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DIFUSIÓN Moraes J.

Inserción en el Mercado Laboral Veterinario

Insertion on the Veterinary Working Market

Moraes J.
Médico Veterinario.

Como insertarse en el mercado laboral profesio- Sobre todo en lo relacionado a las especies pro-

nal es quizás la mayor interrogante que plantea ductivas: bovinos y ovinos. En un país donde la

el estudiante en las cercanías de graduarse. La inversión pecuaria fue muy acotada. De super-

Facultad nunca previó este acontecimiento. La vivencia. De mantenimiento. Donde el precio

Universidad tampoco. La famosa transición entre (relativamente bajo que siempre se pagó por el

el estudiante aventajado y el profesional desocu- producto resultante, carne, leche o lana) fue re-

pado es una realidad de nuestra América. Porque gulado por el valor de los animales en pie o por

no está previsto el “numerus clausus”, es decir la presión exportadora. Donde la alimentación -

la necesaria regulación del mercado profesional- dependiendo totalmente de las pasturas naturales

Ingresos vs. Bajas-, para no caer en el “akademis- y el clima-, constituyó una limitante productiva.

che proletariat”, al que se refería Carlos Marx en Donde la mano de obra se medía en equivalente

el brillante parlamento prusiano de 1848, resul- hombre cada 1000 hectáreas. Donde el precio de

tante de aquella revolución europea, que pugnaba una hectárea fluctuaba entre 250 y 900 dólares.

por una democracia representativa. Donde los impuestos eran más que bajos. Y el

mercado se acostumbró a los bajos costos, veteri-


Esa sobrecarga de mano de obra especializada,
nario inclusive.
profesional, presiona sobre un mercado que siem-

pre fue muy especial, que al sobredimensionarse Así el honorario veterinario se relacionó directa-

la oferta, minimiza el valor de la demanda. mente a la especie, y sobre todo al número de ani-

males. La masificación implicaba una considera-

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ción en el precio- que no se pedía al comisionista, milenio antes de Cristo (A.C), ejercía la profe-

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que gestionaba la comercialización-; pero que se sión junto a la de médico, designado por su rey

solicitaba al veterinario cuando los trabajos, ma- (Radicchi, R, 1968).

sivos por lo general, respondieron durante déca-


El primer código escrito, -que regulaba la vida
das, al cumplimiento de regulaciones oficiales.
civilizada-, conocido, fue el de Hammurabi, fe-

En ese encuadre se inscribió la profesión y se fue chado en el siglo (S) XVIII A.C. Sus 3600 líneas

haciendo cada vez menos profesional y más co- de caracteres cuneiformes, resumen en 282 artí-

merciante. El precio bajo y no la idoneidad mar- culos, prácticamente, todas las situaciones. De

caron el rumbo. Las relaciones personales o fami- ellos, dos son dedicados a la profesión veterina-

liares la tarjeta de presentación. ria (Elanco, 2013), e intuimos que también a los

aranceles, ya que si el burro atendido por el ve-


Pero más importante que hablar de inserción en
terinario moría, debía este resarcir al propietario
un mercado laboral –hoy más demandante de
con otro, en la implacable lógica del “ojo por ojo
servicios veterinarios que históricamente- habría
y diente por diente”.
que enmarcarla en algunos puntos precisos. Te-

mas que tampoco contempla Facultad en su malla La otra gran civilización coetánea, los egipcios,

académica: historia y desarrollo de la profesión, tal vez dejaron en papiros redactados en carac-

participación en el gremio, ética profesional, teres hieráticos una rica historia veterinaria, que

aranceles. el incendio de las bibliotecas de Alejandría, Pér-

gamo o Atenas nos privó de conocer. Pero que

las paredes de piedra del Valle de los Reyes (S


Evolución Histórica XIII A.C.), nos lo documentan, cuando muestran

al veterinario y sus ayudantes resolviendo una


Pocos o muy pocos saben que de historia escrita,
distocia en vacunos, o administrando tomas por
tiene la profesión veterinaria 5.000 años. Tampo-
medio de lanzabolos a un antílope maneado en el
co se sabe que ya en ese tiempo, estaba acredita-
suelo (Elanco, 2013).
da y regulada. Urlugaledinna, al dejarnos su sello

que lo acreditaba como veterinario, nos cuenta a

través de él, que en la Lagash sumeria del tercer

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También por esa época, otro pueblo semita, guer- nombre que vivió hasta el S. XVIII: Albéitar (Os-
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rero, dominó Asia Menor, Fenicia y Palestina: los trowski, 1980).

hititas. Sus conquistas se debieron al empleo de

los carros de combate, tirados por dos caballos, y

según documenta la estela de Qadesh, los prime- El Renacer de la


ros en tener un servicio de veterinaria y remonta Profesión
(Bosticco, 1968). Veterinaria
Los griegos, geniales creadores, adaptaron este No fue sino hasta el advenimiento de la Ilustraci-
servicio a su débil fuerza de carros, que pronto se ón, o “siglo de las luces”, que la profesión volvió
transformaría en Tesalia, en una caballería ligera. a ponerse la toga, cuando Claude Bourgelat, con
Para atenderla, los hipiatras: segundos en el man- el respaldo de Luis XV y la Academie Française,
do detrás del hiparco (Jenofonte, 1971). funda en Lyon la primera Escuela de Veterinaria

en 1761, a la que se sumó la de Alfort 6 años des-


Pero fueron los romanos que no sólo le dieron
pués (Postiglioni, 1975).
el nombre a la profesión, sino que ampliaron sus

funciones a otras especies, y crearon los servicios De ahí en adelante, Francia en particular y Eu-
de bromatología, dependientes del prefecto de la ropa occidental en general vivió un rapidísimo
anona (Grimal, 1968). Fue en Roma donde nació ascenso del profesional veterinario en la conside-
la denominación de arz veterinus o veterinarius ración popular. No sólo integrando, como oficia-
(Ostrowski, 1980). Y también, en 301 D.C., la les, los cuadros de remonta del ejército. No sólo
regulación oficial con la publicación de los aran- como miembros plenos de las Academias (in-
celes profesionales, decretada por Diocleciano glesa, francesa o prusiana) También en las otras
(Elanco, 2013). especializaciones en que se dividió su quehacer

profesional:
Con la caída del mundo antiguo, la profesión, en

Europa, derivó en oficio. El veterinario se trans- 1. El veterinario sanitarista o higienista, encar-


formó en herrero o castrador de cerdos. Pero en gado de la inspección de alimentos de origen
los extensos dominios del Islam, de la India a Es- animal;
paña, conservó su rol como profesional, con un

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2. El veterinario produccionista, velando por de la ciudad, de la que se encargaba el único ve-

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las condiciones productivas de los animales terinario –español- que había en el país (Posti-

que los generaban y las enfermedades que los glioni, 1977).

diezmaban;
A fines del siglo XIX, los veterinarios en Uru-

3. El médico veterinario, ocupándose de la aten- guay eran 3, todos extranjeros. Recién en 1896

ción médica de los perros pastores o de caza o llega al país, formado en la Escuela Veterinaria de

de las mascotas, de los animales salvajes que Toulouse (Francia) el Dr. Pedro Bergés, primer

entraron a poblar los zoológicos, del motor veterinario uruguayo (Magallanes, 1989).

animal de los transportes (Ostrowski, 1980;


Los estudios veterinarios se crean en 1903, y en
Elanco, 2013)).
1905 comienza el primer curso de la Escuela de

Veterinaria, con 12 alumnos (Postiglioni 1975,

Desarrollo Magallanes 1997a).

de la Profesión
La sociedad de Medicina Veterinaria del Uru-
Veterinaria en
guay (SMVU) la fundan 11 colegas en 1907, de
Uruguay
los cuales la mitad eran extranjeros (Magallanes,
El primer hito en el Uruguay lo marca la Asocia- 1997b).
ción Rural fundada en 1870, que a impulsos de
En esos momentos, el mercado laboral era más
su creador, Domingo Ordoñana y de su Revista,
que suficiente. La demanda excedía a la oferta, y
alientan el desarrollo veterinario (Magallanes,
la mayoría de los colegas tenía un puesto oficial y
1996).
trabajaba como liberal. La gran demanda la mar-
En ese Uruguay (Montevideo) ya se habían apro- caba la tracción a sangre (Magallanes, 1997b).
bado algunas regulaciones sanitarias. Es así que Pero también, significativamente las ordenanzas
en el Matadero de Arroyo Seco (trasladado des- nacionales o municipales que tenían que ver con
pués a la Barra de Santa Lucía) desde 1875 se ha- la inspección de tambos (1884) y el control de la
cía inspección sanitaria pre y post mortem de los tuberculosis (1896-97) en los más de 600 tambos
animales que se faenaban para el consumo diario que había en un Montevideo, cuyo límite subur-

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bano era “el camino de los Propios” (Muñoz Xi- ria, que se transformó en Veterinaria, y cuyo giro
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ménez ,1951). O sea que había inmensos nichos principal se desplazó hacia el comercio, más de

de mercado no cubiertos por falta de recursos hu- insumos agropecuarios que de específicos vete-

manos. rinarios. Fue el comienzo de una competencia

comercial primero, que se entremezclaba con la


Para 1916, con la creación de las 18 Inspecciones
profesional. Que confundía roles. Que rebajaba
Regionales de la División de Ganadería, recién
la consideración de la profesión en la sociedad.
la profesión salió de los límites de Montevideo.
Con mucho mejor imagen en Montevideo, tal vez
(Muñoz Ximénez, 1951). Ese trasiego de recur-
porque la Clínica se había mantenido como con-
sos al interior, alivianó la situación de la profesi-
sultorio.
ón en la capital, donde comenzaron a abrirse Clí-

nicas Veterinarias, que junto a los cargos oficiales

(División de Ganadería, Escuela de Veterinaria, Hacia una toma de


Remonta) y la campaña contra la tuberculosis, conciencia
eran las principales ofertas de trabajo, para los 58 profesional
profesionales nucleados en la SMVU (Magalla-
No fue sino hasta la década del 50, en que “la
nes, 1997b). Para producción animal e inspección
profesión del futuro” comenzó a despertar. ¿Qué
de alimentos no había demanda.
cosa marcó el cambio? No lo sabemos. Pero en

En algo más de tres lustros los profesionales se pocos años:

habían casi triplicado (149 en 1932), pero sin


• Aumentan a 28 las Regionales Veterinarias,
embargo las ofertas de trabajo seguían siendo las
del ahora Ministerio de Ganadería y Agricul-
mismas (Magallanes, 1997b). Ante esa situación,
tura (MGA).
comenzaron a desplazarse hacia Canelones y San
• Las Intendencias (más bien Concejos Depar-
José primero, acicateados por la creación de CO-
tamentales) establecen servicios de bromato-
NAPROLE en 1932 (Casas, 1999). Y poco a poco
logía, al igual que en la capital.
a enquistarse en las capitales departamentales del

resto del país, reproduciendo el modelo creado • CONAPROLE crea un servicio de Extensión
en Montevideo, centrado en la Clínica Veterina- e Higiene de la Producción.

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• La limitación a la exportación de carne por


Cepa 19 y Plan de

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estar en el circuito aftósico, acicatea a la in-
Leche Higiénica
dustria para la producción de vacunas antiaf-
Las generaciones que entraban a Facultad de Ve-
tosa, desarrollando laboratorios que para no
terinaria eran relativamente chicas. Raramente
estar ociosos, producen otras vacunas y espe-
pasaban de 30 alumnos. Luego de la Ley Orgáni-
cíficos veterinarios. Estas firmas, nacionales
ca de 1958, los grupos se triplicaron, aumentando
o extranjeras nutren una nueva especializaci-
considerablemente los egresos. Y al comienzo de
ón: el asesor o director técnico veterinario.
los ‘60, con el mismo mercado, ligeramente am-
• Comienza a desarrollarse la inseminación ar-
pliado por el desarrollo de la producción avícola
tificial (IA) fundamentalmente en ovinos, y la
y de la industria pesquera, se vuelve a la situación
congelación de semen bovino, naciendo otra
anterior, con más de 300 profesionales registra-
especialización.
dos ante el MGA.

En fin, se incrementan las oportunidades de tra-


Dos iniciativas sanitarias, la vacunación obliga-
bajo para el profesional.
toria contra la brucelosis con Cepa 19 y el Plan de

Y todo esto se ve coronado por la realización Leche Higiénica (PLH, promovido por la Facul-

del Primer Congreso Nacional de Veterinaria, en tad), aumentaron, por el carácter obligatorio de

1955. Con aporte técnico y científico. Pero tam- la primera y económico del segundo (aumenta-

bién, con la publicación del primer Arancel Na- ba el precio de la leche en los tambos adheridos

cional de la SMVU. Tal vez el primer intento de al Plan) el quehacer veterinario (Casas, 1999).

regulación del quehacer profesional. El estable- Quehacer que en muchísimos establecimientos

cimiento de un común acuerdo. De un marco éti- se limitaba a “la cepa”. Si bien era la entrada al

co, ya que al no estar la profesión reglamentada, predio, generalmente quedaba en eso, en aquellos

poco o nada se podía hacer jurídicamente, para predios criadores del norte, noreste, centro y este.

aquel que infligiera el límite acordado. Con otro agravante para el mercado: era realizada

generalmente por veterinarios oficiales, quienes

disponían de mejores medios de llegada y no sólo

por la locomoción, sino por la función de policías

sanitarios.

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En el Plan de Leche Higiénica, si bien la parti- ación, muchas de estas mutualistas no eran pro-
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cipación de los veterinarios oficiales era menos piedad de veterinarios, sino de comerciantes que

evidente que en la Cepa 19, igualmente ocupaban los contrataban, por horas generalmente, y que se

gran parte del mercado. Otro tanto lo ocupaban basaban en los honorarios ridículamente bajos,

los veterinarios del servicio de extensión e higie- que pagaba la primera que existió: la Sociedad

ne de Conaprole. Los que a su vez, practicaban Protectora de Animales

una competencia desleal (similar a la de los téc-


La Facultad a partir de 1966 implementó un nue-
nicos oficiales), ya que no sólo disponían de lo-
vo plan de estudios, que sustituyó al de 1918.
comoción de la empresa, sino que esta regulaba
Esto a su vez, apalancó los ingresos, y sobre todo
el arancel por el servicio, que era ostensiblemente
la cuota por sexo (30% de mujeres en 1970), vol-
inferior al marcado por la SMVU. La Profesión
cándose la inmensa mayoría de las colegas hacia
liberal, por su parte, para intentar ganar mercado,
mascotas o laboratorios, acentuando aún más la
INDIVIDUALMENTE, equiparó a ellos sus ho-
caída de los honorarios.
norarios, llevando esto a una competencia feroz y

la ética comenzó a quedar por el camino.


Durante la dictadura no hubo mayor modifica-

ción en el mercado laboral veterinario, excepci-

ón hecha de la prohibición para los veterinarios


Un Campo Laboral
oficiales de participar en las campañas sanitarias
con Pocos Cambios
oficiales (Cetrángolo, 1974).
En los otros campos profesionales, esta compe-
Siguió el desarrollo moderado de las industrias
tencia desleal se empezó a generar en las mutu-
avícola y pesquera, que abrieron un campo labo-
alistas veterinarias, situadas preferentemente en
ral nuevo para las mujeres veterinarias.
Montevideo. Si bien existía un arancel, que era

modificado 2 o 3 veces en el año, era de decla-


Al regularse los raids hípicos, también se abrió
ración, no de acatamiento. Las cuotas mutuales
un mercado muy acotado, acaparado por cierto
para las mascotas bajaban, cuando una nueva mu-
segmento profesional, que tal vez tuvo que vol-
tualista hacia irrupción en una zona. No estaban
carse a esa actividad, al disminuir o desaparecer
regidas por un arancel, ya que “dependían” de los
los hipódromos.
servicios que se ofrecían. Para complicar la situ-

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Asistencia Recursos Humanos -

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Veterinaria Ética Profesional
Planificada (AVP) En los ‘80, por primera vez, públicamente, se re-
La IA en los tambos fue una válvula de escape. A conoció una flagrante violación de la ética, que
través de ella, y el control reproductivo concomi- hasta ese momento era sólo conversación de café,
tante, tuvo la profesión una masiva entrada en los dicotomizando la profesión liberal que ejercía a
establecimientos, que en muchos casos, terminó campo entre “Gimnastas y Bolicheros”1. Refiri-
en una asistencia planificada, por la cual tuvo una éndose la primera palabra al ejercicio físico inhu-
mayor injerencia en todo el sistema. Como la tuvo mano, y a la lucha por conseguir esa “changa”,
también en aquellos establecimientos criadores o que implicaba generalmente una baja arancelaria;
de ciclo completo que tímidamente la empezaban y la segunda a lo mismo, pero que incluía la baja-
a aplicar. da de honorarios en relación al monto de la com-

pra de específicos en su veterinaria.


Pero también aquí comenzaron a surgir proble-

mas de interpretación, aplicación o forma elegan- Comienzan también a surgir los testaferros, que
te de faltar a la ética, al disfrazar como Asistencia dan su firma profesional para trabajos realizados
Veterinaria Planificada, el pago en 12 cuotas, de por no profesionales, o para trabajos que no rea-
intervenciones obligatorias como eran la Refren- lizan, y que el MGA(P) no audita, por diversas
dación Anual que exigía el PLH, la Cepa 19, y razones.
posteriormente la vacunación con RB 51.
Los escritorios rurales comienzan a influir más, y
En establecimientos ganaderos existía el mismo la presión sobre los veterinarios que trabajan a su
problema. Nada más que acá se sustituía la Re- vera, para hacer “consideraciones” a los clientes,
frendación por el Diagnóstico de Gestación, y a llevan, no pocas veces, a que se cometan dolos
veces se le agregaba un examen andrológico anu- flagrantes o se bajen los honorarios.
al de los toros y carneros. Con una ventaja, hacer

rutinaria, una medida necesaria, no por obligaci-

ón sino por aprovechamiento de un servicio, que


1 Dr. Arnoldo Echevarren. Discurso inaugural de las
hasta ese momento se consideraba superfluo. Primeras Jornadas de Ovinos, Tacuarembó 1980.

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Comentario aparte merecen las cooperativas nula participación en las reuniones gremiales,
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agrarias, con CONAPROLE como barco insig- culpando de inacción a la SMVU, sin haber par-

nia, que tenían un arancel propio, muy inferior al ticipado en ninguna instancia, y en muchos casos

de la SMVU, y que sus veterinarios acataban utilizando esa excusa para no asociarse a ella.

totalmente, obligando a otros que no eran emple-

ados de las mismas, a aplicarlo, si es que querían El Cambio de Siglo


trabajar en la zona.
La última década del S XX y las dos primeras

Pero falta a la ética profesional es también dar del actual vio un boom, un despertar del siempre

un placebo, a un perro que viene utilizando la reducido campo profesional. Por un lado –funda-

consulta gratis de la mutualista, pero cuyo dueño mentalmente en los últimos 10 años- un conside-

tiene que pagar el “medicamento” administrado, rable aumento de los valores de referencia para

con la máxima impuesta por la patronal: “no se los productos pecuarios. Por el otro, una mejora

puede ir si no se le aplica o se lleva algo” de la economía, que llevó a que a las mascotas

se les brindara más atención que nunca. Eso a su


No poco a los asaltos a la ética contribuyó el culto
vez invirtió el flujo profesional, liberando, mal o
del individualismo, instaurado por la dictadura.
bien, partes del mercado.
Eso llevó también al cambio de paradigma donde

el culto del “hacete amigo del juez”2 primó sobre Es así que calidad de leche y cría pasaran a pri-

la formación e idoneidad profesional. mer plano, generando especializaciones crecien-

tes en ambas. A su vez, la presión exportadora y


Esto también condujo a una “carrera del papel”, la ampliación de mercados, llevó a la necesidad
donde se buscaba certificar por escrito, cualquier de tener más leche, más vacas en ordeñe, más
cosa-por mínima que fuera- y que significara un reposición. Eso se independizó -por así decirlo-
atisbo de formación, para inflar curricula. del tambo en general, creando otra especialidad.

Como también una mejora nutricional, para la


También condujo al aislamiento. A la escasa o
que fue necesaria la incorporación de especialis-
2 . “Hacete amigo del juez, no le des de que quejarse, y
cuando el quiera enojarse, vos te debés encoger, pues siempre
tas, que se empezaron a formar en la Facultad y a
es bueno tener, palenque ande ir a rascarse”José Hernández,
“Martín Fierro y la Vuelta de Martín Fierro”, 1876. ejercer con buen suceso.

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El feedlot trajo también al nutricionista al engor- ¿a qué costo?

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de. Y también al destete precoz, ya que de ello
Entonces, es cuando el Censo Veterinario (2010)
dependía el aumentar los porcentajes de parición
nos dice que hay 3304 profesionales aportantes
y destete. Es decir a una expansión nunca vista
a la Caja de Jubilaciones y Pensiones de Profe-
del mercado laboral pecuario.
sionales Universitarios (CJPPU). De ellos 1961

Vimos nacer los especialistas en determinadas trabajando en la profesión liberal, y 1164(61%)

ramas, que ni soñábamos. Los cardiólogos y los en producción animal, de los que 1109 declara-

oftalmólogos, los dermatólogos y los neurólogos, ban que lo hacían en régimen de Asistencia Ve-

conformaron especializaciones en atención de terinaria Planificada. Y si bien no hay una cifra

mascotas, ampliando también el mercado. específica de los salarios de éstos, el promedio

de todos los veterinarios era de $14.000 (Censo


Un mercado que se redujo al disminuir en impor-
Veterinario, 2010).
tancia otros rubros como la explotación avícola y

la concentración de la industria pesquera. Hoy, 3 años después, sin duda ese salario declara-

do se ha, por lo menos, duplicado. El boom con-


Pero también que aumentó en la demanda de la
tinúa. Un creciente merchandising se ha agrega-
industria farmaceútica, y otras afines, aunque
do a la atención veterinaria de las mascotas, mul-
cambiando el rol. El veterinario director técnico
tiplicando el ingreso. Las disposiciones oficiales,
cambió a asesor técnico, claro que sin decir que
dentro de las cuales destacan como fundamenta-
el asesoramiento pasaba por una labor que antes
les los despachos de tropa-a faena o campo- y la
hacía el viajero: la difusión y a veces la venta de
campaña de erradicación de brucelosis -sangra-
los productos. Pasó de empleado a empresa uni-
dos obligatorios, análisis y vacunación con RB
personal (no privativo de la industria).
51-, a los que se habría que agregar el pasaporte

equino y la carne de calidad, han contribuido en


La inversión extranjera, al polarizar gran par-
grado sumo a ese incremento salarial.
te de la industria pecuaria, produjo también sus

cambios, empleando veterinarios, con salarios

medios y dedicación más allá del full-time que

implican las 8 horas. Mercado ampliado sin duda,

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Diagnóstico y Esto, que es básico, no lo fue tanto en nuestro


DIFUSIÓN

Profesión país, ya que el grueso de los ingresos que con-

formaban y conforman el salario veterinario, no


En toda esta relación, poco o nada hemos hablado
lo otorgan las intervenciones técnicas, sino las
de lo que nos llevó desde los albores de la histo-
reglamentaciones oficiales que para ejercerlas se
ria, a constituir una profesión. El diagnóstico y
necesita del título y de una acreditación.
tratamiento de las enfermedades animales, indi-

viduales o como fusible de una falla del sistema. En suma, el diagnóstico nunca cotizó en bolsa.

Es deber profesional que lo sea. En otros países


Porque para esto, no está en discusión lo que ha-
del mundo, fundamentalmente en Europa, pero
cemos, por muy equivocados que estemos. Se po-
también en Canadá y Estados Unidos, en Aus-
drá cuestionar un honorario, pero difícilmente se
tralia y en Nueva Zelanda, el veterinario es de
podrá perder un cliente por solucionarle un caso
los profesionales mejor remunerados. ¿Qué pasó
clínico o una mortandad, un aumento de células
en nuestro país para que no lo fuera? ¿Mercado
somáticas o la reducción en la ganancia de peso,
chico? ¿Bajo valor de la tierra y de los animales?
un bajo porcentaje de parición o un error nutri-
¿Recursos humanos? ¿Proteccionismo estatal?
cional.
¿Reglamentación de la Profesión y Colegiación?

Sin duda una suma de parte o todas estas interro-


Para ello debemos capacitarnos. Para ello jugar o
gantes.
ganar un prestigio. Para ello ser profesionales, no

comerciantes. Para ello no vale ser amigo o tener


Hoy, con los ingentes valores de los animales o
buenas relaciones. Para ello hay que ser idóne-
sus productos, se está exigiendo a la profesión
os en lo que hacemos, o derivarlo a quien lo sea.
respuestas que disminuyan costos, es decir diag-
Derivarlo sin sacarnos la responsabilidad en su
nósticos precisos. Esto tiene un valor que nadie
diagnóstico final, no para que el laboratorio, ofi-
va a cuestionar. No se puede cambiar por un tra-
cial o privado, fuera del sistema productivo nos
bajo rutinario, que hoy tal vez valga más, pero
diga que podría ser de acuerdo a lo que remitimos
que si se prioriza el diagnóstico por medio de un
o le contamos. Porque la comida no viene en fras-
honorario acorde a la gravedad económica del
quitos ni la jeringa resuelve todos los problemas.
problema, no tiene punto de comparación.

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Inserción en el Mercado Laboral Veterinario

Si eso aconteciera, junto con la Reglamentación 6. Grimal, P. 1968. El siglo de Augusto. 3ª. Edi-

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de la Profesión, el Tribunal de Ética del Colegio ción. EUDEBA. Pág. 121.

Veterinario3 tendría muy poco trabajo, en lo ati- 7. Jenofonte.1971. Recuerdos de Sócrates. Sal-

nente a reclamos arancelarios. vat Editores. Alianza Editorial S.A. Pág.88

8. Magallanes, N.1989. Pedro Bergés. Un vete-


Es nuestro anhelo que las jóvenes generaciones
rinario singular. Interifa S.A. 16 pp.
puedan disfrutar de esto, que para nosotros no fue

más que una entelequia, un sueño de estudiante. 9. Magallanes, N.1996. “La salud animal antes
de 1900”. Interifa S.A. 34 pp.

10. Magallanes, N. 1997. La Escuela de Veterina-


REFERENCIAS ria de Montevideo y su primer director. Inte-
1. Bosticco, S. 1968. Ramsés II. Los Hombres
rifa S.A. 34 pp.
de la Historia. Centro Editor de América La-
tina. Fascículo 26: 25 pp. 11. Magallanes, N. 1997. Orígenes de la Socie-
dad de Medicina Veterinaria del Uruguay.
2. Casas Olascoaga, R. 1999- Antecedentes de
Academia Nacional de Veterinaria. 28 pp.
la Tuberculosis Bovina en el Uruguay. Perío-
do 1888-1998. Seminario sobre Sanidad Ani- 12. Muñoz Ximénez, L.V. 1951. La Dirección de

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1999. 19 pp. tevideo. 651 pp.

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naria-DIGESEGA-SMVU. 98 pp. Gaceta Veterinaria XLII (858):509-520

4. Cetrángolo, R. 1977. Participación del téc- 14. Postiglioni, J. 1975 Evocando para avanzar,

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tría:H1-H8.
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