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MASÓNERIA, PODER POLÍTICO E

INGENIERÍA SOCIAL

Seminario sobre Masonería en la Universitas Senioribus.

Profesor: D. Alberto Bárcena. Doctor en Historia


Contemporánea.
Febrero de 2013.
ÍNDICE

DOCUMENTACIÓN:

I. DOCUMENTOS PONTIFICIOS CONTRA LA MASONERÍA. FUNDAMENTOS:

Documento 1.

1738. Mediante la bula In Eminente, el Papa Clemente XII, prohíbe a los católicos entrar en la
masonería…………………………………………………………………....8

Documento 2.

1751. La condena de la masonería pronunciada por Clemente XII es reforzada por la


Constitución Apostólica Próvidas de Benedicto XIV………………………………….10

Documento 3.

Los juramentos del secreto masónico recogidos por Manuel Guerra en su libro Masonería,
religión y política, págs. 58 y ss...................................................................13
A/ Solemne declaración introductoria………………………………………………..13
B/ Palabras de compromiso jurado…………………………………………………...13
C/ El castigo como garantía de la observancia del juramento………………………..14

Documento 4.

La matanza de frailes de 1834 narrada por Menéndez Pelayo; Martínez de la Rosa admite la
responsabilidad de las logias en su preparación y organización……………..15

Documento 5.

En 1846, Pío IX, al abordar el tema de la fe y la religión en su encíclica Qui pluribus confirma la
condena de la masonería formulada por sus predecesores………………...17
2. Solicita colaboración para la magna empresa……………………………………...18
3. Errores e insidias de estos tiempos………………………………………………...18
4. Razón y fe………………………………………………………………………….19
5. Progreso y religión…………………………………………………………………19
6. Motivos de la fe……………………………………………………………………19
7. La fe victoriosa es prueba de su origen divino…………………………………….20
8. La Iglesia, maestra infalible……………………………………………………...20
9. Otras clases de errores…………………………………………………………...21

Documento 6.

2
1884. Si hasta la fecha los documentos papales han sido numerosos y contundentes en su condena
de la masonería, aquella llegará a su punto máximo en una encíclica llamada a hacer historia. Se
trata de la Humanum Genus debida a León XIII………………..22
La Masonería…………………………………………………………………………22
Amonestaciones de los Romanos Pontífices…………………………………………23
Confirmación de los hechos………………………………………………………….24
Organización <secreta>………………………………………………………………25
Naturalismo doctrina…………………………………………………………………26
Contra la Sede Apostólica……………………………………………………………27
Negación de los principios fundamentales…………………………………………...28
Consecuencias políticas………………………………………………………………30
Errores y peligros……………………………………………………………………..30
Remedios doctrinales…………………………………………………………………33
Organizaciones prácticas……………………………………………………………..34
Educación de la juventud…………………………………………………………….35

Documento 7.

El 5 de septiembre de 2010, César Vidal publica en La Razón un artículo titulado La logia Jack
el Destripador, donde explica los asesinatos cometidos por el mítico criminal en clave masónica.
Lo transcribimos íntegramente a continuación………………........36

Documento 8.

Entre los crímenes masónicos recogidos por Ricardo de la Cierva en su obra La Masonería
invisible, se incluye el caso de Jack el Destripador. Incluimos ese apartado como ampliación y
confirmación de los datos recogidos en el documento anterior. De la Cierva resume el contenido y
las conclusiones de la investigación realizada por Stephen Knight publicadas en 1977, en su obra
Jack the Ripper...............................................37

Documento 9.

<El regicidio masónico de 1906>. El atentado contra Alfonso XIII fue el resultado de una conspiración
masónica para terminar con la Majestad Católica. Los tres implicados en el mismo, Mateo Morral,
Francisco Ferrer Guardia y José Nackens eran masones. Así lo expone Ricardo de la Cierva en su obra, La
Memoria invisible……………………………………………….42

Documento 10.

La consolidación del mito Ferrer Guardia como <ilustre pedagogo> a despecho de su pasado de <criminal
cobarde>, gracias a la activa campaña de la masonería y las izquierdas europeas. La fundación Ferrer
Guardia, su centenario y el laicismo impulsado desde el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El
periódico Alba publicaba en Febrero de 2011 un artículo sobre este asunto, del que transcribimos la reseña
dedicada a Ferrer Guardia…………………………44

Documento 11.

Explicando el funcionamiento de las llamadas logias salvajes Manuel Guerra recoge en su obra
más reciente el testimonio de Maurice Caillet sobre las amenazas de muerte recibidas de su
hermano masón si persistía en su propósito de pleitear ante la magistratura
laboral…………………………………………………………………….45

3
Documento 12.

Durante la segunda mitad de la década de 1970 tuvieron lugar diversas reuniones ante la
Conferencia Episcopal alemana y los masones. El resultado fue la siguiente Declaración sobre la
Masonería de la Conferencia Episcopal Alemana, publicada en el L’ Osservatore Romano, el 9 de
julio de 1980……………………………………………45

Documento 13.

En 1983, se publica de nuevo Código de Derecho Canónico. Para sorpresa de muchos, su canon
1374, no menciona de manera específica a la masonería………………….....46

Documento 14.

La omisión de referencias expresas a la masonería en el nuevo Código de Derecho Canónico, tiene


como consecuencia directa que se difunda la tesis de que se puede ser católico y masón. Para salir
al paso de esa interpretación, es promulgada la Declaración sobre las Asociaciones Masónicas
Quaesitum est. Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. 26 de noviembre de
1983…………………………………………...46

Documento 15.

El 20 de febrero de 1985, el Cardenal Ratzinger emitió un nuevo comunicado de carácter oficioso


en L´Osservatore romano –que abundaba en la Declaración de 1983- y se titulaba Reflexiones un
año después de la Declaración de la Doctrina de la Fe. Incompatibilidad de la fe cristiana y la
masonería.
Reproducimos su texto integro a continuación…………………………………………47

II. MASONERÍA, GNOSIS, LUCIFERISMO Y PODER GLOBAL

Transcripción literal de textos (sin notas) de las obras de los siguientes autores y obras:

4
AMORTH, Gabriele, Habla un exorcista.
Ed. Planeta, Barcelona 1997.

GUERRA, Manuel, La Trama Masónica.


Ed. Styria, Barcelona 2006.

SANAHUJA, Juan Claudio, Poder Global y Religión Universal.


Ed. Vórtice, Buenos Aires, 2010.

VIDAL, Cesar, La Masonería; un estado dentro del estado.


Ed. Planeta, Barcelona 2010.

Documento 16.

La Masonería, una gnosis antropocéntrica…..................................................................52

Documento 17.

La Masonería, Lucifer y el luciferismo………………………………………………...54

Documento 18.

Ricardo de la Cierva sostiene en su obra, Masonería, Satanismo y Exorcismo, que la cúpula que
rige la masonería internacional es satanista. Reproducimos parte del capítulo VI de dicha
obra………………………………………………………………………..56

Documento 19.

La Masonería y el Cristianismo.
-INCOMPATIBILIDAD OBJETIVA ENTRE LA MASONERÍA Y EL
CRISTIANISMO………………………………………………………………………57

Documento 20.

El maestro masón Albert Pike entona un himno a Lucifer como portavoz de la luz
espiritual………………………………………………………………………………..58

Documento 21.

La visión diabólica de León XIII, (autor de la Humanum Genus, aquí recogida íntegramente)
publicada por el Padre Gabriele Amorth, exorcista oficial de la diócesis de
Roma………………………………………………………………………………...59

Documento 22.

5
El Libro Blanco de la Laicidad, publicado por el Gran Oriente de Francia proporciona las claves
para entender las políticas puestas ya en marcha por organizaciones internacionales y gobiernos
como el presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. Extractamos algunos
párrafos…………………………………………………………..60

Documento 23.

La Masonería y las instituciones políticas y económicas internacionales……………...62

Documento 24.

<Sectas promovidas por la masonería misma>. Dentro del capítulo XI (págs. 287 y ss) de su libro ,
La Trama Masónica, Manuel Guerra trata de sectas y organizaciones creadas por
masones……………………………………………………………………63

Documento 25.

<Bilderberg: los señores que mueven los hilos>. Así titula este punto del capítulo 4 de su obra, El
Precio del Trono, la periodista Pilar Urbano. En él desarrolla la decisiva intervención del Club
Bilderberg en la gestación de la llamada <crisis del petróleo> de
1973…………………………………………………………………………………….64

Documento 26.

El asesinato de Aldo Moro. La eliminación de un obstáculo de las políticas mundialistas del CFR
y del Bilderberg. La implicación de Henry Kissinger y la masonería. Del libro de Daniel Stulin,
La verdadera historia del Club Bilderberg…………………………66

Documento 27.

El pragmatismo de Kissinger en política internacional expuesto por Pilar Urbano en El Precio del
Trono………………………………………………………………………..67

Documento 28.

Conexión entre los asesinatos de Aldo Moro y Carrero Blanco, según el análisis de Pilar
Urbano………………………………………………………………………………….68

Documento 29.

La amenaza masónica en la visión de Carrero Blanco, ante el futuro de España. Su identificación


entre masonería y comunismo, como el origen de dos revoluciones aparentemente distintas, que
venían a converger en un proyecto común………………68

Documento 30.

6
El masón de grado 33 Julio Álvarez del Vayo, exministro del Frente Popular, fundador del FRAP.
Su participación en el asesinato de Carrero Blanco. Del libro de Ernesto Villar, Todos quieren
matar a Carrero. La conspiración dentro del régimen………...69

Documento 31.

La ética planetaria………………………………………………………………………71

Documento 32.

Canon 1374 del Nuevo Código de Derecho Canónico de 1983………………………..72

LA INFLUENCIA MASÓNICA EN LA EDAD CONTEMPORÁNEA

Seminario sobre masonería en la Universitas Senioribus


Profesor Alberto Bárcena.

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Febrero de 2013

DOCUMENTACIÓN:

I DOCUMENTOS PONTIFICIOS CONTRA LA MASONERÍA.1 SUS FUNDAMENTOS.

Documento 1.

1738. Mediante la bula In Eminente, el Papa Clemente XII prohíbe a los católicos entrar en
la masonería.

Clemente, siervo de los siervos de Dios, a todos los fieles de Jesucristo, salud y bendición
apostólica.
Elevado por la providencia Divina al grado más superior del Apostolado, aunque muy indigno
de él, según el deber de la vigilancia pastoral que se nos ha confiado, hemos constantemente
secundado por la gracia divina, llevado nuestra atención con todo el celo de nuestra solicitud,
sobre lo que se puede, cerrando la entrada a los errores y a los vicios servir a conservar, sobre
todo, la integridad de la religión ortodoxa, y a desterrar del mundo católico, en estos tiempos tan
difíciles, los peligros de las perturbaciones.2 También hemos llegado a saber aun por la fama
pública que se esparce a lo lejos, haciendo nuevos progresos cada día, ciertas sociedades,
asambleas, reuniones, agregaciones o conventículos llamados vulgarmente de francmasones o bajo
otra denominación.3 Pero como tal es la naturaleza del crimen, 4 que se descubre a sí mismo, da
gritos que lo manifiestan y lo denuncian; de ahí, las sociedades y conventículos susodichos han
dado origen a tan fundadas sospechas en el espíritu de los fieles que el alistarse en estas
sociedades es para las personas honradas y prudentes contaminarse con el sello de la perversión y
de la maldad; y esta sospecha ha tomado tanto cuerpo que en muchos Estados estas mencionadas
sociedades han sido ya hace mucho tiempo proscritas y desterradas como contrarias a la seguridad
de los reinos.5 Por esto, reflexionando nosotros sobre los grandes males que ordinariamente
resultan de esta clase de asociaciones o conventículos, no solamente para la tranquilidad de los
Estados temporales, sino también para la salud de las almas, y que por este motivo de
ningún modo pueden estar en armonía con las leyes civiles y canónicas; y como los oráculos
divinos nos imponen el deber de velar cuidadosamente día y noche como fiel y prudente servidor
de la familia del Señor, para que esta clase de hombres, lo mismo que los ladrones, no asalten la
1
Publicados y anotados por César Vidal en el Apéndice de su obra, La Masonería; un estado dentro del estado, Ed.
Planeta, 2010. Hemos sustituido por las nuestras las notas del autor, manteniendo solamente las que anuncian el
contenido de los documentos a modo de introducción.
2
Se refiere a la lucha ya entablada por la Ilustración contra la Iglesia católica.
3
Ya Clemente XII reconocía en la secta una diversidad de denominaciones y apariencias distintas que formaban una
misma realidad, camuflada de ese modo) según la variedad de las lenguas, en las que hombres de toda religión y secta,
afectando una apariencia de honradez natural, se ligan el uno con el otro con un pacto tan estrecho como impenetrable
según las leyes y los estatutos que ellos mismos han formado y se obligan , por medio de juramento prestado sobre la
Biblia y bajo graves penas, a ocultar con un silencio inviolable todo lo que hacen en la oscuridad del secreto.
4
También conocía el alcance del secreto masónico, uno de los rasgos distintivos de la secta, cuya violación se
castigaba ya entonces con la máxima severidad; así como señala la apariencia de respetabilidad que trataban de
mantener ante el mundo.

5
Denuncia aquí la amenaza que para los estados representaba, desde sus orígenes, la masonería como se comprobará
al analizar sus implicaciones en la preparación de la Revolución Atlántica, demostrando, una vez, la clarividencia que
suele acompañar a los documentos pontificios a la hora de denunciar amenazantes situaciones futuras.
8
casa y como los zorros no trabajen en demoler la viña, no perviertan el corazón de los sencillos, y
no los traspasen en el secreto de sus dardos envenenados; para cerrar el camino muy ancho que de
ahí podría abrirse a las iniquidades, y que se cometerían impunemente, y por otras causas justas y
razonables conocidas de Nos, siguiendo el parecer de muchos de nuestros venerables hermanos
cardenales de la Santa iglesia romana y de nuestro propio movimiento de ciencia cierta, después
de madura deliberación, y de nuestro pleno poder apostólico, hemos concluido y decretado
condenar y prohibir estas dichas sociedades, asambleas, reuniones, agregaciones o conventículos
llamados de francmasones, o conocidos bajo cualquiera otra denominación, como Nos los
condenamos, los prohibimos por Nuestra presente Constitución valedera para siempre. 6 Por eso
prohibimos seriamente, y en virtud de la santa obediencia, a todos y cada uno de los fieles de
Jesucristo de cualquier estado, gracia, condición, rango, dignidad y preeminencia que sean, laicos
o clérigos, seculares o regulares, aun los que merezcan una mención particular, osar o presumir
bajo cualquier pretexto, bajo cualesquiera color que éste sea, entrar en las dichas sociedades de
francmasones, o llamadas de otra manera, o propagarlas, sostenerlas o recibirlas en su casa o
darles asilo en otra parte, y ocultarlas, inscribirse, agregarse y asistir o darles el poder o los medios
de reunirse, suministrarle cualesquiera cosa, darles consejo, socorro o favor abierta o
secretamente, directa o indirectamente por sí o por medio de otros de cualquiera manera que esto
sea, como también exhortar a los demás, provocarlos, obligarlos o hacerse inscribir en esta clase
de sociedades, a hacerse miembros y asistir a ellas, ayudarlos y mantenerlos de cualquiera manera
que esto sea o aconsejárselas, pero nosotros les ordenamos en absoluto que se abstengan
enteramente de estas clases de sociedades, asambleas, reuniones, agregaciones o conventículos,
esto bajo pena de excomunión en que incurren todos contraviniendo como arriba queda dicho, por
el hecho y sin otra declaración de la que nadie puede recibir el beneficio de la absolución por otro
sino por Nos o por el Pontífice romano que entonces exista, a no ser en el artículo de la muerte. 7
Queremos además y mandamos que tanto los obispos y prelados superiores y otros ordinarios de
los lugares, que todos los inquisidores de la herejía se informen y procedan contra los
transgresores de cualquier estado, grado, condición, rango, dignidad o preeminencia que sean, los
repriman y los castiguen con las penas merecidas como fuertemente sospechosos de herejía;
porque nosotros les damos, y a cada uno de ellos, la libre facultad de informar y proceder contra
los dichos transgresores, de reprimirlos y castigarlos con las penas merecidas, aun invocando para
este efecto, si necesario fuere, el auxilio del brazo secular. Asimismo la mano de un Notario
público y selladas con el sello de una persona constituida en dignidad eclesiástica, se dé el mismo
crédito que se daría a las presentes, si fuesen representadas en el original.
Que no sea permitido a hombre alguno infringir o contrariar por una persona temeraria esta
Bula de nuestra declaración, condenación, mandamiento, prohibición e
interdicción, si alguno presume atentar contra ella sepa que incurrirá en la indignación de Dios
Todopoderoso y de los Bienaventurados Apóstoles san Pedro y san Pablo.
(Dado en Roma, en Santa María la Mayor, el año de la Encarnación de N.S. MDCCXXXVIII, el
IV de las Calendas de Mayo, VIII año de Nuestro Pontificado).

Documento 2.

1751. La condena de la masonería pronunciada por Clemente XII es reforzada por la


Constitución Apostólica Próvidas de Benedicto XIV.8

6
Primera condena expresa de la masonería por parte de un Sumo Pontífice. El subrayado es nuestro.
7
El Papa se detiene en establecer clara y solemnemente que la pena de excomunión alcanza incluso a los que
colaboren con la secta en cualquier grado y manera, como verdaderos cómplices de una actividad criminal.

8
En el texto original, (César Vidal, La masonería; un estado dentro del estado, pág 219) Benedicto XVI, errata que
corregimos aquí.
9
<Nos creemos, por justas y graves razones, fortificar aún con el apoyo de nuestra autoridad y
confirmar las previsoras leyes y sanciones de los Romanos Pontífices, nuestros predecesores, no
solamente aquellas cuyo vigor tememos pudiese haberse debilitado o apagado por el tiempo o por
la negligencia de los hombres, sino que también aquellas que, puestas recientemente en vigor, se
hallan en toda su fuerza.
El Papa Clemente XII, de feliz memoria, nuestro predecesor, en sus letras apostólicas fechadas
en IV de las Calendas de Mayo del año de la Encarnación de Nuestro Señor MCCXXXVIII, el
VIII de su pontificado dirigidas a todos los fieles de Jesucristo y que comienzan con las palabras
In eminente, ha condenado y proscrito a perpetuidad ciertas sociedades, asambleas, reuniones,
asociaciones, conventículos, o agregaciones vulgarmente llamadas de Liberi Muratori, Masones o
de cualquier otro modo, las cuales se hallaban por aquel entonces muy extendidas en ciertos
países, desarrollándose más y más cada día. Prohibió a todos y cada uno de los fieles de Jesucristo,
bajo pena de excomunión nadie podrá ser absuelto, a no ser por el Romano Pontífice en aquel
momento reinante y en el artículo de la muerte, tuviesen la audacia o la presunción de entrar en
esa suerte de sociedades, o de propagarlas, entretenerlas, recibirlas o esconderlas en su casa,
inscribirse en ellas, agregarse o asistir a sus asambleas o tomar en ellas parte de cualquier manera
que esto sea, como se explica más larga y abundantemente en las dichas letras que a continuación
reproducimos (La Bula de Benedicto XIV reproduce aquí la Bula In eminente de Clemente XII ya
reproducida en el apartado anterior).
Mas como no han faltado personas, según nos han informado, que no han temido afirmar y
extender entre las gentes del pueblo que la dicha pena de excomunión lanzada por nuestro
Predecesor ya no tiene efecto ninguno; porque la constitución que acaba de ser reproducida no
había sido confirmada por Nos, como si las Constituciones Apostólicas dadas por un Papa
tuviesen necesidad de ser mantenidas, de la confirmación expresada del Pontífice su sucesor. 9 Y
habiéndose también algunos hombres piadosos y temerosos de Dios, insinuado que para hacer
desaparecer todos los subterfugios de los calumniadores, y para hacer ver la concordia de nuestra
alma con los sentimientos y la voluntad de nuestro Predecesor, sería conveniente añadir el sufragio
de nuestra confirmación a la mencionada
Constitución de nuestro Predecesor, Nos, aunque hasta el presente, cuando se han hallado fieles de
Jesucristo verdaderamente arrepentidos y contritos de haber violado las leyes de la mencionada
Constitución, y que prometiendo de todo corazón retirarse por completo de todas esas sociedades
o conventículos condenados y que han hecho la promesa de jamás volver a ellos.
Nos les hemos concedido benignamente la absolución de la excomunión incurrida, y Nos lo
hemos hecho, sobre todo, durante el año del último Jubileo, y muchas veces antes; aunque
hallamos comunicado a los penitenciarios por Nos diputados, la facultad de poder dar en nuestro
nombre, a los penitentes de esa clase que a ellos se acercasen, la misma absolución; aunque Nos
no hayamos cesado de pedir con celo, solicitud y vigilancia, cerca de los jueces y tribunales
competentes, el procedimiento contra los violadores de dicha Constitución, según la medida del
delito, deber que los jueces y tribunales mencionados han, con efecto, cumplido muchas veces;
aunque Nos hayamos dado en esta argumentos, no solamente probables, mas de todo punto
evidentes e indudables, de donde debían claramente deducirse los sentimientos de nuestra alma, y
nuestra firme y deliberada voluntad de mantener la censura lanzada por nuestro Predecesor
Clemente XII, como ya se ha recordado; aunque pudiésemos, si se extendiese una opinión
contraria a nuestros sentimientos, despreciarla con seguridad, y abandonar nuestra causa al justo
juicio de Dios todopoderoso, apropiándonos las palabras de las cuales, en otro tiempo, se servían
en los santos misterios: <Haced, Señor, os lo pedimos, que no nos detengamos a considerar las

9
Desde su primera expansión, la masonería ha tratado de minimizar el alcance de las condenas papales que,
reiteradamente se fulminaron contra la secta, como si se tratara de documentos obsoletos que fuese necesario
refrendar por los sucesivos Pontífices, algo que, lógicamente rechaza en este punto Benedicto XIV.

10
contradicciones de los malévolos espíritus; mas poniendo bajo nuestros pies su maldad, os
rogamos no permitáis seamos aterrorizados por las críticas injustas, ni enlazados por insidiosas
adulaciones; mas que amemos lo que vos mandáis>, como se leía en un antiguo misal atribuido a
san Gelasio, nuestro predecesor, y publicado por el venerable servidor de Dios, el Cardenal María
Tomasio, en la misa intitulada Contra obloquentes.
Sin embargo, para que no se nos pueda reprochar la imprevisión de no haber puesto los medios
necesarios para quitar todo recurso y cerrar la boca a la mentira y a la calumnia, después de haber
tomado parecer de algunos de nuestros venerables hermanos los cardenales de la santa iglesia
Romana, Nos hemos decretado confirmar con las presentes la Constitución de nuestro Predecesor,
insertada mas arriba palabra por palabra, en la forma específica, que es entre todas la mas amplia y
eficaz como Nos la confirmamos, corroboramos y renovamos a ciencia cierta y con la plenitud de
nuestra autoridad apostólica, por el tenor de las presentes letras, en todo y por todo, como si se
publicase por vez primera, de nuestro propio movimiento, con nuestra autoridad y en nuestro
nombre, y Nos queremos y decretamos tenga fuerza y eficacia para siempre. 10 Entre los motivos,
muy poderosos, de la mencionada prohibición y condenación enunciados en la Constitución de
Clemente XII se encuentra que en las sociedades y conventículos de esta suerte hombres de
cualquier religión y sociedad se asocian entre sí de donde se ve bastante cuán grave alteración
puede recibir la pureza de la religión católica. Otro motivo poderoso consiste en el pacto estrecho
e impenetrable del secreto, por donde se oculta todo lo que se hace en esta especie de
conventículos, a los que puede aplicarse aquella sentencia que Cecilio Natal dejó oír en una causa
muy diferente, como lo cuenta Minucia Félix: <Las cosas honestas aman siempre la luz del día, y
los crímenes se esconden en la oscuridad>. El tercer motivo está sacado del juramento con el cual
se obligan guardar inviolablemente el secreto, como si fuese permitido a cualquiera oponer
promesa o juramento para dispensarse del deber de confesarlo todo cuanto fuese interrogado por el
poder legítimo, al inquirir si en esta suerte de conventículos no se fragua nada contra el Estado o
las leyes de la religión o de la cosa pública. El cuarto motivo es el siguiente, que esas sociedades
son reconocidas contrarias, tanto a las leyes civiles como a las canónicas, puesto que en derecho
civil todos esos colegios y sociedades no pueden formarse sin el consentimiento de la autoridad
pública, como se ve en el Libro XLVII de las Pandectas, de Collegiis ac corporibus illicitis, y en la
famosa carta de C. Plinio Cecilio Segundo, la cual es la VII del Libro X, donde dice que por su
edicto, según las ordenanzas del Emperador, estaba prohibido pudieran formarse hetarias, es decir
sociedades y conventículos sin permiso del príncipe. 11 El quinto motivo consiste en que en
algunos países, las mencionadas sociedades y agregaciones han ya sido proscritas y expulsadas
por las leyes de los Príncipes seculares. Finalmente, el último motivo consiste en que las dichas
sociedades y agregaciones tienen mala reputación cerca de los hombres prudentes y honrados, y
que a juicio de éstos nadie se alista en ellas sin haber incurrido en nota de vicio y perversidad.
Finalmente, nuestro Predecesor, en la Constitución ya mencionada anteriormente aconseja a los
obispos, prelados superiores, y otros ordinarios que no olviden en invocar para su ejecución, si es
necesario, el auxilio del brazo secular. Todas y cada una de estas cosas no solamente Nos las
aprobamos, confirmamos, recomendamos y ordenamos respectivamente a los mismos superiores
eclesiásticos: más personalmente Nos, según el deber de nuestra solicitud apostólica, invocamos y
requerimos con todas nuestras fuerzas, por nuestras presentes Letras, y para asegurar su efecto, la
asistencia y el socorro de los príncipes católicos y de todas las potencias seculares, los Soberanos
y las potencias, siendo elegidos por Dios para ser los defensores de la fe y los protectores de la
Iglesia, y consistiendo su función en asegurar por todos los medios convenientes la obediencia
debida a las Constituciones católicas, para que en todo sean observadas lo que les han recordado
los Padres del Concilio de Trento, ses. XXV, capítulo XX, y que mucho antes había

10
El subrayado es nuestro.
11
En éste párrafo; Benedicto XIV retoma dos de los principales argumentos de Clemente XII contra la masonería: el
secreto y la amenaza que representa para la seguridad de los Estados, vinculándolos entre sí, y reforzando el segundo
con argumentaciones jurídicas.
11
excelentemente declarado el emperador Carlomagno en sus capitulares, tit. I. cap. II donde
después de haber descrito a todos sus súbditos la observancia, añade: <Porque no podemos
comprender por qué acto podrían sernos fieles todos aquellos que se mostrasen infieles a Dios y a
sus sacerdotes>. He aquí porque al ordenar a todos los gobernadores y funcionarios de sus Estados
obligar absolutamente a
todos y a cada uno a que prestasen obediencia a las leyes de la Iglesia, pronunció penas
severísimas contra aquellos que no se conformasen con ellas, añadiendo entre otras cosas: <Para
aquellos que en esto fuesen desobedientes y negligentes (lo que Dios no permita) sepan que ya no
hay honores para ellos en nuestro imperio, así fuesen nuestros propios hijos, ni lugar en nuestros
palacios, ni sociedad ni relaciones con Nos, o con los nuestros; mas serán castigados rudamente y
sin misericordia>.12 Nos queremos se preste a las copias de los presentes, aun de las impresas,
firmadas de la mano de un notario público y provistas del sello de una persona constituida en
dignidad eclesiástica, la misma fe que se prestaría a las letras originales, si estuviesen
representadas o enseñadas.
Que no sea permitido a ningún hombre infringir o contrariar con temeraria audacia este texto
de nuestra confirmación, renovación, aprobación, comisión, invocación, requisición, decreto y
voluntad. Mas si alguno fuese bastante presuntuoso para alentar contra ellas, sepa que incurrirá en
la indignación de Dios Todopoderoso y de los bienaventurados apóstoles Pedro y Pablo. Dado en
Roma, cerca de Santa María la Mayor, año de la encarnación de Nuestro Señor MDCCLI, el XV
de las Calendas de abril, el año XI de nuestro Pontificado.>

Documento 3.

Los juramentos del secreto masónico. Recogidos por Manuel Guerra en su libro Masonería,
religión y política, págs.. 58 y ss.13

<El secreto masónico, en cuanto vivencia interior, marca el círculo más esencial e íntimo de la
masonería. El juramento se refiere al secreto como el protector al protegido. Consiste en el
compromiso de no transgredirlo. De ahí que esté avalado por tantos juramentos como grados
dotados de rito iniciático. No en todos los grados hay rito de iniciación. He aquí la fórmula del
grado primero, en la cual destaco en negrita (inexistente en el original) su estructura por razones
prácticas:

A) Solemne declaración introductoria: “Yo (nombre y apellidos) en presencia del Gran


Arquitecto del Universo y de esta digna, venerable y legítima Logia de Masones Libres y
Aceptados, regularmente convocada, reunida y debidamente consagrada con mi plena
voluntad y consentimiento por esto (el Venerable Maestro, con la mano derecha toca la
mano derecha del candidato) y sobre esto (con la mano izquierda toca el Libro Sagrado),
sincera y solemnemente”.

B) Palabras del compromiso jurado:

a) “prometo y juro que siempre callaré, ocultaré y jamás desvelaré cualquier parte o partes,
punto o puntos de los secretos o misterios de los Masones Libres y Aceptados en la
12
Nótese la importancia que otorga el Papa a la gravedad del asunto, solicitando el auxilio de los estados católicos en
la represión de la secta, invocando ahora los cánones del Concilio de Trento, utilizando así una argumentación
característica de lo que se llamaría el Antiguo Régimen a partir de la Revolución Francesa; la unión del trono y del
altar ya que atacar a uno era como atacar al otro y ambos se encontraban igualmente amenazados por las actividades
masónicas. El análisis era certero como habría de comprobarse medio siglo después.
13
Manuel Guerra, Masonería, religión y política, ed. Sekotia, Madrid, 2012.
12
Masonería o perteneciente a estos, o sea, los que yo conozco o los que ahora o en el futuro
se me comuniquen, pudiendo hacerlo solamente a uno o a varios Hermanos verdaderos y
legítimos, y ni siquiera a este o a estos sin antes haberlos probado debidamente y
examinado estrictamente, o sin estar asegurado por un Hermano reconocido de que es, o
que son, dignos de esta confianza; o bien en el seno de una Logia justa, perfecta y regular
de Antiguos Masones”.

b) “Además prometo solemnemente que no escribiré estos secretos, ni los dictaré, esculpiré,
marcaré o dibujaré de ningún modo. Tampoco incitaré a otros a hacerlo ni toleraré que
otros lo hagan, si está en mi mano evitarlo, sobre cualquier cosa móvil o inamovible bajo
la bóveda del Cielo, dondequiera que una letra, carácter o dibujo o la más mínima traza de
letra, carácter o dibujo se pueda leer o comprender por mí mismo o por cualquier otra
persona en el mundo para que nuestras artes secretas y misterios ocultos no sean
inadecuadamente conocidos por culpa de mi imprudencia”

C) El castigo como garantía de la observancia del juramento: “Juro solemnemente


observar todos estos puntos sin subterfugio, equívoco o restricción mental alguna”.

a) “bajo una pena no menor –si violase alguno de ellos- de que mi cabeza sea cortada, mi
lengua arrancada de raíz y enterrada en la arena del mar sobre la línea de la marea baja, o a
la distancia de un cable desde la playa, donde la marea regularmente fluye y refluye dos
veces en 24 horas”.

b) “o bien bajo el más efectivo castigo de ser despreciado como individuo voluntariamente
perjuro, privado de todo valor moral y totalmente indigno de ser recibido en esta venerable
logia legitimada, o en toda asociación de hombres que valoren el honor y la virtud por
encima de cualquier ventaja externa de rango y fortuna”.

c) La fórmula conclusiva: “Que Dios14 me ayude y me mantenga firme en este mi grande y


solemne juramento como ingresado Aprendiz Masón”. Es todavía más tradicional y la más
generalizada en el ritual del Gran Oriente mejicano: “Si así lo hiciereis, el Gran Arquitecto
del Universo, la Masonería Universal y este Taller en particular os premien y, si no, os lo
demanden”

Este texto del juramento coincide tanto en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado como en el
Emulación, los dos usados en casi todas las logias de la Gran Logia de España. Las variantes
son mínimas y reducidas a matices de traducción. El ritual de Emulación lo llama “juramento
tradicional”. Una vez pronunciado el juramento, el o la postulante debe firmarlo. La rúbrica
que figura es modelo de delicadeza, por no decir de doblez: “Si el recipendiario/a firma el
Ven. M. [Venerable Maestro de la logia] después de habérsele dado la luz (el iniciado está a
oscuras, debe firmar con los ojos vendados), le hace notar lo malo que es firmar sin ver. Pero,
si no firma, entonces se le alaba su prudencia”.>15

Documento 4.
14
Se refiere, naturalmente, al Gran Arquitecto del Universo.
15
Manuel Guerra, Masonería, religión y política, ed. Sekotia, Madrid 2012, págs. 58 a 60.
13
La matanza de frailes de 1834 narrada por Menéndez Pelayo; Martínez de la Rosa admite la
responsabilidad de las logias en su preparación y organización.16

<MATANZA DE FRAILES>

<¿[De] qué servían todos los paliativos de un regalismo caduco ante la revolución armada con
título de Milicia Urbana, y regimentada en las sociedades secretas, único poder efectivo por
aquellos días? Lo que se quería no era la reducción, sino la destrucción de los conventos, y no
con juntas eclesiásticas de jansenistas trasnochados, sino con llamas y escombros, podía
saciarse el furor de las hienas revolucionarias. Destruir los nidos para que no vuelvan los
pájaros era el grito de e. entonces. Nadie sabe a punto fijo, o nadie quiere confesarlo, cuál era
la organización de las logias en 1834, pero en la conciencia de todos está, y Martínez de la
Rosa lo declaró solemnemente antes de morir, que la matanza de los frailes fue preparada y
organizada por ellas.17
De ninguna manera basta esto para absolver al Gobierno moderado, que lo consintió y lo dejó
impune, por debilidad más que por connivencia; 18 pero sí basta para explicar el admirable
concierto con que aquella memorable hazaña liberal se llevó a cabo. Quien la atribuye al terror
popular causado por el terror popular causado por la aparición del cólera el día de la Virgen del
Carmen de 1834, o se atreve a compararla con el proceso degli untore de Milán y llamarla
movimiento popular, tras de denigrar a un pueblo entero, cuyo crimen no fue otro que la flaqueza
ante una banda de asesinos pagados, miente audazmente contra los hechos, cuya terrible y
solemne verdad fue como sigue.
La entrada de don Carlos en Navarra y los primeros triunfos de Zumalacárregui habían
escandecido hasta el delirio los furores de los liberales, quienes, descontentos, además de la tibieza
del gobierno y de las leves concesiones del Estatuto proyectaron en sus antros tomarse la venganza
por su mano y precipitar la revolución en las calles, ya que caminaba lenta y perezosa en las
regiones olímpicas. El cólera, desarrollado con intensidad terrible en la noche del 15 de julio (día
de la Virgen del Carmen), les prestó fácil camino para sus intentos, comenzando a volar de boca
en boca el absurdo rumor (tan repetido en todas las epidemias, sin más diferencia que en la calidad
de las víctimas) de que los frailes envenenaban las aguas. Acrecentase la crudeza de la epidemia el
día 16 y el 17 estalló el motín, tan calculado y prevenido que muchos frailes habían tenido aviso
anticipado de él, y el mismo Martínez de la Rosa, antes de partir para La Granja, había tomado
alguna disposición preventiva, concentrando los poderes de represión en manos del capitán
general San Martín, tenido por antirrevolucionario desde la batalla de las Platerías y la jornada del
7 de julio de 1822.
Tormentosa y teñida de amagos fue la noche del 16. Por las cercanías de los estudios de San Isidro
oíase cantar a un ciego, al son de la guitarra:

Muera Cristo,
16
Ver Marcelino Menéndez Pelayo, La historia de España, ed. Ciudadela, Madrid, 2007, Cap. VIII, (Adiós, mujer de
York), págs. 286 a 289.
17
La confesión de Martínez de la Rosa tiene una gran trascendencia ya que, aparte de presidir el Gobierno en aquella
jornada sangrienta, pertenecía al Supremo Consejo de Grado 33º, órgano rector de la “masonería filosófica”,
practicante del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. [Ver Manuel Guerra, Masonería, religión y política, pág. 35].
Martínez de la Rosa, uno de los más preclaros doceañistas, padre de la Constitución de 1812, es, indiscutiblemente,
responsable de aquellas matanzas de 1834, especialmente de la perpetrada en Madrid ante la impasibilidad
gubernamental, durante horas y en pleno centro de la capital. Conocía perfectamente, por su pertenencia masónica, la
actividad de las logias en relación con aquellos gravísimos sucesos que no pudo o no quiso evitar. El subrayado es
nuestro.
18
No puede descartarse la connivencia del Gobierno en unas matanzas organizadas por miembros de la misma secta a
la que pertenecía su presidente. El hecho de que no se trataran de evitar ni se castigaran posteriormente avala esa
posibilidad.
14
viva Luzbel,
muera don Carlos,
viva Isabel

Amaneció al fin, aquel horrible jueves, 17 de julio, día de vergonzosa recordación más que otro
alguno de nuestra historia. Las doce serían cuando cayó la primera vícitima acusada de envenar las
fuentes. Otro infeliz perseguido por igual pretexto, buscó refugio en el Colegio Imperial, y en pos
de él penetraron los asesinos al dar las tres de la tarde. Lo que allí pasó no cabe en lengua humana
y la pluma se resiste a transcribirlo. En la portería del Colegio Imperial, en la calle de Toledo, en
la de Barrionuevo, en la de los Estudios, en la plaza de San Millán, cayeron a poder de sablazos y
tiros, hasta dieciséis jesuitas, cuyos cuerpos acribillados de heridas, fueron arrastrados luego con
horrenda algazara, y mutilados con mil refinamientos de exquisita crueldad, hirviendo a poco rato
los sesos de alguno en las tabernas de Concepción Jerónima. Uno de los asesinados era el padre
Artigas, el mejor, o más bien el único arabista que entonces había en España, maestro de
Estévanez Calderón y de otros.
Los restantes jesuitas, hasta el número de sesenta, se hallaban congregados en la capilla doméstica,
haciendo las últimas prevenciones de conciencia para la muerte, cuando sable en mano, penetró en
aquel recinto el jefe de los sicarios, quien, a trueque de salvar a uno de ellos, que generosamente
persistía en seguir la suerte de los otros, consintió en dejarlos vivos a todos, ordenando al grueso
de los suyos que se retirasen, y dejando gente armada en la custodia de las puertas.
Eran ya las cinco de la tarde, y el capitán general, como quien despierta de un largo letargo,
comenzaba a poner sobre las armas a las tropas y a la Milicia Urbana. ¡Celeridad admirable
después de dos horas de matanza! Y ni aún este tardío recurso sirvió para cosa alguna, puesto que
los asesinos, dando por concluida la faena de los Reales Estudios, se encaminaron al convento de
dominicos de Santo Tomás, en la calle de Atocha, y allanando las puertas traspasaron a los
religiosos que estaban en el coro o les dieron caza por todos los rincones del convento, cebando en
los cadáveres su sed antropofágica. Entonces se cumplió al pie de la letra lo del Corpus de Sangre
de Barcelona escribió Melo: Muchos, después de muertos, fueron arrastrados, sus cuerpos
divididos, sirviendo de juego y risa aquel humano horror, que la naturaleza religiosamente dejó
por freno de nuestras demasías; la crueldad era deleite; la muerte entretenimiento; a uno
arrancaban la cabeza (ya cadáver), le sacaban los ojos, cortábanle la lengua y las narices, luego
arrojándola de unas en otras manos, dejando en todas sangre y en ninguna lástima, les servía de
fácil pelota; tal hubo que topando el cuerpo casi despezado, le cortó aquellas partes cuyo nombre
ignora la modestia y acomodándolas en el sombrero, hizo que le sirviesen de torpísimo y
escandaloso adorno. Mujeres desgreñadas, semejantes a las calceteras de Robespierre o a las
furias de la guillotina, seguían los pasos de la turba forajida, para abatirse, como cuervos, sobre su
presa. Al asesinato sucedió el robo, que las tropas, llegadas a tal sazón y apostadas en el claustro,
presenciaron con beatífica impasibilidad. Sólo tres heridos sobrevivieron a aquel estrago.
De allí pasaron las turbas al convento de de la Merced Descalza (plaza del Progreso, donde hoy se
levanta la estatua de Mendizábal). Allí rindieron el alma ocho religiosos y un donado, quedando
heridos otros seis.
Ni siquiera las nieblas de la noche pusieron término a aquella orgía de caníbales. Seis horas habían
transcurrido desde la carnicería de San Isidro; los religiosos de San Francisco el Grande,
descansando en las referidas protestas de seguridad que les hicieron los jefes del batallón de la
Princesa acuartelado en los claustros, ponían fin a su parca cena, e iban a entregarse al reposo de
la noche, cuando de pronto sonaron gritos y alaridos espantosos, tocó a rebato la campana de la
comunidad, cayeron por tierra las puertas e inundó los claustros la desaforada turba, tintas las
manos en la reciente sangre de los dominicos, jesuitas y mercedarios. Hasta cincuenta mártires,
según el cálculo más probable, dio la Orden de San Francisco en aquel día. Unos perecieron en las
mismas sillas del coro, cuya madera conserva aún las huellas de los sables. Otros fueron cazados
como bestias fieras en los tejados, en los sótanos y hasta en las cloacas. A otros el ábside del

15
presbiterio les sirvió de asilo. Y alguien hubo que con pujante brío, se abrió paso entre los
malhechores y logró salvar la vida, arrojándose por las tapias o huyendo campo traviesa, hasta
parar en Alcalá o en Toledo. Los soldados permanecieron inmóviles o ayudaron a los asesinos a
buscar y a rematar a los frailes y a robar los sagrados vasos. ¡Ocho horas de matanza regular y
ordenada, por un puñado de hombres, casi los mismos en cuatro conventos distintos! ¿Qué hacía
entre tanto el capitán general? ¿En qué pensaba el Gobierno? A eso de las siete de la tarde se
presentó San Martín en el Colegio Imperial, habló con los jesuitas supervivientes y les increpó en
términos descompuestos por lo del envenenamiento de las aguas. En cuanto al Gobierno de
Martínez de la Rosa, se contentó con hacer ahorcar a un músico del batallón de la Princesa, que
había robado un cáliz en San Francisco el Grande. Con todo, el clamoreo de la opinión fue tal que
hubo, pro fórmula, de procesarse a San Martín separado ya de la Capitanía General. Aquí paró
todo, y huelgan los comentarios cuando los hechos hablan a voces. 19

Documento 5.

En 1846, Pío IX, al abordar el tema de la fe y la religión en su encíclica Qui pluribus


confirma la condena de la masonería formulada por sus predecesores.

QUI PLURIBUS
Encíclica de Pío IX sobre la fe y la religión de 1846

<Venerables hermanos, salud y bendición apostólica>


Desde hacía muchos años, ejercíamos el oficio pastoral, lleno de trabajo y cuidados solícitos,
juntamente con vosotros, Venerables Hermanos, y nos empeñábamos en apacentar en los montes
de Israel, en riberas y pastos ubérrimos, la grey a Nos confiada; mas ahora, por la muerte de
nuestro esclarecido predecesor, Gregorio XVI, cuya memoria y cuyos gloriosos y eximios hechos,
grabados en los anales de la Iglesia, admirará siempre la posteridad fuimos elegidos contra toda
opinión y pensamiento Nuestro, por designio de la divina Providencia, y no sin gran temor y
turbación Nuestra,
para el Supremo Pontificado. Siempre se consideraba el peso del ministerio apostólico como una
carga pesada, pero en estos tiempos lo es más. De modo que, conociendo nuestra debilidad y
considerando los gravísimos problemas del supremo apostolado, sobre todo en circunstancias tan
turbulentas como las actuales, Nos habríamos entregado a la tristeza y al llanto, si no hubiéramos
puesto toda nuestra esperanza en Dios, Salvador nuestro, que nunca abandona a los que en Él
esperan, y que a fin de mostrar la virtud de su poder, echa mano de los más débil para gobernar su
Iglesia, y para que todos caigan más en la cuenta de que es Dios mismo quien rige y defiende la
Iglesia con su admirable Providencia. Nos sostiene grandemente el consuelo de pensar que
tenemos como ayuda en procurar la salvación de las almas, a vosotros, Venerables Hermanos, que
llamados a laborar en una parte de lo que está confiado a Nuestra solicitud, os esforzáis en cumplir
con vuestro ministerio y pelear el buen combate con todo cuidado y esmero.

2. Solicita colaboración para la magna empresa.

19
Termina Menéndez Pelayo destacando la evidente programación de aquellos espeluznantes sucesos, prolongados
durante toda aquella jornada en la que el capitán general se limitó a contemplar los sucesos sin tomar la menor
disposición para evitarlos, convirtiéndose en cómplice de los mismos de manera más que sospechosa. Situaciones
similares a las que tuvieron lugar en la Francia revolucionaria o durante la persecución religiosa de los siglos XIX y
XX tanto en Francia como en España. En ambos países, se documenta la intervención masónica en dichas
persecuciones. El subrayado es nuestro.
16
Por lo mismo, apenas hemos sido colocados en la Cátedra del Príncipe de los Apóstoles, sin
merecerlo, y recibido el encargo del mismo Príncipe de los Pastores, de hacer las veces de san
Pedro, apacentando y guiando, no solo corderos, es decir todo el pueblo
cristiano, sino también las ovejas, es decir los Prelados, nada deseamos tan vivamente como
hablaros con el afecto íntimo de caridad. No bien tomamos posesión del Sumo Pontificado, según
es costumbre de Nuestros predecesores, en Nuestra Basílica Lateranense, en el acto os enviamos
esta carta con la intención de excitar vuestro celo, a fin de que, con mayor vigilancia, esfuerzo y
lucha, guardando y velando sobre vuestro rebaño, combatiendo con constancia y fortaleza
episcopal al terrible enemigo del género humano, como buenos soldados de Jesucristo, opongáis
un firme muro para la defensa de la casa de Israel.20

3. Errores e insidias de estos tiempos21

Sabemos, Venerables Hermanos, que en los tiempos calamitosos que vivimos, hombres unidos en
perversa sociedad e imbuidos de malsana doctrina, cerrando sus oídos a la verdad, han
desencadenado una guerra cruel y temible contra todo lo católico, han esparcido y diseminado
entre el pueblo toda clase de errores brotados de la falsía y de las tinieblas. Nos horroriza y nos
duele en el alma considerar los monstruosos errores y los artificios varios que inventan para dañar;
las insidias y maquinaciones con que estos enemigos de la luz, estos artífices astutos de la mentira,
de empeñan en apagar toda piedad, justicia y honestidad; en corromper las costumbres; en
conculcar los derechos divinos y humanos, en perturbar la religión católica y la sociedad civil,
hasta si pudieran arrancarlos de raíz.
Porque sabéis, Venerables Hermanos, que estos enemigos del hombre cristiano, arrebatados de
un ímpetu ciego de alocada impiedad, llegan en su temeridad hasta a enseñar en público, sin sentir
vergüenza, con audacia inaudita, abriendo su boca y blasfemando contra Dios, que son cuentos
inventados por los hombres los misterios de nuestra religión sacrosanta, que la Iglesia va contra el
bienestar de la sociedad humana, y que aún se atreven a insultar al mismo Cristo y Señor. Y para
reírse con mayor facilidad de los pueblos, engañar a los incautos y arrastrarlos con ellos al error,
imaginándose estar ellos solos en el secreto de la prosperidad, se arrogan el nombre de filósofos,
como si la filosofía, puesta para investigar la verdad natural, debiera rechazar todo lo que el
supremo y clementísimo Autor de la naturaleza, Dios, se dignó, por singular beneficio y
misericordia, manifestar a los hombres para que consigan la verdadera felicidad.

4. Razón y fe

De allí que con torcido y falaz argumento, se esfuercen en proclamar la fuerza y excelencia de la
razón humana, elevándola por encima de la fe de Cristo, y vociferan con audacia que la fe se
opone a la razón humana. Nada tan insensato ni tan impío, ni tan opuesto a la misma razón
pudieron llegar a pensar; porque aún cuando la fe está sobre la razón, no hay entre ellas oposición
ni desacuerdo alguno, por cuanto ambas proceden de la misma fuente de la Verdad eterna e
inmutable, Dios Optimo y Máximo; de tal manera se prestan mutua ayuda que la recta razón
demuestra, confirma y defiende las verdades de la fe; y la fe libra de errores a la razón, y la ilustra,
la confirma y perfecciona con el conocimiento de las verdades divinas .
20
Si Benedicto XIV acudía a los príncipes cristianos en petición de ayuda, en esta encíclica, Pío IX llama a todo el
clero a cerrar filas contra las fuerzas del mal [el terrible enemigo del género humano], el mismo Satanás -al que se
referirá más claramente León XIII, cuarenta años más tarde en su encíclica Humanum genus, que comentaremos-
como último instigador de los trabajos de la secta masónica contra la Iglesia y la humanidad entera.
21
Se extendía por Europa el pensamiento positivista de Augusto Comte, que aspiraba a instaurar una nueva religión,
la de la Ciencia, lo que propiciaría nuevos ataques contra la Iglesia, mientras se preparaba la gran revolución europea
de 1848, en la que los dirigentes burgueses se verían rebasados por las masas proletarias que irrumpían en la Historia
y emergían los nacionalismos que provocarían una larga sucesión de revoluciones y guerras en Europa, dando origen,
entre otras cosas, a las unificación de Italia con la ocupación de los Estados Pontificios, lo que obligará al propio Pío
IX a huir de Roma . En todos estos sucesos, la participación de la masonería fue decisiva.
17
5. Progreso y religión

Con no menor atrevimiento y engaño, Venerables Hermanos, estos enemigos de la revelación,


exaltan el humano progreso y, temeraria y sacrílegamente, quisieran enfrentarlo con la religión
católica como si la religión no fuese obra de Dios sino de los hombres o algún invento filosófico
que se perfecciona con métodos humanos. A los que tan miserablemente sueñan condenar
directamente lo que Tertuliano echaba en cara a los filósofos de su tiempo, que hablaban de un
cristianismo platónico, estoico y dialéctico.22

6. Motivos de la fe

Y a la verdad, dado que nuestra santísima religión no fue inventada por la razón humana sino
clementísimamente manifestada a los hombres por Dios, se comprende con facilidad que esta
religión ha de sacar su fuerza de la autoridad del mismo Dios, y que por lo tanto no puede
deducirse de la razón ni perfeccionarse por ella. La razón humana, para que no yerre ni se extravíe
en negocio de tanta importancia, debe escrutar con
diligencia el hecho de la divina revelación, para que le conste con certeza que Dios ha hablado y le
preste, como dice el Apóstol un razonable obsequio.
¿Quién puede ignorar que hay que prestar a Dios cuando habla una fe plena, y que no hay nada
tan conforme a la razón como asentir y adherirse firmemente a lo que conste que Dios, que no
puede engañarse ni engañar, ha revelado?

7. La fe victoriosa es prueba de su origen divino

Pero hay, además, muchos argumentos maravillosos y espléndidos en que puede descansar
tranquila la razón humana, argumentos con que se prueba la divinidad de la religión de Cristo, y
que todo el principio de nuestros dogmas tiene su origen en el mismo Señor de los cielos y, que,
por lo mismo nada hay mas cierto, nada mas seguro, nada mas santo, nada que se apoye en
principios mas sólidos. Nuestra fe, maestra de la vida, norma de la salud, enemiga de todos los
vicios y madre fecunda de las virtudes, confirmada con el nacimiento de su divino autor y
consumador, Cristo Jesús; con su vida, muerte, resurrección, sabiduría, prodigios, vaticinios,
refulgiendo por todas partes con la luz de eterna doctrina, y adornado con tesoros de celestiales
riquezas, con los vaticinios de los profetas, con el resplandor de los milagros, con la constancia de
los mártires, con la gloria de los santos extraordinaria por dar a conocer las leyes de salvación en
Cristo Nuestro Señor, tomando nuevas fuerzas cada día, con la crueldad de las persecuciones,
invadió el mundo entero, recorriéndolo por mar y tierra desde el nacimiento del sol hasta su ocaso,
enarbolando como única bandera la Cruz, echando por tierra los engañosos ídolos y rompiendo las
espesuras de las tinieblas; y derrotados por doquier los enemigos que le salieron al paso, ilustró
con la luz del conocimiento divino a los pueblos todos, a los gentiles, a las naciones de costumbres
bárbaras en índole, leyes, instituciones diversas, y las sujetó al yugo de Cristo, anunciando a todos
la paz y prometiéndoles el bien verdadero. Y en todo esto brilla tan profusamente el fulgor del
poder y sabiduría divinos que la mente humana fácilmente comprende que la fe cristiana es obra
de Dios. Y así la razón humana, sacando en conclusión de estos espléndidos y firmísimos
argumentos, que Dios es el autor de la misma fe, no puede llegar mas adentro; pero desechada
cualquier dificultad y duda, aún remota, debe rendir plenamente el entendimiento, sabiendo con
certeza que ha sido revelado por Dios todo cuanto la fe propone a los hombres para creer o hacer.

8. La Iglesia, maestra infalible


22
Pío IX expone, en esta parte de su encíclica, las causas y efectos del enfrentamiento entre fe y razón, iniciado por
los filósofos de la Ilustración, y ya muy enconado en la Europa de las revoluciones liberales.
18
De aquí aparece claramente cuán errados están los que, abusando de la razón y tomando como
obra humana lo que Dios ha comunicado, se atreven a explicarlo según su arbitrio y a
interpretarlo temerariamente, siendo así que Dios mismo ha constituido una autoridad viva para
enseñar el verdadero y legítimo sentido de su celestial revelación,
para establecerlo solidamente, y para dirimir toda controversia en cosas de fe y costumbres con
juicio infalible, para que los hombres no sean empujados hacia el error por cualquier viento de
doctrina. Esta viva e infalible autoridad solamente existe en la Iglesia fundada por Cristo Nuestro
Señor sobre Pedro, como cabeza de toda la Iglesia, Príncipe y Pastor; prometió que su fe nunca
había de faltar, y que tiene y ha tenido siempre legítimos sucesores en los Pontífices, que traen su
origen del mismo Pedro sin interrupción, sentados en su misma Cátedra y herederos de su
doctrina, dignidad, honor y potestad. Y como donde está Pedro allí está la Iglesia, y Pedro habla
por el Romano Pontífice, y vive siempre en sus sucesores, y ejerce su jurisdicción y da, a los que
la buscan, la verdad de la fe. Por esto las palabras divinas han de ser recibidas en aquel sentido en
que las tuvo y tiene esta Cátedra de San Pedro, la cual, siendo madre y maestra de las iglesias,
siempre ha conservado la fe de Cristo Nuestro Señor, íntegra, intacta. La misma se la enseñó a los
fieles mostrándoles a todos la senda de la salvación y la doctrina de la verdad incorruptible.
Y puesto que esta es la principal Iglesia de la que nace la unidad sacerdotal, esta la metrópoli
de la piedad en la cual radica la solidez íntegra y perfecta, de la religión cristiana, en la que
siempre floreció el principado de la Cátedra apostólica, a la cual es necesario que por su eminente
primacía acuda toda la Iglesia, es decir, los fieles que están diseminados por todo el mundo, con la
cual el que no recoge, desparrama, Nos que por inescrutable juicio de Dios hemos sido colocados
en esta Cátedra de la verdad, excitamos con vehemencia en el Señor, vuestro celo, Venerables
Hermanos, para que exhortéis con solícita asiduidad a los fieles encomendados a vuestro cuidado,
de tal manera que, adhiriéndose con firmeza a estos principios, no se dejen inducir al error por
aquellos que, hechos abominables en sus enseñanzas, pretenden destruir la fe con el resultado de
sus progresos, y quieren someter impíamente a esa misma fe a la razón, falsear la palabra divina, y
de esa manera, injuriar gravemente a Dios, que se ha dignado atender clementemente al bien y
salvación de los hombres con su religión celestial.

9. Otras clases de errores

Conocéis también, Venerables Hermanos, otra clase de errores y engaños monstruosos, con los
cuales los hijos de este siglo atacan a la religión cristiana y a la autoridad divina con sus leyes, y se
esfuerzan en pisotear los derechos del poder sagrado y el civil. Tales son los nefandos conatos
contra esta Cátedra Romana de San Pedro, en la que Cristo puso el fundamento inexpugnable de
su Iglesia. Tales son las sectas clandestinas salidas de las tinieblas para ruina y destrucción de la
Iglesia y del Estado, condenadas por Nuestros antecesores, los Romanos Pontífices, con repetidos
anatemas en sus letras apostólicas, las cuales Nos, con toda potestad, confirmamos y mandamos
que se observen con toda diligencia. 23 Tales son las astutas Sociedades Bíblicas, que, renovando
los modos viejos de los herejes, no cesan de adulterar el significado de los libros sagrados, y,
traducidos a cualquier lengua vulgar contra las reglas santísimas de la Iglesia, e interpretados con
frecuencia con falsas explicaciones, los reparten gratuitamente en gran número de ejemplares y
con enormes gastos, a los hombres de cualquier condición, aún a los más rudos, para que, dejando
a un lado la divina tradición, la doctrina de los Padres y la autoridad de la Iglesia Católica, cada
cual

23
Alerta Pío IX, como lo hiciera su predecesor, Benedicto XIV, en el documento 3, arriba analizado, de la doble
amenaza, para la Iglesia y para el Estado, que representaban las sectas secretas, así como en cuanto al origen diabólico
de las mismas como también hicieron sus predecesores y haría, más adelante, y con mayor contundencia, su sucesor,
León XIII. El subrayado es nuestro.
19
interprete a su gusto lo que Dios ha revelado, pervirtiendo su genuino sentido y cayendo en
gravísimos errores.> 24

Documento 6.

1884. Si hasta la fecha los documentos papales han sido numerosos y contundentes en su
condena de la masonería, aquella llegará a su punto máximo en una encíclica llamada a
hacer historia. Se trata de la Humanum genus debida a León XIII25

HUMANUM GENUS
Sobre la masonería y otras sectas
Carta Encíclica del Papa León XIII promulgada el 20 de abril de 1884.

<El humano linaje, después de que, por envidia del demonio, se hubo, para su mayor desgracia,
separado de Dios, creador y dador de los bienes celestiales, quedó dividido en dos bandos diversos
y adversos: uno de ellos combate asiduamente por la verdad y la virtud; y el otro, por todo cuanto
es contrario a la virtud y a la verdad.
El uno es el reino de Dios en la tierra, es decir, la verdadera iglesia de Jesucristo, a la cual
quien quisiere estar adherido de corazón y según conviene para la salvación, necesita servir a Dios
y a su unigénito Hijo con todo su entendimiento y toda su voluntad; el otro es el reino de Satanás,
bajo cuyo imperio y potestad se encuentran todos lo que, siguiendo los funestos ejemplos de su
caudillo y de nuestros primeros padres, rehúsan obedecer la ley divina y eterna, y obran sin cesar
como si Dios no existiera o positivamente contra Dios. 26 Agudamente conoció y describió Agustín
estos dos reinos a modo de dos ciudades a modo de dos ciudades contrarias en sus leyes y deseos,
compendiando con sutil brevedad la causa eficiente de una y otra en estas palabras: <Dos amores
edificaron dos ciudades: el amos a sí mismo hasta el desprecio de Dios edificó la ciudad terrena; el
amor de Dios hasta el desprecio de sí mismo, la celestial.>27

La masonería

24
La cuestión de la libre interpretación de la Biblia fue desarrollada por Lutero, en su tesis Sola Scriptura, donde
rechaza la Tradición y el Magisterio de la Iglesia. Las Sociedades Bíblicas, verdaderas misiones protestantes en los
países católicos de Europa, fueron otro frente abierto contra la Iglesia en pleno auge de la masonería y del
positivismo. La encíclica continúa sin mencionar expresamente a la masonería.
25
La Humanum genus, es la más contundente, con diferencia, de las condenas papales contra la masonería. Toda la
encíclica está dedicada al análisis de la secta, sus orígenes, propósitos y procedimientos, así como a proponer acciones
concretas para neutralizar los efectos devastadores de sus avances en las sociedades europeas.
26
Ningún otro Papa ha expuesto con tanta claridad lo que subyace en la pugna secular entre Iglesia y masonería; la
lucha mortal entre el bien y el mal –León XIII lo expresa sin rodeos, en un lenguaje que hoy se juzgaría, como poco,
de gran “incorrección política”- entre Jesucristo y Satanás, un combate entablado desde la comisión del primer pecado
de Adán, y que ha acompañado, hasta el presente, toda la historia de la humanidad. Los masones presentados,
directamente, como secuaces de Satanás. No hay que olvidar que León XIII, a raíz de una visión en la que pudo
contemplar la lucha implacable desencadenada por los ángeles caídos contra la Iglesia, compuso una oración a San
Miguel Arcángel, Príncipe de las Milicias Celestiales, que se rezó, durante más de medio siglo, al finalizar la misa, en
todos los países católicos.
27
Inicio de “La Ciudad de Dios” de San Agustín, Padre de la Iglesia.
20
2. En el decurso de los siglos, las dos ciudades han luchado, la una contra la otra con armas tan
distintas como los métodos, aunque no siempre con igual ímpetu y ardor. En nuestros días, todos
los que favorecen la peor parte parecen conspirar a una y pelear con la mayor vehemencia, bajo la
guía y auxilio de la sociedad que llaman <de los Masones>, por doquier dilatada y firmemente
constituida. Sin disimular ya sus intentos, con la mayor audacia, se revuelven contra la Majestad
de Dios, maquinan abiertamente y en público la ruina de la Santa Iglesia, y esto con el propósito
de despojar, si pudiesen, enteramente a los pueblos cristianos de los beneficios conquistados por
Jesucristo, nuestro Salvador.
Llorando Nos estos males, y movido nuestro ánimo por la caridad, nos sentimos impelidos a
clamar con frecuencia ante el Señor: He aquí que tus enemigos vocearon; y levantaron la cabeza
los que te odian. Contra tu pueblo determinaron malos consejos, discurrieron contra tus santos.
Venid, dijeron y hagámoslos desaparecer de entre las gentes.28

3. En tan inminente riesgo, en medio de tan atroz y porfiada guerra contra el nombre cristiano, es
Nuestro deber indicar el peligro, señalar los adversarios, resistir cuanto podamos a sus malas artes
y consejos, para que no perezcan eternamente aquellos cuya salvación Nos está confiada, y no solo
permanezca firme y entero el reino de Jesucristo que Nos hemos obligado a defender, sino que se
dilate con nuevos aumentos por todo el orbe.

Amonestaciones de los Romanos Pontífices

4. Los Romanos Pontífices Nuestros antecesores, velando solícitos por la salvación del pueblo
cristiano, conocieron muy pronto quien era y qué quería este capital enemigo; apenas asomaba
entre las tinieblas de su oculta conjuración; y como tocando a batalla les amonestaron con
previsión a príncipes y pueblos que no se dejaron coger en las malas artes y asechanzas preparadas
para engañarlos.
Diose el primer aviso del peligro el año 1738 por el Papa Clemente XII cuya Constitución
confirmó y renovó Benedicto XIV. Pío VII siguió las huellas de ambos, y León XII, incluyendo en
la Constitución apostólica Quo graviora lo decretado en esta materia por los anteriores, lo ratificó
y confirmó para siempre, Pío VIII, Gregorio XVI y Pío IX por cierto repetidas veces, hablaron en
el mismo sentido.29

5. Y, en efecto, puesta en claro la naturaleza e intento de la secta masónica por indicios


manifiestos, por procesos instruidos, por la publicación de sus leyes, ritos y revistas, allegándose a
ello muchas veces las declaraciones mismas de los cómplices, ésta Sede Apostólica denunció y
proclamó que la secta masónica, constituida contra todo derecho
y conveniencia, era no menos perniciosa al Estado que a la religión cristiana, y amenazando con
las más graves penas que la Iglesia pude emplear contra los delincuentes, prohibió
terminantemente a todos inscribirse en esta sociedad.30
Llenos de ira con esto sus secuaces, juzgando evadir o debilitar a lo menos, parte con el
desprecio, parte con las calumnias, la fuerza de aquellas censuras, culparon a los Sumos Pontífices
28
Continúa León XIII desentrañando los misterios últimos de los trabajos masónicos en clave trascendente,
presentando como principal objetivo de la secta el anular los efectos salvíficos para el género humano de la Pasión de
Cristo.
29
Para enfatizar la importancia de los avisos contenidos en ésta encíclica, León XIII trae a colación los nombres de
sus antecesores que, a partir de 1738, condenaron, explícitamente, la masonería: ocho Papas (incluido él) en el plazo
de siglo y medio.
30
Como Benedicto XIV y Pío IX, León XIII vuelve a denunciar la doble amenaza, contra el Estado y la Iglesia,
representada contra la secta masónica, y también como ellos, considera la pertenencia a la misma como actividad
delictiva. El subrayado es nuestro.
21
que las decretaron de haberlo hecho injustamente o de haberse excedido en el modo. Así
procuraron eludir el peso y autoridad de las Constituciones Apostólicas de Clemente XII,
Benedicto XIV, Pío VII y Pío IX; aunque no faltaron en aquella misma sociedad quienes
confesasen, aún a pesar suyo, que lo hecho por los Romanos Pontífices, conforme a la doctrina y
disciplina de la Iglesia, era según derecho. Con lo cual varios príncipes y jefes de gobierno se
hallaron muy de acuerdo con los Papas, cuidando, ya de acusar a la sociedad masónica ante la
Silla Apostólica, ya de condenarla por sí mismos, promulgando leyes a este propósito, como en
Holanda, Austria, Suiza, España, Baviera, Saboya y en algunas otras partes de Italia.

Confirmación de los hechos

6. Pero lo que sobre todo importa es ver comprobada por los sucesos la previsión de Nuestros
Antecesores. En efecto, no siempre ni en todas partes lograron el deseado éxito sus cuidados
próvidos y paternales; y esto, o por el fingimiento y astucia de los afiliados a esta iniquidad, o por
la inconsiderada ligereza de aquellos a quienes más interesaba haber vigilado con diligencia en
este negocio. Así que en espacio de siglo y medio la secta de los Masones ha logrado unos
aumentos mucho mayores de cuanto podía esperarse, e infiltrándose con tanta audacia como dolo
en todas las clases sociales ha llegado a tener tanto poder que parece haberse hecho casi dueña de
los Estados. De tan rápido y terrible progreso se ha seguido en la Iglesia, en la potestad de los
príncipes y en la salud pública la ruina prevista muy de atrás por Nuestros Antecesores; y se ha
llegado a punto de temer grandemente para lo venidero, no ciertamente por la Iglesia, cuyo
fundamento es bastante firme para que pueda ser socavado por esfuerzo humano, sino por aquellas
mismas naciones en que logran influencia grande la secta de la que hablamos u otras semejantes
que se le agregan como auxiliares y satélites.31

7. Por estas causas, apenas subimos al gobierno de la Iglesia, vimos y experimentamos cuánto
convenía resistir en lo posible a mal tan grave, interponiendo para ello Nuestra autoridad.
En efecto, aprovechando repetidas veces la ocasión que se presentaba, hemos expuesto algunos
de los más importantes puntos de doctrina en que parecía haber influido en gran manera la
perversidad de los errores masónicos. Así, en Nuestra carta encíclica Quod apostoli muneris
emprendimos demostrar con razones convincentes las enormidades de los socialistas y
comunistas;32 después, en otra, Arcanum, cuidamos de defender y explicar la verdadera y genuina
noción de la sociedad doméstica, que tiene su fuente y origen en el matrimonio; además, en la que
comienza Diuturnum, propusimos la forma de la potestad política moderada según los principios
de soberanía cristiana, tan maravillosamente acorde con la naturaleza misma de las cosas y la
salud de los pueblos y príncipes. Ahora, a ejemplo de Nuestros Predecesores, hemos resuelto
ocuparnos expresamente de la misma sociedad masónica, de toda su doctrina, así como de sus
planes y manera de pensar y de obrar, a fin de que así llegue a conocerse, con la mayor claridad
posible, su maliciosa naturaleza, y pueda evitarse el contagio de peste tan funesta. 33

Organización <secreta>
31
Destaca en éste párrafo León XIII, el acierto de sus antecesores al denunciar la inminencia del peligro que suponía
la extensión de la secta, constatando como, en el momento de publicar esta encíclica, parecía ya dueña de algunos
Estados, cuya ruina es previsible en un futuro a causa, precisamente, del poder que los masones habían alcanzado en
el gobierno de los mismos, como demostraba el laicismo creciente en países católicos como la Francia de aquellos
momentos. La Iglesia, a pesar de los ataques sistemáticos de la misma secta, contaba con la promesa evangélica de
que las fuerzas del mal no prevalecerán contra ella.
32
La Humanum genus es el primer documento pontificio que relaciona abiertamente la acción de socialistas y
comunistas con la destructiva labor de la masonería que directamente podía vincularse con sus perversas doctrinas.
33
Nunca se había elaborado un documento de tal claridad como ésta encíclica, en cuanto a la denuncia de la
masonería, sus planes y objetivos, sus delictivos métodos y la proyección, ya muy visible en la sociedad, de los
mismos, con el propósito de frenar su expansión, calificándola, sin paliativos, en los más condenatorios términos,
como “peste funesta”.
22
8. Hay varias sectas que, si bien diferentes en nombre, ritos, forma y origen, unidas entre sí por
cierta comunión de propósitos y afinidad entre sus opiniones capitales, concuerdan de hecho con
la secta masónica, especie de centro de donde todas salen y adonde vuelven. 34 Estas, aunque
aparenten no querer en manera alguna ocultarse en las tinieblas, y tengan sus juntas a vista de
todos, y publiquen sus periódicos, con todo, bien miradas, son un género de sociedades secretas,
cuyos usos conservan. Pues muchas cosas hay en ellas a manera de arcanos, las cuales hay
mandato de ocultar con muy exquisita diligencia, no solo a los extraños, sino a muchos de sus
mismos adeptos, como son los planes íntimos y verdaderos, así como los jefes supremos de cada
logia, las reuniones más reducidas y secretas, sus deliberaciones, por qué vía y con qué medios se
han de llevar a cabo. A esto se dirige la múltiple diversidad de derechos, obligaciones y cargos que
hay entre los socios, la distinción establecida de órdenes y grados y la severidad de la disciplina
por la que se rigen. Tienen que prometer los iniciados, y aún de ordinario se obligan a jurar
solemnemente, no descubrir nunca ni de modo alguno sus compañeros, sus signos, sus doctrinas.
Con estas mentidas apariencias y arte constante de fingimiento, procuran los Masones con todo
empeño, como en otro tiempo los maniqueos 35, ocultarse y no tener otros testigos que los suyos.
Celebran reuniones muy ocultas, simulando sociedades eruditas de literatos y sabios, hablan
continuamente de su entusiasmo por la civilización, y de su amor hacia los más humildes: dicen
que su único deseo es mejorar la condición de los pueblos y comunicar a cuántos más puedan las
ventajas de la sociedad civil.36 Aunque fueran verdaderos tales propósitos, no todo está en ellos.
Además, deben los afiliados dar palabra y seguridad de ciega y absoluta obediencia a sus jefes y
maestros, estar preparados a obedecerles a la menor señal e indicación; y de no hacerlo así, a no
rehusar los más duros castigos ni la misma muerte. Y, en efecto, cuando se ha juzgado que
algunos han traicionado el secreto o han desobedecido las órdenes, no es raro darles muerte con tal
audacia y destreza, que el asesino burla muy a menudo las pesquisas de la policía y el castigo de la
justicia.37 Ahora bien: esto de fingir y querer esconderse, de sujetar a los hombres como a
esclavos con fortísimo lazo y sin causa bastante conocida, de valerse para toda maldad de hombres
sujetos a capricho de otro, de armar a los asesinos procurándoles la impunidad de sus crímenes, es
una monstruosidad que la misma naturaleza rechaza; y por lo tanto, la razón y la misma verdad
evidentemente demuestran que la sociedad de la que hablamos pugna con la justicia y la probidad
naturales.

9. Singularmente, cuando hay otros argumentos, por cierto clarísimos, que ponen de manifiesto
esta falta de probidad natural. Porque por grande astucia que tengan los hombres para ocultarse,
por grande que sea su costumbre de mentir, es imposible que no
aparezca de algún modo en los efectos la naturaleza de la causa. No puede el árbol bueno dar
malos frutos ni el árbol malo dar buenos frutos. Y los frutos de la secta masónica son, además de
dañosos muy amargos. Porque de los certísimos indicios antes mencionados resulta claro el último

34
Demostrando un profundo conocimiento de la masonería, y como ya habían apuntado también sus predecesores,
León XIII denuncia que, por encima de los diferentes nombres, ritos, apariencias y orígenes que pueden presentar
buen número de sectas secretas, la masonería, en última instancia, es una sola cosa, “un solo centro”.
35
Acierta nuevamente la encíclica al comparar a los masones con los maniqueos con los que comparten su creencia
dualista en dos fuerzas de igual potencia, el bien y el mal.
36
Continúan en la actualidad presentándose los masones a sí mismos como integrantes de sociedades filantrópicas,
sin otra finalidad que procurar el progreso humano, en las contadas ocasiones en que se deciden a dar explicaciones
sobre lo que ocultan sus actividades secretas. Damos fe de ello, pues a quien esto escribe, recientemente trataron de
convencer, miembros de una de las múltiples obediencias masónicas operativas en Andalucía, de estar movidos por
elevadas e inocentes intenciones. Sin excesiva convicción, todo hay que decirlo.
37
Tampoco documento alguno había abordado nunca tan a las claras uno de los aspectos más graves del secreto
masónico: el asesinato, por obra de la secta, de quien lo rompe, así como el hecho de que dichos asesinatos quedaran
impunes sistemáticamente, lo que constituye una de las pruebas principales del poder que ya entonces habían
alcanzado o de la eficacia en la comisión de sus crímenes que, indudablemente, contribuye a consolidar dicho poder.
El subrayado es nuestro.
23
y principal de sus intentos, a saber: destruir hasta los fundamentos todo el orden religioso y civil
establecido por el cristianismo y levantar a su manera otro nuevo con fundamentos y leyes sacadas
de las entrañas del naturalismo.38

10. Cuanto hemos dicho y diremos, debe entenderse de la secta masónica en sí misma y en cuanto
abraza otras con ella unidas y confederadas, pero no de cada uno de sus secuaces. Puede haberlos,
en efecto, y no pocos, que si bien no dejan de tener culpa por haberse comprometido con
semejantes sociedades, con todo no participan por sí mismos en sus crímenes e ignoran sus
últimas intenciones. Del mismo modo, aún entre las otras asociaciones unidas con la masonería,
algunas tal vez no aprobarán ciertas conclusiones extremas que sería lógico abrazar como
dimanadas de principios comunes, si no causara horror su misma torpe fealdad. Algunas también,
por circunstancias de tiempo y lugar, no se atreven a hacer tanto como ellas mismas quisieran y
suelen hacer las otras; pero no por eso se han de tener por ajenas a la confederación masónica,
pues ésta no tanto ha de juzgarse por sus hechos y las cosas que lleva a cabo, cuanto por el
conjunto de los principios que profesa.

Naturalismo doctrina

11. Ahora bien: es principio capital de los que siguen el naturalismo, como lo declara su mismo
nombre, que la naturaleza y razón humana ha de ser en todo maestra y soberana absoluta; y
sentado esto, descuidan los deberes con Dios o tienen de ellos conceptos vagos y erróneos.
Niegan, en efecto, toda divina revelación; no admiten dogma religioso ni verdad alguna que la
razón humana no pueda comprender, ni maestro a quien precisamente deba creerse por la
autoridad de su oficio. Y, como en verdad, es oficio propio de la Iglesia católica, y que a ella solo
pertenece, el guardar enteramente y defender en su incorrupta pureza el depósito de las doctrinas
reveladas por Dios, la autoridad del magisterio y los demás medios sobrenaturales para la
salvación, de aquí el haberse vuelto contra ella toda la saña y el ahínco todo de éstos enemigos. 39

12. Véase ahora el proceder de la secta masónica en lo tocante a la religión, singularmente donde
tiene mayor libertad para obrar, y júzguese si es o no verdad que todo su empeño está en llevar a
cabo las teorías de los naturalistas. Mucho tiempo ha que trabaja tenazmente para anular en la
sociedad toda influencia del magisterio y autoridad de la Iglesia; por esto proclaman y defienden
por doquier el principio de que <Iglesia y Estado deben estar por completo separados> y así
excluyen de las leyes y administración del Estado el muy saludable influjo de la religión católica,
de donde se sigue que los Estados se han de constituir haciendo caso omiso de las enseñanzas y
preceptos de la Iglesia.
Ni les basta con prescindir de tan buena guía como la Iglesia, sino que la agravan con
persecuciones y ofensas. Se llega, en efecto, a combatir impunemente de palabra, por escrito y en
la enseñanza, los mismos fundamentos de la religión católica; se pisotean los derechos de la
Iglesia; no se respetan las prerrogativas con que Dios la dotó; se reduce casi a nada su libertad de
acción, y esto con leyes en apariencia no muy violentas, pero en realidad expresamente hechas y
acomodadas para atarle las manos. Vemos, además, al Clero oprimido con leyes excepcionales y
graves, para que cada día vaya disminuyendo en número y le falten las cosas más necesarias; los
restos de los bienes de la Iglesia, sujetos a todo género de trabas y gravámenes y enteramente
puestos al arbitrio y juicio del Estado; las órdenes religiosas suprimidas y dispersas.40
38
El subrayado es nuestro.
39
Como ya hiciera Benedicto XIV, León XIII subraya dos de las causas principales que convierten a la Iglesia en
objetivo prioritario de los masones; el depósito de la fe revelada junto con el magisterio que la convierte, por el simple
hecho de ejercerlo en cada época, valorando las realidades históricas y sociales, en el último baluarte a conquistar para
los impulsores de una dictadura ideológica, disfrazada de progresismo. El subrayado es nuestro.
40
Obviamente dichas medidas –supresión de las órdenes y desamortización de los bienes eclesiásticos, persecución y
eliminación de los clérigos en los momentos álgidos- iniciadas en las primeras etapas de la Revolución Francesa,
24
Contra la Sede Apostólica

13. Pero donde, sobre todo, se extrema la rabia de los enemigos es contra la Sede Apostólica y el
Romano Pontífice. Quitósele primero con fingidos pretextos el reino temporal, baluarte de su
independencia y de sus derechos; enseguida se le redujo a situación inicua, a la par que
intolerable, por las dificultades que de todas partes se le oponen, hasta que, por fin, se ha llegado a
punto de que los fautores de las sectas proclamen abiertamente lo que en oculto maquinaron largo
tiempo, a saber, que se ha de suprimir la sagrada autoridad del Pontífice y destruir por entero el
Pontificado, instituido por derecho divino. Aunque faltaran otros testimonios, consta
suficientemente lo dicho por los sectarios, muchos de los cuales, tanto en otras diversas ocasiones
como últimamente, han declarado que el propósito de los Masones es perseguir cuanto puedan a
los católicos con una enemistad implacable, y no descansar hasta lograr que sea destruido todo
cuanto los Sumos Pontífices han establecido en materia de religión o por causa de ella.
Y si no se obliga a los adeptos a abjurar expresamente la fe católica, tan lejos está esto de
oponerse a los intentos masónicos, que antes bien sirve a ellos. Primero, porque éste es el camino
de engañar fácilmente a los sencillos e incautos y de atraer a muchos más; y después, porque,
abriendo los brazos a cualesquiera y de cualquier religión, consiguen persuadir de hecho el grande
error de estos tiempos, a saber, el indiferentismo religioso y la igualdad de todos los cultos;
conducta muy a propósito para arruinar toda religión, singularmente la católica, a la que, por ser la
única verdadera, no sin suma injuria se le iguala con las demás.

Negación de los principios fundamentales

14. Pero más lejos van los naturalistas, porque, lanzados audazmente por las sendas del error, en
las cosas de mayor momento, caen despeñados en lo profundo, sea por la flaqueza humana, sea
por un justo juicio de Dios, que castiga su soberbia. Así es que en ellos pierden su certeza y fijeza
aún las verdades que se conocen por luz natural de la razón, como son la existencia de Dios, la
espiritualidad e inmortalidad del alma humana.
Y la secta de los Masones da en estos mismos escollos del error con no menos precipitado
curso. Porque, si bien confiesan en general que Dios existe, ellos mismos certifican no estar
impresa esta verdad en la mente de cada uno con firme asentimiento y estable juicio. Ni disimulan
tampoco ser entre ellos ésta cuestión de Dios causa y fuente abundantísima de discordia; y aún es
notorio que últimamente hubo entre ellos, por ésta misma cuestión, no leve contienda. De hecho la
secta concede a los suyos libertad absoluta de defender que Dios existe o que no existe; y con la
misma facilidad se recibe a los que resueltamente defienden la negativa, como a los que opinan
que existe Dios, pero sienten de Él perversamente, como suelen los panteístas; lo cual no es otra
cosa que acabar con la verdadera noción de la naturaleza divina, conservando de ella no se sabe
qué absurdas apariencias.41 Destruido o debilitado este principal fundamento, síguese que han de
quedar vacilantes otras verdades conocidas por la luz natural; por ejemplo que todo existe por la
libre voluntad de Dios creador; que su providencia rige el mundo; que las almas no mueren; que a
esta ha de suceder otra sempiterna.

15. Destruidos estos principios, que son como la base del orden natural, importantísimo para la
conducta racional y práctica de la vida, fácilmente aparece cuáles han de ser las costumbres
acompañaron el desarrollo histórico de los regímenes liberales y marxistas (ambos con fuerte participación masónica)
a lo largo de los siglos XIX y XX. Un buen ejemplo de ello es el caso de España.
41
Los masones no profesan una sola religión, aunque coinciden, como sostiene León XIII, en mantener respecto de la
idea de Dios, visiones incompatibles con el Credo de la Iglesia, desde el deísmo hasta el gnosticismo que puede
llevarles, a partir de los grados más altos, al culto luciferino, pasando por el panteísmo, denunciado en el presente
párrafo. El subrayado es nuestro.
25
públicas y privadas. Nada decimos de las virtudes sobrenaturales, que nadie puede alcanzar ni
ejercitar sin especial gracia y don de Dios, de las cuales por fuerza no ha de quedar vestigio en los
que desprecian por desconocidas la redención del género humano, la gracia divina, los
sacramentos, la felicidad que se ha de alcanzar en el cielo.
Hablamos de las obligaciones que se deducen de la probidad natural. Un Dios creador del
mundo y su próvido gobernador; una ley eterna que manda conservar el orden natural y veda el
perturbarlo; un fin último del hombre y mucho más excelso que todas las cosas humanas y más
allá de esta morada terrestre; éstos son los principios y fuente de toda honestidad y justicia; y,
suprimidos éstos, como suelen hacerlo naturalistas y masones, falta inmediatamente todo
fundamento y defensa a la ciencia de lo justo y de lo injusto. Y, en efecto, la única educación que
a los Masones agrada, y con la que, según ellos, se ha de educar a la juventud, es la que llama
laica, independiente, libre; es decir, que excluya toda idea religiosa. Pero cuán escasa sea ésta,
cuán falta de firmeza y a merced del soplo de las pasiones, bien lo manifiestan los dolorosos frutos
que ya se ven en parte; en donde quiera que ésta educación ha comenzado a reinar más libremente,
una vez suprimida la educación cristiana, prontamente se han visto desaparecer las buenas y sanas
costumbres, tomar cuerpo las opiniones más monstruosas y subir de todo punto la audacia de los
crímenes. Públicamente se lamenta y deplora todo esto y aún lo reconocen, aunque no querrían, no
pocos que se ven forzados a ello por la evidencia de la verdad.

16. Además, como la naturaleza humana quedó inficionada por la mancha del primer pecado, y
por lo tanto más propensa al vicio que a la virtud, requiérese absolutamente para obrar bien sujetar
los movimientos obcecados del ánimo y hacer que los apetitos obedezcan a la razón. Y para que
en éste combate conserve siempre su señorío la razón vencedora, se necesita muy a menudo
despreciar todas las cosas humanas y pasar grandísimas molestias y trabajos. Pero los naturalistas
y masones, que ninguna fe dan a las verdades reveladas por Dios, niegan que pecara nuestro
primer padre, y estiman, por tanto, en nada amenguado en sus fuerzas ni inclinado al mal. Antes,
por el contrario, exagerando las fuerzas y excelencia de la naturaleza y poniendo en ésta
únicamente el principio y norma de la justicia, ni aun pensar pueden que para calmar sus ímpetus
y regir sus apetitos se necesite una asidua pelea y constancia suma. De aquí vemos ofrecerse
públicamente tantos estímulos a los apetitos del hombre: periódicos y revistas, sin moderación ni
vergüenza alguna; obras dramáticas, licenciosas en alto grado; asuntos para las artes, sacados con
proterva de los principios de ese que llaman realismo; ingeniosos inventos para una vida muelle y
muy regalada; rebuscados, en suma, toda suerte de halagos sensuales, a los cuales cierre los ojos la
virtud adormecida. En lo cual obran perversamente, pero son en ello muy consecuentes consigo
mismos, quienes quitan toda esperanza de los bienes celestiales, y ponen vilmente en cosas
perecederas toda la felicidad, como si la fijaran en la tierra. Lo referido puede confirmar una cosa
más extraña de decirse que de creerse. Porque, como apenas hay tan rendidos servidores de esos
hombres sagaces y astutos como los que tienen el ánimo enervado y quebrantado por la tiranía de
las pasiones, hubo en la secta masónica quien dijo públicamente y propuso que ha de procurarse
con persuasión y maña que la multitud se sacie con la innumerable licencia de los vicios, en la
seguridad de que así la tendrán sujeta a su arbitrio para poder atreverse a todo en el futuro.

17. Por lo que toca a la vida doméstica, he aquí casi toda la doctrina de los naturalistas. El
matrimonio es un mero contrato: puede justamente rescindirse a voluntad de los contratantes; la
autoridad civil tiene autoridad sobre el vínculo matrimonial. En el educar los hijos nada hay que
enseñarles como cierto y determinado en punto de religión; al llegar a la adolescencia, corre a
cuenta de cada cual escoger lo que guste. Esto mismo piensan los Masones; no solamente lo
piensan, sino que se empeñan, hace ya mucho, en reducirlo a costumbre y práctica. En muchos
Estados, aun en los llamados católicos, está establecido que fuera del matrimonio civil no hay
unión legítima; en otros la ley permite el divorcio; en otros se trabaja para que cuanto antes sea

26
permitido. Así, apresuradamente se corre a cambiar la naturaleza del matrimonio en unión
inestable y pasajera, que la pasión haga o deshaga a su antojo.
También tiene puesta la mira, con suma conspiración de voluntades, la secta de los Masones en
arrebatar para sí la educación de los jóvenes. Ven cuán fácilmente pueden amoldar a su capricho
ésta edad tierna y sensible y torcerla hacia donde quieran, y nada más oportuno para lograr que se
forme así para la sociedad una generación de ciudadanos tal cual ellos se la forjan. Por tanto, en
punto de educación y enseñanza de los niños, nada dejan al magisterio y vigilancia de los
ministros de la Iglesia, habiendo llegado ya a conseguir que en varios lugares toda la educación de
los jóvenes esté en manos de laicos, de suerte que, al formar sus corazones, nada se les diga de los
grandes y santísimos deberes que ligan al hombre con Dios.

Consecuencias políticas

18. Vienen enseguida los principios de la ciencia política. En éste género dogmatizan los
naturalistas que los hombres tiene todos iguales derechos y son de igual condición en todo; que
todos son libres por naturaleza; que ninguno tiene derecho para mandar a otro, y el pretender que
los hombres obedezcan a cualquier autoridad que no venga de ellos mismos es propiamente
hacerles violencia. Todo está, pues, en manos del pueblo libre; la autoridad existe por mandato o
concesión del pueblo; tanto que, mudada la voluntad popular, es lícito destronar a los príncipes
aun por la fuerza. La fuente de todos los derechos y obligaciones civiles está o en la multitud o en
el gobierno de la nación, organizado, por supuesto, según los nuevos principios. Conviene,
además, que el Estado sea ateo, no hay razón para anteponer una a otra entre las varias religiones,
pues todas deben ser igualmente consideradas.42

19. Y que todo esto agrade a los Masones del mismo modo, y quieran ellos constituir las naciones
según este modelo, es cosa tan conocida que no necesita demostrarse. Con todas sus fuerzas e
intereses lo están maquinando así hace mucho tiempo, y con esto dejan expedito el camino a no
pocos más audaces que se inclinan a peores opiniones, pues proyectan la igualdad y comunidad de
toda la riqueza, borrando así del Estado toda diferencia de clases y fortunas.

Errores y peligros

20. De lo que sumariamente hemos referido aparece bastante claro qué sea y por donde va la secta
de los Masones. Sus principales dogmas discrepan tanto y tan claramente de la razón, que nada
puede ser más perverso. Querer acabar con la religión y la iglesia, fundada y conservada
perennemente por el mismo Dios, y resucitar después de dieciocho siglos las costumbres y
doctrinas gentílicas,43 es necedad insigne y muy audaz impiedad. Ni es menos horrible o más
llevadero el rechazar los beneficios que con tanta bondad alcanzó Jesucristo, no solo a cada
hombre en particular, sino también en cuanto viven unidos en la familia o en la sociedad civil,
beneficios señaladísimos hasta según el juicio y testimonio de los mismos enemigos. En tan feroz
e insensato propósito parece reconocerse el mismo implacable odio o sed de venganza en que arde
Satanás contra Jesucristo.
Así como el otro vehemente empeño de los Masones, el de destruir los principales fundamentos
de lo justo y lo honesto, y animar así a los que, a imitación del animal, quisiera fuera lícito cuanto

42
Denuncia aquí León XIII, el sincretismo religioso de la masonería, propugnado por la mayoría de sus dirigentes,
desde la constitución de la secta hasta el presente.
43
Referencia clara al neopaganismo masónico ya visible entonces y denunciado, en éste punto, por el Papa.
27
agrada, no es otra cosa que empujar al género humano ignominiosa y vergonzosamente a su
extrema ruina.44

21. Aumentan el mal los peligros que amenazan a la sociedad doméstica y civil. Porque, como
otras veces lo hemos expuesto, hay en el matrimonio, según el común y casi universal sentir de
todos los pueblos y siglos, algo de sagrado y religioso: veda, además, la ley divina que pueda
disolverse. Pero si esto se permitiera, si el matrimonio se hace profano, necesariamente ha de
seguirse en la familia la discordia y la confusión, cayendo de su dignidad la mujer y quedando
incierta la prole tanto sobre sus bienes como sobre su propia vida.

22. Pues el no cuidar oficialmente para nada de la religión, y en la administración y ordenación de


la cosa pública no tener cuenta ninguna de Dios, como si no existiese, es atrevimiento inaudito aun
entre los primeros gentiles, en cuyo corazón y en cuyo entendimiento tan gravada estuvo no solo
la creencia en los dioses, sino la necesidad de un culto público, que reputaban más fácil encontrar
una ciudad sin suelo que sin Dios.
De hecho, la sociedad humana a que nos sentimos naturalmente inclinados fue constituida por
Dios, autor de la naturaleza; y de Él emana, como de principio y fuente, la naturaleza y perenne
abundancia de los bienes innumerables en que la sociedad excede. Así, pues, como la misma
naturaleza enseña a cada uno en particular a dar piadosa y santamente culto a Dios por tener de Él
la vida y los bienes que la acompañan, así, y por idéntica causa, incumbe éste deber a pueblos y
Estados. Y los que quisieran a la sociedad civil libre de todo deber religioso, claro está que obran
no sólo injusta, sino ignorante y absurdamente.
Si, pues, los hombres por voluntad de Dios nacen ordenados a la sociedad civil, y a ésta es tan
indispensable el vínculo de la autoridad que, quitando éste, por necesidad se disuelve aquélla,
síguese que el mismo que creó la sociedad creó la autoridad. De aquí se ve que quien está
revestido de ella, sea quien fuere, es ministro de Dios, y, por tanto, según lo piden el fin y la
naturaleza de la sociedad humana, es tan puesto en razón obedecer a la potestad legítima cuando
manda lo justo, como obedecer a la autoridad de Dios, que todo lo gobierna; y nada tan falso como
el pretender que corresponda por completo a la masa del pueblo el negar la obediencia cuando le
agrade. Todos los hombres son, ciertamente, iguales: nadie duda de ello, si se consideran bien la
comunidad igual de origen y naturaleza, el fin último cuya consecuencia se ha señalado a cada
uno, y finalmente los derechos y deberes que de ellos nacen necesariamente.

23. Mas como no pueden ser iguales las capacidades de los hombres, y distan mucho uno de otro
por razón de las fuerzas corporales o del espíritu, y son tantas las diferencias de costumbres,
voluntades y temperamentos, nada más repugnante a la razón que el pretender abarcarlo y
confundirlo todo y llevar a las leyes de la vida civil tan rigurosa igualdad. Así como la perfecta
constitución del cuerpo humano resulta de la juntura y composición de miembros diversos, que,
diferentes en forma y funciones, atados y puestos en sus propios lugares, constituyen un
organismo hermoso a la vista, vigoroso y apto para bien funcionar, así en la humana sociedad son
casi infinitas las diferencias de los individuos que la forman; y si todos fueran iguales y cada uno
se rigiera a su arbitrio, nada habría más deforme que semejante sociedad; mientras que si todos, en
distinto grado de dignidad, oficios y aptitudes, armoniosamente conspiran al bien común,
retratarán la imagen de una ciudad bien constituida y según pide la naturaleza.

24. Además de los turbulentos errores, que ya llevamos enumerados, han de temerse los mayores
peligros para los Estados. Porque, quitado el temor de Dios y el respeto a las leyes divinas,
menospreciada la autoridad de los príncipes, consentida y legitimada la manía de las revoluciones,
sueltas con la mayor licencia las pasiones populares, sin otro freno que el castigo, ha de seguirse
44
Advertencia de cómo el relativismo moral, unido al hedonismo, serían el origen de la ruina de la sociedad
occidental.
28
necesariamente el trastorno y la ruina de todas las cosas. Y aun precisamente ésta ruina y
trastorno, es lo que a conciencia maquinan y expresamente proclaman las masas de comunistas y
socialistas, a cuyos designios no podrá decirse ajena la secta de los Masones, pues favorece en
gran manera sus planes y conviene con ellas en los principales dogmas. Y si de hecho no llegan
inmediatamente y en todas partes a las últimas consecuencias, no se atribuya a sus doctrinas ni a
su voluntad, sino a la eficacia de la religión divina, que no puede extinguirse, y a la parte más sana
de los hombres, que, rechazando la servidumbre de las sociedades secretas, resisten con valor a
sus locos conatos.

25. ¡Ojalá juzgasen todos del árbol por sus frutos y conocieran la semilla y origen de los males que
nos oprimen y los peligros que nos amenazan! Tenemos que habérnoslas con un enemigo astuto y
doloso que halagando los oídos de pueblos y príncipes, ha cautivado a unos y otros con blandura
de palabras y adulaciones.
Al insinuarse entre los príncipes fingiendo amistad, pusieron la mira los Masones en lograrlos
como socios y colaboradores poderosos para oprimir a la religión católica; y para estimularles más
con insistente calumnia acusaron a la Iglesia de que, envidiosa, disputaba a los príncipes su
potestad y prerrogativas reales.45 Lograda por tales artes la audacia y la seguridad, comenzaron a
intervenir con gran influencia en el régimen de las naciones, estando dispuestos –por lo demás- a
sacudir los fundamentos de los imperios y a perseguir, calumniar y destronar a los príncipes,
siempre que ellos no se mostrasen a gobernar a gusto de la secta. 46 No de otro modo engañaron,
adulándolos, a los pueblos. Voceando libertad y prosperidad pública, haciendo ver que, por culpa
de la Iglesia y de los monarcas, no había salido ya la multitud de su inicua servidumbre y de su
miseria, engañaron al pueblo, y, despertada en él la sed de novedades, le incitaron a combatir
contra ambas potestades. Pero ventajas tan esperadas están más en el deseo que en la realidad, y
antes bien, más oprimida la plebe, se ve forzada a carecer en gran parte de las mismas cosas en
que esperaba el consuelo de su miseria, las cuales hubiera podido hallar con facilidad y
abundancia en la sociedad cristianamente constituida. Y éste es el castigo de su soberbia, que
suelen encontrar cuantos se vuelven contra el orden de la Providencia divina: que tropiezan con
una suerte desoladora y mísera allí mismo donde, temerarios, la esperaban próspera y abundante
según sus deseos.

26. La Iglesia, en cambio, como que manda obedecer primero y sobre todo a Dios, Soberano
Señor de todas las cosas, no podría, sin injuria y falsedad, ser tenida por enemiga de la potestad
civil, usurpadora de algún derecho de los príncipes; antes bien, quiere se dé al poder civil, por
dictamen y obligación de conciencia, cuanto de derecho se le debe; y el hacer dimanar de Dios
mismo, conforme hace la Iglesia, el derecho de mandar, da gran incremento a la dignidad del
poder civil y no leve apoyo para captarse el respeto y benevolencia de los ciudadanos. Amiga de la
paz, la misma Iglesia fomenta la concordia, abraza a todos con maternal cariño y, ocupada
únicamente en ayudar a los hombres, enseña que conviene unir la justicia con la clemencia, el
mando con la equidad, las leyes con la moderación; que no ha de violarse el derecho de nadie; que
se ha de servir al orden y tranquilidad pública y aliviar cuanto se pueda, pública y privadamente, la
necesidad de los menesterosos. Pero por esto piensan, para servirnos de las palabras mismas de
45
Fue así exactamente como lograron los ministros ilustrados expulsar de sus respectivos reinos a la Compañía de
Jesús, para después conseguir incluso su disolución (1773); convenciendo, particularmente al rey Carlos III de
España, de que eran los jesuitas los que frenaban sus reformas políticas, aspirando incluso a crear un estado jesuítico
independiente en la América española, llegando a utilizar el motín de Esquilache (1766) como supuesta prueba ante el
rey de la no menos supuesta rebelión de los jesuitas contra la Corona.
46
Este fue el caso, comprobado, de Luis XVI, al que la masonería había condenado a muerte años antes del inicio de
la Revolución, entendiendo que un monarca católico, y devoto, como el Rey de Francia. habría de ser un estorbo en
sus planes de demoler la Iglesia. De hecho, el asalto a las Tullerías (10 de Agosto de 1792) que llevaría a los reyes a la
prisión y a la guillotina, se decidió cuando Luis XVI opuso su veto a las últimas medidas contra los curas
“refractarios”.

29
San Agustín, o quieren que se piense no ser la doctrina de Cristo provechosa para la sociedad,
porque no quieren que el Estado se asiente sobre la solidez de las virtudes, sino sobre la
impunidad de los vicios. Conocido bien todo esto, sería insigne prueba de sensatez política y
empresa conforme a lo que exige la salud pública, que príncipes y pueblos se unieran, no con los
Masones para destruir la Iglesia, sino con la Iglesia para quebrantar los ímpetus de los Masones.

Remedios doctrinales

27. Sea como fuere, ante un mal tan grave y ya tan extendido, lo que a Nos toca, Venerables
Hermanos, es aplicarnos con toda el alma a la busca de remedios.
Y porque sabemos que la mejor y más firme esperanza de remedio está puesta en la virtud de la
religión divina, tanto más odiada por los Masones cuanto más temida, juzgamos ser lo principal el
servirnos contra el común enemigo de esta virtud tan saludable. Así que todo lo que decretaron los
Romanos Pontífices, Nuestros Antecesores, para impedir las tentativas y los esfuerzos de la secta
masónica, y todo cuanto sancionaron para alejar a los hombres de semejantes sociedades o
sacarlos de ellas, todas y cada una de éstas cosas las damos por ratificadas y las confirmamos con
Nuestra autoridad apostólica. Y confiadísimos en la buena voluntad de los cristianos, rogamos y
suplicamos a cada uno en particular, por su eterna salvación, que estimen deber sagrado de
conciencia el no apartarse un punto de lo que en esto tiene ordenado la Silla Apostólica.47

28. Y a vosotros, Venerables Hermanos, os pedimos y rogamos con la mayor instancia que,
uniendo vuestros esfuerzos a los Nuestros, procuréis con todo ahínco extirpar esta asquerosa peste
que va serpeando por todas las venas de la sociedad. A vosotros toca defender la gloria de Dios y
la salvación de los prójimos: ante tales fines en el combate, no ha de faltaros el valor ni la fuerza.

29. Vuestra prudencia os dictará el modo mejor de vencer los obstáculos y las dificultades que se
alzarán; pero como es propio de la autoridad de nuestro ministerio el indicaros Nos mismo algún
plan razonable, pensad que en primer lugar se ha de procurar arrancar a los Masones su máscara,
para que sean conocidos tales cuales son, que los pueblos aprendan por vuestros discursos y
pastorales, dados con este fin, las malas artes de semejantes sociedades para halagar y atraer, la
perversidad de sus opiniones y lo criminal de sus hechos. Que ninguno que estime en lo que debe
su profesión de católico y su salvación juzgue serle lícito por ningún título dar su nombre a la
secta masónica, como repetidas veces lo prohibieron Nuestros Antecesores. Que a ninguno engañe
aquella honestidad fingida; puede, en efecto, parecer a algunos que nada piden los Masones
abiertamente contrario a la religión y buenas costumbres; pero como toda la razón de ser y causa
de la secta estriba en el vicio y en la maldad, claro es que no es lícito unirse a ellos ni ayudarles en
modo alguno.48

30. Además, conviene con frecuentes sermones y exhortaciones inducir a las muchedumbres a que
se instruyan con todo esmero en lo tocante a la religión, y para eso recomendamos mucho que en
47
Queda aquí ratificada nuevamente –aunque no sería necesario hacerlo, como ya estableció claramente Benedicto
XIV- la condena absoluta de la masonería que los Papas venían formulando a partir de Clemente XII, sin que, por
supuesto, se levante la pena de excomunión contra los masones. La novedad es que la encíclica interpela directamente
a todos y cada uno de los cristianos para que, por su propia salvación, colaboren en la empresa común, que debe serlo
de todos los bautizados en Cristo, de extirpar el mal, representado desde, el siglo XVIII en adelante, y en muy
importante medida, por la secta masónica. Es una muy clara llamada de atención que alerta a las conciencias contra la
amenaza común la que proclama en éste punto León XIII.
48
Sale aquí al paso la encíclica de la eterna polémica que, de forma recurrente, se vuelve a plantear hasta nuestros
días, sobre si resulta o no posible la doble pertenencia a la masonería y a la Iglesia, zanjando claramente la cuestión,
como volvería a hacerlo, un siglo más tarde, el cardenal Ratzinger, en el más reciente de los documentos pontificios
que tratan sobre el tema. En aquella ocasión, como veremos más adelante, el ahora Papa Benedicto XVI se manifestó,
de manera más escueta pero no menos contundente a como lo había hecho León XIII: la doble pertenencia es de todo
punto imposible.
30
escritos y sermones oportunos se explanen los principales y santísimos dogmas que encierran toda
la filosofía cristiana. Con lo cual se llega a sanar los entendimientos por medio de la instrucción y
a fortalecerlos así contra las múltiples formas del error como contra los varios modos con que se
presentan atractivos los vicios en esa tan grande libertad de publicaciones y curiosidad tan grande
de saber.
Grande obra, sin duda; pero en ella será vuestro primer auxiliar y colaborador de vuestros
trabajos el Clero, si con vuestros esfuerzos lográis que salga bien pertrechado en virtudes y en
ciencia. Pero empresa tan sana e importante reclama también en su auxilio el celo activo de los
seglares, que juntan en uno el amor de la religión y de la Patria con la probidad y el saber.
Aunadas las fuerzas de una y otra clase, trabajad, Venerables Hermanos, para que todos los
hombres conozcan bien y amen a la Iglesia; porque cuanto mayor fuere este conocimiento y este
amor, tanto mayor será así la repugnancia con que se mire a las sociedades secretas como el
empeño en rehuírlas.

Organizaciones prácticas

31. Y aprovechando esta oportunidad, renovamos ahora justamente Nuestro deseo, ya repetido, de
que se propague y se fomente con toda diligencia la Orden Tercera de San Francisco, cuyas reglas
con lenidad prudente hemos suavizado hace muy poco tiempo. El único fin que le dio su autor es
el de traer los hombres a la imitación de Jesucristo, al amor de su Iglesia, al ejercicio de toda
virtud cristiana; mucho ha de valer, por tanto, para extinguir el contagio de éstas perversísimas
sociedades. Y así que cada día aumente más ésta santa Congregación; pues, además de otros
muchos frutos, puede esperarse de ella el insigne de que vuelvan los corazones a la libertad,
fraternidad e igualdad,49 no como absurdamente las conciben los Masones, sino como las alcanzó
Jesucristo para el humano linaje y las siguió San Francisco: esto es la libertad de los hijos de Dios,
por la cual nos vemos libres de la servidumbre de Satanás y de las pasiones, nuestros
perversísimos tiranos; la fraternidad que dimana de ser Dios nuestro Creador y Padre común de
todos; la igualdad, que teniendo por fundamento la caridad y la justicia, no borra toda diferencia
entre los hombres, sino que con la variedad de condiciones, deberes e inclinaciones forma aquel
admirable y armonioso concierto que aun la misma naturaleza pide para el bien y la dignidad de la
vida civil.

32. Viene, en tercer lugar, una institución sabiamente establecida por nuestros mayores e
interrumpida por el transcurso del tiempo, que puede valer ahora como ejemplar y forma para
lograr instituciones semejantes.
Hablamos ahora de los gremios y cofradías de trabajadores con que éstos, al amparo de la
religión, defendían juntamente sus intereses y, a la par, las buenas costumbres.50
Y si con el uso y experiencia de largo tiempo vieron nuestros mayores la utilidad de estas
asociaciones, tal vez la experimentaremos mejor nosotros por ser especialmente aptas para
invalidar el poder de las sectas. Los que conllevan la pobreza con el trabajo de sus manos, fuera de
ser dignísimos, en primer término, de caridad y consuelo, están más expuestos a las seducciones
de los malvados, que todo lo invaden con fraudes y engaños. Débeseles, por ello, ayudar con la
mayor benignidad posible y atraer a sociedades honestas, no sea que los arrastren a las infames.
En consecuencia, para salud del pueblo, tenemos vehementes deseos de ver restablecidas en todas
partes, según piden los tiempos, estas corporaciones bajo los auspicios y patrocinio de los obispos.
Y no es pequeño Nuestro gozo al verlas ya establecidas en diversos lugares en que también se han
fundado sociedades protectoras, siendo propósito de unas y otras ayudar a la clase honrada de los
proletarios, socorrer y custodiar sus hijos y sus familias, fomentando en ellas, con la integridad de
las buenas costumbres, el amor a la piedad y el conocimiento de la religión.
49
Triada masónica consagrada por la Revolución Francesa.
50
León XIII es el autor de la Rerum novarum, la encíclica que inicia la doctrina social de la Iglesia.
31
33. Y en este punto no dejaremos de mencionar la Sociedad llamada de San Vicente de Paúl, tan
benemérita de las clases pobres, y tan insigne públicamente en su ejemplaridad. Bien conocidas
son su actuación y sus aspiraciones; se emplea en adelantarse espontáneamente al auxilio de los
menesterosos y de los que sufren, y esto con admirable sagacidad y modestia; pues cuanto menos
quiere mostrarse, tanto es mejor para ejercer la caridad cristiana y más oportuna para consuelo de
las miserias.

Educación de la juventud

34. En cuarto lugar, y para obtener más fácilmente lo que intentamos, con el mayor
encomendamos a vuestro celo y a vuestros desvelos la juventud, esperanza de la sociedad.
Poned en su educación vuestro principal cuidado, y nunca, por más que hiciereis, creáis haber
hecho bastante en el preservar la adolescencia de aquellas escuelas y aquellos maestros, en los que
pueda temerse el aliento pestilente de las sectas. Exhortad a los padres, a los directores
espirituales, a los párrocos para que insistan, al enseñar la doctrina cristiana en avisar
oportunamente a sus hijos y alumnos sobre la perversidad de estas sociedades, y a que aprendan
desde luego a precaverse de las fraudulentas y varias artes que sus propagadores suelen emplear
para enredar a los hombres. Y aún no harían mal, los que preparan a los niños para recibir bien la
primera Comunión, en persuadirles de que se propongan y se comprometan a no ligarse nunca con
sociedad alguna sin decirlo antes a sus padres o sin consultarlo con su confesor o con su párroco.

35. Bien conocemos que todos nuestros comunes trabajos no bastarán para arrancar estas
perniciosas semillas del campo del Señor si desde el cielo el dueño de la viña no favorece benigno
nuestros esfuerzos.
Necesario es, por lo tanto, implorar con vehemente anhelo e instancia su poderoso auxilio,
como y cuanto lo piden la extrema necesidad de las circunstancias y la grandeza del peligro.
Levantáse insolente y orgullosa por sus triunfos la secta de los Masones, ni parece poner ya límites
a su pertinacia. Prestánse mutuo auxilio sus sectarios, todos unidos en nefando contubernio y por
comunes ocultos designios, y unos a otros se animan para todo malvado atrevimiento. Tan fiero
asalto pide igual defensa, es a saber, que todos los buenos se unan en amplísima coalición de obras
y oraciones. Les pedimos, pues, por un lado que, estrechando las filas, firmes y a una, resistan
contra los ímpetus cada día más violentos de los sectarios; por otro que levanten a Dios las manos
y le supliquen con grandes gemidos para alcanzar que florezca con nuevo vigor la religión
cristiana; que goce la Iglesia de la necesaria libertad; que vuelvan a la buena senda los
descarriados; y que al fin, abran paso a la verdad los errores y los vicios a la virtud.51

36. Como intercesora y abogada tengamos a la Virgen María Madre de Dios, para que, pues ya en
su misma Concepción purísima venció a Satanás, sea Ella quien se muestre poderosa contra las
nefandas sectas, en las que claramente se ve revivir la soberbia contumaz del demonio junto con
una indómita perfidia y simulación. Acudamos también al príncipe de los Ángeles buenos, San
Miguel, el debelador de los de los enemigos infernales; y a San José, esposo de la Virgen
Santísima, así como a San Pedro y San Pablo, Apóstoles grandes, sembradores e invictos
defensores de la fe cristiana, en cuyo patrocinio confiamos, así como en la perseverante oración de
todos, para que el Señor acuda oportuno y benigno en socorro del género humano que se encuentra
lanzado a peligros tantos. Sea prueba de los dones celestiales y de Nuestra benevolencia la
51
Llama la atención el tono marcial, empleado por León XIII en ésta arenga final de la encíclica, presentando a la
Iglesia como plaza sitiada por los poderes de éste mundo, concertados por la secta masónica. Actitud valiente, sin
duda, la del Papa, que decidió hablar sin veladuras ni medias tintas, denunciando a un enemigo cuyas fuerzas
crecientes parecían poner en peligro la salvación de muchas almas así como la seguridad de los Estados, ante el
designio masónico de un gobierno mundial en la sombra. La suya fue la única voz autorizada que lo denunció sin
rodeos. El subrayado es nuestro.
32
Bendición Apostólica, que de todo corazón os damos en el Señor, a vosotros, Venerables
Hermanos, al Clero y a todo el pueblo confiado a vuestra vigilancia.52
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 20 de Abril de 1884, año séptimo de Nuestro
Pontificado. >53

Documento 7

El 5 de septiembre de 2010, César Vidal publica en La Razón un artículo titulado La logia


Jack el Destripador, donde explica los asesinatos cometidos por el mítico criminal en clave
masónica. Lo transcribimos íntegramente a continuación:

<Entre el 31 de agosto y el 9 de septiembre de 1888 cinco mujeres fueron asesinadas en Londres.


Se atribuyeron a Jack. No fue así>

<1888 fue un año de horribles asesinatos. Mary Ann Nichols, el 31 de agosto; Annie Chapman, el
8 de septiembre; Elizabeth Stride y Catherine Edowes, ambas el 30 de septiembre y Mary Jane
(Marie) nelly el 9 de noviembre. Tras este último crimen, el asesino dejó de matar anunciándolo
en una nota dirigida a la Policía. Todas las vícitimas ejercían la prostitución y fueron muertas
mediante un corte profundo de izquierda a derecha en la garganta, de noche y en la calle. Estas
circunstancias llevaron a muchos a atribuir los crímenes a un psicópata sexual.
La realidad fue menos prosaica. El príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence, hijo del entonces
príncipe de Gales –que luego sería Eduardo VII- había sido amante de una católica llamada Annie
Elizabeth con la que había contraído matrimonio secreto y de la que tuvo una hija llamada Alice
Maragaret. En una época en que la monarquía victoriana sufría un acoso considerable de
republicanos y socialistas se temía que aquel matrimonio debilitara la estabilidad de la institución.
Resultaba por tanto imperativo acabar con él y con sus testigos. La reina Victoria convocó, al
borde da la histeria, al primer ministro, el marqués de Salisbury y le exigió que solucionara el
enredo.
Así, siguiendo órdenes de Salisbury, la Policía metropolitana detuvo en 1888 a Annie Elizabeth.
No sucedió lo mismo con la niña porque Mary Kelly, que había sido testigo de la boda, la tomó a
su cuidado y corrió a refugiarse con ella en el East End. El duque de Clarence no volvió a reunirse
con Annie Elizabeth y murió en extrañas circunstancias en 1892. Su infeliz esposa fue declarada
loca y murió en 1920 en un manicomio. Sin embargo Mary Kelly –que comenzó en 1888 a ejercer
la prostitución- contó el secreto a algunas compañeras y pidió dinero a la familia real a cambio de
no pasar la información a la prensa sensacionalista. Para zanjar la situación, Salisbury, masón de
alto rango, se puso en contacto con el doctor William Gull, médico de la reina y también masón
que ya había practicado algunos abortos para evitar problemas a la Casa Real. Con la ayuda de
otro masón, Robert Anderson, el segundo jefe de la Policía metropolitana, Gull consiguió los
datos de las prostitutas que conocían el secreto. Un equipo de cinco hombres perpetró los
asesinatos. Tan sólo Catherine Eldowes no tenía nada que ver con la extorsión, pero era amiga
íntima de Mary Kelly y ocasionalmente utilizaba incluso su nombre, lo que le costó ser asesinada
por error.
Finalmente con el asesinato de Mary Kelly, el colectivo <Jack el Destripador> alcanzó su último
objetivo y se disolvió. Para entonces había causado cinco asesinatos siguiendo un ritual masónico
52
Termina el documento como empezaba, explicando en clave sobrenatural –la lucha satánica contra la iglesia de
Cristo- la cuestión que aborda y desarrolla, al tratar de la masonería y su ascendente dominio mundial, y pidiendo
oraciones que movilicen a los ejércitos celestiales, capitaneados por el Arcángel San Miguel, y protegidos por la
Virgen, los Apóstoles y todos los santos, en la lucha decisiva contra las puertas del infierno: las Iglesias Triunfante y
Militante unidas, por la Comunión de los Santos, en el combate contra las fuerzas visibles –los sectarios, Masones y
asimilados con sus cómplices y secuaces- y las invisibles –Satanás y los ángeles caídos- que tratan, desde sus
orígenes, de destruir a los hijos de Adán. Nada menos que eso, y pormenorizadamente analizado y explicado a lo
largo de todo de todo la encíclica.
33
que incluía el degollamiento propio del juramento de aprendiz y el destripamiento relacionado con
la iniciación en el grado de maestro, actos que pretenden castigar en la masonería la revelación de
secretos. Al final, <Jack el Destripador> había sido algo más cercano a una logia que a un
psicópata sexual.

Documento 8

Entre los crímenes masónicos, recogidos por Ricardo de la Cierva en su obra La Masonería
invisible,53 se incluye el caso de Jack el Destripador. Incluimos ese apartado como ampliación
y confirmación de los datos recogidos en el documento anterior. De la Cierva resume el
contenido y las conclusiones de la investigación realizada por Stephen Knight, publicadas en
1977, en su obra Jack the Ripper.

Probablemente los crímenes de Jack el Destripador, que conmocionaron a Inglaterra y a toda


Europa en 1888, son el capítulo de la crónica negra universal que ha suscitado más interés, más
artículos y más libros, que se cuentan por millares; un siglo ya muy largo después de los hechos se
cree generalmente que el misterio sigue oculto y que nunca se desvelará. Sin embargo quienes
conocemos bien la personalidad y el modo de trabajar de Stephen Knight, autor del libro Jack the
Ripper, the final solution54 estamos convencidos de que el misterio está resuelto y precisamente en
clave masónica. Espero poder demostrarlo en esta sección del libro.
Ya hemos citado extensamente a Stephen Knight, uno de los más relevantes maestros del
periodismo de investigación en el siglo XX. Nos hemos referido a su libro de 1983, The
Brotherhood (La Hermandad) que, junto al del reverendo Walton Hannah, Darkness visible de
1952 han sido la causa de que la Iglesia anglicana pusiera término a su secular comunión con la
Masonería y como consecuencia la propia gran Logia Unida de Inglaterra acometería una revisión
de sus rituales y de su imagen pública, irreparablemente deteriorada. Stephen Knight, muerto en
extrañas circunstancias después de publicar ese libro, era un escritor y periodista de origen indio y
confesión anglicana que se declaró segidor de Walton Hannh y se decidió a investigar a fondo a la
Masonería inglesa después de resolver, en clave masónica, el misterio de Jack the Ripper. Voy a
intentar transmitir al lector las líneas maestras de esa ejemplar investigación, a la que ha intentado
oponerse el historiador inglés Theo Aronson con argumentos menos que superficiales.
Los crímenes de Jack the Ripper cometidos en el barrio londinense de Whitechapel, siyuado en el
East End, entre el 31 de agosto y el 9 de noviembre de 1888 fueron cinco y nada más que cinco;
porque se han divulgado cifras diferentes y fantásticas. El primero, la muerte de Mary Ann
Nichols el 31 de agosto. El segundo la de Annie Chapman el 8 de septiembre. El tercero, del 30 de
septiembre, con dos víctimas: Elizabeth Stride y Catherine Edowes, asesinadas en lugares
próximos pero diferentes. Por fin el 9 de noviembre se registró el asesinato de la quinta víctima,
Mary Jane (Marie) Kelly y tras este crimen Jack the Ripper se desvaneció aunque tuvo la osadía
de escribir una nota a la policía. Una sola nota, por cierto de signo masónico, no los centenares de
cartas que llegaron con su nombre pero eran falsas.
Las cinco víctimas ejercían la prostitución en las calles de Whitechapel. Sólo la última fue muerta
en su propia casa. No eran muy jóvenes sino de mediana edad excepto una. Todas fueron
asesinadas en la calle, de noche y el asesino buscó la protección de la niebla, entonces muy
persistente en Londres durante buena parte del año. Las cuatro primeras fueron asesinadas y luego
transportadas a otros lugares del barrio donde se encontraron los cadáveres. Las cinco
desgraciadas mujeres sufrieron un corte profundo y semejante en la garganta, de izquierda a
derecha; todas menos la tercera sufrieron una bárbara mutilación que les arrancó las entrañas.
Cuatro de las cinco mujeres se conocían entre sí.

53
Ricardo de la Cierva, La Masonería invisible. Una investigación en Internet sobre la Masonería moderna, ed.
Fénix, 1ª edición, 2002; 2ª edición 2010 , págs.. 544 y ss.
54
Londres, Grafton, 1977.
34
En 1970, cuando el interés por los asesinatos continuaba latente, pero sin manifestaciones
excepcionales, fue publicado un artículo en el que se señalaba como autor de los crímenes nada
menos que al príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence, hijo del Príncipe de Gales (que sería rey
Eduardo VII) y por tanto nieto de la reina Victoria de Inglaterra y presunto heredero del trono
después de su padre. Luego se demostró que la imputación era falsa pero que de alguna forma
misteriosa el duque de Clarence estaba relacionado con los asesinatos. Entonces la BBC
Televisión creyó necesario preparar una serie exhaustiva sobre los crímenes de Whitechapel y el
periodista Stephen Knight fue designado para formar parte del equipo investigador. Hizo entonces
su aparición (secreta) un veterano de New Scotland Yard, la Policía Metropolitana que se había
encargado del caso en 1888 y reveló a los investigadores de la BBC dos fuentes esenciales que
nadie conocía. Primera, la existencia de un hombre llamado Sickert, hijo del famoso pintor Walter
Sickert, que conocía detalles de un matrimonio secreto del duque de Clarence con una dependienta
que trabajaba en la calle Cleveland, el barrio bohemio del Londres victoriano. Segunda, la
seguridad de que existían importantes archivos secretos sobre los asesinatos de Whitechapel en
Scotland Yard y en el Home Office (Ministerio del Interior) cerrados por imperativo legal hasta
1992 y 1993. Los investigadores de la BBC consiguieron, gracias a la generosidad y ak sentido del
deber de quienes custodiaban esos documentos, un acceso controlado a ellos. Y Stephen Knight se
encargó de entrevistar a Sickert.
Joseph Sickert era, en efecto, el hijo de Walter Sickert, reconocido en Inglaterra como el pintor
más famoso del Reino Unido después de Turner y con muchas de sus obras colgadas en los más
prestigiosos museos. El hijo reveló a Knight que su padre tenía un estudio de pintor en la calle
Cleveland frente por frente a una tienda de confección y tabacos en la que trabajaba Annie
Elizabeth Crook, con una ayudante, la Mary o Marie Kelly que fue la quinta vícitima de Jack the
Ripper. El príncipe Albert, llamado <Prince Eddy>, por todo el mundo, había conocido el barrio
bohemio de Cleveland porque su madre, Alejandra (Alix), princesa de Dinamarca y luego de
Gales y Reina de Inglaterra, había confiado al joven príncipe a los cuidados de Walter Sickert, que
era de origen familiar danés y gozaba de la confianza de Alejandra. La Princesa de Gales, cuyo
marido el futuro Rey Eduardo VII la engañaba constantemente, estaba muy unida a su hijo mayor
Eddy, que mostraba desde su adolescencia inclinaciones bisexuales y un extraordinario interés por
el mundo de las artes. La princesa pidió a Walter Sickert que ayudase a su hijo, a quien veía muy
desorientado, y Walter Sickert le acogió desde 1884 muchas veces en su estudio, fomentó sus
inclinaciones artísticas y le orientó en la difícil convivencia del barrio bohemio, donde el príncipe
tuvo alguna aventura homosexual pero, tal vez para compensar esa inclinación, conoció a la bella
dependienta del número 22 (que actuaba a veces como modelo del pintor) y los dos se enamoraron
profundamente. Tanto que cuando ella estuvo embarazada se casaron por el doble rito anglicano y
católico en la capilla de San Salvador. Nació una niña, Alice Maragaret y poco después la policía,
en varios coches, hizo una redada en Cleveland Street y se llevó de allí, separadamente, al príncipe
Eddy, sacado del estudio de Walter Sickert ya su esposa plebeya y católica, Annie Elizabeth. La
ayudante de Annie, es decir Marie Kelly, se había encargado de la niña, observó la redada de la
policía (que también presenció Walter Sickert) y huyó con la niña al East End, donde se refugió.
El hijo de Sickert contó a Knight que su padre Walter y Marie Kelly habían sido los únicos
testigos de la boda del príncipe Eddy con Annie Elizabeth. El matrimonio no volvió a reunirse. El
príncipe Eddy nombrado poco después duque de Clarence, fue llevado a Palacio y sometido a
estrecha vigilancia mientras su joven esposa fue recluida de asilo en asilo y declarada loca, hasta
su muerte en 1920. El príncipe Eddy falleció también en extrañas circunstancias en 1892.
Joseph Sickert confió a Knight que según le había contado su padre con todo detalle antes de
morir, cuando la reina Victoria conoció la aventura matrimonial de su hijo mayor 55 fue presa de la
histeria y exigió al marqués de Salisbury, entonces primer ministro conservador, que solucionara
el caso por los medios que fueran […] El primer ministro ordenó personalmente a la Policía
Metropolitana que secuestrase en 1888 en Cleveland Street a Eddy y su joven esposa, como se ha
55
Quiere decir su nieto.
35
dicho. Por el momento el secreto seguía bien guardado pero en ese mismo año 1888 Marie Kelly,
que tenía a su cuidado a la hija de Eddy y su esposa católica, se dedicaba a la prostitución en el
East End al no encontrar otro medio de vida en tiempos tan agitados y difíciles. Allí se hizo amiga
de varias compañeras de oficio y entre todas, con la ayuda de algunos rufianes, tuvieron la
ocurrencia de amenazar con un chantaje en regla bajo promesa de revelar todo el asunto a la
prensa sensacionalista. Entonces Salisbury recurrió a la razón de Estado y –siempre según el
testimonio del pintor Walter Sickert- convocó a sir William Gull, médico personal de la Reina
Victoria después de haber conseguido la curación del príncipe de Gales casi desahuciado por una
grave dolencia y le encargó que solucionara inmediatamente la difícil situación. Gull era como
Salisbury, masón de alto rango; los dos pertenecían a la misma logia. El doctor había recibido de
la Reina un título de nobleza y estaba dispuesto a hacer por ella lo que se le pidiera. Ya había
practicado personalmente varios abortos –entonces un crimen horrendo- en el castillo de Windsor
para solucionar algunos graves deslices de la familia real. El célebre doctor había firmado sin
vacilar el certificado que declaraba loca a la esposa católica del príncipe Eddy, lo que permitió
tenerla encerrada mientras vivió. Knight no acusa directamente a la Reina Victoria ni siquiera a
lord Salisbury de instigar ni menos de planear los asesinatos de Whitechapel. Elegantemente los
compara con el asesinato de Thomas Becket, el arzobispo de Canterbury hoy canonizado, que se
convirtió en un grave problema en la Edad Media para el rey Enrique II, quien como hablando
consigo mismo ante sus serviles cortesanos dujo estas famosas palabras: < ¿Y no habrá entre mis
leales súbditos quien me libre de ese molesto clérigo? > Algo semejante dijo Salisbury al médico
de la Reina Victoria, quien puso inmediatamente manos a la obra.
Esta era la historia que Walter Sickert contó a su hijo con aire de arrepentimiento aunque le faltó
por revelar un punto esencial como veremos. Este es el testimono que Sickert hijo transmitió a
Stephen Knight, quien impresionado por la sinceridad y la coherencia de Joseph se dedicó
inmediatamente a comprobar, punto por punto, todos y cada uno de los detalles del relato. Habló
una y otra vez con Joseph Sickert, despertó los rincones más oscuros de su memoria, comprobó
con él sobre el terreno todos los detalles, investigó todos los pasos del doctor Gull, del príncipe
Eddy, de Marie Kelly y sus amigas prostitutas, habló con todos los testigos supervivientes del East
End y de Cleveland Street, siguió el rastro de la infeliz Annie Elizabeth y su hija Alice Margaret y
confirmó de cabo a rabo la verdad de todo el relato. Pero no se conformó con la confirmación
testimonial, ampliada con docenas de testimonios más. Aprovechó la generosidad de la BBC-TV y
de Scotland Yard para abrir los archivos secretos de la Policía Metropolitana y del Ministerio del
Interior hasta que consiguió articular no ya una teoría sino un conjunto de conclusiones
irrefutables. Todo el resto del libro de Knight se dedica a ofrecer con todo detalle esta colosal
investigación.
Para contrarrestar el chantaje de Marie Kelly y sus tres amigas –en realidad las prostitutas
asesinadas fueron cinco, incluida Kelly, pero una de ellas fue víctima de un error del que ella
misma tuvo la culpa- la policía averiguó cada detalle de sus vidas y lo comunicó al doctor Gull,
erigido ya en ejecutor del plan forjado por él mismo. Para no cansar al lector con todos los detalles
del libro de Knight diré solamente lo esencial de sus conclusiones. Todo el mundo pensaba que
Jack el Destripador era un asesino solitario pero en realidad se trataba de un equipo de cinco
hombres; Hnight averiguó el nombre del quinto, que Joseph Sickert intuía pero no había revelado
al peiodista. El ejecutor y asesino principal era por supuesto, el doctor Gull, a quien acompañaba
en un coche de caballos cerrado el segundo jefe de la Policía Metropolitana sir Robert Anderson,
miembro muy importante de la Masonería, nombrado para un alto puesto sospechosamente muy
poco antes. El tercer hombre era el jefe superior de Anderson y la Policía Metropolitana, sir
Christopher Warren, que actuó siempre desde la sombra pero sabiendo muy bien de qué se trataba
y encubriendo los crímenes a conciencia. El cuarto hombre, que además de su complicidad en los
crímenes se encargaba de llevar a las prostitutas asesinadas en el interior del coche hasta el lugar
donde debían de ser encontradas, era John Netly, una especie de enano resentido contra todo el
mundo que había sido el cochero del príncipe Eddy en sus incursiones por Cleveland Street y

36
ahora se había puesto incondicionalmente al servicio de Gull y su equipo. Y el último colaborador
y cómplice de los asesinatos, descubierto por Stephen Knight, era el propio pintor Walter Sickert,
amenazado personalmente por el primer ministro –que le visitó y sobornó en el estudio que el
pintor tenía en Dieppe, Francia- y le amenazó con acabar con él si revelaba algo o no colaboraba.
Su hijo Joseph, asesiado a preguntas y pruebas por Hnight, acabó por reconocer que su padre, muy
a su pesar, había formado parte del equipo asesino […]
El capítulo décimo de Knight se dedica a establecer la conexión masónica de los crímenes de los
crímenes de Whitechapel. Es uno de los más brillantes y convincentes del libro. La identidad
masónica de Salisbury, el doctor Gull y los comisionados Warren y Anderson está comprobada.
Pero hay además otra prueba terrible; las cinco víctimas fueron asesinadas según el ritual
masónico. Todas ellas sufrieron un profundo corte de garganta de oreja a oreja, de izquierda a
derecha, que constituye la pena fijada en el ritual del Aprendiz -<to have my throat cut across>- es
decir, <que se me corte la garganta de lado a lado>. Este era el juramento del Aprendiz vigente en
la época de los crímenes, y confirmado por el signo del mismo grado primero, en el que con la
mano izquierda, caída la mano derecha, pulgar abajo, describe un movimiento de corte de garganta
de izquierda a derecha.56 Todas las víctimas menos una sufrieron también una mutilación
abdominal, destripamiento (disemboweling) pena fijada por el Ritual del grado de Maestro, -<my
bowles torn thereout> 57. El ritual de Richard Carlile se publicó en 1831. La fórmula del corte de
garganta se mantenía en 1952 como muestra el ritual transcrito en esa fecha por Walton Hannah
en su citada obra.58Después de las duras críticas de Hannah y Hnight la Gran Logia de Inglaterra
suprimió el 11 de junio de 1986 todas las referencias a penas físicas en sus rituales 59y así aparece
en el Ritual Emulation […] en su reimpresión del año 2001. Pero en la época de los crímenes de
Whitechapel esas penas estaban vigentes en los rituales […] como acabamos de demostrar con
datos de 1831 y 1952. La principal conexión masónica de los crímenes de 1888 está apoyada por
el testimonio de uno de los cómplices, Walter Sickert: <los asesinatos fueron planeados por un
grupo de masones extremistas y perpetrados de acuerdo con el ritual masónico> 60 Por supuesto
que además de los personajes citados la Reina Victoria era Protectora de la Masonería; su hijo el
Príncipe de Gales y su nieto el príncipe Eddy eran masones.
[…] la escalofriante historia de este gran crimen masónico siguió incógnita e inédita hasta que
Stephen King la reveló, con enorme aceptación y éxito en 1976.

Documento 9

<El regicidio masónico de 1906>.61 El atentado contra Alfonso XIII fue el resultado de una
conspiración masónica para terminar con la Majestad Católica. 62 Los tres implicados en el
56
El autor cita a R. Carlile, Manuel of Freemasonery, pág. 9 y a J. Blanchard, Scotch Rite Masonery Illustraded,
vol. II, pág. 489.
57
Para este ritual, de la Cierva cita nuevamente la obra de Carlile, Manuel of Freemasonery, pág. 66.
58
Nota en el texto original, W. Hannah, Darkness visible, pág. 99
59
De la Cierva recoge en éste párrafo un dato de gran relevancia en relación con la masonería: el hecho de que hasta
fecha tan tardía como 1986 la Gran Logia de Inglaterra no hubiese renunciado –al menos oficialmente- a las
referencias a penas físicas dentro de la secta. El subrayado es nuestro.
60
Nota en el texto original, Knight, Jack the Ripper, pág. 150.
61
Ricardo de la Cierva, La Masonería invisible. Una investigación en Internet sobre la Masonería moderna, ed.
Fénix, Madrid, 2010 (2ª edición), págs. 551 y ss.
62
Alfonso XIII mantuvo un pulso con la masonería a lo largo de todo su reinado; en 1919 su decisión de presidir la
consagración de España al Sagrado Corazón levantó una airada campaña mediática contra su persona por parte de
37
mismo, Mateo Morral, Francisco Ferrer Guardia y José Nakens eran masones. Así lo expone
Ricardo de la Cierva en su obra, LaMasonería invisible:

[…] Sin que nadie le prestara atención un individuo extraño, cetrino y enjuto, vestido de negro y
con una abultada cartera bajo el brazo, enseñaba un carnet de periodista a la guardia de seguridad
que custodiaba la entrada del templo, con la pretensión de introducirse en él. Sometidos a la
tensión de la espera los policías le negaron el acceso pero ni le interrogaron ni le registraron. […]
Aquel individuo –según se supo después del atentado- se llamaba Mateo Morral, era anarquista y
masón, amigo y colaborador de Francisco Ferrer Guardia, a quien había ayudado a fundar en 1901
un centro subversivo en Barcelona disimulado bajo el nombre de Escuela Moderna. Me he
impuesto la obligación de estudiar a fondo la figura de Francisco Ferrer porque la izquierda
europea y la Masonería se han empeñado desde entonces en presentarle bajo la imagen de <ilustre
pedagogo> cuando en realidad no era –en frase famosa de Unamuno- más que <tonto, loco y
criminal cobarde>. Pero su ridícula leyenda persiste a través de las décadas y hace muy pocos
años una obediencia de la Masonería española se ha empeñado en erigirle un monumento en
Barcelona (no sé si lo ha conseguido) sin advertir que se trata de una desvergonzada afrenta a la
Historia. La condición masónica de Francisco Ferrer y Mateo Morral está demostrada
históricamente y avalada además por un consenso general de las fuentes que tratan de ellos. 63
También está demostrado que fue Francisco Ferrer el inductor del proyecto regicida de Mateo
Morral, que no tuvo éxito de verdadero milagro. Para completar el cuadro masónico del regicidio
de 1906 es necesario mencionar a un tercer vértice del triángulo asesino; el conocido escritor y
periodista, masón reconocido, José Nakens, que residía en Madrid, prestó apoyo y encubrió a
Mateo Morral y fue después procesado junto con Mateo Morral y Francisco Ferrer.
Mateo Morral había intentado dejar en la iglesia de san Jerónimo su paquete bomba cerca del altar,
lo que hubiera provocado una catástrofe de consecuencias incalculables. Cuando se le prohibió el
acceso a la iglesia se dirigió rápidamente hacia su domicilio eventual, un cuarto que tenía
alquilado al final de la calle Mayor, muy cerca ya de la de Bailén, a un paso de Palacio. 64 Se había
publicado que el cortejo nupcial pasaría por allí en su camino desde San Jerónimo a Palacio,
después de la boda. La habitación de Mateo Morral era exterior con balcón a la calle Mayor y allí
esperaba el asesino con su bomba, escondida ahora dentro de un ramo de flores que había pensado
arrojar contra la carroza de los Reyes de España.

toda la izquierda, incluyendo el partido liberal, con amplia presencia masónica. Poco después, confió al padre Mateo
Crowley-Boevery –que lo publicó en un libro titulado Jesús, Rey de Amor y posteriormente en declaraciones a la
revista Reinado Social del Sagrado Corazón (Madrid, junio de 1957) - haber recibido un ultimátum de la masonería
internacional: en el palacio real una comisión de la secta le dio a elegir entre ingresar en la misma y propiciar una
política laicista o perder el trono a corto o medio plazo. Ya en el exilio le ofrecieron en dos ocasiones recuperar la
corona a cambio de ingresar en una logia [A Julián Cortés Cavanillas se lo confirmó en el transcurso de una de sus
entrevistas, publicada posteriormente en el libro Confesiones y muerte de Alfonso XIII, colección ABC (2ª edición,
pág. 107)]; incluso el Rey Pablo de Grecia, en Fontainebleau, le dijo: <Si quieres recuperar la Corona de España
tienes que ingresar en la masonería>, a lo que Don Alfonso respondió: <¡Antes de hacerme masón, tiro por la borda la
Corona, y a toda mi familia!> [Ver Pilar Urbano, El precio del trono, pág. 753]
63
Nota del autor: <Ver por ejemplo Ferrer Benimeli, MEC, vol. II, p. 214. Ver también la reconstrucción histórica de
un gran historiador liberal, Melchor Fernández Almagro, Historia del reinado de Alfonso XIII, Barcelona, Montaner y
Simón, 1977.
64
Resulta extraño que nadie se hubiera fijado en aquel ocupante de un cuarto cuyo balcón se abría sobre el recorrido
del cortejo nupcial, teniendo en cuenta que se temía un atentado ese día y se pidieron refuerzos a las policías de otros
países. Más extraño resulta aún que tanto Alfonso XIII como su madre, la Reina María Cristina, hubieran recibido
sendas fotografías de Mateo Morral antes del atentado que daban casi por seguro. Así lo relató la Reina Victoria
Eugenia, casi sesenta años más tarde, a Marino Gómez Santos que lo recogió en su libro, La Reina Victoria Eugenia
de cerca (ed. Afrodisio Aguado S.A., 1964; 2ª edición 1969). Dada la pertenencia masónica de varios personajes que
ocupaban cargos de la mayor responsabilidad en aquellos momentos,-empezando por el presidente del Gobierno,
Segismundo Moret- puede explicarse, como poco, la cobertura que recibió el inductor del atentado, Ferrer Guardia,
durante su procesamiento, así como su incomprensible absolución. Pero existen muchos otros puntos oscuros en este
suceso, pendiente aún de una profunda investigación.
38
El cortejo, que avanzaba lentamente calle Mayor abajo por la suave pendiente que llega hasta la
calle Mayor, estaba formado por diecinueve carrozas reales –la colección más suntuosa de
Europa- y veintidós de la Grandeza. La reina madre María Cristina ocupaba el coche de caoba
junto a la madre de la nueva Reina, princesa Beatriz, hija de la Reina Victoria. Los Reyes de
España correspondían al delirio popular desde la carroza de la Corona, la más espectacular de
todas. Eran las dos de la tarde cuando al ver don Alfonso la calle de Bailén por la que ya giraban
los coches que precedían al regio se volvió a la Reina para decirle: <Ya ha pasado el peligro>.
Como si le oyera el anarquista criminal arrojó en aquel momento la bomba que cayó delante de la
carroza de la Corona y estalló con enorme estrépito. La onda expansiva provocó que se le
disparase la voluminosa cámara a un improvisado fotógrafo que pudo captar así toda la magnitud
de la tragedia; la foto fue publicada por el diario de Madrid ABC en la portada más famosa de su
historia ya casi secular cuando se escriben estas líneas. Los reyes resultaron milagrosamente ilesos
aunque el maravilloso vestido blanco de la Reina se manchó de sangre. Veintitrés muertos, cien
heridos caballos destrozados, una hecatombe que pudo ser mayor si los soldados del regimiento de
Wad Ras que cubrían la carrera no hubieran mantenido, con supremo valor, sus líneas de
contención entre el pánico general […]
La policía registró muy pronto el cuarto del que, tras arrojar su bomba, había conseguido escapar
Mateo Morral. Allí se conoció el nombre del regicida, a cuya cabeza se puso precio. Después de
recibir ayuda del escritor José Nakens,65 vagó por las inmediaciones de Madrid hasta que pocos
días después fue detenido por el guarda jurado de una finca situada en Torrejón de Ardoz a quien
Morral a quien Morral, en un descuido, consiguió matar, pero presa de la desesperación, se
suicidó. José Nakens, acosado, terminó por confesar su encubrimiento en una carta dirigida a la
prensa.66 Resultó que también había encubierto y protegido al asesino anarquista y masón, del jefe
del gobierno, don Antonio Cánovas, en 1897. La policía supo que el inductor había sido Francisco
Ferrer a cuya querida, la bella Soledad Villafranca, había requerido de amores Mateo Morral sin
éxito. Francisco Ferrer se había iniciado en la Masonería en 1883. El proceso contra Mateo
Morral, Francisco Ferrer y José Nakens empezó a sufrir sospechosas demoras en medio de ocultas
y crecientes presiones. En los debates parlamentarios sobre el regicidio frustrado quedó
demostrada la culpabilidad de Ferrer y de Nakens. El fiscal señaló expresamente a Francisco
Ferrer como inductor y a Nakens como encubridor de Mateo Morral. La sentencia absolvía
increíblemente a Ferrer pese a reconocer su culpabilidad en los considerandos; por desgracia la
resolución de este proceso ha pasado a la historia de los desatinos de la justicia española, que bien
merecerían un estudio histórico completo y desapasionado. José Nakens fue condenado a grave
pena de prisión pero recibió casi inmediatamente el indulto. Un diputado del partido radical, muy
próximo a la Masonería, reconoció que el desenlace del proceso por el atentado se debió a
<presiones de todos conocidas>. Presiones de la Masonería que no permitía el castigo de un
indudable crimen masónico.

Documento 10

La consolidación del mito de Ferrer Guardia como <ilustre pedagogo> a despecho de su


pasado de <criminal cobarde>,67 gracias a la activa campaña de la masonería y la izquierda
65
Nakens es el tercer masón de este triángulo asesino. Escondió a Morral en casa de un amigo suyo donde se le
proporcionó ropa nueva para salir de Madrid. El propio Nakens le afeitó el bigote para alterar su aspecto.
66
La carta iba dirigida al director de La Correspondencia de España, señor Romeo. En ella, su autor, relata cómo
Morral se presentó en la redacción del periódico El Motín, que dirigía el propio Nakens, y trata de justificar su acción
presentando la delación como el peor de los crímenes. Reconoce asimismo haber encubierto también al asesino de
Cánovas del Castillo, Angiolillo, -masón y anarquista también, como Morral y Ferrer- años atrás.
67
Conviene recordar que tres años después del atentado contra los Reyes, Ferrer Guardia fue juzgado en consejo de
guerra, condenado a muerte y ejecutado por su decisiva participación en la organización de la Semana Trágica de
Barcelona que arrojaba un balance de 100 muertos y trescientos heridos. Miguel de Unamuno escribió al respecto:
<Se fusiló con entera justicia al mamarracho de Ferrer, mezcla de tonto, loco y criminal cobarde, aquel monomaníaco
39
europeas. La fundación Ferrer Guardia, su centenario y el laicismo impulsado desde el
gobierno de Rodríguez Zapatero. El periódico Alba
publicaba en febrero de 2011 un artículo sobre este asunto, del que transcribimos la reseña
dedicada a Ferrer Guardia: 68

<Todos son Ferrer Guardia>


El llamado Manifiesto de Barcelona, fechado en 2002 y que es la hoja de ruta del laicismo para su
implantación en España, tiene como organización de pensamiento a la llamada Fundación
Francisco Ferrer Guardia (del que ya hemos hablado en estas mismas páginas). Esta fundación
está presidida por Joan Francesc Pont, 69 catedrático de la Universidad de Barcelona y presidente
del Supremo Consejo Masónico de España. El propio Pont, en una carta pública dirigida a sus
hermanos masones, asegura que “la primera idea de crear la Fundación fue de Rafael Vilaplana
(que fue Soberano Gran Inspector General y uno de los hombres claves en la vuelta de la
masonería a la legalidad en la Transición). Yo retomé sus esfuerzos en 1987, dando cuenta al Gran
Consejo Simbólico de la Gran Logia Simbólica Española de los resultados en las sesiones de los
años siguientes. Hoy la Fundación goza de solidez y de independencia como el principal referente
institucional de la laicidad y del librepensamiento en España” Y es como lo dice Pont. A esta
fundación que retoma los trabajos de la Liga de Enseñanza le cupo la responsabilidad de organizar
el centenario de la muerte del masón Ferrer Guardia. El presidente del comité de este centenario
fue Pasqual Maragall, y entre sus miembros estaba lo más granado del socialismo español, que
conjuga dinero, poder real e influencia: el ministro de Educación, Ángel Gabilondo; la ministra de
Cultura, Ángeles González Sinde; el entonces presidente catalán, José Montilla, además de
Joaquím Nadal, Miguel Iceta y el exvicepresidente delGobierno, eterno candidato tapado a la
dirección del socialismo español y actual presidente de Caixa Catalunya, Narcís Serra.

Documento 11.

Explicando el funcionamiento de las llamadas logias salvajes, Manuel Guerra recoge en su


obra más reciente el testimonio de Maurice Caillet sobre las amenazas de muerte recibidas
de un hermano masón si persistía en su propósito de pleitear ante la magistratura laboral:70

<un hermano de la Gran Logia de Francia, catedrático y secretario regional de Fuerza Obrera,
quien me dijo que, si pleiteaba ante la magistratura laboral “ponía en peligro mi vida”. Yo sabía
que se podía llegar a poner en peligro la propia vida para defender a un “hermano”, pero nunca
imaginé que se pudiera estar amenazado de muerte por conocidos y honorables masones de
nuestra ciudad (Rennes) (…) Me tomé en serio la amenaza. Al día siguiente deposité en la caja
fuerte de mi banco, indicando el nombre de las personas sospechosas, para el caso de que me

con delirios de grandeza y erostratismo, y se armó una campaña indecente de mentiras, embustes y calumnias. Todos
los anarquistas y anarquizantes se juntaron; se les unieron los snobs y estuvieron durante meses repitiendo los eternos
disparates respecto a la inquisitorial España, que es el país más libre del mundo> A la campaña se sumaron, desde el
principio las logias de toda Europa a las que el embajador de España en París, Marqués de Muni, atribuyó la mayor
responsabilidad en aquellos sucesos que provocaron la caída del gobierno de Antonio Maura. Así se lo hizo ver, en
plena campaña, al hijo del político conservador, Gabriel, advirtiéndole de la gravedad de la situación.
68
Alba, del 11 al 17 de febrero de 2011 (Nº 312), J.A. Fúster y L. Losada, Educación para la Masonería, págs. 6 y 7.
69
El autor de este seminario coincidió, en marzo de 2011, en el programa de Intereconomía TV, Con otro enfoque,
con el señor Pont que allí mismo admitió haber impulsado el cierre de la capilla universitaria de Barcelona con el
argumento, repetido por los laicistas, de que “un espacio público no debe estar dedicado a ninguna confesión
concreta”. Afirmación en plena sintonía con el Libro Blanco de la Laicidad, publicado por el Gran Oriente de Francia.
70
Su testimonio tiene el valor de proceder de uno de los muy escasos masones que, habiendo abandonado la secta
(tras su conversión al Catolicismo) ha publicado sus experiencias dentro de la misma.
40
sobreviniera un “suicidio involuntario”. Se lo dije también a un pariente que trabajaba en la
DCRG, la Central de Inteligencia de la Policía> 71

Documento 12.

Durante la segunda mitad de la década de 1970 tuvieron lugar diversas reuniones entre la
Conferencia episcopal alemana y los masones. El resultado fue la siguiente Declaración
sobre la Masonería de la Conferencia Episcopal Alemana, publicada en L’Osservatore
Romano, 72 el 9 de julio de 1980.

<Entre la Iglesia Católica y la Masonería se han mantenido conversaciones oficiales entre los años
1974-1980 por encargo de la Conferencia Episcopal Alemana y de las Grandes Logias reunidas.
En el curso de aquella se ha tratado de constatar si la Masonería ha experimentado cambios a lo
largo del tiempo, tales que consientan a los católicos pertenecer a ella actualmente. Las
conversaciones se han desarrollado en clima de cordialidad y con gran franqueza y objetividad.
Se han estudiado los tres primeros estadios (grados) de pertenencia a la secta. Después de
atento estudio de esos tres estadios primeros, la Iglesia Católica ha constatado que existen
contrastes fundamentales e insuperables. En su esencia la Masonería no ha cambiado. La
pertenencia a la Masonería pone en duda los fundamentos de la existencia de Cristo; el examen
minucioso de los rituales masónicos y de las afirmaciones fundamentales, como también la
constatación objetiva de que hoy no ha sufrido ningún cambio la Masonería, lleva a ésta
conclusión obvia: no es compatible la pertenencia a la Iglesia Católica y al mismo tiempo a la
Masonería73

Documento 13.

En 1983, se publica el nuevo Código de Derecho Canónico. Para sorpresa de muchos, su


canon 1374 no menciona de manera específica a la masonería.

<Quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser castigado con una
pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con entredicho.>74

Documento 14.

71
Maurice Caillet, Yo fui masón,105. 171-172, en Manuel Guerra, Masonería, religión y política, pág. 39.
72
El periódico de El Vaticano.
73
Es chocante que una vez más la Iglesia tuviera que manifestarse en este sentido a pesar de la cantidad abrumadora
de documentación elaborada detalladamente por los Pontífices a partir del siglo XVIII; como también es evidente que
desde una posición abierta y dialogante, propia de la época, llegase a establecer contactos con la secta a fin de
mantener un dialogo que le llevara a declarar definitivamente si en la misma se había producido algún cambio
sustancial que permitiera a los católicos pertenecer o colaborar con ella, para llegar, por cierto, a la misma conclusión
de siempre: no era posible. El subrayado es nuestro.
74
Aunque no aparezca la palabra masonería, es obvio que sigue estando condenada por la Iglesia a no ser que se
demostrara que súbitamente había dejado de maquinar contra ella como venía (y continúa) haciendo desde su
creación. La Declaración de la Conferencia Episcopal Alemana, se había publicado solo tres años antes, sin que se
establecieran nuevos contactos posteriores –que se sepa- entre la secta y la Iglesia. Por último cabría preguntarse a qué
organizaciones se refiere el Código, y si la masonería quedaba excluida de esa categoría, cosa que, dadas las penas
máximas establecidas reiteradamente por ocho Papas, habría de manifestarse expresa y claramente. En definitiva, el
nuevo Código no introduce ningún cambio al respecto y las medidas establecidas contra la secta, así como su condena
global se mantienen a día de hoy.
41
La omisión de referencias expresas a la masonería en el nuevo código de Derecho canónico
tiene como consecuencia directa que se difunda la tesis de que se puede ser católico y masón.
Para salir al paso de esa interpretación, es promulgada la Declaración sobre las Asociaciones
Masónicas Quaesitum est. Sagrada congregación para la Doctrina de la Fe. 26 de noviembre
de 1983.

<Se ha cuestionado sobre si ha habido algún cambio en la decisión de la Iglesia respecto a las
asociaciones masónicas, ya que el Código de Ley Canónica, a diferencia del anterior, no las
menciona expresamente. Esta sagrada congregación está en posición de responder que esta
circunstancia se debe al criterio editorial que se siguió también en el caso de otras asociaciones
que tampoco se mencionaron en cuanto que están contenidas en categorías más amplias.
Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se mantiene sin
cambios, ya que sus principios siempre se han considerado irreconciliables con la doctrina de la
Iglesia (earum principia semper iconciliabilia habita sunt cum Ecclesiae doctrina) y por lo tanto
se continúa prohibiendo ser miembro de ellas.75 Los fieles que se inscriban en asociaciones
masónicas están en estado de pecado grave y no pueden recibir la Santa Comunión.76 No está en la
competencia de las autoridades eclesiales locales el impartir un juicio sobre la naturaleza de las
asociaciones masónicas que implicase una derogación de lo que se ha decidido arriba, y esto en
línea con la declaración de ésta sagrada congregación promulgada el 17 de febrero de 1981.
En una audiencia concedida al subscrito cardenal prefecto, el Supremo Pontífice Juan Pablo II
aprobó y ordenó la publicación de esta declaración que ha sido decidida en una reunión ordinaria
de esta sagrada congregación.
De la Oficina de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, 26 de noviembre de 1983.
Cardenal José Ratzinger, prefecto.77 Padre Jerome Hamer, O.P., Titular Arzobispo de Lorium,
Secretario.>.

Documento 15.

El 20 de febrero de 1985, el cardenal Ratzinger emitió un nuevo comunicado de carácter


oficioso publicado en L’Osservatore romano –que abundaba en la Declaración de 1983- y se
titulaba Reflexiones un año después de la Declaración de la Doctrina de la Fe.
Incompatibilidad de la fe cristiana y la masonería. Reproducimos su texto íntegro a
continuación:

<El 26 de noviembre de 1983, la Congregación para la Doctrina de la Fe publicaba una


Declaración sobre las asociaciones masónicas. A poco más de un año de distancia de su
publicación puede resultar útil ilustrar brevemente el significado de ese documento. Desde que la
Iglesia empezó a pronunciarse rigurosamente sobre la masonería, su juicio negativo se ha
inspirado en múltiples razones, prácticas y doctrinales. No se ha juzgado solamente a la masonería
como responsable de actividades subversivas en su confrontación, sino que, desde los primeros
documentos pontificios sobre la materia y particularmente en la encíclica de León XIII Humanum
genus (20 de abril de 1884) el Magisterio de la Iglesia ha denunciado en la masonería ideas
filosóficas y concepciones morales opuestas a la doctrina católica. Para León XIII esas ideas y
concepciones se reconducían a un naturalismo racionalista inspirado por sus planes y su actividad
contra la Iglesia. En su carta al pueblo italiano Custodi (8 de diciembre de 1882) León XIII
75
El párrafo es de una claridad meridiana y viene a reforzar la secular doctrina mantenida al respecto por la Santa
Sede. El subrayado es nuestro.
76
Nótese que la condena se realiza con la misma rotundidad que emplearon los antecesores de Juan Pablo II,
manteniendo la pena de excomunión para los masones. El subrayado es nuestro.
77
La última condena expresa de la masonería por parte de la Iglesia lleva, por tanto, la firma del Papa actual,
Benedicto XVI.
42
escribía: […] recordemos que el Cristianismo y la Masonería son esencialmente inconciliables;
por lo tanto inscribirse en una de ellas equivale a separarse de la otra.
No se podía por tanto evolucionar hasta tomar en consideración la posición de la masonería desde
el punto de vista doctrinal, cuando entre los años 1973-1980 la Sagrada Congregación mantenía
correspondencia con algunas Conferencias Episcopales particularmente interesadas en este
problema, con motivo del diálogo emprendido por algunas personalidades católicas con
representes de algunas logias que se decían no hostiles e incluso favorables a la Iglesia.
Un estudio más profundo ha conducido a la Congregación para la Doctrina de la Fe a su
declaración de 26 de noviembre de 1983 con lo que se ha confirmado en la convicción de que
subsiste la incompatibilidad de fondo entre los principios de la masonería y los de la fe cristiana.
Prescindiendo por tanto de considerar la actitud práctica de las diversas logias, de la hostilidad o
enfrentamientos con la Iglesia, la Congregación General en su declaración de 26 de noviembre de
1983 ha intentado colocarse al nivel más profundo y por otra parte esencial para el problema, es
decir sobre el plano de la inconciabilidad de los principios, proyectado sobre el plano de la fe y las
exigencias morales. A partir de este punto de vista doctrinal, en continuidad con el resto de las
posiciones tradicionales de la Iglesia, como testimonian los documentos citados de León XIII, se
derivan las necesarias consecuencias prácticas que valen para todos los fieles que se hubieran
eventualmente inscrito en la masonería.
A propósito de la afirmación sobre la irreconciabilidad de los principios, todavía se dice ahora en
algunas partes que la esencia de la masonería consiste precisamente en el hecho de no imponer
principio alguno en el sentido de una posición filosófica o religiosa que sea vinculante para todos
sus adherentes, sino más bien recoger y considerar y considerar juntamente, más allá de las
religiones y visiones del mundo, a los hombres de buena voluntad sobre la base de valores
humanísticos comprensibles y aceptables para todos.
La masonería constituía de esta forma un punto de cohesión para todos aquellos que crean en el
Gran Arquitecto del Universo y se sientan concernidos por aquellas consideraciones morales
fundamentales que se definen según el ejemplo del Decálogo; tal actitud no aleja a nadie de su
propia religión, sino que constituiría un incentivo para adherirse a ella con más intensidad. En esta
sede no pueden discutirse los múltiples problemas históricos y filosóficos que se esconden en tales
afirmaciones. El hecho de que la Iglesia católica reclame la colaboración de todos los hombres de
buena voluntad, no hace falta subrayarlo después del Vaticano II. El asociarse a la masonería pasa
por encima de esta actitud y adquiere un significado que poco tiene que ver con la Iglesia. Por
encima de todo debe recordarse que la comunidad de los francmasones y sus obligaciones morales
se presentan como un sistema progresivo y de símbolos extremadamente sospechoso. La rígida
disciplina del secreto que domina en la masonería refuerza ulteriormente el peso de la interacción
entre signos e ideas. Este clima de secretismo comporta para el inscrito el riesgo de convertirse en
instrumento de estrategias que desconoce. 78
Se afirma también que el relativismo no se asume en la masonería como dogma sino que se
propone como una concesión simbólica relativista y por tanto el valor relativizante de semejante
comunidad moral y ritual, lejos de poder ser eliminado, resulta por el contrario determinante. 79 En
tal contexto las comunidades las comunidades religiosas a las que pertenecen los miembros
individuales de la logia no se pueden considerar más que como simples institucionalizaciones de
una instancia más amplia e inalcanzable. El valor de esas institucionalizaciones aparecerá por

78
La Iglesia en sus condenas de la masonería siempre ha insistido en el peligro que la secta representa para sus
propios iniciados, que al ingresar en la misma empiezan a servir inconscientemente a unas estrategias que nada tienen
que ver con su propia voluntad ya que la toma de decisiones, en esta organización, rígidamente jerarquizada, se realiza
por un reducido grupo que no informa en absoluto a sus miembros de los grados inferiores. Estos renuncian, por tanto,
a su libertad personal para servir intereses que podrían incluso estar en conflicto con sus propios principios o valores
morales.
79
El cardenal destacaba la utilización del relativismo –cuya conversión en dictadura ya es denunciada como un gran
mal por los Papas- por la propia masonería para negar cualquier principio que se oponga a su propia ideología o
estrategias concretas, muy particularmente los que se sustentan en la fe revelada.
43
tanto inevitablemente relativo respecto de esa verdad más amplia, la cual se manifiesta sobre todo
en la comunidad de la buena voluntad, es decir en la fraternidad masónica.
Para un cristiano católico, sin embargo, no es posible vivir sin relación con Dios en una doble
modalidad, es decir separándola en una forma humanitaria supra-confesional y una forma interna-
cristiana. No pueden cultivar relaciones de dos especies con Dios ni expresa sus vinculaciones con
el Creador a través de formas simbólicas de doble especie. Esta actitud sería algo completamente
diverso de aquella colaboración, que para él es obvia, con todos los que están empeñados en el
cumplimiento del bien, aunque provengan de principios diversos. Por tanto un cristiano católico
no puede al mismo tiempo participar en la plena comunión de una fraternidad cristiana y a la vez
mirar a sus hermanos cristianos a partir de la perspectiva masónica como profanos.
Aunque, como se ha dicho, no fuera explícitamente obligatorio profesar el relativismo como
doctrina, sin embargo la fuerza relativizante de una fraternidad así, por su misma lógica intrínseca,
tiene en sí la capacidad de transformar la estructura del acto de fe de forma tan radical que resulta
inaceptable para un cristiano al cual es muy querida su fe (León XIII). Esta evolución en la
estructura fundamental del acto de fe se produce generalmente, de forma mórbida y si ser
advertido; la sencilla adhesión a la verdad de Dios, revelada en la Iglesia, se convierte en simple
pertenencia a una institución considerada como una forma expresiva particular junto a otras
formas expresivas más o menos posibles y válidas para la orientación del hombre a lo eterno.80
La tentación de caminar en esa dirección es hoy tanto más fuerte en cuanto que se corresponde de
lleno con ciertas convicciones prevalentes en la mentalidad contemporánea. La opinión masónica
de que la verdad no puede ser conocida es característica de la crisis general del mundo moderno.
Considerando todos estos elementos la declaración de la Sagrada Congregación afirma que la
inscripción en la Masonería permanece prohibida por la Iglesia y que los fieles que se inscriban
están en pecado grave y por eso no pueden acceder a la comunión.81
Con esta última expresión la Sagrada Congregación indica a los fieles que tal inscripción
constituye objetivamente un pecado grave y precisando que los adherentes a una asociación
masónica no pueden acceder a la sagrada comunión, ilumina la conciencia de los fieles sobre tan
grave consecuencia que les acarrea su adhesión a una logia masónica.
La Sagrada Congregación declara por fin que no compete a las autoridades eclesiásticas locales
pronunciarse sobre la naturaleza de las asociaciones masónicas con un juicio que implique una
derogación de lo que arriba se ha establecido. A este propósito el texto se refiere también a la
declaración de 17 de febrero de 1981, la cual ya reservaba a la Santa Sede cualquier
pronunciamiento sobre la naturaleza de estas asociaciones que implicara una derogación de la ley
canónica entonces en vigor, en el canon 2335.82
Del mismo modo el nuevo documento emitido por la Sagrada Congregación de la Fe en
noviembre de 1983 expresa intenciones idénticas de reserva en cuanto a pronunciarse mediante un
80
A lo largo de los últimos párrafos, Ratzinger aporta toda su capacidad intelectual a la hora de llegar al punto central
de la incompatibilidad entre masonería y catolicismo: no se trata solo de aspectos concretos como la constante y
vigente hostilidad a la Iglesia por parte de la secta masónica, ni tampoco de la gravedad del secreto que exige y a la
vez utiliza contra sus propios miembros, sino de algo más profundo; obstáculo insalvable en realidad: la propia
esencia de la fe del católico y su adhesión a la Iglesia y al sagrado depósito del que esta es depositaria, le imposibilitan
para mantener una doble pertenencia a la Iglesia y a la masonería que considera al catolicismo como <una forma
expresiva particular junto a otras formas expresivas más o menos posibles y válidas> en el mejor o más “tolerante” de
los casos, teniendo en cuenta las diferentes actitudes de unas y otras obediencias masónicas. En última instancia, tras
la aportación filosófica del Papa actual a la cuestión, ya no era necesario entrar en otras graves consideraciones acerca
de la repetida incompatibilidad.
81
El cardenal repetía la idea esencial de la declaración de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe,
Quasitum est, publicada en 1983: la prohibición para los católicos de inscribirse en la masonería, insistiendo en que la
pertenencia a la secta significa vivir en pecado grave, lo que, lógicamente, les impide acceder a la sagrada comunión.
Toda la argumentación anterior del Prefecto concluye en esta condena, plenamente coherente con los puntos
analizados sobre el significado último del ingreso en la masonería.
82
La limitación impuesta a las autoridades locales eclesiásticas en cuanto a pronunciarse en contra de lo establecido
por la Santa Sede en relación con la masonería, es un exponente más de la gravedad que para la Iglesia representa esta
cuestión.
44
juicio formulado en la Declaración sobre incompatiblilidad del principio de la masonería con la fe
católica, sobre la gravedad del acto de inscribirse en una logia y sobre las consecuencias que se
derivan para el acceso a la sagrada comunión.
Esta disposición indica que no obstante la diversidad que puede existir entre las obediencias
masónicas, en particular acerca de su actitud declarada sobre la Iglesia, la Santa Sede encuentra en
ellas varios principios comunes que requieren una misma valoración de parte de todas las
autoridades eclesiásticas.
Al hacer esta declaración la Congregación para la Doctrina de la Fe no ha pretendido desconocer
los esfuerzos de aquellos que, con la debida autorización de este dicasterio, han intentado
mantener un diálogo con representantes de la masonería.
Pero desde el momento en que la Congregación vio la posibilidad de que se difundiera entre los
fieles la equivocada opinión según la cual la adhesión a una logia masónica era lícita, la
Congregación ha considerado su deber el dar a conocer el pensamiento auténtico de la Iglesia para
poner en guardia a los católicos en las incidencias de una adscripción incompatible con la fe
católica.83 Sólo Jesucristo, el Maestro de la Verdad y sólo en El los cristianos deben encontrar la
luz y la fuerza para vivir según el designio de Dios trabajando para el auténtico bien de sus
hermanos>

83
En este último párrafo, Ratzinger denuncia una vez más la confusión que periódicamente rodea esta cuestión y que,
como vemos en la documentación anterior, ha motivado las reiteraciones de la condena de la masonería por parte de
los Papas a partir de la primera de ellas. Así, Benedicto XIV tuvo que confirmar, en 1751, mediante la Constitución
apostólica Próvidas, la condena establecida por Clemente XII, en 1738, a través de la bula In Eminente.
45
II MASONERÍA, GNOSIS, LUCIFERISMO Y PODER GLOBAL

Transcripción literal de textos (sin notas originales) de las obras de los siguientes autores y obras:

AMORTH, Gabriele, Habla un exorcista.


Ed. Planeta, Barcelona, 1997.
CIERVA, Ricardo de la, Masonería, Satanismo y Exorcismo.
Ed. Fénix, Madrid, 2011.
ESTULIN, Daniel, La verdadera historia del club Bilderberg.
Ed. Planeta, Barcelona, 2010, (1ª edición, 2005).
GUERRA, Manuel, La Trama Masónica.
Ed. Styria, Barcelona, 2006.
Guerra, Manuel, Masonería, religión y política.
Ed. Sekotia, 2012.
SANAHUJA, Juan Claudio; Poder Global y religión universal.
Ed. Vórtice, Buenos Aires, 2010.
URBANO, Pilar, El precio del trono.
Ed. Planeta, Barcelona, 2012.
VIDAL, César, La Masonería; un estado dentro del estado.
Ed. Planeta, Barcelona, 2010.
VILLAR, Ernesto, Todos quieren matar a Carrero. La conspiración dentro del Régimen.
Ed. Libros Libres, Madrid, 2011.

Documento 16.

<La masonería, una gnosis antropocéntrica.>84

<Una cosa es la gnosis (palabra griega cuyo significado es <conocimiento> y otra el gnosticismo,
sistema filosófico-teologal o religioso que floreció en el siglo II d. C. Pero todos están de acuerdo
en que su gnosis es el punto de referencia y modelo de toda gnosis, por ejemplo la <mística> y la
psicotécnica de Nueva Era, la masónica, etc. He aquí su definición: gnosis es un conocimiento del
yo mismo, fruto de una iluminación y salvífico o capaz de llevar al hombre a su plenitud al menos
en ésta vida, también en el más allá de la muerte. Por tanto, si se dan estas tres condiciones: un
autoconocimiento, salvífico o salvador no por la muerte del Salvador, sino por medio de una
iluminación, hay gnosis, o sea gnóstica o del gnosticismo del siglo II y de nuestros días.
El masón Freddy Greef reconoce: <El templo (la logia en cuanto lugar de reunión) simboliza la
sociedad ideal en un universo perfecto. Fuera, más allá del pórtico, se extiende el mudo profano
que suele asimilarse a las tinieblas, en contraste con la luz espiritual que ilumina el interior. Todo
84
Manuel Guerra, La trama masónica, págs 120 y ss.
46
lo que ocurre dentro del perímetro sagrado está en función del Ideal, situado en un plano universal
al margen del tiempo y del espacio, pero de ordinario este ideal es antropomórfico y
antropocéntrico. Todo parte del hombre para acabar en el hombre. El creyente es libre de incluir a
Dios en este recorrido>. La simple lectura, incluso la más superficial, permite captar las
resonancias gnósticas de este texto en la antítesis <luz/tinieblas>, en el eco del pleroma/kénoma
(universo perfecto/mundo profano), en el antropocentrismo:<todo parte del hombre para acabar en
el hombre>, así como en la posibilidad de creer en Dios si cada masón lo prefiere. Pero, al modo
del dios lejano, transcendente, del gnosticismo, los rasgos del <dios> de la masonería regular, el
<Gran Arquitecto del Universo>, suelen corresponder a los del deísmo, una divinidad lejana e
inactiva, sin influjo en la vida de los hombres ni en la historia de los pueblos.
Los masones son llamados <hijos de la Luz>. El profano o no masón vive en la oscuridad. Es
lo que representa el iniciando del primer grado cuando camina con los ojos vendados al comienzo
de su iniciación. <El iniciado no debe esperar a ver una luz que lo ilumine desde fuera, sino una
luz que lo ilumine interiormente>. <Se trata de hacer la luz en un profano que muere y nace como
masón…La iniciación masónica tiene como objetivo “despertar” al neófito para llevarlo a la luz y
convertirlo en un masón consciente de sí mismo y del mundo que lo rodea…Algunos hermanos,
después de muchos años de trabajo, llegan a alcanzar el Gran Conocimiento, o sea, la Gnosis
perfecta>. Por eso, en la iniciación del grado de aprendiz o el primero, se le quita la venda o el
capuchón que le ha mantenido a oscuras, solamente cuando el candidato ha respondido <Luz> a la
pregunta del Venerable Maestro: <Habiendo vivido un tiempo considerable en estado de
oscuridad, ¿cuál es, en la situación actual, el deseo predominante de vuestro corazón?>. No hace
falta decir que la palabra <Luz> en este contexto significa <iluminación> interior y gnosis>.
Solamente entonces el V.M. le explica <las grandes, aunque simbólicas luces en la masonería: el
Libro de la Sagrada Ley, la Escuadra y el Compás…y las tres luces menores: el Sol, la luna y el
Maestro>. No extraña que, poco después el V.M. diga al candidato: <Aquí están los arcanos de la
gnosis. Dejad que los que tengan oídos oigan, que sus ojos vean y que sus almas entiendan>. Así
ocurre al menos en el grado 1º de la Orden masónica del Antiguo y Primitivo Rito de Memphis y
Misraïm. En el <Catecismo> del grado 18º de esta misma Obediencia y en el retejo del grado
Iluminado Dirigente 9º de la Orden Illuminati se pregunta: <¿Qué significa la letra G?>. El
candidato responde: <Geometría, Generación, Gnosis>, nunca <God, Gott, <Dios> (en inglés,
alemán), sino realidades que lo sustituyen en cierto modo […]
[…] En la masonería la iluminación es progresiva y admite tantos grados cuantos son los de cada
Rito. El tallado masónico es una tarea interminable. <Lo que importa no es tanto la perfección de
la obra acabada como la búsqueda de esa perfección a través de un movimiento y un esfuerzo que
no decaen…el que cree haber hallado la meta está perdido. Se salva quien persevera para mejorar
lo que está haciendo, pues permanece en la acción>.
[…] El concepto de “salvación” es completamente ajeno al pensamiento masónico…”Los
secretos de la Masonería no se refieren a la salvación”>. Por ello, la Masonería “no ofrece
sacramentos”, ni formas análogas a la práctica sacramental…Al ser el sacramento un signo eficaz
de la gracia divina, la práctica de los sacramentos presupone, por una parte, la intervención real de
Dios en la vida del hombre y, por otra, que el hombre resulte el objeto de de dicha intervención
salvadora. Y dado que el pensamiento masónico como tal es ajeno tanto a la noción de un Dios
personal y providencial como a la idea de la salvación del hombre, la administración de los
sacramentos no tiene, para aquel, ningún significado>.
No obstante la Conferencia Episcopal de Alemania afirma no sin razón, en su célebre Erklärung o
<Declaración> (IV, 7, del año 1980), que los ritos masónicos o<accciones rituales manifiestan, en
sus palabras y en sus símbolos, un carácter similar al de los sacramentos cristianos>, pues son
<acciones simbólicas> y eficaces ya que operan un <efecto transformador del hombre>, capaz de
<tallar> en cada iniciado en la masonería la <estatua> o ideal humano, aunque sea siempre
perfectible. Ciertamente es así, según la creencia masónica, por obra del esfuerzo personal, de
modo inmanente y sin la gracia ni las gracias de Dios. Al revés que los sacramentos cristianos, los

47
ritos masónicos carecen del respaldo firme y eficaz de las palabras institucionales de alguien que,
como Jesucristo, es hombre perfecto y Dios verdadero.
Además, hay otro parecido entre los ritos de iniciación en la masonería y el bautismo o
sacramento básico de la iniciación cristiana. Pues, puede decirse que <imprime carácter> al menos
el rito de iniciación en el primero de los grados de todos los Ritos y Obediencias masónicos. Una
vez iniciado, el profano convertido en masón ya jamás podrá dejar de serlo. Nunca volverá a ser
profano o no masón. Tanto si las circunstancias de la vida le alejan de la masonería como si es
expulsado permanecerá <en sueños>, pero <vivo> en, para y según la masonería.
[…] Además de los ritos de los diversos grados, hay otro factor decisivo de la gnosis masónica, a
saber, la ayuda de los demás masones. Ya desde el primer grado los rituales aluden una y otra vez
a la ayuda recibida de <los Hermanos>. Mucho se ha hablado y hasta escrito sobre la ayuda
mutua de los masones, también en el terreno político. Conozco a un masón, cuyo nombre no hace
al caso, que, elevado a un cargo de poder e influjo social, se ha pasado al estado en sueños para
evitar el <acoso> de los <hermanos> que acudían a é para lograr recomendaciones, la colocación
profesional o laboral, etc., de familiares y amigos. […]
[…] La gnosis margina a Dios al que concibe incapaz de actuar en el universo […]
Es acertado el diagnóstico del Nobel de Literatura Albert Camus: <Como vivir sin la gracia es el
problema que domina el siglo XX>. Puede añadirse <también del siglo XXI>. Más aún el pecado,
origen y arquetipo de todos los demás, es descrito como gnosis e intento frustrado de convertirse
en Dios (Gen. Cap. 3). En algunos escritos gnósticos de la Antigüedad se narra la escena del
Paraíso desde el punto de vista de la serpiente que invita a Adán y Eva a comer del <árbol de la
gnosis>. Todo el que se crea dotado de gnosis, o sea, de un conocimiento distinto y superior a
todos los demás, corre el riesgo de ceder a la tentación de la <Serpiente, la más gnóstica de todos
los seres> considerándose superhombre e incluso <dios>. Se afirma expresamente en el grado
Caballero Masón VIº de la Ordo Illuminati cuando su fundador López de Rojas habla de <Yoga,
Tranta y Cábala>: <el iniciado profundiza en su trabajo, se transforma en el propio dios, en el
HOMO EST DEUS (<el hombre es Dios>), en un ser capaz de transformar su realidad y la
realidad que lo envuelve…Culminada la iniciación en el HOMO EST DEUS…, se asume la
ausencia de dioses salvo uno mismo>

Documento 17.

La Masonería, Lucifer y el luciferismo.85

<Cuando oía hablar de su relación, durante bastante tiempo no la acepté. Me ha hecho cambiar de
parecer la información verdaderamente fiable, facilitada por masones sobre varios grados del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado, así como libros de Grandes Maestres y fundadores de las Órdenes
que abordan ésta cuestión, por ejemplo: El secreto masónico de Robert Ambelain [N. 107 del
autor: Publicado en español en 1967. Ambelain nació en 1907, es autor de numerosos libros. Fue
masón en diversas Obediencias: grado 33 del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, Gran Maestre
para Francia del Rito Escocés Primitivo, iniciado en todos los grados del Rito Escocés
Rectificado (incluidos los de la Órden interior: Caballero de la Ciudad Santa, Profeso), del Rito
Antiguo y Primitivo, del Memphis-Misraïm, del Rito Sueco (incluido el de Caballero del Templo)],
grado 33º y Gran Maestre de Memphis- Masraïm. Por su parte M. Hernández, masón (grado 14º)
en la masonería mixta (hombres/mujeres) internacional, Derecho Humano reconoce, en carta
privada, que <la francmasonería solo tiene relación con el luciferismo en el Grado Maestro 3º, en
su leyenda, jamás con el satanismo>. Lo reconoce también Juan Carlos Daza, iniciado en 1987 en
la logia vallisoletana Hermes-Amistad, maestro masón y miembro del Gran Consejo Simbólico de
la Gran Logia Simbólica Española, director de la revista Cuadernos Masónicos, en J.C.DAZA,
85
Manuel Guerra, La trama masónica, págs 151 y ss.
48
Diccionario de Francmasonería (Akal, Madrid 1997, págs 228-229). La Obediencia Oriente
Luciferino, fundada recientemente en Murcia (España) por masones del Derecho Humano, pone
de relieve la dimensión luciferina de la masonería. No la disimula ni en su nombre.
Desde el punto de vista cristiano <Demonio, Satanás, Diablo, etc.> son términos sinónimos.
Demonio es el más usado en el Nuevo Testamento (63 veces). Le siguen Bestia (37 veces),
Satanás (36), Diablo (33), etc. El Demonio y sus secuaces (los demonios) son seres reales,
personales, criaturas de Dios, puramente espirituales, ángeles que se rebelaron por pura soberbia
contra Dios, enemigos declarados de Dios, inductores de los hombres al pecado y que buscan su
alejamiento definitivo de Dios o su perdición eterna. Acierta Goethe cuando lo define como Dr
Geist der stehe verneint: < el Espíritu que se ha fijado en la negación>, o sea, un NO sin
posibilidad de decir SÍ. El NO monótono e irreversible a Dios que es Verdad y Amor, o sea la
Mentira y el Odio personificados. El NO definitivo, dado a Dios, que es <el que Es> (Ex 3 13-14)
deshace a quien lo pronuncia sin retorno. Podría decirse que tan inadecuado es afirmar que el
Demonio –y cada uno de sus secuaces- es persona como negarlo.
Aunque no siempre resulta fácil discernir entre satanismo y luciferismo (cf. Mi Diccionario
enciclopédico de…s.v. Demonismo), acepto que la masonería guarda relación con lo luciferino, no
con lo satánico. En las sectas, Satanás y Lucifer son seres diferentes, se admita o no su existencia
real.
Lo luciferino aparece ya en la leyenda de Hirán Abif [leyenda masónica]. Tubalcaín, uno de los
descendientes de Caín tras varias generaciones, <forjador de toda herramienta de cobre y hierro>
(Gén. 4, 22), habría enseñado su oficio a Hirán junto con su inserción en la tradición luciferina. De
acuerdo con ella, Tubalcaín revela a Hirán que él, Hirán es <el último descendiente de Caín,
último príncipe de la sangre de la línea del Ángel de la Luz (=Lucifer)> Portador de la Luz)>.
En la <apertura de los trabajos> del rito de iniciación del grado 29º (Rito Escocés Antiguo y
Aceptado), el <Baphomet, dios andrógino, penetra en el templo llevado por el Vigilante Primero y
por el Segundo> , o sea, por las dos mayores autoridades después del Venerable Maestro. <Es
paseado en forma circular por la logia siguiendo las agujas del reloj>. A su paso se rinde
veneración (genuflexión de la pierna izquierda, etc.) (cf. Págs. 154 y ss.). Dejan a Baphomet <en
el centro de la logia, mirando hacia el Oriente>. El candidato es introducido en la logia con los
ojos vendados. Se le quita la venda cuando se halla ante <el dios andrógino Baphomet>. A
continuación, el Gran Maestro le hace tres preguntas que ahora unifico: <¿Qué opináis del
fanatismo, de la intolerancia y del final trágico de los templarios a manos de la Inquisición y de un
rey ambicioso? En grados posteriores veréis que el fanatismo, la intolerancia y la ambición fueron
los causantes de muchas masacres y crímenes>. Realizado el rito de pisar la cruz, recita la fórmula
del juramento ante Baphomet y el Oriente (del templo de la logia) con los brazos en forma de X, el
derecho sobre el izquierdo: en él se afirma el politeísmo, así como la igualdad de todos los dioses
y consiguientemente de todas las religiones. 86 Téngase en cuenta que varios masones y ex
masones han fundado varias sectas satánicas y sobre todo luciferinas Alba Dorada, Orden
Illuminati, OTO, SOTO I y II, etc.).
El culto tributado a Baphomet, al parecer, fue uno de los motivos o, tal vez mejor, pretextos de
la condena de los templarios en el siglo XIV. Pero no se sabe con precisión ni su origen, ni su
naturaleza, ni su función cultural, en el supuesto de que tuviera alguna. Es la figura que aparece
entronizada en la película La novia del Diablo. Se esfuma al ser tocada por el crucifijo lanzado por
uno de los protagonistas. En nuestro días, Nueva Era lo que la masonería mantenía en secreto.
Para New Age la androginia ha sido la constitución y el estado originarios de la humanidad. 87
Según la mitología griega los andróginos originarios tenían una sola cabeza de doble cara, cuatro
piernas, cuatro brazos, y dos genitales. Vigorosos de cuerpo y esforzados de espíritu, muy veloces
gracias al uso alterno de los dos pares de extremidades, habrían osado combatir contra los dioses
86
A la vista de éste ritual, y sin más consideraciones posteriores, resulta incomprensible el hecho de que la Iglesia se
haya visto obligada a reiterar periódicamente su condena de la masonería. El subrayado es nuestro.
87
Lo que explica la imposición de la llamada ideología de género por parte de los gobiernos de corte masónico en
nuestros días. El subrayado es nuestro.
49
olímpicos. Zeus los habría castigado <partiéndolos en dos como hacen los hombres con la fruta
que quieren conservar en almíbar> (Platón, Symposo 189e- 193d). El dios Apolo habría curado las
heridas y recogido la piel en el ombligo. La masonería no se ha conformado con considerar al
andrógino superior y más completo que los hombres y mujeres normales. Lo ha divinizado en
Baphomet <el dios andrógino> símbolo de la Luz, encarnación de Lucifer, <ángel y dios de la
Luz>. Luz es una palabra esencial en la filosofía masónica y frecuente en su léxico, mucho más de
éste grado 29º, el del <Gran Maestro de la Luz>.

Documento 18.

Ricardo de la Cierva sostiene en su obra, Masonería, Satanismo y Exorcismo, que la cúpula


que rige la masonería internacional es satanista. Reproducimos parte del capítulo VI de
dicha obra.

[…] Ciertos autores masónicos elogian a Lucifer. Esto no termina con tal afirmación. Se extiende
al campo simbólico también. Es importante subrayar que no todos los masones rinden culto a
Lucifer, solamente el cinco por ciento que hay en la cumbre de la Masonería. Mucha gente todavía
no ha entendido la importancia de estudiar este asunto hasta su conclusión lógica. Recordad dos
cosas en torno a la Masonería. Primero, la Masonería superior deliberadamente miente a la
Masonería de segunda clase para que sean desviados. La explicación que se da al 95 por ciento de
todos los masones es falsa. […] Por supuesto que ese cinco por ciento de masones superiores
llama a Jesucristo Dios inferior y nunca le mencionan en sus enseñanzas. […]
Ellos rinden culto a Lucifer llamándole portador de la luz. Lucifer y Satán son desde el punto de
vista bíblico el mismo individuo. […]
La Francmasonería nos ilustra con sus símbolos más de lo que consigue con sus escritos. Debe
saberse que los masones de alto nivel rinden culto a Satán. Una vez comprendido esto, entenderán
que ellos intenten guardar en el más absoluto de los secretos todo este asunto.88
<Sitúa la energía de Lucifer en tus manos>.89 Ha llegado el día en que el compañero masón del
segundo grado debe conocer y aplicar ese conocimiento. La llave pedida para este grado es el
dominio de las emociones que pone la energía del universo a su disposición. El hombre solamente
puede esperar que se le confíe un gran poder si prueba que puede utilizarlo constructivamente, sin
ningún egoísmo. El masón aprende que la llave para el guerrero consiste en la propia aplicación de
la dinámica vital. Él ha aprendido el misterio de la Masonería. La energía de Lucifer está en sus
manos y antes de que pueda ascender en la Masonería, debe probar su capacidad para aplicar
correctamente esa energía. Debe seguir las huellas de su antepasado Tubal Kain que con la
poderosa fuerza del dios de la guerra, le permitirá utilizar las llaves perdidas […]
Una vez que el masón aprende a controlar su emoción y aplica el dinamismo vital del poder,
puede estar seguro de controlar el poder de Lucifer en sus manos. Admite que la Masonería es el
Arte. Los satanistas están también seguros de que ellos se unirán para el aprendizaje supremo del
Arte y que controlarán el poder sobrenatural de Satán, poderosa prueba de que la Francmasonería
es satanismo.

88
Cierva, Ricardo de la, Masonería, Satanismo y Exorcismo, págs. 82 a 84. El autor recomienda, en relación con este
asunto, dos páginas web: http://www.theforbiddenknowledge, y http:bibleprobe.com/freemasonry
89
Ibidem, págs. 87 y 88
50
Documento 19.

La Masonería y el Cristianismo.90

<En esta obra se dedica un capítulo a razonar por qué no se puede ser al mismo tiempo católico y
masón. Pero en él se trata del catolicismo, aquí del cristianismo con sus múltiples ramas. No
obstante, si se observa su naturaleza y alcance, las razones expuestas allí generalmente son válidas
también en este epígrafe. Ahora quiero acentuar algunos motivos objetivos, entresacados de
ordinario de los rituales masónicos.>

7. I. INCOMPATIBILIDAD OBJETIVA ENTRE LA MASONERÍA Y EL CRISTIANISMO

<Puede caerse en contradicción. El mismo masón que admite la <doble pertenencia>, o sea, que la
misma persona puede ser a la vez católico y masón, afirma en la misma conversación que una
organización no es masonería por ser <demasiado cristiana> […]
La masonería especulativa o moderna nació cristiana, pero anglicana, protestante e
incompatible con la Iglesia católica y con las Iglesias ortodoxas. Además pronto dejó de ser
cristiana. Así lo muestra su deísmo, su sincretismo (cf. págs. 139-144), su paganismo (cf. págs.
191-210), su relativismo (cf. págs. 109-112), su laicismo (cf. págs. 113-120) y su condición de
gnosis.
De ahí que los masones, si gobiernan, procuren retirar de la circulación pública prácticas
populares cristianas (el crucifijo de las escuelas, la eliminación de letras de inspiración cristiana en
villancicos utilizados en centros municipales, la sustitución de los belenes navideños y de sus
figuras de Jesús, María y José por <paisajes de invierno>, etc.).
[…] Lo confirman algunos de sus ritos. La iniciación en el grado 29º del Rito Escocés Antiguo y
Aceptado se reduce a la rendición de honores y adoración del <dios andrógino Baphomet>, o sea,
el dios masculino (falo erecto), femenino (pechos) y teriomórfico o animal (cabeza y cuernos de
chivo). Reproduce la figura trazada por el masón y esotérico Alphonse-Louis Eliphas Lévi (siglo
XIX). Según la tradición masónica habría sido venerado en secreto por los templarios medievales.
El candidato debe escoger entre la cruz cristiana, <símbolo de muerte y destrucción> y <otra cruz,
la de la Luz y la Vida>. Esta es <una X, símbolo asociado al dios andrógino Baphomet, dios de la
Luz>. La elección se manifiesta <pisando la cruz con el pie izquierdo y con el derecho en ese
orden>. Desde la tradición grecorromana hasta los últimos siglos se ha creído que entrar en un
local o empezar a andar con el pie derecho era de buen augurio […] Es uno de tantos tópicos
supersticiosos. Como aquí se rinde culto a Lucifer en una corriente contracultural y
contracristiana, se invierten los signos. Se empieza con el pie izquierdo. A continuación, el
candidato recita la fórmula del juramento <con los brazos en forma de X sobre el pecho, el
derecho sobre el izquierdo>. Las palabras y frases entrecomilladas están tomadas del ritual del
grado 29º, usado en Nueva York.
Presumiblemente este rito irradió desde la masonería a otras organizaciones de origen e
impronta masónicos y afines. La iniciación en el grado Caballero Masón VIº de la Orden
Illuminati empieza con la entrada del candidato en el templo. Se coloca de pie, tras el altar que
está <cubierto con el paño negro, velas rojas encima e incienso encendidos, el mallete, la cruz>.
Con los brazos hacia el cielo en forma de V exclama: <A la gloria del Gran Arquitecto del
Universo, Baphomet, de los Superiores Desconocidos y de la Orden Illuminati…> El ritual sigue
exponiendo la ceremonia. <Baje las manos, Coja la cruz, tírela al suelo delante del altar, cruce los
brazos (el derecho sobre el izquierdo) en el pecho en forma de X con el mallete en la mano
derecha y exclame: ¡Que ésta cruz, como símbolo de la muerte y de la destrucción, desaparezca
del mundo! ¡Que la luz de Baphomet la suplante! ¡Gloria a ti, Dios verdadero, Baphomet, el dios

90
Manuel Guerra, La trama masónica, págs 153 y ss.
51
de la luz y de la iniciación…!>.91 Esta ceremonia se repite con las mismas palabras y gestos al
comenzar la iniciación en el grado Iluminado Dirigente IX.
A las acciones indicadas (pisotear, por ejemplo) algunas sectas añaden la de escupir e incluso
orinar sobre el crucifijo, por ejemplo: la OTO, al menos en su califato americano (Estados
Unidos), también una escisión suya: la OTO de Mataró (Barcelona), etc.
[…] La acción de escupir sobre el crucifijo es una de las manifestaciones del demonismo en
cuanto contracistrianismo o la perversión del rito del bautismo en el cual se soplaba y se escupía
hacia Occidente, supuesta morada de Satanás según la tradición, por oposición al Oriente, símbolo
de Jesucristo. En la masonería el Oriente es la zona más noble del templo y de la logia. En el
Oriente está el símbolo del Gran Arquitecto del Universo, el trono del Venerable Maestro. […]>

Documento 20.

El maestro masón Albert Pike entona un himno a Lucifer como portavoz de la luz
espiritual.92

¡LUCIFER, el que Lleva-Luz! ¡Extraño y misteriosos nombre para dárselo al Espíritu de la


Oscuridad! ¡Lucifer, el Hijo de la Mañana! ¿Acaso es él quien lleva la Luz, y con sus esplendores
intolerables ciega a las almas débiles, sensuales y egoístas? ¡No lo dudéis! Porque las tradiciones
están llenas de Revelación e Inspiraciones Divinas: y la Inspiración no es de una Era o de un
Credo.

Morals and Dogma, 19 grado, p. 321.93

Documento 21.

La visión diabólica de León XIII, (autor de la Humanum genus, aquí recogida en su


integridad) publicada por el padre Gabriele Amorth, exorcista oficial de la diócesis de
Roma.94

La visión diabólica de León XIII

Muchos de nosotros recordamos como, antes de la reforma litúrgica debida al Concilio Vaticano
II, el celebrante y los fieles se arrodillaban al final de la misa para rezar una oración a la Virgen y
91
Los subrayados son nuestros.
92
César Vidal, La masonería; un estado dentro del estado, pág 216.
93
El general Albert Pike es considerado como el padre de la masonería del Rito Escocés Antiguo y Aceptado, donde
llegó a ser Sovereing Grand Commander. Es el autor de Morals and Dogma of the Ancient and Accepted Scottish Rite
of Freemasonry, donde hace “profesión de fe luciferina” (Ver César Vidal, op.cit., pág. 17.
94
Ver, Gabriele Amorth, Habla un exorcista. págs.37 y ss.
52
otra a San Miguel arcángel. Reproducimos aquí el texto de ésta última, porque es una hermosa
plegaria que todos pueden rezar con provecho:

San Miguel arcángel, defiéndenos en la batalla; contra las maldades y las insidias del diablo sé
nuestra ayuda. Te lo rogamos suplicantes: ¡que el Señor lo ordene! Y tú, príncipe de las milicias
celestiales, con el poder que te viene de Dios, vuelve a lanzar al infierno a Satanás y a los demás
espíritus malignos que vagan por el mundo para perdición de las almas.

¿Cómo nació ésta oración? Transcribo lo publicado por la revista Ephemerides Liturgicae en
1955 (pp. 58-59).
El padre Doménico Pechino escribe: <No recuerdo el año exacto. Una mañana el Sumo
Pontífice León XIII había celebrado la santa misa y estaba asistiendo a otra de agradecimiento,
como era habitual. De pronto, le vi levantar enérgicamente la cabeza y luego mirar algo por
encima del celebrante. Miraba fijamente, sin parpadear, pero con un aire de terror y de maravilla,
demudado. Algo extraño, grande, ocurría.
<Finalmente, como volviendo en sí, con un ligero pero enérgico ademán, se levanta. Se le ve
encaminarse hacia su despacho privado. Los familiares le siguen con premura y ansiedad. Le
dicen en voz baja:”Santo Padre, ¿no se siente bien? ¿Necesita algo? Responde: “Nada, nada”. Al
cabo de media hora hace llamar al secretario de la Congregación de Ritos y, dándole un folio, le
manda imprimirlo y enviarlo a todos los obispos diocesanos del mundo. ¿Qué contenía? La
oración que rezamos al final de la misa junto con el pueblo, con la súplica a María y la encendida
invocación al príncipe de las milicias celestiales, implorando a Dios que vuelva a lanzar a Satanás
al infierno>
En aquel escrito se ordenaba también rezar esas oraciones de rodillas. Lo antes escrito, que
también había sido publicado en el periódico La settimana del clero el 30 de marzo de 1947, no
cita las fuentes de las que se tomó la noticia. Pero de ello resulta el modo insólito en que se ordenó
rezar esa plegaria, que fue expedida a los obispos diocesanos en 1886. Como confirmación del
padre Pechenino, tenemos el autorizado testimonio del cardenal Nasalli Rocca que, en su carta
pastoral para la cuaresma, publicada en Bolonia en 1946, escribe:
<León XIII escribió él mismo esa oración. La frase [los demonios] “que vagan por el mundo
para perdición de las almas” tiene una explicación histórica, que nos fue referida varias veces por
su secretario particular, monseñor Rinaldo Angeli. León XIII experimentó verdaderamente la
visión de los espíritus infernales que se concentraban sobre la Ciudad Eterna (Roma); de esa
experiencia surgió la oración que quiso hacer rezar en toda la Iglesia. Él la rezaba con voz vibrante
y potente: la oímos muchas veces en la basílica vaticana. No solo esto, sino que escribió de su
puño y letra un exorcismo especial contenido en el Ritual romano (edición de 1954, tít. XII, c. III,
pp. 863 y ss.). Él recomendaba a los obispos y los sacerdotes que rezaran a menudo ese exorcismo
en sus diócesis y parroquias. Él, por su parte, lo rezaba con mucha frecuencia a lo largo del día>.

Documento 22.

El Libro Blanco de la laicidad, publicado por el Gran Oriente de Francia 95 proporciona las
claves para entender las políticas puestas ya en marcha por organizaciones internacionales y
gobiernos como el presidido por José Luis Rodríguez Zapatero. Extractamos algunos
párrafos:

Introducción

95
César Vidal publica su texto íntegro en su libro La Masonería. Un Estado dentro del Estado, págs. 312 y ss.
Publica también, en la misma obra, el Proyecto de Carta Europea de la laicidad a continuación del texto que
comentamos.
53
[…] La laicidad es una regla de vida en la sociedad democrática. Impone que se den a los
hombres, sin distinción de clase, origen o confesión los medios para ser ellos mismos, libres de
sus compromisos, responsables de su desarrollo y dueños de su destino.

I Historia-especificidad francesa.

La reivindicación laica se ha desarrollado allí donde una iglesia, en este caso la iglesia católica
romana, ha querido imponer un poder totalitario en sentido literal, es decir, englobando todos los
aspectos de la sociedad civil, política y económica, de hecho allí donde la religión se ha
convertido en poder. Frente a ese poder fueron apareciendo sucesivos intentos de liberación, tanto
políticos como espirituales o ambos a la vez. En la Edad Media, esos movimientos nacieron en el
interior de la iglesia católica, y fueron calificados de heréticos y rápidamente aplastados. Desde
los primeros reformadores a los filósofos del siglo XVIII, 96 la idea fue evolucionando, aunque
siempre asociada a un doble movimiento emancipador:
- El del pensamiento libre que franquease poco a poco las creencias obligatorias.
- El de una sociedad que reivindicara las libertades políticas.

[…] en Francia, la alianza más que milenaria entre el <Trono y el Altar> hizo inevitable la
protesta religiosa a partir del momento en el que se desarrolló la protesta política. Con este
estado de ánimo, los filósofos del siglo XVIII, animados por el espíritu de las Luces, llevan a
cabo un doble asalto ideológico contra las dos formas del absolutismo, monárquico y religioso.
[…] 97
II Los valores laicos

El humanismo laico se basa en el principio de la libertad absoluta de conciencia.


Libertad de conciencia: emancipación respecto a todos los dogmas, derecho a creer o no creer
en Dios, autonomía de la mente frente a las coacciones religiosas, 98 políticas o económicas,
liberación de los modos de vida ante los tabúes, las ideas dominantes y las reglas dogmáticas.
La laicidad busca liberar al niño y al adulto de todo lo que aliena o pervierte el pensamiento,
especialmente las creencias atávicas, los prejuicios, las ideas preconcebidas, los dogmas, 99 las

96
Obviamente, al hablar de los primeros reformadores el texto se refiere a Lutero y sus seguidores, presentados como
artífices de un proceso emancipador que culmina con la Ilustración. Desde la rebelión contra el Papado y la Tradición
eclesiástica hasta el culto deísta, la masonería asume y enaltece todo proceso realizado contra la Iglesia Católica,
aceptando como un paso intermedio hacia la libertad, la Reforma y sus consecuencias. No debe olvidarse que la
masonería nace el Inglaterra y de la unión entre confesiones protestantes y aunque llegue a ser incompatible de hecho
con la misma esencia del Cristianismo, su lucha se ha dirigido concretamente contra el católico de manera particular.
97
Lo cierto es que el asalto de los ilustrados se dirigió en primer lugar contra la Iglesia y no <a partir de la protesta
política> como afirma el Libro Blanco. Un ejemplo irrefutable lo constituye la disolución de la Compañía de Jesús,
llevada a cabo por ministros ilustrados sí, pero tan absolutistas como Pombal, Choiseul, Tanucci, Manuel de Roda o
José Moñino, al servicio de monarcas tan absolutos como Luis XV o Carlos III. El propio Voltaire, visceralmente
anticristiano, era un rendido admirador y apologeta de Federico el Grande de Prusia, prototipo del déspota ilustrado.
98
El proclamar el derecho a creer o no en Dios en el siglo XXI no deja de ser pura retórica al servicio de una gran
operación de ingeniería social anticristiana, desvelada más claramente al hablar de una emancipación (por no utilizar
la palabra rechazo) respecto a todos los dogmas o propugnar la autonomía de la mente frente a las <coacciones
religiosas>. La masonería francesa, en este punto de su Libro Blanco de la laicidad, propugna un verdadero lavado de
cerebro colectivo dirigido a extirpar la fe revelada de las conciencias, como en plena Revolución francesa, cuando la
misma secta lograba instaurar el nuevo culto al Ser Supremo y a la diosa Razón.
99
Haciendo malabarismos con el lenguaje, la masonería vuelve a presentar <los dogmas> como algo que <aliena o
pervierte el pensamiento>, equiparándolos a <creencias atávicas, prejuicios e ideas preconcebidas>, el viejo recurso
de equiparar superstición con creencia religiosa, más concretamente con la adhesión al magisterio de la Iglesia, ya que
la secta profesa sus propias religiones, que podrían condensarse en una sola: sincretismo panteísta y gnóstico en el
mejor de los casos.
54
ideologías opresoras y las presiones del orden cultural, económico, social, político y religioso.
[…]

III Las prácticas laicas- un estatuto cívico y social

[…] La separación de las iglesias y el Estado es la piedra angular de la laicicazión de la


sociedad. No puede admitir ni excepciones ni matizaciones ni condicionamientos. […] Si las
iglesias quieren existir, que los fieles aporten los medios, ya que la religión es un asunto de
convicción personal. […]
A partir del momento en que el Estado considera que la religión se ha convertido privado, que
no es susceptible de atraer su atención más que en la medida en que sus manifestaciones
conciernen al orden público, lógicamente las iglesias no pueden reivindicar ninguna ventaja,
ningún privilegio ni ningún trato especial. Y aún menos pueden dotarse de estatutos oficiales
fuera del respeto a la ley común que rige la libertad de asociación. Por último, la ley
republicana no puede, consecuentemente, reconocer el delito de blasfemia o sacrilegio, lo que
desembocaría en la institucionalización de la censura.
[…] La laicización […] ha sido uno de los aspectos esenciales de ejercicio de la libertad y de la
igualdad de los derechos:

- Nacimiento, vida y muerte, considerados ya no únicamente desde la perspectiva de la


religión o de la pertenencia comunitaria, sino desde la libertad individual.100 […]
- Por último, la escuela laica y republicana debe ser preservada de toda penetración
económica, confesional o ideológica, ni siquiera disfrazada de aspectos supuestamente
“culturales”. La escuela no es el lugar para la manifestación y menos para el
enfrentamiento de las diferencias; es un lugar en el que se suspenden, de común acuerdo,
los particularismos y las condiciones de hecho. La escuela debe proscribir cualquier forma
de proselitismo.101
-
IV El futuro- Nuevos campos de aplicación.

[…] - Los progresos de la ciencia deben ser liberados de cualquier influencia de los grupos de
presión, especialmente religiosos. El interés general y el respeto al ser humano deben ser los
únicos marcos de tales progresos. 102
- La laicización del <estatuto del cuerpo> (amor y sexualidad, muerte, enfermedad) no está
terminada. La libre disposición del propio cuerpo, las modalidades sociales de la vida de
las parejas y de las familias, las garantías fundamentales de las libertades en ese marco, los

100
La reivindicación de este derecho vuelve a responder a la necesidad de utilizar un recurso retórico que disfrace la
verdadera intención de quien la promueve; hace siglos que nacimiento, vida y muerte no se consideran <únicamente
desde la perspectiva de la religión…>. Se trata, en realidad, de legitimar todas las cuestiones –primordiales- relativas
a la vida humana desde una perspectiva laicista: implantación del aborto (como derecho) y de la eutanasia con un
mínimo de restricciones, independientemente de toda consideración ética que pudiera vincularse a las creencias
religiosas o la ley natural.
101
En una nueva exhibición de dominio en la utilización del lenguaje políticamente correcto, el Libro Blanco emplea
una de las palabras “tabú”/“talismán” que legitima todo el concepto; <proselitismo>. Se refiere, naturalmente, a la
formación religiosa, que debería, según sus criterios, desaparecer de la enseñanza. Para ser reemplazada
inmediatamente por un auténtico proselitismo combativo y omnipresente: el laicismo que propugna la masonería. Se
trata de la constante aspiración de la secta a través del tiempo, denunciada por los Papas; controlar la educación de la
juventud, creando un nuevo paradigma humano.
102
Se pretende justificar, con esta fórmula, plenamente “correcta”, la investigación científica en aspectos relacionados
con la reproducción humana, incluyendo lo que ya se conoce como <transhumanismo> a la búsqueda de una supuesta
<mejora de la especie> sin límites de carácter ético o moral; con una clara finalidad utilitaria al servicio del gran
designio masónico de la consecución de un <hombre nuevo> y supuestamente superior. De ahí que se busque ex
profeso la neutralización de <los grupos de presión, especialmente religiosos>. El subrayado es nuestro.
55
derechos y la dignidad de los niños, son otros campos de aplicación de una laicidad que es
la única garantía de libertad para las mentes y los cuerpos.103

Documento 23

La masonería y las instituciones políticas y económicas internacionales.104

<Además de ingenioso, se acerca a la verdad en el supuesto de que no sea verdad, el juicio de


Nicholas Murray Butler, presidente de la Universidad de Columbia y de la Fundación Carnegie,
miembro del C.F.R.: <El mundo se divide en tres categorías de gentes: un número muy reducido
que hacen que los acontecimientos se produzcan; un grupo más importante que vigila su
realización y que observa para que se cumplan, y finalmente una amplia mayoría que no sabe
jamás lo que realmente ha sucedido>. Toca hablar ahora de organizaciones que se encuadran en
los dos primeros tipos de gentes, los realmente influyentes en el devenir de la historia moderna.
Pero no podemos pasarnos los días y las noches levantando alfombras y descorriendo cortinas
para averiguar que se esconde debajo o detrás […]
No obstante, la conspirativa, en más de un caso, es una forma alternativa de ver e interpretar la
historia. He aquí el diagnóstico y pronóstico del periodista Daniel Estulin (o.c. págs 48-51),
experto en el poderoso Club Bilderberg: <Su (del Club Bilderberg) meta final es la creación de un
Gobierno mundial único (designado, no elegido), con su propio ejército, mercado, moneda y
religión o iglesia, también mundiales, un férreo control de la educación, una Corte Internacional
de Justicia con un solo sistema legal. Todo ello bajo el mandato de Naciones Unidas que ellos
mismos controlan>. No sé si controlan la ONU, aunque al menos sea posible y tal vez probable.
Pero, si hubiera añadido <ética>, podría vislumbrarse en el horizonte <lo común a todas las
religiones y a todas las éticas>, promovido por la masonería.
Así se realizará el <New World Order>, Nuevo Orden Mundial o, si se prefiere, la utópica New
Age, Nueva Era. Varios expertos (Jim Marrs, el periodista William T. Still) afirman sin ambages:
< Hasta comienzos del siglo XX, el plan para un Nuevo Orden Planetario radicaba en la
masonería, entonces la masonería de los Illuminati, con el advenimiento de los grupos de la Mesa
Redonda y sus hermanos norteamericanos, el CFR, el fuego de la antorcha ha sido transmitido de
siglo a siglo> (W. Marrs, o.c., pág. 132). Si antes las riendas de la programación y realización del
Nuevo Orden y Gobierno Mundial estaban en manos de la masonería, ahora las tienen los
directivos de organizaciones, como las estudiadas a continuación, que son masones, al menos en
su mayoría. Por otra parte, de <las más de 40.000 fundaciones sin ánimo de lucro> activas ahora
en Estados Unidos, muchas comparten los objetivos prioritarios de las sociedades secretas, a
saber, <el globalismo y los Gobiernos centralizados> (J. Marrs, o.c.. pág. 127). Claro que no pocas
de éstas fundaciones sin ánimo de lucro directo e inmediato han sido <fundadas> por los
directivos de las organizaciones estudiadas en éste epígrafe (los Rockefeller, Rostchild, Ford,
Morgan, etc.).

Documento 24

103
Aborda, en este párrafo, el Libro Blanco, aspectos esenciales en la política laicista-masónica, conducentes al logro
del nuevo paradigma humano: matrimonio homosexual en primer lugar, pero también la legitimación de nuevas
categorías de “familias”, opuestas al modelo que han bautizado como “tradicional” a fin de convertirlo, de momento,
en una mera opción alternativa a esos otros modelos que contemplan la convivencia de personas del mismo sexo u
otras agrupaciones humanas que podrían acceder a la consideración legal de familia. Se trata de otro de los puntos
clave de la ingeniería social anticristiana, fundamentada en los postulados de la ideología de género.
104
Manuel Guerra, La trama masónica, págs. 340 y ss.
56
<Sectas promovidas por la masonería misma.> Dentro del capítulo XI (págs. 287 y ss.) de su
libro, La trama masónica, Manuel Guerra trata de sectas y organizaciones creadas por
masones.

Algunas sectas han surgido como algo querido por las logias mismas, probablemente por obra de
una de sus notas, a saber, su recurso –por táctica- a la formación de asociaciones y fundaciones
camufladas que aparentemente no hacen referencia alguna a la masonería.
[…] Aquí encaja también la Grand Lodge Rockefeller. A esta <Gran Logia Rockefeller> solo
pueden pertenecer personas de elevado nivel social (político, económico, cultural) y que estén
iniciadas en los grados superiores de los ritos masónicos, por ejemplo: del 30º al 33º del Rito
Escocés Antiguo y Aceptado. Es una orden secreta del iluminismo, de signo luciferino, con sede
central en Nueva York. Su sede central –trasladada hace poco a las afueras de la ciudad al parecer
por razones prácticas- se hallaba en Nueva York muy cerca del Rockefeller Center con la figura
del mítico Prometeo en el suelo en actitud de rebeldía un tanto orgiástica contra Zeus, el dios
supremo del panteón griego y símbolo de la irreligiosidad en cualquier época. En lo alto del
rascacielos Tishman de 116 metros de altura figuraba el 666 de brillante color rojo de día,
iluminado de noche. Este número fue retirado en 1992, pero el edificio es ahora el <666 Quinta
Avenida>. Su rito pretende otorgar una luz superior a la masónica.
Los Rockefeller, descendientes de una familia sefardí o expulsada de España en 1492, ha estado
vinculada con la masonería al menos desde John Davison Rockefeller (1839-1937), el que la lanzó
a su gran influjo en lo económico y en lo político. Entre sus descendientes actuales descuellan
David y Nelson. David, alto grado de la masonería, ha sido secretario general del Council on
Foreing Relations. Miembro fundador del Bilderbergroupe y de la Trilateral Comission con
cargos directivos en ambas. Los ha orientado a mandar indirectamente en los Estados Unidos y a
conseguir el advenimiento del Nuevo Orden Mundial. George Bush padre tenía 387 miembros del
CFR y de la Trilateral en puestos importantes de su Administración; Ronald Reagan 313. De los
82 primeros nombres que integraron el gabinete de Kennedy, sesenta y tres pertenecían al CFR
(cf. En interesantísimo Expediente Rockefeller de Gary Allen, periodista de investigación). El
Instituto RAND, fundado por Rockefeller y el Instituto Tavistock (con sede central en Londres;
tiene 10 instituciones bajo su control directo con 400 sucursales y3.000 grupos de estudio),
financiado por Rockefeller, <tienen un único objetivo: acabar con la fuerza (resistencia)
psicológica del individuo y hacerlo incapaz de oponerse a los dictámenes del Orden Mundial>.
Por su parte, Nelson puede ser considerado el representante de la instrumentalización de las
religiones y de las sectas al servicio del imperialismo estadounidense y en contra de la Iglesia
católica. Tras haber recorrido Iberoamérica, elaboró el Informe conocido por su apellido,
presentado al presidente Nixon en 1969. La Fundación Rockefeller, ardiente defensora del control
demográfico de la natalidad mediante la anticoncepción y la esterilización, ha invertido sumas
ingentes de dólares en la planificación familiar de Nueva York y de todo el mundo, aunque
también los ha recuperado con creces mediante la venta de las píldoras anticonceptivas, ahora
también abortivas en su mayoría. Controla gran parte de los productos anticonceptivos (empresas:
Upjonh, Dalkon, Shield, Robins y Xerox). […]
<Estamos al borde de una de una transformación global. Todo lo que necesitamos es una gran
crisis y las naciones aceptarán el Nuevo Orden Mundial> (David Rockefeller en la cena de los
embajadores de las Naciones Unidas, cf. Estulin, o.c. pág. 197). <Los Rockefeller,
multimillonarios ávidos de poder, y sus aliados procuran crear un Gobierno Único Mundial…
Llevan al menos cincuenta años siguiendo un cuidadoso plan para controlar Estados Unidos y el
resto del mundo haciéndose con el poder político a través de su poder económico> (Larry
McDonald, muerto en un <accidente> en 1983, en su prólogo al citado El expediente Rockefeller.
[Nota del autor]) […]

57
Documento 25

<Bilderberg: los señores que mueven los hilos>. Así titula este punto del capítulo 4 de su
obra, El precio del trono, 105 la periodista Pilar Urbano. En él desarrolla la decisiva
intervención del Club Bildergerg en la gestación de la llamada <crisis del petróleo> de 1973:

Entre tanto, el Club Bilderberg se había reunido en Suecia el fin de semana del 11 al 13 de mayo
[de 1973]. Gran Hotel de Saltsjöbaden, municipio de Nackay, al sudeste de Estocolmo. […] Henry
Kissinger, David Rockefeller y George W. Ball llevaron la batuta en cada debate. Anticipándose al
futuro, como solían, expusieron varios asuntos de acuciante interés. Sus sensores de los servicios
de inteligencia de la CIA y la DIA habían detectado <tensiones muy electrizadas en Oriente
Medio, que podrían descargar en una ofensiva militar de Egipto y Siria contra Israel>. De otra
parte, los países de la OPEP emitían señales también inquietantes de un <cerrojazo drástico a la
extracción y a la exportación de crudo, para preservar sus bolsas de reserva –así se dijo allí-,
aunque en realidad será para encarecerlo> […]
Entre los invitados al encuentro de Saltsjöbaden estaban los directores de los primeros bancos de
Estados Unidos, Inglaterra, Holanda y Alemania, el barón Edmond de Rostchild, o el propio
David Rockefeller en su doblete de alma máter del Bilderberg y presidente del Chase Manhattan
Bank. Pero sobre todo atendían sin pestañear los gerifaltes ejecutivos de las más fuertes compañías
petroleras occidentales, varias de las llamadas <siete hermanas>: Royal Dutch Shell, altamente
participada por la familia real holandesa; British Petroleum, altamente participada por su graciosa
majestad británica; Total S.A.; ENI; Exxon…Bilderbergos concernidos en sus bolsillos de
manera directa, que en pocos instantes iban a pasar de del pánico a la euforia. Todo estaba
previsto. Todo calculado. Todo en bandeja.
Las <siete hermanas> atravesaban entonces serios problemas de endeudamiento: habían pedido
excesivos créditos y sólo podrían pagarlos vendiendo muy caros sus stocks de petróleo. Eso fue ni
más ni menos lo que allí se propuso: el malabarismo de una subida salvaje en el precio del barril,
como respuesta anticipada a una amenaza imaginaria, a un futurible inexistente en aquel momento.
[…] ninguno de los países de la OPEP habían planteado un embargo del crudo o un aumento del
precio. Pero a las petroleras de Estados Unidos, Inglaterra y Holanda aquel ingenio de Rockefeller
y Kissinger, al alimón, les redimía de sus números rojos.
[…] Antes de concluir la conferencia, desde la propia centralita telefónica del hotel Saltsjöbaden
se filtró como <rumor de buena fuente> que <los países árabes han enloquecido: van a disparar el
precio del petróleo al 300 o al 400 por ciento del valor actual>.
Son tan sensibles las bolsas, los bancos y los mercados de materias primas, que un bulo con vitola
prestigiada se convierte automáticamente en un hecho contable. Y aunque los bilderbergos no
tenían potestad alguna para promulgar decretos, eran una minoría poderosa y coactiva. Sus
recomendaciones se hacían ley.
Y la hicieron. El barril alcanzó los 11,68 dólares. Un subidón del 390 por ciento de su precio.
Épico. Los televidentes europeos pudieron consolarse con las imágenes hipócritamente solidarias
de Beatriz de Holanda yendo de compras en bicicleta.
Los profetas del Bilderberg hicieron sus ganancias vaticinando una crisis que sólo existía en sus
ambiciones. Ellos la provocaron. El ministro saudí de la Energía, Ahmed Zaki Yamani, se lo
explicó poco después al rey Faisal y, por orden de éste, al sha iraní Reza Pahlevi:
- ¿Por qué hemos encarecido tanto y tan de repente nuestros crudos?- el sha bramaba
indignado y perplejo- ¿No se dan cuenta ustedes de que Estados Unidos se alejará de
nuestros mercados?
- Detrás de la subida no estamos nosotros, Majestad. Eso se ha orquestado entre americanos,
ingleses y holandeses en una isla sueca. […]
- ¿En una isla sueca…y negociado entre ellos? ¿Está seguro de lo que dice?
105
Ed. Planeta, Barcelona, 2011
58
- Al cien por cien-
- Con esos precios habrá menos ventas y muchas empresas quebrarán. Será malo para
todos…¿Qué pretenden? 106
- Pregúnteselo al doctor Kissinger, Majestad. Él quería un precio más alto. Él lo maquinó y
lo consiguió. Es un judío inteligente y manipulador.107

Documento 26.

El asesinato de Aldo Moro. La eliminación de un obstáculo de las políticas mundialistas del


CFR y del Bilderberg. La implicación de Henry Kissinger y la masonería. Del libro de
Daniel Estulin, La verdadera historia del Club Bilderberg.108

En 1982, John Coleman, un ex funcionario de Inteligencia con acceso a las más altas esferas del
poder, demostró que el primer ministro italiano Aldo Moro, <un miembro leal del Partido
Democristiano que se oponía al crecimiento cero y a las reducciones de población planeadas para
su país>, fue asesinado por órdenes del Grupo Masón P2, con el objetivo de alinear Italia al Club
de Roma y al Bilderberg. El país transalpino debía de ser desindustrializado y ver reducida su
población. Coleman afirma en su libro que los globalizadores querían usar Italia para
desestabilizar Oriente Medio, su principal objetivo:<Los planes de Moro para estabilizar Italia a
través del pleno empleo y la paz industrial y política habrían reforzado la oposición católica al
comunismo y hecho mucho más difícil la desestabilización de Oriente Medio>.
Coleman describe en su libro, con mucho detalle, aquella secuencia de eventos que paralizaron a
la nación italiana; cómo Moro fue secuestrado por Brigadas Rojas en la primavera de 1978 a plena
luz del día para después ser brutalmente tiroteado junto a sus guardaespaldas. El 10 de noviembre
de 1982, Corrado Guerzoni, un buen amigo del primer ministro asesinado, declaró en el juicio que
Moro había sido <amenazado por un agente del Royal Institute for International Affairs (RIIA)>,
miembro también del Club [Bilderberg], <mientras esa persona todavía era secretario de Estado de
Estados Unidos>.
Coleman explica también cómo en el juicio a los miembros de las Brigadas Rojas, <varios de ellos
declararon que sabían que importantes personalidades de Estados Unidos se hallaban implicadas
en el complot para matar a Moro>.
En junio y julio de 1982, <la viuda de Aldo Moro declaró que el asesinato de su marido se produjo
tras unas amenazas llevadas a cabo por “una figura de la política americana de alto rango”.
Cuando el juez le preguntó en qué consistía la amenaza, la señora Eleanora Moro repitió la misma
frase que Guerzoni atribuye a Kissinger: <O abandonas tu línea política o lo pagarás con la vida”.
En una de las páginas más escalofriantes de su libro, Coleman escribió lo siguiente: “El juez le
preguntó a Guerzoni si podía identificar a la persona de la que hablaba la señora Moro: Guerzoni
contestó que se trataba de Henry Kissinger, como ya había declarado”>
¿Por qué querría un diplomático estadounidense de alto rango amenazar a un político de una
nación independiente europea? La respuesta es que, obviamente, Kissinger no estaba
representando los intereses de Estados Unidos, sino que <actuaba siguiendo instrucciones>
recibidas por parte del Grupo Bilderberg.
El testimonio de Guerzoni, potencialmente dañino para las relaciones entre Estados Unidos e
Italia, fue instantáneamente emitido en toda Europa Occidental el mismo 10 de noviembre de
106
Realmente, comenzaba la peor crisis económica de la historia de Occidente después de la II Guerra mundial.
107
La autora explica en nota a fin de capítulo, rematando esta conversación: <Cuando en enero de 2001, Ahmed Zaki
Yamani evocó su conversación de veintitantos años antes con el sha Pahlevi en el palacio imperial de Teherán,
acababa de ver las minutas secretas de aquella reunión del Club Bilderberg celebrada en mayo de 1973: <Durante
años –dijo- he tenido certeza absoluta, al cien por cien; ahora además tengo la prueba>. Véase >Saudí dove in the oil
sick>, art. cit.
108
Ver páginas 71 a 73.
59
1982. Katherine Graham, directora del Washington Post y C.L. Sulzberg, del New York Times,
recibieron instrucciones de la Fundación Rockefeller para suprimir esa información en todo
Estados Unidos. Ninguna televisión estimó que la noticia mereciera la atención del público, aún
cuando Kissinger era acusado de unos crímenes gravísimos. […]

Documento 27.

El pragmatismo de Kissinger en política internacional expuesto por Pilar Urbano en El


Precio del trono 109

Como hombre fuerte de Richard Nixon y luego de Gerald Ford, Kissinger 110nunca vaciló en
sugerir o apoyar el uso de métodos ilícitos, si había que derribar regímenes no afectos o derrocar a
un mandatario de perfil socialista o comunista. Lo admitió sin remilgos en uno de sus
autocomplacientes libros de memorias.
Era la filosofía de la casa. Su modo de hacer. Nixon y él lo comentaban a hurtadillas: <Que
nuestra mano no aparezca detrás de esto>, <que no se nos vea la sombra.>
La hoja de servicios de Kissinger a su patria de adopció se iría emborronando con una oscura
gama de decisiones dramáticas, las más de las veces cruentas en Vietnam del Norte, Camboya,
Laos, Indonesia, Timor Oriental, Bangaldesh, Chile, Egipto, Siria, Chipre, Angola, Argentina,
Bolivia, Uruguay, Paraguay, Panamá, Nicaragua…
Pasados los años, un muro de silencio y de protección oficial impedía averiguar hasta qué nivel
llegó su implicación y autoridad no sólo en aquellas matanzas masivas llamadas bombardeos, sino
también en casos de delitos individuales, como el asesinato del general René Schneider, el golpe
de los coroneles griegos, el derrocamiento del arzobispo Makarios, la defenestración violenta del
presidente Salvador Allende, el atentado mortal contra el canciller Orlando Letelier, la eliminación
del primer ministro Aldo Moro…O su apoyo a las siniestras actividades de la Operación Cóndor
por medio de la CIA. […] 111
Entre 2001 y 2002, Kissinger fue sucesivamente requerido por el juez francés Roger Le Loire, el
juez federal chileno Juan Guzmán, el juez argentino Rodolfo Canicoba, la Corte Federal de
Washington D.C., el juez español Baltasar Garzón…
También sucesivamente, y blindándose en el Departamento de Estado, Kissinger se negó a
comparecer en sede judicial y a responder a los interrogatorios que se le remitieron. Aun
respetando su presunción de inocencia, esa actitud sólo podía tener dos traducciones: o
despreciaba a la justicia o huía de ella.

Documento 28.

Conexión entre los asesinatos de Aldo Moro y Carrero Blanco, según el análisis de Pilar
Urbano. 112

[…] Como decía cínicamente el presidente Nixon a su colega Garrastazu de Brasil, <que nuestra
mano no aparezca detrás> […] accione quien accione la solución traumática, hay que vestirla
como causa política, disfrazarla de lucha contra el opresor, trajearla dignamente en evitación de
un mal mayor… Y, siempre que sea posible, emplear los elementos autóctonos y las rivalidades
109
Ed. Planeta, Barcelona, 2011. Ver pág. 485.
110
Henry Kissinger es uno de los masones que pertenecen al CFR, a la sección norteamericana de la Comisión
Trilateral y al Club Bilderberg (al igual que David Rockefeller), las principales <organizaciones pantalla> de la
masonería. Ver Manuel Guerra, La trama masónica, pág. 351
111
El subrayado es nuestro.
112
Ver, de esta autora, El precio del trono, págs. 444 y 445.
60
naturales del país donde se va a intervenir. Son los turcos quienes han de invadir Chipre y hostigar
al arzobispo Makarios. Son las Brigadas Rojas o es la Cosa Nostra quienes tienen alguna razón
poderosa para eliminar a Aldo Moro […] Se trata de esponsorizar al enemigo interior, atizar el
azufre de los demonios familiares.
A veces no es sencillo. En el caso español, el grupo armado ETA no se hubiese avenido a un trato
con la CIA. No directamente. Tenía que gestionarse a través de alguien no demasiado extraño para
ellos. Los respetables hombres del PNV, la placenta de ETA. Y aun con ser uña y carne convenía
el amortiguador de una estación intermedia: el abogado aberzale, el profesor militante legal que
escribe y difunde propaganda de ETA, el diplómatico de cuya desviación sexual existen pruebas y
que, <dentro de un pundonor>, prestaría ciertos servicios.
Quienquiera que fuese el hombre del Mindanao, 113 el que le envió quería sugerir a ETA una
acción letal. Los etarras iban a ser peones de brega de una solución traumática diseñada en taller
ajeno. Una operación asesina, tutelada y dirigida a distancia.

Documento 29.

La amenaza masónica, en la visión de Carrero Blanco, ante el futuro de España. Su


identificación entre masonería y comunismo, como el origen de dos revoluciones,
aparentemente distintas, que venían a converger en un proyecto común.

<El régimen español que es anticomunista y antiliberal, [el almirante escribe este texto el 19 de
noviembre de 1973, un mes antes de su muerte.] tiene dos enemigos acérrimos: el comunismo y la
masonería […]. La masonería ataca al régimen español porque quiere en España un sistema
demoliberal; y el comunismo ve esto con muy buenos ojos porque una España demoliberal sería
una España débil y una España débil podría caer fácilmente bajo las garras del comunismo. […]
La guerra subversiva trata de debilitar a los países aniquilando moralmente al elemento hombre. Si
explotando la parte de animal, que todos tenemos, se destruyen en el hombre sus sentimientos
religiosos, su patriotismo, su sentido del deber y del honor […] se le convierte en una pequeña
bestia anarquista que sólo aspira a satisfacer sus apetitos materiales; y si además se le arruina
también físicamente con vicios y drogas, será muy fácil que se convierta en un esclavo. […]
Un país cuyos hombres han sido convertidos en piltrafas humanas, será un país ya vencido; el
comunismo se hará con él de un simple puntapié. […]
El comunismo se ha infiltrado en la Iglesia y en la universidad. Trata de llevar su acción a las
masas trabajadoras, a los órganos de información, a los lectores intelectuales […] a la Policía y a
las Fuerzas Armadas. […]
Lo que sucede en la Iglesia; [son] los efectos de la acción conjunta del comunismo y de la
masonería […]. ¿Cómo no hemos de temer la enemiga de los que nos quieren ateos, o por lo
menos protestantes y demoliberales, o ateos y marxistas? […] ¿Cómo nos puede chocar que nos
ataquen los que quieren una España liberal gobernada por masones o una España comunista
gobernada por comunistas?
Estamos en una guerra ideológica […] ¿Hemos de ceder? Evidentemente, no […]. Si estamos
convencidos de la verdad de nuestra ideología, elaborada a lo largo de los treinta y cuatro años de
Gobierno del Caudillo […] no podemos aceptar más que esta verdad. Lo contrario sería incurrir en
el suicidio. […]
Si aceptásemos el resbalamiento hacia el liberalismo –para mí es tan claro como la luz del sol-, de
una Monarquía tradicional, católica, social y representativa, pasaríamos en rápida pendiente a una
113
Se refiere al personaje que se encontró en el Hotel Mindanao de Madrid con el etarra José Miguel Beñarán
(Argala), en octubre de 1971, para poner en marcha la Operación Ogro. Le entregó una cuartilla con el siguiente
texto: <El almirante Carrero va todos los días a la misa que a las nueve de la mañana se celebra en la iglesia de San
Francisco de Borja, sita en la calle de Serrano, frente a la embajada de los Estados Unidos de América, con poca
escolta.> Ver Ernesto Villar, Todos quieren matar a Carrero, págs. 26 y 27.
61
Monarquía liberal, a una República socialista y, de esta, a una República comunista; es decir,
caeríamos en lo que estuvimos a punto de caer en 1936.114

Documento 30.

El masón de grado 33, Julio Álvarez del Vayo, exministro del Frente Popular, fundador del
FRAP. Su participación en el asesinato de Carrero Blanco. Del libro de Ernesto Villar,
Todos quieren matar a Carrero. La conspiración dentro del régimen 115

Un tiempo antes de que se produjera el asesinato, [de Carrero] nos llegó la información de que la
plana mayor de la oposición al régimen de Franco se iba a reunir en el Hotel Maurice 116-el espía
da incluso el nombre del salón, que o bien no recordaba Julio Rodríguez cuando lo contó, o bien
ha olvidado el interlocutor del ex ministro-. A mí me correspondió poner en marcha el dispositivo
de vigilancia, por lo que decidí colocar varios micrófonos. La reunión la presidía Álvarez del
Vayo ex ministro de la República y grado 33 de la masonería, 117y en ella participaron cinco o seis
miembros de la oposición a Franco. Cuando escuchamos las cintas, oímos que en un momento de
la reunión dice este señor, con un tono muy vehemente, levantando la voz:
<- ¡Señores! Hay que matar a Carrero Blanco. A ver, quiénes de ustedes tienen infraestructura
para hacerlo.
<- El representante comunista fue el primero en hablar:
<- Nosotros tenemos buena infraestructura pero no podemos llegar al magnicidio.
< A continuación, el representante socialista, que ofreció aún menos garantías.
<- Nosotros no tenemos infraestructura suficiente para hacerlo.
< En la mesa había cuatro o cinco miembros de las distintas corrientes de la oposición, vinculado
uno de ellos a los democristianos y otros a los republicanos, aunque sin afiliación reconocida ni al
PC, ni al PSOE ni al PSP. La respuesta de todos ellos fue la misma, lo que llevó a Álvarez del
Vayo a dar un golpe en la mesa con impaciencia y a subir aún más el tono de voz:
<- Pues entonces pongan ustedes sobre la mesa 1.000 millones de pesetas. Nosotros sabemos
quién puede matar a Carrero Blanco.
[…] Esta conversación llevó al más anticomunista de los ministros de Carrero [Julio Rodríguez] al
convencimiento hasta el fin de sus días de que ETA mató al almirante no sólo por ideología sino
por 1.000 millones de pesetas, y a sospechar que detrás del magnicidio estaba la mano de la
masonería: <La figura de Carrero fue truncada desde dentro>, diría año después en una entrevista.
[…] Matar a Carrero sería para muchos un objetivo, un trofeo que exhibir ante los suyos, pero para
Julio Álvarez del Vayo es, además, algo así como una revancha, una oportunidad para conseguir
en España lo que no logró en Portugal. Porque Del Vayo ya tenía experiencia en organizar golpes
de mano en otros países, aunque aquello acabara como el rosario de la aurora.
Ministro de Estado con Francisco Largo Caballero, primero, y con Juan Negrín después, además
de comisario general de guerra con el Gobierno del 36, tras la guerra fue acusado de ser un
infiltrado comunista, por lo que fue expulsado del PSOE por demasiado rojo, radical y extremista,
[…] Del Vayo, fundador en 1964 del grupo terrorista Frente Revolucionario Antifascista y
Patriota (FRAP), que presidió hasta su muerte, 118 es sólo un elemento más en el puzle de mil
piezas que formaba la oposición al franquismo […]

114
Texto publicado por Pilar Urbano en El precio del trono; ver págs. 642 y 643.
115
Ed. Libros Libres, Madrid 2011, págs. 18 a 21.
116
Testimonio del segundo de los servicios secretos de Francia en París al que fuera ministro de Educación de Franco,
con Carrero Blanco en la presidencia, Julio Rodríguez, en el invierno de 1974, en París.
117
La filiación masónica de Álvarez del Vayo quedaba confirmada por Ricardo de la Cierva en su obra La Masonería
invisible, pág. 488
118
Murió el 3 de mayo de 1975
62
En marzo de 1965, el entonces embajador en Roma, Alfredo Sánchez Bella, enviaba dos extensos
y angustiados informes confidenciales al entonces ministro de la Presidencia, Carrero Blanco, que
tituló <Importante análisis de la situación mundial>, [Archivo de la Fundación Nacional Francisco
Franco] para advertir de que, alentadas por la CIA, tanto la acción exterior que procede del
<mundo soviético> como la que proviene del <mundo occidental> <han modificado su táctica, y
en lugar de utilizar para sus fines a las organizaciones del exilio actúan en el frente interior. La
maniobra comunista emplea simultáneamente sus dos conocidas tácticas: la vía pacífica y la vía
revolucionaria>
Dos tácticas. Una estrategia. Se esbozaba así el que luego será escenario laboral, estudiantil,
político y cultural de los siguientes diez años, que Sánchez-Bella resumía de una forma muy
gráfica: por un lado, la <vía pacífica>, que alienta el PCE con la esperanza de derrocar al
Gobierno a golpe de huelgas. Por el otro, la vía revolucionaria, que encarnan irreductibles como
Álvarez del Vayo, al que el embajador, por cierto, atribuye no sólo la condición de masón (como
él mismo admite en su biografía), sino también la de agente de la CIA.

Documento 31.

La <Ética Planetaria>119

<En el Parlamento de las Religiones del Mundo, en 1993, Hans Küng, al que la Santa Sede
prohibió la enseñanza de la teología católica, presentó el proyecto de Ética Planetaria, con los
avales previos de la UNESCO, el Foro Económico de Davos y el World Wide Fund for Nature
(WWF). La primera edición de la nueva ética de Küng fue prologada por el Príncipe Felipe de
Edimburgo, en ese entonces presidente del WWF. Hans Küng se convirtió así en una de las
cabezas visibles del proceso para imponer esa nueva ética cósmica, enunciada al estilo de la
masonería, compuesta de una mezcla de gnosis, expresiones de buenos deseos, y de la vaga y
alienante espiritualidad new age. La Ética Planetaria es una buena respuesta al proyecto de la
UNESCO de ética universal de valores relativos. El mismo Küng la define como: “Una síntesis
superadora de todas las religiones del mundo”.
El proyecto de Küng fue aceptado por el Parlamento de las Religiones como “un consenso
mínimo sobre los valores fundamentales de carácter vinculante, de normas irrevocables, y de
actitudes morales fundamentales”.
El contenido de Ética Planetaria está lleno de ambigüedades. En él se acentúan palabras que
los mismos redactores se han encargado de vaciar de contenido, de modo que cada individuo
pueda interpretarlas a su manera, de acuerdo a su tradición cultural o de acuerdo a sus intereses. Es
un alegato contra “el fanatismo y la intolerancia, a favor de una tolerancia universal” que no se
concreta en ningún principio porque, según declara el mismo Küng, los principios quedan para ser
elaborados en un consenso posterior, poco o nada tiene de norma irrevocable.
Al igual que la Carta de la Tierra, este proyecto ignora la existencia de Dios y, por supuesto,
su trascendencia de lo creado. Ni siquiera la existencia del alma humana como entidad individual
queda clara. Como consecuencia, se excluye la existencia de la verdad absoluta, imponiendo a la
humanidad un proceso sin fin de búsqueda de consensos sobre principios morales que se
mantendrán mientras aquellos perduren, y luego, en virtud de nuevos consensos, mudarán,
cambiarán. Como es fácilmente deducible, en ese proyecto sin fin se incluye el consenso sobre la
119
Ver Sanahuja, Juan Claudio, Poder global, religión universal., pág. 55 y ss.
63
vida y la muerte, relativizando el valor y el respeto a la vida humana desde la concepción a la
muerte natural.
Las actitudes morales fundamentales quedan reducidas a palabras sin un contenido claro: paz,
justicia, equidad, dignidad, compasión, tolerancia, solidaridad, diálogo, respeto a la pluralidad,
cuando no ambiguas en sí mismas, como el término creyentes, que abarca a todos los seres
humanos que creen en algo o en alguien . En el lenguaje de la ética global sería sinónimo de una
especie de sincretismo universal.
En el primer capítulo Küng declara:”Éstos Principios parten de la base que el Nuevo Orden
Mundial no puede subsistir sin una ética planetaria”. Es decir, unos nuevos principios éticos al
servicio del proyecto político de dominio. La religión al servicio del poder. Los elogios del
Presidente del Directorio del Fondo Monetario Internacional hacia Küng lo confirman.
Aparentemente la Ética Planetaria encuentra un público favorable en el mundo de las finanzas
internacionales y la Carta de la Tierra lo tiene en el ámbito de la internacional socialista. Pero esto
sólo es una impresión, pues los nombres de Hans Küng, Leonardo Boff y otros aparecen en las
mismas redes y en los mismos foros. De hecho, ambos proyectos tienen las mismas intenciones: la
subversión del orden natural y la destrucción de las raíces cristianas de la cultura a través del
relativismo moral y el igualitarismo religioso. Es el hombre quien construye su código ético, en
guerra abierta 32.
La Carta de la Tierra y la Ética Planetaria no son proyectos que compitan entre sí: son más bien
alternativos o complementarios. Tienen la misma finalidad: la demolición de la Iglesia Católica y
la construcción de otra iglesia, una caricatura al servicio del nuevo orden mundial.120

Documento 32.

Canon 1374 del Nuevo Código de Derecho Canónico de 1983:

Aquel que dé su adhesión a una asociación que actúe contra la Iglesia sea castigado con una pena
justa; que aquel que promueva o dirija tal asociación sea castigado con interdicto. 121

120
El gran designio masónico de control mundial de la economía, las decisiones políticas y las religiones ha dado
pasos decisivos en las últimas décadas, teniendo como foco de irradiación los organismos dependientes de la ONU
que imponen ya, en buena medida, sus principios a través de las políticas sociales establecidas desde su sede. El
subrayado es nuestro.
121
Nota es evidente que la masonería queda comprendida dentro de estas asociaciones como explicó meses más tarde
Joseph Ratzinger en la Declaración sobre las Asociaciones masónicas, Quaesitum est , de 26 de noviembre de 1983,
que la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe, que dice literalmente: <se ha cuestionado sobre si ha habido
algún cambio en la decisión de la Iglesia con respecto a las asociaciones masónicas, ya que el Código de Ley
Canónica , a diferencia del anterior, no las menciona expresamente. Esta Sagrada Congregación está en posición de
responder que esta circunstancia se debe al criterio editorial que se siguió también en el caso de otras asociaciones,
que tampoco se mencionaron en cuanto que están contenidas en categorías más amplias.
Por lo tanto, el juicio negativo de la Iglesia sobre las asociaciones masónicas se mantiene sin cambios ya que sus
principios siempre se han considerado irreconciliables con la Doctrina de la Iglesia […] >
64

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