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Ejercicio Físico en el Adulto Mayor

Ejercicio Físico en el Adulto Mayor

Clase 3
FACTORES DE RIESGO EN EL ADULTO MAYOR
Contenidos de la clase:
-El proceso inherente de envejecimiento desde la biología
-El proceso de envejecimiento inherente y el rol facilitador del ejercicio
Ejercicio Físico en el Adulto Mayor

El proceso inherente de envejecimiento desde la biología


Actividad física, envejecimiento y función fisiológica
En la mayoría de países desarrollados tiene lugar una combinación de factores como inactividad
física e ingesta excesiva de comida, los cuales afectan los procesos fisiológicos de la población,
entre ellos el envejecimiento. El efecto evidente de esto se aprecia en el deterioro de la salud como
el aumento de la morbilidad y mortalidad debido a enfermedades cardiovasculares, obesidad,
diabetes tipo 2 y cáncer (Harridge & Lazarus, 2017). En otras palabras, el envejecimiento disminuye
la función fisiológica, pero también lo hace la inactividad física, y considerando que las personas
mayores reportan niveles altos de sedentarismo, la pregunta que surge es ¿En qué medida los
cambios comúnmente asociados al envejecimiento se deben a la falta de actividad física y no
al proceso biológico de envejecer?
Un punto fundamental a considerar respecto del estado por defecto del envejecimiento biológico y la
función fisiológica es nuestra herencia genética. En este sentido, el aumento del número de
personas sedentarias y obesas no puede ser explicado por un cambio en nuestra composición
genética. Por lo tanto, nuestros genes están adaptados a un estilo de vida donde la actividad física
tiene un rol importantísimo, lo que implica que ser físicamente activos es la posición biológica por
defecto para mantener la función fisiológica a lo largo de la vida (Harridge & Lazarus, 2017), y tratar
de estudiar cualquier aspecto fisiológico (el envejecimiento, por ejemplo) sin considerar a la
actividad física tendrá distorsiones importantes
Ejercicio Físico en el Adulto Mayor

Envejecimiento y ejercicio
La inactividad física afecta negativamente el proceso de envejecimiento en cualquier edad,
además de ser un factor de riesgo central de numerosas enfermedades crónicas y un predictor
independiente de la mortalidad. Así, el sedentarismo influencia la trayectoria del declive de la
función fisiológica más allá de los efectos inherentes al proceso de envejecimiento. Estudiar el
envejecimiento en atletas master de alto nivel nos permite observar la caída de la función
fisiológica en personas que no se ven afectadas por factores de confusión negativos como la
inactividad, mala alimentación y el uso de alcohol, entre otros (Harridge & Lazarus, 2017).
Ejercicio Físico en el Adulto Mayor

La evidencia en atletas master de alto rendimiento muestra que aquellos que entrenan fuerza y
potencia tienen mayores niveles de fuerza contráctil comparados con sus pares sedentarios o
deportistas de resistencia. Esto sugiere que todos los efectos celulares que afectan a la pérdida de
fuerza y masa muscular parecen estar ampliamente influenciados por la inactividad física, lo que
refleja una interacción envejecimiento-inactividad física más que un efecto propio del envejecimiento
(Harridge & Lazarus, 2017).
En conclusión, los niveles superiores de salud muscular y cardiovascular de incluso atletas de 80
años o más muestran la existencia de una gran reserva funcional por sobre los niveles asociados
con la discapacidad y mortalidad en personas mayores (Harridge & Lazarus, 2017)
La evolución humana sugiere que la característica por defecto para ser saludables es ser
físicamente activo. Al mismo tiempo, el sedentarismo tiene efectos negativos severos sobre la salud
a lo largo de la vida. Por lo tanto, la actividad física es un factor central para desarrollar un
envejecimiento saludable caracterizado por niveles de funcionalidad elevados hasta el final de la
vida (Harridge & Lazarus, 2017).
Ejercicio Físico en el Adulto
Mayor
Ejercicio Físico en el Adulto Mayor

El proceso de envejecimiento inherente y el rol facilitador del ejercicio


El concepto de inactividad física nos muestra que no solo es importante el movimiento en nuestro día a día
(con actividad física y con ejercicio), sino que el tiempo que pasamos siendo sedentarios (sentados, por
ejemplo) tiene un efecto muy negativo en la función fisiológica y en la salud a lo largo de nuestras vidas
(Lazarus & Harridge, 2018). En otras palabras, el movimiento es positivo y el sedentarismo es negativo, lo
que quiere decir que no se trata de que una persona sea o no activa, sino que cuánto tiempo es activa y
cuánto tiempo es sedentaria. Ya no es un blanco y negro (si hago ejercicio no soy sedentario), sino un
espectro en el cual puedo o no hacer ejercicio en algún momento y sigue siendo igual de importante no estar
sedentario durante el día.
Bajos niveles de actividad física y sedentarismo están asociados a enfermedades como: sarcopenia,
síndrome metabólico, obesidad, resistencia insulínica, diabetes tipo 2, hígado graso no alcohólico,
enfermedad coronaria y arterial, hipertensión, insuficiencia cardíaca, disfunción endotelial, trombosis,
depresión y ansiedad, osteoporosis, artrosis, artritis reumatoide, cáncer de colon, pecho y endometrial
(Lazarus & Harridge, 2018).
Ejercicio Físico en el Adulto Mayor

El envejecimiento es un proceso que afecta cada sistema y célula de nuestro cuerpo. Por lo tanto,
podemos pensar que el envejecimiento produce cambios en la función fisiológica. Cuando
analizamos una variable como la mortalidad por cualquier causa encontramos asociaciones con
cambios en la función fisiológica (Lazarus & Harridge, 2018), o sea ciertos cambios en la fisiología
humana se asocian a mayor mortalidad. Pero lo curioso es que muchas de estas funciones
fisiológicas pueden ser modificadas por el ejercicio, lo cual tiene implicaciones muy importantes
para nuestro análisis.
El consumo de oxígeno se asocia a la mortalidad por cualquier causa, pero cuando comparamos
personas que entrenan con personas que no entrenan de la misma edad vemos que las personas
que entrenan tienen un mayor consumo de oxígeno. Además, tanto en personas que entrenar
como en quienes no entrenan los mismos valores de consumo de oxígeno pueden encontrar en
personas con dos y tres décadas de diferencia, siendo siempre más altos en quienes entrenan
(Lazarus & Harridge, 2018). Entonces al envejecer se pierde función fisiológica o este marcado
declive es producto de la falta de ejercicio.
En resumen, esto demuestra que, no solo son maleables las funciones fisiológicas, sino que las
personas que entrenan y las que no entrenan tienen diferentes fenotipos (Lazarus & Harridge,
2018).

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