Virus de inmunodeficiencia
humana (VIH).
Infectología.
El VIH (virus de la inmunodeficiencia
humana) es un virus que ataca a las
células que ayudan al cuerpo a luchar
contra las infecciones, haciendo que la
persona sea más vulnerable a otras
infecciones y enfermedades. El VIH se
transmite por contacto con
determinados fluidos corporales de una
persona con VIH, sobre todo durante las
relaciones sexuales sin protección o al
compartir implementos para la
inyección de drogas. Si no recibe
tratamiento, el VIH puede conllevar a la
enfermedad del SIDA (síndrome de
inmunodeficiencia adquirida), que es la
última fase de la infección por el VIH. La
única manera de saber si tiene el VIH es
haciéndose la prueba.
¿Qué se puede encontrar en el
hemograma de una persona con
VIH?
Algunas de las alteraciones que se
pueden encontrar en un hemograma de
una persona con VIH son:
Anemia: Es una disminución de los
glóbulos rojos o de la hemoglobina, que
es la proteína que transporta el oxígeno
en la sangre. La anemia puede causar
síntomas como cansancio, debilidad,
palidez y dificultad para respirar. La
anemia puede deberse al VIH mismo, a
Karla Abreu 19-0227. | Yanibel Encarnación 19-0418 | Scarlet Henríquez 19-0270.
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algunas infecciones oportunistas, a
ciertos medicamentos o a una mala
nutrición.
Leucopenia: Es una disminución de los
glóbulos blancos, que son las células que
defienden al cuerpo de las infecciones.
La leucopenia puede hacer que la
persona sea más propensa a contraer
enfermedades. La leucopenia puede
deberse al VIH mismo, a algunas
infecciones oportunistas, a ciertos
medicamentos o a enfermedades
autoinmunes.
Linfopenia: Es una disminución de los
linfocitos, que son un tipo de glóbulos
blancos que participan en la respuesta
inmunitaria. Los linfocitos incluyen las
células CD4, que son las más afectadas
por el VIH. La linfopenia puede indicar
un deterioro del sistema inmunitario y
un mayor riesgo de desarrollar SIDA. La
linfopenia puede deberse al VIH mismo,
a algunas infecciones oportunistas, a
ciertos medicamentos o a
enfermedades autoinmunes.
Trombocitopenia: Es una disminución
de las plaquetas, que son las células que
ayudan a la coagulación de la sangre. La
trombocitopenia puede causar síntomas
como sangrados, moretones,
hematomas y petequias (pequeñas
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humana (VIH).
Infectología.
manchas rojas en la piel). La
trombocitopenia puede deberse al VIH
mismo, a algunas infecciones
oportunistas, a ciertos medicamentos, a
enfermedades autoinmunes o a un
aumento del bazo.
¿Qué son los CD4?
Los CD4 son un tipo de células que
forman parte del sistema inmunitario y
que ayudan a combatir las infecciones.
El VIH es un virus que infecta y destruye
los CD4, debilitando las defensas del
organismo. El recuento de CD4 es una
prueba que mide la cantidad de estas
células en la sangre y que se usa para
monitorear la salud de las personas con
VIH.
Por lo general, una persona no afectada
tiene un recuento de entre 500 y 1600
células/mm3. Durante la progresión de
la enfermedad, el número de células
CD4 se ve cada vez más reducido,
pudiendo llegar a niveles inferiores a
500 células/mm3 si no se aplica
tratamiento antirretroviral. El umbral
crítico de CD4 está fijado en las 200
células/mm3: por debajo de esta
cantidad, se considera que existe un
riesgo cierto y serio de sufrir infecciones
oportunistas y otras enfermedades; por
encima de ese valor, ese riesgo se
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reduce o incluso puede llegar a
desaparecer.
Gérmenes oportunistas de
pacientes con VIH.
Los gérmenes oportunistas son aquellos
que causan infecciones más frecuentes
o graves en las personas con el sistema
inmunitario debilitado, como las que
tienen el VIH. Algunos ejemplos de
gérmenes oportunistas son:
⎯ Cándida, un hongo que puede
infectar la boca, la garganta, la
vagina o el esófago. Salmonella, una
bacteria que puede causar diarrea,
fiebre y dolor abdominal.
⎯ Toxoplasma gondii, un parásito que
puede causar encefalitis, una
inflamación del cerebro.
⎯ Mycobacterium tuberculosis, una
bacteria que puede causar
tuberculosis, una enfermedad
pulmonar.
Estos son solo algunos de los gérmenes
oportunistas que pueden afectar a las
personas con el VIH. Hay muchos otros
que pueden causar diferentes tipos de
infecciones oportunistas, como
neumonía, meningitis, criptosporidiosis,
citomegalovirus, etc.
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humana (VIH).
Infectología.
Carga viral.
La carga viral del VIH se refiere a la
cantidad de virus presente en la sangre
de una persona infectada con el VIH
(Virus de la Inmunodeficiencia Humana).
La medición de la carga viral es crucial
para el manejo y tratamiento del VIH, ya
que permite evaluar la actividad del
virus en el cuerpo y la respuesta del
paciente al tratamiento antirretroviral.
La carga viral se mide en copias del virus
por mililitro de sangre (copias/ml). Una
carga viral alta indica una mayor
cantidad de virus en la sangre, lo que
puede significar una progresión más
rápida de la enfermedad y un mayor
riesgo de transmisión del virus a otras
personas. Por otro lado, una carga viral
baja o indetectable (lo que significa que
el virus está presente en cantidades tan
pequeñas que no se pueden detectar
con las pruebas estándar) es un
indicador de que el tratamiento
antirretroviral está siendo efectivo en la
supresión del virus.
El objetivo del tratamiento
antirretroviral es reducir la carga viral a
niveles indetectables, lo que no solo
ayuda a prevenir la progresión de la
enfermedad hacia el SIDA (Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida), sino que
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también reduce significativamente el
riesgo de transmisión del VIH a otras
personas.
Indetectable: La definición de carga viral
indetectable puede variar dependiendo
del tipo de prueba utilizada, pero
generalmente se refiere a menos de 50
a 75 copias del virus por mililitro de
sangre (copias/ml). Algunas pruebas
más sensibles pueden detectar hasta
menos de 20 copias/ml. Es importante
destacar que indetectable no significa
ausencia del virus; simplemente
significa que la cantidad del virus en la
sangre es tan baja que la prueba no
puede detectarla.
Detectable y preocupante: Cualquier
nivel de carga viral por encima del
umbral de indetectabilidad es
considerado detectable. Los rangos
específicos de preocupación varían,
pero una carga viral consistentemente
alta (por ejemplo, más de 10,000 a
100,000 copias/ml) puede indicar que el
VIH está progresando o que el
tratamiento no está funcionando
eficazmente.
Etiología.
La etiología del VIH, o la causa y origen
del Virus de la Inmunodeficiencia
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humana (VIH).
Infectología.
Humana (VIH), está asociada con dos
tipos principales de virus: el VIH-1 y el
VIH-2. Ambos son virus de la familia de
los retrovirus, que tienen la capacidad
de insertar una copia de su material
genético en las células que infectan.
VIH-1.
Origen: Se cree que el VIH-1 se originó a
partir de la transferencia zoonótica (de
animales a humanos) del Virus de la
Inmunodeficiencia Simia (VIS)
encontrado en ciertas especies de
chimpancés y gorilas en África Central.
La transferencia a humanos
probablemente ocurrió cuando
cazadores o personas que manipulaban
estos animales entraron en contacto con
su sangre infectada.
Distribución: El VIH-1 es el tipo más
prevalente y es responsable de la
mayoría de las infecciones por VIH en
todo el mundo. Se subdivide en varios
subtipos y grupos, siendo el grupo M el
responsable de la pandemia global de
VIH/SIDA.
VIH-2.
Origen: Similar al VIH-1, el VIH-2 se
originó a partir de la transferencia
zoonótica, en este caso, del Virus de la
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Inmunodeficiencia Simia (VIS)
encontrado en el mangabey gris, un
mono del oeste de África.
Distribución: El VIH-2 es mucho menos
común que el VIH-1 y se encuentra
principalmente en algunos países de
África Occidental. En general, el VIH-2 es
menos virulento y progresa más
lentamente que el VIH-1.
Transmisión.
La transmisión del VIH se produce a
través del contacto con fluidos
corporales infectados, incluyendo
sangre, semen, fluidos vaginales y leche
materna. Las vías más comunes de
transmisión son:
⎯ Relaciones sexuales sin protección
con una persona infectada.
⎯ Compartir agujas o jeringas
contaminadas con sangre infectada.
⎯ De madre a hijo durante el
embarazo, el parto o la lactancia.
⎯ Transfusiones de sangre y
trasplantes de órganos con material
infectado (mucho menos común en
países donde la sangre es examinada
para detectar el VIH).
Prevalencia.
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⎯ África subsahariana: región más

afectada (2/3 de todas las personas
viviendo con VIH a nivel mundial)
⎯ América latina y el
caribe: moderada.

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Hay tres fases de infección por el VIH:

Infección aguda por el VIH

La infección aguda por el VIH es la etapa más temprana de infección por ese virus y, por lo
general, se manifiesta en un lapso de 2 a 4 semanas de adquirirla. Durante esta fase,
algunas personas tienen síntomas similares a los de la influenza (gripe), como fiebre, dolor
de cabeza y erupción cutánea. En esta fase, el VIH se reproduce rápidamente y se propaga
por todo el cuerpo. El virus ataca y destruye una clase de glóbulos blancos células CD4
(llamados linfocitos CD4) del sistema inmunitario que luchan contra la infección. Durante la
fase de infección aguda por el VIH, la concentración de ese virus en la sangre es muy alta,
lo cual aumenta considerablemente su riesgo de transmisión. Una persona puede
experimentar beneficios para la salud importantes si empieza el tratamiento antirretroviral
durante esta fase.
Infección crónica por el VIH
La segunda etapa de la infección por el VIH es la infección crónica (conocida también como
infección asintomática por el VIH o latencia clínica). Durante esta etapa, el VIH continúa
multiplicándose en el organismo, pero en concentraciones muy bajas. Las personas con
infección crónica por el VIH pueden no tener síntoma alguno relacionado con el VIH. Sin el
tratamiento antirretroviral, la infección crónica por el VIH generalmente se convierte en SIDA
en el transcurso de 10 o más años, aunque en algunas personas puede avanzar más
rápido. Las personas que reciben TAR pueden estar en esta etapa durante varias décadas.
Si bien todavía es posible transmitir el VIH a otras personas durante esta etapa, las
personas que reciben TAR exactamente como se lo prescribieron y mantienen una carga
viral indetectable no tienen riesgo alguno eficaz de transmitir el VIH a su pareja VIH
negativa a través del sexo.
SIDA
El SIDA es la fase final y más grave de la infección por el VIH. Puesto que el virus ha
destruido el sistema inmunitario, el cuerpo no puede luchar contra las infecciones
oportunistas y el cáncer. (Las infecciones oportunistas son infecciones y tipos de cáncer
relacionados con infecciones que se presentan con más frecuencia o son más graves en las
personas con inmunodeficiencia que en las personas con un sistema inmunitario sano.) A
las personas con el VIH se les diagnostica SIDA si tienen un recuento de células CD4 de
menos de 200/mm3, o si presentan ciertas infecciones oportunistas. Una vez que la persona
recibe un diagnóstico de SIDA, puede tener una carga viral muy alta y transmitir el VIH a
otros muy fácilmente. Sin tratamiento, por lo general, las personas con SIDA sobreviven
unos 3 años.

Las pruebas de anticuerpos examinan si hay anticuerpos contra el VIH en la sangre o en

las secreciones bucales. Los anticuerpos son proteínas que combaten la enfermedad, que
el cuerpo produce en respuesta a la infección por el VIH. La mayoría de las pruebas rápidas
y las pruebas domiciliarias son pruebas de anticuerpos.
Las pruebas de antígenos y anticuerpos, como su nombre lo indica, pueden detectar
antígenos (una parte del virus) y anticuerpos contra el VIH en la sangre.
Las pruebas de ácido nucleico examinan la presencia del VIH en la sangre
.