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Las cenizas volcánicas podrían suponer un peligro para la superficie ocular ya que
se encuentra constantemente expuesta a partículas ambientales. Expusimos células
conjuntivales al complejo volcánico Puyehue-Cordón Caulle (PCCVC) o a partículas
de ceniza de Calbuco y evaluamos la proliferación, viabilidad, apoptosis, expresión
de MUC1, citoquinas proinflamatorias y marcadores de estrés oxidativo. Las
partículas de ceniza de estos volcanes varían en tamaño, composición y morfología.
Nuestros resultados demuestran que las partículas de ceniza del PCCVC, pero no
las del Calbuco, inducen citotoxicidad en las células epiteliales conjuntivales
humanas, que se manifiesta como una disminución de la proliferación celular y de
la expresión de la mucina transmembrana MUC1; una respuesta inflamatoria
mediada por IL-6 e IL-8; y un desequilibrio del entorno redox que conduce a un
daño oxidativo de las proteínas. Este es el primer estudio in vitro que evalúa el
efecto biológico de las partículas de ceniza volcánica sobre las células epiteliales
conjuntivales humanas y la implicación de los mediadores inflamatorios y el estrés
oxidativo como mecanismos de daño. Nuestros resultados podrían proporcionar
una mejor comprensión de los síntomas oculares que manifiestan las personas que
viven cerca de zonas volcánicas.
Introducción
(…) Anteriormente se ha estudiado el impacto de la contaminación atmosférica
procedente de fuentes antropogénica en la superficie ocular. Los resultados
epidemiológicos demostraron que los sujetos expuestos a contaminantes
atmosféricos presentaban síntomas de malestar ocular e inestabilidad de la
película de lágrimas (Jungetal., 2018 Novaesetal., 2010; Torricellietal., 2013).
Además, se ha demostrado que las células epiteliales corneales y conjuntivales en
presencia de partículas de contaminación atmosférica urbana provocan una
respuesta proinflamatoria mediada por la interleucina (IL)6, la alteración del
equilibrio redox intracelular y la expresión diferencial de las mucinas
(Fujishimaetal., 2013 Lasagni Vitaretal., 2018, 2015; Tauetal., 2013).
(…) Por lo tanto, el propósito de este trabajo fue evaluar el efecto de la ceniza
volcánica de PCCVC y Calbuco en las células epiteliales conjuntivales humanas,
analizando la proliferación, viabilidad, apoptosis, expresión de MUC1, citocinas
proinflamatorias y marcadores de estrés oxidativo.
2. Materiales y métodos
Las células IOBA tratadas con cenizas o con medios de cultivo como control se
analizaron mediante microscopía óptica para evaluar cualquier cambio en la
morfología celular. Se cultivaron monocapas celulares sobre cubreobjetos de vidrio
de 10 mm y se expusieron a partículas de ceniza o a medios de cultivo como
control. Los cubreobjetos se lavaron dos veces con PBS1× y se fijaron en metanol
al 100%. Las monocapas celulares se tiñeron con la técnica de Papanicolaou
(PAP).
(…) Se añadió medio de montaje DPX (Biopack, Argentina) directamente a las
monocapas celulares y se montó cubreobjetos de vidrio sobre los portaobjetos.
Las imágenes se capturaron con un aumento de 400× utilizando un microscopio
óptico (OlympusCX21FS2, Tokio, Japón).
Las muestras de lisado celular (100 μL) se mezclaron con 1 M HClO4 2mM EDTA
(1:1) y se centrifugaron a 20.000 g durante 20 min a 4 °C. Los sobrenadantes se
filtraron a través de membranas de acetato de celulosa de 0,22 μm (Corning Inc.,
NY, EE.UU.) y se congelaron a -80°C hasta su uso. El análisis por HPLC se
realizó en un cromatógrafo de líquidos Perkin Elmer LC 250 (Perkin Elmer,
Waltham, MA, EE.UU.), equipado con un procesador de muestras avanzado
Perkin Elmer LC ISS 200 y un detector electroquímico Coulochem II (ESA,
Bedford, MA, EE.UU.). Para la separación de las muestras se utilizó una columna
Supelcosil LC-18 (250 × 4,6 mm ID, 5 μm de tamaño de partícula) protegida por
una precolumna Supelguard (20 × 4,6 mm ID) (Supelco, Bellfonte, PA, EE.UU.). El
GSH se eluyó a una velocidad de flujo de 1,2 mL/min con fosfato sódico 20 mM
(pH= 2,70), y se detectó electroquímicamente a un potencial de oxidación aplicado
de +0,800 V. Se realizó una curva de calibración con un estándar de GSH.
Los resultados se expresaron como nmol/1 × 106 células (Rodríguez-Ariza et al.,
1994).
Todos los datos se expresaron como media ± error estándar de la media (SEM) de
al menos 3 experimentos independientes.
(…) Las pruebas se consideraron significantes cuando p < 0,05.
3. RESULTADOS
Fig. 5. IL-6 (a) e IL-8 (b) liberadas en sobrenadantes de células IOBA-NHC. Control experimental: células
cultivadas en medio de cultivo y control positivo: células expuestas a 100 µg/mL de DEP. Los resultados son
valores medios ± SEM de n = 3-5 experimentos independientes. *p < 0,05, **p < 0,01, ***P < 0,001 en
comparación con el control mediante ANOVA seguido de la prueba post hoc de Dunnett.
Fig. 6. ROS production of IOBA-NHC. Experimental control: cells cultured in culture media and positive control:
cells exposed to 100 µg/mL of DEP. (a) Cells were selected based on light-scattering properties (SSC versus
FSC) and 20,000 events per sample were acquired. (b) Overlaid histograms of PCCVC groups displayed an
increase in FL-1 DCF compared with the experimental control group. (c) Histograms of Calbuco groups
coincide with the control group histogram. (d) Dichlorofluorescein (DCF) fluorescence quantification. Results
are expressed as the fold of increase; mean ± SEM of n = 3 independent experiments. **p < 0.01 compared
with control by One way ANOVA followed by Dunnett's post hoc test.
Fig. 7. Concentración de nitrito en sobrenadantes de cultivos celulares de IOBA-NHC. Control experimental:
células cultivadas en medios de cultivo y control positivo: células expuestas a 100 µg/mL de DEP. Los
resultados son valores medios ± SEM de n = 3 experimentos independientes. **p < 0,01 ***p < 0,001 en
comparación con el control mediante ANOVA unidireccional seguido de la prueba post hoc de Dunnett.
Para evaluar el daño oxidativo de las proteínas, medimos los grupos carbonilo, uno de los
productos de oxidación de las proteínas. Se encontraron mayores niveles de carbonilos en
las células IOBA-NHC expuestas a 1000 µg/mL de cenizas de PCCVC (p < 0,05). No se
observaron differencias significativas en el contenido de carbonilos en las células
cultivadas con la misma concentración de ceniza de Calbuco o con la concentración más
baja de partículas de PCCVC (50 µg/mL). El daño oxidativo de los lípidos se determinó
como lipoperoxidación mediante TBARS. Los niveles de TBARS en las células con
tratamiento de ceniza fueron similares al con-trol, por lo que no se demostró daño
oxidativo a los lípidos bajo estas condiciones experimentales (Tabla 3).
Los valores se expresan como media ± SEM. Los resultados son valores medios de tres experimentos
independientes.
* p < 0,05 en comparación con el control mediante ANOVA unidireccional seguido de la prueba post hoc de
Dunnett.
4. DISCUSIÓN
La ceniza producida durante las erupciones volcánicas o removilizada de los depósitos de ceniza podría
suponer un peligro para la superficie ocular, ya que está constantemente expuesta a partículas ambientales.
El objetivo de este estudio fue evaluar el efecto biológico de las partículas de ceniza volcánica sobre una línea
celular conjuntival humana (IOBA-NHC). Para ello, recolectamos partículas de ceniza en Villa la Angostura, un
pueblo severamente affectado por la dispersión de ceniza tras las últimas erupciones del PCCVC (2011) y del
volcán Calbuco (2015). Las partículas de ceniza de estos volcanes varían en tamaño, composición y
morfología. Encontramos que las partículas de ceniza del PCCVC oscilan entre menos de 10-100 µm mientras
que, las partículas del Calbuco presentan dos poblaciones definidas por tamaño: una que oscila entre 300100
y 300 µm y otra que incluye partículas de 10 µm o menos de 10 µm. En cuanto a la composición química, las
cenizas de PCCVC presentaron más SiO2, Na2O y K2O y menos FeO, CaO y MgO que las partículas de
Calbuco. Estos resultados son consistentes con estudios previos donde las cenizas de PCCVC recolectadas
en Villa la Angostura mostraron una composición predominantemente riolítica con porcentajes de óxidos
similares a los encontrados en este estudio (Botto et al., 2013; Canafoglia et al., 2012). Varios estudios han
encontrado que las partículas de ceniza del Calbuco presentan una composición basáltica-andesítica y una
distribución granulométrica bimodal con una población de partículas de 100-300 µm y ceniza fina de menos de
10 µm en muestras localizadas entre 80 y 150 km de la chimenea (Reckziegel et al., 2016; Romero et al.,
2016). Villa la Angostura se encuentra a 100 km del volcán Calbuco y los resultados de microscopía
electrónica de barrido de nuestras muestras reflectan esta tendencia ya que observamos poblaciones
granulométricas similares a las mencionadas anteriormente. El Servicio Geológico Minero Argentino
(SEGEMAR) realizó un monitoreo sistemático de PM10 (material particulado de diámetro aerodinámico ≤ 10
µm) durante 10 meses a partir de septiembre de 2011. El nivel de aerosoles respirables fue muy alto desde
septiembre de 2011 hasta enero de 2012 considerándose de riesgo alto a moderado para la salud humana
(Elissondo et al., 2016). Como no se encontraron datos sobre la concentración de partículas suspendidas
totales en Villa la Angostura después de la erupción del PCCVC o la erupción del Calbuco, no pudimos
estimar el rango de concentraciones potenciales de exposición ocular. En consecuencia, decidimos realizar
nuestros estudios utilizando concentraciones de partículas urbanas (50, 100, 500 y 1000 μg/mL) similares a
las utilizadas en otros experimentos in vitro de superficie ocular (Fujishima et al., 2013; Gao et al., 2016;
Lasagni Vitar et al., 2018, 2015; Tau et al., 2013). El equipo del SEGEMAR midió PM10 en una estación al aire
libre durante septiembre de 2011 y encontró que de acuerdo a los valores establecidos por la ley 24.585 (Ley
ambiental argentina sobre calidad estándar del aire, niveles de agua y suelo) se superaba ampliamente el
límite de exposición diaria (150 µg/m3). Algunos valores alcanzaron picos superiores a 300 µg/m3 (Elissondo
et al., 2016). No hemos encontrado información publicada sobre el volumen de aire en contacto con la
superficie ocular y, además de la falta de información sobre el total de partículas en suspensión presentes tras
la erupción, es difícil predecir la concentración real de ceniza que podría haber experimentado la superficie
ocular. Además, las concentraciones también pueden depender de condiciones meteorológicas como fuertes
vientos y ausencia de precipitaciones que intensificarían la resuspensión de cenizas. El estilo de vida de las
personas también influiría en la concentración final estimada. Aunque no podemos calcular una concentración
de exposición, creemos que, dado que los picos más altos de PM10 encontrados rondaban los 300 µg/m3,
incluso teniendo en cuenta el porcentaje de partículas de más de 10 µm de diámetro, este estudio se
asemejaría a una situación de sobrecarga, ya que hemos utilizado concentraciones de órdenes superiores de
magnitud.
En el presente estudio, evaluamos en primer lugar si las partículas de ceniza de PCCVC o Calbuco afectaban
a la proliferación y viabilidad de las células IOBA-NHC. Estudios anteriores realizados con cenizas volcánicas
de diversas fuentes en células respiratorias demostraron que las partículas de ceniza inducían un efecto
citotóxico que disminuía la proliferación celular, pero la viabilidad de las células permanecía inalterada (Damby
et al., 2016; Wilson et al., 2000). Nuestros resultados muestran que las cenizas de PCCVC en las dos
concentraciones más altas (500-1000 μg/mL) utilizadas en este estudio fueron capaces de reducir la
proliferación celular sin affectar la viabilidad celular. Además, la morfología celular no se alteró cuando las
células se expusieron a partículas de Calbuco o PCCVC. Las IOBA-NHC presentaban la típica morfología
poligonal, la presencia de núcleos con nucleolos intensamente teñidos y algunas figuras mitóticas descritas
por Diebold et al. (2003). Las células conjuntivales desempeñan un papel central en los procesos inflamatorios
y la liberación de varias citocinas/ quimiocinas contribuye a la inflamación (Contreras-Ruiz et al., 2013;
Ghasemi, 2017). Este estudio muestra que la citocina pro-inflamatoria, IL-6 y el quimioatrayente de neutrófilos
IL-8, provocaron un aumento de los niveles en las células epiteliales conjuntivales expuestas a altos niveles
de ceniza de PCCVC. La concentración más alta de ceniza de Calbuco indujo sólo un aumento de los niveles
de IL-8. Las concentraciones más bajas de partículas de ceniza (50-100 μg/mL) no promovieron una
respuesta proinflamatoria. Estos resultados son coherentes con otros estudios de exposición aguda a cenizas
realizados en células epiteliales pulmonares en los que no se observó una respuesta proinflamatoria para
concentraciones de partículas de ceniza volcánica de 50 o 100 μg/mL (Damby et al., 2016, 2013; Horwell et
al., 2013).
Para preservar las funciones celulares vitales, es necesario mantener un equilibrio continuo entre las especies
prooxidantes y antioxidantes. Un aumento de las especies prooxidantes, como ROS y RNS, por encima de las
defensas antioxidantes, provoca estrés oxidativo/nitrosativo (Bandyopadhyay et al., 1999; Kohen y Nyska,
2002; Rahal et al., 2014). La contaminación ambiental se considera una fuente de especies prooxidantes
(Kohen y Nyska, 2002; Rahal et al., 2014). Estudios anteriores han sugerido que las partículas de ceniza
volcánica también tienen potencial oxidativo debido a iones metálicos de transición como el hierro, que es
capaz de generar radicales libres (Cullen et al., 2002; Horwell et al., 2003a; Horwell, 2007). En este estudio
encontramos un aumento significativo de ROS y RNS en células epiteliales conjuntivales expuestas a cenizas
de PCCVC en las dos concentraciones evaluadas.Se ha abordado que el NO podría desempeñar un papel
central en el desarrollo de la respuesta inflamatoria inducida por una gran variedad de noxas. Estas
respuestas biológicas incluyen un efecto directo en el que el NO actúa como especie oxidante contra las
noxas y un efecto indirecto en el que induce y regula la respuesta inflamatoria de las células inmunitarias
(Erdinest et al., 2015). Por lo tanto, el NO se considera un importante mensajero intracelular que, a su vez,
podría utilizarse como indicador extracelular del estado redox intracelular.
Un sistema antioxidante bien establecido es esencial para contrarrestar la acción del aumento de especies
prooxidantes (Valko et al., 2007), ya que las ROS y las RNS podrían dañar objetivos biológicos como lípidos,
ADN y proteínas (Birben et al., 2012; Kohen y Nyska, 2002; Valko et al., 2007). Encontramos en los grupos
PCCVC un aumento de la actividad enzimática de la SOD. Esta enzima cataliza la dismutación del anión
superóxido a H2O2, un componente esencial en las vías de transducción de señales que implican la
supervivencia celular (Trachootham et al., 2008). El nivel más alto de SOD correspondió al grupo PCCVC
1000, en el que se confirmó una respuesta inflamatoria mediada por IL-6 e IL-8. Se ha demostrado que la
actividad de la SOD se modula positivamente en un entorno proinflamatorio (Fattman et al., 2003). Los
antioxidantes no enzimáticos también desempeñan un papel importante en la regulación del equilibrio redox
celular. El GSH, el principal tiol de bajo peso molecular de la célula, es esencial para mantener la homeostasis
redox, así como para varios procesos celulares, como la regulación de la proliferación celular y la apoptosis, la
respuesta inmunitaria y la detoxificación (Lu, 2009; Shelly y Lu, 2014). GSH también actúa como un
secuestrador del radical hidroxilo, el iniciador de la reacción en cadena de peroxidación lipídica que se genera
por la combinación de H2O2 con iones metálicos de hierro o cobre mediante el daño oxidativo de
Fenton-Haber Weiss en el entorno pro-oxidante desencadenado por partículas de ceniza en concentraciones
y tiempos de exposición evaluados en este estudio. Sin embargo, detectamos carbonilación de proteínas en
células conjuntivales expuestas a 1000 μg/mL de cenizas de PCCVC. Debe señalarse que una dosis baja de
PCCVC indujo estrés oxidativo en el que la actividad de SOD y los niveles de GSH fueron capaces de
provocar una respuesta adaptativa, sin perjudicar la función y la proliferación celular en general. Por el
contrario, el PCCVC a la dosis más alta utilizada en este estudio indujo estrés oxidativo, pero las defensas
antioxidantes no fueron sufficientes para prevenir la oxidación de proteínas y la respuesta inflamatoria, dando
lugar a una proliferación reducida.
Las células epiteliales conjuntivales y corneales, entre otros componentes producen mucinas para proteger y
mantener la salud de la superficie ocular. Las mucinas son glicoproteínas grandes y altamente glicosiladas
que atrapan y eliminan residuos y patógenos nocivos del entorno externo y facilitan la lubricación de la
superficie ocular (Ablamowicz y Nichols, 2016; Dartt, 2004; Mantelli y Argüeso, 2008). Decidimos evaluar la
mucina MUC1, que es la mucina asociada a membrana (MAM) más ubicuamente expresada por los epitelios
corneales y conjuntivales (Govindarajan y Gipson, 2010) y normalmente está presente en las células
IOBA-NHC (Diebold et al., 2003). Encontramos que las mayores concentraciones de ceniza de PCCVC
provocaban una disminución de la expresión de MUC1. La expresión differencial de MUC1 observada podría
deberse a varios factores como la alteración de la transcripción del gen de la mucina, la traducción del ARNm
a proteína y/o la modificación postraduccional de la proteína (Dartt, 2004; Hodges y Dartt, 2013). Se ha
descrito que el estrés oxidativo podría producir una disminución de la expresión de mucina en la conjuntiva,
desterorizando la estabilidad de la película lagrimal (Kojima et al., 2015). Además, un estudio in vitro en
células epiteliales corneales demostró que la IL-6 desregula la proteína celular MUC1 sin modificar la
expresión del ARNm (Albertsmeyer et al., 2010). De acuerdo con esta hipótesis, encontramos un aumento de
IL-6 e IL-8 así como un desequilibrio redox en células epiteliales conjuntivales expuestas a ceniza de PCCVC.
Según Gipson y colaboradores (Gipson et al., 2014), una disminución de la expresión de MUC1 en las células
epiteliales corneales mejora su función de barrera, ya que deja una barrera más uniforme formada por
MUC16, que presenta un ectodominio más grande y está más glicosilado. Como MUC-16 también se expresa
en las células epiteliales conjuntivales, la disminución de la expresión de MUC1 podría ser una respuesta
adaptativa de las células conjuntivales para proteger la superficie ocular formando una barrera más uniforme
compuesta básicamente por MUC16. Deberían realizarse más estudios sobre MUC16 para revelar su función
de barrera en nuestras condiciones experimentales.
Nuestros hallazgos demuestran que las partículas de PCCVC inducen una mayor respuesta citotóxica en las
células conjuntivales en cultivo que las partículas de Calbuco. Consideramos que algunos de estos efectos
podrían estar relacionados con diferencias en el tamaño y la composición de las partículas entre las cenizas
de PCCVC y las de Calbuco. La ceniza de Calbuco presenta una gama de tamaños de partícula mayor que la
ceniza de PCCVC, por lo que, a igual concentración de ceniza, habría menos partículas de Calbuco presentes
en los cultivos celulares. En consecuencia, habría menos partículas de Calbuco en contacto con las células
IOBA-NHC. También hay que considerar que IOBA-NHC son capaces de incorporar partículas (Lasagni Vitar
et al., 2015). Por lo tanto, es posible que los efectos de ceniza que detectamos se deban, al menos en parte, a
la ceniza de pequeño tamaño atrapada. Además, los efectos tóxicos podrían deberse también a los metales
solubles liberados en el medio de cultivo, especialmente si las partículas de ceniza son demasiado grandes
para ser absorbidas por las células. Esta situación podría explicar el hecho de que, aunque las partículas de
Calbuco presentan más FeO que las partículas de PCCVC, se encontró un mayor entorno oxidativo en las
células expuestas a las cenizas de PCCVC. Deberían realizarse más estudios utilizando una suspensión de
ceniza centrifugada y exponiendo las células únicamente al sobrenadante o empleando partículas de ceniza
de tamaños similares, con el fin de dilucidar si los efectos revelados en este estudio se deben principalmente
a la composición diflerencial de la ceniza o al tamaño de las partículas.
Además, dado que la superficie ocular está expuesta directamente al medio ambiente, creemos que sería
interesante estudiar la exposición a las cenizas de las células IOBA utilizando el novedoso método de
nebulización realizado por Tomašek et al. (Tomasek et al., 2016). Este método representa un escenario más
realista de exposición a cenizas, ya que la ceniza volcánica se aplica en su estado seco directamente sobre la
interfaz aire-líquido del cultivo celular. Hasta donde sabemos, este es el primer estudio que muestra los
efectos citotóxicos de cenizas volcánicas de distinto origen, tamaño y composición en células epiteliales
conjuntivales humanas. Nuestros resultados podrían aportar una mejor comprensión de los síntomas oculares
que manifiestan las personas que viven cerca de zonas volcánicas.
5. CONCLUSIONES
En resumen, nuestros resultados demuestran que las partículas de ceniza de PCCVC, pero no las de
Calbuco, son citotóxicas para las células epiteliales conjuntivales humanas, lo que se traduce en una
disminución de la proliferación celular; una expresión diferencial de la mucina transmembrana MUC1; una
respuesta proinflamatoria mediada por IL-6 e IL-8; y un desequilibrio del entorno redox que provoca daños
oxidativos en las proteínas. Como no evaluamos el daño mecánico que las partículas de ceniza podrían
provocar en la superficie ocular, creemos que sería necesario realizar experimentos in vivo, así como estudios
epidemiológicos, para lograr una mejor comprensión de los efectos globales de la ceniza volcánica en la
superficie ocular.