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Aliaga Ordóñez, Carlos. 2011. Fitoenfermedades en hortalizas. Fitopatología Agrícola.

Escuela Académico Profesional de Agronomía. Facultad de Ciencias Agrarias. UNC

En el cultivo de hortalizas se debe presentar cuidado con fitoenfermedades puesto que son
cultivos de corto periodo vegetativo y ponen en riesgo la producción, podemos citar las
enfermedades en cultivo comunes de nuestra zona; mildiú en cebolla (Allium cepa) provocado
por Peronospora destructor observándose lesiones en hojas de color amarillo o cremoso,
rhizoctoniasis en cebolla inducido por Rhizoctonia solani que provoca chupadera en plántulas y
la pudrición de tallos y sistema radicular en pantas adultas además de afectar a nivel de cuello
de la planta el tejido cortical; tenemos también la pudrición blanca en cebolla inducido por
Sclerotium cepivorum afectando el sistema radicular, clorosis en hojas basales, clorosis
regresiva en tallos e infección en dientes y bulbos además de la pérdida de peso, y pudrición
por bacterias como Erwinia carotovora sp. atroseptica que provoca una maceración del tejido
además de emanar olor fétido y marchites provocada por Pseudomona aeruginosa
observándose marchites y pudrición de raíces, chancros, tizones y manchas de hojas además
de tumores y agallas, todas las enfermedades antes mencionadas son propias del cultivo de
cebolla. Mientras que en apio podemos hablar de septoriosis inducida por Septoria apiicola
observándose manchas foliares en hojas basales que terminan en puntos cloróticos,
avanzando las lesiones a los peciolos y tallo principal; hablamos también de fusariosis en
esparrago inducida por Fusarium oxysporum observándose que las infecciones ocurren a nivel
de sistema radicular, clorosis en borde de hojas generando necrosis con dirección de la
nervadura central, y doblándose la hoja desde la base y reducción del crecimiento de la planta
por toxinas del hongo; fusariosis en rocoto inducida por Fusarium oxysporum observándose
una marchites generalizada, una pudrición radicular y a nivel de cuello de la planta.
Tomándose como medidas preventivas la utilización de semilla sana, uso de fungicidas de
contacto y sistémicos intercalados, además de la aplicación de caldo bórdales.

Referencias Bibliográficas

➢ Agrios GN. 2002. Fitopatología. edit. Editorial Limusa. 821p.

➢ Montero M. 205. Manejo Integrado de Plagas y Agroecología. CR. 84p.

➢ Roncal MS. 2004. Principios de Fitopatología Andina3. edit. OGI (Oficina General de
Investigación) – UNC (Universidad Nacional de Cajamarca), editor. 91p.

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