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Investigación:

El porro:
Este es un ritmo musical característico de la región caribe colombiana, tradicional de
los departamentos de Sucre, Córdoba, y Bolívar. Este posee un ritmo melódico,
alegre y fiestero, mayormente para un baile en parejas, este se ejecuta en un
compás de 2/2 o conocido popularmente compas partido, es mayor mente
interpretada por las bandas conocidas como “papayeras”. se dice que surgió en la
época precolombina, a partir de grupos gaiteros de origen indígena, luego siendo
enriquecida por la rítmica africana, más tarde evolucionando al ser tomado por las
bandas de viento de carácter militar que incluyeron los instrumentos de viento
europeos (trompeta, tuba, bombardino, clarinete y trombón), aun siendo utilizados
en el siglo actual. Según Guillermo Valencia Salgado, su principal fuente creativa se
encuentra en elementos rítmicos de origen africano, principalmente de antiguas
tonadas del pueblo Yoruba, que en el Sinú y el San Jorge dieron lugar al
surgimiento del “baile cantado”. El porro también se tocó solo con tambores,
acompañamiento de palmas y cantado, lo mismo que con gaitas. Tratar de asignarle
un lugar único de nacimiento en la Caribe Colombiano no ha logrado consenso.
Enrique Pérez Arbeláez sostiene que es oriundo de las riveras del Bajo Magdalena
donde este nació en El Carmen de Bolívar a causa de la inmigrantes alemanes e
italianos por el mercado del Tabaco en la zona introdujeron en la región el
instrumento del Clarinete, de allí migró hacia otras poblaciones de la sabana, hasta
llegar al Sinú. También reclaman derechos de paternidad sobre el porro el pueblo de
San Pelayo donde actualmente se realiza el Festival Nacional del Porro y Ciénaga
de Oro, ambos del departamento de Córdoba.

En cuanto al origen de la voz porro se conocen dos hipótesis principales: la de que


proviene del porro, manduco o percutor con que se golpea al tambor o bombo y su
acción o porrazo (Valencia Salgado) y la que sostiene que es derivada de un
tamborcito llamado porro o perrito con que este se ejecutaba (Aquiles Escalante).

El porro, en su variante orquestada, alcanzó una amplia difusión nacional e


internacional en las décadas de 1940 a 1970 gracias a agrupaciones como Lucho
Bermúdez, Pacho Galán, Edmundo Arias, Juan Piña, La Sonora Matancera, Billo's
Caracas Boys, Los Melódicos, La Sonora Cordobesa, Pedro Laza y sus Pelayeros
(que no eran de San Pelayo) entre otras. En esa época el porro entró a las salas de
baile de los clubes de Colombia y de varios países latinoamericanos.

En la década de 1990, el porro perdió algo de la popularidad nacional que había


adquirido y su influencia actual está circunscrita a zonas geográficas, círculos de
aficionados y cultores en diferentes partes de Colombia y el mundo. Aunque siguen
siendo muy populares en las fiestas patronales o de pueblo las bandas pelayeras,
que tienen entre su repertorio en mayor porcentaje gaitas y porros.
Prevalecen los dos tipos de agrupaciones que lo interpretan (bandas y orquestas).
La mayoría de las bandas se localizan en la Costa Caribe, aunque también existen
bandas de otras zonas de Colombia e inclusive de otros países. Entre las bandas
más populares se encuentra la 19 de marzo de Laguneta dirigida por Miguel Emiro
Naranjo quien ha interpretado este tipo de folclor colombiano en grandes auditorios
de países europeos, así como la formación de más de 300 jóvenes y es el padre de
12 bandas folclóricas. [1
El porro tradicional o campesino se suele clasificar en dos tipos o categorías
principales: “tapa'o” y “palitia'o”.

El “palitia'o”, oriundo de las tierras del Sinú, toma su nombre según la versión más
aceptada, por la forma como se golpea con el percutor una tablilla incorporada al
aro del bombo o externa a este. Esto ocurre al momento en que el bombo queda en
silencio y el clarinete toma el rol protagónico.

El porro “palitia'o” se encuentra estructurado por cuatro partes o secciones: danza,


porro, “boza”, danza. Las danzas, de cortos compases, dan inicio y fin a la obra
como en una especie de anuncio que da entrada y salida al porro propiamente y a
sus dos partes principales.

La sección porro se identifica por estar dominada por el sonido de la trompeta y la


“boza” por ser el momento en que predomina el clarinete, y en que suele
suspenderse la percusión del bombo e iniciarse el golpeteo del palo sobre la tablilla
(el paliteo).

Estos elementos característicos del porro “palitia'o” no están presentes siempre en


todos los temas. María Varilla, por ejemplo, que se ha llamado el himno de Córdoba,
no posee las danzas de entrada y final. Igualmente, El Gavilán Garrapatero, Soy
Pelayero y la Mona Carolina carecen de la danza inicial, lo contrario de un Porro
“tapa'o” como Roque Guzmán, que cuenta con las danzas a su inicio y final, sin que
por ello sea uno “palitia'o”.

Por su parte el porro “tapa 'o” o sabanero por ser originario de las sabanas de los
departamentos de Córdoba, Sucre y Bolívar, se llama así por la predominante forma
como el ejecutante del bombo tapa con la mano el parche opuesto al que percute, y
carece de la sección “boza”.
Musicólogos como Victoriano Valencia, han identificado otros rasgos como la
improvisación, a cargo de cada instrumento o grupo de estos, que se da en las
formas viejas del porro, del fandango campesino y también de la puya. Otros rasgos
de las nuevas composiciones porristicas destacadas por el mismo Valencia son:
estrechamiento de las secciones, ampliación del coro o su supresión y aceleración
del ritmo.

María Barilla: vida y muerte


Nacida en ciénaga de oro (Córdoba), María de los Ángeles Tapias, conocida
artística y popularmente como María Barilla, fue una bailarina y activista colombiana
de ascendencia italiana. Su nombre original era María de los Ángeles, y su apellido
materno parece haber sido Tapias. Sin embargo, debido a su compañero, Perico
Barilla, cambió su apellido a Barilla, considerándolo “más alegre y sonoro”. Con la
frase "Hey, tóquenme mi porro", se dirigía a las bandas y llegaba a los fandangos a
menear sus caderas "El porro María Barrilla le llaman así, porque a ella le gustaba
mucho, pero el verdadero nombre era Palo del Carito o Agua del Canal, hay una
controversia entre esos dos nombres. Ella llegaba a los fandangos y decía a las
ban- das: "Tóqueme mi porro', y los de las bandas decían: 'Hey, el porro María
Barilla', entonces se iban quedando con ese nombre y hasta ahora quedó
bautizado", cuenta el reconocido maestro de la danza del porro, Luís Martínez.
María Barilla creció en la finca Las Majaguas, en la región del Sinú, donde se
dedicó al lavado y planchado desde niña.
Su madre, Evangelina Tapias, influyó en su vocación y la conexión con la cultura
popular y los aires musicales propios de la región. Allá creció María hasta los 16
años cuando se fue a vivir con uno de sus amores: Perico Varilla. Perico varilla era
un hombre fornido por las largas faenas de vaquería a la cual se dedicaba a mucha
honra. Se dice que su personalidad machista quizás fue el motivo principal para que
decidiera abandonar a su mujer.
“Él quería un hijo y María se lo engendró, pero cuando el embarazo estaba forjado
perdió la criatura por un aborto accidental”
Lelis asevera vio que un día a Perico Barilla irse para nunca más volver. María lo vio
volverse pequeño por la carretera mientras él se alejaba. Prometió regresar, pero
nunca lo hizo, Aunque la relación fue corta, ella decidió conservar el apellido.
Se dice que los primeros ensayos de baile de María barilla fueron junto a su madre
que la acompañaba a las fiestas, en las cuales Evangelina vendía galletas mientas
maría se familiarizó con el porro, fandangos y ritmos sabaneros por primera vez
(géneros musicales folclóricos y alegres, originario de la Región Caribe colombiana)
en las sabanas del departamento de Córdoba. Considerada la mejor bailadora de
fandango de todos los tiempos, su nombre alcanzó niveles míticos. Su habilidad
para bailar aires caribeños y afrocaribeños la convirtió en un símbolo musical
sinuano. Dejó un legado significativo en la cultura caribeña.
Se dice que cuando llegaba la madrugada y ella aún estaba de fiesta algunas veces
la vieron bañarse en el río y tomar una “caraqueña” (bebida hecha con “panela”,
caña de azúcar prensada, y limón) antes de irse a acostar.
Se le conoció como una persona además de alegre muy solidaria perteneciente a la
Sociedad de Obreras Redención de la en 1918, ella estuvo ligada con el nombre del
dirigente sindical Vicente adamo y con la campesina Juana julia guzmán, con los
que al parecer fue precursora del movimiento feminista en Montería, también se
cuenta que llego a dedicarse a la enfermería; y aunque su legado y fama es
permanece en nuestra memoria, barilla no era la única bailarina de su época, pues
en una época en donde se le reconocía el talento a la mujer se destacaron figuras y
apodos como la Caimana, la Ojito, la China Rivero, la Maleta, la Mataeplátano, la
Tutancama, la Venáa, la Mapaná,etc.
Se le apodaba cariñosamente como “La Mayo” y se dice que al llegar al baile
transformaba los fandangos tristes y alegraba los corazones de los músicos que
tocaban mejor cuando bailaba, siempre destacando su belleza, "Era una mujer
bastante delgada, alta, tenía buenas caderas, la cabellera le llegaba a la cintura,
era, indiscutiblemente, una mujer hermosa” Se relata que barilla no dejó de bailar y
festejar inclusive cuando ya pasados los años le dio tuberculosis.
Desafortunadamente en medio de una de las fiestas del 20 de enero de 1940 le dio
un fuerte acceso de tos y vomitó sangre. A pesar del cariño y el cuidado que le
dieron, ella murió unos meses más tarde a los 53 años de
María Barilla dio la vida por el jolgorio, por la música. Nadie se atreve a afirmar que
el fandango la mató, pero sí el descuido por su propia salud fue lo que la condujo a
la muerte
Los biógrafos coinciden en afirmar que un cuadro de tuberculosis le impidió mover
los pies y las manos para izar las velas en el fandango, que era como su patria.
Alcides Avilés relata que la mayo se sofocaba en el ruedo y se calentaba. Que
Cuando regresaba a la casa se acostaba sobre sacos en el piso pelado, lo que
provocó que se volviera tísica
Orlando Fals en su libro sobre la bailadora, en el que afirma que “Ella se fue
enfermando hasta que desarrolló tuberculosis y con esos escalofríos ya no volvía a
ponerse la rosca en la cabeza porque se le caía la taza de café. Murió en la piecita
que había tomado en arriendo en la calle 34 con carrera 5 en Montería, en julio de
1940”, dijo Fals. Cuentan que como buena bailadora y amante del porro pidió que la
banda amenizara su entierro, pero, según Fals, esta no pudo tocar porque el
director estaba enfermo. “Pero sí tocaron en el velorio”, afirmó.
Quizás porque no le cumplieron esa promesa fue que muchos aseguraron haberla
visto, después de muerta, moviéndose entre la multitud cual presencia fantasmal,
negándose a salir del círculo bullicioso del fandango, ’n el que estuvo confinada toda
su existencia. Su leyenda ha sido enriquecida por músicos, escritores y artistas,
convirtiéndola en un ícono del Caribe colombiano. Su nombre perdura como un
símbolo y una inspiración para la cultura musical de la región.
Movimientos sociales y culturales de la época y maría barilla:
"Vivió en Montería y participó en esta construcción en la época en la que aun en
corralejas, no eran las estas grandiosas que conocimos en Sincelejo y en Montería
años más tarde, esto quiere decir que el fandango es anterior a las estas en
corralejas", reseña el historiador William Fortich.

Las bandas musicales de viento que acompañaban a esta mujer en Montería, según
el re- gistro documentado, nacieron en 1845. Mientras que, en Lorica, entre 1861 y
1862, ya había escuelas de este tipo.

"En San Pelayo las bandas musicales de viento las vamos a encontrar de 1902 en
adelante, es- te año es el de la creación de la primera banda riojana de este
municipio, entre 1923 y 1925", explica el historiador. El fenómeno de María Barilla
como bailadora de fandango es propio de la capital de Córdoba, el lugar donde se
dio se conoce hoy como el Parque de Montería, antes llamado la "Gran Plaza", un
espacio cerrado donde se daba cita la primera generación de danzantes en la época
posterior a la Guerra de los Mil Días, donde protagonizó la llamada Fiesta de la Paz.

"La Guerra de los Mil Días comienza en 1899 termina en 1902, se puede decir que
el fan- dango sinuano con banda musical de viento en la plaza pública es un
fenómeno como una alegoría, una apoteosis, una está a la paz, es un fenómeno de
un periodo siguiente a ese con acto", precisa Fortich.

Otros personajes influyentes de la época:

1. Pedro Ospina: Político colombiano que se destacó en la defensa de los derechos


civiles y la igualdad en el país. Participó activamente en la lucha contra la
discriminación racial y en la promoción de la justicia social en el Caribe colombiano.

2. Lucho Bermúdez: Reconocido músico y compositor colombiano, nacido en El


Carmen de Bolívar, quien contribuyó significativamente al desarrollo de la música
caribeña, especialmente a través de sus composiciones de música tropical y
folclórica.

3. Peregoyo y su Combo Vacaná: Banda musical liderada por Peregoyo (Isaac


Vivanco), que fue pionera en la mezcla de ritmos tradicionales del Caribe
colombiano con influencias modernas, contribuyendo así al surgimiento de la
champeta y otros estilos musicales.

4. Celia Cruz: Aunque nació en Cuba, Celia Cruz fue una figura icónica en la
difusión de la salsa en Colombia y en todo el mundo. Su música y su carisma
inspiraron a muchas personas en el Caribe colombiano a adoptar la salsa como
parte de su identidad cultural.

5. Líderes estudiantiles y políticos locales: Durante la mitad del siglo XX, hubo
numerosos líderes estudiantiles y políticos en el Caribe colombiano que
desempeñaron roles clave en la promoción de la justicia social, la participación
política y la defensa de los derechos civiles en la región.

6. Lucho Bermúdez: Reconocido compositor, arreglista y director de orquesta,


considerado una figura fundamental en la popularización del porro y otros ritmos
folclóricos colombianos.

7. Pacho Galán: Compositor y director de orquesta colombiano, conocido por sus


contribuciones al porro y otros géneros musicales caribeños. Compuso éxitos como
"La Subienda" y "La Danza de los Mirlos".

8. Lisandro Meza: Aunque más conocido por su trabajo en el vallenato, también


incursionó en el porro, llevando su estilo único y su talento como acordeonista a
este género.

9. La Sonora Cordobesa: Orquesta emblemática del porro y otros ritmos caribeños,


fundada en 1960 en el departamento de Córdoba, Colombia. Han contribuido
significativamente a la difusión y preservación de la música tradicional de la región.
10. Toto La Momposina: Cantante y bailarina colombiana, reconocida por su amplio
repertorio de música tradicional del Caribe colombiano, incluyendo el bullerengue,
cumbia y porro. Ha sido una embajadora de la cultura caribeña a nivel internacional.

11. Petrona Martínez: Conocida como la "Reina del Bullerengue", fue una destacada
cantante y exponente de este género musical tradicional afrocolombiano. Su voz
potente y su compromiso con la preservación de la cultura afrocaribeña la
convirtieron en una figura icónica.
12. Consuelo Araújo Noguera (La Cacica Gaitana): Aunque más conocida por su
labor como escritora y defensora de la cultura colombiana, también fue una
promotora de la música tradicional de la región caribeña. Contribuyó a resaltar la
riqueza cultural del Caribe a través de su trabajo en la danza, la música y la
literatura.

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