Está en la página 1de 1

Dos Cuentos de Inicio de Año

(Rodrigo Hagar)

CHOQUES

Cerraba los ojos para dormir cuando escuché el frenazo, el golpe y los cristales. El resto fue lo de
siempre: sirenas y bocinas, y pude imaginar a la gente corriendo alrededor, a varios mirando, al
carabinero dirigiendo el tránsito. Como todo en Santiago: había que reaccionar rápido y mantener
la normalidad. Dicen que cientos de esos choques ocurren cada día, en las oficinas, en las
conversaciones y en todos los lugares de trabajo. Pero pocos escuchan los frenazos de las almas
santiaguinas. Después escuchamos las ambulancias y los llantos, pero nos tapamos los oídos y
leemos el diario.

LA SEÑORA

Ahí se sentaba la señora Gloria, bajo los mismos pensamientos de siempre, observando que las
mismas micros y las mismas caras se maquillaron de formas tan distintas. Santiago fue su nido y su
travesía, y en esta ciudad creó sus historias, mientras entregaba el diario y recibía el “buenos
días”, mientras escuchó comentarios por el alza de los cigarrillos, o al presenciar tanto surtido de
besos y peleas. La mañana en que partió, se hizo un silencio en esa esquina de la capital. Y muchos
miran hoy a ese lugar, pensativos, sin recordar, exactamente, si alguna vez hubo alguien allí.

También podría gustarte