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Análisis de sentencia T-955/ 02

En la sentencia mencionada se da la revisión de fallo de la acción de tutela instaurada

instaurada por Carlos Augusto Torres Hurtado, a través de apoderada judicial, contra

Carlos Alberto Alzate Morales, en calidad de liquidador de La Fortaleza S.A. Compañía de

Financiamiento Comercial, en liquidación, el Juzgado Veintisiete Civil del Circuito de

Bogotá y la Sala Civil del Tribunal Superior de la misma ciudad.

Hechos

1. En el año de 1994, el accionante Adquirió un crédito con la compañía de

financiamiento comercial LA FORTALEZA S.A para adquisición de vivienda, para

garantizar el pago de la deuda se suscribió un pagaré con fecha de vencimiento en

quince años, específicamente el 26 de abril de 2009 y se establecieron los intereses

anuales y por mora. El deudor también se desempeñaba como Presidente de la

sociedad La Fortaleza S.A. Compañía de Financiamiento Comercial.

2. Mediante Resolución No. 1710 del 26 de diciembre de 1996, la Superintendencia

Bancaria ordenó la toma de posesión de la Fortaleza S.A y posteriormente su

liquidación , de acuerdo con lo consagrado en el numeral 3º del artículo 301 del

Estatuto Orgánico del Sistema Financiero - EOSF, el liquidador de la entidad

intervenida debía “exigir la inmediata cancelación de las obligaciones de los

accionistas, directores y administradores para con la entidad intervenida, por

operaciones de crédito a su favor, incluidas las obligaciones a término que para

estos efectos se entenderán de plazo vencido”.


3. En febrero de 1998, el liquidador de La Fortaleza S.A. inició un proceso ejecutivo

singular de mayor cuantía contra el accionante, presentando como título ejecutivo el

pagaré citado. El Juzgado Veintisiete Civil del Circuito de Bogotá libró

mandamiento de pago, es decir, se pronunció diciendo que el documento aportado

en el proceso ejecutivo (el pagaré) contenía una obligación clara, expresa y

exigible, providencia que fue notificada al curador ad litem, previo emplazamiento

del señor Torres Hurtado.

4. Al conocer de este proceso, el demandado se hizo parte del proceso mediante una

apoderada judicial, quien interpuso un incidente de nulidad porque se había dejado

de lado u omitido el trámite previo a la constitución de mora, señalado en el

numeral 5 del artículo 301 del EOSF. Posteriormente le juez no aprueba la causal

de nulidad, argumentando que este trámite se le aplica únicamente al cobro de

obligaciones derivadas de la falta de pago del capital suscrito por parte de los

accionistas, pero no a operaciones de crédito a favor de éstos y de los directores y

administradores de la sociedad intervenida. El ejecutado en este caso interpuso una

apelación en contra del cobro de un crédito, alegando diversas irregularidades en el

proceso. Adicionalmente, el ejecutado mencionó que el liquidador no había

expedido la certificación indicada en el inciso 2º del numeral 5º del artículo 301 del

Estatuto Orgánico del Sistema Financiero (EOSF), lo cual impedía verificar la

autenticidad del crédito y su legalidad. Finalmente el ejecutado argumentó que el

crédito se originó en un vínculo laboral y que en este sentido la aceleración del

plazo de la obligación no era procedente, ya que no era accionista de la empresa al

momento de iniciar la ejecución.


5. Antes de que se diera la decisión de ese recurso El juzgado ordenó seguir adelante

con la ejecución del crédito y el caso se envió al Tribunal Superior de Bogotá para

que revisara la decisión a lo que el Tribunal Superior declaró que la consulta no era

válida porque el demandado ya había participado en el proceso, también declaró que

la apelación contra la decisión de no anular el proceso no era válida, obedeciendo a

los incisos 6 y 7 del numeral 3 del artículo 354 del Código de Procedimiento Civil,

Como resultado, la decisión del juzgado de seguir adelante con la ejecución del

crédito se mantuvo.

6. La parte demandante presentó la liquidación del crédito, el demandado la objetó y

como tal objeción fue rechazada, se interpuso una apelación que aún no ha sido

decidida.

La sala debe determinar si como afirma el demandado, las providencias

anteriormente proferidas incurrieron en vía de hecho al no aplicar el trámite de

requerimiento previo señalado en el artículo 301 del Estatuto Orgánico del Sistema

Financiero; al promover la ejecución con base en un pagaré y no en una

certificación del liquidador y al desconocer el origen del crédito y el carácter de

directivo y no de accionista del ejecutado. Para el problema jurídico anteriormente

mencionado, la sala tuvo en cuenta para la supuesta omisión del requerimiento que

en el numeral 4 del artículo 301 del EOSF, el requerimiento de pago es una

diligencia que solo se le exige cuando se trata del capital suscrito y no pagado, por

lo que no debe entenderse que tal requerimiento debe ser exigible para el pago de

créditos concedidos a las directivas de la entidad en mención, porque es el mismo

numeral 4 del artículo 301 que señala el deber que tiene el liquidador para exigir el

pago sin el requerimiento de pago, en razón de lo anterior, la sala determina que el


Juzgado Veintisiete Civil del Circuito y la Sala Civil del Tribunal Superior de

Bogotá actuaron conforme a derecho y por ninguna circunstancia se incurre en vía

de hecho. En segundo lugar y en lo que concierne a la ejecución promovida con

base en el pagaré suscrito en el momento del crédito y no en la certificación del

liquidador, la sala se sirvió de mencionar el artículo 619 del código de comercio, el

cual le da la naturaleza de autónomo a dicho título valor, por ende considera que la

certificación del liquidador no es necesaria para hacer exigible la obligación

contenida en el pagaré y que esta certificación busca hacer exigible las obligaciones

que no encuentren contenidas o sustentadas en títulos preexistentes que tengan

autonomía como es el caso del pagaré, por lo que es totalmente valido promover la

ejecución con base en el titulo mencionado. En tercer lugar se analiza el origen

laboral de la obligación donde se evidencia que el actor, como directivo de la

empresa, recibió un crédito en condiciones favorables, donde dicho cargo influyó en

la concesión del crédito, pero no lo exime del pago de la liquidación, la sala analiza

el acta de reunión de la junta directiva de la compañía donde se autorizaron

diferentes créditos, entre esos el del autor y se evidencia que el acta no menciona la

relación laboral del actor como factor para el crédito, así que se considera una

operación comercial normal, con la particularidad de ser el beneficiario un

directivo, esto quiere decir que se sujeta a normas mercantiles. Finalmente la sala

considera que a pesar de no ser accionista en el momento de suscribir el crédito el

artículo 301 del EOSF si le es aplicable porque el crédito se le concedió como

Presidente de la sociedad en liquidación, y el artículo 301 también aplica a las

directivas, además El plazo del crédito venció por la toma de posesión de la entidad

financiera, por ende no se incurrió en ninguna irregularidad al promover la


ejecución. Así las cosas la sala señaló que el liquidador actuó correctamente al

iniciar la ejecución del crédito contra el actor, ex-directivo de la empresa., el

artículo 301 del EOSF faculta al liquidador para ejecutar las obligaciones de los ex-

directivos, además se demostró la existencia y exigibilidad de la deuda en el proceso

civil, por lo que los jueces competentes emitieron las decisiones judiciales y en las

providencias de primera y segunda instancia no se aplicaron normas inaplicables ni

se presentaron defectos fácticos.

En consonancia con las consideraciones expuestas anteriormente, la Sala de

Revisión confirma la sentencia proferida por la Sala de Casación Laboral de la

Corte Suprema de Justicia, que a su vez confirmó la proferida el 6 de mayo de 2002

proferida por la sala de casación.

Intervención Del Principio De Autonomía.

El problema jurídico de la sentencia antes analizada, sentencia T-955/02 recae en

buena medida sobre el pagaré suscrito, donde el demandado argumenta que este por

sí solo no tiene exigibilidad, sino que necesita de la certificación del liquidador, lo

cual es una afirmación incorrecta si nos vamos al artículo 619 del código de

comercio. Este principio interviene dejando ver que el pagaré no depende de otro

contrato subyacente, así que es una base sólida para la ejecución judicial del crédito,

este principio también lo podemos ver reflejado en el artículo 301 del EOSF, que se

pensaría le resta validez o autonomía a los títulos valores, pero esto no sucede de

esta manera, este artículo lo que busca es regular los casos donde dicho título valor

no existe, para concluir podemos decir que el principio de autonomía del pagaré
permitió la ejecución judicial del crédito sin necesidad de la certificación del

liquidador, lo que se ajusta a la ley y a la jurisprudencia.

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