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EL NARRADOR Y EL AUTOR:
El narrador es el principal rasgos que distingue a los cuentos, novelas, mitos,
leyendas y cada narración de otros textos literarios. Es un participante ficticio del
relato y no se lo debe confundir con el autor, que es la persona física que escribe el
texto literario y crea la figura del narrador.
El narrador es la VOZ FICCIONAL, que cuenta los hechos y, a demás, tiene otras
participaciones en el relato, describe a los personajes y su entorno y, en algunos
casos, cuando el relato presenta una denuncia o reflexión sobre lo sucedido, también
puede opinar sobre los acontecimientos. En ese caso, se trata de un NARRADOR
SUBJETIVO, ya que en su relato incluye juicios de valor. En cambio, si evita las
opiniones, se trata de un NARRADOR OBJETIVO, que se limita a relatar los sucesos
acontecidos.
Según los efectos que quiera generar en el lector, el autor elige al narrador en función
de los siguientes aspectos:
● MANEJO DEL TIEMPO: El narrador maneja los tiempos narrativos a partir del
orden en el que cuenta los hechos y marca el ritmo del relato. Los hechos se
suelen narrar de manera cronológica y encadenada, pero puede haber ciertas
elipsis narrativas o períodos de tiempo que no se relatan. Para indicar el orden
y los saltos en el tiempo, el narrador utiliza organizadores temporales, como
"el domingo, a la mañana temprano", "muchas horas después".
El realismo surge en Europa durante la segunda mitad del siglo XIX, momento en el
cual el arte y la ciencia toman la observación del medio como principal fuente de
conocimiento.
A partir de la revolución francesa, que tuvo lugar en 1789, y de las revoluciones
industriales, surgen en la sociedad europea nuevas clases sociales y se configura
una nueva estructura social.
En ese contexto se desarrolla el POSITIVISMO, una corriente filosófica que se basa en
el método científico como forma de comprender los hechos. El método parte de la
observación directa, se formulan hipótesis y, si se comprueba otra vez su validez, se
definen leyes que explican los hechos y permiten predecirlos; en la literatura realista,
se imita el método científico para observar y entender el comportamiento de los
personajes.
Con la consolidación de la clase medie, el ESCRITOR PROFESIONAL comienza a
configurarse como un actor social encargado de plasmar por escrito las
características de la sociedad. Empiezan a distribuirse novelas realistas de aparición
semanal, llamadas FOLLETINES, que eran recibidas por las distintas clases sociales.
Algunos de los autores más reconocidos del realismo, como Flaubert, en Francia,
León Tolstoi, en Rusia, o Benito Perez Galdos, en España, escribieron obras literarias
que imitaban fielmente el contexto histórico del momento en que se produjeron
reflejaban los espacios y las costumbres de la época, e incluían personajes que
representaban los estratos más bajos de la sociedad, como obreros, pobres y
campesinos.
El realismo como género sigue presente en la literatura e incluso formó parte de otros
movimientos que se desarrollaban más adelante en Europa y en el resto del mundo.
En la literatura brasileña, en las primeras décadas del siglo XX surge el
MODERNISMO, que propone un renacimiento del ser brasileño desde las raíces, por
lo que afloja la cultura delas calles. Claire Lispector es una de las figuras de la última
etapa de ese movimiento.