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ple, pues, que estuviese viva y de los mismos diecisiete o dieciocho afios que tenia en 1983? parwa estuvo varios dias presa del aturdimiento yla confusion hasta que decidio olvidarse por un tiempo del celular. Mejor se lanzaba de una vez por todas a superar un reto que con cualquier pretexto iba postergando jamansar a ese monstruo de mil cabezas que era Lima! De la mano de Leslie ya habia subido a las combis y los buses pata ir a Gamarra y al mercado central. jSe habian trepado incluso al tren eléctrico solo para Pasear, para disfrutar del milagro de ir de un punto a otro de la ciu- dad en un santiamen! Ahora era su turno de aventurarse sola por esa urbe que parecia un ser vivo en permanente mutacion, que un rato parecia calmado y al instante si- guiente furibundo, que en una via engullia miles de ve- hiculos y personas para regurgitarlos mas alla. Su primer destino fue el Palacio de Justicia. Leslie le explico qué linea debia tomar desde Santa Anita y cual para regresar. Hizo el intento incluso de ensefiarle a usar el mapa de Google del celular, pero eso a Parwa la con- fundio mas. —Bueno, serranita, entonces a la antigua. Vas pregun- tando a Jas personas y te van a dar indicaciones —le dio la bendicion Leslie—. Eso si, de preferencia te acercas a mujeres, Si algin manoso se da cuenta de que estas per- dida, se puede aprovechar de ti. jEs capaz hasta de se- cuestrarte y violarte! jEres fruta demasiado apetitosa! Parwa no podia explicarle a su amiga que sabia defen- derse muy bien. La tranquilizo con la promesa de en- viarle mensajes siquiera cada hora para indicarle por donde andaba. «Estoy por el Palacio de Justicia», fue el primero de €sos mensajes y durante varias tardes seguidas, casi el Unico, Parwa recorria la zona entrando a una que otra imprenta para preguntar si imprimian tesis. Ese era el truco, segiin Leslie. Poco a poco se armaba la conversa- ion y salia el tema de los documentos falsos. Tambien bet: Escaneado con CamScanner podia ser mas descarada y Dea i. fea Si ofrecian ayuda para mejorarel curriculo Ke al Bu OS Certificadgs, Fue as{ como dio con un pequeno local, al fondo de una casa de vecindad, donde le mostraron documentos fa. sos de identidad. ‘| —;(Por qué no sacas tu DNI? éCual es el problema —quiso saber el tipo que atendia —Me he escapado de mi casa y no tengo partida de nacimiento. Soy de Ayacucho. Me he venidoaLimaa tra- bajar, pero no me quieren contratar si no presento DN} —explico Parwa. —jAh entiendo! 2Y recuerdas el numero de tu DNI 9 nunca has tenido? —Nunca he tenido. Hace poco he cumplido diecio- cho... —mintio. —Bueno, mas facil. Te podemos hacer un DNI que no se diferencia en nada del original. Eso si, si alguien veri- fica el numero en el Reniec sonaste: jva a aparecer a nombre de otra persona! Pero casi nadie hace eso. Eso ocurre solo en las batidas cuando estan buscando requi- sitoriados. Una persona que te quiere dar chamba, solo mira tu DNI, anota el numero o le toma foto con el celu- lar y listo, la chamba es tuya... Parwa no entendio casi nada de esa explicacion, pero estuvo de acuerdo en pagar el costo de ese documento falso, una parte como adelanto y el resto al recogerlo, unos dias después. Alli mismo le tomaron una foto, la huella digital y le hicieron firmar. ;Varias horas habia pa- sado practicando ese garabato que en adelante seria su firma! «Parwa Quispe Puma», se distinguia entre los tra- Zos sinuosos de la riibrica. Quispe era el apellido que- chua mas comun y Puma lo escogio por los felinos sa- grados protectores de su aldea natal, Chawaytire. Lanoche que Parwa volvio al cuarto con el documento en el bolsillo hubo abrazos y brincos. Escaneado con CamScanner Yr _jya puedes circular libremente, viajar a Ayacucho si quieres! —daba palmadas de alegria Leslie, —j0 a cualquier lugar del Peri! —retrucé Parwa. parwa Se sentia a sus anchas en ese cuarto en el que apenas cabfan dos camas, un closet, una cocina semiin- dustrial de cuatro hornillas en la que preparaban las aguas de quinua y de maca y un lavatorio. iAh y la refri- geradora y el televisor! Si lo pensaba bien, por primera vez en sus cuatro apariciones sentia algo cercano a la fe- licidad, una tranquilidad en todo caso que le permitia respirat a pleno pulmon. £n buena parte, eso se lo debia a Leslie, de quien al comienzo desconfiaba porque era una criolla como Lino, segura de si misma, con facilidad de palabra y, lo peor, despectiva con los indios y en general los serranos y pro- vincianos. Al ir conociéndola mejor, sin embargo, com- prendio que era una chica luchadora y capaz de todo por sus amigas. En general, poco a poco Parwa se fue perca- tando de que lo verdaderamente dificil en esa gran ciu- dad no era conocer sus miles de calles y avenidas sino conquistar un lugar. En esa pelea por ganarse el derecho a ser un limeno mas estaban todos, las criollas como Leslie 0 las hijas de padres 0 abuelos que dejaron sus pueblos de los Andes para librarse de los patrones. Todos en Lima batallaban diariamente por tener un cuarto o una casita adonde re- gresar al caer la noche, por conseguir un trabajo o poner un negocio como el carrito desayunero; todos se esforza- ban para que no faltasen unas monedas en el bolsillo para la combi, para que sus hijos estudiasen en una uni- versidad 0 un instituto, para que el domingo fuese dia de fiesta escuchando la musica que te llenaba de nostalgia por el terrufio. Si, definitivamente resultaba paraddjico! jLima era la ran ciudad en la que todos estaban enfrentados contra todos, pero en la que, una vez que conquistabas tu pe- queno espacio, empujabas el carro en la misma direc- Escaneado con CamScanner jon! Por qué —era la pregunta que se hacia Parwa— , Eoeatss podian coexistir eemales diferencias y th impulso comtin para que la situacion de todos mejorase Encontro la respuesta una tarde que decidio AT por pri- mera vez al cine. Un anuncio que apatecio repetidas ye. ces en su Facebook la llevo a la Biblioteca Nacional, aun ciclo que se titulaba «Las peliculas del Bicentenarioy, Bien aleccionada para bajar del autobus en la esquina ge Javier Prado y Aviacion, no tuvo dificultad Para encon- trarel local. El auditorio le llamo la atencion por su ele- gancia y comodidad, con unas mullidas butacas Tojas que invitaban a echar una cabeceada. Ni bien se apagaron las luces, sin embargo, Parwa quedo atrapada por el sufrimiento de la Protagonista, una mujer de unos veintitantos anos que hablaba el que- chua con esa sonoridad dulce que escucho en Ayacucho, Hasta donde podia entender, la historia transcurria en Lima en la actualidad. En el fondo, sin embargo, lo que explicaba el drama de esa mujer eran los enfrentamien- tos entre Sendero Luminoso y los militares en los afos ochenta, las violaciones que se cometieron en esa época Fortunata no habia vivido los horrores de esa guerra, pero su madre si. Ella fue violada y el trauma, por la le- che materna, habia pasado a la hija... Desde el momento en que comprendio eso, Parwa sintio que se le hacia un nudo en la garganta y que se asfixiaba. Sabia que tenia que llorar para desahogarse y respirar mejor, pero no le era posible. Solo pudo romper el dique que contenia su llanto cuando descubrié que Fortunata llevaba una papa metida en la vagina para evitar ser violada... ijLa guerra! 0 mas bien Ja ausencia de guerral! Es explicaba su estado de animo, la tranquilidad con que Tespiraba. Y era la explicacion también de que una ciu- dad en la que cada quien luchaba por defender sus con- quistas personales no cayese en el caos y la anarquia. Al lado de los horrores de un conflicto bélico, de los rios de sangre y las masacres, de las violaciones y la muerte de 136 Escaneado con CamScanner ersonas desarmadas e inocentes, la violencia cotidiana de una gran urbe era asimilable, manejable, no mataba en las personas el sentimiento de humanidad. jLa gue- ra, el terrible sufrimiento que provocaba, era la nega- cion de toda posibilidad de realizacion del ser humano! jUna ciudad al amparo de la guerra abria miles, millones de probabilidades para que cada persona encontrase su propio camino! Esta revelacion Parwa la tuvo mientras la sala perma- necia a oscuras. Y cuando las luces se encendieron, luego de que por la pantalla desfilaran listas de nombres, jlasorpresa mayuscula fue ver en el escenario a la actriz que interpretaba a Fortunata! Se veia mayor que en la pe- liculay la razon resulto muy simple: habian transcurrido mas de diez afios desde la filmacion. El publico al co- mienzo reclamo detalles y anécdotas del rodaje y tam- bién pregunto que tipo de relacion entablo con la direc- tora y los otros miembros del elenco. En algun momento, sin embargo, una muchacha le pidio que compartiera con las jovenes como ella las dificiles circunstancias que le tocé vivir durante la época de la violencia. «Yo era nifla —comenzo titubeando la actriz—. La chacra de mi familia estaba como a media hora de Huanta. Los domingos ibamos a vender nuestra papita al mercado, pero yo sentia que mi papa, mi mama, todos tenian miedo. Nos daban miedo los soldados que patru- llaban la ciudad, pero mas miedo les teniamos a los de Sendero, Una noche, los encapuchados entraron a la casa y sacaron a mi abuela al patio. Estaban buscando a mi abuelo, pero él tuvo tiempo de esconderse. Entonces, los encapuchados degollaron a mi abuela. “ZDonde esta €se traidor?”, le preguntaban y la degollaron. Asi la en- Contramos a la mafiana siguiente, tirada en el patio. La Sangre que habia salido de su cuello ya se habia secado. Ya los pocos dias vinieron a investigar los militares yse Hlevaron preso a mi abuelo, Como un mes lo tuvieron en el cuartel, siempre pegandole, torturandolo para que B7 Escaneado con CamScanner diga dénde se escondian los terrucos. Hasta ahora en mj casa no podemos hablar de esa época. Es que mi mama llora...». La actriz conté finalmente que hasta muy grande no habia querido tener enamorado. No solo ella. Muchas j6- venes sentian temor de ser violadas y preferian correr a palos a los chicos que las pretendian. «Hablabamos en. tre nosotras de la penetracion y nos daba panico —afia- did—. Eso le comenté a la directora de la pelicula Cuando me pidi6 para trabajar con ella. Por eso creo que ha puesto esa escena de la papa». Parwa estaba conmovida hasta la médula de los hue- sos. Todavia no estaba segura de haber hecho lo correcto al proteger con su cuerpo a dos personas inocentes. Sy- Pponia que de haber continuado con vida hubiese podido luchar para que las acciones de Sendero Luminoso to- masen un curso diferente. Recién esa tarde se convencio de que no, de que desde un inicio el partido y su lucha armada habian seguido un rumbo demencial. Ese stibito impulso que tuvo en febrero de 1983 la salvo de cargar con terribles culpas... —iVamos? {No quieres su autégrafo? —le pidid paso la muchacha que habia hecho la ultima pregunta—. iComo quisiera que Magaly actue en mi siguiente vi- deoclip! jVoy a averiguar si puede! — (Videoclip? —inquirié Parwa haciendo a un costado las rodillas para dar campo a la muchacha. —Soy cantante. Ya tengo varios videoclips. ;Vamos! iAcompaname, por favor! ;Me muero de nervios! En la cola para las firmas, la muchacha se presento y Se puso a dar detalles de lo avanzada que estaba la pro- ducci6n del videoclip. La cancion, dedicada a la diosa Luna, era en quechua. La locacion, para la que ya habian conseguido permiso, eran las ruinas de Pachacamac. Solo faltaban algunas muchachas que hicieran el papel de sacerdotisas y, por supuesto, la diosa Quilla, Escaneado con CamScanner —Desde el comienzo hemos pensado e _hizo un gesto en direccion a la actriz—. acepte? eee —No sé... {Ojala que si! Mira, ya te toca... —se contagio parwa del nerviosismo de su nueva amiga. —Mi nombre es Rosario Torres —fue al grano la mu- chacha—. Soy cantante, ayacuchana como tu y también vivo en Lima desde hace unos afios. Estoy alistando mi nuevo videoclip en quechua y quisiera pedirte que parti- cipes. No sé si podamos cubrir tus honorarios, pero ha- remos un esfuerzo... —jFelicitaciones, vas a grabar tu primer videoclip! —se mostro receptiva la famosa actriz. —iNo, ya es el quinto! jMi primer video ya paso las cien mil reproducciones en YouTube! ¢Podrias actuar? El rodaje no dura mas de tres 0 cuatro dias —pregunté en tono de stplica Rosario. —Mira, me gustaria que nos ayudemos entre paisanas, pero no depende solo de mi. Te voy a dar la tarjeta de mi manager. Con él es con quien tienes que hablar. El lleva la agenda de todos mis compromisos. Yo le voy a decir, claro, que trate de buscar un espacio para que te apoye... (Rosa- tio Torres no? Voy a buscar tus videoclips en YouTube... La joven cantante, esperanzada, se despidio de la ac- triz con un beso en la mejilla. Mientras salian de la bi- blioteca, seguia mirando una y otra vez la tarjeta, ro- gando para que su suefio se hiciese realidad. —iOjala el manager acepte y nos cobre unos honora- tios simbolicos! jOjala! —Seguro que si. Ella ha dicho que le va a pedir que busque un espacio entre los compromisos que ya tiene ~trato de infundirle animos Parwa. —iSi, si, si! Si Magaly le dice, seguro que a él no le queda otra que obedecer... Enla esquina de Aviacion y Javier Prado, Parwa le pre- BUNt6 a Rosario, para asegurarse, donde tenia que tomar ‘lcarro para Santa Anita. n Magaly @TU crees que —— Escaneado con CamScanner —jTienes que cruzar alla al frente! (Yo me iré en e} tren! Pero no te vayas todavia. Tomaremos un jugo! Ana cuadra de donde estaban encontraron un local muy sencillo, con unas cuantas mesas de melamina na- ranja, y pidieron dos gaseosas. —¥ ati no te gustaria participar en el videoclip? —No perdio el tiempo Rosario. —A mi? {No! iYo no sé actuar y tampoco cantar! —Se asust6 Parwa, —jEso crees! Todas las chicas tenemos alguin talento para la actuacion. Ademas, practicamente no actias, solo te presentas en segundo plano como una sacerdo- tisa junto a otra chica. Y eso si, no negaras que eres muy guapa —se rio Rosario. Estas Ultimas palabras hicieron que Parwa se rubori- zara. En realidad, empezo a sentir curiosidad de como se grababa un videoclip, pero al mismo tiempo era cons- ciente de que no podia fallarle a Leslie. —Otro problema es que trabajo todos los dias desde la madrugada hasta la hora de almuerzo. Vendemos desa- yunos con una amiga. Solo los domingos descansamos. —Todos en el equipo tenemos el mismo problema. Unos trabajan, otras estudian. Por eso hemos decidido grabar los domingos. jDame tu numero! jTe avisaré cuando empezamos! —No quiso saber de negativas la jo- ven cantante. Parwa, que seguia sin dominar del todo el celular, tuvo que extenderle el aparato a Rosario para que ella buscara qué numero era. —,Solo tienes un contacto? —se asombro. —Si, de Leslie, mi socia. Hace poco vivo en Lima. Me he escapado de mi casa en Ayacucho —creyd conve- niente explicar. —j|Qué pena! jYa me contaras qué paso! Ah y anda viendo los otros videoclips —fue lo ultimo que dijo Ro- sario antes de despedirse. Escaneado con CamScanner Tuvo que recurrir a Leslie para buscar las canciones en YouTube. Escucharon un par de veces cada tema y juego el veredicto fue despiadado. —,Cual es la gracia? No entiendo. Son covers de can- ciones famosas solo que en quechua... —{Cover? ¢Qué cosa es cover? —Parwa se quedo en Babia. —(No has reconocido las canciones? Dos son de Mi- chael Jackson, otra es de Alicia Keys... Son canciones re- contra famosas que ella vuelve a cantar en quechua. Si por lo menos las cantara en castellano. Quién va a en- tender el quechua? —Al parecer mucha gente —salio Parwa en defensa de Rosario—. Mira, esta cancion ya la han escuchado mas de cien mil veces. Es un monton,

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