á s u s es- la castidad, y por no perderla p e r d e r á cualquiera cosa de
paldas, por enfrar de lo claro en lo oscuro, y comenzó á la tierra, considerando el peligro de perderla que tuvo Mal-
dar voces y á decir: Salid a c á , desventurados hijos de la eo, y lo que hizo por no perderla? ¡ Cuan bueno y cuán
muerte: mirad que vuestro señor os espera. Retumbaba la dulce padre es el S e ñ o r ; pues después de haber probado
voz por las cavernas de aquella cueva, á cuyo ruido salió de y castigado al monge fugitivo, le consoló y le libró de los
lo interior una leona y echó sus garras al criado á vista de dientes de las fieras y de las manos de los hombres, y l o -
los dos que estaban escondidos, y ahogólo, y entróse con él mó por instrumento á la misma fiera para usar de la j u s -
dentro, de donde habia salido. Como el amo vió que su ticia con los infieles, y de misericordia con los inocentes!
criado se tardaba; pensando que los dos resistían á uno, Él sea bendito por lo que hace, y nos dé gracia para ser-
entró con su espada en la mano, furioso y lleno de ira, dan- virle como debemos.
do voces y reprendiendo la tardanza del criado: m a s í a leo- * SAN ASTERIO, PRESBÍTERO Y MÁRTIR.—El papa san Ca-
na, que por voluntad del Señor habia lomado á su cargo la lixto lo ordenó de sacerdote, y ejercía su ministerio en
defensa de Maleo y su c o m p a ñ e r a , acometió al amo y lo Koma y en otros lugares de Dalia, dando en todas partes
dejó allí muerto, como lo habia hecho con el criado. ¿ Q u é muestras de su gran celo y piedad. El sumo pontifice
sentirian en este c a s ó l o s dos esclavos fugitivos, viendo de san Calixto murió marlirízado en defensa de la religión
una parte las espadas resplandecientes de los hombres f u - cristiana, y Asterio dió honorífica sepultura á su cuerpo; y
riosos y bravos contra s í ; y de otra la ferocidad de la leona, como fuese sorprendido por unos paganos al tiempo de
y no sabiendo á cuyas manos hablan de morir? Estaban que- ocuparse en ello, fué conducido delante eljuez y d e n e g á n -
dos; encomendábanse á Dios, esperando la muerte, y te- dose á dar culto á los ídolos, fué echado al Tíber, en d o n -
miendo menos la fiereza de la leona que la ira del h o m - de murió ahogado, alcanzando así la palma del martirio.
bre. Pero el Señor los libró por su misericordia de la una Murió en tiempo del emperador Alejandro.
muerte y de la otra; porque la leona, temiendo que ha-
Los SANTOS DASIO, ZOTICO, CAYO Y OTROS HOCE COMPAÑE-
bia sidodescubierla y que no estaba en aquel lugar segu-
ROS, MÁRTIRES.—Perlenecian estos santos á una legión r o -
ra, lomando en su boca unos pequeños leoncillos, sus h i -
mana acantonada en Micomedia durante los últimos años
jos, se fué y dejó la cueva desembarazada. De allí á un
del siglo I I I . Un dia que se celebraba gran fiesta á los
ralo, pasado ya el temor y sosegado el espíritu, salieron
dioses, y que se habia reunido considerable mullitnd do
los dos de la cueva y subieron en los camellos, que por su
pueblo, se encendieron de repente aquellos soldados en
Sran velocidad son llamados dromedarios, y sustentándo-
santo celo, y atravesando por en medio del concurso, l l e -
se con la provisión quetraian, á los diez dias llegaron á
garon hasta donde estaban colocados los ídolos y los hicie-
tien a d d romano imperio; y dándole cuenta al capitán de
ron pedazos. Cargáronlos en seguida de cadenas y los
Mesopotüima, l i m a d o Sabino, recibieron de él el justo
condujeron á la presencia del juez. Fué aquella una de las
precio de los camellos i con que Maleo volvió á su monas-
ocasiones en que el furor y la rabia de los paganos exco-
terio { aunque halló muerto al abad que habia dejado), y
gitó mas abundancia de recursos contra los cristianos. Azo-
se entregó á los monges y comenzó á hacer de nuevo
tes, fuego, cruces, caballete, tortura, descoyunlacion de
vida de monge. A la r.iujer puso en otro monasterio de
miembros, todo se puso en juego, y lodo Unieron que su-
monjfis, y después, andando el tiempo, siendo ya viejos,
frirlo aquellos esforzados atletas, hasta que viendo el juez
los conoció san Gerónimo (como habernos dicho), y supo
que no solo no se amenguaban sus fuerzas, sino que cada
de Maleo todo lo que aquí queda referido. Al cabo de esta
vez acusaban con mas valor de falsos á los dioses y de
vida dice este santo doctor estas palabras: «Esto me con-
ciegos á l o s que los adorabnn, m a n d ó q u e á c a d a uno le a!a-
tó el viejo Maleo siendo yo mozo, y esto cuento yo viejo á
sen una gran piedra al cuello y que los arrojasen al mar,
los casios por ser historia de castidad, y exhorto á las don-
donde todos quince consumaron el combale del martirio y
ceftss (pie siempre la guarden. Vosotros contadlo á vues-
alcanzaron la victoria.
li'o.s sucesores, para que todos sepan que la castidad en
SANTA CIUMA.—Üuller, en las Vidas de los padres, dice
ios desiertos, y entre las espadas y bestias, no puede es-
que nació esta sania en la ciudad de Meaux, en Francia,
'ar cautiva : y qu^ el hombre que se entregó á Cristo, bien
y que fué educada en las máximas de la piedad. H a l l á b a -
puede morir, pero que no puede ser vencido. » Esto es de
se ya en edad núbil, y estaba prometida á un jóven paisa-
san Gerónimo. El Martirologio romano pone eldia de este
no suyo, cuando, mudando de repente de resolución, tomó
santo monge e|1 2 l de y á ]0 que se saca do]
el velo de religiosa y se puso bajo la dirección de santa
misHio san Gerónimo, debia de ser cerca de los años de Genoveva, que habia curado á una criada suya en una e n -
Cristo de 370 a p e r a n d o Valenliniano. Simeón Metafraste fermedad muy peligrosa. Anade el mismo autor, que la
e s e n b i ó l a vida do Maleo, mongo, y dice que la sacó de sania vivió siempre on absoluta castidad y que murió á
otro monge, por el cual entiende á san Gerónimo, refirién. fines del siglo V. El Martirologio romano, el cardenal Ba-
do|;u.on sus mismas palabras; y Utiass esta vida en el ronio y Galesinio, dicen que floreció en Lyon y que fué
ó p t i m o tomo del obispo Lipomano. madre de san Remigio, obispo de Rheims, Sin embar-
I'ues ¿quien no ve en el discurso de esta vida el peligro go, esta üllima opinión se apoya solo en las adiciones al
" « t i e n e n los religiosos que, habiendo salido del incendio antiguo Martirologio que lleva el nombre de san Gerónimo,
ammi vuelven los ojos atrás y se convierten en esla- y la de Hutlcr está fundada en la relación de los antiguos
t'™ de sal como la mujer do Lol? ¿ Y cuántas veces se en- historiadores de la Iglesia de Meaux, y en una vida qne
s a ñ a n , ios qU0 so (.0i0|. pj(iclnd y ^ t m t * ¿, S(ls deuf]os
trae Surioen su tomo V,copiado de nn niamiscrito inédito.
DIA 22.
m L A L E Y E N D A DE ORO.
bendita hermana Alodia y se los cubrió sin muestra algu-
SAN VUTOR, LECTOB,—Floreció en Lyon bajo el pontifi- na de dolor; y levantando los ojos al cielo, vió subir en
cado de su arzobispo san Justo, del cual no se separó nun- forma de paloma el alma de su hermana: y viendo se en-
ca; pues habiendo resuelto el venerable pastor i r á acabar traba en la gloria, la dió voces diciendo: E s p é r a m e , her-
sus días en un desierto de Egipto, Viator le acompañó allá, mana mía, que ya v o y : y apretándose un paño que tenia
y ambos se entregaron fervorosamente á los ejercicios de en la cabeza, se puso de rodillas sobre el cuerpo de su
la oración y de la penitencia. Parece que el santo lector hermana y el verdugo le corló al instante la cabeza, con
murió algún tiempo antes que su maestro; pero poco des- que voló su bendita alma á acompañar para siempre en
pués de las reliquias de ambos fueron trasladadas á su la gloria á la de su santa hermana. Los paganos echaron
patria y depositadas en la Iglesia de Lyon, donde lian sus santos cuerpos en el rio Barbate, de donde los sacaron
obrado muchos milagros. Véase san Justo en el dia 2 de los cristianos y dieron honorífica sepultura. D í c e s e q u e h o y
setiembre. están estos dos benditos cuerpos en San Salvador de L e y -
de, donde obra Dios por su intercesión grandes milagros.
DIA 22.
Fué su glorioso martirio Jeeves, á 22 de octubre, por los
LAS SANTAS NUNILO Y ALODIA, HERMANAS, Y SANTA CORDU- años del Señor de 8 S 1 ; si bien el comentador de san E u -
LA, VÍRGENES Y MÁRTIRES.—En Hosca ó Hosca, ciudad de logio dice, fué el año de 810, y que la ciudad donde fue-
España de la región Werbetana, cerca de Nájera, vivian ron martirizadas es Castro Viejo; y allí se muestra su santo
dos sanias doncellas, hermanas, llamadas Nunilo y Alo- sepulcro. La ciudad de Huesca las quiere por suyas; la
dia. Su padre era pagano y su madre cristiana; y así lo verdad quede para Dios. Escribieron su vida y martirio
fueron ellas. Quedaron huérfanas de tierna edad y las crió Usuarde; san Eulogio mitfemona/. s í f n e í . , i i , c a p . 1 ;
una lia suya, mujer santísima. En este tiempo se levantó Ambrosio Morales, tn Schol. codic. m a m se.; Trujillo, i n
en España la cruel persecución que contra los cristianos Thesaur. concton., tom. n ; Villegas, m Florsanct. Hispan.;
movió el fiero y perverso Abderramen: y viendo á algu- los breviarios antiguos de E s p a ñ a ; «1 Martirologio romano
nos que por no sufrir los tormentos que tiranamente eje- y Baronio en sus anotaciones y en el tom. Xdesus Anales,
cutaban en los que firmes y constantes confesaban la fé, año 851, n ú m . 5.
apostataban y se hacían moros, los reprendían las dos san- En este mismo d í a s e celebra la Cesta do santa Cordilla,
tas hermanas, diciéndoles, ser gran necedad el negar á virgen y mártir. No dicen los historiadores de dónde fué
Cristo por miedo de no perder esta miserable vida; pues natural; solo escriben que era una de las once m i l v í r g e -
negándole perdían la eterna. Supo esto un califa ó gober- nes, que en tiempo de los hunos, gente feroz, padecieron
nador de aquella tierra l l a m a d o l u m a h i l : mandólas traer marlirÍQCon la gloriosa santa Ursula. Cordula, pues, muy
á su presencia y las hizo grandes promesas sí negaban á niña que era, tuvo miedo y se escondió aquella noche que
Cristo: y visto que ni por halagos ni por amenazas podía sus santas compañeras fueron martirizadas: por eso nu
contrastarlas, mandólas volver á su casa, y echólas, para murió por la fé en el mismo dia: pero la mañana siguiente
que las hablasen y persuadiesen, á ciertas mujeres paga- volvió en sí la santísima niña Cordula, y doliéndose de
nas y á un miserable apóstata, que por temor de la muer- haber perdido la palma del martirio que las de su compa-
te ó por ser vicioso había renegado. Así éste como las pa- ñía habían alcanzado gloriosamente, salió del rincón del
ganas procuraban con astucias, halagos y promesas per- navio donde estaba escondida, y ofrecióse como cordera
suadirlas á que renegasen y se hiciesen inoras; y quien inocente, para que por amor de Jesucristo la quitasen á
mas las persuadía era el renegado, á quien después de ella la vida: lo que hicieron al instante aquellos bárbaros
oido atentamente para confundirle, dijo Nunilo : Dime: si degollándola con grande crueldad ; y así murió por la fé
recihiéremos mí hermana y yo la secta de Mahoma, llena de su Esposo Jesús y llegó á reinar en la gloria, celebran-
de tantos desatinos y liviandades, ¿ e s t a r e m o s seguras que do su esposo con ella el divino desposorio, y colocándola
viviremos en esta vida para siempre? El apóstata las dijo: en el coro de sus once m i l c o m p a ñ e r a s con la palma y co-
Que seáis moras ó cristianas habéis de morir en algún rona de mártir. Y como no se hiciese fiesta de esta santa
tiempo. Pues si es así (dijo la santa), mas seguro nos será como de las otras, porque no recibió el martirio el mis-
morir luego por la fé de Jesucristo; pijes tenemos cierta la mo dia; apareció una religiosa y la dijo que hiciese espe-
gloria celestial para siempre, que no por vivir cuarenta cial fiesta de ella al otro dia después d é l a s once mil v í r g e -
años mas, ser después arrojadas á los infiernos para s i e m - nes, sus c o m p a ñ e r a s ; y por eso la Iglesia de Tortosa que
pre. Fuéronse con esto las paganas y el apóstata avisó al tiene sus sagradas reliquias, reza de ella y de santa C á n -
califa del intento y constancia de las santas v í r g e n e s : el dida á 22 de octubre. Los muy reverendos padres do
cual las mandó prender y luego las sentenció á que fuesen Nuestra Señora de la Merced del convento de Barcelona,
degolladas. tienen también reliquias, en su casa, de este gloriosa santa,
Estando para recibir el martirio, llegó el verdugo y dijo donde es muy venerada. Fué su martirio glorioso á 22 de
á Nunilo que alargase el cuello y recogiese los cabellos octubre por los años del Señor de 383 : escrlbenlo el bre-
para degollarla. Mostró grande alegría la santísima esposa viario de Tortosa; el padre Domencch en su Historia de los
de Jesucristo al oír esto: rodeó con airo y gracia sus her- santos de Cataluña; el Martirologio romano; y Baronio en
mosos cabellos á la cabeza, y se puso de rodillas diciendo sus anotaciones y en el tom. i v de sus Anales, año 383,
al verdugo que la hiriese cuando fuese servido. Dió el n ú m . 3, y sig. ; y Pedro de Natalibus, tu Cathalog., Hb. i x .
golpe el verdugo, y no acertándolo bien, llevóla una par- cap. 87.
te de la hermosa mejilla sin cortarla del lodo la cabeza: * Los SANTOS FELIPE, SEVERO, EÜSEBIO Y HERMETO, MÁRTI-
cayó el bendito cuerpo, y con los vuelcos de la muerte RES.—De estos santos, Felipe era obispo, y Severo p r e s b í -
descubrió parte de sus benditos pié*: corrió al punto sil tero de la Iglesia de Heraclia en Tracia. En medio de las
DÍA 2 2 . OCTUBRE 273
violencias y vejaciones que so habían sufrido durante la cion, y el santo pastor murió en paz en Uierápoiis, por los
persecución de Diocleciano, distinguióse Felipe por su años de ISO, reinando el emperador Antonino el Piadoso.
prudencia y zolo en gobernar su Iglesia. Conociendo cuán SAN MELANIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en la Gran
conveniente era dilatar la religión del Crucificado, formó Bretaña, y habiendo hecho después un viaje á Roma, fué
algunos discípulos, que instruidos en las verdades d é l a convertido y bautizado por el papa san Esteban, que lo en-
fó fueron sus compañeros en el martirio. Cierto dia en vió luego á predicar la fé á las Calías, por los años de 237.
que el santo obispo celebraba con toda solemnidad las ce- Algunos escritores aseguran que san Melanio fué en 260
remonias eclesiásticas, el gobernador gentil le mandó que el primer obispo de Rúan, cuya Iglesia gobernó por espa-
cerrara la iglesia y entregara cuanto en ella había. N e g ó - cio de cincuenta años. Atribuyese al mismo santo la fun-
se á tan injusta pretensión, y entonces fué preso junto con dación de aquella catedral y la de muchas otras iglesias, y
los santos ya nombrados, pues no quisieron separarse de dicen que á sus trabajos apostólicos y á sus milagros so
su pastor. Sub ieron muy mal trato, pues poco faltó que no debió la conversión de muchísimos gentiles, y murió san-
perdieran la vida, la que Dios conservó para confusión de tamente por los años 309 ó 310.
los idólatras y triunfo de la fó. Los santos al dia siguien- SANTA MARÍA SALOMÉ.—Era de Judea, estuvo casada con
te, fueron conducidos á ta plaza pública, y en su presen- el Zebedeo, y fué madre de Santiago el mayor y de san
cia se quemaron los libros sagrados, se repartieron entre Juan Evangelista. Acompañó y sirvió al Salvador Jesús en
los oficiales los vasos sagrados, y se mandó derribarla muchos de sus viajes, y un día le pidió que concediese á
iglesia. Nada de esto amedrentó al santo obispo Felipe, no sus dos hijos, Santiago y Juan, que se sentase el uno á su
cesando de predicar al pueblo á que abjurara sus errores derecha, y el otro á su izquierda cuando estaría en el r e i -
y abandonara sus superslicianes. Ksta constancia ¡fritó al no de su padre. Salomé acompañó después á Jesucristo al
tirano, y remitió otra vez á Felipe y á sus compañeros á Calvario, y no se separó nunca del lado de la cruz, sien-
la cárcel, donde nuevamente fueron maltratados. A pesar- do testigo de todo el misterio de la redención del mundo.
de sus sufrimientos, j a m á s abrió la boca para quejarse; Fué asimismo una de aquellas santas mujeres que compra-
siete meses estuvieron en un calabozo oscuro y mal sano, ron los perfumes para embalsamar el cuerpo del Señor, y
del caal los sacaron al fin para conducirlos á Andrinópolis. que el domingo por la mañana fueron muy temprano al
Otra vez fueron atormentados, basta que por último fueron sepulcro, y encontraron á los ángeles que les anunciaron
arrojados al fuego consumando su martirio, que fué uno la resurrección de Jesús. Todas estas noticias las refiero el
de los mas célebres que viera la Iglesia. Según sedes- Evangelio, y nada mas se sabe de cierto; pues las d e m á s
prende de las actas de Ruínart, fué el ano390,y no acae- relaciones y circunstancias de su vida son, en concepto
ció su muerte en tiempo de Juliano Apóstata. de Feller, aventuradas y apócrifas.

SÍN M.vacos, ODISPO Y MÁRTIR.—Es el primer obispo de SANTA COLAGIA, VÍUGEN.—Según el padre Alonso Re-
Jerusalen, que fué escogido de entre los gentiles, pues los mon, en su Historia de la órdan de Nuestra Señora de la
catorce primeros que gobernaron aquella Iglesia, fueron Merced, fué santa Colagia natural de Barcelona, unos d i -
j u líos do nación. Marcos fué consagrado, según Tillemonf, cen que nacida de noble familia, y otros de la gente p l e -
el año veinte y uno del emperador Adriano, el 138 de Je- beya do la ciudad, aunque todos convienen en que sus
sucristo, y después de un pontificado memorable en sabi- padres vivían santa y ejemplarmente. Desde sus mas tier-
duría y virtudes, murió martirizado en la misma ciudad nos años, la agregaron sus deudos á la compañía de santa
de Jerusalen el año 136, en tiempo del emperador Anto- María de Cervellon ó del Sucos, para que la grande i n c l i -
nino. nación que en ella había puesto Dios para todo lo bueno,
Los SANTOS ALEJANDRO Y IÍERACUO, MÁRTIRES.—San Ale- fuese prosperada con los actos y ejemplos de esta santa
jandro era un, obispo griego, que se ocupaba en extender virgen. Desde luego resplandeció en ella un amor entra-
<íl rebaño do Jesucristo, predicando incesantemente su ñable á la clausura, á la pureza, á la paz y á la mas ciega
Evangelio, y convirtiendo muchos infieles á la fé. Preso obediencia : sus prendas y recomendables circunstancias
por órden del prefecto del país, fué escarnecido y ator- la hacían un vivo retrato de santa María. Cuando esta mu-
mentado cruelmente; pero en medio de los suplicios, no rió, estaba Colagia tan adelantada en toda virtud, que la
abandonaba su tarea, sino que continuaba predicando. eligieron por prelada en su lugar aquellas siervasde Dios,
Admirado de su inalterable constancia, un soldado llama- que se habían reunido para vivir vida común y m o n á s t i -
do Heraclio, que lo custodiaba, abrazó la religión y reci- ca, bajo la dirección de María del Socós. Desde entonces
bió el bamisrao, por cuyo motivo fué también juzgado y procuró Colagia, que no se hallase en su vida y conducta
decapitado. San Alejandro continuó todavía sus exliorta- cosa alguna, que pudiese uosclo escandalizar, pero ni aun
ciones a los gentiles, y obró algunos milagros, á cuya entibiar á sus hermanas en la perfección de su estado.
vista abrazaron también la religión cristiana tres mujeres Dos veces al día se tomaba á sí misma cuenta de cómo
griegas, que luego fueron asimismo martirizadas con el había vivido, y reprendía y castigaba ásperamente en sí
santo obispo en una ciudad de Grecia, durante el s i - los descuidos que ochaba de ver en sus obras, los instan-
glo I I . tes desaprovechados, la distracción, la falla de vigilancia
S.vx ARERCIO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció durante el y de zelo por el mayor adelantamiento de su comunidad
siglo I I d é l a Iglesia, y fué obispo de Uierápoiis, en Fri- en la perfección evangélica. Hacia todo esto anegada en
gia. Aunque suspiró conlinuamenle \ m la gloria del mar- lágrimas, con gran devoción y ternura, y gastando en
i n o , no pudo nunca conseguir esta dicha, porque hasta ello tanto tiempo, que apenas le quedaba para otra cosa.
los mismos paganos respetaban sus virtudes. Sus exhor- Por esto camino llegó á hacerse muy humilde y muy ene-
miga de sí misma, aborreciendo á su carne mas que á
taciones animaron á los cristianos de aquel tiempo á su-
cualquiera otra cosa. Juzgábase por la criatura mas i n g r a -
frir con resignación y alegría los estragos do la persecu-
mio m. 35
L A LEYENDA DE ORO. DIA 23.
iñ á Dios de cuiintas vivían, teniendo á lodos por mejores pretorio, llamado Viator: y como afirma san Isidoro, fue-
íjue ella; y por esto quería á todo el mundo con entrañable ron de él muy atormentados con azotes y peines de hierro,
amor y caridad, procurando disminuir las culpas ajenas y y otros géneros de crueldades: y para que mas gloriosa-
teniéndolas por átomos en comparación de 1Í^ suyas pro- mente triunfasen y fuese mas dura y larga la pelea, par-
pias. De este modo logró ser dechado de toda virtud; h u - tiéndose Viator á Tánger, mandó llevar Iras sí á los santos
milde, pobre, casta, compasiva, limosnera, contemplativa, mártires á pié y cargados de cadenas, con mucha ham-
sufrida y apacible. Además de es!o, fué ennoblecida Cola- bre y mal tratamiento; mas ellos, armados con la fir-
gia con el don de milagros, y con el de lágrimas, que meza de la fé, todo lo sufrían con extremada alegría y
como eran lágrimas de ojos humildes, le merecieron en constancia. Llegado á la isla de Cádiz, Yiator (porque allí
esta vida el poder y el reino de Dios, y le dieron confian- se quería embarcar para T á n g e r ) , los mandó degollar en
za y ánimo para comparecer tranquila en su tribunal, á una heredad que llaman Ursoniano, á los 23 de octubre, y
buscar el premio de la virginidad y de las d e m á s v i r t u - en este día hacen conmemoración de ellos los Martirolo-
des. Poco después de muerta, que fué á fines del s i - gios romano, de Beda, Usuardo y Adon; y en el Breviario
glo X I I I , quedó su cuerpo resplandeciente y hermoso, toledano, en un himno sagrado se cantan las proezas y
echaba de sí una fragmeia agradable; y fué sepultado con coronas de estos santos. El Martirologio romano dice, que
gran concurso del puehlo, en la misma ciudad de Burcelo- el cuerpo de san G e r m á n está sepultado en Mérida, y el
n a , en el convento de Santa Eulalia de padres merce- de san Servando en Sevilla. Adviértase, que no todos los
narios. autores que escrihen de estos santos, que aquí quedan re-
SAN FELIPE, OBISPO Y MÁnTm.—Gobernó la Iglesia de feridos, los ponen por hijos de san Marcelo el Centurión,
Ferino, ciudad de la Marca de Ancona, durante el siglo I I I , ni por hermanos entre s í ; aunque todos dicen que san
y d e r r a m ó su sangre por Jesucristo, en una de las perse- Marcelo el Centurión fué mártir, y que tuvo doce hijos que
cuciones que en el mismo siglo excitaron contra los fieles le imitaron y merecieron la corona del m a r t i r i o : pero el
los emperadores paganos. breviario de Évora y Juan Yaseo, y algunos otros escrito-
SAN DONATO, OBISPO V CONFESOR.—Nació este santo en res, les ponen los nombres que aquí quedan escritos, y d i -
Escocia, y habiendo ido á Italia para visitar el sepulcro cen que estos son los hijos de Marcelo; y nosotros los h a -
de los santos apóstoles y aprender las sagradas Letras, se bernos seguido, por no tener certidumbre de lo contrario.
quedó allí, y llegó á ser obispo de Fiésoli. Desempefió su * SAN PEDRO PASCUAL.—Véase su vida en el d í a C d« d i -
santo ministerio con admirable zelo y caridad, y murió en ciembre.
Toscana, se Ignora la época. SAN TEODOBO, PRESBÍTERO Y MÁRTIR.—A mediados del s i -
SAN YEUECUNDO, OBISPO Y CONFESOR.—Natural dcltalia, y glo IV, gobernaba el Oriente un tío del emperador Ju-
heredero de un rico patrimonio, lo renunció todo para con- liano, que se llamaba también Juliano y era apóstata
sagrarse solo á Dios, lletiróse á vivir en la soledad, de la como él. Sabiendo que las iglesias tenían muchos v a -
cual fué después como arrebatado, para ser consagrado sos de oro y piala, quiso apoderarse de ellos, y publi-
obispo de Verona. Atemorizado con esta carga, quecrew có un edicto para que se cerrasen lodos los templos y
saperior á sus fuerzas, pasaba el día trabajando sin des- se le entregasen sus tesoros. Teodoro estaba encargado
canso en ol arreglo de su diócesis, y las noches en oración del depósito de los de Antioquía y se negó á obedecer los
y l á g r i m a s , pidiendo al Seílor le ayudase en el buen acier- edictos, por cuyo motivo fué preso y conducido al gober-
to de sus obras. El cielo le oyó bondadoso, y Veracundo nador, á quien reprendió por su locura y apostasía. El go-
fué uno de los prelados mas recomendables, no solo por bernador indignado, mandó que azotasen al santo en las
sus extraordinarias virtudes, sino por la visible protección plantas de los pies y «n la cara, y le hizo descoyuntar los
que el cielo le dispensaba, obrando por su medio m u - brazos y las piernas. El cuerpo del ilustre mártir quedó e n -
chas maravillas. Fué sumamente venerado y querido teramente dislocado; pero no por esto se extinguió su v a -
de sus ovejas, y se cree que murió en paz, durante el s i - lor, n i la crueldad del tirano. Extendiéronle sobre el potro,
glo Y . y cuando y a la sangre salía á borbotones de todas las par-
tes del cuerpo, aplicaron sobre sus puras carnes hachones
encendidos. En medio de estos dolores, el santo levantó
DIA. 23.
con fervor los ojos al cielo, y dió un grito pidiendo mise-
Los SANTOS SERVANDO Y GEBMAN, MÁRTIRES.—San I s i d o - ricordia para sus verdugos. Estos detuvieron en aquel
ro y otros autores, escriben que Servando y Germán fue- mismo instante la ejecución, y habiéndoles reprendido J u -
ron presos y que llevados delante un juez de los empera- liano por su torpeza, contestaron que no querían continuar
dores romanos, fueron atormentados y después salieron l i - el suplicio, porque habían visto que los ángeles acudian á
bres, con titulo de confesores: que así se llamaban a n t i - confortar á Teodoro. Entonces Juliano mandó que lo de-
guamente los que habían confesado en publico juicio su gollasen, cuyo mandato se ejecutó el año 362 de Jesucristo,
fé y el nombre de Cristo, siendo ó no siendo atormenta- en la ciudad de Antioquía.
dos, si quedaban con la vida. Comenzó nuestro Señor á SAN SEVERINO, OBISPO Y CONFESOR. — F u é este sanio
hacer muchos milagros por estos santos, dando salud á originario del Asia, y de aquí se dirigió á Burdeos. El
muchos enfermos y librando los endemoniados; y con obispo de esta ciudad, llamado Amando, que habia sido
estos milagros y su santa vida y doctrina hacían gran elegido el año 404, tuvo una revelación que le anunciaba
guerra á los demonios, destruyendo sus templos, y con- la llegada del siervo de Dios. Salió pues á recibirle, y á
virliendo los gentiles y animando á los fieles. Estando ocu- pesar de que no se habían visto nunca; al encontrarse en
pados en estas santas obras en la ciudad de Mérida, fue- medio del camino, se saludaron mutuamente por sus nom-
ron presos por mandado de un vicario del prefecto del bres. Amando condujo á Severino á la casa episcopal, y
nrA S3. OCTUBRE.
habiendo (Jcspucs conocido su emiriento santidad, le obligó aun con esto la crueldad de Miguel: lo hizo encerrar en
á encargarse del gobierno de la Iglesia de Burdeos, y se el sepulcro de Coprónimo, y lo entregó á fres honjbres
puso él mismo bajo su dirección. Severino fué Un paslor bárbaros para que lo atormentasen, quienes después de
digtlo y ejemplar; y solo tuvieron sus ovejas el Sentimiento haberle maltratado y desfigurado á fuerza de golpes, lo
de que su episcopado fué tan solo de pocos afios. Después dejaron desnudo sobre el mármol en lo mas crudo del
do su muerte, gloriosa en grandes milagros, la ciudad de invierno. Durante los quince dias que permaneció Ignacio
Burdeos le aclamó por su patrón, y todavía conserva sus en poder de estos hombres, casi sin comer y sufriendo to-
reliquias. El Martirologio romano dice que Severino fué da suerte de indignidades, uno de ellos le cogió por fuerza
obispo de Colonia, cuya opinión, según Bullor, se halla la mano y le hizo poner una cruz en un papel en blanco,
deslituida de lodo fundamento. el cual fué en seguida entregado á Focio, y éste escribió
SAN IÍOM.VN, OBISPO Y CONFESOU.—Hijo este santo de pa- ea él y junto á la cruz, las siguientes palabras: a Yo I g n a -
dres franceses, que le consideraban como el fruto de sus cio, indigno patriarca de Costantinopla, confieso que be
oraciones, fué educado en la mas acrisolada piedad. Cuan- entrado con irregularidad en la sede patriarcal, y que lie
do llegó á la edad de figurar en el mundo, fué enviado á gobernado la Iglesia tiránicamente.» En fuerza do ésta
la corte del rey Clotario I I , cuya estimación se g a n ó , y pretendida renuncia, fué Ignacio puesto en libertad y se le
que le nombró gran canciller. El año (526, quedó vacante señaló para su residencia el palacio de Posa, que habia
la silla episcopal de Rúan, y en la inmediata elección todos hecho construirla emperatriz, su madre. El ilustre perse-
los votos se Gjaron en Román, que á pesar de sus excusas guido apeló de estos procedimientos al papa Nicolao I , que
y repugnancia, se vió al fm obligado á aceptar. Apenas indignado contra la conducta de sus legados, declaró nula
hubo recibido la consagración, se dedicó con todas sus la deposición de Ignacio y la ordenación de su persegui-
fuerzas á destruir en su diócesis los últimos restos de la dor. Sin embargo, el santo obispo permaneció en el des-
idolatría, y á derribar los templos que quedaban de los tierro, hasta que, habiendo subido al trono imperial Basi-
ídolos. Hallándose una vez en la córte de Dagoberlo por lio el Macedonio el año 867, le restableció en su Iglesia-y
asuntos de su Iglesia, supo que una inundación del Sena deportó á Focio. Este y sus partidarios fueron a d e m á s ana-
estaba causando grandes estragos en su ciudad: al m o - tematizados por el cuarto concilio general congregado en
mento, abandonándolo todo, corre el santo al socorro de Constantinopla dos años d e s p u é s ; pero Ignacio sobrevivió
sus ovejas, y llegando á la ribera, se pone de rodillas á muy poco tiempo á su triunfo, pues murió á ia edad do
orar, y de repente vuelven las aguas á su cauce. Sus m i - ochenta años, el de 87T.
lagros excitaban la admiración pública; pero sus eminen- SAN JUAN DE CiPisiaANO, CONFESOR —Nació en !a villa
tes virtudes fijaban todavía mas la atención general. Ma- de Capistrano, en el reino de Nápoles, el año 1383. Des-
ceraba su cuerpo por medio de continuas austeridades, y pués de haber aprendido la lengua latina en su patria, fué
después de haber consagrado todo el dia á las penosas á Pcrusa á estudiar el derecho civil y canónico, y recibió
funciones del ministerio, se entregaba por la noche á los el grado de doctor en ambos derechos. Sus talentos y una
ejercicios de la oración. Después de trece ailos de episco- fortuna considerable, le proporcionaron ocasión do brillar
pado, fué advertido por el cielo que se acercaba su fin. exlraocdinariamente en el mundo, y uno de los principales
Redoblando entonces su fervor, sus oraciones y los rigores habitantes de Perusa le dió su hija en matrimonio. D u -
de su penitencia, vió tranquilo Hogar su úllima hora y rante las desavenencias sebrevenidas en 1403 ontre la ciu-
descansó en el Señor el dia 23 de octubre del año 639. dad de Perusa y el rey de Nápoles, Júan figuró un papel
SAN 1GNAOIO,OBISPOY COPÍFESOU.—FUÓ hijo del emperador muy importante como negociador de la paz; pero habien-
de Ol iente Miguel Guropalalo, y después do haberse d e d i - do sido preso por falsas sospechas de infidelidad, estuvo
cado al estudio en la soledad del claustro, fué elevado á la algún tiempo en la c á r c e l ; y en ella, habiendo inflexiona-
silla patriarcal de Constaiilinopia el a ñ o 8 i 6 . El zelo que do seriamente sobre la inconstancia de las cosas hiimaoas,
desplegó el santo contra los desórdenes del favorito y p o - resolvió entregarse del todo á Dios. Cuando recobró su l i -
deroso Bardas, irritó de tal modo á este cortesano, que bertad, habia perdido á su esposa : se fué á Capistrano,
hizo deponer á Ignacio y colocar en su lugar á Focio, que vendió todos sus bienes, dió su producto á los pobres, y
fué consagrado en 837 contra todas las leyes de la I g l e - en seguida tomó en Perusa el hábito de la religión de
sia. Este indigno sucesor del santo patriarca reunió un San Francisco, el año 1413. Pasó por las pruebas mas pe-
concilio en Constantinopla el año 8G1 para hccerle anate- nosas, y después de hecha su profesión siguió en su peni-
matizar. Acudieron á este concilio trescientos diez y ocho tencia y humildad llevadas al mas alto punto. Su oración
obispos, entre los cuales habia dos legados del papa, que era casi continua é interrumpidas solamente por las tareas
p i d i é r o n s e hiciese comparecer allí á Ignacio. El empera- de la predicación evangélica, á la cual se dedicó con un
dor Miguel I H , llamado el Borracho, el Nerón de Oriente, ardor infatigable. El cielo le concedió la gracia de compo-
perseguidor del hombre apostólico y favorecedor del eu- ner las diferencias de los príncipes y de los pueblos, y nías
nuco intruso, no quiso consentir á lo podido por los lega- de una vez á su sola voz se olvidaron los mas encarniza-
dos, sino con la condición de que Ignacio compareciese dos resentimientos. Dos veces fué elegido vicario general
vestido de mongo. El santo tuvo que sufrir entonces los de los franciscanos reformados, y en los seis años que g o -
ultrajes é insultos mas crueles de parte del príncipe y de bernó esta orden, desplegó su sabiduría, su inteligencia, y
os mismos legados, que contra las expresas instrucciones particularmente la elevación y roctiludjde sus miras. Los [la-
.Poniífice, se hicieron culpables de la mas odiosa pre- pas MartinoV, Eugenio IV, NicolaoVy Calixto III le emplea-
varicación, y de parta del concibo que, no habicndo.podi- ron con frecuencia en los negocies mas importantes, hasta
do obtener que diese su dimisión, le hizo quitar sus h á - hacerle su legado en algunos concilios. Mientras desempe-
ijitos y lo despidió cubierto de harapos. Pero no se satisfizo ñaba los encargos que le confiaba la silla apostólica, iba
27 G LA LEYENDA DE OIU). DÍA ¿4,
predicando por todos los paises que alravesaba, y en to- procuró quitarle este regalo, valiéndose para esto de uña
das partes sus palabras producían abundante fruto. Recor- tiera sierpe, antigua amiga suya, haciendo que esta se
rió, como unapósloU toda la llalla, laBobcmia, e] Austria, fuese á la cueva, para ver si con el temor huia el santo;
]a Baviera, la Polonia y ia Hungría, y en la Moravia convir- pero fué cosa maravillosa, que en tres años que habitó
tió mas c'ecualro mil busilas. Habiéndose apoderado Maho- con él la sierpe enemiga, y en ella el demonio, j a m á s le
met I I de Constanlinopla el afio l í b 3 , el papa Nicolao Y inquietó de su continua oración, ni la tuvo el menor te-
e n c a r g ó á Juan el i r á exhortar á los príncipes cristianos mor, aunque ella hacia todas sus diligencias para ponerle
¡i tomar las armas contra los progresos del enemigo común. horror y miedo; ántes en el tiempo que daba al descanso,
Reunióse después un ejército de cruzados al mando de Juan si alguno tenia, se divertia con ella, dando gracias á su
Corvino gobernador de H u n g r í a , el cual siguió siempre Criador al verla, y la ponía ya el pié, ya la mano dentro
Juan de Capislrano, y este ejército fué el que contuvo ^os d é l a fiera y venenosa boca, y decia: Si tienes licencia de
progresos de los turcos en Europa por medio de una v i c - morderme y herirme, házlo; que yo pronto estoy para
toria decisiva ganada en Delgrado por los cristianos bajo obedecer, sufrir y padecer. Al fin, viendo el enemigo
el oslündarte de la cruz que llevaba el fervoróse misione- mortal que siempre iba de vencida, y ganaba Marcio con
ro. Después de esto, Juan cayó mortalmcnte enfermo, y lo mismo que él juzgó que perdiera, pasados tres años,
sobrellevando con admirable resignación y paciencia las un día, desesperado, dió un fiero bramido, y saliendo de
incomodidades de su larga enfermedad, acabó tranquila- la cueva la sierpe, se arrojó por un lado del monte preci-
mente sus días el 23 do octubre del año 1456, en Villack pitada, y con el fuego que de s í arrojó, abrasó todos los
corea de Sirmich. El papa Benedicto XHI lo canonizó so- árboles que por aquella parte que se despeñó habia; mos-
lemnemente, el año n 2 4 . trando Dios á su siervo, cuánta era ia virtud de la sierpe
SAN VIRO, OBISPO V CONPRSOB.—Fué obispo de Salerno, (de que lo habia defendido tre& años) para acabar con é l ,
y se sabe que era tan grande su caridad con los pobres, pues así abrasaba la m o n t a ñ a .
que una vez, no teniendo nada que darles, se puso en^ ora- Este varón santísimo, luego que se encerró en aquella
ción, y aparecieron dos ángeles que le dieron socorros para cueva,propusoensu corazón no mirar j a m á s mujer alguna,
que los distribuyese á los necesitados. Asistió á varios nó por menosprecio del sexo, sí por huir la tentación y
concilios donde hizo brillar su profundo conocimiento en riesgo de mirarlas. Cierta mujer liviana oyó decir este
las sagradas Escrituras y en la disciplina de ia Iglesia, y prodigio cierto día (que no permite Dios se oculten las v i r -
acabó sus dias en santa paz. Su cuerpo está enterrado en tudes grandes de sus siervos), y sin duda instigada de la
la catedral de Salerno, en la que banse obrado por su i n - vencida sierpe, atrevida se subió al monte, y deshonesta
tercesión grandes maravillas. se fué á la cueva. Miró el santo por una ventanilla que t e -
SAN DOMICÍG, PRESBITEUO Y MAIITIB.— Fué natural de la nia, y de léjos conoció era mujer la que venia: púsose en
diócesis de Amiens, y habiendo sido ordenado sacerdote oración, y el rostro sobre la tierra, perseverando de esta
y agregado al clero de la misma Iglesia, se distinguió en suerte (inmóvil como una piedra) tanto tiempo, que la des-
la predicación del Evangelio, hasta que mereció dar su honesta mujercilla, cansada de estar en la ventana á ver
vida por Jesucristo durante la persecución del emperador si alzaría los ojos el santo á mirarla, se fué desesperada
Diocleciano. y corrida: la cual, al punto que bajó del monte, murió;
S A \ BENITO,CONFESOR.—Solo sabemos de este santo que dando Dios con esto á entender cuánto se habia ofendido
fué natural del Poitou, en Francia, donde vivió y murió de que aquella deshonesta mujer se atreviese á querer
coronado de merecimientos. inquietar á su siervo.
En otra ocasión sucedió que venia mucha gente á verlo
D1A2Í. á su cueva, y pedirle remedio á sus necesidades y aflic-
ciones; porque tenían experiencia de que milagrosamente
SAN MAIICIO, ERMITAÑO Y CONFESOR.—El gran padre y consolaba á todos. Era muy estrecha y á s p e r a l a senda
máximo pontífice san Gregorio, en el libro m de sus Diá- para subir al monte y guiar á la cueva: iba un niño des-
logo&, capítulo 16, trae la vida del glorioso san Marcio con cuidado: tropezó y cayó rodando el monte abajo, á una
estas formales palabras. Poco há que en el monte Marsico, profundidad tan grande, y por entre tantas breñas y pe-
enCampania, hizo vida solitaria el bendito Marcio, estan- fias, que todos cuantos le vieron caer, no solo lo tuvieron
do encerrado en una cueva muhos años, á quien yo y m u - por muerto, pero aun juzgaban que en la mitad del camino
chos de los monges conocimos muy b i e n : ¡de cuya vida se habría hecho dos mil pedazos. No obstante, como p u -
yo supe muchas cosas ; porque las v i , y otras me refi- dieron bajaron á buscarle, para dar sepultura al c a d á v e r :
rieron m i antecesor el papa Pelagio, de santa memo- y cuando todos le lloraban muerto y hecho polvos, le h a -
ria, y otros varones religiosísimos. Toda su vida fué llaron vivo, sano y bueno, atribuyendo todos á la oración
un m i l a g r o ; pero este fué el primero: que al instante del bendito Marcio tan claro y portentoso milagro, dando
que se encerró en la angosta cueva del dicho monte, por él infinitas gracias á Dios.
que él mismo cavó é hizo en una tosca peña,, salia de Sobre la pefla y cueva de Marcio sobresalía otra p e ñ a
esta tanta cantidad de agua, cuanta el siervo de Dios de formidable grandeza, y estaba de suerte que cada i n s -
Marcio había menester para su uso cotidiano, sin q u e j a - tante parecía caerse y amenazar una gran ruina al siervo
m á s sobrase, ni faltase á la necesidad, mostrando Dios de Dios. Rogáronle muchos se mudase á otro sitio ménos
con tan patente milagro, cuánto le agradaba la vida s o l i - peligroso; mas él respondía, que ya Dios le habia s e ñ a l a -
taria de su siervo; pues le ministraba con tan perenne do aquel. Un varón ilustre vino un día acompañado de
milagro el agua que necesitaba,do una tosca y dura p e ñ a . gran multitud de aldeanos, movido de piedad, con ins-
Pero el antiguo enemigo, como siempre arde de envidia, trumentos que pudiesen quitar y derribar del todo oque-
DIA 2Í. OCTUBRE. 277
Ha gran pena qac cada instante parecía caerse: rogó al casa de campo llamada Mas Calvó, nació Bernardo. Des-
sanio quo se saliese de la cueva mientras la derribaban, cubrióse en él desde niño grande afición á las letras, y
teniendo por cierto que al caer hundiria la cueva y mala- también grandes deseos de servir á Dios; por manera que
ria al santo glorioso; pero él dijo, que de ningún modo antes de prepararse al estudio se disponía por medio de la
saldría do su cueva; que ellos hiciesen lo que fuesen ser- oración, llegando de este modo á tal grado de conoci-
vidos. Al fin comenzaron,su obra: y cuando mas instru- miento en las ciencias que era la admiración de la univer-
mentos le habían puesto para que no cayese por aquella sidad de Lérida, en la que hizo sus esludios. Luego de
parle, se les fué de repente de las manos, y cayó aquel concluida su carrera, trató de retirarse del mundo entran-
corpulento peñasco por donde todos juzgaron haría diez do en la religión del Císler, en el monasterio de Santas
mil pedazos al santo y su cueva; pero el Señor lo ordenó Cruces. En vano trataron sus parientes de retraerle de su
de otra suerte, enviando un ángel que lo llevase en el a i - resolución, pues venciendo lodos sus engaños y seduccio-
re, hasta salvar la cueva y habitación de su siervo i con nes hizo sus votos con toda la solemnidad que usa la I g l e -
que cayó después en tierra, sin causar el menor daño ni sia. Desde entonces no trató de olra cosa que de ser fiel á
susto al glorioso santo; que aun no quiso su divina Majes- los votos que habia emitido, y de dedicarse con mas ar-
tad 1c divirtiese el ruido ó susto, de la oración y contem- dor al estudio para ser útii á la Iglesia y al estado. Dedi-
plación en que estaba. Quedaron todos maravillados del cóse al ministerio de la divina palabra, siendo mucho el
prodigio, y dieron á Dios iníinitas gracias, y Maicio mas fruto que recogió de sus sermones. Nombrado abad del
quo todos. propio monasterio, gobernó con prudencia y celo á sus
Púsose una cadena á un pió al instante que se fué á v i - subditos, y cuando el pueblo y clero do la diócesis de A'ich
vir á aquel monte, para no poder salir de su cueva en t o - le nombró su obispo, so consagró enteramente al bien es-
dos los días de su vida, n¡ moverse mas que el corlo es- piritual y temporal de sus feligreses. La predicación de la
pacio de la cadena, que era corta y tenia el remate c l a - divina palabra, la conmiseración para con los pobres, las
vado en el peñasco. Tuvo noticia el glorioso padre san visitas á l o s enfermos, eran sus principales obligaciones,
Benito do Marcío, y de la prisión en que se habia puesto siendo el padre d é l a s viudas y do los huérfanos y el con-
tan estrecha y trabajosa, y envióle á decir por un discí- suelo de los atribulados. Visitaba las parroquias de su d i ó -
pulo suyo estas palabras solas: Sí eres siervo de Dios, no cesis cada dos anos, procurando atajar los escándalos, es-
le prenda ni le ale la cadena de hierro, sino la cadena de lirpar los vicios y poner freno á las pasiones. Pero á pesar
Cristo. iCosa rara! Apenas oyó estas palabras, cuando se de sus muchas ocupaciones tocante á la diócesis, no o l v i -
quitó la cadena del p i é ; pero quedó tan preso sin ella, daba las penitencias y mortificaciones, que por cierto
que j a m á s se apartó, ni pur un instante, de! mismo lugar eran rigurosas y continuas. Después de arregladas las co-
cn que le podía tener preso y atado la cadena; porque la sas de su obispado, pensó en otras mas grandiosas e m -
obediencia le aprisionó con Cristo, suave y divina cadena. presas. Por aquellos tiempos ios moros tenían oprimido el
A la fama de su gran santidad se siguió, no solo el con- reino de Yalencía, y Bernardo llevado del celo por la reli-
curso ya referido de gente que se venia á valer do sus gión, y de conmiseración en favor de sus hermanos, so
oraciones, sino también el tener muchos discípulos, que, juntó con algunos caballeros y se dirigieron á aquel reino,
á imitación suya, se quedaban á vivirjen aquel desierto, libertando muchos lugares y castillos de la tiranía de los
cerca de la cueva del bendito Marcío. Estos tenían un po- infieles, en cuya empresa le asistió Dios muy claramente.
zo, de donde sacaban el agua que habían menester; pero Vuelto á su obispado pasó al monasterio de San Cugat del
cada día se rompía la soga con que ataban el cubo ó her- Valles, ó bien al de la cartuja del Monte-Alegre para en-
rada con que la sacaban. Teníase el glorioso sanio la ca- tregarse á la penitencia, mas conociendo que la voluntad
dena en que á los principios se a t ó , como dijimos, en la de Dios era que estuviese en su diócesis para dirigir su
cueva : pidiéronsela, y él la dio al instante: atáronla á un rebaño, volvió á ella continuando con nuevo fervor el c u i -
pedazo de la soga de esparto con que sacaban el agua; dado de su amada grey como solícilo pastor. Así paso su
was (¡ó virtud divina!) al instante que la soga locó aquella vida el glorioso Bernardo, hasta que habiéndolo sobreco-
cadena que había tenido atado y preso el bendito pié de gido una enfermedad, y conociendo se acercaba el fin do
Marcío, se bízo tan fuerte, como sí fuese también de hier- su v i d a , s c p r e p a r ó para morir dignamente, acabando sus
ro como la cadena, sin que j a m á s se rompiese ni tuviesen días en la misma ciudad de Vich el dia 26 de octubre del
mas cuidado deque se les rompería. A l fin, lleno de días ano 1243.
Y nulagros, descansó en el Señor, entregándole su bendi- SANMARTUUAN.—En Bañólas, población del principado
ta alma (para que la coronase en su gloria) á los 24 de oc- de Cataluña, provincia de Gerona, y partido judicial de la
tubre [dia en que la Iglesia celebra su fiesta) por los años misma ciudad, se venera al ilustre san Martirían, patrón
del Señor de íifiO. Escribieron su vida el dicho san Grte* del pueblo, y su fiesta se celebra en este dia.
gono Magno en el lugar citado; san Gregorio Turonense, SAN BAFAEL,ABC.ÍNGEL.—En el año nueve de Oseas,rey
Be slonaconfes., cap. w • pedl,0 de Nala]ibllS) i n Calha_ de Israel, y elseis de Exequias, rey de Judá, e r 3 2 8 í { de
lo& m m . , hb. i x , cap. 102; ei Martirologio romano, y la creación del mundo, Salmanazar, rey de Asiría, tomó
Baromoensus anotaciones. Dante los dichos padres dos á Samaría y arruinó el reino de Israel y de las diez tribus.
nombres a nuestro glonoso santo : uno es Marcío, y otro Uno de los cautivos que llevó aquel príncipe á Nínive, fué
M a i t m ; pero lo común es llamarle Marcío: y as lo l l a - Tobías, hijo de Tobíeí y nieto de Ananiel, de la tribu y
ma el Marfrologio romano. También hace mención de él ciudad de Neftalí, que estaba en la alta Galilea. Con el
W e n m D e v m S ü l u s l . o r d m . S . B e n c d i c i i , l i b , „ cap ¿ fué también cautiva su mujer y un hijo pequeño que t e -
* SAN BERNARDO GÍLVÓ, OBISPO Y cojíFEsoa.—En el ar- nían. Era Tobías hombre de gran piedad, el espejo de
zobispadodo Tarragona, parroquia do Villaseca y en una virtud para su pueblo; y Scnaquerib lo trató muy bien ai
278 LA LEYENDA DE ORO. m t v .
principio; poro luego empezó á mirarle con rencor porque t a primera noche de su viaje, habiendo salido Tobías á
se ocupaba en enlerrar los muertos, á quien queria él que lavarse los piés en el rio Tigris, fué acometido por un gran
no se diese sepultura. A los cincuenta y seis años de su pez, qué paracia le iba á tragar,y espantado el jóven , ex^
edad perdió Tobías la visla, y cuando él daba gracias á clamó gritando : Señor, que me embiste. El ángel entor.*-
Dios por esta calamidad, sus deudos le insultaban dicién* ees le mandó que lo sacase á Ift ribera , le abriese US en-
dolé que no le habia valido la piedad y misericordia para trañas, y le arrancase el coraron, la hiél y el hígado, q u é
no quedar ciego: les contestaba como varón de Dios, que seria medicina para varias dolencias. Rizólo así Tobías, y
los bijos de los santos nada tienen que esperar en el m u n - lo d e m á s , después de haber comido parte, lo salaron para
do; pues su esperanza está en aquella otra vida que guar- lo restante del viaje.
da Dios para los que aquí le son fieles. Llegados á Rages, dijo el ángel al jóven, que en aquella
Mientras que Tobías pasaba sus trabajos con paciencia ciudad vivía un pariente suyo, llamado Raguel, que tenia
y rogaba á Dios que recibiese en paz su espíritu si así era una hija única nombrada Sara , y le persuadió que la p i -
su voluntad ; habia muy lejos de allí, en la ciudad de Ec- diese por esposa á s u padre, prescribiéndole los medios
batana, en la Media, una linda jóven llamada Sara, hija con que se habia de guardar del demonio que habia dado
de Raguel, la cual hacia también oración á Dios por una muerto á sus primeros maridos. Salió este negocio como
causa semejante á la de Tobías. Afligíase éste por la ce- el arcángel habia dicho , porque Tobías siguió su consejo
guera y por las calumnias de la virtud con que era insul- con toda éittfOtUiMtí y Rafael, por la virtud invisible y o m -
tado : Sara por la pérdida de siete esposos seguidos, á nipotente de Dios, tomó al demonio y le quitó el poder que
quienes el diablo Asmodeo le habia muerto en la noche hasta entonces habia tenido en la casa de Raguel , ó por
primera de las bodas. La oración de entrambos fué oida mejor decir, en los maridos que se habian hecho indignos
de Dios de otro modo que ellos pensaban , y para a l i - de tener por esposa á Sara. Cobraron luego el dinero de
viar sus males destinó el Señor al a r c á n g e l san Rafael, Gabelo, y Tobías, acompañado de su esposa,, volvió á la
cuyo nombre significa « m e d i c i n a de Dios. » Tobías, casa de su padre, sano y gozoso, y lleno de riquezas que
creyendo que oiria Dios su oración sacándole en paz no esperaba , y a d e m á s con la hiél del pez, untando lo
de este mundo, llamó á su hijo Tobías, que entonces tenia ojos del anciano Tobías, lereslíluyó la vista al cabo de me-
veinte a ñ o s , y después de haberle dado una instrucción, dia hora.
que deberían poner lodos los padres en manos de sus h i - El padre y el hijo no sabiendo con qué pagarle estos
jos , le dijo que se fuése á cobrar una cantidad de dinero beneíicios, le ofrecieron la mitad de sus bienes , y cntor.-.
que ledebia Gabelo, vecino de Rages, ciudad de la Media, ees fué cuando Rafael descubrió el misterio de su apari-
líl hijo, por obedecer á su padre , tomó el documento de ción , y Ies dijo : Rendecid al Dios del cielo y glorificadlo
acreedor y salió á buscar quien le acompañase en aquella di lante de todos los vivientes, porque ha hecho en vesotres -
jornada , y desde luego se le presentó un gallardo mance- gala de su misericordia. Rueño es tener ocultos los secre-
bo, ceñido y en ademan de caminar, al cual saludó Tobías tos del rey ; pero el manifestar y publicar las obras de
y le preguntó si sabia el camino que conducía á la Media. Dios es cosa sobremanera honrosa. Yale mas la oración
Díjole que sí y que muchas veces habia andado todos aque- acompañada del ayuno y de la limosna , que todos los te-
llos caminos y aposentado en casa de Gabelo, vecino de soros y todo el oro que se pueda amontonar ; porque la l i -
Rages, ciudad que está en la serranía de Ecbalana , y le mosna libra de la muerte, y purifica al hombre d e s ú s pe-
ofreció acompañarle. Llevóle Tobías á su padre, quien dió cados , y le facilita el hallazgo de la misericordia y de la
gracias á Dios por este encuentro , y dijo al mancebo que vida eterna. Los que cometen pecado y maldad, son ene-
le pagaría bien su diligencia. Preguntóle, a d e m á s , de q u é migos de sus almas. Voy pues á descubriros la verdad, ni
familia era y de q u é tribu : á lo cual respondió el ángel : os tendi ó por mas tiempo escondido este secreto. Cuando
¿ R u s c a s la familia del jornalero para que acompañe á tu hacías oración á Dios llorando , y enterrabas los muertosi
hijo, ó al mismo jornalero? mas, para sacarle de toda zo- y para esto te levantabas de la mesa, y de dia tenias ocul-
zobra has de saber que yo soy Azarías , hijo del grande tos los cadáveres en tu casa y de noche les dabas sepullu-
Ananías. Y Tobías le contestó : De noble casa eres; pero ra, ofrecí yo tu oración al Señor. Y porque agradabas á
m le enojes conmigo porque haya querido saber tu linaje. Dios fué necesario que la tentación te probase. Ahora, pues
Quiso Dios que Tobías se parase en el sonido material de me ha enviado el Señor para que te diese la salud, y l í -
aquellos nombres y no pasase á averiguar la figura que brase del demonio á Sara, la esposa de tu hijo. Porque yo
estaba envuelta en su significación, con la cual se deno- soy el ángel Rafael, uno de los siete que estamos siempre
taba el oficio y la naturaleza del á n g e l ; porque Azarías delante del Señor. A l oír estas palabras del arcángel , ate-
significa «socorro de Dios,» y Ananías « n u b e del Señor,» morizados el padre y el h i j o , ya por la novedad del caso,
en lo cual dió á entender que venia de parte de Dios á so- ó ya por la opinión recibida entre los judíos de qu« cual-
correrle en aquella necesidad. quiera que viese un ángel luego moriría, temblando caye-
P a r t i ó , pues , el arcángel con el jóven Tobías , prome- ron contra el suelo. Pero el ángel les dijo entonces : La
tiendo á su padre que le acompañaría á la ida y á la v u e l - paz sea con vosotros, no temáis : cuando yo estaba con
t a , y se lo volvería sin desgracia alguna. Descansó en su vosotros, estaba porque lo queria Dios a s í ; bendecidle,
promesa el anciano padre; y á su mujer, que lloraba pol- pues, y cantad sus glorias. Parecíaos que con vosotros co-
la ausencia del hijo, la consoló diciendo ! No llores, m u - mía y bebia ; pero yo me mantengo de un manjar invisi-
jer : sano irá y volverá nuestro hijo, y tus ojos le v e r á n . ble y de una bebida que tampoco la pueden ver los hom -
Yo creo que el ángel bueno de Dios le acompaña y dispone bres. Tiempo es ya de que vuelva al que me envió: v o -
todas las cosas que le pertenecen , de suerte que vuelva á sotros bendecid á Dios y publicad todas sus maravillas. D i -
nosotros gozoso. cho esto, Rafael d e s a p a r e c i ó , y lodos los de la familia d«
DIA 2i. OCTUBRE, 279
Tobías, postrados y pegando su roslro contra el suelo, es- prerogativas de la santísima Virgen contra lo que afirma-
tuvieron tres horas alabando á Dios, y al levantarse con- ban los neslorianos , y recibió sin duda por esta razón fa-
taron las maravillas que en su familia habia Dios obnulo. vores muy especiales de la Madre de Dios. San Proclo es
Grande es y universal la devoción que tiene á san Rafael el autor del sagrado Trisagio , el cual se empezó á cantar
la Iglesia de España , cuyo culto parece que empezó á ge- en ocasión en que sufría Constanlinopla grandes temblores
neralizarse después de las visibles pruebas que dió el santo de tierra, durante el pontificado de este santo. Dicesc que
arcángel á la ciudad de Córdoba en la pesie que la afligió san Proclo tuvo una visión en que se le aparecieron algu-
durante el ano de 1280. nos coros de ángeles que entonaban aquel sagrado cánti-
LOS SANTOS FÉLIX , OBISPO, AOAUTO Y GENAUO, PBESBÍ- co. Lo cierto es que desde entonces está en uso en la Igle-
TEttOS, FOUTUXATO Y SÉPTIMO, LECTORES, TODOS MÁRT1UES. —• sia, y sirve para implorar la misericordia de Dios en todas
Al principio de la persecución de Diocleciano bubo en la las necesidades. Este santo estuvo íntimamente relaciona-
Iglesia una porción de cristianos que, por sustraerse al f u - do con todos los papas de su tiempo , y después de Imher
ror de los Uranos, entregaron los libros santos á los inlie- trabajado sin descanso en los intereses de la Iglesia , y de
les. Félix, obispo de Thibara, en la provincia proconsular haber dado á sus ovejas el ejemplo de todas las virtudes,
de África, y los demás santos que celebramos, sacerdotes murió santamente el día 24 de octubre del año 447.
y lectores de la misma Iglesia, se mostraron inexorables á SAN MAGLORIO , OBISPO. — Nació en Bretaña á fines del
la exigencia de los paganos y guardaron con fidelidad el siglo V . Era primo hermano de san Sansón , y con él fué
sagrado depósito. Magdeliano, magistrado de la misma ciu- puesto bajo la dirección de un santo abad que tuvo gran
dad , los puso presos y les mandó formalmente que le en- cuidado en formar su espíritu y su corazón. Cuando los
tregasen las santas Escrituras; pero ellos contestaron que dos llegaron á la edad de tomar estado, Sansón se r e -
ánics se dejarían abrasar vivos, que incurrir en semejante tiró á un monasterio , y Maglorio volvió á la casa de sus
falta. Viendo su constancia, el gobernador los remitió al padres. Algún tiempo después, este último dió cuanto po-
procónsul que estaba en Cartago, y éste, después de a l g u - seía á los pobres , y tomó el hábito monástico. Elevado á
nos días detenerlos en ia cárcel, los envió cargados de ca- las sagradas ó r d e n e s , fué elegido abad del monasterio de
denas á Italia para que fuesen presentados al emperador. Dole , y después consagrado obispo regionario para ir á
Duran'e la travesía sufrieron los santos muchos ultrajes, y predicar el Evangelio á los infieles. Sus trabajos apos-
esluvieron cuatro dias sin tomar ningun alimento , hasta tólicos absol vieron desde entonces toda su atención, sin
que llegaron á Agrigento, en Sicilia. Condujéronlos des- que por esto dejase el santo su primitivo tenor de v i -
pués á Venosa, en la Pulla, duide á fuerza de tormentos da , que era la penitencia y mortificación. Su zelo y c a r i -
les obligaron á declarar que efectivamente ellos hablan es- dad no le dejaban un momento de descanso, y con frecuen-
condido los libros santos, pero al mismo tiempo añadieron cia se pasaban dos dias sin que lomase algún alimento. Pa-
que j a m á s los entregarían. Desesperando el prefecto de sados tres años del mas fervoroso apostolado, formó la r e -
poder vencer su constancia, los condenó á perder la vida, solución de ir á vivir en la soledad, y se retiró enteramente
el año 303. El santo ohispo Félix tenia entonces cincuenta del mundo. En su soledad fué continuamente visitado por
y seis años, y al morir declaró que Dios le habia hecho la personas piadosas, muchas de las cuales se quedaron en
gracia de conservar su virginidad , y de predicar siempre su compañía , y el santo fundó el monasterio de su nombre
con zelo las verdades enseñadas por Jesucristo. en la ida de Gersey , cuyas tierras le habia donado el
SAN AUETAS, Y TRESCIENTOS COMPASEROS, MÁRTIRES.— conde Loiescon. Su vida fué siempre ejemplar y santa, y
En tiempo del emperador Jusliuo y del judio Dunaan, t i - favorecido con .muchos milagros y con el don de profecía,
rano de la Arabia, fueron estos santos sacrificados á causa y acabó sus dias en el mismo monasterio, el dia 24 de oc-
de su fé en Jesucristo. Después de su martirio fué quema- tubre del año li75. Sus últimas palabras fueron aquellas
da una mujtir cristiana; y un hijo suyo, de edad de cinco del rey salmista : «Una sola cosa pido a l Señor, y es des-
años, que tartamudeando confesaba á Jesucristo, se arrojó cansar en su santa casa todos los dias de m i vida.« Vivió
al fuego donde estaba ardiendo su madre, sin que pudie- cerca de ochenta años, y sus reliquias se guardan con gran
sen impedírselo las caricias ni las amenazas de los circuns- devoción en París, en la iglesia que lleva su nombre.
tantes. Sucedió este martirio en Nagtan, ciudad de los ho- SAN EVEBGISTO, OBISPO Y MÁRTIR. — Floreció siendo ohií-
uieritas, en la Arabia, el año « 2 3 . po de Colonia durante los primeros siglos del cristianismo.
SAN PROCLO, OBISPO Y CONFESOR. — N a c i ó en Gonstau- Por defender la verdad cristiana y para dar ejemplo de
tinopla, y siendo a u n muy jóven fué ordenado lector de valor y constancia á sus ovejas, d e r r a m ó su sangre y al-
aquella Iglesia, y sirvió de secretario á san Juan Crisósto- canzó la gloria del martirio. Créese que murió en tiempo
mo. Elevado al sacerdocio, brilló por la pureza de su doc- del emperador Decio. 9
trina y por su zelo contra las herejías. El año m fué c o n - Sxk MARTIN, ABAD. — N a c i ó en Nanles, en Bretaña , el
sagrado obispo deCicica, en el Delesponto, del cual no to- año S27. Consagróse al estado eclesiástico ; fué ordenado
mó posesión; y el a ñ o 427 fué elegido patriarca de Cons- diácono y encargado de predicar el Evangelio á los idóla-
tantmopla, pero su elección fué turbada por Nestorio y sus tras de Uervadilla , ciudad infiel, que no quiso oir la voz
p a r ü d a n o s , que teman al sanio como á su principal ene- del santo misionero. Apesadumbrado Martin por la p é r -
migo. Por fin, después de muchos trabajos y fatigas en la dida de lautas almas, temió que no se habia portado como
defensa de la verdad , fué Proclo puesto en posesión de su debia, y resolvió entregarse á la mas severa penitencia.
silla patriarcal el año 434. El principal distintivo de ca- Desterróse voluntariamente de su patria, y después de
rácter era la suavidad y la dulzura unidas á un amor pro- haber hecho algunos viajes por Europa para visitar los
fundo á las verdades católicas y un zelo incansable por de- principales monasterios y santuarios , se retiró á una er-
fenderlas. Señalóse pnrlicularmcnte en la defensa de las mita en la misma B r e t a ñ a , donde se reunieron algunas
280 L A L E Y E N D A DE ORO. DTA 2 5 .
personas que querían vivir bajo su dirección. Después tocón las palabras blandas, avisadas y amorosas, preíen-
fundó un monaslerio llamado Verfon, á diez leguas de Nan- diendo persuadirle que se apartase de la fé de Cristo y se
tcs , célebre por la regularidad de disciplina que en él se casase con ella : mas el Señor detuvo á Crisanto, y le
observaba, y en el cual san Marlin murió el dia t i de oc- dió tal gracia del cielo y tan buenas y eficaces razones,
tubre del afio COI. hablando con Daría, que ella cayó en el lazo que armaba
á Crisanto, y favocerida de Dios, se rindió y dijo que seria
cristiana. Concertaron entre sí los dos de guardar fiel-
DIA r¿.
mente virginidad y publicar que eran casados; y con es-
Los SAXTOS CRISANTO Y DAUÍA, MAUTIRES—Fué san Cri- te medio fué libre Crisanto de la prisión y guarda en que
santo de la ciudad de Alejandría , hijo de un caballero su padre le tenia. Daría í e bautizó, y los dos vivian como
ilustre^del órden senalorio , llamado Polemio, el cual ha- hermano y hermana, en toda honestidad. Y como es pro-
bía venido á vivir á Roma con loda su casa y familia, y habia pio del virtuoso desear y procurar que todos lo sean,
sido recibido amigablemente del senado y muy honrado del aconsejaban á la personas con quienes trataban , que re-
emperador Nmnei iano. Procuró Polemio que su hijo C r i - cibiesen la fé de Cristo nuestro Salvador y guardasen
santo, que era de delicado y alio ingenio, se ejercitase en virginidad ; y en efecto lo persuadieron á muchos , Cri-
jos esludios de todas buenas letras. Revolviendo , pues, santo á los hombres y Daría á las mujeres. Súpose esto
Crisanto libros para sus esludios; por particular providen- en Roma ; y Celerino, prefecto, los mandó prender y en-
cia del cielo , halló uno en que estaban escritos los Evan- tregar á Claudio, tribuno, para que examinase la causa
gelios. Leyólos del principio al cabo , y conoció las tinie- y los castigase si fuesen culpados. Mando Claudio llevar á
blas en que andaba, y que la verdadera luz era Jesucristo. Crisanto al templo de Júpiter ; y por no haberle querido
Para mejor entender aquella doctrina que habia descu- adorar, le azotaron cruelmente. Hiciéronlo los v e r d u -
bierto,teniendo noticia que un cristiano llamado Carpóforo, gos cpn tanta crueldad, que por las heridas y golpes que
bien enseñado en las divinas Letras, por temor de la per- le dieron, se descubrían sus huesos y se parecían las e n -
secución estaba escondido en una cueva, se fuéá él, y le trañas. De alli le llevaron á la cárcel y lo echaron en un
pidió con grande instancia le declarase la ley de Jesucris- oscuro calabozo, y le cargaron de hierros y cadenas , es-
lo y su Evangelio. Ilizolo Carpóforo con gran voluntad : parciendo por el suelo cosas sucias y de mal olor : mas á
ensenóle, bautizóle y confirmóle en la fé de tal manera, la vista de los verdugos se tornaron polvo las prisiones,
que de allí á siete dias, públicamenle Crisanto predicaba y en lugar del mal olor se sintió un olor y fragrancia sua-
por Roma que Jesucristo era verdadero Dios. Supo Pole- vísima. Desollaron un becerro, y pusieron á Crisanto des-
mio lo que d isanto, su hijo, habia hecho y lo que p r e d i - nudo dentro de él y tuviéronle todo el <ñk al sol ; y n i n -
caba : y parle por el zelo de su falsa religión, y parte por gún daño recibió de esto. Tornáronle á poner en la c á r -
temor que no cayese sobre el la pena eslublecida por ley cel con muchas cadenas ; mas luego se quebraron y c o n -
contra los cristianos, se ensañó fuertemente conlra su hijo, sumieron, y aparecieron tantas luces en aquel calabozo,
y le puso en una oscura prisión , mandándole dar de co- que quedó muy claro y resplandeciente. Aláronle de nue-
mer por tasa. Pero viendo que este castigo y rigor no lo vo ; y queriéndole azotar con varas de hierro, en t o m á n -
sucedía bien, tomó otro camino de blanduras y regalos, y dolas los verdugos en las manos, se (ornaban blandas y
por medio de unas mujeres hermosas , ó criadas suyas, no podían dar golpes con ellas. Convencióse el tribuno
pretendió pervertirle y solicitarle á mal, para que perdien- que aquello no se podía hacer por arte mágica y de c n -
do la castidad, perdiese mas fácilmente la fé de Jesucris- canlamienlo, sino que era la mano y poder de Dios; y
to. Sacaron , pues , de la prisión á Crisanto : vistiéronle alumbrado con su luz, se echó á los piés de san Crisan-
muy ricamente : pusierónle en un aposento muy bien ade- to, y le rogó que le perdonase el mal que le habia hecho,
rezado con colgaduras de sedas y lelas: entraron las m u - y que suplicase al Dios que él confesaba, y de quien era
jeres á hacer su mal ofrio ; y el sanio en viéndolas ( t e - en laníos y tan atroces fórmenlos amparado , que" le
miendo su flaqueza ) , volvió los ojos al cielo, y pidió so- perdonase y le diese su conocimiento. Lo mismo hicieron
corro al Señor. Él se lo dió de manera, que diceWelafras- todos sus soldados , y fueron bautizados Claudio Jason y
te, que luego dió á aquellas mujeres un profundo sueño, Mauro, hijos suyos, é Hilaria , su mujer , con loda su fa-
y se apoderó de ellas de tal suerte , que sino era s a c á n - milia, y todos los soldados que estaban á su cargo y
dolas de aquel aposento, no despertaban : y por este me- otra mucha gente.
dio el Señor libró á Crisanto de aquel peligro. Pareció al
Supo el emperador Numeriano lo que pasaba, y man-
padre que era mas á propósito buscar una doncella hermo-
dólos matar á lodos. Claudio fué echado al rio Tíber con
sa , graciosa , sabia y prudenle , y casarla con su hijo, y
una pesa grande al cuello y ahogado; los demás fueron de-
hacerla heredera de su hacienda , para que acabase con
gollados. Hilaria, mujer de Claudio, algunos dias después
Crisanto, como mujer legítima , lo que las criadas no ha-
estando haciendo oración en la cueva, donde habían sido
bian podido acabar. Halló entre las vírgenes do Minerva
puestos los cuerpos de todos aquellos santos mártires, fué
una , que se llamaba Daría , en que concurrian todas la
presa por los gentiles: y queriéndola llevar delante del
gracias y dotes que en una mujer se pueden desear. H a -
emperador; ella pidió tiempo para hacer oración, y en ella
bláronla : y con dificultad se pudo acabar con ella que se
rogó á Dios la llevase en compañía de su marido c hijos.
casase con Crisanto, y se encargase de sanarle de aquella
Oyóla el Señor, y allí dió su alma á Dios; y así quedó su
que ellos llamaban locura. Mas las lágrimas del viejo Po-
cuerpo en compañía de los otros santos. A d isanto mandó
lemio , y el pensar que hacia servicio á sus dioses, la i n -
el emperador poner en la cárcel, llamada Tuliano, quo
c l i n a i o n á hacerlo. Vistióse rica y pomposamente : entró
era oscura y dura : y á Daría llevar al lugar de las muje-
donde el mancebo eslaba, con gran desenvoltura : acome-
res públicas: donde puesta la santa doncella en aquel
DIA 25. OCTUBRE. 28!
afrentoso lugar, lo convirtió con su presencia y oración en Evangelio en las Gallas.* Fijáronse en Soissons, y pasaban
un devoto oratorio; porque el Señor envió un león, (pie su vida, de dia ejerciendo el santo ministerio, y trabajando
Iiabiénilose soltado de la leonera en que estaba, se puso de noche para atender á su subsistencia. Dícesc que e l i -
delante de Daría como quien la quería defender. Entró un gieron la profesión de zapatero, á pesar de que habían na-
mozo lascivo y deshonesto sin saber lo que pasaba, para cido de una familia distinguida. Las inslrnccíonesde los dos
afrentar y hacer fuerza á la santa virgen : s a l i ó á é l e l i e o n , hermanos, unidas á la santidad de su vida, obraron gran
derribóle en el suelo, y len¡óndo!#allí caido y con el pa- número de conversiones. Hacia ya algunos años que los
vor y sobresalto mas muerto que vivo, miraba a la santa dos santos pasaban el tiempo en este género de vida, cuan-
para ver lo que l e mandaba que en aquel desventurado do fué á la Galia Bélgica el emperador Maximiano, que
mozo hiciese. Mandóle que no le hiciese m a l , y tomando noticioso de sus cristianos desvelos los hizo prender para
ocasión de lo que él hacia para obedecer á Dios, habló al congraciarse con los delatores y satisfacer al mismo tiem-
mozo y lo convirtió á la fé de Jesucristo : y libre ya de las po su inclinación contra los cristianos. Crispió y Crispiniano
garras del león (á quien la sania mandó que le dejase), co- fueron, pues, conducidos á la presencia de Riccio Varo,
menzó á dar voces por toda la ciudad, que no habia otro gobernador de aquella parle de la Galia y prefecto del
Dios sino Jesucristo á quien adoraban los cristianos. Fue- pretorio, y este los condenó á cruelísimos suplicios, quo
ron por el león los que tenian cargo de e l ; mas regido por ambos sufrieron con la mas admirable conslancia, Y no
Dios se volvió contra ellos ; y con esta ocasión ellos tam- causando mudanza en sus resoluciones todos los dolores,
bién se convirtieron y fueron pregoneros de la grandeza y al lin fueron condenados á ser decapitados, cuya sentencia
majestad del Señor. Mandó Celerino, prefecto, po;)er fue- se ejecutó en la misma ciudad de Soissons, el dia 23 de
go al rededor del aposento donde oslaba Daría y el león, octubre del ano 28T, En el siglo Y I se levantó en el mismo
para que allí fuesen quemados ; mas por volunlad de! Se- lugar de su martirio una magnílica iglesia, y san Eloy
ñor el león lomando la bendición de la santa, abajó su adornó la urna que contenia us reliquias con preciosos t r a -
cerviz y pasó por la llama sin quemarse, y p o r toda la ciu- bajos de oro y plata. Sus cuerpos, según o! Marlirologio
dad sin hacer mal á nadie ni recibirle. Después de oslo romano, fueron después llevados á Roma y colocados ho-
colgaron á Crisanlo en un madero (pie se q u e b r ó , y las noríficamente en la iglesia de San Lorenzo.
ataduras se rompieron, y las hachas que estaban encen-
SAN MINUTO, MÁRTIR.—Era soldado de los ejércitos r o -
didas para qnemarle los costados se apagaron. Quisieron
manos bajo el reinado del emperador Decio. Hallábase en
alormeniar á Darla; mas los nervios de las manos de los
Florencia, cuando el año 2S0 se hizo por órdeu del empe-
verdugos se encogieron con tan grande dolor y sentimien-
rador un expurgo entre las tropas para echar á todos los
to que la dejaron. Finalmente los llevaron fuera de la c i u -
soldados que fuesen cristianos, obligándolos al mismo t i e m -
dad en lu via Salaria, y allí hicieron una grande hoya y los
po á sacrificar á los dioses. Miníalo no solamente no quiso
pusieron vivos en ella , echando sobre ella tierra y pie-
renunciar á su religión, sino que confesó en alta voz á
dras, y juntamente fceron márlires y sepultados. Obró
Jesucristo, y fué degollado en la plaza pública de Flo-
Dios nuestro Señor grandes milagros por estos santos, y
rencia.
por su intercesión d i ó salud á muchos enfermos. Concur-
Los SANTOS GAVINO, PKOTO Y GENARO ó JANUARIO.
r i ó una vez gran número de cristianos para celebrar su
MÁIITIRES.—El segundo era sacerdote y el tercero diácono
fiesta en una cueva; y el emperador Numeriano, estando
de la Iglesia de Roma , y junto con el primero fueron e n -
ellos dentro, la mandó cerrar de manera, que lodos m u -
viados por el papa san Cayo á la isla de Cerdefia á p r e -
rieron y fueron mártires de Cristo, Hallóse enlre ellos un
dicar el Evangelio á sus habilaules. En tiempo de Diocle-
sacerdote llamado Diodoro, que les dijo misa y les animó
ciano, por órden del gobernador, llamado B á r b a r o , fue-
i* llevar aquella muerte con constancia y alegría por el Sc-
ron presos, martirizados y decapitados en Torres, ciudad
fmr. El martirio de san Crisanto y Daría celebra la santa
de la misma isla.
Iglesia á los 23 de octubre, y fué el año delSefior de 284
Los SANTOS MARTIRIO T MARCIANO , MÁRTIRES.—Fueron
a p e r a n d o Numeriano. Escribiéronle Yerino y Armenio,
Presbíteros de san Esteban, papa; y Metafrasle extendió y naturales de Grecia y el primero llegó á ser subdiácono,
ampl¡Qcó su historia; y san Dámaso, papa, hizo cierlos y el otro cantor de la Iglesia de Constantinopla. En tiempo
versos muy elegantes en loor de estos santos mártires y los del emperador Constancio, mostraron estos dos santos
puso en su sepulcro. Hacen mención d j los santos C r i - gran valor en defensa de la fé católica contra los here-
sanlo y Daría el Martirologio romano y el de Usuardo; jes , principalmente arríanos, por cuyo motivo fueron e n -
el padre Surio, tomo v ; y el cardenal Baronio en sus cerrados en la cárcel por órden del pretor Felipe, que
anotaciones d e l Martirologio y ene! segundo tomo de sus queria hacerlos morir de hambre y de miseria. Mas al
Anales; y san Gregorio Turonense en el libro De gloria cabo de algunos diaslossacaron de aquel, lugar y después
martyrum. v de haberles hecho padecer muy crueles tratamientos , les
quitaron la vida en la misma ciudad de Conslanünopla.
L»s SANTOS TEDDOSIO , U x m , MARCOS , PEDRO y OTROS SAN BONIFACIO, PAPA Y CONFESOR.—Este santo que es
^ L c n o s , MÁRTIRES.—El papa san Dionisio los convirlió á la el primer papa de su nombre , y que fué elegido para el
CniL i a(lm,nisl10 el santo bautismo el año 269. Eran soberano pontiücadoel dia 29 de diciembre del año á 1 8 ,
e m S r S ? f b S I ^ €I' Roin;1' dol era un anciano sacerdote de Boma, dotado de una virtud
Ts t n l UdÍ0fUei"0n WSSW. ato. .neniados y degolla- eminente y muy versado en el conocimiento de la disci-
dos, s^ndo sepultados p o r ]os fojtes en la via Salaria. plina eclesiástica. Por el relato de su elección que envia-
SAN CRISPIN Y SAN r . . , ^ . . „ ron el clero de Roma y los obispos vecinos al emperador
|M . NUlIí'P,J"iNO, MARTIRES. —EslüS dos
Honorio, se ve que habia sido elegido contra su voluntad.
santos, que han s.do muy célebres en lu Iglesia de Francia,
Sin embargo, la Iglesia se vio afligida por los principios
vm.eron de Roma a mediados del siglo lll para predicar el
TOMO ' t í . 36
4¿.S2 LA LE Y EX!)A DE ORO. DÍA 2 5 .
de un cisma , quo hxétóti corlados por el decrelo de un A los quince afios creyó que debia resolver sobro el g é -
concilio conlirmando la elección de Bonifacio. Duranle sn nero de vida que debiera abrazar, y después de muchas
pontificado se distinguió principalinenlc por su suavidad meditaciones y oración, se inclinó á vivir en la soledad, á
y por su amor á la paz, sin dejar por esto de ser firme é la cual marchó después de haber repartido su hacienda
inexorable contra los orientales, que ya entonces querían entre los pobres. A l despedirse de sus hermanos, les h a -
introducir en la Iglesia novedades peligrosas. Kn su tiem- bló con tanta energía sobre la vanidad y futileza de los
po murió san Gerónimo y publicó gran parle de sus es- bienes terrenos, y las dulzuras que se encuenlran en el
critos , y san Agustín le dedicó sus cnalro libros contra servicio de Dios, que aquellos se decidieron á seguirle.
los errores de l'elagio. El senío pontífice murió en paz, en Anduvieron los tres santos hermanos como nueve ó diez
Roma, el día i de setiembre del ano 122, y fué enterrado leguas al norte de Segovia, y atravesando el rioDurafon,
en el ccmenlerio de San Felicitas , en la via Salaría , el tomaron su camino la ribera abajo, y á poco mas de me-
cual había hecho decorar durante su vida. día legua de donde se edificó después el monasterio de
SAN FRONTÓN, OBISPO Y CONFFSOII.—Fué discípulo de los Nuestro Señor de la Hoz , fijaren su morada asiento. En
apóstoles , y san Pedro que lo envió á las Gallas á predi- esta soledad de peñas muy quebradas y casi inaccesibles
car el Evangelio , le consagró obispo antes de su salida do hallaron reposo y tranquilidad para darse del todo á la
Roma. San Frontón fundó la Iglesia de Perígord en Fran- contemplación de las cosas del cielo ; y después de cons-
cia y fue su primer obispo. Trabajó sin descanso en la truidas sus chozas, edificaron en lo alto del monte «n
propagación de las verdades cristianas por aquel pais, oratorio ó ermita á nuestra Señora, donde pudiesen j u n -
en compañía de un presbítero llamado Jorge, y después tarse á hacer oración. Dícese que con el dedo tocó Frutos
de haber convertido gran mullilud de gelitiles, esclare- en una p e ñ a , y de ella salió luego un manantial de agua,
cido en milagros murió en paz. que existe todavía y que se llama fia fuente de san F r u -
SAN GAUDENCIO, OBISPO Y CONFESOR —Educóse bajo la tos.» Aposentados, pues, en este destierro entablaron la
•dirección de san Filaslro, obispo dcBrescia. Gozaba ya vida penitente y topeta á que los había Dios llamado,
de gran reputación cuando emprendió un viaje á Jerusa- teniendo repartidos el día y la noche en la lección de los
len , ya para sustraerse al aplauso y á los honores del t i b i o s santos, en la contemplación , la penitencia y la l a -
inundo , ya también pava (pie con su ausencia se olvida- bor de manos. El demonio les armó muchas veces ase-
sen de él en su patria y pudiese vivir en paz; pero se en- chanzas, pero todas las vencieron con las armas de su
g a ñ ó . Hallándose en Cesárea de Capadocia, supo que san víi lud. Pasados ya muchos años que san Frutos y sus her-
Filastro había muerto, y que el pueblo y el clero reunidos manos vivían vida de ángeles en ñquel retiro , vino sobre
lo habían elegido obispo, y que todos habían jurado no España el azote de la irrupción de. los moros. Afligidos con
admitir otro obispo mas que á él. Confirmada la elección esla calamidad, no cesaban de rogar al Señor que a l i -
por los obispos do la provincia y por san Ambrosio, su viase los males de. su pueblo, cuando un día vió Frutos d i -
metropolitano , estos escribieron á Gaudencio en Capa- rigirse hácia su gruta una gran muchedumbre de moros,
docia, conjurándole á admitir el cargo ; pero fué preciso y sin turbarse y poniendo su confianza en Dios, les salió
para decidirle amenazarle con la excomunión. Por fin no al encuentro decidido á morir por la fé. Cuando los b á r -
pudo negarse á tantas instancias y amenazas, y san A m - baros se acercaban á é l , hizo Frutos con su cayado una
brosio le consagró el año 387. Muy pronto conoció la Iglc- raya en el suelo y les mandó que no pasasen de allí; al
glesia de JJrescia el inestimable tesoro que poseía en su punto se hendió la peña y se hizo en ella tan grande
nuevo pastor; pues reanimó muy pronto el espíritu de abertura que no pudieron pasar adelante ; y aun hoy día
piedad , se purificaron las costumbres y la disciplina ecle- se mantiene dividida la peña , y llaman á aquel sitio «la
siáslica apareció en todo su esplendor. Gaudencio no des- cuchillada de san Frutos.» Desde entonces se extendió por
cansaba un momento en el d e s e m p e ñ o de su raimsterio. todas partes la gloría del siervo de Dios : venerábanle los
El año 403 fué uno de los legados que el concilio dtí Uoma cristianos,y los moros se espantaban con solo oirte nombrar.
envió á Arcadio emperador de Oriente, para defender la Solo Frutos en su soledad lloraba las desgracias de la
causa de san Juan Crisóstomo, en cuya misión tuvo el E s p a ñ a , y únicamente deseaba acabar una vida que le
santo mucho que sufrir. Su sabiduría y su virtud están separaba de sn divino amor : sus mas fervorosas plega-
impresas en todas las obras que de él nos han quedado, y rias se dirigían á alcanzar del Señor que le sacase pronto
de ellas colegimos que murió por los anos de 420, en de un mundo, en que su santo nombre sufría tantos u l t r a -
o\ov de santidad. jes, y sus hermanos y su patria la mas triste cautividad.
El cíelo no se hizo sordo á los ruegos de su fiel confesor:
SAN HILARIO, OBISPO Y CONTKSOU. — Gobernó la Iglesia
al poco tiempo su cuerpo, flaco y extenuado por las p e n i -
de Gevaudan en paz y santidad , y descansó tranquilo en
tencias , empezó á decaer lan visiblemente que el santo
el Seflor, después de un laborioso episcopado de muchos sintió acerCam su fin, y después de haberse preparado
yfios. con los auxilios de la religión y con fervorosos actos de
SAN FRÜTOS , CONFESOR , PATRÓN DE SEGOYIA. — N a c i ó fé y de caridad , espiró el día 2S de octubre del año 715,
«ste santo en Segovia el ano C42 de Jesucristo. Sus pa- á l o s setenta y tres de cu edad, sus hermanos Valentín
dres, que eran honrados y de alguna fortuna , le criaron y Engracia , que se cree fueron después mártires y que
en i í temor de Dios y en el conocimiento de aquellas san- murieron en el Caballar, pueblo no distante de Segovia,
tas máximas, que en edad madura constituyen la paz de dieron sepultura á su sagrado cuerpo, cuyas reliquias
las familias y la felicidad de los individuos. Frutos era obraron muchos milagros, segnn refieren Colmenares en
apacible y benigno de condición, y tenia aun pocos años, su Historia de Segovia , el P. Oche en la vida del santo,
ruando ya resplandecían en sus modales aquella vejez y el maestro Florez en su España sagrada.
honrada y aquellas venerables canas que cría la virtud.
DIA 2G. ÚfU OCTUBRR. 283
blicó en Bilinia un edicto de DCÍ io contra los ci is'.iatios, y
DIA 26. según él nuestros santos fueron conducidos á la presencia
del procónsul Sabino, que los interrogó con severidad, y
SAX EVAIUSTO, ttittk Y MÁRTIH.—Trece dias dcspucs de después mandó que fuesen quemados vivos en el sitio mas
la muerte del santo pontífice Anacleto fué elegido en su público de Nicomedia , como asi se ejecutó, y los m á r t i -
lugar san Evaristo, qsie era griego de nación como su res acabaron su vida cantando alabanzas al Señor. Kn
predecesor , c hijo de Judas, hebreo de nación y secta, Vicb (Cataluña) son muy venerados los santos Luciano y
natural de Dellilen. Fué varón muy docto y santo, y el Marciano, que suenan como mártires de dicha ciudad.
primero que dividió las parroquias de Roma entre los SAN QÜODVIXTDKO, OBISPO v,CONFESOR. — San Quodvult-
presbíteros, que fueron los que d e s p u é s luvieron lilulo de deo fué obispo de Cartago, en Aíiica, y zelosísimo defen-
cardenales. Ordenó que siete diáconos acompañasen al sor de las doctrinas católicas. Su zelo fué la causa de que
obispo, siempre que predicase, así para que fuesen testi- por órden del rey Genserico, que favorecia el partido de
gos de su doctrina , como para honrar aquel ministerio y los arríanos, lo prendieron, á él y á todo el clero de su Igle-
guardar al prelado, l'roveyó que los casamientos se cele- sia, y habiéndoles hecho padecer muchos trabajos, al íin
brasen en público y no clandestinamente, y que los des- los metieron á todos en naves viejas, sin remos y sin v e -
posados recihiesen las bendiciones nupciales en la iglesia, las, y las condujeron hasta alta mar, dorule las abandona-
como ya desde el tiempo de los apóstoles se hacia y lo ron. El Señor , que cuida siempre de sus siervos, dirigió
escribe Tertuliano. Mandó que los obispos no dejasen sus aquellas frágiles embarcaciones al puerto de IS'ápoles, y en
Iglesias por otras, pues son sus esposas; así como los un destierro de aquel pais murió el venerable obispo, sien-
casados no dejan sus mujeres por otras : y que no se r e - do ilustre confesor de Jesucristo.
ciba acusación del pueblo contra el obispo , sin que p r i - SAN Ri'sTico, OBISPO Y CONFESOR. — Ts'acio en la Galia
mero proceda alguha grande sospecha contra él. Fué su- Narbonense por los últimos años del reinado de Teodosio
mo pontífice nueve años y tres meses; y a los 26 dias del el Grande. F u é hijo de padres muy cristianos , que cuida-
mes de octubre fue coronado del m a r l i r i o , aunque no se ron mucho de su educación, y lo enviaron á Roma á per-
dice el modo con que fué martirizado ; m e la sania I g l e - feccionarse en las ciencias, que ya habia estudiado con los
sia le celebra y tiene por mártir. iMm ió el aflo del Señor mas acreditados maestros de las Galias. Cuando Rústico
de , y en el segundo del imperio de. Adriano. Vw se- volvió á su patria, abrazó la vida monástica, y el año 413
pultado cerca del sepulcro del príncipe de los apóstoles san Gerónimo le escribió una carta en que le daba escelen-
san Pedro, en el Vaticano. Celebró cuatro veces órdenes tes instrucciones sobre la conducta que debía observar en
t'n el mes de diciembre, é hizo en ellas quince obispos, y el nuevo estado, y sobre los medios que debia emplear
•be? y siete presbíteros, y dos diáconos : aunque esto del para adquirir y conservarlas virtudes. Rústico estaba CU"
número de las órdenes que hizo san Evaristo, y de los tomvs en un monasterio de Marsella , y fué ordenado sa-
que ordenó hay diversidad; pero esto es lo mas cierto, cerdote por su obispo. El año 427 ó 430 era ya tan co-
como lo notó el cardenal liáronlo. Escribieron de san Eva- nocido su mérito , que fué elevado á la silla episcopal de
risto san Ireneo, Eusebio, Nicéforo, san Agustín, Opiato, Narbona, dignidad que hizo resallar sus sólidas virtudes,
Milevitano, Ueda y los autores de las vidas de los sumos y que le colocó en el rango d é l o s prelados mas distingui-
ponlííices. dos de su tiempo. Trabajó con zelo en el arreglo espiritual
* LOS SANTOS ROGACIANO Y FELICSIMO, MÁRTIRES, t—Es- y temporal de su rebaño ; estableció cátedras públicas pa-
los santos pertenecían á la Iglesia de Asia , y el primero ra enseñar las sagradas letras; recibió con amor y c a n -
era presbítero. Sufrieron con valor y constancia e l m a r - dada los cristianos de Africa y de la Mauritania, que la
'b i o ; por manera que san Cipriano obispo de Carlago en tiranía dejos vándalos obligó á emigrar á las Galias; asisr
su espístola á los confesores , que es la primera que se tió á varios concilios, construyó una gran basílica en Nar-
halla en sus obras , habla de su valor en los tormentos., bona, y murió en el Señor, el año 462.
Proponiéndolos á los fieles para'que imiten su conducta. SAN BERNWAUDO Ó BERNARDO, OBISPO Y CONFESOR.—Des-
Según el cardenal Baronioen el Martirologio romano, su- cendiente este santo de una familia ilustre de Alemania,
b-ieron el martirio en África por los años ¿"A ó 256, d u - recibió una brillante educación, é hizo raros progresos en
dante el reinado de los emperadores Valeriano y Galieno, las ciencias y la virtud. Después recibió las sagradas ó r d e -
Eos SAMOS LUCIANO, MARCIANO , FLORIO V SIS COMPA-
nes del arzobispo de Maguncia, y fué nombrado preceptor
SiiROíí,MÁRTiaES __Naci(]og (%n |as tjnjei)|as ¿ c j , , i(i0iat|.¡ai
del príncipe hijo de Otón I I I . En 993 fué consagrado obis-
dedicábanse estos santos al estudio de la magia ; pero po de Ilildesheim , granjeándole sus ilustradas virtudes el
viendo un dia la inutilidad de sus encantamientos sobre respeto y carino de sus diocesanos. Prestó grandes servi-
una virgen cristiana, y q„e los espíritus infernales eran cios al emperador Otón I I I , que buscaba siempre su con-
vencidos por el poder de la cruz, se convirtieron á Dios sejo y parecer en los consejos mas graves, y esta confianza
la hizo servir principalmente en beneficio de los pueblos
Y recbieron el bautismo. Apenas hubieron conocido la
que le estaban confiados. Después de la muerte de Olon,
tlií A \ Evanselio' quemaron sus libros de magia en me-
san Enrique lo d i s p e n s ó l a misma deferencia y amistad, y
sus b6 P,aZa PÚblÍCa de Nicomedia- LueSO distribuyeron
le hizo el dispensador d é l o s beneficios del trono. Ocupado
nn„ ,'eanfeS a los Pobres' Y se reliraron á la soledad para
Bernwardo en procurar el bien de los pueblos, y en p r o -
no en los1'80 ^ el s a n t i f ^ r s e . Pasado algún tiem-
mover los intereses de la Iglesia , fué de repente atacado
líeron de T ^ t ^ ^ T ^ y de de nna grave enfermedad, que le hizo sufrir mucho d u -
« e n t í l e s e los cuales querían hacer participantes d é l a rante algunos a ñ o s , la cual recibió el santo como u n a
m m que ellos habían recibido. Mas 1 año SfiQ se p u - prueba que le- enviaba el Señor para puiificar ^ i j ^ .
L A L E Y E N D A DE ORO. J>IA 27.
Hizo donación di; lodos los bienes de sn patrimonio p a r l i - plantas del santo mártir quedaron señaladas en olla. Con
Ctriar al monasterio de San Miguel qne había ínrulado, y este milagro hizo nuestro Señor otro: porque, viendo los
en el que lomo el hábito monástico el último año de su v i - gentiles y ministros de Daciano , como por virtud del Dios
d a , y murió en él santamente el dia 20 de noviembre del que Vicente confesaba, aquella piedra se habia ablanda-
año 1021. El papa Celestino 111 le canonizó solemnemente do ; ablandaron ellos sus duros corazones y comenzaron á
on 1 1 9 t i y poco después se hizo la solemne traslación de decir, que sin duda aquel debia ser verdadero Dios, pues
sus reliipiius á la catedral de su diócesis, donde se con- obraba tan grandes maravillas: y con este murmullo y a l -
servan. gún alboroto, dejaron do dar la muerte á san Vicente , y
SA\ GAIDIOSO, OBISPO Y CONFESOR. — E S el mismo san le pusieron en la c á r c e l , y dijeron á Daciano, que aquel
Gaudiosoque hemos puesto en el dia 28 de este misino mancebo habia podido tres dias para pensar y determinar
mes, y que, en opinión de liáronlo , fué duplicado en dis- lo que habia de hacer; y Daciano lo tuvo por bien. Es-
tando el santo en la cárcel, convirtió á la fé de Cristo nues-
tintos dias por los antiguos Martirologios.
tro Señor á muchos gentiles, y de piedras duras que á n -
SAN FCLCO , onisro y CONFESOR. — Floreció siendo obispo
tes eran, los hizo el Señor hijos de Abrahan y de su Igle-
do Pavía en el siglo V I , y murió en paz en medio de su re-
sia, por medio del sanio encarcelado : el cual tenia dos
b a ñ o , al cual santiíicó con sus instrucciones y ejemplos.
hermanas, llamadas Sabina y Ci islela , doncellas y h u é r -
SAN C o n u A f i É s i H O , CONFESOR.—Fué subdiácono d é l a
fanas, y que tenían puesta toda su confianza y amparo en
Iglesia de Roma, y admiró á aquella ciudad por sus v i r t u -
Vicente, su hermano. Vinieron á la c á r c e l : lamentáronse
des y milagros, entre los cuales se cuenta la resurrección
con é l : representáronle su soledad y desamparo, y el pe-
de un muerto. San Gregorio, papa, en su libro de los Diá-
ligro en que quedaban do perder sus honras y sus almas,
logos habla de él con elogio, y da cuenta do algunos de
si él las faltaba : rogáronle con muchas lágrimas que sa-
sus portentos.
liese de la cárcel, y se huyese con ellas á parle, donde p u -
DIA 2 1 . diensen escapar y eucubrirse de aquel cruel tirano, y v i -
vir crislianamentc con alguna paz y quietud. Él determinó
Los SANTOS VICENTE , SABINA Y CRISTETA, MÍKTIRES. —
hacerlo a s í ; y con la buena disposición y voluntad que le
Andando el presidente Daciano por las ciudades y pueblos
tenían sus guardas, lo hizo una noche con tanto recato y
de Espafia , derramando sangro de cristianos y como una
secreto , que el presidente no lo supo, ni por buena d i l i -
tíera tigre , relamiéndose en ella, para dar contento á los
gencia que usó, los pudo alcanzar basta la ciiulad do A v i -
emperadores Diocleciano y Maximiano, que le hablan en-
la ,' donde fueron presos lodos tros por su mandado. Mas
viado , para que con todas sus fuerzas procurase extinguir
en el camino do tal manera san Vicente habla encendido en
y arrancar del mundo nuestra santa religión ; llegó á K l -
el amor de Cristo á sus dos hermanas , que ninguna cosa
vora , que algunos dicen quo es Evora, ciudad do Portu-
mas deseaban que morir con él, como lo mostraron en los
gal, y otros ( y es lo mas probable) que es Talavera do la
tormenios que padecieron ; porque primeramente fueron
Reina, villa bien conocida, doce leguas de la ciudad de To-
descoyuntados, estirados en la garrucha, y después azota -
ledo. Entrando, pues , el presidente Daciano en Elvora,
dos c r u e l í s i m a m e n t e , alabando en medio de los azotes y
supo que hahia «Rj un mancebo que se llamaba Vicente,
tormentos todos tres con una voz á Jesucristo, y h a c i é n -
criMiano y de loables costumbres: mandóle llamar: y
dole gracias por la merced que les hacia. Fué tanto el co-
como le vió dotan gentil disposición y presencia, aíicio-
raje y la saña quo 'tuvieron aquellos impíos ministros,
nósole, y movido do una falsa compasión lo comenzó á ha-
viendo la constancia y alegría de los santos m á r t i r e s , y
blar blandameníe , y á persuadirlo que se doliese de sí
oyendo las voces y loores quo daban á Dios , que pare-
mismo, y no quisiese perder la vida por Cristo, que por
cieudolesgran desacato de sus dioses, y afrenta suya, t o -
pública sentencia habia sido sacriíicado. No pudo el sanio
maron á los sanios y pusieron sus cabezas sobre piedras,
mozo sufrir las palabras del presidente, por ser blasfemas,
y con nuevo género do crueldad se las machacaron con
ó injuriosas contra Cristo nuestro Redentor.- y encendido
otras piedras, esparciendo los sesos por aquel campo ; y
de un fervoroso zelo, le respondió gravemente, p o r hablar
con osle género de muerte acabaron gloi iosamenle su mar-
de aquella manera contra aquel Señor que dobla adoiür y
tirio. Quedaron los sagrados cuerpos allí tendidos, para
reconocer por Dios, si no estuviera ciego y poseído de]
que los perros y aves se los comiesen , sin que los cristia-
demonio. Respondióle Daciano, que porque era mozo, y
nos osasen darles sepultura. I'ero para que se vea la p r o -
no tenia perfecta prudencia, le perdonaba aquel descome-
videncia que Dios tiene de sus siervos , y qne no cae un
dimiento; pero quo como padre le advertía quo sacrifi-
cabello de su cabeza sin su voluntad, proveyó que viniese
case á los dioses, para no morir. El glorioso mártir le d i -
á guardarlos una grande y disforme serpiente, que, estaba
jo : Aquellos carecen vordadoramcnle de prudencia y do
entro las peñas cerca de la ciudad , de donde habia hecho
juicio, que adoran á las estatuas do piedra , de madera y
daño á muchos, y puesto miedo á lodos los moradores de
de metal, y d e j a n d á a d o r a r á Dios vivo y verdadero, que
ella. Esta serpiente se puso cerca d é l o s cuerpos santos
os uno solo, y Criador del cielo y tierra. Enfadóse el pre-
con notable asistencia y vigilancia , para defenderlos de
sidente , y entró en cólera por las palabras que le decia el
cualquiera injuria , como lo hizo con un judío rico do la
santo, y mandó que se lo quitasen de delante, y que ó sa-
misma ciudad : el cual con mal intento y menosprecio de
crificase á J ú p i t e r , ó que muriese con diversos y atroces
la religión cristiana, vino á los cuerpos que estaban tendi-
lormenlos. Arrebataron luego los sayones al santo m á r -
dos en aquel suelo: mas al tiempo que se llegaba á ellos,
tir y lleváronlo dolante de un altar do Júpiter, para que
la serpiento embistió con é l , y le rodeó y enroscó de tal
allí sacrificase. Estaba dolante del altar una gran piedra !
manera, que le ahogaba y apretaba fuertemente : y aun-
y en poniendo san Vicente los pies en ella, luego se ablan-
que con sus silbos y su lengua mostraba ferocidad, estuvo
dó sa dureza, como si fuera do barro, de mauera, que las
DIA 28. OCTUBRE. 585
por espacio de una tara sin hacerle mas dafiü que espan- dió la libertad on prueba de estimación, y encargó á la
tarle y darle lugar para que el judio hiciese lo que al íin reina, que debia gobernar el estado en calidad de regenta,
hizo; porque, entendido que. no era acaso lo que hacia la que lomase siempre consejo de Frumencio y que se con-
serpiente, sino que era movida de aquel Señor, á quien t o - fiase en todos los negocios á su capacidad. Entonces con-
das las erialuras obedecen , v que Jesucristo era verda- cibió el santo aprovecharse del favor de que gozaba para
dero Dios, pues hasta las serpientes daban teslimonio de hacer conocer á los etíopes la religión de Jesucristo, y á
su divinidad y grandeza, alzó los ojos al cielo y dijo: Je- este efecto empezó protegiendo á lodos los mercaderes
siu'iislo, guardador de lussiervos, líbrame de esta feroz cristianos que iban á aquellos países, suplicándoles que se
bestia; que yo te prometo de creer en t í , y recibir tu fé, quedasen en él. Bluy pronto el cristianismo se hizo respe-
y enterrar los cuerpo? de tus amigos honradamente. Lue- table á l o s infieles, y entonces Frumencio se dirigió á A l e -
go que acabó de decir estas palabras, la serpiente le soltó, j a n d r í a , y suplicó á s a n A t a n a s i o que le enviase un obispo
como quien ya habia cumplido con su ministerio, y se fué para emprender la conversión ya tan bien dispuesta de
sin ser mas vista. El jmlío, volviendo en si, y considerando aquellos naturales. San Atanasio convocó un sínodo, y t o -
lo que le habia smedido, se bautizó , y con algunos c r i s - dos los obispos que lo componían decidieron que nadie era
tianos enterró los santos, y edificó un templo sobre su se- mas á propósito que el mismo Frumencio para consumar
pnllura. la buena obra que habia empezado, en cuya consecuencia
Pues ¿quién no admira y alaba al Señor por los modos Frumencio fué consagrado en la misma ciudad de Alejan-
que tiene en honrar á sus santos y atraer á su conocimiento dría. Bevestido ya del carácter episcopal se volvió á Axu-
y lé á sus enemigos? Una serpiente espantosa y horrible ma, donde sus predicaciones y milagros obraron gran n ú -
defendió los cuerpos de esos gloriosos m á r t i r e s : y la que mero de conversiones, de modo que al cabo de poco tiem-
¡'mies daba muerte á los vivos y se cebaba en sus cuerpos, po toda la nación habia abrazado con entusiasmo la nueva
ahora honra á los cuerpos muertos y los ampara para que religión. Baulizó á loda la familia real de Etiopía, y h a -
las fieras y aves de rapiiía no se apacienten de elloa, y biendo regularizado la nueva Iglesia, que le reconoce por
abraza y aprieta á un judío para que escupa el veneno de su apóstol, murió en la paz de Dios en la misma ciudad de
la infidelidad y se abrace con Cristo, i O potencia del Cru- Axuma durante el siglo I V .
cificado ! ¡ O inmensa bondad del Seflor! ¿ Q u é hombre ha- SAN ELESBAAN, REY V CONFESOR.— La nación que habia
b r á lan loco y ciego que no le glorifique, sirva y ame? converlido á la fé el santo anterior, tuvo la dicha de poseer
VA marlirio de estos gloriosos mártires fué á los 27 de oc- después de algunos años al príncipe san Elesbaan, rey pia-
tubre, por los años del Señor de 3 0 3 , imperando Dioclc- doso y valiente, que hizo siempre servir sus armas en favor
c i a n o y Maximiano. Sucedieron en diversos liempos g r a n - de la Iglesia y del estado. Después de haber gobernado la
des milagros, á los (pie juraban por el sepulcro de san V i - Kliopía con gloria, y extendido en murbos paises la gloria
cenlc de Avila ; y por esta causa, y por la veneración en del nombre cristiano, el famoso rey abdicó el trono en fa-
que leuian á esle, santo, los católicos reyes don Femando vor de su hijo, y enviando su diadema real á Jerusalen
y dona Isabel, de esclarecida memoria, en las leyes de como un presente hecho al sepulcro del Salvador, lomó el
Toro vedaron este juramento so graves penas. En el mo- hábito monástico en un convenio situado en una montaña
naslerio de San Isidoro de León se afirma que tienen desierta. Elesbaan fué allí modelo de penitentes, comiendo
el cuerpo de este santo m á r t i r : en Avila dicen que está
solo pan y algunas yerbas, siendo el primero en todos los
allí: en el monasterio de San Pedro Je Arlanza, cerca de
actos de comunidad , y haciendo completo divorcio con el
Burgos, y en Palencia dicen asimismo que tienen el cuer-
mundo; y murió á mediados del siglo V I .
po de santa Cristefa: puede ser que en todos estos luga-
SAN FLORENCIO, MÁRTIR.— Nació en Tille-le-Chatoau, en
res haya alguna reliquia y parte de los cuerpos de es-
B ¡rgoña, cuyo pais ilustró con una vida santa, y después
tos sanios, y que teniendo una parte se diga {como m u -
con su gloriosa muerte, que fue derramando su sangre por
thns veces se dice de otros) que los tienen culeros.
lafé.
De san Vicente, Sabina y Cristela hacen mención los
Martirologios romano, de Beda y Usuai do, y el cardenal DIA 28.
Baronio en sus anotaciones, y los autores que escriben v i -
Los SANTOS SIMÓN Y JUDAS, APÓSTOLES.—Los santos após-
das do santos.
toles Simón y Judas fueron hijos de María Cleofc, hermana
LAS SANTAS CAPITOUNA YEKOTEIIU, MÁRTIRES.— Esta ó prima de la Madre de Dios nuestra Sonora , y hermana
nllima era sirvienta de la primera, y ambas profesaban la de Santiago, el menor. Simón se llamó Cananeo, y por esto
•"eligion cristiana, ocupándose en obras de piedad y dedi- san Lucas le llamó Zelotes en lengua griega ; porque Caná
cadas al ejercicio santo de la oración. Puhlicados los edic- en hebreo es lo mismo que Zelo en griego : y lomó osle
tos del emperador Diocleciano, á fines del siglo cuarto, se sobrenomlire porque nació en Caná de Galilea, y para d i -
resistieron á dar culto á los ídolos, por cuyo motivo aca- ferenciarle de san Pedro, que asimismo se llamó Simón :
baron sus vidas, cifiendo así la corona del marlirio. y también Judas lomó sobrenombre de Tadeo ó Lcdco,
SAN FRUMENCIO, OBISPO.—Nació en Tiro, de padres cris- para distinguirse de Judas Iscariote. No hallamos cuándo
líanos, en cuya religión fué instruido. Tenia aun muy po- ó cómo fueron llamados estos bienaventurados santos al
c »s años cuando fué con un lio suyo á Etiopía, donde cayó apostolado : tatamente se hace mención de ellos cuando so
esclavo de los b á r b a r o s . Siendo presentado al rey en A x u - nombran los doce apóstoles por sus nombres en el sacro
ma, mandó este que so cultivasen las felices disposiciones Evangelio, y se dice en él que el Salvador los escogió y
que creía descubrir en el tierno niño, y mas adelante le llamó apóstoles. También en el sermón de la Cena, d i -
nombró su tesorero y secretario de estado, honrándole ciendo Cristo nuestro Seflor: El que me ama será amado
ademas con su aíútm confianza. Cuando el rey m u r i ó , le de mi Padré, y yo le amare y manifestarme he á é l ; p r e -
286 L A L E Y E N D A DE ORO DIA 28.
gunló Judas: Soñor, ¿cómo ha de sor eso que te has de verdad, sino pocas horas. Mandó prender á los apóstoles y
inanifestar á nosotros y no al mundo? No hay mas mención á los ministros de sus dioses, para castigar á los que le h u -
parlicnlai- on el Evangelio de Judas ni de Simón, y es muy biesen mentido. Vinieron á ¡a mañana á la hora de tercia
poco lo que sabemos de estos sagrados apóstoles que sea los embajadores: y con esto salió de duda Baradach, y
cierto y averiguado: con ser cosa ciertísima que en la quiso matar á los sacerdotes; mas los apóstoles se lo es-
predicación y propagación del Evangelio padecieron gran- torbaron, diciendo que no habian venido á aquel reino á
des trabajos é hicieron muchos milagros, y convirtieron á quitar la vida á nadie, sino á darla á muchos. Ofrecióles
la fé innumerables gentes, y como capitanes valerosos de muchas joyas y dones;y ninguna cosa quisieron rocihir.
Cristo y conquistadores del mundo, hicieron guerra con su Llevólos consigo al rey de Babilonia : contóle lo que con
vida y con su doclrina á Satanás, echándole del liono que ellos le habia pasado: sublimólos mucho, así de tener es-
tiránicamente habia usurpado, y d e r r i b á n d o l o s ídolos, y píritu profético y saber lo por venir, como de personas h u -
alumbrando y desengañando á los que con la vana adora- mildes, virtuosas, pacíficas y desinteresadas. Eslabim á
ción de los falsos dioses andaban ciegos y embaucados. esta sazón con el rey dos magos y hechiceros, llamados
Solamente se dice que san Simón predicó en Egipto y san Zaroes y Arfaxad, que habian venido huyendo do la ludia,
Judas ó Tadeo en Mesopotamia, y que después enlraron en donde san Maleo predicaba y habia descubierto sus m a l -
juntos en Persia ; y habiendo traido al conocimiento del dades y engaños. Estos, viendo á los apóstoles, comenza-
Seílor gran muchedumbre do pueblos, fueron coronados ron á perseguirlos, y para espantar á los gentiles y hacer
del martirio. Esto es lo que dicen los Marlirologios romano, mal á los santos, por arte de encantamiento hicieron venir
el de Beda, Usuardo y Adon ; y so saca de san Gerónimo allí muchas serpientes; mas san Simón y Judas mandaron
y san Isidoro y otros autores antiguos, y del cardenal Ba- á las mismas serpientes que sin matarlos mordiesen y las-
ronio entre los modernos. En una vida, que en nombre de timasen á los mismos magos. Obedecieron las serpientes á
Abdías Babilónico anda de estos santos apóstoles, que osla los siervos del S e ñ o r , y los magos quedaron con grande
que siguen san Antonino, arzobispo de Florencia, y el obis- pena y dolor, sin autoridad y crédito, y confusos salieron
po Equilino y Joaquín Perionio, monge de san Benito, y do Babilonia y fueron á otras parles, publicando por todas
otros autores, se cuentan algunas cosas que, dado que que los apóstoles eran enemigos de los dioses y les quita-
aquel libro sea apócrifo, puede ser que sean verdaderas; Iwn la adoración. Con esto los apóstoles quedaron libres, y
porque decir que un libro es apócrifo, como lo es esle, e^ con su predicación y grandes milagros convirtieron á m u -
decir qne no licué autoridad ni certidumbre de verdad; chos, y el mismo rey y su casa se bautizó, y la fé de Cristo
pero nopor estosesigao que todas las cosas que se contie- se plantó en aquel reino con gran gloria del Señor y be-
nen en aquel libro sean falsas; pues en cualquier libro, neficio universal de todos los que la recibieron. Sucedió
por apócrifo que sea, se pueden hallar algunas cosas ver- en aquel tiempo una cosa que hizo mas admirables y g l o -
daderas, y por ventura lo son lasque se contienen en la riosos á los santos apóstoles. Una hija de un hombre p r i n -
Tida de estos santos, que, como digo, escribió Abdías : las cipal concibió en Babilonia sin saberse el autor de aquella
cuales quiero yo aquí referir, por ser las quecomimmenle maldad: apretáronla sus padres á la hora del parto que
de ellos escriben. dijese quién era el que la habia deshonrado; y ella, para
Luego que llegaron á Persia los santos apóstoles, los librarse del peligro ó para encubrir el autor (por ser de
demonios, que hasta allí habian dado respuestas, se en- baja y v i l condición), ó porque Dios lo permitió para m a -
mudecieron. Sucedió que un capitán del rey de Babilo- nifestar mas su gloria, levantó teslimonio á un diácono de
nia, llamado Baradach, babia de salir á la guerra contra los apóstoles, llamado Eufrosino, echándole la culpa de
los indios, y quiso saber de sus dioses el fin que ha- este crimen. Préndenle y llévanle delante del rey. Sabido
bia de tener aquella guerra. Anduvo de un diosen otro, por los apóstoles y que estaba inocente, piden que Vengan
y ninguno le dió respuesta. Maravillado de esto, y que- las partes y que traigan al niño reciennacido: bízose a s í :
riendo saber la causa , ünalinente respondieron que no le mandaron al niño en el nombre de Jesucristo que dijese
podian responder micnlras que Simón y Judas, apóstoles si aquel diácono habia cometido el delito que su madre le
de Jesucristo, estuviesen en aquella provincia. Fueron bus- imponía, y si aquel era su padre. Bespondió el niño que
cados por mandato de Baradach los santos apóstoles: y des- no era su padre, y que aquel diácono era bueno y casto,
pués de haber pasado algunas razones entre ellos, los a p ó s - y mmea habia comolido pecado carnal. Instaban los con-
toles dieron licencia á los demonios para que respondiesen, trarios á los apóstoles que preguntasen al niño quién era
y por su respuesta mejor se conociese cuán mentirosos el malhechor; ellos dijeron : A nosotros toca librar á los
eran y engañosos. Bespondieron los demonios por medio inocentes, y nó descubrir á los culpados t y con esto se
de sus ministros, que la guerra seria larga y sangrienta, descubrió la falsedad, y el diácono quedó libre, y los san-
y costaría muchas vidas de una parle y otra. Oyendo esto tos apóstoles en mayor crédito y veneración.
los apóstoles se sonrieron ; y como Baradach les dijese: Después de haber plantado la fé, salieron los apóstoles
Estoy yo con gran temorr ¿ y vosotros reís? respondie- de Babilonia, y anduvieron predicando por diversas par-
ron los santos : No tienes por qué temer; que mafíana á les del reino. Llegaron á una ciudad muy principal, l l a -
hora de tercia vendrán embajadores d é l o s indios á pedirte mada Suamir, donde estaban los dos magos Zarocs y A r -
paz y ponerse en tus manos, y harán cuanto les quisieres faxad, los cuales instigaron á los pontílices y sacerdotes
mandar. Los sacerdotes de los ídolos hacían mofa y escar- de los ídolos contra los santos apóstoles, como contra des-
nio de lo que decían los santos apóstoles,y pretendían ha- truidores de sus templos; y pudieron tanto con sus pala-
cerlos sospechosos como á hombres que lenian trato secreto bras y engaños, que los hicieron prender. Llevaron á S i -
ron sus enemigos; mas el capitán se sosegó, porque no le món al templo del Sol, y á Tadeo al de la Luna, para qmv
pedian que guardase largo tiempo para certificarse de la los adorasen. Hicieron oración los apóstoles, y los ídolo*
DÍA OCTUBRE. 287
cayeron y se deshicitíron, y de ellos salieron los demonios pechos, le arrancaron las uñas, le rompieron los dientes,
en figura de etíopes, dando horribles voces y aullidos. le cortaron los piés y las manos , y por último la degolla-
Fué lan grande la safla que recibieron de eslo los sacer- ron, y adornada con lasjoyas de los tormentos, f u é á reu-
dotes , que con exlraíio ímpetu y furor dieron contra los nirse con su Esposo celestial. Cirilo, que era espectador de
apóstoles y los despedazaron. Estaba á esta sazón el cielo aquel mai tirio, por haber dado á la santa un poco de agua
muy sereno, y do repente se levantó una terrible tempes- que pedia , recibió también en recompensa la palma del
tad y cayeron tantos rayos, qae derribaron los templos martirio, siendo degollado en el mismo lugar.
de los falsos dioses y mataron á muchos gentiles, y entre SAN FIDEL, MÁRTIR.—Nació en Milán y fué discípulo do
ellos á los dos magos, dejando sus cuerpos convertidos en san Materno, obispo de la misma ciudad. Habiéndose en-
ceniza. El rey, como ya era cristiano, sabiendo la muerte cendido la persecución contra los cristianos por los edic-
de los santos a i s l ó l e s , hizo llevar sus sagrados cuerpos á tos y crueldad del emperador Maximiano , dejó Fidel su
Babilonia, y allí les ediücó un suntuoso templo, donde es- patria y se fué á Como. Aquí fué preso por los adorado-
tuvieron hasta que después con el tiempo fueron traslada- res de los Idolos, y no queriendo abrazar el paganismo,
dos á Roma y colocados en la basílica de San Pedro. Fué alcanzó la corona de la gloria , derramando su sangre en
su martirio en 28 de octubre, y en estedia celebra la honra y defensa del nombre cristiano.
Iglesia católica su fiesta. El año que murieron no se sabe. SAN FEIIRUCÍO, MÁRTIR.—Este santo que florecia en el
Escribió san Judas Tadeo una epístola canónica, y por IV ó V siglo, sirvió primero en las tropas del imperio, que
tal es recibida de toda la Iglesia, y puesta entre las otras tenian sus cuarteles de invierno en Maguncia. Después
Escrituras sagradas , en la cual cita un libro apócrifo de abandonó el servicio de las armas para consagrarse mas
Enoch, de donde se saca ser verdad lo que arriba dijimos, particularmente á Jesucristo. El gobernador de Magunci.i
que puede ser un libro apócrifo sin ser falso. Hase de se incomodó por esta acción, y le hizo prender, cargar de
advertir que algunos autores ten querido confundir y ha- grillos, y encerrar en una fortaleza del Rhin , en la cual
cer uno á estos santos apóstoles Simón y Judas, siendo la murió al cabo de algunos meses , de resultas de los infa-
verdad que fueron dos distintos y diversos , y no uno. mes tratamientos que se le hicieron sufrir, y su santidad
Otros también se han e n g a ñ a d o , creyendo que san Simón, fué atestiguada en su sepulcro por un gran n ú u u T O de
apóstol , fué el mismo que Simeón , obispo de Jerusalen, milagros.
el cual híibiondo sucedido c» aquella silla á Santiago, el SAN FAROX, OBISPO Y CONFESOR.—Fué hijo de uno de los
menor, y siendo de edad de ciento y veinte años, fué c r u - principales empleados de la corte de Teodoberto I I , rey
cificado en tiempo do Trajano ; mas aquél no fué apóstol, de Austrasia, y nació en un lugar á dos leguas de Moaux.
*ino uno de los setenta y dos discípulos del Señor. Otros Terminada su educación, entró en la corte del mismo rey,
han creido que san Judas Tadeo, el apóstol, haya sido el en la cual vivió mas como recluso que como corlesano, y
mismo que fué enviado de Cristo nuestro Señor al rey después fué también empleado en l a c ó r t e de Clolario 11,
Abagaro, como lo siente san Gerónimo y Beda; pero rey de Francia. La vida edificanté que Faron llevaba en
mas probable es que fueron dos ladeos, uno el apóstol, y medio del bullicio y disipación do la córlo, le ganaron to-
otro uno di; los setenta y-dos discípulos, y que este fue el das las voluntades ; pero él , que solo quería agradar á
que sanó al rey Abngaro, y convirtió á la fé al pueblo de Dios en sus acciones, dejó al fin el mundo , y con el c o n -
Edesa, como lo dice Euscbio , Nicéforoy Doroteo. Ultima- sentimiento de su virtuosa esposa abrazó el estado ecle-
mente se ha de advertir que pocos años há so imprimie- siáslico'y se asoció á la Iglesia de Meaux , do cuya c i u -
ron y salieron á la luz diez libros, ron título de Abdías, dad fué después, en C26, nombrado obispo. En su nueva
primer obispo de Babilonia, en que í e trata d é l o s hechos, dignidad desplegó un zolo inagotable por la salvación de
vidas y muertes de los apóstoles , traducido en lalin por las almas confiadas á su cuidado : condujo por los c a m i -
Julio Africano ; y en este libro se escribe de san Simón y nos de la perfección á los que conocían ya las verdades
Judas, apóstoles, las cosas que nosotros aquí habernos re- de la fé, y á los que permauecian aun sentados en las t i -
ferido y otras que de industria dejamos : pero el papa nieblas de la idolatría ó del e r r o r , los iluminó con la luz
Paulo IV, de feliz recordación, vedó este libro y lo puso de la verdad. Asistió al concilio de Sens , celebrado en
en el catálogo de los libros prohibidos, como lo notó Sixto GiJO ; fundó varios monasterios y establecimientos do be-
Senense en su Biblioteca santa ; y tiene autoridad. neficencia ; dió á su clero sabias instrucciones y regla-
mentos, y después de un pontificado de cuarenta y seis
SANTA CIUII.A, VÍIUIEN Y MÁUTIR.—Esta santa era hija
años, siendo e! padre de los pobres y el consuelo de todos
del emperador Decio , y su madre santa Trifonía la ins-
los afligidos. Faron fué á recibir en el cielo el premio do
truyó en la fé, y habiendo consagrado á Dios su v i r g i n i -
sus altas virtudes, el dia 28 de octubre del año 672 , el
dad y ejercitándose en obras buenas y piadosas, fué mar-
ochenta de su edad.
tirizada en ia ciudad de Boma de órden del emperador
Claudio por los años 268. SAN GADDIOSO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué uno de aquellos
SANTA ANASTASIA, VÍUOEN Y MÁRTIR, Y SAN CIRÍLO , MÁR- santos obispos de África, que por defender la doctrina de
TIR.—Anastasia era una mujer romana , muy distinnuida la Iglesia católica contra los errores de los arríanos , fue-
en la Iglesia por su ejemplar vida, y por el célebre mar- ron desterrados por el rey Genserico , y huyendo de la
l i n o con que la coronó. Durante Ja persecución del empe- persecución de los vándalos se refugiaron en diversas
rador Valeriano , siendo Proba tfobcrnadoi de Roma , fué provincias. San Gaudioso aportó á Ñapóles , y habiendo
acusada y condonada a los simiientes suplicios. Primera- entrado como monge en un monasterio cerca de aquella
mente la cargaron de cadenas , la abofetearon y la alor- ciudad, vivió en él algunos años, y después acabó su vida
meiuaron con fuego y con azotes. Permaneciendo á pesar santamente.
de eslo constante en confesar á Jesucristo, le cortaron los SAN HONORATO, OBISPO Y CONFESOR — F u é discípulo del
288 L A LEYENDA DE OKO. DIA ^9.
glorioso mártir san Euscbio, que lo educó desde su l i m m ta vida, y alumbrándole con su doctrina, y ganando i n -
edad. Instruido y piadoso, mereció ser elegido obispo de numerables almas para Dios, con grande aprovechamiento
Verceli por el clero y el pueblo reunidos, siendo consagrado y gozo d é l o s cristianos, y pesar y rabia de los gentiles:
con visible aprobíicion del cielo. En sus acciones y trabajos los coales finalmente le mataron estando diciendo misa,
fué siempre fiel imitador de su santo maestro, y cuando ya con tres heridas que le dieron , en el hombro , en la g a r -
creia que podria atender á las necesidades interiores de ganta y en el pié. Todo esto que aquí queda referido, dice
su rebaño , apareció en la Iglesia la herejía de Arrio , la el breviario de la Iglesia de Augusta , que por orden del
cual combatió con todas su fuerzas, teniendo que sufrir de cardenal OlhoTruchses, obispo de Augusta , se imprimió
parte de sus sectarios muchas persecuciones , y hasta el en Roma el año l.'iTO , y en él se cuenta el marlirio de
destierro en el cual murió. santa Afra, que fué quemada viva , ofreciéndose al Señor
en holocausto y víctima de suavidad : y de allí á seis dias
la siguieron por el mismo tormento de fuego, santa Hilaria,
DIA 29.
su madre , y sus tres criadas, Digna, Eunomia y E u -
SAN NARCISO, OBISPO YMÁnTin.—Sau Narciso , obispo de tropia.
Gerona, nació de nobles padres en la misma ciudad ; y al El cuerpo de san Narciso está en Gerona, y toda aque-
tiempo que el emperador Aureliano perseguía á los cris- lla ciudad le tiene y reverencia por patrón. Ha hecho
tianos, huyendo aquella tempeslad , salió de su palria nuestro Señor muchos y muy grandes milagros por esle
con un diácono suyo , llamado Félix, y guiado del Señor santo; y entre otros es muy memorable el que sucedió,
se fué á Alemania con deseo de predicar el Evangelio á cuando Felipe, rey de Francia , hizo guerra á Don Pedio,
aquellos pueblos y convertirlos á nuestra religión. Llegó rey de Aragón, y tomó la ciudad de Gerona : porque ha-
á la ciudad de Augusta : y queriendo tomar posa- biendo su gente robado e! sepulcro de san Narciso, salie-
da , fué encaminado ¿a casa de A f r a , mujer princi- ron del mismo sepulcro innumerables enjambres de mos-
pal , pero deshonesta ; porque Afra era hija de Hila- cas y tábanos de extraordinaria figura, color y grandeza,
ria , reina que habia sido de Chipre , ó á lo ménos que embistieron con la gente y caballos del rey; y los em-
en aquella isla señora rica y poderosa : la cual, habiendo ponzoñaron de manera, que murieron de pestilencia mas
perdido en la guerra á su marido , y su estado y bienes, de cuarenta m i l franceses , y mas de veinte y cuatro mil
habia venido con su hija Afra y con Dionisio, su hermano, caballos, y algunos añaden mayor número , y dentro de
y con otros criados y criadas suyas, por inslitito divino á pocos dias el mismo rey de Francia murió en Perpiñan, y
la ciudad de Augusta: y como en la isla de Chipre, Venus quedaron en proverbio «las moscas de san Narciso» como
habia sido ramera y era tenida por diosa , y adorada y lo notó el cardenal Baronio en las anotaciones , que hizo
reverenciada para que los otros dioses , y toda la gente, sobre el Martirologio romano, á los 18 de marzo.
engañada por los sacerdotes de la misma Venus , creia
En otras muchas ocasiones ha defendido milagrosa-
que tanto mas agradaban y servían á su diosa los que se
mente el ínclito, obispo y mártir san Narciso ta ciudad de
dedicaban á su c u l l o y veneración , cuanto eran mas tor-
Gerona ; pero porque seria materia muy dilatada el t r a -
pes, sucios y deshonestos (que semejantes monstruos ado-
tarlas todas, solo p o n d r é dos:- la una el año de 1C53
raba la gentilidad); queriendo Hilaria consagrar á su hija
a 24 de setiembre. Este dia , pues, teniendo el rey de
Afra á la diosa Venus, para que fuese de ella mas favore-
Francia su ejército sobre Gerona, fué tal la muchedumbre
cida , la permitió vivir como ramera , y que tuviese m u -
de moscas extraordioarras, verdes y azules, que dieron so-
chos amigos. Tal era Afra cuando Narciso entró en su ca-
bre los franceses, que Ies mataron mas de dos mil caballos,
sa ; aunque el santo no lo sabia. Guióle Dios, para dar sa-
los cuales al punto que les picaban las moscas, se volvían
lud y vida á toda aquella casa, y sacar de un abismo de
rabiosos y morían rabiando ; y asimismo murió de d i -
torpezas y deshonestidades á Afra , que con las liuieblas
cha plaga la mayor parte del ejército francés : cuya p r o -
de la idolatría y sombra de la muerte en que estaba , no
digioso milagro consta por alto punto fidedigno q u e so
conocía su desventura ; porque entrando san Narciso en
halla en el Resumen historial de las grandezas de Gerona,
en su casa, y creyendo Afra que era uno de los hombres
hecho por el padre maestro Roig, del órden de los Mínimos
lascivos y perdidos que solían venir á ella,(legues se de-
de san Francisco de I»aula,en el cap. 47 de la I parte, folio
s e n g a ñ ó y entendió que era obispode los cristianos, y con
90, y en esta ocasión la majestad del señor rey Felipe IV
la oración que el santo hizo toda aquella noche, y una taz
(que Dios tiene) concedió y confirmó á la ciudad de Gero-
soberana que se vió , se trocó de manera , que ella y su
na el glorioso título de fidelísimos vasallos. La otra fné el
madre , y Digna , Ennomía y Entropía , tres criadas su-
dia 24 de mayo del año de 1684, cuando tenia á dicha
yas , se convirtieron á Dios, y después de haber ayunado
wudad sitiada la Francia con su ejército, que gobernaba el
siete dias , recibieron el agua del sanio bautismo, y
M. de Bellafont: y después de haber dado diversos asaltos
por sw medio otros muchos se hicieron cristianos, y
generales, y tan fuertes que los mas ancianos soldados y
fueron m á r t i r e s de Cristo , y san Narciso predicó en
experimentados entre ellos confesaban no haberse hallado
aquella ciudad , y g a n ó tantas almas para el Señor,
j a m á s en otros semejantes; cuando lodo el mundo juzgaba
que en Augusta le tienen por su apóstol y macslro. Y ha-
se rendiría la plaza, supieron todos como se apareció una
biendo estado nueve meses en ella , é instituido sacerdo-
mosca de extraordinaria grandeza y varios colores sobre
tes, y consagrado por obispo á Dionisio , hermano de H i -
el manípulo del brazo de nuestro invictísimo mártir Narci-
laria y tío de Afra , con gran sentimiento y dolor de los
so, la cual ya se vió ántes de comenzarse los fieros asal-
•cristianos, se volvió para Gerona su patria, para hacer en
tos, con que obligó al señor obispo, muy ilustre cabildo,
«Ha lo que habia hecho en Augusta. Aquí estuvo tres años
gohernador y padres de república de dicha ciudad, á r e -
ejercitando su caridad, y edificando al pueblo con susan-
quirir á Ishlro Víla, secretario de ella, para testificar
DIA 20, OCTlinilE. 289
niilénlicamentetlichoporloiilo y singularísimo uiiliigrOíqne de marzo, y por nuevo decreto el mismo dia 29; puoepue-
sin dudu fnó querer el santo animar á sus palridos, dán- de haber muchas causas deesfa diversidad.
dolos a eníender que aun lenia moscas (Hechas de su ce- * Los SANTOS JACINTO, QUIETO, FFXICIANO, Y IXCIO, MÁII-
leste aljaba) con que flechar y abatir el orgullo de los ene- TIUES.—Lo único que sabemos de estos sanios es lo que nos
migos, cuando las fuerzas de sus hijos faltasen, como lo refiere el Martirologio romano y el de, Galosino, á saber,
experimentaron bienios franceses; pues dejaron por des- que vertieron su sangre por la fé enlaBasilicata; provincia
pojos y trofeo glorioso del santo (como hoy se ven en su de Lucania.
sagrada capilla) siete reales cslandarlcs, después de r e n - SAN NAUCISO, OSISPO Y OONPESOR.—Esle santo nació por
didos sus capitanes, muerlos los mas de sus soldados y los últimos años del siglo I, y pasó su vida en el retiro,
eiili'ogndo8 los que quedaron vivos, á la vil fuga; para hasta que á la edad de óchenla años fué elegido y consa-
que conozca España el amparo tan grande que siempreha grado obispo de Jerusalen. La severidad de su conducta le
tenido y tiene en san Narciso; y Francia sepa como ha de acarreó, dice Ensebio, el odio délos malvados, que áfuer-
venerar sus sagradas reliquias. za de calumnias le obligaron á huir. El pueblo, no sabien-
Atento á e^le tan señaladísimo socorro y milagro, ha do el lugar de su retiró, colocó en su puesto á Dio, cuyo
conseguido la majestad del católico monarca Carlos I I , de episcopado fué muy breve. Habiendo vuelto á aparecer
la santidad de nuestro beatísimo padre Inocencio X I , e \ - Narciso, llenos de gozo sus hermanos, le inclinaron á que.
lensiondel rezo delglorioso san Narciso para todos losrei- volviese á subir á la silla que habia dejado, y al lin cedió.
nos de Kspaña y fuera de ella, sujetos á su real corona, á El año 190 asistió al concilio congregado en Cesárea con
cuyos piadosos y caiólicos ruegos asistieron también las motivo de la celobracion de la Pascua por Teólilo, obispo
dos católicas reinas, reinante y madre. Y asimismosuca- de la misma ciudad, y melropoliiano de la Faleslina. E|
lóiica majestad le hizo muchos presentes en su capilla, mismo Kusebio cuenta una porción de ruidosos milagros
íi^ndo el de eterna memoria una riquísima lámpara de obrados por el vonerable anciano, que ántes dejnorir ele-
plata, que perpelnameiUe arde ante su sagrado cuerpo. vó al sacerdocio al celebre Orígenes. El padre Le Quien
También el concilio tarraconense determinó so guardase, dice que Narciso murió en Jerusalen el año 212, de edad
como fiesta principal, el día 29 de octubre, qne es el del de ciento y diez y seis anos, recomendable por su exacti-
bendito santo, para memoria eterna de su continua protec- tud y vigilancia en cumplir los deberes del ministerio
ción en todo el principado de Cataluña. apostólico.
Con san Narciso fué martirizado san Félix, que era diá- SAN TEODORO, ABAD.—Natural de Valencia enel Delíina-
cono suyo; pero adviértase que este san Félix, aunquefué do, era aun muy jóven, cuandose sintió interiormente l l a -
martirizado on Gerona, no es aquel insigne mártir que en mado por el Espíritu Santo á dejar el mundo. Después de
ella diú su vida por Cristo, y es tenido en la misma ciudad haberse ejercitado por muchos aflos en la observancia de
en gran veneración: porqueeluno fué diácono de sanNar- la vida religiosa, volvió á su patria, donde se le reunieron
ciso, y el olio hermano ó compañero de san Cucnfale, gran número de discípulos, y mandó edificar aUí cerca un
como lo dijimos en su vida. San Narciso y Félix, su com- monasterio. En él estableció el santo la práctica ya bas-
pañero, murieron en tiempo del emperador Aureliano, que tante admitida de que el religioso, que ejerciese las f u n -
comenzó á imperar el año del Señor de 2 7 1 ; y esle otro en ciones de hebdomadario, permaneciese durante sn oficio
el de Diocleciano y Maximiano, siendo Daciano presidente, encerrado en una pequeña celda, orando de continuo para
de España. presentarse con mas pureza y fervor á celebrar los santos
También se ha de advertir queba habido dos Narcisos, misterios. San Teodoro tuvo esle encargo algunos años, y
los cuales algunos confunden, y dedos hacen uno. El p r i - no aflojó nunca cu sus mortificaciones y en su fervor, y en
mer Narciso fué obispo deJerusalen, y santo varón y es- aquel retiro logró del cielo el don de lágrimas, con las
clarecido en milagros. Este siendo acusado falsamente, y cuales se derramaban sobre su alma consolaciones inefa-
habiendo castigado Dios los acusadores; con deseo de bles. El don de milagros lo hizo célebre en su patria, don-
quietud se retiró á la soledad, y estuvo muchos años en de murió el año 373.
ella: y siendo ya de anciana edad, volvió á su Iglesia, y SAN CENOBIO, MÁivm.—Nació en la Fenicia, y habiendo
admitió (por divina revelación) por coadjutor y compañe- abrazado la religión cristiana y eslndiado las sagradas Le-
ro á san Alejandro, obispo; y habiendo vivido mas de tras, fué elevado al sacerdocio. Cuando la última persecu-
ciento y diez y seis afios, acabó santísimamente su pere- ción, que excitó contra la Iglesia el emperador Dioclecia-
grinación. no, hacia mas estragos en Fenicia, Cenobio se ocupaba en
Oli o Narciso es el obispo y mártir de Gerona, de quien visiiar y consolará los cristianos detenidos en las cárceles,
aquí tratamos, cuya Desla se celebra á los 18 de marzo, y y animarlos para el martirio, y antes .que se acabase la
en este dm hace mención de él el Martirologio romano, y persecución mereció también él la corona de mártir.
la Iglesia de Augusta á los 29 de octubre; y esta por v e n - SAN DONATO, CONFESOR.—Lo único que sabemos de esle
tura ha sido la causa de pensar que estos dos Narcisos son santo es por san Gregorio, papa, qne en su libro de Epísto-
uno; porque en el mismo día de los 29 de octubre cae la las habla desús reliquias, y cuenta algunos milagros obra-
hesla del glorioso san Narciso, obispo de Jen s den y en dos por su intercesión.
• él hacen de él conmemoración los Martirologios romano, Los SANTOS MAXIMILIANO Y VALENTÍN.—Solo sabemos
delíeda, Usuardo y Adon; pero la verdad es que fueron ,jlK. el primero es venerado por la Iglesia como mártir, y
dos: y no obsta el celebrarse la gesta de ambos en un el segundo con el título de confesor. Ambos fueion obis-
mismo día, como tampoco es argumento batíanle para pos de distintas ciudades de Oriente, cuyos nombres igno-
creer que son diversos el celebrarse en Augusta de san ramos, como también la época en que los santos florecic-
Narciso, mártir, á los 29 de octubre, y en Gerona á los i 8
TOMO I I I , 37
m LA LIÍYENDA Dlí ORO DIA 30.
SANUÜAN, OBISPO Y CONVESOR.—Escribió su vida su s u - y echándolo de sí, y en la audiencia del presidente dijo
cesor Valírido, por el cual sabemos quo Juan gobernó en palabras de desatino y locura. Oyendo esta sentencia Mar-
paz y caridad la Iglesia de Aulim, y que ilustre.y famoso celo, dijo: Dios te haga bien; y con esto fué degollado. Su
m sanfidad, doctrina y milagros, descansó tranquilo en el cuerpo fué allí sepultado, y en tiempo de los reyes católi-
Señor. cos don Fernando y doña Isabel, por buena diligencia de
» •
un clérigo, llamado Isla, fué trasladadode Tánger á León,
SAMA IÍIÍSSBIA, VÍKG™ Y MÁRTIR .—Nació en Bérgamo,
y puesto en una iglesia de su nombre de San Marcelo, que.
n uya ciudad consagró con la efusión de su sangre, r e c i -
es la mas principal parroquia de la ciudad. Está el santo
Jíiündo la doble corona de la virginidad y del martirio,
cuerpo sobre el altar mayor en una arca dorada de muy
•imiriendo, según la opinión mas probable, á fines del s í -
lindo talle. En el breviario antiguo de aquella ciudad se d i -
gló l i í , ó principios del IV.
ce, que la mujer de san Marcelo se llamó Nona, quecuan-
dosupo la muerte de su marido y de algunos de sus hijos
DIA 30.
rogó á Dios que la llevase para sí, y que murió luego.
SANMARCET-O, CENTURIÓN, Y DOCE HIJOS SUYOÍ, TODOS MÁR- Tiénenla por santa y en gran reverencia, y también un
TIRES.—Entre los muchos ilustres mártires que ha babido pozo en que dicen que estuvo el cuerpo de Nona algún
en España, uno es san Marcelo, soldado y centurión, ó ca- tiempo. El martirio de sanMarcelo fué por los años del Se-
pitán de den soldados, asi por haber él muerto gloriosa- ñor de 6/98, imperando Diocleciano. El Martirologio r o m a -
mente por Cristo, como por haber por su ejemplo animado no y el de Boda, y los demás, hacen -mención de él á los ÍÍO
á doce hijos suyos, para que le siguiesen y diesen alegre- de octubre, y el breviario toledano pone un himno de su
mente su vida por aquel Señor que por ellos hábia dadola martirio y gloriosa corona.
auya en la cruz. Del padre y de loshijos'hablaremos aquí, LOS HUCS DE SAN MARCELO, CENTURION, MÁRTIRES. — %\
y referiremos lo que hallamos en las historias eclesiásti- breviario de Evora y Juan Vaseo, en la Crónica de Espa-
cas y en algunos breviarios y santorales antiguos de Es- ña, dicen quo los doce hijos de san Marcelo se llamaron
paña. con estos nombres : Claudio, Lupcrcio, Yictórico, Facundo,
El martirio de san Marcelo, escrito por los notarios de su Primitivo, Genu'erio, Celedonio, Fausto, Januario, Mar-
mismo tiempo, referido por el padre l'r. Lorenzo Surio en cial, Servando y Germano, y que todos fueron mártires.
su quinto lomoá los 30 de octubre, resumido en ipocas Los SANTOS CLAUDIO, LUPERCIO Y VICTÓIUCO, MÁRTIRES —
palabras, fué de esta manera. Celebrando las legiones mili- Los tres primeros Claudio, Lupercio y Viclórico fueron
lares de las provincia de Galicia el nacimienlo del empe- martirizados en León por Diogeniano, presidente de G a l i -
rador Diocleciano con coronas de flores y rosas en sus ca- cia, el cual los mandó prender y degollar, y no quiso dar-
bezas, y llegándose á ofrecer el incicnso que llevaban en les otros tormentos, para que con ellos no diesen ejemplo
las manos, á una estatua del mismo emperador; Marcelo, á otros cristianos y los íuúmasen á morir., y ellos no tuvie-
centurión de la legión llamada Trajana, que se hallaba sen aquella gloria de haber padecido mucho por Cristo.
presente , abominando (como era razón) tan detestable sa- Sus sagrados cuerpos están en la ciudad de León en un
crificio con desprecio, no quiso ofrecer el incienso. Causó monasterio de San Benito, llamado San Claudio; y el año
esto admiración á los otros soldados, y comenzaron á amo- d e l H S , el cardenal Jacinto (que después fué asunto al
nestarle que sacrificase y se conformase con los demás; y pontificado, y se llamó Celestino H I ) , siendo legado en
él encendido en el amor de Dios, y menospreciándolas España, á ruegos del rey don Fernando y de don Juan,
honras y bienes déla tierra, se quitó elcíngulo militar, y obispo de León y de Pelagio, abad de aquel monasterio,
arrojóle con la espada, confesandoclaramente que era cris- en presencia de otros muchos obispos y abades, hizo c o -
tiano. Fué acusado delante d c í o i t u n a t o , tribuno deaque- locar en lugar alto y decente los cuerpos de estos tres
lla legión y presidente de aquella provincia : hablóle y santos mártires Claudio, Lupercio y pictórico, á los 23
respondióle Marcelo con gran libertad; y él le mandó l l e - del mes de marzo, como lo dice una piedra antigua que
var aprisionado á la ciudad de León, para oiric allí otra está en la misma iglesia. Cuando el rey Almanzor tomó á
vez. Examinóle la segunda vez, y de la plática resultó que León, quiso entrar en aquel monasterio y reventó el c a -
Eoríunato le envió aprisionado á Agricolao, prefecto del ballo; y movido el moro de este milagro, no permitió se
pretorio, que á la sazón se hallaba en laciudadde Tánger, hiciese daño en el monasterio. El martirio de estos santos
metrópoli de la provincia Tingitana, en África, que en fué por los años del Señor de 299, á los 30 de octubre, y
aquel tiempo estaba sujeta á la jurisdicción del presidente en este dia la Iglesia de León celebra su fiesta y los tiene
de España. Llevólo á cargo u.n soldado, llamado Cecilio por patrones; y el Martirologio romano hace de ellos
A r b a : padeció san Marcelo grandes trabajos en aquel l a r - mención.
go camino, por ir con prisiones y sin ningún regalo. Des-
* Los SANTOS JULIANO, EUNO, MACARIO Y OTROS TRECE
pués que llegó, y fué preguntado por Agricolao sobre el
COMPASEBOS, Y SANTA EÜTROPIA, MÁRTIRES.—Por la fé de Je-
caso, y Marcelo hubo respondido grave y conslantcmente
sucristo se hallaban estos santos presos en Alejandría,
á sus preguntas, y confesado claramente loque había he-
cuando imperaba Decio. Eulropia, que era una mujer muy
cho y dicho, y que era cristiano, y que no se dejaría
cristiana de la misma ciudad de Alejandría, sabedora de
vencer de temor ni espantos, ni tormentos, para apar-
que los santos encarcelados sufrían hambre, les enviaba
t i r s e u n punto de la confesión de Jesucristo; el prefecto
socorros todos los dias para su alivio. Descubierta su cari-
pronunció sentencia en la forma siguiente contra él: Es mi
dad y conmiseración, fué presa y llevada á presencia del
voluntad y mando que sea degollado Marcelo; porque p ú -
presidente Apaliano, y encerrada en la misma cárcel, po-
blicamente violó y quebrantó el juraíiifutó" del cargo de
cos dias después fué conducida con los demás presos á la
centurión, en que servia en la guerra, renunciándolo y
,plaza pública; y como no quisiesen obedecer á los sacrí-
DIA 31. OCTUBRE. 291
legos mándalos del jaez, sufrieron varias (onuenlos y des- to de morir, era llevada por coros de ángeles al seno de
pués fueron degollados, el afio 230 do Jesucrislo. la dichosa eternidad. La muerte de este santo sucedió el
SAN SATUUMNO, slÁurm.—Fué de Cailer, en Ctírdeña, año íiiO.
Cüya ciudad ¡lustró con su predicación y regó con su san- SAN SERAPION, OBISPO Y CONFESOR.—Subió á la silla p a -
gre, siendo emperador Diocleciano, y gobernador de Cor- triarcal de Anlioquia, siendo consagrado el año i 99.. g]
d e l a un lal Bárbaro. Martirologio romano dice, que fué insigne en dodrinn:
SAX CENOBIO Y SANTA CENOBIA, MÁUTIIUV?.— San Cenobio Ensebio y san Gerónimo alaban mucho su sabiduría y su
era obispo de Egea, en Gilicia, y santa Cenobia, hermana zelo por la defensa de la verdad. Escribió y publicó un l i -
suya, se ocupaba en servir á los peregrinos, á los pobres bro contra la herejía de Montano, y otro para refutar el su-
y enfermos que acostumbraba tener siempre en su casa el puesto Evangelio del apóstol san Pedm. Serapion murió
santo pastor. Ambos hermanos vivian en la paz de Dios, en paz, durante el reinado del emperador Caracalla, el
siendo la admiración de lodos los fieles por el resplandor año 211 de Jesucristo.
de sus virtudes; pero en el año 304, esta paz fué turbada SAN MÁXIMO, MÁRTIR.—Padeció martirio en Apamea de
para proporcionarles otra mas estable y sólida en la patria Frigia, en tiempo del emperador Diocleciano.
de los santos. El gobernador Lisias los hizo comparecer á SAN GERARDO, OBISPO Y G O N f — S o l o sabemos que
su tribunal y les mandó sacrificar á los dioses, y negán- fué obispo de Potensa, en la Lucania, cuya Iglesia gobernó
dose á ello, fueron los dos juntos degollados. en paz por muchos anos.
SAN TEONESTO, OBISPO Y MÁRTIR.—Gobernaba la Iglesia
d e A l t i n o , en Italia, y empleaba todo su zelo contra los DIA 3 1 .
herejes arnanos. Un dia estos promovieron tumulto en d i -
cha ciudad, y obligaron al santo obispo á separarse de su SAN QUI.NTINO, MÁRTIR.—Quinliiio, mártir gloriosísimo-,
Iglesia. Teonesto se fué entonces á ROflM á consultar con aunque fué romano noble de senatoria eslirpe, que era la
el papa san Dámaso, acerca de la conducta que debia ob- mayor nobleza romana, con todo fué muchísimo mas noble
servar, y el pontífice le indicó que se viese con san A m - por la fé, que como valeroso soldado tuvo á su rey sobe-
brosio, su metropolitano. Marchó pues á Milán, donde con- rano Cristo Señor nuestro, por cuya confesión dió glorio-
cibió el designio de empezar á recorrer la Europa predi- samente la vida, y por cuyo amor dejó la patria, los pa-
cando contra los nuevos errores, y disputando en todas rientes, amigos, riquezas^ faustos y pompas mundanas.
partes con los arríanos. Su misión dió á la Iglesia ópimos Salió, pues, de Roma Qtúnlíno con Fusciano, Viclorino,
frutos, porque muchos de aquellos sectarios abandonaron Crispino y Crispiniano y oíros piadosos y devotos crislia-
sus extravíos, después de haberle oido. Recorrió toda la nos, lodos los cuales con deseos de propagar la fé de Je-
Italia, la Francia y la Alemania, y después volvió á Allino, sucristo se encaminaron á Francia : llegaron á París, y de
encargándose oirá vez del gobierno de su diócesis, la cual allí se dividieron, eligiendo cada uno su ciudad ó p r o v i n -
dirigió con igual zelo que antes, hasta que un dia los a r - cia, donde ir á predicar. Quinlino, predicando y haciendo
ríanos, no pudiendo ya sufrir los males que les cansaba y prodigiosos milagros, dió vuelta á una y olra parte, basla
la deserción que causaba entre sus partidarios, volvieron que llegó á la ciudad de Amiens. A este tiempo era tanta
á excitar un tumulto popular, en medio del cual le quila- la sangre de cristianos que el cruel tirano Rieciovaro ba-
bia derramado, que con ia un río de aquella provincia l l a -
ron la vida.
mado Mosela, mascón la abundancia d é l a sagrada san-
SAN LUGANO, MÁRTIR.—Según una antigua tradición,
gre de los invictos mártires, que de sus propias aguas, las
san Lucano fué martirizado en Logny, lugar del pais de
cuales dejando su color nativo, habian tomado el rojo de
OrleanSj al principio^del siglo V. Sus reliquias fueren des-
la sangre-. Luego que el glorioso Quintino llegó á Amieiis?
pués trasladadas á la catedral de París, cuyos habitanles
comenzó á predicar y ganar almas para el cielo, cuya
lenian.á esle santo en grandísima devoción, y en las ca-
noticia llegó á oidos del impío Rieciovaro, que al inslimle
lamidades públicas acostumbraban sacar en procesión su
lo mandó poner con lodo rigor en la cárcel, adonde fué
sagrado cuerpo, junto con los de san Marcelo y de santa
muy gozoso y alegre, y loda la noche gastó en oración y
Genoveva.
cánticos divinos.
SAN GERMÁN, OBISPO Í CONFESOR.— El afío 519 fue este
santo enviado por el papa Hormisdas, en calidad de lega- El dia siguiente, sentado on su tribunal Rieciovaro, hizo
do, al emperador Justino. El objeto de la legación era traer á su presencia á san Quintino. Puesto el santo á su
persuadir á los orientales que pusiesen fin al cisma que vista, le preguntó: ¿Cómo le llamas? Crisliano, dijo Quin-
contaba ya cuarenta años, y que babia sido fomenlado por tino; porque soy crisliano, y creo á Cristo con el corazón
os emperadores Zenon y Anastasio, ambos unidos al par- y le confieso con la boca; pero mis padres me llamaron
0 ?e}os ^ j e s , lo mismo que Acacio y otros patriar- Quintino. ¿De qué linaje eres? añadió el prefecto. Soy,
cas de Constantínopla. Las negociaciones de Germán, que dijo el santo, ciudadano romano, hijo de Zenon, senador-
j a eia a la sazón obispo de Capua, tuvieron el mas feliz Pues ¿qué cosa es, dijo el prefecto, que persona tan n o -
esuitado, pues los bet ejes fueron ondeuados y el cisma ble, é hijo de un varón tan ¡lastre, se haya dejado eoga-
ftaí con una superstición lan grande, como adorar por Dios
«esaparecio. San Gregorio el Grande cuenta que Gorman
á aquel que los judíos crucificaron? No hay mas nobleza,
e l r i f u U Y f ^ 1 - d i á c o n o de la Iglesia de Roma,
." ' a t 2 a S d e , P U r S ; U ü r Í 0 ' ^ ^ ' ^ - s e adherido al dijo Q&inlino, que conocer á Dios y obedecer sus santos
usina de Lorenzo contra el papa Simaco, de las cuales le mandamientos. Por esta eattik* religión y fé que profeso,
Idm, con sus oraconos. El mis.no auto,- C t n.. ,
se conoce á Dios omnipotente, Criador de cielo y tierra, y
ásu Hijo Jesucristo nuestro Señor, por quien fueron bo-
el alma del sanio obispo de Capua, que al m i m o memen- rhas todas las cosas visibles e invisibles, el cual en
2í)3 LA LIÍYKN DA DK ORO. DÍA 31.
todues igual ¡il Tíidi e. Iba á pi'osoguir Ouind'iio; y el p r e - Oyendo oslo Ricci ;varo, dijo: Juro por ios alfós dioses,
íceto lo nnbarazó, diciendo: Deja la locura y saorilica á Júpiter, Mercurio, Sol, Luna y Asclepio, que te tengo de atar
nuesíros dioses; sino, yo lo juro por ellos que te quitaré con fuertes cadenas, y has de ir preso á Roma, para que
la vida con diversos tormenlos, allí, á vista do los sacros emperadores, pagues con mas
Pues yo le juro y promete por mi Dios y Señor Jesu- crueles tormenlos tus atrevimientos y el haberle buido de
cristo, dijo Quintino, que ni liaré lo que mandas, ni tnno la cárcel. Bien sé, dijo Quinlino, que en Roma y en cual-
lus amenazas: y así ejecuta luego tus rigores: que dis- quier parte, me ha de favorecer y asistir Dios; y así no
puesto estoy á padecer lodo aquello que mi Dios permi- rehuso el i r : p»ro confio en mi Señor Jesncrislo, que el
liere. Tú puedes atormentar mi cuerpo; pero Dios tendrá fin de mi vida será en esta provincia. Y as; fué como lo
misericordia de mi alma. Con oslo se enfureció el prefecto) profetizó el sanio mártir; porque, maridándole poner al cue-
y lo mandó desnudar y azotar fuerlemoute con duras y llo y por todo su cuerpo fuertes cadenas, y que se partiesen
nudosas varas; y mientras mas le azotaban, mas fuerzas con él los ministros para Roma; ordenó el prefecto que
cobraba el guerrero fuerle, levantando los ojos al cielo y fuesen poco á poco , porque querrá él mismo acompañar-
dando á Dios infinitas gracias. Consolóle su divina Majes- los, para entrar glorioso con el triunfo: y así, llegando á
tad cor» esta voz celestial; (Uiinlino, sóconstante: pelea un lugar, llamado Augusta Ycromando, no lejos de Amiens,
varonilmente; yo te asisto. se detuvieron á esperarlo. Al dia siguiente llegó Ricciova-
A esla voz cayeron desmayados en tierra los verdugos: ro, y mandó le trajesen delante á Quintino: y mirándolo
lo cual vislo por el cruel Uicciovaro, dijo así: Juro por los coucariño, vuelto el lobo en raposa, le d i j o : Quinlino her-
santos dioses y diosas que este Quintino es mago y usa de mano, porque eres jó ven y de tan noble prosapia, tengo
sus encantos, como claramente so v e ; y así quitádmelo do piedad de t í ; y así toma mi consejo, que es de hermano y
delante y ponodlo en una oscura cárcel, que yo veré si le amigo; sacrifica solo á Júpiter y Apolo, y si quieres ir á
valen sus encantos. No se permita entrar cristiano alguno Roma, te doy mi palabra de honrarlo como mereces en
á consolarlo, para que asi pagúela pona do sus locuras. esta provincia : escribiré á los sacratísimos emperadores,
diciéndoles quién eres y lo mucho que mereces, para que
l'u 'slo en cadena, pues, y en una cárcel oscurísima,
te den el título depríncipe yjuezmanílico do esla provincia,
eansado de los tormenlos y trabajos, se durmió á la media
y ocupes mi lugar, que es cuanto por tí puedo hacer. A
noche, y al instante se le apareció un ángel del cielo, que
es!orespondió el invictísimo mártir: Muchas veces, ó Ric-
le dijo: Quintino, siervo de Dios, levántale y anímale, y
ciovaro, te he dicho que te cansas en vano; porque y o no
puesto en medio de la ciudad predica, consuela y anima á
tengo do ser tan loco como tú, que sacrifique á los demo-
todo el pueblo, para que crean en nuestro Señor Jesucris-
nios infernales; pues no son otra cosa estos que llamas
to, y bautízalos. Apenas dijo esto el santo ángel, cuando,
dioses.
djespierlo, solevantó y le siguió, sin que las guardas de la
cárcel ni puertas cerradas le fuesen estorbo alguno. Pues- Aquí acabó Ricciovaro de perder las esperanzas de r e -
to, pues, en medio do la plaza, predicó tan divinamente la ducirlo y juntamente la paciencia; y así, hizo llamar un
fé de Jesucristo, que convirtió mas de seiscientas personas, herrero, y le mandó hacer dos agudos clavos, y tan lar-
y casi toda la ciudad se conmovió. gos, que entrando por la cabeza, llegasen hasla las pier-
Toro luego que lo supo el maldito Ricciovaro lo mandó nas, y otros diez mas pequeños, que entrasen por entre la
prender otra vez, y poner en un tormento cruel, que era uña y yema do los dedos. Hizolos el herrero al instante, y
colgarte de unas ruedas que, suspensas en lo alto, á m a - los verdugos so los clavaron los diez, en los diez dedos do
nera de carrillos de pozo ó garruchas con que se saca las manos, y los dos por lo alto de la cabeza, que le tras-
el agua, lo subían y bajaban, descoyuntándole los huesos pasaron lodo ol sagrado cuerpo de alto abajo hasta los piés,
y deshaciéndole el cuerpo todo, hasla que lo dejaron m o - con que quedó todo hecho un lastimoso espectáculo á los
lido. Después lo mandó azotar y herir cruelmente con gar- hombres, pero glorioso á los ángeles y á los cielos. V i é n -
fios y rastros de hieiro : luego que le cebasen por las es- dolo de esta manera el tirano clavado y corriendo arroyos
paldas aceite, pez y resina hirviendo, para que entrando de sangro, dijo soberbio y vano: Vengan los cristianos t o -
por las llagas, fuese mas intensamente atormentado. Aca- dos, y vean esto mísero espectáculo, y les servirá de ejem-
bado este tormento, mandó que encendiesen hachas y le plo y escarmiento, viendo aquí, donde llega la irado mis
abrasasen con ellas los costados: pero por mucho fuego rigores. Pero no sabia el tirano lo que se decia ni hacia;
que le ponían extononnente, era mayor el divino que i n - pues ántes mostrarles á los valerosos cristianos la consUm-
teriormente le abrasaba; y así dijo animoso al tirano; cia invencible de Quinlino, fué moslrarles un mudo predi-
Cruelísimo juez, hijo do los engaños del demonio, ¿por cador, que con su ejemplo exhortaba y animaba á todos
ventura no sabes que, mientras mas rigores y tormentos á alcanzar semejantes triunfos del bárbaro y cruel genti-
añades á mi cuerpo, tiene mi alma consuelos y refrigerios lismo; porque ninguno hubo á quien no moviese la vista del
divinos con que menosprecio tus rigores? generoso mancebo, é invencible caballero de Jesucristo, á
Con oslo creció la ¡ra del juez, y dijo : Traed al punto una emulación sagrada, y duseo fervoroso de ser seme-
cal viva, vinagre fuerte, sal y mostaza molida, y haciendo jantemente atormentado por la fé santa y divina suya.
do lodo una bebida, echádsela en la boca, y veremos á lo Cansado y a c í tirano de ver tanta constancia, y tan m i l a -
menos si así calla y cesa de injuriar á mí y á nuestros groso vivir, y que se reducían infinitas almas con sola su
dioses. Entonces, volviendo los ojos al cielo el invicto vista, á la fé de Jesucristo, y á voces pedian el martirio;
mártir de Jesucristo y guerrero animoso, dijo: Señor, mandó que le cor tasen la cabeza: y viéndose ya á las puer-
dulces son para mí y suaves cuantos tormentos padezco tas de la gloria, gozoso y alegre, mientras el verdugo de-
por tu santo nombre; y aunque sean los mas amargos do' senvainaba la espada, hizo una breve y fervor osa oración
mundo, á mi paladar son dulces como el panal á Dios, y una exhortación á los nuevamente convertidos, é
nu 31. OCTUBUE. 293
inclinando la cabeza, se la corló de un fiero golpe el v e r - sabia si dentro de ella estaba sepultado el santo cuerpo ú
dugo, y al instante se oyó una voz del cielo, que dijo: nó. l'or este tiempo vivía el bendito san Eloy; y siendo
Quinlino, siervo mió, ven y recibe la corona que tengo obispo, fué muy dado, como á todas las virtudes, á vene-
para tí prevenida en la gloria por tus grandes méritos: y rar los cuerpos y reliquias de los santos: y así buscó m u -
saliendo una candida y hermosísima paloma de su cuello, chos que yacían incógnitos, y los colocó y veneró con es-
queerasu almasantísima, vieron todos como entró triunfan- pecial devoción. Deseaba mucho hallar el cuerpo de san
te y gloriosa en el cielo, á ser colocada en el coro de los es- Quinlino: y como todos ignorasen el lugar de su sepulcro,
píritus soberanos y mártires de Jesucristo. Su glorioso el santo obispo pregutó á Dios lo que ignoraban los h o m -
triunfo fué á los 81 de octubre, por los años del Scfior bres por su descuido. Ayunó tres días continuos: estuvo
de 303, imperando el impío Maximiano. Su cuerpo glorio- siempre en oración; y dijo á Dios, con aquella fé que te-
so fué sepultado por órden del mismo Uicciovaro, de n o - nia : Señor, no comeré, ni beberé, ni cuidaré de las ovejas
che, y con lodo silencio y secreto (para que ningún cris- que me habéis encomendado, hasta que me descubráis el
tiano lo supiese y descubriese tan gran tesoroá la Iglesia), tesoro que busco. Mientras esto pasaba, muchos que á
en un profundo cenagal que hace el rio que por allí pasa, Eloy asistían, cavaban en diferentes partes de la iglesia,
llamado de unos Sccuana, y de otros Sona, y allí estuvo pero en vano; hasta que al tercero dia, siendo ya noche,
oculto por espacio de cincuenta y cinco años, hasta que solevantó el santo de su oración, y con el báculo señaló
Dios fué servido de descubrirlo milagrosamenle: que fué un lugar, mandando que allí cavasen. Hiciéronlo así; pero
en esta forma. como hubiesen ya pasado mas de diez varas de hondura, y
nada descubriesen, perdieron las esperanzas y se dejnron
Había en Roma una rica y noble matrona, llamada E u -
de cavar. Entonces Eloy, tomando una espuerta, entró en
sebia, ciega desde edad de nueve afíos. A esta se apareció
el hoyo, y con las manos la llenó de tierra, y apenas tocó
tros veces un ángel del Señor, y todas tres veces la dijo,
con el báculo en aquella parle, que había ahondado mas
que si quería cobrar la vista fuése á Francia, y buscase el
con sus benditas manos, cuando sintió que había tocado
cuerpo del glorioso márlir san Quinlino, que él la guiarla
madera, volvió á dar mayor golpe, y rompió la tumba.
al lugar adonde estaba. Obedeció la señora: y guiada del
Aquí fué donde comenzaron todos á ver las maravillas de
ángel, y acompañada de decente familia, según su calidad,
Dios, y de su siervo Quinlino; pues salió por aquella r o -
fué á la ciudad de Amiens, y de allí al lugar y parte del
tura, un globo de luz tan hermoso y bello, que siendo á la
rio donde había sido sepultado el cuereó glorioso, guiada
media noche y muy oscura, lodos juzgaron era de día y
siempre del santo ángel. Estando allí, preguntó á muclios
que. babia salido el sol ¡ tanta fué la claridad que llenó la
si sabían el cuerpo de san Quinlino : y como ninguno la
iglesia y toda la montaña, que juzgaron todos los circun-
supiese dar razón, así por haber ya pasado cincuenta y
vecinos que babia amanecido; y así, se levantaron á media
cinco años, como por el secreto con que el tirano Riccio-
noche: pero no so engañaron, porque la luz permaneció
varo lo hizo sepultar y esconder; ella se puso en oración,
iKislaquesalió el sol. Con la luz salió también una fragancia
pidiendo á Dios fuese servido decirla lo que no sabían los
tal, que lodos juzgaban hallarse en el paraíso. Tiernas l á -
hombres. Apenas acabó su oración (¡ ó maravillas de Dios
grimas de gozo derramaba el sanio obispo, por haber h a -
siempre inmensas ! ) , el mismo cuerpo se víó por Una par-
llad!) lan gran tesoro. Sacóle de la lumba en que yacia,
le del rio, y la cabeza por otra, venir nadando hasta po-
hermoio, fresco y oloroso. Sacóle los clavos que el impío
nerse en las manos de Eusebia. Recibiólo con el gozo que
Ricciovaro le clavó: besólos como reliquias sagradas ; y
se puede imaginar, y los que la asistían, vieron como es-
para que se viese cuán entero, sano é incorraptibie oslaba,
taba incorrupto, hermoso y bello, y todos percibieron la
moslró á todos una gota de sangre viva que salió de una
suavísima fagrancia, de un divino y celestial olor que des-
de las heridas, nízole una caja do oro, plata y piedras
pedía de sí. Luego ordenó Eusebia que caminasen con el
preciosas, donde le colocó: y para que en adelante no se
santo cuerpo á una ciudad que oslaba cinco millas de allí,
volviese á perder su memoria, amplió la iglesia, haciendo
para darle honorífica sepultura; poro apenas apartados del
un suntuosísimo templo y un monasterio, que hoy perse-
' ¡o, subieron á lo alto del monte, cuando se hizo tan pe-
vera, donde hace Dios infinitos milagros por su siervo
sado el cuerpo santo, que no les fué posible á los que lo
Quinlino, con que es para siempre glorificado y glorioso.
llevaban, pasar do allí, quedando lodos lan admirados
Escribieron la vida y martirio de san Quinlino, y sus dos
como inmobles. Conocida con esle prodigio la volunlad de
gloriosas invenciones. Reda; Usuardo ; Adon; Surio, lo-
Dios que era no querer su siervo Quinlino dejar el lugar
mo v ; Pedro dciMatalibus, lib. ix, cap. 12C; san Gregorio
donde habm padecido, vencido Y ganado la corona de la
Turonense i>e ^ / o m m ^ í y í " " ^ , CO/>. 12 e í 1 3 ; el Marli-
glonn, ordenó Eusebia que allí l o sepultasen lo mas de-
rolugio romano; y Haronio en sus anotaciones, y en el
cente que les fuese posible.- y al irlo a poner enelsepukro,
lomo u do sus Anales, año 303, núm. 103.
cobro la m a deseadu, y quB tantos años habia que c a r ^
cía de ella. Dio mímilas írrariaü á n ; ^ i i • * SIN NKMESIO \ SANTA. LLCILA, MÁRIIHES.—Lucila era
ft . . . u:3 oficias a Dios, y al glorioso san
Qumtino, por tan gran avor y miiagro. oíros muchos e n - hija de Nemesio, y osle era diácono do, la Iglesia de Roma.
fermos, que allí se hallaron de varías enfermedades, l o - Ocupados en el servicio de Dios, pasaban los días en ora-
dos sanaron : con que todos gloriücaron á Dios en su sier- ción y buenas obras. Padre é bija fueron presos por no r e -
vo y glorioso márlir Quinlino.
nunciar á la fé de Jesucristo, cuando el emperador Vale-
Pasaron trescientos y veinte anos, en cuyo discurso HA riano publicó sus edictos contra los cristianos, y fueron d e -
tiempo, poco á poco se babia ya ido olvidando la m T o r i a gollados en la misma ciudad de Roma, el dia 2g de agos-
de tan gran santo; y asimismo se olvidó del todo el C to del año 02JÍ ó 2üa. El papa san Esteban hizo sepultar
donde Eusebia lo sepultó, si bien había qUet]ado U(¿ ^ sus cuerpos, y después fueron colocados honoríQcamenle
quena iglesia fabricada en el mi¿momonte; pero mdie en la via Apia por el papa san Sixto el dia 31 de o c l u -
LA LEYENDA DE ORO. 1)1 A 1
brc del afío 2ÍÍ8, y luego el ponlíflce Gregorio quinto los chas Iglesias á sacar sus pastores. Volfango deseaba solo
Irasladó á la diaconía de Sania María la Nueva, junto á los consagrarse al retiro y á la oración; pero vióse obligado á
cuerpos de los sanios Sinfronio, Olimpio, Tribuno, Exupe- pasar á Wurtaburgo á perfeccionar sus esludios, y des-
ria, su mujer, y Tcódulo su hijo, los cuales convenidos á la pués á Tréveris, cuyo arzobispo que conocía süs talcn!os,
fé por Sinfronii), y bautizados por el mismo san Esléban, le obligó á aceptar el empleo de deán con el cai go de r e -
alcanzáronla palma del martirio. En tiempo del papa Gre- gentar una escuela. Desempeñó, pues, estos dos deslinos
gorio trece, fueron hallados los cuerpos de todos estos con una piedad y un celo que dieron á lodos la mas alia
santos, y los colocaron debajo del altar de la misma i g l e - idea de su virtud. Después de la muerte de aquel arzobUn
sia, donde se conservan. po, pasó nuestro santo á Colonia, donde permaneció a l -
Los SANTOS AMPLIADO, URBANO Y NARCISO, MÁRTIRES.—De gún tiempo, y luego se retiró al monasterio de Euüklen,
los dos primeros hace mención san Pablo en su epístola á para servir á Dios en el silencio y la práctica de la morti-
los romanos, capítulo 16, vers. 8 y 9 con estas palabras: ficación. Aquí abrió también una escuela y recibió las sa-
«Saludad á Ampliado, á quien amo entrañablemente en el gradas órdenes. Consiguió entonces permiso para i r á pre-
Señor. Saludad á Urbano, que ha trabajado conmigo en Je- dicar el Evangelio y partió para Hungría el año 012. A l -
sucristo.» Galesinio dice, que san Ampliado fué obispo de gún tiempo después el emperador Otón I I lo recomendó
Usilópolis, ciudad de iMacedouia, donde murió mártir por la para el obispado de Ratisbona, y en efecto, Volfango fué
íé, y que san Urbano derramó su sangre juntamente con elegido canónicamente y consagrado, teniendo que vencer-
Narciso y muchos otros, en la ciudad de Grecia á fines del se en aquella ocasión toda la inclinación que él profesaba
siglo L De san Narciso dice también el apóstol san Pablo, á la soledad. Continuó viviendo como un monge, su p r i n -
en su cai ta citada, estas palabras: Saludad á los de la casa cipal cuidado fué dar reglamentos que cortasen los abusos
de Narciso, que son en el Señor.» introducidos en el clero y la disciplina, y los pobres e n -
contraron en él un padre tierno y cariñoso. Fué preceptor
SAN ESTAQÜIO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué convertido íi Je-
de los hijos del duque de Baviera, que, merced á la pia-
sucristo y consagrado obispo de Bizancio, hoy Constanli-
dosa educación que el santo les dió, llegaron á ser prínci-
nopla, por el apóstol san Andrés. San Pablo en su epístola
pes altamente útiles á la Iglesia y al estado. Habiendo
á los romanos habla también de este santo por las siguien-
Volfango emprendido un viaje por un objeto de caridad,
tes palabras: «Saludada mi amado Estaquio.» Fué el
cayó enfermo en el camino y murió en Pupping, en Aus-
primer obispo de Bizancio y luego el fundador de la I g l e -
tria, el dia 31 de octubre del año 99 í, y en l O I í i el papa
sia de Arginópolis, m . la cual enseñaba constantemente el
León IX lo colocó en el número de los santos.
Evangelio á mas de dos rail cristianos,. Su episcopado, que
duró quince años, fué el de un verdadero apóstol, y termi- LA CONMEMORACIÓN DE LA VICTORIA DEL SALADO.—Todos
nó, su vida en paz durante el sigto í. los historiadores están contestes en reputarjjor milagrosa
SAN VOLFANGO, OBISPO T CONFESOR.—Nació este siervo de la victoria del Salado conseguid a por los españoles contra
Dios en la Suavia, de padres plebeyos, y cuidó de su edu- los moros, y no es extraño que en este dia la católica Espa-
cación un virtuoso eclesiástico de su patria. Era bastante ña dé gracias á la Providencia por el singular beneficio que
niñoaun, que ya entró en el monasterio de Uichenaw, cé- le fué dispensado.
lebre escuela de ciencias y virtudes, adonde acudían m u -

NOVIEMBRE.

viano venció á Marco Antonio y quedó señor absoluto del


DIA 1 . imperio romano. Llamó Agripa á este templo Panteón, que
quiere decir «casa de todos los dioses;» porque en él to-
LA FIESTA DE TODOS LOS SANTOS .—Entre todas las Gestas dos los falsos dioses do la antigüedad eran venerados. Y
que la sania Iglesia ha instituido por lodo el año en reve- dado que, después queel emperador Constatilinose convir-
rencia de los bienaventurados que están en el ciel©, la tióá nuestra santa f é , y comenzó á edificar templos á Jesu-
roas solemne y de mayor devoción es la que celebra el cristo nuestro Salvador, los cristianos deniljaron muy
primer dia de noviembre en conmemoración y honra de magníficos y maravillosos templos de los gentiles, para (pie
todos los santos, porque en esta fiesta los abraza á todos no quedasen en pié los lugares en queso hablan ofrecido
sin excluir alguno, y se encomienda á ellos é invoca y l l a - tan sucios y abominables sacrificios al demonio; por cuya
ma en su favor á toda aquella bienaventurada compañía razonen Alejandría asolaron un templo de Serapis, en Caza
ycórte celestial. Instituyó esta fiesta en Roma el papa el deMarna, en Apamena el de Júpiter, en Cai lago el do
Bonifacio IV de este nombre, en honra de la gloriosa V i r - Celeste, y en otras parles otros muchos que eran tan so-
gen María nuestra Señora y de todos los santos mártires, berbios y de tan excelente arquitectura, fpie se lenian por
consagrando al Señor aquel suntuosísimo templo, que nó milagros del mundo; todavía después juzgaron que era
Domiciano, emperador (como dice Adon), sino Marco A g r i - mejor (ya que estaba caída y rendida la gentilidad) (pie
pa, ciudadano romano y gran privado del emperador Oc- donde ántes habia sido servido el demonio, fuese servido
laviano Augusto, habia dedicado á Júpiter Vengador (co- el verdadero Dios, y que los mismos templos profanos y
mo dice l'linio después do la batalla naval en que Octa- abominables se purificasen con las ceremonias que IL a i<»
r u 1. NOV1KMBRE. 295
Iglesia católica, y sanlificados y adornados con las r e l i - Señor, por intercesión de cada uno de los santos; hoy lo
quias de los márlircs se consagrasen al Señor; como se alcancemos por los ruegos de aquella córte y .bienaventu-
ve en san Gregorio Magno, que en una epístola escribe al rada compañía, que postrada delante del acatamiento de
rey de Inglaterra, que poco antes se había convertido á la la santísima Trinidad, le representan nuestras plegarias y
fé, que haga echar por el suelo los templos de los ídolos: oraciones, y con singular afecto y caridad le piden que
y después que ya la cristiandad había echado algunas raí- nos oiga y otorgue lo que por medio de tantos y tan g r a n -
ces en aquel reino; para que los flacos no se turhasen, des siervos y amigos suyos le suplicamos.
mandó á Meüto, obispo, que no se arruinasen los templos Pero la principal razón de la institución de esta fiesta os
de los paganos, sino que se convirtiesen en iglesias de animarnos á la imitación de todos los santos, proponién-
cristianos. Siguiendo pues esta orden Bonifacio I V , que donos su vida pcjrfectísima y divina, y la gloria inenarra-
fué sumo pontífice poco después de san Gregorio (porque ble que por ella alcanzaron (como dice san Bernardo); para
Sabiniano y Bonifacio I I I , que inmediatamente le sucedie- que en nuestra conversión sigamos á los que con esta tan
ron, aun no vivieron tres años), dedicó el Panteón que solemne fiesta veneramos, y corramos con grandes pasos
Agripa había edificado á todos los dioses, en honra de la á la bienaventuranza de los que tenemos por bienaventu-
santísima Víigen María nuestra Señora, y de lodos los rados, y seamos favorecidos con el patrocinio de los que
santos mártires (que eran los que en aquel tiempo se cele- nos recrean con sus alabanzas: y san Agustín dice: «Aque-
braban en la santa I g l e s i a ) , y llamó á aquella iglesia llos de verdad celebran las gozosas fiestas de los santos
Sánela Slaria a d M a r l y m , y hoy se llama Nuestra Señora mártires que siguen las pisadas y ejemplos de los mismos
la Rotunda; y mandó que se celebrase fiesta en Roma á mártires; porque no son otra cosa las solemnidades de los
los 13 de mayo en que se hizo la dedicación, y en esle dia mártires, sino unas encendidas exhortaciones, para que
la pone el Martirologio romano. El cardenal Baronio dice, no seamos perezosos en imitar lo que celebramos con g l o -
que en un libro antiguo de aquella Iglesia; escrito de m a - ria. » Hasta aquí son palabras de san Agustin. Para esto la
no, halló que se levantaron y colocaron en ella con gran santa Iglesia nos lee hoy en la misa el Evangelio de las
solemnidad veinte y oc ho carros de huesos de santos már- bienaventuranzas en que se descubre el camino por donde
tires, sacados de diversos cementerios de aquella santa lodos los santos anduvieron y nosotros debemos andar: la
ciudad. Esto es lo que mandó el papa Bonifacio IV; mas humildad y pobreza de espíritu, la mansedumbre y l á g r i -
después Gregorio, asimismo papa IV, que murió por los mas, la hamhre y sed de la justicia, la misericordia y las
años del Señor de 814, ordenó que la fiesta que se hacia otras virtudes que tuvieron; y juntamente el galardón y
en Roma á 13 de mayo en honra de nuestra Señora y de posesión de la tierra de los vivientes, y reino del cielo que
lodos los mártires, se hiciese por toda la cristiandad el por ellas se les dió. Y porque los ejemplos de los santos se
primer dia de noviembre en reverencia de ellos y junta- deben leer en las vidas particulares de cada uno de ellos,
mente de todos los santos confesores y moradores del cie- y todos se resumen y están cifrados en estas bienaventu-
lo. Por esta causa se llama la Fiesta de Todos los Santos, y ranzas, que son los medios para alcanzar la gloria y bie-
se guarda en toda la Iglesia, y particularmente en la de naventuranza déla patria que ahora poseen (la cual, a u n -
Nuestra Señora la Rotunda de Roma,con singular regocijo que con diferentes grados, es una y la misma de todos);
y devoción, y esta es la primera causa de la inslitucion de para que mas nos inflamemos al amor de la virtud, y á
osla fiesta. Pero otras hay de no menor consideración, en- imitar la vida de los mismos santos, quiero aquí tratar del
tre las cuales una es la obligación tan precisa que leñe- inmenso gozo y gloria inenarrable que ellos poseen; pues
mos de glorificar al Señor en sus santos, y de honrar los la santa madre Iglesia, celebrando su fiesta, hoy nos la re-
mismos santos que tan bien le supieron honrar, y nos presenta.
dejaron tan raros ejemplos en su santidad, para que los
Mas, ¿qué lengua, aunque sea de los mismos santos,
iuiitásemos; y ahora con sus oraciones nos ayudan y sus-
podrá explicar la gloria que ellos poseen; ó qué entendi-
tentan.
miento comprender aquel Bien que solo es bien y fuente y
Pero siendo como son los santos innumerables, y que causa de lodos los otros bienes? El apóstol san Pablo
por ser tantos no se pueden todos en particular y cada uno dice, que el ojo no vió, ni la oreja oyó, ni el corazón
por sí celebrar, fué cosa convenienlísima que se inslilu- del hombre comprendió los bienes que Dios tiene apa-
yeso un dia para que en él á lo ménos los alabásemos y rejados para los que le aman. No puede el ojo verlos;
pidiésemos su favor, y mostrásemos la piedad y devoción porque no tienen color: ni la oreja oírlos, porque no tienen
que tenemos con todos, sin excluir á ninguno. Otra razón sonido: ni el corazón humano comprenderlos, porque
os la que se escribe en el libro llamado Orden romano: aquellos bienes no son humanos, sino divinos, é infinila-
Ul qmdqutd(úke) humana fragilüas per ignoranliam, aut mento exceden su capacidad. El angélico doctor santo T o -
negíigcnliam m solemnitaUbus, el v i g i l m sanclorum minús más enseña, que tres cosas, que en sí son finitas, en cier-
plenc pcreQH, m hac observalione sánela servetur: Para ta manera son de infinita grandeza y dignidad. La p r i m e -
que todo lo que la humana fragilidad hubiere fallado entr ra es la humanidad de Jesucristo nuestro Salvador, que
ano en las fiestas y vigilias de los santos, ahora sea por por ser upida en una misma persona con unión hipostáti-
nuestra •gnorancia, ahora por nuestra negligencia se re- ca con la divinidad, es de infinita dignidad, y no se puede
compense en esta ties a y se supla con el mavor fervor de decir, que Cristo es pura criatura. La segunda cosa es la
nuestra devoción. Otra razón es laque la santa Iglesia nos sacratísima Virgen María nuestra Señora: la cual, aunqua
da en la oración del oficio divino que reza este d h en sí es pura criatura, finita y limitada; mas por ser m a -
Uldesideraiam nobis luce propitialioni abundantiam muí dre de Dios, y haber concebido en sus entrañas y parido
upheaüs mlercessoribuslargiaris: Para que lo qúe por al Verbo eterno, que es infinito é incomprensible, tiene en
nuestros grandes pecados no habernos podido alcanzar del si una cierta grandeza inmensa y una prerogativa de i n f i -
20G L A LEYENDA DE ORO DIA 1 .
nila oxci'Iencia. La lorcora osla gloria y bienav enlut anza de gre por ver cosas alegres (porque todas oslas cosas son
los sanios: la cual, dado que en sí sea finita y lasada, por- bajas y limitadas, y fuera del hombre que las ve); pero
que los mismos sanios y bienavenluradoa lambien lo son; Dios es un bien tan inmenso, tan inlinilo o incomprensi-
mas cu derla manera se dice sor inímita; porque ven y ble, y tan lleno de infinitas perfecciones, que al que le ve,
gozan elernamcnle de aquel Bien que os inJiniio, y que on la gloria, le arrebata y transforma en sí; y según sn
los mismos sanios no pueden onlera y perfectamente capacidad le llenado sí mismo y de lodos los bienes que po-
comprender. Es tan grande osla bienaventuranza, que el see; yconosla gloiiosa vista daal alma dclbionavonlunulo
hombre que la posee, cnciorta manera.se hace Dios, no una posesión eterna de si, y un gozo sobre lodos los g o -
por naturaleza, sino por gracia y participación, á la m a - zos. De esta vista dice el glorioso san Agustín estas pala-
nera que dice san Pedro: Ul e/fidamini divinw consones bras: «Ahí'veremos, amaremos y alabaremos: veremos
nalurec: Para | i w seamos particioneros tle la naturaleza en nuestra lumbre; ¿y qué lumbre veremos? Tna lumbre
divina: porque así como la bondad hace al hombre que la inmensa, incorpórea, incorruptible, incomprensible, (pie
posee bueno, la justicia juslo, la sabiduría sabio, la loria nunca se apaga, inaccesible, increada, verdadera, divina,
loza fuerte, la hermosura hermoso y las otras calidades que alumbra los ojos do los ángeles, y alegra y conserva
le (aliíican y le dan el apellidode su nombre; así dice en su vigor á todos los santos, y es lumbre de todas las '
gravemente el alto y tilosólico teólogo Severino Boecio, lumbres y fuenle do vida, que sois vos, mi Dios: porque
que la propiedad do la divinidad es hacer divinos, y de la vois sois aquella lumbre on cuya luz vemos la luz, á vos
deidad hacer dioses: y que este es el premio que da Dios en vos; y con el resplandor de vuestro rcslro os veremos
á los sanios en el cielo, que es hacerlos en cierta manera cara acara. Ver la cara de Dios vivo es ver el sumo bien,
dioses; para que se cumpla aquello del real profeta: Ego el gozo de los ángeles y de todos los sanios, el premio do
d i x i : fici esiis, el (ilü excclsi omnes: porque así como los la vida eterna, la gloria do los espíritus Lienaveníurados,
muy poderosos reyes se sirven de los grandes de su r e i - júbilo sempiterno, corona de hermosura, palio de felici-
no, y muchas voces de los quo son do casia y sangre: así dad, descanso abundantísimo, hermosura de paz interior
Dios nuestro Señor en aquella su imperial corle, donde to- y e\lei ior alegría, paraíso deDios, Jcrusalen celestial, vida
dos los sanios y bionaveníurados ¡c sirven, para que m.-is beatífica, cumplimienlo do toda bienaventuranza, gozo do
rosplandezca su soberana majoslad y grandeza, quiere eternidad y paz de Dios, que sobrepuja todo sentido.» To-
que todos ellos sean reyes, y en cierto modo parientes do esto es de san Agustin. ¿Qué será ver aquella (s.Micn
suyos, comunicándoles por gracia, lo que él tiene por n a - lanadmirable, tan simplicísima y lan conumkablo, y vel-
turaleza, á cada uno conforme sn capacidad, y dándoles en ella de una vista el misterio de la beatísima Trinidad?
una cierta semejanza suya : de la cual dice el apóstol san ¿Ver al padre on el Hijo, y al Hijo en el Padre, y en el
Pablo: «Todos nosotros, doscubioi lo el rostro, contem- Padre y en el Hijo al Espíritu Santo? ¿Ver sin sombras ni
plando la gloria del Sefior, seremos transformados en la figuras, cómo el Hijo elernamcnle es engendrado del Pa-
misma imagen y vestidos de su gloria y claridad, d e r i - dre: cómo el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo,
vada en nosotros de la claridad y gloria que él lione, y como de un principio: cómo ninguna de las tres personas
seremos como un espejo que recibe y representa la i m a - es mayor, ni menor, ni mas noble ni ménos noble que la
gen del que le m i r a : » y el discípulo querido del Señor otra: cómo el Padre no fué antes del Hijo, ni el engendra-
dice: «Cuando el Señor se apareciere, entonces seremos do os después del que le engendró; mas todas las tres
semejantes á é l : » de suerte que, como una gota deagua, personas son en todo iguales, coclernas y de infinita ex-
mezclada con gran cantidad de vino, loma el color y el celencia y dignidad? Allí ven aquel nudo indisoluble con
sabor del vino, y como el hierro encendido y hecho ascua que la divina naturaleza se junló con la humana, en una
en la fragua, quedando hierro, deja las propiedades de persona de Jesucristo: y de lal manera se unió el (pie es
hierro y so visto de las del fuego, y como el aire investi- infinito con lo linilo, y Dios con el hombre, que se puede
do y penetrado de los rayos del sol, se viste de su luz y con verdad decir, hablando de Cristo: Dios os hombre y
r^plandecc con su claridad, y como el espejo que recibe el hombre es Dios. En esta visión de la santísima Trinidad
derechamente los rayos del sol, nos représenla una se- y del misterio de la Encarnación del Verbo eterno, c e n -
mejanza del mismo s o l ; asilos bienaventurados, a l n m - sisle principalmente la bienaventuranza. Pero no sola-
brados de aquella lumbre divina, y veslidos de aquella i n - mente los santos ven á Dios en Dios, sino también ven á
mensa luz de Dios, participan de su deidad y se trans- sí en Dios y todas las cosas en Dios: porque como dice
forman en sn semejanza é imagen. Esta bienavcnluranza san Eulgencio, así como el que lione un espojo delante,
de los santos, dicen los sagrados teólogos que se divide ve el espejo y ve á sí mismo en el espejo, y ve todas las
en dos parles: la primera es la gloria esencial, que es la otras cosas que están delante del espejo; asilos santos
mas principal y sustancial parte de su hionavenlnranza: teniendo aquel espejo sin mancilla de la majestad de Dios,
la segunda es accesoria y accidental, y menos principal, ven á él, y se ven en él y todo lo que está inora de el,
como mas abajo declararemos. La gloria esencial es una según el conocimienlo mayor ó menor que tienen de él:
total conjunción y unión del alma con Dios,^purísima, porque así como acá todas las criaturas son como un es-
amabilísima é inexplicable, colmada de todos los bienes, pejo (aunque oscuro é imperfecto) quo nos represenlan á
y apartada de todos los males. Esta conjunción y unión Dios; así allá el mismo Dios es como un espejo lucidísimo,
con Dios, consiste en la vista clara del mismo Dios, de la clarísimo y perfectísimo, que con una simplicísima vista
cual dice san Agustín : Qum visio cst loía merces, que lodo representa á los bienaventurados todas las excelencias y
el premio y toda nuestra bienavcnluranza es ver á Dios: propiedades de las criaturas mucho mas perfectamente
porque aunque acá en la lion a, por ver un hombre al rey que no están on ellas : y los secretos y misterios escondi-
no es rey, ni por ver cosas hermosas es hermoso, ni ale- dos de Dios, que los mas sabios y altos ingenios, quemáu-
DIA. 1 . iVOviEMimir. AJ m
(lose las cejas y qucbnindoíc Wi caliczos, no pnodon con De la envidia de los hijos de Jacob, con que vendieron
lodo su estudio V diligencia rnsln-ar, escudrinar, ni de á los ismaelitas á José, su hermano, sacó la salud y r e -
mil parles investifíar; allí los ven claramenloen su fílen- medio de los mismos hermanos que le hablan vendido:
le, y alcanzan el cnmplimienlo do su deseo. Allí ven co- de la miierle acerbísima é ignominiosísima de Jesucristo
mo la tierra-, el agna, el aire y fuego y lodos los elemen- nuestro Salvador, la redención del mundo: del pecado de
tos fueron criados ric nada I el cielo adornado de lanías y sao Pedro, humildad para él, y misericordia y compasión
tan esclarecidas lumbres y estrellas; y cada cosa colocada para nosotros: dé la incredulidad de sanio Tomás, linr.e
en su liig;ir con ¡idmirnble órden y armonía. Allí ven la testimonio de nuestra f é : de la crueldad de los tiranos que
sapienUsima y maravillosa distinción, hermosura y dispo- perseguian la Iglesia, la g b r i a y constancia de innumera-
sición de los nueve coros de ios ángeles, repartidos en bles mártires, la confirmación del Evangelio y ejemplo
tres jerarquías. Allí ven como todas las gracias nalurales de todos los fieles. No hay contador tan diestro y ejeici-
y sobrenaturales de tal manera se derivan de aquella tado, que pueda contar ni sumar las cosas que los santos
fuente manantial y perenne, y descienden en las cristuras, ven en la divina esencia : ni orador, por eldcuente que
que no se apartan jamás de su fiienle como el rio de su sea, que las pueda explicar: ni entendimiento de hombre,
origen), sino que siempre esl; n en ella (•nleramente, como que, las pueda imaginar: las cuales todas comprenden los
una luz rpie se comunica y se reparte en muclias luces, sanios en una sola simplicisima é indecible vista: déla
sin algún detrimento suyo, ó disminución. Ven como I o - cual nace un amor lan e ncendido, tan abrasado y tan fer-
dos los dones de Dios siempre son nuevos, porque en él voreso, que el alma bienavenlurada se hace fuego por la
no bay diferencia de tiempos, ni pasado ni porvenir, mas paHicipacion de aquel incendio y fuego divino del Señor:
una eternidad, tiempo sin tiempo presentísimo. Ven como de quien se dice que es fuego que consume y convier -
siendo Dios un bien simplícisimo, inconmutable é i n d i v i - te todas las cosas en si, y siempre arde, y nunca se aca-
sible, unos participan de él mas y otros ménos, á .miisa ba. De esle amor resulta la fruición y gozo inenarrable en
del sol que coinuniea masó menos su calor y su luz, se- la misma alma por la unión de su entendimienlo con iiquel
gún la disposición que baila. Tucs ¿(¡ue diré de los secre- mar Océano de inmensa sabiduría, y de su afecto y vo~
tos juicios de Dios, y de los maravillosos efectos de su d i - lunlad con el sumo bien : con el cual está tan abrazada, y
vina providencia, que son un abismo sin suelo, y no si; (an apretada y asida, que no se puede desasir. Ksla es la
pueden apear y agolan el humano enleiulimietilo? ¿Poi- gloria esencial de los santos, declarada, nó como ella es
qué en esta vida uno es rico, otro pobre: uno sano, otro iporque esto es imposible', sino como un rasguño, y cosa
enfermo i uno robusto, otro llaco: uno hermoso y otro feo: mal pintada, á !a manera que nuestra flaqueza en la os-
uno de agudo, y otro de nulo ingenio l y lo que es mas, curidad d é l a noche de esta vida, y de las tinieblas de
por qué una criatura mucre ánte.- del bautismo y va al nuestra ignorancia por un vislumbre puede explicar.
limbo; y otra, en recibiendo el bautismo, vuela al cielo?
No se acaba en este sumo bien el bien de los santos, ni
¿l^or qué á uno de los ladrones que fueron cruciíicados
su gloria en la gloria que tienen con la vista, posesión y
con (a islo, le di6 tan extraordinaria gracia, para que le
gozo del sumo bien; ánlcs de este sumo bien como de su
conociese, y le confesase por Dios; y al otro dejó morir en
fílenle, manan otros cualro bienes que pertenecen á la
su pecado? ¿Porqué permitió que cayese Judas en tan
bienaventuranza accidental, segundaria y ménos p r i n c i -
deleslable y horrible maldad; y guardó á los demás após-
pal : los cuales son la gloria de sns cuerpos, la hermosura
toles para que no cayesen en ella? ¿Por (pié (como escribe
y excelencia del lugar donde están, la compañía de tantos
san Aguslin) el bueno es pobre, y el malo es rico : y el
cortesanos del cielo, y la certidumbre de que aquella g l o -
malo anda alegre y contento; y el bueno, triste, congoja-
ria será eterna y durará mientras que Dios fuere Dios.
do y afligido? ¿Por qué el inocente y sin culpa sale del
Porque primeramente de aquella gloria copiosísima y
juicio condenado; y el perverso acusador triunfa y se ala-
abundantísima del alma redunda en el cuerpo del hiena-
ba de haberse vengado del que no lo merecia: el peca-
venturado (oda la gloria, resplandor y hermosura de que él
dor tiene entera salud; y el justo está consumido y podri-
es capaz; y con una sujeción singular, hermandad y obe-
do do enfermedades? ¿Por qué los que daban esperanza
diencia á la misma alma, que el cuerpo, como si no fuese
de ser provechosos con sus vidas, son arrebatados de ía
corporal sino espiritual, así la sigue en todo sin contradic-
muerte antes de tiempo; y otros que no parece que hablan
ción ni repugnancia: de manera, que así como mientras
de nacer, logran y viven largos anos? ¿Por que está sen-
que vivimos acá en la (ierra por ser nuestra alma forma
tado en el trono y sublimado en honra y dignidad el que
del cuerpo, y tan hermanada con él, parece que es de car-
ea oproluo y escándalo d« la repüb'ica; y el que es justo,
ne, y con el peso de su mismo cuerpo se inclina y es l i r a -
p a c , y P i c h o s o , está arrinconado y sepultado en
da hacia bajo; así en el cielo la carne vestida de la gloria
perpetuo olv.do? F i n i e n t e , all, ven que todas las obras
del espirilu, se levanta y sube á lo alto, y en cierta mane-
de Dios son mezcladas con justicia y con misericordia, y
ra se convierte en espíritu. Para esto da Dios al cuerpo
quede todas saca el Señor su gloria : y qnesi permite a l -
cuatro dotes maravillosos, que son, conforme á la doctri-
gunas que a nuestros ojos flacos parecen desbaratadas y
na de san Pablo y de los teólogos, agilidad, sutileza, i m -
nion^l!?min0' ^ ^ " ' " y seriadas y convel pasibilidad y claridad. La agilidad será lan grande y tan
mentes para mayor bien nuestro, y gloria y ensalzamiento admirable, que á un abrir de ojos se hallará el cuerpo del
bienaventurado donde su alma querrá. No hay caballo tan
laspernute: y nolasperm.tmia, ni los males que vemos lijero que así corra, ni águila que así vuele, ni saeta que
sino fuesen instrumentos de los mayores bieneí, y vaya con tanta velocidad, ni el mismo sol (que en tan p o -
para amplificar la gloria de Dios, que por sn gran sabiduría cas horas hace su curso y da vuelta al m u n d o ) , que se
é inmensabondadde losmismos males saca mayoresbienes' pueda comparar con la presteza con que el cuerpo g l o r i ü -
TOMO I I I
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298 LA LEYF.NÍU DK ORO. DIA 1.
cado se liallará domlu quisiere. La sutileza será lanía, que constante y perpetuo y cada uno de los santos resplandece
no hay aire lan delicado, ni rayo de luz lan sulil, ni voz de como un sol.» Hasta aquí son palabras de san P«dro Da-
hombre, ni cosa alguna de la tierra lan penetrante, que la mián: las cuales se han de entender nó como suenan m a -
suliicza del cuerpo glorioso con grandes ventajas no la ex- terialmente, sino por otra manera mas alta, barruntando y
ceda. Pues, ¿quediré de la impasibilidad? que es tanta, sacando por estas cosas que nosotros conocemos, y en que
que á la manera que el rayo del sol no se puede con espa- acá nos deleitamos, cuánto mas espirituales y excelentes
tla corlar, ni ahogarse en el agua, ni quemarse en el fue- son las de allá.
go, ni ensuciarse ó mancharse con inmundicia alguna ¡ así Pues ¿qué diré de los ciudadanos de esta ciudad, de su
el cuerpo glorioso no puede padecer ni recibir lesión ó daño muchedumbre, de su nobleza, de su buena condición y de
alguno. ¿Qué de la claridad? que sobrepuja á las estrellas la caridad y concordia que tienen entre si? El número es
de la luna y del mismo sol; y todas las cosas claras y r e - sin número y tan grande, que san Juan en el Apocalipsi
lucientes de acá son oscuridad cotejadas con ella. Esto toca dice, qtie vió en espíri tu una innumerable compañía do
á la gloria de los cuerpos de los bienaventurados. Mas bienaveniurados, que no bastaría nadie para contarlos, la
para declararla excelencia, grandeza, riqueza y hermo- cual habia sido recogida de lodo el linaje de gentes y pue-
sura de aquel palacio real y morada perpetua de los san- blos, y lenguas, y estaban en presencia del trono de Dios
tos, seria menester que bajase uno de ellos del cielo, y qce y de su Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas
como testigo de vista nos la pintase y pusiese delante de triunfales en las manos cantando á Dios cantares de ala-
los ojos; porque el asiento de esta ciudad es sobre todos banza : con lo cual concuerda lo que el profeta Daniel s i g -
los ciclos, y la anchura y grandeza de ella excede toda nifica de este sagrado número, diciendo en el cap, T:
medida. Si hay algunas estrellas que, según los astrólo- «Millares de millares servían al Señor de la Majestad, y
gos, son mayores sesenta y ochenta veces mas que toda diez veces cien mil millares asistían delante de é l : y con
la tierra, ¿qué tan grande será aquel cielo que abraza á ser tantos no hay entre ellos confusión; ántes cuanto es
todas las estrellas y todos los cielos? No hay grandeza en mayor el número, tanto es mayor el órden y armonía;
el mundo que con esta se pueda comparar: y por esto el porque cada uno con maravilloso concierto está en su l u -
profeta Banich, admirado de esta grandeza, atónito y c o - gar y gloria según su merecimiento. Pues ¿qué diré de la
mo fuera de sí, exclamó y d i j o : «O Israel, icuán grande nobleza de estos ciudadanos del cíelo, siendo (como son)
es la casa de Dios é inmenso el lugar de su trono y asien- todos reyes é hijos de Dios? ¿Que de su condición suaví-
t o ! Grande es y no tiene término: excelso es é inmenso.» sima, de su unión y concordia entre sí? Todos ellos son
una ánima y un corazón ; y así viven en tanta paz, que la
Pues si preguntas por las labores de su ediíicio, no hay
misma ciudad tiene por nombre Jerusalen, que quiere d e -
lengua que lo pueda explicar; porque si esto que parece
cir «visión do paz.» Allí la virtud de la caridad, á la cual
por defuera á los ojos mortales es lan hermoso, ¿quéserá
pertenece hacer todas las cosas comunes, está en toda su
lo queallá está guardado á losojos inmortales? Y si acá en
perfección, y lodos los santos mas unidos entre si que los
este mundo visible nos deleita tanto la hermosura de la
miembros de un mismo cuerpo; porque todos participan
tierra, la llanura de los campos, la altura de los montes,
un mismo espíritu que les da un mismo ser, y una biena-
la verdura de los valles, la frescura de las fuentes, la g r a -
venturada vida. Pues siendo esloasí, ¿qué gozo tendrá allí
cia cielos rios repartidos como venas por lodo el etierpode
un bienaventurado de la gloría de lodos los otros; pues
la tierra, y sobre todo la anchura délos mares, poblados
á cada uno de ellos ama como á sí mismo? Porque (como
de tantas diversidades y maravillas de cosas; ¿qué será
dice san Gregorio) aquella heredad celestial para todos es
en aquella casa real y en aquel sacro palacio que Dios
una, y para cada uno toda; porque de los goces de lodos
edificó para solar y gloria de sus escogidos? De este l u -
recibe cada uno lan grande alegría como si él mismo los
gnr, sobre todas las cosas lindo, admirable y divino, dice
poseyese: y (como dice san Aguslin) si en el corazón del
san l'cdto Damián unas palabras recogidas de diversos y
hombre apenas puede caber el gozo que tiene de su solo
varios lugares de san Aguslin, que quiero poner aquí.
bien; ¿cómo cabrá en e l l a inmensidad de tantos y tan
«Quién (dice) podrá explicar la alegría de aquella patria
grandes gozos que tendrá del número casi iníinito de los
soberana, donde los edificios son todos de piedras precio- bienaventurados ? Porque cierto es, que cuanto el hombre
sas y vivas, y los tejados están cubiertos de oro purísimo, ama á otro, tanto se goza de su bien. Si supiésemos que un
y las salas resplandecientes con maravillosa claridad, y gran santo ha bajado del cielo como un san Pedro 6 san
toda la obra es de piedra de inestimable valor, y las calles Pablo, san Juan Bautista ó san Juan evangelista, ü otro
de esta ciudad son enlosadas de oro mas puro que el cris- cualquiera de aquellos grandes príncipes de la córlc ce-
tal, sin polvo, ni lodo, ni inmundicia alguna: en donde la lestial, y que está entre nosotros, y que por algún rato le
aspereza del invierno y el ardor de estío no tienen lugar; podíamos hablar y tratar familiarmente; ¿quien no se d e -
ántes las flores y rosas que no se marchitan hacen una sembarazaria de lodos los otros nogocios para verle y para
perpetua primavera: allí blanquean las azucenas y brotan oírle y comunicar sus cosas con él ? Y si la que hubiese ba-
mil fuentes de bálsamo; los prados están siempre verdes, jado fuese la Reina de lodos los ángeles y todos los santos
y los sembrados hermosos, y corren rios de miel en g r a n - nuestra Señora la Virgen María; ¿con cuánta mayor devo-
de abundancia, y los ungüentos suavísimos y aromáticos ción y cuidado nos daríamos priesa para gozar de su g l o -
echan de sí muy olorosa y divina fragancia; alh' las man- riosa vista, y aunque fuese por breve tiempo, recrearnos
zanas lindísimas están colgadas en aquellos bosques flori- con su presencia? Pues ¿qué júbilo, qué gozo y qué alegría
dos p a n siempre. En aquella ciudad no hay variedad en debe tener una alma que puede tratar nó con un biena-
ía claridad de la luna, del sol y de las estrellas; porque el venturado, sino con todos los santos que están en el cielo,
Cordero es el que la alumbra sin jamás esconderse, nó por una hora ni por breve tiempo, sino por toda la éter-
y por eso no hay noche ni sucesión de tiempo, sino un dia
DIA 1. NOVÍEMBRE. . fS»
HÜbd v conver«ar con ellos como con coiupafieros, como todopoderoso, y el que con sola una palabra crió esta m á -
(•on lu'nnanos, con amigos y miembi-os unidos de un m i s - quina tan admirable del mundo, y c o u o l r a sola la puede
mo cuerpo con tan estrecha cal idad? ¿Qué será gozar de destruir ; ¿qué tan grande pensamos que será la fiesta y
los mas altos espíritus y mas allegados á Dios, que son los el convite que tiene aparejado para manifestar su grande-
serafines, y de la caridad de su contemplación, y del ar- za? ¿Qué tal será la obra en que concurren la omnipo-
dor ferventísimo de su amor? ¿Qué de los querubines tencia del Padre, la sabiduría del Hijo , y la bondad dol
donde están encerrados los tesoros de la sabiduría de Dios? Espíritu santo ? ¿ Donde la bondad quiere , U sabiduría
¿Quede los tronos y dominaciones, y de todos los oíros ordena y la omnipotencia puede lodo aquello que quiere
coros de los ángeles? ¿Qué de los sanios palriarcas? ¿Qué la infinita bondad, y ordena el infinito saber, aunque lodo
de los profetas ? ¿Qué del colegio de los doce apóstoles, esto sea uno en todas las divinas personas? Si la casa y
que son los doce fundamentos y las doce puertas de aque- la córte del rey Salamon de tal manera admiró y robó M
lla sania ciudad? ¿Qué de aquel ejército glorioso de los corazón de la reina Sabá, que casi la sacó de sí , y la hizo
mártires, vestidos de ropas blancas, con sus palmas en las perder los pulsos; ¿ qué será el palacio y corto del ver-
manos y con las insignias de sus victorias y triunfos? ¿Qué dadero y pacífico Salamon, en'cuyo muslo está escrito:
de aquella escuela de sapientísimos doctores, de perfectí- « Rey de los reyes y Sefior de los señores ? » Y si el rey
simos prelados, de humildes y penitentes confesores, y Asuero celebró aquel solemnísimo convite en la ciudad de
de aquel coro mas blanco que la nieve de vírgenes purísi- Susa con tanta opulencia y grandeza para descubrir por
simas, y de la bienavenlurada compañía de las viudas y este medio á lodos sus reinos, SBS riquezas , tesoros y po-
casadas y continentes? ¿Y finalmente de toda aquella der ; ¿ cuánto mas aventajado será aquel banquete real y
muchedumbre de todas las almas escogidas de Dios, que divino que nuestro Dios , nó por espacio de cienlo y
desde el principio hasta el fmdel mundo en cualquier esta- ochenta dias , como Asuero , sino de toda la e:ernidad,
do, condición y edad ha habido? Pues ¿qué será ver en hace , para manifestar en él la inmensidad de sus rique-
su trono á la serenísima Reina de los ángeles, que solo ella zas , de su largueza , de su sabiduría , de su bondad, y
hace coro por s í ; porque no tiene par ni semejante? ¿Qué juntamente para glorificar en el cielo á los que le honra-
ver la santísima humanidad de Jesucristo, que preside so-- ron en la tierra?) Porque si aun acá en esta vida , que no
bre todos como rey y cabeza, y príncipe universal de to- es propiíi de galardón sino de trabajo, honra Dios tanto á
dos los sanios, y está sentado á la diestra de la majestad sus sanios ; ¿ qué tai será la gloria que él tiene depulada
de Dios culas alturas? ¿Qué será sobre todo eso ver las para honrarlos y para ser honrado en ellos , y para pagar
fiestas y triunfos que cada dia se celebran con los nuevos los servicios que le hicieron ? Porque Dios en todas las
hermanos, que vencido ya el mundo y acabado el curso de cosa&ha deserDios : Dios en honrará los santos : Dios
su peregrinacion,eritrau á ser coronados con ellos? ¡O qué en pagar ; y Dios en todo le demás;- y así la pnga que da,
gozo se recibe de ver restaurarse aquellas sillas y edifi- es el miímo Dios : porque no hgy otra que sea digna de
carse aquella ciudad, y repararse los muros de aquella los trabajos que con su gracia tomaron los sanios por
noble Jerusalen!' ¡Con cuátv alegres brazos los recibe toda su servicio.
aquella córle del cíelo, viéndolos venir cargados de los
Y si la magnificencia del Señor es tan copiosa , que ha
despojos del ene.nigo vencido! ¡Oh cuán dulcemente sabe
dado lanías diferencias de cosas indiferentemente á los
entonces el fruto de la virtud, aunque en algún tiempo
justos é injustos ; ¿ qué bienes tendrá guardados para so-
«margas sus raices! Dulce es la sombra después del r e -
lo los justos ? Quien tan graciosamente dió á todos ta co-
sistero del medio d i a : dulce la fuente al caminante c a n -
mún posesión de este mundo sin deberlo ; ¿ qué tesoros
sado ; dulce el suefío y reposo al que mucho ha trabajado;
dará á quien los tuviere debidos? Quien tan liberal es en
pero mas dulce á los santos la paz después del peligro,
hacer mercedes ; ¿ cuánto mas lo será en pagar servi-
y el descanso perdurable después de la fatiga de los t r a -
cios? Y si en esta'cárcel provee á todos con tanta abun-
bajos de esta vida, como bien dice el P. Fr. Luis de Gra-
dancia ; ¿qué hará con sus escogidos en su palacio real ?
nada.
Y si en este dia de lágrimas tanto nos consuela ; ¿ qué
Pero ¿ qué es todo esto que decimos, ó todo lo que po- hará en el dia regocijado de las bodas? espirilualmenfe
demos decir, con nuestra lengua de carne y tartamuda, considerado lo que esta gloria cuesta al hombre, y mucho
de la gloria de los santos y de aquel sumo bien que solo mas lo que cosió á Dios; porque al hombre le cuesta todo
los que le poseen le conocen? El cual mas es para ser con- cuanto tiene : cuéstale llevar perpetuamente su c r u i , ab-
siderado y contemplado con atenta y continua meditación, negar su voluntad, y mortificar los apetitos de su carne,
que no escrito; porque á las almas nobles y generosas hacer divorcio con todos los gustos y deleites contra-
nmguna cosa las enciende mas al menosprecio de la tier- rios á la ley de Dios , y ofrecérsele eo sacrificios y holo-
ra y al aprecio y deseo del cielo, que la consideración de causto.
lo que hay eo él, y Dios ha aparejado para los que de ve-
Y con hacer el hombre de su parle todo cuanto puede,
ras le aman. 1
dice Dios, que le da la gloria de balde ; y así dice por
Para rastrear algo de esto , se puede tomar uno de tres san Juan : « Yo soy principio y fin de las cosas : yo daré
caminos. U primero considerando la grandeza , el poder al que tuviere sed á beber agua de vida de balde. » Pues
ex.stenca y riquezas infinitas del Rey soberano y oue ¿qué bien será a q u e l , por el cual tanto nos pide Dios , y
aquella es su córte y palacio r e a l , fabricado para mani- después de lodo esto dado, dice, que nos lo da de balde?
festar su gloria en él, y honrar á lodos sus escogidos y ¿Qué bien será el que compró san Juan Bautista con tan
ga ardonar los serv.cios que de ellos ha recibido porque larga y áspera penitencia de toda la vida, y con su muer-
si la medida de la grandeza y majestad de los reyes debe te, dando su cabeza por predicar la verdad? ¿El bien que
ser el resplandor de su gloria y de su c ó r l e ; siendo Dios compró san Pedro con su cruz , san Pablo con su langre,
3 JO LA L M t W A UE OKO. DÍA 1.
o ¡iinanicriib't'i uiárlii es ( de há cuates unos fueron upe- que no ha sido? Esta tal vida , nnierle viva se puede l l a -
dreados, oli os aserrados, otras asados , oíros desollados, mar, ó vida mortal. ¡ O vida que el Señor ha aparejado
y iodos eiiei.Miüainealc consumidos y acabados ) con ex- á los que le aman, vida vital, vida bienaveulurada , vida
quisitos y atrocísimos géneros de lormenlos y mueties; si segura, vida tranquila, vida hermosa, vida limpia, vida
después de haln'r padecido lo (jue padecieron se les dió casta, vida sania, vida que no sabe que es muerle ni t r i s -
este bien de balde? Porque, mirando lo que nuestras teza, vida sin mancilla, sin dolor , sin congoja y corrup-
ulnas por si valen, y KÓ por el valor que tienen por parte ción, sin turbación , sin variedad y mudanzas , vida llena
de la i;i'acia , no pueden llegar á merecerlo : y poi que es, de lindeza y majestad : donde no hay enemigo que per-
tan grande y tan uunenso, que por muclio (pie se dé por siga, ni flaqueza de carne que ablando , sin algiiu temor,
él de mies'.ra parte, parece quQ el que lo compra lo llave y un día eterno , y uno el espíritu de lodos : en donde
de balde. I'eroaiia muclio mas si; ceba de ver la grande- Dios cara á cara se v e , y con esle suavísimo manjar de
za de la gloria do los sanios par e] [n ecio que , para dár- vida el alma se harta sin hastio I « Hasta üquí son pala-
sela, quiso Dios, que es la sangre y muerte de su bendilo bras de san Aguslin. De suerte que todos los males y m o -
Hijo : de manera que por la muerte de Dios se da ; I hom- lestias de esla vida nos deben ser motivos y esiímulos pa-
bre vida de Dios : por las tristezas de Dios, alegría de ra desearla otra, y anhelar áella como á puerto seguro,
Dios ; y por buber estado Dios desnudo entre dos ladro- adonde no llegan las alteraciones y lormentas de esle mar
nes en una cruz, seda al hombre que esté vestido de g l o - lempesluoM), ni las miserias que en él lanío nos fatigan:
ria entre los coros de los ángeles. ¿ Pues qué bien será e| y así los mismos males cuando los padecemos , nos deben
que se compró con un precio tan precioso é inrslimalilc? consolar con la esperanza que se acabarán presto , y que
¿Y qué gloria la que se compro con la ignominia de la sufridos con paciencia nos llevarán al lugar del descanso
cruz del unigénilo Hijo de Dios ? No hay cosa (pie así nos y alegría, donde no hay rastro ni memoria de aquellos ni
declare la grandeza de aquel sumo é infinito bien , como de oíros algunos.
él precio inünito que por él se d i o : por lo cual nneslias Y no solamenle los males que sufrimos , sino también
obras (que de su cosecha no tienen valor) le cobran y los bienes de que gozamos en esla vida nos pueden ser
meiecen la vida eterna. Y esta es la primera manera de ÍUCCM'.ÍVO liara levantar el corazón á nuestra palria, y p a -
estimar su grandeza é inmensidad. ra conjeturar algo de la gloria y felicidad de los santos:
Otra manera es por los males que en esta vida padece- y este es el tercer modo de que podemos usar , para c o n -
mos : los cuales y todos los oUus que se pueden i m a g i - siderarla y entender algo de ella : porque así como san
nar, están deslerrados de aquella bienaventurada y glo- Dionisio Arcopagita y los sagrados teólogos enseñan que
riosa eternidad. Las miserias y ( alamidades de esta vida, hay dos maneras para conocer á Dios, una alirmaíiva que
frágil y mortal , son tan grandes y tan sin cuento , que aliro.a y contiesa . (pie todas las perfecciones de ¡odas, las
ellas mismas nos predican la felicidad y la gloria de la crialiii as están juntas con ¡nüiiila eminencia y ventaja en
otra que esperamos. í.a pobreza, la enfermedad, la Iri.-le- el Criador ; y otra negativa , que niega todas las perfec-
za, la infamia, la muerte, el dolor, los agravios , injusti- ciones de Dios, y nó déla manera que uosolros las concebi-
cias, peligros, desastres, y linalmente el diluvio de des- mos, y se las atribuimos, sino por otra manera mas alta, y
venturas y miserias que por todas partes nos cercan , no muy diferente de lo que lodos los enlendimienlos pueden a l -
son sino unos despertadores, y como unas voces del cielo canzar; asi de la gloria de los bienaventurados, por una
que nos avisan que no es esla nuestra patria, sino lugar de parle habemosdeapartar y negar lodo mal, y confesar q u o
destierro, valle de lágrimas y cárcel oscura y penosa, en no le hay ni lo puede haber eu ella; y por olí a atribuirla l o -
que vivimos ; ó por mejor decir , cada dia morimos basta do el bien que se puede imaginar ó desear: y asi cuando el
que lleguemos á aquella verdadeia vida que, es vida vital: hombre esiá contento y se goza de tener vida, salud, fuer-
porque de esla vida presento dice el glorioso padre san zas, hermosura , nobleza , cargos, estados , dignidades :
Agus'in estas palabras : «Mucho me cansa, Señor, esta cuando se deleita en la visia de cosas amenas y lindas, en
vida , y me angustia esta prolija y triste peregrinación. oir músicas concertadas y de exceleuies voces, en oler
Mas ¿por (pié la llamo yo vida y no mueríe ; pues es vida cosas olorosas y suaves , en gustar las dulces y sabrosas,
falsa y muerle verdadera ? Esta vida es vida miserable, ea locar las blandas y delicadas : y mucho mas cuando el
vida frágil, vida incierta, trabajosa, inmunda , señora de enleudimienlo se alegra por la especulación y conocimien-
pecadores y reina de ios soberbios , llena de afanes y de lo de aquella serdad. y la voluntad por el amor y c u m -
engaños, y"que mas se puede llamar muelle que vida; plimienlo de su deseo en alcanzar algún gran bien; de su
pues cada momento morimos , y con los acaecimientos mismo (onlenlo puede sacar el contento que tendrá en el
varios de esla nuestra mutabilidad cada hora nos acaba- cielo , donde lodos los contentos eslán juntos y amonto-
rnos con diversos linajes de muerte. ¿ Cómo podemos l l a - nados en uno , y todas las cosas que acá nos lo dan , sin
mar vida a esla que vivimos; pues los humores la alteran, comparación y con infinitas venlajas allá son mas per-
los dolores la enflaquecen , ios calores la secan , el aire la teclas y mas excelentes y divinas : poique aquella v i -
inficiona , el aiánjar la corrompe , el ayuno la faliga, los da es una vida sobre toda vida: una luz sobre toda luz ,
placeres la traslornan, los pesares la consumen, el cuida- que no ven nuestro ojos: una hermosura sobre toda her-
do la ahoga, la seguridad la destruye, las riquezas la le- mosura, que no alcanzan nuestros cnlcndiruí ules ; y una
vantan, la pobreza la derriba , la juventud la desvanece, suavidad que sobrepuja loda suavidad , que, no alcim/.an
la vejez la allige, !a enfermedad la quebranta , la triste/;» nuestros sentidos: y por eslo todas las cosas que nosotros
la acaba, y á todas estos males sucede la muerte furiosa podemos entender, pensar ó imaginar de i.quella incom-
por remate y fin de todos Jos contentos de esta frágil y parable gloria ó bienav enturanza de los santos, son tan cor-
miserable vida ; de manera, que cuando se acaba , parece vas y lan rateras y semejantes á las de acá, que con v e r -
ÍUA 1 . 301
dan mas salas tlehomus negar que alribuir: ú la manera lodo lo crio'? Site agrada la salud hecha, ¿cuánto mas fique-
'ine san Dionisio , j aim el filósofo Platón, hablando tic las Ha (pie todo lo hizo? Si es dulce el conocimienlo de todas las
[toi lecciones divinas , dicen que Dios no eslmeno sino so- criaturas, ¿cnánlo mas el mismo Criador? Si te deleita la
bre Ijneno , que no es poderoso, sino sobre poderoso, hermosura, él es, de cuya hermosura el sol y la luna se
que no es sabio, sino sobre sabio ; á este modo nosotros, maravillan. Si el linaje y la nobleza; él es el primer origen
cuando por las cosas bermosas que vemos , se levantare y solar de la nobleza. Si larga vida y santidad; allí hay
micsíro corazón á contemplar la hermosura de la corle santidad y longura de dia». Si hartura y abundancia; allí
del cielo entendamos que no es hermosa, sino sobre her- está la suma de lodos los bienes. Si música y melodía;
mosa , qnc no es resplaiKieciente , sn.o sobro resplande- alücaiilau los ángeles, y suenan diilcemenle los órganosde
cietile; y lo mismo debemos hacer en todas las cosas en los santos de la ciudad de Dios. Si te deleitan las amista-
que nos deleitamos, para hacer diferencia del gusto del des y la buena compañía; allí eslá la de lodos los escogi-
cielo al de la tierra. Y para resumir en pocas palabras á dos hechos un ánima y un corazón. Si honras y riqueza?;
nuestro modo de entender la gloria de los símtos, haga- gloria y riquezas hay en la casa del Señor. Finalmenie, si
mos cuenla que nn hombre de muy lindo enlendimienío, deseas carecer do todo género de trabajos y penas; allí es,
y de afecto cempuesto y moderado se pusiese atentamen- donde está la libertad y exención de lodas ellas.» Todo esto
te á trazar una vida quieta, sosegada, apacible, deleita- es de este anlor. «Ciertamente ¡dice el padre san Agnslin)
ble y llena de lodos ios bienes que se pueden desear , y si nos fuése necesario padecer c;Mla dia toimenlos, y sufrir
por algún tiempo las penas del inlierno para ver al Señor
exenla de todos los males que- la pueden inquietar y tur-
en su gloria, y gozar de la compañía de sus escogidos, se-
bar : si al paso qne esic homhre va trazando esta vida
ria bien empleado pasar todo eslo, para gozar de lanío
bienavenlurada , ella se fuese haciendo, y Dios se la fue-
bien: ^ y añade mas: «Si por eslo son menesler trabajos,
se dando sin fallar punto de lo qne ét va imaginando y
desde aquí os llamo á lodos los trabajos deí mundo, que
desea, especialrnenlc si supiese que aquella vida para
vengáis sobre mí. Lluevan sobre mí dolores : falíguenine
siempre le h.i dp doiaren nn mismo tenor, sin alleracion
enfermedades; aflíjanme tribulaciones: persigame uno:
RÍ disminución , ni mengua , ni temor de perderla; ¡ qué
inquiéteme olro: conjúrense contra mi todas las eriatimis:
felicidad tendría este hombre , qnégozo, (piédeleite, (pie
sea yo hecho oprobio de los hombres, y desecho del mnn-
alegría ! Pues infmilamenle. es mayor que este bien, el qne
d o : desfallezca en dolores mi vida, mis años en gemidos,
llene cada uno de los santos en el cielo : porque la traza de
con tal que después de eslo venga yo á descansar en el
este bien y de su gloria , no la hizo hombre mortal, f r á -
dia de la trihuiacion, y merezca subir en aquel pueblo
gil y íinito, que en su dibujo y modelo se puede engañar,
guarnecido y hermoseado con lanía gloria. » Todo eslo es
sino el mismo Dios, qne es sabiduría infalible \ y el obje-
de san Agnslin, qne habla como quien tan bien enliende la
to do stl bienavenliiranza , y el que la ordenó ante lodos
brevedad y sueño de lodas las cosas prósperas y adver-
los siglos , y quiso ser el donador y el don, el galardo-
sas de esla vida, y la eternidad y firmeza de la qne espe-^
n a d o r y el ííalardon, el (pie corona y la coiona de todos
ramos. Pues esla sola consideración (aunque fallasen l o -
sus eseoííklos • j i como dice san Anselmo , el que mere- das las otras, que, son lanías y lau elicaces) debería has-
ciere reinar con Dios, todo l o q u e quisiere, será en el tea-, para dar (con la gracia del Sefior) de mano á lodos
cielo y en la tierra j y lodo lo qne no quisiere \ no será en losxiciosy ahiazai nos coa la v i r l n d , y para romper las
la tierra, ni en el cielo; porque la gloria no es otra cusa, cadenas de naeslros apetiíos desordenados, qne nos l i e -
sino un perfectisimo cumplimienlo de la voluntad del j u s - nen tan aprisionados y cautivos, y resistir á todos los com-
to , y un gozo de todos los gozos, y un gnslo de lodos los bales de Satanás, á las blanduras de }a carne, á los enga -
gustos, y un bien de lodos los bienes sin mezcla de algún ños y asaltos del mundo, á imilar á los inumerahles 3 bie-
n a l , y con seguridad qnc durará por toda la elc nidad ; naventurados cortesanos del cielo, que con tanto espíritu,
V esla seguridad es la cuarta cosa que arriba dijimos valor y constancia nos abrieron el camino, y fueren delan-
<!iie pertenece á la gloria accidenlal de los santos , y sola te de nosolros, y desde aquellas sillas reales nos convidan
*'lla basta para robar nueslros corazones é inflamarlos en para que los sigamos, y nos muestran sus coronas y a c u -
el amor de.lan gran bien que sabemos qne jamás se acá - dan con sus oraciones. Para eslo se celebra hoy te (iesla
bal ni se puede acabar, como se acaban lodos los de de Todos los Santos: para esto se nos repre.-enta la gloria
la tierra: los cuales á mas de ser frágiles, caducos, falscs, qne ellos poseen, sus victorias y coronas, sus trofeos y
cufíanosos y muchas veces torpes- y sucios ; por mucho triunfos. Saludárnoslos á todos junios, y cada uno por su
que «Meen, no pueden durar mas que la misma vida , que nombre, y pidámosles el sufragio de su oración: salude-
es tan breve y momentánea. mos también á nuestra dulce patria, como peregrinos que
pues si (ales y tan grandes bienes promete Dios en pre- andamos deslerrados de ella ! enviémosle con los ojos el
mio de la virtud ; ¿ cuál es el ciego y desaliñado que. no se corazón, y digamos: ¡O dulce palria ! ¡ O tierra de los
eníregne a ella con espennza de tan grande galardón? vivientes I Dios te salve, pnerlo seguro, refugio de las n l -
«4En que le andas ( diesel P. Fr. Luis de Granadal ó hom- mas acosadas, parniso de deleiles, reino de Dios, casa de
>'e nuserahle, pop Ja t¡(Tni de Egipto, buscando pajas y bendición, palacio del rey soberano, corte de inmensa m a -
^ b u r n d o en lodos los charqnillos de agua turbia, dejando jestad, jardín de flores ciernas, plaza de lodos los bienes,
a ^ e a vona de (eüeidad, y fuenle de agu.s vivas premio de lodos los juslos, centro y fin de lodos nuestros
'^ " m e d i a n d o y huseando á pedazos, lo qne ha- deseos. Dios te salve, madre nuestra, esperanza nuestra,
bienaventuranza nuestra, por quien suspiramos y damos
s e w , levanta lu corazón, y considera cuan deleitab'e sera gemidos y peleamos. Y vosotros, santos bienaventurados
^ . e l bien qne confene en si los deleites de lodos t Se- y gloriosos, volved vuestros piadosos ojos sobre eslos
nes. Si te agrada esla vida criada; ¿cuánto mas aquella que
302 LA LEYENDA DE ORO. DIA I .
vueslros pobrecilos siervos y miserables hermanos; y des- que consagraban-los paganos á sus tiestas, los santificaba
de vuestro triunfal palacio, mirad este triste valle de l á g r i - principalmenter con el ayuno. Sus prácticas devolas lo
mas en que vivimos. Peleado habéis y sufrido grandes acarrearon: la aversión de su señora ; pero su exactitud y
batallas, y salido de ella&con victoria ; pues ayudad á los fidelidad en cumplir con sus deberes hicieron que su due-
que ahora peleamos, para ser con vosotros vencedores. IR ño la defendiese y la quisiese. La persecución de Diocle-
el puerto estáis; no desamparéis á los que al presente nos ciano estaba entonces en lodo su auge. Tertulio procuró
hallamos en las tonnenlas y peligros en que vosotros m u - por medios suaves hacer conocer á María el peligro quo
chas veces os hallasteis. Estáis en la patria y gozáis de corria sino obedecía al mandato de adorar á los dioses; y
Dios : socorred á los que todavía estamos desterrados y va- viendo que nada adelantaba con sus amenazas , la hizo
mos peregrinando, para llegar á esa eterna morada. Ya azotar cruelmente para ver si de este modo se evitaba el
tenéis vuestra cosecha llena, colmada y abundante: favo- que su esclava fuese delatada al prefecto y perdida. Des-
reced á los que ahora siembran con lágrimas, para reco- pués de esto la hizo encerrar en una oscura cárcel, donde
ger con alegría. Carne nuestra sois y huesos de nuestros permaneció treinta dias sin lomar mas alimento que el
huesos: probado habéis nuestra flaqueza, y el poder, as- preciso para no morir de hambre. Entre tanto llegó á no-
tucia y braveza del común enemigo; pues apiadaos de no- ticia del juez esta ocurrencia, y llamó á su tribunal á Ma-
sotros, y suplicad al común Señor que nos dé gracia para ría. En el interrogatorio contestó la santa con modestia,
pelear con él de tal manera, que merezcamos llegar á ese pero con entereza ; y el pueblo que se hallaba presente,
puerto de tranquilidad y dulcísima patria nuestra, y r e c i - pidió su sangre. El juez mandó entonces que fuese entre-
bir la corona y el copiosísimo fruto de nuestros pequeños gada á los verdugos, los cuales la atormentaron tan inhu-
trabajos. De la dedicación de esta fiesta de Todos los San- manamente, que el mismo pueblo que poco ánles exigía
tos, hacen mención el Martirologio romano y lodos los su muerte, no pudo contemplar aquel horrible espectácu-
demás, y de ella hay algunos sermones, con nombre de lo, y pidió á grandes gritos quo se le pusiese término.
san líernardo, y de Pedro Damián. De la gloria de los Suspendióse la tortura, y María quedó bajo la custodia do
santos , escriben muchos autores, y especialmente el un soldado; pero alarmada luego su pureza con aquel p e -
P. Fr. Luis de Granada en diversos lugares de sus obras, ligro, procuró escaparse, y fué á esconderse entre unas
y trata esta materia con el espíritu, doctrina y elocuencia rocas, donde después acabó su vida el año 302.
que suele las demás. SAN DACIO, SAN CESÁREO Y CINCO COMPAÑEROS, MÁRTIRES.
* Los SANTOS CESARIO T JI'UAN, MÁRTIBES.—La barbarie —Eran de Damasco, en cuya ciudad derramaron su san-
habia inlroducido en Terracina ciudad de Italia, la impía gre por te fé con un glorioso martirio, durante la perse-
costumbre de sacrificar á Apolo, divinidad tutelar de cución del emperador Dccio, á mediados del siglo 111.
aquella ciudad un jóven que hacia voluntariamente el sa- Los SANTOS JUAN Y SANTIAGO, MÁRTIRES.—Juan era obis-
criflcio de su vida. Algún tiempo antes los conciudadanos po, y Santiago presbítero de una ciudad de Persia, y por
le obsequiaban mucho, y adornado después con magnifi- haber apartado á muchos de la supersticiosa adoración
cencia, hacia de csle modo un sacrificio al Dios, precipi- del Sol con sus predicaciones y santos ejemplos, fueron
tándose después al mar donde era tragado por las olas. presos por órden del rey Sapor, y después de sufrir v a -
En ocasión en que se celebraba una de estas ceremonias rios tormentos, los degollaron. Su martirio fué en el s i -
tan horrorosas, llegó Cesario de África en Terracina y l l e - glo W .
no de fé y celo, condenó abierlamcnle una tan abomina- SANTA CIRENIA Y SANTA JULIANA, MÁRTIRES.—Durante la
ble supersiicion. Luego fué mandado prender por el sa- persecución de Maximiano, fué Cirenia presa por órden
cerdote del ídolo , y entregado al gobernador. Muchos del prefecto de Cilicia, y no habiendo querido renunciar
dias estuvo en la cárcel, y después metido en un saco á su religión y adorar los dioses del paganismo, le rasu-
junto con el presbítero Julián, fueron arrojados al mar. El raron la cabeza y la montaron en un asno. En esta h u m i -
afio 300 y reinando Diocleciano se ejecutó la mencionada llante posición la pasearon por toda la ciudad de Tarsis,
sentencia. seguida de una turba de muchachos que la insultaban y
S VN BENIGNO, MÁRTIR.—Fué discípulo de san Policarpo, golpeaban, y de algunos bufones y soldados qqe se mofa-
obispo de Esmirna, quien lo envió á las Gallas á predicar ban de ella. Habiéndola desnudado en medio déla plaza,
el Evangelio. Primeramente ejercitó su zelo en Aulun, sepusoen oración, y el Señor cubrió milagrosamente su
donde bautizó á Fausto, padre de san Sinforiano; daspues desnudez. Después de haberla hecho sufrir tantas i n d i g -
pasó á Langres y de aquí se dirigió á Dijon. Parece que nidades, la echaron en un horno encendido en compañía
san Policarpo le habia conferido antes el sacerdocio. Sus de Juliana, piadosa y santa mujer de la misma ciudad J y
trabajos apostólicos produjeron en todas partes excelentes ambas consiguieron en la hoguera la gloriosa palma del
resultados; pero le costaron también el sacr ificio de su v i - martirio.
da. Dícese que fué descoyuntado por medio de poleas; SA\ AUSTREMONIO, OBISPO.—Fué uno de los ilustres m i -
azotado con látigos; sus uñas taladradas con lesnas; le sioneros que llegaron á las Gallas á mediados del siglo 111.
sellaron los piés con plomo derretido; y que al fin lo e n - Fundó y fué el primer obispo» de Auvernia', cuya silla
cerraron con unos perros rabiosos, donde golpeándole el se trasladó después á Glermonl. Los pormenores de su v i -
cuello con unas barras de hierro, y atravesándole con una da nos son desconocidos, y Galesiniosolamente, dice quo
lanza, entregó su espíritu á Dios. Su martirio sucedió en fué mártir. San Gregorio de Tours habla de él en su libro
el siglo H. De gloria confessorum.
SANTA MARÍA, MÁRTIR.—Era esclava de un tal Tertulio, SAN MARCELO, OBISPO.—Nació en París, de mediana con-
senador romano. Desde su infancia era cristiana, siendo dición. Las virtudes que ya le caracterizaron en su infan-
la única en la casa, que conocía el Evangelio. Los dias cia fueron la pureza, la modestia, la dulzura, la caridad y
DIA 2. NOVIKMBRE. 303
la niorlifu-acion. Su conduela fué siempre la de un sanio: cribe en la vida de <an Odilon, abad cluniacense (que m u -
no conoció nunca los peligros de la carne, y parecia que rió el año del Señor de 1048), que volviendo un religioso
nada tenia de común con el mundo. Su aplicación y santi- de nación francés, de Jerusalen, llevado da la tempestad,
dad le merecieron ser elevado a! sacerdocio, y ya enton- llegó á una isla ó peñasco, donde estaba un ?anto ermita-
ces manifestó que el cielo le habia dotado con el don de ño, que le dijo que allí cerca habia grandes llamas de fue-
Jiiilagros. Cuando fué elegido obispo de París, desplegó go é incendios, donde las almas de los difuntos eran ator-
tanto celo y (anta erudición, que lodos admiraron en él uno mentadas, y que él oia muchas veces dar ahuüidoí á los
de los prelados mas cabales que poseyó aquella Iglesia. D i - demonios y quejas; porque con las oraciones y limosnas
t e n que el santo libró á su pais de una terrible serpiente de los fieles mitigaban las penas que aquellas almas pade-
que se albergaba en el sepulcro de una mujer adúltera. cían, y se libraban desús manos: que particularmente so
Marcelo murió por los primeros años del siglo V, un quejaban de Odilon, abad, y de sus monges, por el c u i -
día 1 de noviembre. dado y vigilancia con que las favorecían y remediaban : y
conjuró á aquel religioso, que pues era francés y sabia el
SANVIGOR, OBISPO Y CONFESOU.— Natural del Artois, y
monasterio cluniacense í como él decía) y conocía al abad
cristiano desde la cuna, dejó después su pais, se fué á la
Odilon, le rogase y le encargase de su parte que perseve-
Neustria y fijó su residencia en el territorio de Bayeux.
rase en aquel santo ejercicio, y con sus fervorosas oracio-
Afectado por ver reinar todavía la idolatría en aquellas
nes y continuas limosnas procurase dar refrigerio á las a l -
comai'cas, trabajó incesantemente para destruirla, y casi
mas de nuestros hermanos que en el purgatorio son alor-
lo logró del lodo. Cuando vacó la sede de Bayeux, fué V i -
mentadas, para que así creciese el gozo de los bienaven-
gor elegido unánimemente para ocuparla, y su episcopado
turados en el cielo, y el llanto de los demonios en el infier-
brilló en toda clase de virtudes. Murió antes de la mitad
no. Volvió el religioso á Francia: comunicó lo que había
del siglo VJ, y obró grandes milagros.
oido del santo ermitaño con Odilon, abad, y con loda
SAN SEVERINO , HONGE y coNFEsoa.—Floreció cu Tíboli,
aquella bendita congregación que él tenia á su cargo; y él
dió nuevo esplendor á las virtudes monásticas, y murió
dió órden que en lodos sus monasterios á los 2 de noviem-
santamente en un monasterio de Italia. El venerable Beda,
bre, un día después de la festividad de Todos los Santos,
que es el único que babla de é l , no nos dice la época de
se hiciese particular conmemoración de los difuntos, y quo
su muerte.
con oraciones, limosnas y misas se tuviese especial cuidado
SÍN AMABLE, CONFESOR.—Nació en Riom, pueblo de Fran-
de socorrerlos y ayudarlos: y lo que san Odilon instituyó
cia. Las eminentes virtudes que practicó en su juventud,
cu sus conventos, después fué recibido y establecido con
le merecieron ser elevado al sacerdocio y estar encargado
la autoridad apostólica en toda la Iglesia universal. Pedro
de la parroquia de su patria. Murió á fines del siglo Y, y
Galesioo, pronotario apostólico, dice que muchos escriben
su sepulcro se hizo célebre, según dice san Gregorio de
que el papa Juan, XVI de este nombre, instituyó esta con-
Tours, por los muchos milagros que obró el cielo junto
memoración por consejo del mismo san Odilon. Verdad es
á él.
que Amalario Fortunato, obispo de Tréveris, que vivió casi
SAN MATUUINO, CONFESOR.—Nació en la diócesis de Sons. doscientos años ántes de Odilon, en el libro de los Oficios
En su juventud conoció la vanidad de tos ídolos y abrazó el eclesiásticos, que escribió á Ludovico Pío, emperador; des-
cristianismo, y abandonando cuanto poseía en el mundo, pués del oficio (ie los Santos pon» el de los Difuntos, y
quiso solo vivir para Jesucristo. Habiendo sido elevado al dice que lo hace porque muchos pasan de osla vida, que
sacerdocio, convirtió un gran número de idólatras, entre no van luego al cielo, por los cuales se suele hacer aquel
los cuales tuvo e! consuelo de contar á sus padres. Cargado oficio; que es señal que ya en su tiempo se hacia, como lo
de méritos y de buenas obras, murió poco antes del ano notó el cardenal Baronio. Y esto basta para declarar la
Su cuerpo fué sepultado en Sens, y después lo trasladaron inslítucion de esta Conmemoración de los difuntos y la
al pais de Gaslinoes. ocasión que hubo para hacerla.

Pero bien es que desenvolvamos mas esta materia, y sa-


DIA t .
quemos á luz y propongamos lo que en esta conmemora-
I-v CONMEMORACIÓN DE LOS DIFUNTOS. — Después que la ción de los difuntos la santa Iglesia católica, nuestra m a -
santa Iglesia en el dia de ayer celebró la fiesta y solemni- dre, nos manda creer acerca de las almas del purgatorio.
dad de Todos los Santos, y cumplió con el debido oGcio y Dos puntos principales nos enseña: el uno, que hay p u r -
obligación que lodos los fieles tenemos de invocarlos y r e - gatorio y un lugar donde las almas de los que murieron
verenciarlos, hoy extiende y dilata su caridad á todas en gracia de Dios con pecados veniales, ó nó satisfacieron
las almas que en el purgatorio pagan las culpas que en en vida enteramente por los pecados moríales que come-
esta vida cometieron, y las ayuda con sus oraciones y s u - tieron, y cuanto á la culpa les fueron perdonados, son ator-
fragios; porque aunque es verdad que siempre en la Igle- mentadas y purificadas: el otro, que pueden y deben ser
sia católica ha sido muy recibida la conmemoración que socorridas y ayudadas de los fieles con ayunos, limosnas,
se hace por los difuntos, como se saca de Tertuliano y de oraciones y sufragios, para que mas presto alcancen la
san Gregorio Nacianceno, y se tiene por tradición apostó- bienaventuranza y visión de Dios que esperan.
lica el rogar á Dios por ellos en la misa, como lo afirman Cuanto á lo primero, se ha de presuponer que hay tros
muchos sanios doctores; mas no habia dia señalado v cier- suel tes de personas, dejando aparte los niños que mueren
to en toda la iglesia universal en que se hiciese e«la con- sin bautismo, con solo el pecado original: la una es, do los
memoración, hasla que después con autoridad del sumo que vivieron en esta vida tan santamente, que nunca co-
pontífice se instituyó con la ocasión que aquí referiré El metieron pecado mortal, ósi algunos cometieron, hicieron
cardenal Pedro Damián, varón santísimo y doctísimo, es- ponitencia de ellos en osla vida, y satisfacieron por ello»
3{H LA LEYENDA DE ORO. MIA !'.>

á la justicia del Soííor tan cumplidamente, que á la hora ménicos y generales de toda la Iglesia universal, como son
da la muerte no tuvieron mas que pagar ni que purgar; y el lateranense, celebrado en tiempo de Inocencio I I I , el flo-
cslos, en muriendo, se van derechos al cielo á gozar eter- rentino, y últimamente el de Trento: y todas las misas ó
namente de Dios: otros hay que mueren on pecado mor- liturgias, la de Santiago el menor y de los santos Basilio,
tal y en desgracia de Dios, y como rebeldes y enemiiíOf Crisóstomo y Ambrosio: en las cuales so hace oración par-
suyos son castigados, y sus almas entregadas á Satanás ticular por las ánimas de los difuntos, la cual no se baria
para qpr atormentadas perpetuamente en el infierno: otros si ellos no estuviesen en el purgatorio, y no tuviesen ne-
hay que ni son tan buenos como los primeros ni tan malos cesidad de ser ayudados, ó nuestras oraciones y sacnücios
como los segundos j sino que á la hora de la muerte están no fuesen eficaces para ayudarlos: y siempre se guardó
en gracia del Señor y tienen algunos pecados veniales que esta santa costumbre en la Iglesia, y lo testifica san Dioni-
se compadecen con ella, que purgar, ó habiendo cometido sio Areopagiln, cuando en el libro de la Jerarquía eclesiás-
algunos pecados moríales, que lloraron y les fueron per- tica dice: «La tradición de rogar por los difuntos ha ma-
donados cuanto á la culpa, no satisfacieron enteramente en nado y venido á nosotros de los apóstoles, que fueron
esta vida por ellos cuanto á la pena que se debe á cada nuestros divinos capitanes y maestros: » y el Crísóslorno
pecado; y por esto en la otra delien pagar. dice: «No en vano estableciéronlos apóstoles, que se haga
Porque, como dice el sagrado evangelista san Juan en conmemoración de los finados , cuando celebramos los sa-
su Apocalipsi, hablando de la santa y soberana ciudad de crosantos místenos: » y san Agustín lo confirma diciendo:
Jerusalcn i «Ninguno entrará en ella con suciedad ó man- «Toda la Iglesia guarda lo que ha recibid» de sus sanios
cha de pecado:» y así uecesariamenle se ha de decir que Padres; y ahora cuando ofrece el santo sacrificio de la
hay purgatorio, donde, como en un crisol, se afinan las a l - misa por las almas de los difuntos que murieron en la co-
mas y so limpian de todas inmundicias y defeclos con que munión de la Iglesia.» Lo mismo enseñan san Damasceno
salen de ios cuerpos, antes que entren en el cielo. M a es y san Isidoro, llábano Mauro, arzobispo de Maguncia y
oíros muchos, que atribuyen esta tradición y uso de la
fé católica, y decir lo contrario es herejía; porque dejando
Iglesia á los santos apóstoles. Y no solamente ha usado esio
aparte los otros muchos lugares que para probar esta ver-
la Iglesia después de sepultado el cuerpo del difunto, sino
dad traen los sanios doctores, así del Viejo Testamento co-
tamhien án'es de ponerle en la sepullura, como se ve en
mo del Nuevo; para nosotres báslanos lo que se escribe
san Dionisio Areopagita, y lo trac Durando cu el libro de
haber hecho aquel valeroso y glorioso capilan Judas Ma-
los Ritos de la Iglesia ; y en lo que escribe Ensebio en la
cabeo, del cual dice la divina Escritura, que envió doce
Vida de Constantino. Y san Agnstin, hablando de su sania
mil dracmas de plata de limosna por los pecados de los
madre, dice que ofreció por ella e! sacrificio de nuestra
soldados muertos, como quien justa y religiosamente sa-
redención, oslando el cuerpo junto á la sepultura, como so
bia que habla de resucitar: y ailado luego el texto sagrado
suele hacer: y san Bernardo dice otro tanto de san Mala-
estas palabras: Sánela, eryo, et salubris esl rngHatin pro
quías. Para ejercitar este piadoso oficio, no solamente es-
defuncús exorare, ut á pcccalis solvanlur: One os santo y
taba señalado el dia del entierro y del cabo del afio, sino
saludable el cuidado de rogar á Dios por los difuntos, para
otros, como se ve en las Historias eclesiásticas y en los
que les perdone sus pecados. Y no es ménos fuerte testi-
ejemplos de los sanios: los cuales todos, griegos y l a t i -
monio, para comprobar esta verdad, lo que Cristo nuestro
nos, con el mismo espíritu y con la misma luz del cielo, y
Redentor dijo en san Maleo: Si quis dixerit verbum in Spi-
como si hablasen por una boca, nos enseñan esta verdad,
rilumsímclum, non remillelur ei, ñeque i n hoc secub, ñeque
y yo dejo de Iraor sus palabras por evilar prolijidad: vea-
in f u t u r o : Quiere decir que' algunos pecados (que son los las el que quisiere, en los que escriben de esta materia, y
que se cometen contra el Espíritu sanio) no se perdonan especialmente en eí cardenal Belarmino, que la trata m i
ni en este siglo ni en el f u t u r o ; do las cuides palabras n e - copiosamente y con grande erudición.
cesariamente so signe (según la común exposición de to-
dos los santos doctores) que algunos pecados se perdonan También es gran testimonio de esta verdad I.-ts revela-
en la otra vida; y estos son los pecados veniales: porque ciones auténticas y verdaderas que los santos han tenido
si ningún pecado en ella se perdonase , las palabras de de las almas del purgatorio, y las veces que ellas han apa-
Cristo serian superfluasy ociosas: lo cual decir es gran recido y mostrádose á los fieles pidiendo su favor. San
blasfemia, y si se perdonan algunos pecados en el siglo Gregorio Magno escribe haber aparecido el alma de Pasca-
advenidero, también se perdonarán las penas temporales sio á san Germano, y tcstiücádole quehabia sido librado
de los pecados mortales queel hombre, por no haber ieni- de las penas del purgatorio por sus oraciones. Siendo el
do tiempo y por alguna negligencia venial suya, dejó de mismo san Gregorio abad de su monasterio, un monge su-
pagar en esta v i d a ; porque esta deuda y obligación no yo llamado Justo, ya difunto, apareció á otro monge qno
excluye h' gracia de Dios, que es el principio de la satis- se llamaba Caproso, y le avisó que había sido librado de
facción. los tormentos del purgatorio por las treinta misas que Pre -
Pruébase también esta verdad con los concilios provin- cioso, prepósilo del monasterio, por orden de san Gregorio
ciales que se han hecho en varias provincias del mundo, había dicho por su alma, como se refiere en su vida. San
Gregorio Turonense escribe de una santa doncella, l l a -
y con los generales y con la costumbre de toda la Iglesia
mada Vitaliana, que apareció á san Martin ¡ y le dijo, qne
católica, latina y griega. El concilio cartaginense I I I y IV,
estaba en el purgatorio por un pecado venial que habia
que se hicieron en África, contestan esta verdad: en Es-
cometido, y que fué librada por las oraciones del santo.
pafia el bracarensc I : en Francia el cabilonense: en Ale-
Pedro Damián escribe que san Severino apareció á un clé-
mania el concilio wormarciense: en Italia el concilio V I ,
rigo, y le dijo que habia estado en el purgatorio, por no
que se celebró siendo Símaco sumo pontífice, y otros m u -
haber dicho el oficio divino á sus horas; y que después
chos concilios confirman lo mismo: y no ménos los ecu-
DIA % NOVIEMBRE. 305
Dios le había librado y llevado á la compañía de los biena- como habernos declarado, bien es que digamos par» c u m -
venturados. San Bernardo escribe que ^an Malnquias libró plimiento del primer punto que propusimos, dónde está el
á una hermana suya de las penas del purgatorio con sus purgatorio, y lo que las almas padecen en él. Cuatro se-
oraciones; y que la misma hermana se le habia apareci- nos ó concavidades ponen los doctores debajo de la tierra
do , pidiéndole aquel socorro y favor: y el mismo san Ber- para las almas: la primera, y mas baja en el centro de la
nardo libró por su intercesión á otro que habia padecido tierra, es ia (¡ue llamamos infierno, donde las almas de los
un año entero h s penas del purgatorio, como lo escribe en condenados son atormentadas de los demonios: la se-
su vida Guillermo, abad. San ílemberlo , arzobispo b r e - gunda es la que llamamos purgatorio; porque en el las a l -
mense, ayunando cuareiUa dias por.un presbítero llamado mas purgan sus pecados, y se purifican y limpian de toda
Arnulfo, le libró del purgatorio, y el mismo Arnulfo se le la escoria que por ellos contrajeron; la tercera es el limbo
apareció y le hizo gracias por ello, como lo refiere Surio de los niños que murieron sin bautismo con el pecado o r i -
en su vida. Santo Tomás de Aquino, estando en oración, lo ginal : la cuarta, el limbo de los santos padres, pues ántes
apareció una hermana suya religiosa , y difunta, y le dijo que Cristo nuestro liedenlor muriese, por estar la puerta
como eslaba en el purgatorio; y después le tornó á apare- del cielo cerrada, estaban allí detenidos, y ahora después
cer, haciéndole gracias por el beneficio que por medio de que el Salvador bajó á aquel l u g a r , y los libró de él, está
sus ayunos, oraciones y misas habia recibido, y por la glo- vacío. La razón de estos cuatro lugares ó senos se toma
ria que ya tenia en el cielo: y otra vez estando en .Vipo- de la diferencia que hay en las penas que padecen las a l -
les, le apareció Fr. Román, y supo de ól que ya estaba cu mas que salen de los cuerpos, que os en una de cualr»
el cielo , después de haber purgado en el purgatorio el maneras: porque como hay pena de daño, que es el r.o
descuido que habia tenido en la ejecución de cierto testa- ver á Dios , y pena de sentido, que es el dolor y tormento
mento, como lo escribimos en su vida. Y para dejar los otros sensible, y la una y la otra, ó temporal, ó eterna ; ordenó
ejemplos, por ser muchos , y bastar los que aquí habernos Dios nueslro Señor estas cuatro estancias y diferencias do
referido para comprobar esta verdad, concluyamos esta lugares, y señaló uno para los niños que mueren sin bau-
materia ton referir Jo que sucedió á Benedicto VIH sumo tismo , en el cual nunca ven á Dios , ni jamás le verán y
pontífice : el cual, siendo ya difunto, apareció á san Odi- lendrán pena de dafio eterna; y para esta misma pena de
lon, abad ¡de quien hablamos a r r i b a ) , resplandeciente daño temporal sirvió el limbo de los santos padres, que
y hermoso , y le hizo gracias con profunda reverencia, murieron ántes de la pasión de Cristo , donde estaban de-
confesando que por sus oraciones, y las de sus frailes. Dios tenidos sin ver á Dios, y gozar de su bienaventuranza. Para
le habia hecho merced de sacarle de la cárcel del purga- la pena eterna de daño y sentido está diputado el infier-
torio, y colocarle en el cielo entre sus escogidos. Pero hase n o , en el cual los condenados carecen y carecerán para
de advertir que aunque estas apariciones de las almas del siempre de la visión de Dios, y son y serán perpetuamente
purgatorio, que aquí habernos referido , y otras semejan- atormentados con el fuego, y otras penas horribles y eter-
tes, por ser escritas de autores graves y santos, se deben nas que allí padecen. Finalmente, para la pena temporal
tener por verdaderas, y que nuestro Señor quiere en eljas de daño y sentido es el purgatorio, donde están las almas
ensenarnos las horribles penas que las almas padecen , y detenidas, como en una cárcel, privadas de la vista biena-
movernos para que las ayudemos, y para (jue procure- venturada de Dios, y padeciendo juntamente muy g r a n -
mos satisfacer en esta vida lo que por nuestras culpas de- des dolores y penas sensibles , hasta q u e , habiendo por
bemos, y no librarlo á la otra , donde se paga con tanto entero pagado las culpas que cometieron , ó ayudadas con
r i g o r ; mas que debemos usar de gra» cautela en estas co- las obras penales de los fieles y sufragios de la sania I g l e -
sas: porque muchas veces no son verdaderas las apari- sia, van á gozar eternamente de Dios. Kste lugar es el quo
ciones de las almas, sino de nuestra flaca cabeza, 6 ilusio- llamamos purgatorio ^porque en él (como dijimos) se pur-
nes del demonio, que nos inquieta y engaña , dándonos á gan las almas, y como plata acendrada se retinan y per-
entender que vemos lo que no vemos, y que ya somos san- feccionan , para que puedan ver á Dios. Verdad es que
tos, y tenemos visiones y revelaciones de Dios , para que aunque este es lugar propio y diputado , en que comun-
"os desvanezcamos, y nos descuidemos de nuestro apro- mente las almas pasan por este exámen; pero también Dios
vechamiento: y también algunas veces puede ser artificio nuestro Señor se sirve de otros lugares particulares para
del demonio, que se aparece en figura del alma de algún purificar las almas; como se saca de san Gregorio , y del
gi'an pecador que está en el infierno , y finge que pide el cardenal Pedro Damián, y de algunas visiones y aparicio-
favor de nuestras oraciones, para (pie creyendo la gente nes, que escriben los santos; porque á Dios todos los luga-
que aquel hombre, habiendo sido tan malo, está en el pur- res son sujetos, y en todos hace lo que es servido : y a l g u -
gatorio y no se condenó, se descuide en la virtud, y suelte nas veces quiere, que donde se cometió el pecado, se haga
la rienda a la maldad, pensando que pues el otro, que fué la penitencia ; y que los que se escandalizaron ó tomaron
tan perverso y desalmado , «o se ahogó en el abismo de mal ejemplo del que vivió mal, se edifiquen y atemoricen
sus maldades; también él podrá llegar á puerto de salva- con su pena ! y por estos y por otros justos respetos, aun-
ción : y por este y otros peligros que hay en semejantes que á nuestros ojos encubiertos , se sirve Dios de algunos
visiones, debemos usar de mucha prudencia y recato no lugares particulares, para purgar las almas de algunos, se-
apeteciéndolas con vana curiosidad, y si vinieren dese- gún la órden de su inefable providencia.
chándolas con humildad, y examinando y probando'los es-
píritus, si son de Dios, como dice san Juan, con consejo v En este lugar, que es, y llamamos purgatorio, padecen
parecer de los hombres verdaderamente espirituales v p r u - las almas gravísimos tormentos, y tan atroces . que todos
dentes. 1 los de esta vida y los que padecieron los mártires, sou c i -
Supuesta, pues, la verdad católica que hay purgatorio, fra en su comparación; y asi lo dice san Agustín por estas
TOMO I I I . palabras : « Primero se ha de purificar con el fuego del

39
m LA immDAson DK ORO. DIA 2"
: el .^aber cierto que están en gracia de Dios, y que no
piir^alorio, el iftfti tliialó y dejó p:ira el otro siglo el íiu'.o
la pueden perder, ni pecar, y que aquellas penas que pa-
de su penitencia y conversión : y osle fuego, aunque no
decen , se han de acabar, y que el gozo que esperan no
es eterno, es snmamefite penoso ; poique escede todas las
tendrá fija, A mas de esto , tienen visitas y alivios de los
penas que jamás sufrió algim hombre en esta vida. Nunca
sanios ángeles, especialmente de los de la Guarda, que las
se ha hallado acá petia, que con ella se pueda comparar,
alientan, animan y consuelan : tienen las oraciones y f a -
por mas atroces y esquiólos loimentos que hayan pade-
vores de los bienaventurados del cielo, y los socorros y su-
cido los mártires, y otros hombres facinerosos, que por
fragios de la tierra , que toda la Iglesia militante ofrece
sus delitos han sido atormentados : y por esto cada uno
por ellas, y particularmente sus devotos y amigos, á los
debe procurar enmendar su vida , y hacer penitencia por
cuales enderezan sus afectos y deseos: y si pudiesen h a -
sus pecados, de tal manera, que no tenga necesidad de pa-
blar, les rogarían y suplicarían entrañablemente que se
sar tan graves penas después de su muerte : » lo mismo
apiaden de ellas, y con las buenas obras y oraciones las
afirma san Gregorio, diciendo : «Yo creo que aquel fue-
libren de aquellas horribles penas ; porque no hay duda,
go, por el cual pasan las almas en el purgatorio, es mas
sino que las oraciones y sufragios de los fieles, que viven,
intolerable, que ninguna tribulación de esta vida : » y con
aprovechan á las almas de los muertos que están en el
estos santos doctores concuerdan Beda, san Anselmo y san
purgatorio.
líernardo ; y aun santo Tomás añade mas , que no sola-
mente las penas del purgatorio son mayores que las de to- Esta es la segunda cosa que nos enseña la Iglesia en la
dos los mártires, sino también que las que padeció Cristo Conmemoración de los difuntos que celebra boy. Para c u -
nuestro Salvador en su santísima y acerb sima pasión, con ya inteligencia y explicación se di be presuponer, que leda
haber sido las mas atroces y dolorosas que ninguna per- la iglesia (como dice Pedro Cluniacense, y se saca de san
sona ha sufrido en esta vida. La razón de esto es ; porque Pablo) es un cuerpo místico, cuya cabeza es Jesucristo,
el fuego del purgatorio es de una misma especie con el del en el cual todos los miembros están trabados y unidos
infierno, y aflige las almas, no por virtud natural que en entre sí por fé, esperanza y caridad : de tal manera , que
sí tenga, sino como instrumento de Dios, que se íirve de así como en el cuerpo natural, cuando padece un miembro
aquel fuego para purificar y afinar las almas del purgato- (como dice el Apóstol), se compadecen los otros miem-
rio, de la manera que el sabe y es servido , y por lodo el bros, y se socorren y ayudan; así también en esle cuer-
tiempo que con el peso de su justicia ha determinado, y po místico espiritual y perfectísimo de la Iglesia, lo hacen
nosotros no sabemos ni podemos escudrinar. Pero no hay entre sí los fieles, como verdaderos miembros de é l :
duda, sino que algunos padecen mas años de los que a l - y como las ánimas de los justos ya difuntos que están en
gunos piensan; porque, como dice san Agustín : « Por el purgatorio, sean parle y miembros de este cuerpo do
aquel rio de fuego tanto mas tarda en pasar, el qua mas la Iglesia , por estar unidos con su cabeza (pues como d i -
lardó en pecar; y cuanto fué mayor la culpa, tanto será ce san Agustin: Piorum animee defunctorum lab Ecclesiu
mayor el castigo que hace la llama ; y cuanto mas la loca non separanlur, qum esí reymm C h r i s l i : Las almas de los
maldad se apoderó del alma, tanto mas cruel será ta sabia justos ya difuntos no están apartadas de la Iglesia, que es
pena con que se paga allí las palabras ociosas, los pensa- el reino de Cristo); de esto se sigue que los vivos pueden
mientos livianos y vanos; una muchedumbre de pecados ayudar á los difuntos que están en el purgatorio, con sus
lijeros que inficionaron la pureza de nuestra noble natu- oraciones y sufragios; porque los que están en el cielo ,
raleza, serán consumidos. » Esto es de san Agustin, Pero no tienen de ellos necesidad, y á los que están en el i n -
con ser la pona del fuego del purgatorio tan terrible y cs- fierno , no pueden aprovechar. Y asi como Cristo nuestro
cesiva, es mucho mayor sin comparación la que llamamos Señor, siendo vivo, hizo bien á muchos vivos , sanándo-
pena de daño, que es no ver á Dios; porque es tan g r a n - los y enseñándolos: también á los muertos , resucitándo-
de el deseo que el alma, suelta y libre ya de la cárcel de los Í y siendo muerto aprovechó á los muertos, sacando
su cuerpo, '.¡ene de ver aquel sumo Bien, que cualquiera del limbo á las almas de los sanios padres : y no mónos
dilación , por pequeña que sea , la aflige mucho y la iras- aprovechó á los vivos matando la muerte con su muerte ;
pasa de un dolor tan vehemente, que ningún otro de esta de la misma manera ha querido por su misericordia, que
tida se puede comparar con é l , especialmente acordán- en su santa Iglesia haya esta peifecta comunicación, é
dose el alma que por sus pecados está en aquel estado, y imitación de su cabeza , y que los vivos ayuden con sus
privada de aquella gloriosa vista, y que pudo en esta vida obras y oraciones á los otros vivos, y que los muertos
saliífacer con obras penales por ellos, y que por su des- aprovechen á los otros muertos, como lo hacen los bie-
cuido y pereza no lo hizo. Algunos doctores hay, queá es- naventurados del cielo, rogando por los que eslán en el
tas penas añaden otra de los demonios que atormentan las purgatorio, y que también ayuden y socorran á los
ánimas, como enemigos crueles y verdugos de la justicia vivos, favoreciéndolos con sus oraciones; y finalmente,
divina, fundándose en algunas apariciones : aunque santo quo los vivos ayuden á los muertos , y los que están en
Tomás, Solo y otros autores sienten (y es mas probable) esta vida, álos que en la otra aun no gozan de Dios, y s a -
que nuestro Señor no se sirve para esta justicia de los d e - tisfacen á la divina justicia con las penas que padecen.
monios ; porque habiendo sido finalmente vencidos de
Las obras con que podemos socorrer á las almas son
aquellos cuyas almas se purifican en el purgatorio, no es
en una de tres maneras: la primera y mas principal es
de creer que quiera nuestro Señor que los que fueron ven-
el santo sacrificio déla misa: la segunda es la oración:
cidos atormenten á los vencedores, y den la vaya á los
la tercera todas las obras penales, con que se satisface ,
que tan bien pelearon, y tan glonosamenlc triunfaron de
como son la limosna, ayunos,penitencias, peregrinaciones
ellos. Mas en este penoso y lastimoso estado llenen las a l -
y cosa semejantes. Distinguimos la oración de estas obras
mas del purgatorio algunos refrigerios y consuelos, como |
satisfactorias; porque aunque la oración lo es y se puede
DIA 2.
eocnprondor « t i l e las obras poiiales; pero porque es pro- dulgencias,nó por modo ole al^olucion (¡KM rue no puede á
pio de la 01 at ioii el impclrar y alcanzar lo que se pide ( y los difuntos que están fuera de su jurisditcu.n, como á Ies
por eso las oraciones de los bicnavenlurados , aunque no vivienles que eslán debajo de ella) sino per m d u m siif¡nt(jü,
soan penales, ni satisfactorias, aprovechan á los vivos y á como dicen aplicando y comunienndo á tos difuntos (como
ios difuntos), por esta causa la distinguimos y hacemos dispensador que es del tesoro de la Iglesia , que sen las
á la oración miembro por sí. Que el santo sacrificio de la obras y satisfacciones de Cristo , y de los santos que en
misa sea de grande alivio y refrigerio para las almas que él hay), ofreciendo la parle de ellas, que le parece , para
oslan en el purgatorio, para declarar que hay pnrgalorio, que ó toda la pena que deben , ó parle de ella , les sea
y qne es tradición apostólica y recibida en la Iglesia el perdonada ; como en efecto y reidinenle con osla aplica-
rogur por ellas en la misa , hay innumerables lugares de ción se la perdona el Señor, De to que aquí queda decla-
sanios que lo afirman, y san Dionisio Areopagita hace rado debemos sacar dos cosas muy ciertas y verdaderas.
mención de ellos ; y san Agnslin dice : «No se puede La primera es el cuidado y vigilancia que debemos tener
negar, sino que las almas de los difuntos reciben refrige- en ayudar con nuestras limosnas, ayunos, peniljpncias y
rio por la piedad de los vivos, cuando se ofrece el sacrifi- oraciones á las almas del purgatorio ; y especiidmenle en
cio de puesíra redención, ó se hacen limosnas en la Iglesia hacer decir muchas misas por ellas y no ménos en ganar-
por ellos : » y san Clemente enseña ofrecer el sacrificio las muchas indulgencias, y darlas alivio y refrigerio con
de la misa por los que son ya mncrlos en el Señor: y san osle tesoro de la sania Iglesia, por ser limosna muy debi-
Ambrosio, escribiendo á Fanslino, le dice, que hermana da, y muy acepta al Señor, poique cuanto una persona es
difunta no se haiúa de llorar , sino ayudar con ofrendas y mas pobre y mas necesitada, tanto mas debe ser socor-
sacrificios ; y santa Mónica pidió á su hijo san Agustín, rida : y no hay ninguna que lo sea mas, (fue ta que no
que la ayudase, cuando en el altar ofreciese el santo sa- tiene cosa alguna, y debí1 mucho y no puede trabajar, ni
crificio de nuestra redención : y esto con mucha razón; g a n a r , ni pedir prestado á nadie , y liene un acreedor
porque es la propiciación de lodos los pecados del mundo, riguroso que le aprieta y ahoga, para que le pague hasta
y por él se representa al Padre eterno aquel sacrificio de la postrera blanca, sin darle dilación ni alargarle el plazo
sangre suavísimo y preciosísimo, que le ofreció su Hijo de la paga. Todas eslas circunstancias concurren en las
benditísimo en el ara de la cruz. De la oración tampoco almas del purgatorio: las cuales, angustiadas por todas
no hay duda, sino que os de grande provecho; y de ella partes y cercadas de dolores , dicen aquellas palabras de
se dice en el libro de los Macabeos, que es santa y s a - Job: Miseremini w e i , mtset-emim wei, saltetn vos , amici
ludable cosa el orar por los difuntos. De la limosna el m e i : quia mams Domini k t i g i l m e : Compadeceos de mí,
sanio viejo Tobías aconsejó á su hijo que la hiciese compadeceos de m í ; á lo menos vosotros , qne sois mis
p:)r los difuntos, cuando le dijo : Po;i tu pan y tu vino so- amigos , porque la mano del Señor me fea herido. Y a u n -
bre la sepultura del juslo. Del ayuno leemos en el primer que nos debemos compadecer de lodos los que eslán en el
libro de los Beyes, qne los moradores de Jabes Galaad purgatorio, porque son de nuestra misma naturaleza , y
sepultaron á Saúl y ayímaron por él siete dias; y David nuestros hermanos y miembros de un mismo cuerpo ( c o -
y lodos sus soldados ayunaron por el pueblo , que habia mo dijimos ) ; pero especialmente debemos socorrer mas
muerto á cuchillo. De las demás aflicciones y obras pena- á nuestros deudos y amigos , á los padres é hijos , á las
les, dice el apóstol san Pablo i « Si los muertos no resuci- mujeres y m a r i d o , á los hermanos carnales y otras
tan ; ¿ para qué los vivos se aíligea con obras penales por personas, con quienes tuvimos algún vinculo mas estre-
ellos ? » Que de esta manera Pedro Clnniacense, Dionisio cho d^ sangre ó amistad: porque á mas del beneficio tan
Cartusiano, Hugo cardenal, Gagneo y piros interpretan grande que se hace á las almas del purgatorio, librán-
aquellas palabras del Apóstol: Áiioquin, quid facient, qui dolas de sus penas y ayudándolas, para que mas presto
bapiizanhtr pro morluis? En una de dos maneras aprove- vean á Dios; al mismo Señor os muy acepta esta limosna,
chan estas buenas obras á tos difuntos. La primera, apli- y á tos que la hacen es muy provechosa; porque las mis-
cándoles las obras penates, par satisfacción y diminución mas almas del purgatorio son muy agradecidas, y la pa-
de sus penas : como si ellos mismos las hiciesen; porque gan largamente cuando eslán en el cielo , y ayudan con
por aquella aplicación las tales obras se hacen propias de gran voluaiad á los que las ayudaron; y de esto en las
'os difuntos, como si ellos mismos las hiciesen: como el historias eclesiásticas hay muchos ejemplos. Y si tanto
dinero (pie se da de limosna al que está preso en la cárcel cuidado se debe poner en ejecutar esta caridad con los
por deudas, es suyo, y con él paga y satisface, y sale difuntos; mucho mayor se debe poner en cumplir las
libre en lodo rigor de justicia. Y pues la justicia divina , obligaciones de justicia que pertenecen á ellos, ejecutando
que es el modelo y dechado de la justicia humana, y de sus testamenlos y mandas pias, y todo lo que ellos dis-
donde ella como su fuente mana, no es ménos piadosa pusieron en sus últimas voluntades para bien de sus a l -
que la de la tierra , debemos creer que Dios acopla esta mas: en lo cual suele haber mucho descuido, y Dios
nplicacion, que los que están en gracia hacen para las a l - severamente lo castiga , permitiendo que no se cumplan
mas del purgatorio, y no por eso pierden ellos el premio los testamentos de los hijos que fueron negligentes en
esencial de la vida eterna, que á tales obras se debe Otra cumplir los desús padres y mayores; y que no baya quien
manera es por medio de oración y suplicación ó de sufra- se acuerde de hacer bien per el alma del que se olvidó de
gio, rogando al Señor por ellos: á la manera que se inter- la ajena, á quien tenia tanta obligación.
cede con el j u e z , para que perdone al reo que está en la
l a segunda cosa que debemos notar y asentar en
cárcel, y se haya piadoso con él. Además dé oslos dos
nuestros corazones, es que es gran locura soltar la rienda
modos, con que las personas particulares socorren á las
á nuestros gustos y apetitos, y ofender tan sin freno con
almas del purgatorio ; el sumo pontífice las concede i n -
tanta rotura á Dios, sabiendo que ninguna culpa, por pe-
nos LA LEYENDA DE ORO. DIA 2.
queDa que sea, se cómelo contra su divina Magestad, que alegres y generosos los invencibles alíelas recibiéronla
no se pague con pena proporcionada á la misma culpa; palma del martirio.
y que no es menor desaliño , pudiendo redimir nuesfras LOS SANTOS ACI.VDINO, PEGASIO, AFTOMO , ELPÍÜLFOBO,
culpas con las penas lijerasde esta vida, dejar la peniten- A.NKMPODtSTO , CON OTROS MUCHOS COMPAÑEROS MÁRTIRES.
cia para la olra, en donde á bien librar, serán castigadas —Vivían ios dos primeros en Persia como ermitaños, en
con las penas del purgatorio, qm; exceden lanío á (odas las celdas separadas, y se juntaban tan solo para cantar las
de acá, como lo vivo á lo pintado : y así dice san Agns- divinas alabanzas , y sallan de su reliro para ir á instruir
Un: « Dirá alguno: poco me importa que yo me detenga á los pueblos vecinos en las verdades evangélicas. En
en el purgatorio, con tal que ¡legue al cielo. Ninguno medio de sus piadosas tareas fueron presos por órden del
( hermanos carísimos) diga esto; porque aquel fuego del rey de Persia. Los azotaron y los metieron en una cal-
purgatorio es mas duro, que lodas las penas que en este dera llena de plomo derretido , de la cual sallan ilesos por
Nglo se pueden ver, ó pensar ó sentir: y como está escrito divina virtud. A la vista de este milagro el soldado A f l o -
del dia del juicio , que será un dia como mil años, y mil nio se convirtió á la religión y fué al!í mismo degollado,
años como un d i a : ¿ quién sabe si el tiempo que pasará y los dos sanios anacoretas , metidos en sacos de cuero,
por aquel fuego, será de dias ó de meses, ó quizá de fueron arrojados al mar. Los soldados que los habían cus-
afios? Bl que ahora no quiere poner ni un solo dedo en todiado y que hablan sido testigos de su constancia, abra-
el fuego, ¿c^mo no teme (aunque sea para poco tiempo 1 zaron también la f é , y habiéndoles corlado las manos a l -
ser atormenlado de aquel fuego excesivo y espantoso? canzaron la palma de la victoria. Entonces Elpidéforo del
Por tanto,cada tino procure con todas sus fuerzas huir los órden senatorio , fué tocado de la gracia de Dios, y con-
pecados mortales, y redimir y satisfacer por los veniales fesando de repente el nombre de Jesucristo , reprendió al
con las buenas obras, para que no quede nada de ellos, rey por su crueldad, y á su ejemplo abrazaron el cristia-
que el fuego del purgatorio haya de consumir. » Todas nismo unos siete mil hombres; y él y ellos fueron al dia
estas son palabras de san Agustín. Procuremos pues, ajus- siguiente degollados. Esta horrible carnicería sucedió en
tar nuestra vida con la ley de Dios , y llorar nuestras c u l - gj siglo IV.
pas y satisfacer por ellas, mientras que el Señor nos da
LOS SANTOS PCBLIO, VÍCTOR, l Í E R M E T O Y PAPIAS, MÁB-
tiempo : aceptemos las tribulaciones y trabajos, que nos
TIRES,—Padecieron martirio en defensa del Evangelio, en
envia, como enviados desn bendita mano , en penitencia
África , durante la persecución del emperador Decio, en
de nuestros pecados ; ayudemos y socorramos á nuestros
el s U l o l l I .
hermanos con las buenas obras que pudiéremos, para que
SANTA EUSTOQLIA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—Fué de Tarsis,
saliendo puros, acendrados y afinados del fuego del pur-
en Gilicia , y conoció la religión cristiana desde sus p r i -
gatorio, y gozando de Dios, nos ayuden con sus oraciones
meros años. Vivió consagrada á Jesucristo, renunciando
y nos den la mano , para que lleguemos al puerto de sa-
á los placeres y halagos del mundo, y pensando lan solo
l u d , y gocemos juntamente con ellos de aquella biena-
en santificarse para hacerse digna de la gloría eterna. En
venturanza y gloria sempiterna que es tan grande é i n -
tiempo do Juliano Apóstata , quisieron obligarla a ofrecer
mensa, que por excesivos que .sean los tormentos del
incienso á los Idolos del paganismo, pero ella se resistió
purgatorio, les parecen haber sido lijeros y nó equiva-
á semejante sacrilegio con un valor heroico, por cuyo m o -
lentes del bien que poseen.
tivo después de padecer graves tormentos, puesta en ora-
*SAN VICTORINO, OBISPO Y MÁRTIR.—San Gerónimo hace ción entregó su alma al Criador, por los anos de 362.
nn grande elogio de este santo que considera como una SAN TEODOTO OBISPO Y CONFESOR.—Hallándose vacante
de las columnas de la Iglesia en razón de las obras muy la silla episcopal de Laodicea, en Siria, fué este sanio d e -
útiles que compuso en lalin. Era naltiral de Grecia y h a - signado milagrosamente para ocuparla , y de aquí le vino
bla ensenado retórica con mucha aceptación en im;i c i u - el nombre de Teodolo (dado por Dios) , que los escritores
dad de aquellos paises. Conociendo io que es el inundo y han confundido después con e! de Teodoro. Fué ins-igne eo
sus vanidades lo despreció todo, consagrando desde en- caridad , pureza de costumbres, clemencia , conmisera-
tonces sus tíllenlos á la gloria de la religión. Tué consa- ción y gran zelo por la gloria de Dios. Dotóle el Señor de
grado obispo de Pelím en la alta Pannonia. Sufrió el pasmosa sabiduría y de poderosa elocuencia , y con sus
martirio durante la persecución de Diocleciano , el obras y palabras hizo mucho fruto en la Iglesia de Dios, y
año 3 0 í . min ió saniamente en el siglo V I .
SÜH JUSTO, MÁRTIR.—Sufrió martirio en Trieste durante SAN JORGE, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció siendo obispo
la misma perseieucion de Diocleciano. Habiendo sido cruel- de Vicna en Francia , cuya Iglesia gobernó en paz y san-
mente azotado, y permaneciendo constante en su f e , por tidad. Parece que murió el año 699,
órden del gobernador Manacio fué arrojado al mar donde SAN VCLGANIO, CONFESOR.—Fué de nación inglés ó bre-
consumó su triunfo. tón , y floreció en el siglo V I I . Predicó la fe en el territorio
LOS SANTOS CARTERIO , EsTIRlACO , TOBÍAS, EünOXIO, de Lens, en el condado de Artois, y murió en una pequeña
AGAPIO Y sus COMPAÑEROS MÁRTIRKS.—En tiempo del ejn- celda que se habia construido en el territorio de Arras.
pei ador Licinio servían estos santos en los ejércitos roma- SAN MARCIANO, CONFESOR.—Nació en la ciudad do Ciro,
nos , y se hallaban en Sebaste, cuando fueron puestos en Siria , de familia patricia , y su padre era un alto e m -
presos por ser cristianos , y conducidos á la cárcel por pleado de la córte imperial, en la cual el santo niño se
disposición del gobernador Marcelo. Al cabo de algunos crió. Así que conoció la vanidad del mundo, se retiró de-
dias los sacaron de ella para ser azotados con nervios y jando su patria y amigos para vivir enteramente desco-
descoyuntados. Sujetóseles además á otros suplicios, el nocido de los hombres. Los desiertos de Caichis en los
úllimo de los cuales fué meterlos en una hoguera, donde confines de la Arabia, fueron testigos de su penitencia.
OIA 3. NOVIEMBRE. 309
Kncerróse en mía coldila lau pequeña que tenia que es- para ser enseñado y enderezado en el camino espiritual
tar en ella en una posición molesta , y no salía mas que por un hombre de vida tan austera , y que vohmlaria-
para lo preciso, no teniendo mas comunicación que con mente, siendo vivo, se habia condenado á la sepullura. El
el cielo. Ocupábase en el trabajo de manos, la oración y hecho de Malaquías causo grande admiración entre la
la leclnra de los libros santos. Poseyó la gracia de !a con- gente , y cada uno hablaba de é l , según su gusto y a f i -
templación en un grado tan perfecto, que los dias enteros ción. Los m a s , mirándolo con afecto humano, sentían
pasados en esle ejercicio le parecian inslanles, y su co- mucho que un mozo bien nacido y bien quisto se hubiese
razón immdado de delicias espirituales, ardia siempre en obligado á tanta aspereza : oíros, alribuyéndolo á l i v i a n -
amor ('e Dios. A pesar desús precauciones para vivir des- dad , le reprendían porque había lomado carga sobre sus
conocido del mundo, su santidad lo descubrió, y pronto fuerzas; pero eslos no entendían lo que dijo el Espíritu
fueron algunas personas piadosas á ponerse bajo su direc- santo por el Profeta : que está bien al hombre llevar el
ción y se formó un monasterio numeroso. Un dia f u e - yugo del Señor desde su mocedad. Y tanto mas se debe
ron á visitarle los principales obispos de Siria y a l - loar san Malaquías (dice san Bernardo), por haber abierto
gunos poderosos señores de la corte de Constanlinopla. camino á los otros, y sido el primero que de aquella
Alaimada su bumildad con semejante visita , guardó por tierra dió ejemplo á los demás. Púsose á los piés de I m a -
algún tiempo silencio; pero al fin , obedeciendo á las i n - rio, senlado en silencio y sumisión perfeetisima de su
sinuaciones del prelado mas anciano, habló para cnlrele- enlendimiento y voluntad, con entera obediencia y con
ner á aquellas personas con una pintura de las delicias una mortificación perpetua y con todas aquellas arles é
que concede el Señor á los que le sirven en espíritu y industrias que llevan á una alma fervorosa y mansa á la
verdad. Los obispos quisieron ordenarle sacerdote; pero cumbre de la perfección evangélica. Ordenó el arzobispo
desislieron de su intento á vista de la repugnancia que Celso, con consentimienlo de Imario , de diácono á Mala-
opuso su Immildad. Algunos milagros aumentaron aun mas quías , y con esle órden sagrado se vistió de nuevo espí-
la veneración en que lodos lenian al siervo de Dios , que ritu y comenzóá ejercilar todas las obras de piedad, y
muño en su celda el afio 387. especialmenle aquellas que son mas asquerosas y moles-
tas. Enterraba con particular cuidado á Jos pobres d i f u n -
S w AMBROSIO, CONFKSOR.—Fué abad del monaslorio de
tos, pareciéndole que este oficio era juntamente de h u -
San Mauricio, en Valois. Su amor á la pobreza, á la b u -
mildad y de humanidad. Tuvo en él gran contradicción
mildad , y parlicularmente la delicadeza de su conciencia
de una hermana suya seglar, que tenia por afrenta ver
por la cual conservo toda su vida la gracia bautismal, le
á su hermano lan ocupado en aquel piadoso oficio ; pero
hicieron digno de todas las gracias celestiales,
él no hi/o caso de ella ni de sus dichos y contradicciones.
Siendo ya de veinte y cinco años, le ordenaron de sacer-
DIA l í dole con gran repugnancia s u y a : y el arzobispo le enco-
mendó el oficio de predicar y de enseñar el catecismo á
SAN MU.AOCUS, OIUSPO T CONFESOR.—El gran padre y
aquella gente ruda y salvaje ; y él se empleó tan de veras
devotísimo doctor san Bernardo fué muy grande amigo en
y con lanía ansia y diligencia en romper y cultivar aquella
esta vida de san Malaqufas, obispo de Irlanda , y se bailó
líeira inculta y por labrar, que habiendo arrancado do
á su muerte y le enterró , y se gloría de haber recibido
ella las malezas, abusos y vicios que la cubrían, sembró
ánles de ella ísu santa bendición, é hizo un sermón en su
leyes y reglas llenas de justicia y de honestidad, y plantó
alabanza, y escribió su vida; de la cual nosotros lomare-
las constituciones ajiostólicas, los concilios aprobados , y
mos lo que referiremos aquí.
sobre todo las tradiciones y usos de la sania Iglesia r o -
Nació san Malaquías en IrJanda en la ciudad de A i d -
mana, délo cual lodo ántes carecía. Y porque los sanios
maca, de nobles padres y generosos, y la madre era muy
sacramenlos de la confesión, confirmación y malrimonio,
piadosa , y descosa que su hijo, creciese desde niño mas
ó por malicia ó por ignorancia do la gcnle , oslaban ya
en devoción que en letras del siglo; aunque él era tan
casi del todo olvidados , procuró que se restituyese y r e -
hábil y tan bien inclinado, (pie en lo uno y en lo olio l i a -
novase el uso de ellos , y que se celebrasen con solemne
« a raya á sus iguales, y daba salisfaccion á su madre y
música los oficios divinos. Para acertar mejor, y para que
a su tnaeslro. Grecia con la edad el seso y la ciencia , y
no se introdujese por descuido alguna cosa conlraria á los
no menos la santidad. Parecía en la tierna edad viejo; por-
ritos é instílulos católicos , se fué en busca de un santo
que siendo muchacho aborrecía las travesuras propias de
llamado Maleo , que era obispo de Lesimor , ciudad do
aquella edad, no solamente por su buena inclinación, sino
Mumania, parte austral de Uibernía , el cual era anciano
tamben \ Pri™palmerUe por la unción del Espíritu Simio
en los años, sanio en la vida, admirable en los milagros,
que le I,ab.a ya escogido para sí, ó interiormente le dis-
adornado de celestial sabiduría, y por eslos dones divinos
pertaba y eslmiulaba , p a n m á n-jCnmlo se
tenido por un común refugio de losaíligidos. Después que
|,]gunlugarsoI,tano a meditar la santa ley de Cristo, y con este santo obispo estuvo algún tiempo san Malaquías
hacer oración, y a m á raano on ^ y m ¿
y gozó de su familiaridad y doctrina, volvió á su lierra
e sueño, y (cuando no podia ir á la iglesia) á levantar
llamado del arzobispo Celso y de Imario, su maestro, y
e) corazón al Padre eterno, y adorarle con humillaciones
de oíros muchos que le t)eseaban. En esle tiempo sucedió
exlenores y guardarse de la vanagloria que es cicrlísimo
la muerte de su hermana, la que llevaba mal que el santo
veneno de la virtud. Con estos buenos principios pasó Ma-
se ocupase en enterrar los muerlos , y por esto y porque
laquías su niñez, y llegó á la edad de mozo: y sintiéndose
sus costumbres no le agradaban, hizo voto de no m i -
mover del Señor que le guiaba, se fué á un hombre sanio
rarla ni tratarla mas mientras viviese: pero después
llamado i m a n o , que encerrado en una celda cerca de la
que pasó de esta vida , comenzó á ver con los ojos
iglesia Mayor, hacia una penílencia y oración con(inua<
310 LA LEYENDA DE ORO DlA Mi-
del alma , á la que ánlos ni habin querido ver con los nera de vivir no eran hombres; sino (quitando el bautis-
ojos del cuerpo. Eílando una noche durmiendo, le pareció mo) bestias indómitas: pero no por esto se espantó, ni d e -
que un hombre le avisaba que su hermana estaba vestida jó de avisarlos, como padre en público, ni de exhorlarlos
de lulo fuera de la Iglesia, y que en treinta dias continuos con lágrimasá cada uno en particular para domesticarlos,
no habia comido. Despertó luego san Malaquías: y acor- y de lobos hacerlos ovejas. Usaba de blandura con unos y
dándose que en aquellos treinta (lias no habia dicho misa de severidad con o l i o s : y cuando eslo no bastaba volvíase
por su licrmana, entendió que la hambre que la atormen- á Diosen la oración, y acompañábala con profunda h i i m i l -
taba no era corporal, sino espirilua!, y tornóá hacer por dad y con rigurosas penitencias. Iba á pié y con mucho
ella los sufragios que habia interrumpido, y poco después trabajo por los pueblos y por las aldeas, para apacentar y
Ja difunta, que estaba en el umbral de la puerta d e l a l g l c - curar aquel ganado, padeciendo en la vista de su obispiu!o
sia, se apareció vestida como de antes de negro, y que no iníinitas tribulaciones, afrentas é injurias de aquellos m a -
la dejaban entrar. Mas perseverando el santo hermano en los hijos, hambre, sed, frió, desnudez y otras mil incomo-
ayudarla, sin dejar pasar mañana ninguna queno ofrecie- didades, bendiciendo al que le n alriccia y resistiendo con
se alguna misa por ella, le tornó á aparecer con hábito la paciencia á los malos Irafamienlos, rogando á nuestro
blanquecino, y dentro de la iglesia; mas no la dejaban l l e - Señor por los mismos que le perseguían : y tanto perseveró
gar al aliar. Finalmente, no dejó decelebrarpor su herma- en llamar á la puerta de la misericordia de Dios, que al lin
na hasía que le apareció dentro de la iglesia y junto al a l - se la abrió, y por virtud del Todopoderoso se ablandaron
iar, vestida de blanco entre un coro de espíritus bienaven- las piedia«y la barbaridad se mitigó, y pocoá poco aque-
turados, que con la blancura y claridad daban á entender llos corazones rebeldes y emperdenitfos se rindieron, y
que aquella alma estaba purificada y admitida á la compa- comenzaron á recibir los rayos de luz, y ¡adoctrina e v a n -
fiía de los cortesanos del cielo. De donde claramente se ve gélica que el santo Ies predicaba. Después sucedió, que los
cuan gran fuerza y valor tiene el sacrosanto sacrificio de bárbaros aquilones entraron poraquelta fierra, y la ciudad
la misa para borrarlos pecados y librar de las penas del deConerefch engran parle quedó .irruinada; de manera,
purgatorio las almas que purgan sus culpas en él y llevar- que san Malaquías con sus religiosos (que eran ciento y
las al cielo á gozar de Dios. Grande alegría recibió san veinte) se partió para el reino de Momonia, donde hizo un
Malaquías,por saberque su hermana habia llegado á puer- lindo monasterio á costa del rey Comarco, con el cual (ha-
to de salvación; y no fué menor la que recibió por haber biendo sido echado de su reino) el santo habia tenido a n -
un lio suyo determinado hacerse religioso. Tenia este lio tes grande amistad. En esle monasterio, siendo san Mala-
una abadía rica, que habia sido de un monasterio, funda- quías obispo y maestro, como era para dar ejemplo á los
do en un lugar llamad© Doncor, y destruido el monasterio demás, era el primero y el que iba delante de lodos en el
por los bárbaros, y muerto en él y martirizado novecien- trabajo y en la observancia déla regla. Servia, cuando lo
tos monges, había quedado la renta en manos de seglares, tocaba, en la cocina y en el refectorio: y en el corono
y últimamente venido á las manos del lio de Malaquías: el (pieria privilegio alguno haciendo su parle en cantar las
cual se resolvió á dejarse á sí y su abadía en manos de antífonas, lecciones y en las ceremonias, como el menor
Malaquías, para susleolo de los religiosos que tenia consi- del convento. Moslrábase fan fervoroso zelador de la po-
go, que eran muchos. breza volunlaria, que puesto caso que habia juzgado ser
Aceptó el santo varón al lio debajo de su disciplina, y el conveniente que el convento tuviese bienes en común para
sitio de la abadía, para edificar en él. Mascomo'era amigo su sustento; no permitía que los particulares tuviesen cosa
d é l a pobreza de Cristo, y en aquella sazón así convenia propia ni contraria ala santa pobreza. Mas oslando san
para la ediíicacion de los Geles, no quiso aceptarlas pose- Malaquías ocupado en las cosas quehasta aquíhabemosre-
siones y fierras, sino que el pueblo diputase otro que tuvie- ferido, sucedió la muerte de Celso, que era arzobispo de
se cargo de aquella hacienda. En este lugar comenzó Ma- Ardamaca, madre de todas las Iglesias de üibernia, y la
laquías con diez religiosos y algunos oficiales á poner ma- mas ilustre y reverenciada de todas en la cual estuvo ^au
no en la obra ; lo cual se continuó, dando el santo maravi- Patricio, primer apóstol y padre de todas aquellas nacio-
}|oso ejemplo á sus companeros, de toda virtud, y siendo nes, á cuyos sucesores, no solamente el resto del clero y
en vida y coslumbres una perfecta regla y claro espejo y l i - pueblo obedecía,sino lodoslosolrosscñores, hasta losmis-
bro abierto de gloriosa conversación. No pudo sufrir esto mos reyes. Pusieron los ojos en Malaquías, para encomen-
el común enemigo, é incitó á un familiar de su casa por darle aquella Iglesia de tanta preeminencia y dignidad; y
nombre Maleo, que estaba enfermo, para que entrando san el mismo Celso en vida le nombro.senaló y ordenó qne fue-
Malaquías á visitarle (como solia), le atravesase uncuchillo se Malaquías su sucesor, para corlar el hilo de un abuso
por el cuerpo y le quitase la vida. Tuvo aviso de ello o! que se habia introducido doscientos años ántes, con que
sanio padre, é hizo oración. Entró en el aposento del e n - aquella suprema dignidad sedaba siempre á los hombres
f e r m o ^ con la señal de la cruz le sanó déla enfermedad de una familia; y cuando en ella no habia persona ecle-
del cuerpo, y de los malos pensamientos de su alma. siástica que la mereciese, dábanla á hombre lego de la
Yacó la Iglesia de Conerelch, que estaba cerca del mo- misma familia. Por eslo juzgó Celso, que para corlar del
nasterio de Doncor, y de común consentimiento eligieron á todo aquella mala raíz, y arrancar cosa tan perjudicial de
san Malaquías por obispo: y aunque él lo repugnó, é hizo la Iglesia, no habia otro remedio, sino que Malaquías se
cuanto pudo para no serlo, alcabo bajó la cabeza y obede- encargase de aquella Iglesia. El santo rehusó cuanto pudo
ció á sus legítimos superiores, Celso é Imario, que se lo aquella carga, y nunca la quiso aceptar, hasta que le pro-
mandaron siendo ya de casi treinta años. Comenzó á ejer- metieron que después de haber allanado las muchas y gra-
citar el oficio pasloral con grande espírilu, fervor y vigi- vísimas dificultades que en aquel negocio se le ofrecian, le
lancia; mas halló que aquellos hombres en súfralo y m a - dejarían volver á su primera Iglesia, y renunciar esta otra
DIA 3 HQYIBUHVQ. 3H
que con lanío ahinco é ioslancia le encomendaban, siendo mujer de aquel mismo linaje y familia estando elsanlopredi-
la una lanío mas rica y preeminente que la olí a ¡ en lo cando alzó la voz, y lellamó hipócrita y robador de la h a -
cuid sé ve cuan aparlado estaba de codicia y ambición, y cienda ajena, motejándole de calvo y diciéndole otras i n -
cuan amigo era de humildad y pobreza. No baslaron las jurias: á lascuales el santo, como sabio y manso, no res-
razones y persuasiones que los hombres hicieron á Mala- pondió; mas el Señor respondió por él, y aquella pobre
quías, para aceplar aquella dignidad de primado, si Dios mujer perdió el seso, y frenética y furiosa daba voces con-
nuestro Señor no lo hubiera movido y moslrádole que linuamente, y clamaba que Malaquías la ahogaba, y de
ariuella era su voluntad, con una señal del cielo; porque al esta manera murió; y dentro de poco tiempo toda aquella
tiempo que Celso estaba enfermo, y Malaquías lejos y desventurada casta que habia perseguido al santo, se
sin saberlo qneCelso pretendía, le apareció una mujer ve- acabó y aniquiló, con grande admiración y temor de lodos
nerable, y de grande estalura y grave semblante: y p r e - los que la conocían; para que sepamos el respeto que de-
guntada por el santí quién era; le respondió, que era la es- bemos á los santos, y que el Santo de los santos vuelve
posa de Celso, y le puso en la mano la vara del gobierno; por ellos. Habiendo, pues, el santo pontífice puesto en
y luego despareció: y el mismo Celso estando para morir, buen estado las cosas d e aquella Iglesia, se descargó de
envió á Malaquías, como á su sucesor, una vara de la mis- ella: y sustituyendo en su lugar á una persona de rara y
ma figura y muy semejante á la que le dió aquella mujer experimentada virtud, que se llamaba Gelasio, se volvió á
en la visión que habia tenido: y así por no repugnar á la la suya de Coneretch, conforme al concierto que ántesha-
voluntad de Dios, bajó la cabeza y aceptó el cargo, y c o - bia hecho: y porque la diócesis de Coneretch, por justos
menzó á ejercitarle, nó como hombre santo, sino como va- respetos se habia dividido en dos obispados, dejó la mas
ron divino; mas tuvo grandes borrascas y espantosas c o n - noble y la mas rica á otro calificado sugelo , lomó para sí
tradicciones en la prosecución de su oficio pastoral; por- la de Duno, que era pobre, pequeña y de poca eslima: y
que todos los de aquella familia, en que por espacio de y para dar mejor cuenta á Dios de aquella Iglesia, quiso
doscientos anos habia estado aquella dignidad, que eran tener cabe sí un colegio de clérigos reglares, con deseo de
muchos y poderosos, se armaron de saña y furor, y sede- retirarse, y darse á la contemplación y ála vida religiosa.
terminaron á quitar antes la vida á Malaquías, que dejarle
I'ero para acerlar mas enlodo, el Señor le movió á que
con la primacía de Uibernia, y perder ellos las honras y
^uéseá Roma, no solamente para visitar las reliquias y
rentas de ella: y pusiéranlo por obra si el Sefiorno volvie-
santuarios de aquella santa ciudad, sino parlknlat menle
ra por su siervo, y no le amparara con su mano poderosa.
para conferir y representar al sumo pontífice y vicario de
Vino una vez un caballero principal y cabeza de aquel
Cristo lodas las cosas que se le ofrecían para el estableci-
bando, acompafiado de gran número de gente armada y
miento de nuestra santa religión, y buen gobierno de las Igle-
atrevida, para ejecutar esta maldad y acabarle, y puso su
sias de Irlanda. Y puesto caso que todo el clero y pueblo
celada en el camino, por donde habia de pasar Malaquías,
procuró detenerle y persuadirle que no hiciese aquella larga
que iba á celebrar una junta de los estados de Uibernia.
y trabajosa jornada; no fué posible, porque Diosle guiaba.
Súpolo el santo: entróse en la Iglesia: hizo oración; y al
Llegó á Roma á tiempo que Inocencio, II de este nombre,
mismo punto comenzó á cubrirse el cíelo, oscurecerse el
gobernaba la nave de san Pedro, del cual Malaquías fué
aire, sonar truenos, despedir relámpagos y caer rayos,
recibido con singular benevolencia y favor; y la primera
con un torbellino tan impetuoso y horrihle, que parecia
cosa que le suplicó fué, que le descargase del oficio de
que amenazaha el dia de la ira y del extremo juicio del
pastor y diese el obispado á otro, y á él le dejase morir
Señor. El capitán de aquella diabólica compañía, traspasa-
quietamente en el monaslei io de Claraval, donde san Ber-
do de un rayo, quedó muerto, y con él otros tres de los mas
nardo era abad : pero el papa no solamente no le concedió
principales; y al dia siguiente se hallaron sus cuerpos se-
lo que lauto deseaba; mas le hizo su lugarteniente y l e -
cos y quemados, sobre los árboles del campo: y los que
gado apostólico en toda la isla de Irlanda: y quitándose el
¡han con Malaquías, estando tan cerca de aquel lugar, no
mismo papa la mitra de la cabeza, la puso sobre la de
recibieren daño alguno. Con este buen suceso y con el ha-
Malaquías, y le dió de sus propios ornamentos ponliíicales,
ber cubi ado dos reliquias sagradas, la una el texto de los
con que decia misa, una estola y un manípulo, y lo c o n -
líyangelios, que habia sido de san Patricio, y la otra un
cedió otras muchas gracias, y con su bendición apostó-
báculo cubiorlo y engastado en oro y ricas piedras, que
lica y grandes favores, le envió á su Iglesia, habiendo
llamaban el «báculo de Jesús,» teniendo por cierto que
estado el santo en Roma un mes, visitando con singular
nuestro Salvador habia usado de él, que eran las insignias
devoción aquellos lugares consagrados con la sangre de
de aquella dignidad; se sosegó aquella tempestad, viendo
tantos pontífices, apóstoles y mártires. A la ida á Roma y
que Dios peleaba por su siervo: y asi pudo el santo ejer-
á la vuelta, posó el sanio en el monasterio de Claraval,
cer su oficio mas libremente; aunque no sin gran trabajo,
donde se consoló por extremo con la comunicación del
por no hallar m lugar, ni tiempo seguro de traiciones y de
santo abad Bernardo y de los otros sus hijos, que vivían
perdonas que le tachabané infamaban en público y en se-
en aquel sagrado convento, como ángeles venidos del
creto. Entre ellos uno mas atrevido y desvergonzado y
cielo : y ellos con la presencia de san Malaquías, y con su
grande hablador tomó por asunto «1 morder al santo y l a -
bendición y maravillosos ejemplos, quedaron mas aleula-
drar contra él entre la gente mas ilustre y señores mas
dos y con nuevo fervor y brio, para anhelar y correr con
principales, cuya gracia había ganado con lisonjas y cho-
mayor ímpetu á la perfección. Mas volviendo de Roma,
carrerías. A este castigó nuestro Señor; porque se le h i n -
dejó en Claraval cuatro de sus clérigos, para que allí se
chó y pudrió la lengua de tal suerte que por siete dias conti-
criasen 6 instruyesen en la vida religiosa, y volviendo á
nuos escupió gusanos; y finalmente echando mucha materia
Irlanda, la plantasen en aquella isla: la cual, aunque IQ»-
de la boca, dió su alma y acabó infelizmente la vida. Otra
nia noticia de mongos, hasta aquel tiempo no habla visto
34 3 LA LEYENDA DE ORO DIA 3-
ninguno, y estos cualro fueron semilla del cielo, que se innumerables, y cuenta muchos: yo referiré algunos po-
sembró en aquella inculta tierra; porque habiendo sido cos, que nos puedan enseñar y mover á imitación, mas
admitidos á la religión de san Bernardo, fueron de él en- que nó á sola admiración; pues para esto escribimos las
viados á su patria, y después otros, y algunos hijos del vidas de los santos. Habia una mujer gravemente ator-
mismo san Bernardo y discípulos de aquella escuela: los mentada del demonio: Hizo oración san Malaquías, y man-
cuales fundaron en Irlanda un convento con su abad, y de dó al demonio que saliese de aquel cuerpo; y le obedeció:
él se derivaron, como de fuente, oíros cinco, multiplicán- pero entró en otra mujer que estaba allí presente: y Ma-
dose los seminarios y creciendo cada dia el número de r e - laquías dijo al demonio: no te mandé yo salir de aquella
ligiosos. mujer para que entrases en esta: deja esta también. Salió
Mas llegado san Malaquías á su tierra, fué recibido con de la segunda y volviendo á la primera, y echándolo de
iocreible gozo y regocijo de todos aquellos pueblos, que ella, tornó á la segunda : y de esta manera andaba el de-
de todas partes venian á recibir su bendición, y á darle la monio haciendo burla del santo, hastS que é l , cobrandi)
enhorabuena de su venida : y él, para no tener sin prove- nueva fuerza del ciclo, echó aquel inicuo poseedor de las
cho la gracia que el papa le habia dado, celebró en a l g u - dos mujeres. Y el haber tardado tanto en echarle, no fué
nas ciudades concilios nacionales, y en ellos se hicieron (dicesan Bernardo) por la fuerza que tuvo el enemigo en
útilísimos decretos y cánones, para establecer mas la r e l i - resistir; mas por dispensación divina, para que mas se
gión católica; estando siempre el santo muy atento á r e - conociese la presencia del enemigo y la victoria de Mala-
mediar las necesidades particulares de cada uno, ya con quías, como se ve en el milagro siguiente.
dulzura, ya con severidad : y no habia quien se atrcvuwe Habia posado el santo en una casa, donde después e ; -
á repngnar á sus mandamientos, ó á despreciar sus salu- tuvo un enfermo y endemoniado, y una noche comenza-
dables amonestaciones; antes todos las recihian como me- ron los demonios á hablar entre sí y á decir: Mira que
dicina y como constituciones venidas del cielo : y no es este desventurado no toque la paja en que durmió afpicl
maravilla, poique su vida era celestial y divina, y los m i - hipócrita; y por esta maneia se Boa escape de las manos.
lagros con que el SeRor le ilustraba eran tantos y Uin glo- Oyó estas palabras el enfermo: y eníendiendo que habla-
riosos, que el contradecir á Malaquias era contradecir á ba de san Malaquías; débil, como estaba del cuerpo, mas
Dios. De la santidad de su vida dice san Bernarda estas fuerte en la fé, comenzó lo mejor que pudo á llqgarse á la
palabras : «Dejando aparte el hombre interior, cuya ber- paja; y al momentd se sintieron en el aire voces penosas
mosura, valor y sinceridad resplandecían en la vida de que decían : Tenle, apártale; que perdemos nuestra presa:
Malaquías; ¿qué dirémos del exterior y de aquellas m a - mas, por la divina misericordia, en llegando el pobre á la
neras uniformes, pero siempre modestísimas que guardó, paja en que habia dormido Malaquias, se halló súbitamente
sin que jamás se viese en él la menor cosa del mundo, sano de lodos sus miembros, y libre de los temores y es-
que pudiese ofender los ojos de los que le miraban? Ven- pantos diabólicos que padecía, y los demonios, dando au-
gamos á la lengua: cierto es, que el que no resbale en el llidos y bramidos, le dejaron y desaparecieron de aquel
hablar es varón perfecto. Pues ¿qué hombre hubo tan c u - lugar.
rioso, que notase en Malaquías, no digo palabra, sino un
Trajéronle una pobre mujer, que habia quince meses y
sí ó nó, ocioso? ¿Quién le vió mover el pié ó la mano
veinte dias que estaba preñada, sin hallar remedio h u -
con vanidad? ¿O en qué cosa no daba él ediOcacion a|
mano para hacerla parir: movido san Malaquías de tan
prójimo, en el andar, en el mirar, en el hábito y en el
nuevo y extraño caso, se puso en oración; y luego la afli-
semblante? Tenia una perpetua severidad en el rostro, tan
gida mujer sin dificultad parió.
igual, que ni la tristeza ni la alegría nunca la pudieron a l -
Un soldado del conde de l lidia, sin vergüenza ni res-
terar. Era enemigo de burlas, mas nó austero ni encapo-
peto alguno, lomó por amiga la que lo había sido de un
tado: alegre, cuando convenia, roas nunca disoluto: en
hermano suyo: avisóle el santo pastor con caridad de p a -
ninguna cosa descuidado, mas á su tiempo sabia disimu-
dre, del peligroso estado en que estaba; pero el soldado
lar : era pacífico y quieto, mas nó perezoso. Desde el p r i -
estaba tan encarnizado en su vicio que con gran bravura
mer dia de su conversión hasta la postrera boqueada, nun-
respondió, que jamás la dejaría, é hizo juramento de ello.
ca tuvo cosa propia, ni renta, ó eclesiástica ó seglar; y
Entonces Malaquías, lleno de celo de justicia respondió:
aun siendo obispo, no tenia cosa cierta para su mesa obií-
Dios á tu pesar te la quite. No pasó una hora, que ciertos
pal, ni habitación determinada, como aquel que toda la
enemigos suyos le mataron á puñaladas; mostrando el Se-
vida gastaba en visitar sus parroquias y feligreses, SHV
ñor con este hecho, cuán presto se ejecutaba la sentencia
viendo al Evangelio y sustentándose del mismo Evange-
de Malaquías, y avisando con él á otros hombres desalma-
lio, según el orden del Señor: y muchas veces, para no
dos, de los cuales algunos escarmentados en cabeza ajena,
ser cargoso á nadie, se sustentaba él y sus compañeros
se convirtieron y enmendaron.
del trabajo de sus manos, como lo hacia san Pablo; y
siendo ya hombre de edad y legado del sumo pontífice, Dió saluda un muchacho paralítico, y ordenó á su
nunca dejó su antigua costumbre, él y todos sus compa- padre que le dedicase al servicio de Dios, y el padre se
neros, de ir á pié cuando iba á predicar: forma verdade- lo prometió; mas no lo hizo: y así le tornó la misma e n -
ramente evangélica, y tanto mas de estimar en Malaquías, fermedad por no haber cumplido lo que al santo habia
cuanto ménos es imitada de otros; pero el que de tal m a - prometido.
nera vivía, con razón se puede llamar legitimo heredero Habia una mujer de tal manera poseída y tiranizada del
y sucesor de los apóstoles.» Todo esto es de san Bernardo. espíritu de la ira y del furor, que no solamente los p a -
rientes y los vecinos huian de su conversación, mas sus
Pues ¿qué diré de los milagros con que el Sefior le propios hijos no podían habitar con ella: en cualquiera
honró y ensalzó? El mismo san Bernardo dice que fueron parte que estaba no se oían sino voces, gritos, y una t e m -
DIA 3. NOVIEMBRE. 313
pesiad de palabras coléricas y de ira i era alrevida y ta fé, y en confesarla verdadera y real presencia de Cris-
lemeraria, echaba llamas de fuego, mordia con la lengua, to nuestro Señor en el sacrosanto sacramento de la euca-
jugaba de manos y era insufrible y odiosa á lodos. No ha- rislía. Amonestólo san Malaquías primeramente á solas,
llamlo otro remedio, la llevaron sus hijos delante de san de su error: y no bastando esto para reducirle, hizo dos
Malaqmas, llorando amargamente su infelicidad y la de veces una junta de otros clérigos y hombres doctos para
su madre. El santo, mansa y benignamente, le preguntó ?¡ desengañarle: y aunque lodos los que allf estaban le r c -
babia confesado alguna vez en su vida, y ella respondió prendian y convencían su error con los lugares evidentes
que nó. Knloncesla dijo que se confesase. Confesóse con de la sagrada Fscrilura; él estuvo tan obstinado y perli-
ól, y habiéndola dado la penitencia que le pareció conve- naz, que le declaró por hereje y apartado del gremio de
niente, la mandó de parle de Cristo nuestro Señor, que no la sania Iglesia: y viendo que aun no se reconocía, antes
se enojase mas de allí adelante. Parece cosa incrcible pero que como soberbio é hinchado, se tenia por mas sabio y
es verdad: infundióle Dios siibilanirnie lanía mansedum- docto que lodos; encendido de santo celo Malaquías, alzó
bre y tan gran paciencia, que todos entendieron que la voz y dijo: Pues no quieres degrado confesar la verdad,
aquella verdaderamente era mudanza del cielo; y después Dios le haga confesarla por fuerza; y el mismo her eje
vivió algunos años con una paz y quietud de su alma, tan respondió: Amen. Vino después el desventurado hombro
extraña, que ningún trabajo, Irihulacion ó daño que te v i - á tanto aborrecimiento de sí mismo, que no pudiendo v i -
niese la pedia Un bar. San bernardo después de haber vir enlrcla genle, se quiso ir como desesperado á lejanas
conladoquc san Malaquías babia resucitado á una mujer tierras: y poniéndose en camino, le sobrevino una enfer-
muerta, dice, que fué, mayor milagro á su parecer, el ba- medad tan grande, que no pudo pasar adelante, y viendo
bel' mudado el corazón de ta mujer brava que el baber su peligro, mal de su grado volvió á la ciudad, y ha-
dado vida ú la mujer muerta; pues en l a u n a resucitó al ciendo llamar al obispo, confesó su culpa, detestó el error,
hombre interior y en la otra al exterior. recibió la absolución, y luego espiró.

Vino á san Malaquías nn hombre lego y calificado, muy Allercaban dos pueblos y traían grandes pleitos sobre
triste por ta sequedad que decia sentir en su alma : supli- los términos y linderos: y queriendo llevar por armas
cóle que le alcanzase don de lágrimas del Sefior. Mucho se aquel negocio, se junlaron para pelear. Envió el santo
consoló el sanio, por ver que un hombre lego le mandaba (por oslar ocupado) á otro obispo, para que en su nombre
aquel don de Dios: y llegando su rostro como por bime- los apaciguase y sosegase aquella discordia. El obispo,
volencia al rostro del hombre, le d i j o : Dios te dé lo que aunque de mala gana (por pensar que no baria nada, ni
pides. Desde aquella hora los ojos de aquel buen hombre lendria la autoridad que era menester con aquella gente
fueron dos fuentes de lágrimas. furiosa y armada) todavía obedeció: fué, y halló que es-
Yendo predicando, llegó á una isla en que se solia pes- taban ya para venir á las manos; y con el nombre de san
car gran número de peces, y después por los pecados de Malaquías los amansó y concertó, 6 hicieron sus capitula-
los moradores de ella habían desaparecido los peces y ciones. Pero después uno de los pueblos se embraveció de
ellos no tenían con qué suslentarse. Fué revelado á una manera, (pie quiso dar de repente en los contrarios y mo-
mujer, que el único remedio para que hubiese peces, era tarlos, sin que. el buen obispo los pudiese detener; porque
que Malaquías lo pidiese á Dios, y á este tiempo llegó el Coman como caballo sin freno y desbocado. Volvióse e n -
sanio á la isla : cercáronle luego los isleños, y echándose tonces el obispo con el corazón á pedir favor á san Mala-
• á sus piés, le suplicaron que los librase con sus oraciones quías, aunque estaba lejos, y de repente corrió una voz
de aquel azote de Dios y tan extrema necesidad. Fueron end e toda aquella gente furiosfl, que oíros enemigos su-
tantos sus ruegos y sus lágrimas, que hincadas las r o d i - yos habían entrado en sus tierras, y las desiruian y l l e -
llas alliá la orilla del mar, hizo oración al Seííor, supli- vaban cautivos á sus hijos y mujeres. Oida esta voz, aun-
cándole que renovase su misericordia y echase su bendi- que falsa, al punto dejaron aquella empresa, y se volvie-
CÍOB á aquella gente; y luego al punto vino tan gran can- ron á sus casas; y no bailando á los enemigos, entendie-
tídad de peces cuanta jamás allí se habia visto, y duró de ron qnc habían sido engañados por volnntad de Dios, por
allí adelante. el poco respeto que habían tenido al mensajero de san Ma-
laquías : el cual, habiendo ido él mismo á concertar á
No es desemejante á este milagro otro que le sucedió.
aquellos pueblos, y no habiendo podido acabar con ellos
Habiendo llegado con oíros li es obispos á hospedarse en
lo que deseaba (porque el olro pueblo, habiendo sabido lo
casa de un clérigo que no tenia qué darles de comer, por-
que en el rio que estaba allí cerca, ya de mucho tiempo pie los contrarios hahian prelendido hacer contra él, se
no se hallalran peces, y los pescadores, como cosa deses- quería vengar), Dios nuestro Señor tomó ta mano, hacien-
perada, habían dejado su oíicio; diciendo eslo el clérigo á do crecer un pequeño rio que estaba en el camino, de tal
san Malaquías, él le mandó que echase la red en el nom- manera, que no le pudieron pasar, ni ejecutar su mal i n -
bre de Dios; y de aquella primera redada cogió doce tento.
salmones y la segunda oíros lanío, con los cuales los obis- Uno de los reyes de Iliberuia vino á desabrirse ecn nn
pos y toda su compañía tuvieron qué comer almndanle- cabídlero principal, y tratando de reconciliarse con el rey
mente, y materia de alabar á nuestro Señor: y para y volverá su gracia, no liándose del rey, tomó á san Ma-
qnc so viese que esta habia sido obra suya, volvió des- laquías jior medianero, y sobre su palabra, que le dióel
pués la misma esterilidad y falla de pesca, y duró los dos sanio, se concertó aquella diferencia; mas estando el c a -
años siguientes. ballero sobre seguro, fué preso por mandato del rey, que
Dubo un clérigo en lo exterior de buenas costumbres y no podia vencer el enojo y enemistad que con él tenia
de agudo ingenio, pero vano y confiado de sí. Permitió Sintiólo el sanio, como era razón : acudió á Dios, y cegú
nuestro Señor que el demonio le engañase en materia de el rey. Con este manilieslo castigo conoció su culpa: p i -

TOMO III. 40
314 LA LEYEiSDA DE ORO, DIA 3.
(íió perdón; y rindióso á la voluntad dei santo ponlifico. iníonío se partió de Irlanda Malaquías: pasó por Escocia
Habiendo comenzado un oratorio de piedra de sillería, é Inglaterra, alumbrando con su vida, doctrina y m i l a -
conforme á la traza que le habiasido mostrada del ciclo, gros las parles por donde pasaba. Llegó al monasterio
en la abadía de Doncor; un caballero que tenia cargo de de Claraval, donde fué recibido de san Bernardo y de sus
las rentas de la abadía, y un bijo suyo, de tal manera le monges, como tan amigo antiguo y vaso escogido de Dios.
persiguieron, tratándolo de loco é insensato, por haber De allí á cuatro ó cinco dias, habiendo dicho misa con
comenzado una obra t-an suniuosa, siendo pobre y sin suma devoción en público el dia del glorioso evangelista
caudal para acabarla, que el santo les dijo, que la obra se san Lucas, le dió una calentura, y se echó en la cama, y
acabarla y el bijo ñola veria. Conforme á su profecía m u - luego entendió que el Señor le queria cumplir sus deseos,
rió dentro de un año, y el padre fué castigado del Señor; y tuvo revelación de su muerte, y dijo que allí acabarla el
ífiorque un demonio le arrebato y le echó en el fuego, de curso de su peregrinación. Creció el m a l : recibió el v i á t i -
dahde le sacaron los de su casa, quemados sus miembros, co y la eslremauncion; y para recibirla con mayor h u -
pelidido el seso, Icrcido el rosti ó, echando espumajos por mildad y devoción, bajó de la celda alta, donde estaba,
La !boca y dando terribles alaridos: y aunque el santo, por su pié á la iglesia, y volvió á la celda: y con estar la
compadecido de su mal, hizo oración áDios por él, y no muerte tan cerca y como llamando á su puerta, no tenia
íraurió; pero quedó con muchos malos accidentes, que le el rostro amarillo ni enflaquecido, ni la frente arrugada,
• duraran por toda la vida, y la obra comenzada se acabó, ni hundidos los ojos, ni afilada la nariz, ni los labios cár-
según la grande confianza que nuestro Seflor había dado denos, ni traspillados los dientes, ni los otros accidentes
: á su siervo: y para cumplírsela (porque él era pobre y no mortales. Y finalmente, el dia de'fodcs los Santos, habien-
'íenia.coa qué)j le descubrió un tesoro debajo de la m i s - do celebrado aquella fiesta tan bienaventurada y gloriosa,
con gran júbilo y alegría de corazón, y llamado á su pre-
ma plaza donde se hacia el edificio, del cual basta enton-
sencia á los padres de aquella casa, y declarádoles que
..ees <no se sabia cosa, ni habia persona que de él tuviese
Dios le había cumplido los deseos de morir en ella, y pro-
noticia; y así halló Malaquías en la bolsa de Dios lo que
metídoiea de acordarse de ellos en el ciclo, y echádoles
no hallara en la suya: que quien tiene viva fé, tiene todas
su bendición, pasada la media noche dió su espíritu di
áíw riquezas del mundo: poique, ¿qué otra cosa es-el
Señor, el año de 11 i 8 , á los cincuenta y cuatro de su
mundo, sino un banco y una fuente manantial, que no se
edad, en el lugar y en el dia que él mismo habia profeti-
puede íígolar, déla liberalidad del Señor?
zado. Quedó mas como dormido que como muerto, con
Nunca acabaríamos si quisiesemes referir todos los m i -
un semblante tan fresco, sereno y angélico, que mas p a -
lagros de este sanio: basta, que en los que hasta ahora
recía haber recibido de la muerte mucha gracia y hermo-
4iemQS escrito, y en los demás que dejamos, hallaremos
sura, que fealdad. El sagrado cuerpo fué llevado en h o m -
todas las maneras y géneros de los anlignos milagros,
bros de los abades que hablan concurrido de diversas
profecías, revelaciones, casligo de los malos, salud del
parles con salmos é himnos y cánticos espirituales, y co-
cuerpo, conversión de almas y resurrección de muertos.
locado en la capilla de la sacratísima Virgen, como él mis-
A mas de esto, por sus excelentes virtudes fué magnifl- mo lo habia deseado. Y hallándose allí un muchacho qno
cado del Señor delante de los príncipes y de los reyes; y tenia un brazo muerto, que le colgaba de la espalda y no
después de muchas y graves persecuciones, quedó vicio- le pedia menear, san Bernardo le llamó; y tomándole del
riost^y superior á la envidia. brazo, le hizo locar la mano de san Malaquías, y luego
Pero vengamos á su dichoso fin y acabemos esta his- quedó sano.
toria. Estaba un dia san Malaquías con sus hermanos en
santa recreación: comenzaron á tratar de la muerte, y á La vida de san Malaquías escribió (como dijimos) muy
decir cada uno de los que allí estaban el lugar y el dia en á la larga san Bernardo, y le escribió algunas de sus epís-
que deseaba morir; y el santo, cuando 1c tocó el respon- tolas, que son las 31 o. 3 f G y 3 n . Hace de 61 mención el
der, dijo, que si él habia de quedar en Ilibernia, holgaría Martirologio romano á los 3 de noviembre: porque, a u n -
resucitar con san Patricio, apóstol de ella; pero que si que el santo murió á los 2 ; mas por estar aq«el dia la
hubiese de morir fuera de aquella isla, escogería la igle- santa Iglesia ocupada en la conmemoración de los finados,
sia de Claraval, para depositar en ella el saco de su cuer- traslado al dia siguiente el de su glorioso tránsito.
p o : y cuanto al dia, tomarla el dia de los finados, por los * SANCUAUTO, OBISPO.—Este santo fué otro de los dis-
muchos sufragios que por ellos ofrece la santa Iglesia en cípulos del Salvador, y se acompañó con ellos en el m i -
su conmemoración. Esto dijo el santo; y si fue deseo, Dios nisterio d é l a predicación. Los apóstoles según se cree lo
se lo cumplió; y si fuc.profccía, salió verdadera, de la consagraron obispo de Nursia. Cuando Santiago el mayor
manera que aquí diré. vino á España á predicar el Evangelio á los españoles, le
Deseó san Malaquías que el sumo pontífice diese el pa- acompañó Cuarto, compartiendo con él las tareas del
lio á los arzobispos metropolitanos que habia en Iliberma: apostolado. Estas son las únicas noticias que tenemos do
el uno era el antiguo ardamacano y primado; y otro, que este sanio, y algunos suponen que padeció el martirio. El
el arzobispo Celso habia instituido y el papa Inocencio 11 apóstol san Pablo hace mención de él en su caria á los
confirmado, para mas fácil gobierno de las almas. Juntó ííomanos,capítulo 16,cu;nd^dice: ((Salúdaos Cua.lo,her-
un concilio, para que en nombre de todo el clero, y de la ma no.);
i í l a , se suplicase esto al papa (que asi habia ordenado que Los SANTOS GERMÁN, TEÓFILO, CESÁRFO Y VIDAL, MÁRTI-
ge hiciese cuando san Malaquías estuvo en Roma), y el RES.—Fueron martirizados en Cesárea de Capadocia, el
mismo santo se encargó de esta jornada, y de ir en per- año 232, durante la persecución de Decio. Su martirio fué
sona á suplicárselo al papa, que ya era Eugenio I I I , dis- muy prolongado; pero ni un solo momento se desmintió su
cípulo de san Bernardo y monge de Claraval. Con este constancia y su valor.
DIA 3. NOVIEMBRE. 315
Los m m i E i u B i E S JIÁRTIHES DE ZARAGOZA.—A principios familia noble de Aquilania, pasósu juvcnlud en la córledc
del siglo IV, durante la persecución do Diocleciano, ofre- Tierri 111. Entregado entonces á las vanidades mundanas,
cieron los cristianos de Zaragoza un ilustre espectáculo de la gracia le locó de repenle para hacerle digno vaso d o
constancia y de viva fé en Jesucristo. Viendo Daciann, elección. Resolvió no vivir mas que para Jesucristo. Púsose
prefecto de la llspaña citerior, que la matanza que habia b;ijo la dirección de san Lamberto, obispo de Maslrich', y
hecho en los cristianos nohles no disminuía el fervor y la adelantó tanto en santidad, que cuando murió aquel obis-
constancia de! pueblo, inventó un meilio digno de su fero- po, Huberto fué unánimenfe elegido para sQceáeríe', el
cidad para acabar (Je una vez con los fu'les que allí habh. año 708. Puso d e s d e luego todo su cuidado eu imünr en
Tingiódar licencia á los cristianos paraqueviviesen en su sus acciones á su glorioso predecesor, y en efecto, llegó á
religión, con tal que todos juntos saliesen cíe Zaragoza á conseguirlo de tal manera, que su episcopado fué de los mas
avecindarse en otros lugares. Al mismo tiempo puso fuera gloriosos que la religión haya producido. Su zelo no se l i -
déla ciudad apostados unos soldados, que en saliendo los mitó á su diócesis; los países mas distantes fueron testi-
lieles, se echasen sobre ellos de repente, y los pasasen á gos del ardor y d e l fruto de sus penosos viajes, emprendi-
cuchillo. Corrároüse todas las puertas, raénr)s una, la oc- dos para ganar almas para Jesucristo. Como su ministerio
cidental, para que saliendo todos por allí, ninguno se es- era el de un apóstol, el SeSor le concedió el don de mila-
capase. Salieron en efecto; pero así que lo hubieron ve- gros, que aumenlaron considerablemenle el fruto de sus
rilicado, vino sobre ellos la pelea de la fé, y de la mano misiones. Un dia que estaba haciendo la procesión de r o -
de Dios recibieron la fidelidad y el premio de ella, que es gaciones con lodo su clero, la ceremonia fus iníernmqii-
la corona que á los soldados leales de su milicia liene da por los gritos de una mujer que estaba poseída del d e -
guardada en el cielo. Para que loscrislianos no recogiesen monio : el sanio hizo sobre ella la señal de la cruz, y al
los cuerpos de aquellos márlires, Dacianolos mandó qüe-
momenlo quedó libertada. Trasladó su sede, episcopal 'de
m a r jumamente con los de algunos facinerosos, con el fin
Maslrich á Liego, y cuesta última ciudad, después d e b a -
de que se mezclasen unas cenizas con oirás; pero Dios
bers? despedido de su rebaño, en un tierno y palelico dis-
frustró sus intentos. Del ftiego salieron los cuerpos de los
curso, en que ansiaba el fin de su vida, murió tranquila-
malhechores en la misma forma que ántes, y los do los
mente, el dia 30 de mayo d e l año 1 2 1 . Su fiesta se ce-
márlires reducidos á una masa muy blanca, la cual reco-
lebra hoy, en memoria de una traslación de sus r e l i -
gieron los fieles y la ocullaron en el campo, hns!a que
quias.
restituida ¡a pazá la Iglesia en tiempo de Constantino, h i -
SAN DOMNO, ODISPO Y CONFESOR.—Fué el XIX obispo de
cieron en el mismo silio una iglesia subterránea y en ella
Yien.i, instruido en las ciencias sagradas y profanas, y d o -
los colocaron, y se llamó esta capilla, p desde muy a n -
tado de admirables virtudes. El autor de su vida dice que
tiguo, la iglesia subterránea de las Santas Masas. A b a i -
sobresalió principalmente en él la humildad ; eJ amor
nos han supuesto que todos estos santos fueron llevados
á los pobres y su zelo en reducir caulivos. Parece que m u -
presos á Zaragoza, donde sufrieron m a i lirio; pero esto no
rió en Viena el año l i l i .
es exacto: de sus actas, escriias por san Rraulio, se ve
claramente que todos estaban avecindados en la ciudad, y SAN-POPULO, MÁRTIR.—Sacerdote de ta Iglesia de Tolosn,
que eran muchos miles los que perecieron. compartió con su santo obispo Saturnino los trabajos apos-
tólicos, predicando el Evangelio eu l o s pueblos del medio-
LOS SANTOS YALEMIN é IIií.\ii[o,MÁaTiiirs.—Eran de V i - d í a de l a l ' i M n c i a . Floreció durante el siglo I f í , y Ja c o r a -
lerbo, y vivían en la misma ciudad, en tiempo del empe- n a del martirio fué l a dichosa recompensa de su zelo. J i n -
rador Maximiano. Por haberse negado á ofrecer sacrilicio rió mártir en un pueblo d e l Langucdoc, al principio del
á los dioses, fueron arrojados al Tdjer, con un gran peñasco reinado de Diocleciano.
alado al cuello; pero habiéndolos sacado milagrosamenle SAN FLORO, OUISPO Y CONTÉSOR.—Fué el primer obispo
de las aguas un ángel, los degollaron, recibiendo la coro- (leLodeve, y el apóstol de tuda aquella parte del Languc-
na del martirio. San Valenlin era •presbítero, y san Hila- doc. Pero no se contenió con predicar el Evangelio en
rio diácono. toda la Galia Narbonensc: penetró hasta las Cevcnas y la
SAMA YENEFUIDA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—Eia hija de un se- Auvernia, y por todas partes hizo numerosas conquistas
ñor anglo-sajon, piadoso "y distinguido en sus virtudes, para Jesucristo. Murió el año 389, y sus reliquias fueron
que cuido escrupuiosamenle de la educación de su hija. tenidas en gran veneración.
Mas crecida eu aíios, fué confiada á la dirección de m i ve- SAN GUENÓ, ABAD.—Nació en Bretaña, y fué monge y
nerable obispo, pariente suyo, que le ensenó las virtudes luego abad de uno de sus monasterios. Después pasó á
de la religión y las ciencias sagradas. Empezó su vida Inglaterra con doce do sus religiosos, con la esperanza do
de perfección, consagrando á Dios su virginidad, y toman- vivir allí enteramente ignorado de los hombres. Predicó el
do después el velo de reügiéár. Vivió primero en un pe- Evangelio en Inglaterra, y pasó luego á Irlanda para h a -
queño monaster.o que habia hecho edificar su padreen cer también conocer á Jesucristo. Algunos años después
Holy-Well, y después se trasladó al de Gulcrin, de! cual se volvió á Bretaña, donde ilustre en milagros, murió el
fué luego abadesa. Cradoe, príncipe de aquel pais, conci- 3 de noviembre del año ííTO.
bió por ella una pasión tan brutal, que no pudiendo satis- SAN PIRMIN, OBISPO Y COMT.SOR.—Fué el XX obispo m e l -
facerla, la hizo asesinar, y Venefrida fué de esle modo dense. Habiendo ido á Roma á visitar el sepulcro de los
mártir de su pureza y virtud. Su muerte snn-di,, á fmesdel santos apóstoles, le conoció allí el papa Juan VH, quien le
siglo VH. Algunos escritores añaden.que la tierra tragó á colmó de distinciones, y en adelante lo tuvo en grande es-
Cradoe en el' mismo sitio de su crimen, y qntí do él Sdió timación. Murió el año "703.
una fuente de agua, que aun existe. SAÍÍT.V SILVIA.—Nació en Mesina de Sicilia, de la nebi-
SAN Hi'nr.RTO, OBSPO Y CONFESOR.—Díscendienle de una lisima familia Octavia. Crióse en el temor de Dios, y en
ÍH6 LA LEY1ÍNDA DE ORO DIA L
las máximas de la mas pura piedad. Fué modelo áa vírge- las letras (en que conforme á la edad iba aprovechando
nes, de esposas y de madres; y Dios le concedió el con- con ventajas), se recogía luego á sus altares y oratorios,
suelo de dar á la Iglesia el gran papa san Gregorio, que recreándose allíespiritualmente, cuando sus cdbpañeros
confiesa haber mamado con la leche de su buena madre se divertían en los juegos de la edad. Entrando en mas
los mas raros ejemplos de santidad. Vivió algunos años en afios, cuando tal vez salia de la casa acabado el estudio, no
Roma, junto á la iglesia de San Sahas, con pobrera y abs- iba á pasearla ciudad, sino visitaba los templos sagrados,
tinencia, entregada á las prácticas de la caridad y á los y en particular, por ser muy devoto de la sacratísima Vir-
fervores do la oración. Cierto dia se apareció un ángel á gen, frecuentaba dos iglesias dedicadas á su nombre. Era
san Gregorio, y 1c habló de su madre dándole el títu- en extremo retirado, modesto y siqcero en su trato. Huia
lo de bienaventurada. Santa Silvia murió en Roma el lodo enlrelenimiento vano, y cualesquicr estorbos que le
año C02. pudiesen distraer de sus santos intentos, de servir á Dios
SAN híDiio AtiiiENGOL.—Aunque está en este dia en el nuestro Señor. Si se bacian en su casa algunos juegos de
martirologio, se halla colocado en el dia 21 de abril, que armas y otros cnlrelenimientos, aunque honestos, para
es donde corresponde ciisenlir de sabios autores. ejercitarse el conde Federico, su hermano; huia sin que-
rer hallarse á ellos. Si lal vez le convidaban á ver jugar á
la pelota, en la plaza de su palacio, ó no lo acoplaba, ó si
DIA
iba, era estando retirado en una ventana, sin que pudiese
ser visto, pareciéndole aquel acto indigno, ó indecente de
SAN CÁULOS B o a u o M E O , . u i z o u i s r o v CONFESOR.—San Car-
su hábito y profesión. Frecuentaba de ordinario la oración,
los Uorromeo nació en el año de U>V,8, en el castillo de
y recibía cada semana los sacramentos de la confesión y
Arona, distante cuarenta millas de la ciudad de Milán, for-
comunión.
laloza principal entre las muchas que posee la casa lior-
romca en el lago Mayor, siendo pontífice Pablo I I I , y e m - Sus compañeros de estudio, y aun sus mismos criados
perador Carlos V. Fué su padre el conde Gibcrlo, hijo del se burlaban de él, y de sus devociones para divertirle de
conde Federico Uorromeo: su madre Margarita de Médicis, ellas, de que el santo mancebo no cuidaba, haciendo poca
bermana do Jacobo de Médicis, marqués de Marifumo, y eslima délos vanos juicios y pareceres del mundo. Oíros
del papa Pió IV. Tuvo el conde Giberlo dedos matrimonios mas advertidos alababan su bondad, y le lenian por un
siete hijos, los dos varones, de los cuales el segundo fué ejemplo raro de costumbres, mayormente en aquel liem-
san. Cárlos. Apareció aquella misma hora, sóbre la s.da en po que se vivía con suma libertad. Entre otros, un ancia-
que nació, mi lucidísimo resplandor, á modo de faja del no y venerable sacerdote, de gran doctrina y zelosísimo
sol, de seis bi azas de anchura. Comenzó dos horas antes de la religión católica, deseoso de una gran reformacicn
del dia, porque entonces fué el nacimiento del niño, hasta en la Iglesia, las veces que veía á san Cárlos, se paraba á
que se mezcló el sol, haciendo la noche oscura un clarísi- mirarle comoá una cosa rara, y le hacia reverencia; y
mo dia, nó sin admiración del castellano y soldados que y preguntado de la causa, respondió: Vosotros no conocéis
estaban de guardia y oíros muchos que lo vieron. Ape- este mancebo: será el refurmudor de osla Iglesia, y hará
nas dejó las primeras fajas, cuando dió el niño grandes cosas grandes.
muestras de piedad y devoción, y de una inclinación g r a n - Siendo ya mayor, le renunció el conde Julio César Uor-
de á la profesión-eclesiástica, con aversión á todo lo que no romeo, su lio,, la abadiado San Graciano y Felino, situada
era de la Iglesia. Siendo de mas edad, huia de los juegos en la villa de Arona. Reconociendo san Cárlos la obliga-
y entretenimientos pueriles; solo tenia puesto el gusto en ción que acompaña á las rentas eclesiásticas, era su c o n l i -
hacer altaricos y adornarlos, cantar alabanzas á Dios y nuo pensamiento favorecer á los pobres con sus frutos: á que
cosas semejantes, que daban manifiesto indicio de su sin- también 1c movia su inclinación grande á la misericordia y
gular vocación. Estas pfimerae acciones (que en los san- piedad: y así, viendo impedidos sus deseos, por adminis-
ios son siempre misteriosas, como se vio en el bautismo trar la abadía el conde Giberto, su padre, le dijo con valor
de san Alanasio), no solo le mostraban gran eclesiástico, que él estaba enterado que las rentas eclesiásticas no podían
mas singular varón en el gobierno. Uabiéndosc un dia r e - mezclarse con las del mayorazgo, ni con segura conciencia
lirado á uua pieza apartada, se entretenía haciendo com- de ambos, servir al gasto ordinario de la casa ; porque era
pai timientoy división de unas manzanas: y reprendido de patrimonio de Cristo y de sus pobres, y él mayordomo,
un criado por haberse así escondido, habiéndole-buscado nó señor absoluto, de que habia de dar á Dios estrecha
sus padres con cuidado, temiendo no se hubiese ahogado cuenta, y suplicóle que lo remediase. El buen condesil pa-
en el foso del castillo; respondió con admirable senlimien- dre, aunque interosado con las rentas que gozaba, admira-
t o : ¿Para qué me buscábades? Estaba yo aquí ocupado do de la entereza y piedad de su hijo, le,dejó libre la a d -
en repartir el mundo en diversas parles y regiones; f o r - ministración de la abadía: la cual admitió san Cárlos, sa-
mándose desde entonces sus pensamientos á grandes e m - tisfaciendo sus piadosos deseos. Distribuía á los pobres
presas y gobiernos. todo lo que sobraba de su gasto forzoso: y si lal vez suce-
Adelantábase en Garlos la devoción á los afíos, mostran- día babei1 de socorrer al conde, su padre, en necesidad i n -
do cada dia mayor inclinación á las cosas sagradas y á la gente, hacia se advirtiese en los libros de la cuenta, y que
profesión eclesiástica. Advirliéndolo el conde Gibcrlo, su se restituyese á los pobres en la primera ocasión.
padre, le dedicó á la Iglesia con hábito clerical, aun ántcs Acabados los primeros estudios de humanidad, fué á la
de salir de la puericia, que fué al devoto niño de sumo universidad de Pavía, donde salió eminente estudiante:
gusto, por su natural inclinación, procurando siempre con y siendo de veinte y dos años, se graduó de din Im en am-
sus religiosas costumbres no mostrarse indigno de aquel bos derechos. En esta sazón fué sublimado al sumo pon-
hábito santo. Después del liempo que daba al estudio de tificado su tio el cardenal Juan Angelo do Mediéis, que se
DIA 4. NOVIEMBRE. 317
llamó Pió IV, que por eslc medio quiso Dios dará san Car- pudo recabar con el sanio mancebo, que ya había puesto
los grandes cargos en su Iglesia, para mucho bien de ella su corazón en los bienes del cielo: con que despreció va-
y reformación de los eclesiásticos, encendiendo en ella lan ronilmente todas las grandezas de la tierra , que Je p r o -
clara lambi era: y parece que fué significación de esto, un metía el mundo : y para desesperar á los que le impoi t u -
prodigio que sucedió á Pió IV, que siendo niño le cubrió naban con mucha brevedad y secreto recibió los órdenes
en la cama una gran llama, que al pasar dejó encendida sagrados. Antes de celebrar la primera misa se preparó
una vela, que acaso estaba en la pieza; siendo seílal la para aquel tremendo sacrificio con los ejercicios espiritua-
llama de la dignidad pontilicia, á que ascendió el niño, les de san Ignacio, que hizo en la casa profesa de la
cuyo resplandor había de encender la gran astorcha del Compañía de Jesús de Roma. Después quiso decir la se-
sobrino Carlos, luz del mundo, poniéndole en elcandelero gunda misa en la misma capilla que usaba san Ignacio;
de lan suprema dignidad. porque fué muy devolo suyo el santo cardenal, procu-
No se alegró san Cárlos con las nuevas de la elección de rando imitar su grande espíritu y zelo ; y para ser verda-
su lio, ni quiso ir á Roma hasta que se lo mandó el mismo dero discípulo suyo, no tenia libromas estimado ni leído
sumo ponliljce, que juntándose á la cercanía de sangre las que el de los Ejercicios, el cual traía de ordinario consigo.
grandes prendas de su sobrino le hizo cardenal: eligióle Y una vez dijo al duque de Manlua , que alababa su l i b r e -
por arzobispo de Milán, y le dió otras muchas dignidades ría, como tenía en la raUriquera un libro (hablando del l i -
y cargos; y lo que mas es, cargó sobre él la mayor parle bro de los Ejercicios) que contenía mas que todos los
del gobierno. San Cárlos en medio de tantas felicidades libros de ella..
y ocupaciones , ni se envaneció ni se distrajo; antes se En medio del ruido de la córle romana, y multitud de
desengañó mas de la vanidad del mundo, y adelantó en ocupaciones que tenia, fué la principal la de su espíritu.
grandes deseos de la perfección evangélica. Fué cosa ad- Cada dia iba el padre Juan Raulisla Ribera al palacio apos-
mirable que cuanto poseía (causa comunmente de ruítia tólico, donde vivia san Cárlos: encaminábale por las
en los mas) le fué de no poca ayuda para la perfección á verdaderas y sólidas virtudes, ejercilábule en los actos
que anhelaba; porque ocupando tan gran puesto y g o - mas perfectos de ellas, y gastaba largos ratos en p l á t i -
zando de los bienes que apenas el ánimo rna? altivo se cas espirituales. Algunos parientes del cardenal que le
atreviera á prometerse , lo hallaba lodo lan sin jugo y asistían, instigados sin duda del demonio, lievaban á mal
substancia, que generosamente so dió á buscar un solo y lanío retiro con un religioso , y la compostura que su
perfecto b i e n , en que hallase llena satisfacción y paz c a - trato había causado en el santo mancebo, que le descuban
b a l : en que se vió claramente el especial cuidado que mas esparcido y desenvuelto : mostraban el rostro torcido
nuestro Señor tuvo de su siervo, y que su divina y d u l - al padre, se burlaban de él de mil modos, y perseguíanlo
císima disposición le guiaba por las seguras sendas de de la manera que podían para impedirle la entrada y las
una vida santísima , poco entendidas del mundo. Gonsi- visitas, sufriendo el buen padre por esta causa muchos es-
dcramlo algunos años después el santo cardenal csíos be- carnios y afrentas, ha«ta que el santo cardenal lo enten-
neliciós divinos, solía decir que la majestad de Dios le dió y dió traza como sin saberlo nadie le viese cada dia,
había guiado por camino extraordinario á su sanio servi- dándolo paso á su cámara por un retrete secreto.
cio, nó por medio de tr íbulationes,trabajos y adversida-
Tanto era mas admirable la virtud de este santo man-
des, como suele; mas por la prosperidad y colmo de las
c e b j , cuanto inas contradicciones venció, y salió libre de
mayores grandezas, y descubriendo con luz divina su va-
los estorbos y peligros que le causaban los suyos. Tn se-
nidad é insuficiencia y la ceguedad del mundo, que hace
ñor principal pariente suyo , llevando á mal tanta m o -
tan poca estima de buscar las cosas sólidas y de sola i m -
destia en persona tan moza y entre las delicias c'el mundo,
portancia queso hallan en solo Dios y su servicio. A y u -
le convidó á comer á una villa distante de Roma algunas
dóle mucho haber escogido por maestro y guia de la
millas,lugar amenísimo. Descando este principe desviarle
vida espiritual al padre Juan Bautista de Ribera, d é l a
de aquel su modo de vida tan severo , entre otras p r o v i -
Compañía de Jesús, varón de gran v i r t u d , experiencia y
siones llevó de Roma con secreto una hermosa cortesana,y
lelras, el cual le adelantó mucho, y puso en gran per-
oculta la tuvo en el palacio, hasta que siendo hora de r e -
fcecKin : hizole hacer los ejercicios espiriluales de san
tirarse la hizo meter por una puerta secreta en la cámara
Ignacio de Loyola , con los cuales sintió san Cárlos tan
del cardenal, gallardamente, aderezada, habiéndole, de-
notable aprovechamiento de su espíritu y desprecio del
jado solo de propósito los gentiles hombres del señor, a d -
mundo, que les quedó muy aüeíonado y devoto de san
vertidos del caso. Entonces aquella Circe é inslrumeulo
Ignacio. Recogíase á hacer sus ejercicios muy á menudo,
del infierno usó todas las artes que pudo para hacer caer
al principio cada a ñ o , después dos veces al año, exhor-
al constante mancebo viéndole solo: púsosele delante,
tando á todos los que podía que los hiciesen , ordenando á
instando con sus halagos y donaire para inducirle al pe-
los sacerdotes de un seminario insigne que fundó que los
cado ; mas el religioso mozo viendo el pernicioso lazo que
hiciesen todos los años, edilicando solo para este efecto
con tanto peligro le habían puesto, todo conmovido por el
una casa. Sin esto , en otras ocasiones ocurrentes los ha-
horror grande de aquel vicio , sin hablar palabra á la
cia , no perdiendo ninguna en que pudiera crecer en vir-
mujer , corrió á la puerta de la pieza, llamando á voces á
tud con tan saludable medio.
sus camareros quejándose de ellos gravemente; mas ellos
listando en Roma , heredó san Carlos los estados de su no sabían nada: entraron en la cámara donde hallaron
hermano el conde Federico, que murió .sin hijos, y no ¡myel lazo de Satanás, y echaron á ta mujer fuera con
tenia otro hermano sino el santo cardenal: quisieron sus gran confusión suya. No pudo reposar el cardenal aquella
parientes , y el mismo sumo pontílice (pie se casara [tat a noche congojado con la memoria del caso; y habiendo
adelantar en su persona su familia y casa : mas no si-. sabido el au'or, partióse tres horas ántes del dia sin des-
318 LA L K Y í m V DE ORO. DÍA 4.
pedirse; para que cnlendiese cuánto lo había ofendido el visto basta entonces en los cardenales este ministerio: y
ponerle en ocasión de perder á Dios y manchar la candi- con este mismo- intento sabiendo cuán necesario es al obis-
dísima pureza de su alma. Na fué esl.» vez sola la que po el conocimiento de las sagradas Lelras, para oponerse
padeció san Cáiios semejaníes peligros, y (riunfó de la á la falsa doctrina de los herejes , para defender su rehaño
carne con huir sus asechanzas. y enderezar los fieles por el camino de su salvación , se
Al paso que se esmeraba el sanio cardenal en su apro- d i ó a l estudio déla sagrada teología, comenzando de la
vechamiento, y Grecia en virtud y perfección propia, lógica y filosofía. Era cosa verdaderamente digna de a d -
deseaba también la ajena , y abrasado de amor de Dios, miración ver un hombre, en cuyos hombros cargaba el
no perdía ocasión en (pie pudiese ap.ovechür á sus pró- peso del gobierno pontificio, como un simple estudiante
jimos. Para esto fundó un colegio suntuoso en Pachia, estar oyendo los discursos de sus maestros , y escribir las
donde se criasen muchos en letras y virtud : y viendo que lecciones de su mano con gran fatiga y paciencia.
la conclusión del concilio trideniino habia de ser para uni- De la reformación de su persona pasó á la de su famiTa,
versal reformación de la Iglesia, puso gran cuidado ó para que fuese ejemplo á los demás prelados. Halló en su
inslancia para fjue se concluyese sin perdonar á trabajo servicio.buen mimero de caballeros y de personas nobles
suyo, venciendo en esta materia dificultades insuperables de profesión seglar: y pareciéndole indecente á un pre-
al parecer de lodos ; pero el zelo de la casa de Dios que lado eclcsiáslíco, los despidió todos, honrándolos confor-
ardia en el santo mancebo , le daba confianza para todo. me al mérífo de cada uno con liberales dádivas. Keluvo
Después de concluido felicísimamento el concilio , no fué los eclesh'sticos (con los oficiales de ministerios ínfimos);
menor el cuidado que tuvo de su ejenicion , siendo causa dió órdenes de una vida ejemplar; prohibió'es sedas y
que se publicase y recibiese en muchas partes ; y que se otras cosas indecentes; y poco á poco la fué reduciendo á
señalase la congregación de los cardenales, que resolviese tanto rigor que no parecía sino un convento de religiosos;
las dudas que podían ocurrir acerca de su inleligimcia. porque toda su casa ordenó como si fuera un colegio de la
Hizo que se compusiese luego por varones doctísimos el C pafi;a de Jcsns , con semejantes ejercicios y cestum-
Catecismo romano, conforme á lo que dispone el conci- 'ores, y aun con los mi m i o s oficios y nombres de oficios
lio, y que se reformase el misal y breviario romano. Dis- que hay en una casa de la Compañía.
puesto lo tocanle á la ejecución del concilio, juzgó por Aunque estaba en Itoma el santo cardenal delenido por
conveniente ser el primero á ejecutar sus órdenes para el sumo ponlílice , su ánimo tenia en Milán, deseando
ayudará obra tan imporlante por todos medios; y los pre- y procurando el bien de sus ovejas ; y así desde Roma era
gados y el pueblo mirándole como á espejo se moviesen notable la vigilancia que tenia de ellas y de su reforma^
fácilmente á seguirle. Yeia que estaba puesto como c i u - cion: para lo cual escogió los vicarios mas zelosos y p r u -
dad sobre el monte en el sublime grado de cardenal , so- dentes que j u d o , y les daba admirables órdenes : envió
b r i n o , coadjutor del pontítice , pastor imiversal de la al padre D.medic'o Paluiio, varón apostólico y predicador
Iglesia , y que no hay mas eficaz remedio de persuadir de gran espíritu y prudencia , con otros padres de la
una ley que obedecerla quien tiene el primer lugar en el Compañía de Jesús, que no habían entrado entonces
gobierno í comenzó á practicar en sí mismo los saluda- en Milán , y el santo los introdujo y fundó muchos cole-
bles consejos del concilio ; y deseoso de la perfección á gios. Enviólos como precursores, para disponer al p u e -
que anhelaba , iha dejando los honeslos entretenimientos blo á la reformación con sermones, frecuencia de sacra-
con que se recreaba alguucs ratos. Guardaba cierta g r a - mentos , y enmienda de v i d a : signióies el santo car-
vedad de costumbres que se acercaba á austeridad de denal, recabamb) desnues du mucha instancia y ruegos
vida. Dióse á la oración con mayor frecuencia reco- licencia del pontilice: el cual le hizo su legado á hiere en
giéndose dos veces al dia por lo menos : domaba su toda Italia, que fué ocasión que se detuviese en el camino,
cuerpo con ayunos y disciplinas : visitaba frecuente- ordenando muchas cosas del servicio de Dios; porque por
mente las iglesias , en particular Santa María la Mayor: á todas partes donde pasaha iba echando llamas de fuego,
este sagrado templo iba con secreto de noche, subiendo que ardia en su pecho, del amor de Dios y del prójimo. Al
de rodillas todo el collado que comienza de Santa Poten- cuirar en Milán, cuanto mayor era el regocijo de todo el
ciana , acompañado de los mas confidentes criados: bacía pueblo, tanio fué mayor el sentimiento de! enemigo común:
muchas limosnas en «orna , y en los lugares donde g o - oyéronse gemidos de los demonios, que como bestias bra-
zaba rentas eclesiásticas, en especial en Milán, socor- maban desesperadamente, dando á entender cuán intole-
rable tormento lesera la presencia del santo cardenal:
riendo á los pobres, gastando espléndidamente cuanto en
juntó luego concilio provincial, dando principio á la p r i -
beneficio de su Iglesia parecía necesario,de que se entiende
mera sección con una procesión solemne de los preladas y
no haber recibido en Roma parte alguna de aquellas r e n -
e i d e r o : predicó luego el padre lienedícto Pjlmio d é l a
tas : moderó su vestido , dejó las telas de seda y todo traje
necesidad y modo de reformar la Iglesia, á la cual se o r -
pomposo, reduciéndose á la observancia de una modestia
denaba aquella sínodo : hi/o luego el mismo san Cárlos
eclesiástica ejemplarísima.
una oración del inslitnto y necesidad de los concilios pro-
l ucra de esto, viéndose constituido arzobispo, sucesor
vinciales : en este concilio se leyeron y acoplaron los de-
de los apóstoles y pastor de almas, á quienes por obliga-
cretos del santo concilio de Trento: ordenó el cardenal su
ción toca apacentarlas con la palabra de Dios, como lo
ejecución á todos los obispos que púbücamenle hiciesen la
advierte el mismo santo concilio; se iba amaestrando en
profesión dé la f é : estableciéronse diversos decretos y ór-
la facilidad de hablar en público. Comenzó á hacer p l á -
denes tocantes á la disciplina eclesiáslica, reformación de
ticas espirituales en convenios de monjas, en Santa María
la Iglesia, y las costumbres y el gobierno de los obispos,
la Mayor, donde era arcipreste, en Santa Práxedes, igle-
y el modo de haherse en su persona y familia. Fué seña-
sia de su título, con asombro de todos; ¡¡erque no se habia
ni A 4.
lado el fruto (jue produjo este primer concilio: diósc con que ordenó, aunque me detenga algo en ellas, porque
01 principio á la roforniaciou lan (leseada del sanio; y si pueden ser de grande ejemplo á los prelados y enseñanza
I)icn nmclios dudaron cjiie tanlos dccrelos y órdenes p u - de una prudencia admirable, en la cual se aventajó san
diesen tener efecto ni guardarse; la conlianza en Dios del Carlos, procurando con rail diligencias y santas industrias
santo arzobispo le aseguró de dudas, y el suceso^ ha mos- hacer la causa de Dios, las cuales son muy dignas de sa-
trado bien lograda su esperanza, con gran aprovecha- berse, y porque no se hallan en las vidas de otros santos,
miento de las almas en Milán y su diócesis y provincia, y no se tendrá por trabajo excusado referirlas aquí. Empezó
otras parles. Causó esta acción admiración en todos: con- á dar mayor ejemplo el santo cardenal en su persona y fa-
currió á verla gran número de gente, aun de partes r e - milia, y poniéndose en mayor austeridad y ejemplo de v i -
motas, no tanto por la grandeza y majestad con que se ce- da. Había en su concilio provincial establecido algunos de-
lebró, como por ver un cardenal en los lloridos años de su creíos tocantes á la vida del obispo: determinó ejecutarlos
edad puesto en lan supremo grado, predicar al puehlo, en su persona puntualmente: y por hallarse mas libre y
tratar de reformación, celebrar concilio, formar decretos, desocupado de negocios y emplearse en solo el gobierno
ser el primero en su ejecución, inflamar los obispos mas de las almas, se exoneró do diversos cargos que podían
auliguos en el celo de las almas, y exhortarles á la resi- serle de algún estorbo. Poseía casi doce abadías y muchas
sidencia y vigilante cuidado de sus Iglesias. pensiones, y todas las renunció, algunas libremente en
C>uiso nuestro Señor que fuera san Garlos ejemplo de manos del pontífice, y oirás aplicó con autoridad apostó-
prelados; y así le descadnirazó de la asistencia de Roma lica á colegios y lugares píos. Vendió el principado de Oria,
con la muerte de su lio Pió IY, á cuya muerte asistió y le en el reino de Aápoles, de que gozaba doce mil ducados
administró los sacramentos. Y habiéndose elegido otropon- de renta : de tres galeras armadas que heredó del conde
liflce,quü fué I'io V, tornó con la mayor bi evedad que pudo Federico, su hermano, su precio convirtió en obras pías:
á su Iglesia ; porque le tenia lastimado el miserable estado desembarazóse de toda cosa sobrada: la riquísima recá-
en que la halló. Ilabia carecido el arzobispado de Milán mara (¡uc, como sobrino de! ponlíQce, trajo de Roma, parle
óchenla años (menos algunos en diferentes tiempos) de la dió á la Iglesia raelropolitana, parle vendió en Milán y en
presencia de su arzobispo, gobernándose esta gran máquina Venceia : su precio dió á Dios y á sus pobres con liberali-
por solo un vicario, hombre á veces de moderadas prendas, dad increíble, para quedar libre de cualquier impedimento
que ta menor parte del tiempo se ocupaba en el gobierno, de la tierra y poderse emplear lodo en el servicio de Dios:
l'or este de-amparo y calamidad de los tiempos, molesta- con que teniendo ochenta mil escudos de renta, que llega-
dos de varias allicciones, guerra, revolución do estado^, ban á cien mil con los gajes de las legaciones y oficios, se
pestilencias y oíros accidentes, esta viña del Señor se ha- redujo á veinte raíl escudos: de que so hubiera también
bía reducido á lamentable estado. La vida y trato de los despojado, por el afecto grande que tenia á la santa p o -
eclesiásticos ni podia sor de mayor escándalo, ni de ejem- breza, á no ser necesarias al sustento de la casa, ejercer la
plo mas pernicioso á los seglares, aseglarada y sensual, hospitalidad y hacer liaiosnas: cosas lan convenienlcs d
peor que la del pueblo : veslian á lo seglar : traían armas obispo.
en público, atollados los mas en escandalosas y envejeri-
En su casa admitia solamente eclesiásticos, y los que
das amistades: no residían sus benefleios, y lo que á esto
hallaba de buenas y aprobadas costumbres (de que se i n -
de ordinario acompaña, descuido grande y aun aversión al
formaba de personas de crédito), y que no trajesen desig-
culto divino: tenían con mayor indecencia las iglesias y
nios de recompensa de beneficios eclesiásticos; porque co-
cosas sagradas, que sus cosas profanas: era lan grande la
mo no tuvo pensamiento jamás de gratificar criado por este
ignorancia, que muchos curas de almas no sabían aun la
medio, menos gustaba de que viniesen á su casa con pen-
forma sacramental do la confesión, ni que hubiese censu-
samientos lan interesados; y si ea alguno descubría esle
ras ó casos reservados: y f n algunas parles de la diócesis
intento, se deshacía de él. Cuando recibía algún criado,
(¡cosa lamentable!) había dilatado dn manera su imperio
aunque hubiese tenido satisfacción de su vírlud, hacia do
la ignorancia, que muchos curas jamás se confesaban,
él varias pruebas, ejercitándole en alguna ocupación loa-
creyendo no estar obligados á la confesión por confesar á
ble,según el talento que descubría. Si le conocía á propó-
otros.
sito para adelantar la disciplina eclesiástica, le hacia r e -
No tenia el pueb!o casi cimiento de los fundamentos y ducir el concilio de Trenlo ó los suyos provinciales á notas
principios do la fé católica : no sabían la oración del Paler- y sumarios; sí era hombre de espíritu, le hacia entresacar
nosier, la Saluladoa angélica, ni formar la seña! de la cruz, las sentencias de buenos libros: ejercitábalos en actos do
ni persignarse. Habíase reducido nuestra santa religión á virtud, en particular de humildad, que ansiosamente d e -
tan miserable estado, que hombres medio embriagados se seaba y procuraba en los suyos; y aunque e! sugeto fuese
atrevían á bailar del confesor, Ungiendo querer confesar- de prendas y graduado, hacia que acudiese á los ministe-
se, y para hacerle huir entraban enmascarados en la igle- rios humildes, como trasladar alguna materia útil, ó llevar
sia: daban muestras de ofrecer al sacerdote en la misa; y la falda ó bagajes en las jornadas, ó la cruz arzobispal (si
por irrisión cogían el dinero ofreeido por los otros: qne- bienquería (pie esle oíicío tuviese, eslimacicn) y teníalos
hranlábase la observancia del ayuno de la mayor parte lal vez por algún tiempo sin darlos ocupación, por probar-
del pueblo; parlicularmenieen la cuaresmase comían lac- les la paciencia. Retiraba á algunos, antes de entrar en pa-
licinios y aun carne sin licencia. lacio, por muchos días en los seminarios, sujetos á obe-
A tal extremo de males había llegado aquella gente diencia, para que se conociese el talento y atendiesen á
cuando Dios nuestro Señor se dignó de remediarlos por su ejercicios espirituales, y echasen buen fundamento en ¡a
siervo san Carlos : el cual determinó no perder punto en vida y profesión eciesiáslica ; y salían probados como oro
su reformación y reparo. Diré en particular algunas cosas del crisol. Si en estas pruebas no los hallabu huniildcs, s u -
320 LA LEYENDA T)E ORO. DÍA 4.
A-idos y virluoscs y do loaLIos costumbres , los despe- luales ¡tara huir el ocio y palabras imiiíles : cada uno decía
dia, resuello á no admilir en su casa persona ambiciosa ' lo que tenia meditado en la oración de aquel dia y el fruto
n i de ejemplo. Servíase de sus familiares, en espe. ial que había sacado, con llaneza de palabras y modestia.
de los de letras, indiferentemente en servicio de su per A estas conferencias se hallaba de ordinario el santo car-
sena ó de su Iglesia : y aunque hiciese oficio de camarero denal, para que fuesen de mayor provecho.
ó cualquier otro, le empleaba en los cargos y negocios del Teníales prohibido vestir seda ú otra lela de precio: co-
gobierno arzobispal, visitas, vicarías, audiencias ó seme- mían juntos lodos, aun los vicarios, en refectorio común,
jantes cargos, honrándoles á su tiempo y ocasión con m a - labrado á este propósito por el santo: guardábase gran s i -
yores acrecentamientos, segnn el mérito y buen proceder lencio, atendiendo á la lección do libros santos, que d u -
de cada uno: pasaban de ordinario de los primeros oficios raba el tiempo de la comida : predicaban tal vez los cléri-
hasta los úllimos: á algunos promovia á beneficios y d i g - gos del áfctninario para ejercitarse. En este refectorio c o -
nidades ecle.-iás'.icas, cuando juzgaba convenir al servicio mía de ordinario el santo arzobispo con su familia en los
de la Iglesia, y nó de otra manera, sin que hiciesen d i l i - primeros años, hasta que le retiraron sus grandes absti-
gencia. Kra ta) su vigilancia sobre toda su familia, que sa- nencias y ayunos á pan y agua. Distribuíase la vianda
ina lodos los dias lo que cada uno hacia. igualmcnle, sin diferencia ó singularidad : servíase lo m i s -
PttSÓ superior á su familia, al cual llamaba prepósito, mo al vicario general que al menor gentilhombre. La co •
por huir los títulos pomposos de mayordomo y otros segla- mida no excedía de la modestia clerical: era bastante para
res. Tenia doce camareros, casi todos sacerdotes y docto- quedar satisfechos. Después do comida y cena iban junios
res, de ellos algunos de señalada bondad y vida : queria á la capilla á dar gracias, diciendo las letanías. Los miér-
fuesen continuos testigos de dia y de noche de todas sus coles se absienian de carne. Tenían otros muchos dias y
tiempos de ayuno; de manera que apenas eran de carne
acciones; y decía ser esto muy conveniente al obispo. ¡ l a -
los tres meses del año. Amaba san Cárlos á sus criados
bia dos monitores secretos, hombres graves eclesiásticos,
cordíalmenle, como si fueran sus hermanos ó hijos, y co-
á quienes daba libertad y mandaba lo avisasen con llaneza
mo á tales los tenia y trataba, procurando que hubiese s e -
de todos los defectos que en él descubrían, para que
mejante amor entre ellos. Con este fin solía visitarlos á
esto le detuviese y enmendase.
ciertos tiempos del año por su persona misma, hablando
Ordenó en su sexto concilio provincia!, hiciesen lo mis-
hasta con el menor, para saber si había algún disgusto ü
mo los obispos, habiendo experimentado ser un medio efi-
ocasión de rencor, para remediarlo con tiempo: inquiría si
cacísimo para enmendar la vida y hacer progreso continuo
se guardaban las reglas puntualmente, y sise Ies acudía
en las virtudes y santidad, renovando en eslo lo proveído
con lo necesario. Visitaba do improviso los aposentos, sin
por santísimos cánones eclesiásticos, hasta allí dados al o l -
¡ue pudiesen prevenirse si había cosa indecente; y era
vido. Tenia señalado un sacerdote por prefecto espiritual:
eíte un poderoso freno á la licencia. Tenia una vez ai ttfea
este velaba sobre la familia en lo tocante á las cosas del
una congregación del gobierno temporal y espiritual de la
espíritu y acudía á todas las necesidades espirilualcsdela
familia, para prevenir y disponer lo conveniente. Fué su
casa. Diputó otro á la hospitalidad; su nombre era prefecto
casa un seminario de obispos y prelados de rara virtud y
del hospicio: asistía á recibir, servir y regalar Jos prela- bondad de vida en la Iglesia de Dios, hombres de s i n -
dos y otros forasteros que se alojaban confinunmente en gular excelencia en el gobierno eclesiástico. De ellos se sir-
su casa; un limosnero público, otro secreto, personas de vió la sede apostólica en las primeras nunciaturas de p r í n -
cal idad y piedad con los pobres; y un enfermero, con par- cipes y oíros oficios graves del gobierno de la Iglesia.
ticular cuidado de proveer á los necesílados y enfermos do
la familia, y les servia el tiempo que duraban en la cama. No fué ménos prudente san Cárlos en el gobierno de su
Dió á todos convenienlísimas reglas, por las cuales los sa- arzobispado que en el de su casa, ínsüluyendo para su
cerdotes tenían obligación á confesarse á lo ménosuna vez buena adminislracion minislro^ nlilisiinos , á los cuales
en la semana, decir misa cada día; y los demás á oírla y añadió otros muchos, como prefectos del clero , testigos
confesar cada mes, trayendo cédula al prefecto espiriteál sinodales (su oficio era inquirir cuanto hahia digno de
délos confesores que tenia señalados. Los que tenían o b l i - repapo en el arzobispado y provincia, para que lo r e -
gación de rezar el oficio divino, sin residencia ni otro car- mediasen los concilios), monilores secretos, apuntadores
go, se. juntaban por la mañana á la segunda señal de m a i - del clero, y otros muchos, que so acercaban úaú á cuatro-
tines de la iglesia Mayor (decíanse poco antes de amane- cientos : estos eran los ojos, manos y pies del santo a r -
cer todo el año) en la anteeámap del cardenal, á decir zobispo, pnr cuyo medio intentó lanías proezas y redujo
maitines en su compañía, á que asistía no hallándose i m - su Iglesia al feliz estado que después tuvo. Para cultivar
pedido. Antes do comenzar tenia oración mental lo menos mas á su viña con mas trabajadores y operarios , trajo á
Milán á los padres de la Compañía de Jesús , fundándoles
un cuarto de hora, por preparación de las divinas alaban-
él y alhajándoles la casa. Hizo en la cuidad de Milán (res
zas, y pagaban lo restante del oficio á tiempo conveniente.
seminarios , y en diversas parles del arzobispado otros
Los demás se juntaban á la misma hora en la capilla arzo-
(res, para (pie en ellos se criasen en virtud y letras bue-
bispal, y después de la oración mental decían el oficio de
nos sacerdotes y curas de almas, de lo cual resultó g r a n -
nuestra Señora basta vísperas, que después con las com-
de bien en loda la diócesis. Criábanse allí comeen una r e -
pletas rezaban en el mismo lugar y á sus horas. Las no-
ligión : hacían los que entraban los ejercicios espirituales
ches, después de cena, se juntaban todos on la capilla á
que usaba la Compañía de Jesús , á la cual entregó el g o -
hacer examen de conciencia. Acabado, el prefecto espiri-
bierno de ellos , hasla que después de bien formados y
tual n otra persona proponía los puntos de la meditación de
estahiecidos, se exoneró de esta caiga : proveyóles de con-
ta mañana siguiente. Por el invierno, cuando después de
fesor y prefecto de espíritu , de excelentes maestros, y mi
cena se detenían al fuego, se hacían conferencias espíri-
1)1 A 4. NOVIEMBRE. 321
prefecto de los estudio Diputó en cuda dormitorio a l - ó en hojas de árboles, ó pajas , dejándolas camas á bus
gunos clérigos de mayor virtud , y costumbres aprobadas ministros y familiares. Lo mismo hacia en la comida : to-
y talo de la observancia de las reglas, con títulos de pre- mando lo peor para sí, dejaba lo mejor á los suyos. Sus-
fectos : era su cargo velar dia y noche sobre lodos, así en tentábase de castañas y leche, y otros frutos groseros de
casa como fuera. Fué este un poderoso freno para con- las montañas , mostrando gusto grande del uso de estos
tener aquella juventud apartada de inconvenientes , y un manjares viles , como uno de los pobres que habitan en
estímulo grande para apresurarse al bien. El mismo santo aquellas sierras. Prohibió expresamente á sus criados lle-
cardenal visitaba sus seminarios , y se informaba de la var provisión alguna de alhajas ó cosas de comer: y a d -
virtud y aprovechamiento do cada uno. Vacaba á estas virtiendo en la valle Leventina, que un gentilhombre s u -
visitas con tan exacta atención y diligencia , que ocupaba yo llevaba una cuchara de latón (porque solo se hallaban
quince dias, sin querer atender á otros negocios. No salia de palo entre, aquella pobre gente) , le reprendió de h o m -
del seminario en este tiempo, y se quedaba con un solo bre demasiadamente delicado. Soba prevenir á los curas
familiar que le sirviese. Decia el primer dia misa en la de los lugares adonde ¡ba , le enviasen minuta de los d e -
capilla del seminario : predicaba después del Evangelio: sórdenes del pueblo, y pecados mas graves y frecuentes.
comulgaban de dos en dos de su mano : comia en el r e - Hacia después los sermones conforme á la necesidad, a p l i -
fectorio la porción común como uno de ellos; y el regalo cando, como uiíbuen médico, el remedio que la enfermedad
mayor eran las oraciones , letanías , sermones y actos de pedia. Eran con esto los sermones de gran fruto , con r a -
letras al tiempo de la comida. Tenia en estos dias una ros y maravillosos efectos ; mas , como buen pastor, no
junta particular con los diputados temporales, para que el contento con las exhortaciones del púlpito , hacia llamar
gobierno fuese conforme á las reglas y su intención santa. secretamente los pecadores mas graves , y hacíales tan
A mas de las visitas ordinarias , muchas veces en el ano, fervorosas y eficaces amonestaciones , que los convertía
para alentar aquella juventud , pasaba á sus semina- á Dios, y muchas veces con súbita y total mudanza de
rios. vida.
Tenia gran cuenta de visitar todo su arzobispado , no Enviaba adelante , antes de entrar en los pueblos, p a -
solo por visitadores prudentísimos y zelosos , sino por su dres de la Compañía y otros sacerdotes, con facultad de
misma persona. Andaba todas las villas y aldeas, muchas casos reservados, que dispusiesen el pueblo á la santa c o -
puestas en selvas y lugares asperísimos, visitando con munión. Hacia llamar los curas circunvecinos, para mayor
gran particularidad todas las iglesias, oratorios, cofradía.^ comodidad de los confesores : el cardenal comulgaba á
hospitales y monasterios de monjas, que reformó con g r a n - todos de su mano ; de manera, que todos los dias que d u -
de froto de innumerables almas. Por estar dilatada la raba la visita habia comunión g e n e r a l , y esta era muy
diócesis de Milán por muchos valles y montañas asperísi- numerosa ; porque los pueblos, por la gran devoción que
mas, le fué forzoso pasar en estas visitas increíbles inco- con el santo pastor lenian, procuraban recibir de su mano
modidades; porque no pueden pasar caballos (en que cami- el divino pasto : íbanle siguiendo de unos lugares á otros,
naba el santo) en muchas partes, por la dificultad y p e l i - de que él recibía cordial contento , pareciéndole era parle
gro de los caminos y montañas inaccesibles. Veiafe obliga- del fruto de sus caminos. Era este un trabajo sin duda
do á andar á pié muchas millas con un báculo en la mano, grande, siendo necesario á ratos enjugarse la frente con un
como uno de los pobres montañeses, aun en tiempo de lienzo, de demasiado sudor.: admiraba pudiese tolerar
fríos y calores excesivos. Veian correr de su rostro m u - aquella inclinación continua tanto tiempo : y por inflamar
chas veces gran copia de sudor , y el semblante como de los corazones, para que recibiesen tan gran Señor con de-
persona que pasaba gran fatiga. Llevaba tal vez parle de voción y reverencia, habia hallado una devotísima i n v e n -
bagaje, por nodejarlotodo ásus criados (aquí llegaba su ca- ción. Yendo por la iglesia comulgando al pueblo, llevaba
ridad y humildad rara); porque á caballos decarga no dan al lado un sacerdote que con voz tierna y llena d e
paso aquellas asperezas. Muchas veces era forzoso valerse admiración decia algunas oraciones jaculatorias, para mo-
de las manos, y con manos y pies pasar con seguridad a l - verlos ánimos á reconocer la gran bondad de Dios en dár-
gunos lugares peligrosos, llevado de un ardentísimo zelo senos, ó de acción de gracias, ó para causar temor de l l e -
de la sal ud de las almas de aquella miserable gente, y de gar á tan tremendo misterio.
un vivo deseo de la reformación de toda su Iglesia.
Tal era la solicitud de este gran prelado con sus subdi-
Llegó á muchos lugares donde jamás se habia visto la
tos, que á mas del estado general de las almas de cada
persona del prelado , con admiración y espanto de quien
parroquia , lodos los años en un libro intilulado ; « Las
lo consideraba. No tomó jamás reposo en los caminos: aun
Necesidades de las almas de los feligreses,» tenia notadas
yendo á pió , los continuaba sin interrupción. Llegado al
todas las almas que estuviesen en particular necesidad
lugar, sin parar, iba via recta á la iglesia, y hecha ora-
corporal ó espiritual, ó en peligro de caer, ó en estado de
ción, comenzaba luego á entender en la visita. Era este
pecado , para procurar remediarlas, socorriéndolas de su
un trabajo continuo ; porque acabada la visita de un l u -
hacienda, ó apartando la ocasión; ó poner mano al castigo
gar, pasaba sin detenerse á otro , y de ordinario hacia
ú otros medios eficaces : y á sus visitadores advertir el
jornada cada dia, excepto en las villas y poblaciones m a -
caso ó necesidad, para que con exactísima diligencia pro-
yores, donde las cosas obligaban á mayor tardanza. A u -
curasen remediarlo y se asegurasen si había cesado el
mentaba estos trabajos el tener por costumbre alojarse
peligro, y jamás desistía de la empresa hasta haberse r e -
siempre en las casas de los curas (deordinario pobrisimas),
mediado ó quitado el escándalo. Algunos años bizo las v i -
huyendo de las comodidades del hospedaje , que á porfía
sitas á caballo : después, herido de un ardentísimo espíri-
le ofrecían los ricos : con que en lugares pobres muchas
tu, determinó hacerlas á pié. Era de gran ejemplo ver esto
veces dormia sobre unas tablas desnudas , ó en la liona,
gran cardenal,caminar de uno á otro lugar , seguido de

TOMO Hf. 41
322 LA LI:VI:M) A m 0110. BU 4.
innunioiable gente , que s e >novi;;n á aconi|jaDarlo por minislei ios del oficio pastoral. Los principales son visitar
sola devoción, conioá u n Mevo apóstol. la ciudad y arzobispado: ir á las misiones á que les e n -
(Conoció san QárhM por las visitas la falla que bahía de viare el arzobispo, al modo de los sagrados apóstoles, en
saberse los niislei ios de la fe, y que esto fué causa (¡lie se particular á los lugares ásperos y montuosos, donde las
introdujese e n tnucbts pai'les la herejía ; y para poner almas carecen de toda ayuda espiritual: suplir en las
eficaz remedio, inventó su santo zelo unas escuelas de ocurrencias los curatos vacantes hasta su provisión: ejer-
la dodiiua cristiana con adtnirahle traza, para que tuvie- cer los oficios mayores del gobierno, como vicarios u r -
sen el fruto que convenía , y perseverasen e n todo el a r - banos y foráneos, y otros principales de la casa arzo-
zobispado. Constaha la mayor parte de seglares, hombres bispal: gobernarlos colegios, los seminarios, las escuelas
de gran virtud , formando todos una compañía y un g o - de ladocirina cristiana y los monaslerios de monjas: i n s -
bierno, divididos en diferentes escuelas, e n la ciudad y dió- truir en los ejercicios espirituales á los que se han de o r -
cesis. Señaló diversos ministerios , todos encaniinados á denar (al modo que les de la Compañía de Jesús): exa-
esta enseñanza de ocupar híen el tiempo y desterrar lu minar su vida y suficiencia : en suma, ejercitarse en todos
ignorancia. Los domingos y Gestas del año daha señal la los mimsteríos de un verdadero sacerdote, predicar, a d -
campana ánles de v ísperas en las partes donde hahia estas ministrar sacramentos, guiar en el camino del espíritu,
escuelas, que de ordinario estaban en parroquias. Enviá- enseñar y trabajar en todas obras pías. Ordenó también,
banlos padres de familia sus hijos y criados, adonde tam- que en su iglesia, que es la del Santo Sepulcro, se hicie-
bién concurria gran número do personas descosas de ran por todo el año los oratorios que en Roma en Santa
aprender, sin lo que n o h'jy salvación. Estaban los her- María de Valifída tiene la consregacion de sacerdotes que
manos operarios de la doctrina cristiana e n sus bancos, instituyó san Felipe Neri, haciéndose allí muchos ejerci-
de que estaba llena la iglesia: cada uno reconocía su pues- cios de oración y penitencia, y lodas las tardes pláticas
to y discípulos , que no pasaban de seis: á estos hacia espirituales.
decirlas oraaiones : pedia cuenta d é l a lección del d o - Para mayor fruto de esta congregación la dividió san
mingo antecedente: declaraba la doctrina y enseñaba Carlos en dos géneros de sacerdotes: unos libres de resi-
buenas costumbres, modestia, obediencia á los padres, tei- dencia y que vivian junios vida común : otros que estallan
mor de Dios y todas las obligaciones de un cristir.no. obligados á algunas iglesias y vivian en sus casas. Para
Después de este ejercicio , á la señal que hacia el prior, lener á estos unidos y como presos con vínculo do caridad
se arrodillaban todcs , y decían ciertas oraciones que a n - y que fuesen un solo cuerpo, halló un modo admirable,
daban cu libritos uniformes en todas las escuelas. Había que fué dividir la congregación en seis consorcios ó jmitas,
luego dispulas, puestos dos niños en lugar eminente, y de dos en la ciudad y cuatro en la diócesis. Dió un prepósito
io que iban diciendo se hacían preguntas ya á este , ya á cada junta, con un prefecto espiritual y orden de congre-
á aquel niño , por tenerlos atentos , á cada cual según su garse los oblatos de cada consorcio una vez al mes: los de
capacidad. Dividiéndose en-varían clases, pasaban de unas la ciudad en el Santo Sepulcro, en presencia del arzobis-
á otras, mejorando de maestro , siendo capaces de mayor po; y los de la diócesis en este ó en aquel lugar, con asis-
enseñanza. Leíase luego en altas voces la tabla de las cos- tencia del prepósito general, ó por lo menos del prepó-
tumbres, volviendo á arrodillarse y rezar otras oraciones- sito de aquel consorcio. En estas congregaciones se
¡airábase los que faltaban : había prácticas de personas leen las reglas: tratan después por via de conferencia
religiosas para los operarios y personas capaces de mayor el modo de guardarlas punlualmenle, y de cómo so
doctrina. Para mayor ürmeza de esta santa costumbre pueda hacer mayor progreso en la vida espiritual, y
hizo una congregación en Milán (que llamó Primaria) do aprovechar á las almas. El que preside á la congrega-
veinte hombres de los prudentes y píos de esta compañía, ción hace una plática ; exhorta á las virtudes; y dos de los
que se mudasen coda año, y los electos confirmase el a r - sacerdotes de la junta hacen sermones públicos al pifcblo
zobispo, la cual constaba de estos oficios , un prior gene- de materia importante. Por este medio, no solo viven u n i -
ral, cabeza de las escuelas, y un sustituto con título de su- dos los oblatos con vínculo de caridad fraternal y espíritu
perior, dos visitadores generales, dos distritos, un avisa- uniforme; mas estando esparcidos por la ciudad y dióce-
dor general, un canciller, doce que llamó primarios y sis, el arzobispo, su cabeza, influyendo en ellos, como en
sus miembros vivos, envía su espíritu y le dilata por su
seis asistentes.
medio en el pueblo. Estas fueron las artes de este santo
Eué también de singular provecho la congregación de
arzobispo, para ayudar las almas, que con tan encendido
los oblatos que inventó el prudentísimo zelo de san Car-
amor amaba.
los, la cual instituyó para bien universal de su diócesis,
con voto de obediencia al arzobispo. Llamóla congregación Eslimaba tanto á sus oblatos san Carlos, por el fi uto que
de los o b l a t o s p o r q u e en ella entraban los que se ofre- con ellos experimentaba en todo su arzobispado, que los
cian de su libre voluntad al servicio de la Iglesia, á i m i - llamaba sus hijos: visitábalos frecucn'cmente en las casas
tación del Seftor, que se ofreció voluntaiiamente por noso- del Sanio Sepulcro: tenia allí una ecldita para su habita-
tros. Fué el inlcnU) del sanio, que los sacerdotes, como ción: aquí se retiraba algunas veces para gozar familiar-
miembros unidos á su cabeza, viviesen de un mismo es- mente de su conversación, mas con tanta humildad, como
píritu, voluntad y zelo de la divina gloria y de la salud de si fuera el menor. Acudía á las observancias de su casa
las almas, y e n todas partos aspirasen á aquella santidad puntualmente con gran contento y consuelo de su alma:
de vida y excelentes virtudes sacerdotales que les hiciese llamaba á esta asistencia sus delicias; y que estas debian
dignos de esta unión; y que esta congregación tuviese ser las del arzobispo de Milán. Si alguno estaba enfermo,
particular cargo de ayudar al arzobispo en el gobierno de no se contentaba con visitarle; él mismo queria servirlo
la Iglesia de Milán, y cooperar con ó! en todo;: los oficios y con singular benevolencia. Cayó el año de 80 en una e n -
DIA 4 NOVilülBUK.
íVnni'diul mortal Juan Podro Sl()pi>aiHJ, sai oidolc di» esta los rigores de la hambre, siendo ?ocorro á todo ;. Cayó el
casa. LftQgft lino luvo noticia, fuó en persona y se encargó mismo año tan gran copia de nieve en toda la Lombardia,
de la cura del enfernio, asisüendole á la cama, sirviéndole (pie vinieron á ¡udigro de caers;' las casas y perecieron a l -
(le dia y noche, y haciéndose su enfermero. Agravósele gunas. Habíase congelado en las calles tan duramente la
el mal hasta el último trance: dolíale grandemente la pér- nieve, que era necesario entallar escalones pan subir ó
dida de es'e sacerdote: pidió á Dios su salud con tan fer- pasar de una á otra calle. Habíase condensado á modo do
voroso afecto, que la alcanzó milagrosamente. Admiraron un vallado ó trinchera, y era forzoso romperse y hacer
todos este ejemplo de tan singular benignidad en un tan puertas para el paso ; no podia caminarse en coche ó á ca-
gran prelado; y á una persona que exageraba mas este ballo, y á pié con dilicnllad : necesitaban traer puntas do
cuidado, le dijo el saolo: Vos no sabéis de cuánto precio hierro en el calzado para asegurar el peligro de caer. Es-
es la vida de un buen sacerdote. taba en el campo alia la nieve tres bi azas, cosa tenida por
Admitió también san Carlos á esta congregación á los prodigio jamás visto. Temióse ocasionara gran falU de
seglares de todo grado y oficios, con pafliculares reglas, trigo en los principios de la primavera, y que al desha-
que habitando en sus casas, se empleaban en obras pias, cerse tan gran copia de nmve, viniese una inundación,
conformes á su estado, principalmenle de ensenar la doc- como diluvio, que arruinase las casas é hiciese otros estra-
trina cristiana, visitar hospitales, cuidar de los presos de gos, nósin daño de la salud de los cuerpos. Cuidadoso san
las cárceles, acudir á sus causas y demás obras santas. Carlos de los riesgos de su pueblo, movido de sn ardiente
Instituyó en la misma iglesia del Santo Sepulcro una con- caridad, hizo recurso á sus valedores la oración y ayuno,
gregación de mujeres, con título de Compaflia de las Ma- para suplicar al Señor los librase del peligro que les ame-
tronas del Oratorio, con algunas reglas y varios ejercrcios nazaba, y persuadió al pueblo á lo mismo. Fué cosa m a -
de piedad. Ordenóles frecuentasen los sacramentos y los ravillosa, (|ne se desvaneció la nieve poco á poco imper-
sermones del Oratorio, que meditasen continuamente en la ceptiblemente, y los torrentes y nos se ciñeron con sus
pasión de Cristo nuestro Señor y conservasen viva su márgenes al liquidarse aquellos montes helados. Tuvie-
memoria. ron lodos esta gracia por milagro, atribuyéndola á los
No solo ejercitó san Carlos la misericordia espiritual méritos ó intercesión de san Carlos, mayormente porque
con su pueblo, pero también la corporal, principalmenle ta cosecha de trigo fué aquel año la mayor que habían
en tiempo de hambre y pestilencia, mostrando en todas visto, con admiración de todos, que tuvieron de allí ade-
ocasiones suma caridad, prudencia y solicitud que en este lante mayor fé con su santo arzobispo.
sanio siempre anduvieron juntas. Fué grande la carestía Vino sobre Milán una laslimosa peste, la cual el siervo
que hubo en Lombardia el año de KHO : no se hallaba deDioshabia profetizado áules que sucediese. Visitaba el
trigo ni otra vilnalla por precio alguno. Trajo el hambre á santo por su persona propia los apestados : administrába-
Jlilan nn gran número de pobres de los lugares oslériles, les los sacramentos: (lió grandes limosníis, distribuyendo,
á socorrerse de los ciudadanos ricos. Mandó Ine^o san á mas de dinero, buena parte de los muebles de su casa,
Carlos á su limosnero (pie alargase las limosnas ordinarias haciendo llevar al hospital hasta su propia cama. Envió á
y socorriese todas las necesidades, en particular lus loga- la casa de la moneda la plata que halló de su servicio : i e-
res pios y monasterios pobres, donde mas se padecía. Or- du-oia á dineros para pobres; y dando cnanto podia, vien-
denóse al prepósito de la casa hiciese provisión de pan, do (pe no bastaba, envió por ciudades y tierras vecinas»
arroz, legumbres, y se diese á cada pobre lo que bastase aun fuera déla provincia, á buscar limosnas, con que pro'
á sustentar la vida : que en los porlales del palacio arzo- veyó bastantemente por entonces á la necesidad quo h a -
bispal tuviesen unas calderas con sobra de este alimento, bía. Animó al pueblo á paciencia y obras de misericordia
y fuese libre la entrada, para (pie no comprasen los pobres con un libro que mandó imprimir de homilias de santos,
con el tiempo el socorro. Ejecutóse el orden punlnalmenle: que hablan á propósito de aquella cahunidnd, y en una
acudian mas de tres mil pobres cada dia, que sustentaba; carta que hizo que escribiese el sumo pontífice á Milán,
y dándose el á la abslinencia y macilento el rostro con con que se consoló mucho la ciudad. La multitud de pobres
ayunos, le alligia el hambi'e ajena. Duró esta caridad lo (pie acudian por remedio al saato prelado fué innumera-
que el tiempo de la carestía, cpie fueron algunos meses. ble ; porque losamos babian despedido los criados y los
Fuélc forzoso adeudarse y pedir por su persona limosnas artífices á los oficiales. Fnéronse lodos un dia juntos á san
á los señores y ricos : hacíales frecuentes y vivas exbor- C i i U á pedirle misericordia; porque en Milán no halla
laciones á que fuesen liberales con los pobres en tiempo ban modo de, vivir, y fuera de Milán no les querian admi-
que la necesidad clamaba. Movieron sus palabras y mas tir por venir de parte apestada. K! santo socorrió á todos,
su ejemplo, á muchos á hacer copiosas limosn ts. Siguió y los que no podían servir (leñada, recogió en nn lugar
con mayor demosíi ación al santo el duque de Alburquer- donde los sustentó: y poi que no estuviesen ociosos, Les
qne, gobernador de Milán : mandó dar un sueldo á cada dió admirables reglas de vida, con que gastasen el tiem-
pobre que llegaba á su palacio, y diversos ciudadanos e n - po san'.amenle, que no parecían sino leligiosos muy o b -
viaron á san Carlos cantidades grandes de dinero. Fué tan servantes: y porque la hacienda del santo arzobispo no
grande su cuidado, que no desfalleció pobre por falta de bastaba á sustentar á todos, mandaba recoger limosnas
alimento, como se lemia. Abrazó su providencia lodo el de otras personas. Enviaba también los pobres mismos
arzobispado ; y no contento de haber dado órdenes bas- divididos en tropas por los lugares vecinos, cantando le-
tantes para la provisión, salió en persona por los lugares lanias y otras oraciones, llevando delante un crucifijo para
y villas, remediando todas las necesidades de los pobres, excitar los fieles á hacer mayores limosnas, con que se leí.
reduciendo á los nobles y ricos á hacer limosnas con larga socorrió de bastante comida. Mas venido el invierno, no
mano, como hablan hecho en Milán. Ahuvciitó su caridad hallándose provisión para poderlos vestir ni dufender del
324 LA LEYENDA DE ORO. DIA 4.
frió (ni era fácil hallar ropa á mullilud lan grande), no diendo ocasión en que pudiese aprovechar á ganos y e n -
pudiendo sus paternales entrañas verles padecer, hizo fermos, disponiendo como lodos pudiesen recibir los sacra-
despojar su guardaropa y todas las saías y piezas de su mentos y aprovecharse en el espír itu. Mandó so pena de la
palacio de todas las colgaduras y tapicerías, antepuertas, vida que en cuarenta dias ninguno saliese de su casa en
sobremesas, tapates, pabellones y de cuantos paños y r o - toda la ciudad: pues para que esta detención lan larga no
pas habia en casa: hízolo todo cortar y hacer vestidos, fuese de peligro á las almas con tan largo ocio, después de
con que abrigó á los pobres. Andaba él mismo por las haber ordenado que ántes del primer dia de aquella reso-
piezas con un fervor incroible á hacerlas descolgar, por lución todos confesasen y comulgasen, ordenó para los de-
asegurarse no dejasen por descuido alguna cosa. Dió más dias tales cosas que estuvieron todos bien ocupados.
hasla sus propios vestidos, reservando solo lo que pedia Dispuso que todos oyesen misa cada dia, á cuyo fin hizo
la necesidad precisa. levantar muebos altares en los cruceros délas calles y l u -
Llogaban los pobres, á que se acudia con limosna gares de mayor publicidad de la ciudad, para que cómo •
cada áia, cerca de setenta mil en la ciudad de Milán sola- damenle pudiesen oir misa desde sus propias casas. Dipu-
mente, con lo cual redujo san Cirios su casa á necesidad tó sacer dotes que celebrasen todos los dias: proveyó de
lan extrema, que era forzoso al dispensero acudir ya á confesores que andaban de puerta en puer ta con un b a n -
este, ya á aquel señor ó mercader por un poco de dinero quillo en la mano confesando á todo el pueblo. Estaba den-
para el gasto ordinario. No le olvidó jamás la Providencia tro do la casa el penitente, de la parte de afuera sentado e/
divina; ántes le socorrió maravillosamente en los mayores confesor y servia la puerta de confesonario. El domingo
aprietos. Sucedió, que habiendo trabajado todo el dia en comulgaban en el mismo lugar con mucha reverencia: ve-
la visita de los enfermos, v i e l l o á casa no hallaron 61 ni nia el cura con el santísimo Sacramento acompañado con
sus criados qué comer, habiéndose dado á los pobres luces, con lo cual casi todo el pueblo comulgaba los d o -
cuanto habia, sin ocurrir por entonces de qué poder so- mingos á modo de un convento religioso. Ordenó que en
correrse. Recogióse san Carlos á tener oración quedando cada vecindad se hiciese oración siete veces entre dia y
los criados en la antecámara, tristes y cruzados los bra- noche á dos coros, como si fueran laníos coros de canóni-
zos, citando entró un hombre que trajo m i l ducados do gos. Cantaban salmos, letanías y oraciones á propósito do
limosna, diciendo que ios enviaba una persona principal. las necesidades del tiempo. Las horas estaban dislribuidas
No se hallaban amas que bastasen á criarlos niños de teta con gran orden; hacíase scílal ácada una con la campana
que quedaban huérfanos y desamparados, pero la caridad mayor del Domo: y luego todas las familias salían á las
del sattto cardenal no les faltó, haciendo traer cabras ventanas, y un sacerdote ó persona diputada dab.i p r i n c i -
que con si» lecho supliesen esta falla. Ponia particular pio á la oración, y ios demás de rodillas respondían con-
diligencia en el amparo de eslas criaturas, y le sucedió tinuando hasta el fin, teniendo cada uno su librito en la
muchas veces hallarlas en el regazo de las madres muer- mano ordenado á osle efecto. Era cosa de grande admira-
tas de peste ó expuestas á ]as puertas de sus casas ción y que causaba ternura aun en los corazones mas en-
cuando pasaba de noche por la ciudad, y hacíalas recoger durecidos, ver aquella gran ciudad poblada de trescientas
y criar, como si fuese su propio padre. m i l almas alabar á Dios á un mismo tiempo en tantas p a r -
les. Oíase un murmullo de infinitas voces que clamaban
Por exhortación de san Carlos se dedicaron muchas per-
misericordia al cielo en aquella pública miseria. Parecía
sonas al servicio de los apestados, las cuales tenia p r o n -
la gran ciudad de Milán un milagroso coro de religiosos de
tas^para remediar cualquier necesidad. Uabíasc apodera-
uno y otro sexo que servían á Dios reclusos en sus celdas,
do la plaga de una casa enfrente del palacio arzobispal,
ó la santa Jerusalen llena de jerarquías celestiales. Halló,
de cuyas ventanas se veian en una cama tres hijos, los dos
á mas de los referidos, otros entretenimientos espirituales
muertos y una mozuela de diezafios, viva, mas cercana á
en que gastasen útilmente el d i a ; poi que el ocio, ori-
espirar. Estábala madre sola, y por temor del contagio no
gen de todo el mal, no ocasionase algún dafio. Publicó
se atrovia á llegar á darla algún consuelo, si bien la veia
para este efecto una carta pastoral, en que exhortaba á h a -
en el extremo de la vida y casi agonizando. Tuvo aviso san
cer algunas oraciones que dió impresas y á leer libros es-
Carlos: y habiendo él mismo visto el estado de la pobre-
pirituales: instruíales también á hacer oración mental, se-
zuela, hizo llamar una doncella de la Compañía do Santa
ñalando los puntos de la meditación para lodos los dias i n -
Ursula queseía habia ofrecido para semejantes aprietos:
sertos en la misma carta. Concedió á este fin muchas i n -
mandóla socorriese á la enferma, entró denodadamente la
dulgencias á los que se ejercitaban en estas devociones y
doncella (prueba de ser mayores las fuerzas de la caridad
encomendaban á nuestro Señor los oprimidos del mal. O r -
qne las de la naturaleza), y quitando la niña de en medio
denadas las cosas que solo su prudencia y santidad alcan-
de los hermanos muertos, la lavó é hizo otros fomentos
zaran para que cada uno cumpliese con su obligación, y
y reparóla algún tanto. Al dia siguiente volvió á empeorar;
el gobierno caminase con quietud y observancia de estas
y mientras la piadosa enferma la disponía á la muerte, la
órdenes; el santo obispo, como cabeza y caudillo, salia
pidió le hiciese bendecir del cardenal. Llevóla en brazos
todos los dias á la vista de la ciudad, hospital y campanas,
á la ventana, hizo llamar al santo sentado ya á la mesa,
distribuidos los dias de la semana para que su providencia
levantóse al punto y echóla su bendición. Parece que con
alcanzase á todas partes. Estaba siempre en continua ac-
ella la lomó la vida: sintió luego gran mejoría, y dentro
ción, no solo de dia, pero sucedía ocuparse muchas veces
de poco tuvo salud perfecta. Otras muchas personas fue-
seis y siete hor-as de la noche fuera de su casa en proveer
ron las que sanaron con sola la bendición del santo car-
muchas cosas que ocurrían.
denal.

No fué menos solícito el siervo do Dios do la salvación Cuando no habia esta reclusión, cnlrctenia al pueblo
eterna de lo? apestados que de la salud temporal; no per- con otros santos ejercicios y procesiones: y aunque al prin-
DÍA í. NOY1KMBIUÜ. 325
cipio tuvo contradicción en esto, no pai eciendo convenieu- cesiones, por tener ocasión de padecer mayor dolor lodos
íes concursos \ apreturas en tiempo lan contagioso; con los dias, y en el acto mismo de quitar la uña no mostró ni
lodo eso el sanio prelado siguió el ejemplo de san Grego- un lijero sentimiento de dolor, ú bien el cirujano tembla-
rio, (pieen el mayor incendio déla peste ordenó aquella ba del horror de haber de hacer el corte en parte tan sen-
memorable procesión con que inclinó á Dios á misericor- sible. Ordenó que la clerecía del Domo fuese lodos los l u -
dia. El dia primero, junta la clerecía y pueblo en la melro- nes en procesión á San Ambrosio, y los demás capítulos
politana, el cardenal les puso ceniza bendita en las cabe- con el resto del clero, distintamente los demás dias acom-
zas, según el rito de la iglesia. Usó en esta ocasión de esta pañados del pueblo á ta metropolitana. Dispuso lo mismo
ceremonia, aunque no era su tiempo, para moverá m a - en los conventos de religiosos, y dió el modo de hacer es-
yor humillación y dolor de pecados, y que aquel aclo ex- las procesiones con los salmos y oraciones que se debian
terior de rendimiento y penitencia pública aplácasela i n - decir conforme á la necesidad presente: con que cada dia
dignación de Dios, para que mitigase el castigo. Fué cosa habia su procesión, y él iba descalzo con su cabildo, aun
de grande admiración ; porque atendiendo el santo arzo- en tiempo de nieves y hielos, venciendo el fuego interior
bispo, todo inflamado en interior espíritu á esta santa ac- de su caridad el excesivo frió que padecía por el gran de-
ción, parecíale haber enviado el ciólo una lluvia sobre los seo de ver alivio en aquella adversidad. Los dias do fiesta
corazones, (pie les hizo resolveren lágrimas amargas por se cantaban las letanías en todas las iglesias: ántes de la
la dolorosa memoria de sus pecados; de manera que así misa mayor tenia oración mental todo el pueblo por algún
ios magistrados como el pueblo partían do los pies del san- espacio, proponiéndoles los puntos de la meditación sa-
to con las cenizas sobre las cabezas y los ojos bañados en cerdotes diputados en cada iglesia, con otras oraciones
abundantes lágrimas: cosa que causó bonísimos efectos que se hacían cada dia en todas las casas, á la mañana, á
generalmente en toda la multitud. Acabada esta ceremo- medio diay á la larde. Este órden mandó observar en toda
nia se encaminó la procesión á la iglesia de San Ambro- la diócesis en hacer procesiones y demás rogativas: lo
sio él Mayor í llevaba el santo pastor hábito tan triste y d o - mismo se guardaba en los conventos de religiosos y claus-
loroso que movia á sentimiento y llanto. Iba descalzo, c u - trales: con que. la ciudad y arzobispado oslaba en un con-
bierta la cabeza con capa morada, echada la capilla sobre tinuo ejercicio de oración pública y particular. Fué tenido
los ojos, la falda ten lida, arrastrando por la tierra con una
por milagro, (pie no creciese la peste por causa de estas
gruesa soga al cuello, llevaba por las manos un Cristo
procesiones, como sucedió en la pestilencia de Rema, en
crucificado de gran peso, fijos en él los ojos, vertiendo
tiempo do san Gregorio, que en una procesión murieron
continuas y copiosas lágrimas por lodo el camino como si
odíenla personas.
fuera el mas facineroso malhechor del mundo, llevado por
Alzada aquella larga reclusión de los cunrenta dias, p u -
m s delitos á justiciar públicamenle, é imaginando cargar
blicó un gran jubileo; porque na perdía el fervoroso sanio
sobre sus espaldas los pecados todos de su pueblo, se ofro-
ocasión en que hubiese de sacar alguna ganancia espiri-
cia á Dios en saci iflcio , sujetándose á recibir el castigo
tual. Hizo hacer para ganarle, las procesiones ordinarias
que tenia merecido, procurando aplacar la ira divina en
que fueron frecuentadas del pueblo, como libre de la p r i -
favor de quien habla de padecer la pena; y la pobre
sión de tantos dias. Fué en ellas san Cárlos con los piés
ciudad quedase libre del azote que tan gravemente la
desnudos, con aquel hábito de penitencia que en las p r i -
ÍI (ligia.
meras, aunque era tiempo de invierno con excesivo frío,
Movió este espectáculo á lan grande amargura y com- estando lascalles llenas do nieve y hielos. Arrojábase pos-
pasión, viendo á su amado padre y santo pastor en hábi- trado en tierra con sus canónigos, mientras se cantaban
to tan doloroso, que al pasar por las calles prorumpio el las letanías en las iglesias por humillarse á Dios cuan p r o -
pueblo en voces lastimosas que llegaban al cielo, claman- fundamente podía, todo inflamado en devoción ardentísi-
do misericordia como si se Ies arrancara el corazón de do- ma, para que la divina Majestad aceptase aquellos ruegos
lor. Aumentaba esta tristeza ver los canónigos descalzos y fuese propicio á su pueblo; y movia á gran compunción
caminar con el mismo hábito, una cruz en la raano, soga en todos ver persona tan grande en tan profunda humilla-
al cuello, y de esta manera lo reslante del clero y muchos ción. Subió al púlpito todos tres dias, y predicó con l.inlo
legos para imitar á su sanio arzobispo, el cual iba tan e m - fervor de espíritu, que sacaba lágrimas de los mas inexo-
bebido en Dios sin mirar donde pisaba, que topó con el rables corazones.
dedo grueso del pié derecho en oí hierro de la reja de una Cesó finalmente la peste á un mismo tiempo en toda la
cantina con tanta fuerza, que el golpe levantó toda la uña, diócesi, como el santo cardenal habia profetizado. ISo fué
saliendo lan gran copia de sangre que dejaba sefial por menos agradecido al Señor por este beneficio, procurando
donde caminaba : y aunque padecía el dolor que puede aprovccharcspiritualmenle á su pueblo. Hizo hacoi solem-
imaginarse siendo la herida grave y en parte tan sensible, nes y devotas gracias á Dios con muchas procesiones que
no so lo advirtió en el semblante del rostro y acción ordenó: mandó bendecir las casas, sino es las de los quo
la mas lijera sefial de sentimiento, como si no le huliicra tenían tablas de juego y de públicos pecadores; y aprove-
sucedido; ni quiso detenerse á reparar en parle el mal, chóse de la ocasión, para introducir muchas costumbres
aunque sentía gran tormento, locando cada paso las vesti- santas y quitar abusos. Inlrodujo que so guardase cuares-
«luras largas la parte ofendida. No se excusó los demás mal mente la primera dominica do cuaresma; porque autos
dias de ir á las procesiones como muchos temian: fué en se comía en ella carne en Milán, mostrando Dios nuestro Se-
todas descalzo, de modo que en la primera, aunque cura- ñor cuánto le agradaba el servicio (pie lo hacia cu oslo san
ban la herida vuelto de la procesión, la mañana siguiente Cárles, castigando á los inobedientes Queriendo un c i u -
quitaba el medicamento dejando descubierto el dedo he- dadano noble comer carne en osle dia contra el precepto
rido. No quiso que se corlase la uña hasta acabar las pro- del santo arzobispo, no pudo tragar bocado, y habiendose
326 L A LKYENDA. DE ORO. Di A i,
hecho violencia, 1c fué forzoso echarlo de la boca, sin po- lemnidad muchos cuerpos de santos, ficciieutando lugares
der por enlonces comer olí a cosa alguna. Conoció su exce- sagrados, é iglesias de alguna devoción particular. Em-
so; y nrrepeiilido, fué de los que en adelante le obedecie- prendió en traje de peregrino vkijes largos por caminos as-
ron con mayor rigor. Ordenó muchos sufragios por los d i - perísimos , para visitar templos de la fantisima Virgen.
funtos de peste: procuró grandemente que tuviesen en Mostró la misma devoción en la visita de las iglesias de
la memoria el castigo con que. Dios les hahia visitado, y el Milán, haciendo oración en todos los altares , y no parece
henefirio de haberles librado de aquella mortandad, para podía desasirse de los lugares sagrados; tan grande era el
lo cual erigió unas compañías ó congregaciones, que l l a - afecto de piedad, que allí le tenia dulcemente aprisiona-
mó de las Cruces: porque como hubiese levantado varios do. Solía estar cinco horas en oración en Roma en la c a -
aliares en diversas partes de la ciudad, donde se decia pilla de la Columna de Santa Práxedes: y habiendo oslado
misa en las calles, mandó que en el mismo lugar de los a l - una noche entera en las catacumbas do San Sebastian,
tares se pusiesen altas y gruesas columnas de piedra so- fuera de los muros de Roma , la mañana siguiente , dia do
bre baías y pedestales, en cuya altura se pusiese una cruz santa Inés, fué á pié á la iglesia de esta sania , fuera de la
grande con un Cristo enclavado, y se cercasen con rejas do puerta Pía, donde dijo misa, y estuvo largo tiempo en ora-
hierro , labradas con p r i m o r , teniéndose las cruces con ción; y volvió de allí á Santa Práxedes á pié , cerca de las
justa veneración : y para conservar perpetuo el culto d e - tres de la larde. Hacia la oración de las cuarenta boins,
bido al instrumento de nuestra reparación , instituyó unas sin salir jamás de la iglesia en todo aquel tiempo : y solía
compañías ó bermandades de personas pías, de la vecin- decir que sus delicias eran estar en la iglesia. Ardía en un
dad de cada cruz, con reglas particulares, y oficiales, c u - gran deseo de ir en peregrinación á la Tierra Santa pava
yo gobierno aplicó á la congregación de los oblatos de San visitar el sepulcro del Señor, y lugares sagrados de la Pa-
Ambrosio. Dióles por instituto hacer oración pública todas lestina; mas por hallarse cargado del peso de lanías a l -
las lardes delante de la cruz : y los viernes, cerca de la mas, y no dejar su residencia, no pudo satisfacer á tan pía
oración, ir en procesión á la iglesia Mayor á visitar el santo devoción; á mas que el sumo pontífice no venia en darlo
clavo, y oir una plática de la pasión de nuestro Redentor. licencia.
Fué obra de gran fruto, por ser de tanta piedad, y las mu- Fué á Roma el año del jubileo , y para ganarle se p r e -
chas indulgencias, que alcanzó de la sede apostólica, á los vino muy despacio con los ejercicios espirituales. Hizo con-
que la ejercitaban. Oíanse cada tarde á un mismo tiempo fesión general, é inmediatamente comenzó á visitar las
en todas partes de la ciudad una casi infinita multitud de iglesias señaladas, siempre á pié y algunas veces descal-
voces, que alababan á Dios piiblícamenfe, y los viernes so zo. Llevaba consigo su familia de dos en dos, con singular
veian por las calles procesiones de hombres compuestos, modestia y devoción, rezando por todo el camino preces,
diciendo salmos é himnos con tanta piedad , que movían á letanías y salmos , recogiéndose á ralos á oración interior.
devoción á todos. Iba san Carlos con el espírilu tan elevado en Dios y tan r e -
Siempre e^aba pensando este fervoroso santo trazas y cogido, que nada podía distraerle. Si acaso encontraba
modos con que adelantar la piedad y devoción de los bnm- príncipes ó prelados, continuaba sus devociones, saludán-
bres, no perdiendo la ocasión de buscar la mayor gloria de doles con solo descubrir la cabeza, é inclinarla sin mas de-
Dios. Escribia muchas veces cartas pastorales, con que ani- tención. Este tenor de cortesía usó con el duque do Parma
maba al pueblo á las obras del servicio divino que preten- Octavio Farnesio, su devoto: quedó edificadísimo de esto
día : publicaba varios libros con el mismo fin: promulgaba ejemplo, y d i j o , sabia ya cómo debían visitarse las igle-
santísimos edictos, en que ordenaba cosas muy convenien- sias; y con los que eran mas domésticos, no daba á enten-
te* para las costumbres: redujo muchos herejes : quilo der que los había visto, y encontrándole un día Marco A n -
grandes abusos : reformó , fuera del clero y pueblo, a l - tonio Colona en el camino de San Pablo, fuera de los m u -
gunas religiones y muchos conventos de monjas: fundó ros , salió de la carroza con don Fabricio, su hijo , á h a -
gran número d« monasterios, casas de religiones, iglesias cerle reverencia : el santo no se paró á recibir su agasajo
colegiales, y otras infinitas obras de piedad que no se pue- y apenas dió muoslras de saludarlos, ni aun bajó la ca-
den especificar todas : basta decir, que no perdió ocasión beza á dona Ana, su querida hermana, mujer de don Fa-
en que pudiese adelantar la honra y gloria de Dios, y bien bricio, que eslaba en la carroza; y como si no los viera,
prosiguió su viaje sin interrumpir su oración por aquel
de las almas, de cuyo amor estaba herido , y lo buscaba
breve momento. Era admirado de lodos, y muchos nobles
iníaliigablemenle cada día mas con nuevas invenciones y
le acompañaron por devoción á estas estaciones, guardan-
trazas prudenlf«imas, sin tener respeto ni consideración á
do el órden mismo que la familia, con gran consuelo suyo.
otra cosa. Visitó por órden del sumo pontífice los obispa-
A mas de lasiglesias señaladas para el santo jubileo, visito
dos sujetos á la metrópoli de Milán : fué igual el fruto que
las de mayor nombre , ó donde hay señalada reliquia ó
en ellos hizo y obró Dios por su siervo grande» maravi-
devoción particular del pueblo. Visitó á pié las siete i g l e -
llas. A la entrada pontifical, que hizo en Bérgamo, ciudad
sias muchas veces, y casi todos los días hacia genuflexión
del señorío de Yenecia , apareció en el aire sobre la ca-
á la escala santa. Acompañó la oración con larguisim.is
beza del santo visitador una maravillosa corona , que Ic
limosnas: ejercitó la hospitalidad , dando acogida en las
acompañó largo trecho por sus calles, cuando iba entrando
casas de su titulo de Sania Práxedes á sus milanescs. y á
moviéndose paso á paso perpendicularmente sobre el san-
los de otras naciones. Estas obras tan ejemplares fueren
io, al modo,de la estrella do los Magos, como guirnalda
testimonio claro y firme confirmación de la fama de su san-
gloriosa de sus virtudes y hechos heroicos, y prenda cierta
tidad , con que adquirió lan gran veneración y amor del
de la laureola que le estaba preparada en el cielo.
pueblo, que pasando por las calles salían á verle, y todos
Con tan grandes ocupaciones supo hallar logar á m u - le reverenciaban, hincando las rodillas, y besando quien
chas devociones , trasladando con grande devoción y so-
DIA 4. NOVIKMBKR. 327
potliasus ropas. Enconlríimloleima buena peregrina , se bien la violencia que llevaban, hicieron gran estrago en la
conniovió tle inanera , que llevada de una vehcmenle d e - pared de enfrente, y una agujereó una tabla muy gruesa
voción, se Í€ ai rojó á los piés, besándolos con reverencia, y dura. No quiso el siervo de Dios que se siguiese ni bus-
bien que él no lo penniló y procuró relirarses, no sin d i í i - case al malhechor, ni inquiriese el origen de aquel c r i -
cullad, lan asidos los tenia , confesando publicamente era men ; pero el sumo pontífice y el gobernador de Milán no
santo. Hizo lo mismo una matrona noble, apeándose del perdonaron diligencia alguna para aprehender al malhe-
cocbe sola á hacerle reverencia cuando pasaba , y perso- chor, y averiguar los autores: los cuales todos padecieron
nas pias cuidaron con devoción haber algunas cosas del un público y ejemplar castigo, con harto sentimiento del
santo por reliquias. El cardenal César Uaronio, sacerdote manso cardenal, que queria que no fuesen castigados.
enlonces déla congregación del Oratorio, procuró haber Con otras muchas obras y milagros ¡lustró Dios á su
los zapalos con que anduvo las iglesias, conservándolos siervo, é hizo glorioso entre los hombres. Yiviaen el c o n -
como un precioso tesoro. Mostró Dios con brevedad ei vento de monjas de Santa María de Milán una devotísima
agrado de aquellos santos pasos; porque fué este calzado sierva de Dios, llamada sóror Blanca Lucia Cayma: ejerci-
severo verdugo del demonio, expeliendo con exorcismos á tóla el Seílor largo tiempo con la enfermedad de un ojo
un espirilu tenazmente apoderado de una moza , en pre- que le trabajaba grandemente , con peligro de perder la
sencia de san Felipe Neri, en su iglesia de Santa María de vista : teníale el cirujano por mal incurable: no le apro-
Valicela: tocado del zapato daba el demonio aullidos y b r a - vechaba remedio alguno humano, y se habia convertido el
midos, como si le acrecentaran intolerables penas. Al fin mal en una fístula, de que manaba gran copla de humor y
salió el demonio de aquel cuerpo por la virtud Ae las pala- materia corrompida , que la impedia el ver, y obligaba á
bras de la Iglesia y méritos de san Carlos. estar uracbas veces en la cama por la gravedad del m a l .
Padeció muchas persecuciones el santo cardenal por de- Una mafiana cerca del año 1 5 8 1 , esla religiosa, «yendo
fender la jurisdicción eclesiástica, y por quitar algunos misa de san Cárlos en su monasterio , inspirada de Dios
abusos di' Milán , mostrándose en todas ocasiones con un hizo esta oración : Señor, Dios mió, ruego á vuestra divina
ánimo invencible, y saliendo de ellas victorioso. Tuvo e v i - Majestad, me concedáis sanidad á este ojo por los méritos
dentes peligros de la vida,de que Dios nuestro Sefíor le l i - de este fidelísimo siervo vuestro, si es aquel santo que por
bró milagrosamente. Habia reformado san Cárlos la órden mí y otros es tenido. Hecho el ruego, se halló sana al i n s -
de los Humillados ¡ que después deshizo Pió Y por sus ex- tante milagrosamente.
cesos : sintieron tanto algunos religiosos esta reforma, que Uu mozo que habia estado trabajado de los espíritus
determinó uno de ellos matar al santo cardenal: aguardó malignos por mas de un afio y medio; no habiéndole
cuando estaba en su oratorio con otros de su familia h a - aprovechado muchos exorcismos (pie lo hablan dado, tomó
ciendo oración, como tenia costumbre. Solian, para exci- por último remedio ponerse de rodillas á los piés de san
tarse á mayor devoción, cantar algunos moteles; y enton- Cárlos. El santo le cebó su bendición, y al punto cayó en
ces uno, tomado del Evangelio : Tmpus est, u( reverlar ad tierra como muerto y se huyeron de él los demonios , l e -
eum, qui me m i s i l : y cuando llegaron los músicos á aque- vantándose luegolibre y sano sin padecer mas persecución
llas palabras : A'on turbelur corvestrum, ñeque formidel; el del enemigo.
i mpío palricida en hábito seglar desdo la puerta del orato- Juan Bautista Battcta, milanés, padecía ílnjo de san-
rio, no dislaudo cuatro brazas del cardenal, disparó el a r - gre de narices desde muy n u l o , saliéndole gran copia
cabuz de rueda, cargado de bala y muchas postas. Dió el seis ó siete veces entre dia y noche, por espacio de dos
golpe al inocente cardenal, arrodillado ante el aliar en años continuos, no aprovechándole remedio alguno : con
oración : espantó ol tronido á los presentes, que atemori- que al pobre mozo le tenían por muerto, mayormente ha-
zados se levantaron, dejando la oración. Cesó la música, y biendo faHocido un lio suyo de este mal. Llegó á eslar tan
el mansísimo cardenal, sin alteración ninguna, les mandó descolorido y exangüe, que parecía difunto. Estando una
aquietar y proseguir la oración : con que el sacrilego no vez leyendo el milagro que hizo Cristo nuestro Señor, sa-
conocido, sin que nadie le siguiese, se escapó fácilmente. nando del flujo de sangre de doce años á aquella mujer
Sintió el cardenal herirse como de un fuerte golpe de l a n -
del Evangelio que le locó la orla de la vestidura , vino en
za, (jue le impelió con gran violencia á un apresurado m o -
esperanza cierta de sanar si tocase Jas vestiduras del car-
vimiento, hasta tocar la tierra con las manos: entendió es-
denal , por ser hombre tan sanio. Lleno de esta f é , le l o -
lar herido de muerte por la fuerza del golpe: tentó luego
có los vestidos el segundo dia de las letanías del año do
coa la mano el lugar que temió herido; y levantando los
8 1 , cuando entraba en procesión en la iglesia de San IS'a-
ojos y manos al cielo , se ofreció en voluntario sacrificio á
zar¡o; y quedó desde aquella hora sano, aunque era en
la Majestad divina, dando gracias de haberle favorecido en
tiempo de calores , cuando otras veces se le aumenlaba el
permitir muriese por la justicia. Perseveró en la oración
mal.
inmóvil mas de un cuarto de hora | y al levantarse, halla-
Margarita de Vertuna estaba desahuciada y tan deshe-
ron que la bala , habiendo dado el golpe en medio del es-
cha que no tenia sino la piel sobre los huesos. Viéndose
pinazo, no habia pasado el vestido manchó solo el roquete,
desamparada de los médicos y de todo remedio humano,
y dejando una sehal grande de su forma, habia caido á sus
deseosa de alcanzar la bendición de su santo prelado , se
piés. Una de las postas , pasando las ropas todas hasta la
hizo poner en la puerta de su casa , cuando pasaba por
carne, paró sin hacer ofensa alguna, no atreviéndose (mas
allí san Cárlos en una procesión. Al pasar por delante de
piadosa que el impío religioso) á teñirse en la ¡nocente
la puerta de la enferma, donde se habia heohcí llevar,
sangre del sagrado prelado, ni hacer daño al que con s u -
paró el cardenal algún tanto de propósito y la bendijo
mo ardor y caridad cristiana era un perpetuo bienheí hor
ile todos. Las postas qtffe no tocaron al santo , mostrando con la señal de la cruz; y al punto Margarita sintió tomar
vigor y quitársela el m a l , y con poquísima ayuda subir
328 LA LI?YENDA DE ORO. uu 4.
las escaleras, y hall/indose sana sin volver mas á la c a - cía, como que no se sirviese del uso do los sentidos y ape-
ma , tornando una refección, salió de casa y anduvo á pié titos, habiendo cautivado y rendido su libertad, y suje-
sin ayuda las calles todas de la procesión , larga por lo ládolos á una entera y perfecta obediencia á la razón y al
inénos una milla, para ganar la indulgencia plenaria con- espíritu, porque no comia y dormía, sino cuando y aque-
cedida á quien visitaba aquel dia el hospital. llo que quería. En tiempos de negocios y extraordinarias
Visitando en Monza , expelió con su bendición un d e - necesidades, como de concilios provinciales y diocesanos,
monio, que mucho tiempo habia infestado un convento de traslaciones de cuerpos de santos y en otras muchas
de monjas. En el mismo lugar vivía una mujer principal ocurrencias, ó no dormía, ó muy poco , usando en estas
recien casada, afligida mucho tiempo habia de una enfer- ocasiones reposar un rato sobre una silla: este modo do
medad molestisima , tenia continua conmoción de estó- dormirle era agradable y habia hecho familiar, por una
mago , é inquietud de ánimo con gran melancolía , parc- razón que solia traer ai propósito: sabia de algunos capi-
ciéndola tener en el estómago" un manojo de espinas que tanes tan vigilantes , que en campaña dormían vestidos,
siempre la atormentaba y quitaba el respirar. Arrebatá- no recostados en el lecho , mas solo en una silla. Valíase
bala una agitación y furor tan grande, que no podia del ejemplo de Jacome de Médicis , su l i o ; y así decía que
estar á la vista del santísimo Sacramento : aborrecía la el obispo que tiene el gobierno de las almas, y ha de ha-
presencia de los sacerdotes : era implacable á sus criados: cer guerra, nó á hombres solamente, mas á los ejércitos
acometía furiosamente á su madre ; y quebrantada con í n - de los infiernos, no debe ser ménos vigilante que un c a -
timo tormento, en ninguna cosa y parte sosegaba. A t r i - pitán de milicia mundana. Aun teniendo calentura , per-
buíanlo á hechizos; otros á espirilus inmundos: remedios severaba en sus trabajos y penitencias ordinarias como si
ni exorcismos no la daban un lijero alivio. La m u j e r , que estuviera en la mas asegurada salud, encubriendo el ac-
tal vez la quedaba libre el juicio para conocer su miseria, cidente muchos dias; y era ordinario en su boca , que
salió á la calle , pasando el santo cardenal, y arrodillada la persona que tiene cargo de almas no debe rendir-
recibió su bendición : parecióla recibir una eficaz medici- se á la cama hasta pasadas tres accesiones de calenturas.
na, y con una gran conmoción sintió debilitarse y alijerar Un estío hizo la visita de Valtraballe, en la feligresía de
Canobía, país montuoso é inaccesible en los confines del
el estómago; y cobró al punto las fuerzas y la sanidad
lago Mayar, con diez y siete términos de terciana , sin
entera en un instante, sin quedarla una reliquia del m a l .
interrumpir la visita, visitando y trabajando el tiempo de
Sentía mucho san Carlos la pérdida de un sacerdote de
la accesión: veíanle ahora temblar de frío , y luego e n -
los oblatos; porque estaba con una ética incurable, de-
cendido de gran calor del mal. Consagró en esta ocasioa la
sahuciado de los médicos: fué el santo á servirle , como
iglesia de los padres capuchinos en Canobía ! perseveró
solia hacer , con suma caridad y humildad : confesóle él
en la acción , aunque le sobrevino el rigor de la calentu-
mismo y le dió el santísimo viático, sin cesar continuamen-
ra , haciendo un largo sermón fuera de la iglesia , para
te de rogar al Señor por su salud, porque le veia ir m u -
que pudiese oírle la multitud, tolerando á un mismo t i e m -
riendo, y cuando llegó al extremo de espirar, continuando po el fuego interior de la calentura y el exterior del s o l ,
el santo su oración le fué restituida la salud con maravi- pero refrigerándole la marea suave del espíritu de Dios.
lla de todos por la evidencia del milagro, como lo leslifi- Hacía de ordinario las visitas de la diócesis en los tres m e -
caron los médicos. ses de mayor calor del ano, y acabada la visita de un l u -
No fué menor milagro el conservarse tanto tiempo su gar , pasaba de largo á otro: y porque esto era de o r d i -
vida, juntando con tan grande multitud de negocios y tra- nario después del medio d í a , por no perder tiempo c a m i -
bajos, el sumo rigor con que trataba el santo su persona. naba á aquella hora del mas fuerte calor del s o l , sin r e -
Habia llegado á tan extremada aspereza y penitencia, que paro ó defensa contra el rigor de sus rayos; y si ocurrían
su ayuno era casi cotidiano á pan y agua : en las fiestas lugares peligrosos ó inaccesibles para los caballos, c a m i -
de precepto comía alguna otra cosa; pero nó carne, J^ue- naba á pié á aquella misma hora. Veíale muchas veces
vos , ó pescado, sin beber vino: en la cuaresma dejaba el bañado de sudor que le pasaba las ropas: y aunque llega-
pan y se sustentaba de higos secos y habas blandas ; y la do á un lugar podia enjugarse y descansar, no lo hacía:
semana santa ayunaba con solos altramuces. Gomia una iba de largo á la iglesia á hacer oración, predicar y dar
sola vez al dia: lodo el año dormía sobre nn jergón de pa- principio á las funciones de la visita, sin darse por enten-
ja que le servia de cama, con una cubierla semejante, dido á las mayores molestias y fatigas: lo mismo hacía
almohada ó cabezal de p a j a , las sábanas de cánamo calado de recias lluvias, 6 por haber pasado ríos ó lagos,
grueso y áspero, como venia del telar i solia dormir ves- aplicándose al instante á las cosas que había de hacer.
tido sobre las tablas de la cama, con una manta grosera : Yendo una vez á visitar la iglesia de Séllala , le cogió una
traía un duro cilicio sobre su carne: castigaba severamen- agua tan recia que le bañó todo hasta la camisa ¡ no dejó
te su cuerpo con ásperas disciplinas, trayendo todo el de i r á la iglesia sin pararse á mudar ropa ni enjugarse,
cuerpo lastimado y sangriento. En las montanas y luga- comenzando á entender en la visita. No permitía se le p r e -
res pobres parecía gozarse sumamente, cuando no se h a - viniese el hospedaje, particularmente en dias de ayunos,
llaba p a n , y le era forzoso valerse de las castañas . l e - para poder añadir esta incomodidad á los tesoros de sus
che y otros manjares groseros , y habfir de dormir sobre merecimientos. En las consagraciones de iglesias, cemen-
los bancos ó tablas. No parece gustaba de la comida y b e - terios y otros ministerios, cuando lo pedia la sacra cere-
bida , y no se quejaba si le daban lo que no quería, ó en monia , estaba siempre la cabeza descubierta á los rayos
otra forma, sino es que fuese contra el rigor que había del s o l , aunque fuese ardentísimo y del medio d i a : y por-
propuesto: con que se luvo por cierto , que la continua que estas acciones eran muy frecuentes , tenia la cabeza
pelea que trajo con su cuerpo no le dejó tomar gusto en pelada y abrasada.
cosa alguna, y le habia mortificado de manera, que pare-
DÍA 4. mmUmiL 321>
unas tercianas, las cuales disimuló algunos días, p r o -
Estando una noche muy fría esludiando con sola una
siguiendo en su oración y ocupaciones sanias. Al fin le
ropa de paño p a r d o , como lo usan los de la Compañía , la
forzaron á volverse á Milán: pasó por Arona , donde se
cual oslaba muy gaslada, y exhortándote uno á tomar otro
había fundado un noviciado de la Compañía , donde q u i -
por no morir do frió ; le respondió risueño su razón o r d i -
so hospedarse, desechando los palacios que sus parien-
naria : A'i tengo otra ni la quiero: las demás ropas son de
les le ofrecían: y hallándose con disposición para ello,
la dignidad, no son mias : para mí de invierno y verano
dijo misa, que fué la última de su vida, en la cual comulgó
me basta esta sola i con ella me contento, ni quiero tener
á todos los novicios : después de haber oído otra misa del
otra en mi vida. A oli o que le exhortaba á que se dejase ca-
padre Simón A r p i , rector de aquella casa, le vino la
lentar la cama ; respondió : Tengo un lindo modo de no
quinta terciana mas recia que otras veces. Úllimamente
senlir el frió déla cama ; y es, llevar tan frió el cuerpo,
llegó á Milán , donde se le agravó el mal : mandó llamar
que en su comparación la cama no lo parezca. Pasaba fre-
al punto su médico ordinario : dióle menuda cuenta del
cuentemente las noches sin entrar en calor, mayormente
discurso de su enfermedad , para que le aplicase los r e -
no cenando y siendo tales los abrigos de la cama : y al
medios convenientes ; mas que advirtiese que no h a -
modo que los hombres sensuales, huyendo el padecer,
bía de impedirle sus devociones y oraciones espiri-
buscan todas las comodidades y se entregan al gozo de to-
tuales.
dos los deleites; el santo cardenal, criado en tan gran r e -
La mañana siguiente a 3 de noviembre, habiendo á las
galo, andaba en buscado todas aquellas cosas que le h a -
nueve del medio dia tomado la refección que le ordenó el
cían padecer y afiigian mas gravemente su cuerpo. Reti-
médico, hizo llamar sus camareros para rezar en su c o m -
róse una vez á darse á mas oración en una de las celdas
pañía el oficio divino, como acostumbraba siempre; pero
que fabricó para los espirituales en el seminario de la Ca-
advirliéndole que le haría gran daño, por ser la calentura
nónica, y era tiempo de lluvias: Baustista Castaño , su
conlinua, y podia aumentarse, que bastaba oírle, se detu-
camarero, le rogó con instancia dejase aquel lugar, por-
vo, y pidió parecer al padre Adorno, que le aconsejó lo
que caía agua en gran copia del lecho que le bañaba l o -
loísmo, con lo que se aquietó . Rezóle arrodillado á los
do , y apenas pudo alcanzar poner una tabla sobre la c a -
piés de la cama Gerónimo Castaño, su camarero, con el
m a , que podia reparar mal el agua y no quiso salir de
oficio de difuntos, estando el sanio atento con gran devo-
a l l í , aunque eri el seminario había otras estancias acomo-
ción oyéndole. En todas las demás cosas no se resolvia.
dadas en que retirarse. Gozábase de padecer esta moles-
sino por el órden del dicho padre Adorno, que tenía en
lia , mostrando en los hechos lo que dijo alguna vez , que
lugar de Dios. Creció el mal desuerte, que los médicos, l o -
sentía conlento en estas atlicciones , y se le veia en el ros-
mándole el pulso, conocieron que la virtud iba faltando y lo
tro ; porque en ellas daba muestras de alegría, que es
quedaban pocas horas de vida: cosa inesperada y que l l e -
testimonio grande del desasimienlo de sí mismo, y de «na
nó do increíble dolor y espanto los corazones de lodos. Al
extremada unión con Dios. Siendo huésped en casa de un
punto el padre Adorno lo intimó al cardenal, y le dijo con
obispo de su provincia, sentado á la mesa oyó locar i n s -
lágrimas había llegado su hora de partir de esta vida:quo
trurnenlos para música : desügradüle grandemente, y r e -
el Señor loquería paras!, y si quería el santísimo viático.
prendiólo diciendo: El obispo ha de repugnar á todas las
Oyó la determinación de Dios con igualdad de ánimo, res-
cosas que deleitan el sentido. Viendo otra vez á un sacer-
pondiendo que le pedia instantáneamente con lodo afecto.
dote, su ministro,beber fuera de comida, lecorrigió con
Trajéronsele de la iglesia mayor con grande acompaña-
decirle que consintiendo al apetito del gusto, se le baria
miento y senlimiento de lodos que venían verlíendo l á -
esclavo, y que al día siguiente volvería beber á aquella
grimas. Quiso salir de la cama y ponerse de rcdillas para
h o r a : y excusándose con que solamente se bahía enjua-
recibirle; mas no pudo por la flaqueza con que estaba. Fue
gado , le d i j o , que aquella aun era sensualidad , que
singular la devoción con que le recibió y luego la santa
debía mortificarse y padecer la s e d , y así lo hacia el
extremaunción. Llenóse en breve la sala de sacerdotes y
sanio.
familiares de casa que arrodillados ceicaban el santo lecho:
Quiso Dios premiar tantos trabajos y virtudes heroicas
unos recomendaban el alma : otros leian la pasión; y el
de san Cárlos, y así se dispuso para una muerte f e -
padre Adorno con el crucifijo en ta mano atendía conlinua-
licísima con los ejercicios espirituales de san Ignacio, que
m e n t e á l o s recuerdos de las consideraciones santas de
un mes ántes hizo en el monte Váralo, y se los dió el pa-
aquel paso, hasta que élúllimamenleííjólosojos en elcru-
dre Francisco Adorno , de la Compañía de Jesús , su con-
cifijo, cubierto de cilicio y ceniza, y como él habia desea-
fesor y padre espirilual muy querido del santo, por c u -
do, despidió su purísimo espíritu con gran quietud y so-
ya dirección se gobernaba y á quien lenia dada la obe-
siego de aquel cuerpo afligido. Fué su muerte á 3 dé no-
diencia. Era gran siervo de Dios, como elegido del sanio
viembre, sábado á tres horas de la noche, año de I S S í :
cardenal para aprovechamiento de su espíritu: teniale
ora la edad de san Cárlos cuarenta y seis años, un mes y
tanto respeto san Cárlos, que si pasaba delante deélT
un dia.
aunque estuviese durmiendo le hacía reverencia con pro-
No se puede explicar el senlimicnlo q u e hizo toda la ciu-
funda inclinación de la cabeza. Uncían juntamente los
dad de Milán con la muerle de su amado pastor: el con-
ejercicios lodos los criados del sanio. El padre Adorno
curso de la gente para reverenciar el santocuerpo, besarle
se levantaba cada mañana á dísperlarlos ; pero para que
los piés ó locarle sus vestiduras, fué grandísimo. Enterrá-
lo pudiese hacer con ma* comodidad , madrugaba antes
ronle con llanto y lágrimas de todos y postrábanse en tier-
sao Carlos, y él mismo le llevaba la luz. Fué extraordina-
ra muchos del pueblo al pasar el santo cadáver Mostró el
rio el fervor que tuvo en estos ejercicios. Viéronle echar
Señoría gloria de su siervo con muchas maravillas. Habia
del rostro resplandecientes rayos de claridad , y andaba
asistido siempre el padre Francisco Adorno á la cabecera
todo absorto en Dios. Diéronle entre lan santos ejercicios
TOMO 111. 43
330 LA LEYENDA P ORO. DÍA 4.
de ían Cárlos hnsía lo úhinio de la vida, como sn padre habia sucedido, ó qué necesidad tenían : porque estando
csjiiriliiai, y que lo dohta el amor y rospelo que liemos en su aposento en la casa arzobispal, habia oido una voz,
vislo. Ueliróse luego á su casa el podre Adorno; y echán- que tres veces lo dijo: Leváníate y véá Santa Bárba-
dose en h cama no pudo en (odo lo róstanle de la noche ra ; que aquellas doncellas tienen necesidad do tí; y así á
lomar sueno, atravesándole un íntimo dolor el corazón pol- toda priesa habia venido á saber y remediar lo que h a -
la pérdida de la Iglesia católica en un tan gran prelado. bía sucedido. Entonces la madre y las doncellas conocien-
Cerca del amanecerle venció el sueilo; y en este tiempo do este caso por un efecto claro de la divina misericordia,
h apareció el santo cardenal en háhito pontificio, lodo res- tuvieron por cierto que san Cárlos, su protector, les habia
pla?idecienle y glorioso, con el rostro alegre. Maravillán- alcanzado favor del Señor: con que llenas de alegría y
dose el padre, le dijo: ¿Y cómo os oslo? paréceme que es- animadas, refirieron al vicario la aflicción en que se halla-
tuvisteis enfermo y aim muerto; y el santo 1c respondió: ban y la resolución con que habia venido su fundador pa-
Dowinus morliftcat, et Dominvs vivifical. Yo estoy hien; y ra echarlas: suplicáronle las amparase procurando con
vos me seguiréis presto. Kl padrequedó consoladísimocou brevedad darles el hábito y erigiendo el colegio en cen-
esta aparición, y la refirió á muchos de sus amigos y en venlo de monjas capuchinas, conforme á las reglas yv.órden
el púlpilo ea.im sermón, y para que se eníemliese que no de san Cíiiks. El vicario se lo prometió con la brevedad
fué ÍO'O sueño, mas cosa verdadera, se verificó con breve- posible y consolólas, exhortándolas á permanecer en su
dad lo que el sanio predijo; poi que á pocos meses fué el propósito. Apenas se hubo despedido, cuando llegó al co-
padre Adorno á Genova, su patria, donde de una enrerme- legio Luis ¡íoccadulio, penitenciario mayor del Domo,uno
dad grave pasó á mejor vida dejando gran opinión de san- do los diputados díd mismo colegio : llamó á la superiora
tidad. Uevei enció el pueblo su cuerpo como do santo l o - al locutorio, y dijo: Yo venia de San Mareosa casa doíar-
cándole los rosarios,- y haciendo otras demostraciones se- zohispo;llegando al principio de esla calle la muía, de s u -
yo volvió hácia el colegio: no he podido encaminarla á
mejantes. Apareció asimismosan í á r l o s en sueños enhá-
otra parte por mas violencia que ho b i c h o : he imaginado si
liilo de cardeiial,rqjo, alegre y resplandeciente el rostro, ai
acaso se tiene necesidad de mí; y por esto lie llamado.
doctor Juan Pedro Guisano, casi inmedialamenlo después
Este caso causó mayor admiración eu las doncellas, y con
de muerto, y diciendole: ¿Qué novedad es esta, señor ilus-
él tuvieron por cierto andaba allí la mano del Señor, yque
liísimo? Él ¡e respondió: Consuélate; queá mí me va bien
la divina Majestad iiabiaoido sus ruegos. La rectora infer-
y estoy en la gloria del paraíso; y desapareció al punto.
mú al penitenciario de cuanto pasaba, el cual las prometió
4íabia en Milán algunas mujeres piadosas que tenian sin-
toda su ayuda. Con sucesos tan notables se hizo una con-
gular devoción consanCárlos, siguiéndole á todas las igle-
gregación en las casas arzobispales, en que se resolvió la
sias á oir su misa y sermón, y comulgaban de su mano
ejecución de esta fundación, que se hizo dia de san Fran-
casi todos los dias : entre ellas Ursula Ycyola, do familia
cisco, á los 4 de octubre, ano de 83, á gloria do Dios 3 IK1-
noble, que dejados los matrimonios se dedicó al Esposo
neficio do la ciudad de Milán.
celestial, hacia-ejcmplar vida en la casa de sus padres, y
por la larga oración se le hinchó notablemente nna rodilla En Pavía c a j ó un niño en el r i o : al caer se encomendó
que ron el tiempo-se confirmó en una goma, que la afiigia á san Cárlos, por haberle oido invocar á sus padres. Apa-
con dolor continuo, sin poder doblar aquella parte ni fijar- recióse luego elsanto: recibióle en sus brazos y le llevó
la en fierra, y era ya el mal incurable. Muerto el santo le por espacio de cien brazas, mas de un cuarto de hora, sus-
lloraba como á padre, é trizóse llevar á la capii'a donde es- tentándole sobre las ondas, hasta que un barquero le l o -
taba para hacer compañía a! sanio cuerpo y encomendar- mó, diciendo el niño la causa de no haberse hundido en
le á Dios: siguió el entierro sin dejarlo jamás el tiempo tanto tiempo con el ímpetu del rio, que fué haberle susten-
que pudo verle; y vuelta á casa, no sintiendo dolor en la tado el santo cardenal. En Milán nació un niño sin ojos,
rodilla, descubrióla y la halló sana, hábiéndoso quitado antes en lugar do ellos tenia dos como apostemas, de don-
rnilagrosaisiente !a goma ó inflamación, sin haberse acor- de le salia gran cantidad de materia muy asquerosa. Es-
dado de pedir su salud al santo; pero reconoció la gracia tándolc encomendando su madre á san Cárlos, comenzó á
de la bondad divina y méritos del santo cardenal, porse- dar veces una hermanila suya de cuatro aflos, diciendo:
\erándole la sanidad lo que le duróla vida. Madre, madre, el beato Cárlos ha dado la bendición á mi
Octavio Varase, devoto del cárdena!, había tres meses hermano, y abiértole los ojos. Volvióla gente que eslaha
que le postraban en la cama unas tercianas dobles sin h a - presente á mirarlo; y halláronle con sus ojos naturales, sin
llar los médicos remedio, con peligro de la vida ó de mal haber rastro de algún mal.
largo: dolíale no poder venerar y acompañar el cuerpo; y Otros muchos fueron los milagrosque obró el Señor por
confiando que estaba el santo en el cielo se encomendó á intercesión de su siervo, honrándole cada dia mas y c r e -
su intercesión, y alcanzó al punto salud cumplida, y cum- ciendo su fama y nombre. Canonizóle el papa Paulo V,
plió con su devoción. día de Todos los Santos, año de I C I O , mandaudo que la
Estaban muy afligidas la? doncellas de Santa Bárbara, fiesta de san Cárlos se celebrase cada año á los i de no-
las cuales elsanto habia ordenado fuesen monjas capuchi- viembre. Escribieron de san Carlos el doctor Juan Pali o
nas, porque se lo quuria estorbar una señora que las ha- Cuísano; don Cárlos líaeape, obispo de Novaia; Marco
bia de fundar queriéndolas dar otras reglas é instituto, y Aureliano Gratarola; Juan Bautista Posevino y otros. Ü l -
muy resuelta que si no lo admitían las habia de echar de timamenle con gran piedad y diligencia escribió la vida de
ia casa donde estaban ya juntas en forma de monasterio. este santo prelado en estilo español el licenciado Luís M u -
Llegó en esto punto monseñor Fontana vicario general, y ñoz : de la cual hemos recogido lo mas que aquí hea;os
muy apriesa con solos dos criados: h'\io llamar luego ála dicho.
superiora que regia aquel devoto colegio: preguntóla qué SAN EMEIUCO, CONFESOU.—Bien es que con la vída del
DIA 4. NOVIEMlíUE. 331
snnlo roy Esteban junlomoá la ddsnnlo príncipe Enrerico, Crecía en la edad el p i w i p e Emerico, y-no méiros en
sn hijo; pues no es ménosen s i t manera B i l i o i i able, que la la virlud y perfección. Estando en Yesprin, llevando con^
de su padre; y a u i K p n ! el dia de su translación en que la sigo un solo criado, se fué una noche á la Iglesia antigua
Iglesia le celebra, es á los i de noviembre; todavía es!as de San Jorgeá hacer oración: y postrado dolante del a l -
dos vidas juntas aquí irán mastrahadns y la una dará luz h tar, comenzó á pensar qué ofrenda ó qué sacrificio podría
la otra, y por ellas alabaremos al Sefior, que hizo santos al él ofrecer á Dios, que le fuese mas acepto y pgra(feble ; y
rey su padre y al principo su hijo, y los puso en su Igle- ostando en esto pensamiento, vió una luz clarísima, que
sia para ejemplo desanlidad. alumbraba toda la iglesia, y oyó una voz del cielo, que le
\;)ció s a n Emerico de Esteban y de Gisela, reyes de decía: I.a viiTÍuidad os cosa preciosísima : y loque le pi -
Ilungi ía : desde ruño fué tan inclinado á la virtud y á ledas do, es, que la guardes entoramen'e en-el cuerpo y en ct
inscosas do piedad, que comunmente, dui miendo los otros, alma, hasta la nmorle. Muy consolado quedó Emerico con
se levaniüba de su cama h hacer oración y recilar los sal- esté regalo y mandato del cielo, y suplicó á nuestro Sefior
mos de David, pidiendo al Bfi de cada salmo perdón á Dios que le diese gracia y espíritu para guardarlo que lo man-
de sus culpas; y en esle santo ejercicio gastaha buena par- daba, como lo proponía do hacer, y no descubrió á nad:
te de la noche: y aconleció algunas veces que el rey su este secreto; áutos mandó al criado que allí estaba, qu
padre le estaba acechando maravillado de la virtud de su callase mientras él viviera.
hijo, y regalándose en él, alabando al Señor que se le ha- Mas el rey Estéban, queriendo proveerá su reino, m a n -
bía dado, sacando de aquellosprincipioscnán gran prínci- do á su hijo que se casase: lo cual él hizo con mucha R>
pe habia de ser. Acrecentóse masesla opinión y esperanza pugnancia por el propósito de guardar virginidad que t e -
al rey, por lo que o'va vez le sucedió. Ouisoir un dia al nia, conforme á la divina revelación. Pero obedeció ai pa-
monasterio de San Martin, que el mismo rey hahia fundado dre, y lomó por mujer á una doncella de sangre roa!,
ricamente y poblado degran número de monges. Determi- muy hermosa y honesta y digna de tal esposo; poro no
nó llevar consigo á su hijo Emerico, y envióle delaule pa- la locó: ántos la persuadió que guardase ella también su
ra que lodo el recihimienlo que los monges lequerian ha- virginidad, y los dos viviesen como hermano y hennann;
cer á él, se lo hiciesen á su hijo,y el hijo les conociese y y así lo bacian. Y como él era mozo y le hervia la sangre
traíase mas familiarmente. Llegado Emerico al monasle- y se criaba con lanta abundancia y regalo, y con l¡;s oca-
rio, fué recibido de lodo el convento como hijo y heredero siones que los palacios de los reyes traen consigo; para no
d e l r e y : y é!,á la usanza de latierra abrazóconbenignidad perder en un punto la preciosa joya de la castidad, m a -
á todos los monges, y á cada uno de por sí dándoles óscu- ceraba su cuerpo con ayunos, penitencias y oraciones, s u -
lo dé paz en el rostro. Pero notó el rey su padre que no ha- plicando continuamente al Señor que le tuviese de su ma-
cia esto igualmente con todos sino que á unos hesaba en no y apagase las llamas déla concupiscencia con el rocío
el rostro dos á oíros tres, á otros cuatro y cinco veces, y de! cielo, y el Señor le guardó porpoluamenlc virgen con
que á uno solo que se llamaba 3!auro, le había besado sie- su esposa: que es un ejemplo raro y admirable, y propio
t e veces: de lo cual admirado el rey quiso d e s p u é s saber do la poderosa mano del Señor, que mandó al fuego quo
de Emerico por qué lo haliia hecho, y c u á l era- l a causa no quemase, y conservó á Emerico en medio de las l i a -
de aquella variedad. Confesó el hijo a! padre que la causa mas, como á los tres mozos del horno de Babilonia, para
había sido la revelacicn que habia tenido do Dios, délos que no se abrasase, y nos enseñase con tan iluslrc ejem^-
grades de casti ladque cada uno de l o s monges tenia, y que plo lo que puede nuestra ffácá naturaleza a j miada y
conforme á ellos él habia regalado con aquel ósculo depaz alentada con el favor del Señor. Y porque la vida de esto
mas ó menos á cada uno; y que aquel monge á quien habia santo príncipe era mas digna del cielo, que no de la t i e r -
hecho aquclsingiilar favor, y besádole siete voces era v i r - ra, se la cortó en la flor de su edad,,y le Iransfadó á otro
gen y varón porfecüsimo. reino mas seguro y perpetuo. El arzobispo afirmó que ha-
bia visto subir su alma al cielo, y Dios 1c ilustró con m u -
Espantóse el rey que su hijo (uviesc lanta luz del ciclo:
chos y grandes milagros que hizo por su intercesión en
y para averiguar si era verdad, volvió otro dia al monas-
Alba Real, donde sepultaron su sngrado cuerpo.
terio solo con dos criados, y después de haher estado los
monges en sus maitines, noló que solos aquellos s e que- Entre estos milagros fué uno muy insigne, el qiie suce-
daban en el coro, ó.se recogían en algún rincón del l e m - dió siendo ya roy Ladislao, de esta manera, Vn hombre
plo á hacer oración, á quienes Emerico habia dado m u - aloman, llamado Conrado, habia sido de una vida muy
chos besos, y que l o » demás so iban á reposar. El rey los perdida y abominable, y locándole Dios al corazón, se
^filudo á c a d a uno por sí; y ellos le respondieron: y solo compungió, y so determinó á ir á Roma y ocharse á los
Mauro nunca quiso responder al rey ; porque estaba muy piés del papa, y confosarse de todos sus picados con él y
puesto en su oración y no se quería diverlir. Mas para pedirle penitencia de ellos. El papa le oyó: y espantado de
hacer otra prueba mayor, a l dia siguiente le hizo l l a m a r la abominación de su vida, le mandó traer una loriga do
delaule. de ¡esotros frailes y le reprendió de muchas co- hierro á raíz de las carnes, apretada con cinco cadenillas
síis, q u e deciá haber hecho como mal religioso ; y Mauro de hierro, y un papel en que oslaban escriíos sus enormes
estuvo tan en sí y tan seguro en su conciencin, que no pecados, y que visitase los lugares donde habia reliquias
habló palabra, ni so excusó, remitiendo su inocencia al de santos y trajese aquella loriga, hasta que aquellas ca-
juicio d^'1 Sefior; y el rey Eslébau conoció que era verdad denas de suyo se desatasen , y se borrasen los pecados
lo que e l príncipe s u hijo le habia dicho, y declaró al con- eserilos en el papel. Todo lo hizo el hombre como le fué
vento l a causa porqué habia venido allí, alabando á Mau- mandado, y visitó los sagrados lugares de Jerusalen, y
ro, a quien poco después hizo obispo de l a ciudad l l a m a d a después vino á llnngria; y postrándose delante del se-
Cinco Iglesias. i pulcro del rey san Estéban, determinó no levantarse do
332 LA LEYKN DA DE ORO. DÍA i.
ahí, hasta que so quebrasen las cadenas, se borrase el cosa sana donde poner los ojos, ni sangre que derramar,
papel, y él fuese consolado entendiendo que había alcan- según estaba exhausto y consumido. Levantó el glorioso
zado misericordia del Señor. márür pus ojos al cielo, y pidió humildemente á Dios, que
Habiendo estado allí desde la hora de prima hasta la recibiese su espíritu, para que él recibiese la corona que
hora de nona en oración, cansado ya se adormeció y san su sank» ángel le habia mostrado. Oyóle el Señor; y en
Esteban le apareció y le mandó que se echase delante de acabando su oración, le dió su alma. Estaba Agrícola pre-
la tumba de Emeiico, su hijo, que estaba alli cerca; por- sente á este espectáculo, con el cual el juez le quiso es-
que por el don de la virginidad y otras virtudes habia s i - pantar y apartarle de su intento, para que escat mentase
do lan agradable á Dios, que le afcanzaria luego perdón de en la cabeza de su siervo; y esto con una cruel piedad (co-
todos sus pecados. mo dice san Ambrosio) pues le quería privar de la gloria
Ilizolo así Conrado: y estando en oración en la capilla del martirio. Mas Agrícola no se turbó por los tormentos
de san Emerico, las cadenas se quebraron y los pecados de Vidal; antes se animó y encendió mas en d amor de
se borraron del papel; y él publicó su mala vida pasada y Dios, deseando tenerle compañía, y seguir al que iba d e -
el milagro: por el cual y por otros muchos, el rey Ladis- lante, y no ser ménos valeroso en la fé de Cristo, que lo
lao, los obispos, prelados y grandes del reino, trataron había sido su mismo esclavo. Como el juez le vió lan cons-
que se pusiese luego Emerico en el catálogo de los santos; tante, convirtió la blandura que con él habia usado, en
y habiendo precedido ayuno de tres dias, pusieron su sa- saña, y se embraveció y le mandó poner en una cruz; y
grado cuerpo sobre el altar á los 4 de noviembre, bacien- así se hizo traspasándole y fijando sus sagrados miembros
do nuestro Señor muchos y grandes milagros por su i n - con muchos y duros clavos; y el santo levantado en alto
tercesión, y dando salud á los enfermos, que de muchas y representando con aquel género de martirio á su Señor,
remolas parteé concurrian á su sepulcro. La vida de san mostrando que tenia en poco todo lo de la tierra, y que
Emerico trae Surio en su sexto lomo. Martin Polono dice anhelaba al cielo, donde tenia su corazón, el mismo dia
que murió el año de 1 0 3 2 ; y Crcmero el año de 1036. que Vidal entre los azotes y tormentos dió sn cspíi Hu al
Hace mención de él el Martirologio romano á los í de no- Señor, él le dió el suyo en la cruz; y el amo y el esclavo
viembre ; y Antonio Bonfinio, en la Historia de Hungría fueron iguales en eí martirio y en la corona. Sepultaron
en la segunda década, lib. n ; y Benedicto, papa Y1H (á sus cuerpos en un cementerio y osario de judíos; y así
quien llaman el IX) le canonizó con san Esteban, su pa- ¡dice san Ambrosio) que estuvieron las rosas entre las es-
dre-, como lo nota el cardenal Baronio en sus anotaciones pinas, y la luz entre las tinieblas hasta que Dios los reve-
sobre el Martirologio, a los 4 de noviembre. ló. Cuando se descubrieron y se hubieron de trasladar,
fué el santo prelado á Bolonia, convidado del obispo de
SÍN VIDAL Y SAN AGRÍCOLA, MÁRTIRES.—Escribiendo el
aquella ciudad para honrar al Señor, y gozar de aquel
bienaventurado san Ambrosio álas vírgenes, y tratando de
nuevo tesoro y de la gloria de los santos. El mismo san
los mártires san Vidal y san Agrícola, dice estas palabras:
Ambrosio dió á las vírgenes parte de las reliquias, y las
vLa condición y estado bajo del hombre no le es impedi-
dice estas palabras: «Yo os he traído preciosos dones y
mento para que no sea estimado, ni la grandeza dellinaje
cogidos con mis manos, que son los trofeos de la cruz,
le hace digno de loa sino la f é ; porque el esclavo y el l i -
cuya gracia conocéis en las obrasr y los mismos demonios
bre son una misma cosa en Cristo, y cada uno recibirá de
las confiesan. Otros alleguen oro y plata, y saquen estos
Dios el premio del bien ó del mal, que hubiere hecho. Ni
metales de las venas debajo de tierra: busquen joyas y
la servidumbre nos quita, ni la libertad nos da; porque la
piedras preciosas, que al fin se acaban, y muchas veces
una y la otra se pesan con el mismo peso delante del Se-
son dañosas á los que las poseen: nosotros habemos r e -
ñor : ni hay diferencia en los merecimientos del esclavo
cogido los clavos del mártir, y muchos; porque mas fue-
que bien sirve, ni del libre que goza de su libertad: por-
ron las heridas que padeció, que los miembros en que las
queta mayor dignidad de todas es servir á Cristo: y por
padeció. Recogimos también la sangre que derramó, y
esto san Pablo se gloría de ser esclavo de Cristo; porque
con la cual triunfó de la muerte, y el madero de la cruz
esta servidumbre es gloriosa, de la cual se precia el Após-
en que estuvo colgado.» Esto dice san Ambrosio: el cual
t o l : y con razón : pues nuestra suma gloria es, que Dios
colocó este tesoro y preciosas reliquias en la ciudad de
nos haya estimado en tanto, que nos compró con la san-
Florencia, en un templo que una santa y rica señora, l l a -
gre de su bendito Hijo.)) Todo esto es de san Ambrosio, á
mada Juliana, habia edificado. San Gregorio Turonensc
propósito de los. santos mártires Vidal y Agrícola, de los
cuenta algunos milagros, que obró nuestro Señor por i n -
cuales Agrícola era caballero principal y Vidal esclavo
tercesión de estos santos mártires, y dice que parle de
suyo, y ambos cristianos; y por esta causa fueron presos
sus reliquias fueron llevadas á Francia, y que Namacio,
en Bolonia, ciudad de Italia, y martirizados, siendo empe-
obispo déla ciudad de Alvernia, las colocó en una iglesia
radores Dioclcciano y Maximiano, tan fieros enemigos de
que él mismo había labrado. Fué su martirio á los 4 de
Cristo nuestro Salvador, que nunca se vieron hartos de
noviembre (en que la santa Iglesia celebra su fiesta) y en
sangre de cristianos. Era Agrícola hombre noble (como di-
el año del Señor de 303, imperando los dichos Díoclecia-
jimos) y bien acondicionado, y tenia muchos amigos: y
no y Maximiano; y de ellos hacen mención los Martirolo-
queriendo el presidente atemorizarle y no matarle, co-
gios romano y de Usuardo; san Paulino, obispo de Kola;
menzó por Vidal, m esclavo , y mandóle atormentar y
Gregorio Turonense, y los otros mas modernos que han
azotar crudamente, para que viendo el amo los atroces
escrito vidas de santos.
tormentos que su siervo padecía, se reportase y se deja-
se persuadir, y adorase á los falsos dioses. Atormentaron *- SAN FILÓLOGO y SAN PATUOBAS.—Fueron discípulos del
á Vidal los verdugos tan sin piedad, que quedó el cuerpo Salvador, y según la opinión mas común, fué el primero
del santo lan lleno de llagas y heridas, que no tenia en él obispo de Sinope y el segundo del territorio de Ñapóles,
DÍA 5. NOYIEMBim. 333
Practicaron ambos los ejercicios propios dol ministerio á mosa, se congració en la córley gnnó recompensas distin-
que habian sido destinados, predicando é instruyendo á guidas. Siguió en religión las ideas de los iconoclasias,
los pueblos en el camino de la salvación. Después de m u - que se hallaban protegidos por los cortesanos; pero al
chos trabajos y fatigas, descansaron en paz á fines del s i - mismo tiempo tuvo la dicha de conocer á un santo r e l i -
glo primero. San Pablo babla de ellos en el capítulo diez gioso, que al fin consiguió apartarlo del vicio y del error.
y seis de su carta á los romanos, cuando encarga que los Tocado entonces Juanicio de una viva compunción, pasó
saluden afectuosamente, como sus hermanos en Jesu- seis años entre la oración y la penitencia, sin cambiar por
cristo. esto de estado. Por fin, á la edad de cuarenta años dejó el
S\N PHÓCULO, MÁimn.—Solo sabemos por Usuardo, que servicio, y se retiró al monte Olimpo, en Bilinia. Fasó unos
floreció en Aulun durante los primeros siglos de la Iglesia, cuantos años en algunos monasterios, para formarse en
y que acabó su vida degollado, por haber confesado la fé las prácticas y ejercicios de la perfección, y después se re-
de Jesucristo. tiró á un lugar solitario, donde pasaba el tiempo orando y
SAN CLUO, PRESBÍTERO v MÁuTia.—Nació en Rochester, cantando los salmos que habia aprendido de memoria. Pa-
en Inglaterra, y habiendo sido ordenado sacerdote, pasó sados doce años en este género de vida, tomó el hábito re-
á las Galias. Fijó su residencia en el lerritorio de Vexin. ligioso, en el monasterio de Eresía. El don de milagros y
de la diócesis de Rúan, y \ i v i ó allí en la practica de las el de profecía lo hicieron tan célebre en todo el Oriente,
mas heroicas virtudes. Solo salía de su retiro, para ir á que acudían á verle desde los lugares mas distantes. De-
predicar á los pueblos vecinos las verdades de la salva- fendió con zelo el culto de las santas imágenes, y contri-
ción. El año 898 murió Claro, mártir de la castidad, á ma- buyó mucho á que la emperatriz Teodora prescribiese
nos de dos asesinos, que á este objeto habia enviado una aquel error. Llegó á la edad de ciento diez y seis años, y
mujer impúdica, que no habia podido lograr que el santo murió el de 8 í 3 . San Juanicio es uno de los santos mas
consintiese á satisfacer su pasión. Su culto ha sido célebre célebres en la Iglesia griega.
en Francia, y la ermita donde fue enterrado es todavía SAN BRISTAN, OBISPO Y CONFESOR.—En 931 fué este san-
lugar donde acuden muchos peregrinos, y que ha sido to consagrado obispo de Vinchesler, cuya Iglesia edificó
glorificado por el Señor con muchos milagros. con su santidad. Tenía una devoción particular á los fieles
SAN P o R F i a i o , MÁRTIR.—Era ciudadano deEfeso, y vivia difuntos. Todos los días celebraba en su sufragio el santo
en dicha ciudad en tiempo del emperador Aurcliano. El sacrilicio de la misa, y durante la noche se iba al cemen-
año n i de Jesucristo, habiéndole querido obligar á ofre- terio, y allí se estaba horas enteras rezando salmos. No
cer incienso á los ídolos del paganismo, consumó con un dejaba pasar ningún dia sin lavar los pies á algunos po-
ilustre martirio su victoria, y el no quererse preslar á bres, á quienes después servia á la mesa. Murió saulainen-
las exigencias de los gentiles. le el 4 de noviembre del año 934.
SAN NICANDRO Y SAN HERMAS, MÁRTIRES.—El primero SANTA MODESTA, VÍRGEN.—Fué natura! de Tréveris, y
fué obispo, y el segundo presbítero de la Iglesia de Mira, consagró toda su vida á Jesucristo, al cual lomó por espo-
en Licia. Los dos derramaron su sangre, y dieron su vida so desde sus primeros años. El Señor la favoreció con d i -
por Jesucristo, siendo degollados por orden del goberna- vinas revelaciones, y murió santamente en su misma pa-
dor Libanio, en tiempo del emperador Diocleciano. tria, en el año 680. Su cuerpo fué sepultado en la iglesia
SAN PIERIO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Nació en Egipto, principal de dicha ciudad, y su sepulcro fué glorioso en
se dedicó al estudio de las ciencias sagradas, en las que sa- milagros.
lió muy aventajado. Su vida pura y sin tacha, y su amor
a! estudio de la íilosofía cristiana, le hicieron amar extraor- DIA S.
dinariamente por san Teoanas, patriarca de Alejandría, que
leconlirió las sagradas órdenes. Regentó por algún tiem- SAN ZACARÍAS , PROFETA Y MÁRTIR, Y SANTA ISABEL, PA-
po la célebre escuela de Alejandiía, con aprovechamiento MES DE SAN JUAN BAUTISTA.—En Judea, en tiempo del rey
de los discípulos, y publicó varios tratados en defensa de Hcrodes, fué glorioso el nombre de Zacarías, sacerdote,
la religión verdadera. Después se retiró de la vida pública, profeta y padre de san Juan Bautista. San Lucas, evange-
y emprendió un viaje á Roma, donde acabó en paz el res- lista, en el principio de su Evangelio, dice divinidades, h a -
to de su vida, muriendo santamente el año 28T. blando de él y de sus virtudes.
SAN AMANCIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en la ciudad Este elogio solo bastaba para tenerle por tan gran san-
de Rodez, en Francia. Desde íimy jóven abrazó el estudio to como es; y sobre todo haber tenido un hijo, como el
eclesiástico, y debió á sus virtudes el ser elevado á la cáte- Bautista. Fué, pues, Zacarías de la tribu de Levi: y porque
dra episcopal de su patria. Trabajó infatigablemente en la de su prosapia, profecía, aparición del ángel en el templo,
conversión de los idólatras que habia todavía en su dióce- y demás cosas que tocan al nacimiento del Bautista,se t r a -
sis, y convirtió á muchos en fuerza desús discursos y m i - ta sulicientemente en la Natividad de san Juan, á i l de
lagros. Tenia una afición particular á las austeridades de junio; solo trataremos aquí de su gloriosa muerte, que fué
la penitencia, la cual sabia aliar muy bien c o n las fatigas en esta forma. Viéndose Herodes burlado de los santos r e -
apostólicas. Murió á fines del siglo V, y - f u é sepultado en yes Magos; pues, cuando los esperaba de vuelta de B e l h -
la misma ciudad de Rodez. len, para que le diesen noticia del recien nacido infante
SAN JÜANICIO, ABAD—Natural de Bifinia, de padres Jesús, nuestro Salvador, ellos tomaron por otra parte su
pobres, y pasó sus primeros años guardando cerdos. En camino, como refiere el sagrado evangelista san Maleo ; en-
su juventud llevó una vida bastante disipada: entró en la tonces, oyendo decir la gloriosa santa Isabel, que también
compañía de guardias del emperador de Constanlinopla, buscaban á su hijo Juan (niño tan tierno, que solo tenia
y como era de buena presencia y de una intrepidez pas- seis meses mas que Cristo Bien nuestro), para quitarle lu
LA LEYENDA DE ORO. DIA 5.
vida con IOÍ. demás sanios niños Inoccnlos, márlii-cs, l o - r u s t e n , y alií eslavo mucho tiempo en honroso sepulcro.
mando su hijo on los brazos, se fué á un alio monle da Ahora se dice rpio eslá en Veneda en un monasterio do
Jmien bnyendo; pero viendo que ¡a segilian los crueles señoras, fundado á honor suyo, y con su nombre..
verdugos, impíos ojecnlores de! rigor dellerodes, temió, ó La gloriosa sania Isabel, su esposa, y madre del B a u -
liizo oración proíiuidamenle liumiide, pidiendo á Dios l i - lista, fué de la lril)udeAaron;de cuya santidad trata, como
brase á su bijo Juan de la muerte. Al instante (¡ó fuerza de déla del santo Zacarías, su esposo, el sagrado evangeliza
la oración del justo ! ¡oh maravillas de Dios!) se abrió e! san Lucas en el principio de su Evangelio : y así, aquí
monte, y en la abertura se escondió Isabel y su hijo, de- solo trataremos de su gloriosa muerte; pues las demás co-
jando burlados á los fieros verdugos que, los seguían. En sas, que tocan ásus virtudes, santidad, salulacion y parlo,
las entrañas, pues, del monte, los recreaha el Señor que las refiere ei Evangelio. Después que [como dijimos poco
los guardaba, con una luz divina, y un ángel santo (pie les ha) tuvo seguro y educado á su hijo, y que ya el sanio
minislraba lodo lo necesario para la conservación de la niño se retiró al desierto, cumplidos los siete años de su
humana vida. Otros dicen, se escondió santa Isabel cen su edad, á hacer vida solitaria, ercmfiica ó monáslica ; Isa-
hijo en un monaslerio de los muchos que eníonecs los Tíse- bel se retiró á la monlaña de Judea á su casa, y allí vivió
nos, hijos de los profetas, descendientes del gran profeta sanlísimamente algunos meses, hasta que quiso el Señor
y patriarca san Elias, tenían edificados por aquellas mon- llevársela en paz y gracia suya, llena de días, santidad y
tarías, y allí se crió el niño Juan en el instituto carmelí- viriudes; y allí fué sepultada esta gloriosa santa, prima y
tico, siguiendo en todo desde entonces (comoquien tenia hermana de la Reina de los ángeles, y Madre de Dios Ma-
ya para hacerlo el uso de la razón, desde que fué santifi- ría santísima, sin pecado concebida; porque santa Ana y
cado en el vieulrc de su madre) ei espíritu y virtud de sania Esmeria fueron hermanas, hijas de Agarin r do
Elias, para ser príncipe del oslado religioso y monástico Ana, nació la Virgen María; de Esmeria , Isabel y Eliud;
en la ley de gracia, como lo era y es Elias en la escrita i y y de Eliud nació Eminin; y de Eminin nació san Ser-
esta opinión es la mas corriente y común; aunque ñ o l a vacio, obispo, cuya vida pusimos a lít de mayo. Otros
niega, quien sigue la primera de la milagrosa abertura del afirman que en la misma cueva (que así llaman la aber-
monte : pues unos y otros dicen, que acabada la persecu- tura ó quiebra del monte en que se ocultaron madre c
ción de Heredes, el niño Juan se crió entrólos Erenos, h i - hijo) se la llevó Dios, quedando por custodio fiel y n u -
jos de los profetas, hasta que de siete años, insüuido ya triz del niño Juan, el ángel que ya dijimos les minis-
en la vida monástica, se retiró á hacer vida solitaria al traba el sustetiío necesario á la vida. Como quiera que
desierto, como lo hacían muchos de aquellos antiguos ello sea, Isabel mmió en paz y gracia del Señor, cuya
monges, sucesores de Elias. cierna gloria posee. No se sabe el dia cierto de su glorio-
so tránsito ; y así nuestra madre la Iglesia la ha señalado
Quedóse entonces solo en su casa y asistencia del templo
el mismo de su esposo el sanio sacerdole, profela y már-
el santo sacerdote Zacarías, y como Herodcs enviase sus
tiiZ acarías, ceiehrandoá los dos en un mismo dia. Escríliie-
ministros, á que ie preguntasen por el niño Juan, hijo
ron las vidas de estos dos benditos casados , padres del
suyo, y ó! respondiese, no sabia dónde estaba, como era
Baufisla, saní.ucas en su sagrado Evangelio, cap. I ; Beda;
cierto que no lo sabia ( sin que esta ignorancia se oponga
Usuardo, y Atlon, y los demás padres de la Iglesia lalina;
al ser profeta santo; porque no todas las cosas sabe el que
los griegos en su Menologio ; san Epifanio, lib. de Vit. el
es profela, sino solas aquellas que Dios quiere revelarle),
Inler. jiropltel. , cap. 23 , i n Patinar. Iiccres. 2G , el cual
y asimismo les reprendiese el rigor y crueldad suya y
afirma ser esle Zacarías el que dice Crislo, Bien nuestro,
de su rey y señor Uerodes , que los obligaba á quitar tan-
por san Mateo, cap. 23, fué muerto enlreel temploy el aliar,
las inocentes vidas, y predicase á Cristo recien nacido, Rey
como ya queda dicho. Del mismo sentir son Orígenes, in
de Israel, Hijo de Madre Virgen, y Señor de cielos y tierra,
Mallh., cap. 211; sanrius Pclrus Akxandrinus, episc. el
y ellos le refiriesen ledo lo dicho á Uerodes; él enfurecido
mart. i n CÍÍÍÍ; 13 ; sanct. Gfefofius IS'issenus, in Orat.
contra eí santo viejo Zacarías, envió de noche secretamen-
de Chrisli Nútiv. ; sancl. Basilius , Ilomil. de Humana
le sus verdugos, los cuales le quitaron la vida entre el
Chrisli general.; sanet Cijrillus Alexand., ¡ib. adversus
templo y el aliar, donde fué criada la Virgen santísima
Anlhropomorphitay, sancl. TheodoreAus , U h l o r . , lib. iv,
María, sin pecado concebida, desde su gloriosa presenla-
cap. 7 ; Pelrns de Natalib., h Caéatoff. SS., lib. x, cap.
tacion. A la mañana, los demás sacerdotes vinieron al tem-
24 el 2i>; si bien san Gerónimo (uvo otro sentir, explican-
plo, y esperando á que Zacarías saliese del santuario, se
do el cap. 23 de san Mateo; él Martirologio romano ; y Ba-
pasó la hora acostumbrada, y se hizo muy larde: por lo
roüio en sus anolaciones, y en el tomo i de sus Anales, m
cual uno de ellos entró en el santuario, y halló la sangre
appatútii, num. 16, PÍ aun. 1 , num. I>3 el seq., donde c H
del santo sacerdote, que toda se habia juntado y endure-
autores , que afirman haber visto en las ruinas, que boy
cido como una piedra. Luego oyó una voz del cíelo que
se ven del templo de Jerusalen , algunas piedras con las
dijo: Aquí han muerto á Zacarías, y su sangre no se borra-
señales de la sangre de Zacarías, y en particular una, que
rá de Israel, hasta que se levante el que le ha de vengar.
tiene la sangre fresca ; cuya cabeza dice , se guarda en
Con esto salió fuera del santuario, y eonió á los demás sa-
Roma en San Juan de Lclran , la cual dicen ha manado
cerdotes todo lo que pasaba; y ellos temblaron de oírle, y
sangre muchas veces.
sintieron un ruido grande de piedras, como que se r o m -
pían y daban unas con otras. Buscaron el cuerpo del sa-
En las cosas históricas, y que solo son de la fé humana
cerdote y mártir Zacarías, y no lo hallaron. Fué su m a r t i -
por las tradiciones de que constan (si no es que luviesen
rio glorioso, á S de noviembre (dia en que locelebra la Igle-
especial revelación de Dios) , pudieron tener los sanios
sia) año 1 del Señor. Pasados muchos años, apareció m i -
Padres diversos pareceres, según lo que cada uno hallaba
lagrosamente su santo cuerpo cu el mismo templo de Je-
escrito y dicho, inclinándose unos á un tentir y oíros á
DIA 0. NOVIEMBRE, 335
olro. El máximo doctor y padre san Gerónimo se iticlinó, berso ejercitado en él en todos los empleos mas lumiildes
eegtm lo que !ialji;i leklo, como él refiere , á que fué olro y penosos y dado evidentes señales de virtud y capacidad,
Zacarías el que murió entre el templo y el altar : otros fué elegida primera abadesa del monasterio de Chelles, que
santos Padres, y tan graves doctores de la Iglesia , como acababa de fundar la esposa del rey Clodoveo I I . Su r e p u -
liemos visto, quieren que sea este : Dios solo sabe la ver- tación se extendió por toda Europa, y gran número de se-
dad : lo cierto es, que es santo y que goza de Dios en la ñoras iban á ponerse bajo su dirección, y se contaron en-
gloria, y que obrando como él, imitándole en las virtudes, tre ellas ilustres princesas y la misma reina fundadora
y valiéndonos de su intercesión , y de la de su esposa del monasterio, que fué á él á acabar sus dias. Dertila era
santa Isabel, tendremos cierta la misma gloria, y allá sa- el espejo de todas sus hermanas y su modelo en la perfec-
bremos si murió entre el templo y el altar, ó en qué lugar ción i y murió en el Señor el día S de noviembre del
alcanzó la corona. año G92.
* SAN FÉLIX, PRESBÍTEUP.Y SAN KÜSEBIO, MONGE, MÁRTIRES. SAN LETO, PRESBÍTERO Y CONFESOR.—Fué natural de Berry,
—Este úlliino era un solitario de Teiracina en Italia, sien- y pasó los primeros años de su infancia en guardar los
do su objeto principal predicar el Evaqgelioá los infieles, ganados de su padre. Siendo aun muy jóven, entró en un
obrando muchas conversiones. Habiendo dado sepultura á monasterio ; pero aspirando á vida mas períctla, se tras-
los cuerpos de los santos mártires Cesarlo y Julián , fué. ladó poco después al de 31¡cy cerca de Orleans. No quedó
acusado junto con el presbilero Sao Félix de. profesar r e - aun contenta su piedad en este retiro : dejólo luego para
ligión cristiana. Querían obligarles á adorará los ídolos, vivir en soledad, desconocido de los hombres y entregado
y como no abandonasen la religión cristiana , fueron de-- tari solo á Dios. Mas la reputación do santidad de que g o -
gollados ambos dentro la cárcel, el año 300. zaba atrajo á su retiro la visitado muchos solitarios famo-
SAN GALACION Y SAJNTA EPISTEMU , IIAUTIRES. —Eran dos sos y de gran número de personas que iban á admirar su
santos esposos que vivían en Emesa <]e Fenicia , practi- santidad eminente y la multitud do sus milagros. Su
cando todas las virtudes evangélicas. Eole fué el motivo muerte sucedió por los años 534, y sus reliquias, después
porque los prendieron durante la persecución de Decio, y varias traslaciones , se guardan cu una iglesia de la dió-
negándose á abjurarla religión de Jesucristo, fueron azo- cesis de Orleans.
tados, y después les cortaron las manos, los piés y la len-
gua, y por Un los degollaron , consumando así su ilustre
DIA 6.
martirio. Este sucedió en dicha ciudad de Emesa el
año 2ÜÍÍ. SAN LEONARDO,CONFESOR.—San Leonardo nació en F r a n -
Los SANTOS DOMXINO, TEÓTIMO, FILOTIÍO, SILVANO, DORO- cia, de padres nobles é ilustres , muy favorecidos del rey
TEO Y CAUTERIO, MÁRTIRES.—Fadecieron martirioen Grecia Clodoveo, que fué el primer rey de Francia cristiano , del
ea tiempo de! emperador Maximiano. líabian predicado en cual se dice que sacó de pila á san Leonardo, para honrar
muchas regiones y obrado muchas conversiones, y habien- á sus padres : y aunque el mismo san Leonardo pudiera
do sido delatados al juez pagano, este los hizo atormen- tener gran lugar con el rey, y tenia grandes prendas para
tar con suplicios inauditos, y al fln, condenados á las m i - ello, no quiso estar en la corte, para darse mas libremenlo
nas, mmieron el año 2^8. á Dios nuestro Señor, y ser discípulo de san Remigio, v a -
SAN MAGNO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció siendo arzo- ron santísimo, por cuya predicación el mismo rey Clodo-
bispo de Milán en los primeros siglos de la Iglesia. Apa- veo habia sido alumbrado y recibido la fé de Jesucristo
centó á su rebano en la doctrina católica y murió en la nuestro Redentor. Por la buena instrucción, pues, de tan
paz de Dios. insigne y divino varón , creció nuestro Leonardo en toda
SAN DOMÍNAUOR, OBISPO Y CONFESOR.—Forra rio en el Ca- virtud, yxomenzó á resplandecer con maravillosa opinión
tálogo de los santos de Italia cuenta á Dominador como y fama de santidad : por lo cual movido el rey, le rogó
uno de ios mas esclarecidos pastores déla Iglesia de Bres- que viniese á su corte y le ofreció preeminenles dignida-
cia, de la cual fué el XIIobispo. Despuesde un largo pon- d e s : de las cuales él no hizo caso, porque era amigo de
lilicado empleado en defender á su rebafio de las grandes quietud , y deseaba atender á Dios y al provecho de los
calamidades de aquel siglo, murió tranquila y saniamen- prójimos, como lo hizo predicando la palabra del santo
te, el año i 9 0 . Evangelio, y sembrando la semilla del cielo cu Orliens,
y en otras partes déla Aquitania ; porque en aquel t i e m -
SAN Fimcío , CONFESOR.— El ílarlirologio romano dice
po habla aun muchos gentiles en el reino de Francia , que
que fué obispo de Tréveris ; pero algunos críticos asegu-
estaban sepultados en la sombra de la muerte; y para que
ran que nunca llegó á esa dignidad , y que vivió muchos
mejor lo pudiese hacer, el Señor le honraba y obraba por
años y murió siendo abad de un monasterio de dicha c i u -
él muchos milagros, echándolos demonios de los cuerpos,
dad. Lo cierto es, dice el cardenal Baronio , que su nom-
y sanando á los sói dos , cojos y ciegos y á otros enfer-
bre no se halla conlinnado en las tablas episcopales de Tré-
mos. Yendo una vez camino y pasando por un bosque,
veris, y que la Crónica de los monasterios de Gcrmania
adonde el rey y la reina, que estaba preñada, habían v e -
solo le da el Ululo de abad. Ignoramos la época de su
nido á caza, viniéronle dolores de parlo á la reina, y f u e -
muerte.
ron tan recios, que no podia parir y estaba para espirar.
SANTA BERTILA , ABADESA.—Nació de ilustre familia en
Llegó á este tiempo san Leonardo, y con su oración parió
Soissons. Desde su infancia se la vió preferir el amor de
luego la reina un hijo, y quedó sana y libre de aquel p e l i -
Jos bienes celestiales al de las criaturas. Las dulzuras que
gro, y el rey le ofreció muchos vasos de oro y plata, y
experimentó en la oración y la práclica de la virtud , la
grandes tesoros: los cuales él no quiso r e c i b i r , rogando
hicieron resolverse á consagrarse enteramente áDios. T o -
al rey que los repartiese á los pobres , y con aquella H-
'uó el hábito en el monasterio de Ilrie, y después de h a -
33G LA LEYENDA DE ORO. DÍA C.
mosna comprase el cielo. Ofrecióle después el rey lodo cuentan muchos en su vida, la cual se halla en el sexlo to-
aquel monte y lerritorio ; mas el santo no quiso aceptar mo del P. Fr. Lorenzo Surio. De san Leonardo hacen men-
sino una parte , en que edificó un oratorio de Nuestra Se- ción los Marlirologios, el romano á 6 de noviembre , y el
ñora, y en él un altar á san Remigio. Aquí vivió con gran- de Beda y Adon.
de y maravillosa abstinencia y penitencia, en oración per- * SAN FÉLIX. MÁam.—Este santo vivía, en el siglo ter-
petua y fervorosa, trabajando de dia y velando de noche cero de la Iglesia, ocupado en predicar el santo Evange-
en compañía de los monges : y porque- tenia falla de lio. Sus cristianas virtudes irritaron mucho al juez, quien
agua, que la traían de muy lejos, hizo oración san Leo- lo hizo prender y atormentar; después de subidos los
nardo, y el Señor les dió una fuente lan copiosa de agua, tormentos fué llevado otra vez á la cárcel con el objeto de
que hasta el dia de hoy da de beber á los moradores de matarlo, el día siguiente. Cuando los verdugos fuéron á
aquel lugar. la cárcel con el indicado objeto, vieron que había ya en-
Fueron tantos los milagros que el Señor obró por la i n - tregado su espíritu al Criador. San Agustín es quien da
tercesión de san Leonardo , que su fama se extendió por estos pormenores en la esposicion que hizo al pueblo dt>I
lodo el reino de Francia , Inglaterra y Alemania; pero en Salmo Í O I en el dia de la conmemoración de este santo
10 que mas se esmeró este santo, y en lo que mas Dios le mártir.
glorificó, fué en librar los presos de la c á r c e l , y sacarlos LA CONMEMORACIÓN DE DIEZ SANTOS M Á t t T i n E S . — F u e r o n
de ella, y traerlos á su casa por mas que estuviesen aher- sacrificados por el furor de los sarracenos en la ciudad de
rojados y cargados de prisiones y cadenas : y así venían Antioquía, el año 6íiT. Su martirio fué muy prolongado, y
de muchas parles remotas muchos que habían sido libra- en el se vieron manifiestas seriales de la gracia que Je-
dos de las cárceles, y traían sus g r i l l o s , esposas y cade- sucristo comunica á sus santos cuando padecen por su
nas ; y poniéndolas delante de él, se arrojaban á sus pies, causa.
suplicándole que los tuviese en su compañía y se sirviese SAN SEVERO, OBISPO V MÁnua.—Nació en Barcelona do
de ellos como de esclavos ; mas el santo era tan humilde, íamilía ilustre. Sus padres lo dedicaron al estudio de las
que les servia á ellos, y les enseñaba á servir al Señor, y letras, y Dios lo llamó al estado eclesiástico. En su j u v e n -
les daba parte de aquel campo que había recibido del rey, tud era ya distinguido cnlre el clero catalán por su doc-
para que le cultivasen y viviesen de su trabajo : y algunos trina y el candor de sus costumbres. Habiendo vacado la
deudos suyos y otros, y no pocos de varios estados, hom- sede episcopal de Barcelona , por elección del clero y del
bres y mujeres, movidos de estos milagros , y mas de la pueblo fué Severo elevado á e l l a , y le consagraron
fama de su santidad , también concurrían para ser de él obispo de la misma ciudad con gran satisfacción de lodos.
enseñados en el camino de la vida , y permanecer debajo En esta dignidad resplandeció el siervo de Dios como a n -
do su disciplina y magisterio, á los cuales el santo enseña- torcha de verdadera luz, y su alma estuvo siempre infla-
ba yencaminabaparael cielo. Y habiendo corrido gloriosa- mada de aquel zelo sanio tan necesario en aquellos t i e m -
mente su carrera, dió su benditísima alma al Señor, á los pos de calamidad para la Iglesia. Su principal ocupación
6 de noviembre del año ?>">!), segun Tritemio, y su sagra- era predicar incesantemente al pueblo, alentándole á la
do cueipo fué enterrado honoríficamente en la misma igle- constancia de l a f é , y al amor mutuo que tiene á Dios por
sia ú oratorio que él había dedicado á nuestro Setior ; y principio, á fin de que no llegase nunca á romperse entro
después por cierta revelación y milagro le trasladaron á sus ovejas la cadena de la caridad , que mantiene á todos
011 o templo que se le edificó mas suntuoso. Después de los fieles unidos con Jesucristo, pero no descuidaba por
muerto le ilustró Dios con muchos milagros , como lo ha- esto Severo su propia sanlílicacion : la oración , la con-
bía hecho en vida, especialmente en librar á los presos de templación y la penitencia eran su mas sabroso alimento;
y por esto sin duda mereció que el cielo le revelase que
la cárcel : hizo obras prodigiosas y admirables , y fueron
se acercaban nuevos dias de amarga tribulación para la
tantas, que casi no se pueden contarlas esposas, grillos y
Iglesia de Espafia. Kn efecto , poco tardó en aparecer en
cadenas, y otros inslrumenlos penales , que estaban col-
ella el presidente Dacíano, que tantos ríos de sangre c r i s -
gados á su sepulcro en memoria del beneficio que habían
liana hizo correr por el suelo español. Llegado el gentil
recibido por su intercesión los que los habian traído, l i -
á Barcelona, y sabiendo Severo que le buscaba para e n -
brándose de la cárcel.
sayar en él su furor, acordándose del consejo evangélico
En la ciudad de Limosin, eslandoun hombre inocente,
«Si os persiguen en un lugar, huid á otro, n se escapó ai
devoto de san Leonardo, atado por el cuello con una cade-
Vallés, dirigiéndose á un lugar llamado entonces Castro
na de hierro , y tan apretado que apenas podía respirar;
Octaviano, y ahora San Cvgal del Valles. A la mitad d r l
encomendóse al santo, se le apareció luego, y le dijo: No
camino encontró á un labrador que estaba sembrando ha-
morirás ; sino vivirás y contarás las obras del Señor. Le-
bas, llamado Uemelerío, hombre muy cristiano y devoto
vántate y toma esa cadena , y llévala á mí iglesia para
del venerable obispo. Contóle éste lo que sucedía , y le
que esté co'gada á mi sepulcro, y ninguno de aquí ade-
advirtió que sí pasaban por allí los ministros del juez, les
lante sea mas atormentado con ella.
dijese si le buscaban que en Castro Octaviano le hallarían;
Estaba otro hombre, devoto del mismo santo, en lo mas
pues estaba resuelto á derramar su sangre por Jesucristo.
hondo de una lori e y sumido en una hoya , y atado de
Poco después llegaron efectivamente los perseguidores, y
piés y manos , y con muchas guardas á la puerta que el Hemelerio les dijo que por allí había pasado el santo pas-
tirano, que le había mandado prender , había puesto te- tor , y les contó la maravilla de haber ya crecido las h a -
miendo que san Leonardo le había de librar de sus ma- bas que entonces sembraba. Habiéndole preguntado ade-
nos, como le libró sacándole de aquel calabozo horrible y más si era cristiano, y contestado que sí, lo llevaron con-
penoso en que estaba, y llevándole por su mano sin que sigo hasta donde estaba el obispo , el cual se les presentó
ninguno se lo pudiese estorbar. De estos milagros se
DIA 7 . NOVIEMBRE. 337
en cuanto supo que habían llegado. Pusiéronle en seguida Arturo, del cual era pariente y mereció por su valor r e -
prfeM con Uemetorio y con los cuatro sacerdotes de Barce- putación muy distinguida. Un santo obispo le inspiró el
lona que le hablan acompañado. Al cabo de poco fueron desprecio del mundo y la afición á la vida eclesiástica.
los seis azotados cruelmente, y lufgu degollaron á los Becibió la tonsura y se dedicó á las ciencias eclesiáslicas;
cuatro sacerdotes y á Hemclerio en presencia de .Severo, y después abrió una escuela pública en un monasterio
á Qn de que inlimidado y horrorizado con aquel espectá- que fundó. Entre sus discípulos contó una porción de per-
culo , se resolviese á sacrificar á los ídolos. Mas viendo sonajes célebres que honraron después el episcopado.
que nada lograban , uno de los verdugos le clavó un clavo Algunos años después se retiró de su escuela y pasó otros
en la caljeza, en cuyo martirio entregó su espíritu al tres en absoluta soledad , entregado á la oración y á la
r.riadur. Algunos dicen que no falleció entonces, sino que contemplación. Deseando ver á sus discípulos y amigos
dejándole los gentiles por muerto, fueron allá los cris- ánles de morir hizo un viaje á Bretaña; y hallándose en
tianos y le hallaron -vivo, y que habiéndolos bendecido, D o l , el Señor lo llamó á su santa morada. Floreció en el
pasó al galardón de su pelea. También hay quien dice siglo V I .
que fué atravesada su cabeza con tres clavos, y otros SAN FÉLIX, MONGE.—Murió en Fundis, en I t a l i a , el
aumentan el número hasta diez y ocho. Su sagrado cuer- año 360. San Gregorio habla de sus extraordinarias peni-
po fue sepultado por los fieles en el mismo Castro Octa- tencias en su libro de los Diálogos , lib. i , cap. 3.
viano, donde después hubo una iglesia delicada á san
Severo, cejea de la principal del monasterio de hene-
DIA 1 .
dictinos que después se fundó. Aquella iglesia se arruinó
en 1029 , y las reliquias del obispo fueron trasladadas SAN FLOÍIENCIO, OBISPO T CONFESOR.— Fué el glorioso
á la del sobredicho monasterio que estaba dedicado al san Florencio natural de Escocia, de claro y noble linaje;
apóstol san Pedro. En el afio 1 4 0 5 , el dia 3 de agosto, pero mucho mas noble fué por su virtud y santidad. En
fueron llevadas algunas de estas reliquias á la catedral de lo mas florido de su juventud lozana dió de mano á lodos
llarcelona. Dió ocasión á esto un milngro que obró Dios los deleites de este mundo: y para huirlos mejor y con-
con don Martin, rey de Aragón , curándole repenlina- servarse virgen como tenia propuesto en su corazón ha-
menle una pierna que le iban á corlar, por intercesión cerlo, cuando le amenazaba el riesgo de que tanto d e -
del santo, de quien era el principe muy devoto; de cuya seaba huir, que era casamiento rico y noble, dejó por
traslación celebra fiesta lodos los años la diócesis de Bar- Cristo patria , padres y parientes, riquezas y deleites de
celona el domingo primero de agosto. Créese que la la j u v e n t u d , y abrazando una voluntaria pobreza, e m -
muerto de san Severo sucedió por los primeros años del prendió una larga peregrinación. Acompañáronle oíros tres
siglo IV. Su culto es muy antiguo en España, y muchas santos varones, Arbogasto, Teodato é Didulfo, con los cua-
desús Iglesias tienen rituales primitivos, en que se e n - les llegó (después de varias peregrinaciones) á la Alsa-
cuentra continuado su nombre. Según el padre Garesmar, cia. Beinaba en Francia á la sazón Dagoberlo, el cual
su Gesta se celebraba ya con rezo y misa propios á p r i n - tuvo á gran dicha que tales varones viniesen á sus tier-
cipios del siglo IX , y cuando todos los Martirologios anti- ras. Dióle á A rgobasto el obispado de Argentina, ciudad
guos y modernos ponen su nombre en el dia 6 de noviem- vecina del Bhin (rio caudaloso) y habitada de los g e r m a -
bre, se cree que su martirio fué en dicho dia. nos ó alemanes, los cuales en su lengua vulgar la llaman
SAN ATICO.—Solo sabemos de este santo el nombre y Strashurg. Teodatoé Hidulfo le acompañaron; y Floren-
que murió en Frigia. Se calcula por Usuardo quofué már- cio , despedido de ellos, se retiró á una selva llamada
t i r ; pero ni aun esto se sabe de cierto. Uaslc á la parte del monte Vozago, donde nace el rio
SÍN VINOCO, ABAD.—Nació en Bretaña y fué hijo de Bruscha. Aquí comenzó á cultivar la tierra con sus propias
Howel 111, rey de los bretones. Cultivó desde muy niño manos para buscar el propio sustento, gastando en osle
la ciencia de los santos, y se asoció á otras personas ejercicio y el de la oración los dias y las noches. Labró
principales que lenian iguales inclinaciones que él. Estos con sus manos una casilla ó choza para su recogimiento,
piadosos jóvenes emprendieron algunas peregrinaciones y tuvo bien en que ejercitar la paciencia; poique los cier-
piadosas, y entre ellas visitaron el monasterio conocido vos y otras fieras que en aquella selva habia, le destruinn
después con el nombre de San Bertin. El fervor de aque- cuanto trabajaba y hacia de sus manos
llos religiosos los edificó extraordinariamente, y quedán- No tenia el bendito Florencio instrumentos con que
dose en él tomaron el hábito monástico. A pesar de ser ahuyentar ó cazar aquellas fieras; pero sí tenia una gran
muy numerosa aquella comunidad , dislinguióse entre lo» fé y confianza en Dios; y así en su santísimo nombre las
todos Vinoco por su extraordinaria piedad y por su fervor mandó que todas sin hacer mal alguno á él ni al trabajo
en la penitencia. Poco después se fundó un nuevo monas- de sus manos, viniesen á su celdilla y se estuviesen q u i e -
terio y el santo fué nombrado abad. En poco tiempo se tas á la puerta. iBaro prodigio! Apenas se lo mandó,
esparció por los paises lejanos la fama del ilustre superior cuando lodas le obedecieron : tal fuerza tiene la voz del
y aquella comunidad se hizo numerosísima. Los milagros justo, y el nombre santo de Dios en quien confia. Dallá-
aumentaron su reputación ; pero á pesar de verso tan f a - bate á este tiempo Dagoberlo entretenido en su palacio
vorecido del cielo y tan venerado de los hombres, él kyrcheymensc, que está cerca de la dicha selva ó bos-
siempre se presentó como el mas humilde de todos, ocu- que, y envió sus cazadores á que cazasen y le trajesen
pándose en los oficios mas penosos de la casa. Llegó á alguna cierva. Los cazadores salieron muy de mañana
una edad muy avanzada y murió santamente el afio 111. prevenidos de perros: dieron vuelta por los montes y
SAX ILTÜDO, ABAD. Natural del condado de Glamorgan selvas circunvecinas, sin que pudiesen descubrir fiera
en Inglaterra. Sirvió algunos años en los ejércitos del rey alguna. Al fin ya cansados llegaron á la casilla de san
TOMO n i . 43
338 LA LEYENDA DE ORO. DIA
Florencio, donde vieron inuchlsimas ciervas y oirás fio- y prudente siervo, descansó en paz en su Iglesia, y fuó á
ras, todas á la puerta mirándosela con lauta atención y poseer el premio eterno de la gloria donde con Cristo r e i -
tan quietas y fijas como si estuviesen presas con cadenas. na. Fué su glorioso tránsito á los 1 de noviembre (dia en
Vieron venir al santo varón , y no conociendo su santidad que la Iglesia le celebra) por los aíiosdel Señor de 613.
se indignaron contra é ! , juzgando que por algun arle de Fué sepultado su santo cuerpo en su misma Iglesia de A r -
encantamiento tenia presas las fieras y reducidas todas á gentina, y allí estuvo mucho tiempo ilustrándola con m i -
la puerta do su casa. Tratáronle mal do palabras ; y con lagros, h a s t a que el bendito Ralo, obispo de Argentina,
violencia y furor le quitaron la túnica que traia y se fue- tuvo órden del cielo por divina revelación, para trasladar-
ron. El sanio sin responderles palabra ni resistirse , se lo al monasterio de Ilaslé, y colocarlo en el mismo lugar
dejó desnudar; y viendo que se iban y dejaban una azada en que él se habia fabricado su primera celdila y habita-
ó hacha que tenia, con que labraba la tierra y bacia lefia, ción, y allí permanece el dia de hoy, haciendo Dios por su
la tomó y les fué siguiendo dando voces y diciendo se es- intercesión muchos milagros. Escribieron su vida Surio, en
perasen y se llevarían también aquella sola alhaja que el tomo i v ; Dcmocaro m Tabulis Eccles. A r g e n l . ; Molano;
tenia. w Aádit. ad Usuardum; el Martirologio romano; y Baronio
Tomáronla y prosiguieron su camino, y al llegará una en sus anotaciones.
laguna que hablan de pasar, los caballos no pudieron m o - * SA\ PHOSDOCIMO, OBISPO T CO>FKBOR.—Era natural do
verse: ellos los apretaban mas y mas las espuelas ; pero la Grecia y fué convertido á la religión cristiana por c'
era en vano berilios. Reconocieron cpie sin duda era cas- apóstol san Pedro, marchando después á Roma con dicho
ligo del cielo por las injurias qne hablan hecho á aquel apóstol, quien lo consagró obispo y lo mandó á Pavía.
santo varón (que aunque malos, ya habían conocido lo Lleno del Espíritu Santo, y dedicado al minislerio de la
e r a , en su silencio y sencillez); y así volvieron las r i e n - divina palabra, convirtió á la fé á innumerables personas,
das y fueron á buscarle : pidiéronle perdón y restiluyé- lasque bautizó, contándose entre ellas á Vilaliano, pre-
ronle lo que le habian quitado: con que partieron gozo- fecto de la ciudad, su mujer y toda su familia. Uízose cé-
sos con su bendición , y los caballos no se pararon mas lebre :por el don de milagros, y habiendo gobernado con
en todo el camino. Van á la presencia del rey Dagoberto gran celo la Iglesia do Pavía por muchos afios, murió
y le cuentan lo que Ies habla sucedido; cuando al ins- á los noventa y tres años de edad y á principios del se-
tante mandó enjaezar ricamente su caballo, y se lo envió gundo siglo.
al varón de Dios, suplicándole se sirviese de montar en él SA\ AMARANTO MÁRTIR.—Ignoramos los detalles de su
y venirse á su palacio. El santo por no parecer desagra- vida, y solo sabemos qne dió su sangre por Jesticrislo.
decido, ya que no admitió la oferta del caballo, por p a - Unos c r e e n que murió durante la persecución de Decio, y
rccerle no decia bien á su humildad, vino á visitar al rey. o t r o s atribuyen su martirio á la barbarie de Crocos, rey
JU llegar al palacio una hija del r e y , ciega y muda desde do los alemanes, que devastó las Gallas en tiempo de los
su nacimiento , de repenle vió y habló llamando á Floren- emperadores Valeriano y Galieno. Amaranto, según Go-
cio por su nombre, siendo así que todos lo ignoraban. No descard, confesó lafécn el pueblo de Vians, cerca de Albi.
fué solo osle prodigio: porque subiendo el sanio á ver al Sus reliquias estuvieron mucho tiempo escondidas; pero
rey á su cuarto, como no tenia criado que le guardase el e l Seilor manifestó después su sepulcro, y junio á él so
manto ó capa , mientras entraba á hablar al rey (cortesía o b r a r o n grandes milagros. San Eugenio de Carlago, que
eiilonces usada) se quitó su capa y la colgó de un rayo fué desterrado de las Gallas, quiso morir junto al sepulcro
desoí que entraba por una ventana, la cual se esluvo de este santo mártir. Sus reliquias se guardan ahora en la
colgada como si estuviera de una estaca ó clavo , lodo el catedral de Albi.
tiempo que esluvo con el rey hablando. Estos milagros LOS SANTOS l I l E U O N , N I C A N D R O , EsiQUlO V OTROS T R E I N T A
tan portentot'üs movieron tanlo el ánimo del r e y , que le MÁRTIRES.—En la turbulenta tempestad que excitó con-
hizo donación al sanio de aquella selva y de las villas y tra la Iglesia el emperador Diocleciano, fueron evueltos
aldeas adyacentes , para que fabricase en aquella parte e s t o s gloriosos santos y dieron su sangre en ella. Pren-
que tenia su celda, un monaslerio, el cual se fabricó diéronlos en Militina de Armenia, y por órden de su go-
luego con toda sunluosidad y real magnificencia, y se bernador Lisias los azotaron de un modo horrendo, des-
llamó y llama hoy el monasterio dellaslé, y posee las d i - pués los hicieron correr por un carril de fuego, y óltima-
chas posesiones. menle los degollaron.
Murió el bendito Arbogaslo; y el rey obligó al santo va- SAN ENGELBERTO, OBISPO X MÁRTIR.—Descendiente este
ron Florencio á que aceptase afyuel obispado de Argentina: santo de los condes de Berry y de Gueldrcs, mostró des-
y el bendito siervo de Dios por no resislir á la divina v o - de su infancia felices disposiciones p a r a la virtud. Abrazó
luntad, humilde lo aceptó y gobernó santísimamGHte por el estado eclesiástico, renunció varias ricas prebendas y el
espacio dedoceaílos, ejrcilándose de dia y do noche en obispado de Munster, para consagrarse al Señor e n la pe-
actos heroicos de caridad, humildad, paciencia, oración, nitencia y la humildad. Pero al fin Invoque acoplarla
contemplación, ayunos, penitencias y en todas las demás dignidad de preboste de la Iglesia de Colonia, y por el
virtudes, escogiendo varones sencillos, santos y virtuosos interés que manifestó siempre en la defensa de los dere-
que habitasen siempre en su monasterio de Ilaslé y allí chos de la Iglesia, el sumo pontífice le nombró para el ar-
sirviesen á Dios: con lo cual, dando divino olor y f r a - zobispado de la misma ciudad de Colonia, siendo consa-
gancia de virtudes, virgen, puro y casto, echó buen olor grado el a ñ o 1213. Casi lodo el empleo que hizo el santo
de Cristo, como dice el Apóstol, y habiendo adornado é de su dignidad, fué para continuar manteniendo los dere-
ilustrado la Iglesia de Dios con dichos y hechos heroicos, chos do la Iglesia p a r a proteger á los débiles contra el
y sufi ida con gran paciencia inmensos trabajos como fiel despotismo del m a s fuerte, para hacer cesar las calami-
PÍA 8 ZfMEVtK
<l;i(Itls publicas y p t r t inspirar á todas sus ovejas el temor
mm mi
muerte, siicedida el año iíGl S¡m Gregorio, papa, on su
É l Dios y el respeto al príncipe. Pero era preciso que f u e -
libro m Dialogortm, cap. 13, habla de las virtudes de este
s e prohada su virtud en el crisol déla tribulación. Fede-
santo.
rico, conde de Isemburgo, trató de apoderarse de l o s bie-
LOS SA.NTOS A t x o , TAIRION Y TKSAI.ÓNICO, MÁRTIRES.—
nes de la Iglesia, y habiéndose el santo arzobispo opuesto
Murieron en Anfipolis de Macedonia.
fuertemente, formó aquel una conspiración, y un dia que
Engclbsrto iba á consagrar una iglesia, en medio del ca- DIA 8.
i •
mino fué embestido por unos salteadores que l e quitaron Los SANTOS MÁRTIRES CORONAMOS. — En tiempo del e m -
la vida el dia 1 d e noviembre del afto 1225. Su santidad perador Diocleciano hubo en Roma cuatro hermanos, c u -
fué atestiguada por muchos milagros. yos nombres eran Severo, Severiano, Carpóforo y Victori-
SANAQIULÍS, OBISPO Y CONFESOR.—Egipcio d e nación, y no: todos eran cristianos y santos, y deseosos de dar la
dotado de un ingenio privilegiado, estudió las sagradas vida por Cristo. Mandólos prender el emperador y llevar
Letras en la escuela de Alejandría, al frente de !a cual e s - delante de un ídolo de Esculapio; y que si no lo adora-
tuvo después como maestro. El patriarca san Pedro le sen, los matasen á azotes. Llevados delante de aquel
confirió las sagradas órdenes, y vivió como correspondía á demonio, tuviéronle en lo que él era haciendo burla del
la alta repuíacion de que gozaba. A ella debió el ser ole- emperador. Desnudáronlos, y á todos los hirieron con
vado á la silla patriarcal de la misma ciudad de Alejandría plomadas tan fuertemente, que en aquel tormento die-
el año 31 h El afio 312: admitió á la comumon eclesiásti- ron sus almas, á Dios. Mandó el tirano que sus cuer-
ca al diácono Arrio que habia sido separado de ella por su pos fuesen echados á la plaza para q u e los perros los
predecesor, yoreyendo en sus muestras dearrepentimien- comiesen; mas en cinco dias que allí estuvieron no los ton-
to, lo elevó al sacerdocio. San Aquilas murió por el mes de caron, mostrando que los hombres eran mas crueles que
noviembre del mismo año d e 312. las bestias fieras. Vinieron los cristianos y tomáronlos se-
SAN V i t E u a o R n o , OBISPO T CONFESOR—Nació en el reino cretamente, y sepultáronlos en un arenal, tres millas d«
d e Norlumberland el año 6K8. Sus piadosos padres cuida- Roma on la via Lavicana. Y, como dice Adon en su Marti-
ron mucho de su educación, y cuando t u v o siete años lo rologio, el papa Melquíades mandó (pie se celebrase su
pusieron en el monasterio de Rippon, bajo ta dirección de lienta el dia de su martirio, ( p i e f u é á los 8 de noviembre:
san Wilfrldo. Cuando llegó á la edad v i r i l , abandonó el y (porque entonces no se sabían sus nombres) que se c e -
mundo, tomó e l hábito monástico , y se instruyó en las lebrase debajo del nombre de los Cuolro Coronados. A u n -
ciencias sagradas. Hizo admirables progresos en los cami- que después fué revelado á un sanio varón, que se l l a m a -
nos de la perfección, y á la edad de veinte años pasó á la ban como se ha dicho: Severo, Severiano , Carpóforo y
Irlanda á buscar nuevos motives para santificarse. Allí fué Victorino, y de ellos hacen mención ct Martirologio roma-
ordenado de sacerdote y en seguida s e dirigió á la Frisia no, el de Beda y los demás; y el papa Honorio les edificó
donde ejerció un glorioso apostolado. Algunos años des- una iglesia, y es título antiguo de cardenal, y de él hace
p u é s Vilebrordo creyó deber hacer un viaje á Roma para
mención san Gregorio. Los sagrados cuerpos de eslos san-
ofrecer al nuevo pontífice las primicias de s u s trabajos y tos cuatro hermanos se hallaron en Roma, siendo sumo
pedirle su bendición apostólica. Conociendo entonces el ponlífice León, IV de este nombre.
papa Sergio s u santidad y su celo, le confirió los mas a m - Los SANTOS CLAUDIO, NICOSTRATO, SINFORIANO, CASTOP.IO
plios poderes y le dió reliquias para colocarlas en las igle- y SIMPLICIO, MÁRTHUÍS.—Con los sanios cuatro hermanos
sias . q u e consagrase. Partió pues el santo á sas misioues, y coronados celebra la santa Iglesia el mismo dia del m a r -
f u é tan copioso el fruto de su celo, que á lo vuelta de seis tirio de otros cinco gloriosos mártires y esforzados solda-
años eran ya tan numerosos los cristianos en la Frisia, dos del Simor, q u e se llamaban Claudio, Nicostrato, Sinfo-
q u e Vilebrordo tuvo que volver á Roma para consultar a] riano, Castorio y Simplicio: lodos cinco eran muy exce-
papa, y éste, que era aun el mismo san Sergio, lo recibió lentes escultores, y los cuatro primeros cristianos, y solo
con particular distinción, y á pesar de su resistencia le Simplicio era pagano: el cual, como viese que las obras
consagró obispo metropolitano de la Frisia. A su vuelta á de mármol y de otras ricas piedras de s u s cuatro compañe-
aquel pais, fijó su residencia en lTtrech,de cuya Iglesia fué ros salian muy perfectas y acabadas, y que cuando l a s l a -
primer obispo. Los años y la dignidad parecieron avivar braban todo les sucedia como podían desear, y que á élse
s u celo, cuya actividad se aumentaba á medida que se le le q u c b r a b a H muchos inslrnmenlos de su arte; preguntó á
oponían obstáculos. Sufrió con ima resignación admira' le Sinforiano (que era el mas principal*, qué podia sor la
calumnias y amarguras que sus santas costumh e s y so- causa de esto; y él le respondió, que siempre que toma-
b r e todo su desinteresada caridad no meredan; y des ues ban a l g ú n instrumento para trabajar, invocaban el nom-
de un pontificado insigne bajo l o d o s conceptos, llegó al d i - bre de Cristo su Dios, y de tal manera le habló , que con
c h o s o Dn d e s u carrera, y munó el año m , en un monas- el favor del Señor se convirtió, y por mano de un santo
terio q u e había fundado. obispo llamado Cirilo fué bautizado, y murió con sus cua-
SAN RITO, OBÍSP^V TOsou.-FIoreció á fim s d e ' s i - Iro compañeros constantemente por la fé del mismo Señor:
glo IV y fue el octavo obispo de Mdz. Mostróse digno imi- poi q u e habiéndoles mandado el emperador hacer una obra
tador d e las virtudes de sus predecesores, q u . casi lodos on ipic se habian de poner muchos animales y entre ellos
son honrados por la Iglesia en el número de los santos un ídolo; ellos con grande artificio y primor pusieron los
SAN HKRCÜLANO, OB.SPO V MÁRTIR. £N SU JUVEN(U(1 ^ animales : mas nunca quisieron hacer el ídolo para no dar
zó eJ estado monástico y fué religioso de san lUmilo El ocasión á nadie de idolatrar; ni que se tuviese por Dios ln
año 544 fué sacado del claustro para ser consagrado obra de sus manos: de lo cual Diocleciano se enojó m u -
obispo dePerusa, cuya Iglesia gobernó hasla su dichosa cho, y l i u m d ó á un tribuno llamado Lampadio, (pie coa
3iü LA LEYENDA DE ORO. DÍA 9.
blandas palahrab les persuadiese que adorasen á sus dio- SAN GODOFREDO, OBISPO Y CONFESOR.-^-Nació en el t e r r i -
ses y dejasen de ser cristianos; y habiendo ellos perse- torio de Soissons, de una familia principal. A los cinco
verado en la confesión de Jesncrislo, mandó traerlos á su años de edad encargóse de su educación un santo abad
presencia y ponerlos delante de todos los instrumentos con que lo había sacado de pila. Ya entonces se privaba de la
que solian atormentar á los mártires, para que de solo mayor parte de lo que Ic daban para comer, y lo dislribuia
verlos se aleraorizasen; pero ningún temor causó este es- á los pobres. La principal parte del día y de la noche lo
pectáculo á los fuertes caballeros de Cristo. Mandólos e! pasaba en el santo ejercicio de la oración. Cuando llegó í\
tribuno azdar con duros escorpbnes; y por justo castigo veinte y cinco años fué ordenado sacerdote por su virtud
del Siífior luego el demonio se apoderó del inicuo juez y y por los progresos que había hecho en los estudios de la
1c mató. Guando lo supo el emperador, de puro enojo sa- religión. Habiendo sido elegido abad, gobernó con sabidu-
lió de sí, y mandó hacer unas cajas de plomo y poner en ría y prudencia su monasterio, y Dios le concedió el don
ellas á los cinco mártires, y cerradas echarlas al r i o ; y así de milagros. En 1103 fué consagrado obispo de Amiens á
se hizo, y con este martirio acabaron gloriosamente el pesar do la resistencia que opuso su humildad. Su caridad
curso de su peregrinación, y alcanzaron la corona de i n - con los pobres fué inagotable, y su celo, que ejerció p r i n -
mortalidad. Después do cuarenta y dos dias, un cristia- cipalmente contra los desórdenes de los grandes y los abu-
no llamado ¡Nicodemo buscó las sanias reliquias de los sos del clero, se vió coronado con las bemliciones del cielo.
cinco mártires y dióles sepultura en su casa honoriííca- En un viaje que hizo á llheims para conferenciar con su
mcnle. Fué su martirio á los 8 de noviembre, dos afios metropolitano acerca de algunos puntos de disciplina, cayó
ántes que el de los^santos Cuatro Coronados; y los cuer- enfermo en medio del camino,y murió el dia 8 de noviem-
pos de los unos y de los otros están en la iglesia de bre del año 1118, en la abadía de San Crispin de Sois-
los santos Cuatro Coronados en Roma, y de ellos hacen sons, donde fué enterrado.
mención el Martirologio romano y el de Beda, Usuardo y SAN MAURO, OBISPO Y CONFESOR. — Este santo, conocido
Adon. también por los nombres de san Yano, san Yilon y san
* S i \ DEUSOEDIT, VKVK Y CONFESOR. —Fué natural de Ro- Videno, nació en las Gallas durante el siglo Y. Abrazó,
ma y desde nifio dió pruebas de su inclinación al estado íienilo muy jóven, la vida monástica, y el 498 fué elevado
eclesiástico. Sabio y piadoso al mismo tiempo, era el o b - á la silla episcopal de Yerdun. La alta opinión que de él
jeto del aprecio de los lióles, y por muerte del papa Boni- habían hecho concebir sus virtudes, fué confirmada por
facio cuarto, cuando no era aun mas que subdiácono, fué muchos milagros. Trabajó por espacio de veinte y seis anos
elegido Doiisdodit sumo pontííice, y consagrado el dia 13 á la sanlificacion de su rebaño, y murió por los años !i23,
de noviembre del ano O l í . Mucho trabajó para el arreglo debililado y consumido por el trabajo, las fatigas y las
de la disciplina de la Iglesia, dando excelentes reglamen- austeridades. La célebre congregación de benedictinos, tan
tos en su favor. Eminente en todas las virtudes, lo fué es- conocida en Francia por sus importantes trabajos religio-
pecialmente en la caridad para con los enfermos, por m a - sos y .literarios, lleva el nombre de este san Mauro.
nera que según leemos en el Martirologio romano curó á SAN CLARO, CONFESOR.—Fué un sacerdote de la diócesis
un leproso con solo darle un ósculo. Murió el dia 8 de no- do Tours, muy memorable por las obras de misericordia
viembre del año C H . á que se dedicó toda su vida y por la gracia particular que
SAN VILEADO, OBISPO Y CONFESOR.—Nacido en el reino de poseía de curar milagrosamente toda clase de enfermeda-
Nortumberland, fué educado desde su infancia en las le- des. Estimóle mucho su obispo san Martin, al cual dió se-
tras y la piedad. Su humildad, su amor á la oración y la pultura y honró exiraordinariamente. Murió en la paz do
austeridad de su vida le merecieron el honor del sacer- Dios, á principio del siglo V. Sulpicio Severo escribió su
docio. Inflamado en celo por la gloria de Dios, emprendió vida y muerte en una epístola dirigida á un diácono l l a -
sus misiones á la Frisia, donde obró infinitas conversiones. mado Aureliano, y de los tres epitafios que habia en su
Los idólatras le tendieron muchas asechanzas ; pero la d i - sepulcro, uno lo escribió san Paulino, obispo de Ñola, que
vina Providencia le libró de todas, y el santo continuó sus habia conocido á Claro y habia sido testigo de sus v i r -
trabajos apostólicos, y emprendió viajes á otros paires. tudes.
Dc-pues de siete años, pasó á Roma con el objeto de hacer DIA 9.
conocer al papa el estado de aquellas misiones. El pontí- . . .

fice lo recibió con muestras de extraordinaria benevolen- LA DEDICACIÓN DE LA IGLESIA DEL SALVADOR EN ROMA.—
cia, y pasados algunos dias se marchó á Francia y estuvo Así como no hay nación alguna tan fiera, bárbara, ni tan
en el monaslerio de Eplernac dos años, después de los torpe y grosera que no tenga algún conocimienlo de Dios
cuales fué nombrado y consagrado primer obispo de Bre- y alguna manera de religión para honrarle y servirle, así
ma el año 787. Con su consagración se inflamó mas en tampoco ninguna hay que no tenga iglesias y templos para
celo por la salvación de las almas y se entregó con mas adorar al que tiene por Dios, y ofrecerle sws sacrificios y
fervor á los ejercicios de la penitencia. Fué precisa una ór- ofrendas. Es tan gran verdad osla, que el filósofo Plutarco,
den del papa Adriano para que comiese un poco de pes- con ser gentil y sin Ü verdadera lumbre del cielo, dice:
cado á lia de reparar su quebrantada salud. Su delicia eran «Si anduvieres por muchas tierras, hallarás algunas c i u -
la lectura de los libros santos y la continua meditación de dades sin muros, sin letras, sin reyes, sin casas ni rique-
la ley del Señor. Cada dia rezaba lodo el Salterio, socor- zas, sin monedas, sin escuelas y teatros; pero ninguno ha
ría á muchos necesitados, celebraba el sanio sacrificio y visto ciudad que no tenga templos.» Esto dice Plutarco.
predicaba la palabra de Dios al pueblo. Murió en un pue- Pues si las gentes ciegas y sin luz ni conocimiento del ver-
blo de Frisia, y su cuerpo fué enterrado en la catedral de dadero Dios, con solo el instinto natural, edificaron tem-
Brema. plos para honrar y reverenciar á los dioses , que no eran
Í»IA í), NOVIEMBRE. 3il
dioses, sino oliras ile sus manos; ¿con cuánla mas razón profesar seguramente su religión; érales necesario cele-
el pueltlo crisliano y escogido do Dios ha de tener iglesias brar é santo sacrificio de la misa en casas particulares ó
y teinptos para adorar aquel Señor, que es verdadero y en cementerios de los mártires y en cuevas debajo de tier-
solo Dios y monarca de todo lo triado? Y si en cada c i u - r a : y aunque tuvieron iglesias, eran pocas, y los empera-
dad, bien ordenada, hay lugares públicos señalados para dores, enemigos de Jesucristo y de toda religión, en sus
difercnles oficios, y en las casas principales varias ofici- edictos, y el pueblo pagano con su furor se las quemaban,
nas para diversos servicios: ¿cómo en la república de la asolaban y destruian: hasta que, queriendo el Señor dar
Iglesia, que con admirable disposición es gobernada de paz á su Iglesia , convirtió milagrosamente al emperador
aquel arlifice soberano, han de faltar lugares diputados y Constantino, el cual se bautizó y recibió la fé de Ciisto por
propios para (ra!ar con él y recibir los santos sacramen- manos de san Silvestre, y quedó sano de la lepra que le
tos, que son las fuentes de su misericordia y bondad? Y si atormentaba y afeaba, y tan trocado en el corazón, que en
David con tan grande estudio y aféelo deseó edificar tem- agradecimiento de tan gran merced como Dios le habia he-
plo á Dios y colocar en él el arca del Testamento, y dejó cho, no solamente dió licencia para que se le edificasen
al rey Salomón, su hijo, tanta copia de oro y plata y do templos por todo su imperio, en los cuales Cristo fuese glo-
otros metales, para que lo labrase, y Salomón lo hizo con rificado, sino que él mismo en su imperial palacio lalerano
lan grande magnificencia y suntuosidad, y lo dedicó con (qne era magnificentísimo) mandó labrar un templo suntuo-
incrcible concurso de genle, número de sacrificios, suavi- so á nuestro Salvador, que hasta hoy se llama San Juan de
dad de música, y admirable pompa y singular majestad Letran, por la capilla que también allí se edificó á san Juan
(no siendo aquel templo mas qne una sombra y figura de Bautista, en el lugar donde Constantino fué bautizado. Esto
los templos que tenemos los cristianos), mny justo es que templo mandó labrar, y lo enriqueció de grandes dones y
en la Iglesia católica baya templos consagrados á Dios, y vasos riquísimos de oro y plata , y lo adornó con imperial
que .sean muchos y suntuosos, y que so dediquen con magnificencia, y en una pared do él se apareció una ima-
grande aparato , ceremonia y devoción , y sean acatados gen que representaba muy al vivo al Salvador. Consagró
con aquella reverencia y veneración que á tan alta Majes- esta iglesia el papa san Silvestre, y fué la primera que se
tad se debe. consagró entre cristianoí. En ella puso el altar en que el
Eslos templos ha tenido siempre la santa Iglesia desde apóstol san Pedro decía misa, que era de madera, á la ma-
el tiempo de los apóstoles, y les da diferentes nombres, nera de una arca hueca; y mandó que solos los romanos
conforme á los fines para que se instituyeron. Llámalos pontífices dijesen misa en él, y que los demás la dijesen
«templos;» porque en ellos se ofrece sacrilicio á Diosen sobre aliar de piedra y consagrada, y en memoria de este
la sacrosanta misa, $ se representa ai eterno Padre aquel beneficio tan grande del Señor, ordeno que lodos los años
sacrificio sangriento y suavísimo que su Hijo bendhisimo se celebrase la dedicación de este templo, y es la que so
le ofreció en la cruz por nuestros pecados: llámalos « o r a - celebra esto dia á 9 de noviembre. Y fué muy convenienle
torios ó casa de oración; » porque á etía vienen los fieles á que esto se hiciese en toda la universal Iglesia; porque la
orar y á abrir sus corazones al Señor, y poner delaníe de iglt sia de San Juan de Letran es madre y cabeza de todas
él sus deseos, necesidades y miserias, y suplicarle que las las iglesias, de la cual dice san Pedro Damián estas pala-
remedie, como padre y universal proveedor de todas sus bras. «La iglesia de San Juan de Letran, así como tiene
criaturas: llámalos «basílicas, memorias ó martirios;» nombre del Salvador, que es cabeza de lodos los escogidos,
porque no menos sirven los templos para colocar y honrar así es madre, cabeza y corona do todas las iglesias que hay
en ellos las reliquias de los mártires y de los otros santos, en el mundo; es la cumbre de loda la religión cristiana, y
y acudir á ellos con nuestros trabajos y tomarlos por nues- en cierta manera iglesia de las iglesias y sanctus sanc-
tros abogados é intercesores, y ampararnos debajo de su lorum.» Esto es del cardenal Pedro Damián. Pues si cuan-
sombra y protección: llámalos «iglesias, concilios y con- do Moisés dedicó su tabernáculo hizo lan gran fiesta, y
ventos; « porque en ellos se junta el pueblo á oir la pala- los príncipes de las tribus del pueblo de Israel ofrecieron
bra de Dios, para ser enseñado y apacentado con los abun- lautos y lan preciosos dones; y si todas tres veces que se
dosos y saludables pastos de la doctrina evangélica; y así dedicó el templo de Jerusalen, por Salomón, por Esdras
dijo el real profeta que Dios era glorificado en el concilio y por los Macabeos, hubo tanto regocijo y se instituyó
de los santo*. A mas de estos nombres, san Cipriano llama tiesta para celebrar cada año la memoria de su dedrea-
al templo «casa de Dios,» y lo mismo el concilio laodice- cion, y nuestro Salvador no se desdeñó de venir & ella;
n o ; porque en él, como en su casa, resido Dios, y está no ¡ con cuánto mayor cuidado debemos los cristianos solem-
solamente por esencia, presencia y potencia, como en las nizar la dedicación de nuestros templos, que son tanto mas
otras parles, smo por un modo especial y divino, y como
excelentes que el del Viejo Teslamenlo, cuanto va dol
Rey soberano, que eslá sontadoen su Irono, dando audien-
cuerpo á la sombra, de lo figurado á la figura, del dia á la
cia y despachando los negocios de todos los que vienen á
noche y de lo vivo á lo pintado? Y si la dedicación de a l -
é l ; y por otra manera mas sublime y admirable, qne es
gunas iglesias particulares tienen sus particulares fiestas y
por su real y verdadera presencia en el sacrosanto Sacra-
se celebran en aquellos lugares donde se dedicaron; ¿con
mento del altar, para compañía y consuelo de todos los fie-
cuánta mas razón se debe celebrar en toda la Iglesia la
les, y para que allí le recibamos y nos sustentemos con
dedicación de aquel templo, que es templo de los templos,
aquel pan celestial, y tengamos vida con nuestra vida y
y el primero que tuvieron los cristianos, para ejercer p ú -
salud y fuerzas espirituales con los otros sacramcntos'que
blicamenle y sin temor ni recelo los oficios y misterios d i -
en esta casa del Señor se nos administran. Mas porque en
vinos, y que fué dedicado al Salvador del mundo por un
la primitiva Iglesia, con las persecuciones de los tiranos,
emperador lan poderoso y religioso, como fué Constanti-
no iwdian los rrblianos alzar cabeza ni salir al público, ni
no, y consagrado por el papa san Silvestre, y dado por
342 LA LEYENDA DE ORO DIA 9.
modelo y dechado de la consagración de los demás? Fuera pueden orar en su casa; pero engáñanse y están en u "
de este templo, mandó hacer oíros muchos el emperador grande error: porque, aunque es verdad que al hombre
r.onslantino en Roma, en Conslanlinopla y en Jerusalen, es lícito orar en su casa ;• pero no es posible que ore lau
y en oirás parles, con maravillosa Iraza, iticreiblesgaslos bien en ella, como en la iglesia, donde están otros que le
y áones, otUQ les dió: y algunos dedicó con tan extraordi- ayuden; y la oración de uno solo no es tan eficaz como
nario aparato, como fué el templo de Jerusalen, á cuya de- la que va acompañada de las oraciones de muchos: y por
dicación llamó á lodos los obispos, que estaban juntos en esto san Pablo dice, que Dios le habia librado de los g r a n -
el concilio de Tiro: queriendo el piadoso emperador mos- des peligros por las oraciones de muchos: y san Pedro
trar su fé. con eslas obras, y honrar ai Señor, que le habia fué librado de la cárcel por las oraciones de toda la Igle-
dado el imperio y la luz del cielo, para conocerle y ser- sia. ¥ cuando oramos en la iglesia, no solo nos ayudan
vil le, y ensenar con su ejemplo cuán debido servicio y los otros hermanos nuestros, que oran en ella, sino m u -
acepto es al Señor el que se le hace en ediQcar iglesias y cho mas los ángeles, que con aquella ocasión suplican á
adornarlas de imágenes, de vasos preciosos, de orna- Dios que^oiga á los que oran y les otorgue lo que piden.»
mentos ricos, y de lodo lo que puede acrecentar el culto Esto es de san Juan Crisóslomo. La razón de esto es, por-
divino, y despertar y avivar mas la devoción de los íieles que la misma iglesia, que es casa de oración y casa del
y levantar los corazones á Dios: el cual, dado que es i n - Señor (como dijimos), nos está amoueslando que nos r e -
menso, y que los cielos de los cielos no lo pueden com- cojamos y despidamos todos los otros cuidados, y no tra-
prender, y que todo lo de la tierra es como un poco de temos en ella sino (le oración ; y asi dijo san Aguslin: «En
basura, cotejado con su soberana majestad; pero es tan el oratorio ninguno haga otra cosa sino aquella para que se
bueno y tan benigno, que no mira tanto á lo que ól me- hizo, y de donde tiene el nombre y se llama casa de ora-
rece como á lo que nosotros le podemos dar, y al corazón ción. » Y á mas de esto, el ver orar á los otros pega devo-
con que se lo damos y ofrecemos; y por esto recibe de ción, como dice san Juan Crisóslomo, y el saber que esláu
nosotros lo que él mismo nos dió, y acepta la plata y el presentes los ángeles y el Rey de los ángeles en el santo
oro, sedas y telas y cosas preciosas que ofrecemos á sus Sacramento del aliar, despierta mucho nuestra tibieza, y
templos con agrado, por ser las que nosotros mas estima- enciende nuestros helados corazones: y la misma consa-
gración ó bendición de la iglesia nos convida, ayuda y da
mos y de mayor precio acá en la tierra, y ser señal que
fuerza á nueslra oración, para que suba al cielo, y nos-
con ellas le presar.lamos nuestro corazón, sin el cual n i n -
traiga de allá lo que deseamos y pedimos al Señor. En la
guna cosa le agrada. Este ejemplo del emperador Cons-
dedicación del templo, que, hizo Salomón, le dijo el Señor.
tantino han seguido muchos príncipes, reyes, empera-
«Yo he oido lu oración y he escogido «ste lugar para casa
dores y santísimos pontífices, edificando muchos y muy
de sacrificio. Si yo cerrare el cielo para que no llueva, y
señalados templos, dolándolos de grandes posesiones, he-
mandare á la langosta que destruya la lierra, y enviare
redades y rentas en diversas provincias de la cristiandad,
pestilencia sobre mi pueblo; y él se convirtiere y me s u -
y aun han convertido los templos suntuosos de los gentiles
plicare y buscare mi faz, c hiciere penilcncia de sus m a l -
en iglesias, consagrándolos á Jesucristo nuestro ftedenlor;
dades, yo le oiré desde el cielo, y se las perdonaré y sa-
para que, como habian sido templos del demonio, lo fila-
naré la tierra: á mas de esto mis ojos estarán abiertos y
sen de Dios, y en aquellos mismos lugares floreciese nues-
mis orejas atenías á la oración del que orare en este lugar;
tra santa religión, en que ántes había reinado la supersti-
porque yo le he escogido y santificado, para que en é}
ción sacrilega, reverenciando al príncipe de las tinieblas.
esté mi nombre elernamente, y mis ojos y mi corazón para
De manera, que enseñados con la festividad do la De- siempre permanezcan con él.» Pues si esto prometió el
dicación de la iglesia del Salvador, que hoy celebra la Señor á Salomón, hablando de aquel (emplo que él habia
Iglesia, y con la doctrina y ejemplos de los santos, debe- edificado, en el cual no habia sino el arca del TesUuneulo,
mos tener por cosa muy agradable á Dios y provechosa y en ella lavara y el maná y las tablas do la ley, y no se
para nosol ros, el fundar iglesias y capillas, en que el Sefior ofrecían otros sacrificios, sino de corderos, becerros y ani-
sea glorificado y amplificado su culto; porque es acto de males; ¿qué pensamos que hará Dios en nuestros templos,
piedad y religión, y una testificación de nuestra fé, y do donde eslá el arca viva, y la ley del espíritu y el pan del
la religión que profesamos: especialmente en estos tiem- cielo, y la vara de la santa cruz, y donde cada día se
pos tan lastimosos y miserables, en que la rabia de los ofrece el sacrificio único, vivo y verdadero que todos los
herejes, armada con el poder de.algunos príncipes furio- sacrificios y ofrendas del Viejo Testamento figuraban? Es-
sos y sacrilegos, en algunas partes ha puesto las manos pecialmente sabiendo que no solo tiene cada iglesia un
en los templos de Dios, y pegádoles fuego y arruinádo- ángel que la guarda, sino también cada altar; y que los
los, como lo hicieron antiguamente los Dioclccianos, Maxi- ángeles son nuestros intérpretes y los que nos despiertan
mianos y otros tiranos y monstruos, que t>o"Su'cron 'a á orar y llevan nuestras oraciones delante del acata-
santa Iglesia, miento del Señor y despachan nuestros negocios. Y por
También se ha de advertir que, puesto caso que en todo esto conviene que frecuentemos mucho las iglesias, na
lugar se puede orar, porque en todos está Dios y nos oyó, solamente para oir la palabra de Dios, sino lambion
y él mismo nos enseña que para orar entremos en nues- para oir misa y para orar y confesar; porque (por las
tro aposento y secreto reliaimiento; pero (pie las oracio- razones que habemos dicho, y por la edilicacion del.
nes públicas se deben hacer en lugar público, que es ja pueblo y ejemplo que estamos obligados á dar á n u o
iglesia, y que aun las particulares, hechas en ella, son tros prójimos) es cosa mas loable y provechosa, que
mas eficaces que las que se hacen fuera, como lo prueba cuando se hace en las casas particulares, corno lo d i -
san Juan Crisóslomo : el cual dice: «Algunos se excusan ce san Juan Crisóslomo cuya,4 palabras arriba refe-
friamonle de venir á la iglesia, diciendo, que también
DIA RJ. NOVIOimE. 343
limos. Mas para recibir osla utilidad de la iglesia, es de la iglesia, por la reverencia que debemos á los lugares
menester ir á ella como á la casa de oración y temijlo de en que resplandece mas la divinidad del Señor. )> La madre
Dios, con mucho recalo y gran respeto y reverencia: por- de san Gregorio Nacianceno (como él mismo lo escribe)
que si cuando se entra en el palacio ó en la antecámara estaba tan recogida y dentro de sí, y con tan grande aca-
del rey, va el hombre sobre aviso y compuesto, acordán- tamiento en el templo, que nunca hablaba palabra ni es-
dose que está allí el r e y ; mucho mas lo debe hacer cuan- cupía en él, ni volvía las espaldas al altar donde estaba
do entra donde está al Rey de los reyes y Sefior de todo el santísimo Sacramento. Esta es la fiesta que hoy celebra
lo criado, y va á negociar con ól, nó negocios y cosas de la santa Iglesia, de la Dedicación del templo del Salvador,
tan poca sustancia como son todas las de la tierra, sino la y lo que con ella nos enseña. Supliquemos al Señor (co-
salvación de su alma. Por no hacerse esto, como se debe, mo dice san Agustín) que lo que entonces se hizo en las
ni tenerse respeto á las iglesias, se ven tantos y tan gra- paredes de piedra, ahora se haga en nuestros corazones
ves daños en la república, castigándonos Dios por los de carne; y lo que se obró en el templo material, se obro
desacatos que se hacen á sus templos. Y muchos, que d e - en nuestras almas espiritualmente, para que seamos ver-
bían venir á la iglesia, como á una botica de medicinas y dadero y vivo templo, en que habite su divina Majestad.
sacramentos, para buscar salud, vuelven á sua casas he- SAN TEODORO, MÁRTIR.—Siendo soldado del emperador
ridos y atosigados, haciendo por su culpa rejalgar de la de la tierra san Teodoro, y mucho mas del Emperador del
medicina, y muerte de la vida: y así dice san Juan C r i - cielo, y estando en la ciudad deAmasea, que es en el Pon-
sóstomo: «De aquí nace todo nuestro mal y lodo lo bue- to, sepublicó un edicto de los emperadores, cuelísimo con-
no perece: porque cuando habíamos de procurar de r o - tra los cristianos. Súpolo Teodoro, y abrasado de amor d i -
conciliarnos con Dios y ganarle la voluntad; de tal m a - vino, confesó luego que él era cristiano y que estaba apa-
nera estamos en la iglesia y nos partimos de ella, que le rejado para morir por Cristo. Prendiéronle : y como era
enojamos y provocamos su ira contra nosotros:» y en otra mozo de gentil disposición y bien quisto, tuviéronle lásti-
parle dice : /(Yo os ruego y eucarecidamenle os pido que ma, y con una falsa compasión le dejaron y le rogaron que
no solamente miréis cómo venís á la iglesia, sino también se mirase en ello, y por una vana superstición no quisiese
cómo estáis en ella, y que siempre que salís de ella, l l e - perder la hacienda, honra y vida. Salido Teodoro de sus
vois á vuestra casa algún remedio y medicina para curar manos, hacia continua oración, y se encomendaba de todo
vuestras pasiones:« y san Agustín nos exhorta á estar en su corazón al Señor; y para responder con las obras mas
el templo material de Dios, como verdaderos y espirituales que con palabras á los que le habian dejado, y le persua-
templos suyos, en los cuales habita el Seiíor de mejor g a - dían que adoraseá los dioses; enlró una noche en el tem-
na, que en los otros de piedra; porque cualquier indecen- plo de Cibeles (que es la madre de los dioses), el cual es-
cia, desenvoltura y liviandad ó parlería, que se comete taba cerca del rio, y viendo quo soplaba un viento recio, le
en el templo, es grave injuria del Seilor, quo preside en pegó fuego, con el cual en breve se quemó todo y se hizo
el templo, y de todos los ángeles que allí le asisten. En ceniza. Quemado el temp' j , no l u i j ó Teodoro ni se escon-
uin^una cosa mostró Cristo nuestro Salvador su zelo mas dió : ántes con grande ánimo y fortaleza el mismo se m a -
que en echar del templo dos veces á los que compraban y nifestó que babia sido el autor de aquel incendio. Prendié-
vendian auu las cosas necesarias para los sacrilicios y ronle de nuevo, y espantados los jueces de verle tan intré-
ofrendas, y á título de piedad y que estaban en el atrio ó pido, seguro y gozoso , quisiéronle con blandura y con
parte exterior del templo: queriendo con éste hecho enca- promesas redutir á la superstición desús dioses : y como
recernos la veneraciou (pie se debe á la casa de Dios, por el santo se riese, el juez le mandó azotar fuertemente y
ser suya y casa de oración. Dios nuestro Señor ha obrado después encerrar en una cárcel tenebrosa, y sellarla y de-
y obf a continuamente muchos y grandes milagros en be- jarle allí.para que muriese de hambre: mas aquella misma
nelicio de los que asisten y frecuentan con devoción y r e - noche le apareció el S c t t o j y le dijo : Teodoro, está fuer-
verencia sos templos; y ha hecho muy severos y graves te ; porque yo estoy contigo. No tomes de los hombres
castigos contra los (pie los han profanado: y hasta los his- comida, ni bebida; porque yo te daré una vida conmigo
toriadores gentiles escriben muchos y raros ejemplos de en el cielo bienaventurada y eterna. Con este regalo del
personas, que fueron afligidas y consumidas con todo g é - Señor quedó muy alegre, cantando salmos y alabanzas á
nero de calamidades y miserias, por haber perdido el res- Dios, y gran multitud de ángeles le ayudaban y le daban
peto que debían á los templos de sus falsos dioses: y Só- música en aquella cárcel, la cual oyeron los guardas, y lo
crates en su Uisloria prudentemente notó, que las profa- vieron rodeado de personas vestidas de blanco que canta-
naciones de los templos son señal de la ira de Dios y de ban con él y quedaron asombrados. Avisaron al juez de lo
algún terrible azote que ha de venir á la república; y que pasaba, y el vino á la cárcel y la halló cerrada y se-
cuanto la persona es de mayor dignidad, tanto debe ser llada, y entrando en ella no vio sino á Teodoro : y tor-
mas devota y mas modesta en la iglesia, y mover con su nando á cerrar la puerta, mandó que cada día le diesen
ejemplo a los demás, como lo hacia el emperador Teodosio, una onza de pan y un jarro de agua ; mas el santo mártir
el menor, el cual tema tan gran respeto á las iglesias que no lo quiso recibir, diciendo que Jesucristo, su Hey y Se-
dice de sí mismo estas palabras : «Nosotros, que siempre ñor, le sustenlaria. Sacáronle de Ja cárcel; ofreciéronle
estamos rodeados de las armas de nuestro imperio, y que grandes premios si consentía con su voluntad : y como nin-
no conviene que, estemos sin nuestras guardas y atnlfl guna cosa , de las que decían ni hacían, aprovechase para
armada ; al entrar en la iglesia con grande humildad deja- mellar aquel corazón fuerte y armado del espíritu de Dios;
mos á la puerta las armas y la misma diadema, que es entendiendo que perdían tiempo, llamándole sacrilego, i m -
señal de la majestad imperial, y no llegamos al altar sino pío y blasfemo, le mandaron atormentar. Levantáronle en
para ofrecer, y habiendo ofrecido, salimos fuera al cuerpo un madero alto: azotáronle: desgarráronle sus carnes con
til LA LEYKMU DE ÜUO. DIA 9.
garfios de h i e r r o : abrasaron sus costados con hachas e n - mos referido, hacen mención lodos los Martirologios.
cendidas ; y cuanto mas le alormentaban , tanto él mos- SAN ORESTES, M Á a m . — F u é natural de Capadocia, en
traba mayor alegría , y como si estuviera entre flores y cuya ciudad , cuando la persecución de Diodeciano, sufrió
rosas, cantaba aquel verso de David, que dice ! «Alabaré el martirio. Este fué del modo siguiente : habiéndole preso
al Señor en todo tiempo ; siempre de mi boca saldrán sus los gentiles y denegádose á ofrecer incienso á los ídolos,
loores.» Los verdugos despedazaban las carnes del santo; fue azotado de órden de Maximiano. Encerrado en una os-
y él cantaba como si no fuera él, sino o t r o , el que padecia cura cárcel, no por esto desistió de su fé , por lo que lo
aquellos fieros tormentos. Finalmente, fué condenado á ser atravesaron los talones con unos clavos , y luego lo arras-
quemado ; hizo la seflal de la cruz en la frente, y en todo traron hasta á una disiancia de cuatro mil pasos de la c i u -
su cuerpo, y con grande alegría y regocijo entró en el fue- dad y allí espiró. Murió según Baronio el año 3 0 i . San
go. Vio á un amigo suyo llamado Cleónico , que lloraba,y Basilio el Grande profesaba una gran devoción á oste m;'r-
díjole : Cleónico, yo te aguardo; date priesa y sigúeme j t i r , por manera que mandó edificar una iglesia en honor
y cercado por todas partes de las llamas , alabando á la suyo en la misma ciudad de Capadocia.
santísima Trinidad, dio su sanio espíritu en paza! que le SAN ALEJANORO, MÁRTIR.—Era de Tesalónica, y vivía vn
habia criado, y su alma fué vista subir al cielo, como una la misma cuando estuvo en (lidia ciudad el emperador
luz resplandeciente. Su sagrado cuerpo tomó una devola Maximiano. Por disposición de éste quisieron obligarle á
mujer llamada Eusebia , y con preciosos ungüentos lo e n - inmolará los ídolos , á lo cual no solo se negó, sino que lo
volvió en una sábana y lo enterró en su casa lo mejor que execró como un gran crimen. Mas a u n ; habiéndole arras-
pudo, en la ciudad do Euchayta, que está debajo de Ama- trado hasta donde se bailaba un altar de ídolos, se encen-
sea, su metrópoli. Fué el martirio de san Teodoro á los 9 dió en santo zelo, y á pesar de hallarse presente el empe-
de noviembre del afiodel Señor de 304. Fué esle glorioso rador, pegó un puntapié al altar, y esle y los ídolos fueron
mártir muy célebre, y tenido en gran veneración en lodo rodando por el suelo. Furiosamenle indignado Maximiano
Oriente por las señaladas victorias que algunos emperado- con semejante acción , mandó que allí mismo fuese en se-
res alcanzaron de los bárbaros por su intercesión. Por esto guida degollado. Mas al levantar el verdugo la cucbilla
edificaron templos, é iban los fieles en romería al cuerpo para herirle, se quedó parado y como aturdido. Repren-
de san Teodoro á la ciudad de Euchayta : y en Roma tam- dióle el emperador por su torpeza , y él contestó que una
bién se le edificó iglesia, que hoy dura y es tllulodc car- fuerza sobrenatural le impedia el uso de sus miembroü.
denal diácono. El martirio de san Teodoro escribió el .Me- Alejandróse puso entonces en oración, y pasada una hora
tafrasle y lo refiere Surio en el sexlotomo. Escribió Nec- fuéle cortada la cabeza, y voló su espíritu á Dios. Sucedió
t a r i o , arzobispo de Constanlinopla, una oración de san esto el año 304.
Teodoro ; y otra san Gregorio HMMO , hermano del gran SAN URSINO , CONFESOR.— Ignórase de dónde fué n a l n -
Basilio, y en ella al cabo, hablando con el santo mártir, le ral. Según Galesinio , fué ordenado obispo de Bourgespor
dice eslas palabras: « Aunque no sea posible que nuestros el apóstol san Pedro y sucedió en el episcopado á sanAfro-
ojos corporales te vean, pon los tuyos en nuestros sacrifi- disio. El Martirologio romano dice, que fué ordenado en
cios y oraciones y ruega á Dios que nos oiga y que te oiga; Roma por los sucesores de los apóstoles, y enviado por
que mire por tn patria qne es la nuestra (porque la patria primer obispo de dicha ciudad. Fué esclarecido en v i r t u -
del mártir es el lugar donde p a d e c e ) p i d e al Sefior favor des, y murió tranquilamente por los últimos años del s i -
para tus hermanos, parientes y amigos, que somos los glo l .
presentes ; y que nos defienda de nuestros enemigos, y SANAGKIPINO, OBISPO v CONFESOR.—Gobernó la Iglesia
particularmente de los seilas bárbaros, que se arman c o n - de Ñapóles en santidad. Sus milagros fueron tan numero-
tra nosotros. Como soldado, pelea valerosamente en nues- sos, que un contemporáneo suyo escribió todo un libro de
tro favor; y como m á r t i r , inlercede con libertad por no- ello?, al cual se refiere muchas veces Fcrrario en su Catá-
sotros ; porque, aunque estás en el puerto , bien sabps los logo de los santos de Italia. El cardenal líarouio dico que
peligros de ios que navegan : alcánzanos que tengamos murió el año 200 de Jesucristo.
paz para siempre, y que nos empleemos en servir al que SAN BENIGNO, OBISPO T CONFESO».—Descendiente de una
tú serviste, para que los enemigos fieros y bárbaros no familia distinguida de Irlanda, conoció la verdad de la r e -
profanen los templos sagrados, y hagan caballerizas de los ligión cuando el glorioso san Patricio fué á aquel pais, y
altares. El haber gozado de quietud hasta aquí, conocemos estuvo ho.-,pedado en casa de Benigno. Sintió éste luego
que no ha sido por nuestros merecimientos, sino por tus tanto aprecio y gratitud por el apóstol que le habia sacado
oraciones; y por ellas mismas te suplicamos que nos guar- de las tinieblas del paganismo, que !e suplicó le permitiese
des en adelante.» Esto es de san Gregorio Niseno. Adviér- no separarse nunca de él. Desde entonces fué inseparable
tase que este santo mártir es llamado Tiro, que quiere d e - de san Patricio en lodos sus trabajos apostólicos. Después
cir soldado bisoño, á diferencia de otro Teodoro también de la muerte de su santo maestro, y conforme á su p r e -
mártir, que fué centurión ó capitán: llámase también Teo- dicción i Benigno fué consagrado obispo de A r m a g h , c u j a
doro Amaseno, porque murió en la ciudad de Amasca; y sede ocupó por espacio de diez años, muriendo en el s i -
Euchayta, por el lugar á donde fué trasladado su sagrado glo V .
cuerpo. En la ciudad de Venecia , dice el obispo Equilino, SANTA EUSTOLIA Y SANTA SOPATRA , VÍHOESES,—Eustolia
que está el cuerpo de san Teodoro, mártir, en la iglesia era una noble romana, que despreciando cuanto el mundo
i l e S a n Salvador, que es de canónigos reglares; pero tiene de mas seductor, hizo voto de castidad, y vivió r e l i -
no es el de este Teodoro, sino del otro centurión , que giosa en Boma por espacio de algunos años. En el de o82
murió en lleraclea y fué martirizado en tiempo de L i c i - emprendió un viaje á Jerusalcn para visitar los lugares
oio. De san Teodoro, á mas de los autores que habe- santos. En ellos permaneció mucho tiempo arrobada en la
DIA 10. NOVIiaiRRE. 345
conlemplacion de lostiivinos Dust^tbs , y ál volvorso h su Todos e.^íos lormenlos sufi ia el sardo mártir con ánimo
palria co»ociócn Constan!iiio[)la á la virgen Sopalra. Era esforzado y con un rostro alegre, como si rsliniera en
esta, hija d e l emperador M'.nricio y se hallá!)a animada alguna huerla amena y deleitosa. Violo un fribimo, l l a -
de iguales senlimienlos que Enstolia. Ambas confereneia- mado Bespicio, y maravilloso de tan grande constancia y
ron sobre las delicias de consagrarse á Dios, y habiéndose alegría en tan duras penas; y alumbrado de Dios, eníen-
muluamenle enfervorizado, comunicaron al emperador s n dió que aquella n» era cosa humana, ni lo podia s;1!-, sino
designio do vivir en la soledad. Mauricio fundó e n l o n c e s obra so'.ire todas las fuerzas de la naturaleza y piopia de
m célebre monasterio en Constanlinopla, el cual dió á las la mano de Dios, que esforzaha á su soldado, y le hacia
dos esposas de Jesucristo, tpic lo pusieron bajo la regla de dulces los tormentos y sabrosos los suplicios, porque los
San Basilio. Sn comunidad se hizo en breve mimerosa, sufria por su amor : lo cual no hiciera, si no fuera verda-
pues la fama délas dos fundadoras aumentaba cada dia, y dera aquella fé y creencia por la cual los padecía: y e n -
el Señor las llamó á la mansión celestial por los años cendido en amor de Dios y animado con el ejemplo de
deC07. Trifon, confesó públicamente que era cristiano, y luego
LA COXMF.MORACIOX DE L.V iMÁflF.N DEL S A I . V A D O a . — - K l atlO echaron mano de él y le atormentaron juntamente cen su
TCS, unos judíos que vivían en Bciruth , ciudad de Siria, santo compañero. Lleváronlos á los dos á un templo parn
pudieron apoderarse de una imagen de Jesucristo, y r e - que adorasen una estatua de Júpiler: púsose de rodillas
novando contra el divino Salvador lodo el odio desús [la- Trifon, para hacer oración á Dios; y luego cayó aquel ído-
dres, cometieron con ella una porción de indignidades, y lo en lierra, hecho pedazos. Estaba presente una doncella
p o r fin la cruciücaron. Apenas acabó la santa imagen de gentil do las vírgenes vestales, llamada JSinfa, y visto el
s e r clavada en l a cruz , cuando empezó á derramar lauta milagro, y que aquella estatua por la oración de Trifon
había caído y deshechose, alzóla voz y comenzóá decir
sangre por sus heridas, que, divulgado el milagro, corrie-
que Jesucristo era verdadero Dios; y los que adoraban los
ron los cristianos, la recogieron, y puesta en preciosos fi a s -
gentiles eran falsos, pues no podían resistir á la oración
quilos, la disli ibuyeron enlre varias iglesias de Oriente y
de un hombre cristiano, ni defenderse de su poder. Por
de Occidente. Es!e ruidoso milagro fué celebrado desde
estas palabras asieron á Ninfa, y la atormentaron en com-
luego por l o s fieles con muchísima veneración , en juslo
pañía de Trifon y Bespicio, y azotáronlos con plomadas, con
desagravio á Jesucristo por los ultrajes quede los judíos
tanta crueldad, que todos fres acabaron sus dichosos días
hahia recibido , y después cu el afio 7 8 1 , e l séptimo con-
en aquel martirio, y dieren sus almas ai Señor en 10 de
cilio general celebrado en Nicea dispuso que «lodos los
novíembredelañode 2 o 2 , imperando el j a nombrado Decio.
afios el dia 9 del mes de noviembre se celebrase csia liesta
con la misma solemnidad que la del Nacimiento del Seíior La historia del martirio de estos santos es diversa: por-
y la de la Pascua. » Concilio I I de Nicea, s o s . iv. que unos cscrihen, que fueron marlírizados en Sajonia :
LA FIESTA DEL SANTÍSIUO CHISTO.—Celébrase con mucha otros en Apamea, en Siria: otros en Nicea de Bilinia; y
pompa en l a ciudad de Balaguer, provincia de Lérida, otros dicen cosas diferentes, así de la patria en que nacie-
principado d e Cataluña. Desde tiempo inmemorial se con- ron, como del lugar en que murieron, que se pueden vel-
serva, fuera d e la ciudad, y á corta distancia, en u n con- en el cardenal Baronio. Los cuerpos de estos bienaventu-
vento d e monjas d e sania Clara, y en u n suntuoso templo, rados mártires están en Boma, en el insigne hospital de
una milagrosa imagen conocida con el nombre d e sanio •Síincíi Spiriliis in Sasia , debajo del altar mayor: y por
Cristo de Balaguer. Acuden á ella d e toda la comarca, y ventura los que dijeron que habian muerto en Sajonia, se
aun d e mas lejos, muchísimos devetos con fé sincera, engañaron, pensando que el lugar de su sepultura había
pues es sabido que Dios se ha servido obrar grandes p r o - sido el de su martirio, y que Scxia era Sajonia ; no siendo
digios en favor d e los q u e le piden amparo por aquella sino un barrio de Boma, que está enlre la iglesia de San
Pedro y el Tiber; y por haber allí habitado muchos sajo-
mediación.
nes, que vivieron en Boma, después que los sujetó Cai to
DIA. 10.
Magno, se llamó el barrio ó la escuela de los sajones; y
Los SANTOS T a i r o N , BESPICIO Y NINFA , M Á n m E S . — Fué en este barrio está el hospital de Sanrti Spiritus, y en el
san Trifon tan devoto y dado al servicio d e l Señor, que (como dijimos) los cuerpos de estos gloriosos mártires. H a -
siendo aun pequeño, hizo algunos milagros, sanando per- cen mención de ellos los Martirologios romano y de
sonas atormentadas d e l demonio, y curando otras de varias üsuardo, y el breviario de Pío V.
enfermedades. Levantóse en s u tiempo contra la Iglesia del SAN ANDRÉS AVEUNO, COXFCSOU.—Uno de los mas ilus-
Séflor la persecución de Decio, emperador, que fué muy tres ornamentos de la religión de clérigos regulares es
(crrible y cruelísima : y aunque algunos cristianos hukm, sin duda el glorioso san Andrés Avelino, cuya vida empo-
y otros desfallecían, Trifon, sin temor d e los tormentos n i zamos á escribir. Nació es!e grande santo en el lugar de
déla muerte, animaba á l o s Sacos y exhortaba á los cobar- Caslro-Novo, de la provincia de la Basilkata, en el reino
des á que no temiesen los tormentos, que. por rigorosos de Nápoles, en el año 1521. Sus padres fueron Juan A v e -
que sean , a l , f i n con l a vida se acaban j sino que p u s i e s e n lino y Margarita Appella, ambos nobles, pero de cortas
el corazón y los ojos e n aquella vida bienaventurada , que conveniencias. En el bautismo pusieron á este bendiio niño
p o r medio de ellos liabian d e alcanzar. Supo esto u n p r e - el nombre de Lancelolo, que él mudó en el de Atubés,
fecto llamado Quilino : mandóle prender y atormenlnr en cuando vistió el hábito religioso; porque deseoso de i m i -
elecúleo, y desgarrar s u s carnes con uíirs d e hierro, y tar á este glorioso apóstol en el amor ardiente que tuvo ¡í
quemar sus costados con hachas encendidas , y moler el la cruz, y en el deseo de padecer por amcr de Jesuci ís!o,
cuerpo con bastones nudosos, -y atravesarle l o s piés con pidió con muchas instancias á sus superiores le permitie-
clavos ardiendo.
sen tomar su mismo nombre.
TOMO nr. 44-
34G LA LEYENDA DE OUÜ. DIA. 10.
Tuvieron b s ^ a d r e s de Andrés un Dtiidado singular de Aunque Andrés se hallaba tan santamente ocupado on
criar á este hijo en l a c r i s t i H n a p i t d a d ; la madre en par- su patria, quiso no obstante su madre que pasase áNápo-
ticular, que era mujer de mucha virtud, procuraba desti- les, á estudiaren su célebre unívej-sidad, esperando que
lar en el tierno corazón de su hijo la devoción hacia la con su ingenio y aplicación haría en las letras tales pro-
Virgen sanlisima, y el bienaventurado niño se aprovecha- gresos, que se abriría camino á los mas ricos beneficios y
ba tan bien de las santas instrucciones de s u madre, que sublimes dignidades. Andrés, que estaba poseído de los
rezaba todos los dias á honor de la Virgen santísima el mismos ambícioses deseos de medrar y hacer fortuna en
santo rosario; visitaba en las iglesias á s u s imágenes, ora- el mundo, abrazó con mucho gusto este designio de su
ba delante do ellas con mucho recogimiento, y sabiendo madre, y con el pobre equipaje que ella le previno, se
que esta Reina del cielo es muy amante de las almas p u - pattió á dicha ciudad. Habiendo llegado á aquella capital,
ras, procuraba conservar una gran pureza de conciencia, fué á aposentarse en una posada cercana á la iglesia de
para hacerse agradable á sus purísimos ojos. San Pedro Celestino, donde hallándose solo, fué de i m -
Advirtiendo un tio de Andrés, que era arcipreste del proviso acometido de una mujer lasciva, que asiendo de
mismo lugar, las bellas inclinaciones del sobrino, tomó á él, hacia lodo esfuerzo para inducirle al pecado; pero el
su cuidado el educarle: le enseñaba la doctrina cristiana, sanio jóven, á imitación del patriarca José, procuró des-
que el santo aprendía con tanta pei feccion, que juntando prenderse como pudo de las manos de aquella insolente
ú oíros niños. Ies enseñaba lo mismo que acababa de mujer, y huyó al momento á ia calle, y no quiso jamás
aprender de su lio. Después le hizo estudiar la gramática volver á aquella casa á buscar su ropa, queriendo mas
presto perder sus bienes, que exponerse á otro peligro de
en su mismo lugar, y cuando le vio bastante radicado en
ofenderá Diosjiueslro Sefior.
ella, para perücionarse en la latinidad y elocuencia, le
envió á estudiar á Senis, que es un lugar vecino de Cas- Ks; udió Andrés con mucha aplicación en la universidad
ti o - N o N o . Vivió aquí Andrés con singular modestia y reco- de Ñapóles el derecho civil, y recibió el grado de doctor
gimiento, adelantándose siempre en el camino de la vir- en esta facultad. Después se ordenó de sacerdote, y consi-
l u d : castigaba su carne, morlilicaba sus sentidos, evitaba derando los superiores su notoria virtud y ciencia, le die-
la ociosidad, de la cual fué siempre capital enemigo, y ron licencia para oír ias confesiones de los fieles, Andrés,
huia todo lo posible de las ocasiones de ofender á Dios. deseoso de gloria y de hacienda, abrió estudio de abogado,
Mas no obstanle leda esta cautela, luvo que sufrir varias y y empezó á patrocinar pleitos, aunque solo en los tribuna-
fuertes tentaciones contra la castidad: porque algunas les eclesiásticos, conforme lo ordenan los sagrados cáno-
mujeres impuras, enamoradas de la gallard.a y singular nes. Patrocinando pues una causa de un amigo suyo, que
hermosura del santo mancebo, que se hallaba entonces en se hallaba injustamente molestado de su contrario, echó
la florida edad de diez y seis anos, l e tendieron varios l a - una mentira lijera, para asegurar mas el feliz éxito de su
zos para amancillar su pureza; pero el casto joven e c h o justa defensa. No hizo entonces nuestro Andrés algún c a -
siempre de sí con mucho denuedo á aquellas esclavas de so de esta mentira oficiosa y lijera ; mas como acostum-
Satanás.; y á una, que solicitándole al mal por medio de braba leer siempre alguna cosa de la sagrada Escrilurn
una tercera le envió á decir que se hallaba cautiva de la antes de acostarse, en aquella noche dispuso Dios, que
hermosura de sus ojos, respondió el santo con mucho fer- abriendo este sanio libro, encontrase aquellas palabras:
vor de espíritu, que se sacaria sus ojos con sus propias Os, qnod menlilur, occidil animam: la boca que miente da
m u e i l e al alma. Andrés las lomó como dichas para sí m i s -
manos, para no ocasionar con ellos la ruina de su prójimo,
mo, por lo que se persuadió que con aquella menlii a h a -
si esto fuera del divino agrado.
bía dado la muerte á su alma ; de aquí empezó á alligírse
Viendo el siervo de Dios los muchos peligros que se
y angustiarse, á padecer terribles remordimientos de con-
encucnlran en el numdo, le volvió las espaldas, abrazan-
ciencia , y á concebir tan grande dolor de aquella c u l -
do el estado eclesiástico y vistiendo el hábito clerical.
pa, q u e p a s ó toda la noche llorando, gimiendo y p i d i e n -
Vestido de este santo hábito, empezó á trabajar en la viña
do perdón á Dios , sin poder lomar un momento de des-
del Señor; y en la villa de Rocanova, poco dislante de su
canso.
patria, juntaba todos los niños que podia, y por las ma-
ñanas gastaba una hora en enseñarles la doctrina, é ins- Por la mañana fué luego á arrojarse á los piés de su
pirarles horror ai vicio y amor á la v i r t u d ; después los confesor, que era el beato Marínonio, y deshecho en l á -
acompañaba á la iglesia, donde oian misa, y acabada la grimas , le confesó su pecado , resuelto enteramente á
misa se resliluian á sus casas, dando á lodos singular abandonar la abogacía y consagrarse enteramente al
ejemplo: por la la;de se volvían á juntar, so daba cuerda divino obsequio. El beato Marínonio aprobó mucho su de-
de lo que por la mañana babian aprendido, y repelidos lewnirwcion ; con loque, renunciando para siempre ai|iR'-
los mismos ejercicios, rezaban las letanías de nuestra Se- lla peligrosa profesión, se entregó tolalmenle al desempe-
ñora. Kn los días de íicsla añadía un breve pero eficaz r a - ño de las funciones eclesiásticas. Comenzó pues á oír las
zonamiento, y por la tarde de dos en dos, formando una confesiones de los fieles, y á instruir y dirigir las almr.s
devola procesión, iban á alguno de los lugares vecinos, por el camino de la salvación. Scipion Rebiba (que des-
cantando la oración del Padre nuestro y de la Ave María, pués fué cardenal de la santa Iglesia romana) gobernaba
ú otras canciones devotas; y como peregrinos vísitalKin entonces el arzobispado de ¡Nápoles por ausencia del car-
algunas de. las iglesias de particular devoción, y al ano- denal Juan Pedro Carrafa, que era su arzobispo, el cual,
checer s e restituían al lugar de donde habían salido, t e - elevado á la silla de san Pedro, se llamó Paulo IV í y te-
galándolos nuestro Andrés varias estampas, rosarios y niendo noticia de la prudencia y singulares virtudes de
olí as cosas semejantes, para ganarlos la voluntad, y a ü - Andrés, por el informe que de ellas le hizo el beato Mari-
cionarlos á estos devotos ejercicios. nonio, que era su confesor, le encargó la reforma de un
DIA 10. NOVIEMBRE. 347

monaslerio de monjas, llamado de San Miguel, nombrán- tinamcnle sin confesión, tomando nna medicina: y final-
dole vicario suyo pata que hiciese rellorecer en él la o b - mente, el mismo monasteiio fué extinguido por el beato
servancia regular y el ejercicio délas virtudes; y en cardimal Arecio, arzobispo de Ñápeles, que repartió en
particular la castidad y pureza tan conveniente á las sa- oíros monasterios de la misma órden las monjas que h a -
gradas vírgenes, que son esposas de Jesucristo, y la es- bían quedado. Disgustándose Andrés cada dia mas del.,
cogida porción de la grey del Señor. Aceptó Andrés, por mundo, y deseando unirse mas csirechamenle con Dios
consejo del mismo beato Mariaomo, este difícil oficio en- nuestro Señor, resolvió abrazar el oslado religioso en la
cargado de los superiores ; y es indecible el zelo con que sagrada órden de clérigos regulares, llamados leatínos;
se aplicó á procurar el bien espiritual y teiupural de aque- cuyas excelentes virtudes tenia bien ccnccid.is, no solo
llas religiosas; les amplió la iglesia que lenian muy r e - por haber frecuentado mucho la casa de San Pablo , con
ducida, procuró con suma diligencia concluir la clausura motivo de haber tenido allí siempre sus directores, sino
del monasterio, para que nadie pudiese entrar escondida- también por haberse retirado á la misma casa para h a -
mente en él, llevando á veces él mismo sobre sus hoiubnis cerse curar de la herida recibida del asesino, y haber ex-
las piedras á los oficiales que trabajaban; y las compi aba perimentado enloiTces la mucha caridad de aquellos retí* •
lo que necesitaban para su sustento, á fin de que la nece- giosos. Fué recibido, pues , en esla sagrada órden con
sidad no las obligase á mantener correspondencia con inexplicable contento desús religiosos, en la vigilia do la
personas seculares. Teniendo bien asegurada la clausura, Asunción de la Virgen santísima del año 1550, hallándo-
y provistas las monjas del necesario sustento, procuró ale- se en la edad-de treinta y cinco años. Luego que hubo
jar del monasterio la frecuencia de personas seculares, é vestido el hábito religioso, compareció imperfecto ejem-
impedir del lodo acercarse á él las personas sospechosas. plar de todas las virtudes , singularmente de mortifica-
Pero no pueden ordinariamente remediarse los desórde- ción , de obediencia y de exacta observancia de todas las-
nes, c impedirse los escándalos, sin padecerse muchos dis- reglasdesu órden por mínimas que fuesen. Desuelle que
gustos y sin exponerse á los malos Iralaraienlos de las pasados solos cuatro anos, tos superiores le hicieron maes-
personas escandalosas y libertinas. Asi sucedió á nue&l;-o
tro de novicios, para que críase estas nuevas plañías en la
santo, el cual en recompensa de su zelo padeció afrentas
observancia del instituto, y en el espíritu de devoción de
c injurias, singularmente de un joven que vivia mal con
que él estaba tan dichosamente poseído. Ejerció Andrés
una monja; el cual después de haberle iuúlilmenteame-
osle importante oficio por el espacio de diez años con m u -
nazado, para hacerle desistir de sus santos intentos, so
cha prudencia y provecho de la religión; porque con sus
enfureció de tal modo contra Andrés, que le hizo acometer
sabias instrucciones y mucho mas con sus santos ejem-
por dos asesinos, los cuales le hicieron dos grandes heri-
plos, formó muchos religiosos eminentes en virtud y pie-
das en la cara, que le pusieron en grave peligro de per-
dad. Concluido el decenio, se puede decir que continuó
der su vida. Sub ió el sanio esta atrocísima injuria, no so-
aun este oficio por medio de dos tratados que escribió, i n -
lo con paciencia sino también con alegría y júbilo de su
titulados, el uno: El director del maestro de novicios; y
alma ; y mientras los demás se corapadecian de la defor-
el o t r o : Instrucciones para la vida espiritual á los mismos
midad, que las heridas dejarian en su rostro, san Andrés
novicios. Obtuvo después varios oficios honoríficos de ta
se alegraba porque podia decir con el Apóstol, que lleva^
religión , fué prepósito de diferentes casas y dos veces
ba en su cuerpo las llagas de Jesuci isto y las señales de
do la de San Pablo de Ñapóles, y fué visitadu1 du las
su ministerio apostólico. De esta su interior alegiia nos lia
casas de Lombardía; y ardiendo en fervorosos deseos de
dejado el santo un auténtico leslimonio en la exposición
hacer nuevos progresos en la perfección crisíiüua, á los
del salmo í í i , donde explicando la poderosísima asisten-
cia con que Dios ayuda á los que en sus trabajos esperan tres votos de castidad i pobreza y obediencia que observo
en él, dicelas siguientes palabras: «Yo lo he experimen- con mucha exactitud, añadió otros dos votos paríicularcí;
tado en mí mismo en mi tribulación, cuando fui grave- el primero, de contradecir siempre á su propia Noluntad
mente herido de un asesino, pues no solo no senlí la me- y obrar contra su propio genio; ,y el segundo de crecer
nor tristeza, sino que al contrario fui lleno de una alegría cada dia mas en la perfección y de adelantarse en el c a -
sobre abundante, porque el Señor fué mi ayudador y m i mino de la santidad ; en el cual en efecto hacia cada dia
consolador.» estupendos progresos.
Este era su tenor de vida: levantábase de la cama dos
Perdonó Andrés á sus enemigos como babia perdona- ó tres horas antes de los maitines; las cuales empleaba
do antes á un homicida que á traición había muerto á un en la oración y en esbribir cartas y tratados de materias
sobrino suyo : y á fin de que pudiesen librarse del cas- espirituales; asistía después al coro á los maitines, y con-
t i g o , que por su enorme delito merecían , no quiso jamás cluidos, permanecía allí con Ja comunidad á tener media
descubrirlos á los ministros-, que de parte del virey le hora de oración que ordena la regla. Después se prepa-
preguntaron quiénes habían sido los autores de aquel alen- ba con otra hora de oración para celebrar la santa misa, y
tado. Mas aunque se libraron de la justicia humana , m acabada gastaba otra hora en dar gracias. Visitaba i n m e -
escaparon déla justicia divina, que no suele dejar sin cas- diatamente los enfermos mas cercanos, para ver si habia
tigo las. injurias que se hacen á sus siervos; porque al i ó - alguno que necesitase de su asistencia : después se ponia
ven escandaloso, que había alquilado el asesino, lo ma- en el confesonario para oír las confesiones de los fieles, y
taron poco después sus enemigos al pié d é l a s -radas ó permaneeia allí inmoble hasta la hora de comer: por la
escalera de la iglesia de San Pablo, sin pedir confesión ; larde iba á visitar los enfermos y afligidos para consolar-
el asesino que hirió al santo , murió infelizmente en las los ; y como le llamaban en tantas partes , á fin de que
galeras á que habia sido desterrado por otros delitos- la por detenerse demasiadamente con uno, no le faltase el
monja, que habia sido causa de tanto m a l , muñó i epen- tiempo para consolar á los otros, llevaba pendiente del ce-
348 LA LEYENDA DE ORO. DIA 10.
fiidor un relajito de arena, con el cual medía el liempo que dicha casa ; pero apenas habían andado algunas calles,
debía permanecer en cada casa. rezando salmos como lo practicaba siempre que iba por la
En este tenor de vida poi icvcrú el santo por el largo ciudad , cuando empezó á llover copiosamente, y á soplar
c s j i ' , 10 fiü's de cincuenta años, no solo en la ciudad un viento tan recio que apagó la hacha del lacayo. Kn
[I • Ná| oh'8, sino en oirás ciudades, singularmente en Mí- esle lance los que acompañaban al sanio no sabían qué ha-
, ,1 l'^isencia, doade fundó casas de su órden , favo- cerse, cuando de improvislo vieron al cuerpo de Andrés
Pé ido de srn Carlos Borromco, que lo amaba muchísimo. rodeado de una luz milagrosa que les enseñaba el cami-
¡Nada pudo detener el fervoroso Zi'lo con que Andrés p r o - no, y suplía bien la falla de la hacha del lacayo: a l u m -
curaba la salud de las almas; iba pronto donde alguna brados de esta luz prosiguieron su camino, y llegaron f e -
necesidad le llamaba sin reparar en lluvias, ni en los r i - lizmente á la casa de San Pablo; pero habiendo entrado
gores del tiempo, ya fuese de invierno , ó ya de verano, en ella, se desvaneció aquella luz y repararon que ni el
ni en sus achaques y edad decrépita. Sus amigos le per- santo, ni los tres que le acompañaban se habían mojado
suadían suspendiese algún poco su- fatigas, para dar a l - los vestidos, ni enlodado los zapatos: restituyéronse inme-
gún descansoá su cuerpo debilitado por sus enfermedades diatamente á la casa del presidente el capellán y el laca-
y edad avanzada; pero el santo jamás se dejó vencer de yo , sin parar jamás la l l u v i a ; y llegados á ella advirtie-
sus persuasiones, antes mirando á su cuerpo como ene- ron que se había repetido el prodigio, [mes se vieron e n -
m i g o , le trató siempre con suma aspereza, y para tener- teramente enjutos y sin lodo en los zapatos, como si no
le sujeto al espíritu , le daba el alimento con lasa tan r i g u - se hubiesen movido de casa.
rosa , quo apenas bastaba para sustentarse. Observaba Con esle y otros prodigios hizo conocer Dios al mundo
los ayunos de la Iglesia , y los que son particulares de la cuánto amaba á Andrés y cuán agradables le fueron sus
órden , con tal rigor, que no lomaba cosa alguna hasta el ejercicios y santas ocupaciones; por lo que toda la ciudad
m i o i l i e r e r , y on los últimos años do su vida , desde los deNápoles le veneraba y respetaba como á santo. Pero no
selenla hasta los ochenta y ochó en que falleció, fué tan obstante, era tan rara y profunda su humildad, que se te-
asombrosa su abstinencia, que en ellos no comió jamás, nia por un grande pecador. Un padre, coníidenlesuyo, 1c
ni ana estando enfermo , ni carne, ni huevos, ni pesca- encontró una vez en su aposento deshaciéndose en l á g r i -
do, sustentándose solo de pan , yerbas y habas cocidas, mas; preguntóle por qué lloraba; y le respondió: Lloio
que tomaba en el refectorio (lelos convalecientes para evi- porque con mí malicia, bajeza y negligencia he menosca-
lar la singularidad. Pero cuanto mas el santo aíligia y bado y oscurecido las obras de Dios. Cuanto pensaba , le
atormentaba su cuerpo , tanto mas el Señor regalaba su parecía impropio ; cuanto decía, i n ú t i l ; cuanto obraba
espíritu, porque mientras tomaba esle escaso y basto imperfecto ; y teniéndose por el mas ingrato de los hom-
alimento , era nmchas veces inundado de tales consuelos bres , vivía en un perpetuo temor de su salvación ; por
del cielu , que le hacían suspender la comida ; y olvidado lo que preguntaba repetidas veces á sus confesores, sí so
de lo que hacia , juntando las manos y levantando los salvarla, y respondiéndole que sí, quedaba lleno de con-
ejos al cielo , se derrelia en liemas lágrimas do amor. lenlo. No se sosegaba si no se confesaba tres ó cuatro v e -
Rezando el oticio divino (lo que ejecutaba siempre en pié, ces al dia ; pues decia que era tan ruin y miserable, que
y con un recogimiento y devoción muy extraordinaria) nada conseguiría sino fuese por los méritos de la pasión
oia algunas veces los santos ángeles, que cantaban las del Señor, que por tan grande sacramento se comunican:
divinas alabanzas.'Una vez estando en oración, vióla sa- otras veces decia: Será gran misericordia de Dios hacer-
cralísima humanidad de Jesucristo, rodeada de inmensa me estar hasta el dia del juicio en el purgatorio : y levan-
luz , tan bella y hermosa, que en su comparación todo lo tando los ojos al cíelo y suspirando exclamaba: ¿Será po-
que habia mas hermoso en el mundo, le parecía una feal- sible que un hombrecillo tan vil y miserable como yo, h a -
dad. Favoreció á mas de esto el Señor á su siervo con el ya de ser puesto en el paraíso ?
don de profecía, el de conocer los pecados de sus p e n i - Habiendo por fin llegado Andrés á la edad decrépita de
tentes y el de hacer milagros; enlrc los cuales es d i g - ochenta y ocho años, empezando ,1a sania misa al decir
no de referirse lo que le acaeció una noche , volviendo de aquellas palabras: lulroibo ad aliare I k i , fué acometido
confesar á doña Catalina Garrafa, mujer de don Camilo de de una apoplejía ; repitió el santo tres veces las mismas
Cmiis , prcsidonle del consejo de Kápoles. Hallándose palabras, y perdida el habla, iba á caer en tierra si no fue-
m u y enferma esta ilustre sellara, fué á visitarla Andrés, ra sostenido del quo le ayudaba á la misa: acudiendo l u e -
y contra lo que acoslumbiaba hacer en semejantes oca- go otras personas al socorro de aquella necesidad , fué
siones , se detuvo con ella en santos coloquios hasta la llevado en brazos ajenos á la sacristía, donde le desnuda-
tercera hora de la noche ; queriendo entonces restituirse ron los sagrados ornamentos, y después le llevaron á su
á su casa, le insló la enferma admitiese su carroza: pero aposento, donde recibió con mucha devoción el santísimo
no pudiendo conseguir que aceptase aquel ofrecimiento, viático y extremaunción ; y dentro de pocas horas entre-
mandó á un lacayo que fuese acompañándole con una h a - gó su santa alma en manos de su Criador, á 10 de noviem-
cha encendida: como la noche era muy oscura y el tiem- bre do 1606.
po tan cerrado, que amenazaba una grande tempestad de Beatiiicó á san Andrés la santidad de Urbano V i l í , en
viento y lluvia; don Juan Pablo Orlaudio , capellán del el año 162o , y después Clemente X I , en el año 1112 le
presidente. considerando que Andrés se hallaba en la canonizó solemnemente , habiendo antes aprobado á este
edad de ochenta y cuatro años , que su compañero Lbaldo fin los tres milagros siguientes.
Pellicer era un viejo de ochenta y seis años, y que la ca- El primero sucedió con Jaime Gíovío, el cual tenia e n -
sa del presidente distaba un cuarto y medio de hora de cogida y seca de tal modo la organización ó trabazón de.
la casa de San Pablo, quiso también acompañarle hasta los nervios en la mitad de la parle superior del cuerpo,
DÍA 11. N0Y1E MBRE. 319
que no podían ojerccr con expedición las funciones vita- la ciudad de Iconio, en Licaonia, que se convirtieron á
l e s ; pero implorando el socorro del sanio, inslanlánea- Je.-ucris'.o por la predicación del apóstol san Pablo y por
nienle recobró una salud perfecta. los ejemplos de santa Tecla. Practicaron después todas
El segundo acaeció con Juan Caulista C o r r i : habia r e - las virtudes cristianas y estuvieron unidas al apóstol con
cibido éste en la cabeza una herida muy profunda y mor- los vínculos de la mas pura amistad. Ignoramos el género
tal, pero encomendándose con mucha fé á san Andrés, curó de muerte que les cupo : algunos creen que fueron marti-
id iuslanle de aquella herida tan perfectamente, (pie no le rizadas , y el cardenal Baronio supone que murieron el
quedó en la cabeza ni la menor señal de la cicatriz. año US. San Pablo en su epístola á los romanos , cap. 16,
El tercero lo obró el Señor por inlerce-ion del santo con ver. 1 2 , dice estas palabras. (.Saludad á Trifena y á T r i -
Scipion A r l e i ; el cual, habiendo recilmlo una fíratule con- fosa, que trabajan en el Señor.»
tusión en la frente, se le dislocaron las vértebras del cue- Los SANTOS MILES, ABUÓSIMO Y SINA MÁRTIRES.—San
llo ; pero habiendo implorado con mucha fé el socorro-del Miles nació en la c¡ud;;d de Unzicheens, y se educó en la
sanio , se le restituyeron instantáneamente á su lugar y córle dePersia. En su juventud siguió la carrera mililar
eslatlo natural. en la que llegó á uno de los grados superiores; pero h a -
* LOS SANTOS T l B E I U O Y MODESTO , Y SANTA Fl.OUKNCIA, biendo abrazado el cristianismo dejó la milicia y se retiró
MÁUTUIES.—Muy jóven era Tiberio cuando abrazó la r e l i - á Elam cerca de Siria. Sus ejemplos y exhortaciones con-
gión cristiana. Su padre que era gentil le persiguió m u - virtieron gran número de inlieles, y á insíancía del obispo
cho por este motivo , por manera que le acusó ai juez, y san Gadiaboconsintió en recibir las órdenes sagradas, y
este le hizo encerrar en una cárcel en compañía de otro poco después fué consagrado obispo de Susa. Desplegó
crisliano llamado Modesto. Los dos sufrieron en la cárcel un zelo infatigable para la destrucción del vicio y de la
los rigores del hambre y varios tormentos. En vista do la idolatría ; pero pocos se aprovecbnron de las fatigas del
constancia con que los sufrían , una mujer llamada Flo- sanio , y este fué acusado al gobernador llormisdascomo
rencia abrazó la cristiana religión , y fué degollada junto enemigo de la religión nacional. El gobernador mandó
con Tiberio y Modesto en el territorio de Agda , a tres l e - prenderle, y fué metido en una oscura mazmorra , j u n -
guas de l$ezieres , el año 300 , poco mas ó ménos. tamente con el presbítero Abrósimo y el diácono Sina,
Los SANTOS DEMETRIO , AXIANO , EÜSTOSIO , Y OTIIOS que no quisieron abandonarle. Los tres sufrieron dentro
VEINTE MÁRTIRES.—El primero era obispo, el segundo diá- de poco una cruel flagelación , y fueron remitidos otra
cono y el tercero lector de la Iglesia de Anfioquia. Deme- vez á la cárcel, donde permanecieron algunos meses
trio fué muy zeloso de la unidad y de la pureza de la transidos de hambre y de miseria. Un día fué llamado el
doctrina católica, á cuyo efecto entre otras cosas, convocó santo obispo á la presencia del mismo gobernador, y
un concilio contra Novaciano. Gobernó su obispado ocho moslrando la misma lirmeza c u n o querer adorar al sol,
años y murió mártir con los demás santos que celebra- llormisdas le clavó por si mismo un puñal en el pecho, do
mos, el afio 260. cuya herida murió. Al día siguiente Abrósimo y Sina
SAN PIIOBO, OBISPO v CONFESOR.—Fué obispo de Ua- fueron conducidos á lo alto de una colina, y murieron
vena. Extendió el conocimienlo del Evangelio á muchos apedreados. Sucedió esto el mío 341 , en tiempo del rey
países vecinos á su diócesis ; sufrió muchísimos trabajos de Persia , Sapor I I .
iluranlela persecución, y por lin murió en el año n a de SANTA TEOTISTA, VÍRCEN.—Fsta, griega de nación, flore-
Jesucristo. ció en la isla de Paros , haciendo vida penitente. Fn sus
SAN MONITOR, omsro Y CONFESOR.—Floreció en el s i - primeros años habia consagrado su virginidad á Dios,
glo IY , con abundancia de sabiduría y suave olor de vir- y llegó al término de su vida adornada con su integridad
tudes. Fué el X[ obispo de Orleans. Es notable enlrc los baulismal. Los griegos que veneran mucho á esta santa,
prelados de su tiempo, por las disposiciones que adoptó colocan su muerte en el afio 002.
para regularizar la disciplina eclesiáslica. SANTA OLIMPA Y SAN RODION, MÁRTIRES.—Conocieron
SAN JUSTO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué natural de Roma, en Roma al glorioso príncipe de los apóstoles, que les
y abrazó el estado monástico. Vivía en el monasterio de enseñó la religión de Jesucristo, y les administró el b a u -
San Gregorio de la misma ciudad, siendo la admiración tismo. Galesinio dice que fueron discípulos é ¡miladores
de lodos por su sabiduría y virtudes, cuando fué enviado de san Pedro, y que le siguieron en la corona del m a r t i -
á Inglaterra por el sumo pontífice el año COI, para a y u - rio , siendo degollados en la misma Roma por orden del
dar en sus misiones á san Agustín y san Melito. Tres años emperador Nerón.
después de su llegada, fué consagrado obispo de Uoches-
ler, y en C2i sucedió á dicho san Melito en la sede arzo- DIA 1 1 .
bispal de Gantorbery. El papa Bonifacio al enviarle el pa-
lio le envió una carta en que le folicilaba por el gran m i - SAN MARTIN, OBISPO Y CONFESOR.—El bienaventurado
mero de almas que habia ganado paca .U-sun isio. y ala- san Martin , obispo y dechado de santos obispos, nació en
bando su paciencia y su zelo, le exhortaba á perseverar un pueblo de Hungría , llamado Sabaria , y se crió en
hasta el fin para no perder la gloriosa corona que le espe- Italia , en la ciudad de Pavía. Sus padres fueron gentiles,
raba. Murió el día 10 de noviembre del año 627, y fué y según el siglo, nobles. Su padre fué soldado y maestre
senuitado en su catedral. de caiópo , y deseó que su hijo se inclinase á las cosas de
SAN LEÓN CONFESOR.—Ignoramos las circunstancias de la guerra y de la gentilidad cerno é) : pero Martin siendo
su vida , y la época de su muerte. Solo sabemos que fio- de diez años, contra la voluntad de sus padres se fué á la
re'¡ó en Meían , en Francia. iglesia, y pidió í U * I* hiciesen catecúmeno , y siendo do
LAS SANTAS TIUFS.N.V Y TRUOS*.—Eran dos mujeres de d.ce años trató de retirarse al yermo; y hubiérulo hecha
350 LA LEYENDA DE ORO, DÍA
sí su lierna edad no se lo estorbara ; mas con la voluntad ni otra arma alguna , sino de la señal de la santa cruz, y
siempre se inclinaba á las cosas de piedad y devoción, con ella armado entrar por medio del escuadren de los
frecnenlando las iglesias y apartándose del bidíiciodel s i - enemigos. Enojado Juliano de estas palabras, y pnrecién-
glo y conversando mas con Dios qne con los hombres. Su- dole que eran de soldado fanfarrón, It; mandó prender
i IMIÍÚ que el emperador Constancio mandó que lodos los para el dia siguienle ponerle desarmado al encuen'.ro de
bijos de los soldados viejos se escribiesen y pusiesen en los enemigos. Mas estando todos suspensos é interpretando
la lisia para la guerra. Y puesto caso que Martin se pre- cada uno según su afecto este hecho y aguardando el
tendió excusar, no le fué posible ; porque su mismo pa- suceso,, luego á la mañana vinieron embajadoies de los
dre lo descubrió, y así fué forzado á lomar las armas, é alemanes pidiendo paz á Juliano , y sujetándose á su
i r á la guerra, llevando consigo un criadoá quien tralaba obediencia : lo cual se atribuyó á la sanlidad y á las ora-
nó como á criado sino como á compañero , sirviéndole ciones de san Martin , que alcanzaron de Dios que li ocase
lanío como era servido de é l , descansándole y limpián- los corazones de aquellos bárbaros, y diese una tan s e -
dole los vestidos y dándole á comer en la mesa. Guardóse ñalada victoria, sin sangre, á Juliano para librar suave-
con gran cuidado de los vicios que comunmente acom- mente á Martin del peligro que pudiera tener entre las es-
pañan á los soldados; el Iralamiento de su persona era padas y lanzas , aunque de ellas le podia librar con su
llano y moderado, y mas parcela de monge que de sol- brazo poderoso. Despidióse de ta guerra san Martin: y en-
dado, era muy sufrido y muy caritativo, socorría las ne- tendiendo que el bienaventurado san Hilario, obispo de
cesidades de cada uno como podia , consolaba con gran Poiliers, ílorecia en doctrina y sr.nlid!;d , se li;é á él y so
caridad y gracia á los afligidos, visitábalos enfermos, le dió por discípulo, deseando ser guiado por su mano y
reparlia liberalmeníe lo que tenia á los pobres, y particu- llevado á la perfección. Quiso san Hilario ordenarle de
larmente se enlernecia cuando vela alguno desabrigado diácono; y él nunca lo consinüó , teniéndose por i n -
y desnudo, y en este género de piedad fué notable un d i g n o ; y al fin le hizo exorcista, y san Martin lo acopló
ejemplo que nos dejó de su gran misericordia ; y fué así, por ser oficio (aunque.eclesiástico) nó de tanta honra y
que estando un dia de invierno en compañía de otros sol- estima. Estando en esto, tuvo revelación de Dics de v o l -
dados á la puerta de la ciudad de Amiens (que es ca- v e r á su palria, para ayudará sus padres que lodav.a
beza de la provincia de Picardía en Trancia ) , vino un eran idólatras ; y él por obedecer al Señor bajó la cabeza,
pobrecito desnudo, temblando y tirilando de frió, pidiendo y lomando la bendición de san H i l a r i o , con muchas l á -
alguna limosna para abrigarse ; y como los demás solda- grimas de ambos se despidió de el y de los oíros compa-
dos no le socorriesen , Martin , entendiendo que Dios le ñeros , avisándoles que en aquella jornada había de teiKT
enviaba aquella ocasión para merecer ; no teniendo otra grandes trabajos y dilicnllades.
cosa que dar al pobre, sacó én espada de la vaina y cortó No se engañó; porque al pasar los Alpes cayó en manos
por medio la clámide y vestidura militar que llevaba, y de ladrones, que le quisieron malar, y uno de ellos habiu
dió una pai te de ella al pobre, y con la otra parle lo m e - ya alzado la espada para descargarla en la cabeza del san-
jor que pudo se cubi ló. D¡ó esíe becbo mucho que reir á io; pero fué detenido, por voluntad del Señor, de oleo qiiu
los hombres livianos y vanos; y qne llorar y materia de no era tan inhumano; y en efecto, le prendieron y le ala-
compungirse á los cuerdos y graves. Vióse también cuán ron para despojarle. Preguntado quién era y si tenia m i e -
agradable babia sido á Dios aquella obra ; porque la no- do; respondió que era cristiano y que nunca babia oslado
che siguiente le apareció Cristo nuestro Señor cubierto con mas seguro y con menor temor; porque sabia que en los
aquel pedazo de capa, diciéndole que mirase bien si mayores peligros está Dios mas presente para ayudar á los
aquella era la vestidura que él habla dado un dia ánles al que confian en él. Pudo tanto el ejemplo de su constancia,
pobre; y volviéndoso á una muchedumbre de ángeles y con las palabras que dijo á uno de aquellos salieado-
que le acompañaban , con voz alia les dijo: Martin, siendo res, que se convirlió y st; hiz:) religioso, y fué el que
aun calccúim'no, me ha cubierto con osla vostidm a. contó lo que en aquel Irancc los había pasado con san
Tanto estima el Señor lo que se hace con el pobre por Marlin.
su a m o r , y tan bien paga cualquier servicio que se le Siguiendo su camino y pasando á Milán, se le apareció
hace. No se desvaneció Martin con este favor del Señor; el demonio en forma humana y le preguntó á dónde iba.
antes reconociendo y magnificando masía gracia del cie- El sanio le respondió que iba donde le llevaba Dios. E n -
l o , se determinó á relirarsc á vida perfecta i y mientras tonces el demonio le replicó: Do quiera que l ú vayas y
que no podia romper las cadenas que le tenían con el cualquiera cosa que tú emprendas, ten por cierto que el
cuerpo en el siglo , vivir con el corazón y con el deseo demonio te será conlrario. Aquí san Marlin dijoaquel verso
en el cielo; y así lo hacia. Mostróse bien que Dios le del Profeta: Dominus mihi udjulor: non timebo quid fucúil
guiaba y le tenia de su mano ; porque militando en el mihihomo: El Señor es mi ayudador, y por eso no temeré
ejército de Juliano Apóstata , primo hermano de Constan- loque el hombre pueda hacer contra m í : y diciendo esl;;s
cio , emperador, y habiendo entrado los alemanes con un palabras, el engañador súbitamente desapareció. Llegado
poderoso ejército en Francia , pidió Martin licencia para á su patria, procuró con grande cuidado reducir á sus p a -
dejar las armas y recogerse: y atribuyendo esto Juliano dres al conocimiento y amor de Dios verdadero; y la m a -
á cobardía y al temor de la batalla que el dia siguiente dre se convirtió, y su padre se quedó en su ceguedad y
se habla de dar á los enemigos; Martin con grande ánimo dureza, con no poco senlimienlo del sanio h i j o , aunque
le respondió que para que entendiese si el pedirle lice. cia Dios le consoló con otros muchos, que por sus exhortacio-
nacia de deseo de servir á Dios ó de temor, que el estaba nes y ejemplos entraron por las derechas sendas de nues-
aparejado el dia siguiente de ponerse al punió de la tra santa religión.
balaba delante de la vanguardia , sin rodela ni celada, También padeció mnebo en esta jornada por la defensa
LIA 11. NOVIEMRUE. 351
(ic la fé calólica: porque hiibióiuiose extendido lanío y to- car fácilmente de su monasterio; un ciudadano, llamado
mado nnichas fuerzas la herejía arriana; él con grande Rubico, fingiendo que su mujer estaba gravemente enfer-
cspíriln y celo se opuso á los herejes, de los cuales fué ma, y suplicándole que viniese á darle la bendición, le
onielmeiile perseguido y preso, azotado y afrenlado [JÚ- sacó del convento con engaño. Tomáronle como preso, con
blicamenle, y con varias injurias y penas mallrado; de la mucha gente qtTe tenia puesta en celada, y le llevaron
manera que fué forzado á volverse á Francia en busca de á la iglesia para hacerle obispo, con suma alegría y con-
su buen maestro san Hilario. Pero liabiendo entendido que tentamiento universal de lodo el pueblo; aunque no falta-
él también habia sido desterrado de ella por la fé católica, ron algunos que repugnaron, diciendo que era persona vil
se fué á Milán con intento de liacer un pequeño monaste- y de poca presencia, desgreñado, mal vestido y al lin i n -
rio, y estarse allí liasla que Dios le descubriese oirá cosa. digno de ser obispo: pero, como el negocio era de Dios,
Era en aquella sazón obispo de Milán Auxencio, grandísimo prevaleció la elección que él habia hecho en el cielo, y fue
hereje y cabeza de ios arríanos; y fueron tantas las mo- confirmada en la (ierra, nó sin algunas señales divinas: y
lestias y malos Iralamienlos que hizo á san Marlin, que le san Martin fué puesto en la silla, saltando todos de placer
echó de la ciudad, y él determinó esconderse con un sa- y j ú b i l o ; y solo él llorando, por verse tan honrado y
cerdote, gran siervo de Dios, que le hizo compañía en una puesto en una dignidad , de la cual se tenia por lan i n -
isleta desierta del mar Tirreno, llamada Galinaria. Allí es- digno.
tuvo sustentándose de las yerbas del campo, hasta que Pero ¿quién podrá explicar las cosas que este sanlísimo
supo que san Hilario haliia vucllodesu destierro á Fran- pastor hizo en apacentar y acrecentar el rebaño que Dios
cia, adonde le fué á buscar, y fué recibido de él con s i n - le habia encomendado, y cómo supo conservar la virlud
gular gozo y alegría. Aquí, fuera de la ciudad de Poiliers, de hombre particular y añadir las excelencias de hombre
hizo san Marlin un pobre monasterio para sí y para a l g u - público, y juntar en uno la humildad de monge y la v i g i -
nos de los que le seguían. Entre estos fué un catecúmeno,
lancia de prelado, y la acción de Marta con la contempla-
el cu d estando una vez san Martin fuera del convento, cayó
ción de María? Porque, á mas de haber levantado en Fran-
en una enfi'rmedad tan recia, que dentro de pocos dias le
cia monasterios de monges, fué el primero que juntó la
quitó la vida y murió sin ser bautizado. Volvió el santo á
vida monacal con la clerical, como lo hizo san Agustín en
su casa, y halló á sus monges muy afligidos por lo que
África, y de tal manera hermanó los ejercicios de los mo-
habia sucedido, y el cuerpo del difunto ya á punto de
nasterios con los de la Iglesia, que de su escuela salieron
darle sepultura. Llegóse á él triste y desconsolado-: miróle
muchos obispos excelentes en lo uno y en lo otro, en la
atentamente con gran sentimiento; y con impulso particu-
contemplación y en la acción. En el tratamiento de su per-
lar de Dios mandó que todos se saliesen de aquel aposento,
sona no hizo mudanza alguna: la comida era la misma
y cerradas las puertas se extendió sobre el cuerpo frió del
que antes; el vestido pobre y v i l , como solia. Retiróse á
difunto: y batiendo oración fervorosa suplicó al Señor
un monasterio (pie edificó como media legua de la ciudad,
que le diese vida ; y el Señor lo hizo de manera qne e n -
en un lugar algo fragoso y cercado del rio Luera, donde
Iramlo en el aposento los que estaban aguardando, halla-
vivia con sus monges, que eran ochenta, y por la mayor
ron vivo, con grande admiración y espanto, al que esla-
parte de sangre noble y criados antes con mucho regalo,
, han para enterrar. Con esto el cateciimeno resucitado r e -
los cuales por amor de Cristo se habian abrazado con su
cibió'luego el agua del santo bautismo, y vivió muchos
cruz, y movidos con el ejemplo de san Marlin, vivían en la
años; y coalaba como habiendo salido su alma del cuerpo,
habia sido presentada delante del tribunal de Dios, y que tierra como Unos ángeles del cielo. La habitación que (e-
habia sido condenada á estar en lugares oscuros y tene- niau era estrecha, y las celdas angostas y cavadas en la
brosos; mas que después, eiilciiJiendo de los ángeles que peña, y mas para meditar la muerte que para conservar
san Martin suplicaba por ella, el juez se la mandó entre- la vida:, ninguno tenia cosa propia; todos vivían en comuu,
gar para que le restituyesen la vida y la presentasen de compraré venderá hadie se permilia: pocas veces sa-
su paite á su siervo Martin. Olra vez, habiendo entendido llan de la celda, sin'o para hacer oración en común : co-
que un criado de un hombre honrado y rico, llamado L u - mían todos juntos á la tarde, habiendo ayunado lodo el
picino, se habia ahorcado; movido de lástima y compasión dia: ninguno gustaba vino sino por enfermedad : su vestido
de aquel hombro desventurado, y de las lágrimas de una era, por la mayor parte, de pelos de camello, huyendo de
gran mu-hedumbre de gente que le salió al camino l l o - los paños delicados y de precio, como escandalosos y con-
rando y lamenlando este caso, se entró en el aposento trarios al espírilu de religión: á todos sus discípulos era
donde estaba tendido el cuerpo muerto; y haciendo ora- dechado san Martin, y con sus ejemplos los incitaba á toda
ción por e l , se levantó Lupicino v i v o , y lomando por la perfección, y no ménos con sus palabras y consejos: r e -
mano al santo le acompañó hasta la puerta de ta casa, en cibía á los huéspedes que venían de varias partes á visitar-
presencia de toda aquella muliilud de geoU* que llena de le, con extraordinaria caridad y humildad ; y él mismo les
gozo y de maravilla, no cesaba de glorificaren san Martin lavaba los piés y les daba aguamanos y servia , y después
la inmensa bondad y omíDtpotencta del Criador de haberles dado con templanza la refección del cuerpo,
daba al espirita su pasto y un convile suavísimo con sus
Con estos milagros tan grandes y tan evidentes de dos razonamientos espirituales: nunca perdía tiempo de dia,
muerlos resucitados, comenzó el pueblo á (eneré san Mar- y Jas noches las pasaba en vela y en oración: dormía en el
tin por varón apostólico y en las obras muy poda-ose suelo, cubierto de un áspero cilicio: de la comida y del
como en este mismo tiempo, por la muerte del obispo, sueño no daba mas á su cuerpo de loque pedia la extrema
vacase la Iglesia de Turs, lodos pusieron los ojos en san necesidad: guardábase con gran cautela de juzgar las i n -
Marlin, deseando que él fuese su prelado y su pastor. Mas tenciones de oíros, é interprefaba cuanto podia sus accio-
porque sabian que el lo rehusaria y que no le podrían sa- oes, y echábalas á la mejor parle, mirando siempre por
302 LA LEYENDA DE ORO TA A 1 I .
la fama y reputación ile sus prójimos: compensaba las in - mandolas por afrenta é injuria, vino al monasterio eclian-
jurias que le hacían con oraciones y con llorar marhas l á - do llamas de fuego por los ojos, y con el rostro turbado y
grimas por los que se las bacilo, dando siempre bien por como fuera de sí, delante de miiclia gente dijo mil irtjarjaa
mal á los que le agraviaban ¡ minea le vieron rcir vana- y bakbmes á san Mai l i n , y falló poco que no pusiese en él
mente ni estar triste, sino siempre con im mismo semblante las manos. Había visto el santo, ántes que Bricio llegase al
y con la misma paz del alma y gravedad de rostro, en monasterio, dos espíritus malignos que le llamaban y le
cualquiera variedad de cosas, prósperas y adversas, ale- atizaban para (pie se vengase de é l : y por esto y por su
gres y tristes: la misericordia y limosna para con los po- acostumbrada suavidad, le trató con !an grande manse-
bres parece que había nacido con é l , y que no estaba en dumbre, que Biicio quedó confuso y le pidió perdón, y
su mano dejar de socorrer á cualquiera menesleipso de la con sus oraciones alcanzó de. Dios que se encomendase y
manera que podía. Una vez, yendo á la iglesia á decir misa le sucediese en el obispado; y asi se lo dijo él misino,
una maflana de íinierno, lopóá un pobrecüo dosamparado y que en él padecería mucho: y aunque cuando él lo dijo
que se moría de f r í o : mandó al arcediano que le vistiese; pareció cosa de risa, y Bricio hizo burla teniendo á san
entró en la iglesia, y hecha oración al Señor, se recogióá Martin por insensato; mas, muerto que fué, se cumiilió
Ja sacristía para vestirse. El arcediano, ó por descuido ó todo lo que él habia profetizado, y con gran concordia
por no tener con qué, no remedió al pobre, el cual se e n - del clero y del pueblo fué elegido Bricio por prelado do
tró en la sacristía y se puso delante del santo obispo, que- aquella iglesia, y él la gobernó tan santamente, y padeció
jándose de que no le hubiesen proveído como él Jo liabia lanías y tan graves persecuciones, que se cumplió bien lo
mandado. Sinltólo mucho: y haciendo apartar al pobre, se que san Martín le había pronos'.icado, y fué sanio, y como
quitó la túnica y se la dió, sacándola como pudo debajo de á talle celébrala Iglesia á los (8 de noviembre. Todo esto
la casulla (pie ya tenía vestida; y saliendo después á decir buen suceso alcanzó san Martin con singular paciencia y
misa, quiso nuestro Sefíor honrarle y mostrar cuán grata mansedumbre, con la cual sufrió á Bricio y le gan6 para
le habia sido aquella caridad que había usado con el po- Dios. Nunca se pudo acabar con él que le privase del g r a -
bre, haciendo que de la cabeza del santo, al tiempo que do que tenia ni le castigase como muchos se lo persua-
oslaba en el aliar, saliesen rayos de luz y una como llama dían: á los cuales respondió el santo : Jesucrís'o sufrió á
de fuego, la cual vieron (entre innumeral)le pueblo que allí Judas; ¿y vosotros no queréis que yo sufra á Bricio? Con
estaba) solos tres monges, un clérigo y una santa doncella. esta misma mansedumbre nunca se vengaba de las i n j u -
¿Pues qué diré de la paciencia, snlVimienlo y mansedum- rias y agravios que se le hacían : con esta perdonaba muy
bre do este santo varón? ¿Y de los modos que tenia Dios fácilmente á los que se reconocian, y admitía á reconci-
para manifestarle, honrarle y magnificarle en la tierra? liación y penitencia á los pecadores que lloraban sus c u l -
Iba una vez visitando su diócesis (lo cual hacia con sumo pas, y él perpetuamente se olvidaba de ellas, en tan!o
cuidado y edilLacion), y los que le acompañaban se que- grado, (pie el demonio, como enemigo de nuestra salud,
daron atrás. Topóse el santo con una carroza de soldados una vez le reprendió de ello y le dijo, que Dios no perdo-
que caminaba muy aprisa: espantáronse los caballos vién- naba á los que le volvían las espaldas y caían en graves
dole, y embarazáronse de manera que los soldados se e m - pecados: al cual el sanio respondió con gran seguridad y
bravecieron, y con el enojo salieron del coche y juntamente confianza en Dios: Si t ú , desventurado, dejases de tentar
fuera de sí, y dieron muchos palos á san Marlin, sin cono- á los hombres y le arrepintieses; yo, confiado en la bon-
cerle, y le maltrataron de suerte que cayó en tierra medio dad de Dios, con gran seguridad le prometería su miseri-
muerto, sin abrir el santo la boca para quejarse , ni decir cordia.
palabra, ni mostrar sentimiento ni amaignra. Halláronle
¿Qué diré de las oirás heroicas y esclarecidas virtudes
los compañeros que le seguían, lleno de heridas y ensan- de este santísimo varón? ¿Ksperialmente del celo ardentí-
grentado, y con gran dolor le pusieron sobre el jumento simo que tuvo de conservar y amplificar en todas parles la
en que iba, mas el Señor castigó aquellos soldados que fé católica? ¿Y de aquella sed insaciable de ilustrar y ex-
con tanta impiedad habían puesto las manos en su siervo; tender la crisliana religión, y extinguirlas reliquias de la
porque los caballos, como si fueran de piedra, quedaron gentilidad, que en su tiempo aun duraban en algunas par-
inmobles, sin poderlos mover ni hacerles dar un paso: y les? Yendo una vez á la ciudad de Charlres, hubo de pasar
conociendo que era castigo de Dios, preguntaron quién era por una aldea que era toda de genliles: los cuales por h
un pobre caminante de tales y tales sefias; y entendiendo fama del santo salieron lodos á verle, y concurrió tanta
(pie era san .Maríin (cuyo nomlre era mas conocido que gente, q u ; los campos estaban cubiertos de labradores
la persona), se echaron á sus piéí, pidiéndole bumilde- idólatras y sin coiuin:i:iento de Dios verdadero. Cuando
men'.c perdón de su alrevimienlo y locura : y el santo, que los vió el sanio prelado enternecióse en gran manera, y
había tenido revelación de lo que habia de suceder y lo ha- con enlrañableafecto, poniendo los ojos cnel cielo comenzó
bia dicho ántesásus compañeros, los recibió amorosamente, á predicarles la palabra de Dios, y convidarlos á la salud
y alcanzó con sus oraciones de Dios que pudiesen partirse eterna, con un senlimicnlo y con unas palabras, voz y
libremente. No es menos notable la paciencia y manse- energía tan grande, que se veía bien que no era él el que
dumbre que usó con Bi icio, uno desns clérigos, el cual ha- hablaba, sino Dios en é l : el cual para dar eficacia á las
biendo sido ántes criado loablemente envida religiosa, des- palabras de san Martin, y confu mai las cen su brazo p o -
pués que se hizo clérigo comenzó á desmandarse y á darse deroso, para bien de toda aquella genio rústica y ciega,
á gustos y entretenimientos y vanidades del siglo. A v i - ordenó que una mujer le trajese allí delante un hijo único
sóle san Martin, como padre, del escándalo que daba con que poco ánles se le había muerto, suplicándole que lo
su vida : y el pobre bombre, no solamente no se enmendó resliluyese la vida ; pues era amigo de.Dios y tan fácil-
y compungió con la palabras blandas del santo, ántes l o - mente lo podía hacer. Juntáronse con los ruegos y con las
DIA I 1. NOVIEMBRE. 353
lágrimas de la madre, los sollozos y la intercesión de todo extenderse en las demás, y se lemia que con el senlimien.
aquel pueblo: y san Martin , juzgando que aquel milagro (o de su daño particular, aquellos gentiles se armarían
seria ocasión para que se convirtiese á la fé de Cristo, para vengar la destrucción del templo y la ruina de sus
hizo oración, y le resucitó y le volvió vivo á su madre dioses. Entonces san Martin armado con la fé de Cristo
íque estaba pasmada y como alónila y fuera de sí de ale- nuestro Redentor, subiendo al tejado, se opuso contra la
gría), en presencia de toda aquella gente^ que movida de llama que venia con gran furia, la cual, en viendo al v a -
lo que habia visto, alzando un grito al cielo, corrió con ron de Dios, en un momento volvió alrás y se retiró con-
grande ímpetu y so echó á los piés del santo, pidiéndole tra la violencia del viento; y de esta manera quedáronla.;;
que los hiciese cristianos, quedando él mas contento por casas libres del fuego y del peligro, y san Martin con su
haber ganado aquellas almas al Señor, que si hubiera sola presencia hizo lo que todo el pueblo con el agua y
conquistado un reino ó alcanzado cualquiera otra cosa con otros remedios no pudiera hacer. Otra vez, querien-
temporal. Con este mismo celo procuró desarraigar la me- do asolar otro templo de ídolos muy famoso, por las m u -
moria de toda gentilidad y culto profano, sin tener cuenta chas riquezas que habia en él, y por la gran superstición
con la dificultad de la empresa, ni con el odio de los gen- con que era venerado; los gentiles le resistieron y le echa-
liles, ni con su peligro, ni con la magnilicencia y sunluo- ron con ignominia y afrenta. Retiróse el santo á hacer o r a -
sidad de los templos y edificios que se ponia á derribar: ción en un lugar allí cerca, donde estuvo tres días conti-
y Dios nuestro Señor le favorecía visiblemente, para que nuos ayunando, vestido de cilicio y cubierto de ceniza; y
saliese con su intento y acabase cualquiera cosa en que al cabo de ellos le aparecieron dos soldados de la celestial
ponia su mano, por mas difícil é imposible que pareciese. milicia, armados con un escudo y lanza, y le dijeron que.
Ouiso derribar una torre alta y de ricas piedras, labrada venían á ayudarle en el nombre del Señor, contra toda
con grande arte y costo; porque habia sido dedicada á un aquella muchedumbre de paganos: que volviese segura-
ídolo: y habiéndolo encomendado á un clérigo llamado mente á su empresa y no temiese. Volvió san Martin y aso-
Marcelo, y entendiendo que él no lo habia hecho ¡porque ló el templo: destruyó los altares y deshizo los ídolos,es-
no tenia aparejo para derribar una máquina y un edificio tando toda la gente alónila, pasmada é i n m ó v i l : y cono-
tan fuerte ) ; san Martin gastó toda la noche en oración, y ciendo que aquella no era obra de hombre sino de Dios, se
luego á la mañana vino un torbellino de vientos, truenos, covirlíó á aquel Señor, que por medio de su siervo la h a -
relámpagos y rayos sobre ella, y la arrancó sus cimien- bia obrado, confesando que no eran dioses los que no h a -
tos, y la asolú con espanto y admiración de lodos. En otro bían podido resislir á un solo hombre, y que solo era v e r -
lugar estaba una columna altísima, y encima de ella un dadero Dios el que predicaba san Martin. No es menos de
ídolo: y queriendo el santo arruinarlo y no teniendo for- maravillar lo que sucedió otra vez en la provincia de Bor-
ma para hacerlo, acudió ásus acostumbradas armas, que goña, donde queriendo el santo destruir un templo de p a -
era la oración, y súbitamente apareció en el cielo, á vista ganos, una grande muchedumbre de labradores le hacían
de todos los que allí estaban, otra columna, la cual, c a - resistencia, y uno de ellos, desenvainando la espada vino
yendo con grandísimo ímpetu sobre esta otra de piedra,la para herir el sanio, y el, sin turbarse, súbitamente echó
desmenuzó éhizo polvos el ídolo que sobre ella eslaba. En el manto y tendió el cuello desnudo para que le hiriese:
otro lugar habia asolado un templo de los gentiles, y quiso y alzando el impío brazo para hacerlo, cayó allí de es-
echar en tierra nn alto pino que allí estaba, dedicado al paldas delante de todos, y quedó tan despavorido y asom-
demonio. Opusiéronsele los gentiles, y uno de ellos, mas brado, que se postró á sus piés y le pidió perdón. Otra vez
atrevido y agudo, alzando la voz le dijo: Si tú tienes tan- en otro semejante caso, queriendo un hombre malvado
ta confianza en tu Dios, nosotros mismos cortaremos ese matarle, se le cayó la arma que tenia en las manos y no
árbol, con tal que tú, cuando cayere, lo sostengas y sus- pareció mas.
tentes con tus hombros. Aceptó el partido: cortaron el ár-
bol, y alaron al santo pontífice por los piés para que no De esta manera andaba san Marltn ejercitando su gran
pudiese h u i r ; y él, como una estalua so estuvo quedo sin celo en desarraigar la idolatría del mundo y amplificar el
moverse, con gran seguridad, hasta que inclinándose el nombre y gloria de Dios, y el mismo Señor le iba á el a m -
árbol, y viniendo con gran ruido á caer sobre é l , sin tur- parando y defendiendo por una parte, y por otra ilustrán-
barse alzó el brazo é hizo la señal de la cruz, y luego a| dole y ensalzándole con tantos y tan grandes milagros, y
momento el pino se revolvió á la parte contraria, y faltó haciéndole glorioso, no solamente en los ojos de la gente
poco que no oprimiese y matase á los mismos gentiles que común, sino también de los príncipes de la tierra, como se
le habían cortado: los cuales por un prodigio tan extraño vió en lo que acaeció con un señor principal y procónsul
y tan repentino, alzando las manos y las voces al cielo, se llamado Tetradio, que era gentil y tenia un criado g r a v í -
rindieron a la voluntad de san Martin y se convirtieron á simamentc atormentado del demonio. Este rogó á san Mar-
Cristo : y de esta manera en poco tiempo, por la diligen- tin que pusiese las manos sobre su criado y le sanase. Man-
cia y vigilancia del santo prelado, se desarraigó de toda dó el santo que se lo trajesen; mas el demonio se hizo fuer-
aquella tierra la idolatría y no quedó lugar que no fuese te, y no fué posible sacar al criado fuera de la casa de su
de cristianos, y Heno de iglesias y monasterios, porque solia amo. Entonces Tetradio suplicó á san Martin que fuése á
el siervo do Dios, en arruinando un templo de demonios su casa y curase aquel pobre hombre; pero el santo no lo
edifleer luego en el mismo sitio una iglesia de Dios verda- quiso hacer, diciéndole que no quería entrar en casa de
dero, ó un convento do religiosos para que en él fuese hombre gentil y profano; y con esto Tetradio prometió de
adorado. Otra vez, habiendo pegado fuego á un aniiguo y hacerse cristiano si libraba á su criado del maligno espíri-
noble templo de ídolos, se levantó un aire recio que lle- tu que le atormentaba, y san 3Iartm entró y le sanó, y T e -
vaba el incendio á las casas á él vecinas, con peligro de tradio se bautizó y reconoció siempre á san Martin por p a -
dre de su alma y como á tal le reverenció.

TOMO I H . 43
m LA LKYF.XDA DE ORO. DIA 11 .
no quiso aceptar ; y con mucha edificación del empera-
3Ins admiraljle cosa es la que 1c sucedió con un conde
dor y de su córte, se. volvió á su Iglesia.
que se llamaba Adiciano, bombre cruel y áspero de con-
Así como no se dejaba vencer délas dificultades y agra-
dición, y que mas parecía (lera que bomhre. Esteenlró en
vios en las cosas que pretendia por servicio del Señor, así
la ciudad deTcursuna vez con ánimo de deslruirla, alor-
tampoco se desvanecía en las prosperidades y favores de
mentando á muchos de ella con varios géneros de penas
los príncipes : antes siempre guardaba un mismo ler.orde
y suplicios. La noebe ánles del dia en que el conde habia
vida, y con una apostólica majestad ajustaba la religiosa
de ejecutar su crueldad, siendo san Maríin avisado de
modestia, como parece, en lo que le sucedió con el empe-
su mal intenlo, estando todos reposando á su sueño suel-
rador Máximo. Habiendo ido san Martin , para (ralarcon
to, se fué solo á la puerta del p«lacio del conde y se puso
él de aigimos negocios de gran caridad y gloria del Se-
en oración. Dormia Adiciano muy sosegado y oyó un i voz
ñor , fué recibido de Máximo con suma veneración , y r e -
que le d i j o : El siervo de Dios está tendido en el suelo á tu
galado y servido como un hombre venido del cielo. Entro
puerta, ¿y tú duermes? Despavorido con esta voz saltó de
otras cosas que hizo el emperador , para favorecer á san
la cama, y llamando á sus criados les dijo, que san Martin
Martin, fué convidarle á comer consigo : y habiendo final-
estaba á su puerta, y les mandó que luego le buscasen.
mente alcanzado de él , con muchos ruegos é inslancia,
Los criados (como suelen) apenas salieron de los primeros
que lo haría, se sentaron á la mesa, primero el emperador,
aposentos y volvieron á su señor, baciendo burla de lo que
luego el santo obispo á su lado y otros tres grandes , el
les habia dicho, porque habia sido sueño y no babia tal
uno cónsul, el otro hermano y el tercero lío del empera-
bombee á su puerta. Creyólo Adiciano: tornóse adormir,
dor : entre los cuales se sentó el clérigo que san Martín
y de nuevo se sintió reprender con mayor fuerza y espan-
llevaba en su compañía. Yendo el convite adelante, traje-
to. Levantóse luego, y él mismo salió fuera de su casa y
ron una copa grande de vino á la usanza de la tierra , y
halló a! santo que buscaba. Echóse ásus piés, y díjoleque
pusiéronla delante del emperador para que bebiese : é l ,
no tenia necesidad de decirle palabra, porque él baria lodo
por el respeto que tuvo á san Martin , mandó que se la
lo que le mandase: que le rogaba que se partiese luego
diesen á él ia copa para que bebiese primero, pretendien-
para que la ira de Dios no viniese sobre él. Partióse el san-
do después recibirla de su mano : mas el gran prelado,
i o ; y el conde llamó luego á los oficiales y mandóles sol-
gustado que hubo el vino, luego dió la copa á su clérigo,
tar todos los presos que tenia para atormentarlos, y él se
juzgando que en la mesa no habia persona (aunque fuese
salió déla ciudad, quedando toda muy alegre y como res-
la del emperador) que se debiese anteponer al sacerdote:
pirando, y alabando alSefior, porque la babia librado por
y aunque pareció cosa nueva y no usada de otros obispos
medio de su pastor, de los dientes deaquel lobocarnkc o.
(que algunas veces con andar indígnamenle en las corles,
Éralo tanto, que no se hartaba de sangre humana, y sola-
y procurar la gracia do los ministros de los príncipes,
mente parecia hombreen no ser tan cruel, cuando estaba
apoci n y envilecen su dignidad), todavía el haber sido en
presente san Martin : el cual vio un grandísimo demonio
tal caso como despreciados, dió su edificación al empera-
á las espaldas de Adiciano, y con el soplo le ahuyentó y le
dor y á los otros señores que allí estaban , porque tenían
echó de allí ; y desde aquella hora comenzó Adiciano á
á san Martín por un hombre mas divino que humano, ISo
ser mas blando y benigno. No es de menor admiración lo
fué de menos estima y admiración la honra que le hizo la
que acaeció á san Martin con el emperador Valeníiniano,
emperatriz, mujer de Máximo. Hallóse esta princesa m u -
el mayor, que de condición era severo , y tenia una mujer
chas veces con su marido áoir los razonamientos del biena-
íuTí'je arriana, que le instigaba contra los católicos. Por
venlurado obispo, y las palabras de vida que les decía,
esto habiendo sabido que san Martin iba á tratar con él a l -
para despertarlos al menosprecio délas cosas inciertas de
gunos negocios de que él no gustaba, mandó (pie no te de-
este siglo, y enamorarlos y encenderlos al deseo de las
jasen entrar en palacio , por no tener ocasión de negarle
eternas : y reverenciando con viva fé y afecto castísimo
lo que le venia á pedir. Fué san Martin una y dos veces, y
en Martín la persona do Cristo ( á mas de estar muchos
no pudo haber audiencia : y no por eso perdió el ánimo,
ratos á su piés, como otra María Magdalena á los de Cris-
antes se armó de oración, cilicio, ceniza y ayuno. El sép-
t o ) , quiso ejercitar con él también el oficio de Marta: para
timo dia de su oración y penitencia, vinoun ángel de! c i e -
eslo le suplicó y le importunó, que se dejase servir, y t o -
lo que le dijo, que se fuese á palacio ; porque hallaría
mase una sobria refección do su mano : y habiéndoselo
las puertas abiertas, y al príncipe mas blando y humano.
negado muchas veces el sanio ( porque no gustaba de se-
Hizo el santo lo que el ángel le ordenó ; y halló la entra-
mejantes regalos de m u j e r e s ) , interpuso la autoridad del
da tan desembarazada, que sin que ninguno le pusiese es-
emperador, al cual se rindió el santo prelado, por tenerle
torbo, entró hasta el aposento donde estaba el mismo e m -
mas grato para lascosasdel servicio divino que de él pre-
perador t el cual, en viéndole se enojó, y con rostro seve-
tendía. La devota emperatriz ella misma por sí le hizo
ro reprendió á los criados que le hablan dejado entr ar,
sentar á la mesa y le dió aguamanos , y trajo la vianda
sin hacer algún género de cortesía y de buena crianza
que ella misma habia aderezado, y le sirvió la copa, y es-
con el santo obispo; y él se estaba quedo, sentado sin res-
tuvo en pié mientras que duró la comida , baciendo oficio
ponderle : mas súbitamente cercó la silla en que estaba
de humilde criada, con los ojos bajos, y con el corazón g o -
sentado una llama de fuego, y comenzó á llegarse al cuer-
zosa y atenta á servir al santo obispo. Después levantó la
po de Valeníiniano ; y él conociendo que aquella no era
mesa y recogió las sobras , hasta las migajas de pan, t e -
cosa humana, se levantó despavorido , y se humilló y r e -
niéndolas por preciosas reliquias y por un gran tesoro. Raro
verenció al santo ; y sin esperar mas, le concedió todo lo
ejemplo por cierto en una princesa tan grande, de la r e -
que deseaba , y después le trató con mucha familiaridad
verencia que se debeá los santos, y del respeto con que
y ic convidó á comer, y le ofreció varios y ricos presen-
se han de tratar los sacerdotes y prelados; y mucho para
tes : los cüales san Martin (como fiel amigo de la pobreza)
rftt 11. NOVIEMBRE. m
miar Al iií¡Wp6 la» eslnigado y perdido como al pi esonfc él. En la iglesia eslaba con tan grande devoción y reve-
tenemos. Admirable fué la humildad y devoción de la rencia, que ninguno le vió en ella sentado ; siempre esla-
emporalriz para honrar en su siervo al Sefíor, y leslilicar ba de rodillas, ó en pié, y con un rostro amarillo y teme-
la eslima que tenia de aquel sanlísimo prelado , á guien roso ; y preguntada la causa, decia : ¿ No queréis que l e -
servia y veneraba en la tierra como si fuera venido del ma ; que está aquí Dios ? Era muy visitado de los santos
c i c l o : pero ( aunque con diferente camino ) no es menos ángeles, de san Pedro, de san Pablo, de santa Tecla , de
admirable lo que una santa doncella hizo por san Martin, santa Inés y de la Reina de los ángeles y Sefíora nuestra,
nó por menospreciarle , sino por aprecio y guarda de la la Virgen María. Ofreciendo el santo sacrilicio de la misa,
castidad. IJabia una doncella principal y de extremada fué vista de su mano adornada de riquísimas pieJras p r e -
virtud, la cual por vivir en mayor recogimiento, apartada ciosas ; y en lodo era muy regalado y favorecido del Se-
de los ojos y peligros de los hombres, se habia retirado á ñor : y tenia tan clara y tan soberana luz por medio de
una casa suya de campo , donde habia vivido muchos su oración, que no seleescondia cosa, y con grande faci-
afios con gran fama de santidad. San Martin, yendo c a m i - lidad dislinguia las tinieblas de la luz , y los embustes y
no, pasó por allí cerca donde aquella virgen inoraba : y lazos de Satanás, déla verdadera y sólida visitación d i v i -
quei ¡eiido el santo honrarla y animarla á llevar adelante na, como se ve en lo que una vez hizo. No lejos del m o -
sus santos propósitos, determinó visitarla, y hacer con ella nasterio desanMariin habia un lugar muy frecuentado de
lo (pie nunca solia hacer con otras mujeres, porque no las la gente, por pensar que habia en él algunas reliquias de
solia visiiar. Ya que llegaba á la puerta de su casa , a v i - los mártires, y haber puesto los obispos pasados un altar
saron á la doncella de la gran merced que Dios le hacia, en honra de ellos : y como san Martin inquiriese el origen
yendo á visitarla un varón tan eminente y admirable. Cre- de aquella devoción , y no hallase ni fundamento de ella;
yeron todos que habia de alzar las manos al cielo y r e c i - túvola por sospechosa , y determinó no ir á aquel lugar
birle como á tan gran ministro de Dios, y lomar por tosli- por no autorizarle con sn presencia, ni quitar su devoción
monio de m recogimiento el ver á san Martin en su casa; al pueblo. Pero un dia, llevando consigo algunos ^ocos de
pero ella estuvo tan en s í , que envió á suplicar al santo sus frailes, se fué á é l , é hizo oración á Dios, suplicándole
que no la viese, para que la puerta de su casa quedase que le revelase lo (pie habia en aquel sepulcro. Yió luego
mas cerrada á lodos los otros hombres ; pues no se abria una sombra hoirible y espantosa, á la cual mandó que le
al que era mas que hombre. El santo aceptó la excusa y dijese quién era : y respondió que era el alma de un l a -
ia alabó, y .sceutemliócu; n recalada y cuán zelosa era de drón, que habia sido muerto por sus deittoÉ , y era cele-
guardar su honestidad ia que no quería ser vista de hom- brado como mártir por engafio del pueblo ; pero que él no
bre, auiique fuese dcMarliu. Envióle después la santa don- tenia que ver con los mártires : porque ellos estaban en
cella un presente y refresco : y el santo le recibió con la gloria, y él en las penas del iulierno. Con esto el sanio
gran voluntad, diciendo, que no era justo que el sacerdote mandé derribar el altar, y libró á su pueblo de aquel e o -
desechase lo que aquella santa vii geu le enviidja ; pues gaño. V por este ejemplo, y algunos olios (pie lian suce-
merecia ser pi eferkla á muchos sacerdotes : y los que iban dido, hace la sania Iglesia tan grande. e\ámen de la vida
en su compañía se maravillaban que lo recibiese , porque y milagros de los que ha de canonizar, para no proponer
nunca solia recibir presente que se le enviase. á los líeles p ts sanios, sino á los que es muy cierto y ave-
riguado que lo son. Prelendiendo el coimm enemigo e n -
Acabando de contar san Severo Sulpicio el ejemplo de
esta virgen, dice estas palabras : « Oigan las vírgenes es- gañarle , un dia , estando san Martin en s» celda orando,
te ejemplo : y para (pie los malos no rodeen sus puertas, vino á él rodeado de luz, vestido con ropas reales, y con
ciérrenlas también á los buenos, y para que no lleguen á una corona de oro y piedras preciosas, y el calzado rico y
ellas con libertad los ruines , no tengan empacho de ex- dorado á maravilla, con un rostro sereno y alegre , y que
cluir á los sacerdotes con recalo. Todo el mundo sepa (¡no ninguna cosa parecía menos que lo que era. Estuvo san
una doncella no caasiulio que sau Martin ia viese. No de- Martin algo suspenso á la primera vista, hasta que el de-
sechó solamente á cualquier sacerdote; pero no quiso monio le dijo , que era Cristo que bajaba del cielo á la
ver al (pie diibu salud á los que le veían.» Esto es de este lierra, y que le habia querido visitar y manifestarse p r i -
autor. mero á é l , que á otros : y el santo, entendiendo por reve-
Pero ¿qué maravilla es que baya tenido san Martin tan lación de Dios , que aquel no era Cristo , si no anticristo
gran paciencia, tan extremado sufrimiento , tan excelente y enemigo de toda verdad, le respondió : Nuestro Señor
nianscdumbi-e , [;in ardiente zelo de la gloria de Dios y de Jesucristo no dijo que habia de venir vestido de púrpura
propagar su religión , tanta fortaleza y constancia en los y coronado y adornado de diadema , ni yo jamás creeré
disfavores, y lanía humildad y modestia en los favores de que es Cristo el (pie no viniere con el hábito y figura en que
los príncipes y un espú itu excelso, magnánimo y snpericr Cristo padeció , y no trajere las señales de la cruz en su
á lodos los casos prósperos y adversos de la tierra"' pues cuerpo. A esta voz desapareció como humo aquel enemigo
aunque estaba con el cuerpo en ella , con el corazón habi- del genero humano, dejando un olor tan sucio y abomina-
taba siempre en el cielo, y por medio de la oración se r e - ble en la celda, que solo bastaba para declarar quién era
galaba y entrolcma con e! Señor, y con los espíriius biena- Y lo que pretendía. Fué tanto lo que esta bestia temia á
venturados de su corte celestial. Siempre tenia á Dios san Martin, y él la menospreciaba y coi ria, que no se pue-
presente, y en todas las criaturas veia á Dios . y ellas le de fácilmente creer. Por donde, habiendo engañado á un
serviau de un l i b r o , en que leia y contemplaba las i ñ l i n i - monge , llamado Auatolio , con varias ilusiones , por las
las perfecciones del Criador , y de todas las cosas sacaba cuales el pobre daba á enlender que los ángeles le visita-
conceptos delicados y documentos provechosos , Vsei'ñe- ban ; para probar que esto era verdad , una noche apare-
janzas acomodadas á la edificación de los que ¡ralabau con ció entre los oíros monges muy resplandeciente, vestido
856 LA LEYENDA DE ORO ni A n .
con una ropa labrada con extremada arle y primor, y es- ciliano, hereje, poracnsacion y zelo indiscreto de algunos
tando lodos sospechosos y temiendo que no fuese , como obispos que le hicieron jnez de aquella causa eclesiáslica,
era, engaño del enemigo; llevando al monge así vestido, y siendo por ello excomulgados, y comunicando con él
como por fuerza, á san Martin , aquella ropa desapareció, los otros obispos; por lisonjear á Máximo, san Martin vino
y el demonio descubrió la maraña , y no se atrevió á pa- á Tréveris, donde el emperador estaba, para tratar con él
recer delante del santo , entendiendo que toda aquella algunos negocios de grande importancia para bien de la
oscuridad se habia de deshacer en presencia de tan gran- Iglesi-i. Y no queriendo al principio comunicar y tratar con
de luz. aquellos obispos, por verlos apartados de la comunión de
Porque tenia san Martin tan grande imperio sobre los !a Iglesia, después se dejó vencer; porque el emperador
demonios, que, cuando llevaban á la iglesia b.s que de sentía mucho que no lo hiciese, y deseaba ganarle la v o -
ellos eran atormentados para que el santo los sanase, en luntad, para alcanzar de él mas fácilmente el buen despa-
saliendo de la celda de su monasterio para venir á la c i u - cho de los negocios que traía. Mas después lloró tanto esta
dad, eran tan espantosos los gestos que hacían y tan hor- culpa, que para consolarle, fué menester que Dios le e n -
ribles los alaridos que daban, que luego se entendía por viase un ángel, que le dijo, que con razón se compungía y
cierto qu« el santo obispo venia á la iglesia. Y no echaba á lloraba aquella culpa, aunque habia tenido alguna excusa,
los demonios con amenazas, voces y espantos (como lo ha- por la ocasión y fin de hacer mejor los negocios do Dios;
cían los otros exorcistas); mas vestido de un áspero cilicio pero que se enmendase y cobrase su antigua constancia.
y cubierto de ceniza, se postraba en tierra, y con las a r - Y como después no echase los demonios de los cuerpos,
mas de la santa oración, los rendia y sujetaba. ni sanase á los enfermos con tanta facilidad como solía,
decía con muchas lágrimas, que por haber comunicado
Fueron tantos los milagros que son Martin hizo en este
con aquellos obispos apartados de la Iglesia (aunque por
género y lodos los demás, para salud de las almas y de los
tan breve tiempo, y compelido de la necesidad) Dios le
cuerpos, y para remedio de todos los males de los que á
habia castigado y disminuido la gracia de hacer milagros;
éi se encomendaban, que no se pueden en pocas palabras
y los diez y seis años que después de esto vivió, se apartó
referir. Véalos quien quisiese en san Severo Sulpicio, que
con gran cuidado de las juntas de los obispos, por no caer
con escribir muchos, dice que son pocos, respecto de los
en otro semejante peligro.
que deja: y en san Gregorio Turononse, que escribió cua-
tro libros enteros de los milagros de san Martin: á noso- Habia ya llegado nuestro santo obispo áedad de ochen-
tros bástanos brevemente decir, que fué tan milagroso y ta y seis años, con grandes ansias de verse libre de las m i -
tan enriquecido do prodigios divinos este santísimo varón, serias de esta vida, y de gozar en la otra do la vista del
que parece que Dios le habia hecho señor de todas las cria- Señor, y tuvo revelación que Dios le quería cumplir sus
turas, y dádole dominio sobre los demonios y sobre los deseos y que se llegaba ya su fin, y claramente lo dijo á
hombres, sobre los cielos y sobre los elementos, sobre t o - sus discípulos; mas no por esto dejó de velar sobre su grey,
das las enfermedades y sobre la misma muerte, sobre las y de hacer oficio de vigilante y solícito pastor; porque h a -
aves, los peces y los animales; y que con su oración, con biendo sucedido en aquellos dias cierta discordia enlrc los
su palabra, con su invocación, con oleo por él bendito, y clérigos de un lugar que se llamaba Condato, determinó
con las cerdas de su cilicio y polvos de su sepulcro, y con ir en persona á pacificarlos, juzgando que no podía acabar
solo el nombre de Martin, hizo innumenables milagros el mas dichosamente su vida, que dejando todas sus iglesias
Señor en su vida, y después de muerto, para hacerle mas en buena paz y concordia. Habiendo, pues, ido, y con la
glorioso y venerable en todo el mundo. Y n ) solamente divina gracia concertado las cosas á su gusto; oslando
hizo el Señor milagros por intercesión de san Martin, para para volverse á su monasterio, comenzó á sentir «na gran
beneficio demuclios otros, sino también para librarle á él de flaqueza y falla de fuerzas; y juntando sus discípulos, les
los peligros y males en que estaba : como le aconteció una dijo, que ya aquella su casa do barra estaba para caer, y
vez, que estando durmiendo en el suelo, se pegó fuego al que necesariamente los habia de dejar. Levantaron luego
aposento en que estaba, y despertando el santo y viéndose todos un grito al cielo, y con tristes suspiros, sollozos y l á -
cercado por todas partes de las llamas, y queriendo abrir grimas, le dijeron: ¿Por qué nos desamparas, padre santo?
la puerta que estaba cerrada, no pudo: y volviéndose á ¿A quién nos dejas, desconsolados y afligidos'? Los lobos
Dios, se puso en oración en medio de las llamas, las cua- hambientos darán en este tu rebaño; y perdido el pastor,
les se retiraron y recogieron y huyeron, y el incendióse ¿quién de sus dientes se podrá defender? Bien sabemos
apagó, y él quedó libre y sin lesión alguna. Acusábase tus ansias y deseos encendidos de ver á Cristo; mas tu
después por haber tardado tanto en recurrir á la oración y premio está seguro, y por dilatarse un poco, no se dismi-
hacer la señal déla cruz, y por haber tomado ántes otros nuirá. Ten cuenta con nuestra necesidad; que quedamos
medios humanos. También tuvo el don de profecía, y a l u m - en tan manifiesto peligro. No pudo el siervo de Cristo d e -
brado con el espíritu del cielo, anunció las cosas que ha- jar de enternecerse, cuando oyó las palabras tan tiernas
bían de suceder, mucho ántes que sucediesen : enlrc las y dolorosas de sus discípulos, ni de llorar con los que l l o -
cuales dijo á Máximo, emperador, que no pasase á Italia; raban; y volviendo los ojos con grande afecto al cielo,
•porque si pasaba, aunque al principio alcanzaría victoria dijo: O Señor, si yo todavía soy necesario á tu pueblo, no
do Valcntiniano emperador, el Mozo; después sería venci- huyo de trabajo: hágase tu santísima voluntad en lodo. En
do y perderia, como se perdió y pereció. las cuales palabras mostró que estaba suspenso, y que no
sabia cuál de las dos cosas debía escoger, ó quedar en la
Con haber sido este gloriosísimo pontífice tan admirable
iierra por Cristo, ó dejar la tierra por el mismo Cristo; y
y tan grande en los ojos de Dios, permitió que cayese en
diónos ejemplo que enlodas las cosas nos debernos remitir a
una culpa, para ejemplo y aviso nuestro : y fué así, que
la voluntad del Señor, y ponernos en sus benditas manos con
iiabiendo el emperador Maximiano mandado matar á T r i s -
DIA 1 I . NOVIEMBRE. 357
grande itvlifercncin, para que haga de nosotros en (odas pueblos de las ciudades de Poitiersy de Totirs, sobre cuál de
lo que fuere servido; y asi hablando san Bernardo de esla ellas habia de poseer el cuerpo de san Martin y gozar de
resignación de san Martin, dice estas palabras : « Ofrecido tan precioso tesoro, alegando cada una de las partes sus
habéis, santo glorioso, á vuestro único hijo Isaac, que tanto razones: pero al fin los de Tours (cuyo obispo el sanio ha-
aniábades, y de vuestra parle le sacrificastes. Habéis i n - bia s i d o ) , durmiendo los contrarios y velando ellos, l l e -
molado con piadosa devoción el gozo singular de vuestro varon á su ciudad el santo cuerpo de su obispo, y le sepul-
corazón, eslamlo aparejado para volver otra vez á los pe- taron con grande honra, devoción y reverencia. Fué la
ligros y pelear de nuevo, y tomar nuevos trabajos y alar- muerte de san Martin, á los 11 del mes de novienibre, un
gar las tentaciones, y dilatar aquella tan gran felicidad y domingo en la noche, el año del Seílor de 402, siendo e m -
deseada compañía de los espíritus bienaventurados, y es- peradores los dos hermanos é hijos del gran Tcodosio,
lamlo ya á la puerta de vuestra gloria, tornar á las mise- Arcadioy Honorio. Vivió san Martin ochenta y seis años;
rias de esla vida : y lo que es mas diGcultoso, estar en aunque en lo de sn edad hay varias opiniones: porque a l -
tiempo apartado de Cristo, sí el mismo Cristo lo hubiera gunos le dan solos ochenta y un años; pero el cardenal
querido.» Esto es de san líernardo. Estaba muy fatigado líaronio prueba, que nació san Marlin el año de 31fi, y co-
de una recia calentura, sin aflojar un punto el rigor de su menzó á militar de edad de diez y siete años, y que so
oración, echado en el suelo, en aquella regalada cama de bautizó de treinta y tres, y de cuarenta dejó de ser solda-
coniza y cilicio, suslenlando con la vehemencia del es- do, y que murió el año del Señor de S 02, siendo de óchen-
píritu la flaqueza del cuerpo, aíirmando que de aquella la y seis , como lo podrá ver el que quisiere, en las ano-
manera habia de morir el cristiano, y el soldado con las taciones del Marlirologio romano, que están enmendadas
armas en la mano : y como estuviese echado de espaldas, en esta postrera edición, y en el m , iv y v tomo de sus
mirando con grande atención al cielo, le rogaron que á lo Anales. Y de esta verdad se sigue ser falso lo que algunos
ménos se volviese sobre un lado, para descansar un poco; escriben, quesan Ambrosio, estando en el altar para decir
mas el sanio respondió: Dejadme, hermanos, que yo mire misa, se arrobó y se halló presente en espíritu al entierro
ánlcs al cielo que á la tierra, para que el alma por su ca- de san Martin; porque san Ambrosio murió cinco años a n -
mino derecho vaya á sn Criador. Después de esto, vió al tes que san Marlin, y no pudo hallarse á su entierro.
demonio que se le puso delante; y él con grande espíritu
La vida de san Marlin escribió san Severo Sulpicio,
y confianza, le dijo: ¿Qué haces aquí, ó bestia sangrienta?
obispo, que (como dijimos) fué amiguísimo y discípulo
No hallarás en mí, traidor, cosa que sea t u y a ; el seno de
suyo, y muy elocuente varón: san Paulino, obispo de Ñola
Abrahan me recibirá; y con esla voz espiró. ¿Quién se
(que también conoció á san Martin, y estando casi ciego do
tendrá por seguro á la hora de la muerlc do tan mal en-
un ojo, por una nube que se le habia hecho en él, locán-
cuentro, si no lo estuvo san Martin? ¿A quién de nosotros
dole san Marlin con una esponja, le sanó), escribió seis l i -
no acometerá el que acometió al que tantas veces y tan glo-
bros en verso de su vida; aunque otros hacen autor de
riosamente le Labia vencido? Quedó el cuerpo del santo
estos seis libros á otro Paulino, que vivió en tiempo de
hermoso, con la cara resplandeciente, y lodos aquellos
Perpetuo, obispo de Tours, sesenta y cuatro años después
miembros mortificados, consumidos y secos, tan blancos,
déla muerle de san Martin; y san Gregorio Turonense,
frescos y tratables, que parecía que se iban transformando
que asimismo por intercesión de san Martin recibió la sa-
en el estado de gloria. Y al mismo tiempo se oyeron en el
lud algunas veces milagrosamente, comprendió en cuatro
aire voces desuavisima armonía que cantaban los ángeles,
libros sus milagros. Lo mismo hizo Venancio Fortunato,
y no solamente fueron oidas donde murió san Martin y en
su cámara, sino también en la ciudad de Colonia el biena- obispo de Poiticrs, en otros cuatro libros en verso, en reco-
venturado san Severino, obispo, y un arcediano suyo, g o - nocimiento de hal)erle Dios librado de un dolor de ojos gra-
zaron de aquella celestial consonancia: y el mismo san Se- vísimo'por las oraciones de san Martin, untándose con el
verino (nvo revelación que habia durado aquella música, agua de su lámpara. San Odón, abad, escribió la historia
lodo el tiempo que los infernales ministros de la eterna j u s - de la traslación del cuerpo de san Marlin á Borgoña y un
ticia estaban al paso, para detener y examinar ( aunque tratado de sus alabanzas; y otros muchos santísimos varo-
en vano) á san Martin. De donde podemos sacar, con nes ejercitaron sus ingenios y eslilo en escribir la vida y
n u n ú o n g o r s e traíanlos pecadores en la otra v i d a ; pues milagros de este santísimo varón, comollerberno, obispo
con los justos son examinados tan por menudo. En sa- turonense, Riquerio Melense, Giberto Genablacensc, Hono-
biendo el glorioso tránsito de san Marlin, fué increíble el rio Augustodunense; y de los griegos, Sozomeno y Nicéforo
sentnmcn o que todos aquellos pueblos recibieron por h a - Calixto.
ber perdido un (al narlro ^.^i . . „ En todo el mundo ha sido celebérrima la memoria do
• )n ! f u . pí1slor y maestre, Y único r e f u - este santo, y hoy día lo es, y mas en el reino de Francia,
gio en todas sus t n b u n c i o m . a ii i
donde algunos escritores que escribieron después de la
UI'1U0'IL.-!. vinieron llenos de tristeza y
amargura a celebrar las exonniic ,i„ . l- muerte de san Marlin, cuentan los años desde su muerle
I i í- K >ii i . ^ t u a s "e su santo obispo, en
las cuales se hallaron dos mil monges todos criados con la como cosa tan señalada y notable. Todos los que hablan
doctrina de tan gran pastor, y un coro de de él encarecen sobremanera sus virtudes, hazafias y m i -
e vírgenes castísi-
mas y «na muchedumbre de ^ nmumevuhh, que lagros. El gran patriarca san Benito tuvo tan gran devo-
viendo aquel cuerpo, y acordándose de las virmdes de ción á san Marlin, que le ediücó un oratorio en el monte
aquel espirita, queántes le regia y ahora gozab e nios Casino; y san Mauro, abad, su discípulo, siguiendo las p i -
l-or una parte lloraban su pérdida, y por sadas de su santo padre, junio á su monnslerio le hizo una
de sugananca, y con himnos, salmos y cánticos S - iglesia y se retiró á una casilla cerca de ella para apare-
ticos, le levaron con mayor pompa y triunfo, que ningún jarse á morir y darse con mas fervor á la contemplación,
emperador jamas triunfó. Hubo grande contienda entre los y allí estuvo dos años y medio hasta que dió su espíriiu al
DIA i I .
m LA LEYKNDA ÜE ORO.
para entrar en la batalla (pie esperaba y dar su s&tgrti
Señor, y san Willi'bronio, ¡n /obispo, y san Suviberlo, obis-
por el Señor. Pasados los cinco años, inspirado por Dios,
po en la ciudad de Uíreclit, consiigraron la iglesia tatc-
volvió á la ciudad un dia en que se celebraban Gestas y l o -
dral en honra de san Marlin; sanGregoi io Turonensi; i l i -
do el pueblo oslaba junio en el teatro para ver ciertosejer-
ce de é l : «O Im-navenlnrado varón en cuyofránsilo can-
cicios militares como j islas ó lorneos.
tan los sanios, y ios ángeles se alegran, y loda la córtc
Entró Menna en medio de esle espectáculo con vestido
celestial le salea recibir y el demonio se confunde y la
roloy v i l , y como nn hombre despreciado: y con voz alia
Iglesia toma fuerzas y los sacerdotes tienen revelación de
y rostro alegre y grave, comenzó á decir aquellas pala-
su gloria. San Miguel con los ángeles le recibió y la Virgen
bras de Isaías: « He sido hallado de ios que no me buscan,
sacratísima con un coro de innumerables vírgenes y lodo
y manifestado á los que no me pregunlan;') para dar á e n -
el paraíso le tiene gozoso en compañía de los bienaveiilu-
tender que no venia forzado sino de grado y por sn volnn-
rados. Pero ¿(pié podemos nosotros decir de él? La ala-
lad seofrecia al marlirio. Todos los circunstantes pusieron
banza de Martin es aquel Señor, á quien él nunca ceso de
Juego los ojos en Menna, maravillados de su Iraje, osadía y
alabar.» San Bernardo dice de él, que fué mucbas veces
libertad. Echaron mano de él: lleváronle á Pirro presiden-
mártir con el afecto de una voluntad devotísima y ensal-
te, y confesando que antes habia sido soldado de los e m -
za sus virtudes en gran manera. El beato Pedro Damián le
peradores y que era crisliano, le mandó llevará la cárcel,
llama noble confesor, gloria de los sacerdotes, perla pre-
y por no interrumpir las fiestas que se hacían, que el dia
ciosa de los obispos, regla de los clérigos y lumbre y or-
siguienle le presentasen delante de su Irihunal; Procuró ei
namento de tos monges: de cuya fama eslá lleno el m u n -
juez con blanduras y palabras halagüeñas, ofrecimientos y
do, y creció tanto su virtud que parece que llegó á igua- promesas tentar el pecho del sanio márlir y atraerle á qne
lar con la de los apóstoles: «Por toda la redondez dé la negando á Jesucristo, adorase á sus falsos dioses: y como
tierra (dice) se lia extendido la memoria de tan gran pon- no le aprovechasen (odas sus arles y mafias, y el santo
lüice, y do quiera que resuena la fé de Cristo suena t a m - mártir le respondiese con gran brio y libertad, convirtió
bién la vida de Marlin. El emperador es glorificado en su toda aquella falsa blanduraen crueldad y mandóle tender
soldado; y el soldado es alabado en el emperador: y la en el suelo y azotar con nervios crudos; hasta que obede-
Iglesia de Tours, por tener e! cuerpo de Marlin, ha sidoen- ciese á los mandatos de los emperadores. Hiriéronle nmy
riquecida de los reyes y adornada de los príncipes, y s u - crudamente, y saüan de sus heridas rios de sangre (pie
blimada con prerogativas y privilegios de los romanos regaban el lugar en que le atormentaban. Levantáronle en
ponlílices:)) y añade, que algunas iglesias catedrales se el ecúleo: rasgaron con uñas de hierro sus carnes: que-
han fundado á honra y nomlre de san Martin. Pero no so- maron con hachas encendidas sus costados: fregaron con
lame ¡te se han fundado muchas iglesias en nombre de san nn cilicio áspero sus llagas, arraslraron su ccerpo por t t
Marlin, sino también muchos pueblos han lomado esle suelo sembrado de abrojos : quebrantáronle de nuevo con
nombre por devoción y honra de este santo. Odón, primer varas y con plomadas: diéronle grandespufindas y golpes
abad cluniacense, escribió un tratado délas alabanzas de en su rostro; y el valeroso caballero de Crislo estaba con
san Marlin, cuyo título es: Qaódbealissimus Mariinus p a r - un cora/on esforzado y quieto, con un semblante sereno,
dicitur aposlolis: Que el beatísimo Marlin se dice que es con una teca llena de risa (como si no fuera él, sino otro
igual á los apostóles : y valo probando por la santidad de el que padecía) haciendo burla de sus tormentos y pidien-
la vida, por la dignidad de obispo, por el zelo de las almas, do álos impíos ministros que se los acrecentasen; porque
y por las innumerables que convirlió, y por la muchedum- decia que era poco todo loque habia sufrido y lodo loque
bre de milagros que hizo : guardando siempre el respeto podia sufrir para lo que Dios merece y él deseaba sufrir
á la cumbre y majestad apostólica, á la cual reconocen lo- por él; de manera que el juez y sus ministros y los mis-
dos los santos. I'iiialmenle, todas las naciones, provincias y mos alormentadores estaban alónilos de verían exlrcmada
reinos han sido ilustrados con la vida esclarecida de este constancia y tanta alegría en lan graves penas, (juisieroo
santi-imo ponlíüce y favorecidos con sus milagros; y los algunos antiguos amigos suyos persuadirle que dejase
príncipes en la paz y en la guerra han experimentado aquella queellos llamiiban obslinacion y locura, y que no
cuánio vale delante de Dios su intercesión: y especialmen- perdiese la vida que es lan deseable y las comodidades,
te ios reyes de Francia, que cuando sallan á la guerra lle- honras y regalos que podia tener: y él, como si fueran
vaban consigo el mánto de san Marlin, pareciéndoles (pie silbos de una venenosa serpiente, así tapó sus oidosá 1; s
con tal prenda y defensor estaban seguros de la vicloria. palabras que le decian teniendo por enemigos capitales á
De san Martin, á mas de los autores arriba referidos ^es- lodos los que con la esperanza de esta vida frágil y tran-
cribe el cardenal Baronio en sus anotaciones del Marlbo- sitoria lepielendian apartar de la perdurable y elerna
logio romano, y en el m , iv, v, v i , VÜ y WU tomo de sus Finalmenle el presidente, vista la constancia del soldadodcl
Anales. Señor, pronunció sentencia de muerte contra él, mandan-
SAN KsinfJf, SOLDADO Y MÁRTIH. —Fué san Menna egipcio do que fuese degollado y quemado. Lleváronlo á nn lugar
de nación, soldado éiluslrisimo mártir: el cual hallándose llamado Polemia : concm rió mucha gente á aquel especlá-
de guarnición en una ciudad de la provincia de Frigia, o cu'o; y él con su vestido pobre como persona que lenia en
Asia Menor, llamada Cólico, y hoyólo que dicen, Cute, e n - poco lo de acá, levantando los ojos al cielo y puesto su co-
tendiendo (pie se publicaba un edicto de los emperadores razón cu Dios, hizo oración y suplicó con grande alec o al
Señor, que en aquella hora le favoreciese y le diese v i c u -
Diocleciano y Maximiano, muy riguroso coniia los cristia-
ña por Jesucristo, su Hijo, para que libre de las miserias
nos; dejando el cinto y dignidad militar y el servicio de
de esta vida le pudiese ver y adorar, y gozar para siem-
los emperadores se ictiró á nn desierto donde estuvo c i n -
pre de su gloriosa presencia. Acabada esla oración fué de-
co años, haciendo vida solitaria y de grande aspereza
como ensayándose con ayunos, oraciones y penitencias,
Di A 1 I . S Q v i f K n r c L 359

ííollado, y su sagrado cuorpo echado al faogo para SIT san Menna escriben lodos los Martirologios, el romano el
quemado: mas luéi'! SiTior servido (jno algunos Iiomlires de Beda, üsuardo y Adün,y los griegos en su Menologio,
piadosos se dieron tan Imena maña y diligencia, que p n - y Metafraslc, y los demás que escriben vidas de santos,
dieron recoger del fuego algunas de sus preciosas reli- porque (como dijimos) san Menna fué muy ilustre y muy
([iiias. y envolverlas en lienzos limpies y unguenl os oloro- celebrado en el Oriente. Tero adviértase que hay otro Men-
sos, y llevarlas á su palria y colocarlas honorílicamenle, na, márlir, que murió en Alejandría en tiempo del empe-
coálO c! mismo santo áules qne muriese se les babia man- rador Maximiano, con otros sus santos compañeros, cuya
dado. Fué el marlirio de san Menna á los 11 do noviembre fiesta se celebra á los 10 de diciembre. Kl cuerpo de este
por los años de Cristo de 'l'JG, imperando los ya nomljra- Menna alejandrino se trasladó á Consíanlinopla, donde el
dos DiochTiano y Maximiano. Hizo Dios muebos y nuiy emperador Jusliniano le ediíicó un templo, y algunos auto-
grandes milagros después de su nmeile por esle glorioso res los confunden, y de dos Mennas hacen uno.
márlir, los cuales refiere Timoteo, arzobispo alejandrino, y * Los SAMOS VALENTÍN , FELICIANO Y VICTOIUNO , SI.UTI-
los traen Metafraslc, Lipomano y Laurencio Surio. Uno ÉBS.—Según Ferrario en la relación de los santos de Ita-
íué yendo un caballero á Alejandría á visitar algunas reli- lia dice, fueron de Ravena, en cuya ciudad derra-
quias del santo márlir, que se hablan trasladado á un maron su sangre durante el imperio do Diocleciano.
templo suntuoso que allí se le habia edificado, y llegando SAN ATENODOKO, MÁUTIU.—Floreció en Mesopolamia, d u -
á un pueblo llamado Lojonera, entró en un mesón y fué ranle el mismo reinado de Diocleciano. Kl gobernador
jiiuerto del mismo menseneropara hm larlc el dinero que Kleusio lo mandó prender por ser cristiano, y no habiendo
llevaba. Pero luego apareció san Menna, y resucitó al podido lograr que snei iticase á los ídolos , lo hizo azotar;
niuerlo y conviiiió ú penitencia al matador; yconestemi- después lo metieron en una hoguera, de la cual lo sacaron
lagro muclíosgenliles recibieron la lumbre del santo Kvan- al momenlo para hacerle sufrir otros tormentos, y por fin
gelio, y o l r o s herejes se redujeron á la le católica. Otro fué condenado á ser degollado. Cuando iban á ejecutar la
loé de un hombr e rico y devoto, llamado Eutropio: el cual sentencia, el verdugo se cayó desmayado, como impelido
habiendo determinado ofrecer al santo un vaso de piala de una fuerza sobrenatural: nadie se atrevió ni quiso h a -
muy rico y gracioso, después se arrepintió y resolvió de cer el oficio de verdugo, y entonces, poniéndose el santo en
darle otro del mismo peso no de tan linda hechura ¡ mas oración , entregó su espíritu á Dios. Según el padre Pagi,
llevando á lavar «n esclavo suyo el vaso de plata á una la- sucedió esto el ano fOfci
guna, cayó en ella el vaso y ei esclavo que le llevaba; y el
SAN VKIUNO, OBISPO * CONFESOU. — Desdo su infancia
sanio le socorrió de manera que libró al mozo delasaguas
moslró este santo que el Señor tenia sobre el grandes de-
con el vaso en la mano: y el amo, reconociendo su culpay
signios. Era tan devoto de san Privado, que quiso una vez
que habia lioclio mal en trocarla voluntad que ¡míes habia
pasar en oración toda la noche que precede á la fiesta de
tenido de dar el vaso mas hermoso, al sanio, le ofreció los
aquel santo. A l a maíiana siguiente Verano fué á arrojarse
dos que tenia y el esclavo que san Menna habia librado de
á los pies del obispo, pidiéndole la tonsura clerical, y cuan-
aquel peligro, para que le sirviese perpetuameule en su
do la hubo recibido, dejó su patria y fuése á oruliar en un
templo. También cuenta Timoteo otro milagrode una m u -
lugar, cerca de Cavaillou. Su santidad y milagros no le
jer virtuosa, rica y honrada que se determinó ofrecer parle
permilieron estar mucho tiempo escondido. Entonces e m -
de su hacienda al santo márlir para tener hijos: y habién-
prendió un viaje á Italia para visitar el sepulcro de los san-
dose puesto en camino sola con este miento y devoción c a -
tos apóstoles, y alguu tiempo después volvió á IVancia. El
} ú eu manos de un hombre perdido que quiso hacer fuer-
rey Sigeberlo quiso verle , y lo hizo consagrar obispo de
za á su castidad: y como ella no consinliese y aquel lazo
Cavaillon. Verano asistió al concilio 11 de Macón, el año
del demonio perseverase en su mal intento, san Mentía á
583, y tuvo mucha parle en los sabios reglamentos que en
caballo se puso delanledelos dos, y tomando sobre su ca-
é¡ se publicaron. Fué uno de tos obispos enviados á Paris
ballo á la pobre mujer, que con muchas lágrimas le invo-
para quejarse al rey Glotario H del asesinato del obispo san
caba, la llevó hasta su templo, y arrastró á aquel soldado
Pretéxtalo. Childeberto II le estimó mucho, y quiso que
y hombre facineroso que la queria afrentar: y de esta ma-
fuese padrino de su hijo Tierri, que heredó después la co-
nera la mujer quedó libre y ei hombre abrió los ojos y r e -
rona. De la estimación de los príncipes y de la veneración
conoció su culpa, y pidió perdón al santo y perseveró toda
en que le tenia el pueblo, se aprovechó el sanio para p r o -
su vida en oración y penitencia. También fué insigne m i l a -
mover los intereses de ta religión, y murió gloriosamente,
gro el qne obró Dios con un judío por intercesión de este
por los últimos años del siglo V I .
santo mártir; porque habiendo un judío dado á un cristia-
no, grande amigo suyo, mía bolsa de dineros sellada para SAN BARTOLOMÉ, ABAD.—Floreció durante el siglo XI en
que se la guardase; después el cristiano ciego con la codi- e] terrilorio deFrascali. Su humildad, su penitencia y su
c a s e l a n e g o Tomaron por partido para averiguarla oración fueron pasmosas; y á estas virtudes uniauna ins-
verdad, que el cr.st.ano jurase sobre las reliquias de san trucción y una prudencia en los consejos, que muchísimas
Meuna, si había recibido aquel dinero ónó, é hízolo el cris- personas se pusieron bajo su dirección para andar por los
tiano creyendo neciamente que no pecaba por ser el otro caminos déla santidad y conocer sus deberes. Murió en el
judio y uó cristiano. Pero el santo por una manera extra- monasterio de Grotaferrata el afío l O i í , y de su sepulcro
ña restiluyó al judio su bolsa cerrada, y él se conviriiócón salió virtud para curar toda clase de enfermedades. Dejó
toda su casa y familia á nuestra religión, y el cristiano l l o - escrila para edificación délos solitarios la vida de san Nüo
ró su pecado y ofreció al santo la mitad de su haeieud;, y su compañero.
se dedicó al servicio de su templo y perseveró en el l l o - SAN KVODIO, OBISPO Y CONFESOB. —Fué obispo de Puy á
rando sus pecados y haciendo penitencia toda su vida He cuya Iglesia dió grande esplendor no solo por sus virtudes
apostólicas, sino por la nueva catedral que edificó, e n r i -
360 LA LEYENDA DE ORO. DIA 12.
queciéndola con muchas reliquias y ofras preciosidades, y Mas los que gobernaban el navio no se atrevieron á sal-
por los privilegios que le alcanzó de la santa sede y de los tar en tierra, por temor de aquella gente feroz y bárbara,
reyes. Murió á fines del siglo V I . guardando Dios al santo Fr. Diego para otras cosas de su
S.vx MENAS, UEUMITASO. — Vivió en el Abrucio ó pais de servicio. Viendo que se le negaba la entrada, dejando en
los Samnitas durante el siglo V I . Condenóse á una soledad aquellas partes , donde habia estado, muchos rastros de
completa ; pero el Señor reveló su existencia y mansión á su bondad y virtud , y convertidos muchos idólatras á
otro siervo suyo, que lo publicó, para que los cristianos se nuestra fé con sus santas y fervorosas palabras; por obe-
edificasen con el espectáculo de las virtudes del santo so- diencia de sus prelados volvió á Andalucía , y estuvo por
litario. El papa san Gregorio en su libro Dialogorum, morador en el convento de Nuestra Señora de Loreto, ti es
Hb. n i , cap. 26, habla de él con mucho elogio. Murió en el leguas de Sevilla, y después en San Lúcar de Harrametla.
Señor, el año 519. De allí el año de 145)0 (en que se celebraba jubileo en l i o -
rna, y se bacia la canonización de san Bernardino de Sena
DIA I I . y para ello se juntaron tres mil y ochocientos frailes de
San Francisco) fué enviado á Roma , en compañía de un
SAN DIEGO DE ALCALÁ, CONFESOR.—El humilde y biena- religioso de la misma orden , llamado Fr. Alonso de Cas-
venturado P. Fr. Diego, religioso de la órden del seniíico tro ; y tuvo en esta romería muchos trabajos, padeció
padre san Francisco, fué de un lugar pequefio de Andalu- grande pobreza , hambre y necesidad ; y habiendo caído
cía llamado San Nicolás, entre Cazalla y Constantina. V i - malo su compañero, le curó con gran caridad. Lo mismo
vió algún tiempo en su tierra, cerca de una iglesia antigua hizo con otros muchos enfermos de su órden , que habiati
y solitaria, en compañía de un devoto sacerdote , crmila- concurrido á Roma de diversas provincias y naciones, l o -
tafio, trayendo el mismo hábito , y ocupándose en santos do el tiempo que estuvo en aquella santa ciudad, p e fue-
ejercicios de oración y meditación. Tenian los dos una ron trece semanas, con tanlo ardor do espíritu y encedida
huerta , la cual cultivaban, asi por huir la ociosidad, como caridad, que bien se echaba de ver que Dios le ayudaba y
por sustentar su pobre vida. También se ocupaban en lia- favorecía en aquellos trabajos que él tomaba por su amor.
cer cucharas , escudillas y semejantes cosas de madera, De Roma tornó.el siervo de Dios á Sevilla , y de allí en
las cuales, ó daban á los pobres, ó vendían, para hacer l i - compañía de Fr. Rodrigo de Ocaña , vicario provincial de
mosna del precio de ellas y ejercitar la caridad. Tenia ya Castilla , vino al convento de Santa María de Jesús de A l -
desde este tiempo muy encendido y tan gran deseo de ser calá de Henares, que á la sazón se edificaba de nuevo por
verdaderamente pobre y fraile de San Francisco, que el arzobispo de Toledo don Alonso Carrillo. En él moró,
cuando quería afirmar mucho una cosa, decia: Así me después que vino de Roma, trece años que vivió, fuera do
cumpla Dios mis deseos, que son ser fraile de San Fran- unos días que estuvo en Nuestra Señora de Salceda , mo-
cisco. Con ese espíritu , volviendo un dia del pueblo á su nasterio de la misma provincia de Castilla. Aquí en Alcalá
recogimiento , halló cerca de él una bolsa con dineros, y resplandeció en obras admirables del servicio de Dios, y
teniéndola por tentación del demonio, no la quiso tocar ni en todo género de virtudes, adelantándose cada dia mas
llegarse á e l l a ; antes buscó un hombre que se la quitase en su aprovechamiento, y moviendo á todos los que le tra-
de allí, como lazo de Satanás, que le queria por aquel ca- taban al temor santo de! Señor con sn raro ejemplo; por-
mino desviar de su santo propósito. que no se contentaba de guardar perfectamente la regla
El cual, favorecido del Sefior , llevó adelante: y para de su seráfico padre san Francisco , sino como buen hijo,
ponerlo mejor en ejecución, y seguir las pisadas de Cristo, procuraba con todas sus fuerzas imitarle y sacar un par-
secretamente y sin dar cuenta á nadie, salió de casa y dejó fectísimo retrato de su vida celestial. Era humildísimo so-
á sus padres y parientes, y se fué á recibir el hábito de los bremanera, y como buen fraile menor, teníase por menor
Menores en un monasterio recogido y devoto de la obser- y poníase debajo de los pies de todos : y de aquí le nació
vancia, llamado San Francisco de Arrizafa , media legua una paz y una serenidad tan admirable en su alma , que
de Córdoba. Allí tomó el estado mas humilde de los con- ninguno jamás le vió turbado, ni en trabajo alguno ó pe-
versos, ó frailes legos, que no son del coro; y mas sirven sadumbre quescle ofreciese, oyó de su boca palabra airada
en oficios y trabajos corporales del convenio. Hecha su ó descompuesta, ni notó cosa que no oliese á perfecto v a -
profesión , fué por obediencia á las islas de Canaria, en ron : porque como no tenia otra voluntad, sino la del Se-
compañía de un sacerdote d é l a misma ó r d e n , llamado ñor, en'cuya cruz él se gloriaba ; cualquiera cosa que le
Fr. Juan de Sautorcaz, varón de gran zelo y v i r t u d , que sucedía , la lomaba y reverenciaba como venida de su
iba para plantar la fécn aquella gente idólatra. Depararon mano, y con igual alegría le alababa en las cosas próspe-
á una de las islas, en donde el santo Fr. Diego edificó un ras y en las adversas. Trataba su cuerpo con extremada
monasterio; y aunque fraile l e g o , fué de él guardián. aspereza , y ayunaba, y muchas veces á pan y agua, y su
Ejercitábase en la mortificación de su carne, y de su p r o - comer era una perpetua abstinencia ¡ sus disciplinas eran
pia voluntad, con oraciones, ayunos y penitencias, sacri- tan rigurosas y sus vigilias tan continuas , que parecían
ficándose continuamenle al Señor, y aparejándose por exceder las fuerzas de un cuerpo de carne ; echábase a l -
aquel largo y continuo martirio, para derramar su sangre gunas veces, en tiempo del invierno , en agua muy fi ia ó
por la fé católica entre aquellos bárbaros, como él lo de- helada, para malar con aquel frío el fuego de la concupis-
seaba. Con este fervoroso deseo se embarcó en un navio, cencia, que el demonio pretendía encender : sn vestido
para pasar á la Gran Canaria, que aun no era conquis- era muy pobre y áspero : los pies siempre descalzos ; y
tada de cristianos, y era poblada de gentiles, para a l u m - en efecto su hábito, traje y compustura exterior, era una
brarlos con la luz del Evangelio, y si fuese menester, m o - imágen do la mortificación interior, y de la honestidad de
r i r en esta demanda. su alma. Con esta penitencia se juntaba, como con su bnena
DIA l'i. NOVIEMBRE. 3G1
hermana, la continua oración y elevación de su ospíri- camino, que era largo y despoblado, y hallándose el com-
lo, porque oraba con tan fervoroso aféelo , que nuiclias pañero muy flaco y descaecido, él le consoló, asegurán-
veces fué vislo su cuerpo levantado en el aire, por la f u e r - dole que Dios le proveeria en aquella necesidad : y así
za del alma, que estaba arrebatada y absorta cu Dios. La fué, porque yendo un poco mas adelante, hallaron pan,
pasión del Señor era lodo su entretenimiento y regalo , y vino, pescado y una naranja, envuelto lodo eu un paño
para meditarla, muchas veces se ponia en cruz, y queda- limpio que por manos de ángeles habia enviado el Señor:
ba tan tierno y encendido con la memoria de ella , que y haciéndole gracias, comieron alegremente y quedaron
muy á menudo hablaba palabras de maravillosa eficacia de muy confortados y consolados en sus almas, por aquella
los dolores y tormentos, que por nosotros en el madero de bendición y regalo que les habia enviado. Otra vez, estan-
la santa cruz babia padecido el Señor. Traia en sus manos do en Sevilla, se enconlro en una calle con una mujer que
una cruz de palo , para que nunca se aparinsc de su me- venia dando gritos como loca y fuera de sí,porque un hijo
moria la cruz de Cristo, y despertase á sí mismo y á todos suyo se habia escondido en un horno de pan, y sin saberse
los otros con quienes trataba h la consideración de la pa- que estaba allí habían encendidoel horno; y la pobremadre,
sión de nuestro Redcnlor. Fué también devotísimo del viendo que no le podia remediar, plañia y se lamentaba y
santísimo Sacramento del altar, y se aparejaba para reci- salia fuera de juicio. Compadecióse el santo Fr. Diego,
birle con singular cuidado , y ayudaba á las misas con por las lágrimas y voces de la triste madre : y como él
grande reverencia y suavidad, sintiendo con la presencia era tan devoto de nueslra Señora, con gran confianza la
del Señor admirables dulzuras y gustos espirituales en su dijo, que sefuésc luego á la iglesia mayor á encomendar-
alma. Lo mismo se echaba de ver en los oficios d i v i - se á la santísima Virgen dolante de su intágen que allí e s -
nos , especialmente las Gestas y cuando incensaba , que taba, y que esperase en Dios que su hijo seria libre, H í -
era tan visitado y tan regalado d e Dios este siervo suyo, zolo asi aquella mujer ; y nuestra Señora socorrió á su
q u e uiucbas veces salia de él una fragancia y olor tan hijo sacándole sin lesión alguna del horno en que toda la
suave , que en gran manera recreaba y elevaba á los leña se habia quemado. Divulgóse este milagro por la ciu-
otros frailes. De la sr.cralísima Virgen María , nuestra dad de Sevilla, y acrecentóse la devoción con aquella
Señora, fué devolísimo ¡ ayunaba todos los sábados y las imágen, que llaman de la Antigua, donde después so lian
vigilias de todas las fiestas á pan y agua, y con gran con- beelio otros muchos milagros, tomando el Señor por ins-
fianza recurria á e l l a en lodos sus trabajos y en los de Irumcnío, para gloria de su Madre, la devoción que el
los prójimos : acostumbraba con el aceite de su lámpara santo Fr. Diego la tenia.
ungir los enfermos que venian á é l , haciendo sobre ellos Habiendo, pues, vivido con el ejemplo que habemos
la señal de la cruz, con la cual muchos quedaban sanos. dicho, y siendo tenido de todos los que le conocían por
Pues ¿qué diré de. la caridad p a r a con Dios y de aquel santo, y acatado y reverenciado como siervo y amigo de
lao abrasado deseo que tuvo del m a r l i r i o , y del cuidado Dios, cargado de años y rico de merecimientos, y desean-
que puso en ir y entrar eu la Gran Canaria, para derramar do ya llegar al puerto y verse con Dios, cayó en una
su sangre por él? ¿ Qué do la compasión mas quede m a - grande enfermedad de una apostema mortal que le nació
dre, con que curaba los enfermos ? A un mancebo que te- en un brazo. Fnlendió luego que Dios le llamaba r y lo
nia el rostro l e p r o s O i y el cuerpo cubierto de llagas, se las querialibrar déla cárcel penosa y peligrosa de esta vida:
lamia con su lengua: y como le viese un s u compañero; y aunque él estaba siempre aparejado para aquella j o r -
él le dijo: Hermano, así se cura esta enfermedad. Siem- nada, se aparejó mas: recibió con mucha devoción todos
pre d a b a á los pobres lodo cuanto tenia : y si alguna vez los sacramentos; y llegada su hora, estando congregados
le faltaba que dar, no le faltaba compasión, ternura y sen- los frailes, les pidió perdón con muchas lágrimas, y que
timiento de sus males, ni dulces palabras, con que los le diesen su hábito y una cuerda de su religión, por amor
enviaba consolados. Tenia lau gran celo de la salvación de de Jesucristo: lo cual hizo por imitar á su padre san Fran-
las a l n a s , que se deshacía en lágrimas y no se podia con- cisco y morir como él, pobre y humilde. Tomó luego una
splar, cuando sabia que alguno estaba en pecado mortal. cruz do palo que tenia á su cabecera, y la besó y llegó á
Kepu ndia á los que murmuraban de sus prójimos, discul- sus ojos, y con gran ternura, siendo simple y sin ledas,
pándolos él y excusando sus flaquezas, aunque fuesen dijo en lalin : Duke rit/num , dulces clavos, dulcía ferens
mamfieslas; 1)C1'0 hacíalo con tanta mansedumbre y be- pondera, quee sola fuisli digna suslinere Regem ccelorum, ct
nignidad, que los mismos q u e eran reprendidos quedaban Domimm, no sin grande admiración de los circunstantes;
muy edificados y enmendados. Fué de una simplicidad poi que ningún fraile del monasterio le habia oido decir
tan candida, y ian prudente en todas sus obras y pala- palabras semejaules en latín. En acabando estas palabras
bras, que no s e podia dudar ser enseñado y guiado en l o - dió su espíritu al Señor que le habia criado, sábado á í 02
do o que decía y hacia por el espíritu del Señor: el cual dias de noviembre, año de 1 Í 6 3 . Enterráronle en una ca-
le dió una luz tan sobrenatural y tan soberana, que en a l - pilla del mismo monasterio de Santa María de Jesús, y
gunas preguntas y d.ficullades de las ciencias humanas después de su muerte hizo Dios por intercesión del santo
daba tan altas respuestas qUe bien parecían derivadas I r. Diego muchos milagros, que refiere el P. Fr. Marcos
del autor y maestro de toda sabiduría : y no os maravilla- de Lisboa en la Crónica de san Francisco , donde el que.
porqué el alma humilde y sencilla es capaz para ser d r e - quisiere los podrá ver. El postrero que allí pone es el del
nada de Dios y levantada á cosas maravillosas y sobera- príncipe de España don Carlos, hijo primogénito d c l c a -
nas, como se ve en algunas que hizo Dios con el simio lólico rey don Felipe, I I de este nombre: el cual estando
Fr. Diego, aun en el tiempo que vivía ; porque, partiendo el año de 1362 en Alcalá para morir y desahuciado do
una vez de Cerrage para San Lúcar de líarrameda con s,, los médicos, le apareció el santo Fr. Diego: y Irayéndolc
compañero, y fallándoles la provisión necesaria para aquel después su cuerpo, y tocándole de la p a n e r a que pudo^
TOMO n i .
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302 LA LKYÍ-ND A DE ORO. DÍA 12.
OÉiainó pnr sní morfcimicnfos vida y salud; y Inogo qne sencillas y puras, y ornrmento de aquel humilde estado,
pudo, faé ¿ Viáitsr la capilla dondo estaba ol cuorpo del que cuanlo en los ojos del mundo tiene menos estima,
sanio, y á darle gracias por el bfnflicio (jnc por su mano tanlo es mas precioso en los del Señor.
liabia recibido del Señor. Por este milagro lan notorio y SAN MARTÍN, PAPA Y MÁUTIH.—Fué san Martin, papa,! de
por otros muchos que el santo obró, á instancia del rey este nombre, natural de Lodi, ciudad de Toscana, é hijo
don Felipe, ia santidad del papa Sixto V canonizó al sanio de Fabricio, hombre sanlísimo y de heroicas virtudes. Su •
l-r. Diego, dia de la Visitación de nuestra Señora, á 2 de cedió en el sumo pontificado á Teodoro, el 1.0 dia del mes
julio del año del Señor de 1 »88. Escribió su vida Ti-. Mar- de julio, del año del Señor de 6 i 9 , siendo emperador
cos de Lisboa en la Crónica de su órden de san Francisco; Conslante 11. nieto del emperador l l e r a d i o : el cual Cons-
y Pedro Galesino , protonotario apostólico, y Francisco tante, engañado de Paulo, patriarca de Constanlinopla,
Peña, andilor de Rota, por órden del papa, escribieron bebió la ponzoña y herejía de los monolelitas, que ponía»
tres libros de su vida y canonización. Pues ¿quien no ve en Cristo una sola volunlad, y por consiguiente negaban
en la vida de este pobrecito y rico, rústico y nobilísimo, en él las dos naturalezas, divina y humana. De tal mane-
idiota y sanlísimo varón, fraile lego y sublimado de Dios, ra se pervirtió el desventurado emperador, que tomó la
las maravillas y grandezas del Señor? ¿Y que no da su protección de los herejes, y pretendió que todos siguiesen
gracia por nobleza, ni riqueza, ni por letras, estados, ni la creencia que él había abrazado, y con maña y fuerza
dignidades, sino por su sola bondad? ¿Y que levanla á los amplificar su falsa religión. Para esto hizo escribir una
humiídes y se complaceen ellos, y conversa y se regala confesión de su fe, y fórmula de lo que creia, que llamó
con ellos, y los llena de divinos dones, dejando vacíos á Tupo, y envióla á san Martin en el principio de su ponlill-
los sabios y poderosos, que se desvanecen con su saber cado, para que la aprobase con su autoridad : mas el san-
y poder, y atribuyen á sí lo que es propio de su soberana to ponlííice la rechazó y reprobó, como una cosa maldita
majestad? De aquí es que en las religiones , y especial- y descomulgada, respondiendo con gran constancia, que
mente en la del serático padre san Francisco, ha habido aunque todo el mundo se apartase de la fé apostólica y
tantos religiosos legos que han lloiecido con extremada doclrina evangélica, él no dejarla un punto de seguirla,
santidad: porque como el eslado de los legos es mas apa- ni se espantaría con los terrores del emperador, ni le
rejado para gercilar la humildad, la caridad y la oración, ablandaria con sus promesas, hasta dar la vida y (oda su
que son las tres principales virtudes del-religioso, y como sangre por la verdad católica. Y para atajarlos males que
de la violencia y mal ánimo del emperador se podian te-
v m breve suma de lodo loque debe hacer para consigo
mer, despachó con brevedad sus embajadores á Conslan-
y para con los prójimos y para con Dios; los que se sa-
linopla, con letras suyas para el patriarca Paulo, rogán-
ben aprovechar de este estado, con menos trabajo y d i ü -
dole amorosamente que no porfiase en su error, ni se
cullad salen eminentes en estas lies virtudes; y la bajeza
apariasede lo que laníos y lan santos varones en muclios
de sil mismo estado y su hiimillncion los dispone y hace
solemnes concilios habían determinado. No aprovechó
mas hábiles para ta humildad, y las ocupacicnes en a y u -
esta diligencia y comedimiento del santo pontífice Martin
dar á los otros para alcanzar la caridad; y esas mis.mas
para reducir al patriarca; ántcs él se embraveció, y cie-
ocupaciones, por ser mas de manos, que de estudio y es-
go, soberbio y obstinado, acabó con el emperador que so
peculación, no distraen ni derraman el corazón, de ma-
prendiesen los embajadores del papa, y desterrasen en
nera que no puedan juntamente trabajar y orar. En estas
diferentes islas, donde padecieron grandísimos trabajos y
tres virtudes se ejercitan todos los buenos religiosos legos,
calamidades, Sintió este aires ¡míenlo é injuria san Martin
y aprovechan tanto en la escuela de la religión, que quien
(como era razón): convocó concilio en Roma de cíenlo y
pesare con justo peso sus vidas tendrá mas envidia á su
cinco obispos; y en él se determinaron de nuevo las ver-
humilde eslado, que á los otros mas preciados del mundo.
dades de nuestra santa fé, y aquellos errores fueron con-
Atendiendo á esto muchos hombres honrados y de buenas
denados y anatematizados con sus autores, Pirro, Ciro y
parles, que pudieran ku ir y parecer loablemente en el es-
Sergio, patriarcas ya difuntos, y execrado Paulo que v i -
lado sacerdotal, escogieron el de legos, teniéndole por vía, y privado él y todos sus secuaces (de cualquiera con-
mas quieto y seguro. De estos hubo muchos en la órden dición que fuesen) de loda dignidad. Y para quemas f á -
de San Francisco, especialmente en sus principios: á los cilmente viniesen á noticia de lodos los cánones y decre-
cuales el bienavenlurado padre llamaba madres en su tos de aquel santo concilio, san Martin mandó hacer m u -
religión, que criaban los hijos con la leche del celo de la chos traslados de ellos, y los envió por varias parles del
pobreza y caridad : porque eran como unas piadosas y mundo á los obispos, presbíteros, diáconos, abades y á
tiernas madres, que servían á sus padres, como si fueran toda la Iglesia católica : la cual los recibió con grande
sus hijos, y para que ellos se pudiesen emplear en los aplauso y veneración, conformándose en todo con su ca-
minislerios espirituales, los descargaban del cuidado de beza, como debia. Fué este un hecho de admirable espí-
las cosas temporales: y por una [tarto era tan intenso el ritu y singular valor y constancia del santo ppntítice; por-
fervor de su caridad para con todos, que sin tener cuenta que viendo que ninguno de los patriarcas de Oriente era
consigo, luego acudian á cualquiera que de ellos tuviese calülico,.y que el mismo emperador era hereje, y defen-
necesidad, y la socorrian aunque muchas veces fallase sor poderoso y pertinaz de los herejes, y que para propa-
para ellos mismos; y por otra parte eran lan celosos del gar su perfidia é inficionar á Italia, había enviado á ella
bien de su religión, y tan deseosos que lodos se amolda- gobernador á propósito con aquel detestable Tipo y con-
sen y ajustasen con su regla, y la guardasen con suma fesión suya, y que la misma Italia estaba oprimida con las
observancia, que llevaban mal cualquiera falta que h u - srmas del rey délos longobardos, que era hereje a r r i a -
biese en ella. De estos bienaventurados legos fué uno el n o ; no dudó el santísimo pontífice en un tiempo tan apre-
santo Fr. Diego, ejemplo de religiosos y espejo de almas
DIA 12. JSOViBlliRE. 3G3
lado y calainiloso, luego que so sentó on su siüa apostó- con su venida, creyendo que serla él el que había sido, y
lica, oponerse al emperador y res¡s(iile valorosamenle, que daría buena cuenta de sí en ¡as cosas de paz y de la
hasta derramar la sangre por la fé católica. Enserió con guerra : pero engañáronse mucho ; porque el emperador
esteejeraploá los príncipes, que no son eüosjuecesdelas le mandó secrelamenlo que prendiese al papa , y se lo
cansas eclcsiáslicas, ni de la íé; á los sacerdotes y prela- enviase á buen recaudo á Constaníinopla , y no fiándose
dos (áquienes pertenecen) !a vigilancia y conslancia con de él le dió p;ira acompañaiie para el negocio de la p r i -
que las deben amparar y defender. sión á Paulo Peladlo , criado suyo de quien tenia satis-
Cuando el emperador Constante supo lo que el papa facción que baria fielmente lodo lo que le mandr.ba : mas
Martin habia hecho, salió casi de sí; y lleno de rabia y no era menester aquella seguridad ; porque Callopa venia
furor, determinó prender ó matar ai papa, en venganza muy trocado y con gran deseo de dar gusto al empera-
de la injuria quede él le parecía habia recibido. Para esto dor : y así en llegando á Roma, aunque al principio ( p a -
proveyó á Olirupio, su camarero ((pie era hereje ccmo ra engañar mejor, como lo suelen hacer los políticos) se
61), del exarcafo ó gobernación de Italia. Mandóle, que mostró muy católico y amigo de la fé romana (porque vió
en llegando á ella sembrase la herejía ; y si el papa se lo al clero y al pueblo muy puesto en seguir á su pastor,
quisiese estorbar, que le prendiese ó lo matase. Olimpio y que anatematizaba á todos los qne se apartaban deolla);
luego que llegó á llavena (que era ta residencia en aquel un dia, estando el santo potitíiice en San Jaande Lelran,
tiempo de los exarcos), recogió la mas genle que pudo y doliente y bien descuidado de la traición que Teodoro le
vino á Roma, y comenzó á per.-uadirá muchas personas tramaba, y echado en una camilla delante del altar (dom-
principales que complaciesen en este caso al emperador. de después de las vigilias en las noches solía algún tanto
Todos, así clérigos como seglares, le dieron por respuesta reposar), entró gente armada , y*con gran ruido y albo-
que no entendían creer ni confesar mas de lo que su roto echó mano de éi .; y cargado de prisiones muy áspe-
pontífice en el concilio lateranense de los ciento y cinco ras , Teodoro lo entregó á Paulo Peladlo para que lo l l e -
obispos habia determinado. Como el exarco vió que los vase al emperador. No quiso el santo pastor resistir la
medios blandos no le aprovechaban, y que el sumo pontífi- violencia de aquellos lobos rabiosos; antes, como cordero
ce era muy bien quisto en Roma, y sacarle de ella muy manso, se entregó á sus manos para que le matasen. H u -
dificultoso, determinó matarle. Para hacerlo mas fácil- bo grande escándalo y turbación en Roma por un caso
mente, fingió quererse comulgar de m n m del mismo san- tan extraño : y cuando se supo qne qoerian llevar á Cons-
to pontífice: y un dia que decía misa solemne en la igle- lantinopla á su santo maestro, muchos del clero se deter-
sia de Santa María la Mayor, dió orden á uno de su guar- minaron acompañarle y servirle por el camino con sus per-
da, que al tiempo que é! estuviese de rodillas delante del sonas y haciendas; mas fueron prohibidos y amenazados
altar para comulgar, le diese la espada para con ella dar como enemigos del emperador y amigos de su enemigo;
la muerte al que le estaba dando el pan de vida. ¡Adon- y así desamparado de todos lo llevaron á Conslantinopla,
de no llega la malicia del hombre! ¡ A qué abismo de mal- muy maltratado y afrentado, publicando contra él por to-
dad no se arroja un ministro ambicioso, para dargnsloá su das parles por donde pasaba grandes calumnias y m a l -
príncipe! ¡Cómo toma máscara de piedad contra la misma dades. Holgóse el malvado Constante con esta presa todo
piedad, y rebozo de h religión contra la misma religión 1 lo posible: echáronle en una cárcel áspera y lóbrega,
Mas el Señor que está en el cielo y ve el corazón del hom- donde estuvo noventa y dos dias, sin hablar con nadie:
bre, hace burla de él y lo descubre. Al mismo tiempo lleváronle después á diversos jueces y li ibuíiales, coa
que aquel sayón cruel quiso ejecutar su maldad, y dar la grande escarnio y gritería ; y volviéronle otra vez á la
espada á Olimpio, se cegó de lal manera, que jamás p u - cárcel cargado de hierro, en compañía de ladrones, don-
do atinar á ver ni conocer al papa: el cual no solamente de estuvo otros muchos dias consumido de frió , y d & l a
estaba en el altar rodeado do ángeles para su defensa, s i - estrechez y mal olor de la cárcel. Mas viendo el empe-
no también del Rey de los ángeles que tenia en sus sagra- rador y sus ministros que por ningún camino podían
das manos. Con esto se salió el soldado sin poner en eje- ablandar aquel pecho fuerte del santo pontílicc, ni hacer
cuejon loque Olimpio le habia mandado, ni cometer aquel mella en él, mas que si fuera de acero ó de diamante , y
tan horroroso sacrilegio; y el santo pontífice por enton- que claramente les decía que aunque le hiciesen tajadas
ces se hbró de sus manos; porque Olimpio, sabido el m i - no comunicaría con la Iglesia de Constaníinopla , ni se
lagro que Dios habia obrado, se reconcilió con san Blartin apartarla un punto de la fé que enseñaba la romana ; lo
y se partió para Sicilia (que caía en su gobernacioñ) pa- desterraron á Quersoneso , on lo último del Ponto Euxino,
raresisUr a los moros, que hacían grandes daflos en (ierra frigidísima y casi inhabitable , en donde muchos
aquella is a, así en la costa como dentro de la tierra. Y i - años ánles san Ciemenle, papa, estuvo desterrado y aca-
no con ellos a batalla ; y aunque los venció quedó su ejér- bó la vida. Aquí el bienaventurado san Martin fué tan
c t o tan destrozado, que parecía mas veuciio que vence- maltratado y afligido , y padeció tantas calamidades, y
dor: y por justo j m c o de Dios, dentro de pocos días m u - tuvo tan extremada pobreza y falta de lodo lo necesario
ñó de cansancao y de una dolencia, para qne pagase el para la vida humana , que el mismo santo en una epísto-
horrible delito con que había pretendido quitar la vida al la dice estas palabras : « Yo glorifico al Señor porque nos
santo pontífice y vicario del Emperador del cielo v w envía las tribulaciones como él sabe que conviene, espe-
agradar y servir al déla tierra. Mas constante cuando s u - cialmente viendo que en esta tierra es tan grande la h a m -
po la muerte de Olimpio, envió á Italia por evarco á Teo- bre y la necesidad, que el pan se nombra y no se ve , y
doro Cahopa, qne otra vez había tenido aquella di-nidad si de allá no se nos envía el socorro , es imposible vivir
y gobernadose tan bien en ella, que el santo pontífice aquí. El espíritu está pronto, la carne flaca : » y en otra
Martin y tpda ta gente cuerda y pacifica se holgó mucho epístola, después de haber encarecido su pobreza y uece-
3Gi LA LEYENDA DE ORO. DIA 12.
sidad, afiadc cslas palabras: a TA Señor tendrá cuidado dia de su martirio. También escriben de él los auto-
de este mi cuerpo flaco y vil y le gobernará como fuere res de la Historia poulifical, y el qno arriba alegamos
servido, ahora sea aíligiéndomecon coníinuas tribulacio- que le acompañó y escribió su vida, y el cardenal Itaronio
nes ; ahora dándome algún refrigerio y breve reposo. El en sus anotaciones del Martirologio , y en el vm lomo de
Seflor eslá cerca , y así no hay para qué tener solicitud: sus Anales.
porquo confio en su misericordia, que me encaminará á lo SAN MILLATÍ DE LA COGULLA, CONFESOK,—La vida de san
que mas lo agradare y hará de mí su voluntad. Saludad Millan, monge, que otros llaman Emiliano, escribió san
á lodos en el Scfíor, especialmente á los. que por su amor Braulio, arzobispo de Zaragoza, y discípulo de san Isidoro:
so bau compadecido de mis cadenas y trabajos. » Esto es del cual, y de los breviarios antiguos de España, sacare-
del mismo san Martin: e l cual dentro de pocos dias vino á mos lo que aquí se dirá.
morir con grandísima paciencia , como glorioso mártir de Fué san Millan de la tierra de Ilioja : siendo mozo era
Cristo nuestro Seflor. Falleció en el afio C í í í , á 12 días pastor y guardaba ganado: entreteníase, como suelen
del mes de noviembre en que la Iglesia católica celebra los pastores, en tañer un rabel; y con la dulzura de aque-
su Gesta, habiendo tenido la silla de san Pedro, según el lla música rústica aliviaba su trabajo y descebaba el can-
cardenal Baronk), seis años , tres meses y doce dias. i l u s - sancio de la soledad. AI son de esle su inslrumenlo se que-
tró el Señor á este santísimo pontífice y esclarecido már- dó un dia dormido; y nuesfro Señor le dió en el sueño lal
tir, con muchos milagros que obró en vida y en muerte; gusto espiritual, que despertó con nuevo menosprecio de
porque aun en el tiempo que estaba en Constanlinopla todas las cosas de la tierra y vivo deseo de las del cielo.
aprisionado y afligido, (lió vista á un ciego con su oración Fuése luego al yermo en busca de un santo ermitaño, l l a -
como lo escribe san Audoeno, obispo de Roban , en la v i - mado Félix, que moraba en el desierto para ser enseñado
da de san Eligió : y después que murió, dice el autor que en aquella vida que quería seguir. Félix le enseñó y m u -
escribe su destierro y martirio, y fué su compañero y tes- cho mas el Señor invisiblemente, alumbrándole é inspi-
tigo de vista , que lodos los enfermos de varias dolencias, rándole como á hombre que ya había escogido para
llegando á su santosepulcro, sanaban de ellas : los ciegos doctrina y ejemplo de otros. Apartóse después á vivir en
eran alumbrados: los sordos oian: los mudos hablaban: una soledad, cerca del lugar llamado Birgegio, pero co-
los mancos y cojos sanaban: los endemoniados quedaban mo él era amigo de la quietud, y la mucha genle que ve-
libres ; y ninguno dejaba de alcanzarlo que pedia á Dios nia á buscarle le estorbase su sanio reposo, determinó me-
por intercesión de su sanio. Su sagrado cuerpo se transfi- terse mas adentro , en lo mas alto y mas áspero de un
rió después á Roma , y fué colocado en el título de Esqui- monte, llamado entonces Destorció. En aquel yermo per-
cio, que es la iglesia de San Silvestre , papa, y de San severó cuarenta años, apartado del trato y ccmunicacion
Marlin , obispo, que ya antes estaba edificada en honra de los hombres; mas muy acompañado y regalado de con-
de estos dos santos; y después que se sepultó en ella solaciones angélicas. No pudo esconderse lanío san Millan
el cuerpo de san Martin , papa y mártir, algunos pensa- que el resplandor do sus grandes virtudes no lo descu-
ron que habia sido edificada en honra suya, y nó de san briesen y le hiciesen conocer. Tuvo noticia de su santi-
Marlin , el obispo. Este fué el fin que tuvo este glorioso dad Dídirao, obispo de Tarazona: mandóle llamar , y c a -
ipártir de Dios, muriendo con un prolijo y penoso m a r t i - si por fuerza le ordenó de sacerdote , y le mandó sir-
rio ,.por la puridad de nuestra santa fé y por la unión de vióse en la Iglesia de Birgegio. Él obedeció, y comen-
la Iglesia católica , permitiendo nuestro Seflor tan gran zó á hacer su oficio con tanta exacción y cuidado,
maldad y tan detestable sacrilegio, para probar y afinar procurando desarraigar de aquella Iglesia ta codicia
mas al santo pontífice, y coronarle en el cielo con la g l o - de los clérigos y los malos usos que de ella nacen que
riosa corona de martirio , y para castigar al emperador algunos clérigos no lo pudieron sufrir, y acusaron á nues-
Constante por este y otros delitos que cometió : porque tro Millan como á hombre disipador de los bienes de la
dejando aparte las olías calamidades que padeció , y la Iglesia, delanlc dol obispo Dídiino: el cual, c r o y o n d o f á -
disminución y menoscabo de su imperio (que fué muy cilmente lo que le habían dicho, reprendió al santo áspe-
grande), él mismo pasó á Italia con un poderoso ejército, ramente, y como á culpado le quitó el cargo de la Iglesia.
é hizo guerra á ü r i m a l d o , rey de los longobardos, y fué No se turbó con esta tribulación san Millan; antes como
vencido y desbaratado su ejército en el reino de Ñápeles. árbol bien plantado se arraigó mas en la humildad y en la
Después llegó á Roma : y habiendo sido recibido con gran paciencia, y en el deseo de darse mas y mas á la contem-
solemnidíid del papa Vilaliauo y de ios otros moradores de plación y al sosiego de su alma; y así se retiró á un l u -
aquella santa ciudad , en doce dias solos que estuvo en gar cerca de Birgegio, y pasó lo que le quedaba de la
ella , la robó y despojó, nó como emperador y señor, s i - vida con mayor gusto y ansias de los bienes del cielo. Lle-
no como enemigo y tirano. De allí navegó al reino de S i - gó á cien años do vida, y para mayor merecimiento y
c i l i a , é imponiendo nuevas é injustas cargas y tributos en corona suya, fué muy fatigado de la hidropesía y de otras
todas las provincias á él sujetas, se hizo tan odioso y mal enfermedades. Un año ánles que falleciese supo el tiempo
quisto, que le fué causa de su muerte: la cual le dieron de su muerte: y aunque estaba con la edad y con las e n -
estando en un baño, por mandado de un capitán s u y o ; fermedades exhausto y consumido, comenzó á darse á ma-
para que entendamos, que aunque Dios nuestro Señor a l - yor rigor de penitencia, ayunos y vigilias, y á ocuparse
gunas vece» permite tan grandes males y excesos, y por mas tiempo en oración : y en la cuaresma de aquel año lo
algún tiempo los disimula ; pero que al fin los castiga, aun fué revelada la destrucción de Vizcaya, que después s u -
en esta vida, para ejemplo y escarmiento de otros. De san cedió, y avisó á los príncipes de aquella provincia del cas-
Marlin , papa y m á r t i r , hacen mención los Marlirologios tigo de Dios que habia de venir sobre ella por sus pecados,
romanos ? y los mas, aunque no lodos, concuerdan en el para que los llorasen, y con la penitencia aplacasen al Se-
DIA 12. NOVIEMBRE. 365
fior. Un sacerdote, llamado Abundancio, haciendo poco exhortado á dejar sus desórdenes, le quitaron la vida, en
caso de lo que el sanio Ies pronosticaba, le dijo, cpic ya la noviembre del año " 2 6 . Desde luego fué venerado por los
mucha edad le hacia caducar. El santo respondió: A b u n - fieles como mártir, siguiendo el uso que se había intro-
dancio, tú serás uno en quien se conürmara mi vcrd;id; diicido de dar este título á las personas de santa vida que
y así fué. Llegado ya su bienaventurado lin, envió á l l a - sufrían muerte violenta.
mar un sacerdote, por nombre Assele, amigo y familiar SAN LIVINO, OBISPO Y MÁUTUI.—Fué un sabio y piadoso
suyo, y en sus manos salió aquella bendita alma para obispo de Escocia, que se trasladó á Flandes para p r e d i -
volver á su Criador, y gozar clernamente de su bienaven- car el Evangelio á los idólatras. Preparóse para esta m i -
turanza. Luego que se supo en Birgegio que era muerto, sión con fervorosos actos de piedad, y después por medio
vinieron adonde estaba su sanio cuerpo, y con gran de- de la predicación y el ejemplo, atrajo á la verdad de la
voción y solemnidad le sepultaron en su iglesia, haciendo religión un gran número de inüeles de los territorios de
nuestro Señor muchos milagros después de muerto por su Alosty do llualem. Tenia grande afición á la poesía, y la
intercesión, como los había hecho en su vida. Algunos r e - empicó en componer himnos y otras composiciones sagra-
fiere san Braulio. das. Después de un glorioso apostolado, fué martirizado
Estando un monge, llamado Armentario, gravemente en Esche por los paganos, el año 6ü'J. Su sagrado cuer-
enfermo de una apostema en el vientre; haciéndola señal po fué enterrado á una legua de Gante, de cuya ciudad
de la cruz san Jlillan, lo sanó: y á otra paralítica de. m u - es patrón.
chos años, con solo tocar su báculo. Rcsliluyó la vista á Los SANTOS BENITO, JCAN, MATEO, ISAAC V CIUSTINO,
una ciega, esclava de un caballero llamado Sicoro: libró MÁiiTiiiEs.—Fueron todos estos santos monges benedicti-
del poder del demonio á otro caballero, por nombre Ne- nos, que vivieron en Polonia en el siglo X. Sus virtudes y
povano, y á l'rocei ¡a, su mujer, y á otros muchos que eran su zelo por la pureza de las doClrinas católicas, les conci-
gravemente atormentados. Después de muerto, sanó en su taron el odio de los herejes, que al fin los asesinaron el
sepulcro una mujer ciega y contrahecha, llamada Eufra- año 1003.
sia; y resucitó una niña de cuatro anos, que estando g r a - SAN JOSAFAT, OBISPO Y M Á n m . — Era polaco de naci-
vemente enferma, sus padres la llevaban al cuerpo del miento. En su juventud se dedicó á los estudios sagrados:
santo y espiró en el camino. Las mas de las iglesias de después entró en la órden de san Basilio y se dislinguió
España que rezan de osle santo, loman las lecciones de lo por su santidad. Posteriormente fué consagrado arzobispo
que de él dice san Braulio, y celebran sn liesla á los 12 de Poloczk. en la provincia de Liliiania, Iglesia que seguía
dias del mes de noviembre, y en este dia hace mención el rito griego. El nuevo pastor trabajó extraordinaria-
de él el Martirologio romano y el de Usuardo, y el carde- mente para reunir los cismáticos á la Iglesia católica; pero
nal Baronio en sus anotaciones. San Ildefonso hace men- sus esfuerzos fueron inúliles y le costaron el sacrificio do
ción de.la Vida de san Hallan (pie escribió san Braulio ;, y su vida; pues los cismáticos le asesinaron el dia 12 de
en el breviario Toledano se pone nti himno de su vida. noviembre del año IGi'o. Algunos años después la con-
Vivió san Midan, siendo rey de los godos Atanagildo, por gregación de llilus declaró que el martirio de esle santo
los años del Señor de íüH. Mas de quinientos años después se bailaba evidenteniente probado, y su santidad atesti-
de su muerte quiso trasladar su santo cuerpo el rey don guada por muchos milagros. .
García de Navarra al monasterio deNájera, que habin e d i - SAN RUFO, ODISPO.—Créese que fué de la isla de Chi-
ficado; pero fué impedido milagrosamente. Su cuerpo pre. Fué discípulo del célebre procónsul Sergio Paulo,
está en un insigne monasterio de la orden de san Benito, íntimo amigo del apóstol de las gentes, y habiendo sido
que llaman San Millan de la Cogulla, que se fundó allí cer- consagrado obispo en Roma, los apóstoles le enviaron á
ca en el oratorio donde murió, y en toda Casülla la Vieja Avmon,-cuya Iglesia fundó. Fué, pues, el primer obispo
es muy celebrado san Millan, y en muchas ciudades p r i n - de dicha ciudad, y en ella murió, según Galesinio, el
cipales tiene la iglesia parroquial de su advocación. año 63.
LOS SANTOS AUUEUO Y PUBUO, MÁRTUIKS.—LOS disCÍpil- SAN CÜNIBEÍITO , OBISPO.— Gobernó cu santidad la Igle-
los de los apóstoles, según refiere Galesinio,consagraron sia de Colonia por espacio de cuarenta años, habiendo
obispos á estos dos sanios; fueron enviados al Asia, y allí sido consagrado el de 63^, según Baronio. Fué pi incipal-
con su predicación y virtudes hicieron admirables finios, mente el padre de los huérfanos y el consuelo de los a f l i -
lambien con sus escritos combatieron los errores de cier- gidos, y como recompensa de sus eminenles virtudes, el
tos herpes, llamados catafristas, que ya aparecieron en Señor le concedió el don de milagros.
el segundo s.glo de la Iglesia. No sabemos de qué ciuda- SAN NILO, ABAD.—• Este célebre monge, discípulo de san
des fueron ob.spos, solo sí que derramaron su sangre en Juan Crisóstomo, gozó de una gran reputación de santidad
leslimomo de su fe el año 17;Í deJasoetísto desde el principio del siglo V. (árese que nació en Cons-
SAN PATERNO, wÁnm.—Nacido este siervo de Diosen tantinopla, de la principal nobleza. Casó en su juventud
el territorio de Coulances, en Francia, mostró desde su con una mujer digna de él, y tuvo dos hijos. El emperador
juventud un amor increíble por la práctica de la pobreza Arcadio le nombró gobernador do Conslantinopla; pero
de las humillaciones y por las austeridades de la peniten- los vicios que á la sazón reinaban en la córte alarmaron
cia, leseando vivir enleramenle desconocido de los hom- la delicada conciencia de Nilo y le obligaron á retirarse al
bres, se retiró á un monasterio en el territorio de S«ns desieiio de Sinaí con su hijo Teódulo. Su esposa, consin-
donde pasó algunos años, basta que los honores y distinl tiendo en su renuncia del mundo, se reüró también con
ciunes que le mereció su virtud, le hicieron aquella man- su hijo á un monasterio de Egipto. Por muchos años pasó
sión insoporlab'c. Poro al trasladarse á otro monaslerio' el santo con solilarios de una santidad ejemplar, que v i *
eucoiiiróen el camino unos malhechores, que por haberles vian cu celdas separadas, las cuales fabricaban por sí m i s -
306 LA LEYENDA DE ORO. DIA 13,
mos: no comian mas quo yerbas silvestres, y algunos no ce fué discípulo de san Maurelio y obispo de Angers ¡ que
mas que una vez por semana, y solamente se reunían los después pasó al obispado de Sorrenfo en Italia, y qne sus
domingos para la celebración de los santos misterios. Los reliquias fueron después llevadas desde esta última ciudad
sarracenos invadieron después el monte Sinaí; asesinnron á Angers. Ignoramos la época de esta traslación; solo
á algunos de aquellos solitarios, á otros se los llevaron consta que el cuerpo del santo estaba ya en Angers en el
cautivos, y solo dieron libertad á los mas ancianos. San siglo IX. Actualmente se halla colocado en la catedral y es
Kilo fué de eslos últimos; pero su bijo Teódulo fué llevado patrón de la ciudad.
cautivo, y no encontrando á nadie que quisiese e m - SA\ EMILIANO, MONGR Y CONFESOR.—Este nombre da el
plearlo para lo que ellos querían, por poco es asesinado. Martirologio romano á san Milían de la Cogulla, cuya vida
I'or íin, rescatóle el obispo de lílcusis, á quien lo reclamó hemos puesto en este dia.
luego san Nilo. El venerable prelado no usó do sus dere-
cbos sobre Teódulo, sino para obligar al padre y al bijo á
que se ordenasen de sacerdotes. Nada mas sabemos de
DIA Í3.
este sanio sino que murió el año 4'JO, de una edad muy SAN ESTANISLAO DE KOSTKA. CONFESOR.—Nació el biena-
avanzada, siendo considerado ya por sus contemporáneos ven'urndo Estanislao en el reino de I'olonia él año de f í $ 0 ,
como un padre de ta Iglesia. Escribió muebos tratados don- en un castillo de sus padres, quo se dice Kostkovo; y sn
de brilla su sabiduría, el conocimiento que tenía del cora- padre se llamó Juan Kostka, y su madre Margarita Kais-
zón bumano y su zelo por la verdad. Su Tratado de la vida kan, personas iluslres y principales en aquel reino, y mas
monáslica sirvió a los padres del desierto y á los monges ilustres por haber conservado siempre la religión católica
que le sucedieron, para regular su conducta y mantener y piedad, en cuyo linaje ha habido muchos señores pala-
entre los religiosos el espíritu de piadosa regularidad. linos, electorales, senadores, capitanes, obispos y otros do
SAX MACARIO, OBISPO Y COM'ESOR.—Fué obispo de una alta dignidad. Kn're los otros hijos que tuvieron sus p a -
ciudad de Escocia, á cuyo puesto fué elevado por el mérito dres, uno fué nuestro Estanislao, el cual habiendo pasado
desús exlrnordínarias virtudes. Su profunda humildad y loablemente su niñez, y siendo ya de edad de trece años,
su amor cxlrardinario á la pobreza, manifestaron queiMa- fué enviado de su padre con otro hermano suyo mayor,
cario se hallaba enteramente desprendido de las cosas ter- llamado Pablo, á !a ciudad de Viena, cabeza de la provin-
renas, y la exacta fidelidad con que desempeñó los debe- cia de Austria, donde á la sazón residía el emperador Maxi-
res del episcopado le colocaron en la categoría de los mas miliano, para que debajo de la disciplina y magisterio de
ilustres pastores que ba tenido la Iglesia de Escocia. Murió los padres de la Compañía de Jesús (que en aquella ciudad
eníre los anos 780 y 190. tiene un insigne colegio) aprendiese virtud y buenas l e -
SAN TEODORO STCDITA, CONFESOR.—Diéronle el sobre- tras. Diáse tan buena maña Estanislao, y puso tanta d i l i -
nombre de Sludita porque fué abad del monasterio de S!u- gencia en el estudio, que Con su buen ingenio hacia ven-
dio, fundado por Sludius, cónsul romano, en uno de los tajas á sus condiscípulos, y era amado de todos por su
arrabales de Constantinopla. Nació en la misma ciudad el buena condición y modeslia. ihase luego por la mañana
año ÜJO y abrazó la vida monástica á la edad de veinte y cada dia áníes de entrar en las aulas , cá la iglesia de la
dos años. La santa libertad con que condenó Teodoro al Compañía á hacer oración, y lo mismo hacia las tardes,
emperador Constantino, hijo de Lcon IV, que habia r e p u - acabadas sus lecciones. Iluia de las malas compañías como
diado á la emperatriz María para casarse con Teodora, y de serpientes venenosas, y de las conversaciones livianas
su empeño en defender el culto de las santas imágenes y libres, y de cualquiera cosa que no olióse á devoción.
durante los emperadores iconoclastas, le acarrearon vio- Era muy amigo del silencio, y pensaba mucho las palabras
lentas persecuciones. A León el Armenio, que quería o b l i - que había de decir. Tenia una modestia alegre, y una ale-
garle á abrazar los errores, contostóle un d i a : Vos es- gría modesta y afable. Trataba de muy buena gana con
tais encargado del estado y del ejército ; pues bien, cui- gente sencilla y sincera. Era muy compasivo, y socon ia
dad de ellos en buena hora y dejad los negocios de hx con lo qne podia á los qne tenian necesidad. El primero
Iglesia á la solicitud de los teólogos y pastores. Estas pa- que se levantaba de la cama por la mañana en casa era él.
labras le merecieron un destierro de siete años, al cabo de No se contentaba de oir cada día una misa: en las íiestws
los cuales, por muerte de aquel príncipe, pudo Teodoro oia todas cuantas podia. Su vestido era muy llano y sen-
volver á su monasterio. El santo y zeloso abad acabó la cillo, y por grande que fuese el frió (como lo suele serlos
carrera de sus dias, el 11 de noviembre del afio 826, en inviernos en aquellas partes), nunca llevaba guantes ni
la isla de Calcula, situada frente de Constantinopla. Toda quena que ningún criado le acompañase, sino cuando su
su vida la pasó consagrada á los intereses de la religión, hermano ó su maestro se lo mandaban. Todas las oracior
y en los numerosos escritos que publicó contra las herejías nes y declamaciones que componía para ejercitarse en la
de su tiempo, reúne á una vastísima erudición y una soli- elocuencia, comunmente eran de las grandezas y alaban-
dez inexpugnable, una piedad acrisolada y un estilo claro, zas de la santísima Virgen nuestra Señora, de la cual era
conciso y elegante. Los que deseen conocer la disciplina y devotísimo, y cada dia le rezaba el rosario. Ocupábase de
costumbres, do la Iglesia griega en los siglos VIH y IX, muy buena gana todos los ratos quo podia en la oración,
dice Feller, deben leer las obras de este santo. no solo de dia, sino también de noclie , levantándose de la
cama para orar cuando los otros doi mían, y con la oración
SAN RENÉ, OBISPO V CONFESOR.—La bistoria de san Rene, juntaba muchos actos de humildad y de mortiíicacion; por-
dice el canónigo G uk'scard, so halla envuelta en tantas que á veces sin ser visto harria el aposento de su herma-
fábulas, que es muy difícil descubrir la verdad. Algunos no, y con disimulación ayunaba mnohos dias y oasligaha
han negado que b.iya ocupado nunca la sede episcopal de á lueuudo su carne virginal con ásperas discip!in;:s; y
Angers, pero hay una tradición en aquella Iglesia, q;ie d i -
m 13. NOVIEMBRE, 3G7
aunque su hermano mudins veces 1c reprendía por verle padre Manuel de Sá; aunque después de haberlos descu-
laii recogido y retirado; á él no sts le daba nada; porque bierto reparó en lo que habia dicho sin mirar en ello, y
tenia los ojos puestos en Dios, á quien solo deseaba quedó como corrido y lloroso; y de estos dos testigos des-
agradar. pués se supieron.
Andando tan bien ocupado y oslando tan bien dispuesto Cobrada la salud, acordándose del voto que habia heclio
Estanislao, el Señor le encendió mas en su amor y le ins- de entrar en la Compañía, y lo que la beatísima Virgen le
piró que entrase en la religión de la Compañía de Jesús; y habia mandado estando enfermo, no vió la hora de ponerlo
él se determinó á entrar é hizo voto de e l l o ; aunque no por obra. Tratólo con su confesor, y entendió que enViena
descubrió este su propósito sino á su confesor, á quien pa- no le recibirian, por estudiar en nuestro colegio sin con-
sados seis meses manifestó su determinación y el voto que sentimiento y bendición de su padre; mas él, ni qncria
habia hecho. aguardar tanto tiempo, ni esperaba poder alcanzar esta
Por este mismo tiempo le sobrevino una grave y peli- licencia de su padre: y su hermano Pablo, como era dife-
grosa enfermedad, y al principio de ella, estando en su rente en las costumbres é intentos do su hermano, dábalo
aposento le apareció el demonio en figura de un gran per- mala vida, y tratábale mal de palabras y aun de manos:
ro negro, horrible y espantoso, y por tres veces le aco- lo cual el bienaventurado mozo llevaba con mucha pacien-
metió y se llegó á la garganta para ahogarle; pero Esta- cia y alegría interior, porque padecía por la virtud ; pero
nislao se encomendó muy de veras al Señor, y con su exteriormenle mostraba algún sentimiento para tomar oca-
favor y la señal de la cruz, le ahuyentó de manera, que de- sión de ejecutar sus buenos propósitos y entrarse en la
sapareció aquel monstruo y no le acometió mas. Creció Compañía ; y asi un dia se lo dijo á su hermano, y que lo
tanto la enfermedad, que llegó al cabo y los módicos le trataba de manera que le obligaba á dejarle é irse de su
desahuciaron; y el bendito mozo se vio muy afligido, no casa; y que así lo baria, y que él daria cuenta de él á sus
tanto con la muerlc que tenia presente, como porque d e - padres: y otra mañana se lo tornó á decir, y el hermano
seaba comulgarse y recibir el cuerpo del Señor por viáti- con gran cólera y saña le respondió que se fuésc en hora
co, y no sabia cómo poderlo hacer; porque el huésped, en mala adonde quisiese. Estanislao con mucha paz de su a l -
cuya casa posaba é! y su hermano, era hereje. Acudió al ma y alegría tomó esta ocasión como venida del cielo, y
Señor, y encomendóse muy entrañablemente y con gran se vistió pobremente, y se confesó y comulgó, y enco-
devoción á la bienavoiilurada virgen y mártir santa Bár- mendándose muy de veras á Dios y á su santísima Madre,
bara, asi porque esta santa es palrona y abogada de la se partió luego á pió de Viena háciala ciudad de Augusla,
congregación de los estudiantes del colegio de la Compañía en busca del padre Pedro Canisio, que á la sazón era p r o -
de Jesús de Vieaa, donde él estudiaba, como especial- vincial en la provincia de Germania la alia , para quien
mente por haber leido en su vida que lodos los que le son lleviiba cartas de un padre grave de la misma Compañía,
devotos y se encomieiuian á ella no mueren sinsaci-amen'.os; que vivia en el colegio de Viena, y era predicador de la
y ánles de eslo el dia misino de sania ¡íárbai a que es á 4 de majestad de la emperatriz doñaiMaría.
diciembre, habiendo acabado de confesar y comulgar, le
Cuando su hermano Pablo echó menos á su hermano
suplicó que le alcanzase gracia del Sefior, que no saliese
Estanislao, sintiólo mucho y conoció que su enojo y mal
de esta vida sin recibir ios santísimos sacramentos de la
término habia echado á su hermano de casa: buscólo
Iglesia; y ahora estando tan apretado de la enfermedad y
por toda Viena en los templos y conventos de religiosos; y
cen peligro de morir, de nuevo y con mayor instancia se
no pudo hallar rastro de é l ; pero finalmente, por el dicho
lo suplicó. Oyóle el Señor; y una noche estando des|¡ierto
de un estudiante húngaro, condiscípulo de Estanislao, y
y muy fatigado del mal de la muerte, vió entrar en su
mucho mas por un billete que el mismo hermano habia
aposento á la bienaventurada santa Bárbara, acompr.ñada
escrito á su ayo, y dejado dentro de un l i b r o , entendió la
de los ángeles vestidos do un resplandor celestial, que con
resolución y camino que habia tomado; y el hermano y el
•'everencia traían el santísimo Sacramento, de cuyas manos
ayo y otro criado, y el huésped de la casa, fuéron Iras él
él le recibió. Hallóse presente un ayo suyo, que se llamaba
en un coche á gran priesa. Alcanzáronle y hallártnle en
Juan Bilinski, y después fué canónigo de Plozka, á quien
un campo; y fué nuestro Señor servido, que conociéndolos
Estanislao avisó que hiciese profunda reverencia al santí-
é!, no le conocieron por verle en aquel traje. Pasaron ade-
simo Sacramento, que le iraia la gloriosa santa Bárbara.
lante, y con salir los caballos de refresco, y ser briosos y
Después de este tan gran favor recibió 0*0 singular y fuertes, se pararon de manera que el cochero nunca pudo
no menos maravdloso; porque estando muy congojado del hacerles ir adelanlc, y les fué fuerza volver atrás. Con oslo
mal y cas. al cabo do la vida, le apareció la Virgen sacra- quedó Estanislao consolado y libre de aquel peligro, y pro-
.sima nuestra Señora con el Niño Jesús en los brazos, y le siguiendo su camino y llegando á un pueblo, entró una
habló y le dijo que se entrase m la Compañía • v deján- mañana en una iglesia que al parecer era de católicos, con
dole al Niño Jesús sobre la cama , desapareció la Madre gran deseo y propósito de recibir el santísimo Sacramento
santUáiaa : y Estanislao con este favor y celestial rehilo en elia; pero después supo que la iglesia no era de cató-
comenzó á mejorar y cobró entera salud, con grande a d m i - licos sino de herejes, y quedó sobremanera afligido y des-
ración de los médicos que le hablan curado, los cuales de- consolado. Volvióse á nuestro Señor, y suplicóle con afec-
cian que aquella salud era milagrosa y contra todas las re- tuosas lágrimas que no le privase del mantenimiento de su
gtaa do medicina. Estos dos favores del Señor tan raros v alma que tanto deseaba. Oyóle el Señor, y como padre
admirables, pocos dias ánles de su muerte manifestó el piadoso quiso regalar á su devoto hijo, y envióle del cielo
beato Estanislao; porque sin reparar en lo que decia Dios un ángel de admirable hermosura, que de su mano le dio
nuestro Señor se los hizo decir á un grandísimo ami-o y la sagrada comunión, como otra vez lo habia hecho cuando
condisrípnlo s u y o , que se llamaba Estéban A u g u r o y al estuvo enfermo y arriba queda referido.
3G8 LA LEYENDA DE ORO. DIA 13.
Con este esfuerzo del cielo se alentó y cobró mayores que tuvo á la Reina de los ángeles nuestra Señora? Porqui
fuerzas Estanislao: Hogó á la ciudad de Augusta; y no de solo pensar en ella se derrelia en dulzura, y de dia y
habiendo dallado al padre Ganisio, se fué á Dilinga, que de noche no parece que pensaba en otra cosa sino en cómo
está como diez leguas de Augusta, y allí le bailó, y fué de la servirla, y en meditar los mislerios de su santa vida.
él recibido con mocha caridad, y poco después le envió á La devoción y afecto de esta soberana Señora (pie bullía
Roma con otros dos compañeros, adonde, habiendo entrado en su pecho, rebosaba por laboca, saludándola muy á m e -
en los diez y ocho años do su edad, llegó con extraordi- nudo con el Ave María, y hablando siempre de sus grande-
nario gozo, y fué recibido del padre Francisco de Borja, zas y virtudes, y entreteniéndose las noches en amorosos
general de la Compañía, el dia de los gloriosos após!oles colo(|uios con la misma Virgen, llamándola: Madre mia.
san Simón y Judas, á 28 de octubre del año Llegó, Madre mia. Era tan sabida entre los novicios esta devoción
habiendo caminado mas de doscienías y sesenta leguas á de Estanislao para con nueslra Señora, que para darle
pié, bien cansado del trabajo del camino, pero muy gozoso gusto cuando estaban con él, ellos mismos melian plática y
por verse en el puerto que él tanto desenba. tratabande loores,'privilegios y excelencias deesta Señora;
Cuando su padre, supo lo que su hijo Estanislao habia y por su respeto ordenó elmaestro de novicios que ála hora
hecho, y que habia entrado en Roma en la Compañía, no que sejunfabanála rpiiete, al principio y fin deella se hinca-
se puede fácilmente creer el sentimiento que tuvo; porque sen todos los novicios de rodillas hacia la iglesia de Santa
le amaba muy tiernamenfe según la carne y sangre. Escri- María la Mayor,saludando álasacratísima Yirgeny pidien-
bióle luego una carta brava y colérica, con grandes ame- do su bendición ; y que lo mismo hiciesen en las noches
nazas, diciéndole que habia deshonrado á su casa y linaje acabado el examen de conciencia, suplicándola que a m -
entrando en la Compañía , y que si en algún tiempo v o l - parase y favoreciese á lodos los que tenían deseo de e n -
viese á Polonia le sacarla aunque estuviese debajo de tier- trar en la Compañía. Con osla devoción y ternura con la
ra, y que en lugar de las muchas riquezas, cadenas de Virgen, deseó morir la vigilia de su gloriosa Asunción, y
oro y joyas que le habia pensado dar si viviera en el siglo, dijo, que así seria ; como fué, y adelante se dirá. Pues,
le cargarla de prisiones y cadenas de hierro. A esta carta ¿qué diré de las otras virludes tan raras y singulares que
respondió Estanislao por una parte con mucha modestia y de la fuente copiosísima y perenne de la divina l i h c r a l i -
humildad, y por otra con gran fortaleza y constancia: que dad por este caño y arcaduz de la santísima Virgen, se
él no merecía padecer por aquel Señor que fanlo hahia derivaron en el alma de este bieiiavenlurado novicio? ¿Qué
padecido por los hombres; pero que cuando el Señor fuese de su obediencia lan puntual, tan cierna y perfecta, quo
servido, ningnna cosa le podría suceder de mayor guslo y nunca halló repugnancia enrosa que se le mandase; por-
coulenlo para su alma, que morir por guardar los votos que para él la voz de Cristo y su voluntad siempre oslaba
que habia hecho, sin quebrantar en un punto lo que á Dios ajusCada con la voluntad del superior? ¿Oué de su manse-
habia prometido. dumbre, de su afabilidad, de su compostura, de su m o -
destia y silencio, y de aquella mortiiieacion lan rigurosa
No podia bai larse de dar gracias á nuestro Señor con sua-
y atiriera, con que afligía su cuerpo con ayunos, discipli-
ves y copiosas lágrimas, cuando so vió en el noviciado de la
nas y cilicios, como si fuera grandísimo pecador ; siendo
Compañía, quebradas ya las cadenas é impedimentos de sus
cosa cierta, por lesUmonio de los confesores que le confe-
deudos, y en el puerto seguro de la sagrada religión, y fuera
saron generalmente, que nunca en su vida pecó morlal-
de lasondas y tormentas de! siglo. Parecíale que ya no tenia
menle, y que muchas veces en las confesiones ordinarias
padre en ia tierra sino en el cielo, ni otra madre sino á la
no hallaban materia de absolución? Finalmente, todos los
santísima VírgiMi. Miraba á lodos los oíros novicios comoá
novicios se miraban en él cqmo en un espejo y dechado
santos, para imitar á sus, virtudes, y teníase por indigno
de santidad; y el maestro de los novicios los exhortaba á
de vivir cnlre tantos ángeles, y por gran favor y miseri-
mirar é imitar sus ejemplos, y lodos los que lo trataban y
cordia de Dios, poderse emplear en servir á los que tan de
conversahan familiarmente, le ttminn por mozo escocido
veras le servían. Era miiy humilde y bien fundado en el
de Dios y muy rico de virludes y merecimienlos, y cu solo
conocimiento de sí mismo, y en el deseo de ser humillado
mirarle se componian y cncendian en el amor y temor san-
y abatido por amor del Señor, y mostrábalo en el vestido;
to del Señor.
y de esta sucrle llegóá lanío Estanislao, que por medio de
su oración dio Dios suma Irantpiiüdad á un hermano, l i - Echando pues el bienavcnlurado Estanislao laníos y (an
brándole deunalormenia que padecía. Tuvo señalado don esclarecidos rayos de virludes, y habiendo en lan pocos
de lágrimas, las cuales derramaba en grande abundancia dias de noviciado caminado á tan largos pasos y ganado
y con maravillosa suavidad. Ilustrábale Dios nuestro Se- lauta tierra, ó por mejor decir, tanto cielo; abrasado del
ñor con su luz celestial, y dábale tanta inteligencia de las amor divino y encemiidodeseo de honrar en el cielo á la Vir-
cosas espii iluales, que lodos se maravillaban de ver tanta gen santísima, le suplicó que le llevase á su patria, para
prudencia y discreción espiritual en un mozo de lan pocos gozar de su gloriosa vista; y el Señor se lo concedió: y su-
años y en un novicio de tan pocos dias. Y no eran meno- cedió de esta manera.
res las consolaciones y gustos espirituales que el Señor i n - A los 8 de agosto, víspera de la víspera del forlísimo
fundiaá aquella alma bendita y el fuego de amor divino mártir san Lorenzo, habiéndole cabido aquel mes á este
con que le abrasaba, que algunas veces era tan encendido santo conforme á la costumbre de la Compañía, comenzó
y fervoroso, que venia á desmayarse y desfallecer, y era á pensar en su martirio, con un fervoroso deseo de imitar-
necesario con lienzos mojados y agua fresca bañarle y r e - le y de ser encendido en vivas llamadas del amor del Se-
frescarle el pecho, por el grande fuego que sentía en él, ñor; y aquel dia estando todos los novicios juntos, les pre-
y notablemente le debilitaba y enflaquecía el cuerpo. guntó, cómo podría uno ser abrasado por Cristo nuestro
Pues ¿qué diré de aquella singular y entrañable devoción Señor á imitación de san Lorenzo. Y habiendo respondido
NOVIEMBRE. U§
algunos lo qucsc los ofrecía; dijo Estanislao, que para glo- vil lemporamulta, como dice el Espíritu Santo por el Sabio,
ria del santo qnoria hacer algunas morlificaciones, y por en pocos días de vida vivió mucho y alcanzó grandes
medio del mismo santo escribir una carta á la sanlísima merecimientos y coronas, como si hubiera vivido muchos
Virgen, su Madre (que así la solia llamar), suplicándola años.
afectuosamente, que le sacase presto de este destierro, Quedó el cuerpo difunto tan hermoso, con el rostro tan
para hallarse présenle en el cielo á la fiesta de su gloriosa sereno y los ojos tan claros como si no hubiera espirado;
Asunción, Con este, intento, la víspera de san Lorenzo salió y notóse que todo el tiempo de la enfermedad (sino era
al refectorio con pública disciplina y de rodillas dijo sus fal- cuando le hablaban y preguntaban alguna cosa) siempre
tas, y besó los piés á todos y comió en el suelo, pidiendo estaba con los ojos cerrados, aunque despierto; y algunas
la comida y bebida de limosna, como se usa en la Compa- veces cuando los abria, como si dispertara, los levantaba
ñía; y de allí se fué á servir á la cocina, y con la ocasión al cielo con un semblante alegre y risueño, como quien
del fuego que allíhabia, se puso á meditar el tormento de veía alguna cosa que causaba en su alma gran gozo y j ú -
las parrillas del glorioso san Lorenzo; lo que hizo con t a n - bilo. Enterráronle en una caja (que fué cosa particular,
ta vehemencia é intención, que allí le dió un grande des- pero indicio de la opinión que tenia de su santidad) en la
mayo y fué necesario llevarle á la cama. Sobrevínoleuna iglesia de San Andrés de la misma casa de los novicios, y
calentura, que aunque al principio fué lijera y los médi- fué el primero de la Compañía que en ella se enterró. Fué
cos decían que no era cosa de peligro, él dijo al padre notable el concurso que hubo en su entierro, no solo do
rector, que sin duda moriría de aquella enfermedad: y los déla Compañía que estaban en Roma, sino de otra
después mas claramente dijo, que no se levantaría de mucha gente, y tanta la devoción con que le besaban lo»
aquella cama, y que moriría siu falla la víspera de la piés y laropa y procuraban hacer alguna reliquia suya,que
Asunción de nuestra Seílora i y así en aquel mismo día co- el doctor Francisco Toledo que después fué cardenal, a d -
menzó á desfallecer notablemente: y conociendo él que se mirado de esto dijo: Gran cosa es, que un mozo novicio y
acercaba la hora de su dichoso tránsito, pidió cou grande polaco, muerto, mueva cu Roma tanto á la gente para ver-
instancia y humildad al padre rector, que le dejase echar le, y tocarle y besarle como á santo.
y morir en el suelo para imitar en algo la pobreza del Sal-
Creció esta opinión de la santidad de Estanislao con el
vador, que pobre y desnudo murió en la cruz. Echáronle
libro de su vida, que dos años después de su muerte se
en un colchoncilk) sobre el suelo: y habiéndole sobreve-
imprimió en Roma en lengua italiana, con nombre de bea-
nido un gran flujo de sangre con un sudor frío, y recibido
to, y en Polonia se escribió en latin y corria por todo aquel
los santos sacramentos de la confesión, viático y extre-
reino, y muchos leyéndola se movieron á entrar en la
maunción con singular ternura y devoción, luegó fijó los
Compañía. Fué esto de manera, que en el mismo reino do
ojos en el cielo y estuvo un rato sin hablar palabra, ele-
Polonia comenzaron á pintar la imagen de Estanislao y es-
vado y trasportado en Dios, hasta que el padre rector le
tamparla con nombre de santo: y no solamente el pueblo
preguntó si estaba resignado en las manos del Señor, y
y gente vulgar, sino también los obispos, prelados, pala-
aparejado para salir de esta vida caduca cuando él fuese
tinos, señores y gente principal, y hasta el mismo rey á
servido. Entonces con mucha alegría de su alma respon-
tenerla en su palacio y reverenciarla como imágen de san-
dió: Mi corazón está aparejado. Dios mío, mi corazón está
to : y el día del arcángel san Miguel del año de JGOí, ha-
aparejado: y habiéndose tornado á reconciliar y recibido
biéndose llevado á la ciudad de Galisian algunas reliquias
á los padres y hermanos que le venían á visitar con m u -
de este bienaventurado novicio, fueron recibidas con p ú -
cha dulzura y amor, regalándose con una imagen de
blica y solemne procesión y sermón, acudiendo todos á
nuestra Señora, que en vida solia tener delante de los
besarlas con particular devoción y afecto. En el año
«•jos, y bcsádola y abrazádola con afecto y ternura extraor-
de 1602-, la santidad del papa Clemente V I H , que había
dinaria, y dicho otras oraciones devotas y propias de aquel
sido legado en el reino de Polonia, concedió dos breves,
'iempo; hizo un coloquio en latin, hablando con un ernci-
el uno en que daba el titulo de beato al hermano Estanis-
fij0) tan largo y tan amoroso, que, bien se echaba do ver
lao, y el otro en que concedía diez años y diez cuarentenas
que no era sacado de los libros sino de lo mas intimo de
de indulgencia á todos los que el día de su muerte visi-
su corazón. En él dió infinitas gracias al Señor por todos
tasen cierta capilla que se le había hecho en su patria; y
los beneficios y misericordias, así generales como particu-
en la misma ciudad de Roma es venerado su sagrado cuer-
lares, que de su liberalfsima mano había recibido, y le s u -
po, y el año de 1605 á 1 i de agosto, que es el dia en que
plicó le perdonase sus pecados y que recibiese en paz su
murió (como dijimos), la santidad de Paulo V ; habiendo
alma y en sus manos sacratísimas, no hartándose de besar
leído el sumario de la vida y milagros del bienavenlurado
las llagas de los piés, manos y costado, y úllimamcnte las
Estanislao, dió licencia para que se pusiese en público su
de la cabeza; y pidió que le dijesen la letónla de los san-
imágen junto á su sepulcro, con lámpara y con las memorias
tos, que por suertes le habian cabido aquellos pocos me-
y votos de los milagros que nuestro Señor por él había
ses que había estado en la Compañía, y él los tenia escri-
obrado; y así se hizo con extraordinario concurso de la
tos, y les suplicaba que en aquel trance le socorriesen Es-
ciudad y córtede Roma, cantando la misa el mismo e m -
lando en esto e apareció la santísima Virgen acompañada
bajador del rey de Polonia, y toda la música del papa
de otras muchas purísimas vírgenes, con las cuales estu-
con grande ornatoy magnificencia; y al domingo siguiente
vo regaladamente hablando un ralo; y luego con un s u i -
infra octavam, cantó la misa pontifical el obispo de Servia,
ve silencio entregó su bienaventurado espíritu al Señor
asistiendo á ella el embajador y toda la nobleza de Polo-
que le había criado á tres horas de noche, del día 11 L
nia que había en Roma. Lo mismo se hizo en el reino de
agosto del año 1568, y á los diez y nueve de su edad v
Polonia en muchas iglesias, y levantaron altares ricamen-
diez meses de su noviciado, y consiímmaíws tn W é '
te adornados con reliquias é imágenes del bienaventurado
TOMO I I I . rt exple-
47
;m LA LRYIÍMU DE ORO. DIA 13
Kslanislao, de donde le lian onviudo nuicLos y muy ricos Fué este santo novicio de mediana eslalura, cabello negro,
dones para adorno de su se|iukTo y del aliar que tiene en de color blanco y colorado, el rostrolleno, los ojosalegres,
Uoinn, donde cada dia es visitado y reverenciado con par- de hermoso aspecto y de una tan rara y singular m o -
licular devoción, por los muchos y grandes milagros que destia, que daba muestras de su virginal pureza, y
conlinuamenle obra el Señor por su interce-ion en diversas con su visla movía á los que le miraban á devoción y
partes, y cuelgan sus votos para memoria de los beneficios castidad.
recibidos ríe la mano del Señor por medio de este biena- La vida del bienaventurado Estanislao se ha sacado de
vcnlurado mozo y novicio de la Compañía. lo que sus maestros de novicios y confesores han dicho 6
Algunas personas devolas suyas, haciendo oración, ban escrito, y de lo que Jorge Soborítano y otros autores poco
senlido una fragancia celeslial y olor suavísimo que salía después de su rauerlc escribieron de é l , y principalmente
de su sepulcro: y habiéndole abierto muchos años después de los procesos que en la Italia, Francia, Flande?, Bohe-
de muerto, hallaron su cuerpo entero y sin alguna cor- mia. Felonía y España, han hecho los obispes y personas
rupción. Los milagros que nuestro Señor hasta ahora ha puestas en dignidad. El que atentamente la leyere, p o -
obrado por este siervo suyo, se pueden ver en el libio que drá sacar de ella muchos y raros ejemplos de virtud, y
anda impreso de su vida, de los cuales yo referiré aquí entender que no hay edad inhábil para Dios, y que en po-
brevemente algunos. En la provincia de Rusia, estando un cos años, el que es prevenido de su gracia y se emplea
sacerdote que le era muy devoto gravemente enfermo, le develasen su servicio puede ganar mucho, y muriendo
apareció el bienaventurado Estanislao acompañado con en breve, alcanzar mas gloria que los que viven largos
otros dos santos, y le dijo, que presto se verian junios años con tibieza y flojedad. Novicio era Estanislao, mozo
en la gloria, de lo cual el sacerdote quedó consolado, y noble, rico y delicado de complexión; pero en solos diez
de allí á pocos dias murió. En Roma un hombre que se meses que vivió en la Compañía, se dió al estudio de la
llamaba Nicolás Nursino estaba endemoniado y grave- perfección con tanto ahinco y valor, que viviendo fué t e -
mente atormenlado de los espíritus malignos; y quedó nido por santo; y después de muerto Dios nuestro Señor,
libre por los merecimientos del bienaventurado Esta- ha mostrado que lo fué, esclareciéndole con tantos m i l a -
nislao. gros como se cuenlan en su vida.
En el reino de Francia una señora muy ilustre, llamada SAN iUucro, OBISPO Y CONFESOR.—Muchos comienzan bien
Teodora Ligvivila, estaba de la cintura abajo toda tullida y acaban m a l ; y otros hay que habiendo dejado el buen
por cierta ponzoña que la habían dado; y haciéndose llevar camino que comienzan declinan de la virtud ; y después
á la iglesia en una silla, y suplicando á nuestro Señor, que conociendo su culpa y alumbrados con la luz delcielo v u e l -
por los merecimientos del bienaventurado Estanislao la l i - ven al caminoderecho,y aunque con trabajo llegan á puer-
brase de aquella enfermedad, súbitamente cobró salud, y to de salud. Esto vemos en san Bricio, obispo de Tours: c u -
delante de mucha gente se levantó de la silla en que esta- ya vida queremos brevemente aquí escribir.
ba y comenzó á andar por sus piés con admiración de to- Fué san Bricio discípulo y sucesor en el obispado á san
dos los que allí estaban, y mucho mas de los médicos que Martin: crióse desde niño en el inonaslerio que el santo
la tenían por incurable. habia edificado, y debajo de su mano é instrucción muy
Otras mujeres han sido socorridas en los partos revesa- religiosamente, y dió tan buenas muestras de su aprove-
dos y peligrosos : otros enfermos de calenturas continuas chamíenlo y virtud que el sanio prelado le ordenó de
y cuartanas, fatigados de apretura y sangre del pecho, de presbítero. Mas la nueva dignidad que debía encenderle
palpitaciones de corazón, de hinchazones de lodo el cuer- mas en la devoción y acrecentar el estudio y cuidado de
po, de mal de ojos, de brazos quebrados y de otras enfer- la perfección, le fué ocasión de eutibiat le y aflojar en ella;
medades, y casi desahuciados alcanzaron entera salud o porque después que se hizo clérigo, comenzó á desman-
encomendándose al bienaventurado Estanislao, ó bebien- darse y darse á la libertad y vida licenciosa, á gustos, e n -
do uu poco de viuo en que se habia lavado un hueso s u - Irelenimientos y vanidades del siglo. Compraba esclavos,
yo, ó con un diente ó con una astilla de su ataúd, ó con muchachos y muchachas de buen parecer: criaba caba-
olía reliquia suya. Y aconteció en Roma el año de 1602, llos; y para decirlo en una palabra, vivía mas como caba-
que estando un caballero polaco con calentura continua y llero libre y seglar, que no como clérigo honesto y r e l i -
casi tísico, rogó á un sacerdote muy devoto del bienaven- gioso. Avisóle muchas veces el glorioso san Marlin de esta
turado Estanislao que hiciese oración por é l ; y el buen sa- mudanza de vida y del gran escándalo que daba á lodo el
cerdote con grande autoridad y confianza dijo á la calen- pueblo con su mal ejemplo, amonestóle, reprendióle, é
t u r a : Por los merecimíenlos del bienaventurado Esta- hizo con él oficio de verdadero padre: pero Bricio, no solo
nislao, yo le mando que salgas de este enfermo, y no no se enmendó y tomó con agradecimiento lo que el santo
vuelvas mas á él. El sacerdote lo d i j o , y Dios concur- padre le d i j o ; antes se embraveció y salió fuera de sí, de
rió con su palabra, y el caballero quedó sano y sin ca- tal manera, que le dijo en su cara muchas injurias y b a l -
dones, é instigado de los demonios que el mismo san Mar-
lentura.
tin había visto que le atizaban y estaban sobre él, poco
pót; eslos y oíros milagros es muy frecuentado el se-
falló que no pusiese en él las manos; mas el santo le
pulcro del bienaventurado Estanislao en Roma, y hay tan-
venció y sosegó con una admirable paciencia y manse-
to concurso á él, que algunos dias es necesario á todas
dumbre. Otra vez, estando Uricio en la plaza, vinoá él
horas tener abierta la iglesia del noviciado de San Andrés,
un enfermo que buscaba á san Martín para que le diese
donde está con tanta riqueza y adorno, que en el libro que
salud: y preguntólo si sabia dónde estaba , porque no le
anda escrito de las cosas notables de Roma, hablando de
podía hallar ; y respondió Bricio: Si buscas aquel loco,
la iglesia de San Andrés de Monte-Cavallo, se pone pot-
veslc allí léjos donde está mirando como insensato, según
os.» insigne el sepulcro del bienaventurado Estanislao.
1JIA 13. NOVIEMBRE. 371
costumbre, al cielo. Fué el enfermo al sanio y luego alean- ¡ murió miserablemente; y los de Tours nombraron olio
zó de él lo que deseaba; y san Martin vino á Biicio y le en su lugar por nombre Arménico. Mandó el papa averi-
d i j o : Así, ;.qué te parezco insensato? Espantóse euloncre guar el caso : y sabiendo la verdad le favoreció, y al cabo
Rricio y confundióse oyendo estas palabras, y comenzó á de siele años mandó á Bricio que volviese á su Iglesia,
negar haberlas dicbo, y el santo respondió: No lo niegues, como obispo verdadero de ella , confirmado con autoridad
qae atmcpie estaba lejos, M oreja estaba pegada á tu apostólica. Él lo hizo ; mas no quiso entrar en Tours: ántes
boca cuando las dijiste. Quiero que sopas que he alcan- se quedó en una aldea seis millas cerca de la ciudad.
zado de Dios que me 'sucedas en el obispado; pero con Dió luego una calentura á Arménico , tan recia que á
gran trabajo luyo, porque lias de padecer en él mucho. media noche le acabó, y Bricio tuvo revelación de ello;
Oyendo esto Bricio, d i j o : Ahora sí que conozco que es y luego á la mafiana dijo á sus compafieros: Vamos á
verdad lo que dije y que este viejo es loco. En suma m u - enterrar á nuestro obispo de Tours, cuyo cuerpo sacaban
rió san Martin, y por voluntad de Dios Bricio le sucedió en para enterrarle, por una parte de la ciudad, al tiempo que
el obispado. Entonces, como quien despierta de un profun- Bricio entraba por otra. Con esto volvió Dricio á su silla
dosuefio, comenzó á pensar y rumiar lo que le babia dicho y vivió pacíficamente en ella oíros siete afios: y habién-
san Martin, y á darse á la oración y hacer bien el oficio de dola gobernado cuarenta y siete, dió su espíritu al Señor,
prelado; porque aunque era soberbio y vano, tenia fama y la Iglesia le celebra por santo. Hace mención de él el
de honesto y casto. Treinta y tres aflos habia sido obispo, Martirologio romano, y el de Boda , I suacdo y Adon á
cuando se levantó una terrible tempestad para que se los 13 de noviembre. Escriben de él san Severo Sulpicio
cumpliese enteramente lo que san Martin le habia profeti- y Venancio Fortunato en la Vida de jan Martin, y san Gre-
zado que seria obispo y padecerla mucho. Habia una m u - gorio Turonense, lib. I I , cap. 2 1 , y lib. x , cap. 3 1 , do
jer que en hábito de religiosa lavaba la ropa del obispo: la Historia de Francia , y de estos autores se sacó esta
mudó el hábito, concibió y parió. Publicóse este hecho vida ; y de ella podemos aprender lo que vale la pacien-
por la ciudad; y todo el pueblo sin mas averiguación cia y la oración de los santos para con Dios; pues por la
ochó la culpa al obispo, tan loca y furiosamente que lo de san Martin perdonó é hizo santo á Bricio: y que ni
quisieron apedrear, clamando que basta allí la piedad de el que está en pié se puede tener por seguro que no
san Martin habia cubierto su Injuria, y que nunca Dios caerá, ni el que está caido, pensar que no se podrá l e -
permiiiese que besando aquellas manos sacrilegas olios vanlar ; (pie lo uno y lo otro vemos como pintado en.esta
quedasen mancillados. No bastaba razón niriguiia contra eJ vida de Bricio: y juntamente aunque nneslro Señor per-
furor del pueblo, ni por mas que Itricio neiíase aquel deli- dona las injurias que los hombres hacen á sus santos;
to y jurase que era mentira y calumnia todo lo que l e i m - pero (pie también quiere que las paguen y purguen en
ponian, no babia hombre que le creyese y que no se tapa- esta vida , dándoles trabajos y penas. Todo osle naco de
se los oidns. ririaliueiiie mandó Bricio que allí delante de la misericordia iníiuila y piedad del Señor.
lodos le trajesen al nift ) que la mujer habia parido, y á
SANTA MAXFXEXDE, VIRGEN V MÁKTIR.—En la provincia
la sazón era de treinta dias : y teniéndole allí presente le
deCambray , que es en los estados de Flaudes, hubo dos
dijo: Yo te mando en nombre de nuestro Señor Jesucrislo,
caballeros casados que se llamaban Humbino y Ameltrude,
que si yo soy tu padre lo digas aquí delante de toda esta
personas ilustres, ricas y piadosas , de las cuales nació
gente. Y el niño respondió : \ o eres lú mi padre. Comen-
santa Maxeleude: cuya vida referida por el P. Fr. Lorenzo
zó el pueblo á pedir y apretar á Bricio que pregunlase al
Surio en su sexto tomo fué de esta manera. Desde niña
niño quién era su padre. Esto no me toca á mí, sino á vo-
mostró que la gracia del Sefior singularmente la habia
sotros: yo ya he hecho lo que conviene á mi persona. No
escogido por esposa , y con su buena Inclinación y c u i -
bastó un tan claro y evidente milagro para que aquella
dado que tuvieron sus padres en criarla en temor de Dios,
gente alborotada y ciega se sosegase; antes atribuyendo
se entregó lolalmenlc á la virtud , dando de mano á las
la virtud de Dios á hechizos y malas artes, le daban e m -
galas, afeites, enlrelenimiontos y gustos de las otras don-
pellones y á una voz clamaban : No queremos que seas
cellas , sus iguales. Era hermosa por extremo, y no m e -
mas nuestro falso pastor. Tomó san Bricio brasas encendi-
nos honesta y recogida , grave y agradable en su tralo
das en su vestido, y fuése con el pueblo hasta el sepulcro
juntamente. Estaba puesta en los ojos de todos por fama;
de san Martin, y allí las arrojó, quedando su ropa entera
aunque vivia escondida en su secreto retraimiento: y
y sin quemarse y diciendo é l : Así como esta ropa mia no
como en ella concurrian todas las dolos (pie en una mujer
se ha quemado con el fuego, así mi cuerpo está exento de
se pueden desear, de nobleza, riqueza , belleza y gracia:
la carnal con%ipisconc¡a
muchos la pedían por mujer á sus padres; y ellos, sa-
¿A quién no convencieran y ablandaran estos dos m i - biendo que su hija no gustaba de casarse, dilataban esta
lagros . 1 ero el pueblo (permitiéndolo asi el Sefior) no plática con varios colores, dando tiempo al tiempo. Habia
Sé ablandó ; anlrs le echó ignominiosamente de su Iglesia éntrelo? otros prctensores un caballero mas principal y
y puso por obispo en su lugar
a un clérigo que se llamaba poderoso que se llamaba Harduino. Este se aficionó tanto
Jusliniano. á la santa doncella que importunó á sus padres que se la
Echado san Bricio de su silla
fué á Boma á dar diesen por esposa, con tantas sumisiones, ruegos, p r o -
cuenta al sumo p o n t e e de su trabajo, confesando clara mesas y aun amenazas, que los r i n d i ó , y se la prome-
y hsameníe que era cast.go de Dios por no haber creido á tieron sin decir nada á su hija. Quedó Harduino muy g o -
los milagros que el obraba por san Marlin y por haberle zoso y contento por haber alcanzado lo que tanto deseaba,
t e m d o y llamadole insensato. El fulso obispo Justiniano' v fué á su casa para aparejar las fiestas del desposorio á
para asegurar su i artido y volver por s í , se partió m • cierto dia señalado. Entretanto los padres de santa Maxe-
bien para Boma; y llegando á Yercclli, en el Phmonte lende 1c preguntaron si queria casarse con aquel caba-
LA LEYENDA DE ORO- DIA i 3 .
I
lero que or a lan rico , (an poilorcso y de tan gentil dis- tirizado por una revelación que una religiosa viuda tuvo,
posición, exhorlándola á bajar Ja cabeza al yugo del sanio oyendo una voz del cielo que la mandaba que fuese al
mati-jmonio, y á obedecer á sus padres y darles conletito; obispo, y le dijese de parte de Dios que así lo hiciese;
pues podia en aquel estado servir ¿ Dios. La sania v i r - porque él quería glorificar a esta santa con milagros en
gen su turbó ; porquo tenia oíros intentos , y habia con- aquel mismo lugar. El día que se hizo osla traslación,
sagrado á Dios su virginidad. Pidióles que lo diosen un Harduino , ciego y desventurado se hizo llevar al cuerpo
dia para pensarlo mejor ; y toda aquella nocLe gastó en sanio , confesando su pecado y pidiendo perdón , y la
oración , suplicando á nuestro Sefior que la guardase e n - vista délos ojos que juslamenle bahía perdido ; y alcan-
tera y sin corrupción, y la armase de su gracia para ven- zóla : y aili delante de todos, dijo su culpa, coníando la
cer la flaqueza de su cante y la violencia de los que la hisloria do lo que habia pasado , alabando lodo el pueblo
querian amancillar: y Dios ¡a confirmó con una visión (á ai Señor por tan grandes maravillas. En aquel lugar se
Jo que dicen) de los ángeles que la visitaron y animaron. labró una iglesia para honrar esta santa; y el obispo puso
Al día siguiente llamó á sus padres y les afeó lo que h a - clérigos y mujeres religiosas que coutiriuamenle alabasen
bían hecho sin darle parle, siendo ya de edad para cono- en ella al Señor: y Humbino, padre de la santa virgen,
cer lo que le convetiia , y el bien y el maJ, y Ies decJaró hizo donación de lodos sus bienes á aquella iglesia; y
que habia desde niña lomado á Ciisto por esposo, y que Dios nuestro Señor obró muchos y muy grandes milagros
por ninguna cosa dejarla de cumplir lo que había prome- por intercesión de esla sania ; y después andando el
tido. Llegó el dia señalado de Jas l)odas : y narduíno con tiempo , se trasladó el santo cuerpo á Cambray, y de allí
gran alegría y aparato, vino para celebrarlas con acoin- á Perona; y en todas partes recibieron muchas miseri-
pafiamienlo de amigos y criados, y Humbino, casi por cordias del Señor los que se encomendaban á esla santa
fuerza y como por los cabellos, llevó consigo á su bija v i r g e n ; cuya fiesla celebra la Iglesia en aquellas partes á
Maxelendo para que se casase; mas ella habló de tal m a - los 13 de noviembre ; y según Juan Molatio en el índice
nera y con tal resolución á lodos los que á las fiestas de las de los santos de los estados de Flandes, fué su muerle el
bodas so habían juntado, que luego entendieron que per- afio del Señor de 0 6 0 ; y añade que parle de sus sagra-
dían tiempo, y que aquella donceJla ántos perdería la vida das reliquias están en la iglesia de Nuestra Sefiora de la
que su virginidad. Quedó Harduino (por el encendido de- ciudad de Cambiay , y parle en el castillo de Cam-
seo que tenia de gozar de la santa virgen) por una parte bresy.
avergonzado y confuso; y por otra bravo , sañoso y como
He escrito esla vida principalmente para que ¡as don-
An'ia de sí. Con eslo cada uno se volvió á su casa, y la
cellas que se han dedicado á Dios y tomado á Jesucristo
santa virgen se recogió á la suya , y se dió mas á todas IÍÍS
por su dulce esposo , sean constanlcs en guardar ¡o que
obras de virtud , á la oración, devoción, ayunos, v i g i -
lieneu prometido; y para que sepan que deben ántcs per-
l i a s , limosnas y obras de misericordia , entendiendo que
der la vida que su pureza v i r g i n a l : pues perdiéndola gr,-
presto el Señor le había de dar la corona del martirio por
nan el cíelo y alcanzan dos lauréolas y coronas , una de
la defensa de su pureza virginal.
vírgenes y otra de mártires; y también para que se vea
De allí á algunos días los padres de Maxelende fueron lo que puede un amor loco y furioso, y como al hombro
convidadosá comer de cierto amigo s u y o : y porque su que posee le saca de juicio como hizo á Harduino, que
bija no gustaba de semejantes Gestas y conviles, la dejaron dió la muerte por sus propias manos á la que lanío amaba
en su casa. Supo eslo Harduino, y como estaba embria- y quería por mujer. Fiera bestia es nuestra carne, y para
gado del vino del amor, juzgando que aquel ora tiempo domarla no hay sino tenerla bien atada y sujeta;lo cual»
oportuno para gozar de la santa virgen y cumplir su mal aunque parece d i f í c i l , se hace fácil con la gracia del
deseo; ciego y arrebatado de la pasión, se fué a su casa Sefior,
donde estaba con gente armada , y entrando de repente, SAN HOMOBONO, CONFESOR.—El bienavenlurado san H o -
aunque ella se había escondido, al fin la hallaron , y Har- mobono nació en Crcmona , ciudad principal en Lombar-
duino , tomándola aparte comenzó con halagos, blandu- día , de padres mercaderes , no pobres ni ricos ; los cua-
ras y dulzuras de amante desaliñado, á rogarla y conju- les en el bautismo quisieron que se llamase Homobono,
rarla que le tomase por marido y consintiese con su v o - que quiere decir hombre bueno; pronosticando con este
luntad ; mas ella estuvo fuerte como una roca en que se nombre la bondad y vir tud con que habia de resplande-
quebrantan las furiosas olas, y le dijo: que ninguna fuerza cer en toda su vida. Con este buen principio le criaron
bastaría para que fuese desleal á Jesucristo , y que bien crislianamcnte , y Je ensenaron el temor santo del Señor.
podría matar su cuerpo, mas no podría matar el a l m a : y Cuando tuvo edad le aplicaron á su mismo o ^ i o de mer-
diciendo esto se escabulló y soltó de las manos de los que cader , en el cual fué lan mirado , tan circunspecto y tan
la tenían; y Harduino, abrasado de las llamas de c o n - poco codicioso en el comprar y vender, y en los contra-
cupiscenoia y de f u r o r , corrió tras ella , y con su espada tos que hacia, que ponía admiración : porque guardaba
Ja mató: mas en el punto que vió salir la sangre del cuer- toda verdad : no excedía un punto del justo precio : era
po de la virgen quedó ciego, y los companeros que ve- puntual en las pagas y muy ajeno de los vicios de los
nían con él le dejaron, temiendo cada uno otro semejante otros mercaderes. A mas de esto era mozo apacible, g r a -
castigo. Divulgóse el caso: vinieron sus padres llorosos y cioso , afable y modesto en sus palabras y costumbres; de
muchos clérigos y gentes del pueblo, y enlerraron su manera, que en breve ganó las voluntades y convirtió los
sagrado cuerpo en la iglesia de los bienaventurados san ojos en sí de toda la ciudad. Era muy obediente á sus
l'edro y san Pablo, en una aldea allí cerca , donde estuvo padres, y por voluntad de ellos se casó con una doncella
tres aflos, hasta que san Vindicíano, obispo de Cambray, y guardó la castidad conyugal perfectamente. Murió su
trasladó su cuerpo al mismo lugar donde habia sido mar- padre , y viéndose ya libre nuestro Homobono, comenzó
ni A 13. NOVIEMBRE. 373
á daríc mus á D¡ÜS , conociendo que lodas las riquezas y entrase; pero no pocas voces le aconteció ver al santo
bienes de la lien a son caducos y frágiles, que se alcan- orando dentro de su iglesia sin haber él abierto la puerta;
zan con mucho Jrabajo, se poseen con temor, se pierden porque hallándola el santo cerrada , cuando venia ántes
con dolor y que no pueden liarlar la sed de la codicia h u - de tiempo , Dios se la abria milagrosamente, Con estos
mana ; delerminó buscar aquel tesoro que siempre dura, milagros y con su santísima vida convirtió á muchos y
y repartiendo de su hacienda á los pobres , comprar el muy pertinaces herejes á la sania fé católica i á los cuales
cielo. Hacia limosna á los pobres con tanta liberalidad y algunos varones doctos y religiosos con sus grandes letras
afecto, que no aguardaba á que se la pidiesen, sino que y argumentos no habian podido reducir. Finalmenle, el
61 los prevenia y los buscaba para dársela. Consolaba á afío del Sefior de 1197 , se fué como solia, á la noche á
los afligidos , amonestaba á los que erraban , enseñaba á mallines sano y bueno: y después de acabados, se puso
los ignorantes, perdonaba á sus enemigos, daba buen en oración de rodillas delante de una c r u z , y estuvo cu
consejo á los que se le pedian; en suma era refugio, a l i - ella hasta la hora de misa ; y al tiempo que el sacerdote
vio y amparo de lodos los necesitados y menesterosos: decia la gloria, extendió sus brazos en forma de c r u z , y
fué eslo de manera, que á una voz era tenido y l l a - allí sin enfermedad ni ruido alguno , dió su bcndilo espí-
mado padre de los pobres. Como la mujer de nues- ritu al Sefior á los 13 de noviembre. Halláronle muerto de
tro Ilomobotio vió á su marido tan maniiolo con los esta manera; y luego por loda la ciudad voló la fama
pobres, temiendo que al mejor tiempo se menosca- que san Homobono era muerto; y concurrió innume-
baria y le faltarla su hacienda, comenzó á rogarle no rable multitud de gente para verle , y locar y r e -
la disipase: al principio con blandas y amorosas p a - verenciar sus preciosas reliquias. Enleiráronle en la
labras y ruegos; y después (viendo que lodo eslo no misma iglesia de San Gil con muchas lágrimas, ter-
bastaba) con quejas , injurias y modos pesadosé indignos nura y sentimiento; y Dios nuestro Sefior hizo por él
de una mujer pai a con su marido. Pero como estaba f u n - muchos milagros, dando piés á los cojos, vista á los ciegos,
dado sobre la roca y nó sobre la arena , no se movia por lengua á los mudos, oido á los sordos y salud á los enfer-
los voces de la mujer, que á guisa de aire y lluvia le com- mos de varias dolencias, y otros milagros que se pueden
balian , antes la ensenaba que no se menoscaba la ha- ver en su vida : por los cuales, y por sus grandes v i r t u -
cienda que por manos de los pobres se da á logro á Jesu- des y conocida santidad, el papa Inocencio 111 le canonizó
cristo , ej cual en esla vida la paga dando ciento por uno, y puso en el catálogo de los sanios, á los 22 de diciembre
y en la olí a la gloria scmpilerna. Y para que se entendiese del año 1193, y en el primero de su pontificado. Después,
que no eran palabras las que Ilomobono decia, sino ver- el año de 13ij6 se abrió su sepulcro; y al año siguiente
dad de Dios, le aconleció una vez en tiempo de una gran de 1 3 ; n , á los 23 de junio, se trasladó su sagrado cuerpo
carestía , que volviendo de la iglesia á su casa , le siguie- á la iglesia mayor, y se colocó honorilicamenle en un arca
»on muchos pobres, y 61, estando su mujer ausente, con de mármol, donde está ; y la ciudad de Cremona recibe
maravillosa alegría les reparlió la mayor parle de una por su intercesión muchos y grandes beneficios del Señor.
cesta de pan que le habla traido; y á la noche á la hora Su vida escribió la Iglesia de Cremona, y la bula de su
decena, se hallaron en el arca tantos panes cuantos eran canonización Iráela Fr. Lorenzo Surio en el sexto tomo.
los que él había dado, pero mucho mas blancos y mas Hace mención de él el Martirologio romano, y el cardenal
sabrosos : de lo cual la mujer quedó espantada; y el santo üaronio en sus anotaciones á los 13 de noviembre, y Pe-
le mandó que no lo dijese. Otra vez, yendo á una here- dro de Nalalibus, libro x, cap. 36 ; y Gerónimo Vida, obis-
dad suya (que solo habia guardado para sustentarse á sí po de Alva, escribió en verso un himno en su alabanza.
v a los pobres con los frutos de ella), y llevando vino
* Los SANTOS VALENTÍN, SOLUTOB Y VÍCTOR, MÁUTIRI-S.—
para los labradores, encontró muchos pobres en el camino
Cuando imperaba Diocieciano, sufrieron el martirio estos
que le pidieron de beber, y él se les dió de buena gana,
santos en la ciudad de Uavena, acabando sus vidas sien-
quedando vacíos los frascos que llevaba. No quiso volver
do degollados, después de haber tolerado varios tor-
para henchirlos de vino á su casa , temiendo la mala con-
mentes.
dición de su mujer por no desabrirse con ella; y por olra
parle, queriendo proveer á la gente que tenia en el campo SAN MITRIO, MÁRTIR.—San Gregorio de Tours, dice Go-
de bebida, llenó el sanio varón de agua los frascos y echó- descard, que hace honrosa mención de San Mitrio, remite
es su bembemn. líebieron de ellos los labradores, y h a - el lector á la historia de su vida; pero esla obra no ha lle-
laron que era excelentísimo vino, y preguntaron á Homo- gado á nuestro conocimiento. Parece que este santo sufrió
bono dónde hab.a hallado aquel vino tan escogido; y él, marlirio en tiempo de Diocieciano, en Aix de la Provenza.
creyendo que hacían burla de é l , bebió de un frasco y Añádese que padeció varios tormentos, lodos muy crueles;
hallo que era verdad y qile e, agna se ^ MWiiáo pero que ninguno de ellos fué capaz de vencer su constan-
en vmo, c h.zo gracias á nuestro Sefior, y calló y disimuló cia, y que los sufrió hasta con alegría. San Milrio es el pa -
y procuró encubnrlo por huir la vanagloria ; mas Dios ío tron principal de Aix, donde se celebra su Gesta en esle
manifestó por un hombre que le vió echar el agua y d e s - dia. Ll mismo san Gregorio añade, que Dios glorificó su
pués probó que era vino. ' J sepulcro por medio de muchos milagros.
Los SAxNios ANTONINO, ZEBINAS, Y GERMÁN, MÁRTIRES, T
Fué asimismo muy devoto y muy dado á la oración en SANTA ENNATA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—Por los edictos del bár-
la cual no solo gastaba buena parte del d i a , sino también baro Maximiano, se encendió en Cesárea de Palestina una
las noches. Iba siempre á maitines, y era tan infalible el persecución do las mas espantosas que ha visto la Iglesia.
ir cada noche á la iglesia de San Gil para oirlos que el En lo mas fuerte de la persecución, el presbítero Antonino
cura, que se llamaba Oberlo, en locándola campana iba y sus dos compañeros, Zebinas y Germán, se presentaron
luego á abrir la puerta de la iglesia para que Domobono al gobernador Firmiliano, y lé confesaron generosamcnle
374 LA LEYENDA DE ORO. DIA 13.
qnceran ensílanos y que era una abominación el cultode de Francia, que se hallaban reunidos en el concilio de T r o -
los ídolos. Firmiliano, sin mas averiguación ni mas p r e - yes, una carta llenado unción y de caridad, en ta cual les
paralívo, los mandó degollar en medio de la plaza pública daba cuenta del estado de las cosas, y acababa exhortán-
de Cesárea. El mismo dia condujeron los soldados al t r i - doles á trabajar con todas sus fuerzas para reconquistar la
bunal á una virgen de la misma ciudad, llamada Ennala, unidad que los díscolos habían rolo. Poco después de este
y la acusaron de adorar á Jesucristo. La santa virgen, que suceso, afligido por los males de la Iglesia y en medio de
solo deseaba derramar su sangre por la fé, confesó que no los importantes trabajos que habia emprendido para a l i -
solo era cristiana, sitio que deseaba dar un público íesti- viarlos, Nicolás acabó santamente sus dias, muriendo el
monio de amor á su Esposo, cp»e era Jesucristo. Al mo- dia 13 de noviembre del año 867. El mundo cristiano lloró
mento, fué también sentenciada, y habiéndola metido viva la pérdida de este pontífice con muestras de sensible do-
en una hoguera, acabó allí su gloriosa carrera, recibiendo lor : sus contemporáneos y la posteridad lo han dado el t í -
la palma del martirio. Sucedió, según Pagi, el año 303. tulo de grande; le han mirado como otro de los mas escla-
LOS SANTOS ARCADIO, P i S C A S I O , P t t O B O , E l I T I Q U í A N O Y PA- recidos personajes que han ocupado la santa sede; y todos
BLITO, MÁRTIRES.—Estos santos, según el Martirologio r o - los escritores convienen en que por su ilustrado zelo, la
mano, fueron españoles, aunque no se puede saber de qué firmeza de su carácter y por su inagotable calidad, es
punto eran, ni porqué pasaron á África. En esta región acreedor á la admiración y al respetode toda la Iglesia.
padecieron martirio en tiempo délos vándalos. ¡Noquerien- SAN GONDULFO, OBISPO Y CONFESOR.—Nada se sabe délas
do ninguno de ellos consentir en los errores de Arrio, ni acciones ni de la vida de este santo, y hasta se ignora de
blrsfemar de la divinidad de Jesucristo, por órden del rey qué Iglesia fué obispo. Sin embargo, hace muchos siglos
Genserico fueron desterrados, cruelmente atormentados y que se le da culto en la diócesis de París, y en su iglesia
por fin los mataron con diverso género de suplicios. Seña- catedral existe su sagrada cabeza.
lóse principalmente en constancia el niño Pablito, hermano SAN EUGENIO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué el tercer prela-
da los santos Pascasio y Euliquiano, que no queriendo de do de este nombre en la diócesis de Toledo. Crióse desde
ninguna manera renegar de la fé católica, fué cruelmente niño en aquella santa Iglesia metropolitana, y sintiéndose
azotado por largo tiempo con varas, y después condenado después llamado por Diosa vida mas estrecha, huyó de la
á vil esclavitud, en donde á fuerza de malos tratamientos córte, y en Zaragoza donde se refugió, hizo vida monásti-
acabó su vida. El cardenal Baronio coloca el martirio de ca, dedicándose al culto de los santos mártires y estu-
estos santos en el año 437. diando noche y dia la ciencia de la verdadera salud. De
SAN NICOLÁS I,PAPA y CONFESOR.—Era diácono de la I g l e - Zaragoza fué llevado con violencia otra vez á Toledo, por
sia d i Uoma, su patria, cuando lo eligieron soberano pon- haber sido elegido obispo de olla en la vacante de Euge-
tífice el dia 24 de abril del año 8:58, y fué consagrado nio I I . Dedicóse desde luego á los oficios de un buen pas-
el mismo dia en la iglesia de Sao Pedro, hallándose p r e - tor: arregló el culto y sus ceremonias, y puso órden en la
sente el emperador Luis 11. En 860 envió legados á Cons- disciplina. Sus virtudes pastorales oslaban esmalladas con
tantinopla para examinar la causa de san Ignacio, y p r o - la ciencia do la divina Escritura y con el cultivo de l;i
nunció anatemas contra Focio, hombre soberbio y renco- poesía. Dejó escrito un tratado sobre la santísima Trinidad,
roso, primer autor del deplorable cisma que subsiste aun muy docto y elegante, digno de compararse con lo mejor
entre las Iglesias griega y latina. Nicolás obligó á Lolario que hasta entonces se habia publicado, y dos opúsculos dev
á separarse de Valdrada, su concubina, y anuló los de- poesía y prosa escogida sobre distintos puntos sagrados.
cretos de los dos concilios que habían aprobado el divor- Fué amigo del rey Recesvinto, para el cual tradujo los l i -
cio de aquel príncipe con Treberga, su esposa. La zelosa bros de Draconcio, que tratan de la creación del mundo, y
solicitud del pontífice por lapropagacion de la fé produjo la algunos libros del Antiguo Testamento. También se cree
conversión de Bogoris, rey do los búlgaros, que en 863 que, á instancias del arzobispo de Tarragona, escribió la
abrazó la religión cristiana, con gran parte de su nación. misa de san Hipólito, márlir. Con fecha del 20 de mayo
El año siguiente envió este rey á su hijo y á muchos seño- del año 6 í 8 escribió á dicho arzobispo una caria, que
res principales de su córteá Roma, para que ofreciesen al existe aun en la biblioteca del Escorial, En Gil! asistió al
papa algunos presentes en su nombre, y lo pidiesen sa- concilio toledano séptimo, en 633 al octavo, en 633 presi-
cerdotes y obispos, consultándole a! mismo tiempo, sobre dió el noveno, y el décimo en 636. Su pontificado fué g l o -
ciento y seis cuestiones de religión, á las cuales el pontífi- rioso, y murió el dia 13 de noviembre del año 637, siendo
ce contestó con otros tantos artículos, que son célebres en sepultado en la iglesia de Santa Leocadia de la misma c i u -
la historia de la disciplina eclesiástica. Por el mismo t i e m - dad de Toledo. Su discípulo san Ildefonso le sucedió en
po mandó Nicolás tres legados á Constanlinopla; pero h a - el episcopado, y honró su memoria como merecían sus
biendo sido indignamente maltratados al llegar á las f r o n - grandes cualidades.
teras del imperio, se vieron obligados á volverse á Boma. SAN ABBON, MÁRTIR.—Esto santo, llamado también Al-
En 8 6 1 , el heresiarca Focio juntó un conciliábulo en Cons- bon, nació en Orleans y fué educado en el monaslerio de
tanlinopla, en el que se pronunció sentencia de deposición l'lenry, donde después tomó el hábito. Era sabio en letras,
contra el papa Nicolás, y de excomunión contra todos los pero lo que mas le hacia recomendable eran sus virtudes
que comunicaban con él, y se declaró, que cuando los Cediendo á las súplicas de san Osvaldo, pasó Alibon á I n -
emperadores se hablan trasladado de Boma á Constan- glaterra, y dirigió algún tiempo la escuela del monasterio
linopla, el primado de la Iglesia de Roma y sus privile- de Ramsey. A su vuelta á Flenry, fué nombrado abad do
gios habían pasado también á la Iglesia de Constanlinopla. aquel monasterio, y estableció en él la mas rigurosa dis-
Afligido el corazón del soberano pontífice por aquellos ex- ciplina. La alta idea que se tenia de su sabiduría y santi-
cesos (pie turbaban la paz, escribió entonces á los obispos dad, hacia que le mirasen como el oráculo de aquellos
DÍA ií. TOVIOiBRE. 375
ücmpos. El rey Uohoi lo lo envió á Roma para tratar con el las sombras de la idolatría, las tinieblas de la herejía , los
papa de asunlos muy imporlantes para la Francia, y pudo errores del mahometismo, ayudando á Santiago y á sus
lelicilarse por el ilicíioso resultado. Algunos años después, discípulos para convertir á los gentiles , favoreciendo á
en medio de. un motin que el sanio se esforzaba en sofo- Leandro, Isidoro, Ildefonso y otros doctores para convencer
car, recibió un lanzazo, del cual murió, el año 1004. Ha- á los herejes, y socorriendo á los españoles en sus batallas
biéndose comprobado su santidad por medio de milagros, para vencer á los moros , no es cosa que se puede decir
se lo veneró como mái lir y se estableció su cullo. en pocas palabras, ni ponderarse con muchas, ni agrade-
SAN QCINCIANO, OBISPO.—Fué obispo de Clermonl, en cerse con ningún servicio que hagan los españoles á esta
Fi uncin, ilustre en sanlidad y doctrina, y favorecido por el soberana Señora y Reina suya, Flavio Dexto dice, que Es-
cielo con el don de milagros. Su zelo logró reformar las paña fué la primera provincia del mundo que recibió la fé
de d isto, después de Judea, Galilea y Samarla , y que se
coslumbres públicas, y para el arreglo de la disciplina de
puede llamar las primicias del resto de la gentilidad.
la Iglesia, se dislinguió notablemente en el concilio prime-
Aquellas provincias que consagró. Cristo , sol de justicia,
ro de Orleans, como dice san Gregorio de Tours en el l i -
con su presencia y predicación, debían ser mas privilegia-
bro n, cap. U de la Historia de los francos. Pasó su vida
das y reciliir primero la luz ; y luego España, por haber
dedicado á los inleresesée la religión, y murió saniamen-
sido la primera tierra que alumbró María, llena de gracia,
te el año SO6.
con su maravillosa venida ; por eso pudo decir con m u -
DIA 14. flía razón don Rodrigo, arzobispo de Toledo, que desde el
principio si; mostró María palrona y protectora de España.
Kr. PATROCINIO DE XLIÍSTRA SBÑORA (').—Toda la r e -
dondez da la tierra eslá debajo del patrocinio de Maria Aquí trataremos parlicularmenle del patrocinio de María
santísima; porque quiso el Hijo que la escogió por Madre, santísima en las batallas de los españoles, que es el inten-
que fuese María protectora de los que él era Redentor. For to principal de esta fiesta ; habiendo advertido ántescuán
eso dice san Bernardo, hablando con la Virgen : «¿Quién propio es de María santísima el patrocinio en las guerras,
podrá, ó bendita Virgen, medir la longitud, latilud y profun- por lo cual la podíamos llamar Diosa de las batallas, títu-
didad de lu misericordia? Porque su longilud llega hasta lo que daba la ciega gentilidad á Belona. Compárase Ma-
el último dia, para los que la invocan, socorriéndolos á t o - ria santísima en los Cantares á un ejército ordenado y
dos: su latitud llena lodo el orbe de la tierra, de manera, puesto en forma de pelea : porque es María , como dice
que ia tierra está llena también de su misericordia : la s u - Ruperto, terrible como un ejército á los demonios , á los
blimidad halla la restauración de la ciudad celestial; y la herejes y á los impíos : y como dice san Germán, con so-
profundidad ea la redención para los que están sentados la la invocación de su nombre hace huir á sus enemigos,
en las tinieblas y sombra de la muerte.» Parece que en y da seguridad á sus siervos. Compárase también al muro
significación do ese patrocinio universal, vió san Juan en con que se defiende una ciudad, y á la torre de David, de
su Apocalipsi á liaría santísima cercada del sol como de que penden mil escudos : porque María santísima es la de-
u n vestido, y puesta sobre la luna como sobre trono, para fensa de todos los que se acogen á ella : y no penden de
darnos á entender, que así como el sol y la luna rodean esta torre espadas y lanzas, sino escudos solamente; por-
toda la tierra para alumbrarla con sus rayos y fecundarla que esta piadosa guerrera no tiene inclinación á herir, s i -
con sus influjos, así María la cerca Inda, alumbrándola con no á defender : y si en las batallas ha herido á los enemi-
sus resplandores y favoreciéndola con sus socorros: y gos, es solo por defender á su< devotos ; y por eso no hace
confirma esto María por boca del Eclesiaslico, cuando ostentación de armas ofensivas, sino de armas defensivas;
dice: « El ámbito del cielo rodeé sola y penetré el pro- nó ,de lanzas, sino de escudos : aunque tal vez ha sido vis-
fundo del abismo: paséeme por las ondas del m a r : en ta en el ejército de los crislianos conesendo y lanza pelear
toda tierra hice asiento, y en todo pueblo y gente tuve el contra los infieles. Muchos siglos antes de nacer María san-
princiijado.» Mas si tiene María santísima el principado de tísima , ya tenia el patrocinio de las batallas , y le ejercía
toda la tierra; si la ha rodeado toda; si en toda ella hizo en las figuras ó imágenes que la precedieron en el viejo
su asiento, bien se puedo gloriar España de haber sido la Testamento. El gran; Moisés en la Tierra Santa , que era
primera tierra que visitó María: la primera en que hizo sombra de María, y á vista de la zarza , que era i m á -
asiento, y en que lomó posesión de su principado: pues gen de María, fué elegido capitán del pueblo de Dios, para
visitó a España viviendo en carne morlal, y quiso t e - que lo sacase de la servidumbre de Faraón y de Egipto,
ner en elia el primer templo que se le dedicó en el m u n - como lo ejecutó con los prodigios y maravillas de aquella
do, cuando apareciéndose á Santiago apóstol, junto á la prodigiosa vara, figura también de María. Para vencer Jo-
ciudad de Zaragoza, sobre una columna ó pilar de j a s - sué á los enemigos del pueblo de Dios, no solo se paró el
pe, le mando que edificase allí un templo en su n o m - sol, que habia de dar luz para alcanzar la victoria ; mas
bre ; porque sabia que aquella parle de España la h a - también la luna, aunque no era necesaria su claridad para
bla de ser muy devola, y desde entonces la tomaba de- el triunfo : porque era conveniente para el misterio, que se
bajo de su amparo y patrocinio j y especialmenle la c i u - detuviese la luna, en que se figura repelidas veces Ma-
dad de Barcelona , en el principado de Cataluña , bajando ría santíoima en las sagradas Letras, para que no se alcan-
á ella dos veces : la primera para que se fundase su sa- zase tan ilustre victoria, sin que presidiese á ella la Patro-
grada órden de la Merced ; y la segunda para cantar los na de las batallas. Gedeoo tuvo por prenda cierta de la
maitines en su sania iglesia. Cuán bien haya llenado María victoria que habia de alcanzar de los madianilas , aquel
santísima el Ululo de patrona de las Españas desterrando célebre vellón, figura de las mas ilustres de María santísi-
ma ; y luego venció con trescientos soldados á innumera-
ble multitud de sus enemigos, llevando en las manos unos
(') Corresponde a la segunda dominica de novicmbio.
370 LA LEYENDA DE ORO. DÍA 14.
cántaros de barro y dentro unas luces encendidas : ¿y y encerrádose en una cueva ancha y espaciosa del monto
qué son estos cántaros de barro, sino figuras de María san- de Fusena, vino don Oppas, arzobispo de Toledo ó de Se-
tísima , en que entró la luz de la divinidad á vestirse del villa, según Rodrigo y Mariana , á persuadirle que se e n -
barro de nuestra carne , como de una linterna , para que tregase á los moros, pues no podia resistir con tan pocos
templada la eficacia de sus rayos, venciese á los príncipes soldados á tanta multitud do infieles; y era mejor comprar
de las tinieblas, y sin ofender nuestros ojos , desterrasen con el rendimiento la vida , que adquirirse con la temeri-
las sombras de muerte en que estábamos sentados? Pero dad la muerte : pero el piadosísimo y valerosísimo princi-
¿qué mas ilustre figura de María santísima , que el arca pe le respondió , que por la intercesión de la Madre do
del Testamento? Esta llevaban los israelitas en sus ejérci- Dios y con su ayuda, esperaba , no solo salvarse á sí y á
tos : por ella esperaban las victorias; y por ella conse- los suyos , mas confiaba que de aquellos pocos crislianoí
guían los triunfos. Por eso Moisés cuando los levitas loma- se había de restaurar la gente de los godos, como de po-
ban el arca para moverla al movimiento de los reales, de- cos granos nacen muchas espigas. Luego espantado Pela-
cía : Levantaos, Señor, y sean destruidos vuestros enemi- yo y sus soldados de una grande avenida de moros que lo
gos : huyan de vuestra presencia los que os aborrecen: y cercaba, se encerró en la cueva ; y los moros combatieron
cuando al pararlos reales ponían el arca en su lugar, de- con todo género de armas y con un granizo de piedras y
cía : Volved, Señor, los ojos á la multitud del ejército de una tempestad de saetas la entrada de la cueva. Mas ( j ó
I s r a e l : pidiendo á Dios , que por medio del arca , en (pie poder de Dios y favor de María sanlísima!) mientras que
asistía su virtud , defendiese á su pueblo y destruyese á Pelayo y los suyos imploraban el favor de María santísima
los enemigos de Israel : y dice san Atanasio , que el arca con grande aféelo, las piedras, saetas y dardos que t i r a -
les bastaba á los israelitas por ejército, si no había algún ban los moros, revolvían contra los que las tiraban, tenien-
delito en el pueblo, ó hipocresía en los que la llevnlan La do cada uno tantos enemigos como compañeros, y los cris-
otra arca , en que se libró el genero humano de la ira de tianos tanlos soldados del socorro como coulrarios. Con
Dios , cuando anegó al mundo en las aguas del diluvio, esto se turbaron los moros y se animaron los cristianos: y
también era sombra de María ; y no menos la paloma que saliendo Pelayo de la cueva con los s u y o s , dieron con tal
anunció la libertad con el ramo de oliva ; y el arco iris, ímpetu y valor en los enemigos, que en breve tiempo ma-
que era seguro y prenda de paz entre Dios y los hombres. taron veinte m i l , con su capitán Alcama , y prendieron á
Pues las victorias milagrosas que alcanzó el pueblo de don Oppas. Setenta mil que quedaron, pasando del monto
Dios de sus enemigos por medio de mujeres, Jael, Débora, Fusena, donde al principio se habían recogido , al campo
.Tudilh, y haberse librado por medio de Esther de la muer- Libanense, por donde corre el rio Dena, parle de un mon-
te que pretendía darle Aman, armado del poder de Asne- te cercano, arrancándose de raíz, cayó en el rio, y preci-
ro ; ¿ quién negará que representen las victorias que ha- pitó á los que estaban en el monte , y otros cogió debajo:
bían de alcanzar los fieles de sus enemigos por medio de con que perecieron casi todos aquellos bárbaros. La cueva
María, de quien aquellas ilustres mujeres fueron figuras? donde se recogió Pelayo, en memoria de esta \icloria a l -
Dejando las otras victorias del Viejo Testamento, que todas canzada por favor de María se dedicó á su nombre , y se
se consiguieron, ó por alguna sombra de María , ó por su llama Santa María de Govadonga. Con tan feliz principio
respeto; 6s muy digno de notar, que la primera victoria y milagrosa victoria empezó á respirar España, y levantó
que se propone en la Escritura sagrada , es la que había la cabeza sóbrela morisma, y cobró esperanza cierta de
de alcanzar María santísima de Lucifer, cuando dijo Dios á sacudir el yugo mahometano con el favor de María. El
la serpiente : Pondré enemistad entre ti y la mujer , entre cardenal Baronio , habiendo traído esta historia de nues-
tu generación y la suya : ella te quebrantará la cabeza ; y tro Pelayo, añade i «Verdaderamente es digno de o b -
tú andarás siempre acechando á sus calcañares. Ksta vic- servación, que así León en Oriente, como Pelayo en Occi-
toria alcanzó Maria sanlísima del infierno en su concepción dente, invocando á la Madre de Dios contra los sarrace-
purísima, conque empezó ya en su persona á ejercer ci nos, alcanzaron en arabas partes una grande y no esperadn
ülicio de patrona de las batallas ; y corrieron tan por su victoria. No fué ménos insigne la victoria que alcanzó de
cuenta las victorias, que el Hijo de Dios , para vencer al los moros Alfonso VIH , rey de Castilla , por sobrenombre
infierno, tomó de María las armas, como dice Ricardo de el fiueno ; antes os la mas ilustre que hubo en España,
San Laurencio por estas palabras : «Así como el soldado como dice el padre Juan de Mariana : porque siendo el
para pelear se arma en el tabernáculo; así Cristo , para ejército de los cristianos muy inferior al de los moros,
vencer al demonio por la Iglesia , lomó en las entrañas de constando este de innumerable gente, que á modo de una
la Virgen las armas de la humana carne,» grande inundación anegaba los campes y cubría los mon-
tes ; trabándose la batalla enlre los dos campos , estando
No contando ahora las victorias que otros príncipes Africa por los moros y María por los cristianos , mataron
cristianos han conseguido de los infieles por el favor y p a - estos doscientos mil moros, y desbarataron é hicieron
trocinio de María, que si se pretenden referir en particular huir á los demás , con rauerle de solos veinte y cinco
no basta un libro entero, y si se quieren decir en una pa- cristianos ; atribuyendo todos esta victoria á la virtud de
labra, se ha de afirmar que todas las han alcanzado por la santa cruz y al patrocinio de nuestra Señora: porque
el favor de María; diremos solamente algunas de las mas en el mayor fervor de la batalla, llegando el estandarte
celebradas que ha conseguido España por el patrocinio de rcal enque iba pintada una imagen de nuestra Señora al
María santísima, no tanto refiriendo, cuanto apuntando, ni escuadrón mas fuerte de los contrarios , que tenia gran
para enseñar lo que nadie ignora , sino para acordar al muchedumbre de gente y hacia la mayor resistencia á los
agradecimiento lo que lodos saben. Después que toda E s - cristianos, á vista de la Reina del cielo se desbarató, v o l -
paña, por sus pecados, fué ocupada de los moros, habién- vió las espaldas y deshizo como humo, quedando muertos
dose retirado don Pelayo con m i l soldados á las Asturias,
DÍA 14. NOVIEMBRE. 377
inudios moros: con que se dobililaron los contrarios, podrían vencer á los muchos: y dice Rernardino Gómez en
y últimamente fueron vencidos del lodo, como acabamos la vida de! rey don Jaime, que invocando los cristianos el
de decir : y afirma el arzobispo don Rodrigo , que con nombredeMai ía, al puntoempezaron á huirlos sarracenos y
quedar muertos laníos moros , no se veia en el campo eu aquel lugar se fabricó un templo á la Virgen en memo-
rastro de sangre ; para signilicar, á lo que parece, que ria de tan insigne victoria alcanzada con su favor y ayuda.
esta victoria no se debió á las armas españolas , sino á Fueron los dos reyes Fernando y Jaime devotísimos de Ma-
esfuerzo mas soberano. Celébrase esla victoria en los ría santísima: Jaime la consagró casi dos mil templos; y
reinos de España á los 16 de julio, cou nombre del triunfo Fernando muchos mas: con esto no es maravilla que con-
de la Cruz, por baberse alcanzado por virtud de la san- quistasen ciudades, sino reinos, y que no sintiesen nunca
ia cruz, y porque a su vista cayeron muertos muebos m o - contraria la fortuna; porque tenían en su favor á María
ros , y pudiera celebrarse también con nombre del l a t r o - santisima que fijó su rueda (ya que hablamoscon términos
cinio de María, por haberse alcanzado por su intercesión, humanos'1, para que desmintiendo lo mudable, favoreciese
y haber muerto con su vista sola tanta muchedumbre de constantemente á estos dos príncipes llénanos, y fuese
infieles. Cuentan muchos autores esta victoria ; y entre símbolo de perpetua felicidad para ellos la rueda que en
ellos Spinelo dice , que desde este tiempo se empezó á la fortuna es para todos jeroglífico de la mudanza.
guardar en España el sábado , por ser dia dedicado á Paso de corrida por otras victorias que eran dignas de
nuestra Señora, la abstinencia de carne que hoy se mayor ponderación. Alfonso X I , rey de Castilla, con el f a -
usa, comiendo de grosura ; y cita á Valerio, español. vor de María alcanzó aquella insigne victoria del Salado
San Fernardo, 111 de Castilla, que sujetó;» toda España cerca de Tarifa, en que mató doscientos mil moros, y cau-
y echó de ella á los moros, y los hizo tributarios , y t r a - tivó una grande multitud con muerte de solos veinte cris-
yendo las armas en la mano treinta y cinco años , consi- tianos. Alfonso I, rey de Porlugal, fué tan devoto de María
guió lanías victorias comodió batallas, y siempre fué vence- santísima, que pusoá sí y ásu reino y sucesores debajo del
dor, nunca vencido; ¿quién nosabeque lasalcanzótodaspor patrocinio de sania María de Claraval, donde eraá la sa-
el patrocinio de María santísima, la cual se alistaba siempre zón abad san Bernardo, y quiso que pagasen perpetua-
en sus ejércitos si puede decirse así? porque el devotísimo mente á su iglesia ( ierla cantidad á manera de tributo y
rey llevaba consigo á todas sus conquistas imágenes de vasallaje; y por lan insigne piedad mereció queMaríasan-
nuestra Señora que marchaban al paso de los reales, y una tísima le diese insignes victorias de los mahometanos. Se-
de ellas fijaba en el arzón de la silla de su caballo, cuando mejante fué la devoción de Alfonso V de Portugal para
entraba á pelear, para que su vista infundiese alieniosen con María, el cual pasó á Africa y quitó á los moros á A r -
su corazón y pavor en el de los contrarios, y fuese María cilla, habiendo prometido á María sanlisima un caballo de
como nn astro favorable ó mimen propicio de sus batallas plata con un rey de la misma materia; y ganada felizmen-
que influyese en su ejército las victorias. Por eso cuando te la ciudad cumplió su voto y edificó un templo á la Con-
ganó á Sevilla, que fué la última de sus conquistas, hizo el quistadora do esla fortaleza. ¿Qué diré de don Juan el I I ,
santo rey que entrase triunfando María santísima en aque- rey de Castilla, que visitando el templo de Guadalupe, y
lla ciudad en su imágende los Reyes para rendir los triun- ofreciendo oraciones y dones ásu altar, reprimió y venció
fos á aquella de quien reconocía las viclorias. Lo mismo á los sarracenos, ganándoles muchos lugares? ¿Qué de
cuentaNicelas del emperador Juan Comneno, que habien- Ramiro el I I , rey de León, que invocando el favor de Ma-
do conseguido muchas viclorias con el favor de María san- ría santísima contra un ejército de doscientos mil moros, le
tísima, volviendo á Constanlinopla hizo fabricar un carro envió la Reina del cielo dos soldados que según unos f u e -
triunfal de piala adornado de piedras preciosas, obra a d - ron ángeles y según otros Santiago y san Emiliano, con
mirable en quecompetian el arle y la riqueza, é hizo poner cuyo socorro alcanzó una milagrosísima victoria matando
en él una imagen de nuestra Señora para que entrase en ochetUa mil moros, y cautivando á su rey? ¿Qué de San-
la ciudad con triunfo : confesando el emperador deber to- cho I, rey de Portugal, que ganó délos moros junto á Se-
das sus viclorias á María santísima comoá invencible com- villa aquella célebre batalla, cuando el Belis, rojo con la
pañera y señora de su imperio. De Manuel Comneno, em- sangre mahomelana, corrió por mucho espacio publicando
perador, cuenta también Nicetas, que habiendo alcanzado la vicloriaque atribuye Belinghan á María santísima? ¿Qué
una insigne victoria porMaría santísima, dispuso un triun- de Fernando I, rey "de Aragón, singularísimo devoto de
fo con grande pompa y aparato, en que precedían muchos María santísima, con cuyo favor alcanzó grandes victorias;
cautivos, y después se seguía un carro triunfal con una porque cuando él salía á campana, la reina doña Leonor,
imagen de la Virgen María que liabia cautivado á todos: á su mujer, iba muy de mañana descalza acompañada de dos
los enemigos del imperio con las armas, y al emperador criadas solamente á visitar una iglesia de Nuestra Señora?
con el beneficio de la victoria. Del emperador Zimisa r e - ¿Qué de Fernando el Católico, que conquistó el reino de
fiere semejante ejemplo Zonaras; y Nicéforo Gregoras del Granada, con que acabó de desterrar á Mahoma de Espa-
emperador Miguel Paleólogo. Pero volviendo á nuestra ña, y traía siempre consigo una imágen de nuestra Seño-
España, las celebérrimas y continuas victorias de Jaime ra en sus ejércitos, la cual después de ganada la ciudad do
el Conquistador, rey de Aragón, justamente las atribuyen Málaga, entregóá los frailes mínimos do san Francisco do
todos al patrocinio de María santísima, y muy en particu- Paula, con nombre de la Virgen de la Vicloria; dando á
lar la vicloria que alcanzó de los moros junto á Valencia entender que todas las \ictoi as y triunfos que había a l -
don Rernardo Guillen; porque siendo mucho mavor el n ú - canzado, los debía á María Santísima? Finalmente en esta
mero de los moros que el de los cristianos, este valeroso cuenta pueden entrar casi todos los reyes de España des-
capitán confiado en el patrocinio de M a ^ santísima aco- de Pelayo hasta Fernando el Católico; porque como si t u -
metió animosamente á los enemigos esperando (pie los'pocos vieran por horóscopo de su nacimiento y estrella de sus

TOMO III. 48
378 LA imm DA DE ORO. DU 1i.
felicidades á aquella mujer del Apocali[)SÍ qnolenia la l u - [ se convirtió en luz, después en sol y últimamente en océa-
na debajo de sus pies; pisaron es'.os reyes con el patroci- no de inmensas aguas; así España de fuente creció á rio,
nio de, María sobre lunns africanas con tantas victorias co- de rióse convirtió en luz por la fé, que volvió á resplande-
mo pasos; conque Espaíia perdida se ganó á sí misma: cer en ella; luego gozó privilegios ó hizo el oficio desoí
recobró todos sus reinos: recuperó todas sus ciudades; y alumbrando á las partes mas remotas del mundo con los
eclipsadas por mejor luna tantas limas, volvió á resplande- resplandores de la fé, y con esto ha merecido ser como
cer con nuevos rayos el sol de la fécalólica en Espaíia, que un mar inmenso en la grandeza y dilatación de su domi-
pudo dar por bien empleada la infelicidad de perdida, por nio. También se puede comparar á aquella pequeña pie-
la dieba de recuperada con tantos favores de María. dra que derribó la estatua soñada de Nabucodonosor,
No solo ha favorecido y patrocinado María santísima á compuesta de diversos metales, y después de haber des-
España dentro de E-spafla, mas también fuera de España y hecho la estatua en polvo, se hizo un monte grande que
de Europa, dando á Portugal en Oriente y á Castilla en llenó toda la tierra; porque esta monarquía, echando por
Occidente, no sdamente nuevos reinos pero nuevos mun- el suelo las estatuas de los Idolos y reduciéndolas á ceni-
dos por medio de Colon, Cortés, Pizarro, Gama y otros f a - zas, se ha hecho tan grande que. ha llenado toda la tierra;
mosos descubridores pte nuevas provincias y gentes, po- pues no hay parle en el mundo adonde no se extienda el
niendo María tantas coronas de oro en la monarquía de Es- imperio español á la sombra de María, que como tiene en
paña, cuantas los españoles lian consagrado de fó á Jesu- toda la tierra el principado, quiere que en teda la tierra lo
cristo. En la conquista del reino de Méjico venció Cortés tengan los españoles, á quienes corTían especial amor ha
con pocos españoles innumerables bárbaros, y en la del lomado debajo de su patrocinio. Ni es menor la devoción
reino del Perú con ciento y cincuenta soldados desbarató que en otros paises se tiene á la santísima Virgen. En el
Pizarro á doscientos mil peruanos; pero no es maravilla reino de Francia Luis X l l í declaró en 10 de febrero de 1C33,
que alcanzasen estos dos capitanes tales victorias, si mere- y lo ratificó en 1637, que tomaba áMaría por protectora
cieron tener áMaría santísima de su parte, que aparecién- especial de todo el reino.
dose diversas veces acompañada de Santiago en el ejér- Mascón haber patrocinado María santísima á nuestra
cito de los españoles, arrojaba polvo á los ojos de los gen- monarquía desde sus principios, y con haber tenido esta
liles para que ciegos á sus idolatrías estando sujetos á los monarquía á María siempre por palrona reconociendo de
españoles viesen la luz de la fé, por medio do aquellos su liberalísima mano todas sus felicidades, se guardó para
qno no tanto pi eiendian sujetarlos al imperio de España, la piedad y religión de nuestro católico monarca Felipe IV
cuanto á la fé de Cristo y culto de María santísima: á lacua! íque esté en el cielo), la gloria de dar á María el patrocinio
como principa! Conquistadora erigieron mucliostemplos de las Españas con la debida solemnidad y solicitar que
estos no ménos piadosos que valerosos capitanes. En se celcbrnsecon este título: porqueconsiderando el piado-
Oriente no hay duda que descubi ió Vasco de Gama aquel sísimo rey, cuántas victorias habia consegoido el cetro de
nuevo mundo con el favor de María santísima, debido á la España en la mano de los reyes sus precedesores: cuántos
piedad y devoción del rey don Manuel de Portugal, que triunfos en la suya; y lodos porsu intercesión y patrocinio:
la escogió por patrona de todas sus empresas fuera de viendo también amenazada á España por todas partes do
Europa, y la edificó nn templo en la Harra de Lisboa, que las armas de sus contrarios, que como olas de un mar tem-
fuese como el deJano en la gentilidad, no sé si templo de pestuoso en que soplábanlos vientos de la envidia y el odio,
la guerra ó déla victoria abierto á los soldados que iban á acometían á esta gran nave para anegarla si pudiesen;
nuevas conquistas, para que pidie?en socorro á María con- queriendo agradecerá María las mercedes recibidas y em-
tra sus enemigos, y llevasen negociada la victoria cuando peñarla con el agradecimiento á nuevos favores, alcanzódo
iban á la batalla; y pagó la Virgen esta piedad y confianza la santidad de Alejandro V i l q u e se celebrase perpetua-
de! rey, dándde muchas victorias en Oriente y Mediodía. menleen España una fiesta particulará nuestra Señoracon
Pues las victorias espirituales que alcanzó aquel prodigio- título del Patrocinio, como se verá por el tenor de la Imla
so apóstol del Oriente san Francisco Javier de muchos cen- en que el papa la concede: la cual me ha parecido poner
tenares de millares de bárbaros, resucitando la féeh m u - aquí; y es como sigue.
chos reinos donde antes habia predicado, y plantándola
«Alejandro, papa VH, para pcrpelua memoria. La ex-
en otros muchos donde nunca se habia oido el nombre de
celente piedad para con Dios, y devoción para con la bea-
Cristo; ¿quién no sabe que las alcanzó con el patrocinio de
tísima Virgen María, Madre de Dios, de nuestro carísimo
María á quien tomó en París, Roma y Loréto, por patrona
hijo en Cristo Felipe, rey católico de las Españas juntas,con
de sus empresas y protectora de todas sus conquistas?
unasingular piedad para con nosotros y la sedo apostólica,
Mas no hay para qué detenernos en decir como tantos p r e -
merece que favorezcamos cuanto nos es concedido de lo
dicadores evangélicos que han salido de España para pre-
alto á sus ruegos, enderezadosá aumentarla veneración de
dicar la fé, destruir la idolatría y dilatar el reino de Cristo
la beatísima Virgen. Porque como el mismo rey Fel¡pc(se-
en las Indias orientales y occidentales, han conquistado
gunnoshizosaber) desccen gran manera para dargraciasá
tantos reinos, alcanzado tantas victorias y ganado tañías a l -
la Virgen María , Madre de Dios, por muchísimos benefi-
mas por el patrocinio deMaría; porque es claro, según en-
cios que con piadoso afecto confiesa haber recibido de su
seña la Iglesia, que María santísima es la que ha destrui-
mano, que se celebre todos los años en alguna de las do-
do en todo el inundólas herejías y desterrado los errores.
minicas de noviembre una fiesta particular, que se llame
Con tantas y tan continuadas victorias ha crecido la m o -
narquía española á la grandeza que hoy tiene desde que del Patrocinio de la bienaventurada Virgen María : Noso-
se vió rcduíidaá la estrechura de las Asturias, comoaque- tros, alabando muchísimo en el Señor el piadoso intento
la fuente del libro de Ester que pri mero se hizo rio, luego del mismo rey'Felipe, y deseando hacerle especiales f a -
vores y gracias, inclinados á sus «úplicas hechas á Nos
DIA 1 Í. NOVIEMBRE. 371)
sobre eslc [KirliouliU-, con auloridíul aposíólica, por el t e - eterno suplicio. Todas tus cosas son adnrirabies, ó Madre
nor de las presentes lelras concedemos á los amados liijos, de Dios; todas son sublimes y que exceden cu el orden de
clero secular y regular de los dichos reinos deEspaila , las demás; y por esto tu patrocinio es mayor de lo que se
que en alguna dominica dei mes de noviembre que ha de puede entender: » y concluye mas abajo : «Poderoso es
señalar el ordinario, puedan celebrar todos los años fies- tu socorro, ó Madre de Dios, para la salvación , y no ne-
la del Patrocinio de la bienaventurada siempre Virgen Ma- cesita otro intercesor para con Dios, quien te merece por
ría, con oficio de duplex., etc. Fuera de esío, para au- abogada.» San Agustín, alegado por san línenaventura,
mentar la devoción de los fieles y la salud de las almas dice: « Así como María es mas poderosa con Dios que todos
con los celestiales tesoros de la Iglesia , movidos de pia- los santos; así es mas solícita de nuestra salud que todos
dosa caridad , concedemos misericordiosamente en el Se- ellos.» Pero el mismo san Buenaventura compara á María
ñor, indulgencia plenaria y remisión de todos sus pecados con María, no sé si con mayor elocuencia ó devoción:
á todos los fieles de Cristo, asi hombres como mujeres, ^Grande fué la misericordia de María para con los misera-i
que verdaderamente penitentes, confesados y comulgados bles cuando vivia en la tierra ; pero mucho mayor es su
en este día asistieren á la misa solemne, y en olla roga- misericordia ahora que reina en el cíelo. Mayor misericor-
ren á Dios por la paz entre los príncipes cristianos , extir- dia ostenta ahora haciendo innumerables beneficios; por-
pación de las herejías y exaltación de la santa madre Igle- que ve mejor ahora las innumerables miserias de los h o m -
s i a , etc. Dada en Roma sub a m u l o piscaíom , a 28 bres: y si por el resplandor de ia primera misericordia es
de julio de 1636, en el segundo de nuestro pon ificado.» María hermosa como la luna ; por ei resplandor de la se-
gunda misericordia es elegida como el s o l : porque de la
Por la piedad de nuestros reyes, y con el jubileo de su
manera que el sol vence á la luna en la grandeza de su
santidad , se ha hecho esta fiesta una de las mas solem-
claridad ; así vence á la primera misericordia do María la
nes que se celebran á nuestra Señora en España : y p o -
grandeza de la segunda. ¿Quién os aquel á quion niega el
demos decir aquí muy á tiempo lo que dice Jorge Nico-
sol sus luces? ¿Quiénes afjuel á quien niega María sus
medicnse , autor antiguo y muy grave, en un sermun de
resplandores? El sol extiende sus rayos sóbrelos buenos
la Virgen hablando con ella; « Embaraza con tus ruegos
y los malos , sin hacer excepción de personas ; y María,
las guerras que se han movido contra tu pueblo. No ha-
sin examinar mériíos, á todos se muestra exorable: á lodos
llamos socorro mas poderoso que tu socorro. Solamente el
se ostenta clomonlisima ; y tinalmente se apiada con afec-
poder de tu Hijo es mayor que el tuyo ; pero los benefi-
to de misericordia de las miserias de Iodos.» San Ansel-
cios que recibimos de tu Hijo, por lu medio los recihi-
mo con igual elegancia divide el palmciuio entre Cristo y
mos ISien sabes que oslribaen tí toda la esperanza del
María, y quiere que aplaquemos a! Hijo con la Madre y
pueblo cristiano; haz que se frustre su esperanza y que
á la Madre con el Hijo. «Huya (dice) el reo do Dios justo
tudo le suceda con prosperidad. Ningún asilo tiene para
á la Madre piadosa do Dios misericordioso: y buya el reo
huir de los males que ie cercan, sino solamente lu inex-
de la Madre ofendida al piadoso Hijo de la benigna Madre.
pugnable socorro. Los que dominan pusieron en lí su con-
Acójase á los dos el reo de los dos í póngase entre el Hijo
fianza , y te oponen á los ejércitos enemigos en lugar de
y ta Madre. Piadoso Soñor, perdona al siervo do tu madre.
todas las armas : liénenle por escudo y loriga para su de-
Piadosa Señora , perdona ai siervo de tu Hijo. Si me p o n -
fensa : llevante sobre su cabeza por corona do su gloria:
go entre dos tan inmensas piedades , no caeré entre dos
pusiéronte por muro de su imperio ; y confiaron de tí el
tan poderosas severidades.» Amoldo Cainotense con no
cetro de su reino. Levántate, pues, en la grandeza de tu
menos propiedad nos propone una escala por donde suban
virtud á vista de tu pueblo , para que libres de su impío
al Padre eterno nuestras peticiones, para que bajen do
furor nos gocemos con universal alegría; y magnificando
ella sus beneficios. «Tiene el hombre por mediador de su
tu gloriosísimo nombre , adoremos al Padre y al Espirilu
causa al Hijo para con el Padre ; y á ia Madre para con
Santo, por los siglos de los siglos. Amen.»
el Hijo. Cristo mués Ira á su Padre el costado y las llagas
Ya que hemos tratado largamente del patrocinio de Ma- por donde derramo su sangre: María muestra á su Hijo
ría santísima en las batallas con los enemigos visibles, las entrañas en quo 1c tuvo nuevo meses, y los pechos
por ser el principa! objeto de esta festividad ; diremos a l - con que le dió leche ; y no puede haber repulsa , cuando
go brevemente del patrocinio do Mai í a , así en las bala- oran con mayor elocnencia que todas las lenguas tales
lias espirituales que cada dia tenemos con los enemigos monumentos de clemencia y tales insignias de caridad,)*
invisibles , como universuiinenle en todas nuestras nece- Oirá sin duda á su Madreo! Hijo, como dice san Bernar-
sidades , aíhcciones y trabajos ; porque en todas es María do, y oirá á su Hijo el Padre: porque si Cristo, como ar-
nuestra patrona, protectora y abogada. Y en materia tan guye Boda, oye las oraciones de los santos; ¿cuánto m e -
c datada en que la misma abundancia de lo que hay que jor oirá á su Madre cuando ruega por los pecadores? Ni
decu-, ocasiona carestía de palabras y enmudece á la l e n - hay duda, dicesan Agustin, que puede mas que todos
gua mas elocuente; quiero antes hablar con las palabras la que mereció dar á su Hijo la sangro que ofreció por
delossantos q u c c o n l a s m i a s y labrar una cadena de todos.
oro de sus sentencias , aunque sean por fuerza de inferior
metal las uniones. San Gorman, obispo de Coustaníino- Por estos y otros toslimonios de los santos que pudiéra-
p l a , dice, hablando con María : «¿Quien después de tu mos traer sin término , y por buenas razones , siente el
Hijo cuida, como tú , del género humano ? ¿Quié,, asi m¿ eximio doctor Francisco Suároz y otros teólogos, que la
defiende en nuestras aflicciones ? A Quién i n l e r m h ; así intercesión y patrocinio de María santísima no solamen-
por los pecadores ? Como tienes confianza y poder de Ma- te excede en la eficacia y poder á la de cualquier sanio y
dre para con el nije , con tus ruegos é intercesión nos ha- ángel singular, mas también á la de todos los santos, á n -
ces familiares á é l : nos alcanzas la salvación v libras del geles y justos; de manera que si fingiéramos lo que no
380 LA hKYENDA \)K ORO. W A 1 i .

puede ser, que M;irin santísima pidiera una merced á su l i a , que en el mar de a l e mundo guia á los hombres á
Hijo , y (oda la corle del cielo lo resisliera ; aleiidieríi á n - la bienaventuranza. Sun Fulgencio la llama líscala , por
les el Hijo á la petición de su Madre , que á la de lodos donde bajó Dios á los hombres , y subon los hombres á
los sanios y ángeles junios : y esto pide la dignidad de Dios. La Iglesia la llama Puerta del cielo; porque todos
Madre y la gracia y caridad de que Dios la llenó, por los que entran en el cielo , entran por María como por i n -
respeto de su dignidad. Y por esto el concilio de Basilea terirsera, si entran por el Hijo como per Redenlor. Por
nos encomienda qne entre todos los santos de ta corle cé- esto llama san BiM-nardo á María , Cuello del cuerpo mís-
]eslial,principaliiienle nos valgamos de la inlercesion déla tico de la Iglesia , de (pie es cabeza Cristo , y dice que
gloriosísima Virgen María, Madre de Dios. Pues ¿quién se- lodos los bienes quiso Dios que los recibiésemos por Ma-
rá aquel que no acuda al patrocinio de María en todas sus ría ; y san Germán afirma , que no concede el Señor don
necesidades?¿Quién, viéndose combatido de tenlaciones, ninguno á los hombres sino por María. De aquí nace decir
alligido do trabajos y cercado de tribulaciones, no acudirá Guillermo Parisiense, que no se presuma ninguno tener
al patrocinio de Min ia á pedir fortaleza para sus batallas, al Hijo propicio , si tiene ofendida á la Madre : y el sa-
alivio para sus fatigas, consuelo para sus tristezas, socor- pientísimo Idiota , que como ninguno viene al Padre si no
ro para sus necesidades y favor para con el Padre de quien le trae el Hijo ; así se puede , con su debida proporción,
es Hija, para con el Hijo de quien es Madre, y para con decir que ninguno va al Hijo , que no le lleve la interce-
el Espirilu Santo de quien es Esposa? ¿ Qué negará el Pa- sión de la Madre; y finalmente dicen lodos los santos y
dre á su Hija ? ¿ Qué negará el Hijo á su Madre? ¿ Qué doctores, que la devoción de Mai ía es serial de predesti-
negará el Esposo á su Esposa? ¿ Y que negará la santísi- nación. Dios nos haga á todos verd uleros devotos de su
ma Trinidad á María ? Quien tuviere de su parte á María, Madre, para que por medio de su devoción merezca-
no tiene nada que temer y todo lo debo esperar; porque mos entrará la vida eterna dende en su compañía alabe-
María es omnipotente en su intercesión, como dice Jorge mos á Dios ; porque la enriqueció de tantos dones, g r a -
Nicomediense , y se le ha dado toda la poleslad en el cie- cias y prerogalivas, y la hizo tan poderosa para favorecer
lo y en la tierra ,• cómo dice san Pedro Damiano; y puede á sus devotos. Amen.
todo loque quiere, como afirma san Anselmo. Corramos, Del Patrocinio de la Virgen en general, debajo del n o m -
pues, á esta santísima Virgen y Madre de Dios (como nos bre de Intercesión, hablan todos los santos y doctores que
exhorta san Crisóslomo), para conseguir nuestra felicidad tratan de la Virgen. Del Patrocinio de María en España,es-
por medio de su patrocinio: digámosla confiadamente criben depropó ilo Tamayode Salazar, el padre Juan En-
con san Juan Damasceno: Teniendo, ó Madre de Dios, fu sebio Nicremberg, y Fr. Antonio de Santa María, carme-
esperanza, seré guardado : poseyendo tu defensión, ó Pu- lita descalzo.
rísima, no temeré: antes perseguiré á mis enemigos y los SAXSKIUPIO, MÁUTIR.—Nació el glorioso mártir san Se-
haré h u i r , teniendo solo por pelo y escudo tu protección rapio, según la mas corriente opinión, en la famosa ciudad
y omnipotente socorro ; y con san Germán : O Señora, de Londres, corte del rey de Inglaterra, año de 1178. Fué
Madre de D i o s , refugio mió , vida y defensa mia , arma, su padre Rollando, llamado de Escocia , por ser casa o r i -
g l o r i a , esperanza y socorro mió , concédeme que yo ginaria de la noble y clara estirpe y familia de los Esco-
goce de tus inenarrables bienes en la celestial eterni- tos de dicho reino, y deudo muy propincuo de su rey G u i -
dad. Bien sé que tienes la omnipotencia de Dios en tu llermo. Su madre, si bien se ignora el nombre como el de
mano , que concurre con tu voluntad, porque eres Ma- su apellido, pero según se colige de lo que las mismas his-
dre del Altísimo ; y por esto me atrevo á pedirte con tan torias refieren , fué desangre nobilísima, igual y corres-
gr ande confianza ! con san Efren , diácono : Guárdame y pondiente en todo á la esclarecida de su esposo. Impusié-
deliendeme debajo de tus alas : compadécelo de mí que ronle en el bautismo por nombre Serapio, pronóstico y
estoy manchado con el lodo de este mundo ; porque no se claro indicio de que seria pió : lo que comprobó la espe-
gloríe contra mí el pernicioso Satanás , ni se levante con - riencia en las heroicas acciones que practicó su gran p i e -
tra mí el execrable enemigo. No tengo otra confianza . ó dad en todo el curso de su vida, y que desde su niñez é i n -
Virgen inviolada y mi presente auxiliadora. Todo estoy fancia cuidaron sus nobles padres con los aclos de devo-
debajo de tu protección y tutela ; y con continuas l á g r i - ción, educación y ejemplo imprimir y radicar enlre las de-
mas, ó celebérrima Madre , imploro tu favor , y vuelo al más virtudes y loables costumbres, en el corazón de su
asilo de tu misericordia: con san Anselmo: ¡O bienaven- amado y querido hijo.
turada confianza! ¡ O seguro refugio! La Madre de Dios es
Hallándose aun Serapio en los primeros ardores de su
Madre nuestra : nuestro juez es nuestro hermano : ¿ con
juvenil edad, ya manifestó los puros quilates de su católico
cuánta certidumbre debemos esperar, y cuánto consuelo
zelo : pues llegando á sus oídos los lastimosos estragos y
lemer; pues la salvación y condenación depende del ar-
raras cr ueldades que ejecutaban los bárbaros infieles en
bitrio de un tan buen hermano y de una tan buena ma-
Palestina, así en los templos de Dio?, sus ministros, alta-
dre ; y con san líasilio Seleuciense : O tiles veces santa,
res, imágenes, reliquias y demás cosas sagradas, como en
Virgen María , míranos desde el cielo con ojos propicios :
las vidas, honras y bienes de los míseros cautivos, dijo á
llévanos en paz de este mundo al trono de nuestro Juez :
su padre: Señor y padre mió, ¿ no ser ia de grande gloria
líbranos de la confusión de nuestras culpas : y haz que es-
de Dios, de que fuésemos á morir para restaurarlos san-
temos á su mano derecha.
tos lugares de Jerusalen? Y si bien procuró disuadírselo,
¿Qué mas diré , sino que lodos los sanios y doctores proponiéndole lo tierno de su edad, sus pocas fuerzas para
con una elocuencia afectuosa, y con un afecto elocuente, sufr ir las incomodidades de la guerra , y el dolor y pena
nos encarecen y encomiendan el patrocinio de María y el grande que ocasionarla á su madre el privarse de él en su
poder de su inlercesion? San Aguslin llama á María, Estrc- ausencia; oida su discreta y cristiana réplica, y para sua-
DÍA U. NOVIK M B R K . 381
viznr en algnn modo su ilosconsuelo, hubo de condescen- de quedarse en rehenes por los peligrosos cautivos, con
der á su insl;moia , ofreciéndole partir juntos , siempre y inexplicable devoción y muy especial consuelo de su espí-
cuando llegase la ocasión. ritu.
Logró esta felizmenle el santo año de 1190 pasando El olor suave y fragante de las heroicas virtudes en que
con su padre, general del ejército de ínglaterra, y su tanto resplandecía el santo, hizo que presto le destinase y
rey Ilicardo , á la Palestina. Allá asistió al sitio y rendi- ocupase la obediencia en diferentes ministerios : y si bien
ción de Tolemaida y oirás muchas plazas, venciendo y los desempeñó todos satisfaciendo enteramente á la con-
triunfando valcrosamcnle de sus enemigos ; y en la céle- fianza que de su experiencia y méritos se prometían sus
bre batalla de Assnr dió singulares muestras, no solo de prelados; pero donde parece que mas principalmente se
su heroico valor , destruyendo y poniendo en precipitada explayaron los fervorosos afectos de su amor y caridad,
fuga á un sinnúmero de sarracenos y turcos del formida- fué en el de recoger limosnas para el rescate de los cris-
ble ejército de Sitladino ; sí también de su gran piedad, tianos cautivos; pues de manera supo su gran paciencia,
consolando y socorriendo á tanto mísero cautivo, que llo- aplicación y afabilidad exponer con tal ternura á los fieles
raba allí entre aquellos bárbaros su dura esclavitud. Y ha- las miserias de aquellos pobres, que inclinándolos á pie-
biendo en estas y otras gloriosas empresas y piadosos ejer- dad y conmiseración, les socorrían con larga mano; y a u -
cicios empleado algunos afios , y muertos sus padres, de- mentándose en breve por este medio los caudales de la r e -
seoso de sacrificar su vida en obsequio de la f é , vino con dención, era ocasión de que ellas fuesen mas frecuentes y
el duque de Austria á España , sirviendo al rey don Alon- copiosas. Era mny grande su santo ejemplo , á cuya d i -
so VIH de Castilla en la guerra contra los sarracenos, quie- rección y cuidado estuvo el riego de las nuevas y tiernas
nes fueron vencidos, y valerosamente sacados de muchas plantas de la religión, y con su prudencia, vigilancia, h u -
plazas y fuertes de Castilla y Andalucía, nombrándole el mildad y mansedumbre crecieron y fructificaron tanto, que
rey Alonso, por sus relevantes virtudes y méritos , conse- dieron tan copiosos y abundantes frutos de observancia,
jero s u y o : con cuyos consejos y dictámenes se prosiguió oración y santidad , que fueron esplendor hermoso de la
h guerra, hasta quedar del todo humillado el mabomelano Iglesia, y ornamento precioso del paraíso.
poder. Volvió otra vez, á impulsos de los mismos deseos Infestaban de tal forma los mares y costas de Cataluña
de morir por Cristo, á Palestina, donde batalló con indeci- los moros de Mallorca, que no podían, sin riesgo y peligro
ble intrepidez y esfuerzo contra el ejército de Conradino, evidente de ser presos y cautivos, navegar aquellos mares
hijo del gran soldán de Kgiplo y Babilonia , capital cne- ni gozar de alguna paz en sus casas y pueblos sus habi-
'nigo de la santa fé católica. tantes : y como para remedio de estos daños, y de los
Noticioso después Serapio de la nueva guerra que cou- continuos estragos que ejecutaban los moros confi a los que
'ra moros inten'aron los reyes don Fernando de Castilla , y rendían, inclinase Dios, siempre piadoso de nuestras aflic-
don Jiiimc, t>l primero de Aragón, volvió otra vez á Kspa- ciones, el ánimo del invicto rey don Jaime á la conquista
fia J y a q u í , considerando el santo su partida de Inglater- de la isla; pasó Serapio con él á tan santa expedición, á
ra, atravesando mares, hollando tormentas, sufriendo des- la felicidad de la cual fueron sin duda gran parte las h u -
precios , padeciendo trabajos y peregrinando tantas pro- mildes súplicas y ruegos fervorosos para con Dios de Se-
vincias de la Siria , Palestina , Egipto , Alemania , Italia, rapio : el cual apenas ganada Mallorca , deseoso de p r o -
Francia y España , y entendiendo, que el preservarle en pagar y dilatar su religión en ínglaterra, Escocia é I r l a n -
tantos riesgos y peligros Dios su vida , que tan ansiosa- da, pasó á dichos reinos , padeciendo muchos trabajos é
mente habia deseado sacrificarla en obsequio déla fé y incomodidades en sus viajes; y en particular en este, en
el dejarle asimismo libre de los cuidados paternos, y de que siendo preso el navfoenque iba por un capitán pirata,
bienes y honras del mundo, era su divina volunlad ( á la fué el sianto grandemente atropellado, de manera que, ata-
cual solia estar siempre tan resignado, que en todas sus do á un palo de fornidos nudos, le azotaron sin piedad a l -
penas y desconsuelos solamente prornmpian con alegre guna : y considerándole ya difunto, fué su cuerpo impia-
semblante sus labios : Hendilo seáis. Dios ; pues os ha- menle arrojado desnudo en r.o arenal en las costas de I n -
béis dignado disponer, no tenga de qué cuidar sino es glaterra ; pero dispuso la Providencia divina, que encon-
de vos) que se retirase del siglo y entrase en alguna r e l i - trado de unos pescadores se compadeciesen de é l , y le
g i ó n : .lustrado, pues, del cielo (que le desiinaha sin duda cubriesen con una capa sus ensangrentadas carnes , y que
para que por este camino lograse el triunfo v honor mas llegando á Londres, su patria, fuese prontamente curado y
glorioso, de ser en su vida y muerte viva copia de Jcsu- asistido de hábitos religiosos.
cnsto nuestro Uedenfor) , resolvió abrazar el instituto sa- Aunque Serapio, por su rara y profunda humildad, pro-
grado ycantal.yo de redimir cautivos en el real órden de curaba encubrir los preciosos quilates del oro de su tttútha
« \ n gen san .snna de la Merced : á cuyo fin, enterado do virtud, tanto mas el Señor disponía que fuese á lodos mas
la gran santidad del glorioso san Pedro Nolasco, fundador palente : pues apenas llegado (como dijimos) á Lóndres,
ele aquella , fué a él, pidiéndole con profunda humildad el noticioso el rey de Escocia Alejandro , de su mucha san-
hábito, que vistió en la ciudad de Barcelona , con demos- lidad, envió por é l , para que procurase que un rebelde
traciones de singular alegría, y ternura grande de su cora- suyo y sus secuaces se redujesen á su obediencia y real
zón, de mam; del mismo santo patrim ea" p^só su novicia- servicio : y fué el santo tan mal recibido de estos, que h a -
do bajo la dirección del Y, P. i'r. Bernardo de Corbera biéndole rigurosamente azotado, le dijeron : Dirás á tu
grande dechado de perfección ; y concluido por Serapio el r e y , que en tus espaldas hallará la respuesta : desacato
año de su aprobación , en que fué nn señalado ejemplo de que sentido de él agriamente , Alejandro juntó numeroso
(oda virtud y edificación , hizo la profesión solemne de los ejército, y Ies persiguió hasta quedar vencidos y tomar de
(res votos de castidad, obediencia y pobreza, y el cuarto ellos la debida satisfacción y venganza; y quiso Dios parq
382 LA LEYENDA DE ORO. DIA l í .
manifestar claramenle la inocencia de Sei apio, que el ter- rigor de tantos y tan crueles (ormenlos como habia pade-
reno en qric derramó su sangre, habiendo sido antes seco cido, ni las amenazas de los que intentaba ejecutar su furor
é infecundo, quedase después milagrosamente florido, ver- con el santo, pudiesen no solo rendirle, pero ni ménos ate-
de y abundante. Escribióle san Pedro Nolasco que se res- morizar aquel animoso y valiente corazón del soldado v e -
tituyese á España, á fin de sacar del poder del demonio á terano de Cristo; por último resolvió rabioso y airado, que
muchas mujeres , cuya vida y tratos eran solamente la le fuese quitada la vida, á cuyo fin mandó sacarle á la
torpeza y sensualidad, como lo consiguió : por lo que i r r i - plaza, donde viendo Serapio la aspa ó cruz en que habia
tados fuerlemenle con él ios que vivian con ellas escanda- de morir, lleno su corazón de un inalterable gozo é inex-
losamente, le injuriaron , y diciéndole muchos baldones y plicable júbilo, rindió gracias á Dios, en debido recono-
dicterios, le abofetearon ; mas la paciencia, constancia y cimiento del singular beneficio de permitirle sacrilicar á
mansedumbre con que sufrió el santo en esta ocasión tan imitación de su sanlísimo Hijo la vida en la cruz, y excla-
afrentosos oprobios, fueron tales, que después de haberles m ó : ¡ O dulce y precioso leilo, perfecta imágen de aquel en
concedido amorosamente el perdón que por su desatención que mi amado Jesús pendió, por tí espero subir á la biena-
y delito lo pidieron, los redujo también á penitencia desús venturanza! y dichas estas palabras pasaron á atormen-
culpas, y á que sirviesen en adelante al Señor. tarle cruelísimamenlc. Desgarraron poco á poco su ya dos-
Hizo algunas redenciones , y entre estas una en Murcia figurado cuerpo con acerados garfios y peines de hierro:
con su compañero Fr. Tedio de Castellón, redimiendo no- introdujéronleagudas cañas entre carne y uñas: cortáronlo
venta y ocho cautivos, y en todas fué indecible el incendio todas las coyunturas y artículos de pies, manos, brazos,
de su ardiente caridad que mostraba con los pobres es- piernas y rodillas, añadiendo por último el riguroso tor-
mento de la rueda ó torno, con la cual á violencia de g i -
clavos que no podia redimir : pues á los que juzgaba mas
ros le sacaron las tripas, que rairaculosamente salieron
necesitados, suministraba algún socorro conque pudiesen
enteras; y después cortándole la cabeza, dió el santo su
aliviar de algún modo sus trabajos: á los que no lo eran
espíritu á su Criador, á los 14 de noviembre del año 1240;
tanto , los animaba á la tolerancia do sus penas , y á la
y antes del último aliento dijo: Señor mió, yo os suplico
conformidad en ellas en el Si'ñor, esperanzándoles la l i -
que por estos tormentos y dolores que gustoso por vuestro
bertad en otra redención; para que asi quedasen todos
amor padezco, tengáis piedad de aquellos que se hallaren
fortalecidos y constantes en la fé católica que profesaban:
afligidos de algún dolor.
y á fin de conseguir por lodos modos algún alivio á los
cautivos, impelido de la compasión y amor que les tenia, Fueron innumerables los prodigios que por intercesión
se postraba rendido á los piés de los dueños de los mismos del santo márlir obró Dios ya en su vida, como después de
esclavos ; y regándolos con sus lágrimas, procuraba con muerto. Dos niños resucitó viviendo; el uno en el navio en
palabras llenas de dulzura y caridad persuadirles alzasen que el santo pasaba ai reino de Escocia, á quien su mismo
la mano de su rigor contra los pobres y míseros esclavos, padre,irritado porun descuidoquecomelió su hijo, le habia
y que fuesen tratados mas blandamente; y era tanta la muerto: otro en Irlanda, hijo de un caballero, quien resu-
eficacia y virlud que en estas exhortaciones santas y r e n - citado, dijo delante de todo el concurso: Una Scílora ves-
dimientos humildes infundía Dios en Serapio , que redujo tida de blanco con corona de oro en la cabeza y una i n -
aquellos corazones obstinados de los moros á que fuesen signia en el pecho, al modo que trae Serapio, me ha man-
mas compasivos, y no tan duros é inhumanos con los m í - dado volviese al mundo.
seros esclavos , logrando estos así quedar en gran parte De los milagros después de su muerto son irrefragables
consolados. testigos los muebos votos, tablones, mortajas, cuerpos e n -
Otra redención hizo Serapio en Argel con Fr. Berengario teros, piernas, cabezas, brazos, pechos, corazones, vion-
de Bañeres, en la cual el glorioso san Ramón Nonato, del ires de cera y de plata, como también báculos, muletas y
mismo real órden, á quien comunicaba y profesaba Sera- otros que á sus altares han ofrecido los fieles, que por la
pio muy estrecha amistad, le anunció al tiempo de parlir intercesión eíicaz del santo consiguieron remedio do sus
su feliz y deseado martirio. Siendo en ella los redimidos males y lograron consuelo en sus aflicciones, siendo s i n -
ochenta y siete: y no pudiéndose redimir por falla de d i - gular su patrocinio á cuantos le invocan y se valen de aquel
nero á algunos cautivos puestos en evidente peligro de para todo género de dolores.
renegar, ni pudiendo tolerar el inextinguible fuego de su En vista de cuyos prodigios y por muchos siglos conti-
ardiente caridad que ardía en su magnánimo pecho, de que nuada veneración de los santos fieles al santo, de las decla-
aquellas pobrecitas almas, redimidas con el infinito precio raciones y sentencias dadas y promulgadas por los ordina-
de la sangre preciosísima del Salvador, fuesen torpe pasto rios de Gerona y Barcelona sobre su culto inmemorial, año
y víctima á aquellos insolentes bárbaros, discurrió y prac- de 1718, y de las piadosas súplicas del católico monarca
ticó su grande amor el arbitrio y medio de quedarse en r e - de las Españas Felipe V (que de Dios goce), ruegos repe-
henes por ellas; y aquí fué donde enardecido del zelo de la lidos de diferentes eminentísimos cardenales, instanci.is
honra y gloria de Dios, y del bien y salvación de aquellos continuas de los arzobispos y obispos de España, y peti-
infieles, se opuso públicamente á su falsa y abominable ciones humildes de toda la religión mercenaria; la santidad
seda de Mahoma : por lo que por mandato del bárbaro y de Benedicto, papa X1H, con su bula , dada en Boma á
Urano rey de Argel fué preso y puesto en una hedionda y los 14 de abril de 1 1 2 S , se dignó aprobar y confirmar d i -
obscura mazmorra , azotado con una crueldad inaudita, y chas sentencias, y declaró el referido culto inmemorial del
con la misma, atado de piés, apaleado en el vientre, e n - santo. Quiera su divina Majestad que por los méritos pode-
tregado después su llagado cuerpo á una dura y pesada rosos de este invicto y glorioso mártir san Serapio, consi-
cadena, manteniéndole con solo pan de peno y salvado; gamos paciencia en los trabajos y adversidades de este
y viendo el rey la invicta constancia de Serapio, que ni el mundo, conformándonos en todo con la divina voluntad:
DIA 14. NOVIEMBRE. 383
que seamos piadosos y caritativos con los pobres cautivos santas Escrituras á los ingleses, y de su escuela salieron
nislianos: que perseveremos constantes en la fé que pro- una porción de santos que dieron en lo sucesivo gloria á
fesamos: que celemos la gloria do Dios deseando la con- la Iglesia de la Gran Rrelaña. En un sínodo celebrado el
versión de los inQelcs: despreciemos lo caduco y aspire- año 446, san Germán le consagró obispo de LandafT, y
mos á lo eterno; y que imitando en lodo sus heroicas v i r - después fué trasladado á la silla arzobispal de Caerleon, el
tudes, consigamos la divina gracia y participemos de la año 495. En 312 renunció su episcopado y se retiró á un
bienaventuranza de su gloria. desierto, en la isla de Bardsey ó de Euly, donde murió
Celébrase su Gesta á los 14 de noviembre, dia en que poco después y fué enterrado.
otro san Serapio, después de corladas las junturas de su SAN LOHESZO, OBISPO T CONFESOR.—Fué hijo de un p r í n -
cuerpo, murió precipitado de lo mas alto de su casa: mar- cipe de Irlanda. Su nacimiento proporcionó á su ilustre
tirio en parte semejante al referido do san Serapio, mer- padre la reconciliación con otro príncipe vecino suyo, c i r -
cenario, quien, á diferencia del olro san Serapio, murió cunstancia con que quiso anunciar el cielo la glor ia futura
en cruz, semejante á la del apóstol san Andrés. de aquel nifio. Cuando tuvo Lorenzo doce años, abrazó el
Tratan la vida de este glorioso mártir, á mas de los m u - estado eclesiáslico, y á los veinte y cinco le nombraron
chos autores de su sagrada religión y crónicas de ella, abad del monasterio de Glendenoch. Gobernó su comuni-
el P. Hipólito Marraccio, de los clérigos regulares d é l a dad con una virtud y una sabiduría admirables, y durante
Madre Dios, en la vida de san Ramón Nonato; Dr. Juan los estragos de un hambre que duró cuatro meses, Lorenzo
Tamayo do Salazar, M Amamensi sanctorum hispanorum; fué, como otro José, el salvador del pais por su inmensa
Estélian de Gorbera, en la Vida de sania María de Socós; caridad. Dios, sin embargo, quiso que la virtud de su sier-
el Dr. Silvestre Marcelo, en el Mar Océano de las religio- vo fuese probada en el crisol de la tribulación. Algunos
nes; el Dr. Jorge José Eggs, en la Historia de los carde- malos religiosos, á quienes incomodaba la regularidad do
nales; el P. Francisco García, déla Compañía de Jesús, en disciplina, emplearon la calumnia para manchar la repu-
la Vida de san Ramón Nonato, y el P. Juan Rolando, de la tación de Lorenzo, cuya bondad y paciencia triunfaron de
misma Compañía, en los Actos de los sanios. sus enemigos. A la edad de treinta años fué elegido arzo-
* Los SANTOS CLEMENTINO , TEODOUO Y FILOMENO , MÁRTI- bispo de Dublin : en su largo pontificado tuvo tiempo para
RES.—Según nos dice Boda, durante la persecución de desplegar su infatigable celo por la reforma de la disci-
Aureliano sufrieron el martirio en Heraclea de Tracia. plina eclesiástica y las costumbres públicas. Distinguióse
sobre todo por una prudencia consumada y una caridad
SAN SEKAPIO, MÁRTIK.—Fué de Alejandría, y en la mis-
sin límites. Lbs pobres le buscaban como á su padre, y en
ma ciudad murió martirizado el afio 252, reinando el e m -
la horrorosa hambre de tres años que asoló la Irlanda,
p e n d o r Dccio. Después de haberle descoyuntado todas
mostró el venerable pastor que su caridad no tenia limites.
las partes de su cuerpo, lo magullaron precipitándole de
Los pontífices, los reyes y todas las personas constituidas
'o alio de su casa, y de este modo I» hicieron mártir de
en dignidad buscaban su consejo, y hasta los padres del
J esucristo.
onceno concilio general celebrado en Letran el año 1179,
SANTA VENERANDA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—Nació en Francia
al cual asistió nuestro santo, le tributaron los mayores elo-
de padres estériles, que en "su vejez la consiguieron como
gios por su sabiduría y su celo. El Señor le concedió el
fruto de sus oraciones. Inclináronla á la piedad, y ella,
don de milagros, de modo que en la bula do su canoniza-
que era de buena condición y de espirilu dispuesto á la
ción se enumeran siete muertos resucitados. Su vida fué
virtud, se entregó enteramenteá Dios, é hizo voto de per-
siempre acompañada de bendiciones, y su muerte, suce-
petua castidad. Cumpliólo fielmente, dedicándose á las
dida el año 1181, fué también gloriosa en el Señor.
obras de misericordia, hasta que en tiempo del empera-
dor Antonino recibió la doble corona de la virginidad y SAN VENERANDO, MÁRTIR.—Floreció en Troyes de Fran-
del martirio, siendo degollada por órden del gobernador cia en tiempo del emperador Aureliano. Después de un
Asclepíadcs. glorioso martirio, acabó su vida degollado ra la misma
SAN IPAGIO, OBISPO Y MÁRTIR.—Floreció en el gobierno de ciudad, el año 272.
la Iglesia de Gangra en Paflagonia con el brillo de las mas LA CONMEMORACIÓN DE MUCHAS SANTAS MÁRTIRES. —Eran
preciosas virtudes. Asistió al concilio general de Nicea, y unas piadosas mujeres de la ciudad de Edesa, que por or-
r n esta asamblea mostró lanío celo por la pureza de la doc- den del cruel capitán de los árabes llamado Mady, fueron
trina católica, que cuando so volvía á su diócesis, lo es- cruelmente atormentadas porque no quisioron adorar á
peraron en una emboscada, y habiéndose apoderado de Mahoma, y murieron al tm degolladas el año 773 de Je-
el, le atormentaron hasta hacerle morir mártir. Su muerte sucristo. Los fieles recogieron sus reliquias y les die-
sucedió, pues, por los aflos 326 ó 327. ron sepultura, y con su contacto se obraron muchas m a -
SAN SAES, ABAD.-Convirtióse á la religión cristiana á ravillas.
vista de unos mongos franceses qUe fu6ron á Irlanda SAN JOCUNDO, OBISPO T CONFESOR.—Según Fcrrario en su
á practicar algunas obras de caridad. Saes vino con Catálogo de los santos de Italia, fué el décimo obispo de
ellos á Francia y tomó el bábilo en el monasterio de J u - Rolonia; cuya Iglesia hizo florecer en pureza de disciplina
mieges. Llegó á ser el modelo de todos aquellos santos so- y santidad de costumbres. De todas las virtudes fué el
litarios, y en 611 fué nombrado primer abad de un nuevo venerable pastor predicador y modelo, y murió en la paz
monasterio que se fundó, y cu el cual acabó santamente de Dios, en su misma ciudad episcopal, el año 48S.
sus días el a fio C89.
SANTA TRAHAMUNDA, VÍRGEN.—En el tiempo que Córdoba
SAN DÜBRICIO, OBISPO T CONFESOR.—Nació en el princi- estaba dominadade los moros, fué llevada cautiva á aque-
pado ó pais de Gales. Dedicó su juventud al estudio de las lla ciudad una doncella de Galicia, llamada Trahamunda,
cisneias sagradas, y después explicó por algunos años las criada en las cercanías de Pontevedra, y según parece,
384 LA LEYENDA DE ORO DIA 15.
religiosa del monasterio ele Saa Marlin, qne estaba junio vido contra ellos. Vino á oídos del prefecto Sisinio los ofi-
á esta villa. Llevaba con ánimo igual y pacífico los traba- cios que san Eugenio hacia: .y juzgando que era otro Dio-
jos de la esclavitud: desconsolábala únicamente el vivir nisio, á quien él habia martirizado, y el pilar y arrimo de
entre gente enemiga de Jesucristo, y sus ruegos eran de todos los cristianos de aquella provincia, y enemigo capi-
continuo para suplicar al Señor la restituyese algún dia á tal de su religión y de su imperio, dió órden á un capitán
la santa compañía de sus hermanas, para poderle alabar y suyo, que con su gente armada se viese con san Eugenio,
ensalzar en medio de aquel coro de vírgenes. Su súplica y le preguntase qué Dios adoraba, y si seguía el bando de
fué oida : un dia tuvo un éxtasis muy largo, y al volveren los cristianos ó de los gentiles. Hízolo así el capitán: y
si se halló restituida á su monasterio, donde llena de gozo aunque al principio, por sus venerables canas y gravo p r o -
dió gracias á Dios, y continuó viviendo santamente y sencia, le trató con algún reípelo y reverencia; pero
obrando muchos milagros hasla su dichosa muerte, acae- después que le hahló y entendió de él que era'cristianu y
cida por los últimos años del siglo X. El monasterio citado que estaba aparejado para dar mil vidas que tuviera por
era de la orden de San Benito. Véase Yepes, tomo, v ¡ y Jesucristo, mandó á sus soldados que le acometiesen y
Florez, tom. xix. matasen. Diciérook) asi; y con esto el santo prelado dió
su alma al Señor á los l o de noviembre, cerca de los años
de Cristo de 1 2 0 ; porque san Dionisio á quien él venia á
DÍA 15.
buscar, murió al principio del imperio de Adriano, que
SAN ELGEMO, ARZOBISPO Y MÁRTIR.—El primero que sa- fué el año de 119, como lo dijimos en su vida.
bemos haber traido la luz del santo Evangelio á la nobilí- Estaba allí cerca, donde le martirizaron, un lago, que so
sima ciudad de Toledo, y esclarecido con los primeros llamaba Marcasio, en donde echaron los paganos el sajíi a -
resplandores de la doctrina de Cristo, y fundado en ella la do cuerpo de san Eugenio, para que no fuese reverenciado
Iglesia y silla arzobispal, fué san Eugenio, mártir, primer délos cristianos. Allí es!uvo muchos años sin saberse dónde
arzobispo de este nombre, el cual, siendo discípulo de san estaba; porque como la persecución de Sisinio duraha, y
Dionisio Areopagita, id tiempo que su santo maestro iba era tan atroz al principio, no se atrevieron los cristianos á
(por orden de san Clemente, papa) á predicar á Francia, buscar el cuerpo del sdrilo y sacarle del lago, y después
fué de él enviado á España, para cultivarla y sembcir en fuese poco á poco perdiendo la memoria; hasta que ha-
ella la semilla del cielo. Hízolo así san Eugenio: vino á Es- biendo cesado las tempestades y persecuciones de los tira-
paña y entró hasta las partes mas mcdilerráneas y apar- nos, y serenádose el ciclo y dado Dios bonanza y paz á
tadas del mar, é hizo su asiento, como en el centro y co- su Iglesia, el Señor fué servido de descubrir el tesoro que
razón de toda España, en la ciudad de Toledo. estaba en el lago escondido, por una revelación que hizo á
Comenzó luego á esparcir los rayos de la luz que traia un hombre principal y rico, llamado Hercoldo, de esta ma-
consigo, y á domesticar y amansar los corazones de los nera. Estaba Hercoldo enfermo y muy fatigado de los
gentiles é idólatras, que vivían á guisa de unas fieras bra- ojos, vivia en una villa que se llamaba M a r c e o , y por
vas y como gente ciega y sepultada en la sombra de la estar cerca, daba nombro al lago donde habia sido echado
muerte y en las tinieblas de sus vicios. Confirmaba lo que elcuerpodesan Eugenio. Una noche durmiendo Hercoldo,
enseñaba con muchos milagros y no menos con sus a d - se le apareció san Dionisio en figura de viejo venerable y
mirables costumbres y vida santísima. Convirtiéronse m u - de grande autoridad, y con el rostro blando y sereno, lo
dijo: Levántate, hermano Hercoldo, libre de tu n i f u r m e -
chos toledanos á la fé de d isto y recibieron el bautismo;
dad, y en el lago que está aquí cerca busca el cuerpo de
y el santo pastor tenia cuidado de enseñar y apacentar su
nuestro hermano y condiscípulo Eugenio, y dale sepul-
rebaño con los pastos de vida, y airar á él nuevas ovejas
tura con grande honra y reverencia; porque Dios lia de
y hacer de lobos corderos. Habiendo, pues, estado algunos
hacer grandes mercedes á este pueblo por sus mereci-
años ocupado en este santo ministerio, con deseo (á lo que
mientos é intercesión. Despertó Ilorcoldo, y hallóse sano
se puede creer) de llevar adelante y acrecentar la obra
y muy alegre con la nueva sanidad y con la nueva
del Señor, conferir con su maestro san Dionisio lo que ha-
revelación de Dios. Fué al lago: sacó el cuerpo tan fresco
bla hecho, y tomar órden y consejo para lo que quedaba
y tan sin corrupción ni fealdad alguna, como si en el
por hacer; dejando bastante recaudo en la Iglesia de T o -
mismo dia hubiera sido martirizado: mandóle poner en
ledo, so partió para Francia en busca de su bienaventura-
una arca nueva, bien aderezada; y con cánticos é himnos
do maestro, y llegando á un lugar cerca de París, llamado
y alabanzas en una heredad suya, que estaba allí cerca,
Diolo, supo que san Dionisio habia ya dejado este valle de
le dió sepultura ¡ donde se labró una iglesia, á la cual
lágrimas, y por el martirio subido á gozar de Dios á las
concurrían de muchas partes los fieles, y Dios por los m é -
inoradas eternas.
ritos del santo hizo muchos milagros. Allí estuvo muchos
Y aunque tuvo pena por la falta que la ausencia de tan
años el santo cuerpo, hasta que los normandos entraron
buen maestro le hacia, todavía se alegró en gran manera
en Francia, y con guerras, robos é incendios hicieron
de su b i e n : y movido con su ejemplo y confiado en sus grande estrago en ella; y los de Diolo, para asegurar
oraciones, determinó proseguir aun con mas fervor la l a - aquel precioso tesoro, le llevaron á depositaren el monas-
bor que san Dionisio habia comenzado, y el tiempo que terio de San Dionisio, que está cerca de París, por ser l u -
allí estuviese, emplearle todo en amplificar la gloria do gar mas fuerte y seguro. Después, dicen que andando
Dios verdadero y librarlas almas de los paganos del c a u - el tiempo, y viéndose ya libres del temor y peligro de los
tiverio de Satanás, y animar y confortar á los que ya eran normandos, los vecinos de Diolo volvieron por el cuerpo
cristianos, para que fuesen constantes en la fé, sin temor santo, para llevarle y restituirle á su iglesia, donde ántes
ni espanto de la cruel persecución que Fescenio Sisinio, estaba: mas no le pudieron levantar; porque por divina
prefecto del emperador romano en aquel reino, había m o -
DÍA 15. K0V1! MBIUÍ. 385
voluntad se hizo lan pesado, qno con ninguna fuerza p u - á su antiguo pastor y su santo prelado. Pero aunque hnlio
dieron mover el arca en que eslaba. Con esle milagro se muchas cosas señaladas en aquel recibimiento, la mas i n -
parlieron los de Diolo á sus casas muy Irisles, dejando el sigue fué ver al católico rey don Felipe y al príncipe don
cuerpo de san Eugenio en una capilla de la iglesia de San Carlos, su hijo, y los archiduques de Austria, Roduifo (que,
Dionisio, donde también resplandeció con muchos mila- después fué emperador), y Ernesto, su hermano, ó Ir
gros y fué frecuentado por los fieles, que con gran d e - del emperador Maximiliano, I I do este nombre, y soh
voción venian á encomendarse á él. Después san Gerardo, del mismo rey don Felipe, llevar sobro sus hombros el ÍÜ-
abad y fundador del monasterio de Rronio, llevó de aquí ca en que iba el cuerpo do su santo pontífice; porque, ¿ D
una reliquia de san Eugenio, y la puso en su nuevo mo- carro triunfal so puedo igualar con los hombros del re\ tea
nasterio, y por medio de ella hizo Dios muchos milagros, grande, tan poderoso y monarca de tan gran parte del
y dió salud á muchos enfermos que estaban afligidos de mun lo? El cual, reconociendo (por su piedad ) la ventaja
varias enfermedades. Sucedió después, que siendo arzo- . que hace la gracia y gloria que du Dios á sus santos, á
bispo de Toledo don Ramón, sucesor de don Bernardo, y toda la majestad é imperio de la tierra, se humilló y pos-
rey de España don Alonso el V i l , que se llamó empera- tró á los huesos y cenizas de san Eugenio, reverenciando
dor, el papa Eugenio, I I I de este nombre, mandó celebrar á Dios en su siervo, á Cristo en su miembro, al Espíritu
un concilio general en Rheims, ciudad de Francia: fué á Santo en su templo, y venerando aquel cuerpo que habia
él don Ramón, y pasando por San Dionisio y visitando sido fiel corapañero é instrumento de su bendita alma, para
aquella iglesia, leyó en la capilla de nuestro santo un tí- tanta gloria del que la crió. Colocóse el cuerpo de san E u -
tulo quedecia: Aquí yace san Eugenio, mártir, primer genio en una capilla debajo del altar mayor de la santa
obispo de Toledo. Quedó admirado de aquel título; porque iglesia, donde está y es reverenciado con gran devoción y
en España con la destrucción de los moros no habia m e - concurso de toda la ciudad. De san Eugenio escriben los
moria ni noticia de tal cosa : é informándose muy en par- Martirologios romano, do üsuardo y Adon, y el breviario
ticular de torio lo que se sabia en aquel convento y en Toledano: y en un concilio leodionso se mandó que la his-
otras partes de esle santo, halló la inlormaciou é historia toria do este santo se leyese en la Iglesia.
que arriba queda referida. Acabado el concilio, volvió el LOS SANTOS SVMONA , CURIA V AlHBO, MÁRTIRES.— En
arzobispo don Ramón á España: dió cuenta al rey don aquella terrible tempestad y espantosa persecución que el
Alonso de lo que en el monasterio de San Dionisio habia emperador Diocleciano movió conlra los crisíianos, murie -
hallado y visto; y suplicóle que procurase haber alguna ron en Edesa por la fó del Señor los santos mártires (iuria
reliquia de san Eugenio, para que en la Iglesia do Toledo y Samona: los cuales hablan nacido en dos aldeas allí cer-
se celebrase su memoria, y fuese^honrado y reverenciado ca, y se hablan criado en la misma ciudad de Edesa, y por
de todos los vecinos y moradores de aquella ciudad, el que atender mas á Dios y darse á la oración y contemplación,
habia sido su primer pastor y prelado, y alumbrádola con apartados del bullicio y ruido de la gente, con grande r e -
los rayos de la religión católica y - luz'del cielo. IIízolo el cogimiento y ejemplo de santidad vivían en el campo. T u -
rey don Alonso con gran voluntad, y (uvo buena ocasión vo el presidente Antonio noticia de su religión, y que na
para hacerlo; porque en aquella sazón vino á España á solamente ellos eran cristianos, sino que muchos otros Fo
visitar el cuerpo de Santiago el rey do Francia Luis VH, eran por su persuasión : mandólos prender y echar en la
que ora yerno del rey don Alonso, y llegó á Toledo, donde cárcel: tuvo con ellos grandes razonamientos, procurando
el rey, su suegro, lo hizo grandes tiestas, y después le con maña y artificio inducirlos á que negasen á JesacrMo
pidió con grande instancia que le enviase alguna parto mieslro Salvador y adorasená sus falsos dioses: y viendo
del cuerpo de san Eugenio, que estaba en el monasterio de que perdia tiempo, mandóles atormentar cruelmente, y
San Dionisio, para la santa Iglesia de Toledo; y el rey de primcríimente que alasen á cada uno de los dos santos de
Francia le envió el brazo derecho de san Eugenio, el cual una m ino en un madero, y que les echasen á los piés una
füé recibido con grandísima solemnidad en Toledo, lleván- piedra de gran peso, para que tirase el cuerpo abajo y les
dolo el mismo rey don Alonso y sus hijos con singular de- descoyuntase. Cinco horas estuvieron los santos mártires
voción y humildad sobre sus hombros; y dándole como en el horrible tormento con tan admirable constancia, que
un don preciosísimo á la sania Iglesia de Toledo, donde no se les oyó voz, ni gemido, ni suspiro, mas que si
hoy se guarda en el sagrario. Fué esta traslación del brazo aquellos cuerpos no fueran suyos ni ellos de carne. Des-
en el ano del Señor de í 1 56 á los 11 de febrero. Pero ofra pués los tuvieron en un oscuro y penoso calabozo muchos
traslación mas insigne se hizo de la iglesia de San Dionisio dias, y algunos sin comer; y traídos de nuevo á su t r i b u -
á la misma ciudad de Toledo en el año 1883, en I 8 d e nal, mandó el presidente que á Samona (que era mas me-
noviembre, siendo rey de España don Felipe, I I de osle zo y mas robusto) le colgasen de un pié, y que sobre el
nombre, ei cual pidió al rey Carlos de Francia I \ su c u - otro pié lo echasen una pesa de hierro pesadísima, para
ñado, y á la rema doña Catalina, su madre (en cuya tutela desmembrarle y hacerle pedazos. De esta manera estu-
estaba el rey por su pequeña edad), el cuerpo de san vo el valeroso soldado de Cristo tres horas colgado, ala -
Eugenio; y ellos le entregaron benignamente á don i v d r o bando al Señor por la merced que lo hacia; y fué tan
Manrique, hijo del adelantado de Castilla (que á la sazón atroz aquel lormonfo que se lo desencajó el hueso de la
era canónigo de la santa Iglesia de Toledo, y después fué piorna de su encaje, y quedó cojo Samona. Otra voz
religioso de la Compañía de Jesús), á quien la misma [ate- los volvieron á la cárcel, y de nuevo íuoron presenta-
sta habia enviado á Francia por él. Fué recibido en la c i u - dos delante del presidente: y él los tentó y procuró
dad de Toledo con extraordinaria pompa, triunfo y rogo- ablandar y engañar; mas cuando los vió fuertes como una
cijo, esmerándose toda ella y la santa Iglesia en luu or roca , y q«e hacian burla do sus palabras, dió sentencia
nuevas invenciones y fiestas para recibir, hgurar y venerar de muerte «mira ellos: k cual los santos recibieron con
TOMO H l .
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38G LÁ LEYENDA DE ORO. DIA 15.
Mbafrable g zo y alearte de sus almas, á los 15 dé no- como sino hubiera Dios, ó el Señor no galardonara ó casti-
\mm\xe en que les fueron cortadas las cabezas , impe- gara nuestras obras, sin empacho ni temor ninguno res-
i-audo Dioclcciano. Después andanclo el licnipo en la misma pondió: De vuestras manos,ó santos gloriosos, recibo esta
ciudad do Ldeso, siendo Licinio emperador de Oriente, mujer, y á vosotios os doy por fiadores á su madre, y
|ué'presoOBsanto diácono, llamado Abibo, que era de prometo que la regalaié y daré lo que quisiere á medida
ki misma patria que los sobredichos mártires Guria y Sa- de su corazón muy enteramente , y añadió muchos j u r a -
mona: y sabiendo que el presidente Lisias le buscaba, él men!os y maldiciones sobre sí si no los cumpliese. Enton-
mismo se manifestó y presentó; y teniéndolo por dema- ces la madre , volviéndose á los santos, les d i j o : A voso-
siado atrevimiento y por afrenta suya , él inicuo juez lo tros, ó santos benditos, que derramasteis vuestra sangro
mandó extender en un madero tan reciamente, que fué por Cristo, encomiendo mi hija , después de Dios, y por
maravilla no hacerse pedazos los brazrs; y después con vuestra mano á este hombre mi yerno. Con esto se des-
peines de-hierro abrirle las entrañas. Como tan atroces pidieron con muchas lágrimas madre é h i j a , y el godo
penas no hiciesen mella en aquel pecho sagrado y mas con su mujer preñada se puso en camino : mas cuando
fuerte que el acero y que el diamante, mandó que á fuego llegó cerca de su tierra, el hombre bárbaro le quitó las
lento ic quemasen para que !a muerte fuese tanto mas do- joyas y vestidos ricos que llevaba, y la vistió pobre y v i l -
lorosa , cuanto mas prolija; y con este género de martirio mente , y la dijo : Yo tengo mujer é hijos , y tú no has
dió Abibo su espíritu al Señor, y fué sepultado su cuerpo de decir que eres mi mujer sino que eres mi esclava, y
donde estaban los cuerpos de los otros dos. líi martirio de has de servir como tal á la mujer que tengo en casa; por-
estos valerosos caballeros y santos mártires de Jesucristo que si dices ó haces otra cosa yo te atravesaré esta es-
escribió Metafiasle, y Arete, arzobispo de-Cesarea, hizo pada por el cuerpo , y morirás & mis manos. ¿Qué sen-
una oración en su alabanza , y d I V T r . Lorenzo Surio los liria aquella triste moza viéndose apartada de su madre y
pono en su sexto tomo. Elimo y el otro autor refieren un de sus deudos y conocidos', y tan léjos de su fierra y en
milagro que quiero yo escribir a q u í , porque de él pode- manos de un hombre fiero que la habia engañado, y con
mos sacar la reverencia que se debe á los santos, y lo nombre do legítima mujer la trataba como á cautiva y
que Dios los eslima y obra por ellos: y que aunque disi- esclava ? No tuvo otro remedio sino hacer de ta necesidad
mula.y eaila y perece que duerme, permitiendo que a l - virtud j y volverse á Dios y á los santos mártires , y con
gunos pecadores-suelten la rienda á sus apetitos y corran muchas y afectuosas lágrimas pedirles socorro, y acor-
&iu freno y-se enlreguen á la maldad; al cabo los alcanza darles que habían sido sus fiadores, y que por su mano
y castiga sin que se puedan escaparle sus manos. Dicen, su madre la habia entregado á aquel bárbaro. Entró en
pues estos autores, que habiendo venido sobro la ciudad casa del godo é hizo reverencia á la señora: la cual viendo
de Edesa los hunos, gente feroz y bárbara, y siliádoía con: una moza tan hermosa, luego sospechó lo que era y pre-
un cerco apretado, el emperador romano envió, gente de guntó al marido ¿quién era aquella mujer? Y él respondió
guerra para que la defendiesen. Entre los otros soldados que una esclava que habia cautivado en la guerra. Nó
vino un godo (ahora sea que é! so llamaba por este nom- (dijo ella) no es este rostro ni talle de esclava. Sí es (dijo
b r e , ahora porque era godo de . nación): este posó en é l ) , y como de esclava le puedes servir do ella. Así lo
Edesa en casa de una viuda honrada, que tenia una hija hizo la mujer: y como tenia zelos de su marido, mirp.ba
por extremo hermosa , honesta y recogida, la cual por con males ojos á la esclava : tratábala m a l , -y cargábala
nuicho que h u i a e l ser vista de los hombres, no pudo ex- de trabajos pesados cuanto podía ; y aun no la queria ver
cusarse tanto, que un dia no fuese vista del godo, que ni hablar; tanto era el odio y aborrecimiento que la t e -
posaba (cómoda dijimos) en su casa , y él se enamoró n i a : el cual crecía mas cuando echó de ver que estaba
tanto de su belleza que se determinó por cualquiera via preñada , y procuró afligirla y fatigarla , de suerte, que
haberla. Pidióla per mujer á su madre con gran sumisión muriese la criatura; pero no pudo, porque Diosla guar-
y comedimiento: y "habiendo sido desechado muchas vo- d ó ; llegó el tiempo del parto, y parió un hijo tan pareoido
ces de ella, tanto la importunó con sus palabras humildes, á su pa-dre el godo, que era un vivo retrato suyo. Esto
con ricos dones y largas promesas, que la pobre madre encendió mas la ira de la mujer, y se acabó de persuadir
se rindió J prometió darle á su hija por m u j e r , habiendo que aquel hijo era de su marido , y aquella esclava era su
aquel hombre bárbaro primero jurado que no tenia mujer amiga. Determinó vengarse de él y de ella : y un dia con
ni hijos, como algunos decían. Dízose el casamiento: con- color de no sé qué negocio envió á la madre léjos deeasa,
cibió del godo la b i j a ; é idos los hunos sin tomar la c i u - y dió rcjalgar á! niño. Volvió la triste madre, y halló á
dad y acabada aquella guerra,el godo quiso volverse A su su hijo muerto: y aunque no lo-sabia cierto, barruntó lo
tierra y llevar consigo á su mujer preñada; pero la triste que era, y sospechó que su señora le había muerto, y tenia
madre que sentia mucho el apartarse de su hija, y <pje1á indicios do ello; porque la boquita del niño estaba llena
llevase un hombre extraño y no conocido á Irjas tierras, del tósigo que le habían dado. Limpiósela la madre cen
no consintió que se partiesen hasta que llevó al godo y í» un lienzo: y para certificarse si era verdad lo que sospe-
su hija delante del altar donde estaban sepultados los sa- chaba , un dia que comía su señora con su marido y otros
grados cuerpos de estos gloriosos tres mártires, y dijo al deudos suyos, con aquel lienzo con que habia limpiado la
godo: No te entregaré á mi hija sino pones las manos so- boca de su hijo refregó la copa que habia de beber su se-
bre esta arca en que están las reliquias de estos mártires ñora. Bebió y murió ; y de esta manera pagó la muerte del
de Cristo, y no me los das por fiadores, y me juras y p r o - nirio. Enterráronla con gran solemnidad y sentimiento de
metes de no maltratar á mi h i j a , sino de regatarla y t r a - su marido y deudos, llorando amargamente aquella muerte
Uu-la bien; y el godo con el deseo lan encendido de gozar lan súbita y repentina: mas pasados siete días después
de aquella mujer, olvidado de sí y de su conciencia, del entierro, enjutas ya las lágrimas (pero estando aun
DIA 15. NOMIiMIíRR. 3S7
vivo y en su fuerza el dolor) , entendiendo los dondoí de geníe alabó al Señor por haber librado con un raro y pro-
Ja imtjer la causa de su muerte, tomaron á la pobre es- digioso milagro aquella pobre mujer per iníercesion de
clava y encerráronla en la misma bóveda en que babian los santos mártires,á los cuales cobraron mayor devoción,
sepultado á la seílora , para que allí muriese y fuese e n - y entendieron la reverencia, devoción y respeto que se
terrada viva con la muerta, y pusieron una gran losa en- debe á los santos y amigos de Dios, y con cuánla seguri-
cima y guardas á la puerta para mas seguridiíd. ¡O Se- dad y confianza podemos acudirá ellos en todós nuestros
ñor, cómo probáis á los vnesli os y cómo dejais caer en los trabajos y angustias. Hacen mención de estos santos már-
abismos á los hombres para que sacándolos de ellos seáis tires, á mas de ios autores arriba alegados, que escriben
mas giot ificado ! En entrando la infeü?, esclava en aquella su martirio, los griegos en su Menologio , y el Martirolo-
sepultura, sintió un olor tan malo y pcslilentc que salla gio romano á los 15 de noviembre, y el cardenal Baronio
del cuerpo de su seiíora,que fal!ó poco que.no espirase en las anotaciones sobre aquel lugar.
allí luego; pero confortada de Dios cobró ánimo, y con SAN LEOPOLDO, CONFESOS.—Leopoldo, llamado por su
las lágrimas y ternura que se puede pensar, le suplicó gran piedad el Pió, marqués VI de Atísltin , fué hijo d *
que por los merecimientos de aquellos sanios márlii cs la Leopoldo el Hermoso, asimismo marqués de Austria,
ayudase, y á los mismos márlires que no la desampara- príncipe clarísimo y de grande estado y poder. Desdo
sen , pues liada de su amparo y palrccinio, se babia e n - niño parece que con la leche mamaba-¡a piedrrd y devo-
tregado á aquel hombre báibaro, y se veia en aquella ción ; y cuanto mas iba creciendo en edad, mas iban c r e -
angustia sin esperanza alguna de remedio. Haciendo ora- ciendo estas vil ludes en él. Era muy compuesto, muy
ción vió á los tres santos mártires vestidos de una claridad honeslo, suave y grave, apacible en sus costumbres , y
admirable; y al mismo punto despedido el mal olor, s i n - retirado de toda vanidad; de manera que siendo mozo no
tió una fragancia del cielo, y oyó una voz que la dijo: ATo tenia los vicios de mozo , y siendo tan gran Señor, entre
temas; que presto alcanzarás lo que deseas, y como bue- lanta^delicias y regalos era espejo de templanza, recogi-
nos fiadores te libraremos. Oidas estas palabras quedó ia miento y honestidad. Murió el marqués su padre: y nues-
mujer dormida, y por la virtud de aquel Señor, que por lro Leopoldo, como hijo primogénilo, le sucedió en el
un ángel llevó por nn cabello al otro profeta de Judea á oslado, y tuvo ocasión para mostrar mas su bondad, y
líabilonia, cuando despertó se halló en Edesa, en el mismo los dones del Señor qne tenia encerrados en su pecho;
templo donde estaban los cuerpos de los tres sanios m á r - porque luego comenzó á gobernar, nó como príncipe y
tires, los cuales la preguntaron si sabia dónde esfaba; y soberano señor de sus vasallos, sino como padre benigno
f i l a reconociendo aquel lugar espantada por una parte, y y amoroso , desvelándose, nó en desollarlos y quitarles
como fuera de sí, y por otra alegre y gozosa, se tendió en las haciendas, sino en acrecenlarlas y mirar por su bien
el suelo delante de su sepulcro, haciendo gracias con i n - en administrarla justicia con igualdad y con misericordia v
creíbles lágrimas al Señor y á aquellos santos íiadores; y en conservarlos en paz y concordia y abundancia (Í6 las.
ellos la dijeron : Ya habernos salido de nuestra fianza; véle cosas-para la vida humana necesarias, en alentar y p r e -
á tu madre; y con esto desaparecieron. miar á los virtuosos, y reprimir y cebar de sus oslados á
los insolentes y escandalosos, y finalmente en vivir con
Vino la madre, llamada del cura, á la iglesia donde es-
tal ejemplo, que lodos sus vasallos le pudiesen tomar per
taba su h i j a , y cuando la vió tan mallralada y vestida,
dirbado y por un vivo ivlralode virtud. ¡So lo ayudó poco
apenas la conoció, hasta que la hija la contó toda la his-
para esto el haberse casado con Inés, hija de! emperador
toria que ya queda referida, y la misericordia que Dios
Knriquc IV, que era princesa cristianísima, de la cual tuvo
habla usado con ella por iníercesion délos sanios m á r l i -
diez y ocho hijos, las diez bijas y ocho varones; y con
res. No se puede creer los abrazos que ia madre daba á
haber parido tantas veces fué raro ejemplo en su estado
la h i j a , y los sollozos y lágrimas de las dos, cuando se
de castidad, y tan devota y piadosa, que corriendo t c o -
vieron y conocieron.
pobló su marido á rienda suelta en todas las obras virtuo-
Mas para que se vea como nueslro Svñor acompaña la
sas y do piedad, olla le incitaba y h era espuela, para
justicia con la misericordia, y da á cada uno el pago con-
que corriese mas;
forme á sus obras, volviendo los hunos y los persas á
cercar la ciudad de Edesa, los romanos enviaron también Eran estos dos príncipes muy devotos, y dados al culto
su ejército para defenderla. En este ejército vino el godo, y reverencia de Dios, y deseosos que todos sus vasallos lo
y fuese derecho á casa de su suegra, crevendo cierto fuesen : para esto determinaron edificar un templo y p o -
que no había persona qne pudiese saberlo que él había ner en el ministros , que continuamente alai asen al Se-
hecho con su hija , á la cual la madre hahia encerrado en ñor ; y estando en duda del lugar que escogerían para
u n aposento apartado, luego como llegó el godo á su casa labrar esto templo, de repente se levantó un aire que ar-
ántes que él la pudiese ver. Finalmente, después de h a - rebató el velo que la marquesa Inés traía sobre la cabeza,
berle recibido con muestras de amor, aunque fingido v y le llevó muy lejos de donde estaba , y á parle muy r e -
oido de 61 las mentiras que la dijo de su bija, c o m ha¿¡a mota y distante. Pasados muchos dias, yendo el marqués
llegado sana y buena, y parido un hijo, y quedaba ale- á holgarse al campo , vió acaso el velo de su mujer sobre
gre y contenta; se la sacó y mostró, y le convenció de unos espinos , tan entero y lindo , como cuando votó déla
todo lo que babia hecho contra ella, con tanta evidencia cabeza de la marquesa: lomóle con alegría; y enlondicn-
que no lo pudo negar, y fué preso y condenado á ser do que la voluntad del Señor era que en aquel lugar se
ahorcado y quemado; y por grandes ruegos del obispo de edificase el templo, lo mandó labrar rico y suntuoso, y lo
Edesa, que se llamaba Eulogio, el juez le perdonó el dedicó á la gloriosa Virgen María nuestra Señora, y lo do-
f u e g o y l e mandó ahorcar, y con este infame suplicio v tó de rentos y posesiones para el sustento (le los canóni-
rauerle el desventurado godo pagó su maldad, y luda la gos seglares que allí se instruyeron , ocho millas de V i c -
3S8 LA LEYEND A DE ORO. DÍA 15.
na. Mas andando el liempo, los mudó en canónigos regla- y parte por descuido , iba dilatando el decir su dicho.
res, para que con mayor ejemplo de vida y mayor cuida- Dióla de repente un grave dolor : vióse en peligro : cono-
do sirviesen al Señor. Olio monasterio de la órden desan ció su culpa, y que aquel era castigo de Dios : arrepin-
Bernardo edificó, doce leguas de Viena, en un valle do mu- lióse , y suplicó al santo que la alcanzase salud : por-
cha arboleda , con Ululo de la Sania Cruz, en el cual se que ella le servirla , y le diria lo que sabia ; y luego se
susinuiron muchos monges y ministros de Dios. También halló sana y libre del dolor.
, ¡ ó o ro que habia sido fundado de sus projenitores, y t n hombre que se llamaba Juan Ruperger estaba en la
desjjues arruinado en guerra de los enemigos , al cual cárcel, aprisionado con esposas en las manos y grillos en
iCVecettló con reñías parasustonlo de los que en él vivian. los piés : encomendóse á san Lepoldo , é hizo voló , pro-
Cnarenla años gobernó sus estados nuestro Leopoldo con meiiendo hacer cierta cosa en su servicio. Fué cosa mara-
gran amplificación déla gloria de Dios, utilidad de la Igle- villosa que $e halló fuera de la cárcel, habiendo ( para sa-
sia , beneücio de sus vasallos y honra y alabanza suya; lir de ella) pasado por un lugar tan estrecho que no cabia
porque como resplandecía en los ojos de todos la santidad un hombre, y tres murallas y un lago de agua tan gran-
de Leopoldo, y los rayos do sus virtudes se descubrian y de, que humanamente no se podia pasar. Cuando el h o m -
daban á conocer, era su fama grande por todas partes , y bre se vió libre, olvidóse (como muchos suelen) de Dios, y
los otros príncipes , provincias y naciones le estimaban y de lo que al santo habia prometido ; y al cabo de un año
vciieraban , y muchos le deseaban conocer y servir : que le tornaron á prender y echar en la misma cárcel , y
esto tiene la rara virtud, que se hace conocer, amar y es- con las mismas prisiones que ánles tenia. Allí estuvo cua-
limar, aun de los extraños; y mas la de los grandes p r í n - tro meses, y reconoció su culpa, y renovó el voto que á n -
cipes : poique campea mas en el lugar eminente y alto, les habia hecho ; y el santo como benigno y piadoso, de
y eslá expuesta á los.ojos de todos. Habiendo, pues, cor- nuevo le libró.
rido su carrera tan feliz y santamente este bienaventurado Lo mismo sucedió á otro, que estaba sordo, y humana-
marqués, ipieriendo el Señor darle otro reino incompara- mente sin esperanza de sanar, el cual acudió por favor á
b'emente mas glorioso, le vinouna enfermedad déla cual san Leopoldo y le hizo otro voto : sanó y no cumplió lo
murió tan cristianamente como habia v i v i d o , el año del que habia prometido : volvióle la sordera ; y conociendo
Sefior de 1136 ; siendo sumo poulílice Inocencio , I I de de donde le venia el mal, tornó á hacer su voto, y con él
este' nombre , que le honró y alabó mucho su gran san- cobró de nuevo la salud ; porque Dios nuestro Sefior así
tidad- como es liberalísimo en honrar á sus santos y en hacernos
Obró nuestro Señor por intercesión de san Leopoldo mercedes por su intercesión ; así quiere que nosotros los
innumerables milagros : libró á muchas personas ende- honremos y que cumplamos enteramente lo que les p r o -
moniadas : dió vista á los ciegos, oidós á los sordos, l e n - metemos, en reconocimiento de las mismas mercedes que
gua á los mudos , pies á los cojos , dichosos partos á las por su mano recibimos.
mujeres que estaban en peligro , salud á muchos enfer- La vida de san Leopoldo escribió Francisco Patavo, en
mo» en todo género de enfermedades ; y finalmente á aquella oración que recitó (como dijimos) en preserjeia del
muchos muertos resucitó y dió vida , como se puede ver papa Inocencio VIH, que fué el que lo puso en el catálogo
en el Libro de los milagros y canonización de san Leo- de los santos, y lo canonizó el año de 148í), como lo dice
poldo,, que escribió Juan Francisco de Pavines , y en la Neuciero ; tráela el P. Fr. Jacobo Mosandro en el séptimo
oración que hizo Francisco Patavo, abogado consistorial, tomo de las Vidas de los santos de Surio. Hace mención de
delante de Inocencio , papa V I H , en público consistorio, san Leopoldo el Martirologio romano a los 1ÍJ de noviem-
cuando le canonizó. Solo quiero referir aquí en pocas p a - bre, y el cardenal Baronio en aquel lugar ; y mas larga-
labras algunos en particular. mente los autores que escriben las cosas de la casa de
Habia una mujer cargada de deudas : afligíanla y sacá- Austria.
banla el alma los acreedores para que las pagase; y ella * SAN FÉLIX , OBISPO T CONFESOR.—Solo contaba quince
era tan pobre, que no les podía pagar. Fuése al sepulcro años este sanio cuando el Señor le enriqueció con el don
de san Leopoldo, y postrada delante de su sagrado cuer- de milagros. Era natural do Italia y fué consagrado obispo
po le suplicó con muchas lágrimas, que la amparase y la de Ñola, en Campaña, en cuya diócesis brilló como luz pues-
socorriese en aquella extrema necesidad. Oyó una voz que ta en el candelero de la Iglesia. Sufrió el martirio en la
interiormente la decia, que se volviese á su casa , y que misma ciudad de Ñola en la compañía de otros treinta
abriese la alacena, y que allí hallarla las cartas de pago, cristianos de órden del gobernador Marciano , por no h a -
de todo lo que debia. Fué á su casa : abrió su alacena; h a - ber querido ofrecer incienso. SanPaulino, que le sucedió en
lló sus cartas de pago ; y con ellas se fué á sus acreedo- el obispado , escribió su martirio.
res, se las mostró, y les pidió que la diesen las obligacio- Los SANTOS SEGUNDO , FIDENOANO Y VAUICO , MÁRTIUES.
nes que contra ella tenian ; y ellos la respondieron que —Derramaron su sangre con una gloriosa confesión de la
las habían dado á cierto hombre vestido de azul , que les fe de Jesucristo en África , durante la persecución del
habia pagado todo lo que ella les debia. Quedó la mujer emperador Decio, á mediados del siglo I I I .
por una parle muy contenta y alegre, por haber salido de SAN MAVITO ó MALO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en B r e -
tan grande congoja y angustia ; y por otra muy agrade- taña y fué bautizado por san Brendan , que se encargó
djecida y devota al santo , entendiendo que por su m e - luego de formarlo en las ciencias y la piedad. Dedicóse al
dio Dios nuestro Señor la habia hecho aquella merced. estado eclesiástico, recibió las sagradas órdenes, y des-
Otra mujer, llamada Isabel, fué citada por testigo, para pués de haber sido consagrado obispo regionario , segnn
que declarase lo que sabia acerca de algunos milagros de la opinión de algunos escritores, se fué ála Armórica. C i v i -
san Leopoldo ; y parte por escrúpulo y no querer jurar, lizó á los habitantes de estepais, en el sentido verdadero de
DIA 16. NOVIEiMBRlí. 389
esta palabra; puesquo K-scnseíjó el conocimiento deDios y pobres fueron el primer objeto de su solicitud ; y su cré-
sus deberescomociudadanos, y plantó por todas a(piellasre- dito en la córte, que conservó .toda la vida, lo empleó en
giones el Evangelio, que produjo los frutos mas opimos. En inclinar el ánimo del rey y el de los poderosos á fundar
semejante empresa tuvo el santo que sufrir grandes conlra- en Francia varios monasterios y muchos eilablecimiciilos
liompos; pero su paciencia y constancia, superiores á todo de beneficencia. Llegó á una edad muy avanzada, y c u -
encarecimiento , lograron que el cielo ablandase por ün mulado de méritos, murió en el Señor el día 15 de n o -
aquellos corazones, y los milagros que acompañaron mu- viembre de 6 5 i , en el territorio de Albi, después de h a -
chas veces á sus discursos obraron la completa conversión ber gobernado mucho tiempo con gloria la diócesis de
de aquellos naturales. San Malo fundo entonces la Iglesia Cahors.
de Alet, y fijó en ella su sede episcopal, sin dejar de pre- SAN LUPEÍUO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció siendo obispo
dicar y de instruir continuamente á sus ovejas. En medio de Verona en el siglo VIH. Su episcopado, glorioso en v i r -
de tanto trabajo, no olvidó nunca su propia santificación: tudes y milagros, fué además notable por la fundación de
dábase con mucha frecuencia á la oración , al ayuno y á algunas iglesias y monasterios, y por la dotación de a l g u -
la penitencia, y queriendo en sus últimos años prepanu so nos establecimientos en favor de los pebres.
para el tránsito á la eternidad , dimitió su obispado y se
fué á Saintes á terminar en paz sus dias. San Malo murió
DIA 16.
el dia 13 de noviembre del año SGü , habiendo gobernado
en calidad de obispo la Iglesia de Alet por espacio de cua- SAN EDMUNDO, OB;SPO Y CONFESOR.—San Edmundo, ar-
renta años. zobispo canfuariense, nació en Inglaterra, en una villa l l a -
SAN LEONCIO , OBISPO V CONFESOR.—Fué el segundo de iñada Albendon, de padres honrados, no pobres ni muy
su mismo nombre que'ocupó la silla episcopal de Burdeos. ricas: su padre se llamó Eduardo y su madre Moabilia ; y
Ilabia nacido en Sainles por los años de 510. En su j u v e n - eran tan temerosos de Dios, que el padre, con consenli-
tud sirvió en la milicia é hizo la guerra en España contra mienlo de su mujer, se entró en un monasterio, y allí
Jos visogodos. La integridad de su conducta, la pureza de acabó santamente su vida ; y la madre, aunque quedó en
sus costumbres, su amor á la justicia, su piedad y sus el siglo, vivió en él mas como religiosa que como seglar,
limosnas le hicieron digno del episcopado. El clero y pue- y enseñó á su hijo Edmundo (á quien dió este nombre por
blo de Burdeos lo eligieron por pastor, y fué consagrado reverencia de san Edmundo, rey de Inglaterra y mártir)
el año í i í i . Consagróse todo entero á la santificación de la vida espiritual, exhortándole á guardar perpetuamente
sus ovejas ; asistió á los concilios segundo y tercero de su virginidad, y domar su carne con ayunos y cilicios y no
París, vendió todos sus bienes , que eran considerables, ofender á su Criador y Señor por ninguna cosa, y desde
euyó producto empleó en beneficio de los pobres y de las niño le persuadió que ayunase los viernes á pan y agua,
Iglesias, y murió en paz el año 565. y para que se inclinase á hacerlo, le prometia y daba a l -
SAN PAVINO, CONFESOR.—Natural delMaine, dejó al mun- gunos regalillos, con que los niños se suelen contentar; y
do en su juventud para consagrarse á Dios con el retiro. cuando estudiaba, con la ropa blanca le solia enviar algún
A una santidad eminente juntó un talento privilegiado cilicio de su mano, para que le usase, temiendo la santa
para la predicación. Cuando fué elegido superior del m o - madre que las ocasiones y malas compañías que se hallan
nasterift de Santa Alaría en el territorio de Beaugé, dió en en las universidades no engañasen á su hijo y le despeña-
su destino las mejores pruebas de su humanidad , de su sen en los vicios de la juventud. Tomó Edmundo tan bien
vigilancia, de su zelo , de su paciencia y caridad. Murió la doctrina c instrucción de su madre, que toda su vida
á fines del siglo V I , circundado de la gloria de los m i l a - guardó su alma limpia de toda torpeza carnal, é hizo voto
gros. de guardarla á la sacratísima Virgen nuestra Señora, t o -
mándola por abogada y patrona: y para ganarla mas la
SAN DIDIEB, OBISPO Y CONFESOR.—Los franceses le llamnn
voluntad, hizo hacer una sortija en que estaba esculpida
san (Jery. Nació de padres nobles en el territorio de Alb
el Ave-María, y la puso en el dedo de una imágen de la
el año 580. Educóse en la córtede ClotarioII: hizo rápidos
Virgen, como quien se desposaba con ella : la cual sortija,
progresos en la carrera dex la ciencia y se hizo notable
después de muerto Edmundo, milagrosamente se halló en
por su elocuencia. Obtuvo empleos distinguidos en la cor-
su dedo. En los ayunos, penitencias y asperezas, se esme-
te ; pero siempre vivió en ella como un religioso en su
ró tanto, que no se puede fácilmente creer, buscando siem-
claustro. El tiempo que le dejaban libi e los asuntos de su
pre nuevas invenciones de cilicios y penas para afligir mas
desüno, lo empleaba en la meditación d é l a ley deDios,
su carne, y conservar la virginal pureza que por medio de
en el estudio de los libros santos y en la oración. Procura-
su sacratísima madre habia ofrecido á Jesucristo nuestro
ba imitar en todoá los santos, y mantener su corazón i n -
Redentor. Todo el favor de la Virgen hubo menester E d -
maculado. Mereció la confianza de los reyes y príncipes
mundo, para defenderse de las duras batallas que tuvo
de su nacon. ES notable la carta que dirigió el rey Dago-
con el común enemigo, que le pretendía despojar de la
berto al clero de la diócesis de Cahors, cuando uropuso á
preciosa joya de la castidad, porque estando estudiando
Didier para ob.spode aquella iglesia. En ella'se pintan
en la universidad de París, una hija de su huéspeda, moza,
los méritos del siervo de Dios, y refiere el rey los motivos
hermosa y lasciva, instigada del demonio, se prendó de
que le han decidido á la elección con colores tan natura
él tan locamente, que le descubrió la llaga de su corazón,
y le dió gran batería para atraerle á su voluntad, á la cual
Edmundo resistió, favorecido de la Virgen, valerosamen-
m s d e s u dignidad, trabajó principalmente para hacer to, reprendiendo á la mujer de su ceguedad, y procuran-
brillar la religión y extirpar el vicio en su diócesis. Los do inclinarla al amor sanio de la castidad; pero como ella
390 LA LKYEND A DR ORO. DÍA 10.
csluvieso lan abrasada de aquel incendio de la concupis- edificada sobre el monte: tuvo noticia el sumopontili',cdu
cencia, qce Kdmundo con sua palabras y consejos saluda- la santidad, erudición y grandes prendas de Edmundo, y
bles (que eran como agua del cielo), no le pudo apagar, y mandóle predicar en el reino do Francia la cruzada ; y él
siempre porfiase é importunase al santo mozo; mandóla un aceptó la obediencia y la predicó con maravilloso fruto,
dia venir á su estudio, como quien la quería contentar, y confirmando nuestro Señor su predicación con los muchos
habiéndola hecho desnudar, la dio tantos y tan crueles milagros que hizo por él. Tino una vez un mancebo al snu-
azotes, que la pobre moza se compungió, y conoció su c u l - lo para tomar la cruz que predicaba; quiso una mujer
pa y se enmendó do ella. Esto que hizo Edmundo con la apartarle de aquel proposito, y tiróle de la capa; y luogo
hija de su huéspeda, han hecho algunos santos con olí as se lo secó la mano: conoció su culpa y confesóla; y l o -
mujeres, que á guisa de furias infernales los pretendían mando ella misma la cruz d é l a mano del sanio, quedó
mancillar y perder sus almas: pero otros mas recatados, sana. Otro tanto sucedió á otra mujer, que estorbó á otro
no fiando de sí, echaron á huir para no ponerse en tan mancebo con quien estaba amancebada, que no lomase la
grave ocasión, y cerraron los oidos á los silbos de las ser- cruz, y perdió la vista; la cual el santo la resliluyó con sus
pientes que con su veneno los querían atosigar: y este ca- oraciones. Estaba un dia predicando en la plaza: levantó-
mino es el mas seguro cuando la ocasión no es tan forzo- se una nube espantosa que amenazaba gran tempestad ; y
sa, ó la inspiración de Dios no es tan fuerte que nos ense- estando el audiloi io amedrenlado y para huir, hizo la se-
rie lo contrario. Pasada esta pelea, tuvo otra con una m u - ñal de la cruz Edmundo hacia la nube, diciendo: Yo te
jer casada que terriblemente le persiguió, y para ablan- mando, ó maligno espíritu, que te parlas de aquí; y al
darle le enviaba muchos dones, k s cuales el sanio mozo punto cesó aquella oscuridad, y se descubrió sobre los
no quiso lomar; ántes la avisó que si no se reportaba, fo oyentes el sol, y cayendo mucha a^ua al rededor del a u -
baria saber lodo á su marido. » ditorio, noca j ó gota sobre ninguno dolos que allí oslaban;
y esto lo sucedió otras veces. Leia una no;-hc en la sagra-
En París estudió con gran cuidado las artes y se hizo
da Biblia, y oprimido del cansancio y del sueño, quedó
maestro, y por espacio de seis anos las ensenó con gran
dormido, y la candela cayó sobro el libro; y cuando des-
loa y aprovechamicnlo de sus discípulos: y habiendo caido
pertó, halló ia candela gastada, y el libro entero sin que-
malo uno de ellos, pobre y sin remedio, con gran caridad
marse. Otra vez se le apagó la candela, y hallándose á
le llevó á su casa, y él mismo le curó y sirvió, hasta que
oscuras, invocó el dulcísimo nombre de la serenísima V i r -
cobróla salud, sin faltar á sus estudios y lecciones; y á
gen María; y al punto se tornó á encender la candela de
otro discípulo suyo que estaba manco de un brazo, se lo
suyo. Apostcmósclc un pié con un carbunco, y él hizo al
restituyó sano, con solo decirle: Cristo le sane con su
rededor de la poslema tres ó cuatro cruces; y al dia s i -
gracia. Procuraba que todos sus discípulos cada dia o y e -
guiente se halló sano y bueno. Un criado suyo echó al
sen misa con él, y que aprovechasen no menos en la pie-
fuego, por su mandado, un cilicio suyo, ya viejo y hecho
dad que en las letras; y así, salieron de su escuela m u -
pedazos, y unos zaragüelles ásperos que había traído m u -
chos varones doctos y excelentes, los cuales, haciendo
cho tiempo; pero el fuego no los quemó, ten ion dolos ros-
divorcio con el mundo, se abrazaron con Cristo nuestro
peto como á cosa sagrada.
Señor cu la cruz do la santa religión. Una noche durmien-
do, le parecía que toda su c -cuela ardía en fuego, y de ella Vacaba el arzobispado cantuaríensc, en Inglaterra, y el
salían siete como llamas ó hachas encendidas, y al dia s i - sumo pontífice Gregorio IX, deseando proveer bieh aque-
guiente, acabada su lección, siete de sus discípulos le p i - lla Iglesia y darle digno pastor, ordenó que se buscase en
dieron licencia, y se fueron con el abad cluníacense para Inglaterra, la persona de mas prendas que hubiese pata
tomar el hábito de aquella santa religión. Otra vez, h a - ella. Todos convinieron que san Edmundo era el mas dig-
biendo de disputar del inefable misterio de la santísima T r i - no y mas á propósito : nombróle el papa por arzobispo y
nidad, y estando pensando en lo que había de decir, se primado de Inglaterra: y aunque el santo hizo lodo lo que
quedó dormido, y vio que bajaba del cielo una paloma que pudo pn ra no aceptar aquella dignidad; poro bajó la ca-
traía en el pico una bostía consagrada, y se la ponía en la beza cuando vió que no la podía excusar, sin ofensa de
boca, y luego se volvía al cíelo. Despertó, y habló tan a l - Dios y de la obediencia debida-ásu vicario. En sentándose
tamente de la santísima Trinidad, que á todos pareció cosa en su silla, echó mas claros rayos de sus virtudes, y co-
mas divina que humana. Con esta opinión de excelente menzó á resplandecer con mayor santidad; porque no so-
doctrina, y mucho mas con la entereza de su vida ejem- lamonlc no aflojó en su aspereza, ni se trocó en las \ ¡i l u -
plar, se hizo Edmundo venerable, especialmente después des, ánles las acrecentó, siendo dechado de santos prelados,
que se ordenó de sacerdote; porque con la nueva dignidad como ántes lo habia sido de insignes doctores y predica-
creció el espíritu y el fervor de este santo varón. Era muy dores. Cuando iba camino, queriéndose confesar cualqulo'-
continuo en la oración, y penitente en el Iratamiento de su ra persona, por mas pobre y despreciable que fuese, luego
persona: ayunaba mucho : dormía poco : vestía honesta y se apeaba de su cabalgadura, y él mismo la confesaba. A
pobremente: huía de los entretenimientos y juegos de los los pobres daba largas limosnas y vestía á los desnudos:
seglares: no quería beneficio eclesiástico, cuando por r a - hacía visitar y regalar á los enfermos: casaba á las don-
zón de su cátedra no podía residir; aunque después aceptó cellas huérfanas, y dábales el dote : sacudía de sí cualquie-
una canongía y la dignidad de tesorero en la Iglesia salis- ra presente ó don que le ofreciesen, y era enemigo capital
buriense, para poder predicar mas libremente la palabra de los que lo recibían; y afirmaba que los jueces y ma-
de Dios, y no ser cargoso á nadie. No quería tocar el d i - gistrados no se han de mover á hacer la justicia por dádi-
nero con su mano, si no era para darlo á los pobres, á los vas ni cohechos, sino por amor de la misma justicia y de
cualesre¡wrtió todo lo que había heredado desús padres. aquel Señor que los hizo jueces, y les pedirá cuenta de su
No pudo encubrirse tan gran luz, ni esconderse la ciudad administración; y como muchos lo presentasen muchas y
DÍA 1 G . NOYIEMBRE. 391
ricas y varias cosas (aunque éi no r m b i a ninguna), solia ROS, MÍRTIRES.—El primero de estos santos era ciudadano
decir: Ahora que soy rico y (le ninguna cosa lengo nece- romano del órden senatorio, y su ejemplo sirvió para que
sidad, el demonio me quiere cegar de dones, no habiendo los demás cristianos que fueron sus compañeros en la c o -
poJido vencerme cuando era polire. Pues yo espero en el rona del martirio permaneciesen constantes y se alentasen
Señor, que tampoco ahora me vencerá. en la pelea. Habiendo sido llevados lodos á la itresencia
Fué también admirable ta entereza de vida y rectilud de del emperador Juliano Apóstala, confesaron animosamente
san Kdmuudo, en la administración de su obispado, que la fé de Jesucristo, y que estaban dispuestos á sufrir la
el mundo no pudo sufrir tan gran luz, y muchos grandes muerte por su confesión. Después de esto fueron atados ú
del reino, eclesiásticos y seglares y su mismo cabildo se las colas de unoscaballos indómitos que les arrastraron por
levantaron contra él, y le afligieron y persiguieron ten i - toda la ciudad, y últimamente fueron arrojados al fuego,
blemente, orando el sanio por ellos, y volviéndoles bien donde acabaron su vida el año 362.
por mal, con unas entrañas de padre amoroso, y con un SAN EÜQUEIUO, OBISPO Y CONFESOR.—Era de ilustre f a m i -
corazón blando, suave y propio de santo. Mas viendo que lia, pues su padre y su abuelo hablan ocupado los puestos
con todo su cuidado y diligencia no los podia ganar, ni de mas dignidad en el imperio romano. El joven Euque-
ejercer como debiael oficio de prelado, se determinó salu- rio despreció sin embargo la nobleza y todas las riquezas
de Inglaterra y pasar á Francia, hasta que el Sefior man- \ñv3i entregarse tan solo á la piedad. Su erudición y demás
dase cesarlos vientos y sosegar el mar. Estando para par- dotes personales le hicieron uno de los mas notables ora-
tir, le apareció el beato santo Tomás, mártir y arzobis- dores de su tiempo. Casó con una mujer virtuosa, de la
po cantuariense, su predecesor, y le animó y confirmó en cual tuvo dos hijos que educó en la virtud y que llegaron á
aquella jornada. Quiso san Edmundo besar el pié á santo ser elevados después ai episcopado. Euqueriy deseaba
Tomás: mas el santo mártir retiró el pié : de lo cual san tanto no servir mas que para Dios, que al fin se decidió á
Edmundo quedó muy triste y lloroso, y preguntándole tomar el hábito monástico de Lerins con sus dos lujos,
sanio Tomás la causa, le respodió : Poi que no soy digno de y su esposase consagró también á la vida religiosa en un
bisar tus sagrados piés. Entonces santo Tomás le dijo: No monasterio do santas mujeres. Algún tiempo después se
llores por eso; porque pronto le admitiré at ósculo de mi retiró de Lerins á otro desierto á vivir enteramente solo, y
rostro: dándole á entender que pronto moriria. Pasó á en esta soledad escribió un Tratado de la vida solitaria, el
Francia, y fuéscal monasterio Ponliniaco, que era delCis- cual publicó juntamente con otro traiado sobre el des¡>i'e~
ter, donde el mismo santo Tomás en su deslierro habia do deí mundo, el año 4 2 1 . Esta obra es una de las mas
estado seis afios: fué acogido de aquellos santos religiosos apreciables de la antigüedad eclesiástica, ya por la i m -
coasuaia devoción, alegría y reverencia; y estando allí, portancia de las cosas que contiene, y } a también per la
cayó malo de una grave enfermedad. Lleváronle á otro elegancia y riqueza de lenguaje en que está escrita. A
monasterio de aires mas benignos y templados, con m u - pesar de su retiro y humildad, el año 434 fué consagrado
cho sentimiento de los padres que dejaba: á los cuales dijo obispo de Lion. Yióse en él un fiel pastor suspirando do
que él volvería á aquella casa para el dia de san Edmundo cotinnuo por la patria celestial, humilde de espíritu, rico
mártir. Entrando en el monasterio adonde le habían lleva- en buenas obras, poderoso en palabras y ejemplos, sabio
do, se agravó el m a l ; recibió los sanios sacramentos con en todas las ciencias y muy superior á los mas grandes
extremada ternura y devoción, y faltándole poco á poco obispos do su época. Asistió al primer concilio de Orangc
los sentidos, dió su espíritu al Señor á los \f¿ de noviem- en 4 4 1 ; fundó varias iglesias y establecimientos piadosos;
bre. Llevaron su sagrado cuerpo al monasterio Pontiniaco, fué venerado y estimado deles mas ilustres prelados de su
adonde llegó el dia de san Edmundo, rey mártir, como el siglo, y murió santamente en Lion el dia 16 de noviembre
mismo sanio lo habia profetizado. Allí le sepultaron hoiio- del año íoO.
rífleamente, y Dios nuestro Señor le ilustró con muchos y SAN FIDENCIO, OBÍSPO y cONFEsoa.—Aprendió la ciencia
nohibles milagros después de muerto, como lo habia hecho de la religión en la escuela de los discípulos de los apósto-
en su vida, especialmente con el anillo que se halló en su les, que le confirieron las sagradas órdenes y le enviaron
dedo, que nunca se lo pudieron sacar, ni con fuerza ni con á predicar el Evangelio. El doble poder que le daban sus
maña, hasta que con mucha humildad se lo suplicaron. virtudes y milagros, le proporcional on la gloria de p r o -
Entonces (fcjó caer el anillo para salud y beneficio de ducir admirable fruto en la viña del SeDor. Cuando fué e l e -
muchos. gido obispo de Pavía, su celo y sus trabajos apostólicos
La vida de san Edmundo escribió Roberto Richio y Ro- aumentaron exlraordinariamenle, y después de haber
berto Babón, su discípulo: tráela el P. Fr. Lorenzo Surio gobernado su rebano por espacio de muchos afios, murió
en su AI (orno recogida de varios autores. Hace mención en el de 166.
de el el Martirologio romano á los 16 de noviembre y el SAN OTMARO, ABAD.—Floreció en la Recia en el s i -
cardenal fiaronio en sus Anotaciones, y dice, que su g l o - glo VIH. Desde su niñez despreció las grandezas de la
rioso tránsito fue el año del Señor de 1246, y que tierra, y se consagró á la perfección en c! retiro del claus-
le canonizó y puso cu el catálogo de los santos Ino- tro, l'ué modelo de penitencia: su abstinencia era tal,
cencio IV. que no comia mas que «na vez cada dos dias, y solo pan
* Los SANTOS RUFINO, MARCOS, YALEUO T sus GOMPASE- y agua, macerando su cuerpo con tanto rigor que le I r a -
iiosuÁuTiaEs.—Estos santos, según retiere el Marttrológio taba como á su mas temible enemigo. Fué admirable en
romano, padecieron el martirio en África. No sabemos con la pureza, la continua oración, y en el amor á los pobres.
que clase de torraenlos fué probada su f é ; dice Galesinio Distinguióse principalmente por su profunda humildad,
que un antiguo manuscrito habla de estos santos. y al fin, coronado con todas las virtudes cristianas, m u -
Los SANTOS EPIDIO, MARCELO, ECSTOQUIO T S t S C O M P A S E - rió en la paz de Dios el dia 16 de noviembre del año 738.
392 LA LEYENDA BE ORO. n u 17.
y él hizo nqncl oficio fan cscogidamcnlp, que edificó m u -
DIA 17. cho á sus frailes y admiró á todos los seglares que v e -
nian á tratar con él: y su fama se extendió por muchas par-
SAN IltiGON, OBISPO v CONFIÍSOU.—La vida del glorioso tes y llegó hasta el reino do Inglalerra, donde habiendo
confesor de Cristo san Hugon, raonge de la sagrada órden muerto el prior de la Cartuja de Vithamio, en la diócesi
de la Cartuja y espejo de santos obispos, escribió un autor bathomense que habia fundado el rey de Inglaterra E n r i -
que vivió con él familiarmente, en cinco libros que abre- que, I I de este nombre, el mismo rey envió mensajeros s u -
viados refiere el IV Fr. Lorenzo Surio en el vi lomo de las yos á la Cartuja donde moraba Hngon, para que se le en-
Vidas de los santos; y Silvestre Giraldo asimismo y Adon viasen por prior de aquel convento. Y puesto caso que los
Carttisiano escribieron su vida, como lo dice Juan Molano, religiosos té lo negaron por primera vez, no pudieron r e -
y es de esta manera. sistir á la voluntad del rey la segunda, porque se les pe-
Fué san Hngon de la provincia de Borgoña, hijo de pa- dia con grande instancia y apretadamente; y así se partió
dres nobles: su padre fué valeroso soldado y temeroso del convento donde estaba para Inglaterra, llorando él y
de Dios: el cual, siendo muerta ya su mujer y Hugon, su lodos los frailes: él porque iba á ser superior, y los frailes
hijo, de solos ocho años, para que no se divirliese y cayese porque los dejaba. Llegó á Inglaterra, donde fué muy bien
en las travesuras en que suelen caer los muchachos, ib recibido del rey y de su corte. Tomó la posesión de su c o n -
ofreció al Señor en un convento de canónigos reglares que vento, que por ser en los principios estaba muy pobre y
estaba cerca del pueblo en que él vivia. Diéronle luego por desacomodado; y el santo varón consoló á sus mongesy los
ayo y maestro á un sanio viejo para que le enseñase v i r - exhortó á la fortaleza y á llevar con alegría las incomodi-
tud y letríis, solíale decir el maestro: Hugon, hijo, yo lo dades y menguas que padecian por nuestro Seilor. Des-
crio para Cristo, y así debes dejar los juegos y burlas ; y pués, encomendándose á él muy de veras y con afectuoso
Hugon era tan bien inclinado y de tan buena condición, corazón, procuró proveer á sus frailes de lo que hablan
que no tenia repugnancia á ninguna cosa de virtud, y en menester, así en el edificio como en la comida y veslido,
los tiernos años parecía viejo en el seso. No se contentó su para que mejor pudiesen atender á servir á aquel Señor que
padre con haber entregado su hijo á aquel monasterio, los habia llamado á tan alta vocación, y desocupados do
sino él también tocado de la mano del Señor, dejando t o - los cuidados de la tierra anhelar á los del cielo. Para h a -
das las cosas perecederas del siglo, se entró en el mis- cer esto le ayudó mucho la aíkion que le cobró el rey E n -
mo monasterio y se consagró al Señor. Siendo ya Hugon rique, movido de su trato y santa y dulce conversación;
de diez y nueve años, le ordenaron de snbdiácono y le porque admirado de las grandes virtudes de Ilogon y de
encomendaron cargos mayores; mas el Señor que se que- sus pr udentes razonamientos y consejos, le comenzó á v e -
ría servir de él en olra vida mas perfecta y áspera, orde- nerar y favorecer en gran manera : mandóle dar todo lo
nó las cosas de olra manera; porque un dia yendo con el que pedia para acabar y aderezar su casa y para sustento
prior de su convento á un monasterio de la Cartuja, y de sus religiosos; y Dios nuestro Sefior que habia lomado
viendo á los padres de aquella santa religión, y sabiendo debajo do sus alas a! santo prior, le, envió una buena oca-
el fervor con que servían á nueslro Señor y la perfección sión para que el rey le amase, estimase y favoreciese mas:
de su religión, se aficionó á ella de suerte, que pidió el porque volviendo el rey por mar á Inglaterra, tuvo una
hábito, y después lo recibió con gran sentimiento de los terrible y tan espantosa tempestad, que todos los que v e -
canónigos reglares que dejaba, y nó con menor gusto y nían en la nave con él se tuvieron por muertos; y el mis-
alegría de los padres cartujos que le ganaban. Entrando mo rey, conociendo su peligro, se encomendó á san I l n -
en la Carlnja, fué maravillosa la vida de Hugon: al p r i n c i - gon, y suplicó á nueslro Simor que por intercesión delsan-
pio tuvo fuertes y terribles lenlaciones sensuales; mas él to confesor le lihrase de aquel tan evidente peligro, en el
con la oración, ayunos y penitencias domaba la carne y la cual estaba por sus pecados. Vióso luego la eficacia de
sujetaba al cspírilu con lan grave fervor que no le pudiese esta oración ; porque de repeiiíc se serenó el cielo y se
derribar. Hallóse una vez muy apretado y afligido de esta sosegó el mar yse amansaron los vientas, y el rey y toda
tonlacion; porque la sangre y la edad, y la astucia y b r a - la gente llegaron al puerto deseado: y ftim se escribe
veza de Satanás lemblemcnle le combatían: encomendóse que el rey prometió nombrar por obispo á san üugon, si
mucho á la Virgon de las vírgenes y Madre do toda p u - por su intercesión salia de aquel conflicto, y así lo hizo.
reza , María nuestra Señora ; y por su intercesión se VÍÓ Divulgóse este milagro por lodo el reino por haber acae-
libre de aquel trabajo : aunque algunos dicen que esta vez cido en la persona del rey, y acrecentó la opinión quede
alcanzó vicioria por las oraciones de un santo padre , que la santidad de llugon lodos tenían, y cotila opinión creció
se llamaba Basilio, que habia sido prior de la Gran Car- también la estima y reverencia á su persona, y muchos
luja y recibido á Hugon en ella, y poco antes habia pasa- vinieron á él por estar debajo de su disciplina y gobier-
do do esta vida á la cierna. No se contentaba llugon con no, y menospreciadas del lodo las vanidades del siglo,
cumplir perfectamente con las obligaciones de su regla abrazarse en la Cartuja con la cruz de Cristo. Él los recibía
con ser lan austera, sino que añadía nuevas y exquisitas y les daba el hábito de su religión, y los amoldaba á su
asperezas; porque en la cuaresma ayunaba tres dias á pan regla é instituto, pero mas con ejemplos que con palabras;
y agua cada semana, y cargado de un áspero silicio se porque vivía como un hombrearrebatado y que moraba mas
disciplinaba y tralaba su cuerpo como si no fuera de car- en el cielo que en la tierra. Eran muy frecuentes y eníra-
ne. Ordenáronle de sacerdote, y ántes quelo fuese, unsan- fiables sus suspiros, y de noche, en aquel poco suefioque
lo monge le profetizó que lo seria, y después obispo como dormia, repetía muchas veces esta palabra: Amen, amen.
lo fué y abajo se dirá. Hiciéronle procurador de su con- Cuando entraba en el i efeclorio los días de fiesta á comer,
venlo.al cabo de diez y ocho anos que habia vivido en él: tenia siempre los ojos bajos y puestos en la mesa, la mano
DIA 17. NOVIEMBRE. 393
en la escudilla, las orejas atenías á lo que se leia y el co- de la tierra para hacer lo que hacia, sino solo la voluntad
razón fijo en Dios. Tenia gran cuidado de que sus frailes de Dios y cumplir con la obligación precisa de su oficio.
tuviesen libros sagrados en que leer, pareciendo ser muy Pero muerto el rey Enrique H , que tuvo mucho respeto á
necesarios para todos los religiosos, y masparalos que v i - san Hugon, en tiempo de los reyes Ricardo y Juan, sus h i -
ven apartados y en soledad; porque en tiempo de guerra jos, no le faltaron grandes trabajos, como veremos.
son nuestras armas, y en la paz nuestro recreo y enlrele- La vida del santo prelado, después de obispo, fué d e -
nimicnto, y sustento en nueslra necesidad, y en la enfer- chado de prelados y un vivo retrato de santidad. Era muy
medad medicina y remedio. amigo de leer las vidas de los santos mongos y obispos, y
Creciendo, pues, cada dia mas el resplandor de las vir- procuraba retratar al vivo sus virtudes y ejemplos. En la
tudes del santo prior, y vacando e! obispado linconiense mesa era alegre, pero con gravedad y modestia ; y si a l -
en el reino de Inglaterra, se juntó el cabildo en aquella guna vez se ofrecía alguna ocasión de fiesta y regocijo,
Iglesia, con voluntad del rey, y nombró por su prelado y entonces se mostraba mas grave y severo, para componer
obispo al prior de Yilhamio, con gran contento del reino á los que con él estaban. Nunca comia carne , guardando
y aprobación del metropolitano, y alegría y júbilo de loda siempre la regla del carlujo : bebia un poco de vino bien
la gente. Pero cuando le enviaron el nombramiento, no aguado : y viendo por experiencia que el oficio de obispo,
quiso san Hugon consentir en su elección, teniéndose por de la manera que él lo ejereitaba, era muy trabajoso; para
indigno de aquella dignidad y temiendo los peligros de poderlo llevar, se moderó en sus ayunos y penilencias.
ella, y alegando que no podia aceptarla sin licencia del Padeció graves dolores de ijada ; masera tan grande su
prior de la Gran Cartuja, que era prelado y superior; y fervor y deseo de cumplir con sus obligaciones de obispo,
rogó con grande instancia y muy afectuosamente á los ca- y la fortaleza y ánimo que Dios le daba , que muchas v e -
nónigos que le hablan elegido, que se encomendasen de ces cuando habla de ejercer los oficios eclesiásticos, como
nuevo á nuestro Señor, y eligiesen otra persona digna de dar órdenes ó consagrar iglesias, cansaba á lodos los m i -
aquella silla; é hizo tantas diligencias para no ser obispo, nistros que lo asistían ; porque le acontocia madrugar a n -
cuanto otros ambiciosos, y que no miran la carga que t o - tes del dia y eslar hasta la noche sin desajunarse, y no
man sobre sí, suelen hacer para serlo. Mas porque la bom a consentia que ninguno de sus ministros en semejantes
es como sombra y sigue á los que huyen de ella, y nnes- actos le asistiese, sin que se hubiese desayunado. Era so-
Iro Seftor suele levantar á los humildes y se queria servir bremanera compasivo de ios pobres y enfermos, y espe-
de san Hugon en aquel alto y apostólico ministerio; v o l - cialmente de los presos, á los cuales proveia de remedió
viéndose á juntar los canónigos, le volvieron á elegir: y corporal y espiritual, y se inclinaba y humillaba delante
para que no se excusase, alcanzaron del prior de la Gran de ellos, y con maravilloso y entrañable afecto besaba
Cartuja licencia y bendición y mandato, para que lo acep- sus llagas : y diciéndole una persona grave, que san Mar-
tase. Con esto bajó el santo la cabeza, entendiendo que tin besando á un leproso le habia sanado, y que él no sa-
era la voluntad da Dios , á la cual ninguno puede ni debe naba á los leprosos que besaba, como motejándole que no
resistir. era sanio como parecía ; respondió él con mucha gracia:
Algunas BSflales hubo de esta elección de san Hugon, El ósculo de san Martin sanó la carne del leproso ; pero el
que declaraban que el autor de ella era Dios nuestro Se- ósculo del leproso sana mi alma. Solia lavar los piésá (re-
ñor. Entre otras se cuenta una de un cisne, que apareció ce pobres, y ocupábase con gran gusto y misericordia en
el mismo dia que el santo prelado entró en Linconia, y le dar sepultura á los cuerpos de los finados, y dejaba todos
fué muy familiar , y en los modos particulares que con él los otros negocios para atender á este : y una vez enter-
usaba, mostraba ser mas del cielo que de la tierra. rando el cuerpo de un hombre beodo , que olia tan mal,
que los-circunstantes se tapaban las narices, por no poder
La primera cosa que hizo en sentándose en su silla san
sufrir el hedor que de él salia ; el santo obispo hizo su
Hugon, fué buscar para ayudadores y ministros suyos los
oficio con gran paz y serenidad, y después se supo que no
hombres mas temerosos de Dios , y de mayor ciencia y
habia sentido mal olor alguno ; porque con la caridad y
prudencia que pudo hallar. Estos tuvo siempre á su lado:
la gracia del Señor, todo se le hacia suave y oloroso. No
con estos siempre se aconsejaba ; y así acertó á gobernar
consentia que sus ministros cargasen á los sübditbs con
escogidamente. No hacia curas sino á personas de cono-
nuevas esacciones, ni que el principal castigo del que de-
cida virtud, quietas y sosegadas, y de estas hacia mas caso
linquía fuese pena pecuniaria, ^como comunmente se usa-
que de cualquiera otra que, sin estas prendas, fuese ó de
ba : y alegándole ellos que el glorioso sanio Tomás , ar-
mucha prudencia, ó do grande industria. Estuvo tan fuerte
zobispo cantuariense y m á r t i r , solia castigar algunas v o -
en esto, que pidiéndole el mismo rey que provevese de un
ces los delitos en la bolsa, por ser cosa que tanto duele;
beneficio a un criado suyo, á quien el rey queria gratificar
sus buenos servicios, nunca el santo obispo lo quiso ha- respondió san Hugon : Creedme, que santo Tomás no fué
cer, diciendo que el rey tenia muchas maneras para hacer santo i or hacer eso, sino por otras excelentísimas virtudes
bien á sus criados y pagarles sus servicios , sin privará que tuvo, por las cuales el Señor le hizo glorioso y le co-
los ministros de la Iglesia del sustento que para 4 m Dios ronó con corona de martirio. No solamente queria que sus
tenia señalado. También tuvo fuerte en castigar á algunos ministros tuviesen limpias las manos de loda codicia, sino
ministros del r e y , que con su nombre y autoridad atrope- también se opuso á los otros obispos , y procuró que se
• liaban la juslieia y la libertad de la Iglesia. Y puesto caso quitase una mala costumbre que se habia introducido^
que en lo uno y en lo otro mostró el rey sentimiento- mas con la cual, para hacer servicio á los reyes, los mismos,
después que san Hugon le habló y le dió razón de lo que obispos pedían cierto servicio al pueblo para el rey, y
bacía, el rey quedó muy satisfecho, entendiendo la razón después de haber cnniplido con é l , se quedaban y se
que el santo prelado tenia, y que no le movia cosa alguna aprovechaban ellos óalo que sobraba, y el pueblo les h a -
TOMO m . 50
394 LA LEYEND A m ORO. DÍA 17.
bia ofrecido: y aunque tuvo grandes dificulladcs , salió giavcmenle de san Hugon, el rey de Inglaterra, después
con ello. Su piedad y enlrañas amorosas y mas que de pa- dijo ásus privados: Si todos los obispos fuesen como este,
dre para los pecadores que se reconocian y pedían peui- no podrían nada contra ellos todos los reyes y príncipes
lencia , fué admirable. Finalmente, en Uxhs las cosas se de la tierra; y por la misma causa fué llamado esle santo,
mostró vigilantísimo p;íslor, y puerto y refugio de lodos Marlilto de los reyes. Y el rey Ricardo, que fué el que mas
los afligidos y atribulados. le persiguió, en castigo de estas y otras culpas padeció
Pero después que el rey Ricardo el I sucedió en el r e i -muchos daños, infortunios y guerras, y al cabo de pocos
no al rey Enrique, su padre , tuvo grandes encuentros y aflos que reinó, herido en una batalla, murió infelizmente
disgustos con san Hugon , por la n ala condición del rey (á lo que se creyó) en pena de este pecado ; poique ver-
y entereza del obispo , porque haciendo Ricardo guerra daderamente san Hugon fué gran varón de Dios, y res-
en Francia, y babiendo gastado su patrimonio real en pa- plandeció en el mundo con esclarecidas virtudes y vivió
gar su ejército , quiso que los obispos le socorriesen en en el reino do Inglaterra, mas como hombre del cíelo, que
aquella necesidad , y envió á Inglaterra un arzobispo para de la tierra: Era muy puntual en rezar el oíicio divino, sin
quujuntándolosá lodos de su parlu so lo propusiese: y anticipar ni posponer la hora, por grave que fuese el n e -
aunque los demás condescendieron (como suelen) con la gocio ó la ocupación que se le ofrecía. Acontecióle hacien-
voluntad del rey ; pero Ilugon, cunsiderando que la forma do camino con algunos obispos, y habiendo de pasar por
q iesedaba en aquel servicio era muy cargosa y dañosa algunos pasos peligrosos de salteadores, que los demás
para el pueblo y gente común, resistió él y otro obispo salieron de la posada ánles de día, para no caer en sus
que le siguió valerosamente á los demás; y así el rey no manos, y el santo se quedó rezando sus mailines, para
pudo salir con su intento : el cual, lleno de safia y furor, cumplir primero con aquella obligación: ellos dieron en el
mandó luego desterrar al santo prelado y al otro obispo, y peligro de que huían, fueron presos y maltratados; y san
coníiscarles todos sus bienes. Ejecutóse esle enojo en el Hugon, pasando después con su gente por el mismo cami-
otro obispo (aunque después el rey se aplacó con él, y p i - no, no tuvo mal encuentro ni daño alguno. En el decir
diéndole humildemente perdón, le admitió en su gracia); misa, era devotísimo y muy regalado del Señor, el cual
pero queriendo los ministros del rey ejecutar sus mánda- muchas veces se le apareció en figura de un hermosísimo
los contra san Hungon, él los excomulgó, y ellos tuvieron niño, cuando celebraba. Estaba tan firme en la fe del sa-
tan gran miedo y respeto á las censuras eclesiásticas, que crosanto sacrificio de la misa, y en creer que debajo de las
no se alrevieron á tocar á un hilo de la ropa del santo especies sacramenjales está el verdadero cuerpo y verda-
prelado; porque hablan vislo por experiencia, que nues- dera sangre de Cristo nuestro Señor, que habiendo suce-
tro SeiVir hai)ia dado liorribles castigos á muchos, que h a - dido en su tiempo, que diciendo misa un sacerdote, al
biendo sido privados del uso do tos santos sacramentos de frangir la hostia salió sangre de ella, rogándole que la fue-
la Iglesia por san Hugon, no le hablan obedecido. De estos, se á v e r , nunca quiso; ánles respondió, que él no tenia
habiendo anatematizado á algunos hombres perdidos y necesidad de aquellas sefiales, para creer lo que creia.
obstinados, la maldición de Dios.cayó sobre ellos, de m a - Cada año, á lo menos una vez, se iba á su convenio a n t i -
nera que súbitamente desaparecieron y no fueron mas vis- guo de la Gai'tuja, para recogerse como á puerto sagrado
tos. OLro soldado fué atormentado del demonio por la mis- y retirarse de las ondas y negocios del siglo, y vivía entre
ma causa y espiró; y otros muchos fueron castigados se- los mongescon tanta igualdad y modestia, que en ninguna
verísimamentede la mano del Señor, y por modos diferen- cosa parecía obispo, sino en el anillo que en el dedo traía.
tes (aunque lodos justos y severos) acabaron sus trisles Pero no es maravilla; porque ninguna cosa deseaba mas,
vidas. que descargarse del obispado y vivir como monge en su
monasterio: y para esto suplicó muchas veces á los roma-
Eocaraaenkindo, pues, en cabeza ajena (como comun-
nos pontífices que le librasen de tan pesada carga, y
mente dicen), y asombrados con ejemplos tan atroces ios
la diesen á otro que tuviese mayores fuerzas para llevarla;
mmislros del rey, no se atrevían á molestar al santo prela-
mas nunca lo pudo alcanzar : antes los papas le encarga-
do, huyendo como de un rayo de su maldición y excomu-
ban las cosas mas importantes que se les ofrecían en el
nión : y é l , confiado en la justicia de la causa que defen-
reino de Inglaterra, para que él las tratase y despachase,
día y en el Sc j o r , cuya era, so oponía á los mandatos de
confiados de su gran santidad, valor y prudencia.
los reyes cuando eran injustos y á la potestad seglar, por
la libertad de la Iglesia y por el amparo de la gente pobre Habiendo, pues, vivido san Hugon con tan gran santi-
y miserable; Dios nuestro Scflor le daba tanta eficacia y dad como habernos dicho, y resplandecido con tan a d m i -
favorecía tanto sus santos intentos, que hasta los mismos rables virtudes, siendo monge y siendo obispo, llegó el día
reyes á quienes resistía, le respetaban mas y no se atre- en que nuestro Señor le.quería dar el galardón de sus tra-
vian á disgustarle, viendo que no podían contrastar con bajos, victorias y altos merecimientos, y cayó malo y co-
Dios, que peleaba por é l : el sanio prelado, animado y noció que el Señor le quería hacer merced, de sacarle de
confortado mas con la protección del Señor, á quien tan la cárcel de este cuerpo mortal y trasladarle á las mora-
fielmente servia, no hacía caso de las amenazas ni espan- das eternas : y él estaba tan ansioso de ver al Señor, que
tos de los hombres, ni de las espadas desenvainadas con- decía que sería suma miseria el no morir y estar siempre
tra sí, ni de los otros peligros de muerte, que aun los va- en esle destierro. Dijéronle que hiciese testamento; y res-
rones valientes y esforzados suelen temer; y por estos pondió con algún desden: No estoy bien con esta costum-
peligros pasó muchas veces cou extremada seguridad y bre de hacer testamento los obispos que se ha introducido
constancia, temiendo y temblando, ó dejándole los que os- en la Iglesia; porque yo ninguna cosa he tenido ni tengo,
laban con él; y él haciendo burla y riéndose desús l e m o - que no sea de la Iglesia que he gobernado j pero por-
res. Torcsto, habiendo sido avisado una vez y reprendido que el fisco no entre en lo que no es suyo, estos bie-
DÍA 17. . NOVIEMBRE. 30:Í
nes que parece que lengo dense á los pobres. Recibió t o - l)e san Hugon hace mención el Martirologio romano h
dos lossanü* sacramentos con exti'emada devoción y ter- los H de noviembre, y Juan Molano en las Adiciones al
nura: consoló á todos sus bijos, que amargamente lloraban Martirologio de Usuardo, y un arcediano linconiense quo
su partida; y declaró que al rey y al reino y á lodo el escribió de sus milagros y Pedro Sulor, cartujano, á mas
clero hablan de venir en breve gravísimas calamidades de los autores que escriben su vida, que son los que refe-
(como vinieron), y que él se consolaba de morir en ÉfÉftl rimos arriba.
lia sazón por no verlas: y echado en el suelo sobre el c i - SAN GHEGOIUO, OBISPO Y coNi'Esrm.— La vida de san
licio y la ceniza, cantando los clérigos y mongos las com- Gregorio, obispo de la ciudad de Turs, habernos de sacar
pletas, al tiempo que docian e l : JYKJIC d m i l l i s servum de laque escribió el clero de su misma Iglesia, y refiero
luum. Domine, Ató sa purí imo espíritu á su Criador, á los en su sexto lomo el P. Fr. Lorenzo Surio; y es de esta ma-
17 de noviembre, cerca de los años del Sefíor de 1200, nera. Fué san Gregorio francés de nación, de la provincia
siendo de edad de setenta, y habiendo sido obispo quince de Albernia, é hijo de padres nobles, ricos y piadosos, y
aftos y cincuenta y ocho dias. Llevaron su sagrado cuerpo en su linaje hubo muchas personas, hombres y mujeres,
do Dondonia, donde murió, á su Iglesia de Linconia, con de notable santidad. Su padre se llamó Florencio y su ma-
gran pompa y solemnidad, concurriendo de todas partes dre Armenlaria : los cuales procuraron criar á san Grego-
innumerable gente, para ver, locar y reverenciar al sa- rio desde niño en toda virtud y en las buenas letras h u -
grado cuerpo de tan santo pastor y prelado. Vinieron á su manas y divinas; para que se aventajase mas en la cien-
entierro el rey de Inglaterra, Juan, y el rey de Escocia, cia y en el temor de Dios, le entregaron á san Galo,
con los señores y grandes de sus córtes, tres arzobispos, obispo de Albernia, que era su lio. Siendo aun niño, le vió
catorce obispos, mas de cien abades y una infinita muche- san Nicecio, obispo de León, y conociendo con espíritu
dumbre del pueblo, y sepultaron con gran ternura, honra del cielo, cuán gran ministro habia de ser, le abrazó y
y devoción al que en vida habia tenido tanto cuidado de le echó su bendición, suplicando á nuestro Señor que lo
enterrar los muertos, como arriba se dijo. Hubo después guardase y le tuviese de su mano. Siendo ya muchacho y
d i su muerte grandes revelaciones de la gloria que el Se- que aprendía á leer, oslando su padre muy malo, tuvo una
flor hnbia dado á su benditísima alma en el cielo. Entre visión, en que le mandaron que escribiese el santísimo
las otras fné una: que pretendiendo cierto obispo subir, nó nombre de Jesús en una tablilla, y le pusiese debajo ¿e
por vii-tu l y nuTeíMinieníos, sino por malos medios y ma- la cabecera de su padre, y que así cobraría salud. Hízolo,
ñas al obispado liiiconiense (pie habia tenido el santo, dió w luego sanó el padre, y de allí á dos años también le sa-
un golpe con el báculo pastoral en las espaldas al obispo nó de otra enfermedad muy peligrosa con el olor de un
ambicioso, y en la misma hora espiró. hígado de pez asado, como otro Tobías, por haber tenido
Muchos y grandes milagros obró el Señor por la inter- de elio revelación. Después creció, y siendo mozo tuvo una
cesión dií san Ilugon en vida y en muerte, sanando en v i - recia enfermedad de calenturas y flemas muy gruesas de
da mueh is enfermos y endemoniados, apagando con sus estómago, y no hallando remedio, se mandó llevar al se-
oraciones un grande incendio, y después de muerto (de- pulcro de s in Elidió, que estaln allí cerca , y prometió al
jando aparte los demás), en espacio de pocos dias cobra- santo el hacerse clérigo, si le sanaba. Luego le vino un flujo
ron salud en su sepultura seis paralíticos, tres ciegos, dos de sangre por las narices, y se despidió la calentura y sa-
mudos y otros dos contrahechos, una hidrópica, y un niño nó ; y nuestro Gregorio cumplió lo que habia prometido,
muerto resucitó: un ladrón, que habia hurtado la bolsa á y dejado el hábito seglar, se dedicó totalmente al servicio
un buena mujer, que estaba orando delante del cuerpo de de Dios y de su Iglesia. Murió san Galo: y san Avilo,
san Ibigon, milagrosamente perdió luego la vista, y cono- viendo el ingenio y gran caudal de Gregorio, le lomó á
ciendo su culpa, confesándola públicamente y restituyendo su cargo, para perfeccionarle en los buenos principios de
la bolsa, la tornó á cobrar. Par estos y otros milagros» y virtud y letras que ya tenia ; y así lo hizo, dándole exce-
mucho mas por la información de su santísima vida y a d - lentes maestros y hombres insignes en todo género de
mirables virtudes, le canonizó y puso en el catálogo de los erudición, para que le cultivasen y guiasen hasta la c u m -
santos, lionorio I I I , sumo pontífice: y por ¡os años del Se- bre de la sabiduría: y él por su parte con su ingenio, I r a -
ñor de 1280, á los 6 de octubre, se trasladó su sagrado bajo é industria, se dió tan buena maña, que la alcanzó,
cuerpo con gran pompa y fiesta, estando presentes el rey como se ve por los muchos libros que escribió. Supo ser-
y la reina de Inglaterra y el rey de Navarra, dos arzobis- virse de los poetas, oradores y filósofos, y aprovecharse de
pos, muchos obispos, abades, caballeros, señores y g r a n - lo bueno que tienen (como hurlaron á los egipcios) y dese-
des del remo. Hallaron el sagrado cuerpo, cuando le des- char lo malo, corlando las uñas y los cabellos á la mujer
cubrieron, casi entero, y del arca en que estaba salió gran cautiva, antes do lomarla por mujer, como mandaba Dios
copia de un óleo purísimo, y el hábito de monge que el que se hiciese en la ley vieja. Ilabia en aquel tiempo en
santo varón habifl traído y con que habia sido sepultado Alvernia muchas piírsouas religiosas que resplandecían en
estaba entero: y temendo la cabeza del santo en las manos toda virtud, á las cuales Gregorio visilaba con mucho g u s -
con gran reverencia Ol.verio, obispo linconiense, destiló de to, para aprovecharse de sus ejemplos y animarse mas á
la mejilla un ace.te celestial: y con estos prodigios divinos la perfección. En este tiempo le envió Dios otra enferme-
el santo cuerpo fue colocado en una arca adornada de oro dad que le llegó al cabo y casi le d.-sliauciaron los médi-
y piala y muchas piedras preciosas, y puesto en un lugar cos; pero el santo, medio muerto como estaba, se mandó
fabricado de mármol, alto y sublimo, apartado algo de la llevar ala sepultura de san Martin, obispo (con quien te-
cabeza del mismo santo, que por ser guarnecida riquísi- nia particular devoción), con gran confianza que por su
mamente, se puso en el aliar de san Juan Caulista de la intercesión el Señor le daría entera salud. Púsose en c a -
misma iglesia catedral linconiense. mino, y habiendo andado dos ó tres jornadas, con el t r a -
39G LA LEYIÍNDA DE ORO DIA 17.
bajo del niisnio camino crecía la enfernicdad: y aunque el Señor por él, y él ya mas recatado y humilde, dese-
ios quti le acompañaban le aconsejaban y persuadían que chando la vana alabanza de si, siempre los atribuía á los
no pasase adelante, pues su flaijiuv.a no lo permitía, él merecimientos de los santos cuyas reliquias traía consigo.
luvo fuerte, y les rogó que vivo ó muerto le llevasen á Así lo hizo en un gran fuego que se prendió en una casilla
donde estaba el sagrado cuerpo de su padre y patrón san pajiza de un pobre hombre, y se había apoderado de ella
Martin. Lleváronle, y llegó Gregorio y cobró la salud, y de tal suerte que no habia remedio para apagarle, mas
también un clérigo que iba en su compañía y se llamaba en mostrándole san Gregorio al fuego la cruz y reliquias
Armenlario, que estaba sin sentido. Era Gregorio muy de- que llevaba en el pecho, luego perdió su fuerza y se ex-
voto de santas reliquias y siempre las llevaba consigo, y tinguió. Otra vez, hablando con un criado del rey que era
yendo una vez de Borgofla á Alvernía, le cogió en el cam- sordo, el hombre quedó sano y oyó perfectamente. Iba
po un recio temporal, y se levantó una borrasca de true- una vez á líorgoíía, pera ver á su madre: cayó en manos
nos, relámpagos y rayos espantosa, que dió mucho que de ladrones que con gran braveza y mulo quisieron aco-
pensar y que temer á los que iban con é l : sacó sus r e l i - meterle, y temblando los que iban con él y temiendo de
quias Gregorio, y púsolas hacía el nublado oscuro y hor- perder las haciendas y las vidas, él se encomendó á san
rible que venia sobre ellos, y al momento se deshizo par- Martín, y luego volvieron los ladrones atrás con mayor
tido en dos parles, y Ies dejó el camino desembarazado y ímpetu que venían: y el santo muy seguro y confiado, los
seguro. De este suceso le vino un poco de vanagloria á llamó y rogó que viniesen á comer y beber; mas ellos se
Gregorio; y luego el caballo en que iba cayó en el suelo hallaron tan turbados y confusos, que dieron á huir y no
y se laslímóv y él conoció que habia sido castigado de veian la hora de verse libres de sus manos.
Dios por aquella vanagloria que habia tenido, y le pidió Otras cosas maravillosas le aconlcneron que mostraban
perdón, y de allí adelante vivió con mas recalo, dando la bien cuánto nuestro Señor le favorecía y regalaba, y par-
gloria al Señor cuya es, y el que por sus santos obra tan ticularmente se cuentan en su vida dos. La primera , que
grandes maravillas. habiendo ido por su devoción á visitar el sepulcro de san
Murió san Eufronío, obispo de Turs, siendo rey de Hilario, obispo de Poitiers, estando con la santa reina I l a -
Francia Sigiberto, y en el doceno año de su reinado: j u n - deunde, hablando y tratando entre si de las cosas del
tóse el clero y el pueblo para elegir sucesor y poner en cielo . una cruz que allí estaba y solía destilar gola á gota
aquella silla algún varón que imitase la santidad y v i g i - un óleo suavísimo , por la presencia de san Gregorio co-
lancia del obispo muerto, que habia sido rara. Todos con menzó á manar tan copiosamente, que dentro de una hora
un corazón, una voluntad y una voz, nombraron por obis- se recogió una gran cantidad de él. La otra e s , que con
po á Gregorio, como á persona tan santa, tan ilnslre y tan el castigo de amoroso padre que le dió el Señor , le e n -
conocida y respetada de todos, grandes y pequeños, seño- señó y en él á nosotros , el cuidado con que nos debemos
res y plebeyos. Súpolo él y quiso huir, teniéndose por apartar de las culpas, aunque parezcan pequeñas , y fué
indigno de aquella dignidad; pero no pudo, porque el rey asi: que la noche de ¡Navidad estando cansado el santo
le forzó con su autoridad y la reina con sus ruegos, y todo ponlílice (por haber velado mucho la noche ánles), se
el clero y pueblo con sus lágrimas, de manera que le obli- puso un poco á reposar. Aparecióle luego un hombre que
garon á bajar la cabeza y dejarse consagrar del arzobispo le dijo: Levánlate y vé á la iglesia. Despertó y haciendo
de la ciudad de Rheims, que se llamaba Egidio. Luego sobre sí la señal de la c r u z , se tornó á dormir. Volvió
que se sentó en su silla, comenzó á resplandecer mas con segunda voz y dióle el mismo aviso, y él como estaba
las obras que hacia de vigilante y santo paslor: reparó oprimido del sueño, no se levantó. Entonces volvió tercera
muchas iglesias, y entro ellas la catedral que habia edifi- vez y dióle un gran bofetón en el rostro y díjole: ¿Tú que
cado san Martin, y la adornó con pinturas de la vida del has de despertar á los otros duermes tan despacio? e n -
mismo san Martín. Mandó labrar otras iglesias de nuevo, y tonces Gregorio conoció que aquel era castigo de Dios , y
procuró que el culto divino estuviese en su punto. Predi- luego se levantó y se fué á la iglesia c o m o el Señor se l o
caba muchas veces y daba pasto del cielo á sus ovejas, y mandaba : tan vigilantes quiere Dios á los pastores, y tan
curábalas la roña con gran cuidado y piedad. Tuvo un zeloso y grave reprensor es de las culpas , aunque mí-
don señalado de discreción de espíritus, y por él conoció nimas de sus santos.
que un santo abad llamado Senoch estaba tocado del vicio Con haber sido tan excelente prelado san Gregorio ( a n -
de la soberbia y vanidad, y le avisó y curó de él i y á otro tes por haberlo sido) no le faltaron trabajos y tribulacio-
varón perfecto, llamado Leobardo, libró asimismo de los nes. Fué acusado falsamente que habia puesto lengua en
engaños y embustes (que él no conocía) de Satanás. Dá- la limpieza y honeslídad de la reina , y hecho otras cosas
base mucho á los ejercicios del estudio y mortificación, graves contra el rey. Para averiguar la verdad so juntó
y con tal exceso, que el cuerpo que era flaco, sentía sn un concilio de obispos en Brenaco; y el santo se purgó
trabajo y muchas veces perdía la salud ; pero Gregorio de aquella calumnia con juramenío, y los calumniadores
tomábalos remedios naturales para cobrarla; y cuando que eran gente infame y malvada , fueron convencidos y
no bastaban acudía á los divinos, y encomendábase á san castigados severamente, aunque no tanto como su culpa
Martín, su (iel abogado, y por las oraciones del santo a l - merecía ; y el rey después favoreció mucho á san Grego-
canzaba lo que por medicinas no habia podido alcanzar; rio , aunque no le faltaron castigos del cielo.
y esto fué muchas veces, y de aquí le nació la devoción A los diez y seis años de la consagración en obispo de
de escribirlos milagros do san Martin, aunque teniéndose Gregorio Turonense, fué asunto al sumo pontificado en
por su humildad por indigno, no se atrevió á hacerlo, hasta Roma san Gregorio Magno. Hubo entre eslos dos sanios
que dos ó tres veces le fué avisado del cíelo que lo hicíc- muy estrecha amistad, y san Gregorio, papa , estimó y
¡se, si no quería ofender á Dios. Hacía muchos milagros honró mucho á nuestro Gregorio Turonense, movido de
DIA 17 NOVIEMBRE. 397
In fama de sus raras prendas y de su gran sanlidad. l uó y acusados delante de Dion, fueron por su mandato presos
á Roma Gregorio Turoncnse para visitar los santuarios de y traídos á su presencia, y les d i j o : ¿Sois vosotros los
aquella santa ciudad y hacer reverencia al santo papa ipie menospreciáis nuestros dioses, é incitáis a! pueblo á
Gregorio , el cual se alegró sobremanera cuando supo que no les hagan sacrificios ni los honren? Kespondió
que habia llegado á Roma, y le llevó consigo á adorar Acisclo con gran sosiego y reposo: Nosotros servimos á
los sagrados cuerpos de san Pedro y san Pablo. Pero s u - Jesucristo nuestro Dios y Señor, y nó á las piedras ni á
cedió uoa cosa en esla visla , digna de notar. Kra san los demonios, prosiguió el juez y dijo : ¿Sabes por (pió
Gregorio, papa, grande de cuerpo, abultado de rostro , y sentencia he mandado pasar á los que no sacrifican?
de mucha majestad ; y el Tiironensc muy pequeño, y en Acisclo d i j o : Y l ú , Dion, ¿has oido las penas que tiene
la apariencia despreciable. Estando, pues, postrado, co- aparejadas nuestro Señor Jesucristo á lí y á los que man-
menzó el papa á mirarle y á maravillarse , considerando dáis esto? Oyendo estas palabras el impío juez dió brami-
los grandes dones que Dios habia encerrado en aquel dos, y con rabia y furor dijo grandes blasfemias contra
cuerpo tan pequeño. Entendiólo el Turonense, alumbrado Cristo; mas reprimiéndose un poco, y pareciéndole que
con la divina luz: y mirando al papa con un afecto blando mas fácilmente engañaría á santa Victoria por ser mujer
y grave, le dijo: Padre sanio, Dominus [ccil nos, el non y Haca, que á su hermano, comenzó ya con halagos, ya
ipsi nos: ídem esl in parvis, qui el in magnis: El Señor nos con amenazas, á persuadirla que tuviese lástima de s í , y
ha hecho, que nosotros no nos hicimos: y él es el mismo que le creyese como á padre que la queria como si fuera
en las cosas pequeñas y en las grandes, en las alias y en su hija y deseaba su bien, y que reconociese y adorase á
las bajas. Parecióle á san Gregorio,papa, que el Turoncnse sus dioses, porque de esta manera se libraria de los t o r -
habia respondido á su pensamiento. y confirmóse mas en mentos, que si no lo hiciese le estaban aparejados, y
la opinión que tenia de su sanlidad , y honróle mucho; y lendria á los dioses inmortales propicios y favorables , y
por su respeto ennobleció la Iglesia turonense, y le dió á él le baria un gran placer, y le obligarla á acariciarla
una cadena de oro para que en ella se guardase como y favorecerla, y convertir los tormentos en dulzura y
don de su mano. Volvió á su Iglesia muy contento con la regalos. No se dejó vencer la santa doncella de los hala-
bendición del sumo pontífice Gregorio, y muy tierno y gos , ni de los fieros de Dion; antes con un ánimo varo-
consolado con la devoción que el Señor le habia dado, nil y constante le d i j o : muy gran beneficio me harás en
visitando los templos y reliquias de aquella santa ciudad: ejecutar en mi cuerpo esos tormentos que me dices; por-
y habiendo vivido veinle y un años en su obispado con que lodo mi bien es mi Señor Jesucristo , en quien tengo
admirable ejemplo de vida y doctrina . se fuéá gozar del puesta toda mi confianza. Finalmente, después de haber
premio de sus merecimientos y gloriosos trabajos, á los pasado algunas otras razones con los dos santos herma-
17 de noviembre, del año iiOí. Mandó que le sepultasen nos , procurando convertirlos y atraerlos á su intento;
en lugar donde no fuese reverenciado , sino pisado de cuando vió que lodo le salia en vano, y que no podia me-
lodos jlanía era su humildad), mas el clero no lo consintió; llar aquellos pechos sagrados, mandó Dion azotar á san
áiiles lo colocó á la mano izquierda del sepulcro de san Acisclo con varas', y alormenlar á santa Vicloria por las
iWarlin en una rica caja de mármol. plantas de los piés , y después echarlos en una profunda
y tenebrosa cárcel ; y así se hizo. Estaban los sanies en
Escribió muchas obras provechosas que se pueden ver
la penosa cárcel, nó con pena sino con gran gozo y ale-
en la Bibliolheca sanclonm y en Trilemio y oíros: y el
gría , como si estuvieran en un paraiso de deleites, acor-
mismo santo hace mención de ellas en el fin de su
dándose que padecían por su Señor , y loándole y h a -
Historia de las cosas de Francia: especialmente sonde
ciéndole gracias porque les hacia tan señalada merced.
grande edificación y ejemplo las que compuso de la glo-
Vinieron cualro ángeles del cielo y trajéronles de comer,
ria de los mártires y de los confesores. De san Gregorio
y con su celestial vista los recrearon y esforzaron. Otro
Turoncnse hacen mención el Martirologio romano y el de
dia el juez quiso acabar con ellos^ porque veia (pie per-
Reda á los n de noviembre; y Venancio Fortunado, T r i -
día el tiempo y que no podia con halagos ni promesas, con
lemio, Pedro de Nalalibus y el cardenal Baronio cu sus
amenazas ni espantos atraerlos á la aderacion de sus f a l -
anotaciones.
sos dioses, y llevaba mal h constancia y firmeza de los
LOS SANTOS AC1SCÍ.0 Y V l C T O I U A , M Á U T I U E S . — S a n Ac¡S- santos hermanos , y la tenia por afrenta y mengua suya.
clo y sania Vicloria , su hermana , fueron ¡lustres márti- Para esto les mandó echar al rio Guadalquivir con unas
res del Señor, y murieron por su santa fé en la ciudad de muy pesadas piedras atadas al cuello, para que allí se
Górdoba, que los tiene por patrones, y los venera y hace ahogasen y pereciesen. Mas no hay poder conlra Dios, y
l.esta con gran devoción y solemnidad. Algunos autores las aguas y todos jos elemenlos, y criaturas le sirven y
d.cen que fueron h.jos de san Marcelo , el centurión, que obedecen á su voluntad. Vinieron cualro ángeles y sus-
uvo doce lujos y todos mártires; pero el cardenal líaronio lentaron á los hienavenlurados mártires , traycndoles en
lo reprueba y lo hene por f;J|So; y , s í , d(lj.|n{]o (>slü las palmas sobre las aguas, alabando ellos y bendiciendo
otras cosas dependientes de ello, com« iucie.tas, dúrameá al Señor, con (anta suavidad y recreo, como si se pa-
ÍQ (pie es cierto y lo que la santa Iglesia de Córdoba s i - searan por un campo florido y ameno; y en una nube muy
gue en el rezado de estos santos. Hallándose en Córdoba
rcspiaiKlccienlc que los cubria , merecieron ver no sola-
un juez llamado Dion [ que por ventura era comisario ú
mciilc á los ángeles, mas al mismo Señor y Hry de los
Ingarlcnicnte del presidente Daciano), mandó nrceomv
ángeles acompañado de gran muchedumbre de ellos , que
un edicto que lodos los cristianos que habia en aqaella
losvcnian á conforlar. Pero Dion, (orno \ i ó (pie no le ha-
ciudad , ó sacrificasen á los dioses ó muriesen como d e -
bia sucedido el acabarlos de una vez, ahogándolos en el
sobedientes á sus mandatos. Entro oíros cristianos que no
r i o ; sañoso, furioso y bravo, determinó alormenlarlos
quisieron obedecer, fueron Acisclo y Victoria su hermana
398 LA LEYENDA DE 0110 DIA 17-
despacio y darles mnclias muertes; porque con i m a n o Acisclo en su casa, y el de santa Vícloria cerca déla puer-
los había podido matar. Para esto mandó hacer ciertas rue- ta del r i o ; y después se edificó á san Acisclo un suntuoso
das y atar en ellas á los santos, y encender fuego debnjo templo en Córdoba, que tiene á estos dos gloriosos m á r t i -
de ellas y avivarle con aceite , para que con el movi- res porpalrones é insignes defensores de toda aquella no-
miento do las ruedas los cuerpos poco á poco se asasen y bílisima y anliquísima ciudad. Cuenta san Isidoro, que
consumiesen , y desvaneciéndoseles la cabeza , quedasen viniendo el rey Agila de los godos, sucesor de Teudíselo,
privados de sentido. ¡ O necia y vana invención del polvo sobre Córdoba, profanó la iglesia de San Acisclo, donde
de la tierra , que piensa contrastar con Dios ! ¡ O inge- estaba sü cuerpo sepultado, aposentando en ella sus c a -
niosa crueldad y no ménos desatinada, que se ejecuta ballos y soldados por estar fuera de la ciudad, pero lue-
contra los que están debajo del amparo y sombra do Dios! go vino el castigo de Dios sobre el malvado rey en v e n -
Estaba Dion lleno de rabia con el rostro encendido, cen- ganza del santo mártir: porque milagrosamente fué v e n -
telleando los ojos, echando llamas de impiedad, mandan- cido de los cordobeses y destrozado, matándole á un hijo
do atormentar á los bienaventurados hermanos en aque- y á todos los mas principales de su ejército: y él, dejan-
llas ruedas, y los sayones y ministros de su crueldad do lodos sus tesoros á sus enemigos, con gran dificullad so
moviendo las ruedas y atizando el fuego; y los santos escapó huyendo; y llegando después á Mcrída, el mismo
como si estuvieran en camas regaladas, con gran paz y rey fué muerto por los suyos. San Eulogio, márlir, afirma
seguridad , encomendándose al Señor y suplicándole que que en la destrucción de España quedaron en aquella
matase aquel fuego : y él lo hizo luego, de tal manera, iglesia sus cuerpos, y parte de ellos están al presente en
que salló con gran presteza en los gentiles que allí estaban ella,que es monasterio de Predicadores • parle en olra igle-
y abrasó gran multitud do ellos, quedando los santos sin sia de San Pedro, que es parroquial.
lesión alguna, y cantando aquel verso del real profeta: SAN GREGORIO TAUMATURGO, CRISPO YCONFÍSOR.—La vida
Pasado habernos por fuego y agua, y sacáslenos, Señor, al desan Teodoro, que después se llamó Gregorio, ohispodo
Ivgar del descanso y refrigerio. Todas estas maravillas que Neocesarea, escribió el elocuentisimo doctor san Gregorio
obraba Dios por sus siervos , atribuía Dion (como ciego) Niceno, hermano del Gran Basilio; y el mismo Basilio lo
á arle mágica y al poder de los demonios, por cuya v i r - alaba sobre manera y le llama el Gran Gregorio. Fué tan
tud pensaba que los gloriosos mártires se defendían. Man- esclarecido en prodigios y milagros, que le dieron el nom-
dólos quitar de las ruedas, y de nuevo pretendió persua- bre de Taumaturgo, que en griego quiere decir obrador y
dirles que reconociesen la benignidad de sus dioses, pues artífice de milagros; y le comparan á Moisés por los m u -
tanto ios sufrían y esperaban. A lo cual san Acisclo le chos y muy notablesqne hizo; y su vida fué tal, que so
respondió constante y gravemente, reprendiendo su l o - puede tener por el mayor desús milagros. Nació este san-
cura y ceguedad , pues no veía la poderosa mano del ver- lísimo varón en Neocesarea, que es en el Ponto Euxino.
dadero Dios que los defendía, y atribuía á los demonios lo Sus padres fueron nobles y ricos, aunque eran gentiles.
que solo Dios podia obrar. El malvado juez mandó quitar Desde niño fué muy bien inclinado y dado á las obras m o -
de allí á san Acisclo, enfadado de sus palabras, y que rales de v i r t u d : y habiendo aprendido las primeras l e -
cortasen á la santa hermana los pechos, y de las heridas tras, fué enviado á Alejandría (donde á la sazón fiorecian
no salió sangre sino leche, para mayor gloria del Señor mucho los estudios de las buenas artes\ para qne allí estu-
y testimonio de su verdad. Lleváronla después á la cárcel diase la filosofía, y todo lo demás que para cultivar su
donde estaba su hermano, y vinieron á ellos muchas grande ingenio y alcanzar honra y provecho era menester.
mujeres movidas de compasión para visitar á santa Victo- En este estudio de la filosofía le alumbró Dios, y en las t i -
nieblas de los libros de los gentiles le descubrió la luz de
ria y traerla algún regalo; y ella se las pagó con otro ma-
la verdad; porque viendo la variedad y diversidad de o p i -
yor ; porque las predicó y convirtió siete de ellas con sus
niones que hay entre los mismos lilósofos (aun en las
santas palabras y amonestaciones: en esto pasaron aque-
cosas mas importantes que tocan á la naturaleza, p r o v i -
lla noche. Traídos al otro día delante de Dion , mandó
dencia, gobierno y majestad de Dios, y á la felicidad y fin
corlar la lengua á santa Victoria, porque hablaba con
del hombre), entendió que no podia ser verdadera aquella
gran libertad; mas ella después hablaba y alababa al Se-
doctrina tan llena de contrariedades y desatinos; y la que
ñor sin lengua como si la tuviera , haciéndole gracias por
enseñaba nuestra sagrada religión solo era la cierta y so-
aquel inestimable beneficio; y el juez impío la hizo asae-
gura ; y allí la abrpzó y se hizo cristiano. Perseveraba en
tear, y degollar ás;in Acisclo en el anfileatro;lugar público
sus estudios con raro ejemplo de modestia y honestidad:
para las üeslas y regocijos. Oyéronse voces de ángeles
no se descomponía ni en obras ni en palabras: era benig-
que decían : Venid á mí, santos míos, recibid las coronas
no, manso y humilde en todos y un espejo de virtud á sus
que por premio de vuestra noble pelea os están apare-
condiscípulos y á los demás estudiantes de aquella univer-
jadas.
sidad: entre los cuales, algunos desbaratados y traviesos
Este fué el martirio de san Acisclo y Victoria su her-
llevaban mal tanta modestia y compostura de costumbres
mana, y fué á los 17 de noviembre en que la santa Igle-
como resplandecía en san Gregorio; porque era una tácita
sia le celebra, el año del Señor de 303, imperando Dio-
reprensión de sus vicios. Determinaron pues infamarle y
cleciano y Maxímiano, y siendo obispo de Córdoba el dará entender que no era tan casto ni tan honesto como
grande Osio, á lo que dice el cardenal Bnronio. Los Mar- parecía. Concertáronse con una mujercilla lasciva y de
tirologios remano y Beda, Usuardo y Adon, hacen men- mal vivir, y prométíeronle pagárselo bien, si al tiifmpo
ción de estos santos, y el poeta Prudencio y el nreviario que estaba Gregorio en compañía de los hombres graves
toledano de san Isidoro. Los sagrados cuerpos recogió de y filósofos, le acometiese y le pidiese el precio de su lor-
noche uaa mujer principal llamada Mínciana, y <"on la
mayor veneración y honra que pudo, sepultó el de san i peza que con ella había cometido y no pagado. Uízolo asi
T)1A \ 1 . NOYIKJiimR. 399
la li islo y desvergonzada mujer. Entró un dia donde esta- muchos y florecían y maltrataban á los cristianos, encen-
ba el santo mozo tratando una cuestión de filosofía con dido de celo de la gloria de Dios y movido con su espíri-
ciertos Olósofos, y con grande desenvoltura quejándose y tu, deseó en gran manera hacer obispo de Neocesarea á
dando voces, le afeó que haljiéndose aprovechado do ella, Gregorio, para que con su gran virtud y letras la cultiva-
no le Jiabia pagado lo que le habia prometido. Turbáronse se y alentase á los cristianos y convirtiese á los gentiles,
ios que aili estaban oyendo lo que nunca hablan oido de l'ara esto él mismo fué en busca de san Gregorio con i n -
Gregorio: y entendiendo que era embuste y que no cabia U-nlo de poner sobre él las manos y consagrarle en obis-
en él aquella maldad, la quisieron echar de allí como m u - po. Entendiólo Gregorio: y para eximirse de aquel peso
jer infame y mentirosa. Mas no se turbó Gregorio, ni hizo que juzgaba ser mayor que sus fuerzas, se retiró huyendo
alteración en su ánimo, ni hizo mudanza en su rostro lo de una soledad en otra por no euconlrarse con Fedimo ni
que de si falsamente habia oido; ánt«s con un semblan- aceptar el obispado. Fedimo buscaba á Gregorio para h a -
te sereno y grave, volviéndose á un criado suyo, le man- cerle obispo, y Gregorio para no serlo se escondía. Iluia
dó que le diese á aquella mujer todo lo que pedia, para el uno, seguíale el otro; y no le podia dar un alcance,
que se fuese y no les estorbase ni interrumpiese lá confe- hasta que un dia, sabiendo Fedimo que Gregorio estaba
rencia y disputa que teniau entre manos. Dió el criado á la tres j)rnadas lejos, con gran conüanza se volvió á Dios y
mujer lodo lo que pidió: y al punió que ella lo tomó en le suplicó que mirase á él y mirase á Gregorio, y que ya
la mano, por juicio de Dios se revistió el demonio de ella que no podia poner sobre él las manos para consagrarle
y la comenzó á atormentar terriblemente, y no cesó hasta n obispo, se sirviese de sus palabras con que estando a u -
que el santo mozo hizo oración p o r e l i a y l a l i b r ó ; que- sente se le dedicaba y ofrecía por obispo de Neocesarea
dando todos admirados de la modestia de Gregorio y del para bien de aquella Iglesia. Fueron de tanta fuerza las pa-
leslimonio que. Dios habia dado de su inocencia, con el labras de Fedimo, como dichas con especial instinto y es-
casligo visible de la mujer y con haber oido los ruegos del píritu del Señor, que cuando Gregorio las supo, se dejó
mismo Gregorio y librádda por su intercesión. Habiendo alar y se rindió y bajó la cerviz al yugo, y se encargó de
acahado les estudios déla filosofía y de las ciencias huma- la Iglesia de Neocesarea, haciéndole consagrar obispo con
nas,seaplicósanGregorioálas Letras divinasrypara apren- los ritos y ceremonias de la Iglesia.
derlas mejor, determinó hacerse discípulo de Orígenes, En viéndose obispo san Gregorio, se determinó dar do
(pie en aquel tiempo era tenido por un oráculo de sabidu- mano á todos los negocios de la carne y sangre, y aten-
ría é insigne doctor de la iglesia. Tino á él con un her- der solamente á los de su oficio pastoral, y ante todas c o -
mano suyo llamado Alcnodoro, varen erudito, que des- sas á la doctrina y enseñanza de sus ovejas: y deseando
pués fué obispo y glorioso mártir del Señor, en tiempo del que fuese pura y sincera y sin mezcla de algún error do
emperador Aureliano, y como tal hace mención de él el los mucho? que en aquellos tiempos sembraba el demonio,
Martirologio romano á los 18 de octubre. Cinco años ente- como zizaña entre la buena semilla, se dió mucho á la
ros estuvieron en la escuela de Orígenes los dos herma- oración, suplicando al Señor por intercesión de su santísi-
nos, y de él fueron enseñados en las divinas Escrituras, é ma Madre, que le alumbrase y le descubriese lo que él ha-
hicieron muy gran progreso en la inteligencia de ellas. Y bia de predicar á sus ovejas. Estando una noche en o r a -
aun san Gerónimo escribe, que Orígenes fué el que vien- ción con esta ansia y cuidado, le apareció la serenísima
do el grande ingenio de san Gregorio y de su hermano, los Reina de los ángeles, resplandeciente y en figura de una
exhortó al estudio de la filosofía, y poco á poco les fué ins- señora mas divina que humana, y volviéndose á san Juan
Irnyendo en la fé de Cristo hasta hacerlos imitadores s u - Evangelista que venia á su lado, le ordenó que declarase á
yos: y lo da á entender Ensebio Cesariense; y añade que Gregorio los misterios del cielo y le diese una fórmula de
se esmeraron tanto en las letras y la v i r t u d , que siendo loque babia de creer y enseñar, y así lo hizo el sagrado
aun mozo^, los sacaron de la escuela de Orígenes para ha- Evangelista: y con esto desapareció aquella visión, y G r e -
cerlos obispos. Volvió después Gregorio á Neocesarea, su gorio quedó enseñado y consolado, y escribió aquella fór-
patria, que á la sazón era toda de gentiles y dada á la ido- mula que le habia sido revelada, por la cual los cristianos
lalria, y no habia sino diez y siete cristianos en ella. To- de Neocesarea fueron instruidos en su tiempo, y después
dos pusieron luego los ojos en Gregorio por su nobleza, sin caer en algún error.
modestia y grande ingenio y letras. Aguardaban alguna
Armado pues, san Gregorio con tan buenas armas, y f a -
muestra de lo que habia aprendido; mas él no quiso hacer
vorecido con el socorro del cielo, salió al campoconlra las
ostentación de su ciencia, sino de su modestia, con el si
buesles de Satanás para hacer guerra como soldado vale-
lencio y con la soledad, retirándose del bullicio y negocios
roso á la idolatría ó infierno y defender las partes del Se-
de la ciudad y tratando con Dios por la oración, pidiéndole
ñor. Estaba toda aquella tierra llenado templos dedicados
su favor, y con los prójimos de su aprovechamiento y de
á los demonios, y en los bosques, alamedas y montes so
los medios que habiande lomar para ir al cielo. Mas por
le ofrecían abominables sacrificios, y el culto del verda-
mucho que Gregorio se m i r a b a y se escondía, no podia
dero Dios estaba postrado y muy caído por los pocos c r i s -
la luz que estaba encerrada en su pecho dejar de mani-
tianos que habia en Neocesarea. Pero sucedió que, dejan-
festarse y salir fuera. Extendióse por toda aquella tierra la
do san Gregorio la soledad y caminando hacia la ciudad
fama de su virtud y doctrina, por lo cual, los que le cono
con algunos sus familiares y amigos, llegó á un templo de
cian deseábanle, conocer, y los que le trataban tratarle
Apolo allí cerca y porque llovía y era larde paró en él.
iiuis por la utilidad que sacaban de su santa conversación
Era este templo muy célebre y frecuentado de los g e n t i -
Fué esto de manera, que un santo obispo de la Iglesia de
les que venían al demonio, en que él era reverenciado c o -
Masea llamado Fedimo, viendo cuan pocos eran fus cris
mo á un oráculo, y por medio del sacerdote proponían sus
llanos déla ciudad de Neocesarea, y que los gentiles eran
dudas y peticiones al demonio, y con las respuestas que
400 LA LEYENDA DE ORO D1A 17.
él les daba se volvían á sos casas. Purificó el templo san soniojerogóencarecidamonle y le importunó que se fue-
Gregorio con la señal de la cruz, y gasló toda la noche ve- se á su casa. Él lo hizo , y comenzó á venir á ella nmrlia
lando en oración y alabando al Sefiorcomosolia. A la m a - gente de todos estados, edades y condiciones, para ver y
ñana se partió y siguió su camino. Salido san Gegorio entró tratar á un bombre que era mas que hombre, y tener
el sacerdote de los ídolosen el templo para hacersusofren- doctrina para sus almas y salud para sus cuerpos. Así lo
das y sacrificios, y oyó grandes voces y lamentables alari- hacía el santo, enseñando á cada uno lo que debía.de h a -
dos de demonios que clamaban y le decían, que no podian cer para salvarse , y sanando á los enfermos de todas las
entraren aquella casa por haber oslado en ella Gregorio. dolencias que padecían : consolaba á los desconsolados i
Hizo el sacerdote mayores sacrificios y lodo lo que supo persuadía á los mancebos la castidad, á los viejos la p a -
para aplacarlos y hacerlos volver al templo, y viendo que, ciencia, á los siervos la obediencia para con sus señores,
todo su trabajo lesalia en vano, fué tras san Gregorio y le á los señores la benignidad para con sus criados, á los r i -
alcanzó, y con gran ansia y furor le dijo que le habia' cos la limosna y á los pobres el sufjimicnto y contento
de acusar al magistrado y hacer castigar severamente; con su estado; finalmente, á todos los hombres y mujeres,
porque siendo cristiano y enemigo de los dioses, habia mozos y viejos, reparlia el pan de la celoslial doctrina , y
entrado en su templo y echádoles de él, é impedido sus daba documentos de salud.
oráculos. A lo cual san Gregorio con gran modestia Ic res- Fueron tantos los que se convirtieron á nuestra fé y
pondió, que supiese que era siervo de un Señor en cuyo tan grande el fuego de amor de Dios que en ellos se e m -
nombre podia echar los demonios de donde quisiese. El prendió por las palabras de san Gregorio , que luego p u -
sacerdote admirado de esto le dijo : Pu«s haz que tornen pusieron la mano para edificar un templo al Dios verda-
al templo donde estaban, para que yo entienda, que tienes dero , ofreciendo cada uno su trabajo y su hacienda para
tan gran potestad. Abrió Gregorio un libro que Iraia consi- la obra , la cual se hizo ecliándola el sanio su bendiciotr,
go , y rompió de una hoja una pequeña p a r t e , y escribió y quedó tan fuerte y lan firme y bien fundada, que suce-
en ella estas solas palabras: «(iregorio á Satanás: Entra.» diendo después un grandísimo temblor de tierra (con el
Llevó el sacerdote la carta : púsola sobre el altar: hizo su cual cayeron lodos los edificios, casas y templos de la
sacrificio : y luego le respondieron los demonios como ciudad de Neocesarea}; solo este templo que edificó san
primero. Quedó asombrado el sacerdote: y como debia ser (¡regorio quedó en p i é , por especial gracia y providencia
discreto , y Dios por este camino le quería alumbrar, p l i - del Señor. Eusebio Cesaríense dice, que para la edifica-
sóse á considerar que el Dios á quien servia Gregorio ción de un templo, hizo con su oración, que una gran peña
debia ser mas poderoso que sus dioses; pues en su n o m - se partiese y diese lugar para que edificase el templo:
bre Gregorio los habia podido echar de su templo, y v o l - tanto podía con sus oraciones y tanto ora lo que Dios
verlos con el mandato de una sola palabra; y movido de honraba á su santo : el cual era tenido por tal, y respeta-
esta consideración, se fué á san Gregorio y le contó lo que do y reverenciado como una cosa divina y venida del
l o habia pasado, y lo rogó que le declarase quién era cielo; y por esto los que tenían pleitos y contiendas entro
aquel Dios á quien él servia y le daba lan gran poder : y sí se las ponían en sns manos, para que él las decidiese
habiéndole respondido el sanio lo que le convenia oír, y determínase. Verdad es que no todos le obedectan en
que los misferios de nuestra santa fé no se confirmaban todo; pero los desobedientes luego sentían su daño, como
con palabras, sino con milagros , para que él entendiese aconteció á dos hermanos, mozos ricos y recién hereda-
que le decia la verdad, y se sujetase y tuviese por Dios el dos, que pleilaban sobre quién de ellos habia de ser se-
que él predicaba. Y como Gregorio le añadiese que esco- ñor de una laguna de mucha pesca, queriendo cada uno
giese el milagro que queria que hiciese ; el sacerdote le serlo sin admitir compañero. Creció tanto esta discordia
dijo , que pasase una peña grandísima que alli estaba á con el hervor de la ¡.angre y codicia del propio interés en
otra parte, líízolo luego san Gregorio : y como si la peña los dos mozos hermanos, que deleilüinaron venir á las
tuviera razón, así la mandó que se pasase adonde el otro manos, y llevar aquel negocio por armas: súpolo san
habia señalado; y ella obedeció é hizo lo que le fué m a n - Gregorio; y estando á punto para darse la batalla , fué á
dado. Quedó el hombre asombrado y convencido , y con ellos; rogóles que se pacificasen y que estimasen mas el
su mujer , hijos y familia se convirtió á la fé de Cristo , y amor natural que el interés, y que como buenos herma-
suplicó al santo que le recibiese en su servicio y com- nos se concordasen ; oyéronle los mozos ; mas no obede-
pañía, para ser particionero de sus trabajos y mereci- cieron al santo. Volvióse él á Dios: hizo oración una no-
mientos. Divulgóse la fama de estos dos milagros tan che á la ribera de la laguna; y á la mañana no apareció
grandes en la ciudad, y como san Gregorio habia cebado mas la laguna , porque toda se habia convertido en tierra
á sus dioses del templo, y dádoles licencia para volver á fértil y fructuosa. Visto el milagro , los dos hermanos se
él, y trasladado la pena á otro lugar, y confuso y atónito de conformaron, y dejaron sus pendencias y rencillas, echán-
oir cosas tan nuevas y admirables, sabiendo que venia le dose á los piés del santo, que con sus oraciones les había
salió á recibir todo el pueblo con eslraordinario aplauso y quitado y corlado la raíz.
regocijo. Pero fué cosa maravillosa y otro milagro mayor,
que el santo iba tan dentro de si y tan puesto en Dios, No ménos es admirable otro milagro que hizo, poniendo!
que pasó por medio de toda la gente como si estuviera en freno y término al río Líco, muy caudaloso y furioso, que
el desierto y no viera nadie, estando como estaba cercado saliendo de madre, arruinaba y destruía toda arjuella tierra
por todas parles y apretado de tanta gente. No quiso bus- donde pasaba. Vinieron los pueblos de aquella comarra
car casa en la ciudad , ni tener heredades y posesiones; á san Gregorio : dijéronlc los daños grandes que recibían
porque todo su cuidado era Dios y la salvación de las a l - de aquel rio cuando se desfrenaba, y creciendo con las
mas, hasta que un caballero rico y principal llamado Mau- avenidas se extendía por los campos, y arrebataba los ár-
boles , los ganados y las mismas casas y moradores de
DIA 17. NOVIEMBRE. 401
sus pueblos, y qne lodos los remedios que habían usado lióle decentemente y dióle por obispo á aquella ciudad,
no habían sido de provecho; y por esto IG suplicaban quo declarándoles quién era y lo que le debían eslimar; y que
los socorriese en aquella tan extremada necesidad, para la voluntad de Dios era que aquel fuese su pastor y prela-
que no quedasen asoladas tañías villas y lugares de aque- do: y fuclo tan excelente que vino á ser mártir del Señor,
lla cotnarca. y acabó su vida por fuego, y de él hace mención el Mar-
Enternecióse el santo: fue allá; y vista la disposición tirologio romano á los 11 de agosto. Con este hecho decla-
del lugar, puso el báculo que llevaba en la mano en la r i - ró san Gregorio á lo que en las elecciones de los obispos
bera, suplicándole á nuestro Señor que aquel báculo fuese se debe tener mas atención , y lo que es mas principal, y
el limite y lérmino de aquel rio; y asi fué: porque el b á - el pecho que tenia en resistir á los que le proponían per-
culo prendió en la tierra; y se hizo un árbol grande ; y sonas adornadas de las prendas y talentos que el mundo
cuando mas soberbio y furioso venia el rio, en llegando eslima y admira , mas que los oíros que son preciosos en
con sus aguas, y locando al árbol se detenia y volvía atrás, los del Sefior, y mas necesarios para el que ha de ser
sin poder pasar mas adelante, por virtud de aquel Señor, pastor, y como tal y nó como mercenario, apacentar y
que al mismo mar puso sus términos, y le dijo: Ilasla aquí defender de los lobos las ovejas, que el sumo pastor
llegarás, y aquí se quebrantarán lus furiosas ondas. y príncipe de todos los pastores, Jesucristo , compró con
Pues ¿ que diré de otro milagro no menos maravilloso ? su sangre; y juntamente mostró el sanio la luz del ^cie-
Porque habiéndose encendido una pestilencia universal lo que tenia, y con ella descubrió el tesoro que entre los
por todo el mundo (que dicen que duró diez afíos), y carbones y humilde traje de Alejandro estaba escondido.
llegado á la ciudad de Neocesarea, y haciendo riza y Pero ¿ quién podrá contar todos los otros milagros que
abrasándola como un incendio cruelísimo, no tuvo olro este sanlisímo y milagroso varón obró ? San Gregorio N i -
remedio para apagarle sino los merecimienlos y oraciones ceno no se excusa de hacerlo, por ser ( como dice) cosa
de san Gregorio , que en cualquiera casa que entraba lle- muy larga , y que pedia mucho ocio y tiempo. Uno no
vaba consigo la salud: y con esta ocasión muchos genliloá quiero dejar de referir, que le sucedió con los judíos, los
alcanzaron la de sus almas y se convirtieron á nuestra san- cuales parle por codicia, parte por hacer burla del santo,
ta religión , entendiendo que aquella pestilencia era casti- y dar á entender que era fácil de engafiarle, concerlaron
go de su idolatría. entre sí de pedirle limosna en esta forma. Volviendo san
Estupendos son los prodigios que hizo san Gregorio y Gregorio á su ciudad, pusiéronse los judíos en el camino
maravillosas las cosas que obró; pero entre otras fué una por donde había de pasar, el uno tendido en el suelo, co-
de no menor utilidad para las almas que de admiración, mo muerto, y el otro como quien le lloraba y lamentaba;
por la novedad del caso, y manera con que sucedió. Ro- esle, al tiempo que pasaba el santo, alzó mas la voz, y g i -
gáronle los vecinos de la ciudad de Comana que tos visi- miendo y suspirando , le dijo que aquel pobre mozo que
tase: hizolo: trataron con él que les diese obispo de su allí estaba tendido en el suelo habia muerto súbitamente,
mano: maridóles é l , que entre sí confiriesen y tratasen y era tan pobre que no tenia una sábana en que envolver-
quién entre todos seria mas á propósito para aquella digni- se, ni cosa conque enterrarse: que le socorriese con algo,
dad; y como ellos lo hiciesen y pusiesen los ojos en per- para que le pudiese dar sepultura. Enternecióse san Gre-
sonas que eran insignes en sangre, en elocuencia y en gorio, y quitóse luego un roquete que llevaba, y echóle
otras prendas que se miran y estiman mucho en el mundo, sobre el que se fingia muerto, y pasó adelante quedando
y los propusiesen á san Gregorio; él les dijo que aquellas solos los dos judíos. Entonces el uno de ellos que habia
prendas que ellos buscaban y requerían no eran las p r i n - pedido la limosna, comenzó á dar grandes risadas y á
cipales para obispo, sino la santidad, virtud y prudencia, decir á su compañero que se levantase; que buen lance
y que estas se habían de anteponer á las otras, y escoger habían-echado, y engañado aquel hombre que tenían por
la persona en que se hallasen mas aventajadas, cualquiera tan sabio los cristianos: y como el otro no le respondiese,
que fuese. A esto respondió uno : De esta manera bien se alzó mas la voz, y asiéndole de la mano y dándole de pié,
puede tomar por obispo á Alejandro, carbonero. Era este le dijo que se levantase. Pero todo esto no bastó; porque so
Alejandro un varón muy sabio y gran filósofo, y no mé- estaba quedo sin dar muestra de sentido ni de vida , y el
nos sanio y menospreciador del mundo: el c u a l , para vestido que le dió san Gregorio, luego que le tocó le sir-
ser desconocido y mas abatido entre los hombres, dejando vió de mortaja, que era la que el otro para él pedia; y el
los libros y estudios de vana sabiduría, y encendido del que quiso hacer burla del santo quedó burlado, y de veras
amor y de la luz celestial, había tomado una como más- muerto el que se fingió muerto; enseñándonos Dios con este
cara de hombro vil y abatido, y héchose carbonero en la milagro el respeto que debemos lener á sus santos.
ciudad de Comana, donde vivía del trabajo de sus manos. No es de menor admiración la manera con que el Señor
Luego que san Gregorio oyó el nombre de Alejandro, car- guardó á san Gregorio, para que no le matasen, que la
bonero, inspiróle Dios y revelóle que aquel era el que que luvo en dar la muerte al judío que hacia burla de él.
convenía que fuese obispo: mandóle traer delante de sí: Levantóse en su tiempo aquella cruel y fiera persecución
vino tiznado y en hábito y traje de carbonero , riéndose del emperador Decio contra la Iglesia católica. Eran ator-
todos los circunstantes de verle, y mas de la causa y fin mentados con nuevos y exquisitos suplicios los cristianos,
porque venia. Preguntóle el sanio algunas cosas, y por y consumidos con linajes de muerte nunca oidas. Unos
sus prudentes respuestas entendió que era mas de'lo que huían á los desiertos y se escondían en las cuevas debajo
parecia, y que debajo de aquel vil vestido habia gran sa- de tierra: otros morian constantemente por la fé : muchos
biduría y santidad. Llamólo aparte: informóse secreta- desmayaban y volvían atrás; y todos andaban descarria-
mente de quién era; y apretóle de manera, que Alejandro dos y despavoridos, como ovejas cercadas por todas p a r -
no le pudo negar la verdad. Abrazóle san Gregorio, y vis- tes de una manada de lobos cruelísimos. Juzgó san Grc-K
TOMO m .
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02 LA LEYENDA DE ORO. DIA 17.
gorio, que lo quemas convenia á la gente, erareíirarsepor na, visüóaun con mayor vigilancia su diócesi, con deseo
entonces y mejor huir de aquella tempestad y salvarse que de saber si habia alguno en ella que no fuese crisliano; y
ponerse en ella con peligro de ahogarse: y para darles supoque en la ciudad deNeocesarea (que era grande y po-
ejemplo y poderlos ayudar mas, él mismo huyó y se fué pulosa) no habia mas que diez y siete gentiles conocidos, y
á mi mente, llevanilo en su compaOta al sacerdote que alabó al Señor por ello: porque cuando él se encargó del
hahia sido de los ídolos y se habia convertido (como d i j i - obispado y entró en ella, no habia (como arriba se dijo)
roos), y ya era diácono. Los gentiles, aunque contra lodos mas de diez y siete cristianos; y suplicóle que guardase
los cristianos lenian grande odio y saña, y con increible en su santa religión á lus fieles, y convirtiese á ella aque-
diligencia los busHaban y pequisahnn y sacaban debajo llos diez y siete inlieles-y todos los demás que habia en
de tierra; mas contra san Gregorio principalmente ende- todo el mundo. Después rogó á los que estaban presentes
rezaron sus tiros y máquinas, pareciéndoles que vencido que no sepultasen su cuerpo en sepulcro propio ni hecho
aquel valeroso capitán, lodos los demás se rendirían. S u - para él, sino en ajeno: porque así como en vida no habia
pieron los jueces y minislros del emperador que san Gre- tenido casa propia en que vivir, así en la muerle no tuvie-
gorio estaba en el monte, y enviaron con una guia y espía se su cuerpo propia sepultura. Con esto el año de Cristo
sus soldados, para que le prendiesen. Subieron al monle: de 2íJ6, imperando Galíeno, dió su bienaventurado espí-
púsose en oración san Gregorio con su diácono, apartados ritu al Señor, a los 17 de noviembre en que la santa I g l e -
algo el uno de otro; y cegó Dios á los soldados de manera sia celebra su fiesta. El cuerpo del santo fué puesto en una
que no los vieron, sino dos que parecían árboles en su l u - caja y colocado en una iglesia, y nuestro Señor hizo por
gar; y así se volvieron, diciendo que Gregorio no estaba él después de muerle muchos y grandes milagros, entre
en aquel monte, ni habían visto en él sino dos árboles. El los cuales refiere Teodoro, lector, uno bien notable: que
que los habia espiado sabia que estaba allí porque le ha- queriendo Dios enviar un grantíc temblor de tierra á la
bia visto, y subiendo otra vez al monte le halló con su ciudad de Neocesarea, un soldado que habia entrado en
companero: y entendiendo que Dios le habia encubierto ella vió que otros dos soldadi s salian de ella, y que un
para que los soldados no lo viesen, y quo'Gregorio estaba hombre que iba tras ellos á voces clamaba y les decía:
debajo de sus alas y protección, se echó á sus pies y se Guardad la casa en que eslá la caja y cuerpo de Gregorio.
convirlió, y de perseguidor que ántes ora, comenzó á ser YiüO el terremoto y la mayor parle de la ciudad se asoló;
uno de los perseguidos. Estando una vez en el monleoran- y la iglesia en que estaba el cuerpo del santo, quedó en
do; y alzando las manos (como otro Moisés) al cielo por los pié firme y sin lesión alguna. Escribió san Gregorio a l g u -
fieles que peleaban en los tormentos por Jesucristo, vió nas obras que refiero san Gerónimo: una de ellas fué la
por divina revelación la batalla de un valeroso caballero inter pretación sobre el Eclesiasles, que aunque breve, dice
suyo, llamado Troadio, qui1 forlisimamente era alormetila- el mismo san Gerónimo que era muy provechosa. Esta i n -
do; y después do huher estado san Gregorio un rato como terpretación dice Erasmo Roterodamo, queen su tiempo te
arrobado y suspenso, volvió á su acoslumbrado semblan- hallaba en Basilea, en la librería de los padres de Santo
te, y dijo á su compañero con alegría aquel verso del sal- Domingo. Entre las cosas que escribió fué una la Bé católi-
mo: {(Bendito sea Dios que no nos ha dejado caer y ser des- ca de su santísima Trinidad, como le habia sido revelada:
pedazados de los dientes de ellos 0» y Ies declaró que un la cual se cita en el principio de la quinta sínodo con este
cristiano, llamado Troadio, en aquella hora habia vencido título: «Exposición de la fé, según la revelación de Grego-
los tormentos y sido coronado de la gloria del martii io: y rio, obispo neocesaríense:» la cual (á lo que parece signi-
yendo el diácono secreta mente á la ciudad, halló ser ver- ficar san Basilio) el santo en otro tratado mas largo expli-
dad lo que el santo le habia dicho. Otra vez, queriéndose có y dilató; de suerte que no solamente con su predica-
bañar por necesidad en un baño, supo que habia en él un ción, vida y milagros ilustró la Iglesia del Señor, sino tam-
demonio que mataba á todos los que entraban de noche en bién con sus escritos. La vida de san Gregor io escribió
aquel baño, y por esla causa ninguno se atrevía á aquella como dijimos) otro Gregorio obispo de Nisa, hermano de
hora á entrar en é l ; mas el santo sin ningun recelo ni t e - Basilio, áquien noso'ros principalmente habemos seguido:
mor entró y estuvo y salió de él: y aunque losdcmoníos por y el mismo san Basilio (que se cr ió en Neocesarea con la le-
espantarle hicieron gran ruido y temblar la casa, y salir che énislruccion de santa Macrina, su abuela y díscipula
unas como llamas de fuego de la misma, y otras cosas ter- de san Gregorio Taumalurgo. y se precia de ello) le alaba
ribles que pudieran asombrar y hacer desmayar á cual- y ensalza sobre manera ; y después de haberle comparado
quiera hombie valiente y esforzado; san Gregorio con so- con los apóstoles y profetas, dice de él estas palabras;
la la señal de la cruz hizo burla de ellos, mostrando cuánto «Resplandeció en la Iglesia como una lumbrera grande y
mas poderoso es el siervo del Señor que lodo el infierno,y esclarecida, y fué por virtud del Espíritu santo terror y
que no pueden los demonios mas de lo que Dios les per- espanto de los demonios, y con diez y siete cristianos solos
mite. Pasada aquella persecución y tempestad de los gen- que habia en su ciudad cuando comenzó á ser obispo, les
tiles contra los cristianos que el demonio habia levantado, hizo guerra y convirtió á la fé de Cristo todo el pueblo
san Gregorio tornó á la ciudad, recogiendo como buen gentil, asi de los ciudadanos, como de los labradores. Él
pastor su ganado, y ordenó que se hiciesen fiestas cada fue el que en el nombre de Dios mudó el curso de los ríos
año en honra de los mártires, y que se celebrasen solem- y secó la laguna que era ocasión de discordia entre los dos
nemente aquellos días en que habían dado sus vidas por hermanos avaros. Pues las cosas que ammeió y dijo ántes
Gi íslo y alcanzado la corona del martirio; y permitió á los que acaeciesen, son tales y tan grandes, que se puede
pueblos que en aquellos dias se alegrasen y regocijasen igualar con los demás profetas. I'ero seria cosa larga r e -
con algún honesto entretenimiento: y conociendo que se ferir los milagros de Gregorio: basta decir que por la ex -
llegaba su dichof o tránsito de esta vida tompatai ála eter- celencia de los divinos dones y de los milagros y prodí-
NOVlEMmiE.
gios que obró, los musnios enemigos Je i;i verdad le llama-
m
y admirable también su caridad con toda clase de necesi-
ron oli o Moisés.» Esto es de san Basilio. Escriben asimis- tados. Dionisio murió sanlameule el dia 10 de setiembre
mo de san Gregorio los Martirologios romano y los demás; del año 265, celebrado por el segundo concilio de Antio-
Ensebio Cesariense; san Gerónimo; san Gregorio, [japa; quía, que lionrósu memoria de una manera muy particu-
Nicéforo Calixto; Suidas y Sócrates. Usuardo, siguiendo á lar, y llorado de su Iglesia, que perdia en él su mas distin-
Rufino, llama inárlir á este santo; porque algunos anti- guido pastor. Solo los arríanos calumniaron su memoria;
guos dan este nombre de mártir no sulámente á ios que pero san Atanasiotomó su defensa y escribió en su justifi-
morian sino también á los que padecían mucbo por la íé de cación. En sus numerosos escritos, dice I'eller, su estilo es
Cristo. elevado, pomposo en las descripciones, y sumamente pa-
* LOSSANTOS ALFEO Y ZAQUEO, MÁRTIRES.—El goberna- tético en las descripciones. Cunotia pcrfei lamente el dog-
dor de Palestina en el primer año de la persecución gene- ma, la disciplina y la moral, y se descubría en sus produc-
ral de Diocleciano contra la Iglesia, obtuvo del emperador ciones que había sido discípulo del célebre Orígenes. Alos
la gracia para todos los criminales, escepluando á los cris- argumentos mas fuertes contra sus adversarios juntaba
tianos, que eran mirados como los mas famosos malhecbo- siempre la moderación y la dulzura, y en todas sus obras
res. l'or orden de aquel mismo gobernador fueron presos resplandece el espíritu de las verdades que defendía.
Zaqueo, diácono de Gad ira, süuadoalolro lado del Jordán, SAN ANIANO, OBISPO Y CONFESOII.—Créese que nació en
y un pariente suyo llamado Alfeo, que era lector de la Viena de Francia, y que vivió algún tiempo encerrado e n
iglesia de Cesárea. Conducidos ambos en presencia del una celdila junto á aquella ciudad. Habiendo después ido
magistrado, les tuvo algunas consideraciones por pertene- á Orlcans, fué ordenado sacerdote y nombrado prior do
cer á una de las principales familias de Palestina; pero al un monasterio vecino. En 391 fué consagrado obispo do
ver el gobernador que nada bastaba para hacerles cam- Oí leaos, y en lo sucesh o justificó por su conducta cuán
biar deintenio, sino que mas constantes aun en la fé con- acertada había sido su elección. Hacia mas de sesenta años
fesaban á Jesucrislo, fueron azotados y maltratados, que Aniano gobernaba aquella Iglesia en paz y santidad,
muriendo al lin degollados. Su glorioso martirio fué el cuando los hunos conducidos por Alila llegaron á poner
año 303. sitio á Orlcans. El venerable pastor entusiasmó á la multi-
SAN DIONISIO, OBISPO Y CONFESOU.—San Basilio y otros tud, hizo que lodos pusiesen su confianza en Dios, y cuando
padres griegos dan á este santo el Ululo de (írancíc, y san parecía que la ciudad iba á caer en poder de los bárbaros,
AUmasio le llama d Doctor de la Iglesia católica. Sus pa- estos fueron dispersados y la ciudad milagrosamente s a l -
dres, que eran ricos y distinguidos en el mundo, le dieron vada. La veneración por el santo subió de todo punto, y po-
el ser en Alejandría, centro entonces de todas las ciencias. co después acabó felizmente sn carrera moral, muriendo
Dionisio se dedicó á ellas con un entusiasmo y una dispo- el dia IT de noviembre del año 483.
sición tal, que en pocos afi isse colocó al nivel de los mas SANTA GERTRUDIS, VÍRGEN.—Nació de familia ilustre en la
acreditados maestros. Un dia llegaron casualmente á sus ciudad de Mimsfeld, en la alta Sajonia. A la edad de cinco
manos las epístolas de san Pablo, quedó enamorado de la afios fué entregada al monasterio de religiosas benedicti-
sublimidad de aquella filosofía, y sinliéndose tocado de la nas de Uodersdorf, en el cual tomó después el hábito, y
gracia, lemmció á la ciencia profana y ?o dedicó al eslu- fué abadesa el año l ¿ 9 í . U;i año después se encargó del
dio de la religión. A medida que iba adelantando en este gobierno del monasterio de Ileldelfs, adonde se retiró con
estudio, su alma se encenrlia de tal modo en santos fervo- sus religiosas. En su juventud había aprendido el latín, y
res, que luego de recibido el bautismo, no quiso vivir esludiadocon mucho aprovechamiento las santas Escritu-
mas que para Dios. Cuando min ió lleraclas, el ano247, ras, además de otras ciencias que tenían á la religión por
Dionisio fué elegido obispo de Alejandría, y aunque le objeto. Con estos auxiliares iustruia, pues, á sus hermanas
asombraba carga tan pesada, le consafíiaron álos pocos en la ciencia de la salvación, y sus instrucciones teniau
dias. Su intrepidez, suzeloy caridad aparecieron desde lanta mas fuerza, en cuanto iban acompañadas de una
luego con deslumbrante esplendor en rn^dio de las terri- vida de serafin, de una existencia que era todo divino
bles persecuciones que sufrió aquella Iglesia, durante los amor. La principal delicia de Gerlrudis.era la contempla-
reinados de los emperadores Felipe y Decio. No brillaron ción y la perpetua meditación de la pasión de! Salvador y
ménos las eminenles virtudes de tan ilustre paslorduranle del adorable misterio de la Eucarisíia. Su alma se enfer-
el cisma de los novacianos contra el papa san Cornelio, y vorizaba de modo en estas místicas delicias, que frecuen-
entre los estragos que causó el error de Sabelio, que con- temente brotaban de sus ojos dos abundantes fuentes de
fundían las tres personas de la Trinidad. Sus trabajos y la lágrimas, por medio de las cuales se desahogaba su abra-
confesión pública de lafé cristiana que bi/.o en presencia sado y enternecido corazón. Algunas veces so la vio con
del prefecto, le hicieron desterrar de su diócesis, el ano el rostro tan encendido y los ojos tan radianles de alegría,
de 2 5 1 ; pero en su destierro no se creyó desobligado de que se conocía perfectamente que aquella alma se hallaba
sus cuidados pastorales. Todo el tiempo lo empleó en es- entonces inundada de delicias tales, que ninguna lengua
criliir luminosos tratados sobre oi dogma y la moral, y en humana seria capaz de expresar. El divino amor que la
dirigir cartas instructivas á su Iglesia y á algunos prela- abrasaba y consumía era el único móvil de todas sus ac-
dos. Restituido á Alejandría el ano 2G1, escribió al papa ciones: por esto vivió siempre crucificada a! mundo y á la
jusliücándose déla imputación que se le hacia de haber carne, poniendo todo su cuidado en vivir tan solo para Dios.
impugnado la divinidad do Jesucrislo en un escrito contra A una profunda humildad juntaba una dulzura inalterable,
Sabelio. Incansable y lleno del espíritu de Dios, fué la y este fué el fundamento de aquellas virtudes admirables
lumbrera de su tiempo y despejo de todos sus sucesores. con que plugo al Señor adornarla, y el origen de lus se-
Su conslancia en medio de las tribulaciones fuéadmirablej ñaladas mercedes de que la colmó. Olvidándose de su t a -
404 LA LEYENDA DE ORO. DIA 18.
lidad do superiora, se ocupaba en los mas vües ejerci- trae corona real en la cabeza, tiene por gran favor de Dios
cios de la casa, y si alguna vez se le advertía que aquellos q m Pedro, pescador, y Pablo, que ganaban de comer con
oficios no correspondian á su encargo, contpslaba que bas- el trabajo de sus manos, sean sus prolectores y defenso-
ta era indigna de servir á sus hermanas. Con semejanfes res, y se lo suplican y piden con muchas veras, n Esto es
ejemplos se estimulaba de tal modo la virtud en aquel m o - de san Crisóslomo: y el gloriosisimo padre san Agustín
nasterio, que llegó á ser un verdadero coro de vírgenes ce- dice: «Ahora á la memoria del pescador, se inclinan las
lestiales. El amor que profesaba Gertrudis á Jesucristo la rodillas del emperador: resplandecen las piedras precio-
hacia asimismo amar tiernamente á la santísima Virgen, sas de la corona imperial, donde mas se sienten los bene-
de la cual fué muy devota, ofreciendo siempre sus oracio- ficios del pescador:» y en otro lugar: «Bien veis como la
nes en favor de las almas que sufren en el purgatorio, las eminencia y suprema majestad del imperio romanóse h u -
cuales fueron constantemente el mas interesante objeto de milla delante del sepulcro del pescador, y pone sus pies en
su caridad. Por fin, después de una vida consumida en el la corona imperial.» Cuán gran verdad sea la que dicen
altar del amor divino, llegó la hora dichosa de que esta estos santísimos y sapientísimos doctores, claramente se
santa virgen fuese á juntarse con su celestial Esposo, por ve hoy en la fiesta que la santa Iglesia celebra en la Dedi-
el cual habia suspirado continuamente, y al cual se iba á cación de los templos de San Pedro y San Pablo: porque
presentar pura y casta como en el día del bautismo. Ane- el emperador Constantino, despuesque fué bautizado, que-
gada Gertrudis en suavísimas consolaciones, recreada con riendo honrar á estos dos príncipes de los apóstoles, y e d i -
la vista del cielo abierto para recibirla, y teniendo á su ficarles templos en aquel lugar que llamaban la Confesión
lado á Jesucristo, que la esperaba, no murió, se trasladó de san Pedro (por estar allí sepultado su santo cuerpo);
deliciosamente á la Jerusalen celestial, el dia n de no- quitándose la diadema imperial de la cabeza, y postrado
viembre del año 1331, después de cuarenta años de aba- en tierra, hizo oración con muchas lágrimas, y luego tomó
desa. Como su enfermedad no fué conocida por los facul- un azadón y abrió las zanjas, y sacó doce espuertas de
tativos, quisieron hacer autopsia do su cadáver, y encon- tierra, que por sí mismo llevó de allí en honra de los doce
traron que en el corazón tenia impresas las señales de los apóstoles, y señaló un lugar donde se hiciese una iglesia
instrumentos de la pasión del Salvador. Sus milagros an- al príncipe de todos ellos, san Pedro. Acabóse el t e m -
tes y después de su muerte son innumerables; pero lo que plo y consagróle san Silvestre, papa, en 18 de noviem-
la ha hecho mas famosa en la Iglesia, son las muchísimas bre, año de Cristo de 3 2 í , y puso en él un aliar de piedra,
visiones celestiales con que el Señor la favoreció, y que mandando que de allí adelante los altares fuesen de pie-
están consignadas en el «Libro de las revelaciones« que dra. Edificó también el mismo emperador Constantino al
ella misma escribió por mandato de sus superiores. En esle apóstol san Pablo, en la vía Ostiense, otra iglesia, y e n r i -
libro se ve que la santa estuvo toda su vida en una unión rjuecio la una y la otra con muchas rentas, y adornólas de
íntima con Dios, y que después de santa Teresa, fué santa ricas y preciosas joyas j y esta es la fiesta que hoy cele-
Gertrudis la virgen mas favorecida del divino Esposo, Je- bramos, y con mucha razón ; porque ¿qué argumento po-
sucristo. demos tener del poder de Cristo crucificado mas eficaz,
que ver postrado al emperador y monarca del mundo al
SAN EUGENIO, COJÍFBSOR.—Fué natural de Florencia y
sepulcro de un pescador, que también fué crucificado
diácono de san Cenobio, obispo de la misma ciudad. Ejer-
por el mismo Cristo? O ¿qué triunfo se puede imaginar
ció su ministerio cual correspondía al discípulo de tan gran
mas ¡lustre y glorioso, que ver á Constantino vencedor y
prelado, acompañó á este en sus expedickmes apostólicas,
triunfador del mundo, llevar las espuertas de tierra sobro
fué testigo y participante de sus ruidosos milagros, y su
sus hombros para servir de jornalero en el edificio del
heredero en la gracia de curar á los enfermos y resucitar
templo del pescador? O ¿ quémayor gloria y ensalzamien-
los muertos. Eugenio era por todas partes acompañado de
to se puede dar á un hombre mortal acá en la tierra, que
una multitud de pobres que vivían de sus extraordinarias
laque dió el Señor á san Pedro tal dia como hoy, con esto
limosnas, y habiendo llegado al término de su peregrina-
hecho de Constantino? ¿Y la que después le ha dado, suje-
nación en la t i e r r a , murió en el Señor, por los años
tando á sus piés la cumbre de los imperios y reinos, y tra-
yendo á su sagrado sepulcro tantas gentes y naciones, que
vienen de tan diferentes provincias y tierras á Roma, para
DIA 18. reverenciar y adorar sus preciosos huesos y cenizas, y e n -
comendarse al patrocinio de este glorioso príncipe de los
L\ DKDIOACION DE LA IGLESIA DE SAN PEDRO Y SAN PABLO, apóstoles, teniéndole por su principal amparo y defensor?
—Escribiendo san Juan Grisóstomo sóbrela epístola se- Y no solamente después que el emperador Constantino edi-
gunda de san Pablo á los corintios, y hablando déla gloria ficó en Roma en el Vaticano, aquel suntuosísimo templo á
que da Dios á sus siervos aun en esta vida, y como los en- san Pedro, han venido á él en romería los fieles (como ha-
salza mas que á los reyes y emperadores, dice estas p a - bernos dicho), sino también antes que se edificase, habia
labras : « Los sepulcros de los que han servido á Cristo en la Iglesia católica esta devoción : y muchos, aun en
crucificado, sobrepujan á los palacios de los reyes, no tiempo de las persecuciones atrocísimas de los tiranos, do
tanto en la grandeza y hermosura de los edificios (aunque muy lejas tierras venían á Roma para visitar Ümxna Apos-
también en esto les hacen ventaja), sino con otra cosa mas lolorum, que así llamaban aun entonces las iglesias de San
importante, que es en la muchedumbre de los que con de- Pedro y San Pablo : porque á los umbrales de las puertas
voción y alegría acuden á ellos. Porque el mispo empera- desús templos se postraban y derribaban en el suelo, be-
dor que anda vestido de púrpura, va á los sepulcros de los sándolas con singular piedad y devoción. Y siempre so
santos y los besa sin fausto, postrado en el suelo, suplica han tenido en grao veneración aquellos sagrados lugares.
á los mismos santos que rueguen á Dios por é l : y el que
DIA 19. NOVIEMBRE. 405
y li.m sida respeíados en tanto grado, que los mismos glo V, por no querer servir de instrumento á las supers-
bárbaros que saquearon y destruyeron la ciudad de Roma, ticiones de lo» bárbaros.
no se atrevieron á tocar cosa de ellos, ni hacer daño á per- SAN ODÓN, ABAD Y CONFESOR.—San Odón nació en Tours
sona que á ellos se acogiese, por tenerlos por lugares de el aíío de 879, y fué hijo de un tal Abbon, sefior de la
refugio, privilegiados é inviolables, como mas largamente primera nobleza. Pasó sus primeros años en la compañía
lo dijimos en la vida de san Pedro, á los 29 dias del mes de Foulco, conde de Anjou, y de Guillermo, duque do
de junio. Otros templos edificó el emperador Constantino, Aquitania. Desde su infancia mostró el siervo de Dios gran-
que referimos en la fiesta de la Edificación de la basílica ó de afición á la oración y al recogimiento; y á la edad de
iglesia del Salvador, que es á los 9 de este mes de no- diez y nueve años recibió la tonsura clerical y fué nom-
viembre. El Martirologio romano hace mención de la brado canónigo de Tours. Desde entonces renunció al es-
Dedicación de la iglesia de San Pedro y San Pablo, y el tudio de los autores profanos, y se dedicó enteramente
cardenal Baronio en sus anotaciones, y en el ni tomo de al de tas santas Escrituras. Fué á París á estudiar la sa-
sus Anales, trata docta y copiosamente de ella. grada teología, encerrándose á su vuelta á Tours en una
* SAN ROMÁN, MÁRTIR.—Yivia este santo en un pueblo pequeña celda, donde se entregó á la meditación y á la
de la jurisdicción de Cesárea en Palestina, de cuya Iglesia penitencia; aprendiendo en ella, que todo era vanidad en
era diácono. Apenas se encendió el fuego de la persecu- el mundo, y que solo se debia buscar ya en la tierra el
ción contra los cristianos, cuando Román se separó de su reino de Dios. Renunció, pues, su canongía y tomó el h á -
residencia á fin de exhortar á los cristianos que comba- bito en 909, en el monasterio de Baume en la diócesis de
tieran valerosamente contra los enemigos de la religión. Besanzon. Después de algunos años se trasladó á ta aba-
Hizo también un viaje á Anlioquía, con el fin de animar á día de Cluni, cuyo gobierno se le confió. La regularidad
los cristianos que se hallaban expuestos á las mas duras que en este monasterio se observaba y la santidad de los
pruebas. Llegó á la córte del juez Asclepíades, y sabedor que le habitaban, se conformaban perfectamente con el
de que algunos cristianos que estaban en la cárcel vacila- espíritu del nuevo abad, que solo aspiraba á que él y sus
ban en la fe, los exhortó á la constancia, haciéndoles pre- hermanos pudiesen llegar al último grado de la vida per-
sente las delicias de la gloria y las penas eternas del i n - fecta. Bajo este concepto planteó en su monasterio la p r i -
fierno. Sabedor el juez de su conduela, lo hizo prender, mitiva regla de san Benito, cuya reforma fué adoptada
Uiego azotar y descarnar todo el cuerpo, condenándolo á desde luego por otra porción de monasterios, y lodos se
ser quemado vivo. En aquella sazón llegó el emperador pusieron bajo la jurisdicción del de Cluni. Así se formó
Diocleciano á Antioquía, y considerando que este era poco aquella célebre congregación que tantos beneficios ha he-
suplicio, mandó le fuese cortada la lengua hasta la raiz. cho á la religión y á las letras, y cuya importancia en la
Dios í-in embargo permitió no perdiera por esto el santo civilización de la Europa han reconocido hasta ios sabios
« uso de la palabra, continuando sus exhortaciones, y de! si^lo XIX. Los papas y muchos príncipes tuvieron gran
dando gracias al Todopoderoso. Fué conducido otra vez á confianza en tas virtudes del santo abad deCluni y le encar-
la cárcel de orden del emperador Diocleciano, y fué pues- garon muchas comisiones importantes, las cuates desem-
!o en el cepo con grillos, esposas y pesadísimas argollas, peñó siempre con feliz suceso. Como toda su vida habia
permaneciendo así mucho tiempo, basta que por último profesado particular devoción á san Martin, quiso acabar
fué degollado dentro de la misma cárcel, el dia 17 de no- sus dias en Tours, y efectivamente el Señor coronó sus
viembre del afio 303. deseos; pues hallándose gravemente enfermo y presin-
tiendo su último fin, se hizo llevar á esta última ciudad,
SAN BAHULAS, MÁRTIR.—Era un niño cristiano de Antio-
y murió en ella el dia 18 de noviembre del año 942.
quía, que presenció el martirio del santo anterior. Habién-
dole preguntado san Román delante de los verdugos, sí SAN MÁXIMO, OBISPO Y CONFRSOR.—Floreció siendo obispo
era mejor adorar un solo Dios ó muchos dioses, respondió de Maguncia en tiempo de! emperador Constancio. Sufrió
que solo se debia dar culto al Dios que adoraban los cris- muchísimas persecuciones de parte de tos arrianos, y fué
tianos, por cuyo motivo en seguida allí mismo le azotaron, siempre ilustre en sostener los derechos de la Iglesia c a -
y luego le degollaron. Su madre, que se hallaba presente, tólica. El año 3iG presidió a! concilio de Sardis, y murió
no cesó de animarle, y haciéndole superior á los senli- esclarecido confesor de Jesucristo el año 353, según el
mientos de la naturaleza, vió cortarse la cabeza con tran- cardenal Baronio.
qmbdad y hasta con alegría. Su martirio acaeció el mis- SANTO TOMÁS, MONGE.—NO sabemos la época en que
mo día n de noviembre del aflo 303. En el antiguo B r e - vivió, de modo que su fiesta se celebraba con gran solem-
viario de Toledo, se hace memoria de este santo, bajo el nidad en Anlioquía, cuyos habitantes guardaban la a n t i -
nombre de san Teódulo. - gua tradición de que una vez fueron librados de los estra-
SAN ESIQU.0, MÁRT.a.-Tambien sufrió el martirio en gos de la peste por las oraciones del santo.
Anhoquía, casi al mismo tiempo que san Román. Era sol-
dado legionario e:n dicha ciudad, y habiendo oido publicar
DIA 19,
un edicto, por el que se mandaba que lodos los que no
adorasen a los ídolos dejasen el cíngolo militar, desde lue- SAN PONCIANO, PAPA Y MÁRTIR . —Por la muerte de san U r -
go lo dejó, confesando en alta voz el nombre de'josueristo bano, papa y mártir, fué puesto en la silla de san Pedro san
Por cuya acción le ataron una gran piedra á la mano de- Ponciano, natural de Roma, hijo de Calfurnio, varón santo
recha y le precipitaron en el rio Orontes. donde consumió y muy digno de aquella santa silla. Gobernó algunos años
su glorioso martirio, el año 303. pacíficamente con grande aprobación de lodo el clero y
SAN ORÍGÜLO Y sus COMPAÑEROS MÁRTIRES.—Fueron sa- pueblo romano; porque á la sazón imperaba Alejandro Se-
criücados al furor délos vándalos en Africa, durante el s i - vero, hijo deMamca, el cual fué justo principe y no ene-
40Ü LA LUYKNDA DE ORO. DIA 19.
migo de los ci iátianos : pero después, como al fin el em- mas de cinco años gustaba mucho de i r á la iglesia, en
perador era gonlH y tenia cabe sí algunos consejeros muy donde se ponía á rezar con tanta atención y aféelo, que
grandes jurisperilos, y no menos enemigos de mteslra apenas la podían apartar de la oración. Entrábase en un
sania religión, por inducción de algunos de ellos ó de los oratorio que habia en casa de su padre muy á menudo, y
sacerdotes gentiles, mandó deslerrar al snnlo ponlílice Pon- al¡í oraba con las rodillas desnudas. Era devotísima do b
ciano á la isla de Cerdea, junlamente con Felipe, presbí- sacratísima Virgen María nuestra Seilora, y de san Juan
tero, como dice el Mu íirologio romano, ó con Hipólito, co- evangelista, por haberla caido en suerte este sagrado
mo dice el Breviario auliguo y oíros Martirologios. Allí pa- apóstol, echando los santos; y encornendáLalo mucho su
deció muy grandes trabajos y calamidades, sin olvidarse castidad, y hacia de buena gana tlodo lo que le pedian
por ellas de insíruir la Iglesia con sus preceptos y amo- por su amor. Los dineros que podía haber, dábalos a
nestaciones, porque en su destierro escribió á todos los mujeres pobres, encargándolas que dijesen la oración de'
lieles dos cartas: una de la veneración y reverencia que Ave María: era enemiga do galas y de vestidos ricos
se debe tener á los sacerdotes por el sacrosanto mislerio y curiosos, y en sus palabras muy compuesta, procurando
que tratan; y otra déla caridad y amor fraternal que l o - que fuesen pocas y muy miradas, y que no dañasen á
dos nos debemos tener. Algunos atribuyen á san Ponciano nadie y siempre fuesen de provecho: trabajaba mucho en
el decirse antes de comenzar la misa el salmo Jadica m", quebrantar su voluntad y en mortificarse en las cosas q m
Deus, y el uso de cantar en las horas el Sallerio de David. la daban gusto: crecía en edad y junlamente en virlud,
Finalmente, después que este santo pontífice hubo padeci- de manera que sus padres tenian puestos los ojos en ella,
do grandes fatigas y trabajos en su destierro, fué preso no solo por ser su hija, sino por ser tan agradable y tan
por mandado de Julio Maximino, hombre bárbaro y fie- adornada de virtudes. Casáronla con u n g í a n señor, l l a -
ro, que habia sucedido en el imperio á Alejandro, y d i é - mado Lusí, landgrave y duque deTuringia, digno marido
ronle laníos y tan crueles palos, que eti aquel lormeníadió do tal esposa : y aunque deseó mucho conservar su purexa
su alma al SL-nor, habiendo presidido eusu Iglesia, según virginal y no tener otro esposo sino á Jesuoristo, lodaví;»
el pontifical de san Dámaso y Platina, nueve años, cinco vencida de la autoridad ó imporlunidad de sus padres,
uaeses y d o s d i a s : segua el Breviario romano, ciño a ¡tos, sujetó la cerviz al yugo del malrimonio, y vivió en él con
cinco meses y dos dias; y según el cardenal Baronio, tinco raro ejemplo de santidad, amando y sirviendo á so m a r i -
años. Celebro órdenes dos veces el mes de diciembre, y en do, como á s u cabeza y señor, y criando á tres hijos que
ellos ordenó seis presbíteros, cinco diáconos, y en diversos tuvo, como madre temerosa de Dios, que sabia que los
lugares seis obispos. Su santo cuerpo fué sepultado en Cer- había recibido de su mano y los criaba para et cíelo. H u -
deila ; y pocos aílas después, san Fabiano, papa, le mandó milde para consigo, devola para con Dios, benigna y ca-
traer con gran veneración á Botna, y le puso en el cemen- rilaliva para con los pobres f levantábase de noche á hacer
terio de Calixto entre olios muchos mártires. Celebra la oración y acompañábala con muchas lágrimas: ocupá-
Iglesia la fiesta de san Ponciano á los 19 de noviembre, base de buena gana en cosas bajas y viles: en las p r o -
que fué el dia de su marüi ¡o, imperando Maximino, e m - cesiones públicas, como letanías, iba descalza y muy mo-
perador, el aíio d f l Seuor de 237. De san Ponciano hacen desta : cuando salía á misa después del parto, iba con un
mención el Martirologio romano y los demás, y los que vestido llano y llevaba á su hijo en los brazos, y ofrecíalo
escriben las vidas do los ponlíüces, y Ensebio, Opiato M i - á Dios y con él alguna ofrenda al sacerdote; y daba a los
levilano, san Aguslin, Nicéforo, obispo de Constanlinopla, pobres el vestido de aquel dia, y lo mismo hacia de su
yNicéforo Calixto y e] cardenal Baronio. comida, repartiendo con los pobres su parte: vestía á los
niños recien bautizados: proveía de mortajas á los difun-
SANTA ISABEL UIÍ I l i m i a u , VIUDA.—Mucho se engañan
tos : hilaba con sus doncellas para dar limosna á los pobres
los que piensan que las leyes de la verdadera nobleza son
de su trabüjo ; y cuando le faltaba que dar, vendía sus
contrarias á las leyes de Cristo, y que no se pueden jontar
j o y a s : tenía junio á su palacio un aposento en que recibía
en una humildud y grandeza, porque la ley de Cristo no
á los peregrinos: curaba á los enfermos, y criaba los n i -
es contraria á la ilustre sangre, ni á la alleza del estado
ños huérfanos ó de padres pobres, y daba cada dia de
y señorío que él da á quien es servido, sino á los vicios y
comer á novecientos pobres, sin los oíros que sustentaba
malos usos que los hombres introducen en sus oslados,
por todo su estado, los cuales la llamaban madre y reme-
pensando que la grandeza de ellos consiste en desechar
diadora de todas sus necesidades, y se iban Iras ella : y
todas las leyes de Dios, y vivir á su apotilo y libertad como
con razón; porque no solamente los remediaba con su h a -
un caballo sin freno. Véase esta verdad en los ejemplos
cienda, sino también quitándose las locas de su cabi'z¡i,
innumerables que tenemos de señores y señoras, de prín-
para cubrir las de las pobres y sirviéndolas con sus pro-
cipes y princesas, de reyes y reinas, que no solamente
pias manos. Una vez juntó consigo la cabeza de un enfer-
ajustaron sus vidas con la voluntad de nueslro Seilor, pero
mo que olía muy mal y no habia quien le pudiese sufrir;
vivieron con tan raro ejemplo y tal menosprecio del mun-
y ella le quiió el cabello y le lavó la cabeza, como si fuera
do, que merecieron ser tenidos y venerados en toda la
su hijo. Padeció muchas contradicciones y murmuraciones
Iglesia católica por sanios y por un vivo retrato de toda
por estas buenas obras que hacia ; poi que el mundo loco
perfección y virtud. Entre estos príncipes fué una santa
las tenia por indignas de su persona y estado: mas ella
Isabel, hija de Andrés y de Gertrudis, reyes de Hungría:
deseaba agradar á Dios y nó á los hombres, y regular sus
la cu;d envió Dios al mundo, para que siendo doncella
acciones mas con la regla verdadera de la justicia y bon-
fuese ejemplo de caslidad y devoción: siendo casada , de
dad, que con la falsa y engañosa del mundo; y con su
modestia y caridad, y siendo viuda, de paciencia y me-
oración y perseverancia ganó lauto al duque, su marido,
nosprecio de toda vanidad. Desde niña era tan incli-
que no se dejó llevar do algunos malos tonsejeroá y cria-
nada al servicio de nusjstro Señor, que na teniendo
DIA 19. NOVÍFMBTIE. 407
«los suyos, que le hablaban mal de ló qne hacia santa Isa- gados á ampararla y albergarla en sus propias casas y
bel : antes la amaba como á su mujer y la respetaba como tenerla escrita en sus corazones? No se turbó la santa;
á hija de tan gran rey, y la honraba y reverenciaba porque Dios la esforzaba y regalaba y ontretcnia, é i m -
como á sania: y porque élandaba ocupado en los negocios primia en su alma que él solo era suGciente para hacerla
del emperador y no podia hacer «emejanles obras, hol- bienaventurada, y que teniéndole á él lo tenia todo, y sin
gábase que ella las hiciese, y que diese de sí tan buen él todo lo que antes tenia y habia perdido era un poco de
olor con su santa vida y ejemplo; aunque no vivió muchos basura: y así un dia de cuaresma habiendo oido misa , la
añas : poique haciendo en aquel tiempo guerra los cristia- apareció Cristo nuestro Redentor consolándola y alentán-
nos ¿i los sarracenos para librar de su poder á la Tierra dola y prometiéndola que eslaria siempre ton ella.
Santa, el duque fué á aquella sania conquista.-y habien- lie la parte de su dote que la dieron para su sustento,
do llegado á Sicilia el emperador Federico, murió de hizo un hospital , en donde se recogió y recogía pobres
su enfermedad, como buen caballero, en el camino. enfermos, y los curaba y servia por sí misma en las cosas
Cuando lo supo santa Isabel, aunque lo sintió como mas menudas, bajas y viles, sin que sus criadas la a y u -
era razón; pero entendiendo que aquella habia sido la dasen : y porque algunos la decían que aquella no era
volmilad del Seiior, se volvió a él y con lágrimas del vida de hija de r e y ; ella cen mucha gravedad y mesura
corazón le dijo: Vos sabéis. Señor, lo que yo amaba Ies respondía, que si hallara otra vida de mayor menos-
al duque; porque él os amaba y porque vos me le precio, la tomara para imitar mas á su dulcísimo esposo
disteis por marido: pero ahora que habéis sido ser- y maestro Jesucristo. Tenia en la oración don singular de
vido de llevármele para vos, también sabéis que yo no lágrimas, y derramábalas copiosas y suaves, y con el
le volveria á la vida mortal contra vuestra voluntad, rostro siempre muy sereno y alegre , y decia que los que
aunque lo pudiese hacer con un solo cabello. Os suplico en la oración lloran haciendo visajes, parece que quieren
que deis eterno descanso á su alma y á la mia gracias espantar al Señor. Hacia su oración con tan singular aten-
para serviros. Determinó, pues, aprovecharse déla ocasión ción y afecto , que parecía que estaba muerta para las d e -
para abrazarse mas estrechamenle con Cristo nueslro Se- más cosas: y la aconteció una vez estando orando, caer
ñor, y servirle con mas ahinco y fervor en el estado de una brasa de fuego sobre sus faldas, y quemarla sus
viuda : y así comeiv-ó a darse mas á la oración , ayunar vestidos y no sentir nada; poi que su alma estaba traspor-
y velar mas , y afligir su cuerpo con mayores asperezas tada en el cielo : hasta que nna criada echó de ver que la "
y penitencias, y en el trato de su persona ser mas h u - santa se quemaba, y mató el fuego, lira muy visitada y
milde y dar á los pobres lodo cuanto tenia. Fué esto de regalada con revelaciones y gustos interiores, y por m e -
manera que los deudos de su marido y sus vasallos la dio de sus oraciones alcanzaba para sí y para otros, del
quitaron la administración de la hacienda como á desper- Señor, grandes dones y misericordias. Una vez vió un
diciadora de ella , y la echaron de su casa y la apretaron mozo en su compostura y traje distraído: díjoselo, y que
tanto que vino á tanta necesidad que se recogió á un esta- si quería que hiciese oración por él. Respondió el mozo
blillo de un mesón, y aun allí no la consintieron estar que sí, y que le rogaba mucho que así lo hiciese. Ella se
imulio. Mudóse á una casa de un hombre mal acondicio- puso en oración y mandó al mancebo que hiciese otro
nado ; y él la hizo tan mal iratamienlo á ella y á sus hijos tanto: el cual, perseverando la sania en oración comenzó
y á algunas doncellas que por su devoción la acompaña- á decir: Cesad, señora, cesad: y como ella no cesase,
ban , que también de aquí se hubo de salir y buscar otra antes con mayor fervor continuase su oración , tornó el
posada. Llegó su menosprecio á tanto, que yendo un dia mozo con mayor ansia á clamar: Cesad, señora , que mo
por una callo estrecha y de mucho lodo, y encontrándose abraso : y levantaba los brazos y hacia visajes como loco.
en un mal paso con una viejezuola á quien la sania habia Llegaron á ella; y hallaron que tenia ios vestidos tan
hecho mucho bien , la vieja no la tuvo respeto ni la hizo calientes del fuego que salia de su cuerpo, que apenas
lugar para que pasase, antes desviándola de si con furia, los podían tocar con las manos. Con esto mudó el mozo de
la hizo caer en el lodo. Entendió sania Isabel que aquella vida, y de distraidoque antes habia sido, se trocó en otro
era lenlacion del enemigo y prueba de su paciencia , y hombre por la oración de sania Isabel. Otra vez habiendo
levantóse con mucha alegría , riéndose, y limpió su ves- entrado á su casa una moza lozana , que iraia sus cabe-
t i d o , porque por mucho que padecia, deseaba padecer llos descubiertos , como hebras de oro ; movida la santa
mas y ser mas despreciada , ultrajada y abatida , y pidió de Dios, se los corló como por fuerza defendiéndose la
a nueslro Señor con grandes ansias que la descarnase de moza cuanto pudo; pero cuando los vió corlados, caida
(odas las cosas que no fuesen é l , para poderse mas unir aquella como corona y gloría de su cabeza , dijo á santa
con su divina Majestad , por el menosprecio y abatimiento Isabel: Señora, Dios os ha inspirado que me cortásedes
del mundo. Andaba á casa prestada: súpolo el rey su estos cabellos ; porque sabed que si no fuera por esta v a -
padre y d¡á orden para que m s se CI ias(in en casas nidad , ya hubiera entrado en algún monasterio : y la
de parientes honradamente, y q ^ á ella se diese paite de santa .alabando á nueslro Señor, la recogió consigo en
su dote conque sustentarse. Pues ¿quién podrá referir los aquel hospital, donde le sirvió muchos años.
Otros trabajos, malos tratamientos, escarnios y persecu-
Admirable fué la vida de esta santa princesa en todas
ciones que esta santa princesa padeció, y fe paciencia
las virtudes, y especialmente en la humildad y amor do
constancia y alegría con que los sufrió, viéndose de rica'
la pobreza, y menosprecio de s í , y en la compasión y
pobre; de honrada, abatida; de servida y acompañada'
caridad que usó con los pobres y enfermos asquerosos,
sola y desamparada; y oslo de sus propios vasallos" de
dándoles lodo cuanto tenia, sirviéndoles con tanto c u i -
los deudos de su marido, y de aquellos á quienes tanto
dado y entrañable afecto, como si cada uno de ellos fuera
bien habia hecho, y que por tantos títulos estaban obli-
el mismo Cristo nuestro Salvador; y esto con una perse-
408 LA LEYENDA DE ORO DIA 19.
vcrancia lan extraña que nanea quiso volver á casarse, su cuerpo un licor, á manera de óleo santísimo, que daba
porque había hecho voto de castidad si alcanzaba de dias salud á todos los que con él se ungían.
á su marido, ni tornar á la casa de sus padres, ni á la Pues ¿quién no ve en la vida de esta gloriosa santa la
grandeza y esplendor de su alto estado (aunque se lo ro- fuerza y eficacia de la mano poderosa del Señor, y como
garon) , por no dejar el humilde que habia tomado, y esfuerza el corazón flaco y el sexo frágil de una mujer?
aquellas ricas ferias de servir á los pobres que tenia entre ¿ Cómo trueca los gustos y muda los deleites de la carne
las manos. No se puede decir cou pocas palabras el m e - en regalos espirituales y divinos ? ¿ Qué mujer hubo j a -
nosprecio que santa Isabel usó consigo , ni la misericor- más tan vana y tan amiga de atavíos y galas, como sania
dia y caridad para con los pobres ; porque no habia g é - Isabel lo fué del vestido roto y despreciado ? ¿ Qué señora
nero de pobreza tan abatido en el comer, vestir y dormir lan delicada y llena de ámbares, perfumes y aguas olo-
y trato de su persona, que no le abrazase y no desease rosas , como esta del mar olor del hospital, y de la podro
otro mayor; ni obra de piedad y compasión, tan vil y y materia de las llagas? ¡Qué menosprecio de sí misma
asquerosa, que no la ejercitase con los pobres enfermos tan fino en una hija de r e y ! ¡ Qué alegría en sus injurias
que lenian de ella necesidad. Con los tiñosos, con los l e - en una señora tan grande ! ¡Qué amor de la pobreza en
prosos , con los que se comian de piojos y con los que l e - una princesa lan rica ! i Qué paciencia en los ti ahüjos y
nian enfermedades contagiosas, era madre piadosa y e n - adversidades 1 ¡ Qué oración tan ardiente y tan continua
fermera amorosa, y con sus mismas manos los curaba. en tantas ocupaciones : qué rendimiento á la voluntad do
Pero á la medida de su piedad y devoción eran los rega- Dios; y como él la honró después de haberla probado , y
los y favores de Dios para con ella y las mercedes que la hizo gloriosa en el cielo y en la tierra 1 La vida de esla
continuamente la hacia, apareciéndosela algunas veces, gloriosa santa escribió primeramente Teodorico de T u -
visitándola por los ángeles , teniéndola arrobada y trans- ringia , de la órden de Santo Domingo ; recogiéndola do
portada en la oración, obrando muchos milagros por su los papeles del macslro Conrado, que habia sido su con-
intercesión, y finalmente manifestando que era esposa fesor: después la escribió Jacobo Montano; y lo trae Sm io
suya dulcísima y escogida para ejemplo de las viudas, y en el sexto tomo. También escriben de ella Yincencio B e -
luz de los buenos y confusión de los malos. lovacense; san Antonino, arzobispo de rlorencia; el Mar-
Estando, pues, ya llena de merecimientos, Cristo nues- tirologio romano; el cardenal Baronio, ensus anotaciones;
• tro Señor se le apareció y la avisó, que era ya llegado el el doctor Juan Molano, en las Adiciones que hizo al Mar-
tiempo en que quería darle el premio do sus trabajos y tirologio de Usuardo ; y mas largamente la Crónica de los
coronarla de g l o r i a : y ella se regocijó por extremo; por- Menores, compuesta por Fr. Mai cos de Lisboa, que alirma
que como un ciervo acosado y sediento, deseaba beber y haber lomado santa Isabel el hábito de la penitencia de la
hartarse de aquella fuente de v i d a , é hizo gracias á su tercera órden de su padre san Francisco ; y lo mismo d i -
dulce Esposo por aquellas buenas nuevas que la daba. V í - cen las otras historias de su órden.
nola una recia calentura; armóse con los sacramentos de *SAN MÁXIMO, PRESBÍTERO Y MÁRTÍR.—Derramó su san-
la Iglesia; y exhortó á lodos los que con ella estaban á gre por la fé en Roma, de cuya Iglesia era sacerdote du-
amar y servir á nuestro Señor y hacer bien á los pobres: rante la persecución de Valeriano, según dice el Marti-
y estando para espirar vió al enemigo del linaje humano rologio romano, y en la de Diocleciano, según el de Ga-
en horrible figura; y ella con grande y constante ánimo lesinio. Según el cardenal Itaronio, murió el año 259,
alzó la voz y dijo: Vete de a q u í , desventurado: huye de siendo sepultado su cuerpo en la iglesia de San Sixto.
aquí, maldito; y encomendándose afectuosamente al Se- SAN ABDÍAS , PROFETA.—Es el cuarto de los doce p r o -
ñor , á quien tanto habia amado y servido, d i ó s u ben- fetas menores. Nada se sabe de su país ni de sus padres,
dita alma en sus manos, á los 19 de noviembre del año y hasta se ignora la época en que vivió. Algunos quieren
del Señor de 1 8 3 1 . Oyéronse en su dichoso tránsito c a n - que haya sido contemporáneo de Amós, de Oseas y de
tos dulcísimos de avecillas, que se asentaron sobre el apo- Isaías; otros creen que escribió después do la destrucción
sento donde habia muerto y estaba su cuerpo : el cual de Jerusalen por los.caldeos. San Gerónimo, que habla de
quedó tan hermoso , blando y tratable, como cuando es- su sepulcro, el cual habia visto santa Paula en Samaría
taba v i v o , y despedía de sí un olor suavísimo, que r e - se inclina á creer, siguiendo en esto á gran número de co-
creaba á todos los presentes. Tuviéronle cuatro dias sin mentadores , que es el mismo Abdías, intendenle do
enterrar por el gran número de gente que de toda aquella Achab, rey de Isral, que floreció en tiempo del profeta
comarca concurrió á ver y reverenciar al santo cuerpo, y Elias.
tomar cualquiera cosa que pudiesen de sus reliquias. Se- SAN BAHL¿AX, MÁRTIR.—Nació en un pueblo cerca de
pultáronle en un pueblo de Alemania llamado Masburg ; y Antioquía, y pasó sus primeros años ocupado en los t r a -
luego comenzó nuestro Señor á manifestar la gloria de bajos de la vida campestre. En ellos se sanlificaha con la
esta santa , haciendo muchos y grandes milagros por su práctica de las mas heroicas virtudes , preparándose así
invocación, alumbrando á ciegos, dando oidos á sordos, para recibir la corona del martirio. El zelocon qua c o n -
habla á los mudos, pies á los cojos, salud á los leprosos y fesó el nombre de Jesucristo, lo hizo prender por los pa-
enfermos de varias y graves dolencias, y vida á los muer- ganos que le encerraron en una de las cárceles de Antio-
tos ; porque por sus oraciones diez y seis muertos resuci- quía , donde permaneció mucho tiempo. Sus oraciones
taron : y por estos milagros y por su santísima vida el agradaron á Dios por la sencillez de corazón con que eran
sumo pontífice Gregorio I X , estando en Perusa , cuatro ofrecidas, y le acarrearon abundancia de gracias celes-
años después que m u r i ó , la canonizó y puso en el número tiales. El mismo juez quedó atónito de ver su extraordina-
de los santos. Entre las otras maravillas que nuestro Se- ria constancia , y la paciencia y resignación con que s u -
ñor obró para honrar á santa Isabel, fué una el manar de frió la mas cruel flagelación , sin despegar siquiera los
DÍA 20. ISOVIEMDRE. 409
labios para qucjarso. Extendiéronle sobro el potro y le máximo de la Iglesia, san Gerónimo, ni la vida de santa
doscoyunlaron todos los miembros. Durante este suplicio Paula, nobilísima matrona romana, dice, que la nobleza no
el ilustre alíela se mostraba tan alegre y tranquilo como es cosa grande para quien la tiene; pero es muy grande
si estuviese sentado en un banqnele ó sobre un trono. para quien la desprecia. Que tan grande fué la nobleza
Volvieron después á encerrarle en la Ccárcel, y al cabo de de san Félix de Valois; pues supo despreciar la mayor no-
algunos dias le condujeron á un altar de ídolos , á cuyo bleza por la virtud, que es la nobleza do la misma noble
frenle habia un gran brasero de fuego con incienso al lado. za. Fué muchas veces noble, y muchas veces grande este
Negándose Barlann á ofrecerle, le metieron la mano de- glorioso patriarca, porque fué noble según el mundo, y
recha entre las ascuas , y así lo tuvieron por largo ralo, noble segnn el cielo; grande delante de los hombres, por-
hasta que, espantados los mismos paganos con el espec- que fué del tronco real de Francia, y mas grande delante
táculo de tan inaudita constancia, lo dejaron y poco des- de Dios nuestro Seílor, porque pisando lauta grandeza,
pués murió. Su martirio sucedió, según la opinión mas supo hacerse mas grande por la virtud que lo era por la
probable, durante la primera porsccuciou de Diocleciano. sangre. ¡.
San B.isilio , san Juan Crisóslomo y otros padres de la Fué padre de san Félix Ranulfo, conde de Vermandois
Iglesia han ocupado sus plumas escribiendo excelentes y de Valois, hijo de Hugo de Francia y nielo de E n r i -
panegíricos en honor de esle santo. que I, rey de Francia. La madre, igual en la nobleza á su
Los SAMTOS SEVERINO, EXÜPERÍG Y FELICIANO, MÁRTIKES. marido, fué madama Leonor hija de Teobahlo, tercero de
—Murieron por la confesión del nombre de Jesucrislo en esle nombre, llamado el Grande, conde de Bles y Cham-
Viena de Francia, durante las persecuciones de la Iglesia. paría, y hermana de TeobaldoIV , llamado el Bueno. V i -
Sus cuerpos fueron enterrados en la misma ciudad por los vian Ranulfo y Leonor en la ciudad de an Quintin, cabeza
crislianos, y sus reliquias, después de muchos afios, fue- de sus estados: y Leonor, que era piadosísima, teniendo á
ron halladas por revelación de los mismos santos, y ha- su hijo en el vientre, fué en romería al monasterio de San
biéndolas recogido e! obispo, clero y pueblo de la misma Bedasto, célebre en el obispado de Cambray.
ciudad, las sepultaron con gran pompa y levantaron una Allí hizo una novena á san Ilugon, arzobispo de Rúan,
iglesia á su memoria. cuyo sagrado cuerpo se guarda en aquel monasterio ; y al
SAN FAUSTO, DIÁCONO V MÁRTIR.—Perlenecia al servicio úllimo dia de la novena, estando de rodillas delanle de|
de la Iglesia de Alejandría, en tiempo de su palriarca san altar del sanio arzobispo, se quedó Leonor dormida, y vió
Dionisio, cuyas virtuosas huellas siguió couslanlemeule. en sueños á la Virgen María que traia á su preciosísimo
Durante la persecución de Valeriano tuvo que sufrir m u - Uijo en los brazos, y le llegaba á otro niño muy hermoso
chas persecuciones y trabajos y fué desterrado con su pre- y gracioso que estaba á su lado. Tenia el niño Jesús una
lado. Después regresó á Alejandría, donde ejercitó sania- cruz pesada en los hombros, y el olrcí nifio una hermosa
mente su ministerio, hasta que al principio del reinado del corona de flores en la mano: y trocando los dos niños co-
emperador Diocleciano, siendo ya muy anciano, no que- mo por juego las dos joyas, Jesús dió al niño su cruz y el
riendo sacrificar á los ídolos, fue degollado y consumó un niño dió á Jesús su corona. No sabia Leonor qué signifi-
martirio glorioso. caba esta visión, y Juego vió á san Hugon que hablando
SAN AZA Y SUS COMI'ASEROS, MÁRTIRES.—Aza era un soli- con ella la dijo: Ese niño que no conoces, es tu hijo, que
tario de Isauria, que mortificaba su carne y alimentaba su trocará las lises de Francia por la cruz de Cristo, y la d i -
espíriíu con la meditación de las cosas santas, preparán- vidirá contigo para que ambos sigáis con ella al Señor
dose así para ser hostia agradable en los altares del S e - , crucificado. Dividió el n h o la cruz en dos partes, y dando
ñor. Un dia fué delatado al tribuno Aquilino, que mandó la una á su madre, se quedó con la olra para sí. Despertó
unos soldados para que fuesen á prenderlo y se lo presen- Leonory tuvo la visión por sueño, aunque tantas mujeres
tasen. Habiéndole inlerrogado, mandó que atado por los tienen los sueños por visiones, pero el efecto mosti ó que
cabellos lo colgasen á un árbol y le desgarrasen todo el habia sido vaticinio, como veremos después. Nació san
cuerpo con hierros dentados. Después lo metieron en un Félix á 9 de abril de 1127, en el camino de Amiens, don-
horno encendido , del cual salió sin lesión. A vista del m i - de cogió ásu madre el parto. Llamáronle Hugo en el bau-
lagro, se convirtieron á Jesucrislo la mujer y una hija tismo, ó por devoción de san Hugon, ó por memoria del
del tribuno y lodos los soldados que hablan presen- nombre de su abuelo, Hugo de Francia: el cual nombre
ciado el tormento, y lodos juntos, en número de ciento mudó después en el de Félix ; y así le llamaremos desde
cincuenta, acabaron con Aza la vida, siendo degollados el ahora para evitar confusión.
año 304. Estando aun á los pechos el niño Félix, sucedió una
SAN CIUSPIN, OBISPO Y MÁRTIR.—Adon, Usuardo, Gale- grande sequedad y hambre en toda aquella tierra: el cic-
sinó y Daronio hacen memoria de esle santo como obispo lo negaba á la tierra la lluvia; porque los pecadores no la
de Eoija en España, el cual gobernó aquella Iglesia, y apa- regaban con lágrimas: clamaban los hombres para alean-
centando á sus ovejas en la santa doctrina de Jesucrislo, zar el remedio, y la tierra abría muchas bocas para pedir-
fué preso por los gentiles. Y como se negase enleramcn- le, de la manera que podia ; pero Dios cerraba los oidos,
le á dar culto á los ídolos, probada su constancia con porquclospecadores se hacían sordos ásns voces, y dura-
hambre, sed y fuego, siendo al fin degollado, alcanzó la ba el castigo porque no cesaban los pecados. Los campos
palma del martirio tal dia como hoy en el imperio de Dio- ni daban pan para los hombres, ni yerbas para los gana-
cleciano. dos: padecían todos los que tenían culpa y los que no la
DIA 20. podían tener, para que padeciesen los culpados: acudían
los pobres á las casas de los ricos; y todos eran pobres ó
SAN FÉLIX DE VALOIS, CONFESOR Y FUNDADOR.—El doctor mostraban serlo para no dar ó para p e d i r : solo hallaba
TOMO I I I .
52
410 LA LEYENDA DE ORO. DÍA 20.
remedio la común necesidad en el palacio de Leonor; pero lido tan rico; y así la quiso vender para socorrer con el
Ja carestía lasaba la liberalidad, y el lemor de que faltase u-ecio su necesidad : prendiéronle fospechandoque habia
á los propios ponia medida al socorro de los exlraños. Te- hurlado la gavardina, y en sabiéndolo Félix le hizo sacar
nia Dios librado el remedio de tan grande calamidad en de la cárcel, pesaroso de haberle ocasionado aquel mal por
las manos de un niño que aun no sabia hablar, y ánlesde hacerle bien, y le sentó en su mesa y dió una buena
formar palabras habia do obrar milagros. La aya que traia limosna con que le envió contento. Caminaban juntos Teo-
al nifio Félix en los brazos, movida de Dios nueslro Señor, baldo y Félix por el campo en tiempo de frío : salió de un
le llegó al Ingar donde guardaban el pan, y gobernando su bosque un pobre desnudo, temblando y lirilaftdo de frió,
manecilia, formó con ella fres cruces sobre el pan en el y pidióles limosna. Preguntándole Teobaldo: ¿Qué quieres
nombre de Ja santísima Trinidad, y poniéndole á vista de que íe dé? Respondió: Esa capa. Diósela gustoso. Pre-
los campos, los bendijo tres veces con la misma mano : y guntándole si quería otra cosa, respondió: Ese capole: y
fué cosa maravillosa y propia de !a mano de Dios nuestro habiéndoselo dado, viendo su grande liberalidad, le pidió
Señor, que luego empezaron a multiplicarse los panes y el jubón y las medias, y hasta los guantes de las manos y
á nacer unos panes de otros como 'én el desierto cuando ios los anillos de los dedos y collar de la garganta. No le que-
bendijo Cristo: y por el mucho pan que daban á los po- daba mas que el sombrero: fuóíe á tomar el pobre y detú-
bres, la hambre cesaba y el pan no disminuía; y como si vole Teobaldo, diciéndole con donaire : Eso n ó ; que des-
tuviera en sus manos las nubes, luego se llenó el aire de cubriréis la calva y se reirán de mí. Luego desapareció e l
ellas, y el cielo dió lluvia y la tiei ra dió su fruto, y to- pobre dejando allí los vestidos; y reconocieron los dos, lio
dos alabaron á Dios nuestro Señor, que tales prodigios ha- y sobrino, que el pobre habia sido ángel del Señor, ó el
cia con las manos de un niño inocente. Vino á Francia I n o - mismo Señor que habia venido á experimeníar su caridad,
cencio I I , huyendo de la ambición y tiranía de Pedro León é hicieron voto de no negar limosna á ningún pobre que
y falso pontífice A nacleto: hospedóse en Chartres en el se la pidiese por amor de Dios.
palacio de Teobaldo, hermano de Leonor: en sabiéndote Saliendo otra vez Teobaldo y Félix de la ciudad para
la piadosa señora, llevó allá á su hijo para que le bendi- Claraval en sus caballos, encontraron un pobre leproso.
jese el sumo pontífice; y el mismo niño, ya que no podia Enternecióse al verle Félix, y bajando de su caballo, le
con la lengua, pedia con las manos la bendición, la cual le abrazó y consoló con dulces palabras. No quiso Teobaldo
dió con muestras de grande amor el sumo pontílice; y a n - que su sobrino le venciese en la caridad: arrojóse también
tes se la habia dado san Bernardo en Claraval, adonde le de su caballo, y entre los dos limpiaron a! leproso y le
llevó su devola madre, para ofrecerle á María santísima llevaron á una casa vecina, adonde le enviaban todos los
por manos de aquel su dulcísimo capellán y regalado dias comida y regalo. Siempre que salian ó enírahan en
siervo. la ciudad le visitaban y consolaban ; y Félix le enviaba c a -
Primero bebió el niño Félix la misericordia, que dejase da dia de su mesa un pialo, c iba muchas veces á verle y
Ja leche, y como por instinto ejercitaba la piedad con los conversar con él amigablemente. Murió el leproso estando
pobres antes de poder obrar la razón. Daban un dialimos- Teobaldo ausente: y como ignoraba su muerte, enlró en
na á los pobres en casa de Teobaldo, su lio, y estaba el la casilla al volverá la ciudad deseoso de verle, y hallólo
niño en los brazos de su ama mirando como la repartían, á la puerta en pié, limpio de la lepra, sano, hermoso y
y se le iban los ojos y las manos á la moneda que se daba resplandeciente. Quedó admirado: y preguntóle sí era el
á los necesitados: parecia codicia y era misericordia; por- leproso á quien él habia dejado en aquella casa; porque en
que mandando Teobaldo por entrelenimiento que ofrecie- id rostro parecia el mismo, y en la sau'dad muy diverso.
sen los dineros al niño, él tomaba todo lo que podia en Yo soy el mismo que buscas (respondió el leproso): ya
su mano y lo daba á los pobres, siendo mayor la limosna estoy sano; porque libre de las miserias de los mortales,
cuánto era menor la mano que la repartía, porque daba d« gozo de la felicidad de los bienaventurados y he venido á
una vez todo lo que no podia sustentar; y mostró tanta agradecerte la caridad que conmigo has usado. Tú bajaste
alegría y contento el niño, que después le traían todos Jos por mí de tu caballo; yo bajo á tí desde el cielo: tú me
socorriste con limosnas , y yo le ayudo con oraciones. Con
dias por mándalo de Teobaldo al repartimiento de Ja l i -
oslo desapareció el pobre; y Teobaldo contó á Félix el
mosna. Era Teobaldo varón perfecto, como discípulo de
caso: y ambos se encendieron mas en deseos de socorrer
san Bernardo, y con hábito de seglar tenia costumbre de
á los necesitados.
monge. Crió en su compañía á Félix los primeros años; y
con su enseñanza y ejemplo creció mucho en todas las vir- Criábanse en el monasterio de Claraval algunos hijos de
tudes, especialmente en la misericordia en que compelían príncipes y caballeros, para que doctrinados con la ense-
tio y sobrino, raaeslro y discípulo, procurando Félix no ñanza y ejemplo de los mongos, saliesen útiles ministros
quedarse atrás á Teobaldo, y Teobaldo que no sele pasase y gobernadores de su república. Aquí llevó Teobaldo á Fé-
adelante Félix.} lix, para que se criase con la enseñanza de san Bernardo:
Cuando ya mayorcilo, comia Félix á la mesa de su tio, y y el santo mancebo, luego que entró en el monasterio,
se quitaba el bocado de la boca y enviaba el plato de que atendía mas á las obras que á las palabras de Bernardo:
mas gustaba para los pobres. Todo 10 que llegaba á sus oía sus consejos y los guardaba; pero sus ejemplos le p a -
manos pasaba de ellas á las manos de los necesitados, y recían mas eficaces, y los imitaba: en la modestia de su
no sabia despedir sin limosna á quien se la pedia. Pa- rostro, la gravedad de sus pasos, la frecuencia de su ora-
seándose por el campo con otros caballeros de su edad, ción, la guarda desús sentidos, la sobriedad en la comida,
llegó un pobre enfermo á pedirles limosna, y Félix no t e - el peso de sus palabras, y en todo se le parecia tanto, que
niendo otra cosa que darlo, se quitó una gavnrdina precio- en Félix se miraba Bernardo roas pequeño, ó en Bernardo
sa que traia y se la dió al pobre. No convenia al pobre ves- Félix mas grande, Estaba en el mismo monasterio Enrt-
DIA 20, NOVIEMBRE. 4 H
que, infanle de Fianci.i, bijo de Luis Craso, que después Jado del caballo, que era demasiado brioso, y del golpe
fué arzobispo de Khcims. quedó allí luego muerto. Sintieron todos la desgracia, y
Habla aprovechado mucho Enritpiecon la enseñanza de Félix mas que todos, que arrojándose de su caballo, y
san Bt'rnardo, y los dos primos tenian entre sí una santa examinando si habia quedado alguna vida al que lodos
emulación, procurando cada uno adelantarse al otro en la lloraban muerto; hallándole difunto, le tomó déla mano
virtud y cederle en todo lo demás. Mientras estaba Félix y te dijo: Levántale en nombre de la santísima Trinidad:
en el monasterio, padecieron su madre y su tio Teobaldo y como si con esta palabra le infuníliera el espíritu de vida
grandes trabajos : y aunque eran tan propios suyos y le que inspiró Dios al principio del mundo en el primer hom-
llegaban al corazón; él los llevaba con admirable paciencia bre, el mancebo volvió á la vida ; y todos se admiraron,
y conformidad, pidiendo á Dios continuamente el remedio aun mas quede ver resucitar á un muerto, de ver á un
de ellos. Hizo ofrecer un dia el sacrificio de la misa en el mancebo noble, cortesano y palaciego, que le resucitaba; y
altar de la Virgen por su madre y t i o : y estando él o y é n - con haber libertado Félix del cautiverio de la muerte á
dola con sollozos y lágrimas, se ie apareció la Reina de los este mancebo en nombre de la sanlísima Trinidad, dió
ángeles con su Hijo en los brazos, y enjugándole con su Félix principio á los muchos que habia de rescatar del c a u -
mano las lágrimas, le prometió su favor, y aseguró que liverio de los infieles y de los demonios, debajo del alto y
presto cesarla la tormenta que afligía á su madre y tio, y soberano nombre de la sanlísima Trinidad. Habiéndose j u n -
sucedería la serenidad deseada. tado un lucido ejército de lo mas noble y valeroso de F r a n -
cia para la .guerra sagrada, acompañó Félix al rey, y en
No cabian los ejemplos de Félix en el monasterio, ni te-
el ejército fué ejemplo de soldados, como lo habia sido en
nia solo las virtudes de monge entre los monges; ejercita-
la corle de cortesanos, y las buenas costumbres que habia
ba también las de caballero y las de príncipe, de quien por
aprendido entre los monges de Clarava!, las conservó e n -
lo que participa de la grandeza divina, es propiedad el
tre los soldados: no embarazaba sus ejercicios devotos el
hacer bien y favorecer á los miserables. Yendo un dia con
ruido de las armas; no se contentaba por peaiteucia : con
san Bernardo y Teobaldo por una calle de Chartres, en-
las fatigas y riesgos do la miheia : resplandecia mas su
contraron un hombre facineroso, á quien llevaban á ajus-
modestia entre la libertad de los militares, J la misericor-
ticiar por sus delilos. Compadecióse el santo mancebo, y
dia que siempre le habia acompañado no le desamparó;
rogó á su tio con mucha instancia que le perdonase. Ne-
ánles se alistó con él, al verle seguir las banderas. En las
gólo Teobaldo, diciendo: que acpiel hombre habla cometi-
ocasiones que se ofrecieron, peleó con gran valor, a y u -
do gravísimos delitos, y (pie perdonarle á él era castigar á
dándose aquí la fortaleza de su viriud, de la generosidad
toda la república; y era crueldad con muchos, la que pare-
de su sangre; pero ni se desvanecía con los sucesos prós-
cía misericordia con uno. Dijo entonces Félix: Yo no sé
peros, ni secaia de ánimo con los adversos; ánles suce-
qué delitos ba cometido este hombre, ni lo que él ha sido
diendo por oculto juicio de Dios infelizmente á los ensíla-
hasta ahora: lo que sé es que sí le dais la vida, ha de ser
nos aquella jornada, Félix se volvió á Parts con la misma
gran siervo de Dios. El suceso mostró que estas palabras
paz, como si volviera victorioso mas rico de merecimien-
eran profecía; porque perdonando Teobaldo al delincuen-
tos que de trofeos, y con mas viclorias de los demonios
te, tomó el báliiio de mongo en el monasterio'do Claraval,
que de bw lurcos.
y en él vivió y murió santísimamente. Encontró Félix
cerca del monasterio á un pobre desnudo que le pidió l i - En París prosiguió san Félix en los ejercicios de caba-
mosna ; y retirándose á un lugar secreto, se quitó la c a - llero y desoldado; pero Dios disponia sacarle de la corta
misa y se la dió al pobre. Aquella misma noche entrando para el desierto y de la milicia secular para la espiritual,
en su celda para acostarse, halló á su cabecera la misma y quería que no tratase mas de vencer á sus enemigos,
camisa que habia dado ai pobre; pero muy mejorada, por- sino á sí mismo. Para cortar de lodo punto la esperanza
que despedía de sí un olor suavísimo y una fragancia del próxima que le daban á la corona de Francia la ley sálica
cielo. y el deudo estrecho que lenia con el rey, quiso ordenar-
Enfermó la madre de san Félix: y aunque él suplicaba se p r i m e o de sacerdote, y luego retirarse: y ahora se víó
instantemente al Sefior que la diese salud, le fué respon- cumplida la visión de su madre al traerle en el vientre,
dido que á su madre convenia morir, para trocar los tra- pues trocó la corona de las flores de lis que podía esperar,
bajos de esta vida por la gloria de la o t r a ; y áél que m u - por la cruz de Jesucrislo. Habiéndose ordenado y dicho su
nese, para entregarse mas libremente á Dios, en quien primera misa, escogió el yermo déla montanaBrodelia en
hallaría padre y madre y todas las cosas. Muerta Leonor, se el territorio Meldense, célebre por haber sido habitada de
llevó el rey á Félix á su palacio i y aunque él guslaba mas san Flacrio, hijo del rey de Escocía, que la prefirió al reino
de la soledad que de la córte, y del monasterio que del de su padre, y vivió en ella muchos años con gran fama
palacio, nopodia dejar de obedecer á un rey que manda- de santidad. Cuando quiso dejar el mundo, hasta el nom-
ba con amor de pariente; y el santo iba con ménos dificul- bre dejó, para no conservar nada del mundo, y llamóse
tad, por saber que disponía el rey ir á la conquista do ¡a Félix, cuando dejaba lo que los hombres llenen por f e l i -
Tierra Santa, y deseaba él tomar la cruz y servir á Dios en cidad.
una empresa, en que se unia tan bien lo caballero con lo Mudó con el nombre el hábito; vistióse del traje de p o -
cristiano. Mientras se disponía esta expedición, se ocujVi- bre, cuando en su aprecio empezó áser rico: salióse de lu
ba en la córfeen los ejercicios convenientes á su calidad. córle ocultamente, y caminó á la monlafia Brodelia, des-
sin olvidar los de la virtud, m armas, jr.stas, torneos y conocido, sin criados, sin acompafiamienío; solamente pa-
ejercicios semejantes, para bahiliiarse con esto medio á recía que le seguían al principio muy de cerc'a y después
las veras déla guerra. Corriendo Félix lanzas con el rey, mas léjos, las honras, regalos y delicias de la córte y del
un mancebo ménos diestro ó mas desgraciado cayóairo- palacio, ya llamándole para que volviese, ya quejándosa
41* LA LEYENDA DE ORO DIA '20.
porque las dejaba; pero él proseguía su camino sin vol- propósito de osla órden en la vida de san Juan deMata, á los
ver un paso atrás, ni aun los ojos para ver quién le l l a - 8 de febrero. Estando conversando los dos sanios jimio á
maba, cerrando los oidos á los silbos de la SL-i picnU; i n - una íuenle, vino á ellos un ciervo blanco, que traia sobre
HÉMli Llegó al lugar donde habia vivido Flacrio, y luego la frente una cruz de dos colores, celeste y carmesí : ad-
pareció que Flacrio habia vuel(o á su lugar, y bajado de] miráronse ambos santos : y san Félix no entendió lo que
cielo para habilar segunda vez aquellos desiertos. Halló significaba la cruz, hasta que san Juan de Mala, que habia
una ermita dedicada á la Reina de los ángeles, que habia visto semejante cruz olra vez, y Dios le habia dadoá e n -
ediíicadosan Flacrio: determinó hacer junto á ella su ha- tender quería que fundase una nueva órden para redimir
bitación, y escogió una gruta en lugar del palacio que h a - cautivos, le declaró el mislerio; y los dos sanios lo onco-
bia dejado. ¿Quién nos dirá la vida que hizo san Félix en mendaron á Dios, y fueron amonestados tres veces por un
esta soledad; pues no pueden hablar los peñascos, de ángel que partiesen á liorna, para dar cuenta de lodo al
quienes era morador, ni las fieras de quienes era cinrlada- sumo pontífice. Dejaron su amada soledad y partieron á
no, ni los árboles, (pie eran (estigos de su oración conti- Rimia, donde fueron recibidos benignamente de Inocen-
nua, de sus profundos'suspiros y de sus extremados rigo- cio IH, que tuvo antes revelación de que habían de venir:
res? Al santo, que lo sabia, le enmudeció su humildad, yhabiendo entendido el sumo pontífice la voluntad de Dios
para que callase las batallas que tuvo con los demonios: con una visión que tuvo diciendo misa, en que se le apa-
- los triunfos que consiguió del infierno; y los favores que reció un ángel vestido de blanco con una cruz de dos colo-
recibió de Dios y do María sanlísima, con quien se rega- res, azul y rojo, con las manos cruzadas sobre dos cauti-
laba cu tiernos coloquios, á quien acudia en sus alliccio- vos, como ánles sa habia aparecido á san Juan de Mala en
nes y pedia socorro on todas sus necesidades. Lo que París diciendo misa; vistió á los dos santos del hábito que
podemos decir y admirar es, (pie habiendo hecho tan no- traia el ángel, y fundó la órden de la Sanlísima Trinidad,
table mudanza san Féüx, trocando la córlo por el desierlo. para redimir caulivos, dándola después regla propia, es-
ol palacio por la gruía, la compafiía de los cortesanos por pecial y muy conveniente á su instituto. Volviéronse los
la de las ñeras, el vestido precioso por el cilicio áspero, dos sanios patriarcas á Francia: y llegándoseles algunos
las comidas regaladas por las yerbas silvestres, la cama hijos, dieron principio en la montaña iSrodelia al primer
blanda por la peña dura; estaba mas contento con esta convenio, en el mismo lugar donde habían hecho vida so-
pobrez!,que jamás lo habia oslado con toda la riqueza; y litaria, y llamáronle de Ciervo-Frígido, por el ciervo que
le parecía que lo tenia lodo, cuando no poseia nada, por vieron allí con la cruz de su religión, que venia á buscar
euleuder que tenia mas parteen los bienes del cielo, cuan- refrigerio de su sed en ; quella fnenle.
to ménos tenia en los de la tierra. No falla quien diga que Onedósesan Félix en el convenio de Ciervo-Frígido
un cuervo le traia á san Félix un pan todos los domingos, para gobernarle, y san Juan se volvió á Roma para f u n -
y que los demonios se lo aparecían en horribles figuras de dar convento en aquella ciudad. En esta despedida de los
serpientes, dragones, leones y otras fieras, para espantar- dos santos coaipañeros , fué grande, el senlímienlo y m u -
lo y atemorizarle: y no seria maravilla que Dios favore- chas las lágrimas de &nn Félix : porque entendió con luz
ciese á Félix como á Pablo, primer ermilafio, pues I'elix divina que no habia de volver á verle mas ; pero consoló-
imitaba lanío á Pablo: ni que los demonios le persiguie- le san Juan con santas palabras, diciéndole que si se apar-
sen como á Antonio é Hilarión; pues veían resucitados taban los cuerpos, se quedaban unidas las almas ; y era
eslos santísimos anacoretas en Félix. Dé los favores que menester dividirse en esta vida mortal , para unirse mas
recibió de Dios y de los ángeles, escriben algunos mucho, en la eterna. Lo que san Félix desde su monasterio de
no se si por discurso ó por noticia cierta: y aunque yo Siervo-Frííiido procuró el aumento de su religión, é i n f l u -
creo muy cierto que fueron muchos mas y mayores los yó para fundar conventos en diversas provincias : el fer-
favores que el sanio anacoreta recibió, que todos los que vor con que solicitó el cumplimiento de su celesliai insti-
refieren, porque asi convenia que regalase el Señor á su tuto ; y las muchas redenciones qne por sí y por sus hijos
fiel siervo, que por su amor se habia privado de los rega- ejecutó, no se pueden decir en pocas palabras , y pedia
los y delicias de una córle y de un palacio, y visitasen los mas larga escritura. La vida que hacían él y sus hijos,
ángeles al que era ángel en la vida, aunque era hombre que cada día venían llamados del Señor, y traídos de
en la naturaleza; con lodo eso no quiero referir nada en buen olor que por lodas parles se esparcia de la santidad
particular, para contar solo lo que se sabe; nó lo que so de aquella casa, con nada so puede declarar mejor . que
discurrre, ó no es tan averiguado. con decir, que hasta los ángeles quisieron vestir su hábito,
Habiendo vivido san Féüx en la soledad mas do veinte y la Reina de los ángeles honrar con su presencia aquel
años, fué buscado por aviso del cielo de san Juan de Mala, monasterio trayendo la cruz de su religión. Víspera de la
doctor parisiense, que habitaba en otra soledad: y aun- Malividad de nuestra Señora no locó el sacristán á maitines
que Juan buscaba al que no conocía; Félix conocía al que á su hora, mas por providencia divina que por descuido.
le buscaba, y sabia que habia de venir á buscarle: y en San Félix, que velaba como buen pastor mientras los d e -
viéndole, le saludó por su nombre, de que quedó san Juan más dormían, sintió mucho esta falta : y entrando en el
maravillado, y entendió por aquí mas claramente, que coro para disponer lo necesario, le halló ocupado, nó co-
Dios moraba en san Félix. Vivieron los dos sanios anaco- mo otras veces de religiosos que parecían ángeles en la
retas tres años en aquel desierto en sania y dulce compa- pureza de la vida, sino de ángeles que parecían religio-
ñía, como Eiías y Eno^ en el paraíso, hasta que Dios los sos en el hábito, y á la Reina de los ángeles [ residiendo
sacó de aquella soledad, para que fundasen ci órden de la el lugar eminente, vestida del mismo hábito y cruz de su
Santísima Trinidad, para redimir cautivos, del modo que religión Estaba el coro lleno do una admirable claridad
«ontaremos aquí brevemenle; porque tratamos mas de que salía del rostro de la santísima Virgen, y todo en
DIA *20. N0YIEM1ÍRE. 4! 3
i;r;iri silencio, esperando al santo para empezar los m a i l i - sinliendo dejar el cuerpo, sentía ser apartado de los hijos
ues ; porque en enlrando san Félix, entonó Maria santísi- que tenia dentro de su alma. Este cuidado le quiso quitar
ma la antífona, y prosiguieron los ángeles con incompara- la Reina de los ángeles en el último dia de su vida ; por-
ble melodía: y san Feüxc.m ellos, olvidado de que estaba que se le apareció llena de resplandores, y le consoló
en la tierra y que tenia cuerpo, cantó con los ángeles en diciendo, que no quedaban desamparados sus hijos ; por-
su mismo punto y armonía, como si fuera espíritu , ó v i - que quedaban debajo de su amparo y ella seria su m a -
viera ya entre los bie.iaventurados. Cuanto fué el gozo y dre. Con esto se llenó san Félix de mayor gozo y nuevo
alegría de san Félix con esla vista ¿quién lo podrá d e - deseo de morir, por dejar á sus hijos tan mejorados, suce-
clarar ? No le cabía el corazón en el pecho , y le acabara diendo tal madre á tal padre, María santísima á san l é l i x ,
el demasiado gozo de la vida , si Dios no le confortara, la Madre de Dios á un hombre.
para que piuliese llevar tan grande peso de gloria. No Habiendo recibido san Félix los sacramentos de la Igle-
piuliendo disinmlailo en el rostro, imporlunado de sus sia con gran devoción, se despidió desús hijos , nó como
hijos. Ies contó la visión que había tenido, y les dijo : En quien moría, sino como quien hacia jornada, derramando
adelanle, hjos mio^, mirad esta casa como cielo ; pues el padre y los hijos muchas lágrimas : ellos de pena por-
ha merecido ser habitada de los ángeles y de la Reina de que los dejaba , y él de ternura y amor de padre porque
los cielos. No extrañéis que vistan los ángeles nuestro h á - los veía llorar : y por despedida y última voluntad , los
bito ; porque ángel fué el primero que lo vistió y nos lo exhortó á todas las virtudes y especialmente á la caridad
dió á nosotros ; pero extrañad mucho si vistiendo nosotros con los canlivos. Díjoles que aquellos morirían bien en la
el hábito que visten los ángeles, no somos ángeles en la muerte, qué habian muerto muchas veces en la vida ; y
santidad. Mirad bien que no es decente manchar con c u l - que en esta horacogia él los frutos dulces déla peniten-
pas el hábito que b s ángeles han vestido, y mucho menos cia amarga que había hecho en el desierto, y ahora espe-
el que ha vestido la Reina de los ángeles. ¿Qué nos ha que- raba el premio de las obras que había hecho por el Señor
rido enseñar con esto María santísima, sino que como h i - en su vida : luego, levantando los ojos al cielo, sin dejar
jos suyos, nos quiere muy parecidos á si en la vida, pues de derramar lágrimas de consuelo , decia con grande
ella ha querido parecerse á nosotros en el vestido? Este afecto para dar gracias al Señor, y exhortar tácitamente á
suceso os avisa cuan diligentes debéis ser en las alabanzas sus hijos á que lo imitasen : ¡ O dichoso dia en el que yo
de Dios; pues vienen ángeles á suplir la falta de los hom- huí de la córte á la soledad y troqué el palacio por una
bres : y entended, que los hombres que cantan alabanzas gruta ! ¡ O felices noches las que gasté en la oración en
á Dios, se diferencian de los ángeles en la natutaleza y lugar de sueño! ¡ O bienaventurados dias los que pasé
nó en el oficio : solo en que los hombres alaban á Dios en leyendo y cantando alabanzas á Dios ! ¡ O dulces l á g r i -
la tierra, y los ángeles en el cielo. mas las que derramé por mis culpas ! i O bien emplea-
dos suspiros! i O suaves asperezas con que maltralé mi
Ksle monasterio, corno tan favorecido de María santísi-
cuei p o ! ¡ O gratas penas con que afligí mi carne! ¡ Ü
ma, creció mucho, asi gobernándole san Félix como des-
bien empleados pasos los que df para cumplir la voluntad
pués, en santidad, sugetos, ediücio y veneración : porque
del Señor , cómo me lleváis ahora á la bienaventurada
ha tenido muchos varones ilustres en nobleza , santidad y
elei nídad ! Anles parecían las penitencias espinas ; ahora
sabiduría, que han sido como lumbreras de Francia y de
veo que son rosas : ántes parecía la montana desu i la;
toda la cristiandad. El edificio os muy suntuoso , enrique-
ahora experimento que es paraiso : antes parecía la r e l i -
cido con muchas reliquias, y uno de los santuarios mas
gión cruz ; ahora veo que es corona, i O qué dulces son
venerados dé Francia í por lo cual muchos pares de Fran-
los trabajos después de pasados ! Y si eslo parecen en esla
cia, y otros príncipes y grandes señores le han escocido
vida mortal, qué parecerán en la vida inmorlad, donde so
para su entierro ; y el ministro do este convento fué tan
goza el premio eterno de lo que pasó con el tiempo breve-
venerado en Francia , como los obispos y prelados de m a -
mente ! Y volviéndose á Cristo crucificado que tenia en
yor suposición, y tenia lugar en los sínodos de los obispa-
las manos, le decia : Pero, Señor, lodo lo bueno es vues-
dos ambinense y meldcnse , y en las corles que se cele-
tro y solo las culpas son mías í vuestros tormentos me
braban en el reino.
alientan : vuestra pasión me conforta, y vuestra muerte
Deseaba con grandes ansias san Félix ser desalado de me da esperanzas de vida. ¿ Qué soy yo sin vos ? ¿ Qm.
la carne y vivir con Cristo : los años pedían la muerte: son mis obras sin vuestras obras? ¿Qué son mis penas
los merecimientos el cielo : él suspiraba por la patria ce- sin vuestras penas ? Vueslra pasión da valor átodo lo bue-
lestial : allí tenia su corazón, donde estaba su tesoro : allí no : dadme vuestras llagas para besarlas con mis labios,
levantaba los ojos , donde caminaba su deseo : miraba la y vuestro costado para sellarle con mis ojos. Entre estas
tierra como deslierro, y hacíasele muy largo el tiempo de ternuras, abrazándose con el crucifijo con admirable paz,
desterrado y peregrino, hasta que queriendo el Señor dió VI espíritu al Criador, lleno de años y de mereciuiici!-
consolarle, le envió un ángel que le avisó como estaba tos, á l( 3 oclieula y cinco de su edad , á 4 de noviembre
cerca su muerle. Nunca tuvo nueva mas alegre : no so- de 1212. Cuando espiró se tocaron por sí mismas las
lamente se alegró el alma, p.ro aun se regocijó el cuerpo campanas del monasterio, y él mismo se apareció glorio-
flaco, y cobró nuevo vigor y calor ; de manera que enton- so y resplandeciente á san Juan de Mata que estaba en
ces prometía mas larga vida, cuando estaba mas próxima Roma en oración, y ha (lió juntas la nueva de su muerte y
su muerle. Aumentó este gozo una calentura que Je sobre- de su gloria, encomendándole mucho el convento de Cier-
vino algunos dias después, la cual recibió con acción de vo-Frígido. Iba á responderle san Juan, y desapareció de
gracias, como á ejecutora de las promesas de D'os Un sus ojos san Félix, dejándole triste por la falta que hacia
cuidado solo traía, y era de los hijos que dejaba huér- á sus hijos, y aleare por la gloria de que ya 'gozaba.
fanos y sin padre ; porque era fanla su caridad , que no
m LA LEYENDA. DE ORO. D1A 20.
SepuKaron sus hijos el sagrado cuerpo de san F(llix, nes y sábado, no queriendo en estos dias tomar el pecho
con gran concurso de los q u e á la noticia acudieron de los mas (pie una vez.
puebloscomarcanos, en el mismo convenio de Ciervo-Frígi- Crióle su madre con gran cuidado, y el niño tenia un na-
do : y es ti arlicion inconcusa qtic se vieron por algunos tural nacido para la santidíid ; porque era de cera para la
dias luces milagrosas sobre su sepulcro. Ha hecho Dios virtud, y de acero para los vicios, recibiendo fácilmente
por su intercesión muchos milagros, por los cuales y por lodo lo bueno, y rechazando constantemente todo lo malo.
sus grandes virtudes ha sido venerado y tenido por santo Sus virtudes eran mas que sus años: y quien midiese su
como veremos en la vida de san Juan de Mala ; y «u r e - virtud con su edad, bailara ta edad muy desigual ála v i r -
ligión celebra sn íies'a con oración y lecciones propias , á tud, i r a obediente á sus padres, rendido á sus mayores,
los 4 do noviembre, q u e es el dia de su glorioso trán- pacifico con sus iguales, compasivo con los pobres; á los
sito. sanios tenia gi'an devoción, á María santísima singularafec-
Largo fuera nombrar todos los hisloriadoros que escri- to, á Dios mucho amor y temor: todos sus entretenimien-
ben de san Félix de Valois : cítalos el maestro Gil Gon- tos eran sagrados: todo indicio de la sanlidad fulnra: nada
zález Dávila en la vida de los dos patriarcas san Juan y tenia de niño, sino los años; y estos los desmenlia la p r u -
san Félix, y Tamayo de Salazar en su Martirologio á 21 dencia y los negaba la madurez. Al llegar á los siete años
de diciembre, y el apéndice que hizo el muy R. P. Fr.Juan pidió á sus padres que le enseñasen lelras; y ellos le e n -
de la Concepción, del órden de Descalzos de la Sanlisima viaron á la ciudad de Aix, que es en la Provenza, con el
Trinidad y procurador general en Roma , á la vida que porte conveniente á su calidad. Aquí aprendió lelras h u -
escribió de los dos santos patriarcas Fr. Francisco Macedo, manas y los ejercicios de caballero; y el tiempo que no lo
déla órden de san Francisco : de la cual y de las lecciones ocupaba el estudio gastaba en los templos, en las cár-
de san Félix, aprobadas de la Iglesia, hemos sacado pi i n - celes ó en los hospitales, conversando con Dios, ó con
cipalmenle lo que queda dicho. los enfermos ó con los presos; porque todos sus d i -
SAN JUAN DE MATA , COM-ESOI» Y FUNDADOB.—En la Pro-vcrlimientos eran las obras de caridad y los ejercicios de
venza , que es provincia de Francia , en el condado de devoción.
Niza, en el villaje de Faloon , n;ció san Juan de Mala Aun no sabia bien qué cosa era el mundo, y ya le daba
de Eufemio y Marta , esclarecidos en sangre y señalados en rostro el mundo y deseaba dejarle: y así después de a l -
en virtud, el año de nuestra salud 1160, según el cómpu!o gunos años que habia permanecido en Aix, volvió á Falco»
mas ajustado, y podemos decir el primero de la libertad de con deseo de retirarse al desierto; mas cuando el amor de
los caulivos cristianos: porque en él nació el que los habia Dios lo llamaba, el amor de sus padres le detenia; hasla
de redimir del cautiverio de los moros. Bien lo mostraba que rotas estas cadenas con la gracia del Señor, salió de
el blasón de la casa de Mata, que era un cautivo c a r g a d o su casa ocultamente, por inspiración del Espíritu Santo, y
de cadenas con esta letra : O Domine, libérame ab islis vin- se retiró á los montes que hoyse llaman Pomas de Marse-
culis. Eran estas armas profecía de las proezas venideras, lla, donde habia hecho penilencia sania María Magdalena.
mas que blasón de l a s hazañas pasadas; y así mas recibió Aquí entró el santo mancebo, sin guia, sin maestro, y se
estos blasones la familia de Mata de san Juan, que él las halló solo, sin casa, sin padres, sin amigos, sin compañe-
recibió de sus mayores: porque llenó esta empresa liber- ros, pero en Dios lo halló todo mejorado, y con tener á
tando innumerables caulivos de las cadenas de los moros. Dios no le fallaba nada. Su habitación era una gruta hor-
Así se lo reveló María santísima á su madre; porque estan- rorosa: su cama la peña d u r a : su vestido un cilicio áspe-
do Marta preñada, se encomendó á la Reina de los ángeles r o : su comida las yerbas silvestres: no tenia abrigo para
suplicándola afectuosamente que la favoreciese en su pai- el frió, pi defensa contra el calor, ni reparo de los vientos,
to, y tomase debajo de su protección la criatura que ella siempre expuesto á todas las inclemencias de los tiempos;
traia en sus entrañas; y fué tan poderosa su oración, que pero loque afligíaá la carne, regalabi al espíritu; y tenia
luego bajó dtd cielo María santísima cercada de inmensos el alma por delicias lo que el cuerpo tenia por lormonlo: y
resplandores, y la dijo: No temas, porque parirás un hijo así era su regalo el ayuno, su descanso el trabajo, su sue-
que será santo y redentor de cautivos cristianos, y padre ño la contemplación, su gozóla penitencia y su gloria tra-
de muchos hijos que se emplearán en el nTismo ministerio tar con Dios y con los ángeles, de quienes recibió sin d u -
con grande provecho de las almas. Con esto desapareció da muchos favores; pero quiso el Señor darlos á nuestro
la visión, y Marta quedó llena de gozo y esperanzas del discurso, mas que á nueslra noticia. Deseaban los demo-
hijo que habia de nacer de sus entrañas; pues nó un ángel nios echar al santo mancebo de este desierto, no pudiendo
sino María santísima habia queridoser la que anunciase su sufrir la vida admirable que en él hacia: para esto procu-
yacimiento, mostrando con tan extraordinario favor la ex- raron espantarle y atemorizarle con diversas trazas y a r -
traordinaria santidad á que habia de llegar el niño, ycuán dides, semejantes á las que usaron antiguamente con san
favorecido habia de ser d» Dios en naciendo, el que ánles Antonio; pero no pudieron vencer, ni hacer huir ó dejar el
de nacer era tan favorecido de su santísima Madre. Cuan- campo al valeroso soldado de Cristo, que armado de fé y
do salió á luz se vió resplandece su rostro, como que n a - coniianza no temia sus espantos y se burlaba de sus ame-
d a para nuevo sol del mundo, que le habia de alumbrar nazas. Como no le salían bien las otras trazas, usó una,
con los rayos de su doctrina y con los resplandores de su verdaderamente diabólica: tomó el rostro y disposición do
santidad. ¡Nació vlspeiadeSan Juan Buuíisla, y por eso un su amigo y condiscípulo, á quien habia tralado en Aix.
le llamaron Juan en el b a u t i M i i o : y fué Juan en las aspere- Díjole, que la fama de su vida, que á ól lo parecía estar
zas y penitencia, que se adelantó no solo alas culpas, mas oculta á todos los hambres, habia llegado á su noticia, y le
también á la razón; porque luego en naciendo empezó á habia traído áaquel desierto,para imitarle y aprender de él
a y u n a r cualro dias en la semana, lunes, miércoles, vier- á servirá Dios, y que no rehusase enscñ;;i' al que venia cen
DÍA 20. mvm 415
vacíen de sus almas; ytínalmente para toda la universidad
deseo de íiprcnder, ni ser mneslrodel que liabia sido con-
era un espejo de santidad, en quien se miraban todos; los
discípulo : y si no qneria darl« título de discípulo, le a d -
malos con vergüenza y confusión de no seguirle, y los
mitiese á lo menos con nombre de compañero. Quedóse
buenos con aliento y deseo de imitarle. Era lanía la fama
con el santo mancebo, é imitaba en lo exterior su vida; pe-
de su ciencia, que los doctores de aquella universidad le
ro sin perder ocasión de ponderar y encarecer tas dilicnl-
ofrecieron espenláneamenteel grado de doctor; pero el que
tades y peligros de aquel asperísimo camino que habia
en los ojos de lodos era grande, en los suyos solos era pe-
lomadu. Dccia , que era «n género de crueldad contra si
queño; y así rehusó esta honra con invencible conslancia.
mismos afligir su juventud, no muy culpada, con tan gran-
basta que estando un día en oración fervorosa, seleapare-
de penitencia; é imprudencia grande caminar dos mance-
ció el príncipe de los apóstoles san Pedro, y le dijo, que
bos sin guia, por camino tan dificultoso, en que se han
lomase el grado que los doctores le ofrecían, porque era
perdido muchos ancianos después de muebas canas y ex-
la voluntad del Señor. Con esto recibió la borla de doctor
periencia : que seria mas acertado volverse á la ciudad y
de teología con increíble aplauso de toda la escuela; y des-
tomar algún maestro experimentado, que los gobernase y
pués le obligaron á que leyese una cátedra de teología,
encaminase en lavirtud, que nó hacerse maestros ánlesde
como lo hizo, sacando excelentes discípulos, de los cuales
de ser discípulos y pagarla soberbia con ia caida,de que
algunos siguieron después su santo instituto. Recibiólos
por ventura, cuando quiesen, no se podrían levantar. H i -
sagrados órdenes á persuasión de Odón de Sobaco, obispo
cieron dudar algo estas razones á san Juan, como tenían
de París, canónigo reglar de San Agustín, varón de igual
tanta apariencia de piedad: recogióse á la oración á pedir
doclrina y santidad, que le dijo era esta la voluntad de
•al Sefior luz; y con ella conoció que era el demonio el que
Dios; y confirmólo el Señor con una maravilla y favor s i n -
le hablaba. Díjole: Vele de ahí. Satanás, y no pretendas
gular: porque estando elsanlo de rodillas delante delobis-
engañarme; porque el Señor está conmigo: y á estas pa-
po para recibir el sacerdocio; al ponerle las manos sobre
labras desapareció el fingido compañero y verdadero de-
la cabeza, y decir: Acct/jc5pírtíum sancíwm, bajó sobre la
monio, corrido y avergonzado do verse vencido deun man-
cabeza de san Juan, como anliguamenle sobre los apósto-
cebo de pocos años; y el santo quedó vencedor y mas ad-
les, un fuego del cielo que al principio se esparció por su
vertido para semejantes engaños.
rostro, y después se formó un globo y luego una columna
Después de un año de retiro, le habló el Señor al cora-
ardiente, queeslnvo grande rato sobre su cabeza, con a d -
zón, y lo mandó que volviese á continuar sus estudios;
miración y pasmo de todos los presentes, que discurrían
porque le quería hacer; como á otro Abrahan, padre espi-
variamente sobre la significación de este prodigio, enten-
ritual de una grande descendencia. Con esto volvió el san.
diendo los mas prudentes que Juan habiade ser un nuevo
to á la casa de sus padres, y de ella á París, á continuar sus
apóstol que alumbrase á muchos con la luz de su doclrina,
estudios. Pero el demonio, temeroso de la guerra que san
y una columna firme de la santa Iglesia; mas no discurrían
Juan le liabia de hacer con las letrrs, le puso gran tedio y
entonces lo que después hizo descubrir el suceso que Dios
fastidio al estudio, y como ánles le babia procurado sacar
obró con esta maravilla, que aquella luz que cercaba el
del desierto, ahora le quería volver á él, representándole
rostro de san Juan eran sus hijos, que formándose como
queservii ia mas á Dios entregándose del lodo á la oración
en. un globo de un nuevo órden, habían de ser una c o -
y penilenoia fuera de las ocasiones, que nó estudiando las
lumna de luz semejante á la que sacó los israelitas del c a u -
ciencias entre laníos peligros de conciencia como traecon-
tiverio de los egipcios, para sacar á los cristianos del cau-
sigo una córle, una universidad y la compañía delosman-
tiverio de los sarracenos. Celebró la primera misa en la
cebos. Andando con este cuidado, entró un tíia en la igle-
capilla del obispo de París, hallándose presente el mismo
sia del convento de canónigos reglares de San Agustín,
obispo,- el rector de la universidad y el venerable Rober-
que hay en aquella ciudad y se llamaba San Víctor, y es-
to, abad de San Víctor, y Juan, abad dcSanla Genoveva,
lando en fervorosa oración delante de una devotísima
y muchos doctores de la universidad: y cuando el nuevo
¡mágen de Cristo crucificado, le habtó el santo crucifijo y
sacerdote llegó á levanlar la hostia, se apareció en el aire
le dijo tres veces con voz clar a é inteligible: Slude snpien-
sobre el altar un ángel de Dios, vestido de blanco, con una
íífe, ¡iU mí, et Iwiifica cor mewm; Estudia la sabiduría, hijo
cruz en el pecho de doscoioriís, carmesí y celeste, cruza-
niio, y alegra mi corazón : y con estas palabras no solo
dos los brazos en forma de cruz, y puestas las manos so-
' ccibió luz para conocer la voluntad de Dios: pero gracia
bre dos cautivos, uno cristiano á la mano derecha, y otro
para ponerla en ejecución, y ya no sentía tedio, sitio incli-
moro á la mano izquierda, como si quisiera trocar uno por
nación al estudio. Empezó en aquella celebérrima univer-
otro. Admiraron lodos visión tan maravillosa, y no enlen-
sidad con nuevo fervor á estudiar las ciencias, sin dejar
d i a n l o q u e significaba: solamente san Juan, arrebatado
el estudio de las virtudes, y en pocos años que estuvo en
en un éxtasi por espacio de una hora,entendió que Dios I«
ella, se aventajó en la sabiduría á sus iguales y en la san-
queria lomar por instrumento para fundar una nueva ó r -
tidad á su misma sabiduría. Continuaba la penitencia y
den, que tuviese por instituto redimir cautivos. Acabada la
aspereza como sí-estuviera en el desierto, y se daba á la
misa, el obispo y abades le instaron que les decláraselo
oración y contemplación como si habitara en el paraíso, y
que el Señor le habia enseñado en aquella visión; y a u n -
de ella sacaba luces su entendimiento para entender las
que él quisiera callarlo por su humildad, la obediencia y
verdades que otros con prolijo estudio no podian alcanzar,
la necesidad de tomar consejo le obligaron á manifestar lo
y ardores su voluntad para ejercitarse en obras de caridad
que había entendido, A todos pareció que debía partirse á
espiritual y corporal, socorriendo á los pobres, vísitandoá
Roma, y dar cuenla al sumo pontífice, que á la sazón era
los enfermos do los hospitales, consolando a los presos en
Celestino I I I , y pedirle que diese facultad para fundar ia
las cárceles,sirviéndolos con humildad, socorriendoloscon
uíieva religión; y el obispo y abades le dieron cartas para
misericordia y exhortándolos á la virtud con zelo de lasal-
416 LA LEYENDA DE ORO. DIA 20.
d sumo ponlífico, en que 1c dabancuenla de lo sucedido, y mas á propósito para sepultura, en que deseaba sepultarse
recomendaban la persona de Juan. vivo, para vivir en el mundo como muerto, mientras la
Escribe Macedo Andrade y el M. Fr. Jacinto de Barra, muerte no le sacaba del mundo. Entre las sombras de su
déla orden de Santo Domingo, en su Rosa laureada, t r i u n - cueva se ocultaron sus ayunos, penitencias, oraciones, r e -
fo V I , que reveló Dios en Espafía á santo Domingo de Guz- velaciones, batallas y triunfos, para que aun no llegasen
man esta elección de san Juan de Mala para primer r e - á la noticia de tos hombres las obras del que asi huyó de
dentor de cautivos; y por eso no lo quiero callar y lo con- ser conocido de los hombres. Habiendo estado casi pide
taré como lo refiere Macedo. Estudiando en Valencia santo meses en esta cueva, le reveló el Señor que moraba en
Domingo, vino a él una mujer afligida á pedirle limosna otra soledad no iéjos de la suya un varón sanio á quien le
para rescatar un hermano suyo que estaba en poder de convenia ir á buscar. Temió no fuese engaño del demo-
los moros: y no teniendo qué darla, movido de ardentísi- nio para sacarle de su soledad y volverle al mundo; gas*-
ma caridad, la rogó le vendiese á él para rescatar á su ló toda una noebe en oración fervorosa, suplicando al Se-
hermano; y no pudiéndolo alcanzar, ofreció rogarla á Dios ñor le guiase y no permitiese que fuese engañado de! ene-
con instancia para el rescate de su hermano y demás cau- raigo; y á la mañana halló á la puerta de su cueva un
tivos. Lleno de aflicción y compasión, se postró á los piés mancebo de mas que humana hermosura. Admiróse al
d > una imagen de un santo crucifijo, lamentándose de que principio con la novedad, y después le preguntó á quién
no hubiese algún remedio para rescatar cautivos, ofrecién- buscaba y á qué venia; y respondió que venia enviado de
dose con toda voluntad á emplearse en obra de tan alta Dios para guiarle en aquella soledad. Dió el santo gracias
caridad ; y le respondió con voz clara el Señor por su san- al Señor porque le enviaba como á Tobías, s» santo ángel,
ta imagen las siguientes palabras: Uijo, no le toca á tí para que fuese guia y compañero de su camino. Anduvie-
esto que me pides, sino á Juan, doctor parisiense, y á sus ron juntos algunas millas conversando de las cosas del cie-
conipnñeros,á quienes tengo encargado este ministerio. A lo, los que cuanto se diferenciaban en la naturaleza, tanto
tiesta reservado otro no ménos principal que ejercitarás se parecían en la santidad : el ángel que se habia vestido
de la figura de hombre, y el hombre que se habia vesti-
con los tuyos. Quedó santo Domingo consolado con el d i -
do de las propiedades de ángel, hasta que fatigado san
vino oráculo, y también suspenso por no conocer á Juan,
Juan del camino, se sentó sobre una piedra para descan-
hasta que después, en Francia se encontraron ejercitando
sar un breve ra'o. Cerró sus ojos al dulce saeño, que al
sus divinos instituios.
despertar fué muy amargo porque no vió á su guia y com-
Partióse, pues, de París san Juan con intento de ir á
pañero: miró por todas partes, dió voces, y como nadie le
Roma : pasó por la Provenza, llegó á Falcon, su patria, y
respondiese, prosiguió su camino, triste y arrepentido de
entregándose á la contemplación, se vió tirar de nuevas
haber dormido el sueño que le privó de tal compañía, has-
ansias de la soledad, acordándose de aquella paz interior
la que pasó el rio Materna, y halló un pastor de ovejas, á
y consuelos celestiales que en ella habia gozado. Andaba
quien preguntó si sabia dónde habitaba un varón do g r a n -
aun dudoso de lo que debia hacer; poi que aunque había
de santidad que hacia vida solitaria: y por las señas que
entendido que Dios le queria tomar por instrumento para
el pastor le dió, vino á bailar la ermita y encontrar con el
fundar una nueva orden; no sabia el tiempo ni el modo
ermitaño, que era san Félix de Valois, que habia mas de
con que esto se habia de ejecutar, y así, deseoso d e e p - veinte años habitaba en aquel desierto, y tenia cerca de
lender la voluntad de Dios, se dió á larga oración, r e p i - setenta de edad. La noche antes babia tenido revelación san
tiendo muchas veces las palabras de san Pablo: Domine, Félix de que el dia siguiente babia de venir á visitarle san
quid me vis ¡Mcrel Seflor, /.qué queréis que baga? Res- Juan! y en viéndose los dos santos, se saludaron por sus
pondióle interiormente el Señor, que saliese de su patria nombres, como antiguamente Pablo y Antonio. Pidió san
y de sus parientes y se fuese peregrinando por el mundo Fél¡\ á san Juan qnese sentase porque venia cansado del
á la tierra que él le moslraria. Así lo ejecutó el sanio: sa- camino; no quiso san Juan hasta que se sentase san Félix
lió de Falcon á pié con un vestido bumilde y un báculo en por mas anciano; y tuvieron semejanle contienda que Pa-
Ja mano: caminaba de pueblo en pueblo predicando la blo y Antonio sobre el partir el pan. Ninguno quiso ceder
palabra de Dios y sustentándose de lo que le daban de l i - al otro en la humildad por cederle la honra ; y terminóse
mosna: llegá á París: restituyó á los prelados las carias la piadosa porfía sentánd«se los dos á un mismo tiempo,
que le habian dado: excusóse de no hacer por entonces listando sentados los dos santos, preguntó san Félix á san
aquella jornada, diciendo que Dios le mandaba que se Juan, qué le habia movido á buscar á un siervo inútil del
apartase de los hombres para tratar con él á solas, quizá Señor, que no tenia nada para que mereciese ser buscado
porque no era tiempo de poner en ejecución obra tan gran- ni conocido de ningún hombre. Dios me ha enviado á l(,
de ni estar él sazonado para ser instrumento de ella : que ó Félix (dijo san Juan), como discípulo á maestro, como
Dios dispondrá á su tiempo de la ejecución de su voluntad; mancebo á anciano, como sm experiencia al experimen-
y que á los hombres loca obedecer, nó escudriñar los j u i - tado, para que me enseñes el camino de la virtud, me
cios del Señor. aconsejes en mis dudas y me guies en mis ignorancias. Yo
Salió de París, ignoranle del camino é incierto del tér- empiezo el camino de la perfección ; tú lias andado por él
mino; y el espíritu que le llevaba al desierto, le gm'ó a la mochos años, y quiere Dios que viva en lu compañía, para
íialia Bélgica, al lerritoi io Meldense, á la montaña lírode- que yo siga al que va delante y no me pierda dando pasos
lia, tierra fragosa y áspera, despoblada de hombres y po- sobre tus huellas. No te desdeñes de admitirme por c o m -
blada de fieras: y habiendo penetrado lo interior de la pañero; que annque soy imperfecto, vengo deseoso de
montaña con grandes fatigas y peligros, halló diversas aprenderla perfección; y porque soy libio, deseo con tus
cuevas mas á propósito para habitación de fieras que para ejemplos enfervorizarme. En tus manos me pongo, para
morada de hombres: escogió la mas horrorosa por ser la
DIA 20. NOVIEMBRE 44"
qae dispongas y endorecos mi vida: aorehuses oiis«flar al berlad? Bien claramente leba declarado el Señor su gus-
(jiie desea aprender, ni despidas al que le onvia Dios. Go- t o : esto no necesita de consulta sino de ejecución. No r e -
mo una blanda cera, ó como un poco de barro estoy en huses lomar la cruz y correr con ella; pues Dios le ha en-
tus manos: fórmame de nuevo 6 inspira en mí nuevo es- viado un ciervo con una cruz para enseñ arle la lijereza
píritu de vida para que viva en adelante vida espiiilual, con que debes correr llevándola cruz de Cristo. No ante-
como conviene al que ha renunciado al mundo. Respon- pongas tu propia quietud y consuelo al bien de tus próji-
dió san Félix: O Juan, no vienes á ser discípulo, sino mos; que á Dios se le ha de obedecer en lo que él quiere,
maestro: bien lo muestran tus palabras; pues con ellas me nó en lo que nosotros queremos. Si en el desierto estás
enseñas las virtudes que en tantos añOvS no he aprendido. por tu voluntad, aquí tienes el mundo que dejaste; y si
Tu humildad me confunde y tus alabanzasniccausan e m - en el mundo estás por voluntad de Dios, allá tendrás el de-
pacho; porque no soy el que imaginas ni que dices. No se sierto que apeteciste. San Juan movido con estas palabras
mide la perfección por los años sino por las virtudes: a n - deseaba cumplir la voluntad del Señor que lan claramente
tiguo soy en la soledad, pero novicio en la v i r t u d : cubierto conocía; pero deseaba que le acompañase san Félix, y
estoy de canas, pero lleno de defectos: mas experiencias procuraba persuadírselo con buenas razones: mas san Fé-
tengo de tibiezas que de fervores, A enseñarme le trae lix por su humildad se excusaba, diciendo que él no era
Dios á esla soledad, á confundir á un viejo con un mozo, á llamado de Dios para aquella empresa; y era soberbia y
que enseñe un mancebo á un anciano. ¡Ojalá yo empiece temeridad entrarse en obra lan grande sin vocación, y to-
ahora siquiera con tu ejemplo á servir á Dios! No eres tan mar lan grande cruz sin tener fuerzas para llevarla. San
nuevo en el desierto como dices; que ya sé la vida que Juan replicaba que Dios le llamaba también á é l : y sino
en él has hecho. Una cosa te puedo decir como anciano y (decía) ¿para qué me trajo Dios á este desierto? ¿para que
la he aprendido con los años: que no por haber salido del me llamó á tu compañía ? ¿ para qué ha venido á los dos
mundo te tengas por seguro de los lazos del mundo; por- el ciervo con la cruz, sino para que llevemos esta cruz en-
que el enemigo sigue á los que huyen del mundo y va al tre los dos? Eso significan los dos colores de la cruz: que
desierto con los que se salen de! siglo: está con nosotros la cruz se ha de llevar entre dos. No nos ha juntado
en osla soledad, aunque no le veamos; y cuando no pue- Dios para que nos apartemos: si te quedas en el desierto,
de vencernos con los vicios, procura derribarnos con las yo me quedaré contigo: si salgo de é l , has de salir con-
vii ludes tentándonos de vanagloria. Mira en cuán gran pe- migo: sí es culpa salir, has de ser reo de ella : si es mé-
ligro andamos; pues no solo hemos de recelarnos de l;is rito, has de ser participante; para que reas que me acon-
culpas, mas también de las buenas obras. Mas cuando sejas, sabiendo que te aconsejas á tí mismo; pues ó no ho
ese enemigo nos faltara, á lo menos no podemos huir de de seguir tu consejo,ó has de lomar mi ejemplo. Pareció á
nosotros mismos, y en nosotros tenemos el mayor enemi- los dos santos encomendarlo á Dios para entender en este
g o ; porque la carne se rebela contra el espíritu, y nues- punió su voluntad: hicieron larga y fervorosa oración
tra vida, como dice Job, es una continua guerra, en que, aquella noche, y se les apareció un ángel en sueños, y les
si no peleamos varonilmente, fácilmente seremos ven- dijo que saliesen de aquella soledad y fuésen á Roma, y
cidos. declarasen al sumo pontífice lo que babían visto y enten-
dido, y dejasen lo demás á la providencia divina. Confirie-
Al fin los dos santos anacoretas se quedaron juntos, y
ron entre si despiertos lo que. habían entendido dormidos;
vivieron tres años con grande conformidad, enfervorizán-
y bailaron ser lo mismo la revelación que se repitió las
dose uno á otro, como si entonces empezaran el camino de
dos noches siguienles: con que asegurados de la voluntad
la perfección, ejercitándose en continua oración y peniten-
de Dios, dejaron con sentimiento y lágrimas el desierto, y
cia y en todo género de virtudes. Acudían muchos á ellos,
se partieron adonde el Señor los llamaba. De esla manera
traídos del suave olor de su santidad: unos á pedir con-
juntó Dios á estos dos santos patriarcas, como á Moisés y
sejo en sus dudas, oíros á pedir remedio en sus afliccio-
Aaron, para que sacasen al pueblo crisliano de la cautivi-
nes , otros á buscar salud para sí ó para sus lujos, y lodos
dad de los sarracenos, como sacó anliguamente por me-
volvían consolados. Estando un dia los dos santos conver-
dio de aquellos dos hermanos y siervos suyos al pueblo de
sando junto á una fuente de las cosas del cielo, vieren ve-
Israel del cautiverio de los egipcios; y juntó en el desierto
nir á un ciervo blanco, que habian visto muchas veces en
á la columna de luz, que (como dijimos) era san Juan,
aquella fuente; pero ahora Ies causó admiración, porque
por la claridad de su sabiduría, la columna de nube que
traia sobre la frenle una cruz de dos colores, carmesí y ce-
era san Félix, por la altura de su conlemplacion con que
leste. Admiróse mas san Félix, no entendiendo lo que s i g -
se remontaba al cielo, para que fuesen guia del pueblo
nificaba esta maravillosa visión, y puso mas cuidadoso y
cautivo á la tierra de la libertad y á la tierra de promi-
pensativo á san Juan ; porque entendía lo que el Señor le
sión de la bienaventuranza ; porque no llamaba Dios á es-
(pieria dar á euiender, y 1c parecía que le acusaba de tar-
tos dos santos pali larcas á rescatar solo los cuerpos de-las
do en cumplir su voluntad: y entonces descubrió á san Fé-
prisiones de los infieles, mas también á libertar las almas
lix lo que hasta entonces lo había ocultado, y le declaró la
de las cadenas de los pecados.
\ision que habia lenído en París cuando dijo su primera
misa, y como el ángel Iraia en el vestido la misma cruz Fueron á París á dar cuenta de lodo al obispo y abad
que el siervo traía en la frente, y que Dios le había ense- de San Víctor, y á otros varones sabios y prudentes, que
ñado con aquella visión, que quería fundase una nueva habían sido testigos de la primera visión, y con sus carias
órden para redimir cautivos, l'ues ¿qué aguardas (ie dijo de recomendación para d ] sumo pontífice se parlierou á
san Félix)? ¿Cómo eres remiso en cumplir la voluntad del Romas á cumplir lo que el Señor les habia mandado. En
Señor? ¿Cómo dejas que los cautivos giman (auto temed este viaje padecieron muchos trabajos, por ser entrado el
debajo de las cadenas y espere tan dilatados plazos su l ¡ - invierno, c ir á pié y mendigando; pero Dios los regaló;
TOMO III. 53
418 LA L E f f l í ü A M ORO. DÍA 20.
y envió su ángel, que Ies prometió feliz suceso de su j o r - de París con la regla y con algunos sujetos que en aque-
nada, y que serian bien despachados del sumo pontílice. lla universidad se les habían juntado, y fueron al territorio
El mismo sumo ponlítice, que era Inocencio I I I , tuvo aviso Meldense á visitar su antigua morada. Entraron en sus
del cielo, tántcs que llegasen los santos anacoretas, de que cuevas: visitaron muchas veces la fuente donde habían
venian, que los recibiese paternalmente y les concediese visto al ciervo con la cruz; y deseando hacer el primer
o que le pidiesen. Llegaron los dos á Roma: declararon á convento de su religión donde habian recibido el espíritu
Inocencio sus intentos y los sucesos maravillosos con que de ella, fueron á hablar al obispo meldense, y le pidieron
olScfior los había llamado: diéronle las cartas del obispo licencia para edificar aílí una iglesia; y alcanzada, empe-
de París y abad de San Yictor, y luego conoció el sumo zaron la obra, ayudados de muchos que venian atraídos
pontífice en sus aspectos, modestia y palabras, que con- de la fama de su santidad. Cercaron la iglesia de casillas,
formaba su vida con la obra que Dios quería hacer por ó chozas fabricadas de troncos de árboles, ramas y pie-
ellos. Despidiólos con señales de mucho amor, dándoles dras, para hospedar á los que venian á visitarlos y á los
buenas esperanzas de ver cumplidos presto sus deseos, y que se allegaban á ellos, descosos de imitar su vida y se-
mandóles que ol tiempo que estuviesen en Roma, se hos- guir sus ejemplos ; llamóse este lugar Ciervo-Frígido, por
pedasen en su palacio, l'or proceder con mas madurez el ciervo que buscaba en la fuente i cfrigcrio de su sed.
consultó el sumo pontílice este negocio con los cardenales: Habiendo dado este rudo principio y como bosquejo al
y leyendo las cartas del obispo y abad, y considerando la convento do Ciervo-Frígido, que después ha sido muy i n -
vida de Juan y Félix, y las señales con que Dios habia de- signe, quedándose en él san Félix para gobernarle, se
clarado su voluntad, dijo que le parecía venir este negocio partió san Juan á Roma con la regla, para pedir la apro-
guiado del Espíritu Santo; y los cardenales respondieron: bación de ella al sumo pontífice. Como creciese el número
Á Domino faclum est islud, et eslmirabile in oculis nos iris: de los compañeros de san Félix y no cupiese en aquel es-
Esta es obra de Dios, y es admirable en nuestros ojos. Con trecho convento, trató de hacer otro mas capaz, para el
todo eso, para asegurar mas el acierto en cosa do tanta cual le dió el conde Gualterio Cíislillomensc, capitán de la
importancia, mandó el sumo ponlítice ayunar tres días en guarda de Felipe Augusto, una rica heredad, y con sus
Roma, y ofrecer muchas oraciones y sacriücios, para i m - riquezas ayudó al nuevo edificio. Dicen algunos que fué
plorar la iuz del Seflor. El mismo sumo pontífice celebró esto recompensa do nn gran beneficio que habia recibido
públícamenle á este fin en la iglesia de San Juan de Le- el conde de los santos Juan y Félix; porque habiendo ido
tran, dia de la octava de la virgen y mártir santa Inés; y el conde los años antes á la conquista de la Tierra Santa,
al levantar la hostia, vio un ángel vestido de blanco, con fué preso y cautivado de los turcos. Viéndose cautivo y
la cruz carmesí y celeste, cruzados los brazos sobre dos muy afligido, se acordó de los dos anücoretas san Juan y
cautivos, uno moro y otro cristiano. Quedó suspenso por san Félí\, que sabia hacían vida solitaria en la montaña
nn ralo con la admiración: y acordándose de la visión Drodelia; y encomendándose á sus merecimientos, sin
que le había contado san Juan haber tenido en París, la entender el modo, se halló en Francia, en nn pueblo suyo
cual era en lodo seraejanic á esta, entendió que era la v o - vecino á la montaña Rrodciia, y agradecido á tan gran
luntad de Dios que aprobase aquel inslilulo para redimir beneficio, y habiendo experimentado cuán penosa es la
los cautivos. Acabada la misa, llamó á los dos anacoretas, cautividad de los moros, dió de buena gana su heredad
y les declaró la visión que habia tenido, y como Dios se para los que se empleaban en redimir cautivos. Después
mostraba el autor de aquel nuevo orden. Mandó hacer dos la condesa de Borgoña Matilde, y María Panateria y Ro-
hábitos blancos, y poner en ellos la cruz de dos colores berto de Planells hicieron muchas y ricas donaciones á
semejante á la que traía el ángel; y el día de la Purifica- este monasterio y á la Redención de los cautivos, las cua-
ción de nuestra Señora, á 2 de febrero de 1 "i 97, vistió el há- les confirmó Inocencio I I I , por bula dada el año 1198, á 16
bito á los sanios patriarcas, declarándoles que el color de mayo, como consta de la misma bula, que se halla
blanco del hábito representaba al Padre, el celeste de la en el libro primero de las Epístolas decretales de dicho
cruz al Hijo, y el rojo al Espíritu Santo, que el nombre de pontífice.
su orden había de ser de la Santísima Trinidad; y el i n s -
Llegó á Roma san Juan al principio de diciembre del
tituto redimir los cautivos cristianos; y añadió con oráculo
año de 1198; y habiendo visto y examinado la regla el
de sumo pontífice: Bic est ordo approbatus, non a sanciis
sumo pontífice, la aprobó y confirmó á 17 de diciembre
fabricalus, sed a solo s u m m Deo: Este es elórden apro-
del mismo año de 1198, añadiendo algunas cosas, á p e -
bado, nó fabricado de hombres sino del sumo Dios solo.
tición de san Juan de Mala, como parece por la bula que
Mandó á los santos que volviesen á París ; y escribió al
Irae Gil González, Maccdo, Tamayo y otros autores, y se
obispo y abad de San Víctor, que mirando con atención
halla en el libro primero de las Decretales de Inocencio,
las cosas pertenecientes a l a nueva órden, dispusiesen la
y en el tomo primero del Bularlo Romano, constitución
regla que habían de guardar según su inslilulo perpetua-
primera de dicho papa. Insliluyó también á san Juan de
mente, para que él la aprobase con su autoridad.
Mata ministro general de toda la orden, y quiso que f u n -
Volvieron los sanios á París; dieron las cartas del sumo dase nn convento en Roma, para lo cual le dió rentas y
pontífice al obispo y abad; y después de mucha conside- señaló sitio en el monte Celio, y dió una iglesia dedicada
ración formaron la regla, atendiendo principalmente al pa- á san Miguel y á santo Tomás de Ferrais, llamada así por
recer de aquellos que eran padres y fundadores de la estar cerca délos acueductos, que se llaman así en lengua
nueva órden, juzgando como era cierto, que á los que Dios italiana. Con los compañeros que se habian allegado ya y
había escogido para instrumentos de esta obra, y prime- se allegaban cada dia á los santos patriarcas, de los cua-
ras piedras de este edificio, los alumbraría é inspiraría lo les algunos eran doctores parisienses, y muy estimados
»)aífonvenion!e y mas conforme á su voluntad. Partieron por sus letras en aquella universidad, iba creciendo muy
DIA 20. NOVIEMBRE. 4i<)
apriesa la nuovít planta, que después ha extendido sus r a - manto y lo puso por vela del navio, y mandó á los pilotos
mas por lodo el inundo, y llevado por fruto innumerables que ea nombre, de Dios se hiciesen á la vela; y ellos mas
hijos insignes en santidad y sabiduría : y muchos que con confiados en las oraciones del santoqueenla propia ¡ndns-
el derramamiento de su sangre han conílrmado el olicio Iría, empezaron á navegar tan prósperamente qutí en seis
de redentores que profesan. horas llegaron desde Viserta á Roma, siendo viaje de m u -
Apenas habían pasado cuatro meses, cuando deseando chos días. Entró san Juan en Roma, triunfando con aquel
san Juan cumplir el ñu de su instituto, habiendo junlado ejército de cautivos á quienes había dado libertad, entre
las limosnas que pud'o, trató de hacer la primera reden- aplausos y veneraciones de aquella ciudad, que veía r e -
ción en el reino de Marruecos. Habló al sumo ponfiüce; y sucitados mas gloriosamente los triunfos de los empera-
él se alegró mucho; y habiendo señalado san Juan para dores ; y el sumo pontífice dio'gracias al Señor con las
esta redención á Fr. Juan Anglico y Fr. (¡uillermo Esco- palabras del Salmo 113 Dirupisli vincula inca: libi sacri-
to, dos de sus primeros compañeros, que se le hablan ficabo hosliam laudis: y el otro del salmo 123: ín con~
allegado en París, les dióuna carta para el Miramamolin, verlenda Dominus caplivilatem Sion, faeli avmus skut con~
de la cual pondré aquí un pedazo, por ser grande ala- solaíi. Otras muchas redenciones hizo el santo; y en una
banza de su inslilulo. La carta dice así: que hizo en España en la ciudad de Valencia, sucedió se-
Inocencio papa Uf. Al ilustre Miramamolin, rey deMar- mejante maravilla á la que queda ya referida : porque
mecos, y á sus vasallos, que deseamos lleguen al conoci- hallando muchos cautivos en gran peligro de perder la
miento de la verdad y perseveren en ella. Entre las fé, y no teniendo con que rescatarlos, se puso á decir misa
obras de misericordia, que Jesucristo Señor nuestro enco- de nuestra Señora, pidiéndola que le socorriese en aquella
mendó en el Evangelio á sus líeles, no tiene el menor la necesidad; y acabada, halló junto al altar toda la cantidad
redención de los cautivos. De aquí es que á las personas de oro y plata de que necesitaba para el rescate.
que se ocupan en tan santos ejercicios las debemos honrar Gomo era tan grande la santidad y sabiduría de san
con gracias y favores apostólicos. Algunos varones de c u - Juan de Mata, y el sumo ponliücc Inocencio la tenia muy
yo número son los que llevan esta carta, inllamados del conocida, se valia de él para empresas gloriosísimas del
divino Espíritu, invenlaron poco há regla y órden, por cu- servicio de Dios : y así habiendo pedido Vulcano, rey de
yos estatutos la tercera parle de las rentas que ahora tie- Dalmaoíay Díoclia al sumo pontífice que le envíase lega-
nen, ó en adelante adquieran, deben gastaren la reden- dos, varones doctos y prudentes quo en su nombre juntasen
ción de, los can! i vos, ele. Dada en el Lalerano, á 8 de mar- concilio nacional, para reprimir los vicios que se habían
iW, en el año segundo de miestro pontificado.» introducido hasta en los prelados, con CfBe corrompida la
Fueron bien recibidos del rey de ¡Vlarruecos los reden- sal, se iba corrompiendo el reino, y cotilos vicios seinlro-
tores, y rescataron ciento ochenta y seis cautivos cristianos ducian algunos errores; el sumo pontífice, condescendien-
íiel cimliveria de los moros con el dinero que llevaban, y do al piadoso deseo del rey, envió por legados á s?r. Juan,
con sus san!as p;il;d>: as y buen ejemplo que dieron, res- á quien án!es habia hecho su capellán, y á un compañero
calaron algunos moros de) canliverio del demonio. Conta- suyo llamado Fr. Simón,y Ies dió carlasderecomendación
ron á san Juan lo mucho que padecian los crislíanos en para Vulcano, en que dice cuánta salisíaccíon tiene de la
poder de los bárbaros, y cuánto peligraba su fé entre tanta ciencia y virtud de los legados que envia. Predicaron con
crueldad é infidelidad; y el santo, deseoso de remediar gran zelo y espírilu contra los vicios y errores : celebraron
tan grave necesidad, juntó las limosnas que pudo, y pasó concilio, en que hicieron muchos y saludables decretos
áTúnez llevando por compañeroá Fr. Anglico: y habien- para la reformación del estado eclesiástico y de lodo el
do rescatado ciento y veinlc cauiivos y pagado el precio reino, los cuales trae Altuna en su Crónica, y parle de ellos
en que se concertó con los moros ; estos como infieles le Macedoy Tamayo de Salazar. Cuan loablemente se porta-
prendieron y azotaron cruelmente, diciendo que les habia ron en esta legacía san Juan y Fr. Simón, con ningunas
engañado en el precio. Estaba muy gozoso el sanio aJ r e - palabras se puede mejor declarar que con las que escribe
cibir los azotes; porque hacia con propiedad el oficio de el rey de Dalmacía, respondiendo á la caria del sumo pon-
redentor padeciendo por sus redimidos: solo estaba c u i - tífice, y dándole gracias por haber enviado tales varones.
dadoso no le quitasen los hárbaros los cautivos; y así en Ilabiendo (dice) llegado á nuestra presencia el señor Juan
acabando de azotarle se hincó de rodillas, y lomando en capellán, y el señor Simón, religiosos y prudentes lega-
las manos una imágon do nuestra Señora que traía siem- dos déla santa católica y apostólica sede, nos hemos con-
pre consigo, suplicó á la sanlisíma Virgen que le socorrie- solado y alegrado en gran manera : parque así como el
se en aquella necesidad , porque aquellos cautivos cris- sol cuando resplandece con su claridad y virtud alumbra
líanos no volviesen á poder de los moros. No se hizo sorda l o d o e l o r l w ; sffl queda alumbrado é ilustrado lodo este
la Rí-ina de los ángelesá las voces de su siervo; antes se reino con su santa y saludable predicación; y así podemos
apareció allí luego en forma de una hermosísima doncella decir con razón: Visiluvil nos oriens e x a l t o . Informados
y l e d i ó á s a n Juan una cantidad de oro, con (pie pudo nosotrod por su virtud y letras, damos muchas gracias á
comentar la codicia de aquellos bárbaros. No cesó con esto Dios y á vuestra sanlidad, porque nos enviasteis tales va -
la infidelidad de los moros ni las maravillas de. Oíos; por- rones, cuales los deseábamos, adornados con prendas d i -
que oslando en Víserla para embarcarse con sus cautivos vinas; pues toda dádiva y todo don perfecto viene do
para Uoma, vinieron los moros como leones bramando arriba.
contra el santo, porque había detenido á muchos para que Acabada su legacía, le ofreció el rey muchos dones;
no dejasen la fé, y rompieron las velas del navio, para .pie aero nada quiso admitir el verdadero legado apostólico, y
ó no pudiese navegar, ó se anegase en las aguas. Afligie- volvió á dar cuenia al papa de su legacía, el cual le quiso
ropse los cautivos y marineros pero san iuan tomó'su hacyr obispo de Ostia; pero el santo no admitió el, olfis.
420 LA LEYENDA DE OUO. DIA 20.
pado, y suplicó á su santidad que le dejase morir en ] como si fuera el de su noviciado, dobló sus penitencias y
aquella pobreza y humildad que habiacomenzado, y no le oraciones, y se previno para recibir al Señor cuando l l a -
pusiese grillos con la dignidad, para no emplearse en la mase á su puerta. En llegando el mes d;í diciembre, (pie
redención de los cautivos, que era e! fin para que Dios le era el de su muerte, adoleció de una ardiente calentura, y
habia llamado. No quiso obligarle ni afligirle el papa; an- cuando se acercó su partida, recibió los sacramentos con
tes le dió licencia para partirse á España como lo deseaba, mucha devoción ; y tres dias áníes de su muerte, mandó
para fundar en ella conventos de su orden y redimii'cauti- abrir su sepultura é hizo que le llevasen cerca de ella en
vos; porque se ofrecía allí buena ocasión, por estar gran una esterilla, y que le trajesen allí las armas de su milicia,
parte de Kspaña ocupada de los moros. En Espafia fué muy que eran los cilicios, disciplinas, cadenas de hierro y los
bien recibido de don Alonso VIH, rey de Castilla, y de don otros instrumentos con que había afligido su cuerpo, y con
redro H, rey de Aragón, y de don Sancho el Fuerte, rey grande atención se pusoá contemplar en la sepultura abierta
de Navarra; y con el favor de estos reyes, fundó los con- la puertade la eternidad, y en los instrumentos de la peni-
ventos de la Puente déla Reina, Burgos, Toledo, Segovia, tencia las armas de la milicia crisliana con que se vence el
Lérida y otros, en ¡os cuales sus hijos, fuera de salir á hombre á sí mismo. Lloraban sus hijos, y él los consolaba,
con!¡niias redenciones, hospedaban los peregrinos, no con- diciendo, que su muerte no era materia de llanto, sino de
tentándose con una obra de caridad, sino que ejercitaban alegría, porque no los dejaba, sino que ¡ha delante, adonde
muchas. En Lérida hay tradición que se hospedaron en presto le habían de seguir: nimoria, sino que trocaba la vida
aqnel convento los dos santísimos patriarcas santo Domin- temporal por la eterna, en donde les seria mas padre que
go y son Francisco cuando estuvieron en España. Estando en la tierra. Exhortólos á todas las virtudes, especialmente
san Juan de Mata en la fundación de Burgos, profetizó al á la caridad con los pobres y cautivos: cebóles su bendi-
santo rey don Fernando, que entonces era niño y se halla- ción, pidiendo á Dios que la confirmase desde el cielo; y
ba en aquella ciudad con el rey de León su padre, que ha- luego tomando un crucifijo en las manos, dijo con grande
bia de tener muchas felicidades en Castilla y habia de r e - afecto aquellas palabras: I n maniAS tuas, Domine, com-
cibir grandes favores de Dios. En Francia fundó también mendo spirilum meum. Parecía que ya espiraba, y que el
muchos monasterios, y predicó contra ¡os albigenscs, por alma desamparaba el cuerpo; pero recobrándose un poco
mandado del sumo pontífice Inocencio ; y aun afirma Ma- aplicando los labios al costado de Cristo, esperó hasta que
cedo, que tuvo cargo de inquisidor, para reprimir y casti- se cantó el cántico Bcnediclus; y al llegar á aquellas p a -
gar estos herejes. labras: Per viscera misericordia} Dei nosíri, bajó del cielo
una bizque cercó su rostro; y entre estos resplandores de
Dió cuenta al sumo pontífice de los conventos que habia
gloria, dió el alma ásu Criador á 17 de diciembre de
fundado en España de su religión, y el sumo ponlííice le
Quedó el cuerpo como si estuviera vivo, y estuvo cuatro
confirmó todas las donaciones hechas en ella, que fueron
dias sin sepultar, con grande concurso y veneración do
muchas, por una bula que trae Gil González. Pasó después
lodo el pueblo romano, prelados y cardíMiales, y del mis-
ú Roma, y ocupáb ise allí con gran solicilud en enseñar,
mo sumo pontífice Inocencio, que sintió mucho la muerte
predicar y visitar enfermos y encarcelados,consolando á los
de san Juan, por haber perdido la Iglesia una desús mas
afligidos, remediando á los necesitados, y procurando
firmes columnas. En este tiempo hizo Dios por honrar á su
ayudar á sus prójimos con todas las obras de caridad es-
siervo algunos milagros; porque cuatro ciegos cobraron
pirituales. Predicando un dia en la iglesia de su con-
vista, llegando con los ojos á las manos del santo, y una'
vento, vió entre ¡a mucha gente que habia concurrido á
mujer manca recibió entera salud. Al cuarto dia fué sepul-
o rle, á un hombre que hacia muchos gestos y visajes á
tado con la solemnidad que á tan santo patriarca se debía;
todo cuanto decia. Acabado el sermón, hizo que le trajesen
asistió á su entierro el sumo pontífice con los cardenales, y
á aquel pobre hombre: y aunque le decían que era sordo
le mandó colocar en un suntuoso sepulcro elevado de la
y mudo, el sanio conoció con luz del cielo, que no era e n -
tierra, del cual manó por muchos anos aceite de maravi-
fermedad del cuerpo la que padecía, sino que el demonio
llosa fragancia, que era medicina de muchas enfermeda-
se habia apoderado de él y le fingía sordo y mudo: con-
des. Mandó el sumo pontífice Inocencio III poner en el se-
juróle y mandóle hablar; y el demonio respondió á lo que
pulcro de san Juan el epitafio que, traducido en romance,
el santo ¡e preguntaba: y últimamente, invocando á la
del que hoy se lee en la Iglesia del convento romano de
santísima Trinidad, aplicando cá la boca del endemoniado
Santo Tomás de Formis, y le trae Mimcedo, que escribió en
la cruz que traia e n ^ I escapulario, le libró del demonio, y
Roma, dice así: En el año de ¡a Encarnación de 111)7 , y
en adelante pudo aquel hombre oir y hablar sin ninguna
en el primero del pontificado del señor papa Inocencio I I I ,
dificultad. Disponía por este tiempo Inocencio I I I celebrar
a los I u de las calendas de enero, fué instituido por reve-
el concilio lateranense, y Felipe Augusto, rey de Francia,
lación divina el órden de ja Santísima Trinidad y de los
nombró á san Juan de Mala, con aprobación de su santi-
cautivos por Fr. Juan, debajo de propia regla, que le fué
dad, para que asistiese como teólogo suyo al concilio ge-
concedida por la sede apostólica; y el mismo Fr. Juan fué
neral ; pero Dios le llevó antes para sí, á recibir el premio
sepultado en este lugar el año del Señor de 1203, el dia 21
de sus gloriosos trabajos con que habia servido á su gloria,
de diciembre.
á la Iglesia y á toda la república cristiana.

Deseaba el sanio salir de este destierro y entraren ¡a pa- Maravillosa fué la vida de este santísimo patriarca, p r o -
tria celesüal: pedia eslo continuamente á Dios en sus ora- digiosas sus virtudes, raras sus excelencias, muchos sus
ciones; y envióle el Señor un ángel, que le dijo como sus milagros; antes cada virtud suya es im milagro, la peni-
oraciones habían sido oídas, y que después de un año se- tencia con (pie afligió su cuerpo en la niñez, en la j u v e n -
ria su partida. Consolóse el siervo de Dios con saber el lud, en la edad de varón y en toda la vida : la virginidad
término, aunque se le hizo largo el plazo ; y aquel año, que conservó desde la cuna hasta el sepulcro: la humildad
DIA 20. NOMIÍMHRE. 421
con (¡ue baia las honras y se lenia por el menor, y quería dicha sentencia y prueba seis diferentes actos de venera-
ser enseñado como discípulo, el que era maestro de m u - ción y culto, que gozaron estos gloriosos fundadores ; con-
chos; la fortaleza con (pie sufrió tormentos y desprecio> viene á saber. Ululo y nombre de santos, creación de alta-
por la redención de los cautivos, la caridad con que desea- íes, pública colocación de sus imágenes, lámparas encendi-
ba padecer marlirio por amor de Jesucristo, para ser ver- das, celebración de misas y rezo de antífonas y oraciones
dadero redentor, conformándose en la muerte con su Re- propias. Después el papa Clemente IX, por breve despa-
dentor. ¿Qué diré de las otras virtudes? No se contentó su chado á 12 de abril de 1669, concedió á toda la órden de la
zelo apostólico con ensenar con obras y palabras; mas Santísima Trinidad, que celebrase á sus santos patriarcas
escribió muchos liln-os eruditos y provechosos, para servir y fundadores con misa y rezo de común de confesores no
de muchas maneras á la Iglesia y aprovechar de todas pontífices , conforme á las rúbricas del breviario romano.
maneras al mundo. Lo (pie es muy digno de admiración, y Luego el mismo sumo pontífice, por breve de 26 de agosto
un gran milagro que prueba la grande santidad de este del mismo año, extendió esla concesión, dando licencia
esclarecido paliiarca, es la dilatación que v i ó d e s u r e l i - para que todos los sacerdotes seculares y regulares pue-
gión y multiplicación de sus hijos en diez y seis años que dan decir misa de dichos sanios el dia de su fiesta en los
la gobernó; porque dicen algunos autores que dejó funda- conventos de su órden: y en 18 de octubre siguiente , á
dos casi cien convenios en Italia, Francia, líspaña, Ingla- instancia del serenísimo duque de Saboya, dió licencia
terra, Escocia, Irlanda, l'landes, Alemania, Polonia, l ) a l - para que en lodo el estado de Saboya se rece de san Juan
macia, Sirijt, Egipto, Albania, Holanda, Dinamarca, Chi- y san Félix, por pertenecer Falcon, patria de san Juan do
pre, Suecia, Escandía y Hungría, sin que se conociese Mata, á la jurisdicción del duque. Nuestro santísimo padre
reino de la cristiandad, donde no se hallase fundado algún Clemente X , por breve de 20 de diciembre de IG^O, ha
convento de la Santísima Trinidad, donde trabajasen los concedido indulgencia plenaria perpetua á todos los que,
hijos de san Juan de Mata, como diligentes operarios de la confesados y comulgados, visitar en cualquiera de las igle-
viña del Señor, y como nuevos apóstoles procurando librar sias de la órden de la Santísima Trinidad, en el dia de la
á los fieles del cautiverio délos infieles, y á los infieles de fiesta de san Juan de Mata y san Félix de Valois; lo cual
h esclavitud del demonio. Cuanto se haya acrecentado dice que concede, atendiendo á los sobresalientes mereci-
d epiles esta sagrada religión en monasterios y v a r o - mientos de eslos sanios patriarcas : y á 24 de enero da
nes insignes, asi en la familia observante, como en la des- 1661, mandó poner á los dos sanios en el Martirologio r o -
calcez que instituyó el venerable P. Fr. Juan de la Concep- mano; y finalmente, á 6 de mayo del año pasado de 1663,
ción, no es cosa que se pueda decir en pocas palabras, concedió á san Juan y á san Félix oraciones y lecciones
y es mejor venerarlo callando, que agraviarlo diciendo propias, para toda su órden déla Santísima Trinidad.
poco.
Escriben y hacen mención de san Juan de Mala los cro-
Afirma la tradición de su religión, y graves autores nistas do su órden; muchos breviarios antiquísimos: el
antiguos y modernos , que el papa Urbano IY , de feliz maestro Gil González I)á\¡la; Fr. Francisco Macedo; T a -
inemoria, canonizó solemnemente con los ritos y ceremo- mayo de Salazar, en su Martirologio, á 21 de diciembre;
nias que entonces se usaban, á san Juan de Mata y á san el P. Alonso de Andrade, déla Compañía de Jesús, y otros
Félix de Valois. Verflad es que Ferrario, autor de cuatro- muchos de dentro y fuera de su religión , que se-podrán
cientos años, que refiere esta canonización , dice, que la ver en los autores referidos.
fiizo el sumo ponlilice á 1 de mayo ée 12G2, y los demás SAN EADMU.NDO, UEY V MÁRTIR.— De la sangre real y
autores la ponen en el año de 1263, á 4 de octubre; pero prosapia noble de Sajonia , trajo su descendencia el glo-
puédese respomler lo que respondió el abogado de la riosísimo rey y mártir Eadmundo, siendo tan calólico, tan
causa de la declaración del culto de estos santos, que virtuoso, tan caritativo y humilde desde sus primeros
pues todos los autores afirman la canonización, y solo se años, que estas divinas prendas aun sobresalían mas en
diferencian en el tiempo de señalarla , se deben interpre- él, que el lustre de su real sangre: por lo c u a l , fallando
tar benignamente: Ferrario, de la canonización hecha rey en Inglaterra, por común sentir de todas las provin-
ciianlo á la solemnidad y ceremonias, en 1 de mayo de cias fué cleclo y ungido por su rey: y de verdad, que cuan-
1262; y los demás autores, de la expedición de la bula de do no tuviera real sangre, la hermosura y gentileza
la cunonizacion despachada en 4 de octubre del año s i - suya, la docilidad y afabilidad con todos con que se hacia
guiente , como sucede algunas veces que se despacha la amable, su gran mansedumbre, su agradable conversa-
bula de los santos mucho tiempo después de la canoniza- ción sobre las demás virludes referidas; le hacian mere-
ción. Mas por no hallarse esta bula, se examinó de nuevo cedor dignísimo de la corona, y aun se puede añadir, que
con grande diligencia en Roma la causa de estos sanios también déla de mártir glorioso; porque su rostro hermo-
palnaicas, y se hicieron informaciones en diversas partes so era de ángel ma.s quede hombre. Había en su tiempo
de la cnstiandad, y c!oS procesos en la emia romana, los unos crueles enemigos de la religión cristiana: estos eran
cuales be tenido en mi poder: y siendo juez delegado por los danos, gente bárbara , sin Dios, sin ley y sin razón.
la sacia congregación de ritos el eminentísimo v reve- E4os juntos en un bárbaro ejército de quien era cabeza
rendísimo señor cardonal Gineti, vicario general del papa, infernal Inguar óHimguar,entraron por Inglaterra destín-
dió y pronunció sentencia definitiva el año de 16o:;, á 11 de yendo todas sus ciudades y villas, y haciendo tan cruel y
julio , en favor de la veneración y culto que habian tenido sangrienta guerra, por ser ricos y cristianes los ingleses:
y poseído de tiempo inmemorial dichos santos fundadores. pnes como á cristianos los aborrecían , y deseaban borrar
Esta sentencia aprobó bi sacra congregación alañosiguientc del mundo su memoria; y como á ricos y poderosos, d e -
de 1666. á 1 í de agosto, y confirmó el papa Alejamlro V I I , seaban robarlos; porque esla bárbara gente solo vivía del
en el mismo año, á 21 del mes de octubre. Contiene robo, homicidio y lalrocinio, como vicios al fin opuestos á
m LA LEYENDA DE ORO. DIA 20.
las virtudes que abraza y ejercita la religión cristiana. (¡ ó hijo de Satanás!) imitas á tu padre, que soberbio ca-
Sabia muy bien el tirano Inguar (jue Kadmundo era yó del cielo, y deseando tener quien le imitas» en todo,
mozo de brios y gran valor, y que si salia en campaña, no engañó al linaje humano, é hizo á muchos partícipes de
podria defenderse de é l : y así no le inliraó guerra alguna, sus penas eternas. Así tú i ótenlas que yo te imite y siga;
sino entrando de secreto y sin dar aviso, iba despoblan- pero ni tus halagos ni tus amenazas me apartarán de Cris-
do las ciudades , no perdonando vida de cristiano , para to. Los tesoros y las riquezas que la divina clemencia me
que cuando llegase al rey santo la noticia, le fallasen los hadado, serán tuyos desde luego, si haciéndote cristiano
soldados que podia juntar de las ciudades que ya él deja- siguieres la bandera de Cristo, siendo alférez de los ejér-
ba destruidas y asoladas; pero se engañaba: porque si citos del Rey de la gloria; pero si no admites la milicia y
Eadmundo hubiera de defenderse , mas bien lo baria con religión cristiana, sabe y len por cierto, que por amor de
los soldados y ejt'icito que él le habia juntado y colocado esta vida temporal, el cristiano rey Eadmundo no se suje-
en el cielo por medio del martirio, que con los mismos tará á pagano dueño; y si me quilat es (como á mis fieles)
cuando vivia en este mundo; mas no quiso el santísimo y la vida, el Kcy de los reyes que lo ve y juzga todo, t e -
piísimo rey, sino es animarlos y seguirlos, como se vió niendo de mi misericordia , me dará el reino y corona
claramente en la respuesta que dio á un embajador que el de la vida eterna.
bárbaro le envió, tan soberbia, como suya, con Ilnbha, Con esto se fué el bárbaro, y apenas salia de su pala-
otro ministro de Satanás y criado suyo: cuyo tenor fué cio , cuando vió á su señor Inguar, que pareciéndole tar-
este: «Aquel deenyo poder y vista tiembla la tierra y el daba, venia á buscarlo. Díjole brevemente lo queEadmnti-
mar, Inguar, nuestro señor, rey invictísimo, ha llegado á do respondía: lo cual oido por el bárbaro tirano, mandó
este deseado puerto con infinitas naves á invernar, des- pretider al santo rey: lo cual fué fácil, por hallarse en
pués que sus armas, gloriosas siempre, dejan rendidas y esta ocasión desprevenido, solo, fuera de la corle, en
sujetas diversas tierras y provincias; y así manda, que si villa pequeña, y no hacer resistencia alguna, por saber
quieres reinar con él, partas con él tus antiguos tesoros iba á morir por Cristo. Preso y muy maltratado lo traje-
y palrimoniales riquezas; y que adviertas, que si menos- ron ante el bárbaro Inguar, como á Cristo ante Pílalo.
precias su poder y mandatos, serás tenido por indigno del Ilízole sus preguntas: calló á todas,como ¡nocente corde-
reino y de la vida; y él y sus soldados y legiones i n ü - ro, imitando en todo á Cristo: por lo cual el tirano bárbaro
nilas le privarán brevemente de uno y otro.» lís'a fué la le mandó azotar cruelísimamente y dar muchos palos;
embajada del bárbaro I n g u a r : y el atrevido y soberbio y despuesque los verdugos estaban cansados, mandó que
embajadorllubba añadió viendo la mansedumbre conque lo alasen á un árbol , y que lo asaeteasen , habiéndolo
el santo rey le atendía) estas razones locas: ¿Y quién eres azoladoánles olra vez cruelísimamente. Comenzaron á d i s -
tú, para que inobedientemente te atrevas á contradecir tan pararle saetas lodos aquellos bárbaros soldados, como si
inmenso poder? El cielo, la tierra, el viento , la mar jugaran y liraran alblanco: lanías le dispararon, que unas
y hasta los mismos dioses veneran poder tanto; ¿y tú le se enconlraron con otras ; y no hallando ya lugar en el
menospreciarás? Sujétale pues, á tan grande emperador; sanio cuerpo para nuevas lieridas, por una misma herida
advirtiendo, que sabe perdonar humildes y castigar so- entraban de nuevo muchas saetas, lanío, que causaba hor-
berbios. ror y compasión mirarlo, aun á los mismos bárbaros;
Oida la embajada soberbia, un santo obispo que asislia porque parecía un espin, ó un erizo, siendo otro nuevo
al rey, mirando solo por su vida y persona real, sabiendo san Sebastian,invicl^imo m á r t i r . No cesaba el rey san-»
que ella sola valia mas que todos los tesoros del mundo, lísimo de invocar el dulce nombre de Jesús, y predicar su
le aconsejaba los diese al bárbaro; y salvase su vida ; á fé santa , exhortando á I >s fieles á morir por ella como él
quien el sanio rey dijo: 0 obispo: tú temes no me quite moría gozoso, regocijado y alegre; lo cual visto por el
el bárbaro la vida; y yo no deseo otra cosa, por no quedar bárbaro Inguar, le mandó cortar la cabeza. Desaláronle
vivo cuando veo mueiios mis üeles y católicos vasallos , á los verdugos del árbol; y si en ellos cupiera piedad algu-
quienes con sus hijos y mujeres en sus mismos lechos ha na, la luvieran de verle tan mallralado y herido ; porque
muerto el tirano bárbaro. Ellos han muerto por Dios y por todas las costillas tenia descubiertas, hasta las entrafias y
la patria: por ellos y por Dios deseo morir, para ser par- corazón se le veian, siendo milagro patente que tuviese a l -
tícipe de sus coronas. El Todopoder oso me es testigo que gún poco de calor y vida , que le conservaba Dios para
ninguno habrá en es!o mundo que pueda apartarme de la que adquiriese mas aquella nueva corona y Iriunfo de ser
caridad de Pristo que recibí en el santo bautismo. El degollado por suamor. Hizo una breve y fervorosa ora-
bárbaro me ofrece la vida que Dios me d a , d reino que ción, según le permilian los alientos de la peca vida que
poseo y las riquezas que no estimo: ¿ y por estas cosas me tenia, recobrados entonces con nuevo vigor y ánimo , y
sujetaré á dos señores, cuando he jurado solo vivir y m o - luego inclinó la cabezn, que le cortóel cruel verdugo de un
r i r por Cristo, y servirle á él solo ? No lo esperes. Enton- fiero golpe, con que voló su santísima y purísima olma á
ces vuelto al bárbaro embajador, le dió esta divina res- tomar posesión de la corona de gloria, donde reina con
puesta: Digno eres de que mis soldados te quitaran la Cristo,siendo dos veces rey y márlirglorioso. Tuéí-u mar-
vida por tu arrogancia y soberbia; pero siguiendo el ejem- tirio á 20 de noviembre (día en que le celebra nuestra ma-
plo y consejos de mi iMaestro y Uedenlor Jesucrisio, no dre la Iglesia), por los años del Señor de STO.
quiero ensangrentar mis manos, sino es por su amor per- Oliéronse de allí los bárbaros, dejnmlo el cuerpo tronco
donarle , cuntido por su amor también y sn nombre «an- y llevándose la cabeza , la cual at rojaron entre unos es-
tísimo estoy dispuesto á dar la vida, sin rendirla á vues- pesos zarzales, para que jamás pudiesen hallarla ni vene-
tras sectas: por lo c u a l , mi consejo es , que al instante rarla los cristianos. No quiso Dios privar á sus fieles de tan
vuelvas á tu señor y le digas estas solas palabras: Bien gran reliquia: y asi pasado? algunos afio? , y volvien-
DIA 2 0 . NOYIEMBRE. 423
do á gozar de su libertad y amada paz los pocos cris- ba el [emperador Decio, sufrieron el martirio estos santos,
Uanos que habían quedado en Inglaterra, trataron de siendo puestos en el potro y muriendo destrozados. Su
buscar el san'.o cuerpo de su rey y mártir glorioso Kad- martirio se verificó en la ciudad deMesina en Sicilia, quo
mundo. El cuerpo le hallaron fácilmente yendo al tugar era la patria de ambos santos, y cuan aceptable sacrificio
del martirio , donde cubierto de yerbas le guardaba Dios fuese á los ojos de Dios, lo dieron á entender los muchí-
de las incleuiencias de los tiempos, de las fieras y aves, • simos milagros que obró el Todopoderoso en favor de la
incorrupto, oloroso y hermoso. Diéronle honorífica sepul- ciudad de Mcsina por la intercesión de estos santos.
tura, venerándole como á rey, sanio y mártir, quitándole Los SANTOS OCTAVIO , SOLCTOÍI Y AVENTOR, MÁRTIRES.—
las saetas de las beridas, y guardándolas para reliquias. Eueron de Turin, y pertenecieron á la célebre legión t e -
Pero u u tuvieron lodo el gozo cumplido por faltarles la b a ñ a . El ¡Martirologio romano dice , que portándose vale-
cab(z>, y no saber dónde la hallarian ; mas discurriendo rosamente por ta fé católica, en tiempo del emperador
que los bárbaros no la habrían llevado por reliquia , sino Maximiano, fueron coronados con el martirio. Existe un
arrojado en aquellos campos , se resolvieron á buscarla, sermón de san Ambrosio, arzobispo de Milán, en honrosa
confiados en que Dios se la descubriría. Ilepaiiiéronse en memoria de estos santos.
cuadrillas : y dándose cierta señal para juntarse, y no SAN AOAI'IO, MÁRTIR.—Fué alíela esforzado déla religión
dejar cosa en aquellos bosques que no mirasen , dieron cristiana, y su vida y muerte estuvieron siempre acom-
principio á la ejecución de s u s deseos. Apenas se d i v i - pañadas de visibles pórtenlos celestiales. Hallándose en
dieron por aquellos campos cuando una voz que todos á Cesárea de Palestina , de donde era n a t u r a l , fué acusado
un tiempo oyeron, los volvió á juntar. Era la voz de la ante el prefecto; pero lejos de intimidarse con las t e r r i -
sagrada cabeza que dijo : Aquí estoy, Pero como aun no bles amenazas que se le hicieron , confesó con libre voz
l a viesen, preguntaron todos á un tiempo : ¿Dónde estás ? que él solo servia á Jesucristo, por quien estaba dispuesto
Y la cabeza respomlió tres veces : IJc.r, her, her : voz, ó á recibir los mayores horrores que pudiese la crueldad
palabra inglesa, que quiere decir : Aquí, aquí, aquí : y inventar. Eulregáronle, pues, á un oso para que le despe-
Juego volvió á repetir la misma palabra, sin cesar hasta dazase ; pero la fiera se ar rodilló á sus piés y no le hizo
que los tuvo cerca de sí. Entonces vieron otro prodigio; daño alguno. En seguida le azotaron inhumanamente y lo
y fué que un fiero lobo tenia entre las zarzas la santísima llevaron á la cárcel, hasta quo al dia siguiente le ataron
cabeza en sus manos, para que no la tocasen las espinas; dos grandes piedras á los piés , y le sumergieron en el
y como si fuera racional la acariciaba y besaba. Entregó- mar , donde espiró. El P. Pagi coloca su muerte en el
les el tesoro ; pero con tanto sentimiento de dejarle , que año 303, y el cardenal Baronio en el año 30(J.
se fué, como si fuera un manso cordero, en su seguimien-
SAN NERSAS , OBISPO, Y SUS COMPAÑEROS , MÁRTIHES.—El
to, sin que á ninguno causase asombróla fiera, ni hubiese
cuarto año de la gran persecución excitada p o r S a p o r l ! ,
hombre tampoco que la hiciese mal alguno. Con esto ca-
Nersas, obispo de Sciarcadat, ciudad dePcrsia. f u é preso
minando en procesión gozosos y .degves, derramando co-
con un discípulo suyo, cuando el rey se hallaba en la mis-
piosas lágrimas de devoción por el hallazgo, llegaron al l u .
ma ciudad. Ambos fueron coiu!iicid«s á la presencia d e l
ííar donde babian colocado al cuerpo santo, y descubrién-
príncipe, i¡ne, después de haberles preguntado si eran
dole pusieron la sagrada cabeza junto á él. El lobo habiendo
cristianos, los condenó á s e r decapitodos Kjeculóse l a sen-
cumplido con ser custodio tiel de aquella santa reliquia, y
(eiicia en presencia d e una gran mullilud d e p u i ' b l o , el
défendídola de las otras fieras tanto tiempo, se volvió á su
dia 20 de noviembre d e l año 3 Í 3 de Jesucristo.
bosque, sin que jamás fuese visto de hombre alguno. Edifi-
SAN DASIO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué obispo d e l a ciudad
caron allí una iglesia al santo cuerpo, según la posibilidad
de Dorostoro en Misia^cuyos h a b i t a n t e s i l H s t r ó conSa predi-
délos tiempos. Después pasados muchos años, cuando ya
cación evangélica. En tiempo de los emperadores Diocle-
las cosas de Inglaterra estaban mas quietas, le edificaron
ciano y Maximiano se opuso una vez á las deshonestidades
un templo suntuosísimo ; y al colocarle nuevamente, v i e -
q u e se cometían en la fiesta de Saturno , por cuyo motivo
ron todos como la cabeza se habia unido á su lugar , d e -
lo maltrataron los gentiles , y por orden d e l gobernador
jando solo para memoria eterna de su martirio una señal
Baso fué atormentado y degollado.
en su pescuezo, como un hilo do seda carmesí. Crecíanle los
cabellos y nfras de pies y manos, como si estuviera vivo; Los SANTOS EUSTAQUIO, TESPESIO T ANATOLIO, MÁRTIRES.
y una devola señora se las cortaba d í cuando en cuando, —Fuerdn de la ciudad d e Nicea e n Bitínía, donde sellaron
y guardábalas por reliquias sagradas , curando en ellas con su sangre las verdades de l a fó q u e profesaban. El
enfermos de diversas enfermedades. Al fin son tantos los Martirologio romano dice q u e fueron martir izados durante
milagros y prodigios que cada dia se ven en el sepulcro la persecución d e Maximiano , y e l venerable Beda pone
del inviolísimo mártir y rey Eadmundo, que era menes- su muerte e n e l año 237.
ter un libro entero, y aun muchos para copiarlos : que Los SANTOS BASO, DIONISIO, AGVPITO, Y OTROS c r u ^ x i v
así honra Dios á quien poi- t a honor y fé pierde la vida. COMPAÑEROS, MÁRTIRES.—Nada sabemos de'esto s a n t o s sino
Escribieron la de este rey santísimo y su glorioso martirio que fueron martirizados en lleraclea, ciudad d e Traeia.
Abbo, abad Floriacensi-, de quien son las lecciones del Beda y Baronio continúan en sus Martirologios tan solo
breviario, donde está toda la historia sucintamente co- sus nombres , sin añadir ninguna otra noticia.
piada; Surio, tomo v i ; Pedro de Natalibus, ín Galhtthgo SAN BENIONO, OIIISPO Y CONFESOR.—Floreció en ciencia y
Sanee, , lib.x , cap. 89 , Molano fe Addit. ad Usvmd.; santidad durante el siglo V. El año 100 d e Jesucristo fué
el Martirologio romano ; y Baronio en sus anotaciones^ elegido y consagrado obispo do Milán , cuya iglesia g o -
y en el tomo x de sus Anales , año 870, mim. í ; ; , bernó por espacio d e sesenta años. Su infatigable zelo
unido al don de milagros le proporcionaron la gloria d e
' Lossvvms AHPRUOYCAVO, MiaTiurs.—Cuando reina- aumentar considerablemente el rehario de Josucrislo . v
LA LEYENDA I)E ORO. DIA 21
siendo ya de una venerable vejez, murió saniamente en el i parientes : denlro de casa gustaba de estar sola y sieni-
Señor, el dia 20 de noviembre del año 460 pie ocupada en algo de provecho : fuera de casa siem-
SAN SIMPUCIO, OBISPO I CONFESOR.—Grande fué la dicha pre en compañía y con guarda de su limpieza, aunque la
de la Iglesia de Verona al poseer por pastor á Simplicio, mejor guarda que tenia era á sí misma : pues en su
durante las inmensas calamidades que afligieron á toda la compostura y aspecto venerable, mas entendía en apresu-
Italia cuando los bárbaros la invadieron. Su fé, su bondad, rar el paso, y andar y correr por el camino de la virtud,
su caridad sin límites y su zdo ilustrado le constituyeron que en levantar el pié del suelo.» Hasta aquí son palabras
en padre de lodos , mediador generoso entre vencedores de san Ambrosio. Y no es maravilla, quesiendo la Virgen
y vencidos, y arbitro de todos los corazones. Esle santo tan niña en la edad, haya sido tan admirable su vida; por-
murió cargado y coronado de méritos, el año 500, según que aunque sus años eran pocos, su discreción era m u -
Ferrario. cha , y su espíritu sin comparación mayor que su ciierpü;
SAN SILVESTRE , OBISPO Y CONFESOR.—San Gregorio de porque desde el punto que en el vientre de su madre fué
Tours, en el cap. 61 de su lib. De gloria con[essorum, h a - concebida sin pecado original, la fué acelerado el uso de
ce un bellísimo elogio de esle santo , pintándole como un la razón mucho mas perfectamente (pieásanJuanlhulisla:
varón apostólico, formado según el corazón de Dios, y res- y es de creer que perseveró en ella, y que Dios no &e k dió
plandeciente en toda suerte de viiiudes. Fué obispo de para quitársela, y que no obraba como niña , sino como
Chalons por espacio de cuarenta y dos años , y por fin, una mujer de edad, y que estaba prevenida como de Dios
anciano y lleno de virtudes, murió el año 453. y adornada de todas las gracias y virtudes.
SAN GREGORIO, COXFIÍSOU.—En el Martirologio romano es Siendo ya, pues, de treá afios, la llevaron sus padres
llamado el Decapolila. Todos los autores que tratan de él al lemplo de Jerusalen para ofrecérsela y presentar al
están en la duda de cuál fuese. Solo sahemos que floreció Padre elerno hija, al Hijo madre, al Espíritu sanio esposa,
en Conslantinopla en el tiempo del emperador León Isauro, á los ángeles reina y á los hombres abogada. Declaniron
y que tuvo que sufrir muchas persecuciones por defender á los sacerdotes su voto : rogáronles que tuviesen euidado
el culto de las sanias imágenes. con su bija, como con cosa ya consagrada á Dios ; y que
la criasen entre las otras doncellas ^que le servían en una
casa pegada al lemplo y edificada para esle efecto,donde
DIA 2 1 .
las vírgenes eran sustentadas con las rentas del mismo lem -
LA PRESENTACIÓN DE NUESTRA SEÑORA EN EL TEMPLO.— pío, y podian entrar en él á hacer oración y ocuparse en
Una de las cosas en que debemos poner mayor cuidado, santos y loables ejercicios, sin ruido y bullicio de la gente.
es en cumplir nuestros votos y dar á Dios con presteza lo Y cierto así convenia, que aquella virgen que habia de ser
que le habemos prometido, y así dijo el Espíritu Santo por Madre de Dios, no dilatase en consagrar ¡-ualma y cuerpo
Salomón : «Si has prometido algo á Dios , no lardes en ai servicio de su Esposo , sino que en dejando los pedios
cumplirlo :» y una de las cosas en que mas se deben des- de su madre , le hiciese solemne sacrificio de sí mis-
velar los que tienen hijos, es en criarlos desde niños en el ma : porque así como la fruta temprana y fresca y
amor y temor santo del Señor : y por esto dijo el mismo recien cogida del árbol con sus flores, es mas gustosa
Espíritu del Señor : a Si tienes hijos , enséñalos y domes- y agradable que la marchita , manoseada y sacada ya
tícalos desde su tierna edad.» De lo uno y de lo olro nos en la plaza ; así el servicio que so hace al Señor en los
dejaron grande ejemplo san Joaquín y santa A n a , padres tiernos años, le es mas agradable que el que se lé
de la santísima Virgen María nuestra Señora, presentán- ofrece en la vejez : ; unque Dios es de tan buena condi-
dola el dia de hoy en el templo de Jorusalen , dejándola ción , que recibe los sacrificios tardíos , y paga con
en él para que allí se criase con las oirás doncellas, como grande liberalidad y franqueza á los que van á trabajar á
á Dios lo habia prometido. Para lo cual ( además del mo- su viña al poner del s o l : mas los padres deben tener gra n
tivo que tenían de su promesa y voto, y del estímulo con cuenta con inclinar á sus hijos desde niños al temor
que los incitaba su propia santidad) la vida de la misma sanio fie Dios y ofrecérselos como cosa suya: y si el Scfior
niña y su composición y modestia virginal, era un perpe- les hiciese tan grande merced, que desde aquella edad los
tuo despertador á sus padres para que la ofreciesen pres- escoja para sí, y plante en ellos algún deseo y gusto do
to á Dios i porque fué tan rara y celestial la virtud de esla servirle en perfección, no les vayan á la mano ni se les es-
bendita niña desde su primera edad ; que san Ambrosio torben; porque harán ofensa al Señor (cuyos son, mas
la pone por dechado á todas las vírgenes, y dice así : « A que suyos) y serán castigados en lo mismo que pecaron,
nadie hacia mal, aunque lo mereciese : á todos los quería permitiendo Dios que los mismos hijos sean sus verdugos
bien : á los mayores hacia reverencia : no tenia envidia y atormentadores, y el cuchillo con que muera su desor-
á los iguales : huía de la jactancia : obraba conforme á denado amor. Enlregaron, pues, los sanios padres Joaquín
razón y amaba toda virtud. Nunca torció el rostro á sus y Ana á la bienaventurada niña en manos del sacerdole,
padres, ni tuvo diferencias con sus parientes , ni se des- que con solo mirarla quedó admirado y suspenso de tan
deñaba de tratar con los humildes, ni hacia burla de los singular gracia y belleza. Tomad esta niña , sacerdote de
que poco podían, ni se avergonzaba de conversar con los Dios, y no penséis que es como las otras niñas que hasta
pobres. No tenia el gesto melindroso, ni el andar disoluto, ahora habéis recibido y dedicado al Señor, sino como un
ni el hablar entonado ; antes la modestia y figura exle- vivo templo suyo, y mas venerable que el mismo templo
riof declaraba la interior santidad y perfecta virtud de su en que se ofrece. Tomadla como un sacrario del Espíritu
alma ; así como la buena casa se muestra de la buena santo, como á la verdadera arca del Teslamonfo, como á
portada ó zaguán. No le pasaba por el pensamiento salir la urna del maná con que se sustenta la tierra, como un
de casa sino para ir á la iglesia ; y eslo con sus padres ó Sánela Sanelorum, adonde no es licito entrar sino al sumó
DÍA 21. NOVIEMBRE. 42o
sacerdote según la orden de Melíiuisedcc; porque es la estaba tan absorta y arrobada, y era tan visitada y rega-
puerta de E/.equiel para todos cerrada sino para él, y j a r - lada del Señor y de los ángeles, que mas parecía una
din cercado y fuente sellada, la que con su presencia ha niña venida del cielo, que criada acá en la tierra, y hay
de ilustrar y ennoblecer mas este segundo lemplo, que lo autores graves que- escriben, que los ángeles la traían lo
fué el primero que ediücó el rey Salomón. Tomóla el sa- que habia de comer lodo el tiempo que vivió en el templo,
cerdote y púsola (como algunos dicen) en la primera g r a - para que estando desembarazada y sin cuidado de su sus-
da de una escalera que tenia quince escalones para subir tento, pudiese vacar mas libremente á la contemplación
al altar; y en ella con extremada gracia y ligereza y ale- mas suavísima de su dulce Esposo: que pues le concedió
gría (sin que nadie la ayudase ni llevase de la mano) s u - este privilegio tan largos años á san Pablo, el primer e r -
bió por sí hasta lo alto, no sin grande admiración de todos mitaño, no es maravilla que le haya concedido á la que
los que estaban presentes, que se espantaban de ver la tantas ventajas le hizo, y fué escogida singularmente para
extremada belleza y gracia de la niña, y mas el contento lan alta dignidad. Finalmente, la vida de la Virgen en el
y prontilud con que. se despedía de sus padres y se dedi- templo fué dechado y modelo perfeclísimo de ;la vida de
caba al Señor, sacando por aquellos pequeños indicios las todas las doncellas, que la deben imitar en la oración, en
obras maravillosas que habla de obrar en ella, el que la Immildad, en la modestia, en el recogimiento, silencio
de tan tierna edad la habia escogido para que le sirviese y vergüenza virginal, y en todas las otras virtudes quo
eu el lemplo. son propias de las doncellas, y adorno y arreo de su es-
Pero después que quedó la bendita niña entre las sagra- tado. Pero especialmente las vírgenes, que con particular
das vírgenes, ¿qué lengua podrá declararla excelencia de inspiración y luz del cielo consagraron su virginidad á
su recogimiento y virtudes? De las cuales hablando san Jesucristo y le tomaron por esposo, deben tener siempre
Gerónimo ó el autor del tratado del Nacimiento de la V i r - delante de sus ojos como un espejo, la vida de esta V i r -
gen, que anda entre sus obras, dice así: «l'rocuraba la gen sanlisima para amoldarse á ella y seguir sus ejem-
Virgen ser en las vigilias déla noche la primera, en la ley plos; pues militan debajo su bandera, y ella es su guia,
de Dios lamas enseñada, en la humildad la mas humilde, su maestra y capitana; poi que entre las otras excelencias
en los cantares de David la mas elegante, en la caridad la y prerogativas de la Víigen, no es la menor el haber sido
mas ferviente, en la pureza la mas pura, y en toda la v i r - la primera que alzó la bandera de la castidad y consagró
tud la mas perfecta. Todas las palabras eran llenas de su virginidad con voto perpetuo al Señor, y abrió c a m i -
gracia, porque siempre en su boca estaba Dios. Continua- no con su ejemplo á lodas las vírgenes que después le
mente oraba, y como dice el Profeta, meditaba en la ley han seguido. Ella fué la primera que conoció y estimó en
del Señor dia y noche. Tenia también cuidado desús com - lo que se debe la virtud tan rara y peregrina de la pureza
pañeras, que ninguna hablase palabra mal hablada: que virginal, y la que la amó tanto, que hizo voto de guardar-
no levantase su voz en la l isa, que no dijese palabra inju- la perpetuamente con un amor tan encendido y tan inten-
riosa ni soberbia á su compañera. Conlinuamenle bende- so, y con un deseo tan enlraflable de agradar á Dios, y
cía á Dios, y para que cuando la saludaban no cesase de le agradó lan perfeclamenle, que mas parecía ángel sin
este oQoio, en pago de la salutación respondía: Gracias á cuerpo, que doncella con carne mortal; porque el haber
Dios.» Hasta aquí son palabras de su autor: y san A m - sido madre no marchitó la flor de su virginidad; ánles la
brosio dice así: «No deseaba que otras doncellas la tuvie- hizo mas bella y mas florida, mas alia y mas divina, y
sen conversación, la que tenia buena compañía de santos juntó la flor de virgen con el fruto de madre. Todas las a l -
pensamientos; antes entonces estaba ménos sola cuando mas puras, que conociendo la vanidad del mundo le dan
estaba sola; porque ¿cómo se puede decir que estaba sola libelo de repudio y se recogen y encierran entre cuatro
la que tenia consigo tantos libros devotos, tantos arcánge- paredes, y mueren en vida para vivir eternamente con su
les, tantos profetas? Y si se turbó cuando entró á ella el queridn en el cielo, deben tener por su reina y princesa
ángel san Gabriel, no fué por no estar acostumbrada á Ira- á esta niña y señora, y pedirla devotamente su favor para
tar con ángeles, sino porque le apareció en figura de un imitarla en la guarda del voló que hicieron, como la i m i -
mancebo hermoso; mas en oyendo su nombre le recono- taron en hacerle y seguir lan glorioso ejemplo. Por esto
ció. Cosa tan peregrina se la hizo ver á un hombre, no ex- se llama esta Señora Virgen de las vírgenes; porque fué
trañándose de saber que era ángel; para que por aquí como maestra y capitana de lodas las vírgenes, y princi-
entiendas el recato de sus religiosos y oastos oidos, y de pio de un linaje de servicio á los ojos de Dios tan agrada-
sus venerables y virginales ojos.» Esto es de san A m - ble. Todos los monasterios de monjas que hay en el m u n -
brosio. do, y todos los recogimientos de esposas y vírgenes de
Cristo que ha habido, y hay y habrá hasta el dia del j u i -
Kn el templo aprendió muy perfectamente á hilar lana y cio, son frutos de esta flor virginal de María : y cuantos
lino, seda y holanda, y coser y labrar las vestidui as sa- . mas hubiere y mas le siguieren, tanto mas crecerá su g l o -
cerdotales y todo lo que para el culto del lemplo era m e - ria accidental.
nester, y para después servir y regalar á su precioso Hijo,
y vestirle y hacértela túnica inconsútil, que al pié de la Esluvo la Virgen en el lemplo hasta entrar en los ca-
cruz jugaron los sayones por no dividirla. Aprendió asi- torce años, y á los once se escribe que murieron sus p a -
mismo las letras hebreas, y leía á menudo y con gran dres muy viejos, sin haber tenido otra hija ni hijo sino á
atención las divinas escrituras, y las rumiaba y meditaba ella. Siendo ya de edad para casarse, pareció á los sacer-
y entendía perfectamente, por su alto y delicado ingenio dotes que debía tomar marido como lo hacían las otras don-
y por la luz soberana que el Señor la infundía. Aymiaba cellas cuando llegaban á aquella edad: y como la purísi-
mucho, y con el recogimiento, soledad, silencio y quietud ma Virgen rehusase hacerlo, así porque por el voló de sus
se disponía á la contemplación y unión con Dios, en la cual padres habia sido dedicada perpetuamente a Dios como
TOMO I I I . 54
4'26 LA LEYENDA DE ORO DIA 21.
por el suyo, con que hahia consngrndo al mismo Dios gía y robustez de sus discursos, y la claridad y brillanlez
para siempre su virginidad ; los sacerdotes maravillados de su vastísima erudición, le dieron tantas armas contra
de aquella novedad, hicieron mucha oración y consulla- el error, que al fin los herejes se decidieron á deshacerse
ron con el divino oráculo lo que en aquel caso hablan de de un adversario tan formidable, asesinándole traidora-
hacer; respondió el Señor que todos los del linaje de Da- mente á fines del siglo X I I . La Iglesia le veneró en segui-
vid que estaban presentes en Jerusalen se juntasen, y que da como mártir, y sus reliquias fucion depositadas en la
de ellos aquel se casase con ella á quien le cupiese la d i - iglesia principal de Rheims, donde se veneran.
chosa suerte: y la Virgen tuvo revelación de Dios, que Los SANTOS HONORIO, EUTIQUIO YESTÉVAN, MÁRTÍIIES.—
obedeciese á los sacerdotes y no temiese; porque él la Ignoramos de cierto el lugar de su naturaleza, y solo sa-
gttardaria y conservaria entera y sin mengua en su p r o - bemos que derramaron su sangre por la confesión de la fé
pósito y limpieza angelical. Cupo la suerte á Josó, de la de Jesucrislo, en una ciudad de España, durante la perse-
tribu de Judá, natural de Belén y de oficio carpintero, va- cución de Diocleciano.
rón sanio y de madura edad, y virgen y lleno de tantas y SAN ELIODORO, MÁRTIR.—Durante la persecución del
-tan excelentes virtudes, cual convenia que fuese el esposo emperador Aureliano fué este santo preso en Panfilia y l l e -
de tal esposa; y siéndola sacratísima Virgen de trece vado como cristiano á la presencia del gobernador Aecio.
años y tres meses, se desposaron y fué entregada á su es- Quiso este obligarle á ofrecer Incienso á los dioses paga-
poso para guardarla, servirla y mirar por ella. nos; pero el glorioso soldado de, Chisto se negó, diciendo
De la fiesta de la Presentación de nuestra Señora hacen que jamás cometerla semejante apostasía: Condenáronle
mención los Martirologios romano y de üsuardo, á los 21 pues á horribles tormentos ; los cuales suíi ió con santa
de noviembre, que es el dia en que fué presentada. Mola- paciencia, triunfando de todos ellos por la virtud divina
n o dice que el papa Pió 11, y el papa Paulo, también U, que en él residía. Los mismos verdugos que le atormenta-
instituyeron esta liesta y concedieron indulgencia á los que ban, admirados de su constancia y de sus milagros, abra-
la celebrasen, y quoántcs estaba recibida en las iglesias zaron también la religión y fueron con Eliodoro precipita-
de Francia perla devoción de Carlos V, su rey, como cons- dos en el mar, donde acaharon gloriosamente su martirio
ta por una epístola suya, escrita á Nicolás, obispo antisio- el dia 21 de noviembre del afio 275.
dorense, el año del Señor de l ^ T o ; pero parece que mas SANOELASIO, PAPA Y CONFESOR.—Nació en Roma de p a -
antiguamente se celebraba esla festividad | porque los grie- dres africanos, y se dedicó al esludio de las ciencias ecle-
gos hacen mencicn de ella en su Menologio, y en una ins- siásticas. Habiendo sido ordenado sacerdote, se distinguió
titución dH emperador Manuel; qne cita Teodoro Balsa- tanto por su santidad y doctrina en el clero romano, que
mon, demás de muchas oraciones de san Gregorio Nisc- habiendo vacado la santa silla, fué Gelasio elegido y con-
no, Hermanno, obispo de Conslantinopla y Gregorio, obis- sagrado soberano pontífice, por los primeros dias de mar-
po deNicomedia, que trae Matafrasle, y reíiere Lipomano - zodel año í 92. Su principal cuidado fué desde luego resti-
y Sm io en el sexto tomo de las Vidas de los santos. Por tuir la paz á las Iglesias de Oriente, lo cual no pudo con-
donde se: ve, que esta fiesta fué muy célebre en las Iglesias seguir. Rehusó constantemente la comunión eclesiástica á
de Oriente; pero habiéndose caldo y dejádosc de usar en Eufemio, patriarca de Conslantinopla, que se habia mos-
las de Occidente, la santidad do Sixto V, sumo pontífice trado enemigo de la doctrina católica ; y el año 4 9 í con-
in.iiidó celebraren toda la universal Iglesia la fiesta de vocó un concilio en Roma, compuesto de setenta obispos.
la Presentación de nuestra Señora, á los 21 de noviembre, Formóse en él un catálogo de las Escrituras santas, que es
por nn brcv.e despachado en Roma á 1 de setiembre, año et mismo que aun hoy dia reconoce la Iglesia por canóni-
de 1988; que fué el primero de su pontificado co. Trabajó con un zelo Incansable contra la herejía de
* S\x RÜFO, CONFESOIV.—El apóslolsan Pablo convirtió á Eutiques, y tuvo que sufrir calumnias y persecuciones de
-esle santo á la religión cristiana, y de él hace especial parte de aquellos sectarios, y del emperador de Conslan-
memoria en el capítulo 1C versículo trece de la caria á los tinopla que los favorecía. Por fin, cumulado de méritos,
romanos, cuando dice: Saludad á Rufo escogido en el Se- murió el santo pontífice en el Señor, el dia 21 de noviem-
ñor. Doroteo citado por Baronio dice que fué consagrado bre del año 496. Su eminente sabiduría resplandece en los
obispo de Tebas por el mismo apóstol, y que murió santa- escritos que nos dejó y que son: tratado contra Eutiques
mente en el Señor el año 38 de Jesucrislo. Sabemos que y Nestorio; muchas carias, que sirvieron principalmente á
san Policarpo escribió su vida, de la que no hemos tenido Baronio para la composición de sus Anales: algunos h i m -
noticia. nos, prefacios y oraciones para el santo sacrificio, y para
Los SANTOS CELSO Y CLEMENTE, MÁRTIUES.—Solo sabe- la administración de los sacramenlos, y un antiguo Sacra-
mos por Criílcsinio que fueron dos santos muy célebres en inenlurio de la Iglesia romana, que contiene todas las mi-
Roma durante los primeros siglos de la Iglesia. sas del año, y las fórmulas para los sacramentos. San Ge-
Los SANTOS DEMETRIO Y lloxoaio, MÁRTIRES.—'Tampoco lasio fué el primer papa que fijó la ordenación en las cua-
sabemos de ellos mas que sus nombres conservados en tro témporas del año. «Las costumbres de esle pontífice,
todos los Martirologios. Parece que padecieron martirio dice un antiguo biógrafo, honraron su sabiduría y sus t a -
en Ostia, ciudad de la campaña de Roma. lentos. Era de rarísima piedad; daba á la oración y á
otros santos entreicnimienlos con los masdignos servidores
SAN ALBKKTO, OBISPO Y MÁRTIR.—Natural do Francia y
de Dios, todo el tiempo que le dejaban libre las sublimes
educado en las ciencias eclesiásticas, aprovechó tanto en
funciones de su ministerio. Elevado á la maseminenledig-
ellas, que por su iluslre ciencia unida á sus relevantes v i r -
nidad, la consideró siempre como una pesadísima carga y
í Hdes, mereció ser elegido y consagrado obispo de Lieja
una verdadera esclavitud, que le hacia responsable de todo
por el papa Celestino ID. Llegó á ser temible á los here-
el mundo. Soeorria y alimentaba á cuantos pobres podía
jes de-su-tiempo; pues la fuerza de su dialéctica, la encr-
m U . NOVIEMBRIÍ. 427
«Icsculjrir, y vivia ól mismo e^i la sumta. pobreza, y en la resplandeciente con ojoS ciegos, ni tú ver al ángel con el
práctica <le las mas rigurosas auslerklatles.» alma inficionada y sucia: menesler será, si lo quieresver,
SAN MAURO, OBISPO \ COMMÍSOII.—Natural de Vcroiia, que creas en Jesucristo y recibas el bautismo primero, para
cuya sode episcopal ocupó despiios con gloria insigne, fué que asi seas limpio de tus manchas y pecado?. Y como Va-
grande en Unías las virtudes; pero descolló en la h u m i l - leriano, por el vehemenle deseo que tenia de ver al ángel
dad, y sobre todo en la mas acrecentada caridad á los p o - mostrase gana de hacerlo, y la pregunlase quién había
bres, en favor de los cuales hizo prodigios de misericor- de ser el que le había de enseñar y bautizar; ella le envió
dia. Después de algunos afios de pontificado, renunció su á san Urbano, papa, que estaba escondido tres millas de
dignidad, y se fué á vivir solo en c! desierto, donde el Se- Roma, y le dió las señas para hallarle, y un recado para
ñor le favoreció con el espíritu de la profecía y el don de el sanio pontífice. Hallóle Valeriano, y refirióle lo que h a -
milagros, hasla su dichosa y feliz muerte, á la cual asis- bia pasado con Cecilia; y después de haberlo oido, el san-
tieron los ángeles para acompafiar al siervo de Dios á Je- to viejo se postró en el suelo, y alzando las manos al ciclo,
rusalea celestial. y derramando muchas lágrimas de alegría, hizo oración
al Señor, y dijo: Gloriosísimo Sefior, Dios mío, sembra-
dor de consejos castos, recoged ahora el fruto de aquella
DIA. 22.
semilla que sembi'ásleis en Cecilia,^uestra esposa, porque
SANTA, CECILIA, VÍRGE\ Y MAUTIH.—La gloriosa virgen y hé aquí á Valeriano, su esposa, (pie antes era como un
márlir santa Cecilia nació en Roma, de padres muy nobles bravo león, ahora os lo envía como un manso cordero; y
ó ilustres : y habiendo sido llamada del Señor, de tal m a - no viniera él á mí con tan gratule aféelo, si no fuera para
nera le oyó y se encendió en el amor divino, que de dia y abrazar vuestra sania ley. Por lanío, Señor, alumbrad su
de noche no pensaba ni trataba otra cosa, sino cómopodria corazón, y descubrios á él, para (pie conociéndoos mas
alcanzar esto perfecto amor; y para esto traia siempre claramente, parla mano de la vanidad y desventura de
consigo el lihro délos Evangelios, y á menudo le leia, p r o - esta miserable vida. En diciendo oslas palabras san Urba-
curando poner por obra las palabras del Sefior, y macerar no, apareció luego allí un viejo de venerable rostro, veali-
su delicado y virginal cuerpo con ayunos y cilicios, e n - do de ropas blancas que traía un libro cu la mano, escrito
tendiendo que así agradarla mas á su dulce esposo Jesu- con letras de oro. En viéndolo Valeriano, despavorido y
cristo. Ocupábdose la bienaventurada virgen en estos san- asombrado, cayó como muerto en lierra: levantóle y ani-
tos ejercicios, los padres la casaron contra su volunlad, móle san Urbano, y biaacfóle quo leyese lo que en aquel
con un calmllero mozo, llamado Valeriano. Vino el dia en libro estaba escrito, que eran estas palabras : « Uno es el
que se haljian de celehrar las bi)dus: y eslumlo todos en Dios verdadero, una la verdadera fé y uno el verdadero
gran tiesla y regocip, sola Cecilia estaba triste y llorosa, b uitismo.» Y habiendo Valeriano dicho, que lodo lo que
y vestida de fuera de ropas de seda y oro, conforme á su allí oslaba CÍHTÍIO lo crcia; desapareció aquel ángel, que
estado y de su esposo, traía á raiz de sus carnes un áspe- con figura de viejo se le había mostrado : y él íiie ense-
ro cilicio, y (res días ánlcs d^shaciéudoso en lágrimas, y ñado y bautizado de san Urbano, y con indecible contento
ayunando y orando, le suplicaha á nuestro Sefior h u m i l - y gozo volvió á santa Cecilia. Hallóla en su relraimienlo
dísimamente, que la guardase limpia, pura y entera como recogida en oración, y á su lado, en forma do un mozo
¿i esposa, aunque indigna s u y a : y para mejor impelíar hermosísimo, al ángel del Señor vestido de claridad y que
lo que desenha, lomaba por intercesores á los ángeles, á de su rostro despedía un resplandor maravilloso. Quedó
los apóstoles y mártires, y sobre todo á la Virgen de las alónilo Valeriano, y mirando al ángel y remirándole, notó
vírgenes y Reina de lodos los santos, nuoi-tra Sefiora. De que tenia en la mano dos guirnaldas, de evlremada belle-
esta manera se aparejó la santa virgen para el dia de las za de rosas y azucenas, Iraidas del cielo. El ángel las ofre-
bodas, conliando en el Señor que se podría ver y solas con ció, launa á él y la otra á Cecilia, y les dijo : Estas g u i r -
su esposo Valeriano, sin detrimentade sn virgiiiidiid.,como naldas que os he dado están tejidas de las llores que en los
le sucedió; porque aquella misma noche de las bodas, h a - prados amenos y olorosos del cielo se cogea, las cuales us
llándose sola en su aposento con é l , movida del espíritu envía Jesucristo, para que de aquí adelante os amaeis con
de Dios, le habló de esta manera: Esposo mío dulcísimo, puro y casto amor. No se marchitarán jamás, estas llores,
yo le comunienria de, huena gana un secreto, si supiese ni perderán la suavidad de su agradable olor; mas no po-
que me lo habías de guardar. Prometióla y juróla Vale- drán verlas, sino aquellos que amaren la castidad de la
riano que la guardaría el secreto; y elia le d i j o : \ o te manera que vosotros la amáis: y porque lá Valeriano, has
bago saber, que tengo en mi compañía un ángel de mi creído á las palabras d.e tu esposa, Dios meha enviado á tí,
Dios, quecon gran cuidado y zelo guarda mi cuerpo : y si para que sepas que te ama liernanicute, y eslá aparejado
quisieses llegarte á mí con amor carnal, lemo que le coa- para concederle cualquiera cosa que le pidieres. Oyendo el
taria la vida; y sí VÜTC (pie tú me amas con puro y casto nuevo soldado de Cristo aquella larga y benigna oferta que
amor, te amará como á mi me ama, y te hará grandes el ángel en nombre del Señor le hacia, con una humildad
mercedes como á mí me las hace. Turbóse algo Valeriano, profunda, derribado en el suelo, hizo gracias á Dios por
oyendo las palabras de santa Cecilia, y con algún temor y lauta merced y regalo, y después dijo al ángel: Ninguna
espanto la respondió: Si tú, esposa mia muy querida, quie- posa en esta vida mas deseo que ver á un hermano que
res que yo le dé fé á tus palabras, hazme ver á ese áoge| tengo, llamado Tiburcio, convertido á la santa fé de nues-
que Ui dices está en lu compañía; porque si no lo veo, pen- tro Señor Jesucristo, porque le quiero como á mi propia
saré que estás aficionada á otro hombre, y,no á mí y lle- vida, y querría verle parlicionero de la gracia que y o he
varlo he tan mal, queá ti y á él quitaré la.vivia. recibido, \ como el ángel le dijese, que Diosle habla olor-
gado lo que deseaba, y que Tiburcio, su hermano, vendria
Aquí replicó la santa virgen ; NQ se puede ver una luz
428 LA LEYENDA DE ORO. DIA 22,
al conocimiento de la verdadera luz, y que ambos preslo por cierto que con eSfa vida frágil y caduca alcanzaré olí a
serian coronados de martirio; dejándole muy consolado en bienaventurada y perdurable. ¿No os parece que es bien
compañía de santa Cecilia, desapareció de sus ojos. Luego dejar una cosa v i l , por ganar olí a preciosa y de infinito
vino Tiburcio: entró en el aposento donde su hermano y valor? ¿Dejar al lodo por el oro, la enfermedad por la sa-
su cuñada estaban, y sintió una fragancia suavísima de lud, la muerte por la vida y lo transitorio por lo eterno?
aquellas guirnaldas de rosas y florcsque el ángel les liabia ¿I'or qué no queréis que yoeulregue mi cuerpo á l o s l o r -
fraidodel ciclo, a u n q i K ! no las veia. Admirado de tan g r a - menlnsque lan presto pasan, y á la misma mueiie; pues
ve novedad (porque no era tiempo de rosas ni azucenas), por ella tengo de entrar en el palacio de mi dulce Esposo,
preguntó ta causa de aquel olor suavísimo, y mas del cie- lan rico, y lleno de tan grandes bienes y de una felicidad
lo que de la tierra que alli había. I)c aquí lomaron ocasión que nunca se acaba? Fueron las palabras de la santa v i r -
mis dos santos esposos, para declarará Tiburcio la mer- gen tan eficaces, y de lal manera penetraron las corazones
ced tan señalada que de Dios babian recibido, y la vanidad de los que las oyeron, que movidos y enternecidos con el
de los dioses que la c¡cg(1 genlilidad adoraba, y la verdad espíritu del Señor, comenzaron á decir todos á gritos, que
de la leligion cristiana, y á persuadirle que la abrazase y creían que Jesucristo era verdadero Dios; y santa Cecilia
se hk'iese cristiano: lo cual lodo le dijeron con lanía los llevó á su casa, y haciendo llamar secretamente al
gracia y eficacia y espíritu del cielo, que Tiburcio quedó glorioso pontífice Urbano, fueron por él instruidos en las
convencido y rendido, y se echó á los pies de santa Ceci- cosas de la fé, y bautizados con otros muchos en número
lia, ofreciéndose obedecerla en lodo; y por su consejo se de cuatrocientas personas y entre ellas fué Gordiano, v a -
fué con Valeriano, su hermano, al santo pontífice Urbano, ron principalísimo y de grande anloridad. Cuando A l m a -
del cual recibió el agua del sanio hau'.ismo, y muy g r a n - quio supo lo que habia pasado, embravecióse sobremane-
des gracias del Sefior, y fué martirizado con su hermano ra : y después de haber tentado á la santa virgen, y pro-
Valeriano y Máximo, como lo dijimos en su vida á los 14 curádola ablandar y reducirá la adoración desús dioses;
de abril, y no lo repelimos aquí por tratar de lo que es vislo que lodo era en vano, la mandó encerrar en un baño
propio de santa Cecilia; aunque el martirio de eslos her- seco de la misma casa de ssnla Cecilia, y poner fuego d e -
manos é ilustres caballeros de Cristo, fué fruto de sus o r a - bajo para que allí respirando aquel aire caliente y encen-
ciones, y como un panal de miel que ella á guisa de abe- dido, se ahogase: mas el Señoría guardó lodo un día y
ja solícita y artificiosa fabricó, para presentarle á la mesa una noche, sin recibir detrimento alguno ni salir de suros-
del celestial Padre. Irouna gola de sudor; ánles parecía estar en un lugar de
mucho refrigerio y deleite: lo cual sabido por Almaquio,
Después que los dos sanios bermanos Valeriano y T i -
mandó qué allí le corlasen la cabeza. Hirióla fres veces el
burcio, fueron coronados del martirio, como eran perso-
verdugo y no se la pudo corlar; y los que presentes esla-
nas de lanía calidad y tan ricas, el prefecto Atmaquio que
ban cogieron la sangre que la santa derramaba de su h e -
liabia dado la sentencia de muerlc contra ellos, codicioso
rida con esponjas y lienzos, para guardarla por reliquias.
de su mucha hacienda, mandó prenderá la gloriosa virgen
Vivió tres días la santa virgen de esla manera é iban á v i -
santa Cecilia, que enfendia haber sido la que habia enga-
sitarla muchos siervos del Señor; y ella los consolaba con
ñado (como él pensaba) á su esposo y cuñado, y la que sa-
palabras dulcísimas.
bría dónde eslaban sus grandes tesoros y riquezas. Traída
delante do sí, la preguntó ¿dónde estaban las riquezas de Entre los otros que vinieron fué uno san Urbano papa;
Valeriano y Tiburcio? Y como la santa le respondiese y ella le dijo que habia pedido á nueslro Señor que la alar-
que seguras eslaban y sin peligro, porque lodas hablan gase la vida tres dias para entregarle su hacienda, y r o -
sido repartidas á los pobres; el prefecto en gran manera garle que la repartiese á los pobres, y consagrase aquella
se turbó, y con gran rabia la d i j o : Si no quieres ó Ceci- su casa en iglesia. Pasados los tres dias estando la glorio-
lia , que te quile aquí luego la vida, sacrifica á nues- sa virgen en oración, voló su bendita alma resplandecien-
tros dioses; mas la virgen no hizo caso de las pala- te á su Esposo, á los 22 de noviembre, en que la Iglesia
bras ni de las amenazas del prefecto. Finalmenle, des- católica celebra su fiesla; y fué el año de Cristo de 2^2,
pués de haber pasado algunas razones entre los dos pre- imperando Alejandro Severo. Sepultó su santo cuerpo el
tendiendo Almaquio persuadirla que adorase á los ídolos y papa Urbano en el cementerio de Calixto, y consagró sus
obedeciese á sus mandatos, y la santa ofreciéndose á lodos casas en iglesias: y después el papa Pascual (por una r e -
los tormentos y muertes, por no perder á Jesucrislo; la velación que tuvo de la misma virgen) halló su cuerpo
mandó el prefecto llevar á un lemplo para que allí ó ofre- envuelto en telas de oro, bañadas de su misma sangre, y
ciese sacrificio, ó se ejecutase en ella sentencia de muerte. le tomó y trasladó con los cuerpos de Tiburcio y Valeria-
Lleváronla los impíos minislros, y viéndola lan noble, tan no, y del sanio papa Urbano, á la misma iglesia, que está
rica, tan honesta y de lan extr emada belleza y en la flor dentro de la ciudad de Roma, y hoy se llama Santa Ce-
de su edad, movidos con una falsa compasión, la rogaban cilia, como lo escribe Anastasio, bibliotecario, en la Vida
que nose echaseá perder, ni se privase de loscontentosde del papa Pascual, que está en la librería vaticana, flizoes-
esta vida por una vana superslicion y locura; ánles sacrifi- ta traslación, dice Sigiberlo, el año del Señor de 8 2 1 : pe-
cando á los dioses, gozase de su hermosura, nobleza y r i - ro el año de 1U99 cavando por órden delcardenal Sfronda-
quezas, y de lodos los otros bienes de esla vida. Masía fo, titular de Santa Cecilia, y sobrino de Gregorio XIV, se
sania que tenia su corazón en el cielo, limpios los ojos pa- halló debajo del aliar mayor, el cuerpo de esla preciosa
ra vér como son y no como parecen las cosas del suelo y virgen y mártir, dentro de una caja de ciprés, lan entera
las del cielo; volviéndose á ellos, dijo: No penséis, her- y luslrosa como si se acabara de hacer. Estaba el sagrado
manos, que el morir por Cristo será daño para mí, sino de cuerpo envuelto con un velo de oro; y junto á él se halla-
inestimable ganancia, porque confio en mi Sefior, y tengo ron los otros santos que arriba dijimos, cada uno de por sí
D i A -22. , NOVIEMBRE. 429
monasterio estuvo muchos años con gran contento suyo, y
y v i i T o n s o los ürtwnp en que ¡mies habla sido envuello el
cuerpo de sania Cecilia, llenos de sangre; y hubo en Ro- edificación y fruto de Jos otros monges; mas eJ Señor, que
ma piande alegría: y h sanlidad del papa Clcmen'.e V I I I Je queria poner como una hacha encendida sobre e! cande-
(rpie enloiurs presidia en la silla apostólica) dijo misa de Jero de su Iglesia, para que con su claridad aJumbrase á
pontifical, y con gran solemnidad colocó de nuevo el cuer- muchos Je inspiró que saliese de Irlanda: y habiéndoJo
po de sania Cecilia y de los otros mártires en la misma comunicado con su abad, se parlió con mucho sentimiento
Iglesia. de lodo el convenio, con doce compañeros escogidos y v a -
La vida de esta purísima virgen escribió Simeón Meta- rones adornados de religión y letras para Francia, adonde
fi aste, y refiérela Lipomano en su Y tomo, y Surio en el Jlegó y fué recibido muy benignamente del rey Sigiberlo.
VI de las Vidas de los santos; y hacen mención de ellas los Recogiéronse san Columbano y sus doce compañeros en un
Martirologios romano, el de Beda, Usuardoy Adon, y e l desierto que Jes pareció á propósito, y se llamaba Vogaso,
cardenal Baronioen sus anotaciones del Martirologio, y o n y vulgarmente Luxovio. En este lugar hicieron una capilla
el II lomo de sus Anales; y los notarios de la Iglesia roma- con nombre de San Pedro, y unas celdillas á manera de
na {de los cuales los demás tomaron) escribieron su mar- chozas para su habitación, en las cuales vivian, atendien-
tirio. do de dia y de noche á la contemplación de las cosas del
SAN COLOIBANO, ABAD Y CONFESOII.—Cuando comenzó á cielo, y olvidándose de las de Ja tierra con tan raro ejem-
amanecer la luz del santo Evangelio en Hibernia, salió á pJo y tan suave olor de Cristo, que muchos por Ja fama de
h u para bien de muchos en la misma isla san Columbano, su virlud, venian á eJlos y ponian sus personas y sus ha-
abad; y antes que naciese, tuvo su madre pronóstico de ciendas en sus manos, y Jes rogaban con mucha instancia
cuán gran varón habiadeser: porque estando preñada do que Jos admitiesen en su santa compañía. De esta manera
Columbano, vió una noche que salia de su vientre un sol comenzó el monasterio Juxoviense á florecer y crecer cada
resplandeciente que alumbraba toda la tierra, y consul- dia mas, y san Columbano á ser conocido y respetado de
tándolo ton personas santas y sabias, la respondieron, que todos. No ayudaba poco para esto el ver que nuestro Señor
el niíio que pariria seria una lumbrera al mundo; y así le honraba y magnificaba con muclios milagros que por
fué: porque nació Columbano, y pasados los primeros él hacia; aunque no le fallaron graves tenlaciones y bor-
años de su nifiez, se dtó muy de veras á Jas arles libéra- rascas, que bastaban para dar al través con el navio, sino
los, las cuales aprendió perfectamente con el raro ingenio estuviera firme y tan amarrado á la áncora de la esperan-
y excelente memoria que tenia y con un infatigable estudio za y protección del Señor.
y cuidado. Era de lindo aspecto por extremo y muy agra- Iba un dia solo por el monte, pensando y tratando con-
ciado, y con la flor de su juventud muy amable. Mas el sigo mismo algunos lugares de la sagrada Escritura: víno-
íleiminio, temiendo la guerra que lehabia de hacer, tomó le un molesto pensamiento, cuál de las dos cosas escoge-
por inslrumenlo para derribaile á unas mozuelas lascivas, rla, si estuviese en su mano, ó sufrir los agravios délos
íjue se enamoraron de él desaliñadamente, y le preten- hombres, ó la crueldad de Jas fieras; y como este pensa-
dieron mancillar: pero el santo mozo, conociendo la fla- miento Je fuese importuno, hizo Ja señal de Ja cruz sobre
queza del corazón humano, y que no hay cosa tan segura su frente y oró al Señor, y dijo: Mejor es sufrir la feroci-
ni lugar tan santo, donde no entre Ja sensualidad de nues- dad de las bestias, donde no hay pecado, que Ja rabia de
tra carne (por ser enemigo domestico y arraigado en nues- Jos hombres que persiguiendo á Jos otros pierden sus a l -
Iras entrañas, y que siempre le trae el hombre consigo^, mas. Estando pensando y diciendo esto aparecieron de
si Dios no le defiende; armóse con la oración, suplicando al improviso doce Jobos que le cercaron y con sus bocas l l e -
Señor que le guardase: y para huir de las ocasiones de garon como á asir de sus ropas. No se turbó san Columba-
caer y perder la castidad, se determinó á salir de su patria no con la visla de Jos lobos, ánles estuvo seguro y conslan-
y dejar á su misma madre, que Lecha arroyos de l á g r i - te coiriiando en la protección de Dios, y suplicándole queJe
mas, se echaba á sus piés, y tendida al umbral de su favoreciese en aquel trance. Dejáronle los lobos cerno es-
puerta le pedia que no se fuese, mostrándole los pechos
pantados de su constancia: mas pasando adelante oyó
que hahia mamado; pero Columbano, como era llamado y
muchas voces como de Jadrones que venian sobre él; p e -
guiado de Dios, con los ojos serenos (como ensena san (Je-
ro tampoco se movió, entendiendo que no Je podia venir
rónimo que en semejantes ocasiones se deber hacer), pasó
daño, sino permitiéndolo el Señor; aunque nunca supo el
porencima de su madre,rogándola que se conformase con
santo si aquellos lobos que había visto y las voces que h a -
la voluntad de Dios: porqueélso lopagariacon retribución
bía oido habían sido verdaderas veces, ó embustes y m a -
eterna.
rañas de Satanás, que por aquel camino le queria espan-
Había allí cerca nn varón santo, y cu las sagradas Es- tar.
cnluras muy ejercitado, que se llamaha Senil, y á éstese No se conlenló san Columbano con haber edificado el
fué Columbano, y estuvo algún tiempo con él, y se opro- monasterio luxoviense; mas viendo que eran muchos los
vt'chó tanto en su compañía en todas las ciencias, que nuevos soldados que Dios le enviaba para que militasen dc^-
siendo aun mozo, escribió algunos libros graves y erudi- bajo de su bandera, labró otro que por Jas muchas aguas
tos, y entre ellos una exposición de los salmos. Después que tenia llamó fontanas, y puso en él por superiores a l -
para pasar mas adelnnleen la virtud se hizo monge, en el gunos religiosos de conocida y aprobada virtud. Solía el
monnsterio de Ucnchor, donde era abad un santo varón santo varón los domingos y algunos dias defiestasmas s o -
llamado Comogetis. A este se entregó Columbario, para lemnes retirarse en alguna soledad apartada de su monag-
que le labrase é instruyese en la vida religiosa y perfecta lorio, para darse mas á la oración (que es cosa muy p r o -
y él se dió con lanío cuidado á ella que entre los otros vechosa y usada de muchos santos recogerse á tiempos
monges era un vivo retrato de sanlidad y virtud. En este para vacar mas quietamente á Dios); masuna vez, entrando
430 LA LEYENDA DE ORO. DIA 22.
muy adentro del desierto, h<ú\ó una gran peña que tenia los ojos á su libertador, pidiéndole que los amparase: y
una entrada muy estrecha. Entró en eilay vióun oso allí el santo, alzando los suyos á Dios, le suplicó que no per-
echado y muy quieto, como sefiorde aquella cueva: man- mitiese que aquellos hombres afligidos, y que por su gra-
cóle el sanio mansamenle que se saliese y no volviese mas cia habian ya salido de la cárcel, volviesen á ella: y al
á e l l a : el oso obedeció con gran prontitud; y el santo to- momenlo se abrieron las puertas de la iglesia, y los p r e -
mó aquella concavidad de la pefia, de donde habla echa- sos se entraron en ella y luego se tornaron á cerrar; y
do aloso, por lugar de su oración, y con ella sacó fuente visto el milagro, los soldados no se atrevieron aecharles
déla misma pena. mano, y ellos quedaron libres, y toda la gente admirada,
Resplandecía ei abad Columbano como un sol en el alabando al Señor que asi honraba á san Columbano; y él,
mundo, con su santa vida, con su doctrina y con el go- lleno de corsüanza en el Señor, no dudó de volver á su
bierno de sus monasterios, y con los muchos milagros que monasterio; mas cuando lo supo el rey, atizándole B r u -
Dios hacia por su intercesión. Creció su fama por todas nequilde, comenzó á echar llamas de fuego de saña y f u -
partes tanto, que Teodorico, rey de los borgoñones, le co- ror, y envió luego gente armada para que sacasen á Co-
bró gran devoción y le trató familiarmente, viniéndole lumbano arrastrando (si fuese menester) de su convenio,
muchas veces á visitar, y rogándole con mucha humildad y de nuevo lo desterrasen y echasen del reino. Cuando lle-
que tuviese memoria de él y de su reino en sus oraciones. gó al monasterio el capitán y los soldado* que habian de
Kslaba el rey amancebado y escandalizaba el reino con sus ejecutar el mandato del rey, estaba Columbano en el por-
deshonestos amores: avisóle san Columbano y reprendióle tal de la iglesia muy seguro: cególos Dios, y no le pudie-
de su mal estado, suplicándole que se reportase y echase ron ver teniéndole presente; y él los veia y los miraba,
de si aquella mala compañía, y se contentase de sola la y hacia burla de su braveza, glorificando al Señor por
de la reina, su mujer; porque de esta manera Dios, del aquella maravilla. Bero temiendo que los mismos soldados
cielo le echaría su bendición y le guardaria el reino para y otros padecerían por su causa, se determinó á salir del
si y para sus hijos; y si perseverase en sus torpezas y reino: y acompañado de un obispo y de un conde, en
deshonestidades, totalmente se perderla. El rey mostraba cumplimiento de lo que el rey había mandado, se embarcó
en una nave para volver á Uibernia; mas habiendo e n -
oir de buena gana los saludables consejos de Columbano
trado en alta mar, no pudo pasar adelante la nave, y fué
y querer obedecerle y apartarse de su escandalosa vida;
necesario volver atrás y dejar aquella jornada, por enten-
mas Bnmeqnilde, abuela del rey, que tenía gran mano
der que no era según la volunlad de Dios. Fué en busca
en el gobierno del reino y podia mucho con su nielo, t e -
de Clotario, hijo del rey Chílderico, que reinaba en Lore-
mió que sí daba de mano á las amigas que tenia, y hacía
na, del cual fué muy bien recibido: y aunque Clotario se
vida con la reina, que se menoscabaria su autoridad y po-
ofreció á ayudarle y favorecerle, no quiso quedar en s»
der, y se traspasaría en la reina. Por este ambicioso temor
reino, por no sembrar entre él y el rey Teodorico alguna
y deseo desordenado de mandar, incitó al rey contra el
discordia ; y finalmente, después de otros caminos y dis-
santo varón, y le persuadió que desterrase de su reino á
cursos (en que ei santo padeció mucho, é hizo grandes
él y á sus compañeros; poique de otra manera no podía
milagros con maravilloso fruto de las almas), con el favor
tenor paz ni descanso. El rey, que hasta allí había honra-
de Clotario llegó á Italia, donde Aglulfo, rey de los l o n -
do y reverenciado al santo, con el fuego de su carnal con-
gobardos, reinaba, de! cual fué acogido con extraordinaria
cupiscencia y con el aceite que le echó Brunequilde, se
benevolencia y reverencia; y habiendo estado con el rey
encendió de tal manera, que saliendo fuera de sí, mandó
algún tiempo, se fué á Milán para oponerse á los herejes
salir de su reino á Columbano, y envió soldados para que
arríanos que infestaban aquella ciudad, contra los cuales
le echasen; y ellos le sacaron de su monasterio, al cabo
escribió un libro grande y erudito. Aquí supo que en cierta
de veinte años que había estado en aquel yermo con m a - parte del monte Apenino, que divide Dalia, había una i g l e -
ravillosa opinión de santidad. Do donde se saca que no sia dedicada al príncipe de los apóstoles, y que Dios obraba
basta oír de buena gana á san Juan Bautista, ni hacer en ella grandes milagros, y que aquel lugar, que se l l a -
muchas cosas buenas por su consejo, como lo hacia Boro* maba Bovio ( p o r u n riachuelo que osla allí cerca), era
des, si no se reprime y vence la tiranía de nuestra carne; muy aparejado y á propósito para sus intenlos, porque era
porque mienlras esta vive y reina en nosotros, nos ciega fértil y abundante de aguas; y después con consentimiento
y arrebata y lleva Iras sí, como hizo al rey Teodorico con- del rey Aglulfo se fué á aquel lugar, y reparó la iglesia y
tra san Columbano: el cual, echado de su monasterio, se edificó un monasterio grande y cómodo, en donde, des-
fué á la ciudad de Bisanzo, donde entendió que estaban pués de haber vivido un año con admirable santidad, libre
muchos presos en la cárcel aguardando cada dia sentencia de la cárcel de su cuerpo, voló su espirílu al ciclo, para
de muerte. Fnése luego á la cárcel, y entró en ella sin que ser coronado de gloria y gozar eternamente do! Señor,
ninguno ge lo estorbase, y exhortó á los presos que so á los 21 de noviembre.
volviesen á Dios y que hiciesen penitencia de sus pecados:
y hallándolos blandos y que oían de buena gana sus pa- Muchos fueron los milagros que nuestro Señor obró por
labras, locando con sus manos los grillos, so quebraron san Columbano en vida y en muerte, que se pueden leer
y se deshicieron; y el santo varón lavóá lodos los piés, y en su vida: nosotros referiremos aquí algunos brevemenle.
se los limpió con maravillosa humildad, y mandóles que Estando uno de sus monges muy enfermo de calentura, y
saliesen de la cárcel y se fuésen con él á la iglesia para no teniendo en aquel desierto con que rclngerarse, h a -
confesarse y pedir misericordia al Señor, Salieron: y l l e - biendo mandado á sus monges hacer oración al Señor para
gando á la iglesia hallaron las puertas cerradas, y vieron que los socorriese; pasados Ires días, vino un hombre que
que venía tras ellos un capitán con muchos soldados, para traia algunos caballos cargados de pan y maiitcnimíentos,
íoruarlos á la cárcel y hacer justicia do ellos. Volvieron el cual dijo que interiormeiito se había seulido mover do
DÍA 2 2 / N0Y1E M W B í 43 i
Dios, pora proveer h los que con lanía pobreza y necesi- tiluyese su manopla; y súbitamente apareció el cuervo
dad le servian en aquella soledad. Esle hombre lenia una trayendo en el pico la manopla, la cual puso á los piés
mujer consumida de nn año entero de calenturas y sin es- del sanio y delante de los otros monges que allí estaban,
peranzas de vida: hizo por ella oración el sauto, y luego aguardando quietamente el castigo de su alrevimienlo;
el Señor le (lió enlera salud. mas el santo le mandó que se fnése y así lo hizo.
En nueve dias no había comido ni el santo ni sus mon- Grecíó el rio Bovio una vez mucho,,y el molino del con-
des, sino unas yerbas que nacían en el campo: reveló vento estaba en peligro que no se le llevase el rio con su
Diosa un abad, que enviase lo necesario á Columbano corriente : mandó san Golumbano á un diácono suyo, que
para su sustento y de sus monges ; y él lo hizo abundan- se llamaba Sinoaldo, que (ornase su báculo, y hedíala
temente : y no sabiendo los que lo llevaban el lugar en serial de la cruz, mandase al rio de su parte que dejase
que estaba puntualmente, los caballos, guiados de los á n - aquel camino y echase por otra parle. Sinoaldo lo mandó,
gelrs, se fuérou derechos al convento de Golumbano, y y el rio obedeció: y el Sefior fué glorificado, á quien obe-
él con sus mongos alabó al Sefior. decen todas las crialuras.
Otra vez, teniendo necesidad, las trojes que estaban va- lisiando el refitolero sacando cerveza de la cueva para
cías se hallaron llenas de t r i g o : y otra, sesenla hombres la comida del convento, y quitada la canilla de la cuba
que estaban trabajando para sembrar la tierra, comieron hinchendo el vaso, fué llamado de otro fraile en nombre
de dos panes que solos tenían, y bebieron de un poco de de san Columbano: el refitolero, para acudir puntualmenle
cerveíti, y se hartaron, por haber echado su bendición Co- á la obediencia, corrió luego, y con la priesa olvidóse de
lumbano y rogado al Señor que io miillíplicase; y de les cen'ar la canilla: volvió después á la cueva con la canilla
panes cogieron dos espuertas, y de la cerveza quedó dos en la mano, creyendo que toda la cerveza se habría s a l i -
veces tanlo mas de lo que ántes había : y en este género do ; y halló la cuba entera y que no se habia salido gola:
y en la singular providencia del Sefior en proveer á las para ensenarnos nuestro Señor, cuan grata le es la obe-
necesidades de sus siervos, tuvo muchas y grandes expe- diencia y la pronlilud con que e! religioso acude á ella.
riencias Columbano, y particulares favores del Sefior, Yendo una vez por el monte solo, vió un ciervo que los
mostrándole con las obras el paternal cuidado que tiene lobos habían muerto, y sobre él un oso que le chupaba la
de los que de veras le sirven y tienen puesta toda su con- sangre y habia comenzado á comer de sus carnes. Man-
íianza en ó!. dóle el sanio al oso que no tocase al pellejo del ciervo,
Una vez mandó á uno de sus monges que fuese á pes- porque era bueno para zapatos ; y el oso, olvidado de su
car á un rio, y le trajese los peces que cogiese: fué el naturaleza, bajó la cabeza y obedeció. Después mandó Co-
inonge: y pareciéndole que habría mas pescado en otro lumbano á sus monges recoger el c i e r v o : y aunque m u -
río, dejó de ir al que Golumbano le había mandado : fué á cívas aves de rapiña le vieron y volaban hacía él, ninguna
é l : echó sus redes, y trabajó todo el día, y con ver á los le osó tocar. Estaba uno de sus monges (que también se
ojos un número innumerable de peces delante de sí, tío llamaba Columbano) para morir: y pidiendo al Señor que
cogió ninguno: y volviendo al convenio, dijo al abad que le sacase de esta vida, vió cabe sí un varón vestido de cla-
había perdido el liempo, y iornaha con las manos vacías. rísima luz, que le dijo, que no le podía librar de! cuerpo,
El abad le reprendió porque no había ido al rio que él le porque Columbano., su padre, con sus oraciones v lágrimás
bahía mandado, diciendo que por su desobediencia Dios le lo impedía. Avisó el monge á Colmnlvmo de io que habia
habia castigado: mandóle ir al otro rio, y en llegando á visto, quejándose mucho de que su caridad le era daííosa:
c!, prendió tantos peces, que apenas los podía traer, que y el santo, entendiendo el caso, hizo oración con sus m o n -
es ejemplo raro para enseñarnos la simplicidad y punina- ges, y dándole el viático y su bendición, le dejó volar al
Hdad que el Señor pide á los religiosos en la obediencia. cielo; porque era nisy sanio, tanto que las íieras y las
También es ejemplo en la obediencia que el religioso de- aves lé obedecían.
be a su superior, otro milagro que le sucedió. Estaban m u - Pero pongamos fin á los milagros de san Golunabano,
chos de sus monges muy enfermos, y el santo recogido porque fueron muchos y notables; y para acabar, diga-
en su peña, tuvo revelación de e l l o : fuese al monasterio mos solamente como Dios cumplió su profecía acerca do
de Luxovio, y mandó á todos los enfermos que se levan- la muerte del rey Teodorico y de todos sus hijos, que
tasen y fuesen á las eras á trillar: muchos fueron y algu- fué el que le persiguió y le echó do su reino, como
nos se quedaron; mas todos los que fueron por virtud de queda referido. Después que el santo amonestó al rey y
ia santa obediencia sanaron, y los que por su flaqueza y le reprendió severamente de sus deshonestidades y tor-
falla de obediencia dejaron de ir, se quedaron con sus pezas, sin provecho^ y no quiso aceptar los regalos que
enfermedades: las cuales seles arraigaron de manera, el mismo rey le enviaba para su comida, ántes los mismos
que les duraron mas de un aíio, y conocieron su culpa é vasos en que iba se hicieron pedazos, ni tampoco quiso
bioteroii penitencia. echar su bendición á los hijos del rey, diciendo que eran
Otra vez, al liempo de la siega, estando H santo con hijos de maldición y do pecado; alumbrado con espíritu
sus monges bien ocupado en ella, y lloviendo una agua del cielo, dijo que el rey Teodorico y todos sus hijos den-
muy recia al rededor de los segadores, sobre ellos no c a - tro de li es años morirían mala muerte, y el rey Clolario
yó gola, ántes tuvieron sol y serenidad, que les duró lodo vendría á ser rey y señor de lodo Jo que ei rey Teodorico
él liempo (pie fué menester hastn poner bis mieses en poseia. Todo se cumplió como el santo lo dijo ; porque en
cobro. aquel espacio de tiempo Teodorico, estando en Metz de L o -
Hurtóle una vez un cuervo una manopla de dediles con rena, murió abrasado de un rayo, como escribe Jonás en
que el santo trabajaba: entendiólo Golumbano, dijo que la vida do san Columbano; aunque otros dicen que murió
no daría de comer á los pollos del cuervo basta que le res- con yerbas que le dió Brunequildc, su abuela; y ou-os
432 LA LEYENDA DE ORO. DIA 23.
de cierta enfermedad. Después Clotario en una batalla cularidades de la vida de estos dos santos esposos, que
prendió á Sigiberlo, hijo de Teodorico, y otros cinco her- carecen de fundamento y solo sa tiene como probable, que
manos suyos, los cuales todos murieron á sus manos; y murieron márlires en la misma ciudad de Coloses á m a -
Brunequilde su bisabuela, que habia sido la levadura de nos del populacho, que los asesinó en medio de una con-
las discordias del reino, y la que por su ambición habia i n - moción popular excitada contra los cristianos. El iMarlii olo-
citado al rey Teodorico contra san Columbano y otros san- gio romano dice, que en tiempo del emperador ¡S'tron,
tos varones, y por su causa los habia maltratado y perse- habiéndolos gentiles levantado un lumullo en la Iglesia en
guido también fué presa; y en pago de tantas maldades y la tiesta de Diana, fueron los dos santos presos y azotados
de la mucha sangre real que por mandar ella se habia der- por ói den del gobernador Aslocles, y que después los se-
ramado, subida en un camello, fué sacada á l a vergüenza pultaron en un hoyo hasta la cintura, y los apedrearon
alada por los cabellos á la cola de un ft-roz y desapodera- hasta que murieron.
do caballo, y fué arrastrada y hecha pedazos con grande Los SANTOS MARCOS V ESTÉVAN, MÁRTIRES.—Derramaron
alegría y regocijo de todo el pueblo, del cual sobre mane- su sangre en defensa del Evangelio en la ciudad de Aulio-
ra era aborrecida: para que entendamos la venganza que quía el ;;íio 3 0 3 , según el P. Pagi, y el 305, según él
Dios toma de las injurias que se hacen ásus siervos, y que, cardenal Baronio. El Martirologio romano dice que murie-
aunque aguarda con paciencia, al fin casliga con rigi r. ron durante la persecución de Diocleciano.
Algunos historiadores délas cosas de Francia, como Paulo SAN PUAMMACIO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en el s i -
Emilio y l'apirio Masonio, quieren excusar á Bi unequikle, glo V y murió en el año i'JO. Fué obispo de Antun, dis-
por ver que san Gregorio, papa, en algunas epíslolas la tinguiéndose por su infatigable celo en hacer desaparecer
alaba, y porque edificó algunos templos, monasterios y de su diócesis las reliquias que quedaban de la idolali ía.
hospitales, é hizo oirás obras de piedad; pero bien puede Padeció inuchos trabajos por la fé y obró grandes mila-
ser que á los principios fuese y se mostrase cristiana y gros, algunos de los cuales nos ha conservado Usuardo cu
piadosa princesa, y que después con la ambición y apeli- las anotaciones al Slarlirologio.
lo de mandar se hubiese pervertido y sido la que los his- SANTA TIGRIDIA, ABADESA.—Fué hija de los condes de
toriadores dicen. Castilla don Sancho y doña Urraca, que la hicieron criar
La vida de san Columbano escribió Jonás, abad, que en el temor de Dios. Cuando fué ya mayor de edad y v i e -
vivió en su lienipo: tráela el P. Fr. Lorenzo Surio en su v i ron que todo su deseo era vivir retirada del mundo, los
lomo y en la tercera Jarle de las obras de Beda se halla. condes edificaron un monasterio á cuatro leguas de Bi i -
Hacen mención de él los Martirologios romano, el de biesca el año 1011, nombraron abadesa de él á su hij;i
Usuardo y Adon, y Sigisberto «n C/imn., año de ;iíl8; Tigridia. Desempeñó aquel cargo muy cumplidamente, de-
san Anión, p. 2, t i l . 3, cap. 6, §. 1 1 ; y el cardenal jando en todas partes buen olor de virtudes, de modo
Baronio en sus anotaciones, á 21 de noviembre, y en el que ya en vida le dieron el título de santa. (Florez,
lomo VIII de sus Anales, donde dice que murió el año tomo XKVII.)
de 61o.
* SAN MAUUO, MÁRTIR.—Era africano de nación y h o m - DÍA 23.
bre dado en el cumplimiento de sus deberes y muy cris-
tiano. Con el objeto de fomentar mas su piedad, hizo un SAN CLEMENTE, PAPA Y MÁRTIR.—San Clemonle papa y
viaje á Boma para visitar el sepulcro de los santos após- mártir, fué romano y nobilísimo, y deudo muy cercano
toles. Esto fué cuando imperaba Numeriano. Acusado de del emperador Domiciano: su padre se llamó Faustino. Na-
que era cristiano anle elgobernador Galesino, estelo hizo ció en la región ó barrio del monte Celio, que es donde
prender, y como no quisiese adorar á los ídolos, lo mandó ahora está la iglesia de San Estévan Uotuudo y de san Juan
degollar eUño 284. de Lelran. Fué san Clemente discípulo del apóstol S: n Pa-
SAN FILEMON y SANTA APIA, MÁRTIRES.—Filemon era un blo, y ayudóle en la predicación, como lo téstifioa el mis-
ciudadano rico de Coloses en Frigia, y se cree que fué mo apóstol en laepístola que escribió á los lilipenses cuan-
convertido á la religión por Epafras, discípulo del apósiol do dice: «Yo y Clemente y los demás compañeros que
san Pablo. En poco tiempo hizo admirables progresos en trabajan conmigo en el Evangelio, y están sus nombres
la virtud, y su casa llegó á ser como una iglesia, ó el l u - escritos en el libro de la vida.» Después se hizo discípulo
gar donde se reunían los fieles para orar y ofrecer el santo del príncipe de los apóstoles san Pedro, y por sus grandes
sacrificio. Onésimo, su esclavo, le robó algunos tesoros y prendas de santidad, letras y prudencia, el mismo apóstol
huyó á Boma, donde á la sazón se hallaba san Pablo p r i - le instituyó sucesor suyo en su cátedra pontifical y vicario
sionero. El caritativo apóstol procuró hablar al esclavo, le de Cristo en la tierra ; pero fué tanta su humildad, que
hizo conocer su falla, le instruyó en las verdades eternas. muerto san Pedro con tan glorioso martirio no quiso sen-
Je administró el bautismo, y lo envió convertido y trasfor- tarse en aquella silla, por tenerse por indigno de ella y
mado á su señor Filemon, al cual escribió al misino t i e m - parecerle que no convenia abrir la puerta con aquel ejem-
po una carta de recomendación, que es un modelo inimila- plo, para que aquella suprema dignidad y las olí as de la
ble de elocuente persuasión, de caridad y de ternura y que Iglesia se dejasen como por herencia y nó por merecimien-
ia Iglesia conserva entre sus libros canónicos. Filemon es- tos; y así dió su lugar san Clemente, primero á Lino y
taba casado, y su mujer Apia, digna de él por sus v i r t u - después á Cielo, que sucedieron en el sumo pontificado
inmediatamente á san Pedro; y muerto Cielo, tomó el g o -
des, y llamada por el mismo san Pablo su muy amada
bierno de la Iglesia, y fué el cuarlo sumo pontífice de ella.
hermana, érala admiración de lodos aquellos cristianos
De él dice san Bernardo estas palabras: «Era san Cle-
por su fé, su piedad y la solicitud con que se empleaba en
mente de noble linaje: tenia grandes posesiones y rique-
e l socorro de los pobres. Los griegos cuentan otras parti-
DIA 23. NOVIEMBRE. 43^
zas, y no ménos sabiduría; porque era lenido por muy ex- desterrado á la soledad de la ciudad do Quersona, en las
celente filósofo. Todas estas cosas babia recibido de Dios partes mas remotas del Ponto Euxino. Con esta respuesta
(cuyos dones son), y él por su amor las despreció lodas, del emperador procuró Mamertino persuadirá san Clemen-
teniéndolas por un poco de estiércol y basura por ganar te que adorase á los dioses; y san Clemente á él que f u e -
á Jesucristo.» Siendo, pues, sumo pontífice, tuvo gran se cristiano, dándole á entender que el destierro padecido
cuidado que so escribiesen los hecbos dejos mártires, que por d isto seria muy sabroso.
con su sangre fundaban la Iglesia, y nos dieron ejemplo Dióle el Señor tanta gracia en sus palabras, que Mamer-
de lo que nosotros debemos hacer y padecer para alcanzar tino, derramando muchas lágrimas de lástima, dijo á san
la otra vida que esperamos. Para esto seíialó siete notarios Clemente: El Dios que adoras te favorezca en osle Ira-
y los repartió en los barrios de Roma para que tuviesen bajo que por él padeces; y mandó aprestar y proveer de
cuenta de inquirir y escribir sus batallas y triunfos. todo lo necesario un navio, en que el santo navegó y lle-
Mandó que después del bautismo recibiesen los cris- gó á su destierro. Siguiéronle muchos de su voluntad,
tianos el sacramento de la confirmación. Ordenó que dejando á su patria, sus casas y haciendas por acompa-
la cátedra episcopal se pusiese en lugar público y emi- ñar á su santo maestro y pastor. Halló allí dos mil cristia-
nente. Predicaba la palabra de Dios con tanto fervor y nos que por el mismo emperador habían sido desterrados
espíritu, que muchos gentiles se converlian á nuestra y condenados á corlar y llevar piedra : los cuales se con-
santa f é , y algunos no se contentaban con guardarlos solaron con el santo pontífice por tener en el padre, doc-
preceptos de Cristo, sino que pasaban mas adelante y se tor, alivio y lodo consuelo.
daban á toda perfección, y seguían los consejos evangéli- El les habló y animó, diciéndoles que Dios le habia e n -
cos y vivian en castidad; porque san Clemente fué perpe - viado para que participase de sus oraciones y merecimien-
tuamente virgen y amador de las vírgenes, y siempre ala- tos. Entre los trabajos que tenían los santos mártires en
baba y ensalzaba esta celestial v i r t u d ; y consagró al Se-
aquella soledad, era uno la fíUta de agua que padecían,
ñora l'lavia Domitila , sobrina del emperador Uomiciano, que era tanta, que la habian de traer á sus costas, léjos
hija de una su hermana y de Flavio Clemente, la cual es- dos leguas; y este trabajo hacia mas penosa é intolerable
taba desposada con un caballero principalísimo llamado el otro de cortar y llevar la piedra. Enternecióse el santo
Aureliano; aunque por aquella obra le iiabian de venir pontífice, por ver la fatiga que aquellos cristianos pade-
muchos y grandes trabajos. Convirtió también á la fé á cían; y movido de compasión, les dijo que hiciesen todos
Teodora, mujer de Sisinio, hombre poderoso en Roma: oración, y suplicasen á nuestro Señor Jesucristo que les
el cual, deseando ver lo que bacian los cristianos en los descubriese alguna vena de agua viva para remedio do
oratorios donde se juntaban, por saber que se hallaba allí tan grave trabajo. Acabada la oración, alzó los ojos el san-
su mujer, él de secreto se fué á ellos: mas por la voluntad to, y vió un cordero que levantaba el pié derecho, como
de Dios se quedó ciego de la vista corporal, para que co- señalando donde estaba el agua. Ninguno de los que allí
brase la del alma ; porque las oraciones de san Clemente estaban vió el cordero, sinp san Clemente; y él entendió
le restituyeron la vista del cuerpo, y sus palabras a l u m -
que era Jesucristo, que le aparecía en aquella figura, y
braron y penetraron el corazón de Sisinio de tal manera, le habia oído y quería consolar. Fuése á aquel lugar y dijo:
que se hizo cristiano y se bautizó, y por ejemplo de per- En nombre del Padre y del Hijo y de! Espíritu Santo, c a -
sona tan principal otros muchos recibieron la fé del Sefior.vad aquí. Comenzaron unos por una parte, y otros por otra
Cada dia crecía el número de los fieles por la predicación á cavar la tierra, y el mismo santo tomó un azadón, y dan-
del santo pontífice Clemente, y por los muchos y grandes do un pequeño golpeen el lugar donde habia visto el cor-
milagros que continuamente hacia. Tuvo el demonio envi- dero, salió luego una fuente de agua clara y dulcísima, y
dia de este bien y movió á algunos ministros suyos, sa- tan copiosa y con tanto ímpetu, que luego se hizo un rio,
cerdotes de los ídolos y otra gente viciosa, para que per- con gran consolación y regocijo del santo y de todos los
siguiesen á san Clemente, y alborotasen el pueblo contra presentes. Divulgóse la fama de este milagro por toda
él como contra un cruel enemigo de sus dioses. Acusáron- aquella tierra; concurrió mucha gente á ver á san Clemen-
le delante de Mamertino, prefecto de Roma, que era h o m - t e ; y oyendo sus palabras y doctrina del cielo, los fieles
bre moderado y prudente. se confirmaban en la fé, y los gentiles so convertían en
Mandóle llamar y tratóle con mucho comedimiento, sa- tan gran número, que cada dia se bautizaban quinientas
biendo que era de generosa y nobilísima sangre; y con personas y mas; y dentro de un año se hicieron setenta y
buenas palabras le exhortó á que adorase á ios dioses del cinco iglesias, y se dedicaron á Cristo nuestro Salvador,
imperio romano y no introdujese nueva religión: pero san y se derribaron los templos edificados á los dioses, y se
Clemente le respondió con la resolución y entereza que á hicieron pedazos todos los ídolos y simulacros de toda
su persona le convenia. Mamertino vió alterada y dividida aquella tierra, y cien leguas al rededor. Mucho crecía el nú-
en bandos la ciudad; porque unos acusaban el santo co- mero de los fieles por la predicación del santo pontífice
mo un embustero sacrilego enemigo de sus dioses y a u - Clemente: vino á saberlo el emperador Trajano ; é i n d i g -
tor de una nueva superstición, que predicaba ser Dios un nado y sañoso, envió á aquellas partes un presidente, l l a -
crucificado: otros al contrario, le alababan y defendían mado Aufidiano, el cual hizo grande estrago enlos cristia-
como á hombre moderado, sabio y prudente, amigo de nos, y con varios géneros de tormentos y muertes m a r t i r i -
hacer bien á todos, y que habia dado salud á muchos e n - zó á muchos: pero viendo que todos estaban constantes en
fermos y remediado los pobres, sin haber hecho jamás la fé y morían con alegriajuzgando que ora mejor perdonar
cosa que pudiese parecer mal. Estando, pues, el prefecto á su muchedumbre, y castigar á la cabeza y maestro do
dudoso, consultó aquel negocio con el emperador Trajano; todos, que era Clemente, le mandó llamar, y hallándole
y él mandó que Clemente, ó sacrificase á los dioses ófuese firme y constante en la confesión de Jesucristo, y que por
TOMO i i r - 55
i3i LA m X N D A DE OUO. DIA 23
iiingun caminóle iiod¡;i persuadir que adorase á los dioses, hace mención de él en una epístola decretal y otros auto-
mandó á los verdugos y rayones que le llevasen dentro eu res. Melafraste dice, que el día de la tiesta del santo, los
alia mar, y con una pesada áncora á su cuello le echasen (pie venían ásu sepulcro, alcanzaban de Dios lo que le s u -
en él, para que los cristianos no le reverenciasen como á plicaban por la intercesión de san Clemente; y que allí los
Dios. Grandes fueron los gemidos, las voces y alaridos que ciegos recibían visla, los cojos piés, los mancos manos, y
daljim lodos aquellos cristianos, cuando supieron la senten- todos los enfermos salud, y los endemoniados eran l i b r a -
cia que se habia dado contra el santo ponlíllce; porque te- dos con solo locar las reliquias del santo y beber un poco
niün en él padre, macslro, hermano y íiel amigo, y en de agua bendita, l'ues ¿quién no se admira de la libera-
. una vida tan desconsolada, un consuelo tan universid para lidad del Señor para con sus siervos, y d é l a benignidad
lodos. Kl santo pontítice también, por verlos tristes, scen- con (pie los magnilica y ensalza á su mandado todas las
(rislecia y lloraba con ellos, y los consolaba como podia. criaturas? l'orquesi lauto admiró el pueblo de Israel ver
I M mdo ya á punto para ser arrojado eu el mar, la gente, una vez abierto el mar, para pasar por él á pié enjuto
que estaba á la mira en la ribera, levantó un grande alari- cuando le persiguia el ejército de l-'araon ; ¿cómo no nos
do diciendo : Sefior Jesucristo, sálvale; y san Clemente habernos de maravillar nosotros, viendo cada año se r e t i -
dijo; l^dre eferno, recibe mi espíritu, y asi fué ochado en raba el mar el día del martirio de san Clemenle, y dejaba
el mar, y recibió la corona del martirio. Quedaron los la tierra enjuta y seca, para que lodo el pueblo pudiese i r
cristianos muy tristes y llorosos. Estaban enlre ellos dos por ella, y reverenciar su santo cuerpo? ¿Qué sepulcro
discípulos de san Clemente, llamados Cornelio y Febo : es- pudo haber mas glorioso, que el que fué labrado por ma-
tos hablaron á la imdliiud, y dijeron: Ilcrnianos, haga- nos de ángeles para boma de eslesmilo? ¿Qué sueño mas
mos oración, para que Dios sea servido de mostrarnos las suave, que el que tuvo el niño lodo un año? ¿Y qué ma-
reliquias de este santo mártir. Hicieron su oración, y luego yor maravilla, que resliluirle vivo á la madre que le tenia
el mar se retrajo por espacio de tres millas, ó de una l e - y lloraba por muerto? Estos son milagros y prodigios que
gua, do manera que pudieron entrar en él, como por obra Dios para glorilicar á los que le gloriíican, y ensalzar
tierra, todo aquel espacio. Hallaron ( ¡ ó poderoso Dios, á los que se humillan y menosprecian por su amor. Y si
obrador de maravillas y honrador de tus santoí!) en él una esto hace acá en la tierra; ¿qué pensamos que hará allá
capilla ó pequeño templo, fabricado por manos de ángeles, eu el cielo, para que todos nos animemos á servir á (an
y dentro del templo una arca de piedra, en que estaba el buen Señor, é imitar á san Clemente, que tanto hizo y pa-
cuerpo do san Clemente yjunto á él la áncora con que habia deció por imitarle? En el lugar donde manó la fuente pol-
sido echado en el mar. No solamente sucedió este milagro la oración de san Clemente, el sumo ponlíllce iSicolao, I d e
aquel año en que murió el sanio pontílice, sino lodos los otros esle nombre, mandó ediíicar una iglesia en honra y con
afios acaecía lo mismo, y se retiraba tres millas el mar nombre de san Clemente; y en su mismo tiempo un Cirilo,
(como está diebo) , dejando el camino seco por siete dias, varón santo, llevó á Roma el cuerpo de san Clemenle, y
el de su martirio y otros seis siguientes. Con la novt'dad fué colocado con gran solemnidad eu una iglesia de su
do un milagro tan nuevo y tan grande, venían de diversas nombre, que se habia fundado ánles, como lo dice el iMar-
pai tes los Heles en romera al sepulcro del sanio al tiempo tirologio romano. Vivió san Clemente en el pontificado
que se descubría : vino una vez una mujer con un hijo nueve años: celebró dos veces órdenes por el mes de d i -
suyo pequeño; y entrando en el templo donde eslaba el ciembre, y creó quince obispos, diez presbíteros y dos
cuerpo del santo mártir, el niño se durmió. Pasados ya los diáconos. Fué su martirio á 2I{ de noviembre del año del
siete dias, vino el mar á juntarse como solía, y retrayén- Señor de 102, imperando Trajano.
dose todos, la madre del niño que dormia (porque Dios Escribió san Clemente algunas obras admirables, con las
por este camino quería honrar á san Clemente, y descu- cuales enseñó y enriqueció la Iglesia del Señor; aunque
brir lo que puede su santa intercesión), olvidada de él, algunas se han ya perdido, y d e las otras que quedan, hay
s;1 lo dejó en el templo. Estando ya fuera, se acordó de su gran variedad de opiniones entre los autores: porque a l g u -
hijo, á tiempo que no se pudo socorrer (porque ya las nos afirman que son suyas: otros lo niegan; y otros dicen
aguas habían crecido, y ocupado y cubierto el templo): que han sido con ompidasy depravadas délos herejes. San
hizo los exiremos que en tal casóse pueden pensar, y cre- Gerónimo en el libro de los Escritores eclesiáslicos, dice
yendo que su hijo seria ahogado, buscó por aquella playa que san Clemenle escribió en nombre de la Iglesia romana
el cuerpo, para consolarse siquiera con él, mas no le halló: nao epístola maravillosa á la Iglesia de Corinto, que so
y asi se volvió á su casa triste y afligida, y pasó lodo leia públicamente en algunas iglesias, y que era muy se-
aquel ano con extraño desconsuelo. AI año siguiente no mejante á ta epístola quejsan Pablo escribió á los hebreos;
dejó de volver ásu romería, aunque le habia ido (al pare- y añade este santísimo doctor, que también se hallaba
cer) tan mal en la pasada: entró en el templo: hizo ora- olía segunda epístola en nombre de san Clemente; pero
ción ai sepulcro del santo; y volviendo los ojos al lugar que los padres antiguos no la admitían por tal, como t a m -
donde había dejado á su hijo, ie vió durmiendo de la mis- poco la dispula de san Pedro con Apion. Esto es de san
ma manera que le habia dejado, y como loca y fuera do si Gerónimo, hablando de san Clemente, y alega á Eusebio
de placer, con ió á el y le tomó en sus brazos, y le dió Cesariense.
muchos besos, y derramando lágrimas de alegría, le p r e - Gelasio, papa, da por apócrifos actos que andaban en
guntaba qué habia sido de él lodo aquel año; y el niño nombre de san Pedro apóstol, y el libro de los Cánones
decía que él durmiendo habia estado, y no sabia si h a - apostólicos, y de un libro y del otro algunos hacen autor á
bia pasado año, ó que espacio do tiempo. Esle m i l a - san Clemenle, papa. Mas porque d examinar y averiguar
gro tan estupendo, escriben san Efrain, mártir, obispo cuáles sean las verdaderas y legítimas obras de san Cle-
do Quersona, san Gregorio Turón en se, y el papa Juan 111, I mente, y cuáles las que, sin ser suyas, se le atribuyen, no
DI A S0< NOVIEMBRE m
w propio (k' Bálá lugar, sino es [ralardo su vida y v i i i u - hace dejar nuestros buenos propósitos ; masá santa Felí-
dos; dt'jyrcm(;s osta materia, remiliendo al que ioqoisíera citas los tormentos ni la niismH muerte no fueron pai te
ver mas en particulíir, al cardenal Baronio y Sixto Senen- para vencerla y hacerla volver alrás. sotros con un so-
se, que tratan de esta materia; y mas copiosamente con plo de contradicción desmayamos y caemos ; y ella r o m -
grande erudición el padre doctor Francisco Turriano, do pió por el hierro y por las peñas para alcanzar la corona.
la Compañía de Jesus. el cual escribió dos libros, uno en Nosotros no damos á los pobres la hacienda que nos sobra
•defensa de las Constituciones y Cánones apostólicos de san por amor de Cristo ; y ella le ofreció sn carne en sacrificio.
Ciemenle, y otro do sus epístolas y de las otras de los Nosotros, cuando Dios nos pide los hijos que nos ha pros -
romanos pontífices. Escribieron de san Clemente, san I r e - do, lloramos continuamente sin consuelo ; y ella lloraba
neo, san Epifanio, san Agustín, San Gerónimo, Opiato J l i - sus hijos porque no morían por Cristo; y cuando los vió
levitano y EiKpierio, y todos los Martirologios y escritores muertos se gozó.» Esto es de san Gregorio. Y san Pedro,
do las vidas de sumos pontífices. arzobispo de Ravona, dice: aYeis aquí una mujer, á quien
S.WTA FELÍCITAS, MÁivm.—Uno de los afectos que los la vida de sus hijos puso en cuidffdo y la muerte hizoí>c-
que tienen bijos deben tnas moderar y vencer, es e! amor gura. Dichosa ella que tiene en el cielo (antas luces, cuarr-
<1« los mismos bijos: porrpio aunque naturalmente so tos hijos tuvo en la tierra : dichosa fué en parirlos , y d i -
aman y se deben amar; pero débese hacer con tasa y chosísima fué en enviarlos al cielo. Andaba mas diligente
medida, y de manera, (|ue por el amor de los hijos no se entre los cuerpos mueitos, cuando el tirano solos manda-
pierda el amor de Dios, que so debe reprimir á todas las ba malar, que cuando los tenia en las cunas y les daba el
cosas. También se debe advertir inucbo en qué consiste el pecho ; porque con los ojos del alma consideraba , que
verdadero amor do los hijos; porque muchos padres desean cuántas eran las heridas, lanías habian de ser las joyas de
y procuran para sus hijos los bienes caducos y perecede- la victoria : cuantos los tormentos, tantos los premios ; y
ros de esta vida, con una ansia tan grande y con una sed y cumio mas duras las batallas , mas gloriosas las coro-
tan insaciable, que lodo les parece poco y corlo para lo nas. ?()né diré do esta valerosa mujer? Sino que no es
que ellos querrian para sus hijos, y en esto ponen la fine- verdadera madre , la que no sabe amar á sus hijos, como
za y forfiia (le su amor, sin tener cuidado de adornar los esta amó á los suyos.» Ilasla aquí son palabras de SÜD Pe-
hijos de virtudes, y hacerlos dignos dfe los mismos bienes dro de Ra vena. Fué el martirio do sania Felicitas á los
que les procuran, y ensenarles cómo han de ganar aquí'- 23 de noviembre, del-año del Señor i i : > . Hacen mención
líos bienes eternos é inmensos de la gloria que esperamos, de ella el Martirologio romano y los demás.
en cuya comparación lodos los bienes de la 'ierra no son * SIN'TA l.ur.BF.m, víimiíN Y MÁaTin.—En algunos Mar-
-sino bienescunlralnvlio-! y pintados. Para enseñar á los pa- tirologios se hace mención de esta santa virgen española,
dres es'.a verdad, y darles regla y ejemplo de lo que deben y según diceel P. Florez en su España Sagrada, ya en el s i -
hacer con sus bijos, hace boy la santa Iglesia conmemora- glo sexto habia en Mérida un templo consagrado á Dios
clon de la bienaventurada santa l'elícilas, matrona ilustre bajo la invocación de esta santa. No se sabe de cierto
romana, que era viuda , tenia siete hijos, y vivia sin r e - cuando sufrió el martirio, creyendo algunos fuera en
prensión, procurando servir á Dios y que sus hijos le sir- tiempo de Decio. Según el cardenal Baronio murió el
viesen; y con su ejemplo y sania inslruccion los animó y año 303, y (lalesinio afirma que fue degollada de órden
arraigó de tal manera en el amor de Dios, que todos los de Deciauo en tiempo del emperador Diodcciuno.
siete bijos en los ojos do sn bendita madre fueron marliri- SAN SISIMO, MÁUTIU.—Era un cristiano de Mármora, en
zadss en tiempo del emperador Marco Aurelio Antonino, el Helesponlo , que por los últimos días de persecución
y con varios géneros de tormentos y muerle consumidos contra la Iglesia dió ilustre leslimonio de su fé. Sufrió
y acabados, como lo dijimos el dia do su martirio, (pie horribles tormentos, en medio de los cuales no cesó de
fué á los 10 de julio. Pero después que los gloriosos caba- glorificar al Dios por quien padecía, y por fin fué degolla-
lleros de Jesucristo é bijos de santa Felicitas pelearon va- do, el año 3 1 1 .
ronilmente y alcanzaron la victoria, toda la saña y furor SAN ANFILOQUIO, OBISPO Y UWESOII.—Nació en Capado-
del emperador se convirtió contra la santa madre, por- cia, y se dedicó al estudio de la retórica y del derecho.
que con sus palabras habia esforzado y dado armas para Fué magistrado de su patria ; mereció ser estimado de to-
pelear á sus hijos. Por esto la mandó el lirano poner en la dos por su probidad y sus costumbres, y estuvo u i H d o en
cárcel, y no quiso que muriese luego, para que viviendo, estrecha amistad con san Basilio y san Gregorio Nacian-
sintiese mas cada dia las muertes de sus hijos ; porque ceno, que eran de mucha mas edad que él. Por consejo
dado que por verlos ya ciudadanos del cielo estaba alegre de e s t e último dejó Anfiloquio el mundo, y se retiró á ser-
y contenta, no podía como madre dejar de sentir el haber- vir á Dios en el desierto, d.inde vivió solo con su p a d r e
los perdido para s í , aunque los habia ganado para Dios. anciano y enfermo, dedicándose lodo entero á la medita-
Dejóla estar cuatro meses en la cárcel para afligirla y a n - ción y al esludio d « las sagradas Letras. Hallándose en
gustiarla mas ; y al cabo , viendo que perseveraba en la Iconia de Pisidia , el año 3 1 í , fué elegido obispo déla
conslancia de la fé do Cristo , la mandó degollar. De esta misma ciudad, y á pefar do su humildad, fué desde l u e -
bienaventurada madre y dechado de madres cristianas, y go ordenado sacerdote y consagrado obispo por san Basi-
como dice san Gregorio , mas que ainrlir , porque lo fué lio, que miró su elección como una providencia particular
ocho veces , siete en sus hijos y una en s í , dice el mis- del cielo en favor de la Iglesia de Oriente. El nuevo pas-
mo san Gregorio estas palabras: «Consideremos, her- tor justificó osla opinión, trabajando de continuo para opo-
manos, esta m u j e r , y avei^onccnionos q u e , siendo nerse á los vicios y á las herejías , corregir los abusos,
hombres, nos haga tanta ventaja ; porque muehas veces tronar con santa libertad contra el mar, y gobernar en
una sola palabra dicha contra nosotros nos turba y nos paz y justicia su rebaño. Obtuvo del emperador Teodosio
430 LA LEYENDA DE ORO. DJA n .
algunas leyes muy severas contra los lierejes, haciéndole cárcel, ministrándole en ella y proveyéndole de lo nece-
conocer los Iraslornos que excita siempre el espíritu de sario para su sustento una sania mujer llamada Anastasia,
secta en el estado, lo mismo que en la religión. Cuéntase, que estaba casada con Publio, hombre principal y podero-
que incomodado un dia Anfiloquio poi que aquel príncipe roso, pero no menos cruel y enemigo de cristianos : el
oia favorablemente á los arrianos, fué al palacio imperial, cual, sabiendo que Anastasia lo era , y loque hacia con
y afectó hacer poco caso de Arcadio, hijo del emperador. Crisógono, la encerró en un aposento de su casa con es-
Ofendido este de semejante conducta, mandó que el vene- trechas guardas, para que no pudiese ejercer su religión,
rable obispo fuese echado á la calle ; mas el sanio le dijo ni proveer á Crisógono de comida y sustento, ni aun le
entonces con entereza : «Señor , vos no queréis que se tuviese para sí, sino que poco á poco viniese á perecer de
falte al respeto á vuestro hijo, y os indignáis contra los hambre. Cuando se vió la santa apretada , buscó modo
que no le veneran : ¿cómo creéis que tratará el Dios del para escribir una carta á Crisógono , en esta forma : «Al
universo á los que blasfeman contra su Hijo üníco ?» Se- santo confesor de Cristo , Crisógono , Anastasia. Aunque
mejante indicación , cuya Gesta y sabiduría conoció Teo- el padre que me engendró fué g e n t i l , Fausta ( otros
dosio, decidió al emperador á reprimir los excesos de los leen Flavia), mi madre, fué cristiana , y mujer muy
arrianos. San Anfiloquio asistió al primer concilio general casta'; y ella desde niña me hizo cristiana , y des-
d&.Consianlinopla en 381 , presidió el concilio de Sida , y pués de su muerte ful casada con un hombre cruel y
en uno y otro hízose admirar por sus luces y su zelo. Pa- sacrilogo , cuya compañía y cama yo he huido por la
rece que murió el ano de 39 4 ; dejando á la posteridad la misericordia de Dios, con achaque de estar enferma. E m -
reputación de uno de los padres mas ilustres de la Iglesia pléeme de noche y de dia en- hacer oración á Jesucristo,
griega. San Gregorio Nacianccno le llama «pontífice i r r e - y en imitar sus santas pisadas. Este hombre cruelísimo,
prensible , ángel del Señor y héroe de la verdad,» y él gastando mi patrimonio (con el cual se honra) con gente
mismo nos dice que el santo obispo de Iconia curó á m u - iaquerosa y rnahi; á mí, como á maga y sacrilega , me
chos enfermos por medio de sus oraciones, por la invoca- tiene puesta en la cárcel, tan dura, que pienso acabar la
ción de la santísima Trinidad , y por la oblación del i n - vida en ella, porque no me falta para acabarla , sino es-
cruento sacrificio. pirar. Y puesto caso que á mí me sea dulce y 'sabroso
SAN GREGORIO, OBISPO T CONFESOR.—Floreció en el s i - perder la vida por Cristo , no dejo de sentir mucho que
glo V I , siendoobispode Agrigento en Sicilia. Su zelo por la mi hacienda ( l a cual yo toda habia ofrecido á Dios ) se
defensa de la verdad católica le acarreó el odio de los h e - gaste en torpezas y en servicios de falsos dioses. Por
rejos, y sufrió con .paciencia y alegría todas las persecu- tanto yo te ruego, ó siervo de Dios, que supliques al Se-
ciones. Una vez fué acusado al pap;).san Gregorio, y tuvo ñor, que, ó dé vida á este hombre , si se ha de reconocer
que ir á Roma para defenderse ; pero el pontífice, que co- y convertirse á él, ó que se le lleve , si há de perseverar
noció su inocencia, le colmó de presentes y le animó á en su dureza y obstinación : porque mejor le será per-
continuar su tarea. Efectivamente, habiendo llegado á una der la vida que negar al Hijo Dios , y atormentar a los
santa vejez, murió en el Señor, entre sus ovejas , el que le confiesan. Yo hago testigo y prometo á Dios todo-
año S92. poderoso , que si me veo libre de este trance , me e m -
plearé toda en su servicio, como solia, remediando y pro-
SAN TRUDON, OBISPO T CONFESOR.—Ilustró el territorio de
veyendo las necesidades de los santos confesores. Sea
la Hasbania con el resplandor de sus virtudes. Habiendo
Dios contigo, varón de Dios ; y acuérdate de mí.»
perdido á sus padres , so retiró á Melz , y se puso bajo la
dirección de su piadoso obispo. Durante algunos años dis- Recibió san Crisógono esta carta , estando en la cárcel
tribuyó su tiempo entre el estudio, las obras de caridad, con otros muchos confesores: y después de hecho con
la lectura de los salmos, la meditación de la ley del Señor ellos oración al Señor por santa Anastasia, la respondió
y otros ejercicios de piedad. Después mandó edificar un de esta manera : «Entre las tempestades y torbellinos
monasterio en una do sus posesiones, no solo para que de esto mundo en que andas fluctuando, ten por cosa
sirviese de asilo á los solitarios, sino para abrir en 61 una cierta, señora, que le ha de favorecer Jesucristo, y derribar
escuela, en la cual aprendiese la juventud, lascienciasy la con una palabra en el profundo al demonio que te ator-
piedad. Fué ordenado sacerdote, y con sus predicaciones menta y hace guerra : ten paciencia en medio de los t r a -
extirpó los restos de la idolatría ; estuvo también dotado bajos ; y haz cuenta que estás en medio del mar comba-
del don de milagros, y murió santamente el año «93. tida de alguna furiosa tormenta , y confia que vendrá
SAN DANIEL, OBISPO T CONFESOR—Floreció al principio Cristo sobre esas ondas, y te librará de ellas , y clama y
del siglo VI en la Gran Bretaña, cuyas Iglesias lo han da voces con el Profeta, diciendo: ¿Por qué estás triste,
tenido en grande veneración. El año 516 fundó un monas- alma mia, y por qué te turbas ? Espera en Dios, que por
terio ó colegio junto al canal que separa la isla de Angle- mucho que te pruebe y ejercite, no por eso deja de ser lu
sey del país d# Gales. Poco después se levantó en el mis- salud. Piensa , señora , que Dios te quiere dar los bienes
mo sitio una ciudad, de la cual fué Daniel nombrado del cielo; pues te quita los de la tierra : y si le parece
obispo , gobernándola hasta el año 3 í ; ; , en que murió. que tarda, entiende que lo hace para que estimes mas sus
dones. No te turbes ni le congojes, porque, viviendo bien,
DIA 24. le suceden males y trabajos : Dios prueba y no engaña. El
hombre es engañoso; y el que fia del hombre y pone en
SAN CRISÓGONO , MÁRTIR.—Entre los santos mártires, él su esperanza, es maldito ; y bendito el que la pone en
que por mandado del emperador Diodcciano murieron por Dios. Huye con gran cuidado y estudio todos los pecados,
Cristo, fué un Crisógono, caballero romano y varón muy y desea ser consolada de solo Dios , cuyos mandamientos
ilustre, el cual estuvo dos años en Roma detenido en la guardas ¡ porque cuando ménos lo pienses, él será gervido
DIA 2 i . NOVIEMBRE. 437
(lo coiisolaiie, y cnviarú después de las tinieblas déla n o - ciano. De san Crisógono escriben Suidas, y los Martirolo-
clie la íilcgre luz del din, y Iras el hielo y (Vio molesto del gios romano, el de Ueda, l'suardo y Adon. Tiene san C r i -
invierno vendrá la suavidad de la primavera, y tras la sógono en Roma un templo antiguo, que es título de car-
lonnenlíi, el cielo srreno y sosegado, para que puedas f a - denal, y de él hacen mención en el concilio primero que
vorecer y hacer bien á los que padecen persecuciones por se celebró siendo Símaco sumo ponlilice, y en el registro
Cristo, remediando sus necesidades temporales , y alcan- de san Gregorio, papa : y (iregorio I I I le honró y enri-
ces del Seíior.premios eternos. Sea Dios contigo ; y ruega queció de dones, como se dice en el libro de los Romanos
por mí.» pontífices.
Con esta epístola recibió grande consuelo santa Anasta- SAN JUAN DE LA CHUZ, CONFESOR.—Muy favorecida ha
sia, y se confortó de manera , que de allí adelante procu- sido siempre del cielo nuestra España; pues en todas las
raba tener tanta paciencia en sus trabajos , cuantas eran edades'la ha enriquecido nuestro Señor de varones insig-
las quejas que ánles daba de su cruel marido. Pasó adelan- nes : y si ha sido madre de muy ilustres sujetos en oirás
te su persecución, y tanto, que no la daban cada dia á co- materias; mucho mas lo ha sido en la santidad, dando á
mer sino la cuarta parte de un pan ordinario ; y pensan- la Iglesia esclarecidos escuadrones do innumerables y lor-
do que se llegaba la hora de su muerte, escribió esta carta lísimos mártires, santísimos patriarcas, perfeclísimos mon-
de esta manera; « Al bienaventurado mártir y confesor gos, purísimas vírgenes y devotísimos confesores. Uno do
de Cristo, Crisógono, Anastasia : El fin de mis dias se lle- ellos fué el bienaventurado san Juan de la Cruz, en quien en
ga : ruega á Dios que reciba mi alma cuando se despida estos últimos tiempos (cuando la naturaleza humana parecia
del cuerpo ; pues que por su amor padezco los tormentos estar desmayada para la virtud, como avivada y poderosa
que le dirá la vieja que esta lleva.» Respondió el santo. para los vicios) resucitó nuestro Señor la austeridad de los
«Crisógono á Anastasia : Siempre preceden las tinieblas profolas, la desnudez de los apóstoles, el fervor y pureza
á la luz, y después de la enfermedad vuelve la salud, y la de Elias, la penitencia y soledad de Pablo, la contempla-
vida se promete después de la muerte. Todas las adversi- ción de Antonio, la santidad de Rcnito, ol amor de la cruz
dades y prosperidades de esta vida se rematan y tienen su y del padecer de Francisco, y la celestial y mística sabi-
fin, para que ni los tristes ni afligidos desesperen , ni los duría do san Dionisio Areopagila: porque en todas estas
alegres y contentos se desvanezcan. Todos navegamos por virtudes resplandeció admirablemente esto santísimo va-
im mismo mar, y nuestros cuerpos son como unos navios ron, ayudando á la portenlosa madre y virgen santa Te-
que surcan las ondas ; y las almas, como pilotos, las go- resa de Jesús á levantar con sus hombros la esclarecida
biernan. Pero algunas naves de estas son tan fuertes y tan reforma do los padres carmelilas descalzos, para mucha
bien fabricadas , que rompen las ondas y paean por ellas gloria de Dos y edificación de la Iglesia, siendo el primer
sin detrimento ; y otras son tan frágiles, que á cada paso carmelita descalzo que vió el mundo, para padre do t a n -
corren peligro. Consuélale , sierra de Jcsiicrislo, que lu tos saniísimos hijos como ha tenido y tiene esta gloriosa
navegación, aunque ha sido llena de tempestades y bor- reforma.
rascas, se acabará con próspero y bienaventurado fin , y
Para escribir su vida, se ha de notar que, como 1c es-
llegarás al puerto deseado , gozando de Cristo con la pal- cogió nuestro Señor para capitán y caudillo de tan glo-
ma del martirio.»
riosa empresa (contra la cual se habia de armar el inundo
Estas epístolas se escribieron santa Anastasia y san C r i - y lodo el infierno, con tan terribles y molestas persecu-
sógono, las cuales refiere Nicéforo, Suidas y Adon. Loque ciones como se leen en su historia), está toda entretejida
sucedió á Anastasia, diréaioslo el dia de su martirio, que de varios sucesos y raros acontecimientos: y aunque en
es á los 25 de diciembre. Poro volviendo á san Crisógono; todos ellos resplandece la santidad de este admirable v a -
después que estuvo dos años preso en Roma (como d i j i - r o n ; poro en unos mas que en oíros : y porque para a l -
mos), estando el emperador Üiocleciano en Aquileya h a - gunos fuera menester referir largas historias, iremos e n -
ciendo carnicería de cristianos, mandó que le llevasen á tresacando lo que pareciere de mas utilidad y edificación
Crisógono: y puesto en su presencia, le ofreció la d i g n i - de las almas (que es lo que aquí se pretende), dejando lo
dad de prefecto y de hacerle cónsul, como á su noble demás para las historias, y contentándonos con la breve-
sangre y casta convenia, y otras mercedes, con tal que dad suficiente para nuestro propósito.
adorase á los dioses protectores de su imperio. Respondió Nació el santo padre en Hontiveros, villa antigua y n o -
san Crisógono con gran constancia : A solo un Dios adoro ble, en el obispado de Avila de Castilla ta Vieja. Su padre
eti mi alma y reverencio en mi corazón, y con seilales se llamó Gonzalo de Yepes, rama noble y antigua de la
exteriores le confieso por Dios, que es Jesucristo; y m a l - alcuña y villa de este nombre, de quien, entre otros, pro-
digo y abomino á estos tus dioses, que son aposentos do cedieron el ilustrísirao don Diego de Yepes, obispo de T a -
demonios. Con e.sía respuesta, sañoso el tirano, le maridó razona, y el doctísimo Fr. Antonio de Yepes, cronista do
degollar y echar su cuerpo en el mar. Hallóle después un la religión de San Henito. Enamoróse Gonzalo de una vir-
santo viejo, presbítero, llamado Zoilo, y sepultóle h o - tuosa y honesta doncella, llamada Catalina Alvarez, natu-
noríficamente, y por divina revelación también halló la ral de Toledo, y se casó con ella sin dar cuenta á sus pa-
santa cabeza, la cual estaba tan fresca como si en aquel rientes. Tanto lo sintieron los de Gonzalo, que del lodo lo
mismo dia hubiera sido cortada, y él la juntó con el cuerpo desampararon. Viéndose así y falto de caudales, se aplicó
del mártir; y en pago de este servicio quo le hizo, h los al ejercicio de su mujer, que era un telar de sedas, en
treinta dias del martirio se apareció san Crisógono á Zoilo, cuya pobreza y humildad vivió alegre y satisfecho, acau-
y murió en el Señor, y se fué á gozar de él eternamente dalando mas virtudes que riquezas. Tuvieron tres hijos:
en compañía de san Crisógono: cuyo marlirio fué á los 24 el primero Francisco de Yepes, quo casado en Medina del
de noviembre, año del Señor de 302, imperando Diocle- Campo, supo vivir tan religiosa y santamenlt, que le acre-
438 LA LEYENDA DE ORO DIA 2Í'
ditó el Settoi con yMravilfaM I t'l sogundo se llamó Tais, entonces lo había sostenido sobre el «gua, para que tío se
que en su temprana edad su lo llovó nueslro Señor: el ter- hundiese á lo profundo; y que así á la sanlísima Virgen
cero Juan, de (juien aijuí hablaremos, que nació (á lo que debía él la merced y todas alabanzas.
se. presume) á los 2 i de junio de J Reconocido á este nuevo favor de la Virgen, crecía por
Toda su niñez fué pronóstico de la admirable vida y glo- in-Umlos en su devoción: rezaba su oficio menor de r o d i -
riosos asuntos para que leleuia destinado el cielo; porque llas: gastaba en su presencia largas horas; y sabiendo
la mansedumbre, la quietud, el silencio y la devoción no (pie servia á la Madre y al Hijo en sus pobres, se dedicó
fueron en ól de niño, sino de religioso y de santo. Coope- con nuevo fervor á servirlos, y hacíalo con extraña c a r i -
raba la buena madre, que habiendo enviudado presto, dad, siendo para todos de grande consuelo y alivio. Para
criaba sus hijos con toda virtud, y con especialidad les poder cumplir con esto y con los estudios, se quitaba m u -
imponía en la devoción de nueslra Señora. Tanto se le e n - cho del sueño, gastando gran parle de la noche, ya en
trañó al niño Juan, quo desde luego obligó á la santísima oración, ya en asistir á los que veia de peligro. Para que
Virgen á favorecerle, pues desde los cuatro á los cinco el cuerpo estuviese mas ágil en el servicio del alma, hizo
años empezó á experimentar los favores de lal Madre. J u - su cama de unos sarmientos desiguales: su comida era
gando un dia con sus iguales á la orilla de una balsa pro- parca: el vestido honesto : la mortificación continua, asf
funda y cenagosa, arrojando unas varillas al agua, cayó en el cuerpo, castigándole con cilicios, disciplinas y a y u -
en ella y se Imndió á lo profundo: y aunque Ires veces nos, como en los sentidos, que traía .siempre reprimidos.
volvió á salir, la última se desapareció por grande rato- Con tan buena disposición le alumbraba el Señor copiosa-
Huyeron asustados los otros niños, y él volvió á la lengua mente: porque le quería para farol de su Iglesia: corrió
del agua muy sosegado y alegre. Vió entonces á la orilla con facilidad la gramática, retórica y filosofía, en (pie salió
á la tintísima Virgen, que le ofreció la mano para quo sa- muy consumado. Ya entraba por este tiempo en los veinte
liese á fuera. Rehusó el niño darle la suya, por verla llena años, en que dándole el administrador mas tiempo para
de cieno para no manchar tanta belleza : duró algún rato sus estudios y ejercicios, él frecuentaba mas el de la ora-
la recíproca y devola porfía, hasta que pasando un labra- ción, en la cual pedia continuamente al Señor que le en-
dor (que sin duda fué el ángel de su guarda), le alargó caminase en su servicio y diese el estado de vida, cu que
la aguijada y le sacó á tierra cotuo á otro Moisés, para le [ludiese servir y serle mas agradable. Estando un dia
que fuese maestro y legislador en los desiertos del Car- encendido en esta oración, oyó una voz que le dijo: « Ser-
melo. Este fué el primer favor que recibió de María santí- virme basen una religión, cuya perfección antigua.ayu-
sima; pero causó tanta envidia al demonio, que barrun- darás á levantar.» No entendió por enloncos lo quo el Sefior
tando de aquí mayores cosas en aquel niño, quiso acabarlo pretendía en estas palabras; pero depositólas en su cora-
de una vez. Siendo ya de siete años, le salió á un camino zón, humilde y resignado á su sanlísima voluntad.
en íigura de un menstruo horrible, abierta su infernal y
No pasó mucho tiempo, que llegaron á fundar convenio
espantosa boca para ll agarlo. No se asustó Juan, sino que
en aquella villa los padres carmelitas de la Observancia:
con valor y reposo muy superior á sus años le hizo la se-
y sabiendo él que aquella religión se fundó debajo el p a -
fial de la cruz: retiróse al momento el enemigo, y desapa-
trocinio déla sacratísima Virgen, se le renovaron los ecos
reció guardando para mejor tiempo mayores batallas; y
déla voz; y entendiendo ser aquella profesión para donde
Juan tomó también la cruz por defensa para los combates
Dios le llamaba, trató de vestir su hábito, üiéronsolo gus-
futuros.
tosos los religiosos, sabiendo cuán religioso era ya en las
Creciendo mas en las virtudes, que en los años, le aco- virtudes. Recibióle, siendo ya de edad de veinte y un años,
modó su madre en un seminario de niños, para que apren- y dejando el apellido de Yepes, se llamó Fr. Juan i h San
diese las primeras letras. Aprendiólas con facilidad, y se- Matías. Estando en el noviciado, corrió tan veloz, que su
ñalándose entre los demás en la virtud y buenas inclina- humildad, su obediencia, su puntualidad en el coro y o r a -
ciones, como el sol entre las estrellas, era el ¡man y la ción, servían mas á la admiración que á la imitación. Pro-
admiración do todos. Quien mas se prendó de tanta virtud fesó al siguiente año, y poco después pasó al colegio que
fué don Alonso Alvarezde Toledo, administrador de un i n - la religión tiene en Salamanca, donde estudió la teología
signe hospital que había en aquella villa de Medina del con suma aprobación, juntando siempre la oración y espíri-
Campo: y teniendo ya doce años Juan, se lo pidióá su tu con las letras. Aunque en lo público profesó la regla m i t i -
madre para que asistiese en el hospital, ofreciendo darle gada por el papa Eugenio, en lo secreto guardaba la p r i -
alimentos, estudios y capellanía. Presto conoció don Alonso mitiva dada por san Alberto, patriarca de Jerusalon, en
la buena elección que había hecho, con el cumplido desem- cuanto los superiores se lo permitían. No comía carne, y
peño y raro ejemplo que daba de sí Juan de Yepes. Creció continuaba los siete meses de ayuno: guardaba grande
todo con el caso siguiente. Había en el patío del hospital un recogimiento en la celda, sumo retiro de seglares y per-
pozo profundo: y como el santo mozo era nuevo en la petua asistencia en el coro ; y cuando rezaba el oficio d i -
casa, y andaba tan encogido dentro de sí, cayó en él, sin vino A solas, siempre era de rodillas. Diéronle una celda
que le pudiesen valer. Las voces fheron ígnales ni espanto estrecha y oscura : abrió un pequeño agujero en el tejado
de los que lo vieron, y presto se convocó la vecindad. U e - para recibir un rayo do luz con que poder repasar sus
gándosc algunos i la boca del poio, vieron é san Juan lecciones: pero gozaba de una venlaniila con sn vidriera
sentado sobro las aguas: alargáronle una soga; y asido que salía al santísimo Sacramento, quo era lodo sn con-
de ella salió muy alegre. Preguntáronle, cómo no se había suelo y celestial luz de su alma. Esta breve clausura, des-
ahogado, y tan sin turbación estaba sobre las aguas. Kos- nuda do toda alhaja y curiosidad, era su celda : su cama
pondió con humildad muy sincera, que una hermosísima dos tablas desiguales, sin lienzo, sin colchón y un lena
señora, al tiempo de caer lo recibió en su manto, y hasta por cabecera : los hábitos exteriores eran muy pobres, y
PÍA NOVIEMBRE. 439
los ¡iidM-ioiTS latí penileales, que á raiz de las carnes vostia cámara no muy larga, tan baja, que casi ofendia las ca-
m jfüwa híxho dii ospai lo, anudado y torcido, á modo de bezas: encima un desván á teja vana, á quien daba ó q u i -
malla ó red, y los calzones de lo mistíio; y cuando se los taba luz una leja que servia de ventana: fuera de esto h a -
desnudaba, era para lomar sangrienlas disciplinas, 6 po- bia una cocinilla, y lodo lo abrazaba una cerca rüslica.
nerse nías ásperos cilicios. Acabada la teología, y enírando Aquí envió sania Teresa al bendito Fr. Juan con un peón,
en los veinte y cinco años de edad, le mandaron los pre- para que aliñasen y compusiesen aquella pobre posada en
lados se ordenase de misa, aneftift resisliéndolo s» h u m i l - forma de c o n v e n t o , mienlras iban dos frailes mas que ya
dad. Después de haberse ordenado, so preparó para cele- tenia prevenidos, para que diesen principio á la reforma-
brar la misa primera, con largas vigilias, con tan fervien- ción. Todo el ajuar que llevaba era un recado para decir
tes deseos, con tanta humildad y encendido amor de l>ios., misa, y el hábito de pobre y riguroso sayal que la santa
que parece cju.'i'ia exceder á los serafines. Lo que suma- madre le dió, cosido por sus manos para veslirlo en des-
mente deseaba y pedia á Dios con instancia, era que le calzándose. Con este pobre aparato llegó á Duruelo; y con
conservase su Majestad toda su vida la blanca estola qne el g r a n d e fervor de espíríluquc llevaba, le pareció haber
le vistió en el bautismo, y que hasta entonces, por espe- l l e g a d o á las Indias de sus mayores riquezas y al centro

cial gracia suya, liabia procurado guardar intacta. Cuan- desús deseos. Todo ei dia gastó en formar y componer
do en la misa tuvo al Señor en sus manos, de suerte en- aquel resumido convento, modelo y ejemplar originario de
fervorizó la súplica, que mereció oír por respuesta: Yo te todos los que ahora ocupan las cuatro partes del mundo.
concedo lo que me pides. Quedó el santo sacerdote Um Comenzó barriendo toda la casa, y después de bien limpia
agradecido como consolado; porque juntamente sinlió en ia adornó de calaveras y cruces que hizo de palo rústico.
su alma una espiritual renovación, y haberle el Señor con- A la noche, cuando le faltó la luz del dia para poder t r a -
cedido una pureza tan feliz, que le restituyó á la inocencia bajar, se acordó hablan pasado lodo el dia sin comer, E n -
de un niño de dos años, y confirmó en gracia, al modo vió al compañero á pedir alguna limosna, con que pasaron
que á los sagrados apóstoles, para que jamás le llegase aquella noche. Al otro dia, dispuesto el monasíerio bien
á ofender con culpa grave, como se supo de sus confesores pobremente, vistióse su hábito descalzo, angosto y breve,
y de dos personas espiriluales á quienes nuestro Señor hasta el tobillo, en la forma que ahora lo llevan los padres
lo reveló: y á esto parece aludia lo que la sania madre G a r m e l i t a s descalzos, todo muy estrecho y reformado, des-
Teresa solia repetir (siendo ya el siervo de Dios carmelita calzo del todo, sin abrigo, sin defensa de pies y piornas;
descalzo), diciendo, que ei P. Fr. Juan de la Cruz era una porque después admitieron las sandalias ó alpargatas que
de las almas mas puras y santas que Dios tenia en su ahora usan. Así desnudo y recoleto presentó á los ojos del
Iglesia, y que le habla infundido grandes tesoros de luz, inundóla figura del primer descalzo carmelita, renovador
pureza y sabiduría del cielo. de la antigua severidad profética. Admiraban los labrado-
res en aquel nuevo ermitaño el áspero Irüje n u n c a visto,
Para asegurar maslales tesoros, deseaba esconderlos y
la aspereza de vida, el aspecto endiosado y el Iralo tododel
retirarlos mas del mundo: y para hacerlo iba Irafando de
cielo. Oíanle palabras de v i d a , y al olor de tanta santidad
pasarse ala Cartuja para vivir mas desconocido y mas ú
se iban tras é l ; y no se hablaba de otra cosa por las a l -
solas con Dios. Andamio con estos pensamienlos, vino de
deas comarcanas, sino del fraile descalzo. No dejó de aco-
Salamanca á Medina en ocasión que la santa madre Tere-
meter el demonio al nuevo guerrero de muchas maner as
sa acababa do fundar el convento de sus monjas en aejue-
en esto liempo; pero no sacando mas que confusión lo dejo
Ita villa, y disponía el fundar otro de frailes, también des-
por entonces.
calzos, porque hasta entonces solo habia fundado monjas.
Tenia para todo las debidas licencias ; pero faltábanle su- Casi dos meses estuvo solo el santo padre aguardando
gelos que lo principiasen. Noticiada de las buenas calida- los compañeros que llegaron á 27 de noviembre de 1568:
des de Fr. Juan de San Matias, le declaró sus intentos de y habiendo pasado la noche en larga y fervorosa oración,
fundar unconventode lamisma ótden muy reformado, y en dijeron misa al otro dia; é hincándose de rodillas delanlo
donde los frailes profesasen también la misma austeridad, del sanUsirao Sacramento, renovaron la profesión y r e -
pobreza, retiro y regla primitiva que ya liabia entablado nunciaron soleranemenle la regla mitigada en que ánlcs
en las monjas: y que pues este mismo espíritu le tiraba á habían vivido, y prometieron áDios nuestro Señor y á la
la Cartuja; buena Cartuja tendría aquí dentro desu orden. Virgen María del monte Carmelo, y al reverendísimo padi c
No fué menester mas para que le diese su consentimiento general, vivir conforme á la primitiva sin mitigación has-
el siervo de Dios; porque mientras hablaba la santa, le ta la muerte. Mudaron los sobrenombres, por haberlo así
acordó el Señor, que esto era lo que le dijo antes de to- introducido la santa madre en las religiosas : el P. Fr. An-
mar el hábilo en aquellas palabras, « que seria religioso tonio deHeredia se llamó Fr. Antonio de Jesús: el padre
en una religión, cuya perfección antigua ayudaría á l e - Fr. Juan de San Matías se apellidó de la Cruz; y el her-
vantar,» con que desde luego se ofreció eon gusto á la mano Fr. José se nombró de Cristo; haciendo todos tres
santa. un Cristo Jesús crucificado, con que dieron principio á la
Aun no tenia la santa madre sitio ni casa alguna para familia de los carmelitas descalzos, para grande edifica-
el efecto; pero Dios, que era el principal autor de este ne- ción del mundo y gloria de Dios. Presto llegó el padre pro-
gocio, presto le envió un caballero que le ofreció una casa vincial de la observancia, y nombró por prior al P. Fr. A n -
ó cortijuelo en la aldea deDoruelo, entre Yalladolíd y Me- tonio de Jesús: por superior al P. Fr. Juan déla C.uz; y a\
dina del Campo, que es en Castilla la Vieja. Estaba la casa hermano Fr. José de Cristo cupieron lasllaves de portería
en un campo desabrigado, expuesto á lodos vientos y so- y sacristía.
les, junto á un arroyuelo llamado Risalmar: consistia toda Dejando lo demás parala historia de la religión, prose-
ella en un razonable portal ¡ á un lado de él corría una guiremos la vida del glorioso san Juan de la Cruz, á quien
440 LA LEYENDA DE ORO. DIA 2 i .
ctipo la mejor parle de aquellos primitivos favores, por ser de Dios, y retirado al coro, so puso en oración, y hacien-
el primero que se descalzó, y en quien Dios derramó las do instancias á su Majestad, fué tan eficaz, que la religio-
primicias del espirita de que se habia de alimentar la r e - sa ya difunta á vista de muchas comenzó á mudar sem-
ligión, y su buen olor alegrar toda la Iglesia. Adelantó aquí blantes, abrir los ojos, menearlas manos y mostrar alien-
su penitencia con extraños rigores: el jubón y calzoncillos' tos de vida. Alegres las monjas, acudieron de tropel al
de esparto le parecian suaves: las disciplinas no le satis- coro á dar al santo padre el aviso, el cual sin turbación
facían si no las lefiia en sangre: los cilicios, cobardes sino respondió á aquella religiosa que le habia dado quejas:
taladraban sus miembros: la cama era un rincón del coro Hija, ¿está contenta? Con que las confirmó en lo que ya
con una piedra por almohada: después de maitines se ellas creian, de que aquella maravilla fué efecto de su ora-
quedaba en oración hasta la mañana: tan absorto estaba ción; y aun se confirmaron mas viendo que en habiéndola
en ella, que calándose muchas veces de la nieve que caia el santo confesado y administrado los demás sacrameulos
por entre las tejas, se iba á prima sin repararlo: gastaba se quedó luego difunta.
la mañana en decir misa, y confesar é instruir á aquellos Estando también un dia de la Santísima Trinidad en el
serranos bien necesitados de doctrina: iba á predicar una locutorio hablando con la santa madre, que, como hal;c-
y dos leguas iéjos á pié descalzo, y volvia á desayunarse mos dicho, era priora, de suerte se engolfaron en la con-
al convento. sideración de aquel inefable misterio, y tan altamente li s
Pasó con el oficio de maestro de novicios á la fundación ilustró su Majestad , que aquellas dos almas seráficas se
de Mancera, donde mostró la gracia que Dioslehabia dado fueron desprendiendo de los senlidos, volando á la esfera
para discernir los espíritus y conocer los talentos y discre- adonde el Señor los llamaba. La santa quedó arrobada,
ción admirable para el magisterio de las almas. Care- sentada en un banco dentro de su locutorio ; y el santo
ciendo de todo eslo el que gobernaba el noviciado de Pas- padre, que al principio que comenzó á sentir aquella d u l -
trana en Castilla la Nueva, hubo de ir el siervo de Dios á ce violencia se asió á los brazos de la silla para impedirla,
componer aquel seminario, que con los indiscretos fervo- mas no pudo, venciendo la velocidad del alma á cuerpo y
res y penitencia que el maestro inlroducia necesitaba de silla, los levantó por el aire bastar dar en el techo de la
moderación prudente, lleducido aquel noviciado al debido pieza. Hablando pues la santa de este caso, dijo haber sido
temple, pasó al colegio recien fundado en Alcalá y fué su la causa, la alteza y claridad con que el siervo de Dios
primer rector. Edificó aquella insigne universidad con no- habia hablado del misterio de la santísima Trinidad, y que
table ejemplo, admirando todos, no menos sus letras que no se podia hablar de Dios con el P. Fr. Juan , porque lue-
su santidad, cogiendo la religión el fruto de muchos y go se trasponía ó hacia trasponer. Sucedióle también por
grandes sugelos, que movidos con tal ejemplo rommeia- este tiempo, que estando contemplando los dolores que
ron el mundo y abrazaron el nuevo instituto. Pasado un padeció Cristo en la cruz, se le representó á la vista tan
ano volvió á Pastrana, y de allí á Avila á petición é instan- llagado, herido y vertiendo sangre como en ella estuvo.
cia de la santa madre, para confesor del ilustre convento Lo que aquella vista causó en su alma, el santo lo reservó
de la Encarnación de aquella villa, de monjas carmelitas para sí; pero lo que nos dejó que notar, fué el quedarlo
déla Observancia, en la cual habia tomado el hábito y en su imaginación tan impresa, que no siendo pintor, lomó
profesado la misma santa : y ahora los prelados (aunque ya Id pluma y dibujóla imágen en un papel,sacando el d i b u -
descalza) la hablan hecho priora de dicho convento, para jo en perfil esforzado (donde es mas dificultosa la perspec-
que le regulase é impusiese en el retiro, espíritu y oración tiva), y salió tan milagroso, que lo alaban mucho los p r i -
que á sus descalzas: y conociendo la santa que nadie le morosos en el arle.
podia ayudar mas para conseguir este efecto que el padre Grande rabia causaban en el demonio tantas virtudes
Fr. Juan de la Cruz, negoció se lo enviasen. Fué allá con y favores del siervo de Dios : y armándole reñidas p e -
el P. Fr. Germán de San Matías por compañero; y con tal leas y enredados combates , no pudo sacar mas gananct;i
arte, prudencia y espíritu, confesó y supo llevar y ense- que quedar confuso, y ser ocasión de mostrar el santo el
ñar aquellas benditas religiosas, que si ántes era convento gi ande poder que Dios le habia dado sobre los demonios,
de mucho tráfago, ya se podia ahora contar por uno délas ganando el nombre de segundo Basilio, como se vió en
descalzas i ya no se trataba allí sino de oración y de muy los casos siguientes. A una monja de cierta órden co-
grande recogimiento: las rejas estaban desiertas y solo menzó á molestarla con espíritu de blasfemia, arrojándola
trataban con Dios y con el santo padre, aunque con tan- proposiciones contra la fé y tentaciones contra la casti-
ta circunspección, que no admitía de ellas cosa alguna dad. Comunicólas con el sanio padre, que conociendo al
ni comunicación, sino para confesión ó provecho do sus autor de su inquietud, la aplicaba á tiempo las medici-
almas: con que fué muy grande el fruto espiritual que luzo nas : mas aunque se sosegaba la paciente en su presencia,
en las religiosas, con igual ejemplo y edificación do toda en ausentándose volvia á su porfía el demonio; y para e n -
la ciudad. redarla mas, tomaba la figura del santo padre, y en el
No se olvidó nuestro Señor de acreditar con maravi- Confesonario la influia con doctrinas perniciosas. Volviendo
llas al siervo que tan de veras trabajaba en su mayor ser- el verdadero confesor y enterado del arte de su enemigo,
vicio. A doña María de Yera, religiosa grave de aquel con- procuró remediarlo dándola por escrito lo que le habia do
vento, dió tan súbita y mortal enfermedad, que ántes que responder, cuando sintiese semejantes tentaciones. No de-
obrasen los remedios, le privó de los sentidos, y lo que se sistió con esto el engañador; ántes usando del mismo a r -
tuvo por cierto, también de la vida. Desconsoladas las mon- did, escribió otro papel imitando la letra y firma del san-
jas llamaron al santo padre y una le dijo: Buena cuenta to, y en él la decía, como por no poder excusar cierto viaje,
ha dado vuestra reverencia, padre nuestro, de su hija; la queria dejar cierta advertencia acerca de lo que ántes
pues la ha dejado morir sin sacramentos. Calló el siervo la habia dado por escrito; porque considerándolo mejor,
DIA 24. ¡NOVIEMBRE. U Ul
lüilialia que tenia algunas doclrinaslan apretadas, qiw la ha por las puertas de ta desesperación. No se le encubrió
iiabian de causar nuevos escrúpulos y turbarla nías la con- a! santo padre lo que estaba pasando: acudió diligente p a -
ciencia. Como la religiosa conocía la letra , gozaba de su ra probarle cara á cara á Luzbel, como era padre de la
libertad; aunque extrañó lo opuesto de su tloclnna. Volvió mentira y del fingimionlo: pidió á la lomera le llamase á
el santo á su convento: conoció el embeleco de Satanás : p i - la religiosa: respondió que no podía ser; porque estaba en
dió el billete; y aunque conoció serla letra muy semejante el locutorio con el P. Fr. Juan de la Cruz. ¿ Cómo puede
á la suya, nó sus proposiciones : con que desengañó á la ser eso (replicó el p a d r e ) , si yo soy Fr. Juan de la Cruz,
religiosa : y \ien(lo la aflicción de aquella alma y astu- y nó el que allí está? Asustada la tornera, le dijo que lo
cias de su enemigo, valiéndose do los exorcismos de la fuese á ver, fué allá, y al punto que lo vióse desvaneció
Iglesia, y armas de sn poderosa y encetidkla oración, con - el demonio y halló la monja casi desesperada. Habiéndo-
juró al demonio y le venció, dejando libre de su infesla- la restaurado y animado, ponderándola la flaqueza del de-
ciou á la paciente. monio, pues huía de un pobre fraile descalzo, empezó á
De mayores circunstancias fué otro caso;'porque son i n - conjurar los demonios en presencia de muchas monjas que
nnmerablcs las arles que el demonio tiene para engañar ya habían acudido al locutorio: y tanta fué su eficacia y la
las almas. En otro convento recibió el hábito cierta donce- gracia de Dios que en él obraba, que no solo obligó á los
lla, que siendo de edad de seis años, se le apareció el de- demonios á confesar que su príncipe los habia enviado
monio en figura corporal, y ella, agradada de su aparente para hacer desesperar aquella alma, sino que también á
hermosura , le entregó todo su afecto. Era de su natural que saliesen de su cuerpo y volviesen la cédula. Todo
aguda y muy salada en sus dichos. Valiéndose el demo- lo cumplieron á su pesar, y á vista de todos arrojaron la
nio de su inclinación la ofreció hacerla mas docta y mas dis- cédula que luego quemó el santo padre. Quedó con eslo la
creta (¡ue los varones mas sabios; y así lo cumplió, sa- religiosa libre en el cuerpo y en el alma; y sus prelados
cándola por condición que le habia de hacer una cédula fir- tan agradecidos y admirados del sanio padre, que le acla-
mada con su sangre, de que no habia de reconocer á otro maron por segundo Basilio.
que á el por esposo. En lodo vino la desdichada, lan aficio- No solo le quitó al demonio estas presas, sino oirás m u -
nada y perdida , que ya aborrecia á Dios. Creciendo en chas: entre las cuales fué una dama principal que cor^su
edad , por secretos juicios de Dios-entró en el convento, hermosura y donaire hacia mucho daño en el pueblo. No
donde la recibieron con gusto. Hablaba todas las lenguas: bastando otros medios que-intentaron sus deudos, la per-
sabia todas las artes; y en la teología discurria tan sútil- suadieron que se confesase con el descalzo carmelila : y
mente, quelenian su ciencia por'infusa. Por ser estas co- aunque lo resistió mucho, al fin se redujo á hacerlo, l l e c í -
sas tan extraordinarias, entraron en sospecha los prelados bióla el confesor con mucha caridad, y de tal manera trocó
desu religión: y sabiendo la santidad y sabiduría del cielo su alma, que vestida de grosera jerga, devota, penilente y
del santo padre Fr. Juan de la Cruz, le rogaron la exami- retirada, borró las liviandades pasadas. Otra, que con voto
nase; y aunque por su humildad se excusó mucho , las habia consagrado á Dios su castidad, de suerte la mancilla-
grandes instancias le rindieron. Fué al convento: y salien- ba, que con sus liviandades era público tropiezo y escándalo.
do la religiosa al locutorio, luego que se vió en su presen- Acertó por su buena suerte á comimiear al santo padre, y
cia ¡ no solo la bachillera calló y la sabia enmudeció, con la eficacia de sus Pincendidas exhortaciones la dejó tan
sino que comenzó á temblar y sudar por ver se habia co- compungida, que apartándose déla ocasión, lavó con sus
nocido su enredo. Con luz superior reconoció el santo pa- lágrimas el sacrilegio [asado. Sintiólo tanto el cómplice,
dre la causa de aquella enfermedad, y la declaró á sus que buscando al santo, le dió tantos palos, que lo derribó
prelados diciendo como estaba engañada del demonio, y en el suelo, dejándolo muy maltratado. Sentido el demo-
era menester conjurarla muchas veces; porque era ya a n - nio de tantas ánimas como le sacaba de las Uñas el descal-
tigua la posesión. z o , le armó un lazo para cogerle la suya. Encendió en el
Despidióse con esto; mas los prelados de la religiosa, corazón de una hermosa y honesta doncella un grande fue-
dándole todas sus veces, le suplicaron que pues había des- go de lujuria, y tanto lo atizó y lo sopló, que sin poderse
cubierto la enfermedad, aplicase los remedios. IIízolo por valer la cuitada, so salió á deshora de su casa y se arrojó
el bien de aquella alma ; y al segundo conjuro ohligó al al aposento del siervo de Dios. Díjole la pasión que la traía;
demonio á que declarase todo su maleficio. Confesó lodo lo reconociendo el santo ser obra de Satanás y violencia
que queda dicho, y que allí estaba Lucifer, en cuya a y u - diabólica, pasando desu modestia á su eficacia, de tal m a -
da hablan ya acudido tres legiones; mas asistido el santo nera la afeó el arrojo de su liviandad, y tal golpe de razo-
de las del cielo, prosiguió mas fervoroso sus diligencias. nes y consideraciones la arrojó , que la desató en un maí-
El efecto fué, que viendo la paciente que ya sabia toda su do lágrimas; y corrida y enmendada , volvió á su casa
perdición, se la confesó mas despacio y muy por menudo. muy diferente de lo que habia salido de ella. No saliéndolo
Enlonces tomó la mano el siervo de Dios, y tales cosas la bien este lance, intentaron otros sus enemigos, y por sí
dijo de la misericordia de Dios, que empezó como á des- mismos le hacían continua guerra y le atormentaban con
pertar y desear su remedio. Bramaba Lucifer enfurecido fieros golpes y visiones horribles; pero de lodos le sacaba
contra el descalzo, y no pudiendo volverse contra é l , por- el Señor con victoria, y él le correspondía con profunda
que letemia, se disfrazó lomando su hábito y figura; y l l a - humildad y con nuevos deseos de padecer mas por su
mando al locutorio á la religiosa , como desdiciéndose de amor.
lo que antes la habia dicho, tanto la exageró la gravedad Cumplióselos su Majestad largamente, después de h a -
de sus culpas, la imposibilidad del perdón y el poder del ber trabajado cinco años en la cultura del dicho convento
demonio, para hacerla cumplir la cédula que le habia da- de la Encarnación; porque en otra parte le tenia prevenida
do, que la pobre se deshacía en lágrimas, y asi se entra- tan larga tela de persecuciones, penalidades y trabajos,

TOMO III. 56
442 LA LEYENDA DE ORO LIA 24.
que no cabe on csfa breve relación: basta sabor, que con Por este tiempo le comunicaba Dios tan altas luces del m i s -
«ícreiblo constancia 6 invicla paciencia pudo decir lo que terio de la santísima Trinidad, que dijo una vez á las r e l i -
decia el santo Job : «¿Tengo yo por ventura fortaleza de giosas de Granada: De tal manera comunica Dios á este
piedra, ó mi carne es de bronce?» Viéndole pelear tan pecador el misterio de la santisima Trinidad, que si sn
esforzadamente su Majestad, varias veces le consoló, y la Majestad no esforzara mi flaqueza con particular socorro
Virgen santísima por tres veces le visitó y llenó el alma de del ciclo, fuera imposible vivir. Mandóle su Majestad un
luces y celestiales consuelos. Con ellos compuso en esta día dijese misa de la santísima Trinidad, para consuelo de
ocasión aquellas divinas y profundas canciones que e m - una religiosa; y al tiempo de consagrar se le aparecierou
piezan: «¿ En dónde le escondiste?» que después explicó las tres divinas personas en una nube trasparente, y tale»
alt-ísimamentc, y andan impresas en sus libros. Salió Anal- dones le comunicaron, que refiriéndolos después á la r e -
mente de esta pelea y tribulación, para alumbrar y enri- ligiosa, la dijo: ¡ O hija, cómo la agradezco baya sido oca-
quecer su religión con prelacias, doctrinas y ejemplos de sión de que me mandase el Sefior decir misa de la santísi-
su santa vida, así como el antiguo José salió de la cisterna., ma Trinidad ! ¡ O qué gloria y qué bienes gozaremos con
para reinar y favorecer á Egipto. Pero tan saboreado salió su vista! Y encendiéndose como un serafín, por media hora
del padecer y de las penas, que oyendo poco después can- quedó arrobado y despidiendo clarísimos resplandores.
lar esta copla:
Aunque el Sefior le levantaba á tan altas comunicacio-
nes de la divinidad, no se olvidaba el santo padre de la
•«Quien no sabe de penas sacratísima humanidad de Cristo, sabiendo que ella es
en este triste valle do dolores, el camino para ir al Padre, y la puerta para entrar á Dios;
no sabe de buenas, antes bien la llevaba siempre delante de los ojo?, procuran-
ni ba gustado de amores; do no solo celebrar con singular devoción todos sus miste-
^pucs penas es el traje de amadores: » rios, sino copiar y trasladar en su propio cuerpo los d o -
lores y martirios de su santisima pasión y cruz: y así
se quedó arrobado por una larga bora. El arrobarse entre celebraba el nacimiento con extrañas demostraciones de r e -
consuelos, revelaciones y otras comunicaciones suaves del gocijo, y la semana santa, no solo con extraordinarias
cielo, es ordinario; pepo arrobarse al sonido de las penas, moiiilicaciones y penitencias, sino con el corazón traspa-
Ae las amarguras y del padecer, cosa es bien rara y de es- sado de dolor, que se le conocía bien en el exterior aspec-
pii itu muy descarnado y sólido. to lastimado y compasivo. Donde mas dulcemente se e n -
Después-de esto fué á gobernar el convento del Calva- golfaba, hasta perder la tierra de vista, era en el santísi-
rio, que resplandecia en observancia, toda v i r t u d 7 rigor mo Sacramento y en los misterios de la misa. Una vez,
tic vida; mas como era tan alta la suya, todo lo levantó de después de haber consumido el sanguis, se quedó con el c á -
punto. La of ación-, silencio y penitencia que entabló con su liz en la mano, y estuvo portan largo espacio elevado, que
ejemplo y su exhortación, dejaron muy atrás ins que una santa mujer que oía la misa esclamó: Llamen á los
basla entonces hablan practicado , aunque eran muy ángeles que acaben esfa misa; porque solos ellos pueden
grandes. Estaba este convento pobre y en desierto: y aun- proseguirla con tanta devoción : que este santo no está
que se padecían muchas necesidades, aquí acudia el Se- para ello. Muchas veces fué visto diciendo misa, que del
Jiorcon maravillas, por la oración y conGanza de su siervo. sagrario salían rayos de luz , que terminándose á su
Faltando una vez el pan, mandó se buscase algún mendru- rostro, se lo bañaban de divinos resplandores: otras le
go y se pusiese á la mesa; y bajando la comunidad, como sallan de su rostro tan vivos, que deslumhraban á los que
.solía, al refectorio, les hizo una plática tan espiritual en los veían. Viólos una vez un estudiante que le ayudaba á
alabftdcé de la pobreza, que sin comer bocado se levanta- la misa, y no solo le quitó la vista de los ojos (como él m i s -
ron de la mesa satisfechos; pero apenas se recogían á las mo afirmaba), sino que le penetró de manera el corazón,
celdas, cuando llamando á la portería, halló el oíicial á que luego se entró religioso dominico con nombre de fray
un hombre, que con ana carta que traia le dió una car- Domingo de Sotomayor. En otras ocasiones le vieron res-
ga de mantenimientos. Avisado el santo prelado que esta- plandecer el rostro entre la tinieblas de la noche. Estas l u -
ba en oración, y abriendo la carta, se puso á llorar. Pre- ces exteriores, índice eran de las interiores que por la
guntado por qué lloraba; respondió: Lloro, hermano, por- abundancia rebosaban á fuera para edificación de los p r ó -
que nos tenga el Seílor por tan flacos, que aun un día no jimos. Con tanta luz del cielo, penetraba los interiores, y
nos fia el que padezcamos abstinencia. En Iznatorafe se en- registraba los pensamientos de los otros, y las cosas dis-
tró el demonio en el cuerpo de mi hombre miserable que tantes no se le escondían. Una mujer, llamada María de la
lo atormentaba mucho, y no le podían echar con los exor- Paz, como le vió pequeño de estatura y de tan poca osten-
cismos de la Iglsia: llamado el santo p a d r e , luego que le tación, pensó dentro de sí que no debía ser hombre de l e -
vió él paciente, empezó á dar grandes voces, y decir: Ya tras. Fuese con esto á confesar con el santo padre, el cual
tenemos otro Basilio en la t i e r r a , que nos persigue. Asi la dijo luego : Hija, letrado soy, aunque pecador. Respon-
f u é ; porque, sin que le valiese su grande resistencia , la dió ella: ¿Por qué lo dice, padre? Y el santo la dijo: Por-
eficacia de los conjuros del santo le echó presto fuera de que lo habéis menester. A otra hija de confesión del santo,
aquella pobre criatura. que ora muy sierva de Dios, la perseguía tanlo el demonio,
que cuando venia á la iglesia del convento, en medio de la
Aun no estuvo siete meses en el Calvario, cuando hubo
calle y al umbral, la daba tantos golpes, que la dejaba
de ir á fundar el colegio de Baeza, cuya fundación ya a n -
como muerta. Desde sn celda lo descubría el santo confe-
tes había profetizado. Tan conocida fué aquí su santidad y
sor con luz del cielo; y acudiendo antes que nadie le p u -
sabiduría, que los mayores doctores de las escuelas en los
diese avisar la socorria, y ahuyentaba los demonios. De
pulpitos y cátedras lo ponían por ejemplo á sus oyentes.
I,A n . NOVIEMBRE.
t'stos cnsos k1 sucedieron tuuclios; pero fué mus nolable el tantos anos que me persigue en varias parles, aquí no me
que le sucedió cu una casa en que halria diez y seis enfer- quiera dejar! Sabiendo el santo, después de su oración, lo
mos de peligro, y ios once ya oleados. El compañero del que había dicho el demonio, no haciendo caso de ello, lo
santo, que era hijo de aquélla casa, se afligió mucho vien- expelió con la facilidad que otras veces. Tanto temor le t e -
do el peligro de tantos; pero el siervo de Dios le dijo e n - nían, que solo su vista les acobardaba y hacia huir, como
tonces: No tenga pena, que ninguno de los diez y seis se vió en otro caso. Ilabia salido á la iglesia á confesar
que están en la cania morirá de esta enfermedad, aunque por falla de otro confesonario: y una persona muy espiritual
están en el estado que vemos. Preguntóle el compañero que allí estaba, vió que en un rincón de la iglesia estaban
cómo lo sabia, y respondió: Así me lo ha dicho quien lo muchos demonios con apariencia de diferentes fieras, los
puede hacer, y así sucedió; porque lodos recobraron la cuales salían á lenlar á los que estaban orando; mas a d -
salud. virtió que cuando el santo levantaba 6 volvía los ojos adon-
Dos años pasó en este colegio de Baeza con estos santos de ellos estaban, todos alropellándose huían á esconderse
ejercicios, y dejando aquella fundación bien medrada en en su rincón.
lo temporal y espiritual, se hubo de trasladar á Granada, El ano de 1583 hubo de acudir al capítulo que se cele-
con los oficios de difinidor general y prior de aquel con- braba en Lisboa, donde fué segunda vez electo en d i f i n i -
vento. Cuatro atios estuvo aquí continuando las maravillas dor segundo. Había entonces en un convento de aquella
desu gracia y los ejemplos de su virtud, con colmados grande ciudad una monja muy celebrada y lenida por
frutos de su espiritual enseñanza, en beneficio nniversal prodigio; lodo el mundo creía ser cosa del cielo: los capi-
de todos, así seglares como religiosos y religiosas. A su tulares como forasteros, siguiendo la voz pública, la iban
santo zelo y diligencia se debe también la fundación del á ver, celebrando sus dichos y hechos, y teniendo por re-
convento de las religiosas de esta ciudad : porque él la so- liquias algunas ensillas que les daba. Quisieron persuadir
licitó y la ejecutó: y se le conoce bien ser obra de tal al santo varón que no dejase de ver aquella maravilla;
mano; pues os uno de los conventos de carmelitas descal1- mas él les respondió: Anden, padres, ¿qnéquieren ver una
zas, que mas florecen en opinión y observancia. En el mujer ilusa? Callen, que presto descubrirá Dios el engaño:
convenio de sus frailes asentó estrecho recogimiento: y y así fiuS dedarando el suceso, que el santo padre fué el
como lo confirmase tan exactamente con su ejemplo, que que sin verla la conoció íiejor, pues se comprobé ser lodo
ni para pngir las visitas que le hacian salía de casa, le embuste del demonio. Este capítulo de Lisboa so concluyó
procuraron persuadir los religiosos que saliese alguna vez; después en I'astrana, habiendo venido de Genova el n u e -
porquo \Q' echab.in mónos los seglares. Itiiulióse- el santo vo provincial, y entonces se determinó que los difinídores
piTÍado á la itnporlunacion, y determinó visitará los se- fuesen también vicarios provinciales, cada uno en su dís-
ñores arzobispo y presidenle. Comenzó- pop este iVIlimo, y trilo. Cnpiéronle al santo difinidor-y vicario previneia! las
pidiéndole le perdonase el no haber hecho antes lo que casas de Andalucía. En este oficio, como mayor, despidió
debía; le respondió el presidente: Padre prior, m a s q u e - mayores tuces; la humildad, la observancia, la desnudez
remos á vuestra paternidad y á sus frailes en su casa, que y mortificación de subdito, lucieron mas siendo prelado.
en 1; s nuestras; porque con lo priniero nos edifican^ y con No admitió mas aparato que un jumentíllo, porque sus
lo segundo nos entretienen. Kl religioso relirado nos lleva fuerzas ya gastadas no le permitían andar á pié continua-
el corazón; y el que sale por salir, ni á nosotros ediGca, das jornadas: y aun este- alivio lo repartía con el compa-
ni para sí gana crédito.. No hubo menester mas para que, ñero, que era un hermano-lego, haciéndole á veces subir á
abreviando la plática, sin visitar al arzobispo, se volviese- caballo, y él se iba á pié como sirviéndole de mozo. N i n -
á su convento y refiriese el suceso muchas veces, para guna provisión llevaba por los caminos, íiándolo todode la,
persuadir á sus religiosos el total retiro y confirmarlos en Pro-videncia divina. En los mesones, y cuando por los c a -
él. También les persuadía mucho la viva confianza en Dios; mínense detenia á descansar, presto se apartaba, y des-
y su Majestad se la premiaba con maravillas: pues por pués lo hallaba el compañero puesto en oración y algunas,
dos veces que el convento se halló eon urgente necesidad, veces levantado en el aire. La auloridad^de los oficios ase-
les proveyó milagrosamorrie. Solia repetir muchas veces guraba con mayor humildad. Diciendo im-religioso delante
el sanio padr e : i O esperanza del cielo, que tanto alcanzas alguna gente, que el santo padre había sido prior en cier-
cuanto esperas! A la opinión que ya trajo de místico y es- to convento, respondió el santo: También en ese mismo
piritual maestro, acudieron muchas almas á su confesona- convento fui cocinero. Un prelado grave de cierta órden,
rio, y asimismo las religiosas de su nueva fundación, todas oyéndole alabar mucho el retiro y soledad, le dijo: Vues-
le reconocían por padre y le comunicaban sus almas como tra pfllernidad debe^ser hijo do algún labrador, pues tanta
maestro. Él los fué disponiendo de manera á unos y otros, inclinación muestra al campo; á que respondió el humilde
que recibiendo como, tierra buena su celestial doctrina padre: Aun-no soy tanto como eso, que mis padres fueron
fueron muy copiosos los frutos, y en el santo tan frecnen- unos pobres tejedores de buratos. Entrando en los c o n -
les las maravillas en conocer los interiores, en profecías ventos, los santificaba y alegraba con su presencia, y
y en echar los demonios de muchos cuerpos, que fuera con la grande luz del cielo que tenia, era maravillosa la-
nunca acabar el referirlos: solo diré una cosa-que aquí-le prudencia y discreción con que disponía y goberna-
sucedió, para que se vea por cuán invencible le tenían los ba las cosas de los particulares y de las comunidades; corv
demonios. Llegando á conjurar una endemoniada, en tanto que llenaba las prendas de un perfeclísimo prelado.
que el santo se apartó para encomendarla á Dios, ovó el
Amplificó su provincia, fundando nuevos.conventos. El
rompaficro que la mujer, hablando entre dientes, decía
primero fué el de Córdoba, en el cual le sucedió un g r a n -
con rabia: ; Que no pueda yo vencer este frailecillo 1 ¡ Que
de milagro; porque para edificar la iglesia, comenzaron á
no halle mi astucia modo para derriharle! ¡Que habiendo
derribar una pared vieja: socaváronla ^ " l o , que cayó so-
444 LA LEYENDA DE ORO. DÍA 24.
Lre la ccida en que estaba el santo padre, y toda la l i n n - dolé un evangelií), y poniéndole sus manos en la cabeza^
dió. Asustados todos, creyendo habría muerto al santo esluvo sana y al otro dia se levanló. Llevando las monjas
provincial, acudieron seglares y religiosos para deseu- para fundar en Málaga , dió María de Cristo lan peligrosa
lerrarle. Apartadas las ruinas, le hallaron alegre y sereno caída de la cabalgadura, que todos creyeron era muerta.
en un rinconcillo, sin lesión ninguna. IVegnnlárorrle cómo Esluvo un rato sin sentido , derramando mucha sangre de
había sido aquello. Respondió, que la de la capa blanca (así la cabeza | llegó el santo, y limpiándole la herida con su
llamaba á nuestra Seíiora ) milagrosamenle le hahia libra- pañuelo, sin otro beneficio, se levanló sana y prosiguió su
do da aquel riesgo. En Guadalcazar tuvo una grande e n - via je. Yendo olra vez de camino con su compañero el hei -
t'ennedad, y los médicos aseguraban que se moriría; pero mano Fr. Martin , y un hermano donado , llamado l'edro
el santo dijo: Malo estoy y mucho padeceré; pero no de Santa .María, dió este lan mala caída, que por muchas
moriré de esta; porque aun no está acabada de labrar la partes se rompió la canilla de una pierna. Lastimados los
piedra: y asi fué. Durante esta enfermedad, para aplicar- compañeros, y tratando de la cura , hallaren la canilla
• c ciertos remedios, le hubo de quitar el enfermero una hecha á pedazos y que sonaba como una caña muy cas-
cadenilla de hierro de agudas punías que (raía tan a.-iil.i á cada. Teníale la pierna el hermano Fr. Martin ; y siendo
las carnes, que por algunas parles no se veía. Quedóse con el médico el santo provincial , no le aplicó mas remedio
ella él enferinero : y aplicándola después de algunos aíios que un poco de su saliva, y alando la pierna con el pañue-
á un enfermo desahuciado, con una mortal modorra y ca- lo, le suhieron sobre el jumcnlillo. Llegados á una venia
len! ura, al punto estuvo sano y bueno, que al día siguien- dijo el santo : Aguarde, hermano, y le apearemos para que
te fué al convento á dar gracias á Dios por el benelicío. no .«e laslíme. Itespondió : ¿Qué es lastimar, padre nues-
Habiéndose dispuesto el fundar convenio de monjas en tro? Va no me duele la pierna ; y lenlándoia vió que es-
Madrid, se encargó la ejecución y el acompañar las luiida- taba sana. Salló en tierra, y se halló tan sano y sólido co-
doras al santo padre. Kn el camino, pasando par vado el mo ánles de la caída. Por milagrosa calificaban los dos
rio Guadiana, se vieron las monjas en gran peligro por hermanos la cura : pero el sanio padre, para deslumbrar-
llevar grande corriente; mas el santo provincial, siguién- los, les dijo : Callen a h í ; ¿qué saben ellos de milagros?
dolas con su jumentillo, la pasó tan sin él, que vieron a l - Mas viendo que no bastaba , les mandó con obediencia el
gunas de las monjas que iba senlado sobre las aguas, y silencio. Rematemos con olro caso de mayores circuns-
con nueva maravilla le vieron después salir lodo enjuto. lancias. Caminando en olra ocasión con el hermano Pe-
Kn la última jornada, para entrar en la corle sin registro dro de la Madre de Dios desde líaeza á Jaén, hubo de pa-
y sin concurso, salieron de Gelafe puesto el sol: con (pie sar un río : llegó al vado , y venia lan lleno , que los ar-
les cogió la noche en medio de la jornada : pero á vírge- rieros no se atrevieron á vadearle. Quiso también el sanio
nes tan prudentes y á padre tan ceñido, el cíelo les envió provincial quedarse con ellos; pero alumbrado del Señor,
lámparas, cercando el carro y lodo el acompañamiento con dijo al compañero se qued; se ; y él con el jumentillo so
un resplandor tan celestial, (pie dejando lo demás del entró por el rio. A poco trecho tropezó eljumenlo, y v i e n -
campo en su oscuridad, lesdarilicó el carril hasta entrar- do su peligro el santo padre , llamó á la santísima Virgen,
los en la villa. que acudiendo luego á socorrerle, le asió de las puntas
de la capa, y llevó sobro las aguas hasta dejarlo en la o r i -
Vuelto el santo á la provincia, fundó otro convento de
lla, con grande admiración de los que lo miraban. Salió
b ailes en la Mancha R e a l ; y al año siguiente, por expre-
¡ambien la cabalgadura : y volviendo á subir, á lodo cor-
sa revelación de Dios, fundó el do Caravaca : y yendo á
rer no paró hasta la venia que llaman de Doña María:
fiifidar otro en Bujalance, libró dos inujeres poseídas del
halló en ella un pasajeio mal herido con tres puñaladas
demonio ; y diciendo un día misa, le regaló el Señor mos-
que el bijo del huésped le había dado : admiró el sanio
trándosele cercado do un globo de luz que lodo lo rodeaha
padre la benignidad del Señor con aquella alma , y mas
y dejaba iluminado. Llegando después de la misa á la r e -
cuando llegándole á consolar, supo (pie era religioso pro-
ja pura hacer una plúlica á las monjas, todavía seconli-
feso do cierta urden, que andaba apóstala. Confesólo y
nuaba el resplandor tan á lo sensible , que entrando los
dispúsolo por espacio de dos horas; y al fin de ellas a r r e -
rajos por la reja, ¡os participaron las religiosas. Con estas
pentido y reconocido á Dios, espiró con grande y muy
luces profelicas conoció las linieblas que padecia en su
singular consuelo del santo confesor , considerando cuán-
celda una religiosa llamada Bárbara del Espíritu Sanio:
tos milagros obró nuestro Señor por la salvación de aque-
bízola llamar, y la dijo : ¿Cómo no me dice , hija, lo que
lla alma.
padece ? Pues ya que ella lo calla, yo se lo quiero decir:
y dicíéndüle punto por punió lodo lo que en su interior Mucho deseaba el sanio padre verse descargado de o f i -
padecia, la consoló , y aseguró que presto eslaria en paz. cios, por el grande amor que tenia á la soledad y reliro, y
Yió también en espíritu que las monjas de otro convento deseoso de tratar á solas con Dios ; pero aun no se lo per-
estaban divididas en la aprobación de una novicia, y las melía.su Majestad. Habiendo concluido la ocupación de
esrribíó que le quilasen el hábito, sin embargo que era vicario provincial, le hicieron segunda vez prior del con-
sobrina de un ebitpo. vento de Granada ; y aunque con muchas lágrimas lo r e -
Como el santo padre era como aquel árbol que vió san nunció, no quiso el capítulo adquirir sus ruegos. Rindióse
Juan, que lodo el año daba frutos, y sus hojas eran para á la carga el humilde padre , y prosiguiendo su gobierno
salud de las gentes, continuó también por este liempo sus con el acostumbrado ejemplo y crecido fruto de las almas,
milagros y maravillas en benelicío de las almas y de los sclenoló por este tiempo que sus hábitos y remiendos
cuerpos. Hallábase una religiosa con tan mortal acciden- despedían un olor celestial y peregrino. Llegó ocasión en
to, que ordenó el médico la sacramentasen muy apriesa. que á grandes instancias se hubo de rendir á mudar h á -
Elamaion al sanio padre para que lo hiciese; pero dícién- bito, y el que dejó se los vistió olro religioso, eslimándolo
DÍA n NOVIEMBRE.
por roliipiia, aunque bivn pobre. Al pntilo ecbó de si (al la penitencia y austeridad de vida. Redujo allí la suya ú
trtgnufá, que se persuadieron los demás que iba carga- una continuada tarea de retiro y oración. Las mañanas
do de olores. Kxcusábase el religioso con la verdad, y lle- gastaba en el coro y decir misa : las lardes, ó se salía por
garon á creerla , cuando quilándoseei bábilo el religio- aquellos montes á desabogar su espíritu en alabanzas
so , reconocieron lodos nacer de solo el bábilo la f r a - del Criador, ó las pasaba en su celda recogido, ya de ro-
gancia. Era el sanio aquel buen olor de Grislo de que se dillas, ya en cruz, orando y otros santos ejercicios . hasla
gloriaba el Apóstol; porque en lodo deseaba conformarse que la campana lo llamaba á los actos de comunidad. En
y asemejarse á Grislo crnciíicado , buiuillado y abalido: esla soledad se hallaba como en su centro , y ocupándose
por lo cual, continuamente y con muebas ansias le pedia tan sin embarazos en solo Dios, vivía tan abstraído de lodo
li es cosas : la primera ; que no le llevase de esla vida lo de acá, que no parecía hombre terreno, sino ángel h u -
siendo prelado: la segunda ; que le diese que padecer por mano, pío atreviéndosele los demonios de cerca, le arma-
su amor: y la lercera; que muriese babitando donde no le ron tan funesto nublado en el aire sobre lodo el sitm, que
conociesen : y se las concedió el Señor , como lo mostró en sus furiosos rayos , truenos y piedras parecía lo h a -
la experiencia y el mismo sanio padre lo dijo á su venera- bian de acabar lodo y hundir el convenio. Yiendoel santo
ble bermano Trancisco de Yepcs, y á otros, previniéndoles padre la turbación de los religiosos, y conociendo los a u -
que si lo viesen despreciado, abatido y cercado de dolo- tores que la causaban, saliéndose al medio del claustro, so
res, no lo extra fiasen ; porque los habia pedido al Señor quitó la capilla, y mirando al cielo, hizo con ella cuatro
y se los babia concedido. cruces hacia las cuatro parles del mundo : y al momento
Ya corria un aiio de este priorato, cuando se innovó el se dividió el nublado en otras cuatro partes , y á toda
gobierno délos Descalzos por autoridad apostólica, empe- priesa dejó el cielo sereno , desvanecida la tempestad y
zando á ser congregación, divida en diferentes provincias, confusos los enemigos; los cuales aunque quedaron v e n -
formando un supremo tribunal de vicario general y seis cidos, pero nó enmendados ; pues que va que no les salió
diíiiiidores. C;IJ ó sobre; el siervo de Dios la elección de d i - bien el aguo, trataron de valerse del fuego , y ver si po-
linidor primerc, y juntamenle de prior del convenio do drían abrasar con llamas al que no habían podido ahogar
Scgovia, donde babia de residir aquel grave tribunal, que con diluvios. Tenia el convento un pedazo de huerta y
llamaban consulla, con que á un tiempo se halló presiden- olivar cercado nó de paredes, sino de las mismas male-
te de la consulla (en nuseiicia del vicario general) y prela- zas del monte, y por defuera algunas haces de siembro.
do dfl convento ; y cu ambas ocupaciones resplandeció su Corriendo buen viento para desviar el fuego, quiso un
santidad, su sabiduría, su prudencia y su entereza , con hermano quemar los rastrojos que habían quedado de la
una admirable humildad y encendida caridad conque losa- siega : valiéndoselos demonios de la ocasión , presto r e -
zonaba todo. Dejando muchos casos particulares de profe- volvieron el viento contra la huerta y el convento , y e n -
cías, éxtasis y conocimiento de los interiores, y otras cosas cendieron tales llamas , que ya sin resistencia amenaza-
milagrosas que eran muy comunes en el sanio, solo reíe-- ban lamentable incendio de lodo el sitio. Asustados los
l ircmos aquí tres, que fueron mas notables. Todo el tiem- religiosos, llamaron al santo padre, el cual haciendo b r e -
l>o que estuvo en esta casa de Segovia , ¡idvirtieion , así ve oración delante del santísimo Sacramento, lomó el
religiosos como seglares, que le asistía una paloma muy hisopo y agua bendita, y se puso entre la cerca y el fue-
hermosa, que no se hacia con los demás, estando siempre, go, cuyas llamas pasando por encima del santo, llegaban
sobre la celda del santo padre. Conferido el caso entre los ya á lamer los sarmientos de la barda, con (pie á poco es-
religiosos, dijeron, que lo mismo babia sucedido en Gra- pacio perdieron al santo de vista. Pasmáronse lodos t e -
nada, y que adonde quiera que iba le seguía. Acostum- miéndole abrasado ; mas el santo padre, luchando con
braba el siervo de Dios en esla caso relirarse muchas v e - Dios y su oración contra el infierno , consiguió la victoria
fes á una cueva ó ermita que habia en la huerta ; y era que se comenzó á moslrar en dos maravillas singulares:
cosa maravillosa ver como solian entonces acudir allí mu- la prímei a, que emprendiendo el fuego en las jaras y sar-
chos pajarillos, y cantando dulcemente , le daban regala- mientos deque secomponia la cerca (á semejanza de la
das músicas. I'slando, linalmentc, una vez orando delante zar/a de Moisés), no los quemaba ni ofendía: la sefiimda,
de una imagen de Cristo con la cruz acuestas, le habló su que descaeciendo las llamas, vieron el santo padre en me-
.Majestad en aquella, y le dijo : ¡Fr. Juan ! Pero como el dio de ellas elevado en el aire, y que pisándolas, poco á
santo padre era tan espiritual, y estas haljias y revelacio- poco se fué bajando sin traer lesión en persona, ni olor de
nes sensibles las tenia por sospechosas, no hizo caso, hasla fuego en sus hábitos, viniéndose alegre hacia los religio-
que repitiéndose la voz segunda y lercera vez se puso sos, y dejando en todo el sitio ahogado el fuego y sus a u -
olcnto, y oyó que le decia : ¿qué quieres en premio de lo tores.
(pie por mí has hecho y padecido? A que respondió con Mucho edificó el siervo de Dios á toda la Iglesia con la
toda prontitud : Padecer, Señor, y ser menospreciado por sanlidad y virtudes de su santa vida ; pero nada menos la
vos. Kl llaco püiera honra y descanso ; pero el esfor- enseñó con su mística y justísima doctrina. Y porque en
zado caballero de Cristo pide penas y abatimientos en pre- esta soledad de la Peñuela le dióla última mano á sus es-
mio de sus humildes trabajos. critos, daremos aquí noticia de ellos. Muchos religiosos y
r.i ano de 1 ilGl acabó el oiicio de dilinidor, y queriendo religiosas de la Orden , admirando su celestial magisterio
el Señor cumplirle lo que tanto le habia pedido, dispuso místico , le l ogaron se los dejase escritos para bien de
que lo depiM'n sin oiicio alguno. Alegre el santo padre vién- muchas almas. Rendido alas instancias, escribiólos libros
dose desembarazado, se retiró en el convento de la Pe- siguientes : el primero , Subida del monte Carmelo : el
fmela, á seis leguas de la ciudad de Bacza, en Andalucía segundo. Noche obscura: el tercero. Cántico espiritual; y
por ser convenio solitario y eremítico , y en que llorecia el cuarto, Llama de amor viva. Trasladáronse después en
44G LA LEYENDA DE OKO. DÍA ^ .
varias lenguas, imprimiéndolos on lalin el P. Fr. Andrés | có cMiormano: ¿Es posible qne nada apelece vueslra r e -
de Jesús, natural de Polonia, y de la misma órden, aña- vorencia? A que respondió: Sola una, que son unosespár-
diendo oli os cuatro tratados menores: elprimero, Caute- ragos; pero en este tiempo 'era á fin de setiembre) no es
las espirituales contra los tres enemigos del alma: el se- posible hallarlos. Estando el compañero enesta aflicción,
gundo, Cai tas á diferentes personas: el tercero, Senten- y mirando al rio, vieron los dos dentro de él una peñutla,
ciario espiritual; y el cuarto, Devotas Poesías. Y aunque y encima de ella un manojo de espárragos mny frescos,
es ya muy conocida y pública la alteza y utilidad de esta atados con un mimbre. Sacólos el hermano: admirólos el
doctrina; dejando los muchos elogios que de ella escribie- santo, y por mucho que procuró disimular la maravilla, no
ron las mejores plumas, solo referiré el que los cardena- pudo negar habia sido milagrosa.
les Torres y Deti, para despachar los remisoriales para la Uegado á Ubeda, fué recibido del prior con poco agra-
canonización del santo padre, hicieron en esta forma: do, y con mucho de los demás. Pero el" camino de suerte
«Escribió libros de teología mística, llenos de celestial sa- agravó la enfermedad, que el humor, bajando á la pier-
biduría, los cuales anclan divulgados en diferentes r e i - na, al otro dia reventó por cinco bocas en forma de cruz,
nos con tan sublime y admirable estilo, qne juzgan todos dejando la mayor sobre el empeine del pié. De todas salia
no ser ciencia adquirida con ingenio humano, sino revela- tanta materia que llenaba las escudillas, y cundiendo por
da é infundida del cielo. Ks su lección muy provechosa todo el cuerpo hizo en él balsas de btinior corrompido, par-
para discernir las revelaciones verdaderas de las falsas,y ticularmente en ambas panlorrillas. Este accidente y con-
esforzar las almas en el camino y vidit de ta perfección. tinua calentura le causaron tal flaqueza que no se podiaro-
Por lo cual los qne leen estos libros comparan su doctrina dear en la cama, sino es asiéndose do una soga, y a y u -
con la de san Dionisio Areopagita.» Y el sefior cardenal dado de los enfermeros. A su rigor excedía su paciencia,
Ginclti refiere á la sagrada congregación el dicho del doc- y á todo la que mostró en lo recio de su cura. Abriéronlo
tísimo y venerable P. M. Fr. Juan Bautista Lezana, carme- desde el empeine del pió hacia arriba perla espinilla mas
lita observante, á quien se habia remitido la revisión de de una cuarta, de modo que se le descubrió la canilla de
dichos libros por estas palabras: «La revisión délos opús- lapierna, con tal lolerancia en el enfermo, que admiró al
culos del siervo de Dios, Juan de la Cruz, según la forma cirujano, á quien después dijo con alegre serenidad: Sies
de los nuevo? decretos que me encomendó la sagrada con- menester cortar mas, córtese muy enhorabuena,y hágase-
gregación, fué remitida al P. Fr. Juan Bautista Lezana, la voluntad de mi sefior Jesucristo; que yo estoy dispuesto
carmelita, uno de los consultores de esta sagrada congre- para lo que su Majestad mandare y ordenare de mf. A este
gación: por enya relación, qne presentó en escrito, consta^ dolor delcucrposc recreció á este segundo Jobel desagra-
que en dichos opúsculos no se halla cosa contra la féy bue- do del prior. Sus visitas eran de juez, sus palabras de apa-
nas costumbres, ni contienen doctrina nueva, ni peregri- sionado y sus obras tan de miserable, que no solo no te
na, ni ajena del común sentir y costumbre do la Iglesia; (fátai mas que un poco de carnero, sino que prohibía que
sino antes mas doctrina tan altamente sublime, que ape- de fuera le regalasen, diciendo que baslaba el lomar carne
nas se podrá hallar otra mas levantada, sino es en los có- para la enfermedad que tenia. Finalmente, por saber que
dices sagrados.» Todo esto se dice de los libros del santo esta sequedad la sentían y censuraban los religiosos, m a n -
padre: y nadie que los lea con humilde y verdadero deseo dó que ninguno entrase en su celda, echando la llave á su
de aprovecharse de su doctrina lo extrañará; porque ex- rigor y el santo á su sufrimiento. No pudo tan ejemplar pa-
perimentará los admirables frutos que causa en las almas ciencia y santidad conocida estar oculta mucho tiempo:
en el total desasimiento de las criaturas, y buscar y hallar publicáronla cirujanos y religiosos, con que se movieron
al Criador. muchas personas devotas á acudir at enférmo. Unas le e n -
viaban regalos, otras hitas y lien«os, y otras se encarga-
íbase el santo acercando á la corona de sus méritos: y
ron de lavarlos paños y vondns. Ya los religiosos habian'
para que fuese mas preciosa, la labró el Sefior nuevas pie-
avisado al padre provincial, que vino á toda priesa, é i n -
dras de penas y dolores en su última enfermedad. Envió-
formado del estado déla enfermedad y sequedad delprior,
le unas calenturas, qne presto le derribaron en la cama, y
después de haberle reflido ásperamente, dijo: Abran, pa-
originándose de ellas una grande inflamación á la pierna
dres, esas puertas para que no solólos religiosos, sino los
derecha, puso á lodos en cuidado. Avisado el padre p r o -
seglares entren á ver este especláculo de santidad, y que-
vincial, al punió euvió orden para que se ftiése á ornar á
den admiradosconsu admirable paciencia. Trueno y rayo-
Baeza óá Ubeda, y mandó al padre prior que luego lo eje-
fueron estas palabras del zelo y caridad del venerable
cutase y cuidase mucho del enfermo. Instaba el prior se
provincial, que juntamente atemorizaron y alumbraron afc
fuése al colegio de Oaeza, por ser casa mas acomodada y
prior, el cual comenzó á venerar al que ántes perseguía; y
el rector muy hijo del santo padre, y no al convento de
postrado á sus piés, no solo le pidió muchas veces perdón,
Ubeda, nuevo y maí acomodado, y cuyo prior estaba a d -
sino ejecutó sus consejos, y en adelante predicó sus ala-
verso al santo padre por haberle mortificado algunas de-
banzas. Queriéndole dar algún alivio, dispuso (rehusándo-
masías. Mas como él deseaba padecer, y halló en Ubeda la
lo el enfermo) un rato de música, y en tanto que duró, es-
ocasión: eligió el ir á aquella casa, en donde habia de
tuvo el santo tan suspenso, que vuelto en si, y preguntado
padecer mas y era rnénos conocido. Con el movimiento del
qué. le habia parecido de la música, respondió: No la oí,
camino creció la inflamación é iba con notable fatiga.
porque otra mejor me ha ocupado en este tiempo. Empeza-
Llegando á la puente del rio Guadalimar, le dijo el herma-
ba ya á gustarla del cielo, de la cual aíVadió: Saiiabor,
n o : A \ i sombra de este puente podrá vueslra reverencia
cum apparucril gl&ria lúa.
descansar un rato y comer un bocado. S< descansaré (res-
pondió el enfermo), porque llevo necesidad: pero tratar de Con otras maravillas acreditó aquí Dios la santidad de-
comer esexcusado, porque tengo total inapetencia. Repli- su siervo. La materia que salia de las llagas era tan dife-
iuA m mwmmv. 17
-j oníc de lasdemáís'iue no-solo no olía, sino que sabia bien. aquel abrasado serafín, A esta sazón dió el reloj las doce;
Tomandü el enfermero tina porcelana llena de la sangre y y sonando la campana del convento, preguntó, quélañian.
y maleria qne salió cuando le abrieron la piorna, viendo Respondiéndole que á maitines, pasó mansa y amorosa-
caán bien olia, dijo: Esta no es maleria; y bebiendo dos mente losojos por los presentes y por despedida Ies dijo;
tragos de ella, se le quitó un dolor de cabeza que padecía. Al cielo me voy á cantarlos: y poniendo sus benditos l a -
Encomiando otro religioso una escudilla de la misma ma- bios á los piés del crucifijo, y diciendo: Uimams t m s
teria, juzgando por su buen color y olor ser alguna salsa commendo spirilum ÍHCMÍH, cerrando la boca y los ojos, se
regalada, se la bebió toda con buen gasto, i a s señoras que lo enlregó dulcemente, sábado á la misma hora que habia
lavaban las vendas y patíos que servían al sanio padre, dicho, 14 de diciembre del año 1 1, á los cuarenta y
lesliticaron que leniao un olor celestial, y que su tacto les nueve de su edad, y veinte y ocho de religión, habiendo
caasaba inlenor consuelo. Lleváronles una -vez con la r-o- vivido los cinco primeros en la Observancia, y los veinte
pa del santo padre Ja do otro enfermo, y luego con el olor y tres en la Reforma: á la cual, habiendo sido el primero
conocieron no ser toda del santo, y por el diferente olor de ella, vióen sus dias dilatada en Espafta y en las Indias
pudieron apartar la una de la otra. También sucedió ÍIIOH- en seis provincias, y con vicario general propio de la f a -
cbas de eslas personas, que buscando en sus casas algunas milia.
cosas de regalo para si, no las hallaban; y cuando las bas- No dilató el Señor el dar testimonios de la gloria de su
caban para regalar alsanlo enfermo, luego se les venianá siervo.-En espirando, se sintió por todo el convento una ce-
las manos, cuidando Dios del alivio y asistencia de su fiel lestial fragancia; su rostro quedó muy hermoso y sonro-
amigo con tan singulares providencias. seado. Aunque llovia y hada mucho frío, acudió luego
Dos meses y ocho dias habían pasado, cuando crecien- tanta gente, que se hubieron de franquear las puertas del
do la enfermedad, desconfiaron todosdcla vida delenfer- convento á laguna de la noche; y llegándose todosá be-
mo. La víspera de la Concepción, que cayó en sábado, sarlelas manos y los pies, se tenia por dichoso e l que p o -
mandó el médico le diesen el viático: y alegre d í a n l o con día alcanzar alguna reliquia suya. Entreoíros llegó un
la nueva, d i j o : Lwlalus sum in his, qua dicta sunl mild: carpintero llamado Iruela, pidiendo á grandes voces lo
indomum Domini ibimus. Mas como sabia mejor que el dejasen veral santo; poique en aquel punto le habia l i b r a -
médico, no solo eldia sino también la hora en que habia do de un grande peligro de cuerpo y alma. A mas de estos
ile morir, dijo, que se difiriese hasta su tiempo. El jueves en espirando se apareció á su grande bienhechora doña
.siguiente lo pidió diciendo no durarla mucho. Pidiéronle Clara de Benavides y á Luisa déla Torre, mujer de g r a n -
les repartiese sus alhajas, que eran hábito, rosario, b r e - de virtud, que arrebatada en espíritu le vié con el rostro
viario y correa; y respondió: Yo soy pobre; esa acción es muy resplandeciente, que sustentaba sobre sus hombros
del prelado; al cual pidió de limosna un hábito y un poco aquel convento de Ubeda. Ea Segovia apareció á Beatriz
de tierra en quo enterrarse, perdón de los enfados de la del Sacramento, religiosa de su árdea, con el hábito cha-
eafermedad, y á los demás de los descuidos que habia te- peado de joyas fle oro y sembrado de estrellas, con una
nido, siendí> subdito y prelado. Animándolos á todos á la hermosísima corona en la cabeza; y la dejó del todo sana,
observancia de su profesión, le interrumpieron las l á g r i - estando antes tullida. En la misma ciudad de Ubeda, años
mas. Viernes 13 de diciembre, dia de santa Lucía, p r e - después obró una singular maravilla. Por mayo habiéndo-
gimló qué dia e r a : y sabiendo que viernes; ya no pre- se formado una terrible tempestad y nublado formidable,
guntó mas por el dia sino por las horas: y como le pidie- y acudiendo muchos á implorar su patrocinio, fué visto á
sen la causa, añadió: Helo preguntado; porque, gloria á la luz de los relámpagos con su hábito de carmelita des-
mi Dios, tengo de i r esta noche á cantar maitines al ciclo. calzo, que luchando con las nubes, las desbiao y apartó do
Llegándose después el venerable provincial, quiso alen- los términos de la ciudad.
tarle acordándole lo que habia trabajado porlá reforma; Al entierro acudieron sin haberles convidado, así el cle-
inas el humilde padre tapándose los oidos con ambos m a - ro, religiones y caballeros, como de los demás, tanta m u l -
HOÍ, le dijo: No me acuerde vuestra reverencia sino mis titud, que no cabian en el convenio ni en la calle. Con
muchas culpas y pecados; y solo tengo para satisfacer por harto trabajo le sacaron á la iglesia, donde sin poderlo re-
ellos, la sangre y merecimientos de Jesucristo. mediar, le cortaron muchos de sus hábitos. El P. Fr. Do-
A las cinco déla (arde recibióla csitrcmatincion: á las mingo de Sotomayor, hallándose presente, intentó su d e -
mieve, habiendo preguntado y sabido qué hora era: es- voción cortarle un dedo; y retirando el santo la mano, le
clamó:,¡Qué aun me faltan tres horas! añadiendo: IMOIU- cayó encima desmayado. Llegando á besar el pié un r e -
tus waupr&hngaius est. A las once y media pidió llama- ligioso de otra religión, con los dientes le arrancó una
sen al padre provincial y á todos los religiosos, «abiendo uña. Enterráronle entonces en tierra; pero el cielo dió
acudido, se hincaron todos de rodillas, y le suplicaron les bastantes muestras de que merecía mas glorioso sepulcro,
echase su bendición; pues les dejaba con su ausencia tan con las luces que se vieron salir de la sepultura. A los
desconsolados. Excusábase el santo, pidiendo al padre nueve meses se descubrió el santo cuerpo, y luego se per-
provincial se la echase su reverendísima, pues era prela- cibió una grande fragancia, y hallaron el cuerpo entero y
do de todos. Al fin al ruego del provincial y lágrimas de fresco; quisieron cortarle un dedo; y al punto salió sangre,
todos, se hubo de fendir, y les echó su bendición: des- como si estuviera vivo. Al año siguiente fué trasladado se-
pués de esto pidió le leyesen algo del libro de los Canta- cretamente á Segovia; pero cuando Ubeda lo supo, sintió
res : y en el punto de las doce, le rodeó tm globo grande tanto el despojo, que negoció breve de Clemente Y H I , ano
de luz como de fuego resplandeciente, cuya claridad ofus- de 1506, para que se le restituyese. Los prelados de la
caba unas veinte luces que ardian en el altar y celda. En religión, para excusar competencias entre tan ilustres
medio de la celestial llama se veía estar como ardiendo ciudades, lo compusieron dividiendo entre ellas el santo
448 LA LEYIÍNDA Dlí ORO. DIA 24.
cuerpo; á Ubeda le cupo un brazo y las dos piernas; y á mandó á dos verdugos que á golpes le hiriesen la caluva:
Segovia la cabeza con lo restante. ejecutóse esta sentencia con tal crueldad, que llegó á des-
Prosiguiendo después el santo en hacer muchos milagros cubrírsele el casco desnudo entre lo.> cabellos. Ella conti-
y prodigios, dando especialmente salud á muchos enfer- nuaba siempre confesando á Jesucristo, y entonces, medio
mos ya desahuciados, y hechas las dchidas informaciones muerta, fué entregada ásu hermano para que la curase, y
y procesos, á los 6 de octubre de 1 6 T i la santidad de habiéndola inslrnido en su ley, la volviese al tribunal si no
Clemente X mandó se publicase el decreto de su beatifica- so determinaba á seguirla. Heslabíecida Flora de sus he-
ción, como se hizo: y reducida después dicha beatificación ridas, so escapó de su casa y so fué á un lugar*del reino
en forma de bula, la despachó su santidad el afio siguiente de Jaén, donde permaneció oculta haMa la é|ioca do su
de 73, á 2o de enero. Fué después canonizado á 27 de d i - martirio. Kn este combalo y victoria fué acompañada de
ciembre del año de 1726 por la santidad de Benedic- otra doncella llamada María, religiosa del monas!eiio de
to XUI, de la sagrada órden de Santo Domingo: y á 22 (luteclara. Ambas se presentaron á un mismo tiempo, y
de marzo de 1732 la santidad de Clemente XI concedió sin saberlo la una de ta otra, al juez en Córdoba, que des-
por toda su religión rezo y misa, todo propio del santo con pués de haberlas oido, las mandó encerrar en una dsem a
rito de primera clase y con octava; trasladando ó antici- cárcel. En ella encontraron al glorioso san Eulogio, qmí las
pando el dia de sn fiesta, y mandando que de allí en animó y consoló, y escribió para fortalecerlas sn libro t i -
adelante se celebrase el dia 2 í de noviembre, así como tulado: «Aviso délos mártires.» Varias veces las llamó
ímles se celebraba á los 14 de diciembre, dia en que m u - el juez ásu presencia ; pero nunca pudo conseguir airan-
rió el santo: lo cual se hizo para que se pudiese rezar con carlas de su propósito. Al fin las dos esclarecidas esposas
octava ! porque desde el dia 17 de d i n e m l r e hasta el dia
de Jesucristo fueron sentenciadas á muerte; Flora pÉdeció
de Navidad, sogun las l úbricas del breviario romano, de- primero, y á ambas las corlaron la caheza con e! alfanje;
ben cesar todas las octavas. álas tres do la tardo do tm mártes, dia 2 í do noviembre
* SAN GtiESCENCiA.NO, MÁIITIB.—Era este santo natural de del aílo 8 o I . Los sagrados cadáveres quedaron allí lodo
liorna y compañero del papa san Marcelo. Padeció el mar- aquel dia, y al siguiente fueron arrojados al Gnadalquivir;
tirio junto con este sumo pontífice, en la misma ciudad de pero poco después los cristianos hallaron las dos cabezas,
Roma el año 309, en tiempo del emperador Diocleciano. y las depositaron en la iglesia de San Acisclo, de donde
las trasladaron posleriormenlc á la parroquia de San Pedro
SA!VTA FIRMINA, VÍRGEX Y MÁRTIR,—Fué hija de C ilfurnio
de la misma ciudad de Córdoba. Su fiesla fué desde luego
prefecto de la ciudad de Roma, y abrazó la religión cris-
muy colebrada en España, y por su inlercesron so ohraron
tiana á vista do los milagros que obraban los santos confe-
muchos milagros.
sores. Hallándose en Amelia, en el ducado de Espoleto,
durante la persecución de Diocleciano, fué presa y condu- SAN FELICÍSIMO, MÁRTIR.—Fué de Perngia on Ualin, y
cida al tribunal del juez; pero á pesar de sus pocos afios, Procopio lo llama príncipe de los etruscos de la misma
no pudieron doblar su constancia en confesar la divinidad ciudad. El cardonal Baronio, ignorando la época en qm;
de Jesucristo. Padeció varios y crueles tormentos, y por padeció martirio, habla de él en el siglo Y.
fin la colgaron y abrasaron con hachas encendidas, en ca- SAN PROTASIO, OBISPO Y CONFESOR. —Fué obispo de Milán
yo suplicio entregó su espíritu al Criador. Su muerte la fija en el siglo IV. Su sabiduría y virtud lo hicieron estimar
Baronio en el año 303. hasta do los herejes, que le temian como á un adversaria
SAN ALEJANDRO, MÁRTIR.—Nació en Corinto, cuya c i u - formidable. Trabajó incesantemonle en favor do la doctri-
dad ennobleció también con su preciosa muerte. En tiempo na católica; asistió al concilio ileSirdisen Iliria, celebra-
del emperador Juliano el Apóstata, fué encarcelado por do en 347 á instancias del emperador Constancio, y en él
negarse á dar culto á los ¡dolos, y después de haber pe- defendió con notable zelo la causa de san Atanasio, p r o -
leado gloriosamente, fué degollado en la misma ciudad poniendo una porción de cánones que indignaron de ta!
por órden del presidente Salustio, el aíío 3 6 1 , modo á los herejes, que so separaron del concilio. Toé
LAS SANTAS FLORA Y MARÍA, VÍRGENES T MÁRTIRES.—En elmuy amigo del emperador, del papa Julio I y de todos los
reinado de Abderramen I I , floreció en Córdoba una don- mas grandes prelados de aquel siglo, y murió en paz en
cella llamada Flora, hija de padre moro y enemigo de la su diócesis, el año 338, por el mes de noviómbre, siendo
ley evangélica. Su madre, que era cristiana, la instruyó su sepulcro glorioso on milagros.
en la verdadera religión. Era Flora lá menor de sa familia, SAN ROMÁN, PRESBÍTERO Y CONFESOB.—San Gregorio de
hermosa, de lindo ingenio y prudencia, y Dios reinaba en Tours, on el libro de Gloria con/"., cap. 46, dice que vivió
su casto corazón. En medio de sus deudos, vivía como pe- on la misma ciudad de Tours on tiempo de Toodúrico el
nitente, pues escondia con disimulo su comida y la daba tirando, y que dió sepultura al cuerpo de san Martin su
á los pobres. En todas las cosas la guiaba lá mano del Se- maestro. El Martirologio romano añade, que la santidad
fior por la senda de la profesión evangélica; pero en sus de su vida se comprobó con la gloria do sus milagros. Mu-
santos propósitos se veia casi siempre contrariada por un rió el año 385.
hermano suyo, que al fin acabó por perseguirla y dela- SAN PONOIANO, ABA».—Pasó los primeros arios de su vida
tarla al juez mahometano. Llamóla éste á sí, y la preguntó en la esclav itud, y cuando obtuvo su libertad, tomó el hábito
.si era cierto que hubiese renegado de su ley ; pero ella religioso en un monasterio de Auvernia, del cual llegó á ser
contestó con varonil esfuerzo: Nunce he conocido á Maho- abad. Su amor por la penitencia fué extraordinario, no
ma; solo á Jesucristo conozco desde mi nifiez; en su ley siéndolo ménos su perfección en todas las virtudes. Cuan-
he sido criada, á él solo adoro por Dios, y le tengo dado do Tierri, rey de Austrasia, invadió la Auvernia, Porciano
mi corazón como á Esposo mió, consagrándome á él en fué á verle para pedirle la libertad de todos los prisione-
perpetua virginidad. Enfurecido el juez con esta respuesta, ros : el príncipe lo recibió con respeto y le concedió lo que
DIA 2 NOVIEMBRE. U9
pedia. Venerado y querido do lodos, llegó á una edad muy pañada de (an peregrina honestidad y rara modestia: lle-
avanzada, y acató el curso de sus días el año iÜO. góse á Maximino; y con grande liberfiid le dijo la cegue-
dad en que estaba, por ofrecer sacrificios á ídolos y se-
mejanzas de hombres, sujetas á pecados y vicios, y en
DÍA t s ;
llevar tras sí á todo aquel pueblo ignorante, á quien é l ,
SANTA CATALINA, VÍIIGEN Y MÁRTIR.—la iluslrisima v i r - como cabeza y príncipe, estaba obligado á desengañar y
gen y mártir santa Catalina nació en Alejandría de Egipto, poner en buen camino : que lo que le convenia era cono-
desangre real, y füé dotada de todas las gracias que en cer al verdadero Dios que le había criado y dado el impe-
una mujer se pueden desear. Era hermosa por todo extre- rio, el cual, con ser Dios inmoríal, se hizo hombre por
mo, y juntamenle honestísima: era avisada y de alto e n - nosotros, y por su voluntad murió en una cruz para librar-
tendimienlo, y muy enseñada en todas las letras de filo- nos de la muerte merecida por nuestros pecados. Turbóse
sofía y humanas, que en aquel tit;mpo florecían en !a c i u - el emperador oyendo las razones de santa Catalina y es-
dad de Alejandría. El obispo Equilmo dice, que ánles que tuvo algún ralo sin poder responder ; y al fin la dijo que
se bautizase, tuvo un sueño y revelación, en que se le apa- le dejase acabar su sacrificio, porque después ¡a respon-
reció la sagada Virgen María nuestra Señora con su pre- deria. Mandóla llevará su palacio, y acabada la solemni-
cioso Hijo, niño de extremada belleza, en los brazos, y dad se fué á ver con e l l a ; y teniéndola en su presencia la
que la madre le ofrecía á su hijo; y el bendito niño la dijo: Dínosahora, ¿quien eres y qué palabras fueron las
desecliaba y se extrañaba de ella, diciendo que en sus ojos que hoy hablaste? Respondió la santa doncella: líien c o -
no era hermosa aquella doncella, porque no era bautiza- nocido es mi linaje en esta ciudad: llamóme Catalina, he
da. Despertó Catalina, y entendiendo lo que le faltaba, y gastado mi vida en esludios de retórica y filosofía; pero
que no era digna de ver el lienuoso rostro de Jesucristo, de fe que me precio mas es de ser cristiana y lener por
se hizo cristiana y se bautizó. Tornóle á aparecer Cristo esposo á Jesucristo, verdadero Dios y verdadero bombre.
de la manera que primero; y regalándola y haciéndola De aquí comenzó á darle razón de sí y de su fé con (an
grandes favores éa presencia de su sacralísima Madre y singular sabiduría, elocuencia y gracia, que el emperador
de muchos ángeles y santos del cielo, se desposó con ella abobado la estaba mirando, admirado de ver su incompa-
y la dió el anillo, como á verdadero esposo suyo. Despertó rable hermosura y oír la fuerza y peso de sus razones, á
de su sueño la gloriosa virgen, y halló un anillo en su de- las cuales él no supo responder; y entendiendo que para
do. Todo esto refiere esle autor: y así algunos suelen pin- convencer á Catalina era menester mas ciencia que la
tar á santa Catalina con Cristo en los brazos de su madre, suya, mandó llamar de todas las partes de su imperio á
que le pone el anillo en el dedo y la toma por esposa, líl los varones mas sabios y elocuentes que en ellas habia,
resto de la vida y martirio de esta esclarecida virgen se para que disputando con la sania doncella la convencie-
ha de lomar de Simeón Mctafrastc, que la escribió copio- sen; y entretanto la mandó poner en guarda dentro de
samente, y la refiere Lipomano y el P Fr. Lorenzo Surio su palacio. Vinieron cincuenta hombres muy sabios, g r a n -
de esta manera. Imperando en Ol iente Maximino, hombre des filósofos y oradores, por mandado de Maximino, para
tan fiero y bárbaro, que no tenia sino el nombre de b o m - entrar en disputa con la sania virgen: y puesto caso que
bre, y estando en Alejandría, mandó publicar un edicto en cuando supieron la causa de su llamamiento y venida,
esta forma: «El emperador Maximino, á lodos los que es- quedaron corridos por parccerles que no convenia á su
tán debajo de nuestro imperio^ salud. Habiendo nosotros reputación el hacer tanto caso de una mujer, que por g r a n ,
recibido grandes beneficios de la benignidad de los dioses, de enlendimienloqueluviese, por mucho que supiese, en fin
juzgamos, que en reconocimienlo de su gran liberalidad lenia entendimiento y ciencia de mujer; y se lo dieron á en-
debemos ofrecerles sacrificios: y por tanto os exbortamos tender al emperador; mas después que disputaron y fueron
y mandamos, que vengáis á nuestra presencia para que convencidos de santa Catalina, sin saber qué responder,
mostréis con las obras el amor y reverencia que tenéis á quedaron mucho mas afrentados y corridos, y entendieron
nuestros grandes dioses: avisándoos que el que no obe- que la ciencia humana no puede resistir á la sabiduría d i -
deciere á este nuestro mandato y siguiere! otra religión vina, ni el enlendimicnlo del hombre al espíritu de Dios.
contraria á la nuestra, demás de perder la gracia de los Juntáronse los cincuenta filósofos en un lugar, y concurrió
dioses inmortales, caerá en nuestra indignación y lo pa- toda la ciudad á un espectáculo tan nuevo y maravilloso,
gará con la vida. en que cincuenta- hombres tenidos por la flor de todas las
universidades y como unos oráculos de sabiduría, habían
Publicado esle edicto, toda la ciudad de Alejandría de disputar con una doncella de diez y ocho años en mate-
se llenó de gente, que de diversas partes concurrían á ria de letras y de religión, y en presencia del mismo e m -
ofrecer sacrificios, y todos los altares y templos estaban perador. Mas un ángel del Señor apareció á la santa vir-
bañados en sangre de los animales que se mataban y sa- gen y la dijo que no temiese; porque Dios ledaria sabidu-
crificaban á los demonios, de lo cual el emperador estaba ría del cíelo, á mas de la que ella habia alcanzado con su
muy ufano y contento. Supo esto santa Catalina: y m o - buen estudio y diligencia, y que tendría victoria de los
vida del amor de su dulce esposo Jesucristo, determi- cincuenta filósofos y les persuadiría lo que quisiese; y á
nó por sí misma hablar al emperador, y reprenderle de ellos y á otros muchos converliiia al conocimiento de Dios
aquel desatino, con que engañaba aquella gente ciega, y porelcualmoririan, y ella después seria coronadademar-
]a llevaba tras sí al infierno. Acompañada, pues de^nut- (irio. Muy alentada quedó la santa doncella con este rega-
chos criados, fué al templo, donde á la sazón estaba el lo y favor del Señor: entró en la pieza donde estaba (oda
emperador, y con su licencia entró en él, y le avisó que aquella compañía: y uno de los filósofos, el de mas n o m -
le quería hablar. Todos quedaron admirados de ver el bre y que era tenido por mas letrado que todos, con algún
rostro de sania Catalina, mas angélico que humano, arom-
TOMO m , - 57
450 LA LKYKMU DE OUO DIA 25.
desden y niofíi, lorciendo el rostro la d i j o : ¿KITS tú la que de entrar en batalla y dar la vida por é l : y así con un
injurias con palabras atrevidas y iiljrcs á nuestros dioses? rostro amoroso y blando los consoló y animó, diciendo quo
Yo soy (dijo Catalina), aunque nó con palabras atrevidas tuviesen por cierto que Dios los perdonaba; pues por su
y libres como tú dices, sino con razones ciertas y verda- amor tenia mas cuenta con el Rey del cielo, que con el
deras. Comenzó luego el filósofo á proponer sus a r g u - de la tierra, y que el fuego les servicia de bautismo y p u -
mentos en favor de sus dioses, fundados en los magnífi- rificaria sus almas, para que limpias y puras fuesen lue-
cos títulos y renombres qnc los poetas les atribuyen, á go presentadas ante el divino acatamiento, en donde r e -
querer probar que Cristo no era Dios; porque habla sido cibirán el precio de aquel suplicio y la corona inmortal
crucificado, y ninguno de sus poetas ni filósofos le tenia de tan gloriosa victoria. Con estas palabras quedaron ellos
por tal ni hacia mención de él en sus escritos: pero la sa- confortados: y haciendo muchas veces sobre si la serta 1
pientísima virgen deshizo todos los argumentos del filó- de la cruz, y nombrando á Jesucristo, fueron puestos entro
sofo, probando por buena filosofía y por razón natural que las llamas y dieron sus almas á Dios. Después algunos cris-
no puede haber mas que un Dios, artífice y autor sobera- tianos secretamente fueron á recoger sus santas reliquias,
no de todo lo criado; y aunque, los dioses que ellos ado- y hallaron los cuerpos tan enteros y sin lesión que ni un
raban no lo podian ser por haber sido hombres viciosos y cabello les falló. Con esle milagro mostró Dios cuán acep-
abominables, y de quienes sus mismos poetas muchas v e - to le habia sido el sacrificio que estos sabios le hicieron
ces dicen grandes maldades; y que puesto caso que los de sí mismos, y muchos gentiles se convirtieron á la fé,
poetas, como vanos, no hablan de Cristo; pero que las S i - por la cual ellos habian dado sus vidas. Pues ¿quién no
bilas, que ellos mismos reverenciaban como á mujeres ve en este hecho la sabiduría, poder y grandeza de nues-
alumbradas con el espíritu del cielo, habian hablado alti- tro Dios? ¿Y cómo por una mujer Haca humilló á los so-
simamenle de é l , y mucho antes que acaeciese, habian berbios, confundió á los emperadores, derribóla altivez
escrito, que habia de ser preso por envidia y muerto de su del mundo, alumbró á los ciegos, é hizo que los que antes
mismo pueblo, y que habia de resucitar.y subirá loscielos, persegnian la verdad, fuesen perseguidos y muriesen por
y juzgar los vivos y los muertos, citando los lugares de ella con alegría y contenió? Muy congojado y rabioso que-
dó Maximino con esto suceso, y con gran deseo do atraer á
cada una de las Sibilas con tanta claridad y eminencia,
su voluntad á santa Catalina, y por bien ó por mal hacer-
que el filósofo, ántcs orgulloso é hinchado, quedó confuso
la sacrilicar á sus dioses. Parecióle primero llevarlo por
y persuadido de todo lo que la santa virgen le d c i i a ; por-
blandura, y ver si con caricias y ofrecimientos podra ablan-
que ella hablaba con tanta majestad y con tan rara elo-
dar el constante pecho déla virgen. Hízola grandes pro-
cuencia, gracia, mesura y fervor de espíritu, que se echa-
mesas, habló con amor fingido de padre, y usó todo el
ba bien de ver, quo aquel era negocio de Dios y que la sa-
arliíicio que supo para persuadirla lo que pretendia: mas
biduría de santa Catalina no era humana sino divina, á la
como lodo esto no hiciese mella en el corazón de la biena-
cual no se puede resistir. Quedó atónito el emperador: y
venturada virgen, porque estaba llagado del amor do su
como v i ó q u e c l filósofo (laqueaba, mandó á los otros fi-
dulce Esposo, convirtió las dulzuras y halagos en espantos
lósofos que le ayudasen y saliesen en campo con la santa
y amenazas, diciéndola que la mandarla dar cruelísimos
virgen ; pero ellos no lo quisieron hacer así porque aquel
tormentos, á lo cual santa Catalina respondió: Haz lo quo
filósofo era el mas famoso y eminente cnlrc lodos, como
quisieres; que tus tormentos por crueles que sean, se aca-
porque las razones de la santa los habian convencido y
barán, y el premio de ellos durará para siempre; y espero
rendido de tal manera , que no lenian que replicar: y asi
en Dios, que mucha gente de lu casa y palacio se ha de
iodos á una voz respondieron al emperador, que en aijucl
salvar por medio mió. Esto dijo la santa, y Dios se lo otor-
filósofo y companero suyo ¡que era el mas sabio) lodos
gó. Con esto el emperador, desconfiado que sus ártes y
habian sido vencidos, y lodos con él confesaban que mañas no le habian de valer, la mandó desnudar y azotar
aquella doiicellíi decia verdad; y que ellos hasta aquel con nervios crudos de bueyes. Desnudaron á la purísima
punto habian estado ciegos en adorar por dioses á los que doncella, que para ella fué grandísimo tormento, y los
no lo eran, y que solo habia un Dios, que era Jesucristo, crueles verdugos comenzaron á descargar golpes en aquel
á quien Catalina confesaba y adoraba, y lodos con ella cuerpo tierno y delicado, y dos horas estuvieron hiriendo
confesaban y adoraban. No se puede fácilmente creer el sus carnes mas blancas que el alabastro, dejándolas m a t i -
furor y rabia que de oir oslo Maximino recibió, y como zadas con su sangre, y causando en los presentes tanta
de suyo era arrebatado y furioso, luego mandó que se en- lástima que derramaban muchas lágrimas. La virgen es-
cendiese una grande hoguera, y que en ella todos los c i n - taba con tanto esfuerzo como si su cuerpo fuera de piedra;
cuenta filósofos fuesen quemados. Encendióse la hoguera, aunque los arroyos de sangre que de él sallan mostraban
y luego que ellos la vieron, se echaron á los pies de la que era de carne. Después de este tormento la pusieron en
sania virgen, rogándola con lágrimas, que suplicase a Dios una cárcel oscura, con muchas guardas y órden que no se
que les perdonase los pecados que contra él, como ciegos, le diese cosa alguna de comer, pero cu doce dias quo allí
habian cometido; porque ya alumbrados con su luz es- esíuvo, el Señor la proveyó, enviándola ángeles quola v i -
taban prontos para recibir el bautismo y morir por él. La sitasen, curasen y regalasen, y una paloma que la traia
gloriosa santa «e regocijó en Dios cuanto pensar se puede, cada dia lo que habia de menesler para su sustento. Allí
por ver que la verdad triunfaba de la mentira, y la cris- á la cárcel vínola emperatriz á visitar á santa Catalina,
liana sabiduría déla vana filosofía, y el verdadero y solo admirada délo que oia decir de su extremada belleza, sa-
Dios, do la chusma de los falsos dioses; y que aquellos biduría, fortaleza y constancia en los tormentos. Vino de
hombres que ántcs tenia» nombre de sabios, y ahora lo noche, acompafiada de un capitán del emperador, llamado
eran de veras, se juntaban á Cristo (que os la eterna Sa- Porfirio, y de otros soldados: entró en la cárcel la empe-
biduría del Padre), y como buenos soldados no dudaban
ni A 2 5 . NOVIEMBRE. . 4,1
ratriz, Iihbló con lu santa doncella, y con su plática quedó tianos : cumpliéndose lo que la santa virgen babia dicho,
tan alicionada á ella y tan herida del amor de Dios, (\m que algunos de la casa del emperador por medio suyo
recibió ta fé y se bautizó, y lo mismo hizo Porfirio y otros alcanzarían la salud cierna. Aceptó la emperalriz con ale-
doscientos soldados, ofreciéndose á morir por Cristo siem- gría la sentencia de su muerte , y habló con la preciosa
pre que tuviesen ocasión: y aunque la emperalriz lemia su virgen santa Catalina , y con gran devoción y ternura lo
flaqueza para padecer tormentos, la santa virgen la animó pidió que rogase á Dios por ella, para que la diese su f a -
á sufrirlos (si fuese menester) con alegría, diciéndola que vor en aquel trance : y ella la dijo : No temas , vé , que
Cristo estaría en su corazón y la daria esfuerzo y valor pa- Dios es contigo y reinarás con él para siempre. Oyendo
ra pasarlos, y después por premio corona de inmortali- estas palabras, se despidió la emperatriz, y se ejecutó con-
dad. Aquí en la cárcel apareció Jesucristo á su dulce es- tra ella y contra Porfirio y sus soldados íá sentencia del
posa Catalina, y la dijo que no temiese, porque él estaba tirano : el cual quedó tan encarnizado y relamiéndose en
con ella y él tormento no la dañaria; y que después de la sangre de su mujer y de sus criados que habia d c i r a -
haber Iraido á muchos con su ejemplo á su conocimitMifo, mado, que mandó degollar á santa Catalina, vista su per-
ella recibiria el gal trdon de la retribución eterna. Pasados severancia y que no tenia esperanza de persuadirla lo quo
los doce dias, entendiendo Maximino que aun vivia l a s a n - deseaba. Luego que se publicó la cruel sentencia del t i r a -
la, y que la falta de mantenimiento en tantos dias no la no contra la esclarecida virgen, concurrió (oda la ciudad,
habia quitado la vida, la mandó traer otra vez delante de hombres, mujeres, señores y señoras, viejos y mozos al
sí, y viéndola no solamente viva sino sana y resplandecien- lugar del suplicio. Cuando llegó á él la santa doncella, y
te, y con la misma hermosura y gracia que tenia antes de vieron su gracia y compostura, muchos tiei namente llora-
ser atormentada, quedó atónito y pasmado, y hablóla man- ban de lástima , mas ella estaba muy alegre en su alma y
samente para engañarla, y dfjola que el conocia que por en el rostro parecía un scníin , y alzando sus serenos
sus prendas ella era digna del imperio, y por aquella ex- ojos y levantadas sus manos al cielo, hizo oración á Dios,
tremada belleza de ser reina del mundo. Conoció luego la haciéndole gracias por las misericordias que siempre le
sabia doncella el lazo de Satanás, y dijo al emperador que habia hecho, y especialmente por haberse dignado de r e -
no hiciese caso de la hermosura del cuerpo, que como cibirla en holocausto y sacrificio, ofreciéndole la sangre
flor se marchita y seca, sino de la del alma, que siem- que por él derramaba como prendas de su lino y verdade-
pre florece y dura, y es la que tiene los santos en el cie- ro amor. Suplicóle que recogiese puro y limpio su espiri-
lo. Finalmenle, después de otras pláticas que la gloriosa tu, y que no permitiese que su cuerpu viniese á manos do
virgen y el emperador tuvieron entre si, combatié.idola aquellos verdugos. Pidióle que todos sus devotos , y los
el tirano con su astucia, y ella resistiendo con inci eihle que se acordasen de alia y la invocasen en sus necesida-
valor y espíritu, viendo q«e ninguna cosa le aprove- des, fuesen de el favorecidos y les otorgase lo que le pe-
chaba, mandó el tirano hacer una maquina de cuatro dii-iim, si fuese conveniente para su salvación, y quo
ruedas sembradas de clavos y puntas agudas do tal ma- alumbrase á todo aquel pueblo , que alli estaba, y le tra-
nera encajadas y trabadas enlre sí, que puesta la virgen jese á su conocimiento y amor. Dicho esto, uno de los sol-
en una de ellas, y moviéndose aquella rueda , fuese des- dados ta hirió y cortóla cabeza, corriendo de la herida le-
pedazado su cuerpo con aquellos lionihles inslriimcnlos. che en lugar de sangre. Y para queso sagnulo cuerpo n o
Ataron á la valerosa virgen á la rueda, y comenzaron los viniese á manos de aquello? sayones (como ella lo había
sayones á moverla ; pero no la desamparó su dulce Kspo- deseado; los ángeles la llevaron al monte Sinai , y alli le
so en este tormento ; porque súbitamente un ángel del Se- sepultaron, y de él mana un licor suave y eficaz para la
fíor la desató , rompiendo las ataduras con que estaba salud de todas las enfennedades ; y después el emperador
atada, y desbarató aquella máquina cruel , destrabando Justino edificó alli un solemne templo y monasterio , y eu
unas ruedas d i í otras con tan grande ímpetu, que con su él es venerado. ¡ O gloriosa virgen Catalina , y dulce es-
movimiento acelerado mataron á muchos de los gentiles posa de Jesui-rislo, discípula del celestial Maestro y maes-
que allí estaban y babian concurrido á este espectáculo; tra de los filósofos y doctores de ta tierra , vencedora de
y otros que quedaron libres, daban voces y clamaban-: los tormentos y triunfadora del tirano, dechado de vírge-
Grande es el Dios de los cristianos. ¿ Qué corazón hay tan nes, esfuerzo de mártires, y en vida y en muerte regalada
duro que no se ablandara con este milagro? ¿Y que t i - del Señor! ¡Qué justo fué quo de vuestro cuello saliese
gre tan fiero que no se amansara co» estas maravillas? leche por sangre , para manifestar la blancura y pureza
Pero Maximino era mas fiero que el tigre , y mas duro de vuestra alma! ¡ Y que los mismos ángeles venidos del
que la piedra y que el diamante J y así no se movió : a n - cielo os hiciesen las exequias, y con sus manos sepultasen
tes pareciéndole que ser vencido de «na delicada d o n c e - vuestro cuerpo en el mismo monte donde Dios habia apa-
lla y do la flaqueza mujeril era menoscabo suyo y de su recido y dado su ley !• Ya gozáis de los castos abrazos y
imperio, comenzó á buscar otros nuevos y terribles tormen- regalos de vuestro suavísimo Esposo , y habéis alcanzado
tos para acabarla. Supo esto la emperatriz, y nopudiendo la corona de vuestra victoria, y estáis segura que n i n g u -
disimular mas la llama que ardia en su pecho, se fué al no os la quitará : acordaos de nosotros vuestros devotos
emperador, reprendiéndole con palabras severas y graves siervos, que todavía peleamos y pedimos vuestro favor,
la crueldad que usaba contra Catalina y ios otros cristia- para que mediante vuestra intercesión imitemos vuestras
nos, confesando que ella lo era, y que estaba aparejada virtudes, resistamos á las blanduras de nuestra carne y
á morir por la confesión de Cristo. Salió de si el tirano, y á las falsas promesas del mundo, y á los espantos y terro-
luego mandó que le quitasen á su mujer de delante y que res con que el demonio nos persigue ; y por itnfí gloriosa
la degollasen , y juntamente á Portirio y á los otros dos- victoria de nosotros mismos, lleguemos adonde vos llegas-
cientos soldados ; porque supo que se habian hecho cris- teis y gocemos de lo que vos gozáis El martirio de santa
452 LA LirVE.XDA DE ORO DIA 2Ü.
Calalina fué ;'i 25tle novicm])rc , afio dei Señor do 307, anos mostró mucha aversión al mundo, y se retiró al m o -
im¡HTando Maximino. Snéliüita conuintnonle pinlnr coa nasterio de San Pedro de Alianza. Floreció tanto García
una espada en la mano, y debajo de sus pies la cabeza de en la observancia , que el rey don Fernando i, que Ire-
un emperador; para denotar tjue por la espada atcan/.ó cuentemente iba á Al ianza, viendo la prudencia , piedad,
la corona del martirio y victoria del tirano que la m a r t i r i -
zelo, fervor y demás virtudes de este monge, hizo que se
zó. De sania Catalina . demás de Melafrnste , que escribió le encomendasela abadía cuando \acó. Gobernóla por es-
su martirio, hacen mención los Martirologios , romano, el pacio de treinta a^ios , en cuyo tiempo se hizo amable á
de 99d9, Adon y Mol ano en las adiciones de Usuaido, y BI Dios y á los hombres : con su ejemplo hizo adelantar en
cardenal Baronio en las anotaciones del Martirologio y en santidad á aquellos monjes, y el buen olor de sus virtudes
el tercer tomo de sus Anales ; y los griegos la celebran, proporcionó á Castilla muchos bienes. Su santidad está
y la llaman la Gran Catalina , por los grandes beneficios atestiguada por todos los escrilores contemporáneos s u -
que por sus oraciones recibieron del Señor en la conquista yos : el monge Grimaldo le llama «varón en todo vene-
de la Tierra Sania. rable y de gloriosa memoria por su feliz perseverancia.»
* Los SANTOS MOISÉS Y MÁXIMO, MÁRTIRKS.—Cuandoel papa En la Vida de santo Domingo de Silos , escrita por lier-
san Fabián gobernaba la Iglesia, estos dos santos eran sa- ceo, se refieren una porción de milagros de García, entre
cerdotes de Roma , y por haber confesado la fé fueron ellos el de que, estando un viernes sanio comiendo pan y
presos junto con otros muchos cristianos. Para hallar con- agua con sus monges, echó el abad su bendición y se
suelo en sns penas escribieron desde la cárcel á san C i - convirtió el agua en vino. Murió el año 1013. (Florez,
priano, y este santo les contestó , infundiéndoles espíritu (om. xxvn.}
y valor por medio de sus escritos. Puestos en libertad la
mayor parle de ellos cayeron en los errores de los nova- DIA 26,
cianos. Moisés permaneció firme en la fé, por cuyo moti-
vo recibió la palma del marlkio en la misma ciudad de SAN PEDRO ALEJANDRINO, OBISPO Y MÁUI IR.—San Pedro
liorna, el año t ' ú l de Jesucristo. Los demás confesores y Alejandrino fué natural de la ciudad de Alejandría, y d i g -
principalmente san Máximo, conociendo sus extravíos , se nísimo patriarca de ella. Sucedió en aquella silla [que era
arrepiníieron de ellos , y volvieron á entrar en el grenvo la cabeza de todas las Iglesias de Egipto y de otras
de la Iglesia ; y como permaneciesen constantes en con- muchas provincias) á un varón santo, llamado leonas,
fesar la fé alcanzaron también la palma del marlirio. En (pie fué decimosexto prelado , después de san Marcos
las cartas que san Cornelio escribió á san Cipriano da evangelista. En su tiempo fué la persecución horrible y
cuenta de todos estos santos mártires y confesores. atrocísima de los emperadores Diocleciano y Maximiano
SAN EUASMO , MÁRTIII,—Solo sabemos por Usuanlo que contra la Iglesia del Señor, en la cual el santo prelado no
acabó su vida derramando su sangre por Jesucristo, en dejó cosa por hacer para algún alivio de aquella gravísi-
Anlioquía , por medio de un señalado y admirable mar- ma tempestad y consuelo de los cristianos. Para poderlo
lirio. hacer mejor, y para que sus ovejas, muerto el pastor, no
SAN Msiua iuo, MÁRTIR,—Era soldado de! ejército de se asombrasen, y cayesen en las bocas de los lobos quo
Asia. Un dia hallándose en medio de una acción militar, las prelendian tragar, se recogió á lugares apartados y
se le apareció un ángel, con cuya ayuda salió bien de su ásperos, para huir do las manos do los. emperadores que
empresa, y fué ascendido en la milicia. Pero él, que co- le buscaban : mas eslando escondido , no dejaba la cura
nocia ya un poco la religión cristiana, se hizo instruir en pastoral, ni de escribir á mas de seiscientos y sesenta
ella, recibió el bautismo , y renunciando sus honores y cristianos que estaban presos en la cárcel, exhortándolos á
condecoraciones, confesó públicamente que era adorador paciencia y perseverancia; y cuando supo que hablan com-
del verdadero Dios. Acusado al emperador, este mandó balido valerosamente, y alcanzado la corona del martirio,
que lo alasen en el suelo por medio de cuatro palos, que se regocijó por exlremo el sanio pontífice, como si é l mis-
le pusiesen en seguida'fuego enciniD, y que rajándole t o - mo hubiera recibido aquella lan señalada merced de Dios.
das sus carnes le abandonasen así hasla que muriese. El Volvió después san Pedro á Alejandría, donde tuvo gran-
mismo ángel Ic confortó en medio de aquellos tormentos des encuenlros con los cismáticos ó herejes y gentiles:
y le curó las heridas. Después lo ataron una gran peña al porque un obispo de Licópolis en Egipto, llamado Melecio,
cuello, y lo precipitaron de una elevadísima altura, pero habiendo cometido graves delitos y sacrificado á los dio-
cayó sin recibir lesión. En seguida fué conducido á Cesa- ses, fué privado de su silla y depuesto por san Pedro en un
rea, en Capadocia , donde se multiplicaron contra él los concilio. Melecio quedó tan corrido y afrentado , que por
suplicios, hasla que circundado de trofeos y coronado con vengarse de san Pedro y de los que justamenle le habian
la gloria del martirio, voló al ciclo en tiempo de! empe- castigado, comenzó á turbar la Iglesia , y á causar cisma
rador Decio , y según Baronio , el año 2114. Su sagrado en ella ; porque era hombre docto, astuto y mañoso, y
cuerpo fué posteriormente trasladado á Benevento, en Ita- halló quien le siguiese , y entre ellos al desventurado
lia, de cuya ciudad es patrón. Arrio , que como era inquieto y furioso , tomó las parles
de Melecio contra san Pedro Alejandrino, su obispo, y por
SANTA JÜCÜNDA, VIRGEN.—Nada mas que lo que traee!
ello fué excomulgado y apartado de la Iglesia. Vino á t e -
Martirologio romano sabemos de esta santa. Según é!,
ner el cetro de Oriente el emperador Maximino , no m e -
Iloreció en Emilia , provincia de Italia. Ferrario pone
nos cruel perseguidor de cristianos , que lo habian sido
también su nombre en su Catálogo de los santos de
Diocleciano y Maximiano ; y mandó prender á san Pedro
Italia,
y darle la muerte. Prcndiéionle los minislros de Maxi-
SAN GARCÍA, ABAD.—Nació en el arzobispado de Durgos
mino y echáronle en la cárcel :. y cuando se supo en la
a fines del siglo X , ó principios del X I . En sus primeros
DÍA m* mwmmE. I AT

ciudiid lodos á porfía ncndicron á ella , para librar á su hereje, le aparló y echó de la Iglesia; y san Pedro dentro
sanio pastor y poner la vida (si fuese menester) en su de pocos días, después que tuvo la revelación, murió cons-
defensa. En osle tie.m|io el malvado Arrio, entendiendo que tantemente degollado por el Señor, de la manera que
san Pedro seria inarlitizado, procuró que algunos sacer- aquí diré. El tribuno que tenia á cargo la ejecución déla
dotes fnésen á él, y le suplicasen que le perdonase y le sentencia de muerte dada contra el sanio pastor, como vió
admitiese á la comunión d;) la Iglesia, pensando que (pie la ciudad estaba puesta en armas y mucha gente al
por esle camino ganai ia las voluntades del clero y del rededor de la cárcel para defenderle; temiendo algún a l -
pueblo, y que muerto san Pedro le harian á él obispo. boroto, determinó aguardar la noche, para que volviéndo-
Fueron con osla eaihajada dos sacerdotes,llamados Aqui- se á reposar á sus casas, él pudiera segura y quietamente
las y Alejandro: entraron en la cárcel donde estaba san hacer lo que le habian mandado; mas no sucedió como
Pedro, y propusiéronle á loque venían, rogándole que se pensaba: porque el pueblo amaba tanto al santo prelado,
reconciliase con Arrio y le absolviese; pues él se sujetaba que no se quiso partir de donde estaba. Entendió esto san
á su parecer y corrección. El sanio ponlílice, dando un Pedro: y con el deseo tan encendido que tenia de morir
gran suspiro, le respondió estas palabras: No me tengáis, por Cristo, y por el temor que por su causa no viniesen á
liermanos míos, por inhumano y riguroso, porque yo me [ásmanoslos ciudadanos y los soldados, avisó secreta-
conozco por bombre, y sujeto á miserias y pecados; pero mente al tribuno, de lo que debia hacer para ejecutar la
crce.l á mis palabras: Arrio es astuto y engañador encu- sentencia sin ruido; y por la forma que el mismo santo
bierto, y su maldad cxcíde á todas las maldades; y e s o le dio, secretamente le sacaron de la cárcel y le llevaron
no lo digo ds mió, ni de mi cabeza. Mando que no sea a d - al mismo lugar, donde san Marcos evangelista, fundador
mitido á la Iglesia; porque esta noche, haciendo yo mis y primer obispo de la Iglesia de Alejandría habia sido m a r -
acostumbradas oraciones al Señor, se puso delante de mí tirizado. Allí hizo oración, y se encomendó muy de veras
un niño como de doce años, de inmensa claridad, cubierto á san Marcos, tomándole por intercesor para derramar su
con una ropa de lienzo, rasgado de alto á bajo, y con las sangre con fortaleza por el Señor, y para que la Iglesia de
manos tomaba las partes de aquella veslidura y las aplica- Alejandría fuese amparada, y la Iglesia católica restituida
ba á sus carnes, como quien quería cubrir su desnudez. ásu antigua paz y unión. Al mismo punto que el santo h a -
Ouedé atónito con esta visión, y estuve un ralo como mudo cia esta oración, una santa virgen oyó una voz del cíelo
y sin sentido. Después que volví en mí, alce la voz y dije: que decía: Pedro, principio de los apóstoles; y Pedro, fin
-Señor, ¿quién es el que ha rasgado vuestra vestidura? Y délos obispos y mártires de Alejandría , y asi fué; porque
él me respondió: Arrio me la ha rasgado; eslá sobre aviso san Pedr o fué el postrer obispo (pie allí murió en la perse-
y mira que no le admitas á la comunión de los líeles, por- cución de los genliles. Mas acabada su oración, con grande
que mañana vendrán á rogarte por é l : pero lú no !e constancia y alegría ofreció su cuello al cuchillo: y fué
.'iblatidos, ni le dejes vencer; antes ordena á Aquilas y grande el respeto y reverencia que los soldados le Uivie-
Alejandro, tus presbíteros (los cuales te han de suceder n m , que sulameule se halló entre ellos un hombre feroz
en el obispüdo uno Iras otro), que en niiigmiü manera lo y atrevido, el cual por precio de cinco ducados le corló la
ndinitan; y lú presto acabarás tu curso y serás coronado cabeza, á los ití de noviembre, al alba del día, habiendo
de martirio. Todo esto refirió san Pedro ú los sacerdolcs sido doce años obispo, tres teniendo paz la iglesia, y nue-
que le vinieron á rogar que perdonase á Arrio, mandándo- ve afligida en la persecución de Diocleciano. Fué cosa m a -
Jes en nombre de Dios, que ellos cuando fuesen obispos no le ravillosa, que corlada la cabeza y caída en el suelo, su
perdonasen, ni admitiesen á la participación de los sacra- santo cuerpo quedó de rodillas como estaba, yerto, firme y
mentos; porque era un infernal ministro de Satanás, que sin caerse; y así le hallaron los cristianos; los cuales con
habia de rasgar la vestidura de Cristo (que es la santa muchas lágrimas y sollozos le lomaron, y vestido con las
Iglesia) con las herejías que en ella habia de sembrar: vestiduras sacerdotales, de la misma manera que si fuera
porque aunque ú la sazón no las habia sembrado, sino, vivo, le sentaron primero en la silla de san Marcos, y des-
como cismático, seguido las partes de Melecio; pero el pués con palmas, en señal de la victoria, y cirios encendi-
Señor, que sabia lo que hnbia de suceder, y el estrago dos en las manos y olores suavísimos cantando himnos,
que aquel bombre pestilencial habia de hacer y la obsti- le llevaron en hombros á un cementerio que el mismo san-
nación en que habia de perseverar, quiso tanto ánles a v i - io habia edificado. Allí con gran pompa y honra le enter-
sar al santo ponlílice Pedro, pata que él estuviese adverti- raron; y nuestro Señor obró en aquel lugar grandes m i -
do y advirtiese á sus dos inmediatos sucesores de lo que lagros, é hizo muchos beneficios á los que se le encomen-
habían de hacer con él, para que la Iglesia católica no r e - daban. Una cosa particular se cuenta de este glorioso
cibiese tan graves daños de su maldad, como recibiera pontífice y mártir del Señor, que cuando estaba en los
si no estuviera avisada y advertida. De manera, que aque- divinos oficios en su Iglesia, no se quería sentar en la silla
lla visión que tuvo san Pedro de la vestidura que Arrio ha- obispal, sino en una pequeña que esl.iba debajo de ella;
bía rasgado á Jesucristo, no fué porque ya lo hubiese h e - porque se juzgaba por indigno de sentarse donde tantos
cho, como algunos dicen (que esto después sucedió siendo santos, sus predecesores, se habian sentado, y le parecía
obispo Alejandro); sino porque andando el tiempo, lo h a - que salía de aquella silla un resplandor tan grande, que le.
bia de hacer: ni fué declaración de lo pasado, sino profe- ponía espanto : y por esto el pueblo le puso muerto en la
cía de lo porvenir. Todo lo que Dios reveló á san Pedro v silla de san Marcos en la cual él, siendo vivo, por su h u -
el refirió á sus dos presbíteros, sucedió de la misma ma- mildad no se había querido sentar. Fué el martirio de san
nera que él lo dijo; porque Arrio rasgó la ve.siidu™ & Pedro Alejandrino el año 3J0, imperando en Oriente Ma-
Cristo, partiendo y dividiendo la Iglesia; y Aquilas y Ale- ximino. Hacen mención de este santo el concilio efesino y
jandro fueron obispos do Alejandría: y Alejandro, como á la séptima sínodo general; san Gregorio Nacianceno; N i -
45 i LA LEYENDA DE ORO. DIA 20.
Céforo Calixto; la Historia Tripartita 5 Beda; Üsuardo y le confirieron la dignidad de preboste de la iglesia cale-
Adon; y el Martirologio romano, y el cardenal Baronio en dial de Constanza, y habiendo muerto aquel obispo el
el tercero tomo de sus Anales. año 9 3 i , Conrado fué elegido desde luego sucesor suyo
* Los DESPOSOIUOS DE NUESTIU SIÍSOIU.—Estos desposo- por la voz unánime de cuantos tenían parte en la elección.
rios fueron celebrados en Jenisalen, y de ellos dice el gran Su bumildad se resistió por mucho tiempo á admitir aquel
canciller de París, Gerson, que no fueron dos esposos José cargo; pero al fin cedió á las visibles señales de la volun-
y María, sino dos virginidades que se unieron. tad del cielo, y fué consagrado. Trabajó desde luego con
Los SANTOS FAISTO, DIDIO Y AMMONÍO, MÍRTIUES.—Eran zelo infatigable en los negocios elesiáslicos, y habiendo
sacerdotes de la Iglesia de Alejandría, y murieron derra- empezado á ser muy frecuentes en aquel tiempo las pere-
mando ÍU sangre en la misma ciudad, en compañía de su grinaciones á Jerusalen, Conrado visitó por tres veces ios
venerable pastor san Pedro Alejandrino, cuya vida acaba- lugares santos, animado siempre de sentimientos de peni-
mos de poner en este mismo dia. tencia y piedad. Habiendo llegado ya á una edad avanza-
Los SANTOS FILE AS, ESJQIHO, PACOMIO Y TEOOORO, MÁRTI- da, se preparó para el paso á la eternidad, con el ejercicio
RES.—Todos eran obispos de distintas ciudades de Egipto. mas fervoroso de todas virtudes : sus ovejas enconlrarnn
En tiempo del emperador Diocleciano, murieron m a r t i r i - en él un padre y un consolador, un maestro y una luz se-
zados con otros seiscientos y sesenta criáliaaús, los-cuales gura que las guiaba por el camino de la verdad. Después
fueron levantados al cielo, dice el Martirologio, por la es- de un episcopado de cuarenta y dos años, murió en el
pada de la persecución. El cardenal Baronio cree qtie Señor, el año 9T6, glorioso en milagros.
m muerte fué elaíio 310. SAN SILVESTRE, ABAD Y PUNDADOU.—Nació el a ñ o i m
SAN MARCKLO, PRESUÍTEILO Y MÁRTIR.—Floreció durante el en Osimo de Italia. Estudió el derecho y la teología en
KÍg!o IY en Nicomedia^ y muriójá mediados del mismo s i - Bolonia y en Padua, y fué hecho después canónigo de su
glo. Gomo era muy zeloso en la defensa de las verdades patria. Entregóse á la educación del pueblo, á la m e d i -
católicas, el obispo de dieba ciudad, llamado Ensebio, tacio» y al estudio sagrado, y aun en medio de estas san-
unido á los arríanos^ lo bi/o precipitar de una roca muy tas ocupaciones, se vió hecho el blanco de muchas perse-
alta, y alcanzó la corona de la vida cierna. cuciones por parle de aquellos á quienes reprendía. La vis-
SIN BEUNO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué obispo de Pavía en el ta del cadáver de un hombre, que habia sido muy a d m i -
siglo X I I , y murió á manos de los herejes el año 1149, rado por su belleza, acabó de separarlo enteramente del
después de baber dado ilustre testimonio de santidad y de mundo. Partió secretamente de Osimo, y se retiró á un de-
alta sabiduría. Por sus muchos milagros, testificados des- sierto situado á treinta millas de la ciudad. El siervo do
pués completamente, el papa Eugenio IV le colocó solem- Dios tenia entonces cuarenta años. La fama de su santidad
nemente en el catálogo de los santos. le atrajo dentro de poco un número considerable de disef-
SAN Siaicjo, PAPA Y CONFESOR.—Nació en Roma, abrazó pnlos, y el año 1231 fundó el monasterio de Monte Fano,
el estado eclesiástico, sobresalió ert las ciencias sagradas, en la Marca de Ancona. Dió á sus discípulos la regla de
y el dia 1 de diciembre del año 3 8 1 , fué electo soberano san Benito, y la nueva órden fué poco después aprobada
pontífice para suceder al papa san Dámaso. Gobernó la por la santa sede y milagrosamente extendida por toda
Iglesia con gran prudencia, y brilló con todas las virtudes la llalla. El piadoso fundador murió el 2G de noviembre-
apostólicas. Escribió cartas inslruclivas á varios obispos de 1267, á la edad de noventa años, ilustre en la peniten-
sobre punios de disciplina, y es célebre sobre todas la cia, en la oración y en el don de milagros.
que dirigió al metropolitano de Tarragona, llamado I l i m c - SAN BÁSOLO, CONFESOR.— Fué natural del Lcmosin y de
rio, en la que contesta h algunas cuestiones importantes familia vica. El deseo de vivir solo para Dios le hizo aban-
que había propuesto aquel prelado, carta que es conside- donar sus riquezas y su patria, y se fué á Rheims, en cuya
rada por los críticos como la primera epístola diecretal quediócesis buscó una soledad, se lijó en ella, ediíicó una c a -
debe reconocerse por verdadera. Silicio condenó á Jovi- pilla, y después de haber pasado cuarenta años en los
niano y á sus sectarios, y murió santamente el dia 23 de ejercicios de aquella sania vida, murió el dia 26 de no-
noviembre del año 398, llorado por todos los fieles, á viembre del año 620. Su nombre llegó á ser célebre por
quienes habia edificado con el espectáculo de sus emínea- los muchos milagros obrados por su intercesión.
les virtudes. SAN ESTIUANO, CONFESOR.—Fué anacoreta en Andrinó-
SAN AMADOR, OBISPO Y CONFESOR—Gobernó la Iglesia de- polis de PaQagonia, y esclarecido en grandes milagros,
Autun en el siglo V I , de cuyo territorio acabó de dester- descansó en santa paz á mediados del siglo V I I .
rar los restos de la idolatría. Estuvo unido con los víncu- SAN NICON, MONGE.—Natural del Ponto, dejó á los pocos
los de la virtud y la amistad con el papa san Silveno, al afíos su patria para ir á vivir en un monasterio. Después
cual consoló en el destierro con cartas y din&ro. Estuvo de doce años de estudio, penitencia y fervorosa prepara-
dotado del don de milagros, y durmió tranquilo en el Se- ción, fué destinado al ministerio de la predicación, y pro-
ñor á mediados de dicho siglo V I . dujeron taalo fruto sus discursos, que sus superiores lo
SAN CONRADO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació de la ilustrísi- enviaron en calidad de misionero á la Armenia y luego á
ma casa de los Güelfos en Alemania, y desde su infancia la isla de Creta, dominada entonces por los sarracenos. En
anunció que seria un santo. Estudió en la célebre escuela todas partes m glorioso rebultado coronaba sus trabajos,
de Confianza y salió muy aventajado en las ciencias. y posteriormente hizo admirables conversioaes en el Pelo-
Disgustóse de las cosas del mundo, y se entregó al servi- poneso, la Acaya, el Epiro y otros lugares de la Grecia,
cio de Dios con fervor extraordinario. Presidia álodas sus hasta que el Señor le llamó á su sania morada, hallándose
en el Peloponeso, el año 998.
acciones una sencillez cristiana, que le hacia amable á
SAN GOINZALO, ODISPO Y CONEESOK.—Fué obispo d e M o n -
Dios y á los hombres. Cuando recibió las sagradas órdenes,
PÍA 27, NOYIEMCRE. 455
(loiicdo dimuiie el siglo IX ó X, en ctiy;i diócesis es célebre terminó vengarse de ellos y darles atroces tormentos.
su inemoria y le dan culto público. Hay una liadicion en Quebráronles pr imero los dedos de las manos: lastimáron-
el pnis, que SIÍIJOUC, (|iie el sanio obispo fué una vez en pro- les cruelmente lar piernas, apretándoselas con una manera
cesión con lodo su clero y pueblo á lo alio de una colina, de cepo, que como prensa, seiba cerrando poco á poco;
de-íde donde se descubria la escuadra de los moros que se y así fatigados por una parte de los tormentos, y por otra
dirjgia á las costas de Galicia, y que habiéndose puesto consolados y alegres por ver que padecían por Cristo,
los cristianos en oración, sobrevino una gran tempestad los mandó Atico llevar á la cárcel: y para tentarlos y pro-
que destruyó toda la escuadra, sin haber quedado ni una bar si con blandura y regalo los podía atraer á su voluntad
nave. En aquel sitio hay ahora un ermita dedicada al san- mas fácilmente que con tormentos, estando en la mesa,
to, y sus sagradas reliquias se conservan en San Mar- les envió de loquecomia ; lo cual los dos santos hermanos
tin de Mondoíiedo. (Florez, tomo xviu. Sandoval, pagi- no quisieron recibir: y Atico, teniendo esto por desacato ó
na 247.) injuria, encendido de cólera y furor, los mandó echar en
SAN BE.VTO, AB\».—Durante la dominación de la Empana un horno encendido, donde estuvieron tres días con mu-
por los sarracenos, suscitó el Señor varones esforzados, cho alivio y refrigerio. Pretendió matarlos, dándoles pon-
llenos de su fé y de su espíritu, que dieron ilustre testimo- zoña en la comida; y los santos, cuando se la trajeron,
nio de la religión cristiana en su vida y en su muerte. Uno entendiendo lo que venia en ella, dijeron: Nosotros no
habíamos de gustar esta vianda, porque bien sabemos lo
de los mas distinguidos españoles fué entonces san Beato,
que hay en ella; pero para que Atico se desengañe y se
conocido también con los nombres de Beco, Beyo, Obeco,
manifieste mas la virtud de Cristo, á quien servimos y
Vieyo y Bieco, presbítero sabio y santo, según el corazón
adoramos, la comeremos toda. Hicieron la señal de la cruz
de Dios, y de gran fortaleza de ánimo. Fué monge y abad
sobre ella, y comiéronla toda; y el veneno perdió su fuer-
del monasterio de Liébana, en el principado de Asturias,
za por virtud de la santa cruz y de aquel Señor á quien
donde edificó á sus monges con sus virtudes y les instruyó
todas las cosas obedecen. Cuando esto vió el que había
en las ciencias sagradas, l'cro los intereses de la religión
aparejado la ponzoña, quemó sus libros é hízose cristiano.
sacaron á Beato de su retiro: además de las vejaciones de
Todo esto era echar aceite en el fuego y abrasar mas el
los mahometanos, tuvo España que sufrir los efectos de
corazón empedernido y sañoso de Atico, el cual comenzó
varias herejías, que á la sazón se esparramaron éntrelos
de nuevo á atormentar á los dos santos hermanos, despe-
deles. Entonces redobló Boato sus zelosos esfuerzos: cor-
dazando sus carnes, sacándoles los nervios con garfios do
rió los pueblos, las capitales y aldeas, predicando enlodas
hierro, echándoles aceite hirviendo por todo su cuerpo,
partes las verdades católicas y rebatiendo los nuevos erro-
pegándoles hachas encendidas á las costillas, y derra-
res, y acabó por escribir y publicar una apología de lodas
mando en las bocas cal viva, mezclada con vinagre: y no
las creencias de la Iglesia católica, y obligar á los ponlifi- se contentó el impío tirano con esta tan desaforada é i m -
ces Adriano I y León I I I , y á los concilios de Francfort y pía crueldad; mas queriendo el Señor fabricar á estos san-
de Boma, á condenar la doctrina de Elipando, arzobispo tos mayor corona de gloria, permitió que e! mismo Atico
de Toledo, que era la que había dado origen á lodos los les mandase quitar los ojos, confesando su confusión, y
errores. Ocupóse después Beato en componer un insigne diciendo: Cegadlos; porque me turban cuando me miran.
comentario sobre el Apocalipsis, el cual publicó Florez el
año 1770. De la opinión de sabiduría y santidad que g o - Y habiendo sufrido este martirio con gran constancia y
zaba este siervo de Dios ya en vida, es buena prueba el tes- mansedumbre, le dijeron los santos: Mejorado nos has la
timonio del ilustre cordobés Pablo Alvaro, el cual no repara vista : pues veremos ahora con solos los ojos espirituales.
en unir la opinión de san Beato con la del concilio de Efeso Y estando sangrientos y llagados, fueron colgados de los
y ta de los santos Fulgencio y Gerónimo. Tamayo Salazar piés, y salicndoles mucha sangre por las narices, los ver-
dice que murió el año 708, y desde entonces se le ha dado dugos los dejaron por muertos; mas al cabo de tres días
en Asturias culto público con aprobación del ordinario. (Ma- fueron hallados vivos con sus ojos enteros y claros, y las
billon, Florez, Morales, Villanuevá.) llagas sanas, como si nunca hubieran sido atormentados.
Mandóles Atico desollar vivos: y estándose ejecutando esto
tormento, uno de los que estaban presentes dió grandes
DIA 27.
voces, diciendo: Veo bajar dos ángeles con dos coronas en
SAN FACUNDO Y SAN PUIMITIVO, MÁRTIUKS.—Los santos las manos. Entonces Alico, turbado, dijo como por escar-
Facundo y Primitivo, hijos de san Marcelo, el centurión, nio: Corladles las«abezas, para que ellas vayan á buscar
fueron martirizados gobernando en Galicia por los empe- esas coronas. Degolláronlos, y de las heridas salió sangre
radores Atico: el cual mandó pregonar un sacrificio p ú - mezclada con leche.
blico á una estatua del sol, que estaba en la ribera del rio Su martirio fué á los 27 de noviembre, cerca de los
Cea, y era tenida en mucha veneración por toda aquella años del Señor de 304. Sus sagrados cuerpos fueron se-
tierra. Llegado el dia señalado para el sacriílcio, y habién pultados de los otros cristianos en el mismo lugar donde
dose juntado mucha gente, el mismo Atico, para dar ejem- fueron martirizados, junto al rio Cea, y allí después se
plo á los demás, hizo primero su adoración : y como él era fundó una iglesia, y el insigne monasterio de San Benito
la cabeza y gober.nador, todos los otros le siguieron, fuera de Sahagun, y por ellos Dios nueslro Sefior ha hecho m u -
de Facundo y Primitivo, que no se quisieron hallar pre chos milagros. Hacen mención de estos santos mártires
sentes al sacrificio. Mucho sintió esto Atico: mandólos el Martirologio romano, y Yaseo y Marineo Sículo.
prender y traer delante de s i : y después de varias pre SAN SIMEÓN METAFRASTE, CONFESOR.—Escribiendo noso-
gunlas y respuestas, entendiendo que perdía tiempo en tros las vidas de los santos, no es justo que dejemos en si-
quererlos persuadir que adorasen á sus falsos dioses, d e - lencio la vida de san Simeón Metafraste, que fué varón
45G LA LEYENDA DE ORO. DIA 27.
calilísimo é. ilustró y edificó la Iglesia del Seíior con escri- elocuente y erndilo éntrelos griegos, del cual so ha sacado
bir adinirablemenle las vidas de muchos santos. Nació Mc- lo que aquí queda referido. El cardenal Baronío en el x lo-
tafrasle en la ciudad nobilísima de Conslanlinopla, do mo de sus Anales, pag. 189, dice, que Pselo fué maes-
ilustres y ricos padres, y desde niño mostró grande y tro de León, filósofo, el cual floreció en Oriento en tiempo
agudo ingenio, y muy inclinado á todas las buenas letras del emperador Miguel, 111 de este nombre, por los años
y virtudes. Siendo ya de edad, se dió al estudio de la r o - del Señor de 859, y que el mismo Pselo, en la oración que
tórica y do filosofía, en que procuraban los sabios de su hace en alabanza de Melafrasle, da á enlender que poco
tiempo señalarse: y él fué tan eminente en la una y en la ánles habia muerto, y que algunos de los presentes h a -
otra, que hizo gran ventaja á los demás, y con ser riquí- bían conocido otros (pie se habían hallado en su muerte.
simo de patrimonio y de sangre nobilísima, no se dejó Ilacen de él honorífica mención Teodoro Balsamen, p a -
llevar de los gustos y apetitos desordenados de la gente triarca de Anlioquía, que lo alaba sumamente, por ha-
rica y noble, para no abrazarse con la virtud y ciencia, ber escrilo con lauto acierto y elocuencia las viclorírs
ni para usar mal de lo que habia aprendido; porque nidio y triunfos de los márlires; y otro Teodoro, llamado
cu las singularidades y falsas sectas en que dieron a l g u - Podromo, pone á Melafrasle eu el mimero do los gr¡¡n-
nos filósofos, ni quiso defender causas injustas, ni vender des autores griegos, que con sus escrílos adornaron la
su lengua para ganar honra en las audiencias y tribunales. sania Iglesia; y Nicéforo Calixto en el lib. xiv de su his-
Yivia, como filósofo, grave y modestamente, y servíase toria, cap. l í i ; Gonadio, patriarca constantinopolilano, y
de su elocuencia en volver por la justicia, y amparnr á los Corinlo, rotórico griego, lo alaban mucho: y lo que eá
que eran oprimidos y lemian perderla: fué muy querido mas, el concilio florentino, que es nnívorsal y ecuménico,
y estimado del emperador por su gran bondad y pruden- y se celebró en tiempo do Eugenio IV, en la séplima sesión
cia, y servíase de iMelafraste en los negocios graves to- cita á Simeón Melafrasle, para probar que el Espíiihi
cantes al imperio, tomando su consejo y de su persona en santo procede del Padre y del Hijo; y lo llama autor ce'e-
la administración de la justicia : y no por esto Melafrasle bérrimo ; y los griegos celebran su memoria y lo tionon
se desvanecía, ni la privanza del emperador le hizo sober- en el catálogo de los santos.
bio; antes con lodos era afable y amoroso, consolando á SANTIAGO IMTEBCISO, MÁRTIR.—Eué Santiago, máilir,
los afligidos y remediando á los necesitados, y dando f a - llamado el Inlerciso, persa de nación, de padres ilustres,
vor á los que poco podían. Pero en lo que mas se señaló cristianos y ricos. Nació en la ciudad de Elape, y Uno
el santo varón, fué en escribir grave y elegantemente las gran lugar con el rey de Persia éntrelos otros hombres
vidas de los santos que ahora goza la santa Iglesia; por- principales,y ministros y criados suyos. Llamábase el rey
que después que cesaron las persecuciones de los tiranos isdegardis, y era muy dado al culto de sus falsos diosos
gentiles, que tanto la afligieron, algunos autores, para y muy grande enemigo de cristianos. Movido del celo de
edificarla, escribieron las batallas y victorias de nuestros su religión y del odio que tenia á la nuestra, y de lo m u -
gloriosos mártires; pero imperfectamenta, pues fallaron, ó cho que amaba á Diego, lo dió una tan brava balería para
en la verdad (por no haber hecho las diligencias necesa- que dejase la adoración de Jesucrislo y se conformase con
rias para decir lo cierto^, ó en el malo y tosco estilo con él, que Diego se rindió y sujetóála voluntad del rey, ne-
que escribieron; de manera, que las dichas vidas así es- gando á Cristo y adorando las eslaluas hechas por manos
critas, mas causaban risa que devoción en los que las de los hombres. Supieron esta laslimosa caída de Diego,
leían. Nuestro Simeón procuró remediar ese daño: y r e - su madre y su mujer, que eran señoras muy cristianas y
medióle: porque, como persona que tenia privanza con siervas de Dios: y deshaciéndose en lágrimas con gran
el emperador, pudo saber la verdad, y juntar relaciones sentimiento le escribieron una cai ta en que lo decían eslas
y memoriales de autores graves y fidedignos, COIIÍO lo palabras: «l'or obedecer al hombro mortal, has dejado á
hizo, sin perdonar á costa ni trabajo, y con su retórica Dios inmortal y al que es verdadera vida. Por agradar al
dulce y elegante esliU», escribió de tal manera, que d e - que es un poco de polvo y podredumbre, has dejado e[
leita á los que leen sus obras, y los mueve á imitar las olor sempiterno y suavísimo. Pues así es, queremos que
vidas de los sanios, que él escribe. Ocupándose el san- sepas, que de aquí adelante nos puedes tener por extra-
to varón en estos loables ejercicios, siendo su vida sin ñas y que en ninguna manera haremos vida contigo.»
reprensión adornada de (odas las virludes y resplande- Leyó esta carta el que había apostatado de nuestra santa fé,
ciendo especialmente en la castidad, trocó esta vida del y locóle Dios el corazón y comenzó á llorar amargamente
y á decir: Si mi madre y mi mujer no me quieren cono-
suelo por la del cielo, y su cuerpo fué sepultado con gran
cer por suyo; ¿qué hará Üios á quien tan gravemente he
pompa y majestad: y para muestra de la vida, que habia
ofendido? Compungióse y angustióse de manera, que
vivido, y cuan grata habia sido su alma al Sefior, su so-
delerminó volver (como buen soldado) á la batalla, y pe-
pulcro por muchos (lias dió un olor suavísimo con grande
lear y vencer al enemigo, de quien habia sido vencido.
admiración, de los que de él participaban. Su glorioso
tránsito fué en 2'7 de noviembre: el año en que murió Supo esto el rey, mandóle llamar y quiso saber si era
precisamente, no se sabe; mas en la Vida de san Alipio cierto lo que habian dicho: y hallando que era verdad, l o -
Cíonita dice el mismo Simeón Melafraste, que la escribió, mó grandes medios de blanduras y de espanto para per-
qnefuésu maestro y que conversó con él mucho tiempo: suadirle dejase la falsa superstición (que él llamaba) de los
el cual san Alipio Cionila vivió en tiempo del emperador nazarenos, y le diese aquel contento y ocasión para hon-
Ileraclio, que tuvo el imperio por los años de Cristo de 620. rarle y enriquecerle mas, como deseaba, y nó para des-
Su vida la trae Surio en el sexto tomo de las Vidas de truirle y quitarle la vida á puros tormentos. Todo lo que
los santos. dijo el rey salió en vano; porque el Señor habia armado
La vida de san Simeón Melafrasle escribió Pselo, varón de su espíritu á su soldado, y quena que batallase y darle
DIA 27. NOVIEMBRE. 457
la victoria y corona. Embravecióse el rey, y por pare- aslrología, preguniólcs acerca del nacimiento de su hijo lo
cer de los de su consejo, para terror y espanto do los de- que entendían ¿qué sería de él? Ellos le respondieron, por
más cristianos, mandó que le matasen, corlándole uno á lisonjearle, que había deserun príncipe felicísimo y pode-
uno lodos sus miembros. Lleváronle al lugar del suplicio, rosísimo, y vencer en estado y riquezas á lodos los reyes
y tomando el verdugo la mano derecha, le corló el dedo sus antepasados: pero uno de ellos que tenia nombre de
pulgar, y después uno á uno todos los oíros dedos de mas sabio, respondió que era verdad lo que los otros d e -
aquella mano, alabando el santo mártir en cada uno de cían, pero nó de la manera que ellos lo entendían; porque
sus tormentos al Señor, y haciéndole gracias porque co- el poder y felicidad de su hijo habia de ser, nó acá en la
mo vid le podaba para que diese mas copioso y suave f r u - tierra, sino en el cíelo y en el reino de los cristianos, cuya
to. Por este órden le corlaron los dedos de la mano izquii'i- religión habia de abrazar y seguir. Esto dijo el caldeo y
da y luego los de los piés, y después los mismos piés, astrólogo, nó porque las estrellas le pudiesen enseñar esta
manos, y las piernas y brazos, basta dejarle solo el vien- verdad, sino porque Dios nuestro Señor se la hizo decir,
tre y la cabeza. Estaba el santo con admirable constancia para mayor gloria de su religión y prueba de su divina
y alegría, y decia: Oídme, Señor, Dios de los vivos y de gracia como adelante se verá.
los muertos: no tengo dedos, Señor, ni manos para alzar- Mucho se afligió el rey cuando oyó esta nueva , y se le
las á vos: mis piés han sido truncados y mis rodillas cor- aguó el gozo del nacimiento de su h i j o ; pero para atajarcl
tadas, de manera que no me puedo inclinar: soy como una daño que de ser cristiano se le podía seguir, mandó e d i -
casa que está para caer por haberle quitado los pilares ficar en un lugar apartado de su córte un suntuoso [¡ala-
que la sustentaban. Pues, Señor nuestro Jesucristo, oidme cio, y criar allí á su hijo, dándole ayo y criados que le sir-
por vuestra sagrada pasión, y librad mi alma de la cár- viesen y guardasen, mandando expresamente que ninguno
cel deesle cuerpo. En acabando de decir estas palabras, le nombrase el nombre de Críslo ni de cristiano, ni le dije-
uno de aquellos sayones arremetió á él y le corló la c a - se cosa que lo pudiese dar disgusto, ni noticia de las m i -
beza; y los cristianos se animaron con el ejemplo de na serias de esta vida. Creció con el tiempo Josaíat, y diéron-
mái'tir tan esclarecido, y lomando secretamente su cuer- 1c maestros que le enseñasen lasarles liberales y ciencias
po le enterraron. que los persas aprendían: y como era de tan vivo y agudo
Fué su martirio á los 2T de noviembre, y con él murie- ingenio, fácilmente Jas aprendió, y en breve tiempo apro-
ron otros innumerables cristianos en tiempo del empe- vechó mucho en ellas, con grande admiración de sus mis-
rador Teodosio, el menor. Hacen mención de él el Marti- mos maestros. Con los años iba creciendo el seso y juicio
rologio romano y los latinos; y los griegos en su Meno- de Josafat: y viendo que estaba tan encerrado y guarda-
logio; Nicéforo, lib. xiv de su Historia, cap. 2 0 ; Surioen do, y que no le dejaban salir de su palacio, quiso saber la
el vu tomo; Mombricio lomo x ; y el cardenal Baronio en causa de ello, y preguntósela á uno de sus mas familiares
sus anotaciones. y fieles criados. Supo que la causa era el temor que su
SAN VAULAAN V SAN JCSAFAT, CONFESORES. — La vida padre tenía de que no se hiciese cristiano; y con esta oca-
de los santos confesores Bariaan y Josafat escribió larga- sión vino á tener noticia de quiénes eran los cristianos,
mente san Juan Damasceno; y reducida á brevedad, fué de que ley tenían, qué fé profesaban y cómo vivían ; y locán-
esta manera. dole nuestro Señor el corazón le dió vivos deseos de ser
Después que el glorioso apóstol santo Tomé ilustró las cristiano. Fué un día el rey su padre á verle: hallóle tris-
partes de la India oriental con la predicación evangélica, te y pensativo, quiso saber la causa, y él respondió que
y convirtió á innumerables indios á la fé de Cristo nuestro era por verse tan encerrado y como preso, sin tener l i -
Redentor, muchos cristianos comenzaron á abrazar la vida bertad de salir de su palacio como sus criados salían. E(
perfecta, y dando libelo de repudio á todas las cosas de la rey, que tiernamente le amaba, le dió licencia para quo
tierra, retirarse á la soledad, hacer monasterios, vivir en saliése cuando quisiese; pero dióle personas de quienes se
ellos con extremada santidad, de manera que la religión fiaba para que siempre le acompañasen y no le dejasen
cristiana florecía en aquellas parles que ántes solían ser hablar con cristiano alguno, especialmente con monge so-
tan ¡ucultas y estériles. Vino á tener imperio de la India litario, y juntamente ordenó que apartasen de la vista de
un rey llamado Abenner, varón en la hermosura de su su hijo todos los pobres enfermos, contrahechos y perso-
rostro, grandezas y fuerzas del cuerpo señalado, y muy nas miserables, para que no topase con ellos ni viese cosa
excelente por las guerras que había hecho, y por las vic- que le pudiese congojar, sino que le entretuviesen en fies-
torias que había alcanzado de sus enemigos; pero j u n t a - las y regocijos, y en lodo lo que le pudiese dar contento y
mente era muy dado al vano culto de sus dioses, y e n - alegría. Salió, pues, el príncipe Josafat de su encerra-
tre sus grandes felicidades sentía muebo el no tener miento : y como son tantas y tan comunes las miserias h u -
hijos á quienes dejar sus copiosos tesoros. Viendo, pues, manas, por mucho que se las quisieron desviar, luego que
la vida que los monges hacian, y la fé de Críslo que anduvo por el mundo encontró con ellas. Vió algunos hom-
predicaban, y que mucha gente noble y principal abraza- bres ciegos, mancos, cojos y oíros viejos acorvados y cer-
ba su doctrina, ciego con el celo de sus falsos dioses, d e - canos á la muerte: y como lodo esto le era nuevo y él
terminó con rabia y furor perseguir á lodos ios crislianos era de lindo y curioso ingenio, luego preguntaba qué era
y especialmente á los monges, y ejecutar en ellos braví- aquello : y entendiendo que son manqueras y miserias de
simos tormentos hasta quitarles las vidas. Púsolo por obra* la naturaleza humana, y que no hay hombre ninguno a u n -
y muchos cristianos murieron en aquella persecución y que sea rey, que por su condición y estado sea exento de
otros huyeron á los desiertos mas apartados. Nacióle en ellas, y que Ia muerte es fin y remate de todos los place-
este tiempo un hijo tan deseado, y púsole por nombre Jo- res y grandezas de esta vida, por una parle se enternecia
safal, y juntando muchos caldeos y varones sabios en la considerando la flaqueza del hombre, y por otra hacia

TOMO I I I . 58
458 LA LEYENDA DE OUO. DÍA 27
gracias á Dios (i quien por Inicua tilosofúi conorin qnc era industria evitar los daños que el temía j si su hijo tuviese
nnq y criador de lodo el univei so), pot li.dx'i le (!;M!O á él noticia do Cristo y comunicación con los cristianos. Mand6
ios miembros de su cuerpo cumplidos, ojos, manos y pies, llamar á un gran privado su\o , llamado Acaches , varón
y entera salud. Y oyendo decir que esta vida se acallaba, prudente, y diólc cuenta de lo que había sabido, y pidióle
y que lo qne mas podia dmar era comunmente hasta los oóoáej > de lo que había de hacer. El parecer de Araches fue,
ochenta ó cien años, comenzó á juzgar que se debia tener que se procurase haber á las manos á Barlaan : y r.sí
en poco, y amar y buscar olra que fueseelerna. Andaba n - el rey dió órden qne le buscasen, y (porque viendo des-
miando y revolviendo estas cosas ea su corazón, y deseo- cubierta la celada , y que ya había descubierto lo quo
so de hallar quién se las desenvolviese y enseñase; y m u - Dios le habrá mandado , él se había ausentado y vuelto á
chas veces se angustiaba y afligía, y en su rostro y sem- su soledad; que le siguiesen ; y el mismo rey (tanta era
blante lo mostraba. Verdad es, que cuando el rey su pa- su saña) le siguió seis días, y no hallándole mandó á A t a -
dre le venia á ver y le hablaba, lo encubría para no darle ches que con sus soldados fuese tras é l , y aunque estu-
pena ; mas Dios nuestro Sefior, que velos corazones, y por viese debajo de tierra , le sacase y se le trajese para h a -
este camino quería alumbra* á Josafat, envióle uu gran cerle morir con atroces tormentos. Hizo sus diligencias
siervo suyo qnc le desatass sus dudas, y le declarase lo Araches, y anduvo por el desierto, sin poder descubrir al
que le convenia para la salud eterna. Había en el desieiio qne buscaba ; pero halló diez y siete menges y santos so-
de Senaar titi hombre anciano y de nuicha santidad, ador- litarios, á los cuales, porque no le quisieron mostrar don-
nado de sabiduría del cielo, llamado Barlaan: á este san- de e..t; ha Barlaan, ni hacer caso de sus amenazas, los
to solitario descubrió Dícs el deseo de Josafat, y le mandó mandó atormentar crudamente, y despecé los trajo delan-
que se fuéáe á ver con é l , y él, obedeciendo el mandato te del rey, y él los mandó matar, y con gran paz y alegría
divino, se embarcó eu una nave en hábito de seglar, y de sus almas recibieron la corona del martirio.
navegó á la India, y se fué á la ciudad donde el príncipe Visto que no se había podido descubrir Barlaan , y que
vivía. Después de haber estado allí algunos días, tuvo for- el príncipe Josafat estaba fuerte y constante en su opinión;
ma para hablar á Josafat, como mercader que le traía Araches aconsejó al rey que se hiciese una disputa entro
muy ricas y preciosas joyas y piedras de ineslímahh1 va- los cristianos y los sabios gentiles para convencer á su hijo,
lor. Tuvo con él pláticas, nóuno sino muchos días; por- y mostrarle cuán engañado estaba en querer dejar la
que las guardias no se recataban de él por verle en aquel adoración de sus verdaderos y anííguos dioses , por ado-
traje, y porque el príncipe mostraba gustar de su comuni- rar por Dios á un hombre facineroso y crucilicado; porque
cación. Descubrióse quién era, quién le enviaba, á loqué esperaba que siendo el príncipe de tan buen entendi-
venia y las pieáras preciosas que lo Iraia, que era el de- miento, y tan obediente y deseoso de dar contento á su
rlararle quién era el verdadero Dios, como por amor del padre, fácilmente se reduciría á su voluntad : y mas le
hombre se había hecho hombre, la necesidad que para dijo, que él conocía á Barlaan, por haberle visto tantas
salvarse había dé creer en 61 y recibir el bautismo, las le- veces entrará hablar con el príncipe ; y que le hacia s a -
yes del Kvangelio y los sacramentos que nos ha dado, el ber que había tenido un maestro que se llamaba Nacor,
premio cu? se dará á los buenos y el castigo y pena sin fin que se parecía á Barlaan como un huevo á otro , y que
á los malos. Fueron tan eficaces las palabras de Uarlaan, estaba muy bien instruido en las cosas de los cristianos,
y dichas con tanto espíritu y luz del cielo, qne Josafat las aunque por tenerlas por falsas seguía la secta y creencia
abrazó y se convirtió á la fé de Cristo y se bautizó, no t e - del rey y del reino : que 61 haría que Nacor viniese á la
miendo perder el reino de su padre y la vida si fuese me- disputa, y fingiese que era Barlaan ( pues tanto se le p a -
nester. Diólc asimismo noticia el santo viejo de los monges recía), que en la disputa se dejase vencer, y confesase
que moraban en los desiertosde Senaar, de sus ejercicios y que quedaba convencido : y por este camino el príncipe,
pcnilencias, y cuan dulces y sabrosas les eran, por tener viendo que su maestro Barlaan so rendia y no sabia res-
por aquel camino mas cierta su salvación : por lo cual el ponder á los argumentos de los contrarios, entendería que
pr íncipe se movió y encendió tanto en el amor de Dios y había sido engañado y dejaría la religión de los crislía-
deseo de la perfección, que propuso y prometió imitarlos nos que había alcanzado.
y seguir siempre que pudiese aquella aspereza de vida.
Como lo dijo Araches, así se trazó ; y Josafat \ por dar
El ver las largas pláticas que Josafat y Barlaan tantas ve-
guslo á su padre, vino bien en ello. Publicóse que el rey
ces tenían entre sí, dio sospecha á uno de los ayos de Jo-
daba libertad á todos los cristianos que quisiesen venir á
safat de lo que podia ser: y temiendo que aquel viejo de-
disputar déla veidad de su religión con los sabios y cal-
bía ser cristiano y por ventura monge, y que sabiendo el
deos que él señalaría. Vinieron muchos de su parle, y los
rey que lo era y que le habian dejado hablar con su hijo
mas doctos é insignes varones de lodo su reino ; y de
seria gravemente castigado, se quiso enterar de la verdad
parto de los cristianos vino el verdadero Nacor y fingido
del mismo Josafat; y él se la descubrió, teniéndole una
Barlaan, que para mayor disimulación falsamente había
vez escondido en su aposento para que oyese los santísi-
divulgadoque había sido hallado y preso ; y estando do
mos documentos de Barlaan. Cuando los oyó quedó asom-
esto afligido el príncipe Josafat y temiendo el grave d a -
brado, y para prevenir su dafio, antes que otro le ganase
ño que podría venir á su maestro , Dios nuestro Saltar le
por la mano, contó al rey llanamente lo que pasaba, y
reveló el embuste y maraña del falso Barlaan , y le ase-
como el viejo Barlaan, monge, fingiéndose mercader los
guró que de aquella disputa resultaría mayor gloria su-
había engaBado y pervertido al príncipe y héchole de su
ya. También vino por parle de los cristianos un hombre
bando.
muy principal, sabio y virtuoso, llamado Baraquías, para
No se puede fácilmente creer el sentimiento que tuvo el juntarse con el fingido Barlaan y defender el partido de
rey, viendo que no había podido con toda su diligencia é los cristianos.
I>IA 27. NOYIKMBUE. 451)
Llegando , pues , el dia señalado , el rey en una sala masía saña y furor contra él : y no pudicuílu haberle á
gearule se sentó en sn trono y silla real , y á sus pies el las manos , se volvió contra sus mismos astrólogos y cal-
príncipe Josafal, su liijo , y de una parte s& pusieron los deos , teniéndolos por hombres iimoranles , y que siendo
sabios caldeos, é indios y gentiles , y de la otra solos l í a - muchos y los mas sabios de su reino , no hablan sabido
raquías y el verdadero Nacor, con máscara de Barlaan: al responder á Nacor, y por vengarse de ellos, á unos mandó
cual se volvió Josafat (conociendo bien quién ern y su i n - azotar, á otros desterrar y á lodos maltratar : y no con-
tento por la revelación que habia tenido de Dios ) , y d i - tento con esto , también comenzó á tener en poco sus dio-
jóle : Abora , Barlaan , es tiempo que la doctrina que en ses, y quitarles la reverencia y los sacrificios que ánlcs
mi palacio me, enseñaste y me persuadiste que recibiese, les hacia ; pues no sabían defender su partido y dar mues-
la detiendas en público; porque si así no lo haces , lleva- tras de su gran poder.
rás el pago y castigo que mereces, como persona embus- Ksia mudanza y demostración del rey turbó en gran
lera, y (pie en&tftó al príncipe é hijo de su rey y sefior; manera á los sacerdotes y minislros de los ídolos : y te-
y yo te mandará sacar la lengua y echarla con tu cuerpo miendo que si el rey pasaba adelante en lo que habia co-
á las bestias íicras , para que otros con tu ejemplo escar- menzado, todo el pueblo seguiría su ejemplo , y el culto
mienten , y no pretendan engañar á los hijos de los y veneración de sus dioses caerla, y juntamente ellos per-
reyes. derían sus honras, autoridad y aprovechamientos, procu-
Quedó Nacor atónito con las palabras que le dijo el raron que un grande hechicero y nigromántico , llamado
príncipe, y vió su peligro de cualquier manera que aquel leudas (á que el rey tenia mucho respeto ), viniese de la
negocio le sucediese : porque si hacia lo que el príncipe soledad en que estaba, á la ciudad,pira consolar al rey, y
le decia, temia la ira del rey ; y si hacia lo que el rey animarle y reducirle á la devoción y culto de sus dioses.
quería, no sabia cómo escaparse de las manos del príncipe Vino el mago, y después de otr. s razenes que dijo al rey
que así le amenazaba. Va;'ilanilo, pues, y siendo comba- para consolarle, le aconsejó, que si quería que el príncipe
tido de varias ondas su corazón , inspirándole Dio^ , se su hijo negase la fé de Criólo, procurase que se aficionase
deleruiiuó ( como cosa mas segura ó menos peligrosa i ¿ las mujeres y perdiese la caslidad ; y que para estele
defenderla verdad queJosafat prelemlia. Vinieron, pues, quitase todos los criados que tenia en su servicio , y sola-
á su dispula los caldeos y sabios gentiles con Nacor, y fa- mente le diese doncellas herniosas, galanas y desenvuel-
vorecido del S.Mior, los convirtió de manera qm? no supie- tas, que estuviesen siempre con é l , y con caricias y r e -
ron que respondei le ; porque les probó por razones t n l u - galos le ablandasen ; porque este era el único remedio
rales y fundadas en buena lilosofía , que no puede haber que en caso tan dificultoso é imporlanle podia hallar.
m is que un solo Dios, que es arlí-íice y Señor soberano del Añadió que el tenia un demonio, entre oiivs. muy podero-
cielo y la tierra : que toda la otra chusma de dioses que so, por medio del cual procuraría encender el ánimo del
adoran les gentiles son vanos y falsos, y obras de nuestras principe, y echar aceite en el fuego (pie las doncellas h u -
manos, y que muchos de ellos fueron hombres viciosos, biesen emprendido, y darle tanta batería y tan fút iles
torpes, crueles é indianos del nombre de hombres : que lo asaltos, qu.i el mozo no pudiese resistir : y para persua-
que los bombi es ciegos y desaliñados oitimcu ala rdifíion dir estomas fácilmente al rey , le contó una historia ó fá-
cristiana va fuera de camino ; y que todo lo que olla pro- bula de esta manera, l'n rey (dijo ) poderoso estaba muy
fesa y enseña es muy conforme á toda buena razón y triste por no tener hijos : nacióle uno, y recibió extrema-
á la majestad soberana ó infinita de Dios, y á la virtud y da alegría ; pero los médicos le dijeron, queá lo que c n -
dignidad de los que la profesan. Deshacíase el rey oyen- teudiiin íle la complexión y compostura de los ojos de su
do las razones de Nacor; mas por no descubrir el arliti- hijo, si hasta los doce años de su edad veia sol ó fuego,
c i o y maraña con que Nacor por su orden se habia ven- sin duda por la llaqueza y ternura de ellos perdería la
dido por Barlaan, callaba y disimulaba, finalmente, aca- vista y lolalmeiile quedaría ciego. Temiendo esto el rey,
bada la conferencia y dispula , Nacor aquella noche su padre, le mandó criar en un aposento oscuro, donde es-
(temiendo el enojo del rey) se fué con el principe ( que tuvo hasla qué tuvo doce anos , y después le mandó sacar
lo suplicó á su padre) : y estando los dos solos , entendió de el y ver mundo. Como el muchacho hasta entonces no
de él, que sabia quién era y á lo que. habia venido, j que habia visto cosa, y se hallaba ten nuevo en ledas, íbanlo
á Dios ninguno lo puede resistir , y oyó tales cosas de la mostrando muchas de las cosas que Dios ha criado, y de-
excelencia, pureza y majestad cíela ivjiyion cristiana, que clarándole lo que era cada una y sus nombres, como son,
Nacor se conpungió y determinó á hacerse cristiano , y á oro, plata, jofaa , piedras preciosas , aves , peces, llores,
retirarse á algún desierto á hacer penilnicia desús g r a n - frutas, hombres y animales : entre las otras cosas , t a m -
des pecados. En cumpiiinicnlo de ello se entró en una bién le moslraron algunas mujeres ; y preimnlando él có-
cueva apartada, en compañía de un santo monge, de quien mo se llamabin, un soldado de la guardia d d rey su p a -
fué instruido, enseñado y bautizado, comenzaiulo á hacer dre. I urlándose, le dijo que se llamaban demonios y que
vida, nó de encantador y mago (como ántes lo habia sido), eran los que enredaban á los hombres i y quo después
sino do persona alumbrada déla luz de! cielo y qup asni- que luibo visto lanía muchedumbre de cosas, y holgádo-
raba á la bienaventuranza: de suerte, quo así como leemos so y aprendido los nombres de ellas, le había preguntado
que habiendo el rey Balach llamado al profeta Balaan para su padre cuál de todas las cosas que había visto le habia
que maldijese al pueblo de Dios, cuando él vino lo bendi- dado mayor gusto y deleite ; y que el muchacho habia
j o , y por la maldición le dió la bendición, así Nacor, h a - respondido, que la que mas le habia agradado, eran aque-
biendo venido para opugnar la fé de Cristo . la defendió y llos demonios qué ragaften á los hombres y los enredan,
convirtió en medicina la ponzoña. porque sola su visla le habia encendido en su amor. Por
Cuando el rey supo lo que Nacor habia hecho, creció dondf se ve, dijo él mago , cuán natural es al hombre el
4G0 LA LEYIÍNDA DR OHO. DIA 27.
amor á las mnj^rps, y que no hay olra arma mas fuerte su padre, y que como cautiva le servia. Pasó mas ade-
para ablandarlos y renflirlos, que sus dulzuras y doleitos. lante y tuvo mayor lástima del alma de ella, por ver que
Este fué el consejo de leudas, inspirado de los demonios, era idólatra y can!iva de Satanás. Da este dolor y senli-
á quien el mago servia, y semejante al que Balaan, tam- mioiilo nació en su pecho una ternura y amor, y deseo
bién hechicero, dió al rey Balach para anuinar al pueblo de hablarla para sacarla de las tinieblas en que estaba, y
de Israel. Mandó, pues, el rey quitar todos los criados convertirla á la fé y amor de Jesucristo. Todos estos afec-
á su hijo, y darle doncellas mu^ hermosas, agraciadas y tos eran lazos escondidos de Satanás. Hablóla pues Josa-
compuestas, dándoles la órden de lo que con él debian fat con dulces y cuerdas palabras, declarándola la lástima
hacer. que la tenia por la ceguedad en que estaba, exhortándola
¡ Qué terrible y que espantosa es la astucia de nueítro á dejarla y volverse á Dios vivo y verdadero, y á su ben-
común enemigo, y cuán estrañas son las artes que toma ditísimo Hijo Jesucristo, que por nuestra salud se habia
para perdernos; y cuánta es la bondad del Sefior y la hecho hombre y muerto por nuestros pecados en la cruz.
fuerza de su gracia para ampararnos y defendernos , y No perdió tan buena ocasión la serpiente infernal; antes
darnos después de las duras batallas, victorias, coronas y habló á Josafat por boca de aquella doncella, como habia
triunfos! Maravilloso se habia mostrado el Sefior con Jo- hablado á Adán en el paraíso por boca de olra mujer, la
safat en las cosas que hasta aquí habernos referido i en cual le propuso que baria cuanto él le mandaba si él que-
haberle enviado á Barlaan , para que le enseñase y le h i - ría hacer una cosa, y era, que la tomase por mujer y se
ciese pariieionero de su luz ; y mucho mas en haber sali- casase con ella; pues, aunque era cautiva, era hija de rey,
do tan bien dé la disputa con los filósofos y caldeos genti- y en sangre no le debia nada, y en amarle ninguna olra
les, y ganado para Dios al mismo Nacor ; que en nombre mujer la baria ventaja; y que de su hermosura y otros do-
de Barlaan le habia querido engañar ; pero mas admira- nes naturales, no queria hablar por ser tan manifiesto.
ble fué la providencia con que en este confiieto tan peli- Turbóse el príncipe con esta demanda, y manifestóla que
groso Dios le libró. Vióse el santo mozo cercado por todas él no se pensaba casar: y ella incitada del que hablaba
partes de serpientes infernales, y de crueles, aunque blan-* por ella, con meneos y gestos lascivos le quiso persuadir
dos y suaves enemigos, que con sus gestos , meneos, pa- que á lo ménos se gozasen aquella noche, y que ella le
labras y obras, de noche y de dia, en todo lugar y tiempo prometía luego á la mañana hacerse cristiana y bautizar-
no pretendian sino robarle la preciosa joya de la castidad. se, y que él seria causa de su salvación, y otras cosas le
Hallóse muy angustiado y afligido, y como sumido en lin dijo á este tono, que pudieran ablandar cualquiera pecho
abismo de peligros y dificultades : porque ¿quién traerá de hierro, acero y diamante: y aquel espírilu grande de
fuego en el seno y no se quemará? ¿ Quién andará entre fornicación, á quien el nmgo Teudas habia encargado mas
víboras y basiliscos sin lesión? ¿Quién en un barco tan rs!enegocio, acudió en esta coyuntura, y comenzó á abra-
frágil y quebradizo , como nuestra corrupta naturaleza, sar el corazón de Josafat con unas llamas de amor torpe,
podrá pasar sin hundirse , por un mar tan tempestuoso y tan encendidas, que fué milagro del Señor no quedar con-
tan lleno de rocas, bajíos y corsarios? Volvióse á Dios sumido con ellas; y para derribarle mas fácilmente y e n -
Josafat, entendiendo que sin su gracia no podia resistir: redarle con máscara de piedad, le proponía que no seria
ayunó, veló, oró, derramó muchas lágrimas, pidió favor pecado ni ofensa de Dios, consentir en lo que pedia aque-
al que le habia escogido para tanta gloria suya ; y alen- lla doncella ; pues no lo hacia por deleite sensual ni ape-
tado con el viento favorable de su gracia , salió bien de tito libidinoso, sino para sacarla á ella de la ceguedad en
todas aquellas batallas y peleas, y guardó su castidad. que estaba y del culto de los vanos dioses, y hacerla par-
ticionera de la sangre de Jesucristo y heredera del cielo.
Pero no por esto desmayó el demonio, ni por ser en esta
¿Quién no cayera á tan duros golpes s¡ Dios no le tuviera,
lucha vencido de Josafat, desconfió de poderle denihar y
especialmente siendo mozo y no tan instruido en nuestra
vencer; antes con mayor ímpetu y braveza le acometió de
santa ley? Ya Josafat vacilaba y comenzaba con el pen-
nuevo, y levantó otra tormenta mas brava que las pasa-
samiento á blandear; pero volviendo en sí, cerró los oidos
das, y tan horrible y espantosa, quede ella ninguna per-
á los silbos de la serpiente infernal que hablaba por aque-
sona sin especial y singular gracia de Dios pudiera esca-
lla doncella, y con entrañable aféelo y copiosas lágrimas
par. Entre las otras doncellas quo el rey dió á su hijo
pidió socorro al Señor, dando muchos suspiros y g e m i -
para que le regalasen y entretuviesen, habia una de ex-
dos, suplicándole que le librase de tan manifiesto peligro:
tremada belleza, muy discreta y graciosa, hija de un rey:
y habiendo gastado algunas horas orando y llorando pos-
la cual, habiendo sido cautivada en cierta guerra, había
trado en el suelo, se adormeció, y le pareció que le l l e -
sido presentada al rey Abenner. Fuéla dicho de su parte,
vaban en espíritu por gente que no conocía, á un lugar
que si ablandaba el pecho duro de su hijo, que la daria l i -
amenísimo y excelentísimo, do singular recreación y de-
bertad y aun que la casarla con é l ; y ella, así para alcan-
porte, y tal, que mas parecía un traslado y representación
zar libertad, como por ser mujer del hijo del rey y here-
del cielo que no cosa de la tierra: de aquel lugar fué l l e -
dera del reino, deseaba en gran manera tentar al mozo y
vado áotro, que era figura y retrato del infierno y cárcel
enredarle y atraerle á su voluntad: y el demonio que tam-
de los condenados. Tornó luego en sí: y acordándose de
bién ta atizaba y con nuevas llamas la encendia, preten-
lo que en aquel arrobamiento habia visto, y de los g r a n -
dió engañar á Josafat con nombre y capa de piedad, para
des bienes de un lugar, y de los males del otro, cobró tan
que lo que no habia podido alcanzar de la deshonestidad
exlraño horror y aborreciniienlo á aquella doncella y á las
descubierta, lo alcanzase la cubierta y fingida con celo de
demás que le servían, que por mas ataviadas y compues-
caridad. Comenzó á compadecerse Josafat do aquella don-
tas que estuviesen le parecían feas y abominables, y mas
cella tan hermosa, tan prudente, dolada de tantas gracias
monstruos infernales que mujeres ; y con esta pena
naturalo?, considerando que era hija do rey y cautiva de
DIA 27 NOVIEMBRE. 4CI
que le causaba su vista so ochó on la cama enfermo. ñas que el Señor tiene para con los que conociendo sus
Muy confusos quedaron los demonios por W p * sido culpas las lloran y se enmiendan de ellas, y que todos los
vencidos de un mozo á quien ellos tan terriblemente con pecados del mundo son como una paja comparados con el
todas sus máquinas y poder habian combatido, y vinieron incendio de la infinita caridad de Dios nuestro Señor; se
al nigromántico leudas, c«mo avergonzados y corridos, á animó, y despidiéndose del rey y del príncipe, se fué á su
decirle el suceso de aquella lucha y pelea, y que ellos no cueva, en la cual soba convocar á los demonios, y loman-
lenian poder contra los que se armaban con la pasión y do los libros de sus malas artes los quemó, y de allí se fué
cruz de Cristo, como lo habia hecho Josafat; y que así no á la otra cueva, donde estaba Nacor en compañía de otro
podrían volverá él ni tentarle de nuevo; porque sabian santo monge, del cual fué bien recibido; y después de ha-
qne perderian tiempo por estar el mozo muy fundado en ber muchos días ayunado y hecho penitencia de las c u l -
Cristo. Mas el rey cuando supo la enfermedad de su hijo, pas de la vida pasada, y sido ensenado en loá misterios de
luego le vino á ver para saber de él la causa de su dolen- la religión cristiana, fué bautizado é incorporado en el
cia. El príncipe se la declaró, y le refirió los asaltos que gremio de la santa Iglesia católica romana, el que antes
los demonios le habian dado por medio de aquellas don- con sus diabólicas artes la perseguía. ¿Quién podrá con-
cellas que él habia armado como lazos á sus piés: y como trastar con Dios? O ¿quién piensa poder resistir á su volun-
Dios le habia librado de ellos con la visión del paraíso y tad; pues sola la señal de la cruz confunde y desbarata
del infierno: que él estaba determinado á dejarlo lodo é los ejércitos infernales, y un rayo de su divina luz basta
irse al desierto á vivir y morir en compafiía de su santo para sacar y trasladar á la verdadera vida á los que h a b i -
maestro Barlaan, porque si el rey qucria perseverar en tan en la sombra de la muerte? Ya que Nacor y Teudas,
su ceguedad é irse al infierno, él queria mirar por su alma tan insignes magos é instrumentos de Satanás, quedaron
y agradar á Dios: y que si no se lo dejaba hacer, él de rendidos y postrados á los piés de Cristo, resta que se r i n -
pesarse moriria, y el rey perdería su hijo y dejaría deser da el rey Abenner, como principal capitán de esta guerra
su padre. y mas obstinado en su perfidia: el cual habiendo visto que
No se puede fácilmente decir el sentimiento que causa- ninguno de los medios que habia tomado con su hijo, h a -
ron las palabras del príncipe en el pecho del rey, y los bía aprovechado; ancioso, suspenso, congojado y sobre
varios contrarios pensamientos, que como olas, embis- manera afligido, mandó juntar su consejo de estado para
tieron y atormentaron su corazón, no sabiendo qué medio determinar lo que habia de hacer. Varias fueron al p r i n -
tomarse con su hijo para que le fuese ohediente: si usa- cipio las sentencias de los del consejo del r e y ; pero A r a -
rla con él de rigor ó de blandura: si le casligaria como á ches (que era tenido por mas sabio y como cabeza de los
desobediente y pertinaz, ó le regalarla como á hijo tan demás, y muy privado del rey) fué de parecer qne se pro-
querido y le dejaría hacer su voluntad. Mandó llamar á cediese con el principe con blandura, y que el padre par-
Teudas, de quien mucho se fiaba: descubriendo la a n - tiese con su hijo el reino y le dejase gobernar su parte;
gustia y quebranto de su corazón; y pidióle consejo de lo porque de esta manera conservaría al hijo y al reino en
que habia4e hacer. El mago, confiado en sus malas artes, toda paz y quietud. Este parecer siguieron los demás, y
sagacidad y experiencia, dijo al rey que le dejase hablar el rey vino en ello, y habló con el príncipe y declaró el
con Josafat que él se le ablandaría. Gustó de esto el rey, acuerdo que habia tomado: y el príncipe le respondió, que
y los dos vinieron á verse con el príncipe, con el cual Teu- aunque era su deseo dejarlo todo y retirarse para ser vir
das tuvo una larga plática para persuadirle que era loco mas perfectamente á Dios; pero que le obedecería y ha-
en no obedecer al rey su padre en una cosa tan justa y ría todo lo que le mandase como no fuese contra Dios. El
puesta en razón, como era conservar la religión y culto de rey nombró á su hijo por rey, y como tal le mandó coro-
los dioses inmortales, que tantos varones sabios los ha- nar: y habiendo divididosu reino en dos parles, le cnlre-
bian enseñado, y los príncipes sus antepasados abrazado, gó lá una y le envió á ella acompañada de guardas y sol-
y el rey su padre y todo su reino con las armas defen- dados, y dió licencia á lodos los señores y caballeros y
d i d o ; y esto, por creer que era Dios verdadero un h o m - capitanes de su reino que le fuésen á acompañar. Entró
bre que por sus delitos hubia sido crucificado y habia te- Josafat en una ciudad nobilísima y populosa , para hacer
nido por predicadores de su ley y doctrina á doce pesca- su residencia: y la primera cosa qne hizo, fué mandar
dores pobres y desventurados, que no se podían en nin- poner cruces en todas las torres de ella, y asolar todos los
guna cosa comparar con tantos y tan esclarecidos varo- templos de los ídolos, y fabricar uno solemne y magnífico
nes que habían seguido la religión de sus^adres. El fin de al Dios verdadero, exhortando á todo el pueblo con pala-
la plática fué, que Josafat, con el espíritu y favor del cie- bras cuerdas, graves y amorosas, qae hiciese reverencia
lo, convenció á Teudas, probándole la vanidad y mons- á la cruz y reconociese y adorase al verdadero Dios: y para
truosidad de sus dioses, y la excelencia y armonía de nues- moverlos mas, él era el que iba delante con su ejemplo, y
tra sagrada religión, y que una de las cosas en que mas todo el pueblo le seguía, admirado de la virtud y mudes-
resplandecía su grandeza y virtud, era en haber aquellos tía de su príncipe, y deseoso (como suele) de imitarle y
doce viles y despreciados pescadores rendido y sujetado darle en todo gusto y contento. Con esto comenzó á respi-
á tantos y tan sabios filósofos, como él decía, y á los r e - rar y alzar la cabeza nuestra santa religión, y lodos los
yes poderosos que Ies hacian resistencia, sojuzgádolos y cristianos y mongos, que por temor de la persecución p a -
puéstolos debajo del yugo de Jesucristo. Quedó el ma^o sada se habían desterrado de su patria y huido á los de-
tan trocado y tan convencido, que se resolvió á hacerse siertos, y escondídose en las cuevas y entrañas mas se-
cristiano, y solo temió, que por ser sus pecados tantos y cretas de la tierra, oyendo estas nuevas, volvieron á la
tan graves, Dios no se los perdonaría ni le admiliria á pe- ciudad y vivían en paz y tranquilidad: convertíanse m u -
nitencia. Mas entendiendo de Josafat las amorosas entra- chos y de los mas principales señores á nuestra sania fe.
4G2 LA LEYENDA DE ORO. DIA 27.
y otra genle innnmerabic; y i ) Senor, que es copioso en \ y deseoso d e satisfacer e n algf) la impiedad pasada, deshi-
su misei icoi d i a , no solíHiKinlc sanaba tas almas de los zo con gran fervor lodos los ídolos de oro y plata que ha-
que se bautizaban y las limpiaba de lasimnundicias desús bia en su palacio, y los repartió á los pobres, y acompa-
culpas, sino también á los. que estaban agravados de en- ñado de su hijo derribó los aliares y tempíos de sus
fermedades corporales los daba entera salud. falsos dioses, sin dejar piedra sobre piedra ; y en su lugar
Hizo Josafal consagrar la iglesia que habia edificado, y mandó edificar otros lem píos al verdadero Dios; y lo m i s -
nombró por obispo á un santo varón que habia padecido mo mandó hacer en las otras partes de su reino. Eva cosa
grandes trabajos por Cristo; y de ninguna cosa tenia mas mucho para alabar al Señor, el ver que los demonios que
cuidado, que de amplificar la gloria del Rey de los reyes, antes habitaban en sus antiguos templos, sallan de ellos
y traer á lodos sus subditos á su conocimiento y servi- gimiendo y dando lastimosas voces y alaridos, confesando
cio. Era muy justo, muy templado, muy modesto, pruden- la omnipolencia del Crucificado. Después siendo el rey
te y benigno, y mas padre de todos sus vasallos que rey: Abenner bien instruido en las cosas de nuestra sagrada
socorríalos, en todas sus necesidades con tanta liberalidad, religión, fué bautizado por el obispo, de quien hicimos
que pensaba recibir beneficio cuando le hacia. Con esta mención arriba, y su mismo hijo Josafat fué su padrino
vida y ojiimplo comenzó toda aquella tierra á resplande- y padre espiritual del que lo habia engendrado según la
cer coa una nueva luz, como cuando después de una os- carne. Quedó Abenner tan olro deloquesolia, que r e n u n -
cura y tenebrosa noche amanece el dia muy claro y sere- ció lodo su reino á su hijo, y se vistió de cilicio y ceniza
n o ; y la gente de todas partes, venia para ver al rey J.osa- pora hacer penitcnch de sus pecados, temiendo que por
fal y tomar su religión, y gozar de sus virtudes y gran- ser tantos y tan graves, no habia de alcanzar perdón d e
dezas;; y hasta los, criados del rey Abenner, su padre, de- ellos del Señor; mas el santo Josafat le consoló y alentó^
jaban suservicio y se venian al de su hijo, admirados de dándole á entender cuan grande injuria hace á Dios el que
la excelencia de su persona y gobierno. Este buen gdbicr- desconfía de su bondad y misericordia {que es la cosa de
no lomó Dios nuestro Señor por medio para reducir al ca- que mas él se precia), y que l o d o s los pecados del mundo
mino déla verdad este descaminado padre; porque, vien- cotejados con ella no son mas que una gola de agua res-
do que cada dia florecia mas la religión cristiana que él pecto del m a r . En esta vida y penitencia vivió el rey Aben-
habia procurado extinguir con todas sus fuerzas, y que la ner cualro años, y al cabo de ellos le dió una mortal e n -
de sus dioses se iba menoscabando; alumbrado de un ra- fermedad: y estando cercano á la muerte, bendiciendo á
yo divino, conoció que el hijo andaba por el camino dere- su hijo besándole muchas veces y haciéndole gracias por
cho y llano, y él ciego y fuera de camino. Escribióle una loque habia trabajado por él, y íilübando al Señor por
carta, declarándole ciiiin arrepentido eslaba de haber per- haberle mirado c o n tan piadosos ojos, y sacádole del pro-
seguido á los crislianos, y de no haberle antes creido, y fundo abismo de la muerte en que estaba, y traídole á sxt
lo que deseaba volver la buja y bautizarse y ser cristia- conocimiento, y encomendando su espirilu al que te ha-
no, si Dios le quisiese recibir en su gracia y perdonarle bía criado, acabó el C í t i s o de su peregrinación. El rey J o -
tantos y tan atroces pecados, que con'ra él y contra sus safat mandó veslit el cuerpo de su padre, nó c o n ropas
siervos con lanía impiedad y crueldad habia cometido; y reales y ricas, sino con hábito de pemtencia, y de esta
juntamente le encargaba que le escribiese todo lo que le manera le enterraron c o n gran solemnidad, derramando
parecía que debia hacer para su salvación y bien de su el hijo muchas lágrimas delante del sepulcro del padre:
reino. No se puede creer ni explicar con palabras el júbilo del cual, s i n comer, ni beber, n i dormir, n o se apartó p o r
y regocijo que el alma de Josafat recibió con esta carta de espacio de siele dias, suplicando instantemente al Se-
su padre: enlrósc luego en su aposento, y postrado en el ñor, que perdonase á su padre y le admiliese en las
suelo delante de una imágen de Cristo, hechos sus ojos dos moradas eternas. 1 habiendo cumplido c o n este piadoso
fuentes de lágrimas de consuelo, comenzó á hacer gracias oficio, se volvió á su palacio, y mandó lomur todos los te-
á nuestro Señor, porque le habia oído y concedido la s a l - soros suyos y de su padre y repartirlos á los pobres: lo
vación de su padre, que con tantos y tan largos gemidos y cual se hizo tan largamente, que apenas quedó pobre en
ansias le habian suplicado: y pidiéndole nuevo favor y el reino.
gracia, se partió luego, acompañado de sus gentes y sol-
Pasados cuarenta dias de la muerte de su padre, quiso
dados para su padre, que cuando lo supo le salió á recibir
Josafat cumplir c o n su-deseo, y lo que á Dios babia p r o -
y le abrazó, besó y mandó que se hiciese fiesta publica y
metido. Para esto mandó juntar á los grandes, señores,
solemne por su venida. Después que Josafat hubo repo-
caballeros y muebos ciudadanos de su reino : y estando
sado; estando á solas con su. padre, le dió nolicia de todo
sentado e n su trono real, con aspecto grave y blando, les
lo que deseaba saber, y le declaró ios misterios do nues-
habló de esta manera: Ya veis, como mi padre el rey
tra sagrada religión, de tal suerle, que el rey Abermer
Abenner es muerto, como muere cualquier pobre hombre,
quedó admirado de la sabiduría de su hijo, y compungi-
sin haberle podido librar de la muerte lasgrandes r i q u e -
do de sus pecados y trocado con otro varón; y delante de
zas que tenia, n i la gloria y nombre de rey, ni la muche-
todos los que allí sf hallaban, adoró la cruz y confesó á
dumbre de vasallos y criados, ni los ejércitos poderosos, ni
Jesucristo por verdadero Dios y Señor de lodo lo criado.
yo, que soy su hijo y tanto deseaba su vida. lia i d o á un
Con esta ocasión Josafat habló á los señores, caballeros y
tribunal, donde le pedirán cuenta de té que ha hecho en
capitanes de su padre, de la fé cristiana tan altamente, que
esta vida, sin llevar consigo criado, deudo, n i atnifé qne
lodos á una voz clamaron: Grande es el Dios de los cris-
le pueda ayudar, llagóos saber, que yo siempre he desea-
tianos, y no hay olro Dios sino nuestro Señor Jesucristo,
do eximirme de esta carga que tengo de rey, d e echarla
el cual con el l'íidre y con el Espíritu santo para siempre
sobre otros hombros, y relirarme á alguna soledad,, para
debe ser glorificado. Y el rey Abenner, encendido de celo
cumplir lo que á Dios tengo ofrecido. He dejado hasta
MA 1 1 . NOMBIDRE. 4G3
nliora do hnceilo, por obedom- al roy mi sefior, y por en casa de un pobre hombre, se desnudó de su ropa y se
parocermoqup Dios se qtlMtia servir de mi, para mostra- la dió, y quedó cubierto con solo aquel cilicio, parecién-
ros el camino del rielo y sacaros de las horribles tinie- dole que estaba mas rico y ataviado con él, que con el
blas de la idolatría en (pie eslábades. Ya cumplí con la vo- cetro y púrpura de rey. Comenzó á caminar por aquellos
luntad de mi padre; y vosotros con la gracia del Uey so- desierlos y á comer de las yerbas que hallaba por los
berano babeis abierto los ojos, y conocídole por viiesiro campos, que por ser estériles y sin agua, eran silvestres:
Dios redenlor, y Señor de todo lo criado: ved á quién ycomo una vez hubiese andado hasta mediodía, abrasado
queréis que deje el cetro y la corona. Oyendo esto, alza- del sol y fatigado de la sed, deseó un poco de agua para
ron á una lodos una voz lastimera y alarido doloroso al refrescarse, y ñola halló. Con esta ocasión Satanás le ten-
cielo, con increíbles gemidos y lágrimas, diciendo: que tó len iblemente, poniéndole delante la grandeza del esta-
de ninguna manera lo consenlirian; y jurando que no le do que habia dejado, y la mullilnd de criados que le ser-
dejarian partir; porque él era su rey, su señor, su padre vían, los regidos y deleites que tenía, la aspereza de vida
y su madre y lodo su b i e n ; pues por él, Dios los había l i - que emprendía y las pocas fuerzas de cuerpo para llevar-
brado de aquel profundo abismo y ceguedad en que e s t i - la ; y finalmente, que las almas de todos los vasallos de su
ban, y ahiérloles las puertas del cielo, y alumbrádoles reino estaban colgadas de él, y por su culpa perecerían. Y
con el rayo de su verdad. Vió Josafat los ánimos de lodos como esto-! golpes no hiciesen mella en el pecho fuerte de
tan alterados, que tuvo por bien de mosiiar que quoria Josafat, pretendió espantarle con varias tentaciones v i s i -
consentir con ellos; y con esto los sosegó y los envió mas bles: porque yaseleponia delante en figura de hombre con
consolados á sus casas. Después reí irado á sn aposento, una espada desnuda, amenazándole que le malaria si no
llamó 6 Baraquías, hombre de grande estofa, muy zcloso volvía atrás : ya en forma de beslias fieras, de leones, t i -
de nuestra sania religión, y el (pie juntamente con ¡Sacor gres, dragones y basiliscos que le querían tragar; mas el
íque lingia Barlaan) j se pu-o á defenderla contra los fi- Señor que guiaba á Josafat, le esforzaba para que no h i -
lósofos y caldeos gentiles, como dijimos. Habló Josafat á ciese, caso de aquellos terrores de Satanás, y para que con
Baraquías, y declaróle sn inlenlo y rogóle que tomase so- la señal de la cruz ahuyentase á lodos -aquellos monstruos
bre sí el peso del icino, poique él le quería dejar. Bara- infernales. Trabajó muchos días con esta desnudez y p o -
quías no vino en ello, ántes lo repugnó y contradijo, r e - breza, hasta llegar al desierto de Senaar, en busca de su
prendiéndole de poca caridad j porque si el ser rey (dijo) querido maestro : dióle noticia de él olio solitario, y guió-
os bueno ; ¿por que tú no lo quieres ser? Y si es malo; le á la cueva donde estaba, á la cual llegó Josafat muy g o -
¿por qué quieres que lo sea y o ? No quiso porfiar ,To.-nfat zoso, y llamó pidiéndole bendición. Salió Barlaan: y a u n -
con Baraquías, mas aquella noche escribió una carta llena que Josafat venia muy trocado de lo que estaba ántes; por
de celestial sabiduría á los magistrados y nobleza de su inspiración de Dios le conoció, y los dos se abrazaron
reino, en que los exhortaba á perseverar en la religión con amor lierni.>¡mo é hicieron oración, y dieron gracias á
cristiana y en el amor y temor santo del Señor, y hacerle Dios poríjue se veian juntos en aquel desierto. Dió cuenta
continuamente gracias por las mercedes que de él habimi el uno al otro de loque por sí habia pasado, después que
recibido; y juntamente les decía, que no hiciesen rey á no se habian visto: y Barlaan, entendiendo las grandes
otro alguno, sino á Baraquías, porque él era el que les balabas y contrastes (pie Josafal habia tenido, y las victo-
convenia : y dejando esta carta en su aposento, se partió rias que habia alcanzado de su carne, mundo y demonio,
luego secretamente, y se puso en camino para el desierto. y el dichoso estado en que dejaba las cosas de la cristian-
Pero luego que á la mañana se supo, le tomaron lodos los dad, alabó á Josafat par el trueque tan cuerdo y acertado
pasos y le buscaron, y le hallaron cabe un arroyo haciendo que habia hecho, y de haber comprado la preciosa m a r -
oración, á la horade medio día. Volviéronleá la ciudad, y garita del reino eterno con el menosprecio del temporal de
él se resolvió á no quedaren ella ni un solo dia, y persua- la lierra, glorificando al Señor, que le habia dado lan gran-
dió á la gente que tomasen por rey á Baraquías; y él le de espíritu, y tan próspero suceso á negocio tan arduo y
declaró y nombró por l a l , y le dió los documentos que le dificultoso. Después para regalar á Josafat que venia f a t i -
piu-ecieron necesarios para el buen gobierno del reino. E n - gado del camino, le aparejó un convite espléndido do unas
tre otros le avisó, que así como en la navegación, cual- yerbas crudas silvestres y de algunos daliles; y habien-
quiera falla que haga el pasajero es de poca importancia, do comido los dos, bebieron un poco de agua de la f u e n -
y grave y peligrosa la que hace el que lleva el gobernalle; te, que estaba allí cerca.
así en el gobierno de la república, cuando peca un parti-
Estuvo Josafat con Barlaan algunos añas, viviendo mas
cular solamente hace daño á su persona ; mas cuando el
como ángel en la tierra, que como hombre en cuerpo mor-
rey y gobernador peca, es perjudicial á toda la república.
lal; de suerte, que el mismo Barlaan, que era viejo y sol-
Después, puesto de rodillas y levantadas las manos al cie-
dado veterano , y desde mozo ejercitado en aquella dura
l o , oró y encomendó al Señor todo su reino, y abrazando
milicia, se maravillaba del favor de Josafat. No comía mas
á los señores y personas principales de él, y sobre lodos
de lo que precisamente era menester para sustentarla v i -
á Baraquías (á quien dejaba en su lugar) j se despidió de
da ; velaba tanto las noches , como si no fuera carne : su
lodos con tan extraño sentimiento, sollozos, gemidos y
oración era perpetua; y no perdía un punió de tiempo ni
lágrimas, que no se puede encarecer : solo él estaba se-
estaba ocioso, sino ocupado siempre y alentó en la con-
reno y alegre, y como hombre (pie de un largo y penoso
templación del sumo Bien. Llegóse el tiempo en que el
destierro vuelve á su dulce y deseada patria. Salió vestido
Señor quería llevar de esta vida trabajosa á Barlaan : a v i -
con su vestido ordinario, y debajo de él un cilicio que le
só de ello á su querido hijo y discípulo Josafal, animán-
había dado su buen maestro Barlaan, á quién él iba á bus-
dole á llevar adelante su gloriosa empresa , y aconseján-
car. La noche siguienlc de aquel primer dia, entrando
dole que cada dia pensase que aquel era el postrero de su
464 LA LEYENDA DE ORO. DIA 27.
vida, y principio y Cn de la observancia religiosa; porque sabido de varones insignes y dignos de toda fé. Por donde
agual dando la muerte, no la temeria ni le parecería largo se ve, que esta no es fábula ni invención artificiosa, sino
el tiempo, ni se cansaría con el trabajo de la aspereza y verdadera historia, confirmada con la autoridad de tan se-
penitencia. Dióle mas otros documentos y espirituales con- ñalado varón, como lo noto muy bien Jacobo Bilio en la
sejos: y habiendo dicho misa y comulgado á Josafat; des prefación que hace á esla vida, y se halla en las obras de
pidiénditsc de él amorosamente, y echándole su bendición san Juan Bamasceno, que el mismo Bilio elegantemente
(la cual él recibió derramando lágrimas ), hizo sobre sí tradujo de griego en latín; y el cardenal Baronio siente lo
señal de la cruz y extendió los pies, y con increíble paz y mismo en las anotaciones del Martirologio romano, que
alegría de su alma,la díó á quien la había criado para g l o - hace mención de los santos Barlaan y Josafat á los i l de
ria suya, siendo de casi cien años, y habiendo vivido lo noviembre.
setenta y cinco en aquella soledad, y lleno, no menos de Pero pregunto yo á los que leyeren lo que aquí queda
nierecimíenlos que de años. Tomó Josafat el cuerpo de su referido: ¿ qué les parece de los consejos de Dios, y de los
bienaventurado padre con suma reverencia: abrazóle y medios que toma para amplificar su gloría y salvar á los
lavóle con lágrimas; y envuelto en aquel cilicio que de é que es servido, y sacar luz de las tinieblas, y de las espi-
habia recibido en su palacio, le enterró, cantando los sal- nas rosas, y de la muerle vida ? ¿Quién puede cen ar á
mos acostumbrados de la Iglesia todo aquel día y la noche quien Dios abre, ni poner estorbo á quien él favorece, ni
siguiente: después hizo oración á nuestro Señor, suplican contrastar á su voluntad; pues todas las diligencias del
dolé que no le desamparase por las oraciones de su siervo rey Abenner no fueron parle p;>ra que Josafat, su hijo,
Barlaan, sino que le asistiese, guiase y encamínase, hasta no tuviese noticia de Cristo, y recibiese la luz del cielo?
llegar al puerto de salud y tranquilidad. Acabada su ora- ¿Quién no confiará de poder vencer con la gracia del Se-
ción, quedó dormido Josafat, y en sueños tuvo una reve- ñoría flaqueza de su carne, viendo como la venció Josa-
lación, en que envió á Barlaan en el cielo vestido de glo- fat, siendo príncipe, mozo y rodeado por todas parles de
ria y claridad adaiinible, y la corona que á él le estaba víboras y basiliscos, y estando en medio de las llamas sin
guardada, perseverando hasta e l l i n , y con esta visión que- quemarse? ¿Y qué hombre habrá que no buya del trato
dó muy gozoso, y confirmado en su santo propósito. Vein- familiar de las mujeres, sabiendo que son lazos para el
te y cinco años tenia Josafat cuando vino á él con una vida alma, y ruina d é l a castidad? O ¿qué mujer hones-
del cielo,y tan perfecta como si no fuera de carne. A Cris- la que no haga lo mismo al hombre? ¿Quién se anega-
to tenia siempre presente: á Cristu siempre buscaha; y rá en el abismo de sus pecados, y desconliará de ser per-
siempre parecía que le tenía delante de los ojos, y que te- donado de ellos y de la misericordia del Señor, viendo
niéndole á él, tenia (como es verdad) todas las cosas: y á Nacor y á leudas, magos y lizoneros del ínSerno, y
no se contentaba con servirle con tan gran fervor, cómese á Abenner, derramador de tanta sangre de máitires,
ha dicho, «¡noque cada día procuraba aventajarse mas, y convertidos y admilídos á su gracia y reconciliación?
crecer de virtud en virtud. Y habiendo perseverado todo I Qué gran seguridad tenemos los cristianos de la verdad
este tiempo en esta manera de vida, que aquí queda refe- y excelencia de nuestra sagrada religión, viendo como
rida, crucificado el mundo á él y él al mundo, dejan- triunfa de los tiranos, de los sabios del mundo, y de todo
el poder del infierno, y que las máquinas y ardides que
do el cuerpo en el suelo, voló su espíritu al Señor; y
toma nuestro enemigo para olíscurecerla y derribarla,
aquel mongeque le había guiado á la cueva de Barlaan,
ellos mismos sirven para ilustrarla mas y estableceila!
avisado del cielo, se halló á su muerte y tomó su cuerpo,
Pues los hombres regalados, ambiciosos y codiciosos, que
y con himnos y cánticos eclesiásticos, y gran devoción y
beben los vientos, y se apacientan de bellotas, y se revuel-
ternura, le enterró en el sepulcro de su padre Barlaan, y
can en el cieno de sos vicios como puercos^ i qué motivos,
se partió luego para la India, por otra revelación que tuvo,
qué estímulos tienen aquí para abrir los ojos: y m i r l a d o
y díó cuenta al rey Baraquías, de lo que habia sucedido á
al cielo, menospreciar todas las cosas de tierra, y morir al
Josafat, y de su vida y muerle ea el desierto. El rey Bara-
mundo para vivir á Dios, como lo hizo Josafat: el cual,
quías, en sabiéndolo, se puso en camino, acompañado de
siendo rey en la flor de su edad, tuvo el reino por caiga y
multitud de gente de su r e i n o , y llegó hasta la espelunca
le dejó, y con él todas las grandes riquezas y delicias que
donde los dos santos Barlaan y Josafat estaban sepultados,
poseía, y vestido de desnudez y cubierto de cilicio, en un
y vió que los cuerpos de los dos estaban enteros, y los
desierto, y acompañado de fieras y juntamente de ánge-
vestidos con que estaban cubiertos como silos acabaran de
les, vivió tantos años con aspereza mas que humana y
enterrar, y que despediaa un olor suavísimo y una fragan-
como peregrino del mundo y morador del paraíso I Pero
cia mas del cielo que de la tierra. Mandó ponerlos cuer-
el Señor le confortó y le díó perseverancia, y le hizo g l o -
pos en cajas ricas y adornadas, y llevólos á la India, y
rioso en el cielo y en la tierra, y con su ejemplo nos ense-
colocólos magnífica y regiamente en aquella iglesia que ñó, que es tan grande bien el gozar para siempre de su
habia edificado JosafaU, obrando Bios muchos y grandes gloriosa vista, y de la compañía de todos los cortesanos de
milagros por ellos, y dando salud por su intercesión á los su córto real, que lodos los trabajos y penas que por l l e -
enfermos, y haciendo otras maravillas y grandes merce- gar á él se lomaren, se deben eslimar como ti no fuesen;
des á los que venían á su sepulcro, ó se encomendaban á y que la gloria es tan inmensa ó incomprensible, que por
ellos. mucho que nos cueste, siempre se compra de balde. Dé-
Esta es la suma de la vida de estos dos santos confeso- nos su divina Majestad su espíritu, para que lo conozca-
res Barlaa» y Josafat, sacada de la que escribió en un libro mos, é imitemos á estos santos, que tan bien le supieron
grande san Juan Bamasceno, autor santísimo y doctísimo, imitar.
y que há mas de ochocientos y cincuenta años que flore-
ció : y dice al fin de la vida, que la escribe como la había * LOSSAMTOSBASIUH^AUXIUO Y SATURNINO, MÁRTIRES.—
DIA 28. NOVIEMBRE. 465
Se sabe del primero, que era obispo de una de las ciuda- mucho fervor al paso para la eternidad. San Virgilio fué
des de Asia; y que hallándose en Anlioquía cuando el e m - solemncmenle canonizado por el papa Gregorio IX.
perador Decio perseguia la Iglesia de .lesucrislo, fué pre- SAN ECCICIO, ERMITAÑO Y CONFESOR.—Natural de Fran-
so, junto con Auxilio y Saturnino. Fueron muchos los tor- cia, de padres extremadamente pobres. Después de haber
mentos con que fué probada su fe, hasta que por último servido en clase de criado en un monasterio de la diócesis
murieron en ellos. de Burges, lomó el hábito en la misma casa. Cuando fué
Lo i SANTOS IRENARCO, ACACIO, Y SIETE SANTAS MCJEUES, ordenado sacerdote, obtuvo permiso para relirarse á un
MÁmiaES.—Durante la persecución de Diocleciano, eran lugar solitario en el territorio de Rerry. Estuvo dotado del
estas santas un dia atormentadas en Sebaste de Armenia, don de profecía y de milagros, y murió santamente el
y á vista de su constancia, se convirtió á la fé de Jesucris- año S l i .
to un gentil llamado Irenarco, que fué bautizado por el SAN MAARSAPOR, MÁRTIR.— Fué un príncipe persa, á
presbítero Acacio. En seguida ambos sanios fueron asocia- quien sus virtudes y su zelo por la religión hicieron mas
dos al glorioso martirio de las siete sanias mujeres, y lodos recomendable aun, que su ilustre nacimiento. A causa de
consumaron juntos su combate, siendo degollados por o r - profesar la religión cristiana fué preso por orden del rey
den del gobernador Máximo. El l*. Pagi dice que este mar- de IVrsia, y después de sufrir varios inlerrogatotios, fué
tirio sucedió el año 393. metido en una prisión, donde estuvo tres años sufriendo
Skn VALERIANO, OBISPO Y CONFESOR.—Sucedió á Forlu- todas las incomodidades déla inmundicia, el hambre y la
naciano, obispo arriano, en la silla episcopal de Aquileya, oscuridad. Pasado este tiempo, le hicieron sufrir un nuevo
en tiempo del emperador Valenliniano. Purgó su diócesis ¡ulcrrogatorio, después del cual lo echaron en un boyo,
de la herejía y reformó la disciplina, d e modo que ha- cuya abertura taparon berméticamente. Después de a l g u -
blando de él san Gerónimo en las carias 42 y 43, dice nos dias, los soldados fueron á abrir aquel hoyo, y en-
que su rebaílo llegó á transformarse en un coro de santos. contraron al glorioso mártir sin vida, pero de rodillas y
Valeriano presidió el concilio de Aquileya, congregado rodeado de luz, en cuya postura habia muerlo el dia 1 1
por Graciano contra los arríanos, y después de haber de noviembre del año 4 2 1 .
prestado importantes servicios á la religión, murió santa- SAN SEVERINO, CONFESOR.— Fué monge y solitario en
mente éntrelos anos 3T2 y 3 8 1 . el territorio de París. Sus muchos milagros y las eminen-
SAN MÁXIMO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Provenza, de tes virtudes que en su conducta resplandecieron, le bicie-
padres piadosos, que le educaron en la piedad y en el ron admirable á sus contemporáneos y glorioso en la Igle-
horror al vicio. Desde su niñez estuvo dotado de todas las sia de Dios.
gracias y virtudes. Fué amante del retiro y de la morti- SANANSUIUO, OBISPO.—Este ilustre español, compañero
ücacion, se dedicó á los esludios, y procuró ya en aque- y amigo de san Rosendo, fué obispo de Orense, cuya Igle-
lla edad ser el consuelo y amparo de los pobres, cutre sia gobernó por muchos años, hasta que sintiendo acer-
los cuales distribuyó después el produelo de sus bienes, carse su fin, renunció el obispado y se retiró al monasterio
para abrazar la vida religiosa en el monasterio de Lerins. de san Estéban de Rivas de Sil, donde vivió unos dos años
En 426, fué elegido abad de! mismo monasterio, que a d - como el mas humilde de los monges. Glorificado con el don
quirió nuevo lustre bajo la dirección del santo. Al cabo de de milagros y de profecía, murió el dia 26 de enero del
siete aíios, fué elegido y consagrado obispo de Riezen año92;>. Su cuito consta estar ya establecido á principios
Provcnza, cuya ciudad le recibió como un ángel enviado del siglo I I I .
del cielo para dirigirla en los caminos de la santidad. En SANTA MARINA, MÁRTIR.—Están discordes los historiado-
su nuevo estado fué Máximo perfecto ejemplar de zelo, de res acerca de la existencia, patria y martirio de esta sania
humildad, de paciencia y de amor á los pobres. Asistió á virgen.. Lo que únicamente puede asegurarse, dice el
los concilios celebrados entonces en las Gallas, y murió r o - P. Florez, que fué martirizada en Galicia á dos leguas de
deado de gloria y cubierto de bendiciones, por los años Orense, donde se venera su sagrado cuerpo en una igle-
de 462.
sia de su nombre, en un sitio que llaman Aguas Sanias.
SAN ACAMO, CRISPO Y CONFESOR.—Floreció en el siglo VU. La devoción que se tiene á esta santa en algunas comarcas
Tomó el hábito en el monasterio de Luxeu, fué discípulo de de Galicia es muy grande.
san Columbano, y el año 621 lo sacaron de su retiro para
colocarle en la silla episcopal de Noyon. Fué prelado emi- DIA 28.
nente, ilustre en grandes virtudes y en milagros. Estuvo
unido en amistad con el rey Dagoberlo, que á sus instan- SAN GREGORIO I H , PAPA Y CONFESOR.—por muerte del
cias prestó servicios importantes á la religión, y murió el santo ponlíflce Gregorio, U de este nombre, fué constituido
año 639. y aclamado de toda la córle romana, impensada y mila-
SAN VIRGILIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Irlanda, y grosamente, para la suprema dignidad y régimen de la
fué universaltnenle respetado por sus virtudes y sabidu- nave de san Pedro, Gregorio 111, romano de nación, hijo
ría. En tiempo de! rey Pepino, pasó á Francia; permaneció de Juan, natural do Siria. Era Gregorio dado á lodo g é -
dos años en la córle, que edilicó con sus ejemplos, y des- nero de virtudes, humilde, manso, caritativo, afable y d e -
pués fué consagrado obispo do Salsburgo, en 766. E m - voto; tanto, que juntamente se mereció la común acla-
prendió el ejercicio de su minislerio con tanto zelo, que mación de todo el pueblo. Su hacionda la gaslaba toda
enconlrando eslrecho el límite de su diócesis para su zelo, (que era mucha) en redimir cautivos, remediar viudas y
se dingió a la Carintia, do cuyos países fué luego aclama- huérfanos, pagar deudas de aquellos que estaban por ellas
do apóstol. Restituido á su rebaño, murió el dia 27 de no- en las cárceles y no tenían con qué pagarlas, y remediar
viembre del año 780, después de haberse preparado con todo género de necesidades. Sabia con toda perfección las
TOMO m . 59
406 Í A LEYFNIU DE ORO DÍA m .
leHguns griega y latina, y era tan docto en las divinas Es- Con estas y semejantes ocupaciones era Gregorio ama-
crituras, y tenia lal facilidad en interpretarlas, que era un do de Dios y de ios hombres: y cuando nuestro Señor fué
milagro e n l o d o . Con estas virtudes llegó á merecer la servido llevársele para sí, envióle una enfermedad, de que
dignidad de sacerdote y ser predicador acérrimo de ta vino a morir y descansar en el Señor, á 28 de noviembre
fé, granjeando tanto la voluntad de Dios y do los hombres (dia en que la Iglesia le celebra), en el año del Señor de
qiR' hallándose en el entierro de su antecesor, inspiró Dios 7 4 ! , habiendo regido santísimamente la nave de san Pe-
¿inflamó las voluntades de todos, de suerte, que desde el dro diez años, ocho meses y veinte y cinco dias. Hizo tres
menor al mayor comenzaron á aclamarlti por digno suce- veces órdenes, ordenando ochenta obispos, veinte y cuatro
sor de Pedro; y llevado por fuerza en hombros de lodos, presbíteros y tres diáconos. Fué sepultado en la iglesia che
fué colocado en su silla, siendo emperador León Isáurico San Pedro, y vacó ¡a silla nueve dias. Escribieron su vida
y su hijo Constantino Coprónimo, á quienes condenó y Boda; Usuardo; Adon; lllescas en la Historia pontifi-
anatematizó en un concilio general, que juntó de casi mil c a l ; Platina; Pedro de Nalalibus i n Calhnl. sanct., lib. x,
obispos, por la perversa herejía en que habían incurrido cap. 118 ; el Marliroiogio romano; y Baronio en sus ano-
contra las santas imágenes, quitándoles del todo la vene- taciones y en el tomo ix de sus Anales^ año T i l , núme-
ración tan debida de los fieles, y martirizado á irifmiios, ro í), ele.
porque no seguían su diabólica secta, en que afirmaban * SAN RUFO, MÁRTIR.— Cuando imperaba Diocleciano
ser idolatría venerar y adorar las imágenes sanias, j Qué vivia este santo en Roma, de cuya ciudad era natural.
error tan grande! Como si no supiesen los católicos que San Crisógono lo convirtió á la religión de Jesucristo con
las imágenes no se ponen en los templos, ni en otra parle, toda su familia; y fué tanto lo que quedaron lodos con-
para que las adoren parando en ellas, sino en lo repre- vencidos do la tiivinidad de la religión, que no dudaron
sentado por ellas : ni se ponen para idolatrar, como hacian sacrificar sus vidas por Jesucristo. Fué su muerte el
los gentiles, sino para exhortar y provocar á devoción al año 303.
pueblo cristiano, y para levanhir los pensamientos al cielo, S\x SOSTIÍNES, MÁRTIR.— Fué de Coi iufo, y era príncipe
adorando á Dios nuestro Señor en la memoria, que se des- do la sinagoga cuando san Pablo empezó á predicar el
pierta por la imagen suya, y alabando á su inmensa b o n - Evangelio en la misma ciudad. En el cap. 18 de los Hechos
dad por la ropreseulacion que hacen las imágenes de sus de los apóstoles leemos que fué golpeado por los judíos
santos: pues nadie ha de ser tan necio ni loco, que no vea delante del tribunal, en presencia del procónsul Gaiibn.
que la imagen de piedra, de madera ó pintada, ni es Dios El mismo apóstol san Pablo en su primera carta á los c o -
ni su Madre, ni el santo, ni á ella se debo la adoración en rintios le llama'su hermano. El Marliroiogio romano dice,
cuanto tal, ni en sí, sino respecto de Dios ó de su Madre que habiendo sido apedreado, eonsasró COfi un esclarecido
santísima, ó del santo que representa la lal imagen. martirio las primicias de su fé. Créese que murió por los
Por esta misma razón, y en el mismo concilio, mandó años de ü í de Jesucristo.
este santísimo ponlííice Gregorio renovar todas las i m á - LOS SANTOS PAPlxMANO Y M A N S U E T O , OBISPOS Y MÁRTIRKS,

genes y piu'uras antiguas, y hacer olrajj muchas de nue- Y LOS SANTOS VALERIANO, URBANO, CllESCENTE, EUSTAQUIO,
vo, muy ricas y devotas. Mucho tuvo en qué merecer el CRESCONH, CllESCENGlANO, F É L I X , ORTOLANO Y F l . O R E N C I A N O ,
santo Gregorio por causa de esta defensa de las santas OBISPOS Y CONFESORES.— Los dos primeros, en tiempo de la
imágenes: pero al ün Dios lo libró de lodos sus enemigos. persecución de los vándalos, por órden de Genserico, rey
Estuvo dos veces sitiado en Roma por el rey de los i o n - arriano, fueron quemados por todo el cuerpo con planchas
gobardos Luilprando, y siempre quedó bien con la ayuda de hierro encendidas, y así consumaron su glorioso mar-
de Dios y de los príncipes cristianos que le favorecían. Sa- tirio en defensa de las verdades católicas, el año 4 i 2 , en
có á Roma, á Italia y á España del yugo de los perversos Africa. Al mismo tiempo fueron desterrados y persegui-
y borejes empi'radores. Libre ya de las guerras y asedios dos los demás santos obispos de que hacemos memoria,
se dió lodo á sus santos ejercicios, ayunos y limosnas, también en distintas ciudades de África y por los miamos
edificando nuevos templos y beriiio.si'áudolos con sagradas motivos que los dos primeros sufrieron el martirio.
imágenes. Ordenó y hermoseó el altar mayor de la iglesia SAN E-ÍTÉRA.N I;L JOVEN, SAN BVSILIO,SAN PEDRO, SAN A x -
de San Pudro con muy ricas colunas de piedra ónix, y p u - DUÉS Y OTROS TRESCIENTOS T R E I N T A Y N U E V E MONGES MÁRTI-

so sobre ellas una corona ó cubierto de vigas de piala, y RES.—San Estéban es uno de los mas ilustres mártires que
encima muy ricas y hermosas imágenes de nuestra Seño- derramaron su sangre por la fé en la persecución de los
ra, y de los santos apóstoles. Hizo también una capilla iconoclastas. Habia nacido en Constantinopla el año 7 1 1 ,
muy rica en la misma iglesia, y puso en ella muchas r e l i - y fué consagrado á Dios desde el seno de su madre. Sus
quias de santos, y dotóla para que cada dia se dijese en padres, que eran ricos y virluosos, le dieron una educación
ella una misa. Dióle á la misma iglesia muchos y m u y esmerada, y él la hizo fructificar por medio de su inclina-
ricos vasos de oro y plata, y mandó labrar una imagen ción natural á la piedad. Cuando León el Isauro declaró su
denuestra Señora la siempre Virgen María, sin pecado con- persecución contra la Iglesia, Esteban entró monge en un
cebida, con su precioso Hijo en los brazos, de oro finísi- monasterio cerca de Calcedonia, en el cual se distinguirt
mo, la cual dura hoy y se *ve en Santa María la Mayor. por sus esclarecidas virtudes. Poco después hizo un viaje á
Reparó la iglesia de San Grisógono y puso monges en ella, Conslanlinopla, vendió cuanto tenia y distribuyó aü p r o -
y lo mismo hizo en otras muchas parles: dióles rentas y duelo á los pobres. A la edad de treinta años fué unáni-
posesiones con que se sustentasen, y regla que guardar. memente elegido abad de su monasterio, donde empleó su
Mandó que en la iglesia de San Pedro hubiese la frecuen- pluma y su zelo en la defensa del culto do las santas i m á -
cia y órden en celebrar los divinos oficios,, que hoy se o b - genes. El emperador Canslantino Coprónimo, viendo que
serva y entonces no habia. aquellos monges se ocupaban con tanta eficacia en contra-
DÍA %m NOVIEMBRIÍ. 467
l i a r sus mii-as, mimJó al inoiiask'iio una compafiía de Sisinio, diácono: el cual con su gran caridad y fervor dtí
fíoldatlos, con órtlo¡i de degollar a los mongas, de destruir espíritu, sobre la carga suja propia lomaba la de san
'as imágenes que en él habia y de pegarle fuego. La ór- Salurnino , y llevaba la una y la otra sobre sus hombros,
déa fué puntiialmenle cumplida, y el santo abad Esteban con gran esfuerzo y alegría cantando salmos é himnos al
fué arrebatado de su mansión, cruelmente mallratado y Señor. Quedaron espantados los ministros del emperador
llevado á Gonstanlinopla, donde sub ió algunos iulerroga- de la carida 1 de Sisinio, y del contenió que mostraba en
lorios, y después lo melieron en una cárcvl, en la que es- aquel penoso trabajo. Dieron parle de ello á un tribuno
tuvo dos artos. Al cabo de este tiempo los herejes lo saca- llamado Espurio, y él lo comunicó con el emperador Ma-
ron de allí para arraslrarlo por todas las calles de la c i u - ximiano, el cual mandó traer delante de sí á Saturnino
dad, en cuyo martirio espiró, el año 1 6 1 . y Sisinio, y después que en vano los tentó y amenazó, y
SANTIAGO, CONFESOR,— Natural de la Marca de Ancona, procuró reducirá que sacrificasen á sus dioses, los e n -
de padres algo acomodados, descubrió desde niño gran tregó á un prefecto llamado Laudino , para que sacrifica-
disposición para la virtud. Después de haber hecho sus sen ó muriesen á sus manos. El prefecto los echó en la
estudios con aprovechamiento, se fué á Fiorencia, donde cárcel donde estuvieron algunos dias, y convirtieron á
ob'.uvo un cargo respetable. Poco después, disgustado de la fé de Cristo á muchos gentiles que venian á ellos. De allí
'os peligros del mundo, abrazó el estado religioso en la á treinta y dos dias, el prefecto los mandó traer delante
orden de San Francisco. En el convenio de la Porciúncnla de s í , cargados de cadenas , y los piés descalzos, y b a -
pasó cuarenta años entregado á todos los rigores de la pe- ilándolos constantes y determinados á morir mil muertes,
nitencia y á los mas puros fervores de la oración. El sa- antes que negar á Jesucristo, hizo traer un ídolo para que
crificio de la misa excitaba toda su ternura, y los pobres lo adorasen ; y poniéndoseles delante, san Salurnino l e -
eran el objeto de su mas constante solicitud. Fué admira- vantó la voz y dijo: Confunda el Señor á los dioses de los
ble en pureza y humildad, y estuvo dolado de esa elocuen- gentiles. A esla voz cayó el ídolo desmenuzado en tierra,
cia dulce y persuasiva que arrastra los corazones á la v i r - y dos soldados llamados Papias y Mauro comenzaron á
tud. Por esto sus sermones obraron tantas conversiones. dar voces y decir que Jesucristo á quien adoraban Salur-
Rehusó el arzobispado de Milán, y murió santamente en nino y Sisinio, era el Dios verdadero. Mandó el prefecto
un convenio cerca de ¡Nápoles el día 28 de noviembre del pom r en el ecúleo á los dos sanios, y levanlados en alto
afio t i 7 9 áios noventa de su edad. herirlos con azoks cruelísimos y desgarrar sus cuerpos
con escorpiones; y ellos con gran regocijo cantaban: Glo-
SAN CONANCÍO, OHISPO Y CONFÜSÜÍI.—Floreció en tiempo
ria sea á l i , Señor Jcsnci islo, porque nos has hecho p a r -
de san Isidoro, pues fueron juntos al concilio 1Y de Tole-
liciüiu'ios de los trabajos de tus siervos. Como esto v i e -
do. Conancio a.-isiió también al V I . como obispo de Paten-
ron los soldados Papias y Mauro, que se babian conver-
cia. Fue varón respe!;ib!e por su gravedad y modestia, y
tido cuando el ídolo cayó en tierra, ganosos de la corona
mas que (odo por las grandes virtudes pastorales en (pie
del martirio , y llenos de una santa ira contra los verdu-
resplandeció, con edilicacion de sus ovejas y de todo el
gos , les dijeron en alta voz : ¿ Es posible que el demonio
reino, (jobernó la iglesia de Palencia desde el año (¡0!)
eslé tan apoderado de vosotros que os haga ser tan crue-
basta el (>;)!), en qne minió. Sobresalió en todos los csln-
les con estos siervos de Dios? Oyólo el prefecto Laudicio,
dios eclesiásticos, y principalinenfe en la elocuencia sa-
y enojado contra ellos, mandóles dar muchos golpes con
grada.
piedras en las bocas , y llevar á la cárcel, y después f u e -
ron marlirizados. Mandó traer hachas encendidas y pegar
DIA 29. á los costados de Saturnino y Sisinio; y visto que todo
esto no bastaba, ánles que estaban en aquel tormento con
SAN SATUIININO V SAN SISINIO , MÁUTIUES.—Viéndolos
mucria paz alabando al Señor, los mandó llevar á degollar
empei adores Diocleciano y Maximiano que no podian con
dos millas de Roma, en la vía Nomentana. Sus cuerpos
tormentos y muertes agotar á los ciislianos, y que la
recogió un varón r i c o , poderoso y muy devoto , llamado
sangre que de ellos derramaban era como una semilla que
Trasso (que gastaba su hacienda en susUrilar y socorrer
daba ciento por uno ; hallaron otra manera para afligir á
á los cristianos que trabajaban en aquellas Termas), el
los crisiianos con un prolijo y penoso marlirio, conde-
cual los sepultó en una heredad suya á los 29 dias del
nándolos á sacar y llevar piedra y arena, y lodo lo que era
mes de noviembre ; y en el mismo hace conmemoración
menester para los editi( ios públicos. Y puesto caso que
de san Salurnino la Iglesia católica. Fué el marlirio de
los hombres nobles y los soldados, según sus leves no
estos dos sanios el año de 303 , imperando Diocleciano y
podían ser condenados á oficios tan bajos y viles; ioduvia
Maximiano, cinco años después que se comenzó el sober-
para mayor menosprecio é ignominia de la religión cris-
bio edificio de las Termas. Hacen mención de ellos los
liara , sin tener respeto á nobleza, dignidad ó grado a l -
Marlirologios romano, el de Reda, Usnardo y Adon; y
guno, condenaban á lodos los crisiianos indiferentemnile
ios Arlos de Marcelo, papa , y Raronio en las anolaciones
á Irabajar en eslas obras públicas, sirviéndose de ellos
del Mnrlirologio romano , y en el n tomo de sus Anales.
como de esclavos. Entre estos que así fueron condenados
en Roma para trabajar en las Termas que Maximiano l a - * SAN SATÜKNINO, OBISPO Y MÁRTIR.—Este santo es cono-
bró en honra del emperador Diocleciano (por haberle he- cido por san Sernin éntrelos franceses. El papa san Fa-
cho su igual en el imperio), fué uno Salurnino, varón bián le envió desde Roma á predicar el Evangelio á las
sanl.o y de anciana edad : el cual (no pmltemlo por sus Gallas el año 245. Fué consagrado obispo por el mismo
muchos años y pocas fuerzas llevar la carga pesad a que papa , lijando después su silla en Tolosa que era enlonces
los sobrestantes de aquel edificio tan suntuoso querian) colonia romana. Los enemigos de la religión cristiana le
era ayudado de los oíros cristianos, particularmente de prendieron en 250 , sufrió muchos tonnenlos, y atáronle
4G8 LA LEYENDA DE ORO DIA 30
por los piés á las astas de un t o r o fm ioso que l o despedazó. eres Simón , hijo de Juan , y le has de llamar Cefas , que
Su martirio fnó en e l capitolio de la misma ciudad de se interpreta Pedro. Este fué el primor conocimento que
Tolosa. de Cristo tuvo san Andrés, y esta la primera buena obra
SAN I'ARAMON, MÁUTIII.—Ignoramos e l sitio donde este que después de aquel conocimiento leemos haber hecho,
santo con oíros trescientos setenta y cinco compañeros, comunicando á su hermano el bien que habia descubierto,
sufrió el martirio. Sabemos s í , por e i cardenal Itaronio, y llevándole al Señor para que también él lo conociese.
q u e todos estos gloriosos mártires murieron por l o s años Después de esto , andando los dos hermanos pescando y
de 2o í , de resultas de los impíos edictos del emperador echando las redes en el mar de Caldea (porque vivian de
Decio. aquel ejercicio}, pasó Cristo y díjoles que le siguiesen,
SAN RUTOLDO, OBISPO Y CONFESOR.—Los franceses le lla- porque los quería hacer pescadores de hombres; y ellos
man san Radbod. Fué natural de Francia , y tuvo por dejadas las redes y pesca, le siguieron y le acompañaron,
padre á un príncipe d e ios frisones. Educóse en la escuela y él los hizo sus apóstoles. Cuando nuestro Salvador es-
de Colonia, y después f u ó á perfeccionarse en la córtede tando en el monte, quiso hacer el milagro de los cinco
Carlos Calvo y de su hijo. A s u sabiduría y virtudes debió panes y dos peces, y dio de comer á cinco mil hombres,
el ser elegido obispo de Ulrcch , cuya Iglesia gobernó en después que san Felipe preguníado del mismo Señor dónde
santidad hasta que s o retiró á un desierto donde murió el se compraría pan para tanta gente, respondió una palabra
ario 9 i 8 , el dia 29 de noviembre. de desconüanza y poca f é , san Andrés dijo que allí estaba
SAN FJLOIIE.NO, MÁRTIR.—En Ancira de Galacia, en un mozo con ciaco panes de cebada y dos peces; aunque
tiempo del emperador A u r e l i a n o , fué este santo preso por también mostró su flaqueza añadiendo: Pero ¿qué es esto
ser ciisliano y conducido al prefecto. Interrogado por su para tanta gente? Otra vez vinieron unos gentiles con d e -
religión contestó que solo adoraba al D i o s único que habia seo de ver al Señor: hablaron con san Felipe y rogáronle
criado todas las cosas. Después de esta respuesta , le t a - que se le mostrase. San Felipe dió parle á san Andrés, y
ladraron las manos y los piés, lo entregaron á los anima- los dos le dieron razón de aquella gente que le buscaba,
les que le atormentasen, le metieron en un horno encen- que es señal déla particular familiaridad que san Andrés,
dido , del cual salió ileso, y habiéndole clavado unos con el Señor tenia ; y esto es lo que en el sagrado Evan-
clavos en las manos, los pies y la cabeza , en cuyo tor- gelio hallamos escrito de san Andrés, y que fué escogido
mento glorificaba á Dios, murió el ano 273. por uno de los doce apóstoles, y san Lucas le nombra el
primero después de san Pedro ; y fti h b r o de los He-
Los SANTOS BLAS Y DEMETRIO, MÁRTIRES,—Derramaron
chos apostólicos le cuenta éntrelos otros apóstoles que en
su sangre por la confesión de la verdad evangélica , en
ei cenáculo estaban en oración aguardando la venida del
Veroli, durante los primeros siglos de la Iglesia, según
Espíritu Santo. El resto de su vida, predicación y martirio,
Ferrarlo.
hahemos de sacar de graves y santos autores, y especial-
SAN BRANDON, ABAD.—Es patrón titular de la catedral
mente de lo que los presbíteros y diáconos de la Iglesia de
de Ardfert , en el condado deKerry , en cuyo pais habla
Acaya (como testigos de visla) escribieron de su gloriosa
nacido y se habia educado bajo la dirección de su obispo
muerte á todas las Iglesias de la cristiandad, que esto es
Ert. Habiendo abrazado el estado monástico, fundó el
lo cierto y donde no hay .tropiezo.
monasterio de B i r r e , en el condado de K i n g , donde m u -
rió lleno de merecimientos. Después que los sagrados apóstoles fueron vestidos del
SÍNTA IIXJIINADA, VÍRGEN.—Parece que floreció en el Espíritu Sanio, y recibieron l u z , amor y valor del cielo
siglo I I I , y que murió el ano 303 , no habiendo podido para conquistar el mundo y sujclarlo al Fvangelio del
conseguir ta corona del martirio que habia sido por m u - Señor, y estuvieron algunos años predicando por Judea,
cho tiempo el objeto desús ansias. Consagró su integridad se repartieron por todas las provincias del mundo, cada
virginal á Jesucristo, y acabó felizmente sus dias en Todi, uno en la que Dios le señaló. A san Andrés le cupo la
en Italia. provincia de Scilia.como lo dice Orígenes; y Sofronio
añade, que no solamente predicó á los scitas, sino t a m -
DIA 30. bién á los sogdianos, sacos y á los pueblos de Etiopía; y lo
mismo dicen Doroteo y san Isidoro. El Martirologio romano
SAN ANDRÉS , APÓsm.—San Andrés, apóstol y her- dice que predicó en la Tracia y en Scilia; y lo mismo dice
mano mayor de san Pedro, fué natural de Bethsákla, l u - Nicéforo, y que ilustró con la luz del Evangelio á Capado-
gar en la provincia de Galilea: fué el primero de todos cia, Galicia y Bilinia, hasta el marEuxino. San Gregorio
Jos apóstoles que conoció y trató á nuestro Señor Jesu- Naciancono dice que se extendió hasta Epiro, que es la que
cristo ; porque? siendo discípulo del gran Bautista (que no ahora llamamos Albania, y son Juan Ciisóstomo, quo
es pequeña señal de su buena inclinación y piedad), un predicó á los griegos. Esto es lo que hallamos en los san-
dia viendo san Juan al Señor , dijo : Este es el cordero de tos y graves autores de la predicación de san Andrés, y
Dios; y luego san Andrés con otro su condiscípulo se fué no hay duda sino que fué acompañada de muchos y gran-
en seguimiento de Cristo: el cual volviendo á ellos su d i - dísimos milagros; y que convirtió muchos pueblos á ia
vino rostro, y viendo le seguían, les preguntó, ¿qué fé de Cristo nuestro Salvador, alumbrando con el r e s -
buscaban? Ellos lo respondieron que deseaban saber plandor del cielo á los que estaban en las tinieblas y
dónde posaba. Llevólos consigo: túvolos un dia en su sombra de muerte. Abdlas Babilónico y otros autores
compañía : conversaron y hablaron largo con é l , y e n - escriben muchos milagros en particular, que por el
tendieron que era él el verdadero Mesías. Dió san Andrés santo apóstol obró el Señor , de los cuales solo quiero
cuenta á su hermano Pedro del bien que habia hallado, y yo referir aquí algunos, quo me parece pueden ser
llevóle consigo á Cristo; y viéndole el Señor le d i j o : Tú de provecho. Un viejo llamado Nicolás , estando san A n -
OÍA 30. NOVIEMBRE. 4G9
drés en Corinto, vino á él y le d i j o ; que setenta y cuatro llaccdonia, habia dos hermanos caballeros y ricos, de los
años había vivido en deshonestidades, dejando la rienda á cuales el uno tenia dos hijos, y el otro dos hijas : concor-
sos apetitos desordenados y entregándose á lodo género láronse entre si que los dos hijos se casasen con las dos
de torpezas : y que entrando poco antes en la casa p ú b l i - hijas que eran primos hermanos, para que la hacienda y
ca para ofender á Dios, lievandoconsigo el Evangelio, una memoria de su casa mejor se conservasen; pero estando ya
mala mujer de aquella casa , con quien qncria pecar , le para celebrarse las bodas, los padres fueron avisados de
apariócon gran espanto, y le rogó que no ta tocase, ni se parle de Dios, que nocasasen á sus hijos hasta que su sier-
llegase al lugar (lonrle estaba ella ; porque veia en él co- vo Andrés viniese; porque él diria loque habian de hacer.
sas maravillosas y misteriosas. Después de esto rogó N i - Vino elsánlo apóstol de allí á Ires dias , y fué recibido de
colás á san Aniliés que le diese remedio para aquella su ellos con gran gozo y alegría, y vieron en él un resplandor
grafedé niupieza, y costumbre envejecida en el pecar. El que salia de su rostro, tan grande, que parecía un sol de.
santo se puso en oración y ayunó cinco dias, suplicando á maravillosa claridad. Dijéronle loque habían determinado
nuestro Señor que perdonase á aquel miserable viejo, y le de sus hijos, y que habian dilatado la fiesta de bodas por
otorgase el don de la castidad. Al cabo de los cinco dias, aguardarle; porque así se les habia mandado Dios. Respon-
perseverando el sanio apóstol en su oración , oyó una voz dióles que no les convenia aquel casamiento, por ser p a -
del ciclo que le decia i Yo te concedo lo que me pides por rientes tan cercanos los hijos que se habian de casar : que
el viejo ; pues es mi voluntad, que como tú has ayunado hiciesen penitencia de lo que habian pensado hacer; y que
por él, asi él ayune también y se allijaporsí, si quiere entendiesen que él no reprendía el matrimonio que Dios
ser salvo. Mandó el santo apóstol á Nicolás que ayunase, habia instituido, sino las deformidades que en él se come-
y á lodos los cristianos que hiciesen oración por é l , y p i - ten. Con esto todos quedaron enseñados, y no se casaron
diesen al Señor misericordia. Oyólos Dios de tal manera, aquellos primos hermanos, por aviso del santo apóstol:
que Nicolás volvió á su casa, y dió lodo lo que tenia á los que es conforme á lo que san Gregorio dice, que aunque
pobres y maceró su carne con grande aspereza , y por una ley romana permitía que el primo hermano se casase
espacio de seis meses no comió sino pan seco y bebió un con su prima hermana ; pero que la experiencia enseñaba
poco de agua ; y cumplida esta penitencia , pasó de esta que no nacían hijos de tal matrimonio. Dejo los oíros m i -
vida, y Dios reveló á san Andrés ( que á la sazón estaba lagros que se cuentan en aquella vida que escribió Abdías,
ausenle] que se habia salvado: para que entendamos, así porque no son tan ciertos y auténticos , como porque
que no se debe desesperar la salud de ningún pecador, son comunes y ordinarios. Estos he, querido referir aquí
por grande que sea , si de veras se vuelve á Dios; y que porque traen consigo enseñanza y doctrina. Digamos
l as oraciones de los santos son muy eíicaces para alca rizar ahora lo que aconteció al sanio apóstol con Egeas, procón-
perdón del Señor : pero para que nos sean de provecho, sul de Acaya, y como fué de él martirizado , resumiendo
es menester que orando ellos también oremos nosotros, y en breve lo que mas largamente refieren los presbíteros
ayunando ellos por nosotros, también nosotros ayunemos; y diáconos de la Iglesia de Acaya que escribieron (como
porque de esta manera nos serán fructuosos sus ayunos y dijimos) la historia del martirio. Después que el glorioso
oraciones. También dicen que fué al sanio apóstol un mo- apóstol había alumbrado las otras provincias y berras que
zo, llamado Sostrato, y le declaró que su madre le habia arriba se dijo con la predicación de la doctrina del cielo,
(pierido inducir á (pie cometiese una gran maldad , y que vino á I'atrás, ciudad de la provincia de Acaya ; y allí c o -
él nunca habia consentido : y que la madre , enojada y menzó á esparcir los rayos del Evangelio , y sacar del
brava, le habia acusado delante del procónsul, y que es- cautiverio de Satanás las almas de muchos gentiles. Supo
taba determinado á no hablar palabra en su defensa , poí- esto un procónsul, llamado Egeas , el cual con varias a r -
no descubrir la maldad de su madre, y padecer cualquier tes, tormentos y muertes procuraba persuadir á los c r i s -
tonnenlo, ánles que infamarla ; y suplicaba al santo após- tianos (queya eran m u c h o s ) , que adorasen á los falsos
tol, que se dignase rogar á Dios que le librase de las m a - dioses. Euése á él san Andrés , y díjole : Razón fuera , ó
nos del procónsul, y no le dejase padecer y morir , pues Egeas, que tú que eres juez délos hombres , conocieses á
no tenia culpa. Hizo el santo apóstol oración por el mozo, tu juez que está en el cielo , y conociéndole le honrases
y por inducimiento de la mala madre el buen hijo fué con- por verdadero Dios, como lo es, y dejases de honrar á los
denado á ser encubado 5 y san Andrés fué preso y echa- que no son dioses. Egeas le dijo : ¿Eres tú , Andrés, el
do en la cárcel , porque volvía por él. Púsose en oración que destruyes los templos de los dioses, y persuades á los
el santo apóstol , y súbitamente comenzó á temblar la tier- hombres qiie reciban aquella secta superticiosa , que los
ra y tronar el cielo y caer muchos rayos, y el procónsul príncipes romanos mandan desterrar de su imperio? T o -
cayó de su silla, y la gente, despavorida y asombrada, se mó ta mano el santo apóstol, para declarar al procónsul el
postró en el suelo , y la desventurada madre , que habia misterio inefable de nuestra redención , y la caridad i n -
incitado á mal á su hijo, y acnsádole y perseguídole, por- mensa con que Jesucristo se habia vestido de nuestra car-
que no habia querido ofender á Dios , quedó allí seca y ne mortal, y de su voluntad muerto en nna cruz por nues-
muerta ; y se conoció la inocencia del mozo y la eficacia tros pecados , ensalzando y magnificando la grandeza so-
de la oración de san Andrés , y que Dios nuestro Señor berana de la misma cruz , y explicando la conveniencia
aunque á las veces los deja padecer , al cabo vuelve pol- que había en aquel misterio escondido y encubierto á los
los suyos. Haciendo de nuevo oración san Andrés, el Se- ojos ciegos de los gentiles.
ñor sosegó aquella tempestad , y levantó á los caldos y
dio ánimo á los que estaban desmayados ; y fué esto oca- Después que Egeas le hubo oído , dijo al sanio apóstol:
sión para que muchos se convirtiesen y abrazasen la fé Todo eso cuenta á los que han de creer; y créeme tú á mí,
de Jeáucrislo. Otra vez dice que en la ciudad de Filipo, en que si no sncríficares á los dioses, te mandaré poner en
la cruz que tanto alabas. Respondió san Andrés : Yo cada
470 LA LlíYENDA DE OKO. DIA 30.
(lia sacrifico á Dios único , oninipolotile y verdadero , nó ahora que le hallé recíbeme en tus brazos , y sacándome
liumo de incienso, ni carne de loros , ni sangre decüb o- de entre los hombres, preséntame á mi Maestro, para que
nes, sino el Cordero inmaculado, que recibido de los Coles por tí me reciba el que por tí me redimió. «No se d e m u -
y bebida su sangre , quedo tan entero como antes. El íin dó el roslro del sanio apóstol ( dicesan Jíernardo ), como
de esta plática fué, que Egeas mandó poner en la cárcel á suele hacer la flaqueza humana, cuando víó la cruz, ni per-
san Andrés, y la gente se alborotó y quería poner las ma- dió la voz , ni tembló el cuerpo , ni se turbó el alma , ni
nos en el procónsul, si el mismo sanio no se lo estorbara, perdió el juicio ; ánles el fuego de ¡a cariibid que ardía en
exhortándolos desde la cárcel que no se rebelasen contra su pecho echó llamas por la boca, i Cuánta fué aquella
aquel tirano, sino que imitasen la paciencia y mansedum- dulzura que sintió san Andrés cuando vió la cruz ; pues
bre de Jesucristo, el cual le babia enviado para que l u - endulzó la amargura déla misma muertel ¿Qué cosa pnede
viesen ocasión de merecer, y que ánlesliabian de acari- haber lan desabrida y llena de hiél, que no se baga dulce
ciarle y bonrarle; pues por él les habia de venir poco mal con aquella dulcedumbre que hizo suave la muerte ? San
y mucho bien : y les rogó que de ninguna manera i m p i - Andrés hombre era semejante á nosotros y apacible; pero
diesen su iiKirlirio : porque los tormentos pasarían presto; tenia tan gran sed de la cruz , y con un gozo jamás oído
y el premio do ellos duraría para siempre. Oiro día man- estaba tan regocijado, y como fuera de sí, que prorumpiú
dóle Egeas traer á su piesencia, y estando a l l í , dijo: en aquelbts palabras tan dulces y tan amorosas. Su lengua
Creído tengo que habrás vuelto sobre t í , y aparládolo de no fué de carne, sino de fuego que arrojaba llamas : y si
la locura en que has estado, para gozar la dulce y sabrosa fué lengua , fué de fuego, y sus palabras fueron carbones
vida, y librarle de la amargura y trida muerte, la cual yo encendidos con aquel fuego que Cristo había encendido en
te daré , sí lodavia tienes á Cristo por Dios. Aquí dijo el sus huesos : pero no es maravilla que el Señor que hizo á
apóstol: El que no cree en Cristo no puede tener conlenlo Lorenzo suave el fuego , haya hecho á Andrés suave la
ni vida, como siempre he predicado en esta provim ia. Y cruz.» Todo eslo es de san Bernardo. Estando , pues , el
aun por eslo ( dijo Egeas) te hago fuerza que sacriliques santo apóstol junto á la cruz, él por sí mismo se desnudó
á los dioses, para (pie lodos oslos pueblos que por tí han sus vestidos y los dió á los verdugos, los cuales le levan-
sido engañados, dejea la vanidad de lu doctrina y vuel- taron en alto, y ataron en la c r u z , de la manera que les
habia sido mandado. Estaban al rededor de la cruz como
van á reconocer sus antiguos dioses , porque veo que no
veinte m i l personas , lamenlándose , por ver y ado-
hay ciudad en Acaya donde sus templos no estén desiertos
rar al santo apóstol ; y él las consolaba y animaba á p a -
por lu falsa predicación : y pues tú los has engañado,
decer semejantes tormentos por Cristo. Esluvo vivo dos
bien será los (k'seiignñes ; y si oirá cosa haces, aparéjale
dias en la cruz : y llevándolo á mal el pueblo, daba voces
á padecer giTmdes Uirmentos, y al cabo la mnerle en una
y decía : No hay para qué muera varón lan santo,lan pia-
cruz. Ut'spotulió á esto Andrés y dijo : Hijo de la muerte y
doso, tan modesto , de tan buenas costumbres y que lan
leño seco aparejado para el fuego, óyeme. Yo hasta ahora
buena doclrina enseña. Supo Egeas el sentimiento del
te he hablado con blandura, pensando que, como hombre
pueblo contra él, y para alajar el alboroto y daño que po-
de, razón, le aprovecharas do ella, dejando la vana adora-
día temer, determinó quitar al santo apóstol de la c r u z : y
ción de tus dioses ; mas pues estás lan empedernido y
habiendo ido él mismo en persona, y mandado á los ver-
pertinaz , digo que no pienses llevarme con amenazas y
dugos que le quitasen , y queriendo ellos hacerlo, nunca
espantos i haz lo que quisieres , que aquí estoy : cuanto
pudieron llegar al cuello del glorioso apóstol : y exten-
fueren mayores los tormentos que aquí me dieres , tanto
diendo los brazos para desatarle, se entorpecían y pasma-
será mayor el premio que me dará Jesucnsto por haber-
ban, y perdían su fuerza y vigor ; poique el santo, alzan-
los sufrido por su amor y mayor el ínfiernoquepara tí está
do la voz dijo : Señor mió Josucríslo , yo te suplico que
aparejado. Enojóse de eslo Egeas : mandóle desnudar y
no permitas que este tu siervo, que por tu amor está c o l -
azotar por siete verdugos, los cuales se remudaron por gado en esta cruz, sea quitado de ella ; y que el que por
tres veces : fué (anta la lluvia de azotes que descargó so- la cruz ha conocido lu grandeza, que sea sepultado de un
bre él, que todas las carnes del santo apóstol quedaron hombre corruptible y miserable, como Egeas. Mas tú, Se-
abiertas y vertiendo sangre. Finalmenle, vista su constan- ñor y Maestro mío , á quien he amado y conocido , y al
cia, mandó Egeas ponerle en una cruz , y nó enclavarle, presente confieso y deseo ver, y en quien soy todo lo (¡no
sino alarle con sogas , para que el n arlírio fuese nías soy, recibe mi espíritu en paz ; que ya es tiempo que v a -
prolijo. Al liempo que le llevaban al martirio , ocurrió ya á tí, pues há tanto que te deseo. Diciendo esto bajó
el pueblo dando voces, y diciendo: ¿Qué ha hecho del cielo un grande resplandor , á manera de rayo, y r o -
esle justo y amigo de Dios ? ¿ por qué le crucifican ? Y el deó el cuerpo del apóstol , encubriéndole á los ojos de los
santo apóstol les rogaba que no le impidiesen aquel gran que allí estaban, que no pudieron sufrir tan desacoslum-
bien ; y regocijado por la cruz en que habia de morir , y brada claridad, la cual duró por media hora, y al tiempo
encendido en amor de su Maestro , y deseoso de imitarle, que desapareció, dió el santo apóstol su espíritu al Señor,
estando aun léjos, alzó la voz y con gran fervor de espírilu en 30 días de noviembre, añodeCrislo de 62, imperando
d i j o : Yo le adoro , ó cruz preciosa , que con el cuerpo de Nerón.
mi Señor fuiste consagrada , y de sus miembros como de
preciosas margaritas adornada : antes que Jesucristo se El cuerpo de san Andrés recogió una santa mujer, rica y
pusieseon tí espantabas á los hombres; y ahora los ale- principal, llamada Mnximila , y sepultó en un sepulcro,
gras y regocijas. Yo vengo á tí regocijado y alegre ¡ re- ungiéndole con preciosos ungüentos. Súpolo Egeas, y no
cíbame tú en tus brazos con alegría y regocijo. O buena se atrevió á caslígarla, por ser mujer lan poderosa, y ver
cruz, lan hermoseada con los miembros de Cristo, días há al pueblo lan alterado por la muerte del sagrado após-
que te deseo : con solicitud y diligencia le he buscado; tol; pero tratando de enviar acusación al emperador contra
DIA 30. NOVIEMBRE. 471
Maximila, y estando en púlilico consistorio haciendo infor- dad con qno Dios castiga á los que usurpan con violencia
mación solire el caso, el demonio se apoderó de él á vista los bienes á ella consagrados.
de lodos, y dando gritos y voces dolorosas espiró, y fué Dice pues esle santo, que un conde llamado Comarcha-
ocasión con su desvenliirada muerte, que muchos se con- rio usurpó una heredad de una iglesia de San Andrés de
viriiesen á la fé del Sehor. San Gregorio Turonense dice la ciudad Agalense, en Francia , y que el obispo, que se
que el dia de su martirio solia manar del sepulcro de san llamaba León, le avisó que no lo hiciese, porque seria
Andrés una manera de maná ó de óleo suavísimo, algunos gravemente castigado de Dios, que oia los gemidos y so-
años en mayor y otros en menor cantidad; y que cuando llozos de los pobres que se sustentaban con la renta de
la cantidad que salia era poca, significaba que aquel aiío aquella heredad. El conde era hereje , y no hizo caso de
seria estéril: cuando era copiosa, que seria fértil y abun- las palabras del obispo: dióle una enfermedad grave: co-
dante: y añade que despedia de sí una fragancia lan rara noció que era castigo de su culpa; y pidió al obispo que
y peregrina , como si fuera una confección aromálica y rogase á Dios por é l , prometiéndole, que dándole Dios sa-
compuesta de lodas las cosas olorosas y suaves de la tier- lud, él restituiría á la Iglesia los bienes que la habia toma-
r a ; y que muchos enfermos sanaban, ó untándose con do. Oró el obispo, y sanó el conde; é hizo burla del obispo,
aquel óleo, ó bebiéndole ; y que Dios obraba grandes diciendo que no habia cobrado la salud por las oraciones, y
maravillas en Acaya por intercesión de su glorioso apóstol. quedóse con la heredad de la Iglesia. El obispo acogióseá
Después so trasladó el cuerpo de san Andrés á Conslanli- Dios, haciendo de dia y de noche oración con muchas l á -
nopla, y de esta traslación hace mención el Martirologio grimas, y suplicándole que enfrenase aquella bestia : y
romano á los 9 de mayo, juntándola con la del cuerpo de movido de zelo y de espíritu del Señor, quebró lodas las
san Lucas evangelista, que también se hizo de Acaya, y lámparas de la iglesia, diciendo: No se encenderá lumbre
de san Timoteo, discípulodel apóstol san Pablo, enyoenerpo en esta iglesia hasta que Dios haga venganza de sus ene-
fué llevado de Efeso, donde m u r i ó , á Constanlinopla. migos. Oyóle Dios, y dió una recia y mortal enfermedad
Kn el tiempo que esta traslación se hizo, no concuerdan los al conde: y el desventurado, conociendo de donde venia
autores; porque algunos la refieren al tiempo de Constan- el mal, envió á rogar al obispo que hiciese oración por él,
tino Magno, y oíros al de Constancio, su hijo, como lo notó
prometiendo de restituir á la Iglesia su heredad y darla
el cardenal liáronlo en las anotaciones sobre el Martiro-
otra tan buena como ella. No lo quiso hacer el obispo, por
logio y en el m tomo do sus Anales. Pero en cualquiera
mucho que se lo rogó el conde por los manjares que tres
tiempo que haya sido, san Gerónimo dice que los demo-
veces le envió: y visto esto, el mismo conde se hizo lleVar
nios daban bramidos delante de sus reliquias, y con sus
como pudo al obispo, y le suplicó qne se compadeciese de
aullidos confesaban la virtud de su presencia. No sabemos
él, porque quería restituir á la Iglesia otro lanío mas de
cuánto tiempo estuvo en Constanlinopla este precioso teso-
lo que habia tomado; y finalmente, le compelió á entrar
ro; pero sabemos que después se trasladó á la ciudad de
en la iglesia: mas entrando el obispo en e l l a , el conde
Amalfi, en el reino de Ñapóles, y no léjos de la misma c i u -
espiró, y la iglesia de San Andrés cobró la hacienda que
dad deNápoles, donde hoy dia es reverenciado y visitado
él habia usurpado. Entre las excelencias de san Andrés
de los fieles con gran devoción y concurso. De su sepulcro
también es una, y de gran gloria para el santo, la 01 den
mana continuamenlo un licor muy delicado y suave y efi-
del Toisón que debajo de su nombre, tutela y protección,
caz para muclias enfermedades que con él se curan, por los
instituyó el duque de Borgoña y conde de Flaniles. Feli-
merecimientos del santo apóstol. Kl bienaventurado san
pe el Bueno, el año 1429 , á los 10 de enero: y después
Gregorio Magno, cuando fué á Constanlinopla por legado
por haber venido aquellos estados á unirse con la corona de
del papa Pelagio, enviado al emperador Tiberio, alcanzó de
él por un don riquísimo el brazo de san Andrés apóstol, y los reyes do España, y ampüádose tanto su monarquía,
el brazo de san Lucas evangelista, y los .trajo á Roma ; y ha venido la órden del Toisón de san Andrés á serian es-
en el segundo año de su pontificado dedicó la iglesia de tima'da entre todas las órdenes militares; y los mayores y
San Andrés donde hoy dia se guarda el brazo del glorioso mas poderosos príncipes de la cristiandad á preciarse de
apóstol, y la cabeza del mismo apóstol en la iglesia de ser soldados de san Andrés, y traer al cuello las ¡Msigmas
S;m l'edro, la cual fue traida á Roma, siendo sumo pontí- de SU esclarecida órden. Escribieron de san Andrés, san
fice Pió 11, el cual salió á recibirla cómodos millas fuera Crisóslomo, Pedro Damián, san Hernardo y el cardenal
de Boma, postrado en el suelo y derramando muchas lá- Daronio, el cual relicreá Sofronio Jerosolimitauo, que afir-
grimas de sus ojos , la adoró y ensalzó con una oración ma que san Andrés no se casó.
elegantísima. Innumerahlcs milagros ha hecho nuestro * LOS SANTOS CÁSTÜLO Y EUPREPES , M VRTIttES. Fuei On
Señor por su glorioso apóstol; y san Gregorio Magno, es- educados en la religión cristiana por el papa san Marceli-
cribiendo á una señora, llamada Rusliciana (que 1c habia no quien les profesaba mucho cariño. Vivian estos sanios
enviado una limosna para el monasterio de San Andrés, en Roma, de donde eran naturales; y según relación del
que el mismo santo pontífice habia edificado en Roma), la venerable Beda, sufrieron el marlirio en la misma ciudad
dice estas palabras: «Hágoos saber que son tantos los m i - de Orden del emperador Diocleciano el año 301.
lagros, y (anlo el cuidado que el santo apóstol tiene de los SANTA MAURA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—Fué natural de Bizan-
mongesen osle monasterio, como si él fuese el particulary cio, hoy Constanlinopla, y padeció martirio en una isla qm»
propio abad del mismo monasterio.» Y san Gregorio Turo- hay en el mar Jonio, que se ennobleció después con llevar
nense refiere muchos milagros de san Andrés, que se pue- el nombre de esta santa. La opinión común es que su mar-
den ver en el libro que escribió de la gloria de los mártires. tirio sucedió durante la persecución de Diocleciano.
Lno solo referiré a q u í , porque nos ensena el recalo con SAN TROYANO, OBISPO Y CONFESOR.—En 511 fué consagra-
que se lian de tratar la? cosas de las Iglesias, y la severi- do obispo de Saintes, en la segunda Aquilania. San Gre-
gorio de Tours dice que fue célebre por susvirludes v m i l a -
472 LA LEYENDA DE ORO. DIA 1
gros. Su sabiduría contribuyó también á su celebridad, la Constancio uno de los firmes baluartes de la Iglesia roma-
cual empleó siempre en promover los intereses de la r e l i - na. Resistió con generoso vigor los esfuerzos de los pela-
gión. Murió en 532, y sepultado en la tierra, dice el Marti- gianos, de quienes sufrió muchos trabajos, que fueron co-
rologio romano,atesljgua con muchos milagros quesu alma mo en testimonio de su gran fé, y le alcanzaron los eter-
vive en el cielo. nos gozos. Baronio cree que murió en Roma el año 418
SANTA. JUSTINA, VÍRGEN T MÁRTIR.—Los mas antiguos ó 420.
Martirologios de la Iglesia romana traen el nombre de esta Los SANTOS SAPOR, ISAAC, MAHANES, ABRAHAN T SIMEÓN,
santa; pero en ninguno de ellos consta circunstancia a l g u - M Á m i r . K s . — Los dos primeros eran obispos de Persia, y
na de su vida , ni del año y sitio de su muerte. los tres restantes cristianos muy fervorosos de la misma
SAN TCGAI. , OBISPO v CONFESOR. —¡Sació en la Gran Bre- región. El rey Sapor I I los hizo prender porque no quisie-
taña, y habiendo después pasado á la Annórica , fundó el ron adorar al sol , y después de atormentarlos con una
monasterio conocido después con el nombre de San-Pabu. barbaridad que excedió casi á la de los primeros tiranos,
El año ií32 fué elegido obispo de la diócesis de Trequier, fueron degollados por su órden el año 339.
que entonces se erigió. Por su celoso atrajo el santo la per- SANZOSIMO, CONFESOR.—Floreció en Palestina durante el
secución de lo?malvados,y después de muchos sinsabores, reinado de! emperador Justino I. Señalóse en santidad y
tolerados con una paciencia admirable, murió por los milagros, y enel don de profecía;fué sumanenle reveren-
años de U53. ciado do toda la Iglesia y de la misma córle do Constanti-
SAN CONSTANCIO, CONFKSOU.— Ilustre confesor de las nopla, y murió en la paz de Dios, el año 52'5.
verdades católicas contra las herejías de su tiempo , fué

DICIEMBRE.
vuestra real majestad quiere ser servido á gusto, yo tengo
DIA 1 en mi cuarto un mancebo artílicc y platero ingenioso, y
sé que hará la silla de la manera que la desea vuestra real
SAN EI.OT, OBISPO T CONFESOR.—En la Galia ulterior, p r i - majestad. Entonces el rey alegre le dio una gran cantidad
mero Aquilania, cerca de la ciudad de Lemovice, hay una de oro, y él se la entregó á Eloy para que hiciese la silla
villa llamada Catalacc, y en ella nació Eloy, de nobles pa- que el rey deseaba. La obra fué de tanto primor, que era
dres,llamadosEuquer¡oyTerrigia.Terrig¡a,pues,sumadre, maravilla el verla, y lo mas prodigioso que tuvo, fué q\m
cuando le tenia en el vientre, vió en un sueño una águila del mismo oro y piedras de que debia hacer solo una,
muy hermosa que volaba sobre el lecho en que dormía, y hizo dos sillas en todo ¡guales y conformes. Acabadas, l l e -
que lallamó por tres veces,haciéndoleunasiugular prome- vóle al rey la una guardando la otra. El rey quedó satis-
sa. Despertó á la voz deláguilaasombrada,ypúsoseácon- fecho y gozosísimo por haber hallado (\n'wn hiciese aquel
siderar qué signiticaria sueno tan raro; pero como no p u - trono ó silla real del modo que él la deseaba, y sobre sa-
diese darle interpretación alguna, perdió el susto, y no tisfacerle muy bien, le dió mil gozosos agradecimientos y
cuidó mas del sueño. A pocos dias tuvo los dolores de par- admitió á su amistad con gran cariño y afabilidad. Des-
lo tan vehementes, que estuvo en grande riesgo su vida. pidióse Eloy agradecido y humilde, y fué á su casa, y t o -
Viendo el peligro en que estaba, llamaron á un religioso mando la otra silla se la llevó y presentó al rey. Aquí fué
sacerdote que la asistiese y ayudase á bien morir, corno donde Clotario (punió de nuevo maravillado de ver un mo-
juzgaban lo habla menester: pero el santo sacerdote la d i - zo en lo mas florido de su juventud tan lie!, que siendo
jo con espíritu profético : No lemais, señora; que pariréis señor y dueño de aquel oro y piedras preciosas se lo vol -
felizmente un hijo que será santo y será llamado gran sa- via. Preguntóle, cómo era posible que del mismo oro y
cerdote de Cristo en la Iglesia. Nació, pues, E l o y , y sanó piedras que él le habia dado, hubiese hecho dos sillas tan
su madre. Fué criado con loda virtud y religión , como hijo iguales y conformes, cuando cada una lo habia menester
de tan católicos y nobles padres. Aprendió las letras que todo. Con la gracia de Dios todo se puede, respondió Eloy
debia en su tierna edad, y tenia tal ingenio y capacidad humilde. Entonces el rey le abrazó y le juzgó por el h o m -
para cuanto emprendía, que su padre le dió por maestro á bre de mas fidelidad que tenia en el reino, y comenzó á
Abdon, excelente platero y aurílice, en cuyo arte salió tan encargarle cuidados y negocios de mucha cuenta; y Eloy
diestro, que de parecer del maestro mismo le envió su p a - á tener gran fama en la córle.
dre á París córtc del rey de Francia, de quien era su v a - Era tan caritativo y amador de los pobres de Jesucris-
sallo. Era su conversación tan honesta y agradable á to- to, que les daba cuanto podia y tenia, hasta quedarse
dos, que en poco tiempo se granjeó en la corte muchas desnudo; y era de todos tan amado y conocido por padre
buenas amistades: entre otras ganó la voluntad del tesorero de pobres, que si alguno preguntaba por Eloy ó su casa,
del rey Clotario (que á la sazón reinaba en Francia), l l a - ninguno habia en la córte que no le dijese: Id á la casa
mado Bobbon. que hallárades toda cercada de pobres; que aquella es:
Deseaba mucho Clotario hacer un trono real ó silla de allí le hallareis. Ciertodia, dando limosna á unos pobres,
oro y piedras preciosas, que dijese con su real magnificen- uno de ellos tenia baldado un brazo, de suerte que no po-
cia y fuese ingeniosa en la traza; pero no hallaba maes- dia usar de él ni moverle: al tomar la limosna, como saca-
tro á su gusto. Entonces Bobbon, su tesorero, le dijo: Si se la mano sana y Eloy le dijese la tomasecon la otra mano
DÍA 1. DICIEMBRE. 473
respondió el pobre; S e ñ o r , la tengo baldada. Mos- cion y trato amable. Infinitos fueron y raros sus milagros;
trad, hermano, lo veremos, dijo el sanio. Sacó el pobre la porque con solo mandarlo se levantaban sanos ybuenos
mano, tocóle Eloy con la suya, locóle también el brazo y los tullidos, veían los ciegos, oían los sordos, sanaban los
un^ióselo con un poco de aceite para disimular liumilde el leprosos, lanzaba los demonios y espíritus inmundos de los
milagro que habia obrado ya el contacto de su santa ma- cuerpos de los míseros que atormentaban y curaba de t o -
no, y que dijesen era virtud del aceite, la que era solo vir- das enfermedades; pero era tanta su humildad, que á los
tud de su gran virtud. Con esto el pobre se fué sano y que sanaba decia: De verdad os digo, que si no dais las
contento, y á voces publicaba el milngro por toda la corte. gracias á Dios y á san Dionisio (ú otros santos que so-
Cierto dia, como hubiese dado de limosna cuanto oro y lia nombrar), que es quien os ha curado, volvereis á pa-
plata tenia, y llegasen de nuevo otros pobres, sacó una decer la misma enfermedad de que vais sanos. Hacíales
pieza de oro que tenia ajena, para hacer de ella lo que su esta exhortación con esta amenaza, para evitar c! que no
dueño le habia ordenado, y la repartió á los pobres : y co- publicasen que él habia hecho el milagro,sino esel santo á
mollegasen otros de nuevo, impensadamente volvió á m i - quien él le atribuía; y con esto huía la vanagloria. ¿Cuán-
rar la bolsa y halló la misma pieza que acababa de re- tas veces multiplicó el pan para los pobres? ¿Cuántas el
partir; y dando á Dios las gracias también la repartió con vino y otros manjares? Fuera nunca acabar si comenzára-
ellos. mos á referir la suma casi infinita de sus milagros: eon-
- Su gran caridad no se contentaba con estas conlinuas tentarémonos con poner algunos por abreviar.
limosnas, sino es que solicitaba saber dónde habia escla- Ardía la ciudad de París, hecha por todas parles un vol-
vos y ios redimía, y daba libertad á diez, á veinte, y á can, sin que hubiese remedio humano á tanto incendio:
cincuenta muchas veces, y algunas ciento de una vez: y llegaban ya las voraces llamas á la iglesia de San Marcial,
si aconlecia faltarle el dinero para redimirlos, por ser m u - fábrica maravillosa de Eloy; y él con el senümienlo do
chos, daba cuanto tenia hasla desnudarse sus vestidos y que el fuego consumiese aquel devoto y magnífico templo,
descalzarse, quedando con sola una pobre túnica que le que él con tanto csludio y amor habia fabricado á honra y
cubria las carnes. Sluchas veces le sucedió esto, y el rey gloria de Dios y de su santo y siervo Marcial, sacando un
como le amaba y conocía su virtud, le enviaba de sus mis- suspiro de lo íntimo de su corazón dijo en alta voz: ¡O ben-
mos vestidos, y le socorría con mucho oro y plata viendo dito san Marcial! ¿Por qué no socorres tu casa? Pues sabe
cuan bien lo empleaba. Redimidos los camivos, les hacia que sí la dejas quemar, y cual puedes no la libras y de-
una plática espiritual, exhortándolos ála v i r t u d ; y si eran fiendes, que no tienes que esperar de Eloy que vuelva á
cristianos, les decia que si querían volverse á sus patrias etl i lien ríe otra. ¡Caso maravilloso! Apenas acabó estas p a -
les daría lo necesario para el viaje (como lo hacia); y si labras , cuando el fuego desapareció, no solo del templo,
querían quedarse con él, nó como siervos sino como her- sino es de todo aquel barrio: con que libró el templo, el
manos los tralaría: y así lo practicaba con muchos que monasterio que junto á él había edificado, y á todos los
con él se quedaban, con los cuales vivía religiosamente, y vecino.^, de tan voraz incendio. Otra vez sucedió que roba-
de muchos conseguía se hiciesen religiosos y muchos sa- ron la plata y oro y demás ornamentos y vasos preciosos
cerdotes; y íinalmente á todos daba estado y acomodaba, que habia consagrado al templo de Santa Columba, f á b r i -
dándoles cuanto habían menester. A los que no eran cris- ca también suya: diéronlc la triste nueva ; pero é l , aun-
tianos, procuraba reducir hasta que lo fuesen, como lo que lo sintió grandemente, no se dió por enlcndído, sino
consiguió de muchos, que ya obligados de que los hubie- que se fué á la misma iglesia, y puesto en oración h u m i l -
se rescatado, y ya de su buen trato y conversación afa- de dijo: Oye, santa Columba, lo que digo : bien sabe mi
ble, venían á rendirse al yugo suave de la ley evangélica: Redentor flsocristo, que si no vuelves luego los ornamen-
con que su casa era un monasterio de pobres, y él á to- tos y arreos que han robado á esta iglesia sin que falle
dos daba de comer y de beber sirviéndoles él mismo: y cosa alguna, que tengo de traer zarzas, espinas y abrojos,
cuando acababan de comer, se sentaba con ellos en el l u - y sembrar dé ellas la puerta de este templo, cubriéndola
gar mas íntimo y comía alguna cosa de lo que á ellos les de suerte que nadie pueda jamás entrar aquí á venerarle
sobraba, tan escasamente, que mas era continuado ayuno ni tener de tí memoria. Dichas estas razones con su sen-
su comer que natural refección : y porque muchas veces cillez santa, se fué á su casa, y apenas amaneció el s i -
se entristecían los familiares de casa por ver que reparlin guiente dia, cuando fué á verle el sacristán de la dicha
cuanto habia á los pobres y no solía quedar ni aun pan pa- iglesia, gozosísimo, refiriendo como al abrir las puertas
ra él ni ellos; él los reprendía, diciendo tenían poca fé, aquella mañana y entrar en la Iglesia, había hallado todo
sabiendo que Dios habia de cuidar de ellos. cuanto habían robado la noche antes, que lo habían vuelto
Sucedía pues así, que cuando menos juzgaban, entra- á restituir aquella noche misma sin que faltase un alfiler.
ban por la puerta caigas de pan y otros manjares, que Con este imperio inocente y sencillo hablaba y obraba tan-
principes y personas poderosas y devotas enviaban, sa- tos prodigios.
biendo cuán bien distribuía, y especialmente el rey que Muerto Acario, obispo noviomense, fué electo Eloy m i -
continuamente le socon ía. Murió Clotarioy heredó con el lagrosamente: con que, aunque su humildad huía el cargo
reino el amor que á Eloy tenia su hijo Dagoberto, el cual y honor, hubo de sujetarse á la disposición divina y guslo
le estimaba tanto, que no salóle socorría con grandes su- del rey aceptando la carga. Puesto ya sobre el candele-
mas de oro y plata, con que edilicó templos, monasterios ro de la Iglesia, comenzó á lucir mas y mas cada dia con
y hospitales, sino es que también le hizo dueño de su v o - ejemplos raros de virtud, humildad y caridad, apacen-
luntad ; y así sucedía, que estando muchas veces r o - tando sus ovejas como pastor celestial, con espiritual y cor-
deado de príncipes, obispos y magnates, en viendo á Eloy, poral alimento. Predicaba continúamelo, y para que mas
á lodos los dejaba para gozar á solas de su dulce conversa- provecho hiciese la divina palabra, ejecutaba primero co«

TOMO III. 60
47i LA LEYENDA DK ORO DIA 1.
las obras lo que con las palabras ensenaba. Tenia un l u - luronense, donde hoy yace, y otra para el lugar donde
gar señalado, en que lodos los dias se ocupaba en servir estuvo primero. Otra hizo para el cuerpo de san Briccion,
á los pobres y enfermos, lavándoles él mismo los pies y y otra para el de san Dionisio, máilir de París , labrán-
manos, corlándoles el cabello disforme, peinándoles y l i m - dole un suntuosísimo mauseolo ó sepulcro de mármol,
piándoles las cabezas de llagas asquerosas y otras i n m u n - veslido de oro y piedias preciosas , adornando todo el a l -
dicias, dejándoles limpios y sanos, dándoles después de iar y trono del glorioso areopagita riquísimamente.
comer y beber con sus mismas manos, y vistiendo á los Ocupado, pues, en tan santos ejercicios de virtud y c a -
desnudos y meneslcrosos : y si saliendo estos venian mas, ridad, habiendo cumplido los setenta años de su edad,
volvia de nuevo á su sanio ejercicio sin que jamás se can- quiso Dios llevárselo para s í ; porque supiese el mundo
sase. Sentaba lodos los dias á su mesa doce pobres que que Eloy era mas divino que humano y mas celestial que
comiesen con él, lavándoles ántes los pies y manos y sir- terreno, y así habia de ocupar la silla de g l o r i a , que tan
viéndoles el pan y vino, y después sentándose con ellos. bien habia merecido. Así fué : pues habiendo anunciado
Gomo su caridad era tan grande y fervorosa, no se con- su muerte, siendo de ella profeta como de otras muchas
lentaba con usarla solo con los vivos, sino es, que pasaba cosas, le envió Dios una lijera calentura , con que c a n -
á ejercerla también cou ios muertos; y de eslos no solo lando himnos y salmos le entregó su bendita alma, la
con socorrer sus almas, ofreciendo continuos sufragios por cual vieron irifmitosquele asislian , subir al cielo en f o r -
las benditas almas del purgatorio, sino es, cuidando de ma de cruz hermosa y resplandeciente, c u j a claridad de
sepultar los cadáveres de aquellos que bailaba ajusticia- luz divina alumbró toda la vecindad, é hizo que juzgasen
dos y muertos por los caminos: y para poder usar de este los que la vieron , que fueron muchos , era medio dia,
acto grande de misericordia sin contradicción de las j u s t i - siendo muy de noche. Fué su glorioso tránsito á 1.° de
cias, sacó una facultad del rey, que le dió amplísima y diciembre (dia en que la Iglesia celebra su fiesta), año
prontamente, gozoso (porque jamás le negó cosa que Eloy del Señor de CG3. Antes de dar sepultura á su sagrado
le pidiese): con que unas veces iba él mismo por los cami- cuerpo , vino toda la ciudad á verle y venerarle, y la
nos,otras enviaba sus ministros á buscar loscuerpos muer- reina líatildis con sus hijos y muchos príncipes también
tos y á todos Ies daba piadosa sepultura. Un dia (enlre vino: y queriendo llevársele ó á París ó á su monasterio
otros) bailó un hombre en la horca, y bajándole de ella de Calá, no fué posible moverle. Entonces la reina c r i s -
(como solía), mientras los compañeros le prevenían la se- lianísimamente devota, lloraba tiernas lágrimas, y p u -
liiillura, liloy comenzó á palparle y locarle de piés á c a - blicó un ayuno de lies dias continuos por leda la ciudad,
¡jeza, y reconociendo que Diosle volvia ála vida por v i r - que observó también ella con vigilias y oraciones. Pasados
tud del contacto de sus purísimas manos, para encubrir los li es dias viendo que los de la ciudad de Noviomo pre-
el milagro y huir las aclamaciones tan debidas, como tan tendían justamente quedarse con el cuerpo de su pastor
bumildc, se previno, volviendo á mirar á sus compañeros, santo, dijo la reina: Ahora veremos la voluntad de Dios y
y diciendo: ¡O qué gran delito y maldad hubiéramos co- la de su siervo Eloy : si se deja mover y llevar, es seHal
üit lidoon este punto, enterrando este hombre, si Dios no que quiere venir conmigo ó á su monasterio ó á I'arís ; y
n; s habiera socorrido con la advertencia de que aun está si n ó , se querrá sin duda quedar con vosotros en su igle-
vivo! ¿No lo veis? Y luego, lodos pasmados de la maravi- sia. Probaron muchos obispos y príncipes, y la misma
lla, se Volvió al resucitado y le d i j o : lia, hermano, des- reina con ellos á moverle, mas era una montaña. Viendo
cansad un poco y vestios y os iréis á vuestra casa. Corrió así declarada la voluntad de. Dios y de su santo, mandó la
al instante la noticia del prodigio, y los que le hablan hecho reina con harto dolor y sentimiento que le llevasen á se-
ahorcar , volvieron á hacer nueva instancia á l i justicia, pultar á su iglesia : y al instante se dejó llevar, como si
para que volviesen á condenarlo á muerte, y querían q u i - fuera una paja lijera. Pero no quiso el santo ser desagra-
lárselo al santo de las manos; pero él huyó con el hom- decido á la devota reina: y así habiendo ella pedido la
bre, así por quitarle del nuevo peligro que le amenazaba, dejasen á lo menos ver su rostro santísimo , se lo descu-
como por huir la gloria de las justas aclamaciones que to- brieron , y con muchas lágrimas y mayor devoción lo
dos le daban por haber obrado tan gran milagro. Sacóle besó en el rostro , pecho y manos : y porque llevase a l -
del rey ima caria de seguridad de la v i d a , y con esto le guna reliquia y memoria , dió el bendito santo entonces
envió en paz á su casa. gran cantidad de sangre de sus sagradas narices, que
agradecida la reina, recogió en diversos lienzos para guar-
Veneraba sumamenle las reliquias de los sanios, y lodo
darla y venerarla por reliquia de tan gran santo. Luego se
su anhelo era buscarlas ; y en hallando algún cuerpo de
hizo el entierro con la mayor pompa y ostentación que se
algún santo mártir (como ya vimos en la vida de san Quiu-
ha visto, acompañando el sanlísimo cuerpo infinitos m i -
Uno), lo colocaba con toda veneración, fabricándole nue-
llares de almas, obispos, príncipes y grandes, la misma
vas iglesias y preciosas tumbas ó cajas de o r o , piala y
reina á pié, con ser invierno y haber mucha agua y lodos
piedras preciosas. Tal fué la que hizo á san Quinlino, á
que pasar, regando las calles nuevamente con lágrimas,
san Germano, á san Sevcrino, á san Platón , á san L u -
y rompiendo los aires con gemidos dolorosos, de senti-
ciano , á santa Genoveva, á santa Columba, á san Maxi-
miento de haber pedido tal pastor y padre. Pasado un año,
miano y Juliano, á san Crispino y Crispiniano: para lodos
habiendo de poner al santo cuerpo en una caja ó urna de
eslos santos y á cada uno do por sí hizo caja de oro, plata
oro y piedras preciosas, (pie le mandó hacer la reina, d i -
y.piedras preciosas, lodo fabricado por sus manos, dán-
ciendo que quien habia hecho tantas y tan ricas cajas para
dole el rey Dagoberlo liberalísimamente grandes cantida-
diversos cuerpos de sanios, era justísimo se le hiciese una
des de oro y plata para ellas. Especialmente so esmeraba
al suyo; le hallaron incorrupto, olorosísimo y hermoso,
en la fábrica y riquezas de algunas, y entre ellas fué la
y que tenia crecida la barba y cabello (que le hablan raido
que hizo para el cuerpo del glorioso san Marlin , obispo
PÍA H DICIEMBRE. 475
luogoquctspiró), como si esluviosc vivo y guardase clcn- Los SANTOS Lucio, ROGATO, C'^SIANO Y CÁNDIDA, MÍR-
lor natural: prodigio que dejó á lodos admirados. Pero TIRKS.—Murieron también marliiizados en Roma, ignora-
son tantos y tan grandes los que Dios lia obrado , y cada mos en qué época.
dia obra por inlercesion de su siervo Eloy en su sepulcro, SAN ANSANO , MÁRTIR.—Fué glorioso atleta de la v e r -
que este parece el menor; pues no bay enfermo que á él dadera y divina religión durante la persecución de D i o -
se encomiende que no sane de su enfermedad, sea la que cleciano. Prendiéronle en Roma donde permaneció encer-
fuere: los muertos resucitan, los endemoniados sanan, y rado en un calabozo. Después lo remitieron a! procónsul
quedan libres de los espíritus inmundos; y al fin todos Listias, en Sena deToscana, y en esta ciudad sufrió varios
hallan remedio en todas sus dolencias y necesidades, v i - tormentos y acabó por beber el cáliz del martirio, siendo
sitando el sepulcro de Eloy glorioso. Solían las cuaresmas degollado en el mes de diciembre del año 2 0 3 , de edad
cubrir la caja de su sepulcro (por el gran resplandor del de catorce años.
oro y piedras preciosas] con lienzos y ricos paños de seda; SAN OLIMPÍADES, MÁRTIR.—Era de una familia consular
y sucedió que una vez al principio de la cuaresma vieron de Roma. Fué convertidoá la fé cristiana por santa E l i -
todos visibles vapores, que exhalábala caja, y que los mina , y habiéndole preso y atormentado en el potro,
lienzos y paños sudaban como cuando suda un cuerpo b u - permaneciendo constante en su confesión, fué degollado
mano vivo. Advertido el prodigio por el ohispo y cabildo, en Amelia de Umbría, en tiempo del emperador Diocle-
quitaron el paño y lienzos, y torciéndolos sobre unas ciano, en el mismo 4ugar en que siendo él mismo pi o -
fuentes de plata, sacaron mucha agua de aquel sacro s u - cónsul habia hecho degollar á otros.
dor, y la guardaron con toda veneración por reliquia SAN ANANÍAS, MÁRTIR.—El Mailirologio romano dice
grande, como lo era; pues con ella sanaron infinitos e n - que padeció martirio en Arbela, ciudad dePersia, y Ga-
fermos, y muchos solo con tocar aquel paño y lienzo que lesinio dice, que fué en Grecia. Este último añade que
habían recibido el sacro sudor. En fin , si hubiera de r e - preso á causa de su fé en Jesucristo, fué azotado basta que
ferir milagros , hiera nunca acabar : quien gustare ver le descarnaron los miembros, en cuya situación pudiendo
infinitos, lea su vida de este admirable sanio que trae Su- apenas respirar, abrió los ojos al cielo y entregó su espíri-
rio en el lomo v i , que satisfará su deseo y devoción c u m - tu al Criador.
plidísimamenle. Escribieron la vida de san Eloy, Usuardo. SAN LEONCIO, OBISPO Y CONFESOR.—Nació en Langucdoc,
Adon, y el primero de todos san Audeno, obispo y com- fué criado en el temor de Dios, abrazó la carrera eclesiás-
pañero mucho tiempo de Eloy, cuya familiaridad le hizo tica, y por último fué consagrado obispo de Frejus en la
santo: y la íjUí escribió Audeno es la que trae Safio en Provenza. Edificó á sus ovejas con el espectáculo de
el tomo vi citado. Asimismo la escribió Vincencio in Spc- las mas eminentes virtudes. Este sanio es uno de los obis-
cul., lib. x x u i , cap. 86 el seq. ; san Anlonino de Elorencia, pos de las Gallas á quienes escribieron los papas Ronifa-
p a r t e n , título 1 3 , capítulo 6 , p á n v f ) 15 y siguientes; cio I y Celestino I, consultándoles algunos asuntos impor-
Pedro de Nalalibus , tu Cathalogo sanclorum , l i b . \ , tantes para ta Iglesia. San Leoncio murió en el Señor el
cap. 1 1 ; Molano, m Indice sanclorum Jiclf}.; Sigibcrte, día 1.° de diciembre del año 432.
fn Chronic.; el Martirologio romano y Uaronio en sns ano-
SAN PRÓCLLO, OBISPO Y MÁRTIR.—Fué obispo de ífafhi
taciones, y en el tomo vm de sus Anales, año 663, n ú -
en Italia, cuya Iglesia gobernó por muchos años, ha
mero 1 , y año 6 3 1 , núm. 1 i .
ciendo muchas obras de virtud. Murió á mediados del
* SAN NAHUM.—ES otro de los profetas menores que v i - siglo V I , siendo degollado por orden de Totila, rey de los
vió después de la derrota de las diez tribus por Salmana- godos.
zar, yánles de la espedicion de Senaqueribconlra.Ia tribu SAN CASTBICIANO, OBISPO Y CONEESOR.—Créese que fué
de Jndá. Son muy escasas las noticias que se tienen de discípulo de Jesucristo, y ordenado por los apóstoles obis-
este profeta, y aun no se sabe si el nombre de Nahum es po Je Milán. Ocupóse en la cura pastoral con sumo celo
nombre de familia ó si lo tomó del lugar de su nacimiento, y admirable virtud, y durante las primeras persecuciones
6 si significa alguna calificación moral, pues que dicho de la Iglesia fué el padre y defensor de todos los fieles.
nombre en la terngtía hebrea equivale á Consolador. Muchas veces se expuso voluntariamente á la muerte; pero
Su profecía, que forma un solo discurso ; consta de tres nunca pudo conseguir la gloria del raarlirio, porque hasta
capítulos. Predice en estilo patético la segunda ruina de los mismos paganos respelaban sus virtudes. El emperador
Nínive por Nabopolosar y Asliages; y al propio tiempo Dotuiciaoo le hizo azotar cruelmente y después le dejó en
renueva contra aquella criminal ciudad las amenazas bü% libertad. Conlinuó el santo sus trabajos en la propagación
cuarenta años antes le habia hecho el profeta Jonás. l.as del Evangelio: de dos casas que le cedió un noble
figuras de que. se vale son muy exactas, y es grande la crisiiano, hizo dos iglesias para la celebración de los
fuerza de sus espresiones. divinos misterios, y dejó otros monumentos en memo-
LOS SiNTOS DiODORO, MARIANO Y OTROS COMPAÑEROS, ria de su pontificado. Este duró cuarenta anos, y el santo
MÁRTIRES.—El primero era presbiíem y el segundo diá- mm ió en paz, según Galesino, á fines del siglo I.
cono de la Iglesia de Itoma. Con su predicación y sus SAN UKCISINO, ontspo Y CONFESOR.— Fué el sexto obispo
trabajos apostólicos, reunidos al don de milagros, obra- de la ciudad de Rrescia en Italia, y promovió en ella el cul-
ron numerosas conversiones. y sellaron su santo minis- to del verdadero Dios con sus conlinuas predicaciones y
terio siendo martirizados en Roma por orden de! empe- santos ejemplos.
rador Numeriano, el afio 282. Con ellos mul leron lamliien SAN EVASIO, OBISPO Y MÁRTIR.—A sus méritos debió el
otros muchos cristianos que siguieron el ejemplo de su ser elevado á la silla episcopal de la ciudad de Casal.
constancia , cuya mayor parte eran eclesiásiieo^ do aque- Rrillóen virtudes y buenas obras, y murió sanlamenle el
lla ciudad. a f o 1)22.
47G LA LEYENDA DE ORO. DÍA 2.
, SAN CoNSTAJfcaNo, COWFESOB.—Natural de Auvernia, vi- bajadores, y venia en medio de ellos, y se le mostra-
vió desde sujuvenlud en famosa santidad. Despnes dejósu ron allí. Oyó el papa la petición de los de Ravena, y no
patria y se retiró á un monasterio cerca de Orleans, y de quiso confirmar al que ellos traían nombrado, sino á Pe-
aqní se fué con otro compañero á un desierto, en la dióce- dro que venía con el obispo de I m o l a ; porque cuando le
sis de Mans, dondeambos vivieron desconocidos del m u n - vió, conoció que era el mismo que en aquella visión de
do. El obispo obligó á Conslanciano á recibir las sagradas san Pedro y de san Apolinar le había sido mostrado, y en
órdenes para que pudiese ser útil á los habitantes de los las costumbres y en la doctrina era varón tan eminente,
pueblos comarcanos. Su celo, su dulzura y sus ejemplos y que excedía á todos los demás. Mucho sintieron los emba-
oraciones obraron gran número de conversiones, y siem- jadores de Ravena que el papa hubiese desechado al que
pre fué este el resultado de sus misiones. La reputación ellos habian elegido; pero cuando entendieron del mismo
de santidad de que gozaba, bizo f i e b r e su nombre en santo pontífice lo que le había movido y la revelación que
toda la Francia. Clotario I le visitó y se encomendó á sus había tenido, abrazaron con gran voluntad á Pedro Crisó-
oraciones, y el santo le predijo que saldría victorioso en logo, como persona escogida de la mano de Dios, y dádo-
Bretaña, donde á la sazón se dirigia, y edificó un monaste- sele por la de su vicario, y comenzaron á eslimarle y r e -
rio con los regalos que el rey le hizo. Conslanciano murió verenciarle como á varón de Dios. Con la misma alegría y
en este monasterio por los aflos de iiG.'í. aplauso fué recibido de toda la ciudad de Ravena, y espe-
S w AGIIUCO, OBISPO Y CONFESOR.—.Nació en la diócesis cialmente del emperador Valentiniano, el I I Í , y de Gala
de Verdun el ailo 317. Vivió en el mundo hasta la edad de Placidia, su madre, queá la sazón estaban en Ravena. Y
treinta años, en que abrazó el estado eclesiástico. Sirvió, el santo prelado pidió á todos, que pues la carga deobispo
pues, en el ministerio sacerdotal á la Iglesia de Verdun, era tan pesada y casi intolerable, y Dios se la había i m -
haciéndose acreedor por su zelo, su sabiduría y eminentes puesto sobre sus hombros contra su voluntad, que le a y u -
virtudes á los elogios desús contemporáneos. Hízose p r i n - dasen con obedecer á sus amonestaciones y consejos, y
cipalmente recomendable por su caridad con los pobres, en guardar perfectamente los mandamientos y ley de
por el conacimienlo profundo de las santas Escrituras, y Dios.
por su asidua constancia en instruir al pueblo. Consagra- Esto hecho, comenzó á edificar una obra insigne, que
do obispo de Verdun, todas sus virtudes tomaron nuevo después sus sucesores la acabaron, para los sacerdotes de
brillo, de modo que fué un modelo de pastores. Como era cierto templo, y consagró olro que la emperatriz Placidia
pariente del rey Gliildeberlo, gozó con él de gran favor, el habia mandado labrará honra de san Juan Bautiza, y en
cual empleó siempre en favor de la Iglesia y de los des- este templo, junto al aliar mayor, sepultó á san Barbacia-
graciados. Se hizo siempre lodo de todos, para ganarlos á no, varón perfecto y de sanlísima vida, por quien Dios en
todos, y después de un episcopado de treinta y ocho años, aquel mismo tiempo obró muchos milagros : y andando el
murió en la paz de Dios, el ano 388. tiempo, hizo otra iglesia y la dedicó á san Andrés, após-
SANTA NATAUA, VIUDA.—Estuvo casada en Nicomedia tol, y otros edificios para comodidad de la república.
con el mártir san Adrián, á quien asistió y animó en la Entrelas otras excelencias que tuvo san Pedro, fué una
cárcel y durante el martirio. Muerto su esposo, permane- la de su rara doctrina, acompañada con una singular elo-
ció la santa por algún tiempo en la ciudad de Nicomedia, cuencia y elegancia, y copia de palabras propias y graves,
socorriendo á los saatos confesores, y dando sepultura á de que Dios nuestro Señor le habia adornado. Habíanse
los cuerpos de los mártires. Conservó como una preciosí- levantado en las parles de Oriento algunos herejes y h o m -
sima reliquia un brazo de su esposo san Adrián, por cuyo bres pestilentes que sembraban la zízaua en la Iglesia, y
medio obró algunos milagros. Practicó las mas heroicas perniciosos errores contra la verdad de la encarnación de
virtudes, y murió en Conslantinopla por los primeros años Cristo nuestro Salvador, confundiendo las dos naturalezas
del siglo IV. divina y humana, y poniendo dos personas en Cristo. Para
SAN DOMNOLO.—Algunos lo colocan en este dia, pero atajar este fuego y arrancar do raíz tan mala semilla,
nosotros le hemos puesto en el 16 de m a y o , siguiendo el mandó san León, papa, el Magno y I do este nombre, que
Martirologio romano. habia sucedido á Sixto I I I , juntar en Calcedonia el gran
concilio de seiscientos y treinta obispos, en que fueron
DIA i . condenados Eutiqncs y Dióscoro, y los otros monstruos y
furias infernales, sus secuaces; y también mandó á san
SAN PEDRO CKISÓLOGO, ARZOBISPO Y CONFESOR.—San Pe- Pedro de Ravena, que escribiese al concilio todo l o q u e
dro, arzobispo de Ravena, llamado por su gran elocuen- acerca de aquellas materias que se habian de tratar se le
ofreciese; y él lo hizo con admirable y divina sabiduría y
cia Crisólogo, nació en Imola, ciudad principal de la p r o -
elocuencia.
vincia de Romanía, en Italia. Fué diácono de Cornelio,
obispo de Imola, el cual le llevó consigo, yendo á Roma, Siendo san Pedro arzobispo, vino á Ravena san Ger-
en compañía de algunos embajadores de la ciudad de Ra- mán, obispo antisíodorense. para tratar con el emperador
vena, para suplicar al papa Sixto, I I I de este nombre, que Valentiniano y con su madre algunos negocios graves y
les diese obispo en lugar de Juan, ya difunto, y confir- del servicio de Dios ( como lo dijimos en su vida á los 31
mase al que el clero y pueblo de Ravena habian elegido. (le j u l i o ) : tuvo con él nuestro Pedro estrecha amistad,
Al tiempo que llegó esta embajada, había tenido el papa poi que ambos eran santos y amigos de Dios, y unidos con
una revelación de san Pedro apóstol, y de san Apoli- el mismo vinculo y caridad de Jesucristo. Mas estando
nar su discípulo, obispo de Ravena, en que le manda- allí san Germán, habiendo tenido revelación ántes de su
ban que no confirmase obispo al que venia nombra- dichoso tránsito, dió su espíritu al Señor; y san Pedro
do de Ravena, sino á otro que traían consigo los c m - compuso su sagrado cuerpo con extraordinario sentimien-
1MA 2. DICIEMBRE. A77
to, y dio orden que fuese llevado á Francia (como el mis- en Roma cerca del palacio Liciano, una iglesia antigua de
mo san Germán lo habla mandado), y tomó la cogulla y Santa Bibiana, que edificó san Simplicio papa, donde está
ol cilicio del sanio, y le guardó y estimó como un precio- su sagrado cuerpo. De santa Bibiana hacen mención los
so y riquísimo tesoro, todos losdias de su vida. Martirologios romano, el de Beda, üsuardo y Adon, Pedro
Mas en lo que san Pedro principalmente se ocupaba, de Nalalibus, y el cardenal Baronio en las anotaciones del
era en desarraigar los vicios de su pueblo y los malos usos Martirologio y en el iv lomo de sus Anales.
que todavía quedaban de la gentilidad, especialmenlc el * LOS SANTOS ECSEBIO , PRESBÍTERO, MARCELO, DIÁCONO,
primer dia de enero y del ano, solian hacer muchos juegos HIPÓLITO, MÁXIMO, ADIIÍAS, PAULINA, NEÓN, MARÍA, MARTINA
y fiestas delante de un ídolo; y san Pedro con sus sermo- Y AURELIA, MÁRTIRES.—Sufrieron estos santos el martirio
nes y continuas exhortaciones procuró que se desterrase de en Roma, cuando imperaba Valeriano, tolerando los mayo-
la ciudad aquel uso sacrilego y profano. res tormentos, de órden del juez Secundiano.
Habiendo, pues, sido diez años obispo de Ravena, y es- SAN PONCÍANO Y SUS COMPAÑEROS , MÁRTIRES.—También
tando en Imola, su patria ; entendiendo que Dios nuestro fueron degollados en Roma, por negarse á adorar á los
Señor le llamaba para sí, se fué al templo de San Casiano, ídolos, Baronio dice que san Ponciano se convirtió á la fé
mártir, y postrado delante de su sagrado cuerpo, ofreció- de Jesucristo, por haberle curado milagrosamente san E n -
le muchos dones, y le suplicó que le favoreciese en aquel sebio una parálisis que tenia de mucho tiempo. Su m a r t i -
trance y presentase su alma delante del acatamiento del rio sucedió, según el mismo autor, el año 259.
Señor: y habiendo exhortado a los de Ravena que le ha- Los SANTOS SEVERO, SEGLUO, GENARO Y VICTORINO, MÁR-
blan acompañado, que no se apartasen jamás de los man- TIRES.—Dieron su sangre por la fé de Jesucristo en Á f r i -
damientos de Dios, y que eligiesen por sucesor suyo y ca, marlirizados por los arríanos, el año 450.
pastor persona digna de tan alto grado, acabó el curso de SAN CROMACIO, OBISPO Y CONFESOR.—Este ilustre prelado
su peregrinación, y falleció á los 2 de diciembre, pol- de la Iglesia de Aquileya fué uno de los mas célebres
los años del Señor de í 4 0 . Fué sepultado en la misma pastores del rebaño de Jesucristo durante el siglo IV. San
iglesia, junto al altar de san Casiano, m á r t i r ; aunque la ( i m i n i m o l e alaba por su santidad de vida y su eximia
Iglesia de Ravena tiene un brazo suyo ricamente adorna- erudición; san Juan Crisóstomo le dirigió una carta, que es
do, y le reverencia con suma veneración. Dejó san Pedro la 135, en que ensalza su mérito y su zelo, y san Ambro-
entre oirás obras, muchas homilías y sermones muy ele- sio habla también de él en varios parajes de sus obras. Fué
giintes y graves. el padre, el maestro, el consolador y el sosten de todas sus
Su vida escribió Gerónimo Rubio, historiador délas co- ovejas, obró muchos milagros, ganó muebisimas almas
sas de Ravena, y está en el vn lomo del padre Mosandro, para Jesucristo, y murió en paz el año 390, según Baro-
añadido á seis tomos de Fr. Lorenzo Surio. Hacen men- nio. San Juan Crisóstomo dice , que el sonido clarísimo de
ción de él el Martirologio romano á los dos de diciembre, la penetrante trompeta de Cromacio, después de haber r c -
y Constancio en la vida de san Germán, obispo antisiodo- suuado por lodo el Occidente, llegó hasta los oidos de los
rense, y Pedro Damián en el sermón de san Barbaciano, orientales, y les advirtió de importantes verdades para la
y César Baronio en sus anotaciones. religión.
SANTA BIBIANA, VÍUGEN \ MÁUTIR.—La bienaventurada SAN LOPE, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en el siglo VI y
y gloriosa virgen santa Bibiana fué natural de Roma y •fué obispo de Verona. Galesino dice que gobernó aquella
nobilísima, hija de Flaviano, prefecto (que otros llaman Iglesia con eminente santidad, y que fué de admirable
Fausto ó Faviauo), y de Dafrosa, los cuales fueron cris- piedad y esclarecido en doctrina.
tianos y mártires de Jesucristo. Desde nina se ejercitó SAN NONO, OBISPO Y CONFESOR.—Asiático de nación y
santa Bibiana en obras loables y virtuosas. educado en la religión cristiana, dió desde muy niño i n d i -
Fué presa en tiempo del emperador Juliano, apóstata, cios de su futura santidad. Prevenida su alma con abun-
por el prefecto llamado Fausto, á quien se cometió su dantes gracias celestiales, entró en el estado eclesiástico,
causa. Procuró él persuadirá Bibiana que adorase los ído- y fué elegido obispo de Edesa. Como lodo su afán era la
los, amenazándola con grandes tormentos si no lo hacia: conversión de los infieles y el arrepentimiento de los pe-
pero ella supo decirle tales cosas, que despertaron el co- cadores, hallándose un dia predicando en una plaza de
razón de Fausto y le abrieron los ojos para ver la divina Antioquía, dondehabia ido para asistirá un concilio, des-
luz, con la cual reconoció su engaño, y se convirtió á la cubrió enlre su auditorio á la célebre santa Pelagia, y d i -
fé de Cristo, y por ella derramó su sangre y alcanzó la co- rigiéndole la palabra directamente, la convirtió á Dios, y
rona del marlirio. Muy contenta y regocijada quedó santa después de haberla instruido, la bautizó. San Nono fué
Bibiana, por haber ganado para su esposo Jesucristo á posteriormente trasladado al obispado de Ileliópolis, don-
Fausto: y llevada delante de otro juez y ministro de de murió milagrosamente en el SeHor, el ano 451.
Juliano, estando muy constante y ürme en la confesión SAN SILVANO, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en la Iglesia
de la fé, y de no adobar á ios falsos dioses de los gen- de Tróada, en Frigia, haciéndose memorable por sus m u -
tiles, el juez inicuo la mandó azotar y quebrantar sus chos milagros. Murió el año 40G, según Sozomeno, y en
carnes con plomadas, tan fuertemente, que en aquel tor- su sepulcro continuó el cielo dispensando á sus devotos
menlo dió su purísima alma á Dios, por los años de Cristo favores especiales.
de '¿62,, imperando Juliano Apóstata. El cuerpo de la san- SAN EVÍSIO, OBISPO Y CONFESOK.— Fué el XXX obispo de
ta virgen estuvo dos dias sin ser enterrado; y después un la Iglesia de Rrescia en Italia, y enseñó mucho tiempo por
sacerdote, llamado Juan, le enterró junto al sepulcro de su si mismo la religión al clero y al pueblo, en las escuelas y
santa madre y de su hermana Demetria, á los dos de d i - en los pulpitos. Siendo de edad muy avanzada, y no p u -
ciembre, en que la Iglesia celebra su fiesta. Hoy dia hay diendo contener por esto la vivacidad de su zelo, se con-
478 LA LEYENDA DE ORO. DIA 3-
tcnlnha con repclir eonliiiunnu'iile á sus diocesanos on que le delenia. Hizo los ejercicios espirituales que le d¡ó
Ijreves palabras los pi incipaios preceptos do la religión, y el sanio padre: confesóse generalmente de toda su vida:
en eslos santos ejercicios acabó sus dias, el aíio 883, se- hizo grandes penitencias: entre otras estuvo cuatro dias sia
gún Fenario. comer bocado: y trocóse de manera en sus deseos, quere-
res é intentos, que él mismo después no se conocía.
DIA 3. Estando nuestro Francisco en París, el doctor Jaso su
padre escribió una carta á una bija suya, llamada doña
SAN FRANCISCO JvviF.n, CONFESOR.—Entre otros linajes y Magdalena Jaso, que habiendo sido dama de la reina, so
casas antiguas é ilustres, que en el reino de Navarra lla- había hecho monja descalza en el convento de Santa Clara
man Casas de Armería, bay dos que son la de /avierre y de Gandía, y vivía en él con maravilloso ejemplo y fama
Ja de Alpizcueta, las cuales se juntaron en uno, casándose de santidad, por algunos milagros que Dios obró por ella.
Martin de Alpizcueta, cabeza de su casa y familia, con En esta carta daba cuenta el padre á su hija de las cosas
doña Juana Javierre, heredera también y señora de su ca- domésticas de su casa y de sus hijos, y entre ellas le d e -
sa, listos caballeros tuvieron una bija sola, heredera de cía que su hermano Francisco estaba bueno, y que apro-
ambas casas, que se llamó doña María, y se casó con e! vechaba en los estudios; pero que le gastaba mocho: y la
doctor Juan Jaso, hombre noble y rico, y por sus letras y buena sóror Magdalena, como alumbrada de Dios, respon-
prudencia muy estimado en el reino de Navarra, y princi- dió á su padre, que le rogaba que no se cansase, ni dejase
pal consejero y ministro de su rey don Joan el I I I . Tuvie- de proveer á su hermano Francisco de todo lo que le p i -
ron el doctor Juan Jaso y doña María de Javierre y Alpiz- diese, aunque fuese menester vender las casas; porque
cueta muchos hijos, y el postrero de todos (como otro sin duda alguna habia de ser un grande apóstol de la I n -
David) fue nuestro Francisco Javierre, el cual nació en el dia, y como un vaso escogido del Señor llevaría su sanio
castillo de Javierre, que era de sus padres, cerca de la nombre por muchas y varias provincias y naciones bár b a -
ciudad de Pamplona. Fué su dichoso nacimiento el año de ras, alumbrándolas con la luz del santo Evangelio: y lo
1 Í 9 1 , siendo sumo ponlífice Alejandro V I , y emperador que Dios reveló á esta santa virgen de su hermano, des-
Maximiliano, I de este nombre, y reyes de Castilla los ca- pués veremos cuán bien se cumplió.
tólicos reyes don Fernando y doña Isabel, y rey do Na-
Encendióse tanto san Francisco con el trato y fuego del
varra el ya nombrado don Juan, el I I I . Criaron sus pa-
santo padre Ignacio en el amor del Señor, y en el deseo
dres á su hijo Francisco con gran piedad y cuidado, así
de mortiflearse y vencer tadas las pasiones, apetitos y
por sor el menor de todos sus hijos, como por su
gustos que habia tenido en el siglo, que porque era mozo
blanda y apacible condición, gracia y modestia, que res-
de grandes fuerzas, y muy lijero en el correr y saltar, y
plandecía en sus primeros años. Procuraron que apren-
se habia preciado de esta gentileza y gracia, y por ella
diese de bnonos maestros las primeras letras: y habién-
había sido estimado de los otrjs estudiantes; determinó
dolas aprendido con grande habilidad, viveza de ingenio y
hacer sacrificio do su cuerpo, y atarse fuertemente los
presteza, le enviaron á la universidad de París, para que
muslos y los brazos con unos cordeles de muchos nudos,
allí estudiase de propósito las otras ciencias mayores; por-
para que no pudiese correr ni saltar; y los cordeles poco á
que, aunque los otros hermanos seguían la soldadesca,
poco se le fueron entrando por las carnes, causándole agu-
para alcanzar honra y gloria militar, nuestro Francisco se
dos y graves dolores, que le lastimaban y afligían: los
inclinó mas á las letras y al estudio de la sabiduría, espe-
cuales él llevaba con mucha paciencia y disimulación, sin
rando por este medio alcanzar mayores premios, que sus
que nadie pudiese entender lo que padecía.
hermanos con la lanza y con la espada, en acrecenta-
miento de su casa. Estudió en París el curso de la filoso- El día de la Asunción de nuestra Señora, del año del
fía con tanto aprevechamiento, que se graduó de maestro Señor de J53S, hizo voto con los demás compañeros de
de artes, y después la leyó en la misma universidad con nuestro santo padre Ignacio, de ir á Jerusalen á tiempo,
grande aprobación, utilidad y aplauso de sus discípulos. y acabados los estudios de teología se partieron de París
Tuvo por condiscípulo en los estudios de filosofía, y por los nueve compañeros, á los t ü de noviembre del año de
compañero de su mismo aposento al padre Pedro Fabro, iriSfi, para Yenecia, donde les estaba aguardando su pa-
saboyano de nación: y al mismo tiempo que andaban los dre y maestro san Ignacio, conforme á lo que con ellos ha-
dos al fm del curso, el bienaventurado san Ignacio de Lu- bia concertado: iban todos á pié cargados de sus carta-
yóla (que guiado del ciclo habia ido á París á proseguir sus pacios, y pasaron por Alemania entre herejes en el corazón
estudios) se juntó con ellos, para habitar en su compañía, del invierno, que aquel año fué riguroso y muy frió,
y con su santa y admirable conversación de tal manera y con las grandes incomodidades, que en los largos c a m i -
ganó á sus dos compañeros, que determinaron seguirle en nos suelen los pobres padecer; pero nuestro san Francisco
sus propósitos y santos intentos; aunque Pedro Fabro mas todas las llevaba con gran paciencia y alegría, acordán-
fácilmente se sujetó en todo y por todo á la dirección y dose que las pasaba por Dios nuestro Señor: pero sucedióle
voluntad de san Ignacio. San Francisco Javier al principio una cosa particular, rara y maravillosa en este camino.
estuvo mas rebelde, porque su natural era mas desenfa- Como era tan grande su fervor y el deseo de padecer y
dado y alegre, y las esperanzas de subir y valer en el mortiticarse por Cristo, no hizo caso de los dolores que
mundo, fundadas en su nobleza, ingenio, letras y otras sentía con los cordeles y ataduras, con que dijimos se ha-
buenas prendas, le tenían con mas fuertes prisiones enca- bia apretado los muslos y los brazos, ni so los quitó para
denado : pero linalmente se rindió á la voluntad y ejemplo hacer su camino, creyendo por ventura que no le serian
del santo padre, y pudo mas en él la gracia del Señor de impedimento, aunque le acrecentasen el dolor; mas s u -
que lo llamaba, que la fuerza de la naturaleza depravada, cedió muy al contrario: porque con el movimiento y a g i -
tación del camino, los cordeles se le eulraron tau adentro
DIA 3. DICIEMBRE. J AJ 479
tic las carnes, que se cubrieron los nudos, y las llagas se dió para su viaje, volvió con sus compañeros á Venecia,
«liomlaron, y los dolores crecieron de manera, que el san- donde esle año de dia de san Juan Bautista, se o r -
to no pudo pasar adelante y se rindió, y descubrió á los denó de misa con los otros compañeros, que no eran sacer-
compañeros que le era forzoso quedarse y la causa de su dotes, haciendo todos voto de castidad y pobreza volunta-
mal. Lleváronle con gran dificultad al primer pueblo que ria en manos del arzobispo romano, nuncio de su santidad.
hallaron mas cercano: llamaron á un cirujano: descubrié- De allí se repartieron por diversos lugares de la señoría
ronse las llagas, y viéronselelos cordeles tan hondos y tan de Venecia, para aparejarse (entretanto que se cumplía
abrazados con las carnes, que el cirujano {maravillándose, el tiempo señalado para la jornada de Jerusalen) á decir
mucho dearjiiel género de penitencia) claramenle dijo que su primera misa con mayor pureza y devoción: y los p a -
era negocio sin remedio; porque aquellos cordeles no se dres Francisco y Salmerón se recogieron en un pueblo
podían arrancar sin hacer muchas y grandes heridas en la poqum) y apartado cuatro leguas de Padua, que se l l a -
carne. Sinlieron mucho todos los compañeros el mal de maba Moncelsi, en una pobre y desabrigada choza, abierta
san Francisco, y éHenia mas pena de la pena de ellos, que al vienlo y con muy poco reparo para el calor y frío, l l u -
desús propios dolores, por ver que ni los compañeros le via y vientos, y por esto muy á gusto del fervoroso espí-
querían dejar, ni él podia pasar adelante con ellos. Fallan- ritu de san Francisco. Aquí estuvo cuarenta dias: su cama
do los remedios humanos, acudieron á los divinos: pusié- era un poco de paja sobre la tierra: su comida los pedazos
ronse todos aquella noche en oración, suplicando á nuestro de pan que allegaba de puerta en puerta: las disciplinas
Señor con grande instancia y confianza, que pusiese su eran cotidianas: el cilicio continuo: la oración perpetua;
mano y diese remedio á tan grande mal. Oyólos el Señor gastando el dia y la mayor parte de la noebe en la lección,
(que siempre oye á sus siervos), y á la mañana se hallaron meditación y contemplación de las cosas divinas, que era
los cordeles hechos pedazos fuera de las carnes, las llagas lo que principalmente buscaba en aquel lugar.
sanas, y el santo con tan buenas fuerzas, que pudo seguir Celebró su primera misa en Vincencia, donde san I g n a -
su camino, haciendo todos incesables gracias al Obrador cio estaba, y celebróla con tantas lágrimas de alegría es-
de tan grandes maravillas : y con mucho contento y gozo piritual, que todos los que se hallaron presentes, con solo
acabaron su jornada, y llegaron á Venecia á los 8 de enero verle, derramaron muchas : y de allí adelante por lodo
del año do 1531, donde hallaron á san Ignacio, y de él el tiempo de su vida do tal manera se aparejaba para d e -
fueron recibidos con el consuelo espiritual que se puede cir misa, como si fuera la primera. Aquí en Víncenciacayó
pensar. malo gravemente con otro compañero : lleváronlos al hos-
Aquí en Venecia se repartieron los diez compañeros en pital : y por la pobreza de aquella casa fué necesario
dos hospitales, para servir á los pobres y ejercitar su h u - que los dos durmiesen en una misma cama, gozándose de
mildad y cai idad, entretanto que llegaba el liempo de n a - pagar este tributo á la santa pobreza. Mas en este desam-
vegar á Jerusalen. Cupo á san Francisco el hospiíal délos paro y desabrigo el Señor consoló á nuestro Francisco, v i -
incurables, y él aeudia á los enfermos con exlremado fer- sitándole por medio del gran doctor de la Iglesia san Ge-
vor y espíritu; hacíales las camas, barríales los aposentos^ rónimo, de quién él era devotísimo. Aparecióle el santo
y ocupábase en los otros servicios mas bajos y viles : y doctor en una figura gloriosa y venerable, y llegando á la
porque hahia muchos enfermos de enfermedades contagio- cama, le habló con palabras muy suaves y do amigo muy
sas y con llagas asquerosas, acudia siempre al que esta- familiar , entre las cuales le dijo : Mayores tempestades
ba con mayor necesidad. Entre los oíros hahia uno, que de trabajos te esperan en Bolonia, donde pasarás este i n -
por la podre que manaba de él y por el mal olor que de vierno : y de tus compañeros , unos irán á Roma , otros á
todo su cuerpo despedía, le causaba grande horror y sen- Padua , oíros á Ferrara y oíros á Sena ; y como el santo
tia gran repugnancia en servirle, mas él, para vencerse y lo dijo , así se cumplió : porque aquella era la traza y ór-
alcanzar perfecta victoria de- sí mismo, mirándole como den de Dios, que iba encaminando nuestros padres, y r e -
si fuera la misma persona de Jesucristo nuestro Uedenlor, partiéndolos por los lugares en que quería le sirviesen, ya
á quien él servia en el pobre, una y dos veces con mara- que por la guerra , que habia etitre el Gran Turco y los
villoso fervor le lamió las llagas y le chupóla materia que venecianos, no podian pasar á Jerusalen. Así habiendo
de ellas corría; y con tan señalada victoria nuestro Señor cumplido con la obligación de su voto, se reparlieron por
ie infundió después una gracia singular, que ningunas eslos lugares que habernos dichn : y ó san Francisco le
llagas, por podridas y asquerosas que fuesen, le daban cupo i r con el padre Bobadilla á Bolonia. Allí aquel i n -
asco; antes le causaban devoción y suavidad, tanto puede vierno, por los grandes fríos , suma pobreza , y falta de
un acto fervoroso obrado con gran caridad para rendir al toda comodidad y continuación de trabajos, le dieron unas
soberbio gigante, y al rendido desbaratar y poner en huida cuartanas y perdió las fuerzas y c a l o r , de manera que
ol campo de los enemigos. mas parecía un cuerpo muerto, que hombre vivo.
Do Venecia partió para Roma nuestro Francisco con los Pero como el santo vivía del amor y espíritu del Señor,
otros padres que habian venido de París, á pedir la bendi- el mismo Señor sustentaba la flaqueza del cuerpo de san
ción de su santidad para ir á Jerusalen. Era tiempo de Francisco con su gracia , y esforzaba sn corazón ; porque
cuaresma y muy lluvioso: iban á pié, pidiendo limosna y como si estuviera muy sano , gastaba el tiempo en predi-
ayunando lodos los dias, y comiendo solo lo que les daban car en las plazas á todo el pueblo, en enseñar la doctrina
por amorde Dios. Entre todos siempre se señaló san Fran- cristiana á los niños, en visitar los hospitales y las cárce-
cisco en el amor de la pobreza, y alegría y esfuerzo en les, en oír las confesiones de muchos, que con amargura
el padecer. En Roma disputó delante de la santidad del lloraban sus pecados, y se venían á confesarse con é!.
papa Paulo I Í I , que á la sazón era vicario de Cristo en la Respondía á los que venían á pedirle consejo y deseaban
tierra, y con su bendición y una buena limosna que les saber el camino para agradar á Dios; y por estos medios
4S0 LA LEYENDA DE ORO DIA 3.
y por su dulce y santa conversación hizo en la ciuclad y nuestro Señor se queria servir de él como de vaso escogi-
universidad de Bolonia maravilloso fruto, y hasta hoy dia do, para llevar su santo nombre por la India, y para alum-
quedan los rastros y memoria de su celestial doctrina y brar con la luz del Evangelio á innumerables almas gen-
admirable comunicación, y la casa en que entonces estu- tiles, que estaban sepultadas en la sombra de la muerte:
vo como pobre, después se ha dado á la Compañía y se porque una vez estando durmiendo, soñaba que llevaba á
ha convertido en oratorio de mucha devoción. cuestas un indio tan pesado, que le quebrantaba y molia
De Bolonia á la media cuaresma del año de 1538 , san los huesos, como él mismo lo dijo al padre maestro Diego
Francisco llamado de nuestro padre san Ignacio , fué á Lainez, qne durmia cabe él en el mismo aposento. Otra
Roma, donde se juntaron todos ¡os padres , para asentar vez le mostró el Señor los trabajos que habia de padecer
y establecer las cosas de la religión que queriaufundar: lo por él en aquella empresa, y le d¡ó tanto espíritu y esfuer-
cual hicieron en varias consultas acompañadas con muchas zo, que con ser tan grandes, no se espantó, ántes comen-
y fervorosas oraciones , vigilias , lágrimas y penitencias, zó á dar voces y á decir : Mas, mas, mas, ofreciéndose á
con deseo muy encendido de agradar solo á nuestro Se- todos los trabajos y cruces que el Señoi'lc quisiese dar :
ñor, y buscar en todo su mayor gloria y el bien do almas. y por esto mucho ántes que san Ignacio le encargase esta
Esta vez predicó en Roma nuestro san Francisco en la igle- jornada , hablaba él de ella con grande deseo de ser e m -
sia de San Lorenzo in Dámaso (que es muy principal), pleado en ella ; porque Dios nuestro Señor, que se queria
y con sus sermones y con los otros piadosos trabajos s u - servir de é l , le iba previniendo v disponiendo para
yos y de sus compañeros se despertó la gente (como de ella.
un profundo .sueño) á tratar de enmendar sus vidas, dan- En el camino de Roma á Portugal ganó al embajador
do de mano á sus gustos y vicios en que estaban muy se- don Pedro de Mascareñas y á lodos sus criados para Uios,
pultados, y á confesarse y comulgar masa menudo, y r e - con su extremado ejemplo , humildad y modestia. Guar-
novar el uso antiguo de la primitiva Iglesia, quede aquo- daba ante todas cosas la observancia religiosa y el con-
Jla sania ciudad, por la industria y perseverancia de la cierto en sus oraciones ¡ era blando y cortés en sus pala-
compañía (aunque al principio no sin grande contradicción) bras , sereno y alegre en sus respuestas , fácil para todos
se ha derramado y extendido por las otras provincias y na- los que le querían ver y tratar : huia de la honra lanío
ciones de la cristiandad. cuantos otros la siguen ; y para ayudar en las cosas es-
Estando san Francisco y los otros padres compañeros pirituales á sus compañeros , los sabia maravillosamenie
suyos tan bien ocupados, el serenísimo don Juan el I I I de granjear y obligar; era el primero en el trabajo y el pos-
Portugal escribió á don Pedro Mascareñas, su embajador trero en el descanso , y el que para acomodar á los otros
en Roma, que en lodo caso le impetrase de san Ignacio se desacomodaba á sí. También se ofrecieron en este c a -
seis para las Indias oricnlalcs, y que si fuese necesario, mino algunos graves peligros á algunos criados del em-
hablase de su parle al papa , y le suplicase que les man- bajador , de los cuales los libró el Señor por medio de
dase ir : porque él deseaba mas sujetar al yugo de Cristo san Francisco; porque andando por los Alpns cayó el
nuestro Señor aquellos pueblos ciegos y bárbaros, que no secretario del embajador en una profundidad inmensa de
á su corona é imperio. Fueren señalados para esta grande nieve, y estando ya sin remedio, el santo le sacó. A otro
empresa por san Ignacio ( á quien el sumo pontítice r e - criado, que arrebatado de la corriente de un rio caudaloso
mitió aquella petición del r e y ) los padres maestros S i - se eslaba ahogando , haciendo oración por é l , milagrosa-
meón Rodríguez, portugués, y el maestro Nicolás de Bo- mente le libró. Otro que se habia descompuesto, y en
badilla, castellano. El padre Simconqueestabacuartanario, castigo de su pecado y de no haber creído á san Francisco
se parlió luego de Roma á toda priesa para Portugal por cayó con el caballo de una cuesta abajo , y reventando el
mar y con él otro padre italiano , qne se llamaba Pablo caballo quedó quebrantado y casi muerto , le sanó en el
Camerale. El padre Bobadilla fué llamado de Calabria para alma y en el cuerpo; y lodos reconocieron que Dios los
la jornada. Llegó á Roma maltratado del camino, y enfer- habia favorecido por la inlercesion de san Francisco, t e -
mo de una pierna, á tiempo que el embajador don Pe- niéndole por santo. Pero en lo que mas mostró su espíritu
dro Mascareñas eslaba de camino para irse á Portugal; y fué, que siendo el camino que llevaba para Portugal por
en ninguna manera quería partirse sin el segundocompa- su tierra, y pidiéndole con mucha instancia el embajador
ñ e r o . n i Bobadilla le podia seguir por su indisposición. y los demás que llegase á visitar á doña María Javier y
Entonces nuestro santo ptwlre Ignacio, que estaba malo en Alpizcuela, su madre que era, y á sus hermanos y d e u -
la cama, habiendo hecho oración y alumbrado con la luz dos ( pues el rodeo era tan poco, y no lendria otra ocasión
del cielo, Hamó á san Francisco Javier , y le declaró que para hacerlo en toda la vida); nunca se pudo acabar con él:
la voluntad de Dios era que éJ lomase aquella empresa, tanto eslaba descarnado de la carne y sangre, y tan pues-
que así se la encomendaba de su parte, confiado de su to en Dios, á quien habia tomado por padre y madre y
prudencia y de la gracia del Señor que le llamaba , y se hermanos y lodas la cosas: enseñando con este ejemplo
queria servir de él para la manifestación de su santo n o m - á los religiosos el recalo y espíritu con que deben proce-
bre en aquellas provincias y reinos : y el santo con gran der en eslo.
regocijo y fervor de su espíritu se ofreció luego al trabajo;
Llegó á Portugal, y halló al padre Simeóncuarlanario:
y al dia siguiente, lomada la bendición de su santidad,
abrazóle con entrañable amor; y fué tanta la alegría , que
abrazando á sus hermanos, salió de Roma con el embaja-
con solo verle recibió salud el padre Simeón , que nunca
dor, con solo su breviario, como si fuéra á visitar una i g l e -
le volvió mas la cuartana.
sia de Boma. No es maravilla que san Francisco recibie-
Grande fué el gozo que luvo el rey don Juan, cuando
se gran gozo y júbilo en su alma en aquella jornada; porque
supo de la llegada de san Francisco ; y mas con las nue-
había tenido muchas séllales y grandesprendas de que Dios
vas que le habia escrito y dió el embajador don Pedro de
DIA 3. . DICIEMBRE. 481
MI rara virtud , siogular doctrina y extremada prudencia: punto de su autoridad religiosa, con que no le viesen h a -
mandó luego proveer á los padres muy abuiulanlemente cer pecado, ni cosa en ofensa del Sefior.
de lodo loque hubiesen menester; mas ellos aguardando Luego que la nave capitana se hizo á la vela, comenzó
la órden de su santo padre y maestro Ignacio , no quisie- san Francisco á tender las velas de sus fervorosos deseos,
ron aceptar la liberalidad de! rey, y se fueron al hospital y á mostrar el favorable viento del Espíritu santo que lo
de Todos los Santos, para vivir como pobres entre los po- llevaba; porque como varón de Dios dió lan grande
bres, y curar á los enfermos, y con esta humildad y po- ejemplo de su santidad,celo, caridad y prudencia, que fue
breza echar los cimientos del alto edificio que Dios queria la salud y remedio de todos los que iban en la nave.
levantar en la Compañía en aquel reino . en el cual der- Hizo cuanto pudo el gobernador Martin Alfonso de Sou-
ramaron nuestros padres tan buen olor de sí con su santi- za para que comiese á su mesa, oque á lo ménos lomase
dad de vida y ejemplo, que los comenzaron á reverencial- la ración que se daba á los otros pasajeros de la nave. De
como á hombres venidos del cielo , y á llamarlos púbiiea- comer con él se excusó: la ración acepló para darla á a l -
raentc los" apóstoles ; y de ellos ha quedado hasta hoy este gunos neccsilados; y sin tocarla él, pedía limosna para su
apellido en sus hijos y sucesores. comida en la nao, leniéndose por deudor igualmente de
Quiso el rey detener en su reino á los padres, por el los que ménos sabían. Tuvo mano para que en ella se vi-
gran fruto que en pocos meses habían hecho entre la gen- viese cristianamente, se quitasen los juegos y juramentos,
te noble, caballeros y fidalgos de su córle; pero por pare- y que no hubiese riñas, odios y murmuraciones: apaci-
cer de tmeslro sanio padre Ignacio, tuvo por bien que guaba las liregas, componía las diferencias, sosegaba las
el padre maestro Simeón quedase en Portugal, y san pasiones, predicaba y enseñaba lodos los dias la doclrina
Francisco se partiese para las Indias, como lo hizo á crísliana álos mozos y esclavos y gente ruda: reprendía
los 1 de abril del año de l ü i l ; embarcándose en la las cosas mal bechas con lauta autoridad que ninguno lo
nao del gobernador Martin de Souza, y llevando en su ivsisiió, y con tanta blandura y amor que ningunos? sintió
compañía al padre Pabló Camerale, italiano, y á otro de él, y muchos se enmendaron.
hermano portugués, que se decia Francisco de Mansilla; Kn el servicio, cura y remedio espiritual de los enfer-
mas antes de embarcarse, mandó llamar el rey don Juan á mos venció en este tiempo á sí mismo; porque las enfer-
san Francisco, y le entregó un breve del sumo pontífice, en medades fueron muchas y muy contagiosas, y crecían,
que le hacia nuncio y legado apostólico en las parles de cayendo unos y muriendo oíros; andando todos asían
las Indias, con grandes poderes y amplía jurisdicción: y brados con el temor de caer, y el santo lomó sobre sí las
hablando con el santo padre, y mostrándole la gran con- necesidades, trabajos y miserias de lodos, como si sus
üanza que de ól lenia, le encomendó muy particular y e n - fuerzas fueran iguales á su candad. Ninguno murió sin
carecidamente lodas las Indias, en lo que loca á la conver- tenerle á su cabecera! ninguno le llamó que no le hallase
sión de los infieles y á la confirmación en la fé de los nue- cabe sí: confesábalos, animábalos con palabras suaves y
vamente convertidos, y á las costumbres de los porlu- santas, dábales de comer por sus manos, y muchas veces
gueses, y á las fortalezas y presidios de aquel estado, y él mismo lo aderezaba y traía del fogón, bacía las camas,
lodo lo demás que locaba al servicio de Dios y al suyo: aplicábales los remedios, y finalmente hacia oficio de un
porque dijo que no deseaba tanto que su imperio so exten- caritativo y diligente enfermero, y c u a n l o é l m a s se h u m i -
diese cuanto la religión cristiana; ánles tendría por g r a n - llaba, tanto mas lodos le respetaban, grandes y pequeños,
de interés y ganancia suya, todos los gastos que hiciese de modo que aquí ganó el apellido de Padre santo, con el
en ayudar á las almas. San Francisco con pocas palabras, cual después le llamaron en toda la India.
humildes y graves, hizo gracias al rey de lan señaladas Llegaron á Mozambique al fin deb mes de agosto, donde
mercedes, ofreciéndolo su íidelidad y servicio en todo lo se entretuvieron y pasaron todo el invierno basta el abril
que lo mandaba, lo cual esperaba cumplir ayudado de Dios. siguiente. Allí estuvo sirviendo á los enfermos de la ar-
Pero habiendo mandado el rey á los oficiales de hacien- mada en el hospital del R e y ; y por la conlinuacion de sus
da, y especialmente á don Antonio de Tayde conde de grandes trabajos cayó enfermo de una fiebre maligna, con
Castañeda, que proveyesen á san Francisco y á sus com- gran peligro de la vida, y queriéndole algunos hombres
pañeros muy cumplidamente de matalotaje, y de lodo lo nobles y ricos llevar á sus casas para airarle, müiéá lo
necesario para aquella lan larga y trabajosa navegación; consintió, deseando morir en la pobreza en que había vivi-
importunándole mucho que lo lomase, nunca quiso acep- do, pobre entre los pobres, enfermo entre los otros enfer-
tar sino unos pocos de libros que habia menester para la m o s ^ estando como eslaba, se levantaba para confesar á
conversión de los gentiles, y en la India no los pudiera ha- los que estaban peligrosos y ayudar á los que morían: y fué
llar. Siempre respondió que él era pobre y había hecbo tanta su caridad, que estando un mozo grumete tendido
voto de pobreza, y que la quería guardar, y confiando que en el suelo, desamparado do lodos, y frenético y fuera
el Señor le proveería como á pobre, de lodo lo que hubie- de sí sin esperanza humana de poderse confesar; el san-
se menester para poderle servir. Importunóle el conde, to temiendo la condenación de aquella alma, y deseando su
que á lo ménos lomase un criado que le sirviese en aque- salvación y pidiéndola con muchas lágrimas al Señor, se
lla navegación, como convenia á la autoridad de su perso- levantó y le tomó y puso cu la cama, y entrando en ella,
na ; pues era nuncio y legado apostólico, y no parecía súbilamente volvió el enfermo en si y se confesó con é l ,
bien que él mismo se llegase al fogón, ni lavase por sus y lo administró los sacramentos do la comunión y extre-
manos su ropa sucia; mas él respondió, que mientras maunción, y el mismo día acabó con grandes señales do
que nuestro Señor le guardase sus piés y sus manos, no su salvación..
lenia necesidad de criado, y que pensaba que por verle á De Monzambiquesc embarcó á los 1 o de marzo para Goa
el servir y llegarse al fogón, y lavar la ropa, no perdería no estando aun bien convalecido; llegaron á Melinde,

TOMO l í í . 61
482 LA LEYENDA M ORO DIA 3.
donde se consoló ¡nc reiblemenle por luiber hallado una negro que aprende á hablar; y en su lengua aquel len-
grande y hermosa cruz de inárino!, dorada y enarbolada guaje parecía lenguaje del cíelo, y edificaba y compungi.i,
en aquella tierra de moros: de donde llegaron á Zocotora, y espantaba álosque leoian; porque se les represéntala el
quecs una isla en la cosía de Africa, cuyos naluralcssc apóstol san Pablo, que con los griegos se hacia griego, he-
tonian por crislianos; mas realmente no lo eran sino de breo con los hebreos y todo con lodos. Por este medio de
solo el nombre; finalmente, á los 6 de mayo del afio I ;>í2 la doctrina ci islíana fué increíble el fruto que hizo san
entraron por la barra de Goa, babiendo trece meses que Francisco en Goa, y de allí se derivó en las otras provin-
habian salido de Lisboa. cias de India; porque los padres de la compañía, que des-
Pero, ¿quién podrá explicar en pocas palabras aquel pués le siguieron, por aviso y ejemplo del misino santo
miserable estado en que el glorioso san Francisco bailó lomaron esté santo ejercicio con tanto fervor, que los can-
aquella ciudad, y como en breve tiempo la mudó y mejo- tares mas ordinarios de los niños en las escuelas, de los
ró, y los medios que tomó para hacer en los corazones de caminantes en los caminos, de los que navegaban en el
los moradores de olla una mudanza tan notable? Porque mar, y de los que Irahajaban en sus casas y en el campo,
la ciudad de Goa era en aquel tiempo una sentina de v i - eran las oraciones de la doctrina.
cios, y una como feria general de todas las naciones, por- Erres!as santas ocupaciones gastó san Francisco cinco
tugueses, moros y gentiles, y otras de reinos muy dife- meses en un incansable fervor y conlínuacion, con la cual
rentes y distantes, que vivían sin Dios y sin ley ; y en po- favorecido y alentado de la gracia del Señor acabó lo que
cos meses que allí estuvo el santo padre, la dejó tan bien en muchos años parecía imposible poderse acabar; porque
cultivada que parecía un paraíso de deleites. Ante todas la gente que se venía á confesar con él fué tanta, que no
cosas fue á visitar al obispo, que á la sazón era don Juan podía dar recaudo á la décima parle que le seguía. Comul-
de Alburquerque, y con mucha humildad y modestia le gábanse muchos á menudo, y las vidas de los que f r e -
declaró quién era, á qué venia, y quién le enviaba, y le cuentaban los sacramentos eran muy diferentes de lo que
dió el breve del papa, en que le hacia su nuncio apostólico antes solían ser. No había odios ni discordias, ni usuras:
en todas las Indias, diciéndole que no usaría de él ni de restituíase lo mal ganado, visitábanse Ips hospitales y r e -
ios poderes que traía, sino cuando su señoría se lo m a n - partíanse muchas y gruesas limosnas: apartáronse m u -
dase, echándose á sus píes y pidiéndole la bendición ¡ y el chos porlugueses de la mala amistad de sus esclavas,
obispo, admirado de la humildad del sanio varón, y cono- á las cuales daban libertad y á muchas casaban: final-
ciendo que era varón de Dios, le reverenció y volvió su mente toda la ciudad de Goa se trocó y mejoró de tal
breve, y le rogó que usase do él á su voluntad, y le que- manera, que no conociera su faz, ni dijera que era ella
dó tan aficionado y rendido, que de allí adelante los dos el que ántes en tan feo y tan miserable estado la había
eran como una alma y un corazón. Después vistió á ios p o - visto.
bres del hospüal y comenzó á servirlos: allí su cama era Mas el glorioso san Francisco, aunque estaba con el
á los piés del enfermo que estaba en mayor peligro, para cuerpo en Goa, no dejaba de pensar en la conversión de
administrarlos santos sacramentos á los que tenían nece- loda la India, y con la sed insaciable que tenía de ayudar
sidad : á los pobres de San Lázaro daba por sí mismo la á salvar las almas de toda aquellagenlilidad, trataba ame-
santísima comunión: recogía muchas limosnas, parte que nudocon Dios y consigo mismo délo que había de hacer
él pedia por las puertas y parte que le ofi ocian: y repar- para alumbrarlas y sacarlas del cautiverio del falso Sata-
tíalas por las cárceles y hospitales para ejercitar la mise- nás. Fntendió que en el cabo de Comorin , quo por otro
ricordia, no solamente con las almas, sino también con los nombre llamaban la Pesquería (porque se pescan en ella
cuerpos de los afligidos. las perlasl, había muy gran número da cristianos desam-
Mas pareciendo á nuestro san Francisco, que para con- parados de toda doctrina y con solo nombre de cristianos,
vertir á los gentiles á nuestra santa íé, era necesario r e - los cuales se habían bautizado mas por ser ayudados y de-
formar primero las vidas de los cristianos, y quitar de la fendidos de los portugueses contra los moros que los t e -
república los escándalos y tropiezos que con su mala vida nían oprimidos, que no por celo y deseo de su salvación;
ponían á los infieles, determinó predicar todos los domin- y por ser la lierra estéril y muy sujeta á las injurias del
gos y fiestas por la mañana á los portugueses; y así lo cielo, no habían tenido en muchos años sacerdotes y maes-
hacia en la iglesia de Nuestra Señora del Rosario, y des- tros que los enseñasen: y juzgando que aquella necesi-
pués de comer, á todos los cristianos de la tierra; y de- dad era extrema ó casi extrema, y que no lo era la que
más de esto, se ejercitaba en cnsefiar álos niños y gente la ciudad de Goa tenia de su presencia, pidió licencia al
ruda la doctrina cristiana: lo cual hizo con singular ejem- obispo y al virey, y se partió para la Pesquería, llevan-
plo de humildad, devoción y caridad; porque siendo nun- do consigo al hermano Francisco de Mansilla, en el mes
cio apostólico, y enviado del sumo pontífice con grandes de octubre del año 1 5 i 2 , y con el favor de nuestro Señor
poderes á la India, andaba con una campanilla por toda la llegó i-I ¡r.ep- de noviembre con increíbles fatigas, hambres,
ciudad, y en las calles y plazas alzaba la voz y decía: Fíe- sed, desnudez y pobreza. Anduvo por toda aquella tierra
les cristianos, amigos de'íJesucrislo, enviad vuestros hijos (que es de cincuenta leguas en largo), y visitó treinta v i -
é hijas, esclavos y esclavas á la santa doctrina por amor llas y aldeas que tiene, siempre á pié, y muchas veces
de Dios. A este pregón del cielo, nunca oido en aquella descalzo, con tan gran fervor y júbilo de su santo corazón,
tierra, fué grande el número de toda suerte de gente que que lodo lo que trabajaba y hacíale parecía poco; y á la
corría á oírle y recibía sus palabras como palabras de Dios; medida de su trabajo fué el fruto que el Sffipr, que le
y el santo varón se acomodaba tanto á la capacidad de los llévala y le movía, obró por é l ; porque bautizó por
oyentes, que para que mejor lo entendiesen hablaba el sus manos mas de cuarenta mil personas, y buho dia
portugués como la gente de aquella tierra, trocado y como que bautizó lodo un lugar, quedando tan cansado, que
ÜICIKMBRE. 483
no podía lúztw los brazos ni echar la palabra déla boca. Dejando en la Vcsqueria la mejor órden que pudo, vol-
Murieron mas de mil criaturas, habiendo recibido el vió á Goa para tratar con el virey y con el obispo algunas
«anto baulism), á las cuales el santo se enccn.endaba cosas importantes del servicio de nuestro Señor, y del
como á almas que ya go/aban de Diis nuestro Se- acrecentamiento de aquella cristiandad : y luego en aca-
ñor. Enseñó la doctrina cristiana á la mañana á los n i - bándolas, encomemlando al padre Pablo Camerate el c u i -
ños y á la tarde á las niñas, con tanta perfección, que ellos dado y gobierno del nuevo colegio de Goa ique ántcs habia
la enseñaban ásns padres y a los deudos y conocidos, y comenzado el P. Fr. Diego Barba para seminario délos n i -
eran Éfl celosos, que los acusaban ddante de! sanio, si a l - ños recien convertidos, y entonces por su ínslancíay man-
guno de ellos, vencido del enemigo, volvia ásus idolatrías; dato del rey don Juan se encargó de él la Compafiía1, se
y tomaban los ídolos do sus mismos padres, los acoceaban tornó á la Pesquería, llevando consigo algunos sacerdotes
y escupian y hacían pedazos; y nuestro san Francisco virtuosos seglares, y otros muchos bien enseñados de los
gustaba de ello, para qne los demonios (pie hablan sido que se habían criado en el mismo colegio de Goa. Llegó
honrados y muy adorados de los padres, fuesen pisados y á la Pesquería y repartió los obreros que consigo llevaba^
abatidos de los hijos. Andaba lodo el ano de lugar on l u - y tuvo una ocasión muy grande para ojercílar su caridad;
gar, proveyendo todo lo que le parecía necesario para porque los badegas, gente feroz y bárbara y enemiga de
alentar y acrecentar aquella cristiandad; y lo mismo ha- cristianos, entraron por toda aquella tierra quemándola y
cia por su parle el hermano Francisco Matisilla. destruyéndola, y los pobres cristianos fueron forzados á
Mas porque los lugares eran muchos y ellos eran solos retirarse por huir de sus manos, y á padecer muchas i n -
dos, y no podían satisfacer tantas necesidades, escogió en jurias, perdidas sus haciendas y casas: pero san Fran-
cada lugar uno, dos ó lies hombres de mayor capacidad cisco con sus oraciones, valor y prudencia, los remedió y
y entendimiento, y de mejores costumbres, é instruyólos consoló, y procuró que de otras partes se les envíase man-
muy de propósito en la religión cristiana, y en la forma tenimiento y la provisión necesaria para que no pereciesen
de bauti/ar, para qne en su ausencia y en los casos u r - de, hambre, y como buen pastor no dejó cosa por hacer
gentes lo [ludiesen hacer; y por estos hombres que en su para recoger aquellas ovejas de Cristo que andaban tan
lengua malabar llaman Canacapoks, y en ta nuestra ipiie- descarriadas y afligidas.
re decir Procuradores de la Iglesia, remedió el santo m u - Después pasó al reino de Travancor, habiendo ganado
ebascoeas, y u o quien lo ayudas;1! á cnllivar aquella viña primero la voluntad del mismo rey; y alcanzando de él l i -
que estab i ían desierta y por labrar. Y para que. el fruto cencia, bautizó innumerables gentiles sus vasallos, de to-
fuese iiKiyor, coinnizó el Señor á ilustrar á san Francisco dos los pueblos, que llaman Machoas, y deseaban recibir
con muchos y grandes milagros, de los cuales hablaremos a fé de Cristo : después de haberlos bien instruido en los
oo su lugar; y eran laníos los enfermos cristianos \ gen- misterios de nuestra santa religión, hizo que ellos mismos
liles que le llamaban para quo los sanase, y era lauta la qui lnasen todos los ídolos, y echasen por tierra los t e m -
caridad y dulzura con que acndian á ellos, que no podia plos en que los habian adorado: mas los demonios, para
darse mano, y gastaba lodo el tiempo que habia de dar á vengarse del santo y do los uuevoscristíaiios, incitaron á los
oirás ciisas mayores: y viendo que esto le era grande es- hádelas que de repente diesen en ellos : y así sin pensar,
torbo, determinó enviar á los enfermos que eslahan a u - entraron los bárbaros, y dieron con su vista y alaridos
sentes, algunos muchachos de los mayores y mas bien (que subian al cielo) grande espanto á los lugares de los
instruidos, para que hiciesen por él lo quo 61 hubiera de (TÍslianos, que no tenian armas para resistir, ni otro lugar
hacer (si pudiera) por sí niismo. Los muchachos llevaban donde salvarse. Pero en teniendo esta nueva san Francis-
consigo alguna cosa de san Francisco, como su rosario ó co, hincadas las rodillas en tierra, y los ojos en el cielo,
Ja santa cruzó relicario que traia al cuello: llegados adon- hizo una breve y eficaz oración, y solo, sin armas, con un
de estaba el doliente, juntaban la vecindad y hacían que ánimo de vencedor, y con rostro y semblante del Señor,
lodos los que allí estaban dijesen algunas veces el credo, se opuso á af|uel ejército, que estaba armado y furioso, y
y las otras oraciones de la doctrina cristiana, y después reprendiéndoles de infieles para con Dios, y de crueles
amonestaban al enfermo que tuviese fé y que recibiría sa- para con los hombres, sin dar un paso adelante, el ejér-
l u d : «la cual Dios nuestro Señor (dice el mismo santo en cito perdió su braveza y las fuerzas, y volvió atrás sin h a -
una carta) por su infinita misericordia y por la fé de los cer daño á la tierra ni tocar á los cristianos, los cuales con
presentes y propia suya de ellos, se les daba en el cuerpo este favor y amparo del Señor quedaron mas confirma-
y en el alma, (rayéndolos por este medio al conocimiento dos en la fé y ohedienies á san Francisco, y el rey T r a -
y obediencia de su santa ley.» Estas palabras son de s.ui vancor tan espantado, qu« mandó pregonar por todo su
Francisco, atribuyendo por su humildad la salud que Dios reino, que lodos obedeciesen de allí adelante al Padre
daba por su intercesión á los enfermos, á la fé de ellos y (qne así le llamaba), corno á su real persona.
de ios presentes. pero aquí donde fué honrado de los buenos, no fué m é -
Aquí lambicn convirtió á un bracman viejo, qne por nos perseguido de los malos ; porque además de las ase-
sus letras y supersticiones y grande autoridnd era gran chanzas y peligros, de queel Señor le libró, de los infieles,
lazo de Satanás y enemigo do la religión crislíana: el cunl, y que senfian á par de muerte la destrucción de sus ído-
convencido de san Francisco do sus engaños y alumbrado los, los mismos cristianos de nombre, gentiles en la vida,
con la luz del cíelo, abrió los ojos de su cnlendimbmlo no podiendo sufrir la reprensión de sus vicios públicos y
para conocer la verdad, y la abrazó con la voluntad y escándalos, muchas veces le buscaron para matarle, y p u -
se hizo cristiano, con admiración y espanto de los otros sieron fuego de noche á las casas donde se recogía; mas
bracmanes y genliles, y por su ejemplo se convirtieron el Señor estaba con él y le guardó: y con su gracia el
muchos. santo hizo grandísimo fruto en toda aquella tierra, edifi-
LA LEYENDA DE ORO DIA 3
cainlo wi ella muchas iylesiaSi y alumljnuulo con su ce- del cielo (pie el sanio les. predicaba, admirada por una
leslial doclrina aquellos pueblos que fe soguian con lanía parte de la santidad de su vida, y por otra de la fama
ansia y dcvonou, que le era necesario predicar en los que corria de sus milagros, hubo gran mudanza en las v i -
campos por el gran concurso de la gente, que de todas das de los cristianos y reformación en las costumbres;
partes venia á oírle. aunque el sanio no dejó de avisarles en sus sermones, que
Movidos del ejemplo de los Paravas y de los Machoas, Dios los queria gravemente castigar, como los castigó,
los pueblos de la isla de Manar desearon imitar á los veci- con un cerco apretado que tuvieron, y con una pestilen-
nos y hacerse todos cristianos, á los cuales el santo, por cia cruel que padecieron. Con esle castigo se ablandaron,
no poder ir él en porsona, envió uno de los sacerdotes sus y con ver á su santo predicador tan celoso de su bien y
companeros, para que los bautizase, y en un pueblo lla- tan humilde, que después de haber trabajado y fatigán-
mado Petin se bautizaron muchos: mas el rey de Jaíana- dose lodo el dia, á las noches se iba con una campanilla
pnn, que era genli! y grande enemigo de cristianos, l e - por las calles y plazas, rogando con alta voz á lodos los
roiendo que su hermano mayor, á quién él habia quitado fieles, que encomendasen á nuestro Señor las almas del
el reino, se hiciese cristiano, y con el favor de los portu- purgatorio, é hiciesen oración por ellas. Aquí también sanó
gueses cobrase el reino, mandó quemar aquel pueblo y á un mancebo enfermo, mudo y endemoniado.
destruirle, y malar mas de seiscientas personas que h a - Todo el mundo le parecía poco á san Francisco, y ver-
bían recibido el santo bautismo. daderamente para su corazón era pequeño, y el amor del
En la isla de Zoilan coníirmó san Francisco al bijo se- Señor que ardia en su pecho le hacia buscar nuevas oca-
gundo del rey, que por haberse hecho cristiano estaba con siones para encender en las almas el fuego de aquel mis-
temor que el rey, su padre, le mandarla matar, como ha- mo amor. Supo que en la isla de Mazacar estaba la m a -
bia hecho al hijo mayor y á otras seiscientas personas, teria dispuesta para pegar este fuego; y para ir á ella,
habiendo nuestro Scfior con prodigios del cielo y de la embarcóse para la isla de Amboino, que era el camino
tierra declarado la verdad de nuestra santa religión; por- donde halló siete pueblos de crislianos sin ningún sacer-
que cuando mataron al príncipe fué vista una cruz de f u e - dote. Andúvolos lodos, bautizando á los niños y mucha-
go en el ciclo; y la tierra en que fué sepultado, se abrió chos, sanando á los enfermos y enterrando á los muertos:
en forma de ernz: y aunque los moros y gent iles procura- y habiendo llegado allí una armada de la Nueva España,
ban encubrir el milagro, hinchendo aquel lugar de tier- que traia don Fernando de Souza y de Tavara, muy m a l -
ra, siempre se lornó á abrir y quedó la misma forma de tratado y con muchos enfermos, él con su caridad los aco-
cruz. gió, curó, sirvió y proveyó de lodo lo que pudo, procu-
De Zeilan fué en perigrinacion á Malipur, donde está el rando que otros también los socorriesen con sus limosnas:
sepulcro del glorioso apóstol santo Tomé, y en este viaje y porque un mercader muy rito se cansaba de dar lo que
estuvo siete dias sin comer bocado, suslenlándose de los el santo le pedia (por ser tanto) para remedio de lodos
regalos y consolaciones divinas, que el Seflor por medio aquellos pobres enfermos, él le avisó que alargase la m a -
de su sagrado apóstol le concedió en todo el camino: y n o ; porque muy en breve moriria en aquella isla y deja-
después que llegó á 3Ialipur, donde estuvo tres ó cuatro ría sus riquezas, las cuales por manos de aquellos pobres
meses encasa del vicario, gastando los dias en ganar las podía enviar delante de sí al cielo. Creyólo el mercader
almas desús prójimos, y las noches casi todas en la iglesia é hízolo así, y murió en breve efeclivamenlc; y el santo,
en oración, suplicando al Señor con lágrimas y.encendi- estando poco después en la isla de. Ternale, tuvo revela-
dos deseos, que pues le habia llevado á las Indias para clon de su muerte, y dijo á los que oían su misa, que e n -
alumbrar aquella gentilidad tan ciega y tan extendida por comendasen á Dios el alma de Juan de Arauz (que así se
tantas y tan distantes y bárbaras provincias, que le diese llamaba el mercader), que era muerto en Amboino, dis-
alguna partecilla del espíritu que habia dado á su santísi- tante mas de setenla leguas de Ternate. Con esta armada de
mo apóstol Tomé (á quien él proponía imitar), para reco- don Fernando de Souza venia un sacerdote valenciano, l l a -
ger el fruto que ol santo apóstol habia sembrado, y reno- mado Cosme Torres, hotnlu e docto y prudente, el cual en
var la doctrina del cielo que les habia enseñado; y al mis- viendo á san Francisco se le aficionó como si viera un á n -
mo santo apóstol se encomendaba con grande afecto, gel del cielo, y después en Goa entró ea la Compañía, y
lomándole por guia y maestro , por abogado y p r o - le imitó de tal manera, que vino á ser un varón apostólico,
tector. y padre (despnes del mismo san Francisco) de toda la
Aquí oslando el sanio orando una noche en la iglesia, cristiandad del.Iapon, como adelántese dirá.
le maltrataron los demonios y le dieron tantos y tan d u - Oyó decir el glorioso san Francisco, que había una isla
ros golpes que estuvo malo de ellos; pero estando bueno, llamada del Moro , habitada do gente (cuyos antepasados
volvió como valeroso soldado á la pelea, y aunque los de- habían sido bautizados); pero tan fiera y bárbara, que no
monios pretendieron espantarle, nunca piulicron; antes so podía tratar con ella sin notable peligro de la vida ; y
cobró tanto señorío y poder sobre ellos, que enviando á un él determino ir á ella para ayudar á aquellos hombres, en
muchacho de los recien convertidos á un hombre rico y quienes apenas había rastro de fé ni de humanidad. Quisié-
endemoniado que allí estaba, le libró de su tiranía, que- ronle sus amigos persuadir que no fuése allá , represen-
dando el mismo demonio confuso por ver que salia de tándole la aspereza y fragosidad , esterilidad y temblores
aquel cuerpo, nó por mandato del sanio, sino de un de tierra, la bestialidad de los naturales, que mas parecen
muchacho de los que traia consigo y recien convertido. monstruos y crueles fieras , que hombres , pues lo> hijos
De Santo Tomé pasó á Malaca, principal ciudad yesca- quitan la vida á sus padres, y los padres á sus hijos; pero
la de la India, pero muy estragada de vicios y muy o l v i - ninguna cosa hasló para divertirle de su intento, ni para
dada de Dio?; pero después que comenzó á oir la doctrina hacer que tomase algunas cosas que le daban para la
DIA 3. DIGIEMBRE. 485
ponzofia (da la cual aquella gente también usa para m a - tido en su mocedad ; y no habiendo hallado remedio enlre
lar ] ; porque tenia puesta toda su esperanza en Dios , y sus sacerdotes, le venia á buscar, por haber onlendído de
armado con ella y con la fuerza de su espíritu, corrió toda algunos porlugueses sus enemigos, que era varón santo y
la isla visitando y halagando á los moradores, y con la luz amigo de Dios, y que sin duda hallaría paz en su alma si
y blandura del Kvangelio los amansó y domesticó, andando le obedeciese. Con este intento llegó Angero genlíl y j a -
entre ellos con una admirable seguridad y paz de su alma: pon, á Malaca: y san Francisco le llevó consigo á Goa, don-
y fueron laníos los regalos del cielo que recibió en aquella de con dos criados suyos se hizo cristiano, y se llamó Pa-
isla, que él mismo decia que no seliabia de llamar isla del blo de Sania F é , por haberle bautizado en el colegio de
Moro , sino isla de Esperanza , y que si viviera mucbos San Pablo de la Compañía. Por la información que lo dió
dias en ella , viniera á perder los ojos de puras lágrimas el mismo Pablo , se determinó el santo á ir en persona al
de consuelo. Habiendo pues estado en las islas del JIoro, Japón, para descubrir á aquella gente ciega los primeros
y dejado las cosas asentadas lo mejor que pudo , volvió á resplandores del Evangelio, y sujetarla al yugo del Señor:
Teníate, donde dió órden que se luciese casa de la Com- mas en sabiéndose esta determinación , no se puede f á -
pañía, para que los nuestros mas fácilmente pudiesen acu- cilmente creer el sentimiento que hizo loda la ciudad , y
dir á la conversión de los gentiles , y á la enseñanza de los combales que le dieron los de dentro y los de fuera,
los cristianos de todas aquellas islas Malucas. De Ternatc para apartarle de aquella navegación , por ser larga de
llegó al puerto de Amboino, y se embarcó para Malaca, y mas de 1300 leguas, y peligrosa por la alteración y b r a -
allí halló á dos padres de la Compañía que babian venido veza de los mares y furia de los vientos , y mullítud y
de Goa por su órden, y se llamaban Juan de Beira y Juan crueldad de los corsarios; proponiéndole que no debía
de Ribera, y enviólos á Ternale , para que viviesen en la arriesgar su vida, de la cual dependía la vida de laníos,
casa que él dejaba comenzada. y el bien y seguridad de aquella crisliandad. Ninguna
Esta vez que estuvo en Malaca, le sucedió una cosa que cosa de las que se le dijeron, ni las lágrimas que muchos
le hizo muy famoso y admirable en toda la India. Vino derramaron piulioron hacer mella en aquel pecho i n v e n -
una armada del rey de Azen de improviso sobre Malaca: cible , que era como una fuerfe roca que despide todas
no pudo lomar la fortaleza como pensaba ; pero quemó las ondas que la combaten del mar. Armado , pues, de la
algunos navios de los porlugueses que estaban en el puer- confianza que lenia en Dios, y abrazado del zelo de su g l o -
i o , y retiróse. Procuró san Francisco que luego se repara- ria y de la salud de las almas, no hizo caso do las dilicul-
sen y aprestasen algunas galeolasqne babian quedado r o - lades, peligros y molestias de aquella navegación ; ánles
las y maltratadas , y que siguiesen la armada enemiga: repartió luego los padres y hermanos que habían venido
y aunque hubo grandes dilicultades, él las allanó y animó de Portugal por los pueblos de Coulan, Santo Tomé, Ma-
á la ícente, á quien parecía lemeridad ir á pelear unos po- laca, Malucas, Razain, Ormuz (queen la Pesquería ya es-
cos soldados porlugueses con cinco m i l azenos y turcos,y taba el padre Antonio Criminal) , dándoles la órden d é l o
ocho navios nuestros con setenta de los enemigos: poro que cada uno habia de hacer en su pueslo, y encargándo-
pudo tanto su autoridad y la opinión de su santidad , que les mucho el cuidado que habían de tener, primero de su
Jos crislianos salieron de Malaca en busca délos bárbaros, salvación y perfección, y después de la de sus prójimos,
y oslando toda la ciudad suspensa y en gran temor, y l l o - y el amor y blandura con que habían de ganar las volun-
rando la pérdida de nuestra armada ; san Francisco en tados de los infieles para que se convirliesen, y alenlar á
nn sermón les respondió , y avisó que hiciesen gracias á los nuevamonle convertidos.
Dios nuestro Señor por la victoria que les habia dado, Dejó en Goa en su lugar y como vicario suyo al padre
pintando el dia y la hora y el modo de la batalla, como si Pablo Camerale, instruyéndole do todo lo que habia do
con los ojos la viera , y anunciándoles cuándo habia de hacer ; y él con el japón Pablo de Santa Fe , nuevamonle
volver nuestra armada victoriosa , y cargada de los des- convertido, y con el padre Cosme de Torres, y el herma-
pojos de los enemigos : y así volvió á Malaca con veinle y no Juan Fernandez , y algunos oíros pocos compañeros
cinco naves de los azenos, habiendo echado á fondo las salió de Goa, y se hizo á la vela el mes de abril del ano
demás, y muerto cuatro mil de ellos, con pérdida de so- de 16 49 : y habiendo navegado prósperamente cuarenta
los cuatro crislianos. Y como este caso fué tan ilustre y días, tomó puerto en Malaca, el postrer dia de mayo. Allí,
tan sabido, derramóse por todas las Indias , é hizo muy mientras aguardaba tiempo para navegar, no estuvo ocio-
esclarecido á san Francisco : el cual eslando aquí en Ma- so (porque su espíritu no lo podía e s t a r ) ; ánles hizo c o -
laca, y de camino para Goa ( adonde le llevaba la obliga- sas grandes, provechosas y milagrosas. Por no tener co-
ción de su o f i c i o ) , para ver el estado de la crislíandad, y modidad de nave portuguesa en que pasar al Japón , se
los padres y hermanos que después que él salió de ella embarcó en un junco de un capitán de China, que le pro-
babian venido de Portugal para ayudarle, y repar- metió de llevarle al Japón, para donde partió de Malaca el
tirlos en varias parles; luvo noticia délas islas del Japón, dia de san Juan Bautista de aquel año ; y favorecido del
que dos años antes habían descubierto los portugueses, viento del Espíritu Santo, que le llevaba , (ornó puerto en
de su grandeza, número, sitio, distancia, reyes y señores, Japón en la ciudad de Cangoxima , que era patria de Pa-
y de sus ingenios , naturales y costumbres , y princípal- blo de Santa Fé, el día de la gloriosa Asunción de nuestra
menlo de los errores que tienen en sus sedas y falsa re- Señora. Echóse bien de ver el favor del Señor en aquella
ligión, y la disposición para recibir la verdadera de Cristo navegación, por los muchos, varios y graves impedimen-
nuestro'Kedenlor. Esta noticia le dió un japón llamado tos que el demonio puso para estorbarla : porque como el
Angero, que vino desde el Japón , para comunicar con el capitán del junco ora de la China , prelendia ir mas á sn
santo padre los remordimientos de sn conciencia , qnele patria que al Japón , no haciendo caso de lo que habia
traía muy afligido por algunos pecados que había comc- prometido, y como era gentil tenia un ídolo ó demonio en
486 LA LRYlíNDA DK ORO. DIA 3'
]a popa, á quien siempre consuflaha loqne habia de bacer resolvió de ir á Meneo , para alcanzar del rey una provi-
y el suceso q u e habia do tener aquella navegación ; y el sión , para predicar por lodo el Japón la ley evangélica.
demonio que le queria estorbar á san Francisco , le daba Está distante Meaco de Amanguicbe, por camino derecho,
las respuestas conforme á su inlenlo : y babiendo caído y como cincuenta leguas, pero hay laníos pantanos y mon-
ahogádoseen el mar una b i j í de! capitán, preguntando al tes, y malos pasos en el camino , que es menester rodear
demonio la causa de aquella desgracia , respondió que no y alargarse mas ; y por ser el corazón del invierno y los
muriera la bija del capitán , si h u b i e r a muerto uno de los fríos muy recios, oslaba lleno do nieve y de hielo, ¿ i n -
compafKTOS de snn Francisco, de Ciiina, que se llamaba quieto con las guerras y mal seguro de ladrones. El santo
Manuel, y poco antes habia caido de lo alto de la nave en varón no sabia el camino, y su mismo Iraje y vestido do
la bomba, y aunque se quebrantó , no murió : y con eslo pobre le hacia despreciable en los ojos de aquella gente,
el capitán, que senlta mucho la muerte de su'hija , cre- que se pi'ecia mucho y pone su honra en vestirse bien.
yendo al demonto , lomó grande ojeriza contra el santo, Todas estas dificultades venció el fervoroso ámmo y la
pareciéndole que por su causa le habia venido lan grande caridad encendida del sanio varón. Concertóse con un
desastre ; mas san Francisco con aquella grande y segura japón que iba á caballo para Meaco , que le acompafiaria
confianza que tenia en Jesucristo , sabiendo que es Señor y serviría como lacayo por todo el camino, con que le l l e -
de los mares y de los vientos, y de ios mismos dtímonios, vase consigo hasta ponerle en aquella ciudad. El japón
nunca los temió, ni en lan graves y presentes peligros hizo iba en su caballo, y muchas veces corriendo por el peligro
caso de ellos; y así el Señor, contra la voluntad del capi- de los ladrones, y san Francisco, cargado de ornamentos
tán del navio le g u i ó de manera, que l l e g ó (como dijimos) para decir misa, y de otro balo de su amo \ iba tras él á
alJapon, y surgió en el puerto de Cangoxima. Alli fué pié por la nieve ( y muchas veces descalzo ) por los pan-
muy bien recibido de los deudos y amigos de Pablo, y tanos y ríos que habia de pasar, y lastimándose los piés
del mismo magistrado, maravillándose todos de ver sa- con las piedras y espinas que lopaba ; mas iba lan enaje-
cordóles cristianos en su (ierra, venidos de Europa, nó por nado y como fuera de s í , y tan Irasporlado en Dios , quo
especiería , oro 6 piala , piedras y perlas preciosas , sino no parecía que senlia algún trabajo , ni las voces y g r i -
para traerles la luz del cielo, y sacarles de las tinieblas de tería que algunas veces le daban los japones por el cami-
sus errores. no, por verle tan pobre y extranjero, y tenerle por h o m -
bre loco y sin juicio. Llegado á Meaco, nunca pudo babor
Convirtiéronse á nuestra santa fé la mujer y una bija,
audiencia del rey , porque las guardas no le dejaron en-
y muebos deudos y amigos de Pablo : y habiendo alcan-
trar, haciendo burla de su persona. Quiso predicar en la
zado del rey de Saxumia licencia para que sus vasallos
ciudad, mas estaba tan alborotada y con tanto temor de
libremente se pudiesen hacer cristianos; muchos, y enlre
guerra , que le pareció al santo que no seria oído : y e n -
ellos dos bonzos ( que son sus sacerdotes), r e c i b i e r o n el
comendándose á nuestro Señor, se resolvió á volverse á
agua del santo bautismo , sin contradicción del pueblo ni
Amanguiche , por ser ciudad muy principal (como d i j i -
repugnancia de los suyos. Creció después mas el número
mos) , y tener esperanza de mas preciosa cosecha , y
de los queso convirtieron por los milagros que Dios obró
volvió con el mismo trabajo é incomodidad que habia v e -
en Cangoxima por san Francisco : porque allí resucitó una
venido.
hija de un caballero r i c o , g e n t i l , y sanó á un leproso ; y
la gente, admirada de tan grandes maravillas, comenzó á En Amanguiche se fué al rey y luego le dieron entrada,
mirarle y reverenciarle como á un hombre venido del y fué recibido de él con gran cortesía y bumildad, espe-
cielo. Pero los bonzos, temiendo que con la predicación cialmenlo después que le dió las cartas del virey y obispo
del F.vangclio, su falsa religión caerla,y sus rentas y limos- de la India, y algunos presentes, que aunque no eran do
nas se menoscabarian, persuadieron al rey que m a n d a s e , mucho valor, mas por ser de cosas nuevas y no vistas en
so graves penas, que en su tierra todos guardasen su a n - aquella liorra, fueron muy estimadas del r e y : el cual por
tigua religión, y no recibiesen laque san Francisco predi- corresponder al santo, lo ofreció buena cantidad de oro y
caba. Él, habiendo gastado y es|HTado un a ñ o , padecien- plata; mas él no la quiso recibir, diciendo, que no habia
'do gravísimas injurias 6 incomodidades , dejando allí á venido de tan lejas tierras por cosa alguna de la lion a,
Pablo con ochocientos nuevos cristianos , muy afligidos mas por solo llevar el alma de su alteza y la desús vasa-
porque los dejaba ; se partió con sus compañeros para llos al ciólo, onsoñándolos el camino para ir allá, que ora
Firando , donde en pocos dias se hicieron cristianos cien ekonoeimionlo y obediencia de un Dios solo y verdadero.,
personas , las cuales encomendó al P. Cosme de Torres, criador de todas las cosas, y de su unigénito Hijo Jesu-
y él con Juan Fernandez se fué á la ciudad de Amangui- cristo; y que para esto le suplicaba que, lo diese licencia
ebe, quo es grande, rica y populosa. Aquí los predicaba para predirnr, y mandase pregonar, que lodos sus vasa-
cada dia en las plazas : y aunque concurría mucha gente, llos que quisiesen, podían libremente recibir la religión
y unos le oian con gusto y otros con disgusto, y muchos cristiana. El rey quedó tan pagado del santo y del me -
hacían burla de él teniéndole por insensato, y como á tal nosprecio de! oi o y plata que lo había ofrecido, y él no
le trataban, y los muchahos y la gente del pueblo le per- habia qmH ido recibir, que le concedió luego todo lo (pie
seguían y mofaban de lo que habia predicado; mas alguna habia podido, y juntamente un monasterio de bonzos que
gi-nle cuerda y p r i n c i p a l , admirada de la paciencia y estaba vacío, para que pudiese en él habitar.
m i i n s e d u m b r e del santo padre, le oyó en sus casas , y el Con esta buena gracia y liberalidad del rey, la gente
m i s m o r e y de Amanguicbe le llamó, y quiso oír su d o c t r i - de Amanguiche cobró eslima de la persona del santo v a -
na, pero no la recibió. Mas babiendo entendido que la ca- ron y de la doctrina que enseñaba. Venían muchos á oblo
beza de todo el Japón era la ciudad de Meaco, a cuyo rey cuando predicaba (que era dos veces al dia), y á pregim -
respelabuii y obedecían los otros reyes y sefiores , se •arlc varias cosas acerca do lo que habia enseñado y do
DIA 3. DICIEMBRE. 487
los misterios de nuestra santa religión; y también venían que la apedreó; porque el mismo rey de Amanguicbe fué
al monasterio donde moraba bonzos y bonzas (que son despojado del reino por un vasallo suyo, y se mató con su»
sus religiosos y religiosas), y muchos caballeros y gente manos temiendo caer en las de su enemigo, y la nueva
nable, proponiéndole tantas iludas, que le tenían casi toda Iglesia del Señor padeció mucho,aunque con su gracia pasó
la noche sin dejarle reposar. Y aunque gastó muchos (lias presto aquella tempestad : porque el reino de Amanguicbe
en esto, y los japones mostraban que les cuadraba y era se dio á un hermano del rey de Bungo, que á suplicación
conforme á razón lo que el santo.padre les enseñaba; n i n - de san Francisco y recomendación del rey, su hermano,
guno se movía áser cristiano ( por ser cosa muy diferente amparó y favoreció á los cristianos, como lo hizo el mismo
parecemos bien lo bueno y ponerlo por obra), hasta que rey de Bungo en su reino y en los otros que después po-
un dia, predicando en la plaza el hermano Juan Fernan- seyó, dando casa propia en que morasen á los compañeros
di'z, compañero de san Francisco, un japón que liabia ve- del santo, y licencia para que sus vasallos pudiesen ha-
nido á oírle el sermón, y era mozo libre y desenvuelto, cerse críslíanos: y aunque el mismo rey no so bautizó
hizo burla de él, y para mayor oprobio le escupió en la luego, sino después de muchos años; pero cuando recibió
cara. El hermano, sin turbarse, limpiándosela con e! lien- el agua del bautismo, tomó el nombre de Francisco, por
zo, prosiguió su sermón con la misma serenidad y sem- amor y memoria del sanio, que habia sido el primero que
blante que antes. Vió esto otro de los oyentes: y parecién- alumbijó su reino con la luz del cielo : el cual se determinó
dolc que aquella paciencia y sufrimiento del hermano, era volver á la India: lo uno para enviar de allá mas obreros
cosa mas divina que humana, y que no podía dejar de ser al Japón, que llevasen adelante lo que él habia comenzado:
verdadera la ley que predicaba, pues le ensenaba y duba lo secundo, por haber entendido de los mismos bonzos, que
virtud para ser tan manso y llevar con tanta serenidad la su religión había tenido principio y manado como de su
injuria que se le habia hecho; vino luego á buscar á san fuente, de la China, y que hasta que los chinos recibiesen
Francisco, y le pidió que le hiciese cristiano; y fué el p r i - la féde Cristo, ellos no la recíbirian; y así se determinó de
mero que esta vez recibió la fé en Amanguicbe : para que ir él en persona á la China, para que rendida aquella for-
se vea, cuánta mas fuerza tienen los ejemplos de pacien- taleza y como alcázar, mas fácilmente pudiese sujetar á
cia que las palabras. Tras esle se siguieron otros muchos, los japones: lo tercero; porque como él era superior y ca-
y entre ellos un mozo muy docto, ejercitado en todas las beza de todos los de la Compañía que estaban derramados
sectas del Japón, que recibió el bautismo y se llamó Lo- por tantas y tan diversas partes de la India, y san Ignacio
renzo, y se determinó á entrar en la Compañía y consa- le habia encomendado el cuidado y gobierno de ellos, que-
grarse del lodo á Dios, y fué uno de los mayores minis- ría verlos y ayudarlos, para dar buena cuenta á Dios y á
tros que su divina Majestad tomó para convertir á los j a p o - su maestro de lo que estaba á su cargo. Con esta resolución
nes, y amplificar su sania religión en aquel reino. Fué se despidió del rey de Bungo y demás amigos: y dejando
tanto el fruto que se hizo en Amanguicbe, que en espacio al P. Cosme de Torres el cuidado de las iglesias que habia
de un año se bautizaron tres mil personas, y entre ellas a l - edificado, y de toda aquella nueva cristiandad, se embar-
gunas doctas y de grande ingenio, que disputaban con los có el mes de noviembre del año de 13.)!, llevando consigo
bonzos y los convencían desús errores. Crecieron tanto en dos japones, que él habia baulízado, y llamaban al uno
la virtud y piedad aquellos cristianos, que en veinte y cin- Mateo y al otro Bernardo, que fué el primero qoe se con-
co años de torbellinos y tempestades, que después pade- virtió en Cangoxima, de los cuales Maleo murió en la India,
cieron, faltándoles padres y maestros que los amparasen y Bernardo vino á Boma, y fué de la Compañía; y L r n a n -
y enseñasen, ellos mismos se hicieron maestros entre sí, do á la India, acabó santamente su vida en el colegio de
y conservaron la doctrina que de san Francisco habían
Co^n^ca^ ¡.K, obinoJ «idiüi fü'» fxr'iim! olSiiiwb oJi;
recibido.
Embarcóse en la nao de Duarte de Gama, que iba á
Era ya tan grande la fama que por lodo el Japón se ha- Chicheo, y tuvo una brava y liorríble tempestad en aquella
bia extendido de la santidad y excelencia de su persona, navegación; mas el Señor por las oraciones del santo salvó
que el rey de Bongo, hombre prudentísimo y muy pode- la nave, que se tenia por perdida, y el batel de ella, que
roso y eslimado, le envió á rogar que le viese, y el santo con dos moros (otros dicen que habia quince personas en
fué, acompañado de muchos portugueses que le quisieron él) arrebatado de la furia délos vientos habia desaparecido,
honrar, asi por mostrar lo que le eslimaban, como por volvió (contra el parecer y esperanza de lodos los marine-
acreditar mas la doctrina que enseñaba y amplificar nues- ros) por sí mismo á la nave, como san Francisco lo habia
tra santa religión. Fué recibido del rey de Bongo con profetizado: el cual fué visto en el batel de los mismos
extraordinario aparato y benevolencia: disputó (leíanle moros que andaban en él, y guiaba el barco y le llevaba á
de él y de toda su corte muchas veces con íos bonzos, que la nave, en la cual realmoníe en su propia persona eslaba
una vez vinieron á la disputa en número de tres m i l , esco- san Francisco, á cuyos pies se postraron los moros, y se
giendo á los mas sabios y famosos entro ellos para que hicieron cristianos, movidos de tan grande y tan evídenío
hablasen, y todos quedaron convencidos, avergonzados y milagro.
corridos, sin que ningimo supiese responder ó replicará En Cbincheocntróenla nave de Diego Pcrcyra, grande
lo que decía san Francisco; y el mismo rey y toda la "en- y antiguo amigo suyo, y con prósperos vientos llegó á
le, admirada de la verdad que enseñaba, y de la eficacia Malaca, donde fué recibido con increíble alegría y regocijo
y modestia con que la ensenaba, entendieron que aquella de toda la ciudad, que vino en procesión á ja iglesia de la
no era doclrir» humana sino venida de arriba. Mas estando Compañía, para hacer gi-acias á nuestro Señor, por haber-
san Francisco ocupado con el rey de ünngo,. en Amanetti les dejado ver otra vez al santo, el cual de allí, pasando
che, donde habia quedado el padre Cosme de Torres para por Cochin, y visitando á sus hermanos, llega á Goa ; y
cultivar aquella viña, al mejor tiempo se armó un nublado, antes de entrar en casa se fué al hospital, para visitar y
488 LA LEYENDA DE ORO. DIA 3.
consolar á los enfermos, y después se vino al colegio; y honrado y acrecentado del rey de Portugal; y el gober-
hallando que uno de sus hijos estaba muy malo, y casi nador de Malaca, por justo juicio del cíelo, dentro de pocos
desahuciado y para morir, poniendo sobre él sus manos, meses fué preso en Goa, y desde allí llevado á Portugal y
y diciendo un evangelio, le dio enlcra salud. Abrazó á t o - confiscados todos sus bienes, murió en una cárcel pobre
dos sus hijos con amor de verdadero y benignísimo padre; y miserablemente.
y ellos le abrazaron y reverenciaron como á padre santo y Llegó san Francisco á la isla de Sauchoan, que está
hombre venido del cielo. Halló las cosas de la cristiandad como treinta leguas de la China , con gran deseo do
en todas parles muy acreditadas, y que nuestra santa r e - hallar algún camino para entrar en aquel reino que
ligión florecía en la India: y habiendo dispuesto las cosas, tiene la puerta tan cerrada para todos los extranjeros,
y dado la órden que le pareció, y concertado con el virey, que hay pena de muerte á cualquier extranjero que entra-
que enviase á Diego l'ereyra por embajador del rey de re en aquel reino si» licencia, y á cualquiera chino que le
Portugal con un rico presente al rey de la Cbina, y que 61 metiere; y guardan esta ley con gran rigor y no fallaban
iriacomo compañero del embajador, para poder entrar con ejemplos frescos que se contaban. Después de haber ten-
este color y tentar el vado, y ver la disposición que liabia tado varias cosas sin frulo, finalmente se concertó con un
en aquel reino tan rico, tan poblado, tan extendido, y lan mercader chino, que secretamente le llevase al puerto de
ciego y sepultado en las tinieblas do la ignorancia é idola- Cantón, que es la primera ciudad de la China , y que h a -
tría; nombró por superior de lodos los de la Compañía de Jbiéndoletetmlo escondido en su casa tres ó ciialro días una
la Ifulia al padre Gaspar llarcco, flamenco, y átilos de par- noche le pusiese á las puertas de la ciudad \ le dejase allí
tir se echó a sus piós diciéndole, que el también estaba á á sus aventuras; y san Francisco le ofreció de darle como
su obediencia, llorando lodos los circunstantes su partida doscientos ducados de pimienta, que para esle efecto le
con tan copiosas y amargas lágrimas, como que adivina- habían dado los portugueses. Todo esto tenia grandes d i -
ban que no le hablan de ver mas. ficultades y peligros; mas el ánimo de san Francisco como
Salió de Goa á mediados de abril del año de 1 ;>i>2 en ardia en vivas llamas de amor del Señor, en ninguna c o -
la nao de Diego Pereyra, que había hecho grandes gastos sa reparaba ni hacia caso de lormenlos y muerte: porque
para aquella jornada, é iba con gran voluntad á ella por ninguna cosa mas deseaba que dar la vida y mil vidas que
s e r v i r á Dios y á su rey, y acompañar á san Francisco. tuviera en tan gloriosa empresa por su amor. Quedó sim
Llevaba en su compañía al padre Baltasar Gago, y al her- Francisco m u y alegre con el concierto viendo que se le
mano Pedro de Alcaceva, para enviarlos desde Malaca al descubría camino para lo que lanío deseaba : y porque no
Japón á ayudar al padre Cosme de Torres. Para el viajo le fuese impedimento para su entrada tornó á enviar el
que hacia á China, solamente lomó por compañero un her- hermano que había traído de la India (porque andaba muy
mano que se decia Alejo de Herrer, y un mozo natural de falto de salud) con los navios de los portugueses que h a -
la China, por nombre Antonio de Santa Fé, que se había bían ya negociado, y se volvian á Malaca, y al mozo c h i -
criado en el colegio de San Pablo de Goa. Antes de llegar no. Aigunoscreen que leenvió adelante para hallarsemas
á Malaca tuvieron una recia tempestad, en que se daban desembarazado y solo y poder entrar en la China con ma-
ya por muertos: aplacóla nuestro Señor por las oraciones yor secreto y seguridad del mercader. Pero el Señor se
del santo padre; y de allí adelante tuvieron mucha sere- contentó de este deseo, y quiso mas remunerarle l o s t r a -
nidad y bonanza, hasta llegar á Malaca. Pero aquí tuvo bajos inmensos que hasta allí había padecido por su amor,
san Francisco mas contrarios vientos y mas brava tor- que ponerle en ocasión de padecer otros mayores. Aceptó
menta que en el mar: porque el gobernador de Malaca, por entonces su voluntad y dejó de abrir puerta á la C h i -
por cierto disgusto antiguo que había tenido con Diego Pe- na, que éfttMWí tan cerrada, para hacerlo dvspiies de sus
reyra (que como dijimos iba por embajador al rey de la merecimientos y oraciones; y el sanio varón alcanzase
China), pesándole mucho de la honra y del provecho del muerto lo que no pudo siendo vivo: porque poco después
que tenia por enemigo, le estorbó aquella jornada con que murió, se facilitó á los portugueses en Meaco y Canlon
tanta fuerza y violencia, que lodos los medios que tomó el trato con losehínos; y algunos padres de la Compañía,
san Francisco de sumisión, ruegos, promesas, amenazas y hijos de san Francisco, han entrado en aquel reino y viven
excomuniones [que como legado apostólico fulminó contra en él con seguridad; y cada día esperamos que crecerá
61), no fueron parte para sosegar y poner en razón el áni- mas aquella cristiandad con tan buen intercesor como san
mo obstinado y mas duro que el acero del gobernador: y Francisco Javier.
así quedó en Malaca Diego Pereyra, y se corló el hilo y Kl mercader chinono cumplió su palabra y Dios envió á
traza de la embajada que habían de hacer en la China. Mas su siervo una calentura: y aunque mejoró, nunca pudo
san Francisco, aunque sintió mucho (como era razón) aquel convalecer bien de ella; antes recayó y entendió que el
impedimento de la predicación evangélica ; y de la facili- Señor le quería llevar para sí, y cumplirle otros deseos
dad con que pensaba entrar en la China, no desmayó; mas encendidos que poco antes le habia dado, de dejar el
ímtes consolando á Diego Pereyra, y asegurándole que cuerpo mortal en la tierra é irse al cíelo á gozar de su bie-
todo aquel daño que padecía, resultaría en mayor acre- naventurada vista cou los cuales los otros deseos de traba-
centamiento de su honra y hacienda, y amenazando al jar y padecer se ihan mitigando. Tuvo levelacion de su
gobernador con la ira de Dios y con el castigo que presto muerte, y estando en aquella isla en una choza ó enrama-
vendría sobre él, salió de Malaca, y en saliendo, sacudió el da (pie se habia armado en lo alto de un monte, desam-
polvo de los tápalos, como Cristo nuestro Señor mandó á parado délos hombres, falto de todas las coSüs necesarias
los discípulos lo hiciesen, cuando no fuesen bien recibidos para la salud, pero muy acompañado del Señor y de los
en alguna ciudad. Lo que el santo anunció, se cumplió al áíigeles, y lleno de dulzuras y consolaciones del cielo, por
pié de la l e t r a : porque Diego Pereyra después fué muy verse en tan extremada pobreza ¿osa que él tanto habia
DÍA 3. DicimaE
deseado); repiliendo muchas veces el dulrísimo nombre de santo y con este nombre le llamaban; y él se tenia por ma-
Jesns y de María, y haciendo unos liemos y amorososco- yor de los pecadores: y en una caí ta que escribió á Diego
loquioscon el Señor, dio su bendita alma al que para lan- Pereyra, consolándole porhaberse estorbado la jornada de
ía gloria suya y bien del mundo la habia criado. la China, dice que por sus grandes pecados Dios lo habia
Esla es una breve suma de las peregrinaciones de san permitido, y que él solo tenia la culpa; pues habian sido
Francisco: esta una lela sencilla, tejida de sus trabajos,de tantas y lan graves las suyas, que no solamente habian
su vida y muerte. Illas ¿quién podrá explicar las labores hecho daña á sí, sino también al mismo Diego Pereyra.
que el sumo Artífice labró en esta tela? ¿Las gracias y En otra carta que escribió de Cangoxima á los hermanos
dones que pintó en este lienzo? ¿Las heroicas y divinas de la India, les dice que le cumplía mucho darles cuenla
virtudes con que adornó y enriqueció el alma de este gran de un grande cuidado en que vivia para que en sus sacri-
siervo suyo, que son tantas y tan admirables que lengua ficios y oraciones le ayudasen: y era el cuidado que sien-
de ángel seria menester para poderlas referir? ¡Que h u - do todos sus pecados y continuas maldades manifieslasá
mildad tan profunda! ¡Qué obediencia tan perfecta! ¡Qué Dios, temía mucho que no habiendo en su aimay vida una
menosprecio de tedas las cosas de la tierra, y qué aprecio gran enmienda, le suspendiese el Señoría divina gracia
de las del cielo! ¡Que oracionl ¡Qué mortificación! ¡Qué lan necesaria para comenzarle á servir en aquellas partes
paciencia y alegría en las persecuciones! ¡Qué fortaleza, con perseverancia hasta el fin. Y en otra caria atribuyen-
confianza y seguridad en los peligros! ¡Qué fuego de amor do todas las mercedes que Dios le hacia á las oraciones de
divino, y qué sed de padecer y morir por Cristo, y por la los hermanos, les dice: «(Las recreaciones que en estas
salud desús hermanos, sin verse jamás harto de trabajos y partes tengo son acordarme muchas veces de vosotros, ca-
anguslias! ¡Qué anchura y capacidad de corazón, á quien rísimos hermanos, y del tiempo que por la misericordia
lodo el mundo era corto y angosto! ¿Qué diré de los p r i - del Señor os conocí y conversé: siento dentro en mi alma
vilegios con que Dios le hizo mas que hombre y superior cuánto por mi culpa perdí en no aprovecharme délas mer-
de los demonios y de las enfermedades,de losmares,vien- cedes que nuestro Sefiorosha comunicado, náceme el
tos y tempestades? ¿Qué de aquella luz soberana y celes- mismo Señor tantas misericordias en estns partes por
tial con que aluminada su alma veia las cosas ausentes, vuestras oraciones, por la memoria continua que tenéis de
como si estuvieran ante sus ojos, y las que habian devenir encomendarme á él, y reconozco, que por vuesira iuler-
como las presentes, y leia los corazones de los que Irala- cesion me da el Señora sentirla inmensidad de mis peen-
ban con él? ¿Qué de ios muchos y grandes milagros con dos, y fuerzas para andar entre esta gentilidad. De todo lo
que le glorificó Dios en el cielo y en la tierra? Desenvol- cual doy muchas gracias á la divina Majestad, y á voso-
vamos este lienzo: despleguemos estas labores: descubra- tros, carísimos hermaROS mios, y agradezco mucho esta
mos esta tabla, en que Dios sacó una imagen acabada de gran caridad.» Huía de la honra y de sus alabanzas con
su gracia y un perfecto relrato de todas las virtudes; y tanto cuidado, como olroshuyen de la afrenta y del v i t u -
comencemos con la humildad que es alma, madre y funda- perio: y cuando alguno decia cosa que redundase cu su
mento de todas. loor, se ponía colorado y quedaba vergonzoso y corrido.
Encubria con maravilloso artificio sus virtudes, y los m i -
Era muy amigo (como habernos visto) de servir en los
lagros queDios obraba por él, alribuycndolos á la fé y d e -
hospitales á los enfermos, y siempre se inclinaba y acudía
voción de los que de la mano del Señor recibían aquel b e -
á los enfermos mas bajos y viles. Viniendo de Roma para
neficio. Ninguna cosa encomendaba mas veces y con m a -
Portugal con e! embajador don Pedi o Mascarefias, en lodo
yor encarecimiento á sus subditos, que el estudio de la
aquel camino se ocupaba en ayudará los otros que iban
verdadera humildad, afirmando que ninguno puede ser
en su compañía dándoles el mejorlugar, aposento y cama,
legítimo hijo de la Compañía de Jesús, ni servir en ella
y teniendo cuenta de dar de comer á las cabalgaduras.
fielmente al Señor, sino el que fuere despreciado!-desí
Cuando se embarcó para la ludia, nunca los ministros del
mismo y conociere bien su poquedad y bajeza; poi que de-
rey pudieron acabar con él (como dijimos), que lomase un
cia, que la arrogancia y vana presunción de sí mismo es
criado que le sirviese; antes él mismo sirvió en la nave á
el veneno de toda virtud y enemiga del instiiuto y perfec-
todos los que tenían necesidad y sequerian aprovechar de
ción de la Compañía; y asi en una epístola, escribiendo del
su trabajo. Llegado á Goa, se postró á ios pies del obispo,
Japón á los padres y hermanos de Goa, Ies dice: «Ejerci-
y le dió el breve del papa en que le hacia su nuncio apos-
taos con gran cuidado en la humildad, y venceos en todas
tólico por toda la India, diciéndole que no usaría de él s i -
las cosas que nuestra naturaleza depravada aborrece, y
no cuando fuese su voluntad. Con esta misma humildad
trabajad mucho por conoceros perfectamente con la divina
nunca descubrió á nadie que tuviese tal breve ni la potes-
gracia; porque el conocimiento de si mismo escomo ama,
tad de legado apostólico sino al dicho obispo y después en
que cria la confianza en Dios, y como madre de la h u m i l -
Malaca, cuando iba á la China, para atemorizar al gober-
dad cristiana.»
nador de Malaca, que le estorbaba la jornada,y ver si con
las censuras eclesiásticas le podía reportar. Siendo 61, co-
De este mismo afecto de humihlad nació en sUn Fran-
mo era, superior de los o'ros sacerdotes y vicariosde los
cisco aquella perfecta obediencia que luvo á todos los s u -
obispos los honraba y reverenciaba, y obedecía como si
periores, y especialmente á san Ignacio, que fué tan g r a n -
fueran sus superiores, y este respeto encomendaba mucho
de que en diciéndole que se partiese de Roma para la I n -
á los de la Compañía, y que nopredicasen ni ejercitasen dia, porque Dios le llamaba y se quería servir de él, lue-
sus ministerios sin beneplácito y bendición de los prelados go bajó la cabeza, y con grande alegría se ofreció al t r a -
que Dios ha puesto en su Iglesia: y decía que de esta m a - bajo y se partió al otro día con no estar aun confirmada la
nera habíamos de quebrar la cabeza de Satanás que e^ Compañía ni ser san Ignacio prepósito general, sino solo
cabeza de los soberbios. Teníanle comunmente kilos por persona á quien lodos, como á padre y maestro , volunta-
TOMO I I I . 62
490 LA LEYENDA DE ORO. DÍA 3.
riameate respetaban.. Y con esta misma obediencia recibia él) el alto y hermoso edificio de lodas las virtudes, hasía
lodas las órdenes que el sanio padre Ignacio desde Roma llegar á la eumhre de la caridad, que es reina y vida de
á la hulia le enviaba, como venidas del cielo; y en una todas; porque cierto es cosa que pone admiración, el ver
caria que san Francisco desde la India escribió ásanlgna- cuan encendido y abrasado eytaba el corazón de este san-
cio, le dice que aunque estaba seis mil leguas lejos, y ya to padre del amor del Señor, con el cual se entrelenia de
viejo y cano, y no pensaba verle sino en el cielo; pero que. noche, contemplándole y hablando con él, y de dia no le
si le mandase volver á Roma, luego volvería sin que los perdía do vista, conversando por su mismo amor con los
mares, vientos y tempestades se lo estorbasen. Y cuando hombres, y los vivos deseos que ardían en aquel pecho
mandaba alguna cosa á sus subditos, solía añadir: mirad sagrado do morir mil veces por él; ofreciéndose entre l a n -
que os mando estopor la reverencia y obediencia que te- ías y tan bárbaras naciones á manifiestos peligros de pes-
neis á nuestro sanio padre Ignacio; mostrando en esto su tilencia, naufragios, corsarios y ladrones, y buscando
humildad y respeto que tenia á su santo padre; pues que- siempre su mayor gloria. Esta caridad le llevó á la India:
ria que le obedeciesen á él por su respete: la cual humildad esta lo hizo padecer tanto y con tanta alegría en la Pes-
no menos resplandecía en escribir á san Ignacio las car- r|ueiia : osla lo hizo dulces y sabrosas las falígas y peli-
tas de rodillas : tanta era su humildad propia y la eslima gros de la isla del Moro: esta le hizo despreciar lanías ve-
que tenia de la santidad de su padre. ces las ondas inmensas del mar Océano, y los peligros de
Esta misma humildad de san Francisco resplandeció los corsarios, y penetrar á los reinos del Japón, y procu-
mucho en el amor de la santa pobreza, como quien (an rar entrar en los de la China, sin reparar en vida ni m
bien sabia las riquezas que se encierran en ella, y la se- muerte, para amplificar la gloria desu Amado, y alumbrar
guridad de ánimo que da á los que la abrazan por Crislo, las almas ciegas de los gentiles, que el Señor había c o m -
librándolos del cautiverio y dura servidumbre delacodicia y prado con su sangre. Y si el padecer mucho por el ama-
proveyéndoles sin cuidada de lo que han menester, t e - do es señal de grande amor, ¿cuan grande fué el amor de
niéndolo todo, por haberlo dejado lodo por aquel Sefior, esle santo varón para con Dios, por quien lanío pade-
ció? Tres veces padeció naufragio, y una vez anduvo dos
que siendo riquísimo, se hizo pobre por enriquecernos
ó tres dias sobre una tabla en las ondas del mai% y Dios
con su pobreza. Llegado á Lisboa, no quiso acoplar la
le libró. Olra vez, persiguiéndole los moros, se escondió
casa, ni la comida que el rey le ofrecia; sino íuésc al
en un bosque, donde estuvo algunos días, y así escapó.
hospilal, pidiendo de puerta en puerta su pobre comida.
¿Pues cuántas veces le tiraron saetas los bárbaros"? ¿CUÍIU-
Después que se embarcó para la India, nunca el goberna-
tas le quisieron matar con ponzoña? ¿Cuántas los ladro-
dor Martin de Souz» pudo acabar con él que comiese en su
nes estuvieron para poner las manos en él ; y las hubie-
mesa (como se dijo arriba); porque en el mar y en la tierra
ran puesto y acabádole la vida, si Dios no le hubiera guar-
siempre vivió de limosna para su comida y vestido. Kn la
dado?Pues¿qué diré de aquella confianza que le daba este
misma ciudad deGoa, donde no le faltara loque quisiera,
mismo amor de Üios en estos trabajos y peligros, que era
gustaba mas de pedirlo por amor de Dios, por el aféelo
tan grande y estupenda, que parece estaba colgado de
grande que tenia á la santa pobreza. Trayendo en la I n -
sola la paternal providencia de su Amado, y armado con
dia una media loba vieja y rota, sus amigos le hicieron
ella era señor de todas las criaturas y rico en la pobreza,
hacer una nueva ¡ y no habiendo querido veslirsela por
abastado en la necesidad, y esforzado en los peligros, en
ningún caso, con cierto engaño (sin saberlo é l ) , se la h i -
las tempestades seguro, entre las armadas de los bárba-
cieron vestir. Cuando lo supo, y se vió vestido con la me-
ros intrépido, en medio de la muerte con mucha paz, sin
dia loba nueva, tanto los importunó, que le hubieron de
querer tomar contravenenos, ni remedios contra la pon-
volver la vieja. Cuando fué ai cabo de Comorin ó Pesque- zoña? Finalmente, quebrantó la cabeza del demonio, que
ría, fué; con suma pobreza y desnudez, andando muchas muchas veces en grandes aprietos lo pretendió espantar y
vecL's descalzo; y lo mismo hizo en el Japón yendo cor- nunca pudo, porque armado con esta confianza, sabia que
riendo tras los caballos, desabrigado y casi desnudo y su Señor no le podía fallar, ni el demonio tocarle en un
traspasado de los hielos y extremados fríos del invierno: cabello sin su voluntad; y así en una caria, que al tiempo
y cuando volvió del Japón á Goa, traia un sombrero vie- que iba al Japón escribió al provincial de Portugal, le dice:
j o , la camisa rota, la loba hecha pedazos y remendada, «Todos mis amigos y familiares se espantan, que yo quie-
como quien Iriunfaba de la abundancia y déla vanidad de los ra emprender un camino tan largo, y grandes peligros de
hijos de este siglo ; porque su regalo y deleite era ser po- las tormentas y corsarios; mas yo no me maravillo menos
bre y vivir como pobre; y así en una caria que escribe de ellos, que tengan tan poca confianza en Üios, debajo de
del Japón á sus hijos, que estaban en Goa, les dice estas cuya mano están lodas las cosas; y así sabiendo cierto
palabras: «Ya habernos llegado por singular gracia de que todas se rigen por su voluntad, ninguna cosa temo
Dios al Japón, donde hay falta de todas las cosas: lo cual sino al mismo Dios, y que no me pida cuenta de la negli-
tengo por particular beneficio de la providencia del Señor; gencia con que le líe servido y me castigue por e l l o ; y por
porque en los oli os lugares la abundancia de la comida y de esto no hago caso de los espantos, peligros, miserias, c r u -
regalos muchas veces es incentivo para que los hombres ces y tormentos. A solo Dios temo, criador y gobernador
sigan sus apetitos sin freno, y se enlregueji á los guslos de de todas las cosas, y sé cierto que ninguna de ellas, por
la carne; y á esta causa faltan á sus almas las consolacio- mala y perniciosa que sea, puede hacer mal á los hombres,
nes-espirituales, y no pocas veces el cuerpo padece g r a - sino cuanto él les permita.» Todas estas palabras son de
ves enfermedades, y con ellas paga el mal gusto que san Francisco; mas todo lo que padeció por amor del
lomó.» Señor, con ser tanto, no es nada para lo que él deseó pa-
Sobre este sólido y profundo fundamento de la h u m i l - decer ; porque en los mayores trabajos y mayores angus-
.dad edificó san Francisco (ó por mejor decir el Señor en
KA 3. DICIEMBRE,
lias suplicaba al Sefior, que no se las quitase, sino para pequeña penitencia (admirándose el penitente de ella, por
liarle otras mayores. Y una vez que el Seílorle mostró las sersusculpas tantas y tan abominables), elsanlo ledijo que
cruces y tormentos por donde habia de pasar, no se es- por lo demás él satisfaria por él á Dios : y entrando en un
pantó ni desmayó (como dijimos); ánles con grande esfuer- bosque allí cerca, tomó luego por principio de paga una
zo y espíritu clamó: Mas, mas, mas, Señor; pareciendole recia disciplina; y el hombre quedó espanlado y como
pocos aquellos trabajos que Dios le representaba, para los fuera de sí, y mas cuando entendió que el siervo de Dios
que ól deseaba padecer. No quiero hab!ar de aquella a n - no se habia embarcado en aquella fusta sino para reme-
sia insaciable con que deseó y procuró que todo el mundo diar su alma, y que se volvía para Goa, de donde liabia
conociese y amase y sirviese á este Sefior, porque las salido para solo este efecto, y le quedó tan agradecido y
vueltas que dió en la India, de provincia en provincia, de tanobligadoá Dios nuestro Seilor, que con su gracia v o l -
reino en reino, de unas naciones en otras, hasta llegar á vióla hoja, y vivió de allí adelante cristianamente guar-
lo último de Oriente, y á tierras no conocidas con tantas i n - dando los consejos que el santo varón le habia dado. Dees-
comodidades, nos declaran este amor. Pasaba algunas ve- tos ejemplos podríamos contar muchos, que por ser seme-
ces dos y tres dias sin comer, oyendo confesiones, sir- jantes y del mismo jaez, dejamos por brevedad.
viendo á los enfermos, pacificando y haciendo amigos á Con ser san Francisco Javier tan zeloso y fervoroso en
los discordes, y atendiendo á las otras obras decaridad, o l - procurar la salud de las almas, no era severo, ¡mportuno y
vidándose de si, y sustentándose como con pas'.o del cielo, molesto, sino blando, fácil y amoroso, lomando tantas figu-
del divino consuelo y viviendo de Dios. Y no solamente se ras y tan diferentes modos para ganar á los que trataba,
desvelaba en procurar que los pueblos, ciudades y reinos cuantas eran sus condiciones y calidades. Con los solda-
enteros conociesen al Sefior; pero de cualquier alma par- dos pr.recia soldado, con los marineros marinero, con los
ticular tenia gran cuidado de ganarla para Dios, y mas de religiosos santo, y con los pecadores alguna vez parecía
las almas de los mayores y mas públicos pecadores. Cuan- pecador, haciéndose todo á todos, para ganarlos á todos
do estuvo en la isla de Teníate, quiló las amigas á los sol- para el Señor; porque aquel grande y encendido amor
dados que alli estaban, y solo quedaron dos, á quienes que le tenia, le enseñaba lo que habia de hacer: y como
cuando partió, no habia podido persuadir que las dejasen; un hierro en la fragua se viste de las calidades del fuego,
mas ido á la isla de Amboino, escribió á un amigo suyo asi él se vestía de las propiedades y participación de Dids*
qu-e ha!jia quedado en Ternate, que avisase á aquellos dos No se puede fácilmente creer las arles que usaba para
do su parle, que saliesen de aquel cieno y atolladero en sacar del pecado á los que estaban cautivos y aprisíona-
qüe estaban, y que, le avisasen cuamlo habia de ser; por- ilos debajo de la tiranía de Satanás. Sabiendo que alguno
que lui'go seria con ellos para ayudarlos, y que enlrelanto estaba enlazado en algún amor deshonesto, no le iba l u e -
no cesarla de pedir á Dios que los tuviese de su mano, y go.á la mano; mas con un santo artificio se le entraba por
no les castigase. las puertas, y se le hacia amigo y familiar: después él
Kn la ciudad de Malaca hubo un judio vicioso y obsti- mismo se convidaba á comer con é l ; y habiéndole ya ga-
nado, aunque docto, que bftCta escarnio y mofa de san nado para sí, le ganaba para Dios: porque cuando veía que
Francisco cuando predicaba. No se enojó ni alteró el sanio aquella alma estaba bien dispuesta, embestía con ella, y
padre; antes con blandura y buena gracia se le bizoamijíi), con sus amonestaciones le quitaba las malas compañías y
y de judio pertinaz y rebelde. Dios le convirtió, é hizo cris- ocasiones de pecar; y si no podía ai ranear los pecados l o -
tiano üel y piadoso. Navegando una vez al puerto de Ca- dos «le un golpe, usaba de tal suavidad y destreza, que
navor, exhertó á uno que ilia en la nao, gran pecador, ablandando el corazón poco á poco, de uno en uno los q u i -
que se confesase: y viendo que el hombre no admitia sus taba lodos; y de esta manera, con admirable afabilidad y
saludables consejos, disimuló y le dejó por entonces. Des- prudencia quiló á un hombre siete uinjeres una á una, con
pués saltaron en tierra, y poco á poco le llevó consigo pa- las cuales, y grande escándalo del pueblo, vivía desho-
seando hasta un monte apartado, y estando los dos solos, nestamente. Aconteció una vez de oslas, pedir que le die-
el santo de repenlc se desnudó, y puesto de rodillas de- sen de comer ;de limosna] á un hombre que dentro de su
lante de él, se comenzó á discipliuar con una disciplina de casa tenia para su servicio algunas mujeres con nombre de
abrojos, tan fuerlemenfe, que el pobre hombre quedó ató- criadas, pero amigas. No pudo negar el hombre por res-
nito ; y mas oyendo decir, (pie tomaba aquel castigo para pelo de la persona de san Francisco l el cual, con ver ser-
aplacar á Dios y detener el azote que quería descargar vir á las mujeres á la mesa no se extrañó, ni las torció el
sobre él. Salpicaba la sangre que salia de las espaldas del rostro, ni dijo palabra al huésped, ¡uiblaudo mas eG; az-
inocente al pecador: el cual-espantado yeonfundido detun úlenle al corazón con su silencio, y con su sania y suave
raro ejemplo de caridad, se echó á sus pies, y se confesó conveisMcieo, que si le hablara mucho; y pudo tanto con
y enmendó la vida, que era lo que el santo padre desea- aqueil;i Iwbla muda, (pie espanlado el hombre de ella, se
ba. Enviando el virey don Juan de Castro á su hijo don A l - compungió y vino á luiscar al santo, y se confesó y puso
varo de Castro á cierta jornada, supo san Francisco que un en sus manos, echando de su casa las ocasiones que tenia
soldado muy valiente y desgarrado, y que vivía como si de pecar.
no hubiera mas que esta vida, iba en aquella armada; y Todo eslo enseñaba al santo varen (como dijimos) el
sin tener necesidad se embarcó en la misma fusta en que amor del Señor, que es gran maestro, y juulauíenle le
iba el soldado (pensando lodos que le habia rogado el v i - dalia gracia para juntar con esta facilidad y blandura una
rey, que por amparo de su hijo y toda l:i annad.-i fuese en gravedad y compostura religiosa, tan rara, que nopenlia
ella): allí con su afabilidad y blandura trabó plátiVa con el, un punto de su autoridad, ni déla opinión quede su san-
y se te hizo amigo, y poco á poco le ganó de manery, que tidad teniau todos, por verle tan familiar con los peca-
saltando en tierra le confesó genoralmenle: y dándole una dores que prclendia ganar; porque era alegmnenle g r a -
m LA LKYEiX DA DE ORO. DÍA 3.
y entretenimiento con Dios. No pocas veces pasó todas las
\ e y gravemonle alogre, y lodas sus acciones oüan á san-
noihes orando y contemplando sin cerrarlos ojos; y el
tidad. Maravillosa era la suavidad de su roslro, la dulzura
poco tiempo que dormía mas oraba que dormía ; porque
de su trato y afabilidad de su conversación; pero su san-
durmiendo muchas veces gomia, y con un amoroso suspi-
tidad era lan cono^'da y eslimada, que no disminuía nada
ro decia á voces: ¡Buen ieána mió! O amor de mi alma!
de la reverencia y respeto que á lan alia persona se debia,
¡O Criador miol ¡O mi Señor! y otras semejantes: y des-
y los que mas le trataban le tenían en mayor veneración,
piies [)i eguntado, por qué durmiendo clamaíla, respondía
y algunos se echaban á sus pies, y cuando le habli.ban no
el santo, que él no sabia ni se acordaba de tal cosa. Era
se querían cnbi ir delante de él por mas que se les rogase
san Francisco devotísimo de la sacratísima pasión de nues-
é importunase; porque les parecía que no hablaban con
tro Señor, y meditaba muy á menudo los divinos misterios
un hombre común y mortal, sino t o n un hombre divino,
que en ella senos representan, y decia, que eran firmes
por quien les hablaba Dios.
testimonios y seguras prendas del amor que el Señor nos
A ta cumbre y perfección de esta caridad y amor del
tiene y vivos ejemplos que nosotros debemos imitar. Apa-
Señor, subía san Francisco Javier favorecido y llevado de
rejábase antes de la oración con sumo cuidado : rezaba el
su gracia por medio de la mortificación y victoria de sí
oficio divino con particular atención y devoción; y ántes
mismo y de la oración, que son las dos alas con que el a l -
de comenzarle decia el himno: Veni, Creator Spirüus: y
ma pura y desembarazada vuela á Dios. La mortificación
aunque por andar tan ocupado en cosas de tanta caridad
(pie tuvo esle santo varón, y el fervor con que procuró a l - y servicio de Dios, pudiera rezar el breviario de tres lec-
canzar perfecta victoria de sí mismo, se echa de ver en ciones (que después la santidad de Pió Y prohibió) del
las dos cosas que entre otras muchas hizo y nosotros a r r i - cardenal don I'ranci-TO Quiñones, por ser mas breve y
ba habernos contado: l a u n a , de los cordeles nudosos con tuvo licencia para e l l o ; nunca quiso sino rezar por el b r e -
que se ató, y de los dolores que padeció para vencer y viario común, que usa la Iglesia romana, por conformarse
inorlilicar la lijereza y gusto que habia tenido de correr mascón ella. Tuvo muy particular devoción á la santísima
y sallar; y la otra, la fuerza y ardor de espíritu con que Trinidad y á Cristo nuestro Salvador, á su purísima Madre
lamió las llagas del pobre enfermo en Venecia y le chupó la virgen María; y así en la hora de sn muerte encomendó
la podre que do ellas corria, para triunfar de sí y vencer particularmente su alma á los que en su vida tantas veces
el orror, asco y repugnancia que de curar aquel pobre se la habia encomendado. Hacia muy á menudo oración al
sentia. Todo el resto de su vida fué una perpetua mortifi- arcángel san Miguel y á su ángel de Guarda, y á los d e -
cación en la comida y bebida, en el vestido pobre y roto, más ánírcles que son gobernadores de las provincias y
en los ayunos, disciplinas, cilicios y peniteuciaá, como en presidentes de los reinos en que él estaba.
lo que basta aquí habernos referido se puede ver. Su co-
Su oración, además de ser continua, era ardiente y fer-
mida comunmente era la que pedía y le daban de limosna:
vorosa, y muchas veces se trasportaba y arrobaba en ella.
apenas comía carne ni bebia vino, sino cuando le convida-
Fué visto de noche en Goa, paseándose en la huerta como
ban y comia con algún amigo, que entonces se acomodaba
fuera de sí, y a! cabo de rato alzir con las manos del pe-
ú los otros para ganarlos mas fácílmcnle para Dios: el cual
cho la ropa que traia (por el gran fuego que sentía en él),
1c dió una victoria tan perfecta de su carne (que es el ene-
y repetir muchas veces : Satcsl, Domine, sai est: Basta,
migo mas peligroso y doméslicoque tenemos), que guar-
Señor, basta, basta. Señor. Cuando fué de Amangui-
dó perpetuamente su virginidad sin corrupción, con una
che á Meaco, iba lan encendido y puesto el corai.on en
entereza lan extraña y con un aborreciiniento á cualquiera
Dios, que no sentia las heridas que las piedras, palos y
pensamiento feo y torpe, tan grande, que una vez dur- espinas hacían á sus piés, corriendo tras los caballos des-
miendo, por haber tenido en sueños una representación calzo.
carnal, despertó echando mucha copia de sangre por las
Estando en Goa, dió órden una vez á un compañero
narices, despavorido y sobresaltado y como fuera de si,
suyo, que le avísase á la una de la tarde, porqne quería
por el horror de aquella representación y por la fuerza
ir á hablar al gobernador. El compañero fuéá la hora se-
que se hizo en desecharla.
ñalada, y hallóle puesto en oración, lan embebecido y ar-
Mas ¿qué lengua podrá explicar la oración tan continua,
rebatado, que le dejó hasta las cuatro. Tornó á é l : y h a -
lan fervorosa y tan regalada en esle gran siervo del Se-
llándole de la misma manera, le asió de la ropa para h a -
ñor, y las mercedes y favores que él le hizo y le comunicó
cerle volver en sí. Entonces le dijo san Francisco: ¿Es ya la
en la oración? Porque estando todo el dia ocupado en n e -
una?Noson sinolas cuatro, respondió el compañero. Pues
gocios ó en caminos y peligrosas navegaciones, y siendo
vamos, dijo el sanio. Salió de casa: anduvo las calles tan
de suyo tan benigno y tan afable con lodos, es cosa que
suspenso y puesto en Dios, que no acertó á ir á casa del
•.•spanta ver que en cualquiera lugar y en cualquiera cosa gobernador; y volviendo ya de noche á la suya, dijo al
ijue hiciese, siempre estaba en sí y con Dios, como si fue- compañero: otro día habrá para el gobernador, que este
ra un ermitaño y viviera en un risco apartado y olvida- Dios lo ha querido para sí.
do de todas las cosas del mundo: y annquc todas las c o -
Y aunque cualquier lugar (como dijimos arriba) le ser-
sas que trataba leservian delibro y como de espejo que le
via de oratorio; pero siempre que podia se recogía á la
presentaban á Dios; todavía tenia sus tiempos determina-
iglesia á hacer oración delante del santísimo Sacramento,
dos para la oración: y cuando las ocupaciones eran tantas
por tener en ella á su Dios realmente presente, y sabe
(pie no podia atenderá ellas, ó por servir á los enfermos ó
que por este respeto oye mas benignamente las plegarias
por predicar á los gentiles, ó por obra de caridad, quitaba
que se te ofrecen en la iglesia, y por ser un lugar propio
de las horas del sueño breve que solía dar á su cansado
de oración, y por la consagración y bendición de la santa
cuerpo para darlas á la oración, queriendo que fallase a n -
Iglesia católica, con que está dedicada al culto del Señor;
tes al cuerpo el necesario reposo, que al alma su sustento
DIA 3. DIGÍRMBRE. 493
Y por esto siempre que podia, donnia en la sacristía ó vn píos mas memorables de este espíritu profetice y lux
alguna casilla cerca de la iglesia, para podorse entrar en divina.
ella y gastar toda la noche en oración delante del acata- Predicando en la ciudad de Malaca, muchas veces avisó
miento del Señor. Cuando no hallaba iglesia, hacia ora- al pueblo de las calamidades que le habían de venir por
ción delante de un crucilijo. entreteniéndose y regalándo- sus pecados: de los incendios y estragos que habían de
se con él, ofreciéndole las fatigas que aquel dia había pa- hacer los enemigos: del cerco de la ciudad, de la pesti-
sado en su servicio, y pidiéndole gracia para los trabajos lencia y otras miserias y desventuras con que habían do
que el dia siguienle hahia de pasar. Pero en ninguna cosa ser afligidos, las cuales vinieron sobre aquella ciudad, co-
se esmeró mas san Francisco ni descubrió mas su devo- mo el santo se lo habia profetizado. Cuando vinieron estos
ción, que cuando decia misa, porque entonces parece que trabajos á Malaca, estaba san Francisco en el Japón, y allí
soltaba la rienda á su fervoroso espirtu y á las lágrimas que tuvo revelación de ello, y avisó á los portugueses que con
derramaba, especialmente cuando consagraba y consu- él estaban, que hiciesen oración á Dios por la ciudad de
mia e! cuerpo del Sefior, que eran tantas y tan suaves, Malaca que estaba cercada y muy apretada; y después
que los que le servían á la misa y los circunstantes que- tuvo revelación de que Dios le babia librado, y así lo dijo
daban atónitos y movidos á toda devoción. En la misa á Diego Pereyra, que estaba con cuidado del cerco de Ma-
siempre hacia oración por la conversión de los gentiles, laca y délo que él para socorrerla habia de hacer. Fslan-
y decia una oración particular muy devola, que él mismo do en la misma ciudad al tiempo que iba á la Cbina, un
habia compuesto para este efecto; y después de la misa dia á deshora se echó de pechos sobre una cama, y estu-
rezaba un responso á las almas del purgatorio, de las cua- vo como sín sentido y fuera de sí, sin que ninguno de los
les era tan devoto, que de noche andaba por las calles de casa le osase hablar; y al cabo de buen rato, como
con una campanilla exliorlando con voz alta á todos los quien despierta y vuelve en sí, comenzó á dar voces y á
íieles, que se acordasen de ellas en sus sufragios y oracio- decir: Dios le lo perdone, fulano; nombrando acierta p e r -
nes. Solia darla comunión hincado de rodillas por mayor sona que entonces vivía en Portugal, que hacia algunos
reverencia, y fué visto algunas veces levantado de tierra oficios en daño de la Compafíia. Notáronse aquellas voces,
on aquella postura, y como sustentado en el aire por d i - y nose entendió por entonces lo que san Francisco quería
vina virtud. Procuró muchas veces el demonio estorbarle significar; porque él lo calló y ninguno se atrevió á p r e -
su oración con ruido, con varias figuras y asombros-, y í i - guntárselo: mas después que llegaron las cartas de Portu-
Balmente, dándole muchos palos y quebraiiíándole, como gal y se supo lo que allí babia pasado, se entendió que
lo hizo en Malipur, estando san Francisco haciendo ora- en el mismo tiempo que pasaba en Portugal, Dios se lo
ción una noche en el templo del glorioso apóstol santo hiibia reveladoá san Francisco en Malaca. También fué
'iomé; mas ninguna cosa bastó para que él dejase su ora- ihitstve profecía la que aconteció en la misma ciudad de
ción ó no volviese á ella, luego que estuvo gario de las ¡ Malaca, y brevemente locamos arriba, cuando habiendo
heridas que el demonio le d i ó , como arriba queda r e - calido una pequeña armada nuestra con algunos pocos
í'eiido. portugueses en busca de una gruesa y poderosa armada
del rey de Azen, y estando toda la ciudad triste y l l o r o -
Fueron tan singulares las grdeias que por tnedto de la
sa, creyendo que su armada era perdida; san Francisro
oración dió nuestro Sefior á san Francisco, y tanta la abun-
desde el piílpilo reprendió gravemente aquella poca fé y
dancia del divino consuelo con que regalaba sti bendita
desconfianza, y en la misma hora que las dus armadas
alma, que muchas veces (para que no le viesen) era for-
peleaban, él pínló la batalla contó si con los ojos la viera;
zoso esconderse de los ojos de los hombres, porque no
y íinalmentc reclinándose sobre el pulpito y habiendo es-
podia encubrir ni disimular el ímpetu de la corriente y
tado algo suspenso, volvió en sí con maravillosa alegría
gracia del cielo: y no pocas resplandecia esta gracia, y se
eníos ojos y su semblante, y clamó y dijo: Venció, her-
derivaba del alma en el cuerpo; de manera que los que le
manos, venció por nosotros Jesucristo: en esta hora aca-
trataban, no osaban mirarle á la cara (como los judíos á
ban ios soldados de su santísimo nombre de desbaratar y
Moisés) ni fijar los ojos en él.
vencer la armada de los moros, suyos y nuestros enemi-
Por medio de esta misma oración le comunicó el Sefior gos, con muertes de muclms millar es de ellos y de solos
el don de profecía, y una luz soberana, con la cual a l u m - cuatro de los nuestros: y anadió cuándo había de venir la
braba su alma, veia los corazones de los hombres, y las nueva de la victoria, y cuándo llegaría al puerto de Malaca
cosas ausentes como si estuvieran presentes, y tos que ha- la armada victoriosa, y que hiciesen penitencia de sudes-
bían de ser, como si ya hubiernn sido; y esto tantas ve- confianza, y con gozo y alegría rezasen dos Padre nues-
ces, y en lugares y cosas tan diferentes, que se ve clara- tros y dos Ave Marías, haciendo gracias |1 Señor por la
menta la singular gracia que en esta parte tuvo del Señor, victoria, y rogando por las almas de aquellos cuatro sol-
y que le habia hecho como apóstol y profeta de la India; dados cristianos que habían muerto.
porque dejando aparte las veces que navegando con buen
tiempo, dijo que habia de venir tempestad, ó que estando Los moradores de un pueblo , llamado Tolo , en la isla
en alguna peligrosa tormenta, cesaria presto y llegarían del Moro , habiéndose hecho cristianos . volvieron atrás
á salvamento, 6 que algunas naves que parecían fuertes con grande desacato é injuria de Cristo nuestro Redentor,
perecerían, ó siendo viejas y maltratadas y carcomidas el cual los castigó severamente con prodigios y señales del
durarían, y finalmente se ncabarian en el puerto sin daño cielo , y los portugueses en la tierra con un ejército que
de nadie (que todas estas cosas muchas veces en varios juntaron contr a ellos, prometiendo san Francisco dichoso
tiempos y lugares, las anunció con tanta firmeza y' se- y feliz suceso á los cristianos : y como el santo lo prome-
guridad, como si las viera, y todas sucedieron de la mis- tió, lo cumplió Dios, librando milagrosamente á los solda -
ma manei a que él las predijo^; digamos algunos ejem- dos cristianos de les lazos y celadas , que en el asalto tes
494 LA LEYENDA DE ORO. DIA 3.
lenian nrmatloslos ¡níielcs, y de evidentes peligros: y faé der rico, que se llamaba Juan Duro, habiéndose confesa-
cosa lan notoria, que los niisinos bárbaros confesaron, que do con san Francisco, se movió tanto con sus palabras y
la victoria que alcanzaron los nuestros no habia sido por ejemplos, que íe rogó con grande instancia que le a d m i -
fuerza humana, sino por favor del cielo. tiese en su comp nía, poique él queria dar toda su h a -
l'na vez para socorrer á «na doncella qne estaba en cienda á los pobres y seguirle. Apenas lo pudo acabar del
peligro de vender su castidad , tuvo necesidad de alguna santo, perqué lemin la inconstancia del mozo : el cual ha-
gruesa limosna : pidióla á un grande amigo suyo rico qne biendo comenzado á repartir lo que tenia á los pobres, se
se llamaba Pedro Vello , que á la sazón estaba jugando en arrepintió, y teniendo vergüenza del santo, recogió secre-
casa de otro amigo suyo : y como allí no tuviese dinero, tamente loda sn hacienda, y púsola en un navio para par-
dió al santo la llave de sn escritorio para que él lomase tirse, sin decir nada. A tiempo que se queria embarcar,
lo qne quisiese. Tomó trescientos ducados y díjoselo á Pe- le envió á llamar el santo; y él vino con disimulación,
dro Vello, volviéndole su llave. Entonces Vello le respon- pensando que le estaba encubierto lo que él tramaba, poí-
dió, que habia el santo andado muy corto ; porque cuan- no haberlo descubierto á nadie. Tomóle aparte el santo, y
do le dió ia llave pensó que de treinta mil ducados qne con un semblante severo y grave le dijo: Pecaste, Juan,
habia en el escritorio , lomarla la mitad , y díjolo tan do pecaste. Quedó atónito el pobre hombre , entendiendo
veras , que san Francisco se lo agradeció y le aseguró, que Dios habia revelado al santo lo que él trazaba en su
que Dios nuestro Sefior nunca le faltarla, y que antes de corazón, y se echó á sus piés y le respondió ; Pecado be,
morir sabria el dia de su muerte. Desde aquel día quedó padre, pecado he. Arrepintióse y confesóse; y tomando el
otro Pedro Vello, é hizo muchas limosnas, y se dió á obras santo consejo de san Francisco, tornó á su buen intento y
de caridad, listando ya viejo, después de muchos años, dió toda su hacienda á los pobres, y quedó en su compa-
avisado de Dios de su muerle, segnn la profecía del santo, ñía. A este mismo companero, por haber aceptado a l g u -
dispuso sus cosas y repartió todos sus bienes entre pobres nas limosnas de los portugueses, para proveer á las nece-
6 iglesias, en misas y oficios divinos que se le hablan de sidades de san Francisco sin su licencia, le apartó de sí, y
decir, y comenzó á despedirse de sus parientes y amigos le desterró á cierta isla por algunos dias, en los cuales
de casa en casa, como estaba de partida para la otra vida: tuvo Juan Duro una visión, y aunque la quiso encubrir
no pudo; porque san Francisco después de haberle confe-
y viéndole sano en el cuerpo , sospecharon y decian ser
sado, se la descubrió loda con grande espanto de él, que
aquello falla de juicio. Entendiéndolo él , con mayor cui-
ñola queria manifestar, conociendo que á Dios ninguna
dado , entereza y cortesía hacia sus cumplimientos , y
cosa se puede esconder, ni á los qne él quiere revelar los
atendiendo mucho á devociones particulares, y frecuenta-
secretos de los corazones.
ción de los santos sacramentos , llegó la hora que se supo
habia de morir, y poco ánles se fué á la iglesia, y echán- Habia sacado á un hombre de mal estado y redneídoic
dose en un ataúd, se hizo cubrir con un paño negro : co- al amor de la virtud, y para que perseverase en ella, exhor-
mentóse la misa de difuntos ; y acabada , cuando el sa- tádole á confesarse á menudo y á volverse al reino da
cerdote dijo : Rofiuiscanl i n pace , llegaron sus criados y Portugal, porque así le con venia; y aunque el hombre
otros muchos, levantaron el paño, y halláronle muerto, prometió de hacer lo uno y lo otro, como el santo se lo h a -
conforme á la profecía y promesa del santo, en premio de bia mandado, no lo cumplió; porque se quedó en la India,
sus grandes limosnas. y habia tres afios que no se confesaba. Topóle el santo es-
¿ Qué diré de aquella maravillosa revelación que tuvo, tando en Bazain: y el hombre viéndole, vino á él con ale-
que habia de volver á la nave , y salvarse el barco , que gría, para hacerle reverencia y abrazarle : mas san Fran-
arrebatado de H furia de los vientos y de las ondas se h a - cisco volviéndose á él, le dijo : ¿. Yo os habia de abrazar,
bia apartado y desaparecido sin esperanza de poderse co- habiéndome engañado y fallado á vuestra palabra, pues
no os habéis confesado después que os partisteis de mí?'
brar?
No os tendré por amigo ni os hablaré, hasta que os confe-
Estando en la isla de Teníate dijo , que rogasen á Dios
séis. Entendió el hombre que el santo era mas que b o m -
por el alma de Juan de Aranz ( qne era nn mercader rico),
b r e ; pues Dios le revelaba todo lo que tenia en su cora-
el cual al mismo punto acababa de moriren la isla de A m -
zón : confesóse y enmendóse. Preguntó á u n a m i g o s u y o
boino. Navegando á Maluco,al mismo dia que salía el san-
en Cochin, cómo estaba. Respondió el amigo: Bueno estoy,
to del puerto, salió en olro navio un mercader que se l l a -
padre; y el santo : del cuerpo bien y mal del alma. T r a -
maba Juan Galvan ; llegó san Francisco al puerto aunque
taba este hombre en aquel mismo tiempo de cometer no se.
con trabajo, y aguardando todos que llegase Juan ( i a l -
qué maldad, y teníala muy secreta en su corazón, y e n -
van, él predicando les dijo , que rezasen por su alma que
tendió que san Francisco, con la luz del cíelo, la sabia:
ya era muerto , y así f u é , porque se perdió el navio
confesóse con él, y volvió en sí. Kl dia ánles que muriese
en que iba.
en la isla de Sanchoan, mirando á uno que le servia con
Cuando partió de Malaca para la China , avisó á Diego
ojos tristes y llorosos, le dijo con una voz lastimosa : ¡ Ay
Pereyra, su grande amigo , en cuya nave iba , que diese
de 11! ¡ay de tí I | ay de t í ! y pico después, e.st mdo e n -
el cuidado de sus mercaderías, que iban en lá nave á otro,
redado en torpes amores de mujeres, súbitameuto le ma-
poi que el que él habia señalado, no llegaria á la China;
la ron.
y como el santo lo dijo sucedió, que aquel hombre murió
en el camino. Obró nuestro señor muchos y grandes milagros por su
No solamente con el espíritu profético vió las cosas a u - siervo san Francisco Javier en su vida, y el mayor mila-
sentes y remotas y las anunció, y las qne babian de ve- gro de lodos fué su misma vida. Echó muchos demonios de
nir ánles que viniesen, sino taiubien penetró los corazones los cuerpos, algunas veces por si mismo, y otras por me-
é íntimos pensamientos de los otros. Un mancebo, merca- dio de los muchachos recien convertidos, lamenláudosc
DIA 3, DICIEMBRE. 49b
los (ItMiiomos, y desliaciéndose de rabia, por verse echar de liilui ichin, que se supo públicamente haber fallecido, y
del sanio por medio de aquellos muchachos, porque por su el santo le resucitó para reparo y consuelo de su madre
soberbia lo lenian por grande afrenta. Sanó de la misma cristiana, pia y muy devola suya, que le fué á llamar con
manera á muchos enfermos que eslaban fatigados de v a - viva fé y esperanza, deque así le tornarla á ver vivo. No
rias y graves dolencias en muchas parles, especialmente fué ménos grande y admirable la resurrección de Antonio
en el cabo de Gomorin (como lo d i j i m o s ) , en la isla de de Miranda, que yendo á contratar en la tierra de Manapa-
Zeilan, sanó á un hombre que se llamaba Miguel Fernan- ra á un castillo llamado Jalle, le anocheció en el camino:
do, diciendo misa por él, que estaba muy afligido y apre- recogióse con su companero á una choza, donde reposan-
tado de dolor de piedra. A otros que estaban ya desahu- do, le mordió el pié un género de serpiente ponzoñosa l l a -
ciados hac iendo la señal de la cruz, ó echando un poco de mada del capillo, y murió luego de violencia del veneno.
íigua bendHa sobre ellos, les restituyó la salud. En Aman- El compañero, triste y afligido, corrió á llamar al santo:
guiche (lió piés para andará un cojo, lengua á los mudos, acudió presto, púsose en oración delante del muerto, tocó
oidos á los sordos. después con su saliva el lugar de la mordedura; y al ins-
Los muertos que resucitó, fueron muchísimos. Los que tante Antonio se levantó sano y alegre, habiendo estado
68 particular se saben, llegan á mas de veinte y cinco ; y muerto toda la noche y hasta el otro medio dia.
solo contaré algunos. En la costa de la I'esquería, en una En la tierra de Ptmical un devoto y discípulo del santo,
(ierra llamada Combutere, cayó un niilo en un pozo : aho- invocando el nombre de nuestro Señor, por los mereci-
góse, y estuvo mucbiis horas sumergido debajo del agua: jnienlos del siervo de Dios resucitó un niño, y poco después
sacáronle y lleváronle á enlerrar: enconlróse la gente que también resucitó a l l í á un hombre.
le acompañaba con san Francisco, que salía de decir misa Dos casos mas señalados, que por encerraren sí muchas
de la iglesia de San Esteban: en viéndole la madre, corrió maravillas, merecen bien dar remate áeste punto. Ilabia
ú él llorosa y muy alligida : hincósele de rodillas: pidióle en Malaca una señora muy devota, y mientras san F r a n -
remedio y favor, no solo para su hijo, mas para sí y su cisco andaba fuera de la tierra, después de una larga e n -
gran dolor. Movido el santo á compasión, llegóse á la l u m - fermedad se le murió una niña con gran dolor suyo y de
bar arrodillóse: lomó la mano al niño muerto; y d i j o : En lodos los parienles. Volvió á la misma ciudad san Fran-
nombre de Jesucristo, levántate; y al momento se levantó cisco Javier, y sabiéndolo la madre, aunque muy enferma
vivo, gritando todos: Milagro, milagro, y dando gracias á y afligida, con otras muchas mujeres fué á buscarle, y
Dios de haber sido servido de conceder tal don á sus echándosele á los piés, le dijo las mismas palabras que las
•siervos. santas Hermanas á nuestro Señor: «Si vos, Padre mió,
En Muían, tierra de la India oriental, murió un niño de hubicrades estado aquí, mi hija no fuera muerta.» El santo
calenlura pcslilentc , y estuvo veinte y cuatro horas le respondió: Vuestra hija no es muerta, sino viva. Mas
amortajado para enterrarle ; vino el sanio, que trabajaba replicándole la llorosa madre, quehabia tres dias que es-
uuicho en aquella tierra por la conversión de los gentiles: Inba enterrada, el santo recogido entonces un poco en sí,
rodeáronle luego sus padres y parienles con grandes rue- y luego abrasado de su espíritu, la mandó fuese á la se-
gos, lástimas y lágrimas ; y el sanio se enterneció : a r r o - pultura, porque su hija vivia, resucitada por particular
dillóse, y puesto los ojos en el ciclo , echó agua bendita providencia divina. La madre, tierna y confiada en esto,
sobre el cuerpo difunto, y mandó le descosiesen la mortaja, por lo que conocía de san Francisco Javier, fué allá con la
c hizo sobre él la seiíal de la c r u z : y lomándole de la priesa y alborozo que se podrá creer; hizo abrir el sepul-
mano, ie mandó se levantase en nombre de Jesucristo ; y cro en presencia de muchos, y halló viva á su hija, con
al instante lo hizo, sano y alegre, con inmenso contento mucha alegría suya y espanto y admiración de todos. Así
de sus padres, y maravilla de los que vieron milagro tan se reliere en los procesos de Cochin y Bazain, y también
manifiesto. En su memoria se puso luego alli una gran se'declaró en ellos que el mismo año, que sucedió esto,
cruz levantada, que se adora con mucha veneración.. sedió cuenta de ello á la serenísima reina de Portugal.

Y aunque estos fueron admirables, por mayor se tuvo El otro caso no es ménos maravilloso que el primero;
el siguiente. Estaba en Comorin predicando en una iglesia, pero con esta diferencia, que el resucitado en el pasado
donde el dia antes habiaa enlei rado un difunto : y viendo estuvo tres dias enterrado en tierra, y el de a h o r a , otros
cuan grande era la dureza de aquellos gentiles , paró un laníos en el mar. Embarcóse un mercader turco, llamado
poco el sermón, púsose á orar por su conversión : levan- Sarangne, en el navio en que pasó el santo de Malaca á la
tóse súhitamen'.e lleno de fervor espiritual, y dijo, que China: llevaba consigo un hijo de cinco años: cayó des-
Dios para ablandar sus corazones duros y obstinados, que- graciadamente en el mar, y fuésele á fondo, quedando el
ria que aquel muerto y sepultado resucitase para que padre con entrañable sentimiento y sin saber de dolor qué
ellos se convirtiesen. Dicho esto , se fué á la sepullura : hacerse, laslimándose de su gran desgracia y pérdida: fué
mandóla abriesen, sacó al difunto, y rompiéndole la mor- á ver á san Francisco, que, viéndole muy congojado, le,
taja, en que estaba envuelto, fue de todos visto y recono- preguntó la causa de ello. El turco mas con lágrimas que
cido por muerto. Entonces puesto de rodillas, hizo oración con palabras, se la contó: y movido de su gran caridad y
á Dios, y luego al instante el muerto por si mismo se l e - compasión, le alentó y aseguró que se le volvería bueno
vantó con gran regocijo y ternura de todos los heles , y y sano, si le ofrecía, sucediendo así, abrazar después la
no menor maravilla y espanto de los gentiles , los cuales verdad evangélica. El moro aceptó el partido, y pasados
se convirlieron , y después otros muchos , y á lodos los tres días, una mañana, al salir del sol, vieron parecer el
bautizó el santo. niño vivo sobre una tabla, que venia la vuelta del navio, y
Fué también maravillosa la resurrección de un muerto fué recibido en él con gran regocijo, admiración y espanto
de un dia, en la tierra de Punical en la Pesquería, cerca de lodos. Luego se convirlieron sus padres y los bautizó á
496 LA LEYENDA DE ORO DIA 3.
ellos, y también á una esclava, y juntamcnlo al niño y se cosa que espantó y admiró mucho aquella gente: y con
llamó Francisco. Esto se declara por menor en los procesos razón por cierto: porque en el espacio de diez anos que
de Cochin y de Lisboa: y puesto caso que estos milagros doraron sus peregrinaciones con continuas descomodidades
sean tan notables, para mí no lo son menos algunos de los de caminos, confesaban todos ser gran milagro el saber
que se signen. tantas y tan varias lenguas.
Cuando el santo pí»só á la China, tuvo amistad con «n Demás de esto, algunas veces predicando á muchedum-
mercader, el cual volvió á la India, y solió la rienda á sus bre fle per.'onas, así como eran diferentes en hábitos y
gustos y apetitos: aparecióle san Francisco (no sé si en v i - costumbres, también lo eran en las lenguas; y todavía lo
da estando muy léjos de él, ó si ya muerto), y con un ros- entendía cada uno de ellos, como si hablara en su lengua,
tro terrible le avisó que Dios presto le castigaría; y el Esto causó grande admiración en la Fesqnería, Amboíno,
hombre despavorido respondió, que tenia razón: y el Malaca y en el Japón, y por solo ello sin esperar mas mila-
santo le dijo: Ycómo que lo Henos merecido habiendo co- gro, se convit líeion muchísimos. Al don de lenguas bien
metido el tal pecado: nombrándole el pecado que ora tan se puede juntar otro no ménos maravilloso en el santo, por
secreto, que solo Dios y el mercader lo sabian. Compun- el cual ordinariamente en el Japón, con solo una respuesta
gióse : lloró su desventura: confesó sn pecado, y por con- fácil daba satisfacción á diversas preguntas, que á un mis-
sejo del santo tomó el hábito de san Francisco. mo tiempo se le hadan en materias muy varias: y así c o -
Estando en un pueblo que se llamaha Semorro, mas allá mo con el don de lenguas, hablando un lenguaje solo lo
de Malaca, y andando á la ribera de un rio caudaloso, que entendían muchas personas extranjeras, teniéndole entro
pasa cerca de é l , los gentiles le comenzaron á perseguir y sí muy diferente cada uno en el suyo propio; así por el
tirarle saetas y piedras ¡ él se retiró, y huyendo topó una otro don con un concepto solo ó palabra que decía, era
muy grande viga que estaba á la orilla del rio que no le entendido de diversos hombres que le habian propuesto
dejaba pasar: tomóla con la mano y apartóla con facili- varias cuestíomís, dando á cada uno respuesta muy á pro-
dad, siendo tan pesada, que muchos hombres juntos no la pósito: y como aquel efecto de hablar en la forma dicha
pudieron mover. Quedaron atónitos los gentiles; y cono- s e llama don de lenguas; este otro á mí parecer se pu«dc
ciendo que no era cosa humana, dejaron de seguirle. llamar don de conceptos y pensamientos.
Llegó en Coromandel al santo un pobre que habia dado Nunca acabaríamos si quisiésemos contar uno á uno to-
al través y perdida toda su hacienda en el mar i pidióle dos los milagros (pie el Seiíor ha obrado por este santo en
limosna: y aunque el santo era pobre y no tenia qué dar- su vida; dejémoslos demás y vengamos á los que ha
le, movido de compasión, echó la mano á la faltriquera y obrado después de su muerte, que no son ménos maravi-
sacóla vacía: puso los ojos en el cielo y dijo al pobre, que llosos que los que hizo en vida: y para poderlos mejor
confiase en Dios, que era poderoso para remediarle: v o l - referir, volvamos á su bienaventurada muerte y digamos
vió á poner la mano á la faltriq-jera y sacóla llena de lo que después de ella sucedió.
unas manedas de oro que ellos llaman fanaos, y diólas al Luego que se supo en la nao de Diego Pereyra, en que
pobre. había ido san Francisco, y todavía estaba en el puerto de
Cuando navegaba, rcparlia á los pobres de la nave lodo Sanchoan, su glorioso tránsito, corrieron los que oslaban
lo que áél le hablan dado para su matalotaje, y pedia l i - en ella á la choza en (pie habia espirado, para verle y r e -
mosna para su comida. Una vez habiendo dado lodo el verenciarle. Halláronle tendido en su pobre camilla con
aceite, llegó un pobre (pie le pidió un poco, y el santo v a - una nueva hermosura de rostro, gracia y viveza de faccio-
ron mandó á sn compañero que se lo diese. El compañero nes, y con un semblante y compostura, que mas parecía
dijo, que no habia quedado gola ; mas volviendo á mirar hombre vivo que reposaba, que ya difunto; y llenos de
el vaso por órden de san Francisco, le halló lleno, y satis- espanto y devoción, igualmente le reverenciaban como
fizo al pobre. vivo y le lloraban como muerto.
Hall» un dia á un mnebacbo enfermo y lleno de. llagas: Halláronle al cuello un relicario de robre; dentro esta-
lomóle sobre sus hombros, y d(jóle: Dios te dé salud. ban tres papeles distintos: el del medio tenía un pedacilo
Apenas habia dicho dos ó tres veces estas palabras, cuan- de un hueso del glorioso apóstol santo Tomé, á quien tenia
do el Seflor se la dió enteramente; y el santo volvió al hijo por singular patrón y dechado, y particularmente se e n -
sano y recio á su madre. coaiendaba : el otro era una firma de mano de san Ignacio,
En el mar que va á la China, cerca de Sancboan, solía su padre y maestro, que mostraba la opinión que tenia de
correr muchas veces un viento furioso y desapoderado su santidad y la gran confianza en sus merecimientos: el
(que llaman tifón), con el cual las naves padecían misera- tercer papel eran los votos de su profesión, escritos de su
blemente naufragios; mas después que san Francisco di;o propia mano, para acordarse siempre de lo que habia pro-
misa en aquella isla de Sanchoan y la purgó y santificó con metido á Dios, y procurar cumplirlo perfectamente. Kstas
los misterios de nuestra redención, aquel mar está mas fueron las riquezas, este el precioso tesoro con que murió
este nuevo apóstol de la India, y las armas con que iba
«osegado y tranquilo, y ios tifones corren ménos veces y
armado contra todos los encuentros y máquinas de Satanás
con ménos furia y fuerza: tanto ha podido la oración del
y todo el infierno.
•santo padre y la virtud de la santa misa.
Kntre otras maravillas de san Francisco Javier, lo fué Tomaron su sagrado cuerpo los portugueses con la m a -
»nuy grande el don de lenguas que tuvo. Habia en las tier- yor reverencia y solemnidad que pudieron, y revestido de
ras que anduvo mas de cien lenguas diferentes, y treinta i sus ornamentos sacerdotales, lo enterraron en un aland
lie ellas muy distintas. No obstante esto, á cualquiera pro- en un lugar apartado, con intento de llevarle á Malaca
vincia que llegaba, no soío cnlendia lo que decian los cuando la nave se partiese: y para poderlo hacer mas f á -
naturales; mas luego hablaba con ellos su propio lenguaje; cilmente, echaron buena cantidad de cal viva en el ataúd,
DIA 3. DICIEMBRE. 497
para que comiese la carne, y los huesos (incdasen mas d r e , y c o n esto creció mas en la gente su devoción.
limpios y sin mal olor. Tasados dos meses y medio que Cuando .hizo tiempo para partir, pusieron al cuerpo
fué á los n de febrero de 15í>3, queriéndose ya la nave santo ricamente adornado (comoestaba en su caja) con
parlir para Malaca, enviando el capitán á ver si estaba el muchos cirios encendidos y perfumes, en una nave qne
cuerpo en disposición para llevarle consigo, le bailaron solo babia en el puerto de Malaca, en la cual por ser vieja
sin mudanza alguna, con el mismo color y vivo semblanle, y carcomida, los mercaderes poilugescs no osaban e m -
y con muestras mas de vida que de muerte. barcar sus mercaderías; pero en sabiendo que babia de ir
Quedaron atónitos, y mucho mas cuando le locaron y en ella el cuerpo del sanio, se aseguraron, y las cargaron
palparon, y vieron que no solamente estaba enleroel cuer- teniendo por cierto que aquella nave, llevando tal piloto y
po, sino también sólido y lleno de jugo y de sangre, y con defensa consigo, llegaría á salvamento; y como lo pensaron,
las entrañas sanas, despidiendo de sí un olor suavísimo, asiles sucedió; porque aunque encalló la nave, y se tuvie-
en prueba de que cuanto su bendita alma bahía quitado al ron por perdidos; en sacando el santocuerpo á la plaza do
cuerpo de vida, partiéndose de él, lanío le babia dejado la nave, y todos postrados suplicaron á nuestro Señor,
de santidad. Llevaron con procesión y nuevt» sentimiento que por la intercesión de san Francisco los librase de
el santo cuerpo á la nave, así como estaba ; hiciéronse á la aquel tan evidente peligro, luego salieron de él. Finalmen-
vela; y con próspera navegación [obedeciendo los vientos te llegaron á líaticala, y por ser los vientos contraríos, el
ú san Francisco) llegó á los i 2 de marzo á Malaca. Cuan- capitán de la nave, que se. llamaba Lope deNoroña, fué
do se supo en la ciudad que era llegada la nao ai puerto, y en un batel á Goa, para pedir albricias al vireydon Alfon-
lo que Iraia, toda salió á recibir y reverenciar al cuerpo so de Norofta por el don inestimable que le traía en su na-
desusante padre, apóstol, pastor, profeta y maestro, y con ve. Díóle el vírey un bergantín armado y lijero, para
una solemnísima procesión le llevaron basta la iglesia de traerle luego; porque era lanía su devoción y la de los de
la Compañía ; aunque á la sazón no babia ninguno de la Compañía, y de toda la ciudad de Goa, y el deseo do
ella en aquella ciudad : porque el mismo san Francisco los verle, que no quisieron aguardar, que la nave llegase.
babia mandado salir en castigo de la desobediencia y r e - En este bergantín fué el padre Melchor Nnñez, rector del
beldía del capitán de Malaca, que estorbó la jornada de la colegio de San Pablo, y vice-provincíal déla Compañía en
China á Diego Pereyra: el cual, como tan grande amigo la India, con algunos otros padres , y después de haberle
del santo padre, era quien mas lágrimas de consuelo des- visto, al cabo de diez y seis meses de su muerte, entero,
pedía de sus ojos con su vista, y el que con mayor libera- y reverenciándole con muchas y devotas lágrimas, lo
lidad y cuidado se esmeraba en procurar que fuese de l o - traspasaron de la nave en que estaba al bergantín, con
dos honrado: y poco era menester; porque toda la gente una gran tiesta y salva de artillería; y al dia siguiente le
de la ciudad acudió con la gran devoción que le tenia á desembarcaron en una ermita de Nuestra Señora de Re-
besar la caja en que iba, tocar las cuentas y adorar las bandar, media legua de Goa. Otro dia que era viernes de
santas reliquias, especialmente cuando vió qne tocándolas Lázaro, del afío de 1 3 5 í , fuérecibido con una" solemnísi-
nn hombre que estaba muy enfermo del pecho, luego ma procesión, y concurso de innumerable gente de toda
quedó sano. Abrieron allí la caja y hallaron el cuerpo con la ciudad, de ricos y pobres, grandes y pequeños, r e l i -
la misma incorrupción qne cuando le pusieron en ella, a d - giosos y seglares, hombres y mujeres. Iban delante no-
mirándose todos de las maravillas que obraba Dios para venta niños, vestidos de blanco, con sus guirnaldas en la
honra de sus santos. cabeza, y ramos verdes en las manos: tras ellos iban los
hermanos de la misericordia con su pendón; y luego un
Y para que se manifestase 'cuán gran santo babia sido
ataúd cubierto de brocado: luego seguía toda la c l e m ia, y
san Francisco, y como le honraba el Señor, permitió su
Iras ella la caja en que iba el cuerpo, que llevaban los sa-
divina Majestad, que allí le sacasen del ataúd, y le enter-
cerdotes de la Compañía, acompañados del virey y de to-
rasen en la tierra desnuda con sus vestidos sacerdotales,
da la nobleza. Las calles estaban colgadas de ricas lelas,
como estaba, poniéndole un lienzo sobre el rostro y una
y llenas de lumbres y suavísimos olores, y atestadas de
almohada de seda debajo de la cabeza. Mas al mes de
tanta gente, que apenas se pudo romper por ellas: en las
agosto siguiente, habiendo llegado á Malaca el padre Juan
ventanas y terrados no cabían. Todas las campanas r e p i -
de Beyra, de la Compañía, que tornaba deGoa para Ma-
caban, y la artillería se disparaba. Llegaron á la iglesia
luco, y habiendo por su devoción abierto secretamente la
de la Compañía, y aunque era dia de pasión, estaba r i c a -
sepultura, halló el lienzo que le cubría el rostro, y la al-
mente adornada. Púsose ia caja en la capilla mayor, d o n -
mohada que tenia debajo de la cabeza, llenos de sanare
de se dijo misa ; mas fué tanta la apretura y el peso de la
colorada y fresca, y un olor del cielo, y el cuerpo tan e n -
gente, que quebró la reja con deseo de ver, tocar y ado-
tero como cuando espiró; y con la misma entereza esta-
rar el santo cuerpo, y no fué posible echarla de la iglesia,
ban los vestidos y ornamentos, con que le sepultaron, y
hasta que se lo mostraron tres veces en la misma maña-
tan nuevos qne parecía los acababan de corlar de la pieza.
na, y fué necesario tenerle otros tres días siguientes, re-
Entonces creciendo mas la devoción, sacaron el cuerpo de
vestido como estaba, y con las manos y rostro dcscubier-
donde estaba, y le depositaron en una caja forrada de da-
lo, para satisfacer al pueblo; al cuarto día le colocaron en
masco y cubierta con un rico paño de brocado, para l l e -
una bóveda que se había abierto junto al aliar mayor al
varlo á Croa, cuando viniese la moción ( que así llaman
lado del evangelio.
los temporales que corren en ciertos tiempos ) , y fué
nuestro Sefior servido, que desde aquel día , en que Como se divulgó el milagro de la entereza del cuer-
el sagrado cuerpo se puso honoríficamente en esta se- po de san Francisco, y que después de diez y seis m e -
gunda caja, la pestilencia que afligía y hacia gran riza ses de su muerte, y de haber estado tantos meses deba-
en Malaca, cesase por los merecimientos del santo pa~ jo de tierra, y envuelto en cal viva, estaba sin corrupción
TOMO I I I .
63
498 LA LEYENDA DE OUO. DÍA 3.
átgiiháj con la carne fresca, jugosa, con el color vivo, con calenturas, encomendándose al sanio., alcanzaron entera
las vestiduras como nuevas, y mas como vivo que como salud : y en í'ar.s una mujer ya desahuciada, y casi espi-
mticrto; el d o c t o r Ambrosio Uibeyro, inqnisidor y vicario rando de dolores de parlo, parió una criatura sana y l;ue-
general d e Goa, por razón d e s u oticio, quiso averiguar har, y ella vivió. Y por concluir lo que loca á los mi'ügros
b verdad de é&íe milagro, y también | ) o r ( | u e elvirey selo que Dios nuestro Sefior ha hecho después de su muerte por
encargó, y m a n d ó al doctor Coime d e Sarayva, su médi- él, (MI elcaslillo de Javier y casa de san Francisco, hay un
co, que él y el vicario viniesen por si m i s m o s , y con sus crucifijo de talla muy anüguo de mucha devoción: el cual
propias manos palpasen el santo cuerpo, y lo refiriesen viviendo el santo, sudó muchas veces al tiempo que él en
como estaba: yelloscon gran diligencia lo hicieron, y vie- la ludia tenia algim grande y extraordinario trabajo; y el
ron y locaron todas las parles del cuerpo santo, y lo t u - año en que murió, sudó todos los viernes de aquel año con
vieron por cosa milagrosa; y así lo lesliíicarcn y juraron. grande admiración de los que lo vieron y supieron, l'or
Este milagro l a n grande d e la incorrupción y e n - estos y otros innumerables milagros, juntos con la santi-
tereza del cuerpo d e san Francisco fué muy sabido y cier- dad de su apostólica vida, le canonizó el papa Grego-
to en !a ciudad de Ooa, y de allí s e extendió por toda la rio XV, año de 1622 á 12 de marzo ; y después de cano-
India. Pero dcmi'is de esto milagro obró nuestro Señor nizado, ha conlimiado en hacer nuestro Señor por su sier-
otros muchos por su intercesión dospues d e s u muerte: vo mihigros muy prodigiosos, como lo fué el que obró
porque dejando algunos que arriba quedan referidos; con el padre Marcelo Mastrille, al cual estando j a agoni-
cuando pasó el cuerpo del santo padre por Raticala, una zando por la herida de un pesado martillo, que cayendo de
mujer de Antonio Rodríguez, factor del rey, ( p i e se llama- muy alto le magulló la cabeza ; mientras le decían los r e -
ba María Señ an, y estaba de muchos meses enferma, h a - ligiosos de casa la recomendación del alma, se le apa-
ciendo oración delante de él, luego quedó sana. Tomó un reció elsanlo: preguntóle si quería salud: luego le dic-
pedacilo del cíngulo que usaba el santo: púsole en un r e l i - tó una fórmula de voto, en que se obligaba á ir á las
cario que traia al cuello; y con él sanó dos veces á un n i - ludias, repiiíeiido el padre Marcelo lo que el santo iba
flo hijo suyo; la primera de una liebre quele habla durado diciendo , y mandándole que pidiese á Dios el mar-
seis meses; y la otra de una apoplegía, y eufóá su mari-" lirio que el mismo santo habia deseado. Acabada la fór-
do de otra enfermedad, y á otros dos muchachos llaga- mula, le dijo el santo con semblante muy afable, que
dos, y libro á una criada suya que se estaba muriendo ya estaba sano. ¡ Cosa milagrosa ! Que aquella misma no-
de dolores d e parlo. Al tiempo que llegó el cuerpo á Goa, che que sucedió esto, se levantó ei padre Marcelo bueno y
estaba una señora, por nombre doña Juana Pereyra, mas s;mo déla cama: quitóse las vendas y paños de la c a -
muerta que viva, d e una enfermedad que por espacio de beza, la eüal hallaron sin rastro ni señal alguna de
tres meses la habia consumido: y sabiendo la procesión y la herida, ni de sus accidenles : el cabello que le h a -
rccibimienlo quesele hacia, no pudiondoporsu flaqueza ir bian arrasado para la cura , siihitamenle había crecido,
á verle, se encomendó con viva fé al santo; y luego sintió y ya estaba del mismo modo y forma que todo lo demás,
notable mejoría, y cobró entera salud y fuerzas. Muchos ni habia una mínima cicatriz en lodo aquel espacio. Kscri-
dolientes de graves y varias enfermedades, con solo tocar bió aquella misma noche lodo lo que le había pasado con
el santo cuerpo, ó la caja en que estaba, en los li es (lias el santo, que fué largo coloquio, A la mañana dijo misa en
que en Goa le mostraron al pueblo, quedaron sanos. la iglesia , oyéndola innumerable gente que concurrió 6
lín la misma ciudad de Goa, oslando Antonio Ro- esto con la fama de tan raro milagro : el cual sucedtó en
dríguez tan malo de los ojos, que no podía ver ¡ poniendo la ciudad de Ñápeles, el año 1 «!!;>. Parlió luego á las lu -
sobre ellos ta mano del santo difunto, luego cobró la vista. dias el pudre Marcelo en cumjilimiento de su voto , y en
Lo mismo sucedió á un sacerdote llamado Baltasar Diez, breve tiempo dió en el Japón su vida por Jesucristo con un
que estando muy apretado de una recia esquinencia, y s i n glorioso martirio , como largamente se dice en su vida-,
poder tragar cosa, con solo tocar el cuerpo del santo, co- donde (aiulm-n se declaian otras circmislaucias muy no-
bró salud. Un cristiano de los recien cenvertidos hubo tables del milagro referido.-'- otwhb r.í»'^ v.Um»mh.
ptM' gran tesoro la disciplina con q u e castigaba su cuerpo La muerte de este grande apóstol del Oriente fué (como
san francisco ; y por medio de ella Dios nuestro Sefior dió dijimos) en la isla de Sanchoan cerca de la Clima , á
salud á muchos enfermos, y obró grandes maravillas. A l - los I de diciembre del año del Señor de 1 , siendo él
gunas mujeres que se tenian por muertas, por no poder de cincuenta y cinco, y habiendo gastado en la India'diez
p a r i r ; con tocar solo algunos cabellos del santo, p a r i e r o H afios y casi siete meses. Fué muy llorado de lodos ¡os
y vivieron. En el Japón, muchos que eran atormentados cristianos de la India, por haber perdido lan grande padre
de los demonios, quedaron libres poniendo sobre s u ca- y maestro i pero el (pie mas la sintió , fué el serenísimo
beza un brevíai'io que habia sido de san Francisco: al rey del'orlugal don Juan I I I : porque demás que amaba
cual en toda la India tienen por su apóstol, patrón y a m - tiernamente al santo, como á persona que él había enviado
paro; y los portugueses cuando navegan (especialmenle á la India , reverenciábale como á santo : parecíale que
cuando van á la isla de Sanchoan, donde m u r i ó ) , le invo- era el mayor presidio y amparo que tenia en la India ; y
can, y se encomiendan á él. Y no solamente en la india, que fallando aquella columna tan (irme se habia mucho de
sino en toda la cristiandad se ha cstendido la fama de la enflaquecer. Mas sabiendo las heroicas y esclarecidas vir-
santidad y la devoción con su santa persona, y por medio tudes de este santo padre, y los muchos y grandes mila-
de ella el Scílor ilustra á su siervo co» nuevos milagros; gros que el Señor obraba por é l , determinó suplicar á la
porque en la ciudad É l Ebora, el padre León Ilenriquez, santidad del papa que le canonizase y pusiese en el catá-
redor d e la Compañía de J e s ú s , y el padre Andrés Ca- logo de los santos: y para poderlo hacer con mayor fun-
breda d e la misma Compañía, estando muy fatigados do damento, escribió una carta despachada á los 28 tic mar-
l)!GIEi>jBKE.
m 3.
lo, declaran imicho la eslima (pie el sumo ponlílice lenia
zo del aüü l'JSt;, á Francisco líai'ido, su viivy (k; la India,
de osle gran siervo del Señor.
en el que maiidaba (juc con yrau cuidado y diligencia h i -
Fué san Francisco grande de cuerpo y lleno y do m u -
ciese lomar información do la vida y muerle , virludes y
chas fuerzas : do rostro grave y suave : el color blanco y
milagros de-san Francisco, en los lugares de la India en
sonroseado : los ojos negros y claros: la cabeza bien pro-
(¡uc anduvo, y examinar ¡os lesligos (jpe le (•(niticieron y
procionada : la nariz mediana : la barba negra : el sem-
Irafcaron, y recibir sus dichos con juramcnlo, y enviarle el
blante alegro, vivo y autorizado : traía el cabello con g a r -
liroceso cerrado, (irmado de su. mano , y sellado con su
ceta , y una media loba pobre , limpia y sin manteo , por
sello. l o d o s o hizo como lo. mandó el rey ; atmijne en so-
conformarse con los otros sacerdotes pobres y con el uso
los cna'ro logares de la India , que fueron (ioa , Cochin,
de la tierra. Su vida escribierun do propósito el P. Hora-
Uazain y Malaca.
cio Turselino en sois libros en latín, y el P. Juan de Luee-
Tam'oien con la mucrlcdel mismo sanio padre cesó su
na en diez, en pcrlngués ¡ el P. Üernardíno Ginnaro en su
venida de La India á Portugal , como san Ignacio lo habia
Javier Oriental, parle segunda ; y los PP. Luis de tiuz-
Iralado: porque viéndose esle santo viejo y cargado do
mau en la Historia castellana do las misiones de la Com-
enfermedades, y juzgando por su Immildad que no (enia
pañía en la India Oriental, y el P. Juan Pedro Mafeo,, en
caudal bastante para gobernar la Compafna ;leniendole
la que do las cosas de la ludia compuso en lengua latina,
Uní g l a n d e ) , quiso descargarse del cargo de prepósilo
traían iargamente de la vida y virtudes y hazañas do san
general, y echarle sobre los hombros de san Francisco,
FrancL-co Javier; y por mucho que algunos de ellos se
para que, como varón lan esclarecido y aposlólico , ilus-
alargan, lodo os corto para lo que se puede decir ; porque
trase con su presencia las partes y provincias de Poniente,
cicrlo es cosa que espanla el considerar el ánimo y espi-
como habia alumbrado con su predicación las de Oriente,
rúq con que este bionaveninrado padre, solo, pobrecito, y
y honrase y amplificase, con su gobierno la Compañia :
á los ojos de la carne menospreciada y v i l , acomelió la
porque asi como san Francisco eslimaha, obedecia 3 reve-
conquista nó do una ciudad, pro\¡iic¡a ó reino, sino de un
renciaba á san Ignacio, y á boca llena le llamaba gran
nuevo mundo : nó para sujetarle con las armas, y hacerle
santo , y con todas sus fuerzas le procuraba imitar ; así
tributario á su rey, sino para sacarle del canliverio de Sa-
san Ignacio conocía los raros dones y admirables virludes
tanás, y restituirle á su verdadero y antiguo Señor, j Que
del sanio, y le amaba como á hijo regalado, y como a vivo
inmensidad do mares navegó 1 ¡ Cuántos y cuán peligro-
refrato y semejanza de sí mismo; cspecíaluienlcsabiendo
sos fosos atravesó ! ¡ Q u é tierras, qué de naciones, qué de
el amor y zelo que ienia del bien de la Compañía que le
genios exirañas, iulunnanas y bárbaras alumbró! ¡En
quería encargar, que fue lanío, que u i los mayores peli-
cuántas parles remotísimas colocó el eslandarlo de la san-
gros y tormenlas se encomendaba á los sanios de la Com-
lísima cruz, y con ella espantó á h s. demonios ! Hizo tem-
pañía que están en el cíelo, y todos sus hueñi s sucesos
blar al infierno : sacó la pre.-a do las garras de Sabinas; y
los atribuía á ' a ^ oraciones de ellos, y de los padres (pie
arompariado de innumerables olma0, que el habia ganado
acá vivian en la tierra , como lo dice el mismo sanio en
para el Señor , victorioso y glorioso se fué á gozar del
una carta por oslas palabras : «Muchas veces Dios nues-
que liabia peleado en él. y vencido por el. De Alejandro
tro Señor me ha dado á senlir deniroen mi alma, de cuán-
.Magno escriben algunos historiadores, que oyendo decir
tos peligros corporales y espirituales trabajos me tiene
(pie bahía mm bos mundos, lloraba y so onlrislccia , por-
guardado por los devolos y continuos sacrificios y oracio-
que él aun no habia conquistado uno entero ; porque lodo
nes de lodos aquellos que debajo déla bendila Compañia
lo que habia ganado era poco para su codicia y ambición.
de Jesús nyülan , y de los que están ahora en la gloría
Pues con cuánta mas razón nos podemos nosolros maravi-
con mucho triunfo, los cuales ejj esta vida mililaron y fue-
llar del ánimo y valor divino do san Francisco Javier:
ron de la Compañía. Esta cuenta os doy , carísimos en
el cual sabiendo por la lilosofia n a t u r a l , (pío no hay sino
Crisio, padres y hermanos, de lo mucho que os debo, para
un mtimlo, y por la crisliana y celestial , que lodos los
que me ayudéis á pagar lodo lo (pie yo solo, ni á Dios ni
bombres que hay en é l , de cualquier estado y condición
á vosotros puedo. Cuando comienzo á hablar de la sania
que sean, fueron criados por la benignidad del Señor, para
Compañía de Jesús, no sé salir de tan deleilosa comunica-
que le adoren, y sirvan y reconozcan por su libertador y
ción.» Todas oslas son palabras de san Francisco , escri-
Iledenlor á Jesucrísío , su hendilísimo Hijo ; abrasado de
tas en una caria. Pero volviendo á lo <¡m habernos dicho,
vivas llamas de amor do osle Señor, bollando y poniendo
con esle íníenlo san Ignacio le escribió y ordenó que v o l -
debajo de sus pies lodo lo que en esle mismo mundo
viese á Portugal, para á su tiempo llainái lo á i¡oma y r e -
aprecian v eslíman, se desterró de su palria y naluraieza,
nunciarle el cargo de prepósilo general; mas cnando'lli-ó
y armado solo do Dios, que le guiaba, se fué á conquislar
la carta de san Ignacio á la India, ya san Francisco oslaba
|as almas de genios tan incultas, y naciones lan bárbaras,
gozando en el cíelo de Dios ; y era lan grande la fama y
y hombres tan perniciosos, crueles é inhumanos, que m u -
opinión de su santidad, no solamenle en ioilas las provin-
cbos do ellos mas parecían bestias Goras, que hombres; y
cias y naciones de la India, y en el reino de Portugal, sino
esto con tan insaciable sed de su bien de dios, que todo el
en loda Europa, parlienlarmenle en liorna, que en (os [to-
nniverso mundo era eslrecbo y angosto para su ancho y
cos días que vivió en el pouliíicado el sumo poníííico Mar-
fervoroso corazón ; y con lan grande espíritu y constancia,
celo, II déosle nombre, cnlendiendo que san Francisco
que en los trabajos hallaba descanso, en los dolores rega-
por órden de san Ignacio habia de venir de la India á Por-
lo, en los peligros seguridad , en las lempestades puerto,
lugal, y do allí á Uoma, dijo á mía persona muy grave: Si
en la guerra paz, y en la muerte vida : porque conocía el
llegare á Porlugal, 110 será menester para que" lo veamos
valor de la sangre que derramó Dios en una cruz, y la es-
que venga á Roma, ponjue nosotros iremos á verle á Por-
tima que se debe hacer de una alma, por la cual murió el
tugal : que aunque son palabras dichas con cncarocimíon-
i m L \ LEYENDA DE ORO. DIA 3.
Autor de la vida. Grandes y muy alabadas son las Imañas el rio Tiber, y sus hijos y soldados fueron degollados en
de los valerosos soldados y esforzados capitanes,que des- medio de una plaza de Roma. A H i l a r i a , que después de
cubrieron y conquistaron con sus navegaciones y armas haber enterrado á sus hijos estaba haciendo oración sobre
este nuevo inundo , y con poca gente sujetaron tantas y su .sepulcro, la prendieron los paganos y á manos de estos
tan extendidas provincias y reinos en las Indias orientales murió en el Sefior, también con la corona de los mártires.
de Castilla: pues nos dieron noticia de muchas cosas que Sucedió esto el aíio 282.
no sabíamos : enriquecieron nuestros reinos con el oro y SAN CASIANO, MÁRTIR.—KA este dia padeció por la fé do
plata, con las perlas y piedras riquísimas, con las espe- Cristo el notario que escribía el juicio quo Aurelio A g r i -
cierías, medicinas, y con otra inQnidad de mercaderías que colano hacia del glorioso san Marcelo. Llamábase el n o -
nos vienen de las Indias , amplificaron el imperio de sus tario Casiano. Habiendo éste visto la serenidad y cons-
reyes, ennoblecieron é ilustraron sus naciones; y pusie- tancia del santo centurión en aquel tribunal, y la rabia y
ron sus trofeos en los Ultimos confines de la tierra : pero furia con que el presidente, vencido de las reípuestas que
¿cuánta mas alabanza y gloria merece nuestro santo y le daban, prorumpia en expresiones desatinadas , así que
glorioso capitán, que solo y nó acompañado , desarmado oyó la sentencia que se le dictaba contra Marcelo , arrojó
y uó con armas y ejércitos , movido de zelo puro de Dios, el códice y la pluma, negándose á escribir cosa tan detes-
y nó de ambición y codicia, con tanta pobrezay desnudez, table. Al ver esta acción se pasmaron lodos los cireuns-
con tantos peligros é incomodidades, con tanta ansia y lanles; pero san Marcelo, conociendo por divina inspira-
ardor discurrió por tantos reinos y provincias , nó para ción que Casiano debia ser compañero suyo en el m a r t i -
destruirlas, ni para robarlas, ni para sujetarlos por fuerza rio, mostró en el rostro la alegría de su corazón. El presi-
de armas, ni quitarles la libertad, sino para hacer verda- dente se levantó de la silla con gran cólera, y preguntó á
deramente libres á los que las habitaban, y sacarlos de la Casiano por qué causa habia arrojado al suelo el códice y
servidumbre del pecado, y de tal cautiverio de aquel t i - la pluma, y el santo contestó que no tenia otro motivo que
rano , á quien adoraban en la piedra y en el barro, la execrable sentencia que acababa de oir contra Marcelo.
y en el palo y en las obras de sus manos; y como Mandó en seguida el juez que le pusiesen en la c á r c e l , y
hombres tan sujetos y oprimidos de tan cruel tirano, v i - habiendo llegado el dia 3 de diciembre , se examinó su
vían como bestias en abominables y enormes torpezas, causa y fué sentenciado á muerte, cuya sentencia se eje-
j Cuánto va del cielo á la tierra I ¡ De los sacramentos cutó el mismo día.
divinos á los tesoros temporales ! ¡ De las medicinas del Los SANTOS CLAUDIO, C u i s m , MAGINA, JUAN y ESTÉBAN,
alma á las del cuerpo ! ¡ Déla felicidad eterna á esta m o - MÁRTIRES.—Solo sabemos que murieron degollados en
mentánea ! ¡Del ser hombre al ser bruto 1 ¡ Del ser cris- África, en una de las primeras persecuciones de la I g l e -
tiano al ser i n f i e l ! | Del ser hijo de Dios al ser esclavo del sia. Los nombres están continuados en este dia en el Mar-
demonio I i Del gozar para siempre de la gloria y vista tirologio romano.
del sumo Bien, al estar en las penas horribles y sempiter- SAN AGRÍCOLA, MÁRTIR.—Tampoco deesle sanio sabemos
nas! ¿Hay entendimiento que lo pueda comprender , ó sino que fué martirizado en la Tanonia. Según el cardenal
lengua humana que lo pueda explicar? Pues esta misma Baronio, constaba su martirio en un manuscrito que so
diferencia hay entre los bienes que san Francisco Javier perdió.
hizo á los pueblos que conquistó para Cristo , y los quo Los SANTOS AMBICO, VÍCTOR Y JULIO, MÁRTIRES.—Eran
los otros conquistadores hicieron , á los que ellos vencie- estos santos de Nicomedia, donde padecieron terribles
ron y sujetaron á sus reyes y seOores , de los cuales suplicios por no querer renunciar á sus creencias c r i s -
por su conquista muchos quedaron destruidos y aso- tianas. Su muerte sucedió en el siglo IH, y ántes y des-
lados. pués de ella, obró el cielo por su mediación muchos m i -
* SAN SOFONÍAS.—Eslesanlo, que es el noveno éntrelos lagros.
profetas menores, profetizó C24 años antes déla venida de SAN MARODES, OBISPO Y neimssdit.—Parece que fué con-
Jesucristo, esto es en tiempo del rey Josías. Consta supro- sagrado obispo de Milán el año 268. Ocupóse sin descanso
fecía de tres capítulos y está escrita en hebreo, y se d i r i - en la propagación de la fé, y en preservar á sus ovejas
ge principalmente á exhortar á los judíos á la penitencia, de la peste de los herejes. Su largo pontificado, que duró
anunciar la destrucción de Nínive, y después de haber cerca de cincuenta años, según Aste, fué ilustre y glorio-
fulminado terribles amenazas contra Jcrusalen , concluye so para la Iglesia, que en los tiempos do m a j o r tribula-
con consolantes promesas, hablando de la vuelta de la ción, vió siempre á Marodes hecho el apoyo, el amparo y
cautividad, del establecimiento de una nueva ley , profe- el confortador de todos los cristianos. Murió en paz en
tizando la vocación de los gentiles, y los progresos de la medio de su rebaño, y su memoria ha sido siempre en
Iglesia de Jesucristo. Su estilo, según lo ncla Feller,«srauy bendición. San Ambrosio habia de él en distintos lugares
parecido al de Jeremías. de sus obras.
Los SANIOS CLAUDIO, HILARIA, JASON, MAURO , T SESENTA SAN SOL ó SOLO, ERMITAÑO Y CONFESOR.—Inglés de n a -
SOLDADOS, TODOS MÁRTIRES.—Claudio é Hilaria eran espo- ción, siguió á san Bonifacio á Alemania en calidad de d i s -
sos, y Jason y Mauro hijos suyos. Claudio era tribuno r o - cípulo suyo, fué imitador de sus virtudes y mereció ser
mano y en calidad de tal tuvo que asistir con sus solda- elevado ai sacerdocio. Sintiéndose después inclinado á v i -
dos al martirio de ios santos Crisanlo y Daria. Al ver la for- da mas peefecta, consultó con su maestro, quien le acon-
taleza invencibledelosdosatletascristianos, todos los santos sejó que se retirase á una soledad de Alemania. Encerróse
de que hablamos confesaron públicamente el nombre de pues en una pequeña celda, donde enteramente separado
Jesucristo. A Claudio por órden directa del emperador del comercio y trato con los hombres, no se ocupaba mas
Numeriano le ataron una piedra al cuello, y le echaron en que en la oración y en las prácticas de la penitencia.
DIA 4 DICIRMimE. 501
Asi pasó muchos ¡iftos, venerado de nianlos le conocían pureza virginal y lomarle á él por Esposo, dando de mano
y consuUaban, pero siempre inaccesible á la lisonja y á Us á lodos los gustos y deleites delacarne. Andando el tiem-
alabanzas que le prodisaban. El emperador Carlo-Magno po, quísola su padre casar, porque se le ofrecieron m a r i -
leírató con mucha eslimacion, y muchos grandes perso- dos ricos, nobles y principales que la pedian por mujer;
najes vivieron bajo su dirección. El sanio ermilaño murió mas ella no lo quiso ser de ninguno, y respondió á su p a -
el año 190 y su culto fué autorizado en 830 por el papa dre, que no era razón que se casase con hombre mortal la
Gregorio IV. que tenia ya inmortal Esposo, y por los gustos del m a t r i -
SAN BHINO ó BCUINO, OBISPO Y CONFESOR.—Era sacer- monio perder los enlrelenimienlos y dulzuras de su espí-
dote de Roma cuando pidió permiso al papa Florencio I ritu. Determinó su padre hacer ausencia de su casa, es-
para ir á predicar el Evangelio á los idólatras de la Gran perando que su hija poco á poco se ablandaria y condes-
Hrelafla. El ponlílice alabó sn celo y le consagró obispo, cendería á su voluntad. Mandó hacer un baño para su hija
enviándole en seguida á aquellas misiones. Birino d e - y en él dos ventanas que le diesen luz; y partióse de su
sembarcó en el reino de los sajones occidentales, don- patria y estuvo muchos dias fuera de ella. La sania don-
de convirtió un gran número de paganos, entre ellos al cella bajando un dia á ver la obra del baño, mandó que
rey y muchos cortesanos. El santo apóstol fijó su residen- se hiciesen en él tres ventanas en reverencia de la sanlísi-
cia en Oorchesler, fundando muchas iglesias on lodo el ma Trinidad, y nódos, como lo habia ordenado su padre;
pais y obi ando innumerables conversiones, muriendo el y derramando lágrimas de sus ojos, que como perlas
afio 050. preciosas caían en la fuente, se llegó á un pilar de már-
SA\ LICIO, REY Y CONFESOR.—El ano 182 de Jesucristo, mol que allí estaba : hizo con el dedo la señal de la cruz
era Lucio rey deunaregión de Inglaterra. Habiendo llega- en é l , y quedó tan señalada é impresa en el mármo'
do á su noticia el establecimiento de la religión ci i-tiana, como si fuera de ebra; y después permaneció con gran-
escribió al papa san Eleulcrio, pidiéndole que le procurase de admiración de los (pie la vieron, y lodos los que entra-
medios para conocer el Evangelio. Beda dice, que el pon- ban en aquel baño estando enfermos, sanaban de sus d o -
tífice le envió misioneros , y que los bretones profesaron lencias.
desde entonces el cristianismo hasta el reinado de Diocle- Hecibé esto, viendo la sagrada vírgen los ídolos que allí
ciano. Por consiguiente, Lucio fué el primer rey cristiano tenia su padre, dando suspiros y lastimosos gemidos de
de Europa. Algunos liistoriadtres aseguran queelsanlorey lo mas íntimo de su corazón, los escupió y dijo: Semejan-
abdicó después la corona y que se fué á pie licar la fe á la tes sean á vosotros los que os adoran y tienen por dioses,
Alemania; pero Buller, que habiu examinado bien todos y confian en vuestros favores y ayudas. Volvió de su j o r -
los documentos antiguos de su pais, dice que semejanto nada Dioscoro: halló tres ventanas donde él habia man-
opinión carece de fundamenío, y que el san Lucio que se dado que se hiciesen dos, y la señal de la cruz escul-
venera como fundador de la Iglesia de Coira, no es el san pida en aquel pilar de m á r m o l : quiso saber de su m i s -
Lucio de que aquí hablamos. Se ignoran las demás circuns-
ma hija la causa de aquella novedad; y ella sin Imbarse
tancias de la vida y muerte del sanio rey, pero se supone
punto, con gran libertad le declaró lo que pasaba; y de
que después de una vida empleada en favorecer los inte-
aquí tomó ocasión para predicar la fé de Cristo y el mis-
reses de la religión, murió en la paz de Dios.
lerio de la santísima Trinidad, y el do nuestra redención
SAN GAÍ-CANO, ERMITASO Y CONFESOR.—Floreció en Italia que el Hijo de Dios obró, muriendo por nosotros en la
durante el siglo X I . Vivió muchos años como sepultado en cruz.
una soledad cerca de Siena su patria, entregado á todas No so puede creer el furor, que oyendo esto cobró Dios-
las austeridades de la penitencia, y murió glorioso en m i - coro entendiendo que su hija Bárbara era crisliana, y que
lagros, en 1181. por esto no se habia querido casar: y parte por el celo
falgo que él tenia á sus dioses, y parle por lemor de no
DIA 4. perder sus grandes riquezas si viniese á oidos del empe-
rador, sollo la rienda á su mala condición colérica y cruel
SANTA BÁRBARA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—En el tiempo que naturaleza; y olvidándose de que era padre y vistiéndose
Maximino imperaha en Oriente, hubo en la ciudad de N i - de persona de tirano, puso mano á una espada paraecbár-
comedia un caballero noble, rico y poderoso, llamado Dios- sela por el cuerpo de su hija.
coro, pero hombre feroz y cruel, y mny dado al culto y Mas la santa doncella se apartó de allí y se huyó de su
adoración de sus falsos dioses. Tenia este caballero una presencia; porque Dios la guardaba para mayores victo-
sola hija llamada Bárbara, de extremada belleza y de muy rias y mas glorioso triunfo. Pero yendo tras ella el padre
contrarias costumbres á su padre: el cual, temiendo que (ó por mejor decir) el cruel verdugo, y andando ya en su
algunos, que no le estuviesen bien, proourarian casarse con alcance, una peña se abrió sübilamenle por virtud de
ella por su grande hermosura y muchas riquezas, la e n - aquel Señor, á quien todas las criaturas obedecen, y por
cerró en una torre donde habla mucha comodidad de apo- ella pasó y se guareció la santa vírgen: aunque visto este
sentos y regalos, para que, apartada de los ojos de los milagro, no se ablandó su padre porque era mas duro (pie
bombres no fuese codiciada de ninguno. Holgóse mucho la misma piedra; ántes sabiendo que iba huyendo, por
la doncella de este encerramienlo por su rara honestidad indicio de uno de dos pastores que la vieron, la siguió y
y porque era amiga de soledad y quietud, y allí estaba la alcanzó, y como un león bravo le dió muchas coces y
desviada de lodo bullicio y tráfago, y se podia ocupar en pttftaddS y golpes, y la arrastró por los cabellos por l u g a -
la coníemplacion del cielo y da la tierra y de todo lo c r i a - res fragosos y ásperos, y la encerró en una casilla, p o -
do. Fué lanío lo que Dios obró en la santa virgen en aque- niéndola guardas y cerrando y sellando la puerta: y para
lla tone, que se determinó á guardar perpeluaracnlc su ! mas vengarse de ella y mostrar él celo que tenia de h
im LA LEYENDA DE ORO. DÍA i.
honra do sus diosiíü, dió orden COUJO fuese presa y 11c- ¡ la saala virgen, y atemorizar á las otras doncellas cristia-
\;ula dolaiile de Marciano, presidente, avisándole él inis- nas con su ejemplo, que la sacasen por las calles publicas
IUO (jnc era cristiana, y pidiendo que se ejecutasen en ella desnuda y (pie la fuesen dando crueles azotes: y ella, al
las leyes puestas por los emperadores contra los cristia- tiempo que se ponía en ejecución esle cruel mandato, l e -
nos. Fue tan extraña y bárbara su fiereza, que hizo j u - vanló los ojos a! cielo y d i j o : Hey(y Señor mío, que con
rar al presidente, que no perdonaria á su hijo, sino que los nubes cubres los cielos y la tierra con la oscuridad de
la trntaria con lodo rigor hasta hacerla morir á puros tor- la noche, ten por bien de cubrir la desnudez de mi c i K T p u ,
mentos. ¿Adonde no llega la maldad de un hombre de- para que los ojos de los infieles no le vean y blasfemen tu
samparado de Dios, pues e! padre se olvidó de serlo, y se santo nombre. Oyó su petición el que no sabe negar a
desnudó del efecto tierno que suelen tener aun las fieras sus siervos lo que le piden en sus trabajos, y cubrió el
para con sus hijos? Traida la sania virgen al tribunal de cuerpo de la limpia virgen con una irntravillosa c l a r i -
Marciano, comenzó él á halagarla y á acariciarla, y á dad á modo de estola ó ropa larga, desde la cabeza has-
persuadirla con blandas palahras que dejase aquella vana la los piés, de manera , que no pudo ser visio de los pa-
superstición y locura; mas como hallase el pecho de santa ganos.
Bárbara mas fuel le 6 impenelrable (pie una roca, y (pie Volvieron al presidente, y vista su constancia, la mandá
armada con el espírilu del cielo resislia á todos los asallo.í degollar. Uabia estado presente á todo este espectáculo
del iutierno, trocando la suavidad fingida en severidad y Dioscoro, su padre, relamiéndose como tigre en la sangre
crueldad verdadera, la mandó desnudar y azolar cruel- de su bija ; y endurecido mas con sus tormentos, pidió al
mente con azotes de nervios de bueyes, y fregar con un juez que le dejase á él ser verdugo do su hija, y darla por
áspero cilicio las llagas y heridas de su cuerpo, que que- su mano la muerte. ¡O corazón de padre, dónde eslás'.
dáhin abierto y lastimado, que por todas partes corrian Fuéle concedido. Lleváronla fuera de la ciudad á un monte,
de él arroyos de sangre. Después de este tormento la echa- y allí se puso de rodillas santa Bárbara, é hizo una devola
ron en la cárcel donde le apareció á media noche su espo- oración á Dios, dándole gracias por haberle ¡raido á aquel
so Jesucrislo, resplandeciente con inmensa claridad, y la punto, y suplicándole que otorgase los bienes (pie ie pidie-
animó y certiliró que eslaria siempre á su lado, y que la sen todos los que en su nombre le invocasen. Bajó una voz
lendí ¡a dehajo de sus alas y amparo, de manera, que no del ciclo que la llamaba á recibir la corona, y la promelia
pudiesen prevalecer conlra ella ledas las invenciones y que se cumpliria lo que ella babia suplicado; y con esto
crueldades de los tiranos. inclinó la cabeza delanle de su padre, y él levantó la es-
Con estas palahras que la dijo el Señor, quedó lan sana pada y se la corló. Murió con ja santa virgen olí a piadosa
de todas las llagas y heridas, como si nunca las fypbkra mujer, llamada Juliana, la cual viendo la paciencia y ale-
tenido en su cuerpo, y muy alegre y confortada para to- aría con que santa Bárbara padecía sus tormentos, y en
dOi los lomienlos (pie la quisiesen dar. Otro dia fué lleva- ellos era de Dios consolada, y (pie con la cárcel la habla
da á la segunda audiencia delante del presidente: el cual, sanado sus llagas, la movió de tal manera á imitarla y
como la vió tan sana y tan entera, habiendo visto el dia seguir sus pisadas, muriendo por Crisío, (pie dió señas do
antes su cuerpo hecho una llaga, quedó pasmado y como ello; y el juez la mandó prender y atormentar, y corlar
fuera de sí, y atribuyendo el milagro del verdadero Dios á los pechos, y finalmente degollar en compañía de la g l o -
la piedad de sus falsos dioses, tentó otra vez (aunque en riosa virgen santa Bárbara, y con ella recibió la coronal
vano) á la santa virgen, persuadiéndola que reconociese del martirio.
aquella benignidad que los dioses hahian usado con ella, Mas para que se vea la justicia del Señor, y cuán dife-
y que como á tales los reverenciase y adorase. Mas como rentes son los fines de los buenos y de ¡os nudos: el des-
ella respondiese con la constancia y valor que á esposa es- venlui ado Dioscoro é indigno del nombre de padre de san-
cogida de Oisloconvenia; enojado el presidente, mandó ta Bárbara, después que con sus manos la dió la muerle,
á dos verdugos, hombres valientes y de grandes fuerzas, quedando muy ufano y contento por haberse vengado de
qu« con peines de hierro rasgasen los costados de la san- su hija, y ofrecídola en sacrificio á sus falsos dioses, v o l -
ta doncella, y después de rolos y carpidos, poner hachas viendo del monte á su casa, un rayo del cielo súbilamenle
encendidas, y con un martillo dar muchos golpes en su le mató, y le privó de la vida temporal y de la eterna; y
santa cabeza. Estaba la bienaventurada virgen en medio lo mismo aconleció al presidente Marciano.
de eslos tormentos con el corazón y con los ojos puestos en Los cuerpos de sania bárbara y de santa Juliana recogió
el cielo, y hablando amorosamente con su Esposo, le de- un varón religioso y pió, llamado Valenciano, y los coloco
cía: O buen Jesús, bien ves el socrclo de mi corazón y sa- con cánticos y salmos honoríficamente en un lugar llamado
bes que en tí tengo mi esperanza: no me dejes, Señor, de Gelasio, donde el Señor por.su intercesión obró grandes
tu mano piadosa; porque sin tí soy muy flüca, y contigo milagros. Fué el martirio do santa Bárbara<á ios í de d i -
todo lo puedo. ciembre, en la persecución de Maximiano. El martirio de
Pasó la crueldad del tirano mas adelante, y mandó cor esta gloriosa virgen escribió san Juan Damasceno y Arse-
lar los pechos con agudos cuchillos á la santa virgen, la nio, y de ellos la sacó Pedro Galesinio, protonolario apas-
cual padecía gravísimo dolor en aquel tormento, mas con lólico: también la escribió el Metafraste; y ¡a una vida y
el amor mas grande que (enia al Sefior y el deseo de pa- la otra se hallan en el vi lomo del P. Fr. Lorenzo Surio : y
decer por él, todos los dolores se mitigaban y se hacian todos los Martirologios hacen mención de elia, y los grie-
sabrosos: y para llevarlos con mayor fortaleza y alegría, gos celebran su tiesta y la llaman la esclarecida mái'ljr
invocaba el favor del Señor, y con el Real Profeta decía: Bárbara. Pero adviérlase que no lodos los aulores concucr-
'<Ni) desvies Dios mió, de mí luroslro, y tu espíritu divino dan en el lugar en que padeció: porque el Metafraste y
no le apartes de mí.» Mandó el tirano para avergonzar á Mombricio dicen, que padeció en Heliópotis, y Adon, (pie
DIA 4. DICIEMBRE. 503
en Toscana : pero lo mas cierto es, que fué en Nicomodia, mandia, hijo de los condes de Séez. Abrazóla carrera m i -
cómese lia dicho. También algunos se engañan, pensando litar y siguió á Guillermo el Conquistador en su expedi-
que el martirio de sania líárbara fué en tiempo de M a \ i - ción á Inglaterra. En recompensa de sus servicios, fué
miano; pero no fué sino en tiempo de Maximino, que su- nombrado conde de Dorsct. Supo enlazar la santidad de
cedió en el imperio á Alejandro Severo (comolo alirma fe) vida á todos los deberes de cortesano, de oficial y de m a -
Martirologio romano), y algunos dicen que fué enseñada gistrado, pues fué algún tiempo gran canciller de I n g l a -
por Origenes en las sagradas Letras. Es particular abogada terra. Pero ni las dignidades ni los honores comentaron
sania Bárbara contra los iruenos y rayos: con los cuales nunca á aquel corazón que solo se gozaba en Dios. Retiró-
parece que quiso nuestro Señor castigar á su padre y al se, pues, del mundo y abrazó el estado eclesiástico, y al
inicuo juez que la condenaron y mataron. poco tiempo sus virtudes y s u s talentos lo hicieron colocar
Un insigne milagro reliere un sacerdote, llamado Teodo- sobre la sede episcopal de Salisbury, en 1078. Desde e n -
lico, porcayas manos pasó el año de 1448, en una villa lonces ocupado en la salvación de las almas y en su pro-
de la isla de Holanda, llamada Gorco, y le trae Fr. Loren- pia santificación, fué un pontífice grande, según el corazón
zo Surio, do un hombre que era muy devoto de esta san- de Dios, un verdadero sucesor de los apóstoles, hasla que.
tísima virgen, por haber entendido que lodos los que en mnrió el año 1099.
vida lo eran, no moririan sin los santos sacramentos. Es- SAN ANNON, OBISPO Y CONFESOR.— En su juventud s i -
lando, pues, este hombre, que se llamaba Henricn, dur- guió este sanio la carrera de las armas; pero des-
miendo, se pegó fuego de improviso en la casa donde os- pués, tocado de la gracia, dejó el mundo y abrazó el
laba, cen tal incendio (pie por ninguna manera pudo es- estado eclesiástico. En 103(! fué elevado á la silla episco-
capar : y estando cercado por todas parles de las llamas, pal de Colonia, venciendo por fuerza su humildad, que le
y ardiendo su cuerpo en ellas, lavo mas pena de morir sin hacia considerarse indigno do aquel pueslo. Su caridad
sacramenlos, que de la misma muerte lan atroz que tenia con los pobres, sus cxlraordinarias penitencias, sus oracio-
presente. nes y su zelo lo hicieron agradable á Dios y á los h o m -
Acordóse de santa Bárbara : invocóla: pidió su favor y bres, y cuando murió el emperador Enrique 111, fué Annon
suplicóla, nó que no muriese,sino que no muriese sin reci- nombrado regente del impei io durante la menor edad de
bir los sacramentos de la Iglesia. Aparecióle luego la vir- Fm iqae IV. Fué admirable en el gobierno de la Iglesia y
gen, y con el manto apagó las llamas de aquel incendio, del eslado, y murió santamente en Colonia el dia i de d i -
y sacólo y púsole en lugar seguro, y díjole, que por la ciembre del año 1072.
devoción que había tenido con ella, Dios le habia dado SAN MAMITAS, OBISPO Y CONKKSOR.— Este sanio, uno de
plazo de la vida hasta la mañana signienle, para que se los mas ilustres doctores de la Iglesia de Siria, fué obispo
confesase y comulgase, y recibiese la extremaunción: y de Martirópolis, ciudad de Mesopolamia, fronteriza al reino
r.sí fué, estando todo el cuerpo del pobre hombre de tal de Fersia. Escribió las actas de los mártires que murieron
manera de pies á cabeza quemado, que mas parecía su f i - en dicho reino durante la persecución de Sapor, desde el
gura do un hombro asado, que de hombre vivo; y él contó a ñ o ¡fiO al 380, y compuso además muchos himnos y
á todos los que coiicurrian á ver este milagro, la merced otros discursos en alabanza dolos mártires. El Martirologio
que Dios le habia hecho por inlereesion de sania Bárbara, romano dice que restauró en Persia l a s i g l e s i a s d e s t r u i d a s
exhortándolos á tener con ella grande devoción y servir durante la p e r s e c u c i ó n . El emperador Teodosio el Jóven
al .Señor, que por aquel camino lo habia querido salvar; y depositó su confianza en el santo prelado, y por dos v e c e s
el mismo sacerdote que le confesó es el que reíiere el conserntivas lo envió de embajador á la c o r t e de I s d t g u -
HatítffíOvbíUdqií'íi gttfií. MKMM| col U* 4(ipii»q t>. opí,' US des, rey de Persia, que también le veneró como á un
* SAN TKÓFANKS T SUS COMPASUHOS, MÁRTIIIES.—Todos hombre enviado de Dios. Los magos de aquel pais, temien-
eran sirvientes del emperador León el Armenio, d j este do la confianza que el principe depositaba en san Marolas,
hoiiibie lan enemigo de! culto de los santos; y por no levanlaron contra este calumnias infames, de las cuales
querer obedecer sus mandaíos sobre este punto, fueron triunfócon su paciencia y por medio déla virtud milagrosa
mai lii i/ados en Constanlinopla, el año 780. que el ciclo le comiiiiicaba. Después de haber hecho m u -
S w M;aciao, OBISPO Y CONFESOR. — Este santo, celebre cho bien á la Fersia, volvió el memorable obispo á su d i ó -
en la lgle>ia oriental por su ilustre sabiduria y virtud, llo- cesis deMesopotapiia, publicó varios tratados sobre el dog-
reció en el siglo l i ¡ y fue obispo del l'onlo. Durante la per- ma y la disciplina de la Iglesia, y murió santamente á
secución de Diocleciano, sufrió muebos trabajos por cansa mediados del siglo V.
de la fé; pero no .pudo alcanzar la gloria del marlirio SAN C n i A v o , ó SICIIRANO, ABAD.—Nació de distinguida
San nasilio en el capitulo 2!) de su libro lindado de Spirilii familia en Berri y se educó en la ciudad de Tonrs Fué
¿anclo hace un magniüco elogio de este grande obispo, coperp del rey Ciolario I I , y entre las grandezas de la
alabando principalmente la inocencia de su vida y su p u - córte practicó todas las virtudes de un solitario. Cuando
reza de cosiumbres. Murió, segan Baronio, el año 287 se trataba de casarle, hizo voto de perpetua continencia,
SAN FKLIX, OBISPO Y CONFESOR.—Ferrarlo dice, que nació recibió la tonsura clerical, f u é nombrado arcediano de la
en Italia, que se dedicó al estudio de las sagradas Letras catedral de Tonrs, y después de haber sufrido muchos
y ([ne en tiempo de san Ambrosio fué diácono de la Iglesia conlraliempos y disgustos, rompió enteramente con el
dn Milán. De aquí pasó á Bolonia, de cuya ciudad fué el ninmlo, repartió sus bienes á los pobres, y se retiró al ter-
quinto obispo, mereciendo ser contado entre los pastores ritorio de Berri donde fundó dos monasterios. En uno do
que mas trabajaron contra los an-ianosyconiralosestra-os ellos, el de Lourey, f u é Cirano abad muchos años hasla
de los godos. Murió saulamenle elafío 398. su dichosa muerte, sucedida el 637.
SAN OS.MLÍ.NDO, OBÜPO Y CONFESOU.—Fué natural de Ñor- SAN CLEMENTE DE ALEJANDRÍA, DOCTOR DE LA IGLESIA.—
504 LA LEYENDA DE ORO. DIA 5.
Llamóse Tito-Flavio Cloraenle, y nació en Atenas. Empezó Concertáronse despnes los lios, y quisiéronle sacar del
sus esludios en Grecia, los continuó en Italia y los acabó monasterio, para que gozase de su hacienda y de los gus-
en Egipto. Viajó por Europa, siempre instruyéndose, y al tos del matrimonio; mas él estaba ya tan abrazado con
fin, de filósofo platónico, se convirtió á la religión cristiana, Dios y tan encendido en su amor, que por ningún camino
de la cual fué uno de los mas grandes é ilustres doctores. le pudieron apartar de su santo propósito. Dábaseá todas
Trabó estrecha amistad con san Panteno, que dirigia e n - virtudes, procurando esmerarse en cada una de ellas, y
tonces la célebre escuela de Alejandría, en cuyo cargo le especialmente en la abstinencia y victoria de la gula. Un
sucedió Clemente el año 190. Su reputación de sabiduría dia estando trabajando en la huerta del convenio vió en un
fué universal, y contó entre s u s numerosísimos discípulos, árbol muy lindas y sabrosas manzanas, y aficionándose á
los mas famosos maestros del siglo I I I , entre ellos Oríge- ellascogióuna del árbol con inlento de comerla. Después
nes y san Alejandro, obispo de Jerusalen. En 202 la per- cayó en la cuenta que aquella era tentación del demonio,
secución que escitó en Egipto el emperador Severo, obligó y luego arrojóla manzana y la pi.-ó; y pata vencer mas
á Ciemenle á abandonar su escuela y retirarse á Capado- perfectamente al enemigo, determinó no comer manzana
cia. Visitó las principales iglesias del Asia, produciendo en todos los diasdesu vida. Con osla victoria pasó ade-
en todas prodigioso efecto sus discursos, y justificando lante en las demás virtudes, ejercitándese de dia en los
siempre aquellas palabras de s a n Panteno, que hablando trabajos y de noche en la oración, y huyendo de la ociosi-
de él, decia, « que era una abeja industriosa, que elabora- dad, como de raiz de todos les males. Era muy caritativo y
ba su miel, chupando la sustancia de las flores de los p r o - muy compasivo en tanto grado, que una vez habiendo el
fetas y apóstoles. » Clemente murió en Alejandría, <;l a ñ o panadero de su casa puesto sus vestidos mojados dentro
Í H poco mas ó menos, y desde entonces su memoria y del horno, para que se secasen; después olvidado encen-
sus escritos han sido considerados como de un padre de la dió el horno, y acordándose que estaban dentro sus vesti-
Iglesia y de un santo distinguido. Su nombro no está en dos, se comenzó á congojar. Tuvo tan gran pena Sabas de
el Martirologio romano, pero se halla continuado en algu- la pena y aflicion del panadero, á quien él ayudaba y ser-
nos do la Iglesia de Francia, y en el de Galesinio, que le via, que haciendo la señal de la cruz se entró en el horno,
da el título de prosbílero y confesor. y sacó los vestidos, pasando por medio de las llamas sin
SAX I l E R X . v i m o , O B i s r o Y CONFESOR.— Natural de Italia, lesión : tanto puede la caridad del prójimo para con Dios,
aunque sea en cosas pequeñas. Después que hubo estado
abra/ó el estado religioso en la congregación de Vallo-
en aquel monasterio diez años, siendo ya de edad de diez
Umbrosa, en la cual entró por especial impulso de la san-
y ocho, con instinto particular de Dios y licencia de su
tísima Virgen, de la cual fué toda su vida muy d e v o t o . Su
abad (que tuvo revelación de ello) fué á visitar los santos
doctrina y piedad lo hicieron conocer al papa Urbano I I ,
lugares de Jerusalen, y de allí por consejo de san Eutimio,
que lo creó cardenal de l a s a n t a Iglesia romana y obispo
abad y varón santísimo, se enlregóá la disciplina é i n s -
de Parma. Desempeñó varias comisiones imporlanles de
trucción de un varón perfecto, llamado Teotisto, y debajo
la santa sede, y como legado apostólico logró la paz de
de tal maestro hizo muy gran progreso en todo género de
Italia muy agitada encóneos por las discordias civiles.
santidad y virlud. Ei ael primero en la oración y en el t r a -
Obró muchos milagros, entre ellos el volver un dia á su
bajo: era humilde, obediente, modesto y de gran caridad
cauce natural las aguas del Po, que estaban inundando
para con todos, ayudándolos y sirviéndolos en sus oficios
lodo el pais. Murió en Roma, el año 1133, llorado de cuan-
y ministerios con extraordinario cuidado y alegría. Todos
tos conocían sus eminentes virtudes y su raro mérito.
se miraban en él como en un espejo, y le llamaban el «Mo-
SAN PEDRO CRISÓLOGO, AKZOBJSPO Y CONFESOR.—Véase su
zo viejo;» porque en los pocos años resplandccia en él
vida en el dia 2 de este mismo mes.
seso y madurez de venerable seneclud. Fué una vez por
obediencia de su prelado á acompañar á otro monge, que
DIA 5.
iba á Alejandría, donde encontró á sus padres, que le q u i -
SAN SABAS, ABAD T CONFESOR.—El bienaventurado san sieron hacer fuerza y sacar de la religión; mas él, eníen-
Sabas fué varón santísimo y de altos merecimientos, y p a - diendo que aquel habia sido artificio del demonio y lazo
dre é instituidor de muchos monges, y gran defensor de la que le tenia armado para cogerle é inquietarle, tuvo fuer-
fé católica y esclarecido con muchos milagros. Nació en te y resistió con tan grande espíritu á los asaltos de sus
una aldea de la provincia de Capadocia, llamada Mutalas- padres, que los rindió á su voluntad: y dejándolos sose-
Ca. El nombre de su padre fué Juan, el de su madre So- gados, se entró á hacer vida solitaria en una cueva de un
fía, personas nobles y piadosas. Ofrecióse á sus padres monasterio. Allí estuvo por espacio de cinco años, hacien-
una jornada forzosa á Alejandría de Egipto, y dejaron a su do vida mas de ángel, que de hombre mortal. Los cinco
hijo Sabas de cinco aflos encomendado á un lio suyo, her- dias de la semana pasaba sin comer, ocupado siempre en
mano de su madre, que se llamaba Hermias. oración, ó en el trabajo de sus manos: el sábado salia d«
La mujer del cual por ser desabrida y de mala condi- su cueva y traia cincuenta espuertas que en aquellos dias
ción trataba mal al niño Sabas; y él dejó aquella casa y se habia hecho; y el domingo se volvía á su cueva, con la
fué á la de otro lio suyo, llamado Gregorio, para vivir en cantidad de ramos de palma que era menester para t r a -
paz y quietud. Tuvieron los dos lios Hermias y Gregorio bajar en la siguiente semana. Fué muy tentado y perse-
grandes pleitos sobre la hacienda de Sabas, que sus p a - guido de losdemonios, que en diversas formas deserpien-
dres, cuando partieron para Alejandría, le hablan dejado; les y de bestias fieras se le aparecían para espantarle; pe-
y el santo mozo, como era pacífico y sosegado, ofendido ro él, armado de oración y confianza en Dios,|los venció v i -
de aquellas discordias y porfías por una cosa tan baja co- viendo con increíble seguridad.
mo á él 1c parecía que era la hacienda, dejólos y entróse Después que se hubo ejercitado en aspereza, oración y
en un monasterio para darse totalmente á Dios.
DÍA 5. DICIEMBRE. 505
penitencia muclioa años, salió éé la soledad para beneficio dorios embajadores, y todos fueron admitidos sino san Sa-
do muchos y fundó nn monasterio, donde vivían bajo de bas que era el principal; porque como iha con vestido de
su gobierno ciento cincuenta monges, á los cuales proveia cilicio y v i l , no le dejaron entrar y le trataron como á
Dios maravillosamenlede lodo lo necesario, por medio de hombre despreciable. Los de dentro echaron ménos al san-
muchas personas piadosas, que les hacían largas limosnas to, luciéronle buscar, halláronle rezando salmos fuera del
admirados de su gran santidad y virtud, y aun milagrosa- palacio i m p e r i a l : llamáronle y lleváronle al emperador,
mente les proveyó el Señor de una fuente de agua muy donde los otros embajadores, sus compañeros, estaban
copiosa, qnenicrecia en invierno ni en verano, y daha aguardándole. Al entrar en la sala, vió el emperador que
agua abumlanlcmenteá lodos los que lahabian meneslor. iba delante de san Sabas un ángel resplandeciente, y a d -
Después en el discurso de la vida de san Sabas (que fué miróse y entendió que era varen de Dios, y como á tal le
muy larga y mas divina que humana, y llena de prodi- honró, levantándose de su silla y haciéndolo reverencia.
gios divinos) el Señor le favoreció en gran manera socor- Mandó sentar á los embajadores y preguntóles lo que que-
riéndole en las necesidades de siete monasterios que fundó, rían: y cada uno de ellos, olvidado del negocio público á
y haciéndole padre de innumerables monges, admirable que venia, comenzó á tratar de sus negocios particula-
en toda aquella tierra, espantoso á los demonios, y á los res con el emperador y á proponerle sus peticiones y d e -
leones ferocísimos y á otras bestias üe ras, venerable: so- mandas: solo san Sabas callaba, y siendo la boca de t o -
los los hombres malos y perversos le aborrecian y perse- dos no decía palabra. Pregunlúle el emperador si él queria
guían, porque era contrario en su vida y en su doctrina á algo: y él le dijo la causa porque habia venido, y le apla-
las viciosas costumbres y dañadas opiniones de ellos, por- có, y por entonces le detuvo; porque vió que era varón
que para mejor ejercicio y pureza de su virtud, permitió santo y desinteresado y sin codicia de cosa alguna déla tier-
el Señor que algunos de sus mismos discípulos le mallra- ra. Olía cosa le sucedió otra vez con el emperador.
lascny persiguiesen, y él con humildad, caridad, pacien- Habia habido aquellos años grande hambre y pestilencia,
cia y mansedumbre los venció y dejó la misma casa que y con estar los pueblos destruidos, los cargaban con nue-
babían edificado, y se fué á vivirá otros lugares incómo- vos tributos y vejaciones, de manera, que la pobre gen-
dos y ásperos, para tener paz con los que bulan de la paz, te andaba alligida y se consumía é iba andando sin re-
y enseñarnos con su ejemplo, cuánto mas vale el padecer, medio. Compadecióse el sanio abad de las calamidades de
que el hacer por Cristo, y que lo fino de la virtud con- la gente miserable; fuése al emperador y suplicóle que
siste en sufrir muchos trabajos y molestias, por baeer bien mandase quitar aquel tríbulo con que estaba oprimida, y
de los mismos á quienes el bien se hace, y que al fin Dios el emperador se inclinó á hacerlo por respeto del sanio que
le da corona al que sabe pelear y v encer. Los que por me- se lo suplicaba: pero un ministro suyo, llamado Marino,
nudo quisieren saber los milagros de este santísimo abad, que era poderoso y tenia gran mano con el emperador,
queso» muchísimos y grandísimos, véanlos en su vida. le persuadió que no lo hiciese (que nunca falta en las cór-
Uno solo referiré aquí, que le sucedió con un león. Entró tes de los príncipes un mal consejero que los destruya):
una vez el santo á hacer oración en una cueva, donde lia- avisó á fllarino el santo, que se reportase y arrepintiese;
bilaba un león de extraña grandeza. Después de haber porque de olí a manera pagarla su culpa con grave pena:
orado se puso á reposar un poco: á la media noche entró él no se enmendó y la pagó; porque estando Marino muy
el león en su cueva, y hallando el huésped no le osó to- contento y descuidado, se levantó en la ciudad un alboro-
car: pero asiéndole blandamente del vestido, le tiraba co- to, y el pueblo entró en su casa y la saqueó y quemó, y
mo quien le queria sacar fuera de su cueva. Ño se turbó faltó poco que el mismo Marino no muriese á sus manos:
el santo por ver de improviso aquella bestia tan feroz, a n - pero Dios le guardó porque reconoció su culpa y le pidió
tes comenzó á rezar muy despacio y con mucha devoción perdón, entendiendo cuan grande era la santidad de Sa-
sus maitines: y el jeon se salió fuera aguardando que los bas que le habia profetizado tanto antes el castigo que h a -
acabase, y después tornó á entrar y asirle de la falda co- bia de venir sobre él. Volvióse el santo abad, acabada osla
mo diciéndole que se fuése de su casa; pero el santo sin jornada, con feliz suceso á su recogimiento; pero habiendo
turbarse le d i j o : Mira, león, si quieres, estemos aquí j u n - muerto el emperador Anastasio quemado de un rayo por
tos, porque la cueva es capaz para los dos: y sino, mas justo juicio de Dios (de lo cual tuvo revelación san Sabas),
justo es que tú te vayas y me dejes l i b r e ; porque yo no habiendo sucedido en el imperio Justino, que era príncipe
solamente soy criatura de Dios, como t ú , sino criado ásu católico, salió otra vez de su monasterio, siendo de edad
semejanza é imagen. Oídas estas palabras, como si t u - de ochenta años, con grande vigor, esfuerzo y alegría pa-
viera entendimiento, se salió el león de la cueva dejándola ra ser pregonero por su misma persona, y predicador do
paraiiabilacion del sanio abad. Habiéndose, pues, ejercita- un edicto que el mismo emperador mandó publicar en f a -
do en los monasterios y en la soledad, y siendo respetado vor de la fécatólica y de la paz de la santa Iglesia; por-
en el mundo y tenido por un varón venido del cielo se que todos los trabajos qu^tomaba por Cristo el santo vie-
ofreció un negocio muy grave, que le sacó de su quietud jo Sabas, le eran mas sabrosos que el descanso y quie-
y le obligó á ir á Constantinopla para aplacar al empera- tud. No fué esta la postrera vez que dejó su recogimiento
dor Anastasio que era hereje, y perseguía á los católicos y por el bien de los otros; mas la tercera vez, siendo ya de
echaba de sus sillas á los santos obispos. Enviaron una noventa y un años, y Justiniano emperador, fué á Cons-
embajada al emperador, de muchos monges, cuya cabeza tantinopla, para suplicarle que reprimiese á los samari-
era Sabas (que á la sazón era de setenta y ires años> v el tanos, que infestaban y perseguían á los cristianos de Pa-
amor de Dios y el celo de la religión pudo masconéípara lestina , y destruían los templos y quemaban las r e l i -
tomar aquel trabajo, que sus muchos años y el deseo de quias, y mataban á los obispos, y por medio de nn
su quietud para rehusar. Llegaron al palacio del empera- conde llamado Arscnio, hombre malvado y perverso,
TOMO I H .
04
m LA LEYENDA DE ORO. DIA 5.
san Agustín. Contrajo matrimonio, del que tuvo muchos
persuadiaH al emperador, que los buenos crislianos y ver-
hijos, los cuales educó cristianamente. A pesar de su d é - ,
daderos católicos eran la causa de los misiuos males que
bil temperamento, no le falló valor para confesar pública-
padecían; que esto es propio de los herejes y revoltosos,
mente á Jesucristo, despreciando las lágrimas y ruegos do
a f l u i r á los buenos y echarles la culpa. Fué recibido el
sus hijos, por manera, que después de haberla rasurado la
sanio abad del emperador Justiniano, como un ángel v e -
cabeza, y puesto á la vergüenza pública el procónsul, lo
nido del cielo : mandó que le saliesen á recibir los caballe-
cortaron la cabeza en Tabaste, el año 304.
ros y criados de su casa, y el mismo patriarca de Cons-
lantinopla, Epifanio, y cuando entró, vio sobro la cabeza Los SANTOS JULIO, POTAMIA, CIUSPIN, FÉLIX, GUATO, T
del santo una como corona de maravillosa claridad, y se OTROS SIETE COMPAÑEROS , MÁUTIRES.—Murieron por haber
levantó de su silla, y le abrazó y veneró, y le concedió confesado la fé de Jesucristo, degollados en Tagura, anti-
benignamente y con larga mano todo lo que le pidió, é gua ciudad de África, reinando Diocleciano, el año 302.
hi/.o muchas obras buenas por su consejo. Mas en esta jor- SAN BASO, OBISPO Y MÁRTIR.—Durante la persecución dp
nada le aconteció con la emperatriz Teodora una cosa d i g - los emperadores Decio y Valeriano, hallándose este santo
na de consideración. Era estéril y deseaba mi h i j o : pensó de obispo en Nicea de Bilinía, fué preso por no obedecer
poderlo alcanzar de Dios por las oraciones del santo : p i - los edictos imperiales. Por órden del gobernador Perenio
dióle una y muchas veces con grande instancia y afecto, fué atormentado en el potro, quemado con planchas de
que tomase aquel negocio á su cargo; y el santo nunca lo hierro ardiendo, y'echado al fuego; pero habiendo salido
quiso hacer, ni darle esperanza de ello, ni decirla una de él sin recibir daño alguno, le traspasaron la cabeza con
buena palabra; porque conoció que era hereje, y que Dios dos clavos, y de este modo consumó su ilustre martirio, ej
no queria quedo tan mal árbol naciese fruto para daño de año 234.
la Iglesia. Otra cosa también notable le sucedió con el e m - SAN DALMACIO, OBISPO Y MÁRTIR.—Floreció en el siglo Hí,
perador Justiniano, el cual estando despachando las cosas y fué obispo de Pavía. Con su sabidm ía y santos ejemplos,
que el santo le habia suplicado, con gran voluntad de dar- atrajo innumerables infieles á la luz de la verdadera r e l i -
ie contento, y el mismo santo abad allí con é l ; llegada la gión; por cuyo motivo, en 303, según el cardenal Baro-
hora de tercb, dejó al emperador y se apartó á rezar sus nio, el emperador Maximiano lo mandó prender, le afligió
acostumbradas oraciones-: y como un compañero suyo, el cuerpo con varios suplicios, y últimamente le hizo de-
llamado Jeremías, le dijese que no parecía bien que es- gollar en su misma ciudad episcopal, y así dió un ilustre
lando el emperador ocupado en sus negocios, ¡él dejase y testimonio de su fó.
se divirtiese en otra cosa: él le respondió con gran paz: SAN PELINO, OBJSPO Y MÁRTIR.—Este piadoso prelado do
Hijo, el emperador hace su oficio, y nosotros el nuestro. la Iglesia de Brindis en Italia, que crcia poder trabajaren
Concluyó san Sabas sus negocios, volvió á su casa, cayó paz en el eslablecinúenlo del Evangelio, vió con amargu-
enfermo; y siendo de noventa y dos años, habiendo teni- ra levantarse de nuevo altares á los dioses del paganismo.
do revelación de su glorioso tránsito, exhortando á sus h i - Lleno de zelo y de dolor entró un día en el templo del
jos y discípulos á toda virtud y perfección, dió su alma al dios Marte, y publicó en él cuán abominable era el culto
que para tanta gloria suya la habia criado, á los S de d i - de aquella deidad, y al salir á la calle, se puso en ora-
diciembre del año del Señor de 5 3 1 . Enterráronle con gran ción, y el templo se desplomó. Indignados los sacerdotes
pompa y solemnidad, los obispos, monges y pueblos de del ídolo, se apoderaron del santo, le azotaron cruelmente,
toda aquella comarca.y Dios obró por él, después de muer- y le abrieron ochenta y cinco heridas en varias partes do
to, innumerables milagros. No solamente fué muy célebre su cuerpo, y do ellas murió en Pentina, el año 362, r e i -
su memoria en Oriente, sino también en Occidente ; y en nando Juliano el Apóstata.
Roma hay una iglesia y monasterio de San Sabas, de la SAN ANASTASIO, MÁRTIR.—Solo sabemos de él las siguien-
cual hace mención Juan Diácono en la Vida de san Grego- tes palabras que trae el Martirologio romano; «San Anas-
rio, papa, y so cuenta por uno de los veinte y dos monas- tasio mártir , que por ardiente deseo de padecer el martirio,
terios insignes que habia en aquella santa ciudad; y la se presentó voluntariamente á los perseguidores. »
santidad de Gregorio X I I I , de feliz recordación, le dió SAN NIOECIO, OBISPO Y CONFESOR.—Educóse desde muy
al colegio germánico que fundó en Roma, para reparación niño en un monasterio, donde aprendió con grande apro-
de la fé católica en las provincias septentrionales; porque vechamiento las ciencias y la virtud. Su mérito le granjeó
en este colegio, debajo de la disciplina y gobierno de los tanta reputación, que el rey Tierri le dispensó su amistad,
padres de la Compañía de Jesús, se crian muchos estu- y el año 327 lo obligó á aceptar el obispado de Tréveris.
diantes de aquellas naciones católicas, y acabados sus es- Los frutos extraoi dinarios que produjo BU predicación, la
ludios vuelven á ellas, para alumbrarlas con la doctrina santidad de su vida, á la cual daban nuevo esmalte sus
apostólica, y edificarlas con su buena vida, y se ha segui- milagros, y su asidua perseverancia en la práctica de to-
do grandísimo fruto para ensalzÉniento de la santa fé ca- das las buenas obras, le hacían admirar y respetar de l o -
tólica, y abatimiento y confusión de los herejes. El cuerpo dos. Asistió á muchos concilios; trabajó con zelo en la r e -
de san Sabas, se dice que está en Yenecia. Escribió su forma de la disciplina, y murió santamente el año 366.
vida largamente Cirilo, raonge, autor grave y de su mismo SAN JUAN, OBISPO Y CONFESOR.—Floreció en Asia en tiem-
tiempo, y Mctafraste la añadió. Hace mención de él el po del emperador León 111, llamado Isauro, con quien dis-
Martirologio romano y el Menologio de los griegos, y el putó muchas veces sobre el culto debido á las imágenes de
cardenal Baronio en las anotaciones sobre el Martirologio, los santos, por cuya defensa sufrió el destierro y muchos
y en el sexto y séptimo tomo de sus Anales. trabajos, que sobrellevó siempre con admirable paciencia.
* SANTA CHISTIÍU, MÁRTÍB.—Era esta sania descendien- Dios le concedió el don de milagros, y fueron tantos y tan
te de una familia muy ilustre y rica del África, según dice ruidosos los que obró, que sus contemporáneos le dieron el
Í)IA 1 .
DICIEMBRK. m
fobrenomhro de TanmnUifgo, Ululo que le ha conservado
templado, mas continente, mas humilde, mas riguroso
el Martirologio romano. No se sabe de qué ciudad fué obis-
con su cuerpo, haciéndole cruda guerra, nó para matarle,
po : el cardenal Baronio dice en sus anotaciones que m u -
sino para sujetarle al espíritu. Dormía, comía y bebia m é -
rió el afio T 3 1 , en paz, en Polibolo de Asia.
nos, y comunmente su bebida era agua : vestía pobre, aun-
SAN GERARDO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué obispo braca-
que limpiamente : frecuentaba mas la iglesia: dábase
rense, ilustre por su piedad, por la caridad ferviente que
mas á la oración : no leia sino libros sagrados, ó de cosa
le animaba, y por una humildad sincera que le hacia tener
santa y provechosa : en su rostro mostró raas modestia : cu
en menos las vanidades de la tierra, y suspirar constante-
sus pláticas mas gravedad; y de esta manera, aunque en
mente por las felicidades de la otra vida.
carne mortal, parecía vivir vida inmortal. Sucedió en la
provincia de Licia, y en todo el Oriente una gravísima
DIA 6. pestilencia de que murieron muchos, y entre otros en
tres días los padres de san Nicolás. Quedóle toda su h a -
SAN NICOLÁS, omspo Y CONFHSOR.—El bienavenluradosan cienda: y él como si no fuera heredero y sefior de ella,
Nicolás, ornamento de la Iglesia católica, y dechado de sino mayordomo y dispensador, determinó repartirla á ¡os
santos prelados, nació en Talara, ciudad de la provincia de pobres y hacer grandes limosnas, y comprar con ellas el
Licia, de padres ilustres, ricos, cristianos y muy dados al cielo. Entre las muchas limosnas que hizo, fué una muy
servicio de Dios. Estuvieron algunos anos casados sin t e - ilustre, digna de perpetua recordación, para remedio de
ner hijos (aunque no eran estériles, y dióles el Sefior por tres hermanas doncellas nobles, y que por su mucha po-
premio de sus ranchas lágrimas, limosnas y oraciones á breza estaban en peligro de vender su castidad ; porque,
Nicolás, por heredero único y solo de sus virtudes y bie- en la misma ciudad de Patara hubo un hombre bien naci-
nes. En naciendo Nicolás, dió muestras de haber sido es- do y rico, que tenia tres hijas doncellas de extremada b e -
cogido de Dios, y al mismo tiempo que comenzó á vivir, lleza, y de edad para casar: el cual (como las cosas h u -
comenzó tamhien á reverenciarle, y tan presto como supo manas son instables y caducas) por varios infortunios h a -
qué era comer, supo qué cosa era ayunar: porque tomait- bia caído de SH prosperidad en tan gran pobreza y abati-
do todos los oíros dias muchas veces el pecho, los miér- miento, que no solamente no podía casar á sus hijas, pero
coles y viernes no le tomaba sino una vez al dia, y á la m aun sustentarse á sí y á ellas. Y como los hombres co-
tarde, sin poder acabar con el nifío que hiciese otra cosa munmente pierden el respeto á Dios, y no conocen de dón-
to:lo el tiempo que mamó. Siendo de mas edad, dió mues- de les viene el daño; este pobre, para huir la afrenta y
tras de su habilidad y virtud, en la cual iba creciendo con vergüenza del mundo, tomó un consejo pernicioso para su
los años. Pusiéronle sus padres al esluclio, y con su deli- casa, queriendo ántes verla mancillada con pecado, que
cado y alto ingenio, y con la diligencia que ponia, en b r e - necesitada con mengua y deshonra. Tratá con sus hijas,
ve tiempo supo mucho, y alcanzó las ciencias que esludia- que ganasen torpemente con sus cuerpos su comida: como
ba. Apartábase de los de su edad, que se desmandaban en sí Dios no pudiera susleutarle sin ofensa suya, ó no fuera
vicios y liviandades, y juntábase con los virtuosos y ho- mejor morir mil veces de hambre, que ofenderle. Las m i -
nestos: huia, como de pestilencia, no sularaenie las pláti- serables doncellas y tristes hijas, cuando supieron la d e -
cas y conversaciones de mujeres, sino también su vista, terminación de su padre, tuvieron las angustias y afanes
como peligrosa y dañosa para la juventud: domaba su car- que se puede pensar, considerando el extremo de miseria
ne con vigilias, ayunos y cilicios, para librarse de la l i r a - á que habían venido, y que por un pedazo de pan habían
nía de la concupiscencia, que con pensamientos y deseos do perder su castidad, su honra y sus almas. No se le en-
torpes y carnales hace guerra á lodos, y mas á los mozos cubrió á san Nicolás este trabajo en que aquella casa esta-
de poca edad ; frecuentaba mucho los templos y casas de ba : parecióle que ninguna limosna podía ser mas acepta á
oración, deseando él ser templo vivo del Espíritu santo: Dios, que la que se empleaba en remediar los cuerpos de
parecía viejo en el sexo, discreción y mesara, y en las aquellas nobles doncellas, y librar sus almas de pecado.
costumbres grave y compuesto, por lo cual era de lodos Determinó remediar aquella necesidad; pero de manera
amado y respetado. Tuvo san Nicolás un lio, hermano de que no se entendiese quién la remediaba ; porque como tan
su madre, que fué obispo, y se llamaba Nicolás como él, humilde, huía la gloría vana que suele perseguir aun á los
varón doclo y santo, y de loables costumbres: el cual que huyen de ella. Tomó la cantidad que le pareció de
persuadió á los padr es de san Nicolás, que diesen su hijo á oro, y envióla en un lienzo, y salió con ella de noche de
Dios, y le hiciesen clén'so : y como ellos eran piadosos, su casa, y fuóse á la de aquel pobre hidalgo : vio á la c l a -
fácilmente vinieron en ello; y el mismo san Nicolás se hol- ridad déla luna una ventana entreabierta del aposento en
gó, y el obispo su tio le ordenó de sacerdote. Al tiempo que que dorniia ; echó por allí el oro , y volvióse secretamente
le ordenaba, dijo á los que estaban presentes: Un nuevo y con presteza á su casa. Cuando despertó el hidalgo, vió
sol, hermanos, veo nacer, que ha de causar grande consue- aquella bendición de Dios: quedó espantado, temiendo que
lo y descanso en el mundo. ¡ O dichoso el rebaño que le no fui'se embusle del demonio , ó enredo de algún enemi-
tuviere por pastor! Porque volverá á él las ovejas descar- g o : al cabo, visto que era oro, quitadas otras sospechas y
riadas, y será consuelo de los desconsolados, salud de los temores, con grandes lágrimas dió gracias á Dios por ello,.
enfermos, y descanso de los trabajados. Como él lo dijo, Mejor ( d i c e ) , Señor, lo habéis hecho vos conmigo, que yo
así se cumplió en Nicolás; el cual luego que se vió puesto lo queria hacer con vos. Yo trataba de ofenderos; y vos
en la dignidad sacerdotal, aumentó la severidad y aspe- rae habéis hecho niisericordia, y tan grande, que rae h a -
reza de la vida, imitando á los árboles y plantas, que béis obligado á perder ántes rail veces la vida que ofendo-
cuanto mas levantadas sus ramas en alto, tanto mas hon- ros. Pésame del mal propósito que he tenido vljumildo-^
das raices echan en la tierra. Procuró ser mas sobrio y mente os pido perdón.
5U8 LA LEVEN DA DE OllO. DÍA G.
Con aquel oro remedió el padre á una de sus hijas, ca- en su manos y como haciendo fuerza para echar á fondo
sándola conforme á su estado; y cuando lo supo san Nico- el navio.
lás, quedó HUÍS contento por haber dado el o r o , que el Entendió luego san Nicolás por divina revelación lo que
padre por haberlo recibido, y propuso de remediar de la bahía de suceder, y dijo á los marineros queso aparejasen
misma manera á las oirás dos hijas que quedaban. Echó y esíuviesen alerta 5 porque les sobrevendría una brava y
la segunda vez otra tanta cantidad de oro en la misma for- cruel tempestad : la cual luego se levantó tan desapode-
ma que había hecho la primera, con la cual la segunda rada y deshecha que todos se tuvieron por perdidos y se
hija quedó remediada ; y el padre con grande esperanza cebaron á los piés del santo, suplicándole q u e , pues Dios
que Dios habia de remediar la tercera , y con no menor le habia revelado aquella tempestad ántes que viniese,
deseo de saber quién era su bienhechor, y por cuya mano ahora que estaba presente la sosegase con sus oraciones.
Dios le hacia lan señaladas mercedes sin merecerlas. Para Hizo oración san Nicolás, y al momento se serenó el ciclo,
esto determinó estar en vela y sobre aviso, para que si v i - cesaron los vientos y se abonanzó el mar y revivieron los
niese la tercera vez, descubrirle, y reconocerle y servirle i^ue ya se lenian por muertos ó hicieron gracias al Sefior:
ítquel tan extraordinario beneficio. y para que mas se declarasen los merecimienlos de san
Vino el santo la tercera vez : echó la moneda y retiró- Nicolás en este mismo viaje , estando uno do los marine-
se luego ; mas como el hombre estaba en centinela , salió ros aderezando una vota, cayó de lo mas alto de la entena
con presteza y alcanzóle : echóse á sus piés , y besándo- del navio, y murió do la caída ; mas haciendo san Nicolás
selos le dijo : ¿ Por qué, Nicolás, os encubrís de mí? Por oración por él, se levantó vivo y sano. Llegó á Jerusalen
qué no queréis que reconozca á quien tanto debo ? Vos y visitó aquellos sagrados lugares, especialmente el m o n -
sois mi ayudador, y el que habéis librado mi alma y las te Calvario donde Cristo había sido crucificado, y el santo
de mis hijas del infierno, y los cuerpos de afrenta. Por sepulcro, y fué muy consolado y regalado del Señor en
vos Dios ha levantado al pobre de la tierra, y al necesita- aque|la peregrinación : y como él iba bien dispuesto y con
do del estiércol. Esto decia el pobre hombre , no cesando singular devoción, recibió en ella admirables dones y b e -
de derramar lágrimas y besar ¡os piés á Nicolás que s i n - neficios del Señor.
tió mucho el ser descubierto: y apocando y deshaciendo Mas queriendo el santo varón seguir su propósito y r e t i -
aquella obra, le rogó encarecidamente que en pago de su rarse á la soledad, tuvo revelación de Dios en que le m a n -
buena voluntad y lo que por él habia hecho , lo callase y daba volviese á su monasterio : poi que quería que le sir-
no lo descubriese á persona viviente. Mas fué en vano; viese en olía cosa, y nó en la que él pensaba: que los
porque el Señor qneria que esta caridad , humildad y r e - juicios del Señor son muy diferentes délos nuestros, y t o -
calo de san Nicolás, nos quedase por ejemplo y que se da la perfección y bienaventuranza del hombre consisto
predicase eu su santa Iglesia, y que ei mismo que habia en hacer su voluntad. Así lo hizo san Nicolás: poi que l u e -
recibido ia buena obra y habia sido testigo de lan altas go se embarcó para volver á su tierra ; mas ios marineros
virtudes, las pregonase , como lo hizo lodo el tiempo que con engaño lo llevaron á la ciudad de Alejandría de Egip-
vivió, contando á todos esta limosna, y las demás que sa- to ; pero al tiempo que la descubrieron y estaban cerca de
bia haber hecho el santo á otros , que fueron muchas y tierra, se levantó de repente una borrasca lan grande que
maravillosas. Pero ¡ qué trocado pensamos que quedó el los apartó del puerto que pensaban lomar y llevó el navio
corazón de aquel hombre cuando por medio de san Nicolás á Licia, tierra de san Nicolás, adonde se habia concertado
se vió vencido del Sefior! i qué avergonzado! i qué cor- que le llevasen, quedando los marineros admirados y c o n -
r i d o ! ¡ que confuso ! Y las tres hijas cuando se vieron fusos y pidiéndole perdón.
remediadas y puestas en estado con honra , sin ofensa de
Volvió á su monasterio donde fué recibido con gran
Dios ni afrenta suya , ¡ qué agradecidas debían de estar
alegríade sus mongos que habían sentido mucho la ausen-
á Dios y al santo ! Enseñando á todos con este ejemplo,
cia de tan buen padre y pastor. Allí pensó estarse como
que aunque nos dé el agua bástala boca y nos veamos su-
en un puerto seguro loda su vida ; mas un dia estando r e -
midos y casi anegados de trabajos, pobreza y calamida-
cogido en oración, oyó una voz del cielo que le decia : No
des, nunca desconfiemos del Señor, que tanto cuidado tie-
es este el lugar en que quiero que estés ; sino que salgas
ne de proveernos, y sabe el tiempo en que lo ha de
al campo y trales con los hombres, para que yo sea glori-
hacer.
ficado en lí. Oída esta voz, entendiendo que Dios le que-
Habia edificado eí obispo , lio de san Nicolás, un mo- ría para otro ministerio , determinó irse á la ciudad do
nasterio : dió el cuidado de él á su sobrino; y él le tomó, Mira que era metrópoli y cabeza de la provincia de Licia,
por obedecer, muy contra su voluntad : porque era tanta pareciéndole que allí no seria reconocido y huiría mejor
su humildad que huía lodos los cargos de mando y gobier- déla honra que en su patria le hacian. En esta sazón so
no. Administró aquel monasterio con maravilloso ejem- habían juntado en Mira los obispos sufragáneos de aquella
plo de santidad y prudencia y estuvo en él algunos años, provicia para eligir prelado y pastor digno de ella. Esta-
hasta que con deseo de retirarse á algún desierto y darse ban todos con gran deseo de escoger al que fuese mas
lotalmenle á sola la contemplación y gusto de Dios, so digno de aquella dignidad. Hacian mucha oración al Señor
partió para visitar primero los santos lugares de Jerusalen suplicándole que les inspirase y manifestase la persona
en que Cristo, nuestro Salvador, obró nuestra redención, que según su voluntad habían de elegir, que son los me-
y de allí pasar á algún yermo ó vivir apartado del b u l l i - dios que para acertar en cosa tan impórtame se deben
cio y ruido de la gente. Entró en un navio que iba á Egip- lomar. Revoló Dios á uno de los obispos , hombre anciano
to y comenzada la navegación con próspero viento, estan- y de buena vida, que eligiesen el primero que al otro dia
do el cielo sereno, el mar sosegado, vió el santo entrar el entrase en la iglesia y se llamase Nicolás. Dió parte de
demonio en el navio , furioso y con una espada desnuda ello á los otros prelados, y á lodo el clero , y lodos que-
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dai on muy contcnlos y vinieron en ello y dieron orden con lágrimas, que lo librase de lan gran peligro ; mas
que ninguno saliese de ]a iglesia, y se pusieron aquella oslando en esta angustia y congoja, oyó una voz del cielo
noche en oración : la cual san Nicolás gastó (cotnosolia) que le dijo : No lemas, Nicolás , que tratando tú mis ne-
en alabar y contemplar al Señor; y sin saber lo que que- gocios fiolmente, yo sea desagradecido y te desamparo; y
ría hacer de él, se fué muy descuidado luego á la maña- con osla voz se consoló y sosegó.
na á la iglesia donde estaba guardando la puerta el obispo Bien fué menester que san Nicolás fuese obispo y pas-
que había tenido la revelación : el cual, viendo á Nicolás tor para defender el rebaño del Señor, que en su tiempo
se llegó á é l , y le^ptegunló quién era y cómo se llamaba. fué muy fatigado y perseguido de los lobos carniceros:
Un pobre pecador soy , dijo él, que se llama Nicolás. porque siendo emperador Diocleciano y Maximiano, crue-
Viendo el obispo ?u rostro y persona digna de (oda reve- lísimos enemigos de Jesucristo y de su religión (aunque
rencia, y considerando sus humildes palabras y que el olios dicen que fué en tiempo del emperador Licinio), se
nombre de Nicolás convenía con la revelación de Dios, t o - levantó una bravísima tempestad contra la Iglesia y llegó
mó á Nicolás por la mano y llevóle á los oíros obispos; y á la ciudad de Mira, y muchos cristianos padecieron; y
ellos con gran gratulación y regocijo suyo y de lodo el muchos mas se anegaran en aquel naufragio si san Nicolás
pueblo le consagraron en obispo de Mira. Solo Nicolás l l o - como buen prelado no tuviera el gobernalle y sustentara
raba y se afligía por verse tan honrado y puesto en aque- con su santidad, valor y prudencia, la nave de la repúbli-
lla silla, de la cual él se tenia por indigno ; aunque no se ca de tantas y tan bravas ondas combatida ; porque como
¡drevia á repugnar por ver tan claras y evidentes señales valeroso capitán salió al encuentro de los enemigos, a n i -
de ser aquella la voluntad de Dios. mando á los flacos, consolando á los afligidos, c inflaman-
Con haber sido la vida de san Nicolás ánles tan perfec- do á lodos al martirio, deteniendo á muchos que no c a -
ta y como un retrato del cielo ; todavía después que so vió yesen y levantando á los caidos, y dando con sus pala-
obispo, juzgó que debia mejorarla y aventajarse tanto á bras ejemplo y esfuerzo á todos para que derramasen ale-
todos sus subditos en la virtud , cuanto los excedía en la grementesu sangre por Dios. Fué preso el santo prelado,
dignidad, y hablando consigo mismo decía : Esta d i g n i - quisiéronle matar, y no se atrevieron por el gran respeto
dad, Nicolás, olra vida pide : hasla aquí has vivido para y reverencia que todos le tenían. Deslerráronle, y su des-
tí ; ahora has de vivir para otros ; si quieres que tus pa- tierro fué consuelo para muchos desterrados, y para sí de
labras persuadan á tus subditos , menester es que vayas un celesliid júbilo y alegría ; pero sucedió presto el siglo
delanle de ellos con (us ejemplos, para que tus obras dén doiado del emperador Conslanfíno, que mandó soltar y
eficacia á tus palabras. Y así comenzó á eslrecbarse mas dar libertad á lodos los cristianos que eslaban presos por
y á tratarse con mas aspereza: su vestido era mas despre- la fé de Crislo, y arruinar y asolar los templos de los ído-
ciado que ánles : su comida era una sola vez al día , y nó los. Con eslos edictos volvió san Nicolás á su Iglesia, y an-
cosa de carne : hacia que le leyesen á la mesa alguna duvo por los pueblos de su obispado, derribando los tem-
cosa de la Escritura sagrada : las noches pasaba en ora- plos profanos de los falsos dioses, y enlro olios uno famo-
ción y meditación : dormía en el suelo y poco tiempo : sísimo que había en la ciudad de Mira, dedicado á la diosa
Icvanlábase ántes del alba, y llamaba á sus clérigos para Diana, y de tal manera que no dejó piedra sobre piedra.
cantar himnos y salmos en alabanza de Jesucristo : cuan- Cuando lo derribaban fueron oídos por el aire horribles
do salía el sol iba al templo' y asistía á los oíicios divinos; aullidos do los demonios que clamaban y se quejaban de
lodo lo demás del día gastaba en negocios tocantes al ser echados do sn antigua morada. Con esto comenzó á
oficio de santo pastor: puso enlodas las iglesias de su lloi ecer mas la religión católica y á caer la idolatría por la
obispado recloros doctos y de buena v i d a , para que las vigilancia de oslo santo prelado, el cual no solamente fué
rigiesen , y se informasen de todas las necesidades cor-
valeroso caudillo de Dios contra los gentiles, sino lam!)ien
porales y espiriluales con extraordinario cuidado y d i l i -
contra los herejes, convirliendo muchos á nuestra santa
gencia : para las necesidades corporales, lenia algunos
fe caiólica: y hallándose él en el concilio niceno entre los
ciudadanos ricos y poderosos que le enviaban largas l i -
trescientos y diez y ocho obispos, que allí se juntaron para
mosnas para que él las repartiese á los pobres : porque
condenar la herejía de Arrio, resplandeció entre lodos con
en su casa siempre hubo pobreza y nunca qué vender ó
tiin grande claridad y opinión de santidad, que parecía un
empeñar: hasta los libros tniia preslados , no queriendo
sol enlro las estrellas.
cosa propia y anteponiendo la pobreza volimlaria á todas
No se puede en pocas palabras escribir los innumera-
las riquezas del mundo: paralas necesidades del alna
bles y grandísimos milagros que este santo varón hizo en
íenía también p(M>onas celosas y prudentes que le avisa-
vida "y en muerte. Algunos pocos referiré yo aquí de los
ban de los pecados públicos, los cuales remediaba con
mas raros y mas nolables. Envió el Señor una carestía
la blandura ó severidad que convenía, ayudándose de la
cruelísima á la provincia de Licia y toda la genio perecía
autoridad de los magistrados y jueces : y con ser él tan
de hambre. No tenia otros graneros ni trojes para reme-
sabio, no liándose de sí tomó por conséjelos á dos aiSÍB~
diarla el santo varón, sino la oración y conüanza en Dios.
nes sanios varones llamados Pablo Rhodio y Teodoro As-
En esta sazón, un mercader habia cargado una nave de
calotiíla, con quienes comunicaba todas sus obras : y no
Higo en Sicilia para venderla en España. Estando para
conlenlándosi! con esto, cada año el pritrier dia de seliem-
partir del puerto, una noche en sueños lo apareció san N i -
bre congregaba sínodo y trataba de la reformación y
colás, y le dijo que llevase aquel trigo á la ciudad do
buen gobierno de las iglesias de su distrito : y conside-
Mira en Licia, porque lo vendería muy bien y se hacia
rando que había de dar cuenta á Dios de todas las almas
rico, y como en señal le puso tres piezas de oro en la m i s -
que eslaban á su cargo, y temiendo su flaqueza y pocas
ma mano. Desperió el mercader, y visto el oro y el apo-
fuerzas para tan gran poso , le suplicaba muchas veces
sento cerrado, entendió que aquella visión era de Dios.
510 LA LEYENDA DE ORO. DÍA G
Hízose á la vola: enderezó la proa donde Oíos le manda- habían untado tas manos para que quita.'c la vida á los
ba: llegó á Mira con próspero vienlo, vendió su trigo rnny que tan bien habían servido: y pudo tanto con la privanza
l)ien; y quedó contento con el precio, y el pueblo m u - y poder que tenia, que hizo dar la sentiencia de muerte
cho mas con el trigo, y por la manera con .que Dios contra ellos. Cuando los tres maeslres de campo la supie-
le lial)ia remediado por los merecimientos de su santo ron, no tuvieron olro remedio sino encomendarse con m u -
prelado. chas lágrimas y sollozos á san Nicolás, aunque estaba a u -
Envió el emperador Constantino á tres tribunos ó maes- sente y tan lejos, acordándose como habla librado en su
tres de campo, llamados Nepociano, Ursoy Herpilion, con presencia aquellos tres ciudadanos condenados ámuerlede
gente de guerra á sosegar un alboroto que sehabia levan- las manos del verdugo. Oyólos Dios desde el cielo, y san
tado en Frigia. Llegaron estos capitanes á nn pueblo de la Nicolás desde lalierra, donde estaba; y aquella noche es-
ciudad de Mira, y saliendo los soldados á (¡erra, comenza- tando durmiendo á buen reposo el emperador Constantino
ron (como suelen) á destruirla y á maltratarla, y robar á y Ablavio, les aparecó a cada uno por sí san Nicolás, d i -
los moradores, los cuales lomaban las armas para di-fen- ciéndolesquién era, y reprendiéndoles severamente déla
derse y resistir á los soldados. Súpolo san Nicolás, y acu- injusta sentencia que habian dado contra aquellos tres
dió luego con gran presteza para atajar los daños que po- maestres de campo que estaban sin culpa, y que Dios le
dían suceder si llegaban á las manos; y bastó su presencia enviaba para que vengase tan gran maldad; y que así lo
para que los unos y los otros dejasen las armas y se sose- haría si no deshacían luego lo que habían heGtio, Fué do
gasen y rindiesen á su voluntad. Convidó el sanio á los tanto peso lo que el santo dijo y la severidad con que les
tres maestros de campo y llevólos á su casa , y regalóles habló, que luego en amaneciendo, Constanlíno mandó l l a -
con grande humildad ; y ántes que se partiesen le vinie- mar á Ablavio y le contó la visión que habia tenido: y sa-
ron á decir que e! prefecto de la ciudad llamado Euslaquio biendo que Ablavio habia tenido la misma, mandó soltar
había condenado á mitcrle á tres ciudadanos honrados, á los soldados y los ordenó que fuesen á Mira á san Nico-
que no tenian culpa, por mucho dinero que algunos ene- lás, y que le hiciesen gracias por haberles librado de la
muerte, y que en su nombre le saludasen y ofreciesen el
migos de ellos lehabian dado.y que (oda la ciudad estaba
libro de los Evangelios, escrito con letras de oro, y e n -
muy triste y llorosa por ver aquella crueldad é injusticia
cuadernado y cubierto ricamente, y un incensario do ex-
que contra ellos se usaba. Luego levantó el santo, rogan-
celente labor, adornado de piedras preciosas, y dos c a n -
do á los (res maeslres de campo que le acompañasen, y
deleros de oro para servicio del altar, y perpetua memo-
entendiendo que ya eslahan en el lugar del suplicio, y ñ
ria de la devoción que el emperador con él tenia: el cual
punto de ejecutarse la sentencia, con gran priesa se fué
por ocasión de este milagro escribió á Ablavio, é hizo una
al lugar, y halló á los tres cristianos ya puestos de r o d i -
ley, en que manda que se guarden yobedezcan los juicios
llas, con los ojos vendados, las manos atadas, y el ver-
y sentencias de los obispos, y dice en ella oslas palabras;
dugo con la espada levantada para dogolbu ios, y una
«Establecemos que las sentencias de los obispos, de c u a l -
gran muchedumbre de pueblo ai rededor, llorando y l a -
quiera manera que sean pronunciadas, se guarden siem-
mentando aquel triste espectóculo. Llegó de improviso san
pre entera ó invioiablemenle; y se tenga por sanio y v e -
Nicolás, y con sola su visla detuvo y espantó al verdugo:
nerable lodo lo que fuere determinado por sentencia de los
quitóle la espada de la mano, mandó levantar á los ino-
obispos.» Divulgóse este milagro, y creció la fama y r e -
centes y dióles la vida sin que ninguno osase resistirle ni
verencia del santo por el mundo, y todos los afligidos y que
decirle palabra i tanta era su autoridad y la reverencia
se hallaban en algún gran peligro y necesidad, le invoca-
que todos le tenian : ántes el prefecto, sabiendo lo que pa-
ban y hallaban remedio, como aconteció á unos marine-
saba, temiendo el lormento de su conciencia y el castigo ros en una tempestad tan horrible y temerosa, que se t u -
del emperador Constantino si viniese á su noticia, se echó vieron todos por muertos, y no sabiendo ya masque h a -
á los pies de san Nicolás, suplicándole que le perdonase y cer, suplicaron á Dios que los librase por la intercesión del
que no diese parle al emperador, prometiendo enmienda. sanio pontífice Nicolás,y él les apareció luego y dijo: Dé-
Apenas pudo alcanzar que el santo le perdonase aquella me aquí para ayudaros, y confiad en Dios cuyo ministro
injusticia tan pública y tan escandalosa pareciéndole digna soy: y lomando á vista de todos el gobernalle, sacó la
de grave y público castigo. A lodo esto estuvieron presen- nave á salvamento, y sosegó el mar con espanto y estupor
tes los tres maestres de campo admirados de lo que h a - de los que allí estaban: los cuales fueron á la ciudad de
bían visto, y lomada la bendición de san Nicolás, se par- Mira para hacer gracias al sanio prelado por aquel benefi-
tieron : y siguiendo su navegación llegaron á Frigia, y cio que de él habian recibido; y hallándole en el coro can-
compusieron las cosas con gran valor y prudencia, como tando los divinos oficios, se echaron á sus piés y le con-
el emperador les habia mandado: del cual, volviendo á taron delante de los que estaban presentes lodo lo que por
Constantinopla fueron muy bien recibidos y acariciados y ellos había pasado; de lo cual el santo (por su grande hu -
honrados, como personas que tan bien lo merecian. Mas mildad) quedó corrido y confuso y lesdijo: Dad la gloría,
como la envidia es enemiga de la virtud, algunos (a quie- hijos, á Dios; que yo hombre soy, pecador y siervo i n ú -
nes pesaba que estos maestres de campo fuesen tan esli- til : y llamándoles á parle les declaró que aquel trabajóles
mados y honrados del emperador) los acusaron delante habia venido porsus pecados, y les descubrió algunas cul-
de él como á desleales, inquietos, y personas que m a - pas secretas que lenían para que se enmendasen de
quinaban y urdían alguna traición contra su imperio. Y ellas : porque entre los otros dones de Dios que tenia,
como los príncipes son celosos y sospechosos en cualquier fue uno muy señalado el ver la conciencia de los que
cosa que toca á la conservación de su estado; el empera- con él trataban y todo lo que tenian en el corazón, y
dor los mandó prender por consejo de Ablavio, su gran una suavísima cticacía , para persuadirles lodo lo que
privado y prefecto del pretorio, que era codiciosísimo, y le
IMA 6. DICIMBRE.
quería; y con esto, compungidos y asombrados los des- daban. El vándalo puso la ímágen del santo en el aposen-
pidió. lo donde tenia su oro y plata y todas sus riquezas; y un
Resplandeciendo, pues, san Nicolás como un sol en el día saliendo por cierta necesidad ágran priesa, volvién-
nmndo, con su santísima vida, doctrina y milagros, Heno dose á la imagen del santo le dijo: Nicolás, pues podéis,
ya dedias, de virtudes y merecimientos, deseando acabar guardadme la casa y lo que dejo en ella. En saliendo el
su peregrinación y anhelando á la patria eterna, le vino bárbaro entraron los ladrones y la despojaron: y volvien-
unalijeia enfermedad y entendiendo que habia de morir do él, y hallándola vacía, se enojó contra el santo, y co-
de ella, aunque siempre estaba tan aparejado, se dispuso menzó á dar golpes en la imágen y amenazarla que la que-
con mas cuidado para aquella gloriosa jornada, y con gran- maría si no le volvía lo que le habían lomado. Ai mismo
de y extremada alegría y júbilo suyo dió su espíritu alSe- puntó apareció san Nicolás á los ladrones que estaban muy
flor á los 6 de diciembre del año de 326, imperando Cons- gozosos con sus despojos, y con gran severidad les mandó
tantino Magno.5iCon la muerte de san Nicolás tuvo increi- que lo restituyesen luego, amenazándolos terriblemente si
ble sentimiento toda aquella ciudad y provincia, que per- no lo hacían, llcstítuyéronlo los ladrones luego, y el v á n -
día tan gran pastor, padre, maestro, amparo y defensor. dalo admirado, se convirtió á nuestra santa fé él y su m u -
Concurrieroo los obispos, clero y pueblo de toda aquella j e r y toda su casa, y edificó una iglesia en honra de san
comarca, y enterraron su sagrado cuerpo con mucha so- Nicolás, donde se mandó enterrar; tomando nuestro Señor
lemnidad y copiosas lágrimas y gemidos, en un magnífico un medio tan maravilloso para la conversión y salvación
y suntuoso templo que en aquella sazón habia en la ciudad suya y de otros muchos: y sabido esle milagro en Á f r i -
de Mira: y ei Señor, que habia honrado al santo vivo, ca, se propagó la devoción de san Nicolás por toda aque-
con tantos y tan estupendos milagros, le ensalzó después lla provincia. Pero no es de ménos admiración y espanto
de muerto con otros no menores; porque luego comenzó lo que sucedió á un mozo hijo de unos padres nobles y r i -
á manar del santo cuerpo un licor milagroso y saludable cos, devotísimos de san Nicolás, que con muchas oracio-
para todas las enfermedades, y de muchas partes y p r o - nes y lágrimas habían alcanzado de Dios por su interce-
vincias distantes veníanlos fieles en romería á su sepulcro sión aquel h i j o : el cual, habiendo sido preso de los sarra-
para adorar sus preciosas reliquias y gozar de aquel tan cenos, al mismo tiempo que sus padres estaban celebran-
continuo milagro y beneficio. Y aun Juan Diácono, en la do con grande solemnidad y regocijo la festividad de san
Vida que escribió de san Nicolás, recogida de Metodio, pa- Nicolás, fué llevado á Babilonia y presentado al rey. A l
triarca, añade, que habiendo echado de su silla á un obis- cabo del año, el mismo día que le habían cautivado, es-
po de Mira, dejó de manar aquel ungüento saludable del tando sirviendo al rey en la mesa, y con la copa en la m a -
sepulcro del santo; y que en siendo restituido el obispo á no para darle de beber, dió un grande y profundo suspi -
su iglesia , tornó á manar como antes. ro, y preguntándole ei rey la causa de su tristeza, le res-
pondió que era acordarse que aquel día había sido cauti-
Pero entre otras cosas prodigiosas que se cuentan de
vo, y la fiesta que sus padres solían hacer á san Nicolás,
san Nicolás, después que murió,una es muy notable. Iban
y las mercedes que Dios hacia á los que á él se encomen-
una vez muchos peregrinos en una nave para visitar el
daban. El rey muy hinchado y orgulloso, le dijo: Desven-
cuerpo de san Nicolás: y el demonio, que habia sido echa-
turados de vosotros, ¿quién os podrá librar de mis manos?
do de aquel templo de Diana, que el santo {como arriba
Y al improviso apareció san Nicolás, y lomando por los
dijimos) derribó, queriéndose vengar de él en los que le
cabellos al mozo, así como estaba con la copa en la mano,
tenían devoción, ya que no podía en su propia persona),
le arrebató de los ojos del rey y le restituyó vivo, sano y
tomó figura de una mujer que llevaba un vaso grande de
sin lesión alguna á sus padres, al mismo tiempo que ellos
aceite, y hablando con los peregrinos y pasajeros, les dijo
estaban celebeando su fiesta y repartiendo la comida á los
que ella sabia que iban en romería á San Nicolás, y que
clérigos y pobres por amor del santo, y suplicándole con
de buena gana los acompañara si su gran flaqueza y bas-
grande afecto qae les restituyese su hijo. Por estos y otros
cas de estómago no se lo estorbaran; mas que ya que ella
innumerables n«iagros, se estendió la fama de san Nicolás
no podía ir, les rogaba tomasen aquel aceite y lo ofrecie-
por todo el mundo, y creció la devoción de los fieles, acu-
sen de su parte para las lámparas que ardían delante del
diendo á él «a sus trabajos y necesidades. KI cuerpo de
sepulcro del santo. Tomaron el aceite los peregrinos pen-
san Nicolás se trasladó de Mira á la ciudad de Itaii, que
sando que era mujer y devota la que les hablaba, y al se-
está en la provincia de Apulla, en el reino de Ñapóles,
gundo día tuvieron una gran tormenta: y queriendo v o l -
como lo dice el Martirologio romano á los 9 de mayo, y
ver atrás, les apareció san Nicolás en figura de un viejo
Sigiberto dice, qüe se hizo esta traslación el ano de 1087,
vefierable que venia en un barco, y Ies mandó echar lue-
y setecientos cuarenta y cinco años después que la p r i -
go en el mar el vaso de aceite que el demonio en figura de
mera vez fué sepultado. Allí está hoy día su sagrado cuer-
mujer les habia dado; porque así tendrían próspera nave-
po, del cual mana aquel precioso licor que solía manar
gación. Hiciéronlo así; y en la parle que cayó el aceite,
desde que murió estando en Mira , y es muy saludable
se levantó un fuego espantoso en el mar, y con tan mal
para muchas enfermedades, y de él se hace mención en el
olor, que parecía bien ser cosa del infierno.
breviario toledano, y ios griegos llaman á san Nicolás, i n -
Vinieron los vándalos de África á Calabria, y destruye-
signe por los milagros y por la fragancia del licor que
ron aquella tierra ¡ halló uno de ellos en casa de un cris-
mana de su cuerpo. La vida de san Nicolás escribieron
tiano una iraágen de san Nicolás y llevóla consigo sin sa-
Metafrasle, Melodío, obispo deConslantinopla, y Juan Diá-
ber lo que era. Preguntó después que volvió á África, c u -
cono y Leonardo Jusliniano ; y hacen mención de él todos
ya era aquella imagen. Y los cristianos respondieron' que
los Martirologios y Nicéforo Calixto, Suidas y la Liturgia de
era de un obispo llamado Nicolás, por quien Dios hacia
san Juan Crisóstomo, y el segundo concilio niceno, y el
cosas prodigiosas y favorecía á ios que á él se encomen-
512 LA LEYENDA DE ORO. DIA G.
cardenal Baronio en las anotaciones del Marlirologio y en hace mención de la erudición y santidad de Asela: á quien
el tercer lomo de sus Anales. escribió el mismo santo la epístola nóvenla y nueve, al
SANT\ ASELA , VÍRGE^.—En una epístola que escribe liempo que salió d3 Roma para Jerusalen. De santa Asela
san (lerónimo á santa Marcela, que es la décimaquinla, le hace mención el Martirologio romano á los 6 de diciembre
pinta la vida de santa Asela virgen, y le ruega que la lea y el cardenal Baronio en sus anotaciones, y en el cuarto
á las otras doncellas para que la tengan por espejo y por tomo de sus Anales, y Paladio en su historia, cap. 29.
un dechado de toda perfección. SAN IIUMBEIITO, CO.NFESOU.— San Humberto tuvo por pa-
Quiero callar (dice el santo), que fué bendita de Dios, dre á Eduardo y á Popílas por madre, personas ilustres y
estando aun eu el vientre de su madre, y que fué mostra- principales. Eue desde niño tan dado á la virtud, quesos
da á su padre del mismo Señor en sueños, en figura de una padres viendo que se congojaba con las cosas del siglo, le
redoma de vidrio cristalino y purísimo, y que estando enviaron á la ciudad de Lauduvo, que es León, y allí le
envuelta en los pañales de su niñez, y no teniendo apenas entregaron á preceptores doctos y excelentes para que le
mas de diez anos, fué consagrada á Dios. Todo lo que no enseñasen las Letras sagradas y sanias costumbres. En-
le costé trabajo démoslo á la gracia, y vengamos á lo que cerróse en nn monaslcrio para poderlo hacer coo mas r e -
siendo ya de doce años ella misma escogió y con grande cogimienlo y tiempo; y así salió varón perfecto y digno
ans¡;i lomó, y ha perseverado en ello, y con su sudor lo del sacerdocio: el cual recibió con gran devoción para po-
comenzó y acabó. Estando cerrada en una celdilla angos- der ayudar á los otros con su doctrina y ejemplo, como lo
ta, gozaba de la anchura del paraíso. El mismo suelo le hizo con tan feliz sui-eso, que muchos por su consejo deja-
era lugar de oración y de descanso. El ayuno tuvo por ron los caminos torcidos y fragosos qne llevaban, y se
deleile y el no comer por refección ¡ y cuando, nó el ape- convirtieron al Señor. Pasado algún tiempo, tomando la
tito, sino la necesidad la forzaba á comer, con solo pan, bendición del obispo, volvió á su tierra para vender las
sal y agua fria se conlentaha y encendía mas la hambre, ricas posesiones que sus padres le habían dejado, y
que no la mataba. Luego que se determinó á seguir esta darlas liberalmente á los que por servir al Señor habian
vida, que digo, vendió (sin saberlo sus padres) la cadena menospreciado sus haciendas, y vivían en voluntaria po-
de oro que traía, y vistiéndose una ropa honesta y v i l , se breza, alabándole y suplicándole de día y de noche por los
consagró al Señor para qne entendiesen todos sus deudos, pecados del mundo. Estando en un lugar suyo del campo,
que aquel era su propósito y que no podrían persuadirla aportaron á éfsan Amando, obispo, y Nícasio, varón sanio,
otra cosa ; pues ya habia condenado al mundo en su ves- que por su devoción iban á Roma. Hospedólos Hmiihei lo
tido. Vivió en su recogimiento tan encerrada, que nunca en su casa con gran caridad, y rogóles que le llevasen en
salió en público, ni habló con hombre; y teniendo una su compañía en aquella peregrinación; y los santos holga-
hermana doncella, amábala y no la veía. Trabajaba con ron mucho de ello, porque conocieron la gran santidad do
sus manos,: hablaba con su esposo Jcsucrisloamorosa- Humberto. En esta jornada sucedió que habiendo llegado
mente, ó cantábale salmos y alabanzas; y cuando visitaba un dia los santos peregrinos cansados del camino, y es-
las iglesias de los santos mártires, iba con gran priesa por tando sentados para reposar un poco, salió de un bosque,
no ser vista. Gozábase mucho de no ser conocida de nadie. que estaba allí cerca, un oso de extremada grandeza, y
Sustentábase casi todo el año con el ayuno, estando dos embistió con un caballo de carga que llevaban, y le des-
ó tres días sin comer; pero en la cuaresm i tendía las ve- pedazó y comenzó á comer de él. Cuando los santos quisie-
las de su devoción, ayunando (odas las semanas con gran ron proseguir su camino, enviaron por el caballo, pen-
santidad y alegría : y con esta aspereza de vida llegó á sando que estaba paciendo en el campo, y halláronle
cincuenta años, sin dolcrle el estómago ni vientre tii te- muerto y medio comido del oso que allí estaba ensangren-
ner otros achaques; antes sana en el cuerpo y mas en ol tado y relamiéndose cabe él. Entonces san Ilumberlo con
alma. Tenia por delicias la soledad, y-en medio de la gran ánimo echó mano del oso y dijoie : Pues que tú has
cindart de Roma vivía corno si estuviera, en el yermo. muerto al caballo que Dios nos había dado para nuestra
Oraba con tanta conlímiacíon, que tenlai'en las rodillas ayuda, será necesario que suplas la falta que nos hace y
callos como de camello. No hay cosa mas alogre que su que nos lleves la carga que él nos habia de llevar en toda
severidad, ni mas severa que su alegría, ni mas trislo que esta peregrioacion. Fué cosa maravillosa, que entonces ol
su suavidad, ni mas suave que su Irisfeza. El color que- oso como si fuera una oveja, así estuvo quedo y obedeció,
brado de su rostro de tal manera muestra su santidad, que y se dejó cargar, y los sirvió en todo aquel camino. Cuan-
no hay en él rastro de ostentación. Sus palabras son tan do comiau se ponia delante de ellos aguardando que le
compuestas y medidas, que hablando calla y callando h a - diesen su ración, y la recibía con grande humildad, y Ihe-
bla. Sus pasos no son, ni espaciosos ni apresurados. Su go se volvía á guardar el halo con gran vigilancia y c u i -
vestido siempre fué el mismo, sin curiosidad ^ y en la dado. Habia un gran concurso de gente en los pueblos y
misma limpieza y aseo hay un descuido y menosprecio de ciudades por donde pasaban, por ver aquel oso tan disfor-
«sto. Finalmente, ella sota con un perpetuo temor de vida me y feroz por su naturaleza, manso, obediente y cargado
ha alcanzado que en una ciudad tan colmada de pompas, por virtud divina. Pero para que aquel espanto de la gente
lascivia y delicias, y en la cual se tiene por miseria el ser no fuese ocasión á los santos de alguna vanidad, ya que
liumilde, los buenos la prediquen y los malos no osen llegaban cerca de Roma, le apareció al papa un ángel que
«lecir mal de ella: las viudas la imiten j las vírgenes y las le dijo, que de las partes de Poniente venían á Roma unos
casadas la honren: las ménos recatadas la teman i y los santos varones: que les enviase á decir, ántes que e n -
sacerdotes la reverencien. trasen en ella, que soltasen aquella üera bestia que traían
para su servicio, y la dejasen volver al bosque, para que
Todo esto es de san Gerónimo en aquella epístola; y en aquella novedad no causase entre la gente vulgar alguna
otra que escribe á Principia, que es la ciento y cuarenta,
DIA G. DICIEMBRE. 513
admiración. El papa se lo envió á mandar, y los sanios muerte, el abad Rodino, por divina revelación, trasladó
obedecieron, y el oso quedó lilw e de aqnelid sujeción. su cuerpo, que estaba tan entero y fresco como si hubie-
Volvió san üumberlo con sus compañeros: y yéndose ra espirado aquel mismo dia, y con un olor suavísimo,
san Amando con san Nicasio al lerriiorio Helborlense, él se y las mismas sábanas en que estaba envuelto, estaban
fué á la provincia de Hamanio, en los esladosde Flandes. sin alguna corrupción, y las yerbas que se habían echa-
Después lavo devoción de volver olra vez solo á Roma : y do en su sepulcro cuando le enterraron, frescas y verdes
estando orando en ia iglesia de San Pedro, vino un ángel como si las hubieran acabado de coger.
del cielo, y viéndolo todos los que estaban presentes, l l e - La vida de san Humberto (rae el P. Fr. Lorenzo Surio
gó á él y le imprimió la señal de la cruz en la cabeza. en su quinto tomo, y dice, que el dia de su glorioso Irán-
Cumplió esta segunda vez (como lo habia hecbo la prime- silo fué á los de marzo, dia de la Anunciación de la
ra) el santo con su devoción en aquella santa ciudad, y saci alisima Virgen, y el de su elevación á los 6 de se-
tornando á su patria, quiso i r á ver á san Amando, su a n - tiembre, y que en este dia le hacia fiesta la Iglesia do
tiguo compañero y amigo ; pero antes que llegase á verle, Cambray. Hace de él mención el doctor Juan Molano en
tuvo revelación san Amando de que Humberto le iba á ver, las Adiciones á Usuardo, y en el Indice de los santos do
y que notase bien la ciuz que llevaba en la cabeza. Salió Flandes, donde dice que san Humberto fué obispo; aun-
luego el bienaventurado obispo á recibir al buespéd que le que no se sabe de qué Iglesia: porque fué consagrado
venia á buscar, y vió la cruz sobre su cabeza tan resplan- sin título, como otros se consagraban para predicar con
deciente y con tan admirable claridad, que quedó alónilo mas autoridad el Evangelio entre los gentiles, y que v i -
y se echó ásuspiés para hacerle reverencia. vió en tiempo de Cliilderico, rey de Francia. Pero a d -
Acabadas sus peregrinaciones, se diósan Humberto á viértase que ha habido otro Humbei to, obispo de Tungre
aprovechar á los otros, y fundar monasterios para que ó de Lieja, que sucedió á san Lamberlo, obispo de Lieja
muchos siervos de Dios le sirviesen en ellos con mayor y mártir, del cual hace mención el Martirologio romano,
pureza y perfección, y el mismo santo trabajaba por sus y Molano en el Catálogo de los santos de los estados do
manos, para que los religiosos tuviesen cómoda habita- Flandes, y fué hijo de Bertrando, duque de Aquilania:
ción : y nuestro Señor, para mostrar que le era grato y y siendo aun gentil, y estando en la diócesis de Tungro
acepto aquel servicio, ordenó que un dia que estaba t r a - cantando, le apareció Cristo nuestro Señor entre los
bajando con grande ahinco y fervor en el campo, arrojase cuernos de un ciervo, y le mandó ir á san Lamberlo,
al manto para estar mas desembarazado, Al mismo p u n - de quien fué enseñado y bautizado, y fué á Roma, y consa-
to ciertos cazadores corrían un ciervo por el monte, y grado de Sergio, papa, por obispo de Lieja, en lugar de
llevábanle tan alcanzado y acosado de los perros, que no san Lamberto, el año 6 9 8 , y convirtió á la fé de Cristo á
pudiendo ya escaparse de ellos, dió un salto y entróse en muchos paganos, y cargado de virtudes y merecimientos,
el campo de san Humberto y guarecióse debajo de su reposó en el Señor el año de T30.
manto. En estando allí quedó seguro; porque los perros SA\ PEDRO PASCUAL, OBISPO Y MÁRTIR. — E n la nobilísi-
no pudieron llegar adonde el ciervo estaba, por mas que ma ciudad de Valencia nació el bienaventurado mártir
los cazadores los azoraban : los cuales entendiendo que san Pedro Pascual , á tiempo que estaba ocupada de los
•no era cosa humana, sino virtud del cielo y merecimien- moros aquella ciudad y mucha parte de España , de pa-
tos del santo, se echaron á sus pies, y uno de ellos, que dres mozárabes, nobles y buenos cristianos. Hospedaban
era muy rico, le ofreció todo su píitrimonio ; pero él no en su casa á san Pedro Nolasco, siempre que venia á V a -
le quiso aceptar, sino solo una heredad para sustento de lencia á hacer alguna redención; y viéndolos el santo
sus religiosos. desconsolados por no tener sucesión, les alcanzó con sus
Con esto creció la fama de la santidad de Humberto, y oraciones este hijo, y les avisó de la grande santidad á
santa Aldemunda le vino á ver á su monaslcrio, y yendo que habia de llegar. En el bautismo le llamaron Pedro,
por el campo una vez con él, tuvo la santa una tan gran por respeto á san Pedro Nolasco, á cuyas oraciones le de-
sed, que desfallecía; y san Humberto, orando al Señor bían . Como eran sus padres virtuosos, criaron á su hijo
y suplicándole que socorriese á la santa virgen en aquella en toda virdud, y en el amor y temor santo del Señor;
extrema necesidad, luego brotó una fuente de agua muy y el niño mostró tanta inclinación á lo bueno, y zelo tan
clara y dulce, la cual se conservó muchos años de alií superior á sus años, que cuando apenas sabia hablar, se
adelante. hacia ya predicador, y juntando los niños de los pobres
Vino el tiempo dichoso para san Humberto, en que el cautivos y otros mozárabes, les enseñaba las oraciones
Señor queria librarle de este valle de lágrimas, y llevarle que sus padres le enseñaban á él. Estaba fresca en V a -
á aquella bienaventurada patria y corte celestial, y te- lencia la memoria de algunos religiosos de nuestra Se-
niendo revelación de esta merced, que Dios le queria ha- ñora de la Merced, á los cuales habían quitado la vida
f-er, envió á rogar á la santa abadesa Aldegunda, que le los moros en odio de la fé : y oyendo decir el santo niño
enviase la mortaja cosida de su mano, en que le hablan á sus padres como les habían atado las manos, y lievá-
de enterrar; pero antes que llegase este recado á la san- dolos arrastrando por las calles, y quiládolos la v i d a ,
ta virgen, ya ella con luz del cielo habia sabido lo que el haciéndolos mártires de Cristo; con deseo de imitar lo
Señor queria hacer de san Humberto, y luego le e n - que oía, aun antes de poderlo entender, llamaba á a l -
vió los vestidos con que le habían de enterrar; y en aca- gunos niños hijos de los moros, y retirándose con ellos á
bándolos de recibir, dió el santo su espíritu al Señor, y solas, hacia que le prendiesen y atasen las manos, y le
fué con ellos sepultado con mucha honra y llanto de sus llevasen arrastrando. Oyeron un dia los de su casa la a l -
discípulos en el oratorio que el mismo santo habia edilica- gazara que traían los morillos: y entrando donde estaban,
do. Pasados ciento cincuenta y tres años después de su queriendo castigarlos porque maltrataban al santo niño,

TOMO I I I . 6o
5U LA LEYFADA DE ORO. DÍA G.
los tli-cul¡jó él, diciendo: Dejadlos, que me llevan á ser vento de Valencia, dándole el hábito Fr. Arnaldode Caiva-
márlii". sona, primo de san l'edro Nolasco. Luego lomó por regla
Rescataron sus padres á nn sanio sacerdole, doctor pa- la regla de su religión, y siendo tai su vida cuando seglar,
risiense , para que fuese maestro de su h i j o , y éste le e n - que pudieran aprender de ella perfección los religiosos;
señó filosofía , letras humanas y varias lenguas, y en bien se deja enlender cuál seria cuando religioso. Bh
lodo aprovechaba mucho por su agudo ingenio y feliz profesando, le llamó san Pedro Nolasco á IJarcelona, y le
memoria; pero mas se adelantaba en perfección crecien- mandó leer teología, y el rey don Jaime le hizo ayo y
do cada dia de virliul en virtud. Respl;mdcció su pacien- maestro de su hijo el infante don Sancho. Empezó á ejer-
cia en la conformidad con que llevó los trabajos que pa- citarse en los ministerios mas propios de su religión, y
decieron sus padres en el levantamiento de la ciudad de con ayuda de los reyes de Castilla hizo una redención en
Valencia contra su rey Zeit, muy aficionado á los cristia- Granada. Volviendo con los cautivos á Toledo, les falló
nos; porque tenian los moros á sus padres por cómplices agua en el campo por haberse secado los pozos aquel año,
en el afecto del rey á la ley de Cristo; y por esto los y viendo muy afligida de la sed á los cautivos, hizo o r a -
aborrecian de corazón, y ellos no dejaban á su hijo salir ción á Dios, suplicándole, que no dejase perecer de sed á
de casa, porque los moros no le quitasen la vida. Mas los que habia sacado de la esclavitud, y diese agua á los
sosegándose algo las inquietudes, salía dos veces á la se- que había dado libertad : y luego empezaron á manar
mana por la ciudad, con otros de su edad, que le que- agua los pozos en grande abundancia, con que bebieron t o -
rían acompañar á pedir limosna por las casas de los dos , y dieron gracias á Dios por las maravillas que obra
cristianos mozárabes para redimir cautivos. por la oración de sus santos.
Sucedió la conquista de la ciudad de Valencia por el Quiso Dios poner en el candelero de su Iglesia á san Pe-
rey don Jaime, y los moros, ánles que le entregasen la dro Pascual, y siendo electo arzobispo de Toledo el infante
ciudad, hacian grandes crueldades en los cristianos, de Aragón don Sancho, hijo del rey don Jaime, fué el
con harto dolor y envidia del santo mancebo, por ver lo santo consagrado arzobispo titular de Granada, y hecho
que otros cristianos padecían, y que él no merecía acom- gobernador del arzobispado de Toledo, por no ser el i n -
pañarlos; porque sus padres le guardaban con grande fante sacerdote. Fundó en Toledo el convento de Santa
cuidado: pero ofrecía á Dios ayunos, penilencias y ora- Catalina de su órden, que es muy insigne, y ha tenido
ciones, porque diese victoria á los cristianos de los m o - ilustres hijos,y en él leyó teología, y vivía cerno tí mas
ros; y al fin la dió el Señor al rey don Jaime, que con humilde y observante religioso. Visito á pié el arzobispado
cristiana y religiosa piedad restituyó los templos á la r e l i - de Toledo, enseñando la doctrina cristiana á los ignoran-
gión, el culto á Dios, y á los cristianos la libertad; y res- tes, repartiendo á los pobres las reutas que liberalmenlo
taurando la iglesia catedral, hizo canónigo de ella á san le habia señalado el arzobispo, y procurando principal-
Pedro Pascual, que aunque de pocos anos, era de m u - mente en lodos los pueblos donde entraba , desarraigar los
chas virtudes, y sus padres beneméritos de esta y otras escándalos y pecados públicos, juntando la suavidad con
muchas honrasque el rey les hizo. la severidad, para que á los que no aprovechaba el amol-
Sosegadas las cosas de los cristianos en Valencia, e n - de padre, corrigiese á lo ménos el rigor de juez. Deseoso
viaron sus padres al santo mancebo, por consejo de san de mirar porsus propias ovejas, habiendo juntado gratules
Pedro Nolasco, á estudiar á la universidad de París, que limosnas, se partió á Granada, y rescató los cautivos(]ue
era en aquel tiempo emporio de todas las ciencias. Aquí estaban en mayor peligro de perder la f é , y á los demás
aprendió la teología de aquellas dos grandes lumbreras de esforzó y consoló con santas palabras y esperanzas de r e -
la Iglesia santo Tomás y san Buenaventura, y con su doc- cobrar algún dia la libertad . Quitaron la vida los moros
trina salió consumado en la ciencia, y con sus ejemplos, al arzobispo don Sancho , y con esta ocasión se mudó el
en la virtud. Recibió el grado de dotor en teología, d i s - gobierno; y el santo se retiró á las fronteras de Granada,
pensándole en la edad, y leyó cátedra de letras humanas, para acudir con mas facilidad á la necesidad de sus feli-
por ser eminente en ellas; y ordenado de sacerdote, por greses : predicó en Jaén y Baeza , y visitó el obispado de
consejo de sus maestros, predicó con grande fruto la pa- Jaén ; porque se lo pidió con grande instancia su obispo
labra de Dios. Mnerlos sus padres, volvió á Valencia, y don Martin Domínguez. Entró con salvoconducto por su
haciendo tres partes de su hacienda, la una dedicó para diócesis de Granada, y visitóla loda con grande gozo do
redimir cautivos, la otra para huérfanos, y la tercera pa- sus ovejas, por ver á su santo pastor, y con gran pena
ra los encarcelados : y deseando tomar el hábito de nues- del sanio pastor, por ver lo que padecían sus ovejas en-
tra Sonora de la Merced, como mucho tiempo ánles lo ha- tre tantos lobos crueles. Halló muchos cristianos en el
bía deseado, san Podro Nolasco le hizo que lo dilatase, y nombre solamente, porque la cercanía de los moros les
le mandó que sirviese su prebenda aquel año, y predica- habia pegado sus vicios: instruyólos en las cosas de la fé
se en su iglesia, porque preveía el santo padre el grande desterrando torpes ignorancias: confirmó á los que no ha-
fruto que habia de hacer con su predicación, como se ex- bían recibido este sacramento, para fortalecerlos en la r e -
perimentó en la reformación de muchos cristianos, á quie- ligión cristiana : dió libertad á muchos y consuelo á todos :
nes la compañía de los moros habia pegado sus costumbres, y no contento con haberles enseñado de palabra, escribió
y en la conversión de muchas familias de moros que por un libro para desterrar las supersticiones en que los halló
sus palabras recibieron la ley de Cristo. Vivió en el con- ciegos, como los que vivían entre las tinieblas de la m o -
vento de Valencia aquel año, siendo religioso en la vida risma.
y en las costumbres; pero descando serlo en el hábito y No lo fué permitido quedarse en Granada , y el deseo
profesión, instaba á san Pedro Nolasco, para que le ad-
que tenía de ganar almas á Cristo le hizo peregrinar m u -
mitiese eu su orden; y alcanzólo luego en el mismo con-
CIKI parle de España á pié, predicando como un nuevo
1)1 A G. DICIEMBRIÍ.
apóstol. Etadia limosna para los cautivos do su diócesi, y biendo explicado con admirable claridad quien era el Pa-
habiendo juntado muclias limosnas, volvió á (¡ranada, y dre; le preguntó el santo: Y el Hijo ¿quién es? Lulonces
socorrió corporal y ospirilualnicnto á sus cspii ilunles h i - levantando vi niño la jaquelilla. y mostrando su costado
jos. Partióse á liorna, para consullar con su snnliilad a l - llagado, le respondió: Yo soy el Hijo: mira mis llagas y
gl^HW puntos dilirullosos acerca de. los (Ti.-íiamis que v i - costado: y tú con los niños que has redimido, quedándole
vían enlre los moros. Kslimúle muclio el sumo poulilice: cautivo por ellos, me has bocho tu pr isionero. Y querien-
poríine k l f f Q se dieron á conocer , y se hicieron .venerar do el sanio obispo besarle los piés, ge le desapareció do
su santklad y doctrina en la córle romana. Predicó en enlre los brazos, dejándole bañado en inefable gozo, y
Santa María la Mayor y en otras iglesias , y por sus ser- arrebatado en éxtasis por grande espacio.
mones mejoraban muchos pecadores sus vidas, y otros firecia cada dia su celo y ar diente sed de la salud de
con su trato se adelantaron en el camino de l a perfección. las alniíis: y así no contenlode procurar con sus palabras
Habiendo despachado los negocios á (¡ue había ido á l i o - aprovechar á los cristianos y á los moros, escribía-ya los
rna , se volvió á Kspaña, y padeció incrcibles trabajos y tratados, con que confirmaba en la fé á los unos y con-
laliga?, | fué muy regalado de Dios, y favorecido do los velí ia á los otros á ella. Supieron esto los alfaquies, y e n -
santos ángeles. Llegó á Jaén, y después de algún tiempo cerráronle en oscuras mazmorras, donde no pudiese es-
fué hecho obispo de aquella Iglesia, la cual gobernó con cribir; pero los ángeles le traían luz y plumas y papel
grande acierto, celo y prudencia, siendo padre de todos para que escribiese. Compuso un libro contra la seda de
los pobres, necesitados y afligidos. Maboma, en que impugnaba el Alcorán con eficaces r a -
Ilaliia hecho el santoobispo muchas entradas en el r e i - zones, y escribía la torpe vida y miserable muerte del f a l -
no de Granada, y convertido muchos moros á nuestra so profeta, con ol cual se convirtieron á la lo muchos m o -
santa fé, por lo que estaban ¡rrilados los alfaquies, y de- ros. Oiiojáronse los alfa(;n;os y morabitos al rey, del san-
scosos de cautivarle. Prendiéronle, andando visitando su to obispo, como de blasfemo conlra Mahoma y su Alcoi a n :
obispado, y Heváioule á (¡ranada, con las injurias y mal y aunque el rey deseaba conservar su vida, por no per-
tratamienlo que de gente tan bárbara se puede pensar. der ol rescate que esperaba: con todo esto, no pudo resis-
Viéndose el santo caulivo en Granada, descuidaba de su tir á la furia délos moros, que le pedían para quitarle la
libertad, y cuidaba de la libertad de los oíros cautivos, y vida con grande instancia: y así le condenó á coitar la
mucho mas de conservarlos en la fé. Fueron de su iglesia cabo/a. lia noclio ánlos, sabiondo la sentencia que se h a -
á tratar de su rescate; y fué tanta su caridad, que con el bía dado conlra él, aunque ol espírilu oslaba pr onto, la
dinero que llevaron para rescatarle á él, rescató muchos carne estaba Haca, y moslraba en el temor natural, que
niños y mujeres, que estaban á peligro de perder la fe, y ora lu mbre, ol que en el fervor deseaba ser1 mártir: pero
él se quedó cautivo para cuidar de los cautivos, con ejem- Cristo se le apareció crucificado, y le confortó y animó á
plo admirable de caridad. Esperando los moros nuevo padoi er, de manera, que ya no solo el espíritu, mas tam-
precio por su rescate, lo dejaion andar libre por la ciudad, bién la car ne deseaba el cuchillo, que había de quitarle la
y consolaba á los afligidos, esforzaba á los (1 eos y en- cabeza, en que Dios había de ponerle la corona de m á r -
soñaba á los niños la docln'aa cristiana. Estando un dia tir. Por la mañana dijo misa muy temprano; y acabada,
con algunos niños baciemlulcs valias preguntas acerca de víniiTOM los moros, y le corlaron la cabeza sobre una pie-
los misterios de la fe, halló mío que le respondió con tanta dra. Dicen le había servido de altar, para que él se ofre-
claridad y disiincion, que le preguntó admirado: ¿Quién ciese á Cristo por victima cruonla, el mismo altar en que
ores, niño? Y el niño respondió: Soy Jesús; que tu c a r i - hahia ofrecido el sacrilicio incruonlo de Cristo á su eterno
dad me ha traído á asistir á la doctrina; y con esto dcsa - Padre. Fué su glorioso marlirio á los C do diciembre do
pareció. Llevaba un dia algunas cosas de comer á unos KKiO: y ol que habia nacido caulivo en Valencia, murió
cautivos cristianos quo oslaban presos: enccnlróle el rey, caulivo en Granada por la redención de los cautivos, aun
y pregunlándole qué llevaba; rospendió, que rosas. No mas por rescatar las almas dolos moros del cautiverio del
)o creía, por sorel mes de diciembre ; poro levantando el demonio, que por redimirlos cuerpos de los críMianos do
oscapnlai ¡o, vió que oran rosas, porque so habían con- la canlividad do los moros. Ha hecho Dios después m u -
verlido en rosas los regalos. Con los cautivos enfermos chos milagr os por la intercesión de esle santo obispo y
tenia singular caridad: podía limosna para curarlos y mártir, y por ellos y sus grandes virtudes ha sido siem-
regalarlos; y él los servia por su misma persona. Segun- pre reverenciado: y nuestro santísimo padre Clemen-
da vez vino rescate de su Iglesia, por el mucho deseo te Xaprobósu culto inmemorial, y dió licencia para que
que tenían sus ovejas de go/ar de su pastor; poro él hizo á los G del mes de diciembre, que os el dia de su martirio,
io misino (iiio la primera voz, y ropiüó el ejemplo, quo lio- se rezase do él. como de santo máitiren toda su religión
olio una voz sola os admirable, y aimqoo se i opila m u - de nuestra Señora de la Merced, por breve de 2 de d i -
chas veces, no deja do sor singular: rescató cpn ej precio ciembre de I C i » : después á 21 de abril de 16TÍ ha es-
á muchos, y él se quedó segunda voz caulivo. Pagóle londido ivla concesión á todo el ar zobispado de Toledo,
Dios tan singular calidad con un singular favor. Quoi íon- para todos los sacerdotes seculares y regulares.
do un día decir misa, y no hallando quien lo ayudase, \ i ü Escribió un epitome do la vida do osle santo el muy
" n "¡ño muy pequeño y hermoso en traje de cautivo, que H. P. I r. Eolipo Colombo, cronista general de la orden do
seofioció á ayudarle. Dijo la misa con mayor ternura y nuestra Señora de la Merced; y de él se ha sacado lodo
devoción que solía, y admirado de ¡o bien (¡ue lo hahia lo que en osla vida queda referido.
ayudado ol niño, le preguntó al acabar si tonía padre y * SAMA UIOMSIA, SAMA DATIVA, SANTA I.EONCIA, SAN
madre. Si, tengo ( respondió); aunque no está mi madre TEIICIO, SAN EMILIANO, S\N BONIFACIO Y SAN MAYÓRICO,
en osla tierra. Proguntóle los misterios do la f e ; y h a - M\imiu;s.—llumierico, rey dolos vándalos en Africa, co-
fi16 LA LEYKNDA DE ORO PIA 7.
nio acérrimo enemigo da U religión católica, desterró en bre de abejas, que cubriéndole la cara, entraban y sallan
el año 4 8 i á lodos los obispos calólicos que Labia en por la boca, y poco después tomaron vuelo, y desapare-
aquel punió. Al cabo de algún tiempo dió orden para que cieron. Hallóse su padre présenle á este prodigio; y a d -
fueran atormentados y muertos lodos los que rehusasen mirado de lo que habia visto, d i j o : Este niño, si vive, se-
obedecer los edictos que publicó. Habia una mujer dola- rá gran cosa : y así lo fué, mucho mas avenlajadamenle
da de una singular hermosura llamada Dionisia, pero r e - que Platón, del cual también se escribe otro suceso como
comendable por su celo y piedad, que fué objeto del f u - este. Murió el padre gobernando en Francia, y el hi;o A m -
ror de los arnauos. Azotada en la plaza pública fué tan brosio volvió con su madre y hermanos á Boma, donde cre-
cruel su tormento, que todo su cuerpo quedó hecho una ció y vivió: y hoy dia hay monasterio de monjas de
llaga. Tenia un hijo único llamado Mayórico, y advir- san Benito en unas casas, que comunmente se dice
tiendo la madre que temblaba á visla de los tormenios, haber sido las del padre de san Ambrosio. Parece
con voz firme y ¡lena de animosidad le dijo: No olvides que el niño adivinaba, que hahia de ser obispo, p o r -
hijo mió, que hemos recibido el bautismo en el seno de la que viendo que la gente besa la mano á los obispos,
católica Iglesia, y en el nombre déla beatísima Trinidad. daba él la suya á una doncella, que estaba en com-
Conservemos pura la fé á fin de que no quedemos priva- pañía de su hermana, diciéndole, que se la besase porque
dos de la gloria, si en la hora del festin no nos sobrecoge habia de ser obispo : y aunque entonces se lomó por j u e -
el divino Esposo con la vestidura nupcial. Estas palabras go de niño, después se vió que haT)ia sido pronóstico, de
sirvieron de gran confortativo á Maj órico, sufriendo cons- lo que sucedió. Con ser la ciudad de Roma tan g-ande,
tante los mas inauditos tormentos hasta enlregarsu espí- libre y llena de gente moza, liviana y perdida , Ambrosio
ritu al Criador. La piadosa madre, al ver muerto el cuer- no se dejó llevar ni del ímpetu y fervor de su juventud, ni
po de su hijo, lo abrazó dando gracias al Todopoderoso de la corrienle de los otros mozos; ánlcs vivió con tan gran
por haber permitido consiguiera la palma del martirio. recogimiento y honestidad , que conservó perpetuamente
Sepultóle Dionisia en su propia casa. Al propio tiempo s u - su virginidad y pureza de costumbres : juntó el casto
frieron el martirio Dativa hermana de Dionisia, Emiliano, mancebo el estudio de las buenas letras , y con su raro y
médico y primo suyo, Lconcia, Tercio y Bonifacio, hasta escelente ingenio , vino á ser muy sabio filósofo , y elo-
alcanzar la palma del martirio. cuente orador, y á hacer su oficio de abogado , y á ser
miradocomo varón notable y de gran caudal, y á tener
SAN POLICRONIO, PRESBÍTERO Y MÁRTIR.—Floreció duran-
amistad estrecha con los hombres mas ilustres y podero-
te el siglo IV, en Constantinopla. Su celo por la fé católi-
sos de la ciudad de Boma, como fueron Símaco [que ha-
ca le hizo tan odioso á los herejes arrianos, que un día,
bia sido cónsul, y era como príncipe del senado , aunque
estando diciendo misa, entraron aquellos en la iglesia, y
gentil) y Anido Probo, á quien el emperador Valentinia-
habiéndole maltratado, al fin le degollaron.
no, por ser varón muy sabio, habia hecho prefecto del
NOTA. San Teófilo, que algunos Martirologios colocan
pretorio (que era una aíta dignidad ), para que él pusiese
en este dia, le hemos continuado nosotros en el 13 de oc-
en las provincias los gobernadores que le pareciese. Puso
tubre. Algunos autores mencionan además en este dia á
los ojos Probo en san Ambrosio , por las grandes partes
otro san Nicolás, llamado de Pinara, también obispo, d i -
que en él conocia, y encargóle las provincias de ínsubria,
ferente del Nicolás de Mira, que es el continuado mas
Liguria y Amiria, que son las de Milán , de la ribera de
arriba.
Genova, y la parte de Lombardía que está de la otra par-
DIA 7. te del rio Po. Cuando le envió Probo á su cargo, le dijo :
Vé y gobierna, nó como juez , sino como obispo : dándole
SAN AMBROSIO, OBISPO Y DOCTOII.—La vida de] excelen-
á entender, que administrase aquellas provincias, nó con
tísimo prelado, y sapientísimo doctor de la Iglesia san
rigor, sino con blandura , y mas como padre , que como
Ambrosio, escribió Paulino, presbítero, que fué su escu-
juez. Partió san Ambrosio de Boma para su gobierno, y
lliente y familiar, y Juan Costero, canónigo reglar de san
vino á Milán, y halló toda aquella ciudad llena de bandos
Agustín ; y mas copiosamente la ha recogido de sus m i s -
y contiendas : porque los herejes arrianos la turbaban y
mos escritos, con muy particular estudio y diligencia, el
procuraban inficionar ; y ios católicos conservar en su a n -
cardenal Baronio: á los cuales autores seguiremos aquí.
tigua y católica religión. Pero fué nuestro Señor servido,
Fué san Ambrosio hijo de un caballero romano muy
que murió Auxencio, obispo y cabeza de los arrianos, que
ilustre y principal, que también se llamaba Ambrosio co-
era de Capadocia, y hombre astuto y sagaz , y que mos-
mo su hijo. Tuvo este caballero una bija y dos hijos: la
trándose en la apariencia católico , daba ocultamente á
hija (que era la mayor) se llamó Marcelina, la cual vivió
beber el veneno de su perversa doctrina ; y habia cobrado
en perpetua virginidad: y el papa Liberio en la pascua de
lanía autoridad y fuerzas, que ni san Hilario obispo do
Navidad, la consagró al Seflor en Berna, y le dió el velo
Poítiers , ni Evagrio, grande amigo de san Gerónimo , n i
delante de gran multitud del pueblo, exhortándola á la
san Filaslrio , obispo de Bressa , viniendo para esto á M i -
perseverancia, con una grave y elegante oración. Des-
lán, nunca le pudieron echar de su silla : la cual tuvo
pués de Marcelina nació Sátiro, que fué varón loable,
hasta que el Señor, compadeciéndose de su Iglesia, le
prudente y modesto. Yino Ambrosio á ser prefecto de las
quitó la vida. Muerto, pues, Auxencio , todo el pueblo de
Galias (que era cargo preeminente, y de grande confian^
Milán comenzó á lumultuar, queriendo los católicos que
z a ) : y habiendo ido con su mujer y familia á Francia p a -
se eligiese obispo católico, y los herejes hereje. Supo el
ra ejercitarle, nació en ella su hijo Ambrosio, para gloria
emperador Valenliniano la muerte de Auxencio , y avisó á
del Señor, y defensa y ornamento de la Iglesia. Sieijdo,
los obispos que pusiesen en aquella silla un prolado de
pues, nuestro Ambrosio niño, y estando en la cuna con la
tantos méritos, á quien él de corazón pudiese inclinar su
boquíía abierta durmiendo, bajó de improviso un enjam-
DIA 7 DICIEMBUR, 517
cabeza, y rccihir con alegría sus reprensiones , y lomar- lauto pretendiese ser obispo, cuanto san Ambrosio preten-
las como medicinas de su alma. Y como los obispos le s u - dió no serlo ? ¿ Qué hombre ha habido tan ambicioso, y
plicasen, que él mismo eligiese al que habia de sucederá que haya tomado tantos medios para alcanzar honra vana
Auxencio, nunca el religioso emperador lo quiso bacer, y mando congojoso, cuantos él tomó para huir de la d i g -
diciendo qne aquel negocio era mayor que sus fuerzas; nidad que el pueblo y él mismo Dios lo ofrecían? Mas
y que ellos, como varones que eslaban llenos de la d i v i - poique no se debe resistir á la divina voluntad , bajó san
na gracia, y alumbrados con su luz , lo podrían mejor Ambrosio su cuello al yugo y dejóse ordenar de obispo, y
hacer: mostrando en esto Valentiniano su piedad y el porque aun no era bautizado, sino catecúmeno, fué bauti-
respeto que tenia á los ministros de Dios, y que sabia dis- zado por mano del obispo católico (que asi lo quiso é l ) , y
tinguir loque es propio del emperador y príncipe tem- ordenado de todas las órdenes y consagrado obispo , con
poral, de lo que pertenece d los sacerdotes y es propio incrcible alegría y regocijo de todos. Hallóse el empera-
de la Iglesia. Tratóse luego de elegir prelado, y juntóse dor presente á su consagración , y volviéndose á Dios,
en la iglesia el pueblo de Milán, altercando los católicos y dijo : Yo os hago gracias, Señor y Salvador nuestro, por-
los herejes arríanos , y pretendiendo sacar cada una de que habéis encomendado las almas al que yo habia enco-
las partes obispo de su religión. Vino á la iglesia Ambro- mendado los cuerpos, y con esto dado á entender que fué.
sio como gobernador de aquella provincia , para sosegar buena la elección.
el pueblo, y exhortar á la paz y quietud. En comenzando No se puede fácilmente creer el gozo que en toda Italia
á hablar, salió de repente una voz de un niño que decia: y fuera de ella tuvieron los católicos por esta elección de
Chispo Ambrosio. Oida esta v o z , luego por divina inspi- san Ambrosio, esperando que por su grande zelo y valor
ración con grande conformidad se unieron los corazones se repararían los daños y calamidades, que por la perfidia
que estaban discordes de los católicos y de los arríanos, y y astucia de Auxencio, ohispo arriano, hahia recibido la
convinieron en que Ambrosio fuese obispo. Quedó asom- Iglesia de Milán. San Basilio, obispo de Cesárea, le escri-
brado san Ambrosio, y procuró divertir ai pueblo, y huir bió una epístola, dándolo el parabién y alabándole sobre-
aquella dignidad , de la cual él se tenia por indigno , y manera, y los otros obispos de la Iglesia oriental y occi-
tomó medios extraordinarios para mostrar que de veras lo dental aprobaron y loaron aquella elección ; aunque ha-
era, é inclinar al pueblo á que desistiese de aquella vo- bia sido hecha en persona , que (como dijimos) aun no
luntad. I'ara esto, en saliendo de la iglesia, hizo poner su esiídta baulizada ; y no se engañaron , porque luego que
Iribunal, contra lo que hasta allí habia usado : comenzó nuestro Ambrosio se sentó en su silla , dejó el cuidado de
á mostrarse severo y cruel, mandando atormentar algu- todas las cosas temporales á su santo hermano Sátiro,
nos hombres fatinerosos , y tratando las causas de ellos, para estar mas libre y desembarazado , y darse del lodo á
mas como juez riguroso que como obispo piadoso, l'ero co- Dios,y atrwríH1 áTas obligacionesdesu oficio. Repartióálos
mo el pueblo no se moviese con estos espantos y rigores, pobres todo eí oro y plata que tenia, y á la Iglesia hizodo-
antes siempre diese mas voces, y con mayor instancia le nacion de sus posesiones y heredades , reservando para
pidiese por obispo , hizo llamar el varón castísimo y ho- su hermana Marcelina el usufructo de ellas, mientras que
Dcslísimo á algunas mujeres lascivas á su casa, para que viviese. Decia misa cada diacon gran ternura y devoción,
viéndolas la gcnlex le tuviesen por deshoneslo é indigno y con mucha preparación, como se ve en las oracionesqne
de tan sublime y puro ministerio. Mas como todos le cono- para esto compuso.
cían, y enlendian que aquel era un artificio, y una como
Predicaba todos los domingos, y como buen pastor daba
representación para escaparse; tanto mas se encendían en
pasto celestial á sus ovejas : y eran sus sermones tan a l -
el deseo de tenerle por obispo, cuanto él mas procuraba
tos y tan llenos de espíritu, doctrina y elocuencia , que
de no serlo, y clamaban que aquel pecado fuese sobre sus
por medio de ellos se convirtió al Sefior el gran doctor
almas. Como vió san Ambrosio qne no le aprovechaban
y luz de la Iglesia, san Aguslin: porque el blanco á que
sus arles, huyó de Milán hacia Pavía : y habiendo c a m i -
tiraba en ellos , era herir las almas y reducirlas al Señor,
nado toda la noche y creyendo que llegaba á Pavía , por
no tanto con elegancia y copia de palabras , cuanto con ta
divina voluntad se halló á las puertas de Milán ; y enten-
fuerza de razones, oraciones y lágrimas.
diendo que era negocio de Dios , se rindió y entregó á la
voluntad del pueblo, diciendo que haria loquo querían. Ocupábase en los otros ministerios sagrados con tan
Pusiéronle guardas , para que no huyese otra vez, y su- grande continuación, que dice Paulino , que para solo el
plicaron al emperador Valentiniano, que conlii mase aque- trabajo que tomaba con los que se habian de bautizar,
lla elección I porque por las leyes no podían los magis- cuando el sanio murió, eran menester cinco obispos. A d -
trados ni ministros imperiales dejar sus oficios, y hacerse milia á lodos los que le veniíin á hablar , con exlraordina-
clérigos , sin licencia de los emperadores. El emperador ria benignidad , sin tener guarda ni portero á la puerta.
se holgó mucho de que el que él habia puesto por gober- Oia á todos,consolaba á los aíiigidos, remedia ha á los n e -
nador temporal de aquellas provincias, fuese tal que me- cesitados, y era padre dulcísimo y pastor vigilantísimo de
reciese ser obispo, y de rnuy buena gana confirmó la toda la ciudad. Con entender de buena gana en todos
elección de san Ambrosio : el cual mientras que venía la los negocios de misericordia y caridad, no quería ser c a -
respuesta de Valentiniano, engañando á líis guardas, se samentero , ni aconsejar á nadie que fuésc á la guerra, ni
escapó otra vez, y se escondió en una casa de campo de ir á comer fuera de su casa : y lo que él hacia en esto,
un amigo suyo y caballero principal , llamado Leoncio, aconsejó á san Agustín que lo hiciese. En (odas las v i r t u -
donde estuvo hasta que venida la respuesta del empera- des se esmeró san Ambrosio, y fué dechado de los santos
dor, el imstno Leoncio le descubrió, por no contravenir á prelados y espejo de santidad, y tuvo menos que hacer
sus mandatos. ¿Oué persona ha habido en el mundo que en esto después que fué obispo , porque toda su vida
había sido (como dijimos) muy honeslo y muy moderado.
518 LA LEYEXDA DE ORO. DIA 7..
Ayunaba muyániMiudo y casi no comia ningnn dia á la dad, ó seíiabian pegado de ellaá los cristianos: porque en
mafiana , sino eran los sábados y domingos, y las fiestas el primer dia del año solian los genliles hacer grandes ex-
solemnes de algunos mártires, y siendo para lodos bnma- cesos en sus comidas y bebidas, y ritos sacrilegos, y para
nísimo y suavísimo, para sí solo era rígido y severo. Fué arrancar esta mala costumbre, se insliluyó en la Igifsia,
tan Immildc , que con tenerle todos por un oráculo de que los fieles ayunasen aquel dia, y se celebrase la liesla
sabiduría, y varón elocucnlísimo, él daba á censurar á de la Circuncisión. También quitó los convites que se solian
otros las obras que escribía, y se sujetaba á su juicio , y hacer en la Iglesia en las festividades de los mas ilustres
cuando le avisaban de alguna falla, bacia gracias por ello, mártires : porque aunque al principio se habían introduci-
y lo tenia por singular beneficio ; y así dice en una epís- do para ejercitarla caridad y dar do comer á los pobres;
tola, escribiendo á Sabino , obispo de I'lacencia : «Cada mas después poco á poco el buen uso se babia pervertido,
uno se engaña en sus escritos, y leyéndolos, mucbas co- y parecían ya mas fiestas de genliles, que refección de
sas se lo pasan por alto : y como los bijos aunque sean cristianos. Pero en ninguna cosa puso mas cuidado que en
feos, agradan á sus padres; así los escritos mal c o m - procurar que el clero resplandeciese en toda virtud, espe-
puestos, deleitan á sus autores : » y en otra epístola para cialmente en la honestidad y liberalidad con los pobres; y
el mismo, que es la octava : «Yo (dice) tengo por bene- que cuanto los clérigos católicos estaban mas apartados de
ficio, cuando alguno que lee mis escritos, me dice lo que los arríanos en la doctrina, tanto mas lo estuviesen en las
no le agrada ; poique aun en las cosas que sé , puedo costumbres, entendiendo lo que importaba para el bien de
engañarme: otras no se advierten, otras á algunos no toda la república, que los ministros de Üios vayan delante
suenan tan bien como pretende su autor.« nías porque en y muevan á los demás con su ejemplo. Por esto, cuando
las cosas eclesiásticas y divinas todavía era nuevo, le e n - moría algún santo sacerdote, lloraba amarguísimamonle y
vió nuestro Sefior á Simpliciano , varón perfecto y de co- daba dos causas de su llanto: la una, el haber muerto a n -
nocida santidad y doctrina , el cual por orden de san Dá- tes que no é l ; y la otra, el detrimento que recibía la I g l e -
maso , papa en aquella sazón, vino á Mitán, y tomando sia, por ser raros los varones santos y dignos de tan alto
amistad con san Ambrosio, le informó de los usos loaldes, grado. A esta causa se desvetaba mucho en buscar perso-
y ritos sagrados de la Iglesia romana , para que por su nas de excelente virtud y ciencia, para que fuesen obispos:
mano se plantasen en Milán, y se edificasen monasterios y con este zolo procuró después do la muerte de san Filas-
de personas religiosas , que anbelasen á ia perfección, trio, obispo de llressa, que le sucediese san Gaodencio,
como las habia eu Umita, y así se hizo uno en los arraba- auiH|iK! con gran repugnancia suya; y á san Vigilio, obis-

lesde Milán, y de él hace (con gran loa) mención san j po de Trenlo (que después fué m á r t i r ) , le instruyó san
Agustín : y siempre tuvo san Ambrosio á san Simpliciano Ambrosio en lo que babia de hacer para ser digno minis-
por su padre y maestro espiritual. Fué tan misericordioso tro de Dios, y le escribió una epístola, dándole la forma d»
y tan liberal para con los pobres, que por remediarlos y santo y verdadero prelado, teniendo en todo ardiente zelo
rescatar á los cautivos, vendía los vasos ricos y sagrados de la gloria del Señor, y del bien no solamente de su I g l e -
de la Iglesia, lo cual alabó mucho é imitó después san sia, sino también de las otras.
Agustín : y el mismo san Ambrosio decía , que la Iglesia Después que san Aml rosio hubo gobernado su Iglesia
tenia oro , nó para guardarlo , sino para dislrihuirlo y algunos años, tuvo necesidad de ir á Roma. En el camino
gastarlo en las necesidades de los pobres. En sus sermo-* se dice, que le acaeció un caso muy raro y extraño. L l e -
nes y pláticas siempre que se le ofrecía ocasión exhortaba gó á un mesón de un hombre rico, y abastado de todos los
á las doncellas que conservasen su virginal pureza y la bienes que el vulgo ignorante llama bienes de fortuna.
consagrasen á Jesucristo, y le tomasen por esposo. Predi- Preguulóle el santo cómo le iha, y los hijos y bienes que
caba muchas veces de esto , y bacia poco fruto en Mi- tenia, Y él con grande alegría le comenzó á contar sus
lán, mas la virtud de sus palabras salía fuera de aquella prosperidades; porque tenia mucha salud y muchas r i -
ciudad , y el olor y fragancia de tan celestial doctrina quezas, con curso de felicidad tan r a r a , que nunca había
atraia muchas almas puras y doncellas caslísimas, que v e - experimentado en cosa alguna adversidad, dolor ni amar-
nían á Milán de Placencia, de Bolonia y de la misma África, gura. Luego que oyó esto el santo prelado, acordándose
para dedicarse al Señor, y así dice ei mismo santo: «Dirá de aquellas palabras que, hablando de los pecadores, dijo
alguno: Tú cada dia nos predicas las alabanzas de las vfr. Job : Pasan sus diascon contento, y en un punto descien-
genes. ,-.Oüé haré que cada (lia las predico y ninguna den al infierno: movido de Dios se levantó, y dijo ásus
co¿a aprovecho? Mas nó por mi culpa. Aquí vienen m u - compañeros: Vámonos presto de aquí, porque la ira do
chas vírgenes para tomar el velo; y tratando yo esta m a - Dios viene sobre esta casa; para que no nos tome en ella.
teria en este lugar, muevo á los que están fuera de é l ; si Salió á priesa, y á poco espacio que habia andado, se abrió
así ha de ser, mejor será que la tratemos en otra parte, la tierra y traga la casa y á lodos los que estaban en ella;
para que os persuadamos á vosotros. Los que no me oyen y eu aquel lugar se hizo una laguna, que quedó después
siguen mi doctrina, y los que me oyen no la siguen.» para memoria de un caso tan raro y tan notable, y que
Esto es de saaAmbrosio. Compadecíase mucho de los pe- tamhieu nos enseña que la felicidad del malo os azo!e de
cadores, y dábales de buena gana la mano, para que hicie- Dios no conocido; y cuán poco hay que fiar en la prospe-
sen penitencia ; y cuando alguno venia á confesar sus pe- ridad de los que al mundo ciego parecen bienaven-
cados, se enternecia sobremanera y derramaba tantas l á - turados.
grimas, que ablandaba los corazones de losquese confe-
Volvió de Roma san Ambrosio á Milán, y Uivo grandes
sab ui con él, ó lo descubrían su conciencia, por mas duros
contiendas y graves dificultades con los arríanos, que to-
y empedernidos que fuesen. Procuró desarraigar algunos
davía eran muchos: aunque al principio, con el favor del
abusos y supersticiones que habían quedado de la gcnlili-
emperador Justiniano (que era católico príncipe, y luvu
DIA 7. DICIEMBRE. ÍH9
lanío respeto á san Ambrosio, que le dijo, que le avisase y cerlo en la igleeia, y eefialóles el día siguiente: y para
le reprendiese, y como médico espiritual curase su alma, cumplir su palabra fué á la iglesia, donde habia concurri-
como lo mandaba la ley de Dios) los amaños esluvleron do gran número de gente para oirle. Estuvo aguardando
mas que qnielos; y lambien en tiempo del emperador Gra- buen rato que viniesen aquellos caballeros, que le habían
ciano, hijo de Valenliniano, quo había sucedido á su pa- pedido la declaración de aquella cuestión; pero ellos h a -
dre, se reportaron y entretuvieron: porque Graciano fué ciendo poco caso del santo, se fueron al campo para hacer
religiosísimo príncipe, y devolísimo de san Ambrosio, y mal á los caballos ¡ mas á deshora cayeron de ellos á
1c reverenciaba como á padre, y por sus oraciones alcanzó tierra, y se quebrantaron de manera que allí acabaron sus
grandes victorias de los bárbaros, y aprendió de él, que vidas. Tenia Graciano en su servicio un criado muy favo-
las victorias se alcanzan mas con la piedad y virtud de la recido, llamado Macedonio, el cual, yendo san Ambrosio á
fé, que no con el esfuerzo y apáralo de los soldados. Pero su casa, para rogarle por cierto hombre miserable, le
como Valenliniano, su hermano, era también emperador mandó cerrar las puertas, y se le negó. Entonces el santo
y niño, é hijo de Justina, arriana, mujer que habia sido con espíritu pnQfétíco le dijo: Tú también vendrás algún
del emperador Valenliniano, su padre; los ai rianos, con- tiempo á la iglesia, y hallando las puertas abiertas, no po-
íiados en el favor y poder de Justina (que como madre dei drás entrar; y así le sucedió poco después, que buscán-
emperador podía mucho, y deseaba con gran rabia ampa- dole Máximo, tirano, para matarle, huyó Macedonio á la
rar y propagar su falsa religión), cobraron grandes brios iglesia, y estando las puertas abiertas no pudo hallar e n -
y determinaron atropellar al santo prelado Ambrosio, para trada, y cayó en manos de sus enemigos. Estos encuentros
que vencido un capitán tan valeroso, los demás se rindie- y otros semejantes tuvo san Ambrosio con los arríanos, en
sen y el campo quedase por ellos, l'ara esto, siendo muer- vida del emperador Graciano: mas con su muerte cobró
to el obispo de Sirmio (que era la metrópoli de la p r o v i n - gran fuerza la herejía, y creció aquella llama coo los so-
cia de Esclavonía), procuraron que fuese elegido uno de plos de Justina que la atizaba. Procuraron que se hiciese
su secta por obispo: mas san Ambrosio, por ser negocio de un obispo de su secta, para oponerleá san Ambrosio, y nom-
mucha importoncia, fué á Sirmio, y con gran valor se braron á un scita de nación, que se llamaba lambien A u -
opuso á Justina y á lodos los arríanos, y no se partió de xencio, como el predecesor de san Ambrosio, y muy pare-
allí hasta que Avemio, varón calólicoy de probada virtud, cido á él en la maldad. Pero porque este nombre de A u -
fué elegido por obispo. Sucedió aquí una cosa digna de xencio era odioso en la ciudad, disimulando su propio
ser referida, para entender el zelo de san Ambrosio, y la nombre, le llamó Mercurino. Pues el falso obispo y nuevo
desvergüenza de los herejes y el castigo que da Dios á los Auxencio provocó á san Ambrosio á disputar públicamen-
que se atreven á sus santos. Estaba san Ambrosio un día te de la fé, tomando por jueces arbitros á hombres segla-
predicando en un lugar alto, y exhortando con gran fer- res y gentiles. No vino en ello el santo, nó por no querer
vor al pueblo que se eligiese por obispo persona católica, disputar, sino porque era cosa nueva é indigna de la m a -
y digna de aquella silla. Oíanle muchos arríanos, hom- jestad de la Iglesia, que los seglares juzgasen de las c o -
bres y mujeres, y entre ellas una doncella mas ataviada y sas eclesiásticas, y los gentiles de las sagradas: y por ma.s
olvidada de la modestia virginal, subió al pulpito, y con que Valenliniano, como muchacho y engañado déla ma-
rostro turbado y feroz asió de las vestiduras del santo pre- dre hereje, procuró que se disputase, jamás pudo vencer
lado, y comenzó á tirarle fuertemente, para que cayese al fuerte y constante pecho del santo prelado: alegando
allí á los piés de las otras mujeres amanas, y correrle y la coslumbre antigua de la Iglesia, y que los sacerdotes
maltratarle. Volvióse á ella el santo, y díjola con mucha debeu juzgar á los emperadores, y nó los emperadores á
paz: Aunque yo soy indigno del sacerdocio, no le convie- los sacerdotes. Tampoco pudo alcanzar de san Ambrosio,
ne á ti ni á tu estado poner las manos en cualquier sacer- que diese una iglesia de Milán á los arríanos, para cele-
dote : y así debes temer el juicio de Dios : mira no le ven- brar sus ritos sacrilegos, y ceremonias: y diciéndole Ca-
ga algún desastre por este atrevimiento. Dijo estas pala- lígono, camarero mayor de Valenliniano: ¿Viviendo yo, le
bras Ambrosio, y Dios nuestro Señor, allí delante de todos atreves tú á menospreciar á Valenliniano'? Yo te corlaré la
la castigó, quitándole súbitamente la vida : y el santo, cabeza. Respondió el santo (como él mismo lo renero :
para pagar con mansedumbre y oficio de caridad la afren- Dios permita que cumplas lo queamenazas; porque yo pa-
la que la desventurada mujer le habia hecho, al día s i - deceré lo que debe padecer un obispo; y tú harás lo que
guiente la acompañó á la sepultura. Dos obispos arríanos, conviene á tu persona. No temo tus amenazas, porque tú
llamados Claudio y Secundiano, fingiendo ser católicos, puedes matar ai cuerpo; mas no puedes malar el alma.
importunaron al emperador Graciano que mandase juntar Puedes quitarme la vida; mas nó el merecimienío, por-
concilio general, para tratar délas cosas de la fe. San A m - que el alma á solo Dios está reservada, y nó á la potestad
brosio lo resistió, y procuró que se congregase en A q u i - de la tierra. ¿Piensas que me haces daño ? Antes me haces
leya un concilio de los obispos occidentales que quisiesen gran beneficio, quitándome una vida temporal, para quo
venir, y en él se halló san Ambrosio; y con su grande es- suceda la bienaventurada y eterna. Yo suplico á Dios que
píritu, doctrina y abtoridad, reprimió y confundió á ios lodos los enemigos de la Iglesia la dejen á ella, y asesten
herejes, y ensefió á todos, que los sacerdotes debían ser contra mí todos sus tiros y máquinas, y harten su sed con
jueces de legos, y nó los legos de los sacerdotes. Otra vez mi sangre. Estas son palabras de san Ambrosio. Pues como
dos caballeros de la cámara del emperador Graciano, que Justina viese que todas sus trazas se le deshacían, y que
en su corazón eran arríanos, y por dar contonto á su no bastaba el nombre y autoridad del emperador su hijo,
principe se mostraban católicos: para hacer burla de san para vencer á san Ambrosio, y que mientras que él estuviese
Ambrosio, le rogaron que les declarase el misterio de la en Milán, no podía hacer progreso su falsa religión; con-
encarnación del Yerbo cierno, rrometió el santo de h a - sumiéndose de dolor, saña y furor, delerrainó echarle do
520 LA LEYENDA DE ORO. DIA 7.
la ciudad y desterrarle. Y porque era cosa muy dificultosa ¿quién podrá ofender, al que Dios defiende y guarda? En-
poderlo hacer, por el amor grande que todo el pueblo le torpeciósele al miserable hombre el brazo: sécamele la
tenia, y cuidado y asistencia con que guardaba su prela- diestra, con (pie queria descargar el golpe: comienza á
do, prometió grandes premiosa los que por cualquiera via temblar y á mudar de colores; y atónito y como fuera do
y arte en esto la sirviesen con su intento. Hallóse uno por sí, échase á los piés de san Ambrosio: pide y alcanza per-
nombre Eutimio, mas atrevido que los deiuás, el cual hizo don y entera salud. No bastó este milagro para dar seso á
un dia poner un coche á punto en una casa cerca de la los herejes, y vista á los ciegos, y blandura de corazón á
iglesia, para arrebatar de improviso al obispo, cuando sa- los que estaban tan empedernidos y obstinados; ántes
liese de ella, y llevarle al destierro antes que el pueblo le buscaron nuevas invenciones para pelear contra Dios y
pudiese defender. No le salió como pensaba, porque Dios contra su sanio. Y porque todas las humanas que hasta
guardó al santo : y Eutimio al año siguiente, por un d e l i - allí habian usado no habian sido de proveibo, convirlié-
to que cometió, fué desterrado de Milán, y llevado á su des- ronse á las diabólicas, pretendiendo por medio délos d e -
tierro en el mismo coche que él tenia aparejado para lle- monios alcanzar lo que por otras vias no habian podido.
var á san Ambrosio, como otro Aman que murió en la Para esto pagaron á un hechicero y gran nigromántico,
horca que tenia aparejada para Mardoqueo. Todo esto llamado Inocencio, para que usando de su arte mágica
era echar aceite en el fuego, y encender mas el furor de deshiciese aquella amistad y benevolencia tan rara que
Justina y do los herejes contra el santo prelado, y contra habia entre san Ambrosio y el pueblo de Milán, enlre el
los cutólicos que siempre velaban, aparejados á morir pastor y su ganado; para que quitando aquel vínculo de
por él. amor y la guarda que toda la ciudad hacia á su santo
Para dar al pueblo algún alivio, ordenó el santo que se prelado para ampararle, mas fácilmente le pudiesen aca-
cantasen en Milán los salmos y los himnos, como se usaba bar. Hizo el mago Inocencio su oficio: sube una noche so-
en las Iglesias de Oriente, y -acrecentó las vigilias y los bre el tejado de la casa de san Ambrosio: convoca á los
ayunos para aplacar al Sefior y á sus soldados con su pa- espíritus malignos : vienen á su mándalo: ordénales lo que
trocinio: y asile tuvieron del cielo con los cuerpos de los han de hacer: quiérenlo ejecutar; y no pueden. Vuelvo
gloriosos mártires san Gervasio y Protasio, que en aquella otra vez, y con hechizos y encantamientoj mas fuertes los
sazón se descubrieron por una revelación que tuvo san aprieta y manda que maten á san Ambrosio; pero como
Ambrosio; é hizo Dios tantos y tan grandes milagros por él estaba guardado de la mano de Dios, y cercado de á n -
intercesión de estos santos, en confirmación de la fé geles para su defensa, no pudieron llegar, no solamente
que san Ambrosio predicaba, y en alabanza de la san- á su persona, pero ni aun al umbral de su puerta, como
tísima é individua Trinidad, que impugnaban los a m a - el mismo nigromántico, después de la muerte de la empe-
ños, que convencidos y confusos reprimieron algo su f u - ratriz Justina, confesó estando preso y siendo atormentado
ror, aunque no por esto se enmendaron. Sallan los demo- por otro delito que habia cometido, sin poder hacer otra
nios de los cuerpos que atormentaban, dando alaridos y cosa; poi que el ángel de guarda de san Ambrosio le m a n -
confesando que eran atormentados de los santos mártires, dó y apremió para que lo dijese.
y aun del mismo san Ambrosio, como escribe san Agustín, Dura cosa es pelear contra Dios, y tirar coces contra el
rogándole que los dejase y perdonase. Pero no por estose aguijón. Pensaba Justina que con su impiedad y rabia m u -
convertían los herejes; antes ahogaron á un arriano de los j e r i l , y con las armas y potencia de su hijo Valentiaianoi
suyos, en quien habla entrado el demonio: porque á podría contrastar con Dios y derribar el muro inexpugna-
grandes voces clamaba, que de aquella manera habian de ble de la fé católica; mas cuando mas descuidada estaba,
ser atormentados los que no creian la unidad de la santí- levantó Dios contra ella y contra su hijo á Máximo, tirano
sima Trinidad que enseñaba san Ambrosio. Verdad es que que habia hecho matar engañosamente al emperador Gra-
uno de los principales de aquella secta, y mas agudo y sa- ciano: el cual, por lavar aqueda mancha de sangre ino-
gaz disputador, se convirtió á la fé católica : porque es- cente que habia derramado, y mostrarse príncipe católico
tando en la iglesia, vió un ángel á la oreja de san Ambro- y zeloso de la paz y unión de la Iglesia, escribió cartas al
sio, como proponiendo las palabras que habla de decir al emperador Yalentiniano, exhortándole á mirar por la fé
pueblo. Los demonios, forzados del poder de Dios, confe- católica, y defenderla como lo habia hecho el emperador
saban la verdad católica, y los herejes usando mal de l a Yalentiniano su padre, y amenazándole que si no lo hacia,
libertad que Dios les habia dado, la negaban, blasfemaban él le haria cruda guerra, buscando con esta ocasión color
y perseguían: y cuanto el Señor con mayor claridad y para hacerla, y valiéndose de la religión para sus intentos,
resplandor manifestaba la virtud de su siervo Ambrosio, y como suelen los políticos; y en efecto, al mismo tiempo
con milagros y prodigios confirmaban su doctrina; tanto juntó un poderoso ejército para pasar los Alpes, con gran-
ellos mas cerraban los ojos por no ver la luz, y aborre- de espanto y terror de toda Italia, y del pobre mozo y e n -
cían al maestro que con ella los queria alumbrar. Viendo, gañado emperador Yalentiniano y de Justina su madre: los
pues, que todas sus artes y embustes les sallan vanas, d e - cuales se vieron tan apretados, que para refrenar y dete-
terminaron dar la muerte al que con tanto estudio procu- ner á Máximo, determinaron enviarle una embajada; y
raba darles la vida. Enviaron un hombre facineroso y t e - dejando todas las otras personas importantes y principales
merario, para que matase en su casa al santo prelado: de su imperio, pusieron los ojos en san Ambrosio, y con
entró el hombre armado de hierro y furor: y como san grande instancia le rogaron que tomase aquel trabajo, y
Ambrosio (como dijimos) no tenia guarda ni portero, pasó fuese á la ciudad de Tróveris, donde estaba Máximo (á
hasta donde el santo estaba, y alzó la mano para herirle quien ya otra vez habia sido enviado después de la muerte
con la espada desnuda que llevaba: pero ¿qué puede la de Graciano, y era de él muy conocido y estimado), para
bravesa y locura humana contra el poder de Dios ? V establecer la paz entre ellos y pedirle el cuerpo del e m -
DIA 7
DiciEMinii:. m
penuloi1 Graciano para eiilci rai'lt!. líl tianto ubispo, olvida-
y no fueron admitidos; porque muchas cosas habia yo oido
do de lodas las injurias que le habían hecho, y acordándose
dignas de remedio, y habiéndoselas avisado no se enmen-
de la clemencia del Scfior, y compadeciéndose de Italia,
daron. Y por esto como saliendo de sí, comenzaron á v e r -
condescendió con sus ruegas, y se puso en camino y h a -
ter la ponzoña de que estaban llenos, y á ser un incentivo
bló con Máximo: y aunque esta vez fué tratado de él cor-
de todos los vicios.» Esto es de san Ambrosio: el cual de
losiutinle, entendió sus intentos, y que con nombre de paz
tal manera persiguió á Joviniano y á sus cómplices, que los
quería hacer guerra y engañar á Valentiniano; y así le
echó de Milán y de toda su comarca: aunque fueron tan
avisó de ello, y que se recatase de máximo, y le mirase á
atrevidos que fuéron á Roma, pensando poder engañar con
las manos, mas que ú las palabras que decía. No se recaló
su hipocresía á los fieles; mas por la diligencia de Pama-
Valentiniano; antes envió otro embajador que fué Domni-
quío, varón nobilísimo y amicísímo de san Gerónimo, Sí-
no, creyendo con ruegos y sumisiones impetrar la paz. Dió
ricío papa, juntando el clero de Roma, los condenó, y la
Máximo buenas palabras al nuevo embajador, que volvió
doctrina que enseñaban; y el mismo san Gerónimo escri-
á Italia muy contento, pensando que dejaba asentada la
bió dos libros doctísimos contra ella, y el emperador Ho-
paz: pero luego tras él, vino Máximo con su ejército, y pasó
norio, hijo de Teodosio, desterró á Joviniano á una isla
los Alpes ai improviso y entró en Italia tan de repente, que
apartada. También tuvo san Ambrosio mucho trabajo en
apenas Valenliníano y Justina so pudieron escapar y huir
tiempo de los dos hermanos emperadores Graciano y V a -
á las parles de Oriente para que Teodosio, que las gober-
lentiniano en resistir á muchos de los senadores romanos
naba y era consorte en el imperio, los amparase y los l i -
(cuya cabeza era Símaco), que se restituyese en Roma la
brase de las manos de Máximo, como después lo hizo. H u -
adoración de sus dioses, y los estipendios que se solían dar
bo en Milán grande espanto por la venida del ejercito de
ánles á sus sacerdotes y minísiros: y enviaron sus e m -
Máximo, y todos á porfía querían salir de la ciudad, y h u -
bajadores á los emperadores, para impetrarlo, á los cuales
yendo, salvarse. Hablóles el santo prelado, y exhortólos
se opuso san Ambrosio, y persuadió á los mismos empera-
á hacer penitencia, ensenándoles que ella era el mejor r e -
dores que no lo concediesen, y respondió gravísima y dec-
medio y la mas segura guarda que podían hallar: «¿Para
lísímamente á todas las falsas razones (pie los gentiles ale-
qué (dice) huyes de tu patria? Si quieres ser salvo, huye
gaban en contrario. Pero volviendo á lo que ánles decía-
de tus pecados. Si dejares de pecar, el enemigo es vencí-
mos de Teodosio, después de aquella insigne victoria que
do. » PeiK) Máximo, después que buho destruido con su
tuvo de Máxím», tirano, y de su ejército; los que habían
ejército aquella noble parte de Italia, y arruinado muchas
seguido el bando de Máximo, temieron ser de él castiga-
ciudades, talado los campos y hécbose sefior de muchos
do?, y llenos de pavor y temblor, suplicaron á san Ambro-
pueblos, viendo que no había quien le resistiese, mitigó
sio que les impetrase perdón del emperador; y el santo
su furor y comenzó á ganar con beneficios las voluntades
sacerdote lo hrzocon tan grande piedad y eficacia, que a l -
de la gente, y dar á entender que no había venido armado
canzó del emperador todo lo que quiso; castigando á solos
para usurpar el imperio, sino para que la fé católica se
Ires que eran las cabezas, perdonó á lodo el ejército de
conservase limpia y entera, queriendo cubrir su tiranía con
Máximo, y tuvo cuenta que sus hijas y su madre no pade-
capa de religión. Con esto tuvo mas quietud san Ambrosio,
ciesen, envíándoles lo quebabian menester: y dando á los
y ménos que batallar con los herejes arrianos. Pero m u -
príncipes ejemplo de clemencia, y venciendo la misma
cho mas se confirmó y estableció la fé católica después que
victoria con dar la vida á los que ella habia dudo potestad
el emperador Teodosio venció y mató á Máximo: porque
de quitársela: y todo esío por ei consejo é intercesión de
aunque como hombre piadoso y modestísimo, no quiso to-
san Ambrosio. Aunque no le fallaron algunos encuentros
mar para sí el imperio occidental, ánles le restituyó á V a -
con el mismo emperador, en los cuales no sabe el hombre
lenlmíano', pero siempre quedó con grandísima autoridad,
de que se deba mas admirar, ó de la religiosa humildad
y como padre del mismo emperador Valentiniano, que
y obediencia de Teodosio, ó del valor y constancia en d e -
muerta ya su madre Justina, reverenció y obedeció á san
fender la autoridad de la Iglesia, del sanio obispo: porque
Ambrosio. Estando Teodosio en Milán, favoreció por exire-
habiendo ciertos monges, por inslígacion de su obispo,
mo A los católicos, y persiguió á los arrianos; y san A m -
quemado una sinagoga de judíos en un pueblo llamado
brosio triunfó de ellos, y la religión católica de la perfidia,
Calínico, en las pai tes de Oriente, y quejándose gravemenlc
y de la mentira la verdad.
los judíos, y haciendo grande instancia para que. fuesen
Pero si fallaron los herejes arrianos, no faltaron oíros castigados los autores de aquel Incendio; el emperador
monstruos que en aquel mismo tiempo salieron del infier- mandó que á su costa reparasen aquella sinagoga. Súpolo
no, para turbar con nuevos errores la tranquilidad de la san Ambrosio, y escribió á Teodosio una carta en que lo
Iglesia: porque Joviniano, monge, y otros que habían es- suplicalKi que revocase aquel mandato, y en ella le dice
lado cu aquel monasterio (que dijimos haber edificado san estas ¡¡alabeas: «Vo te mego, que oigas con paciencia lo
Ambrosio en Milán), con la máscara de ayunos y penilun- que digo: porque sí no merezco que tú me oigas, tampoco
cias, disimulando sus maldades, apostatando de la instilii- seré digno de ofrecer sacrificio por lí, ni á quien tú enco-
cion monástica y do la fé católica, comenzaron á enseñar miendas tus deseos y oraciones. ¿Pues tú no oirás al que
doctrinas nuevas é inficionar las almas de los que las deseas que sea por ti oído? ¿No oirás al que ahora trata
creian: de los cuales dice san Ainhiusio e s ^ palabras: de su causa, habiéndole oido cuando trataba las ajenas?
«Estuvieron con nosotros; pero no eran de nosotros - a y u - ¿No temes tu mismo juicio, y lo que de él se sigue; quo
naban, estaban encerrados en el monasterio: no había teniéndome por indigno de sor oído de tí, declaras que soy
libertad para darse á deleites deshonestos, ni h parlerías y ¡tidiguo de ser oído por ti? Tanto mas quo no conviene al
contiendas: y como eran delicados, no pudieron sufrir este emperador negar la libertad de hablar, ni al sacerdote no
genero de vida. Salieron del monasterio: quisieron volver decir lo que siente.» Esto es de san Ambrosio. V aunque
TOBIO III. 66
m ORO. I,IA 7.
m LA LIÍYE.NDA
Ambrosio: ¿Pues qué penitencia mostráis vos de mi d e -
no ablandó csla epístola á Toodosio , después hablán-
¡ilolan atroz? ¿Quemedicina habéis aplicado á una llaga
dole en la iglesia, 1c persuadió lodo lo que quiso, y libró
(angrande y !an diíicullosa de sanar? Eslo tocaá vos (dijo
al obispo y á los monges de la pena y casligo que lenian
el emperador), el darme los remedios, y á mí el acep-
de congoja en que oslaban.
tarlos. Y habiendo obedecido á lodo lo que le mandó el
Pero mucho mas dificultoso y glorioso para san Ambro-
valeroso obispo, y siendo absueltoporél, entró el fidelísimo
sioy para'Teodosio, fué lo que le sucedió cuando el e m -
y gloriosísimo emperador en la Iglesia, y postrado en el
perador q u H O entrar'én la iglesia, y el sanio obispo le
suelo y mesándose los cabellos é hiriéndose en el rostro y
cerró la puerta: que aunque es cosa sabida y tan predi-
regándola tierra con rios de lágrimas, comenzó á pedir
cada y alabada de tantos y tan graves escrilores; por ser
perdón de sus pecados, y decir aquellas palabras del real
memorable y digna de ser imitada de todos los príncipes
profeta David : «Mi alma está abrazada con la tierra : v i -
cristianos, en suma la referiré yo aquí, llabian los de la
viíicadrne, Sefíor, como lo habéis promelido.» Esta fué la
ciudad de, Tesaiónica muerto tumultuosamente á un maes-
constancia y grandeza de espíritu, nó humano , sino
tre de campo y ministro del emperador. Sintiólo muebo y
divino que tuvo san Ambrosio: y este el ejemplo quede su
quísolos castigar; pero después poi las buenas razones que
devoción y modestia dió Teodosio, del cual dice san Agns-
san Ambrosio le dijo, se mitigó. Mas como hay laníos l i -
t i n : «Quiso Dios que Teodosio, emperador, hiciese p ú -
sonjaros en los palacios de los príncipes, y laníos (pie los
blica peniiencia delante del pueblo, para que todos l o m á -
ali/an y echan leña en el fuego, no fallaron en el de Too-
semos ejemplo de hacerla cuando fuese menesler ; y que
dosio criados y privados suyos que le incitaron á casligar
ni el pobre ni el rico, ni el oficial ni el caballero y seilor
sevcramenle aquella injuria y á volver por su reputación;
tengan vergüenza, ni se afrenten de hacer lo que hizo el
y en fin le persuadieron á hacer un cruel mándalo, por el
emperador:» y el mismo san Ambrosio dice: «¡So se aver-
cual en espacio de tres horas fueron mueriasen Tesaióni-
gonzó el emperador de lo que se avergüenzan los pobres:
ca siete mil personas del pueblo, sin tener cuenta dequién
ni después no se le pasó dia que no llorase aquel pecado.»
efa culpado y (piién inocente. Afligióse sobremanera san
Mas en es!e mismo caso sucedió olra cosa muy digna de
Ambrosio por la sangre que se habia derramado, y por el
nolar, que habiendo entrado el emperador denlro del coro
amor que tenia al que la habia mandado dei ramar; y
para ofrecer, se quedó en él pata oirmisa : y san Ambro-
para que se reconociese é hiciese penitencia de tan grave
sio le envió á decir que aquél no era su lugar, sino de los
culpa, un día que el emperador iba á la iglesia, el cons-
sacerdotes; porque la púrpura puede hacer emperadores,
tanlisimo prelado le salió á la puerta, y con palabras g r a -
mas nó sacerdotes: y el emperador con extremada modes-
vísimas y de grande majestad le mandó que no entrase
tia respondió, que no habia sido alrevimiento el quedarse
basta que reconociese su pecado é hiciese pública peniten-
en aquel lugar sino hacer lo que habia visto que se usaba
cia do él. El emperador le obedeció y se volvió á su casa,
en Gonslanlinopla, y que hacia gracias al obispo por aquel
y estuvo ocho meses llorando y gimiendo con tan grande
aviso y corrección: lo cual se le asentó de tal manera en
seiilimienlo y dolor, que solo el leerlo pone grande admi-
su pecho, que volviendo á Gonslanlinopla, entrando en la
rarion y devoción; porque estando un día Teodosio des-
iglesia, nunca quiso sentarse en el coro de los sacerdotes,
baciéndoce en lágrimas, se llegó á él un gran privado s u -
por mucho que Nectario, arzobispo de Conslanlinopla, se
yo que se llamaha Ruíino, y le preguntó qué era la causa
lo rogó: antes suspirando, d i j o : Apenas he entendido la
de su dolor; y él, soltando aun mas las riendas y las l á -
diferencia que hay entre el emperador y el obispo, y be
grimas, le respondió eslas palabras: Tú no sientes mis
hallado al maestro de la verdad; porque á solo Ambrosio
males ni mis daños; mas yo simo y lloro mi desventura,
conozco por obispo digno de esle nombre. Finalmente, el
porque considero con cuánta facilidad pueden entrar en el
emperador Teodosio, por su gran piedad y por las exce-
templo de üios los pobres y los criados y rogar al Sefior
lencias y admirables virtudes de san Ambrosio, le honró
en é l : y que para mí está cerrada la puerta, no solamen-
mucho y le reverenció y obedeció, y por su consejo orde-
te del templo sino también del cielo; pues Oisto nuestro
nó muchas cosas provechosas y de grande utilidad para
Señor dijo á los sacerdotes: Todo lo que atáredes en la
toda la Iglesia católica, y por su ejemplo el emperador Va-
tierra, será atado en el cielo. YcomoRuüno le dijese, que
lentiniano quedó tan sujeto y rendido á la voluntad del
él acabaría con Ambrosio que le absolviese, le respondió
santo obispo después que murió Justina, su madre, cuanto
Teodosio: no lo h a r á ; poique yo conozco (pie es tan justa
ántes habia estado adverso por su inducimiento y persua-
y tan puesta en razón la sentencia de Ambrosio, que no
sión : como se ve en la oración que hizo el mismo san A m -
querrá quebrarilar la ley de Dios por respeto de la potes-
brosio, llorando con muchas lágrimas su desastrada muer-
tad imperial. Finalmente, habiendo pasado ocho meses en
te, que dió Arbogasles, su gran privado y capilan de su
llanto , llegándose la solemnidad de la pascua de Navidad
ejército en León de Francia, haciéndole ahogar en la c a -
vino el emperador á la puerta de la iglesia, nó para e n -
ma como infiel y traidor, por dar el imperio á Eugenio,,
trar por fuerza en ella, sino para pedir perdón y miseri-
su amigo, conlra loda justicia y razón. Mas el Señor, que
cordia á san Ambrosio: el cual, no sabiendo con qué á n i -
aunque permite los males no los deja sin castigo, castiga
mo venia, le reprendió como á tirano y quebrantador de
severamenle la traición de Arbcgasles y la tiranía de E u -
las leyes eclesiásticas; y d emperador con maravillosa
genio, dando una milagrosa victoria al emperador Teodo-
humildad le respondió: Yo no quiero quebrantar las l e -
sio corilra ellos, y haciendo que miserablemenle murie-
yes (pie tiene establecidas la Iglesia, ni entrar por fuerza
sen á sus manos: y el piadoso emperador, conociendo que
en ella: pero ruégote que me desales y me absuelvas de
aquella victoria tan grande y tan gloriosa no la habia a l -
sus censuras, y que te acuerdes de la demetiria del Se-
canzado con su valor é induslriani por la fuerza y núme-
ñor, y no me encierres la puerla que él abrió á lodos los
ro de sus soldados, sino por las oraciones de san Ambro-
que se arrepienlen de todos sus pecados. Aquí dijo san
DICIEMBRE. 523
sio, lo escribió Uiogo una caí la, avisándole de eila y r o - con solemnidad á la iglesia de los Apóstoles, é hizo Dios
gándole que hiciese gracias al Señor por aquel beneficio por ellos muchos y grandes milagros. Entre otros, muchos
que á él y á toda la cristiandad habia bocho, y san Ambro- endemoniados quedaban libres: y como en uno de ellos e
sio le respondió otra carta en que le dice estas palabras: demonio diese voces y dijese, que san Ambrosio g r a v e -
«Gracias sean dadas á Dios nuestro Señor, porque ha cor- mente le atormentaba; respondió el santo: Enmudece, m a -
respondido á nuestra fe y piedad, y nos ha representado ligno espíritu ; porque no te alormenla Ambrosio, sino la
aquel'a forma antigua de santidad y dojádonos ver en f¿ de los sanios y lu envidia; porque ves que suben los
nuestro tiempo, lo que leyéndolas Escrituras sagradas hombres al lugar de donde caiste; que Ambrosio no se
nos causa admiración. Pues en vuestras batallas se ha desvanece con tus palabras. También se habia hallado á n -
bailado el favor de Dios tan presente, que no han podido tesen Bolonia en la traslación del sanio m á r t i r Agrícola, el
las cumbres de los altos montes retardar el curso de vues- cual,.después de haber sido martirizado su criado Vital,
tra venida, ni las armas de los enemiiíns poner impedi- puesto en cruz y enclavado con muchos clavos, alcanzó la
mento á vuestro ejército. Por este beneficio queréis quo yo corona del martirio y fué enterrado con su criado en las
haga gracias á Dios nuestro Señor I yo las haré de buena sepulturas de los judíos; pero después se descubrieron los
gana, como quien también sabe vuestros merecimientos, santos cuerpos, y san Ambrosio, siendo convidado, fué á
porque cierta cosa es, que es agradable á Dios el sacrifi- la traslación de san Agrícola ^ y sacando su sagrado cuer-
cio que se le ofrece en vuestro nombre: y queriendo vos po, recogió los clavos y la sangre y el Irofeo de la cruz en
que esto se haga; ¿cuán grande devoción y fé mostráis en que habia muerto: y rico con el tesoro precioso de aque-
ello? Los oli os emperadores, para que quede memoria de llas reliquias, pasó á Florencia y las colocó debajo de una
sus victorias, mandan hacer arcos triunfales ó cosas se- iglesia, (pie una piadosa é ilustre matrona llamada Julia-
mejantes 5 pero vuestra clemencia quiere que se ofrezcan na habia edificado con nombre de san Lorenzo; aunque
sacrificios, ofrendas y acción de gracias por mano de los el pueblo la llamó Ambrosiana, por haberla edilicado san
sacerdotes. Yo, aunque indigno é inhábil para cosa tan Ambrosio. El cual, estando siempre ocupado en cosas lau
grande, quicroos decir lo que he hecho. Llevé conmigo al altas y de tanto servicio de Dios, y esparciendo por todo el
ídtar la carta de vuestra piedad, púsola sobre el altar, y mundo como un sol los resplandores de sus esclarecidas
cuando llegué á ofrecer el sacrificio, la lomé en la mano, virludes y los rayos de su celestial doctrina, y quebran-
para que vuestra fé hablase con mi lengua, y los caracté- tando á ¡os boreies, espantando á los tiranos, y enseñando
res imperiales en aquella ofienda hiciesen el oficio de } bumillandoá los príncipes de la tierra, y peleando como
sacerdote. Verdaderamente que el Señor se muestra p r o - esforzado soldado las batallas del Señor; deseoso ya de
picio y favorable al imperio romano: pues le ha dado tal salir de la cárcel de este cuerpo, entendió que se acerca-
principe, cuya virtud y suma potesla;! en la cumbre de tan ba el tiempo de su gloria y relribueion; y así dijo á sus
grande imperio y tan esclarecido triunfo, está acompaiVi- familiares que estarla con ellos hasta la pascua siguiente,
da con tan profunda humildad (pie ha vencido en valor á y nó mas. Pocos dias antes que cayese malo en la cama,
los emperadores y en humildad á los sacerdotes. ¿Qué ten- escribiendo sobre el salmo 43 y dictando á Paulino (que
go mas que apetecer ó que desear? Todo lo tenéis, y para ora el que le escribia y el que refiere todo esto), s ú b i l a -
decirlo en una palabra, sois empei ador piadoso y domen- iiioiito una ¡¡ama de fuego cubrió la cabeza del sanio, y se
lisimo; y con todo esto deseo que cada dia crezcáis en le entró por la boca, y su rostro se demudó y se paró blan-
la piedad, que es el mas raro don que da Dios: para que co como una nieve; aunque poco después volvió á su acos-
por vuestra clemencia, así como la Iglesia de Dios se gozó tumbrado semblante, y no pudo acabar la exposición de
con la paz y tranquilidad de los buenos: así se alegro con aquel salmo; porque luego cayó malo de la enfermedad
el perdón de los pecados. Perdonad especiaImenle á los de la muerte (aunque fué algo larga) con grande y extraor-
que antes de ahora no han pecado.» Todo esto es de san dinario senlimienlo y ternura de toda la ciudad, y de los
Ambrosio, que con sus palabras alcVmzó perdón do Teodo- hombres pi udeutes que temian alguna gran calamidad, y
sio para los culpados; y el mismo Téodo.-io se echó á los la cuida del imperio romano, si fallaba el que con sus ora-
piós del sanio, confesando que por sus oraciones y mei e- ciones y merecimientos le sustoulaba. A esta causa el con-
cimienlos era salvo. Y habiendo mandado venir de Gons- de Estilicon, capilan general y grandísiino privado del em-
tantinopla á Arcadio y Honorio, sus hijos, y vecibiéndolos perador Honorio, envió al santo algunos caballeros a m i -
en la iglesia do Milán, les encargó á san Ambrosio y se gos suyos, para que le rogasen, que pues estaba en su
los encomendó para que los tuviese como hijos: y á ellos mano, alcanzase de Dios que so difiriese su muerte, para
les ordenó que le tuviesim y obedeciesen como á padre Y que con esa no viniesen juntamenlo los males que se te-
habiéndoles repartido el imperio y dado á Arcadio el de mían : y como ellos hiciesen su oficio é importunasen á
Oriente y á Honorio el de Occidente, murió d glorioso san Ambn.'sio; el los respondió aquellas palabras que tan-
emperador en iMilan el año del Señor de aflíí á los 17; de to alaba san Aguslin : No he vivido entre vosotros de m a -
enero, con gran llanto y senlimienlo de lodo el imperio, y nera que tonga vergüenza de vivir, iti temo morir, por-
parlicularmente de san Ambrosio que hizo una oración do que tenemos buen Señor. Estaban algunos diáconos y f a -
grandes alabanzas en sus honras y derramó muchas lá- miliares de san Ambrosio en la parle mas remóla de su
grimas; porque como en ella dice, cuando murió Teodosio, aposento tratanclo secretamenle entre si, quién habia de
no tenia tanto cuidado de sí, de su muerte, ni de sus hi jos' sucedorlj en el obispado, y nombraron con voz baja á san
como de. la paz y tranquilidad de la Iglesia. Poco dospuos Simpliciano; el sacerdote de Dios como si lo hubiera oido,
de la muerte de Teodosio, halló el sanio sacerdole los sa- aprobando lo que decían» dijo Ires veces en voz alia: Se~
grados cuerpos de los santos márliros Nazario y Celso, en nejo , sed bonus : Viejo es , pero bueno; y así lo si>-
un buerto fuera do los muros de la ciudad, y ios traslado eodio. Asistía al sanio en esta enfermedad san Casiano,
524 LA LEYENDA DE ORO. DIA 7.
obispo de Lodi, y una vez orando con ól, vio á nuestro Se- y comenzó á reírse; y el santo sacerdote, volviéndose á
ñor Jesucristo que venia á visitarle con una cara blanca, y él, le dijo: Tú que estás en pié, mira no caigas. Al mo-
alegre le acariciaba. Llegado ya el sábado santo, y estan- mento cayó Teódulo, y con su caída aprendió á no reírse
do san Ambrosio extendidos los brazo? y puestos en cruz, d é l a ajena. Volviendo san Ambrosio de Verceli á Milán,
haciendo oración en silencio, cerca de la noche, san Hono- pasó por Novara : y no queriendo detenerse en aquella
rato, obispo do Yerceli, que estaba en lo alto de la casa,oyó ciudad la cabalgadura en que iba, se paró y estuvo i n -
una voz tres veces que decía; Sur (je; festina; quiamodúre- moble sin poderla hacer dar un paso adelante, sin m o -
cessurus est: Levántate, dáte prisa; porque luego se ha de verse de donde estaba. Luego entendió, por revelación de
partir. Bajó luego y dióle el sacratísimo cuerpo de Cristo Dios, que debía visitar á san Gaudencio, que era varen de
nuestro Redentor: y habiéndole recibido con singular gus- gran santidad, y á la sazón estaba en Novara. Ilizolo así:
to y reverencia, dió su espíritu al que para tanta gloria luego la cabalgadura se movió, y fué á la casa de Gau-
suya le habia criado, poco ántes que amaneciese, el dia de dencio, al cual profetizó que seria obispo de Novara, y
Pascua de aquel año, que fué el de 397, á los í do abril, con el mismo espíritu profélico Gaudencio dijo á san A m -
siendo do edad de selonta y cuatro afíos, y cinco ántes brosio, que él no Je consagraría, sino otro; significando
que muriese san Martin, obispo de Tonts. Por donde se que presto había de morir.
ve, que no pudo ser loque algunos escriben, que san El mismo dia que murió, fué v i s t e e n las partes de
Ambrosio, estando para decir misa en el altar, se halló Órlente, estar en la congregación de. algunos monges, l l o -
en el entierro do san Martin, como lo notó el cardenal rar con ellos y poner sobro ellos sus manos. Otras m u -
Baronio. chas veces apareció á las personas (pie habian tenido de-
Hizo Dios nuestro Señor muchos milagros por la inter- voción con su sania persona en vida, y después de muerto
cesión de esto santísimo doctor en vida y en muerte. le invocaban y pedían su .favor. San Cenobio, obispo de
Cuando fué á Roma, yendo á decir misa en un oratorio de Florencia, y grande amigo de san Ambrosio (como él m i s -
una sefiora principa!, una mujer que estaba paralitica, mo lo refirió á t'anlinoque loescribe), muchas veces le vió
sabiéndolo, se hizo llevar en una silla donde él estaba, y orando, siendo ya muerto. Y cuando Radagasio, rey de
besó sus vestiduras; y poniendo el santo sacerdote sus los godos, puso cerco sobre la ciudad de Florencia con un
manos sagradas sobro la enferma, Juego cobró salud y ejéicito de doscientos mil hombres, san Ambrosio apareció
comenzó á andar. En Florencia posó en casa de un ilustre á los de dentro, y los favoreció y salvó la ciudad, y pere-
caballero, llamado Decente, que tenia un hijo por n o m - cieron todos aquellos bárbaros. Otro tanto casi sucedió en
bre Panselio, atormentado del demonio; y san Ambrosio Africa á Maszecel, capitán del emperadorHonorio, hacien-
le libró: y habiendo después muerto, le resucitó á instan- do guerra contra su mismo hermano Gildon, que se había
cia de la madre del mozo, echándose como otro Eliseo r e b l a d o conlra el emperador, porque encomendándose
sobre el cuerpo del difunto, y le restituyó á su madre, y Maszecel á san Ambrosio, que poco ántes habia muerto, lo
después le escrihió un libro, enseñando la forma que ha- apareció el santo y le esforzó y enseñó cómo había de v e n -
bia de tener, para vivir cristianamente. Después de la cer: de suerte que con cinco mil soldados desbarató, s e -
muerte de Teodosio, un hombre llamado Cresonio, t e - gún Paulo Orosio, sesenta m i l . y según Paulo Diácono,
miendo el castigo por un delito que habia cometido, se ochenta m i l . Otros muchos milagros hizo el Señor por san
entró en la iglesia como en lugar de refugio, y algunos Ambrosio, y el dia que le enterraron (que fué el sacratísi-
soldados de Eslilicon, por fuerza y con gran violencia le mo dia de Pascua) en la basílica AmJjrosiana, con innume-
sacaron del altar, donde estaba cercado de clérigos, y allí rable concurso de gente, no solo de cristianos, sino t a m -
cerca san Ambrosio haciendo oración, y llorando el pooo bién de judíos y paganos; los demonios daban aullidos, y
respeto que se tenía á la iglesia. Fuéronse luego los s o l - agrandes gritos decían, quceian atormentados de san
dados (que eran arríanos) muy contentos á unas fiestas Ambrosio: y hombres y mujeres á porfía procuraban tocar
y juegos llamados circenccs que hacía el emperador: sol- y besar el santo cuerpo, ó alguna cosa suya, para alcanzar
taron unos leopardos para regocijo del pueblo: los cuales, salud y otras gracias y mercedes del Señor: y muchos le
dejando á todos los demás, asaltaron con grande í n i p c l u á vieron como sí estuviera vivo, y algunos una estrella res-
Jos soldados desacatados y violadores de la iglesia, y allí plandeciente sobre su sagrado cuerpo.
Jos despedazaron, sin hacer mal á otra persona alguna.
Tuvo en vida tan grande autoridad este santo doctor, y
Visto esto, Eslilicon (por cuyo mandato se había hecho
fué tan famoso y tan celebrado en el mundo, que vinieron
aquel sacrilegio) se reconoció, y volvió el preso á san
dos caballeros muy ricos y poderosos desde el reino de
Ambrosio, y se sujetó á su censura, ó hizo la penitencia
Persia á Milán, por solo verle y hacer experiencia de su
que Je fué impuesta.
gran sabiduría: y habiendo estado desde la mañana hasta
Había un hombre llamado Nicecío, muy atormentado y las tres déla noche, proponiéndole las dudas que traían,y
fatigado de dolor de los piós, y á esta causa pocas veces oyendo sus respuestas per intérprete, se partieron de él
salía en público. Fué un dia á la iglesia á recibir el sanio muy consolados y admirados: y para que se entendiese
Sacramento del altar de mano de san Ambrosio; el cual, que no habían venido á Milán, sino para solo verle; al dia
sin mirar lo que hacia, Je pisó el pió de manera, que N i - siguiente se despidieron del emperador, y salieron de M i -
cecío sintió grave dolor, y dió un grito. Volvióse á él el Jan para Roma : que es cosa bien notable y digna decom-
santo prelado y díjole: Véte; que no tendrás de aquí ade- pararse'ó anteponerse á la reina Sabá, que vino á oír la
lante mas dolor: y así fué, como él mismo lo testificó con sabiduría de Salomón, movida de su fama. Una reina de
muchas lágrimas, cuando murió el santo prelado. Iba una los marcomanos, llamada Fritigil, habiendo oido de un
vez san Ambrosio á palacio, y cayó en el suelo un hom- cristiano Ins excelencias y maravillas de san Ambrosio, le
bre: viole así caído y tendido un notario,llamado Teódulo, envió sus embajadores con grandes done?, pidiéndole que
1)1 A 7.
Jo. escribióse lo que Iiabia de creer; y asi lo hizo en una ron de san Ambrosio, demás do los autores que arriba d i -
epístola en que la instruye, y la catequiza y la exhorta, jimos, Golasio y Uonilacio M U , sumos pontífices; la sínodo
que persuada á su marido que tonga pazcón los romanos. de Aquiloya;san Agustín en diversos lugares; san Geróni-
Ella lo hizo y vinoá Milán en busca del santo prolado; pero mo, lUilino, Teodorelo, Sócrates, Sozomeno, Casiodoro,
cuando llegó, halló que ya era muerto. Arbogastes, con Isidoro, Nicéforo y Sixto Senense.
ser persona lan principal, que tenia el imperio de Yalen- * SAN AGATON, MÁHTIII.—Cuando Dec'io gobernaba el
liniano el Mozo en su mano, se preciaba mucho de que san imperio, estesanto se hallaba de guarnicionen Alejandría.
Ambrosio fuese su amigo, y le hubiese convidado á comer: Sucedió que habiendo Agalon asistido al martirio de una
y habiendo tenido una sefialada victoria de sus enemigos porción de cristianos , y al ver que los gentiles qiu'i ian
los hombros prudentes y que conocían los merecimientos apoderarse de los cuerpos de los santos mártires, para h a -
de san Ambrosio dijeron, (pie no era maravilla que hubie- cer burla de ellos , se opuso fuerlemcnte á sus impías i n -
se vencido, el que tenia lan gran santo por amigo: aunque tenciones. El pueblo al presencial- esto clamó conlva Aga-
después Arbogastes se pervirtió y recibió oí castigo de sus lon diciendo que era cristiano ; así es que lo ataron y lo
graves culpas, como dijimos. Pues los obispos y los conci- condujeron á la presencia del juez. Este le interrogó acer-
lios ¡cuán gran respeto tuvieron á san Ambrosio en esta ca de su conducta, y confesó claramente que eracrisliano,
vida, y después de muerto! Habíase encomendado por de- y que estaba pronto á sufrirlo lodo por la fé ; por lo (pie
creto de la sínodo capiionse la cansa de un hereje, llamado mandó el prefecto fuese degollado, alcanzando así la p a l -
Donoso, á Toólllo, patriarca alejandrino, y á Ambrosio, ma del martirio en Alejandría el año
obispo tesalonicense: y ellos con estarían K'jos, antes de LOS SANTOS POLICAUPO Y TKÜDORO, M Á U T I R E S , — M u i í o i Oll
determinarse, quisieron saber lo que ea aquella causa p a - también degollados en tiempo del emperador Decio,
recia á san Ambrosio: y lo mismo se ve en el concilio lau- en Antioquía, por haber confesado su fé en Jesucristo.
rinense, y en san Agustín contra Juliano, pelagiano, SAN SIKUVO Y SANTA VICTORIA , MÁRTIRES.—San Siervo
que hablando de san Ambrosio, dice oslas palabras: fué martirizado en África, el mismo dia que los santos de
«Otro excelente dispensador de Dios he visto, al cual yo que hicimos conmemoración en el dia de ayer, también
reverencio como á padre; porque 61 me engendró por el por órden del rey llunncrico , arriano. Fué azotado con
Evangelio en Jesucrislo: delhienaventuradoAmbrosioha- varillas por muy largo tiempo, y después levantándolo
Llo, cuya gracia,constancia, Irabajos y peligros, de pala- alto repetidas veces con una polea y dejándole caer á plo-
bra y por obra, por la fé católica, yo lo he oxporíinentado mo encima de unos peñascos, y magullándole lodo el
y conmigo los predica lodo el orbe romano:» y en otro cuerpo con piedras agudas , consiguió así la corona
lugar llama á san Ambrosio varón de Dios, católico y d e - del martirio. También fué este martirio el ano 4 8 í . Al
fensor de la verdad católica contra los herejes, hasta der- mismo tiempo hubo en Cucusa de Africa un número con-
ramar sangro y dar la vida por ella, si fuera menester. siderable de mártires y de confesores, y se dislínguió e n -
San lí:isiiio Magno le ensalza sobremanera: Casiodoro tre todos una mujer llamada Victoria. Colgáronla en un
dice de e l , que fué elocuente y como un rio de leche, y palo y encendieron una hoguera debajo de olla. Durante
agudo con gran gravedad, y para persuadir con una a d - este tormento, su marido, que habia apostatado, le estuvo
mirable eficacia dulcísima, y que en él fueron ¡guales la hablando tiernamente para seducirla. Conjurábala á que se
santidad déla vida y la profundidad de la doctrina, y que apiadase de él y de sus hijos, salvando su vida y obede-
fué dotado de muchos milagros y gracias de Dios; y otros ciendo al rey ; pero la generosa cristiana tapó sus oídos
muchos y gravísimos autores hablan de san Ambrosio a l - para no oír á su marido, y apartó la vista de sus hijos, á
tísimamente y con suma admiración. Mas con haber sido fin de tener con mas seguridad su corazón fijo en el cielo.
varón mas divino que humano, y una columna tan firme y Tiendo, pues, los verdugos que sus espaldas estaban dis-
fuerlo déla Iglesia católica, no fallaron hombres perdidos, locadas, que tenia rotos la mayor paite de sus huesos, y
que aun después de muerto murmuraron y dijeron malde que ya no respiraba, creyeron que estaba muerta, y la
él, procurando con sus palabras oscurecerla claridad de dejaron ; mas Yicloria volvió en sí, y contó que se le h a -
sus admirables virludes: pero no pasaron sin castigo; por- bia aparecido una virgen que le habia curado todas sus
que un clérigo de la iglesia de Milán, por nombre Donato, llagas con solo tocarla (Butler, t o m o x i ) .
de nación africano, estando un dia comiendo en un convi-
te, se le calentóla boca y comenzó á decir mal de san A m - SAN MARTIN, ABAD.—Fué discípulo de san Marlin obispo
brosio; mas luego le hirió Dios, y d e la mesa Je llovmon á do Tours, y se perfeccionó en las pláticas de la perfección
la cama, y de allí á la sepultura. Lo mismo sucedió en Car- evangélica en el monasterio deMarmouliers. Retiróse des-
lago á un obispo llamado Maurano, que estando á la mesa pués al territorio de Sanlonges, donde edificó un monas-
con otros obispos se desmandó en Iiablar maJ de san A m - terio del cual fué abad ; y le sucedió san Eulropio, uno
brosio, y Juego, por juslo juicio de Dios, perdió lasalud y de sus mas célebres discípulos. Ignóranse todas las pai l í -
la vida: porque el Señor, así como permite que los malos cularidados de su vida, y se cree que floreció durante ol
suelten sus lenguas y aun sus manos, contra los santos siglo V.
(para que no sea mas privilegiado el discípulo que su SANTA FARA, ABADESA.—Fué hija de uno do los p r i n c i -
maestro, y el siervo que su Señor); pero vuelve por ellos y pales dignatarios de la córto de Teoherlo, rey de Anslra-
Jos glorifica con el castigo de los atrevidos: que por esío sia, y hermana de san l-aron. Cuando llego á la puboi lad,
dijo: El que os loca, toca á las niñas do mis ojos. Aunque sus padres quisieron casarla ; poro olla declaró que habia
fue ta inuorlo de san Ambrosio á los 4 dias do abril (como hecho voto de castidad, y que nunca tendría otro esposo
dijimos), la santa t-lesia celebra su fiesta á los T dodicioin- que Jesucristo. El año 014 lomó el velo religioso en
bre, que es el día en que le consagraron obispo, Escribie- Mcaux : dos años después se fundó ol monasterio de Fa-
remouticr, y aunque la santa era muy joven , fué elegida
526 LA LEYENDA DE ORO DlA 8
abadcsn. La roputacion d i su sanlidad corrió dosdoluogo rales, con las cuales pudiese habilitarse para esta d i g n i -
por todas parles, do modo que fueron á vigilarla nmehísi- dad. Rslas habilidades y dones sobrenaturales, señalada-
mm príncipes y prelados, y hasta sn dichosa muerte acae- menlefueron dos, gracia y ¡uslicia original. La gracia hacia
cida el S de abril del año i")5 , fué la santa un modelo al hombre hermoso y grato á Dios, y amigo suyo, y como
cabal de castidad, y demás virtudes cristianas. hijo, le daba lífulo y derecho para la gloria; y juntamente
SAN ÜIIBANO, OBISPO Y CONFESOU.—Floreció durante el con ella era adornado de todas las demás virtudes y dones
siglo V en Italia, siendo obispo de Teano. En la inunda- del Espíritu santo para poder con facilidad y suavidad h a -
ción de los bárbaros delNorle, desplegó todas sus virtudes cer obras merecedoras de la gloria, para (pie así alcanza-
apostólicas, y prestó á su pais inmensos benetieios. La he- se por su justicia aquello á que Dios le había predestinado
rejía de los arrianos, que quería invadir su rebano, tuvo por gracia. Ll segundo don era la justicia original,que es
en él un muro de bronce, donde se estrellaron todos sus mía rectitud y órden con que el hombre eslaha en paz
conatos, pues el santo impugnó con incansable zelo los er- con Dios y consigo mismo , y tenia señorío sobre lodos
rores, y defendió constantemente las doctrinas de la I g l e - sus afectos y pasiones naturales, y la parle inferior y a n i -
sia católica. Murió en i 8 í . mal del hombre estaba sujeta á la racional ; y demás de
esto tenia señorío universal sobre todos los animales y so-
bre la muerte, y sobre todas las enfermedades, que son
DIA 8.
aposentadores de la misma muerte. Mas dió todo esto á
Lft PuaísiMA CONCEPCIÓN DE NUESTRA SESOUA.—Cuando nuestro padre primero, con condición que gozase de lodos
el real profeta David habló á los príncipes del pueblo do estos privilegios, así él como sus descendientes , siendo
Israel, exhortándolos á labrar un templo rmigníüco y sun- liel y obediente á Dios ; y si no lo fuese, los perdiese para
tuoso al Seflor, les dijo : Opus fjrandc est; ñeque enim ho- sí y para ellos : y para prueba y ejercicio de esta fideli-
ntini prwparatur habilalio, sed D o : Ksta es una grande dad y obediencia, poniendo al hombre en el paraiso terre-
nal, y dándole licencia para que pudiese comer de todos
obra ; porque no tratamos de hacer un palacio para un
los árboles de él, le mandó so pena de muerte, y pérdida
rey, y hombre mortal, sino un templo en que more y ha-
de todos los dones recibidos, que no comiese de uno solo
bite Dios. En todas las fieslas de la Virgen sacratísima
que él había entredicho. Comió Eva del árbol vedado, en-
podemos usar de estas palabras 5 pero m n s particularmen-
gañada de la serpiente ; y ella pervertida, perverlió t a m -
te en la íiesia de su purísima Concepción : porque fué e]
bién ásu marido: y así ambos traspasaron el mandamien-
principio de todas sus fieslas, y en la que después de s u
to de Dios, y perdieron luego la inocencia y aquellos d o -
eterna predestinación se pusieron los fundamentos de este
nes admirables que hahian recibido, y quedaron desnudos,
templo divino , y se comenzó á aparejar la casa en (pie
pobres, ciegos , miserables y mortales; y cuales ellos
habia de morar el Señor ; y esta fué una grande obra , y
quedaron, tales nos engendraron á nosotros : dé manera,
todas las cosas que concurren en ella son grandes ; y así
que cuando Adán pecó y quebrantó el matulamienlo de
dijo la misma Virgen : Quia fecil milti n a y m , qui potens
Dios, no solamente hizo daño así mismo, sino también á
e s l : l'orque el Todopoderosa ha hecho cosas grandes en
nosotros, así en el cuerpo como en el alma : en el cuerpo,
mí. Y si el cimiento del muro de aquella soberana y celes-
porque quedamos sujetos á muerte y corrupción, y á do-
tial ciudad está adornado y enriquecido de todas las pie-
lores y penas : en el alma , porque en siendo concebido
dras preciosas , como lo dice el evangelista san Juan en s u
cualquier hijo de Adán por obra de varón , en el mismo
Apocalipsi; ¿con cuánta mas razón debemos creer que la
punto tiene en su alma pecado original, que es muerte del
inmaculada Concepción de la Virgen sacratísima, que es alma, y una desnudez y falla de aquella gracia y justicia
el fundamento de s u s fiestas, está lleno de misterios y p r o - original que debia tener, la cual el mismo Dios habia dado
digios divinos '? Pues ella e s aquella espiritual y admira- tan liberalmente á su primer padre , para si y para toda
ble ciudad de Dios, de la cual dice el Profeta, se han dicho su posteridad. Este pecado no se puede qui lar por fuerzas
y predicado cosas gloriosas y estupendas. Mas para tratar naturales, sino por solo el merecimiento de Cristo nuestro
de la fiesta de hoy, y para que mejor s e entienda lo que Seüor, que se aplica en el bautismo, por el cual sereslilu-
celebra la santa Iglesia , celebrando la Concepción da ye la gracia y se perdona y quita todo pecado, sin quedar
nuestra Señora, bien será que tomemos el agua un poco en el alma cosa por la cuaí Dios aborrezca al bautizado.
mas arriba, y declaremos lo que la fó enseña del pecado También nos dañó Adán en el alma, porque en él y en no-
original, del cual decimos que la virgen fué exenta y l i - sotros se desordenó y alborotó el apetito y concupiscencia
bre ; de manera, que aunque fué hija de Adán , no incur- que ántes con la justicia original estaba bien ordenada,
rió en el pecado o r i g i n a l , como incurren todos los que enfrenada y sujeta á la razón, y quedó esta bestia lien»
por el curso natural son bijos y descendientes do tan suelta, tan rebelde y tan inclinada á los bienes sensi-
Adán. bles, que, quitado el demonio aparte, no hay en el mundo
Así como Dios nuestro Setior es en sí riquísimo y felicísi- cosa mas furiosa, mas desenfrenada y dañosa que ella:
mo, sin tener necesidad de nadie, asi por s u sola é inlini- porque esla rebelión de la concupiscencia, y una inclina-
fci bondad crió al hombre, tan noble y adornado de su se- ción habitual de amarse mas á si que á Dios, con ipie des-
mejanza é imágen, que pudiese ser particionero y com- pués del pecado nacemos, es un manantial y seminario de
pañero de su m i s m a gloria, y viese, amase y gozase de lodos los pecados del mundo. Verdad es (pie después d d
la misma esencia y hermosura de Dios (aunque no en tan bautismo no puede dañar esta concupiscencia á los que no
alto grado como é l , que solo se comprende ) ; así , fuese consienten á sus deleites y apetitos , y pelean contra lo-
bienaventurado como él lo e s , y con lo mismo que él lo vicios, y la loman por materia y ejercicio de virtud. Y si
es : y como este fu>es tan alto y tan excelente, proveyó el el Apóstol llama pecado á esla concupiscencia, no es porque
Señor al hombre de las bahilidades y gracias sobrenalu-
IUA 8. DICIEMBRE. 527
sea verdadera y propiamenle pecado ya en los bautizados, una mujer flaca Iriunfase de un espíritu, que nó un espíri-
sino porque es efecto del pecado original, y ponpie nos tu de una flaca mujer. Así que ya desde entonces puso Dios
rnclina á pecar : poi que (como dicen los teólogos) el pe- á esta bendita mujer y Reina nuestra, por capitana y Se-
cado original es un solo pecado en sí, mas en potencia es ñora del campo, para que pelease con la serpiente y le
todos los pecados : porque de todos ellos es principio y qiu'branlase la cabeza, antes de pronunciar la sentencia
causa. De esta doctrina, sacada del sacrosanto concilio contra Eva y Adán : para darnos á entender, que no q u e -
tridentino, se sigue, que el pecado original es pecado que ría comprender en aquella sentencia á la que ánles de pro-
mala el alma, y que los que ajueren en él nunca verán á nunciarla, la habia eximido de ella y consliluido por r e -
Dios ; y que se puede decir con verdad de un niño recien paradora del pecado que con tan rigurosa senlencia c o n -
nacido, ánles de ser bautizado , que tiene pecado , que es denaba .
«meinigo de Dios é bijo de ira, y aborrecible en el acata- El mismo Scílor y amoroso Esposo suyo dice de ella,
inienlo divino, y que es del bando de Satanás, esclavo y «que es entre todas las otras hijas suyas, como la azuce-
morada s u y a , sujeto de perdición, vaso de inmundicia y na entre lodas las espinas:» porque las demás, en compa-
abominación, y borrado del libro de la vida ; porque lodo ración déla Virgen, son como espinas, por el pecado o r i -
esto se sigue al pecado original. ginal que trajeron de Adán ; pero aquella sola fué hlanca
Supuí-sla , pues , la verdad de todo lo que hasta aquí como la azucena, y olorosa como la rosa y clavellina en
habernos declarado, lo que decimos y lo que es iulencion los ojos del verdadero Salomón. De ella misma dice el
de la santa Iglesia, en celebrar la liesta de la Concepción Esposo: «Toda eres hermosa, amiga mia, y no hay en ti
de nuestra Señora, es, que aunque esta gloriosa Virgen, mancha ni mancilla de pecado:» las cuales palabras aco-
mirándola coino hija de Adán , y concebida por via natu- moda la sania Iglesia á la Virgen en esta liesta, y no se
ral de san Joaquin y santa Ana, sos padres, había decon- pueden bien veriliear, si pusiésemos en ella la mácula del
traer el pecado original , y caer en los daños que de él pecado or iginal: y en otro lugar : « Una es mi paloma y
se siguen, como todos los otros hijos de Adán; pero no mi querida y perfecta : una es la escogida: » ó como oíros
cayó, y fué preservada y prevenida con la gracia sobre- leen: «la inmaculada: » porque ella sola fué limpia y sin
bundante del Señor, que ab wíerno la habia predestinado mácula alguna de pecado actual y original. Llámase esta
para madre suya, y con singular privilegio la eximió de Virgen, en la sagrada Escritura: «Huerto cerrado y fuen-
de aquella ley general que comprendía á todo el linaje te sellada :« porque no pudo bserpiente entrar en él, ni
humano : poique así cenvenía á la excelencia y dignidad beber de ella, ni iníicionar sus purísimas y saludables
de tai Hijo y de tal Madre: la cual se bizo de esta manera. aguas. El ángel san Gabriel en aquella solemne salutación
Efl el mismo punto que crió Dios aquella bendita alma de la llamó «llena de gracia,» ó como dice el texto griego,
la Virgen, y la infundió en el cuerpecito formado en las «síngularmenle graciosa ,» porque alcanzó la gracia que
entrañas de su madre santa Ana ; en ese mismo instante ninguna otra bija de Adán tuvo : y porque (como dice san
y momento la enriqueció y hermoseó con su soberana Gerónimo), á los demás se dió parte de la gracia; mas á
tu acia, y la detuvo para que no cayese en el pecado o r i - María, toda la plenitud de la gracia se le comunicó. Aña-
ginal , como de su naturaleza habia de caer , y la hizo dió el ángel: « El Señor es contigo:» porque siempre fué
agradable en sus ojos , de suerte que el demonio nunca con María; y no lo hubiera sido, si en algún tiempo, aun-
tuvo parte en ella : ni se pudo gloriar que habia sido es- que brevísimo, hubiera sido cautiva del demonio. ¿Pues
clava jamás, y cautiva suya , la Madre del Señor, Esposa qué diré de las últimas palabras ? « BiMidita eres tú entro
del Padre eterno, y Templo del Espíritu Sanio. Esto es lo las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre.» ¿Cómo
que celebra la Iglesia en esta fiesta , y es muy conforme fuera bendita entre las mujeres esta virgen sacratísima, si
á la sagrada Escritura , á la doctrina de los santos , y á con las demás hubiera sido sujela á la maldición? Y toda
toda buena razón. esla gracia y privilegio se le concede: porque el fruto do
su vientre es bendito: porque esta bendición y esta pre-
Porque despuei que Adán y Eva pecaron, y fueron c o n -
rogaliva tan excelente y singular no le viene á la Virgen de
vencidos de su pecado, ánles de pronunciar contra ellos !a
su cosecha y por su naturaleza, sino por la excelencia y
sentencia, echó el Señor la maldición [irimero contra la
santidad de su benditísimo Hijo, como Teolilalo y san Ber-
serpiente que habia engañado á Eva, con aquellas memo-
nardo lonolaron, y adelántese dirá.
rables palabras que se leen en el tercer capítulo del Gé-
nesis: «Yo pondré (dice hablando con la serpiente) ene- Pues ¿qué diré de los santos, que, ó darameníe ense-
mistad entre (í y la mujer, y entre su generación y la tova; ñan esla verdad, ó de sus palabras se colige? Santiago,
y ella le quebrantará la cabeza, y ui andarás siempre apóstol, el Menor, obispo de Jerusalcn, en su Liturgia,
asechando á sus calcañares:» que es, armándole lazos que la sexta sínodo con tan grande acatamiento reverencia,
en lodos sus pasos y caminos. Esta sentencia pronunció llama á la Virgen santísima «Inmaculada y gloriosísima
Dios contra el demonio, ¿ntes que diese la sentencia con- Señora nuestra. Madre de Dios :» y al cabo dice estas pa-
tra tos pecador^ : y los santos doctores la interpretan de labras: «Digna cosa es que le llamemos verdaderamente
la gloriosísima Virgen María nuestra Señora, que fué la bienaventurada, y de lodas maneras irreprensible, y mas
que habia de quebrantar la cabeza de la serpiente, y por excelente que los querubines: toda criatma, ó Virgen llena
medio de Jesucristo, su bendili.simo Hijo, destruir su p o - de gracia, os da el parabién y se alegra con vos; porque
der, y librar al hombre de su tiranía, y restituirle á su sois el templo de Dios santiíicado. » De san Andrés após-
gracia y divinidad ; para que así como por una mujer ílaca tol, se refiere que dijo, «que así como el primer Adán h a -
el demonio había triunfado del mundo; así el fruto do otra bia sido formado de la tierra antes que Dios le echa-
mujer flaca triunfase del demonio, y él perdiese toda su se su maldición así el segundo Adán habia sido f o r -
ufanía: porque tnayor confusión suya ora, que el fruto de mado do la tierra virginal que nunca había sido maidi-
528 LA LEYENDA DE ORO. DIA 8.
la.» En lasóplima sínodo se dice que fué inmaculada, y honra á s u Madre benditísima; ¿qué causa hay para que
mas pura y limpia que ninguna otra criatura sensible ó no se le haya hecho? Y si la sabiduría (como dice Salomón)
intelectual. El concilio francfordiense, Orígenes, lífren, no entra en el alma perversa, ni habita en cuerpo sujeto á
Andrés Cretense y Eulimio, la honraron con los mismos pecados; ¿cómo creeremos nosotros que la Sabiduría eter-
títulos de «inmaculada y totalmente limpia y pura, y na (piiso inorar en el vientre virginal, y en aquel cuerpo
digna Madre de su dignísimo é inmaculado Hijo. » Teo- y alma que en algún tiempo babia sido sa jela á pecado, y
dorclo la llama «santísima é inmaculada María madre de que pagasen pecho al demonio los pechos que hablan de
Dios. » San Gregorio Taumaturgo dice, que sola la Virgen dar lecho á Dios? Especialmente diciendo el apóstol san
fué santa y del todo limpia, y sin mancilla en el cuerpo y Pablo, que era cosa muy convenienle que liiviésemos lal
en el espíritu. Fulberlo Garnotcnse saluda á lavírgencon es- pontífice, que fuese santo, inoccnle, inmaculado y aparta-
tas palabras: «Dios le salve, María escogida, que siempre, do de los pecadores : porque, ¿cómo fuera apartado de los
desde el principio de tu concepción fuiste inmaculada; por- pecadores, si su santísima Madre, cuya carne él era, h u -
que hablas de parir al Autor y fuente de toda sanlidad.» biera sido snjela á pecado? Fué, pues, muy conveniente
El gran doctor y luz de la Iglesia san Agustín, tan gran que el Hijo honrase á su Madre, porque no faltándole | o-
defensor y ensalzador de la gloria de Cristo y perseguidor der para hacerlo, no era que le fallase la voluntad : y que
de los herejes pelagianos que la 'pretendieron oscurecer é siendo Redentor de todos, y habiendo varios grados en
impugnar en el libro de la Naturaleza y Gracia, dice estas esta redención (porque algunos gozan ; y otros por su c u l -
notables palabras:» Exceptuando á la Virgen y Madre de pa no gozan déosle benelicio) , no usase con su dulcísima
Dios, de la cual, cuando tratamos do los pecados, en n i n - Madre del grado mas perfecto y mas excelenlc de reden-
guna manera quiero que se ponga alguna d u d a ; porque ción, que es no dejarla caer para levantarla, sino tenerla
sabemos que lo fué dada tan abundante gracia para ven- para que no cayese : porque aquel es mas excelente médi-
cer iolalmente el pecado, porque mereció concebir en sus co que preserva al enfermo, que no el que después le
entrañas y parir al que sabemos que no tuvo algún peca- sana: y mas perfecto redentor el que no deja cautivar,
do.» Todas estas palabras son de san Agustín, hablando que el que rescata al cautivo: y mas debe el deudor al
conlra los pelagianos que negaban el pecado original: del que paga su deuda ánles que por olla lo echen en la cár-
cual y de cualquiera otro actual, de tal manera libra á la cel, que al que libra después de preso por ella; y mas está
Virgen, que no quiere que se ponga en disputa nfen duda, obligado al Señor el ¡nocente que no cayó, por haber sido
por ser cosa cierta que había vencido, nó en parle, sino guardado de su poderosa mano, que el que después de
del todo el pecado, para ser digna Madre del que ni tuvo haber caído por su gracia se levantó. De aquí o.-*, que por
ni pudo tener pecado. Esta doctrina es conforme á lo que haber sido preservada del pecado original esta Virgen sa-
el mismo santo doctor enseña, escribiendo contra Juliano: cratísima, no solamenle no está excluida de la gracia do
que el que siendo adulto no hizo pecado, siendo niño no le la redención de Jesucristo; ánles goza mas perfectamente
contrajo: y de lasanlisima Virgen la Iglesia católica á boca que lodos los oíros hijos de Adán, y por una manera s i n -
llena conQesa, que no tuvo pecado actual, de lo que se s i - gular é inefable, do la gracia de su redención : lo cual r e -
gue que tampoco pecado original. dunda en mayor gloria del mismo Redentor que tal supo y
pudo hacer; y lo hizo con aquella que le dió la carne y san-
San Gerónimo declarando aquellas palabras del salmo:
gro con que á lodos nos babia de redimir. Por esta causa
Exaudí eos i n nube d i ñ : por la nube del dia entiéndela
san Uernardo do Sena gravemente ía llama á la Virgen
Virgen sacratísima; porque siempre estuvo en luz y nunca
«Primogénita del Redentor: y fué muy conveniente, que
en tinieblas. El bienaventurado Lorenzo Jusliniano dice,
así como el unigénito Hijo de Dios, en cnanto Dios, es f i -
que ninguno está excepluado del pecado original, sino solo
gura substancial del Padre cierno y resplandor de su glo-
aquella que engendró al Salvador del mundo. San Juan
ria, é imágen perfectísima de todas sus perfecciones; asf
Dainasceno dice: «O santísima Virgen, que has engañado
en cuanto hombre, fuese muy parecido á su bendita Ma-
á los príncipes y potestades, y has sido conservada inma-
dre en la complexión, condiciones y facciones del cuerpo:
culada para esposa de Dios» y en olro lugar dice, que la
y que ella en las del alma (pues también era bija de su
serpiente no tuvo entrada en este parmso de deleites; ó
Hijo) fuese un vivo retrato de sus gracias y virtudes.
inlroduce á la Virgen, que hablando con su Hijo, le dice:
«Recibe raí alma tan querida, que la guardaste siempre Pues si miramos que esla Virgen es Madre de Dios, y lo
limpia de pecado.» - c • i que esto nombre de Madre do Dios comprende, y la d i g n i -
Nunca acabaríamos, si quisiésemos aquí referir lo que dad que en si encierra, hallaremos que ninguna gracia y
los santos dicen do la pureza de la inmaculada Virgen: privilegio puede caber en una pura criatura que no quepa
léalo quien quisiere en el padre doctor Francisco Suarcz, en esta dignidad : y con esta regla habernos de medir y
que copiosa y eruditamente trata esUi materia: y nosotros regular todo loque toca áesta sacratísima Virgen, porque
declaremos algunas de las razones que hay para que Dios como dice san Iluenavenlura}l)ien puede Dios hacer unciólo
haya preservado á su gloriosa Madre de todo pecado o r i - mas hermoso, y un mundo mayor y mas lleno do varias y
nuevas especies de criaturas ; mas no puedo hacer una
ginal y actual; porque así convenía;» la grandeza de!Hijo,
madre que sea mayor que la Madre de Dios, porque no
y á la dignidad de la Madre, y á los hombres y á los ánge-
puede ser madre de mayor ni mas excelente hijo, que el
k s , y á toda la corle celestial: porque primeramente, ¿(pié
mismo Dios. Y poique sepamos, que esto es el nivel con
buen hijo hay en el mundo que no honre á su madre, ó
que hahemos de nivelar lo que toca á la Virgen, no quiso
qué hombre, que si estuviese en su mano, no naciese de la
Dios que en las divinas Letras se hiciese mención del pa-
Hinjer mas evcelenle y mas adornada de (odas las gracias
dre ni de la madre de ella, para darnos á GÜtoigtel
que puede haber? Porque la honra de la madre es honra
que la debemos mirar, nó como cosa de la tierra, sino
del hijo. Pues si Cristo nuestro Señor pudo hacer osla
DÍA 8 DICIEMBRE. 521)
venida del cielo; y solamente considerar en ella aquellas Cristo | asi el título de Madro de Dios es el principio por
palabras: Dequa nalusexl Jesús, quivocalur Chrislus: De la donde habemos de rastrearlas prerogativas y gracias s i n -
cual nació Jesús, que es llamado Ci islo. De ella nació Je- gulares de la Virgen. De aquí es , que no dudó decir san
sucrislo : ella es Madre del unigénito Hijo de Dios. Anselmo, que fué cosa muy puesta en razón y convenien-
Por aquí la habéis de m i r a r , si queréis entender algo te, que resplandeciese con una pureza tan extremada, que
de sus excelencias y grandezas: porque como dice santo debajo de Dios no se pudiese entender otra mayor : y
Tomás, el título de aladre de Dios contiene en sí una cierta pudiérase entender otra mayor, si no fuera preservada del
dignidad infinita , como también la humanidad de Cristo, pecado original : porque claro está, que es mayor pureza
que fué unida á la persona del Hijo de Dios, y la biena- no tener pecado o r i g i n a l , que tenerle ; pero esta pureza
venturanza , de que gozan lodos los cortesanos del cielo, está debajo de Dios : porque Dios por su naturaleza no
viendo á Dios, que es bien infinito. Pero entre estas tres puede pecar, y la Virgen pudo pecar, y en efecto pecara,
cosas hay una diferencia, que aunque la gloria sea i n f i n i - si por singular gracia no fuera prevenida. Mas como bien
ta por el objeto» y la humanidad de Cristo por la unión del dijo Ulpiano, aunque es verdad que solo el príncipe no es
Verbo infinito, y la dignidad de madre de Dios también sujeto á las leyes , y la princesa ó reina lo es ; pero el
sea infinita por ser Madre de Dios infinito ; mas en la d i g - príncipe la exime , concediéndole los privilegios de que
nidad de madre hay una cosa particular , que es, quedar goza él. Todas lasigracias que Dios ha hecho á alguna
el hijo obligado á su madre. pura criatura, con mayor excelencia se deben á la m a -
De manera , que aunque el ser madre no lo pudo m e - dre, para que la madre no sea en ninguna cosa inferior
recer, sino que fué singular gracia del que la escogió para á sus siervos, ni la reina á sus vasallos. Y pues Adán y
tan alta dignidad : mas después de haber escogido el Eva fueron criados en gracia, y en una inocencia perfecta,
Hijo, quedó deudor á su Madre , como lo quedan los otros y á los ángeles se les comunicó también esta gracia de la
hijos á las suyas : y mucho mas , porque Crislo no tenia perfecta inocencia, sin fealdad alguna de culpa ; ¿porqué
padre en la tierra , ni jamás otro hijo tuvo ni pudo tener no concederemos este beneficio á aquella Señora , que es
tal madre. Y por esto dice Metodio : «Holgaos, Señora; Reina de los ángeles, y reparadora de los danos de Adán
porque tenéis aquel por deudor á quien lodos deben ; por- y Eva ? Y si san Agustín no puede sufrir que se diga, que
que á lodos da y de ninguno recibe : » Mas Cristo recibió la carne de la A'írgen fué sujeta al gusano y corrupción,
de su purísima Madre la substancia de su cuerpo , forma- porque su carne es carne de Crislo ; ¿ como c r e j e r a , que
do por virtud del Espíritu santo de su sangre, y criado su benditísima alma fué maiichada con pecado ? I'ues ella
con su leche ; y la carne de Cristo era la misma carne de misma ( si estuviera en su mano) escogiera sin duda, que
María, como lo dicesan Aguslin. De aquí saca el cardenal su cuerpo fuera ánles comido de gusanos , que su bendita
Pedro Damiano, que no solamente era Dios en la Virgen alma tocada del gusano infernal y sor eiunnigade Dios. Y
por esencia , presencia y potencia, como en las demás si concedemos, que careció del fómite de la concupiscen-
criaturas , ni solo por gracia , como está en el alma del cia y de todo movimiento desordenador y que no concibió
justo ; sino por otra mas excelente y mas divina manera, con deleite sensual, ni parió con dolor ( que son efectos
que es por identidad y por ser barde de su carne, y hue- del pecado original) , ¿por qué negarémos que careció
so de sus huesos, y haber tomado de ella la substancia de de la culpa del mismo pecado original, que es la fuente,
su sacratísimo cuerpo. Pues si los padres (como escribe madre y causa de estos efectos, y la que mas se debe
Filón ) son los segundos autores de nuestra vida y noso- aborrecer? Claro está que debemos dar tantos mas g r a -
tros no podemos pagarles equivalentemente lo que les de- dos de gracia á la Virgen sacratísima, que á sap Juan Bau-
bemos, y la naturaleza engendró y estampó en los hijos el tista, cuanto va de ser madre de Dios , á ser su siervo y
amor y reverencia para con sus padres , Dios mandó que precursor ; y pues san Juan fué santificado en la entrañas
los honrásemos, y este es el primer precepto déla segunda de su madre, cuando oyó la voz de la Virgen ; justo es
tabla del Decálogo ; ¿creeremos por ventura nosotros que que creamos, que la misma Virgen fué i santificada con
el que dió la ley no la cumplió, ni honró á su benditísima otra manera de santificación mas alta, y con un privilegio
Madre, apartándola de loda fealdad y afrenta, y ador- singular, preservada del pecado original en «¡l mismo pun-
nándola de todos los dones y gracias que pudo ? Porque to que fué concebida.
la honra que el hijo dübe á sus padres , no consiste sola- Pues para todo el linaje humano, do cuánta gloria y
mente en palabras y en hacerles reverencia ; sino en dar- ornamenloes, que una pura criatura, que fué hija de Adán
les todo el bien que les puede dar, y del cual ellos son ca- y concebida naturalmente de hombre y mujer , haya sido
paces. Por esto dice Hipólito : «El que dijo : Honra á tu tan sublimada y enriquecida de gracia , que no haya po-
padre y á tu madre; para cumplir el mandato que él mis- dido tener entrada en ella culpa alguna de pecado o r i g i -
mo habia promulgado, dió á su Madre toda la gracia y nal, ni actual, sino que en el mismo instante en que co-
toda la honra que le pudo dar. » Todos los privilegios y menzó á vivir vida natural, en eseviviese vida sobrenatu-
prerogativas de la Virgen se fundan en dos principios , el ral, graciosa y divina. ] Qué gran confianza es para los
primero, en el poder del Hijo , que es infinito i y por esto pecadores que desean salir de pecado, saber que tienen
san Agustín hablando de la Asunción en alma y cuerpo por abogada á la que venció todo pecado ! i Y que jamás
de la Virgen , d i c e , que Dios lo p u d o , y que si lo pudo fué cautiva del común enemigo aquella á quien invocan
hacer, que le digan qué razón hubo, para que no lo hicie- y suplican que los libro de la tiranía y cautiverio de Sata-
se : y el segundo , en la dignidad de Madre de Dios , que nás I Y todos los espíritus coloslialos, y aquel ejército i n -
también es infinita : de manera , que así como el título numerable de ángeles bienaventurados, están sin duda
de Hijo de Dios es el principio y la regla que habemos de ufanos y gloriosos, por ver á su Reina y Señora tan rica do
tener, para entender las excelencias de la humanidad do dones, tan adornada de gracias, colmada de privilegios
TOMO III. 67
530 LA LEYENDA DE ORO DIA 8.
divinos, y que lodas tuvieron su origen de esta su purísi- lijera del dia , sobre la cual el Señor habia de bajar á
ma Concepción. Por esto dice san Vicente Ferrer, que en el Egipto : porque aunque nacisteis de la tierra, fuisteis l e -
misino instanle en que fué concebida la Virgen , todas vantada al alto cielo, y sois lijera , sin peso ni gravedad
aquellas jerarquías celestiales hicieron gran liesta en el de pecado : nube verdaderamente del dia ; porque nunca
cielo. fuisteis oscurecida, sino siempre vestida de luz y c l a r i -
O Virgen gloriosa y Madre purísima, ¿quién podrá d i g - dad ; vos aquella tierra do promisión que mana y nos
namente entender la abundancia de gracia que vos r e c i - produce leche y m i e l : leche de la humanidad, y miel de
bisteis, cuando fuisteis concebida en las entrañas de la la divinidad do vuestro preciosísimo Hijo : vos trono g l o -
bienaventurada santa Ana, vuestra madre, y vuestra san- rioso del pacílico Salomón : vos vara lisa y derecha de la
tísima alma se juntó con vuestro cuerpo delicado ? Porque raiz de Jessé, que nunca tuvo nudo ni tormenlo alguno de
el Sefior os miró, nó como hija de Adán, ni como pecado- pecado, y nos engendró la llor del mundo suavísima y
ra y enemiga suya; sino como á laque habia escogido por hermosísima, Jesucristo nuestro Redentor ; vos JJelen,
Madre, y Esposa del Padre eterno, y sagrario del Espíritu ciudad de pan vivo : vos Sion santa , alcázar del rey Da-
sanio, y amparo de los pecadores, y quebranladora de la vid, ciudad de Dios: déla cual se predican tantas alaban-
cabeza déla serpiente infernal. Porque si el cielo empíreo zas, y tan grandes maravilla: slienzo limpiisimo y delica-
es igneo, y de otra sustancia casi espiritual, porque en él dísimo, sin ruga ni mancha ; y sepulcro nuevo en que se
se ha de ejercitar una acción tan notable , como es ver á envolvió y depositó el sagrado cuerpo de vuisíro Hijo:
Dios; ¿cuál convenia que fuésedes vos , Señora, en la lirio entre las espinas : vergel cercado : puerta de O r i e n -
cual mas perfectamente que en el cielo empíreo habia de te cerrada, por la cual solo Dios pudo entrar : fuente sella-
morar Dios y unirse el Verbo eterno con nuestra sustan- da, de la cual la antigua serpiente en ningún tiempo pudo
cia ? Las abejas embarran primero el corcho que han de beber : vos. Señora, sois mas blanca que la azucena, mas
labrar y llenar de miel : y el Señor os preservó á vos de hermosa que la rosa , mas suave que el bálsamo , y mas
culpa, y os forró y enriqueció de dones ; poique nos ha- dulce que la miel. Vos fuente del paraíso , pozo de aguas
bíades de fabricar aquel panal de miel, que es la dulce- vivas, vaso purísimo, vacío de toda amargura, y lleno de
dumbre del mundo. El armiño se deja ántes tomar y mo- toda suavidad : Vos gloria del linaje humano , ornamento
r i r , que entrar en la cueva donde se haMe ensuciar : y del cielo , y singular hermosura de todo lo criado.
vuestro Hijo, mas limpio que el armiño, y mas blanco que Grandes y muy íeñaladas mercedes hace Dios á los
la nieve y mas puro que la luz , no quiso morar en casa que son devotos de la benditísima Madre, y especialmente
que en algún tiempo hubiese sido contaminada. Nuestro de su purísima Concepción, y así el padre maestro Juan Avi-
padre Adán tuvo pecado actual y nó original ; porque el la, predicador apostólico de nuestros tiempos en Andalucía,
pecado original que contrajeron sus hijos por ser suyos, tratando de las tentaciones sensuales , cuando son impor-
en él fué pecado actual. tunas y molestas, y cuánto vale para vencerla intercesión
Los niños que mueren sin bautismo, ántes del uso de la de los santos, y principalmente la de la Virgen, dice estas
razón, tienen solo el pecado original, en que nacieron: los palabras: « Especialmente he visto liftfyer venido prove-
otros el pecado a c t u a l , que después cometen por su v o - chos notables por medio de esta Señora á personas moles-
luntad: Vos sola, escogida entre todas las mujeres por s i n - tadas de flaqueza de carne, por rezarle alguna cosa en
gular gracia de vuestro Hijo (que es fuente de la misma memoria de la limpieza con que fué concebida sin pecado,
gracia, y por su naturaleza no pudo pecar) fuisteis exen- y de la limpieza virginal con que concibió al Hijo de
ta y libre de todo pecado actual y o r i g i n a l , y preveni- DÍOS.D Y es cierto que nuestro Sefior ha hecho algunos m i -
da con la bendición del fruto benditísimo de vuestro lagros para testiQcar la verdad.
viculro. Fué infundida á la Virgen en su purísima Concepción,
Alábenle , Señora , los ángeles y los cielos y tierra, no sola la gracia para preservarla del pecado original; mas
y todas las criaturas por esta tan señalada merced que también le fueron infundidas todas las virtudes morales,
os hizo , é hizo al mundo por vos : porque vos sois y le fué acelerado el uso do la razón y verdadero conoci-
aquella tierra virgen y pura, de la cual el verdadero Padre miento de Dios, mucho mas perfectamente que le tuvo
de nuestra vida, y nuestro segundo Adán fué formado: tier- san Juan Bautista. Túvola Virgen desde su Concepción la
ra bendita y sin sospecha alguna de maldición: tierra l i m - ciencia de las cosas naturales y morales, que son necesa-
pia y amasada con solas las manos de Dios: vos sois aquel rias para la perfecta inteligencia de las Escrituras sagra-
paraíso dedoleiles plantado por el Señor hacia el verdadero das, y para la prudente gobernación exterior; y una g r a -
Oriente, quees Cristo, el cual nunca se oscureció, ni se es- cia tan grande que causaba en ella su compostura tan a d -
condió : vos aquella tierra sacerdotal tjlie en tanta carestía mirable y divina, que jamás tuvo movimiento desordena-
de gracia, siendo todo Egipto tributario , sola fué libre de do, ni^nal pensamiento, ni dijo palabra ociosa, ni cayó
pecho y libertada de pecado: vos sois aquella mujer h e - en la menor imperfección del ifiundo ni en cosa que oliese
brea, madre de Moisés, que aunque estuvo en Egipto, á pecado: ántes desde el punto de su Concepción comenzó
nunca fué cautiva debajo de Faraón, sino exenta y libre á merecerla gloria y tomó la corrida, para alcanzar la j o -
para criar á su hijo y pasar el mar Bermejo con é l : vos ya de la bienaventuranza con tan largos pasos que á todos
sois aquella zarza espinosa que en el desierto ardiendo los santos dejó atrás.
con nuevo milagro no se quema : porque abrasando las La fiesta de la Concepción de la Virgen celebran los l a -
llamas del pecado original á los demás ; á vos, Señora, tinos y los griegos, aunque los latinos á los 8, y los g r i e -
«ola guardó : vos aquella arca del Testamento fabricada gos á los í> de diciembre, y algunas oraciones ó sermo-
de madera incorruptible, para conservar nó el maná cor- nes se hallan de León, emperador, y de Jorge, obispo de
ruptible, sino el pan vivo y celestial j vos aquella nube Nicomedia, en alabanza de esta fiesta. Algunos pensaron
DÍA 8 . DICIEMBRE t) 3 1
que se comenzó á celebrar en la Iglesia latina por orde- auloridad, y en todas las cosas se debe seguir, porque Ja
nación del papa Sixto IV, pero eá imicbo mas antigua. Tu- misma doctrina de los doctores católicos tiene su auloridad
vo principio en Inglalerra en tiempo de san Anselmo, que de la Iglesia; y así mas nos debemos arrimará la autoridad
ninrióelatto de 1109, por ocasión de una revelación que de la Iglesia que á la de Agustino ó Gerónimo, ü otro c u a l -
el obispo Kquilino dice que tuvo el mismo san Anselmo: quier doctor. Pues si santo Tomás no reprueba la fiesta de
pero la revelación no seltizo sino ;i nn abad inglés de na- la Concepción que celebraban algunas Iglesias particulares
c\on} llamado Elsino ó Elpino, el cual por los aílos del Se- porque la Iglesia romana la toleraba, y quiere que en
ñor de 1070, navegando por el mar y hallándose en peli- lodo sigámosla autoridad de la Iglesia mas que la de c u a l -
gro de ahogarse el navio, por una brava tempestad que le quiera doctor católico; ¿quédijera y qué hiciera, si viviera
scbrevino, le apareció un varón resplandeciente, vestido ahora, y viera que no solamente la Iglesia romana permi-
de pontifical, que le dijo, que prometiesen á Dios de guar- te la fiesta de la inmaculada Concepción, sino que la p r o -
dar cada aflo la fiesta déla Concepción de nuestra Señora, pone á todos los fieles, y los convida á celebrarla con g r a -
y de exhortar á otros que la guardasen , y que de esta cias é indulgencias? ¿Y que el concilio de Trente confirma
manera saldrían de aquel peligro y llegarían á puerto de- las consliluciones de los papas, hechas sobre esto, y m
seado. Y preguntando quién era, y en quédia se había de quiere comprender á la Virgen en el pecado original? Sin
celebrar aquella fiesta, dijo que era Nicolás obispo,envia~ duda, que santo Tomás y san Bernardo, y cualquiera otro
do delaVírgen (á quien ellos se hablan encomendado para santo, que al principio estuvo dudoso y m atado en a d m i -
que los librase), y que el dia en que se habia de celebrar tir esta tiesta, ahora pecho por tierra la admitiera y la so-
la fiesta era á los 8 de diciembre, en que la Virgen habia lemnizara, y se regocijara por peder dar á la Virgen segu-
sido concebida. El santo abad y los que iban en su compa- ramente (sin apartarse un punto, antes conformándose con
ñía en la nave hicieron su voto y promesa á Dios como les el uso de la santa Iglesia católica) un privilegio de tan
habia sido revelado, y luego se vieron fuera de peligro. Y grandes excelencias y lan debido á la dignidad de Madre
san Anselmo, siendo arzobispo canluariense y primado do de Dios. Y lo mismo debemos hacer nosotros, si somos ze-
Inglaterra, favoreció mucho estafiesta, ydemann en mano ladores déla gloria de Dios, y devotos de su Madre bendi-
secomenzó á propagar, y la Iglesia de León de Francia la tísima: porque ¿qué crisliano hay, que pudiendodar pia-
admitió en tiempo de san Bernardo, cerca del año del Se- dosa mente esta gracia á la Virgen, no se la dé? ¿Que p u -
ñor de 1 I i 5 : y el santo, como tanzeloso y tan obediente á diendo creer que la tuvo, no se goce de ella, y no le dé el
la Iglesia romana, escribió una epístola á los canónigos de parabién por haber sido prese; vada con singular p r i v i l e -
León, reprendiéndolos porque hablan introducido nueva gio de aquel Sefior que la escogió para Madre, y la s u b l i -
tiesta, sin autoridad de la Iglesia romana ((pie es madrey mó á la cumbre de (an soberana dignidad? Y pues no solo
maestra de todas), y hace mención, aunque no io espiica, lo podemos hacer sin recelo, sino que es bien que lo haga-
de la revelación que dijimos. IS'o ha sido sola aquella re- mos con prontilud y alegría, por conformarnos con el co-
velación, sino también se refieren otras; y en las revelacio- mún sentimiento de loda la Iglesia universal; el que no lo
nes de santa Brígida hay una. que se hizo á la santa, de hiciere descubrirá su poca devoción para con la Madre de
este misterio. Después fué creciendo y extendiéndose mas Dios, ó la mueba eslima de su propio juicio, y desestima
esta devoción de la fiesta de la Concepción, como la luz del ajeno. Supliquemos al Señor, que escogió á esta Se-
que crece con el dia, y la santa Iglesia alumbrada del Es- ñora y Reina nuestra por Madre, y la preservó y adornó
píritu sanio fué conociendo mas esta verdad, como con el de tantos y tan divinos dones, que por intercesión de la
discurso del tiempo ha ido conociendo otras muchas: por- que no luvopecado, perdone á los pecadores, y nos otorgue
que como dice san (ire^orio, poco á poco la va enseñan- una entrañable devoción para con ella, y una gran c o n -
do el Espíritu santo. Pero mucho mas se estableció esta fianza en su patrocinio; pues ninguno le ha sido de veras
verdad con las Constituciones y Extravagantes del papa devoto, (pie no haya llegado á puerto de salud.
Sixto IV, de feliz recordación, que no solamente permite
* SAN EUTIQUIANO, PAPA Y MÁRTIR.—Ocho años gober-
que se celebre esta fiesta, sino convida cá los fieles que la
nóla Iglesia este sanio pontífice, hasta que el dia 8 d e d i -
celebren, y concede indulgencias á losque la celelu ai en
ciembre del año 283. Sufrió el martirio por órden del e m -
Y el sacrosanto y ecuménico concilio tridentino confirma y
perador Nnmeriano. Según leemos en el martirologio r o -
manda que se guarden las dichas Constituciones de Sixto;
mano dió sepultura con sus propias manos á trescientos
y declara que no es su intención comprender en aquel de-
cuarenta y dos mártires asociándose después á ellos, sien-
creto donde se trata del pecado original, á la inmaculada
do su cuerpo sepultado en el cementerio de San Calixto.
Virgen nuestra Señora. Por donde se ve la inclinación y
Cuando aquel santo gobei naba la Iglesia apareció en ella
común consentimiento de loda la Iglesia universal, y con
la herejía de los maniqueos, haciendo lodo lo posible p a -
cuánta piedad se puede celebrar esta fiesía.y con cuánta
ra refutarla. Este pontífice entre otras cosas dispuso que
reverencia y devoción la recibieran y predicaran, si aho-
los cuerpos de ios santos mártires fuesen enterrados vesti-
ra vivieran algunos santos, que al pi iticipio (por no h a -
dos con una túnica de púrpura.
ber sido recibida de la santa sede apostólica) se recataron
SAN MACARIO, MÁRTIR,—San Dionisio Alejandrino dic»
en celebrarla; porque eran lan hijos de la Iglesia romana
que fué Macario un ciudadano venerable de Alejandría,
que les parecía que ninguna fiesta se habia de introducir
que habiendo hecho pública confesión de fé,en tiempo del
sin su autoridad. Santo Tomás, viendo que algunas Igle-
emperador Decio, lo prendieron y llevaron al tribunal del
sias particulares celebraban en su tiempo esta fiesta, yque
juez. Habiendo procurado éste persuadirle con muchos
la Iglesia romana toleraba esta costumbre, dice, que por
argumentos y castigos á que negase á Jesucristo, y estan-
esto solo no se debia reprobar: y en otro lugar dice estas
do el cada vez mas constante en confesar la fé católica, 1^
palabras: « La costumbre de la Iglesia tiene grandísima
quemaron vivo en la misma ciudad el año 252.
532 LA m X V D A Dfi O[10. DÍA 9.
SA-N ELCAUIO, omsi'O x CONFESOR.—Fué discípulo del ánlesde entrar en la cárcel: y de la crueldad de Daciano
apósíol san l'odio, ordenado por el mismo y enviado á se puede creer que fué asi. En aquella dura y áspera cár-
predicar el Evangelio á las Gaüas y á la Germania. I l a - cel estuvo algún liempo: y oyendo la carnicería que Da-
bieudo vtiello á Roma para informar al príncipe de los ciano continuamente hacia en los crislianos, y los tormen-
apóstoles del resultado de su misión, fué consagrado obis- tos atrocísimos con que habla hecho morir á la gloriosa
po por el mismo san Pedro, y enviado á Ti éveris, cuya virgen santa Eulalia de Mérida ; enternecida y traspasada
Iglesia fundó, ilustró y extendió por medio de sus predi- de doler, suplicó á nuestro Señor la llevase para sí, si así
c iciones y santas virtudes; hasta que coronado de méritos convenia, para que no viese la destrucción de su Iglesia, y
murió en paz el año T í . menoscabo de la fé de su santa religión. Cumplió Dios el
SAN SoruoMO, OBISPO V CONFESOR.—Esle glorioso obispo deseo de la santa virgen, y oyó su oración: y así como es-
de la isla de Chipre es memorabieentoda la Iglesia griega taba orando, hizo con los dedos una cruz en una dura pie-
por haber sido en su vidaconstantemenle el defensor y el dra de la cárcel, y quedaron en ella las señales, y besán-
padre de los pupilos, do los huérfanos y viudas, y el mas dola con gran ternura y devoción, dió su bendita alma á
decidido protector de los pobres y desvalidos. Parece que Dios. El cuerpo fué hallado junto á aquella cruz, caido y
lloreció en los siglos IV y V. reclinado en el suelo, y fué sepultado por los crislianos de
SAN IIÜMÁIUCO, ABAD.—l uéun príncipe de sangre real la manera que mejor pudieron. Fué la muerle de sania
en Aquitania, que secrió en la corle de Teodoberlo, y llegó Leocadia á los 9 de diciembre por los años del Sefior do
á los primeros deslinos del estado. Su adhesión alsobera- 303, imperando Diocleciano y Jíaximiano. Tiene la santa
no le acarreó persecuciones y destierros, pero en liempo virgen Leocadia tres templos de su nombre en la ciudad
de Clolario II dejó el mundo, y habiendo vendido sus bie- de Toledo : uno donde fué su casa : otro donde estuvo p r e -
nes, dió la mitad á los pobres y e! resto lo empleó en f u n - sa; y otro donde fué sepultada: y por reverencia y devo-
dar un monasterio en la diócesis de Touly bajo la regla de ción que le tuvieron algunos santos arzobispos de Toledo,
san Columbano. El santo fundador quiso vivir en él como se mandaron enterrar en el mismo templo (donde machos
un simple religioso; pero habiendo muerto el primer abad, años estuvo su sagrado c u e r p o ) ; como fueron EugenioIII,
le obligaron á encargarse del gobierno el afio 627. Fué Alfonso y Juliano, santísimos pontífices: y en el liempo de
abad mas de veinte y seis años, y se hizo eslimar por su los reyes godos se celebraron en él muchos concilios tole-
humildad y su apaciblccaridad. Su zolo por las auslerida- danos, que siempre en la Iglesia han sido en gran venera-
desdela penitencia alentaba á lodos los religiosos á prac- ción. En oslo templo sucedió una cosa maravillosa y digna
ticar con fervor todo lo prescrito por la regla. Uomárico de grande admiración. Un dia de santa Leocadia fué el rey
murió el año 6ÍJ3. Recesvinlo, acompañado de toda la nobleza de su córle, á
celebrar la tiesta de la santa virgen : y estando en ia i g l e -
SANPATAPIO, CONFESOR.—Nacióen Conslanlinopla en el
sia mucha gente eclesiástica y seglar, el bienaventurado
siglo Y. Convencido d é l a vanidad del mundo, ti aló de
san Ildefonso, que á ia sazón era arzobispo de Toledo, so
aprovechar la vida parasanliíicarse, y serctiróá un desier-
puso en oración delante del sepulcro de sania Leocadia; y
to no léjos de su patria. Entregado en él á la oración y pe-
de improviso la piedra que le cubria y era tan pesada que
nitencia, fué por muchos años el pasmo de cuantos iban a
(como dice Cixila) apenas treinta hombres la pudieran a l -
visitarle para admirarsus virtudes y milagros. Por fin, co-
zar, se levantó por sí misma : y la gloriosa virgen salió
ronado de méritos, descansó tranquilo en el Sefior.
del sepulcro, y mirando á san Ildefonso extendiósu mano,
y locó la suya y le d i j o : O Ildefonso, por tí vivo la gloria
DIA 9; de mi SeTiora; dando á entender que san Ildefonso habia
defendido la limpieza y gloria de la virginidad de nuestra
SANTA LEOCADIA, víncEN-y WÁETIK.—La bienaventurada
Señora contra los herejes, que la prelendian con su l e n -
virgen santa Leocadia fué natural de la ciudad do Toledo,
gua sacrilega mancillar. Todos los circimslantes cayeron
noble de linaje y grande sierva del Señor. Mandóla pren-
en el suelo pasmados, por la novedad de este prodigio:
der el presidente Daciano, que como una fiera cruel no se
mas san Ildefonso habló á sania Leocadia y le dijo: O g l o -
podia ver harto de la sangre de los cristianos, y traida á
riosa virgen, y digna de reinar en el cielo con Dios; pues
su presencia le puso delante su nobleza y sangre, y la v i -
menospreciaste y diste la vida por su amor: dichosa fuó
leza é ignominia de la que él llamaba superstición de los
esta ciudad; pues naciste en ella, y la consagraste con tu
cristianos, y ya con halagos, con blanduras y con espantos
muerle, y ahora la consuelas con tu presencia. Vuelve,
procuró persuadirla que dejase Jafé de Cristo, y adorase á
señora, los ojos desde el cielo sobre ella, y con ta inter-
sus dioses. No se movió la santa virgen por cosa alguna de
cesión defiende tus naturales, y al rey que con tanta d e -
las que le dijo el presidente: y todo su artificio se resolvió
voción celebra tu fiesta. Oidas estas palabras comenzó
en humo, sin poder hacer mella en aquel pecho sagrado.
santa Leocadia á retirarse y volverse á su sepultura: y san
Mandóle poner en una oscura y horrible cárcel, para alor-
Ildefonso con un cuchillo que le dio. el rey, corló un pedazo
mentarla con ella; y si esto no bastase, matarla con crueles
del velo con que venia cubierta la virgen, para que que-
tormentos. Muchose regocijó santa Leocadia cuando se vió
dase memoria de tan ilustre milagro, y la ciudad de Tole-
llevar á la cárcel, reconociendo que era gran merced de
do consolada con tener [como lo tiene en el sagrario de la
Dios, y haciéndole gracias por e l l o ; y viendo algunos que
santa Iglesia) aquel celestial tesoro.
la seguían llorando, se volvió á ellos con alegre y sereno
rostro, y les d i j o : Ea, soldados de Cristo, no os enlrislcz- El cuerpo de santa Leocadia es'uvo muchos años en la
cais por mi pena, antes holgaos y dadme el parabién: pues ciudad de Toledo en su sepulcro, y en un suntuoso templo
Dios me ha hecho digna que padezca por la confesión de que después el rey Siscbulo le edificó. De allí fué llevado
su nombre. Algunos dicen que fué crudamente azotada por los crislianos á la ciudad de Oviedo, por temor que los
DÍA míe
moros que sehabian apoderado de Kspaña, no le quema- predicando el Evangelio y convii tiendo muchos á la fe de
sen como lo habían hecho con otros cuerpos de sanios. En Jesucristo, por cuyo motivo alcanzó la palma del martirio.
Oviedo también se entiende que estuvo algún tiempo, y en Fué su muerte á principios del siglo cuarto, recogiendo los
aquella ciudad é iglesia hay algunos indicios y argumenlos crislianos su cuerpo y sepultándolo en un lugar decente,
ciertos de ello. De aquí fué trasladado el sagrado cuerpo de donde obró el Señor grandes müravillas. San Aguítin hizo
esta gloriosa virgen á los estados de Flandes, y fué colo- un admirable sermón de este santo al pueblo, el dia en que
cado en un monasterio de San Gisleno, que es de monges í-e ceL'bra su festividad.
benitos, llamado Cela, de la ciudad de Mons, en la provin- SANTA VU.EUIA, VÍRGEN Y MÁIITIR.—Convirtióse á Jesu-
cia de Uanonia : y de esta traslación hace mención el doc- cristo por la predicación del obispo san Marcial. Floreció
tor Juan Mulano en las Adiciones que escribió al Martirolo- en Limoges á mediados del siglo 111, y resplandeció en
gio de Usuardo. La ocasión de haberse llevado el santo todas las Gallas la luz de sus virtudes. Créese que murió en
cuerpo á Flandes, no se sabe de cierto ni quién le llevó ni su misma patria durante la persecución del emperador
en qué liempo se llevó : dícese que fué ua caballero po- Decio, llevando al cielo la doble corona de la virginidad
deroso, que vino de aquellos estados á España, para favo- y del martirio.
recer á los crislianos contra los moros, y que en pago de SAN PIIÓCÜLO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué el cuarlo obispo
sus buenos servicios, un rey de León le dió el cuerpo de de la ciudad de Verona. Cuando se encendió en Italia la
sania Leocadia. En aquel monasterio de San Gisleno fué el persecución excitada por el emperador Maximiano l'róculo,
cuerpo de esta purísima virgen honrado y reverenciado de que deseaba dar á su rebaño un ilustre testimonio del es-
los pueblos de toda aquella comarca, y por su intercesión píritu que le animaba, se fué á la cárcel donde estaban
recibieron muchos y muy grandes beneücios del Señor, detenidos los santos mártires Ferino y Rústico, y allí c o n -
especialmente contra la pestilencia dequeánles eran muy fesó con ellos el nombre de Jesucristo. A pesar de esto, no
fatigados : hasta que la serenísima reina dofia Juana, hija pudo conseguir la satisfacción de sus deseos, y entonces
y heredera de los católicos reyes don Fernando y doña emprendió un viaje á Jerusalen para visitar y adorar los
Isabel, y madre del emperador Garlos V, de gloriosa m e - lugares de nuestra redención. Sujetóse con esla ocasión á
moria, siendo señora de los estados de Flandes, por estar grandes penalidades y mortificaciones, y habiendo des-
casada con el príncipe don Felipe, el aflode 1300, á K i de pués vuelto á Verona, edificado á sus ovejas y obrado
octubre, alcanzó del abad y monges de aque! monasterio muchas maravillas, murió santamente por los primeros
de Cela la canilla déla pierna derecha de santa Leocadia: años del siglo IY. En su última vejez se conocían aun
ta cual como un preciosisimo tesoro dió á la santa Iglesia en sus c u nes las señ des d i los tormentos que había p a -
de Toledo. Finalmente, con gran providencia y misericor- decido por la fé, diinmlc la sobredicha persecución.
dia del Señor, fué traído el santo cuerpo de aquel monas-
SAN SIRÓ, OBISPO I CONFESOR.—El apóstol san Pedro, de
terio, donde estaba, con la autoridad del sumo ponlifue
quien recibió la luz de h fé, el bautismo, y la consagra-
Gregorio X I I I , y del católico rey don Felipe, II de este
ción de obispo, lo envió á Pavía, cuya Iglesia engendró en
nombre, por un padre de la Compaftta de Jesús, llamado
Jesucristo. Convirtió arpiel pueblo á la verdad, ilustró con
Miguel Hernández, y al cabo de tantos años fué restituido
su predicación muchas otras ciudades de Italia, y por t o -
á su patria y ciudad de Toledo, y colocado en la santa
das partes confirmó con milagros las doctrinas que e n s e -
Iglesia, con gran liesta, regocijo y solemnidad: poique
nó. Su vida fué la de un apóstol, y su muerte de un santo,
demás de los gastos que hizo la santa Iglesia en traer el
volando al seno de Dios, el año 11 ¿. Entre otros de los m i -
santo cuerpo, y tenerle muchos dias con el debido aparato
lagros que de él se refieren, dícese que un dia, estando
y reverencia, mientras que se aparejaban las fiestas del
distribuyendo al pueblo el pan eucarístico, llegóse á él utt
recibimienlo en la casa é iglesia do Jesús del monte de Lo-
judio y se burló del sagrado misterio, y el santo tuvo luego
ranca de Tajaña (que es de la religión de la Compañía de
que curarle del castigo que le impuso el Señor por aquella
Jesús), y por todo el camino hasta llegar á la ciudad de
profanación, de la cual admirados los circunstantes, rau^.
Toledo; el recibimiento que en ella se le hizo fué muy so-
dios abrazaron la religión.
lemne y de gran concurso de genie y variedad de íieslas,
y regocijado y autorizado con la presencia del rey cató- SAN JUUAN, OBISVO Y COXFÍÍSOR.— Distinguióse p r i n c i -
lico don Felipe, y del principe asimismo don Felipe, y de palmente este santo en combatir Igl doelrin.-is de unos h e -
la infanta doña Isabel, sus hijos, y de la emperatriz doña rejes que aparecieron en el Oriente durante el siglo 11 de
María de Austria, su hermana, que fueron a Toledo para la Iglesia, y que se llamaban cata/rigas. Fué obispo de la
solemnizar mas aquella fiesta, dando en lodo raro ejemplo ciudad de Apamea en Siria, y murió el ano 173, ilustre en
de su piedad, devoción y humildad, con que el rey y el milagros y virtudes apostólicas.
príncipe, con otros grandes del reino, llevaron sobre sus SAN CÍPBIANO, ABAD.— Consagróse desde su juventud al
hombros el cuerpo de la santa virgen, teniendo por gran servicio de Dios, y tomó el hábito en un monasterio cuyo
gloria suya el servirla en aquel humilde y honroso oficio abad se llamaba Saval y que vivía en él desde el liempo
Hízose este recibimiento á los 2C de abril, del año del Se- de Clotario l l Después de haberse perfeccionado Cipriano
ñor de l.'JSI, siendo sumo pontífice Sivlo V, y rey de las en lodos los ejercicios de la vida cenobítica, se retiró á un
Españas el católico don Felipe, IIde este nombre, y el car- desierto junto á Dordofka. Allí construyó una ermita que
denal don Gaspar de Quiroga, arzobispo de Toledo f y des- dió origen á un pueblo, que en el día se llama aun el pue-
pués el mismo Sixto V mandó que se celebrase la fiesta de blo de San Cipriano. Murió á fines del siglo V I , y el Señor,
esta traslación en la Iglesia y arzobispado de Toledo. según san Gregorio de Tours, obró muchos milagros por
su intercesión.
* SAN UKSTITÜTO, OBISPO V MÍRTIII.— Era est(, "sanl0 SANTA VULFILDA, ABADESA.— Hija de una de las p r i n c i -
obispo de Cartago, en cuya ciudad hizo resonar su voz pales familias do Inglatcnvi, manifestó desde su infancia
m LA LEYENDA DE ORO. DIA 10.
imicho desapogo á lodas las cosas torrcslres, aspirando y en todo su proceder y hablar. Era ya de dece año*,
solo á las celestiales y ciernas. Enlró en el monasloi io ile cuando un juez y subdelegado del presidente Daciano^pte
Winchester, y ciillivó en él sus piadosas flisposiciones. Kl se llamaba Galíurniano, llegó á la ciudad de Mérida pava
rey EJgarconcibió por ella una pasión viólenla; pero lodos perseguirlos cristianos y hacer en ella lo que Daciano h a -
los recursos fueron inúliles para ganar la voluntad de la cia en las demás por donde pasaba. Para poderlo h a m '
casia virgen, y el rey viendo y admirando lanía virlud, mejor y'Jcner mas noticia de los que eran cristianos, man-
fomenlósu vocación religiosa, doló espléndidamente el mo- dó publicar un solemne sacrificio á sus dioses. Los padres
nasterio en que la sania vivía, y después la hizo nombrar de la santa virgen, viéndola inllamada del amor de Cristo,
abadesa. Gobernó con prudencia y santidad, dando el y ansiosa del marlirio, temiendo perderla y que aquel t o r -
ejemplo de las mas eminentes virtudes. Murió el año 990, bellino se la arrebataría, la tenían como escondida y r e -
y obró muchos milagros. tirada en una heredad llamada Porcejana, diez leguas de
SANTA GORGOMA.—Nació en Al ianza, pequeña villa de la ciudad, á la parte de Andalucía. Mas cuando la santa
Capadocia, a principio del siglo IV. Sus padres, san t i r e - doncella oyó el edicto que el juez había publicado, dice el
gorio y sania Nona, la educaron en el conocimienlo de las poeta Prudencio, que ella de su voluntad se vino secreta-
verdades evangélicas, y sus cuidados no cayeron en ter- mente de noche á la ciudad para ofrecerse al martirio con
reno estéril. Gorgonia fué un ¡lustre dechado de todas las gran fervor y ansia de morir por Cristo, á quien había t o -
virtudes, como lo demuestra su hermano san Gregorio mado por esposo: y algunos dicen, que la santa virgen
Nacianceno, en la oración fúnebre que hizo cuando ella Julia venía en su compañía; y que habiéndose adelantado
murió, y que se halla en la colección de las obras do este un poco en el camino, le dijo Eulalia con espíritu de p r o -
gran Padre de la Iglesia. fecía: Por masque te apresures, yo moriré primero. Llegó
Los SIKTE MÁRTIRES DE SAMOSATA.—Mui icron en Samo- pues, la tierna y pura doncella á los estrados del juez Cal-
sata, ciudad de Siria, en el año del Señor de 29'J, vícti- furniíino, y con mucha mesura, cordura y libertad, le dió
mas de la persecución do Maximiano. Según Hntler, son en rostro y afeó la crueldad que usaba con los cristianos,
sus nombres: Hiparco, Jaime, Román, Soliano ó Loliano, y la vanidad de sus dioses y la liram'a y mal gobierno de
l'ilolco, Habido y Paragro. sus emperadores. Pretendió el juez engañarla con palabras
blandas y amorosas: púsole delante su nobleza, su ternu-
ra y poca edad ; y quiso probar sí con halagos y p r o m e -
DIA 10.
sas comoá niña, la podía apartar del amor de Jesucristo.
SANTA KI;UI,IA DE MÉRIDA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—Bien es, Guando vio que perdía tiempo, trocó la blandura en seve-
que á la vida y martirio de la virgen sania Knlalía de H;ir- ridnd, y los halagos en terrores y lormentos, los cuales
celona que escribimos en su dia, que es á los 12 de febre- mandó ejecutar en aquella corderila con lanía braveza y
ro, añadamos la vida y martirio de olra santa virgen E u - furor, que fueron de los mas crueles que en aquel tiempo
lalia de Mérida ; avisando primero al que esto leyere, que se daban á los sanios mártires. Azotáronla mulamenU',
algunos autores han hecho de estas dos Eulalias una; y y quebrantáronla los huesos con plomadas: echáronle acei-
tuvieron ocasión para engañarse; porque ambas tuvieron te hirviendo por todo el cuerpo: arañáronla con garfios de
el mismo nombre y eran de poca edad, y ellas mismas sin hierro, levantáronla y descoyuntáronla en la garrucha; y
ser llamadas se fueron al juez y se ofrecieron al martirio, ella, como quien tenia á Dios en su alma, mostraba en el
y murieron en la misma persecución, y debajo del mismo rostro la alegría de su corazón, y alzando los ojos al cielo,
presidente Daciano; y las almas de la una y de la olra se encomendaba á su dulcísimo Esposo y le pedia favor; y
fueron vistas subir al cielo en figura de paloma, y el Se- mirando sus mismas heridas (como Prudencio escribe) lo
ñor cubrió sus cuerpos con nieve, que sobre ellos cayó: decía: Ahora, Redentor mió Jesucristo, le señalas mejor m
de manera que no es maravilla, que habiendo tantas se- mí; y estas letras que so escriben en mis carnes con m i
mejanzas entre las dos, algunos escrilores se han engaña- sangre, me representan mejor tu pasión. Finalmente, p o -
do, pensando que no fueron dos, sino u n a ; pero ellas fue- niéndole fuego por los lados, le dieron la muerte y la co-
ron dos : la una nacida en Barcelona, y la otra en Mérida: rona de glorioso marlirio, como dice san Isidoro. Y añade
la una de catorc e años, y la otra de doce años, la una Prudencio, que la sagrada virgen deseaba tanto morir por
martirizada en Barcelona por el mismo presidente Dacia- Cristo, que abrió su boca para que las llamas entrasen en
no; y la otra por un juez y delegado suyo llamado Callur- ella y la acabasen; que conforma con lo que dice el Mar-
niano: la de Barcelona murió degollada ó en cruz; y la tirologio romano : Hauslo ign?, s p i r i h m r e d d i d i l : quoWn-
de Mérida en fuego: cuya vida y marlirio escnbió el poe- gó el fuego y dió su espíritu. Asi acabó la santa virgen co-
ta Prudencio en un himno muy elegante: del cual y de mo una paloma blanca y sin h i é l , y en figura de paloma
los breviarios antiguos sacaremos lo que do ella diremos fué visla su purísima alma subir al cielo: la cual vieron
aquí. muchos, y entre otros el mismo verdugo que la había ator-
Fué santa Eulalia natural de Mérida, nacida de gente mentado ; y con esta vista quedó atónito y espantado, y
noble. Su padre se llamaba Liberio, hombre crisliano y niovído á penitencia. Y porque el santo cuerpo estaba des-
temeroso de Dios: el cual hahia criado á su bija desde niña nudo, cayó luego gran abundancia de nieve para cubrir-
en toda virtud, y dándole para que la enseñase á ella y á le, y después los cristianos le dieron sepultura lo mejor
Olra doncella, por nombre Julia, un sacerdote llamado Do- que pudieron, y en tiempo del; poeta Prudencio ya tenia la
nato, y ella se dió tanto al amor de la virginidad, y á t o - santa virgen un solemne templo en Mérida, donde era r e -
das las cosas de recogimiento y religión, que desde aque- verenciada, como el mismo autor lo escribe; y siempre
lla edad no gustaba de galas y atavíos, ni quería oir p l á - sus sagradas reliquias fueron tenidas en gran veneración,
ticas de. casamientos, moslrando gran mesura en el rostro y Dios nuestro Señor hizo muchos milagros porellas y d e -
DIA 10. DICÍEMBRE. AJ 535
XeHdióá su patria por su intercesión. Los godos veneraron reciben los cristianos en el santo bautismo y confirma-
m gran manera el templo y la túnica de sania Eulalia. El ción. Celebróse (según algunos autores) en su tiempo el
r«y don l'elayo, reparador de Esparta y destruidor de los concilio provincial de Neocesarea: en el cual se estable-
«IOTOS, se mandó enterrar en una iglesia de esta santa, cieron algunas cosas locantes al estado de la Iglesia en
llamada Santa Olalla de Velanio, por baberla llamado en aquellos tiempos. Hizo una vez órdenes por el mes de d i -
su favor cuando peleaba con los moros, y vencídolos. Te- ciembre, y en ella ordenó once obispos, seis presbileros
niendo el reyTeodorico délos godoscercadaá Mérida, san- y cinco diáconos: y habiendo regido santamente la I g l e -
ta Eulalia la socorrió y la libró que no fuese asolada, m a n - sia del Señor dos años, dos meses y siete dias, dió su a l -
dando en sueño al rey que levantase el cerco, y asi lo ma á Dios con ínucho contento, no solamente porque iba á
bizo : y otras victorias y buenos sucesos se cuentan baber gozar de él, sino también porque dejaba la Iglesia libre de
recibido los cristianos con el patrocinio de esta gloriosa las persecuciones de los tiranos, y quieta y pacífica con el
virgen, por los cuales en España se le ticncgran devoción, imperio de Constantino. Fué su muerte á los 10 de d i -
y mocbas mujeres toman su nombre, y aun algunos pue- ciembre del año del Señor de 313. El Martirologio roma-
blos en el reino de Toledo y Andalucía: que todo es señal no dice que padeció mucho en la persecución de Maximia-
de los grandes merecimientos de esta purísima virgen, y no, y que murió teniendo paz la Iglesia ; y por baber pa-
de la devoción que estos reinos con ella tienen. Gregorio decido tanto, los Martirologios antiguos llaman mártir á
Tiuouense escribe un milagro que cada año se solia hacer san Melquíades, y como á tal la celebra la Iglesia. Fué su
en el dia de su martirio, de algunos árboles que estaban cuerpo sepultado en el cementerio de Calixto, en la via
sobre su sepulcro y le cubrían; y con estar desnudos y rín A pía, y su sagrada cabeza está en Roma, en la iglesia de
hoja (por ser el mes de diciembre), aquel dia florecían, y la casa profesa de la Compañía de Jesús. De san Melquía-
producían unas flores que tenían íigura de paloma, desua- des hacen mención los Martirologios romano, el de Beda,
ve olor: por las cuales, según el tiempo en que salían, la l'siiai do, Adon y los autores antiguos y modernos que es-
gente entendía si el año siguiente babia de ser próspero ó criben vidas de sumos pontífices.
esléril, baciendo gracias á nuestro Señor por lo uno, y s u - * Los SANTOS CAIU'ÓFORO Y ABUNDIO, MÁUTIUES.—De eslos
plicando á la santa por lo otro, que librase aquella ciudad santos el primero era presbítero y el segundo diácono.
de toda calamidad. Aquel mismo dia en que fué martirizada Sufrieron el martirio en tiempo de Diocleciano, que con-
santa Eulalia, fué también degollada Julia, su compafiera sistió primero en ser cruelmente apaleados, luego metidos
en la santidad y en el deseo de padecer, cumpliéndose, el en una cárcel, privados de todo alimento y atormentados
órden que la santa Eulalia le babia significado. El cuerpo después en el potro, siendo por fin degollados. Algunos
de santa Eulalia se trasladó después de Mérida á la ciudad como Galesino creen que murieron en Espolelo; mas Reda
de Oviedo, donde ahora está en una rica arca de plata, la - y Vasco pretenden que murieron en España en la ciudad
brada de ataujía, que muestra grande antigüedad. Está en de Sevilla el año 290 de Jesucristo.
la iglesia catecb al y en el altar particular que se instituyó
SANTA JULIA, VÍBGEN Y MÁUTIII.—Esta santa virgen, na-
con su advocación. Suélese sacaren procesión cuando hay
tural de Mérida en España, fué compañera en las virtudes
alguna grande necesidad; y siempre se experimenta, que
y martirio de santa Eulalia, cuya vida hemos puesto mas
nuestro Señor Jesucristo oye lasplegarias de su pueblo yle
arriba y que puedo verse. Alcanzó juntamente con ella la
concede lo que le piden por intercesión de esta gloriosa vir-
corona de las vírgenes.
gen : cuyo martii io fuéá los 10 de diciembre del año 3 0 í ,
Los SANTOS MENAS, HERMÓGENES Y ELT.RAFO, MÁUTIUES,—
imperando Diocleciano y Maximiano. Hace mención de ella
Fueron griegos y padecieron por la fé de Jesucristo en
ci Martirologio romano, el de Beda, Usuardo y Adon, y los
Alejandría do Egipto. Menas era un funcionario público
otros autores que escriben vidas de santos, demás de los
encargado de hacer obedecerlas órdenes del emperador.
que en esta quedan referidos.
Un dia reprendió á Hermógenes porque con su elocuencia
SAN MELQUÍADES, PAPA Y MÁmui.—Fué san Melquíades y sus milagros convertía á muchos del paganismo, y
africano, y sucedió en el sumo pontificado á Eusebio. Fué viendo que el siervo de Dios no hacia caso de sus recon-
varón sanlisimo, y padeció grandes trabajos y fatigas>por venciones, mandó que le'arrancasen los ojos y la lengua;
Ja gloría del Señor. Ordenó que no ayunasen ios cristia- pero á los dos dias volvió á ver al santo con la lengua y
nos el domingo ni el jueves, por no imitar á los paganos, los ojos recobrados. Admirado de tan grande portento,
que ayunaban aquellos días y tenían aquel ayuno por a y u - se hizo instruir en el cristianismo, abrazó la fé y fué bau-
no sagrado: aunque después cesando la causa de ayunar tizado. Poco después Menas y Hermógenes, con otro g e n -
los jueves, cesó aquella prohibición. Ilabia en Roma m u - til llamado Eugrafo que servia de escribano en las eje-
chos herejes maniqueos: y el santo pontífice procuró r e - cuciones y que se había también convertido, fueron d e -
primirlos y reducirlos alcaminode la verdad. Escribió san gollados por órden del emperador Galerio Maximiano, el
Melquíades una epístola á los obispos de España, en que año 307.
enseña, que todos los apóstoles reconocieron la preemi- SAN MERCURIO Y sus COMPAÑEROS, MÁRTIRES.—Mercurio
nencia y superioridad que tuvo san Pedro, y que el sacra- era centurión romano, que se hallaba con sus soldados en
mento del bautismo es de mayor necesidad que el de la Lenliní, en Sicilia, cuando sucedió la conversión dei e m -
confirmación; porque sin él ninguno se puede salvar: p e - perador Constantino á la religión cristiana. Era cristiano
ro que el sacramento de la confirmación por parte del m i - y había hecho conocer á sus subordinados las luces del
nistro es de mayor dignidad, porque no le puede conferir Evangelio, de modo que todos habían recibido el agua san-
sino el obispo: y después pone los efectos del uno y del ta. El cruel Licinio, que todavía hacia correr en Occidente
otro sacramento; y adelante trata de los efectos que el Es- la sangre de los fieles, mandó que todos aquellos crislia-
plrilu santo obró con su venida en los apóstoles, y los que nos adorasen á los ídolos ó que fuesen degollados, y h a -
Í>3G LA LEYENDA DE ORO. DIA 14.
biéndose todos negado á lo primero, alcanzaron la palma después desn elección, un diácono llamado Ursino ó Ursi-
del martirio á principios del siglo IV. cinio, hombre inquieto y ambicioso, procuró que le eligie-
SAN GEMELO, MÁRTIR.—Kste ilustre confesor de la fé fué sen á él, y tuvo muchos que le ayudaron y favorecieron,
crucificado en la ciudad de Ancira, en Galicia, por órdon y causaron grande alteración en la ciudad de Roma ; de
de Juliano Apóstala, el año 362 de Jesucristo. A ejemplo manera, que los de un bando y del otro vinieron á las m a -
del divino Salvador, pidió por sus verdugos estando pen- nos, y hubo de la una parte y otra muchos heridos y
diente en la cruz, y con sus oraciones logró la conversión muertos, y se causó cisma en la Iglesia del Señor contra
de muchos infieles, quienes recogieron después su sagrado la voluntad del santo pontifico Dámaso: de quien escribe
cuerpo y le dieron sepultura, obrando el Señor por su i n - san Gerónimo, que era manso y que venció á sus adver-
tercesión muchos milagros. sarios, y no les hizo daño después de vencidos.
SAN SIM)ÜI,FO, OBISPO T CONFESO».—Fué el XXXI obispo Pero después cesó el cisma y prevaleció la verdad, y
de Yiena, ilustre por sus esclarecidas virtudes, célebre por con la autoridad del cmpcnidor Valenliniano, el mayor, se
su sabiduría, y memorable por los establecimientos de atajaron los males que de lan mala raiz podían nacer, y
piedad que dejó en su diócesis. Pastor vigilante y padre san Dámaso quedó en su legítima posesión. Mas no por eso
amoroso, reformó el clero y las costumbres públicas de su los malos y aficionados á Ursino se sosegaron ; ánles vien-
diócesis, y fué el amparo y el apoyo de todos los necesita- do que no habían podido quitar la silla apostólica á san
dos. Asistió á varios concilios, y murió en paz el afio C69. Dámaso, le pretendieron infamar y despojar de la opinión
NÜESTBA SEÑORA DE I.ORUTO.—La fiesta que se celebra que de su santidad lodos tenian. Para esto sobornaron á
hoy con este nombre, es en memoria de la traslación de la dos diáconos, llamados Cuncordio y Calixto, hombres
santa casa de nues'ra Señora al campo de Loreto, en la perversos y malvados, los cuales le acusaron como á
Marca de Ancona. Comenzó á celehrarse en dicha provin- hombre deshonesto, y que habia cometido adulterio: mas
cia con misa y oficio propio en el año U G 9 . Propagó- el santo ponlífice hizo junlar en Roma un concilio de cua-
la luego el papa Benedicto V U I , primero á todo el (er- renta obispos, y en él públicamente s i defendió: y a v e r i -
rilorio del estado eclesiástico, por los años de l i l i ) , guada la verdad, y convencidos de calumnia los acusado-
después á todos los pueblos sujetos á la república de V e - res, fueron echados del gremio de la Iglesia. Y para cerrar
necia, y úllimamente á todos los dominios del rey cató- la puerta á semejantes calumnias, en el mismo concilio se
lico de España. El hecho que dió ocasión á esta festividad, ordenó, que la misma pena que se habia de dar al acusa-
que es haber sido trasladada por manos de ángeles desde do, probándosele la culpa, se diese al acusador, constando
Nazaret á Dalmacia, y desde aquí al campo de Loroto, la desa calumnia y falsedad. Hubo en tiempo de san Dáma-
casa de la santísima Virgen, esto es, la habitación en que so muchos herejes, que con nuevas y falsas opiniones i n -
fué visitada y saludada por el ángel, tiene á su favor tes- ficionaban y turbaban la paz de la Iglesia calólica, espe-
timonios muy esclarecidos. Dicese que sucedió esto en el cialmente en las provincias de Oriente. Para cortarlas de
pontificado de Celestino V, ó según algunos, entre ellos r a i z , persuadió san Dámaso al grande y religiosísimo
emperador Teodosio (que también era eapafiol) que se
Natal Alejandro, á principios del de Itonifacio V I I I , esto es,
juntase concilio general en Constanlinopla : y así se hizo
por los años de l i 9 í . El santuario de Lorelo es muy f r e -
ysocelebró, hallándose en él ciento cincuenta obispos, y
cuentado de los fieles de todo el mundo católico.
todos unánimes confesaron la fe del concilio Niceno, y c o n -
SAN DEÜSDEIIIT, OBISPO.—Gobernó la Iglesia de Brescia
denaron á Macedonio y otros herejes: y san Dámaso con-
en santidad, y brilló en portentos. Tuvo que sufrir perse-
firmó lo decretado en aquel concilio, que es uno de los
cuciones y grandes digustos do parle de los herejes de su
cuatro concilios generales, que san Gregorio dice que r e -
tiempo, y por fin murió tranquilamente en el Señor.
verenciaba como á los santos cuatro Evangelios. Y el em-
perador Teodosio, en compañía de los emperadores Gra-
DIA I I . ciano y Yalenliniano, hizo una ley, en que manda que lo-
dos los súbditos de su imperio sigan aquella religión que
SAN DÁMASO, OBISPO Y CONFESOR.—El santísimo y doctí-
enroñó san Pedro en Roma, y el pontífice Dámaso seguía
simo pontífice Dámaso fué español de nación, y su padre
condenando todas las oirás doctrinas á ella contrarias.
se llamó Antonio. Algunos dicen que fué natural de Tarra-
También se celebró en su tiempo otro concilio en la c i u -
gona : otros que fué de Madrid, y en la iglesia do San
dad de Aquileya, donde se halló presente san Ambrosio,
Salvador de esta villa hay una letra que lo dice: otros le
que fué muy amigo de san Dámaso, y le ayudó y sirvió
hacen portugués y natural de Guimaraens, que es entre
con gran diligencia y cuidado en perseguir á los herejes y
Duero y Miño. Fué san Dámaso muy insigne pontífice, y
desterrarlos de Milán y de su tierra, en donde con el f a -
muy alabado de los escrilorcs de su tiempo. Teodorelo
vor y potencia de Justina, madre del emperador Valenli-
dice quele llamaban varón admirable y dignode loda ala-
niano (que era hereje arriana, y gobernaba á su hijo por
banza, y que resplandecía en toda virtud. San Gerónimo,
ser n i ñ o ) , habían hecho pié y grande estrago en perjuicio
su secretario y grande amigo, entre otros loores dice de él
de nuestra santa religión.
que fué virgen como verdadero pontífice de la Iglesia, l i m -
pio y sin mancilla. San Ambrosio dice que fué elegido por Demás de la diligencia y solicitud que puso nuestro
juicio divino: y en el sexto concilioconstantinopolilano le santo pontífice en arrancar la zizaña de las herejías del
llamaron diamante de ta fé, por la gran firmeza y cons- campo del Señor; también atendió á quitar los abusos que
tancia que tuvo contra los herejes que en su tiempo turba- se habian introducido en la Iglesia por descuido de los pre-
ron la Iglesia del Señor: y los demás autores no acaban de lados : y así mandó que de allí adelante no hubiese coe-
decir sus grandezas y excelencias. Sucedió en el pontifica- piscopos, que era una manera de sacerdotes que hubo a n -
do á Liberio, papa, cuyo vicario y presbítero habia sido tiguamente en las aldeas y pueblos pequeños, para ayudar
DIA 12. DICIEMBRE, 537
y servirá los obispos; pero ellos habian extendido la mano TO, MÁRTIRES.—El martirio de estos santos fué en Roma, en
mas de lo quo les con venia, y usurpado lemerariamente tiempo de la persecución de Maximiliano. Se cree que eran
los oficios que son propios de los obispos ; como consagrar de aquellos cristianos que trabajaban en los baños y en
diáconos, subdiáoonos, monjas, iglesias y crisma. En una otras obras públicas.
epísloia que escribo san Dámaso, reprende gravemenle á SAN BARSABAS, MÁRTIR.—El Martirologio romano dice de
las obispos que por holgar y quitarse de trabajo, loman él en este dia, que sufrió martirio en Persia.
aoompafiados, que son mas mercenarios que pastores, y SAN VICTÓRICO, SAN FUSCIANO Y SAN GENCIANO, MÁRTIRES.
aílade: « Los buenos obispos y cuidadosos pastores han do —Los dos primeros, hombres apostólicos, fueron á p r e d i -
guardar su rebano con el mismo cuidado que Jacob car la fé á las Gallas, casi al mismo tiempo que san Dioni-
dijo á su suegro Laban, que él habia tenido en apacentarle sio de París. Penetraron hasta las partes mas remotas do
sus ovejas, y no echar á otros la carga y darse ellos á bue- aquellas regiones, y al fin se detuvieron en Teruan, donde
na vida.» También escribió á los obispos de África, a v i - fijaron su misión. Pasando desde allí á Amiens, donde h a -
sándoles, que las cosas graves y de calidad, y los nego- bia cruel persecución de cristianos, se alojaron en casa de
cios délos obispos, no se pueden determinar sin autoridad un tal Genciano, que deseaba ser discípulo de Cristo.
del pontífice romano. Edificó dos templos, uno dentro de Esto les informó de que poco antes san Quintín habia s u -
la ciudad de Roma, en honra del iuviclísimo mártir san Lo- frido el martirio, y no bien les acababa de contar las cir-
renzo, y otro fuera en la via Ardeatina á las Catacumbas, cunslancias de aquel padecimiento, cuando llegaron los
donde consagró la Platónica, que habia sido sepultura del saléliles de Riccio Varo, y prendieron no solo á los dos
apóstol san Pedro, y enriqueciólos con varios y ricos do- apóstoles, sí que también á su huésped. Los tres fueron
nes. Halló muchos cuerpos de mártires, cuyos sepulcros martirizados el año de 286.
ilustró con versos eleganles. Kscribió algunas obras, y una SAN EÜTIQUIO, MÁRTIR.—Menciónale el Martirologio r o -
en verso á la sepultura de los príncipes de los apóstoles mano en este dia. como uno de los mas ilustres mártires
san Pedro y san Pablo; y otro libro, en que escribió los que cuenta la Iglesia española, sin añadir mas circunstan-
hechos de los sumos pontífices, hasta su tiempo. cias de su vida.
Verdad es (pie el cardenal Baronio y el cardenal Belar- SAN DANIEL EI, STIUTA, coNTESoa.—Llevado de una fé
mino, y otros varones doctos y graves de nuestro tiempo, ardiente, fué Daniel á un desierto en las montañas que
no le tienen por digno do san Dámaso. Sirvióse do san Ge- avanzan hácia el Ponto Euxino, á unas cuatro millas del mar,
rónimo para responder á las dudas y consultas de todas las y á unas siete de Conslanlinopla por la parto del norte.
Iglesias de la cristiandad, que acudiau á la sede apostóli- Allí sufría resignado toda suerte de intemperies, y á pesar
ca, y estimóle y honróle tanto, por su excelente sabi- dci lo mucho jue con ello se estragaba su salud, llegó á los
duría y santidad, que él mismo, siendo sumo pastor y ochenta años, que es cuando el obispo de Conslanlinopla
maestro de toda la Iglesia, como si fuera su discípulo fué á ordenarle. No usaba mas comida que raices y y e r -
(tanta era su humildad ), le proponía las dificultades que bas desabridas, y Dios le honró con el espíritu de profecía,
•tenia en la sagrada Eserilma, para quo 61 se las declara- y con el don de hacer milagros. Él mismo predijo su cer-
se, Dió autoridad á la traslación del Viejo Testamento que cana muerte, acaecida en el año 494, asistiéndole en sus
el santo doctor habia hecho, habiéndose usado comunmen- últimos momentos el patriarca Eufemio.
te en la Iglesia, basta aquel tiempo de los Setenta Intér- SAN SABINO , OBISPO Y CONFESOR.—Es muy venerado
pretes. Finalmente, habiendo gobernado santísimamenlc la en Plasencia , por sus virtudes y por los muchos milagros
nave de san Pedro diez y ocho afjos comenzados, ó como que por su intercesión obró el Señor. Floreció en el s i -
dice el breviario reformado de la santidad do Clemen- glo IV.
te V I H , diez y siete años, dos meses y veinte y seis días,
y siendo ya de edad de ochenta, lleno de virtudes y mere- DIA 12.
cimientos, pasó do esta vida temporal á la eterna, á los 11
dias del mes de diciembre del año del Señor de 384, i m - LAS SANTAS AMMONARIA, MERCIRIA, DIONISIA I OTRA AM-
perando Teodosio el mayor. MONARIA, VÍRGENES Y MÁRTIRES.—Cuatro nobles señoras na-
Tuvo órdenes cinco veces, y en ellas hizo Ireinla y un turales de Alejandría de Egipto , llamadas Ammonaria,
sneerdotes, once diáconos y sesenta y dos obispos. Fué se- Mercuria, Dionisia y Ammonaria, encendidas en el divino
pultado en la basílica que él habia fundado en la via A r - fuego de Jesucristo , que ardía en sus pechos , viendo la
deatina, juntamente con su madre y una hermana. Des- creldad con que los tiranos perseguían á los cristianos y
pués fuétrasladado su cuerpoá la otraiglesia deSanLorenzo los martirizaban, deseosas de padecer por su esposo Jesús
t ) i Z)amaso, que él mismo habia edificado dentro de Roma. y dar por la confesión de su santo nombre las vidas , se
Hizo el Señor muchos milagros por este pontífice después presentaron voluntariamente ante el juez que Decio empe-
de muerto, librando de varias enfermades á los dolientes y rador tenia en aquella ciudad : y habiendo confesado p u -
á los que eran atormentados de los demonios: y en vida blicamente que eran cristianas, le comenzaron á reprender
restituyó la vista á un ciego que habia trece años estaba y afear su rigor y crueldad, y el error y ceguedad en que
sin ella. De san Dámaso escriben todos los Martirologios, vivía, adorando por dioses á los demonios : de que ofen-
el romano, el de Boda, Usuardo y Adon, y los autores'que dido el juez, trató de lomar venganza á su satisfacción. La
han escrito las vidas de los sumos pontífices é historia ecle- primera que incitó su ira, y contra quien se esmeró y es-
siástica, y el cardenal Baronio en las anotaciones del Mar- trenó su r i g o r , fué con Ammonaria , virgen tierna de po-
tirologio, y en el iv tomo desús Anales, y los otros santos cos años y mucha hermosura. Mandóla azotar rigurosa-
qne en el principio de esta vida quedan referidos. mente, y ejecutó en ella tan crueles tormentos y m a r t i -
rios tan atroces, que no saben los autores de esta historia,
* SAN TRASON, T sus COMPAÑEROS PONCUNO Y PRETEXTA-
TOMO III. 68
;38 LA LEYENDA DE ORO. DIA 1 2.
ni hallan modos de i-xplicailos ni nombrarlos: solo so de Jesucristo , si vivian mas estas santas , ó alguna d«
contenían unos con decir fueron inmensos i otros que inau- ellas : tantos eran los que converlian : con que las cuatro
ditos : otros, quft fueron dilatados por mucho tiempo , al valerosas compañeras se fuéron á ver á la gloria, donde
paso que crueles ó inhumanos : con que vienen á con- viven y reinan con Jesucristo , por cuya fé divina perdie-
cluir que padeció esta santísima virgen los martirios de ron gloriosamente la temporal vida, y hallaron la eterna.
infinitos mártires ; y al lln, para llegar ú poseer de todos Fué su martirio glorioso á los 12 de diciembre (dia en que
las coronas, fué degollada : con que entrego su valeroso la Igle.-ia le celebra), por los años del Señor de 253, i m -
espíritu y santísima alma en manos de su dulce esposo perando el dicho Decio. Escrihieron su vida y martirio
Jesús, que la colocó en la silla de gloria que tan valero- Bi'da; Usuardo; Adon; Dionisio obispo alejandrino; Ensebio,
samente habia ganado. Siguióse Mercuria, señora anciana Hisl., lib. v i , cap. 34 ; Pedro de Natalib., lib. 1, cap. 6 3 ;
y venerable por sus afios y su sangre , contra quien el Surio, tom. vi ; Vincencio, m Specul. Ilist., lib. xx, cap.
juez, corrido y vencido del valor de Ammonaria, no tuvo 8 8 ; el Martirologio romano; y Baronio en sus ano-
fuerzas para ejecutar mas rigor, que mandarla degollar: taciones y en el tom. n de sus Anales , año 253,
cuya sentencia se ejecutó pronta y rigurosamente. núm. 105.
Volvió luego en si el juez, y como corrido del poco rigor * SAN SINESIO, MÁRTIR.—Vivia en tiempo del papa Six-
que habia usado á su parecer con Mercuria , mandó traer to y del emperador Aurelio , y fué ordenado lector por
á Dionisia á su presencia , de la cárcel en que la tenia : y aquél. Ocupábase en la conversión de los infieles , así
viendo era matrona nobilísima , hermosísima y honestísi- como fué acusado que era crisliano, por cuyo motivo s u -
ma, discurrió (instigado del demonio) el mayor modo de frió diversos tormentos , alcanzando por último la palma
atormentarla, que fué mandarla desnudar, y desnuda alar- del martirio.
la á un palo públicamente , donde de lodos fuese vista. Los SANTOS EPIMACO, ALEJANDRO T COMPAÜÍEROS , MÁRTI-
Clamaba la honestísima señora y decia : Segura esloy de RES.—En el año 250 de la era de Cristo seguía furiosa
m i Dios : alormentadme cuanto quisiéredes 5 solo siento la persecución levantada por Dec io, y los magistrados i n -
que así deshonestamente descubráis mis miembros. Con fieles andaban solícitos en busca de cristianos para i n m o -
esto, por atormentarla mas, la pusieron en parle mas p ú - lar. San Epimaco , san Alejandro y sus compañeros per-
blica y eminente, donde ninguno hubiese que no pudiese manecieron sepultados por mncho tiempo en un lóbrego
verla ; y allí la azotaron cmelísimamente, y la arañaron calabozo ; sacáronlos de él para probar su fé con los mas
y despedazaron sus carnes con uñas de acero ; y cuando horribles tormentos, y por último consumieron sus cuer-
mas arroyos de sangre corrían de su santísimo cuerpo, pos entre las llamas á fuego lento.
decia : Ministros del demonio, ¿pensáis que me afrentáis SAN HERMÓGENES , SAN DONATO , Y OTROS VEINTE T nos
y atormentáis así? Pues os engañáis de verdad ; que a n - SANTOS MÁRTIRES.—Durante las persecuciones del 1U siglo
tes me tejéis la corona que espero de mi Señor Jesucristo. de la Iglesia ganaron la palma del martirio , siendo un
Acabadas estas razones , comenzó á predicar y decir tan dechado de constancia en medio de crueles tormentos, en
altas cosas do las sagradas Escrituras, con tal eficacia, Alejandría, año de 250.
energía y sabiduría divina, que animó y confortó á m u - SAN MAXENCIO, CONSTANCIO, CRECENCIO, JUSTINO T COMPA-
chos mártires, y convirtió inünitas almas á la fó de Jesu- ÑEROS, MÁRTIRES —En tiempo de la bárbara persecución sus-
cristo, que predicaba, y por quien padecía alegre. Hallá- citada por Diocleciano, padecieron lodos ellos un martirio
base allí presente un hijo único que tenia , niño de tierna atroz. De ellos hace justa y debida conmemoración el Mar-
edad, llamado Mayórico , el cual estaba, como niño al ü n , tirologio romano cueste dia.
delicado y tierno, temblando de miedo, así por ver lo que
SAN FINÍAN Ó FINAN, ODISPO Y CONFESOR,—Nació en Leins-
su madre padecía , y los demás gloriosos mártires, como
ter de Irlanda ; los discípulos de san Patricio le instruye-
por las amenazas que el impío juez le hacia , si no dejaba
ron en la fé de Cristo , y pasó después al pais de Gales
desde luego la fé de Jesucristo : lo cual advertido de Dio-
para hacer prosélitos en ella. Por los años de 520 volvióá
nisia , su madre , le castigó tan justamente con solo un
Irlanda, y partió para el Señor en 12 de diciembre de 5 5 2 ;
mirar de ojos, y lo animó lanío al martirio, que excedió á
otros dicen que en 5(i í.
muchos de edad varonil y robusta en la constancia y for-
SAN COLUMBO , ABAD Y GONFESOR.—Natural de Leinster
taleza que después mostró, bien á pesar del juez. Decíale
en Irlanda, fué discípulo de san Finían. Fundó un monas-
así la santa madre : Acuérdate, hijo mió, que somos bau-
terio en Munstcr, y murió de una peste que infestó la I r -
tizados en la santa madre Iglesia, en el nombre de la san-
landa en 548.
tísima Trinidad : no perdamos la vestidura de nuestra sa-
SAN CORMAC, CONFESOR.—Los calendarios mas antiguos
lud : no sea, que cuando venga el Señor que nos convidó
de Irlanda lo mencionan en este dia , y añaden que fué
á las celestiales bodas, nos halle sin la vestidura nupcial,
abad de una santidad muy eminente.
y diga: ¿ Cómo habéis entrado aquí vosotros que no tenéis
SAN COLMAN , CONFESOR.—Los calendarios irlandeses
nupcial beslidura ? y luego diga á sus ministros ; Echad-
hacen mención de él en estedia, y también Colgam. D í -
los en las tinieblas exteriores, donde solo hay llantos y r e -
cese que fué abad de Glendaloch, y que murió en 659.
chinar de dientes. Solo se ha de temer, hijo mió, aquella
SANTA EADRURGA , ABADESA.—Los católicos de la Gran
pena que nunca se acaba; y desearse solo aquella vida
Bretaña la tienen en mucha veneración. Murió por los
que es eterna.
años de 7 5 1 . Sus restos fueron trasladados á Cantorbery
Oyendo tales razones el juez, y viendo la constancia de en 1035, y depositados en la iglesia de San Gregorio.
hijo y madre, los mandó degollar, y lo mismo ejecutó con SAN VALERY Ó VALERIO, ABAD.—Fué hijo de un caballero
santa Ammonaria, avergonzado y a , y temeroso no dejase de Auvernia, y cuando niño era pastor de ganados. Des-
toda la ciudad la adoración de los dioses , y siguiese la fé pués fué adelantando en el camino de la perfección, y h a -
DÍA 13. D1CIEMBRK. 539
hroiidosQ d e d k a i u ú soi-vicio de Dios , ocupaba lodo el por allí, y tomó otra vereda. Mas al volver la falda del
tiempo en predicar, orar , leer y IraLajar f n labores m a - cerro, se le apareció otra vez la santa Virgen : confuso
nuales : murió en 622. entonces el indio , se disculpó con la enfermedad del tio;
S.VX COUKNTINO, OBISPO Y CONKKSOR.—Fué SU diócesis C» pero la celestial Señora le dijo que su tio no moriria de
Brelaña. Era l)ijo de un caballero breloo ; pasó muchos aquel mal, y que estaba ya sano. Díjole además que su-
años en santa soledad. Murió á fines del siglo Y. biese á la cumbre del cerro, y corlase unas rosas que allí
SAN COIIENTJNO ó CÜRI , CONFESOR.—Murió en el aflo encontraria, y recogiéndolas en su capa volviese á bajar.
do 4 0 1 , y fué muy venerado en Irlanda. Predicó con m u - Obedeció Juan Diego, á pesar de que sabia que no habia
cho fruto la fé católica , y hablan de él autores graves, en aquellos peñascos rosa ni flor alguna. Llegado á la
distinguiéndole del anterior. cumbre, halló un hermoso vergel de rosas frescas y olo-
Ni :;sTaA SEÑORA DE GUADALUPE.—La aparición de la rosas, y poniéndose la manta como acostumbran aquellos
santa Virgen en el cerro que llaman de Tepeyacac, á una naturales, corló cuantas rosas pudieron caber dentro de
legua de Méjico, tiene á su favor la opinión general de toda ella, llevólas á la Virgen, y postrado se las mostró. Nues-
la Nueva España. Dejándonos empero de averiguaciones tra Señora, cogiéndolas enlonces todas juntas, se las v o l -
sobre los fundamentos de esta opinión, y atendiendo tan vió á verter en la manta, y le dijo que aquella era la se-
solo á que la santa sede ha extendido á nuestra península ñal que debia llevar al obispo.
la celebración de esta festividad de nueslra Señora , bajo Llegó Juan Diego al obispo con su mensaje, le dijo que
el título de Guadalupe de Méjico , diremos lo que acerca le llevaba las sedales que le habia mandado pedir á la Se-
de la aparición tiene recibido la tradición en aquel reino. ñora, y desplegando su manta cayeron los rosas en cfsue-
La aparición se cree sucedida el año 1531. Un sábado lo, y se vió en dicha manta pintada la imágen de María
que era el 9 de diciembre, antes de amanecer, Juan Die- santísima tomo se ve ahora. Admirado el obispo y lleno
go, indio recien convertido , pobre y muy candido , iba de gozo con este suceso, desató al indio la manta que t e -
desde Tolpetlac á la iglesia de Santiago do Méjico , i\ ob- nia alada atrás y la llevó á su oratorio. Al dia siguientefne
la misa de nueslra Señora. Al romper el alba , llegó al con él al sitio en donde se habia de ediíiear el templo, y
pié del Tepeyacac, y oyó una melodía concertada , como en seguida encontraron al lio, quien les contó que se 1©
la de muchas aves que cantasen á coros. Alzó los ojos ha- habia aparecido la Virgen y le habia dado la salud, y que
cia el lugar de donde el sonido venia, y vió una nube res- también le habia dicho que era su voluntad que allí se le
plandeciente de gran claridad, y á su rededor un arco de edificase un templo, y que su imágen se habia de llamar
varios colores. Embelesado y como fuera de sí quedó el de Santa María de Guadalupe.
Indio con esta aparición : oyóse llamar por su nombre y End e tanto se halia difundido por el pueblo la fama de.
•titrié á toda priesa por el collado. Entonces vió á una esta maravilla, y los vecinos acudían á venerar la imágen
señora de celestial majestad que !e dijo que era la Mudre al oratorio del obispo. Después fué colocada en un altar de
de Dios, y que desceba que en aquel siliose edificase un la catedral, donde estuvo mientras se edificó unaermilaen
templo bajo su invocación. Fuésc el indio á noticiarlo á el lugar que habia señalado el indio, á la cual fue traslada-
don fray Juan de Zumarraga , primer obispo de Méjico, da luego con procesión y fiesta solemne. Posiei iormente,
prelado discreto, que no quiso dar eníero crédito á la r e - en el año ]{>22, á poca distancia de la ermita antigua se
lación del sencillo mejicano. ediiieó un templo suntuoso, donde todavía se venera la
Por la tarde del mismo din volvió Juan Diego á Tolpet- santa imágen de nueslra Señora, que bajo dicho título de
lac, y al llegar á la cumbre del cerro halló á. la santísima Guadalupe espalrona de todo el reino de Nueva España.
Virgen que le estaba aguardando, quien le dijo que al dia Véase e! Villanueva, lom. xn.
siguiente volviese a! obispo y le dijese que ella le envia- • SANTA EMMA, VIUDA.—Según Godcscard, era esta santa
ba. Hízolo así, y ya entonces el prelado le oyó con mas próxima pariente del emperador san Enrique. Habiendo
atención, y lo despidió diciéndole que volviese á ver á la contraído matrimonio, santificó ti mumlo y á su familia
Virgen, y le pidiese que le diese alguna señal que acre- con el ejemplo de todas las virtudes cristianas. Muerto su
dilase ser la Madre de Dios quien le enviaba , y que era esposo, fundó bajo la regla de San Benito el doble monas-
voluntad suya que se labrase aquel templo. Reparó el terio de Gnrk en Carinlia, y lomó el velo con otras setenta
obispo que no se excusaba el indio de esto; y encargó á y dos religiosas que poblaron aquella casa. Emma murió
tíos personas de su confianza que le siguiesen, sin adver- con una muerte preciosa á los ojos del Señor, el año 104ü.
tírio él, hasta el lugar señalado, par* asegurarse mas por
esto medio de h verdad. Al llegar el indio al puenie de
DIA 13.
un nachuelo que por aquella parte desagua en la laguna,
desapareció, y los enviados del obispóle tuvieron por he- SANTA LUCÍA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—La gloriosa virgen y
chicero, y á su vuelta dijeron que no se le creyese. Entre mártir santa Lucía nació de ilustres y ticos padres en la
tanto el indio halló á la Virgen y le pidió la respuesta del ciudad de Zaragoza de Sicilia. Fué desde niña cristiana,y
obispo : dijolela Señora que al dia siguiente en el mismo muy inclinada á todss cosas de virtud y piedad, especial-
sitio le daria señal cierta coh que le diesen crédito. Oían- menle á conservar la pureza de su alma, y ofrecer á Dios
do 61 llegó á su casa , encontró á un tio suyo muy agra- ta flor de su virginidad. Muerto su padre, la madre, que
vado de una fiebre maligna : lodo el dia inmediato ocupó se llamaba Euticia, contra la voluntad de la sania doncella
l O M Diego en asistirle y curarle. A la madrugada siguien- la concertó de casar con un calial.'eio mozo y principal,
te, pasando por el lugar por donde habia d e s u b i r á l a aunque pagano: y ella lo iba dilatando y buscando ocasión
cumbre, del montecillo, se acordó de no haber obedecido á para que no tuviese efecio. Ofrcciósela nuestro Seucr muy
la \ írgen María ; parecióle que le reprondoria si pasaba á propósito, con una larga y molesta enfermedad que dió
LA LEYENDA DE ORO. DIA 13.
a Eulicia, su madre, áe un flujo de sangre qno le durócua- pecho fuerte de la santa virgen: ánles con grande ánimo y
Iroafios, sin hallar en los médicos y medicinas algún r e - libertad le respondió, que el verdadero sacrificio y agra-
medio. Volaba á la sazón por toda Sicilia la fama de labie- dable á Dios, era visitar álas viudas, huérfanas y perso-
navenlurada sania Agueda, que en (iempo del emperador nas miserables, y consolarlas en sus tribulaciones, y que
Decio habia sido marlirizada por Cristo en la ciudad de ella se habia ocupado tres años en este sacrificio, repar-
Calania, que eslá tres leguas distante de la ciudad de Za- tiendo á los pobres lo que tenia : que ya no le quedaba
ragoza. Hacia Dios grandes milagros en el sepulcro de quedar sino su persona, la cual, como hostia viva, desea-
santa Agueda, y concum'an de todas parles á él para a l - ba ofrecerá Diosen perpetuo sacrificio. Y como l'ascasio
canzar salud, y otros beneficios de! Sefiorpor su interce- le dijese, que aquellos eran sueños y desvarios de cristia-
sión. Aconsejó santa Lucía á su madre que se fuese á Ca- nos y palabras vanas, que no se le habian de decir á él,
taniaá visitar el cuerpo de santa Agueda; porque sin d u - que guardaba la religión antigua y los mandatos de los
da hallaria remedios divinos para su enfermedad, ya que emperadores; santa Lucía con maravillosa constancia le
todos los humanos habian sido vanos y sin provecho. Fue- respondió: Tú gmirdas ¡as leyes de tus príncipes; y yo las
ron á Catatiia en su romería: acudieron á la iglesia de de mi Dios : (ú temes á los emperadores de la tierra; y yo
Santa Agueda; postráronse á su sepulcro, é hicieron larga al del cielo: tú no quieres ofenderá un hombre morlal; y
y devota oración, suplicando con grande afecto y copiosas yo no quiero ofender al Rey inmortal: tú deseas agradar á
lágrimas á la eanla virgen que socorriese á Eulicia en aque- tu señor; y yo á mi Criador: tú haces lo que piensas que te
lla necesidad. Estando en oración, le vino un dulce sueño eslá bien; y yo hago loque juzgo que me conviene. IS'o te
/> santa Lucía, y en él se le apareció santa Agueda res- canses, ni pienses que me podrás con tus razones apartar
plandeciente y ricamente vestida, y acompañada de gran del amor de mi Señor Jesucristo. Embravecióse el prefec-
número de ángeles, y con rostro alegre y sereno le dijo; to, y convirliendo aquella primera y falsa blandura en eno-
Hermana Lucía y virgen á Dios consagrada, ¿para qué me jos y braveza, dijo malas palabras á la santa doncella, 1ra-
pides lo que tú tan fácilmente puedes dar á tu madre, á tándalacomo á mujer liviana, y que habia gastado su pa-
quien ya tu fé ha socorrido y dado salud? Así como la trimonio en mal vivir. Aquí sania Lucía le dijo : Yo he
ciudad de Catania ha sido ilustrada por mf; así la ciudad puesto mi patrimonio en logar seguro, y he aborrecido
de Zaragoza será ennoblecida y ensalzada por t í : porque siempre álps que corrompen éinficionan las alma-:, que
por fu limpieza y castidad has aparejado digna morada al sois vosotros; pues nos persuadís que dejemos á nuestro
Señor, y eres templo del Espíritu santo. Criador y verdadero esposo Jesucristo, y adulteremos cen
las criaturas, adorándolas y teniéndolas por verdaderos
A estas palabras despertó santa Lucía, y con grandere-
dioses. También he huido de la conversación de los que
gocijo dijo á su madre: Madre mia, ya estáis sana : y así
corrompen los cuerpos: los cuales se abrazan con los de-
fué: y la madre y la hija dieron porelio gracias á Dios y á
leites déla carne, y encarnizados en ella, y aprisionadosy
la gloriosa santa Agueda, por cuya intercesión el Señor
cautivos de sus pasiones torpes, anteponen el gusto suyo
habia sanado á Eulicia. Volvieron las dos á Zaragoza, y la
y breve á los gózos limpios y eternos. Muchas palabras
santa hija rogó á su madre que no le mentase esposo ni
son esas (dice Pascasio); y viniendo á los azotes, cesarán.
marido carnal: y que e! dote que le habia de dar casán-
No pueden cesarlas palabras de Dios (respondió sania L u -
dola con hombre mortal y terreno, se le diese para em-
cía), ni faltar á los que son templo del Espíritu santo, como
piearle'en servicio del Esposo celestial é inmortal que ella
lo son lodos los que viven castamente, y le reverencian
habia escogido. Hacíasele de mal á Eulicia despojarse de
como es razón. Si así es (dice el juez), yo le haré llevar ai
su hacienda, y darla en vida, y rogaba á su hija que
lugar de las mujeres públicas, para que allí pierdas la cas-
aguardase un poco á que ella cerrase ios ojos, y después
tidad y huya de tí ese Espíritu santo, que lanío se precia,
de su muerte hiciese de todo á su voluntad: mas la sania
como tú dices, de ser amigo de los qne guardan la casti-
doncella le dijo, que no son tan aceptas á Dioslas limosnas
dad. No se pierde la caslidiul (dijo la santa virgen) ni se
que se hacen después de la muerte, como las que se hacen
ensucia el cuerpo, sino con e!conocimiento del alma. Y si
en vida: porque en la muerte se deja 1Ü que no se puede
pusieses en mi mano incienso, y por fuerza mebitioses
llevar; y en la vida se da lo que se puede gozar: y que el
echarlo en el fuego para sacrificar á tus dioses; el Dios
que va de noche ha de llevar la hacha delante para que le
verdadero que lo ve, haría burla de ello. Y así te digo,
alumbre y vea el camino por donde v a : y tanto supo de-
que si tú prelendieres que yo pierda la castidad; tendré
cir santa Lucía á su madre, que la persuadió á que le e n -
dos coronas en el cielo, una de casta, y otra por haber re-
tregase su dote: y ella le comenzó á vender y á distribuir
cibido fuerza defendiendo la castidad. Finalmente, el m a l -
con larga mano á los pobres. Supo esto el caballero con
vado juez mandó que la santa virgen fuese llevada á aque-
quien la madre la tenia concertada de casar: y aunque al
lla casa detestable y sucia : concurrió gran multitud do
principio, por lo que le dijeron, creyó que el vender las
gente, y de mozos lascivos y carnales, pensando hacer
joyas y otras cosas de poco precio era para comprar una
presa en la purísima doncella: échanle mano para llevar-
heredad muy rica y fructuosa: pero después que entendió
la; pero (¡ó virtud de Dios!) hízola el Señor tan inmoble,
la verdad, y que toda la hacienda se repartía álos pobres
que ninguna fuerza de hombres, ni de maromas y yuntas
yque santa Lucía era cristiana, concibió gran saña y odio
de bueyesque trajeron, fué poderosa para moverla del lu-
contra ella, y la acusó delante del prefecto, llamado Pas-
gar donde estaba. Atribuyó el prefecto la virtud divina á
casio, comoá maga y sacrilega, y enemiga de los dioses
arle del demonio, y creyó que sania Lucía, como hechice-
del imperio romano. El presidente la mandó llamar, y te-
ra y maga se defendía de su poder: pues siendo mujer y
niéndola en su presencia, con buenas palabras procuró
flaca, resistía á tantos hombres valientes y robustos, que
persuadirla que dejase la vana superstición de los cristia-
con todas sus fuerzas la querían mover y no podian. Man-
nos, y sacrificase á los d i o ^ s : mas no halló entrada en el
ni A 1 í . DIClEMimií. 541
«ló llamará sus cncanladores y nigrománlicos, para que y comunmente la pintan con sus ojos en un plato que tie-
después desluciesen aquellos hechizos; y ellos hicieron su ne en sus manos. La causa de pintarse así, su historia no
olicio, y usaron de lodas sus artes diahólicas; pero en va- la dice, tú tampoco ipio se haya sacado los ojos por librar-
no. Quedó Pasoasio pasmado y como fuera de sí, y daba se de un hombre lascivo que la perseguía, como algunos
bramidos como un león, viéndose vencido de una delicada escriben : y el Prado espiritual, que es libro antiguo y que
doncella: y la sania virgen, volviéndose á é l , ledijo: ¿Poi- tiene autoridad, atribuye osle hecho á una doncella de
que te congojas y te alormcntas? Si conoces que soy t c m - Alejandría. Pero cada día se experimentan nuevas gracias
)jlo de Dios, cree, y si aun no estás cierto de ello, haz otras y favores que hace el Señor á los que tienen mal de ojos,
pruebas, hasta que lo conozcas. No son hechizos ni esdo- si con devoción se encomiendan á santa Lucía: y así de-
monio el que me hace inmoble, sino el Espíritu de Üios que bemos todos tenerla gran devoción, no solamente para que
por estar aposentando en mi alma puede hacerme de tan- nos guarde por medio de sus oraciones la visla corporal,
las fuerzas, que lodo el mundo no baste á moverme de don- sino mucho mas para que alcancemos la espiritual y eter-
de estoy. Jilandó eljucz poner mucha lefia, resina y aceite na. El doctor Juan Ekio, varón docto y grave de nuestros
al rededor de la santa y encenderlo todo para quemarla: tiempos, escribe que sania Lucía y san Lorenzo son abo-
mas ella, como si esluviera en algún jardín muy deleitoso gados contra el fuego.
y ameno, estuvo segura y queda^sin recibir delrimenlo * Los SANTOS EUSTIUCIO, AL'XENTIO, EL(ii:N!0, MAKIUIUO
alguno del fuego, y dijo al juez; Yo he rogado á mi Señor í OitESTES, MÁRTIRES.—Habla de estos santos en el día de
Jesucristo, que este fuego no me daílc, y que dilate mi hoy eLMartirologio romano, y según nos dice el mismo
uiai lirio, para que los heles sean íirmos en su fé y no te- sufrieron el martirio durante la persecución del empera-
man tus tormentos-, y los inheles se confundan, viéndolo dor Diocleciano. Eustracio sofrió cí ñeles tormentos,y pues-
poco que pueden contra los siervos del Altísimo. Mandóle to en un horno encendido entregó«;ii espíritu al Criador.
el juez atravesar una espada por el cuello: y estando la Oresles murió recoslado en una cama de hierro canden-
bienaventurada Virgen herida de muerto, orólodoel tiem- te. Los demás expei imentaron también muchos tormen-
po que quiso, y habló cuanto quiso á los crisiianos que es- tos. Sus cuerpos fueron colocados en la iglesia de San
taban presentes, diciéndoles ipie se consolasen: porque Apolinar.
presto la Iglesia tendría paz, y los emperadores que le ha-
SAX AXTÍOCO, SIÁUTIB. —I'ué martirizado e.n Cerde-
cían guerra dejariau el mando y señorío: y que así como
fia , siendo emperador Adriano, por los años 130 de
la ciudad de C;ilania tenia á santa Agueda, su hermana,
Crislo.
por palrona; así eila lo seria de la ciudad de Zaragoza, si
SAN JAHOCO Ó JDSSE, OO.NTKSOR.—Kobilisimo príncipe
se convii líese á la fé de Cristo. Y para que se vea el casti-
bretón del siglo VIL Renunció la corona con q u e le b r i n -
go (|ue Dios, como justo juez, da á ios malos y perversos
daba su hei mano mayory se fué en peregrinación áRoma.
jueces; estando santa Lucía cercada de fuego y herida, y
Permaneció después algunos años en un desierto. Fué hon-
derramandosu preciosa sangre, y con admirable suavid ul
rado con milagros y murió en GG9.
y divina constancia animando y consolando á los cristia-
SAN KENI-EMO, ÜEV V MÁRTIII.—Hijo de Kenulfo, rey de
nos; en aquel mismo tiempo echaron mano de Pascasio los
Mercia, quedó huérfano á los siete años bajo la (niela de su
sicilianos, y le cargaron de cadenas, comoá robador y
liennana Qnindrcda. Esta ambiciosa é infernal mujer lo
deslruidorde toda aquella provincia, y le pasaron delante
hizo degollar y sepultar en un bosque. Una claridad celes-
délos ojosde la santa virgen: yacusadoen Uoma, fue con-
denado á muerte. Luego sania Lucía, después de haber tial dicen que reveló el lugar de la sepultura y el crimen.
recibido el sacratísimo cuerpo de! Sefior de manodu kis Esto acaeció en 81Í).
sacerdotes, que secretamenle se le Irajeron, dió su bendüa SAN AI iii iiro, onisi'o v COXTESOR.—lluslre prelado de la
alma á Dios. Su cuerpo fué sepultado en la misma ciudad Iglesia galicana en el siglo VIL Fué obispo de Arras y de
de Zaragoza, donde hoy dia tiene dos templos: uno muy Canibray. Murió en olor de santidad en Cti'J.
suntuoso fuera de la ciudad en luganle su mariii io.y oli o EL BEATO Jt \N DE MARINONI, coxt'KscR.—Nació en V e -
dentro de ella. Ksluvo su sagrado cuerpo muchos años en necia en 1400. Desde niño fué devolisimo. Kn u;:50 pro-
Zaragoza; y Dios nuesiro Señor hizo grandes misericordias fesó en los lealinos, y con su predieacion hi/o muelias
por su intercesión á los fieles que seencomondaban a ella conversiones. Murió en Ñapóles en l U i i i . Fué bealificado
De allí fue llevado á Gonslanlmopla: y «lespiiOH andando el en n G 2 .
tiempo, fué trasladadoáVenecia, donde es lenidocn^ian- SAMA OTILIA, v i n c o v ABADESA.—Nació en Estrasbur-
de veneración. Kl marlii io de santa Lucía fué á los 13 de go, de sangre noble. Su padre erigió un monasterio en la
diciembre (en que la santa Iglesia celebra su fiesta), al Un Alsacia, donde Otilia dirigió á ciento y treitila monjas.
del imperiode Diocleciano y Maximiano: los CQafea (como Murió en T72.
la misma santa lo profeli/.ói se privaronvolimlariamenledoi
mando y señorío que tenían, y despnos por juslo juicio de. DIA l i .
Dios murieron desastradamente. De sania Lucia escribie-
ron los Martirologios romano, el delleda, Lsnardoy Adon SAN IÍSPIRIDION, OBISPO v CONFESOR.—Entrelos olios san-
y el cardenal líaronio en las anolaciones del Marlirologío' ios obispos y gloriosos confesores que el emperador Maxi-
y en el fin del u lomo de sus Anales, y en el y, (omo de mino había afligido, y sacádoles el ojo derecho y cortado
Surio está la historia de su vida y martirio, sacada de l i - ol nervio, y desjarretado la pierna izquierda, y condena-
bros muy antiguos y auténticos; y de estos autores se r e - do á trabajar en las minas de melal, y se hallaron en el
cogió esta vida conciLio Niceno para condenar la herejía de Arrio, uno de
Tienen á esta preciosa virgen por abogada de la visla, los mas iluslres é insignes fué san Espiridion, obispo en la
isla de Chipre, donde nació y se crió, y fué pastor y hom-
DIA I i.
m LA LEYENDA DE ORO.
ra de oro para que la diese á aquel mercader avaro en
brc simplicísiino y sontísimo; porque aunquofué paslor de
prendas dei Irigo que le vendía. H/zolo así, y viendo el
ovejas y tenia cuonla con su ganado, debía ser pastor vico
oro el rico , dió a! pobre iodo el trigo que hubo menester,
y de buen trato y apacible. Era liberal: hospedaba de
para comer y para semhrar. Semhró, y tuvo tan copiosa
buena gana á ios que pasaban por su pueblo l recogíalos,
cobecha, que vendió su Irigoy pagó al rico: cobró la barra
regaláímlos y lavábales los piés; y pesábale muebo que
de oro y la restituyó á san Kspiridion, y él la llevó á un
ningim peregrino pasase por allí sin entrar en su casa.
huerto, y haciendo oración á Dios, y suplicándote que
Fué casado, y en teniendo hijo, se apartaron él y su mujer
convirtiese aquel oro en lo que ers? ánles, se convirtió en
de común consentimiento y vivieron como hermanos. Fué
una serpiente, la cual Dios habia trasmudado en oro parn
tan agradable á Dios nuestro Señor la vida de Espiridion,
remedio de aquel pobre hombre, por los merecimientos
aun en el tiempo que fué casado, que le ¡lustró con m u -
del santo obispo. Otra vez fué acusado nn hombre amigo
chos milagros, y por sus oraciones dio salud á nniclms
del santo obispo, conlra toda razón y justicia. Súpolo el
enfermos de varias y peligrosas dolencias, y libró á i m i -
santo, y que el juez le habia condenado á muerte: hizo
ch::s endemoniados de la tiranía de Satanás. Por estos m i -
oración al Señor y púsose en camino para ir á la ciudad,
lagros y por su santa vida le hicieron obispo de Trimitnn-
donde estaba el inicuo juez y se habia de ejecutar la sen-
lo cu Chipre, y en aqjiella dignidad resplandeció mucho
tencia de muerte dada contra el inocente. Para llegar á
mas, y obró Dios por su intercesión (antas maravillas y ella, era necesario pasar nn arroyo que habia crecido con
prodigios, que causó grande admiración en el mundo. Kn- las muchas aguas sin poderse vadear: mandó el santo al
vió el Señor por los pecados de los homhres una seque- arroyo que se detuviese: detúvose y pasó, y ánles que
dad lastimosa, y con la sequedad carestía, hambre y pes- llegase á la ciudad, el juez entendió el milagro y que el
tilencia : y habiendo perecido mucha parte de la gente, y arroyo habia obedecido al sanio; Inego soltó el preso y lo
eslando para perecer laque quedaba, no tuvieron otro r e - dió por libre. Andaba siempre á pié: y una vez eslando
medio sino acudir á san Espiridion, para que con sus ora- muy cansado de un camino largo y trabajoso, posó e n c a -
ciones aplacase á nnesíro Señor, y con agua de sus ojos sa de un buen hombre, que para regalarle le quiso lavar
Ies alcanzase agua de! cielo, llízolo el santo, lloró, oró, los piés, y para hacer este olicio piadoso, vinieron otros
impetró, como otro Elias, lluvia de! cielo, y cesó aquella que á porfía se tos quisieron lavar. Entre los otros vino
cídamidad: Pero como no cesaron los pecados, volvió e! una mujer, que se mostraba mas solícita y deseosa de h a -
castigo otra vez, porque la tierra no prodneia fruto y los cer aquel servicio al santo; mas ó!, mirándola con seve-
pobres andaban muertos de hambre, desalentados v per- ridad le dijo: No me loques, mujer; y como ella todavía
didos; y los ricos apretaban la mano y cerrahau la piier- porfiase, le declaró en secreto su pecado, y que poco á n -
la, para que los clamores y alaridos de ios pobres no en- tes habia caido en flaqueza sensual, y que era indignado
trasen en su endurecido corazón. Entreoíros un pobre fué locarle, y que debía convertirse á Dios y l'o- ar sus pe-
á un rico, suplicándole que se apiadase de él y le rerné- cados (como lo hizo), enmendando la vida y dando buen
diase de la mañera que él quisiese. No fué oido: fnése á ejemplo de sí.
san Espiridion: pidióle remedio y consuelo, y el sanio
Convocóse el concilio delrescientos y diez y ocho obis-
le dijo: No (econgojes, hijo, ni llores; porque mañana tu
pos en Nicea de Bitínía, por mandato de san Silvestre,
casa estará llena, y este rico que ahora le parece lan b i e -
papa, y del emperador Constantino Magno; y en él (como
naventurado, será miserable y rogará que lomes de sus
dijimos) fué condenado Arrio. A este concilio no solamento
bienes lo que has menester, y lú le reirás de él. Pensó el
vinieron los obispos y varones eruditos cristianos, sino
pobre hombre que aquellas palabras se las decía el sanio
también algunos íilósofos gentiles para ver aquella sagra-
por cumplimiento y para consolarle; y partióse muy des-
da junta, y aquel como teatro de sabiduría y majestad.
consolado y triste. Aquella misma noche envió nuestro
Entre estos filósofos hubo uno muy agudo y gran dispu-
Señor una agua tan copiosa y una avenida tan grande,
tador, (pie vino á las manos con muchos de nuestros san-
que sacó de las trojes del rico lodo el trigo y hacienda que
tos obispos, que eran doctísimos, y la llorde aquella junta,
tenia, y se la llevó por la ciudad. Acudieron pobres á la
los cuales nunca pudieron convencer al filósofo por su
rebatiña, y entre los otros aquel que el dia antes había
grade habilidad y viveza, y prontitud en el argüir y d i s -
pedido al rico limosna y no se la había dado, y comenzó á
putar. Vió esto el santo Espiridion, que (como se dijo) era
llevar á su casa y á henchirla de ¡os bienes que allí halla-
hombre simplicisimoy sin letras, pidió licencia para dis^
ba : y e¡ mismo rico, viendo su hacienda perdida y que no
putar con el filósofo ; y como era varón de tanta autoridad
la podia remediar; le dijo que llevase lodo lo que pudiese, no se lo pudieron negar. Entonces él propuso al filósofo
riéndose de él el pobre, y acordándose de las palabras que con pocas palabras la suma de lo que la fé cristiana cree y
san Kspiridion le habia dicho. Perdió este rico el Irigo que predica de la santísima Trinidad, de la encarnación, na-
tenia en aquellas trojes ; mas no perdió la dureza del cora- cimiento, vida,muerte, resurrección y ascensión de Jesu-
zón; porque yendo á él otro pobre (creyendo que estaría cristo nueslro Redentor, y de los otros misterios y sacra-
mas blando y escarmentado con la pérdida pasada), y s u - mentos que eremos; y después le dijo: Filósofo, esto es lo
plicándole que, dado ó prestado, ó á censo ó cambio, ó de que los crisí¡anos creemos: l ú , ¿qué crees? Quedó asom-
cualquier manera que quisiese, se compadeciese de él y brado el filósofo y como fuera de sí, y alumbrado de la
le remediase; nunca pudo hacer mella en aquel pecho em- luz del cielo respondió: Yo creo lo que tú crees, y confieso
pedernido y mas duro que el diamante: ántes le respon- ser verdad lo que aquí has dicho: y volviéndose á los filó-
dió, que no le daría ni un grano de trigo, ni aun la som- sofos sus compañeros, que allí estaban a'ónilos y espan-
bra de un grano si no le Uevabael dinero en la mano. De- tados de aquella lan repentina mudanza, les dijo: Cuan-
sesperado el pobre hombre, acudió á san Espiridion, que do conmigo se ha disputado con palabras y razones, yo
era el refugio de lodos los necesitados, y él le dió una bar-
DIA 14. DlCIFJIIiRE. 5Í3
ron unas palabras he respondido á otras palabras, y con suadir que los lomase para s í , é importunándole mucho,
unas razones deshecho otras razones; mas cuando la v i r - fmalmenfe los lomó y los repartió todos, ánfes que de allí
tud de Dios ha hablado por su siervo, no ha podido el i n - saliese , con grande admiración del emperador que dijo
genio humano ni la razón resistir a la virtud de Dios : y que no se maravillaba que aquel hombre obrase cosas tan
con esto se convirtió y se hizo cristiano, alabando todos á prodigiosas, pues lan altamente menospreciaba y hollaba
nuestro Señor, que por la simple y sincera fe de Espiri- las cosas de la tierra: y el mismo emperador repar-
dion, habia convencido la orgullosa soberbia del hinchado tió largas limosnas á los pobres, viudas, huérfanos y
filósofo, y enseñádonos cuánto mas vale la humilde creen- personas necesitadas , é hizo una ley en que m a n -
cia, que la sutil dialéctica y vana sabiduría para defender daba que lodos los sacerdotes y personas eclesiásti-
la verdad. cas fuesen inmunes y exentos de cualquier tributo y
También se halló después este santo prelado en el con- carga, juzgando que era cosa indigna que los que están
cilio sardk.'cnse, y defendió contra los mismos árdanos la dedicados á Dios y obligados por su oficio á rogarle por
fé católica como lo escribe san Atanasio en su segunda los otros, paguen pecho y alcabala á los reyes de la tier-
apología. Mas estando el santo ocupado en el concilio n i - ra. Salió el santo obispo del palacio r e a l , y hospedóse en
ceno, y obrando en él grandes maravillas, murió una hija casa de tm buen hombre siervo de Dios: estando allí vino
suya virgen llamada Irene, y volviendo á su casa halló á él una mujer bárbara que no sabia hablar griego, y
á una miijer muy llorosa y afligida, porque habiendo dado liaia en los brazos un hijo suyo muerto , al cual puso á
á guardar una joya preciosa á su bija Irene, se le habia los piés del santo, y aunque no sabia hablar con la len-
muerto sin habérsela restituido y declarado dónde la d e - gua , hablaba con las lágrimas y sollozos, y pedíale que
jaba. Buscó Espiridion la joya por toda la casa, y no ha- le resucilaso. Estuvo dudoso de lo que habia de hacer,
llándola se fué acompañado de mucha gente al sepulcro de porque por una parte su humildad le detenia , y por otra
su hija , y llamándola por su nombre le d i j o : Hija Irene, la compasión de aquella pobre mujer , y los ruegos do
¿dónde pusiste aquella joya que le dió á guardar esta aquellos que estaban allí presentes, le movian á hacer
mujer? V la hija, como si estuviera v i v a , respondió: En oración por el difunto, y tiimbleu el no dar ocasión á los
tal parle está, y allí la hallareis, padre. Pues duerme y maliciosos de pensar que habiendo orado y dado salud al
reposa, hija {dijo el padre), hasta que el SeDor el dia del emperador, no hacia caso de los pobres y miserables. Esto
juicio te despierte, y resucites con los demás. Buscó el afecto pudo masen el sanio: hi/o oración,y al momenloel
depósito el padre y hallóle donde su hija le habia dicho, y hijo se levantó vivo, y fué tan excesiva la alegr ía y sobre-
restituyósele á su dueño con grande admiración y espanto salto de la madre cuando vió á su hijo vivo delante de sí,
de lodos los circunstantes y de los ausentes que supieron que do repente ella murió y perdió allí la vida , para
lo que Dios habia obrado por Espiridion. Sucedió en el que entendamos que no solamerrle la demasiada tris-
imperio de Oriente Constancio al emperador Conslantino, teza , sino también la demasiada alegría nos puede q u i -
su padre, y queriendo hacer guerra á los persas, cayó tar la vida. Volvió los ojos al cielo Espiridion , y suplicó á
malo en Anlioquia de una llaga dolorosa é incurable. Visto nueslro Señor diese vida á la aladre , pues la habia dado
que no tenia remedio humano volvió á Dios, y pidióle que el hijo; y e¡ Señor se "la d i ó , y con esto el sanio entregó
le sanase. Apareciósele un ángel de noche y mostróle un al hijo á la madre, y la madre al h i j o ; quedando todos
coro de sanios obispos, y entre ellos á dos, y dijole: pasmados y alabando el poder del Autor de la vida y de
Aquellos dos son los que solos te pueden curar. Constancio la muerte, y conociendo y estimando los merecimientos
con el deseo de la salud hizo llamar muchos obispos, y de aquel vaion que tanto podiacon Dios. No dejó Espi-
entre ellos vino de Chipre Espiridion , y en viéndole, co- ridion de tener algún ganado corporal, por haberle Dios
noció que era uno y el mas principal de los dos que el á n - encargado el espiritual de las almas , y por ventura fué
gel le habia mostrado, y el que le habia de dar salud, y causa la pobreza de su obispado y la necesidad de los m u -
así se la (lió poniendo sus manos sobre la cabeza del e m - chos pobres á quienes socorría. V i n o , pues, un hombre á
perador. Pero sucedieron tres cosas en esle hecho: la p r i - él para comprarle cien cabras: concertáronse en el precio,
mera, que cuando llegó Espiridion al pak-cio del empera- y dijole el santo que pagase y fuésc al halo, y lomase de
dor, como venia humilde y pobremente vestido, un criado él las cabras que hubiese pagado. Pagó el hombre noventa
de ta córte i m p e r i a l , descortés y atrevido, no conocién- y nueve y tomó del halo cien cabras, pareciéndole que
dole , le dió un bofetón en la cara mandándole que se el santo (por ser cosa poca ) no caeria en ello, porque no
apartase y que no entrase en palacio, y eUanto sin t u r - contó el dinero cuando le recibió. Llevando el comprador
barse volvió el otro carrillo para que le diese otro bofetón, las cien cabías , una de ellas dos y tres veces se volvió
de lo cual el hombre quedó lan corrido y confuso, y mas al hato, donde quedaban las demás, sin poder el hombro
cuando supo que era obispo y á lo que venia, que se echó ni con mafia ni con fuerza hacerla ir con las otras que h a -
á sus pies, y le habló con singular blandura y manse- bia comprado. Tomóla en los hombros, para llevarla a
dumbre: la segunda, que después que curó el cuer po del cuestas, y la cabra iba dando uros balidos temerosos , y
emperador, le dió muy buenos documentos y saludables con los cuernos hiriendo la cabeza del que la llevaba con
consejos para el alma , y dijole lo que habia de hacer grande admiración de los que allí estaban. Entonces el
para con Dios , y para consigo y para con sus subditos , y santo dijo al hombre : M i r a d , hermano, que quizá esa
que procurase aventajarse tanto en virtud á todos los de- cabra no quiere i r con vos porque no habéis pagado el
más, cuanto les excedía en la potestad y majestad del precio de ella. Confundióse el hombre; confesó su pecado
imperio, y que esto era ser r e y , y lo contrario ser t i - pagó el precio, y luego la cabra se sosegó y dejóse l l e -
rano : la tercera fué, que queriendo el emperador darle var fácilmente.
grandes dones y muchas riquezas, nunca le pudo per- A un diácono á quien habia mandado que hiciese cierta
44 LA LEYENDA DE ORO DÍA 14.
oración , y él por vanidad é hipocresía se enlretenia los falsos dioses, y luego se asolaron y ge hicieron polvo.
orando , le dijo : Callad ; y luego quedó mudo sin poder Finalmente, habiendo con ido gloriosamente la carrera
mas liablar , hasla que a ruegos de muchos, compade- de su peregrinación, tuvo revelación del Señor de su
ciéndose de é l . suplicó á nuestro Sefíor que le resliuyese Hichoso tránsito : y habiendo avisado de él á los suyos , y
la habla; pero de manera quo quedase tartamudo, y no exhorfádolos á todas las virtudes, especialmente á la ca-
pudiese hablar tan expeditamente , para que no hablase ridad , dió su bienaventurado espíritu al que pata tanta
tanto : y esto hizo entendiendo (pie convenia así á la sal- gloria suya le había criado; el cual después de sn muerte
vación de aquel diácono que se escuchaba mucho, y so le ilustró con grandes y muchos milagros. Entre los otros
desvanecía pensando que hablaba bien. se cuenta uno : que habiendo venido un hombre á visitar
Una vez estando haciendo oración en la iglesia, y su sepulcro y celebrar su fiesta, y después comprado gran
faltando el aceite en las lámparas, y no habiendo otro para cantidad de paños y vestidos para repartirlos á los pobres;
cebarlas , comenzó el aceite á rebosar á manera de una al tiempo de partirse para volver á su casa, viendo un
fuente , y los sacristanes recogieron gran copia de él. temporal de agua-que le amenazaba , se fué al sepulcro
A una mujer casada , (|ue habia cometido adulterio , y del santo, suplicándole que guardase aquellas cargas de
estaba prcilada del adulterio , le avisó muchas veces de ropa del agua, para que no se echasen á perder; y el
su pecado, para que se reconociese y pidiese perdón á sanio lo hizo tan cumplidamente que acompañó por todo
Dios y á su marido: mas ella estuvo tan obstinada que el camino al hombre, como si fuera un caniinaute, estando
iiiinca quiso oir al santo ; el cual la amenazó y dijo, que el agua como delenída : poi que el santo con sus ( racio-
pues negaba la verdad, supiese que no saldria á luz la nes no la dejaba caer. En llegando á su casa el hombre,
criatura que tenia en el vipuirc ; y así sucedió , poniuc desapareció el santo, y la lluvia cayó del cielo tan copiosa
después de muy recios dolores y tormentos que padeció, que. duró tres días.
murió miserablemente, sin conocerse ni confesar su pe- La vida de san Espiridion escribe el Mefafrastc, y la trae
cado. el P. Fr. Lorenzo Surio en su vi tomo. Hacen mención de
Vinieron una noche unos ladrones al corral donde es- él el Martirologio romano y los otros Martirologios latinos
taba bl ganado de Espiridion , para hacer un buen asalto, á los 14 de diciembre, y los griegos en su Menologio á
y a! tiempo del menear las manos halláronlas como ala- los 12 de diciembre. Escriben de él los autores de la His-
das, y todo el cuerpo sin poderse menear. Kstuvii-ron asi toria eclesiástica; Uulino , lib. i , cap. 3 ; Sócrates, i ,
loda la noche , vino luego á la mañana san Espiridion , y cap. 8 ; Sozomeno , lib. i , cap. 11 ; Kicéforo, lib. 8,
conociendo que Dios les tenia allí como presos, le suplicó cap. 15 y 4 2 ; Gregorio presbítero, en la Oración do
los desalase , y después les dijo que no buscasen con los sanios padres del concilio niceno ; Cedreno en Cons-
ofensa de Dios la hacienda que sin ofenderle podían h a - tantino; Glicas; el cardenal Baronio en sus anotacio-
ber: y que pues babian trabajado toda aquella noche, nes, y en el n y ni tomo de sus Anales. Suidas d i -
tomasen un carnero del hato; y con esta blandura los e n - ce que Trifilo, obispo ledrense en Chipre y discípulo
vió alegres y confusos. Solia el santo dar todo lo que t e - del mismo san Espiridion, escribió su vida en verso. Era
nia á los pobres ó prestarlo á los necesitados : y cuando este Trifilo (como lo dice san Gerónimo) el mas elocuente
lo prestaba , ni él veia lo que les daba, ni lo que ellos le varón de su tiempo, y orando un día en el sínodo, citó
volvían; ántes les decia que lomasen lo que hablan me- aquel lugar de san Marcos, cap. 2. Tolle gfav&tum (uum,
nester del lugar donde estaba, y cuando lo restituían, que el nmlmla: y por i j r n v a l v m , dijo lerlum. Estaba présenle
lo pusiesen en el mismo lugar. Vino algunas veces un san Espiridion, y con ser mansísimo, se levantó con enojo
mercader á pedirle prestado , y el mercader se lo volvió; de su silla y reprendió á Trifilo de aquella presnneien con
pero una vez vencido d é l a codicia, hh¿ muestra que que se habia atrevido á mudar palabra del le\to evangé-
ponía en el mismo lugar lo que habia tomado, y no lo lico, y del que el intérprete habia puesto: Jauta era la de-
puso', ántes disimuladamente se fué con ello. Sucedióle voción de este santo y la reverencia con que le parecía se
habían de adorar las sílabas y puntos de la sagrada y v e -
después otra necesidad: vino á pedir prestado al santo
nerada antigüedad.
obispo; y él le dijo que fuésc al lugar donde estaba, y
que tomase lodo lo que pedia. Fué el hombre i no halló * Los SANTOS HERON, AUSEMO , ISIDORO Y DIOSCORO, MÁR-
nada , y díjolo á Espiridion , y el sanio le respondió: Si TIRES.—Estos santos eran muy niños, y sin embargo fue-
t ú lo pusiste, m lo hallarás; porque ninguno después acá ron atrozmente inartirizados durante la persecución sus-
lo ha locado , pero si no lo pusiste no le quejes de mí, cilada por el emperador Decio, Los tres primeros fueron
sino de t í : no pienses q u e l ú me engañas, sino que te e n - arrojados á las llamas después de grandes tormentos, y el
gañas. Conoció el hombre su culpa : pidió perdón; y el último, si bien fué soltado, sin embargo sufrió crueles azo-
santo con grande benignidad se lo dió. tes, quedando muy lastimado.
Juntó el patriarca de Alejandría muchos obispos y clé- Los SANTOS DRUSO, ZÓSIMO Y TEODORO, MÁRTIRES.—Los
rigos , para hacer oración á nuestro Señor, y suplicarle tres naluralos de Antioquía; no son muy conocidas las
que destruyese y arruinase los ídolos, que todavía queda- circunstancias de su martirio. Ei Martirologio romano hace
ban muchos de la gentilidad; y el Señor los oyó, y caye- de ellus mencionen este dia. Murieron durante la persecu-
ron muchas estatuas y simulacros do los falsos dioses: ción de Decio.
pero quedó una muy insigne , y tuvo revelación el pa- Los SANTOS JUSTO Y ABUNDIO, MÁRTIRES.—Por mandato
triarca que aquella estatua no caería hasla que Espiridion de Olibrio, durante la persecución de Numeriano, h á -
lo pidiese á Dios. Llamáronle luego de Chipre donde esta- cía 284, fueron arrojados á las llamas, y como saliesen de
ba : y ántes que llegase á Alejandría , en saliendo de la ellas ilesos, gracias á la protección divina, el tirano los
nave, echó su maldición á la estatua y á los templos de mandó degollar.
DÍA - 1 5 DICIEMBRE. 5i5
SAN JUAN DE I.A Caiz, CONFESOR.—Yt'asc su vida en el autoridad); y no por eso dejó los santos ejercicios del m o -
dia 24 de noviembre. El Martirologio romano le menciona nasterio: ántes, como escribe san Ambrosio alabándole
en este dia. mucho, él fué el primero que en Italia supo juntar la peni-
SAN METBONÍANO, ANACORETA.—Pasó su vida en la sole- tencia de los mongos con la dignidad y ocupación de los
dad, y por lo mismo se ignoran las principales circuns- clérigos, como lo hicieron en Francia san Martin, y en
África san Agustín. En este tiempo la herejía arriana, con
tancias de la misma. Pertenece á los primeros siglos de la
el vienlo y favor del emperador Constancio, hijo del gran
Iglesia.
Constantino, á guisa de un incendio espantoso abrasaba
SAN VIATOR, OBISPO Y CONFESOR, Y SAN POMPEVO, OBISPO T
todas las provincias de Oriente, y amenazaba y fatigaba
MÁRTIR.—De ambos hace mención el Martirologio romano
á las de Occidente. Viendo, pues, los herejes arrianos,
en este dia. Viator era francés. Fué segundo obispo de Pa-
que Eusebio habia sido nombrado obispo de Verceli, p r e -
vía, á mediados del siglo H.
tendieron estorbarle la entrada, porque no se sentase on
SAN Ar.NEUO ó ANEL, ABÍD.—Es muy venerado en Ñá-
su silla, y cerraron las puertas de la iglesia catedral: mas
peles, donde Dios hizo por su mediación milagros muy pa-
el santo con su oración las abrió hincado de rodillas de-
tentes. Algunas veces (es tradición piadosa continuada en
lante de la iglesia, y tomó la posesión de ella. Presidia á
el Marlirologio romano), erando sitirda atpiella c i u -
la sazón en la silla de san Pejro Liberio, papa, y querien-
dad, se le habia visto en los aires ostentando la cruz, y l i -
do apagar el fuego que ardía y crecía cada día mas, e n -
bertándola de sus enemigos. Floreció á fines del siglo V I ,
vió una solemne embajada al emperador Constantino, que
y á principios del V i l . estaba en Francia, pidiéndole tuviese por bien que se j u n -
SAN NICASIO, OBISPO, Y SANTA EUTROPIA Y COMPAÑEROS, tase un concilio en Milán, y que en él se tratase de compo-
MÁRTIRES.—Talando en el siglo V parte de las Galias un ner y sosegar la Iglesia católica, que estaba tan turbada
poderoso ejército de bárbarosgermanos, saquearon la c i u - con los contrarios vientos de las nuevas y falsas opiniones
dad de Rheims. San Nicasio, su obispo, iba de puerta en que se hablan levantado: y como san Eusebio era varón
puerta alentando á su grey, y fué asesinado junto con de tan conocida santidad y autoridad, escribióle Liberio
Florenle, Jocondo y la virgen Eutropia. Algunos autores «na epístola, mandándole que fuese al emperador con esta
hacen mención de ellos á 11 d« octubre; pero el Marliro- embajada, en compañía de sus legados, y que trabijaso
logio romano los cita en este día. por la paz y quietud de la sania Iglesia católica.

DIA 15. Ensebio, sin tener respelo á sus anos, trabajo y peligro,
obedeció al mandato de Liberio, y alcanzó de Constantino
SAN EXJSEBIO, OBISPO Y MÁRTIR.—La vida de san Eusebio, lo que deseaba. Juntóse concilio en Milán, al cual vino el
obispo de Verceli, que es ciudad de Lombardía, sacaremos mismo emperador: y los obispos arrianos, armados de su
de la que se imprimió pocos años há por órden del obis- favor y furor, procuraron que fuese condenado san Alana-
po de aquella Iglesia, Juan Francisco Bonhomio, y de lo sio (que era el mayor enemigo que ellos tenían, y á quien
que refiere Yincencio Belovacense en su Historia, y el pa- mas aborrecian); engañaron y pervirtieron á algunos de los
dre Fr. Lorenzo Surio en el iv tomo, y de lo que escribe el católicos; pero no pudieron vencer á nuestro Eusebio y
cardenal Baronio en las anotaciones del Martirologio r o - atraerle á su voluntad: y así convirlieron contra él su
mano, y en el n i y iv tomo de sus Anales; y es de esla saña, y le desterraron y echaron de su Iglesia juntamente
manera. con Lucífero, obispo de Caller en Cerdeña, y de Paulino,
Siendo sumo pontífice Ensebio, griego de nación, que lo obispo de Tréveris, y de Dionisio, obispo de Milán, que no
comenzó á ser el año del Sefior de 309, vino de Cerdeíia á habia querido consentir y aprobar la condenación de Ala-
Roma una noble y honrada mujer llamada Ueslilula, y tra nasio. Desterrados los obispos, fué grande el llanto de l o -
jo consigo un hijo snyo, y ofrecióle al sanio pontífice En- dos los católicos que se desentrañaban por ellos, y con sus
sebio, suplicándole qutí lo tomase debajo de su amparo, haciendas los proveían, y por do quiera que pasaban los
y le mandase criar y ensenar en toda virtud. IIÍzolo así hospedaban y regalaban, como á santos prelados y confe-
Ensebio, y antes que le bautizase, tuvo revelación de cuán sores de Cristo, que padecían por su santa fé. Pero de-
señalado varón habia de ser: y se dice que los ángeles por jando á los demás (que no escribimos aquí sus vidas],
sus manos le sacaron del agua del bautismo. Mandóle el nuestro Eusebio llegó á ¡Scilopoli, lugar de su destierro,
santo pontífice criar é instruir en buenas letras y loables y cayó en manos de un arzobispo arriano, llamado Palrófi-
costumbres; y fué tal la instrucción, que mediante la g r a - lo, que era por una parle el mas fino y obstinado herejo
de todos; y por otra hombre (si hombre se puede llamar)
cia del Señor y el grande ingenio y estudio, vino con el
tan fiero y bárbaro, que prendió á Eusebio y le echó en
tiempo á ser luz de la Iglesia católica, santísimo monge y
la cárcel y le maltrató en ella, y le apretó de manera, que
prelado excelentísimo, y contraveneno y martillo de los he-
muchos dias le tuvo sin comer, para que ó muriese do
rejes arriarlos, de los cuales padeció gravísimas persecu-
hambre, ó comiese de los manjares que él le daba, p r e -
ciones por nuestra santa religión. Esmeróse tanto en la
tendiendo, si los comía, publicar que Eusebio ya se había
castidad, que fué perpetuamente virgen: y para guardarla
rendido y consentido con él, y engañar por este camino á
con mayor recato, aun á su misma madre nunca quiso be-
los católicos : y si no los comia y se moria, dar á entender
sar en el rostro: y una mujer'deshonesla que prelendia
que habia muerto de desesperación. Mas Ensebio no quiso
macular la castidad de Eusebio, en toda la noche no pudo
comer de ios manjares de los herejes, porque los católicos
hallar su aposento: porque los ángeles le apartaban de él;
no recibiesen daño : y escribió una carta á Palrófilo, dig-
y á la mañana, conocida sn culpa, se echó á sus piés y le
na de su santidad y constancia, avisándole, que si moria de
pidió perdón. Tomó el bábilodemonge y fue elegido obis-
hambre en la cárcel, lodo el mundo enlenderia que él lo
po de Verceli (que en aquel tiempo ora Iglesia de grande
TOMO I I I .
69
540 LA LEYENDA DK ORO DIA H).
liabia dado la imiei-le, y nó Ensebio tomádosela con sns el fuego, ó estorbar que no se encendiese en casa del m i s -
manos; y escribió jiintamonle otra epístola á su Iglesia de mo san Gregorio, por estar allí las reliquias de san Kuse-
Verceli, consolando á sns ovejas, y exhortándolas y a n i - bio. El nnrlirologío romano pone el diado «umuerleal 1."
mándolas á morir por la fé católica, y contándoles loque de agosto, y en el mismo dia lineen mención de él los otros
él padecía por ella, y entre otras les dice estas palabras. Martirologios, de Beda, Usuardo y Adon; aunque el b r e -
«Los herejes me dicen muchas cosas y se jactan de su po- viario reformado de la santidad de Clemente VIII manda
tencia; pero yo les quise mostrar, que ni eran nada ni po- hacer conmemoración de él, á los tS de diciembre, y por
drían nada, entregándoles mi cuerpo como á sayones y esto nosotros le ponemos aquí.
verdugos, callando; y algunos días que me maltrataron, * Los SANTOS IUEXEO, ANTOMO, TEODORO, SATURMXO,
mostré el ánimo con que recibía sus injui ias, con no h a - Vícfoii Y OTROS DIEZ Y SIETE, MÁRTIIIES.—Sufrieron el m a r -
blarles palabra.» Y después Ies va dando cuenta de la car- tirio en Boma en los anos 262, en la persecución de Vale-
ta que escribió á l'alrófiio, en que le dice la cansa por que riano, y de elb s hace conmen o rcícn la Iglesia en e_-!e dia.
no quería comer do lo que él le enviaba, y de la cmeldad Los SANTOS FAUSTINO, LICIO, CÁNDIDO, CELIANO, M\iír,o>
que con él habían usado los herejes ai rianos: y dice, que JANUAHIO T FOKTUNATO, MUITIRES.—Sufrieron por la fé de
eran mas crueles que los gentiles y paganos que persi- Cristo en Africa , y el Martirologio romano los menciona
guieron á los santos mártires ; y asi fué tratado de ellos en este dia.
§an Ensebio crudamente: porque habiendo tentado su cons- Sky VALERIANO, ORISPO Y CONFESOR.— Siendo ya esto
tancia, y queriendo persuadirle que se alilandase y con- santo de mas de ochenta años de ednd, sobrevino la perse-
sintiese á su perfidia, y no pndiendo hacer mella en aquel cución vandálica, mandando Gensfrico. Mandóse al ancia-
sagrado pecho, le arrastraron con grande impiedad de los no (pie presentase los vasos sagrados; y negándose á h a -
pies poruña escalera abajo: y tornando muchas veces á cerlo, se le expelió de la ciudad, se mnndó que nadie le
preguntarle lo mismo, y él respondiendo lo que antes h a - abriese, y permaneció casi desnudo por mucho tiempo en
bía respondido; le arrastraron tantas veces (como dicesan las calles, sujeto á la inlemperíe. Murió mártir en algnn
Máximo en un sermón), cuantas eran lasque negaba que- modo, confesando y defendiendo las verdades católicas.
rer consentir con ellos. Y (como escribe san rierónimo), Segnn BáfontOi, murió en ioG.
para atormentarle y hacerle padecer mas, de Scílopoli le SAN MAXIMINO, CONFESOR, Y SANTA CRISTIANA, VIROEV.—
enviaron desterrado á Capadocia, y aun de allí se entiende, De ambos hace mención el Martirologio romano en este
le mudaron á la superior Tebaida de Egipto. Pero con la dia. Santa Cristiana, por sus muchos milagros, obrados en
muerte de Constancio quedó por entonces libre de los a r - 'iempo de Constantino, atrajo á la verdad muchas almas
ríanos y fué á Alejandría, donde san Atanasío (que había infieles. Maximino murió en .'520.
sido restituido á su Iglesia) juntaba concilio, y de allí á SAN FLOREVCIO ó FLVNN, A i u n . — Los irlandeses hacen
Atilíoquía, para componer las contiendas eclesiásticas que conmemoración de él en este dia. Menciónale también
en ella bahía; y porórdendel concilio celebrado en A l e - san Colgan.
jandría, y de Liberío papa, fué visitando las Iglesias del SAN ELEUTERIO, MÁRTIR.— Su madre fué bautizada por
Oriente, que con la tempestad de los arríanos estaban caí- el apóstol san Pablo, y educó cristianamente á Elenterio.
das y arruinadas, para levantarlas y poner en ellas minis- Este, durante la persecución de Adriano, fué atormentado,
tros católicos, y resistir á los herejes: y acabando con metido en un horno, y al fin degollado (Galesinio).
grande zelo y vigilancia este negocio, volvió el santo pon-
tífice á Italia, y en ella fué recibido como gloriosísimo con-
DIA 10.
fesor y valerosísimo capitán de d isto, dejando los católi-
cos por su venida (como dice san Gerónimo) el lucro que Los SANTOS ANANÍAS, AZARÍAS Y MISSAEL, MÁRTIRES, Y SAN
ímles traían. En Italia hizo el mismo oficio de sacerdote y DANIEL, PROFETA.— Habiendo el rey de los asirlos Nabnco-
médico, como lo había hecho en Oriente, visitando y r e - donosor sojuzgado y vencido á la ciudad santa de Jera-
creando las Iglesias con increíble alegría y fruto de los salen, y lomado de ella una grande y poderosísima presa,
católicos, y pesar de los herejes í de los cuales llnalmente con los ricos y preciosos vasos del sacro templo, éinímitos
(como se dice en su vida últimamente impresa, y lo trae el cautivos; triunfante y vanaglorioso se volvió á su ciudad
cardenal Baronio). fué primero arrafitrado, después ator- de Babilonia, y estando en ella, eligió de los mas nobles
mentado con varios suplicios y apedreado, y teniendo la hebreos los niños que le parecieron mas hermosos y d i s -
cabeza y todo el cuerpo hecho pedazos, acabó gloriosa- puestos, para que bien instruidos en las letras, disciplina
mente su carrera: y siendo ya casi de ochenta años, diósu y lengua caldea, sirviesen á su persona y mesa. Éftlré es-
espíiitti al Señor, por cuya gloria habia peleado, y fué el tos púsolos ojos y afición (por mas gentiles y hermosos) en
año de nuestra salud de 3 7 1 , imperando Yalenliníano y Daniel, Ananías, Azarías y Missael. Eran estos cuatro her-
Valente, su hermano. Esto es lo que so dice en su vida, moses niños tan nobles, que siendo parientes rnuy cerca-
y por esta causa muchos le llaman á boca llena mártir; nos de los rejes Sjdecías, Ezequías y Josías, lo* ilustraba
y este título le da el Martirologio romano (1 de agosto), y la real sangre de David, de quien descendían. Hizo el bár-
los otros antiguos, y el epitafio escrito en su sepulcro, y baro rey que les mudasen los nombres, llamando á Da-
liltimamente el breviario de Clemente V I I I . Verdad es que niel, üallasar; á Ananías, Sydrach ; á Missael, Missach ; y
san Ambrosio y otros santos no llaman á san Ensebio sino á Azarías, Abdenago. Dió asimismo órden á Asfcnez,ó A s -
oonfesor, y no hacen mención de este género de muerte chanes, príncipe, ó prepósito de los eunucos, para que á
ipie aipií queda referido. San Gregorio Turonense refiere estos niños los regalasen y diesen de comer de su real
algunos milagros de san Eusebio después de su muerte, y mesa, y de beber del mismo vino que él bebía, y (según
parlícularmonte ensañará los endemoniados, y en apagar nlmmosWpie los hiciese también eunucos. El santísimo
mv 10. DIClEiMBRE. 47
Daniel, qi\c cslaba hecho á seguir la virtud y abídnoncia Vino el primero, y díjole el santo niño: Viejo en maldades,
do vino y regaladas comidas (aiiii(|ue lan niño), como pues dices haber visto á Susana cometer adulterio en el
(¡iiien se haliia criado entre los religiosos recahilas, ó hijos j a r d í n ; d i , ¿debajo de qué árbol? Debajo de un lentisco,
de los profetas, descendientes del gran zelador de la honra respondió el viejo. Tú has mentido cu daño de tu cabeza, y
de Dios, Elias, cuyo hábito vestian, y cuyo instituto se- el castigo le vendrá de lo alto, dijo Daniel. Mandó traer el
guian en lodo, guardando perpetua virginidad: de estos, segando, y díjole: Casta de Cauaan lasciva, dime, ¿ d e -
pues, hahian aprendido Daniel y sus tres compañeros los bajo de (piéárbol viste á los dos que estaban juntos? De-
santos niños, las virtudes grandes, en (jue toda su vida se bajo de un carrasco, dijo el mal viejo. También tú has
ejercitaron; como son, ayunos, penitencia y oración, á que mentido (dijo el n i ñ o ) ; y el ángel del Señor le quitará la
se juntaban tres veces cada d i a ; y porque guardaron per- vida. Con esto siendo convencidos del falso testimonio á
petua virginidad, cumpliendo con su insliluto y religión vista de lodo el pueblo, fué dada por libre la santísima S u -
eliana, dijeron muchos eran eunucos, dándoles ese Ululo sana con regocijo universal d& lodos, y sentenciados á
por vírgenes. Pues como el santísimo Daniel fuese algo apedrear los dos malditos viejos, y la fama del niño Daniel
mayor de edad que los o'.ros (res niños, sus parientes, los se aumentó en gran manera desde este dia.
llamó aparte y dijo: que él estaba resuelto á no dejar la Tuvo el rey Nabucodonosor un sueño que le puso en
vida religiosa y abstinente, en que estaba criado, y que si grande admiración : mas despertando, aunque le quedó
ellos querían hacerlo también así, pues sabían era vida el asombro, el sueño se fué de su memoria. Mandó el rey
sania, que verían qué medio habían de tener para obser- juntar á los sabios caldeos, y pidióles le dijesen lo que ha-
varla, y que sin duda Dios se les daría. bía soñado, y su declaración. Ellos le respondieron, quo
Hallólos prontos á su voluntad: porque ellos tenían la si les decia el sueño, se le declararian , pero que no d i -
misma; y así lodos cualro se fueron á Asfenez, y le d i j e - cicndole, pedia cosa que ningún hombre en la tierra podia
ron : Nosotros tenemos propósito de ayunar y vivir según satisfacer, y solo Dios podia saber lo que pedia. Viendo
nuestra regla religiosa, comiendo solo pan y yerbas, y el rey que ninguno le decia lo que habia sonado, condenó
bebiendo solo agua ; y así le pedimos, no permitas falte- á muerte á lodos los sabios. D a n i d , que sabia que él y sus
mos en un punto á nuestro propósito. Era Daniel tan g r a - tres compañeros también enlrobarv en la sentencia de
cioso en el hablar,que a'raia á sí las voluntades de aquellos muerte, y que los buscaban para ejecutarla, habló con
á quienes hablaba; y así le dijo su príncipe cariñoso: Yo, Arioch, capitán del rey, á quien se habia dado cargo de la
niño, bien quisiera darte gusto; pero temo la indignación muerte de los sabios, de quien alcanzó (pie entrase con él
del rey, que si ve vuestros rostros pálidos y macilentos al rey, para pedirle le diese tiempo, cu que pudiese alcan-
por la falta del sustento y regalo, me quitará la vida, j u z - zar de Dios el sueño y su declaración; y señalado el plazo
gando tener yo la culpa. Hagamos una cosa (dijo Daniel): de la noche siguiente, Daniel y los tres niños se pusieron
déjanos ayunar diez dias á pan y agua; y pasados estos, en oración, y por ella oyéndoles Dios, di» n&licia á Daniel
si vieres estamos mas flacos y descoloridos que los otros del sueño del rey y de lo que significaba: por lo cual él y
que comen regaladameire, liaremos lu gusto; y si no fuere sus compañeros le dieron gracias. La mañana siguiente
así, tu harás el niii'slro. Sea así, dijo Asfenez : y como fué Daniel con Arioch á la presencia del rey, y le d i j o : Eo
p isados diez dias los viese mas hermosos y colorados que que tú, ó rey, soñaste, ninguno de los mortales puede sa-
los oíros, los dejó proseguir en su vida abslincule, dándoles berlo sino Dios, á quien todas las cosas son patentes; y
solo pan y agua, y algunas yerbas. Con esto aprovecha- así á ti quiso su divina Majestad declararlas al tiempo que
ron tanto on la virtud y letras, que no se hallaba quien estabas contigo mismo pensando lo que sucedería de tí y
supiese tanto como ellos : por lo cual, cumplido el tiempo de tu estado: y á mí me lo reveló para que lo dijese. Es,
de su crianza, el rey los tuvo consigo, y hacia grandísima pues, este el sueño. Tú, ó rey, viste una como estatua
estimación. Añadió Dios ciencia á su ciencia, y saber á su grande, cuya vista era terrible. Tenia la cabeza de oro,
saber, dándoseles infusa en todas ciencias y artes, mejo- por quien se signilica tu grandeza y la de otros reyes de
rando á Daniel en inteligencias de sueños y visiones. Asii i a : su pecho y brazos eran de plata; y denota el reino
de ios persas y uiedos, que seguirá al de losasirios, y que
Por este IRMO¡IO ísegunel común sentir) sucedió que
será menor (pie 61 en nobleza: el vienlro era de cobre; y
dos malditos viejos, jueces de aquel año éntrelos hebreos
denota el reino de los griegos, qiw en tercer lugar suce-
que vivían en Babilonia, siendo malos y viciosos, y ha-
derá : las piernas tenia de hierro y los pies parte de hier-
biendo engañado á muchas mujeres, diciendo (para apro-
ro Y parte de barro: y daba á entender el reino de los r o -
vecharse de ellas), que nacería de ellas el Mesías que es-
manns, que ha de venir en. el cuarto lugar, y con esfuerzo
peraban ; hallando oportunidad, quisieron gozar déla her-
y ánimo de sus capitanes sujetará á las otras gentes: y
mosura de una honestísima señora llamada Susana, mujer
así como el hierro y barro no pueden bien ururse; así ha-
de Joaquin, hombre principal y rico entre los hebreos : y
brá guerras entre los romanos unos con otros, de donde
viendo que ella no quiso consentir en sus torpezas, hallán-
vendrán á perderse. Asimismo, ó rey» viste una piedra
dola sola y bañándose en un jardín, donde ellos sehabian
que ca\ó de un moiile sin manos que la tirasen, la cual
escondido falsamente, la acusaron de adulterio y senlen-
hirió en los pies á la estatua, y la derribó» y se convirtió
ciaron á que fuese apedread»: y sacándola á yisla de todo
toda en polvo, y la piedra creció y se hizo un monte g r a n -
el pueblo, el niño Daniel se puso en su defeusa ; de (pie el
de, (pie ocupó toda la t i e r r a ; esto denota el reino del
pueblo se holgó mucho; porque todos deseaban se librase
Mesías, que durará para siempre.
aquella señora de üm afrentosa muerte: y así, aunque era
tan niño, le liicieron juoz por disposición divina. Volvieron Salislizo al rey el sueño y su declaración: adoró á Dios
al juzgado con Susana, donde sentado Daniel en su íjüia dü del cielo, y honró al profeta Daniel, dándole cargos hono-
juez, y que cada uno de por sí viniese á decir su diclio. víficos en su reino, haciéndole príncipe y gobernador da
¡m U LEYKNIÍ \ DIÍ ORO. DÍA 16.
lodas las provincias de líahilonia. Mandó que todos le obe- nos intentos que tuvo, luego que vió á los tres santos niños,
deciesen como á su misma persona, y por su respeto y compañeros de Daniel, libres del fuego del horno, sino es
honor hizo también príncipes á sus tres compañeros, y Ies que volvió á ser soberbio como ánles. La bestia , en cu-
dió honrosos cargos. Hizo después una estatua suya Nato» ya figura andaba Nabucodonosor, por la parle anterior
codonosor dorada, de sesenta codos alta y seis de ancho. parecía buey, y por la posterior león. Daniel hizo oración
Al tiempo que habia de levantar en alio esta soberbia esta- á Dios por el rey, y perseveró en ella muchos días, y a l -
tua, mandó que á voz de pregonero se publicase, como se canzóde Diosquelos síeteañosque liíbia de andarenseme-
hizo, que oyendo la señal de varios instrumentos músicos jante penitencia, se conmutasen en meses: conqtie levantó
iodos hincasen las rodillas por tierra,y adorasen la estatua, susojosá Dios el rey, reconociéndole por Señor universal,
junlándose para eso tocios los príncipes y magnates del conociendo su culpa, y pid¡endo(de la manera que podía)
reino, amenazándoles junlamenle que el que no la adora- perdón de e l l a ; y Dios le perdonó, y volvió su sentido y
se, seria quemado vivo. Estaba á la sazón ausente Daniel, primer estado: aunque no luego tuvo el gobierno del
entendiendo en cosas de su gobierno; pero los santos n i - reino; antes por consejo de Daniel lo dió á siete varones
fios companeros se hallaron presentes: y viendo que no sabios, hasta que se cumpliesen enteramente los siete años,
quisieron adorar la estatua, confesando y publicando á vo- en los cuales hizo penitencia, no comiendo pan ni carne,
ces que no adorarían jamás á otro Dios que al de Israel; ni bebiendo vino, suslentándose de solas yerbas, confor-
indignado el rey, y olvidado del carino que les tenia, los mándose con lo que Daniel le mandaba y aconsejaba , en
mandó atar de pies y manos, y echar en el horno de fuego todo. Después de esto, y de haber obtenido el gobierno
que estaba encendidoy dispuesto para el caso: y los que los de su reino algunos años, vino á morir, y reinaron des-
echaron fueron abrasados de las llamas; y los tres santos pués de él dos hijos suyos , Nabucodonosor y Evílmero-
niflos, quemadas las ligaduras, para que anduviesen libres, dach. Reinando, pues, el primero, hijo de Nabucodonosor,
se paseaban sin daño alguno en medio del fuego, alabando llamado asimismo Nabucodonosor, sucedió que los de Ba-
y bendiciendo al Señor. Cebaban el fuego con mucha leña bilonia adoraban entre otros dioses un ídolo llamado Bel,
los paganos, tanto que la llama subía cuarenta y nueve á quien el rey y todo el pueblo tenían gran veneración;
codos en alto, sin dañar en cosa alguna á los que estaban poi que decían los sacerdotes suyos, que cada día se comia
denlro; antes bajó un ángel del cielo á hacerles compañía, cuarenta ovejas, y una gran cantidad de pan y v i n o , se-
que dividiendo la llama á todas partes, les hacia vien- gún era la carne. Persuadía el rey á Daniel que adorase
do suave y regalado, de manera que no solo no les mo- este dios, de quien se decia un portento tan admirable
lestaba el fuego á los santos niños mártires, sino que ánles (¡qué ceguedad del demonio! i mirad en qué virtud f u n -
bien estaban como si fueran en la gloria. Enlonces viéndose daba su divinidad ,sino es en ser voraz ! ) : Daniel conslan-
tan regalados, entonaron todos tres aquel cántico tan cele- lemenle afirmaba que aquel no era Dios, sino figura do
brado y repetido en la Iglesia, que comienza: Bencdicile metal, y que allí habia algún engaño. El r e y , para per-
omnia opera Domini Domino: Bendigan á Dios todas las suadir á Daniel, Icllevóal templo, y delante de él hizo po-
criaturas; y prosigue nombrando á las mas principales ner al ídolo toda aquella cantidad de ovejas, pan y vino,
del universo. Visto por el rey lo que pasaba, y admirado que lodos los dias se le daba, y salieron todos del templo,
de que el fuego no los quemase, habiendo quemado á sus sellando el rey la cerradura con su real sello, para que
soldados que eslaban fuera, y de ver cuatro personas den- ninguno pudiese abrir. Daniel, para desengañar al r e y ,
lro del horno, habiendo echado solo tres, mandó sacarlos: habia dado orden á sus criados, que con unas cribas echa-
y viéndoles sin lesión alguna, pues no les habia tocado el sen ceniza por todo el suelo del templo. Al dia siguiente
fuego ni á un pelo de la ropa; adorando al Dios que ellos fuéron solos al templo el rey y Daniel: y hallándole como
adoraban, y alabando lo bien que habían hecho en no le dejaron,cerrado y sellado, abrieron y entraron dentro;
adorar á otro, pues era aquel tan poderoso, los volvió á y visto que faltaba la comida, levantó la voz el rey, d i -
su amistad y gracia, y promovió á muchos cargos de g r a n - ciendo: Grande es el poder de este dios. Daniel entonces
de honra. dijo mírase al suelo. Bajó los ojos el rey, y vió las pisadas
Después vió Nabucodonosor en sueños un grande árbol de hombres, de mujeres y de niños. Eueron siguiendo
que ocupítba toda la tierra , y en sus ramas estaban m u - el rastro, y hallaron una secreta cueva debajo de una losa,
chas aves, y debajo muchos animales, y mandaba Dios por donde entraban desde su casa (que estaba cerca) se-
que fuese corlado del árbol lo que estaba eminente sobre tenta sacerdotes con sus mujeres é hijos, los cuales h a -
la tierra , dejando las raices, con esperanza que podria cían aquel estrago, publicando que el ídolo se lo comia.
reverdecer, pasando sobre él siete tiempos. Daniel inter- Grande fué el sentimiento del rey, visto el engaño : por
pretó este sueño, diciendo, que pasarían por el rey siete lo cual mandó matar á los sacerdotes ; y el Idolo y tem-
años en que andaría como bestia, por estar turbada su plo entregó á Daniel, que con el zelo heredado de su p a -
imaginación, y así andaría como tal por los campos, pa- dre Elias, lo destruyó y puso por tierra.
ciendo las yerbas, sin hablar ni tratar con los hombres. Otro dios tenían también los babilonios, que era un fe-
Dijolo mas Daniel: que en este estado, como confesase que rocísimo dragón. Decia el rey á Daniel, que á lo rnénos á
habia Dios en el cielo, cuyopoderera ¡n(iuilo,yse le humi- este dios vivoy tan feroz podfia adorar. Respondió el santo
llase, le seria restituido su sentido y reino. Aconsejóle que profeta, que solo á Dios del cielo adoraría: que aquel dra-
remedíase sus pecados con limosnas; esto es, quesería gón no tenía vida verdadera: pues fácilmente la podía
posible evitar semejante castigo, con que Dios nuestro Se- perder; que le diese licencia, y vería con cuánta facilidad
ñor le amenazaba, si hiciese bien á personas pobres y ne- quitaba la vida á su dios. Yole la doy, dijo el rey. Daniel
cesitadas : y porque no tomó su consejo, vino el castigo; y hizo una pasta de cosas glutinosas y pegajosas, y dióla á
asi parece que no 1c duró mucho tiempo la devoción y bue comer al dragón, el cual luego que la mordió, los dientes
DÍA 10. DICIEMBRE. 5i9
se le quedaron aferrados, se le tapó la boca, y fallándole convite y cena esplendidísima , teniendo cercada á Babi-
el aliento, se ahogó y quedó muerto. Mostr óle Daniel al lonia Darío, rey de los medos, y Ciro, rey de los persas.
rey y á los suyos, diciendo: Mirad el dios vuestro, que Parecióle que estaba tan seguro en su ciudad, que en me-
presto nui ió. lodignáronse contra Daniel los grandes del nosprecio de tan poderosos contrarios como le tenían s i -
reino, y decian, que había convertido al rey á su ley , y liado, se regocijaba con banquetes y fiestas. En la cena se
vuéllole judío. Con esto, amotinados, fueron al rey y d i - mostró tan insolente, que ofendió á Dios con notable desa-
jeron, que si no los daba á Daniel, le quitarían la vida. cato, sirviéndose de los vasos sagrados que Nabucodonosor,
Kl rey temeroso, como desapercibido, les entregó al pro- su abuelo, había traído del templo de Jerusalen, y tenía
feta, y ellos lo echaron en el lago de los leones, donde ha- entre sus joyas y riquezas , sin servirse de ellas para cosa
bía siete ferocísimos, á quienes daban de comer todos los alguna. Baltasar, pues, descomedidamente, quiso que
días dos hombres de los sentenciados á muerte, y dos ove- ahora sirviesen á él y á sus convidados, y á las mujeres
jas y otras reses; y entonces de industria, porque luego, de todos, bebiendo sacrilegamente en ellos. Enojóse Dios,
viéndose hambrientos, se cebasen en el profeta y se lo co- y pronunció sentencia de muerte contra é l , enviando una
miesen , no les habían dado cosa de comer, ni se la die- mano de hombre que escribiese en la pared mientras ce-
ron en seis días. Mas Dios, no solo le libró de las bocas naba, una escritura que ni él ni los convidados entendie-
de los leones, sino es que también le dió de comer, e n - ron. A todos puso temor; y mas al rey. Fué Daniel llama-
viando un ángel, que desde Judea trajese de un cabello al do á que leyese y declarase las lelras. Leyólas, y decian:
profeta llabacuc, que iba á llevar de comer á sus segado- que Dios tenía cuenta de lo que había hecho, y posaba
res. Habiendo puesto el ángel á Habacuc sobre el lago de sus culpas, y que su reino se dividiría entre los modos y
bis leones, Habacuc dijo así: Daniel, siervo de Dios, toma los persas : y así sucedió; porque aquella misma noche
la comida que él te envía. El santo Daniel dió gracias á entraron lo? dos reyes Darío y Ciro, y mataron al rey B a l -
Dios : tomó la comida : satisfizo á su hambre de seis dias; tasar, y destruyeron la ciudad. Llevó el rey Darlo consigo
y el ángel resliliiyó á Habacuc á su patria y lugar de d o n - á Daniel á su ciudad de Media, é hízole uno de tres v a r o -
de h había traído. Vino el rey al séptimo dia á llorar á nes, áquienes sus sátrapas ó gobernadores de provincias,
Daniel, juzgándole por muerto; y hallándole vivo, excla^ que eran ciento y veinte, daban cuenta de sus gobiernos :
m ó , diciendo: Grande es el Dios de Daniel. Mandóle sacar y porque el rey le estimaba como á su persona misma, y
de a l l í : y estando ya prevenido y con gente de guarda, quería darle el único gobierno y principado, fué envidia-
mandó echar en el lago á los que echaron en él á Daniel, do de los otros grandes. Estos hicieron una ley de que
donde fueron todos despedazados y tragados de los h a m - nadie pudiese orar por espacio do treinta días á algún Dios
brionlos leones en un instante. sino solo al rey,so penado sorochado vivo á los leones. Es-
la ley hirieron por congraciarse con el rey: e l c u a l l a c o n -
Murió Nabucodonosor, el II, y sucedióle en el rein3su
firmó a petición suya. Daniel cada dia (como liemos dicho
hermano Evilmerodach. Profetizó Daniel en Caldea desde
y era costumbre antigua del Carmolojhaciaíresveces ora-
el tiempo de Nabucodonosor, el mayor, hasta el de Darío,
ción á Dios. Los grandes que estaban á la m i r a , viendo
rey de los medos en Media, adonde el mismo rey Darío le
que hacia oración á Dios , como antes , se fueron al rey,
llevó de Babilonia , y fueron grandes los misterios que
pidiéndole cumpliese lo contenido en la ley, haciendo echar
Dios le reveló. Profetizó del Anlícrislo y del fin del mundo.
á Daniel á los leones por haberla quebrantado. El rey se
También dió señal infalible de la venida del Mesías, y de
entristeció mucho, y procuró librarle de la muerte, c i n -
su muerte, señalando número de setenta semanas , por
sistió en ello hasta puesto el sol; y visto no había remedio,
donde quedan convencidos los hebreos ; pues adelantó
dió lugar á que fuese echado en el lago de los leones, d i -
Daniel á otros profetas en señalar tiempo cierto y determi-
ciendo, que su Dios le libraría do aquel peligro: sí bien te
nado; y cumpliendo este, como se cumplió, al tiempo que
miomas á los hombres sus enemigos que á los leones fie-
el Hijo de Dios m u r i ó , ofreciéndose en sacrificio á su eterno
ros; y asi mandó poner una grande piedra á la puerta de la
Padreen el ara de la cruz, no les queda que esperar á los
estancia ó lago de ios leones,dejándola sellada con sii|roal
dcsihchat'os; ó han de decir que Dios es contrario á si
sello y los de sus grandes y príncipes , para que ninguno
mismo: lo que confiesan ser blasfemia , como lo es. Para
pudiese entrar á hacerle mal alguno. Toda la noche pasó
inteligencia de estas setenta semanas ó hebdómadas, se
el rey sin cenar ni dormir , esperando el dia siguiente, el
advii'i-te que hebdómadas quiere decir número de siete,
cual venido, se fué el rey al lago de los leones, y con voz
y aquí se tomó por siete años: y así desde el año en que
triste y llorosa, poro con gran confianza que su Dios le h a -
dió licencia Darío á Nehemfas de ¡r á reedificar á Jenisa-
bría librado, llamó á Daniel: el cual le respondió al ins-
l e n , á t u y o tiempo dijo á Daniel el ángel, por cuyo ínedio
tante , diciendo, que su Dios había enviado un ángel que
Dios hizo esta revelación , que había de comenzar la cuen-
(H'i i ó las bocas de los leones, para que no le hiciesen mal
l a , y fué á los 3fJ07 de la creación del mundo , hasta la
alguno. Gozosísimo el rey de ver que estaba vivo su ami-
muerte del Redentor, que fué el de 3993, pasaron cuatro-
go, le mandó sacar del lago y prendió á los que je habían
cientos óchenla y seis años, que es el número de las seten-
acusado y hecho instancia para que fuese echado á los leo-
ta semanas media menos, que así lo determinó el profeta
nos,y echóles en el mismo lago, siendo de ellos despeda-
que había de ser; porque en la otra media se confirmó el
zados al instante con gran fiereza. A Darío sucedió Ciro,
pació de que el mismo profeta habla, y fué confirmarse
que reinó en Babilonia y tuvo siempre á su lado al santo
la ley cristiana en los corazones de muchos por los mila-
Daniel, estimándole en gran manera , como habían bocho
gros de Jesucristo, venida del Espíritu santo y predicación
sus antecesores.
de los doce apóstoles.
Kvilmerodach tuvo tres hijos , de los cuales el último, Murió, al fin, él santo profeta Daniel en paz en Babilo-
llamado Haltasar, estando apoderado del reino hizo un nia, siendo de edad de ciento y diez afios ó mas, el dia l n
550 LA LEYIÍNDA DIí ORO DIA 17,
de julio, según sienten algunos, y según otros, el dia 1G ejemplo. En el año de 838 publicó su Martirologio, que ha
de diciemljre, por lósanos '¿li'¿"> do la creación del mundo. merecido muchos elogios. Fué consagrado arzobispo do
Fué sepultado en Babilonia en una cueva , sepulcro real, Yiena en SCO. Murió en 87'j. Es honrado en la iglesia de
donde taniljien oslaban ya sepultados los tres santos niños, Yiena, y le nombra en esle dia el Martirologio romano.
sus parientes, amigos y companeros, que hablan pasado á SANTA AICIA ó ADELAÍDA , EMPERATRIZ.—Roduifo I I , rey
mejor vida este mismo dia 10 de diciembre, aunque algu- de líorgoña, fué padre de Adelaida, y como muriese
nos años antes: á todos los cuales, eslo es, Daniel y sus en 937, ia dejó de solos ires años de edad. A los diez y
compañeros, llama mártires gloriosos san AJanasio. Los seis se casó con Lolario, rey de Italia, de quien tuvo una
cuerpos de estos cuatro gloriosos santos fueron trasladados iiija llamada Emina, que después casó con otro Lolario,
de Babilonia á Alejandría, y después á Yenecia, de donde rey de Francia. Enviudó nuestra santa en Í)'i9, y desde
una pierna de san Daniel fué trasladada á Verccios, donde entonces toda su afición la puso en las cosas celestiales,
hoy se guarda con gran veneración, como inestimable t e - despreciando lo terreno. Muchas y grandes fueron sus
soro, y ia mayor parle de las reliquias de ios tres sanios obras piadosas, y murió en olor de santidad en 999.
niños se guardan hoy en Boma con la misma veneración SAN BEANO, OBISPO Y CONVESOR.—Es muy venerado en
en la diacoma de San Adriano; y en Alejandría s& edilicó Irlanda, y en esle día le nombra el Martirologio romano.
un templo magnífico, para venerar en él una mano que Ies Murió en 398.
quedó de uno de los tres santos niños. Las vidas de estos
gloriosos santos escribieron, después del Espíritu Santo eq
DIA 17.
varios lugares de ia sagrada Escritura, en especial en el
•ib. i de los Macabeos, cap. 11, donde los canoniza por SAN FRANCO (ó FIIANCISCO) DE SENA, CONFESO».—El b e n -
santos, y en ia misma profecía de Daniel, lodos los sanios dito san Francisco de Sena fué naltiral de Groti, aldea de
Padres sus comentadores, y en particular san Kpifanio, de la Toscana, seis millas distante de la ciudad de Sena. N a -
Vit. el inter. prophet., c. 2 el 1 0 ; san Doroteo, iíi Synops., ció el año de 1 2 1 1 , á 3 de diciembre. Su padre so llamó
c. l l ; san Isidoro, de Vil. el obit. sanclor. c. 4 0 ; san Ata- Mateo de Lipi, y su madre Celedonia Daniel, labradores
nasio, serm. i u contra «ríanos, san Gerónimo, ín Daniel.; honrados y muy virtuosos. Seis horas antes que saliese
san Antonino de Florencia, i p . lit. í , c . 1 ; san Agustín, i n Franco á gozar de la luz, soñó Celedonia que paria un
Psalm. cxxxu, í. y i n ; el Maestro de las hislorias, sobre" monstruo horrible é informe, el cual poco á poco se c o n -
Daniel; Lirauo, ín Daniel.; Beda; Usuardo; Adon; los virtió en hombre, como la pena de su madre, en consuelo,
griegos, ín Menohg.; Josepbo, cíe Anliq., tih. \ , o. 11 dándole el Señor á entender la mudanza do costumbres
el t i ; Melafrast.; Lipomauo, l. xiv; Surio, t. i v ; Pedro que había de haber en su hijo, pasando con el liempo do
de Natal., i n Culhal., ¡ib. v , c. 17; Yilleg. en el n í. de su ser bruto á raciona!, y de las inclinaciones torpes y obs-
Flus Sanclorvm; el Marlirol. rom. Baronio en susanolac. al cenas, que en sus primeros años había de seguir, á la a l -
Marlirol. y Lezana, en sus Amks, del C á r m n , 1.1, donde cita teza de virtudes y santidad con (pie habia de pulirle la
niuclios y gravísimos autores, que afirman haber sido del gracia. Pusiéronle en c! santo bautismo el nombre de Fran-
instituto elianolos sanios cuatro niños, Daniel y sus com- co, pronóstico feliz de sus mejoras; pues fué tan franco y
pañeros, con grandes fundamentos y sólidas razones, y liberal en el servicio de Dios, como habia sido en los v i -
revelaciones que podrá ver el que fuere curioso, en dicho cios. Criáronle sus padres con amor y v i r t u d : y llegando á
tomo i de Lezana, á que me remito por abreviar. los años de la discreción, le pusieron á las primeras letras,
Los SANTOS VALENTÍN, CONCORDIO, JSAVAI. Y AGIIÍCOI.A, para lo cual le enviaron á Sena á casa de un deudo suyo,
HÁiiriBEg;—En la pí:rseciicÍori (pie contra la iglesia suscitó donde, aunque gastó algunos años, no pasó de leer y es-
Maximiano, fueron martirizados estos sanios por la fe de cribir; porque ya su mal natural, ya ios malos lados no le
Jesucrislo, Concordio era hijo de Yalcrilin, y ios dos, junto daban lugardeaprovecharse; lo cual visto por sus padres,
con sus compafuTus, se animaban muLuamenteal martirio^ se lo volvieron á casa para ponerle freno: y viéndole ya
sufriendo de osle modo con una cunstancia admirable los mancebo, le inclinaron á olicio de curtidor, que pide m a s
mayores tormentos, muriendo por la fé. fuerzas que ingenio; pero noto conliruió, porque el tra*
SANTA ALBINA, VÍIKJEN YMAUTÍII.—Fué martirizada en los bajo bonesto no era para su genio, y el demonio le procu-
tiempos tristísimos de ia persecución del emperador Docio. raba llevar á lo que su nalurai prelendia. Murió su padre,
Es muy venerada en toda la Campanía. Otros, entre ellos y como era quien lo tenia á raya, presto pisó la de la r a -
Piaz/.a, soslienen la opinión de que Albina no sufrió mar- zón; y sin respetar ni obedecer á su madre, se entregó á
tirio, ni vivió en tiempos de Decio, sino que murió en 882. toda suerte de vicios y maldades, y acabó de perder íiual-
SAN IUENION, OBISPO Y COM'IÍSOU.—De él hace mención menle el temor á Dios.
el Martirologio romano en este dia. Fué obispo de Gaza, en Su trato y conversación era con-hombres de mala vida,
la Palestina. Floreció en tiempo dcTeodosio el Jóven, ladrones, blasfemos, jugadores, rufianes y mujercillas per-
L A C O N M E M O i l A ü l O N I>liMUCHAS SANTAS VÍRGENES , M Á Í I T I Í I E S , didas, de aquellas que se venden por esclavas del pecado.
—Durante la persecución vandálica, suscitada por Ilune- Con lales lados frecuentaba los garitos, tabernas y l u p a -
r i o , muchas sanias víi'genes fueron martirizadas en África nares, gastando los días y las noches en conviles y pen-
con varios y crueles lormenlos, que ellas sufrieron con dencias : y como su caudal era ninguno, gastaba á cuenta
admirable constancia, por ios años de 483. de lo que á otros robaba. Nadie tenia secura su hacienda
SAN ADON Ó ADONIS, AMOBISPÜ Y CONFESOU.—Do nación ni su mujer; porque como fiera á todos ofeadia : no admi-
francés vino ai mmulo por ios años de 800 de la era de Ua consejos, y como frenético tenia por enemigo al médico
Cristo. En un moiiaslerio se dedicó á enseñar la moral y que procuraba su cura: huía de los virtuosos, no quoiia
la religión, co^á que practicaba ai mismo tiempo con su oir misa ni recibir ios sacraracolps, ai entrar cu la iglesia
DIA 17 DIGIRMBRK. 551
sino es á ver ó solicilar algunas imijeros, haciendo la casa sepulcro de nucslro patrón Saniiago. Por la falla de vista
de Üios lerrenode su apelilo. Alligida la pobre macliT de deseó llevar compañía, y hallóla á medida de su deseo en
dolor, perdió la vida, cuya n u n T l e fué nuevo Ululo para un mozo de su oficio, llamado Dato, que también se habia
las disoluciones de Franco; pues so dejó de decir: Ya des- reducido á pcnilcnna. Como vi demonio es gran zahori de
de hoy haré mi volnnlad mas á mi giislo; pues se murió sus daños, y entendió los (pie le hablan de seguir de este
la mala vieja de mi madre, que en todo me era contraria. viaje, procuró impedirle; y así obligó á Dato, persuadido
Disipó brevemente la mayor parte de la herencia, y con de sos parientes, no solo á que no quisiese acompañarle,
ella creció en sus disoluciones; porque el dinero en manos sino también á que le disuadiese de tan buenos intentos
de u n desperdiciador es lo mismo que en las de un loco con eficaces razones y persuasiones blandas. A todas so
la espada, l'ero el Señor, que si le habia figurado mons- resistió valerosamente Franco, respondiendo con gran con-
truo en su primera edad, juntamente en la mayor le deli- fianza en el Señor, y concluyendo así: Su Majestad nos
neó para sanio, dispuso su reducción, dejándole caminar dice, es verdad, vida y camino: y siendo verdad, no f a l -
por su mismo precipicio, á la manera (dicesan Ambrosio) lará á quien la busca: siendo vida, la dará á mis pasos; y
que una madre deja que se ahile el hijo de leche para q u i -siendo camino, jamás quedaré descaminado. Bien creo pa-
la ríe el pecho. deceré necesidades; pero eso es lo que busco, para que si
Ahrasfihansc en guerra viva las ciudades de Sena y O r - con todas las partes de mi cuerpo ofendí á Dios, todas p a -
bielo: y Franco, senlando plaza de soldadote desenfrenó deciendo satisfagan : y así, ni la Iribulacion, ni la angus-
de modo ipie era una aduana donde lodos los vicios regis- tia, ni-la hambre, ni la sed, ni la desnudez, ni los p e l i -
Irahan lo último de su malicia. Dióse al juego, y con mas gros me han de apartar de la caridad de Cristo; ni yo
disolución á los votos y blasfemias, con universal escánda- con su favor dejaré el camino: pues en obedecer su inspi-
lo : quitaba las mujeres á sus maridos: robábales las h a - ración está mi dicha, mi gloria y mi contento.
ciendas; y junio con otros bandoleros ni á las vidas de sus Con esta resolución salió Franco á su camino, y á pocos
dueños perdonaba. No satisfecho déla fuerza, usó también pasos experimentó la mano del Sefior y su asisiencia;
del arte para hurlar mas á su salvo, vistiendo diversos porque se le aclaró un poco la vista, y en este favor cono-
trajes, de esludiante, soldado, labrador, peregrino, borgo- ció que su divina Majestad se agradaba en su camino. Con-
ñon, francés, italiano y español, usando barbas poslizas, firmóse mas cuando llegando á la Gascuña, y viendo en
unas negras y otras blancas, con que engañaba á lodos y un espesé monle que el camino que llevaba se dividía en
hacia de las suyas. De esta suerte iba dando cuerda el Se- dos parles, se paró suspenso,sin saber cuál e'egiria. Ac udió
ñor á aquella fiera; así permitia se dejase arrastrar de sus á la oración, y por ella mereció oir la voz de un niño, que
vicios, para que después la experiencia le ensenase que nombrándole tres veces, le dijo en su lengua: Franco, l o -
son dueños tiranos; y al fin, quo es primor de Dios usar ma el camino de la mano derecha, que por él irás seguro.
de regias torcidas, para sacar derechos sus renglones. Ueconocido al favor, se hincó de rodillas, y con tiernas l á -
Todo lo experimentó así Franco; porque continuando su grimas y suspiros le agradeció, tomándole por fiador de
ejercicio, se sentó una noche á jugar, y habiendo perdido que Diosle bahía de perdonar sus pecados; pues quien
cuanto lenia, hasta el vestido y zapatos, señalando á sus agasaja al ofensor, perdonar quiere la ofensa.
ojos, dijo á los jugadores: ¿Hay quien quiera jugarme No le pareció bien al demonio, y ardiendo en el inlienio
estos ojos? Porque descreo de quien los hizo. de sus celos, se le apareció en traje de peregrino, y mos-
Al eco de esta blasfemia respondió el Señor con nn tan 1 raudo tenerle gran compasión de verle solo, se ofreció á
grave dolor y ardor en ellos , que quedó ciego del todo: acompañarle: y lo primero que hizo fué sacarle del c a m i -
con que por inútil, y mas por su disolución, lo echaron de no, diciendo iba perdido; y luego comenzó á predicarle y
una fortaleza en que estaba de guarnición. Viéndose a r - desesperarle de la misericordia de Dios í porque á petición
rojado y tan mal visto de lodos, que no habia quien le suya le habia contado Franco su vida loda); y asi le dijo:
diese un bocado de p a n ; haciendo déla necesidad virtud, ¡O ciego y miserable! ¿Presumes que lan feos y abomi-
tomó por motivo de su reducción la miseria en que se h a - nables pecados se han de borrar en esta romería? ¿Cuatro
llaba. Volvió el corazón á Dios: reconoció los yerros de su pasos que das han de abrir paso al perdón de tantos d e l i -
pasada vida; y llorando con grande amargura sus peca- tos? Si por un pecado solo echó Dios á los ángeles del c i e -
dos, los decia y confesaba á voces: tomaba rigurosas dis- lo, y al hombre del paraíso; ¿Ui confias que hallarás per-
ciplinas, y con grandes señales de contrición imploraba la don", teniendo laníos? «nena es la confianza en Dios; pero
divina clemencia, redimiendo con su dolor el tiempo que la demasiada es especie de locura: porque con la peniten-
habia malogrado, y decia, que si el loon generoso perdona cia de pocos dias no se curan las culpas de muchos años.
á quien se le rinde á sus pies; ¿cómo un Dios tan bueno no Vuelve, vuelve, miserable, á tu patria, y sigue tu primera
habia de perdonar á un pecador, aunque tan grande, que vida; que habiendo sido tan desperdiciada, que vivas bien
se le postraba arrepentido? Así lo sentía Franco: asilo ó mal, has de quedar condenado. Mucho turbaron al sanio
confesaba; y pasando con su desongafio á las obras, limpió estas palabras; pero dándole luz el Señor, que le permitió
su conciencia con una confesión general de sus pecados: la teulacion, salió de ella con ganancia. Humillóse anle su
borrólos con muchas penitencias y lágrimas: vendió la Majestad, é ilustrado con su gracia, respondió al santo pe-
poca bacienda que le quedaba, para satisfacer las IIUK has regrino : Bien sé que mis pecados son mas que las arenas
que habia robado: lo tpie hizo (en cuanto pudo) por medio del mar y estrellas del cielo; pero la misericordia de Dios
de su confesor. Con estas diligencias, desnudiindose del es mayor; y asi será mayor lisonja de su piedad perdonar
viejo hombre, renació nueva criatura, vestido de Cristo. mayores culpas. Confieso soy un mar y abismo de mise-
No contenió de los muchos rigores y penitencias con que rias; pero también sé que con flacos baluartes de arena
maceraba su carne, liizo voto de ir en romería á visitar el quebranta el Señor sus bríos. Pues ¿por qu:» desconfiare
552 LA LEYENDA DE ORO. DIA 17.
yo, habiendo dado su vida por pagar mis pecados? Apár- la Virgen María, sin pecado concebida , cercada de gran
lale luego de m í : y si eres ángel ú hombre, ruega á Dios resplandor y compañía de ángeles ; y hablando amorosa-
que me perdone; y si demonio, vuelve á lu horrible cár- mente, le dijo : Si quieres saber, Franco, la vida que has
cel. Quédese para tí la desesperación ; y deja para mí, y de seguir por ahora , para no caer de la gracia y amistad
para olrcs pecadores, la confianza de que nos hemos de de mi Hijo y vencer á la carne , al mundo y al demonio;
salvar por los méritos de mi Señor Jesucristo. Con esto deja al mundo , busca la soledad , y huye de la conver-
huyó el demonio; y Franco, alumbrado del Señor, volvió sación de los hombres.
á su camino, que siguió felizmente, dando á su divina Con esto desapareció la Virgen santísima : recordó
Majestad infinitas gracias por haberle librado de tan pode- Franco del éxtasis ó sueño ; y se fué á un lugar yermo
roso y aslulo enemigo. (obedeciendo á la divina voz), en donde fabricó una pe-
En breves dias llegó á Composlela ; visitó al santo após- queña choza ; y escondido en ella, sin mas sustento que
tol ; y habiendo recibido en su iglesia con gran devoción las yerbas que la tierra sin cultura le daba, continuó a l -
los santos sacramentos de la confesión y eucaristía , m e - gunos años sus ásperos ejercicios. Asistíale el cielo con
reció que con nueva luz del alma le restituyese el Señor regalos , de que envidioso Satanás , viendo que alma , á
enteramente la corporal , quedando á tantos favores (ier- quien él había tenido por tan suya , cada dia se retiraba
namente agradecido, y haciendo rigurosas penitencias. mas de sus lazos ; le acometía con frecuentes tentaciones.
Viendo cuán bien le habia ¡do en esta romería, determinó La mas fuerte para un pobre es ta codicia : con esta le
hacer otras no menos devotas : partió á Roma donde ha- procuró vencer ; pero salióle mal la traza, que fué así.
biendo recibido la bendición y una indulgencia plcnar ia Murió un caballero rico de Sena, y entre oirás mandas que
del papa Gregorio IX, gastó en aquella ciudad santa toda dejó en su testamento, una fué, que á cada ermilaño de
la cuaresma : la cual ayunó á pan y agua , fuera de otras los que se hallasen en el territorio de Sena le diesen c i n -
penitencias y rigores : de allí pasó á visitar otros santua- co llorínes de oro , porque rogasen á Dios por su alma.
rios en Italia, Nápoles y Sicilia, recibiendo en todas partes Ejecutáronlo al puntólos albaceas; pero llegando á la es-
grandes favores del Señor , y dejando ejemplos raros de tancia de Franco, no los quiso recibir, diciendo: No quiera
humildad y penitencia. Visitó la casa angelical de Nues- Dios que quien dejó al mundo y sus cosas, se vuelva á
tra Señora de Lorelo : y haciendo oración á Ja Madre de enredaren ellas ; llevaos vuestro dinero; que yo rogaré
Dios María santísima , sin pecado concebida , le pidió el á Dios por el difunto. Viendo su resistencia, se les deja-
perdón de sus antiguos desacuerdos con grande humildad, ron los albaceas sobre una ventanilla de la choza donde
confesando cuán ofendida la tenia , habiendo blasfemado se estuvieron, hasta que pasando por allí una pobre viuda,
de ella muchas veces. Consiguió el perdón de la Madre de que andaba recogiendo limosna, para poner en estado una
Piedad: y en señal de que estaba ya en su gracia , tuvo hija doncella que tenia á pique de perderse por muy po-
un soberano éxtasis, en el cual apareciéndosele con sem- bre y muy hermosa , pidiendo ella de afuera , y r e s ^ n -
blante muy alegre y risueño esta divina Señora, le conso- diendo Franco de dentro de su choza ; le dijo tomase
ló con gran caricia , y exhortó á que perseverase en su aquellas monedas de oro que le habian dejado en aquella
santo propósito. ventanilla y encomendase á Dios á quien las habia dejado,
Alentado con lan celestial visita y favor tan soberano, se sin duda para que remediase á su hija. Agradóse tanlo la
volvió á la ciudad de Sena, en donde, vestido de un saco, Virgen santísima de esta acción, que la noche siguiente se
descalzos los pies, y descubierta al sol y al frió la cabeza, le apareció cercada de gran claridad y hemiosura ; y t r a -
dió mas alio punto á sus rigores. Gastaba las noches en yendo en su mano un ramo verde , que en vez de llores
oración y lo mas del dia en la iglesia : frecuentaba los tenia muchas monedas de oro , le dijo : Yo he Iwjado del
sacramentos : oia con grande atención los sermones ; y cielo por mandado de mi Hijo á darle á entender que tu
descoso de edificar á los que con sus obras y palabras ha- vida le es muy agradable : no lemas : persevera ; que la
bia escandalizado, salía de noche por las calles . diciendo corona del vencimiento se da al qne persevera hasta el fin;
á voces : Pecadores , convertios á Dios y haced frutos y por la caridad que tuviste con aquella pobre mujer , te
dignos de penitencia. íbase á los lugares públicos, y des- dará el premio signifieado por estas monedas, qiie se da en
nudando sus espaldas, las castigaba rigurosísimamenle el cielo á los que fielmente trabajan.
con cadenas de hierro, dando con lan rigurosa peniten- Desapareció la sacratísima V í g e n : y no haciendo á
cia , enseñanza para la que debían hacer los mas diverti- Franco confiado los favores { porque en los justos al paso
dos. Entraba en las casas de juego, y en sustitución de del amor va el r e c e l o ) , se dió á mas rigurosas peniten-
Cristo, derribaba las mesas de los naipes y dados. Eu las cias, doblando los ayunos, multiplicando las disciplinas y
cárceles y hospitales entraba continuamente : y aplican- quitando del poco sueño que á la» noches tomaba. Ciñóse
do á cada uno su medicina, á lodos dejaba mejoradas,' al cuerpo una gruesa cadena de hierro , tan estrecha y
porque con obras y palabras predicaba y exhortaba á la apretada, que apenas se podía mover con su peso ; pero
virtud como un apóstol, y hacia admirables conversiones. dándole fuerzas el amor , no solo se la rodeó al cuerpo,
Muchos años gastó en estos ejercicios lan útiles al bien sino que con la continuación se la incorporó en la carne con
común, como al provecho de su alma ¡ la cual teniéndola tanto deseo de mortificarla, que ni un solo punto la apartó
Dios destinada á la religión de su santísima Madre María, de sí hasta el dia de su muerte. Esta cadena le vistió el
quiso que esta celestial Señora le enseñase el camino por cuerpode llagas ; pero él no contento con ellas, las reno-
donde habia de llegar á esta dicha. Estando un dia en la vaba con crueles disciplinas. Es la santidad cori;o especio
iglesia mayor de Sena, después de sus acostumbrados aromática, que presto se exhala y difunde : así la de Fran-
ejercicios se quedó suspenso ; y en aquel rapto ó sueño co se exhalaba de suerte, que su mayor mortificación eran
profélico se le apareció la santísima Reina del empíreo, las alabanzas que los pueblos circunvecinos le daban;
nu 17. DIC1K
pero é l , como verdadero humilde , deseoso de Imil las, se dentro, templó coñ su frialdiui los ardores de su carne;
fué hacia Groli, su palria, y á millaymedia del lugar, ha- y por quitarle mas los brios, volvió á tomar tan fuei le dis-
llando un hosque cerrado de malezas , en lo interior de él ciplina, que mas parece tiraba á quitarse la vida , qun á
edificó una casilla, á quien no dejó ninguna luz, donde ne- huir déla tentación. Viendo el demonio que no le valían
gado á visitas, aclamaciones y todo alivio humano, gasta- sus trazas, buscó otras nuevas. Apareciósele en forma de
ba lo mas del dia y noche en oración, favorecido de Dios una dama muy hermosa, que mostraba grande compa-
y de su Madre MaWa santísima, que habiéndole llevado á sión en sus dolores, y le dijo ; O pobre y engañado h o m -
la soledad , lenian con :él dulces y frecuentes coloquios. bre, ¿ qué haces? ¿NO sabes que pecas en quitarte la
Tero ni aquí quiso tampoco su divina Majestad que su san- vida por lu mano? ¿No ves que estos sentimientos, que
tidad se ocultase ; antes bien con una singular maravilla ha hecho tu carne, son movimientos naturales, en los cua-
(entre otras) la aplicó para común beneücio. les ni hay mérito ni desmerito ? ¿Para qué así la afliges
El concejo de Groti hacia una solemne Qesla, y para y maltratas? Dios me envía para que yo la cuide , y en
ella convidó á todos los ermitaños de aquel lerrilorio. todo me sujeto á lu gusto , y con él vivirás y serás mas
Excusóse Franco con humildad, pero vencióle la villa , por provechoso á su Iglesia. Franco, que luego conoció entre
disposición divina sin duda : con que asistió á la fiesta y aquellas llores el áspid , tomando un palo comenzó á es-
convite. En medio de la comida, uno de los convidados, grimirlo en el a i r e , para romperle la cabeza : y haciendo
instigado sin duda del demonio, viendo comer á Franco con él la señal de la cruz en la pared, le dijo : En virtud
como abstinente, comenzó á hlasfemar de su santa vida y de Jesucristo, que te venció en el desierto, te mando que
acciones, diciendo era un hipócrita, engañador y falsario, no me molestes m a s , ni dures en mi presencia. Con esto
y que ahora se vendía sanio ermitaño , y afectaba el ser huyó el común enemigo, confesando en el ruido y estruen-
bueno cuando no le permitía su vejez el ser malo y vicioso. do con que desapareció, que quedaba por Franco el li iuu-
Oyó el santo estas injurias con el gusto que el mas vano fo y la victoria.
pudiera sus alabanzas : y creyendo por su humildad, que Acabada esta pelea y tentación, viendo la sagrada V i r -
aquel hombre le quería bien, pues le decia la verdad tan gen María sin pecado concebida que el que habia escogi-
sin rebozo, se lo agradeció, y después le dijo : Hermano, do para suyo y de su órdeu , se habia p o i l ulo tan animo-
de mí se pueden y deben creer peores cosas de las que me so , se le apareció sentada on un trono real asistida de
has dicho : solo de una cosa me pesa, que es el escándalo muchos cortesanos celestiales : traía en la mano derecha
que has dado á los circunstantes, con tanto detrimento de una guirnalda de varias y hermosas flores, y en la s i n i i s -
tu alma. Enlonees el hombre, tan lleno de pasión como de tra el hábito de su religión carmelita ; y díjole : La v o -
vino, anadió : \ o he dicho la verdad on lo que he dicho; luntad de m i Hijo y mía es que vistas este hábito de m i
y digo mas, que así tú eres bueno y te puedes salvar, como religión del Carmen, en la c u a l , si perseverares, sirvién-
volver á vivir este capón que está en el plato, i Cosa m a - donos con leda pureza y perfección , serás coronado en la
ravillosa! Apenas el maldiciente acalx') estas razones tan gloria con esta guirnalda. Con esto desapareció la Madre
sin razón, cuando el capón salló del plato , vivo y vestido de Dios; y Franco, agradecido y devoto, procuró obe-
de sus plumas, como estaba antes que lo destinasen al decerla. Partió al convento délos carmelitas de Sena: co-
convite, y juntamente el demonio se entró en el cuerpo municó cen un religioso docto y espinloal la revelación, y
del blasfemo, cuyos doloi esllenaron de un horror sagrado rogóle fuese buen medianero con el prelado, para que lle-
á los presentes. Confundióle Franco con la maravilla: agra- gase á eonsegnir su santo hábito. El padre prior, viendo
decióla al Señor, y no sufriendo que su crédito fuese á su mucha edad y que ni habia estudiado para corista , ni
costa de otro, rogó por la salud espiritual y corporal de para fuera del coro tenia fuerzas, le despidió y aconsejó
aquel hombre : y haciendo sobre él la señal de la cruz, perseverase en su vocación de crmilaño; pues en ella
quedó libre del demonio on el cuerpo y en el alma, y t o - servia á Dios, y edificaba á los fieles. Mucho sintió el ben-
dos los présenles con nueva estimación de Franco y de sa dito pretendiente la repulsa ; pero alentado de la sacratí-
gran virtud y santidad. sima Virgen María, sin pecado concebida, y echándose á
los piés de los religiosos , ya con ruegos,ya con lágrima.s
Con milagros tan patentes temió Franco la gloria vana
consiguió lo (pie tanto deseaba. Knlraron los padres en el
del mundo y sus honores ; pero porque no se introdujese
capiUdo y con gusto le admitieron : solo fallaba el dinero
en su conizon, permitió el Señor (pie le lenljise el demo-
para comprarle los hábitos; porque no los tenia Franco ni
nio en el pecado do la sensmdidad , asi para su humilla-
el convento, que con mas de quinienlos afios de antigüe-
ción, como para dar un nuevo aumento á sus coronas. Es-
dad conservaba su pobreza primitiva. Fntónces llamaron
tando, pues, reposando una noche, le trajo á la menioria
á Franco á la coimmidad: dijét otile como ya estaba a d m i -
los pecados y torpezas de su mocedad, y las mujeres con
tido, pero que era preciso tuviera paciencia, basta tener
quienes las habia ejecutado. La memoria encendió el fue-
posibilidad para comprarle los hábiles.
go, y su imaginación tan fuerte balería , que á no valerle
el socorro del Señor, se hubiera perdido. Pidióle favor: Tiernamente sintió el fervoroso pretendiente la deten-
armóse de la disciplina ; pero mas se abrasaba : porque c i ó n ; aunque no duró mucho su pena : porque la Reina
el demonio, viendo la resistencia , añadía leña al fuego, del cielo , que lodo lo facilitaba , envió al convento (ai
lleconociendo que tantas llamas no eran de su natural mismo punto) un ángel en forma de un agraciado mance-
sino de su torpe enemigo, se desnudó en carnes, y en una bo , que trayendo en sus manos y a cosido y dispuesto el
cama de zarzas y abrojos, que contra estas y semejanres hábito de la religión, entró en la pieza donde asistía la
tentaciones tenia prevenida, se acostó ; y tanto lo refregó comunidad, y dándolo al padre prior, dijo: liste hábito es
en las espinas, que salió bañado en su misma sangro. De para Franco; y al punto desapareció. Quedaron lodos tan
aquí se fué á un lago de agua frigidisinia, y arrojándose pasmados, que en largo espacio nadie .pudo hablar pa!a-

TOMO H l . 7.0
m LA LEYENDA DE 0110. mA 17.
l i r a : y cunnJo ya pudieron , levantando las manos al c i e - ¿qué espera el malo y pecador? Y como él se tenia por el
• l o y los corazones á Dios, dieron á su Majestad y á su Ma- mayor del mundo, le traia esta consideración en una peno-
d r e santísima las gradas de qoe trajese á su religión á un sísima congoja. Para sacarle de ella , le hizo Dios entre
varón tan liijo de sus cuidados: y Franco , no ménes obli- los demás, dos singularísimos favores, que confirman
g a d o que reconocido, y mas advirtiondo en que aquel l i á - cuán acepto era en sus ojos; pues así lo singularizaba en
bilo era el mismo-que traia c-n sus manos la soberana Rei- las finezas. Estando un día de la infraoctava del Corpus
na María , derramando rmicbas lágrimas de ternura y g o - disponiéndose para comulgar, el confesor, por probar su
zo, le ofreció do nuevo su humilde corazón, por coronarlo obediencia y resignación, le mandó no comulgase aquel
á sus divinas plantas. día, y reconociéndose por indigno de recibir ton gran Se-
'.Viéndose con el hábito, que tomó el aílo 1239 ,y con la ñor, se contentase con recibirle espirilualmente en su a l -
, profesión á su tiempo, no es decible los fervores con que ma. Así lo hizo , sin discurrir en lo que su padre espiri-
, procuró que con el nuevo estado se confórmasela vida: tual le mandó, juzgándose tan indigno como su maestro
desmenlia con su aliento las carnes: la edad volvió en y humildad le persuadían. Acopó su divina Majestad el sa-
juventud: ninguno habia mas diligcnleen el trabajo, mas crificio de su resignación; mas no quiso privarlo de su»
continuo en la oración, mas ferviente en los rigores, mas provechos: y así, estando ayudando una misa , ordenó
afecto á la humildad , siendo en todo un perfecto ejem- que cuando el sacerdote partía la hostia, saltase una par-
p l a r , de que aprendían los mas ejercitados en la religión. te de ella , y volando por el aire , se fuese á la boca de
La vida que en ella sentó fué de esta forma. Su comida or- Franco , sirviéndole de Sacramento y sacerdote el m i s -
- diñaría no pasaba de unas raiws.dc yerbas, y en falta de mo Señor, en premio de su humildad grande:y singular
- ellas, pan y agua ; .que vino no lo probaba : esta comida resignación.
• era solo los tres d i a s d e l a semana ; aporque lunes, miér- El otro fué no menos tierno : porque estando en oración
coles, viernes y sábado, con sola la sagrada comunión se delante de un crucifijo , y receloso si estaba en su gracia
sustentaba. Su cama era la tierra desnuda y una tabla. y amor (que no hay rosa mas cercada de espinas, que aa
Tara enjaular el cuerpo , hizo unos aros de hierro de dos justo de temores), le suplicaba con instancia lo sacase de
• dedos de ancho , ligados con unas cadenas , tan estrechos aquella perplejidad; mereció que desenclavando su d i v i -
y apretados ,.que le entraban por las carnes. Echóse una na Majestad los brazos de la cruz, y echándoselos al cue-
• argolla al cuello para padecer de todas maneras, y que l l o , por dos veces lo abrazase y dijese : Franco , no tie-
no hubiese; parle en su cuerpo que no participase su d o - nes que temer: persevera en lo comenzado, y alcanza-
l o r : y-para guardar perpetuo silencio, hizo una bola de rás lo que deseas. Si este favor es excesivamente grande,
plomo de media libra de peso, y la traia siempre en la bo- pondérelo atcnlamenle el devoto y versado cu las divinas
ca, y para no perderbi, cuando se ©fi ecia socarla, la traia historias. Con ser, pues, tan grande, aun se quedó-Fran-
pendiente de una cadena de las que cofiian su cuerpo. co en sus dudas y recelos. Para salir de ellas buscó m e -
Kn el coro siempre era el primero , sin fallar por eslo á las dianeros , y experimentado en los favores que debía á Ja
.ocupaciones en que le ponia la obediencia. Gompadecían- sacratísima Virgen María,lc suplicó inlerccdiese con su H i -
;se muebo los religio-os: admiraban aquel espectáculo los jo precioso, y alcanzase de su misericordia el perdón de
ángeles; y aun el mismo Dios, sin duda , lo alondia con sus pecados. Conlinuando esla súplica, un sábado se la
ternura , viendo una alma , como mil otros, cargada de apareció esla Señora lan cercada de luz y resplandores,
tanlosbierros, según lo dió á entender con el suceso s i - que los que paseaban la ciudad crejeron que se abrasaba
iguienfe. Estaba Franco un viernes conlemplando los mis- el convenio; y díjole con mucha afabilidad y ternura:
lerios de la sagrada pasión, y se le apareció nueslro Rc- Franco, Dics ha perdonado luspecados, y todos aquellos
dcnlor puesto en la c r u z , cubierto de las muchas llagas y por quienes has rogado han conseguido remedio en sus
heridas que padeció en el Calvario; y mirando á Franco necesidades , y lo conseguirás en lo fuluro sí persevera-
y como consolándose con el dijo: Mirad Franco, lo mucho res la vida comenzada. Con esías palabras y otras de s u -
que padecí por los hombres; y lo mal que lo agradecen. mo favor, desapareció nuestra Señora; y llegando muchos
Con eslo desapareció, pero dejó al santo con tan vivo sen- seglares al convento , y viendo que descargaban las luces
timieiiío , así por ver á su Majestad tan heiádo, como tan y el fuego sobre la eelda del santo , asustados repelían:
ingratosá los hombres , que fué providencia particular no Socorred, padres, socorred á Franco; porque se abrasa su
ge le arrancase el alma. Tomó luego la cadena de hierro celda. Acudieron todos, y viendo salir de ella grandes
y con ella tan gran disciplina, que salían arroyos de san- llamas, repararon que ni quemaban, ni naoleslaban: con
g r e de su cuerpo. Rogaba al Sefior diese á los hombres que se persuadieron á que era sobrenatural ciincend¡o.,y
un claro conocimienlo y verdadero dolor desús culpas, é mas cuando le vieron elevado en el aire , los ojos abier-
hizo fabricar una efigie devotísima de Cristo en la cruz, tos y vueltos al cielo, y que hablaba entre sí, aunque n a -
como se le habia aparecido, y con ella salía por las calles die entendía l o q u e decía, y tan quieto que nadie podia
y plazas, predicando con fervor la obligación, que á tan moverlo: con que los seglares creyeron estaba difunto:
buen Dios tenemos, y el olvido y desagradecimiento de pero los religiosos, que tenían experiencia de sus éxtasis
1 JS hombres. lejuzgaron absorto en Dios como muchas veces lo halla-
Con esta visión nació en el santo uu temor filial, en que ban. Así duró algún espacio , hasta que volviendo en s í ,
considerando lo mucho que Dios padeció por él , y lo po- y viéndose cercado de lanía gente, de suerte se a v e r -
co que padecía por é l a n d a b a confuso y dudoso si Dios le gonzó , que retirándose á una parle oculla, lomó tina san-
habia perdonado sus pecados, y si ellos eran la causa de que grienla disciplina, castigando al igual de las culpas que
se le mostrase tan dolorido, cuando le consideraba glorio- hizo cuando pecador, la opinión en que ya eslaba do
so. Repella muchas veces : Si el justo apenas se salva; santo,
DU17. DICIEMB m 555
Conociendo que la penitencia qno había hecho por sus v e n t o W y triste : y preguntándole algunos religiosos lá
pecados le habia merecido el perdón, procuró con nuevo causa lie su desconsuelo, respondió: Nos quiere Dios q u i -
fervor continuarla: y si hasta entonces haLian sido muchos tar al santo padre Ambrosio, el cual morirá tal d i * : y asf
sus rigores, en adelante fueron mas en la intención y en sucedió. Oyendo un dia discurrir á su profesor en el gran,
el número. Buscó unos agudos abrojos, y sembrólos entre provecho que recibían las ánimas del purgatorio con los
el hábito y la carne para vivir siempre atormentado: otros sufragios de las misas, limosnas y oraciones que por
derramó en una pieza retirada , adonde á ciertas horas ellas se aplicaban , le d i j o : Ruégote, padre, que fuego
del díase iba á pasear llevando los piés descalzos, y de que pase de esla vida, me digas una misa. Respondió el?
noche hincado de rodillas sobre e l l o s , continuaba tres y confesor : Yo lo haré sí te alcanzare en dias: á que repli-
cuatro horas la oración. Hizo un casco de hierro y dentro có san-Franco : De parle de Dios te aseguro , que vivirás-
de él una cruz, en la cual y en el cerco de aquel puso un año mas que y o , porque yo moriré á 11 de diciembre
unas pnntas de acero , en memoria de las espinas de la de 1291 j y me enterrarás ; y de ahí á un año pasarás
corona de Cristo: y para que no le viesen, le traia forrado de aquesta v i d a : y todo fué sucediendo como el santo lo
con un casquete de paño. A esta gala de la cabeza, ana- predijo.
dió al cuerpo , para traerlo mas ceñido y apretado, una A esta gracia acompañó la de hacer milagros. Mordió
cota de malla llena de las mismas puntas, ta cual estimó una víbora á Guido Genio, y no hallando remedio humano
mas que á su vida : pues le halló con ella la muerte, ator- para atajar la malicia de su ponzoña, acudió á la interce-
mentándole todo, de manera, que á no sustentarle Dios sión de san Franco, el cual, ungiéndole con el aceite de una-,
como de milagro, hubiera acabado brevemente la vida á lámpara que en su celda ardía delanlo una, imagen de
manos de sus dolores. Con esto hacia bramar al demonio nuestra Señora del Carmen, y haciéndole la seflal de la.
que, ya armado de fuertes armas, vuelto en etíope, feo y cruz sobre la herida , quodó sano al instante, pidiéndolo
disforme , ya en osos , leones, sierpes, y otros fieros ani- solo en retribución, que no publicase la maravilla. Cristó-
males en que se transformaba , ya mudándole las formas bal Crolti, parícnle y devoto de san Franco, llegó á los u l -
d'c las cosas, el dia en noche y la noche en (lia , ya de- times vales de la vida, con una fiera perlesía : envióle a *
sapareciéndole los instrumentos de la cocina y enferme-
llamar: fué el santo, y viéndolo ya agonizando, hizo s o -
ría donde asistía, porque le tuviesen por descuidado , y
bre él la señal de la c r u z , diciendo : No lemas, Cristóbal,:
ya al fin fingiendo la voz del prelado, que lo llamaba pa-
que Dios te dará salud. Con oslo se halló al iristantc sano y
ra quitarle de la oración y demás sanios ejercicios en que
robusto. A dos buenos casa dos les nació un hijo deseado,
le veía ocupado , intentaba apurarle, vencerle y dester-
pero ciego: acudieron al convento, y con muchas lágrimas-
rarle ; pero fué siempre sin f r u t o : porque conociendo el
pidieron al santo diese vista á su hijo: excusóse entonces ,
santo sus trazas, se reía y burlaba de el y de ellas j y pa-
con humildad, diciendo, que solo Dios era el que hacia miV-
lia triunfante y glorioso , cuanto Satanás vencido, c o r r i -
lagros; que confiasen en su Majestad, y obrasen b i e n , que
do y avergonzado.
el Señor enjugaría sus lágrimas. Así sucedió: porque po-
Enriquecido de estos triunfos y glorias, le dió el Señor cos días después, pasando el siervo de Dios por su casa r e -
ciencia superior á su capacidad , con la c u a l , siendo un cogiendo su limosna vle sacaron el niño; y el santo enton-
hombre lego en su profesión , y rudo en ingenio, hacia ces, tomando en sus manos el santo crucifijo que traía al
unos sermones llenos de noticias tan provechosas y d e l i - cuello, le dijo: Juan Bautista, mira á tu Redentor Jesu-
cadas , que se conocía bien que su caudal era celestial é cristo. A esla voz abrió el niño los ojos, y adoró la santa,
infuso. Oíale el pueblo con mayor provecho, gusto y aten- ¡mágen, con digna admiración de la gente que asistió á l a -
ción , que los sermones mas estudiados de los predicado- maravilla: mas el santo, huyendo sus loores, los dió al Se-
res. Su tema era el sanio crucifijo que consigo llevaba, ñorá quien tocaban; y él se volvíó.lhíno de.confusjon á su.
enarbolándolo por las calles, plazas y lugares públicos, convento. Otro niño le trajeron muerto; y también lo r e -
donde acudía mas gente, discurriendo en las finezas de su sucitó, y volvió vivo á su madre,. Estaba una mujer poseída
pasión y vidasanlísima, Deaqulpasabaá las casasde juego del demonio y fieramente atormentada; y sacando Franco
(como hacia cuando seglar) , donde era grande el prove- su santo crucifijo, le dijo : En virtud de este Señor, te
cho de su predicación , arrojando primero . como Cristo, mando que dejes libre á esta criatura, que compró con el
las mesas , naipes y dados con los dineros, sin que n i n - precio de su sangre. Obedeció al momento el soberbio es-
guno se atreviese á hacerle contradicción. Con la ciencia píritu, y con gran estruendo salió de la mujer, sin volvei':
le comunicó también su Majestad el conocimiento de los mas á ofenderla, A este modo fueron infinitos los m i l a -
sucesos futuros y lo mas escondido de los corazones e n - gros que hacia , que fuera nunca acabar querer referirlos
tregándole de todos las llaves, como á tan gran amÍ"-o s u - todos..
y o . No me da lugar la brevedad á referir lodos los m i l a - Yoncídos ya por Franco sus tres principales enemigos^
gros , profecías y sucesos raros de su vida; pero diré a l - el mundo con el desprecia, la carne con sus penitencias, y
gunos con brevedad. En Sena había una dama principal, el demonio con. tantas victorias; restaba quo,- el Señor 1Q
muy perdida con su hermosura y pocos años, por lo cual diese la corona de. justicia que tiene ofrecida á quien le^
su fama andaba en lenguas de todos: Oyó Franco un dia gítimamente pelearé. Ya habia entrado en los ochenta años
murmurar de ella, y dijo : No juzguéis con tanta faci- de su edad, cuando el l . 0 d e diciembre de 1291 le envió
lidad de esa mujer , que la tiene Dios escogida para vaso su Majestad una calentura tan aguda, que sobre sus g r a n -
de su elección, como á otro Sanio. Asi se vericó ; porque des rigores y abstinencias le debilitó mucho: y aunque.
se redujo á penitencia, y se acabó su vida instantánea- con la robustez de su espíritu encubría la falla.de las fuer-
mente. Oyendo un dia predicar al santo P. Fr. Ambrosio zas naturales; con lodo el rigor déla fiebre, y echar m i 7
Salsedoni, del órden de Saato Domingo, volvió á s u c o a - cha sangre por la boca, 1c dejó tan pálido y descaecido^.
550 LA LEYENDA DE ORO DÍA l t .
que al sexto día perdió del lodo las fuerzas: con que á i n s - Pero ni pudieron dejar de darle el debido sepulcro; por-
tancias d d médico y del prior se hubo de poner en la que á no hacerlo, no le dejaran cabellos ni hábitos, pues
cama. Esta fué la tierra dura, hasta que constreñido con la lodos se los cortaban para reliquia : ni tampoco se puedo
obediencia, admitió un jergón de paja, sin sábanas ni otra decir que se le quitaron á los enfermos con enterrarle,
cosa alguna. Como ya el Señor ailos antes lehabia revela- porque su sepulcro era una botica milagrosa para todas
do el dia de su m u e r t e ^ vió que ya se llegaba, se dispuso dolencias y enfermedades: pues acabado de enterrar, hizo
en esta forma. Hizo una confesión general con muchas l á - tantos milagros, sanando endemoniados y diversos enfer-
g r i m a s : recibió los santos sacramentos de la eucaristía y mos, y resucitando muertos, que fuera nunca acabar el re-
extremaunción; c hincado de rodillas y con tiernísimas l á - ferirlos: baste, pues, uno, con que concluiré, por muchos.
grimas, dijo á los religiosos: Padres mios, bien sé que he Pedro Pablo, de la parroquia de San Estéban de Sena, sa-
sido un religioso muy imperfecto, y de ningún provecho lió á un camino: y dando en manos de unos salteadores,
ni honra á la comunidad: perdónenme por amor de Dios, le dieron tantas puñaladas, que lo dejaron por muerto, y
y pidan por mí al Señor, para que eslienda sobre'eslc m i - ellos se pusieron muy contentos á repartir el dinero que
serable pecador los brazos de su misericordia, y se digno Hevaba. Entretanto el herido, viéndose agonizar sin d e -
de llevarme á su reino. Interrumpió su muebo llanto sus fensa ni remedio, invocó á san Franco, de quien era muy
palabras; y así fué abrazando estrecha y amorosamente-á. devoto; y eso le mereció en una acción muchos milagros.
lodos, dejándolos no ménos llorosos, que tristes y descon- Aparecióle visiblemente el santo, y reprendió de suerte á
solados, al ver que se les ocultaba aquel sol, que con el •os ladrones, que llenos de temor huyeron, dejándose el
raro y singular ejemplo de su gran santidad les ilustraba. dinero, libre el caminante, y lan bueno y sano de sus h e -
ridas, como si en su vida no so las hubieran dado: con
Era-ya el dia 1 1 , cuandoal salir los religiosos de vísperas,
que dando gracias á Dios y á su siervo san Franco, que en
los llamó el santo, y pidió se fuesen delante del Santísimo
uno supo hacer tantos milagros, prosiguió su viaje. Con
Sacramento, y le suplicasen no permitiese le acometiese el
estas maravillas y otras infinitas, que refieren sus histo-
demonio cu aquella última hora de su vida, porser enlaquo
riadores, fué trasladado su cuerpo el año 1302; y coloca-
él procura con mas esfuerzos que el hombre desespere de
do en el altar de una capilla suya, junto con las cadenas
la divina misericordia, poniéndole delante sus pecados.
y aros con que ligaba su cuerpo, el saco de malla, el cas-
Pero que antes de ponerse el sol no le dejasen solo:; por-
co de la cabeza y la bola de plomo, enterrado todo en una
que entonces seria mas peligroso el combale. Temió el i n -
arca muy rica : y el de 1308, le beatificó el sumo pontífi-
fernal dragón la fuerza de la oración de una comunidad
ce Clemente V, teniendo bastantes noticias en confirmación
santa ;. y así no se atrevió á entrar en la celda de Franco-'
de su santidad y milagros, y délos gi'andes concursos que
pero vistió el aiie de tinieblas lan repentinamente, qu0
en procesiones y estaciones se hacian á su sepulcro, así do
dejó tan llena de asombros, como de sombras la ciudad
su patria Groti, como de otros pueblos circunvecinos. Con-
leda. Antes de ponerse el sol, volvieron los religiosos á la
cedió asimismo dicho pontífice misa y rezo propio del san-
celda del enfermo^ y dándote fuerzas el amorales hizo una
to, que confirmó Dios con un milagro, enviando una e n -
plática espiritual toda divina, á cuyos ecos, y á la presen-
fermedad tan penosa, que le quitó la vida á cierta persona
cia de un resplandor divino que so desprendió del cielo,
que sintió mal de que tan presto se hubiese dado misa p r o -
huyeron las tinieblas, y quedó clara la ciudadry el conven-
pia y rezo á san Franco. Volvió Dios á confirmar la gran
to tan lleno del resplandor celestial, que parecía ardia en
santidad de su siervo Franco, con lo que le sucedió al p a -
vivas llamas. La gente, ánles alónila, y'con tan repentina
dre Fr. AJonsode la Madre de Dios, varón no ménos santo
mudanza consolada, acudió luego al convento : llegó á la
que docto, el cual escribiendo en los Anales del Cármen la
celda del santo, que parecía un cielo en la claridad y res-
vida de san Franco, según la hallaba en los historiadores
plandores que en ella hahia; y acompañando con sus l á -
suyos, que es como aquí (aunque sucintamente) queda
grimas las de los religiosos, aquel abrasado fénix, despi-
referida, y dudase do algunos pasos de ella, pareciéndolo
diéndose de lodos, les d i j o : Hermanos mios, quedaos en
tenia mas encarecimiento que verdad, quiso borrar unas
paz. Y tú, buen Jesus y Dios mió, recibe en tus manos mi
cosas y templar otras. Al tomar, pues, la pluma con esta
espirita; y con estas palabras so lo entregó con grande
intención, se le pasmó la mano, de suerte que parecía de
quietud y consuelo.
helado m á r m o l : no podía ni pudo moverla en muchos días,
Al mismo punto comenzaron á resonar en su celda m u - hasta que herido, mas del arrepentimiento que del acha-
chas voces celestiales, que alabando á Dios y al santo, en que, conoció su ignorancia, dándole el Señor á entender
solemne procesión acompañaron aquella dichosa alma á su era verdad, y nó exageración cuanto había escrito del san-
reino, y con ellos caminó aquella luz celestial: con queá to: con q u e , instruido y arrepentido, depuso su p r i -
poco espacio cesaron la luz y las voces, y puesto el sol mera intención, y reconciliado con esta retractación con
material, declaró que se ausentaba también el del Carme- el santo, alzó Dios la mano del castigo, y él pudo alzar
lo, dejando el cuerpo santo en la tierra, por prenda deque la suya, y moverla para escribir otras muchas mate-
en el cielo tenemos segura su intercesión. Toda la noche rias. Creamos, pues, con ejecutiva fé esta admirable vida
y dia siguiente veló el santo cuerpo la ciudad, sin permitir para mejorar con animosa caridad la nuestra: pues en
fuese enterrado hasta el dia de santa Lucía gloriosa, sien- ella hallamos ejemplo para convertir pecadores, regla
do tanta la gente que acudía, y los milagros y portentos para formar religiosos y modelo para hacer santos : todo
que hacia el santo, sanando ciegos, cojos, tullidos, man- lo cual podrán conseguir los que se valieren de la interce-
cos, leprosos, paralíticos y endemoniados, que fué lásti- sión ó imitación de este prodigio de la gracia, que de p e -
ma que con tanta brevedad Ies quitasen á los enfermos un cador pasó á religioso, y de reboso á santo: el cual es fes-
lan celestial y divino médico, que tan liberalmenle y de tejado, y se reza en toda la religión del Cármen á 17 de
buena gana curaba á todos
D U 18. DICIEMBRE.
diciembre,- auníjac su glorioso tránsito fué á 1 1 , como
hemos ya visto. Tiene una insigne cofradía, con muchas DIA 18.
indulgencias y privilegios de que gozan los religiosos de
la Obediencia, que la fomentan, y muchos sacerdotes y NUESTRA SEÑORA DE LA O.—En el arzobispado de T o -
personas seculares de todos estados y dignidades, prínci- ledo , y en otras Iglesias de España , á los 18 de diciem-
pes, señores y grandes de líspaíia se precian de ser co- bre se celebra la fiesta de la Expectación del parlo de la
frades de dicha cofradía: y la real majestad del católico santísima Virgen María , Reina nuestra , la cual se insti-
monarca Cárlos 11 tuvo siempre por religioso lustre ser tuyó con nombre do Anunciación de nuestra Señora en el
hermano de la misma. décimo concilio Toledano: porque viendo aquellos santos
Escribieron la vida del glorioso san Franco de Sena, el padres que se congregaron en é l , la obligación tan p r e -
reverendísimo P. M.. Fr. Gregorio Lombardelo, dominica- cisa que nos corre á todos los cristianos de solemnizar
n o ; Alejandro Caloso; Senense; Sigismundo Ticio; Do- aquel dichoso y bienaventurado d i a , en que el Verbo
mingo Guillermo, también dominicano; Cartagena, en el eterno se vislió de nuestra carne en las limpísimas entra-
tomo iv de sus Homílias, lib. x v n , homil. 5 ; Philippio Me- ñas de la Virgen, que es á los 23 de marzo, y por estar
ció, tn Vita sanclorwn ord. Carmel.; Miguel Mufíoz, in comunmente la santa Iglesia ocupada en aquellos dias en
Propugnáculo Elice, pag. 318: Coria ; Zegoro Paulo, íu llorar la pasión del Señor , no le puede celebrar con la
Nolis ad Kalendar. Mechlinense, pero die 11 aprilis; Casa- alegría y regocijo que debe; ordenó que á los 18 de d i -
nafe, in/'íi/adis. Carmel., ann. 1292; Daniel ¿i Virgine ciembre, y ocho dias áules de su nacimiento, se celebrase
Maria, i n Vin. Carmel., el in Speculo o r d . ; Fr. Salvador esta fiesta con grandísima solemnidad: especialmente quo
Sierra; José Boneta; Lezana, en el lomo iv de sus Anales; estaba establecido por decreto de algunos concilios, que
Fr. Alonso do la Madre de Dios, en el lomo i de los suyos; en la cuaresma, que es tiempo de ayuno y penitencia , no
Fr. José do Sania Teresa, en las Flores del Carmelo, y se celebrasen fiestas de mártires ( que eran las que en
otros muchos. aquella sazón solamente se celebraban), y la de la Anun-
*Los SANTOS FLORIAN, CALANICO Y CINCUENTA Y oeno ciación siempre cae en cuaresma: y como dice allí el con-
COMPAÑEROS MÁRT;RES.—Por su grande fé y zelo por la r e - cilio , ya se hacia esta fiesta en algunas iglesias particu-
ligión de Jesucristo fueron martirizados en tiempo del em- lares de España. Esle concilio se celebró el año octavo del
perador Heraclio, en Eleuterópolis de la Palestina, en rey Recesvinlo, y fué eJ último del arzobispado de Eugenio,
los aiios G40, á quien sucedió san Ildefonso: el cual,habiendo disputado,
convencido y desterrado á ciertos herejes , quo ponían
SAN LÁZARO , OBISPO Y CONFESOR. — En la ciudad de
mácula en la limpieza de la Virgen, y defendídola con
Marsella es honrado en este dia san Lázaro obispo, el mis-
gran devoción, doctrina y v a l o r , dio orden que esla
mo qne según leemos en el Evangelio fué resucitado de
fiesta de la Anunciación de la Virgen se celebrase con
entre los muertos.Fué hermano deSanlaMariaMagdalenay
título de Expectación del parlo. También se llama esla
de Sania María, ysegun dicen, primer obispo de Marsella.
fiesta Nuestra Señora de la O ; porque desde las vísperas
SAN JUAN DE MATA, FUNDADOR.—El Martirologio romano
de ella se comienzan en el oficio divino á decir unas antí-
hace también en esle dia mención de ese ilustre funda-
fonas al Magniticat, y se continúan hasla la víspera del
dor de ía órden de la Santísima Trinidad para la reden-
Nacimiento, que comienzan en O : y por una ceremonia
ción de los cautivos.
particular de la Iglesia de Toledo : porque acababa de
SAN ESTÜRMIO , ABAD.—Es reputado el apóstol de la
decir la oración de las vísperas de la fiesta de la Exccpla-
Sajonia. Murió en 179. El sumo pontílice Inocencio U en
cion , lodos los eclesiásticos que asisten en el coro dan
el segundo conciüo Lateranense le mencionó enlre el m i -
grandes voces sin órden ni concierlo, pronunciando esla
mero de los santos,
letra O ; para denotar el deseo y ansia que los sanios p a -
SANTA VIVINA, VÍIK¡EN.—Es muy venerada en líigardis,
dres del limbo y lodo el mundo tenia de la venida y
cerca de Bruselas; y su ilustre santidad la han compro-
nacimiento de su universal Reparador y Uedenlor.
bado muchos y manifiestos milagros.
LA TRASLACIÓN DE SAN IGNACIO , OBISPO Y MARTIR.— Porque luego que el hombre cayó y comió del árbol
Después del apóstol san Pedro, fué el torcer prelado que vedado, y con su desobediencia condenó á toda su pos-
rigió la Iglesia de Anlioquía. En liompos de Trajano se teridad y á lodos sus hijos que habían de nacer de él; el
habia trasladado su cuerpo á Roma. Después fué devuelto Señor por su inmensa bondad y clemencia le dió espe-
á Antioquía. Mas por último en 3 50 fueron nuevamente ranza de remedio, cuando dijo á la serpiente estas pala-
resliluidas sus reliquias á Roma, donde descansan en la bras : «Ye pondré enemistad entre tí y la mujer, y entre
iglesia de San Clemente. su simiente y la l u y a ; y esla te quebrantará la cabeza, y
SANTA OLIMPÍADA, VIUDA.—Fué seflora de ilustre pro- lú andarás siempre asechando á sus calcañares: » que es
genie y de opulenta fortuna. Nació hácia 3C8, quedó armando lazos en todos sus pasos y caminos. Esta senten-
huérfana á poco tiempo, y mas adelante casó con un no- cia de Dios, pronunciada contra el demonio, fué después
ble rico. Este murió á los veinte dias de casado. Nuestra de aquella general caida la primera luz y la primera g r a -
santa quiso conservarse viuda, y se dedicó á la piedad y cia y prenda de esperanza que la divina bondad dió al
á la mortiticacion del cuerpo. Murió en olor do santidad á mundo, y señaladamente á aquellos que primero fueron
principios del siglo V. El Martirologio romano la nombra matadores de sus hijos que padres: los cuales por osla
en este dia. promesa de Dios entendieron que el fruto de una mujer,
SANTA BECA, VIUDA Y ABADESA.—Siendo señora opu- hija suya, habia do confundir al demonio y reparar los
lenta , quedó viuda muy jóven , erigió iglesias , fundó un daños de su desobodioncia , y resliluir al linaje humanQ
gran monasterio, y partió para el Schor en C98. lo que por culpa de ellos habia perdido; y comenzaron á.
558 LA LEYENDA DE ORO. OIA 18.
desear y á pedir al Señor con grándcs ansias que se diese parto, en el cual estaba librada la suma de su salud y
priesa y acelerase este remedú). Después fué el Señor eterna felicidad: y que la santa Iglesia haga fiesta par-
dando otras señales, y forliílcando mas sus promesas: de ticular y nos ponga delante la egpeclacion y ansia con
maiicra que lodos los sanios y amigos de Dios entendie- que todo el universo aguardaba el parlode la Virgen: para
ron este beneficio incomparable que Dios queria hacer al que por aquí entendamos la devoción, alegría y h a c i -
linaje humano y deseaban, sumamente ver aquel dichoso miento de gracias con que nosotros le debemos celebrar
dia en que había de nacer el que Dios les habia prome- y recibir.
tido, y enviaba para ennoblecer y reparar el mundo, y Pero si todos los oíros santos y profetas tuvieron tan
librarle del grave yugo de la tiranía de Satanás, en que grande sed de esta fuente de vida , y por el estremado
estaba cautivo. Por esto dijo el Salvador hablando con sus deseo de su venida daban tantas voces y clamores á Dios;
discípulos: «Bienaventurados son los ojos que ven lo que ¿ qué creemos que haría la qne era mas santa que lodos,
vosotros veis; porque muchos reyes y profetas desearon y tenia mas lumbre del cíelo para conocer y eslimar este
verlo y no lo pudieron alcanzar.» Foresta misma causa soberano beneficio, y mas caridad para desear el r e m e -
dijo á los judíos que Abrahan habia deseado ver su dia; y dio de todas nuestras pérdidas y calamidades? ¿Quó
que le habia visto y gozádose cuando le vio. Por esto el baria la que sabia que el que traia en su sagrado vientre,
patriarca Jacob en la postrera bendición que estando para era verdadero hijo suyo, y todo s u y o , y juntamente u n i -
morir dió á sus hijos, dijo: « No faltará el cetro de Judá, génito del eterno Padre? ¿Y que se acercaba ya aquel bie-
ni capitán de su casta y familia hasta que venga el que naventurado dia en que ella le habia de p a r i r , y mostrar
ha de ser enviado, y aquel que será la expectación de t o - al mundo su Reformador, su Salvador, su v i d a , gloria
das las gentes: y añadió: Señor, yo esperaréá vuestra y toda su bienaventuranza? ¡ Cómo se desbaria su espíritu
salud y á vuestro Salvador. » Por esto Moisés, cuando de gozo y de j ú b i l o , viendo ya ser oidos los gemidos do
Dios le apareció en el desierto y le mandó que fuese á todos los siglos y naciones, y las plegarias y oraciones de
Egipto para l i b r a r á su pueblo, le dijo: «Yote mego, Se- los justos; y los continuos ruegos y lágrimas con que ella
ñor queenvies al que has de enviar.» Por este mismo d e - huínildisimamentc habia suplicado al Señor que no tardase
seo clamaba David : «Excitad , Señor, vuestra potencia y á venir y manifestarse vestido de su carne, para dar es-
venid para salvarnos:» y su hijo el sabio Salomón, ha- píritu á los hombres carnales y hacerlos hijos de Dios!
blando de la Sabiduría eterna, que es Jesucristo unigénito 1 Qué arrobada y fuera de sí estaba esta Señora , contem-
Hijo de Dios, decía: «Enviadla, Señor, de esos santos plando este misterio! ¡ Qué luces, qué resplandores, qu-é
cielos y del trono de vuestra grandeza y majestad, para rayos alumbraban su claro entendimiento ! ; Qué ardores,
que esté conmigo y trabaje conmigo.» Este mismo deseo qué encendimiento , que llamas abrazaban su purísima
voluntad! ¡ Qué desmayos, latidos y sentimientos de-amor
manifestó Tobías, cuando á la hora de la muerto dijo:
padecía su corazón, con la esperanza d& su breve y sa-
«Bendice, ánima m i a , al Señor; porque él librará á Je-
grado parto! Porque no temia los dolores ni el mal suceso,
rusalcn, su ciudad, de todas sus tribulaciones:» y añadió:
ni las otras miserias qne las otras mujeres preñadas l o -
« ¡ O q u e dichoso y bienaventurado seria y o , si alguno
men en sus partos. Deseaba con un increíble deseo verle
de mi linaje y de mis hijos fuese v i v o , para ver la c l a r i -
ya para adorarle como á su Dios, reverenciarle como á
dad y gloria de Jerusalen, cuando Diosla visitará!» Por
su Señor, y abrazarle y besarle como á su dulcísimo Hijo.
esto el profeta Isaías daba voces, y suspirando, decia:
Esta es la fiesta de-la Expectación del parto déla Virgen,
«Enviad, Señor, aquel Cordero inocentísimo, que ha de
que hoy celebra la Iglesia, y nosotros debemos celebrar
señorear á lodo el mundo;» y volviéndose a los cielos y
con especial devoción y alegría.
hablando con ellos, les decía: « E a , cielos, enviad vues-
tro rocío de allá de lo a l t o , y la nube llueva al Justo: *LOS SANTOS TEÓTIMO Y BASlLIANO,M\llTmES,Y SAN AfXEJÍ-
ábrase la tierra y brote, y produzca al Salvador; y saiga CÍO, OBISPO.—En el año fíOí cuando imperaba Diocleciano
con él la justicia:» y en otro lugar encendido y abrasado sufrieron los dos primeros santos el martirio en Laodicca,
de este deseo, y pareciéndole que tardaba mucho en v e - ciudad de Siria. Auxencio era soldado, y dejó de servir
nir el Salvador; con entrañable afecto y ansiosos suspiros al rey de la tierra para servir al Rey del cielo y ocuparse
hablando con el Señor, le d i j o : « i O si ya rompieses. Se- en la práctica de las virtudes, mereciendo por estas ser
ñ o r , esos cielos, y descendieses y acabases d e v e n i r ! » nombrado obispo de la Cilicia. Trabajó con celo en favor
Finalmente, todos los patriarcas pedias á Dios con largos de sus feligreses, y murió á mediados del siglo cuarto.
gemidos la venida del Salvador; todos los profetas le p r o - LOS SANTOS Q ü l N T O , S I M P L I C I O , Y COMPA5ÍEIV0S S l i t t T I U E S .
metían y con varias figuras le representaban: todos los —Ganaron la corona del martirio durante la cruel perse-
santos del Viejo Testamento suspiraban por é l : todas las cución suscitada por Decio y Valerio. Acaeció su muerte
gentes le deseaban; y por eso el profeta Ageo le llama e] en África el año í u t .
Deseado de todas las gentes: E l veniel dcsideralus cunclis LOS SANTOS MOISETES, VlCTUttíO, VÍCTOR, VICTORINO A D -
fjenlibus; el impkbo domum islam gloria, dicil Dominus JUTORIO. CUARTO Y OTROS TREINTA MÁRTIRES.—Murieron
exercüum: Vendrá el Deseado de todas las gentes^ y con por la fé de Cristo durante las crueles persecuciones de
su presencia ilustraré y henchiré de gloria este templo, la Iglesia en África.
dice el Señor de los ejércitos. T así no es maravilla, que SAN RUFO Y SAN ZÓSIMO, MÁRTIRES.—Pertenecen al n ú -
al tiem|30 que este Señor habia de nacer y gozar de estos mero de los primitivos discípulos de los apóstoles, que ge-
aires de vida para cumplir los deseos de todos sus siervos; neralizaron las verdades de la fé en la Palestina y en la
y al tiempo que esta luz del mundo habia de salir de las Grecia. Hace de ellos mención honorífica san Polícarpo, y,
entrañas de su bendita Madre, para alumbrarle, todas las los nombra también el Martirologio romano. Fueron m a r -
criaturas estuviesen suspensas y colgadas de este felicísimo tirizados en la Macedonia, en el año de I I 6 .
DIA 19. DICIEMBRE. 559
SAN GACLOO Ó GANDIOX, OBISPO VCONFESOU,— Yino des- (dijo Evelasio) la verdad clara y distintamente, que te
de Roma á París á mediados del siglo I I I , y predicó la fé ofrezco oirle de buena gana y con toda atención. Viendo
principal en Toursde Francia, donde fijó su silla episco- la santa vírgen la buena disposición que tenia el corazón
pal. Con celo infatigable y rodeado de peligros, vivió así de Evelasio, comenzó á predicarle, y tanto supo decirle y
por espacio de cincuenta aflos. Fué iíonrado con m i - tan bien instruirle en las cosas de la santa fé católica, que
lagros. le dejó del lodo reducido, y obrando en él la virtud
SAN YINEBALDO, ABAD Y CONFESOR.—Hijo de un rey sajón, y gracia del Espíritu Santo, mandó prontamente quitar
erigió un monasterio é hizo en él vida penitente. En el á Fausta del tormento y darle libertad , y cuando la
aííode 7G0 murió practicando las mas altas virtudes p r o - vió sana y buena, quedó en grande manera alegre y g o -
pias de un cristiano. zosísimo.
Un criado de Evelasio se partió á dar cuenta al empe-
DIA 19. rador de como se habia hecho cristiano. El emperador lo
sintió mucho, y llamando á Maximino, su prefecto, h o m -
SANTA FAUSTA, VÍRGEN V MÁRTIB.—Fausta fué natural de bre inhumanísimo y cruelísimo, le envió á Cizico, el cual
Cizico, ciudad insigne de una isla del mismo nombre eo (habiendo jurado primero al emperador que jamás creería
Propónlide, é hija de padres nobles, ricos y cristianos, los en Cristo) se partió, y llegando á la ciudad, hizo llamar á
cuales la criaron en toda virtud y religión cristiana. De Evelasio y le d i j o : Yen acá, cabeza de maldades, ¿cómo
trece años quedó huérfana, muy rica, muy hermosa; pero te has atrevido á negar á los inmortales dioses y seguir a
mucho mas virtuosa: lauto que solo se ocupaba y ejerci- los cristianos locos? Yo te juro (respondió Evelasio), quo
taba en limosnas, ayunos, oración y meditación de las d i - si tú oyes á Fausta, presto conocerás al Dios vivo y serás
vinas Escrituras. Pero como la luz no puede estar escon- dichoso y bienaventurado. Encendióse en ira Maximino, y
dida, « i la ciudad que está en la cima del monte, presto mandó desnudar á Evelasio y colgarlo en el ecúleo y azo-
llegaron nuevas de las grandes virtudes de Fausta al e m - tarlo cruelmente. El sanio Evelasio, después de ser cruel
perador Maximiano, el cual despachó al punto á Cizico á y rigurosamente azotado por mucho tiempo, levantó los
un sacerdote de sus dioses, privado suyo, y el primero ojos al cielo, hizo humilde oración á Dios, acordándose de
de su palacio, llamado Evelasio, con órden de que si po- las muchas maravillas que su divina Majestad habia usa-
día reducir á la sania doncella á la adoración de sus dio- do con. su esposa Fausta, y al instante quedó libre do
ses, la hiciese honores grandes, si nó la quitase la vida. aquel cruel tormento y sano. Visto por el tirano Ma-
Apenas llegó Evelasio á Cizico, cuando hizo venir á su ximino, mandó que le pusiesen hachas encendidas á
presencia á Fausta, y le dijo, que sacrificase á los dioses. los costados. Uiciéronlo así los verdugos: y el santo p i -
Respondióla santa virgen: Yo 110 sacriíico á estos dioses dió á Fausla orase por é l ; y ella, compadecida, hizo
que son sordos, ciegos y sin sentido alguno. Yo tengo á oración á su esposo Jesús, con que quedó libre de aquel
mi padre y esposo Jesucristo en el cielo, y no puedo d e - fuego.
j a r l e ; porque te advierto, que aunque soy pequeña en la
Maximino entonces dijo á Fausta: Díme, mujer perver-
edad, mi corazón es grande para con Dios. Con esto Eve-
sa, ¿cómo te atreviste á mudar el ánimo de un venera-
lasio la-mandó raer la cabeza, y desnuda atar en un palo
ble sacerdote, para que negando á los dioses se hiciese
y azotar cruelmente, lodo lo cual quedó ejecutado. Peto
cristiano? La santísima niña respondió: Espero en la gran
la santa nifia, en medio del cruel y riguroso tormento, l e -
bondad y misericordia de mi Dios, que tú también has de
vantó los ojos al cielo: hizo oración á su dulcísimo espo-
ser, como Evelasio, hijo de la verdad. No juzgues, ó Faus-
so Jesús; y apenas la acabó, cuando vino del cielo un f u -
la .{dijo el prefecto), que seré yo tan necio y loco como
rioso relámpago, tal, que muchos de despavoridos y asus-
éste. Con estola hizo alar y colgar del ecúleo, y clavar-
tados murieron.
le unos clavos en los piés, pero por virtud divina la sania
Temió Evelasio: y llamando á Fausta dijo: Mujer, d í - virgen no sentia tormento alguno: con que cantaba gozosa
me, ¿quién eres? ¿Eres acaso encantadora, que tales pro- dulces himnos á su divino Esposo. Desesperado Maximino
digios obras? Lo que sé decirte es (dijo la santa) , que no la mandó echar alas fieras. Vino una fmiosa leona, y pues-
siento tus tormentos. Mandó Evelasio hacer una caja ó ta á sus piés la adoró : luego salieron otras muchas fieras
ataúd, y poner dentro á la santa virgen y clavarla muy de diversas especies; y todas se postraron á sus piés, y Ja
bien, y después que la aserrasen por medio. Así lo hicie- adoraron y acariciaron. Viendo el prefecto tales y tan es-
ron los crueles verdugos; y estando ya (a isados y m o l i - tupendas maravillas, quedó pasmado y rabioso mas que
dos, dijeron á Evelasio : Señor, ¿qué haremos con esta las fieras: así fiero, bárbaro y cruel, la hizo traer desnuda
mujer? Nosotros ya estamos medio muertos y ella está v i - y arrastrar por las plazas y calles. Viéndose públicamente
v a : mas ha de ocho horas que trabajamos en balde- seis desnuda la santa vírgen, dijo en su corazón á su esposo
sierras hemos mudado y ninguna corla en ella: hemos Jesús: Cubre,Señor, esta obra tuya; y bajóalinstante una
puesto fuego á la «aja y no le loca, antes ella se eslá den- nube del cielo y la cubrió toda.
tro cantando alegre y suavemente: dinos pues, ¿qué h a - Desesperado Maximino, no sabía cómo alormenlarla:
rémos? Entonces Evelasio se volvió á la santa y dijo: M u - lo cual visto por un criado suyo llamado Eusebio, le dijo:
jer, yo esloy pasmado: ochenta afios tengo, y jamás he Señor, si me das licencia, yo la atormentaré de nuevo y
visto prodigios tales como los que obras; y así le conjuro á tu satisfacción. YTo le la doy (dijo el prefecto): y el c r i a -
por el Diosen quien crees, me digas la vcixlad y no me do hizo que un herrero trajese diversos clavos, y unos Ies
engañes: ¿qué es esto? La,virlud divina (respondió Faus- hizo clavar en la cabeza, otros en las sienes, otros en los
ta), que siempre obra maravillas, la oual conocerás pres- ojos, oíros en los oídos, otros en los pechos, otros en
to, s¡ quieres admitir la verdad que yo conücso. Dimc los brazos y otros en las piernas, hasta dejarla leda
I>G0 LA LEYENDA DE ORO. DIA 19.
-empedrada de clavos. En este tormento solo se le oian santa Fausla , Beda, üsuardo, Adon, los griegos t» Meno-
eslas palabras á la santísima esposa de Jesús: Se- l o g . ; Metafrasle; Lipomano, lom. v ; Surio, tom. i; Pe-
ñor mío Jesucristo, gracias le doy infinitas: tú, Señor, c o - dro de Nalalibus, tu Calhalogo, lib. v m , cap. 9 7 ; el Marti-
noces los corazones, eres la gloria y corona de los justos, rologio romano y Baronio en sus anotaciones, y en el l o -
recibe á esta humilde é indigna sierva t u y a : y haz, Señor, mo v de sus Anales, año 3 1 1 , núm. 19, y lom. u , año 300
que Maximino te conozca y confiese por solo verdadero núm. 4.
i)ios, para que todos sepan que tú solo lo eres, y á tí solo * SAN CnEGOftio, OBISPO T CONFESOU.—Era este santo
se debe la gloria por los siglos. Viendo Ensebio qne no obispo de la Iglesia de Auxerre, y fueron tantos sus I r a -
senlia Fausta táñemeles tormentos y era vencido de una bajos apostólicos, que murió llorado de su grey, qne le
tierna nifta ; por no confesarlo, hizo traer una gran sar- miraba como un verdadero padre y santo prelado.
íen ó caldera, y puesta al fuego, echar en ella pez, r e s i - Hace memoria de él el Martirologio romano en este dia.
na, alquebrile y plomo, y cuando todo estaba derretido LAS SANTAS MAURA, ÓMEULIS Y TEA,MÁimaES.—Murieron
y hervía, hizo echar dentro desnudos á los dos valerosos cruelmente martirizadas por los bárbaros, durante la per-
é invictos mártires de Jesucristo, Fausta y Evelasio. Lo secución que los sucesores de Diocleciauo fomentaron en
dos gloriosos santos, maestra y discípulo, comenzaron á Gaza de la Palestina. Dicen que Tea sobrevivió al martirio,
cantar salmos, y al instante el fuego se apagó, y el plomo y murió en la soledad.
y demás ingredientes quedaron como un baño suavísimo. SAN TIMOTKO, DIÁCONO Y M Á n x m . — E n la Mauritania, d u -
Entonces Maximino, locado de la divina luz, dijo á voces: rante los primitivos siglos de la Iglesia, fué encarcela-
Dios eterno, que con tu infinita bondad y misericordia h i - do por la fé de Cristo, y luego arrojado vivo á las
ciste que Evelasio fuese parü'cipede la corona de tu sierva llamas.
Fausta, recíbeme también. Señor, á mí, humilde y peca- Los SANTOS CIRÍACO, PAULILIO, SECUNDO, ANASTASIO, SIN-
dor, para que, aunque por tantos títulos indigno, junto con DIMIO Y COMPAÑEROS, MÁRTUIES.—Sufrieron por las verda-
los dos haga el número de la Trinidad santísima, que des de la fe, á mediados del siglo I I I , y murieron glorio-
constante adoro y confieso. Muestra, Señor en mí, indigno samente en Nicomedia.
pecador, l o g r a n misericordia, para que por ti me salve, Los SANTOS DRARIO, ZÓSIMO, PAULO Y SECUNDO, MÁRTIRES.
pues tú me redimiste. —Sucedió en Meen el marlirio de esos ilustres varones
Luego al punto se abrieron los cielos y so dejó ver Jesu- reinando el emperador Diocleciauo.
cristo, rodeado de ejércitos de ángeles y espíritus glorio- SAN NEMESIO Y COMPAÑEROS, MÁRTIRES.—Durante la per-
sos, con lodos los justos queresplandecian masque el sol. secución de Decio fué preso Nemesio, y como no pudieron
Viendo tanta gloria y tantas maravillas, Maximino excla- acusarle de robo, lo hicieron de cristiano. El juez lo hizo
mó diciendo: Señor, recíbeme como á tu siervo Evelasio, quemar vivo. Sucedió su martirio, con el de otros, en Ale-
y no te acuerdes de la multitud de mis pecados: bien sé. jandría, año de 252.
Señor, cuan indigno soy deque me oigas; pero mayores SANTA SAMTANA, VÍRGF.N Y ABADESA.—Fundó un monas-
tu misericordia quemi indignidad y malicia; recíbeme, Se- terio en Irlanda, y murió en 7.18. Colgan lo menciona.
ftór, como recibiste al buen ladrón. Al punto corrió adon- SAN ADJÜTOKIO Ó ADJUTO.—Por éntrelos luminosos asiros
de estaba la sartén, y levantándolos ojos al cíelo, y sig- de virtud y sabiduría que brillan en el firmamento déla
nándose con la señal déla sania cruz, dijo: En el nombre Iglesia, se descubre el glorioso san Adjulorio, á maneia
del padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, también yo del hermoso arco iris que se describe en el cap. 42 del
soy con vosotros: y desnudándose átoda prisa y haciendo Eclesiástico. Normandía, antigua provincia de Francia, fué
¡a señal de la santa cruz por todo su cuerpo, se arrojó á la dichosa concha do naciera esla preciosa perla del claus-
la sartén con los dos gloriosos mártires de Jesucristo, tro benedictino. Su dichosa vida, cual aromático jardin,
Fausta y Evelasio. Entonces llena de gozo y alegría espi- fué toda esmaltada con las balsámicas llores de todas las
rilnal, la bendila Fausta excíanu) diciendo: (¡loria te sea virtudes, por manera qne desde m cuna hasta el sepulcro
dada. Cristo Jesús, que no quieres que ninguno se pierda, fué siempre amado de Dios y de loé hombres: su infancia
sino es que todos se salven y vengan al conociinienlo de una candida azucena de inocencia y simplicidad; su mo-
la verdad. ¡Qué gozosa estoy, Señor, en medio de estos cedad un precioso tejido de actos de religión; su edad va-
dos, como la vid con su fruto! Recíbenos, Señor, pues tú ronil un estrellado cielo de virtudes. Abrasado del amia-
nos has llamado para tí. En esto se oyó una voz del cielo divino, disgustado del mundo y ansioso de volar, m a l
que d i j o : Venid á mí vosotros (pie trabajáis por mi nom- Cándido cisne, á la cumbre de la mas remontada perfec-
bre, que yo os recibiré en el reino de los cielos. Oyendo ción; abrazó el estado religioso en un monasterio de Man-
esla dulce voz, quedaron llenos de gozo: alabaron á Dios: ta, ciudad situada en la diócesis de Chartres, á doce le-
diérnule gracias, y entregaron en sus divinas manos sus guas de París. Su eminente virtud lo elevó á la dignidad
santas almas con grande paz, gozo y alegría, á los 6 de de abad, cuyo encargo desempeñara con el mayor acierto
fehrcrí), según unos, á los 20 de diciembre, segnn otros, en dos diferentes monasterios, que gobernó con edificación
óá los 19 de diciembre, si es esta gloriosa Fausta (que lo de todos sus subditos. Se cree que uno de estos fué el de
dudo) la qne este dia trae el Martirologio romano; porque Tirón, lugar situado en la Boeciaen Francia sobre el arro-
una es de Roma, otra de Cizico: una es virgen y mártir, yo Tirón entre Chartres y Nagent del Rolrou. Esta céle-
otra es matrona noble y madre de santa Anastasia: si bien bre abadía de la órden de San Benito fué cabeza de una
á ésta llama Nicéforo Calixto, lib. iv, in fin., Flavia y nó congregación recomendable, y desde el año de 1029 fué
Fausta. Pero como quiera que sea, ahora sea una misma, déla de San Mauro.
ahora sean dos diversas, esla verdad se sabrá en la g l o - Inflamado por lin este gran santo del amor de Jesucris-
ria donde las veamos. Escribieron la vida y raurlirio de to, encendido cnuna indecible l e n i u r a c o n l a sanlísima
DIA 20. DICIEMBRE. 5ni
Virgen, de quien era muy dovofo, adornado do lodaslas que fué abad, le formó de manera, quo podía con tiflzon
virludes, y disíingnido especialmcnle por el don de profe- conlarse por un nuevo y raro milagro del iiümdo. Fué ad-
cía y de nñlagrcs; después de haberse despedido de sus mirable el ejemplo do su santa vida, maravillososu zelo, y
amados monges, y dejando veren su venerable semblimle el cuidado que puto en administrar y enriquecer las almas
una exlraordinaria alegría, á vista de los espíritus celes- de sus subditos de todas virtudes, y el monasterio de bie-
tiales que con arpas de oro en sus manos acompañabiin nes, los cuales el Señor aumentaba, y se los daba, como
sus úllimos acentos, entregó su candorosa alma á su Cria- por añadidura de sus grandes y provechosos sen icios.
dor, probablemente en"30 de abril del ailo 1131. Su sa- También resplandeció con muchas y grandes maravillas,
grado cuerpo fué (rasiadudo á la ciudad de Orlcans, y co- que Dios en vida y en muerte obro porél, sanando á m u -
locado religiosamente dentro de una iglesia dedicada á su chos enfermos, ciegos, cojos, tullidos y de otras diversas
nombre. La fama de su santidad sonó en breve por lodos enfermedades. Pero en lo que principalmente se señaló,
los ángulos de la tierra; y el nombre de san Adjulorio h a - fué en socorrer á los cristianos que eslaban en poder de
ciéndose de cada dia mas célebre por sus continuos prodi- moros, que á la sazón eran muchos, y era su entero r e -
gios y milagros en favor de sus devotos, es invocado.por medio la intercesión de este sanio para con Dios. Fué esto
doquiera con fervor y confianza: y no solo en Orleans de con tan grande extremo, que encomendándose á él desde
Francia, sino también en otros varios puntos se han dedi- sus mazmorras los cautivos, se liallafian á deshora en
cado suntuosos templos á nuesli o santo, mereciendo nom- lierra de cristianos, aun á las puertas de su monaslerio,
brarse en este lugar el que de tiempo inmemorial se halla dejando allí por testimonio las cadenas, grillos é hierros
construido en el pueblo de Olosl, diócesis de Vich, en de su cautiverio, y reconociendo á Dios por autor de su
Cataluña, donde los fieles acuden á porfía de todas parles libertad, y á santo Domingo de Silos por mediimero: y
á implorar el poderoso valimiento de san Adjutorio, y en fueron tantos los despojos de los cautivos que se pusieron
donde nuestro santo es venei ado con esmerado culto y en aquel convento, que decían por refrán en Castilla: «No
devoción por los moradores de Olost, y puebloslimílrofes. te bastarán los hierros de santo Domingo.» Y no sohmien-
NOTA. Hacen memoria de san Adjulorio abad, entre tetraian y colgaban estos despojos en el templo del m o -
otros,'Saussay en su Martirologio; el obispo Kquilin y Ga- naslerio de Sanio Domingo de Silos los cautivos, que pt r
7:e;y el benemérito abad de san Pablo don Juan de Zafonl y su intercesión se hallaban libres, sino también en los olios
de Ferrer en su Almanaque ano 1833 , impreso en templos y oratorios de su advocación, como se ve en la
Barcelona. iglesia de Jesús del Monte, que tienen los padres déla Com-
pañía de Jesús, junto á la villa de Loranca de Tajuña; la
cual, por haber sido antes ermita de sanio Domingo de
DIA 20.
Silos, tiene hoy dia colgadas muchas cadenas de los cauti-
vos crislianos, que por sus oraciones alcati/aron remedio
SANTO DOMINGO DE SILOS, CONFESOR.—Fué sanio Domin-
en sus trahajosy miserias; que es grande argumento de la
go de Silos natural de Cañas, lugar pequeño en la llioja:
devoción que se tenia en estos reinos á este glorioso con-
ejen ilosede pequeño, como olro David, en apacentar ga-
fesor, y no menos las novenas que doña Juana Daza, madre
nado de su padre, y después se apartó á hacer vida soli-
de santo Domingo de Guzman, patriarca y fundador de la
taria y darse del todo á la contemplación: y pareciéndole
órden de Predicadores, hizo en el monasterio de Silos, v e -
mas seguro, se hizo monge de la órden de San Beniío en
lando en el sepulcro del sanio monge, y suplicándole que
el monasterio de San Millau, en donde estudiólas divinas
le alcanzase dichoso parto de la criatura que tenia en el
Letras, y en poco tiempo aprovechó mucho. Ordenóse de
vientre; y él la consoló y regaló, y se le apareció en su
sacerdote, y diéronle cargo de cura de Santa María, del
propia forma y hábito, y le dió nuevas ciertas del biena-
mismo lugar de Cañas, donde habia nacido. Dió tan bue-
venturado hijo que habia de parir: el cual se llamó Do-
na cuenta de este oficio, que le volvieron á llamar del mo-
mingo, del nombre de su pairen y abogado sanio Domin-
nasterio de San Millan, y allí le hicieron prior, l úe varón
go de Silos: y aun fundó el monaslerio de monjas de su
santísimo y señalado en milagros. En su tiempo el rey don
órden en Madrid, y le llamó Santo Domingo, por la devo-
García de Navarra.por su propia autoi idad, y con violen-
ción que tenia á sanio Domingo de Silos; aunque con el
cia, intentó sacar y lomar ciertas joyas, oro y plata de la
tiempo, creciendo mas la fama y el resplandor de su fun-
sacristía del convento; y el santo con gran constancia y
dador, oscureció el un Domingo al otro Domingo,)' al p r e -
ánimo resistió á la codicia del rey, teniendo mas cuenta
sente comunmente se entiende ser la advocación de aquel
con la gloria de Dios y con la defensa de los bienes de la
convento del padre santo que le fundó, y nó del olro por
Iglesia, tan necesarios para el culto divino, que no con la
cuyaadvocacion se fundó. Finalmente, habiendo estegiau
voluntad ni indignación del rey: el cual le desterró y le
siervo del Señor corrido glonosamcnle su carrera, cayó
echó de su casa de San Millan con algunos de sus mon-
malo, y entendió que se acercaba la hora en que Diosle
ges. El santo varón se fué al rey don Fernando, I de este
quería librar de la cárcel del cuerpo: llamó á sus frailes y
nombre, de Castilla y de Aragón: fué recibido del rey coa
dióles muy buenos documentes para sus almas, y dijoles
mucho amor y benevolencia, y su fama de santidad co-
algurWs cosas que hablan de venir, las cuales como él las
menzó á extenderse mas por Fspaña: y con esta ocasión de
dijo se cumplieron; y recibidos los sacramenlos, dió su
su destierro vino á ser abad del monasterio de Silos-el
alma al Señor, que vieron subir al cielo con tres coronas
cual habiendo sido antes de los mayores y mejores san-
unos niños sin malicia ni doblez. Su cuerpo fué sepultado
tuarios de España, estaba ya tan por el suelo en lo espi-
en el mismo monasterio de Silos, que después se llamó de
ritual y temporal, que obligó al rey don Fernando v á los
su nombre. Algunas iglesias de España celebraban su fiesla
prelados á buscar remedio; y no se halló otro mejor que
el dia de su glorioso tránsito, que fué á los 20 do diciern-
encomendarle á santo Domingo: y él en veinley tres años
TOMO I I I . 71
502 LA LEYENDA DE ORO DIA 21.
bre, atlo 1003. Hacen mención do santo Domingo de S i - otras razones les dijo que iba á aparejarles lugar, y que
los algunos breviarios anliguos de Espafia, y autores de sabían e! camino por donde iba. Arjuí santo Tomás, mos-
santorales, y en Toledo hay un insigne monasterio de trandoel deseo que tenia de saber y aprovechar, dijo : Se-
monjas de la órden de San Bernardo, con advocación de ñor, no sabemos adonde vas; ¿cómo es posible que sepa-
santo Domingo de Silos, que hoy se llama Santo Domingo mos el camino? Y cen ocasión de esta pregunta respondió
el Antiguo. el Señor una sentencia maravillosa y suavísima, y de gran
* SANTO DOMINGO, OBISPO Y CONFESOR.—Segun nos dice consolación para todos los fieles: Yo (dice) soy el camino,
Terrario, fué este santo nalnral de Italia, y se cree seria la verdad y la vida: poique (como dice san Cirilo] Cristo
obispo de Brescia, pues murió en este punto en los prime- es camino, enseñándonoslo que habernos de hacer: es
ros a"ftos del séptimo siglo. En Brescia se hace conmemo- verdad, que con ln luz de la fé nos alumbra; y es vida,
ración de él, y también lo nombra el Martirologio romano. que nos santifica: y (como dice san León, papa) es c a m i -
LOS SANTOS ELGKSIO Y MACARIO, MÁUTIIVKS.—LOS dos ÍUC- no de santa conversación, verdad de doctrina divina, y v i -
ron presbíteros, y murieron en 361 en la Arabia, por ha- da de bienaventuranza sempiterna: y ¡como dice san líer-
ber tenido valor para echar á Juliano el Apóstala en cara nardo) es camino en el ejemplo, verdad en la promesa, y
sus maldades. Los menciona el Martirologio romano. vida en el premio : es camino de los que comienzan, ver-
Los SANTOS AMMON, ZENON, TOLOMEO, INGBIWO Y TEÓFI- dad de los que aprovecban, y vida de los perfectos: y (co-
LO, MÁRTIRES.—Estando un confesor en el potro en tiempo mo dice san Agtistin) segun la humana naturaleza es ca-
de la persecución de Decio en Alejandría, ya vacilaba en mino, y segun la divina es verdad y vida. Demás de es-
la fé, cuando aquellos santos, que eran soldados, le ani- to, el mismo dia de la resurrección de Cristo, estando los
maron á ser constante. Súpolo el juez, y los hizo niatii- otros apóstoles juntos en el cenáculo, se les apareció el
rizar, como á cristianos que confesaron ser. Murieron Señor y les mostró sus llagas, dándoles á entender que él
en 2 5 1 . era el mismo que ántes hahia tratado y conversado c»n
Los SANTOS LIBERATO Y BÁTULO.—Sufrieron martirio en ellos, y que ya habrá resucitado. No se halló á esta vista
Roma. Conservó su nombre c¡ Martirologio de san Geróni- santo Tomás, porque estaba ausento: la causa no se sabe:
mo, que sirvió para formar el romano. pero cuando volvió y supo de los apóstoles como Cristo
SAN FILOGONIO, OBISPO T CONFESOII.—Recibió educación nuestro Señor se les había aparecido vivo, triunfante y
para el foro, mas prefirió consagrarse á la Iglesia. I'or glorioso, y con las señales de las llagas que en la cruz I m -
muerte de san Vital fué elegido obispo de Anlioquia. Mu- bia padecido, resplandecientes y hermosas; Tomás dijo
rió en el año de 322. San Crisóstomo hizo de él un mere- aquellas palabras que escribe el evangelista san Juan: «Si
cido panegírico. yo no viere con mis ojos en sus manos las llagas de los
clavos, y entrare estos mis dedos en ellas, y si no pusiere
SAN PABLO DE LATBO, EIIMITASO.—Desde jóven abando-
mi mano en su costado, no creeré que es él, ni que ha
nó el fausto de la riqueza, y abrazó la vida eremítica pa-
resucitado»: las cuales palabras, dado que algunos santos
ra mayor gloria de Dios. Murió en 916.
doctores, por excusar á santo Tomás, las han querido i n -
SAN JULIO, MÁUTUI.—Fué martirizado por los gentiles
terpretar blandamente, como san Ambrosio, que dice, que
en Gelduba de Tracia, durante la persecución de Dioclc-
dudó Tomás, nó de la resurrección de Cristo, sino de la
ciano. manera con que habia resucitado: y san Agustín, que dice,
que no dijo estas palabras Tomás porque él dudase, sino
DIA 2 1 .
por quitar de los otros cualquiera duda é incredulidad; y
que eran palabras de quien preguntaba, y nó de quien
SANTO TOMÁS Ó TOMÉ, API'STOL.—Fué santo Tomás de n a -
negaba; y san Cirilo Alejandrino, y san Gaudencio y Me-
ción galileo, y pobre pescador, y uno de los doce apósto-
tafraste, que por varios caminos las excusan : pero no hay
les, que Dios nuestro Señor escogió para predicadores de
pai aqué buscar estas interpretaciones y excusas, sino con-
su Evangelio, y conquistadores del mundo: y parece que
fesar llanamente que Tomás dudó, y fué incrédulo, como
entre los ot ros apóstoles fué uno de los mas aventajados;
Cristo nuestro Redentor le d i j o : Noli esse incredulus, sed
pues la santa Iglesia en el canon déla misa, y en las leta-
fidelis: No quieras ser incrédulo, sino fiel: y permitió el
nías le pone luego después de san Juan y en el quinto
Sefior que cayese, para que no cayésemos nosotros, y que
lugar. Loque hallamos de este glorioso apóstol en el sa-
al principio no creyese, y tocase con sus manos las llagas,
grado Evangelio, es primeramente, que cuando Cristo
para confirmar nuestra fé y sanar la infidelidad de muchos:
nuestro Sefior quiso volver áJudea para resucitar á Láza-
y así san Gregorio: «¿Pensáis (dice) que fué acaso que
ro, diciéndole los otros discípulos que no fuese, y que se
Tomás, escogido discípulo de Cristo, faltase, cuando él vino
acordase que poco antes los judíos le habían querido
á los apóstoles? ¿Y que después viniendo, oyese: oyendo,
apedrear; solo santo Tomás con grande animóle dijo:
dudase: dudando, palpase, y palpando, creyese? No se
Vamos nosotros también y muramos con él; que es se-
hizo oslo acaso, sino por dispensacicn divina. Porque la
ñal del grande amor que tenia á su divino Maestro; pues
soberana clemencia del Señor trazó las cosas de manera,
quería dar la vida por él, y de su gran constancia y
que dudando el discípulo, tocase en su Maestro las llagas
fortaleza: porque aquellas palabras no son de hctebi e
de la carne, para sanar en nosotros las llagas de la infide-
que lemia, sino de hombre que amaba; nó de quien po-
lidad: porque mas nos aprovechó para despertar nuestra
nia espanto, siso ánimo á los demás: ni de quien creia
fé la infidelidad de Tomás, que la fé de los otros discípu-
poco, sino de quien confiaba mucho. Después de esto,
los : porque cobrando él la fé por tocar las llagas, nuestros
en la noche de la cena, habiendo el Sefior ordenado do
corazones se establecen en la misma fé, y desechan todas
sacerdotes yeomulgado á los apóstoles, y haciéndoles so-
las dudas que nos pueden inquietar.» Esto es de san Gre-
bre cena aquel dulcísimo y amorosísimo sermón, entre
DI A m . DÍC1KMBRR. ñm
gorio : y san fegOstis dico: «¡ 0 " " !"Kinr» fin; la ignorancia dicen lomi^mo. Demás de oslo, envió este glorioso após-
que inslniyó á los ignoranlos y onscfiá á los incrédulos! tol á Tadeo, uno de los setenta discípulos, á Abagaro, rey
[Qqé provccliosa fué aquella incrctlnlidad qnc sirvió á la deEdesa, para qne le predicase el Evangelio, como Cristo
fé do lodos los siglos! >. Mas si Tomás falló y poco liempo nuestro lledentor por cartas se lo habia prometido : así lo
fnéinci édnlo, presto se levantó y recompensó aquella cul- aiirma Ensebio Cesariense en su Hisiori;1,, y .Niceforo Calix-
pa con una perfeclisima y excelentUima confesión de su to. Después ¡lustró los medos, persas, hircanos, y el Mar-
f é : porque el benignísimo Salvador, como vigilante y amo- tirologio romano añade los bracmanes y otras muchas n a -
roso pastor, viendo á aquella oveja fuera de camino, la re- ciones, y con los rayos y resplandores de la luz evangélica
cogió y redujo á su rebaño; y lomando después de oclio penetró hasta la India, como lo dice el Martirologio roma-
días a aparecerse a los apóstoles, estando con ellos Tomás, no, y se saca de Orígenes, y de Ensebio Cesariense, y
y habiéndolos saludado, se volvió á él y le dijo: Pon aquí de san Gregorio Nacianceno. San Juan Crisóslomo añade,
un dedo y mira mis manos: extiende tu mano y toca mi que los etíopes fueron lavados y blanqueados por este
costado; y no seas incrédulo, sino fiel. Quedó asombrado santo apóstol con el agua del bautismo: y los abisinios,
Tomás con la visla y dulzura del Salvador, y entendió que que son los pueblos de Etiopía, sujetos al preste Juan, boy
era Dios e! que habia visto su corazón, y estando ausente, dia llenen particular devoción y reverencia á santo Tomás
sabido lo que tiabia dicho: y locó (por obedecer) las llagas como á su primero y propio apóstol: y no ménos !e tienen
en aquel cuerpo sagrado y glorioso, esmaltadas y resplan- por tal los pueblos de Alemania, como lo dice el obispo
decientes: porque aunque para su fé bastaba el haberlas Guillermo Eindano, varón doclisimo: y en aquella provin-
visto (como dice san León]; pero para nosotros i a q w l a h a cia hay templos muy antiguos, dedicado? á santo Tomás,
imu'ho que las locase con sus manos: y traspasado de amor npóstol: y aun en las parles mas septentrionales, y casi
y atónito con la novedad, y derretido de gozo, alzó la voz debajo del mismo polo ártico, hay iglesias de santo Tomás,
y dijo : Dominus meas, el Deus mena : Señor mió y Dios reconociendo aquellas gentes el beneficio que por medio
m i ó ; confesando que aquel Señor que habia sido crucüica- de su predicación recibieron. Y no solamenle predicó el
do, y ahora veia resucitado, era verdadero Señor suyo, y santo apóstol á todas oslas provincias y naciones; pero en
Señor de lodo lo criado, y que juntamente era verdadero el Brasil, escribe el P.Manuel do Nobrega,provincial de la
Dios, y en lodo igual al Padre. Compañía de Jesús, que fué en aquella provincia, que los
Y aunque pare-e que creyó Tomás lo que v i o ; todavía naturales de ella tienen noticio desanlo Tomás, y de haber
(como dice san Agusliu) una cosa vió, y otra creyó: vió pasado por aquella tierra, y qne muestran algunos rastros
al hombre, y creyó que era Dios; y con su confesión y y señales de ello, las cuales el mismo padre habia visto por
tocamiento de las llagas nos ensenó loque debiMiioscreer, sus ojos. Pero donde el santo apóstol mas tiempo vivió, fué
y deshizo lodos los errores que acerca de la gloria de Crislo en la India oriental, como en propia y particular provincia
los herejes haitian de inventar: y por esto el artículo d é l a que el Señor le habia encomendado para labrarla y c u l t i -
resurrección de Cristo, en que confesamos en el Credo que varla, y sembrar en ella la semilla del cielo. En esta pro-
resucitó, y decimos aquellas palabras: Sarrcxil a moríais; vincia dice Simeón Metafraste qne entró sanio Tomás muy
san Agustín y otros las ali ihnyen á santo Tomás. Otra vez humilde y muy pobre, sus cabellos crecidos y desmelena-
se hace mención en el Kvangelio de santo Tomás : porque dos, el rostro amarillo y seco, su cuerpo tan exlenuado,
yendo san Pedro á pescar, lli vó consigo algunos de los qne mas parcela sombra que cuerpo, cubierto con un ves-
apóstoles y discípulos, y entre ellos á Tomás. Gastaron t )da tido viejo y roto: de esta manera despreciado en los ojos
la noche en pescar sin provecho alguno: aparecióles a la de la gente, y rico con el tesoro do Cristo, qne llevaba en
mañana el Salvador; y estando en la ribera, les mandó su corazón, comenzó á predicar que los dioses qne adora-
que echasen la red á la parle derecha del navio, lliciéronlo ban eran falsos, y que no habia sino un Dios vivo y v e r -
asi, y prendieron gran copia de peces, y salieron con ellos dadero, criador del cielo y de la tierra, y Salvador del
á tierra, en donde los aguardaba el Hijo de Dios, y allí dió género humano, Jesucristo, conQrmando con innumerables
el sumo pontificado á san Pedio. Esto es lo que hallamos milagros su predicación aposlólica, y convirliendo á m u -
do santo Tomás en el sagrado Evangelio: lo demás hube- chos á nuoslra santa religión. Por esto los enemigos de
nios de sacar de graves y antlgnoa autores, dejando algu- ella y amigos del culto desús falsos diosos, le alancearon
nas cosas apócrifas sin fundamento, (pie otros escriben y mataron; y el santo apóstol, libre de las miserias de esta
en su vida. temporal y. breve vida, se fué á gozar de la eterna; y su
martirio fué en la ciudad de Calamina, que ahora se l l a -
Dc-piK's que ei sanio apóstol Tomás recibió el Espirilu
ma Malipur. á 21 de diciembre, y en el año de Cristo do
santo con los demás apóstoles, y liuho predicado en Jcrn-
7;j, según Oaufrio, imperando Vespasiano. Esto es lo qne
salen y Judea aquella doctrina del cielo, que habia oído á
se tiene por cierto, sacado de buenos y graves autores.
su Maestro y Señor; apartándose de los demás, so fué por
Otras cosas hay ó fabulosas, ó ménos ciertas y probables:
varias y diferentes provincias y naciones del mundo, para
y Gelasio, papa, da por apócrifos los actos de sanio Tomás,
sacarlas de la ceguedad en que oslaban, y alumbrarlas
y antes de Gelasio, s in Agusliu los tuvo por sospechosos.
con la luz del Evangelio. Primeramente fué á Oriente don-
Otros libros con nombre de osle santo, intitulados CArcui-
de halló á los Ircs bienaventurados reyes magos, que de
tus, A c l u s , E v a i u j i ' l i u m , f t Á p o n í l y p s i s Tlinmce, son repro-
aquella región, guiados por la estrella, hahiim venido á
bados por san Atauasio, Epifanio, Inocencio pap.1, Cirilo y
Belén á dar vasallaje, y adorará Dios niño recién nacido,
por Gelasio papa. Y puesto caso, que en la vida de sanio
y bautizólos el santo apóstol, y lomólos por compañeros en
Tomás, qne escribió Abdías Babilónico, á quien otros a u -
su trabajo y predicación. Asi Indice el autor sobre SanMa-
tores modernos han seguido, puede ser que haya a l g u -
leo, que con nombre de san Juan Cri.^óslomo anda entro
nas cosas verdaderas; pero como no sabemos cuáles son
sus obras: y Doroteo y Sofronio y un calendario antiguo
504 LA LKYFXDA DE ORO. DIA 21.
y están mezcladas con otras falsas y roprob.idas do la víspera de su fiesta, y el dia de ella so hallaba verde, y
Iglesia; es bien que nos guardemos do ellas, para qne no con un racimo de uvas, con grande admiración de todos,
afirmemos lo incierto por cierto, y lo falso por verdadero. suponiendo que oslaba en Edesa el cuerpo del santo após-
Pero no será contra osío el referir aquí, lo que en la India, tol, bien puede ser, que por haberse edificado en Edesa
donde predicó el santo apóstol, se tiene comunmente por templo á santo Tomás, y haber él enviado á Tadeo (como
cierto de su predicación, vida y muerte, según lo escriben dijimos) al rey Abagaro, y convertido aquella ciudad, se
los padres de iá Compañía de Jesús, que hoy dia andan haya creído que su sanio cuerpo oslaba allí sepultado, ó
por aquellas mismas tierras, alumbrando á los gentiles y (y es lo mas probable) por haberse Iraido de la India allí
reformando á los crisüanos, y haciendo oficio de apostóles alguna reliquia, y parte do su cuerpo.
del Soílor. Dicen, pues, que el apóstol santo Tomás c o - Mas los autores modernos, graves y dignos de fé, afir-
menzó á predicar en la India por la isla de Zocotola, y que man estar boy dia en la ciudad de Malipur, donde fué
allí hizo afgimos crislianos: de aOí pasó á los reinos de martirizado, y traen tan ciertos testimonios, que no se
Jaranganor y Colon, que son de ma'abires ! y que des- puede dudar de ello: porque siendo rey de Portugal don
piiL'S atravesó las altas sierras de la India, y pasó á los Juan el I I I , el año de 1523, cavando dentro do una capi-
reinos de Narsinga, ó hizo su asiento en la ciudad de Ma- lla, y rompiendo nn muro debajo de dos grandes piedras,
lipur, y por otro nombro Calamina, que está junto al golfo se halló el cuerpo del sagrado apóstol, y junio á él la l a n -
de Ü Migala ó Coromandel. En esta ciudad dicen que fa- za con que le martirizaron, y nn bordón con que andaba:
bricó un templo, con ocasión do cierto milagro que hizo, y don Duarle de Meneses, virey, mandó labrar allí una
trayendo muy fácilmenle una viga de inmensa grandeza, iglesia, y poner en olla en una arca de plata el cuerpo del
que mítSno número do hombres y elefantes no podian santo apóstol: por cuya devoción muchos portiigneses v i -
mover, y que en esta iglesia puso una cruz de piedra, con nieron á poblar aquella ciudad, y por honra del sagrado
una lolra que decía : «Cuando llegare el mar á esta pie- apóstol se llamó después ciudad de Sanio Tomás. Esto r e -
dra, por divina ordenación vendrán hombres blancos de fiere don Juan de Barros, diligente historiador portugués,
tierras muy remotas á predicar la doctrina que yo chora on la tercera década de Asia. Y el obispo Gerónimo Oso-
ensefio, y á renovar la memoria de ella.» Dicen mas: que rio, varón doctísimo y de grande autoridad, al fin del l i -
cuando los portugueses conquistaron aquella tierra, ya bro ni de la Historia del rey Manuel de Portugal escribe,
en'on^es llegaba el mar á aquella piedra : de lo cual t u - que en el año del Señor do el obispo de Cocnin
vieron grande admiración y consuelo los cristianos. Y aña-
(que es en la India) envió al infante cardenal don Enrique
den, que habiéndose convertido el rey Sagamo, que á la
((pie después fué rey asimismo de Portugal) una infor-
sazón era señor de aquella tierra, y otros muchos con é l ,
mación auténtica, en la cual so conlenia : que en la c i u -
por la predicación del santo apóstol, los bracmanes y sa-
dad do Malipur ó de Santo Tomás, en la iglesia, que
cerdotes cobraron grande enojo y saña contra él: y no
por tradición so tiene ser el lugar donde fué m a r t i r i -
habiendo podido con calumnias ni embustes derribarle, so
zado, se muestra una cruz cortada en piedra, con algunas
determinaron á matarle, pareciéndoles que mientras él v¡-
manchas desangro, los remates de la cual son unas flores
vie-e, ni el!03 ni sus dioses serian eslimados como solian:
de lis, y en el do en medio una paloma, y sobre ella un
y así un dia, estando el santo apóstol en una cueva, como
arco con ciertas letras incógnitas, todo on una pieza. Tie-
media legua do la ciudad, haciendo oración como solía
ne toda la ciudad devoción de asistir á una misa que se d i -
delante de una cruz, que tenia esculpida en una piedra,
ce con grande solemnidad, en honra de la Anunciación de
arremetiendo á él como lobos rabiosos, hiriémlole con p a -
la Yírgen, cada año el dia de la fiesta de su Expectación,
los y piedra?, uno de ellos le atravesó con una lanza, de
á los 18 de diciembre, y tros días antes de la fiesta de
cuya herida cayó mnerlo. Tomaron el santo cuerpo sus
Santo Tomás. Sucedió que el año de Cristo de 1 5 7 1 , al
discípulos, y sepultáronle en el templo que él mismo ha-
tiempo que en la misa se decia el Evangelio, viéndolo l o -
bía edilicmlo, y con él pusieron un pedazo de la lanza
dos los que estaban presentes, la cruz comenzó á destilar
con que habia sido muerto, y ei báculo que t r a í a , y un
sangre por las manchas que so ha dicho tenia : y fué en
vaso en que recogieron alguna tierra de la que había sido
tanta cantidad, que el sacerdote que decia la misa, l i m -
regada con su preciosa sangre. Esto es lo q u é d e l a India
piando con los corporales la sangro, quedaron bañados en
escriben, y loque los naturales tienen escrito on sus ana-
ella, y la cruz con mejor lustre que primero. Causó esto
les, y loque cantan comunmente por las calles los niños
grande admiración y devoción á los que allí estaban, y
malabares en sn lengua.
alaharon todos á Dios. Lo mismo sucedió otros años el
mismo dia y á la misma hora. Leyeron aquellas letras i n -
El cuerpo de este glorioso apóstol, dice el Martirologio
cógnitas, que dijimos, dos bracmanes muy doctos entre
romano que fué trasladado de la India á la ciudad deEde-
indios, y sin saber el uno del otro, se conformaron que
sa en Mesopotamia, y que de allí fueron traídas sus p r e -
decia asi I oTomás varón divino, enviado por el hijo de
ciosas reliquias á la ciudad deOrlona. Sócrates, Sozome-
Dios y su discípulo, fué á los reyes de Sagamo, para dar
iio, líaíino y otros autores graves hacen mención de ¿ata
noticia del verdadero Dios á la gente que on él habia, d o n -
traslación, y escriben que en Edesa se le edifico un so-
de obró grandes maravillas ; y al cabo puesto de rodillas
lemne templo, al cual venían en romería los fieles de m u -
sobreestá piedra, haciendo oración á Dios, fué por un
chas y dislanles provincias de la cristiandad por su devo-
bracmano alanceado y muerto.» Todo esto refiere el obis-
ción : y san Juan Crisó^lomo añade, que tenían en tan
po Gerónimo Osorio í y los padres de la Compañía de Je-
gran veneración el sepulcro do santo Tomás , como el de
sús lo mismo, como cosa cierlísima; y dicen, que alguna
los apóstoles san Pedro y san Pablo ; y e! obispo Equiliuo
vez ha sucedido este milagro de la cruz, diciendo ellos la
refiero un milagro, que se hacia do un sarmiento seco,
misa el dia do la Expectación del parlo do nuestra Seño-
que ponían on las manos del santo apóstol cada año, la
1)1 A DICIEMBRE. 5C5
ra : y que <is coáa mnravillosa, qnii en comenzando á d e - para limpiar las inmundicias que se iiabian hecho con la
cir 11 Evangelio de la misa mayor, y nó antes, comienza feria en aquella ciudaií. Marco Véneto íque anduvo por
( a m b l e n la sania cruz á mudar poco á poco su color nalu- aquellas parles de ta India, antes que los porlngueses las
ral (que (s blanco;, Irocándole en amarillo, y después en descubriesen) escribe, que en la provincia de Malabar, en
m gro, y de negro en otro masclarocolor del cielo : hasta la cual está el reino de Galicul, había un linaje de h o m -
q u e a o b ido el sacrilicio déla misa, se torna á su color bre?, que descendían de los que malaron á santo Tomás,
n.itural. V lo q u e m a s admira y a u m e n l a la devoción es, y que por mas fuerza que les hagan, no es posible, llevar-
que así como va mudando la santa cruz el color, va desli- los y hacerlos entrar en el templo de Malipur, donde, está
lando tinas pequeñas golas de sangre, y poco á poco se el cuerpo del santo apóstol. Algunos autores escriben otra
van engrosando, basla caer con tanta copia, que los paños cosa mas notable y singular, y dicen: que el año de 1120,
con que se. limpia quedan teñidos de la misma sangre : y siendo Calixto 11 sumo ponlífice, vino á Roma por su d e -
si algún año deja de haber este milagro, se tiene por cier- voción un patriarca de, la India llamado Juan, y que en
ta señal de algún gran trabajo que les ha de venir, como público consistorio dijo al papa y á muchos cardenales y
la experiencia lo ha mostrado. Por esto tan insigne y tan prelados que estaban allí présenles, que el glorioso após-
ordinario milagro que nuestro Señor obra en gloriíicar tol santo Tomás cada año aparecía visible, y con su pro-
á su sanio apóstol, todos aquellos cristianos le tienen pia mano comulgaba á su pueblo, dando la sagrada hostia
gran devoción y acuden á su sepulcro : y no solamente á los dignos y dejando de darla á los indignos. Esto refie-
itft cristianos, pero l»s mismos sarracenos y geniiles v i - ren muchos autores, y puede ser que sea verdad ; porque
sitan aquel templo, y hacen íiesla al santo el 1.° dia de [¡ara Dios, que es todopoderoso y grande honrador de
juüo : y aitni|ue no siguen ni obedecen á su doctrina, le sus santos, no hay cosa imposible ni difícil. De santo T o -
tienen en grande veneración. El padie san Francisco Ja- más apóslol hacen mención los autores arriba citados, y
vier, uno de los primeros compañeros que tuvo el santo escribieron su vida san Isidoro y Simeón Melafrasle.
padre Ignacio de Loyola, para fundar la religión de la
* S i s SIÍVEIUNO, OBISPO Y CONFESOU.—Vivía este sanio en
Compañía de Jesús, y el primero de ella que pasó á la I n -
Tréveris, y era muy singular la devoción que profesaba á
dia Oriental, y la alumbró con los resplandores del Evan-
la Virgen María. Muchos son los lugares en que se venera
gelio y con muchos y grandes milagros, y convirtió ¡nnu-
á San Scverino, haciendo conmemoración de él.el Martiro-
merahles almas á la fé de Jesucristo ; cuando quería em-
logio romano en esle día.
prender alguna grande hazaña en servicio de! Señor y be-
SAN ANASTASIO, OBÍSPO V MÁIÍTIR.—Fué segundo patriar-
neficio de aquellos [Hieblos, se iba en romería á visitar el
ca de Aulioquía. Mandando Foca, fué atormentado y muer-
cuerpo del sanio apóslol Tomás, y se estaba allí muchos
to cruelísimamente por los judíos en 610.
dias y noches en oración, suplicando á nueslro Señor por
SAN GLICERIO, PUESBÍTERO.—Durante la persecución do
los merecimieiilos de su apóstol, (pie le diese á él pirte
niocl(crano hiciéronle padecer crueles tormentos, y m o l i -
de su espíritu, celo y fervor, para renovar la fé de su san-
do en las ascuas diósu alma á Dios. Murió en Nicomedia á
to nombre, que el apóstol hahia plantado : y rogando al
fines del siglo I I I .
mismo apóslol, (pie pues el Señor le hahia encomendado ó
SAN TEMÍSTOCI.ES, MAUTIB.—En tiempo de la persecu ion
él la viña de aquella gentilidad paraque la cuhiva-ie, y aho-
de Decio, presenciaba Temístocles el martirio del niño
ra estaba tan destrozada y desierta ; que le alcanzase gra-
Dioscoro (véase l á dediciembre), y contemplando lomucho
cia para seguir sus pisadas, imitar sus virtudes y r e n o -
qué éste sufría se ofreció en lugar suyo al martirio. Acep-
varla para beneficio de las almas y gloria del mismo Se-
taron los verdugos, y.ganó la palma inmortal de los már-
flor: pues todo lo que él hiciese, [o baria como ministro
lires. Otros refieren que era pastor, que salvó á un cristia-
suyo y ayudado de su familia, y refloreciendo la religi n
no, y se presentó en lugar de él al gobernador de Licia,
erislianaen aquellas parles, crecería su gloria a c c i d e n -
donde le martirizaron.
tal. Con el favor, pues, de este santo apóslol, animado el
j adíe san Francisco Javier, y alentado con un aliento SAN JUAN Y SAN FESTO, MÁRTIRES.—ISómbralos el Marti-
del cielo, acomelió cosas tan grandes , y las acabó co- rologio romano en esle dia. Murieron en Toscana en liem-
mo se ve en su vida : y lodo esto redunda en gloria de po del emperador Aureliano.
Tomás, áquien tan de veras se encomendaba y desaba SANTA EDBURGA VÍHGEN.—Hijajde un rey de Inglaíerra.
imitar. Su padre la dió á escoger enlre el matrimonio con sus
opulencias y el hábito rel gioso. Se decidió por este, y
Inmimerabies fueron los milagros que el santo apóslol llevó una vida muy ejemplar. Era nieta del rey Alfredo
hizo en v ^ a y después de muerto. San (Jregorio Turonen- que fundó un •monasterio en Vinchester. La menciona
se en el libro de la (¡loria de los márlires refiere algunos I.eland.
y dice, que en su liempo la lámpara que ardia delame d<¡
su sepulcro de noche y de dia, no tenia necesidad que le DIA 22.
ediiisen aceite ú otro licor, porque sin él perpeluamenle
ardia : que en la feria que se hacia el dia de sn ficsla y SAN ZENON, SOLDADO Y MÁRTIR.-—Después que la e l u c i -
por los treinta dias siguienles, concurriendo muchos mer- dad del emperador Maxímiano se desahogó en un incen-
caderes á comprar y vender sus mercaderías, no se halla- dio, en que pegando fuego al templo mayor de Nicume-
ba mosca que diese fastidio á los que venían i qm. había dia, ardieron víclimas sacrosantas veinlo mil gloriosos
gran copia de agua, qnose hallaba muy somera á cada mártires, en oíros tantos crislianos, hombres, niños y m u -
paso, siendo ta tierra de suyo muy árida y seca • (me pa- jeres que se hallaban dentro, celebrando la solemnidad de
sados los treinta dias volvía la falla de agua, y la muche- la Pascua, que esperaban del nacimiento de nueslro Re-
cUimbre de moscas; y que Dios enviaba una copiosa lluvia dentor Jesucristo, quedando gozoso de haber bocho el do
5GG LA LEYENDA DE ORO. ÉÉ m
un golpe veinte mil niái lires gloriosos, cuando oíros ( i r a - la suerte que aquí se ha referido, Melafraste, MÍ habelur
nos como él necesitaban de mticiios golpes, muchos tor- lorn. \ Aloijsn, inHislariít, ct martyriis sanctorum, Indeel
mentos y muchas máquinas para solo u n o : ofreciéndose Domne, cum muhiludine sanctorum viginii mille marlyrum;
todos veinte mil en sacrificio al Redentor de ¡as almas, Lipomano, lom. v ; Surio, tom. v n ; Nicéforo C a l i l o , His-
Jesús, asi como él por todos se liabia ofrecido á su eter- lor. lib. v i l , cap. 6 ; ios griegos, in Menologio; el Martiro-
no Padre. Cinco días habían pasado ya y aun el fuego no logio romano, y Barouio en sus anotaciones y en el lomo n
dejaba de consumir, y con su voracidad apuraba la male- de sus Anales, año 302, núm. 34 y 3 5 .
ria : al f m , faltando esta, cesó la voraz llama, sin que se * LA CONMEMOUACIOJÍ DE TSEINTA SANTOS MÁTUIES.—V.n
sintiese algún mal olor, ni del humo, ni de tantos millares tiempo déla persecución de Diocleciano,por los años 305,
de cuerpos muertos; antes bien lo que se senlia, era f r a - íufrieron juntos y en un mismo dia el martirio por la fé
gancia y olerían suave, que parecía el paraíso celestial de Jesucrislo, en la ciudad de Roma, haciendo de ellos m e -
aquel abrasado templo, como en la verdad loera. Salia de moria el Martirologio romano.
61 un resplendortan bello y hermoso, como mil oros ; á h SAN FLAVIANO, CONFESOR.—En tiempos de Juliano el
manera que se ven resplandecienlos los rayos del sol, Apócala, cayó en desgracia por ser cristiano, y habiendo
cuando sale por los balcones de oriente. sido desteirado, pasó en oración el resto de su vida, y
Maximiano, pu^s, juzgando que ya habia triunfado de murió por los años de 259 en la paz del Señor.
loscrislianosy que podía coronarse de la victoria, sin r e - Los SANTOS DEMKTRIO, HONOIIATO Y Ft.ouo, MÍUTIUES.—Eu
parar él mismo que ántes era él vencido, y los gloriosos Ostia fueron martirizados bárbaramente, habiendo sufrido
mártires, los que de él y por él triunfan en la celestial Je- los tormentos con una constancia admirable. Florecieron
rusaíen; todo se dió á festejos y divcrlímienlos. Estaba en el siglo UI.
ante el teatro un simulacro de su dio^a Geres, y ántes de SAN QÜEKEMON, Ó CHEMOXIO, ó CRREMONÍO, OBISPO, T sus
dar principio á las fiestas, sacrificaba el bárbaro y cruel COMPAÑEIIOS, TODOS MÁRTIRES.—Crcmonio era obispo de N i -
emperador, y á su imilacion lodo el pueblo, á la falsa y lópolis, y en tiempo de la persecución de Decio, él y m u -
femenlida deidad. Un soldado valeroso, que ocultam?nte chos otros luvieron que huir á las soledades. En ellas,
era cristiano, llamado Zenon, lleno de divino zelo, puesto unos fueron víctimas de las fieras, otros del hambre, del
en un lugar alto, dijo así en alias voces: férrea, ó empe- cansancio ó del frío; y otros de los bárbaros y de los l a -
rador, yerras sacrificando á las piedras y leños insensi- drones que los martirizaron.
bles, negando y usurpando estos sacrificios al verdadero SAN ISQOIRIOX, MÁRTIR.—Su amo le mandó en cierta ciu-
Dios que crió el cielo y la tierra: ó sino abre los ojos, le dad de Egipto, que sacrificase á los ídolos; negóse Isqni-
ruego, y verás esa que llamas deidad, no es mas que una rion, y frenético su amo, que era magistrado, le mató.
dura pL'dra. Dirás que habla ; pero le éngafias, que sí bien Fué en 2o3.
lo"adviertes y reparas, es el demonio quien habla en ella, SAN CIRILO Y SAN METOOIO , CONFÍISOUES.—Los dos eran
y te ciega á ti y á lodos los ciegos que como Ui adoran hermanos, hijos do una noble familia romana. Nacieron en
al demonio, que no aspira á olra cosa que á la muerte y Tesalónica. Florecieren á mediados del siglo IX. Ambos
condenación eterna de los mismos, que impíos, ciegos y fueron unos misioneros verdaderamente apostólicos. Itut-
bárbaros, le dan cultos y le rinden oraciones. Abre, ó Ma- ler los menciona en este dia. Los griegos y moscovitas
ximiano,los ojos de la razón: mira esos divinos cielos,' y en 14 de febrero honran á san Cirilo, y en i 1 de mayo á
reconoce á su Criador; pues de las obras mismas, es fácil san Metodio. El Martirologio romano los junta en O do
venir en conocimiento del Artífice soberano, el cual no se marzo.
paga de víctimas de inmundos animales, sino de limpios
ánimas y corazones humildes y sencillos. DIA 23.
Rabiando estuvo el tirano emperador, y por mucho
tiempo perplejo discurriendo, nó ya en lo que debia res- SAN SÍÍRVULO, POBRE Y PARAIJTICO, CONFESOR.—lln c!
ponder al santísimo Zenon; sino en el tormento que i n - cuarto libro de sus Diálogos, á los catorce capítulos, escri-
tentaba darle: y asipronumpió mandando q u e con duras be san Gregorio, papa, la vida de un pobre mendigo t u -
piedras lo diesen al bendito y valeroso soldado (no ya de llido y toda su vida paralítico: y en la homilía i í i sobre
Maximiano, sino es de Cristo}, lautos golpes en su sagra- los Evangelios también la repite ; y nosotros, trasladando
da boca, que pagando lo que habia hablado, no le dejasen lo que él dice, la pondremos aquí, para que los pobres so
dienle ni muela en toda ella. Así lo hicieron los crueles consuelen, y los tullidos y fatigados con recias enferme-
verdugos, y después de haberle deshecho las mejillas, dades tengan un ejemplo raro de paciencia que imitar.
derribándole á golpes de piedras todos los dientes y mue- Declarando, pues, el santo pontífice aquellas palabras
las, deshaciéndole la lengua y los ojos, y atormentándole de san Lucas i «Estos son los que conservan la palabra
ein piedad alguna mucho tiempo, sabiendoquecuanto mas que oyeron en bueno, y de muy buen corazón dan fruto en
le atormentaban, tanto mas lisonjeaban á su tirano d u e - paciencia,» dice así: «La buena tierra por la paciencia
fio: el cual, viendo que ya estaba para espirar el guerrero da fruto; porque no valen nada los bienes que hacemos,
fuerte y campeón divino, le mandó sacar de la ciudad, y si con igualdad no sabemos sufrir los males de nuestros
corlarla cabeza; así lo ejecutaron al punto sus ministros: prójimos. Cuando el hombre se aprovecha mas en la v i r -
con que quedó tronco aquel sacratísimo cuerpo, y su purí- tud , lanío mas tiene que padecer en este mundo : porque
sima alma voló al cielo á recibir la bien ganada corona y menguando el amor de las cosas del mundo, crece la con-
pahua del martirio, que padeció á los 22 de diciembre (dia tradicción del mismo mundo. De aquí es, que vemos á
en que le celebra la iglesia) por los años del Sefior muchos obrar bien, y sudar debajo de la carga grave da
de 202. Escribieron el martirio del bendito san Zenon, de las tribulaciones, y el corazón que S^Í ve libre del deseo
DICIEMBRE. 6G7
lem-nal, se sienlc futigado con duros azoles: mas cslos t a - gloría; sino á este pobre Sérvulo, que aunque tuvo atados
les, coiifonne á la palabra del Señor, por la paciencia dan los brazos con la enfermedad, no los tuvo atados para
fruto; porque recibiendo con humildad los azotes, después obrar bien y cumplir la ley de Dios? Todo esto es de san
de ser azotados son consolados y sublimados á un lugar de Gregorio en la hom. 13 sobro los Evangelios. De san Sér-
descanso: y así se estruja la aceituna, para que se baga el vulo hacen mención los Martirologios romano, de Beda,
aceite: así en la era con la trilla se aparta de la paja el gra- Usuardo y Adon. Obró nuestro Señor por él muchos m i -
no, y se recoge puro y limpio en las trojes. Por tanto el lagros, y en la iglesia de San Clemente de Roma se pintó
que de veras y perfectamenie desea vencer los vicios, pro- su vida, como lo dice el cardenal Baronio en las anotacio-
cure sufrir con humildad los azotes que para purgarle Dios nes del Martirologio á los 23 de diciembre.
leenvia, para que tanto mas limpio venga al juez, cuanto * SANTA VICTORIA, VÍUGEM Y MÁRTIR.—Era esta santa na-
el orin de sus culpas se purificó mas en el fuego de la t r i - tural de Tívoli, y durante la cruel persecución que contra
bulación. la Iglesia movió el emperador Decio, sufrió el niarlirio
En el portal que va á la iglesia de San Clemente, hubo junto á Roma. Su nombre es muy conforme á la victoria
un pobre hombre que se llamaba Sérvnlo, que yo conocí y qne alcanzó del tirano, por su valor y constancia en con-
ntudtlffii de los que aquí están : era pobre de hacienda y servar la preciosa joya de la virginidad, y triunfar d o t o -
rico de merecimientos, y consumido con una larga enfer- dos los halagos con que pretendieron hacerle abjurar el
medad ; porque desde sus primeros años hasta el lin de su crislianismo. Murió degollada en el año 250.
vida, estuvo paralítico echado en una camilla. No hay LA CONMEMORACIÓN DE VEINTE SANTOS, MÁRTIRES.—Du-
para qué decir que no se podia levantar de la cama; pues rante la persecución de Diocleciano, todos ellos fueron mar-
aun no podia estar sentado en ella, ni llegar la mano á la tirizados atrozmente en Nicomedía.
boca, ni volverse de un lado á otro. Tenia una madre y un Los SANTOS MIGDONIO, MARDONIO Y ANTIMO, MÁRTIRES.—
hermano qne le asistían y ayudaban, por cuyas manos En Nicomedía, durante la misma persecución de Dioclecia-
daba á los pobres todo lo que á él le daban de limosna. no, hácia 306, el primero fué entregado á las llamas, el
No sabia letras, y hacia comprar libros de la sagrada Es- segundo murió arrojado en una profunda zanja y el terce-
critura, y rogaba á los religiosos que se los leyesen con- ro apedreado, dió su espíritu al Señor.
tinuamente; y así, aunque era hombre sin letras, vino á LA COMEMOUACION DE LOS DIEZ SANTOS, MAHTIRUS DE CRE-
sabir de la sagrada Escritura lo que bastaba, y á su per- TA.—Fueron atormentados y degollados dnranlela perse-
sana y estado convenia. Procuraba en el dolor bacer g r a - cución de DJCÍO. Sus nombres están anotados en el Marti-
cias siempre al Sefior, y de dia y noche cantarle himnos rologio romano. Llamábanse TEÓDÜLO, SATURNINO, ECPORO,
y alabanzas. Vino el tiempo en que Dios quería remunerar GEI.ASIO, EUMCIANO, ZETIGO, CLEOMENES, AGATOPIO, BASÍM-
su paciencia, y el mal que estaba derramado por los DES Y EVARISTO. Sucedió su martirio en 250.
miembros del cuerpo, recogióse al corazón: y entendiendo
él que se acercaba la hora de su muerte, rogó á los pere- DIA 24.
grinos, qne estaban en el hospital, que se levantasen y
cantasen con él algunos salmos, esperando la dichosa hora SAN GREGORIO, PUESUÍTBRO Y MÁRTIR.—En la ciudad de
del glorioso tránsito. Al tiempo que él mismo, estando á Espolelo", parte de Italia en la Umbría, vivía en continuos
la muerte, cantaba con los otros, los detuvo, y con una ayunos, oraciones y penitencias, el bendito sacerdote de
gran voz los dijo: C dlad : ¿ nó ois las voces que resuenan Jesucristo, Gregorio, haciendo tantos milagros, sanando
on el cielo? Y estando el alma atenta á lo que había oido, enfermos, limpiando leprosos, curando endemoniados,
suelta de aquel cuerpo tan quebrantado y consumido, dando vista á ciegos, oido á sordos y volviendo á Dios
voló al cielo, y al momento se llenó aquel lugar de una ínfmilos corazones de paganos, que tenia por suyos el de-
suavísinia fragancia, que sintieron todos los que allí es- monio, derribando sus ídolos y templos, en que era g l o r i -
taban, y por ella entendieron que habia sido recibida en ficado Jesucristo, que ta fama de tantas maravillas, no
el cielo, de donde Sérvulo habia oido aquellas voces y pudiendo ya ocultarse, llegó á Roma á los oídos de los
dulce consonancia. Uno de nuestros monges, que aun es crueles Diocleciano y Maximiano, emperadores, los cuales
vivo, estuvo presente, y con lágrimas suele afirmar loque enviaron á Espoleto un ministro de Satanás y suyo llama-
allí vió, y dice que siempre sintió él y los otros qne allí do Placeo. Entró en la ciudad, y puesto en su tribunal, de
estaban, aquel olor suavísimo, hasta que le acabaron de donde prometió favores inmensos á los idólatras, hizo l l a -
enterrar. Este es el lin de aquel que en vida tuvo tanta pa- mar á Gregorio, conlra quien iba, y d i j o : ¿Erestú Grego-
ciencia para sufrir los azotes de Dios : y la buena tierra rio el de Espoleto? Yo soy, respondió el santo. ¿Eres tú
que había sido rompida con el arado de la tribulación, dió (replicó Elacco) el rebelde á los dioses, y menosprecia-
fruto y copiosa cosecha, que fué cogida en el granero del dor de los príncipes? El santo respondió : Si quieres sa-
Señor. Pero yo os ruego, hermanos carísimos (añade san ber la verdad, yo jamás me aparté de mi Dios y Sefior
Gregorio), que penséis, ¿cómo nos podremos excusar en desde mi niñez. Replicó Placeo : ¿ Quién es este tu Dios?
el dia riguroso del juicio, habiendo recibido hacienda y Uespondió Gregorio: El que hizo al hombre á su imágen y
manos para trabajar y cumplir los mandamientos de Dios, semejanza. Dios fuerte. Dios inmortal, que da á cada uno
y no lo haciendo; viendo que un hombre sin manos, tan el premio ó castigo según sus obras. Pocas razones (dijo
de veras se empleó en su servicio? ¿No nos reprenderá Placeo): dejemos de argumentos, y trata solo de hacer lo
entonces el Señor con el ejemplo de sus apóstoles, que qne mando. Sé muy bien lo que mandas (dijo Grego-
con su predicación convirtieron tantas almas, y las lleva- rio ] ; pero también hago loque debo. Pues una de dos (dijo
ron eonsigo al cielo ? ¿ No nos pondrá delante á los valero- Placeo); ó morir, ó sicrificar á Júpiter, Minciva y demás
sos mártires que con su sangre compraron la corona de la diosos inmortales, con que conseguirás grandes mercedes
m LA LEYENDA DE ORO. DÍA n.
do nuestros invictísimos príncipe?, y serás su grande a m i - Luego que estuvo en la cárcel, se le apareció el ángel
go. No quiero lu amistad (dijo Gregorio), ni sacrificará del Señor, hermoso y resplandeciente, y le dijo : La paz
los demonios,sino solo á mi Dios y Señor Jesucristo. Loco sea contigo, Grogorio santísimo ; no lemas : y al insiante
estás, misero Gregorio (dijo Placeo); pues no temes tan- se rompieron los grillos y cadenas, quedando el bendito
tas penas como te amenaza mi rigor. Tú eres el loco (dijo mártir libre, sano y bueno, y la cárcel que era oscurísi-
el divino Gregorio), que no conoces á tu Criador Jesucris- ma, llena de una claridad celestial.'Gregorio se postró, y
to, y adoras á los demonios infernales. puesta su cara sobre la tierra , con toda humildad y r e n -
Aquí acabó de (laquear de Fiaeco la paciencia, y dijo f u - dimiento dijo : Gracias te doy infinitas , Señor mió Jesu-
rioso : Hola, dadle crueles golpes y azotes en las mejillas cristo, porque te dignaste de enviarme lu santo ángel, que
y boca ; porque blasfema de nuestros dioses. Hiciéronlo ha consolado y confortado mi alma : yo le confieso y con-
así al punto ; y el invictísimo mártir decia con gran pa- fesaré eternamenle lu sanio nombre ; porque tú solo eres
ciencia : Ministros de Satanás, haced lo que él os ordena. Dios. El ángel le dijo : Siervo bueno y fiel, ven á mi g l o -
Viéndolo sufrir con tal paciencia, volvió Flacco á decirle: ria ; que si en lo menos fuiste fiel , yo le constituiré en lo
Llega y sacrifica á los dioses, antes que sobre tí vengan mas': entra en los gozos eternos de tu Señor : y con esto
mayores tormentos. Ya te he dicho (dijo el santo ) que no desapareció el ángel; y Gregorio se levantó , alabando y
sacrificaré á los demonios; sí solo á mi Señor Jesu- bendiciendo á Dios. El dia siguiente , vuelto en si y per-
cristo, que hizo el cielo, la tierra , el mar y cuanto en dido ya el justo temor, que jamás debiera perder , por el
ellos se encierra. Hola (dijo Flacco), traed al punto n u - cruel Flacco, hizo poner su tribunal en medio de la plaza,
dosos bastones , secos y fuertes , y rompedle á palos los y traer á Gregorio , á quien le dijo así : Ea , Gregorio,
costados, diciendo : Asi padecen los rebeldes á los dioses tiempo es ya de que dejes lu locura y sacrifiques á los
y á los príncipes. Ejecutáronlo al punió; y el santo storioso inmortales dioses. A quien Gregorio respondió animeso: Ja-
decia: Sabe, ó Flacco, que por los lormenlos y males que más sacrificaré á los demonios,n¡ incurriré en tusmahladrs;
en mi cuerpo ejecutas, me ha de dar doblados bienes mi porque solo sacrifico á mi Señor Jesucristo que se ha d i g -
Señor Jesucristo en el cielo. Habíanle tendido boca abajo nado, por su infinila misericordia, de traerme aquí á ga-
en el suelo, y ya le hablan abierto las espaldas sagradas á nar esla corona de justicia. Uola ( dijo Flacco ), pues este
palos, cuando dijo furioso el juez. Volvedlo, y deshacedle no hace caso de ruis grandes piedades ; traed al(insían(e
el vientre á palos. Entonces Gregorio , levantando los ojos unos cardos ó garfios de acero , y herid cruelmenle con
ellos sus rodillas y todo su cuerpo, y ved si con esle r i g o -
al cielo, dijo : Señor mió Jesucristo, ten de mi misericor-
roso tormentóse le quila la locura. La locura es solo luya
dia. Entonces Flacco y Tircano, cierto amigo que le acom-
(replicó Gregorio), que negando á tu Criador y Señor Je-
pañaba, tal como él, dijeron : Ten tú, ó Gregorio, misei i -
sucristo, reconoces y adoras á los demonios. Esclavo vil
cordia y piedad de ti , antes que mueras : esto te aconse-
y señalado con la horca como los mas viles y huidos de
jamos como amigos. Apartaos de mi , ministros de Sata-
sus señores (dijo enfurecido Flacco), ¿^o adoro y sirvo á
nás ( dijo el esforzado y santísimo Gregorio); que no lio
los demonios ? Si (dijo Gregorio), y ellos te tienen ciego;
menester vuestros consejos, ni quiero vuestra amistad ni
pues no los ves, ni conoces adorándoles. Uo.'a (dijo Maceo),
consuelo ; porque tengo presente á mi Señor Jesucristo,
alinstanlelrreJ lámparas y hachas encendidas , y abrasad-
que me conforta, alienta y consuela en mis heridas. Esa,
le los costados Jiciéndole : No seas soberbio. Todo lo iliau
ó desdichado, es la locura que no te deja v i v i r , dijo Flac-
ejecutando por su órden, como el impío juez lo mandaba:
co. ¡ Qué importa (dijo Gregorio) que quites y acabes la
y cuando con mas furor le abrasaban los crueles verdugos
vida de mi cuerpo, si mi dulce y amado Dios vivifica, con-
con las hachas encendidas ; vuelto al Urano le dijo Grego-
forta y consuela mi alma !
rio sanio : Aunque abrases todo mi cuerpo y lo despeda-
Hola (dijo Flacco), atadle de piés y manos : ponedlo so-
ces á tormentos, no te canses, Flacco cruel ; porque toflg*
bre las parrillas de hierro tendido, y encended debajo un
á mi Señor Jesucristo , médico celestial y divino, que me
gran fuego, y asadlo vivo ; á ver si da gracias á Dios en
cura, consuela , y da nuevas fuerzas y alientos nuevos,
el fuego. Al instante obedecieron aquellos infernales m i - como ves ; de tal suerte, que en nada eslimo tus tormén-
nistros; pero el inviclísimo mártir , viéndose en el fuego, Ios. Llega, maldito (dijo el soberbio Flacco), y reconcilíale
comenzó á orar de esta suerte: Señor mió Jesucristo, Dios con los dioses, adorándolos antes que te acabe de (¡uilar
de Abrahan, Dios de Isaac, Dios do Jacob, Dios de nues- la vida. Malditos son todos los que confian en los Idolos y
tros padres, t ú , que no desprecias los humildes ruegos de falsos dioses , respondió el invictísimo Gregorio. Oyendo
tus siervos: tú que entraste con los tres niños en el horno estas razones Flacco, se encendió como un fuego , y (em-
do Babilonia, asísteme y favoréceme también á mí, en me- blando lodo de cólera , como un azogado , sin saber qué
dio de este gran fuego que por tí padezco. En este punto hacerse, dijo: Llámenme presto á Tircano. Aquí estoy r t s -
hubo un gran terremoto ó temblor de tierra en toda la ciu- pendió Tircano. Pues , lo que quiero (dijo Flacco), es que
d a d , y cayó gran parle de ella, y murieron mas de cua- supuesto que esle hechicero y encantador ha apurado
trocientos cincuenta paganos, que estaban sacrificando á cuantos tormentos inmaginar se pueden, y mi paciencia
sus dioses: lo cual visto por Flacco, bramó como toro: y eulendimienlo : que lo saquen en medio del anlitealro
rugió como león furioso ; y asombrado y lleno de furor y y allí le corlen la cabeza sin dilación alguna.
miedo, huyó de « p a l lugar. Su amigo Tircano quedó por
él y dijo : Hola, traed luego grillos y cadenas y cargadlo Fuesto en medio del anfiteatro , exclamó así el valeroso
de hierro : poned al instante á este encantador en la cár- campeón y guerrero fuerte é invencible: Bendito seáis, mi
c e l , y en el lugar mas penoso y duro, y queden guardán- Dios y Señor, Rey mió , consolador mió y libertador mió,
dole de dia y de noche los soldados de Flacco porque no que os habéis dignado de llamarme hoy de este mundo
se huya. caduco y perecedero, á vuestro reino y elernos gozos : y
DÍA 25. DICIEMBRE, £09
mirando al cielo, oyó una voz, que le dijo : Gregorio, ya ganaron la palma del martirio en Trípoli, Gülesino dice
estás coronado: ya oslas escrito en el número de mis que lo fueren en Boma.
santos y escogidos ; entra en mi reino, bendito del Sefior, SAN EUTIMIO ó LUTIMIO, MAUTUI.'—Viendo el valor y la
preparada Uenes la silla do gloria y habitación eterna: y constancia con que iban al martirio los efistíanos , abra-
antes que acabase el ángel de pronunciar las referidas zó con ardor una religión tan sublime , y en tiempo de
palabras, le corló el verdugo la cabeza sacrosanta, y voló la persecución de Diocleciano fué martirizado en Nico-
su benditísima alma al ciclo con el mismo ángel que le media.
hablaba y llamaba , á ocupar la silla para que le convi- SAN DELFÍN, OBISPO T CONFESOR.—En liempo del empe-
daba. Fue su martirio glorioso á 21 de diciembre (dia eq rador Teodosio fué un modelo por su vida ejemplar y por
que le celebra la Iglesia ) por los afios del Sefior de 303, su práctica de las virtudes que conslituyen un buen prela-
imperando los ya referidos Diocleciano y Maximiano. do de la Iglesia. Murió en Burdeos en 403.
Quedó el santísimo cuerpo dividido de la sacrosanta cabe- LAS SANTAS TARSILIA Y EMILIANA, VÍRGEXES.—Tres lias
M : y no contento el tirano con la suma de tormentos, que tuvo Gregorio el Grande. Tarsilia, la mayor, Emiliana y
en 61 habia ejecutado cuando vivo , pesaroso de no h a - Gordiana. La primera es nombrada en el Martirologio r e -
berle echado ánles de degollarle á las fieras, como mano, y lanío ella como la segunda han sido muy vene-
estaban en el anQtealro, mandó Tircano que las sol- radas por sus eminentes virtudes.
tasen. Hiciéronlo a s í : salieron rabiosísimas y feroces las SANTA IRMINA ó IRMIA, VÍKGEN.—Ilija del rey Dagobcrlo
fieras: partieron para el santo cuerpo ; pero apenas lle- segundo, rey de Austrasia. El Martirologio romano la
garon á 61, cuando mansas y humildes se le postraron , 6 nombra en este mismo dia. Murió á fines del siglo V i l .
inclinando sus cabeaas, le veneraron. Estaba toda laciudad
mirando el espectáculo , y á grandes voces esclamó la
DIA 23.
turba : ; Verdaderamcnlo es grande el Dios de los cris-
tianos 1 y creyeron infinitos en Jesucristo y se bautiza-
LA NATIVIDAD DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO.—En el de-
ron. Al mismo tiempo el tirano Flacco fuó herido por un
votísimo y suavísimo misterio del nacimienlode Jesucrislo
ángel : conque vomitando las entraflas , espiró rabiosa-
nuestro Bedentor, cuando salió de las entrañas purísimas
mcnle. El sanio cuerpo quedó en medio del anfiteatro , y
de la Virgen María nuestra Señora, su Madre, lies cosas
una señora cristiana, llamada Abundancia, se fuó á Tirca-
piincipalmente debemos considerar; la primera: ¿por que
no y le compró el santísimo -cuerpo por treinta y cinco
este Señor y Dios inmortal, habiendo determinado por su
doblones que pidió el tirano por c!, dándolos muy gozosa,
inmensa bondad vestirse de nuestra carne y aparentar con
y haciendo gracias á nuestro Señor , cantando himnos y
nuestra naturaleza, quiso nacer con una extremada p o -
salmos lo sepultó (envuelto en bálsamo, nardo y preciosos
breza, y con una humildad suma y trabajosa en el por-
aromas) junto al puente de piedra y rio llamado Sanguina-
tal de Belén, y ser reclinado en un pesebre de bestias?
rio, cerca de los muros de la ciudad ; cuyas reliquias tie-
La segunda cosa es considerar atentamente la historia
ne hoy en gran veneración la iglesia mayor de Colonia
evangélica y el modo con que osle Señor nació; y la tor-
con los cuerpos de los santos tres reyes Magos, que vinie-
cera los ejemplos que en este su nacimiento nos dió, y Jas
ron al portal de Belén á adorar al recién nacido infante
virtudes que mas resplandecen en él y nosotros debemos
Jesús. Escribieron esta prodigiosa historia y marlirio de
imitar.
san Gregorio, Beda ; Usuardo ; Adon; Mombricio, tom. u;
Las causas por que aquel sumo ¡nfinilo 15ien y Bey so-
Surio, tom. v i ; Pedro de INatalibus, vi Calhaíogo Sánelo-
berano de todo lo criado descendió del cielo á la tierra, y
rum , lib. icap. 88 ; el Martirologio romano y Baronio
no tuvo asco de vestir de nuestra naturaleza, tratamos (<e-
en sus anotaciones, y en el lom. n de sus Anales, año 303,
gun nuestra pequeña capacidad) en la fiesta de la A n u n -
núm. 1 2 1 , y afio 3^8, núm . l ü .
ciación de nuestra Señora, á los 23 de marzo: aunque es
Por dar nueva vida á la vida la perdió el autor de ella. cifra lodo lo que se dice y se puede decir de tan profun-
En la historia presente y marlirio del santísimo sacerdote do mislerio por ser inefable 6 incomprensible. Dejando,
Gregorio ( que por prodigioso puede servir de idea y libro pues, las razones y motivos que el Señor luvo para hacer-
de memoria para todos los demás) , se ve esta verdad. se hombre y vestirse del saco do nuestra carne; algunos
¿ Cuántos géneros de muertes padeció? No hay duda, que se maravilla» por qué no nació con grande fausto y apa-
laníos cuantos fueron los tormenlos, á quo le expuso el t i - rato, regalo y comodidad, como Bey del cielo y déla tier-
rano. ¿ Luego murió muchas veces ? Si. ¿ Pues quién le ra, en cuya mano estaba escoger y lomar lo que quería.
daba tantas vidas ? La vida que vivia y por quien moria Y puesto caso que habiendo él nacido como nació, con
que era Cristo. A su vida sola el menor tormento era lauto desabrigo, pobreza, y con la vileza del establo y
muerte : pero fortalecido del Autor de la vida , tuvo vida aspereza del liempo riguroso, sabemos que así convino quo
para lanías muertes , hasta que gozoso el mismo Dios , y naciese y que osle modo fué el mejor; pero las almas de-
glorioso en sus triunfos , le coronó en la última muerlo volas y deseosas de saber los misterios del Señor, queman
' con la vida eterna, que poseo coa el mismo Jesucristo enletuler la causa que él tuvo para hacer una cosa que
con quien por su intercesión vivamos lodos. Amen. sin duda asombró al cielo y á la tierra, y tuvo suspensas
* L\ C O N M E M O I U O O N CE C Ü A t t E M A SANTAS V(R6SNES M Á l l - á lodas las criaturas. Dos causas se nos ofrecen á esta a d -
TitiES.—Cuando la persecución del emperador Decio en mirable pobreza, y espantosa humildad y aspereza, con
los años 2 3 1 , murieron estas santas , martirizadas en la que nació el Señor (á las-cuales se deben reducir, como á
ciudad de Anlioquía. sus fines, todas las obras quo hace Dios): la primera es ta
Los SANTOS LUCIANO, MIÍTROBIO, PAULO, CENOBIO, TEÓTI gloria de su divina Majestad, y la otra os nuestro prove-
M0 Y DRUSO , MÁUTiRES.—Sufrieron por ía fé de Cristo , y cho ; porque siempre Dios en sus obras, con la honra y

TOMO R I , 72
570 LA LEYENDA DE ORO. D U 23.
onsEiizaniichto (5c en santo nombre, jimia nuestra «íilklad. dad y juicio ciego del mundo, para alcanzarla so des-
La gloria del Señor sin duda so manificsía mas en esta peñan en un abismo de makladca y pecados, y dejan
hmnüdad, pobreza y desabrigo con que mició, que si h u - las cosas necesarias para el bien do sus almas, cuando
biera nacido con grande aparato y resplandor de corte, y les parece que son contrarias á la que ellos tienen por
abundancia y regalo de las cosas para el sagrado parto honra.
necesarias, quo se bailan en los palacios de príncipes y Tues ¿qué diré de la codicia y de la sed insaciable del
royes; porque la majestad soberana de nuestro Dios no se dinero? de la cual dice el Apóstol, que es la raiz de todos
ba de medir con medida tan corta, ni aquella inmensidad los males, y que muchos por ella apostataron de la fó.
infinita regularse con la regla de hombres: No son (dice ¿Qué del deseo desordenado de deleites, que es otra se-
el Señor) mis pensamientos como los vueílros, ni mis ca- mentera de innumerables males? Porque los hombres
minos como los vuestros; antes están mas levantados y mundanos, no haciendo caso délos verdaderos deleites Jo
distantes los unos de los otros, que lo está el ciclo de la la buena conciencia, que como dice el Sabio, es perpetuo
tierra. Había Dios de conquistar al mundo y sujetarle ásu banquete, sueltan la rienda á los deleites do la carne, al
obediencia: queria hacer guerra á aquel tirano que se h a - comer y beber, al dormir y vestir: se entregan á los gus-
bla encastillado en él, y senládose en el trono real y qui- tos sensuales y bestiales, y á todo género de pasatiempos,
tado el cetro ó imperio al verdadero Señor: y para vencer quo la carne inficionada por el pecado apetece; y en olios
y-derribara este soberbio gigante, no quiso pelear con se entretienen dedia y de noche y se regalan: que oslo
las armas doradas de Saúl (que son las grandezas, d i g n i - es lo que dijo el evangelista san Juan, que todo lo quo hay
dades y vanidades del siglo), sino con la desnudez, con en el mundo es concupiscencia de la carne, ó codicia de
la pobreza, con el trabajo y abatimiento, como otro David los ojos, ó soberbia de la vida. Pues estando nosotros o p r i -
con la honda y piedra, rendirle á í u s piés y cortarle la ca- midos de tan crueles tiranos y presos con cadenas tan
beza ; porque tanto es mayor y mas gloriosa la victoria fuertes, que atormentados de verdugos sin piedad como
que se alcanza de un enemigo, cuanto ias armas con que estos, que perturban la paz de nuestras almas, y nos i m -
se alcanza son mas flacas. Lo que parece que es poder en piden el cuidado de nuestra salvación, y muchas veces
los grandes reyes y monarcas del mundo, si bien se mira, nos hacen tener por Dios la honra, el dinero y el vientre;
es flaqueza y falla de-.poder; porqués! quieren cercar una ¿qué habla de hacer aquel médico soberano, que venia
ciudad ó conquistar un reino, tienen necesidad de gran del cielo para curar una dolencia tan universal de lodo el
número de soldados de á pié y de á caballo, de arlilleria, género humano y nacida de nuestra misma carne y deí
de carruaje, de municiones, de man!c:)ímienlos y otros amor propio, que es ol hijo primogénito del pecado y la
pcrlrecbos de guerra, y de un infinito tesoro para p o - fuente de donde ella nace? Cierto, que habia de hacer lo
derla sustentar: poro con toda esta potencia, cuando la que hacen los sabios médicos, que es inquirir y descubrir
tienen, les cae d e f u e r a ; y sin ella no pueden castigar álos las causas de la enfermedad, y aplicar los remedios c o n -
rebeldes c inquietos, ni conservar en paz la república, ni trarios para der salud al enfermo: y por esto nuestro
hacer justicia, ni s o r d o veras royes: mas JesDctis'o es médico celestial nos enseñó y predicó la humildad contra
tan poderoso, que para sojuzgar al mundo y rendir á to- la soberbia : la pobreza de espíritu contra la codicia; y la
das las potestades del infierno, y hacer todo lo que es aspereza y penitencia contra el desordenado deleite y r e -
servido en el cielo y en la tierra, no tiene necesidad de galo. Y ¡torque los ejemplos son mas eficaces que los con-
nadie; porque por sí solo es sníicientísimo, y nif o tierno, sejos, y las obras mas que las palabras, este médico sa-
llorando y temblando de frió, empanado y recostado en pientísimo y maestro divino comenzó luego en su prime-
un pesebre de bestias, envía los ángeles para que den mú- ra entrada en el mundo á enseñarnos con su ejemplo lo
sica del ciclo: trae de Oriente á los reyes magos ¡ a k n n - que en toda su vida y muerte nos habia de predicar: y en
bra é inflama á los pastores; y en la suma pobreza se el establo donde nació puso una cátedra de celestial sabi-
muestra rico, en la flaqueza fuerte, y en la niñez Dios duría y contraria á la vana filosofía de ta carne; [¡ara quo
rterno. Esta razón apuntad concilio efosino por oslas pa- viendo una humildad tan profunda y una pobreza tan ex-
labras: aledas las cosas (dice) escogió pobr es y viles, to- tremada, y un desabrigo y desamparo tan extraordinario,
das bajas, y al parecer do muchos osearas: para que se entendiésemos nuestra enfermedad : y viendo que mies-
entendiese que la divinidad habia convertido y trasforma- Iro médico toma la medicina amarga (nó porque él tuvie-
do al mundo. Foresto escogió la madre pobre y mas pobre se de ella necesidad, sino porque los enfermos ta loma-
la patria: y como mendigo no quiso tener dinero; y el pe- masen), nos animásemos nosotros á tomarla sin asco y
sebre nos puede ser do esto buen testigo.» horror.
La otra causa es una utilidad; porque viniendo Dios á Pues si para esto venia; ¿de qné otra manera habia do
lo que venia, de esta manera bahía de venir. Venia para venir? ¿ílabia de venir con fausto y pompa, viniendo á
ganar al hombre y curarle del amor propio, que es la d o - curar nuestra soberbia? ¿Ilabia de venir lleno de r i -
lencia mas universal y mas arraigada, que nos quedó por quezas, viniendo á desterrar la codicia desordenada do
Ü pecado: el cual amor propio es el veneno y cuchillo ellas? Ilabia do venir lleno de regalos y delicias, v i -
del amor de Dios, del cual mal amor nacen tres hijos, que niendo á condenar la demasía de ellas? Porque si un
son otros tres males amores; conviene á saber, amor de- contrario se cura con otro contrario, el médico de es-
sordenado de honra, de hacienda y de deleites sensuales: tos males ¿cómo habia de venir, sino con medicina de
y de estos tros ramos que nacen de este pestilencial tronco, virtudes contrarias á ellos? ¿Cómo habia'de persuadir
nace toda la fruta de muerte y loda la corrupción de nues- que lo que nos ensoñó era lo mejor, si para sí tomaba lo
tra vida; porque como los hombres ponen la boma, nó en contrario? ¿Cómo habia de acabar con los hombres que so
la virtud (que sola merece sor honrada), sino en la vani- vistiesen de este hábito del hombro nuevo, si él venia vos-
DIA 25. DIGÍEJiBRE. 5/
tido de viejo y usado en el mundo? Tid finalmeníe hnhia fimslancias que concurrieron en el nacimiento de su p r e -
do venir, cuales nos deseaba liacer; y tal habia de sor la ciosí-imo Hijo. Mas áníes que desenvolvamos esta dulcísima
manera do su vida cual era su dodrina; porque si de o¡i a historia, y representemosñ los fieles este espectáculo qae
manera viniera, fuera conlrario A sí, y con las obras des- admiróá los ángeles, á los hombres, al cíelo y á la tierrra;
luciera lo que con la doctrina predicaba. Cierto que si así bien es que presupongamos que no nació el Salvador
no viniera, no se mostrara sabiduría eterna del Padre; por- sujeto á lugar ni á tiempo, como nacen lodas Ins otras
que no viniera de la manera que couvenia: que es ct.sc- criaturas; porque (como dijimos con san Bernardo) la
fiarnos por su doctrina y muclio mas por su ejemplo el criatura que eslá en el vientre de la mach e no puede salir
camino de la verdadera santidad y felicidad, y el desen- á luz y entrar en esta vida cuando quiere y donde (¡uiere:
gano de los hombres miserables del siglo que tatito esli- mas el Salvador del mundo , como Señor de los tiempos
inauias cosas frágiles y perecederas de él, y están tan y de todo lo criado, pudo escoger el tiempo y el lugar on
abrazados y aferrados con las riquezas, delicias y honras que habia de nacer y trazar las cosas de manera que lodos
vanas, que tienen por rosas ¡as espinas y la hiél por miel, le sirviesen y fuesen inslrumenlo de su divina providencia:
y la amargura por dulzura, y el trabajo por descanso, y la cual es suave y fuerte ; y por una parte da cabo á lodo
la flaqueza por consuelo y regalo. Así que, si el Señor ve- lo que quiere , tan infaliblemente que ninguna cosa se lo
nia á ser el caudillo, el capilan, la guie y eiemp!o de to- puede estorbar; y por otra lo dispone y ordena con tan
dos los sanios, y el espejo y dechado de todas la virtudes adaiirable suavidad, que algunas veces parece que las
(de donde ellos hablan de sacar las suyas), no habia de cosas ellas mismas se hacen,como si la divina providencia
venir de otra manera sino de la que vino, para planlar en no las menease y anduviese en ellas: y osla consideración
los corazones de los hombros el menosprecio de lodo lo es muy eficaz y de gran fuerza para aquietar y consolar
criado, y el aprecio y eslima y perfecto an.or del Criador: algunas almas afligidas y zelosas de la gloria del Señor,
y así, hablando el gran padre san Agustin de esta medi- cuando ven en el mundo algunos acaecimientos tan extra-
cina, dice: «¡Ó medicina que lodas las cosas remedia, ños y tan exorbitantes, como si Dios no tuviese la mano
que recoge lodas las cosas derramadas, que repara todas en ellos y estuviesen fuera de la jurisdicción de su p r o v i -
las flacas y enfermas, que corla lodas las supei fluas, y dencia , que (como dijimos) es fue:le y suave; y por me-
corrige todas las depravadas!)) Y san Dernardo dice {»er- dio de ella el Señor como sapieulísimo pilólo, lleva, el g o -
n m w de Nalivilate): «¿Vara (pié hemos ó qué neccsulad bernalle y guia el navio ai puerto, cuando quiere y como
hubo, que el Señor de la majestad se abatiese y se h u m i - quiere, por mas que los vientos sean furiosos y los mares
llase, y se abreviase, sino para que vosolros hagáis lo allerados : porque cerno dice el profeta Isaías: Cotisilhm
que él hizo? Ya clama con el( ejemplo lo que después ha meum slnhit, et omnis voluntas mea fiel: l o que yo deler-
de predicar con la palabra: para que se halle sor verda- minarc soiá fu me y eslable, y lodo lo que yo quisiere so
dero el que dijo, que Jesús comenzó á hacer y á ensenar. hará.
Por tanto yo os ruego afectuosamente, hermanos, que no
Volviendo , pues, á nueslro propósito, esla providencia
os dejéis pasar un ejemplo tan admirable sin fi nio, sino
divina escogió el tiempo y el lugar en que el unigénito
que os conforméis con él y os renovéis en el espírilu de
Hijo de Dios y de Maií i halda de nacer, y ordenó que el
vuestra mente. Porque ¿qué cosa hay mas fea y mas abor-
emperador de Roma y lodas Jas criaturas sirviesen al n a -
recible, y mas digna de castigo, que ver á Dios del cielo
cimiento de su IV y y Sefior, y que tes!ifi;vasen que era
niño, y quererse engrandecer sobre la tierra? Intolerable
Dios el que nacía: porque primeramente cuanto al tiempo
desvergüenza es, que donde se humilló su Majestad, el
quiso nacer después de laníos siglos y millares de años
gusano se hinche y desvanezca.» Uasla aquí son palabras
(pie habían pasado desde el pecado de nuestro primer
do san Bernardo. ¿Qué soberbia se puede sanar, si con
padre; para que mejor se conociese la enfermedad y so
esta humildad del Hijo de Dios no so sana? ¿Qué avaricia
enlendiese la necesidad que el linaje humano tenia do PC-
se puede curar, si con la pobreza del establo no so cura?
medio, y que las fuerzas de la naturaleza no se le podían
¿Quién será tan ingrato y desconocido, que viendo al Cria-
d a r ; y deseasen y pidiesen á Dios osle médico cele^ial,
dor de los cielos, al Señor de los ángeles, á la gloria de
y remediador de lodos nuestros males, y como lan d e -
los bienavenlurados en osle hábito y figura Un humilde,
seado de lodas las gentes, fuese mejor recibido y abra-
padeciendo desde su nacimiento tantas maneras de ti aba-
zado. Escogió asimismo el tiempo de paz, como iey pací-
jos, no se esfuerce á imitar algo de lo que ve en él? Pudo
fico y medianero entre Dios y el hombre: y para esto or-
tanto este ejemplo del Señor y la dodrina, que (como d i -
denó que el emperador Oclaviano Augusto, habiendo ven-
jimos) desde el pesebre, coma de una cátedra divina, nos
cido y sujetado á- lodos sus enemigos, gozase de gran paz
enseñó, que innumerables mongos y discípulos suyos por
y quietud. Y porque venia como maestro del cielo á ense-
imitarle hicieron divorcio de todas las cosas del mundo
ñarnos la espereza y mortificación de la caí ne, como ha-
y de ricos se hicieron pobres, y de poderosos y estima-
bofao» dicho, escogió para nacer el mes de diciembre,
dos, abatidos .y humildes, y se abrazaron con la abnega-
tiempo áspero, desabrida y frió, y muy conlrario ála ter-
ción de sí mismos y con la proa de Cristo; de manera que
nura del niño y á la delicadeza de la madre. Por la misma
lodos sus gustos y deleites eran afligirse y marlirizai se
causa, y para mostrarse Hijo verdadero de David [k quien
por su amor, hallando en las penas regalo, en la m o r l i í k a -
se habia hecho la promesa que de su linaje nacerla el
cion contento, y en la muerte vida, Y osla es la primera
Mesías), escogió á Celen, aldea pequeña cerca de Jerusa-
cosa, que en el sacrosanto nacimiento del Yerbo eterno de-
len, para darnos en todo ejemplo de humildad y menos-
bemos considerar.
precio de la vanidad de los hijos de Adán, que tanto se
La segunda cosa es, ponderar lo que el evangelista san precian de haber nacido en lugares ílusires y de gran
Lucís nos dice del sagrado parlo de la Yírgen, y h s d r - nombre. Y para que se cumpliese cu lodo el consejo de
573 LA LEYEN DA DE ORO. DÍA !25.
Dios, y con la novedad y extrañeza de las cosas qne s u - sin haber quién los acogiese ni se compadeciese; y asi
cedían esluviese el inundo admirado y asombrado y con fueron forzados á retirarse á un establo que oslaba pegado
grande expectación, y todas las criaturas sirviesen al n a - al arrabal y cerca de Belén , !a cual estaba edificada en
cimiento de su Criador; en aquel mismo tiempo ó poco an- una costanera de nn collado, y al fin de é l , hacia ía parte
tes que naciese sucedieron raros prodigios y cosas mara- de Oriente, había una cueva donde comunmente ios pobres
villosas que so pueden ver en los autores de las Historias peregrinos y pastores se acogían en tiempo de necesidad.
eclesiásticas y profanas, y nosotros apuntamos algunas de En este palacio entró la Reina de los ángeles ; este pobre
ellas, auténticas y verdaderas, en la vida que escribimos y vil legar, y propio de bestias, escogió para nacer el
de Cristo nuestro Redentor : porque otras hay recibidas Criador del universo, y el qne por su inmensidad no
por tales , que no lo son. Y porque la sacratísima Virgen puede ser comprendido del cielo ni déla tierra. Estando
y su esposo san José moraban en Nazaret: para que se aquí,dico el evangelista que llegó aquella hora de ía coal
cumpliese lo que Dios había determinado y eí profeta M i - pendía la salud deí mundo , el reparo deí cíelo, la victo-
queas profetizado, que babia de nacer el Mesías y capitán ria del demonio, eí triunfo de la muerte y del pecado:
del pueblo de Israel en el pequeño y humilde de Belén; llegó aquella dichosa y bienaventurada hora en que la
dispuso eí St'ñor las cesas de manera, que el emperador Virgen había de parir á su unigénito Hijo; ahora sea por-
Octaviano, con la paz que tenia en su imperio, mandó p u - que la misma noche que llegaron ( como algunos c o n -
blicar un edicto en que ordenaba que lodos sus subditos templan), se cumplió: ahora, porque habiendo llegado
se encabezasen, cada uno en la ciudad donde estaba la algún día antes, estando en aquella cueva y establo [como
cabeza de su familia y de donde él tenia su origen y des- parece que lo significa san Lucas), el término del sagrado
cendencia: porque'de esta suerte pretendía eí emperador, parto se cumplió. Entendió la sacratísima y purísima V i r -
ó saber la gente de guerra que tenia en todo su imperio y gen que se acercaba ía hora en que Dios quería manifes-
tar al mundo sus riquezas y tesoros; y encendida de un
las fuerzas qne de él pedia sacar cuando fuese menester; ó
amoroso y dulcísimo afecto de ver á su benditísimo Hijo,
lo qne es mas probable, quería acrecentar sus rentas
se puso en una altísima contemptacion de aquel inefable
echando algún pecho y nuevo tributo sobre cada cabeza
misterio. Después de haber estado un rato absorta y tras-
de sus vasallos. Con esta ocasión que sirvió suavemente á
portada en Dios , dice santa Brígida en sus revelaciones;
lo que el Señor había determinado, partió la santísima
que la Virgen se descalzó sus zapatos, y se quitó el manto
Yírgen de la ciudad de Nazaret para Belén, estando pre-
blanco con que se cubría , y el velo de la cabeza, y que
ñada y para parir,con su espeso san José; porqno descen-
quedando en cuerpo y en cabello , sacó des pañales de
día de la casa y familia deí rey David, que nació en Belén,
lana y lino , que traía aparejados para envolver al Niño,
donde estaba eí solar y cepa do toda su familia: y no so-
viles y pobres, pero aseados y limpios. Después hincada
lamoate los hombres habkin de presentarse y empadro-
de rodillas, volviéndose hácia la parte de Oriente, l e -
narse, sino también las mujeres á lo que algunos graves
vantadas las manos y ojos al cielo, llena de una divina
;;ulores dicen, y parece que el sagrado Evangelio lo s i g -
dulzura , comenzó á suplicar al Señor que saliese á la luz
nilita. Ilabia de Nazaret á Belén cuatro jornadas: el c a -
la luz del mundo, con estas y otras semejantes paiabras:
mino era áspero y el tiempo riguroso y frío: ios caminan-
0 I'adro eterno , que os habéis dignado darme por hijo
tes pobres y mal proveídos; y la Virgen sacratísima de
á vuestro unigénito Dijo, y encerrar en mis entrañas vues-
pocos años y preñada de nueve meses, y con tantas y tan
Iro tesoro, y en esta vil concha do mi cuerpo la perla
grandes incomodidades, como se pueden pensar: pero inestimable de vuestra figura y sustancia ; yo os suplico
ninguna cosa ni impedimento fué parte para que no obe- humildemente que descubráis al mundo esta vuestra p e r -
deciere al mandato del profano emperador; porque como fectísima imagen para que por ella os conozcan. Salgado
tenia en sus entrañas aquel Señor que venia con su obe- su criatura el Criador de todas las cosas, ía fuente cauda-
diencia á remediar al mundo perdido por falla de ella , él losa de un rio pequeño, la raíz do su r a m a , de su p á m -
mismo la movía y alentaba , para que ella hiciese, antes pano la vid verdadera, el sol de la estrella y la esposa de
de su nacimiento, lo qne él había do hacer en toda la su tálamo. Vea eí mundo á su Hacedor, el ángel á su Rey,
vida : y con su ejemplo enseñase á dar á César lo que es y á su cabeza coronada con la diadema de nuestra h u m i l -
del César y á Dios lo que es de Dios. Muchos creen y nó dad , eí pecador á su Redentor, el justo á su Justificador,
sin gran fundamento, que lodo aquel largo camino anduvo el atribulado á su Consolador, el gentil á su Alumbrador
la Virgen á pié: porque su pobreza era grande y su pre- y el justo á su Gloriticador; y yo, vuestra humilde sierva
ñez no se lo estorbaba, ni el Hijo que tenia ^n sa sagrado y esclava, á mi unigénito Hijo. Era la media noche m u -
vientre le era carga, sino alivio, ni le quitaba las fuerzas, cho mas clara que el medio d í a , cuando todas las cosas
ánlcs se las daba para cualquiera trabajo ó é camino. Ver- se reparan del trabajo y gozan del silencio y quietud : y
dad es que el evangelista no lo dice el haber ido á p i é , y acabada la oración de la Virgen sacratísima , comenzaron
que el haber ido en algún jumento (como comunmente ía los cielos á ( t o l i l a r miel y dulzura ; y ella sin dolor, sin
pintan) no repugna á su pobreza; y algunos autores son pesadumbre, sirt corrupción y mengua de su pureza vir-
de esta opinión. g i n a l , vió delante de sí, salido d e s ú s entrañas, mas
Llegaron á Belén los divinos caminantes muy faltos de limpio y mas resplandeciente que el mismo s o l , al bien y
regalos, pero muy llenos de la dulzura y consuelo del remedio del mundo, liiitando de f r í o , y que ya con sus
cielo que llevaban consigo. Hallaron el pueblo, que era lágrimas comenzaba á hacer oficio de Redentor. No so
pequeño, lleno de gente que de todas partes venian á e n - puede con palabras explicar, ni con enlcndimíento h u -
cabezarse: todas las posadas estaban ocupadas,, y por mano comprender oí gozo que la purísima Virgen luvo
mucho que le buscaron no hallaron albergue ni mesón: en aquel punto , y la admiración y csiupor que le causó-
poi que.como los veían pobres, todos Ies daban de mano,
DIA 25. DICIEMBRE. 573
ver al que sabia que era verdadero Dios, tan abatido y del P. Fr. Luis de Granada. Pues ¡ó corazón humano1-
humillado: y postrándose delante de 61 con profundísima ¿ dónde estás cuando no estás en t í , ó cuando no estás
reverencia, dicen, qne d i j o : fíenc reneris, Deus mcus, con tu Dios ? ¿ Dudas por ventura que sea tu Dios esto
Dominus meus el Filius meus : Bien seáis venido, rai Dios, que aquí ves recien nacido , envuelto en pañales, recos-
mi Señor y mi Hijo : y así le adoró y besó los piés, como tado en un pesebre, y tiritando de frió entre dos animales?
A Dios, la mano como á su Señor y el rostro como á su No dudes; porque este mismo Niño que ves nacido ahora
Hijo; y abrazándole y aplicándole á sus virginales pechos, de las entrañas de su Madre , nació eternamente de la i n -
le envolvió en aquellos pañales que traía aparejados. Son- mortalidad del Padre eterno : de la Madre sin padre; y
rióse, como niño, á la madre el santo Infante: halá- del Padre sin madre : del Padre sin liempo; y de la Madre
gala con el rostro , y vuelve sus dulces y alegres ojos en el fin délos tiempos: del Padre como principio de la v i -
á m i r a r l a : y como dicesan Cipriano: «El niño m a - da; y de la Madre como fin de la muerte: y el qneabora ves
mando en los brazos do la Madre gozaba de aquella le- mortal y visible, y sujeto (por su voluntad) al hielo y al
cho proveída del cielo, y la fuente del sagrado pecho frío, por ser Hijo de María ; enliendo que es impasible,
infundía en la boca del Niño purísimo licor. El Hijo daba invisible y altísimo y exento de toda injuria, por ser H i -
á la Madre , lo que la Madre daba al Hijo : él henchía los jo de Dios. Niño es, y niño parece en esla forma de sier-
pechos de la Madre; y ella sustentaba al Hijo con la d i - vo ; pero grande es 6 inmenso en la forma de Dios : el
vina leche que él mismo Ip habia proveído. Mas como el mismo que aquí loma el pecho, y se sostenía d é l a teche
Niño tierno temblase de frió ó hiciese pucheritos, púsole de una doncella, es el que gobierna los cielos y el curso
la Virgen así empañado en el pesebre, para que con algu- del sol y de las estrellas , y sustenta y conserva el u n i -
na paja ó heno, que allí habia, y con¿el huelgo del buey verso con su mano poderosa. Y para que mejor entenda-
y del jumento que allí estaban , se abrígase algún lanío, mos lo que en este niño se encierra, y con qué ojos lo h a -
y se miligase la fuerza de aquel frió y rigor. ¡O bienaven- bernos de m i r a r , y que es Dios verdadero y Salvador del
turado pesebre I ¡ O establo mas glorioso que lodos los mundo, nacido para nuestro bien; miremos la integridad
palacios de los reyes, donde Dios asentó la cátedra de la d é l a Madre: porque aunque es m a d r e , juntamente es
lilosofía del c i e l o , donde la palabra de Dios enmudecida, virgen : madre es ; porque parió al Hijo que habia conce-
tanto mas claramente habla, cuando más calladamente bido y tenido nueve meses en sus entrañas: y virgen es;
nos avisa! ] O Sefior, Dios nuestro (dice Cipriano), cuán porque esle Hijo es Dios , y habiendo Dios de nacer, do
admirable es vuestro nombre en toda la tierral Verdade- virgen habia de nacer. « No hubo allí necesidad de baños
ramente vos sois Dios obrador de maravillas. Ya no me ni de lavatorios (dicesan Cipriano), que se suelen apa-
maravillo de la ligura del mundo, ni de la Grmeza de la rejar á las paridas ; porque ninguna injuria habia recibido
(ierra, estando cerca de un cielo tan movible : nó de la la Madre del Salvador, la cual parió sin dolor, así como
sucesión de los días , ni de la mudanza de los tiempos, en habia concebido sin deleite. » El fruto ya maduro con sa-
los cuales unas cosas se secan, otras reverdecen , unas zón se cayó del á r b o l , que le traía: y no habia necesidad
mueren y oirás viven: de nada de esto m e maravillo, s i - de arrancar con fuerza lo quede su voluntad se nos ofre-
no de ver á Dios en el vientre d e una doncella : maravilló- cía. Ningún tributo se pagó en este parlo, ni deleite pre-
me de ver el Todopoderoso en la cuna : maravillóme de cedente (que no hubo) pidió alguna usura de dolor. Y
ver como á la Palabra de Dios se pudo pegar carne: y p;ira mayor t erlificacion de esla verdad, ailade el sagrado
como , siendo Dios sustancia espiritual, recibió vestidura Evangelista, « que habia en aquella regicn unos pastores
corporal: maravillóme de tantas expensas y de tan largo que á la sazón estaban velando, y guardaban las vigilias
proceso , y de tan largos espacios, como se gastaron en de la noche sobre su ganado : y el ángel del Señor vino
esta obra.» Esto es de san Cipriano. «¡O misterio inex- á ellos, y la claridad de Dios resplandeció al rededor de
plicable y á los ojos de la carne escondido! ¡O cosa , nó ellos, y temieron con gran temor ; y díjoles el á n g e l : No
para decirse, sino para sentirse! ¡ Nó para declararse con queráis temer: mirad que os anuncio unas nuevas do
palabras, sino con silencio y admiración! ¿ Qué cosa mas grande alegría que será para todo el pueblo; que os os
adiDirablc que ver aquel Señor, á quien alaban las eslre- hoy nacido un Salvador, que es Cristo nuestro Señor, en
li:>s de la mañana: aquel que está sentado sobre los que- la ciudad de David , y esto os doy por señal, que hallareis
rubines : que vuela sobre las plumas de los vientos : que al Niño envuelto en pañales y puesto en un pesebre. Y
tiene colgada de tres dedos la redondez de la tierra: cuya luego á deshora se juntó con el ángel una muchedumhro
silla es el cielo , y cuyo estrado real es la tierra ; que h a - del ejérciio celeslial que alababan áDios y decian : Gloria
ya querido venir á tan grande extremo de pobreza , que sea á Dios en las alturas, y en la tierra paz á los hombres
cuando naciese (ya que quiso nacer en este mundo) le de buena voluntad.» Todas eslas palabras son del histo-
pusiese su Madre en un pesebre, por no lencr otro lu^ar riador sagrado. Para que los hombres conozcan á Dios en
que un establo ? ¿ Qué persona tan baja llegó jamás á l a l la tierra recien nacido y recostado en el pesebre, viene
exlremo de pobreza, que por falta de otro mejor abrigo oí ángel del cielo á manifestarte, y declararnos quién
viniese á reclinar á su hijo en un pesebre? ¿Quién junló es. Venia el Señor para redimir al mundo y salvar al
en uno dos exiremos tan distantes, como son Dios y pe- hombre perdido: y luego, en níiciendo, comenzó á hacer
sebre? ¿Quecosa mas baja que pesebre , que es lagar oficio de Salvador, descubriendo lo que era, y lomando
de bestias; y que cosa mas alia que Dios , qne está senta- testigos de la majestad que estaba encerrada en aquella
do sobre los querubines ? ¿ Pues cómo el hombre no sale- profundísima humildad. No quiso manifestarse á lodos;
de sí, considerando estos dos extremos tan distantes Dios porque no lodos eran capaces de tan gran bien : y porque
en un establo, Dios en un pesebre , Dios llorando y l e m - no se impidiese su cruz y pasión, escogió para testigos ii
b i u i i d o d e íno y eavueüo cu pañales?» Hasta aquí es unos pobres y despreciados pa. o os (pie guardabau su»
574 LA LEYENDA DE ORO. DIA 25.
gnnndo allí cerca, y velaban junio á una torro, que cuela del Niño recien nacido? ¿Cómo nos debemos opa"
llamaba Edor, donde Jacob habla apacentado su ganado: rejar para recibirle en nuestros corazones? ¿Cómohabe-
porque siendo 61 sumo pastor y príncipe do pastores; ¿á rnos do imitar los ejemplos tan admirables que aquí ve-
quiénes se habia de manifestnr, sino á los que eran de su mos, y las virtudes que por todüs parles resplandecen en
oficio? Siendo cordero de Dios; ¿ quién-babia de tener este sagrado nacimiento ? Que es la postrera parte de las
noticia de él antes qnc los pastores ? ¿ A quién se h bian tres que propusimos arriba. La primera eosaqirc debemos
de revelar primero los misterios divinos, sino á los que hacer, para que nazca en nuestras almas el que hoy n s -
apacicnlan el rebaño de Dios, y velan sobre él para quo ció en el portal de Belén, es alegrarnos y regocijarnos es-
ellos le comuniquen y declaren á sus ovejas? ¿Quién habia piritualmente: porque tenemos un Dios tan buena, tan be-
de predicar la humildad de Cristo y la pobreza del pesebre, nigno,tan'vnorosj,que sienJo en sí eLírna éin^oinutUable,
sinolos humildes y pobres, y que por su simplicidad y hoy vestido de nuestra carne se ha hecho niño de u n d i a ,
llaneza estaban dispuestos á recibir la luz del cielo, y creer y sujeto á la inclemencia del cielo y á las injurias del
loque del ángel oian, y adorar al infante recien nacido? tiempo. Gozémonos porque nos ha nacido el Salvador
¿Cómo creyera el rey Ilerodes al ángel, y fuéra á buscar verdadero, que nos librará , no solo de los daños tempo-
y adorar en una choza al Kiño recien nacido; pues por rales , sino de nuestros pecados y de la enemistad que
solo haberlo entendido, se turbó y salió de si ? ¿Cómo le por ellos tenemos con Dios, y nos sacará de las uñas de Sa-
adoraran y reconocieran los soberbios escribas y fariseos tanás, y nos abrirá la puerta^del cielo; porque si cuando
en aquella abatida y vil figura; pues siendo ya hombre, nace un rey ó principe heredero, se hacen en lodo el rei-
y haciendo tantos y tan grandes milagros, te desecharon no tantas fiestas y regocijos par celebrar el nacimiento de
y le pusieron en una cruz? Apareció, pues, el ángel del un hombre, q ie es semejante á los demás, y no se sabe s'
Señor (que san Cipriano y san Ambrosio y otros dicen será la ruina y destrucción del mismo reino; y causa í-por
que fué el ángel san Gabriel) á los pastores en figura h u - su mal gobierno) de tanto llanto, cuanto su nacrmionío
mana , resplandeciente y con maravillosa claridad, para fué de alegría; ¿qué debemos baoer nosotros en la Nati-
vidad de aquel Roy soberano,que trae en su muslo escrito:
mostrar que era enviado de Dios, y que era Dios y mas
«Rey do los royes, y Señor do los señores:» ¿ Qué habe-
que hombre aquel Niño que les venia á anunciar. Viendo
rnos de hacer, cuando nace aquel príncipe, quo no ha do
los pastores al ángel , temieron sobremanera; porque su
cargar á sus subditos, ni ponerles pechos ni tributos,
flaqueza no sufría aquella excelencia y majestad. Mas el
sino lomar sobre sí las cargas d j ellos y pagar en su cuer-
ángel les quitó el temor, y les dijo : «No queráis temer:
po las ponas que ellos merecen? ¿Qué habernos de hacer,
mirad que os anuncio unas nuevas de grande alegría,
viendo que naco aquel en quien están escondidos lodos los
que será para todo el pueblo; que hoy es nacido para v o -
tesoros de la sabiduría y ciencia de Dios? ¿Aquel que es
sotros y para nuestro bien un Salvador , que es Cristo
espejo sin m a n i l l a , en el cual nos representa toda v e r -
nuestro Señor, en la ciudad de David. » No (ornáis, sino
dad, que es la fuente de toda dulzura, y arca en que está
alegráos ;pues tenéis tantas razones de gozo y de alegría:
encerrado todo lo precioso quo tiene Dios? ¿Que es ley
y es nacido el Salvador, y nacido para vosotros y por
viva, que da vida á todas las leyes y las endereza, y cor-
vuestra salud , y siendo Dios , ha nacido hombre y de
rige lodas nuestras acciones? ¿Qae es el maná quo c o n -
vuestra misma naturaleza, la cual ha sido levantada y e n -
tieno en sí todos los sabores, y pan celestial que solo pue-
salzada sobre la nuestra: y para que vuestro gozo sea mas
do hartar, y medicina quo cura todas las dolencias do
lleno y colmado, hágoos saber, que hoy en esta misma
nuestra alma? ¿Q:ie es flor del campo, que con su fragan-
hora ha nacido el Cristo del Señor y el Mesías tan desea-
cia y suave olor recrea al mundo y atrae á sí los corazones?
do , el cual por ser Dios, es vuestro y nuestro Señor. Y ¿Que es el sol do justicia, que deshace lodas las tinieblas,
para que le hallasen y conociesen, dióles por s e ñ a l , que y admirable é inmensa hermosura, que quila todas nues-
hallarían al Infante envuelto en pañales y reclinado en un tras fealdades: y finalmente nuestro rey, nuestro maes-
pesebre. ¡ O secretos , c invcsligables misterios de Dios ! tro, nuestro médico, nuestro pastor, amigo, hermano, es-
Los pañales, el pesebre , la pobreza da el ángel por señas poso, padre y señor? que todo esto se comprende en el
de ser nacido el Salvador, y aquel Rey poderosísimo y nombro del Salvador; y por todos estos lílulos nos debe-
sapientísimo, que habia de despojar el infierno y sujetar mos gozar, y porque hoy se nos ha dado, y ya le tene-
á los demonios, y dar vida y salud al mundo ! Vinieron á mos por nui'Slro, y como de cosa nuestra nos podemos
grande prisa los pastores y hallaron á María y á José, y holgar.
al Niño puesto en el pesebre : y viéndole, conocieron ser
verdad lo que les habia sido revelado acerca de este NiñOv Porque si los ángeles vienen hoy del cielo á hacer fies-
Cosa es de grande admiración, que conociesen los pasto- ta en la tierra y alabar al ¡Niño recien nacido y darle m ú -
res quo aquel Niño empañado y acostado en el pesebre sica, con no haber tomado el Señor su naluraleza, ¿qué
fuese Dios y Señor de él y de la tierra : porque todo lo habernos de hacer nosotrus, viendo tan ennoblecida y e n -
que veían, mas era para creer que no era Dios , sino un salzada la nuestra y que ya somos parientes de Dios? La
pobrecito y despreciado niño, abatido y desechado entre segunda cosa, conocer lo que debemos á este Señor por
las bestias : mas avisados del ángel, y admirados del res- osle beneficio, y las obligaciones que nos corren por este
plandor del cielo , y de la música y alabanzas de los án- parentesco de Dios; porque sin duda, que si algún rey l o -
geles , y sobre todo alumbrados con la luz de la fé, y e n - mase por mujer á una doncella pobre, que todos los deu-
cendidos en amor con la vista del mismo Niño , conocic- dos de ella se honrarian con aquel casamiento, y procu-
von que era Dios, y por tal le adoraron y le predicaron á rarian tratarse, nó como ántes, sino como deudos de la
los otros. reina. Pues lo mismo debemos nosotros hacer después que
Pues, ¿ qué habernos de aprender de osla aliL-ima es- el Rey del cielo se hizo parlicipante de nuestra nalurale-
DIA 25. D1CIEMBM. 57Í
za, procurando dt'jar el Irajé vit'jo de las vilezas y bajezas gel revelado h los pastores, gente humilde y pobro, y que
pasadas, y vivir como boinbrcs de sangro r e a l ; y así dico ellos fuesen los primeros que lebuscasen, hallasen y ado-
san León, [iapa:aConoco, ó cristiano, tu dignidad, y hecho rasen. Y juntamente en este hecho nos enseñó, que el o f i -
ya parücionero de la n;itni i»leza divina, no quieras volver cio de buen pastor es velar y apacentar su ganado; y que
á las viejas costumbres de la villanía pasada. Mira de cuya los prelados espirituales y príncipes temporales, y todos
cabeza y de cuyo cuerpo eres miembro: y mira que el los gobernadores de la república y padres de familias, d e -
precio de tu rescate es la sangre de Cristo: el cual te juz- ben velar y procurar con gran solicitud y cuidado, dar sa-
gará con verdad, así como lo redimió con misericordia.» ludables pastos á sus ovejas, y curarlas de la roña, y d e -
Pero en lo que principalmente debemos poner lo? ojos, es fenderlas de los lobos para dar buena cuenta de ellas á
en el pesebre, y estar atentos á lo que este Maestro divino e.-lc Xifio hoy nacido; porque es el sumo pastor que so
desde aquella cátedra celestial nos enseña, nó hablando, las encomendó: y el que no tuviere esta obligación poí-
sino callando: Niño es, y juntamente Verbo del Padre, no tener cargo de oli os, sea pastor de sí mismo y vele so-
cuya niñez habla, y todas las cosas que intervinieron en bre sí: oiga y obedezca á la voz del á n g e l , busque al Se-
el sagrado parto, claman y nos predican menosprecio, ñor, adórele y alábele; porque nació para salvarle y para
humildad, pobreza y trabajo. El establo, el pesebre, los su bien.
pañales, la desnudez, el desabrigo, el frió, la compañía de Mas entre todas las cosas de que nos debemos gozar en
k'slias, ¿quéotra cosa son, sino voces del Niño recien n a - el nacimiento de nuestro Salvador, una es, de las excelen-
cida, y una doctrina del cielo, que nos enseña que no es cias y grandezas de la santísima Virgen, y darle el para-
lan mala la pobreza como pensamos, n i l a n bienaventura- bien del nuevo y dichoso Hijo, que con tantos privilegios
dos los ricos como el mundo cree; y que la humildad es y prerogativas divinas dió al mundo; porque así como ella
la escalera del cielo y el deleite cuchillo de la virtud? «No es la puerta del cielo por la cual se nos comunicó esta
consuela la niñez de Cristo (dice san líernardo) á los par- gratn'o asi luz; por ella habemos de entrar para ver la
leros, ni sus lágrimas consuelan á los que dan grandes misma luz y ser particioneros del gozo inefable que ella
risadas; no consuelan sus pañales á los que andan atavia- en su sagrado parto recibió, que sin duda fué inmenso, i n -
dos y galanes ; no consuelan el pesebre y el establo á los decible é incomprensible, y para significárnosle, conclu-
que aman las primeras cátedras en las sinagogas, sino ye su historia del nacimiento del Señor el evangelista, con
á los que con paciencia aguardan en silencio la consola- decirnos, que esta Señora guardaba en su corazón Ies
ción divina y lloran.» O Cristo scengiña (dice el mismo misterios y maravillas que veia, y las confería entre sí
san Bernardo), ó el mundo yerra: Cristo no ;e puede e n - para alabar y manifestar mas al Señor. ¿Quién podrá
gañar, porque es Sabiduría eterna: y pues escogió para dignamente explicar los gozos y alegrías de aquella santí-
si la pobreza, lahumiklad y la aspereza, y desde que e n - sima Virgen, queporlodas partes estaba cercada de tan-
tró en esta vida, hasta que salió de ella, siempre se vistió tas maravillas, y en un profundo piélago de tantos miste-
de esta librea y nos exhortó con obras y palabras á vestir rios, sumida debajo de las olas de tantos y lan señalados
de ella, claro está (pie lo que él escogió es lo mejor, y que beneficios? ¿Oué sentiria su piadoso y humilde corazón,
nosotros, siguiendo la opinión del mundo, vamos errados. cuando veia en sus brazos al que por su inmensa majestad
Porque ¿cómo puede ser bienavenlurado el que tiene mas no cabe en el cielo ni en la tierra? ¿Cuando veia fajado y
honra en el mundo? ¿El que bebe los vientos por poner el envuelto en pañales al que viste á todas las criaturas; y
pie (leíanle de su igual? ¿Kl que pretende cargo y mando, rerlinado en un pesebre al que está sentado sobre los q u e -
y se hace esclavo de muchos por mandar y poder? ¿Y rubines y serafines? ¿Qué sentiria viendo adonde habirn
muchas veces lo compra con tantos y lan congojosos c u i - llegado las enlrañas de piedad del Señor; pues tanto per
dados, y con la hacienda, y con su vida y con su alma? su vil esclavo se habia abatido y humillado? ¿Cuando con-
¿Cómo las riquezas pueden dar contento al hombre ; pues sideraba la singular gracia que habia hallado en los ojos
se adquieren con trabajo, y se guardan con temor, y se de Dios; pues entre todas las mujeres criadas y por criar,
pierden con dolor? ¿Cómo puede dar hartura al alma que ella sola fué escogida por madre suya? ¡Con cuánta h u -
fué criada para solo Dios, una cosa lan vil y tan apocada mildad reconocía osla grandeza! ¡Con qué ojos miraba al
como la hacienda, que está sujeta á tantos casos é infor- que así la miró! ¡Qué gracias le daba! ¡Qué cantares le
lunios de perderse? Finalmente, ¿cómo pueden hacer feliz cantaba! ¡Con qué amor le respondía! Qué palabras le de-
al hombre las cosas que no le pueden hacer virtuoso, y cía! ¡Qué luces, qué resplandores, qué ardores, qué sen-
que están fuera del hombre? Pues ¿qué diré de los gustos timiento y afecto, qué ternuras y dulzuras eran las do
y deleites de nuestra carne, que tanto nos arrebatan y esta ptirísima Virgen, ( uando consideraba que habia con-
llevan en pos de si? ¡Q;ié sucios, qué breves, qué enga- cebido por virtud del Espíritu Sanio, y tenido en sus e n -
ñosos son, é indignos de la evcelencia del hombre que na- trañas nueve meses al Hijo de Dios, sin pesadumbre n¡
ció para trabajar, como el ave para volar! Pues quede esto fastidio, y parido sin dolor, y quedado virgen siendo m a -
sentado en unesíros pechos y muy fijo en nuestros corazo- dre! ¡Cuando veia los ángeles que descendían del cíelo á
nes, que nuestra bienaventuranza consiste en conocer adorarle y servirle, y darle música, y manifestarle á los
amar y servir al Señor: y que aunque las honras y rique- pastores; y á los mismos pastores que venían á reveren-
zas son bienes indiferentes y de los cuales se puede usar ciar y dar vasallaje á su Salvador y Señor! Pues demos la
bien y m a l ; pero que comunmente son ocasiones de g r a n - enhorabuena á esta Señora, y gocemos do su gozo, y s u -
des pecados: y que el estado pobre y humilde es mas se- pliquémosla humildemente que pues parió á su precioso
guro y mas aparejado para hallar á Dios en el establo de Hijo para nosotros, nos alcance gracia de su mismo Hijo,
Pelen; y para enseñarnos esto, quiso él ser reclinado en el para que no perdamos por nuestra culpa lo que él nos ganó
pesebre, y que su sacrosanto nacimiento fuese por el á n - por su gracia, y pora que nazca en nuestras almas de m a -
>1G LA LEYENDA DE ORO. DÍA 26.
ñera, que seamos parlicioneros de lodos los dones y b i e - Al cabo de ellos la bienaventurada sania Anaslasia fué
nes que con este inefable misterio y humildísimo nacimien- puesta en una nave con doscientos hombres cristianos, y
to nos trajo del cielo. setenta (Usuardo y Adon dicen setecientas] mujeres, para
SANTA ANASTASIA, VÍKGKÍ Y MUTIR, S SANTA ANASTASIA, que se ahogasen en el m a r : psro la nave, guiada de la
MÁRTIR.—Dos Anastasias celebra la. Iglesia, ambas roma- providencia del Señor, llegó á la isla Palmaria, donde san-
nas, ambas nobilísimas y mártires. La primera, llama ta Anaslasia fué atada á unos palos y levantada algo do
el Martirologio romano Anastasia la anciana, á diferencia tierra. Pusieron fuego debajo, y así fué quemado su cuer-
de la segunda, que fué martirizada después. La primera, po y purificada su bendita alma, que estaba mas encendida
habiendo escogido la vida monáslica y perfecta (como dice y resplandeciente con el fuego del divino amor, que su
el Melafraste) y habiendo sido instruida de la virgen san- cuerpo con las llamas del otro fuego material, con que que-
ta Sofía, en la persecución de Valeriano, por mandato de dó abrasado y consumido. Todos los otros sanios que h a -
probo, prefeclo, fué presa, encadenada, abofeteada, ator- blan venido con ella murieron por el Señor con varios g é -
mentada con fuego y con azotes; y corlados los pechos, ar- neros de tormentos y muertes: entre los cuales estaba uno
rancadas las uñas, quebrantados los dientes y tronchados llamado Euliciano; bombre muy sencillo y sin malicia a l -
los piés y las manos, fué degollada y voló á su Esposo vir- guna. Era muy rico, quitáronle loda la hacienda, y él no
gen y mártir, adornada de tan preciosas joyas, y tantas, mostró pena alguna por ello: porque tenia puesto su c o -
cuantos fueron sus lormcnlos. El dia de su martirio fué á razón donde estaba su tesoro, y preguntado, nunca res-
los 11 de octubre del año del Sgftoc de 2C2. pondía otra cosa sino; No me quitarán á Cristo, aunque
me quiten la cabeza. El cuerpo de santa Anaslasia, m e -
La segunda Anastasia (cuyo martirio celebra hoy la sania
dio quemado, recogió una matrona llamada Apolonia : y
Iglesia) fué casada con un caballero muy principal y de
besándolo muchas veces con ternura , y ungiéndolo con
gran linaje, llamado Publio, que era hombre fiero y cruel,
preciosos ungüentos, le envolvió en limpísimos lienzos,
y dado á la adoración de sus falsos dioses; y por eslo abor-
y sepultó en un huerto de su casa , en donde poco des-
r m a á santa Anastasia, porque era cristiana, y siempre
pués fabricó una iglesia, y la intituló de su nombre. El
se ocupaba en hacer bien y socorrer á los santos confeso-
martirio de Sania Anaslasia fué á los 23 de diciembre, i m -
res, que en la persecución atrocísima de los emperadores
perando Diocleciano y Maximiano, año de Cristo de 303.
Diocleciano y Maximiano estaban presos y eran atormen-
Fué muy célebre esta sania en Roma, donde hoy dia tiene
tados por la fé de Jesucristo. El Metafrasle dice que san-
un templo, que es título de cardenal. Escribieron de ella
ia Anastasia conservó su virginidad, y que Publio, su
los Martirologios romanos, el de Reda, Usuardo y Adon,
marido, no llegó á ella, pero afligióla sobremanera: e n -
y Mclafraslc en los aclos de la otra Anastasia mas anciana,
cerróla en un aposento de su casa, dándole de comer por
que refieren Lipomano en el v tomo, y el P. Fr. Lorenzo
tasa para que acabase preslo sus dias, y tratándola tan Surio en el vi de las Vidas de los santos.
desapiadadamente, que la santa tuvo necesidad de escribir
dos cartas á san Crisógono, mártir, que á la sazón oslaba * SANTA EUGENIA , VÍRCEN Y MÁRTIR.—Era esta santa un
también preso en Roma, rogándole que la favoreciese con ejemplar de virtud, sobresaliendo en su grande amor para
sus oraciones delante del Señor: y san Crisógono le res- con Dios , por manera que era la admiración de cuantos la
pondió otras dos carias que pusimos en su vida, y la con- conocían. Sabedor el tirano de las dotes cristianas que res-
soló y animó para la corona del marliiio. Pero sucedió, plandecían en Eugenia , la probó de varios modos, hasta
que en el mismo tiempo que ella estaba tan angustiada y que martirizada cruelmente murió en Roma el año 261
afligida, el emperador Diocleciano envió á Publio, su m a - en tiempo del emperador Galeno ó Galieno.
rido, por embajador al rey dePersia: el cual partiendo de LA CONMEMORACIÓN DE MUCHOS MII.ES DE MÁRTIIIES.—Es-
Uoma, la dejó en la misma cárcel, con intento de darle la lando lodos ellos en una iglesia , mandaron cerrarla por
muerte cumdo volvii se de Persia: mas por voluntad de órden del emperador Diocleciano, y rodearla de fuego.
Dios cayó malo en el camino y murió, pagando con la Entonces se intimó á los de denlro que si querían salvar
niuerte temporal y cierna los desafueros y tiranías que su vida , debían adorar á Júpiter. Negáronse Indos á una
contra sania Anastasia habia usado: y ella quedó libre y se- voz, y en medio del mas alioz tormento dieron el alma á
ñora de sí y de su hacienda, y la empleé loda en servicio Dios.
y sustento de los pobres, especialmente de los santos con- SAN PEDRO NOEASCO, CONFESOR V FUNDADOR.—Aunque el
fesores y mártires, como lo habia prometido. Era cosa Martirologio romano le menciona también en este d í a ,
maravillosa ver el ardor y afecto con que esta bienaven- su fiesta corresponde á 31 de enero , que es donde debe
turada viuda y virgen se empleaba en visitar las cárceles verse.
que calaban llenas de santos mártires, y cómo los conso-
laba y recreaba, y limpiaba sus llagas, y aliviaba sus pe- DIA 26.
nas, y enterraba sus cuerpos muertos, y en todas las cosas
se trataba para con ellos como una sierva y esclava. Pero SAN ESTÉBAN , PROTOMÁRTIR.—«Ayer (dice el glorioso
entendiendo en estas sanias obras, el Señor, que la habia san Agustín} celebramos el nacimiento en el mundo del
librado del marido, quiso darle el premio de ellas, y que Iley do los mártires , y boy celebramos el dia en que el
la que con tanta caridad y humildad servia á los mártires, primicerio y capitán de los mártires salió del mundo: por-
no careciese de la corona del marlirio. Fué presa por un que era conveniente que para dar vida á los mortales, el
prefecto y echada en una áspera y horrible cárcel, donde que es inmortal primero se vistiese de carne : y que des-
santa Teodora (que ya habia consumado su marlirio y r e i - pués el hombre mortal por amor de Dios inmortal menos-
naba en el cielo con Cristo; dos meses la sustentó con preciase la muerte : y por esto nació el Señor para morir
manjares traídos del cielo. por el siervo, para que el siervo no temiese morir por su
DIA 2G DICIEMBRE. 577
Seiíor. Nació Ci irito en la tierra para que Eslóban naciese sonto : el cual comenzó luego á ejercitar su oficio con tan
en el cielo. » Eálo es de san Aguslin.ú como olios dicen de grande vigilancia y caridad , que la hacienda de los p o -
san Fulgencio. La historia del martirio de san Kslóban es- bres estaba muy bien en sus manos ; p m j u e no la dejaba
cribió el sagrado evangelista san Lucas en el libro de los perder por descuido, ni la repartía por afición, ni se eno-
Hechos apostólicos, de esta manera. Habiendo el príncipe jaba por palabras y quejas de les que la recibían : y t r a -
de los sacerdotes, y muchos de la secta de los saduceos, tando necesariamente con mujeres y viudas, á quienes
con falso zelo de su ley, y por instinto del demonio, pro- daba de comer, era tan recalado y tan honesto, que t o -
curado estorbar á los apóstoles que no predicasen el dos podían aprender de él castidad y pureza. Demás de
nombre de Jesucrislo al pueblo , y azotádolos y amenazá- esto, ocupábase en predicar, y bacía Dios laníos m i l a -
dolos, y los mismos apóstoles recibido gran gozo, por gros por é l , y resplandecía en su vida una gracia y for-
verse mald alados por su Señor: dice san Lucas, que cre- taleza del cielo lan rara , que á lodos ponia admiración.
cia cada dia y florecía mas la Iglesia de Cristo, y se m u l - Fué eslo de manera que san Clemenle papa, discípulo de,
tiplicaba el número de los cristianos que en aquel tiempo san Pedro . hablando en persona de los apósloles, que
se llamaban discípulos: porque las obras de Dios son como ordenaron á los siete diáconos, dice, que en el amor para
la llama , que con los vientos de las persecuciones crece: con Dios, no era inferior san Esteban á los mismos após-
y como el oro , que con el crisol y fuego se afina, r í cela loles. Había en Jerusalen algunas sinagogas ó escuelas, á
ia multitud de los que creian en Cristo, no solamente en manera de colegios, á los cuales venían de varías p r o v i n -
número sino también en santidad y perfección, de manera cias estudiantes mozos , y de nación hebreos, para que en
qmj los fieles vendiansus haciendas, y Iraian el precio de aquella ciudad que era la cabeza de todo su pueblo, y
ellas y le arrojaban á los pies de los apóstoles, como cosa donde estaba el templo de Dios , y florecía el culto de su
baja y soez : dando á entender que ellos eran los que r e - religión , aprendiesen la ley de Moisés, y las ceremonias
cibian beneficios en querer los apóstoles aceptarlas y ser- y tradiciones con que Dios quería ser servido: porque es-
virse de ellas en utilidad de los pobres y menesterosos. las eran las letras que ellos aprendían como ahora van á
Ninguno tenia cosa propia y todos tenían las de lodos; por- las universidades los que quieren estudiar variar artes y
que á cada uno ee daba lo que habia menester, sin acep- ciencias. De cinco de estos colegios ó sinagogas ((¡ue f u e -
ción de personas. Teníase gran cuenta de proveer, espe- ron la délos libertinos, la de los cirenenses , la de los
cialmente á las viudas, como mas necesitadas de consuelo alejandrinos y la de los estudiantes que habían venido de
y alivio. Y como ya el número de los crcyenles se hubiese las provincias de Cilicia y Asia) salieron a dispnlai con
aumenlado mucho , y los que lenian cargo de repartir las san Esléban por verle tan gran letrado y tan fervoroso, y
limosnas ñolas repartiesen con lanía igualdad; los hebreos que en la gracia y fuerza de su predicación , acompañada
que habían nacido en Grecia comenzaron á quejarse y á de tantos prodigios y milagros, hacia grandísima riza en
m u r m u r a r , porque no se tenia tanta cuenta en proveer el pueblo y convertía á muchos á la fe de Jesucrislo, á
á sus viudas como á las otras de los hebreos que eran na- quien ellos tenían por erjemígo y dcslruídof de su ley.
turales de Jadea : pareciémloles que se les hacia agravio, Disputaron muchas veces con el santo l e v i t a , y siempre
y que se halaban desigualmente que las otras, que entre quedaron concluidos sin saber responder á los argumen-
mucha gente, aunque sea santa, no es maravilla que haya tos que les traía, ni á la sabiduría y espíritu de aquel en
alguna imperfección, murmuraciones y quejas. Luego que quien hablaba Dios. Halláronse tan afrentados y corridos,
los sagrados apóstoles entendieron lo que pasaba , y el que determinaron dar la muerte á quien con razones y
fundamento que habia para ello, llamaron la muchedum- argumentos no podían vencer. Para salir con su íntenlo
bre de los fieles, y dijcronles que no era conveniente que buscaron testigos falsos que le acusasen delante del sumo
ellos dejasen de dar pasto á las almas con la predicación, sacerdote , y alborotando al pueblo y á los ancianos y es-
por dar de comer á los cuerpos y atender á cosa de me- cribas, echaron mano de san Esteban y le llevaron á su
nos importancia : que escogiesen siete varones (nó niños ayuntamíenlo, calumniándole haber dicho que-Jesús N a -
ni muy viejos, que , ó no supiesen, ó no tuviesen fuerzos zareno habia de destruir aquel l u g a r , y mudar las tradi-
para hacer aquel ministerio; y personas conocidas y apro- ciones (¡ue Moisés les había dado. Lo uno y lo oli o era
badas, y llenas del Espíritu sanio y sabiduría , para que falso; poique san Esléban no bahía dicho l a l : verdad es
se OLiipasen en aquel piadoso oficio : y ellos descargados que ellos lo pensaban y lemian, interpretando mal y tro-
de él pudiesen con mas libertad atender á la oración y á cando las palabras que Crislo nuestro Señor habia dicho,
la predicaciou déla palabra de Dios: porque el predicador como lo suelen hacer los que buscan ocasión para dañar
para inflamar con su palabra á los oyentes , primero ha al que tienen por enemigo. Estando el santo levita en el
de ser alumbrado é inflamado de Dios en la oración , y concilio , habiendo el sumo sacerdote oído la acusación,
coger en ella lo que ha de derramar á los olroa. Pareció le preguntó si era verdad lo que aquellos testigos decían.
bien á la multitud lo quelos sanios apóstoles propusieron Todos los que allí eraban sentados, pusieron los ojos en
y eligieron siete hombres de buena fama ¡ y se los ofre- •S;III Entiban (como comunmenle se suele hacer, cuam'o el
cieron : y los apósloles pusieron sobre ellos sus manos reo está delante de los jueces, y preguntado da razón de
ordenándolos de diáconos para que demás de tener cui- si , y dice el texto sagrado que vieron su rostro como ros-
dado de repartir las limosnas, y proveer á los líeles de tro de un ángel: poi que el Espíritu santo que estaba i n t e -
lo que hubiesen menester, se ocupasen también en la pre- riormente en su alma, resplandecía y enviaba sus rayos
dicacicn-del Evangelio y en las otras cosas quo están ane- exleriormente al cuerpo : y como él estaba inocente y sin
jas á aquel grado. culpa, y tan señor de si y no tenia que temer, mostraba
en la cara lo que tenia en el pecho: y (como dice Ensebio
Entre estos el mas principal y eminente fué san Eslébar, Emiseno; de la abundancia del corazón salíala hermosura
varón (como dice el lexlosagrado: lleno de fé y Espíritu
TÜMO 111. 73
.H78 • LA LRYRNDA DE ORO. DIA 20,
al cuerpo, y la pureza mlcrior redundaba en la compos- cbor: y por esto se taparon laa orejas y arremetieron á é l ,
tura exterior, y la luz escondida dentro se vehi como y le echaron mano y le sacaron fuera de la ciudad para
en su espejo cu la frente. Esto dice Emiseno. Pero ¿qué apedrearle como á blasfemo ; porque así lo mandaba la
maravilla es que pareciese ángel el que era ángel en la ley : y para poderlo hacer mejor y eslar mas desembara-
castidad? ¿Y el que como i'mgel no tenia cuidado de su zados , se desnudaron sus ropas y las dieron á guardar á
cuerpo, é imitaba la fortaleza y virtud de los ángeles? Sanio , que era primo del mismo san Esléban (como dice
¿Y estando lleno de Espíritu santo, ya representaba aque- Ecumenio), y mozo ardiente y que le hervía la sangre
lla vida angélica y celestial ? Porque si la cara de Moisés con la edad, y con el zelo de la ley,que le parecía destruir-
resplandeció tanto cuando trajo del monte la ley vieja; se por la predicación de san Esléban, y por eso deseaba
¿qué maravilla es que la carada Estéban baya resplan- que muriese, posponiendo el amor á la sangre y paren-
decido como cara de ángel, cuando explicó la ley nueva, tesco al estudio y zelo de la religión: y á esta causa
y magnificó al verdadero legislador? Pues como el sumo guardaba los vestidos de los que apedreaban al santo, para
sacerdote hubiese preguntado á srn Esléban , si era ver- apedrearle él con las manos de todos, como lo dice san
dad lo que contra él se decia ; lomó H sanio la mano , é Agustín por estas palabras : i De tal manera Saulo ayuda-
hizo un razonamiento muy l a r g o , comenzando desde que ba á los que apedreaban, que no se contentaba con ape-
Dios apareció á Abrahan, y le mandó que saliese de su drear él por sus manos; ánles para apedrear á Esléban con
tierra y fué'se á la que él le moslraria, refiriendo desde las manos de todos, guardaba los vestidos de todos: y era
aquel tiempo el discurso que babia tenido el pueblo de mas cruel, ayudándolos á todos, que si le apedreara con
Israel, y las mercedes que Dios le habia hecho, especial- sus manos. » Cogieron á gran priesa las piedras, y co-
mente por mano de Moisés , á quien Dios babia hecho menzaron á tirarlas con gran furia á Esléban, que invocaba
príncipe y redentor de su pueblo , y le babia enviado á al Séfior, y le decía : Señor mió Jesucristo, recibe mi es-
Egipto para que le librase , como le libró haciendo lanías píritu. Gomólos judíos eran duros y empedernidos y tenían
maravillas y prodigios. Finalmente, después de haberse el corazón de piedra, tiraban piedras : y como el santo l e -
mostrado sapientísimo en las divinas Letras, y magnifi- vita era blando y amoroso, y tenia el corazón de carne,
cado á Moisés como á ministro de Dios y profeta excelen- destilaba dulzura y suavidad: ellos corrían á las piedras
tísimo que había anunciado que Dios le enviarla otro pro- y Esteban á la oración: ellos le tiraban piedras duras, y él
feta de su linaje y sangre (que era el Mesías), á quien de- como un pedernal y piedra mas fuerte y dura, herido de
bían oir y obedecer, y respondido á las cosas que falsa- las piedras, echaba de sí centellas , nó de enojo, sino de
mente le oponían; encendido de zelo, gravemente los amor , pnra ablandar y abrasar los corazones mas duros
reprendió, porque eran desagradecidos y rebeldes á Dios, y que las mismas piedrasque tiraban. Pero después rpiesan
hombres do dura cerviz, é imitadores desús antepasados: Estéban hubo encomendado su espíritu al Señor, hincando
los cuales habian perseguido y niuerlo cruelmente á los las rodillas en tierra, clamó con una grande voz, y d i j o :
profetas que Dios Ies babia enviado, y ellos, peores que Señor, perdonadles este pecado , y no los castiguéis por
sus padres, habian puesto las manos y crucíficLido al Sanio el. Por si hizo oración en pié ; y por sus enemigos arrodi-
y Juslo, de quien los misinos profetas habían profetizado llado: por los que le apedreaban alzó la voz, para que
y predicado al pueblo que vendría. Los que estaban p r e - Dios les perdonase ; la cual no se dice alzó para rogar por
sentes , oyendo esto, no se puede creer el aborrecimiento s i : porque veía el gran peligro y obstinación de ellos : y
y odio que concibieron contra el sanio diácono: desha- como estaba tan abrasado de caridad , no tenia tanta soli-
cíanse dentro de s í , y crujían los dienles contra é l , de- citud de s i , como de la perdición y eterna condenación de
seando echarle las manos y acabarle. Levantó Esteban los sus hermanos : imitando en esto al Señor de todo lo c r i a -
ojos al cielo , y Vela inmensa claridad corporal , qne r e - do , que en la cruz suplicó al Padre eterno que perdonase
presentaba la gloría de Dios, y á Jesucristo en pié, al lado á los que le crueilicaban : juzgando que hacia poco en se-
derecho de Dios , como quien estaba presto para ayudarle guir las pisadas de su Maestro, pues habia lan gran dife-
y favorecerle en aquel riguroso trance. Tuvo esln visión rencia de su vida á la de Cristo, y de muerle á mueite.
para que habiendo dicho poco ánles que los judíos habian Y es de creer que el Señor oyó aquella oración , que salía
muerto á Jesucrislo, le predicase v i v o , y no solamente de pecho tan encendido en su amor y tan deseoso de i m i -
resucitado, sino también glorioso en el cíelo y sentado á la tarle: y que muchos de los que allí estaban y le apedrea-
diestra del Padre : y para que con aquella vista se ; m i - ban se convirtieron , y alumbrados con la luz del cielo,
masc á morir por el que habia muerto por él , y enten- recibieron la fé de Críslo y murieron por ella : pues que
diese que le estaba el cielo abierto, y Jesús muy á punto vemos que Saulo (que era el que los atizaba y guardaba
y aparejado para ayudarle : y que no hay tribula- las capas de los que le apedreaban) por la oración de san
ción ni mal alguno tan grande que con el amparo y Esléban de lobo se hizo cordero, y de perseguidor de Cristo
virtud del Señor no se pueda vencer. Fué tanlo el fué-apóslol de Cristo y perseguido, y muerto por su amor ;
gozo y el esfuerzo que el santo levita recibió con de suerte qne la conversión de san Pablo fué efecto déla
aquella visión , que no se pudo conlei¡er, "que no rebo- oración de Kstéhan , como escribe san Ambrosio : y san
sase y dijese: «Mirad, que veo los cielos abiertos, y al Agustín dice lianamente , que si Estéban no orara, la I g l e -
Hijo del hombre al lado derecbodeDios. «Eli oyendo estas sia no luviera á Pablo : que por eso se levantó Pablo; por-
palabras aqufüa gente pérfida ,que deseaba tener ocasión que inclinándose en la tierra Esléban, oró por él y fué oído.
de vengarse del valeroso soldado de! Señor, levantaron la Y no es maravilla que el Señor oyese al que él mismo ha-
voz en grito , diciendo : Muera , muera el blasfemo ; por- bía llenado de fé , de gracia , de fortaleza , y adornádole
que tenían por blasfemia decir que oslaba en el cielo, á la de tantos dones del Espírilu sanio y héchole en su muer-
diestra de Dios ,el que ellos habían condenado por malbe- le tan semejante á si : ) orque Jesucristo fué acusado de
DÍA 26. DIC1K
blasfemia y condonado : porque dijo : To soy Oíslo Hijo comenzaba e¡ año 35 de su nacimienío. Hipólito Tobano y
de Dios, y veréis al Hijo del hombro sentado á la dieslru Erodio escribieron que san Eslébau fué apedreado sieU*
de la virtud de Dios ; y san Esteban fué apedreado por h a - aftjfl después que fué ordenado diácono de los apóstoles ;
ber dicho que veia !os cielos abiertos, y á Jesús que estaba poro esto no tiene fuudiimento ni probabilidad. Fué tan
á la diestra de la virtud de Dios : para acusar á Cristo bus- reverenciada la memoria de san Eslébau de los fieles des-
caron (os'igos falsos ; y lo mismo hicieron para coiuieuar de el principio de la Iglesia, que san Clemente, papa,
á Esteban : al uno y al olio sacaron fuera de la ciudad : escribe que los apóstoles s.m Pedro y san Pablo manda-
el Señor fué confortado del ángel orando en el huerto; y ron que se guardase el dia de su tiesta : y san Ignacio
Esteban del mismo Seflor, cuando le vio al lado del Padre dice, que san Eslébau hu' ministro de Santiago el menor,
para ayudarle : el Señor y el siervo rogaron por sus ene- I obispo de Jerusalen. San Fulgencio afirma, que para a l -
migos , y encomendaron su espíritu á Dios que le recibió: canzar la corona del martirio conforme á su nombre (por-
y así concluye san Lucas la histoiia del martirio de san que Esteban quiere decir Corona), se armó el santo levita
Esléban con estas palabras: E l rum hcec dixisse.l, obdormi- de la caridad , por la cual no se dejó llevar de los judíos
v i l t» Domino: En diciendo estas palabras y acabando cuando disputaban , y rogó por ellos cuando le apedrea-
esta oración que hizo por los que le apedrearon , durmió ban. La calidad le hacia que los reprendiese, para que se
en el Señor. En el Señor durmió; porque murió por el Se- enmondasen, y que suplicase á Dios que no los castigase;
fior, ofreciéndose en sacrificio por su fé , y por el amor de porque tenia mas pena de ios pecados de ellos que de SUÍ
sus hermanos ; en el Señor durmió ; porque su muerte fué propias heridas, y lloraba mas la maorle de sas almas que
un sueño suave para é l , y de gran precio para nosotros, la de su cuerpo. Pero no resplandece solamente la caridad
y para toda la iglesia de grande utilidad, por haber sido para con sus enemigos en el martirio de san Esléban, s i -
regada con la sangre de este bienaventurado y forlísimo no también l a f é , la sabiduría, la Ib ría lo/a , la libertad y
mártir, que después de la ascensión del Señor fué el p r i - zelo de la gloria de su Señor, ¡a paciencia y consiancia con
mero que por su amor con invencible constancia la derra- que murió, y todas las otras excelentísimas virtudes, que
mó : y por esto es llamado san listéban prolomárlir y p r i - nosotros debemos procurar de imitar. Todos los sanios ala-
miciMio de los mártires, porque fué el primero ¡como d i - ban , engrandecen y onsalzan sobronumern á este beatí-
jimos) que dió la vida por Cristo, y en él se dedicaron y simo y gloriosísimo mártir, como se ve en las homilías que
se ofrecieron al Señor las primicias de los mártires , y él escribieron de él san Agusliu , san Gregorio Niseuo , san
con su ejemplo abrió camino á los demás. Muerta que fué Fulgencio , sau Pl'J.-O C r i s ó l i t o , san Bernardo, Ensebio
el santísimo levita y santísimo protomártir Esteban , dice Emiseuo, Nicolás y oíros muchos. Los milagros que nues-
san Lucas, que algunos varones temerosos de Dios toma- 1ro Si-ñor obró por medio de las reliquias de san Esteban ,
ron su cuerpo y le sepultaron con gran llanto: quiere d e - cu;iu(lü reveló su cuerpo, fueron innumerables. Snn Agus-
cir con mucha solemnidad , como lo inlerpreta san Señé* tiu roliorc algunos, como testigo de visbi ; y nusolros.cn
nimo. El lugar y modo con que le enterraron , reveló Ga- el dia de la Invención de su cuerpo lo li alamos, y por eso
maliel á Luciano presbítero, y nosotros lo referimos el dia no lo repelimos aquí.
de la Invención de sus preciosas reliquias, á los 3 de agos-
' SAÍN M.UUNO, MÁUTIR.—A fines del siglo tercero imperaba
to. Fué apedreado fuera de la puerta Aquilonar de Jerusa-
Numeriano, y en la misma ciudad de Itoma vivía Marino
len. Dejaron su cuerpo en el campo un dia y una noche,
que porleuecia á una familia ilustre. Era cristiano y no se
para que lecomiesen las fieras; pero ninguna le locó: y Ga-
avergonzó de confesarlo en presencia de los tiranos, por
maliel envió hombres fieles, y les dió lodo lo necesariopara
cuyo motivo fué cruelmente martiri/ado , sufriendo los
que en f u coche ¡lev iscnel cuerpo á una aldea suya, delante.
martirios con valor y constancia. Sucedió su muerte el
veinte millas de Jerusalen , donde por espacio de setenta
año 2 8 i .
dias á su costa se celebraron las exequias, con mucho sen-
SAN DÍOMSKM'APA Y C.ONFESOU.—Murió en 200, después
timiento, y el cuerpo se pusoensu sepulcro. Esto es lo que
do haber trabajado cuanlocabe en bien y gloriado la Igle-
relióte Luciano, por ia revelación que le hizo Gamaliol.
s'a católica. Fué hombre admirabley de vaslísiiua doctrina.
Mas los sacerdotes y escribas no quedaron satisfechos con
SAN ZÓSIMO, PAPA Y CONFESOU. — El Murlirologio romano
la muerte de san Esteban ; áules encarnizados y relamién-
lo HMMkma en este dia, después de san Dionisio. Nació en
doseen la sangre quehabian derramado, se cmbravecieion
Grecia, y murió, modelo de sumos pontífices, en 418.
contra k s otros cristianos, y movieron (como lo escribe el
SAN AiiyuiLAO, omsro r COXFHSOB.—Es muy venerado
evangelista san Lucas) una gravísima persecución contra
en la Mosopolamia ; fué emincnle cu saber y en santidad.
ia Iglesia del Señor, que estaba en Jerusalen: en tanto
Fué obispo de Cascar ó Casglar, en la Mosopolamia. Murió
grado, que lodos los creyentes, fuera de los apóstoles,
santamente á fines del siglo UL
que eran las colunas, se ausentaron de la ciudad y so es-
SAN ZE.VON , OBISPO Y CONFESOU. — Ha merecido una con-
parcieron por varias provincias y tierras, sembrándolos
memoración especial del Martirologio romano en este dia,
Dios por ellas, como semilla del cielo, para coger copio-
siendo modelo de las virtudes que constituyen un verda-
sa cosecha con su predicación. Doroteo dice (no sé de dón-
dero prelado de la Iglesia. Fué obispo de Mayuma.
de lo l o m a , ) que el dia que fué apedreado san Eeleban ,
SAN TEODORO , CONFESOR. — De él hace mención san Gre-
murió con él Nicanor, nno de los siele diáconos , y otros
gorio papa , como asimismo el Martirologio romano. Fué
dos mil cristianos con ellos. Lo de Nicanor, que haya muer-
sacristán de la iglesia de San Pedro en Roma.
to con san Esteban , también lo dice Hipólito , mártir. Fué
SAN JAULATH , OBISPO Y CONFESOR.—Floreció á principios
el martirio de san Estévan á lo» de diciembre, en que
del siglo Y I . Fué primer obispo de Tuam en Irlanda , y
la santa Iglesia le celebra, y fué el año mismo en (pie el
murió en iiíO. No debe confundirse con otro Jarlalh quo
Salvador murió y subió á los cielos, y el primor dia que
fué discípulo de san Patricio.
580 LA UíYIíiNDA DK OUO. DÍA 27.
esposa de mucha consideración, que entre todos los após-
DÍA 27. toles á ninguno haya el Señor trocado el nombre, sino á
san Pedro y á estos dos hermanos : á San Pedro llamán-
SAN JCAN, APÓSTOL Y EVANGEMST.V.—El bicnavenlurado dole Piedra óCefas. que es lo mismo; y á san Juan y á
profeía, apóstol, evangelista , doctor, virgen y mártir san Santiago, hijos del trueno. I.a causa de haber dado aquel
Juan, y por otro nomhre el discípulo niiiado del Si'fior, nombre á san Pedro está clara; porque él había de ser
ínedL1' nación galiieo y natural de Uelsaida. de donde l a m - cabeza de la iglesia y la piedra fundamental y secundaria,
l»ien fueron s;m l'edt o y san Aiulrés. Fué hijo del Zebedeo, en que después de Cristo ella sehabia de fundar : mas el
y de M iría Saloiné, y Hermano menor de Santiago el m a - llamar Hijos del trueno á estos dos apóstoles y bienaven-
yor. l a vida de csle grande a[!Ó;U()l y privado de Jesu- turados hermanos, la causa fué, porque sobre todos los
cristo so ha de sacar iirincipalmenle de lo que de él es- oíros apóstoles después de san Pedro, habían de íer mas
criben los evangelistas en la sagrada historia del Evan- familiares suj os y mas privados y regalados como lo fue--
gelio,^' san Lucas en el libro de los Hechos apostólicos, y r o n : pues á estos tres apóstoles, Pedro, Juan y Diego,
san Pab'o en sus Epístolas , y de lo que el mismo san Juan llevaba el Señor consigo en las cosas secretas é íntimas,
en su Evangelio, en sus Epístolas y en el Apocalipsi escti- dejando á los demás; como cuando se transfiguró en el
bedeíi,y de lo que los santos doctores'y autores de la His- monte Tabor,y cuando resucitó á la hija del archisinagogo
toria eclesiástica dicen de este varón incomparable, y dis- Jairo, y cuando en el huerto hizo oración al Padre eterno,
cípulo tan querido y regalado del Hijo de Dios. suplicándole que apartase de él aquel cáliz amargo de la
La primera cosa que nos dice san Mateo en su Evange- pasión. También los llamó Hijos del trueno; porque ha-
lio de san Juan es, que él y Santiago ta hermano eran bían de ser los principales capitanes y conquistadores del
pescadores, como también lo era Z^bedeo sil padre. San mundo, entre los que él enviaba para sojuzgarle y rendir-
(Jerónimo dice que eran nobles, y que por su noble/a san le á sn obediencia : porque Juan especialmente nos habia
Juan era conocido de t a i f a s , sumo sacerdote: y que por de declarar como un trueno sonoro y espantoso la gene-
esto pudo entrar él, y hacer entrar en su casa á san Pe- ración eterna de Jesucristo, y entonar aquellas palabras
dro, al tiempo de la pasión del Señor. Estando, pues, san que asombraron al inundo: !n principio eral Terí/uífi, c o -
Juan con Diego su hermano, y con su padre Zebedeo, en mo adelante se verá. Mostraron también estos sagrados
un n ivío aderezando y reparando sus redes para pescar, apóstoles, que eran rayos é hijos del trueno, en lo qne
el Señor llamó á los dos hermanos, y les mandó que le san Lucas escribe que pretendieron hacer: porque h a -
siguiesen ; y ellos fueron tan obedientes á aquella voz po- biendo el Salvador de pasar por la ciudad de Samaría, de
derosa de Dios, que luego dejaron el navio, y el oficio y camino p;!ra Jerusalen, envió algunos adelante, para que
ejercicio que tenían de pescar, y lo que es mas, su casa, aparejasen lo que habían de comer. Cuando los samarita-
padre y madre, y comenzaron á seguirle y á ser sus dis- nos los vieron y conocieron en el traje que eran judíos y
cípulos : dándonos ejemplo de la prontitud con que hemos de diferente religión que la suya, no quisieron recibir
de obedecer al Sefior de todo lo criado, cuando él nos lla- al Señor : y fué tanto lo que sintieron los dos hermanos
ma, y nos propone alguna cosa de su servicio, como lo aquella descortesía y descomedimiento que habían usado
hizo san Juan, que por ser mas mozo y estar en la ílor de contra su Maestro, que encendidos de celo, desearon t o -
su juventud, se debe estimar mas lo que hizo. Algunos mar venganza de los samarilanos , y dijeron al Sefior, que
doctores, como lieda y Ruperto, dicen que san Juan fué si quería, que mandase venir fuego del cielo para que los
el esposo de las bodas de Cana de(Jalilea,á las cuales fué abrasase en castigo de tan gran culpa: mas el Salvador
convidada la Virgen nuestra Señora, y su bendito Hijo les respondió, que aquel espíritu no era del Nuevo Testa-
con sus discípulos, y que el Señor le escogió y llamó al mento sino del Viejo de Elias, y nó de discípulos suyos:
apostolado, honrando por una parte las bodas con su pre- poique él había venido á dar vida á las almas y nó muer-
sencia, y uianifestando por otra que la virginidad se deje te á los cuerpos, y que su ley evangélica con dulzura, b e -
preferir al matrimonio : y muchos autores modernos s i - nignidad y mansedumbre se había de fundar. Otra vez
guen esto: y aun quieren hacer de este parecerá san Ge- viendo san Juan que uno echaba los demonios en el n o m -
rónimo y á san Agustín; aunque estos santos claramente bre de Cristo, que no seguía á Cristo ni era de sus discí-
no lo dicen. Mas probable es (á mi pobre juicio) que san pulos ; le prohibió, y le dij,% que pues no era de su com-
Juan no haya sido aquel esposo de las bodas , á las cuales pañía, no se aprovechase del nombre del Sefior contra los
él vino, nó como esposo, sino como discípulo que ya era demonios : pero el mismo Señor, cuando Juan le dijo lo
de Cristo, acompariando á su Maestro. Demás, que san que había hecho, le avisó que tuviese por amigo al que
Juan no era natural de Caná, sino de Helsáida (como diji- no era enemigo, y por suyo al que no era contra él, y que
m o s ) : y habiendo ido el Señor para honrar las bodas y no impidiese al otro lo que hacia. Eran tan grandes los f a -
santificarlas con su presencia, y tapar las bocas á los he- vores que Jesucristo hacia á san Juan y Santiago, quo
rejes que después se hablan de levantar y condenarlas co- María Salomé su madre confiaba'de ellos; y del deudo que
mo ilícitas; no parece cosa razonable que las deshiciese, tenían con él, se atrevió á suplicarle que los hiciese los
llamando al esposo, y apartándole de su esposa, y dando dos mas principales personajes de su reino, y que el uno
ocasión á los mismos herejes con este hecho, para v i t u - de ellos se sentase á sn diestra y el otro á su siniestra:
perar al santo matrimonio. Añade san Márcos, que des- ahora fuese porque los mismos hijos lo habían pedido á la
pués que Cristo nuestro Salvador llamó á san Juan y á madre, por entender que como mujer lo alcauzaria mas
su hermano, les puso por nombre Uoanarges; que como fácilmente, y que ellos quedarían sin empacho suyo y sin
el mismo evangelista interpreta, quiere decL': Hijos del queja de los otros apóstoles, como algunos santos lo i n -
trueno, (pie según la frase hebrea, es tanto como rayos. V inlerpretau : ahora, porque la misma madre de suyo, co-
ni A 27. DICIKMIÍUK. 581
mo miulro, era cuidadosa y solícita del bien di1 sus liijos, habia sido comunicada, y regalarla y fecundarla con las
y sin que ellos tuviesen p;irle en lo que ella baHn, les pro- aguas que en aquella fuente de vida habia bebido. Gran-
ctiraba su bien, como'oiros doctores dicen. Mas el señor se dísimo favor, soberano beneficio, incomparable gracia fué
volvió á los hijos, á cuyo bien se endereznba la petición de la que en esta cena hizo á Juan el Señor: pero mucho m a -
ia madre, y les dijo, que no sabian lo (pie se pedían : por- yor es la que le hizo estando en la cruz : porque habien-
que si pros; ban (pie su reino era temporal y de la tierra, do todos los otros apóstoles desamparado á su Maestro, y
y pedían los primeros y mas preeminentes lugares en él, Pedro, que era la cabeza de todos, negádole tres veces;
se engañaban ; porque su reino era espiritual y del cielo: solo san Joan le acompañó, y con la sacratísima Virgen
y si ellos creian que lo era, y querían ser aventajados en asistió á su pasión en el monte Calvario, atravesado de i n -
él por deudos s u j o s ; que iban fuera de camino : porque creíble dolor, p ' j r v e r á su Señor y Maestro puesto en un
(¡uorian U enrona ánles de la baíalla, y baber por f a - madero con tan atroces tormentos y dolores: y á la Madre
vor lo que UD se da sino por merecimientos: y por esto les santísima mas muerta que viva, por ver morir al que ella
preguivó si estaban aparejados para beber el cáliz de la habia dado su carne, y él á ella su espíritu. Estando, pues,
pasión que él babia de beber. Y ellos como animosos y el bendito Jesús en aquel conflicto y agonía, y viendo á la
esl'or/ados respondieron que sí. Pero el Señor se cerró madre y al discípulo; compadeciéndose de la una, y que-
con decirles, que beberian su cáliz; mas que las primeras riendo regalar al otro y darnos ejemplo de la obediencia,
sillas de su reino, ni se babian de dar sino á los que con- respeto y reverencia que debemos á nuestros padres, d i -
forme á la disposición del Padre eterno las bubiesen mere- jo aquellas palabras de tanto amor y senlin.lento: «Mujer,
cido. Dice mas el evangelista : que. cuando el Señor luibo hé aquí á tu hijo; » y volviéndose á Juan : «lié aquí á tu
de celebrar la última Pascua, en la cual había de descu- madre:» con las cuales traspasó con un cuchillo de dolor
brir mas el amor que(tenia á los suyos, é instituir el sacra- las entrañas de la Madre (pie perdía tal Hijo, y le trocaba
mento inefable de su sacratísimo cuerpo y sangre, envió á por Juan ; y á Juan le honró y sublimó y enriqueció, dán-
Pedro y á Juan para que aparejasen lo que era menester dole por mach e á su propia Madre, y haciéndole de discí-
para celebrar aquella Pascua, que por este respeto era pulo hermano suyo. ¡ O gracia singular! ¡ O dádiva ines-
muy diferente, y muebo mas excele ite que las otras: y el timable! ¡Odón de dones! Por el cual en cierta manera
baber juntado á Pedro y á Juan, fué señal de que para co- hizo Cristo á Juan su hermano de padre y madre, y par-
sa tan grande escogió el Señor á los dos apóstoles mas tió con él la herencia, como con hermano menor : porque
queridos y mas privados suyos. solo Jesucristo es único hijo y natural del Padre, é imágen
invisible, resplandor déla gloria y figura de la substancia
Pero mayor deinoslracion de la privanza de san Juan, y
deDíos, Hijo consubsláncial, perfectisimo, infinito, coeíenio
del singular amor que le tenia el Señor, fué lo que en
y en lodo igual al que le engendró, de quien dice el profe-
aquella sagrada cena hizo con é l : porque de lodos los
ta : «El Señor me d i j o : Tú eres mi Hijo; y yo te engen-
apóstoles, el que mas cerca estaba de Cristo era Juan: y
dré hoy:» que quiere decir, «eternamente.» Y lodos los
habiendo dicho que uno de los doce que estaban sentados
que están unidos en Cristo por viva fé, fu me esperanza y
á la mesa con él le vendería y seria traidor, sin señalar
ardiente caridad, son hermanos suyos y miembros de su
quién era ; san Pedro, deseoso de saberlo, para despeda-
cuerpo, que es la Iglesia, cuya cabeza él rs : y así lo l l a -
zarle (como dice san Crisóslorno) y comerle á bocados, no
ma é l ; porque dice el apóstol san Pablo: «No se desdeñó
se atrevió á preguntar al Señor quién era ; mas por señas
de llamarnos hermanos : » y siendo hermanos de Cristo,
rogó á san Juan, que como mas familiar y mas regalado se
son hijos adoptivos del Padre eterno; pues como dice el
lo preguntase: y él se lo preguntó, y el Señor respondió,
mismo san Pablo: «El Espíritu santo nos da testimonio,
que era aquel á quien él daría un bocado de pan mojado
que somos hijos de Dios: y si hijos, también somos here-
en el plato : y luego dió el bocado á Judas ; y san Juan en-
deros de Diosy herederosjuntamentecon Cristo. » Mas aun-
tendió, que él era el traidor.
que todos estos son hijos del Padre cierno, y por esta par-
De donde consta la familiaridad y privanza que tuvo te hermanos de Cristo; nuestro glorioso apóstol y evange-
con Cristo este gloriosa apóstol y evangelista sobre todos lislasanJuan es hermano mas eslrerho y mas querido [corno
los demás : pues é príncipe y cabeza de todos los apósto- lo fué Beujamin de JOM> entre todos sus hermanos) j por-
les le tomó por medianero, para saber per él lo que por sí que es hijo de un mismo Padre y de una misma Madre.
no so atrevió á pregnniar al Scfíor. Mas todo esto no nos Y puesto caso, que todos los fieles que están en gracia son
declara tanto este regalo y favor, como lo que el mismo hijos adoptivos de esta Señora: porque aunque ella no tuvo
Juan dice de sí (pie en aquella misteriosa cena se recostó sino un Hijo unigénito y nacido de susenlranas; por él m e -
sobre el pecho del Señor. Recostóse sobre los brazos y reció ser Madre de lodos los vivientes, y tener tanlos hijos •
seno de Cri.-to, como hijo mas tierno y mas regalado de su adoptivos, cuantos Cristo tiene hermanos : pero de todos
padre. Y oyendo del Señor , (pie uno de los apóstoles le es'os hijos Juan es el primogénito, es el dechado y m o -
había de vender, y que se llegaba aquella hora lastimosa delo de lodos los otros : porque á él solo se dió esto
en ([iie su vida babia de morir, tuvo gran tristeza y cerró privilegio tan especial, y Cristo le entregó á su Madre por
los ojos corporales á todas las cosas visibles, y abrió los madre, y á la Madre á Juan por hijo, y él la tuvo por tal,
del alma para las invisibles. Quedaron todos los sentidos v la sirvió y regaló mucho mas perfectamente que si h u -
exteriores como dormidos y muertos, para que las poten- biera sido sil madre natural. ¡ O dichosa suerte! ¡ O pre-
cias interiores se dispertasen y avivasen mas, y en aquel cioso don ! ¡ O tesoro inestimable! Ecce maler l ú a : lié aquí,
divino viesen el misterio inestimable de la generación del Juan, á tu madre: toma á María, nó por señora, nó por
Verbo, y todos los otros secretes y profundísimos sacra- reina, nó por maestra, nó por abogada (como hasta aquí la
mentos, que después el santo apóstol nos había de mani- has tenido, y toda la Iglesia la tiene!; sino lambien por
festar, y alumbrará toda la Iglesia con la luz que allí le
582 LA LIÜYENDA DK OHO. DIA H .
madre: loma la Madre de Dios \ m madre l u y a : loma íi la se rompía y no la podían sacar. En viendo este milagro,
reina del cielo, á la emperatriz del mundo, á la goberna- luego san Juan (como quien tenia mas aguda vista, y mas
dora de lodo lo triado por madre: toma á la hija querida familiarmente conocía á Cristo) conoció á su Maestro, y
del Padre eterno, á la coposa del Eípírilu santo, al templo dijo á Pedro que era el Señor: y Pedro, como lan fervo-
de la santísima Trinidad por madre; loma por madre á la roso se echó luego en el agua y vino á Cristo; y san Juan
que es aquel sagrario y tálamo, en que Dios se desposó con y los demás discípulos vinieron en el navio, y comieron
la humana naturaleza: en cuyo acatamiento los querubi- con el Salvador de los peces que habían pescado. Después
nes y seralines se inclinan: de cuya hermosura las estre- que hubieron comido, y el Señor hubo encomendado su
llas se maravillan ; y á cuya grandeza (odas las criaturas Iglesia á san Pedro y héchole pastor de lodo su rebaño, le dijo
se humillan; á esta Señora le doy por madre. Si me has que le habia de glorificar en su muerte, y que le siguiese,
mostrado el amor que me tienes oslando aquí conmigo, en y comenzando á seguirle corporalmenle, volvió san Pedro
tiempo tan riguroso y de tanta aflicción, yo te doy por los ojos, y vió á san Juan que venia Iras de él. Preguntó al
premio de este amor á mi Madre: Ecce maler l m : Esta es Señor lo que habia de ser Juan, y sí él también habia do
lu madre; y esta le basla. Buen galardón has recibido tener lan dichosa suerte, y morir como él por su amor;
por todos los servicios que me has hecho y por todo el porque san Pedro amaba tiernamente á san Juan, así por
amor que me has mostrado; dcjasle por mí á tus padres; su noble y amable condición, y excelenlcs virtudes, como
yo le doy en pago á mi Madre; dejaste un pobre navio, yo principalmente por ver que el Señor le amaba y regalaba
te doy á esla tan grande nave, en la cual han de pasar l o - tanto. A esla pregunta de san Pedro dice el mismo san
dos los que navegan esto golfo lempesluoso del mundo, si Juan, que respondió el Señor: « Si yo quiero que perma-
quieren llegar á puerto de salud. nezca como ahora está, hasta que yo venga, ¿qué le va á
Quedó Juan lan enriquecido con este tesoro, y tan tí en ello? Sigúeme tú.» Y añadí;; que de eslas palabras
los otros discípulos sacaron, que san Juan no habia de mo-
honrado con tal Madre, que desde aquella misma hora la
rir, aunque el Señor no dijo que no habia de morir,
lomó por suya, para servirla y acompaftarla y obedecerla
sino que en caso que él quisiese que viviese basta el
con singular cuidado, como quien tan bien conocía la joya
tiempo de su venida, no tenia san Pedro que tratar de ello,
que le había dado, y la obligación que le corPJa de corres-
sino seguir á Cristo, como él se lo maridó. Y con haber he-
ponder á é l ; y así esluvo en compañía do la sacralísima
cho el sagrado evangelista esla salva, y declarando lo que
Virgen al pié de la cruz, hasta que habiendo espirado el
pretendía el Señor en aquelias palabras, no han faltado a l -
Señor, un soldado le abrió el sagrado costado con una
gunos, que fundándose falsamenle en ellas, han dicho que
lanza, y salió de él sangre y agua, por un modo milagro-
san Juan aun fio es muerto, ni morirá hasta que el Señor
so. Porque de aquel sagrado costado, de aquel nuevo Adán
venga á juzgar los vivos y los muerlos*pero la verdad es
se formó la Iglesia, como del viejo Adán y Eva, y de aquella
que el sanio apóstol murió, como adelante se dirá; y que
fuente de vida manaron los saeramenlos de la Iglesia.
lo que quiso decir el Señor en aquellas palabras, fué, quo
Aquella agua nos significa el bautismo, que es el princi-
si él quería que san Juan se estuviese sin morir en cruz por
pio; y la sangre el sacramento del cuerpo y de la sangre
él hasta la muerle, ó hasta que él viniese á castigar á los
del Señor, que es el fin y perfección de todos los saera-
judíos y destruir á Jerusalen con el ejército de los roma-
menlos. También es de creer que se halló san Juan al ba-
nos, que no tenia Pedro por qué averiguarlo, ni tener c u i -
jar de la cruz el cuerpo del Salvador, y á ponerle en los
dado de lo que no le pertenecía. Esto es lo qüe hallamo s
brazos de su bendilísima Madre, y después en el sepul- en la historia evangélica de san Juan.
cro, regándole con copiosas lágrimas, y besándole con
extrordinaria devoción y ternura, y dejando con él su co- Demás de esto, en el libro de los Hechos apostólicos es-
razón, porque su alma estaba mas donde amaba, que en cribe san Lucas: que después que Cristo nuestro Redentor
el cuerpo donde vivía. Después de esto, habiendo María subió á los cielos, se juntaron en el cenáculo Pedro, Juan,
Magdalena venido la mañana del domingo al sepulcro, Diego y Andrés, y los demás apóstoles, poniendo en el
donde habia sido sepultado el Salvador, y no le hallando, primer lugar á san Juan después de san Pedro. Dice mas;
fué co i gran presteza á decirlo á san Pedro y á san Juan, que un dia yendo san Pedro y san Juan á las tres de la tar-
como á los discípulos mas amados, y que mas amaban al de á hacer oración al templo de Jerusalen, en una puerta
Señor. Ellos luego fueron corriendo al sepulcro; y como del templo, que llamaban Especiosa, hallaron á un pobre
san Juan era mozo y debía ser mas lijero, llegó antes al hombre de edad de cuarenta años, que era cojo de su n a -
sepulcro que Pedro; aunque por su humildad y modestia cimiento, y que les pidió limosna ; y los santos apóstoles
no entró en él, hasta que san Pedro hubo llegado y entra- se la dieron mucho mayor de la que él esperaba ni les pe-
do , que entonces también él entró y entendió las sagradas día: porque lomándole por la mano le dieron la salud, y
Escrituras, que hablan de la resurrección de Cristo; por- je consolidaron las plantas délos piés; de manera, que con
que hasta entonces no las habia entendido. Olía vez, des- la novedad salló de placer, y entró con ellos en el templo.
pués que el Señor habia aparecido glorioso y triunfante á Hubo grande admiración y estupor en el pueblo, y en toda
los apóstoles, san Juan y oíros discípulos fueron con san ¡a ciudad mucho ruido por aquel milagro ; y para atajar
Pedro á pescar; y no habiendo en toda aquella noche co- el daño que de él les podía venir, los sacerdotes y el m a -
gido ningún pez; á la mañana siguiente les apareció el gistrado prendieron á san Pedro y á san Juan, y los echa-
Señor en la orilla del lago donde pescaban (aunque no le ron en la cárcel, y después los soltaron, amenazándoles y
conocieron), y preguntándoles si tenían algo que comer: y mandándoles, so graves penas, que no hablasen mas de
Cristo: mas ellos obedecieron á Dios y nó á los hombres,
sabido que aquella noche no habían lomado pescado algu-
y predicaron a! pueblo de Jesucríslo, testificando de él lo
no, les mandó que echasen la red á la pai lo derecha del
que habían oído y visto. Prendieron de nuevo á lodos loi
navio; y luego se llenó de tantos y tan grandes peces, que
DIA 27,. DICIEMBRE. 583
doce apóslules, y enlre ellos á san Juan, y azotáronlos por arrobado en verla y oírla ! ¡ T con cuánta humildad y con-
haber quebrantado ^us mándalos; y ellos iban muy gozo- fusión la serviría, considerando que aquella Virgen ora
sos; porque Dios los había tenido por dignos que fuesen Madre de Dios! Esto no se puede explicar, y es mejor que
mallratudüs y afrentados por su nombre. Predicando san cada uno lo piense dentro de sí, y por aquí saque las ínes-
Felipe, el diácono, en la ciudad de Samaría, y haciendo limables gracias y dones que recibió Juan en este trato y
grandes milagros, se convirtió mucha gente á la fé de comunicación.
nuestro Redentor; y considerando los santos apóstoles la En Asia predicó san Juan la doctrina del cíelo que había
puerta que allí se abria al Evangelio, fueron de parecer que bebido en el pecho del Señor, y fundó en ella siete I g l e -
san Pedro y san Juan fuesen á Samaría, para conürmar á sias en siete principales ciudades, que fueron Efeso, Es-
los que de nuevo se habían convertido, y darles con la i m - mirna, Pérgamo, Tialira, Filadelfia, Sardis y Laodicea; y
posición de sus manos el Espíritu sanio (porque aun no le en todas ordenó sacerdotes que administrasen los sacra-
hahian recibido), y convertir á los demás; y san Pedro, mentos á los cristianos que ya habia en ellas. Pero como
aunque era cabeza de todos los apóstoles, y san Juan uno la cabeza y metrópoli de Asia era la ciudad d e f f e s o , tan
de los mas principales, y en el oGcio y potestad apostólica celebráda por el famoso templo de la diosa Diana, y los
igual á los demás, vinieron en ello y fueron á Samaría, 6 naturales y moradores de ella eran muy dados á la idola-
hicieron oración por los convertidos, y poniendo sobre ellos tría y al vano culto de sus dioses; por esla causa, y por
sus manos, recibieron visiblemente el Espíritu santo; y ser muy populosa y rica la ciudad, y estar llena de filóso-
volviendo á Jerusalen predicaron en muchos pueblos de la fos hinchados con la vana sabiduría del mundo, tuvo gran-
provincia de Samaría, é hicieron cosas maravillosas. San des dificullades nuestro gran apóstol en plantar nuestra
Pablo, escribiendo á los de Galacia, dice que habiendo ve- santa religión en corazones lan incultos y duros. Mas como
nido á Jerusalen por revelación divina san Pedro, san Juan él era como un sol resplandeciente y divino, con los rayos
y Santiago, el menor, obispo de Jerusalen, que parecían de su doctrina y de su luz deshacía las nieblas espesas de la
y eran las columnas de la Iglesia, hicieron hermandad con ignorancia de aquella gente, y con los ejemplos de su celes-
él, y se concertaron que ellos predicasen á los judíos, y tial vida, y con la dulzura y santidad desús costumbres y
Pablo y Bernabé á los gentiles. Demás de lo que hallamos suavidad de su conversación , ablandaba y atraía para
en las divinas Letras de este gloriosísimo apóstol y querido Jesucristo á los que ánlcs estaban tan lejos de él, y vivían
del Señor, también habernos de desenvolver las historias en la sombra de la muerte : de manera que aquella pro •
eclesiásticas, y ver lo que los autores de ella y los santos vincia, que antes era como una selva espesa, habitada de
doctores escriben déla vida y muerte de san Juan. bestias fieras, y como una tierra yerma y por labrar , se
convirtió en un jardín deleitoso y regado con copiosas
Primeramente parece cosa sin duda, que el santo após-
aguas del cíelo. Mas como el cruel emperador Domiciano
tol después de cumplir con su oficio apostólico, y alum-
hubiese sucedido en el imperio romano á su hermano
brar las gentes con su predicación, su principal cuidado
Tito, y moviese la segunda persecución contra la Iglesia
era acompañar y servir á la sacratísima Virgen, á quien
(que la de Nerón fué la primera), algunos fdósofos y malos
ya tenia por madre; y así lodo el liempo que estuvo en
hombres, enemigos del santo apóstol y de la religión que
Jerusalen y en Judea la asistió y la sirvió con singular so-
predicaba, aprovechándose de la ocasión, procuraron que
licitud y reverencia. Fué después á la ciudad de Efeso,
el procónsul de Asia le prendiese y le enviase á Roma,
cabeza de la provincia de Asia, que le habia cabido por
para que delante de Domiciano diese razón de si , y fuese
suerte, para sembrar en ella la semilla del cielo, y llevó
castigado como enemigo de los dioses del imperio, y pre-
consigo á la Virgen, que estuvo allí con él algún liempo,
dicador y,maestro de nueva religión. Lleváronle cargado
como se saca del concilio efesino en una epístola escrita al
de cadenas á Roma en edad anciana y venerable : presen-
clero de Constantinopla. Este cuidado le duró lodo el liem-
táronle al emperador ; el cual le preguntó algunas cosas:
po que duró la vida de la Virgen sacratísima, que según
y habiendo respondido á ellas el santo , y no quedando
la mas probable opinión, fueron veinte y tres ahos, des-
satisfecho Domiciano, dice Melafraste, que allí delante de
pués de la mucrle del Salvador, como lo dijimos en la vida
él hizo muchos milagros, echando los demonios de Jos
de la misma Virgen. Pero en este tan largo tiempo,'¿quién
cuerpos , sanando graves enfermedades y resucitando
podrá explicar las largas mercedes y copiosos favores que
muertos. Pero todo no aprovechó para amansar aquel l i -
recibió el amado discípulo d v l Señor, con este trato y con-
rano, que era mas fiero que las mismas fieras. Mandóle
versación de la Madre de Cristo y madre suya? Poi que sí
echar en una lina de aceite hirviendo, para que allí aca-
ella es tan benigna para con los pecadores, ¿qué haría con
base su dichosa vida : desnudáronle y azotarónle primero
él, que era tan santo? Si para con los siervos suele ser lan
(como lo soban hacer los romanos á los que condenaban á
liberal; ¿qué baria con él, que habia sido tan amado y
muerte); y después le echaron en la tina en presencia del
privado de su Hijo, y á quien el mismo Hijo le habia dado
senado y de innumerable gente que habia concurrido á
por hijo en su lugar? Y si sola la vista de esla Virgen hen-
esle espectáculo. Entró san Juan en la lina , y el fuego
dilisima bastaba para componer á cualquiera persona des-
perdió su fuerza, y el óleo que hervía se convirtió en un
compuesta; ¿(piéobraría en el pecho de Juan la presencia
rocío.del ciclo . y el tormento en refrigerio. Perdonó el
de aquella que sabia que era Madre de Dios y madre suya?
fuego al santo, y abrazó á muchos de los que Je atizaban
¡ Qué coloquios, qué razonamientos tendrian cntresila V i r -
y eran minísli os de aquella impiedad. Salió san Juan de
gen y Juan! ¡Qué luces, qué resplandores, qué encendi-
la tina mas puro y resplandeciente , y con mas vigor que
mientos y ardores sentía el hijo querido, cuando oía las
habia entrado, como lo dijimos mas largamente á los 6 de
palabras de su madre, salidas de aquel corazón alumbra-
mayo, en la festividad de San Juan Anle-Porlam-Laiinam,
do y abrasado del divino! ¡ Cuántos y enán altos misterios
en que ta sania Iglesia celebra este marlii io. Turbóse el
k ensenaría! ¡ Cuántas veces quedaría absorto, suspenso y
584 LA LEYENDA DE ORO DIA 27.
emperador con este suceso, y admirado de tan grande m i - crito lo que les había ensenado, como sombra de su cuer-
lagro, no se atrevió á malar al santo apóstol, ordenándolo po y retrato de su espíritu i y que él ayunó y mandó
así nuestro Señor: porcpie se quería servir de él pora olí as ayunar á todo el pueblo, y subió á un alto monte con uno
cosas mayores. Mandólo deslerrar Domiciano a la inla de de los siete diáconos, llamado Procoro , y allí se puso en
Palmos ( que es una de las islas Espórades , no léjos de la altísima contemplación ; y estando absorto en Dios , se
isla de Candía ) que tiene en circuito diez leguas, para que comenzaron á sentir horribles truenos, relámpagos y r a -
allí trabajase ( como lo escribe Victoriano Pictaviense , y yos, temblando Procoro , y estando el santo evangelista
Primasio ) en las minas de metal. Fué llevado á su des- con maravillosa seguridad y sin temor alguno : y que al
tierro el glorioso san Juan : llegó á Palmos ; y luego co- cabo de un trueno espantoso salió una voz , y dijo : Jn
menzó á echar rayos de luz en aquella isla, y esparcir los principio eral Verbum, el Verbumeral apud Dewn , el Devs
primeros resplandores del Evangelio sobre los moradores eral Verbum: verificándose en este hecho el nombre que
de ella ; los cuales eran bárbaros , idólatras, y apartados Cristo dió á san Juan cuando le llamó hijo del trueno.
de toda luz, y sepultados en las tinieblas de su inlidelidad Esto escribe Metafraste , y es de parecer, que nueslro sa-
c ignorancia. Con la doctrina que el divino apóstol les e n - grado evangelista escribió en la isla de Palmos su Kvan-
senó , abrieron los ojos para ver la claridad, que Dios por gelio , dictándole él y escribiéndole Procoro : y de esle
él Ies enviaba ; y se convirtieron á Jesucristo , y los do- mismo parecer son Teotilalo, Mceforo, Doroteo y Procoro:
meslicaron y se junlarou á las leyes blandas del santo pero otros mas graves autores , como Ireneo , Ensebio,
Evangelio. Agustino , Gerónimo , Isidoro y Gregorio Tmonense , y
Estando aquí en Palmos , tuvo admirables ilustraciones muchos de los autores modernos, dicen lo que escribe san
y revelaciones del Señor, y escribió el libro del Apocalip- Gerónimo : que habiendo leido san Juan los Evangelios de
si (que quiere decir revelación) , de la cual el mismo san san Mateo, san Marcos y san Lucas, y aprovechando todo
Juan dice en el principio del primer capitulo , que Jesu- lo que hay en ellos , escribió el santo su Evangelio á ins-
cristo le envió por un án^el aquella revelación : y que es tancia de los obispos de Asia, para refutar los errores do
bienaventurado el que lee y el que oye las palabras de Ebion y de Cerinto, herejes, que negaban la divinidad de
aquella profecía, y guarda lo que en ella está escrito. I n - Cristo ; y que por esto comenzó su sagrado Evangelio por
terpretaron el libro del Apocalipsi, Ireneo, Juslino y Victo- la generación eterna del Verbo ; porque como él escribe
riano, mártires : Andrés y Arelas, obispos de Cesárea, la de Cristo, y Cristo es Dios y hombre , habia de declarar
de Capadocia : Ambrosio, Beda, Ansbeiio y olios muchos (como buen historiador) su divinidad y su humanidad, pa-
varones doctísimos, antiguos y modernos: pero por mucho ra que supiésemos quién era. Los otros evangelistas (como
que digan, siempre habrá mas que d e c i r ; porque es un dicen san ¡Gerónimo y san Agustín) escriben del Scñíir,
abismo sin suelo, y contiene el suceso que ha de tener la declarando su humanidad , su vida , y las maravillas que
Iglesia hasta el fin del mundo : mas con tales enigmas y hizo, en las cuales se mostraba Dios : san Mateo eemien-
(iiíiiras, que es menester que el mismo Señor que las re- za su Evangelio por la generación temporal de Crislo : san
veló á san Juan , dé su espíritu, para poderlas entender Lucas por el sacerdocio de Zacarías , y san Marcos por la
é interpretar : y así dice san Dionisio Alejandrino , que á profecía de Malaquíasé Isaías, y por la predicación de san
su juicio las cosas que están escritas en este libro, son Juan ISaulista : el primero tiene cara de hombre : el se-
superiores y exceden al modo humano : y que hay en él gundo de becerro , y el tercero de león : mas nueslro
un sentido secreto, oculto y maravilloso, y que él, aunque Juan sobre todos ellos voló como águila real y caudab sa,
no le enlendia, se admiraba de él y le reverenciaba : y y traspasando los elementos, los cielos, los principados y
san Gerónimo , hablando del Apocalipsi, dice estas pala- potestades, los querubines y serafines, liiialmente lodo lo
bras : «El Apocalipsi de san Juan tantos sacramentos tie- visible y lodo lo criado, llegó al pecho del Padre eterno:
ne, cuantas palabras : poco he dicho ; poi que toda la ala- fijó los ojos de águila en la rueda de aquel sol divino y
banza que se le diere, es ménos que la que el libro mere- sempiterno; y coa una vista clarísima y l i r m e , vió sin
ce : » y en otro lugar dice : que el Apocalipsi de san Juan peslaniuir, que así como el rayo nace del sol, así el Verbo
en la corteza de la letra contiene el meollo , y los ocultos nace del Padre : y como del mismo sol y de su rayo
sacramentos de la Iglesia. procede el calor; asi del Padre eterno y de su Hijo, como
En este tiempo mataron en Uoma al emperador .Domi- fue¿ío amoroso, procede el Espíritu santo. Vió mas : que
oiano, porque ya el mundo no le podia sufrir, y el senado de las tres personas de la santísima Trinidad, coeternas y
deshizo lo que él habia hecho, y anuló los decretos : y consubstanciales, y unidas entre sí en una esecncia por
habiendo sucedido en el imperio Nerva, hombre modera- un modo inefable, manan (como de su fuenle) lodaslas c o -
do, dió á los desterrados por Domiciano libertad para vol- sas criadas : y por eso dijo . Omnia per ipsum [acta sunl,
ver á sus casas. Entre ellos fué uno nuestro grande após- el sine ipso faclum esl nihü. Vió como todas las cosas en sí
tol, que todavía estaba en la isla de Palmos , y queriendo son nada, y tienen ser en el Verbo , y en él viven y se
volver á Efeso y al gobieno de las Iglesias de Asia ; l o - sustentan ; Qmd faclum esl i n ipso t i l a eral. Y no sola-
dos los islefios de Palmos sintieron mucho su partida, y mente voló tan alta esta águila divina, sino también, como
con lágrimas , sollozos y ternuras , procuraron detenerle lo hace el águila, desde lo mas alto del cielo se batió has-
consigo, por no perder tan gran maestro , y la luz del la la tierra , y vió á este mismo Verbo eterno vestido di;
cielo que por su mano habian recibido : y aunque el san- nuestra carne : E l Verbum caro faclum cst. pero de tal
to apóstol se euternecia, no condescendía con ellos, porque manera, que no por eso se afeó ni mancilló su belleza, ni
el Señor le mandaba o!ra cosa. Entonces dice Metafraste, se desminuyó su resplandor , ni se alteró la inmensa luz .
que le suplicaron con grande instancia, que ya que se de su divinidad. Vió la benignidad, dul/ura y familiaridad
parlia, no se partiese del lodo, sino que les dejase pores- de este mismo Verbo para con los hombres ; pues dice
DIA 27. DICIEMBRli). 585
quo habitó y moró con nosotros. Vió la abundancia de su en algunos libros de los filósofos platónicos el prineipi0
gloria , y que era como gloria del Unigénito del Padre: del Evangelio de san Juan : y en el libro de la Ciudad de
Vidimus gloriam ejus, gloriam qmsi Unigeniti a Paire ; y Dios dice que un filósofo platónico decia, que se habia de
finalmente, vióle lleno de gracia, y tan lleno, que no hay escribir con letras de oro , y ponerse en las iglesias en los
gola de gracia en el cielo , ni en la t i e r r a , ni en los ange- lugares eminentes, para que todos le pudiesen leer.
le?, ni en los hombres, que no se derive de esta fuente de Volvió, pues, el sagrado apóstol á Efeso, de la isla de
gracia ; por esto d i j o : iHeaum graiice elverilaús, el de cu- Palmos, y fué recibido de todos los cristianos con increíble
yus plenüudvie nos omnes accepimus. Y no solamente en el ternura y alegría, como padre, pastor y maestro desús
principio traía tan altamente de la divinidad de Cristo, sino almas, y un varón tan eminente y tan querido del Hijo de
en todo su Evangelio siempre la apoya y declara ; para Dios, que como un sol resplandeciente en el mundo, y
deshacer (como deshizo) todos los errores que los herejes después de haber estado eclipsado y obscurecido en aquel
de su tiempo , y los que después hablan de salir del i n - destierro de Palmos, les tornaba á descubrir de nuevo sus
fierno, han soñado contra esla importantísima verdad; y rayos con su celestial vida y doctrina. Aquí en Efeso estu-
así san Juan Crisóslomo, espantado del vuelo tan sublime, vo fundando y gobernando (como dice san Gerónimo) las
y de la vista tan aguda de esta águila real, dice estas pa- Iglesias de Asía, éhizo (sin duda) muchos y grandes m i l a -
labras: « Era san Juan, como lo testifica san Lucas, h o m - lagrosen conlirmacion de nuestra santa íé, y del Evange-
bre idiota y sin letras , y que nunca habia estudiado , ni lio que habia escrito y predicado: especialmente que en
antes que fuese apóstol , ni después. Era pescador , du su tiempo vivía en Efeso ApolonioTianeo, gran mago, n i -
quien no se podia esperar que tratase sino de su arte de gromántico y embustero, que con las cosas vanas que b a -
pescar, de losrios, de los anzuelos, redes, peces y cosas cía por arte del demonio, traía embaucada y encantada la
semejantes ; mas este pobre pescador subió sobre la tier- gente, que le reverenciaba como si fuera Dios. Habíase
ra, sobre el mar, sobre las nubes y sobre ios mismos cie- huido do Roma, donde el emperador Domiciano le tuvo
los, y venciendo á Platón, y á Pitágoras , y á todos los fi- preso: y él se hizo invisible y se desapareció, y fué á Efe-
lósofos, y traspasando á los ángeles, á las virtudes, que- so, donde (como dijimos) estuvo, y es de creer que el san-
rubines y serafines, en aquel gran mar de la divinidad to evangelista tuvo con Apolonio grandes contiendas y de-
pescó este pez, y harto de él, rebosó y dijo : In principio bales, como san Pedro con Simón Mago, y que hizo m u -
eral Verbum. Y no solamente lo dijo y escribió, sino tam- chos verdaderos milagros, para deshacer los mentirosos y
bién lo persuadió á lodo el mundo , y lo predicó nó en un aparentes que el mago hacia. í'rocoro escribió un libro dé
lugar bajo y despreciado, sino en un centro ilustrísimo y san Juan evangelista, eu el cual trata muchos milagros
nobilísimo de lodo el mundo ; en la provincia de Asia la que el santo hizo: pero este libro de Procoro es tenido por
Menor, madre de buenos ingenios y de grandes filósofos. apócrifo de los hombres doctos y graves, é indigno de
Y así como la Verdad eterna nació de la tierra virginal de crédito: aunque el que le escribió loma nombre de Proco-
María, y por ella la justicia del cielo nos miró y quebran- ro y se hace discípulo de Cristo, y compañero y discípulo
tó al demonio y nos libró de su tiranía ; así la misma del mismo san Juan, Isidoro, en la vida que escribió del
verdad , saliendo del alma virginal de Juan , depositada santo apóstol, dice estas palabras: « Entre las otras v i r t u -
en sus escritos, pelea con nosotros contra la herélica p r a - des de san Juan, una fué hacer grandes milagros : mudó
vidad, y vence y rinde á los herejes , que son ministros é las hojas silvestres en oro, y las piedras en otras precio-
instrumentos de Satanás.» Esto es de san Juan Crisóslo- sas, y después las volvió á su naturaleza, y resucitó á pe-
mo s y san Ambrosio dice : «Todas las herejías ha des- tición del pueblo á una viuda, y dió vida á un cuerpo
terrado nuestro pescador con solas estas palabras : ín muerto de un mancebo. Bebió el veneno sin lesión suya, y
principio erat Veibum, Verbum eral apud Deum.» Y por resucitó á los que por haberle bebido murieron.» Esto es
esto es de creer, que la santa Iglesia ha ordenado que al de san Isidoro, arzobispo de Sevilla. El milagro de haber
fin de la misma misa se diga el Evangelio de san Juan; convertido en oro las yerbasú hojas del campo, Melafrasle
porque es una breve confesión de nuestra fé y una tes- le cuenta de esla manera.
tificación y declaración de los principales misterios de Habia un crisliano rico, que por varios acontecimientos
nuestra santa religión : y todo lo que los herejes arrianos
é infortunios vino á grande pobreza, y á tener tantas
inventaron y ensenaron contra la divinidad de Cristo nues-
deudas, que porninguna manera podia pagar. Apretában-
tro Salvador , con solas las primeras palabras de este
te los acreedores y sacábanle el alma para que las paga-
Evangelio se deshace, como las tinieblas con la luz del sol: se. Vióse el pobre hombre acosado y tan afligido, que de-
y por ventura en el tiempo que aquella tan terrible tem- terminó tomar la muerte con sus manos para librarse de las
pestad de los arrianos afligió y turbó la nave de la Iglesia angustias dé tan triste vida. Pidió á un judío, gran hechi-
también los fieles lomaron por devoción el traer escrito el cero, que le diese ima bebida eficaz, con que muriese:
Evangelio de san Juan consigo (como algunos lo hacen hoy diósela; y al tiempo de lomarla ¡comoera cristiano) hizo la
dia), para mostrar que eran católicos y enemigos de los seftal de la cruz sobre ella: y fué tanta la virtud de la cruz
herejes, como ahora muchos católicos de las provincias que no le hizo daño. Volvió segunda vez al judío, queján-
septentrionales traen los rosarios y coronas de nuestra Sé- dose de él porque le había engañado y dádole aquella be-
flora al cuello, para manifestar que lo son. No solamente bida floja y sin efecto, y pidióle que le diese otra mas fuer-
los católicos y fieles han venerado y veneran al Evange- te y elicaz: dióle la segunda el judío; y el crisliano, tem-
lio de san Juan , sino también los heles gentiles se han blando y sudando, y con el lemor de la muerte, puesto en
asombrado de la alteza y profundidad de sus sentencias, agoníahízo la señal de la cruz sobre ella y tomóla, y q u e -
como lo notaron Ensebio, Cirilo, Crisóslomo y san Basilio: dó sin lesión alguna; porque la señal de la santa cruz con
y san Aguslin en las Confesiones escribe, que habia leído su virtud venció ia fuerza del veneno. Quedó asombrado
TOMO tu.
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586 LA LEYENDA DE ORO. DIA 27.
el cristiano, y tornó al judio con mucho senlirnionto, y diendo la mano derecha con que habia derramado lanía
contóle lo que le pasaba. El judío, que sabia lo que le ha- sangre. El santo, vertiendo muchas lágrimas, se postró á
bla dado, y que lomado aquel tósigo liumauamenle no po- los piés del mozo, y le besó la misma mano, que él de
día vivir, y hecho prueba de ello en un perro, que en to- vergüenza encubría, prometiéndole de alcanzarle del Se-
mándolo luego allí murió; preguntóle al cristiano cómo le ñor perdón desús pecados. Llevóle á la iglesia: mandóle
habia tomado, y lo que hizo cuando le tomó: y como el ayunar muchos días y perseverar en oración; y el mismo
cristiano respondiese que hacia la señal de la cruz (como santo ayunó con él y oró por él, y le impetró tan copiosa
lo suelen hacer los cristianos), y luego bebia el veneno; el gracia de Dios, que viéndole ya del todo enmendado y
judió entendió que la cruz era tan poderosa que quitaba la perfecto, le encomendó una Iglesia, para que la goberna-
fuerza al veneno, p r r a que no pudiese matar: y alumbra- se: dando con este hecho lan ilustre ejemplo á los prela-
do y movido de Dios, vino al glor ioso apóstol san Juan, y dos, del cuidado y zelo que deben tener de las almas do
se echó á sus pies, diciéndole que quena ser cristiano, y sus subditos; y enseñándonos que la verdadera penitencia
el motivo que habia tenido para serlo. El apóstol le acogió restituye al hombre la gracia que por el pecado habia per-
con gran dulzura, y le instruyó en la fé y le bautizó: y sa- dido.
biendo la necesidad que el otro pobre cristiano padecía, y Mas ¿qué maravilla es que tuviese y mostrase lan e n -
cuán angustiado estaba, y cuán cercado por todas parles trañable amorá este mozo pecador el que tanto amaba á
de tristezas y congojas, blanda y amorosamenle le conso- Jesucristo, y tan bien sabia lo que aquella alma le habia
ló, y le mandó que tomase del campo un manojo de y e r - costado, y al pie de la cruz habia visto la sangre que por
bas, y que se las trajese. E! hombre las trajo, y e! apóstol el'a habia derramado? ¿El que estaba tan abrasado del
hizo oración y lascftal delacruz, y les echó su bendición, fuego divino y de la caridad de sus prójimos, que no t e -
y luego se convirtieron en oro finísimo. Mandóle el santo nia otra palabra en la boca, ni pedia á sus discípulos, sino
que con aquel oro pagase sus deudas, y con el resto se que se amasen unos á otros? Porque (como dice san Ge-
sustentase, y que hiciese gracias á Dios por haberle l i - rónimo) estando ya este amorosísimo apóstol tan viejo
brado de la muerte por virtud de ta santa cruz, y que de que le llevaban en brazos á la iglesia y apenas podía h a -
allí adelante tuviese mas confianza en el Señor, mostrán- blar, no decia otra palabra á los fieles, cuando se j u n t a -
dose en todo Padre benignísimo. Pero mucho mas mostró ban en la iglesia, sino: F i l i o l i , diligite allerulrum: üijos,
su caridad en otro hecho que se refiere de esta manera. amaos unos á otros. Y como sus discípulos, como cansa-
Iba el santo apóstol de Efcso á otras ciudades, para asen- dos, le preguntasen: ¿Por qué siempre les repella las mis-
lar en ellas los cimientos de nuestra santa religión. Fué mas palabras, y les decia, que se amasen unos á otros?
una vezá una ciudad para darle obispo, y después enco- El sanio respondió: Porque es precepto del Señor; y si so
mendó al mismo obispo en nombre de Jesucristo á un mo- hace, él solo basta. Pero con ser tan dulce para todos san
zo que allí vió, de vivo ingenio y lindo aspecto, para que Juan, con solo los herejes era severo, como se ve por lo
le criase y le hiciese digno ministro del Señor. El obispo que de él escribe Eusebio, dando por autor á san Policar-
recibió al mozo en su casa, y comenzó á ensefiarle el ca- po: el cual decia, que un dia el Señor inspiró á san Juan
mino de la vida, y tratarle como depósito recibido del san- que fuese al baño: llegado á él, supo que estaba dentro
to apóstol. Corinlo, hereje; y volviéndose á los que iban con él. Ies
Al principio teníale la rienda: después la aflojó y dijo: Yámonos d j aquí, y no entremos en el baño en
dló mas libertad: con la cual y con las malas compa- que se lava Cerinlo , enemigo de la verdad, para que no
ñías comenzó él mozo, como caballo desbocado y sin caiga el baño sobre nosotros y nos coja debajo: dándonos
freno, á no sufrir que nadie le fnése á la mano. Dióse á en esto ejemplo de cuán aborrecible es á Dios el hereje, y
banquetes, y poco á poco á los otros vicios que del regalo con cuánto cuidadoy presteza nosotros debemos huir de él.
se siguen, y finalmente cayó en un abismo lan profundo l'inalmente, siendo ya el sagrado apóstol muy viejo y car-
de maldades, que se hizo capitán de salteadores de c a m i - gado de años, de trabajos y merecimientos, y no minos
nos. Pasadoalgnn lioropo, volvió san Juan á aquella ciudad de encendidos deseos de verá su dulcísimo Maestro en el
donde habia entregado el mozo al obispo: preguntóle por cielo, tuvo revelación de que le quería cumplir sus deseos
6!; y el obispo con muchas lágrimas y sollozos (como y lleviirleá gozar de sí: y un dia habiendo amonestado á
avergonzado y corrido) le dijo cuán perdido estaba, y el sus discípulos, y dícholes lo que en aquella hora les con-
ejercicio en que andaba, y los medios que él habia toma- venia, salió con ellos á un monte donde solia hacer ora-
do para curarle. Cuando san Juan oyó esto, no se puede ción, y mandó cavar en él y hacer un hoyo capaz de su
fácilmente creer el dolor que tuvo, rasgando su vestidura cuerpo; y armándosecon la señal de cruz, y diciendo: Se-
y diciendo á gritos: Ituena guarda, por cierto, dejé yo en ñor mió Jesucristo, sed conmigo; y á los que allí estaban
tí del alma de mi hermano. Luego sin detenerse subió en présenles: La paz sea con vosotros, hermanos: echó su
caballo con una guia, y se fué al monte donde estaba el manto en el hoyo, y después entró en él. Allí cercado de
mozo con su compañía de ladrones. Vióleel mozo: cono- una resplandeciente luz dió su espírilu al Señor, llorando
cióle: echó á huir; y el santo viejo corrió tras él, y a g r a n - todos sus discípulos, y deshaciéndose en lágrimas, por ver
des voces decia: ¿Por qué huyes, hijo, á tu padre, mozo al que perdían tal padre, tal maestro y pastor, y que se les
viejo, y armado al desarmado? Yo daré cuenta por tí á ponia aquel sol que alumbraba al mundo.
Ci isto, y moriré de buena gana por lí, como el Señormu- La muerle de san Juan escriben casi todos los santos y
riópor nosotros, y daré mi alma por la tuya. Enlerneció- doctores antiguos, como Tertuliano, Eusebio Cesariense,
se-con estas pal^brns tan amorosas el corazón duro de que cita á san Ireneo, san Ambrosio, san Gerónimo, san
acpiel hijo perdido: paró: bajó del caballo: echóse á los Crisóslomo, san Agustín, san Isidoro, Gregorio Turonense,
pies del santo padre, despavorido y temblando, y escon- Nicéforo Calixto, Metafrasle; y fuera de estos tantos y tan
ni A 27 DICÍKMME. 5S7
graves autores, qnc lo dicen, se saca esla verdad de la Tcodosio con su ejército para pelear con Eugenio, tirano'
epístola que sanCelcslioo, papa, escribió al concilio efesi- la noche antes de la batalla, orando y pidiendo á Dios que
no, y de otra que el misino concilio escribió al senado de le favoreciese, se le aparecieron los apostólos san Juan
Conslanlinopla, y de Policrales, obispo de lífeso y anti- evangelista y san Felipe, vestidos de blanco y en caballos,
qii;simo teólogo: el cual, escribiendo á san Víctor, papa y y le animaron y mandaron que pelease con el enemigo»
márlir, aíirma que san Juan murió en Efoso: y esto es lo porque ellos te ayudarían y le darían la victoria. Peleó
mas d o r i o y mas seguro. Aunque no han faltado algunos Teodosio, y venció milagrosamente; porque Dios envió un
que han escrito que san Juan aun no es muerto, sino que torbellino en su favor, que daba en los ojos de los enemi-
está en el paraíso terrenal, y vendrá con Enoc y Klias á gos, y los cegaba, y revolvía contra ellos las armas que t i -
predicar contra el Anticrisfo: ni oíros que han sonado, raban contra el ejército de Teodosio. Estando san Juan Crí-
que está aun vivo, y como durmiendo en el sepulcro, del sóslomo en oración, se le apareció san Juan evangelista,
cual dici-n que sale hirviendo una tierra ó polvo, como y le puso un libro en las manos, y le dijo, que con 61 e n -
maná, que es provechosa para lodas las enfermedades: tendería fácilmente la sagrada Escrilura, y que ayudándo-
pero de los que esto dicen hace burla sín Agustin. No f a l - le él, no tendría dificullad, como lo dijimos en la vida de
ta quien diga, que san Juan murió muerte viólenla, y que san Juan Crisóslomo. San Gregorio, papa, hubo una t ú n i -
fué martirizado del emperador Trajano, mas lodas oslas ca de san Juan Evangclisla, y la tuvo (con granrrazon) por
opiniones son parliculares y menos ciertas, y de aulores un tesoro inestimable: y dice Juan, diácono, en la vida
de menos nombre. El estar san Juan en el cielo, en cner- que escribió de san Gregorio, que Dios obraba grandes y
pa y alma, algunos doctores lo afirman, y entre ellos Be- continuos milagros por ella : y que en tiempo de gran se-
da y santo Tomás, y otros modernos: y fúndanse en que quedad, sacándola, luego llovía ; y en tiempo de muchas
murió sin dolor, y en que (según la opinión de algunos) aguas, volvía serenidad : y que las lámparas que ardían
los que resucitaron con Cristo subieron al ( i 'lo encuerpo y delante del altar, donde est i preciosa reliquia estaba, a l -
alma. Murió el glorioso apóstol á los 21 de diciembre, guna vez so encendieron milagrosamente, sin que nadie
imperando Trajano, el año del Señor de 1 0 1 ; y sesenta y las tocase, y que e¡ aceite de ellas nunca se consumía. San
ocho años después de su pasión. En la edad en que m u - (íregorioTuronense aíirma, que en Kfeso, en el lugar don-
rió, no concuerdan los aulores: porque unos le dan mas de el sagrado evangelista escribió su Evangelio, con ser
de cien arlos: otros noventa y ocho, ó noventa y nueve, descubierto y sin lecho, no caía gota de agua por mas que
otros noventa y lies. La causa de esta diversidad es no lloviese, honrando el Señor de esla manera aquel lugar,'
saber los años que tenia cuando Cristo nuestro Salvador le en el cual se habia escrito el Evangelio de san Juan.
llamó para hacerle apóstol suyo: porque unos dicen que Pero ¿quién podrá encerrar en una eseiiiura tan breve
tenia veinte y dos años; otros, que veinte y ocho, y otros como esta, el mar océano de las viiimles, privilegios y
mas: y cada uno trae sus razones y conjeturas, para pro- excelencias del sagrado apóstol y evangelista san Juan?
bar su opinión. Descosas parecen ciertas: la una, que san ¿Quién referir las alabanzas y títulos que los santos doc-
Juan era mozo, cuando el Señor le llamó, y el menor de tores le dan? San Dionisio Arepoagita le llama sol del Evan-
todos los apóstoles: la otra, que después que Cristo subió gelio, y alma sagrada al alma de san Juan : y le dice que
á los cielos, vivió (como dijimos) sesenta y ocho años, á se alegre; ponpie es amado en gran manera de Aquel
los cuales añadiendo les tres que acompañó al Señor en qnc verdaderamente os amable y deseable, y digno de ser
su vida y muerte, son sesenta y uno: y si tenia veinte y dos querido Orígenes dice: «San Juan, teólogo, sobrepuja á
años cuando le llamó, como siente el cardenal Baronio, toda criatura visible ó invisible, lodo entendimiento pene-
vino á morir de noventa y Ir es; pero esto hace poco al ca- tra, y deificado en Dios á sí mismo traspasa: y pasando
so, para declarar la virtud y excelencias de san Juan, y por todas las crialuras, llega al principio y causas de t o -
para nuestra edificación y ejemplo, que son las dos cosas das las cosas; y allí oyó una palabra, por la cual todas
que en escribir su vida debemos pretender. ellas fueron hechas.» San Juan Crisóslomo dice, que los
No predicó solamente san Juan en Judea y Asia, sino mismos ángeles del cielo aprendieron muchas cosas de san
también en la Frigia, y especialmente en Hierápoli, en Juan, las cuales no sabían, antes que él las dijese: y
donde dice Metafraste que estuvo hasta que vino á ella el confírmalo con aquellas palabras del apóstol san Pablo:
apóstol san Felipe. Y á los parios asimismo parece que -'Para que á los principados y potestades, ahora so des-
predicó; porque la primera epístola de las tres canónicas cubra por la Iglesia la sabiduría de Dios, que es varia y
que escribió san Juan, antiguamente tenia por tílnloy so- multiforme.» Y añade. Crisóslomo, que los ángeles, los
brescrito : Ad Parlhos! y aun haber penetrado hasta la In- querubines y serafines oían con grande atención á san
dia, é iluslrádola con su celestial doctrina, los moradores Juan: y quo es grande honra nnesira el haber ellos
de ella lo dicen, como lo escriben los padres de la Com- aprendido con nosotros lo que no sabían. San Agustín dice,
pañía de Jesús, qu? andan en aquellas regiones alum- qne cuando oyéremos decir algo de la divinidad de Cris-
brándolas con la luz del Evangelio. Demás del sagrado to, qm-' sepamos que habla san Juan; y san Ambroski dice:
Evangelio y del libro del Apocalipsi, también escribió «Ninguno con tanta sublimidad de sabiduría vió la majes-
nuestro glorioso apóstol tres epístolas, que la Iglesia tiene tad de Dios, y nos la declaró con tan propias palabras,
por canónicas y por de san Juan, que aunque son breves como san Juan. Transciéndelas nubes: íranseiende las vir-
en las palabras, son largas y copiosas en las sentencias, y tudes de los cielos: transciende los angele- con su vista ; y
echan llamas de amor y cal idad. halla al Verbo en el principio, y vió al Yerbo j u n t o ' c o n
Fuera de los milagros que san Juan hizo en la vida, Dios. » Y Beda dice, que el haber estado recostado san Juan
después de muerto ha hecho oíros muchos, entre los cua- en la cena sobre el pecho del Señor, no fué solamente se-
les Tcodoreto y Nicéforo cuentan,que estando el emperador ñal del amor regalado que él le tenia, sino también di^l
LA LRYENDA DE ORO DIA 27,
misterio que después había de declarar: y que el Evnnge- (corno dijimos) tuvo altísimas revelaciones y escribió el
Jio que habia de escribir, babia de ser mas alio y sublime Apocalipsi, como único profeta de la ley de gracia, y en
que todas las otras Escrituras sagradas, y comprender ella es recibido por verdadera profecía y por libro canóni-
mas perfectamenle los secretos de la divina Majestad. Se- co. Y aunque es verdad, que ha habido y hay en olla
ria nunca acabar, si quisiésemos traer aquí todo lo que oíros profetas; pero la Iglesia no ha recibido hasta ahora
los santos con grande encarecimiento escriben y predican la profecía de ninguno de ellos, ni la tiene por escritura
de las virtudes, prerogalivas y excelencias de este santo canónica, como la de san Juan. Fué apóstol y entre lodos
apóstol y evangelista. Llámanle príncipe de los docto- los apóstoles el mas querido, el mas amado y regalado
res, teólogo soberano, maestro de la sabiduría divina, sol del Señor, como habernos visto; poi que era mas mozo en
del Evangelio, armario de la santísima Trinidad, hijo del la edad, mas dulce en la condición, de mas delicado inge-
trueno, águila caudalosa y rea!, amigo del Esposo, secre- nio, y en la mansedumbre y suavidad de costumbres, y en
cretario del Verbo eterno y depositario de sus tesoros y la pureza y virginidad de su alma mas semejante á su
riquezas, y danle otros iluslrísimos litutos; mas todos cur- Maestro. Fué evangelista, y entre todos los evangelistas el
tos para lo que él merece, y son cifra de lo que el mismo águila, qué voló (60100 dijimos) hasta el pecho de Dios, y
santo dice de sí, que era el discípulo amado de Jesús: «Es- fijó los ojos en la divinidad del Verbo eterno, y la predicó
taba (dice) recostado uno de sus discípulos en el seno de y anunció al mundo; y para hacer este vuelo tan alto y
Jesús, á quien Jesns amaba:» y en otro lugar: «Volvió perderse á todas las cosas humanas de vista, se aparejó
Pedro los ojos, y vió que le seguia aquel discípulo a quien con oraciones y con ayunos suyos y de todo el pueblo: y
Jesús amaba.» Esto es don de dones y fuente de todos los el Señor con especial gracia le levantó y fortificó los ojos
dones de Dios, porque el amor que nos tiene Jesús no es del entendimiento, para que pudiese mirar al sol de hilo
amor soco, muerto y sin fruto, como el amor de los h o m - en hito sincegarse. Doctor eminentísimo, no solo por haber
bres, sino raiz viva y causa eficaz, y fuente manantial de sido apóstol, cuyo oficio fné ensoñar y dar doctrina al u n i -
lodos los bienes que de su bendita mano recibió: porque el verso mundo (como el Salvador lo dijo á los mismos após-
amar es querer bien ; y el querer de Dios os eficaz, de toles, cuando los envió á predicar; sino también porque
suerte, que en queriendo bien á uno le hace bien, y tanto como doctor y maestro de la Iglesia escribió lastres epís-
mas, cuanto su amor es mayor Pues si los apóstoles son tolas canónicas, enseñándole lo que habia de creer y guar-
las colunas de la Iglesia, y el estado y dignidad de ellos, dar i y fué llamado de toda la Iglesia católica por exce-
la mas alia que hay en ella ; ¿cuan aventajado es nuestro lencia Juan el Teólogo, que es titulo que solo á san Juan
Juan, pues sobre todos ellos fué tan querido del Señor, se ha dado entre todos los apóstoles. Fué virgen con tanta
que mereció ser llamado : « El discípulo queiido y amado excelencia, que dice Eutimio, que desde niño tuvo grandí-
de Jesús:?» Mostróle este especial y regalado amor en simo cuidado déla pureza de su alma, y que nunca dejó
todas las cosas, que en esta vida quedan referidas; y mas entrar en olla pensamiento lascivo y feo: y que por esto
particularmente en haberle tomado por hermano, dándole siempre después le quedó el nombre de virgen; y como á
á la santísima Virgen por madre, y roparliendo con él sus virgen. Cristo virgen le encomendó á su Madre virgen,
bienes como hermano menor, con tan larga mano, que como dice san Gerónimo. Finalmente fué mártir nuestro
todo lo (pie se halla en los otros santos repartido, en san glorioso apóstol; porque fué preso y azotado por Cris-
Juan se halla junto y recopilado: porque él es ángel, p a - t o , primero do los judíos y después de los genlilos:
triarca, profeta, apóstol, evangelista, doctor, virgen y y entró en la tina do aceite hirviendo con alegría, por
mártir. Es ángel, nó en la naturaleza, mas en la seme- morir por su maestro y Señor : y habiéndolo él guarda-
janza : n ó en la substancia, masen la imitación ; y por do, fué desterrado á ¡la isla de l'ídmos, y padeció g r a n -
esto fué dado por compañero á san Gabriel arcángel, des trabajos y tormentos ; y no falló el ánimo al martirio,
para que como ángel le ayudase á guardar y servir á la sino el martirio al ánimo de san Juan; y bebió ([como
Virgen : y por la misma causa, habiendo aparecido una Cristo se lo habia dicho) el cáliz de la pasión. Pero no so-
•ez en la isla de Palmos á san Juan un ángel resplande- lamente fué mártir de esta manera ; pero aun de otra mas
ciente y vestido de inmensa claridad, queriendo él hacer- excelente: porque cuando estuvo en el monte Calvario con
le reverencia, el ángel no lo consintió; antes le dijo que no la sacratísima Virgen y vió morir á su vida ; allí murió
lo hiciese , porque ambos eran siervos de un mismo Se- con Grislo, con un género de martirio mas doloroso, que
ñor. Y no menos es á n g e l ; porque perfectísimamente si muriera á cuchillo: porque el hierro cortara los m i e m -
ejercitó aquellos tres actos jerárquicos, que pone san Dio- bros del cuerpo; y aquel dolor y compasión rasgó las telas
nisio Aroopagita, que son purgar, alumbrar y perfeccionar. mas delicadas de su corazón, y le atravesó de partea par-
Fué patriarca, no solamente como los otros apóstoles, que le con una pena tan excesiva, que si el Señor nu le tuviera
son padres de lodos los Celes; mas con mayor particulari- de su mano, allí al pié de la cruz muriera. Pues ¿qué d i -
dad, pues vivió mas tiempo que ninguno de ellos, y con el ré de otro género de martirio largo y prolijo, que tuvo el
discurso de su larga vida engendró mas hijos ospiriluales sagrado evangelista viviendo tantos años apartado de la
al Señor, y los crió con aquella celestial sabiduría que ha- vista gloriosa de Cristo, á quien él tanto amaba y tanto
bia aprendido en el pecho de su Maestro, y como un anti- deseaba ver. y salir de ende los idólatras y gente bestia
guo y sacratísimo archivo de los hechos y dichos de Cris- con quienes vivia, y con sus pecados abominables conti-
lo, que tenia en el suyo. Fué profeta san Juan, y profeta nuamente aíligian su corazón? Seamos todos muy devotos
excelentísimo y único del Nuevo Testamento; porque to- de este gloriosísimo y beatísimo apóstol: encomendémo-
dos los profetas del Viejo Testamento, como sombras y fi- nos con grande devoción á é l : tomémosle por inlorcesor y
guras, en apareciendo la luz de Cristo y la verdad que r e - miremos sus virtudes y ejemplos, y entendamos que pues
presentaban, cesaron: mas san Juan en la isla de Palmos la suma de la perfección cristiana consiste en la caridad.
DIA 28. 580
y en el amar y ser amados de Dios, que para alcanzarla y Mesías les habia de traei del cielo. Nació el Salvador
nos será elicaeísimo medianero, el que lo fué de san Pe- en Helen en la manera que dijimos en la tiesta de su sa-
dro pon Jesncrislo, el que tanto le amó y fué amado del crosanto Nacimiento, y vinieron los reyes Magos, guiados
Seflor. Y aunijue es verdad que la puerta principal, por de la nueva estrella que les apareció. Entraron en J e r u -
donde hahenios de entrar á é!, es su benditísima Sfedre salen preguntando por el rey de los judíos que habia n a -
(que es la medianera de todo el linaje humano para con cido, cuya estrella hablan visto en las partes de Oriente.
su dulcísimo Hijo, como ello es para con su eterno Padre); Turbóse Uerodes: juntó á los escribas y sabios de la ley,
pero para con la misma Virgen muy buen tercero nos se- para saber dónde habia de nacer Cristo: y entendiendo
rá san Juan: pues con especial prerogaliva la tiene por que en Belén, conforme á lo que los profetas üabian anun-
madre, y eüa á él por hijo, y se hacen tan buena compa- ciado; llamando aparte á los reyes Magos, é informán-
ñía. En confirmación de esta verdad leemos, que deseando dose de ellos muy particularmente de la estrella y del
san tírcííorio Taumalurgo, obispo de Neocesarea, acertar tiempo en que les habia aparecido, les encargó que
<n lo que habia de enseñar á sus ovejas de la sanlisima fuésen á Belén y buscasen aquel Niño, y volviesen por
Trinidad, y haciendo mucha y devota oración á la santí- Jerusalen y le diesen cuenta délo que habian hallado, para
sima V i r g e n , suplicándole que le diese la fórmula que en que él también le fuése á adorar; aunque todo esto era
esto habia de guardar; una noche ella se le apareció, I r a - con engaño. Los reyes Magos hallaron al santo Infante en
yendo á su lado á san Juan evangelista, á quien mandó aquella pobre choza , y le adoraron y le ofrecieron k s
que le diese una fórmula de lo que habia de creer y pre- dones que traían de su patria; y avisados del ángel del
dicar: y san Juan se la dió, y san Gregorio la escribió, y Señor , volvieron á ella por otro camino diferente , sin
por ella de tal manera instruyó á los cristianos de Neoce- tener cuenta con el rey Ilerodes: el cual lo sintió mucho,
sarea, que en liempos de tantos errores no cayeron en n i n - por parecerle que los Magos no hacían caso de é l ; mas al
guno. De san Juan escriben todos los sanios doctores que principio disimuló juzgando por ventura que por no haber
interpretan los Evangelios, y los autores de la Tlístu'ía hallado en Belén lo que buscaban , de corrides no habian
eclesiástica, y todos los Martirologios griegos y latinos. osado volver á é l : y que lodo aquello que habían dicho de
*SAN MÁXIMO, OBISI'O Y CONFESOU.—Vivia en Alejandría la estrella que habian visto, habia sido sueño é imagina-
distinguiéndose por sus heroicas virtudes, apacentando con ción. Pei o cuando oyó que un niño nacido en Belén á los
zelo su amada grey, y mereciéndose la veneración y res- cuarenta días habia sido presentado en el templo , y que
peto de los fieles que le miraban por su verdadero padre, un viejo venerable, llamado Simeón, le habia tomado en
pues reunia las dotes de un perfec to obispo. sus brazos , y reverenciádole como á Salvador y p r e d i -
cado de él grandes maravillas, y las otras cosas que en
Los SANTOS TEonoito Y TEÓFANES, CONFESORES.—Eran
aquella presentación sucedieron en el templo (las cuales
liermnno.s educados en un monasterio. En Consianlinopla
fueron notorias , y se publicaron en la ciudad de Jerusa-
fueron azotados y desterrados por cristianos. Volvieron
l e n , y Ilerodes no podía i g n c r a i l a s ) , entendió que los
nuevamente á sus hogares; mas sucediendo en el imperio
Magos habian hecho burla de él. Y como era honibre a l -
Teófilo, los hizo azotar y desterrar de nuevo. Teodoro
tivo y soberbio , y moria por conservarse en el reino, pa-
murió poco después encarcelado. Teófanesen liempos mas
reciéndole por una parle que aquella era grande afrenta
tranquilos para la Iglesia murió obispo de Nicea.
y mengua s u y a , y por otra carcomiéndose con su propia
SANTA NICHKATA, VÍBGEN.—Fué muy dislinguida por
ambición, y atravesado como con una aguda saeta del
sus virtudes excelsas, en tiempo del emperador Arcadio.
temor de perder el reino; soltó la presa de su indignación,
La nombra en este dia c! Martirologio romano.
y lleno de saña y f u r o r , determinó por lodos los caminos
que pudiese, matar aquel Niño á quien él temía y pensaba
DIA 28. que le habia de qnilar el reino. Para salir con su intento
es de creer que hizo todas sus diligencias para buscarle y
Los SANTOS INOCENTES, MÁRTIRES.—Xo hay bestia tan
hallarle; mas como no hay diligencia humana ni indus-
fiera y espantosa como es un tirano, señoreado de alguna
tria que pueda impedir el consejo de Dios, todas las de
vehemente pasión y poderoso para ejecutar todo lo que
Herodesfueron vanas; porque el ángel del Señor apareció
quiere , sin resistencia: porque es como un incendio que
á san José, y le nnmdó que llevase al Niño y á la Madre á
alentando y cobrando fuerzas con los vientos, todo lo
Egipto, y que estuviesen allí hasta que le fuese ordenada
abrasa y consume; y á manera de un rio impetuoso, todo
otra cosa del cielo. No quiso entonces usar de su divino
lo que halla lo arrebata y lo lleva Iras sí con su corriente.
poder la Providencia divina , sino tomar este medio h u -
Vese esto ser 8s¡ en la matanza cruelísima y desapiadada
mano para librar al sanio Niño de las manos carniceras
que el rey Ilerodes, llamado Ascalonita , mandó hacer en
de aquel impío tirano : el cual viendo que no podia haber
los niños de Belén , pnra asegurarse en su reino, (emienda
al que tanto deseaba , y creyendo que estarla escondido
que uno de ellos le quitase el cetro y la corona. Era este
en Belén ó en su comarca ; creciendo en él la rabia y e n -
rey extranjero y habia alcanzado el reino de Judca de los
cendiéndose mas el furor, tomó una resolución extraña y
romanos: y por esto, y por su fiereza y mala condición,
bárbara de matará todos los niños que habian nacido en
era abon ccido de los judíos , los cuales aguardaban cu s i
Belén y en todo su distrito, desde los que eran de un solo
tiempo un nuevo rey y Mesías que los librase de aquella
dia , hasta los que tenían ya dos años: porque aunque
dura servidumbre y cautiverio , y ennobleciese y ens . 1 -
supo de los reyes Magos el tiempo en que les habia apa-
zasc aquel pueblo que era propio pueblo del Señor : aun-
recido la estrella, y que aquella estréllales significaba
que ellos pensubtin que lo habia de hacer temporalmente;
que ya era nacido aquel Niño que era rey de los judíos:
porque como hombres carnales no entendían la excelencia
pero como no pudo saber cuánto tiempo ántcs que ello?
do los bienes espirituales y elernos , que el verdadero rey
590 LA LEYKNDA DE OKO. DIA 28.
viesen la estrella , liabian nacido para asegurarse mas salmado como fué Uerodes , para derramar lant a sangre
(ciego con la pasión), juzgó que le convenian pasar á c u - de niños? ¿Y cómo Jesucristo nuestro Salvador, que venía
chillo lodos los niños que en aquellos dos años hubiesen para darnos vida entrando en el mundo, fué ocasión para
nacido : y alargó el tiempo que le habían señalado los que se diese la mnerte á tantos corderos inocentes? Mas,
Magos,como también extendió el lugar , haciendo malar si bien miramos, hallaremos en esle hecho mucho porque
á todos los niños que hablan nacido no solo en Belén alabar la suavidad benigna de nuestro Dios, y admirarnos
{donde nació Cristo), sino en todos los pueblos y aldeas de los medios que toma para coronar á unos y castigar á
de su comarca. Con esta resolución llamó á los soldados, otros: porque de la misma manera que el dueño de la viña
capitanes y ministros de su crueldad, y les dió la orden puede coger la uva ya madura y exprimirla en el lagar, ó
que habían de tener para hacer escribir primero los niños vendimiarla en agraz,ó cortar los pámpanos en cierne, sin
ó juntarlos con maña y dar traza que todos muriesen , y hacer agravio á nadie: y el hortelano corlar las flores
ninguno se escapase de sus manos, encargándoles el se- para hacer ramilletes y presentarlos á su amo; así Dios
creto , la lidelidad y ejecución de aquel negocio, en el que es dueño y Señor de todo lo criado, como jardinero
cual no le iba menos que ser ó no ser rey. Con este impío de deleites de la santa Iglesia, cogió hoy las flores de loa
é infernal mandato , mas que con el hierro , se armaron mártires (queasí llaman á los niños Inocentes san Agus-
aquellos crueles carniceros, para dar como lobos en una tín y Piudencio), para hacer ramilletes y ofrecerlos á la
manada de corderos inocentes y derramar tanta sangro mesa de Dios : y aunque los cortó y secó como con un
como derramaron. Loque pasó en aquel espectáculo i n h u - viento cierzo la indignación de Heredes, y ' l a s llores de
mano, fiero y lastimoso, no lo dice el historiador sa- acá de la tierra, si una vez se secan ó marchitan, no sue-
grado, dejándolo pensar y ponderar á cada uno por sí: len volver á reflorecer; pero no es así en las flores que se
mas dícenlo san Gregorio Níseno y san Agustín , que p i n - cogen de la mano de Dios : porque cuando parece que se
tan la ferocidad y denuedo de los soldados , los alaridos secan y mueren , entonces mas florecen y viven. Mas si
miramos las causas por que el Señor permitió esta carni-
de las madres , las heridas de los niños Inocentes, y la
cería tan sangrienta, y esta matanza de niños Inocentes
sangre de aquellos corderos tiernos y puros , que por to-
tan lastimera , hallaremos que fueron muchas y admira-
das parles corría. No sabemos de cierto el número de ios
bles , y muy convenientes para la gloria de Dios, y para
santos niños Inocentes que murieron: porque lo que a l g u -
bien de los niños y de sus padres, y de toda la santa I g l e -
nos dicen, que fueron ciento y cuarenta y cuatro m i l ,
sia , y para mayor castigo del mismo tirano que los mató:
porque san Juan en el Apocalípsi pone este número h a -
porque prímeramenlc es gran gloria de Dios, que enten-
blando de los niños que seguían al Cordero ; no es á pro-
damos que es- el Señor de todos , y que sin injuria de n a -
pósito , ni es creihle que en un pueblo tan pequeño como
die puede hacer todo lo que es servido de todas sus c r i a -
era Belén , y en su tierra, se hallasen tantos niños de
turas, en el cíelo y en la tierra y en los abismos. Demás
aquella edad. El padre Alonso Salmerón de la Compañía
de esto, ¿qué pregón se pudo dar por todo el mundo mas
de Jesús, y uno de los primeros compañeros que tuvo el
sonoro y elicaz, para declarar que habia venido del cielo
beato padre Ignacio de Loyola para fundarla , varón doc-
un nuevo Rey de los judíos, que el publicarse y saberse
tísimo y excelente teólogo, en el m tomo de los once que
que el rey Heredes, per temor de este Rey recién nacido
escribió sohre los Evangelios, dice que fueron catorce m i l ;
y de perder su r e i n o , había usado de una crueldad tan
y que los cristianos de Etiopia , que llamamos abísinos, en
extraña , tan inhumana y tan fiera?'¿Y que no solamente
el canon de la misa celebran este número de los Inocen-
habia hecho matar á los hijos chiquitos de los extraños;
tes mártires: y lo mismo dice Genebrardo, que los g r i e - sino también á un hijo s u y o , para asegurarse mas? Fuó
gos le ponen en su calendario. Llamo mártires á estos n i - tanto lo que sonó por toda la redondez de la tierra un he-
ños ; porque siempre la santa Iglesia los ha tenido p o r t a - cho tan desaforado, que cuando lo supo en Roma el e m -
les por hahersido bautizados en su sangre y muertos por perador Octavíano , dije que en la casa de Hcrodes mejor
Cristo, antes que comenzasen á gustar de la vida : y así era ser puerco que hijo ; dando á entender , que por ser
hablando con los mismos niños, dice san Agustín : «Aquel judío no mataría el puerco porque no lo podía comer; y
dudará que hayáis alcanzado la corona, muriendo por por ser cruel habia muerte al hijo. Pues si miramos á k s
Cristo, que crea que el bautismo de Cristo no aprovecha á mismos niños que murieron ; ¿qué amor de sus padres
los niños. No teníades edad para creer que Cristo habia les pudiera hacer tan gran bien , come les hizo el odio de
de padecer; pero teníades carne para padecer y sufrir la Heredes? Pues sinsaber lo quehacia, los libró de los traba-
muerte por Cristo, que habia de padecer por vosotros:» y jos, peligres, pecados y miserias de esta vida, y los envió á
san Bernardo dice : ccSi buscas los merecimientos que t u - gozar de aquella vida, que sola se puede llamar vida, y so
vieron para ser tan cruelmente muertos de Hcrodes, ¿ es debe comprar á costa de cualquiera trabajos y penas.
por ventura menor la piedad de Cristo, que la impiedad
de Heredes, para que creamos que Hcrodes los pudo entre- ¿Qué mayor beneficio pudieron recibir del Señor, que
gar á la muerte , siendo inocentes, y que Cristo no pudo morir por él ántesque supiesen qué es vida, y sin pelear
darles la vida eterna, habiendo muerto por él?» Del alcanzarla corona,y triunfar del mundoántesde conocer-
mismo parecer son san Ireneo, san Justino, san Cipriano le, y ser la primicia de los márlires de Cristo? Mueren ( d i -
mártir, Orígenes, Hilario, Crisóstomo, Agustín, Pruden- ce san Aguslin) los niños por Cristo, y la inocencia muere
c i o , Fulgencio y León, papa: y finalmente toda la Iglesia por la justicia. [Qué bienaventurada edad fué aquella, que
católica , que hace Gesta de estos niños benditos y los no pudiendo aun nombrar á Cristo mereció morir'por Cr i s -
tiene y celehra por márlires. De aquí se saca la respuesta to! ¡Qué dichosamente nacieron aquellos á quienes e n -
de una duda, que algunos podrían tener y preguntar: trando en esta vida, salió á recibir la vida eterna! Luego
¿ Por qué el Señor dió poder á un hombre tan fiero y de- que cemenzaron á vivir, tuvo fin su vida; pero el tin d«
DIA 28. mCIEMBBK. 591
esla vida lomporal Ies fué principio de la bienaventurada ro (dice san Agustín); ¿qué te aprovecha tu crueldad y fe-~
y eterna, l'urccia que no estaban maduros para la muerte; rocidad?Bien puedes tú hacer mártires; pero no podrás
pero felicísimainente murieron para alcanzar la vida: ape- hallar á Cristo. ¿Piensas que el Salvador te ha de quitar
nas habían gustado la presente, y luego pasaron la f u t u - el reino? No es así; porque no ha venido Cristo para q u i -
r a : apenas habian llegado a los pañales y cunas de la n i - tar á nadie la gloria que tiene, sino para darle la suya; nó
Oez, cuando recibieron la corona : son arrebatados de los para quitar el reino de la tierra, sino para dar el reino del
brazos de las madres para ser colocados en el seno de los cielo á lodos los que creyeren en él y le amaren.» Estoes
ángeles.» Hasta aquí es de san Aguslin: y san Juan Cri- de san Aguslin. Castigó el Señor una maldad tan atroz ó
sóslomo dice: «Aquella edad de los niños se levantaá ala- inhumana, dando al rey una enfermedad tan grave, ó por
bar á Dios que no tiene pecados, para que el que es digno mejor decir, una multitud de tantas y tan graves enfer-
de alabanza sea dignamente loado, y el Inocente predica- medades, que lodo su cuerpo era un retablo de dolores;
do con el teslimoniode los inocent,es. Ellos reciben de Cris- porque (como dice Josefo) abrasábale interiormenle «n
to, y vuelven á Cristo lo que de él recibieron: toman y dan, fuego lento; padecía una hambre canina é insaciable; te-
y en el mismo tiempo el que dió recibe, y el que recibió nia las entrañas llenas de llagas y de dolores cólicos, los
d a ; torna Cristo á tomarlo que habia dado,cuando nócon piés hinchados, las partes naturales llenas de gusanos, los
voces, sino con la sangre fué alabado de los niños. ¡O glo- nervios contrahechos, la respiración dificultosa, y de todo
ria bienaventurada de los que morían; pues merecieron su cuerpo salia un olor tan malo que no se podía sufrir:
ser mártires por Cristo! En un mismo tiempo comenzaron y vino á tan grande aborrecimiento de sí mismo, que p i -
á vivir y m o r i r : entraron en el mundo y salieron de él: dió un cuchillo con intento de matarse; y hnbiéralo hecho
recibieron el aire fresco de esta vida y pasaron á la inmor- si un nielo suyo no se lo hubiera estorbado. Cinco días
t a l : siendo niños, fueron fuertes, y sin coronarse v e n - ánles que muriese, hizo malar á su hijo Antipairo que t e -
cedores.» Estas son palabras de san Juan Crisóstomo, nía preso: y entendiendo que los judíos se habían de h o l -
y de la misma manera hablan los otros santos doctores. gar con su muerte, mandó llamar y venir so graves penas
Para los padres asimismo fué de grande honra y prove- á todos los hombres nobles dg su reino: y después quo
cho este sacrificio, que se hizo de sus hijos; porque ¿qué vinieron los hizo encerrar en un cierto lugar, para que en
honra pudieron alcanzar en el mundo si vivieran, que se espirando él sus soldados los matasen á todos, y celebrar
pueda comparar con ser padres de mártires? Y juntamen- sus exequias con la muerte de ellos y con el llanto de todo
te con la honra les fué de grande utilidad; porque con la el reino: y mandó á Salomé, su hermana, que en todo
pena y dolor que tuvieron en la muerte de sus hijos, p u - caso lo hiciese ejecutar; porque con esto él iría consolado
dieron pagar las culpas que habian cometido contra Dios, de esta vida, la cual acabó como se puede pensar de
y por ventura algunas de ellas eran por causa de los mis- quien tenia tal corazón y tales entrañas, y con gran rego-
mos hijos, y con las muchas lágrimas que derramaron, es- cijo de todo su reino, por verse libre de tan espantoso t i -
pecialmente las madres lavaron las manchas de los peca- rano, y especialmente de todos aquellos nobles y caballe-
dos pasados, y acrecentaron sus merecimientos delante ros que estaban como reses en el matadero, aguardando
de Dios, sin cuya voluntad sabían que el rey Herodes no el cuchillo; porque en muriendo el rey Ies dieron la vida
tenia poder para quitar la vida á sus hijos. Pues para (oda y los sobaron.
la iglesia católica ¿de cuánta gloria es tener entre innume-
Pnes si cotejamos el fin que tuvo Herodes con la muerte
rables niát iircsquela cercan y hermosean con su sangre,
de estos bienaventurados niños, y las miserias del uno con
un escuadrón de niños, que antes de tener miembros para
la felicidad de los otros; ¿quién no escogerá el morir por
la batalla, vencieron la muerte, el demonio y e! infierno;
Cristo ánles que reinar con Herodes? Temia el desventura-
y con su muerte nos enseñaron que no hay edad inhábil
do que un niño le había de quitar el reino, y mató á lautos
para Dios, y que los padres deben tener gran cuenta de
niños por no perderle; y perdió el reino, la salud y la v i -
consagrarle los hijos desde que nacen, pues son suyos, y
da y alma, que penará en los infiernos, mientras que Dios
cuando se los quita, le vuelven lo que él les dió? También
fuere Dios: y todos sus hijos, nietos y descendientes so
es de creer que las almas de los padres que estaban en el
acabaron dentro de cien años, y no quedó memoria de él ni
limbo recibieron nuevo consuelo, cuando las de estos ben-
de ellos, sino para aborrecerlos como tiranos y crueles
ditos niños les dieron nuevas del nacimiento del Salvador;
enemigos de todo el linaje humano. Por otra parle, nues-
y por la muerte de ellos entendieron, que ya se comenza-
tros niños benditos están delanle del trono de Dios, ala-
ba á propagar (aunque con sangre) el reino de Cristo. Pero
bándole, y son reverenciados de toda la Iglesia católica
¿qué diré del rey Uerodes y del castigo severfsimo que
por todo el mundo, y sus sagrados huesos y preciosas r e -
Dios le dió aun en esta vida, por las otras maldades suyas;
liquias adoradas y veneradas de los reyes y príncipes do
pero mucho mas por la crueldad detestable que con tantos
la tierra | su nombre dulce, la memoria amable, y la m i -
niflos inocentes usó? Porque demásde no haber salido con
sericordia que el Señor usó con ellos suavísima y de per-
su intento ni podido haber á las manos á Cristo, y con-
petua recordación. Fué su martirio, imperando Octaviano
sumídose de rabia y dolor por ello; y después que vertió
Augusto, á los 28 de diciembre, comenzando ei segundo
tanta y tan pura sangre, no se puede fácilmente creer el
año de Cristo, según la mas probable opinión. Escribieron
abismo de calamidades en que (por justo juicio de Dios)
de los santos inocentes varias homilías y sermones, san
cayó, y las ondas, tempestades y miserias que en su mis-
Agustín, Hilario Arelatense, Pedro Crisólogo, Beda, san
ma persona y casa padeció. Pensó esla furia infernal es-
Bernardo y otros autores, y de ellos todos los Martirologios
torbar el consejo de Dios, y engañado de su ambición lomó
hacen mención.
las armas contra Cristo, creyendo que le venia á quitar el
* SAN EUTIQOIO r SAN DOMICUNO MÁamr-s.—De estos
reino y que le podría acabar; «Mas, ó rey impío y bárba-
santos el primero era presbítero y el segundo diácono. V i -
592 LA LEYENDA DE ORO. DÍA 20.
vían en la Galicia, y como lodo su afán era cumplir exac- ban, que el r e y , por consejo del arzobispo Teobaldo, le
tamente los deberes de hombres consagrados á Dios hizo su cancelario, que es como presidente del supremo
en el ministerio santo, de ahí es que eran muy eslimados consejo, y favorecióle tanto, que todo lo qae el cancela-
del pueblo. rio mandada ó vedaba, se lenta por ley i y aquellos so
Los SANTOS CASTOR, VÍCTOR Y ROGACIANO, MÁRTIRES.— lenian por dichosos, que estaban en su gracia; porque
Ganaron la gloriosa corona del martirio en África. Los por ella pensaban alcanzar la del rey, y lo que de él p r e -
nombra en este mismo día el Martirologio romano. tendían. No solamente sirvió al rey en las cosas de la paz,
SAM INDKS, MÁRTIR, Y LAS SANTAS DOMNA, AGAPE Y TEÓ- gobierno del reino y administración de la justicia , sino
FILA, VÍRGENES Y MÁRTIRES.—San Indos y dicbas santas también en las de la guerra contra franceses: é hizo por
vírgenes, junto con otros cristianos sufrieron cruel mar- su persona cosas hazañosas, mostrando en lodas irrande
lirio por la fé católica durante la persecución de Diocle- ánimo , valor y prudencia. Pasó tan adelante la privanza
ciano. del cancelario con el r e y , que habiendo de dar ayo al
SAN TROADIO, MÁRTIR.—Fué inanimado en el Ponió du- príncipe su h i j o , que también se llamaba Enrique como
rante la persecución de Decio. Apareciósele en medio de el padre, no quiso que fuese otro sino é l , y que por esto
los tormentos san Gregorio Taumalurgo, y le animó á su- dejase el cargo de cancelario ; mas que con las ocupacio-
frir el martirio. nes del gobierno del reino junlase las de la crianza é ins-
SAN CESARIO, MÁRTIR.—En tiempo del emperador Gale- trucción del príncipe , que no eran pocas ni poco pesa-
n o Maximiano fué martirizado en la Armenia porque p r o - das: porque los otros grandes y señores del reino le tra-
fesaba ardienlemenle la fé cristiana. jeron también sus hijos para que los enseñase, asi porque
SAN FRANCISCO DE SALES, OBISPO Y CONFESOR—Aunque se criasen con el principe, como porque amoldados y
hace de él mención en este dia el Martirologio romano, su doctrinados de tal mano , saliesen bien criados y corteses,
Gesta corresponde á 29 de enero, que es donde va conti- y dignos de su linaje y nobleza : y el cancelario se en-
nuada. cargaba también de esle trabajo [aunque era grande), j u z -
S AN DOMNION, PREsnÍTEug, SAN TEODORO, ABAD, Y SANAN- gando que el bien del reino consiste en que los caballe-
BOMO, MONGE.—El primero es muy venerado en Uoma; el ros y gente noble y principal desde la juventud sea
segundo fué oriunJo de Egipto y discípulo de san Paco- bien criada en amor y temor santo de Dios. Demás de eslo ,
mio; y el tercero es honrado en este dia en el monaslerio el rey por favorecer mas al cancelario, algunas veces se
lirinense. Los tres van nombrados en el Martirologio roma- iba á comer con é l : otras , después de haber comido, e n -
no en e.-te dia. li aba á verle comer, y gustaba de oir lo que en su mesa
se trataba ; porque aunque era clérigo mozo , y los demáá
que comian con él seglares y gente cortesana; ledo lo que
DIA 29. allí se hablaba olia mas á trato de religioso, que de corte-
SANTO TOMÁS CANTUUUENSE, ARZOBISPO Y MÁRTIR. —La sanos y seglares. Murió en esta sazón Teobaldo, arzobispo
vida del glorioso pontífice y fortísimo mártir sanio Tomás, canluariense , y luego el rey puso los ojos en Tomás para
arzobispo de Cantorberi y primado de Inglaterra, escribió darle aquella suprema dignidad , pai eciéndole que en n i n -
Eduardo, que vivió en su mismo liempo, y mas copiosa- guno estarla mejor empleada. Supo el intento del rey T o -
mente Heberlo de Uoschan, que fué su compañero, y des- más, y suplicóle con grande instancia , que no le ¡¡asase
pués cardenal y arzobispo de Benevenlo, y Juan Salisbu- por el pensamiento hacerle arzobispo, así porque él no te-
riense, obispo carnolense,y Guilleni)o,monge cantuarien- nia parles para ello, como poique eslimaba mas su gra-
se, y Alano, abad, leukesburiense, lodos auloros graves y cia (la cual lemia perder, siendo arzobispo),que todas las
de mucha auloridad: de los cuales sacaremos lo que aquí dignidadesy honras del mundo: «Porque vuestra majestad
dijéremos. Fué santo Tomás inglés, nació en la ciudad de ( dijo ) no dejará de hacer algunas cosas contra la libertad
Lúndres, cabeza de aquel reino: su padre se llamó G i l - eclesiáslica , las cuales, siendo primado, no podré coi»
berlo y su madre Matilde, personas nobles y ricas, y muy buena conciencia consentir. » Ninguna cosa bi.stó con et
piadosas. Dicen que el mismo dia que nació, se pegó f u e - rey para que desistiese de su intento : y asi Tomás bajó la
go á la casa de sus padres y se quemó buena parte de la cabeza , entendiendo ¡-er voluntad de Dics, con gran con-
ciudad de Lóndres. En teniendo edad para aprender le- tento del rey y de lodo el reino. Era en esta sazón de edad
tras, le pusieron al estudio, y él las aprendió con cuidado de cuarenta y cualro años : ordenóse de misa (porque so-
y diligencia, y por su buena habilidad y grande ingenio lo era diácono) el sábado de l'enlecoslés; y al otro dia
hizo gran progreso en ellas. Era de loables coslumbres, de en su iglesia catedral fué consagrado arzobispo con las ce-
genlil disposición, hermoso de rostro, en sus palabras mo- remonias ordinarias, hallándose présenles quince obispos
desto y giüve, y tan amigo de la verdad, que ni burlando y el piíncipe Enrique, heredero del reino , con muchos
ni de veras no se a parlaba de ella. Tuvo noticia de sus grandes y señores principales de él. Envióle el pontífice
buenas parles Teobaldo, arzobispo cantuariensc; recibióle romano (que era á la sazón Alejandro I I I ) el palio ; y el
en su servicio; y hallándole hombre cuerdo y prudente, arzobispo le recibió postrado en el suelo , y con los pies
comenzó á servirse de él en los negocios públicos y en descalzos y con extraordinaria devoción.
los de su casa, con grande satisfacción suya y de l o - Desde el punloque recibió la sagrada unción, parece que
dos los que le trataban. Ilízole aresdiano de su Iglesia, se mudó en otro varón , nó para darse á vanidades, faus-
y dióle oíros benelicios y rentas, las cuales Tomás gasta- tos y grandezas, y vivir con mas anchura y libertad (co-
ba libremente, teniendo mas cuenta con el buen nombre mo algunos suelen ) ; sino para entrar dentro de sí y alar-
q u e con la hacienda. Fué creciendo lanío la buena o p i - se mas eslrechamcntc con las nuevas obligaciones : y así
nión, que lodos tenian á Tomás y el amor qae le moslra- comenzaba á vivir una vida apostólica , y digna de tan
DÍA ^9. DICIEMBRE. 51)3
grande prelado : porquo el deleita on el comer veneia con favor que ántes él hacia á sanio Tomás, le convirtió on
la lomplanza , los apelilos dt'slioneslos con el cilicio áspe- odio y aborrocimíento, teniéndole por ingrato y p o r b o m -
ro y con dormir poco : los oíros deseos y guslos desorde- bre que no cumplía con sus obligaciones y con los bi'iie-
nados refrenaba con la continua oración y lección de co- licios que de él luibia recibido : porque los grandes p r i n -
sas sagradas, y cuanto era mas alio el grado á que Dios cipes comunmente no quieren que á ninguna t osa se les
le habia levantado, tanto él mas se humillaba : y para no contradiga,y tienen por desacato y menoscabo de su sobe-
desvanecerse con la nueva dignidad, lomó el hábito é rana autoridad, que se les vaya á la mano, aunque sea
inslilulo de los canónigos seglares, procurando cumplir en cosas forzosas , como era esta, y que con buena con-
con las obligaciones de monge y prelado. Sobre todo nació ciencia no se pueden dejar. Salió el rey de la junta muy
en el santo prelado un amor y devoción muy exlraordina- colérico , los obispos que estaban en ella comenzaron á
ria para con Dios, una compasión para con los pobres tan blandear, y los otros señores á tomar y defender las par-
grande, que así como ninguna cosa le podia apartar de tes del rey (tanto puede la ambición y la lisonja), de ma-
la rectitud y justicia , por el zelo de olla que Dios habia nera que solo Tomás quedó solo por defensor y amparo
encendido en su pecho; así tampoco no habia cosa que p u - de la verdad, opuesto á la furia del rey y á lodas b.s má-
diese hacer en beneficio de los pobres, para remediar quinas y ardides desús enemigos; pero muy aparejado á
necesidades , que no la pusiese por obra: y con ser i n n u - perder la vida, porque la Iglesia no perdiese su libertad.
merables los pobres que á él acudían, nunca se cansaba Tomáronse grandes medios de promesas y amenazas, de
ni le faltaba qué darles; y para poderles dar mas, procu- blanduras y espantos para atraer al santo prelado á la vo-
raba cobrar algunas posesiones y heredades de la Iglesia, luntad del r e y : y aunque él al principio se mostró algo
que algunos hablan usurpado, ó por descuido de los a r - blando, porque no padeciese por su causa todo el clero do
zobispos sus cntecesorc s, ó por no poder mas contra ellos, Inglaterra, y porque le habían asegurado quead rey no
que era genio poderosa. Y aunque los que fueron despo- queria sino que de sola palabra diese su conscntímienlo;
seídos de las haciendas de la Ig.esia se quejaron al r e y , pero después que vió que le mandaba poner por escrito, y
y procuraron con varias calumnias y falsedades exaspe- sellar con su sello los capítulos que el rey habia escrito,
rarle contra el santo pontífice ; no pudieron salir con su y que ellos eran perniciosos y en perjuicio notable de la
i:itento, por el concepto y estima grande que el rey tenia Iglesia , le pesó mucho que le hubiesen engañado , y de
do su persona , hasta que se ofreció otra ocasión mas pe- la facilidad que habia tenido en querer dar contento vA
sada. Ilabian dos clérigos cometido algunos delitos, y el rey , por atajar los dailos que se podían temer. Los artí-
uno de ellos,que era canónigo, tratado mal á unos minis- culos y capítulos que propuso el rey fueron seis. El p r i -
Iros de justicia r e a l , y el otro, que era un clérigo parti- mero, que no se pudiese apelar á la sede apostólica sin l i -
cular, habia muerto á un hombre á lo que se decia. L e - cencia del rey : el segundo, que ningún arzobispo ni obis-
vantóse un grande alboroto en el pueblo, diciendo que los po pudiese salir del reino, aunque fuese llamado del papa,
clérigos se alrevian á hacer grandes insultos y maldades, sin licencia del rey : el tercero, que ningún obispo p u -
porquo sabían que no los hablan de castigar con pena do diese excomulgar á ningún criado ni ministro del r e y ,
muerte. Y aunque el sanio prelado , para sosegar al pue- sin haberlo primero consultado con é l : el cuarlo, que no
blo y quitar el escándalo, los castigó severamente; no pudiese el obispo castigar á ningún perjuro y fementido:
por eso cesó aquella turbación y queja, ánles llegó á o í - el quinto, que la justicia seglar del rey conociese las cau-
dos del r e y ; el cual instigado de los enemigos del arzo- sas de los clérigos y los castigos , y los castígase sí m e -
bispo, y con pretexto de que hubiese justicia, en su reino reciesen castigo : el sexto, que el rey y lus legos trata-
y los malos fuesen castigados , hizo junta de grandes, así sen y juzgasen las causas decimales y eclesiásticas.
eclesiásticos como seglares, y en ella pidió que se le
Que lodas eran causas peí judiciales á la Iglesia, y con-
remitiesen á él todos los clérigos que comelieseiwk'lüos,
trarias á lo que en ella so ha usado siempre desdo los
para que por sus justicias fuesen castigados. A esla d e -
apóstoles acá , y á lo que han hecho lodos los emperado-
manda el santo prelado se opuso, y con buenas palabras
res, reyes y principes piadosos, como lo probamos en
suplicó al rey que no se dejase llevar tanto del zelo y amor
. el libro del Príncipe cristiano. Pero muchas veces se o n -
de la justicia, que hiciese contra la misma justicia y ex-
gafian algunos príncipes , pensando que es mengua de su
cediese los límites de su potestad ; y que considerase que
autoridad sujetarse á la Iglesia , y falla de justicia el no
los sagrados cánones y constituciones antiguas de los su-
castigar los delitos de los clérigos que no pertenecen ú
mos ponlífu'cs, concilios y emperadores, orftenabon que
ellos : y no fallan ministros que atizan el fuego, ni prela-
los clérigos fuesen castigados por sus prelados: y que en
dos flojos y temerosos, que por no perder la gracia del
caso atroz y digno de muerte, el clérigo que le cometie-
príncipe, pierden la de Dios , y huyen como mercenarios
se , fuese primero degradado, y después remitido al bra-
y se dejan arrebatar de la corrienle. No lo hizo así santo
zo seglar, para que solo fuese ejecutor de la muerte que
Tomás, que no se dejó vencer de terror ni de halagos p a -
se le daba ; y que esto se habia usado en la Iglesia de
ra consentir al rey en cosa tan donosa á la Iglesia , y do
Dios desde el tiempo de los apóstoles; y que pues esta
tan mal ejemplo ; ántes fué tanto lo que lloró y se entris-
Iglesia era la misma que la antigua, era justo que se guar-
teció por haber dado muestras de quererle dar gusto en
dase lo que siempre se habia usado. El rey porfiaba queá
esto,engañado, comodijímos,de lo que de su parte le h a -
él tocaba castigar los delitos y hacer leyes , y que iodos
bían dicho , que enojándose consigo mismo y queriendo
le habían de obedecer; mas el santo prelado con gran l i -
castigar aquella culpa, se suspendió de decir misa, y no
bertad le respondió, que en lanío obedecería á las leyes
quiso llegarse al altar , hasta que el sumo pontífice le e n -
que hiciese, en cuanto no fuesen contrar.'as á la ley do
vió la absolución, y él se consoló con ella y con saber que
Dios. Enojóse de esto mucho el r e y ; y todo aquel amor y
su ¡nlencion habia «ido buena, y on ninguna cosa con-

TOMO rtr.
LA LEYENDA DE ORO. DÍA 29.
tparia á la voJunlacI Jo Dios. Finalmpnlo , «tetado el sanio tal vida, que mas parecía muerte que vida; y le sobrevino
prelado el ánimo del rey enojado contra s í , y tan obsti- una enfermedad tan grave, que faltó muy poco que del
nado en llevar adelante su intento, (¡IJC no liahia esperan- todo no se la quitase. Pero loque mas le afligía, fué la
za de poderle ablandar ni trocar, y que los obispos sede- grande calamidad y miseria de tantos deudos suyos i n o -
jaban llevar de la voluntad del r e y , y que los grandes y centes, que por su causa (aunque sin culpa suya) pade-
poderesos le ayudaban y servían , y que toda la Iglesia cían, á los cuales él no podia remediar; pero remediólos
de Inglaterra estaba en peligro de acabarse y perderse: Dios por medio del rey de Francia, y de otros sefiores y
determinó ausentarse por un poco de tiempo del reino, personas principales devolas de aquel reino, que sabiendo
para que ecbado Jonás en el m a r , cesase aquella tan bor- la santidad de santo Tomás, y la tiranía de! rey Enrique,
rtble tempestad. Para esto huyó de noche, acompañado y la inocencia de los que padecían, los ayudaron y sobór-
de dos solos monges y un criado disfrazado, caminando rieron en aquel su destierro y trabajo, con tanta libera-
las noches, fuera de camino, con grandes trabajos é i n - lidad, que muchos no echaban menos la comodidad y r e -
comodidades ; y embarcándose en un navio, llegó á ["lan- galo de sus casas. Mas el rey Enrique, cuando supo quo
des. Cuando el rey supo que ú santo arzobispo se le h a - el santo prelado estaba en aquel monasterio, no se puede
bía escapado de las manos , salió de juicio y envió e m - creerla saña que tomó contra el abad. Escribióle con gran
bajadores al papa Alejamlro I I I , dándole grandes quejas furor que le echase luego de su casa y de cualquiera otra
contra é l , como contra revolvedor y alborotador de su de su órden, amenazándole, si no lo hacia, de sacar de su
peino: y habiendo el sumo pontífice oídolos en público reino á todos los monges del Cister, y destruir sus monas-
consistorio, les respondió , que oiría al arzobispo , para terios. Entendió el santo prelado del abad lo que el rey lo
poder juzgar rectamente en aquel caso. Airóse sobrema- habia escrito; y con sosiego y serenidad le dijo: No quiera
nera el rey con esta respuesta, y mandó conliscar los bie- Dios que tantos y tan santos religiosos padezcan por mí,
nes de santo Tomás , y^Ias haciendas de todos sus deudos ni que sus monasterios sean asolados. Y haciendo gracias
y parientes, que eran muchos, y que lodos saliesen de su al abad y á los monges, por la caridad que con él babintl
reino , sin perdonar á edad, ni sexo, ni condición , ni d i g - usado, y hahieudo venido el rey de Francia en persona al
nidad de persona: tomando juramento á los varones de monaslerio, y agradecido á los religiosos el buen acogi-
mayor edad , que buscarian al orzobispo do quiera que miento que habían hecho al santo prelado; le llevó consi-
estuviese, y se quejarían de él, que por su ocasión pade- go, llorando todos su partida, y acordándose del raro ejem-
cían tales calamidades. Llegó santo Tomás al papa, y dió plo con que habia vivido entre ellos.
á su santidad y á los cardenales razón de s í , mostrándo- Dos años estuvo en el convento de Ponüniaco, y de allí
les los capítulos originales que el rey Enrique tjueria esla- se fué al monasterio de Santa Columba, donde estuvo otros
blecer en su reino, y él no habia querido firmar , y de- cuatro años con no menor rigor y ejemplo de su grande
clarando los medios que habla lomado para ablandar al santidad, y admiración de todos los que le trataban. Por
rey y ponerle en razón. Suplicó al sumo ponlíflce que le maravilla se acostaba en cama, sino con alguna grave e n -
quitase aquoRa dignidad, y la proveyese en otro que fue- fennedad; levantábase antes que amaneciese; ocupábase
se mas grato al r e y , para que él y su reino tuvieren paz: en los divinos oficios, y en celebrar cada día con suma
porque él entendía que Dios le castigaba á é l , per haberla devoción y reverencia el sacrosanto misterio de la misa.
aceptado sin tener partes para ella, por complacer al rey. Después entrando en su aposento, con un corazón conlrilo
Parecióle al papa no condescender con los ruegos de san- y humilde, soltaba la rienda á la oración, lágrimas y g e -
io Tomás ; antes le confirmó en la dignidad, y mandó midos, ofreciéndose en sacrificio al Señor, y aparejándose
que la tuviese, para que los otros prelados en semejantes para el marliiio. Comia después con los pobres y con los
casos no aflojasen y dejasen de resistir á los tiranos que pocos criados que tenia con gran templanza : y acabada
perseguían la Iglesia católica, viendo que el que tan vale- su comida, se entretenía con alguna lección sagrada, ó con
rosamente habia peleado por ella , era privado de la d i g - hablar de cosas necesarias y provechosas con sus fumilin-
nidad de arzobispo. Pero para aplacar al rey de Inglater- res. La noche casi velaba perpetuamente; y llamando á su
ra , le ordenó que se recogiese á alguna casa de religión capellán, que solo dormía en su aposento, quitándose el
donde pudiese estar con quietud , mientras que él pro- cilicio que traía á raiz de las carnes, le mandaba que le
curaba volverle en gracia de su rey. Escogió el santo ar- azotase hasta derramar mucha sangre; y después que el
zobispo el monasterio de Ponliníaco del Cister, que es- capellán se volvía á su cama, él se daba otras penas; y
taba en Francia y Ilorecia con fama de gran santidad. arrodillándose y postrándose delante del Señor, gastaba la
A este monasterio vino el santo prelado con cartas y otra parle de la noche en oración, hasta que cansado ya
grandes recomendaciones del papa: y la mayor reco- el cuerpo, se echaba en el suelo para reposar un poco,
mendación que traía era la singular gracia de Dios, de teniendo una piedra por cabecera. Mas el Señor, que ron
que venia armado, y muy alegre por ver que padecía estos ensayos aparejaba á este esforzado soldado, y le
por la justicia, y deseoso de padecer mucho mas. En quería hacer glorioso mártir suyo; un día estando delante
este monasterio con gran disimulación comenzó el santo del aliar postrado, y acabada la misa, haciéndole con gran
arzobispo á afligir su cuerpo con extraordmai ia aspereza y fervor gracias, se 1c apareció, y llamándole por su nom-
penitencia, comía unas yerbas y manjares viles y grose- bre, le dijo: Tomás, Tomás, tu ilustrarás mi Iglesia con tu
ros, procurando que los que eran delicados y preciosos sangre; y él espantado dijo: ¿Quién sois vos. Señor? Yo
go repartiesen á los enfermos y necesitados: entraba algu- (dijo) soy Cristo tu hermano y Salvador, que ilustraré mi
nas veces en el rio que pasaba cerca del monasterio, es- Iglesia con tu sangre. Entonces el santo con grande júbilo
tando muy frío y casi helado, y estábase en él un buen de su alma respondió: Ojalá sea así, y se cumpla en mi lo
rato para mortificarse mas; y en las otras cosas se dió quo vos, Señor, decís; porque yo no lo merezco,
DIA 29. DICIEMimE. 595
Procuró el roy de Inglalerra echarlo, de Francia, y envió dia después de comer á casa del arzobispo, como unos
embajadores al rey Lnis de Francia, quejándose mucho perros rabiosos, para darlo la muerte; y después de h a -
qn.í luviese en su reino y favoreciese á un hombre qne era ber pasado con él algunas razones descorteses, y respon-
su enemigo, y á quien él por sus deméritos había qnilado dido el san'o prelado á ellas, por una parle con gran h u -
de !a dignidad do prelado. Respondióles el rey Cristianísi- mildad y modestia, y por otra con gran valor y cons-
mo : Decid á vuestro señor, que también soy yo rey como tancia ; ellos se salieron de su casa para llamar á los
él, y que, no me atreviera á privar íh\ su dignidad al mas soldados que traian consigo; y el santo se entró en !a igle-
pobre clérigo de mi reino, que no sé yo, cómo él s;1 lia sia, porque era hora de vísperas. Queriendo los clérigos
atrevido á ofend T á toda la Iglesia católica, y deponer de cerrarlas puertas, les mandó qae uolo hiciesen-, diciendo
la suprema dignidad de SU reino, á nn varón tan sanio y que la iglesia no se habia de defender al modo de las for-
tan venerable como Tomás. Finalmente, después de m u - talezas cercadas de enemigos, y que él padeciendo, y
chas altercaciones y dificnllades, el rey de Francia con nó peleando, habia de vencer. Entraron aquellos crue-
ruegos, y el papa con amenazas, apretaron tanío al rey de les verdugos en la iglesia con gran furor, diciendo á
Inglaterra, que se aplacó y se reconcilió con el sanio pre- grandes voces: ¿Ofinde está Tomás l í e k e l , traidor al
lado, y le dió licencia para volver él y lodos los suyos á rey y al reino? ¿Dónde está el arzobispo? Y el santo
sn reino, promeliendo hacerles restituir sus haciendas ; y sin turbarse, pronto: Aquí estoy ( d i c e ) : nó traidor
santo Tomás hablando con el rey, que á la sazón estaba al rey , sino sacerdote do Jesucristo , aparejado á morir
en Normandía, se conceríó con él, y á ios siete años de por aquel que me redimió con su sangre. Nunca Dios
su des'ierro tornó á Inglaterra, con grande alegría y fiesta quiera que yo huya vuesíras espadas, ó por lemor do
de lodos los buenos, y pesar de los malos, qne le temían ellas me aparte de la justicia. Aquí (dijeron ellos) m o r i -
como á fiscal severo de sus excesos. Volvió el santo con el rás y recibirás el pago de lu atrevimiento. Y el sanio
mismo zelo ipic ánles, y con los mismos aceros y filos de mártir: Yo cierto aparejado estoy á morir por mi Señor,
la justicia y de la disciplina eclesiástica (porque con tantos para que la Iglesia con mi sangre alcance paz y libertad.
trabajos y fatigas no se hablan podido embolar), y co- Pero mirad que os mando de parle de Dios todopoderoso,
menzó luego á hacer su oficio pastoral, con tan grande e n - que no maltratéis ni toquéis á alguno de los mios. Si hay
tereza, que los que lenian por testigos y acusadores de su culpa yo la tengo; y ellos nó. Púsose luego de rodillas, y
mala vida sus propias conciencias, no qui-ieron aguardar cómo un ciervo acosado y sediento , que se ve ccrefl de
la sentenciado tan recto juez. Mandó á algunos obispos una copiosa fuente de aguas vivas, y cen ímpetu se echa
que hiciesen algnna satisfacción de algunos delitos por en ella; así é l , viendo que se llegaba la corona del m a r -
ellos cometidos. Estos convocaron contra él á muchos lirio , que con tanta ansia deseaba, se arrojó en las m a -
eclesiásticos y seglares de los mas principales del reino, nos del Señor, jimlando y levantando las suyas al cielo,
y lodos á una acudieron al rey, diciendo, que el arzobispo y suplicando á Dios que mirase por su Iglesia, por la i n -
se qneria levantar con el reino, y que no venia mas h u - tercesión de la gloriosísima V.rgen María nuestra Señora,
milde del destierro, sino mas soberbio; que cuando sa- y de san Dionisio , obispo y mártir , y de otros santos sus
lia de casa, todos lo acompañaban como si fuera la misma patrones. Arrctiulieron los verdugos al sanio sacerdote,
persona del r e y ; y que para serlo no le faltaba sino po- para ofrecerle en sacrificio : y uno de ellos le descargó
nerse la corona, y decir qne lo qneria ser. Supieron de- con la espada un fiero golpe en la cabeza , de la cual c o -
cirle tales cosas, que el rey, creyéndolas lijeramcnle co- menzó luego á correr mucha sangre; y queriendo urv
mo amigo reconciliado, y sin averiguar mas la verdad, clérigo llamado Eduardo (que es el que escribe su vida ),
dijo con grande enojo: ¡Cómo! que no pueda yo valermc amparar á su prelado (porque los demás monges y clérigos-
con un clérigo de mi reino !• Malditos sean lodos los que despavoridos le habiau desamparado), y abrazándose can
comen mi pan; pues ninguno de ellos me venga de tal é l . lo cortaron un brazo y le hirieron malaracnlc. Mau
hombre. Oyeron estas palabras algunos criados del rey; santo Tomás, aunque estaba herido en la cabeza, no la
y como la lisonja es tan poderosa, y el deseo dedar gnslo movió ni torció el cuerpo; antes estando inmoble y muy
á los príncipes lan ciego y arrebatado, creyeron qne le constante en su oración , esperaba tras aquel golpe olios
harían una cosa muy grata, si matasen al arzobispo; y que le dieron, hasta que cayó junto al a l i a r , donde es-
así cuatro de sus criados principales se determinaron á taba de rodillas, y el celebro y sesos de su santa cabeza
hacerlo. Pero antes que lo ejecutasen, corno se publicó en fueron esparcidos por aquel suelo. Salieron de la iglesia
el reino el sentimiento y enojo que con'ra el santo pre- aquellos sayones y ministros de Satanás, y entraron en
lado hnbia concebido el rey (aunque comunmente le l e - las casas del sumo pontifico , y saqueáronlas sin.dejar en
nian y veneraban por sanio), no se puede creer fácilmen- en ellas otra cosa que dos cilicios, porque no eran á su
te cómo los ánimos del vulgo se. mudaron y le comenza- propósito ; y después desaparecieron, y cada uno se fué
ron á escarnecer y hacer burla de é l ; en tanto grado, que por su parte: aunque por justo juicio de Dios lodos m u -
Polidoro Virgilio, diligente bisloriador de las cosas de. I n - rieron dentro de tres años. El primer que le hirió murió en
glaterra, escribe que pasando á esta sazón por una aldea, Sicilia, despedazando sus carnes, y echándolas de sí á
los moradores de ella, por afrentarle, corlaron la cola pedazos; y nsí él como todos los demás que se babian h a -
del caballo en que iba el santo prelado; pm> por cas- llado en aquel sacrilegio, mientras que les duró la vida,
ligo de Dios, lodos los hijos (ILÍ los que tuvieron esle atre- siempro anduvieron temblando, y como pasmados y sin
vimiento nacieron después con cola, coaio si fueran bes- juicio: y ellos mismos confesaban que era justo castigo do
tias ; y duró esto hasla que so acabó su generación. Dios.

Pero ios criados del rey, para ejecutar mejor la maldad, Los clérigos y frailes do su Iglesia , después que aque-
lomando consigo genio armada y facinerosa, fuérou ua llos ciueles carniceros huyeron, cobrando ánimo, volvió-
.90 LA LEYÉNDA DE ORO. DÍA 29.
ron á e l l a , y don'amanJo muchas lágriums tomaron el cía favoreció al rey Enrique maravillosamente; porque el
cuerpo del sanio arzobispo, y le pusieron en unas ondas mismo dia que hizo esto, alcanzó una victoria muy seña-
y con lienzos cogían ]a sangre que liabia salido de 61: u n - lada de sus enemigos, y prendió al rey de Escocia, y tuvo
gíanse con ella los ojos; y guardábanla y reverenciábanla otros muy prósperos sucesos, y siempre quedó tan devoto
como una preciosa reli(¡uia. Desnudáronle y hallaron á al santo, que enriqueció con dones su sepulcro y la iglesia
raíz de las carnes del sanio mártir un áspero cilicio que donde estaba su sagrado cuerpo.
llegaba desde el cuello hasta las rodillas, y muy apretado La muerte de santo Tomás fué á los 23 de diciembre del
y tan lleno de piojos , que parecía otro género de m a r l i - afio 1170, como lo dice el cardenal Baronio, ó el de 1111,
rio el haberlos podido sufrir. Aquí se doblaron las l á g r i - como lo afirma el Breviario reformado de la santidad d«
mas de lodos los que estaban presentes, y conocieron mas Clemente YMÍ,y fué á los cincuenta y tres afios de su edad.
la santidad de su prelado. Sepultáronle vestido de pontifi- Canonizóle y púsole en el catálogo de los santos mártires
cal en una bóveda junio al altar de san Juan Bautista y de Alejandro I I I , mandando que en toda la Iglesia universal se
san Agustín , el que envió san Gregorio, papa , á Ingla- celebrase su fiesta el día de su martirio, y con mucha r a -
terra. Luego comenzó aquel reino á alborotarse, y á ser zón, porque demás de haber sido forlísimo defensor de
castigado de la mano del muy Alto, con tan grandes y la Iglesia , y glorioso mártir do Cristo, ha sido muy
civi'es sediciones y discordias, entre el rey y su hijo, esclarecido con innumerables milagros, y mucho ma»
que no habia hombre con bombre, ni quien se escapase de con sus heroicas virtudes, de las cuales Pedro B!e-
¡agliej incendio, que parecía lo habia todo de abrasar. Y sense, escritor grave y del mismo tiempo do sanio
para mayor gloria del santo y testilicacicn de cuan grata" Tomás, dice estas palabras : « Era Tomás pregonero
le había sido aquella constancia con que había muerto de la palabra divina , trómpela del Evangelio, amigo
por la libertad de su Iglesia , comenzó el Seíior á hacer del Esposo, pilar del clero , ojo del ciego, lengua del
grandes milagros por su intercesión ; y de todas las par-
mudo, pié del cojo, sal d é l a tierra, ornamento de SB
les del reino cencuman á su sepulcro , pidiendo mercedes
patria, ministro del Altísimo , vicario de Cristo, y Cristo
á Dios por sus merecimientos, y volvían á sus casas con-
del Scfíor. Toda su conversación fué escuela de honesti-
tentos por haberlas alcanzado para sus almas y para sus
dad, regla de buenas costumbres y ejemplo de salud. Era
cuerpos.
en su juicio, recto ; en la disposición de las cesas, indus-
Mas el rey Enrique , cuando súpola muerlcdel santo, trioso; en el mandar, discreto; en sus palabras, modesto ;
tuvo gran pesar, entendiendo (coma é r a l a verdad) que en sus consejos, circunspecto; estrecho en la comida ; en
todos le habían de echar la cnlpa y darle p n- autor de el dar, liberal; y en la ira, señor de sí; en la carne, á n -
eMr: porque, aunque su intención no fué hacer matar á g e l ; en las injurias, manso; en las cosas prósperas, t e -
santo Tomás, pero sus palabras fueron ocasión para que meroso; en las adversas, seguro; en las limosnas, mani-
1c matasen. Envió los embnjadoivs al papa Alejandro I I I , roto, todo misericordioso. Era gloria de los religiosos, de-
excusándose y suplicándole que mandase hacer informa- licias del pueblo, espanto de los principes y dios de Fa-
ción de lodo lo que habia pasado en aquel caso. El papa raón.» Eslo es de Pedro B'esense. Mas habiendo sido san-
envió dos legados que recibieron la información y decla- to Tomás el que habernos dicho, y florecido y sido reve-
ración, que aunque su voluntad no habia sido la que sus renciado de toda la Iglesia católica casi cuatrocientos
criados habían ejecutado; peroqne habia tenido gran cul- afios; permitió nuestro Señor que fuese otra vez m a r t i r i -
pa en la muerte del santo, por el mal tratamiento que le zado para sordos veces mártir, una en vida y otra des-
habia hethff, y por las palabi as que habia dicho contra é l ; pués de muerto; porque el desventurado Enrique Y I I I , rey
v le absolvieron y pusieron su penitencia, la cual él cum- de Inglaterra, después que como un raro monslruo infer-
plió con grande devoción y humildad- porque le fué sígni- nal se hizo cabeza espiritual de ella, concibió tan exlrafío
licado del cíelo, qneno tendría paz ni quietud en su reino, odio á la sede apostólica (porque no le daba la mano en
basta que se humillase al santo y le pidiese perdón y a l - sus torpes y ciegos amores y locuras), que demás de ba-
canzase misericordia del Señor por su intercesión, y así ber puesto las manos sacrilegas en los tesoros de Dios,
vino á Cantorberi, y desde la iglesia de San Dunslano fué que estaban en el templo de Sanio Tomás y eran muy
descalzo hasla la iglesia mayor, donde estaba el cuerpo de grandes; con una infernal y diabólica rabia le mandó ci-
santo Tomás. Llegó á la puerta : se postró é hizo oración; tar y parecer delante de sí, y le condenó como á traidor,
y entrando en la iglesia, regó con muchas lágrimas el l u - y le mandó borrar del catálogo de los santos: y en la»
gar donde fué n.ui-rlo el santo ponliíice; y habiendo dicho cói tes estableció so pena de muerte, que ninguno celebra-
la confesión á los piés del obispo, con gran temblor y r e - se su dia ni se encomendase á é l , ni lo llamase santo, ni
verencia se acercó á su sepulcro, deshaciéndose en l á g r i - tuviese libro ni calendario en que no estuviese borrado su
mas y haciendo derramar muchas á los circunstantes. Allí nombre: y mandó quemar sus reliquias y derramarlas al
desnudó sus espaldas, y fué azotado cinco veces de los viento: y le persiguió como si hubiera sido algún h o m -
obispos, y después de losmonges, que eran mas de ochen- bre herejeé infame, nó por otra causa, sino porque habia
la, dándole cada uno tres golpes con la disciplina sobre las muerto por la libertad de la Iglesia, cuya suprema cabeza
espaldas. De este manera fué absuelto solemnemente,-es- es el papa, á quien él tanlo aborrecía y no quería recono-
tando en el suelo descalzo, y oró toda aquella noche con cer, por hacerse él antipapa y cabeza prodigiosa de la
gran sentimiento, ternura y devoción : qne es raro ejem- Iglesia de Inglaterra, ó por mejor decir, un anticrislo con-
plo, y m ucho para notar y para imitar de los reyes cató- tra Cristo y su vicario; mostrándose en esto mas impío y
licos y verdaderos hijos de la santa Iglesia, cuando por bárbaro que el misino rey Knrique I I , que fué ocasión
haber ellos caído en algún delito grave, ella como madre de su muerte; purs aquel reconoció sa culpa, y este
los tas'iga; y naeíli c Seíior por esta humildad y penilcn- oli o nó.
DÍA 30. DlCiEMBlUÍ. 597
El unodió grandes dones al templo de sanio Tomás; y * SA^ DAVID, UKT T FIVOPETA.—Es esle santo venerado
este olio los robó: Enrique II se postró y humilló y adoró y honrado en Jerusalen en este dia, haciendo p a r t i -
las santas reliquias: Enrique VIH las desenterró y quemó cular mención de él el Martirologio romano en esle mis-
y derramó al viento, que es ejemplo lastimoso y que m u - mo dia.
cho nos ensefia cuán furioso tirano es el amor deshonesto, SAN TKÓFIMO, CONFESOR.—San Pabloen su carta á T i m o -
cuando se apodera del corazón de un rey poderoso, y que teo hace mención de é l ; envióle el mismo apóstol á predi-
la herejía es una furia infernal, que si no se alaja todo lo car la fé de Cristo, habiéndole ordenado ánles de obispo,
destruye y arruina. También podemos sacar de esta vida y merced á su predicación dice san Zósimo, papa, la Galia
de santo Tomás lo poco que hay que fiar en los favores y entera entró en los caminos de la fé.
privanzas de los príncipes: pues Enrique I I tanto le levan- Los SANTOS CALIXTO, FÉLIX Y BONIFACIO , MÍRTIUES.—
tó y después lanío le abatió, aborreciendo con pasión al Eneron martirizados en Roma ; pertenecen á los primeros
que con razón ánles habia amado. Demás de eslo pueden siglos de la era cristiana.
los reyes y grandes gobernadores de la república apren- Los SANTOS DOMINGO, Yúrroa, PRIMIAX, Lmosio, SATUR-
der á no meterse en los negocios eclesiásticos, aunque sea NINO, GRESCENCIO, SEGUNDO T HONOR ATO, MÁRTIRES.—Sábese
con celo de justicia y do castigar los delitos de los clérigos, de ellos que fueron martirizados en África.
como lo hizo el rey Enrique: pues no es su oGcio sino SAN CRESCENCIO, OBISPO Y CONFESOR.—Fué discípulo de
ayudar y favorecer, y nó juzgar y mandar en las cosas san Pablo, apóstol y primer obispo de Yiena en Francia,
que son propias de la Iglesia, y no menos deben estar so- donde hizo mucho fruto con su celo apostólico.
bre sí y no decir palabra, ni dar muestra de lo que quie- SAN MARCELO, ABAD.—Murió en el año de 483, ó en el
ren fuera de razón: porque son tantos los lisonjeros que de Í 8 6 , después de haber llevado por espacio de sesenta
desean por sus intereses dar gusto á los príncipes, que años el hábito monástico. Su vida fué una serie no inter-
loman ocasión para hacer muchas cosas desaforadas rumpida de buenas obras.
y conlrarias á la voluntad de los mismos príncipes, como
SAN EBR'ULFO, ABAD Y CONFESOR.—Nació en Biyeux en
aconteció -al rey Enrique en la muerte de sanio Tomás.
K H , oriundo de una ilustre familia. Retiróse de la córte y
Y si alguna vez, como hombre, fallare el príncipe, e n - tomó el hábito monáslico. Llegó á una edad avanzada,
tienda que no pierde sino que gana autoridad para con suspirando siempre por la eternidad, y dió su alma al
Dios y para con ios hombres, en sujetarse á la corrección Señor en 596.
de la Iglesia, en humillarse á los ministros espiriluales de
aquel Señor que le hizo príncipe, y levantó sobre los otros
DIA 30.
hombres: y que la mayor firmeza y presidio que tienen
los reinos para su conservación, es el respeto á Dios y á LA TRASLACIÓN DE SANTIAGO, APÓSTOL.—Después que el
su religión, con la cual se ganan, y sin la cual se pierden. glorioso apóstol Sanlingo el mayor por mandato del rey
Mas los eclesiásticos deben mirer mucho cómo viven, y Ilerodesfué degollado en Jerusalen, y el primero de todos
no dar ocasión á que los seglares (por su mala vidíi: ios los apóstoles, que con su sangre confirmó y consagró la
trngan en poco y menosprecien la dignidad sacerdotal: doctrina del cielo que habia predicado, algunos discípulos
porque es cierto que el pulso de este cuerpo místico de la suyos por inspiración de Dios lomaron su sagrado cuerpo
I¿;lesia es el clero, y que al paso que va él van los demás: y le llevaron al puerlo de Jafa y le pusieron en un navio,
y no es justo que siendo él la parle del Señor, y siendo suplicando afectuosamente al Señor que los guiase y ende-
Dios su parte, se entregue á gustos que no son de Dios, y rezase á aquella parte y tierra donde quería que el santo
que se sirva de aquel grado tan sublime q m Dios 'e apóstol fuese sepultado. Fué nuestro Señor servido, que el
dió, contra el mismo Dios que se 1c dió, y en daño y es- navio en pocos dias, atravesando el mar Medilerráneo l l e -
cándalo de los prójimos, para cuyo provecho y edificación gó á la costa de España, y entrando por el estrecho de G i -
se le d i ó : y los prelados que como pastores vigilantes y brallar y rodeando sus dos lados de oriente y mediodía, fi-
solícitos han de velar sobre su grey, deben castigar seve- nalmente aportó á Galicia á la ciudad do Iria Flavia, que
ramente los excesos de los eclesiáslicos sus subditos, pnra se llama «el Padrón.» Allí pararon los discípulos del após-
que por un ruin no se pierdan muchos buenos, y no se tol, y de allí (como afirma la llisloria composlelana) fuó
dé ocasión de escandalizarse á los flacos y á los príncipes llevado el santo cuerpo adonde ahora es Composlela, y
y magistrados, de no poner las manos en cosas eclesiásti- puesto en umi arca ó sepulcro de mármol, donde estuvo
cas, juzgando que no tienen otro remedio y que les corre encubierto por masde quinientos años (la causa no se sabe),
obligación de hacerlo para hiéndela república. Pero cuan- basta quo en tiempo del rey don Alonso el Casto, Dios le
do los prelados hubieren hecho de su parte lo que deben reveló por medio de muchas luces que se veian de noche
acuér-dense que son depositarios del tesoro de Dios y guar- sobre aquel lugar donde oslaba sepultado: y el obispo de
das de jurisdicción y autoridad de la Iglesia, para no con- Iria, llamado Teodomiro, avisó al rey don Alonso el Casio,
sentir (cuanlo les fuere posible), que se haga conlra su l i - la merced que Dios habia hecho á España, en descubrirle
bertad, como lo hizo el glorioso pontíficesanlo Tomás, dan- aquel precioso tesoro, y darle por patrón y defensor al que
do su vida por ella, al cual debemos imitar en esto y en ánles le habia dado por maestro y predicador de su Evan-
huías aquellas excelentes y admirables virtudes, con que gelio. Vino el rey con gran devoción y diligencia, y visitó
resplandeció en la vida y mereció alcanzar la corona de! el santo cuerpo y labróle el templo en que esluviese, y
martirio. Supliquemos á nuestro Señor, que modianle sus (lióle grandes dones, como parece en el privilegio que la
oraciones, sigamos sus pisadas de lal manera, qne llegue- misma Iglesia tiene, cuya dala es del año de 83?). Luego
mos adonde él llegó, y g'.cmos de lo que él goza y goza- comenzó el santo apóslol á mostrar á los españoles su f a -
ra en los sighs Jo ¡os siglos. Amen. vor cu las batallas que luvicroa conlra los moros: y diver-
598 LA LEY EN D i DE ORO. DÍA 31
sas veces fué visto armado de todas armas , ir delañle los fueron presos, azotados , apaleados y despedazados con
escuadrones de los crisdaiio», y pelear con fuerzas del garfios, en cuyos tormentos entregaron sus espíritus al
cielo, hasla desbaralar y dL-shacer los ejércitos de los bár- Criador.
baros, y alcanzar de ellos gloriosa victoria. Después el SANTA ANISIA, MÁRTIR.—En el año de 3 0 1 , mandando
ano de 000 el rey don Alonso I I I , llamado el Magno, labró en Tesalónica Dulcicio, un soldado quiso impedir á una
la iglesia mucho mas simluosa, y después acá ba crecido señora que fuése á reunirse con los cristianos, y la mató
aquel santuario en edificio, rentas y privilegios que los con su espada. La señora se llamaba Anisia, y es la santa
sumos pontífices le han concedido, en las cuales dicen, que que en este mismo dia nombra el Martirologio romano.
conceden las tales gracias á aquella casa, por estar en ella SAN MÁXIMO, CONFESOR.—Su vida corresponde al 13 dé
el cuerpo del santo apóstol: y así el papa Juan Y I I I dió agosto, donde la conlimiamos.
breve para que se consagrase la iglesia : el papa Urbano II Los SANTOS MANSUETO, SEVERO, APIANO, DONÉTO, HONORIO
pasó la silla episcopal de (ría á Compostela, y la eximió Y COMÍ1 .ÑEIIOS, MÁRTIRES.—Sufrieron por el Señor en Ale-
de la sujeción del melropolilano bracarense: el papa Pas- jandría, y los nombra en este mismo dia el Martirologio
cual I I le confirmó esta misma libertad, y le añadió, nó romano.
doce cardenales (como algunos escriben), sino siete ( A m - SAN ANISIO, CRISPO T CONFESOR.—Su diócesis fué en Te-
brosio de Morales en el v libro de su historia, y Villegas salónica, donde dió muestra<j de su ánimo en la adversi-
en la Vida de Santiago, dicen que son doce los cardenales dad, y de su amor al prójimo en todas las circunstancias
que hoy dia hay en aquella iglesia), para mas digno m i - de su vida.
nisterio del altar que está sobre el cuerpo del santo após- SAN EUGENIO, OBISPO, SAN LIRERIO, OBISPO, Y SAN RAINB-
tol, y concedió al obispo de Compostela el palio, de que RIO, OBISPO.—Los tres los menciona el Martirologio romano
solo usan los arzobispos. El papa Calixto I I hizo entera- en este dia.
mente arzobispado al de Compostela, atribuyéndole la m e -
Irópoli de Mérida. Pero lo que mas ha ilustrado aquella DIA 3 1 .
casa, son los muchos y grandes milagros que nuestro Se-
ñor ha obrado por inlei cesión del santo apóstol, no sola- SAN SILVESTRE, PAPA Y CONFESOR.—Fué san Silvestre na-
mente en beneficio de los españoles y de toda España, sino tural de Roma, hijo de Rufino, y desde niño muy inclinado
de todos los que de diversas naciones y muy remolas pro- á las obras de piedad. Tuvo por maestro á Girino, presbí-
vincias y de toda la cristiandad vienen en romería á visi- tero, al cual le encomendó su buena madre, para que le
tar su santo sepulcro, y con devoción se encomiendan á él: instruyese en santas costumbres y en las cosas de la r e l i -
los cuales son tantos (aunque con las herejías de estos gión cristiana. Desdo mozo se dió á acariciar á los foras-
tiempos se ha disminuido mucho esta devoción), que la teros cristianos, y hospedarlos y lavarles los pies y rega-
peregrinación á Santiago de Galicia se tiene por una de larlos con gran caridad y devoción.
las mas principales de toda la cristiandad, y el voto de Entre los otros recibió en su casa á san Timoteo, mártir:
venir á ella es reservado al sumo pontífice, como el ir á el cual habiendo venido de Anlioqnía en romería á Rom.T,
Jerusalen ó visitar los cuerpos de los gloriosos principesfué Imésped de san Silvestre, y habiendo predicado la fé
de los apóstoles san Pedro y san Pablo: y santo Domingo de Cristo con gran constancia, y convertido á muchos en
de la Calzada y san Juan de Ortega se emplearon en a l - aquella santa ciudad, fué preso y martirizado; y san S i l -
bergar y servir á los peregrinos que venían en romería á vestre de noche secretamente recogió su cuerpo y le e n -
Santiago, allanándoles los caminos, edificándoles puentes,te; ró , cantando himnos y salmos en compañía de otros
y haciéndoles hospitales en que se pudiesen recoger, pol- fieles, según la costumbre de la santa Iglesia. Supo esto el
la gran devoción que tenian al santo apóstol, y ser tantosprefecto de Roma Tarquino Perpena, y por codicia de los
bienes de Timoteo, que creia ser muchos y haber quedado
los que, venian de todas las partes del mundo á reverenciar
sn sagrado sepulcro. El papa Calixto escribió con gran en poder de san Silvestre, le mandó prender y aprisionar
diligencia y cuidado (como dice TrUemio) un ¡ratado de y echar en un calabozo : mas el santo no se turbó, ántes
los milagros de Santiago, y algunos sermones y epístolas profetizó que doraría poco aquella prisión, y que la noche
de sn traslación con palabras de encarecimiento dignas de siguiente moriría el juez (pie le Inbia mandado prender;
tan grande apóstol: y León, 111 de este nombre, tamliim y asi sucedió: porque cenando el prefec o aquella noche
hace mención de la traslación de Santiago á España: Ino- de un pez, se le atravesó en la garg inta una espina, de
cencio, papa, II (como lo dice el cardenal Baronio), y masmanera que h ahogó y le quitó la vida : y Silvestre al dia
largamente la Historia composldana y Ambrosio de Mora- siguiente salió libre de la cárcel. Ordenóle san Marcelino,
les en el libro ix de su Crónica general de España. Ci'le-papa, de presbítero cardenal, y nó san Melquíades de diá-
bra la Iglesia de Cjmposlela y algunas otras de España la cono, como algunos escriben: porque san Agoslin llama á
traslación de Santiago á los 30 de diciembre, por m breve san Silvestre presbítero de Marcelino. Con la nueva digni^-
dad comenzó á resplandecer mas en todo género de v i r t u -
del papa Gregorio X I I I , despachado á los 30 do diciembre
des, y á ganar las voluntades de todos por o! ejemplo de
del año 1583;y por otro del papa Sixto V, el 1 ° dia de fe-
su santa vida y por las buenas obras que les hacia; y as; ha-
brero de l.'JSD y en el cuarto de su pontificado.
biendo muerto san Melquíades, papa., de comnn coii.-rnii-
* SAN SABINO, OBISPO Y MARTKI: SAN MMICIÍLO V SAN EXU-
miento del clero y pueblo san Silvestre fué puesto en la
PEaiSCio, MÁRTIRES.—Sabidos son los sanguinarios edictos
silla de san Pedro. Era á la aaxoa emperador Con.slantino
que por los años 304 publicaron contra ba qijQ profesaban
Magno, y por las compclcncns y guerras que luvo con
la ley santa de! Señor ios emperadores Diocleciano y Ma-
Majencio, con Licinio y con Maximino [que prctendian
ximiano, edictos que comprendieron á Sabino , obispo de
usurpar el imperio), y por el furor de los gentiles, que ai -
ASÍS y á sus diáconos, por ser cristianos. Como á tales
Dli 3 1 . DICIEMBRE. 599
mados con las leyes do los tiranos pasados, y encarniza- darle entera salud en el cuerpo y en el alma, y abrirle el
dos en la sangre de los cristianos todavía los piTseguian; camino de la v i d a : la cual alcanzaría desechando el culto
no estaba de todo punto sosegada la república romana, ni de sus falsos dioses y abrazando la religión cristiana, y l a -
se habia mitigado de raiz la persecución i h cuya causa san vándose con el agua del santo bautismo. Todo lo hizo el
Silvestre, temiendo ser preso y maltratado, y juzgando que piadoso emperador, y dejando la púrpura y la diadema
era mas servicio de Dios guardarse para otro mejor t i e m - imperial, se vistió de saco y de ceniza, y ayunó é hizo
po, se salió de Roma secretamente y se retiró al monle penitencia de sus pecados; y el santo pontífice le i n s -
Soracte, que está como siete leguas de Roma. Allí estuvo truyó en los misterios de nuestra santa fé, y después le
escondido en una cueva algunos dias, y por esto hoy se bautizó.
llama aquel monte el monte de San Silvestre. Estando allí Sobre aquel lugar donde le bautizaba, de repente sobre-
encubierto el santo pontífice, nuestro Señor, que quoria vino una luz clarísima y mas resplandeciente que el sol,
dar paz á su Iglesia, envió una eníermedad al emperador y él salió de la pila del bautismo con la carne blanca, sana
Constantino de una lepra incurable, llamada elefancia, la y pura como de un niño, dejando el agua llena de aquella
cual tuvo también su hija Constancia, y de olla sanó por lepra á manera de escamas de peces. Con esta salud tan
intercesión de santa Inés, virgen y mártir {como lo dijimos súbita, entera y milagrosa, quedó el emperador Constan-
en s n v i d a ) : parque los grandes príncipes, emperadores y lino muy confirmado en las cosas de nuestra sania fé, y
monarcas del mundo, como son hombres mortales, t a m - deseoso de amplificarla por todo su imperio, y muy aficio-
bién están sujetos como los demás á todas las miserias de nado, devoto y obediente al santo ponlifice Silvestre, por
nuestra mortalidad y corrupción: y así dice Plinio que cuyo medio el Señor le habia hecho lan señalado beneficio.
en Egipto solia ser familiar esta enfermeJad, y que algu- Creció mas esta devoción después que san Silvestre, en
nas veces daba á los reyes, aunque en dafio de todo el presencia del mismo emperador y de innumerable gente,-
pueblo^ porque para sanar se bañaban en un baño de tuvo una disputa muy reñida y solemne con algunos s a -
sangrejliumana. Esto mismo aconsejaron al emperador cerdotes y escribas de los judíos que blasfemaban de Cristo
Constantino los sacerdotes gentiles, teniendo mas cuenta y reprendían al emperador, porque habia lomado la r e l i -
con la salud de un hombre que con la calamidad do laníos gión de un hombre á quien sus progenitores habian c r u -
inocentes, que con sus muertes se la habían de dar. Eslaba cificado; pero el santo pontífice los convenció é hizo callar
el emperador determinado á lavarse con la sangre de tres con razones y testimonios de la sagrada Escritura y con
mil niños, los cuales habia mandado buscar de muchas milagros, de manera que no osaron mas alzar la cabeza ni
parles para hacer aquel cruel sacrilicio: y habiéndoseles chistar; y Conslanfino conoció mas la verdad y santidad
traído y estando á punto los carniceros que los habian de de la religión cristiana, y comenzó á favorecerla con igual
matar, y las madres tristes y llorosas, mesándose, é h i - magnificencia y piedad.
riendo sus pechos, é hinchendo los cielos de aíai idos y
Mandó derribar los templos de los gentiles: edificó en
clamores; compadeciéndose el piadoso emperador de la
Roma y en otras partes muchos y suntuosos templos al
inocente edad de los hijos, y de la ternura y sentímicTito
Dios verdadero: enriqueciólos de riquísimos vasos de oro
do las madres, no quiso salud tan costosa: y así resolvió
y plata, de cálices, cruces, patenas, incensarios, vinajeras,
de quedarse enfermo ó buscar otras medicinas para sanai-
lámparas, candeleros de gran precio, y de artificio costo-
de la lepra, y maridó restituir los hijos á sus madres, y r e -
sísimo y de inestimable valor; dotóles de rentas y pose-
partirles buena cantidad de moneda, y enviarlas á sus
siones riquísimas para la fábrica y suslento de los minis-
casas con contento y alegría.
tros, y de olores y zahumerios para incensar los altares en
Aquella misma noche aparecieron á Constantino san cada un año; y no contento con todo esto, dejó la ciudad de
Pedro y san Pablo-, y habiéndole agradecido h miseri- Roma á san Silvestre, y pasó la silla del imperio á la de
cordia que habia usado con las madres y con los niños, le Bizancio, que de su nombre se llamó Gonstanlinopla y n u e -
dijeron que enviase al monle Soracte por el pontífice de va Roma; lanta fué la piedad de esle grande emperador.
los cristianos, que se llamaba Silvestre: que él le enseña- Y puesto caso que algunos lo pongan en duda; lo que aquí
ria otro baño, con que sanaría iiM'jor de la lepra del cuerpo queda referido es lo cierto y comprobado con muchos anti-
y de la del alma, que nó el que los sacerdotes de los ídolos guos y graves autores.
le habian aconsejado. Mas estando la iglesia católica en gran quietud y flore-
Envió luego el emperador por san Silvestre, el cual vino ciendo nuestra sania religión, y propagándose en muchas
pensando que le buscaban para martirizare; mas cuafldo pai tes por la santidad y vigilancia de nuestro pontífice Sil-
oyó a! emperador el sueño y revelación que había tenido, vestre, y por la liberalidad y devoción del emperador
y los varones divinos que le habían aparecido, entendiendo Constantino, el demonio por otra parte la lurbó, enviando
por las señas que el emperador le daba, que eran san Pe- del inlicrnoiin grande y perverso ministro suyo, llamado
dro y san Pablo, le mostró las imágenes de ellos que él t e - A r r i o , para que sembrase la zizafia entre el buen trigo, y
n i a ; y el empcradiír se confirmó en que eran los mismos; con nuevos y desvariados errores y herejías la inficionase.
porque decian muy bien los retratos con las personas que Era Arrio presbítero de Alejandría de Egipto, hombre a m -
él habia visto. bicioso, altivo y vano, el cual, pretendiendo ser obispo de
De aquí comenzó san Silvestre á predicar á Jesucristo aijuella ciudad, y viendo que no habia podido salir con su
y á enseñar al emperador los misterios de nuestra santa intento, comenzó á ensenar nueva doctrina y blasfemar
fe, y á declararle que sin ella no hay salud eterna, y que contra Cristo nuestro Redentor, diciendo que no era con-
aquellos dos que le habian aparecido eran apóstoles del substancial é igual en lodo con el Padre, y á engañar la
Señor, fundadores de la Iglesia romana y predicadores de gente, y hacer discípulos que le tenían por maestro, y lo
su Evangelio, y que él se los habia enviado del cielo para seguían con grave daño y escándalo de la Iglesia católica.
LA LEYENDA DE ORO. DIA 31
Amonestólo, reprendióle, casligóle y finalmonlc lo ex- su sanio Espíritu, para que determínaselo que en un artí-
comulgó y apartó de la congregación de los fieles el santo culo tan importante, y que es fundamento do la religión
pontífice Alejandro, cuyo presbítero era A r r i o ; pero estaba crisliana, debemos creer, y condenase á ¡os que lo i m -
ya tan poseído del demonio y la llaga estaba tan arraiga- pugnaban, y con sus tinieblas querían oscurecer.
da y cancerada en su alma, que ninguna medicina bastó Demás de esto favoreció Dios aquella santa junta con
para curarla: antes andaba cundiendo é inficionando cada algunas cosas maravillosas que sucedieron en ella, de las
día mas, y aquella pequeña centella, que en Alejandría cuales dos solas quiero yo contar aquí. La una escribo
babia comenzado, levantó un incendio tan horrible y es- Rufino y Sozomeno de esta manera. A la fama de los obis-
pantoso, que casi abrasó á todo el mundo. Fué necesario pos y hombres de letras que venían al concilio, concur-
para apagarle que se hiciesen muchos concilios y jimias rieron también de diversas provincias muchos filósofos y
de santos prelados y de varones doctos y prudentes, para sabios gentiles, ó para ver aquel senado de santos prela-
establecer la fé católica, y defenderla de las falsedades de dos y teatro del mundo, ó para disputar con los cristianos
los herejes. El primero de estos concilios y el mas seña- y venir á las manos con ellos, y ver la razón que daban
lado y principal, fué el que se congregó en Nicea, ciudad de su religión. Entre los otros vino un filósofo mas agudo
pequeña de la provincia de Bilinia, en la cual con la auto- y gran disputador, el cual habiendo salido en campo con
ridad de nuestro sumo póntífice san Silvestre, y por mán- algunos santos y doctos obispos, no podía ser de ellos con-
dalo del emperador Constantino, se juntaron trescientos vencido por su gran agudeza y viveza de ingenio. Tomó
diez y ocho obispos, entre los cuales hubo muchos santos la mano un santo obispo, llamado Espirídíon, mas versado
é insignes varones, que habían padecido grandes tornien- en llorar pecados que en revolver libros, y mas adornado
los por Cristo. Presidió en el, como legado de la sede apos- de la sabiduría divina que do la humana; y habida licen-
tólica, Osio, obispo de Córdoba. cia para hablar con el filósofo, le dijo en pocas palabras
En este santo concilio se determinó ser el Padre y el la suma de lo que los cristianos creemos, y preguntóle si
Hijo de una misma substancia, y Arrio y sus secuaces fue- la creía, sin otros argumentos y razones. El filósofo quedó
ron condenados; y de él salió el símbolo que comienza : f m espantado con aquella sola pregunta lan sencilla y
Credo in u m m Deum; añadiendo algunas palabras al sím- llana, que respondió luego que la creía, y le hizo gracias
bolo de los apóstoles, para mayor declaración y seguridad porque así le había convencido y ensenado: y volviéndose
de los fieles y confusión de los herejes. Hallóse presente á los otros filósofos y varones doctos que estaban presen-
en este concilio el emperador Constantino, y dió grande tes, les dijo: Oidme: cuando conmigo se ha disputado con
ejemplo á lodos los principes de magnificencia, de modes- palabras, yo con unas palabras he satisfecho á otras, y lo
lia, de devoción, y del respeto y obediencia que deben te- que se decia con arle lo he deshecho; mas cuando la v i r -
ner á las personas eclesiásticas y á los decretos de la I g l e - tud de Dios habló por la boca de su siervo, no pudieron
sia : de magnificencia, poi que mandó dar lo necesariu para mis palahras resistir á la virtud de Dios, ni el hombre de-
el camino á muchos obispos; de modestia, porque no se j a r de conocer su ílaqueza y rendirse á él. Y con esto so
quiso sentar en el concilio sino después de lodos los obis- hizo cristiano, con admiración de todos, haciendo g r a -
pos, y con su licencia y en una silla baja; de devoción, cias al Señor; porque cuando vencido, babia salido v e n -
porque con gran ternura besaba los ojos de algunos obis- cedor.
pos que allí estaban, á los cuales se los habían sacado por La olra cosa escribe Gregorio, presbilero, en una o r a -
Cristo; de respeto, porque habiéndole dado muchos me- ción del concilio grande Niceno y Niccforo Calixto, y dicen
moriales con'ra los obispos, los quemó lodos sin quererlos que mienlras se celebraba el sanio concilio murieron dos
leer, diciendo que ellos eran jueces puestos de Dios, y que obispos de los (pie allí se habían juntado, llamados Crisanlo
no habían de ser juzgados de los seglares , sino juzgar á y Musonío, y que acabado el concilio, los oíros santos pre-
los demás. lados tomaron los decretos que habinn hecho y ellos habían
Y añadió: que si él viera pecará un sacerdote, le c u b r i - firmado, y los pusieron sobre la sepultura donde estaban
ría con su manto imperial, para que no se escandalizasen los dos obispos y la sellaron, y estuvieron toda aquella no-
otros con su ejemplo. Dió finalmenle ejemplo de obedien- che en oración, pidiendo á nuestro Señor, que cenfirmaso
cia, porque abrazó con gran voluntad y devoción los de- lo que en ellos habian determinado, con la firma de aque-
cretos de aquel sanio concilio, y los mandó guardar como llos dos sanios prelados muertos que.allí estaban. A la
decretos y determinaciones del Espírilu Santo, á los cuales mañana, abriendo la sepultura hallaron los decretos fir-
el obedecía y favorecía con su auloridad, para que fuesen mados de la mano de los dos obispos, con estas palabras:
recibidas y obedecidas de lodos los fieles, porque la cou- «Nos Crisanlo y Musonío, que habemos sido del mismo
firmacion de ellos no pertenecía al emperador, sino á san parecer con lodos los padres que se han juntado en la
Silvestre, como á sumo pontífice y vicario de Cristo; al primera y santa sínodo ecuménica, aunque ya muertos,
cual el mismo concilio se los envió, suplicándole que los habemos firmado este papel de nuestra propia mano.» Eslo
confirmase; y el sanio pontificólo hizo, juntando en Roma dicen los aulores, y me ha parecido ponerlo aquí, por ser
otro concilio de doscientos ochenta y cuatro obispos, y l o - cosa rara y haber acaecido en el concilio Niceno, celebrado
dos de común acuerdo y parecer condenaron de nuevo á por órden de san Silvestre, cuya vida escribimos; aunque
Arrio, heresiarca, y á todos los que le seguían, y aproba- no tiene necesidad la Iglesia de Dios de semejantes m i l a -
ron y confirmaron lodo lo que había sido hecho por los gros para establecer su fé, porque tiene otros testimonios
trescientos y diez y ocho en Nicea. mas fuertes. Con esta luz del concilio Niceno se deshicieron
Ilízose el concilio Mceno el año de 323, y fué el primero las tinieblas de los herejes; y aunque ellos no quedaron
ecuménico y universal que después de los apóstoles se c e - del lodo convencidos, quedaron por entonces reprimidos,
lebró en la Iglesia católica; y nuestro Señor le asislió con y por temor algo m i s sosegados; pero después se descu-
DIA 31. DICIF.MCRE, COI
brió mas la pestilencia, y fué cobrando mayores fuerzas y de l'riscüa , en la Via Salaria , Ires millas do Roma.
turbó mas la iglesia católica que ninguna otra persccuci ai Dejó san Silvestre ilnsírisima memoria y gran fama de
de los tiranos pasados, que derramaron tanta sangre de sí por su admirable vida adornada de tantas y (an éfciíé-
cristianes. lenles virtudes, y por haber convertido y bautizado al e m -
Pero mientras el emperador Constantino vivió, la Iglesia perador Constantino, y alcanzado la Iglesia del Señor en
gozó de mucha paz, y con ella el santo pontífice Silvestre su tiempo de paz , y la grandeza y majestad que por su
pudo alendor al gobierno universal de ella, é hizo muchas mano se ha derivado á los otros sumos pontífices, con la
cos;;s de grande provecho y utilidad, mostrándose en todo cual han podido resistir á los infieles, y reprimir á los he-
santo, próvido y vigilante pastor. Hizo una iglesia que se rejes y hacer rostro á los príncipes desobedientes y ene-
llamó el titulo do Equicio, y adornóla de muchas y lindas migos de quietud. De san Silvestre escriben todos los Mar-
pinturas é imágenes, donde después el santo fué sepulta- tirologios, los autores de lá Historia eclesiástica, y los que
do, y el emperador Constantino la enriqueció de muchos escriben las Vidas de los sumos pontífices, antiguos y mo-
dones; y en ellas el píipa Sergio, el mas mozo, puso des- dernos.
pués debajo del altar mayor el cuerpo del mismo san S i l - SAMA MELANIA , MATROXA,—Dos Melanias hallamos en
vestre, papa. las historias eclesiásticas, ambas romanas y señoras cla-
Entre las otras cosas loables que el santo pontífice hizo, rísimas, de alto linaje y sangre, y en hacienda riqnisimns.
fué baulizar á una hija de Calfurnio, prefecto de Roma, La primera se llama Melania, la mas vieja ó la mayor j y
varón nobilísimo, que so llamaba Romana, y enseñarla á ta segunda Melania, la mas moza ó la menor, porque la
guardar perpetuamente virginidad; y vino á ser tan per- primera fué abuela de la segunda Melania. La Melania
fecta, que hizo vida celestial y muchos milagros, y el Mar- abuela fué hija, ó (como otros dicen) nieta de Marcelino,
tirologio romano hace de ella mención á los 2Ü de f e - cónsul. Tuvo tres hijos, y el uno de ellos, que se llamaba
brero. Urbano, se casó con Albina, y de ella túvola segunda Me-
Tenemos de san Silvestre muchos y muy saludables es- l a b a La primera, después que quedó viuda,y dentro de un
fatutos, los cuales se pueden ver en el Decreto y en el c o n - año perdió á su marido y á dos hijos; llevando este trabnjo
cilio romano, que se celebró en su tiempo. Verdad es que con extremada paciencia y sin derramar una lágrima (co-
algunos se atribuyen á san Silvestre, que no son suyos; mo dice san Gerónimo, epist. ad Pauiam de obilu Bteilt&fa
como es, que el obispo haga el crisma; porque .antes de se dió tanto al amor de Dios, que dejando á Urbano, su
san Silvestre se hacia, como consta de san Dionisio Arco- hijo, que era pretor de Roma, se fué para Alejandría j v i -
p a g i t a y de otros santos y antiguos padres; y también que sitó á san Atanasio; y el le dió una piel de oveja , que
los dias de la semana se llamen ferias, y nó con los nom- san Macario, abad , le babia dado á él por un gran p r e -
bres de planetas como lo usaban los gentiles, y aun ahora sente, por habérsela traido al santo abad un león ó una
lo usamos en España ; porque el llamarse ferias estos dias, hiena, en reconocimiento del beneficio que habia recibido
era uso antiguo y recibido en la Iglesia antes de san S i l - por haber dado vista á un cachorrillo suyo que estaba
vestre, como so ve en Tertuliano. Puede ser que san Silves- ciego. De allí pasó Melania á Egipto, y visitó aquellos de-
tre baya hecho decreto que se guardase lo quo átilos se siertos poblados de monges que vivían en la tierra dMBO
guardaba, y que por esto se le atribuya como á autor, lo ángeles del ciclo, reparliéndoles largas y copiosas limos -
que él confirmó y mandó guardar. También dicen a l g u - ñas. Y habiendo levantado contra la Iglesia católica una
nos que quitó el ayuno del sábado, que se guarbaba terrible tempeslad Valcnte, emperador arriano, y mandado
en Roma; pero esto el cardenal Raronio afirma ser falso. echar de todo Egipto á los monges, ella los recogió, y tres
Los Actos de san Silvestre aprueba Gelasio , papa, y dias dio de comer á cinco mil monges. Ella con el arder do
dice, que aunque no se sabia el autor que los escribió, que' la fé se oponia al juez impío que los persegnia ; y qucricii-
en muchas iglesias de Roma se solían leer, y que otras do el juez mallratarla, ella le avisó que mirase lo que ha-
Iglesias laimilaban en esto. Y Aduano, papa, en una epís- cia contra su persona, pues debia saber que era noble. No
tola tpie escribe á Cario Magno, alega este libro como a u - pudo el malvado juez hacer presa en Melania, como d e -
téntico y digno de fé. Verdad es que el cardenal Baronio seaba, así por su alto linaje y esclarecida sangre, como
dice que no son del lodo sinceros los que ahora se hallan, por ta fama y opinión grande de su santidad, pareciéndolo
sino que están añadidos y depravados. Suelen piulará san que no la podía ofender sin ofender á muchos ni mancillar
Silvestic con un dragón alado á sus pies, porque mató un su fama. De Egipto se fué á Jerusalen para servir y sus-
dragón en Roma, que inficionaba el aire y mataba con su tentar con sus riquezas á los sanios mongos, obispos, pres-
resuello á mucha gonte. Esto afirman muchos autores, e n - bíteros y otros católicos, hasta en número de ciento y doce,
tre ellos Venancio Fortunato , obispo pictaviense , varón que el prefecto del emperador, que estaba en Alejandría,
elocuente y poeta insigne, que floreció mas ha de mil había desterrado y enviado á un pueblo de Palestina, l l a -
aflos, y Metafraste, Cedreno y otros griegos y latinos. F i - mado Diocesana, los cuales proveyó de todo lo necesario:
nalmente habiendo gobernado nuestro santo pontífice la y porque las guardas se lo vedaban, se vistió de vestiduras
Iglesia del Señor casi veinte y dos años, y habiendo en viles y pobres, y á boca de noche, como si fuera una moza
siete veces que tuvo órdenes el mes de diciembre, orde- de servicio, ella misma les llevaba Jo que habían menes-
nado cuarenta y dos presbíteros, y veinte y cinco diáconos ter. Supo esto el gobernador de Palestina, y pensando po-
y sesenta y cinco obispos, según el Rreviario reformado der sacar de ella una buena suma, la mandó prender y
de la santidad de Clemente V I I I , aunque otros dicen que echar en la cárcel; pero ella lo avisó que considerase quién
los diáconos fueron veinte y seis; cargado de afíos y de era, y el gobernador se reportó y le dió licencia para ha-
merecimientos, dió su espíritu al Señor á los 31 de diciem- cer libremente lo que hacia. Melania lo hizo hasta que
bre del año de 33^. Fué sepultado en el cementerio nuestro Señor dió libertad á sus siervos para volver á sus

TOMO n i . 76
LA LEYENDA DE ORO. DIA 31
casas, y fumlóiiii monasterio en Jcrasulen, y su entró en podrían hacer mas fácilmonle lo que ella tanto deseaba.
ól con cinaienta doncellas dedicacJas al Señor, y en él es- Dióies Dios una hija, y Melania luego la consagró al mis-
tuvo veinte y cinco anos, como lo dice san Paulino, que le mo Señor que se la habia dado: porque ya que ella no
hospedó en Ñola en su casa, y lo pudo saber de ella mis- habia podido guardar la flor de su virginidad, deseaba quo
ma, aiinf[iic Paladio en su Historia Lausiaca dice que fue- su hija la guardase, sin que el mundo tuviese parle en
ron veinte y siete anos. En este monasterio vivió con tan ella. Tuvo después otro hijo, el cual en acabando de nacer
rara santidad de vida, y edificación y aprovechamiento do y ser bautizado-voló al cielo, y la madre del sobreparto
los que la trataban, que la tenían y llamaban otra santa quedó muy maltratada y en peligro de la vida. Sintiólo
Tecla, y así la llamaba san Gerónimo. Do Jerusalen volvió Piniano á la medida del amor que tenia á su mujer, que
á Roma, donde fué recibida con grande fiesta y aplauso, era grandísimo, y prometió é hizo juramento á Dios de
.saliéndola á recibir hasta la ciudad de Ñapóles, sus hijos, guardar castidad y vivir en continencia con su mujer si el
deudos, conocidos y amigos, «argados ellos de oro y se- Señor le daba vida y salud ; y solo esto bastó para quo
das, honrando la vileza y pobreza de los andrajos de Me- luego Melania se hallase mejor, por la alegría grande que
íania, como lo dice san Paulino. Después por instinto d i - recibió su espíritu cuando supo lo que su marido habia
vino, y «)mo huyendo de la calamidad y ruina que poro prometido; y confirmáronse mas en su buen propósito es-
después sebi-evino á l l o m a , cuando fué cercada y tomada tos santos casados, cuando la hija que tenían, heredera de
de Alarico, rey de los godos, se partió otra vez para Á f r i - tantas riquezas y bienes, en breve se les murió, quitándo-
ca con su hijo Urbano, y con Albina, su nuera, 3Iekmia, su les Dios aquel impedimento, para que mas libremente le
nieta, y Piniauo, su yerno, y allí murió su hijo, y ella con entregasen sus personas y su hacienda, repartiéndola en
maravillosa paciencia y paz de su alma sufrió su muerte; su servicio y en bencíicio de los pobres. Era Piniano á la
y de allí tornó á Jerusalen, y á los cuarenta dias des- sazón de veinte y cuatro años, y Melania de veinte: y con
pués que llegó, acabó su peregrinación y dió su espíritu ser tan mozos y edad tan florida, en que hierve la sangre
al Sefior. y está tan sujeta á tentaciones de la carne y de peleas, y
ser caballeros tan ricos y poderosos, y criados con tanto
Esta es una breve suma de la vida y muerte de Melania,
regalo y abundancia, y cercados por todas parles de oca-
Ja mayor, cuya vida no escribimos aquí, porque aunque
siones, se determinaron dar de mano á los gustos, entre-
fué señora tan principal y tan esclarecida y tan llena de
tenimientos y vanidades del siglo, y tomar sobre sí el yugo
buenas obras como aquí quedan referidas; pero desdoró-
suave del Señor, y anhelar á la perfección, mediante su
las mucho por haber caido en los errores de Orígenes, no
divina gracia y favor. Al principio tuvieron gran dilicul-
•tarilo por so culpa (que como mujer no es maravilla que se
tad, porque muchos les iban á la mano y se lo estorbaban;
dejase engañar) como por la de liulino, que la acompaílaba,
mas el Señor que los guiaba y se quería servir de ellos,
y de Dídimo , el Ciego , que estaba cu Alejandría, y era
jes quitó presto los impedimentos, y quedaron desemba-
tenido por oráculo de sabiduría. Estos y Paladio, que
razados y señores de sí. Y porque el bullicio y tráfago do
¡escribe su vida, la engañaron, y de hija muy querida y
Roma no era á su gusto, ni á propósito délo que ellos pre-
devota qwe antes habia sido de san Gerónimo, la hicieron
tendían (q-ue era sosifego y quietud) se salieron de la ciudad,
contraria y enemiga suya; porque san Gerónimo en Je- á unas casas de campo suyas, y de allí visitaban á los e n -
rasalcn, y su hija devotísima santa Marcela en Roma, se fermos, recibían á los peregrinos, tibi aban de las cárceles
opusieron á los errores de Orígene-, y deshicieron con la á los que estaban presos por deudas, socorrian á tos m e -
luz de la verdad las tinieblas con que Ilufmo la pretendió nores, y eran refugio y amparo de todos los afligidos que
oscurecer. Verdad es que se tiene por cierto que es!a Me- acudían á ellos; y para poder hacer esto, vendieren parto
lania volvió en sí y conoció su engaño, y se reconcilió con de sus posesiones y tierras. Mas el demonio, para inquie-
san Gerónimo; porípie san Agustín y san Paulino la ala- tarlos y apartarlos de sus santos intentos, movió á un her-
ban mucho. Dejando, pues, á esta Melania, la mayor, ven- mano de Piniano ¡que se llamaba Severo) para que moles-
gamos á tratar de ta menor ó mas moza, su nieta, que fué tase y persiguiese á su hermano, quitándole los hereda-
imijer santísima y está en el catálogo de los santos, y co- mientos y ricas posesiones que tenia, y buscando falsos
mo de tal el Martirologio romano h;ice mención de ella el testigos y algunos de los mismos criados de Piniano, que
postrero día de diciembre. Su vida, pues, fué de esta jurasen que aquellos bienes eran suyos, y nó de su her-
manera. mano. Pero no pudo la malicia y agravio de Severo hacer
Desde su infancia fué muy temerosa de Dios y muy mella en el cristiano pecho de Piniano; poi que no se t u r -
inclinada á consagrarle su virginidad, y pidió instante- bó ni perdió su paz, ni dejó de hacer lo que hacia y l l e -
mente á sus padres que no la casasen , declarándoles su var adelante lo comenzado, remitiendo aquel negocio á
propósito y deseo. Mas como ellos eran ilustres y tan r i - Dios, y confiado que como Padre de los pobres volvería
cos, y no tenían otros hijos mas que á olla por heredera; por aquella hacienda, pues él para ellos la quería. Así lo
para la conservación y sucesión de su casa, siendo de edad hizo nuestro Señor por medio de la emperatriz, la cual,
de catorce años, la hicieron casar por fuerza con un caba- movida de la fama de la santidad de Melania, la deseó ver
llero muy principal, igual suyo, de diez y siete años, que y mandó llamar, y entendiendo la vejación y mal término
se llamaba Piniano. Como aquel matrimonio habia sido de Severo, la amparó en sus bienes y le mandó castigar á
contra su gusto, y ella era tan amiga de la castidad, quiso é l ; aunque por ruegos de la misma santa Melania le per-
persuadir á su marido que viviesen en continencia, deján- donaron. Tenian estos señores grandes y copiosas rique-
dole en pago toda su hacienda, con tal que él la dejase zas, no solamente en Roma y en toda Italia, sino también
en su libertad. No vino en ello Piniano; antes le rogó que en Sicilia, en España y en Inglaterra, y eran tantas, que
pues Dios los habia juntado, aguardasen que les diese después del emperador no habia personas mas ricas en
fruto de bendición; porque después teniendo herederos
DIA 31. DiCimiIiRl?. 603
Uom.i. Vendieron buena parte, y hallaron fjnien se las galados; y de Alejandría pasaron á Jerusalen, para ado-
comprase y pagase bien, por saber que el emperador y la rar aquellos santos lugares consagrados con la vida y p a -
emperatriz los favorecían y amparaban; y ellos se deter- sión de Cristo nuestro Redentor. Y habiendo cumplido al^
minaron, para darse mejor á Dioson vida religiosa y per- gnnos dias con su devoción, dejando á la madre (por estar
í'ecla, darle primero su hacienda, Y aunque í los princi- muy vieja) en aquella santa ciudad, para que en el monte
pios tuvieron muchas diíicultadcs, y les parecía que aquel Olívete le aparejase una casilla donde se pudiese recoger;
camino que habian lomado ora exirafio, áspero y fragoso partió Melania con Piniano, su marido, para Egipto, y des-
y lleno de espinas y abrojos; pero presto los consoló el Se- pués al desierto de Nitria, asf-por repartir su limosna á los
ñor, y después de aquella tentación y victoria se hallaron monasterios de monges que allí había, como por visitar-
desahogados y alegres, y juzgaron qife el camino era mas los y encenderse mas en el amor del Señor y de toda per-
llano, ameno y apacible de loque al principio parcela, fección con los ejemplos de aquellos santos varones, que
que con poco trabajo se podia andar. No se puede en pocas resplandecían por aquellos desiertos como las estrellas en
palabras decir la libertad y franqueza con que estos santos' el íirmamento. Llegaron á una choza de un santo mouge,
casados repartieron sn hacienda á los monasterios, á los llamado Efestion, pobre y desnuda de toda comodidad, y
templos, á los sacerdotes y ministros de Dios, á los hospi- queriendo darle alguna limosna , el santo monge no la
tales, obras pias, personas necesitadas de casi todas las quiso recibir, diciendo que no la babia menester: y como
provincias y naciones de toda la cristiandad; do manera no pudiesen persuadirle que la accptase> púsola Melania
que apenas quedó iglesia ó lugar pió que no gozase de la secretamente en una espuerta, que allí estaba con un poco
benignidad y misericordia de estos santos caballeros. Na- de sal (que era lodo su ajuar, y encomendándose en sus
vegaron á Sicilia, donde estuvieron algunos dias, y de allí oraciones, so despidió del monge, el cual hallando en la
pasaron á Africa, y llegaron á una isla que habla sido sa- espuerta el dinero, le lomó y corrió á gran priesa tras
queada de gente hárbara, cautivando á los hombres y m u - ellos, y dándoles voces les dijo que tomasen su dinero,
jeres, niños y ninas de ella. Gomo los bárbaros quisiesen porque él no sabía en qué emplearle: y díciéndole que si
sacar dineros dolos que tenían cautivos, prometieron dar- él no lo había menester, le diese á oíros que tenían noce"
les libertad si los rescataban y se lo pagaban b i e n ; y si sidad, respondió él que por allí no pasaba nadie; y así que
nó, destruir ta isla y malar á todos los que tenían cauti- tomasen su dinero: y no queriendo ellos recibirle, le a r -
vos. Supieron oslo Melania y Piniano, y juzgando que Dios rojó en el río y se volvió á su celda : y de esta manera
los había llamado á aquella isla para hacerle un notable hallaron otros muchos que no qtserian aceptar el dinero
servicio y librarla de tan extremada calamidad, rescataron que les daban, y huian del oro como de una venenosa
á los cautivos, y diéronles mucha limosna y regalos para serpiente. Acabada esta santa peregrinación, se volvieron
alivio de su trabajo, y los bárbaros se fueron sin haber por Alejandría á Jerusalen,- donde Melania halló aparejada
hecho otro dafio-a la isla: de donde pasaron para África su casilla en el monte Olívele, y se encerró cn'ella, con
los santos casados y llegaron á Cartago, y de allí á Tagas- determinación de no ver ni hablar con nadie, sino era con
te, que tenia por obispo á Alipio, discípulo de san Agus- su madre y con el que ántos habia sido su marido , y ya
tín. Aquí se detuvieron y editicaron d#s monasterios, uno era su hermano en Crislo, y otra prima suya que ella habia
de hombres, en que vivían ochenta religiosos, y otro de criado, los cuales la venían á ver de cinco en cinco dias ;
doncellas, que fueron ciento y treinta. y eu esta manera de vida estuvo catorce años. Murió su
madre, y después de haberla enterrado y cumplido con el
En este monasterio estuvo Melania siete afios, viviendo oficio divino de piedad, se entró en otra casilla, que no
como un ángel del cielo. Al principio estaba lodo ef dia tenia luz, donde estuvo otro año ayunando y llorando, y
sin comer, hasta la puesla del sol, y entonces comía muy gozando los regalos que Dios duba á su benditísima alma.
poco y nunca bebía vino: después estaba dos y tros dias Derramóse por toda aquella comarca la fama de esta santa
sin comer, y algunas veces siete dias continuos, y comía y sierva de! Señor, y concurrió á ella gran número de don-
un poco de pan duro. Dábase mucho á la «ración y casi cellas y de oirás mujeres: y para recogerlas y guiarlas,
toda la noche velaba en ella; dos solas horas dormia echa- mejor á Dios, hizo ediliear un monasterio, en que se e n -
da sobre un saco tendido en el suelo. Escribía muy bien y cerraron noventa vírgenes y algunas otras mujeres que
con gran presteza, y ocupábase algunas horas del dia en habian vivido licenciosamente; y ella se encerró con ellas,
escribir y trasladar libros, para sustentar á los pobres con aunque por su humildad no quiso ser superiora, sino que
ei trabajo de sus manos: cosia para vestirlos, y á Jesucristo otra lo fuese, y ella moza y como criada de todas. Verdad
en ellos. Dáhase mucho á la lección de la sagrada Escri- es que en el ayuno, en la peniteucia, en la oración y mor-
turaT y el Señor la regalaba y favorecía en ella. Sabia tificación desús padres, en el silencio, modestia, pacien-
muy bien la lengua griega: era muy blanda y mansa, y cia, mansedumbre, y principalmente en la candad y ser-
muy agradable en su conversación, y por otra parle con- vicio y ayuda de las demás, ella era la primera y la guia,
traria y enemiga de herejes y de los que sembraban nue- maestra y capitana de todas, y con obras y con palabras
vas opiniones y contrarias á la doctrina común de la santa ¡es enseñaba la obediencia que debían guardar con su pre-
Iglesia. Encerróse en un aposentillo ó celdilla de madera, lada : y para esto les contaba un ejemplo de los que habia.
lan estrecha, que apenas podía caber en ella ni menearse oído ó visto de los santos monges. Decia, pues, que h a -
de una parte á o t r a , sin querer salir de ella, ni ver ni oír biendo venido un mancebo á un santo viejo ermitaño y r o -
á nadie, sino era por una vcnlanilla: y s¡ alguna vez ve- gad o le que le admitiese en su compañía; el viejo antes de
nía á verla su madre Albina y la hallaba orando ocupada admitirle, dijo que diese de bofetadas y coces á una eslatua
con Dios, no la interrumpía hasta que había acabado. Pa- que estaba allí cerca. Hízolo el mozo; mandóle segunda
sados los siete años se embarcaron para Alejandría, donde vez que de nuevo le diese golpes y le dijese muchas y
á la sazón era patriarca el gran Cirilo, del cual fueron r e -
m LA LEYENDA DEOÍIO. DU 31.
gravos injurias. Después que el mozo obedeció ó hizo lo de diciembre, y en este dia los griegos la celebran. Con-
que !e habia mandado, le pregunto el viejo si aquella es- currieron á su entierro el obispo y los monges, y clero y
tatua se habia quejado ó enojado y mostrado algún senti- ciudadanos de Jerusalen y de toda aquella comarca, y h a -
miento do io que habia hecho contra ella ; y como respon- biendo cantado toda la noche himnos y salmos, según la
diese el mozj que la estatua siempre habia estado como costumbre de la iglesia católica, la enterraron con grande
estatua y muda, sin hacer resistencia á lo que él habia solemnidad y llanto de innumerables personas, á quienes
hecho, ni responder palabra á lo que habia dicho contra la santa habia socorrido y ayudado. Hizo Dios por ella
ella, le dijo el viejo: Pues esta es la vida del religioso y muchos milagros; echó al demonio de una moza que tenia
lo que tú has de hacer si quieres estar conmigo. Para que los dientes tan cerrados que no podía hablar ni comer, y
el Sefior fuese glorificado y mas honrados sus santos edi- estaba para morir por falta de sustento. A otra mujer que
ficó allí uu templo, y enriquecióle de muchas reliquias; y tenía l a criatura muerta en el vientre, poniendo sobre ella
oslando allí ocupada en tan santas obras, Piniano, su ma- el cinto que traía, la dió vida, echando la criatura muerta
rido, que vivia como monge entre los monges, acabado el y quedando la madre con vida.
curso de esla vida mortal, se fué á gozar de la inmortal y De santa Melania escribieron Metafraste, y Paladio en su
sempiterna, y Melania, como si comenzara entonces á ser- Historia Lausiaca. Hace mención de ella san Gerónimo en
vir al Señor (pareciéndole que no era nada lo que habia la epístola 19, y san Agustín de Piniano, su marido, y en
hecho haslu allí) se dio por espacio de cualro años á m a - la epístola V l í y 22^ y 227, y el cardenal Baronio en sus
yores trabajos y ayunos. Deseó hacer un monasterio de anotaciones del Martirologio, á 31 de diciembre, y en
hombres; y no teniendo ya con qué, por haber gastado to- el iv y v tomo de sus Anales.
das sus grandes riquezas en los pobres. Dios nuestro Se- * ¿AS SANTAS DONATA, PAULINA, UÚSTICA, NOIUNANDA,
ñor por mano de un hombre riquísimo le dió todo lo que SEUOTIXA, IIILUUA Y COMPAÑERAS, MÁUTIIIES.—Sufrieron el
era menester para aquel edificio y para sustentar á los re- martirio por la fé de Jesucristo, y sus sagrados restos so
ligiosos que entraron en él. conservan en la ciudad de Koma, en la vía llamada Sala-
Tenia Melania un tio, hermano de su padre, ó como ria, en el cementerio de Priscila.
otros dicen, hermano de su madre, que se llamaba Volu- SAN SABINIANO, OBISPO Y MÁRTIR, Y SAN POTEXCIANO, MÁR-
siano, el cual era cabailero principalisimo y prefecto de TIR.—El sumo pontífice envió al primero á predicar el
liorna, y bien enseñado en la elocuencia y en la filosofía; Evangelio á los senonas, y ganó con su predicación la
pero era gentil y dado al estudio d é l a arle mágica, y a f i - palma de los mártires.
cionado á los autores que la enseñan. Después Melania vol- SANTA COLUMBA Ó COLOMA, VÍRGEN Y MÁRTIR.—Durante la
vió do Constantinopia á su recogimiento, y quiso la empe- persecución del emperador Aureliano fué atormentada con
íiiz bailarse en la dedicación del templo que para él m o - el fuego, y como saliese ¡lesa, la degollaron. El breviario
nasterio Melania habia edificado, y visitar á las vírgenes nuevo de París fija su muerte en el año de 2:; 8 ó en el
que con ella estaban, honrándolo y reverenciándola en de 213. La fecha última la reduce á cuando hizo su viajo
todo como á madre espiritual. Mas la santa mujer enten- á las Galias el emperador Aureiiano, y ganó una señalada
diendo por la luz del cielo que se llegaba el fin dichoso de victoria en Chalón^ Aquella mártir padeció en Sens. Sus
su peregrinación, y que el Señor la llamaba para darle la reliquias se conservaron en la abadía benedictina hasta quo
corona, que tan bien tenia merecida^ quiso antes despe- fueron dispersadas por los hugonotes , junlamenle con las
dirse de todos aquellos santos lugares, y visitarlos de de otros santos que allí se guardaban, como observa
nuevo uno á u n o , con entrañable devoción y lágrimas. Y Baillet. San Oven en su Yida de san Eloy hace m e n -
venido el dia bienaventurado y glorioso del Nacimiento ción de una capilla en París con el nombre de esta
del Sefior, se entró en la espelunca del santo Pesebre, y santa.
dijo á su prima que no celebraría mas aquella Pascua con SAN IIERMETO , EXORCISTA , SAN BARHACIANO , PRESBÍTERO V
ellas: y juntando todas aquellas doncellas, les declaró que CONFESOR, Y SAN ZÓTJCO, PRESBÍTERO.—De todos ellos haco
ella se parliria de ellas, por sor esta la voluntad del Se- mención el Martirologio romano en este dia. El segundo es
ñor, y las rogó que so consolasen y conformasen con su muy venerado en Ravena. El tercero, romano de naci-
santa voluntad, y so amasen mucho y viviesen como quien miento, pasóá Constantinopia, donde se dedicó á recoger
vive en los ojos de Dios, que penetra los corazones. Des- y educar huérfanos.
pués hizo una larga y dulcísima oración al Señor, supli- Los SANTOS ESTEBAN, PONGIANO, ATALO, FABIANO, CORNE-
cándole humildemente que la recibiese en su seno. Es- LIO, SEXTO, FLORO, QUINCIANO, MINERVLNO Y SIMPLICIANO,
tando'orando y vertiendo muchas l á g r i m a s l e dió ia MÁRTIRES.—Sufrieron martirio por profesar la religión de
enfermedad que la acabó y despidió del cuerpo aquella Cristo, en la Sicilia.
beatísima alma, que tan bien le habia sabido domar y LA CONMEMORACÍON DE MUCUÍSIMOS SANTOS Y SANTAS, MÁR-
vencer. TIRES, CONFESORES Y VÍRGENES.—En el Martirologio romano
Fué su muerte el postrero dia de enero, según el P. fray van así comprendidos todos los demás santos y santas á
Lorenzo Surio., y según ci Martirologio romano, el postrero quienes especialmente no se ha nombrado.

pto DEL TOMO TERCUUU.


SUPLEMENTO.

NOTICIA HE VAIUCS SAMOS, QLE, Al'NQl'E NO ESTEN CONTINVADOS EN EL MARTHlOLCCIO BOJiANO, SE VENERAS
EN MUCHOS PCEBLOS, Y LOS TRAEN ACTORES DE NOTA.

DÍA 13.—San M a i n , abad y confesor.—Wke Bnller que


ENERO. fué obispo británico y que acabó sus dias sanlanienle.
San Isidoro de Seela, ermitaño y confesor.—Murió de-
1)IA. 1.—Sania Fanchea ó Faina, virgen.—Dioescquc v i - votísimamente en 3 9 1 .
vió en el siglo VI y que fué abadesa. Venerase en Yes- ^anía ¡ta ó Mida, virgen y abadesa.—Fundó un m o -
ler. nasterio y murió en 569.
San Mochua ó Moncaino ó C h a n o , abad y confesor.— DÍA 16.—San Enrique , ermitaño y confesor.—Fué noble,
Fundó muchas iglesias; floreció en el siglo V i . Vivió se hizo anacoreta, y murió en 1127.
nóvenla y nueve años. DÍA 17.—5anía Leonila, mártir.—Véase el dia 17 de ene-
San Mochua de Bella, ó Croman, confesor.—Fundó ro, donde se halla la vida de los santos hermanos Es-
el monasterio , ahora ciudad de Baila , en Connaught, peusipo , Eleusipo y Meleusípo, de quienes fué abuela
Véase Balando, pág. 49. dieba santa.
DÍA 2.— San Adalardo ó Adelardo ó Alardo, abad y confe- Sania Milgelha , i'/njfen.—Floreció mucho por sus
sor.—Su padre fué hermano del rey Pipiuo. Tomó virtudes, y murió á fines del siglo V i l .
el hábito en Fuó> muy caritativo : murió en 827. San Nennio ó Nennidio , abad y confesor.—Aunqoo
DÍA 4.—San Rumon, obispo y confesor,—Vilson le couli- descendieníe de los reyes de Irlanda, murió religioso en
núa en su Marlirologio inglés. Venéranle en Tavislock, el siglo V I .
condado de Devon. D i \ 18.—San Pablo, y trcinla y seis compañeros, mártires.
DÍA 6 . — & m Pedro, abad y confesor.—lo menciona Beda. —Buinart, pág. 624 , trae sus actas auléaticas , si bien
Fué abad de Cantorbery : murió en 608. no fija ano.
DÍA l . — S a n Cedd , obispo y confesor.—Floreció en el s i - • San Vlfrido ó Wolfredo , obispo y nuíríir,—Murió
glo VU. Beda y el Martirologio inglés hablan de él. en 1028 ámanos de paganos.
^anía Kenligcrna, viuda.—Fué muy humilde, de cos- DIA 19.—San Enrique, arzobispo y múrlir.—Murió ape-
tumbres austeras, y murió ^n 782, religiosa. dreado en 1 1 3 1 , siendo arzobispo de Upsal.
San Atdrico , obispo y confesor.—Nació por los años San Blailhmaico, abad y mártir.—Hijo de un rey do
de 800. Fué electo obispo de Mans en 832 y murió Irlanda , se hizo religioso y murió martirizado en 793.
en 856. San Lomera ó Laudemaro , abad y confesor.—Murió
^an Thülon ó Teau, presbítero y confesor. en 593, siendo-abad de Corbion.
DÍA 8.—Sania Pega, virgen.—Nació desangre real de los DÍA 20.—San Fechin, abad y confesor.—Murió en 654 ; le
príncipes de Morcia ; hizo vida muy austera y murió menciona Bollando.
en 719. DÍA 21.—San Vimino ó Viviano, obispo y confesor.—Murió
^ a n Vulsino, obispo'y confesor.—Fué obispo de S h i - en 615 ; floreció en Escocia.
r e b u r n ; murió en 873. D u 23.—.SÍÍH Ensebio, abad y confesor.—Vivió entre A n -
San Nalhalnn, obispo y con/esor.—Renunció á cuan- tioquía y Beroas ; floreció en el siglo IV.
tiosos bienes. Obispo de Aberdona, murió en 4J2. DÍA 24.—5aii J/ttccdonío, anacoreta y confesor.—Floreció
DÍA 9.—San BriiJncaldo , arzobispo y confesor.—Murió en Siria en los primeros siglos de la Iglesia.
en 731 en su arzobispado de Cantorbery. San Cadoco ó Cadoc, abad y confesor.—Fué abad de
San Pelan ó Foelan abad y confesor.—Le mencio- Gales ; le menciona Butler.
nan los calendarios de Escocia é Irland i , y Boecio. DÍA 25,—¿cin Apolo, abad y COB/CSO»'.—Murió por los aflos
San Adrián, abad y confesor.—En su abadía de Can- de 400, siendo abad déla Tebaida.
torbery, murió ejemplarmente en 710. San Publio , abad y confesor.—Floreció por los atios
San Vancngo , confesor.—Fué devotísimo de sania de 369, siendo abad de Zeugma.
Eulalia. Murió en 688. Bollando le menciona. DÍA 26.—San Conon , obispo y confesor.—Por los años
DÍA 11.—San Egw'mo, obispo y confesor.—Fué de estirpe do 618 murió ejemplarmente en su obispado de la isla
real. Murió obispo de Vorcestcr en 6 9 1 . de Man.
DÍA 12.—San Elredo, abad y confesor.—Murió en 1166, DÍA 28.—.San Paulino, patriarca y confesor.—Floreció en
abad de Bieval, y famoso por su piedad. el siglo VIII í fué patriarca de Aquileya.
D l i \:\.—San Kenligcrno , obispo y confesor.—Fué obispo San Glaslian, obispo y confesor.—Murió en 830 ; su
de Glaseó ; murió en 5 6 1 . vida fué ejemplar.
DÍA I Í.—S:tn fíarbaseemino, obispo, y diez y seis clérigos, DÍA 29.—5an Gildas el Sabio ó fíadonieo, abad y confesor.
mtírtiVcs.—Murieron en 346 en la provincia de l l u - —Floreció en el siglo V I . Le menciona Beda.
ziles. San Gildas el Albano ó Escocés , monge y confesor.—
60G SUPLEMENTO
nírti ió en la abadía de GIasteinbury*& principios del s i - DÍA 1 7 — & m Loman ó Lxman, obispo y ooii/esor.—Irlandés
glo V I . del siglo V.
D u 30.—San Lesmes, patrón de Burgos.—Rézase de 61 en DÍA 18.—Los santos León y Paregoño , warliVes.—Sabia
el código burguense. l-ué limosnero del ilustre san J u - de ellos Bollando ; floreció en el siglo I I I .
lián, como é l , nalural de la noble y anliquísima ciudad DÍA 19.—San Alvaro de Córdoba, confesor.—Fué religioso
de Burgos, y puede decirse que murió de puro carila- de la órden de Santo Domingo; varón esclarecido por su
íivo, como su amo. Es grande la devoción con que es saber, virlud y ardiente caridadpara con los pobres; con-
venerado en aquella ciudad. Véaselo que de él dijimos fesor de! rey don Juan I I , rehusó dignidades, y habien-
en la vida de san Julián, obispo de Cuenca, en eldia 28 do dejado la córle se restituyó á Córdoha, su patria , y
de enero. á una legua de distancia , en Sierra Morena , fundó el
DÍA 31.—San Galio ó Waldo, obispo y cori/esor.—Murió en convento de Scala-Coeli, cuya iglesia so conserva en
olor de santidad en su diócesis de Evreux, en el año 491. muy buen estado, y en ella se c e l e b r a d 19 de febrero
la fiesta del santo, cuyo cuerpo se conserva actualmen-
FEBRERO. te en una capilla que liay á la derecha conforme se e n -
tra. Murió en 1430. Su culto inmemorial se conQrmó
DÍA \ .—Sania Kinnia , v/rí/en.—Irlandesa ; habla de ella por la santa sedeen 1738, y se reza de él en la diócesis.
Boilando, pág. 96. DÍA ?0.—Sania Mitdreda , virgen y abadesa.—Floreció
San Sigeberto, rey y confesor.—Rey Franco de Ans- en Inglaterra en los primeros siglos de la Iglesia.
Irasia ; murió en CI¡6. San Vírico , presbítero y confesor.—Nació ecrca do
DÍA ii.—Santa Wercburga, virgen.—Fué hija de Wulfero, Brislol. Murió en 1154.
rey de Mercia. Murió en 699. l ) i \ 21 .—San Germán ó Germano, abad, y san Bandulo ó
Santa Margarita de Inglaterra, virgen.—Enrique dice Randoaldo, mártires.—Florecieron por los aflos de 6(¡(í.
que murió religiosa en 1192. San Daniel, presbítero, y santa Verda, virgen, m á r l i -
DÍA 4.—Sania Juana de Yalois, reina.—Reinó en Francia; res.—Por los afios de 344.
murió en 1503. E l beato l'ipino de Landcn, confesor.—De muy noble
San Modan, abad y confesor.—Floreció á mediados estirpe ; floreció en el siglo V I I .
del siglo V I . DÍA 22.—San Talasio y san Limneo, confesores.—Contem-
DÍA ">.—Los santos mártires de la China.—En osle dia se poráneos del gran Teodoi cío, obispo de Ciro.
veneran en muchos paises á los muchos misioneros San Baradato, confesor.—Be la misma época de los
martirizados en aquellas regiones. anteriores.
•Santa Alicia ó Adelaida , virgen y abadesa.—Murió DÍA. 2 3 . — E l beato Dosileo, monge y confesor. — L e m e n -
en 101S. ciona Bollando.
San Abrahan , obispo y mártir.—En su diócesis de .San Boisilo, monge y confesor.—Fué prior de Melro-
Arbela murió en 348, martirizado. sia; floreció en el siglo V I I .
DÍA 1.—SanTresano, preshilcro y confesor.—Irlandés del Di v 2 í.—San Leíardo, obispo y confesor.—Fué obispo de
siglo V I . Genlis. Floreció en el siglo V i l .
DÍA 8.—San Culhmán, confesor. —Habla de él Bollando en E l beato Roberto de Arbrissel, confesor.—Floreció á
febrero, pág. 1 97. últimos del siglo X I .
DÍA 9.—Sena Thcliau , obispo y confesor.—Murió en 580, DEA 27.—SanTalilco, anacoreta y confesor.—Pasó sesenta
siendo obispo de Landall'. años en los desiertos de la Siria.
Santa Attracla ó Tarahata , virgen.—Sus acias las San Alnoth, anacoreta y confesor.—Bollando le men-
trae Colgan. ciona.
San Erhardo ó Eberhardo , abad y confesor.—Esco- Di.v 28.—SanProlerio, patriarca y mártir.—Fué ordenado
cés ; floreció en el siglo V Í I I . presbítero por san Cirilo.
DÍA 10.—'.San Erlulfo, obispo y mártir.—Misionero esco- DÍA 29.-—San Oswaldo, obispo y confesor.—Fué obispo
cés; murió en 130. de Vorcester y arzobispo de York , en el siglo X.
DÍA 12.—San Benito de Anian, obed y confesor.—Francés; ,San Severo, obispo y confesor.—Fué nalural "de Nor-
floreció á mediados del siglo IX. mandía , y murió santamente siendo obispo de Abran-
DÍA U . — S a n Modomnoc ó-Domingo de Ossory, confesor.— ches,
Irlandés ; floreció en el siglo Y I .
San Rogerio, abad y confesor.—Abad de l o r o y ; m u - MARZO.
rió en 1173.
DJA H . — S a n Marón, abady con/ísor.—Moró en las solo- DÍA t.—San David, arzobispo y confesor.—Floreció por los
dades de la Siri{} á mediados del siglo V. afios de 544.
5an Abrahan, obispo y confesor.—Obispo de Garres, SanMonam, márítr. —Natural de Escocia , murió á
murió en 422. manos de infieles en 874.
5ari Conra.no , obispo y confesor.—Floreció en los DÍA 2.—San M a m a n , obispo y confesor.—Escocés, murió
primeros siglos déla Iglesia. por los anos de 820.
DÍA V6.—San Sigefredo ó Sigfredo , obispo y confesor.— San Cárlos el Bueno, mártir.—Conde de Flandes,
Apóstol de Suecia, floreció en el siglo X. muerto en 1124.
DÍA 1G.—5Vm Tancon ó Tatta, obispo y m á r t i r . — í m mur- San Jovino, obispo y confesor.—Le menciona Lobi-
tirizado en Alemania en 81.'i. neaiL
A LA LEYKNDA DE ORO. 007
DÍA 3.—Sttil Wiincaloc ó M i/wa/oc, abad y confesor.—De San Marcos, obispo y confesor.—Floreció en el s i -
noble eslii po. Murió en b29. glo IV en Arethusa, en Siria.
San Lamalisso, confesor.—Escocés , floreció en el s i - DÍA 31.—San Acacio ó Acates, obispo y confesor.—Obispo
glo I U . de Aulioquía; murió en 250 ó 251.
h i K i . — S a n Adrián, obispo ij mártir.—Escocés; imirió San Guido, confesor.—Le menciona Ilenschenio en
en 87 í. su Acta sanclorum; murió en 1046.
DÍA 5.—San ¡Ciaran ó Kenerino, obispo y con/csor.—Irlan-
dés, anlericr á san Patricio ; floreció en el siglo IV. ABRIL.
San Rogerio, confesor.—Fué discípulo de san Fran-
cisco de Asis ; ninrió en 1230. DÍA 1.—San Meliton , obispo y confesor.—Fué obispo de
DÍA G.—San Crodcgango, obispo y confesor.—Fué obispo de Sardes, en L i d i a , por los años 173.
Meíz; murió en 766. San Gilberto, obispo y confesor.—Fué obispo de Calh-
San Fridolino, abad y confesor.—Murió en 338. Unos ness, en Esqocia; murió en 1240.
le hacen escocés, otros irlandés. DIA-2.—SaiUaiMa, abadesa, y sus compañeros, mártires.
San Baldrcdo, obispo y confesor.— Fué obispo do —Florecieron en el siglo IX. Fueron víctimas de los p i -
Glascow. Murió Lácia 608. ratas daneses.
Las santas K i n é u r g a , Kincswida, Kinedrida y Tibba, Sania Bronachaó Bronnana , virgen y abadesa.—Ir-
vírgenes.—Las menciona líeda. landesa ; la menciona Colgan.
San CadroaSy monge y con/cst»".—Murió en 975. Fué DÍA B.—San Giralda , abad y confesor.—Fué abad do
un noble escocés. Selva-Mayor (Seanve) cerca de Burdeos. Murió en 1093,
DÍA 8.—5a)i Dulhako, obispo y confesor.—Muvió en 12fi3. San rigernach, obispo y confesor.—Irlandés. Murió
Fué obispo de Uoss , en Fscocia. en 550.
Siín Señan, obispo y confesor.—Irlandés de fines del San Becan, abad y confesor.—Cuéntase entre los doce
siglo V. apóstoles de Irlanda.
áton Salmodio ó Saumay , anacoreta y confesor.—Ir- DÍA 6.—San iTuííencio, obispoy confesor.—Murió en 861.
landés; murió hacia 589. Fué obispo de Troyes.
DÍA 10.—5(í)i Mackessogo ó Kessogo, obispo y'confesor.— DÍA 7.—San Alberto, confeso'..—Murió en 1140.
Obispo do Levin y BDÍH , en Escocia; murió en 560. E l beato Hermano José, confesor.—Natural de Colo-
LIA 11.—San Eloy de Córdoba, presbítero y i m í r l í r — B u t - nia. Murió en 1226.
ler dice que fué martirizado en 859. Créese que 10 (ion- San Finan, confesor.—Natural de Munster. Le m e n -
fundió con san Eulogio, presbítero. ciona Colgan.
San Engo, obispo y confesor.—Irlandés; murió en el DÍA 9.—Los mártires de Persia.—Ganaron la corona del
desierto de Enguís en 8 2 1 . martirio en 362.
5a)i Constantino , márlir.—Murió á manos de infieles San Dollon, abad y confesor.—Floreció en el siglo V i .
á fines del siglo V I . DÍA 10.—San Bademo, abad y márlir.—Murió en 376.
DÍA 12.—5an pablo , obispoy confesor.—Murió en 573. Labeata Mechlilde, virgeny abadesa.—Murió en 1300.
DÍA 13.—Sania Kennocha, virgen.—Escocesa; murió en el Unos la ponen á 30 de mayo , otros á 29 de marzo.
aíiodelOOT. DÍA 11.—San Gullilaco , ermitaño y confesor.— Murió
San Giralda, obispo y confesor.—Irlandés; nuirió en 714.
en 732. San Maccat, afead y confeso': —Fué discípulo de san
5att Fulquerio, abad y confesor.—Iiiandés; murió Patricio.
en 655. San i i d o n , a6ad y confesor.—Le menciona Colgan.
DÍA 1 i.—San Bonifacio, obispo y confesor.—Fué obispo de DÍA 13.—San Guinoch, obispo y confesor.—Floreció en el
Ross en Escocia ; murió en 630. siglo IX.
DÍA 16.—San Finían el Leproso, confesor.—Sufrióla lepra San Caradoc, presbítero y confesor.—De noble san-
con la paciencia de Job. Floreció en el siglo V I . gre ; murió en 1124.
DÍA 19.—Sun Alcmnndo, mártir.—Créese que murió á DÍA 14.—Los sanios Antonio, Juan y Eustaquio, m á r t i -
manos de infieles en 819. res.—Fueron tres nobles d é l a Lituania, martirizados
DÍA 21.—5a)i Serapion el Sindonila, confesor.—Floreció en en 1312.
el siylo IV. Llamáronle Sindonila por su hábito grosero. San Benito, el menor , confesor.—Es patrón de A v i -
San Serapion, abad y confesor.—También del silo IV. ñon; murió en 1184.
Créese que fué obispo de Thonuis. en Egipto. DÍA 15.—San Mundo, abad y confesor.—Murió en 962.
San Endeoó Enna, abad y confesor.—Murió á p r i n - So* Ruadhano, abad y confesor.—Uno de los doce
cipios del siglo V I . apóstoles de Irlanda; murió en el aflo 584.
DÍA 23.—San Elelwaldo, presbítero y con/có'or.—Murió en DÍA 16.—Sanilfans ó Magno, obispo y mártir.—Fué mar-
ei desierto el año 699. tirizado en una isla de las Oreadas, en 1104.
DÍA 2 i . — S a n Guillermo dcNorwich, mártir.—Fué victima DÍA 18.—San Laseriano, obispo y confesor.—Irlandés;
de los judíos en 1137. murió en 638.
DÍA 23.—San Cammino, abad y confesor.—Irlandés; créese DÍ A 20.—San Serf,óServano, obispo y confesor.—Fué d i s -
que murió en 653. cípulo de san Palladio.
DÍA 29.—San Gundko, confesor.—Murió á fines del s i - San Jaime de Esclavonia, eon/esor.—Natural de D a l -
glo V. macia ; murió en 1485.
G08 SUPLEMENTO
DÍA 21.—San Anastasio el menor, patriarca y m á r t i r . — San JI/ÍIM?, coTí/csor.—Irlandés; le menciona Leland.
Murió á manos de los judíos en 010. San Caían, obispo y confesor .—Muy venerado en
.SVm Beuno ó Beunor, abad y confesor.—Floreció en Escocia; floreció en los siglos V I ó V I I .
el siglo V I I . San Silave ó SUano, obispo y confesor.—irlandés,
•San Eingan ó Eneon, confesor.—Dicese que fué rey muerto en Luca en 1 1 0 0 ; canonizado en 1183.
de los escoceses , y murió en 390. DÍA 20.—San Elelberlo, rey y mártir.—Murió a manos
San Malrubio, niúrííV.—Irlandés; murió á manos de de infieles hácia "793. Fué rey de los estanglos.
unos piratas infieles en 1 2 1 . & m Ivon, obispo y confesor.—Murió en 1115, siendo
DÍA Ü . - S a n t a O p p o r l m a , virgen y aktiesa.—Murió obispo de Chartres.
en "710. DÍA 2!.—San Godrico, ermitaño y con/esor.—Murió en
San Rufo ó Rufno, anacoreta y confesor.—Le mencio- 1110.
na Colgan. DÍA 22.—^an Bobon, confesor.—Es muy venerado en la
DÍA 23.—San I b a r ó l v o r , obispo y confesor.—Fué obispo ProvcnM. Guerreó contra sarracenos. Murió en 985.
de Irlanda. Dicen que. murió hacia el año 300. 5an Conall, abad y confesor.—Muy venerado en I r -
DÍA 25.—5an Macalio óMacull, confesor.—Principe i r l a n - landa. Le menciona Colgan.
dés; murió á principios del siglo Y I . -DÍA 23.—Los sanios Maximiano y Venerando, mártires.—
5an Febadio ó F i a r i , obispo y confesor.—Obispo do Italianos del siglo V, Decapitados en la Normandía.
Agen, en la Galia , murió hácia 392. San Dumhade, abad y confesor.—Irlandés ó escoces.
San Ivon ó Ivia, obispo y confesor.—Floreció en el Murió en 117.
siglo V i l . DÍA 26.—San Oduvaído, abad y confesor.—Escocés; murió
SanKehio, obispo y confesor.—Natural de Cornouai- en 698.
lles; floreció en el siglo IV. DÍA 2 9 . — C i r i l o , mártir.—Padeció martirio en t i e m -
DÍA 20.—San Pascasio Radberto, abad y confesor.—Fran- pos de Decio y Valeriano.
cés; murió en 640. DÍA 30.—5an Walstano, confesor.—Murió en 1016.
DÍA 28.—San Cronan, abad y eon/esor.—Irlandés; murió San Madelgisilo, confesor.—Murió por lósanos de 683.
en 6 i 0 .
DÍA 29.—San Fiachno, mongeyconfespr.—Natural de De- JUNIO. ,..:.y, u ,

sies J en Mimster. Floreció en el siglo V i l . DÍA t i — S a n Pedro de Pisa, confesor y fundador.—MuHóen


DÍA 30.—SanAdyulor, confesor .—Murió en 1131. l i 3 5 : fué un anacoreta iluslic.
San Wistano, mártir.—Murió asesinadoen8í9.
MAYO. DÍA 3.—San Cocmgeno ó Keivino, obispo y confesor.—Murió
C l i l . — s a n Marculfo, abad y confesor.—Murió en Sb8. en 618, á los ciento veinte años de su edad.
5an Brieuco, obispo y confesor. — lírelon ; murió San Genesio ó Ginés, obispo y con/t'íor.—Francés;
en lOfe murió por los anos de 602.
gan Acio y san A d m l o , mártires.—Fueron m a r t i i i - DÍA 4.—5an Gualtero ó Valtero, abad y confesor.—Roma-
zados en Amiens , hacia 290. no; floreció en el siglo X I I I .
D I * 5.—San Mauronle, abad y confesor.—Vraacés; murió San Gualtero, abad y confesor.—Inglés; murió en
en 700. 1130.
San Avcrtino, diácono y confesor.—Murió en 1189; San Retrocó, abad y confesor.—Murió en el a l o de
cotnpafiero de sanio Tomás Cimtuariense. 564.
DÍA. 8.—San Odriano, obispo y confesor.—Colgan no pudo .Sania Brcaca ó Breaga, virgen.—Diecípula de san
uveiigiinr en qné época vivió este sanio. Palricio; muy venerada en Irlanda.
San Gibriano ó Gobriano, presbítero y confesor.—Ir- .Vanía Curiana.—Irlandesa; la mencionan Barlasc y
landés del siglo VIH. otros.
l ) u 9.—San Nicolás, obispo y con/bor.—Murió en 139J, .Sania iVenooc ó Nennoc, virgen.—Dícesc que murió
y es santo titular do Suecia. en 467.
San Drynolh, obitpo y con/esor.—Obispo de Scara, DJA 3.~-,San Doroteo el Tcbano, abad y confesor.—Natural
en Suecia ; murió en 1 3 I T . deTehas; murió á fines del siglo IY.
DÍA 10.—San Comgjll, abad y confesor.—Mñú en 6 0 1 ; DÍA 6.—San Felipe el Diácono, roiífí'sor.—Coníeinporáneo
venéranle mucho en Irhimla. de los apóstoles; dicen que murió en Cesárea.
DÍA 12.—Sania R k i r u d i s , abadesa.—Vranccsn; murió Sun Gudwalo ó Godwall, obispo y confesor.—Murió
en (¡88. hácia fines del siglo V I .
DÍA 14.—San Carlogo, obispo y confesor.—Murió por los DÍA l.—San Colman, obispo y confesor.—Murió en 610.
años de 038. Fué obispo de Lismora. San Godescalco y sus compañeros, mártires.—Murie-
D u 13.—San Gencbrardo ó Geneberno, presbítero y mártir. ron en 1066.
—Santo sacerdote irlandés , decapiiado por unos ase- San Mcriadeco, obispo y con/esor.—Dícese que murió
sinos. en 1302.
D u 16.—San SimonSiock, confesor.—Mmló el ario 1165. DÍA 8.—5an Guillermo, arzobispo y confesor.-^-Muvió en
San Abdas, obispo y m á r t i r . — l a mencionan Sozo- 1154.
meno y Asscmani. Santa Siria.—Uermana del ilustre Lum Fiacrio.
DÍA 17.—5"an Madcno Madcrno, confesor.—Ea muy v e - DÍA 10.—San ianderico, obispo y confesor.—Floreció en el
nerado en Bretaña. siglo V I I .
LA LEYENDA DE OlUX 009
San Enrique de Treviso, confesor.—Murió en 1315. Sania Berta, viuda y abadesa.—Murió hácia 725.
DÍA 11.—Santa Tochumra, virgen.—Venerada en Irlanda. San Finbar, ahad y con/esor.—Colgan lo mencionan
Colgan no pudo descubrirsus actas. en este día.
Sania Tochumra.—Otra santa irlandesa. San Bolean, abad y confesor.—Discípulo de san Pa-
DÍA 12.—SAN ESKILLO obispo y m a n i r . — I n g l é s ; murió en tricio.
el siglo XT. DÍA S.—San Pedro de Luxemburgo, cardenal y confesor.—
San ¡.Tornan, obispo y confesor.—Floreció en el s i - Murió en 1337.
glo V. Sania Modwena, virgen.—Irlandesa, del siglo IX.
DÍA 13.—Sania Damhmde, virgen.—Esrauy venerada en Santa Edana óEdaene, virgen.—Irlandesa; Colgan la
Irlanda; la menciona Colgan. menciona.
DÍA 14.—San Docmael, con/esor.—Los calendarios ingleses DÍA a.—San Julián, anacoreta y confesor.—Murió hácia370
dicen que floreció en el siglo V I . Santa Sexburga, abadesa.—Murió hácia 795.
San Nehemias ó Nenno, abad y confesor.—Del s i - Sania Jtfoíiínna, virgen.—Murió en 518.
glo V I . DÍA 7.—san Feliz, obispo y confesor.—Fué obispo de Nan-
San Salmodio, ermitaño y confesor.—Escocés ó i r l a n - les; murió en 584.
dés, del siglo V I I . DÍA 8.—ElbeatoTeobaldo,abad y confesor.—Francés; mu-
DÍA 15.—San Faw^o, ermitaño y confesor.—Murió en S8í>. rió en 1247.
E l beato Gregorio, obispo y confesor.—Fué obispo de DÍA 11.—Sanllidulfo, obispo y confesor.—Murió en 707.
Padua; murió en 169T. San Droslano, abad y confesor —Escocés de sangre
DÍA I T . — S a n líolulfo, abad y con/esor.—Murió en C5S. real; murió hácia 809.
San Molingo, obispo y confesor.—Murió en 697. DÍA 14.—San I d o , obispo y confesor.—Discípulo desan
Stm Prior, ermitaño y confesor.—Üuslre anacoreta Patricio.
de fines del siglo IV. DÍA 15.—San I'lechelmo, obispo y confesor.—Murióen 732.
DÍA 19.—^an Dié ó Deodato, obispo y confesor.—Francés; Es apóstol de la Guerlandía.
murió en 079 ó 680. DÍA 16.—san E l k r , ermitañoy mártir.—Le mencionan los
DÍA 20.—San Gobain, presbítero y mártir.—Irlandés del bollandistas.
siglo V I I . DÍA 17.—SanTurnino, monge y confesor.—Irlandés; mur.'ó
Santa Idaherga ó Edburga, virgen.—Floreció en el á linos del siglo VIH.
siglo V I I . DÍA 18.—San Odulfo, con/esor.—Floreció en el siglo IX.
San flain tí Omer, ofiís^oy con/esor.—Murió por los DÍA 20.—San Ceslao, confesor.—Dominico; murió en 12 5 2.
años de 7 1 1 . San Aurelio, obispo y confesor.—Murió en 423, sien-
DÍA 2 1 . — & n i M l f ó Ralfo, arzobispo y confesor .—Ulnvléeti do arzobispo de Cartago.
866. DÍA 21.—SanBaradbesciabas, diácono y mártir.—Fué mar-
San Melanio ó Meen, abad y confesor.—Murió en C17. tirizado en Persia, en 354.
San Aaron, abad y confesor.—Contemporáneo desan DÍA 2 2 . — s a n DaUo, presbítero y confesor.—Irlandés. Lo
Malo, en el siglo V I . menciona Colgan.
DÍA 23.—Santa María de Oignies.—Murió en 1213. DÍA 24.—Los sanios Romano y David, mártires.—Misione-
I)IA2Í.—^anBartolomé, monge y confesor.—Los calenda- ros; patronos déla Rusia; muertos en 1010.
rios ingleses y Galfrido, le mencicnan. Los santos Yulfado y Rufino, móríírcs.—Hácia 670:
DÍA 2 5 . — s a n Moloc, obispo y confesor.—Escocés del si- los hizo matar su padre por cristianos.
glo V I I . Santa Letcina, virgen y mártir.—Bretona; víctima de
los sajones infieles.
DÍA 2G.—San Baholen, abady confesor.—Floreció en el si-
San Declan, obispo y confesor.—Irlandés, algo aníe-
glo V I I .
rior á san Patricio.
DÍA 29.—Sania r/mma,víwáa.—Paricnlapróxima del e m - Santa Kinga ó Cuncgunda, virgen.—Murió en 1292.
perador san Enrique, murió en 1045. DÍA 25.—San Nissen, abad y confesor.—Le bautizó SÜII Pa-
JULIO. tricio.
DÍA 1.—San Galo, obispo y confesor.—Fué obispo deCler- DÍA 27.—San Congall, abad y confesor.—Co]gan le men-
mont en 6 50. ciona.
San Calais, abad y con/esor.—Murió etl 5 52. SanLuican, confesor.—Es titular do la parroquia Kia-
San Lconoro, obispo y confesor.—Lobineau y Usuardo tuscain eii Irlanda.
le mencionan. DÍA 29.—San Olavo, rey y mártir. - F u é sacrificado por los
San Ciborio, confesor.—Murió en 1 5 8 1 . rebeliles de Birca porque favoreeia la fé en Suecia.
Dix 2.—san Odoceo, obispo y con/esor.-Murió a fines del DÍA 31.—Sania Elena, mártir. —Sueca; muerta por sus
siglo VI.- mismos parientes en 1160.
D u 3.—san Gutacon, co))/e.s'or. —Iilamlés, del siglo VIII.
AGOSTO.
San Guníícrno, abad y eon/esor.—Príncipe de Gales
í n el siglo V I . DÍA 1.—San Peregrino, ermitaño »/con/esor.—Príncipe i r -
San Bertrán, obispo y confesor.—Créese que murió landés; murió en 643.
en 623. DÍA 2.—Sania Eletdriia ó Alfreda, virgen.—Murió en 83 í
DÍA 4.—San Sisoes ó Sisoy, anacoreta y confesor.—Murió DÍA 3.—San Walteno ó Walteof, abad y confesor.—Murió
en los desiertos de Egipto, hacia 429. cu UGO.Fuémuy casto.

TOMO III. 77
610 SUPLEMENTO
DÍA 4.—San Lmn& ó Lwjido, abad-y confesor.—Murió en
OCTUBRE.
DÍA 9.—San David, presbítero y confesor.—lvhxiilés; le
-menciona Colgan. DÍA 1.—San Wasmlfo ó TFasnon, confesor.—Escocés;
San Fedlimido óFelimi, obispo y confesor.—Yivió en murió en 6 3 1 .
el siglo Y I . San Fidarleo, abad y con/esor.—Los calendarios i r -
DÍA 10.—SanBlaan, obispo y confesor.—-Irlandés; murió landeses le mencionan como muerto en 762.
en 416. DÍA 4.—San Amon, ermitaño y confesor.—Anacoreta egip-
DJA 12.—San Muredae, obispo y confesor.—Faé discípulo cio, del siglo IV.
de san Patricio en Irlanda. San Edwino, rey y rntíríi)-,—Rey de Inglaterra; m u -
DÍA 13.—San Mac-carlin, obispo y confesor,—Otro disof- rió en 633,
pulo de san Patricio; murió en 506. DÍA 8.—Sania rAaís,peniíefiíe.—Cortesana egipcia; m u -
DÍA 19.—San Mocleo, obispo y confesor.—Tarabie-n discí- rió converlida en 348.
pulo de san Patricio; murió en 533. Stinía Keina, virgen.—Vivió en el siglo V ó V I .
San Cumin, obispo y confesor.—Obispo de Irlanda; DÍA 10.—San Juan de Bridlinglon, confesor.—Inglés; m u -
vivió en el siglo V i l . rióenl379.
DÍA 20.—San Osuino, rey y mártir.—Peleando por la fé, DÍA 11.—Santa Etelburga ó Edilburga, virgen y abadesa.
-murió en Inglaterra en 633, —Anglo-sajona, de Gnes del siglo V I I .
DÍA 21,—San Andrés, diácono y confesor.—Coropaticrode DÍA 13.—San Geraldo, confesor.—Francés; murió en 909.
san Donato; murió en 880. DÍA 16.—San Mummolin ó Mommolino, obispo y confesor.
DÍA 23.—San Eugenio, obispo y confesor.—Obispo de I r - —Murió en 6 9 1 .
landa. Murió en 618. DÍA 17.—Sania I n s í m i i s , virgen y abadesa.—Murió
San JustmanOy'ermilaño y mártir.—Noble bretón, en 688.
muerto por sus siervos bácia í»29. DÍA 18.—San¥onon, mártiV.—Escocés; anacoreta asesi-
DÍA 24.—San Ircardo ó Erlado, obispo y confesor.—Esco- nado en el siglo VIL
cés de la época de Malcolmo I. D u 21.—San Fintan, abad y con/esor.—Irlandés; murió
DÍA 23.—Santa Ebba, virgen y abadesa.—Murió en 683. en 634.
DÍA 26.—San Gelasino, viárlir.—Comediante; al salir de] DÍA 23.—San Severino ó Surino, obispo y confesor.—Fué
teatro pidió el bautismo, y el vulgo le maló. obispo de Burdeos.
DÍA 27.—San Hugo de Lincolna, ma'rítr.—Niíio de once D u 27.—San Abban abad y con/esor.—Irlandés; murió
años, .martirizado por los judíos en 1253, por los anos de 500.
San Makubio,' ermitaño y.mártir—Escocés; muerto DÍA 28.—San Neol, anacoreta y con/esor.—Murió á fines
portlos infieles en 1040, del siglo IX.
DÍA 30.—San A g i b ó Aite,abadly confesor.—Murió enfifíO. DÍA 30.—San i s t m o , obispo y confesor.—Murió a p r i n c i -
D u 31.—Santa Isabel, virgen.—Hermana de san Luis; pios del siglo V.
murió "en^l 270. DÍA 31.—San Foillan ó Foilan, mártir.—Del siglo VU.
Sania Culburga^jeina, virgen y'^abadesa.—Murió á
principios del §%lo V I I I . NOVIEMBRE,

DÍA 1.—San naroldo,rey y m á r l i r . — V i v i ó en el siglo X.


SETIEMBRE.
DÍA 3.—San Rumwaldo ó Romualdo, confesor.—Le men-
I
ciona el Itinerario do Leland.
DÍA 17.—San Rodingo] ó Crodingo, abad y confesor.—Ir-
landés, murió en 680. DIÍ 7.—San Werenfrido , presbilero y confesor.—Mongo
DÍA 19.—Srinía Lucia, virgen.—Escocesa, murió en 1090, inglés; le mencionan los bollandislas.
E l beato Fraucisco^de Posadas.—Se celebra su fiesta DÍA 9.—San ilíalunno, presbítero yconfesor.—Predicóla
en Córdoba en este dia. fé en las Gallas, y según el breviario de París, murió
DÍA 21.—Sania Maura, u/rjen—Francesa; murió en 830, ánles de 388.
.siendo solo de veinte y tres años de edad. San Fiíon ó Vannc, obispo y confesor.—Fué obispo de
Verdum. Colócase su muerte en 523.
DÍA 23.—San Adamnan, a&atí y cí)n/esor.--Irlandés; m u -
DÍA 12.—San Lebwino, obispo y márlir.—Anglo-Sajon,
rió en 705.
martirizado á fines del siglo V I I I .
D Ü 21.—San Conaldo, presbítero y confesor.—Misionero;
DÍA 13.—San Constante, anacoreta y confesor.—Irlandés;
compafi .'ro de san Ruperto,
murió en 777.
DÍA 23.—San Ceolfrido, abad y confesor.—Murió en 716.
San Kilian, presbilero y confesor.—Irlandés, del s i -
San Baroco ó Barr ó Fimbar, obispo y confesor.—Vi-
glo V I L
vió en el siglo V I .
D u 18.—Santa //i7tía ó I l i l d , abadesa. —Murió en 680,
DÍA 26.—San Colman Elo, abad y con/esor.—Irlandés;
DÍA 20.—San Humberto, obispo y márlir.—Muy venerado
murió en 610. en Inglaterra. Sufrió el martirio casi al mismo tiempo
DÍA Santa Delftna.—O.xsó con san Eízear; murió que san Eadniundo, á mediados del siglo IX.
en 1369. San fiernardo, o&ís/io y confesor.—VÜQ obispo de U i l -
D u 2 9 . — S i n í a Teodota, wuírítV.—Fue martiiizada en desheim. Murió en el aflode 1 0 2 1 ,
Grecia en 318. Santa Maxencia virgen y mártir;—Venerada en I n -
Á LA LEYENDA DE ORO. 6H
glalerra é Irlanda en W de octubre y 16 de abril, y DÍA 27.—San Sccmdino, obispo y confesor.—Llámanlo eii
en Escocia en 20 de noviembre. Ya era venerada en el irlandés Seachnal. Fué sobrino y discípulo de san P a -
siglo V i l , Vivió retirada y conlincnte, y fué víctima de tricio, y murió en 447. Le menciona Colgin.
un hombre que no pudo vencerla.
DÍA ü . — S a n Teodoro el Sludita, abad y confesor.—V\o- DICIEMBRE.
reció á últimos del siglo VIH y principios del IX.
DÍA 24.—San Cianan ó Kenan, obispo y confesor.—Su DÍA 16.—5aTi Adelberto, arzobispo y confesor.—Fué direc-
diócesis fué en Dulcck en Irlanda. Era de la estirpe real tor de santa Alicia ó Adelaida, emperatriz. Murió en 982
de Munster. Murió en 489. siendo arzobispo de Magdeburgo.

FIN DEL SÜPLEMEMTO.


i •

Explicación de las abreviaturas que se ponen en los índices de la Leyenda de Oro.

ob. obad emp.


ab. abril emperador nov. noviembre
ompz. emperatriz ob. obispo
aba. abades en.
aba. abadesa enero obs. obispos
erm. ermitaño oc. oclubre
acól. acólito erma.
agosto ermiiaiios palr. patriarca
as. exor. exorcista pon.
anac. anacoreta feb. peni ten lo
arced. febrero pens. penilenics
arcediano futid. fundador pereg.
arz. arzobispo peregrino
funda. fundadora presb. presbítero
card. cardenal funds, fundadores presbs.
cen. cenoblla presbíteros
hort. liorielano prof. profeta
eeoob. cenobiarca jul. julio profa. profetisa
cent. eenlu rion jon. junio profs. profetas
comp. compañero iec. lector S. suplemento.
compa.. compañera lees. lectores sen. senador
cornijas. compañeras JegiS. legislador sel-
comps. cota (tañeros lev. setiembre
levita sold. soldado
conf. confesor mar. marzo solit.
confs. confesores márt, solitario ó soli-
mártir taria
cons. cónsbt ínarls. mártires
fiiác. diácono subdiác. subdiácono
inatr. matrona subdiács. subiliáconos
diaca. diaconisa may. majo trib. tribuno
diács. diáconos mcd. médico vírg. virgen
dio. dicienibro mon. monge vírgenes
doc. doetor VÍrgs.
mons. mouges viu. viuda
INDICE ALFABÉTICO
DE LOS SANTOS CUYAS VIDAS SE CONTIENEN EN LA LEYENDA D3 ORO.

A. Adelardo, ab. y conf. S. 2 en. Agatópodis, diác. y conf, 25 ab.


Adelberto, conf, 2o j u n . Agavio, mart. 19 ag.
Aaron, ab. y conf. S. í l j u n . Adclbcrto, arz. y conf. S 16 dic. Ageo, mart. 4 en.
Aaron, prof. 1 j u l . Adelfo, ob. y conf. 29 ag. Ageo, prof. 4 j u l .
Aaron, mart. 1 j u l . Aderito, ob. y conf. 27 set. Agileo, mart. i 5 o c ,
Abacú, mart. 19 en. Adjulo, mart. 10 en. Agilo, ab. y.coof. S. 30 ag.
Abban, ab. y conf. S. 27 oc. Adjulo, ab. y conf. 19 dic. Agirico, ob. y conf. 1 dic,
Abbon, mart. 13 nov. Adjulorio, conf. 1 sct. Aglibcrto, mart. 2 í j u n .
Abdas, ob. y mart. S. 16 may. Adjutorio, mart. 18 dic. Agnelio, ab. y conf, 14 dic.
Abdías, prof. 19 nov. Adjutorio, ab. y conf. 19 dic. Agoardo, mart. 24 j u n .
Abdon, mart. 30 jul. Adolfo, mart. 27 set, Agricio, ob. y conf. 13 en.
Abercio, ob. y conf. 22 oc. Adon ó Adonis, arz. y conf. 16 dic. Agrícola, ob. y conf. 17 mar.
Abibo, mart. 15 nov. Adoración (La} de los Reyes, 6 en. Agrícola, mart. 4 n o v .
Abiüo, ob. y conf. 22 fob. Adrián, ab. y conf. 9 en. Agrícola, mart. 3 dic.
Abrahan, ob. y mart. S. 5 feb. Adrián mart. 1 mar. Agrícola mart. 10 dic.
Abrahan, ob. y conf. S. 14 feb. Adrián mart. 4 mar. Agripina, vírg. y mart. 23 j u n .
Abrahan, conf. 10 mar. Adrián ob. y mart. S. 4 mar. Agripino, ob. y conf. 9 nov.
Abrahan conf. I f i j u n . Adrián, mart. 5 mar. Agueda, vírg. y mart. 5 feb.
Abrahan, padre de los crcyenlcs. Adrián,mart. 17 may. Agustín, mart. 7 may.
oclub. Adrián, mart. 26 a g . Agustín, ob. y conf. 26 may.
Abrahan, mart. 30 nov. Adriano, mart. 8 set. , Agustín, ob, y doc. 28 ag.
Abrósimo, mart. 10 nov. Adrias, mart. 2 dic. Aicardo, ab. y conf. 15 set.
Absalon, mart. 2 mar. Adyulor, conf. S. 30 ab. Aidano, ob. y conf. 31 ag.
Abudcraio, mart. 15 j u l . Afra, mart. 24 may. Aidon, ab. y conf. S. 11 ab.
Abundancio, mart. 1 mar. Afra, mart. 5 ag. Aigulfo, mart. 3 set.
Abundancio, mart. 10 sct. Afraates, anac. y conf. 7 ab. Ailo, ab, y conf. S. 30 ag.
Abundio, mart. 27 feb. Africano, conf. i ag. Alardo, ab. y conf. S. 2 en.
Abundio, ob. y conf. 2 ab. Afrodisio, mart. l i mar. Albano, mart, 21 j u n ,
Abundio, conf. 14 ab. Afrodisio, mart. 28 ab. Alhano, mart. 22 j u n ,
Abundio, presb. y mart. 11 julr Afionio, mart. 2 nov. Albeo, ob. y conf. 12 set.
Abundio, mart. 26 ag. Agabiu, ob. y conf. 4 ag. Alberto, coñf. S. 7 ab.
Abundio, mart. 10 set. Agabo, mart. 13 feb. Alberto, patr. y conf. 8 ab.
Abundio, mart. 10 dio. Agape, mart. 2rj en. Alberto, conf. 7 ag.
Abundio, mart. 14 dic. Agape, virg. y mart. 15 feb. Alberto, ob. y m a r t . 21 nov.
Acacio, ob. y conf. S. 31 mar. Agape, vírg. y mart. 3 ab. Alberto Magno, ob. y conf. 8 ab.
Acacio, ob. y conf. 9 ab. Agape, vírg, y mart. 28 dic. Albina, vírg. y mart. 16 dic.
Acacio, mart. 28 ab. Agapio, mart. 24 m;¡r. Albino, ob. y conf. 5 feb.
Acacio, mart. 8 may. Agapio, mart. 28 ab. Albino, ob. y conf. 1 mar.
Acacio, mart. 21 j u n . Agapio, ob. y mart. 29 ab. Albino, ob. y conf. 15 set.
Acacio mart. 28 j u l . Agapio, mart. 21 ag.
Alomando, mart. S. 19 mar.
Acacio, mart. 27 nov. Agapio mart. 2 nov.
Aldegunda, vírg. 30 en.
Acaiio, ob. y conf. 27 nov. Agapio, mart. 20 nov.
Aldelmo, ob. y conf. 25 may.
Acates, ob. y conf. S. 31 mar. Agapito, ob. y conf. 16 mar.
A Id rico, ob. y conf. S. 7 en,
Acilino, mart. 17 j u l . Agapito, ob. y mart. 24 mar.
Alejandra, mart. 20 mar.
Acindino, mart. 20 ab. Agapito, mart. 0 ag.
Alejandra, mart, 18 may.
Acindino mart. 2 nov. Agapito, mart. 18 ag.
Alejandro, ob, y mart. 11 co.
Acio, mart. S. 1 may. Agapito, ob. y conf. 10 sct.
Alejandro, mart. 30 en.
Acio, mart. 1 ag. Agapito, papa y conf. 20 sct.
Alejandro, mart. 9 feb.
Acisclo, mart. 17 nov. Agapito, mart. 20 nov.
Alejandro, mart. 9 feb.
Acucio, mart. 19 set. Agalángclo, mart. 23 en.
Alejandro, mart. 18 feb,
Acursio, mart. 10 en. Agalodia, mart. 17 set,
Alejandro, patr. y conf, 26 feb.
Acheolo, mart. S. 1 may. Agatodoro, ob. y mart. 4 mar.
Alejandro, mart, 27 feb,
Adalardo, ab. y conf. S. 2 en: Agatodoro, mart. 13 ab.
Alejandro, mart. 10 mar.
Adalberto, ob. y mart. 23 ab. Agaton, papa y conf, 10 en.
Alejandro, mart, 17 mar.
Adamnan, ab. y conf. S. 23 sct . Agaton, exor. y mart. 14 fob.
Alejandro, ob, y mart. 18 mar.
Adanco, mart, 7 feb. Agalon, mart. 5 j u l .
Alejandro, mart. 24 mar.
Adaucto, mart. 30 ag. Agaton , mart. 7 dic.
Alejandro, mart, 24 mar.
Adaocto, presb. y mart. 2 í o c Agatónica, mart. 13 ab.
Alejandro, soldado y márt. 27 mar.
Adela viu. 8 set. Agatónica vírg. y mart, 10 ag.
Alejandro, mart. 28 mar.
Adelaida, vírg. y aba. S, 5 feb Agatóníco, mart. 22 ag,
i Alejandro, mnrt, 22 ab.
Adelaida, empz. 16 dic. Agatópodis, diác. y mart, 4 ab.
| Alejandro, mart, H ab.
G14 ÍNDICE ALFABÉTICO.
Alejandro, raarl. 3 may. Ammonio, soldado y mart. 18 en. Anfiloquio, mart. 27 mar.
Alejandro, papa y mart. 4 may, Ammonio, mart. 9 feb. Anfiloquio, ob. y conf. 23 nov.
Alejandro, mart. 20 may. Ammonio, mart. 12 feb. Anlion, ob. y conf. 12 j u n .
Alejandro, mart. 29 may. Ammonio, mart. 14 feb. Angel, mart. 13 oc.
Alejandro, mart. 2 j u n . Ammonio, lee. y mart. 26 mar. Angel dc!a Guarda (el santo). 1 mar.
Alejandro, ob. y conf. 4 j u n . Ammonio, mart. 26 nov. Angelo, mart. 5 may.
Alejandro, mart. 6 j u n . Amon, mart. 1 set. Aniano, ob. y conf. 23 ab.
Alejandro, ob. y mart. 6 j u n . Amon, mart. Sset. Aniano, mart. 10 nov.
Alejandro, mart. 9 j u l . Amon, erm. y conf, S. 4 oc. Aniano, ob. yconf. 17 nov.
Alejandro, mart. 21 j n l . Amos, prof. 31 mar. Aniceto, papa y mar. 17 ab.
Alejandro, mart. 1 ag. Ampelio, mart. 20 nov. Aniceto, mart. 12 ag.
Alejandro, ob. y mart. 11 ag. Ampliado, mart. 31 oc. Anisia, mart. 30 dic.
Alejandro, mart. 26 ag. Amplio, mart. 11 feb. Anisio,ob, y conf, 30 dic.
Alejandro, ob. y conf. 28 ag. Ana, profeta, 1 set. Annon, o b . yconf. í dic.
Alejandro, mar». 9 set. Ana, profeta, 1 sel. Ansano, mart. 2 set.
Alejandro, ob. y mart. 21 set. Ana, madre de nuestra Señora, 26 Ansano, mar. 1 dic.
Alejandro, mart. 28 set. julio. Ansberto, ob. y conf, 9 feb,
Alejandro, mart. 17 oc. Anacario, ob. y conf. 25 sel. Anscario, ob, yconf. 3feb.
Alejandro, mart. 22 oc. Anacleto, papa y mart. 13 j u l . Anselmo, ob, y conf, 18 mar,
Alejandro, mart, 9 nov. Ananías, mart. 25 en. Anselmo, ob, yconf. 21 ab.
Alejandro, mart. 2 i nov. Ananfas, conf. 1 oc. Ansobmo, ob. y conf. 13 mar.
Alejandro, mart. 1 2 d i c . Ananías, mart. 1 dic. Anstrudis, v í r g . y aba. S. 17 oc.
Alejo, conf. 17 j u l . Ananías, mart. 16 d¡c. Ansurio, ob. y conf. 27 nov.
Alejo Falconeri, conf. 17 feb. Anastasia, vírg. y mart. 15 ab. Antolmo, ob. y conf, 26 j u n ,
Alfeo, mart. 17 nov. Anastasia, vírg. y mart. 28 oc. Anlero, papa y mart. 3 en.
Aldo, mart. 10 may. Anastasia, vírg. y mart. 25 dic. Anlhes, mart. 28 ag.
Alfio, mart. 28 set. Anastasia, malr. y mart. 25 dic. Antidio, ob. y mart, 25 j u n ,
Alfonso María de Ligorio, conf. 14 Anastasio, ab. yconf. 11 en, Anlígono, mart, 27 feb.
agosto. Anastasio, mart. 22 en. Anlimo, ob. y mart. 27 ab.
Alfreda, vírg. S. 2 ag. Anastasio, papa y conf. 27 ab. Aniimo, presb. y mart. 11 may.
Alicia, vírg. y aba. S. 5 feb. Anastasio, mart. 11 may. Anlimo, mart. 23 dic.
Alicia, empz. 16 dic. Anastasio, ob, y conf. 20 may. Anlinógcnes, mart. 24 j u l .
Alipio, ob. y conf. 15 ag. Anastasio, ob, y conf. 30 may. Antioco, mart. 21 may.
Almaco, mart. 1 en. Anastasio, presb. y mart. 14 j u n . Antíoco, mart, 15 j u l .
Alnolh, anac. y mart, S. 27 feb. Anastasio, mart. 29 j u n . Antioco, ob. yconf. 13 oc.
Alodia, mart, 22 oc. Anastasio, ob. y conf. 17 ag. Anííoco, mart. 13 dic.
Alpiniano, presb. 30 j u n . Anastasio, mart. 21 ag. Antipas, mart. 11 ab.
Alton, ab. y conf, Sset. Anastasio, mart, 7 set. Antolíano, mart, C feb.
Alvaro, mart. 19 feb. Anastasio, mart. 11 oct. Anlolin, mart. 2 set.
Alvaro de Córdoba, conf. S 19 feb. Anastasio, mart, 8 dio. Antonina, mart. 4 may.
Amable, conf. 1 nov. Anastasio, mart, 19 dic. Antonina, mart. 1 mar.
Amadeo, conf. 31 mar. Anastasio, ob. y mart. 21 dic. Anlonin, mart. 3 may.
Amado, ob. y conf. 31 ag. Anastasio ei Menor, palr.yüiart, S.21 Antonina, mart. 12 jun.
Amado, ab. y conf. 13. sel. abril, Antonino, ab. y conf. 14 feb.
Amado, ob. y conf. 13 set. Anlonino, mart. 20 ab.
Anastasio el Sinaíta, palr. y conf. 21
Amador, presb. y mart. 30 ab. Antonino, arz. y conf, 2 may,
abril.
Amador, ob. y conf. 1 may. Antonino, mart. 6 j u l .
Analalon, ob. y conf. 25 set.
^ m a d o r , ob. y conf. 26 nov. Antonino, mart. 29 j u l .
Analolia, vírg. y mart, 9 j u l .
Amancio, mart. 10 feb. Antonino, raart. 22 ag.
Anatolio, mart. 20 mar.
Amánelo, diác. y conf. 19 mar. Antonino, mart, 2 set.
Anatolío, ob. y conf. 3 j u l .
Amancio, ob. y conf. 8 ab. Antonino, mart. 3 set.
Anatolio, mart. 20 nov.
Amancio, raart. 6 j u n . Antonino, mart. 30 set.
Ancla, mart. 18 ab.
Amancio, mart. 10 j u n . Antonino, mart. 13 nov.
Andeolo, subdiác. y mart, 1 may.
Amancio, presb. y conf. 26 set. Antonio, mart. 9 en.
Andoquio, presb. y mart. 24 set.
Amancio, ob. y conf. 4 nov. Antonio, ab. y conf. 17 en.
Andrés, ob. y conf. 26 feb,
Amando, ob. y conf. 6 feb. Antonio, mon. y conf. 17 en.
Andrés, mart. 15 may.
Amando, ob. y conf. 18 j u n . Antonio, mart, 14 feb.
Andrés, mart. 19 ag.
Amaranto, márt. 7 nov. Antonio, mart, S. 14ab.
Andrés, diác. y conf. S, 22 ag.
Ambleo, mart. 8 dic. Aníonio, mart. 23 set.
Andrés, presb. y mart, 29 ag.
Ambrosio, ob. y conf. 4 ab. Antonio, mart. 15 dic.
Andrés, mart. 23 set.
Ambrosio, mart, 16 ag. Antonio, mon. 28 dic.
Andrés, mon. y mart, 17 oc.
Ambrosio, ob. y conf, 16 oc, Antonio Canteas, patr. y conf. 12 feb.
Andrés, mon, y mart, 28 nov,
Ambrosio, coní. 2 nov. Antonio de Padna, conf, 1 3 j u n .
Andrés, apóstol, 30 nov.
Ambrosio, ob. y doc. 7 dic. Antusa, vírg. 27 j n l .
Andrés Avelino, conf. 10 nov.
Ambrosio de Sena, conf. 22 mar. Anfusa, mart. 22 ag.
Andrés Corsino, ob. y conf. 6 en.
Amelbcrga, viu. 10 j u l . Antusa, mart. 27 ag.
Andrónico, cOnf. 9 oc,
Amia, mart. 31 ag. Anunciación (La) de nuestra Señora.
Andrónico, mart. 11 oc.
Amiano, mart. 4 set. 23 mar.
Anecio, mart. 27 j u n .
Amideo, conf. 18 ab. Anel,ab. y conf. 14 dic.
Ammon, mart. 20 dic. Aparición [ La) de san Miguel arcán-
Anempodisto, mart. 2 nov. gel. 8 may.
Ammonaria, virgen y mártir 12 d i - Anesio, mart. 31 mar. Aparición (La) de Santiago, apóslol,
Aneto, mart. 10 mar, 23 may.
ciemb.
AnOano, mart. 2 ab. Apeles, mart. 22 ab.
Ammonaria, vírg. y mart . 12 dic.
ÍNDICE ALFABETICO. 615
Apelio, n t f t . 10 sel. Arsenio, mart. 14 dic, Autónomo, mart. 12 set.
Apia, niart. 22 nov. Ai lemio, mart. 6 j u n . Auxencio, marl. 13 dic.
Asjiano, mart. 3f> dic. Arlemio, marl. 20 oc. Auxencio, ob. y conf. 18 dic.
Apodemio, mart. l(i ab. Artemon, presb. y mart. 8 oc. Auxibio, ob. y conf. 19 feb.
Apolinar, ob. y conf. 8 en. Asafo, ob. y conf. 1 may. Auxilio, mart, 27 nov.
Apolinar, mart. 21 j u n . Asclepíades, ob. y mart. 18oc. Aventino, conf. 4 feb.
Apolinar, ob. y mart. 23 j u l . Asclepiodoto, mart. 15 sel. Aventor, marl. 20 nov.
Apolinaria, vírg. li en. Asela, mart. 23 en. Avellano, conf. 23 feb,
Apolinario, mart. 23 ag. Asela, vírg. 6 dic. Averlino, diac. yconf, S. 5 may.
Apolinario, ob. y conf. 5 oc. Asinerito, ob. y mart. 8ab. Avilo, mar. 27 en.
Apolo, ab. y conf. S. 23 en. Aspren, ob. y conf. 3 ag. Avilo, ob. y conf. 5 feb.
Apolo, mart. 21 ab. Asteria, vírg. y marl. 10 ag. Avilo, ab. yconf. 17 j u n .
Apolonia, vírg. y mart. 9 feb. Aslerio, sen. y marl. 3 mar. Aza, mart. 19 nov.
Apolonio, mart. 14 feb. Asterio, mart. 20 may. Azadas, marl. 16 dic.
Apoloiiio, diac. y mart. 8 mar. Asterio, ob. y conf. 10 j u n .
Apolonio, ob. y conf. 19 mar.
Apolonio, presb. y mart. 10 ab.
Asterio, mart. 23 ag,
Asterio, presb. y mart. 21 oc.
«
Apolonio, sen. y mart. 18ab. Aslerio, ob. y conf. 8. 30 oc. Babilas, ob. y mar. 24 en.
Apolonio, marl. 5 j u n . Aslridiano, presb. 30 j u n . Babolen, ab. y conf. S. 26 j u n .
Apolonio, ob. y conf. 7 j u l . Asunción (La) de nuestra Señora. Babón, anac. yconf. 1 oc.
Apolonio, mart. 10 j u l . 13 ag. Baco, mart. 7 oc.
Apolonio, mart. 23 j u l . Atalas, ab. y conf. 10 mar. Bademo, ab. y mart. S. 10 ab.
Apro, ob. y conf. 15 set. Atalo, mart. 2 j u n . Bain, ob. y conf. S. 2 0 j u n .
Aproniano, mart. 2 feb. Atalo, marl. Si dic. Balbioa, vírg. 31 mar.
Apuleyo, mar». 7 oc. Alanasia, viu. 14. ag. Baldomcro, snbdiac. y conf. 27 feb,
Aipiila, mart. 23 en. Alanasia, esposa de san Andrónico, Ftaldredo, ob. yconf. S. 6 mar.
Aqnila, mart. 23 mar. conf. 9 oc. Baradafo, conf. S. 22 feb.
Aqnila, mart. 20 may. Atanasio, marl. 3 en. Baradbesciabas, diac. y mart. S. 21
Aquila, mart. 1 ag. Atanasio, mart. 9 en. jul,
Aqniloo, diac. y mart. 23 ab. Atanasio ob. y conf. 2 may. Baraquiso, mart. 29 mar.
Aquileo, mart. 12 may. Atanasio, diac, y mart. 5. j u l . Bárbara, vírg. y mart. 4 dic.
Aquiles, ob. y conf. T nov. Atanasio, ob. y conf. 13 j u l . Harbaciano, presb. y conf. 31 dic.
Aquilina, v i r g . y mart. 13 j u n . Atanasio, ob. y marl. 22 ag. Barbascemino, ob. y mart. S. 14 en.
Aquilina, marl. 2 í j u l . Atenodoro, ob. y mart. 18 oc. Barbalo, ob. y conf. 19 feb.
Aquilino, mart. 4 en. Atenodoro, mart. 11 nov. Barbea mart. 29 en.
Aquilino, presb. y mart. 29 en. Atenógenes, antiguo teólogo y mart. Bardomiano, marl. 25 sel.
Aquilino, mart. 4 feb. 18 en. Barlaan, marl. 19 nov.
Aquilino, mart. 16 may. Atenógenes, ob, y mart. 1C j u l . Barlaan, conf. 27 nov.
Aquilino, mart. 17 may. Alico, 6 nov. Barocoó Barr, ob. y conf. S, 25 set.
Aquilino, ob. y conf. 19 oc. Atilano, ob. y conf, 5oc, Baroncio, erm. y conf. 25 mar.
Arabia, marti 13 mar. Alón, conf. 552 may. Bársabas, raart. 11 dic.
Arador, presb. y mart. 21 ab. Atiracta, víg. S. í) "feb. Barsanuíio, anac. y conf. I I ab.
Arbogaslo, ob. y conf. 21 j u l . Auborto, ob. y conf. 13 dic. Barsen, ob. yconf. 30 en.
Arcadio, m a r l . l 2 en. Andas, ob. y mart. 16 may. Barsimeo, ob. y mart. 30 en.
Arcadio, ob y mart. 4 mar. Audifax, marl. 19 en. Bartolomé, mon. y conf. S. 2 i j i i n .
Areadio, marl. 13 nov. Audocno, ob. y conf. 24 ag. Bartolomé, apóstol. 24 ag.
Arconcio, mart. 5 set. Audomaro, cb. y conf. 9 set, Barloteméj ab. yconf. U nov.
Ardalion, mart. 14 ab. Augulo, ob. y mart. 7 feb. Bandas, mart. i 8 nov.
Arocio, mart. 4 j u n . Augurio, diác. y mart. 21 en, Basa, marl. G mar.
Arccio, mart. l O j u n . Augusta!, ob. y conf. 7 sel. Basa, vírg. y mart. 10 a g .
Arelas, marl. 1 oc. Augusto, mart.'7 may. Basa, marl. 21 ag.
Arelas, mart. 2 4 oc. Augusto, conf. 1 set. Basiano, ob. y conf. 19 en.
Argco, marl. 2 en. Augusto, presb. y conf. 7 oc. Basila, mart. 17 may.
Argimiro, mart. 28 j u n . Aurea, vírg. y mart. 19 j u l . Basila, virg. y márt.' 20 may.
Ariadna, mart. 17 set. Aurea, vírg. y mart. 2 4 a g . Basila, vírg. y mart. 29 ag.
Arisiarco, ob. y mart. 4 ag. Aurea, vírg. 4 oc. Basiieo, marl. 2 mar.
Aristeo, mart. 3 set. Aurelia, vírg 23 sol. Basileo, marl. 23 may.
Arísíides, conf. 31 ag. Aurelia, vírg. 13 oc. Basiieo, mart. 27 nov.
Aristion, conf. 22 feb. Aurelia, mart. 2 dic. Basíliano, marl. 18 dic.
Aristobulo, ob. y mart. 15 mar. Aureliano, ob. y conf. 16 j u n . Basilides, marl. 10 j u n ,
Aristón, mart. 2 j u l . Aurelio, ob. y conf. S. 20 j u l . Basilides, mart. 12 j u n .
Aristónico, mart. 19 ab. Aurelio, mart. 27 j u l . Basilides, mart. 30 j u n .
Armentario. ob. 30 en. Aurelio, mart. 20 oc. Basillsa, mart. 9 en.
Armogaslo, mart. 29 mar. Amelio, marl. 12 nov. Basilisa, mart. 22 mar.
Armogaslo, marl. 1G oc. Aureo, marl. 16 j u n . Basilisa, vírg. y marl. 15 ab.
Arnnlfo, ob. y conf. 18 j u l . Ausano, ob. y conf. 3 set. Basilisa, vírg. y marl. 3 sel.
Arnulfo, ob. y conf. 13 ag. Ausencio, ab. y conf, 14. feb- Basilisco, sold. y mart. 3 mar.
Arqurlao, mart. 4 mar. Ausonio, mart. 24 en. Basilisco, marl. 22 may.
Arqiu'lao, marl. 23 ag. Auspicio, ob. y conf. 8 j u l . Basilio, conf. 27 feb.
Arquelao, ob. y conf. 26 dic. Au-.treg'süo, ob. y conf. 20 may. Basilio, cb. y marl. í mar.
Arquipo, ob. y conf. 20 mar. Auslremonio, ob. y mart. 1 nov. Basilio, ob. y cotif. 6 mar.
Arsacio, conf. 16 ag. Austreverla, víg. 10 feb. Basilio, presb. y marl. 22 mar.
Arsenio. anac y cgnf 19 j u l . Auto, mart. 7 nov. Basilio, ob. y marl. 26 ab.
G16 ÍNDICE ALFABÉTICO.
Basilio, conf. 30 may. Bibiano, ob. y conf. 28 ag. Caliopa, marl. 8 j u n .
Basilio, mon. y mart. 28 nov. Biblides, mart. 2 j u n . Galiopio, mart. 7 ab.
Basilio Magno, ob. y doc. 14 j u n . Bienvenido, ob. y conf. 22 mar. Calista, mart. 2 set.
Basion, lee. y mart. 14 fob. Bii ilo, ob. y conf. 21 mart. Calistralo, marl. 26 set.
Baso, marl. 14 i'eb. Birino, ob. y conf. 3 dic. Calixto, mart. 16 ab.
Baso, mart. 20 nov. Bhian, ob. y conf. S 10 ag. Calixto, mart. 25 ab.
Baso, ob. y mart. 5 dic. Blaithmaico, ab. y mart. S. 19 en. Calixto, ab. y mart. 14. ag.
Básolo, conf. 26 nov. Blanda, mart. 10 may. Calixto, papa y mart. 14 oc.
Batilde, reina, 2(; en. Hlandina, marl. 2 j u n . Calixto, marl. 29 dic.
Baudilio, mart. 20 may. Blas, ob. y mart. 3 feb. Calocero, ob. y conf. 11 feb.
Báyulo, mart. 20 dio. Blas, mart. 29 nov. Calocero, mart. 18 ab.
Bazas, ob. y conf. 19 feb. Bobon, conf. S. 22 may. Calocero, mar. 19 may.
Beano, ob. y conf. 10 dic. Buisilo, mon. y conf. S. 23 feb. Cologero, crin, y conf. 18 j u n .
Beata, mart. 8 mar. Bolean, ab. y conf. S. 4. j u l . Camerino, marl. 21 ag.
Beato, conf. 0 may. Bona, vírg. 24 ab. Camilo do Lelis, conf. y fund. 15 j u l .
Beato, ab. y conf. 26 nov. Bonifacio, ob. y corrf. S. l í mar. Cammino, ab. y conf. S. 25 mar.
Beatriz, mart. 20 j u l . Bonifacio, mart. l í may. Cancianila , marl. 31 may.
Becan, ab. y conf. S, 5 ab. Bonifacio, ob. y conf. 14 may. Canciano, marl. 31 may.
Beccelino, erm. y conf. 0 set. Bonifacio, arz. y mart. 3 jun. Cancio, marl. 31 may.
Boda (el venerable} presb. y conf. Bonifacio ob. y marl. 19 jnn. Cándida, mart. 0 j u n .
27 may. Bonifacio, diac. y marl. 17 ag. Cándida, vírg. y mart. 29 og.
Bega, vírg. 6 set. Bonifacio , esposo de santa Tecla.
Cándida, viu. 4 set.
Bega, viu y aba. 17 dic. 30 ag.
Cándida, vírg. y marl. 20 sel.
Belino, ob. y mart. 26 nov. Bonifacio, papa y conf. 23 oc. Cándida, mári. l dic.
Benedicta, v í i g . y mart. 8 oc. Bonifacio, maiM. 6 dic. Cándida la Joven, 4 set.
Benedicto, papa y conf. 7 may. Bonifacio, marl. 29 dic. Cándido, marl. 2 feb.
Benedicto X I , papa y conf. 7 j u l . Bonifacio IV, papa y conf. 23 may Cándido, mart. 1 1 . mar.
Benigno, mart. 13 feb. Bonito, cb. y conf. 15 en. Cándido, mart. 3 oc.
Benigno, mart. 3 ab. Bono, presb. y mart. 1 ag. Cándido, mart. 1 5 dic.
Benigno, ob. y marl. 28 j u n . Bononio, ab. y conf. 30 ag. Cánico, ab. y conf. 11 oc.
Benigno, mart. 1 nov. Bonosa, marl. 13 j n l . Canion, conf. 1 set.
Benigno, ob. y conf. 9 nov. Boncso, mart. 21 ag. Cantidiano, mart. 5 ag.
Benigno, o!), y conf. 20 nov. Bolulfo, ab. y conf. S. 17 j u n . Canlidio, mart. 3 ag.
Benilda, mart. l ü j u n . Brandon, ab. y conf. 29 nov. Canuto, rey y marl. 19 en.
Benita, mart. 4 en. Braulio, ob. y conf. 18 mar. Capitón, ob. y mart. 4 mar.
Benita, v.'rg. C may. Hieaca ó llreaga, vírg. S. í j u n . Capiíon, mart. 24 j u l .
Benita, vírg 2 9 j u n . Brendano, ab. y conf. 16 may. GapStoiina, marl. 27 oc.
Benito, ab. y conf. 12 en. Brennon, ob. y conf. 16 j u n . Caprasio, ab. y conf. 1 j u n .
Benilo, arz. y conf. 11 mar. Bretannion, ob. y conf. 25 en. Caprasio, mart. 20 oc.
Benito, ab. y fund. 21 mar. Briccío, ob, y conf. 9 j u l . Caradoc, ob. y conf. S. 13. ab.
lienilo, mon. y conf. 23 mar. B r i d o , ob. y conf. 13 nov. Caralipo, mart. 28 ab.
Benito, conf. 23 oc. Brieuco. ob. y conf. S. 1 may. Cara uno, mart. 28 may.
Benito, mart. 12 nov. Brígida, viu. 23 j u l . Caridad, virg. y mart. i ag..
Benito de Anian, ab. y conf. S i 2 feb Brígida de Escocia, vírg. 1 feb. Carisio, mart 16 ab.
Benito de Palenno, conf. 3 ab. Brino, ob. y conf. 3 dic. Caritina, virg. y mart. 5 oc.
Benito el Menor, conf. S. 14 ab. Uristan, ob. y conf. 4 nov. Carilon, mart. 3 sel.
Benjamín, diac. y mart. 31 mar. Biüliwaldo, arz. y conf. S. 9 en. Carlos Borromeo, arz. y conf. 4 nov.
Berardo, marl. Ú en. Bronacha ó Bronnana, vírg. y a b a . Carlos el Bueno, marl. S. 2 m a ¡ \
Bercario, ab. y mart. 16 oc.
S. 2 ab. Carmen, (Nuestra Señora del). 16 j u l .
Bernabé, apóstol, 11 j u n .
Bruno, ob y ennf. 17 may. Carpo, ob. y mart. 13 ab.
Bernardino de Sena, conf. 20 may.
Üruno, ob. y conf. 1 8 j u l . Carpo, ob. y conf. 13 oc.
Bernardo, ob. y conf. 12 ífear*
Bruno, conf. y fund. 6 oc. Carpóforo, mart. 7 ag.
Bernardo, marl. 23 j n l .
Bruno, ob. y mai t. 15 oc. C;¡rpóforo, marl. 27 ag.
Bernardo, ab. y conf. 20 ag.
Brynolb, ob. y conf. S. 9 may. Carpóforo mart. 10 dic.
Bernardo, ob. y conf. S. 20 nov.
Buena, vírg. 12 set. Carponio, mar!. 1 i ce.
Bernardo, ob. y conf. i dic.
Buenajunta, conf. 31 ag. Cartago, ob. y conf. S. 14 may.
Bernardo Calvó, ob. y conf. 2 í oc.
Bnenavenlura, ob. y d o í . 1 í j u l . Carterio, mart. 2 nov.
Bernardo de Corleon/conf. 14 en.
B;;cnliijo, conf. 1 en. Garlerio, mart. 3 nov.
Bernardo de Mcnlon, conf, 15 j u n .
Burcardo. ob. y conf. 14 oc. Casdo'a, mart. 2a set.
Bernardo TJI) m'30 , conf. y fund.
Burgundofóra, vírg. y aba. 3 ab. Cnsia, marl. 20 j u l .
21 ag. Buriana, S. 4 j t m . Casiano, marl. 2(i mar.
Bernwardo, ó Bernardo, ob. y conf. Casiano, ob. y conf. 3 ag.
26 oc. Cnsiano, marl. 13 ag.
Berta, viu. y aba. S. i jot. Casiano, ob. y marl. 13 ag.
Bertila, ab. "íi nov. Cadoco ó Cadoc, ab. y conf. S. 24en. Casiano, marl. 1 dic.
Bertin, ab. y conf. 15 set, Cadroas, mon. y conf. S 0 mar. Casiano mart. 3 dic.
Bertrán, ob. y cenf. S. 3 j u ! . C ilais, ab. y conf. S. I j u l . Casilda, vírg. 9 ab.
Besa, marl. 27 feb. Calamanda, v.'rg. y mart. 3 feb. Casimiro, conf. 4 mar.
Besarion, anac. y conf. 17 j n n . Calanico, marl. 17 dic. Casio, mart. 15 m a y .
Betelino, erm. y conf. 9 set. Calepodio, presb. y mart. 10 may. Casio, ob. y conf. 29 j u n .
Beuno ó Beunor, ab. y conf. S. 21 ab. Calimcrio, ob. y mart. 31 j u l . Casio, mart. 7 ag.
Bianor, mart. 10 j u l . Calinica, marl. 22 mar. Casio, mart, 10 oc.
Bibiana, vírg. y mart, 2 dic. Calinico, marl. 28 en. Casto, marl, 22 n*ay.
INDICE ALFABÉTICO. 617
Casto, mart. i i c t . Cerbonio, ob. y conf. 10 oc. Claro, conf. 8 nov.
Casto, marl. 6 oc. Cereal, mart. 28 feb. Clásico, marl. 18 feb.
Castor, marl. 28 mar. Cereal, mart, 10 j u n . Claleo, ob. y marl. 4 j u n .
Castor, mart. 27 ab. Ceremonio, ob. y mart, 22 dic. Claudia, mart. 20 mar.
Castor, mart. 28 dic. Cesáreo, mart. 20 ab. Claudia, v i r g . y mart. 18 may.
Castorio, mart. 1 j u l . Cesáreo, marl. 1 nov. Glaudiano, marl. 26 feb.
Caslorio, mart. 8 nov. Cesáreo, mart. 3 nov. Claudíano, marl. 6 mar.
Castrense, ob. y conf. 11 fcb. Cesarlo, conf. 23 feb. Claudio, mart. 18 feb.
Castrense, conf. 1 set. Cesarlo, ob. y conf. 27 a g . Claudio, mart. 3 j u n .
Castriciano, ob. y conf. 1 dic. Cesarlo, marl. 1 nov. Claudio, ob. y conf. 6 j u n .
Cáslulo, mart. 12 en. Cosario, mart. 28 dic. Claudio,marl. 7 j u l .
Cáslulo, mart. l í i f e b . Cesidio,presb. y mart. 31 a g . Claudio, marl. 21 j u í .
Cástulo, mart. 26 mar. Ceslao, conf. S. 20 j u l . Claudio, mart. 23 ag.
Cáslulo, mart. 30 nov. Cianan, ob. y conf. S. 24 nov. Claudio, marl. 30 oc.
Cataldo, ob. y conf. 10 may. Cibario, conf. S. t j u l , Claudio, marl. 8 nov.
Catalina, v i r g . y mart. 25 nov. Cilina, 21 oc. Claudio, marl. 3 dic.
Catalina de Bolonia, v i r g . 9 mar. Cindeo, presb. y mart. 11 j u l . Claudio, marl. 3 dic.
Catalina de Genova, v i u . 14 sel. Cipriano, marl. 10 mar. Clemente, ob. y mart. 23 en.
Catalina de Ricci, virg. 13 feb. Cipriano, mart. 11 j u l . Clemente, mart. 10 set.
Catalina de Sena, v i r g . 30 ab. Cipriano,ob. y m a r l . 16 set. Clemente, mart. 21 nov.
Catalina de Suecia, v i r g . 22 mar. Cipriano, mart. 26 sel. Clemente, papa y mart. 23 nov.
Catalina Tomás, v i r g . R ab. Cipriano, ab. y conf. 9 dic. Clemente, de Alejandría, conf. 4 dic.
Calan, ob. y conf. S. H . m a y . Cira, virg. 3 ag. Clemenlino, mart. 14 nov.
Cátedra (La) de san Pedro en Antio- Cirano, ab. y conf. 4 dic. Cleofás, mart. 25 set.
qnía. 22 feb. Circuncisión (La) del Señor. 1 en. Cleónico, sold. y mart, 3 mar.
Cátedra (La) de san Pedro en Roma. Cirenia, mart. 1 nov. Clero, diac. y mart. 7 en.
18 en. Ciria, mart. 5 j u n . Cielo, papa y mart. 26 ab.
Calo, mart. 19 en. Ciriaca, mart. 20 mar. Glícerio, ob. y conf. 20 set.
Calulino, márt. i B Jiil, Ciriaca, v i r g . y mart. 19 may. Clinio, conf. 30 mar.
Cayetano, conf. y ftind. 7 ag. Ciiiaca, viu. y mart. 21 a g . Clodoaldo, presb. y conf. 7 sel.
Cayo, marl. 4 en. Ciríaco, mart. 31 en. Clodulfo, ob. y conf. 8 j u n .
Cayo, mart. 28 feb. Ciríaco, marl. 8 feb. Clotilde, reina. 3 j u n .
Cayo, mart. 10 mar. Ciríaco, diac. y mart. 16 mar. Cluano, ab. y conf. S. 1 en.
Cayo, mart. 1G ab. Ciríaco, marl. 7 ab. Coemgeno, ob. y conf. S. 3 j u n .
Cayo, mart. 19 ab. Ciríaco, marl. 2 m a y . Cointa, mart. 8 feb.
Cayo, papa y mart. 22 ab. Ciríaco, ob. y m a r l . 4 may. Colagia, v i r g . 22 oc.
Cayo, presb. y márt. 3 0 j u n . Ciríaco, mart. 3 j u n . Coleta, virg. 6 mar.
Cayo, ob. y mart. 1 j u l . Ciríaco, mart. 18 j u n . Colman, ob. y conf. S. 7 j n n .
Gayo, mart. 28 ag. Ciríaco, marl. 20 j u n . Colman, conf. 12 dic.
Cayo, ob. y conf. 27 set. Ciríaco, marl. 21 j u n . Colman, Elo, ab. yconf. S. 26 sel.
Cayo, mart. 3 oc. Ciríaco, mart. 24 j u n . Golmano, mart. 1*3 oc.
Cayo, conf. 4 oc. Ciriaco, mart. 15 j u l . Coloraa, virg. y mart. 17 set.
Cayo, márt. 4 oc. Ciriaco, mart. 8 ag. Coloraa, v i r g . y mart. 31 dic.
Cayo, márt. 21 oc. Ciriaco, mart. 19 dic. • Colomano, mart. 8 j u l .
Cayo, mart. 20 nov. Cirila, marl. 5 j u l . Colomba, v i r g . y marl. 17 set.
Cayo, Palatino, mart. 4 mar. Cirila, v i r g . y mart. 28 oc. Columba, virg. y marl. 31 dic.
Ceada, ob. y conf. 2 mar. Cirilo, marl. 4 mart. Columbano, ab. yconf. 22 nov.
Cecilia, virg. y mart. 22 nov. Cirilo, ob. y mart. 8 mar. Columbo, ab. y conf. 9 j u n .
Ceciliano, marl. 16 ab. Cirilo, ob. y conf. 9 mar. Columbo,ab. y conf. 12 dic.
Cecilio^ ob y mart. 1 feb. Cirilo, marl. 20 mar. Comgall, ab. yconf. S. 10 may.
Cecilio, piesb. y mart. 3 j n n . Cirilo, diac. y mart. 29 mar. Conaldo, presb. yconf. S. 24 sel.
Cedd, ob. y conf. S. 7 en. Cirilo, mart. S. 29 may. Conall, ab. y conf. S. 22 may.
Celedonio, marl. 3 mar. Cirilo, ob. y mart. 9 j u l . Conancio, ob. y conf. 28 nov.
Celerina, mart. 3 feb. Cirilo, ob. y conf. 22 j u l . Concepción (La Purísima; de nuestra
Celerino, diac. y marl. 3 feb. Cirilo, mart. 1 ag. Señora. 8 dic.
Celestino, papa y conf. 6 ab. Cirilo, marl. 2 oc. Concesa, mart. 8 ab.
Celestino, mart. 2 may. Cirilo, mait. 28 oc. Conceso, mart. 9 ab.
Celiano, mart. 15 dic. Cirilo, conf. 22 dic. Concordia, mart. 13 ag.
Celidonia, virg. 13 oc. Cirilo Alejandrino, ob. y conf. 28 en. Concordio, presb. y mart. 1 en.
Celso, mart. 9 en. Cirilo Jerosolimilano, ob. y conf. Concordio, mart. 2 set.
Celso, arz. y conf. 6 ab. 18 mar. Concordio, mart. 16 dic.
Celso, marl. 28 j a l . Cirino, mart. 3 en. Congall, ab. y conf. S. 27 j u l .
Celso, mart. 21 nov. Girino, mart. 10 may. Conmemoración (La) decualro niilnove-
Cenobia, marl. 30 oc. Cirino,mart. 12. j u n . cientos setenta y seis sanios africa-
Cenobio, presb. y mart. 20 feb. Cirion, presb. y mart. 14 feb. nos. 12 oc.
Cenobio, arz. y conf. 25 may. Ciro, marl. 31 en. Conmemoración (La) de la Imagen del
Cenobio, mart. 29 oc. Ciro, ob. y conf. 14 j u l . Salvador. 9 nov.
Cenobio, marl. 30 oc. Ciselo, marl. 21 ag. Conmemoración (La) de la victoria del
Cenobio, mart. 24 dic. Cilino, mart. 17 j u l . Salado. 31 oc.
Censurio, o b . y conf. 10 j u n . Clara, v i r g . I 2 a g . Conmemoración (La)delosdifunt. 2 nov.
Centola, virg. y mart. 4 ag. Clara de Monte Falco, virg. 17 ag. Conmemoración (La) demuchísimossan-
Centola, marl. 1 3 a g . Clarencío, ob. y conf. 26 ab. tos y santas, mártires, confesores y
Coolfi i(lo,ab. y conf. S. 23 set. Claro, presb. y mart. 4 nov. vírgenes. 31 dic.

TOMO HI. 78
618 INDICE ALFABÉTICO.
Conmemoración (La seronda) de san- Cl isante, mart. 2S oc. Damián, marl. 27 set.
ta Inós, v i r g . 28 en. Crisóforo, mart. 20 ab. Daniel, lev. y mart. Sen.
Conon, ob. y conf. S. 26 en. Crisógono, mart. 24 nov. Daniel, mart. 16 feb.
Conon, mari. 20 k h . Crisólelo, presb. y mart. 22 ab. Daniel, presb. y mart. S. 21 feb,
Conon, mai t. fi mar. Crispin, ob. y conf. 1 en. Daniel, mart. 10 j u l .
Conon, mart. 6 mar. Crispin, mart. 2o oc. Daniel, piof, 21 j u l .
Conon, mart. 2!) mny. Crispin, ob. y mart. 19 nov. Daniel, mart. 13 oc.
Conquista (La) d c O i á n . 8 may. Crispin, mart. 3 dic. Daniel, ob. y conf, 23 nov.
Conrado, conf. l ü M ) . Crispin, mart. 5 dic. Daniel, prof. 16 dic,
Conrado, ob. y conf. 26 nov. Crispina, mart. Ti dic. Daniel el Stilita, conf. 11 dic.
Conrano, ob. y conf. S. I I feb. Crispiniano, mart. 25 oc. Daría, mart. 25 oc.
Conscio (Nuestra Sonora del Buen). Crispo, presb. y conf, 18 ag. Dasio, mart, 21 oc,
26 ab. Crispo, conf. 4 oc. Dasio, ob. y mart. 20 nov.
Consorcia, virg. 22 j u n . Crispulo, mart. 30 may. Dativa, mart. 6 dic.
Constancia, mart. r J sct. Críspalo, mart. 10 j u n . Dativo^ mart 27 en.
Constanciano, conf. 1 dic. Cristela, mart. 27 oc. Dativo, mart. 11 feb.
Constancio, mart. 26 ag. Cristiana, v i r g . 15 dic. Dativo, conf. 10 set.
Constancio, ob. y conf. 1 set. Cristiana, v i r g . y mart. 13 mar. Dalo, ob. y conf. 3 j u l ,
Constancio, conf. 23 set. Cristiana, virg. y mart. 24 j u l . David, arz. y conf. S, 1 mar.
Constancio, conf. 30 nov. Cristino, mart. 12 nov. David, erm, y conf. 26 j u u .
Constancio, maii. 12 dic. Cristo (La fiesta del Santísimo). 9 David, mart. S. t i j u l .
Constante, anac. y conf. S. 13 nov, nov. David, presb. y conf. S. 9 ag.
Constantino, márt. S. 11 mar. Cristóbal, mart. 25 j u l . David, rey y prof. 29 dic.
Constancio, conf. 11 mar. Cristóbal, mart. 20 ag. Davino, conf. 3 j u n .
Constantino, ob. y conf. 12 ab. Crodegango, ob. y conf. S. 6 mar. Declan, ob. y conf. S. 2 í j u l .
Constantino, I I , rey y conf. 2 ab. Crodingo,

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