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Poesía- modernismo y G’98.

Contexto histórico y cultural.


La literatura del S.XX se desarrolló en un contexto de guerras mundiales, sistemas totalitarios (nazismo, fascismo), auge científico
e influencia de varias corrientes de pensamiento. El imperio español comienza a desmoronarse en España y tiene lugar el
desastre del ´98 con la pérdida de Cuba y Filipinas. Ambos movimientos surgen por la insatisfacción con la literatura del S.XIX.
Desarrollo.
El modernismo surge en América y es adoptado en España, su máxima figura es el nicaragüense Rubén Darío, que introdujo en
españa el simbolismo, tendencia francesa de la 2a mitad del S XIX opuesta a las formas artísticas conservadoras y literatura
realista, los simbolistas dan importancia a la intuición, la sonoridad el ritmo, buscan el ideal de belleza absoluta.
Recurren a recursos literarios y a la exquisitez del lenguaje. El modernismo literario español combina la actitud del simbolismo
con la del parsanismo, que busca la perfección formal y la belleza. Rrubén Darío se nutre también de la poesía romántica
(Bécquer) y renueva el lenguaje con un léxico sensorial y cultismos. Se renueva también la métrica (con versos alejandrinos y
dodecasílabos) y la temática. Entre las obras destacan:
R. Darío: Azul, Prosas profanas, Cantos de vida y esperanza.
M. Machado: Cante Hondo.
A. Machado: Soledades, galerías y otros poemas.
V. Inclán: Sonatas.
J.R. Jiménez: Elejías.

La generación del ´98 está compuesta por escritores como Pio Baroja, Antonio Machado, Unamuno, Azorín y Valle-Iinclán.
Irrumpieron en la literatura española de finales del S XIX queriendo renovarla tras la pérdida de los restos del imperio colonial y
el desastre del ´98 frente a EEUU. Buscaban incitar el espíritu colectivo de una sociedad dormida, algo ya denunciado por
Quevedo, Larra y Perez Galdós. recogen el espíritu de la Institución Libre de Enseñanza.
La literatura se hace más meditativa y el argumento pierde importancia. La novela (metanovela) se convierte en un vehículo de
reflexión sobre las formas de concebir la realidad, búsqueda de perspectivismo creado a partir del diálogo para retratar la
mentalidad de los personajes y su postura ante la vida. Se pasa de la 3a a la 1a persona. Reciben influencia de los clásicos de la
literatura española. La novela se acerca al ensayo, les atrae lo que Unamuno denominó intrahistoria (vida callada de millones de
hombres que con su labor diaria han hecho la historia más profunda). Las preocupaciones existenciales pasan a ser un tema
central (ellos o sus personajes se preguntan por el sentido de la existencia humana, la muerte, el tiempo). Destacan:
Pío Baroja: su obra desprende un tono amargo y decepcionado, debido a su carácter pesimista y escéptico. No propone
soluciones ya que no cree en ellas. En sus novelas está atento a la captación de ambientes, detalles, momentos, casos y
personajes. Agrupa en trilogías sus novelas: Zalacaín, el aventurero, El árbol de la ciencia, Camino de perfección.
Antonio Machado: en Campos de Castilla hace una reflexión sobre el pasado, presente y futuro de España, muestra atención al
paisaje, al tiempo, la vida, muerte, esencia de España, alma…
Miguel de Unamuno: Sus personajes se mueven entre la duda y la certeza, la vida y la muerte, fe y razón. Llama a sus novelas
Nivolas para diferenciarlas de las realistas. San Manuel Bueno, mártir, Niebla.
Valle-Inclán: Hombre bohemio, produce una trilogía inspirada en la tercera guerra carlista. Crea el esperpento (deformación
grotesca de la realidad para criticar el mundo y sociedad). Tirano Banderas.
Azorín: en su producción literaria sobresalen tres temas fundamentales: La meditación sobre el paso del tiempo, evocación del
pasado y la recreación subjetiva del paisaje. Entre sus obras destacan Las confesiones de un pequeño filósofo, La voluntad y
Castilla. (ensayos).
Poesía- novecentismo y vanguardias.
Introducción.
Se desarrolla durante el periodo de la Primera Guerra Mundial (1914-1918). En esta época se funda la Residencia de
Estudiantes,. Se produce un alto clima intelectual. caracterizado por el racionalismo, el arte puro, deshumanización, estilo cuidado
y aristocratismo, es decir, literatura dirigida a la minoría.
Desarrollo.
Nace la Generación del 14. En ella se agrupan ensayistas e intelectuales como Ortega y Gasset, Eugenio d'Ors o Gregorio
Marañón y a novelistas como Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala.
Sus preocupaciones estéticas y formales significan una superación del modernismo y del '98 y abren paso a la renovación de
nuestra literatura. Participan de la misma preocupación de los noventayochistas por España; pero su planteamiento se aleja de la
angustia, dramatismo y subjetividad de sus precedentes. Su actitud es racional, intelectual, más rigurosa y menos apasionada y
pesimista. Persiguen la perfección formal en su obra, la brillantez estilística, el arte puro, el arte por arte, cuya finalidad es el goce
estético; El arte ha de ser autónomo e independiente.
Entre los autores más destacados:
Ortega y Gasset analiza estas novedades intelectuales y vanguardistas frente a la literatura anterior en su ensayo La
deshumanización del arte. En este libro concluye que el arte nuevo es minoritario e impopular; ya que exige un lector reflexivo y
culto.
Ramón Pérez de Ayala es un autor erudito. Su obra, cercana al ensayo, es de carácter intelectual y crítica. Son novelas
intelectuales por sus temas y por el uso de técnicas narrativas, innovadoras Entre ellas Troteras y danzaderas, Belarmino y
Apolonio o Tigre Juan. Pgn 192
Gabriel Miró es un autor que muestra paisajes muy idealizados. Su estilo está repleto de adjetivos, sinestesias, metáforas.
Destaca : Las cerezas del cementerio.
Juan Ramón Jiménez su vida y obra poética se inscriben en el marco de la Generación del 14. Comenzó escribiendo una poesía
modernista, pero evoluciona hacia el novecentismo y la poesía pura . Destacan; Diario de un poeta recién casado y Dios deseado
y deseante..
Ramón Gómez de la Serna es el autor puente entre el novecentismo y las vanguardias. Difunde las vanguardias en su revista
“Prometeo". Él mismo anticipa y encarna el espíritu transgresor y las actitudes de la vanguardia. Es el creador de las greguerías
(frase corta donde se mezcla el humorismo y la metáfora). Pgn 194.
Los movimientos de vanguardia constituyen una verdadera ruptura con la literatura anterior. Se oponen con virulencia a las
convenciones estéticas tradicionales y proponen concepciones nuevas del arte y de las letras, a menudo por la vía de la
excentricidad y la exageración. Renuevan el lenguaje poético y experimentan con nuevas técnicas. Todo ello convierte al arte
vanguardista en minoritario y selecto. Los ismos afectaron por igual a las artes plásticas, al cine, a la música y a la literatura
durante el primer tercio del siglo XX. Se sucedieron a un ritmo muy rápido; algunos pasaron como efímeras modas, otros dejaron
profundas huellas. Entre las vanguardias más representativas figuran las siguientes.
➔ El futurismo surge con la publicación del primer manifiesto por Marinetti. Reivindica el valor, la fuerza viril, el
progreso, la máquina… Desde el punto de vista formal, pretenden la destrucción de la sintaxis. Influye en Pedro
Salinas y en Rafael Alberti.
➔ El cubismo nace primero en la pintura con Picasso. En la literatura lo adopta después Apollinaire, en cuyos
caligramas los versos se disponen formando imágenes visuales. Se puede apreciar en las acotaciones de Luces
de bohemia.
➔ El expresionismo en la Literatura surge en Alemania. Muestra una visión atormentada y deformada de la
realidad. Tuvo una gran influencia en el teatro esperpéntico de Valle-Inclán.
➔ El dadaísmo nace en Zurich de la mano del poeta Tristán Tzara. Es la nada, la negación de la lógica, de la cultura.
Los principales surrealistas militaron antes en el dadaísmo.
➔ Hacia 1918 y 1919 se desarrollan dos vanguardias típicamente hispanas, el creacionismo y el ultraísmo. La
primera, iniciada por el chileno Huidobro, se proponía alejar la literatura de la realidad para crear una realidad
nueva. Influyó en Gerardo Diego. La segunda, cuyo principal representante es Guillermo de Torre, rinde culto a la
metáfora, la imagen y la sinestesia.
➔ El surrealismo es la vanguardia más importante. Nace en 1924, cuando André Breton y Louis Aragon publican
el Manifiesto Surrealista. Siguiendo a Freud, propone una liberación del hombre y de su actividad creadora, a
través de la exploración de los sueños y del inconsciente, y sin contar con la razón. Utiliza técnicas como la
escritura automática, la transcripción de sueños o las metáforas insólitas. Influyó en muchos poetas de la
Generación del 27, especialmente en García Lorca (Poeta en Nueva York), Vicente Aleixandre (La destrucción o el
amor), Rafael Alberti (Sobre los ángeles) y Luis Cernuda (Los placeres prohibidos).
Poesía- G´27.
Introducción.
La generación o grupo del 27 nace poco después de las vanguardias en España, especialmente con la publicación de los
manifiestos de Gómez de la Serna en su revista "Prometeo". Este periodo es considerado en la literatura española como la Edad
de Plata. El nombre generacional se debe a la celebración en el Ateneo de Sevilla en 1927 del tercer centenario de la muerte de
Luis de Góngora, poeta al que reivindican como modelo por la fuerza y novedad de sus imágenes. A esta celebración acudieron
un grupo de jóvenes poetas vinculados a las vanguardias artísticas y otros intelectuales que comienzan a publicar sus obras en la
década de los años 20.

Rasgos principales:
Los poetas de la generación del 27 poseen una formación intelectual. Compartían unas mismas ideas liberales y progresistas y
semejantes inquietudes intelectuales: vivieron algunos años en la Residencia de estudiantes, colaboraron en numerosas revistas
(Litoral, La Gaceta Literaria, Revista de Occidente), se reunían en tertulias.
En sus obras se observa una prioridad por la estética: se alzan contra la mala poesía, no rompen con tradición alguna, sino que la
continúan. Veneran a los poetas tradicionales medievales, renacentistas y barrocos, a Bécquer y Rubén Darío. Admiran el
intelectualismo de Juan Ramón y su estilo depurado. Poseen los mismos gustos estéticos: están influidos por las vanguardias,
sobre todo, por el ultraísmo, creacionismo y surrealismo. Su temática es variada: amor, destino, muerte. En el estilo dan
importancia a la libertad de creación. Alternan la métrica tradicional (romance, soneto, décima), el verso libre y el versículo, con
intenso ritmo logrado con repeticiones y paralelismos. Emplean la metáfora, la imagen, la sinestesia.

Trayectoria de los poetas:


En los poetas de la generación del 27 se distinguen tres etapas:
1-Hasta 1928: (La poesía deshumanizada) resuenan los ecos del romanticismo de Bécquer, de la poesía tradicional y de los
clásicos (Góngora), del vanguardismo y de la poesía pura de Juan Ramón Jiménez)
2-Hasta 1936: (Poesía humanizada) en esta época irrumpe el Surrealismo con una poesía humana y apasionada. Se abandonan
el lenguaje y formas tradicionales y se incorpora el verso libre. Los temas son existenciales, políticos y sociales.
3-A partir de 1936: (Exilio y dispersión) muchos poetas se exilian (Alberti, Cernuda, Salinas), otros se quedan (Dámaso Alonso,
Vicente Aleixandre y Gerardo Diego) lo cual explica el dramatismo y tono sombrío de la poesía de esta época, que vuelve a las
formas tradicionales. Los temas giran en torno a la nostalgia de España, el desarraigo.
Todos los poetas recopilan su producción en antologías (recopilación de poemas cuentos…). La primera aparecida pertenece a
Gerardo Diego, Poesía española. Antología. (En él aparecen los nombres de todos los poetas de la Generación). Destacan los
siguientes poetas:

Pedro Salinas: En su poesía se diferencia las tres etapas del grupo. En la primera se aprecia la influencia de Juan Ramón Jiménez.
En la segunda aparecen sus mejores obras, cuyo tema principal es el amor, con obras como Razón de amor, La voz a ti debida. En
la tercera su poesía se tiñe de dolor, con temas como la muerte, la guerra y el exilio.
Jorge Guillén: máximo representante de la poesía pura. De su obra destacan Cántico y Clamor.
Gerardo Diego: Su obra se divide en dos etapas: alterna poesía vanguardista (Manual de espumas) y otra más tradicional
(Versos humanos).
Dámaso Alonso: director de la RAE. Ganador del premio Cervantes, profesor y crítico. Su obra más importante es Hijos de la ira.
Vicente Aleixandre:. Obtuvo el Premio Nobel., miembro de la RAE. Manifiestasu visión del mundo en su obra que se estructura
en tres etapas: poesía pura, poesía surrealista y poesía antropocéntrica. Escribe La destrucción o el amor, que es surrealista.
Federico García Lorca: Su poesía siguió una evolución desde la sencillez de sus primeros poemas, pasando por la fuerza del
Romancero gitano hasta la poesía vanguardista (surrealismo) de Poeta en Nueva York. Se aprecia el tema de la muerte como
sentimiento de un destino trágico, el amor asociado al dolor y la imposibilidad de realización personal.
Rafael Alberti. En sus obras aparecen variedad de temas y estilos. Destacamos de su poesía la popular, inspirada en la lírica del
cancionero, como en Marinero en tierra, de su etapa vanguardista Cal y canto y adscrita al surrealismo Sobre los ángeles.
Luis Cernuda: Su obra está marcada por el conflicto que vivió entre la realidad y sus deseos, de ahí sus temas: soledad,
frustración, muerte. Destacan Los placeres prohibidos (surrealismo) y La realidad y el deseo.
Miguel Hernández: Un autor cuya vida y obra sirven de puente entre la generación del '27 y la del '36. Su obra se divide en dos
etapas, separadas por la guerra. A la primera corresponde Perito en lunas, El rayo que no cesa (incluye la “Elegía a Ramón Sijé"),
influida por Góngora y a la segunda corresponde Viento del pueblo más comprometida políticamente ya que la escribe durante
su estancia en la cárcel.
Poesía- ‘39-act.
Durante la Guerra Civil en España unos poetas estaban exiliados (Juan Ramón Jiménez, Salinas, Alberti…) otros permanecieron
en España (Gerardo Diego, Vicente Aleixandre…) y otros habían muerto (Lorca, Machado). Debido a la dispersión de los autores
no hay un grupo homogéneo. En los primeros años de posguerra la poesía inicia un camino hacia la deshumanización. La
preocupación por el hombre es un tema poético que trata los problemas existenciales y religiosos. Es una época de censura
política e ideológica.

Durante los años 40 hablamos de una poesía existencial, dividida en dos bloques diferenciados: poesía arraigada y desarraigada.
Poesía arraigada: un grupo de poetas se organiza en torno a la revista Garcilaso, de ahí que se llamen "garcilasistas". Reivindican
la poesía del autor que da nombre a la revista y cultivan las formas clásicas. Los temas son religiosos y tradicionales. Los autores
que destacan son Luis Rosales (La casa encendida) y Leopoldo Panero.
Poesía desarraigada: La obra Hijos de la ira de Dámaso Alonso representa la ruptura de la poesía esteticista y evasión de la
realidad histórica que escriben los poetas arraigados. Los autores se reúnen en torno a la revista Espadaña. Destacan Victoriano
Crémer y Eugenio de Nora. La poesía adquiere un tono agrio, trágico, presenta un mundo deshecho y caótico, invadido por el
sufrimiento y la angustia. Se inician en su poesía Gabriel Celaya y Blas de Otero.
Otra tendencia a señalar es el postismo, fundada por Carlos Edmundo de Ory, que enlaza con la poesía de vanguardia.
Destacan también otros autores inclasificables como José Hierro (Tierra sin nosotros), Gloria Fuertes o Carmen Conde.

Durante los años 50 surge una poesía social. Blas de Otero (Pido la paz y la palabra),Vicente Aleixandre (Historia del corazón)
y Gabriel Celaya (Cantos íberos) superan la etapa existencial para situar los problemas humanos en un marco social. Esta poesía
rechaza la neutralidad ante las injusticias y los conflictos sociales. Tratan el tema de España con un enfoque político. Los poetas
del realismo social se dirigen a la mayoría, expresan su voluntad de llegar al pueblo con un lenguaje claro, prosaico y de tono
coloquial.

En los años 60 surge la poesía de la llamada Generación del 50. Destacan Gil de Biedma y Claudio Rodríguez (Don de la
ebriedad). Existe una preocupación por el hombre pero huyen del tratamiento patético. Es una poesía de la experiencia personal
con temas como la niñez, amistad, amor, erotismo, soledad…

En los años 70 Jose María Castellet publica la antología Nueve novísimos poetas españoles, de gran repercusión, donde
destacan los poetas de la llamada Generación del 68. Nacidos después de la guerra están influidos por el cine, la música, la
televisión… En el ámbito político son inconformistas y disidentes, su principal objetivo es la renovación del lenguaje poético.
Destaca Pere Gimferrer (Arde el mar).

Desde 1975 hasta finales del s.XX las corrientes poéticas son muy variadas. Los poetas siguen las tendencias de los años 60 y
70 y se recuperan anteriores. Destacan dos tendencias: el surrealismo con Blanca Andreu y la poesía de experiencia con Luis
García Montero.
A principios del s.XXI aparecen poetas como Andrés Neuman y Elena Medel, unidos por la búsqueda de libertad permanente y
el compromiso social. Otros autores a destacar son Ana Rossetti y Fernando Beltrán. Los poetas y tendencias de esta etapa son
inclasificables.
Teatro- anterior al 39.
Los últimos años de la dictadura de Primo de Rivera fueron de prosperidad. Tras su dimisión Alfonso XIII trata de restaurar la
Monarquía; pero es rechazada por el pueblo, lo que lleva al rey a dimitir y a exiliarse. Posteriormente se proclama la II República,
etapa que abarca hasta la Guerra Civil. En este periodo hay un dominio de la burguesía, un público inmovilista que sólo mostraba
interés por un teatro de poca calidad, comercial y se oponía a las tendencias experimentales que se daban en estos momentos en
Europa. En el primer tercio de siglo el teatro español se desarrolla conforme a dos tendencias muy distintas: las no innovadoras,
más conservadoras y las innovadoras, preocupadas por reformar temática y estéticamente el teatro nacional. Valle-Inclán y Lorca
llevarán el teatro del s. XX a su cima.

Las tendencias que triunfan o no innovadoras se dividen a su vez en:


-Teatro realista o burgués, cuyo mejor representante es Jacinto Benavente (Premio Nobel). En sus primeras obras, como Los
intereses creados, critica tanto los defectos de la burguesía como la hipocresía. Ante el temor a no ver representadas sus obras,
se fue plegando a los gustos de la mayoría.
-Teatro en verso: glorifica la España medieval e imperial y valores como la nobleza y el patriotismo. Su tema principal es el drama
histórico. Destacan Eduardo Marquina, Las hijas del Cid, y Francisco Villaespesa, Doña María de Padilla.
-Teatro cómico: sigue la tradición de los pasos de Lope de Rueda, los entremeses de Cervantes y los Sainetes de Ramón de la
Cruz. El mejor representante es Carlos Arniches. Escribe sainetes y comedias costumbristas con personajes humildes y
evolucionará a la "comedia grotesca" (La señorita de Trevélez) Destacan los hermanos Álvarez Quintero y. Pedro Muñoz Seca,
autor del astracán su obra más popular, La venganza de don Mendo.

Las tendencias innovadoras, apenas tuvieron acogida mayoritaria y muchas de sus obras no se pudieron representar, fueron
impulsadas por autores del ‘98, del novecentismo y de la Generación del 27.

En la Generación del '98 escribieron teatro innovador autores como Unamuno, Azorín y Valle Inclán, autor cuya obra se suele
agrupar en tres ciclos: 1-El mito: la acción transcurre en una Galicia mítica, intemporal, como Divinas palabras. 2-La farsa: obras
situadas en un espacio ridículo. 3-El esperpento: género creado por él para expresar su visión dramática de la realidad española.
La obra por excelencia es Luces de Bohemia, donde retrata una España deforme, absurda e injusta cuyos personajes son
convertidos en fantoches, muñecos.

Otras propuestas innovadoras y críticas con la realidad fueron las presentadas por autores de la Generación del 14, Ramón
Gómez de la Serna, Los medios seres, y de la Generación del 27, Alberti con El hombre deshabitado y Federico García Lorca,
dramaturgo por excelencia junto con Valle-Inclán El teatro de Lorca se nutre de diversas tradiciones: modernista, drama rural,
teatro de títeres, la tragedia griega y Shakespeare. Sus primeras obras tienen un sabor popular y estaban llenas de vitalidad, La
zapatera prodigiosa. A principios de los años 30 escribe El público, Así que pasen cinco años. Es la etapa de plenitud une un rigor
estético con la dimensión popular. Escribe Bodas de sangre (muestra odios y venganzas familiares); Yerma; Doña Rosita la
soltera,;y la culminación de su teatro llega con La casa de Bernarda Alba, apasionado alegato contra el autoritarismo familiar que
encarna la figura de Bernarda Alba y que desemboca en muerte y dolor.
Destacan los coetáneos a esta Generación del 27, Alejandro Casona con La dama de Alba y Max Aub con El laberinto mágico.
Teatro- ‘39-act.
La segunda mitad del S. XX está condicionada por la II Guerra Mundial. Se produce una reorganización del mundo en manos de
EEUU y la URSS. En España se vive una larga etapa bajo el régimen franquista. Tras la muerte de Franco se reinstaura en España
la monarquía, bajo el reinado de Juan Carlos I y se promulga la Constitución. El teatro español está condicionado por motivos
políticos, ideológicos y culturales, lo que le limita a un público burgués conformista y poco exigente. En Europa se dan nuevas
vanguardias teatrales representadas por Beckett, Ionesco y Bretch.

En los años 40 y 50 se dan en España tres tendencias distintas:


- Un teatro cómico o “alta comedia”. Es un teatro convencional en la línea de Jacinto Benavente que defiende los
valores tradicionales. Predominan las intrigas de salón y destacan Calvo Sotelo (Una muchachita de Valladolid),
Jose Mª Pemán o Luca de Tena.
- Un teatro de humor que incorpora elementos inverosímiles con la intención de renovar la risa. Tiene
características del teatro del absurdo europeo representado por Ionesco y Beckett. Destacan Miguel Mihura
(Tres sombreros de copa) y Jardiel Poncela (Eloísa está debajo de un almendro).
- El teatro existencial muestra preocupación por las graves cuestiones humanas, escriben Buero Vallejo (En la
ardiente oscuridad) y Alfonso Sastre (Escuadra hacia la muerte).

En los años 50 y 60 surge el teatro de protesta y denuncia. Con intención de despertar conciencias escriben autores como
Sastre (Muerte en el barrio) o Buero Vallejo, que inventa un tipo de drama histórico para esquivar la censura situando problemas
contemporáneos a él en otra época. Destacan Las meninas o Un soñador para el pueblo.

En los años 70 el teatro abandona la corriente realista para comenzar una renovación dramática encabezada por Nieva (La
carroza de plomo candente), más audaz formalmente, lo que les aleja del público mayoritario. Destaca también Arrabal (El
arquitecto y el emperador de Asiria), incorpora elementos del teatro europeo (Bretch, Beckett…).

En los 80, con la llegada de la democracia, se abren nuevos horizontes con autores como Fernando Fernán Gómez (Las
bicicletas son para el verano) o Alonso de Santos (Bajarse al moro).

En los años 90 proliferan nuevas vanguardias y tendencias, triunfa un teatro más reflexivo con Mayorga (Más ceniza) y otro
narrativo más vanguardista.

Entre el ‘75- finales del S. XX proliferan los grupos de teatro independientes (Els Comediants, Els Joglars, La Cuadra, Tábano…),
se funda el Centro Dramático Nacional y tienen mucho éxito los festivales de teatro.

A principios del S. XXI el teatro retrata una realidad alternativa. Se da gran importancia a la imaginación del espectador y
presenta austeridad escenográfica. Aparecen nuevas tendencias de manos de autores como Laila Ripoll o Eduardo Vasco.
Novela- ‘39-´74.
La Guerra Civil tiene un efecto devastador sobre la literatura. La narrativa vive un periodo de desorientación y ha de comenzar de
nuevo. Algunos autores han muerto (Unamuno, Valle Inclán...) y otros marchan al exilio (Azorín, Pío Baroja). En los años cuarenta
y cincuenta el aislamiento internacional impide la entrada de nuevas formas narrativas europeas y hay que esperar hasta la
década de los sesenta para que se inicie una renovación experimental de la novela española. Con la llegada de la democracia, la
novela se convierte en el género narrativo más popular y coexisten varias tendencias.

La década de los cuarenta está marcada por la censura y las dificultades económicas. Surgen dos tendencias:
La novela ideológica, de corte falangista que utiliza formas tradicionales. Un ejemplo es Los cipreses creen en Dios de Jose
Maria Gironella.
La publicación en 1942 de La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela abre un nuevo camino. Narra, en primera persona,
la biografía de un condenado a muerte, e inaugura la corriente tremendista. En 1943 Carmen Laforet publica Nada, inaugurando
la corriente existencial. Habla de las amarguras de la vida cotidiana desde un punto de vista existencial, no social. Busca una
renovación formal.
Tras la guerra muchos autores vuelven del exilio (Ayala, Max Aub, Rosa Chacel…).

Los años cincuenta están marcados por la preocupación social. Los autores intentan reflejar con “objetividad” recuerdos de la
guerra, ambiente de trabajo, conflictos de la vida colectiva española, el mundo rural y el ambiente burgués. Los personajes son
múltiples y variados, representan a las diferentes clases sociales. Todos comparten la creencia de que los autores deben
comprometerse y denunciar las injusticias sociales. Predominan dos enfoques:
Realismo testimonial: el autor presenta objetivamente la realidad, como a través de una cámara cinematográfica. Destaca
Sanchez Ferlosio con El Jarama.
Realismo crítico: la denuncia social es explícita, con comentarios del narrador. Supera a la corriente existencial por innovaciones
técnicas e intenciones ideológicas. En el lenguajes abunda el habla coloquial.
Autores que destacan de esta generación de los 50 o del medio siglo son Camilo Jose Cela (La colmena), Ignacio Aldecoa
(Sangre y furor), Carmen Martín Gaite (Entre visillos), Miguel Delibes (El camino) o Ana María Matute (Primera memoria).

En los años sesenta autores europeos y americanos renuevan el panorama literario (James Joyce, Kafca, Marcel Proust, Thomas
Mann) y se dan a conocer autores hispanoamericanos (Gabriel García Marquez, Mario Vargas Llosa). En 1962 Luis Martín Santos
pública Tiempo de silencio que supone una renovación narrativa gracias a técnicas como la multiplicidad de puntos de vista
narrativos (contrapunto), la utilización de secuencias, el desorden temporal, incorporación de anuncios y dibujos… Destacan
autores como Juan Marsé con Últimas tardes con Teresa o Miguel Delibes con Cinco horas con Mario.

La renovación desembocará en la novela experimentalista de los años setenta, que llegará a extremos insospechados,
acabando así con la novela tradicional. Esta corriente se basará en la destrucción del personaje, argumento y acción tradicional.
Destacan Juan Marsé con Si te dicen que caí y Torrente Ballester con La saga-fuga de J.B.

Novela- ‘74-act.
La muerte de Franco en 1975 inicia la etapa de transición. Los cambios políticos y económicos de los 25 años
anteriores tienen un gran impacto en el arte, la cultura y la literatura. En esta nueva sociedad de esplendor la novela,
a menudo vista como un producto de consumo, tendrá un papel muy importante. El nuevo lector reclama una novela
bien escrita, con una trama entretenida, con intriga y misterio.
En los últimos años del S. XX la novela se caracteriza por su estructura lineal, la reconstrucción de ambientes, la
tercera y primera persona al narrar y la recuperación del personaje y la trama. Resulta difícil nombrar distintas
escuelas o corrientes pero la novela se puede dividir según las tendencias o géneros como los siguientes.
La novela policiaca, representada por obras como La verdad sobre el caso Savolta, de Eduardo Mendoza e Invierno
en Lisboa, de Álvaro Muñoz Molina. Con Yo maté a Kennedy Vázquez Montalbán comienza una serie de novelas
policiacas protagonizadas por el detective Pepe Carvalho. Supone una ruptura al aplicar técnicas de narrativa muy
exigentes en un género comúnmente menospreciado por la crítica.
La novela de reflexión intimista se adentra en la interioridad del ser humano, en la búsqueda personal, en la
reflexión de la propia existencia. Destacan Julio Llamazares con La lluvia amarilla y Almudena Grandes con Malena
es nombre de tango. Mención aparte merecen las novelas que recrean recuerdos de la infancia o presentan forma
de memorias noveladas, como El jinete polaco de Antonio Muñoz Molina.
La novela de realismo social ofrece una visión crítica y comprometida de la realidad histórica de la época. Destaca
Luis Landero con Juegos de la edad tardía.
La novela alegórica, mítica o fantástica incorpora lo inverosímil, sueños, símbolos, fantasías… Destaca Jose María
Merino con El oro de los sueños.
La novela histórica narra episodios de la historia de España de otras épocas, como el Siglo de Oro (Las aventuras
del capitán Alatriste, de Perez Reverte) o del paso del S. XIX al XX (Los girasoles ciegos de Alberto Méndez , Los
soldados de Salamina de Javier Cercas , La ciudad de los prodigios de Eduardo Mendoza...)
La novela estilística recrea el barroquismo lingüístico, por lo que se dirige a un público minoritario. Destaca Corazón
tan blanco de Javier Marías. La propia creación literaria aparece en este género, es el caso de La tempestad de Juan
Manuel de Prada.
La novela erótica triunfa entre los 80 y los 90. Destaca Las edades de Lulú, de Almudena Grandes.
La novela de aventuras se caracteriza por la intriga, el misterio, el suspense, la ambientación histórica, el
sentimentalismo… Destaca El maestro de esgrima de Pérez Reverte.
A comienzos del S. XXI, cinco años después de que la banda terrorista ETA hiciese público el cese de su actividad,
Fernando Aramburu publicó Patria, una novela que narra el día a día de dos familias vascas en los años más duros
del terrorismo. Otro tema recurrente es la Guerra Civil, presente en Terra alta, de Javier Cercas y en La madre de
Frankenstein, de Almudena Grandes.
Cabe resaltar también a Eduardo Mendoza con Las aventuras del tocador de señoras (tercera entrega de la saga del
peculiar detective sin nombre) y Luis Landeras con El huerto de Emerson.
Podemos decir que la novela es un género poliédrico y cambiante, cuya visión de la realidad permite a la formación
integral del lector, de ahí su importancia e interés en cualquier tiempo y lugar.

Comente los aspectos más relevantes de la obra española que haya leído escrita entre 1900 y 1939.
La obra que he leído de ese periodo es La casa de Bernarda Alba de Federico García Lorca que acabó de escribir esta obra en
junio de 1936, dos meses antes de morir. La obra fue estrenada en Buenos Aires antes que en España, donde se estrenó en
1960. El autor vivió un periodo significativo para la historia de España: 1898, momento en el que se pierden las dos últimas
colonias: Cuba y Filipinas y 1936, años en el que un sector del ejército comandado por el general Franco se levanta en armas
contra el Gobierno. Sus posiciones antifascistas lo convirtieron en una víctima de la Guerra Civil española. Fue fusilado el 19 de
agosto de ese año. Es la época del apogeo de la generación del '27, formada por un grupo de jóvenes, entre los que se
encontraba Lorca, que empiezan a publicar sus obras en la década de los años 20 empujados por el deseo de enlazar la tradición
literaria española con las nuevas corrientes.
La obra plantea un conflicto entre el principio de autoridad y el principio de libertad. Bernarda, madre de cinco hijas, tras la
muerte de su segundo marido, impone un luto riguroso, no les deja salir de casa durante varios años y cada una de ellas va a
reaccionar de manera diferente. Muestra un enfrentamiento entre Adela, representante de vitalidad y pasión, nunca renunciará a
buscar su libertad más allá del presidio de su casa y, Bernarda, representante de las restricciones sociales y morales opresoras.
Los personajes principales representan conceptos: Bernarda, autoridad ciega: Adela, sexualidad, libertad y pasión. Las mujeres
de la casa viven encerradas en un mundo del que no hay salida posible. La única forma de escapar es por medio de la locura
como hace María Josefa o la muerte como Adela.
Es un drama rural en el que Pepe el Romano, el hombre jamás presente en la escena será el catalizador de una tragedia que
termina con más muerte y encierro. Él es el único personaje masculino y causante del conflicto.
Al final Bernarda, en representación del hombre de la casa que debiera lavar la honra mancillada, dispara al Romano, y Adela se
suicida, creyéndolo muerto. La matriarca vuelve a imponer el luto y les recuerda a todas las mujeres de la casa que más
importante que el suicidio de una hija es hacer creer a todos que Adela ha muerto virgen.
La obra se estructura en tres actos respetando la regla de las tres unidades: unidad de espacio, se encuentran en la casa de un
pueblo; unidad de tiempo, empieza por la mañana y termina por la noche en un día de verano y unidad de acción, esta va
progresando y la tensión aumenta. La obra empieza y acaba con la muerte.
Junto al tema central, encontramos subtemas como el mundo de las falsas apariencias, el odio y la envidia, la injusticia social, la
honra, el machismo, la virginidad. En los pueblos el que dirán y el temor a las habladurías ocasionaron que muchas familias
tradicionales y religiosas protegieran el honor de sus hijas y vivieran abocadas a la servidumbre de los varones de la casa.
Lorca va a emplear cantidad de símbolos: el caballo (pasión, deseo amoroso), la oveja (felicidad, sacrificio), el perro (sumisión), el
árbol (fuerza, virilidad), la luna (muerte, erotismo), el sol (vida, alegria), el color blanco (vida, libertad, amor), negro (tristeza,
prisión, muerte), verde (rebeldía, muerte), el bastón (dominio. poder)...
Lingüísticamente destaca su carácter realista. Emplea un lenguaje lleno de frases hechas y de refranes. El diálogo es fluido lleno
insinuaciones simbólicas y poéticas. Abundan las expresiones hiperbólicas, las comparaciones y las metáforas.
Finalmente podemos decir que la metáfora del deseo de libertad del ser humano que preside la obra es válida para cualquier
sociedad y cualquier época. Quizá principalmente por ello, la obra sigue de actualidad.

Comente los aspectos más relevantes de la obra española que haya leído escrita desde 1940 hasta 1974.

La obra que he leído de este período es 5 h con Mario, escrita por Miguel Delibes y publicada en 1966. En esta época se dan
múltiples innovaciones formales, son los años de novela experimental.
En esta novela apenas hay argumento en el sentido tradicional. El autor, a través de un personaje femenino, crítica los problemas
de la España de los años 60. Presenta también el conflicto entre dos mentalidades distintas, la tradicional de Carmen y la
progresista de Mario.
Los personajes principales son Carmen y Mario. Ella, de clase media, provinciana, es una mujer clasista, temerosa del cambio,
intransigente, preocupada por las apariencias y catolica. Da la impresión de que el pecado y el infierno son los únicos móviles
que rigen su conducta. Mario es un personaje complejo, lo conocemos por la imagen que su viuda proyecta de él. Es catedrático
de instituto, está ligado al periodico de su ciudad, escribe novelas pacifistas, es catolico y progresista. Se preocupa por la vida de
los marginados, pero no es capaz de entender a su mujer.
la obra se divide en tres partes, la primera y la tercera, consideradas prólogo y epílogo, están escritas en 3a persona y presentan
el ambiente del velatorio. En el epílogo cabe destacar el diálogo que carmen mantiene con su hijo mayor Mario. La parte central
es el núcleo de la obra. En el carmen toma la palabra y no se advierte ninguna interferencia por parte del narrador. Las parte
central aparece distribuida en 27 capítulos, cada uno abierto con una cita bíblica que desencadena el discurso de la protagonista.
El tiempo real son 12 horas, el tiempo evocado es un repaso de toda su vida juntos.
El espacio es reducido y concreto: una ciudad provinciana de la España de posguerra sin nombre, sin duda Valladolid, ciudad en
la que vivió y murió el autor.
La novela, con su forma y estilo, supuso una gran innovación en los años 60. Está escrita en forma de monólogo o diálogo sin
respuesta. Abunda el estilo directo y un registro informal, con vocativos, refranes, frases hechas, imperativos…
Por todos los rasgos mencionados, podemos afirmar que esta novela es un extraordinario ejemplo de la renovación de este
género en la segunda mitad del S.XX.

Comente los aspectos más relevantes de la obra española que haya leído escrita desde 1975 hasta la actualidad
La obra que he leído de este periodo es la novela del premio Cervantes Eduardo Mendoza, El misterio de la cripta embrujada.
La novela fue publicada en 1978, durante la Transición, periodo iniciado con la muerte de Franco y el fin de la dictadura. La
novela es la primera de una saga en la que destacan títulos como El laberinto de las aceitunas, La aventura del tocador de
señoras… En esta época la novela recupera el argumento en el sentido tradicional, el narrador en primera o tercera persona. Esta
obra le sirve a Mendoza para retratar de manera personal la sociedad barcelonesa de la época de la transición.
La trama es protagonizada por un detective sin nombre explícito interno en un manicomio al que prometen la libertad a cambio
de resolver una desaparición del internado femenino de las madres Lazaristas de San Gervasio. El comisario Flores lo contrata
como ayudante. Tras muchas peripecias, ayudado por una antigua alumna, el detective descubre el misterio, pero no recupera su
libertad.El señor Peraplana está detrás de las dos desapariciones, utiliza a su propia hija Isabelita y a la hija del dentista para sus
propios fines.
Este personaje principal es el narrador-protagonista y se mezcla con personajes de la más diversa condición social. desde la más
humilde, como su hermana Cándida o su cliente “el sueco”, a la clase media, a la que pertenecen el comisario Flores o Mercedes
Negrer, amiga íntima de la infancia de Isabel Peraplana, y sin dejar de lado a la alta y poderosa burguesía catalana, representada
por el señor Peraplana.
El lugar en el que se desarrolla la novela es Barcelona, pero en un determinado momento la acción sucede en La Pobla de
L’Escorpí. En cuanto al tiempo histórico de la misma, es coetáneo a su escritura y publicación. Hay referencias a partidos políticos,
Sindicatos Obreros… El tiempo interno es corto, no más de 2 o 3 días, y transcurre de forma lineal.
Los rasgos narrativos más relevantes son el humor y el contraste entre un estilo formal utilizado por el narrador-protagonista, y
el informar del resto de personajes.
En suma, podemos decir que es una entretenida farsa de las novelas policiacas, para mostrar una sociedad burguesa de
Barcelona en un periodo importante de la historia de España como es la Transición.

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