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Empoderamiento

EL CONCEPTO DE EMPODERAMIENTO Y SOBRE TODO EN LAS ORGANIZACIONES ES MUY UTILIZADO HOY EN DÍA, FUNDAMENTALMENTE CUANDO SE HABLA

DE COOPERACIÓN, CRECIMIENTO, DESARROLLO Y LIDERAZGO ORGANIZACIONAL.

CUANDO ESCUCHAMOS O LEEMOS SOBRE EMPODERAMIENTO, LO PRIMERO EN LO QUE PENSAMOS ES EN OTORGAR PODER, SIN EMBARGO, ¿ES REALMENTE ESTO

EL SIGNIFICADO DE EMPODERAMIENTO? COMENCEMOS CON REVISAR ALGUNAS DEFINICIONES:

DESPUÉS DE ESTAS DEFINICIONES NOS PREGUNTAREMOS;

¿QUÉ ES ENTONCES EL EMPODERAMIENTO ORGANIZACIONAL?


EMPODERAMIENTO:

“PROCESO MEDIANTE EL CUAL LAS PERSONAS FORTALECEN SUS CAPACIDADES, CONFIANZA, VISIÓN Y PROTAGONISMO EN CUANTO FORMAN PARTE DE UN GRUPO
SOCIAL, PARA IMPULSAR CAMBIOS POSITIVOS EN LAS SITUACIONES EN LAS QUE VIVEN”.

“ES CUANDO LAS PERSONAS Y/O GRUPOS ORGANIZADOS COBRAN AUTONOMÍA EN LA TOMA DE DECISIONES Y LOGRAN EJERCER CONTROL SOBRE SUS VIDAS
BASADOS EN EL LIBRE ACCESO A LA INFORMACIÓN, LA PARTICIPACIÓN INCLUSIVA, LA RESPONSABILIDAD Y EL DESARROLLO DE CAPACIDADES”.

“ES EL PROCESO DE CAMBIO EN EL QUE LAS PERSONAS AUMENTAN SU ACCESO AL PODER Y COMO CONSECUENCIA SE TRANSFORMAN LAS RELACIONES DENTRO
DE UNA ORGANIZACIÓN INDEPENDIENTEMENTE DEL RANGO O ESTATUS DEL INDIVIDUO DENTRO DE LA MISMA”.

El empoderamiento organizacional se refiere a brindar autoridad a los colaboradores para tomar decisiones y actuar sin tener que buscar aprobación, esto significa dejar que
la gente use su propia inteligencia, experiencia, intuición y creatividad, hacer que se involucren en las operaciones de la organización, escucharlas y aprovechar sus ideas
para ayudar a que la organización mejore y tenga éxito.

¿Y cómo empoderar a los colaboradores?

A continuación mostramos algunas prácticas.


Cambio de papeles: Asignar al colaborador una ampliación de actividades funcionales, que contribuyan a fortalecer su desempeño laboral.
Dirigir Pensando: El empoderamiento florece en una atmósfera de apertura, buena comunicación y confianza, por lo que recomendamos acortar las líneas de comunicación
entre los niveles de la empresa, romper las barreras de los puestos y desarrollar una mejor comprensión y cohesión en la organización.
Delegar: La delegación es quizás el mecanismo más importante para promover el empoderamiento, ya que implica involucrar a otros en la tarea, permitiéndoles aportar desde
su visión, dándoles un espacio en la toma de decisiones y en la responsabilidad de los resultados. Se pueden utilizar dos formas de delegar tareas o actividades:
Delegar por tareas: Consiste en indicarle a un colaborador que realice alguna tarea, generalmente sencilla y no periódica, la cual puede requerir supervisión de parte de quien
delega.
Delegar responsabilidades: Consiste asignar una responsabilidad a las actividades funcionales del colaborador. Esta nueva responsabilidad requiere de elegir al colaborador
más indicado por su capacidad y confianza. Es importante habilitar o capacitar al subordinado. No requiere de supervisión, pero es necesario que el subordinado entregue
resultados.
Rotación de puestos de trabajo: desempeño laboral.
Capacitación: Identificar las brechas entre lo que debe hacer un colaborador y lo que hace actualmente y una vez identificadas las brechas, capacitar a los colaboradores bajo
una orientación hacia un cambio en los conocimientos, habilidades y actitudes.
Evaluación de desempeño: El Empoderamiento requiere desarrollo de cada uno de los empleados de la empresa. La evaluación de los colaboradores es un proceso de
retroalimentación integral sobre el desempeño de sus funciones o responsabilidades con la finalidad de desarrollarlos o promoverlos a otras responsabilidades, otros niveles
de jerarquía o áreas de la empresa. (esto está sujeto a puestos vacantes y políticas de empresa, entre otras).
Autodirección: La autodirección es consecuencia inmediata del empoderamiento, pero no tiene lugar a menos que los directivos liberen el control que ejercen sobre los
individuos y los equipos de trabajo. Es preciso establecer en las primeras discusiones sobre el tema de la autodirección y que grado de libertad tendrá la persona o equipo a
la hora de tomar decisiones. Toda organización debe buscar el equilibrio justo de la libertad otorgada a sus colaboradores y el seguimiento a políticas o normativa de la
misma.
Adicional a las prácticas anteriores, una figura clave que contribuye de manera directa en el empoderamiento de los colaboradores son los líderes de la organización. A
continuación, se enlistan algunos consejos para impulsar el desarrollo del personal por parte de los líderes:
1. Conversaciones genuinas con los colaboradores

Conversar con los colaboradores y estar abierto a escuchar es, sin duda, el primer paso para la implementación de acciones en pro del empoderamiento. Una conversación
que les permita sentirse cómodos en su lugar de trabajo, en un ambiente de confianza tratando de ser más productivos

2. A mayor autonomía, mayor es el compromiso

El líder desde su posición puede crear procesos que permitan aumentar la autonomía entre los colaboradores; esto es sumamente importante, ya que los colaboradores se
sentirán mucho más comprometidos y confiados. Recordemos que ellos son los primeros embajadores de la cultura organizacional y marca.

Las personas comprometidas buscan hacer un excelente trabajo y quieren ser capaces de corregir problemas sin tener que atravesar por un largo proceso burocrático. Al dar
poder y autonomía al equipo, la satisfacción de los clientes se multiplica y la percepción se transforma positivamente.

3. Entrenar a los colaboradores para tomar decisiones

Los colaboradores deben ser capaces de cuantificar los efectos de cada una de sus acciones dentro de la organización y entender qué niveles de la misma se verían
afectados por sus decisiones para que puedan tomarlas de forma mucho más sabia. Esto sólo se puede lograr con absoluta transparencia sobre la situación actual de la
organización, es decir comunicación y la apertura completa por parte de los líderes
4. Confiar en los colaboradores

Suena lógico, pero la realidad es que muy pocos líderes realmente lo hacen. Una vez que los colaboradores han sido capacitados adecuadamente, es necesario confiar en
que ellos tomarán las mejores decisiones para el bienestar de la organización y los clientes.

Confiar en el equipo significa también confiar en uno mismo, en las prácticas de reclutamiento y selección y en los programas de inducción y capacitación. Después de todo,
el líder es quién contrató a los colaboradores para realizar determinadas tareas y quien les enseñó y guió por las particularidades necesarias para adaptarse a la compañía.

5. Olvidar el control, elegir el Mentoring

Construir una cultura organizacional sólida no es rápido ni sencillo. Cambiar la estructura de control de una organización es una estrategia a largo plazo que necesita de una
visión acorde. En un esquema de colaboradores empoderados, el líder se convierte en un importante orientador que ofrece apoyo e incluso mentorea a sus colaboradores y
se centra en su comportamiento más que en sus resultados. Los gerentes siempre están midiendo entregables tangibles de una persona, pero los mentores suelen enfocarse
en el cómo y el porqué de cada decisión.

Cuando las personas se sienten capaces, el placer por el trabajo crece exponencialmente, y así como el sentimiento de control de sus carreras. Hay que observar lo que
sucede cuando se renuncia a la parte de poder, ¡son sorprendentes los resultados!

Una vez que hayamos aplicado estás técnicas, debemos identificar o lograr que nuestros colaboradores demuestren actitudes de empoderamiento, es decir demuestren
liderazgo en cualquier tarea o actividad que realicen. (Almada, s.f.)
Significado de colores
Significado de numerología
Significados de tonos y vibraciones
Significado de Carácter, Temperamento y hábitos.
Carácter
Conjunto de cualidades psíquicas y afectivas que condicionan la conducta de cada individuo o de un pueblo.
El carácter de una persona es la manera en la que esta reacciona habitualmente frente a una situaci ón. Es también la forma de expresar esta manera de reaccionar,
señalando que se posee tal o cual perfil, característica o inclinación. Por ejemplo, se dice que una persona es generosa, altruista, bondadosa y/o servicial si le gusta servir y
ayudar a otros. Y por su parte, alguien será calificado como [Rencor|rencoroso], si es muy riguroso y estricto con lo que dicen y hacen otros, si considera que los demás se
expresan y actúan de una forma que no es de su agrado y si mantienen esta molestia, fastidio y/o enfado por largo tiempo sin olvidar y sin perdonar.
El carácter es sensible a la realización potencial que confieren las características de hombres y culturas enteras. Estas culturas son presentadas para promover la cultura del
carácter y la fuerza de voluntad de los obstáculos internos más externos.
Comúnmente, el carácter se divide en fuerte y débil. Un carácter fuerte se caracteriza por la capacidad de mantener la propia elección, a pesar de adversidades. Por el
contrario, la persona considerada con un carácter débil es fácilmente dominada por el carácter de los demás.(Wikipedia)
De acuerdo con la psicología, el carácter es definido como la combinación de diversas características de una misma persona, donde se incluyen rasgos, virtudes, cualidades y
defectos, los cuales se agrupan y se mezclan, con el fin de demostrar la personalidad de cada uno. En este punto se hace necesario aclarar que la personalidad no es más
que la combinación del carácter y del temperamento de una misma persona, lo que se refleja directamente en sus acciones y palabras.
Luego de pasar años estudiando el carácter de diversas personas, los expertos llegaron a la conclusión de que el mismo es capaz de cambiar con el paso de los años, de
acuerdo con otros cambios que surgen gracias a factores tanto internos como externos. Estos cambios se pueden producir en cualquier ámbito, incluyendo el social, el educa-
cional, el de la salud y el de cualquier experiencia que pueda ser capaz de ocurrir de forma imprevisible.
Tras esto, se deduce que cualquier persona puede tener una personalidad específica en cierto momento, y al año siguiente encontrarse de manera distinta, con cierto tipo de
carácter modificado. Los profesionales dedujeron tras todo esto, que se trata de un proceso cambiante y evolutivo que parte desde el nacimiento de la persona y que con los
años va modificándose, hasta el día de la muerte. Por lo que la personalidad está en constante cambio y adaptación.

Luego de llevar a cabo todos los estudios y posicionándonos en esta situación, se habla de ocho tipos de carácter de los cuales hablaremos más adelante.

¿Qué es el carácter?

Cuando se habla del carácter, este no se puede definir de una sola forma ya que el mismo agrupa diversos factores que se mantienen siempre en una misma persona, inclu-
yendo su forma de ser y su forma de sentir. Es decir, explicándolo desde otra perspectiva, se refiere a la personalidad de cada quien, y a la forma en la que esta elige de com-
portarse con otras personas, cuyo carácter es incluso distinto.

Tras mencionar lo anterior, es importante destacar que cada persona cuenta con un tipo de carácter específico, incluso combinado, pero con un tipo de personalidad diferen-
te, por lo que se dice que existen personas similares, con gustos y forma de ver la vida muy parecidas, pero siempre con cierto toque de diferencia.

El carácter se adapta a cada situación, por lo que se moldea de acuerdo con las circunstancias. No se trata de algo estático que se mantiene en el tiempo, sino de un hecho
que varía. Esto quiere decir que, en un mismo día, una persona puede pasar a tener más de dos tipos de carácter, de acuerdo sea el caso.

Por otro lado, la psicología también ha demostrado que el carácter es capaz de ser hereditario, por lo que surge aquella frase de “lo heredó de su mamá/papá”, si bien en tér-
minos generales esta creencia es sarcástica, no es del todo incorrecta según los estudios que se han realizado, por lo que en la herencia genética se encuentran rasgos de
carácter e incluso de personalidad que es capaz de mantenerse toda la vida en una misma persona.
Si bien hoy en día el carácter se analiza menos puesto que se engloba en la personalidad, la cual tiende a ser más sencilla de estudiar. Realmente es complicado descartarlo
ya que son dos cosas diferentes: el carácter es la base de la personalidad.

Tipos de carácter y sus características

Con el fin de reconocer con más facilidad los tipos de carácter que existen actualmente, se hace uso de la combinación de la emotividad, la actividad y la primariedad/secun-
dariedad, los cuales conforman los factores del carácter. Esto produce que sea más simple catalogar las diferencias entre cada uno de los caracteres que existen hoy en día y
de los cuales hablaremos a continuación.

1. Carácter nervioso (emotivo, inactivo y primario)

El primer tipo de carácter es el nervioso. Para lograr detallar de qué se trata, es necesario hacer uso de los factores de carácter, analizándolos. En este caso, este tipo de ca-
rácter es altamente emotivo, por lo que su capacidad para sentir todo lo que ocurre a su alrededor es increíble. Sin embargo, el mismo es inactivo, por lo que tiende a no des-
cargar todas las sensaciones que absorbe del exterior, por lo que acaba siendo impulsivo, actuando desde su sentir reprimido.
2. Carácter apasionado (emotivo, activo y secundario)

El carácter apasionado es, tal como nos lo indica su nombre, intenso. Es totalmente emotivo, de modo que también se integra de forma valiosa con el medio exterior e inte-
rior, generando un nivel de descarga emocional algo peligroso, por lo que tal pasión es capaz de derivar en factores negativos, como los celos y pensamientos homicidas. Psi-
cológicamente hablando, la mayoría de los homicidas del mundo cuentan con un carácter apasionado que acaba en una conducta negativa y antisocial.

3. Carácter colérico (emotivo, activo y primario)

El carácter colérico es totalmente emotivo, lo cual no siempre es positivo como se cree, y es que las emociones se adaptan a situaciones que al final acaban por generar si-
tuaciones no tan alegres. En estos casos, este tipo de carácter activo es capaz de estimular la iniciativa en cuestiones peligrosas y negativas, como la agresividad sin medida.
Estas personas son capaces de contar con personalidades negativas y desarrollar tendencias oscuras en términos generales.

4. Carácter sentimental (emotivo, inactivo y secundario)

El carácter sentimental es emotivo desde sus bases, y es que cómo no, si trabaja basándose en emociones. Sin embargo, esto no siempre es positivo, ya que tal como men-
cionamos con anterioridad, las emociones también pueden ser negativas. De esto surge el hecho de que un mecanismo sentimental es capaz de ceder ante un mecanismo
nervioso, lo que da como resultado acciones negativas, violentas, agresivas e incluso impresionantes, que luego son capaces de ceder ante otras emociones. Bien puede una
persona asesinar y luego suicidarse, por haberlo hecho.

5. Carácter sanguíneo (no emotivo, activo y primario)

El carácter sanguíneo no tiene ningún tipo de conexión con las emociones y busca con urgencia cierto nivel de satisfacción en cuanto a necesidades fisiológicas, como comer,
beber agua, utilizar el baño o tener sexo, de modo que no es considerado como peligroso. Sin embargo, en ocasiones se vincula con casos de violencia sexual.

6. Carácter flemático (no emotivo, activo y secundario)

El flemático tampoco forma parte de aquellos tipos de carácter que son emotivos, por lo que es necesario tener en cuenta que funciona bajo otro tipo de acciones. Por lo ge-
neral, las personas con este tipo de carácter son aquellas que se observan tranquilas en todo momento, organizadas e incluso frías ante situaciones impactantes. En ocasio-
nes tienden a ser catalogadas como antisociales y si ceden ante el mecanismo nervioso, son capaces de contar con algunos ataques impulsivos.

7. Carácter amorfo (no emotivo, inactivo y primario)

El carácter amorfo no es emotivo, sin embargo, se caracteriza por ser radical y por evitar cualquier tipo de reflexión que surja tras sus actos, independientemente de cuáles
hayan sido estos. Este tipo de carácter tiende a satisfacer sus necesidades al momento y olvidar a los demás, por lo que solo piensa en él. Por lo general, son colaboradores
en actos delictivos, sin llegar a ser aquellos que generan el plan o forman parte de una acción importante y peligrosa.
8. Carácter apático (no emotivo, inactivo y secundario)

Para finalizar, se encuentra el carácter apático, el cual tal como nos lo indica su nombre, es aquel que no logra adaptarse al ambiente en el cual se encuentra, ni consigue
mantener relaciones afectivas con otras personas. Quienes cometen violaciones sexuales a menores tienden a contener este carácter. (psiqueviva, s.f.)

Tipos de carácter

De acuerdo a la escuela francesa iniciada por Heymans y continuada por Le Senne, el carácter parte de tres propiedades; emotividad, actividad y resonancia.

Así, el carácter de una persona puede ser: emotivo o no emotivo, activo o no activo y primario o secundario.

Emotivo o no emotivo

La emotividad es la conmoción que producen los acontecimientos de la vida diaria. Todos tienen la capacidad de conmoverse, pero se llamará emoti-
vo a quien se conmueve mas fácilmente que la mayoría de las personas.

La emotividad se reconoce por la desproporción entre la importancia objetiva de un acontecimiento y el impacto subjetivo que causa. Son rasgos típicos
del emotivo el humor variable, la excitabilidad, la inquietud, la impresionabilidad y la tendencia a exagerar.

Activo o no activo

La actividad no tiene nada que ver con el activismo o el movimiento continuo de las personas nerviosas o impulsivas. El activo tiene una necesidad es -
pontánea de actuar, se siente empujado hacia la acción. Esta propiedad se reconoce observando a las personas de la manera como reaccionan ante un
obstáculo. El no activo duda, retrocede, se desanima y con frecuencia abandona. En cambio, para el activo el obstáculo se convierte en un refuerzo de
la acción, se convierte en un reto.

Los rasgos típicos del activo son: se centra rápidamente en el trabajo, es decidido, perseverante y no aplaza las tareas.

Primario o secundario

La resonancia es la repercusión que las impresiones tienen sobre el ánimo de cada persona. Si las impresiones tienen efecto sobre la conducta en el
momento de la gran emoción, la resonancia es primaria. En cambio, si las impresiones influyen en un momento posterior a la emoción, la resonancia
es secundaria.

Los primarios, por ejemplo, suelen reaccionar de forma rápida y contundente ante las ofensas que reciben, pero pronto se olvidan de ello. Por el contra-
rio, los secundarios tardan más en reaccionar, pero les cuesta mucho más tiempo olvidar el disgusto.

El primario vive el presente y le gusta el cambio, ello favorece a la capacidad de soltura, la rapidez de reacción y el entusiasmo. Actúa frecuentemente de
forma dispersa y superficial. El secundario vive el pasado, está aferrado a sus recuerdos y principios y con frecuencia es prisionero de sus rutinas y pre -
juicios. Todo ello facilita la reflexión, el orden, la sistematización, la perseverancia y la coherencia mental.

Las distintas formas en que las tres propiedades pueden combinarse dan lugar a ocho tipos de carácter:

Emotivo no activo primario E, Na, P Nervioso

Emotivo no activo secundario E, Na, S Sentimental

Emotivo activo primario E, A, P Colérico

Emotivo activo secundario E, A, S Apasionado

No emotivo activo primario Ne, A, P Sanguíneo

No emotivo activo secundario Ne, A, S Flemático

No emotivo no activo primario Ne, Na, P Amorfo

No emotivo no activo secundario Ne, Na, S Apático

Temperamento y carácter: diferencia


¿Qué es el temperamento?
Según la definición psicológica de temperamento, el término temperamento hace referencia a la combinación de aspectos biológicos que nos
caracterizan desde que nacemos y tienen una duración estable a lo largo de la vida, además, el temperamento se encarga de regular nuestro
comportamiento y conductas ante distintas situaciones. Existen diferentes tipos de temperamento que veremos a continuación.
¿Qué es el carácter?
La definición de carácter hace referencia a la manera en que las personas expresamos nuestro temperamento interno e innato, pero, en este
caso, no se da una estabilidad tan remarcada como en el caso del temperamento, ya que en el carácter sí que se pueden dar cambios a
medida que pasa el tiempo. Así pues, estas modificaciones son posibles porqué las personas aprendemos con el tiempo y la experiencia y, en
función de lo aprendido se realizaran una serie de cambios en el carácter o no, dependiendo de los beneficios que conlleve.
Diferencia entre temperamento y carácter
Tanto el carácter como el temperamento son conjuntos de características de las personas que definen la personalidad. La principal diferencia
de entre temperamento y carácter es el origen, mientras que el temperamento es biológico e innato, el carácter es aprendido. En este sentido,
cuando pretendemos describir exhaustivamente a una persona, normalmente recorremos a detallar los aspectos que definen el carácter de
esa persona, ya que el carácter es lo que las personas muestran a nivel social. La segunda diferencia diferencia entre temperamento y
carácter deriva de la primera y es su posibilidad de modificación. El temperamento, al ser biológico, es más estable y se mantiene igual,
mientras que el carácter, al ser aprendido, puede modificarse mediante el aprendizaje.
En definitiva, como hemos podido evidenciar, el temperamento y el carácter son dos conceptos fácilmente confundibles por la relación que se
da entre estos, ya que ambos son parte de la personalidad. (Rodríguez, 2019)
¿Qué es el temperamento?
En psiquiatría y psicología, el temperamento es la manera común y básica en la que un individuo determinado se enfrenta a las situaciones de
su vida. Se refiere tanto a la estructura dominante del humor y la motivación de las personas, como a la intensidad de sus afectos psíquicos,
es decir, es su modo natural y espontáneo de interactuar con el entorno. No se lo debe confundir con la personalidad ni con el carácter.
El temperamento, a diferencia de otros factores psíquicos, es estable y hereditario, y en él no intervienen los factores externos de la vida. De
hecho, en un niño a temprana edad puede ya evidenciarse el temperamento que tendrá toda la vida, conforme al estilo de conducta que le
resulta más natural a la hora de reaccionar a las situaciones.
Desde la antigüedad clásica el estudio del temperamento ha interesado a la humanidad, en parte como una forma de clasificar y predecir las
reacciones humanas. De hecho, la palabra misma proviene del latín temperamentum, una forma derivada del verbo temperare (“mezclar” o
“diluir”), y que podría traducirse como “la mezcla única de cada quien” o “la combinación de cada quien”.
Ver también: Comportamiento
Tipos de temperamento
Los antiguos griegos, y en especial los médicos Hipócrates (460-370 a. C.) y Galeno (129-200) basaron sus estudios del cuerpo y la psicología
humanos en la supuesta existencia de cuatro humores fundamentales (sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra), que en tanto emanaciones
del alma podían determinar los cuatro temperamentos humanos:
Temperamento sanguíneo. Aquel en el que predomina la sangre, es extrovertido y de gran flexibilidad ante el entorno, típico de personas
vivaces, activas, intuitivas, dispuestas al disfrute, cuyas decisiones tienden a tomarse en base a los sentimientos.
Temperamento flemático. Aquel en el que predomina la flema, es calmado, tranquilo, serio, impasible y racional, con una tendencia hacia
el equilibrio y el pensamiento analítico, sin estridencias, que se toma su tiempo a la hora de tomar una decisión.
Temperamento melancólico. Aquel en el que predomina la bilis negra, es triste, perfeccionista, analítico y de una gran sensibilidad
emocional, predispuesto a veces a la depresión y la introversión. Puede presentar cambios emocionales bruscos y tiene una baja reactividad
hacia su entorno.
Temperamento colérico. Aquel en el que predomina la bilis amarilla, es nervioso, desequilibrado, caluroso, rápido y muy independiente,
dominante y manipulador, intolerante y poco sensible a los demás. No requiere de estímulos de su entorno, sino que suele ser él quien
estimula a los demás a su alrededor, y es propenso a las metas inalcanzables.
Este modelo de cuatro temperamentos estuvo vigente durante siglos, y fue de hecho la base de la medicina medieval europea.
Posteriormente, sin embargo, se tendió a entremezclar dichos arquetipos, dado que nadie encaja en ellos al 100%, obteniendo así
combinaciones como colérico-flemático (COL-FLEM).
Posteriormente, surgieron muchas otras teorías y aproximaciones a la personalidad y a la constitución de los individuos, la mayoría de las
cuales solía combinar los aspectos corporales con los mentales o emocionales. Así, por ejemplo, en su obra Constitución y carácter (1921), el
psiquiatra alemán Ernst Kretschmer (1888-1964) proponía tres tipos físicos fundamentales:
Leptosomático, de cuerpo delgado, esbelto, alargado rasgos angulosos, y que parece mayor de lo que es.
Atlético, de estatura media o superior a la media, musculoso, de gran tórax y hombros fuertes.
Pícnico, de estatura media o baja, cuello corto y macizo, vientre grueso y bajo, torso abombado.
Según Kretschmer, dicha tipología se correspondía con cierta propensión a unas u otras enfermedades mentales; una premisa que heredó el
estadounidense W. H. Sheldon (1898-1977) para su teoría de los somatotipos, en los que dicha clasificación corporal se correspondía con
ciertos tipos de temperamento. Así, Sheldon propuso la siguiente clasificación:
Endomorfo, similar al tipo pícnico de Kretschmer, está dominado por las vísceras, especialmente el estómago, y que está marcado por el
desarrollo embrionario del endodermo (tracto intestinal). En este tipo de cuerpos domina la viscerotonía, el interés por la actividad visceral y
todo lo que ello culturalmente implica.
Mesomorfo, similar al tipo leptosomático de Kretschmer, está dominado por el sistema nervioso, los sentidos y la piel, que se forman en el
embrión a partir del ectodermo. En este tipo de cuerpos domina la cerebrotonía, el interés por la actividad cerebral y nerviosa, y todo lo que
ello culturalmente implica.
Ectomorfo, similar al tipo atlético de Kretschmer, está dominado por los músculos y el aparato óseo, derivados del mesodermo embrionario. En
este tipo de cuerpos domina la somatotonía, el interés por la actividad muscular y todo lo que ello culturalmente implica.
Estas tipologías fueron muy populares a mediados del siglo XX, aunque hoy en día se consideran aproximaciones antiguas y desfasadas, ya
que la unión entre cuerpo y mente (psicosomática) está descrita en términos bastante simplistas. Sin embargo, esta tipología influyó en
aproximaciones psicoanalíticas a la personalidad, como las propuestas por Carl Gustav Jung (1875-1961) en sus tipos de la personalidad.
Temperamento y carácter
Si bien es posible que en muchos ámbitos estos dos términos se usen como sinónimos, según el psiquiatra estadounidense Claude Robert
Cloninger (1944-) no son exactamente lo mismo. A diferencia del temperamento, el carácter normalmente se asocia con aspectos voluntarios
de la personalidad que tienen que ver con el autocuidado y la autovigilancia, y consta de cuatro hábitos o dimensiones:
La evitación del peligro.
La búsqueda de novedades.
La dependencia de la recompensa.
La persistencia.
La combinación de estos cuatro rasgos componen, así, eso que llamamos carácter, y se trata de formas adquiridas, o sea, aprendidas, a partir
de componentes y tendencias genéticas iniciales.
Es decir que el temperamento no es modificable y depende de la herencia; mientras que el carácter sí lo es, aunque también se base
inicialmente en lo congénito. Por esa razón se tiende a pensar que el temperamento es incontrolable e ineducable, mientras que el carácter
puede ser modelado.

Fuente: https://concepto.de/temperamento/#ixzz7bE02wnId

¿Qué son los hábitos?

Antes de definir qué es un hábito tengo el ejemplo perfecto: cepillarte los dientes.

La mayoría de personas en el mundo se cepillan los dientes 2 o 3 veces al día.

Si tú ya tienes el hábito de cepillarte los dientes, no piensas ¿me lavo los dientes o mejor me quedo un rato más en el sofá? ¿será que hoy sí
empiezo a lavarme los dientes?, tampoco buscas en google ¿cómo empezar tener el hábito de cepillarse los dientes?

No haces nada de lo anterior simplemente porque cepillarte los dientes es un hábito en tu rutina, no es una decisión que tomar, es parte natu-
ral de tu día, es una acción casi automática.

Por eso, incluso cuando tu rutina cambia, por ejemplo en vacaciones, tú continuas constante con tu hábito de cepillarse los dientes.

Lo anterior revela las 2 cosas más importante en torno a un hábito:

 Se repite en tu rutina
 Es automático

Según Wikipedia, un hábito es una rutina o comportamiento que se repite regularmente y tiende a ocurrir inconscientemente.

En el diccionario, la definición es similar: Costumbre o práctica adquirida por frecuencia de repetición de un acto.
1
Así que una acción repetida da como resultado la formación de un hábito automático

Un hábito es el resultado de una acción que repites frecuentemente de forma inconsciente

¿Qué son los hábitos en tu cerebro?

Supongamos que tú decides hacer una excursión por el bosque.

Cuando llegas a la montaña tienes dos opciones: seguir el sendero trazado, el cual ya ha sido recorrido por muchas personas antes que tú, o
crear tu propia ruta entre los arbustos.

La segunda opción parece mucho más arriesgada pero sobre todo poco eficiente pues, es probable que te pierdas y que llegues a tu destino
en el doble de tiempo, es una ruta que requiere de más atención y esfuerzo de tu parte.

En cambio, la ruta que ya está trazada es rápida, segura y confiable. No tienes que pensar mucho para recorrer ese camino.

Lo mismo pasa con los hábitos en tu cerebro.

Una acción repetida en varias ocasiones, crea una ruta entre tus neuronas y, se vuelve mucho más fácil y eficiente para tu cerebro
ejecutar una acción repetida en el pasado que empezar una nueva (ya que esta última va a requerir de una nueva conexión, de un nuevo
camino no trazado)

En tu cerebro un hábito es una red de conexiones entre tus neuronas, como un camino ya trazado.

¿Cómo se forman los hábitos?

La formación de hábitos es el proceso mediante el cual las nuevas actividades o comportamientos se vuelven automáticos.

Así como leíste en el ejemplo anterior sobre el sendero que ha sido formado en la montaña gracias a las caminatas constantes, puedes imagi-
nar que los hábitos se forman bajo el mismo principio: la repetición constante.

El hábito es cualquier comportamiento aprendido (no es innato, no nacemos con ningún hábito) mediante la repetición, que se realiza de for-
ma habitual y automática sin apenas pensar en ello. (Kabato). Según los científicos los hábitos, sean positivos o nocivos, se crean porque el
cerebro siempre busca la forma de ahorrar esfuerzo, intenta modificar cualquier rutina en un hábito para ahorrar tiempo y energía.
Se dice que 66 días bastan para forjar un hábito nuevo, es decir, a los dos meses de sostener una actividad o conducta con la regularidad
necesaria podremos fijarla e incorporarla a nuestra conducta. (Raffino, 2020)
Todas las personas que consiguieron ser exitosas son quienes han cultivado hábitos. Les comento los hábitos principales que podrán ayudar a
alcanzar el éxito y mantenerse.

1. Meditación
La meditación es un componente indispensable del éxito.

Cuidar tu cuerpo y tu mente al relajarte, ejercitarte, comer sanamente y dormir suficiente incrementará de manera importante tus posibilidades
de triunfar.

2. Despertarse temprano
Quienes se despiertan temprano pueden comenzar su día antes y pueden escribir correos, ejercitarse o encontrar tiempo para sí mismos. Las
personas madrugadoras también tienden a ser más felices y proactivas.

3. Hacer listas de pendientes por la noche


Las personas más exitosas escriben sus listas de pendientes por la noche con la finalidad de establecer prioridades para el día siguiente. Enu -
meran estas listas para identificar las tareas que son más importantes y las que deben realizar para tener un esquema claro de trabajo.

4. Establecer metas
Los grandes objetivos están compuestos por pequeños y se componen de varias fases. Debemos plantear nuestras metas y dividirlas en unas
más pequeñas para tener mayor control de la situación. Las pequeñas victorias nos van a motivar alcanzar los grandes objetivos.

Siempre se debe pensar más allá del objetivo final y establecer metas intermedias para hacer un seguimiento que permita saber si vamos a
cumplir con el plazo planteado o si se debemos hacer cambios en la estrategia.

5. Evaluación continua
Una meta no se alcanza por sí sola, implica un proceso para su cumplimiento. Por esta razón, es necesario realizar un seguimiento constante
y no esperar al final para hacerlo. Esto permite aprender de los errores y canalizar esfuerzos para cumplir el objetivo final.

La retroalimentación tras la evaluación es vital para completar el ciclo productivo. Se debe revisar los resultados y generar planes de ac-
ción para mejorar el desempeño.

6. Administra el tiempo como administras tu dinero


Un hábito esencial para tener éxito en cualquier actividad que hagas en la vida es tener una administración efectiva de tu tiempo.

Encuentra un buen sistema para administrar tu tiempo e impleméntalo. Esto no es difícil, pero requiere de un esfuerzo consciente y constante.
Sin embargo, una vez que este hábito se haya materializado en tu rutina diaria, prácticamente podrás hacerlo todo y no habrá objetivo que pa-
rezca demasiado grande para ti.

Si sus hábitos no se alinean con su sueño, entonces necesita cambiar sus hábitos o cambiar su sueño.

John Maxwell. (Muñoz, s.f.)

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