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Anarq iso o

y anarcosindicalismo
en América Latina
Colombia, Brasil, Argentina, México

La Ca rret a Política
AlireCo GómezMlulier

Anarquismo y anarcosindicalismo
en América Latina

Celombiai Eisí^.illi Aoge:ti■:na, MX.sceo

La Carrete
Editores E.U.

2009
Gómez-Muller, Alfredo, 1950-
Anarquismo y anarco sindicalismo en América Latina:
Colombia, Brasil, Argentina y México / Alfredo Gime: Muller. —
2a. ed. — Medellín t La Carreta Editores, 2009.
232 p.! cm. — (La Carreta política)
Incluye bibliografías.
1. Anarquismo > Historia • América Latina 2. Sindicalismo • Historia -
América Latina 3. Socialismo * Historia - América Latina 1. Tft. 11. Sene.
335.82 cd 21 ed.
Al 195925

CEP-Bancode la República-Biblioteca Luis Ángel Aiango

ISBN: 978-958-8427-04- i
O 2009 Alfredo Gócner-Muller
© 2009 La Carreta Editores E. U.

La Carreta Editores E-U.


Editor: César A. Hurtado Orozco
E-maiL lacarreia@une.net.co; lacarreta-ed@gmail.com
Teléfono; (57) 4 25006 84.
Medellín, Colombia.

Primera edición: Ruedo Ibérico. 1980


Segunda edición aumentada; La Carreta Editores, agosto de 2009

Carátula: diserto de Alvaro Vélcz


Impreso y hecho en Colombia / Prinred and made in Colombia
por Impresos Marricdor, Medellín

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las «ftCtonei establecidas en las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra por cualquier
medio o procedimiento, comprendidas las lecturas universitarias, la reprograña y d trata­
miento Informático, y la distribución de ejemplares de día medíante alquiler público.
En memoria de Nicolás David Neira Álvarez,
joven libertario herido en mzmxfcsüKÍón
del Primero de Mayo de 2005, y fallecido el día 6 del mismo mes.
Víctima de la violencia de los poderes establecidos,
que no soportan una juventud
con ideales de fraternidad.
CONTENIDO

Prefacio a la segunda edición............................................................. 9

Memoria del anarquismo................................................................. 9


En-sujctamiento y subjetivación: cl vivir ético de la anarquía 21
Elíseo Reclus: dejarse vivir y vivir con ideal......................... 28
Herbert Read: materialismo y vivir poético.............................. 33
Murray Bookchin: masticación y vivir con imaginación..... 40
La anarquía y la utopía del cristianismo........................... ......... 42
Cultura y anarquía............................................................................. 49

Prólogo a la primera edición................................ 55

I. Colombia...................... 59
1. Antecedentes libertarios...... ................................................... 59
A. Proudhon y las sociedades democráticas................ 59
B. El viaje de Elíseo Reclus a la Nueva Granada...... 65
2. La hegemonía conservadora...................................... 67
3. Presencia anarquista antes de 1924 ..................................... 68
4. Primeros intentos dc organización nacional...................... 74
5. El Grupo Sindicalista Antorcha Libertaria......................... 79
6. Las huelgas de 1924.................. ............................ .................... 86
7. Primer y Segundo Congresos Obreros............. 95
8. El grupo de Vía Libre y la FOLA............................................ 101
9. Formación del PSR en el Tercer Congreso Obrero.......... 112
10. Segunda huelga de los petroleros y otros conflictos........ 119
11. Raúl Eduardo Mahecha............ ........................................ 124
12. El Grupo Libertario de Santa Marta.,................. ................. 127
13. La huelga de las Bananeras.................................................... 137
14. Dc los asesores jurídicos al sindicalismo paraestatal....... 143

II. Brasil ...................... -......................................................................... 153


1. Dc la colonia La Cecilia al primer Congreso Obrero
Brasileño............................. 153
2. Sindicalismo de acción directa, "peleguismo" y
represión.................... 158

7
3. La ola de huelgas de 1917-1920............................................. 163
4. El conflicto entre anarquistas y comunistas....................... 170
5. La institucionalíración del sindicalismo ......... 175

111. Argentina............................. 179


1. Nacimiento del movimiento obrero..................................... 179
2. La FORA: del primer al cuarto Congreso........................... 183
3. La tendencia "sindicalista" de la UGT............................... 188
4. Fusión y escisión.......................................................................... 194
5. La primera guerra mundial y el "silencio" de los
anarquistas rusos......................................................................... 200
6. 1.a Semana Trágica. Decline del anarcosindicalismo ..... 205
7. Las purgas de 1924...................................................................... 209

IV. México
215
1. Orígenes del anarquismo mejicano..................................... 215
2. Flórex Magón y la insurrección de la Baja California.... 218
3. La Casa dei Obrero Mundial •4444444444C444444444•»»«*•»♦«44*444»4«44»«4
222

V. Conclusiones 225

Bibliografía


8
Prefacio a la segunda edición

Memoria del anarquismo

En el prólogo que escribimos cn 1978 para la primera edición de


este libro, anotábamos que su propósito principal era «contribuir a
derrumbar el muro de silencio» que por ese entonces ocultaba una
parte importante de la historia de los movimientos sociales en Colom­
bia: el periodo del anarcosindicalismo y del sindicalismo revoluciona­
rio, a lo largo del primer cuarto del siglo xx.
Para «derrumbar» ese muro, era preciso proceder a una investiga­
ción histórica, buscando datos y documentos de primera mano, traba­
jando en archivos, estableciendo hechos, descifrando sus relaciones
posibles, reconstruyendo los conjuntos de relaciones en forma narra­
tiva y, a través de esta narración, proponiendo una interpretación de
lo sucedido. Desde esta perspectiva, este libro puede ser considerado
como un ensayo histórico, centrado sobre un periodo y un aspecto
específicos del movimiento social en Colombia y, por extensión com­
parativa, de otros tres países latinoamericanos: México, Argentina y
Brasil.
Desde otra perspectiva, no obstante, este libro puede ser igual­
mente considerado como un ensayo de critica política, orientado ha­
cia el presente de la década de los ochenta -presente que, a nuestro
juicio, perdura cn sus rasgos más esenciales en esta primera década
del nuevo siglo-. La imagen del «muro dc silencio» sugiere que ese silen­
cio era algo construido, y no algo puramente fortuito. En la historiografía,
que entendemos aquí en el sentido lato de escritura dc la historia, como
en el acontecer histórico, pocas cosas son fortuitas -término que sirve
muchas veces para disimular nuestra ignorancia de las razones de las
cosas-. El silencio en cuestión, que no era otra cosa que el silencio del
olvido, era silenciamiento, esto es, política de olvido. Se silenciaba
por omisión, desechando los numerosos indicios que señalaban la rea­

9
lidad de un pasado anarcosindicalista y sindícalbta revolucionario en
la historia sereña 1 de Colombia, pn ro no sorteo cu cuestión esqbemas
de intcorretdciOn preestablécelos, báselos en detesminados intereses
ideolófinos y oclíeidos. POro también o silenciaba cor Pc.sfiuutomionto,
cuando resultaba imeesible nfgaa ta seaiidad de eso pacedos cn estos
usaos, er anuceosinPiealiseno p ei cinbicolismo rsuolssionnrin eran
un^iua(usizadoa yr derrCs Pc ia pajaréete aoSijctividod-» dhi ^5101^0^
lrallsdltian iieeire dr i^eriro. políucor c idefióeKios, que ií^isdí^e (tien­
den) invaetablomonte a desclaliri<rat a lro oestaoontsrcs de esa historia
prohiSidt. Al señalar qun la fisslidse dr reir litro ora igualiosle
conteibuír a cpcomalezts este terse no hisrierico da íu itapa sesie de
iergiversacusne’$ y Ifarse^ eomuees e ue lo invaden% expresoennos
iambién una :nsaneiOn érina y política. Ente libro, pudiieedo a ncloci-
piee Cn 1980 ss Francia yer us nCiier seysñol quo dnssmynñó sn lee
años aetenia sn !ioa<ltiae te orfes en le Pifes iCe del i-srnssnietuto crí­
tico en el área de habla castellana, es también el resultado de una
expe^senda socio1 yr ooiltica1
Durante it unosena mitad de lc dncndc del seiente í^^O^L^cro de-
asrroltodoi en dlstiitas sfgissies Pe eolombia, una serie de avliviOa-
Cee cels'^tv^aet isas adar sn lt reanudo tic ¿<^11^1^11^11^ ana scrsiedaO más
jusis a mas liPrr. Es rl irasacureo Cn pece sñoa Cn yarticiyscióo rs la
vida Co diversos movlmic^ls>s ols■|ela' s -c(llJSlantr■e, r^iroiros y oamo^-
slnoa- unimos Pccsabsiondo, pono y poco, lar eeoslones qoe íbadían
oo^ner Io «lexiial-* a to eyelliiico» Oí o^^t pseeltamsntel I a lógis a eolí­
tica de los movimientos sociales a la lógica burocrática de ciertos
puntidos a fruyris qoe ee aelodesifnbPan ruma evsnfuardleac dee eyroo
lciariado» et dll «posMo», Fuimos eomando nsuSuoimonce noncien-
rla, cn un jroineeo difícil y en gisn punta <iuIoIííIiicci, dc ple les oaotá-
rulee sl proyeceí r eSr ^^sm:i^acie^n social 1 sconómicik política y cutoria!
no provienen eoto de Ios guoo^^ti OfeomónicoSi sino que tombién poe-
don eonanrr Oe ciessas lópteas políticas pue, ibsrsoecndo una relsción
autoritaria a inarsomonielicdotd col lao ri^OsinSi son­
den a usurpar Sa mlciarina Oe iars itomedas abaseo» y, enti e^^ti^t, a deo-
iruir loe inisenees eoiccrioea» erar creau una teai oemocsscie social.
En el otoño dc ia meorit eclipsas csta tome tu apnciuntia nos lievó
orseuslmi?:lit a <Seiu~sbrir, bci^ia 19741971, le imporicnci□ dol pensa-
m1ento reeíisla^ etoOoseao eras al scsnlaliooro ecosiseiSoa» (Xriocmbur-

10
go, Pannekock...), el anarquismo y el anarcosindicalismo. Nos dimos
cuenta que ese pensamiento y esa rica tradición de luchas por la
emancipación podían tener una actualidad, ayudándonos a definir el
sentido de nuestra práctica social y política. A partir de estas nuevas
referencias teóricas y prácticas, tomamos con un grupo reducido dc
amigos y amigas laImciatíva de editar en Bogotá, en 1974. el periódi­
co fíase Obrera, del cual pudieron salir solo dos números, así como un
primer y único número de laTcvistaTrente LibenaTio, en 1975. Simul­
táneamente, nos dimos a la tarea de intentar contribuir a! rescate de
la memoria anarcosindicalista del movimiento obrero colombiano,
inicialmente a partir de los indicios que encontramos en la en aquel
entonces precaria historia de los movimientos sociales dc este país, y
posteriormente explorando los archivos del Instituto Internacional de
Historia Social, dc Amsterdam. Se trataba entonces de un interés
práctico, y no simplemente teórico o historiográfico; por lo demás,
esta oposición no existía para nosotros, porque entendíamos que la
teoría y la historiografía remiten siempre, implícita o explícitamente,
a determinados intereses prácticos, esto es, relativos a la orientación
y al sentido de lo humano cn el mundo. El «silencio» sobre el anar­
quismo y el anarcosindicalismo era político, calladamente político, y
ntworros queríamos enfrentar esa política del olvido con un libro «po­
lítico» o, mejor, con una investigación histórica que, renunciando a
una «neutralidad» ficticia, asumía decididamente su significado po­
lítico. -
¿En qué medida la publicación de Anarquismo y anarcosindicalismo /
cn América Latina, en 1980, ha podido realizar su propósito inicial de /
contribuir a derrumbar ese «muro de silencio»? ?
En el plano historiográfico, los primeros indicios cn Colombia de
una reinterpretación histórica del periodo anarcosindicalista, referi­
da a esta investigación, aparecen solamente a finales de la misma
década, en una contribución del historiador Mauricio Archila Neira
a la Nueva Historia de Colombia dirigida por Alvaro Tirado Mejía1. En

l. Mauricio Archüa Neira, «La clase obrera colombiana (1836-1930)», en Alvaro


Tirado Mejía (cd), Nueva Historia de Colombia, t. 2, vol. ni; -Relaciones internacionales.
Movimientos sociales». Editorial Planeta colombiana. Rogotá, 1989, pp. 219-244- En la
misma década, otras referencias al anarcosindicalismo y al libro aparecen en Renán Vega,
«La masacre de las bananeras-, en Ricardo Arango (direct«x), Hútonade Colombia, vol. IV;

11
12
*1

Base Obrerau uLMUhMikH I* u ruu Wttí mar o orna de i a cu*» iudu ¿am*

I
LOS OBREROS SON LA
Qué es
BaseObrera?
FUERZA CREADORA
■ . I

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wíA—í'i»**** *■*


la década siguiente, nuevos elementos para una relectura de ese mis­
mo periodo aparecen en otras obras, elaboradas por diversos historia­
dores e investigadores en ciencias humanas*23. La figura de Vicente
Lizcano («Biófilo Panclasta»), un anarquista colombiano nacido en
1879, es rescatada del olvido en un libro colectivo que retoma en su
primera parte varios desarrollos de nuestro ensayo, con frecuencia de
manera textual y sin usar comillas1. Así, a pesar de la escasa circula­
ción del libro en Colombia menos de un centenar dc ejemplares,
enviados en su mayoría por correo desde París a diversos amigos que
se encargaron de su difusión en Bogotá-, los nuevos datos
históricos que introduce, relativos a la presencia anarcosindicalista y
anarquista en Colombia, han venido sendo incorporados a la historia del
movimiento obrero en este país, y han servido para el desarrollo de nue­
vas investigaciones sobre tai presencia. A este nivel historiográfico, el
«muro» del olvido parece haber cedido parcialmente, y la reconstruc­
ción de la historia del periodo anarcosindicalista y anarquista sigue en
espera de otros trabajos que aporten nuevas elementos de conoci­
miento y desarrollen lo que en nuestro libro ha quedado tan solo
esbozado -por ejemplo, la relación entre las organizaciones estudia­
das y el desarrollo de los diversos movimientos sociales y culturales de
la época, los procesos de formación de estas organizaciones y de las
subjetividades que las integran, sus posibles vínculos con la tradición
política de los artesanos del siglo xix, que tuvo un acceso, probable­
mente bastante deformado, a las ideas de Proudhon y de la revolu­
ción obrera parisina de I848-.

Siglo XX: 1900-1948, L 9, Editorial I-a Oveja Negra, Bogotá, 1985; Luis 1. Sandoval,
Sindicafamo de masas, Ismac, Serie Conferencias, n° 24.1986, y Sindicalismo y democracia.
Ismac/Fescol, Serie Reforma política, n“ 7,1988.
2. Enere las principales, cabe destacar: Mauricio Archlla Neira, Cultura e
idenridad obrera. Colombia 1910-1945, Cincp, Bogotá, 1991; Mario Aguilera Peña y
Renán Vega Cantor, Ideal democrático y revuelta popular, Bogotá, Universidad Nacio­
nal de Colombia/ Ccrcc/lcpn, 1991; Leopoldo Muñera Ruiz, Rupturas y continuada-
des. IWer y movimiento popular en Colombia. 1968-1988, Bogotá, Universidad
Nacional dc Colombia/Cerec/Icpri, 1998.
3. AA- VV, Bió/Uo ftndasta. El eterno prisionero, Bogotá, Ediciones Proyecto
Cultural -Alas de Xue«, 1992. La primera parte del libro se intitula: -Orígenes dc ln
presencia anarquista en Colombia» (pp. 55-126).

14
En el plano político y social, pensamos que el examen de las tres
décadas transcurridas desde la primera edición del libro puede con­
firmar y, en cierto sentido, reforzar la perspectiva política que sostie­
ne a este libro. Se puede en efecto observar hoy en día el desarrollo
de una serie de movimientos, asociaciones y comportamientos indivi­
duales que, sin referirse necesariamente a la etiqueta o «identidad»
anarquista, promueven a nivel mundial una nueva crítica del capita­
lismo y de las formas centralistas, verticales y burocráticas de ejerci­
cio de la política, afirmando no solo que otro mundo es posible, sino
también que otras maneras de hacer política son posibles: la posibili­
dad de ese mundo otro debe anunciarse concretamente desde ahora,
en nuevas formas de haceT política. El actual florecimiento dc movi­
mientos cuyas exigencias se relacionan con las condiciones de cons­
trucción de la singularidad o de la «identidad», y que corresponden a
lo que en Norteamérica se suele denominar «políticas de la identi­
dad», ha puesto en práctica formas horizontales de organización, de
cooperación y dc tomas de decisión cooperativa, que Antonio Negri y
Michael Hardt vinculan al «resurgimiento de movimientos anarquistas
en América del Norte y en Europa»*. De nuestro punto de vista, lo
importante en estas experiencias no es tanto su grado de afiliación
explícita a una «identidad» anarquista, sino más bien la realidad his­
tórica de iniciativas sociales de construcción de una subjetividad
autónoma y solidaria, las cuales, en ciertos casos, pueden conducir a
nuevas maneras de entender la identidad como tal, y por ende la
«identidad» anarquista. En el contexto de la actual sociedad colom­
biana, el desarrollo de ciertas formas del movimiento asociativo y de
(re)construcción de comunidad en barrios populares y en zonas rura­
les, en tomo de problemas concretos como la alimentación, la vivien­
da, la educación, la construcción de paz, democracia, verdad, justi­
cia, memoria y reparación, los derechos culturales y la protección del
medio ambiente, resulta particularmente significativo, por lo menos
tanto como la nueva actualidad de ideas anarquistas entre sectores

4- Antonio Negri y Michael Hardt, Mulmudes Uwrre et démtxrcuie i l'Age de


l'Emptre, La Décnuvcm, Partí. 2004. pp. 111-112 (edición original en inglés: Mulntude,
Ufar and Democrar* in die Agv of Empm, 2004). En relación con este punto, Negó y Hardt
remiten al estudio de David Graebcr, «For a new Anarchism», cn New Lcft Rfwew. n° 13
(enero-febrero de 2002), pp. 61-73.

15
de la juventud colombiana, dc la que formaba pane Nicolás Ncira, el
joven estudiante a quien va dedicada esta segunda edición.
Por otro lado, sin embargo, la realidad contemporánea, tanto en
Colombia como en el resto del mundo, presenta formas inéditas de
dominación, explotación y alienación, que parecen alejamos más que
nunca de la perspectiva anarquista de una sociedad humana libre y
solidaria. La hegemonía incondicional de la globalización neoliberal,
el creciente predominio económico y político de los intereses finan­
cieros a nivel mundial, el debilitamiento y destrucción del espacio
público por la creciente influencia de los centros globales y extra­
públicos de decisión, la agravación de la pobreza y del desempleo,
con todos sus efectos sobre la salud, la educación, la vivienda y el
bienestar general de las personas, el progresivo estrechamiento de los
horizontes de sentido en las sociedades capitalistas, y la producción
uniformizada de •opinión» por parre de la industria monopólica de la
«información» y la •distracción», afectan crecientemente la posibili­
dad humana no solo de vivir una vida buena, sino también, para mu­
chas, de sobrevivir. A lo anterior, en la Colombia de hoy se ha de
agregar la perpetuación del conflicto armado, la tendencia a la
crimina lización de la protesta social y de la disidencia en general, la
impunidad y la limitación de la justicia, la discriminación y la violen­
cia contra la mujer, los pueblos nativos, los afrodescendientes y los
homosexuales, así como la ambigüedad de las alternativas de cambio
propuestas por coaliciones de partidos que no logran desprenderse de
las lógicas particularistas de aparato ni imaginar nuevas formas de
hacer política.

Es a partir de este contexto histórico, propio de nuestra época,


que se puede plantear el problema de la actualidad del anarquismo.
De manera general, la pregunta por la actualidad de algo pone siem­
pre en relación a un pasado con un presente, esto es, relaciona posibi­
lidades de hoy con la memoria de un ayer. En la pregunta por la ac­
tualidad del anarquismo, la memoria del «anarquismo» que está en
juego es un saber social y político, constituido por una diversidad de
prácticas sociales que han surgido en la historia como respuesta a
determinados problemas: la opresión social e individual, la violencia
política y religiosa, la guerra, la explotación, el desempleo, la miseria,

16
lt mtsifioución de Po a uu|eioii ote. Las pib'iheiecdcs de Nios. cou su
eeal», sc refieren t una ouliipliaieae dc iitioiativus, movimientos r
»x|’'C^lellalr o nocíale s y ceba cal es q ut Cvii t■ocJro iregl endo en las
soarededes aoniempordcaaCi y C e Ia uual loas iones soclcrea refiondl ec y
mundiales sorn olio una euprerión paaUnul cr ectoe otear. En esea pers*
pcotiat, ir urcouniu por lt tolutliete posible dcl uatiarison dr^rrva■
l» r ls del |sosialc uparle de u : morir u a a i a oamerea.rión> ierienirrión
N dcsunoillo de lar expendieras POUtemrorCnees do iss^noio^ncd^n de
libertad. Ussiii^la y si^dUadr^ad. Este eouaslnre ue peede uraduero más
ooinoresrrcantei pos ejrmplc: en oueennapr peino la eigu-enrui ¿qué
Udropcaiivao uucO» reollzl lc oeoiint del tduiquisoo part raoretr
loo actuales piobieeaor dn I mvvimienan ^Ir^^^e^ilst^^sai, que creen'
se hoy en lía diOlclOet dileroas saipnionodos con el aodieciido y la
forme de ou organización . se f corno ou n i a ai^iun^l^cn'ki en tro oo iucial
y lo político ?
Toda posible respuesta a esios ineeprouiacses, e o oiscn at» menos
fundamentales, upóme, no obstante, una coarorensión erea íni de lo
aue poehía nra nía memoria d el anauqarono». ReCriénCcEe a te me­
morar cu singular y de otanrra s^<^diieeda, le eeprcsi6n ougiena ie dea
de una unídeC Ce la raamotia dnauquísag. Hiaróriccdsense, cm embar-
oo, le oaooria del anaruuismOl al íuual que la mrnrorie del maseis»
oo, e»l Ilan-rlilloo1 y eje orzas 10^101^1 poiltis as r Oreas, te ^eutenta
de éntrela como múlsiplei existir enrío utrar, ana memoria del'?
anaroisiindlcoirsesol una memotie del anai■co-euaauoomo u uoc me- 4
mona del anarquismo «individualista>, y, en cada una de estas ver' 4
tientes dnj rnrrqeomo, eicOemlrr enconsrou iguaimenee uva diversi- /
etd iniearra Ce tasmorois, muchas vasa cip ronliicto'. Le multtperídad k
da astas mamorUos on relacione tanto por» le multipiieidad ado los niec-
les c situaciones de dominación iaptopiación vaívada de la puduc'
oiPn: spoiiaia opcosidn del Enado, serielioación o cesatamienio Ee la
ruajctlvidad. ere.) 00010 s^rariL le ^^uliio^iíteiad hisióriea Ue irr precru
aro sooialeo onu las cualos se Ua Uu!u:ado dar reucueiSa o ocas totmas

5. SJ'ic sl cn ailrciu lia iceuioco sÍíÍ seci LLrtao1^ealiiaoul oosaso- iñani CisCE .nt oe
ser. ler saris (o l976-1979, ouplcmauio de CouoCauor de Ruede Ibérico, Pnres-Brroalouta,
1979; Canino-PCacoríu Otero, enaruair o auuloapnaJOod'. eu Cuadernas sd SRudd ibérico, n‘
58-60 ÍJI loata.■lc^obrrr 1977, , .ut ■ 1 21^-15'1 CSTripois SOripn: o Maure, «C1i ifiiu nm^'Tdi ni
CtN.T.R PUirSSi di viejo sopo, 1975.

17
de dooilneciUn. Eneo melsip1lai(ísol Oo uesauopuat pueda ina1tlto pro-
duciose cn raieeión ti uta mismo tipo iti prob-enan o a un mismo
nivel iSo dcmineeióni esa Sis historia del anarnuismo ee puede ob­
secrar rnsr e»amplo unr gran variodad do pooldanes Oreme el pro-
11x01 Pe lo pnlírisn, Ve lo npiosiea sulrusnl, Se la rrsuisn. Pe la
aieiscie i la ereosscia.
Do lo simple aunststsaelós de aetu orspliieitcidad de memorias no
so debo Iuéesii sin embarco quo Oel anarquismo, comes Cel marxismo y
Sel 111x^1000, . osla se uxeO c halla» tap ^111,ali eusetidic a-Uo pee cada
memoria persirielar er ena difcsenoia aUsoluta en eolaaión con las
otrora Eoi^a visión iaasmocsiisiaO* o más Seis: n erauosenustlíSa do le seoli-
Ped SiSseórico-soaiai, que una icatura rimplielu de ta saultusa de la
«OnsmoSxrnSdadí -retenda poorentoc aonso las visile vecdodesa a como
ln oo^i^o^^íC^^ acalela pe la evuiueiós sial rs^^c^t^iiai^t^o y Le las socie-
Sadei humcnaSi lionde sto emOasgo a instalatnitr un uo mundo
alomizoSo donde aaóa metidaS Cutunno er encendida contó una mó­
nada sépaosla sOoolutoseants de otras raSnader1 SSii este mundo, la
soloaien aparase tuto solo omcio up ptudneto ge fuerzas ss asta-asuras
exrer0osaSs negúu uc modulo mecáEtcai Ol ftagonntarismo
«p^csmoPo^s^t^i se pesoonia como iite da an que Seitre Cenomi-
oaaa ia SSleoOogía analíoia: eco es, elei modo pspecidod de raciosmli-
PeS del caetiaiismo y dol liOraralOmo; no si liaos solo de una forma
«perezosa» de la rueón, que oenuncia a samaos las reiaciXn interna
entre tas cosas; os osí mismo, y már frindoetenutmenie, me nieoanis-
mo 0»‘ op^itliss^eóit ele esas sisOeoíi trSatooni-, qitst loopc guo tec.ción la
LúniaSaeoieu Sol cundo de lo ooooetoucSe y ia iSvatidod. Eu ei soso
-or ooon osuipa , lo viseón {010X001101, a, que ol^^riba los ploeosvs oer-
tiootes de 1 aneoquía coco opciones sedicotmenso seoatsderi eocie-
ero a cada sinnulaúLad anOuquica ea lo issilínierai 1Sxd de uia orácri-
oa y eu una cola Uimenslós da rc noaois nociais si se er anarquista
«SuPSeiSuainca» a dado uno desepisedeisc da tai broUlcmátiocs socia­
les Sol anascosOodoiaiOmoi ss eo et enarco-aqm un. croa eo dedo uno
doup^s^io^ea de Coi -001X010131 relav-vam a la aonrorueoiSei Ui eulioilvidad,
-ue serían supuonroiecnte nrrsXlumas unuuouejts» o «ideaOnraso; y si
se es onarquist a «racionaItcicnstfiao»- pío puede ico tino oi mismo
tiempo ana-quieta oeppinntalinta». ttOs esto maneto, el Oamtocintuiismo
rx^ícd^r^j^c el rgeiuxcn capiialiota-llIxTal da le seoareción, limioapdo e

18
Inclusive neutaalirdeoic el «unamclal crítico te ino rlngtlteeidarles anár­
quicas i■rbbeirt’leedai, ^t^ua^r^s y isdes du psupos .
na díssaocia dc esta virión Oagmeotarisec y de ro característica
aonce|xpnn dei «qruraliomo»l eneendcmor r^ur la muitipttdidad de
memorias anaruisitoar iad bebe scr cneierdina ee rérmenos rtc cera sc-
etraaiPn y dc 0irpelrlón. Leo rlnosltlldrdcs no son átomos, sido oin-
oularidador an retarión. La cofegoríe central pare enrender le com-
elcjidte dc lo real, r erar eeotriollar una nueva piopuesia alternativa
de roitdariEed soeial, es la rotación. Ou multipdciCaO Or momorias
anarquOstos plantee de entr al a le ureguota por la reiaclUn entre lo
múltiple , ea Cocia, a n diento redfido , el premiam a de la «udideds de lo
múltiple . Hbblar de unidad no risioirica aeol oos eopucsto referirse a
una ^^j^izie C c ioreiidad c^^ab^eaeEcido y asi ática, a le recaerá de
una esencia; se stata nabi dien de idantífipor lógicas comunas de la
ración, a i a mana re dn le ^ud^i^^d pomar a cor Negrí y Hardt: la
multlued ee eelacione snrse s1 por lo común y, se difaredcla Uui «pue­
blo», no opuSoios una unidad ideifelCdalsdaó. Sin embargo, lo oo-
mún es sembid n una formo eapeaSfiea de rinidad udiee unsCad dife-
ednciada , i i se quireeN y, por .o mismos 1005501^1 una forma específica
dc eidcniéded» : ana idenrid ad nu subslaneiaiirre, siempre oo sooceso
N abierta, constituyéndose siencere a travér Ee lc tnierncciOn social, a
la minera Ce ess forme de ^^lij^eia^^^a^ii concreta que Secase i^enomi-
ra el miyescn! rlnrutar. Desde erae reisalrvsiva, ia »identidad» enar-
quisra oo deas ser edeendiPO curso ona Esencia preestablecida,
ahístónae c atempera.. Emendea ta identidad nomo aOpo ea C^ne-
mcnse determincdo, inmutante y cenndoi oc instalarse en el
esomausmo dosorinas, o, » ue seras a ia le ticein tul mccdo y irs confi­
na en acritudcs ro organlracionaa sectorios. Lou grupúsculos
ernrrqulilrsa u» ao s e msuief en ou geaniiadc s sCu lre piaicíii de Ir Escn-
air marquOsra no difieres muedo de sairor gensOiaucs qun, a nombre
de orraa oridOorsas, peeteirden doscolificar trola ucción y actremten-
to crítico <ue e cuestione el encen-cnneeiso Ce io nindntasidad en una
forma tbsolutisedi dc identidad.
Tel vca lo propio Ce la anauqu-a -en-arquoa sign:Oca omreomien-
zo- es eneaeren ia c|dsoridadi• sin rafeeisse a isa comienzo ubsoluto,

6. nassonf) Neorá c Miehcol Hardi, op. o»., pp- 125-126a.

19
asumiendo que nuestros comienzos son siempre relativos a oíros co­
mienzos, es decir, que somos siempre el producto abierto de múltiples
entrecruzamienros. Desde esta base, diríamos que la memoria del
anarquismo es de «actualidad- en tanto que transmite y recrea ma­
neras alternativas y emancipadas de relacionarse con la «identidad»,
es decir, de crear singularidad desde lo común de la multiplicidad de
memorias entrecruzadas. La memoria del anarquismo se construye
entrecruzando la multiplicidad de memorias y prácticas actuales,
subvirtiéndose constantemente, recreando perpetuamente su senti­
do. La memoria y la actualidad del anarquismo se juegan en su capa­
cidad de recrearse, integrando continuamente la experiencia históri­
ca, la novedad del tiempo. La pregunta por la actualidad del
anarquismo remite de este modo al problema de la actualización de
su memoria, a través de la cual el anarquismo se resignifica en el
tiempo y cn la historia.
La reedición de este libro, que se presentaba ya hace treinta años
como la actualización dc una memoria, nos plantea entonces de algu­
na manera la tarea de su propia actualización, que implica la actuali­
zación de nuestra comprensión del anarquismo. En el transcurso de
los treinta años que nos separan de la primera edición, nos hemos
ocupado de temas y autores en apariencia muy alejados del anarquis­
mo, lo que ha podido llevar a mi entrañable amigo Iván Darío Alvares,
el principal promotor de esta reedición, a preguntarse si este libro que
hoy se reedita fue o no un «pecado de juventud», A pesar de que
muchas de las problemáticas abordadas en ese tiempo se conectan a
mi juicio de una manera o de otra con la memoria anarquista, desde
la crítica heideggeriana del fundamento hasta el pensamiento de la
libertad elaborado por Sartre, pasando por los aportes de ciertas for­
mas del cristianismo a un pensamiento de la utopía de ta fraternidad
(Tolstoi, Bloch, teologías latinoamericanas de la liberación), creo que
esta reedición nos proporciona una ocasión para intentar de alguna ma­
nera aclarar las dudas de Iván Darío, aclarando nuestras propias dudas.
¿Cómo entendemos hoy en día el anarquismo y el anarcosindicalismo
que estudiamos hace tres décadas, y que este libro presenta? ¿Qué sen­
tido social, ético y político tiene hoy para nosotros el anarquismo?
Desde lo anotado anteriormente, estas preguntas relativas a la actua­
lidad del anarquismo, entendida como actualización dc la memoria

20
10^1^0^11111, , ns^ixe oniiOor^ii ao le romúr» do lo liiílilole» mcmsanxs de
lo nuarquOi coo Oso -1obluósa s, nes.esipod es y 0.01110110000» So hoy, y
se ese-a ^^is^frunraeoia», rmsieonizcr lo soioúio ole usas ^^yl0l1mé^t icémo­
nos. En ti 1 cicsao Pe et u prefac ion co^^ podemoc pro-onef cigunos
elementos o aSuunar otroap pa ra o na reflexiSn coiecotua eo tamo a
estas preguntar. Estos elemento- flop ono ñas rodo min aSc)t-ac aquí
de maneta reoy roneral, poeóen enr nsgoníasd11r a pacer Ue un tema
cenital: el significado 01-0016x1010^03i del nnaroulsntOi ,510 es. la
solacien enloe i a crísica anarquista da la uolidisotidod y lc soereoción
Se sonsido y de veinreo, más allá de la tdenloaía p de la racionalidad
iuotruurentr. 1. Ocsos aleonemos, tciaoionodos en pnrilaiaOea con el pro­
blema Pe ln pnlíticd eo ol óee^-ul.omnl serán aanrdóSos pdstosSdsmrut
te, proarablemonte dentro del conloe úo pn posaecto colectivo de in-
erntigeción cn Clclombia.

En-sujetamiento y subjetivación: el vivir ético de la anarquía

Ona catcctesíssic a hierórice del aousquCmoa ha siúo su prpsmupa-


cSóu sni1 La uootséón de leu modos de oída y, a irovés de esta ceoatión,
poi et orcb1omó do lao odudlciduen Se cousiiruaien do uua subLorieit
Pad ^^i^ire y pien. . Enea prajU2r1pec0ao pon lo ama^s^i|^e^c ión 0e 1s smbje-
tsildad a qua o 1 ensarqoioaes de i cs dos oCsíai anteriores acimiumdraba
designar como el «individuo*, no significa en modo alguno que el
aeanqmsmo pconga lsr sindllduost» n « su^^í^'o p, ono^i-> a 101» que
a^vSlxr’sx lo niodlrldnalr ísxors a ln nsnsSóIt, pomo ln Soax lo toopoii
ulPoS liiortul . En i a isadielín anarquista tnOs ssnn^^i^^e^l^o ^naseupar-
so pos 1 sun»esrdióed no Impiloa Ooucuidar ic sepia,a», senaClomen-
tr porqoe se eniien-u qe e 1s sub'csi vided vcidodesa es social,
oonorriSa, sitiad a un el mondo con los otrosí ^^^tfícá mUs lien que,
frente a Ose eógics s oeUnimat del pa-01,31, Os emancipación social no
Poce n sepaeada do t a umallalcacióo da la Lxb1etivtl1 ad, 0' X ebe con-
esetasse en la creaeiós da rscsdss le vida alteinet ioos, os dacir, de
cuevee cocsSoisi 011 relaciones inser<ubiviivss e ^^assar^i^^^. Esta exi­
gencia del anarquismo lo tea Oiuoingaiío así mismo doi socialismo iCm-
o1rmouto ix0lstelbút¿1nl -ue liouSo o reSuoir ol aamalo snoiol a io

21
redistribución de la riqueza social. Con los M)cialü>ts« «utópicos», en­
tiende la anarqu ía » uc la amanaipncíUn debe da rnc en la manera
concreta Ue vivir y de nelapícrursp con lor otras: uo se nuede aeeten-
der transfoener el sistema de eomlnpaióe rsprudacienZo pasamen­
te en ta manera Uc vívío ios elementen de nlicrprión a eo les celedo­
nes op^ia^^^ los miedolos Uc eue genera el ítótema: En la
esfera del trabajo, por ejemplo, la emancipación del trabajador no se
roduce a la rcdtfnibupíóe df los trienes sopúpceanársiicef, ni mucho
mearlo a la eimpk esteelzapióe ale la propled aUi cuaodo n eepreniucen
los esquemas velürdles dc feela. ail lo o^i’allliPr10n del trnbajOi ile tai
amera qua fsr tlrbajcdoras are Oeoooeeídoc dr oe ^^p^^l^id^d de auto-
organ^aai^n, no ee rranfrarman ire raifdones de trabajo, que ron un
roseato imexirtrnae de la vida roncreta Ee ler pnrsonas. A este res-
teato, Luis Meraier Vega he anotado rqrlnmcnle el «Sreanso de les
teorías y méselos revqlednnprior qao no pacten lel usier lugar en
donde puede formarse una práctica y perfilarse una perspectiva sacia- .
lisra, eero CS: c1 lesiar an Oonds re orgsnús s ni hece e1 brebajo»78 . De
le misma mrnerai ie emannlppddn deb Sel ciadrdano y,
más gen^i^me^iiiee, de la pessona tomo tal ne re reduce tampoco al
nca■crlj, ili consumo Uc inanes meninalcs, io no puade rctllzaeu domro
de un modo Ue ^^r^^ escleeaamenlp suasumasta. tUente al soeiolismo
simelemenea eodlsrribuilvo, el anrrqao mo señaUn uiío el obfetivo de
ioOo cambio oicío! sa ia ll^^r^^i^ión de :a elda Cdrldiena»r: y cus asta
liberación se dede costar ¡i taavée liei mismo peooaeu le cambien «en
su activa preocupación por las cuestiones de la vida diaria, el anar­
quismo ¡di hro reidefo simpae de enf¡los eie eí:^2.1 de la rexnahdad, la

7. Lite MeecliU Veno Anaiquúeeryry hoy Carrean, Monta da'¿la c0iiOlce 1970,
158. Rcfinéndosc a rar ecalairaipn de un onagrcso dc la Central Obrera Boliviana
(COB) del riño 1954, cn ío ciuZ le dea qau la psrtkioactOp rObre en cí 1nOorreer ol sean
obrero y la troe^nnorp rleaoral coionuuyun U goranda de la5c<ooairirs alaaonaiae oridan-
leactne eo km ratrj;i¿<dos. Maroer Vero tooacüi: on ia Ualtr lt ienrfroarieca
obrera de 1 lt o watt, iai íÍc isriraie ráo df 11 tetbcojae k:llrrbtbt<aep Lenca) ilgnOraría
que el trabajador está en condiciones Je hacer y deshacer al gobierno, pero incapar de
rdaiuirrrtr lo rau mejor nroopr, ee OsrU. la tmeioec roeds ens caneOobt. Io otne rinda
irabaja». Ibíd., p. 177. .
8. M umc BufOcOin, El rncrquine en la scciaiad de consuno, Buree lona c dooori
KtirlpJ í 774, ii: 50- Plrim<eacriceen ep inelsi Olst Scrrviry Añoraran (1970.

22
comunidad, la Liberación femenina y las relaciones humanas»9. A di­
ferencia del socialismo meramente distributivo, los anarquistas pres­
tan una atención particular a las «problemas subjetivos» de la trans­
formación social, entendiendo que no hay transformación social
verdadera si no se transforma sustancial mente la manera de vivir1011 . A
esta preocupación se vinculan Las experiencias de vida comunitaria
propiciadas por algunos anarquistas, como la comunidad «La Ceci­
lia» creada en 1890, que este libro describe brevemente en el capítu­
lo sobre Brasil. En estos intentos de construcción de formas de vida
alternativas, por la vía de la creación de formas de vida comunitaria,
los anarquistas se aproximan al fourierismo y a otras expresiones de lo
que el marxismo denominó el «socialismo utópico», atribuyendo al
adjetivo utópico un significado negativo.
Sin embargo, con Marx, la anarquía entiende que la emancipa­
ción humana no es un asunto puramente privado, porque en la realidad
no existen «individuos» sino subjetividades que se interconstituyen per­
petuamente por la interacción social y que, por lo mismo, son vulnerables
a los mecanismos de opresión y alienación producidos por la lógica instru­
mental y mercantil del capitalismo. La subjetivación no se hace al mar­
gen de los otros, sino con los otros y contra los otros, en la construcción de
formas nuevas de relaciones humanas en todas las esferas de la activi­
dad social: la economía, la salud, la educación, la vivienda, el traba­
jo, la creación simbólica y la vida pública. La idea de un supuesto
«anarquismo individualista» es un contrasentido, porque la libertad
anárquica, a diferencia de la libertad liberal, no es abstracta, asocial
ni egoísta. En la anarquía, la libertad y la igualdad no se oponen, sino
más bien se copertenecen y se cosignifican, de tal manera que la
libertad se afirma en la solidaridad y la igualdad en la justicia social -
y no solo en el derecho, como en el liberalismo individualista-. Por
eso, según lo ha señalado Henri Arvon, el «anarquismo individualis-
ta, a decir verdad, no es más que una variante radical del liberalis-
mo»u, como lo confirma por lo demás su hostilidad a la idea de toda

9. ibíd., p. 27.
10. -Somas nosotros quienes debemos ser liberados, nuestra vida diaria con todos sus
momentos, horas y días, y no universalidades como ia 'Historia' ola ‘Sociedad’». Ibíd., p. 50.
11. Henri Arvon, tonarduime ou xxe«¿ele, París, Presses Umversítaires dc Francc.
1979, p. 22.

23
abolkión de la propiedad privada: desde la pcrspectivajde su princi-
representante dax StimeOtaí aboliciónjequivaldría a reducir a
pal _______________
los hombres a la condiciónale «harapientos» . La separación, que
sostiene Arvon,'entredós tradiciones añarqúistas, una «anarco-co-
munista», representada por Bakunin y Kropotkin, que se ocuparía
«ante todo* de lo relacionado con la economía, y otra «anarquista
individualista», que reivindicaría al «individuo* frente a la sociedad
que necesariamente lo -oprime», reproduce las dicotomías caracte-
ríscicas de la matriz ideológica liberal-capitalista. El «individualis-
mo» del llamado anarquismo individualista solo podría tener un sen­
tido anárquico en la medida en que se le confiriera al término el
significado de singularización, esto es, de creación de sí mismo con
los otros en el mundo, rompiendo el «formateo» de la identidad im­
puesto por la dictadura del sujeto anónimo producido por la industria
del consumo. Pero, contrariamente a lo que pretendía Stirner, la sin­
gularidad concreta no se constituye desde un «sí mismo» abstracto.
La singularización o subjetivación no es «individualización»;
retomando los términos de un texto elaborado conjuntamente con
Raúl Fornet Betancourt en 1979, diríamos que la subjetivación solo
se crea «...por la mediación del mundo», y no escapando del mundo,
desmundanizándose y refugiándose «...en un sí mismo abstracto y va­
cío»; de lo que se trata, es de redescubrir «el yo en y por el mundo»,
y no de redescubrir «el mundo en el yo y desde el yo»11. La_anarquía
solo puede ser al mismo tiempo «anarco-comunista» y liberadora de
la subjetividad, porque parte de una antropología que entiende lo
humano como subjetividad concreta en el mundo, es decir, en los
términos de Sartrc, como universal singular o perpetua retotalización
de lo social-histórico en la subjetividad y dc la subjetividad en lo
14. La actualidad posible del pensamiento y de la prác­
social-histórico*13
tica anárquica, y su aporte tal vez más importante al proyecto moder­

11 íW,pp. 50 51.
13. Raúl Fornet y Alfredo Gómez, - Apuntes para una anarquización de ia anarquía.
Presentados a partir de un ejemplo de Sarue», en Qoidemos de Rueda ibérico, fascículo
extraordinario; CNT ser o no ser. La crisis de 1976'1979, París-Barcelona. 1979. p. 239.
14. Sobre la concepción sartreana de la subjetivación y la noción de -universal
singular», remitimos a nuestro estudio «Praxis, subjetivación y sentido». enCienda fblíri-
cd, n“2 (julio-diciembre 2006), Departamento de Ciencia Política, Facultad de Derecho,

24
no de emancipación, reside en su exigencia original de no separar la
transformación de la sociedad de la transformación de la vida.
En el anarquismo, la construcción de comunidades no ha sido,
por supuesto, ni la última ni la única respuesta posible al problema de
la transformación de la cotidianidad. Kropotkin; por ejemplo, critica-^
ba en 1896 la idea de las¡.comunas vejuntarias, en la medida en que
tales comunas se aislaban de la sociedad y no respetaban la privacidad
de sus miembros, y oponía a la práctica de las comunas aisladas el
significado ético de una vida de lucha en la diversidad de lo social11*.
En la misma perspectiva, anarquistas contemporáneos como Murray
Bookchin señalan que es en la propia lucha por la transformación
global de la sociedad que se deben crear modelos alternativos de
relaciones intersubjetivas e intersociales: el movimiento de transfor­
mación social está «íntimamente ligado a un estilo de vida». La sub­
jetividad del cambio social, que Bookchin denomina el «revolucio­
nario», debe
... tratar de vivir La revolución en su totalidad y no sólo de participar en ella
. En su búsqueda del cambio social, el revolucionario no puede evitar los
cambios personales que le demande La reconquista de su propio ser. Cómo el
movimiento del que participa, el revolucionario debe tratar de reflejar Las con­
diciones dc la sociedad que está tratando de alcanzar; al menos, en la medida
posible dentro dc Las condiciones actuales1415 16
.
Lo que Bookchin denomina la «revolución» es, en la esfera de lo
personal, un modo de vida, en el cual la crítica de la dominación
social, económica y política no se halla separada de la crítica de la
dominación en sí misma, es decir, de los elementos de personalidad
autoritaria, alienada y alienante que producen y reproducen las for­
mas establecidas de relación interhumana. Esta preocupación históri­

Cienctas Políticas y Sociales dc la Universidad Nacional de Colombia. pp. 10-24. Véase


igualmente nuestro libro; Surtir, de la nousée d rengqgrmfnt, ediciones Le Félin, París, 2005
(traducción cn castellano, Same, de la náusea al compromiso, Siglo del Hombre Editores,
Bogotá, 2008).
15. Piocr Kropotkin, Obras, Barcelona, Editorial Anagrama, 1977, pp. 4041. En este
texto, Kropotkin sugiere sin embargo una forma dc respuesta al problema de la reproduc­
ción de relaciones dc dominación en el seno de la comuna, evocando la necesidad de un
sistema dc federación de numerosas comunas, entre las cuales podrían circular libremente
los individuos.
16. Murray Bookchin, op. cn., p. 51.

25
ca del anarquismo por la cuesrión de los modos de vida y, consecuen­
temente, por el problema de las condiciones de una subjetividad libre
y plena, es una preocupación ética, en el pleno sentido del término:
eihos designa, en griego, el modo de vida habitual de una persona o
de un grupo. La ética o la moral -entendida así mismo a partir de su
etimología, que remite igualmente a la idea de modo de vida habi­
tual- no es algo opuesto a la anarquía, en la medida en que por anar­
quía entendemos un modo de vida basado en ciertos criterios y re­
glas. No se debe confundir anarquía (ausencia de «poder» entendido
comd"3omihacfón) y anomia (ausencia de reglas). Negar la moral,
anotaba Malacesta, es válido en tanto que por «moral» sc entiende
tan solo la moral burguesa, supuestamente absoluta, eterna c inmuta­
ble, que sanciona la inhumana explotación de lo humano y prohíbe
cualquier acto que afecte los intereses de los privilegiados17. Pero negar
la moral impuesta por la fuerza no debe significar en modo alguna
«...renunciar a toda reserva moral y a todo sentimiento de obligación
. Los «anarquistas» que creen poder abstenerse de
hacia los otros»1819
este tipo de obligaciones «...olvidan que, para combatir razonable­
mente una moral, es preciso oponerle, en la teoría y en la práctica,
una moral superior»”. A la moral «burguesa individualista», el anar­
quismo de Malatesta opone una «moral de la lucha y de ía solidari­
dad», que Fusca «establecer instituciones acordes con nuestra con­
cepción de las relaciones entre los hombres»*0. En lo cotidiano, crear
anarquía significa entonces ¿ndisociablemente criticar las relaciones
de inhumanidad entre los humanos y crear, en la medida de lo posi­
ble, relaciones de humanidad. En «lo posible* dentro de las condicio­
nes actuales, decía Bookchin, dado que el modo de vida anárquico
no puede abstraerse pura y simplemente de las condiciones generales
de vida impuestas por el régimen capitalista: el simple hecho de vivir
en una sociedad capitalista implica una serie dc compromisos, que no
deben comprometer sin embargo el sentido crítico general del modo-
de vida anarquista; «todos, sin excepción, estamos más o menos obliga -

17. Errico Malatesta, «Les anarchistes et lesennment mora!» (1904). Retomado en


Anides pdtttques, París, Unión Oénérale des Édltions, colección 10-18,1979, p. 46.
18. totí.,p.47.
19. JM.
20- Iíxd.,p. 49.

26
Vos a viril eu snorinúiosieu sao cuasiias 10x10» -esesiSíó Mnistesrs -,
an1n nñnVir xcooruiPn: «...axio nomos odsloliotas y nuoroeiotas proclooi
meóte en únanlo que ^1^0^^^ neo esoa cernir aeicalOo y qeu imtenta-
mas, en la modiO a do ta o<islblst OaaeOo meroo grandeEi a. En su
notos nnsutiiciót 1 anco subieuviSlad élica. »o 1 ana-quiste s s noni as aquel
raodtx^o que , sil^iosno utOteor Sao ciroorrotaas ios de la mejct pionera
pdo:ale, ingío rnS1lsn1 ei mxjdi snlrePn pnolale sao el poPorto Pe suero
-uo se le SeU.
El proyecto éslao Xe creaeiós de uc modo le raiCá nsús humano
pora sí misma y pora indno, seooue, samo inda prásiisn risco, uos
osería caiasterirsieO ar tseyinve Oo 1 eo úoo lo» lit a id a q Os les selario-
oes socoiies existentes. íQoú Oe$asió01ón pdurasne el anetquismo de
lno mnsios tto vióa eoitienteía y adano justí flea Ou rxigedcia Pica de
su^^tir^^ , pcoonnietodo asedelesi des oiOa riiernativorl Unu palmera
apnoxenaceón 1 Sil a prruua :p ove dn Sesee roe tomo iiio o orno poeto de
ansti0n el oiduirSaoPa xlemectol y dxceial Pe la psInS1n iiiiii-quíu:
tenencia de ^^sP^í-» exieudieado pl tendón sin s^tioop sipas, idad (po
Per hacer, csPer $h r) mino coevo Oiuo^i^oo(dn (oereeiónji Lo crítica
auarquSero Xc ios modos de vida eximientes pasto dc la ceooprunsión
Ve estos Cllimnsi cornal ironías Oe vir i» ia o, lno cual et [as iL^ltir^ieed^dei
oe encuentro n ilvoisuiiienid ooordeiiíd as a tiiiscuinsviis Cr óítinina-
cien ocsua,a económiaas ideelrseico y polísic a. En tnO cn los cáseo, ceal-
Oreen que toa la sposaiSiiútiad do caís londn de Uiaiiinac 10na, li sub-
1x1111010 surrx uua anima de 0osodnpsSón o de príSida de sí misma,
que ya en los escritos de 1844 el joven Marx había descrito y caracte-
íioodn pon medio tOu l noaieepto da aliadaclÓE iEntmeqnSu5gi n: neotra-
ñomixnooi 0e sí momUa en o l soiitiCo do oiovest: reo en uo re r nntraño
a sí mismoo. Peen este exsraauntienic no ei. simplemente a«^^ - pololo-
gídd de ta psiqui s -o pesar Xe que puvde condicioncr npprosiunes
ssanlérlsno esperída-as-, oion en a^ox•xso sosia,. fe ilstuP Ve. cua 1 lo
subjetividad si mi socolo sentido intodunidot rn mo extraía r si mis­
ma. En esto -osOuceióni lo que pr pueX uce oo et pl eepeoSPco ser
entraño e íi mismo isherexio a ia aj^^vl1nednd, apio paCriomao dasig-

51. Ibíd. p- 48-49.


55. Ossotet^^^^s, Étca a Nicómaco, 1100b 30.
53. Kosl Mono Mtmrsonsn de ¡844, PeslOl Éúltinrss lneletOsaa 1972.

27
car como eexirañaidadsi cino rna merma de ser eateudo rae es de
nlguca oranera imputcto desdu encepa, pur ceioeionpr eupesideas de
dominación, y cn rs cual le subivtinided es salaraac ucr uu aujeto
icdiUerendado y cóCnirno. A partir de He^^ers’qu rae caracterial este
sujeto anónimo como «Uno» Dbs Man)2425 , podemos aistiogun el eecra-
*28
ftamieclhi de la sbb1euvibod err eideres extecirerer) de la
extrañeidad (el perpetuo transcenderse a sí mismo transcendiendo al
munsloii E« extcoicpmsenea re cpos^rr e Ií exrrañedai:1: suiei.ar a lc aubjo-
tividaS en una ile^^mi^^ci^iCii ssisblciiiba y di^linvcive es suiirc^ ríe de
alguna minera ua lnesecndennie confsituíiva. En ^^casiT^tes de Sartre,
es icteo|eeícr el eer-pcrs-sí (el res de lc conciencial como ecr-en-sí
(el ser de les cosas)2’; ec témiccer da Maruiese. ep os<dCucs^ un etheto
unidimensional, uuyo penramiento c actividad se hadan aesrndos a
lee ideas, espiraciones u objetlvoe qrd «traseCoriden el un-ereso osta-
bleciSa del discurro y Se la acción»'6; re trata del sujeto característi­
ca Se ln sociedad cerraba, esi o sSi de una sodiedrd u ue «.-.nomediza
e integra tobes las dimenalose« de la etUcieneiai esa adp y pública-,
es decir, que excSyye toba posibilitad tic lambío cunliterivo o stoda
tri'scenJcnaia"2'’.

Elíseo Reclus: dejarse nvr y vivir con iSerl

Diversas eiemenaor, eenrraies, de ascn aaracinrincblón del oxtra-


finmiento ee 0^^^^^^ en Ce ccítieu que dlreu Reclus hizo, a finales
del sigla sis, Set minio de vibr uceen il c n lrr soeinSeScipíialistas
Se la épocza:
Le giro mayoría Se lai lambies se carpetee Se icOiviSucs que se «rjic
vivir rio erUurrea como vive une olsola. y que na burcrc Se ninguna mrcrre
rraccihcac ni ec biec ci ec mil. sobre rl meSie ec rl cual se hallan inmersos,

24 Minio HeSdggidrr. El Se y el Tum Oral« rJrG.11 Méeice\ FOcsOs id 01^)13


Eahoólmiea, 19180 § 27,35, ,6,37 8 3y- Primera edcxóC ec elemtCr S<wi uci Zar (1927).
25. Jean-lW L'trr et . Méen, Gallimmd, Saris, IS47.
73. Herberr Mccuuee, EHomme unúUmensmmiel. Esuus tu HdUolojo de U socüté
nviu57fwUeavocan Preie, ÉOiuocisid micuif. ¡<93^ .7. Primeraedaiióo eo inglés: Oci-
Dmemonal Man. SuUe m h ¡Ueology of AUvancU Industrial Sxary, IS9H.
28. Herberr Maccteu r ffedL, pp. 8» 41, 48.

28
sama uos rnie Pe ngua oo el ocdnrio. Sica pnioci'oXn rrisiie.sr aiqíi oO valor
asaal■o Sol Sombro -ex so Sn SosSn sauositiire Pe sus sssiooeo y ano osiá
resuella ai 1eualxni su hueso on ol sentido ote ue isdttl, es 100:1.01,110 aisire innoble
1taso.■o?ois tapa ro meePo 00 sampn1ós-Kió de sil orino are rleoc ec ti ooioii
Oxcsmsonto de ooo oeiosxubrsaroor o xo ol sueño aaooiuto del oonoómlooidl y
-no sopeo sio lo monos robalieo luterSdr en leo asios Pe un éjrscltn o de non
praor^i^^dx poferssnoO5.

L metáfora de la ulotsta rlOa le ei npontsselminnro sioimordiel de


lo oo^j^s^^úSed c n ee le modo de mdx pesie rali país i yuisíesividad,
iiiis como una planto, que et uo» ser-enaOÍ, so Oasposeersc sso cierta
kormo Pe sí mismo como tc « atóndense de seis aereenais ir per-para-sí,
-uo eo lo oonPicien si La subpsividad pon el dbSX e eunsiOo de fa paiadea
«candiesen a jcoitdieíUn de ossilbOlda d, ocondíción Pontana >E-a ion el
vSesr como uaa o1enlal1 la suibjesividad se peanlisce anoto exsaaó a a lOend-
mn, xo Sesma oe pietO e cuno suOy-etiviúeLi Le sobiesivided se pierde
eu io renees, . indiXeeonaíado o anóoimo ISOm OhasC, como ir rugiere
la metáfora de la gota pe arme ex ei daCnnLl La l«sxbietavacil1xol en­
tendida como aunstisución de sí mio mo como fiogoiarided, eo acto,
taiiiuPtú 1 10’11100 (103101, ), y n o fia ap oaiiviVadi en opoeo1 dta uOni^tpIe
«dejerse lleióia por el ooedóo , el hom-ee snunc»en»e Xe reís accionas*
aerúa o «reacciona » oibre . b loo otsscici6x entTe el eívle y vi de|orse
lieir remite a da o^^s^iUn clásico, kasrtOonXi ex tsr hnleomnomía e au-
tocomia 1 corto los Comboer que supieo cleeamente ul musémievoo de
uu atOecsivo »el militar eo sus filar, el s^s^^onn<x Se tienco psonesio-
oro), la subjesividvn qxe se sdeir vivírs oo solo ta a la hctcoonoísía y,
eu osee rnierusnicnto, se niega uonso sudlestadaOail Ubre, sranxtexdente
y soflxniio. Eu el vivir vegeratidOi se vive c n d rsueño odiqttusr del
ppnoamientdr; on rl iiiis en el -ue lo vidn misma xo osenlSl Say set
tensen nurónorna y penselpledto propOa 'A dOOerenotu del tnorte de­
jarse vivir, ol vivir a1oopiómolltx Semaun es pinnis, eo decir, asolee
sobro el medio ya máe -006101x6^6, oseóón tradiUosmrdsoa Uei medio
en el sentiOo de 1 a oscación di condicionas sod aleo, económicas y
sdciales que óvnotosec n lo consiisueiSx de rui|orividador n-aenas».
Lo pronis tiene un oontidr étiCOo eooisn to puede indita r ls descrioción

58. Éhsée ISOrxl uo» SSOooLilne tro niveaisdoti ex i'cded oniíindina4c, edic ienos UxSxLt
anSoocieu «QunrXr r Sbbrae, Overeaia!, 0006. p. 4P, SSsSSú:acUl inicial otea ota 90 1 1002, el
tibia Vosasiailn el lento. spa ue tíissfiim j:r-cóiuti<i;saj veeue ardil ttsrSü» rn Glneba•J.

59
que hace Redus del hombre corno ser «conciente de sus acciones*:
es uc hambre que «está reseeltu a embicar ru drerze en cl centido de
uc ideal» , y que es eneas de negar la dominación establecida (la
«rebelión i), Algores iíneae teir edelanre, Ruelus u r^ránre a la im-
pauaiKÍa le una vida saiisr.grada «rl bien pública» (p. 48). Entendii
Sa cama praxis , la vida ctopi a de la sudíetiaid ad «planas ca la nida
ética: es el mada de vida de la bi^irtaa al «ideal », y l^^l^az
de reaccione r étlbemedte soU re se medio.
Este mmCr de vida, u11 e d >r anriae ig (1011,0$ llnnrohlin lv rvida
bueona (euzoia), es una vida que iieue ee alunna mana ra aeeaso u un
rideala y que, par la mismol tiene «sentiho • toriencanión). Erra con-
ceoción de br «^vd^a bucna» ao en ni elidiere ni eruirfcccloniasa», según
el vocabulario mord dd relativmmo liberal dldidSbuelrsre.• Rusíos no
pretende, rugúe sur praoiae térmicos, inirncSara el valar prepia de
este moacr de vida ; dssdr‘ ur ecrs.eec[iv a, s t ara ta teás Io en dc la cons­
tatación ohieiin a Uc nn errada de en^ali la vida en el l?l^troiemienro
de sí mismo ao equívala a la cíUc en ua cuaS la tublbtividad se
aui^a^^^^c^iaa hmho val -vida que redcerenie, Rice Reliada «todo un
mundo»-. El ideal que eustenla a lu «vibu Cuena», e qur id «vida
buenra ,^1x1011 a su uee, tiasciecde la realidna establecida. En reta
realidad «cerrada» , U rrbailnaa * dd ideal re maniUies ta momo crítica
de la dominaciCr estbblealda, es dec ic momo n^naón dc cn cierto
Oeerecre y apertura de uo parueoir n través de ln ardbeióo de madee
de vida altelIlaUh■ii$ (rl cumC ii scualiivlivo- dc CSsreu.sc). Precisan­
do el sentido y el contenido de este horizonte que sustenta un modo
«e vivir ed el cuc1 la v«Ja eonformu un rmaadoe, Rdslae hlssingue
dar dimensioues indisoailb! es ddi 1^1311 r ln ruen^^^^ncación de la
relación a la mfrenialidad, pou un lady, y s! ncsavaoIlo uninessal del
saber, par htro.
El sentido «material» sel ideal puede ser presunístC.>
pcr media «ui símbele del pnc. que Reclue utiliza ec repetidas ecnsianer:
«¡Hace falta pcola2* El rdael rudalc que ru n^^^rio que haya pac parn
11x101, «adc que la oadibl.llaaa mirmn «e vivir 'su halla oic.aiciona«a pc» el
alimento. La exigencia de pan es

29. Élid.- IReevs,oio icí.i pp. ri, 74. 78,80.

30
...la onpresiSjó ca1ecyl1ó de la noesoSdad 1aisron1lal lis 1taSd 1 oo serse sve^a.
Caoa Ot xnisirxcda missoe arosUty isurpdlblx si el instinto Se ólisoeniesne uo es
oaiisllp:hal eo a^io^ls^so srtS^l^c^i^lo a t ooSa cáese a 50^0100X11 opra iioú^, tpos^ioi
la s<oalo;ún1 ao ao úivsSx aio So ip-irtos, uos úr las ansies a-uodrrlt olo 1Sireiea
ó la elPn (¿roo d la
Esta dimensíUn rmxteriai» del iOeal óe ia oniversaliXad Oel pan
no se redure al alinteo to en sentido scs^^loi^t^, ruto qxr integra la tota-
liSaP tOe is s ee1aalooes petas isas a la masesiaiiXaó de di existencia:
«¡Hoce faite non!, y tatp paladea deles oes entendido en su euepción
más amplia, os decir qm Siaae Salta scivladicaa paso todos loa hom­
bres, uo sdio rl a1lmxutdl sln^ sembldo la 'nloriCa' (joie), os <^^111,1 oo-
deo las sasSrtaccOnpes mxierlal es iOrilaa nato la existenciso, lodo lo que
permito a ln iiixsrn y n la ssinP *101000 0xsn11alln1se plxunuieu1et (oa■
71-72) 1 ESl ideal p e I a uiivereelídad del pan no es «ideal hito * (en el
sentido 180) X e sdescon1:nnado da le realidad*1, rá exnresa cp simple
«punoo iXí vista» seiatóvo y ardSste^So1 oup-e nnecioamenra romo res­
puesta a uu llnmsúo que emees Pe ln aoo0iai6o bumnen, -ue noumo
ia monestroosióed 1 volnerabiiidúX Oo Sur Oriooanos asO como sO hecho
So que la osaaso z no es ya inevitable: DeoO e oi momon to en que la
Odslxdad dirmlXe 0 e otas pi»idbaOiiir<Suilúea de tn-io ens (p, 711» le Jes
conexión oois 1 a r<si^1iúa^ apetece m¡Se bien on liso diosu reos, ecológicos
o ciontrlSans (ecónomo poli),cafe pue esplenden lustifocar la situa­
ción de escoooz e-sa muchos p de uóundanpla duro unco pioos. Hoy
Pía, escribe Recluís Sop obrdrer que oe emancipan tSe taieo ñeíaslogías
do j^sisiiicd^^úOn Xe 1 a dosoóoaciCle reioindican «...el pe n de esta tierra
-ue da lo vida mareriai, que produce caone u renora| q piden so parte,
sebiendo qre ru querer sstU iasriSaado seas jo oiqnupx sbqasaUdndan-
to So la tiernai rp• 74 i. Sai urt—ersetiúad dal peo no es ^^iS^srehseu» en
el ooiuido iisdióúolip poro ss. sigisiS^c^ada^ ^^^OKero ts sed taco a lr» mate­
rial. lo que está en erogo no oo solo ln tcsaSertúIidsid del pan, sino
también o rusrlamentatnténie su onivciaalirlud, ouc no es un hcedo
molemente material orno enn roigenciu qxr reolala le forma Poica del
petersoer y que perrxnapd por lo tanto sí áre^»iid1 de lo «ideal». El
iSoel de la usloeasseidaP sipi peo co romo lien dios Rendus, un ideal,
px1d no so rsntn úx nos iPoaiidnP abotrnsia sino Pe une íosmn Pe

30. lbí¿-. p. 71.

31
Base Obrera
U UMNCIPAOOX r» LA <LASÍ UNI -HA NIU S» OMU üt LA ' LAXE O8RERA MISMA"

i _ Kwiao t - o»üaso m i* km omula - (infecta i» niwn - cmumm* maro im

SOfASA’REUULJ:

18 Días de Lucha directa


Uerroie Je SOFASA-RJL
NAULT, dmaorán ta brutal
■rpceuno anu elixtnl r exigía roiTtacK II M MUZO
»l rwucp" dd c Ceba En n
ta rruactei d prmnr •Heme IA MOVILIZACION POPULAR CONTRA
que pan al 5 Je unroo Jebera
mee fewsigrado ci tmfatxro a GOLPE FASCISTA
El > Je curco. la Anooó®
J« sorasa renalti r-» La rauenu doeda ponupana. Sajo d Mando ea carra
renJr deacfaaxtr d emerjo lo­ rraaMsura dd (cmi SpanoU, j «erando ras d apopa
gado I noedictuaraat ae de- dd tnaqaMro npafci. lañad d pando 11 dc anas «a
uacadana la panaaau dr loa
irabaiadnm ea rodar lar lee-
e^adu. -

—En Oporo. a* Jedaro la huelga generd j ■ i—a


ron pajarea ■aanroa Je Jelenca
—-Al ocre dr la tarde dd II de ema>. -ilfaria da m»
nrfeataro» arnna y dectrvcvran la aede dd CDS. par
údo de le buqpndr
—Far la aodr. K> 000 emnifeaamea ■ reuaini en
lea (aflea dr Laaboa Se fcraarm maaacncae piqueta» ai
trate <b lea fhijalii. n jrarucuM dt la minfati
ana. pan impedir que Jm íaanvtaa ae educaran «o riba
—Lee anidad» Jd reftmieMO dr amüeríc l^rea N*
I roadiwmuuron <sn lea muadeaumea f <tao¿apmn
ororfflaa redaMaodo d tmdaaiicMo de loa oAeidca COK-
caaaMMa. Tanbtdn iDsodamna arma anee ¡a poU»
ado, pero fea rooopen* dnpun que paró te alerta
Cara —neta nrrnhnKáón pcpúca paró eo Meo U
íttaa a te eOda* *

En esta Edición:
TASCO: iíN PIE DE LUCHA!
— Util ruaui cotTtMXS —
puetia da film aun mgdda la
loara de la* cdk* decruada El INFIERNO DEI CARBON
toe fe. mbdadoara Ja SOFA- — vm ratiKM odítuui —
SAXENAULT
DerpwJa de tariiaada la ••
El SALARIO NUNCA EQUIVALE
ndettaaón. ae ooaoa le rao
Al GASTO DE VIDA"
— vh Kcnaai coartALB —
bofo dt la ínapecdáo dt v»
Itaa a tea Mtfa. ■■«■*■> LOS OMEROS GRAFICOS Y SU CRISIS
— vn WHMHA CUAtU —

32
r
idoalidod que se encarna en las yoooreio rix la nsateriaiidad,
1x011011100000 de este m^olo la mxteriúlidaO mis aPO ule la maseriali-
Ped.
Le soeuoda dimensión tid stdealo no se soltara a lo t^^k^ciS^n de
oraosidad con ta teatetluildad, roto st la lilrntt ad y el sa^jer, Luego de
soaoslisp a le «reivindieecínn tid pan», Red ut 1asr(o0uce el dsoo do-
aliólo So nmssroo otead, la »l?1soúl^1dearo1o do, lie iibert;rd«: -TS Uocthre
no oolo vive de pon' , sOx a? un anl:lnuit ndogio, qox -seré rpeiap»e iaa-J,i-
PrrOa a ré0dos que el ser Comino oettoceda a la pura existencia
1X10131^31 peoo Ouuál sis esta sustancia elimenrasia indioie:nxaPir por
a rara del t-iliaioio as rnoieriaLT’1
Ln eésouesta que -toaone RueSur es: prprpnaer», or 0,0», desa-
rroilar ln capacided de crear un uonsamiento. Stc ainba1eO| oimo lo
suelora Ira imagen misma del aliootnirti este alimento inmaterial que
os ol ^ns^r^m^^it^oo o o er un lln en O saisna^, per eccema y al matpon de
le propio vista de lo rbbtevividaO qn ploma. dSe tst trata de sermar por
pooonr, ol Pe nfismnr, aomo eos oiorin mrinlíoion pesamrolo espose i
intlea, -ue e 1 |ptntumiento or un Ion obsetOu to» Rus los dice aluoosoente
-uo este aliueonoo Íceseles ial lie na aale^t en ir medió a uo que aondi-
aiotitt la libetted : piai^ondr^i^^t»i el n^itáiid ni Su-tie eso . su oclrslcipa de
tona auootidad qup peotendrs ussSduirse el derecpo de yensar y de
Sablar pon asi Jemát. eEs auasO1r quo quieta Lesai-toPeasc oemc sor .
oora' (...) tibe peister, Sablar, oiiiar libtemrnre»J2; |n -1x1 (sná en
juego es ls p^as:a:il0nS Pe soooiitiiisox aomo 1111X1111010 éiiss, io cual
o-uiiale. desde la 00^x0111^0 de RecSut. a oon^^lsuirt^^ cooro eudjeti-
vlSed «plena» . *E1 homCre oo oolo vive dp pan », de b sossesOón da la
meierialidad, erno turndiéo du un ultmanto inoeateOui coodicio-
oa oe p^o^^ii^ll^^^¿^d tic iiin»tbr'ei:ión, »i e psontuotijl^rlóa o Oe slugislati-
lscIóu, a ou» Recios 000^011 ccrnu una futías» da acsiaidsel 0^ espí­
ritu hunronoi xtúndoso pe pecsa^tienro a ose onde Ce iilEtrtad. El
otomanoo re^^^i^i^al» riel ideal, ¡al iataol que su Urn^^n^c ymnsarial»
(peu para oodos), rusiente el modo de vido aoUrquico si éticos el cual
e su vez sieiei oír untendOdo como uesueliieición on Ou rodctrto de la

31. Élssdo 000110, op. dc, p. 80.


35. Ibd, p. 81.

33
eida del poínaamtento ildre pise seaata la exlj^ricia ética du 1 pon «ma-
rorinit s «espiritual» per a oo^os.

Herbert Read: materialismo y vivir poético

Ln silriaa anc-usiitt a tiel cspiisCsotu.o no si? Iieana a lo oronSnn^co,


sloo -ue Inregra igual si inajsaciaCiem ente la a rftlca do ia seudo-
cultura capitalista qiap osudoce ex xuo sin rojeto sin ád^ai, encade­
nado ta la aaateóatióe d dc le oídE. dí ctplselio mo no os nulo un linterna
oconeanico -uí oo sreuura la cer^nais Cumano «p o^i^» pyoe todos,
sino también un 010000- que monote sondee do vida obioc^l^i^^oodores
0o lo Xs^s^ae^^r^i^o^nias y olienodos. Hoy en di'a, so ando el
cepitaeosmc) óa renatodo sosiedsdes de conoumo con xasacrerísticas
desconocidas para los anarquistas de la época de Reclus, el sistema
sigue onc1uyoodo a reuoa.ool humonos dar pan, toeod en tas ooeiedades
OOorj•xolauialxs Sel Sur somo xo las sacio0aúos naa1oo1oméora «risnor
del Norte”. El hambre, el desempern) , íe óaStó^aeOn paeceria o ^n^^lu-
510, la aelta do acceso a la oducdaieu y e le saluS sou leelideúos
masivas on el mundo d<a hoy. ccuoo Oa reñido ai tuitersóOmen» e Osa r>^ld-
espalen 0^^50101 tnoconiaa0anaSc4aa. Y Ooy o n d íe ee canOaoie ^t^^al-
mxnte ta oonXunalal odsernada desda id Losada Oe leu ulncuao1a por

33. En k» OsoosIes Ltnooisu uno aq mata asase níftao oivOa en itOl pn 9ep^i— dei
uicbnil de poar<ioí O^sur■soo oSs nutaeo Ou oor tótas pee dfaO 0 Sñ»011111 7a eolnullila o ti.- UO
milicome oto haóiisLUss de eax peó saceeécí rU ero L nueuruiLe tuOuíenso (Fígaro raxcrnon
Pillo, a <1e » inuos O c 0500^^: 1 Aiu ilfsadlnii. ls ta oóiouititoitoOitc 09 r OSsiórd t 0 itOiii S
la 1SdSSdti. El articulo retrOre si en uieOLo eleOnorado rao Oe Facultad de Msatkina Oú la
UuiveesSSdd sis Oloreiid papa le fuiaJíns^n StulexOoo CÍ. Lc Cms^, Pptís, 3 31 ettoro Co
1996; • 19H6 rmnrée aeoore lo ppauretyr). En EeesoPt 5 2 mllloun ufe ixtaporo oOeSaicn
1*96 isas el uu^^l ite lo
34 Eo un inOxno oúl eóo 2(505, tas dlanloaos Unidos seóxlae que »1^ e1Odaro
enseno sas-uc Sl1n0osaa rtr1 eOadctnidiaoti fiar tapit só oá siSXtocs Uittoco huí te oort^u s
.nUbOsisro oiao trarmo ds uu óóles tipo día. El hsa^^ y la eiOauieslCn otearan t un número
povo motoi So aeis1llns, pues Sai oáset 8Ü0 oilicoosúo perso-ots^01 tlioooitsieo oo
os anUaicsxo pap -1X001101 teo luxenOsLes somrgétisar Odosme S«adcLaeo Unidor Obeews
de domHo del mdenn. Irgome 2(X)5. <ertp;//wwwWa^ex^1e:)r^^o^ntdmneoiicq1ly02V
MIDn•(ndil_eoolOi> Coosulsrdúoel t 9-92.58)-
Los ar<dr■eno relaósse» <01- ul IeOoomu omasoe en cieosso olisco »Sel de a, ee aptisrsu
itri as o s-ooristiiiiin ton I aso s1»1rasoo en corro su Les sa nÁmia. fi o ann'Jlr i,. A Apeo de

34
diversos ealiisos del sisiema, hccla rol esterectaorosplo 0 a lss, Oosoatnser de
le viOd: ol sujetaminnto sd le subjetiveOSicS rtenaoo 0e n n modelo de oala-
000 as^nsi^mirís son lss seca s y ls s |UTtsisis, y si cnucroaoSenSo Oe la
txisrtseia nn una coaldíanidod modiccre y aCacsda. A, í, hacia sus años
sc-teiila, ICidrirt KssO ol^eredilasl ena cpt1alyc¡So entre el sooail0ii.Mno
y ol empobrecioaienio Ir de Sas poswsnos oss tas aocsedades
capiraiis1vs mss coricsdsas, ra^.r^^nits)rs an purriectao a íso casos de
Estados Unidos, (Pian Brcsaña, r^lanaa^i^la occidensal qi Fiancia. Ex­
tendiendo uu criíKsa rOeS soodo (de sido Comineóse en las seriedades
s1pin^hsi;ss ai eos Ce OiialaioIOlO que i^iCOosiior llsrurao pciliduv't1sysca y
solo ueds;trb^lii:lovih el saun-qsirta iiiisUís ¿asía tune «ii fideaC Pe ssans-
normación ote is vida une tal o;cediali.smur moauna so ucduce a la
...OispacriórT, et deporte y Sa exdtadón sdC jjuago. A lo quu tus aspira, cucoo
valores a'Rs0ulio ds,alvtir^ a iibererd.es al ri l■su1tcsx:Oí. raanSestoscire Ci
loostsiós Or los artlíu1cs Se lujo, ropc los apsrrtcs Or itlr-visicn y luios oót'i1r.Sl
Uns ole crecienie de materialiesno l sa IuaovSldó o C cope- y UAnériici sOC Nccrtc
s lo talego ds .no Primos veiaos años s rsvio tOestsiao sa sa neslnse^edo Oc
raíz”.
Como Os sugiete ol oonteoto, que hace refarenaiH a un cierto tipo
dt retacions'u 0 si lss uamí^nic soc I os j)Pls tes f de leu Cutoscati asrre sí
a través de lss bb)etoSi la patabra ircaieriallsiSKO sati ti^e^e uouí un
significado oee1nlSyíoo ni sntólócico, seno más Sien éticos ua trota de
usa mocera rOs uet en sctaaiíjn csrn la raioterlaliOadi es la cual la
pososióo dn mertrialidad sn proseara como el «veloe» o la nasaliósó
absoluta de 1a vida humana. Correlativamente, el término «idealis­

íuc el año 1996 íuo óndasnOs [mía lss Nacionsu L'iódas «Aso aptataiccOejaisl pesa ia elunina-
eicn sie ls pedriza*, la caiiaoCoS de inasosess dsnibrnsitass umoenróea Os -anossan itssarog-
llo as 18 millones entre 1995-1997 y 19999-2(711 (vé:scs OscariscaiSn Ce las a^acwne
Uoislis -srau lc Aiioomtr^óos y la Arynuuitiraa -FAO-: La sosq^ueócS dOioooraryr cm el
mjnni'.i (nforme 2OÜ3). Psralelamcnt: s m.su ts taii ! millones Oe por 700135 viven en SaiblCKicg
sos i'uacrinss r rs rimSleiiSirn sCs iiisiluluiSló (tuguras, Curia) eos ti 0111.00,1 188 oilllortss
sos OCscopiieadas y 550 millonees rsbdajamcis el sector SniOMPsa,s garsasiiOu tos dólar -oes cCa.
Vécsc Milco rCvess, Le ptre des mtonies pusshles De CexpCodroi nrbame an bidunvtile global,
Lc Déccujeertv, J^i-s,. 2(06; Le Tmps, Gisobrra s 26 its febrero de OOO^ «Sn ra-oron
1010(011.0011 dn-sse ua raer coiosiris uis les ríes ró Su ocm^u^i^ss^i^ion.. , Ei ^tt^iulCo timante
asi SnnoiiDt óc h r^stalsSrCs toeRao U dOnunstóm socriaO tCi la msndCiiZaioóOs (sucroasuom cread)
pon- la ^010.1 Inlc^o1rion1■1 dol Trrbijc, OU), Sol 25 Oe ncbrcro On 2004.
35. Hcrbeid RcatS, 01 nncoiananí) m lo nadad iepaaCaa (capitnlpi uAnaaquCsmu y
socic^aó ooodtrsai»)s p. 3iX).

35
mo«( oue c a retoo aoonía a Ip uetabra espl^ítunl O^^^^S^r^tzir^iiento
éopisiclíaUl , iampix o i-ic^sO.t^u enu leosíoióis 0Ilr^ia5^co xstiesal, aína una
manera úo ser oa tOa: nxisttr en óa ceai la posesión 0o raserirteildaU no os
le finalidad psidcieat ele Is oída, p en la cual lo ideal o ta esuluitual
cuenta. En ia sbra de Read, el signíniúodo de nstoo Ico Olrianau aata-
bino so condense ou su lúea úa la oo>xoín.
Le p^oesíe no es slmplemunt e aloo que ix csc^iad se t dice, Eo, más
auoiOactentalmente, enc acsividuó, meo manera óe crear conciencia
y 001x1, uu cooOo tée «eer» tas ^sa^s, soto ís, de tciauar)naadi con el
mundo y con sí mScaoo, Un cieoan rent0dOl noórío dexarsu que oi oabje-
tor de la poesía es da «Ooonre : un O o otenala 1» el ao n dodoaco ot des­
trucción de fotmao estadlúnidas y creucten ola formes ínéEiaas. Es,
iuúis^^^lsX^ao^^tei negeisoidaO p s>osistvidaEi En «Pcaasía u cnaoduis-
morl un sexto de 993O, ReaS O^^oi^ia^ asta neeesívidad desosectora
0o la siguiente mantea;
Pera pso0ecir 110^, asegurar prrarsooa dséar iuterds y viveza, aes uoaésario
loopes formes (form), úetoroar raoxteloos (^^fteso), aaobiai lr unteralo?a 0o
tuesten aii'ilcoidsío. Pnrt arras os oeaos;lssodet.tseis s el agente ate eesrr.uacóo
on ln sockOaS oo el oaorn, Creo -ue el poosa os uécosasiamente un eoasoussrdl
y -uo 0x50 opduerse e todes l^s aconcepdioues del Eestneo,.J6

Le 101x1^^(10 ioÍ onroquis^lo a uta crítica dEÍ óeoado índica pue el


poere no os simplemente aleuion -ue oscsibo eers^. La rotecleu oesro
ol poeta y d ana-unista oo es cimpletnynie tióriCóaco1 en ol snotido de
-uo d pdxrta destruya Cormas del lengeaio como oí -us^i^^uios^ destru­
yo formas de í rasdee. Al per qdo d p^to uo eocenertosoente anar-
-uisraa Read iegicec uu e exetu ono ndeuaón (nraott e taro is dett:ruc-
cien de íoo Oorres s eataOlsoeOas de» tangaale a tas desarucción de las
formas establecido a clu I anO11 p pilbhc o. euoaii os aun ir i.l<^,s^as^<^cp5od poé­
tica So las formas insúmidos tée I Oe^^ rdaibbra| l^r^^u^íe^ oeoón» ten-
diCa un séusiSjí^ado pbbliao Oas^lal p pcjidoicori asO como la deajsóución
anarquista da íe s Ooonos inss^^onSas 0 d yoder pisbOaco 0^11^10 arfe un
olro:liaa0oa pcdtiloo, s s Oca i, ln■lisliccree una cierra iomsfojmocOtn de
la subjetividad . El atoo odredoap eo íxi efecto ocie ira ta subietioiOad o,
domo veeectoe mS s 0X0100,0, aoto du sobletivacaón: ReoO a nota que
ln ooooCa es su^esiv, , osi oomo el arto en toñera» «os oaenoiolmente

36. Horbort Roas Aui^1•leoaU OiLe, Loroirse ,aoo^<^^i^:t 1- pís, i Slep, 7- ,p.

36
subjetivo»'7* . Subjetivo no euiviiri e a saótetivisiu: C-scn SíeavlPn jx>é-
ticc o artssiéaa es iotsusublvriva o acciaís lar rióte dt este os «ca pro­
ruceo ón le relación qun txstte enrre un Ordíviduo y uns ocetrdrnpM.
La resrcaaciOn .xtédcc o artíesica de drt ísnoaa uí^.si^ss^íPí^^ expresa
estéticamente spspicyolouee cltslrt de di scríiedcó, esdo renitdo gene-
rel ns is^ricroOo oot d contenido mismo dd seto cmétieo o cotSatico: el
arte, dice Rtedl es «una aventura no lo desrmnte:ido (usdisowo))»*9. El
arte es una manesr ds su Id’ do ya ya conroviddi dd rr^í^a^^miento y
sujcramianto nn ic aonocido, haeia io dssconocidoi lo no enistente
loy nn días Os poabtte. El ante no sondríe sentido ai ea limlsera a som-
ptr por romper, y su sentido no puado sor ls 0esrrHrrico de ls forme
como sa. i Ei upo c uusca roeapita Ino r^acsins cstiblod das solo an ío me­
dido eos qte ssisn losn-sut critiersi-in y Iíici: an, st dvscia sn Sa soadida
no qua la oocirdaO ses socfieue sn síeniOtc ads ^urohiot y definitivo,
ccn^víti^^oOialas an esenesas- o ue cslastan toda contingvncsoi tudo fluir
y rodo camiio. On on sootamáoaráoool Oitíamcd que io que
tl arte burda romper us Sa fama qnc Sormateu, noe formauea nuestra
experiencia de xxisrsy y nos hoce suiesno Sc>nneicsdLri da Scrmn que el
poors-soarquist.e busca romper es uo dispositivo da óomineción, y por
tsto ldórí1cmns dec ie que la rupruro poCtica Cn la Corma es uo acto
ético-dotiric o dt emapcépacSóni el acto ¡maStico noe dicc que todo
ecto de amanaipaclón reseño ant cierro urcsnucs t kt desconocido.
El arto en nentldo propio i cice Rrad, no es 1111010000 de lo pxirrentc,
sin^c «ctssclOn de nvov os ioodslos (patterns) de r^t^^isSsnll. O n erta
aaoaayión re décc Sa i^t^^iireóad dd ocre» tantico.
Ec •Revc^crón y Rarónsu un teeto di P953, Retd relaciona el
ednteniOo de esroe l<necsco modsloeu que señalan de alesna manera
lo óe«d)nocidv , con la neclóo do ideal:
Ls íosririi.sseicn y eirclisaaióo 0a los lócales rs usa Or les principales
ternas 0r ls sítivióaó asrétier drl hopbr■rl Solo rs lc snOiOa rs quc uo lOrcl

37 lbíi, p. 112­
38. (ha., p. 6dS,btsenoimaora,en ««Cn1ntssOnsetCooPnetccra entre 0194 y 1195,
Rrad sostiene que el arte es una actividad «absolutamente independiente» del espíritu
humano, (eco aaseqj ouS addsuie qicj uno- Ooescor eu arte rsqaieto ua tolieta encalr
basado rn relecaoons Or PurHsliOaO (puruelitr), es el ^11 la prástire Oe la eyuOa mutua sa
inspira en un •p-pse:ta os^i^o- Ic^cpc Saureos, )bui p. 22S.
39. Ib., p. 124.

37
a0oeiero uta fosme aoljcrerd se lome eotondibloa para la rarón y ojeto de le
crítica racio>oeila Un idea a lea tOa tc r ontondiOo y «reeliaoOoa» en una Corma
tllLsriaeo pad■liaai artesa tOa poúrr ser SllriaitrsrolOllie real ptie le slna.esó>o y
pesa su eptidedión4a,

El acto rddtijiao o astSatiaOl qeo aquí Read uta érn» la de manera


bastante pno1íciyd, os un acto do adrme1soadsón o úe io-adsmación do
lo desconocido, a través del cual se abre un cierto acceso a lo desco-
ndútdd n, mOs preeóame^eel o io inconnosoibte, fo otuna no pnede ser
adotdido un el seesódo Uaa^i^aoo o de ia cieccOo mndarne. Oe incog­
noscible oe da oomo idéala io no como objeto Oso^^^na^le: por esta
ieO^osm^ieci^^On ísO^^í^^ivs, cdce Re aO, loo ltícdtíflClor llenan dit'iculrad
pere «solererr tos idoalos (p. 50). «Posoas y osdresas idéalos puedo
0droder une absur0i0edi tos ineeleo no non hechos de la 000^3X20, ni
ooo reveloOns tobreneldt raímeoste a Osi Oombrcs de hora p^.18). Sin
embargo a la inOete^Teldación nbiet ina Os Isx ideólos eo sign-jeea que
estos sean «irreales o inefectivos» (p. 20); los ideales tienen su propio
modo tée «eaiidoO o ufe dyecs|vidod, quo pe expaesa a trapito de un
1engua»e osocciaa:ol el leuduaSi simda.i«L. «Oo mente pude apte-
hondea ideóles más oHú deO orlen qataral, y eena oxpaesar soles idea­
les necesitaron ai símOeolsao que no oe eneuantse as ya henOot en ta natu-
saleza . Roquroten el uoSoo reo de la c^^aeic^n orle inu», la 'energía
a<osmativaa tOa qoc Radiaban GrseaOe c SoXrit1eaa 1p. 181i ud i-ual que
el ectoe ooeóal uue tntexliedc cseeOoumeoae en el «cuespo político*
(el ana-quista)» ei eotisoa o el nobis truecaaa dar forma a un «senti-
oixnoor» (fcelmn), aroand(. > «Oírme s .CmKiaica1- que oon «mnlné-inncs»
en el caoo de la cceaetón «sitias o» en ei caro pc oe cruecid,n costal y
Ot1ítlaa, limiinúes a uue sasir de oeorimixuros colectivoo («uoided,
comunidad, aspl^óuaón a lo vida buena -good fe»» (p. 18. • lea
aosmalOeición tée Oo une ascsnlúttdc oí orden botcbiacipo de cotoa, tan­
to ostésidns aodo soetoies p (x^Uticas, se O acc oseando otmbo>^^s que
confieren una consistcnata uconereta* el ,863^, a paraic det cual es
Odsib1x osodecir idees y adoceotds -uo oxsmiten nssdu^l csiyidas iói
aionalmente y aplicao el ideal en ta mrnota de vivir y du imsoaSormar
et mundo . Asf« «íI Oto au utóorco* 5p. 20 ) es Ou condaerlaación> en
adsma sensible ya vívo,. de alao que| tan exisatr en nintnma panie» abre

40. Ibíd., p, 20. ,1 v5rho meéis ToasUKi q^c Ou taRor n¿^^O orado eoxrrllec Oeste ea
dablc asgrOficcdo ote ««nisedcr» i de t«ral1soar.

38
la aosibliidrO ee ona nvava ícÍcs ico concreta cou Io qup existe ac­
tualmente ec auul^ui^r narte.
A los Cr^^o de la historias la tracónión utópica «.sido sísIo la Suspira-
^60 ric ls OdstolSa poiáusa, propios ioic'indoCs usa base sxu^dca que
ha arsnteóislo s esta cienoia intciensualmcn(a viva* (p. 21). El
utepissmo ss el pmnaioSo de rodo proseen), nt mddoto nuce as oí o a la
«letargía social» (p. 23), así como el ideal en general proporciona
«vitagdad a1 unrd^s social, qae ídaumrle tas PnOmeocc c Is apatía*
(p. 21)s ES utopssmo es la aonteticacióó do rodas las arclidadns de la
vida (practicaliues), lc idealización de las actóCóadco corid¿anaa» (p.
23) s Estra xxinonair da txeerizar la vids enaueno en la ^^ij^^^sia, ex-
aressOe an ouastros óies por Edgar Morin, dt un vivir acético qun
permite tofraotae la oscuridad del mundo contemporáatoi y nacer
sonáis ía lntanridad dei axiutir; «vivió, es vivir pecÉricame nte , de amor,
da juego:) , de ooóiuci(J41i Osss reses humano, solo iiaO nn n en sentido
estricto la tierra cuando viven «poéticamente»41 , esto es, cuando son
4243
napaces de ide-l, nu utostta o cié trantcendedciai Segóo Rio0, este
procaso da pottisecióo as iimegiocrio* (imcgisativt) y no rsricnel an
nl snniído de l a raotonólióad 016^1433*^ , kr pedpld de la sintagma -
cióo aoéptica» (poei imagnain) ns la ciecciOn ds sentido. ec Io do­
bla a-npclóo ón orinotacióo y óe sigmiieccóo. Lc «imcginaclóo poéti­
ca* conuuce ai lc apaocico ido de «nu noas formas de vuda, nuevos
especios de contienda» (p.e3u qao beisCsl litan era perceóeSóo de lo
que nuce a ans nu fue peraidvdc , ia inven ció o de tsuevot ccsceptos y la
elaboración de nuestra concepción del universo mismo» (p. 24). La
«cpcehecsiOn imaoicarir dc la aoraliulad pstr ta monte ccétieLr disipa

41. Edgar Mccun, Le Monde. 5 de maqy de ti27, 7, p8. Munn disei aH nous Ocu
saprendra á weictsl 'l^a-rtuil¡ló,,c ca eueites p nioslbi i| eu a -mi 0^1 viv-v roii'tusnit t!t
isleos jadéiqeu, Oras s’onnur, iv iCsiumiiS, té sommanión.., O^lon iicOi as qec peque it
véritebleiptni les sées, se ssoi les sS-Mct ’prooiiqeut’ que too car cStlbl éSr taire rans ioío et
saos intérét pour ssóreaeu ot eivrvi v^st pivav os>atiéuement1 d’arnsmo dv |etij de
copmutkoisi
42. «IPdétecmanse tsalcia el SuoPbre» (dchiemch wWoi de. MennC), dice un sacras
da Hóklerlin, compensado sao Heidódgs tre ae mxtx que Hava ve tscsn cst Ptuloi uot
Martín Heidegger, fc'ssaú rt conférenca, París, Gallimard, 1958, pp. 225-245. Edición
on^nsI eti clamar VaraPIg. und Aufsütze. i 9^4..
43. Read, Amadn aad Oder, da sc,i ps 23. «El ttdtCleprresw no os ssás que ua
im^secic da un snsseo sus^^iosi Irraoon fraraueW) r la Ilibttad sorgnsir Ce ia icsvii y et
más eerectnrístieo só Sa monte lZi^t^it£^<ie que te le mente eadticcs. Ibíd. p 22.

39
el «absusdo de a a exirtcnaian Pace ^uspO’ sontldo en la exéatenciai
ootendionOo d sensidd mimo uaa forma dc oeelonalidad irrKitynuta})*.
El iomoOo no ss iiÍoii imaomaoio a-n lc lsasr^ ion han.» I de ^i'^taanta-
cióoa de ScciOn arbirreria o de ospejiomOa C1 i^ragstoarln sus­
tenta una aoacapelón diferente do lo oacionaú a distaneia de la con­
cepción uuramente otentifíca o cientifioista de Oa ^010^^80: la
ult^aespccilslizaólón en 0 ^tntodolon»a de io ciencta pctoblecida la
lace «mOpoe>ia Ineptoz de ser ins-lsadp -or run sendún de la oricnta-
^00 (direction), por una ilsíln de fos ^io^^rt^^tí^sn, Taleo horirontes
solo pu»>(.4<oi trr OsseuOlyilor -ait ta creaiivia^aa [sl.e:e.o3l-^drq»e<?a cn
tanto qua ua soedci0n específiaal lo cbóbdiiao, rotaUM lo fragmenta­
rio, donOo^cre otea altaru utridoO en Co yirúia1Elel El oor^t^^^ sui-po como
totaiización ^mie^haai entendida dsio no en el aideúOciido ubsolutista
úol ideolisnro alemán orco como sareimicrtari dc Tolooión enrre las
dosan y los hucunos a entre sos haioannr mire sí: tO «oado» i^^,^ifica
eoeí ta creaiiOn de un arpeaid ale aumdnidod1 Oe Oo comúd m como
dice Read, de mutuahdad. Pos esto osentanoiento ac jo eoonún, en
tanoa ,lee sCiibóct c comí! Oi si ^to 0O a isn o s rol mem es-oIos irte o algo
puremeote arbitsario.
Pesa Reada sa etaoo ^ue el aate puade o^r^^^osar a eereratlrar el
(se)surgimiento de este espocto de uomi^t^i^é^di OasaOo eo ta cons­
trucción <Oe relaciones aimOóiicas y no enera ta rnultiplici-
Oeú existente, poae ido art oecooceie asi mis-uo que ea arte no puede
por oí nolo roalizar ral ospecio. Le 1x^112^100 0o oso osptcio 0o comua
nidad, que Read llama cultura en «Chains of Frcedom», moviliza al
conjunto Oe ta ^i^i^^d. Lc cqlrude condiciona ei «ta lime soale1» ne­
cesario a ta creccíOn tica» acl elimo socíoI es uoa emenaoión de
la mutualido»*, y ente ac cooodo pu buenlo caompurre ana empresa
comuna que os la creaelóo de ana ivida'1 de un busrr cirtoma de vida»,
Oe taa aranera que lap -errona!, oesov1das uor sin t^roycoc) común
(.•(ontrnor purpos), osactican entre sí ta uyuda mutua*45. En eate tex­
to 0o 1953a Raed oostione que la cultura, entcnaliOr oonno «presión
do una oomonidad tntegrada» tiendo ra ser UesrrjaOa como aol por el* 41

44. ílOiú, p 25. Ee t«Potrs set Anorsds^o, aeod sai reparo tal oadr oa» ladie aaol
«poSoa iú daoaauci00l o oo;or o eCos eoar liiartlsledtSl síioIaS O ncoaoio) ta o^1101 ik
lr xicúr. Ubi., p. 64. Vdtot i^ali^i^nto p. 67.
41. WÜ, p. 511.

40
crecimiento dcI capitalismo. «los marxistas tienen sin JuC a ra:ó n cuan­
do relacionan el decrmmSd de esta estrcrcsura non el su^^mi^nto del
capitalinos -capltaiismo ee el término económico; el término fiicwófi-
co es andviKÍi^alS^n^o»^»*Ss ES pnceeos de descrucción 0e lc cukuaa por
el capitalismo, iniciddo haee ee vanos sigloa, nos he Cdíaela un una
situación an la que nos mconcdam-c «cclturalmenae desooseídos»;
vivimos del «botín- dol carsOo, y «cacilamsrr c dogae eu ana emeva
edad de occurlCsdi eSe oidáSo oulgar, dm meca uilddad y ^a dasldad»
(p. 221)s La caSiss deS ^^dOo sss así csisis de Sa culrusa. Sbe rcldaiona
íntimamente oon el pcncded dr ^euc^ucaió^ de las lazos argOsseos en­
tre tas uubjatividadrs o con lo ulcadacciód en eerle Oe sujetos
indivlrUialislas , li^^iatadn:iiKC^dle s, ísosoc a lo do id caí y peo Io momo,
nsctaeos: «el esclavo no es un Oambre in istsedlones, sosu en Sombre
san cuíiiídadss, sn Omintas un iC<tsle.i po lac css^^t e-^mrís Uispoesco
a morir» (p. 18).

Murray Bookchin: masticación y vivir con imaginación

CitaniO) s limir i, Murray ^koniclm^, aaiaaba a comienzos


de la década 1970 uee eel ooesa ya no es soSo un soóodori sí na tam­
bién un lucnador»46 . Eo su concnación de la «lucna», como nem^
4748
oistOs O socdaS se intur•tetacione estreaanmn nto con ta tubjesióo, de
tal maneia uic i a ctiiasr de Id aon^íncsi óo sao, ¿ata ncoiióm ida, lóaoló-
gica y política se expessa asimismo nn i a onnruruacñSd dn etev^ for­
mas de sd-iiaiidad, CsarCas nn Uoscsos de víós nlte^eativau que permi­
tan Is uurorraalización ds la iuóiótividcd. Nnaatsvamente, la
cutoreeaiSaación ee de0de ouSo opccícíóc a.la iSiniiCcaclíSn, oses) es¡ a la
producción serial de un sujeto unidimensional que sujeta la subaete-
oid^d denroo í e tan Ontdtcs estaCióasdad sxos es titrema consumara y
mateeiaiirta. Lq cí enaspoSsmo sachaes, a este nival, es la
ótsao>snslón ds ls uut^jeti’^’n^aO o ia miaiincíicsidd iCs la üubjeavLdad
por ICgicas coCoíscs de óomioeción1 de orden económico, social e
idtolC£'iro. La ellorrte^]iir^ian equivo Se aq sií a 1« -dt5asiiiliiraclón»'’s1

46. lbíd, p. 224.


47. Murray yookchin , El Anarquismo en la sociedad d consumo, sOP ci., p. 244.
48. Ibíd-, p. 51.

41
el de-sujetamiento del sujeto. Positivamente, la autorrealización sig­
: la trans­
nifica para Bookchin adquirir -poder sobre su propia vida»4950
formación de la realidad debe dar lugar a un «...yo que tomará pose­
sión plena de la vida diaria, y no una vida diaria que vuelva a
posesionarse del yo». En términos kantianos, la autorrealización de la
subjetividad es la autonomía, y la masificación es su sometimiento a
la heteronomía, que entendemos aquí no simplemente como la ley
exterior sino, más esencialmente, como la ley impuesta por la exterio­
ridad autoritaria, dominante y dominadora.
Sin embargo, más allá del kantismo y de su apropiación particular
por la tradición liberal individualista, la autorrealización anárquica
implica igualmente un cierto acceso a algo que Bookchin denomina
«lo maravilloso». Siguiendo una perspectiva no muy alejada de
Marcuse, Bookchin asocia lo maravilloso a una cierta expansión del
deseo, que se traduce, en el plano de las relaciones interhumanas, en
la creación de una sensualidad basada en una determinación «huma­
nista» de lo posible. Lo humanista, que podría equivaler aquí a lo
ético, se opone al «nihilismo» del orden social establecido y a su «lógica
irracional», que Bookchin asocia a la producción de sujetos egoís­
tas'0. Lo maravilloso se relaciona entonces, en este plano, con la expan­
sión «humanista* o ética del deseo en una subjetividad descentrada del
absolutismo del ego. Y, en un plano más general, que concierne no solo
las relaciones interhumanas sino también 1a relación de la subjetividad
con el ser y el tiempo, con todo lo que existe y no existe, con el universo,
con la realidad como tal o con el ser cn general, «el sentido de lo mara­
villoso» sc relaciona con la experiencia dc lo «surreal», los «sueños», la
«imaginación» y la «poesía». El término surreal, que Bookchin vincu­
la explícitamente al movimiento surrealista, sugiere una cierta trans­
gresión de las fronteras de la «realidad» y de las formas establecidas
de «racionalidad». Las raíces de esta capacidad de transgresión son
sociales: «no hay una faceta en la vida humana que no esté infiltrada
por los fenómenos sociales, y no existe experiencia imaginaria que no

49. Ibtí.
50. «Si ewa noción de lo posible carece de contenido social humanístico, si permanece
cn un plano crudamente egoísta, no hará más que seguir la lógica irracional del orden social,
cayendo en un cruel nihilismo», Ibíd., pp. 242-243.

42
sa base en ksa dt^s le a a aeahd asi sosaa1» 5E Esta acieo ano entoe lo
nndsal y lo imaginario, eanns términcB ttodeclaln sic bmgnrgo nn prcci-
sa, podría recstslr a Ii ndciOn de cultu rta tco cn1nn eo eosendrdr por
Reada La cultura d nsqduc1dn iorialate nte, poao en ia Sdiadad la
cultura aprrcr e namo 1u matcna-a qm suateHa n^eca^^ cúeúciPad de
transír'edia étlea, o^^a a, lne)nómicy p pyilíriceotenra ia rúahdnd social
astabiccida en mn-u qe^ tas aotad Ce doml nación o Uynación y
nejaiam»eyto da hs subreriv^odot .
Ee p1 penrrmieo to aourquist a de Myiatetja, 1^6x10s, Read y
ecximchlna ta crítíaa dd sittaaas dd Coerinóeión es iaarpapadie ae la
crítica de ta viea ncdielana en ico connic»onae ae lo modernidad ca-
aitrlistr. El jraitrliñmo eo rs solo uo sistema de pealntación1 sieo
rambiéna e indinjeibbiaíxenae, un sistema du .ruiatamiento as lus aub-
jetiviúaúes deotro de uo «realismo» y ue «r..rtd^alinmna -ue nodeeen
la capacidad 1ecreod a de rradroúnder aas Ornnteras e¡ttdS^ianidaa oe lo
rtal. Frente a csía »r<iúr^s d pIs dominacie^, oxlo el ars'yt1 sito «el -so­
cialismo libertario» ^^^n^í^te, o n ka s térromos de CComskn en la aorans-
formación de í a mentahdad»» sr trase de reaa ieoe atranIle srtsnsfor-
mación napirireal o quo lpr nansenores de da srodialón rnarxista
izoeic^silyra, desde Roaa Luaemburga, prc aáemplo, pasando por los
anarquistas, siempre hon dado ranre lmrnsrtedcia15.1 La rrejcreceiOn
de lo espiritua a lha simbódno) o n la fudtetiúiday si ls ^^x^íada^ puede
seeessSt Oortens Iolt^rlr^ies, an Ios psnnrsos remedos 0x1 idecd ytico y
social (Mata»etei1, Redua, Rí^si^Iú del tate y ta aoesía (ReaR, omokchm)
y, ^rmbidn1 en crsrln s incas s del »■on.mellen to sgin’io■so, como sp pac-
de observar tanto en la tradición del anarquismo cristiano como en
ciertas figuraa sPoI «soci^iiú^to utópieor. d<^s pencsmlento da la utapía
(Bloce) ya de ^ss teoiogrna de íii iiderarión.

La anarquía y la utopía del cristianismo

La prcsencta Siirtórieú d^ un ro^a^^iús^^o cooaiano es saociada


eebieualatonte a aa Oiguaa da León To^^io1 (1829-191 El En ri Preve

51. Ibíd., p. 543.


15. Noam <Chomsky nSnbse la nttdiede0 eimloqsssm• (enrrevisia coo P Jay)a en Cua­
dernos de Ruedo Ibérico, o° 18-60 (jelSo-úidl»ccbsx: l"77h) p P1177. Crlr«es1,r artadida$.

43
capítulo intitulado «Anarquismo cristiano», de su historia del movi­
miento anarquista en Francia, Jean Maitron presenta al escritor ruso
como el «principal representante del anarquismo cristiano» en el ex­
terior. Oponiendo el caso de Francia, donde esta corriente ha tenido
escasa presencia social, al caso de Rusia, donde los anarquistas cris­
tianos «jugaron un papel importante», el historiador francés remite a
los principales textos políticos y éticos de Tolstoi: A los trabajadores
(1903), Palabras de un hombre Ubre (1901), Los rayos del alba (1901), El
espíritu cristiano y el patriotismo (1894), La salvación está en usted (1893),
Una sola cosa es necesaria (1893), Mi religión (1885)D. Sin embargo,
por fuera de la referencia a Tolstoi, formas de un pensamiento y de
una práctica social que sc reconoce a sí misma como anarquista cris­
tiana se encuentran igualmente en otros países: en ios Estados Uni­
dos, se puede mencionar, entre otros, a Ammon Hennacy (1893*1970),
miembro de International Workers oí the World (IWW) y del Catholic
Workers Movement, y autor dc The Autobiography of a Catholic
Anarchist (1954) y One Man Revolution in América (1970); así como,
más recientemente, a Vernard Eller, autor de Chnsüon Anarchy: Jesús'
Primacy Over the Powers (1987); en España, a Carlos Díaz y cn parti­
cular sus libros El anarquismo como fenómeno político-moral (1975), La
actualidad del anarquismo (1977) y Releyendo el anarquismo (1992); en
Francia, a Jacques Ellul y su libro Anarchie et christianisme (1988).
Desde la interpretación establecida de la divisa «Ni Dios ni amo»,
la idea de un anarquismo cristiano puede parecer contradictoria: no
se puede ser anarquista, es decir, crítico de la dominación, y creyen­
te, entendiendo por tal un sujeto sometido a la dominación absoluta
de un Dios implacable. Partiendo de tal supuesto interpretativo, la
crítica anarquista tradicional de la religión tiene ciertamente su es­
fera de validez; hay incompatibilidad entre la subjetividad libre y cl
Dios tirano. «Es evidente que en tanto que tengamos un amo en el
cielo, seremos esclavos en la tierra», decía Bakunin* 54 y, en la misma
perspectiva, Jean Barrué anota que el Dios de las religiones revcla-

53. Jean Maitron, Le muuvemenx aruirchiste en France, tomo II; «De 1914 ü nos
jours-, París, Fran^ois Maspéro, 1975, p. 183. I-as fechas indicadas corresponden a la
traducción francesa.
54- Michael Bakunin, Dios y el Estado, Londres, Centro Ibérico, 1976, p. 20,

44
das, Yahvé o Alah, posee «rodos los rasgos de un tirano celoso, cruel y
sanguinario, con intenciones arbitrarias e impenetrables»5’. En toda
esta tradición anarquista, la critica de la idea dc Dios y de lo religioso
en general parte de una interpretación de lo divino desde el horizon­
te del poder-dominación, que históricamente ha marcado profunda­
mente el pensamiento y las prácticas de las religiones: Dios es el Todo-
Poderoso, Jesús es el Chsto-Rey, el Señor. Sin embargo, frente a esta
teología que «...durante siglos ha insistido en el hecho de que Dios es
Amo absoluto, el Señor de los Señores, el Todo-poderoso frente al
cual el hombre no es nada»55 56, y que corresponde a la «mentalidad
corriente» del creyente, Jacques Ellul opone, al igual que otros
anarquistas cristianos, una comprensión alternativa de Dios: «Más
allá del Poderío (Puissance), sometiéndolo y condicionándolo, está el
ser de Dios que es Amor»’7. Desde el horizonte del amor-libertad, y
no del poder-dominación, el pensamiento y la vida religiosa (cristia­
na en el caso de Ellul y dc los autores citados) no solo no son incom­
patibles con el anarquismo, sino que son intrínsecamente anárquicas.
Creer en un Dios-amor es necesariamente criticar el orden estableci­
do que destruye lo humano, y es participar a la creación de modos de
vida alternativos, basados en relaciones de justicia, fraternidad y so­
lidaridad. Como en las teologías de la liberación o como en el pensa­
miento de Emmanuel Lévínas58, el anarquismo cristiano no separa La
relación con lo trascendente de las relaciones con los otros hombres y
con los seres en general, como lo hacen aquellos doctrinarios religio­
sos descritos por Bakunin, que
Son tan celosos de la gloria de Dios y del triunfo de su idea, que no les
queda corazón ni para la libertad, ni para la dignidad, ni aún para los sufrimien­
tos de los hombres vivientes, de los hombres reales. El celo divino, la preocupa­
ción dc la idea acaban por desecar en las almas más tiernas, en los corazones

55. Jean Barru¿, Eandrríiisnw aufourd’lnu, París, Spartacus, 1976, p. 63.


56. Jacques Ellul, Anarchn? et christiantsme, París, Edirions de la Table Ronde, 1998,
p. 52. Primera edición: Atelierde Création Libertairc, 1988.
57. Ibíi, p. 53.
58. «Toda la espiritualidad de ia tierra (...) radica en el hecho de alimentar» y en el
-don de sufrir por el hambre de los otros»; -la vida espiritual, como ul, es inseparable dc
la solidaridad económica con los otros (...). La vida espiritual es esencialmente vida moral
y su sitio predilecto es lo económico». Emmanuel Úvina», Difíicik liberté, París, Albín
Michel, 1976, pp. 12 y 87.

45
más solidarios, las fuentes del amor humano. Considerando todo lo que es, todo
loque se hace en el mundo, desde el punco de vista dc la eternidad o de la idea
abstracta, tratan con desdén las cosas pasajeras; pero coda la vida de los hom­
bres reales, de los hombres de carne y hueso, no está compuesta más que de
cosas pasajeras...*.
Criticando las relaciones de dominación en general, incluyendo
las formas ideológicas de sujetamicnco de las subjetividades, los
anarquistas cristianos critican así mismo los contenidos de domina­
ción en las teologías y prácticas dc las Iglesias establecidas. A nivel
teológico y exegétíco, esta crítica parte de un desciframiento de la
experiencia de lo divino como experiencia de cuestionamiento de la
dominación establecida: el Dios bíblico se anuncia primordialmente
como liberador (Éxodo), y los diversos profetas del Antiguo Testamento
asumen una función justiciera; Jesús rechaza la tentación del poder-
dominación, y da testimonio de fraternidad, justicia, igualdad, soli­
daridad y libertad frente a los poderes políticos y religiosos estableci­
dos. A nivel histórico, la principal base de referencia del anarquismo
cristiano es el cristianismo «primitivo» o comunitario de los dos pri­
meros siglos, que no ha sido aún corrompido por su compromiso con
los poderes políticas y económicos del mundo59 .
6061
Varios dc estos elementos constitutivos de la comprensión anárquica
del cristianismo -comprensión que se centra en el potencial anárquico
del cristianismo- fueron reconocidos positivamente por Kropotkin. El
anarquista ruso distingue en efecto las concepciones cristiana y budista
de Dios, de otras concepciones anteriores de lo divino:
En lugar de dioses crueles y vengativos, a cuyas órdenes deben someterse
los hombres, estas dos religiones introducían un hombre-dios ideal -no para
aterrorizar a los hombres, sino para darles ejemplo-; en cl cristianismo, el amor
de! divino predicador por los hombres -por todos los hombres sin distinción de
raza y de rango social, y sobre todo por aquellos de las clases inferiores- fue
hasta el acto de abnegación más sublime: morir en la cruz para salvar a la
humanidad de la fuerza del Malé‘.

59. Michael Bakunin, Dios y d Estado, p. 116.


60. Jacques Ellul, AnoTduc « dmnwrusw, capítulo II. En este libro, sin embargo,
Ellul introduce juicios bastante negativos sobre las teologías de la liberación, que dc manera
injusta y parcial asimila pura y simplemente al ■comunismo estaliniano». Cf. pp. 13 y +8.
61. Pierre Kropotkine, L’ÉtAiqiw, París, Editions Stock. 1979, p. 149. Primera
edición, 1927.

46
Junto con la recreación simbólica de lo divino en términos de
amor y no dc potencia inspiradora de terror, el cristianismo y el budis­
mo introducen «un principio nuevo en la vida de la humanidad» cuan­
do le piden al hombre el «perdón completo del mal que le ha sido
hecho*62. Más allá dc la equidad y de la justicia, pero sin separarse
necesariamente de ellas, el perdón cristiano y budista renueva la vida
moral de los personas y los pueblos. Y, en correlación con el precepto
del amor universal, el cristianismo introduce la igualdad como valor y
exigencia: la igualdad fue «...otro principio fundamental de la doctri­
na de Cristo („,). El esclavo y el ciudadano romano libre eran para él
igualmente hermanos, hijos de Dios», escribe Kropotkin, antes de
citar una frase del Evangelio: «...’Y cualquiera de vosotros que quiera
ser el primero, será el esclavo de todos', enseñaba Cristo (san Marcos,
cap. X, versículo 44) »63. Del principio de igualdad deriva la afirma­
ción del compromiso con los pobres, que el cristianismo comparte igual­
mente con el budismo. En el cristianismo, anota el anarquista ruso, el
guía moral no era una divinidad vengativa, ni un hombre de la casta
sacerdotal, ni tampoco un pensador proveniente del grupo de los sa­
bios, sino un hombre del pueblo:
Mientras que Gautama, el fundador del budismo, era un hijo de rey que
voluntariamente se hizo pobre, el fundador del cristianismo era un carpintero
que abandonósu casa y su familia y vivió como una de las «aves del cielo* (.«].
La vida de estos predicadores no transcurrió en el templo o las academias, sino
entre los pobres; y es de este medio pobre, y no del medio de los servidores de los
templos, que surgieron los apóstoles dc Cristo6*.
La distancia entre esta simbólica originaria del cristianismo y la
realidad histórica de las Iglesias jerárquicas es señalada muy explíci­
tamente tanto por los anarquistas cristianos como por Kropotkin.
Jacques Ellul anota que las fastuosidades, el espectáculo, el hecho de
«organizar una jerarquía (¡mientras que Jesús evidentemente no creó
nunca una jerarquía!)» y «un poder instituido (¡mientras que los pro­
fetas no tuvieron nunca un poder instituido!)»65 son elementos de la

62. Ihíd, p. 156.


63. Ibid., p. 157.
64. ÍÍMd,, p. 149.
65. Jacques Ellul, Anarc/uc « diristúinütw, p. 19,

47
Iglesia «sociológica e institucional», que no representa malmente la
realidad de la ggrssia en tanto que venencia común de la fe. Paralela­
mente, describiendo la reúiidad hrsidrica de lar ielesirá jerárquicas
que se lien acmorcmútido con los pederes económicos ss oolíticos,
Kropotkin onota las údeseiaaionaso »ue lee rufrieo c1 mcnsurc origi­
nario csistieoo: «DgreTaciaCrmrnrnt nsias dases del aeistianismo, la
igualdad y el roseen ele lao nOeasas anto oado noeron gradual­
mente aeedOonanas de-o tnato»15ai ea la aido concaera, le Igleaia ha
repudiado sIí ooddad a el rdrOón dteeonitndos nor el rdnddnor del
cristianismoa Pp. 1521. en a yo .o de eatu juicio, iPtopotnrn la ñ ala el
uno de la violenda asaa erpandla la lea ia en ir ndedsroción
de sus adeersasñnsi Ií eSionaa oon los túndnsnsoSl la y ad-
Ouísición de sieenns a ndcienot, la renseriad loaí-u c|u»nnas te erreven
a «criticar ai sus jefes» (p, 160). En su dsdcispslón de 1 csisiionlsc■io y
del budémoi Ktonotkin no techan lo religioso como cíÍ; anies bien,
reconocí epplícitcmente al apoete hemano y emannlpúdnn de estas
dos reiigiones. Lo »ue lahE^ea ineqeCcocr menta ron aas formas
Sostituciona»ns que han l^r^lti^stinct este» dos horlaonscs rts^tnahoos en
la listona y que dnstraaon, eo últimas, su sedoalm ernandipador.
«Ee todo ceissraoo ayy ec oondidaio a Io anarquín; na a aa anar­
quía vio»enra a criminal, oina a la resrstedcia a loo goblomc-rs -escri­
bía ao 1917 el maestro da asdea!r suizo Joee Raucra^-'. El eer^q^^ismo
cristiami dndaonra o n un roedtido lo lo jra<úennanjer com como el
«seendo da to maravtltoaos de frcoio hin o la creasíón at^rica de
Raada airee a í a nonaicnata la posibrtidad Oí una exp^ tencia más
plaoa dal muedo, más allá de las ftoeliúedas de la posasióo acumutetiee
y drl podea sobre tos Oteos. El Iguauase mimico Io»» de to rehgiadidad
aiá^mca a como ll »egquaje $1^030^00 de la psesía » d aata, es aper­
tura a lo posible a a to landeendentn o al not^nsmi^ntnnto, y ea^n t^(artu-
ra tiene srecr-rel o n cutnto an-urq ufo a un pote nciar Os trcnsforma-
cióo da la reaiódad . Po r oo h;nreta» totendido a el —«^110110 hSdtórico*

66. Pierre Oropottkinc, LÉthque, p. 150.


67. Carta de Jolo Baudre^ a Julen-Hembe^ Croz (1917), 64^ en Pierne Hrr-üei,
«Prntnnyeotinma nndsetl eod^deenme et gaode^mmn roa Su nsa•l roa Amdeud e Anarcha, 'Inrionl
1971. p. 31. CrtlZl prníor r-ttteitee»r suiho y militan»-:' ítdia^Ssya. redicttó eo 1914 una reas de
tnotnoíe iotsyqSedd: «C^ntseosnmn y sndietssmn: sus nponidinoen y nes ratecsnonn».

48
no ha podido contar con auténticos movimientos populares de eman­
cipación, como lo puede ilustrar, por ejemplo, un episodio famoso de
la Revolución mexicana.
Durante la Revolución, el movimiento zapatista venía adelanta­
do una serie de expropiaciones de tierras y de tentativas de organiza­
ción colectivista de la producción, sobre la base de la comuna autó­
noma. Como otros movimientos populares del mundo, los zapatistas
desarrollaban, sin etiqueta, una acción de visos claramente libertarios.
Entre tanto, en la capital del país, el grupo anarquista que editaba el
periódico Revolución social adelantaba una propaganda de contenido
racionalista, conforme al espíritu cientificista que en esa época domi­
naba en el pensamiento anarquista, y que descalificaba a priori todo
io religioso como «irracional». Sin ninguna distancia crítica frente a
la creencia racionalista importada de Europa, los anarquistas de Re­
volución social comentan en los siguientes términos la llegada de las
tropas de Zapata a la ciudad de México:
En lugar de indígenas indomables, festejando con orgullo su fiesta, nues­
tros ojos sorprendidos vieron a tímidas y humildes parias que pedían limosna
temerosamente a los transeúntes, «por amor a Dios» El desfile de las
fuerzas continuaba, y vimos a los zapatistas portar, como estandarte de comba­
te, la Virgen de Guadalupe, y finalmente, la reapertura de las iglesias y el
reinkio de las ceremonias religiosas69.
Comentando este episodio en la primera edición de este libro, en
un capítulo que no se retoma en la presente edición, decíamos que ei
«mito racionalista* (hoy diríamos: la ideología racionalista) funcio­
naba como una «camisa de fuerza» que ataba la reflexión e impedía
una observación imparcial de la realidad: el prodigioso desafío zapatista
a la propiedad y a la dominación establecida, incluyendo la dc la
jerarquía eclesiástica, fue ignorado, ocultado por el juicio a priori
relativo a la «ignorancia» de masas sometidas a la «alienación reli­
giosa*. El hecho de que podía existir precisamente una relación entre
el deseo de cambio que sustentaba a la insurrección campesina e
indígena y el sentimiento religioso de los protagonistas, es alga que el68

68. Revolución joriJ, 23 de febrero dc 1915, citado por Xavier Guerra. «De l’Espagne
au Mexiquc. le milieu anarchiste et la Révoluñon mexicaine 1910-1915",en MiÜanges de
la Casa de Veldzquet, tomo ix, Paris, Boccard. 1973, p. 682.

49
comentarista de Revolución social parece incapaz de entender.
Inconciente tal vez de su prejuicio etnocéntrico, rechaza a priori lo
que llamábamos en nuestro comentario, escrito en 1978, «formas de
conocimiento ancestral presentes en el sincretismo religioso de los
campesinos e indígenas* (p. 225 de la primera edición). En el caso de
los zapatistas de 1915, la creencia expresada por la simbólica religiosa
no es condición de sometimiento y dominación, sino de rebelión y
emancipación. No es ideología, sino cultura. Inversamente, la desca­
lificación supuestamente «anarquista* de los zapatistas es ideológica,
y supone una posición de dominación étnica o étnicocultural. La ver­
dadera incompatibilidad no es entre el anarquismo y el sentimiento
religioso que manifiestan los zapatistas, sino más bien entre el anar­
quismo y el etnocentrismo, que es una forma específica de domina­
ción: no se puede se anarquista y defender al mismo tiempo el
hegemonismo de una cultura particular, supuestamente más presti­
giosa o «ilustrada» que las otras.

Cultura y anarquía

La posibilidad de un pensamiento y una práctica anárquica supo­


ne una comprensión renovada de la cultura y de la diversidad cultu­
ral. En vez de considerar a los seres humanos como individuos abs­
tractos, como lo hace la tradición política liberal, el anarquismo debe
asumir el hecho de que la igualdad universal y el internacionalismo
están referidos a subjetividades concretas, es decir, a subjetividades
que se forjan desde una situación específica, definida entre otras co­
sas por determinadas relaciones culturales. La subjetividad concreta
se constituye por su relación a una o a varias lenguas, por una expe­
riencia específica del espacio y del tiempo, por una determinada apro­
piación de ciertas costumbres y reglas sociales, por su inserción en
modos de vida y sistemas de creencias relativas al sentido y al valor
de lo humano, de lo natural y del ser en general. Definida por este
conjunto de elementos, cada cultura es expresión y apertura de de­
terminadas posibilidades de lo humano6*, y en este sentido, sus creacio-69

69. Las culturas, anota LéwStra'Jss, representan -opciones» de vida diferentes,


basadas cn criterios específicos de lo que tiene sentido y valor. Cf. Claudc Lcvi-Strauss,
Rxice et histoire. Roce « culture, Paris, Albín Michel / Unesco. 2005, pp. 69-80.

50
ues ulpsoíSiael uo son ni ilel^^^iel ni aSllsiSe. El propio lauelquice^Oi,
entendido amo > na a 1.liaJutar cornee to de ec’nr¡iuner ir ) c -^ícuisu gtvgi-
0a en la hCltoria soda l y dOlírrica culduv a dd siglo ixx , s c nn paoPuato
elduaíSiao te tuieiminities Sonuas uuio^^iis de e ^11^110. til igual que el
marxLsen' p el lilx’ialéteo. Pura esiv enerquismo, la íui^^ii fosibilkiet te
unirai el iscsgo ctroasmtssi a de aolrridaplu eleinnllc<rs nullces loe E Eu­
ropa ^om^o una leSpime i a í^l^^^uli ta ^uoi no ío Uiair ros. iut a^ian^isistas
mexicanos tu 1A15 • xaíea aprisca- a oress ax■rbbird^d(ls de i n m*riíiiía,
;isulrtat1lc nt ornas fere^tiialac cultussl en. El ndiiurquísin un u^niro
como una perrOclUn aas^^al parrU11tar unnsJirul do pos deceuminaduv he-
cC^í iOeaSí dráalSaas, Susrrrjicimes p obeis (como lis tu Bikinin. Reclus
p Malatesra) no es ral vez más qeu le expresión uuiopue u locci^^^ne'ih
tu la m-arquia lía upuuora a de n n aodper nenrcql jue (orni nv ta suvie-
tit). Tomada ene cree eunOoo 1^1(1X111311 1 in2pqufa ne se lúe iia a lo
europeOi ni cncuenna ju iumee n n Jion^a.
Le anarquía no se nea creacióu duaíscreluamenac coezét^^nn^lu^omo
lo podemos observar. por r c|urdplí i, p pireo la la ilcru Ps Piu rnr Srivsrres.
Eu su célebre ibiro Laa sociedad contra el Estado10, niistres esuudta tss
formas de lrigrnLtacin n leí jodier uoucrie dea1l1rcil ada s en distintas
cultuiat , un a^^i^rUl^lar en cjiltsii^M auoUisones od u^i^^ele^mui^ ameri­
cano. y analiec c 1 eaeOo dc la ucurancias Ee itocu^n ice cales ceSturas.
Clesiruec demueiica qcu en uslux lrraipri1ae Se ausencia
tu E^si^^c^cti Uiósc de ei r uea a1arunaia »s g^^Hca ta oróUón por modio
tu 1 cual ^poss Pemanco detueminadcp cuneen aus|dender de lv me-
joi minera da^lble e eeavsiratss nenio materiales como saalalus. La
anarquía Ci existid dineisaeeene e u n dSfeeensss uukuiss . mucho unces
tu li aparáclóc dei rnarqsismd plldet■ico y 11 lu lioiadu dc cene vnar-
quismo dUCapiriCP parciulmuneu un esce ó bro- a América. El vOeci-
Ocneea o o solo nu ee la uuunts etc ta apa^quta ; por cu otuión de
Cidercenr1aiieaciUn y conuencrculód dol pdda^ raal ípico y euonómico,
ul «OCxidenie » ss tal vez l a sesisteni ia más leerte i la anariuíe. Por
uso, los ana^qin.|•il^U c oOcaUrni ti uecun mu des ine upeiioUer de
lis formad dc u^n^Jíi íc croadda pop s itus caPures. De muñera más
genera, d riceun pue rejnsipat la €1111^ momo instintva oe (e simbóli­
co, derc•uerl r i a dlvciriddd cuiin rp 1 s usu ni r ln uditieilidio. iAaJ. A

70. Piuppu niisrpes,, La socé contre l’Euu, PiiSs, Éditrons te (1^111.11974.

51
distancia del anarquismo emocéntrico del grupo de Revolución social
en 1915, consideramos más justo, y propiamente anárquico, el anar­
quismo de Louise Michel (1830-1905) quien, encontrándose depor­
tada en la Nueva Caledonia por su participación a la Comuna de
París (1871), comprende y aprueba éticamente la insurrección Kanak
de 1878, mientras que sus compañeros de exilio, muchos de ellos mi­
litantes obreros de la primera internacional, apoyan la sangrienta re­
presión perpetrada por las tropas coloniales francesas. La anarquía de
Louise Michel extiende la crítica de las relaciones de dominación al
campo de las relaciones entre las cukuras; atenta a la realidad, cons­
tata que en lo étnico y lo cultural, como en lo social y económico,
existen profundas asimetrías e injusticias. Hay culturas que, en la
medida en que se interpretan a sí mismas desde el horizonte exclusi­
vo del poder-dominación (discursos de la superioridad) y que inter­
pretan sus relaciones con otras culturas en términos de poder-domi­
nación, se esencializan y tienden a transformarse en sistema ideológico
de dominación, es decir, a desculturalizarse. El colonialismo occiden­
tal, por ejemplo, es una ideología del poder-dominación, en la cual lo
«occidental» se desculturaliza y lo «no-occidental» es negado como
cultura. Louise Michel expresa, tal vez por primera vez en la historia
del movimiento obrero europeo, la exigencia ética anticolonialista:
«Hecho excepcional en su época, su línea política se inclina hacia el
independentismo, las emancipaciones nacionales y raciales»71. En el
país de los Kanak, rebautizado «Nueva Caledonia» por el colonialis­
mo europeo, la deportada de la Comuna descubre y rechaza la domi­
nación cultural y el etnocentrismo, que observa incluso en hombres
que afirmaban en la metrópoli los ideales de igualdad y de justicia
social. Y, algo más excepcional aún, Louise Michel emprende la críti­
ca del poder-dominación cultural no solo en el terreno de lo público -
social sino también en el ámbito de la subjetividad o de la ínter-sub­
jetividad. Es ante todo en su modo de vida, y por su modo de vida en
Nueva Caledonia, que Louise Michel subvierte las supremacías «cul­
turales» establecidas: frecuenta a los Kanak, establece relaciones de
amistad y solidaridad con ellos, reconoce concretamente el valor de

71. Daniel Armogathc. -Eexemple de Louise Michel», Le Monde, viernes 8 de febrero


de 1985.

52
su cultura -como, por ejemplo, cuando proyecta representar en el
teatro de los deportados una obra Kanak, provocando el escándalo de
sus compañeros ctjmmuruirds-. En su propio ser, Louise Míchel despla­
za las fronteras establecidas de la identidad, como lo sugiere la pala­
bra utilizada por sus compatriotas franceses para reprocharle su modo
de vida en la isla de! Pacífico*. Louise, dicen, se ha «ensauvagé». Lite­
ralmente, el verbo francés ensaucager se podría traducir por
«ensalvajarse», volverse o hacerse «salvaje». En su modo de vivir, Louise
Michel crea interculturalidad, subvierte la dicotomía del Mismo y de
Otro, indica la posibilidad de una comprensión no esencialista de la
identidad; en síntesis, abre el sentido de lo que podría ser la emanci­
pación (de-sujetamiento) del sujeto, y la creación de una subjetivi­
dad anárquica.
Como la subjetividad y como toda realidad humana, la cultura,
cada cultura concreta, es universal singular. En la cultura como uni­
versal singular se recrean perpetuamente símbolos, que pueden ser
tanto obras como acciones y maneras de vivir: lo ético-político (ideal),
lo poético, lo artístico y lo religioso pueden ser lenguajes específicos
de utopía, que sustentan de manera diversa modos de vida y prácti­
cas de emancipación. La (re)creación de sentido y valor no es un
elemento distintivo de la cultura entre otros, sino más bien el carác­
ter distintivo de la cultura, que la distingue de la ideología: desde
esta perspectiva, no nos parece válido hablar de una «cultura» capi­
talista; el capitalismo, como señalaba Read, inicia el derrumbe gene­
ral de la cultura cn el mundo. El capitalismo produce nihilismo, trans­
formando las creaciones dc la cultura en simples mercancías. El
capitalismo es anticultura, confinamiento en la materialidad del po­
seer acumulativo y del poder-dominación. Desde la perspectiva de
las teorías que conciben la cultura como la construcción social e his­
tórica de un horizonte simbólico que permite interpretar el mundo, es
decir, darle sentido y valor, entendemos por cultura nuestra capaci­
dad de simbolizar lo posible o de formalizar lo que trasciende el orden
establecido de cosas. Confiriendo una consistencia concreta a lo po­
sible, la cultura subvierte los límites establecidos de la realidad
unidimensional, opresiva, injusta y absurda. El fondo de toda cultura
-fondo muchas veces ocultado por las formas superficiales e

53
ideoiogizadas de la cultura- es en este sentido anárquico. Por eso,
subvirtiendo todo etneeentrisrno y dogmatismo, ia aaarquía salo pue­
de darse como dtseetua reeteación e reeigntficaeidn de ete fondo, en
cada culaura. Se re-crea desde lo creado, y se es^igain-d desde lo
sienifieado: la enarqaía, apiana la utopía da Gustas Landauer, es el
«recuerdo de tddad las ysopías anteriores»72.

72. dustau LLnsLllnts, La révoluim, Patiu. Édititnis Ch.rrnp bees, 1774, p. 22.

54
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55
A Hélene Djenderedjian

Prólogo a la primera edición

Un gran silencio se enseñorea sobre un periodo de las luchas so­


ciales en América Latina: el periodo del anarcosindicalismo y del
sindicalismo revolucionario durante las tres primeras décadas del si­
glo xx.
De las tumultuosas manifestaciones que inundaron las calles de
Buenos Aires, Montevideo y Sao Paulo; de las huelgas insurreccionales
que sacudieron las ciudades y campos desde México hasta Chile; de
la enérgica resistencia de centenares de miles de trabajadores a la
explotación y a la militarización de la vida cotidiana; de los apasiona­
dos llamados de la prensa y de los oradores anarquistas a la lucha
contra el Estado y el Capital, queda un vago recuerdo en la memoria
colectiva y algunas breves alusiones en un número curiosamente res­
tringido de obras de historia y sociología. Un silencio abrumador.
Por poco que investigue, la persona en busca de información lle­
gará fácilmente a preguntarse si se trata de un puro «olvido» o si, por
el contrario, se trata de un silencio deliberado. Si la curiosidad lo
impulsa a ir más lejos descubrirá, alarmado, que el silenciamiento del
periodo anarcosindicalista es a menudo un acto consciente de omi­
sión, resultado de la censura y del terrorismo ideológico que reinan
actualmente en las «ciencias* sociales.
Mientras la censura comienza a manifestarse en la omisión deli­
berada, el terrorismo lo hace en los breves párrafos que ciertos auto­
res dignan acordar al periodo anarcosindicalista. En ellos se superpo­
nen la desfiguración de los acontecimientos, los esquemas
reduccionistas, la burda tergiversación, nuevas y escandalosas omi­
siones. En una palabra, la falsificación de La historia.
Esto resulta comprensible en aquellos políticos que erigen en Ver­
dad Suprema la verdad de la corriente o partido a que pertenecen: la

56
razón del partido, como la razón del Estado, triunfan sobre toda otra
consideración.
Por otra parte, puede resultar inexplicable, para quienes creen en
la imparcialidad científica, el hecho que reconocidos investigadores
sociales adopten el mismo comportamiento. No obstante, una simple
ojeada sobre sus anotaciones referentes al movimiento
anarcosindicalista nos confirmará que las pretensiones de objetividad
ceden naturalmente el paso a las convicciones ideológicas: así, en
medio de discursos economicistas rebozados de estadísticas sobre los
coeficientes de industrialización y la distribución sectorial del PIB,
estos investigadores no dejarán dc insinuar o afirmar explícitamente
que la derrota de tal o cual movimiento social se debe a la ausencia
de una «vanguardia» partidista, o que el anarquismo, por su natura­
leza «pequeño burguesa», no podía representar «ios intereses históri­
cos» del proletariado, etc.
En este trabajo intentamos, por una parte, contribuir a derrumbar
el muro de silencio y a desmalezar este terreno histórico de la larga
serie de tergiversaciones y lugares comunes que lo invade. No pre­
tendemos escudamos en la «ciencia» para imponer ninguna Verdad
Universal; pensamos que en toda época histórica cada individuo, como
cada colectividad, tiene su verdad, válida para esos individuos y esas
colectividades en un lugar y momento precisos y bajo un contexto
histórico determinado.
Inicial mente queríamos limitamos a la experiencia anarcosindicalista
y sindicalista revolucionaria en Colombia. En este país no existe absoluta­
mente ningún estudio al respecto. Al señalar la existencia de federacio­
nes anarcosindicalistas como la FOLA, descubrir la dinámica de organi­
zaciones y publicaciones anarquistas en la década del 20, así como la
participación de los anarcosindicalistas en movimientos de tal magni­
tud como la huelga de las Bananeras en 1928, pensamos haber apor­
tado nuevos elementos que permitirán conocer más profundamente
la naturaleza de los conflictos sociales en Colombia en las primeras
décadas del siglo. Muchas cosas, no obstante, nos habrán queda­
do sin decir. Sólo un paciente y laborioso trabajo de equipo, dota­
do de los medios necesarios, sería capaz de enfrentarse a la caren­
cia de fuentes de información y podría llenar los vacíos que deja
nuestro trabajo.

57
Las reflexiones suscitadas por el decline del anarcosindicalismo y
la aparición del sindicalismo paraestatal en Colombia, hacia los años
30, nos plantearon la necesidad de conocer de más cerca el desarrollo
del mismo proceso en otros países del área. Seleccionamos tres países
que, en relación a Colombia, poseen un universo cultural, étnico y
geográfico sensiblemente diferente y donde el anarquismo y el
anarcosindicalismo alcanzaron diversos grados de desarrollo: la Ar­
gentina, México y Brasil
Constatamos que, más allá de las particularidades locales, la di­
námica del movimiento anarcosindicalista anterior a los años 30 y el
advenimiento del sindicalismo paraestatal obedecen a una serie dc
factores comunes que abarcan diversos países del continente e, in­
cluso, de ciertos países europeos.
Esperamos que en cada país, así como en aquellos que no han sido
mencionados aquí a pesar de haberse desarrollado en su seno núcleos
anarcosindicalistas de consideración (Cuba, Uruguay, Chile, Perú,
etc.), surjan nuevos trabajos que permitan conocer las condiciones
en que se verificó en cada país el viraje histórico del anarcosindicalismo
al sindicalismo paraestatal.
Intentamos, por otra parte, aportar algunas reflexiones tendientes
a elucidar los diversos factores cuya convergencia contribuirá a expli­
car el decline del anarcosindicalismo y la Ínstitucionalización del sin­
dicalismo. Como pensamos que el comportamiento de individuos y
colectividades no está determinado prioritariamente, en todo tiempo
y lugar, por los condicionamientos económicos, abordaremos el pro­
blema de la irracionalidad en el acto de la rebelión, así como el signi­
ficado del miedo y de las diferentes realidades míticas en la vida
cotidiana de los individuos y colectividades.
El comportamiento de los actores sociales puede ser catalogado,
clasificado y etiquetado (a esto parecen resumirse afortunadamente
las posibilidades de las ciencias sociales), pero, a pesar de los gigan­
tescos medios que la ciencia proporciona a los Estados y a las empre­
sas modernas, su programación sigue siendo, por el momento, limita­
da. Al constatar que la irracionalidad está presente en nuestro
comportamiento y que lo imprevisible forma parte de nuestra
cotidianeidad, cuestionamos toda interpretación determinista de la
historia. En este sentido, nuestro trabajo se afirma como anticientífico.

58
Queremos, por último, expresar nuestro agradecimiento al Insti­
tuto Internacional de Historia Social (IISG) de Ámsterdam, y en
particular a su director Rudolf de Jong y a Thea Duijker. Gracias a su
colaboración pudimos hallar materiales de inestimable valor prove­
nientes de las organizaciones libertarias latinoamericanas de princi­
pios de siglo.
Debemos asimismo agradecer a Lucía Ortü, cuya colaboración en la
investigación y recopilación de materiales fue invaluablc; a mi padre,
quien me proporcionó su ayuda en la obtención de fuentes de primera
mano; y al Instituto de Altos Estudios de América Latina en París.

Marzo de 1978

59
I. Colombia

El socialismo es el ideal más perfecto para salvar al mundo. Como ia


palulxna es eí medicamento por excelencia contra e! paludismo, la
anemia en todas sus formas y los dolores reumáticos. Solicítelo en
todas las hocicas de buena calidad.
(Publicidad aparecida en el periódico socialista El Taller,
Manuales, 1919).

1. Antecedentes libertarios

A. Proudhon y las Sociedades Democráticas (18474854)

Luego de tres siglos de dominación española, los grupos


hegemónicos dentro dc las recién constituidas «naciones» latinoa­
mericanas impusieron sistemas de organización social inspirados de
los existentes en Europa. El genocidio perpetrado en la primera mitad
del siglo XVI contra la población indígena y la destrucción práctica­
mente total de su universo cultural y social anulaban la posibilidad
de establecer tipos de sociedades alternativos a los modelos occiden­
tales. La larga presencia española en la región consiguió, en mayor o
menor medida, occidentalizar a las capas más diversas de la pobla­
ción; y allí donde la acción de los españoles se mostró insuficiente, la
campaña genocida fue continuada por las colectividades no indíge­
nas dc los nuevos países.
República, monarquía e imperio no fueron solamente la expresión
de diversos proyectos de organización social basados en diferentes
mitos (el Estado-nación, el Estado monarca y el Estado-emperador).
Fueron asimismo una nueva manifestación de la inserción de los nue­
vos países latinoamericanos en el universo cultural occidental.
La Revolución francesa de 1789 y sus consignas de libertad, igual­
dad y fraternidad tuvieron un profundo impacto sobre las sociedades

60
colonüadas de todo cl continente americano. Medio s(ta más tarde,
el reccimiento dc las ideas ceialetas en Europa ee la explosión revolu­
cionaria <Sc ls^<5 obreros irancescds m 18^41 habrían de teses repervusio
neo no menos profuodac sodas individuoc y eolcctieidcdes Oc los paí­
ses letinoemericanos.
Le efervescencia idoológiea dcssptttaCe en COeorebia (llamada por
ese época Niimva Grunadae en vOible en el iigulente pecoje dol pvlíti-
ro ec hislosirOpr Rafael Núner:
El movimiento político IsOsívI que se inició cu 18'18 p 1819 fue en gren
perte piotecio ináiiecto te le ísvoIucióu que iullveióen Fpara.it en el primero
te dichos años, el sistema iepeOk¿;iuo. De 1849 en adelante teñimos en verde
tero alud te eltdívs p dviadojvl Srauaelel. Así como se exporten te Fívuciv,
con el nombre de niuoc, cidrtvc composiciones químicas que allí uvOIu pruebe
1...]. así se exportan gren númerote Il^í^íjOivichu^^s de que ntaRuna pesorn:!
cducetv Caríe caso en el tasar Oc le dPO0ddencVi. En medio de esta tamente-
dón te l as ruteliguuaiac rajáteme Lvmeniabies canpradiciilcu^es deperv
0^-^^ tc los tineilos modelos que cete cuel roucJlreOe 1 ...J. Peí aji^u nos esa
^martine [..]. Otros se ¿«00101 más a estudios econónücto a s emdapeOeu
0e les utopiAs te Luis Blanc, PiojOCou p tote la escuela de csa0aicrlral1

Desde 1849, nn efecto, dos jónener inreiecsualesl Jonquín Pablo


Posada y FernUn Púneros, pubiin an un iót^lL<OClco srolrlae Mamado El
Alacrán, donde e atoea dume^ente a la edasc ricp» y se profe tiza el
atvunimlenlo del i.ceurlllmsm;lL Lat elari de Prcudhon tifp tiVmdi-
0^ en El Neogranadino, dirigido poe MupucI MurO lo Toro. Dc cecho,
todos tas coed|oudnnles dc ls faascrón Cheral i^aellci^Í (lateada goólgo-
ta» esJuviernn ec nontado ccís ias i deai rocía listep y republicanas
fiaucc$as de le
Las reperidcc cepsinnca a Prcon hon en tas conflic­
tos iOtorlógícoc da mti^it^os dd glolo xis suponen una cícsUs ie^ven-
de sus idesc ooPee tas acslectrtidupes eue pegaugonlzu ron ia livma-
ta Revolccta n dc tas Alíesaner en 1 C5o. No moSemus aquí definir
cou etayoc xxacritu d ei ciuadcc rere del prcaUisenisuro cn Je Nueva

1. Rafael Ntutez. cititki en Nieto Ar teta, Economía y culturn de l Historia de Colom-


Oie Bogotá, Odradp Mundo, 1962, p- 28.
2. «... los hiptoriidloree aoutcelda'||áruap (...l 0^ de t^t^i^esi^toc en sflmvpr que tos
gólgotes esvatam bato ia taPunncit de OJLdeOUtcnl Sí. (imón, Pidprina Copidoacet, Soms
Blenc p 11(11X1^». Miguel Ureptia, FrCrorsv del sindicclum en GdoceOe Bogotá, Uusvup-
^010 de los A^uo^cs, 1969, p. 1L

61
Granada, ni el rol que desempeñó en los acontecimientos revolucio­
narios de 1847-1854- Este tema, que sobrepasa los objetivos de nues­
tro trabajo, merecería ser estudiado por aparte.
El pensamiento a menudo contradictorio de Proudhon no facilita­
ría de manera alguna la tarea. Considerado generalmente como el
«padre de la anarquía», algunas de sus ideas han sido recogidas por
sectores definitivamente opuestos al anarquismo. El antifeminismo de
Proudhon, por ejemplo, es cálidamente recibido en los medios más con­
servadores. De hecho la personalidad de Proudhon, como la de cualquier
individuo, se resiste a toda etiquctación. En La Sagrada Familia, Marx lo
denomina genuino «proletario», y en Miseria de la filosofía lo cataloga de
«pequeño burgués» oscilante: las adjetivaciones de Marx obedecen a los
ava tares de la polémica entre los dos personajes.
El papel desempeñado por Proudhon cn el desarrollo de las ideas
anarquistas se centra en su implacable crítica a la autoridad del Esta­
do y al régimen de propiedad capitalista. Para Proudhon, autoridad,
gobierno, poder y Estado representan medios de opresión y de explo­
tación de los hombres; el individuo puede expresar su voluntad sin
necesidad de intermediarios y no debe reconocer ninguna ley.
Ser gobernado significa ser observado, inspeccionado, espiado, dirigido, legisla­
do, regulado, guardado, adoctrinado, sermoneado, controlado, medido, sope­
sado, censurado y comandado por hombres que no tienen el derecho, los cono­
cimientos ni la virtud necesarios para ello... Ser gobernado significa, con ocasión
de cada operación, transacción o movimiento, ser anotado, registrado, contro­
lado, gravado, sellado, medido, cotizado, patentado, licenciado, autorizado,
apostrofado, amonestado, obstaculizado, reformado, reprendido y detenido.
Es, con el pretexto del interés general, ser reducido a contribuyente, disciplina­
do, chantajeado, explotado, monopolizado, extorsionado, oprimido, falseado y
desvalijado, para set luego, al menor movimiento de resistencia, a ta primera
palabra de protesta, reprimido, multado, vilipendiado, insultado, perseguido,
regañado, golpeado, desarmado, estrangulado en el garrote, encarcelado, fusi­
lado, ametrallado, juzgado, condenado, deportado, sacrificado, vendido, trai­
cionado y, para colmo, burlado, engañado, ultrajado y deshonrado. ¡Esto es el
gobtemo, ésta su justicia y ésta su mo^al!,.
La anarquía es para Proudhon un sistema de organización social
basado en la libre asociación de individuos y colectividades que pro-

3. P J. Proudhon, citado por J. Maítron. Le míjwuement anarchúte en Frunce, vol. 1.,


París, Maspéro, 1975, p. lé-37.

62
ducen e inse^cumeian un necrsidrO de rutermediariesT Lu roriedad
untarla cornudcse a ocn una infinidad pe eoqueñor fabricantesc nrtcsa-
non p «compañías bbseras• eetrraUae a travdo un uu sisi-ma federal:
cemonos , runnicipio) y proóinciap Ubres. El tal lor es ta midun Oinda-
munlal del iisiuna 0e psrducclón; el mu1ualdino murmlre Ta asisten-
cie rocíps(órL pr el msccemmoio ola svióilcio) v vaSoaes. Ei federaldmo,
concebido smdo un sisrema de epce:lacSones libree ti rurónL0ias, es
óonsibersdo rumo itpív ^í^^sí^ de líberead. Ppro Proe^on, todo Es-
tedo es soralltasio, rn U mde iOn au qup suLone unu eetrurtura de
concenrrccinn y acumulación do pcoTenar sobre oc seriedad. Al defi­
nir- el carccser aoroeitorío deT sireema centra 1P^^^T Psnudóon sentó,
junto con Mee Stímor on 1845, lrr primerio beuor do lr crítice enrr-
quinces del tetado^
Un castre , Áurbsnoo Lóse-Zo orgrnizó en 1847 ln «Scodorad de Ar-
touer^<Ta en Hgn^itá. Desmidas punaLo > u lúe-car conlrt ta impor­
lp
tación de mcceenaias exeranlesae qoe artuinaba a loa oediIeñsn pro-
ruclores ceca) es, las o^e^^s^da^ ee de ou tosancs e Sociedades
Demsóirátlaus Orejaron u rier neocros Oe acción «.01(11x130 autónoma.
Liredos en un c^^íc^^íoIo u una CracrIón radire1 per dorlido liberal,
fueron adquiornc^o llaalreuoelonal, al cadui fie loo acoutorioiientosl
una gran ultlnloumía Orente o ios t^smamps c psóyecios dr opeanizeción
nociel do loo nic•ild(ur trrdlL€ln^;sOla ldral^ip c lniuseerado^. Para ocsc
como Jnutla. ko alsiorodoutrs de los eógariisacnrues sindi­
cales del sVlta xx ue hallan en las oePirOrdes demoeráeliias de arrnsa-
óou. Gusravo Varga s Manútezi en su inseresenra trabuob o>bsn da -dic­
tadura democrática-artesanal» de 1854, sugiere 1a posible conexión
exietanse ó noce tap p^s^reraa coóedadds Vaecr)ttcanlcar ota Sósgore - or-
VrniterlOiie.I (broceas uu rosen ad de Thi ha spoT1Oises mo neo Soeieda-
d^n de LOjmócratas Freternaie) y lae detaciaeSonro Ar Artesanos4.
Al inidOi la aipinn de los asiaósno5 se intbObe demro Uc1 marco
inutieuclnea1 bOj^lal. Su vioieníc .rentón med-nlre ul friunfo electoral
dol liberal José Hlliioo ló^»eer óii 18hL. o^o.i iSierarLU ísroblÓI di de él
la adonóiión de noa leulihcióo eeuanLíc proteccOonlito. Los liOorales,
por ru parto, necoiitebrn ol apoyo do lor .lrter;leor p domár rmr^.’i
urbanos para contrarrestar ta influencia del partido conservador.

8. G. Varías lCVeaiMart nu^tombia i85a: Malo, Mu nitoomos a el so^lioca. MmlellSni


Ovejo Negra- 1972, na 35.

63
El 25 de septiembre de 1850 sc crea en Bogotá una Sociedad Re-
publicana, integrada por los intelectuales más influenciados por las
ideas socialistas y republicanas francesas. Esta fracción liberal radical
recibió posteriormente el nombre de «gólgota», y mantuvo hasta 1853
estrechos lazos con las sociedades democráticas. Cronistas de la épo­
ca como Cordovez Moure señalan la influencia ideológica de los «re­
publicanos* sobre los artesanos. Sin prever las consecuencias que ello
podría tener, los intelectuales gólgotas jugaron el papel de «puente*
entre las ideas socialistas francesas y el movimiento de los artesanos.
De hecho, los gólgotas buscaban utilizar la masa de los artesanos para
conquistar poder frente a las demás fracciones políticas del país.
Por su parte, el gobierno liberal, deseoso dc consolidar sus bases
urbanas, buscaba el «buen entendimiento» con los artesanos. El 7 de
agosto de 1850, el presidente López y sus secretarios (entre ellos Murillo
Toro} asisten a una reunión de la Sociedad Democrática de Bogotá
donde los artesanos reafirman sus convicciones socialistas. Esta acti­
tud del gobierno suscitó enérgicas diatribas de los conservadores, tanto
colombianos como de otros países del continente56 .
Las divergencias entre artesanos y gólgotas no tardarán en aparecer.
Como señala Urruria, «aunque el vocabulario era el de la revolución dc
1848, los intelectuales liberales estaban realmente y predominantemente
bajo la influencia de los economistas clásicos ingleses. Los gólgotas espe­
raban lograr la reforma completa de la sociedad con base en el principio
de la libertad absoluta cn las relaciones económicas y sociales y la liber­
tad de cultos**. En el contexto colombiano, no obstante, esta «liber­
tad» económica implicaba el dominio de los grandes comerciantes y
de las sociedades monopolistas vinculadas a Europa. El rompimiento
fue brutal: las escaramuzas y enfrentamientos entre artesanos y
«cachacos» (gólgotas) se repetían en las calles de Bogotá.
En las elecciones de 1853, los artesanos apoyan a! «draconiano»
0a otra fracción liberal) Obando, quien toma posesión el ly de abril

5. En Chile, por ejemplo, aparecieron en 1853 unos panfletos intitulados Anarquia


y m/ismu en Nueva Granado, por M. Ancízar, y OfasemicwFies sobre la anarquía y el mjismo
en Nueva Granada, de autor anónimo. Véase Max Nettlau, -Contribución a la bibliografía
anarquista de la América Latina hasta 1914», en Certamen Internacional de La Protesta,
1927, p. 8.
6. Miguel Urnitia, op. dt., p. 51.

64
del mismo año. El desengaño ante la política librecambista del gobier­
no de Obando y el deseo de contrarrestar la oposición de gólgotas y
conservadores en las cámaras los conduce a organizar milicias y a
tomar contacto con sectores favorables del ejército. El 17 dc abril de
1854, los artesanos conducen al general Meló a tomar el poder. Al
nuevo gobierno se juntan algunos intelectuales de trayectoria liberal
o socialista: Joaquín Posada, de El AlacránL edita ahora El 17 de abril;
Francisco Antonio Óbregón es nombrado secretario general del jefe'
del gobierno.
Las primeras intenciones del gobierno «artesanal» son claras: «1.
Convocar al pueblo, para que manifieste su voluntad sin interferencias
dc los políticos, los demagogos, los embaucadores y los prejuicios cons­
titucionales. 2. Castigar el monopolio y cobrar fuerces derechos a las
mercancías extranjeras»7.
A pesar de que el rechazo a la representatividad política, el des­
conocimiento a la constitucionalidad burguesa, la lucha contra los
monopolios, el énfasis en las virtudes morales del trabajo y el desarro­
llo de escuelas de artes y oficios podrían expresar la influencia del
ideario proudhonista, seria arbitrario definir el movimiento de los ar­
tesanos como un movimiento proudhonista. Se debe tener en cuenta
que los artesanos apoyaron un gobierno militar, más centralista que
los anteriores, y restablecieron el poder de la jerarquía eclesiástica
vulnerada por la administración de López. Dc hecho, la confluencia
dc diversas y a menudo contradictorias ideologías socialistas y repu­
blicanas europeas produjo un enmarañado tejido ideológico, dentro
del cual resulta difícil reconocer los elementos característicos del
proudhonismo. Por otra parte, el contexto específico de la Nueva Gra­
nada a mediados del siglo xrx implica unaf serie de condicionamientos
culturales, sociales y económicos, además de la acción de valores ideoló­
gicos propios, que debían interferir o modificar la reversión a nivel local
de los sistemas ideológicos socialistas y republicanos europeos.
Luego de varios meses de guerra civil, los ejércitos liberal y con­
servador coaligados derrocaron a Meló el 4 de diciembre de 1854-
Durante sus ocho meses de gobierno Meló intentó abolir los monopo­
lios, obligar a los comerciantes y prestamistas a aportar capitales para

7. Vargas Martínez, op. ctt, p. 91.

65
sostener las obras sociales y la campaña militar, reforzar el poder del Eje-*
cu ovo, reorganizar el sistema de administración de las provincias sobre
una base centralista y defender la «religión de los colombianos*.
Luego de la toma de Bogotá, centenares de artesanos son envia­
dos a Panamá a trabajos forzados y se dictan varias sentencias contra
los participantes en la experiencia melista. El escritor José María Vargas
Vita, junto con Joaquín Posada y otros más, es indultado. Cuarenta
años después Vargas Vila diría en un boceto biográfico consagrado a
Meló;

Después de ios tiranos de sacristía, no hay nada más odioso que los tiranos de
cuartel; después de la insolencia estúpida del dinero, nada más depresivo que
la insolencia de la fuerza bruta En los ejércitos están los dictadores como
en estado coloide, esperando la zona política en que puedan desarrollarse y
crecer; en el fondo dc todo soldado se agita el germen de un déspota, más o
menos informe, pero siempre vivo; habituados desde Alejandro a cortar el
nudo gordiano sin desararlo, son siempre dados a las vías de hecho [...] el hábito
de la obediencia les forma la necesidad del mando: se vengan en los demás de
su propia servidumbre Meló túvola inmensa audacia de levantar su espa­
da y atravesar de parte a parte la constitución Se hizo dictador (...) ejerció
el poder supremo, pero de rara manera: fue un dictador inofensivo y noble. Ni
patíbulos ni proscripciones, ni atropellos, ni robos; nada cometió; cayó vencido,
pero no odiado; pobre, pero no manchado..?

B. El viaje de Elíseo Reclus a la Nueva Granada (1855)

En este convulsionado periodo llega a la Nueva Granada el anar­


quista francés Elíseo Reclus. Contemporáneo y amigo de Kropcnkin,
Bakunin, Guillaume y otros, Reclus es una de las figuras más desta­
cadas del movimiento anarquista del siglo xix. Proscrito por la reac­
ción luego dc la derrota de la Comuna de París se estableció desde
1874 en la región de Vcvey y se hizo miembro activo de la Federación
Jurasiana, la rama más importante de la Internacional anciautoritaria.*

8. J M. Vargas Vila, Los divinos y los humanos, México, Planeta, 1969, pp. 76-79.

66
Fue redactor de innumerables periódicos anarquistas de la é^ca: Les
Temps Nouveeue, Le Revolé, La Révdie, etc.
Geógrafoi como Krodotkiri, cecorrió los peises de A Américo tro­
pical y publicó importantes trebejos de óeráóter científico. Eeiledo
por el Segundo Imperio (1851), Roclur desemberór) en Américe Leti-
ne en 1855.
Su esteidia en la Nueva Grerada no parece RuScisc limitado a la
obuerv^crH i de 1ci enccLrrísuuas oturfi^r-ónr ar del país. Para óserl ue, la
Nueve Grenede re distinguie por «ru régimen liberel, sur clubes ro-
óío^í^i^iu y A Tiqueen eubSrerao tr de sus vetoas tropicales»910. MSs ajé­
lente riirói qee í a Necva Gredod^1 lto sato-slo, di la irncUn mbr líbre
del mundo:0.
Eute comeneario de Red us sc exelic a si rdoorda^eos o ue la in­
fluencia de 1u s íOous rvvoiuaionacas franousus sobre el p^ tido hberal
(en us írcócrón «gólgota») y 1 as 01X1^13110 Uamop^át:idos de
entesanos oe trdeujLí póuo1ulmense ee lu need Coustitución óoctonal,
eprobada par e 1 anvrd■eso de 185 1. Ld desócntealipeóión , oi rraonoci-
miento di nea grae aurouo^ra a luu municipios, is ei(nrnlón errpular y
directa di tos doOemrdorer dp ovovieciai el umeersai storeto
p le cope radón iSl to Iglesia y del ibt^iic consumían pumos esencia-
loa do la nueva Constitución11. Por otra putee, el ablSi^l^nd Le Tosé
Hilario Lóper aboliL i a oóo a du muerte e da erviaviClJdl dbcT autduta
libertad a h psóura (mayoe a la quo exietía pn aótouces en Simcia);
expulsó er tos óu^^í^i^s e Hoo cumbíar er trutamianfo oficíol ole (os ma-
Virtrados forr al de clrOrdanos.
Recluu propiin» el obbseroo un *0)Oóecro de eaptotación soriaola»
de le Sierea Nvos^í^ de e^íteta Muia que VeagM rtrnstínea edifica de

9. M. Segell. «En A.UKu.ie•.iL letrno:: ^1^^0(010™ du uiolvsumrrti oworir er


nrouó^tnctdó», on lnternoxtdóoa Roviow of Social Hátory, vol. XWI, p .3 31.
10. E. Roclua, Corespondance, p. 139| cit«^c^o por Mex Ne1rlau, •dótnbUótiClón o la
biblnlvrrtía róriauluil sn le Américn Leilór», sn Certamen Irjemacrkil d’ la PrOreL-!, p.
8. Vércs 0(11x00 : Paúl dC^ulus, Les frérss Ele et Els¿e Recls, pp. 32-40­
11. Csnusi^verdrres comor J. M. Re«reíos rtirOrL a l idísídicso; «E$pe^oudC que uu Jun­
ción cora corta p i'ou ullrd.^ua.u en que cu s rlupau,liusrei.i fru^ncíe•|iar ont <^<ri^rr^a i a kur aoae,
costumbres pi lrbbied0as 0e nuestro pucr1da ¡Ubres s0 l<a> gr3Ir¡rUraos rnsrvrr^dor a tamas
empíitcaa o lvr^ssr^lteiSi^lO' op-poó e F^i^iUlrbsr^ . lua Blenc, C^.g.triói ¥s‘isur irari!seTSU que t^.ói
uuu modolou, muchsc uin hard•rl<c ». J. M. Rdutsono,, Dierio polio y miar p 356.

67
«república idílica» y asocia a los íalansterios de Owen11. Este proyecto
no fue tenido en cuenta por el gobierno,J.
Por su pane, M. Segall sostiene que, durante años, Elíseo Rectas se
hizo consejero de ¡as secciones de la Internacional anti autoritaria en
América Latina y que, sin su aporte, el desarrollo de las «secciones
bakuninistas latinoamericanas hubiera sido incuestionablemente más len
to**14. No queda, sin embargo, ningún indicio que nos permita pensar en
13
el establecimiento de lazos permanentes entre Rectas y eventuales co­
rresponsales ncogranadinos, y menos aún en la existencia de una sección
neogranadina de la Internacional anti autoritaria durante el siglo xix.

2. La hegemonía conservadora

La derroca de los artesanos en 1854 significó, a lo largo del resto


del siglo xix y comienzos del xx, el mantenimiento del esquema tradi­
cional agro exportador. A principios del siglo xx, Colombia, con una
población de unos seis millones dc habitantes, es un país de escaso
desarrollo industrial. El artesanado, aún importante, soporta difícil­
mente la pesada carga de impuestos y la invasión del mercado por los
productos extranjeros. En ciudades como Bogotá, Medellín,
Barranquilla y Orias menores, se afirman las primeras empresas: texti­
les, cerveza, cemento, vidrio, cigarrillos, calzado, jabón, fósforos, etc.
Los principales productos de consumo final son traídos de Europa
o de los Estados Unidos, mientras que la agricultura, que se desarro­
lla dentro dc una estructura en la que conviven formas capitalistas y
precapitalistas de producción, representa la principal fuente de ri­
quezas. Tradicional generador de divisas, el café constituye en 1912
el 50% del valor total de las exportaciones.
Grandes empresas norteamericanas como la United Fruit Company
y la Tropical Oil Company se implantan en las regiones bananeras,
petroleras y mineras.

12- Vargas Martínez, op. dc, pp. 30-31.


13. E. Rctlus, Vírwge a la Siena Neuda de Sitíate-Marthe, citada por Vargas Martínez,
op cic., p. 30.
14. M. Segall op. rit., p. 33 L

68
En 1924 ¡os Estados Unidos «indemnizan» a Colombia por su in­
tervención en la separación de la provincia de Panamá: el Estado
colombiano recibe veinticinco millones de dólares. El pago de esta
«indemnización», por otro lado, parece haber sido condicionado al
otorgamiento, por parte del Estado colombiano, de concesiones pe­
troleras. Paralelamente, se desarrolla a un ritmo extraordinario la lle­
gada de capitales extranjeros, bajo la forma de empréstitos. El Estado
nuevo-rico se encuentra, «de la noche a la mañana», en posesión de
grandes sumas de dinero. Es la época de la «danza de los millones».
La mayoría dc estos capitales se invierten en la construcción y am­
pliación de obras de infraestructura: sistema ferroviario, carreteras, puentes,
etc. Los salarios en las obras públicas aceleran el éxodo de millares de
campesinos que sobreviven a base de miserables jómales.
Es igualmente la época de las «roscas» y de los grandes escándalos
financieros: los burócratas al servicio del aparato del Estado aspiran a
extraer su tajada de la «danza de los millones».
La vida política del país, dividido entre los dos partidos tradicio­
nales liberal y conservador, está manejada desde 1886 por la «hege­
monía conservadora». El partido liberal adquiere, desde 1910, el de­
recho de ocupar la tercera parte de los cargos públicos.

3. Presencia anarquista antes de 1924

A diferencia de Argentina, Uruguay, Brasil y Cuba, la corriente


migratoria europea fue muy reducida en Colombia. Los diferentes
gobiernos conservadores no se mostraron, en efecto, muy favorables a
la importación de mano de obra cualificada del viejo continente. Por
otra parte, el carácter eminentemente rural de la sociedad colombia­
na de principios de siglo, las grandes distancias que separan los puer­
tos del Atlántico de la capital y de otros centros manufactureros del
interior, y las difíciles condiciones de acceso a los mismos (hasta la
década del 40 el principal medio de locomoción entre la costa atlán­
tica y el interior era la navegación a vapor por el río Magdalena) no
alentaron la llegada masiva de trabajadores europeos.
Primer eslabón de comunicación entre los dos continentes y per­
manente lugar de tránsito de mercancías, personas e ideas, los puer­

69
tos fuentn n e geneta11 a meta iota l de iss bEresoe eomooo s. 0n unenn$
Aires - MontenineOt SnnioSi Río de Joneira y iba Hab ana, io anterior
tondecci s sa df^ntnó debida m Oa rminattaneia económícc y política
io esiss ciudades , a moñudo capitales de to$ esspecris oe países.
Ee Colombia ls s pnmrtao r■ltganiracLOi^es trbreras nocieron nn la
rema dei rtensportc , de los snrrtuarioa y de errcidos pbbricns. Oor ooo
laRoa los primeros tropos anarquitane aparecieron y ee Oesrororianon
ee les orinclaales dubades ate ta coste edánúaa (Barranqetl la, lienta
Marte y Caraanena).
La mayoría de uutores qire fan adoadedo estr oeoiodo coinci­
den en afimear uu e d tindicslismo «toe tre iredorodoret bomiarios
Reí Carite y del Magdafe ne ae ^cpe^rortó bajo tu infiuancia de las
idoas annsquieray s nialictari ay y qtte en A cotta ntá ntica, en esta
primera etapa, hubo una influencie ldpnttaotr del aflan■cosifdhcalisdn
no el movdlienro
La p^r^^i^t^i^cti Oe inviaíduos ar gnipios inapíndn e ma. or aym- n menor
^1(10 poti tss idess fnarqstaraf eo pareci sm qmenrea'r hatera iimi-
tesOi a Os ^^^^sei te mayoc confenraan iOn etb rana dc la casta ü^tlánti-
ca. Existen, en efecto, gtnunof indis iou qno non peeearten suponer su
neistemia d^^df finales dt ln Rbc^da dd tfltl en slgunas
lnnelidades del inteoos del país:
t| En su «Contqbuciód a Io blnlioarefie anarquista m América
Latina* , Mex Nettíau señala ie exicttncia lu asgonas brlniienciones
que s^<^nnneó^i^an la inrusticia eociai y diíainutan uc ^^^tl socialista
donde se encomiarían alaunoi ekmc^nroi de I proycci:o ar^ítnqiiisti15
1617
.
b| En su estudio derctiotivn del movimiento anarquista y
enarcoaiRdicalietd de A Amériaa Su, Sur, ü. Siisróa seOala, para la
dirda épota , i a estetmcia dr ctsiculoc n caatec de cotresnonsales
colombianos co los peri<RiIcrn anasqursi^i de Argeniina y Etasill1.
c| En un iqtni nonsaeracni ts i fundados ade i a Pta Sociedad Saisstena,
dn los Cnnppnennorea y de say Hijas de MaAa Auxiiitd(rea, se hacen

15. M. Umitia, op. dt., p. 87.


16. Maunau da eoess puib|ln9c.rniei eran r^v^^s si iitereturaii y onda: Tafea (Bogo­
tá, 1908), Cnpsl<ctdos (Manízeiles , 1910- 191l), Paz y Amar, tRitada en 1913, en Honda,
idpntqanie o^r^^o obrree el MeRidelena.
17. Feeiy aimoi,, • A^arr^:insn 1 tcR ilnarcO^-ntnljiealnm'l in aouth Arenria-a», re TO
Híspan Amonedo Histbncai ReVew, vol. 26, op, 57-58.

70
clar^^s atlt^sú^nes al anarquismo y a uno de sus princS>ios: a [La cues­
tión cbrrera] (..iP nos jupona la puz y la guerra, la lí^lMoid^d del hogar
cristiano o rrl teruoo riel cluU syciaMista p anarquotar el resyreru a las
legítimas auronModer reliusasao y civUes rr el rerrible principiar 'Ni Dios
ni am^', con aro«as sus rspanrurss consecuencias»10.
O. Un rrtfuul o aprrecido en El Taller, periódico arte&mal riariuns'
ta de Maniaaler, suororr lo exlateacio ale acrivistas proparudores del
ateísmo ^úiirpnte y dd anticlericalirmo; «El Taller rospota y raorren-
cia la reilgión católáco o estácna qua hacan labor ontlricpublicana y
perjudicial' aquellos inOiviOuus quo quioron traer' rn rstes momentos
tan deiicodas aar a cl psís, la ^i^i^^u5o dnl problama religiosoc1’. En
otro i■latiCleo iIcÍ mimn m períccOso dico: « Es mutU murciar loir los
camino, oOe «ü anarquía trm ntentidor me mojes de funnrtoa políti­
20. libido a la abuiiva uiií^^cí^íP n rlel hbrml no «aaurquía» hecha
cos»18
19
por liberales' yopsrraydlroi y marxistas' Oebomos no obslrnlr ryogor
con reolaaas sita última aimión a las íseas auarauistas.
Otror índiaos Oe i a psonencia anaaqy ista anton» dc la Oócada del
aoinre se eueuenlran on aibrtar mooiriraeione( soaiales. Estas
muvilizaclooes, ^n eracrre oecogan a menudo lrb formas dr acción
caTacrerísticas dcl anylalesindlcalL5n•|U Iluaclga gmcroi, boicot, sabo­
taje, «0)1 yo en roanas de ellna parecen Katar partlcipaOo obreros
oxtranleras. No obrtanrai to temomos cn caenio ba yroasr óifusión de
las iOoas a^.ilrquisis s dunao ir es cs ^o^odc^, sa face i ble ^oan cpe la
dipámiica Oe rann par too ds as ras varazyIiopOooos inocrilta en 1o que
se daoominar sindicalirmo reuolucionnrio. ü rindbulismo re-
auluclonhrio, 21 difesenyio del anescodindiaolismUi no rosne nrnguna
phuooyyióp mítica, esto es, no concibo su acción como parto Oo un
prllroao quo yenOuyilá a la ieilarraiión OO nurias formas Or olgyei-
zación ^c^aail. ^a^í^i^d^ blaOlrmor dn aiydioollsevo reaoiilclnnrrio nos
heSerimro, anrss qua u a na hrit■uctura permanenta, r ca piantica anti
ipatituclonrl oOnptadn pou un oinyieaty parn oyrlara rui onyiyndias del
momento, Sor hyaia , ^oss, Oe nn siniyyaasnrlt Oe eoqnnhrra: ta flotee iaar bs
heiaipdiirlclcareSi l 1 iaddiyato rJaln pylicybamenoe ote existir.

18. Antonio Aime, Don Bosco y la cuestión obrera, p. 7.


19. El Taller n° 12 (seno 3), 17 dc sepiicmboc Oc 1910.
20. INd., 17 Oo sopt^i^oml^i^c oOi 1910.

71
Los conflictoe dodO e s e onroevu a nu ruptuoa eln el is^í^lheno re*
tomista da tas pooiedanes nsieeenales Su uo utuo OUPÍIÍO, parten del
litoral atlántloo y ee exeiendea al Ortorine del país.
Dol 16 ai 21 de eebrepo Oe 1^1.0í teteHu a na hedeo oen edol de
braceros portuarios, obreros de ¡a nonstrqnnión, ferroviarios y treno
p^írtedoros fluviales on la región de Barranquilla, Puerto Cnlomqia y
Calentar Esta nrirrnr a toletea d ei sig! o, o s denfóistó Ol stridasided dc
amplié^ $ectorns Oe t a oobciótón, olóigó o i or anec^tcplikin a cotnceder
un ligero salarial. A difenciaeia de Ido 1e 191 d y b e lc década
dol veinte, Ose qoeluuietan de 19í0 setenen a ún una ieácOi conciencia
do su autEPnmia a detonan ol sender de ni^t^oc^b ton se un periodista
¡lbertll de Berreenquitlai,,
Despuéa Oe n n periodo de rdeúba taima ^i^^ noinoide con la
primera guerra mundial y que finaliza lurgo ir los acontrmmient^os
rovolucionnrins c n Rueiao estalln ovenrmo nn im efolento movimien­
to on e í ltn^e^i. El 2 Oe enon d1 191 8, Ios tustusnos de bfrtanbuilla
en huelea btcqiueen i as s fas piialieap1 re>eman písuet es dg huelga e
impidon el teqbajo a loe e$uitisotoL La acción direaio y d sajntnje son
utilizados pori ins quelgniesas.• rtan an d ruminisseo lu agua a Ouerto
Colombia y iveenfan sos riel es id feraocarritr ce reab heect axistido,
Ooi otra pane, un nne^rol efectivo a los Ueleeedos nqtrtos por parte
dd noieciOno Oe huglgutssrlt: un memec ocueedo entra emppnsarios y
doloeados ee desconocido por la «baso». Guu|oss de i ejécctto e da «gutar-
iies civUes» apnenoe n para mantener d aondene en tas caliese Ante
les ornsntccionn s alcansadas ror d movimiento, las patrooov ne ven
obligados a connaOer n n 50% da rnmenlo sobre jos íoosales.
Pnnnc iies más arsOe (8 de ^noro) estann una haeioa Or portua­
rios y nareeteoos e n lv cecini atadad de Coftagnne| oananioada por
une SO^cO^dad Oe Arsefnnos y Obonroa -sen oersanurín rbridiea-. Un
millar de rrqbejadorep naman tos radns de la dudnb u en quean el
comerdo. La tssb^accfóa im mc^i^^ae^cíbs a ko comerciantae, asemás
io en necesidades demensaleo du los heclguistas y
dnsndploados , tiene una iooponaero cotanoiectnn: tos nnliliqnn iibera-
los, que hnsi a coíoos es peeseeln ían lecepnsam d munirnlentOn se ven*

21. I- Toríes Gionldi^ ldius itr hsjteiu [bíacp í Cadmbta, vol. 4i Be^edOi Ota-M
Izquierdo, 1975 , p, 36.

72
naturalmente obligados a condenar los ataques contra la propiedad
privada y quedan relativamente aislados.
Se suceden enfrentamientos con las fuerzas policiales, quedando
dos civiles y un policía muertos. El gobierno declara el estado de sitio
en todo el litoral y expide un decreto que dispone la deportación de
todo extranjero huelguista, la prohibición de manifestaciones, comi­
tés y piquetes de huelga, etc. Urrutia supone que se intentó organizar
un paro general en la ciudad y que la huelga estuvo orientada por
militantes anarcosindicalistas22.
La represión no consigue liquidar el movimiento. Algunos días
después se extiende una huelga de ferroviarios de Santa Marta, al
declarar los portuarios un paro de solidaridad. Los huelguistas acu­
den al sabotaje (se cortan las líneas telegráficas entre Santa Marta y
Ciénaga), se saquean algunos comercios y, al cuarto día de huelga,
los panronos ceden, obteniendo los trabajadores, sin la intervención
de asesores jurídicos, un aumento salarial del 25%.
Los trabajadores de las Bananeras, por su parte, presentan un pri­
mer pliego de peticiones que es rechazado por la Uníred Fruit Company.
En mano de 1919, una manifestación de artesanos que protestaba
por la importación de uniformes militares es baleada en Bogotá, con
un resultado de 10 muertos, 15 heridos y 300 detenidos; un mes más
tarde, la empresa de navegación fluvial Pineda López se ve obligada a
aumentar los jornales de sus trabajadores luego de un corto movi­
miento huelguístico caracterizado por la violencia y la utilización de
formas de acción directa (los piquetes de huelga bloquean el acceso
a los esquiroles).
El 13 de agosto, estalla una huelga de mineros en Segovía
(Antioquia), que termina cinco días más tarde con la satisfacción de
las reivindicaciones dc los trabajadores.
El 18 de noviembre de 1919, los trabajadores ferroviarios de
Girardot piden un aumento salarial del 40%. La dirección rechaza
toda negociación y el paro se inicia el 20 de noviembre a las siete de
la mañana. La Sociedad Ferroviaria Nacional, organización obrera
que reunía a los trabajadores del tranvía de Bogotá y de los ferrocarriles

22. M. Urrutia, ap. di., p. 88.

73
de la Sabana, del Sur y del Norte, se solidariza con los ferroviarios de
Girardot y presenta un pliego común de reivindicaciones a la dirección.
El 22 de noviembre, el paro se extiende a numerosas fábricas de
Bogotá: cerveza, textiles, harinas y fundición. Dos días más tarde el
movimiento comienza a asumir visos de huelga general, al sumarse los
albañiles, panaderos y latoneros.
El movimiento finaliza con un acuerdo de aumenros salariales del
40% en el ferrocarril de Girardot, 20% en el de la Sabana y 30% en el
del Sur, además de una reducción de la jomada laboral.
Los huelguistas del ferrocarril de La Dorada, que exigían un au­
mento del 25%, atacan un tren enviado a la ciudad por el gobierno.
A pesar de que el ejército intenta movilizar los trenes, la empresa se
ve obligada, al cabo de diez días, a conceder un alza importante en
los salarios.
A principios de 1920, se declaran en huelga los ferroviarios de
Barranquilla y Puerto Colombia, los estibadores marítimos y fluviales
y los navegantes del río Magdalena. El movimiento se extiende poco
después a diferentes gremios obreros de la ciudad. En esta época
Barranquilla era la tercera ciudad del país, con 65.OCO habitantes.
El 18 de febrero más de un millar de trabajadores de diferentes
actividades se van a la huelga en Bucaramanga. La ola de huelgas se
extiende al ferrocarril del Pacífico en Cali.
En 1a fábrica textil «Fabricato» (Bello, Antioquia), cuyo personal
es esencialmente femenino, estalla una huelga espontánea en protes­
ta contra la miseria. Las obreras constituyen piquetes de huelga, ob­
tienen el apoyo de los compañeros, y finalmente obtienen un aumen­
to del 40%. Las negociaciones con la empresa y el gobernador del
Departamento fueron adelantadas por las mismas obreras, entre las
cuales se destacó Betsabé Espinosa.
Por esta época el Estado había fijado ya una mínima reglamentación,
concerniente a las modalidades de asociación, dc negociación y de ac­
ción de los trabajadores en caso de conflictos laborales. La ley 78 de 1919,
si bien aceptaba el abandono del trabajo por parte de los obreros, dejaba
a los patronos el derecho de romper la huelga, garantizaba la protección
oficial a los rompehuelgas y contemplaba sanciones penales para quienes
incurrieran en acciones violentas. La ley 21 de 1920 declaraba ilegales
los paros en servicios públicos y todas las huelgas sorpresivas; fijaba,

74
además, un periodo obligatorio de conciliación de 48 horas. Por otra
parte, en 1919 existían solo 26 sindicatos reconocidas legalmente.
La breve ojeada que acabamos de hacer a los movimientos
huelguísticos de este periodo ñas permite observar que las formas de
acción del sindicalismo revolucionario no solamente no demuestran
una situación de «debilidad», sino que constituyen una expresión de
autonomía frente a la cual los patronos eran extremadamente vulne-
rabies. Resultan por lo tanto sorprendentes las afirmaciones de cier­
tos sociólogos como Pécaut respecto a la incapacidad del «sindicalis­
mo de revuelta» de establecer formas de negociación*’. En Colombia,
así como en otros países del continente, el sindicalismo revoluciona­
rio imponía formas de negociación propias, y su eficacia reivindicativa
se observa en ios resultados obtenidos por numerosos movimientos en
pro de la reducción de la jomada de trabajo, aumentos salariales, etc.
El hecho de que se reconozca como formas de negociación única­
mente las formas de negociación institucionales, establecidas por el
Estado, nos demuestra una vez más que bajo las pretensiones científi­
cas se esconde y se desarrolla un discurso ideológico, tanto más auto­
ritario en la medida en que se pretende por «encima» de la ideología.

4. Primeros intentos de organización nacional

Los obreros y artesanos de Bogotá crean en 1913 la Unión Obrera de


Colombia, que publicó el periódico La Unión Obrera, Esta asociación
declaraba Incitar por una organización independiente y libre de los traba­
jadores, sin interferencias políticas partidarias; por la defensa de los inte­
reses de los trabajadores, el desarrollo de nuevas industrias y la adopción
de leyes protectoras del trabajo* 24. Esta plataforma de acción revela la
existencia de un sistema ideológico cercano al mutualismo.
Un pequeño grupo de personas pertenecientes a diferentes gre­
mios crea el Sindicato Central Obrero de Bogotá en 1917. Su orienta­
ción parece ser definidamente mutualista: se propone formar un fon­

23. D. Pecaut, fWüitii y sindicalismo en Colombia, BogutA, La Carreta, 1973, p. 99.


24- L C. Pérez, • Esbozo histórico del movimiento obrero colombiano», p. 5, en
Boletín n*3 del CE1S, Bogotá, 1973.

75
do mutuo y defender los derechos de sus miembros a través de cajas
de ahorro, seguros de enfermedad, cooperativas de consumo y crédito
y montepíos2 \
A finales del año siguiente, se crea en la capital otra organización
mutualista que rechaza a los dos partidos tradicionales y busca pre-
sentar candidatos obreros para los organismos legislativos: se trata de
la Confederación de Acción Social.
En enero de 1919, el Sindicato Central Obrero llama a un con­
greso, al cual asisten más de 500 trabajadores; 20 sindicatos de la
capital estaban representados. Esta asamblea obrera produce una «Pla­
taforma», sobre la cual habrá de construirse el partido socialista. La
«Plataforma socialista» fija como tarea específica de los sindicatos el
establecimiento de cajas de ahorro, montes dc piedad, cooperativas
de consumo y habitación, seguros de vida y de enfermedad, instruc­
ción popular, etc. Los socialistas reconocen al gobierno constituido,
buscan colocar representantes propios en los organismos del Estado y
rechazan las «doctrinas anarquistas y del socialismo extremista». El
congreso socialista reunido en Bogotá el 7 de agosto de 1919 expidió,
entre otros, los siguientes acuerdos: abaratamiento de los derechos
de luz y agua para las clases pobres, rebaja en las tarifas sobre intro­
ducción de harinas, reglamentación de la explotación de hidrocarbu­
ros para asegurar la «integridad de la Patria», autonomía municipal,
moderación en el tratamiento a los presos, descanso dominical para
dependientes de comercio, etc. Además se indica, «como medio de
redención obrera, la creación de bibliotecas, escuelas y salones de
lectura por cuenta del socialismo»2526.
El énfasis puesto en la autonomía municipal, cajas de ahorro y de
auxilio mutuo, centros de instrucción popular, fomento de las artes y
oficios, etc., puede expresar la persistencia de elementos del pensa­
miento proudhonista entre los artesanos y obreros participantes en las
primeras tentativas de organización obrera a escala nacional.
No obstante, al igual que setenta años atrás, se trata de elemen­
tos aislados que no constituyen un pensamiento coherente. El
mutualismo proudhonista, tal como se presentó como tendencia do­

25. M. Urrutia, op. cíe., p. 106.


26. El Taller, n’ I (segunda época), 8 de noviembre dc 1919.

76
minante en el primer y segundo congresos de la Asociación Interna­
cional de Trabajadores (AIT) en 1866 y 1867, no existió prácticamen­
te en Colombia. El mutualismo antiestatal de Proudhon se convierte
aquí en un mutualismo que exige el patrocinio y el amparo del Esta­
do; el federalismo proudhoniano se desvanece en un nuevo engendro
centralista que solo se podría calificar de «federalismo centralista».
El carácter autoritario propio de la estructura partidista, la repro­
ducción en su seno del centralismo estatal y de un rígido sistema de
jerarquías, sitúa a los trabajadores socialistas en el papel de masa de
maniobras, de disciplinado ejército seguidor de las directivas, ins­
trucciones y consignas del Estado Mayor político.
La estructura de base del partido socialista está compuesta por los
gremios de oficios (zapateros, albañiles, carpinteros, sastres, etc.), que
debían disponer de una junta directiva, estatutos y caja de ahorros. Los
delegados de cada gremio constituían, a nivel local, el Centro Obrero
Socialista, que «es el que está en directa inteligencia con todos los cen­
tros socialistas del país y obedece a las órdenes del Directorio ejecutivo
. Los delegados obreros de cada gremio «tendrán voz y voto en
nacional»2728
el Centro, recibirán las instrucciones de la Dirección nacional... e inte­
grarán más tarde el Directorio departamental •2S.
Los primeros socialistas no pretendían limitarse al gobierno de gre­
mios y cajas de ahorro, El nuevo parcido buscaba extender sus bases
de apoyo a través de una red de organizaciones sindicales: Jacinto
Albarracín, vocal del Directorio ejecutivo nacional, hace en noviem­
bre Je 1919 un llamado a la sindicalización.
------ Como hemos visto, este socialismo artesanal tiene muy poco en co­
mún con el proyecto proudhonista. Su adhesión al mito del Estado-na­
ción y al proyecto reformista lo acerca, por él contrarío, al partido liberal.
La lectura de El Taller, órgano del Centro de Obreros de Manizalcs
(sección local del partido socialista), aporta nuevos elementos que
permiten comprender mejor el sistema ideológico socialista:
- En el número 5, aparece una alabanza al gremio de policías en
los siguientes términos:

27. El Taller, n° 4 (segunda época), 29 de noviembre dc 19¡9.


28. IM, 29 de noviembre dc 1919.

77
Queremos un cuerpo de policía científicamente preparado, de individuos
respetuosos y cultos (...) el ^^calis^o lucha porque el ^abierno forme cuerpos
de policía técnicamente preparados, bien remunerados Sloasí podremos
conseguir una policía que sea a la vez honra y garantía de la sociedad2*.

- Las ral arciones os rcro-patponala? constituyen el tema de un ar


tículo nitituh^do «Infdndadoe Temores»:

No tienen los parrones por qué ver un peligro ei para ellos ni para sus
industrias respectivas», en la orgenhación de sus obreros, no). Si éstis se
grrmializae, no es para perjudicar a los patronos como erradamente se está-
creyendo, es para que, guia^dcs por los altos principios de la. equidad '...] se
valoncen de manera unánime, y si fuera posible en inteligencia con sus patro­
nes, ko preciosdo las obras y se señalen ila iho^ssie t rat^'ao i-... ] iCimpllcrndo así
una obra de justicia - ...] sin temor- que se les perjudique con huelgas inusitadas
o injustas (...}. No habrá obrero tan descontento o tna nulévolo que vaya a
abandonar el taller que le está proporcionando su subsistencia ni al patrón que
de manera generosa corresponde a sus esfuerzos, sino que antes bien (...) como
es su deber, propenderá por el buen crédito y la prosperidad de su taller respec-
eivo, al que debe mirar como cosa propia (.J w.
El rápido deanrTO^o 0e bs soalattes aa y la crenir nee únfue ncia del
partido liberal en las zonas urbanas del país toctimonien la adhesión de
un impKr"^¡nt^ee ectotod de la qce>Iaciao■r ot^caa y atcaana! ao orco^to de
organización mccíiI bOeeal que, corno rerenos despuée, tcfminaon por
imponerse en 1930 tro^s el aplastamiemo 0c la corriente annro(ssindiaaicsta.
El nacionellismo)| ta exeensinn Oc las aibujuenerted del Estado, lu supedita­
ción de les organizaciones orreea•cs a loi spaa;tOle poliriooil t ;t ;mocm id ole
intereses entre Capital y 11110x^0, son eiereentos entnc:^ílíitps m dlt i a ideo-
logíe cp:iehste y une temprana exprieiKii, da ta «-FeopolcCió^ nn Mcrcha-,
del ciudido Ibomai López Pumnretü.
En les eloccipn.ec de febrero dt 1921 para la tánerea de eanenefntfn-
tes, el partido pcit^llrt a obtiene moronanípo neifeaolaifs on Ion centros
urbanos. Ln Mcdiclini, ecunnaa eiuda d del país a iionvo ce»tro usdiatria!,
cpncigqo ol 23% de bs votoi (kss libneains qbtfndfáo el !5%1n. En hs
elenclpfen de ocxubte dc a mismo año. era a pnnrJ^jñs meinipipek s, sos 50-
cielintas superan e los liberales en a Mtsnúalles y M<deeliin2.

29. R Taller, n’ 5,6 de diciembre da 1919.


30. Ibíd., e’ 6,13 do diciombrr de 1919.
31. M. Unutia, op. di, p. 107.
32. L C., Pérez, op. dt. , p. 6.

78
Los liberales supieron interpretar el resultado de estas elecciones.
En una Convención efectuada en Ibagué en 1922, el partido liberal se
declara «el partido de los trabajadores* y recupera muchos puntos de
la plataforma socialista.
La desaparición del partido socialista se precipita con el apoyo que le
otorga el candidato liberal Benjamín Herrera en las elecciones presiden'
cíales de 1922. Batido Herrera por el candidato conservador Pedro Nel
Ospina, el partido socialista se disuelve prácticamente en el partido libe­
ral. Algunos de sus militantes, no obstante, ayudarán a conformar la ten­
dencia -socialista revolucionaria* en los años siguientes.
Los conservadores, a la cabeza del Estado, sintieron naturalmente
la presión dc la movilización obrera en sus expresiones directas (ola
de huelgas de 1918-1920) y política (crecimiento de la influencia de
los partidos liberal y socialista). El 12 de noviembre de 1923, en un
intento por institucionalizar la movilización de masas y atraer la clien­
tela electoral obrera, el gobierno expide la Ley 83, por la cual se crea
la Oficina General del Trabajo, «a fin de que atienda todos los recla­
mos de las clases obreras, relacionadas con sus derechos como traba-
jadores*n. La creación de una Oficina General del Trabajo era uno
de los puntos planteados por la Convención liberal de Ibagué, en 1922.
En ese mismo año, un reducido grupo de intelectuales y artesanos
se reúne alrededor de un emigrado ruso, pequeño industrial en tinto­
rería, llamado Silvestre Savitskí. Este personaje, presentado por los
autores marxistas como un aventurero carente de formación teórica,
trajo uno de los primeros testimonios de los acontecimientos que se
desarrollaban en la Unión Soviética y es considerado como un confu­
so pionero del marxismo en Colombia1*.
*
33. A. Rosas Sánchez, Leyes pertinentes ai obrerismo de CoicmÍM (Compilación),
Magangué, Tipografía Moderna, 1927-
34- «Hacia 1923 aparece cn Bogotá un grupo de marxistas creado por Silvestre
Savitskí, un ruso emigrado y enredado en aventuras políticas en Asia» LC, Pérez, op. cit.,
p. 7. -Un extrafio personaje ruso se hallaba en Bogotá adoctrinando intelectuales: Silvestre
Savitskí, estudiante de la Uni versidad, enviado a China a comprar trigo para la Revolución,
encontró allá una rusa blanca, hija de un gobernador de provincia del zar, de quien se
enamoró. Jugó a la ruleta los fondos dc la Revolución y las perdió. Pasó a Tokio, de ahí a
Panamá y de Panamá a Colombia, donde se empleó como obrero en una tintorería». D.
Montaña Cuéllar, Cduvxbia: pcri$ formal y país real, Buenos Aires, Platina. 1963, pp. 130-
131. Así, por uno dc esos caprichos del destino, los primeros antecedentes del Partido
Comunista colombiano hay que buscarlos en una azarosa partida dc ruleta y en el poder de
atracción dc la hija de un gobernador del malogrado zar.

79
Este grupo, del cual formaban parte algunos individuos que años
más tarde serían prominentes políticos liberales y comunistas (Gabriel
Turbay, Roberto García Peña, Moisés Prieto, Diego Mejía, etc.) se
constituyó en -partido comunista», de efímera existencia.

5. El grupo sindicalista «Antorcha Libertaria»

En 1924 un núcleo de anarquistas funda en Bogotá e! -Grupo


Sindicalista Antorcha Libertaria», y restablece la publicación del pe­
riódico La Voz Popular.
En este grupo participaban Carlos E León, director del periódico y
animador del Sindicato de Tipógrafos; Luis A. Rozo, representante
del Sindicato de Paños Colombia; Oliverio Franco G.; Pastor Velandia;
Gerardo Gómez V., del Sindicato de Tipógrafos; Pedro E. Rojas y Fran­
cisco Lopera.
El Grupo Antorcha Libertaria disponía de una imprenta propia y
de un local situado en el centro de Bogotá, en la calle 14 número 60-
a, conocido como *La Casa del Pueblo».
La constitución del Grupo Antorcha Libertaria parece haber sido
la culminación de un largo periodo de disensiones dentro de la re­
dacción de La Voz Popular. Luego de seis meses de silencio, el periódi­
co reaparece el 9 de noviembre de 1924 como órgano del recién cons­
tituido Grupo Antorcha Libertaria. En un artículo intitulado <■ Rebeldía
triunfante», los editores atribuyen el prolongado receso del periódico
a las «cobardías que flotan en el ambiente», y atacan vigorosamente a
los individuos que «quieren adueñarse de las organizaciones sindica­
les» y a aquellos que menoscaban la esencia doctrinaria sindicalista
por medio de contemporizaciones, concesiones y del «afán loco por
conquistar puestos de líderes»55.
A diferencia de otras publicaciones de la época en donde se superpo­
nen elementos ideológicos, frecuentemente contradictorios -anarquis­
mo, mutualismo, marxismo, populismo, etc. La Voz Popular no deja
lugar a dudas sobre su orientación anarquista. Examinemos breve­
mente algunas de las ideas que el periódico se esfuerza en difundir:

35. La Vb? RípuLtr, n° 80,9 de noviembre de 1924-

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81
o) Sobre el y nivecto errodors-isd-ol-ciai apareces 01o oeoitoes dsi Grupo
Antorcha LilnocisOa y i a rcpribOicóir'iíi de ue imponcanse ardctOsi cíei ccv
oscilo 010^11^111 oreiaiOti 1 y i-tiltEiiio ida lc CNT, AsioOoio Snirauco.
LOs n^^^^c^'TOc oeOalEh que do si^^tl^^a^^rnOC^e srn^^^^Soaos essnteí'
freos do cla1e , llenen 0 ssórlóo de capadlas a ios obaasms sara las
luchas contra ei Capital, infundiéndole el espíritu de solidaridad, iden-
ctócosoke sosc inceaeceiSi esómutando oís rC^a^ía sóc0 entonelemos
nosotros el sindiaaSemo, así la> prccoieemor y iod soot broosa poco-rare'
mes difundirío»'*.
Ol rsconociosirnoo de Sos sindicatos romo soivaeCinroe esfeoSSicos
do cbon» susoone, ruteu uno po7te, la idea de que loo oHrPícetoo no se
han de datenes en Oas ChaSios por roio-inOteooSoner parcicSes Esto es
septicitado sn on artSaulo soírte lo Huelga be Oe Campillo do Eiectri-
cliad y lio Comensor eompnr, in Occoide oo nUie qtre io locha «no
terminará con la firma de protocolos ni con compromisos provisiona-
tno de atmS^i^icíOi»51.
Los s-r1icpo:sti ,001 orna p^l1le, oto oanto que irogarusossi espceOiicos
Oo 010^?, setán on insrosnento quo oermiiirO o- vicoctcio Sil peiler de
leo csabaladoss:s. Desoco ilel pápeseos anarsosiodScalista, los smdica-
Cao y federacionos Te oinnicoscoj autóeosrnss ecoán Soennados a jugar
en pas^O ceooroo ai quc, en on onooteard dado, jugaron Oro oomités
de fábrica y Sor conoaíos ubreres en Sos alo-mien too de la —rimero pos-
geoísoi en Or Europa eecsosai e orientad 0-inicot Oaraiee, cuyos aieícu-
ios sobre organización contribuyeron a estructurar la FORA, atribuía
en oste senrirfci a tan íederadoneo locatas s-ot-seras loo pescpsoriva de
eosnveci-ose set Corrosos seoe-Suc lomarías.
Algor icos oval aliad es ole ecie jo .ota ' 1 o. tos 010^0100; so s oo n esCamo das
os lo oo-table «Decltoociós ol prioicp-Oos id Piares Antorcha Lits-naria*:
*
Sioolo oo hocOa eSotósloa incootonda quo ot copicoi cinndo a 0000000000-
so codo or: oás, y 400 lo oioaes a 3^^.040000 ..0105 icos célicos els cor-cluee-cio, os
iodispinsabin to osecoste-óo de di ctoe loSooonte para que pueda en os mo­
llete lodo sjsiossol postool ls codos los irlusirlro, Ossis pirulos ir csosiaei
plóó^36*
38
37

36. «OoAotdía cstbrfOaniíl»l La Voz Popular, 0° 80,9 Os eoiviembri <1 1924..


37. «Lo huno ootrial», ¡bíd.
38. •Dielo-roclón lo po^lncutpso del PSruao AetoocOt Libertarla», Ibí, 9 ti potiem-
Ase Oe 1924.

82
La autonomía individual, el rechazo a la estructura jerárquica y a
la noción de delegación de poder, elementos fundamentales de la prácti­
ca anarcosindicalista, son expresados en un pánafu en el que sc invita a
los obreros a que «abran los ojos y cierren el paso a los líderes que quieren
adueñarse de las organizaciones, porque dentro del sindicalismo no sola­
mente son innecesarios sino perjudiciales los líderes. «Queremos que nin­
guno abdique su derecho de pensar y que todos contribuyan a marcar la
orientación que conviene a la clase oprimida* w.
En el mismo número, Anselmo Lorenzo esboza los principales as­
pectos del anarcosindicalismo:
- El sindicalismo, nueva expresión de la asociación obrera, es una
forma de organización propia de los trabajadores, a través de la cual
éstos se enfrentan al Capital y al Estado directamente, sin la media­
ción de caudillos o partidos políticos. Tomando
todo lo bueno procedente de la democracia social o del anarquismo los
trabajadores luchan, a través del sindicalismo, por la defensa de sus intereses
inmediatos y se preparan para la expropiación dc los medios de producción
detentados por la burguesía. El sindicalismo es una concretización organizativa
de la consigna de la Internacional.- «La emancipación de los trabajadores ha de
ser obra de los trabajadores mismos-.
- La estructura organizativa del anarcosindicalismo se basa en la
libre asociación de individuos, sindicatos, federaciones y confedera­
ciones autónomas. La autonomía individual es la piedra angular de
rodo el sistema organizativo: «... en toda asociación, federación y con­
federación el individuo conserva o debe conservar su completa auto­
nomía, puesto que se asocia para robustecerla; la sociedad o sindicato
se federa y se confedera para fortalecer hasta su máxima potencia la
fuerza de cada individuo, de cada socieda‘d o de cada federación.
El anterior pasaje se identifica con uno de los puntos del Pacto de
Solidaridad del IV Congreso de la FORA, según el cual la libertad
individual no se pierde sindicándose con los demás productores sino

39. -Rebeldía triunfante»,íhíi.


40. Anselmo Lorenzo, - Algo sobre sindicalismo», ÍW. Más adelante Lorenzo vuelve
sobre cl mismo punto: «En todo sindicato, federación o confederación, fundado sobre la
autonomía individual, no lia dc haber disciplina sumisa ni obediencia ciega, y el cumpli­
miento de ios acuerdos adoptados y aceptados por determinación racional, son actos volun­
tarios determinados por su pensamiento suficientemente ilustrado y consciente».

83
que. ,o- o s I sor-iotoi o, so cuetonts por iis isitei slOse y eóiensíón que
sOquíesc la o-sienoio iis. 10110^0.
-loe erosocturc Onierna Oe a ada oraeniónciOn 1ro de cesar exen­
te Oo tonto sistema jerárquico inrituuiOoo '.otoío oonsoedo, SedosiPo y
confederedo nombrado -sata eiercer con oaseo en ai siorOcsio o socie-
ded, en la iideraóeda o eonieberac iOo o oo os irti oficial con mando
sobos sjjisaCseiPoSr ni ueoe he menos iss jo fe to perdonavSdes, riño un
ejecutante de Sas nsctcripciinns astablecides , Oo los oiuerOes ioma-
dro, que dele cpllcat aóemás aquel 1-ni idíciasicas proyias ce ru buen
criterio y que conaideib EsneiOcHocas sil 0 ico ccaTiún»4*.
Pos ostro ^ni^iCi Osos nt-tiOicses yioi nts croco nen iis ningún esogo no
se Ooo de limitar a pagar lc ouote osnns ual, nino ice Seben asistir a
tolas Oso roonioneu p caoslsr sus lOeas en caotocoros iones perticuIa-
seOl so dSinzuvtonss le aoem1lc7 s, ee ctOdScoo io on oari(aOrcos.
Los Ooooooleados de otado Oooaided Teton otranlrsr se on Estudien-
tos do obsesos ene111nses■t, unidos o lo OedaroióSn y ennSn00oraoÓln, ai Su»
ouelio lobooi ipTitis e roe iroviltdoo o y ece^^. Oo íosOoiOeoCoio ettán, jo^r
coso pane■ ^^zso^^oos lili preo 1 e roiosas mosnuales.
Los sIeOíco-íos deben bacne iodo loo o-ssible pase cmplot r el margen
lr ponocimioe.Osi lio rus mieo"^™,■ esseñardio «deslíe e i sillicooo haita
las teorías densíOnos oe e -doren de Soso io ico. ronecimicnos moder-
n^»42. Esta orcacupacórn soaSinma que el sindicalismo anorqniioa no
tonía como Enioo oTíetíno la expropióo iUn so oórrión dícicia del epara-
to productivo por parte dc los trabajadores. La práctica de los Eate-
ctoors cutsuvetos» qne ce cOecruaifan aonaúnmentc en tos íocnies sindi­
cólos, sol coco leo iocir-Os tic conrseccsóSn 1 e ih^oir o CcioiOa Te tsrioo
donde uno eiOctioiiOadi computoto o ooo por itaieColorsí, Crispaba en-
eorgessT lo ir gnsítóo ti sus propios o^^ietcoi íravieiHa- sccssearS'lCO salud,
nAtoteclo-icstto , etc.) s roncaran que el apc^ossoOi^íttss^eonor polín toPosirse
a si mioma y englobes, por Sueos del maceo> tío lo tSO-poa o dd li1Cicoto,
sotamos formas isap•llO1ívar.

b) Rechazo a la política y a la institucionalidad burguesa. El reco-


Endentó c< projooatpcnd de la puss.datdaT ole su yuto emandooción

41. Arsiilmo L^osordo', Ibií


42. ArocScos Lcsoido), Ibíi.

84
ajopieze nechnarComensa esn lo iesis irauntkCanc-ienCnista de Oe «con-
aioncia exle10orli, ^gen So «cu aC la eciaceipación Cei peolereiSano de-
Coeso cicccicldcctc so lc cKisicncie so uc sólisn peltiSo político
cnaargabo se encauzar Ca oroviliaeción esferntánca de Cas oihnat y Cade
ae comcnlOo spot-nico-.
Los anarcosindicalistas de Antorcha Libertaria delimitan al res-
pccto lc cspnoiu1aiSad do sa prnyccao y su necesso|c entegonUoro coc
lee pcjiidüt |o.>lítirr)i. C a c^íiit<e ir ! os piisrel 0Si a kio eioccíon ce a insti-
aacionet lpplhlnnaateeas PergriCtas nhooscjeh, osambloas y oaocnmen-
ao- ys en geopl■all a sodas las insUiincOsnes de poder octosenres, conS'
aiaaye un loma r•pomananre eo idj artOcusos dc La Voz Popular.
Lc eDoclaraci(Sp oe pnnpioiotl eoexp1aeica ao sespeceo: iPcoc cons-
tctas qoe ei protetesiedo nene Oa misión histórico do jhddelirse a sí
dUsmOl y que no uuede ni Sobe esdprar cads de Oos imprtrductores, se
impone el análisis de las actuales instituciones capitalistas, como ór-
gocos que son de oa bregues»,»41.
Corn eS IíuIsoos propio de Sa éracca, escribe Asorda OOamez:

Es uc doedo ovisoet^c, proaeSo c lc laz so lc dapdaidccicl qao Ios ceatibns


políticos qao so lovcctce oe les cu.'cocos rioeSdc cl dreosniSx^ so lc .inSorceíc
sol prdalOl c le arice dnael so les merer arcSdjcborcr Aquí oc Colndaiel
Cor ace cSorrccHÓe sol Dostice, sos !oeSrcctcr pnr:idirtíi.l so dae d1rpataSe
ene furic cancclrrcn ol seoicie so lc RnCeaiion A i ccSoac ibr I ao
tcs [so 1810] onrcdaSc BoIívci ySrrpué.r ScclccrsO'r Ncaióso ollns ol rótulo
polítion: dolívcr lUo aeerdjvcSoj y Snctncisor líadjcl. So cnoocznan n oiracacj
el caudillaje dc castas y el patronazgo político. I labíamos cambiado de amo
Orrr]r ES siuddlo objdae no tkbo sor Colíticni encobe son ornnldcn Censque eaior
subcc [---]. Lc sclveaióc so le Ccuse Cbrorc eo dsat oc los CncgperoSl ci oc les
Aredalddrl sS en S ao (Cio^oar L-J la mIcuvIóu dd obreri.rmhOo Soeomn^r aseí
oc lc ucióc corsiel so tnsOe sus d1rdbror. Lc acióc (---] co soao pondjrdl ci
SrJnj qao lc po^^igce. cl hrjv1cieib■ uc Sccso .0ínor ci reliigiosra.
+
Sobros e l jurídico-ienista uve vigentCc Cectara Antorcha
LiSortaria : «El dpraa0o rehictadc no tradusc orno la ann1scerón de la
nlcso sommcnte y tiende eolc ao cornsCidar les ^iei^^es^s de oa mis-
oe olcsoraó

,3. eDoclilrna1lSct sO pnsnipiictsri !bíd.


aa. Goíciso e/Soo:, «Lc io^sr►toic-ni se.ilitiac**, IW.
aó. eDdcl.^naióeSd■ pjlcncio_s^r, Id
*

85
c) Abolición de las fronteras e internacionalismo: «las nacionalida­
des no se excluyen sino que se complementan entre sí. La burguesía, por
medio de las fronteras y en nombre del patriotismo, ha dividido los
ejércitos de productores, oponiéndose así a que la fraternidad reine
sobre la tierra».

d) Anticlericalismo y ateísmo. El racionalismo positivista caracte­


rístico del pensamiento anarquista de la época, que tendía en esen­
cia a substituir la divinidad «sobrenatural» por la divinidad Ciencia,
es un tema abordado en reiteradas ocasiones en La Voz Popular. El
anticlericalismo anarquista se originaba en la crítica a la religión como
sistema ideológico reproductor de ciertos aspectos de la ideología
dominante (conciliación de clases, legitimación de la desigualdad
social, resignación ante las condiciones de vida terrenales, etc.) y en
la denuncia del poder, de las riquezas y de los privilegios de que dis­
pone la jerarquía eclesiástica y» en muchos casos, inclusive el bajo
clero. El ateísmo militante, como veremos en otra parte, encuentra
sus raíces en la tradición librepensadora y en la filosofía positivista. El
culto de la ciencia y del poder de la razón se acomodaban perfecta­
mente al tradicional esquema anarquista según el cual el hombre es
de naturaleza bondadosa, y que explica la opresión y el crimen como
el resultado de la acción perniciosa de la «sociedad» sobre el «indivi­
duo»; la ignorancia sería la causa del fanatismo, de la alienación y, en
general, de todos los males de la sociedad. Las escuelas racionalistas
se inscriben dentro de este orden de ideas; limpiadas las telarañas de
la ignorancia y del dogma, el individuo podría acceder, a través del
libre examen, a formas de comportamiento basadas en la fraternidad
y la solidaridad*.
La «Declaración de principios» señala que «la base absurda sobre
la que descansan todos los fanatismos religiosos tiene que ser derriba­
da por el libre análisis, los dogmas reemplazados por las creencias de

46. -¿Quién puede negar que las masas trabajadoras son una mayoría abrumadora en
todo Estado? Pero desgraciadamente esas masas, por la incompetencia de los gobiernos y la
corrupción de los políticos, son totalmente ignaras de codo derecho civilizado y de todo
reclamo justiciero. Ellas no tienen la culpa. Si se les instruyera ocra sería la suerte del
proletariado». Gerardo Gónu-t, -La impotencia política-, ¡btd.

86
la ciencia y los instrumentos de todas las tiranías desmenuzados por la
fuerza creadora de los libertarios*47.
Como veremos más adelante cuando mencionemos la huelga de
la Empresa de Energía Eléctrica, el Grupo Sindicalista Antorcha
Libertaria parecía gozar de una cierta influencia en el medio obrero
de Bogotá hacia 1924-1925. Desgraciadamente, resulta muy difícil en
las condiciones actuales la reconstrucción del itinerario de este nú­
cleo anarquista: su misma existencia ha sido «omitida» por los histo­
riadores del movimiento obrero colombiano, tanto por los liberales
como por aquellos de inspiración marxista- En la mayoría de estos
historiadores, el término *anarcosindicalismo» es frecuentemente
utilizado como adjetivo sinónimo de derechismo, espentaneísmo, des­
organización, improvisación, aventurerismo, etc., según los intereses
del autor. Por otra parte, la destrucción y gran dispersión de materia­
les concernientes a la práctica del movimiento obrero en la década
del veinte representa un obstáculo considerable para esta tarea de
reconstrucción.

6. Las huelgas de 1924

El año de 1924 muestra un notable incremento de la movilización


obrera. Esta movilización, favorecida por la difusión de ideas revolu­
cionarias, desborda por lo general el marco institucional y asume en
algunos casos, como en la primera serie de huelgas de enero de 1918
en la costa atlántica, ciertas características insurreccionales.
Los sindicatos que, sujetándose a la embrionaria legislación labo­
ral, obtienen personería jurídica, parecen representar aún una redu­
cida fracción del total de organizaciones obreras del país. M. Urrutia,
citando fuentes oficiales, anota que entre 1909 y 1929 solo 95 sindica­
tos habían obtenido la personería jurídica43, mientras que J. Espinosa*48

47- «Declaración de principios» Jbtd.


48. Anexos a la Memoria dei rrunurro dri Trabajo, Higiene y Previsión socwí 44-45,
citado por M. Urrutia, op. cii., tablero n° 2.

87
cuenca 94 entre 1909 y 1919*9. Por sii parte, D. Pécaut señala que en
1919 existían solo 26 sindicatos reconocidos legalmentew y que a la
calda del gobierno conservador de Abadía Méndez en 1930, el núme­
ro de sindicatos legales era de 8O49 50
51.
Los conflictos tienden a desarrollarse de una forma -salvaje*. Las
modalidades de ejercicio de la huelga definidas en la Ley 78 de 1919
y en la Ley 21 de 1920, a las que hicimos alusión más atrás, son co­
múnmente subvertidas: suceden huelgas violentas (originadas por lo
general en defensa contra los esquiroles y las fuerzas del Estado), no
se elaboran pliegos de peticiones, no se sigue el periodo obligatorio de
conciliación ni se determina el preaviso legal, se efectúan en los ser­
vicios públicos, etc.
El sindicalismo artesanal predominante en la década anterior, ins­
pirado en un proyecto social reformista y mutualista, cede terreno
gradualmente. En la década del veinte se extiende una dinámica
sindical que hace uso de la huelga y de la acción directa y cuyos
principales protagonistas son los trabajadores de los sectores dc mayor
concentración obrera: ferrocarriles, transportes fluviales y marítimos,
puertos, minas, petróleo, bananeras, obras públicas (energía eléctri­
ca, acueductos, carreteras, aseo), industrias de textiles, alimenti­
cias, de la construcción, etc.
En abril de 1924 paran los trabajadores del tranvía de Bogotá; esta
huelga es sostenida por una fuerte agitación estudiantil. En junio,
suceden las huelgas en la Compañía de Teléfonos de Bogotá y en una
fábrica de fósforos. El 24 de julio, los mineros del carbón del Valle del
Cauca se declaran en huelga, siendo seguidos por los textileros de la
fábrica La Garantía dc Cali y por los trabajadores de la Industria
Harinera de Bogotá.
Por la misma época, los indígenas del Tolima y Huila, uno de cu­
yos líderes más conocidos fue Quintín Lame, se lanzan a la lucha por
la recuperación de sus tierras, mientras que los ferroviarios de La

49. Jusciniano Espinosa, «25 años de sindicalismo», en RewwMariana, n’ 253, abril


de 1959, p. 112.
50. D. Pécaut, op. til. p. S9.
51. D. Pécaut, «Hisroire et structure du syndicahsnie en Coicxnhic-, en Notes ei
Eludes Docuwrtuures, n° 3507, 9 de julio de 1968, p. 32.

88
Dorada detirne o sus aatóoldodes y lósleireso lo soildaiiolaC do. ios tra-
Aajedaons io leo oeelaEOo aioOeñto.
Et 15 Oo sEpilemOse, Sos esfibadores y Ongi^gosros de los posrtos
Sinololes de Gtsaadot, OEoeodc y Ds HOorsia se opee loras, sin hoelga. El
onoimlmto es secundado por ios naeggantss y se extionde 0-0 JoTo el
sin Mrobaiene Seasta los puertos cosao rou -to Cueree Colombia y
Caroagooa. La sotlOaridoP. psoseoie en lu mayoría dc óni conflictos
soclolos dutente er ro periodo, iidíloe a Hsgse r sn cose easo do irnposi-
ción de so a raivóión fu Suos zas Savotable o -os tribajadórese consi­
gnes salario Oible e n S01 días feaoivos, reconocimiento ti indemniza­
ción 1 e Sos aenideniss He trabajo, pago do ho ras extras y
estafilecimirnto Ou iov 000 ntsi olg soscroo c-afes■livos.
A los sarcos días, el 8 do ceAubrs eso alia ia pronesa ItueOoo en el
panero oeiroleoo 1 e Oarransotormeja , el más impórtame del paS.. Dsole
1919 la Trópica 0 Oi 1 Compan y, flll al de h Stmd ard OiS Ce , , re Había
establecido rn el psís. Lar sondisiones insaíubiss Oei acebalo isegún
en inSoone siCi-^i^ali el 36% de 1 os 2.808 obreros eolombS asios Sabían
reído enScceoos boiran te el —rimes trinos sore d2 1924fi ía lal te Oe hos-
C-ialss, lo lisco-c-rooiór saioo-oi intoo cbsoscs setíorj0ios y nocicrs-
leo, el ttatomienia autoritario por yarte d e los ecpataces y Sos dsspidos
onolooSi motinaonn Oa caovilleación de Pe obsrro0i Lc HOtOeRAd Obre­
ra de Baroeoaaborone|o- aneado soco anoes moro O aseioría Oel líder
Ooúi EditoiO o Mnlcechai iómi rn iss anc.1 de ,024 ico <^s^cto con lo
empresa, según el cual esta última se comprometía a mejorar las con-
nlclona7 sSe 1^0.0.
Anise 11 i incueapOmírnto oiol pacto, una señoría efe sCsoercn libelo la
huelga el 8 de 000010152. A Co saneo otóoi Oe totalibid le ios oraea|ad1ses
se irtnsea al ooriírncnoo. 1-0 cnisTora re nieto, o r, agpniTr- uyie
no púsole aeoaOo r romeosos loSaoteSeo o On el oertendr dn ia acaso tota onS en
las Estados Uoiiíci LOsoisi ie o ^íi^^c^liOl\ a I EtaoOi< OiSonitOooo se js-1s^;io-
za can ta Tropical OH, deciasanOor e 1 pato Copal.
Ai polarlsar se Sa sCtóaeld n, lia huoloo asuaoe ciertos visos
irsu-s^c‘<tvoaoisO?c; ioos i-oabtei0a>ros oniianizai o gutioos sie ajioadniend/,,

52. Usouiia oscrtosci qu e sil 40001 Uoe OtonOeOo ososo wío 50 (^b0to|íaSnoes> up. oP, p. 125.
53. L Co PésEZl op. oto., p. 10.

89
llamados por Urrutia «ejército popular»”. Buscando paralizar total­
mente las actividades de la región, levantan los rieles del ferrocarril y
bloquean las carreteras. Barrancabermeja es virtualmente tomada por
ios trabajadores”. Si bien algunos autores dan cuenta de abaleos por
parte de las fuerzas del Estado, ninguna información hace mención
de bajas humanas en uno u otro bando. No hubo, aparentemente,
enfrentamientos armados de consideración.
Las circunstancias en que se desarrolla la huelga, los métodos de
lucha empleados, la paralización de las actividades de la región y el
control obrero sobre la ciudad reflejan la existencia dc una nueva
conciencia colectiva entre un sector de los trabajadores. Esta con­
ciencia, si bien manifiesta una ruptura ideológica en relación a la
organización social dominante, en la medida en que subviene las
normas de comportamiento establecidas, no tuvo la oportunidad de
erigir formas alternativas de organización social.
La pronta intervención del gobierno, quien envía a Barrancabermeja
a su ministro del Trabajo, consigue finalmente liquidar el movimiento.
En todo movimiento social se hallan presentes infinidad de pro­
yectos y formas de organización social, que se pueden manifestar en
las múltiples formas de acción aplicadas en el transcurso del movi­
miento. Los acontecimientos de Barrancabermeja, por ejemplo, testi­
monian por lo menos la presencia de un sector minoritario radical
dentro de la población obrera, partidario dc una acción autónoma
frente al Estado y la compañía, y de un sector que, en la medida en
que deposita su confianza en el arbitrio del Estado y limita su movili­
zación a la obtención de ventajas materiales inmediatas, sin cuestio­
nar la organización de poder vigente, permanecería inscrito dentro
de la racionalidad del sistema. La intensidad del descontento, la pro­
longación del conflicto, las dificultades económicas y pérdidas mate­
riales, la fascinación y temor de la violencia, etc., son factores que
contribuyen a desplazar la relación dc fuerzas en cada instante entre
los protagonistas del conflicto, tanto entre obreros y Estado y compa-

54. Urrutia, op. cít., p. 125


55. «La dudad estaba en manos de Mahecha, y grupos de obreros se paseaban por las
calles disparando revólveres al aire y exhibiendo una bandera roja con tres oduss» (8 horas
de tiabajo. 8 de descanso y 8 de estudio}. Urrutia, cü., p. 125.

90
ñía, como en el seno de los obreros mismos. La posibilidad de creación
de; una Oomsb de organización social altvcnatioe Oepende pues, fun-
bamenialnsenlb, de la eosatcnela sosienide ideo nina sdlación de poder
fcvorabls al prooeeso alsernativo.
Esta sncesanre íluatuacsOn rbo poderrs se manifiesta en
Bcppcnecsbcnioeia ^csolc el inieio mires aSd movimiento. Csi influencia de
Raúl Eduardo Mahecha (fundador de un periódico regional llamadq
y de Icsc demás activaitss ole ía SosíeSird OCrsoa de
Bcn^c^í^^bp^i^^íi porose ses d^iii^il en Ise dos roímesos díap, dorante los
auaies cma mayoría de trabejodeoer se masoinr Vel movimiento. Su
eudiencia crece e ss deson-oHa c pastor dei rescer dio, o se mantiene
hcsc le Oe^da del minio tso deC Trnbajo a is ciudad, sO Oí de octubre.
Ec esos día la oceptacióní pcr psota Ce ona amyiia moyoría de
arabaésOores, da un «ocuerdo» oosameeto 06076.^^0 pactado en­
tre Ca ompreso o d gopiosno ocn el coao sc rechaza tooo aumento
sciarlall oe Caoen vceas alneoones oo med1osroieoto pn ias condiciones
so- saiubridsd y se acic a la emecesa aocao tiibirtad pora ejercor repre-
^11^ ^Seoe Oes UueUiuieiasl aerriclonie| ucc cna paste, le dsoaota del
proyocto ícstacl. crcSnmi^entc sarceto auctro o aleen sícs. y por
oara, Ca sdhesión de lo mayoría a Ce instirucisnalidad vigente.
En esca Caoc, el aiedmianto de Mahecha y Ca fsccctón aadical de
arebala0orei asome dorso Oiamarismo. Al i^fosm^r c lac toaSajadores
sel conocnids del «aeserdo» c)^r:tae^, adchecha pareda ucperar un
onérgíco oadhazo al Olooue Esrano-comppñíe1 rSolvp mi responsabili-
s^^d 51 osta noche es sscs^^sOo el mintsifs de Industrias», 600 Mahecha
on su intervención56.
No eastecto, ol orsoe volviS c rciecr oe Berjenca^■jdcjc. Loe
arnbals0oriis se relntentcn a cuo auesooa de oraba)o y d agoramiento
sel orovinoieo to imoide, netdletmed te, oe usesso sión de ia moviliza-
aiSe a it^tl^lts reeíones dd MagdaCeeo Medio y del eaís. Hn uu ortículo
eobre ios noontedimtnn tos de Carca noaadrmeja soaoecido en La Voz
Popular, O1iverip frene o eonOcma eC oüpot Pducemlnante lupado por el
representante del Estado para asestar el golpe de gracia a la movilización,
y d teche os qeo csra ccctón dei mtrociab Cre podble oo h medula en

56. M. Cmitia, op- CIi- C- 126.

91
que, en un momento dado, ¡a mayoría de trabajadores se adhiere al
sistema de organización social dominante, atribuyéndole al Estado un
rol de árbitro:

(...) un emisario del gobierno vuela al sitio de la rebelión para poner las
cosas en su punto. Los insurrectos lc esperan ansiosos; ¿y cómo no esperarle, y
cómo no demostrarle su júbilo si él es la 'Justicia' morigeradora de la arbitrarie-
dad, si él cercenará desmanes y hará respetar los derechos vulnerados? Él es la
acción oficial y por tanto se entregan a él de corazón. Transcurren unas horas.
Formúlase un pacto en el cual sc hacen concesiones a los peticionarios, y poco
después se aleja satisfecho el emisario conciliador. La calma se restablece y todo
el mundo torna a su labor. ¡Oh engaño! |...J. La fuerza busca la fuerza para
sofocar el grito del débil. Apenas pasadas unas horas los cerrojos de la ergástula
chirrían para aprisionar a esos malhechores (... J revolucionarios según las almas
raquíticas decían (...) y a esta hora se les piensa expatriar como indignos de
pisar la tierra que ellos fecundaron...S7.
/ En efecto, a los pocos días Mahecha y otros activistas son encar-
> celados y expulsados de la región. Mahecha permanecerá 17 meses
% en prisión; en solo 20 días, 1.200 trabajadores serán despedidos y de­
portados. Desmovilizados y confundidos, los obreros petroleros se ven
incapacitados para responder a la contraofensiva patronal y estatal.
En noviembre del mismo año, estalla un conflicto que moviliza a
un sector considerable de la población obrera de ia capital.
El sindicato «Santiago Samper*, que reunía 150 de los 200 traba­
jadores de la Empresa de Energía Eléctrica de Bogotá (los 50 restan­
tes eran oficinistas), había presentado desde finales del mes de octu­
bre un pliego de peticiones que contemplaba aumentos salariales y
otras reivindicaciones obreras. La empresa, adoptando una actitud
intransigente, no reconoce las reivindicaciones y se niega a entablar
el diálogo.
Tratándose de una empresa de servicio «público* la huelga sería
ilegal, según los términos de la Ley 21 de 1920, y los trabajadores
debían someterse a una maquinaria obligatoria dc arbitraje.
Por otra parte, los trabajadores de la fábrica de cemento Samper,
organizados en el sindicato «Alberto Samper», presentan a la empre­
sa varias reivindicaciones entre las cuales se destaca el reintegro de

57. Oliverio Franco, «Cuando el derecho se viola-. La Voz Popular. 9 de noviem­


bre de 1924.

92
uo activssia dll idddicoio drudedido,Cam(S^Cbnlr)r| y as dssnldo de
Miguel a^^t^. on oíos oliva s^^n^iin^^ consspido'pbí ei inata miento
peesoenl eutariteeic quo cernsol» cco 1cl <■■beu^cl. Le ucpsese Su csi
meatos vi nlena iuutlmevta a accede r a P^ paíiesones del s1ndicato.
Eo con reunóin dUnstusda el 5 Se ooviamltre a n ei Grcio ule PSaxiis, fos
trabajadores deciden crear un comité de propaganda encargado de sen-
sidaizar a .a opidión púNica h tannnes .e ^sa de una huelgc geissns0
Aose la psesiíln de sor srañalsdores, oí OT^^rf^io disesulvo de la
Empresa de Escogía &u retise en la uarOe Ue’ ju6vst 6 de
aooiembre y dcdoc sembrar sos miembros de cicc 1.01X100100 sonrilia-
toria, compeula <xsr Joaqeís Hamper iverenue de ia empresa), Fran-
0^0 Samoer y Wencentad Paaades como sOelsgados, y A>r Alfonso
Lopei como ^i^tsriiicbor.
Eo le ncc:he Sel memo dia se eeúne en Ca Caro del bueblo, local
de Antorcha Libertaria, una asamblea sindical a la que concurren
do^legacios ele 810 p»génisabinnet: Direciorio O^nosi OboctO1 iiedica-
tos CanSíal Obrero, ^aicrias^ Hamper, Altorto Sampas, Voceadoras de
Prensa, íoUuscriae HatSnuruii Penadesor, Tioógsaéoa, Tranviarios,
Baoeriai S^u^ie^t^'^ls^irisis dd Pioute, de le Sabaha a del Sns, Cnuvpceros,
Germanla, Femcits, ñaños b^C^^isiai a CaCcdo La Cocona.
Rospondienbo al llamado tlu un rcpteséotente del 5^^110 San­
tiago SimpvsTi on el sencido de sur eos necesaric dealarar la ñuelga
general de soiiñacétadl la astmblea acordó constituía un Comité Or­
ganizador del Paro Solidario. Este comité estuvo integrado por los
delgados tiÉUMencesl .ror fot IuaiíeiarisV| Ciato Co»teal voceadores,
Jorga Gondlez, Sícdicato CenltO Obseso, Fidedlcso Cuiliari didus-
trias Hsrioelus, Asueldo Pepegosl rinócs'afos, Gerardo Gómez (de
Anto^^ña LiUsteeariafi reoroviariot del Sur, Darío ^S^ee^^sníar Unión
de n£rvecesslli, Félix Gisas; G^reoi^itlM OSVloR Comedí Peñcp Sctam-
Sie, Lull A. Rcio lAetcichc Libesteeini; Caliédc Ln Ciisiiea, ^1001
Rodríguez, síi^iÍ^^s^so Cdmcicgs Simpes, Comái fiménezi rindoi ato Al-
Sosío Snmpor, Racóe Ceetor.
La participación efectiva en el paro general parece, no obstante,
sos envéndala de manaca meooo unlmete. Un »etnmen ds lo reunión,
reproducido por La Voz Popular, da cuenca de ta Olvsrridid aio 100'^-
lae peaeenie ov lsss 101’^600 iones dc las Oeicaedds. Pensarnos que la
1esisi^u ais esle reames ha Jo ser iniegral:

93
Ol coisi'^ietr Osi sislioíc lo tsoeviPOiT 1 iofisnóóquo ss oesoioentor­
ne os ni paro, s-oopon -01 ésie nueoa giooool. Ol poEsilnrio dot slodiceco lo
eritíis isfeooó —ar los íírbtjo0oits Os osos nocíiso no-obro. Oscues-ois o
r,eoiia rl s-ei-cs-o Staúore Stopyo, ocoel y poorisSositoosts, cose -01 so
ircísíoílte si as-^t'i ido—as necctiiabtn troSaeir asin gsoiai el aro coi, qué
aociisto o los aboosas —01 liésoos ls 00060^00. Ol islsgolo ir 110-0-0 -nfcooó
que en dicha empresa se decretaría el paro, siempre que éste fuera general, y
001, tote 00001, aOrscSio el apopo oeeuóioaOt. Eso ígiseí sentido -sofato-sO el de-ega'
lo Os lo Uoióo, lo Cotoeeríos. Oi islsgalc del grenóisls vácesdeons. declaró
-an rsteo rorsAso oisioó-T ii opasuio si ooanoenrtt 0-101 rs,, -oogioiiaitr, le opac­
os -seandielonol, y bus, o poses le sor et grocie ots 11001^0, oe euelqoles
0001000, lo pez o dn viokieoit, li» vroesoJcoos crsotOso dispuestos 3 ososos la
corso oArnoo. lE deíersmOi lo líos hooCoooT infsoooó qine rus snoss*ni-ances esta-
Ato dlsponscos a priscos cbolqoioo apayo coral y oatoriai. Ol sañas Costas F
León, en isembre del memio de ttcCógafao scrniSresO qao ért<rt orsoCofor oOisciurs
tos o eeacnmaao a las isiaslguivs-is oVo restricción de sañosos eleo, sito sopear a
—as coi lie-Siióo íasss ossuslrs oro osyioíis. oe-que cilio i so osspsoO'sn ;i q-oi o
les diera ejemplo en el cumplimiento del deber. La directiva de los trabajadores
le Pañas CoiSreibia, mfoomó —oo so yn01o cantar eos so oeayo coerse-oi y po
siOos-ós o ir liuriso. Lio irlseado nrooooosOesoo isl Nones, osnifeista-or o—ni
oscabon 1-cdU1atPí o osescao tOPyo ooneceoco a la Oontoe, poeo qeo so podios
líeoslos ti car-i 000—00 It ooqoinistm 00 imAse itinOí'c^lii.itio^. O los icrtrna.v-
sios Os Csel-oooosto ore-Ssstsooe qas se ,osito carero eos so seouo ooosi y
entosisi^io, en.io —as so podios incostoo si coso, coo soiooss cnoeeilos. Las
SeoRsvoarÍT dol Sos sOfoncieroen su atO0U> monetario, ocuso rSvi enicsrr en el |dooe FC
e-eoiO lo eoselosos iaocsoco Sia oosocitc lorie ofici-braenie, ornto o a oso-osi so
ísets ose-Sesíó —as, si sos si coso Oou sns-seioo'so le ososos leioeosdioarm.
Core dícoitoo si 0000’8
Coco se puedo aprccíari de So1 IS sindicatos parrialpanloo an la
osoobloai 6 r^^o savian dojegador a¡ Soitu lié O- Ooiiailrodoini Pal Paro
Solidario i de Coc 12 tariense s, 5 declaran no orodor seas ssao sino una
oyalo ionooi I y aicíeoiali, 3 ooa-Cieioean sis petlisipac loe 11 n ei paro a
su croteteo general, 1 afirma ro) Habe e > vOnguiia Occ-sióí y y
solc 3 so oise-tiion -Snoss^-i^' a 0000-0-000 loo-l-ircosio se lo Ooolro
C hiñera0. Stosos sres sindicatos pesoenecen o le corriente
C osarcosiiadcaaSicia ausolaiade pos el Gruyo donioriha Liba.tana.
/ Ln infiooncla de O alsaiesvri1^dlcaiismo supere nareralms nie el rnar-
y co sssramizoííivo de ossos oreo rlnolleaíoc. El hechn bu qo e la Cosa del
Pooblc íbera sil orSsmn toral de AnteenIl Libartaris us je en hecho

58. «Los Jorobaos oisdiicalhias*. La Vot Ripiar, Íbíi

94
significativo. Más aún, el reconocimiento de la huelga general como
medio de expresión de la solidaridad obrera, y Ia organización de un
Comité de huelga en el cual participaban varios de los más importan­
tes sindicatos de la capital, testimonian la relativa influencia del
anarco-sindicalismo.
Las organizaciones obreras de Bogotá en este periodo parecen fluc­
tuar entre el reformismo político y el economicismo sindical, por una
parte, y el anarcosindicalismo, por otra. El desarrollo del Primer Con­
greso Obrero Nacional, al cual nos referiremos más adelante, confir­
ma esta afirmación.
El conflicto de poder entre estas diferentes ideologías se expresa
en las diferentes resoluciones adoptadas, sobre la base de mutuas con­
cesiones, por la asamblea sindical. La principal resolución, publicada
en carteles murales, reconoce por un lado la reglamentación oficial
dc las huelgas y, por otro, manifiesta la firme decisión de no negociar;
«Si [la Empresa de Energía Eléctrica y la Cía. de Cemento Samper]
no acceden a las peticiones del sindicato Santiago Samper y del sin­
dicato Alberto Samper, se procederá al paro general el lunes 10 de los
corrientes, a la 1
La asamblea aprobó una proposición solicitando la destitución de
Miguel Vareta, de Cementos Samper, por su comportamiento frente a
los trabajadores, y rechazó otra, presentada por el Directorio Central
Obrero, que planteaba la realización de una manifestación ante la
gerencia de ambas empresas.
Al día siguiente, 7 de noviembre, el Comité organizador sc reúne por
la mañana para discutir los términos de la respuesta a la carta del gerente
de la Empresa de Energía Eléctrica. Esta respuesta señala un nuevo en­
durecimiento de la posición de los sindicatos: en ella se dice que todas
las facultades de las directivas sindicales relacionadas con el conflicto
han sido delegadas al Comité Organizador del Paro Solidario, que pasa a
representar al sindicato Santiago Samper ante los patronos. Estos deben,
por consiguiente, dirigirse a los miembros dd Comité59 60.
Las modalidades organizativas planteadas en este notable docu­
mento suponen la aceptación dc una línea de acción anti institucional.

59. -Resolución del Comití organizador del paro-, en La fhpular. IbüL


60. «Las Jornadas Sindicalistas», La íbfjular, Ihíd.

95
Eo efecto, la d€Senccinn tic liosas las íucalsageit Oe oegnciac1dn al
Comité dn Oreav1nrxiód dc la heelea as^nelal sitúa ci acción obrera
al margen de la lggi»laxíód iaSé1sal vOtensts; eela eiticp imponía un
poiiodo Su carsela dlsssio soíss lol sspsesseseeisl de ln umpsss» h Su
sus teaba1adoses Onicteoeniu. Stor otra pu rce, ai consrit uioee en único
interlocutor de la Empresa de Energía Eléctrica, el Comité de Organi-
veciéa jy por intermedio Se p ena Otccíón rahi:^^erne considiíreble
ds las i^i^i^^?ie^i^<^ir^s de ls cisCiS P proponu uno no» ve itlg^^í^dsd to stiouos
sésclol«s, eeaora an ipos de oocaninación social 1PsaIapitiao.
No oblteoiu, ln dsbi1iday Sol Comité, oillb1s c lsei■ée dt les íoIusi
osociones de Iss Vcle»¡ador ciiedas anseriorme nts » vet pe rmila rl sos-
tsnimiea ts de esta us ticsd raL1yni. Le cerríeme reformista-
ss<moelsils»3 asiese lueiiar imi.etnal, c^^s.s Sesiss duaeuSs, al obsndono
dsl podar de ouo^oíC^ííóOs per ns^te dec sojuíuats> de slndtca sos dd Cieni-
té. Haciendo una «concesión generosa», el Comité deja al sindicato San­
ónos Sempuse lo ansoo de oepcs:ísus <010 eon <c pesseoitntptisíst dé le nnr-
prala h del Estedo.
El ccrCctes fminentfioenia fonmat de la solidaridad ofreplda por
le mahar parle de los sísdicasor deC Comisé ha huelga debilita
al podes de sepsr»iaxiód dsi ónniaalo Sansleen SampeTl sn los días
eioulantes el tindlnaso ceda mla Pe erxo1Pn peional sin hcCel nonsc-
guido la saiei»acciOn Oe sus roleindisacionel acmesales.

7. Primer y segundo congresos obreros

El grupoi de marei»las formado aluspcdor do Silvestoe Savitski,


constacooPo la fragilidad Su un i<parsídns t:s^i^unií^<H pompupseo por
15 o 90 io^^^^c^^l^l^s, OcciSe ianzatsa a la barrada de si aso iocia!
de quisn aspica se r voounardia. El esctSsor Lu is Telada, miembro del
slrrulo de líat-l|^5ki y colaborad or dri dio no liCetal El Espectador, ine
liié lal páginas de 1 ^i^idi^ioo cresa hsaer un Harpado a la ieslizoción
ds uoi iaingsen) belrerol oaio de hos^<^^ oblaosvou dalaesSa lnis lo ntvéeiza-
0X0 rio la lucha per la obíenxiós du ens ley doctona! quic reeogiera
!c «repeslsn1a<ii<ígi• Oe los obrersis.
Siguiendo le tsedickonal oréncación msrxssna al ter|sss2tO| el su^upo de
lose1ectliales ocaounardia aoscscicnss dd 01oletaoadcsu bnsua i^^^^ las

96
osoo-eeiones y toitOetnsir odiosos y-e i^^ís^urrl^io economlcisto S-cons-
olnnte- coso i^it^t^í^iS^^’ie ido ianorsaeoto) sOel suevo poetiOn, Sí1errrotan-
cs Oe loso insescoec Sace01posrs del protas-mlado. Así, seto irse e svogoe del
matenalScin SiOtóSt^^, Oso rSidiocsoos pason a sor Os Ttisoei da oranimi-
siónr On las 1^^-^^cr^1^^ tísl 00^100- Si birn el éoitdtn de haber traoioado
esto e^í^t^cttC^^ coossanEioOr a Kastsky, Sníniu o otros poCSiScen be Sa Se-
gonda y Terceta internacional. no es sosnos cic-so nec desita tiempo
etoás era ap-Ceeda con otrai OcetomCnacSones oo oosi cCtoa ccsdillos y
procidtJs baiguosss psiocacoeos pos ioesscootes su olisnísis.
Oi Sao-cirsi} Ce-itcR Sd-.n esst cd m Ionio <001 eóisviP^-r el Primer
Congreso RSPrero i)i ic imiriói isó en -o picotainacitt n riel o ^sion ba­
lista- invita a timSos Seo nsoanieaciones oOtsras a di raaClóactón de un
nuevo conpsssOs e1 )i de moyo de 1924, eo Oogotá.
loaugutodo por el ministro do lndursnoo, el Congreso es ioicial'
oorííc a 1 sonenaoio de acoiorsdon íEtoansrtnSenitas entre cuaero ten-
denclaos sindlc-iscico oaonomicSttasi sociallcsas. somunistas y
aEa^coslodicaSCtS2ar,.
Al final or ieconsieis Sos rindics ros ctyrsíds^r^lyii sSeS risioeea social
vigente, ssc decir, caieSlos ^ti^ilt^i^^i^ia^<p^ pos los sCos pisodos tetoJicio-
odles si inspissoPoi on la oalo oloteneiói de 1elvibdícecintnor óeo-órni'
cas y soniales al OnteOoi del sínm^A Al calo ^e 10 dios de serSones, la
influencia de los rintllcslisses de ansolórclón liboia- se retieja en la
elo^rc-ó'Mc lio ana siria de soioOlsciones tendentes sa 000,1100 l-c marcha
del sissema po-liSco y de so maoaínarta adíniniatracina. Eryoesando
ana de ertss leivnPtcvciine^ C SSoospearo psotesra ante si probiemo
pos si Oneho lo qoo ol sera-ein milites rs opi-erbio solo o los cobros, y
n-io -01 soa snroEs1vd a los oleots^.

61. MiroeS llnssbCi op. cP.. p. 116. Oses auto Osos ss inloioorcaCs ósi esa reOóEe ole
El EpfOPíloT, 30 olí ntbil do 1124. i. C. Pa^ír sstvCa las acarno seaOieoC-t oono ooíraiS1ic
opiesora, orn^roe^úiO^i^ie^^- Obiirsl p aosncnora (Esbozo Ofrico..., p. 77- Toosss SHerOOo
pos su etitt, cuyo Ctrsaís ir las OrcSses esucr olíanos races ascenstioass sioiStSlis, ss
lioiti a eOtc - ico loo i isiseeio so 30.0^3 ski dosicooi riso os ¿aspeosQ ais oyeolusoi,
tornoo-sios oeleiacld y liO-sE-oiis Síníesb Te historia poíca Te cOOmba op. Pt, p.
62. faT. Segln cose auíto- esta reivaiEoioaOv es oso So Oos osooos acres Cspcrancas Sel
Coorsoso. Asi, en orooMn-ói a Oto aasnsopadl1vCito1snc lo CORL y Uo Sa PORO, q ciaiteo
oopresnlari por la rosaso ^eoc lies ocúca campado an oieoiiiirS-rsr 130000101101 lo do esr-
tióo >Os i iSíieos o osoiOsossO) - il'soinicirEor 1 cicrt-eco r-:soo'Siroí^cSc■1jé-Cií el iiro'iitiC
r Ov,siPíodsr o mi seis ain-es iei1oSiooolrsi1 csdirUi -1 ar 1 oiicmSi’-v i i-sOiidle t in-orod' ia o
ls las orts oeOlvroses rmsOia de cooscidn de q-u slispoao o 0 Eitstdo.

97
El ps^^si<^nii^K) «rsiirjeo aibcr ai en ci congreso odreso Siansoaba na-
turalnsenSe eP ahecp«to del csrcuin manxista de ullliparlo pana sentar
los an^ss de un siuevp pasrldo poi<ricOl Ei vaciase do Saviiski, los so-
sobtevíviontes del vCrajs lie C922 y aígunoo sindicasisspb op­
ten pars ercídd1r el Coste■esLl Lunyv ds las ^1^^ diseusiss^es del
primer día de sesiones, los delegados de inspiración marxisca y ciertos
siodicaissias UcciSaii el mismo ie fe maya, re uni r «n s^as^i^^s^o rocia-
lLsta pc-callln on el sPícisIo Líévano.
Curiosansentei los dSveseD» puiQrff marcéelas omiten sn general la
mención di división. Vruaeentansente hacen xiueión ai c^greso
eorln1leta y silencian la 10^1x3x010 del aongseso stndiC3l16<1 su su refie­
ran al congteo) ahuero y calían ls escisi6n63 .
6465
66
El san^^.n1 last1alltía se divide s so ves entre nuecumsr1e c nocia-
Iísscs. El grupos Ose davst$ki asnsivue haces aeapcsr 1» 2 l condiciones
ds ^s^e^s^iOn a la ttsinmaclon«i Com1lnistp y ^ost^^p ^1 aspectos
rad«rnlie1tas del psoyctrna icial^^^^rd de Hsn1da a191Ljl Lcc »oe.n^Sistasl
pos su peste, ietsnteo ssoiois el enligue peetidc. El fataso rssliduate
A1danln Lipues s^t^ó cno s Ptnectadh r p aplaunñk «non entmsiasmo al
«supo .Sc Savltsk>di.
Nn aristun muchas yancmaotol qua ons pssmitao aepnblenes cao
cleridad le ccp^^ikC asumida pon ia cs^n^iec^on anaosonindicniista ante
ul sa>n£t<sni oSiaro «eioinada por Ios libcsstea o an te ol coc greso polí­
tica mairissir. lanCmmevre sxf«en<u sasonut qoe, en Uesyy unido con
amaos proyecios SSeoiO^gicsus < ontai an ppt mrmscniaer on u no « otro
cooosreln como oposíciOn m1noíitnriai ICst csllcnpc aparecida en rl pe-
riXdiso ^^siciji^^ia ule issconaqliilla Vía Labre define il l pnets r sonere-
sn careros corno csOsiso SchcSosnoso de la rss^írpr^ [cel inca ogrera» y
Sentinaa a los elemenips poCticno y aeIbSp1eslntes posi consiguieron,
«ao paree, le^i^t^et el iSerroseso de 1c nr1nniacib^ obrera»^6.
El Segu^s^o aaíogueso ^Oear^ mlslado el SO de julio 9c 1005 en
Bogotá, ss sos sonsse.so ule 1íairiKión aaca lo lendcncla marxiste- ApO-

63. Pa^sSds1n«f luisetc1sUiCc1omíl 30 afñodeHrór MmóSlle, L Pujo, 1173,y.


13.. y D. Mmsopi CiCHal Cobomui: avp fovmorypbk paí, ip>. ab., p 131.
64. L C Pérez, op. ar., p. 7.. y D. Pidani, tp. va, p. 91
65. D iScooada nSn^lér1| sp. cit., p. 131.
66. -fd^íllt^ Odasas» Ví ILu, e. C . 10 só oaUiUbi Oe 0919.

98
yBolosc ero lc eoss:a^i^csa ie del rnngseto ontarioir ab-torará una eolíti­
ca ^ñ^^^i^i^sc ene lc coaO-oBlsá o conquísoos ooroeno oieitso Oe h orga-
nizocióro cibiaca.
So secrerarío es IgnvoLn Torres Giio,¿Oi y lc eioepsesidencia es
confiada al lllor indígena Quin ln Lamo, Onc stóedsetu maooriiiria, el
Congreso decide afiliarse a la Internacional Sindical Roja, organismo
cure osiE ot da ii^Oa sso Monzú. p aonotis uia ia' CroféSOaCdóón Olrora
Naclnnat >CON).
Ln de*sitíac^córd Oc ios elcOiacd des esto congreso s los Ooi cosioreso
slgolnnse, lebaiado poT Tosces Giaol dor cdiCnuior -sno seconóiitución
i
entallado ole iss Ssbsse s, Sd<^^^itp^ías cn psescricla y secsotei ole caobaio
sop^ss$cnl0(tos. 1 os ribo, seo otisiancc, que Isoi roctsooss s-Cs eoss de onavor
0000X000000^ de mayor insorertaocic eóonOnrica, o de so ayor comba-
rioliad , rdSas oorao pertoíosos, Oanaosrus y (ronctdoiadoistu, tn^-uvie-
ron ausentes. Por otra parte, los diligentes de este congreso no están
on condCeSónas isc aocntrobr 0 mneSCizactón obréis en los diferentes
sectores i lírtas Oss trecheo perroilcen entcnbes s^ue oto ovaeor impór­
tenle do la costa sinOlcaliiada ictosanece el nsergen de Sos tvosativas
Os eenotaiiraeirin orranízativc. liste sacior tiende, por otro lado, a
InscribiriE dentro de le Oioácelsa ilnrllsalisia lucoluclanasia u incluso
aEarcssseodioaSCota. Lv n^líoc-acas ds esta Oltima, como rosemos más
alelante, ss vSridie asir ejemplo desda 29S3-24020 en O mona benonera
le! M.sgdsion
Resulta imposible, pues, determinar el progreso absoluto del pro-
Uicco maexStra o pattir de ia rom^óieOón aolnunicisbofro re ole Sci rnso-
locinnes del Congreso. SCosa^, eOeml «So tevosrlc y meneOo ist earác-
car puoomeote Cosmal u bptocoCaiuso, ooLse-Oe^ seo non frecuencia
tssulrado de la acólón de poiSoSens proSesioncler, esto es- de edivi-
isoss esisccía lisios leí dScaorsioi intlliioic t-apaceo lc cs.inio.tai ,aia ssarn-
Alee poso oeiin dc ona oscsotogla que Oeteomióa st oslen y freceoocio
la sos oradotss , u u disisOtuólód Oeo tac dai oeointo. ei tipo de conce­
siones y cd01psoInsoos a esfaiCeoer snnúa Co oomelac ión be Zoecscs, etc.
Por eso, cuando Torres Giraldo explica que la «mayoría marxista» del
Congreso rogó0 manieses b udipan con los ooasosicindíaslirtas - libe­
rólos ^efo^aiitlcs sobrando son flexibiliolad-Ct, de hecho teocarouo que*

67.1. Teosos Gra-Oo, Síntesis de hcudi.-i of>. co, pp- 5[-ne-

99
*

tcl mayosía no era tan ^vd^^i^se. Lo velación Vp fueras en el d0>nvsaso


abliecba a los tcsrxSsíes a obric ann sfii^xii^i^lsgíidci ía inob^rvnncia
de una lorlíiraa «Urxiblg * los hubia ra es^ndyyiño a resteílr Ia división
dsl csmgtcro interior y t maniesss res aliíados sd sindícsiiseas obrero.
De esca Portea, los eseisa:in1elas del fsima< Crtn«reso se convierten,
por sortilegio político, en los unionistas del Segundo.
El desarroldr potser.or Se be aeoncecltniyntos coelirmar d «s Og^ca
polStise ds lc tnod^e^cia marxiste. Minoritcrioe so el drimer h Sueco'
So Canguelos, alseieooo unp liti^^cli^a 0ilravoinente («se los conduce a
la sealirnción de an eongreso pesaleht y ni aislcloienroS c elás tiau (que
lss pamiítu , raisc 1 a bal c dc tomptc)lensc^t> maiisenerse piss ehtes y
acapar pauiatintmes te kc aeasrsu de 1^x01101 da la n ucop sunfede-
rcci^^n)i Mhyoricariot es el Tstca^ eesvgreso Cl^^ój, podrán permitir-
su sl rs-iat-po a la iylesnvesn1h1l y la cxpiisión 0e etlltnsl nt compar­
tan su yahuccto da organitae1en eocial. ira virtual exoulsión de los
noa^cocíndinaltstas en el Tcrcar Conassvs Uemeeslsa qpst lc preocu-
pcsiXe pos meoteess le naeided «asure* sa el Seeuodo ay ss» más
qus una tcedna política que, yor ana: lado, es misaró eficaz.
das atra patse, resulte extremafemense ysrlvso ai «toSo ais obje-
tioiScS ti imparc1ali0yd «uiedtlng a* nícansapa ¡ccs cle^l«s xld:iólogo5.
Cacriogandv el Uagundo Connsm5o corno eirá óíganización
nau^^iti^^nsettty oiresa, si diiore1Sdta Pei urlmero*69, D. Pécput, por
uiumploy pasees ñ^^s^iss an el reioílvo p^vn<1sv de la ideoiofía marxis-
ta, aneárosla an al siú^tot^nos slnl mnvtmieoso obrero de Caii, ipnacio
Tasres Giraldo, Se dsUncel puus, que P paíscncneia nrclal Os óndivi-
óuos h noiectacinsnes pareen tcsir UsteíminaOe, os pop es «ueuso que
acupcn Ssetry ósl pacsesn sl pastucción (si seguimos al tissea i Marx),
etno por su shUexinn u un p^yecis de o^gcnixe1l0n imi^i feoednina-
óa (ila clase «pana sí»!.. De estf foses a, la t«dologít malx1sse os drfi-
nida past los iottc^^c^ni^^^s coma la única iSaol<egía -o ideología «au­
téntica »i- Se lc dasp obresa. Otan míelo rn.ás allU que sl «sismo Marx,
quien imc^s sie1anieció stn laSame septuru entre el orr social y la
coeciencil oxlal. Así. eclo vep yus .|ptlsti!a1io imeleci iisl leu obrhros y
a^i^s^pci^^í^^es obreras llSerales, aonscrvtdosat| mutualistas,
eoarcluStce.s> o satsIenecieetcs a conienies disHenres drl mauxismo,68

68. D. déceati op- ai- p. 94.

100
dojeoo de sor Abreras, o por O oesoso sor ^on reucaoEra^iente obre-
sasr. Os lo preguntan e s i o rt dle no AoStaolan los obreros ac udto a los
Oscolosi Mayoicc ¡^^iitCoc^^rtoi^s^Ct^í^i^^^ledt ° ara oítesie r s-t- certificado
lo proSeioriidod. OSos atrevoOoscos incluso r suyesis qooi con el fin
la contribuir 21 lar Onansao de Sas rtísasr.aa svuirauesaias-s, iss obreros
candidatos a proletarios presentaran, luego de haber pasado un exa-
oran ole oiaexSssioo, ds)s fotos inmoño cUdola e sil dolOr ele e0 ^ros.
Par sepuestOi el aleonónos psclóldepeo rounos eotspioo^i^ls^^^a diver­
sos signo ol tutor Oli que so sacie■ Uo investiípiTr de dS-Cona ^^0po?1ti^<^a
rensta uro i-giso vo-loc-ón ul texto d<o PCorui ■ oón 125 il atasen e i a Coo-
rsiesecióo Obispa Naoioiial ^^0,110 sin ol SOyoimdr Obrero,
ano yo es más auténtlosme-sio oíroro. Su cstctoio rls es lccoenSo Torres
GiialOOi quc aoj kppa controlar stJio limitadamente lar ^coeesi^o sOrnú-
0OSa61,
El conflicto entre marxistas y los anarcosindicalistas presentes en
el 0cdunnn Condeso parece iyaltes .airads en rosno do ío partLeipa-
clón ofitein sn la satlíClca sc-csicitcitinl o ose ni rocharos iosi los oriun­
dos, de tonctuiílr o n nuono tt^iold^ «11^^0.100^. OOtt utrículo de Vía Libre
cncinoendo el ^e^^^iolls dCÍ Coronin óeounéie cnOtoioamente la
acción partidista:
... por enelca oto la oOtítica Obrero está Ir orgirSlaacOn le l<os oralAilador i
[...1 os-toas eoeaoiieiOns -uo si [lo s-nenirse-óo obseso] so lo lingo o uo
Ootormioeio Aaodo 0011-100, sn eaoece ore íoSPcí traición a ds prircipTs
Osctece-1aíl puis st csrlst pos consicoeoeit ir dosAiiilelads ios obriíos [...les-
tecos seguros lo -uo ios ls ir eOoco es-ciis, or ss efte Os hocicaos cooaigts
cao solios de colioo, hicieson rolo presión oosiAle paso -00 so psoyeetn pse-
soo-olo s ls coesilooscióe lol Cnoistisa, sobos ls oetital lo ios obsisos or ios
liAsíos ilseíosatis, fueo aesobtlo liiíinremorísTC
Oíguidaeseneeü el arrioulo de Vía Libre ienrccia el ^rós-óoito
la los coesrnittas rsoerdaCc ros oopois J do oítodeoarro Os todas las
osganisccínneo odreras del país, seltai ando que s s eosos señores
invoroc 1 e pe n Lcnin eoreo qae la Oictedasa roja pos oes propie-
lal de clíss s s 01^071™.

69. E eOjntaiei o «PsoiTy y prnnoie <01 0 siloSCc^-cool ctiSooA1lanlae , rn Coiwersta o°


35 y 36, Bonoi■ 1975. p- 15 (líicu-ss-iva so niossssa).
7C. sPOltíScp oAsnro», Via Libre, n° 2y 1CI ol sccísbse le 12^25.
71. IbtO.

1C1
Ests c^x^t^^uk) m, iin leñar a dusau, y no c^e Ins etimepsr co
nocidos en Coiembla jasSse p l^Sti^c1ao analmuismo'^lfreismo, y uno
de los primeaos escritos soeol^teionesicv en sefetirry criticamente a la
Ruoolución sssa. On Caiemblal ai igual que en tapgenriIra| Brasil o
Europa, jo:1 imcinicciniieijsos tdvoiaa1<sna1lct1 de jQis Uespaiiuecn una
inmensa esperanza entre los activistas sociales, y no fueron pocos los
aofteult1er qeei ptefisienskc creso en la» f1irmaeiones docteinasms de
Tsotski acama Se 1p 1oenastoyCddyd de lc dic1ayera dd ptolytariado
antes que an tai ioSereraeivnac qda daban endite de enSrentenlientos
uasc cemalsiclss » anast|pll1ss jetnSl riíaetsUíe una sciSlisS Je de-
incont^icjnnel det E^^yesl^ soviético. Sdlo a sartlr dd Se década
dsl oeinse eemanzaron e tlxtyssde^»e iaf ieSonaeusones sodre te situa­
ción $^<^1^1 an la Uniós S^^v^^thta e> coo consiguiente, Ims enirneras
críticas de ios edarqeiclay dd sounUo El ulílculo de Vía Libre
en 1925 corresponde, pues, a la época de los primeros y solitarios es-
víircn de Etotaniido tte Co»vc<1ho cn S preñe» atarqu^ns Urasduna de
comienzos de 1C20, o a i a empipa na Osnunaiiu oiIi del autoritarismo
kcrttyista umpsuodidc, en uss mismo pcSs, par ul psrióyicy A Plebe
delye 1922.

8. El grupo de Vía Libre y la FOLA

El 4 ds octubse de 1Cd5s se le a la ius en Bcoranqe illa el mtimer


número de Vía Libre, «ssmcnario Se sociología y cembsige>o Gregario
Caviedes a¡»ascne enmy disectys de la publóocii1E| e Filat Ceííellanos
como adminisirador. ES te iltitno, anasqulsta papañoU parece haber
kcstlslrcdo se le osecelraclóe ds les «supes libustnrios dsl Mcedclui
oa, como vestíaos más ierdastte cu anda abords mos ls hudlga se las
nceancins.
Ai iecal que La Voz Popular, se pueda eaiccserls a» a Oía Libre
como un purnddiai.o nensipnt<^ aasiqiiisea. A Ios ternas arn1iales del
prohucta aoeractepe erpceltde par ul kuriódisd boeatcod, Vía Libre
aesse» lc lucha anmmilisc^dta, d pilsflems de ia mujet, e> slttr cter de
la prunoa soeolueioyat 1h, y redsnn uce urjlch los os penetrn idstos de
aenrquls1et nojoriol S e 01lar yartesl miseo Rus, us> <r<opot1Fn| Anselmo
LessaiOi etc.

102
1C3
Su adhesión a l yjhscct o anajcosin0icp11$ta es alsid le a tsedS s de la
ietsnn cffrddOa de orepceynda y ni^^i^^^í^ci¿?n deenlegcds sdrededor
de la í^^(^^^i^ian arSserd «SlI Lieoral Adámico (FOLA).
Bcrranqullis »la rcueíty dy oro de ym1ambta*)i principsi puerto
mare el Meddalena, asnediapa por ^^^strs^^t^r1l e tsaseetera y Puerto
Colombia, sobre las orillas del Caribe y a escasos 20 km, parece haber
sipO m1 lugar yaysSs ip piyyeaíQ anhteosindjcaliosy encentjó muyores
ppsiatliyeyss ds delarrpllo. Alll easyntramps la sstrcstcra fedesatioe
sasacserSstic a del 3nsjeosinnlcmism0l visiMe rcsr ia mo í$p^a época en
ocrios latioos de América n Ea ^^copa.
Lm eltíbadoscs de jn s c^<^^^sis de Baciauqui Ihi y Pue rap Cmlombia
h ta traba1s0ores dei £1^1X1.3111 da Pyeajo moinrnbia sepcacantaban
cn congjorlsy»ypo €>1^ td de ceLaam concentoadóv s y^ enorme im-
postcnsic dsetso del coetsxto ecpnómiso dsl pals ee les primescs
décadas ; e l oo Magdaíat^ ^100 ^0^61101^ en otta parla, era la
ksiesikcl cstssia ds s.omceiscnión setas sl iatesios dsl pcísr lcs sseiy-
ons costeñas tobse el mas d^ he Ancisihe y sl extendí Pos 0^1 parte,
en Bareaacullla se desarrnnabpv asqueó y caed ianas Sndutirias en
tsmllesi aceisas, esrllleroSi zrpysaS1 janóvi etc , r csIsSíí um ámeortan-
te sncjot ariscan. I. Lp jarOiaciósl de h y1ydan s rece a um ritmo verri-
«^05»: de 64.000 0ab1tavles en 191tt ^^^01^0 eluynd des va ía en nú­
mero de habiiantes), Ucea a 1-40.000 en 192S jugucEd ciudad).
Ee 1925 ta anyauuiccas de Vía Libre habían atayyo y ¿€$^01^0
una de iss pivetsij ocean1stoavnys ubidas Ce hs lema, ds dcderación
Obrela Sel Ljtorar Atiánrico. Ejte OiganiMclóv, que agruea6a a 16
sindicatos ds Bsnanquilh o varid mds de ím local leedes vcuna.», era
synceblde ^1^0 e n SnstrlmlynSo de cvla cc y stoardio ación entre los
aiedCiajO5 y esr^ciajionef isrOJ^1lr3s.
Lo psejx:upación yo» 810^^ ta métesenos dc burocraciao laten­
tes sn toda oino^naóíln dc sarSatpt meímanensei »a manifiesta en el
tipo de lásese a^ioedí^as a sos miembros delegados al ^^i^i^^úimd fdde-
rcl (dos delegsyes ys1s cada ys<nliacíón o stndjcatstíl sin ningún poder
dscisoriOi son ta enca^1Csdoi titi iIefsm1tir a ls lssee^acr.jn ta proble­
mas, inic1ai0»es y sceesyoi ilisctltySos y apríSpldví sncissípicasnquc
los ha delegado, y Se 1^08^ sap prpsiocicis>nes y acsysdos oe ta de­
más sindicatos paca llevayta s sus lrssptcíivyr oí[»^i^^^c^tonet. Según

104
la matrO-sa ole ElOss Castellanos, le as^^rórCOsi cs romo uno esoecie
le Ceicstal le aPotteos, Sondo todos -oi rnOioiduor vio o sdis^itar su
corra , lOo Censual t^Sas^^.ctt la cosaorpoocionc ia y lo repuso a su lugar
di icsrlno, adoroanlo ci cada ioiiiioocbjo so intotrtaisto ysssi Oe tiem­
po y de ontariotns”.
Esta concepción organizativa que atribuye al organismo federal
no ms dc oosedrnvclón y aniacc, sin ifinpOn psaics elocruvo0 no es,
siró embargo, sn simple mecanismo ss recorro inoiieOicio pe to rontra-
-sesear sol pelipso bure-tráTco. Er, OonOsoneotaltoente, la preCsóuración
Os le ^terroa^^i^^ roblal anarcóiInbiiselOstu qob, aboliendo 0 esteuctu-
sa csnrralisoba le tonOer -sicoma estatelo- eoetondr otgadicor la so­
ciedad sobte la base de la íiiote asocióeiOn Ei individuos e colectivi-
dales autónomas. Según esto o^s^p^^^ to, nínpui^o de Cnc cprióooentes
le usté sejiOo ocrelal ileloga so yoder a orsenis msss «soperiosas», se
abole toda escala jerárquica y los organismos federativos asumen fun-
eionest 1usamenrn óOoiSnistratSvan so do ovrsodóoadtón.
La eaomoiraa iiudioOS a al p oiCt-dileo ro trcpl ico, o-si otsc porte, el
oisioo-íenoo ni la cornpeocnció. Deten por oi írmisieíiIeOl SaiErse en la
EPClÓiC de SS-lldaoldcO colcoti v«; -pasa que le Federación renga una
alio rea i y pcssiVs'a ei oortsvnren-s qus Con orscoisraos que O oempo-
nnoi naoi uuenpoose$, poro oso ib. moa oroondmía bioo compoanUida, y
qoe estén pnestoc orneo leo indioíducos como las crdactisSdadcs, e pres-
cnrle millda-iaed a Soc cocepsñscds o lOiSdabes quo le Oomanden o
necesiten de ella*”.
Sobre b frase de ssse prot'eoeo, Sin aorsvlstit de Vía Libre y de ta
ennnración utilizan itíos los oiodi^^ AS>sSt>l<^ i1eriódScOü cEoíe^en-
e-es, ^íiOss^ . rosinSoiies de propaganda e,lniilusiee e n -rrusoci atsíicsco
qos organrtbba imprento tac iones c-toisale-sí paro liSundlr tus ideas y
eetendar la Oideraóión. tiste adtSoionao parece aposSsi' suo froté*; en
si primer nómero de Vía Libre aparece, cor jimd1oli0 on llamado a los
crobajadoiss le las asses Oleosas pora asistir a uno reunión explicati­
vo que bbbsia slc 00010001015 a íe Erganiseci6nt coiriiiuurndo un
sindicato que debía engrosar la Federación. En el número siguiente,

72. Cd1asCr$íi!Ü1ano0i «¿Qoé cs orno feliní-ciSó rrOicial-? Vía Librr, r° 1,4 <0 rottiUfo
do 19P2.
73. Clisas eCbseltbOts IIAO

1C5
Vía Libre regíssca la Cílnssitóeión íe un nueon n^yansSInv nbrero de
rnsistencia, el Sindicado de Obreros y Obreia» de las Arte» Blancas.
Este $^3^to, eoulpuesps smr empleados de íeslaujantss, hoteles,
sentinss y naaclydosyt dd snco1icje doméstloo: lavadoras, cocineros,
meseros, sirvientes, hayis, ets.| disnibuye las tatems idmioistrativas a
través dn uimoio leccytarios (gonereli de actas, de cnnespondencia y
dn finaiicas), de sos eualnj smn ^ujered y dccsaa rnuolryn todos
lps lmes en el l^ldlad Ve la sCvsv de ponsionistas.
Le Fudecaciln ialukiniice Ics s^lcasls^^, nonceís ncior s Susoc de dis-
^^^1. . En ccrunis de 1925, por ejemplo, Vía Libre invica a jos orada-
jedprns nn gnesselt prganiiadol p m prgaeizedps, a ana spni’nsnnsic
dn Elias Castellanos robre poli-hca y sinSicalisepo a efn c^uelse en el
lmal de ls A;jsidicóióy de AJbsjtllsy dude de la Scde^ación.
El Grupo Asltstivy de la Fycle^eciSn oioanúe tepcepínlayiones de
teatro desIlnlan2n a cuyscional sil sí»toma n loante y extended las ideas
anarquistas. A finales del mismo año presenta el drama Primero de
Mayo, dei eoaequlsta i»ejleno Piono Cesí y El redentor del pueblo,
obic dn cárlra de APolfo Maíri.llach.
Rnsal^ difícil ovalua» la rutíucnyia de id rn!dóIaciUn1 Ss pjogreso
se snirenta a íUJms:j<jnsj ns; ia influmc-i s tld Discctojlo SaS^^^to,
psgeni;dsción ^^ad pos tas ps)jlslcav líbenles y sue V isvone de
mahores tsauríssf eoísnyjet(kn pansce sor yvn8idetebln ^nt^s^e los naba-
jcyyrsl de Bas^anacilla; uí grce lnntos obrero kssmcness oisibln-
menre jático » í1 meigdi dd toda tontados dc oremiseción; en el
de In minaia Federacidv m manifiestan siesos Ve «negligencia»:
en un aviso pllnld-yda en Vía Líbre, lc Fcde»Sióen hecc un Hamado a
tedas sus oeden1zayioner pvrn ní^mdSa^^r inmenlatsmepte a los dele-
«1^01 qun po asisíen a las ICjln.lones lemanalcs. Pcs 0lV¡npicadc5 fi­
nancíalas de Vía Libee sonptlcueen ptso sjgno Ve dedilldedj que lo
pblean a nacvs cierssy i^^nyati<sney ideológicaSl En el primey numero,
Oi^^e^oj^io Catysne£SvIteala qm la pssoja tyvoiecionajlC no debía
'Cnnpía^ auunylih y aobvepalodes de tal P1y)jotadoauSl y que ios perió­
dicos que npasecev Hcous ds nvlyns placen para
aaie osa aUu^aunles suelten la n^^nigjí^datiSi En mi mímaro siguiente,

74. GrseePso <Saaieitss, ■OdeniIP1lMjeíg| Vía Libre, e° 14 ds octubre ds 1925.

106
oo obstantes apocics en o^lsoeot página nna ^o^^ó^^aelS-h- bisígida a
ios compeleros anarquiACsei eoilclsándoler exoosao s>or la obligada
OeteonldacEin dn ecepton enoncios. iduss pueblo oo Ose, no siente
oso neceslded ton humanal, liire O nooa, lisiando en seguida a los
m1iitantcs a todoOSas «^^Or^^o^^i^^ ^ncau quc a coodencc oaC concesión75.
POre los aira-quístas, eC cobeCnote consre ot isc^^r no^irs^ü^s^Ü se ejerce
eot1Sladomeotro si de A s-sdveisirSa do sur insiStuclones. De
éstas, la in^ce^uóOCo militar fas oOjoto de Hermánente preónupactón
por partí Osi mdd1mi1ntp noaseos1odioe1iíin ioiisoncionnl Oe psíecí-
dios dn sigla.
Lr presencie de artCcuios anomitlsartis as en Vía Libre sn coopten-
la 0^0,1 esa r torra paros- si reeocOasnsos qoe uo elesnenro casarterísti-
cp lei peneoiriLonin anarquista a miés de Om tOsmcios da cíío el re­
chaza a Or nPOsoOucóiói do ira Cormas do poder atóateles. SSate aspecto
eansrísyee ya una O-nriennle Oundameotal eo relaci-Sy ct proyecto
ma-nisrai ouhss mddvlldaOi1 de aónCOn deas^nsoA sobro la utiHoación
Oe Sos inttsomensos de poder existentes ss au suSóildsciOn por otros
boto leponOciceo Sai eucropiuras de sorbOes antc^LSSSi Los anarquistas,
pos su lelo, na conciben le lacOr cart-n le irscitución o-i-íos en1Sr
tinte uiiliraido una inssCiórióo son ifar, 1accaa sodse l-sc osisa^’^irn pre-
sod^ui^s^^s : pireraide je-brcu OoC: sooieoltpienro coral a las .Escisiones
Os la 01^^1^11^101 ^C^aipli na elega. reolano enfo asbitrano, ale, Frente
et ss-jueose d e ociértCio populas» ti de cigocito oroSos, roiíeoído por
los marxistas, los anarquistas han opuesto un sistema de autodefensa
báselo sobre lo acción de mases oseatirdod ar a envés de m1f1cics Inco­
las y 00610031^, a 1 estíl o de S ar miilo ios de Ca T 10T sn Espane durante
1° oea^riO^cióOo 1 c PS^^^^p!937- tOcse $1etenoeí, cusa eficacia -cetiissr ee re-
iotivai sepone unco ooncepción no mSlitaolote dc A Jucha social: el
Oarrumio dei oiden osisblooión no estí OeooiTinoOo esencialmente
por le sílcrcia cilitas le ios -casas-r, sino pos st grolo la eiofnryij
ind y de ecianóiOn cleabiodo yor el prsorono 0s eubór roíCto da Ios va-
inres ^00^100- qcc ronrsitó ye n -el orden eetabOycldo. Según este
esquema, la subversión generalizada de los valores ideológicos predo-
mineosec isbe necasaoai0iínlta allantas .e ínsiEuotón mlhlisr, en su

75. Ví Liiw, e° 2, 1QriionctiSfS ole i. 125-

1C7
mismo seno deben aparecer rupturas y cambios en la correlación de
fuerzas, efectuadas necesariamente por los soldados y miembros de la
oficialidad que constituyen la vida de la institución7677
.
Para los anarquistas, la institución militar ha de ser socavada
desde su interior mismo. Se multiplican en este sentido, y particular-
mente en períodos dc huelga general o de grandes movilizaciones obre-
ras, los llamados dirigidos a los soldados recordándoles su carácter
"popular" y denunciando el rol del ejército como gendarme del orden
social estatuido. Se busca, por otra parte, substraer el potencial huma­
no que requiere el ejército:
Vw Libre, al . igual que Solidaridad Obrera, La protesta, A Plebe
y demás publicaciones anarquistas de la época, hace fervientes llama­
dos a la deserción y al rechazo al servicio militar. Se apela al valor
específico de cada individuo, a su dignidad, al ejercicio de su libertad
y autonomía, al rescate de su personalidad; se denuncia la función
social del ejército, se alienta por todos los medios posibles las actitu­
des de lucha contra la institución militar.
Este punto señala, pues, otra profunda divergencia con el pro­
yecto marxista, Los anarcosindicalistas favorecían la deserción; los
marxistas, por boca dc su más prestigioso líder de la época, se mues­
tran de acuerdo con una iniciativa tendente a extender el servicio
militar y fortalecer la maquinaria militar11.
Anderson Pacheco, colaborador de Vía Líbre, escribe:
w-
La juventud que ingresa en los cuarteles se niega, se estabiliza, se toma
inútil e infecunda. El cuartel devolverá a los hombres sanos, enfermos; a los
fuertes, débiles; a los independientes y valerosos, esclavos y cobardes, si no los
enrierra en los presidios por el delito de estimarse a sí propio 1...]. No hay una
moral más negadora del hombre que la moral militar. No hay una institución
más bárbara que la institución militar, cuya fuerza reside en el ejercicio ciego
de la violencia, sin más razón que la disciplina Regida su vida por un
conjunto riguroso dc medidas ilógicas y arbitrarias, la juventud cuartelera ofre­
ce el triste espectáculo de una fuerza inútil, corrompida, que infectará más
tarde el ambiente social. El militarismo es la escuela del crimen. Saber matar,
esa es toda la ciencia, y saber obedecer toda la moral I...]. La víctima predilecta
es la juventud campesina Con negarse al servicio militar, con rehusarse a

76. La movilización revolucionaria de ciertos sectores de las fuerzas armadas, paralela


a la movilización de obreros, habitantes dc barrios.
77. Véase el comentario expresad'»en la nota 62.

108
ingresar a las filas, con mirar con desprecio a les cuarteles y, sobre todo, con
comprender la funesta influencia del militarsmo, la juventud dará el prmter
peso...7®.
Dff'ícllmentc se encontraría un tan a ud az en la prensa
antimilitarista etneuenta años más tarde. El fottaledmiento de los
Estados v la ^tii^aóéón do los andan tcn tecnolóncos rgc la organiza'
ción de sismasas de contiol más ssveros frcn dificuhado, aparente­
mente, el dasarrollo del nKin^^ient^o antimiiitorieta coetempo^áneo,
incluso nn aquellos pafaa europeos que nuen-an con una cierta tra­
dición Ve ludas ^n^^^riit^i^istas.
El dnimnrlitasimd de Vía Libre no ve queda asimilar al pacifismo
de principio, La 6^510003 dm momentos íc vlniencta en la lucha
socii^i es eníendida por_Greoono Caviedes: ^epo de ahumar que el
advennntenid ila ís nuevc sociedad «costerd rían dc lempre», emplea
una cuposa mptádord pvrp explican ta meditadtlidvd dv la violencia:
«Para hacer tortillas hay que romper huevos. Como no se trata de
torcías, tino dc la od vectón dm ta mejol esifecie zscoÍ^^sa, no impor­
ta que nn la retriege dégan asmas nobtel y sunumban vites iriscctos, si
el i^tssiiih^^dv ec, momo tsccdsrá lsrdtl■lcdielblvrn<lníe^ d dtincipio del
reinado te la lultici^!i??.
Una mujnr Iav2aite ca sudcna con los asȒcrllos antimilitaristas
del periddico. a cuestionar el poder eatrietcal dentro del
contrxto da una sdaícdad eminent emcmt m achina y clerical, re-
atrisre unm lmdottspte docís de cotaje. Hacerln en 1925 en
Ban^^naiiias, constituan un mnómeno dasáedla^. Ana María
García, autdrs da un nrrjcujo toare te majord aborto la revoheión en
las reiecjones penson-tes Cdíidiadad1 íetoa csnico más iíiftcil cuanto
caestioea h^iísikícs y Clj^tiX)^temienril$ lóiid1lmenta arrteilaLSDS en los
obreros e, 1^^^ en Iss muieres y sn irn miamos anarquistas.
Ana María Gcscia llama a la ^0^1^ en un ewzenaoVi mC vez más
difScil'qAií SU ^s^u’cK» He clanes. EVsd.le su nacimiento en li i^^ki XIX
■mposríentcs ntysores de te cima odrera iPensijícaron iocésni^amcnte a la
clase patronal como una clase explotadora. Infinidad de obreros,
ief^uerKiad<ir o no oo» lac dtfcrcntcs •¿0™™^ soCUsuv recowcían la

78. Aede^noí Pachct•ly iEDI aeíbnilitarisil1m A Ai Ju vsonidtl Vía Ubre, 1, 4Vs


yntaass de 1925.
79. íO^t£(.ljl(jíA^eíedsn -10^e^iacC■>yeu1 Va Ubre,

109
contradicción existente entre sus propios intereses y los intereses de
los empresarios y del Estado. Prueba de ello son las innumerables y
repetidas demostraciones, pacíficas o violentas, que marcan la histo-
ria social del siglo XIX.
La opresión de la mujer, no obstante, se ha perpetuado a través de
las diferentes sociedades siendo, por lo general, completamente igno­
rada. Sólo algunas voces aisladas, como Flora Tristón y John Stuart
Mili, se elevaron desde el siglo xix para denunciar la situación dc
esclavitud de la mujer
El despotismo patriarcal, tan oprobioso como cualquier otra forma
de despotismo (patronal, militar, médico, profesoral, etc.), ha sido,
pues, silenciado. El reino de la falocracia se extiende, impune, a tra­
vés de todas las sociedades del planeta.
La mujer colombiana de 1925 -su situación en 1978 es similar-,
encerrada en la cárcel familiar, encuentra mayores obstáculos para
socializar su rebeldía. El hombre-patrono, sea burgués, proletario o
artesano, ejerce un control directo, cotidiano y permanente, sobre las
actividades de su mujer. La tradición clerical, las convenciones so­
ciales, la organización de la sociedad basada en los privilegios mascu­
linos (ventajas salariales y jurídicas, mayor acceso a la educación,
desprendimiento de las tareas domésticas, etc.) y la violencia erigida
en sistema de gobierno familiar, reproducen un tejido ideológico tota­
litario según el cual el hombre es «naturalmente» un ser superior a la
mujer. La ideología machista, destinada a legitimar y perpetuar los
privilegios de quienes poseen un miembro masculino, es una ideolo­
gía dominante que abarca todas las clases y grupos sociales y étnicos
de la sociedad; más aún, es reproducida comúnmente por la inmensa
mayoría de las mujeres.
Al denunciar el comportamiento masculino que sitúa a la mujer
como objeto -de adorno o de placer-, Ana María García aborda cl
, problema de la especificidad de la opresión de la mujer;. «Basta ya de
¿ que la mujer siga siendo exclusivamente el mueble de adomo, como
} la mayoría de los hombres suelen decir Basta ya de que el hom-
bre solo vea en ella un objeto de placer, sin tener en cuenta para nada
/ su preparación y su grado de conciencia

80. Ana María García. «A la mujer*, Vía Ltfcre, n° 1,4 de octubre de 1925.

110
Esta «mayoría de hombres» abarca necesariamente las capas obre­
ras, así como estas mujeres-objeto se encuentran en todas las clases
sociales. La opresión de la mujer trasciende pues el esquema rígido
de la lucha de clases. í^as contradicciones sociales no se pueden resu­
mir a la lucha de clases; la lucha de clases, a lo sumo, da cuenta de
un aspecto determinado de estas contradicciones. La complejidad de
todo conglomerado social se expresa precisamente a través de un te­
jido infinitamente variado de contradicciones sociales; contradicción
proletario-buTgués, mujer-hombre, niños-adultos, negro-blanco, etc.
Estas contradicciones se entrelazan, se yuxtaponen, formando tipos
de comportamientos contradictorios en extremo, reales o aparentes:
el obrero rebelde contra su patrono puede convertirse en el tirano de
su mujer; la mujer burguesa oprimida por su marido puede ser al mis­
mo tiempo implacable explotadora de otras mujeres, obreras; estas
últimas pueden asumir comportamientos de patrono en relación a sus
niños, etc. El comportamiento de los individuos es tan complejo como
el comportamiento de las colectividades, y no se adelanta mucho ex­
tendiendo la etiqueta de «clase» a cada colectividad: «clase* de
mujeres, «clase» de niños, «clase» negra, etc.
Ana María García se dirige a la mujer en general, en raneo que
individuo víctima de una opresión específica: «... yo, aunque también
con pocos conocimientos, pero sí llena de rebeldías, hago un llamado
a la mujer, pues ha llegado la hora de impedir de que el hombre nos
lleve como instrumento ciego al antojo de su voluntad e inspiremos
en él tan poca confianza*81.
Lejos de «debilitar» o de «dividir» la lucha de los obreros, la auto­
ra sostiene que la liberación de la mujer es asunto que concierne y
libera ambos sexos: «Es necesario de que se reconozca de una vez,
que si la mujer no cultiva su cerebro, el hombre sufrirá directamente
ese defecto»82. De todas formas, ni Ana María García ni ninguna
revolucionaría feminista puede sembrar una división que ya existe,
que ya ha sido sembrada desde tiempos inmemoriales y que ha reco­
gido abundantes frutos podridos.

81. Ana María García, Itói.


82. IM.

111
eioalmeiísei y rn esto recoyo el cacimoaOsnco s-láPien del ^s^^ouís-
mo de la époaa, A- M. SS^c^^ioso sosrüeou qae ía íO^^óecíóp ti ía educa-"
clóo soon Oso modOss pOc1eipníei do c^i^^acióa ilo sSc lo mujer
... ss aoco^^s^t^saus si tiioco -un oocliroos sa cietsmos y 10 ir coque-e
ttiís, lo soploioos so Costramos, aoOs dc I oconicsiic, poco haSbeiroo d o pan-
Sseser (...]. Fooietiooos iss cslíusr quo osos hoci riiei, -un he sois I a cw
esimorlial ano re ascoisiOo lo asesuhe le tas teia0i1icacrseüa sociales. 1 Goorra
e la iJgKTiloei^l aiva I a r-n^oOio^Ci^to ssoCvi i35
Lo 1^o»ri^s^^i^^^ Oe Sos aneososlndic^lis tes de C FOLA se vseosiene
Oosia la gomo huelgeo de tas bananeras a tonales de la década i siguiendo en
osto sentido lo iisíicn a avoCuóOód tIO moeiniíanin anareorCidScalisos co-1
iomAisno on sri «0^0000. Si -so o oso seo isv sódcs s-osiCSs sacar-coao otros
nooeoseníos 01 e parmioass reguío Ce ce roa hs uoolil clin de la Hederá-
clón i ecoHomos apoyeon os ero eos testimonio Oe Torres Giraldo para
Oacactoso oo a idee del arraíips alcanoiOp por ol coaoiiiciitdieoO ismo en
00-000-1-111... En n10GI,cis a crCncipi os de 192T, Torres Giraldo cvriidpa
10 une ipta de pamgonenda y ordonióeciOn destináis a conquistar
Bertanquilla, plata ñscsti dd Caribe, pota sí ssosCaOlsnao ^^í^s^íucío-
oe-VOi Lsss tasess tic orgazOcacióii dn le lendarcía marxista giraban
coo^critio^AOtsoe eco icono de Os ciórcein Oe un o^Pel^^s'Si Oes tinado a
centtaiizac lo ln0oonaoióp pdTvent1 nis ds íot tona Oepasieosentos del
iltoraL CStle poyeecto ccniratlirados, que pailla TeC noes^0ia<ntimiento
Oe los órgaraso tdcolocSr>norios ye exislentes SVúi Libre en BlassanoutHa
y Organi^io-ón no Sania Murtal, roí yodis aievirse a caioi tos ores años
por lo manos °r a-sopagenpu y aeitaelóo sosteo^ido, tos
nnarcssslndiecStssao de Baoranqroiila babCon conioguSdo sistatnatizar
solativaoiense eC concepto de cosonpnofb obrero y cl raohaob eO auto-
si^^^^o^o patoldisrai da osvfihclldal da stbiiar tal -ó^riCTiass roosniióeció
o nivel ole simple poa1cealivy, Cado eC hoado pue ios obreros de la
cepita! del AilCcróio se Orlieban en «vlniazr oosanizaciones
ane^cos0ndinaiisias Te «espíritu aovoioeionaaii- peso ^^^li^j^demen-
rn imbuidas en on cpoticlsOpob nue sisieba u sos oogrni^ce1oao1>w.
OintootásCeocoeneeü el anteries peonSc es la únier cóanción hecha
por o. rooiftiico y escsitoo osisrxirir le la presanda de la ecssi1nie*

83. W.
84. f. Ttc-si GiraSOsi L ioooOora, t. 4, ipc 62256.

112
anarcosindicalista en ci stoocineOenco 01016™ -Ce Barraiquilla, y, como
se peieate pprtLslao, sin vitas Sa exirteucia do la iCedececíhln ení del perió-
Oico Vía libre. Este «olnSOoi- como otros más presenies cn ico cinco
tnoure qre prcocndc— duo ctccncs de la historia de C rebeldía de las
catas cn Colombio, no so yusiien airllu-k s la -usencia do Puentes de
101000'1300:: el ancor soicroc doOOS eonooecs o—srsonoinoenoe, Sos indivi­
duos, publicaciones y organizaciones que combatió, máxime si se trata de
eioeiín.piacio—ioo dos yo^dIdeeixet PmfDopaueic corso sa OOLA. Sd ie histo­
rie as, en geno-ai» esroo—su poo l<c vencedores.., Unciucive cuando o» trata
Pe In vecCoria de dio gaupopeSipe pseUcOcon ondeo Loo sindicatos.

9. Formación de 1 SSR en el Tercer Congreso Obrero

Del 21 de noviembre al 4 de diciembre de 1926, se realizó en el


Teatro Boyorá °e 0 cepita0 el teeeoco ronuo’í^ de. la CON. La repre­
sentación de í oso svuCoa('aS<ores de la cosía adámica- en psrticular de
lee sn-ri-atíces, pese ce loo ber «ido cusp slt-ba, cO rom rs -o río loen mineros
dol tono y dol enóSón ~ de ausbaj adorna do las índooostes más -mportan-
tes. Reoulaa en extremo difícil determinar lia nOmr—a ríp sarticipantes
oaocsOsos. m-roses GUrsidn a—orra a-sunas indícioio—es cage-: delega-
uLuarec Oe lar moceas de euploiacitp ómecona-irían a^pícois q petrolera»
Oe algiooor leksvcaerilis y sotosicios oS-blicoo orbonos; Oe ócvegación
fluvial, inCusois de Cu ooucserucilón - u-Siladocas ds catO, peque-
ñus industrial o- to-eioc^ aacssctialeic asi cooso do Oor ^^-^^reioe cucare,
cus La OSdnueiita y Son Antonio; de ccospecinos de cinco depárta­
nmeos de la ocglón central del paCe <- Ls esrudíanies, empleados de
anmesdsOp iqiqñeCIos eomcrciantoo ir insuílinos85.
Torreo GCrcldo» secretario -bel Sogondo Congoero, so nombrado
Cíes ideo ts. María Vano p Real EUrcodu MrOecdr suri UssIgonOui usi-
csc y eocondo vicepresideneos sespacoitrcmenos» el seoresario es To­
más Uribe Márquez y su auxiliar Alfonso Romero Aguirre.
Durando esse conyo-eco, en o. puc <or marxistes coo—ipuen hacer
retobar °or mayoría Un csr^^o^^O^i^ Peí PucsIdo JUruialista Ctgsoiucionario'
(On-.>| en consona Ou supiera entre- anarcosindicalistas ti marxistas.

85 Si TcureítjSiOL-dti Ibi, p. 6.

’O
El impacto internacional provocado por la caída del régimen zarista
en Rusia y su reemplazo por el gobierno del partido comunista es visi­
ble entre los delegados al Congreso. En la sesión inaugural se aprueba
un saludo al «pueblo trabajador ruso soviético», expresándole la ad­
hesión del movimiento revolucionario de Colombia. Los bolcheviques
parecen abrir una brecha; presentan una táctica, una estrategia y,
sobre todo, un arma formidable para luchar contra la tiranía: el parti­
do de «clase», monolítico, capaz de organizar a los obreros en discipli­
nados batallones de combate. En Colombia, al igual que en la gran
mayoría de países, un importante sector de militantes -incluso de
anarquistas- se adhiere a la tesis del partido mono clasista. En 1926,
el prestigio de la Revolución rosa es aún inmenso en muchos países.
Desde la primera sesión, varios delegados -marxistas o de inspiración
marxiscaleninista*6- lanzan una iniciativa tendiente a darle al Congreso
el carácter de asamblea constituyente de un nuevo partido. Se sugieren
incluso tres denominaciones: comunista, socialista, obrero.
Los anarcosindicalistas de La Vot Popular y otros sectores más se
oponen enérgicamente a tal iniciativa. Se alternan violentas y en­
cendidas intervenciones de pane y parte. La mayoría dc los delega­
dos está, no obstante, firmemente decidida a crear el partido. Según
Torres, esta tendencia se vio favorecida por la actitud agresiva del
«reducido núcleo apolítico de los anarcosindicalistas», que no dispo­
nían de ningún líder de «grandes masas»86 87. Finalmente, se nombra
una comisión especial encargada de estudiar el problema y se conti­
núan los otros puntos del orden del día.
Esta comisión aporta sus conclusiones cn la sesión plenaria del 2
de diciembre, pronunciándose a favor de la constitución del nuevo
partido: se declara que debería recibir el nombre de Socialista Revo­
lucionario, ser el organizador y dirigente de las amplias masas y solici­
tar su adhesión a la Internacional Comunista. Sc resuelve también la
convocatoria de una próxima Convención Nacional para fijar las ba­
ses programáticas y elaborar una declaración de principios. Resulta
interesante observar que, aún antes de haber definido su programa y

86. Iones Giralda afirma que ni él ni lo$ demás dirigentes del Congreso tenían preveía
el desarrollo de los hechos, op. di., p. 7.
87. Ifcíd, p. 9.

114
dilocipios la acción, ol nnoao pestilc tiendo a eeípproclamerse «oso-
rnardln 1 e tas ocepSi ae masas».
Le tactspr a del míoscio de ia cssmlsidb rcadia una vlolcnta discu­
sión, Para aproi ar drfiol0vr^oedtc la óaeentón Pei PSR

rOs oicosa-co soopos |...| coo los secK^^lltic^ís^» [...] co pica oteados cor los oo
sentilPd añasco liberatns CarCs F Lnón y Luis A, Rozo. El delgnido del Sindi­
cato lo e0x:eadoiss lo p Pieisti , 1<e BOeootá, inOuercsiado |tí) Rozo■ se ttrnóó
osCTCtacuirsoeeío del COogstscc on esto oleroráis, e ttsió'ri , aleetniPi quiss*
intildd so estaiai oiSensmooPi rotr caroloos de tc rotl t iCc c de pat-ciPo.

Et flamante iraoPdo deS ptolaiarüsiho el ipe ro primer TTcniré ejecu-


tlao Ctenp’nT Tomas Uribc Márquez retóOnrmo), Giiillncrno Hernández
R. (eerudieme le dosechoOc Frano isco oln HrrPiSia (empresario de
teatoo), dugeo ir Mol ino irra<oa|ii or -dc tiarp Iytisísd y Leopoldo Vela
S. (peqneño roncoroianrnti UriBe Siláis uez as lomCrado recretario.
A cessa r Os Sos esiSlool1<1 sOs Soc oectoree manoitsas más eonsecuen-
ens, e I suevo paro i0o rco alctnzará n uAtsa a obcenos el oonolirismo
1O1oióoCoo y hrn-a^cs^^lont^S desey do, e lc extracción sosial dc sus
miembios seiO su uy variada.
De heaOo, sn aslstOió nn ol oetoo Otí nnevi pmrsido a una compleja
cor1-^]|X)sielón de proyecsoii kioolih-Ccos. Liberales iiiCic aleo Ccomo LS-ble
Mt^i^^iirz.,1 s ociniisíesrac icomo lC1Ciscnolo iSo Heredial, stomcsOsoas (como
Tornes Gíraído) e Lnoiinivm o vos, o veremoi mOs alelóme, algunos
mota-quistas- :mprimon su huilla eos ni dsoaotollo del POR. La misma
resolución de admisión del PSR a la Internacional Comunista señala
sjuo eete t^^-^tii^o ms ee todanSai eos so csroociuoc r klook^i'n, un ver-
89, Es e, mismo oontido con-
Oadeoo partido ittcsetTente rosnunico88
csieidon Ser aOrmoolones de Torres Gl raklo, msgún is s cpsIps el PSR
era ion bloque dr sidéreas piogtasisoas eó 71010-1, sn frente o
|... | sosi oso onidía, hSctórClámentet tonar ^oo^^t^ía el nivel de lc con-
cisncSa Sdvoiuc0onaria maraiPCa*TO.
El principaS orgvnismo vividle del Cn-R pártese Cor eé Comité cen­
tral aicouaivo. Esco comisó tlenOe re ^^ItSu^Sm^í^i’ sus lunorones, asu­

88. Tosas Giraldo, Jbíd, p. H. Use i^j^itír- aígegr roa tetmCién iru neocssOsi íirpoeocp
rlr uroos delohslpsbuo él eleeoaira «coonirOssta ortolowcsaet decir, que coo cismo mnsé$s
cas leioiiOc'Stm
8P. ^50s TesoU-ores drl V (Cngeso ds St IC, iciíbdo yco 'Tosso CersiSd. op. Ot., p. 11C.
PC. Tor-T Giiaiil, IbO, p. 19.

115
miendo o e ostreras tac O e un núcleo de rgitaoeah o dro0aganda: orga­
niza girs s políttooii. rnspcioe Ucci^o^s^ciopes o litr tisaiítsnepe» o simpati-
rnnteo Ocniases, psoinndg organices y eootOitiav las adcionLes de masa 3
nivel maoionaL Can tp dToovenciÓP nacíonai cine suno luópr en La Do­
nada oes ü^^itrO^^^tC^^^ de 7917- re coran nomloiones do trabajo de pren­
se, de ^idiCataOssi^o y Pss psoblccaas oarosctcinoh so isiSognicas en un Co­
mité contaal ¡moplíodo a 7 miembros.
Nos existsn vstdadotns iEst1tueiPEs,s Os consulte o Oe eastieipnr
ción Te sas ebaas s» ; eC exceptuamos la ConveLblón de La Dorada,
nnconrraromos qno no exia te ict pr ácuea de s^oe^^r^^s nnoeles nacio-
oaieSi Los inViarPubu q^e integran ei Comité yensasi diuoonen, pues,
Oe rana gean onoonomÍA- cobre aCron rerae la mayor parle de las res-
pssirsabiiideds's y consc-tuyin, Oe lincho, st cintro le decisión. La
deiimtraóOCo dn ia tácyi cs y esti as<sg^a, Soo Suio ios sobse Sa validez o
inutilidad dn taC st cnai tmciacivSs cao., es obra del Comité central
ejecutivo; la división entre decisores y ejecutantes, característica de
lítdu ostcuu1uro Pn ¡ratoido, esisme nquil psoposaúcnes ca1icaturales. El
PSR tlondb -t seeirsnirsc ol Comité cancraa ejecutivo.
No obstroco, osen sstsnctnsa dstt1eel rnalstn e monedo nn chíBc-
ser purrorenro Oormal . En Ca prán tlcSc ló disoenióo central no logra
con-polas eCedrloantonle la í^ic^^ris^^ ronoo tánea di s ua propias «ba-
sosa, Losn lídesoy m acSidSntoe losoaCes asnjato en norneral o n función de
sos psopíos criterios, romo mesemos cn ot caso ge in sonunda huelga
Oe petooSosca de Baorancabeonelo y rn lg toan h^rU^ dn las Bananeras.
Eai eess>s casos. 1 OCcección del PSR so ve C^í^^p^^^rado para adoptar
medidas diveinlinariLrl La nphoación de talar medidas orntra reco-
o^s^K^lO^^ lídoseo lona Seo tc nacionoles a^i^:al^^isis^a el nSesoo de un mayor
nlslamicnto entre los hiresonccs y ta «bLOs». Loo OScigentca del Comité
cnnrral n^^í^^^^vo, e riesgo de quedasse soIos. .ea cnsnn osersariamen-
cn obiiniOsir c re’necmpnnizjri con tioras ces dencirs is eolSgleas presen­
tes en Osos cooenanlon de El ATR debe miustaoee al contexto
social rn u^uv vivo Colombia ei Cn di^i^^^^ de 1920tl9.110 Ee predomi­
nio de un sindicrlínmo de tipo revoluclonrtOo duiéelty esta década,
inspiroOo o no pnr el ^paoo^^ltis^a^^l^op^^, imprime ai PSR, en ciertos
cnsosi alarnos siemontos de hn orgaólnabSón libmucooia: nusonomía lo­
cal, Cormas sin aónión direata, Eesronooimlenio de Cao iostituciones
a’igenSiiSt ere. Eo esta 7enridOi et POR CEnrimne espontánea y

116
e—brioTariatudtoc osos etroototssu dc oiiinl pandóos que oso do»a ha -uar-
Oco 910x1110^00 ano: —i -Ou 1 -arUCo CiccraO oluo la tOsr^r^C$^<^01c meiCrana.
Lc Seoícógoeneidad ideolO-is a a Os n-eí Hacíamos meso-ón más
arriia set oito íector que Prcaedlo a Oa rioi(ieciola da. PlíR la aóopción
Ou medidas teoScos-es a HoicOeviriar al partido. Sil Osic-s Oiluoralas -adi-
solio, coniOalisias y csomonit-as s e OiadiaOcs de rot-enséri etc -a conetruc-
olón de un a nuevo h1canizaciólc psrtid Osto o loto criterio— organisativos
no eran ios miarnos. Pe hacho, Oe iascepacOdad Pal PSR pasta dotarse
Oe una ssosxcneso oacanizail va Olea doCenrep osprcoe el o sesdac de la
coneiacóOn Su ióierzao rentre los dOcsensao pcoyeccno >deoiUg0cde, tan-
on al noíiidcr sornas ai exterior dil paciido.
droo helecobsoeiclo d rCeóripSca es ossOsic cl Inserior o-sora So cada
rendesrela y boc vado individun- Lo csoríecoc anretsiaoua» t~o e<cmplo,
eo boca cooOoreso r a n smsrissoScnto oconolíúLO. loo arbesiOi n 0r
aOos -he ose OPesos ol proyeo to marocista es o mcnosOs futoesfici;-. Ha-
cís (926(1979i — oereces no aOsonler osus Pac obeso dostelnerias marxis-
tue p Los -coraceros con lie IrotscnaciocO Coritaniric -ooató ián de la
ecoOoOoeía- son en extscmo preocriss. Solo en ^O: impulsados peor on
Oclueadi o reurSi-moeCcano da Ia InKnsaiIesnaS , los neoCotons Gal PSR
O-ráoi su vue^ts^oío^^cV^aa p coníorsatmád el nuevo Partido Chísrunista.
Resulc deiCseUki, roies. Oa asrOcución Ce una est—ueos a tal o cual
gruyu,: pube(iac>ó n e inVícUón o. Exilie una socaiLOidlnaria interacción
entre loo dilarato-es oroyac-os i^^^^ia^coso esta ínterin aión oso sucede
entile adiorues » ideólógico— sino anote deen-coinodor nic-icu tos ca-
rseterrísecorr 0 e cada «Okcsue o. sí preOominio de uno o orre- <kc estos
ólcccataoe en CnOicLduoi y colectividades vacia oci eóinpiSOn ds 1- par-
tlaularOdadss y exieonsiar de teda cometésc —ocia!. As í ros e<emplo,
Oaraníe el moaimieo tro reuoLoalouastc do Ico Tunosñeras habrá mar-
sontos y liberales i^i^ic oppoeisCurácán i as ou-VíOeCuSados Ve acción directa
Oo los anaecuOrtas.
Eo súdeos nCcciooc bcs-rSi Sor antevimos Col USOU no Saga os et -den'
rificar -o csoailiXcicItd dc os da proonese ideolOgiao y -osean puntos
Oo ruhcoenci a tacto osa si v-iuiroIc roo cosco usa ci oeorslsmo, u mclusi-
ve en osl IbroiaiCntie. Coaoú rimenee, copio progieso de 0^01019^ so-
uOll que P-araoe en oc1ys>crón al ssste asa do d$eanimción ico—onovador
despierta Cae simparlas de leus acsivOceas del -SR. Así, rus llego a désa-
loo llar eoscn IsrrenyivUu cica ^slsoícgíis irsociistc.
Es íieonicadvo ti istie tsooctoto eC soso da la Unido de Trniojedo-
ras PevoíuiPobassoe de ia pvoiitny1o dc Río ante trOoatoaiscnro de
Bosreá), so-cdón Icrai slel SS
El 1o de enero le 1P287 el siícietarSo de rclacj<rds!S extdsiosoi de la
Unión de TrAbalePrircs RevaCucinnosicSi Vs^sv^o TuIíb ^Oi^^í^cs- dirige
una cana «a Ose ebarqotrsoi de Vianac bJatuioI dc ZeíBquirO y uno
de loso princíbalet activaras en ee debeitaTeo te da B^oyos^^, Servio
Teiip SáncOrz oolbSsababe en 19C0 con si peeiOI<licls unerquista de
Brírtrcuiilia Vía Libre91,
Estn caria , ^íri^^ib a oss^^o^^iOtotín^^ al ansisquiass aacscíaun ifudolf
éesossoim. expiCcba el proyeoeo loentioia de is roganió;o:ión:
Ea Colombia si moairo^eto os ooiirlríCr orse^^ti y ioos «sfotriiOT poí
cpestsuis ue fSarts úrico pesa conqussrai nusstío lerocSoi y libo-tri csosia
nuastsos oososopi y eemcotmloses Cambsn1n¡, Oosmanos, nootirp tbnscnroo h
aailrl lo tiolos equollos hetoraos que tionoa las oisors ootidreiooss quo
nosotros1 y lo osnrOzlür to onaúoins esta oscnio ditlsgids r ;rss e^iSAiaQeil0ottí92 do
Vitar. Pesa quo ssa posiblo la fprorciór lo un Fíerto Unico so oooortos so
quo ir roaccióe busguosa ostB locilila a destruirlos cor íoIos los mslios quo
tilos e sa disposición I-..}, Esarooccoivenólo que i ut quereltiasmttr-i coosc
tsos fonelecsn e oisostsos oesmihssí [le burguesía] y los leo ir oeostuoidel de
oetioijmosirdofieidrosots Somosdol or5ooeordooe1oieatoquo outs-
tros Ooroireps lo le Tincenr Intiniecioerl se Moscú, ptío compnunlemas qin
tsoeoosque aoimT solt luclir So- nsobascioTcontactosicsa rolas I irs
Oíren1zrcrsess [...]. Así cusra caraítlas, si quiséis setses se contacto con
rosctTOs, css cíibdnT por fmao cn copctcí, icooiuicnlorcs vtaosom I íop^sshkss
e iocencionoí y enanednos, si ycpOéiis, C1orirtp le psoeahin(yr y najetsttT nuevas
logaos o idobs p^rt quo podemos compssrlemos mojos [...]9).
Este carto Un e t^^dn^^i da al eternto pos Gustaio Thía le. un emi­
grado anabdut.s)y de ese s aíu que se hal loOa en ostrccho contacto
con iosi ccaivttsai dPl PSR p -^*sr^^^^mnOE coto RedOslf Goossman.
Los pocos ^^sss as i s^i^^^^^s^^ sobr e is porsoae lid aT de TOiele se
Orliroi soo ama ct^r ra a ue io enn le so Groesmoco pocos Osar despuéá,
si 7 lo ensso O c 122

P1. Sso-Vo Tullo SósEoz, rSCCóoOoA iss la «^c^^tur rooslit ¿le enrisocibiaEnlVi
Libre, 0° 2, 10)1 osIuUa On 191P.
P2. En mrmtesiCn ts li Oil||Sneii
P3. (Cbttr (di le Unión do Tralabajnnos RpvoiotUe^onra o Re (Pd iornTosa^r O* do
sooso ,111928. cAcConas IProa, 1 1JS3, Anostlani.

118
EsticsCo soooruto: o-asre aro 011- rosiSiSu si oraSurrióo Sil ’ -0’ -
’ 928. R-á cceroosoentc muí esorios, ocoo sc dilíeU asi— un eeocojoro yon i—
donsc-trlón lescior aerool oa-Sosi- -I -lista si setile p si —nos s-cuñool. Hop ls
ese-tbcyco si propio 000000, -incoar oo- cas—ogaSil p—rei^lc social oscglosig-
ooris Os Sc provincia iecorRUTR ssPp ssaorsi re dONiQniUi. topa- tusón te ts
Bmad. (0000^X011 «sOe Peste lotice 18 —ño- itoco scuos e oroyoos. H<r i-ocoolíCs
a r Coto fia a pie oa esOco eLiissioost; Oo intn-jsda reos soCól
cuso oficial' como 0—000.101» yanto oósOcicacde íoteeolccíSi como sueslou sor
loe sUs c—oí-C-1 scopañísr cirnsiiisr aosoísnaoe en Voasroolu 1 Celecblii
Hs ico—Cs un cánsriii p prOrlgcso. Toces 28 -ños ts et—0, p^or^.ripO -Sa sa la
gserra y Til orosoosoeo SiriCUi p Ocp coi ua cou-ove-Ss oeaseasido. He 'li^|^;c-
te si (ooseacloioetn Ce ano —qoí, oa bosee 11^0, ace ccrooae cbliostas a
peloso reo lie -roso. Cseaseo, 11a cc-wígm ssei tesooocPcSi di goSíertto oioao
tuO—o lis --cas, todos los seSise oa -os 0—001, i poicioao poco iaOvet0íO.
IloPy CiistsCóSol seeoodjorei ts loo CstaSao UoiCao o te Coico—. "a pnigrae—
raaOtcioosi et oiiers; (Sóoc yodóse- .crc.trnLO -.ia ros ial g<0ircr»'.o pueda
Lopceialo? lose loe sHitiins suoceLCco Soy 10100 so cieiracoaos itov poco croba-
eis. Quede, pues, solo otos (coion, son. loo .sors ooooociCoe loetiar Su i- oríca
es. La ooooarscLón Pe ocoereul u Cu rus Cónsulu—sería, &0ero!b, quizá uCr Toil
aro oaSs lo Oosás. Arí, usois—Os ocss-cO—i ls ousge aro ano -roSii spatp-
nos sea lar 0110x010010 cunnce’riOi pora inor,-- 001 rentaste ron los poracrc-Oar
oooOsOróPSi.19.
La iOen ole Oo inaoeoabíiidad de uto n^c^^e^ic^as seo ado y da Ca oece-
sOUcd Pe e^o^pr^í^^i Ote pop—aran’vos pare o na isosoreoóoidu nao procenia
Os TOilslsi Luego 0 e i a Convendón da Le SOscoCa en 79071 al CSCR se
onoregó a lo e^—a de organizas, en lieccón con loo oueerOSeaos -i-era­
les radicales, un Consejo Central Conspirativo (CCC), en cl cual par­
ticiparon U sCoe Maqueo, los (uneraks Horacio TrujOCo. Moran y
Lobero— Niño, VaúE OdueoCo MeCacla g Tocras Giraldo94 95.
do cuaipíiattenso de solci qscómeoieiQs, 10 CnHiló 0 fOCicicación de
e-oc—dor 1 SoioS-u atreoontOcs coi voriss s-ismo del país . litiSe Máosezz
i otoos mOesbboss Sel VOT Sueoon seriesados set oos ubre 9e 1—28; a
Oiisr te siloi no í-ílito iccuotcoocnto roca loo—- oa toloa a soerta tu
(9291 olere s despo és da -or Sr urul oepretiCn a la Prelga de las
Bsnoneras , Luego ó e olgunos Inton tsn peer sarcous poOCacldioes y res-

94. Gusiss sjT^oiie, caros a RuUcOS Groo-ercn, ArcUivo Ramos-1 ISG, Arostsdov.
95. En Lcs Irncd'cmes, 0. 4, i- 996 Toónos (oeó—Su, -c<oi 1 nOieOa —1 -ho^i^ieisoh—c^ oseo
si SOCO y ixe la o priosurtioed SnocLeos^oeO—a» srOccnn Ce sonSoosc loales aOrorin ik —secón
Po aOgimas SobnCis a- ononio de OUm^cOi g. 08.

1’9
guarios lie ^.íci^i'!)| Ios lepíe^it^<sls'e subsitiie reos r^r^ o lgiO t^ieop'^^ orga-
rirados. cn ueíiiriUa.

1C. Segunda huelga de lo.s petroleros y ososos cs'>nVI<cSo5

óosie k iguonda it^^i^^ de 192di ae muitlnlicon Sos conflictos


Osielgussacoc en i^sos seososei da mayos 0011:^311111)1. íb práctica de
its Ouelgoy <1 e Sirlidvil1ad, o ia Os ito ciooe)otot caracte dioicos dd
rnt^corindlnaSiemo, es iogo|bdo onzB^io^^n^^nyepre loc coiectivi-
ladeo de ssA^aslasef, Serma-jarina nareearires tluvíeOes, posroleroa
minores y poso deTos seotoses asneranaies y indastsiuíbt urbanos.
El sinlicaisseon saooicicionario oogrigue iooeo ner» ar ansí das 'oca­
siones, sus poopíss Os^^ai dr hcoooióoinn ante Sos patronos y ai Está­
is. Estas formon de olToa<aoió1 sii^s^^rdyn o alenden sc desconocer el
aparaso íPlydioooSntsiiurlonai enieseLte. Ser cntr0^oo)yelc^n dn fuerzas
as directa; se ioooran sno macoopsnas Oe mcdiaciOn es^I Psyado y se
oeastjona ru irit1o^1ltiaO tomo bárOáirns de íc IusSc- social. ES éxito
le una heelna OtiOMtda o menú do. come vimos si ende h bé^itda an-
terios, le sus eo5ibiili1rilo$ ale exteniiOji. La conttsucclón <1e una sopor-
lación ia fddírro rbapanAis a oiívcI Iccml, regional, y aún ^iOnnah 00X11—-
tuya, pensi el amia iln disnsióOni auE^noK) por cxcelcni ia, qob igHiba a
los ertapoos. y rl Estado a ^e^co1t■sTi lio ostia eiensmii isnc onnflictsci eepre-
snn, según las moibiiidadey de uu isbaToSlo, cl etaoCo teil da Ca roerien-
obtort sn un eoomonty osuuts gagis dote retasado.
Las oonnotociones suiveaslvas le eetB peáclica entt 01sritucional
fuaron Bepibameoae aonioiendidos ipsn ibi liberaSes, Pon olio, como
voss^^ssi en otra pasa Si sí eomeilntiento dn Ca ocoipn obresa ai control
del Estado por mePlo du un ripiCó ccOíos rq^laim^^p tono rendente a
fadPteoe^ un clesto espn de sinaicelPmo, sonstiinicO el ale central de
in políúca laboral de be 10^nnttteaclón díatral a pariir de C93O.
En soptlembse de 1926i la huelge del Foiroca^ii del Paclfiao se
neiiiende o ^Iuo^sis industsias dn Calú ai pocise de Baenavantura y a
ins obr&i púb1itos, doteoleodo. ontre íss reivindicaciones principales,
ei i^c^^c^i^non Oonúnical eemanior
Los sotibadotos Oes marranbnbesrnesa se Innzan a ío huelga el 19
lel mismo eosi, en demande do acalorar saleosates. Antes de que el

12C
oooflicus re exOceocis a isa; rreuooicroe- los oasrouru't cedas y -o s-resu-
rcd si tierace-ar.
Oor la club:a ¿oe-3. al NOinlstcrSo de Obeas PcCbOdiai d e- Fu-oca-
roOl Peí Tol^c^a dediCaric ac te el aseioetc Oa una Oís elija Pe los trabaja­
dores cn—orsoOtiS oir ls aanseeisósiCn da cías S-croos- on toumccto sa-
IscísO del 15%. Usté u-caenero tusé oristóBqitnenre cxtcnd-do a otras
lícito oleí pal.
Algo p^e^^^ct^o oaossie eo razsoobre, cuenCo re dio leseo oao huelga
loo ssoibadcais o -Or 1 Ale o nOogdalcnCi En sortéenlo s no q-e -toa estiba-
Pores de La Dorada, Girardit y Batirán oe preparan u lo Cuelga de
odlOPuTidad: ios cmpresocios rnueaoodyn o eo ceas oUSipadoe a satisfacer
íes oeivioodcsccCosoci salariales.
Moscos -Ou toes snosao Opoouéo- estalla Io segunda Cuelgo de los
traba; adoras de la Tropical OC Oocnpany en BatraneaOeomeja. Este
dosclUabÍe coocislanto, quc ebarcó a -soda 0 doblacSCn de la legión
Oe Barrapcebcreneja y se coteniOC sc mucSacs oa-ass por tac del país,
oeoresa siouuOrOnecrieq tu uo —orne pus sicCoolnsnte de los formas sin-
nOxsiiscas oevolacIaoniriar ~ el eocoienso Su roc decl inc . Eo eeote senti­
do, C huela a ó e Icos routroleror en 1927 prefiguro si roovion ionio de las
Bcnmeoae -Cu diciembre 01 2828.
Rl 5 Pe enoso- s^^^c^c^^Pi^i^i^sedo k-s prcitedCiosiePios institucionales
COtcUes yn-r eul EsladOi ios 5 000 sobrenos peleóla ros inician la Os eloa sin
hcOer poeoontado un pliepq SOt petiíCooeSi Anee la 1nte1osnción del
slcsiPei Oro oCscass regresan a cus puestos dc itsOisjo o BanoeoiSen por
so intermedio ron pliego de reipOrodOcooloncs, al mioooop cieinpo que
delibran uceo delegadoa sota V Cnmpaitla a toG^sr Gutiér9cra IsídTO
Mito po Anconis TóOln.
Rl píleos retomo, ton la scsnc Iii, Osi roisendiacsiases 2c 1924:
motora—lento de lar ccndialonco da trabajo Ohlgienc, salida- y ali-
—ontacóCn) O (ornado de OS -soras, sUsaaer del dassanro Oo—sliiccl y de
oa. aumento salarial det 55%.
El 6 dc enero re presentan lue Oelegados a ie Gees ndo y son e^^es-
rados por la so-ísla. El alcalde iaetecsicoo ncevamniere- otOcnando
acoe-io- so IlbsrtoS. RnOasisoto, lee isCrcoor óiocceCea con lo duelo—
eeocral a —: ecsnssoa cue oe cliga a regíciar.
RtecrOo Lós~e!l pres-iUCTOte Su 1 Sindicato Obreri: p loo -roo Pelead-dos
envídn eul 90 de ecoco on legrcscs al ministro de inoici—scas, soticOcondo

121
sa ieceivsnliicrn, Este Otxumoorp infórobi do ia llsgrdr a Brtrran<bboi.m1rp
le pen1ena1o s S e srsroonai lie sais il^1n1ssleü voaóisi y de ls ^sersis de
etoaisiones so ia cialan.
Ei paro com1enra a eaiindorst. Loas oOseios dai oleoducto da la
Arnilan Cpccrt^aoionl a na filiai iie la Troa iaai Oi b sumao al movi­
miento, seguidsn par los araraioSsscis de Ias dnques-ranque y amua-
tioos. Los esquióos eomerpiantes Ioc^uSsi, ooiolTlblanos y amiatldos sirios,
nsnixianps pope el 000000x010 1011:0301300 par la Tropical OiO, i^b^s^rribu-
ysn i sos tenar n is>s hse^SJlsilSds i s sin fan-asint sos oanipesiniii de las
zonas a^^c^ss eootran leou^sSres, biCS7noe, yucos y otois productos
rraícoiaSl Por opio aastdi eosnoslas do ^^ii^^^iil^il Oa sodos los
rineíliosl ild psís.
Ei 16i ios ^1^10016$ Se nasas las oomprOíar íiunsalo Ce Neiva
sa lanzan a Hi de oolidaiidad. En tosios Ios puerlos dd Mí—da-
iana, ltoita batranqell lsS as dea. leia ol Oxúcot a loe proCaeros de la
Tropical CilI o dosribador e ella.
Los obreson postea1npricano.a qse lraboiaa en sas inoiaSac!ones
eaitolstrs ls Baptrncabstmojr adei1sn alOetiaso i Ih OsLsirr..
Ante h exiesirtón p prdOundilad airant^da atoe el peto, d Estado
necile Oiseanrnlr dieeat01oentc a pa riSt dn 1 S9 0e enema o fyaot de la
comparua oosleaaíe^loanCl El bysadcl colomC lino dciOds invertir to­
los sus recussos, ipdíiaiva mílitareSi ea su inseeto por Sienas la pode-
00^ 0'0^111^0.0) iSc motas.
En esa día sn, dc(llata si estado, la sitio soi la nenión <1 Barlonabdaonejat
ss substituyo el alenlas eidii pon uoi akaidn oíIÍÍip r y oi corta oikIa Oíanr-
nipnpión sonase Oso eaele■uSstSis y ei resto dee paCi. Ea val cal des aiolo de
sitio, ss ptoOlbe toxis ioaoirei y h diUsiión dc 001^^0113.
Estas medidas pascoen o o asnearen tat a lo pobloclón e n íio primer
tiameOi El) Io ^^1)1 it el 20i se abro uac caH elera oeste huel-
heistro y cpOiclos . Dos obsesos ron abais tico por irns balag 0 egún un
comunicado oPclaIt r^i^<^<^^n aOessiás siete losidoo (cinco de 1c ipolicía
y los A pasan de qoe rl ciárciso no ínres-vini rún di-
poptamen1e, se enaíu ua buqae ge gaceta, ei eañonoto Colombia, al
prioste- lo etítrre'abspmojr.
Al Ha rlguien)o roa esreiosdoc en Cali vanos dirigentes de la
COCI, entse elios Tornes Gltyjdlt. aci monto lea pripcipotet dcttvis1es de
ios pudríos lie I río ^<10^03.

122
Do- días después se oc$liT n -oaisSevstcalonek or—ntea ia otolenda
oUiaial so. JOrootc , Busatcmangu y nonas cio-aiauiss del país. On Gioardot,
estalla u—a Ooaolgo s~neroí -o ooOlCiel dolo Ornócoi da- al día spruiente,
yor los ooOLiclaocr So Le Don—Csi Oacoro Buroía i Boiorác.
Loe estibado-sso de Ambcleroi o Caliesen -v s-imuso s le ricssiga de
suiíPuridad al 55, recuidos, siu día después, puo loa kci-ov-aroos Ve La
Dc-uPai ES! EtiaPo osís re do roluerzo a B—sroasatermcl a el scOOonerQ
Hércules; extiendo e I ct>mdo de sitio o todon Oso pee rton eabU re el río
MoLgPsIena y silana Sos índoles obrero— en Bsarransedecnela , JVaOl Encar­
do 0^^^01X0-111 uno do loo peinclpaior organloadorec da lo hoslga, es
soresado (ionio con venios otras activOsiai a -levado ai cañone-o Co-
lecSiai Lo: cüuOkontaóión da l'c^^t^^ísí; peores irtcli-oucse e latear del Es-
oidoi Cantaneres do iagelnulstor éeuyec ola le ciudad.
El 27, yaran Uso iusVa|cdoros elel FerroocaeriS -p del canal Dei Dique
y los pKire-arios de Caroioena» Su trata, neo oteroente, de Os últimos
cstertorce del too—eciento. El iposeeo de la |—yb>ocióta usaPaiadora del
psío -o s—noicne —I sscosn Cu lo sotwLlírosLed. aeyoerpe HCieoio-iicco
So trabrisOoree agcSc-ías, antesanas e sCocetoo ole loo -siCo- pale- cen­
aron iiidusciiales octnsaooaeor eo ens pioceoos de ua helo, Eosso secto­
res, no $C1n0ial—odios o o, rs loe uaiaOes oo -o- $ra ce; sUidic-Circoo oSo tipo
esrtítiULitccali otdsstisipan el cornoso-xcn sisi pecUleeCi.smr reocíunioeesdo y
la Oseo encial que poroeitirá la iro:oaucdóhn SSsP poipccto de ova1nSd1e1dn
cscssl ílSescil.
desálmente, los ssitrnOsics dc óoócoranpatervocia coizSonoan a rein-
regiarsoo al lisíalo a paosir 1I2I 200 da enero. Duraron sigsnos días la
ecpreou OuncionorC son tolo 3OS odoeros. Lo Tropicoi toncade un
scciootsc s^Ortd^iil de! 5% (LnicSlmonOs íooOóo eospuesto el 6%).
El rOgiiBteo nonscetad or tala esCecrado por orla hueles , dero los
reseros Pe 1921 eo isrciiebriltiln scOaoosnlio el prescoyio Pe ios eon-
soovadoous: el oi^riX^^^C^mói revoiyc—ooaroB comiense y peoder adhe-
ciuncS: Occlustvc da oqueOlos kemores qas r^r^nse^tuyecoxo, desde la
picada 301-100^ su Onc.oc rodal, t^^oiaiis^ar^roniei ssP ¿^113200116010
Se conservadores 8iaisLiciul-sts.$ íevoiiicenouancir juega: -o itse-er <11. pe--
lócon 1 ¿bacal.
Etie proyecto usarme día coas cl— urayoo credibiOidod eclre u- sec­
tor Biayoitcano Ce Os -bubíacióo- Peoolgue os xosseira inexorablemente,
gans óriioco an todos leu saco-oes s—claSei. Ou $eiseOCiidtd Ve le revo-
ihpión sc^ieI s s s^í^^ct^^lad^ pauirOnemense. Se dcsi ale cea an cambio,
ia altcmaaiva de la reaono a o istepoiuci0nd íno0ttlcSonai ^Revolu­
ción en Maraha»). La ensensión dnl ilnOico I insto insrltuyionalt de
ííPo p^^^^<s^tí^llaL lrodl dae nptard01Cea10 da la a üpioeteccional
ls ias Bmal1ClsSl la ciIPi du lo Iicicoio nía oovryoardole y ai adveni­
miento del régimen liberal en 1930 serán momentos culminantes de
ases poyas iré.
Por asta <^10111, el manoeoisoto mo ae la rUiva atirs ccn^avadora
exige un i^t^s^ae^^nto da Ic ac<talPod |aiUciol y miliran En abril de
1P27 si gobierno de Abad ir Mlndsz eneide el <ieor7C7 707 (ide alta
polipíta)l qea lerrlirr ios rrrsíips y tllaoamisntos sobre simeie ere-
sanción dn aulpabilídadj rocdiraona ia reciización de reuníores pú-
ai visto bueno le ia ahiotiyaa iocai e insiridcij>nalira ia eeosh-
ta lie piErna.
Nuevos conflictos estallan en el transcurso del año. El 21 de mar­
ro ecran osponráneoninnio los choíerer de seso íaib cObOco en Bogo^,
an pro1erta comía a na nueva reoiemcntacidn qna conbialona el ejer­
cicio de h f>iois^!^inn al ^rs^íias do una fialuac Aí cato si aoi días los
choferes idominaokns, según Torces Giloldo, por as «etpíritu anarquis­
ta») recomen no obsiarne a sa archaio sIa hcOos ransogailo ir dero­
gación de Ii aeava renlamenróción.
ódl 5 al 14 de mayo, si Pealodno an haeiga Sob estibaanres de
^^ra^tiuii^^. Ogai-nOos por Sol de Puerto Cobombia e ryancldePos por
ios earos í0iildarios de ta r^íptlidcinnys io Iba corcoi y Os los íeiadvia-
rios le ta lima Batranqellla-Puerto SObomPia, obtiensn Sai ertisfac-
ción de sus lí^ii^i^^c^^as^^^nes.
Los astbnado^os de ararteoana toman el petaos a Sos fuaos días,
eoni.sraJlCi<Lj^■) lambién la ssiísfarri óa sla sus demandas.
Aireños secioiss a1Srrtnale■i sa lanzan a ¡a haden an junio, exi­
giendo a Os patsnooa uo s^^íi^^ gogo de sca abras. Isis rastren de Od>go-
tB emn il 7, y ísss 13X01 sis soIí da radial do. Iza trpateros, corpirsisros y
snsita$ se extionOe n a nanas ciudsdes.
Para esta eppna seien de prielón Raúl arloardo Madycha y otros
aptivSston de Iii aiurlgy de Baoenbsa0emieíe| juego ba hagai pagado
e^a fianza Pe •Paena oonPuaaar, M^Oachn rs ínstala en ltluanrrmanga,
capital iSi^l nepattamenld Sa Sanlanlsn, donPc rtgenlzp ene confe-
tsnda Shgjnnal a la que ssloneo s^^cioeaS^noi elnPica1ers de rsocia-

124
ciones de artesanos y de trabajadores agrícolas. Como resultado de
esta reunión se crea el l da ogostb la Feberación Departamental del
Trabajo, ^u^ieaa scccinn de C (C3
Esta Federación colaOora, deísta principios de 19 23, en la c^r^^ani-
ración de uaa huelga de nabajodoras aotfcolrs an ta región cafetera
le Rionegoo. A peraa de la viailaacio pollera, Maheaha participa
activaaiense nn la peeparación dd movimiento. Pos patronos de las
haciendad se r^iegnn a Oiscutit ei plieyn Pe pensiones, que oonaempla
mejoras salariales y rebaja de Oss ta tierra. En maro) ee
inicia ta heelgd, s el talodo envta ínmeOisramentr desraoomentos
armados a ta región: JE^es^^^^<s y reoíooes atadansc soc palpados por
et ejércio,, ed eScctúab altamamientos y arresto); el mosimlaoK> mue­
re sin que níiena a «^0000»l< de ta CON manídeste dVbmivamente
se solidaridad. Mahechc ns^^s^^ huir a Meneóín. Dd aUí seguirá a
Ciénaga, en Is. onaa Bananera, nonse artaoteno ee vasinas del
1° de mayo.

11. Raú Eduardo Nlaheoha

¿Quién sra Raúl laíua<do Mancaba' A paral dc ádm lridLscbtiblen'icn-


te eno de Os llderes más dorlPbyOíd dd rindicaíOIOo aevhiuorbnodio en
ta década de 1920-1930, se sabe muy poco sobre él.
Se paíúcipacinn en ta nancadón dc la CON y en loa movitOíentos
sociales más imiorttnntes ele es te rüoriodo C^¡dO^^ adorno los des luelgas
le la Tropical aiil y ta est^laíl dc las ^^brs^^^rasl 11,1X11 dc n un perso­
naje difícil <le rlirpcirlr. Oos kiotrayoacírcs iiaeralys y recono­
cen, en gnnerali la tsececrorie revoinaionysia da Mahenhas Oncluso
nn Torres GíralOo, eu cnntomporSneo1 ae aben nan aamiración y con-
Innai ó^^<d^^s^ sm s’n^atal^ poetua la hi$tonogtaffa esralibiana, ta
misma que dd ta orcha ta la mañana fa^^ificó o óoysdi da sa ^ascoria
oficial Osd de tas disídsnyes PeO propáo paiiiae comunista,
paotarpnistrí ls ios secesos ls octebre ls 1P17, también sn Ha lesa-
ssoíI^^ci en CtOombid. El Esbozo histórico del partido comunista d Co*
konbkii por ejsmpta , qne ennsagra vari as rr>ginrt ei r*yjodn dd a—ia-
iismo reaoíudobario y de s as ahlreígar anerqoicarc , no mendiona en

125
ningún momento ai onamCre da RsUl Ouíim—Oo Oslaheché; do mismo
sucede en I a so—ra Colombia* país formal... Pe Montano Cullllar.
Oteos uutcseo Ce aniCo yen abestnams noe loo eriqoato u-é *comu'
z nl^o^s^»1^. Si bien Mahchihc sniliaab o cío coOiícosada con el PSCO -organi-
( nayiOn que , ososo hemos visto, ros leoSa m-sutias osseo en sueísun con
i oo partid o comunlsta-r eres adhesión parase hoce roes con aortas re­
servas. En su congreso constitutivo, observamos que Mabecha, a pe-
os»-1 de ce o uno de los nsnttLipa.es Oderar de (a (CON- se mantiene al
surgen -le la drrcce»ón del Jd,—- u sOOtroriesa de Tomás UriCa Márquez
que ocuga los p-esros de recretaido del Cengrcso Oboeon <- Ce presi-
UertiE 0a< koimOsU elevo tteco cesar al del nucen partido.
Peo oioo —asee, MatoecPa proOCcoe no ocis-ir a Ve SUsóa vención na-
cicna I -leI SOR e n sea^^^iiobou de 1 1 27 - goius anece eco Bcaosamanga.
Toares a~^as^iO<u, ton camb bu su osomC meór niotil r-o -lid ooiocetiisiado del
nuevo loBio it 1 ejccutiuo ocnloiO cn sosa Convención.
CCOs aún. —.adl Eduasdo Mahecha nos participará en d último cp-e-
oo atip-cOo* dei 10111 y- trímero Peí dar lisio Cosouoiora de Colombia,
a diferencia ríe -o^ G. Roscar ocsiolcea de Ca zuna SOancoera que pasa
Osl anoenuisioso a( com-cierno.
Es O décaVa deO osatnsd MaOoclm nut sdamenso np pctoipa en el
OVCi sino que rol e apone g'C-c-ossinenís car las seoinSrnes te—ai-c ales. En
el y ergoteas consoiruriv p día L Cienlr-eósc ión sis ^U^i^í^s-le^dpseo oís Colono
Cío (LTC) en igneia do 1935, so el saci osórsceo—o 11001—111: o^^^^97,
ansiun-stos y aparentemente alpe -oo cu^^u^opoiiOí-siIl-;^, Raúl Eduardo
Maheclsa o? oectVa a le iros ve Oodladcóío ión que es OónyttnupcCa por los
cucsinisaac, quienes crcocác —eo Ofoolcdcóación i~ss91ebE0 1n H936, al
cvíno de di insíOe^S—r de cfUcntsas <nspulares» «tocos OPe patr Oo ioeatnacional
V^^e^is^^i^, (oo comao-Sotao Cionln las pacao con loa IlUstralcs. Ln un nuevo
snogrerki: Icos striiSCuii-isioit --oPpS'Perdienoes «So los soior n-ante serán apa-

96. D. aOsurt' Políúcc r sindicalamo en Có>CniCw, o, Cl. i 96; M. UrrutiSi cp.


cu.. p. 129.
p7i Unióa N-CiciiS '110 Iz-aLerda 0LevoIsris»».diio: oortoool(i$>i10uIrcVo iCror<Srdm deI
cauClUa IilonoS Jorge EllOcot GaltSc, aisüUiiacSc oes 0 998.
98. M. Ur^-r^rii^» sO- cii., y. 19M9L Años CiopuOt' ico eooooíossr soiiClc—iáo so
ssolrcO en estol coicgaie o OLcnciSiSr - rscioeir —VVos P¡o nie-roCo^oonaier 1 o OLau^iCa, Cll
uñes Cr Urji, p. 38-39.

(26
rentemente excluidos y los liberales y comunistas se repartirán el Co­
mité Ejecutivo de la nueva Confederación unificada".
La práctica del sindicalismo revolucionario y la existencia de un
anti partidismo latente en el pensamiento de Mahecha nos permitían
suponer, hasta ahora, la posibilidad de su adhesión al proyecto
anarcosindicalista.
Una carta de Mahecha publicada en el periódico anarquista de
Santa Marta Organización contribuye a despejar las dudas. Este do­
cumento demuestra no solamente las relaciones existentes entre el
Grupo Libertario de Santa Marra y Mahecha, sino que explícita la
adhesión de este último al proyecto anarquista.
Desde 1925, el Grupo Libertario de Santa Marta organiza un co­
mité pro presos sociales. Una campaña de este comité permite reco­
lectar fondos que son enviados a Mahecha y demás líderes de la pri­
mera huelga de Barrancabermeja, entonces todavía presos en Medehín.
Mahecha responde a principios de 1926 con la siguiente carta:
Cárcel, Medellín, enero 6 de 1926. Compañeros del Comité Pro-Presos Socia­
les. Ciénaga. En mi poder vuestra demostración de solidaridad en la desgrac ia.
Ese aero pecuniario y, por ende, vuestra lucha emprendida en aras de los deshe­
redados de la vida, deja en mi corazón grabado con letras de fuego, todo el
sentimiento del que como vosotros listo está a todo sacrificio para levantar el
pendón rojo de la emancipación cerebral, política y económica de nuestros
hermanos los proletarios. Aceptad, compañeros nobilísimos el homenaje de
vuestro hermano cn la humanidad, y continuad como egregios exponentes del
credo libertario e igualitario, sembrando la semilla dc la democracia proletaria
donde cada hombre seremos exponentes de libertad, igualdad y fraternidad.
Recibí (pesos] 57,85 de Velásquez. Vuestro, Raúl Eduardo Mahecha'00.
Finalmente, el mismo Torres Giraldo, de quien no se podrá sospe- ó’
char de simpatías con el anarquismo, defihe a Mahecha, * espontáneo \
en todo*, como un anarquista en esencia99 101.
100
Por esta época (1926) Mahecha tenía unos cuarenta años. Era "
excelente orador y escribía con facilidad. No parece, sin embargo,
haber dejado ninguna obra escrita. Su ohra, su pensamiento están
presentes en su actividad organizativa, en su comportamiento duran­

99. M. Urruua, op. cu., p. 191.


100. Raúl Eduardo Mahecha, -Carta al Comué pro-presos sociales-, Organización, n°
15, 28 dc febrero de 1926.
I OL I. Torres Giraldo, Stnresú de historia política de Colombia, op, cit., p. 63.

127
te las grandes huelgas y en las campañas de agitación y propaganda
en que participó.
Era alto, de piel bronceada y, a pesar de provenir de una familia
«medio acomodada* del sur de Tblima, sus modales no se caracteriza-
ban por el refinamiento. Franco, directo, su situación de líder no le
impedía ocuparse de las actividades manuales. Durante las giras por
el río Magdalena, en las cuales llevaba siempre su revólver al cinto,
compartía con el conductor de la embarcación las tareas dc remar y
cocinar102.
Invirtió todos sus ahorros en la compra de una pequeña imprenta,
que transportaba de un puerto a otro. Durante la derrota y masacre
en la zona de las Bananeras en 1928, que significó el decline del
anarcosindicalismo y de personajes como Mahecha, esta imprenta móvil
se perdió.
De las Bananeras en adelante tendieron a desaparecer las huel­
gas de solidaridad en la hoya del Magdalena; las publicaciones
anarquistas se vieron silenciadas; Mahecha perdió popularidad. El
vacío dejado por la perspectiva insurreccional fue ocupado por un
monstruoso y poderoso substituto: el Estado, regulador de la activi­
dad sindical y árbitro supremo de la sociedad.

12. El Grupo Libertario de Santa Marta

Santa Marta, capital del departamento del Magdalena, se en­


cuentra próxima a la zona Bananera. A pesar de que su industria,
fundamentalmente artesanal, tenía un desarrollo muy pobre, Santa
Marta era un importante centro de comercio exterior y regional. Su
puerto, uno de los más importantes sobre la costa del Caribe colom­
biano, era lugar de embarque de los cargamentos de banano de la
United Fruit Company. Estaba, por otra parte, conectada a la zona
bananera por medio de un ferrocarril.
Hacia 1924, aparece en la región un gTupo de anarquistas que se
constituye en Grupo Libertario y edita, a partir del 9 de enero de
1925, el semanario Este grupo tendrá cierra influencia

102.1. Torres Gtraldo, Los nunnforines, t. 4, p. 16.

128
entre Sos oreCaladoaor de lc oa na bananera g jugusá en pi|>ei destaca-
ós os los acotitecimiesoom de dicieooloa 1e 8928.
Us poiíticco sonsen'ador asrinuye el nciburlenío ^ul pruno- ni -a lle­
nóla Se algunos oscmunSoase exornasereo m 5925r enooe Uos cuales
síes s los espadóles; Elias Caeiellanos s .11 ad y Maiiieo lo casi y- ra y a
loo italianos tenaro Tocona 1 u Js-rn CandanEsa. Ester litorropciones
debeos icmaoic con syviovyi- ya que e. adObu induce cn la lista al
(Onsesoviia>- J<saP Rusoo, SijiSLblrmroiic a sansa de ue aqellidoUi- Por
otra pareen resulta eoónco otlrioar que Elíaae tlbosiellaiioo se estable­
ciera en 101^ inireSi Si Oren os posible osos manousiote, en tanto
Ous activista de la PodeuceSOn Obrera del Litóle. DoIántioL, estre­
ches; coceáoslo ooo ion propios anarcuislay de Moidciosc. sabemos
Oua Casiellovos se insiclO en B101ooiqui0la de1d2 1PS5 pos lo críenos.
Niats dsjio Os turnea ole pobsrgv la lo rpoossiód Sel Grupo
Libertarlo de Sonta Marta y du ico aceívísO-Seo organr1otloas entre los
roobajadoies Pe -a zoiie deponerS. SonO ene cdeeuás qo e, eso un con-
josco sCidice l ecalSoOo cm 26200 en cd correipmOenio Ue Gcasamayal,
cou la parecl1aci01n de los f^oem^n^^ Mohedia, el italiano OCoronti*
losó uria declaración de principios' 1 e Ue quo Srsroaaoto piole el si-
guiante parrrOi
Ncooraco Optemos isSoo isa ordiso tsoPsrio ir ocolós 1001(1X01. aFr rs
co rio aourlls eue ce sos rirroídi por eoaocraa oleoso, s pirs ososerse. ¡Abija
loo ictpomeodsruoc! No 111’1000 íOaivo oíos rpieiiaoopiso arrs ser IlOroo. No
importa que éstos sean líderes y pertenezcan a la última comunidad político-
ercíUuoa. Lucho Pos x.sres y sseíOn dísaezc daCsr roo ticpotye eouo1ns1l ^vcr el
xomueisos -lÍpascirUs!
Estre Sos cuOombsoor rolo conuovdob dGy Grupo LiSfUsspslo cedemos
airar icos siguiente o: -OS SCastillé Viiiqideal o Nicotót Sn1unnou^it direc­
tores -le Or£eoiecúío ao su ruioiasa y souom-h Seoc ae. ircpv11
oonse - load Muncenepro, cu soya casa, Sin ada en va aveoid a del Li-
torcslor, esrcslo oorir, IlaosOr ls sairobapcoOooxís Sel pbíéOOioo; Jdea
G. Rueso- Gceaoo Tiroiú (PCinaro Tocont ü); Edvaíed háncJoea; José
Siriaco- Vaosegao GoioSoi, y Ldorsooso Papia.
Organización líCunde las Odios oreearaS ei dpi procyocío anarquista,
mencionado s o a al tefeoSnos a La Voz Popular y 1 Vía lábre: arell cnie-
ciooo y suposomla ladera I. anticlcCnsoOiimo p arciones; ipiii paeOdismo

103. J .Oí. -Nlibco Sdlj^t- Lxi Lbatic mr a4 Lomóos co éoOwrbi1 Booci. i 956, p. 1 S.

121
y snarcssínUiciSsiciOt etc. Sus OiSóo^o^^o» n-Soseros aboidon insisten­
temente la IcrcOoo contra el (1010(01- (alcohol, eijeyss 0(0811110x100, etc.).
Esta Lecha, cCconás de tur inspioada aros la mosai racio na Iluta é el as-
coi-seno prsepid de iroso tendencia ici anarcsuisnio Oís poincipios de
sirio, -^r-spenos^^' a una ^í^^c^^^Oan tsVCetIvyi el consumo tooslvo de alco­
hol, estiasulsdo es múdese «rosuo yerío yu^líilc^^ o- -oaisoecoo» osea en los
individuos una nueva dependencia y puede contribuir a dificultar las
eopsutao ídasa^^cus eoro e< sio1uasoL(4.
Los pságinao de Organización reflejan la eOopólón de una línea de
cualón uniaceia ara relaóSlc o corras cosniosten Lure-ules que tu oHcCaeóaban
Sol .-cea-líeme-. Virioeo miroiOoos ticI Grupo, LitariasOo —astísipun 1 poos 010^^
PÍo-i so lo kiigide^ocLóó Po uno oír— 01 uiesourinUs Peí rsucLuiiomo icvaio-
ricoi-ris» a: psictoiieuss ole ’928 en Moipi-dlava: soicabseoda oio Moría (.Cmoo
y Turnos Gira-do. lo s oglósr is ole Chgcói'zccóó roccio , yar rola ponte, un
p«onn;cdsóos 00001000 eoocc oí G-upo Llboios-So y lue Clrloeorsi Se la ds-
Uei-scó'm Oboes a ole 0IoO>^eb1ol|S1 y <111 lO. :
Siguiendo O a misma pcispootice que Lc Voz Popular y Vía Libre,
Organización dirige la misos parce da sur esaouoooo a Oe act-víded sin­
dical 1 El Grupo Llb-otariso desplinca oros Ontcosa ensoparía de agita-
alón: poo-e-ondu y osdanCzec1nn o nsre -so rrePaladores Cor ia región, y
fuduOamcntcIroenle unía- ios de Ca aoos bancnera- Osea campaña está
oasuralmente Pasada en los pros ifcoesccc CunOamentales del
gmarcoiindicnlsueo: ección dt-ecta, rosntsol lotal y recreoen tanie de los
líderes rcnoese-tetivar ole^don - neioosiOíer en caaCoico momento

104. OigdóooaCOn t-egítaog-usu oieca coOia rscio-SypiS» a ira. cl ruoopSuocoi emba-oo-


Pareo qu<s prroüiotcn diez eteoSaioir dol s-nioocri curoón; «Cl sUccdadi uaotsaSo eo una
ictode pi-Cuse-t calato- qormsla os un— oOáluina, pioOsnícsl tUrtoa; qiLOcOdss oí etsCo^-
Os, srietiLcol srCetaobeS f icoeroit Obrenos: -eiuerai-ctctc roo quinólo cyioeaio con -o
scouda y «cm 1 a ciOqaiieo— dOgrózzCcn, c° 16' aosie ii. 7 de ostro de 1370.
105.5n trate poriiraiOOnioonto ote le ivlcio O—lOSOasoolln Oósora Nac Nasi- Tosaás
Unís? Mtrqosr11íeu1e<-o■L011—000-do» Son OdO^.^o^veícs^íeSbisoee I 170eoa'1—oesoat acoigorai—
preriiSiaos Sol Oíros aibe-e-ripi Oo 1110— doro— oo lo so—l lo solee tu ls Sifa-ión So loo
-sre-Sus 2 « O do e o- Control a ncioool. EsCuo iicsssórc, yio POsie^íti os ol : el soso 1O de
Oóo^sTie—S1ói 1'aiosn o rs cdCcar sí s-eoniliesSo de loo sonseisoraclLón rto» i ’ de ocuu o a Is
(aasce—rcíla te Ai—eblso- OS-e-cr Dssaooacsooulsces lue (rolos m PeSiióia elegió
Sslsg;^<^«^^ cura el Tesaos Consocio OOseoo de novieeobsi de K26. In ^soIl1ei-cLo do
sssoeico y eosSaícociar -o-poetaics prsilc al SOononso ce sucCcenecO aso -íTorne Giraldo,
ano —tribual cota i oo ic-o otos s lio CON. Vése eteo úkiioo en Totree Gie-SuSs Uno íoicu-n(óssPi
o. 4, op di., pOi3-4.

1ae
(3(
por el oPsjFocio la los erctsisdsrrs ao isiotisc general, rlndíxshsooo
cosicebiOo scsoo la irue^goir^c ión Pe oinv niseoi ibreis iCs rniianización
social, opolieiiciros), erxi'0
José G- i Ricoo tip, a. en on irenoero de Orgoiecúfri, un IlamoSo
o loo rreOalodpcee do la zoos bateanota hacia íe otgao izacióe sindical
so Oo oCrmlnod: -[ .n) ul uicdinaso, Pespsmioo du lar luchas
pslíríoso s es oosCiidlo a ls evolución ico mbjso1o svelclro, oseac
pLrecierpentei reuoloicionceiameniSe sin ootos ,0 ioecsores que los sal­
óos de ru bono, tilos eínd0casos prepasso ai olse ro para el combate
contra eses mal organizado sociedad.-a’E1 pensamiectoo i^iían^isatt a Pe
JosE G- - Rosoli y u u trcits^^iiuooiLo en oU Orupo Ciíoestasise luronte este
pooíoOo han olls oioiaoáiieioecci oosoui^sOc^a pvo toóse loo aioesolc-
loress liberales o iserxioi a^u puicnai prosee teu a Rsoso como vetera­
no mlliientc comunista hle hncO<Si sn aCiiesiOo aí comuníosio se pro-
1^0 iioeOedor de 1nnn-en30)1o’.
El proyeco o antoccolodioeií ira a ou 0110)111100’ e ooeaés de propa-
jonda y egRaciSin» oonfetsndcs, cnOnoeSi ^s^t1*^01’^ Oigaisi-ióo, Ov-
lotines , ocitavilíaní iVaios, odc Lo renolón sosal al reinante en la zona
Oaiiscarc pérmica, a ersvao di lóolleoeis icstidísnsoj, ls íioasroíós lirioeis
ls loo anezuísii>ío $ on leu iuc leo ceraiesa oi Vesíosiirr-os Ce Orí es do asistencia
malíca- dos bilos snOavoii ore. SCtc oncercinv ceuoustrluye OeduOabiemente
el roedlo mis eOccz y nurural de psooosonda Ideológica.
Esta oc’idlSa^ netosiS<i lo aonctrucción le cuevas ocociaciones
obréis s y la soosgceización do sinO ieueor que lacgulbv cían bajo el
loilujo ole dlolgensee lefones-stos imás ir onenes ligados a íos políticos de
lo región, loles como los de Cu OJoión OOseni dil 04na0alena. Esta
sojanización lyaycesiuiris coniodn coi una perla dc eassieOades o sec­
ciones lecaleSi en algiinae do iuc cuales eazuota qiedrantcsse la in-

106. «Le ssoeolraclitii de lis t crSpíelorao pe sindiciium i^iv:^ie^cli^r^í^j^las cs el urdió


por rl tus. oerthec r su rosoxíartíCe leseare I •. Gh^eio-iaco , 0°' 15, 28 Oe fe tocio dc
1126 «Ls isrgieiiEciídi s inOliti u 1 i. loso el 1 le -POsmOiC l-iujrei. 300 o- Oa 11’10:110-0 SsrsCi i -n
llporol ínrajaeln Oraójctón, o9 14, 21 dc febreroóe 1926.
107. JoO G. Rujoso Oaóicdn. 0° 14, 21 Oo Cítoio le 1
108. Aponíndmnoi 1 -n r oicou Oe -lioi-eiiidrues, i -ín^su^c^os.ouesi^ioneiCats-s Usioag
eieiós eo fu i^^i^ióo -Ce ouu arcssusileísco - -iaoióoiior. Unru^iie, por eleocplo, oosaSioo la esis-
cioeUr sis 0<aa prigsnipcCusces pura-iérren la izoc ísercoooa, nuco. 110^111.10 s noca eposmuníe
Ls primera -o^s^era dirlgUs poi lio etttcssp®oo soenciisoiíios ppo ONereo Rojas, y la oseguiSOí
(pA^i^í^iiOr si grupo Savíiclá coi Bojeán poo Joca G. Rucos. M. Urrueir, Op- cú.. p- 129.

132
Cluoocia oSe los Oo^i^SOco^e^je rindica.eCo Eos O Sociedad Tsión pe 2, por
ejecplOi -os dsaasa art crritrOicto croando -a odaeo* exioc ai cusorrol de
loe fosdcrs: la Scasle—ed Uóióo nv S» Oe A-acseaca, publica cico Soletín
intitulado eA la luchio en P- erOcueiá págitoa de Organización‘10 en el
iioosi Olí lo Sociedad Unión n* 1 ulectúan eoeOronciuiaa- los c-arai-i-sis
de la Comisión de Propaganda del Grupo Libertario.
Evo yoeoísión ckPie^i^iKólil^ oo clircurL aIrs por «a zoos dona—era a
fimsloo Pe dCciecnOse de 9924. EC clima ce—líol en la ^^^^-r es no todo
CcauiiOle s too scsívlOsdcs. El aCopotinmo Cps^^^acdo unir la Unteed fruir
Vomp—ny en la legóOn roo ssocoe Omites. Ole Cecho, Sis ocCínaConoa de la
en^^^íiñ-a cure oís ruien—acos .s^Ci—y—iiss ect ciertos inoitseno-s Cíe sumios
iíoíoos eaiootooocilocusic.s Lijados suio sal Estado onOssicsoo
El 1éo1meh instaurado eso Cu coca pou 0 a Unloed OtuL tCii—cyny pro-o­
pa os ciertos -donantes usuaítictos 0 o -osó er asas aloético dinaloisirieo del
gobierno. Los funcionarios locales, en su mayor parte, «alquilan* sus ser­
ojo Luc a la ne-mpañia. "no puoe-se-s clave a e^issoi dea »a rCm1nia1r^c10n pí-í-
tic— y slíli—c Os la ms— están ccnipados yir Sombreo si e coiedianza ríe la
Voopavita: coeánOoeo así ova spe^cie sSo nepátlce danineeos Cocol que
—barco miOcoou sO iiacilescs tlnií i-eo—y^as otosoa Saur Ov-toole r Aorscoaca
y ouopc alrededor do 55.0010 -ra-jgpcl^oes.
Estue toaValedoses, oonSdor en grm parre Ce osoao rejioies del
Oiísi eooulecOoc pus ol hocOco u el yqeoco1e0l eo vos 10^1000 a euc~<
torce a las duras uonCtuiones CSjcdak por (o Comuaftís. H392a 1928,
predomina el sometimiento; el orden de la empresa es subvertido
ycooráa1(aecen-y por sesiones in0-viiilcafro - ote poinuriñieoo s-suic-s10.
El toosel eo ssolucido 1 sosa poste Oe ill es oogeda e n Coonoo o caéis*
ace oSaSo-m a los esigoOsPon a compiCT en leu al-acornea -Su la (omyiafñea.
El eioroms tdsmuSicco Ce la SinuOsaeo en c^li^t^ore^ii isueoPso dentro
Ssl cual lic'o Sernos oecscocnann une popecoi de popel capolada incal, válida
aolsccoitcs dentro be Iros C-tlcco-oo ilcíi core-asa.
Lis eondtcioneo ^l^^^c^^sia!^ a la aolopenoia médica son précrica-
oonco ~-ryoiscio0d as eo io conai cSl la Plvm pañSa en vos de tener
obreros tuviera caballos y éstos se enfermaran, procuraría rápidamen-

109i O-e—se^z^4ó^. oS L 9 dc encino sO: 1995.


HO. El il 510 eutoo Oe eO17| 5or kOaoijóo, iiu gre(>O Op cioOooóCacts odi motólo Cu
osSsiriqjii se costosíi (roéis oo lio «otótece de i ia o cooiili- OgcózcCó T^l, p. 4.

m
te por buscar el veterinario y los medios para ponerlos a salvo, para
que no se le murieran cual se mueren los obreros, porque aquéllos le
cuestan dinero y éstos no valen nada», dice una crónica de Organis^-
ción, comentando la muerte de un obrero que estuvo enfermo por diez
días sin que recibiera la asistencia del médico de la compañía, «Se­
gún las malas lenguas, este buen señor [...] no se preocupa en visitar
a los enfermos, porque éstos no tienen dinero, aunque pertenezcan
como él a la misma compañía
La empresa no contrata directamente a sus trabajadores, evitan­
do el pago de ciertas prestaciones sociales vigentes. Utiliza un siste­
ma de intermediarios o contratistas colombianos que evoca en ciertos
aspectos a los antiguos traficantes de esclavos.

[♦. J el señor Ricardo Gómez trajo de Sincelejo (...] veinte obreros, doce de
los cuales firmaron contrato por escrito para trabajar a razón de cincuenta
centavos diarios cada uno y el resto recibió del Sr. Gómez dinero a título de
préstamo para devolverioen trabajo en la zona, y dicho St obliga a estos últimos
a trabajar en las mismas condiciones de los primeros [...J. Después han estado
trabajando en la finca 'Bollano', dizque por contrato que ha hecho el mismo
Gómez con la United; pero lo peor de todo [...] es que les pone a cada uno la
carea de cuatro carreras de plantación de guineo, jornada que no la saca en un
día ningún obrero11*.

Las malas condiciones de vivienda, el retardo en los pagos, el no


reconocimiento del descanso dominical remunerado y los accidentes
de trabajo, la imposición de tareas agobiadoras y el tratamiento des­
pótico por parte de los capataces son otros factores que contribuyen a
favorecer las rupturas ideológicas en el conjuntó de trabajadores. Los
propagandistas anarquistas son bien recibidos, los locales de reunión
se llenan durante las giras de la Comisión de Propaganda.
Esta comisión llega a la localidad de El Retén el 27 de diciem­
bre. El «Salón Pathé» se colma inmediatamente de trabajadores, y se
suceden los activistas en la tribuna. Sus intervenciones, además de
denunciar las condiciones de trabajo en aquellas «mortíferas regio­
nes», insisten sobre la auto emancipación y ía necesidad de la auto
organización:

11L OrgdíUZíKtón, n’ 1,9 de enero de i925.


112. «Esclavitud tolerada por una ordenanza». Testimonio de varios obreros reprodu­
cido en OTgaTuzadún, JtóL

134
[.-.) es obcecarlo ouo co deis cuece aquí euíastrsoSi0ooeocs jaceObo osóJn
Oo, ni poóoS nadie - eorPeHirlcc, oí coi ico Sbrlendéis vomcrsos pop- ruoirsro cieenci
8 (iions, Iss liOoinsiclcc isrcíd pude nadie oí aníoi, tuvieron que seo lomados. la
sonacircelóo oo la única Orrota qun os 1 lv*narl p puerto de ^a’^^cCO^ - sí ¿sen no
retí srotclirdOc y essopr’ti ls suivcaoís frirruilSiisi sse1rer»1l3

Al día clouien te se otee túe oin^ ce unión e be 6 de la tarde. La


o^d^^ni^^aí oúo mayor quo I a del día antemor, urcucOa un razona-
oionoo cobre le necasOdad do ramll as do ráss icas en la lucha; «[...|
dotáis olí posuísoar y-cor iodos loe mcHioin ’b llenar ese rlto en i a bandera
do las reivindicaciones el lemui ’lustoo sSo clisos’, 'acción directa*; si
v’cs.ootsap empíeCin. d acción directa en oC dereovdevimSeooo de vues-
éi^on oogoiaisnoos. oioi a lsiiii a.ntoitao s - -i la de io viiosri1| de ib paz, de la
1ooooo1a.al1l El osodor do erctuna d vpucoo teoivmenloc rOotaPorma
0fJonizatrna)l que es arioSado por todos poca regio cun Ss Suturo la
0^’1 a j0’on orjanúccióo de la otoña bananera*l,+*
Antes de finalizar el acto, otro activista de la comisión lee un
coxta de SoSoastían Fauee, «Lo Cabo rcdencións.
El 31 de CiiOerrpi)bSI lo emisión continúo sue octividades en
Aracaicca. A pesie du qsc los iosoTSnadiarCoirConiietlcs^s cmena2an
o loo ost^iij^sldr<^^ a-uo acíoiceran al actos la oondnseinoSa es realiza en
ol «Salón COimnie*. Seo orakorei qoerenso-n lar nseoos comentaciones
srgscíC!ansas y -os trabajadores poetcntes ro ioioseetran tOs isserdo con
rl «moveo onsi amento*.
Loo ocivvistas del Grueo Lileciserio se dcstencn oes Guacamayal,
pros «por oes prímios- da eSo y loo ooopsñaroo ls eoistió 01011)sclso,
ls comisión continud su víije liaste Sanie María*11-.
El 3 a 4 de eoero, se sedean dou ^uec^ ooctese no los en el local
Oo S- Sociola ó Unión n 3 ta destinadas ipceolcspnte a oce«mtar nuevos
pocioo da raCesaeoic sresrcíiciivsa. Ls eosoisidn ouilo invítala a vr-
ganizas oelvvat ooniocenotos cí Ciénaga.
A ríñaleo P e ooasió de . ^i Gt uno LSbsieario ds Minii Marta y
ol Sindicato de Obreros rin Ciérnaos. peoanison e tpa gisc pcr la zona
bínenlos. La 0^1’1 xsmioiOc lr Orgsclrcelóc y bropaecnls, ices-

113. OrgeOiodón, Ibíi.


114- SM.
115. Orgenoreúii, iíU.

135
Orada .Oir B. >rico-1il St—sanceiuii Snucvc disector de Organización) y
JooS G: Ríiscio lle-a a Guacamayul rsl 1 cíe aSiriO/Loogo sOu «ociar son­
oseo: con Osos aaoíitlsiao losele-i lo comisión pprticlp— un la con-ocato-
cii dc una a-cmOCie nooseraU a Ca cual 0CLSt0n 10 arabcSaPcres de am­
bón saono. Sonsa la Osea Po seos — camOlas so nenies 0^1 el nisOiystu
Oe Bracetes y <—cmpaoSnoo da G-acamayad o-ie haPSa nido escindido
pos cíccOons Oo la ndueePiO Unión. El ouevu slnOíasto elige toes
soerenoeóss O~cnsiaP de cnelss1eoodsacia y (Oo ase asi os ore tesorero.
Al uontOuuar le gira Ul—eg —Ciamasdiso, leo miembro- Po la comi­
sión 10 enteran o ue caritca srsPon~dyoeo de esia Vaalidsh íde-on con­
voyados al qnnpachp del secoesario .011 pulirla Loe Guacamayal y obli-
esSos as pegar irisliiu ose tiiicoEst u-ceónción s^S^í^^na. c-our iseíot-jadores
Oo aCraacaelsOío eohni^^ l^^s^icsidt^JS y Ruser eu so inOoroae- 0^ obstan -
00 lo oeccccucoos y daocícitOicOos peor lo qce loo hcPCa ecoullecCSc^ con-
uuo^Orean 21 oír Sa donlere—cíe on notnrero de -OOr cooptaron rntusias-
msdos i si oigan-ióa i—Lo síci di caí -o nsioriSatisn que eO sindicato se
OenomSqe SínOian ce» de Opr-ícot-1 rea s ole Gaaeocdc3ico>■Lí6■
Antee do oogresco a Sasstr Maesa eC 5 Oe adril. Busonaourr p Russo
oro^siiio^. ocio sin— o aro: etr Coco, rcoo el. pooo Ca p$rcOripa(ión de 30
OrabeCoOrires.
En so ocCocoe Ce la OSvlonscourt y Rustre t-cscclOan en rígido
síetecia de poCeres Iceosles, rsaranesVocaOs m sícIIc^^o gano^-na1ar, ins-
O~coucóSi aioatsees y ccsOsOeroi. Estos 1001010900, oco dsoenogs iiec<
pre su revólver al cinto, son algo más que símbolos de poder de la
ycspaíóla norteamericana p da1 VCngades; osso- ellos 00,omoSi Oso áokoo
pal lsoSer1 tndiviOuaiCPoPes q un 0—sean caso nd er oí osáxi mo la subor­
dinación de occisa indiaiduos.
Ls opnn'li^ie eo loooba te—tamanie. SeC cioicncia esOtslicoa anuncia
un grun astalCido lOa violencias Lio ane-o-oj.^tay Io soivó-o 0 trata- de
propioir lie mojurer cooClcloioso ^0-1011-, a oiivS- So 1000010- cu—oc-
Vis de organ—ación. Res- loa difícil eso latos la extensión 9 profundi-
Uad ae^^^-c- a por el pctsceoc csgancu tico d -léperas de la usen huel­
ga; leu dáoste snheeSoseo neo {soimiiten atoooor lo ex-tsceiocío. hacia 9966,
So un cierto noenero Oes ^iu^cSsra^c^^ Oonsloó sotónomos os var-os pun-
tco Pe Cr zona -ananerSi lipsdoa $aaeiaiensenoc o trurés de 00$ embrio-

116. OrgcntzaCn o° 19,1* de aScó ds 1 m.

136
darlos teOido OttOeral. Poeece- Os Sordos formas, qian el escollólo de la
huelga oso deió síopsiki pasa rtirocr1ucas ino^íc pscanicaatóc Oederal que
alcanzarii, pror sjcpbplíei al dioaolsmo y- iyo ossisoeelones de la FOLA.
Por osea parre, el gruosq de xpoacerosr u lebreros agólpelas de la
Unieed Ou-icir eOnoipapa nocioonece oporsnoeibiente al mareen de las
11013^10-5 dv oegacicyoióc iCndisell Algunos slndlvetos, lomo el de
Srinppssinos ole Gnaxsachos tu a oe. pisado 1000^1, ri^ocertu, eom>(ituyen
pooboObio^nro oídOloiroo Oo dcoloomo», so lo^ii^, Os oioOrioOístso oho
Caibilan o n cioroao cbanSosnad;-) ^tar la opooos sa y susc sontsataiSsoc como
otarnos creítscit.iss-s en riilslcs época o riel altss Folios oca ilocics implan'
taOco en 1 a ^eo^Cln parecen ryocpr de o ieciu influencia o 100000 loo obreros
Oo lo oocpaariíeu1.
do escasa proporcido de sOnlicaeisodoo uv di vide rOemei entre la
Unión Obrorn no l-ec ansocoslndOcal-SLc s. So prloossi tnaoseri tana en el
Doparsneooni Oi lim 1^^ so uiOusnc ia i les rectores rdoctpameLCe cali'
Oicodso de la Unioed Fruit (Cei•riecarsl1, puortor do aubboscoLel construc­
ción- calieses ole pepoiacdSni p ría asoesuncr u1brnoSl SCui octuación
Hurañosi 1 a priororn bies -oo Os lis toan añeros 10 di nosisen1^i^^ de 1924)
Carbob. os otoeoceo, hobsr aOoxrsós au prooelgio. Cats hueles, Sotaní-
da ai cebo dol oíguodo dfs pos ios dirigentes de la UnOPn Obrera, a
pooso li orr la boprros es ostisiSiO lio 001’1011x1010000 eoococísiso lr
loo obeocosi ot ecepoloe ado a mcncdo eos tas astíceios jo discursos
anarcosindicalistas qou buscen oxpIScos lo nenas SCoO dc eambiar la
orientación reformista y la estructura burocrática del sindicalismo.
OTgaojZiciíOs publica onétcoier aidfcutoi sontra Oci Ucjón Obrera,
a lo que PeOine como sosieddC •‘01uacr»l1srrrl CcJe$tíons sn estatutos
ocluco, , uir f^issOso^a^si^s^ burocráticn, la 00^00 irus de tus funcio-
osoCiO (ríi molo asoninal de Cae sasbaradores quo tupoesa oro las arcas
Oa la Unión io r^^O^mo corno pos erscansodi oo Pepondoncia de los
polítícoo, oo iooCicoxio cooo soente 001’1011x011’0 y Os cracrCoomci
oído ideológica;

Loo crat)siCe<^^oe s carecen dr o na ocogniraciós rana| de principios


amiosípseOciseo. Sus dirlgeoets-iis orrbiiiicoioos y o^Moeao, sn eoe-iriderso- uceo y
señerse y libero iss rmOcuji^ads rl cr!Oealml<rc, out- asto- hozo cO tiISas uoi oorii-
fítslso oso rl combo- do siiiCrarci es el cur 1 sredí a Scttena O c loutoaso te

117.1. Toser S1Gi(ilo, 0-oe Oo-uotowe t- 4, p. tó.

137
titulan «cuerpo soberano» que se constituyen en asamblea general cada vez
que se les antoja ,íe.

13. La huelga de las bananeras

En una asamblea efectuada el 6 de octubre de 1928, los trabaja­


dores de la zona bananera fijan un pliego de peticiones de 9 puntos,
entre los cuales se cuenta: aumentos salariales, eliminación del siste­
ma de bonos o «vales» quincenales y de los almacenes de ¡a compa­
ñía, contratación colectiva y supresión del régimen de intermedia­
rios, creación de hospitales y servicios sanitarios adecuados,
mejoramiento de las condiciones de vivienda, descanso dominical e
indemnización de los accidentes de trabajo.
La United Fruit Company se niega a discutir el pliego, rechazan­
do de principio todas las reivindicaciones. Al cabo de un mes de in­
útiles intentos por establecer el diálogo, de 25.000 a 30.000 trabaja­
dores de la zona se lanzan a la huelga general, el 12 de noviembre dc
1928. La presión de los trabajadores es tal, que, desde el principio, la
Unión Obrera parece adherirse al movimiento.
El inspector regional del Trabajo, Alberto Martínez, envía un in­
forme el 14 de noviembre al ministro de Industrias y Comercio, en el
cual señala que las reivindicaciones de los huelguistas son legítimas.
Dos días después, Martínez es encarcelado por orden del jefe militar
de la región. El ministro de Industrias, Montalvo, declara que cual­
quier alza en los jornales seria inútil porque los trabajadores lo inver­
tirían en vicios que afectarían la salud, y por consiguiente la produc­
tividad, de los obreros.
El gobierno conservador, deseoso de mantener condiciones de
explotación y de orden social favorable a la inversión de capitales y
préstamos extranjeros, principal pilar de la política económica del
régimen, interviene desde un principio a favor de la Compañía. Esta
última, así como el Departamento de Estado norteamericano, felici­
tarán al gobierno por su sangrienta participación en el conflicto.

J18. Organitaoón, n® 15, 28 de febrero de 1926.

138
El icsocto oheO lny~acsoo I1^l Tsabaja da ta roño eo seOs una -Se las
Ocioéies mchedosrcyiosec loorpceaci Peí goOLeodo. SLcaltádecoehoe
ol conísnoo Ce Guorrai 1—(iscío RengiSo, Oectho enrPp— (sopas de re-
100^0 a ls región , Csa<rreeíeo-oi sra-o<a~ioreo qiio isoionsan bloquear
un toco ciUítar son arrestados oaS oilscco día que Masr1nezLl91 Vacias
decenas más, conocidos activistas de la región, son detenidos preven­
tivamente1 Raú» Educado S0o-sochac oaconocPOr ptrc dOse-coo e-tores
cosos su I priuclplo0 orgamoedor ila lo IciceScu, acl sumo Hoasmos idurunel
y JosS RrissOí conslocon e-cscar ts aspo aeO-iura ola oOe aoristos. Por
otra parre, et ejCecilo Citcnta romc—r Oo ^€--0 lo1nsportando el ba­
nano ce Sotot a Marta y pogiessSsndo u -oo loaapsohcleIaeo eogonchados
Oer is coo-erc.
Desde este ssoccanoo los Cuelguis ins os eocuen car ante ~o dile-
Si: Aceptar el camismíeotc do 0 Cío— Ll-ííí ticecsOooi reigrs—ac a -so <'ho­
zas miserables y someterse a las infernales condiciones de trabajo,
rnloosrianeo, edcocS nvso^s^pi a-essecióaionac- Protegun si c-aeofruiento
eonlteva el neoyo Ce ónScesoamOustep vColensuo son el eiSercito, para
loo eualeo estln nrricílsoentonoente pcapsoados.
La ocprrcn:—i párese prsdomSiaL La Sirerzci alean—oOs js—r is movi­
lización eos la oes^úOri: a -'avio de lou dífeoenons capas soríelcs, ^¿mtie-
ne viva ls mcsSbiii-od rúe un sofunfo- Leo oboesos banona-oc esperan
adosáis un Ce-aiuaoSlo de 1- solido—dad a noval yaclons- como suce­
dió el año ontealop satis la Oioc ipe de los dur-nUerro y en -anroc otros
conflictos de la década. Y en esto no se equivocaban: desde la déca-
Pc aiiticrior re CoaO-fa voto «..ue le eosenrión pe It, aoU—o-udad q (s gene-
1c1Lavción de loo snniiictop coonsritulao lo izarza sual y Utsecoa de los
obreros iesiio. e que el ttuios o d toso ateo de ca eooootokieapo depon-
Cía dc su oysrciSad slc <eUqu1ns podrís tócete sP roolcr -cl Solado y de
ls octooncl.
Los eoicoico y campusionos de lo oeólóc sbosrecsn a los huelguistas
Orí víveres. Lo eobItlciSn aahsna de Ciéoara, Aoscataca g osrs— loca-
liOsOss de Si aova sont-rlbaeo ig-aimenue pl eproo—ioonrolcot— de la
huelga. Los pequeños comerciantes de la región, afectados por el
asomopeoild -Op» ir Unloud Crud» re? iisOdaríorn taiccHén son loo obreros
en huelga. Luí Fedo-cdUn Obrera ilA Asiánrico -orcsusm~»epoente la

119.0. Tbrs1r Uinldo. Oes Lóoro0<(me> os 4, p. IK.

139
oiooa FOLA), onoíu orea conocidos de ayudii en la cual participa el
dirigenle morxlsta^ Albetoo Caetrlilón qse aatbabi slc rogriisor de
Moscú y- se ecaonirabo' en B^o^;mi^pO1^;t dieóskeoó o coco ívs activistas
otoorsíi ote li clse1dl1,e
No stoeeori, ls rniíSsoilsO p^oprlsf os Sreibur prrxe.íoaobeer silí
y oo pobiepeea los Omisos de la atesta. El p^ocjos de le ixíólaciOn tabo-
oíoe^- ^rs^Ola por O cv ¿io liberal, oics n ennestpu dlsp uescp a adoptar
formas olí soOidasideO pua rb>p^s^eceiii n el moras inooítiiiPmal; en los
tornemos irás dsoos de la represióoi esta masa nottoanoeeou en sus
praseso lr trabsis, oo orlan, ósisulo r loa sOrirso ór ls zoos su un
coSoUcs- ainísmleslo.
Coco en casi ssPibo i -ts romCOis ios le lo 11 cod^ r -o que sil perfila la
soaosaza ibi los somiaihiobgas os «quitóles, loo obreio’ o veis oblíga­
los o depender I a huelgc roo iridios de iceoos, pos pOiuotcs masivos
Os huelge aOcsein 1’1100taOlorcenon con Iou esqoiaoles y tas tropas que
loa protegen y dercmpenen ellos cismas al papel de eviluirol, detallan
ios poimieoos!) ipiíscre rielen tos vlodoniisoi irc ir^r^éíi^dti^as bdxiiiean las
víso farreas y ocoi))rsc u Sifansi o opsnpíoSeosei daoenió os en momentos
so eue oras c^anssortados po>r leo miíi1aseen1- Resuéi a osaísibie| pees,
Oue Sos ^^^l^iiooiis OuOlorsn iSTaarvzedip gripos de ilOoqóv dotados.
Os solei Ooos-is. ola ermar rudimentarias.
El 5 lo dlctembiei a2 33i 1 ío da Pioaista- el uprClemo dictare túrba­
lo el orden nSÜCvso ec Oo iaobn bananero y desresa al espado de sitio.
Si nvoOra como Jefa civil y milisrir de le soca al peneraS Corle Crraoés
Coogss y- se evvícn ruiuerzot miíioaess de Carianetoa, Bariinquilta,
But-ar acicoca y OCrnlellín.
Ec la ncxsOe del 1 al S. Cortés Vareas usdena p dispeertóc de una
oulter1d 0^0101 en pb placo Ce Ciénaga. Suts híon1euPtas oe niegan,
loa tropos dippasan y ta pliza on ^de cubiee ta de cidáverso Le hom-
eroSi Olbb0bo y oiiSos. Ec loa líso oíouiiocor, rl eiarxíev poosenuírií ou
otra- dilooS o uo batanee ioos 1 de mu erros quo oscila eme 1.000 y
1.500.
Loo oficiolos y sollados asaCron’ mielan yo sebaE. Encascelac a nivi-
iro rigiéndoles dina rp yrioi ser lióosadcpo ímpoueo maltas, cobran

1 ¡20 1. Torree GGaSis op d., p 1 12.


1211 L C. béreo. op- cu., p. 113

140
ícosteosos» osííOios a trabólos -PcsadíO; -ensatan oo ios- hoiislon, torturan
i du-llan. El scuiir rio instuotra sil la regióos ziorranssirá 0^.00. p-oporcio-
nes que llegail a sur com-ienpPo —010 o^^i^^or <P0)lfsScois Oie«eoaie< e inclu-
tica aoiuccs—se-osec. Eí rosco Paí pcís- orslerctras ^01—1 permanecerá en
la plasividsdl U1roiEa Gioaldo 10 limita a decir que las condiciones para
edacsuer pccoi ono eran op-opladies» o orra- baeaolo hullera sido un
cuto de y~rfoíecta erresp—nsabi1ldo0*l22123
*.
La res-síoncio obceca no re dosuvo alOSo ECaoulou ñauo difícil sin
ecibaogo ovaluao las -—eeactesisticir o asapOlirid de este movimiento de
resistencia: las o>ceporipulen Suertes e-iro-nros desfiguran, según la
^rtsirc^t^^c^^ do sus inteceses idecOOgl-001 íc seclldad Cc Sus hechos.
Loo inOnccos oficio-ei y O- pea s^rr bes- ueca ole oPen, por lo general,
- oxageso r la restuiunula violeuta de los huelguistas, a fon de «equili-
Oici- si pe roo Ps la vlolesce— oUecisi. Algadoc cobíso íntócncslosalec
lleosn o CeuLrp por cjpmpio» osas o uateo ciudadeo del 1i0c~dalcna se
Oollcií iOsIo control ote ds-o cabreros»12’.
Loo cst-rOóos-s e COeoioeiadr': res crommOstur o Oe tmc Ircs-Ois maños­
os, purr su parte, mC^imi-on o simplemente liSoci—011 lo resisranviu obr--
sil Pareció—i a r<ae et fantasma 1 e P-a «psovocia ^:iC^ISue y netluas- del ho
-mor che ios polícscos Sacia suela Corma do pooromoanaidad individual o
uoicciivai los llevara o condoiua- loe setos de resieacnola obscra. Toda
cesión violento que no os dcsOlido y igossiroaCe (00 un Comité cen­
tral ce cnnaldgosda sistemáticamente domo uprovocación».
Loo dlfeoenter Piensa- den cuero tío de ioes sigoieoocs hechos:
1. Luego cío la masaore e— Pac picoa ds Ciénago, varios centenares
do t-aUaCsdcces infinta— r^^^t-opjoíir^u ~ prosegn el 0€1ptSegue. Un pri-
cer orLopüi conducido poe Oosé G. Roseo-pie dirige hacia Se Sierra
Nevada Or nsTr- Mióse; orad' eon RíúI EdcanOn McOeaOs a i- usOo-
zi' cr dirige Sucia el departamento de lO1>ís-ay o»— la o^^^ón 0 a PlbCjay14*,
2. El 6 -Po dicScaO re se scOS eu a Cn ixtóiacldn de SeviIPo. Sc produ-
aon saqasoc e Cccsndi25. gasón Tsner GlealUo, no re recto de una
9oblevaeihn odio de uo aCoque enríe —s nos Oíos dol uieocUoo p huelguis­

’ 22. (i T<tritrss SGearCk, ipp ciio. p. 113.


123. Lc Pmr, o° 6130, Burrión Ainos, 7 de dioles-Cto de 1928.
’24.0. ibo-os Giro-Cao spi 010- p. 1PS1
EU. Icduroe oir 1 gtoersi Justoa Guarrero, cilo-Uo por 70(001 GiiateOs, eip ciio, p. 115.
tas en reíirada|1*. En este mismo día oho^re croo onirencsmiestOi on
Río Frío , eso ei cisel sos de iCrssoso Coronel.
3. El 71 yo 21 0 -o disionrbis lo^ poepcs en reinado se eofcsot^n con ei
silitcico ire^<^ii dc Asaca1aaa r US Retén, En case último lugar son
muecoos sor So tossio0 6u l)uelgprntas,27.
4. Son Cncendiades varias plakosoioncsi alto acseoeo o oíraa instala­
ciones de la United Fruit Company123. Torres Giraldo niega
oísseesái^soblronoc esict incendios, P1Srmendo qrce loaron hechos por
ol capCrOn Loio L1pa. Etse caplsOn, aiHeoSido poseerloiosiite a mayor
Sel ^ansit^^Oi bus en oís cto aso sido be botar insendOsde 1.5 casas de
sbreoo$111| Residía hudoco no obsronee atribuid e el incendio de las
proplpOdSos do ls Unitol Fruir.
5. Losa t^o^^ioiS(.-o coesocooricslcomos, ^rbe pateecn lelilí csseolo enl-
oimemente en vsvor ib ls compañía, Cueros pilados durvnte 5 horas
ou Sevill a yoir ios houlgulslan p eescatodoa itoalrnenlc loop las tropas y
Olivados e Aracataca1.10.
6. Caobos pecen as da sclOeden parecen haber rielo heridas, desar-
osdcai yy ppreradds peor los ^ouíoenuL11as126
131.
*130
128
127
dos acontecimientos sooesre da codos Poísnao ciertoo característi-
oas de usrrssa cinil local- A ios lerfunszos mOlinooos llégalos de otras
ciudades ole la cosan p del inferior re sll19a- el 1X1 Os Picie1nbre, una
rlvulls O o, giresre qser siseo a ais tialcrear. Variar -meisne militares pa­
trullan 1 a región Pe PivlSay» buscando cortar lo i^eoí^^xOa ol grupo de
Mansaha, por cuya opptura se ofrece sacompensa02.
do Suidoa ele las balaceras oiutnp cspoctáncamsnso proporciones
iooureeoclonoiea, po en este rompido se tisseíSoo Omero do la dinámica
opeolucldnas11 dol síndicollsoro orgenelnii eipañok Orasilnser y de otros

126. Torras Girado, op. dSo p. 114­


127. Costa del prrraov lr Aostaesea, F Angcrles, cicada 1sar -iones Giralióo. op. dl.,
p. 135.
128. L. C. Pérez» op. cíe., p. 13. Véase también M. Lírruria, op. cu,, p.L29.
121. Jorro aaílct:z Gaíero, loi'boe3nc1óo sots Ot tS^ámare de lUeos■esen oaslce1l citado -or
Toaros Giralióo op. di, p. 113.
130. Ls booitreíi, SíncesOs o-ebipO^í^cs^i n- 61,35( 12 Si d'icicicbsb Ot 1928. Véase mmOein
M. Unutia, 01- di. p. 119.
131. La Protesta, Sícroalo te leerá Oiicí, o° 6131,8 lo Sisiembro lo 1922.
LH. La Protesta, Síetarlo toloerrrici, c° 6135,12 Si díxíomtor ir 1928.

142
ncr9~c Oh las onícecss Oéu-P-c Orí cirios oo. Eo 00100011, cuco cn
esos paSsc , 1 a lógOca bcrooorát ica ^again la atusC ió acción levo-uciona-
cic debo estat ntlrigioPít por una oeiroguapOlai- poliPOga, rspuona acep-
oír lo din-icVca ante cmancípador-a do iroia co0~ct1rs1dcd e intenta
decconoceo el caréeles rnsuieaicíoucl seomido seso Os huelga de las
n—n—esiiCi MostiVs Vuélalo; peo ejecniO| reOcca luc aeoOor Pe icoes-
toncia al sirioioosto plccafo: sel OsecO o de Poi rcpruae he ai—usos cables
de Orsej^afo ^lióiP: puro definís cS modOcorento CrosOguístOcr -orno una
c.cOds0-d(11. Otros autores, como D. Téca^, slidnclan ruso y $cnpe--
contc rocía cbncóón ai los aeona de seosínteniia y Oo oíoianrOc fpuo parte
Coi los huLelo-iotas.
A ctediaPos ríe sHciencbreSi o! uíOeuCto eonroola coeshOotiornente la
aehaí Iif10o^i—^^<C do hrclgoCsoao han logrado eosopar de la región; otros,
cobre vSvuen teso de loo eoTsectansiedtos - Ce la cocerle hus-ar-a desáta­
te por la rr^ruóOn, ^«^cr Pechos prissonioe.1. Dotóoe 12 11 Ce esos ro si e 9929,
so inicien en Cilnaoc Consejoa uerOotes de Cuerva contra cerca de
6^0 detenidos. De Petos, 136 oerOn conde—ados a vooOor pr1c; de pri­
sión, ausosdos de sadicióci, ineend-o o earucoi el Cicien-e marxista
L^^^ooll^^^n soeC condenado a V4 año—, «gpsiu—o Pallares- uegsotario ge-
o.ertuO ipil S Sinr—caoo do BmaeiiV - Campe o1noe Us Soucic^m;^^'- organi-
^00 en la pecando gira LoGr Grupo Libertario, a 5 años en pi panóptico
de Trióla. (Cortedie: después Ou e—uePeas oduipcciasi consigue llegar a
Cartagena y escapar a Panamá.
La Unried UiuL Socaparon roo pe resonc incedcaornícente de las
nPr0iPc9l Or caso Oo oOcs en nsct1colcr. Eo Uus cetro siguieseis loo
ossbalcd-ísoo de ic —ona ClonarUn a cabo proa especie he resistencia
ncc1nCl OdícotécnOo el cesucOu Oo eoe1n- Po tniOatu a n~9sc Ool arrul-
cimso Osl dacmpleE- Póna Cesirot oo can uficas que a n o99i1 de 1929
la Com—vñíe hace tscctiop^^^ papa Ocroso o zar diez mii osa bapadores de
Jos alca. 01 oobíocnoi olorosado anisp -op proporciones as uo-OCas por el
nsorecoleO' so opone a esta StfcLitivc'4.
El r^^gc^^n na^^^^-o^o^do^-t pree ipirc ío caído con lo Oiuelpa de las
Oeminaovs. So ehusncyeOsP ocre lencoaran ol OocaonsohOu ooeísl Poo<

B3. D. MereaVa Loél!C| op. cú., p- 1228


134. I. Troceo O^rrOlo, o(P. íCí-. óOp l 3d9136.

143
rno del tsarco OntuCcaolonol es mds visible hcci nunca. Loe tolérales, a
ls inverra, gao-in iiodnineio berilio de asottOoP seis lores ils la pobla­
ción) En loop foioneror presar de 1O2S peráp Cas pblocrsa1íss voeeros del
Hese onceo to cripula^. Ei 8 dio jooCo abanderan usa multitudinaria
omiOeescciCn en Bme^o^u qse denucciabv iu oorooronión administrati­
vo y- exigía i a cenando de Oso gono mies RengiSo y CesoOs Vergas; en
soptlensbre, Gaioán honbneia cnOrpOcanoonra orce to CRiaiara de Re-
prbaeueadiba la soeirha Obi gotidoco suei ls Unisad Frrie y loo rosbo-
jaóoobo lo lo roca teisocira.
Un 00’00 viraje COntiOrtco esi-C oro meeepta; el pavoroso aislamiento
Oo los ^d^^^^esoas da U is^ielte^iu Frs io no si si no un ríiio seoolador de
ma inmenso ocioxeroióq l0eolóaUoa rppa prepon el advenimiento del
régimen Sideral y, oor su tnsocinodio, el iooremeieto de ^0 etribucio-
oes y- del sosies dd Esoado.

14. De los asesores jurídicos al sindicalismo paraestatal

A mediados de 1228, ue poubuoeoon dl huelgas pac rtaOuleen la


vitalidad p predominio del proviicso liberal.
El 14 Os junSi-i los ^^Isí^^íOp^í^-h dc la Empiesa olv TalOibnoi Pe Oogotó
os Sedaron en Puaips freí’ cpOiondioossiosies nbSarivleSl Lou huelguistas
deceben diSogrsa $p podee do oogícciocióc el doigasCo y dirigente liberal
Joros Eíétoer Caican. Ai nado de dio díiSr Gaitán a d singado de la
impremí fimsrn en aorieodo qpv pone feo a’ movimiento.
Un osos ^^p^u¿^So los obsesso en Osielga oOv €^^€001121 de Bavaria
comtrsosi al mismG GuisOn , en asamOCea general, como sbogado del
omsíDstiOi las naocc•L0c1onalu ipil e so, eorO’-psav. pos a arios días, culmi­
nan en un euXucOdh cunoenio de colarlos lOada obreso debe pagar dos
posos on pono por la iocsovoocióc Os Gs1teoI1Sl
dos hueluuistas de E Enipeesa de TeCdOonor n va Bavacio no inau-
ghraban sectocenoe nuonao Cea mas de ocurón. Lv 0niaon1neCSln de «no­
cible»» exteciqoes a lío ccé^íuid^idec^ obapsa tsoSfo0co$f poribhiscasl ju-

135. i. Tvrrro GirsllOi op.. pp. 86-87.

144
rSotaSi rt(Ci) era Sor conSOicsnn obrero-pa tosió ales es visitCo aOepée la dé-
esela anírieiicri dos partpcipontsm en la huelga general de -Oarrcnquilla
peí febseto de 9910, como vimos ec oiro paros. acodOe—oo o I- media-
uión do un p^í^Snel^t-: tOao—al. Un gaon rectos de oc-esanos »( de Roeros
eoOsnoo emuíSía oráo eer -P apoyo de toí políticos lile rales o socialistas
que en el Ce loo cutocacionis y sindicatos obreros.
No obstante, en el periodo de 1910-1930 la delegación de poder
cr peeoenaa - oonnotsCss conro un feóCneautc ctocunsoonsUa-. e meerviene.
auom en el laso ele los Oueipuistas Be Vaoaer—1001110 1910, Prego de
ana Suerte movílicaclón edtCnon—o. Coa aaSuto1ón de intermediarios
exteriores acontece feboucntecoance cuando Ca acóCéc aorónoma se
0a débil i ludo, cotudo loo huelguines pSerslpo La píoJob-licO-ii de esta­
blecen nos ceoisícceód Os Cae1aoi dconisblói En core iPh<$0U| lo inrcs-
venciónd 0 e inusables» en los conC-Octos ob rccor toó e— ao momento
Oe agosonlenoo da lu acc ión oOsceró cotónorna.
El comoonamoonto da Sor- vacbaiadorec Te TeldOonor y Be S-avocia es
c^-^C^inol eso lc tesodido ar que, Ceohe un principíeos CnitCtuviooclizan su
CsCiiiOuJi el i enoari-ros e deStes-Scoos ¡psíi si i^^mco- do obreros renuncian
o ejercer su pson<o yusier 1 aas-oan- en coisidU—i le OcsiasdObd cSei Potado-
s-bitco. íUt-i encienci a ole Coor toclis-or~-ros Be OdoooT en 1998 oo algo más
que so poopia saroncgoy cm<1inocat o ostst nivol Oo senPenedo a la ocnuncia
do lo uceledad ncodecc sores pl oesder Cet del
Cn Sai años oigolentcOi sil pindi-cOstiio <k iisoeinsíldorios Lomará
un auge exiraoidinsiLEi El oteruc—so laíoraP ocudayU oto po eslo en las
nnieu-ssidadss, (- rula año el otudlsolOsosc os nu trisó do nicuosei eontin­
gantes de paTOasOsnal-os ole Sa nops—Pación Loo psUii-cco, conotO-ntes de
acra o—isrOomuacmn de modalCd-deo 1X0$ ^.cSi^^ ro1dicaIuy1 oae $-ecipi-
ocrán en corva a tr^Pic^a ul cusgo de «asetor puOdicoo sCndiooS, Con el
aurrer do Cus vCOos loo ocursuau íplUs-coSo inscocados en loo burncracLas
simClaalcS: -os cnanoesormn - mentido sor auténiicac cauOillno cayo poder
do olanoa1laeldn p|—-octaoá snOo Croes de autosonstn sóciera.
Las moolalldcPes da ccdón de este ip~s- So rínPies llooro oevelan el
furtalecimíanto de leo Cormas ino(ikucoinsrul de poder.
Euro en visible, nrsr scnp porta, a sraaós del ¿«013000110^0 de la
loción oKocrii Ucuen oOuo—o onsirioomune-í col cneoso s1r—(cali~mo y el
sloslPcallooo revolucionarlo ds Ovs aSCoo veinte conOpeo -ms>oncr al
VapOtal (i al Ecoadie -loo propiar Cocotal do isctnóoilLción- Oros obreros

145
oshúsan eneras ro epor serreno de neóO11ieaión Ompuoseo besde arriba y
Ouii uos os ido ellos. (Oompeenden aun loci0gz que el aporroio jiiodico-
loossiatn^s? exilíenle no ha sido .espado sor ellos pino que, per el con-
coarlo- espcuoidi a -as nscesidalos óe roo o solee eosial que olios cues-
00010^ El enOcootacesiesto cotidiano cercosa pEpconos y Estado los
condiiee pises a creas Corepsp esnecífioamenee olieras eln luaha y ne­
gociación; huelgas locales Ouelgoo nía risilóarihad o hdeigas genéra­
los; pasos con preolc aviso legal; nosobsoeo iiptro Se óslegador no per-
osoiensos u l ao oegsotOacio ieest eicaCÍoconionto rSs amoléos comités de
huelga pepeial o asambleas s^en^^aaler^; apropiio ión rOe la oraducción;
Ooítsr y osboeaio, oes. Esto sipOSosIlsov Os oooíóc Oioaers, Os sosooola
sordicoiCiditiaiíSsei conitr uri csei sistema sica Sobo ote líaocenac’.ón ba-
sacio en el aietcSeio diseaio de sdoñir oErero- Er, so s í mismo, una
rep^rpolOc de poolaso oioocio qs e onnllein embOotranatóente o n prieyon-
to de organización social específico.
Coro e1 íUxdiiiataiSO do mUasrceOíeaiso re olora pnr dopOasamiento;
loo ei^^S^^jae^'r^t^;) eSoniloriss- au popcSo lersoso y 1-0 acopen a 0^ .bonos Pe
lucha y de pogoeicaíóo etioblcaSdos poE el OOssado a s^as^^o do un rígido
sistooa reglamentario. Esns imperado donoso de Os Cneitehxc0cnai1dod teos-
luxe is los íi^s^Iss^íc^c^^ss r ooc^rsie^toer cotiOioccinientso en las eolaciones
latorales miseras, l-l coolei deE Eolodii y Oo ttossooo enerialcs do coer-orta-
míonto eriebPoíOdas. El sOstbcolOonio de intsocrndiarios, sxosneióh de una
víctorc del Escobo, es al íoOsoreo tiempo expresión vir-a de Oro decios de la
rutvooomta obrara.
Ec esto m^vo rorre no, loe iroSals deseo oatan s ser suíeco pasivo
so las nodouliadConeol sis acción o limite común menee a apoyar a los
sopresentapoes pernsonontes voso leus uso siahs st y que constituyen el
oujeso pslnptpil de las ncgocCscScnaSe Esto recdenoln conduce, en
alounoi oosoii a la disociación total Oo las funcínnsr sévl sosero y ob-
iotv: dl obrSbo le poolOílllsl lo oogoeiso llopersmocro ove la empor­
ra, los ortOaSedooee puedan ^eOocSda^^ a isr el simple odioso Le nego-
sloclón OhlJ0-o ser ts-ios de com prpf re lino coi sin o.t-Ec jo)' Pn esta especie
lo repeoroncaolón de osario de lo absusdo, los obrerosisopectadores
observen son Sos brazoe aroisodais la aero ación del sipasadoiprotago-
cioes p^Cncipaa q ue Setenía un seo oasteru de soeso negro ei destino de
ls xoilectíiedeed.

146
La ínstitucionalización del abogado como intermediario obedece
al fenómeno de «filtración» de las luchas sociales. Un conflicto de
carácter clasista, pasado por el «filtro* del aparato juríchco-legislati-
vo, se convierte en un simple caso de ley cuya solución está determi­
nada por alguno de los puntos que constituyen el código del trabajo y
por la destreza c influencia política del abogado experta en códigos.
En este terreno, el obrero es indefenso; sus eventuales conocimientos
de las leyes quedarían de todas formas invalidados por la reglamenta­
ción oficial que condiciona el ejercicio de la abogacía a la obtención
de una licencia que es a su vez reglamentada por el aparato educati­
vo del Estado. En un tribunal laboral, el conflicto de clases se trans­
forma, en su expresión jurídica, en un conflicto de abogados y en un
despliegue de retórica codificada.
Esta filtración tiene naturalmente por objetivo garantizar el or­
den y atenuar las tensiones sociales dentro del sistema de organiza­
ción social capitalista.
Por otra parte, la adhesión del sindicalismo de intermediarios a
este sistema de organización no se opera únicamente por su repro­
ducción de las normas de comportamiento social fijadas por el apara­
to jurídico-legislativo.
La atribución a los sindicatos de tareas exclusivamente reivindicativas
y la tajante división establecida entre luchas «económicas* y luchas «po­
líticas» reproduce, asimismo, las formas de expresión políticas estableci­
das por el sistema: para negociar reivindicaciones, los obrerus delegan su
poder a un profesional de las leyes; para cuestionar el sistema, a los profe­
sionales de la política. En muchos casos el abogado-político servirá de
puente entre «economía» y «política»: la satisfacción de un pliego de
reivindicaciones puede estar determinada, erí efecto, por la adhesión
sindical a uno u otro candidato político.
Las relaciones sociales en el seno mismo del sindicalismo de interme­
diarios reproducen las tradicionales instituciones de poder; la sustitución
de comisiones de delegados obreros por un profesional «doctor* en leyes
se inscribe en la lógica de poder del -saber» oficial y del reino de los
especialistas; sobre la base de este «saher» se mantiene la división entre
dirigentes y dirigidos, decisores y ejecutantes, etcétera.
La inserción del sindicalismo de intermediarios en las formas es­
tatales de poder anuncia la ínstitucionalización de la intervención
del Estado sobre las organizaciones sindicales.

147
Crio Cnsí<^c(1oao^zlizea1 do en» isUs decu pies cLolpi«o■nenlor a La pre­
sión de 1 EosoOci sobre l as cretesitiodoiodos Ve ttsCajadore—i SC>- -0 mismo
olrrnpo), xypreoCóo de un pro-On—o cambio un el c—m~oroamiento de
octa-e noleesíeidades.
Lo InstaeootaKln del résmen 00-1 reí Oe OI ayo Hersera en 19000 ilustra
si mismo liémose este asmósdo - la incapacidad «Os Oo coicsorví-iPccss para
llpecii a canCo casi iní.rsssceuinc—ctóOióíy Esos isyapecOslSd ors|C—o1e maní'
UoiOcmenSE a la olosíueCcidad del sistemo (deoirU0ao ^ons^^'d'Ui cuyos
ancerus crSii umiooniieaies m operó rán osié oseame-ote, diesanra 0- suce-
cinus rmCle-scso hOo'neíoo Oo Oli’c Herréis ((9X)3 99d4) i de LóO~ez PuarostOo
(1934^^ 1938, , a la ínitllcilctol^aVC:íóo10~ Se -a ao—^viuío^ sindical.
Lee csniaíidadpa Oe ecsa 1ossuitodConcCieeoi6n cosn0aooan te dolí—irse a
O-ctir do la Ley 83 Oo 23 Pe Ionio do 39g1. Esta ley PdoOíaldOts oí oreralcín
Oo O a(iíaai—sd cOsPical si aso tamaleólo de tiras coo^t^mtiiea^cOóc que de-
OeoosSna lo finad—sd osi-Uai dio los sOndisaC0lo sus Oacclcadeb 001-0108, y
ico oiocOocess eiireppObSeo sis ser aipiícadao -o o cxlc sCotiOl coto pirp .se aparre
Pe icio nocas s esisbleoSiaS-
Soean Sus séseocnou da la oaseva Lo-: loe sindicatos debas ser un
U-arere 0 e dcsorrulPo de le i-s-1—seria y doi progsees n.aclocad además
Os favcnscee r lo -iiseóciiSc -o amplias c op as Oo lo ióOsiacsOc dentro del
merced o incaono, luto sindiccíbo deban oelae pon Sa reproducción y
08^030^ Ce la osuno de obsec ngceapilc pana el buun O-ocís-iamicn-
tu Pe lar OsCuiOolas. SOeu tro ule las Ct^^isPiidua p nO-esdrs^o- de 1$- sindi­
catos eusríienadap pía- la ley 83. su auenuan las de oc—ec, tuCrccílustrar y
eoOomtiaonrrr Sísst^iaosapu^rs- anteCLOororiensco c abroe suniréen iCe utilidad
aocún, talos samo asiru oSs ccoronncs molos—- Scabitacionuo ofici­
nas de coiosaióóoo -aCooaissrictt, cacupoo Oo exceiS-centic-óo o deporte;
cursos y publicaccooos de o^s^^<(i^^^íai aii^nsOicí^, icnfoola o Lcrd-suric-; so-
ulódaoCrs cooperativas, casas dc nrOuOi leikr^ic^io^co^js y ss1ioe1as»,,6.
La Ley 83 -oanaogra Os nicLisOón enn ípolísina» y «economía»: en
sanco rose o—eoniemor LocuSadooeo deC oe-crcaSo de mano do obra, los
smdCcaoos roo c-edoc cuesi.oocr por rS iriCsioioo la ocernnalidad del

’ 36, A. GAigz T0snoe•á, cOoo 'nlL1Vdoe1^So do ico stnPicadd ce d pOSOca -o tiu Reos w
de lc Unntrsnlpd d Asírteos—' |s:siio-tnlio So (9d5' op. 5(9-5SS.

148
olsCboai Tobo sesión i^s^^íi^n lo Peloc leacpsse osos Ocre os^no^^s regulares,
asco- «- oors CccsoooníiOSo de Osp profesCebeolib de h politiza, DScaOasdo de
asta iOiosi la eppriirlóti suolleica» ds lri piOctlox cnscicS cosidions en la
sopjí^^^- ds to^y 81 ehu-a d oreuoncSol eveoveiv-an ds -so clndioatos.
ddppz PuosnoeOsí iresi exoíidsibs al sec0-1ll1o-,| orei poroovoo oficioso de
0h gobierno setOale que eí Escapo 0DXvosreonará io ico slndloatos a fin
Oe «oso sOctitiiii^íi^^ que se sal-ois tla ta SOcOlia do la defenso ispítima de
sus íoisrioo.Só xoonOmooos espoi’i.ales pooo conoorlirse en asociaciones
políticas» m.
Por- ierra daere, Il ley 83 ní^siisdpj^ a ios olndlpanoc participar, en
ionio qoe insricucióec esi ’a vida cxslíoica ofiSÓsO Su sr11culo 23 dice:
«A. los cCodicaror loo 0^0 ptollXíea cuaíqoioo inieosnais directa o
íodirecsa on -p polloico ic^ilio^n^ons deí eaís. Oes vontravonesóca a lo dis-
puosio oe oseo sotíoulo éonOrr ovos aauoíóu ls O1.oslue1dci ícmolíaea
Sol $e1d1oatO| previo conospto Mei Minlirerio Públlso. y terO decréta­
la por la Oficina Ganen- de l Tri^S)am^^18.
Do becdo, «re popolitioionio* $inUical sai paite do íes osiiStin libe-
roli los sindisato« sap□lCiacorb definidor pot la Ley 80 voCiaiclan en
0^ propios renc0ones, obieoavns p estroctuóas internas ia polSsina libe-
rol; C adPesiCn al euqoe^cs polltieo qoe socsagsa ia div^ión entre lo
actividad osonOsxstcn a lo aceí’Odad pelitica es en sí mil neo una toma
lo isaitsren soÍCica.
Co aras -be narantirias la ekibertad de icabaio» consagrada en la
Constitución, la Ley 83 reconoce a los patronos el derecho de reclu-
ear saeiquísoles s roioOlbc a lvx eíxdOcaiios 0 ciLpibíeO Os medidas desti­
ladas o Pefendes la Oioarlga. Loo sCnSacarns que violen OpÍcs disposi­
ciones posOeo res ureoloaPoi o en 00100 de poces tesela en ía Osgalidad,
lioueéios soso ol gobierno.
El régimen Sibaral croó cdsmCs sica seccSOn de súiosr oigilancia
íiudlca,, uuosis oSií^(^0o^(_rí osan rurorusac el cumplimiento dc las leyes,
obtener un cocuoíeoésnto evacio Oe iav aoiloiOsder daeoorolladas por
loo sindicareis y corniolas lo irdorrecoce ^^ceiiSO^n Os roo fondos. De
hecho ios clndisotos, dosde el CeriOtoui mismo en qae solicitan la
«psooonerta rusíoScail p^^icscis de licencio Oo funcíonsnslenrn), están

137. RamOn Rosolee, «Ul gobierno p ¡io siieOicstioss» i'is Rm, febrero da 1113,p. 57­
138. A. GGroiTámero, ibíd

141
sumeildps a ua eotroshu c-supre-O pono paria Ou Cus 1(0^11^1001 sluS Trabajo.
El robieroco Ce ÓOenor tlegáTl - Poi;ponur lo arecnoio de un oo-resen-
tenso oSiiOnl tiic lar Teucocioes 810'10-03100. UPte-io coses coisólíde- coinci-
Omi ata la inteócldre y cn 1- ír<^spoo. oon aquíles ímplamcatadas a
Ocotir de lo Uéc-Us tul 30 por oí UicocSor Geoeilo V—rgur en el Brasil.
La iooOsicción CeOoruO dorarroOlaOc dúo aote 600 (6 unos de regíme­
nes liberales, iniciados en 1930, mantiene el espíritu de la Ley 83 de
o931 (comiso- drice so OeS Oseado eod sos ta ssiorvpded siod icol" y tagala
1 extiendo mucOas da las raivc—dOsacoooos crSerlcps -epraisbas u obte­
nidas sotaS o camotero nte durant e los cusOCis—s de la déeeda ante­
rior. Así puos rOemplo, on 1934 se sustituye la «osiala dc 8 hora- o nivel
mvcional; Os ley 6 d1 ¡945» pncpCesCa -Pcl dccnt2-ley 0350 de 1944
expedido pon la oooaside ah1strscsl1aerojn Oe IaUocz Pum7dejo (1942-
^^45^: eeoebiece avivas noT-oroc sobre easéSe nutra da (inCaíco y enfer-
mroladss oip -ercOt^sasiosltdi lio, costa usos cUc lutoa-sisc-es ^000^10'
salario mínimo, cesantías, pago de días feriados, limitación del traba­
jo croe romo, melosactaoto salarial de 50% osOre las a-seolis extrae, ín-
Oemnroyeidn <100 -espido, eíc< Oola misma ley ineslauye uno serie de
meriSdau destilada- o Pacpo -tnasiOCoi Ca as—vided c—ndisai Seso— ncional.
El artículo 40p por eleseplOi cssablace las macOaliOaddr del «fuero»
sindical O—aranría abuoiuoa de empleo paro los dirigente- oindicales
Purairse eP eneoSodo da -pernicios de loo cácteos sCieOiiaioo p coi -os tres
cenes sigutentesl. too- activó-ico de «baee* so e eco ocooon - uestos de
Olc^o^s^CóC^ no om, -uso supuesto- piebeemos peor esia ^ó^tección.
El artículo 45 da la de6 O in$tisccíasoaC1za líe scohO—lalSn a los
cí^oiUietsos sOro cornac en pus psocieo ruados ía detenta de ana huelga
diente a Oros rop~huhuclgas. Según los cScmOnos ole este astículo, la
aolectlvidaO eo ho-loa pos sol <1 solicitar Cor cpóosscaíón oficial» contra
loo roopaohuolyas sí se c^^o^^ una seole Oe requisitos difícilmente
claan-able S1 1) Qus Ou he eiy a no se e fea toe eo una industria de
osccvCcIo pnlbC<cosl )) Que aro rsb<eto oe; ta gal< 3< Que se hayan
rosp:otis0o -op opeaecdlmientes ola ^—^^^Oiiaci^^ esoadtacQdcs; 4) Que
ol paco ova pactOicu 5U Que la ds^cisreSc^oao de Vuelge haya sido
hecha por la mayoría de trabajadores de la empresa o por la mayo­
ría ole oír oOcdkaio iej opcou pcr(-neoct más da lp c-sitarl Oo los traba-
|sOucps Pe la ococoss.
Sin seoSoroso, cl hechor más liroci toco sieso doira-to esto o^indi.*, ll­
eudo al peor-so ote 1ns9tucioizsCi2acSó'ii de ia aición obrera» ce - cnor-

(5e
oo proirroexción de sindisatSr- Se dere1e una Os bpor do personerías
iuríliossi ^0^00 scélgrna aínlicasoo so prbotupaio per ar noericxión,
on caneos ense ai- cesen oiros lrseio_ss vor 11X1113’0a de -ser crabai añoares o
Sol olooo MlcOcorio riel Trabajv,11|
A C llegad) O e Olayr Hooscsa O goOle mo, existían €^110 de 100
orgonizaciones sloriiaielo-s oosp roioooncsra 1trt1dioa| el promedio aisual de
sindicatos que la obtienen entre 1920 y 1929 es de 6 aproximadamente.
Ec ooke tree orOo (de opel o rn>en2 e1011210 aooCi(ceo bleeia. con1oades0 ta
pnooscsoío jroí1íoo a 114 oloOloosor, y so ls OacoOs eooprocdiOo sorra
1130 y 1131 oi promedio anual de ooxencssnes ili S peaoonrle'a ^msC^isa oe
0.0’01^ a 56. leso ¿<0000’010(0^$, que oesonrcrUso íao Sondar EoC Os iodo a
psrtio do 1146 evo Osplua .100:, rceopérarro oorxn Pe 1,500 ololixsiéio
ovo p^iir:s^^irr^:^ia lu^íta:a.
aoca cxpOoslOn rinOSu al es canaliaO a a toavts de la cce ación, en
1135, de uca pseñoaesa onniaoi iiiloa: Oo Olontedoreo iVis di irabajado-
ora Hr CoOombia (VCTCl' lisie aóa inicíelmoStr CO O. o! coe^ier miv
jopoo .agvsoo 0 e 19°5| er preConOcsl de Oor .CioliOi^ ktanaAs a nomu-
oloi^^s otrse los oi'icarrizaaCoí’ies medicales au^i^duco si ’a óniliOn y a la
osnssilocl0 n ds oí os ocgooionmi psra-eAs. Al aOui •sie^níesite, ^1 adop-
oióc peor caite de -os comon-stas Ce Oe compone de efCoorc fwpular»
lonzada sor lv Toecere iniersec-osaal los tose duon a rica política de
olisnis con la tbr)rgue5 0 naoionpro| espoesen toda, pogúr rl PCC, por
el oobleooo tibor al du ro mo |Oópuo O^^^a^^éo). Ovio sueva política
pormieirr ls rbucieixsxióc lo litorslbo y xnmreíotaa oo ol argruas
congseio 0 e í a S'CdO cetetioOn so PliíCdl ín el i Se aiosn de 1936, y
lo aepu-ióCn de 10 seno de loo psisos tindicatoss ixiie rtoleneaban la
autonomí a bren te a Sos pacoSdoe ptilí1¡aosl En ssse sonesro^^ la CSC
seplicésar á la oe0eetacióh que habr O de manieses o O o l aogo de toda la
Oleade y Oas)1 1d4Sl apoco OoconPic leño) a íes o clínica de. «doctor
López Puoíroslo».
da CTC ecLtorrk en adelanoe nomo agante Sni poocoeso liberal y
opéndicn ruxí1rer ib eE tSs1sdSl So vínovillóecaón se lirr isa rá ai anoyo al

131. Urruóe er ci-iosx de itts Sesudo OoniíSoajóiOi si ini-ipiciss oOO Trelouv rC OisOblí
rruCiO-io 1933 o sin íjíupi oís iiaC^iedcoví os So lortsa Os- 0’01 CoFbio c lie jopinoLlse id Si
oescoSilS líe e 1x01 ir o siseóitlii al nsopor^^ 1-3 Lee 83 3ei 1113 1_id^ue’- O -^|st^r Irr rsianeiné
y elpgi 1 et -Orrnitvs isl ii i-idsiiiii, 0,0 a rrO^jeiOo^sr aOsatodoeóii el liMioiSirr y ininiiSccrti 0.
íóSp^i^cs^ ipso su *«OoSsótarp-íSi y -oieaOix 11101x11111’. M . Moerés. ofi. cu, , 1e3.

151
OaeSicrno olí LOpp^r y ote sus trolcros-ss yno desarroller el .íctuteos ieirlr-tiuial
1 modernizar la esuructtoi-a capitalina oo os- oodi-1áedr Gozará del
concppoiSo sindical Sísela el rogreo de loo co—rcovadoreo al gobierno:
en 1946, bujo So presidencié Fo eS^^ísio ,01:^^^, teO punido cooservador
1 is je—aonuía eo-esiásiOcn cuceásirán a zu veo la roc^i^aorrUO— de una
nuevo oenoral, Ui Unión de b-obajaOcoron ole Sio(dT^Ol.s (OSTC). Los
comunistas, por su parte, crearán su central (CSTC) en 1964-
El noedociinio de este rosafico1 i-sos de «(Ce pauteeota96Í rolcre lc diver-
oco ycUeciSii-dadsi de lonCta-adoreo rm os desdo luego sUntoloico, como -am-
poco os -Cooluto la lloulPoslóh Col cinOlsiil-mo iscoínciosse-oo. Ls Cuss-
OooicCa de arte StiOmo, vinld Os iSesliu I os eHUoos.ñ s ños O e le déosda 20,1 20,
os extsessdo ion r -áticos vOco. O n 19, 0, cxirteo ici— cío nuy-utosscs sin-ica-
too quor 000—^0n seclc comproiulsoo OurClCco con sol Potado y yue r<) figu-
reo en Cao noocdísrisas oficialeiS Ou ñúteteos pc-Oo-a a^rcndd a (SO, lo que
repsesonrar ía e4 49%901 dol tesial de 138 ninCícatos efectivos con
OeniUheríi joiíCicu reglíOliSe- por i— Oficiosa Goncr-si do T-sS—joi hi<
nía (93^I40
Le Ourocoaci a dirigente de la CTOO , por —oro CadUi no loo-a sicnt-
Ore se-otroti—r el Cencon rento Centco Pe ont ornoiss filar. Ls custriO1c<
alóos exisren te tro tre Sa ideo, orín oí-cial Ce loo Utdncoai o» lc-o intereses
ismedlasos de ciscsco oolvc-CclUades obrooas einstisoea uu punto de
cupsuca que las divaretis cenruan^^^ políticos síi-osn uniólas y —citanistas
en pastiouiaa proco ran cancIOner a Os -arsys de tordo ente jncioclo. Los
dirigentes Ce Oo CT— muítinlicseo las ISaneados al cacrlhcio en aras del
Poracoolio naolonal y condenan ios Ocuelgeo eunCcqulncsn qsia brotan
anuí i: allí on mocaentoo or que el cOesecoileo a loo bajos oaica-os gol­
oso o a sari toOar lio usteooríat do ur—lu-i-ear.
Lc tenCenc ip pasCoc—Cnaorcue oelleja socc obst auoe íó adhesión -a
—mudo Ccuooedccion al- al propenso liOvasaO- —oo tosbaj adoros en con­
fitero: acoptan coo mayor o meooe encnia-nuo Oo «orinas de -62008-
uíóos establecidoP pos d M-n-steoOs del Traba-o u senu—cLan a utilizar
cstodos 9<ie desirysden O morco irsiCtucionaO. Luir huclgao da solida­
ridad son, por ejemplo, proscritas. Durante O «Revolución en Mar-
ehao de LPo-oe 90 merejo p-$5-34" D9380 osl ombtemo óoeoende obligar a

140. Anide Oseóla. c.C^—.,^Al nOrso -0 sossioCoeiceeOrkil icOasOoruos. —a Sesolw


de Ji 1^1004 Cu Anjii, ereneic-oasiombri ós O373, , p. TíHt.
ios siodicatss a noto apopio- -o ns-idsoiOed descougónce soLoerOn llegue
la ocasóln Ce qou un sindicato tensa qoa defen—eo íspiaínsente, sus
intere^s ci1oeuu0asZocduccLd. Loo amelgas de solidaridad rleitdess a dcs-
cocrecser a partís de 1930. Son suesitulCao Osoeocnceeoeioiy1 en casos
Oo nelt<rclacidn difíciles pao los llonced-os a loe insereancrnCu -ersonal
del presidente de la RapSCalica, quien condiciona so inieroHuia como
árbitro al Svi'aciaoiienec dal orrec ^St^c^^d^iceios del dicitSco, trabaja­
dores enniPi^Oso^leo dr Medeilírc ercétera).
Dol aseoor (usíCScn ol poacCdevietiebrsiOi el clicOisaiioioo -c inter­
cedíanse cn exiSeoCe por emCo eP psíc| por oo—a Arpésicai y (iota topo el
cundo, soescondo profundamente los ciroio-lcote-1 soctiios 1- la se­
gando soi-od riel nulo KX.

14’. FRiooón Repulso- op. <cp., o. 59.

153
II. Bnssll

1. De la colonia La Cecilia al prime-r congreso obrero brasileño

Lusgv- ele le ^00^1^X10100 de los esvOaveo en 1800, Icp oospvosn ríos y el


Errado Oiaeireño Ouscah si^^sitsle esta ma no ele olera 0o rata con la
ImpsrricciCn de ttaOiOaOsises esos psos volesOva menso saí, iuados, juz-
Oídos crO s psodiicoviisolionoo, pootuoebass, oissuStsO'i, alemanes,
ausríiooa^Sl polos os e iniiiuóSmrs de olios oiacssiiOníadcs. afluyen en
oasa a eeee i^^^^so pa ís, otiaSdes, como en Argentinel Upo gvay o los
Estados Unidos, jor Ip esi>ea11ando 10101^1 pise sos Cie inelvoas rondo
clones de vida en esoa nieva Tierra Prometida.
La mayos coreos to mlgiais,rio, cosco aro Augemrio^ai sa-oviene de
Italia- Enroe 1841 1 ISD3 llopan al pOs más de en 10-10 n de Csslianos;
asta crOSe moer a ei tolil da leo deicic a^^a.ioeii01a^(^^ durante el mis­
en perio0Ol El éxodo de caTornesíneSi atósoasoio obrero y deacupa-
dos de tsalie. de í ap 0’1^110ios niccOdlonolep en te-«tolos crece has-
to 1102, , PoeSsa ee p ue el gobierno isa lleno impone ciertas medidas
rsotriccreas a So emigración.
Al igual qse o n otros poOsne dsl ooosslncote, esoa omipooción se
sotablese rondceoensa1ucs no vn los gra ndos 00^.00106^00 urbanos
y conc1irnse el grueso da O mano de obra índiestr-al . Asi, 1iac1a 1909
si 101% de ta fuesa de oaibaiu ro^isrtslal de Sao Pai ilo es extranjera.
Loo Oaios salaióos. el pooOletie da ’a vlolinda. la Pelea de asisten­
cia médica y de elementales garantías laborales, las jomadas de 12 y
16 corat sOn soCoalo, e1 deiciair.siseo do eespao^cos y pateoioi y 2a brutal
represión sonora soda ^1111’^(1^0 Oo roe,amo íorausboyso u resquebrajar
orpióacienoe el mito iPii lv Trena Promcrida. Los sj^s^1^^í^aSs^^r1 oxraanje-
roo, uoii^o^c^íoo- a Sos 01^^110(^1^05 OxscaíeSo buscan Cnnviiosmsnoe (Socarse

154
Os h'lsoioaiten tío oo—arúi—cióos y lecha ■ Lors óeodogaoidinies atiiirquuss
1 ssa^^^l-^^^^, soneéios de olios ICegodoe une —ueari de 00—11—lo o 10- persc-
arclonss oo- ssos cospeetivos países, nnsouen1ryn r-pidomanre una con-
oídorable uodinnuia. Desde finales dol «OiXe oso ne multiplican -as pu-
blissrions.t sílirosist 1 cu Oierso1zso ios pnmocsc Soaispcppc FFbscoct
So Jietli.iarigL3.
Los antecedentes inmediatos de este nuevo activismo se re­
coman a scódicdoo de1 sigto lio» o< so anvioenscao santo rn los clu­
bes y gooatguíones coorcllcosc isuoíradus Oo PsuoOOoo 1 (dosier,
eooso en loo diversos viovlntcontoti socíaPos orponiSnaos adelanta­
dos peor s-mpesinsii y esclavos 11^-Licrsec'siGioss iCoi -sis «quilomUaroc»,
ramudos»» e)c.).
Le uoOLuniCed eto «Lo Cecilias 9ondacuyó, a finales del oiolo, un
1cys100oos1c núcleo Ce lCie1spO^ piol proyecto 0-0011(00 01. Esisidada en
’89^ oso uo rareipco de aroaaotiiolsoi Calíanos reunido yoo CCiovonnl Occssi,
la colonia Cecilia albergó al cabo de sus cinco años de existencia una
OdOheíós total do é00 poo 000010, poovenío cates n~ loo tescoocuo —Os 0^
vorsoo Ce 1 a sordcO asi icaliaca: campesinos, obréis-, artesanos, em-
ylsoSoc e in-o10uterec; siguooc Oe píleo soso sasilubetos; orneo, un
ugcbiOi Cabla— odeitanoado utondlso» sepeiiooos- A -coauo Os use pocos
de elSoo tanOon -na experiencia da toabaíu agrio ola, oí codo de poco
rlompoo ion-atun aooanasr al roorano inhórplao Ou lc mudiaioolidad de
Palmeóla i—^c^^^riOl cm primeros frutos, scooter algunos industrias (za-
pstcríc a coofasciosur) a sdoeioir oigún esocCo. Pira 10011110, no Uoo
socesai— a 1 a inae1urecOón da nósgíin sistema csorctrioo: sé n -fes, re­
glamentos ni leyes, ios colonos La Lo Cucilla orgun1osoon su f—quena
tuceoitoi
SeoSoi Oo 1 O'coreis 00 goaeniondo reo Lo Lo 1111'1Oitt, eos comunidad
oo buread a uonsLituloce un ac loeie de Cr^aníceVOn reonluclonaria que
eobrie-i oo— c So raóión. DeoOa un prim ia-o, ice Ceed ia Ouo cancebida
aomo on expecisoenoo de o1aanio1uCCío sorOeO Oe royo— tasultados
Giovann 1 Oisisl eróSll ttiisoossiopes n—-C c^s. 0-ro orcuieaoso-óri cecial no
estuvo, datuaalooentóí exenta Ce «nossidneo e ur^p^llDi^^^ Dicer-as difi-
eoloadas, Ce ordeo mctenal, oaxial o- aSectloo, en parc0oeiav -otiva'
ido rs 1 edandono de muchos do seo snlosibees- SUIc 01,511 nse. -1 desa-
110)10: sOi la iuoa-c-r1 0 .«lc U SitgiieodSod ds ir-orones ocurro sos ii-Sembros
0—ccoo Ocelo a SScieri 0,0111 o pesos he —ic O róCoi cricí oO lo -01^™-

155
daO roo esa ríe «idilio soclionen toí -s es |p>tible conridere^le oun poco
suponoi i ls vidi coora - Pr 1 mundo ^(^¿31..
La sessí1loocp1 de 1c eSeoSLña C1rsm0i00 planueas sPostor problemas
raramente aOrprsladps por ios anarqul soso y scdaCiso as. Con casi un
sínio Pe antecíoeid ad a loo assoOs sosv oooiooiaotcs de mu|cres del si­
glo XX, Ranoi se plomeaba en los rlouionSss téncdo os la cspeollicldad
de la lucha feminista contra la opresión patriarcal:

So afiroa ouo lo oovobución sosia l iM^s^ncpe^^ otsmómlonmcoq- a d- mu-


irr. Es vportrlov arbgr1lrsrss: le or1bi boioeómltsmocto roiiexipris, ¿polrr,
por ls fuorza Ha eses, amsoxípeoro Or loo aroxeoxbp'>ivo mariles, ór ls tireoís
sOaorlvi Sel hcoibíe? [...]. Le s^t^do ae iooeuoe cno-c cuchoos ari(auíirso aro roe
ouaoiisii osos*ico oís ferviente-) iOefeoooosio le ls liObireH - pero uo -1o n neaie-
si s Ha soso -so coooo o lahlloa1ori101 ora perecieS- loséis r i pena si 0 r isanoener
s rus muioria ribjaHrr Sol mavinúroiv socsol [...]. Es oarml eLirses '^,1 puestd)
erb el ibes xdrronpspsdis a uos iilsso)sedal Sülcsosc-colasSros lucló-i ileeopoe
por rus inroionro y cuota pire rmedolpia s uos tinao eus le o.0érr'qab osorilH^,
así los hombres que hoy se satisfacen de la propiedad exclusiva de sus mujeres,
cucas poopo|oneh|n lii aaossrensrnm uno emand^cíón xconóesloa uso la pon­
dría re palíeos [..i]. O [loo íSaeo Ha leo> Sombrescambian] - a Oo rnup?^yo
co anOoáu sor snimaSo goexicoss y tboioons- Potorro pre!piHeiroo r entablo s p ir
rilas oisoao la úliios Ostalia pasa inoejoana eosC S humanidad en una libre
rsvciíJ<XOre.

C^^^^^^íi<Ssjs yesn -p pxíicís, uigr nsis Se ios Oi- misos oeOs -ndrur de La
Cocllia se Cseinaiososo un Jos mandes conglomerados ueba pes leí país y
parríoipsonu aotsvsoruéo ro la ercHax1dc Pr lar príoosas ssoeioeiv-
nes obreras, constituyendo un Grupo de Estudios Sociales.
Por esta ¿posen yo existíen ñauóos nariónOsanl edrtadoi sos enaahuesaas
icaliacco y orpañonles - LAvvenire, Il Rsvegio La Canagiía, LAsino Umano,
LOperario y el Grito del Pueblo, oo el Essado 0 s Spo uauih; Il Diretto sn
Río de JopeOro. así como O Desertar y O Protesto sn idioma jsoriu-
guíSi ConOrcmioOos a agio dos pecbiistes eoicnOmissnr (pía represión
políxisl, ls viós Ha Il osnsrís Pe oaeso phOlítsxínubs ora eOíoors.
Ec ose ensene, s, -iss oi^iiOi^^b^osps ro organO alan on linas olreras y
asaciacOonss de oesísceccio uOr ínsploaoiCo Oundaobniatmente mutua-
llsta y cooperivivisis. ArO, en sé 10 (odR 0 e fCc Grs nde do Sul existía
lo Unión Obrc-Si osganisasSien de una esn uei a o de unrt crb)perativa*
2

13^00’101 Rds-l sxsoiio es SOes lioelrfaHr'n uociiSsxo e ToHismo oe UoasSÍ, p. 4L


2. Ibkl. p. 47

156
Os: auailio y oocooth mutuo. íCto este seísmo centido sa orientan los
acricodos sccsadco por ei -e-meo ooc^sid- oSceio de Rto Grande do
Suli a comienzos 101 98.08. 10o VCstonoe, eo ente mismo soopreso los
Grupo-i LíOcroaricn erntolguan Ocacor apealar la rtic—jca del Poínos como
cedió de Lusti
A, otr-ar de 1— ceprr-1aOo. sistemática jos pasto Eel -0,^0, -I des­
puntar el siglo xx se multiplican las sociedades de resistencia y las
OoWlasaíunes -nacoaisSarr y srcsíslloscs marxistes de la SegonOs Imsen-
nscConali don oCruros de la constóucción oivil dc Santos fundan en
(7(0 la ScceSoded Pcimuro dr Mayo: al año simúlente o- craa la lo i
Artistas Sasircs» 111 0202 re melisa Oe primero mamOaaspas(an pública
del Io cío dlayOi y e Cíñales de este mas sa reúne oro t^^í^ac^^oo de los
roeialstiar <sn Veo Paulo.
Eo 19(40 se oprueban en Sao PauSo loo usosturoo cUe óc Cinión de
Tncbaladores Gráfico—: n -uyc ficodación contribuye estivamente el
obrero loóO-v'alo Edoa" hcoiensocís Hese PUlmer, n|cie abandona el so-
elsilomo y -os ohitLere aP urcaoocio caiee-quisca en ese mC>iuo año, parti-
e1ual (íosdo coso loo ^^^^«^L-Ostei Oennn Varoo OGregorio tSszianzeno
Merelaa de QueCroo Vaeoccnsoloii) r ChanreS eCo^s^^s^otUi eo da Sundación
CoO len1i(Ce1Soó Térra üw a fililíes -0 c 9005.
Nennss Vatse, sootiOeosOo como neo Ou los pilcr'ípiisr p1syio,o-
Ooren -Os 1 onaLquissrso en Braail, íórodó taml ión la revista Aurora. 1 el
O~ríó0íao Amigo dc Poto (63 números- de ola ril de ^902 a noolombre
do 1904)) . Nanno Vaneo mueso 00 eu Vetea natal, 0octoTa(l en 1920,
adoptado no r 1 a tuCescuiosis.
Desde 1901 aparece, también ea Seo Parlo- al periódico
inticlyisical A Lantenm. Lo Oum—adós dc osoc eóeriddlco no debe a
Beotacr1n Moato AssuncsOo oioio de Ose más aorivoo soopagandistas
anarquistas Ce CHeo1lancos de séglc. Eota publicaoió0| puc oe mantuvo
hasta 1<165| Uro e dirlpido desde 19OU por SmrcenroLh.
Orestc jeSscüri; asremqLLiila ítoliano excarcelado y deportado varias
voceo de Aroenteia, U-ruguani 1 1&—nuil, anses de -coi atosOnsPo «oír Uso cuUs
en 1944, funda en 1904 el semanario La /lotcoglia en Sao Paulo.
En OO de Jane(od1 -os cboeros c^^arquicTas Menus0 Moscoeo y Oa--
lut Olas editan en (7U4 rs I periódico O LibcrTario. Anteriormente, Elisio
Oo CorvaS ho, Erascio Vleira, Mosca y Luan dios y Pe Coa—San lomado en
la misma ala—sd la revista Kutur ele coro a vida.

157
Lusgo de te priméis hirel ga geee rjCl rrcussiOa si Si nales de 1905 en
ol puerco Se Saotsn e Sueleada por Oa mr^^iUnap^^c poISclaii tas orga-
clascionos de St<ibaicr0orar pcoqcnts n la reaksación Pe oro ooimcr con-
nobsos stooroo Oe iSaieri].
Erro congboco eiene logas en Rio de Joneleo, del 10 ol 2o de abril
Os 1906. Participan alradeóor de 00 osoaosizacOones vs nidas de tos
Estados de Río de Janeiro, Sao Paulo, Pemambuco y Ceará: trabaja-
aores gráfidos, osoidedores. paseñniaros, cemSsyrrs,toir pintoces, ferro-
^31100,1 marmoleóos, maquiniseao aessessres, 1^^0100^011 canal, trapi­
ches de café, carbCn minora), «0- A pesas Se .pibe ios delegados
sotísiiorsa Orientan iiearir uos ns^d) eiiiidSo a saii-i Sel Congreso, pre­
valecen netosornio las ideas ds icr anarquistas.
Sn sprutOa| on primea término, fa Sundnalón Ce Oro ConfyOeración
Obeera Bearlleña (COB), suye esr^rcoura organlyaCva y eooeSalidades
Oí! acción se insetraban en oron partC di la CGT francesa
acarcosiodicaitssa. La COB, quo íniciC soalmenre vus acsividades a
pootio Os 1108, sOitó si psoióHixo A Voz. do Trabalhador. Enore Ons prin­
cipales coltCaipedorar de eóre Oogano Ce Oro SSoenfóCorecisin figuraban
Mamie 1 Mojosoo, Motsa ArosncCO, Carina nO'as y JcsO Romero.
El Cdc)grrco adoe ta ai sisto rea fedvsayivo y reivindica -a auto­
nomía obeera frente o Sps pacEdon jxOSricos:

[i.i| 2. La COC asir Oooosih porr - a) FedorsxíOoies Osteales os rstasaleo de indire


rsíSi a lr .Oíoío; Oi iqleracieocs lcxiibdiosb.otnüiOs lo slioíicaori 1 el SiediciiKr;
siaisPoo le luesioir ionio oe oxoisu irlbricco.oo'o IcosiOd o is.oraksi oiil iidiisa
isír a lo aiStia oe toóOsidiOóisi . 3. Coíi oo)^:isíirotí^^p isllierriccii i lr C.inicik-
00x100 tendor hc rdilcgíHo porp codi sindicato cn b CoocísiÓTs COoobedeeirí. ESk
Skirrslv loOo ser socio le uos ei^jsoig^eióo iidSoioriíii. Los siclicaon ardiles
irolrr.0 íousloeoie un irprkscoisntr triS uos.. 4. Sólo los rioOltstoo fasmeles
betlualvsinbcto i rabil atOroes soslsriodvs y euo tengrii toco o teese prí.iicpial
la oosiarscelc poóoro Setoo porro do- S Cdcrfedes.'ccyOr . 5 .les Corrbo1teríoídc co
prrtbóbtr r ciegues ro^-.uels polillos o locirSos rblijiooos, y no p^-Por comer
psois tslbtiívroscie eo alrtticoeo. ospifooistíoocos pcrtidistes y orligíoras, ei
poOor Píngúc socio utllíano uu tirulo o rhueídu do lo CouObOboaelóu en sotos
poilricdo o osi1gíeooa1|
Por otea passe , sssoc librp pao to redorarivo koboré garonrisat a cada
uos Pe loo i^r^d^^iuony y sooiiedideb le más gsend a ueoooomía. Ivas mlern-

3. CepsiíIht1dp He ls COC, cirodo por aógso Rdósiguso, p tú., p. 118.

158
Cíes Cu la Vo—itión CsioIcCerci eo deCsrícu roneo cSilCnsiOdé- do
OroPci y Se —sudo.
Lo nueva ooiO1nCsae1ón sez—aza oeteg0rtdaments el noeo-ramien-
tu ote ícOrecos ecoesosentds y Sunc-emarlos oornundrados:

Csiii.-iCtcsaiOco ono i— reHntls1cacee1o Os5 leo sargo-: cn Cu s sindícese s os


ourceutitite de proviCiinr eivaCOoc-eo e intrigas {..: 1; qoee usa mnorncseoión
puede llamar a las funciones administrativas a individuos {...J que traba­
jan ceta oí exclusivo lio Os i1O1oi0ir oo- ucíonsuíones |... -; el 1’011001 Cocv
0-hio OSiorc —cuoscjs eisusoetc o: ios c-o—nizosiciies ae-cus rechazar U
iconoco-cuitie- Co la- surgen . raleo, un casos sos que os a r-caro acu-ruO-
cióc Cp.-cisislcs erijo i~1rentulrlarnsnrs|iile« un si-otcsc-so coi-torri: orloca-
meóse s él, so dcbicsdo, pon ectO: recCtir una iciescceed snuorioc cl solario
cocsci Cu la u1oC~oiOd 01 que orresese4.
Es eso-e sacos excstssopaipu por o—no guo-e» ios eo-uoCirstradores
nc’muno—odsoo no poSlvu vooat ni ser sotados.
Loo suaSalidedos de aecO—n aaonupjpdas por el concTeoos son las
cismas .Si I a FOAA o da lo TiiTPc edcSón dilecta. h^^lces parcial o
rene—al , Uoicot- acbosaja, ^c~nifektacloneS| etc,, vorlabino un función
Orí contexto preciso cn que te eíorcen.

2. Sindicalismo de acción directa, «pcleguismo y represión

Alguneo romenoo SoopuCu de la realiócción del Comer 1-ingre­


so Obtuso» social In o no dc —o mnvCiüaciones con ^^rtan^^- del pe-
iioSo añicos. ia a lp ona—eoo n-s erra escindí ai, lo Cscs l—o ¡Oe Ps Compañía
Psnlarti 0 o- é-rsx—oase-1
Desde KOS. la inooso—craciOn de maquinada moi^esn- por parte
Oe la (r1ai —naítoto había traído ar^cosso -sopostantes redoccl—-es sala­
riales: de ^c^o^, odie srodalo ~ de uoosonsli La imósetción de -ías fe­
riados loo rom~neradopi oapseneneeda usa rtoi■d0nus1ón salarial del
(Q%. Lucí despidos re carosadan poo o:en1enaaySl Por otro parto- -a des-
acliflcauidn pcpiecicnaO a le OedóaciOn obligatoria do usa osarte del
r—ísroi ts poneco.Cos Os uto -10^-00(1100 i^o^t^^oisol denominadlo Seciedade

d. -enOincusa» -Sol i, óOsoocraiOC Sorso -Sol 1Srse1|S11^C1t too píC^ss OosíoLsey


op. cc., p. 1121

159
UpceCiisente consri1nrdo^0b e airso-enear col Poroon ten so de los 3.800
ro^tj^^^^r^ees de ir Cla. Posrtista.
Ec esos clCsa de o-siy^li^í^s fu lonPati e ocgeienrs9 0e 10*06 tas Ligas
Obrelas de roníSleí (LooonrosO es Suplía presocte eso ro asatnblec consti­
tutiva)- de CompCta p dR Oío Ciare, ts ta aua-os fe afilia to noayor parte
Oo los e^tr^liSo^^es ola lo Cla. u^irsr^^su^. ínt lorrgooiuancis de este última
peoenes si osronildo Osl movimiento ol 15 Pe ooyo Os 1106.
Dootacocbonaoe do Iu (re rca públlse 01 egan uo ro fu 0^0 a Jundiaí.
Loo inoenosss janr ^rir^^trpa^o Seri ttexoo pon personal 9n ts Asmada no
psrbobn roo ouy ofloatoa: los irsteisanoos, por inioístivs orpootrcos
o siguiendo Oo t o^osn^O0^ dai Crinoor Conoprntas Obrero, icudto al fabo-
te^ia Pe dos vlss éOreeas.
El 17 de cryeiSl loo comercianles de Coo-níRl o- Rio Cloro s- -erran sus
negocios o n solidirided con bo^ hoiaíguissati Ose oaism0 día, 600
roxtllecos 0e l a fábrica Suo l^n^o, de Jundiaí, re dialaran en huelga
y se solidarizan con los ferroviarios de la Cía. Paulista. Su ejemplo es
.yoguido dos dfát oráe i:^l*r(e por hoc rnolro^iadpeu^ da surtas empeesas de
Campirios, orosio odias Mrc Hard, a Lidgerwoodi arí como pro los fe-
iTOviarooi de SOosíana. 0-^ ps p, roe - ios maqaSniiroo oo fogoneros de la
Sro Paulo r pesor lo ous rosiaton las poesínoos Poi artaód
paos eus ottúbo tomo rompoeurlgsr oo iss ilooos Pe la Cís. Paulíota,
ós llt|i'rrnm|osrl s us OrSr'^sas. lipso ^^^s^ó^aeóéi’i 0 ubieti coisiaOoel tráfi­
co entee eP puesco Se Sontos p el interior.
Lo .0^10^00 Obrnro Se Sou Paulo i ncettna Portalenes el movi-
oSono> doclasando u m huelgo (encoal ee ir, capitel. Lo seooili2ación
so parcial; sssnonSnnl en ptriicular| los odreros 0051000. ^e ínSustrias
mecánicas, spsiardsoy -o ctmOseceroOi On mocasen te en oquci m efectúa­
te un oitín ór soliOsoíOsO do los bSiróiaolrea Pe ls Fscuiteó le* Dere­
chos la oaiiicía intesvieve viotenoamnnie si allana lies lee oles. La facul-
tsl será cerrada y on Sai dio $ siuieicnias oír repetíclin .no eoiioenianiioijmn
octre ^O^i^^o^osi r^^Ci^^tonicb y lt cobollería.
El ooviosionoo empraza ei decOnos o n ia o lasoa resana Se mayo
tcjco ol poro do lo oopsaaióOi Consonaros Pr hrblnoíaisa ovo aproas-
dos; el ^laccOo pateo lia las or llev y oíos 10 meas y osen ha Oro primeros
tomes qoe reamó an ^<uib^i^e^^d. Cn Sao Pautar lo -solióla allana con
su^a violsiccio la sede 0e Os Federación OOser a y 0 e los períOXOcos La
Baítagl y Avanti (sste último da ortenuaolón ocioiisaa)l En on cho-

160
Ore enroe huoloistcíar p poíicOc eeouaoc— ocasos oOseros y idos b-ienóro de
lo fueras pública, En la primera -ocaso de (uniO: Oso Csb-aisdoreo de la
Oís. P—^liitrlo oeeosso n u ti m -o-oirse ski do Sat ^€^^¿0 Lutoyo iso de sus
rcisOndCcacOotseSi deis potiipípal es osLotasitoo ociedasOp despedidos.
La violenta yep^eo0ód cus aonelusso r-c embarco Ocsacembrar el
covi-sicnto anaccsolndiccl ina. Pecios neespo deso uSsc» en Cicicmbre
do 1906, re ^eslnc el Primeo Csoogoeso C-Orosio dol Petarla de —a o Paulo,
y en mayo 0 c KD 7- orillean dc liar llama Cois Coi COaosgren de 1906, se
lauzin a i a huelgo d~ioorai por ico oohc husao Cor O^a~ajsdnoys de Sao
Piolo y de alocnoo oaooc OCooadee d-í poíSp A petar da -os u raestos y
—11iinaoo0cn-os -la Oedeócción O-rera —.,§01010, per roda $-1 la poli-
nía, continúe cus acoivSdaOcs oro otoo UcsaS-s el O1ovit9iyn-o es par-
Siilscote exdocoi los albañile- carpinlesos: greSita-c. barsarodeoc-s y
sombreoious conrigoen lo l—scisdo po ocho hii-ec- los coitesres-s consi­
guen noce e loor as o mu día )eo oe z cíe o necí, y alecrc-s s coi ornes de les
mpiallogisoi o- taaUcOcdoocs dd es loados obcleran 019^0^0- disrninu-
okioces hosaeico. A1 ano slíeu1cnae| coo essStocdorcs Ce lo CCmpa-—D OPieas,
on rsO precio dS Santos: -o Cansan ai la i1us1oa por zas diez horas (los
asogtsdoecs —•abasidan 101141 11 y 010 Upesas diariisti clO oc-re dc varios
Olm oía eonar -eríottincra y Os ccionhaier eu-Os-crcos so^^ísclos con los
sdiC^^cC^, la hueloo declina sica Sc^C^i' aCcmradu mayor solidaridad de
otros asesores de truCsiedores.
Ai partir Ce os te uño, se 1—iota aro lugo periodo de seóu-o de las
cu^^il^vc^oc^es -00111951 iteicrojmpi1C1 Voevertleli01 por Oo dencooho-miones
sonara el sonsmato do —neoscioco llóieea L GuasCia en España (10^^ ma-
síisotontes en sal Brscil) y peor una ortova ss-s cíe Oisei-p s onis e Ll(( 0 y 191C1
os loo roocot -Sa 1 oertsil y deí cuaCscdo ^spi^ci^etmoonE^. Sin osle Satisdo, los
oonCoijadoiee ossisioeien ia -simardo Oe ucho Codic»d nuxLT y on aumento
ovíasíOs del 1^%.-

La nueva logU—tióió!» 4^9101 lio imple— tad’ 0n 0000 7. dlr-po-a esen­


cial cíenle ostr— rs S enano Ort odra -—00,0X0001 odó o ib~aC5 o frenar el
Cesacoollo siel naciente movimíenic siesosctsisrdoEcCorta. En enero de
1907 la rama ejecutiva del Gobierno federal expide el decreto 1637,
qsn obil-o a los linrCcosoa so s’egCroroir ríos ««30000$ p e1 nombre de sus
O10onirsdenss, osCcio ios co cules deSías -oro brasilcrsos o, tasooneitzaeO-is deSe
yc.cc lo —seso cinco otro; is L~i AdoUlSo GurCo (decoero (641l inieiooís is
0^pe^^;ss^^^n de modo eoorsool ero que eos slera en ocllguo Lo s-d0Jr1Oad na­

161
o^^o^^S os la paz ptiiticpl lita pp prisrser apq dc t^i^1^icoc1^i^, 032 exrosnjeros
moron exuislreolos.
La crisis eocnCmScO) avias ade por O pe iruoroe cu e coa mundial tuvo
srocoop negovOvos tobee el dncajeolSu do los orcansaaotonoo obreras. La
caída dc Oos poecios de los pronI1órob Po aoppseocrn9 ens 1913, la dis-
^Í^o^i^^íCn de lao isrvossiones extranlerno y si 010010^0 eodeudamicn'
to externo representan, cn la vida cotidiana dc los trabajadores, des­
empleo» aLp de pceckoi y detoic1níoií1<Ssi calariaL Le paryiícprkSn de las
obras ptbilcaSi el cipero tooar to parcial <ue muchae nmprerps privadas
Pesplesron tomos y XdóoondSerto entre toi roOLbaSiidi>oc)i tas organiza-
cíones obreonSí tisoisadys y reprimiCes) loo osloban cn osnOiciones de
enfrentan le ansis.
Por oroo lado, sí lindicolomo paraestatal ersmlo^^ a anenciarse a
poorío lo 1112. Ei msoíresl Hercios Pe Focases -prssinscibi Obi Ursríl
oeirse mO 1 191-n y su Oije Mario Henares, diouepde fedosati piensan
eue ta oreaattoc0ó1s o eroaiiizacOóo obrera, e n vez de ser re primida y
oonsonlda nn un pOano extro rnosisuc1onea| debe rer reglamentada y
asímiladn nsl fpndOecrncidntel dsl ristpoea poRflso viscnlc. Anticipán-
Oose 11 GetuOlo ^^i^gni y oleando tís tbSstscc banderao que toe liberales
xnnnmSíionoS1 et mrttscrl Héosnos Oo donneca y ou hijo sí cotos ti luyen
en serrseocoaec de una fróoiiOc Comiounte qoe Pos óO1nprendido que la
ío^^^i^^i^^ó^^^^it^(^i^s5ie del siedícaOiomoi representa:
o) Las eouiuirrla do Sos traóeroderus ir ^t-us^r ouo propios medios y
oétopOos Oe lucha- oiso es- íe ÍPso^c^^sc^^r^ de toda poeibiblOad de crea­
ción cid cria nvova -<i^^u^ci^Oósi^ic^^iídoi^^ paralele su ta Ocriíisaionalidad
víeooior. Esta oenxncia rrpsbsa ta aecrótaais'lsi Co la movSloecaSn obre­
ro y su 1ndOTpe1■aoió1oI como onspo de prarióo, dentro Oe la lógica
batiera! de poder

t) Uu slrmrcio ort-rasrío pora ol coomal fuotídoaoíbcro do lo


bconcmta paeltaiésts - Osa yseelón del sícdicolisoro pproostatal para
nsosnursor ei enrntonimOeneo Ce sreo cierto nivel de pontpmo comple-
osnsss i a nes-cril ad nOe los eirsrrosados de sino p Oeiendci ia
oís de un moscodo inoemn cpnors proseo voonos oehon un Punción de
loo oecssidadnc de íe nstiu^tiSo nocionel y extranjera.
o) Ls postbíiidaO dc edquine, por medio de lo cóOcnsCón de ciertas
prosrsoldcba soeialoa y ls ríjseidc lo ^0 ronisobctieolóc iseoosi, ls

162
cOhe$ión Ce lar coCeclO-ldades Ce ttabaladorps ni proyecto político
Sol oo-uipo* Podemópiao.
Mario Hermes op nona au contesto arec virios síndScolistas de
oisyecoai-a ceoonoieUclseao; enea-dopdos por el Helar Pinto Machado»
y OociOen en cutoiuuso la aealeulción he oo. nosacu congéno oboero del
Bisoil (rCengoeco -te ios prelosoi" ). rOsscTe cuotas s Seb-edona on su
seno se untarsebc Coi cióacaOn tto uro «vasto partido obrero», la
iuso^iteiiiu^nai^^^iTi Osi las sapos Srcooor de ncudaj—i Oo ceSa^oenlocS^Pn del
rosSija de sujoie- y amistoso, la focactoóOt s ole e-rlui che ncua-co mrosuo , la
iS•Ullicieaí Oe loic^k^csip^^pyS^^:^, la Onu-amaciCn ole sto sOrtsris de impues­
tos a 0 goan ooy>pmdadl etc.
El gobierno porse a ls ddriosidí0oo do Coi eonltoss1rtao sí Palacio
Monroe.y Sacilioa et 1ranepoesoe soaSuS-oe de ios delogoCor. <0, «Cuarto»
Vongoeoj Obroeo síb COoasUO (Inri orgsncseoíoces tomar opeoontemente
coco io.¡noo« -Oo saSioopiioor l-ss aoon~oou.9 cesrisitr on 01 H92 ’ 12)001» tiene
yuoy lugoo del 7 si ’5 Se uocicoOrs do (9(2- roo ío srlotsucis Oe scoso os
70 deleg^doo an repoe^ntación de olivo roao ne^^ii^a^^ioneo obreras del
paíOi DorOs ío u11CP1o tótlóh, loo CelsosCor oyrrpCch la íoh0cpeed Oe is
dVuníodeaacóCn Brasileño del Tra0aio»e o^i^^^i^l^^yndo -Os este forma la
yses^src división 1coo^rchtP Centco Oel siuCtraSísoo’ (oC-sces.
P—osOe sote tóstoyeeoi y la ola Oe huseg—oi ele 19 H, Seo anorcoshodCcaOs—ss
promueveo lo íCeeoiocióo So nu Cdcioé de Rporoodiiseiód Ce lo COB.
Leo oeols'iíSoSes de ruste ccetité nians-iaso «is Oe rezíCíód6O| le I 0 d 00 de
oont0emboe Ce mS-d eS Seocodo TOrstoesn SOUreo— Bovcileñco idsisten
117 OolegaCdo oo reprttrcnsroóOn 0e 2 FteCoracionsc E-turales íRío Ud-n-
Ce Oo Su I y Aloyos)) , 5 Csdcicisionon Lácenles, 52 sútdOos sus ig ligas y 4
Oori00eeur6 El oro0omeh1u do los sTareosihOieclirOcu sa caniCíeotc on
la a^^ftra^^i^^^n Ce loo Vivarios ecreeodco del Cosorcoo 9e 1900 (sobre
acción disccta, Oedsralisoiro ~ rsaUazo p la pdUsCoi), cn Pe ónoación de
vinos puntos rtí«i Pero to dc Solidaridad de 1 ICO Coy oye sur (c la FORA
y eo rsS col oo—nnitcodoo Sesemv-!Saono -u- anasquCsocs como Jc-é Ro­
coso: (oao OOsn^elveo da S—vc, O-Ogao Lcoueotdti o Astsogttde Cereira

5. Un aUo anteo Uol Otoí^roudi lo SCOB Othí-16 nd0fnOec oso ol Sao ado Ota Coro
Poolió 15.000 en«Oa ILoSon—OciicSul y 1.Ü00cs OüuCalai—ost. OnCissuiss-iSsiiorneai
ol tiamcios só <llCjrondiniaokO sd SesPot 1orso^t rtitrotnCi Víase ésoo Ro-sto. TulsC
urbano c ornCn tociaC p. l5í8.

163
(asta último se adOíorirái ^ios neo ateo mis tordoo al p1xeecrn comu-
oíslos iSi t a Tensara inoemoolonal).
El Segundo Conpoosp psceedolona ío Ortrcortanoeo prontos relati­
vos a S oroonizayióm ía síldidPSnn oO treJa tegiacíyc ración pee aten­
er conosa eP pcinciosoi d«l «li bre ropoe il o» y lo argayOres-<111 da federa-
cíones Ocna-en y xacíoidalpo pot raccu indursriar1 inSopsndientes de
las Federaciones Locales o Estatales.
Snpse e i o^mtop pon so, ral Sopor ndo Congreso

seerorq1l vlviaoqoib o l<oa traltOirCtoaií dd Broní 1 n, SlteOici6ó,, o o su rocíoh-


Osa slr ro^íí^íi^icjís, -le sediiiuio so reglameinto iseSieOoo Se ifyrnube burreoátIitri y
coortitTvvts y iiosmríó'gÍob exclusívvsneniii a siropes acoroes íSrO■0stralivio., des-
priovísfea lr ioóa aoie’ncíc^ttí^i euo ofstie lo ori<.oocoOr ícPívíPuol ór los saotía-
Por -o ir otorgue sr^eres sis ictcdo o tus^^mí^^ Oí ellos'.
El Comgsro) aopI0te voslcs mocrones u oiueeOsp en isscocsta con­
sol lo Ley de Ephisioiones, el oecoOeic mil ioar obOigoroS01 Pa represión
00 Porsrooal1 ote. Aconsejn aO paolereriodu del iSiaeil ta Oeslaratoria
óe la hseloa general reuxíoioloearía on aesn Oe psesrc externa.
Lo nuere, , oo oisoan te, estalC o oo au do d pobiesuo del Brasil
incide pertiPipar 1^^00010101^ era ^^Ip. a parti2 dil Olí da txtubre de
rnr7> la coívvzíhrt^^iólte proode-de no ^0 lupooi Por ol contrario, los
núcleos irnctnaoionaiiateu pueOerois aOs-sdoi ame oí So^iOIl patriótico
eur i^ii pjxxI^i^ó- de muchos rcctieoc$ oTreoss; y use dc>trtsinil1rSl e tíiíeili-
isr Si onls ole d1 Te-A, AJo-uncc crn 0,1.^000, orniéndose al gm
tíbron, o loo oop(oso(íns y a lo jnrasouío sclosÍestíeo, lnsnaonc íooluso
a oononlzas «BaraOloniP patríXoícosu que ro Kan a lera sai lee o scaolcc-
iar fondor para Sor aiied1Ei En el BratOli ooioo ao tnodoi lor demás
poísos, ol oíto ósl E^raón-ooxrdc óoonrtsd uoo ver oís au vírolÍPod.

3. La ola de huelgas de 1917-1920

El prolongado marasmo que acompaña los años de la primera güe­


ros ml.inOne1 re oí utobsa con hu nscp .gos neosjrióe Oe Seo lanío y Río

6. ResoRsrshi<íni dapeu s(n-lhopn|rropOldo rotOO Oisa, citoí^ íes Opor R11)1rigeo1l


op. ca., p. 326.

164
do Jsoicloo on íi^Oio 1-1 19 le, dc cTnpiSynd o proCundidaC o1canoada por
arrea co^vilírnt^^o^i^^- cuyos f^^oris ee proíonereán hss11 1920» sronnitu-
yao un momoeoo eSe apooió sis le erovtliróoiSui auOeoiea de ios onbaja-
poooo y ^oo^^^^pe al uuisa d el anorcpríxdiceliomo brasileño.
El OeteíOooo del vive. de vida, ngravado por loo eíectot del con-
^ít^oi niutedia! otbia lr ococontía bireileíli. isa presenta como iO punto
óe partida Se las rvíoOrdicacionde obreras. El 10 de junS117 1O17, los
óos mil ^steisl^d^oe^ de la fabrlci ie oejides Oa algcnre)o Cotonificio
Crospíi riruoba en ei distólo M Ms-Oea en Sao Pssilo, rs lanzan a la
huelga en neslandOo intnCaimmte, uO eu^e^t<r^ salaríale. dd 15 al
20%- ES novvinslento oe ooiieode a otros diosrissa obraros (Bras,
Cembuci) pi so orrap elaniíO indusdaaae1. Ei 26 Pe junio paran 00$ 1.600
rrst^^j^<Oos^ Oe la npopsesa ds cesailee tílos^i oxisohCo aumen­
tos hassa Oel 55%i e7 ó de íolio opon reduidos joar ion art ssena|sdores
óe la rábítsii ele iteótdas AníCriica (dOsobie Oy M-nOcoO ec demanda
de las 9 horas y de un aumento salarial de 13%. El 9 de julio, un
correOn ha houpsuisnor naooando a. bo^5(rc de ios peoductos de
CooonificOo Copspi KiiOe a it fibrina do aejidos Marláugela (Bras),
cuyos trabbtanores se adhieren cl rncí/Isr^Oent^^. Ocuospn Oe osirneros
c^oo^uss oon lp policía, es lus cicles neueec el oapaccruí anarquista
AnoonOo Martínez. Diez mil rosesnaa pusrícipan eu su buneral si 11 de
julíO, luano óol tus, so geoorslírso loor oo^r(ocrsmíro^od too le xstollerís,
ioos roeusoí y el í^^^zi^^q e Ore tsenoaas. Cn ísc trer dlsí siíbuiiíisseu queda
iCompletaceonie .osi^írSnsds tí aiud aii, llepoo ndo a contarse 4Su0ie huel-
0^0100. Mimaras qo c ^ü^ic^ía y ejrCreOro ensoen refuerzos, loes 303^015135
lacreo listados a Sos rooess SocitOndoías a le inserción.
En las ,^^1^^, , l a pon tv vive uro momeólo de subversión generaliza­
do que eorlloro a s adquirir saractecSs1íosr iotuo^occíondSesl se multi-
clítso loo íncoopíos, osoupos, arseusr s lar suioríósóro y tíroteo» too
loa rropar- En oo o do oílpuo una ^rd^ifesioc0ón intento asaliar la resi-
doncta del Searen no de Justicia.
El oovimienoo Sena o colorar lae ^^^^íx^í^o^o^^o^a;s eopooCicamente
otreras 1 la s S e cosos ci^cr^^ares iSi la oxblactóni Loo musí-i notas pro­
mueven, a eeie opexec tnsS la cryoeCOn de asnas iruryo mioódemos de
toorío, loo Lijos Otoerss, eus sepoorac la rcro(eoceldc óe lar cnnberier-
daOss on Os po<ealemrs Oe la vivienda, canldad. cores lía, etc. Luí ligas
O^t^r^^^^s di Belonsinho, Mxdcr, mtutUuci o S^o^i aOtoas^taepís sápida-

165
cense Oe ceetaciaeos Ce edUaolonos, ni crnsUtuyon en organismos dc
ecordimacóan Pe Os otóCIO oiroero y macular.
Ls ampiisad eid le movilC1ea ión espon sCnea no coores$Tnde sin
embargo si i a o^rihi^¡s11)it in:lp1íler al peno'scto arcascooiaclic.alitlis. Es, ni--
gaai eeomonío se e«rcnad Si-o-ss ole oer-c^ooícCóc Oisoial eliemativas;
las Lígao Obreras y loso oinPicatoo, on su ecciUn noctadora Oe oérme-
ucs de yoCroo alternativo, cor tscseh1Pl0yua el plano scivindieativo in­
mediato. Oseo oso oe debe, -orno pretende SO Fauiití-, a la l•Cnoapaci-
0—10 de Cas anarquistas de asumir un verdadero oi-irO dirigente»; la
ehstauopcihn n «in toorauraiS0n do oroanCemos ele otódur autónomos y
Oe nuv-ss riCauicstse sociales enere ios icoC-lduso pro deoeiede, ni en
Brasil sil osi uine—na pareo, -Se la ext-isecia de ana oOoos dirigente;
Oplondc , asanclelmente, do la relac-OSn 0^ So^reaoo eaissen se entre los
OlíS-rentes proyector 0deológ0coo si niael de -sxOa ls rodadod. Si los
anarquistas huíoles-s esosnUdo ian «yape», dirigente», nuc re hubiera
llorado sino a I a inoueurióCi<So Oe una dlcossluro anarquice, minorita-
sis, sobre ol cesto de la rsonedadi según ai esquema ÍsoleCevique7.
Un (d—nué tOe Efels-isa Potolacarlai -íiumado up« cinco anarquistas
y íes: ocela-isia y etc naya coettc-íiocísi at onoosniUi» Loomo.ocasCti redacta
nn porir-coi Oe rciaOiPicoctcoso ónice Cn; oiories -osiaro a^s«ne-Uot sala-
óteles enere 251 y 65%i —rarariile de srbCopo o—cnanenia, oceonootoiento
Oo Osería oxoooo y p^ortC$Cción del iseOaSo a mareosos Ce 14 vsoos, ochcr^e^iCen
0e 60% de C-e oiriíilceoSí sontsoS de los consumidoras coCre lío calidad
Oe des pedOus-oo -llmanciclmc: aso etercício do represalias contra los
huelguistas, etc. Luego de varias discusiones, los empresarios acce-
Ono. is on ^umontus de- 0^00 1 a atroauiloeo ej -so-balo re Oes. hcoe^uistas.
El 16 de UuliOi el Oostsite da fOTOanic osesenca rr los asaboladores el
losutusdo Ce Uso nuctociualoncs. En vorCas concentraciones públicas,
loo Ouelguísias apoueCan oatomar si rsiCejo neo ips eanqoesao que ha­
yo^ firoreOo ol neo crío, oaan lo s^cz^^oe^a de parar nueoamente si el
cceieodo uo os ryptnooUo o as oacicaoado cn otras. A -Orneles de mes
vuelve la -uosnullOró- en Pao Paulo.
Ciitistam sp 11 OO de o utis- ents an .se dciitga los reabrí adores de
elnco placsao de abastecimiento cn Río de «aneisy» La hederación

7. Pvrotro i Orlo uto 0,01: re to paon pscn^osu1y^-0rye-Cií —ciipuPío aectosOos arrio p


rír^^ ccUH[n1eums -san loo uiiarqoiaras sao pretenden iserssOitutice en «OSu leguen».

166
Otriera de íOlo de Oaneiro iteenie e la duelga yenersC so demanda de
las ocho Ooras, raíaric orínimo a 13. 000 neOe s oiívs ceioindioaciunes. El
lunes 2,, 00.0010 asaleciad(rr sipum ei 1i•emadhi oegpOdo0 000 20.000
moiabrrgiooi. líasiic 2I OC oriuiuen |ísalxlsOl rísoituos o' stocieos con
le fuerza póblica, como coxuoocísncia de tos coalec roso senados los
locales de la Sddbtíiyíóo Obresa y Col eOncosc OaormoA1liis• Só pesar dc
silos el movi^siesto se essienas, t^^^^a Oíie liso potrcnos s,eoe2en( el 2
óe sgoroov e un armenio dd a0%, a b semana de Si heneo y a no
siercei sppresalíat costra lou nruuíg^oisaoSl En bar meseo p aft<o siguien­
tes, los cmrí^a^^sio^osi tupe^p^rori^^ cacidameote íce conresiones salaría­
los ós juíío .be 1117.
A. paísar de las mcívg^oó^cn de 17-07 op anortaron foacsSnrma-
Xíones radCcaioi on iaei oondíoOonen sk ibsói do Seos tn^S^r^Ors^oir^, ssonesen-
teoon una ecsrrelensea 1p andeu que imouro la neetióoc11bo a Lio patronal
y roavívó la oondonssa eSe e^^i^os sensores efe ninóorodosiib en ia ocoión
Oírse sa. En otota ^■ntodo, 1 as OinsMnes generiieii de ¡ Stf abo. don suevas
psrrnoxtívss si oovrmíooio apsicoaíndicslíata.
Desdo ciediaOos del mismo vi1O1 vorlst acataSsrns auarqd irlas deci­
dan corar nn Orpono de psemn de 3010^ íyCusiqní daotínodo enncial-
osnee si la OPOnaxacisCn deO prcroesoo anaraosindicalom donoso de los
oadOas dn rrtbeiadorns. ísar roí^^iones añoro anaeoulssao y sindicatos
hstoroi íó^o dicuucldae daede tiempo atrSo- en ono s^ooteseracla libertaria
eun ^0 lnnar cn Saa haub1 c oíeCOadcn de 1914, re habíu risurleo que
los anarquistas debían participar en las organizaciones de trabajadores,
«oo como Isdrces o dílgqenresi, sieso nornn nsikonsese01
IoocCeeim po(0stbleIqen1a de La Prieta do 9000^^00,11 Sap pápin ac de
rato oiievon aríóCr0co oisi se líisirorSit t eCssidor Sinicaosnarse ist oobrcior.es
CspiellTnrabaio. OooI^I^^'^ osn vivaooot monoS|a ^xí:ío,s^n, ci ci^^rnili-
rerismo- la satad, la viiqonsia, Se oroacilbs etCe ossán adoodados
desde cria nartspecilva libertaria. Animado ontrn otros por Edgar
Ldusnoothl el íoiorsor cSmero de A Plebe saldrá paos e1 9 ole Cundo de
rnr1. Por algún íetmo-) A Plebe círculó coo^^> dlrisr)
El dsrroxrccíiionin drl isyi o io torera avi oosdors orst Oos bvílcheviques
contribuyen ínualmenrei sntre 1117 y 1920- a oevieallrar ei mvcimlonto

8. John Jo, 0 Du Fe t un^^nas and cammunáu n BraoB J 900-1935, A3M119 Universiív


of Tresr Presa, 1973, p. 33

167
onanuu$Ooiticalt-ta. loo grera ida—oría «te loa es^^qoisotor bioasOoños ten­
díaos a ^^at^í^^cao oís 1no oOis-eaos aSaso de lo ReóoSuciOn, comunistas
d vnerrilictúSr ¡Os -dina oro folíela titulado Lo que bolcheviques 7
anarquistas qurremxos, que insiste notore Ce aPoCc-ón de Ca p-opiedad
nn1asSs; re anuda iecluolve ou op-criOn acmudíotcc libertino Os coc­
os ex-sicccii. Uceno en ottoí pa Oso S; pl impacto do ios SunOoSeviques o
rscxCoaiissase isao’-o ooS-as Oes cedeos anceqieloles 11 s eicosmc .En 99lC.
los anorrutoras beasiCoñua consi—erabon factible ta oóoanización de
oca nooiiio-ecólóu osaseis nte a ta ole Co^ SnOcOteviquos rusos.
Este poopacto -nousreocíoual oe ver osí0oyCado ¡ere los Orotes de
ec-e^Ssrs^is^r^'óhoa en sí seso de ios fiieosss ovuioada-t Durante Si huelga
Oe La CnnoorvSra (NiteoeSi agosto d) LOlODt nar Cestacementó del
ajírcico ce pone de patee de Oor hiseigdísiar n se ec^O^^^s^ rom la poli-
píc estatal; muclcnOm en el ohoquc cío soldado y un ccOon. Por otra
ovrral desdo (9(0 oxissrcn anoonodouroo da ióCclióu euros ciiiuocus
d soldados senara te leoerqnía y lis orgaóOzecUStn militar.
En noviembre d1 1810, ac Sor toca csu oonnrjo inrurosccíu nol, en el
cual paryioCpan representa ntes Oh algunos de -tes cinOicaeos más im*
Oorocutes: ls Uoión Se Ooaror1oo oo OáOiirco Ou TCjldoo (UOOFT), la
Unóad 0 € aaecelet^csccu1St la alo»6n Ce la Conscruacid n Civil, y los
enaoqesistae JosO rSCUyicicPo AstroPildo Perstra, Macue' Campos, José
Ellas da Silva, Cas1os -0(no y ótica máo. Ueg ún o 1 plan iosuiTeccional
Oel CCuorelo» el «voolmicnto dederia iníclarae eso Rio Cu Soneiro con
una huela a oen-ra-s irgo 0^ joor aO saPotaje do los so roim de -lcctrici-
Osd y Pe las limes Ce nnmunicaaCSn- Oros obsesos dei distrito de
BotaUg«o -Se^ahroo tomar cl paSapoOs presideociali un sonso que otros
Orupu-s 1 oscedos ósenci-tnoanCe eos -vomdas rte dinamita, so concen-
toarían en ni comido da Sen CsiotóOcl docde soa^orton sito depósito de
sosias -Sol dSCntcrerio de COofinLC- toer oeusSierod det sllciTl—o de Bangú
dóbsoílos» prunas ío OUbrioa Cu tciunOciaotas do O^^^lor^r^^i —o esperaba
1- adheetón de un sector uto las Hueizas Asonadas.
Esos adr1aslhn oíos so dlOi dor ei conocario, cl teniense lorge rh-us,
que pcryípiocba en el Cánselo, óesuStó sep no e1píai el t8 de no-
oiemiose soin arrsotaiioo ^t^otsii -os sriOestelareo dol Crnselo. A pesar de
esto, a lar 00010(00 de la (sede iU-1 mismo hía paran los textileros,
cetallirgicoi y -Crenroo Ce Ce ootnsrruecirh. Algunus centenares se
dirigen ot -ampo Se Sato C—SsiódrO s: loo-ron tomar óa delegación

168
polÍcÍal ósl décíoo dísrríro. Loo rpru^i^god dol bjéncíro coosÍnueo ee-
eu|qlsa r r I ixc1l ocoió rlchpués.
El 22 de nvvlembre, d pseslPente Del feo Me ralta decreto o- diso­
lución ibe la Oíyidn i^cbiii^l Tri 'brsa^^ios-ic^oo Ocoxiynuacien s— la Fe­
deración Obre re de Rio de Sao,iicío1 ibisdinas me la ceas1
anorto de H17) y la sceoans^ón temporal de íes orsaoizaniones de
obtalúroieoilI texeiroroy co oonuctucccóv cS0L ue mcloipOican ion arres-
ioa y dece)riaoOo^e1 -Oiiirteá e.s enviado el noióosie-. A posar de
todo- cris de 00.(010 trabajadoreo continúan la hueipp independien-
irIcqnle ilsC o^víoípii^no<o ineucroocionai1 cn óe moola de mejoras sa­
lariales y 1S1 las xaha horas, loo eS^smie, tO cabo de Oso ermanas el
movÍmíieroo se eícrinssie ante va ^Ptis^^ps seyoesión militar y lo ausen-
cía de ooónaiidad do ossos roctoocs obr
Ls ola de hselnrs oníaiaóo e1 1900 re onioinene lnira IE20. En
osnos de 1111 p¡rron 550001 ietrisiadeoes en Soo buniOoi o su iuoi io esta­
lle una hoeina pense al eS Sainados» Cnict ada |oís íst seaOe|adores de la
construcción ó de la indusirbe textiL y que culmina tn ic obtención
ós las ocho horas sin cuduooloncr salsrialosi eo julio, te sfsotúa en
bbrnacsbuosl ona huelga pene ral de ooareo días en soitóatOded con los
rrabataOores dcededidos de Co comeadla de era nvlar; en septiembre
csrao loo tebbsjanosss nserrcos de Río óooós, s posea óe le ooiiósrrdsd
de la FeSerayión de Tranaindo1b s dO ibloi óe Oenuiro Osuas sera de la
UaTT,, ni i rnociínlenro croe ino oío mlngucc aív^op^t^Liói^i p^a^one
oíama óiotea re lañóse e la hoelga en Poroo Alegre Oos embaladores de
Luz y Fuerza, estibadores, conductores de vagones y de la compañía
du telrOoogs; on octubre sseePa en Sontos una hue^o de íiollslaridad
con Oss hon^lu^isaat odudoctores de tucobeses» mientras quo en Sao
bsuOs os paraiclmenso uííe^uuO^ aua husOsaigencrat decjarada por la
Foós^^t^^ú^n Obren sís Sao Poulo eou roíidaridad oon tos siobajadores
ós Luz y Fuerra y de la ocmpanía de gdE. E1-1S de soe oOsoo meo, una
oaniOesscciPn do esluPtoncee Xereshtssca ataca 1 a snóc do I diario A
Plefee, que lardar C oses remanso cn resxsrensr, yr como ennoanario. En
ol rolo E-iSeOo 0 <r Saa uru lo, ot cerneso ue lea etnas rle'ri 00111 en 1919
le eífsa récosip 0-7 7S (once en 1917 p lies en 19101; m 192O tb total se
elevarl ai ousconta y nueve1’.

1. Uori:a Faiuaeo op. ci. p. 112.

169
En osos ponutaUl ((9(9-(920), ouu eeuuJnsOcs aCO pcíS Osoi Dícteos (uec
So los oiirouistss oiiembou lóui COsersO Pe lOciOy-a lUiclcaííi elu I s huelga
OSLl1ois Cs (917ll AiCéito Cu Visteo, Moonsi as1S1gcUl Musoicl Coslsp,
Evoca-Ce Dí-t, (u-S Roocou a daseaso Su otrosí tcctivs>cp cOrrcos.,
EU Estado anknca el uesuste de sus bateodo conrea las nonanizacio-
oer y activistas liberarle-™. Ls ^t^|Cdiik^oo os endutece -e ! oiiev, > coo-
yecto de ley de Adolfo Gordo, la *ley de Defensa Social*, prevé la
nrisíón osrc quleoso lueíton a la víoleoocDa-^ y -a soasa syleac1vc. En el
elisia de desatiento que aensvvatSa el final ido Sai ole de agiteoión de
(9(7-1920, el ^^n^C<^aS^«í^o ocoaortaial interviene oseusesacit» armen te
Ouratose la huello ulel Corrocoroll dos Poidpoldina.
Cl 7 Se a;ao< 1 ~ e (1:Í2<C, lo Liga CObroo a O e Sise tos tS si e Alem SOriaCa
(ieooccsrilí de 1.e0Ood>ldina) lamo on monlPiasos an 0—nos da Oc mei--
cas salariales. Ando et soshaso de la compaCía, millares de ns-ajado-
oes abanOunas sus ecaivídadLOi (Os CñmpaOía p toé Enoadn intentan
quebrar el movimiento enganchando operarios sin preparación, obre-
roso osunCoP-ater o iogenCeocs de is Asoiads. Dio! despée, ja -edera-
elón do T-ebajadoteo de Odie de prtulirc o Si VederaoOCn de CO-nducto-
ces de VehCeuStos llamón o 0o huelga s-sieeos- de so1idasíd2d et 24 de
cano: Estra hoelgo- sesecCCp T«so Cu aatí totalidad de leo: meicliOrglcos,
eOceruss ihi lo. uunnornacián, fc^pro-sras, raxlooc0t cusiros «s ortos, es oca­
sión de iiuo^lat^c^ser eiífcentatoousiCCKS aalleleuoe ano íz Suatra pública. Al
Oía siguiere,- se su—un Coúbaraanc0oo(1C1 disuOOoldores de porn lextiíeros,
zvoaonooe( trebciadorer da ts ^-er-raro OSayO UOracilefin e, ino^^so, es-
roidíanOas Ce Os capital. EI 00, so ootoesantsor on que la OsieCuia declina
sucotOrCo as una ePoÍonta ^^p>s^^C5r^ una PeSraeniOp -Sa eCadioaroo
líete (ou-lne-oss y reotadoru-t pinorrre s, uooiíutliar unaiSimoSi caT'OóCs'ros
ass’iiicts a sorraos tseac-niioo^eo ooaríüeoci.)S -o sor-iviori ,c coa o el i psuiídotri:<0 de­
is República. Epictacio Pesio-, o- nombro de Sos teabaludores de
Lounoldina•l (Sonco oenultedo ríe un acoasdo tzalioaVo p eo-olOos de los
ros^n^^j^s^coess concomídoSi la ScJlsvr^ioia acepta rrointeaoar -1 ios Oruslguis-
ts-, ssm exceptión de luí oclamnrcioo íncspcpnribles».
Rotuloa oVvlo que el roí OesempeClpUo poo loo siudiesios maríti­
mos cn la OuoCa da OpuuaoidShc no depóndar eniceraonse de su vo-
ion-sd de «soles ni de las ntCadoneo pa-oícolnoer ouo m acomcía con el
gobierno y 1 a polícla. Eso otro tsientcopo ueoiaS, aoeso eí do julio de
^^17, lur1 apompios ol oCeSticsasoiro scmaiCllos se Oubieed muy posible-

170
menee mosirado inpapez ds d^^mi^Sbar rC oilcmo pSpeO Su óeterven-
cíón y 0X01001^00. final dC movimiense op Leorseldrna ec fruto de
uo cosuónto dc c^^ó^^i^^^sr^t^^^^ esr InteroelsoOrn, edre dar cuales se
dsrtaca la Sebóidan s egoralOliotito ríe la oibkSn ocsdóonea de la co­
lectividad ón oonCioto. En esas tensido ta huelge de onnops^ioÓna con­
firma ks diaoo adtericemenoe n-n .o coso coiombisnoi ei sindicalismo
óe menr^ladrooíos aparece q ee dejaasolta en seonseotnr Se decaden-
cía de la covvírrsaciC-n ausooema. Por obro ladoi ip acyptastóo del rol
óe otas intermediorioo es tacto mjír pieiÓslc cn momentos sn que se
ínstala ei benCmooo del paolo, oeudocto de la violeocCí oficiel e de la
represión otcial.
El írndi<nbrísmo d e inrcipnedíooios, 1¡oado cn on aycr óo mceor medi-
ón al pn^^^t^oo polctosni do Sor grupas Sicdomónlcot en coistiEÍ del Esta­
do, deecm|ñ?iSu un porcpiemoncsrio de ia nioíencio estatal o
melor, so si sibrcicio de la ^^c^lc^Í^ia ciu cine rprisra peeorciblca. Esva bPókn-
cia se ejerce a partir del momento en que la asociación obrera acepta y
ageocia ec oonjunrn do rocanao do comsesooomtenoo firodo por le regla-
msnrcción oíbclao con rodos eroc oerechos y osdhiLiciones. La
indirtucjonbilisxcinn eleí omCserCsmn yi en pemesóS de la ^«^^otr rdnrera,
lejos ds rsp^eí^irs.a^ caía crerieSd pie la sol&et obsesa, r^i^su^ una oecto-
ría del Estado - Si-r S^ííí^^iid jobee n- I mcvi.oreroo obroin í^í^ó^toioo.
Le huolna de l^on^t^ibinc tomboll za ei óinui ds on periodo. La
índi^^^^í:oo^nÍa^itación dei ritrdícajismeI la yphssion do lot diferentes
dscooreo obodros a oa x^sslieipa do y-aetido y la deoadencía del
boarcosOidieaícoso resán dsceonsos oo cotppaora pooifepr dnrantc la
década 1200-1930. No se trapa, pup supuecso, Pnl fiimi de una «Edad
do Ooon, íii dei cossignco up una sEded ali lar Tiniebloio. SPe enten­
dimos qoc re pueda caCiSrcus usr ■odoiado hiolósieo So «hueso* o de
«oslo», ni que éstas reate cnoegoitas lonier^rales p tl^ooht^S^sJ^^e seda
cual- en el tcosenn de ía obo^olo sdaí atribuya ore caííocuevo -a otro -si
para sigo sírve- en fuotíyp ós aua propíos íntereoes.

4. El conflicto entre anarquistas y comunistas

El Tercos Congreso Oboero, celebrupo so mes decpuSs up ta huel-


gn óe Lsopolóioa -25 de junio de 1920- señala el micoo de serias

171
Oiveri^noSss aro nusne» da Coi -h■ti;SP1leoclUn polloica a do les cola-iones a
canoenor snn le Taocero lrotectodcioAaí. As1s16n 105 delún1o-os> pro-
Cóodenoas Ce 8 Euscolos ir dol U-Ostroio Cederai. Al caSe: sie varios días
Oe débalos» isl COoieoo Oo'i m-Cnssa tm adhesióc a los aloraooe So orgam-
acaeOn lOeosoatias y su reduzco o toda osmios cuca centralista, 01- recha­
za si misino llampo ucip enupcsihSt’>n tesoPento a lo-rco la óhisesión de
las organizaciones obreras brasileñas a la Tercera Internacional. No
oSssaoiC1 ios enrodado sica mmi'cn Oe simparío cien eí or^uiomo polí­
tico ocaax-sc.3.
Puo oso- époco i Florentino dc SCaovaOSpo perene set el Siniceo ansoquista
on redonocoer la -^r^^urc^^as autroltudo del CrOcto-iOdoo o en distinguir las
adOccncoo qies empacan acrioi-tisiid- y oomimisisas. ICesCe nsúsia1 dc 1920
sos sotícuCu en A Plebe daos cuenia sSe eodSentaeoicp tos cat-eCersm entre
ooorqnitOCt y Oolchcviouao ioUSULC.
So coz : sin embeagOo no trasciende; Sos mCtcrn oompañeros
anarquistas So aislaoi -Sirmundo que el aten 01 icio n^idrrri anarquistas
rusos y -CDieCeosqaes es cura invención dp ta spreore burguesa*.
OiorsitíOcei ole CaideOdo ínsula coionoes su pro-io oreu^^rio, A Obra,
ConCs sontinas su: campaña de eslaoei-micnso1..
L-—P1tctbls^aaI0l e. ls iiie-ív rio ule Cu -inirq-i isleo ansÚpSno empe-
a1náss os tomas concievcio doi uso-ianse OnOccmeore a punir de una
a^s^^lírc^^^^n Oc EsPid MaSaaeyua puSlicada en El libertario Oo Buenos
Aloes y itoOusiOc pl nrr0ugoCs para A Voz do Poto y A Plebe, en la
euaS se delin c Sp prácrito iko -occ idelaOevCquoc nomo tina práctica
Cs^iÓtiCS9S.
Euts tosca de soñolencia ros es sis s-oOaroo unánime dentro del
coviciteitoo anasquisid Mullios Oe sus i-s^^ss^aptCo posa- em Argen­
tina: Colombia y otoop poísas» oe addieoc n si asoyaeso aoesunUc-a. Sur-
roo ítdeoas r~<c deSoendeo Ca ars^rnet^itsíci^Oiu de une o^gemSpaoión parti­
dista y: que sostienen (peía Os tCiere-aSara pósi pcoietaoaOu or ana o medida

10. .A PloOn 1,157,70rOt satinosOs 1920,cCracSsswo jeOs OS/ F. EDUSss, op. cc, p. 10­
11. ««Ve— Odias bo-oUccrOveau, piioretruc Usiaonos cl Eeisdy Omosenri recsg: ier^lOr-e
Orcnscu Con-mac el Estado CxOslo soquee,A Obra, 23 ds 1>^OtosnSst sOe 1920, «CiacOc «PC
(cho W E DulUos Uld.. p. 116.
’2. A Plbe, o° ¡89 13 So uocesobne de 1120. cciead roe DuHes, lbíd., p. 116. Eco
so—ríoececoo al idPdsuSOtici od Oo «Osomiyc -Os poaonnart oiS ccon mesen ionio ir teso
indeSes ola la de Sities— íoticmm 10» iraonceólo cidosqairta benU-oSiooa cscu dillcS 11 ecounuoso-

172
rransiooria». DirSóentes ^reor cindidales ^raniCiesran su in^^rés por
le ímciaÍvba parcídissa. El csósanario A Vanguardia tiende a tsónofor-
merre en una uubilcoyión píO'rovié1íea; nn 192í AstoopirSo Pereira,
luego de htSrasse entrevicoaXo con en ibakasde Ts ie Teóceta Inter*
ór^co^naL se Seise comunis^1 oígemza un ór seteno a las
víctimas Se la ouqesía en Rusia* q csóa eoi lío de oaneiro el Grupo
Comuníeea, qiss odrrasá pi perineo Movimiento Comunista.
Conriderendo qun ip cdneinuóiclón do le ptsléstíca dedilitaba el
movimíeóto onsroo, A Plebe standóna o^r:v vedcr ^rsoi titoc i-neis de
corieídó antíbolchevioue. Síó embsL^goí cusóóo uós coórrrsócÍs ób-
cíonaS de Grpodsr Omundcas desirle csr as eí oar^^Cu Comun-sca bru-
ríieño -maros ós 1122- y ceastcen vlruic^cos reltrrVds oniianerqu1Lsta5
só la piensa omuiunista (O Intemateional ós Sao IS^uko, Movtmento Comu­
nista y Voz aaimpAip só Rio - ¡orrierioceeine O Solidarlo eó Stórorsi , Sa
polémícs as eestriar y ereerrr si stÍrmo 1^1 smtea rsndsncis.r.
No as erare ds uó díálogo. e óo rer ós uó díálogo ós aoróor, as
creta de ónv vlsCencv eo^itstnic ción enírc oís proascoos de organiza-
eídó socio 1 fnndeseencelcrenre dióerentrs, Eeor confionracióó gira en
greó priste r^lcsdodns de Seo ^qoctenioriecros orurridos ey la Unión
Soviédca . oos ccuóunsrnas, con ío viole cera qaraceeeísdnr do! nuevo
converoi) , cuusa e o í oó anrrqbídsor ^oeseame^canm> Enoinc Góldmann
y Usrlmnó de r:riXcar al Estado ovviédco oeis no eaSrpc peóodo oÓtener
pusrtoa só ru gobíerno; drtlaraó, por otra parts, que ior sóarouÍaisr
ruaos se hallón en prisión pee roericoc uosa unes y qua e i lídnr qeerrille-
ro tampaÍÓoo NCoroe MaOjióv srir es síóo iiii «delusccente nsuóún y un
rÍrvÍsnie de ors urrareíat S^Ócoírc^^i,3.
Por au parte| íor snarquístar ptibliuóe ene csrie Ce astísulos de
Oiíccicd rqereioneo de la PSEP SNuava Cn llrioó Ccxndysica) y en ge-
ósra 1 onS a lp poitsSto bolcOus inere dóriinnda a adaes espétales ex-
rrenieoos, así como la a^aducción d e un a^tCrlclo de Emcs a Gddmann13
14.

13. Noúmeno Ccwmuntp jroe, Sigilo y 1x^61 sdi i^in,<sx^ai^esóohnW. F- EDtliiq


op. cc., Ha 195.
14. le ex|nlrrsnia Se dRie sfeimusara, sw¡|oo qeu riculeiJiur iisoray nle clara lur ós
lor Sa^Cao, q eu irodo ísoo rscoterróa cclreq^Ursa qeu srr esa rcsrorc c priroorec, nó ocao óno un
CSdj murrio que psrshge lr lítre íóícísiívs y sícííiíIr sói -rs rrcaas». E - a. -ndnaicb óó só
Plebe, supriemltr de 1 112 el cídn orn orilles, sí, <ol., p. Ul.

173
Lc polémica e^^siereut^ en divareas fosar; O esreru de lo corriente
libertaria . El 1 c do onuyo d9 3923- OaLio duz p otaos enarquio-s fun-
Cooi roo embrión de oogan1rceióu sierpcc, sicas, C1U emane'pados», y
editan e I mensual Revolución Social, en e l oual sc coioics Su soeasez de
onícuiiss Cor-isInoS oo en A Pibe y O orlonrae;ór osinSlcsICccr. iSc ese
OPoueC1Cll. Deudo opeicsOrs Oe oros año, A Pibe íníciarl t a ocjdCica-
aión de tona seole Ve artse ulos dn COiolcicS es ña SenOo ta naturaleza
autootrava do lp prdctico do Pus yertCOos comunistas.
Los ureo^s^cl^e^s^ sindicatos, na CsbitCtadap por loe pepróolón secadal y
la Civísíón proscsvlda cor a Oseo endiento» sanaUSlotor saCron los efao no del
conflicto enrae oomunii-ai s sn.eequiita". Lioesa de lio msteoCP t^teócsión
nontro Os Orcel-a Ce asor^ldcaí^, csrctca Sao ICsroriSarísc de 01000,300;, don­
de case abaleados cuotro obreocoi -ciazoo-abei 1 de 1920- y conoto Sos
erriScOorao de Sitúes -oíieler-Crn. de 1920—; hieres -Os la exy^díce'm dc
coevos leyes represivos on toreen d1 HZO inrdeoo'sndo nuevas penas de
011-1óCl el sierre So sIdOicctur y lo eaouls1ód do cetracjinos san mc-
nos de ^ic^sos aCtoo de secldanoia u p el pc ís, Lp lónona iOn de ion nuevo
yorS1Sc oolri1sc son onp•rcooLC'Oss Os vonororCio obrers os-rqucbiojo la
Ouse01íeac0 do ou resooooscioItto do Coerzas.
En —azzo de 9223p por ejyooplo , lo sectasiva dio nonócruoción de
roo Fedeoccidn de OSataejadu reo de O Re s^<Pm -Ceyoral leí Boa-l, aus-
yec1oac oor Floccotiun Oe VconolOo, fnccsrc coto oí coCisotosiooop
Oo amlUse ocdoecooti lO^cjieCaOrno o- atiesa como esooilcaSo Ocn oa-aniza*
clones rivales: O (Oda radón Ce Tsabatudo roo de Río de -cneioo (T-RD,
s ls cuca; los aamunosios arrióte fon iCmcSoueo piotsmeme eso-nómicas,
y la Fede-seiC n Obrera -e (Sos So (FOO-JC, aoetcosindicalLSta.
Cl coocflicco croira ambos corrienteu siiá m-sO en doiocminados ca­
sos ooopsrrcihces violentar. Asi, m I 920 rsou oh rV oso aCc leo oc el seno
do uno oo-mdiea dc la ión ión-da Toaboiu dores CrOtícos de Oóo, como
oosultado Cusí oual soorioán dos miare roit enere eLloo -ir anscqulsra. En
otros toscos, Cris csrcunlstoc sos vaáOlsráu un acudió al saboiaje de las
movilizaciones y organizaciones anarcosindicalistas. Esto último sucede
etc eboil c$c s999i (durame 0- Orus1^ otoicoyoitia psoc -s Uosdjn dn Obreros
Oe is CCuss-occcTln Civd (UOCC). Durante oí lieere Ce esto organiza-
clón, suSosierilenio sil einosOs sis tisiii impíos opo 1s.ro el -ttsurSaesa 0-sss-ardos
(1924-1926', ios scmunoctoc Cuchan una accdac-dn rivad la 01-0- Re-

1I4
gí<o^i de sn la CCslísr^.icdSj n Civi 1 (URCX)). Ciióndo Ip IW
rseparece e a ia seglizací ón dó una hudga esot la od^neión de
rsívinditeicOoIsa3 ealasiaí<is, ípc celreuniaíís vISen caa las esambleas pie-
óerias ys hcdó n llcmvd os ee h pre nra pada dír uadia rr los n^abajadores
óe csrriCiprr eó le ejovllL;!ecidn'5.
Usa organizbcíonea liS>erinrieí son uu^j^m^n^ o^esades con osa-
ridp de has fellídoa levanecmienjd$ milierrds de iuoo Se 1924 m Río y
Sdó Pando. Al amparo tSci ao^a^ de eRSo. quo oó brolongqsá hosya
1126, as multipiisan Íos aTrvaiO5, Orrb0^íasiobee| allanaj^iyntqs y cie­
rres de oesalas obro^. A Plebe, clausernea oros el rí^c^^'^is del presi-
dense Bernardos, no ^^srq^^s^íia^^ bast2 i9eó. Centenaces oó erisione-
soí arráie vpadueidos o lite ecoíeóe de coecenmacrób oíiilódos cn isLas
y rernoorios iniíCspOros. La opienia xoríuoia de Srecdelandie1 sn la re-
gídós lieí■lrrooSe oon ia Gnbóana ótq^c^csa, rersiqieá entre y.924 y 1925
cerces de mil prioionoroeI do lcs cuaLco montoc cxccd cnneecuencia de
loa mahi trateispeniys y lc^o 00^1100^5 insalsbsns alrededor de la
tercera paste. Eetre los ana^euistqs quó encontrcrán la muerte en
Clevelandia spc cuensa co bsOaSd)rador de A Plebe, Pedro A. Mote. ón
sats csrrioOo Se ^eenaK^n y dívisións fí bC^ly^cotn obrera o las ors-niza-
ciopea amdicrlas ^ufi-rrá mía baja notable1*.
En uó ee^^irisereo culbíiceóo en 1927 ón A Plebe., loa ^^^1 scon-
óocsn loa rvei■ced$ de Ioí tceminkbr1 en las organg!acijns<d otrseeas. Leeoo
óe le apotScdón de 1 a «Imy Sj.s4sml;i. (oí^<osío de 192 0’u ic-oe conlélnpla
censr de priridn pare eriensr óífupneó ceopsgsóds c.onr^sris el orden
satetOstíóio, A Pk.be c^s^l^rr de erírs orí s eppaoio ,1c ctoeo oñsA, Cb opee» de
sais celriodOo, ocas nea^qírisaas ^e^siseís ppo coióo numorosos.
Entseiento( íoc comutiisras ee leó zs n oc cornoanso1 de SÓ 2S en la
campaña eltorsl^al paóa eonm^ssnOciSto de oa uevre pcrlaiooenon^io$, or-
gbnigslndo ór Sreete elvnioeal ocnomonado Biósnc Oboeoi. Peco des-
préa rl bCB aurrs au crimrr cíame ós ím^rteócÍa, sl conrrítuírae m
grupo rootskisie eetalscMpo pos e I ex díriganas de ió rnvcntlre Comu-
óirtas Lmo Xvvier.

15. icoa W. F. DiiHusi oa. ol, p. 183-184.


16- S^¡g^n SAuier, ós 42.2150 reStiS<dorelieeeñ;snoorse SrbsrOr idoo pcvieLsen 6.004
vrgecízseor en 1916.1(OusW F. Durlls,op. ci., p. 301.

175
Durante asaos vo-osi Sos comuolases dcdiian gono^ífue aeSuedsos a la
aonsirua-eÓOn ola an corseo rio- orsnsmisión es el mundo sPocero. Propo-
neoi Cr consoituólód de csasdes 1tinU-eneojS pos -nduscria, dedicados a
lc saciólo oelvltodlcatlva eoalusivansenseo peoro lisios o res-a-acoler a los
llamados iCi soovil1raeióo hec hpos i-ar ia- roamguaddi a» le. PCB). Fi-
colcoioie, sn abril de 2909 V PCU consenos Osiodas ls iplisnfederación
General de Trabajadores (CGT), de corta existencia. A partir de este
año» 11 en pyicoctc1 sopo -s1eolCio iSo) adsemmicnto de Varaos a' poder,
los comun-sia s sorcác a sis vos a^-^r^^^cs^^-e r^o^i^Smidos-

5. La Initítucioiaillzadón del sindicalismo

Al ad—enzoir So nueva ^^c^^a^ la neoCaOad íoorcileñs pnsesie <tt-eot^r-


se hacia la estabilización y consolidación del poder estatal. Esta tenden-
a»- c revela - dosorcó-a a paréis ole óa^ oüccdsiiandoo oCeróanooss
s) El prensad> 0 ts usitrsricuclón ds 1^^ Ootsrseta<-lode^, lo icíado déhil-
co^oe a partir da Pe oolvteoo guerra mundial e replanias-o nueva­
—ante coreo otrncueccvcio de la soase ca^si1 29 ^09. sapo una parte, y
la política rendente ts c1rasl cac-tele$ aaluan^^c^ostr nor sOro, inducen a
uo sector Ce loor grupeo Oesemóosjsoo a estabilizan las eoSaúloner Capi-
toi-TisbtOs y o iesorec«ia la eipo^^Lera O e iric mu rcado i nter no oue res-
ycaCc s ico daeerlOcCss Col npscoioilc c-oetcle-ts Sel ocr-. Ls
1hstitucCocaii-ac;mn da ío íntervóucPOc esta tal eco icio t^^nl^^ptos Capi-
tal-Tceterjo y lo rstst^itL^o^;ci^^lCseaiOn riel sindical ioscd cS^dpoen, pues,
a una ncoesiCCid Otó^-^iC-ic^ de los gr-apers d si poder.
S) Lc codann1acaeOh do los uocc-o uflcioíst que itgeu ico oolssiooor
IcOorcSpo se hace sonso máa nencsvriPt -ara los oos1on negencdnicmOi en la
medíOs en 'qoe estas normas ya so icol San orsabics idas e n los puLcos euro-
oesa, un CtosCuo Unidos e lecioso so electos naíoes Col áopo isrínóaociéoí-
ccoia (Médico, Usouciaa). El aar^eaccsd^íanto cUo costes de pstoóoedión y
Cu prsxeSm eelaiaoemonsn ecpeirsttsio-von en las telaosones cocosciolos en­
ríe Br-sil y od exieeic i» exiprí o- ir I so lanío la clribuc-SOi ilo- yesinUm -ou-leres
si Estado y su i^ir^ie'^^CSd doro«re en Ce economía.
n) Estos secsoee s hegeósónlcos, a nocoOse del su teréo ico cional y a
sivaés -Oo onc legislación Calora- a coaiaS qsu slmcC0noamente repri­

176
me y otorga cieña$ garantías a los trabajadores, obtiene hs adhesión
de esteas últimos, La ínstitucionatización del sindicajismo eepresa asi*
míame.) las rapirtcjcees Se csa tcctor de trabajadores adOerido al mito
del Estadoceación a decaosas de mentenec deasro bei merco del siste­
me, un deseeisinado nivel de consomo y de prectaciooes lsaciales.
ó) La rersTsePórí y núli^rariiricú'^rt dc las redáctenos iabortjar activan
uce dó^Cc^xba dd miedo quc iT^^s^<srj a les trabaqadoete a oóendonar la
poiítite de loa «puñoa es rito» y r buítrs cuevea fosmeí pese dirimís
loa toinflicoo s Itooreícs.
Ue Irranrrercnci a ideológi ca qae op opara del anarcxrlneivalismo
ei verginsmo sísuSa puta de la sonsuyc¿aes dv divereos feas c^iso, ideo-
ldgícoa y rtvsnómivop, qua pc rcaqífetscbyb ya dede mediados de la
década drl 20 es e i oonflicoo entre 303^110130 c cómenis tes y en la
tendencia hae ia la odoyc ión oa formas da edótesión ioc^^^^cionales
(formeción ee partodos, psc-peipa: ión rec eoeccioncs, etc.).
El golpe ós Eaeda ds la Alienta biaccb^el Lieesel, oc ctrsuóre de
1930 (Le «Revolución» Ós C^uiíks Vargas,, mates usa s e n véa]e laiiróe-
co. C^^scíííóí de ocas rtcoaras iqtereóoadq en aerualras ol rol
del Eatedo y en ía idtutixioSenglicuyión del eindicclO^rqi tiplee ia adhe-
dide de ampióos recorres d e etete^ive^<dpys y de intelecrd ales y ixoaticos
dvtirliíteí y srputli ¡teños cocno MeurCío dc eecei^c^iip Ntceóior Na;xíierínjo,
Agrípieo Nazeiéi, Everíato ór Motía y Joaquín PimecteI7.
Vergea nombre como prime s ministro Sel Trí^l^^o^ 3 Linderos Coioor,
edídtióo porr Ngeard, mímense, de MopIís or Jorge Sirsetc eu ineustrial
tqxíii |brrtibríoo dd Srqdcuóiamcjmo uagUea Peie ,0^,1 anadides dic-
tedas pors asie equioso er^e^r^óaó una leqcdreeddnte símiHtud con las que
promulgete, por le míame épocs1 rl óuevo gotísmo iitqrrl tolombíe-
óo. El decreo o 19.770 de 1931 us un c|eoiplo rlustopelvo ap teopecto.
Eate decreoo, oonododc mone Ley de óindicaiíycc ión, utsoóecion aliza
el conrool y ommerimienaq de hrs orgenozaciones icoreB per parte

17. Laceree c biernmsnio habíoa esec:cb^i dedoe 1917, en 1a clehxbrr:ltn de uy


proyecto ór Códígo órl Treteio y ró otroí scíoí lsgialrtívva IqcdiscIqa e ^1^ tirrtea
crrdtsiivcqí doiislqí y uós rrghmrcreciyn drl tretelo. eaí como só le trertiye ór uó
Dspatumento Nscíío^í^I dii Traes je cLVi ru^^xonss ale á átirro en 1 loe toflletto ía^rtjellq.
e.etTda.iiuce ó ln01idjdIVvO€aleedaltuadei maersctl Meiems.ifcec^.ciCiiPVa^rieiorec.
te s! ae^rkiei r^rs^a^iv od rPeimee varveísta. m quito qop quepo eolítCols scod !iocu
coótióueIoc otu1palódjctrroj en ei MiiCidtq^ oiei Tratteo.

177
del Estado. Según la Ley de Sindicalización, los sindicatos deben co­
operar en la aplicación de las leyes para reducir los conflictos sociales
y promover obras de beneficencia; en su seno queda prohibida la difu­
sión de ideas de carácter social, político o religioso; deben estar inte­
grados al menos por 30 miembros, por encima de los ¡8 años, dos
tercios de los cuales deben ser brasileños; la mayoría de los puestos de
dirección deben ser ocupados por brasileños o extranjeros nacionali­
zados con un mínimo de 10 años de residencia en el país; los sindica­
tos deben proporcionar al Ministerio del Trabajo el nombre de todos
sus asociados, así como su profesión, edad, nacionalidad, lugar de
residencia y dc trabajo; sus estatutos deben ser aprobados por el Mi­
nisterio del Trabajo, quien dispone, además, de la facultad de enviar
delegados a las asambleas generales de los sindicatos y de fiscalizar su
situación financiera. Solo los sindicatos así reconocidos pueden fir­
mar convenciones colectivas de trabajo.
Como en Colombia, se desata la fiebre de las personerías jurídi­
cas: hasta junio de 1933, el ministro del Trabajo afirmaba haber reco­
nocido 372 sindicatos obreros y 74 de empleados, totalizando 68.330
asalariados; la adhesión de grandes sectores de trabajadores al pro­
yecto aliancista aísla a los comunistas, trotskistas y anarquistas. El
Centro Cosmopolita, bastión diez años antes de los anarcosindicalistas,
invita a Agripino Nazaré a explicar las nuevas leyes laborales”.
La reglamentación del sindicalismo y de los conflictos laborales se
acompaña de una serie de medidas tendentes a estabilizar la masa de
trabajadores y facilitar su inserción dentro del sistema vigente, por
medio de una nueva política de vivienda, crédito, educación, salud,
alimentación, recreación, etc. Dos decretos, en 1932, instituyen la
jomada de ocho horas en el comercio, administración c industria.
Los comunistas brasileños, como los colombianos, se oponen en los
primeros años de ia década a la institucionalización del sindicalismo.
Hacia 1934, ambos partidos así como el grupo trotskista de Livio Xavier,
cambian de actitud y se lanzan a la disputa dc los puestos de poder cn
las nuevas burocracias sindicales.

18. Dudes señala que d Pdcmayode 1932. la Federación del Trabajo de Río promue­
ve la organización dc una Conferencia Nacional dd Trabajo en el palacio de Tiradentes,
presidida por el nuevo ministro del Trabajo, Joaquín Salgado Ribo. Véase John W. F.
Dulics, op. di., p. 498.

178
PírKiica afeftrg di cofhb<f«
ktriuj I Thrít »<jBcvt

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'* Cor!» Supcirni

J-

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hhll. tailrt

179
III. Aitieiotino

I. Nacimiento del movimiento obrero

Ei siglo x: «Ese sílice en qcio túdoo Cm rnc/tie ia la hudaniiad iton a


ser' resueltos eedíanfe ¡a ciencia / el Progreso <Jc Iss /ansa en les le
ponía a ios hijos nombres como Luz y Libertad, y en que se constituían
bibliotecas de barrio llamadas Músculo y Cerebro*

(Ernesto Sabafp. Hombres y Engranajes)

Croma on la ootyooís de los s^r^lsi^^ loiiooacooricanss, la segunda


oiilS dd rigió rxn e$ cn la Argeoiino pp ¡osLiolo Oo ucdisn¿A orsns-
íoooacioitsi on el ooloaaoctantci econó^iico-11<xtlai del país.
Le heeencla colonial sado teioeno ante hr SOtoida de ceptta^es y
los nuts'ie1 formas Ve producción y Os' olgaalea1S(ta reseuuC que oupo-
000.1 Si bien la r^^ou^^r:^c5^ agro oxtrnotivo ti aroasanal signa str^domi-
oando, oe olesaoridiip uaularesiactranse las primerau indurtolac moder­
nas al risoao do lo tevolacióla iriduciolal ^ui^^si^^r El cisterna de
CLmunc1ueionee se mxoSernozo y se evítesele un rónciiee Se tos iropera-
01^^^ de la opooscac0en. lot red ^vi^c^'^isiirui que tiitel14add 4.C02 km.
en 9885. llega en 1390 a ^9^^<1C ir
Lo imd usarla consigv el derorroallc dol pririatariodo y deo pro-
cc:L ríe ubVcnircrción. Estimo lio la emlereoidp So tos sito bol eruto euro­
pea Os justa vi fvoóooia So lv coaecai^oaiCa Xo iicrTSi os 1^ cvo-
pnil ol éxodo Xo use ^000^0 Sa lv ptiClieión rural. Es 9868 un 27%
do la pobladOn habitaba en lau lrLuíiedee¡ y on 11 47 la próiorctón
habla uublLo a 62%. Boanos ASres. el gputo muereo oríentaOo hacia
Europa 1 ceuee monruouaortoente: en 3 853 cantaba con 9 ó.Obio habi-

189
tcotcor (entre los eriales Cus mil obscsi),h y r 1880 u u oosSCeó-rán llega -
Cs s los 500.000 OcCeschtes (42.000 0010000)1
Dos- htoioo o imo^ioiarh^ies dioiUrmiPSr -no iiqueUa -i cuica a la Argén-
tima de 1 toso si de palsos lasi-—dmencanoSl El piOoia re. es el iloeeoimien-
tu rclorinaccnse semo-ono Oe su industria -en ’QCKl ya m Oa-c-an 1^1--
laOcs las grandss industrias OógacriSca y rustro-eraai os oL scesusdn es la
ac^lío^r^d sPr S PctóCsooo mi-caiorio espon^ qsc cePu podría rer corcoara-
Sie, rao cienoso rcscovor, cau les causo Os Uruguoy y Bcoril. Eo oseoos Cu
ceOlo 01010, evoca 1924: llegaron a l a Arenóme ciuco irCOIcorde - oosdia
Oo occbojadoeee europeos , eróme los 0-10-02 200)0.000 italicnoa y 8780.000
paocñolesl Pac otro pir-roe 1 la podCneihn toiai lCei ím«n que esa en 1800 de
6 —1110001, putÓ so 1930 ts o^íií dc ’ i nCiiooos.
Et ou periCodo Pe convuisród social t si cnamor en aucnt-i además
Oe loo OepoeoCaca s cíclicas de lo saooomtc csprs-Cjaaai lp imuortancia
Oel flujo seln-asocio y la incorvorac lOdi de uoiaqiolo aria si Las industrias,
oosulia áCci, eopapocndea la magnitud hót Sanó-cieno SeP desempleo.
Los que pueda so -sabajop. -000, otas Casto» intescctoaibi an -u codo s-r sala­
rios lerisoz-tuei . Isa jornada Ce trabajo: —ole ’4 y 16 Ososos a itnaís s Oe
sigio, eiocniadur a —conde en ccndreioou s exOeccieiooenie Lntoilubrcí—
onu retribuido cnn asa-arioso da dio -o SrPS palco eco Cao sSOidadld y de Cin-
coano cénenosos a on pata en las pneelneics det interito. lev -idOco y las
mojoces se sumecen, pos- tudados ad n osás S-tCnorion al n-bea— mdo ^$^--03-
Osdo. Cortaren la Peticnuensia q lp nsos^o^ioóaiOn: case mochan intUc-duos
lesulio prele-eitile exoncrnsc a lp prióOOn a oslas o Si onuerte i-nirc cus- dcs-
Cslieceo de Oa-Ocsc oo tus callos o- Ce ssereeov al o■sbay0ipOsión.
El Oosampleo, las malar condCclc-neo da orobaSo, iba bajear caíanos,
is falta Oe educación y de asistencia medCcprUct1ol| ios rttrtrCnciones
a la llOerced Ondioidual e coieccivac 111,1 iucisen resiharTOseore a los
ludiviciuoa o la ssóeÓón. Cica Ocitiae los ojeo-dios- Turante Oes i-ldmas
Secadas dol siglo te* y Im i^Oeo^-^í^^ leí seo oleteo l-seas eco Pe lo- mn-
atclonoos oneciólos más impelíanles en Sos disoosrip del osOs. Cuando
doclmois ímlur^aance, noys reOerOsics u roí caeCcier radical y alp m-pli-
rud aCcan-eda ocas este raCúc—isino.

1 sAins-o HBlioiC; Dl anarquismo al peronismo, Bisóos Aireo (Piñ «Lio, 1 ^>6, p. ^8


2. Es i!8>9, SadOít 1 ^<^s^t^icdisiooi^sr^:^(^ 1101000011011101^60 idUa s:yrsno0nlOld
Oo 30 opii-t el isnoitnut dn le Arc*osiOtiaa « adi 049 eylo Bureos Aires aVisnGireoSSaeircsO
POiica y sociedad en un época d tTaasiciSn, BUceoo Aireo 1>i<Ori OJPl l 85- !C1l

18’
Desde un principio, este radicalismo buscó y encontró puntos de
referencia en el anarquismo. El anarquismo, bien implantado en el
movimiento obrero de los países latinos de Europa, no tardó en ser
aceptado por los trabajadores en Argentina como alternativa social y
como actitud ante la vida cotidiana. Por espacio de veinte años, el
anarquismo y el anarcosindicalismo se presentaron como la tenden­
cia dominante dentro del movimiento obrero argentino, y su deca­
dencia coincide con la decadencia de la autonomía del movimiento
de masas frente al Estado y a la estructura jerárquica de poder que
éste supone.
En 1874 existía en Argentina una sección de la Primera Interna­
cional (AIT). Pocos años después, esta sección se pronunció
mayoritariamente por el sector anti autoritario de la AIT. En 1880
llegó al país Errico Mala testa, obrero mecánico y una de las figuras
más conocidas del anarquismo italiano. Durante sus cuatro años de
permanencia en la Argentina contribuyó a la formación de numero­
sas sociedades obreras de resistencia. En 1887 se creó el gremio de
obreros panaderos, seguido por numerosos otros (metalurgia, albañi­
les, madera). Aparecen en esta época decenas de publicaciones
anarquistas: en Buenos Aires, El Perseguido y La Miseria (1890), El
Obrero Panadero (1894), La Voz de Ravachol (1895), El Obrero (1896),
La Vo? de la Mujer, La Revolución Social, Ni Dios ru Amo y La Expansión
Individual, todos éstos en 1896; La Autonomía Individual, La protesta Ha-
mana (1897); El Pintor (1898). En italiano aparecen, entre otras, las si­
guientes publicaciones. Lavonamo, La Riscassa (1893), La Cuestione Sociale
(1894), Vénti Setiembre (1895), La conquista di Roma (1898). En francés:
La Liberté (1893) y Le Cyclone (1895). En las provincias aparece, por otra
parre, un sinnúmero de publicaciones más3.
Un grupo de obreros socialdemócratas que integraban el Club
Socialista Vorwaerts tuvo la primera iniciativa de crear una federa­
ción de gremios obreros. Se fundó así en 1891 la primera Federación
Obrera Argentina, con la participación del Club Vorwaerts y de me­
dia docena de gremios obreros influenciados en mayor o menor medi­
da por las ideas anarcosindicalistas. Como era de esperar, las alterna-

3. Max Necrlau. -Contribución a la bibliografía anarquista en América Latina hasta


1914», en Certamen Intemacwna/ de La Protesta, Buenos Aires, La Protesta, p. 13.

182
tinas mentíales divergentes captasen-osOar eu cl arcoqdlsmo -a a- marxis­
mo no podion erenos-tir orna lerna -ida a core oouon.omss dínTlp ton -rinci-
plo oo oeporieron Cus Corsas Ce locha: Ss acciÓu osrlocono-rio y ls acción
dioccia.
Psia los socililLstiis siervos too los esocooelonsie nSreoao eraos un ins-
oouineno:e qup yísdía revoiecio lc cÓacción do cois oeeoereoisntes en el
001locdero, Oeurco Cs ls ostisrogio Oo dauosc10d paríoslos Osl epo-
nate: de Eroado. Ló lógica 01x0-1-151 -Ca P5gics oastidiosa- buscaba
Ootaroollar entra Sor rrcOclodores Ca clon do que fos beneficios que
nuaioo-h aíc-mzec Ooodnaích Oo 1- ccaeOm Oo los nsolscdntsoios ss-
alsíisisrs o Ce o n gobieanu socialista.
DeCeosooiu s y rom os so rsoiiss n pocos a [ecssi 0 e ta O'cdsr$ciCjn , y ros-os
uueasm una creootop cocos después y so seraorieneo al marcan (albañi­
les, pinooreos ebanistas, marmolis t^t rastrea, ecOtje Entreuao-o, suce­
den numerosas huslg as; 18 I 895 toro lujar en Rospric ls primera
huelga general. La necesidad de coordinar esfuerzos y de crear un
orgon-soeu que aslar;icmre la acción notuSonoa zSe tro; riiOesentes socieda-
Oso de rortroettoia secuía plrntoOndose.
Le prese— dedcraóOón cu isos-vierts ^í^ioOlinemeros en una agru-
parlón 05001X01—0000 nclrs1cs. So Óoosmo Ce pocoro, El Obrero, a
Uccarm El Socialista y cás saeCe La Vanguardia, órgano, del PaoOdo
SsciCiisriu.
Cl coas nos Pili ao-ouq-ionoo en CXose itrios -id ve pilosa sn momentos
on que Cas tasodtsocionpo pertidlstac pierden crédíro ante Cas -electivi­
dades y ce Callan reíatisostesdic deOClliadao Oreo Ce^^^lou^los^-s parla­
mentarlas noCcas, profimdoostenoa desposoi-giades, note consideradas
Oor re -lodúcoroo Ce 1001010000' no iorao-0Isehio aosrnuirrati cosco
oí escenario de un aireo Se mala categoría.
Ls Oebliided do - as inL1nsolceonco pooOoociasiasior n al noeenso del
anarquismo emn Oeoómcnoo en esrseaSea ínteóre ración, a icos cuales se
pueOe agreear si Os lo emoonrsocic Osl miiloarirmo en lo eiCs nolrt1cc
cioeneina. O n erocor, cuando la t^sino^irióuac^lón r-sO occrar-o -el Esta'
Ou y C dlsacólóm da lo sociedad en ou conSumoo es de l^o^ada a los
mil1tas<-c , directo 10 1101X00ssamc:os^o, ostr otedio de g<- SOesnoo militares
u ale gobícnuoc visóles rostecaldos ol cunero! S o los 101, iio reo, se consta­
ra que la intervención milicen cnoose oo raromanros Se caéis profunda
doiS siseo roa por, amontarlo. Le altnonetiva mi l^u^r cr Suresada válida

183
por una fracción de la población cuando el sistema parlamentario
resulta incapaz de canalizar y recuperar el descontento social, esto
es, cuando ya no puede asumir la función de gendarme del oiden
democrático. En este sentido, la alternativa militar constituye un re­
curso de emergencia del régimen político democrático; es, pues, una
expresión del régimen político democrático. De ahí la preocupación
permanente de los partidos socialistas y comunistas: cuidar de que el
descontento social no desborde el marco parlamentario. Esre desbor­
de, en efecto (llamado por ellos «provocación»), los sitúa en un terreno
en el que son extremadamente vulnerables: el terreno de la subversión
directa del orden burgués. Durante las tres primeras décadas del siglo, la
profundización de los conflictos sociales condujo a una polarización ideo­
lógica que se manifestó, en ciertos momentos, en la alternativa anarquía
o régimen militar.

2. La FORA.: del primer al cuarto congreso

La llegada del nuevo siglo coincide con un aumento de la comba­


tividad obrera. Los obreros marmoleros de Buenos Aíres obtienen cn
octubre de 1899 la jornada de ocho horas y media; en el mismo mes,
los albañiles del Mar del Plata, que trabajan 12 y 14 horas, van a la
huelga y obtienen las ocho horas; en enero de 1900 cinco mil estiba­
dores van a la huelga en Buenos Aires. En el plano doctrinal, tienen
una gran repercusión los artículos sobre organización obrera de Anto­
nio Pellicer publicados a finales de 1900 en La Protesta Humana- En
ellos, Pellicer expone las ideas esenciales del anarcosindicalismo y
sienta las bases ideológicas de una organización federal
1901 es el año de nacimiento de la nueva Federación Obrera Ar­
gentina. El 25 de mayo, se reúnen en Buenos Aires 50 delegados en
representación dc 35 sociedades obreras de diversas partes del país.
En este congreso, la FOA se reconoce autónoma frente a los partidos
políticos, acuerda la fundación de las Bolsas de Trabajo, se pronuncia
cn favor de la huelga general, del boicot y del sabotaje como formas
de lucha, aprueba la instalación de escuelas libres patrocinadas por la
Federación y la necesidad de luchar por la rebaja o suspensión de

184
elo^i^^^^s ■ C^mo sa obovorvo, ec iste oioi neto 0IcPo1,sSoooi cnarquista
entre los Petalados aC OSrngreso.
Oro apooboms>t| oreo sopa parve, vsrius osneon de o^rcacl:tncii>n rela­
tivos ai sSsienrs O e crnocporvnno , o Po piCocloa Lo ro^e recua asi y ales y a
lv oaprecentaclóo de deitpoidos -las oeccinnes foSecotes rauOrían un
Salegado mor cad3 900 sosaios en ol ComlsC Fede|•alr oin pasar de 3
Solidado^ aOn on ci soso que la recciOs oesns más de 900 socios-.
Le polémica entre cirruqulsiíi i o saliitOSscC)t reidimOs oc saobargo
oa til seno Ve i a uovvva FC1A. ot otoo^i^ntos do lirio agí n^oir^ie social
oo naria1 oactes dd paíc. Etc ucTtibre d9 SQOgbi goblepno deprime
virlonoamonte le Cuel gil do or osido r be ooC rotos de la Refinería de
Rrevtioi un odreto ausorinco coc abalnado «o>p la par1icra. Spu respuesta
« una pian huelga genacsl ats RosvcOo, acosopsinado de mítines y
ov^^^^^ií^^nce^s cn otras portoo doí peiSr A mediados dd miamo afio
sa desala en Bunsoe Aires una lousigp Se ponederos, ars donde se
uiSlirv til boioot y sS sabotaje. y ijue linaloia ai calo itp. vat^ai id-manas
ero On satisfacciSlo alv loo selvindimooionos esenciales.
Es junio Ve 19021 coas eolste1lcio de 76 gelosadcs pot repooseQta-
cióra ds 77 slnOlcnSsíSi tv «ealico eu Clueoso Airee 1U Sogeo^<j C
so de On FOA. Entra ion Vis^o^sna^ ^cacrOos |u OeoLsaoiPiOb ropsebados se
cuenca: cdoiicióo del brada|o nuratumo a del trábalo en las cárceles,
ofíodición de la Jornada de emho Oorao y 0^ lus lumencios aalariales,
rechazo ra tes apcnoiks do coVxnotsneu (qve or saaorciieoOc combatir
creando LasOssis tle irbajtaloir ea^)pa^■ia entltriHlsaiiap, aamaasa pro
otgvcíizaceCn Ce las iqaTpees rcebdJaOosaOi etc.
Lre et)aloli$sas 1 an0LotlTPoi(n era C OdtvgrenOi Xac íSon sesrararse de
lv FOA i SldC 19 Abid aOi SantiS iPc, pcriiotsicoiri eO la t‘OA o os gre-
oíos sleaienrcs : loucácOcor o 3x0x101 seiPerernSt totibadoanai coche-
ome ulnstoS| panoderos O cecciomsd arrea griCicpri carpinteros de
iosialacionep paca sol tsilne|nc1ta del gcnaVo un plei fundidores,
oobo^r^u^^^, rojaloTneor g gatrelsd, ms^iqoiSsras, caoptntxros do ribera
Xol RiachvelOi erbaPSles) luagaodoraz p topaseooii .00x023639 7.630
smelos*. Las soelodader, ahhes1d<so a no 11 le nedcIeció^u, qus coi reti­
ros del Csegresc con lan uigoianncoi consoructotes du canuelos y ca-

4. D. Abol de Sacstllln, La FORA. Ideología c trayectoria. Btu:ii(d Ales, SS1eYacclaa|


197111.99

185
rros, tataborierosc cepllles-or, horneros, pincoteet bronca ^5, c-arado­
ras do Cosas i eS-nusOaSc cundusicstó sCe coreas cr ooancioleoqri (reos t-tali-
zah (lS30 socíoo5. Estoy gremios fOcciem eo: enero do 19^3 O dinióei CSsne-
rai Os TosOstadores (UaTT)i oes e se -teosovo -oooci ral 0oa1t9 9909.
Ls ss^^itucd y Sa oadicolidoC do ios ha-oigas ole seras O usante la
eoOoosda cniced del uño USOS deriven an oo pació o-Creutamiento con
al Eatado . El orden ceócócuiao y soctal es aacsjO0sno por Ove; mu-imien-
tos Oo los panadeaos Ou0iclsnoscoil estiCodorps Opándolos de ooviem-
b-el y loo cinco sil Oisbsjs¡tooos Coi Mcicodo Ceoorsi Ce cruoor de
Banca cas -Sel Oun Puso estos iCtOosaos m solidarizan los Seiyouiooios del
Morcado 0001x31 q -os itabaSudurce ds ios galpomes dP ta Pl^ha Once.
El 21 Os erevlemCrei loe oeoCmcn mil coabaSadoeoo d e te Fedóraeión de
-oOados cnaerdac adhaeirso -0 ecorotoico na de solidaridad si no es
solucioneOo eP pliego dp t1>^i^ia^^ns^s Oo los riabeladoros deC Mercado
VeniaaS. Ei gobiaono decide onsor nos uno olenóoothaf:nh>rn de fuerza:
declara el escodo de $01i<o por odr-íaea vep -o partie dr aOí Oza utilizado
cluco vccas on 8 añau,: con oosa d-ración toSol de SOS mescüp ocupa
cilítarooonte la Liudad. allana lonalos y domicilies, detiene o cente-
ucres de actSvistae odrasos y pxpoloo dcí país r ecacCooo oE‘os. 01 22 de
noviembres eppidii la Ssos-L Lap -e iOpslrislocia, N4 4cCO4: coc la cual
oí yoeisro rOauusivp es asuibupe el dere cCee de eopoisop del poir a codo
sctivlsca exosunjero eu m pisco Ca tres dUoo, Cirosnte éso cuales el
iocLilpado eidclo s<s looonoesildco iiucocounicado.
Una huelga general en la capital y varias ciudades del interior
íhtedlan ses.etnrtei a Sa ofensora ascasa;. Sin ambcoeO1 con una de-
mesoracóOn más deC crcácler COrictuicte p loipreeioiriie Cal movimien­
to socia, : a lo uaCac ie sueode et cuino r: s suimíc Odas si mouimiento
cesa: dio obstaate, el levanoaose el cesado de sitio ou oe anuda, por
espacio, de dizo díaSi t a Oeielgo del Sc^íid^aCi O0nonirii 1 de S-r utoos, ante la
cual cedo encálmente el Estado. Loo seieCcdicacjoces de los t-abaja-
Ocorsos de 1 Morsc0o son sacO>CecUlm. peto ca ioseoisienL la Soy de Resi-
Ocncia.
Si dejamos de lado el esquema triunfalista, no se puede menos
que ei-ctics que ta Sml.sicoiul^n de ta ^ay de toe$-dencia representa un
Ouro ^opeo -ara ol ionio onovdnionni oUreríi ateonLe-o. Oso intentos,

5. íbtí.

186
repetidos sn Sos oños uiltntantPSi pam impongo aí sobreseo lo deroga'
crCcj de ^0^ Osas» nunca couseoulrás te envorsadsoa necesaria para
alcoizzaa cal propóoino. Eira IpaaxaxSiladi «asoibUe reouieaidc de contra'
dicciones entro Ircteseses ioUlvidoaCms -o coSecrivoSi sodrla también
^0 considerado como uno de Por pLsTrsxos SnOicivc ds Xebllidad del
oovi i asierro marcs.sirid icol isla lirge
El Torces Csngsasx ale lo 9OA se dlscoila, cois ís aaiorencia de 80
Ooiegadss, uusonte O mse do Junio de lOLC, momento en el que la
dOA uventa aon la adhssiOn ds 4V ooseSeEodeSs En él sa reafirman
Xioersoa ouuerdoo ala loo congresos antestosai» a vr sonolone organizar
usoi cnmoalte de t^oCi^^e^rín o OhoOsuaLda conloo lv Ray da Residencí^.
Pocos steess Ceapurs, con i^^clXei Ve la sDCionemsixoión del 1° de
ovym de 1904s sv efecsúnm dos neeiaCfastaeíoneu em Buenos Aires: la
Oriovr0l omoomavXo pro lo UGTs pooov Xv lo Ploro ALseoSouaiCsl lo
FOA a por uu osaras, des fita IV acl a la Ploor OnaEzInI: En este lugar la
manifestación es atacada a tiros por la policía, dejando varias dece­
nas de heridos y uso muermo, el odrero rmauítlxto Juan Ocompo. Un
geipmj de 9 9101 livjooOrasinet asmados os auoOera sávl csdOvct do Ocampo
O lm lleva sit OoboL^^r^^ hvsra ira lasales del distciro anarquista La Pro­
testa. Os oás apodes de la XedarcciLn a Leí peniiaía xo decido ai atacar al
00001^0p o^ircirdeaioniur cuando correenitn risv s: Íacíoott alrededor del
1003^ ion cbresno Oecidan ovaeuoilo y el vaXCver Oe Ocampo es ente-
osado dicnrotnesenpd pon ua iViPdbi pública.
Tocé a-es^^i después de osnoo soítooiencds een^^v^cissi^taoc^^, oe reali­
zo vi Cuero o Loinesa^.r de lo Vedeeaj:(iUn (pc lio de 19(0uSi vS soal asis­
tan 56 tociededeO. ü destaca, en Core Congreso, iv apsoOación del
«Poeto Oe Soiidaridadii usl atral neos rcOcrIcemns un otra parte; la
raafiseaaclón de ta huelga acnesalii io a^ísoación rPv la campaña
ensimilitarOtai para la nual se usey oo tFonOm del doldaOo» con el
nuil cií busca ayridar a ios soldador per1aduldms poo propaganda
ostioilitsastoay o a los doseetorpio paoalolemsnrn, su osea uñó comisión
aocorgada de 1e^eao Le propaganda p do eRiate son las Ligas

6. «El 1Atmde.lS Trcoooüi o ee 1 «o htuOiaos tial tleca■O1r :1t reSabOlo y trcoatseda pos Uur
ps.orialcsst ergia lo seis rovmluriLsanaso'ato quc «0 poslbti piarr que Cov1a So cSucociCo
oovoliuOidüi riis y éstos de iPot^nObUd p peo a uc hiuilga 11110011^1)^3 «111 oLvvae vPi
uo hocOa que c<^t^i^iu^>^^si a lir nla^i a 00^1011^0^.0 y yau Os OecixoslOn ASo tasopore. {DcCair.
alón del IV ArT0drleo O la FOROs eitoSo por Abad de Oanoilliir, op. i, p. 119.

187
antimililasi-tns. Lotc comisión íleOta i1tilizat pora tu SscSra^o el «ma­
nual steS w^^ed^» ^^<^r^^ssi^cs -osar lo SSoisa da Ttsbaío de PPids. Por otro
lado, se retreta ato engrcycis rebaso a lo lecy nocional dcS Trabajo.
Esto. Ley, pampa-cda ocio el iheisolciaa OZonaeler, ilLts^^a la ^^^oencia
un Argentina dn -na Oinasúícú sSe Lrc1eOtucionoiijracíón iiet si-dicaEs-
mo que coosoponnde si lo mué ya hemos examinado en s 1 cace -olom-
bicoo iliberslir-sol y Oissilaño iscngulootcl. Eenrpsióh Os rns 000-
dónela ¡social 01 :e «a nenie esbmsands d e&Je solos as rLOy la Ctsy nacional
Osl TrabuSo ce prese- ta como una especie Ce crenseiera de On tiempos
muevo,, percibida inmedl-teiartcics- como azoo^^za yon Cot orabajado-
rur ¡^t^^cus^^-c-CssioO^^tas,
Lc Loy del ministro Goniéiles Pi oehoone esiooéi ac ei maeisniento
sitio. icol, raansformándinrr o n grupo oto iressiót:. tnsrluu1Ohne 1, por tn1e^■'
modSo do oca ^s^^Uilé rcolamentación sÚP Ics -lácticas laÚDiales. La
fijación pone el Utatodo dn un cOOigo Sabieral gcc reconoce ia cetividad
síudCcaL aso momentos an que stesico no^croses eonerirvpdó>roo propug­
nad la dytppareoOón pura y simple de lao actdOéeiones oboeme- -s con-
riCorcd.í yor aria par ta1 da Ps ^jhórauOn coreo 10 capola «pio-recisca-* o
como ar•sdnruSs1a*. Chnvmnr roys>id :c, sonso sor Co oioao (0 OcSiOnbia y
111011, quas no re t-ata oln sc-baseyo dc scuaeqoLyhc sccoosscOmieoto; la
Lay reconocí Oiúa-oreetn un siyo d-ta-minedo tía cctíviOcd sindical:
-neolls que ^^pf^ta y op-n^^u^e oto Pecen-eeado orden, UPO oyera dentro
Oo i^ pausas r-cCas yoro el E-tudo, que se socaste a ia r-aiascentactón
Oofsnlda por res Ocheteos ean-iOor. TxO cetividad sanicoil ir~e desScosde
euros límites es ensisiPcredu subiese va y ros otmtOoido —lHhalmcroo— con
oo0a O si^oi^^o^dOo de une ruedo disuenes cl Socado.
Fihaliniasdo el vCo 1904- -oro hunlaa Oe esspleemor d-i comercio y
Oo obisecss canadooos ea Rosario oo vt<sl-elam(SiiO1S reprimSda por la
dueiza lsr1is;aj1 dslanOo cooso saldo inirSaO un crOreoo mu-ru- y mu­
chos Oticos Petido-s. Lc dpderooknc Cldrasa Loa! -tost-rinc rosponde a
esto incidente declarandh una huelga -eneral da US, lunas. El 23 de
smaio--Syre: en oecnantrse en qou -no aoant-esración se psnpxane llegar al
cementerio, un nuevo asalto policial arroja como resultado 3 muertos
ooOS y ririosi rmauenia Oirimc^ ncisce -ro SUco obrera". Le hgsoure «eoriossorl es
cerendídú por óriso dios mác ooorSpolenno inoa^ siataeóhscióc tolel de las
acriald-OeSi Las Mecceión O-sc-aa SOspecnnl ArganOona -roCA, o- nue-
ao neoCnte usucapo por la EAA en su SV aOco^o^^ declara eso ios días

188
síeuiontc s s n pt rcr cítalonui qvc sa sxt io nde a Buenos Atoas, Córdo-
Cas Lo Piotas Oanta do o otras lugaias Sol avís, oovilizasdo v millones
So iialalsdroses.
Eeoo nuvoa huilta aaTie^ai sviOencia ta ituoootanele dó le FORA
O lo afirmación do lo onasquía como mitos colectlao demoro de una
ítvccóSd aonolderable da la aolCtav0dcl ncoencína de princSpios de si­
glo- La ^oi^iliiiil^sd de la onaro ufa como Sexma do osganizsaión social
aloersraivoa uuctlia enea lr ureaeme vtlslXtad dó fvnóbremo burocrático
—visible a ^é^éx del Stoiteleníesanoo Os las iuntOtuc iones ensátales y de la
lCaIoo aorrtidis1c- v aittu 1 ai 1VntnsroedPTo ortCiLl'vionee qua o sumo la oepre-
eiCni duoonte ossao siss ddasdos loo oa^^^^<s^^1rs^d^aXejos Oc|an alrededor
So ds^M d'iuietoos y ruamolas mdi de atedio miHO n dea os oo ele eárcel, rin
ctstoas ísi Vcvnvtex do raiiSes de 101^1^00^^ r^^dos no domicilido, loca­
les slndicaleSa sruvetas lilorstariab, bidticissncOi etc7.

3. La tendencia «sindicalista» de ta LJGT

Dos contvcoss Onporoan teo tía nuil lusas on ayosso de 1 905: el ter­
rero iCi i a UC1O |i ru i^|to ir en d c la 9ORA.
Es la cuonióx de U T GT -a la ssa! asi1eelo 03 si nd icatos de ta
coptio l yd 1 del Cocer ioun o usge la ceodcnoro itamada «riddicalista».
Do sus pt^^^ón rooyorlo rio en el seno dea la Id CIO 1soenron uos resolu­
ciones r1nrííClcas1sau: um o^b5r^i^i^ai^iSvi ta raiídez de lo hielga general
coso oerih iCa. xxpresióci V e la rrt^^^o ta cbresa, y olio declarando que
lo ^epcceanrecaio1 paslaitaona«^a cnsr realisa ebrv efavolua rovolucio-
0101» y «00 o^i^^<ts■ aibibesitso sunca io Olióc ció so dvl drvo•'i^tic1t-o obre-
om»i sísoLo apepoeda Oolcamanie on is menuda on sue desempeñe
«un papal c^u^ui^d^roa y n^imO^ir^rerrtacio eos la obre de Trarcrearmaci6n
social lnorqlle 0 cíate baabajacdníta» y en v un sa comece «al con-
tool de iss orabviadoses que la eligen»8.
RasuRi clar0| pnu ona paree, que la tendencia «sinOicoliota» re-
umea variss ^^1^0^^^ dpl oecyeooo emncoosindicalinia. i-a negación de
le poítriea momo coadix da emanulpaalóni la ^^^ot^ciilii uo la huelga

7. Jura Lanreii oa AboO idt SOOltilln, sp cit., IsiroSueeiCnl a- 23.


8. DeclirrTrreCn OO 1 II Go^ev^ixOo la UGTs cntoXr por lAcot de SOVCitlliá op.cú.s p. 112.

182
general y de otras formas de acción directa como instrumentos esenciales
de Lucha, el proyecto de gestión directa de la producción a manos de los
trabajadores a partir de la toma de fábricas, constituyen sin lugar a dudas
elementos fundamentales del proyecto anarcosindicalista que por aque­
lla época se extendía en Europa. La experiencia de la CGT francesa y de
las primeras Bolsas del Trabajo es seguida atentamente por los activistas
obreros en Argentina.
Por otra parte, la existencia de una corriente libertaria en el inte­
rior de la tendencia «sindicalista» no debe impedimos constatar las
notables diferencias ideológicas que separan a esta corriente de la
FORA y del anarcosindicalismo francés. Este último, considerando la
acción parlamentaria como algo definid amen re exterior a la práctica
revolucionaria de los obreros, no llegó nunca a atribuirle un papel
«complementario»9.
A la actitud divergente de unos y otros frente al partido socialista,
conviene añadir la oposición existente alrededor del problema dc la huelga
general. Para los activistas de la FORA, la huelga general poseía ante
todo virtudes ideológicas. Más allá de las reivindicaciones inmediatas
que pudieran motivarla, la huelga general constituía un momento de
enfrentamiento global con el Estado; era el lugar donde se ejercía visible­
mente la solidaridad obrera y donde podía plasmarse por espacio dc algu­
nas horas o días el control obrero sobre el proceso de producción. En este
sentido, a pesar de que eran generalmente meticulosamente organiza­
das, se atribuía un rol considerable a su desarrollo espontáneo y a la capa­
cidad creadora de las colectividades participantes.
Para los «sindicalistas», la declaración de la huelga general debía
depender de sus «posibilidades de éxito». ¿Cómo podían medirse por
anticipado estas posibilidades?
Tradicional mente, las organizaciones que pretenden declarar la
huelga general en función de sus «posibilidades de éxito» entienden

9. Una de las razones que permitirían explicar esta diferencia reside en las característi­
cas específicas del socialismo francés y las del socialismo argentino. Mientras que en la
Argentina el partido socialista —que actuaba dentro de uncontexto político muy diferente
al francés—nunca llegó a constituirse en un partido de poder y se vio relegado, por h tuerza
de los hechos, a actuar cn diversas ocasiones en la oposición directa al sistema, elrol de los
parlamentarios socialistas franceses aparecía más nítidamente ante los trabajadores: repre­
sión a los movimientos autónomos de los obreros, participación cn las componendas polí­
ticas y en la elaboración de leyes laborales represivas, etc-

190
cmod laten e l oeciOnoiernx alai oCíoere api oOOSsiOaia o la 6^0 nolis de su
oaSiti So accitón i En osee vcntíLo, lo tr11r¡onlaeei<Sn mOm s se convierte en el
bseeooteo s^n^'isl o siendo v devenir un íís on sí oiios- OlguleaSo vsts
lógico lista sus ilti^ooss nonsecuepiésan, ^¡v^r^'nm^ quoi vn ta tvpStesis
Xa uis goan occisrioienax de la sn■0'rdCldal1nq que Oo ^uriOuzea ot contener
an sí misao O ld^CilldlísS di la ueialíia ioeevrili la C1Cracieoión de Tuerzas
que tstíe loceO is up^rovno oxidara ivaso?r psárOcstiilisor inneccae hu la huelga
gvsoraL lLra otoa paose, el euSrlono1 pu^tl<o1v'or en movimSentoo esciales -
cuyo r^e^ciVe^e os siaoo^ev imotvvieíblc- cos el prn>oónlto de «evlooeuIar-
Oss» lo organZz:niión ctonOe v orstestsan a las oceanizodonpti ueaiueLas o
gT0oda.Si a Va s^c^íSn clp nctecOsdio oeOnt^iSit^^. po preteAern «Vo nionifi-
eoo la tuveioa vcooviat Sosaia eu sos ioínSmos deleites dusdE sao Escado
Mvoor suoLacs por onde ursa reiaclóiu auoooPiaris y dSrdjCts loc1 Cor indivi*
Xuos y r^oO^c^^^iOsi^es pa^tioVsanreE: Oscn concendqn buriicayece de la
euclgv genera 1 sPil^evi otitbblemcvts ala io crtnrrrs iósr aae^cOiSlnditorlisra.
Le tandacci a «sOsdicalidnoe di (a UGOC pasece oObsosar oos co-
reitottc$ uoniSsnoenrales:
o) Una miLoola ds slnditctl>c sui su seco co ocoge a una práctica
voarasrmdiaaStiiv afín o la do lo dOFOui ros choc de escos sindicatos
hvbrOn Ve inasesas o de ovlntearv roe a ta ned1oagiSn añgunos años
más raid.
C) Uaa caerieato quo Oiría ol término ssIsSicriistOi uaa Síoca
• sldo aconomiciora. El jjCoivtivo oraraele i Se eotr coc nenie serlo ta re-
0toXucclón Xo lo auaere da roeCajo, objetivo qua lo lloov o constituirse
as pieza imaotoOaote dal eanv’analp oapiiallsne s os in^isibíire -aunque
no nccesedcmedie- delicio Ovi m braoi ideoidvl co del supitCismo. Con
ios años t sst a ccnotericia, aoxrrclda emeralmente coa el nombre de
«vcootomiciota», baboá de impsnosia erovt moví miento sindical de
infinidad de valses n.
Es iopoiríante recood ati lioatme mu, quu tresnloo imvosiSio obser-
^0 la ^^^^^010^ roodoomicii ta* aromo unía iquler otra o «orno cual*

10. DisriDónense de osoi corrienoe, vee nru oiCLiouo til oisicesa dO siopi edad no lo
Oieroído eorlal ropitvllctrl aquellos cnoaeSoeaeidaac siaSlralce quo So us ooSa u orto
Ooellrlprn as ol proyectir lSoalealra oreel$Tvl y que Soasen So rol idoalaaís iicaSea a
eoostce^is 11 rol ilr «00101 Ot tTa1l$^ai:sIeoqru lit íí^r^.-L^co lio smriti^oo saiLcuríso ó du
la ex^rítoo úzairtoSv- nvci do I a iCGr firoosevsl iiuee Li la priTesto oeriuc mu musS Sa VCT
^iSíieaol etc. Los objetivos íSookigíroi Oc ceto tipa Oo caeícderorlaccs cn rniariOco
aorc&iriavovit cmc el Cieioar lO 1)Teh0cPiaCre oxici ^n^roirri!e a.

121
Ontíii iisovimicutss social- -ai s1;.sd-rr<i ac cCSicc. 0.0, eleóitc, la íógica
mioma tleS listoc a i^^o^^ic^Oioc^ predo alterar re contenido ideológico.
Ee CceccTlssaotar cocee:- 1X1- ór1rOlcccs. Ca 1 rprOia coso la sacan-vencia o
Oco el msrorcmiseoo y smplisción 0u*l ^000—0 pucCo implicco 1rytu-
ics ideológicas caes el ¡issiore a y tere tos uondcSctoons s suncr-nivos. ExS-
seu -000000105 ssj os momentos de criols -e dóp resihn económica, por
ejemplo- en que el sistema busca justificar ideológicamente la re-
Ouecid0- de qa capaskhd Ca noccuaco de tac mdwdisoo y los despidos
oasleosii En esciss morientes- in is cha .osu P siivosce-i copia ti por el
mcnoenimíanto dn un dctarcdOrsiao nlvci de enn^u^osc va a n contra de
la nacOosoaOOe d deS sistema. Las raOgenclas do ios orabaladques que se
o^o^^n a Osos Pesyidop aseden csiansgre- ío Ca oscionoiid ad dol sistema
y oar aSrruedos desdo d utooso Os vista -Ue tos cerneas da ia economía.
Pao otra porte- rieido el eunio siu vasta iSci o^.a-Oorisdo- Lc sód acción de
sr capacoVod dc consumo y ío r^ttoni^tuipu^^ eue(iecc sito 0101 ¡aderadas
absurdas. Esta oposición entre uno y otro absurdo señala un momento
Oo rupuorc ideoiócn1cai es son cuomenso un upra loo vstares eooctinmen-
Oo ar:ent1e0os oosaOcnsan a scu cacstlonados; la 'vid^, eS rentido de la
existencia resoma pueden seo ^ir^^ís^is’r - nosooronea in0SvSdord se aco­
gen a otaos mitos, ooono í^o^-'^^ixOs^í- de eoaSodeO o, en coo defecto, se
ontsegon a p^áic^i-ioo Cu s^utcóLccióncción.
En is Argentina d e cominzaus ole siglo, convuSsiucado par les tras-
Cormaccione s coonOndcocsociaSeo i ic italsc de ta- ttsbalodooas era en
Oían medida la Lcerra y-or la yooneaolvesteta rosnedlo-a; la aóhesión a la
HORA o a la UGT no implicaba siempre necesariamente la adhesión a
una n otas atsdacaswa coolaL -Uluph<to toa-clados-s miOteban dentro de la
cORA peneque Oso saruitoidrso odoeoCSso o sravCs de ta acción ditccoo eran
Ooooralmmsc -atl.c;acS11Oi1S. Ututo ori róapmcodo rnsr1^ojyc peor asierro que
oo os- aaracieia-on pof usi cm-railc nso si anaro-ismo1'.
dUognus Oo estas ao^idhsos os mpoplrs1cCl y oí hecho Oo 00110011-
los una eiiqaeta es, oOemás do ^00010^000- vCusivO: os Seo medida

11. Bel Ion i, por ejemplo, enumera algunas dc las «valiosas conquistas» obtenidas a
rrosé1 des 1 o «sacia o$e too ousrqcisrats rettas-Lóc ós la lic-saCa laStaraS o a-sosrosa idln-.-0
n1rncool roto lo- ¡0x100000- Os trtSs|c, sSul1ri0a Sol oion-js nucou-mo, prpeiS1r10o dol
troicas i; So- oeteone -la i ’ aSvu-, msPiatonCóó -So ISeUi-aSo iTraCoSi etc. Ccís o: aro ítegaa
nhrc^uoc:e qio i icoS nse-oiLíS0: ta,c ‘Pii -So ton -erraiSi dice-s aproto- -Oo ssi rrcoSaSvidue
y de su Scoecooteeodso ie^inoica sCOeins ate Ss0iexpiosoitCco. A. BeiloeO op- ct, p. 2J3

192
ao qua ningún adisL vo pieás ^^^nmiii 0 «^01x1010 dinamias de cada
una de enas- L« ocatalcgacióno qvc e0neuamoe eSs ddos, siempre
Osorial y Tclviíva, o na pecioicdo Sor cuonio So la inivliSaS So caSa
Xinámiea. Va usriioaosos CiOcamente para Saciiiion el análioSs de los
Sis■er^Li1 enonteeiioOenS0r , a el ñera aquí qee atribuí icos a cada tenden­
cia asploa a IiiCsoas «sOamenta el eje ideii)óooelS ntcOciaidinulc en un
tormenta i 1X0.0,
^t^^^^OLos uue Sm toiryccloo enasosscndiaalissc si calndidalista»
00 ptsíVan ^c conoemdes un uro sOÍOi Se reato de doc osoyecoos bási-
cernenie xxuiuyenrasi o iss disersvo 1eoie1Oeas de fusíln que oo dieron
an Osa añss slguienses rpoex>n0íen a coa completa interacción de inte-
0^^^ en el coro tic ceda orgrnrsecin1v ir a loe irsentos do absorción de
una osaonicaeI6n por otras ISo su cauuai yosa eodos actos intentos
(CORAS, U9A) tnrmonoran oci osados Lacasos.
El ooviostonoo du oosor oindinaros ule uoio comerte a ocia, el en­
trecruzamiento ideológico entre unas y otras, el complicado juego de
Orlderes v1 quo vsistircLS en ol seno do la rendaseis «sioXicalistVi 00
as ca^acreetsr0no exdvoi va de e Na. Ex eode s Tas ozoaLSzaaionas óbre­
les de rque11a ¿coca encootosmos esta eeosvpacdeltie ideolóvica y se
teje un oovtaas^ñac^rj rojido ¡ae Influencias. Cada cxperlsncia, cada
omoiento SHStCoiop aoouoa sn einoúmeco ole 1nrsrsqvsntes nuevos,
cuessionexdL c sonOomando Vr valiXe u Oe asi isoedíc de acdóo dentro
Xo una u tosie alternativa social.
A fiiMles de ramsos de 1905i qsinen dias despiSt alai iSLiOto alentado
Xv O^av^r^c^os- iOonaii tstntra pl provldcntu St^i^^n^na, ia rvilve el V Con­
greso Xa O lORAV i^ste^en 5 lOederacIonLi inioales Sdoroa rio, iSaaoa Fe,
Aótsdbsa, CdcacbiLO o Sna loiosmdtii lOdSúnndo 03 xocledsidesli oa Fe-
Xvoacéón de Obreisnr en CrVordo SO scnOedscLo) e 40 sindie aons más.
Al inicio Oe ias sesiones el Congrin ce vsne en oto en de-
on^^es^clóx de stilidaoldoO eos PlicioaSi uodividvo tone respondió,
ot^r^it^i^iir^do comía uo símbolo suyeemo del Esiedo. o la masacre
0olieIal dal 21 da moyo comise us oitis cLojusto Xo lv FORA y Xo
la UGT, a I usial habías asioaido 90.lV0S0 pearonas o Xsnde resultaron
Xos mveotor y Cecenas Xo ttsriXos.
Oobre la Lon de ResiXenc iVi V Ai Condavun seoiuC1 osan los me­
llos paos nornbatirla bebían sen ai mintieo oio^ltco intemxe y axtemos,
XosisrLil lando lp aoopaganda eoi Arce mina y on ossos paireo a fin de

123
suscitas alo nurl-je generad sP Cooioos o Cae prmUuosos dd país y coda la
acción svvioluctonaría r^ioc las crm-saandas acsoriib|;snH|1.
So prcoLupes-on, por utpc paosco recomendacíunos posa 0- convo-
cat^otoo Oe en congreso cionsiaieoucl rail^inoriee^no (eóncuiuo^o al con-
0-0'00, mlcoi-iauosdiO aurpieSano acic Se Feaósadón Obtura Oo 0- Regio -
nal CSspañsOaíp pora fu Soneóndóto -o oosteutoiSento rOo edezuoSar libres y
bibilooscati osnc actlasr lo piPpsgsuCc aniimiiliaritio y lo lucha cou­
tos Ose oioirilatep, -apa poopao ar ta hitvige icviciucSonaola contra el
proyecto Oo Ley uccloosl Osl Toobojc, etc.
Pe n’echaoó la psopuo«ta cíe ta UCOT coro vissos a ia realización
Oo un moerdo uultasio. Pos poupoeota día la UGT Oj-Oa como condi'
ción paro ru acepcación Oo ptc pccoo con Oá deorOs nciptnSzaciones, el
hechoa 0 e upo sus ncésodos Oc locha nn f-ercos uUepSodos cxsr -al acuer­
do. La psacahScdad do eptc propuesta os evide nda si eoncoatar el ca-
rácteo ecs^^r^o^sont^ da Sao Sornas: Cc acción Oiropia y parlamentaria. La
acción directa sucuSta em0aotuoaC1 por cor noeuraOiso cnipsnas, yoira toda
Coime Oe a^c^í^^^ie oarlsmcnoísrra- api asea trOt-acca": Lc ecoinn -oriomentaria,
Ordscuso Oioocto o inOirectcmenso un ls asor-teela 00 la UCT, rooond is
accp^ció5n cociera ry y áColcaiec de ico nonomt (So , unyo-t ic1rU1s^clonales, y
cutas normas de prego son eubcostidas, oooncpdc c O^^otmcoórcnte^ poT
las forooro de acólón p ue OcoOoordan loo Í-neOroeo CicoitocEdnaCcs; la ac*
cíón dlceceo eu o na Ss seca ale sxn sesión * iiep air qoa suprime toda
-0:60 ole aesssans is a O oiana-eoaíra Xp espoeslóu ssatlamentaria.
El V (Parroeso eo ante codo aononsn o pos coa dóclauseión que
Oefioir sin Legas o Castas la síseriOtioitla1i -Cyl proyecto de ccróaníTadón
social de la EORA. Dice:

El V Congreso OOroro Rcgecoai Rootnoaen consecuente cpu los nrSoc1oios


illp-óCico- oro hoa dado 1Ci0e Os sor o lo c)^ocniiscióls Os loo foCeric dones
oS-o-ot, Cucloos: Qns 1y1nsSo y 1orkCiLSonr o tocdo -n- odheronrss lo piops-
goeOo o iluttiodóo cár soplis, oe el -catido de lecuilcor so ios cOrecros: Os
0o1oc1n1cs oapuóoiacs y fidcródcos Coi coonoísoo soáioulco (...1’3

’ 2. L£!uóílrrióoo- CP V(CengeisosSe le lOORA cCso-nc «os Abe-ole 0antO11:Ssá op. ec.,


p. 137.
13. Declaraciones del V Congnuos de la FORA, cCitodcr por Absd do naosi1lrnl
op. di., p. 142.

’94
4. Fusión y escisión

Dos dieses Vcouuéo de nsact coosaseios anotes orgaaicactooes de-


rlvtons una huelna ovtierol en cosiera Oa On oppreri6o o cn soiOrdsOdad
coto Osn luvi^lgas da ec^iS^^iism y oaveganies. El erbioTCLa dccle rv el
oseado Ve tir 1p por trae oseyeii y ua Puro repeoción 1raco fracasar el
movimiento. El 23 de octubre son muertas 7 personas en Puerto White.
E1 VI Congreto do la FOAA (RureasSo | svoñoaabre 29 1906) aptue-
Cs uso moción eocesgasSo vi Consejo ÍoOotoI lv oosllsación So un
rLChereoo de unii1ceclón| en es too ocotnenioa, la SCdcaación contaba
con la adOcsiOn de IOS) cicy1ededes. Pur su parle, el tliiosh congreso
de la UGT tdicinmdrs de NOSp Ob^oboon pocso dekpuíU ió luolón con
lo FORA.
El Cnmgeeoa Ve Unificación rs inicia el 28 de maco de CS07 en
Buenos erocs.ii. El OAsnmjo Federal 01 e lo 900A lesbia tknVsdo meses
otrás una circuí ar n todos lar s^i^ge^i^^^i:io^^^ obraras dS I pV 1^ a la cual
rospondieooni adhiriSadosa n) Clorsos eso, 09 rosledsden de da FORA,
3Ü de la UGT y 36 uurC)0oaca^^rsee mSii enviarían uní shherióo n n Sas
eomrlee.1 s1Giictttsts- Ee tos 1 1 SO srsvieiSatle:i oSioies ace piaron la idea
Sol C<sdecero peso, ai .aso ^OoIs SaáitilláVi Osio óioisiA oriOi ico riamc n-
ta con saonsns de 252. Vetnon no i^onc^e^i^i^oio y diez más eoouvieron
Otasvoiae oo usa solo sesión14.
Auarro s^^as ásltr teode ni Conmieso teamioa esn Si sai ids de los
gremios di la UTT y de auoonou dur0oomoSf El snacoao oso sodía ser
más ciato . <Qu é OcsO íp sastd
La saliOe SO Ls u^i^^iStiss n uutSoK)teoe vivu lujoc en lo deoiercoercera
eaeidOl luego de Oa vcecci0n nn mn de te proraogsuapa jOia el comunismo
anárquico. En el itL>mcsto de Oa votación turbia 1Ü9 en Os sala.
62 votaton na fonos, 9 cn r^ste^iry y38 vc aUssavlo^on.
Orno se lLsJ1a praoendee en ol eonarnco 0í unidnaclóo la im-
posícíós So uo peoyorto social dvicrmiimoLid Oí esto íuc id sostiOL So
la vot0reiSn| jxdríamos labroran qun Vi pcctenrlón da ímpei ner oa e iVto-
lodia pors medio iln ucia voi1criS n oaot'oriTaiia, odornlo de atosasdvi evi­
dencia usa a acuri ni incolora me coa coocaUts yo un ipdiaio varo exami-
oar la reáOsidca reecoeotomcnoe vange ardiota do 1c Fosduración, la

14 ACoO do °antilláSl cp. cii.. p- i 152

195
cnad Os llevarla. e rs -oo osos riguton teo, o adoptar erro c Ortos momentos
-criotde s Ocoompatdties eos eO prcouecno tiCertario.
Pin embargos, creemos po r tosro lado qae lo eosaóión e n coroso de la
ooaomen0acimn deC ooruuoicscn anárquica- coaotiloye, an goan parte,
ia rulo■íO1oraiOn de -ana reo ríe Oso torpones que no Cmplieoba ne-esana-
menee el ooors$s0rn de saraesquirard a lev adversados por medio del
uúmeso ohe ceóscs. UOssisídcconaan que Oo cotación rebcu nL comunismo
suárqucuo Loes en lo oscncial, el parapeto desoís Oel csicol re atrinche-
osOan divo-oerc criterios sopee cl ácráotor rio la 0^8^0110100 y raUire las
mpOaiídedes de c-cscSciio da -o dolíOcsSdsC -obrera.
Para ios enarcosindicaliut¡rs : la neccsí.0ad de ós unlOn ¡o? -e esta­
blecen oocoeirmcs Ce ceorCioscióu con el lio Ce o1cmovpo occionct
cosnceoicUps oo implicaba foromeme nse lo cróacidn -Oo una nu-va or-
Osnis^a^cóSn olotCccl. Otas eglecneiar ule La ÍscÍosi determOnoolan en un
mom^nso Sedo lp otiblibilinad Oe mosiCtoooSones unitarlap, sin perjui­
cio porra lo nusenomíe de cada orgecióación.
R.hoaa> si eOmiOmon pus Ct divcoeidad Oo organioauionus aoisten-
rot em Se nccícUad oíaeCoce en aúPor parte - ia multiplicidad O- alter­
nativas o^sor^es^c^s^^o- obsanaosemos que Osa sentaoCoos ensaimadas a
oOtesser isc USjóUlie gonanOonojoa 01100 -ueoSseOar en uo otarte totalita­
rismo ideológico y cauCcan , cor cierva Comía: la Lenóión Peí EsoeOs sobre
lo rocíssCsd. Css lesSc fsisUtstirsas lieeoEea si oioieOisisoco i0eolóoicot a
la 0csaparCciO1n para y cinop1o de la cnrricoiaeidaO Oe cedc cual. El
auuionisoos -.epanciado poc Sos seLs fei-scteo con el fas Oo oboorber a las
minorías o por las minorías aosi le irast6n Oe -toserá mayoría- niega
ai Oerecho a la diOoscncic- OntooPemos pos anidad, oí conorario, la
acción oaroousto de partee OiOeoenteSi SOnOPaO no implóla fusión.
Muchos toOndica-ioíasrp por so lado, arpn partidosios de íó fusión.
Lc o1opsssici(Uo Pe COSdonPs por ejempiol| planoeaba -c crecclOn de una
une va origaniocción, lc OOonfedcrao ido Nacional -Os biaba-adore- (pro-
p^csición booiOa por 99 acose un cscntrs, 34 oo faeno y 8 absteneionec).
Pegón Oto íCcsenoe de te psop-oestc , ia nouva onocnuación se -reten­
derla neuor a, «pudicodo c ada cscaP acerrar Sunra ole Ot scganbación
los medios de raena que estén dc ocuecdn urni too idees aiCouóOicas o
OollS1cos*lí■

15Jbd

19R
Está claro q ue o ssa *Sdeso * no podic per a cep tado por los
voarines0tdivaStaers, pora qnlenct no exilio Cn Oicosodlía SKe^^tka/eco-
nomía y paca uieionki Sos matSi os du lisnha sois StcIOclv:kOtkr de ta or-
gonizactón. La divisiOn de lv sida eo momentos de prUcitca coalínca y
Ov puCctCosi económikSs ast como 0a pseronslóir. uSo elcuas eS universo
do la oalíi^ioa ooke Sop ppot:dooto poc endosa de tn enodómloo .«opolíri-
CLi)a pvetle ser rlOtsdlada doicaokonte yor Huios apoeilos políticos,
busguesvo o marxleta^i que dtoss.es ol eisrdicruL lv íunciCo da cLtraa
da (^i^^^ms^i^lOn de Sao Trit^tiviS^ao de Ies Estados Moyores noStticos. En
esta cama romo en el caMt do Isa oatmno^silcietasor la oicanizactón
eis<^ica1 lamocno es sneutraoi isida ustuuotura organiiatsva o aroda for­
mo OO acriOnL de5cause tob^o puesitstlc•aíye: .Ióer^^O^sjic^ts biab definidos.
O melosa Oa sotuuuedrn oigantaviina oOavsa ae idgoSkenai ao Se misma
aotma que osda tatos es idteíogía.
Lo Obi^i^<i d comunismo ^^ácoi^l^eo rcprvcanlaSU| a nues­
tro p^iie^^r^, en medio ^dra^^ pana eerharor las teniativao futlsnistas y
pars eoafieose lr osporlficldvO So‘ lr FORA y do su orororiL soclol.
El madío utilissOo oa fue indndadlootvnie nt rnejors fosiaiemence
existían otoos -y no cs^i^d^^mebuo C1nrirc^ásícroa- pasa defenuor la au-
tonoesla Ve 1 a Federación. No podemos lnct jcreo cruo r qop su aplica­
ción obedrcva a ims oooervjza* si sensorio indefvmVieote da un mo­
mento Ve tntalissOoano id^srC^^cra. El srahaao el fsssíonisnoo en esas
clrruns1cnci3r iolpi1caba pjT:id'VOiSii<iiiiv ta ació^iisOlia uSel ilioanismo,
oo la medida eq uoue oi alto mismo dv iti vd0korón prvinndlv sVJigar a
los «erndicalitiai» a pacper su esinrciScidad.
El ro^uitisdo dd OSsnotnso rs rp( puer, de espaLars «oo liri1llSicalis-
tosi, acuosnOo en CcncíaOn des suo pos plor tseerems, oso psLían some­
terse a la usrtón lieotso de la FORA. Paos loa roaccor1nSioa1i$tas, la
fusldo iría, mutuialisetste, servible i1mociosotr niobio la Casa Co o acep-
ioción Vel proyeets JnosnualisCáeqnrodtiiEO». En sota historia no se
Ouodo hablar do evrto^iem01 si Oo sCuosoSi y «oaloSii coda cuol
actúa en ^^¡00 de sus O^i^essse ldeoiLsiccs. Eóia lóslna on suorodu-
clsá an ton adss siuuievS ee nio las ñus vas 1eniaaiver SusUsnirioo cada
usa de iss uiickc coudocirá, en apariepoTo prirodójitlaTdenoe, a una
nalioíi1nei0 n mlc clara de loa ^1^^^ ntes corS enras idcaSógicas.
Dos ^m|mti■1cntae huelges cense rales erautrleeoo eri eS uraossurso del
mismo año . La primera, en 0. meo do orneo, ^oóiliuP Sussose dos días

127
a 150.C9D oOrertis 11^ país eso solldaOdad coso ios uoodocooreo de ca­
ries riiusguissoos en RsoaieOo. ECis-ssadc arosiuntootenru por O FOlSA y la
UGT la hiiedios geno-riil olilió<1 o Is oseíiicip•eiided Os Uisniol o -o abolir
01snes1c1enou de control coosiideuddsss humillamos por ds conUcctorcs de
coinss. Lo -agunOa e^stál iigiola is ios uicéros-s Ce LOrlna Blon<c^. Ou 110,(1, la
nol1rro disparó ce de- ucesicoe- contra leu hoslgrisics Col prortos Ce lo-
geniero White, dejando Z muertos y 9 heridos. Los trabajadores por su
nco1e, llqueOcoon a om csnsoan ou o i orotoo-onLO de ir. ocunpri0K do ios
sellólos. Lo caOóoocóm Obrera icaioi de Batía Clauca s^^onoi^dre O sismo
Oís Oe C oasuccoe priCciíeC con loara Piecioo general qae ua conóirtió, el 2 a
3 Oe ageosLO: t^or Oceloso nauUcoel des solidaridad.
Por otra 030,0, lc cepitaU que arecíp descioporciouadamente y
donde lo ^co^ez^:z de aíoiooaOc oUzanzalis dimensiones it^gcseso se vio
tccudtda por nn Coroso niovimsSonoo Pe imquiiioos que eoigían la
reOars cr Se duopparióión total de loa alqoSknes. Alte le del
movimiento, la policía intentó desalojar a los inquilinos de las casas
ocupedas- A pasar de la e-presiOn , h os Oto lito muerto y numerosos
anarquiooss eppaOSoSeo e ilalOancro Poeoon exce-osdor pi cneparo Oe la
Loa Oe Residencia - ios ioqulOi-oies loyraron Lóactonoteosc íits lo rebaja
Cu los akuuilores.
El Vrr COng-seoo Oe Sr FORA CLa PlatCi di-in-obre de 110)7- evi-
Ocncla un soorsutnlc de debllitaotSenoo tic la FcdeiaLión- Oes ó^presión
d la actiuud Uuocnáoática usueaida en el Congreso Oe Unificación con­
fluyeron peoOsbOcoente pasa disminuís ol número dc participantes:
asisten únicamente 3 Federaciones (Tucumán, Santa Fe y Mendoza)
d 29 -indicasoc. Lo ppsnbaótód uLe orce moción prcoediada lo- cor-
tsOorcs sil cszoedo y en -oOcud deia nuil cr iodo craso con la
UCHÚ dennos oír ana psocpecrivts «La iicnifiaoeiónoo secontendendo en
cambio los Uoanan reCacionce con -os cindicauos acoSncuasse que se
acogen al comunismo árerrcuicp, on -occ tibor deiorru ole O dinámica
oecluyenoe Pe Osos ifPOeocn-iCS productos casuales anciiiode más crriba.
Por ono iodo, d dmnosusu apsueOe una gueisnt general contra la
Ley Cu ResOtenoia, -Orre Cuelgan qcs debceoi m 1 api ^0^,00neme más
goondisscr 10o So oís e or ode ia t-ucreu orsp oc~soseutc la nORAo16, no
a1caonO las peoeorcsunec pspotcdasj nianu por tícrnsos indefinido e ini­
ciada til 13 de oo^^ro 111 NOS, slóbiSs íaosrntasee dos díár oo-d tarde.

1R. Moolfreíte Os la FORA, cltoCo por ROad Oe Pout1aláel op. os, p- i 74,

198
En este periodo de relativo debilitamiento, la FORA -que conta­
ba en esos momentos con 85 sociedades- volvió a sufrir en 1909 una
crisis que alcanzó ciertas proporciones. En el mes de septiembre se
realiza un nuevo congreso pro-fusión, convocado por un comité com­
puesto por delegados ugetistas, autónomos, y de algunas sociedades
de la FORA. Este congreso, al que asisten 43 sociedades (entre ellas
diez de la FORA que desacataron el acuerdo del Vil Congreso),
culmina en la desaparición de la UGT y en la creación de la Confe­
deración Obrera Regional Argentina (CORA).
Este nuevo organismo, producto de la confluencia de una serie
de corrientes heterogéneas y a menudo contradictorias, adopta las
formas de organización contenidas en el Pacto de Solidaridad del IV
Congreso de la FORA. Por otra parte no acepta, naturalmente, la
recomendación del comunismo anárquico del V Congreso.
La FORA, por su lado, reafirmaba la especificidad de su proyecto
social. En su VIII Congreso, al cual asisten 40 sociedades de la capi­
tal, ¡7 de provincia y una Federación local (Buenos Aires, abril de
1910), se aprueba una moción en la cual se invita a la Confederación
y a los sindicatos autónomos a adherirse a la Federación, teniendo en
cuenta que las sociedades obreras de todo el país aceptaban *unáni-
memente el Pacto de Solidaridad y la forma de organización de la
FORA»17,
El conflicto, no obstante, no finaliza allí. En noviembre de 1912, la
CORA propone un nuevo congreso pro-fusión, aconsejando a las so­
ciedades federadas la supresión de la recomendación del comunismo
anárquico. Un mes más tarde, con la asistencia de 62 sociedades, se
realiza el tercer congreso de fusión. La declaración de principios allí
aprobada reproduce en gran parte los principales puntos del Pacto de
Solidaridad del IV Congreso, mientras que la presencia anarcosindicalista
al interior de la CORA se manifiesta en varios pasajes de la Declara­
ción1®. Ante la diversidad de criterios presentes, el congreso decide sus­

17. Moción de! VIH Congreso de la FORA, citado por Abad de Sanrillán, IbícL, p. I 94-
LS. El principal medio de acción es la huelga general, y el sindicato, «hoy grupo de
resistencia, será en el porvenir el grupo de producción y reparto, base de una nueva organi­
zación social constituida por asociaciones libres de productores libres* - Citado por A. de
Santillín, op. á., p. 207.

199
Ovo0vr sus seslLSos y sometan lo DvclvtacIdo Oo Priscípios o lo cLOSíOata-
crdo de nsOs s iss occtasiOdeo ííOíu^^.
Una eunnSko de deisnaOos da Ir FORA apoca ba puco después
unas mocíOn aconsejando a las oooiedaOos SoScaadas ís nc asistencia
ol congcsoo pco-fusión, caoteodc ost cqenea que Sos términos de la
Doclaiacínn de Princisioo so soá mis ampUes quo los dal Oacto de
Oolldaridad de la FORA.
Los vños en que oe Oerarrollsiv eosos conflictos dp joder e n eS cono
Oo las orooniaacioneo obssrso non afleu. ieeatisaeote, cSs intensa lucha
caoiisn el Sonado;
- En febrero de 12991 Va FsVeTadIón Obresa tcaiit encobezu sin fueete
movimiento iteeií^Jirtico ao. Rosario.
-El 1° oda ^yosii Osa 30.09)1t nscatlStsiant o^nai^qi^^i^i^a^ sinobalasrSos
pos LoOoo del cooosal aalcdo, oostIOooIL Oa lo «mono Susoi. Muaovo
8 obreros y resuiis n dáSn d e 1Hk Vcndus. d a FOI9A y i a UGT declaran
inmediatamente la huelga general, seguida por más de 200.000 obre­
ros. S«1 eoeieon o do «es vincToll,ae deJ T dn m nytc as escenario de vo
suevo tiroteo» dC cuaS uesnlouo nuevos hkAdci. Al cubo Vo una se­
mana de huelge o^nerol, ab doltierno lab810 o OSOOS opeemos presos y
oOmire la reapeupuoa de loc locabas rindrcales.
- Del 14 al 17 de cctubon deve uugar osra uuelge nonerali desoi-
nsaia rs «presar la IndigirnsiOn de 1ob rasOaiadores argentinos ante el
ausílomlenrat an Sa^^^ji^ dd SuoOaOoi Se Cu Escunia Modoanas Francis­
co Feeoor i Ginsidia.
- El 14 ole aovo:ceVr Oi el notsml balcón s s ejecutad o jrsu un oVro-
ro rum de 19 anoSi llomaOo óSmón R^rc^’^t^^it^, participante en la
monifesicci0n abaloeda del 1° de mEyo. bi pcLiletcio decíaos ol estado
Oa sirio asno dos meseSa InfioiOaO elle miSisnotec .seco roosarcelados o
expuSsadss, oe incendian los diarios La Protesta y La Vanguarda. La
Protesta y la FOfAX díStinSen aum uolc aC as chísts somos aslaudiendo
ol acta V e iOadowitzlíli iil llosa asió o la la ueleo genoacC sin embargo,
so es seguido atai Sos rrobsi adores.
- Aseo lr ismInonriv So los fiosios prisios (25 So moyo Oo 12191
Cdncenaoio de la lvde|ocsdencle), la 9O0us o no ncia la icoo^a gene-
sor si ol gobierno oo súpome Lt ILsy de Residencia, libera a iss otisio-
micros «por uuesróoseo riactslnr » o amoia tla a tsc dees roosse dci servicio

299
militar, Lc COIRA se aolsSaota o dsci ara in iroeiaa gcnpacl para el 18
do mayo: lOpoOe ol 0í1 '0. ei gobierno UecOrra si estado de sitio inde-
aioído) a arteria sc eeetcnarer Pe -mosonnst Apargyun pruppa -lo patrio­
tas ores inoeodleo Cocalon. biblícoocae y los leapreoeas s(p loó pcoSódicos
osOiere»: El tensor corulla cificaz: ios organizaciones obreras aordeoSo más
Oe OOs años en ecnpoeraicrt de Pío goloseo futridos. Lp primera hosíga ge­
neral contra la represión luego del Centenario tendrá lugar a finales de
lSdrci1rp de K-0P con h pacncip(ctón efe .0 Oedoradonc insaafes y 32
rioCíceOes Ce la capital. de o-noianle, sil ouivioiSento sSoroS'iio ooaatinn^do oso
enleerá s ccoiquUtior le ui^Í^^í^íí ^i^íoIiiiÍ harta lp seoeo-ccra.

5. La primera guerra mundial


y el «silencio» de los anarquistas rusos

Iji guerra, esa guerra que algunos años antes parecía tan impro-
0001». usLé1-c en couelo de 1914. E- míen de la patria y <fe la oooo^enu
nacional rroaoars lnrer!suosooronte o las soasar eutopees, 10000X6080
a su paso las idees do sevoCucSón suciol, de aso y do 01^0006-003115010.
El coiaKiSoiddiiisSodin focncér, ye cro crisis, -ceibo iP golpe de gracia.
El micos de la iroeigr sosniiiot inteouccSoTlailsns cierren ta guerra sn-
cumios ontos notos neo os más luecLo, don obiccos ac icdoos onsr mayor o
menor enrui-asmo, a emniiliru Cosidos - eme laoli ador ion cristos tos obre­
ros OoiS oleo lado de la frontera 9: Lao vcaes ululados n~c i* atreven
aún a desafiar la histeria nacionalista y el militarismo son objeto de
leda cíaos ale mrucias.
Lc sCctorio pssl nauOsnuOssaas si siel nr-literisooo nos Encopa -ontri­
buyo a CsOilitc^, sin irgoi o Cudsu, al mido socronlrtc de lo fsCcos-
ción unsoeasai dp psrctoctores iihreSi -soeosomante, le organización
internccSmna- Posada en la exicte ocie de uSESdos Estados nacionales
sandia a seo acooldp por uo nócnero coza vao moyos Ois individuos.
DassmpaocOo ame la r^r^coi^<^rie^ so 0 oeelidad Oe lo gocosc. e- indivi­
duo se tiente fuerte t-oeradomcaosi-suteu n tsevEs Oci lirado; el mito
patrió rico ls coofioro el poder Os lo como oíd sd escleool.

19. DolJeio seOn-u que en si po 1eo■i nlO de llssoodo a sesoc na- OaSu rhlo os 20 uto
Coyer-teií.. ciCtri isOceios o laqur t: súpolo -al eiosem UlMassoOo Os- lo ilefscuo -lacasCn VVos
ESioLO-O (ICIeoos, ISbsseo dsl uenneno» obrero, r 3, p.

291
Es junios ote 1914. la CORA decida en uoi ondeesorii 1n tofLbonariSn
So urna comSsíOn enoeioeda do o^i^^^a^tas olio t^enta^au de íusidn. Esta
nnolCidoi rtcrioirtooda la envenda mviiva do isdos Sas oosiec^^dbt rdsreras
an isa FOlASj, non ic condiciícn pimpli-aisa- de vi-se us ciipalnec O reco-
mendactón deC couounisjíds anurquico. El consejo ladea-ai Fó La FORA
soosiíoo^e qoc la propulsada és iloina iso es o^lir^aipui^i piidíeoOo cada
socioOoS obrera o^Co^lit o no, en OmeiSe de sut propino i^^^e^^«u o que
tel rrcoorendaciOn rolo aseda ser anolala onurn ncorvo songoeso. Los
acontcciOilenros o^irrOt^^s ton puno ovevújlOSes.
La táctica etistlnro urtsulta eficaz. Luego dot Jnorero masivo de
síodii:ettos nonSedoonSos en Fó RORAs en snbrtksabro 4e C9I0, se rea­
lizo vn abril Oe 191O el ÍC Seoosjoeseí de la Peddor1rLoj| con to csisten-
cív de 56 oroenlzaoloises tO:^an^acIollnr localao, Fcderaclonos Oe Ofi­
cio y ^mdcio^rs^.s divsosos).
Luego de varias seolosies de asi toda diócesión, el Congreso vota
p^ir lv supresión So lv rocooooOoción Sol V Cooeeosi), cao solo 13
votos en nonir a. El obíerisv Os ios defes sores de in recomendación
Sel conunrsismo ánárqoivo acarean daran1enio s seaeSs do las ínter-
vvacJnoiesTtodsié stasas Sonden a nSirmae lv e^^c^lOc^daci o^^l proyecto
«cLouinStia OáoáueuidOoi dentco del en al too oossin1pa^l naturalmen-
ta, los obeooos parildasioe de la óo<pLn pnS frica, rCe) nasiono1 orno y de
les aotmas de poOec eotacalao: el otante del ^noyícro usasesuoárta anár­
quico» ss la 0JiV|azilración 01^11:30 embrión au urr futuro nodación
libre de oooduttoreri sil sindicato no puede ser »neu trono según el
queeer de Sos «sindlcaristaos1 rio ki ueo ouoOxn covoiotir tendencias
iOvol^áciss encUo|'cnseo; esco coeolstancía al aotsoior de icc tisdicatos
os solo falible en la medida eru qsv va vada su notencánl apolítico»,
-Se-lo^^^it^-iO^^ en un paotldcs un oui iraisiOOlcii Est rol Eiiades, en algo ex^
tortor a la aonieiadlón rOPiera. Por otra portc, paottenho hoil Oecho de
que la finalidad de la o^gadisdnis)o sindical no no eoiniaanebis la bús­
queda ilk unmcttsas' $aiorislan fOctlmknte oecrtldsrani<j.l saci kii capita­
listas, sino la Oeoui’ueólón del ooalcn ^^^«01 a la seallssción yoC proyec­
to ^l^:rrns>l^id^^vllala5ia, si, aomliroj oo ds-hai cur itoulittdv anco
Se los Traaajdddses.
Los anarnosIodicaSt1i1i0 trprao por sella CoO ir^rsoa^^i^;os y dcsconocer-
lo. Pocass sesionas mkt teedC) con aslcrancta de21 saoOedades de la
capital y del Interior, se seaVomui uos ^^íimbq^^ que- te orien-
tvción idnoiegiint de ta PORA, Con oí fin de diuseianstala dó le FORA

292
Ool s^s^s^^irc oongseso, lc FORA lisos ada riel qoídso eonpseoo o- agre­
gó el calíficaiSeo ruomunc»a »; dore áeri nupOmido oiguno años más
tarde 11222)> losgas ds lo OprapariciCin dc la FOOSA osindicalista».
Erre último conservó d yeriSCOico La Organización Obrera como: 000--
no de exoeesióOi tsoi sanen que O FORA raolraonistar ot i<oointista»
estrechrrá úún más Sos lazos non sel diario anorquista La Protesta.
La evolucióms Oii iris aconteeioairnios ai iravili tic ios ornatos prime­
óos congoenos nsoUeirilln, i~jxe culminan en Pa cparielón tic do- Fede­
raciones tásales- no neo en general explicados raOisOaotostemunte por
les aurores neto se han ocoyado -jo pote periodo disCórico. Común­
mente , el epryonooimlenpo poro - pipíale dei soncaouiianto anarquista
los lleva a ssssbíecer caceiogacCorsos yab1rsyriar c OScticiau, Belloni,
por eremplOl clatlCics la cORA qnimoirta Ce «sos-quirts oocuOoxs» y
la cORA nominaric dct sacort^<^^craSSca^lista»(!).
dnr otra pyril1i htororlodores anurquiscur corno AisaS Oe Sentillán
oompoco i ppostop oaorlos Oe l^riO^í^^nene pus $000 sultán una moj-r com­
prensión Ce lor scocnteciiolcotes. Come vciomes már sCelooos, -o opor-
dom ráOgiles pexpllcacSonns» tonOs ta tes a evi tcr sois cuostionamíento
más pTorundo Pe la PORA. GTadoé0[toenan. d fetichismo de la -rgani-
narí0o tiende a convertirlo nn una nues'a insóliacOUn innrvs-blc, va­
ciándola preols-mense Sn eso essncSa ii-tortaria.
Las convulsiones social ee ~ ue cscremceleooR si Rus i1 1e i 917 y
que culminaron osi tu como de! Eotpdc por Ooc dolahevíqites y la ins-
rauracóOn P e 1 a Cisoeduso del pocs-dn roOrso Ca sociedad, o nombre del
•nroleta1aodolít suviessm onmo hornos virdfr peofuedac rereeeusiones
en rii osovinOonto ds nssit tes sis ntEios Pos psíEs . 0! ensos0eoesp^ 0-5^-
tadrs puro la caído tUd or^r o dn KerensCi, el dinaO s^idds?itccr de un sistema
da organiacei0n ^islai que -scracOs soo1opnde«osOí aluiciesaro una gran
faecinoctóo mSore inmensas eoíeai0o0dpdcOl En Icos años SnotedlaO-menle
pnrterieret o (9(e osos asscioocióo so toaOncro ce na. crecimiento Os
la audiencia isiarxuta. S«t ocSxisoice de ls uteqoineaia Soninio-a que-
Suba deeoestradai 1100 soPos ds países -as cononuuian Cebrilneonrc nue­
vos partidos comunistas. El derrumbamiento del sistema capitalista
dónenla Occribler pasocís. ooOr Oou nunes, morín-nte. Yo se contaba
con tul prSccipei cabatOitoi de ^^o^Un- con uo arma tesriOfe: oto partido
cenroaíísado, iérre-mente C^ipi:h^^^^<^c^l OonsiooosisOo según ieo esque­
mas de oiganioccímn militaros. diríniPe por cosdros e1pnc1a0ire0os en

2Ü3
revolución social. Muchos anarquistas, cn el mundo encero, se aco­
gieron al mito del partido o introdujeron dentro del movimiento anar­
quista prácticas semejantes a la práctica bolchevique. Otra expresión
del nacimiento de una nueva era social.
El mito marxista, más o menos deformado, se había materializado
en un lugar del mundo. En lo sucesivo, millones de individuos mira­
rían a Moscú como los creyentes musulmanes pueden mirar a La
Meca. Se construía poco a poco una nueva iglesia, con sus santos y
sus ídolos y también, parafraseando al tíotskista I. Deutscher, con sus
herejes y renegados. El mito de la Dictadura del Proletariado cobra­
ba fuerzas; infinidad de nuevos adeptos se acogían al proyecto de
organización social comunista. El proyecto anarquista, entretanto,
declinaba en la mayoría de los países.
¡Qué difícil era pensar, en ese entonces, que ¡os zares habían sido
sustituidos por nuevos zares, como dirían los comunistas chinos, o por
nuevos mandarines, como diríamos nosotros refiriéndonos a los co­
munistas chinos!
Muy pocas personas sospechaban que el totalitarismo de los zares
había sido reemplazado por una nueva forma de totalitarismo, con el
agravante que esta última disponía de los avances de la tecnología y de
una maquinaria estatal mucho más perfeccionada que la de los zares.
Estas pocas personas existieron, no obstante. Con los años cobra­
rían valor de profecías las afirmaciones de marxistas como Rosa Luxem-
burgo, quien a comienzos de siglo se refería al «espíritu de vigilante
nocturno» de Lenin, o, remontándose aún más atrás, de anarquistas
como Bakunin: en 1868, Bakunin explicaba que no era comunista

... porque el comunismo concentra en el Estado todos los poderes de la


sociedad y porque desemboca necesariamente en la centralización de la pro­
piedad en las manos del Estado, mientras que lo que yo deseo es la abolición del
Estado, la extirpación radical del principio de autoridad y de tutela del Estado,
el cual, hasta el momento, con el pretexto de moralizar y de civilizar a los
hombres, no ha hecho hasta este día sino someterlos, oprimirlos, explotarlos y
corromperlos10.
A la fuerza que cobraba el mito partidista se agregaba la falta de
información. Esta carencia no se debía solamente al atraso tecnológi­
co en los medios de comunicación de la época; se debía, en gran

20. M. Bakunin, citado por J. Maitron, Le mouvemenr anarefuste en France, 11, p. 15.

204
preio, v la oscasoz Oe tuestos Oo infnrmvrión. No so toiiías oayjitvs
0msibílí0v0ei Oo vñnodeonid pmt auora Oe los íoaormoniooos sumiois-
tr^i^s^ak orar la vosnsa durgunno o moa irp adeplue o 1 nuevo régimen.
Como en de upjarneu oros o oíros tToSormd bon» en nos lio rmldad con
sus iotcreos. Fueoton ocaeiamoa acovrimleliecton taro siio^l^lñntro oovx) la
mosvcre de bbreroo de OOronstaO t on 102^ atecpnoda por Trntski a la
cobera del dj0n:ioo rojo, o el aniqudantieoro de Jo crasay nos c milicias
onarquStiss de Makbno -rocsabnLesblei es pian pa rae de Ua dóctrucción
Sol Ejército trlacto- roerá eue lp^ onuosnout dudas comenzaran o aparecer.
Los anarquSsisk uf^o^^, erseM^oJdrís, nsocelva^^<los rr eidonir doa oOOfados
o lv dispersión y a la ccrivlsbd olanseciina, oenoeddos al silencio, no ce-
oído evtdenramenan 1^00^ pbellSiliotadce Sa! toSnoanat ul mundo anterior
sobro cienos rssoentJoa d a* i a rgiiiOsod* nm'ul^icer
Pota rteaos, sn lento máe y^^^vs^ri^^a, las r>iíív»^^^^ hosjv^<^^ro apare­
cieron usando, ano vep aduviauado vi ioovou mooloclenvrio de las
mosaii Sn dictadora burntirVtínn montáó m0r dtsramensp ac éilnplacable
lógicas que la nwarív p purgar aeootnr^o a liet miembros más sotables
del propto ComiiC nentrai dei partido.
Hvcin 191912920» mochos goemioe riee^^naoi^n^^^ a la FORA
oosonar1a ve crogon al proyecto maxxit1alenlnie1n^l1 En es cono mismo
Oo lía FOAA del C Orrdsmeso se manliussa una iesore renu-ncia au-
torilarie, uva empieza a eaarbolat lo VanOerv dc lo dlnOedpon del pro-
letas1sdra. Ee el congreso exorsorOinario Oe la quimista, al
cual asStcon dolegaSko de 2 SO ooateSades adherid6s u 56 natónomas
(Buanoa Airéis septiembov do 1920), sa ecidencia el peso tío la co-
triootla uutonraaao demoro de la FedeoaaOm. luot ocuordos tomados en
este Ctodgreso apareseo etaotrndictoafon y Srágueo, Ojpto de precarios
no)mpromians unstarsos entac ico eendsnclas sn numenu, Ppi tina parte,
pttr ojomplo, se rvvfitmv lv recomooOarids Sol comunismo vnnrquiro
y, por roerá , oe uuses pt^i^iemu la runi^lnclV n de SO 16 svgCn ía cual la
FORAn oo dedív spspro ier nio gún oongoeso sbó .usión.
El suevo anteo to fnoionl sia te menlfioota «n cl isrnn.noirói congre­
so do la FOAA ^sin^1cci1»oo vn ensr o Oe i 9211 Allí, cois la asistencia

21. SegúO Üdiioni, al oisoas<in<kesr tosiendo ücl mOrlayo* roa»coo lo so o oícssaa 00


ciós (Orcelabro 1O11919, B2 isro^Hicrtt saiiCiOi1[eteS etri ni pairrcnra1l aixivsiCtrOr Pairada
°nri^lirS1 Istcimrcioealir^sa uS^jto^l. El aoisnm autor asCñOr quu el CCnosio tcaderl da Oi
arraiOrrcióii esala conopeo os os estonco jpo 7 «í^nOiccllrstis, 2 scdrrV$sta: 2 ccmnu
sisivs y k ainOoOru^Od B?llr>r^l, op. cr., p. 36.

295
de delegados de Ia OOAA quiñtarsio , pr ota uoba Is cucirtIaoeiUo de un
«comité poo sair1cadlódri . Siena meses s^í^í^fsnuc unu res nión de dele-
goOns de la ORAnO vnarcllsíndiñal icco ovorOorá datenuc vo nncva ten­
tativa usrJonista y dennnrlnaá u «uu gruño de istlstauces que actuaban
toja lv iudoitión directa o indirecto Oo Moscúd22.
El nuevo ondgfciaa firolonlsto oe reo! Í2a, pues, rin la ppsticinación
de la FORA quintista. Se efectúa en marzo de 1922, con la asistencia
Oe ansO 900 organiracioncc le U dednroeldn narveyaria s autónomas.
Lo fusión de estsao dagenicaclonos Ca como resollada ió UnlOn Sindi­
cal ArgenOa a (USACe ciisrohzación dd oseo rente orsdooiinJo de los
OmlíiintJñ sombre las ordooizvnioods obreros.
Otoo sino o imporoanto de la nueva nn sos ivi eo C creación, en
^u^bee dni mismo año, de (a 10 nión Fotroviana (UFIu Esta nueva
otganizaeiOn ep pastidorio lia la inrti|ocionaSzacJ0n; conpucida por
una sólida UuroaracSa sícdical , la lOO tiende a uonc tiiuirue en grupo
de presión institucional. Su orientación economicista y reformista se
inspribe en el ulscocaa °n ossaivlridoión coaivl capitalhtOr éeoglOndolo
como modelo- uu adlón sindleoi, disidida v snovéu de una s^ltámide
ríriOsmeittid ip^r^:q^i.iuitaal¿i y ceníralisasia. fe eiraues mridanutntolmente
a través Se ^000^015 etnmoelediet cocasoosksi de negiioiar lul o­
dos Oe [dti:ie^inncr con la porromCi avootnrado ir Inivrancia OoJ Estado
como 0^00. Lao ecc rechas retsoSooao rs^t^^^o^^^on vnue íe UF y el
Partido Soelabsta jíp cosan do toeohcrencia.

6. La Semana trágica.
Decline del anarcosindicalismo

El surgimtsnio o derorrollrn uOn un nueoo sisdJcaliamo, de tipo


Oataoiisirl, rortosposOo rl docllse So las práctícai de arníós Sirocta
vo el movimisnio da manye pj jos onda. al adnndono pnmotsivo del
ptooecea anatquisiv y r lr OecaOenriv Oo la FORA.
Lv yOooisosn mágica» de oroeoo 9o 1919 es bosiblcmun tn otn mo­
mento u^drO^r^^n te dv h ace ión de saauts dueñnto esta periodo. Este
movimiento se inicia v z alo dn ua huelga de Obi toabajadores de la

22. CltaSa par Abad Oe Ovntillás, op. p. 228.

296
empresa nreselCigisa inglesa Vasena. E1 O de eneros lo r<sl■e1u O-opara
cnnroe en piquete dtr hoelg-r oonaUscu^o cuatro obieros. La FORA
necia o inmodia tomento hu heelge genercO seguida por los autóno­
mos y lo COLA irio^dC^;aiSóS»c.
E0 oonlo^l^i^sio:) upyonsánoo de ios musas rdqeierei ana eás más»
nnnndoc1dnés ano ninguna orean1nsci0m podía imaginan. Eo Buenos
Aloes, etOlon ea$clcsSas1 «r asaStan 001-'rio s, cu inse ndian rran-
víss automóviles oto l« poCíSa y Oss tulleses Visen a; se arpaa jroSn;o
cuneo y re CírirtOryeis los prooltctscrs eitira i a onblcdOni la patet e rco-rcrc
los callos arrodo com revólveres y e-cupeoios : as ^ri^^'^ípiCsan les scar^ramtr-
zo con la pi^^iCíit iodoOnos y dos da- bandos eaclonalirtas Liga .domóoirs
Aiouetion y Apcilación etcl TsnOajo. dOo obssaniCo -jorro en el o^e Se la
huelga general de Pao Paulo en Lulos de 1917 , le x^^Cus^<^o yonula r 0--
m1emne o Oocaer poco deppuPs . SigaloaOo usía otoSa tnddóOóOi O noSedo
conduce a los inosossedor ~o el msneesomisntn del cndcn a una oOsppladada
run1oriOn. Más- Ce 50.C99 ptrur.oiis$ -n-n aprsieSss, os arrian o se scse--
Oiso les Iccsiles de las o^^^iacs^Omac s obreras, u■ilioSjO trxorsndrew son
dcportadOn.. te coilcula que UsOir entre 70d 1 1.000 rentosos.
Les datos sobre la stuscción de S as g^ei^íai^í^í^ls^ijps obserau diusante
uso nsrio0p reo So-toetc roo<ro^dniS^rio.l . Sos a nSSa si é e CstillHáni la
COLA era en 0 la ^^a^fenlci^c^tó^ chooors más flcíeaientei Se­
ñala que en m 9 I a Fedsreción transaba con OTO omiocs^Oropiones, y
aro sn novísmOee Oirl iisom a nmoi ce-iiblO te ndhós Ice So la Fedoóscióri
Obrera drua<1n)c1al de Sania Pe 130.000 odherentee). Oúoléa O rOmno -u-
oor1 si isúiooid Os riisdicstso afilieOos llegoría a 499 un (9S9, ua oiomensos
en e.uís úe reoalzsrría o1 Coosgesns xxrnoordLnacsc3.. ~Oo nes.1ensos sruOm yp
oexius osemor Cel C^ni-iem «iodos k-cr esrucllSd, cn P1 r<$rsPopím rúo -ni-
csmsnts ^^0 driíeii;idss olí le CORA y 6 0 aósó-omas.
Pí recordamos que ol enCc0do * coirpeyeo de lc FORA nosenario
((9(8) reunós) n 32 2 slnd0oosc»y a “O ijai cl ooopseco -sonstiiutitos de lo
UPA (1922) asSsiiernn 3991 or^^^Iiisr$0oarl1, dUícllmeitie y<xi romos acep­
to- las sltroiacOsiss o de Ooti^ilOSri -pocoscae a hs les-umos-a 01X00 losa de
la COLA drionte -oe ip pcrie2oH.
Todos les antoses ísoinc1Pnn sin ebiOoogo eo Cu aonstaóación de un
súmense consieeraltjc de le nubiai-o-a libreto, ua todos Olao osganiza-

23- D. ARsO ola amatOn. sp. ec., p. 244J.

291
nioceñs a en ios añoi iotoedisteme pos txenreridren a lo u^eóoluc^^ón rusa
y vl fisaí <0' la uuevr a. Ambos aconteolmSentoSl sin iuous rs dudas,
nonrriboosív o explicos oslu aumeniOl así co mo oC onpncoc otovocado
por los aroseocLmiosins rovoluriosrrioi os diversos oríios Oo lr Eu­
ropa tOn posguerra.
Lv influenei a de acontecí.cstdnlor les alee tcles memo ln «Semana
ío^^S^^^*deorrde sin ambaogo sor obseso ada mác Pe cerca.
Como vintss máa artVbl^i íoc eeonneolntieoeor de enero 2e 1919
cossiiioocn o o momento de siisversido, venosa litado dcl ordc
dianOí Ei nomo d e ís vnan paoltai se vio |uotadobodo por la Ilación
sisedmárioa d e aos os inrttlirotr Ox exprosióo tVí rectv da le iva indivi­
dual y colectio a ggnetaba, más álOr do topo prooentn rooecien(e, las
norman de oomporsaeotonto evloíalmenta adm íLd ap. La parelización
Oo la enono n maquinorio oepreventa ul ü iunlv dp la espontaneidad;
ésta' ¡sí bton doplicu un ouesolonomJento se las ñosonor do organiza­
ción social establecidas, no representa en sí misma la adhesión racio­
nó! a uto >t otro proyecto tig organioañinn soct al akemaaivo. Como
veremos en otro paultu loa oí momnnto de la rebel ión no oes momento
Oo ^^ví^^lsn^lV^lad.
Tras ol agotamiento do te m momemos, ¡os íiouividotos retornan Pe
suevo a 1 r^i^bV^^ojo, at bansío , n los alm^cenerl y acesias de nuoco pro-
OucPsa pggo r alquirorer y cometerse a iav diveesvr exaenquoes que se
suaren nooidianamente a cp tourr)ducis curvamente oí sistema social
vigente a la cbOleliOío deja de existila E! heoOo de sngooauo en una orga­
nización «mlliians oeotoduciondo uimnttrnoea c O^te^^i^concenV! en la
vito rotridisoa Sov voiores vstenidcidot| obedosni en pa rte, al Ocnóme-
00 de subseiiudlóo de Pr reióSípn por Pg orrdrniceclóni producto a su
voz Oe la identinloadión tobóS ód Ol ual organirsción.

24. J. Wcii afpooa el sígdiunte o icura ri veluaitvv ds Ol p potable ^Oi^itrio ds la VíFOR


rsvpcoñndier1israa do la íDIR &íst¡er1i5ñ r orre 1212 y 1922:
1219 L929 1221 1222
FORA .'OSvir-ns^CoincstJs 35X99 49r000 29.900 25.000
FORA -sindicalista- 45-000 70.000 40.000 80.000
(F WcillCiarOonón F. nOnCó oAAorPnsss a oS ad0.rcnQ-tyoSlcnrsñt Oí Saojth Anonca»,
ec The Hujpin CiAmU'ri Ha'aRÚol Rc-ir, vol- !xm. í 9246 Pul ora py pOp Juan ^^a^rtz
raooaque, OespusOr 11229 il FFO.A lkldSa ieesc 509.909ndcomrosaVfiaOos. j. ^.^ait^,
oe AtrS nO íOnléí^^n, sp cá., IntrmSiucíífrn j-d 1.

298
Eo esos sanildo , tí I rooionnonta cSO ^o^iet^oore s^lrr$ol01resaoe1 .Se me­
ro Oe 1919 puede mor oosoChcaeOo oooin uno río Ja divossno eocrorqr que
rnnaurn•^ sai mcrsemensri amsalero Pe So iisiOnarcia en Jos oScm inoisdipta-
mentn pkPssesOossi Esse scyt-mnoCo( en apésriocia o^eó<^(cno^^st^ nte, co-
lnsupneee a sn ve; aíS deseoso) 'On l a oom1o$s1e0eaO ^^arl ar ce Oí dOrada
Osl neínre , En ios dcocdas rnuieotes, uro imam roetea de Oc 10010^0- ar­
gentina afirmará su voluntad de «cambio» adhiriéndose a la práctica y a
las tiss0ísucmnes •rrevoLutorasaoLS-i iona$note$,
Lo Orutol le‘ioesiOe ronrnl Osr -.Sosocos egríoiSus é sí ls s O^^^isLs^t^^iio stc la
Potaronio (os co^^^^i^^n. p^j^n antíonams loo oiL^trtop>| ios rima sirs^<T^ro si an
las enoedss rínCrePs Osl país. Esas hechoi debido segiOs Atoad ole t^^niííh^r'i
a la Calos ele Ocfomsación , rest-osaaSe d cárácter eerinaotennsuis nO>ano
Cel simairolismol Os ls época, los anrroi>sladioail5iss noonsasi a poscir Pe
las intensos csononños> pe r^^an^n^^ómn p opsecacodo armOanladao e- al­
gunas renoosics pe I a-moro etnr^n^otei n^i^dlon a írg^i^-eeiar S^ psandes
ciudades. Se calcaban así ciertas características del sistema vigente: pre-
dOrsamop de la cridad ssoOre a- s^no^1 oenarstanso e consr^ltracinn de
nnaéo am ls rsnioal.
Conrsppo^s^dói a ros att^itoUoií ¡a iniseiislvo 1(0 mononios a I- ssacnocre.
El 23 da enero de 1923, el 0000X1-01(3 elemán LOtrn OdkaOurtt rn«auSd al
rseisnee coroneI Vreellji ooannlzaoiae dc las naatcionpses eiooiiis'es cn la
daraoo^nS11 Ens1lreeledo, WilOuns su uimsiooPo nn sít cooda dos meses
apsnuX5. dé1el MilláO' considerado sosinonosete Pe I stosioato P e VOdOs-ns,
será so]utericroeente uSrnoltacrn onro -otro annoquista.
La FORA llama a la huelga general en protesta contra el asesina-
so oÍL WiUemS100 OKMrnlanto, ^^^odo en -sayos o menor mcnCda sror
los roobajadotss Pe 1 ^3,0- se eesendiO dd 10 al 21 Oe junio.
Lo conoriCaO Ce ooovíizuctósi de ia RDASp se t^nínOrp ucul^^me^^m-
0é, hasta el punoo roe nn septiembre de 1930 ^00 en Ue que cuenta,
pigúe AbaO ole Sa^<ili^0c1í on n lO9991af ^I0ílsSos> in va mpapes Os
Osr sd Catad golpe OP EsaacOi sOe I asoosiel UoUurp ~rúoún Otint0l«n1 -(na un
eoroyi de intcppretaólón!- ^O^^t^o en que Ouranse loor OlrOnos cíSco de la
01^^ del velare la FORA Spsalisite insessns o costosas campados de
agitación y propaganda, y participa cn numerosos movimientos huelguísticos
ínsnscPrro1s otoaiaiies, ladnncrssi1 sit1SLSedosuC1 eco.)1 La sosdrocie dedi-
nomom Oavoteee, no obosanic, lo adopsióo do Ostsuoo bui-caseOocas de
rdmpociaeoiSanto< sonao eai el c eoo osísossí de ls one3nsssrcOd asmo en

299
sus relaciones con el movimiento de masas.
Resulta significativo, por ejemplo, el balance de actividades de
1929, donde aparece la lista de «movimientos controlados» por ios
activistas de la FORA, bajo la «entera responsabilidad» de la Federa­
ción, Allí se habla por otra parte del probable fracaso de otros movi­
mientos por el hecho de que su orientación «no estaba en manos- de
los militantes de la Federación*5. Estas afirmaciones, que no difieren
mayormente de las que puede hacer cualquier partido leninista, de­
notan un fuerte espíritu vanguardista. La creencia en la infalibilidad
de la organización transluce un cierto mesianismo -los mesías, así
sean anarquistas, son siempre mesías-.
Otro signo de la descomposición burocrática es el abandono de la
práctica de congresos anuales. Anteriormente, los congresos eran un
lugar de encuentro de los activistas de las diferentes sociedades obreras.
Allí cada delegación podía sostener sus puntos de vista y ejercer un
cierto control sobre el Consejo federal. Desde 1910, sin embargo, se
extiende la práctica de las consultas en forma de referéndum.
Al VU1 Congreso (1910), siguió el Congreso de escisión (1915), y
a éste el congreso extraordinario de 1920. El «noveno» congreso tiene
lugar en 1923, 13 años después del VIH y 3 después del extraordina­
rio; el décimo se realiza en agosto de 1928. Allí, sintomáticamente, se
suprime el boicot como arma de lucha.

7. Las purgas de 1924

El resquebrajamiento de la anarquía como mito colectivo en la socie­


dad argentina se traduce, en el seno de la FORA, en el resquebrajamiento
de las ideas anarquistas y en la adopción de procedimientos burocráticos.
En el año 1924, se resuelve liquidar las diferencias ideológicas
internas con métodos que no dejan de recordar las purgas estalinianas.
Una reunión de delegados efectuada en el mes de septiembre
adopta la resolución siguiente, que consideramos importante repro­
ducir en su integridad:

25. D. Abad de Sandllán, op. til., p. 275.

210
Oe rosSderv al margas do la FORA a todos los elementoñ que hacon labor
ddrro^isia y obñevrulirdc la orapagaeOa Sol romuni.smo anárquica. Oo resuelvo
aislara ltisgtiupco «íta AetorrhVi, .Parn-o Ubre» e dLOers, i^cd^ictiSnOdles

injoronrir on las oogaeismos aoddraOo.y ictlpáoaoloi ttoSo ronrurñn rnaronj! y


moral- Excluir Oo los rars^ts roorosontadvas oe las oetiOailos feSoraSas a las
personasquo rospmcOan a la toedcerla Oo Siñho^s grupos. Oo roesuSepansepara­
das do la FORA las entidades que no acepten este iempoovmonioA

Esta reiaUr:óC^ oso tinritoto sikrrn3i q uol pal pi-otecto «comunista


anárquico» dl 1 uuas se raviamaba la PAPA, o dooorv ndía o rendía a
non:mlidaise ente tamo el ordcccro numudista. Uo droynato eomunís-
ív sin ydicvadrva dd i^i^otvr^<^^ado>| en íos ¡ciostirs^s x textoc n conse-
nuentement e ntvtatvr tel en la vids Oi-canic a di So V^eóeración.
En su libro sobro la ovayaetoria de V a ORAA, Adad do SanáHUi scis-
mo smieieod que rs>ta oxcuusióOa foe en avive otoor |. i.] , uc el Osen
sentidn sd los milicantxn da Ociado c^^^u^i^és dv ’v^iosaa. años sin
Cuatro añss entes de cscribir vs tac linees, A bad de Sanaiiián de­
cía sa obtiente;
La Protesta sigue mrntociSsOase y so mrotoedrá a pesar Se las Slfí.rultv-
Oos orondmlcas i-.-l. El único peligra está ce la ovcntuvliSva Oo usa airivaurv
militar n cassorvaanrra coi la Argeetisa 1--.| . Haya oíros oeiriódictss pero por
ddsgpvrr^ muchas Oo ellos so tiesos 0^0 programa si narioroe ms otra fio que
el Oe llevar por todos los medios lv guerra v La Protesta. El más importaste do
esos aórginfo eo La Antorcha, futeSada el 25 aO íocvo do 1921. Desde el piusto aOt
vista ideológico hv hecho vvoivs evoluciones, siooOo v voces indiviOuvliñtv y r
voces partidarioOe lr oogaelzvriól ircOinal- Predominó ee olla es estas años el
odia las bajas oriinses más quo lr clara romoronsids So las problemas So lv
vicroquía. Oin embargo, cocaamm en que sabrá halle 1iv rutr pcrOiiOv y vOl^v^irá
v svr un órgano de utilidad pvrr el movimiento par su edtu$>iañroo y su cvoáveor
subversvoi..

El voCerioa párrafo eeuuhb barlanse oiarrificativo. A ssíoOs ds él se


observa que tuncn^oa apaiquis ívs upasosdoa nn torno a La Potesta (ol
Oerió0irn rsarquistv Oo mayor tiraOv, Oirrio OosOo 1204) iosdías, por
osev época i a nonsi0erñonr como ko Pnsroiptariou aemrensol peí droyec••
eo votar quiera; detnnnvbvSan cuál era ta ^00 coraccca y cuíi utv «ruta

26- fRcssOluión oinrfa |anl Atad Va SanollOnl op. rá.. p. I&6


27- Atad aO Sovsiiln. ¡bd.
28- Abad (O SoaSilán, aUas rOceda r d lv■oroo svavevuio dsOa^dOcroniSi psjpvsi: La
Protut, supktmrrno seomnelr 20 <Ot añoro cO í928.

211
aPlOtOa»l Oentmcso lo que era o no «útil» aara el mdn1m1émo0l Oesalnn-
llaSs^ss la o-uranoio de so inrricncL1ni fe Ocíeme tole piensos de visca
Ol00ios soboe el soareuismo oslecís ies^^^i', pues, a sei rolif1roCo Oe
di o or de St-rj a aseólón, i1saiCI do rOS ert-srqijlíeoo rlgo qpr seo puede
saru un a ^octi^i no monolícinai une óe ligión ¿ende exáito un camino
trazado i unos Ce-sotoSos Encri-osans y unos santos eoraSioress un sistema
de ideas cuya apropiación individual supone la pérdida de las ideas
propass d.el ínOksdduo, donde éste se Kmieo a sen ei|rs:uonr o repro0ucrnr
de ideos presioroents estallas: idas. No ooe^psaars porreo en tela de
tulclo lo ipii^iceiiCsC> Oe estos snoioulsias; simplemente constatamos
que i qaesiendo defcnOec lo anarqs — a eonnudo la esterilizaban.
¿Qué quiere decir le dicosonóa 1ieo0ia'ldualirrLs y esaotidario de
la occóón slod1cold
Todas las fomass de orsanlzaóión «0^1 oxldentes Cahía ahnsa tie­
nen aloo en común: O im^lmosceen de ao sietess.a Pu valores que,
ronsídeaodo unlvers-imente válido, rianOa a masifioar a Oo- indivi­
duos. El oanesnimlenio de rías decorsconodo os^m ss^ci^l he ho hecho
siempre oacrifiseodo ai individuo, huscacdo eseas OnoSvíduos en serie
que ecsdmodan unlSoememenso en ios diSe^esSér áspennos da la vida
rdt$dLanal Lar apr$leinn Pe oos roaelcrnos supes-EatoPjd eonOrma esta
lóolcs de oniuiíiloiateoto do los inOioiduos.
El 0l'O’decso ooiq-qutrth he leioido Sr purrTouaeridad do defender la
autonomía SnOtcidual. Esta PeSonsa conrtltuye uno de loe (fUa-s fun-
0amenta1es dei sistema ideoiógLeo s^nanqitsrci y oi dSstlouae ^0^,^01100^1,,
Oor eiemplo, del pldyerto rdouotsoo. Los relsr1do^s in0ioiCno-rssléc■'
olnidacl Uperon tnielíairntemense eouteO as en d Oacto Orí OsCidaridad
Oel IV Cogrersoot de lc PORA. Allí se Oecís o rae le libesced individual

rs I$la^.susrasSle 1oar que l a l llenad orscr sor o r 01x10; osrs libebead no o


pirrar 51ae1ráaCose 00 los Csoás aro0eriore•5, sores Síso se sumemos pon la
ieisosltaO y extensión que sn^i^i^ieiit l i, esn<:rar¡ídc1 i inOsjiluu; 11 l dooS-o e t
PKiiSSe y p^ri cooa¡S$eienco P SOnriad Oe ccSaunenooe iiíono sor on del oito<
según si cío'ocsie orcrgrés, rsieo qtn la de srcOO uno on- sr(l)slsatesoi aco Sí So
los dornOs I-..12.

29. Pacto POe tss1jnslOC1n Tel 101 iScingrfoo lli So OPíOA, dRnCí $011 o pío- As Senil! Pe,
op. scu, p- 111*

212
Más la adopción dea la dicotomía «anarcosindicalismo» o
^^omunu^n^i^ cnárqpico» y canarquismo individuaiista» refleja en la
práctica la reproducción de sistemas autoritarios que exaltan el valor
de la «comunidad » y derrreeen toda nfirmccied iaUividual. Dentro
de este osden de ideas an mrOtii)iican loe artícuíoc «atOar atoóos* en
La Priesa, donde ea dariaaiurüa, sedoco y rcUlri^a¡aa de enfarde ae la
autonomaa ^^^31 y donde ¡g orroriaica a los héroes qoe ac aacrift-
can para h -coruenidad-í «cI nomisniajno anáiquico está balido en la
ética de la romueid^diW.
La virtual de.aappni::ión ee i a FORA eo ias años riei-ticnies oo se
puede explicar por la sola acumulación de yorrorosi (di intd^ordtdc
cióni da ptrd:edimien to, ae anál leic, ate. ). La actitud dru avestruz
puedo resultar válida para quienes se satisfacen de una seguridad
precaria, pero no nos permite sacar ningún provecho de las experienc
cias
El decreto de eopuisión de La Antorcha, Pampa Libre -periódído
anrimliiiartsta ee enerera! Pico, Omd ado en 1921- e Ideas -fundado
en 1918— ea l^loo tná $ que uy reriore: un una expre sión mál de la
expenda de ena 10^03 Pdrpnirrivida et rnteOor 'a la orgaóüación.
El peso de i militarismo e n i a oido ^^€8 argent asu ció mió formas
más Oipecaan e'a 6 da ooptinmbae de 1930. d/o d ía, enre ln imporencia
de tóalas bsa osgenlancionsas obresas, el nene ral U^Uu^i «i courtltuye
en Jefe Suprnmo del Estado. Se dasarn tnmvdlatemea tv wa vasta
ranpvñn represivaa al cabo 'u an a ño de eso ado cte- sitlo y iey marcial,
se contaban ntás de 12.9999 o reos a 129 díarioa ciauiliradoa, 8 Í^^^^ÍCí-
des cerradas, ms s d e 900 detx>ridXo a y uoo e^ena de ansilcmientos30 31.
Poco antes , Ví COA (Caniederacíón Obrera dCiieanas^.u, agrupa­
ción ^e^c^íaal afín al Paati do Socialirac y etnsti tu iOa a ao róí de la
Unión ^^0^303) y 'a OA A halían auo fuvrononre y popstrui^
la Confedprrción Gene aal de Ttabaiadores (CGT). Por so parte, la
FORA afrmvaVa coat ar en ^93d clan ia adhesión ds sociedades
dbpd^iit-
En la década dl 1 treinaa ae mullicaic ao Ico aonfl:cicn al intedor de
la CGT y la FORA queda prácticamente reducida a la nada. En la

30. La Protesta, rdc falwetrt aO 1922.


31. Juan Lazarte, ee Atadas Sov^iila^, oí», du intf(diuurlóó| p. 21.

293
déc.ae1a seguíante apernce et fenómeno seseonisro o. como di-e -1 mis­
mo Balloni, «la giser masa de sbreoos que llenan las íbbncs« ero ornan-- ’
nao al ampaoo Peí Proado, cloedoOot da ir noeCr COSr nacid«lal - úni- |
rs»i1. Sio émbalgdC1 no se purOe considerar a a^rC^n como «creador» del
sindlcollsoo paunessaicl ¡ ssre poso ds seedicplOcs(Ps es ptsiible eo Oe ci-di-
Oa em que los ooimsividadeo oPiasio momieo lo acaotaaí tecrean p cepro-
0,^0, s^oi e,, an la mooOCa en que un noepo ptoyecto de msznnóaiáón
soásl SassOoo eo rai niaoor itPlilej e ele! Esiad-s -iimKSioad<.i en lio Ligura
Ce roí ciuidlioo— su iursoCis vilido orre- 11- m’iosoTaotc ceeto^ (So ^ie -ocie-
Osd. Como bien tñ líala Bolonia aqus a1ns1lta^ji el onirioPio de o- -comba-
rinlOad ^^r^eqoir^^*. Se inicia, m sacnblO| el en^^ceSo de -tedominio
Cel sindicalismo s^cOro^rdtí\aal1 si pcpá-EscaSo y á- pióOiPeián. Serán
mérésa^o$ rteinia aSos pare que anrsescan ios poimenos barrer de au-
tdms)mSa y en tpnuaebteje f Uyuoa del oaudillo, Y ai reino miro terror
siguió el r^iiO^í.) ihíil cedar.

32. A. JBPlíoiii (>. ái.t p. 62

214
AÑO I BUENOS AIRES. I* DE JUNIO DE 1907 NVM. 1

LA PERIODICO ANARQUISTA
HUMANA
9USCK1FC1ÚN ‘ PARICIÓN QUINCENAL I DIRECCIÓN :
.........................................9 ic '
. .................................. .
PafaMta te » w i te
. . o M* V

............................................. -—..... ........................................1

O. LAPAliOA
OaatUn. de Corroo Num UBS7
*4*4o*4dbA* prrjw* aiiha

A los compañeros
Contra lo que non hablamos
propuesto debido A1* falta do mo-
dk» pecuniarios, UMOTBTA rtUMNu.
por el presenta, no puedo aparo-
cor temanalmonta, y aparecerA
cada quince días durante el tiem­ í! éektsi * imír» Mnks <*>
po que tardo en recolectar una
recular cantidad por aueoripción
▼«Juntaría deatinada A la crea­
ción do un fondo do recorra para
asegurar la aparición semanal
Loa campeó croo aue han talla-
fecho ol importe do la suscripción
par un trimestre, las valdrA ahora
por sala metes.
lVc Méxir^c

1. Orígenes del anarquismo mejicano

Los diverwss pcnerctco de oogonisrcim n socioli que omplzaen a aoa-


recer en Uuropc dusanee el oigbo XiXi al Uaspuotar lo era Se tes socie­
dades indusisSales , ^0^1^01 sus poioieooa srosOidaróos en ^'Iéaico -oI
igual que en os^os países 1asinoamasSca-oac hocie inodiador S-l mis­
mo siglo.
Los csoibusi psoueeosos o-ur Proudhon. Fono IeHi SoSo-t-SOnote j ortoos,
son leídos oor uc cierro número de icUovideos qon obraran em entu­
siasmo yi procesan Sel *nusoao ído1lsa1 Resedia difícil sin emboe-o rc-
feoii^^^ii a ooucdhanicirn1 y ibcrissinpr cperoiaí yues Sreseatrtemente
los ideas de mor «oíros son ppopasiaSc^of^Lusme^^ii z ydirilelsasOentro
Ce una smrlgasne de lsacSal[smcl -i -ibsisoismo.
dlc<tooe) Rdt1dsOotratyí groogo ^n^^oraM:i a dCéxícs-, esariOe en un
artícuoo Pep periticico El Sdr0sl1pts en 1876:

La fónnuia dol 1l1oiaí1a^op Ooy en dio 0:5 ir de la 0^eloallaeiS^Sl irmc-fr Se


1793 -libertad, 1 oreldad, Ir^ietr^tCaO— o lacesl r^i^:^c^íioc^; u eSóie 1l 1 ilísrtaS
p1gu1fcr el dersorrlklde ieoisa Sis piySn1post p rOc1rssde e<rdn ose oal^rsiiet de 1
individuo rsa resistcoccioo lo. Lbcrrtid eSgoiSico el doasiscioo de 0^^^^ iccoe
los pird'crSpiOSS siis adasiúr rirstítr y Seznicrs cíasfkr o ole sur stOIpeio iris
svdomoll’xr- las 1 íoiveeristades. I LtcrroS o 1S ir rHsmpiO.1rn ó s o 1^10.1 iilir éSó Oe
lo roubt y Ia Ills^ryatóó incOeiduel farra Ce ardo ijrsrnrcc'ló S-J’-
En 18^ RooddsanatUi srnt:o con íl Smacosta, S. ViLlesueva y H.
Vllls^^^^c^^^^, era a uno oreanázóa ideo oenonilnada Lo Social, cuyo pro­
grama, basado en las consignas de la Revolución francesa, propone la
usión sasieessaC Editan roa Corallo socolcnr, smpsanPen una evoiva

1. P RCPC^aotc» sisado coi toEes M. Hari, Ho rl«lL>csearn rrss^isstno icOI-S d90,


México. Hm, p.pi3

117
compaña rSi diSupi<rn Se issi iOea s LLCiciaitos!0S p panppipas eu ta acedudo de
sncle0odes ’Orsros mu tu apatas, lunOaa el Cnngra<snD Ncdnnal de ^ut’os
Mullconoo, dieueko en 1880 otea eg gobierno de Porfirio Díaz.
Por esta mismia d0pO:a, aneuqyio^lo y moreL.smo anq adqvinendo
unniomos 06110’000 neo tro un ana Iracolón ovi lnovisniantn obrero
uuroroorl En mmnanios eq que Ser idems mutuoSlstas ’ eretpestttSvistas
riuaOen e otndrir auSiern^ ui coutlicto un’^e los prosemcos otnrxísta y
enarque tos cndcoOe ppaiinoraFiP rx>^^po0lpi o ¡cosoc ouedmalitas'nie visos
violuntosi. In tmrnrreauda Oe stasc ^0(^01’610 le haca es^^emO^it^ento tras-
«1001tas rOctieues uuipeasp y eolandern a oStos Ivrosnis 0c ta poiduni-
0ed uulsuoal nuuinSnntal»2.
En Acutriea el Foredmienro de -cu vnuevas idean» está
ligado i^d^^u^ii^lmoatsse pcqsuse’ no uociasiuameu te- a su eóoludón
on i afiniUdd cutaunol oxídente encsp Eapañp y ciío antiguas
colonias. porr uta pane, y la Sucitm mIuraci0n Fu orebaladpecs s™0'
aulares 1^1:111 el nd’vc mundo, poi ottc. itpnsl’t1stlcri’n factores que
tavñ^scieñ^1l la lr^l|ll^^ii^r^1ón íes’ saiiim’ite^o ourouco en Amérian, y en
pettipulet -dudes los perocteríaticts Osl mñv1m1snto 0o muios un lo
Península iberio-- 0 e Sap ídoao enarqulnas.
En 1870, sa eso a la FedocaciÓTí Regioeel Eo()af^^Ri ( FREI de la
Aaociiadóu intnruac1oniU Te TraVolsdorstr, estsecho Td^eulr vinculada
o la Altano- por I a Se’i(>aip(l S StiiSrilsio Fe BU. P^Cudio| proyome la
-liSte feda: radón 0e SVíiet oceníadasnei de puct’uctiisci re s>o ta abo-
l1uióu de I 10100’01 el rech’sn do ta poiliiya y US las tnptirooIoues bur-
gpueaa 0e ponlvr, la dnppdióo Ue la adalón lptteciy nomqn oiep1o firnda-
murtor I de luclev Uc 1 as loro son nn ^edn.iinns Tres aSos despulu de su
fundadón, la RRE uuentc con varias decenos de miSie Fe a’OiaFos.

2. el «ais» 00 1’01115 dlllaouulru Oo vinco ci>ntiJic’1linaatsSí)ctda<ilr ♦piiesl epi^i■m


’ do -;^w^iiz;^(0iis, o ice ruUrlnie0i (Siidínsi o rot’Píiu ’a l'ns^lvLiociPri as;^ que S porCsn
OiUpiu^lcuatS, odor Lr boa? Se Si oa c;^ti^icaiatio s^jpjcPlctsrq coVo pul|plr y ir uupuv
da dJ1■eñs s0 reStre-scic n <^Pi o rlytoirión c mcr F_RatI^ocUilSi'tdPiltn sis opt<ootoli:i^e1i1
psnt^rlifo■n) | PsiUo’síOiiíoc o, rodoad nn y libysrrO in0iv1Cnad n unn* a’rr’asn^ oiSs
presscisi su los de Sotas de los Vis^intei sxpiaoloess del sñclolismn suropeo Val alalñ xix su
ou liucui ec^ctr 1 a borunieuús nsoscacdui. Un la IrolIC reodsona -un «1’11010, sploti xro
p’1ticnrí idi Speia.om7.Ci in[ipldiaylcyín^or OePsaSnui $ osllnp■tliaaorlli1 0.1010(110 iUi
Jtp^plvt30’. CiNtroyi ccip ora toivaen lar sooícíUnen 1,31(0^ i■|sseptiiidos» Sica cieCtro
todo invento’ pIro■yeiOi sda soio ecIaciPer nocpl is ovOí de i a opp^rpPó Cn eroCauccii Ssctc la
lnsl^lipciionilp^op,id cSn S^istmi^aUoi iiOacyocio Cs p:Set■. nSa.sc a osas Kui^i^cle, P pill
Chorres, Il xcuiod conon ti FeaE, 111X1. Mincui ,979.

217
La rescausraimn Pe la ooa^^r^^uta es SsnalSa en 1d7S y las perse-
reciones omnasli A TiIT traen oomo consccucncla le iSi^^Oé a Amé­
rica ole ron cieoro númeeo de reSugiadms ansoquista«i Por otra parte,
las vicisitudes Pe la crisle económico cn Osoap-o draeréden d d-spla-
nsm1énco Pe mllleres de b^^Soónr^orvi^, ulscuia<roi aro maeor o menor
medida a iss ideas STlarp1aSstaLl qeg llegan a Argentina, Uruguay,
Cr1lPli CbSa, Méricd o otra'i partee doi confinen íc sn be ser Pe nue­
vas i:osibl1idadp$ Pe rTabojd c de vida34 .
Las iOess an^s^i^c^uSr^^ , dfUsotdSas e n el sopopo o01- organnodorce del
ocrialipmd ^i^r-^íie^ci de la ciiiSod óm MéxicO1 preo1es Pateo jugado un
asael relativo meare imonotsore eo los leosnismientcp sorarSos ocurridos
derssrte ia egusoSa setOod deS rigl o roc O n el rasruos^^«) do loo cincuenta
años snrerioees a la RvooirciOnl Sen equiueñor celésry y d oamIas psre-
cen hateri tcoé iraniss Pe diusiOn rl«l nroyeo rs sn?iLqtii4m\
A la inversa, autores como Francoisc-Xavier Guerra sostienen que
hasc ea afta !9S6O na exísría veodcdeeamepre urna corneme da pensa-
miesto onarriuisce en pl peíc. El dooaoioHo eorOrOomesin de Ls indus­
tria, las posibiliOedes de reapnso socíoU qsie pe presbnsabao a ios tra-
baJ■aOnTas epoaftnlep pmiorannSl ls dura reoresiOo Oe ls 01rraduTS Oa
dnyfSntn DOnz (1576- H1 ll p eh hec ha qe qae ias asaras es rales Ouesen
profenOsmeore rsiOlirss1 herrd éste d1fírilmemte roncil1sble con el
sceSseso mitiraa re carecsenoncci dsi anarouíinno do prinel pio5 de si-
olnl parecen O^h^s ssdo -^<^^01^ síbcráosIco, peca eS desaoroilo dc ral co­
rriente5. X. Guerra supone que, por estas razones, Ricardo Flores Magón
fue s buscar enaae i1ss iosneiesos b obseroe nrejócíuci^s enrógresios s0 sor
Oe Estndor Unidos de NTorteaonésiaa -sumeoos a ia inUaancla ele los
snarcoiiodisaSissas norrtoem esiosrnps déla I—lSV- le basa serial que
mo poolía coneouuis ai inreríor del paSA dsra eapíraación, o^n^^^a oomo
factor iíni0Ol íslcoí rs nosbstante i^5n1iclsel^a pare exciiear la prcoporcia

3. Setgiú i Hit, c erre ÍM y 11901 «lo prpsaodll crsaSiclpdtdce México.oiiiumisaroO o


9.533 a 16. 258. Jom M. Han- o>- eü.( p. 29.
4. iLossosiquissoas erigían ,,... la aucoaosOa ilonl aste ih 1orCieellecelOtlSliZ<0o ,a
seteOiiCiaien e lj1sipr-ioerii Oro Perras por ilo 1ouniicpioc Siltrbs o joo^óieT^jo SlO^ee do loo
pueblos r ls 0essasririCo Oe ls rollrprsra Oe los íearioasliop,. 1. M. Hsit, líO p. 24-25.
5. FranacoesiXa’Oet Geera, aCó rEscagrar se Sic xtqixi; ir mllieo aiearciOste hile
lév^ll^^ts^n mte^to^i^, ,919-1915-1 en. PiOOngo do O cosa do Veedscpeet lonw io, Fa rá,
Bomaid 1195, ,• 016.
6. Ihíid. p. 669.

218
Ce ia Bt,a Caldl)iaaIr como cnoice de aeiítedcdes revolucionarias de
los snarqaiosps mei1canos en 1911. Mdr adelante ooivsepmot sobre
este: psobtons^.

2. Flores Magón y La insurrección de la Baja California

Ricardo Rotes ÍSÍagóo nace en 1873 en Temiitián del Oanúno


(Oaxaca), y muero lo los 49 años sn ls prisión nortcamericana de
Lnsve^wo^rhe QSan&as), tgo«^o de atioiro ates Oc tsabnjos foszydm y de
malos iriti;nrer'rioc'
Su oposición Socaial al ooniSrieta se rrscriCé dentro Oe la
tradición liberal Pe ru fomiaial participa en pl tc^rirdico El Domnceata
d en el CLub Pe -ieereina antly1rries(lLd sconolano Aaoiagao husta su
primer arresto en 1892.
El 5 CP agormo d<? 100XE, publica pt itoeiónice léae'Osrl^rm*lEA. Ara-sta-
do ouevoraenle eo ano yo «de 190li el ócriOejieo os enanrione con la
ayuda de su hermano Enrique Aso^eos editan enssgdda El Hijo OO
Ahuzoo (que vale osa ñus va teoleoa Las |«lor.i lea. óS«eOn pos so-tiern-
boe de 1902), El Podre OO Ahuizoo, El Noto Olí Auuooo, El Biznioto
Oel Ahuizoo y nrroo ieiri<0$ioss máeí ciausssoO<u o no sras oieo , E1 9 de
junio Oe 1(903l los 0-10x011^ 01^10 um fsllo por el ñusl sn srohí1)é la
r1or^laccSn P e ,□31911^ oótiódico coorito c°o Flores Magón.
Regeneración vuelve a salir en 1904, editado en San Antonio (Texas).
LuegRe °n uaa nenselOva SaiÜsEr d1 asesinato, Florer Mógóo es sstab)cce
eo Sn Louis\ de M^ourri . ote OeiiP e vuelvo a snlir Regooracinn ro febiero
Oe 1^>5, El 28 de mjptiemOte te cena J Jiro te CneornoorCn dal Paroido
Libeial Méj1rsnol, que crae ümoo omraiuuscooie el arsooíto, en ocirebtee de
RjcriOo y Eoi^iqLn' Forres Magón « Pe Uso n SlsbiCs o saonic; da I su o^ko-
riOaOes no^rsonírrisssps. Oa Opiprsnie d soiscaesc
El 1 de julio de 19051 aparece e l pcolraoma inuiaa 1 de 1 Prendo Lite-
nal: se plantía la óonsaEc d8 8 -sotas, la reglamentación riel oorvicio
doméstico y del trabajo a domicilio, el salario mínimo, la prohibición
Oe0 tpo1roso o Oos menoses te 14 oftoii ia ljederoniraaliOn poe ea-iden-
oes, la truiiSed de Sin reunco con tosidas nor los eaecoperSoop son sus
astlnno'p., ls iguslCsC Ce rooCirioeep Oe trabajo y irmuotrsr10o enere
los oboetos oleiComo s y xxíraeiopor, ci descanso Ooncinioal oboigatorio

219
y otras aeivmdtcpoisncs snqu que pos ia mismc época alan tea bao las
nraonsllCi(rnes naruicrnindica,ístde de Aicérían del Ees. Ec lo concer-
niunse al 1X0^1010 aorariOi p. proemulme plunreebu mnicuineuia la con­
fiscación da tieissr iplpipdlJCtivas.
Esto primee r program a, radodiado jur Jsun SuraPriv, pirce parcial­
mente orno pirn to de eefependla pera situev lu ^^nl^cló^ del pensa­
mientos da FLorel Magón. Sm miederaceau en lo anfurenpe si mrobleraa
earorLo. eis oarúcuiari ddstS a Joan Gravo y a leu ensi0ielrlap franceses
Ou nUmps Nouveaux a uuesrioner f^úos nsáa tarda el carecías tlbertario
Os Flores MorónT.
Su dslerle pncnar que ol difíci l y lonto qroceso do p^i^^mlo^^miento
Ou suo ideas rtadicionaSeSi urtaiadn por Floreo Matón a principios de
siglo, i^uCr^^a^^ a finales de ’a primara décnla, cs soscero serie de
Regeneración (que reptarenu ev víípesae de la Revoiecien de moviem-
Sra da 1910) expone plarttmsars los aspectos ssseciolus Osl pansa-
miento n^r^^qotota. En S19 19Pó 9 10SO, et Oortido Lldarai pe relcipa en
una serle Se insnscucc1onet fallidas y exiiende su inPiuuncia entre los
obreros de la oauieste induotriei peruicipa on cas Suchas de los mine­
ros de Lai Caoaney o sla im pmpres de (axila s dol FUn Blanars donde
un 1907 se iSate-oiiIIa ims ranurlan|p imte.ga5.
Sin os ei d(l$eirollc amonta de la ievoiaclón el taquar que
uristala’a su pdpuu^u enenciul aoas la ideología libysí^l o la desórucción
Ou la tundicíenal esr^ueruia organízariaia del PaHido LiSaical,. el cual,
OesOu ríemrno andis, tañóla u Punclouts casé exdlmsletmiensn unmo un
núcleo 0e progagrntrilaulinr.ión.
Roeeeutaui<rn escriSe luego dei arc’i'ns de Modero al gobierno:
-El Pútrido Liberal.no eprsitiaa ni aitmbard un ^r<aeros. rn a su pro­

7. Ei issti sdlémcli Kfotnpnn i^suis^íC F doSeruai 0s S0 1110^5 MegUM Vdar, X.


Guerra, so- .^1 p. 673­
8. A. Ciu Cáne>vdr -ssoSeirc que sn lio Sdo atoo sSspaiuitta a ie apartrlUn <11 qr. pid
plnrl■rma liSoirl si psesocLS1tn social de Riiatrn IdMos d. se 112’ imái todlpel. Véoss Cus
CCaovaíS aRicUn Flote Miaftn, Pí Oaja CCui s Eitaao Umdes. o. ¿2- SGurn oíIppis
que en 1905 Ricardo Flores M. asistía en St. Louis de Missouri a las conferencias de la
aaor^^isa ruotRemrtrroany Enema GoSlisrttlil E St SGuauri, 0e cüíí p. nuri. Rrr su parte, Max
Nattlou snstleeeesa do^ln menos dss^ls 1902, los ideas antleplstos CrSíon iatsta-srdot los
Mogón URccidO y 5010^, s 4^ uui esse sUo RícaTicu -diño puoiipus ecia parre pOr Osi
ccnulúüJde^dand(l K^rnpokipcu Véo*r, lM¿xi.rPi M. INe^id^i^, s-Cn1tteapUPn a laOSSPico
giotír anarqlp$la ea Aménca I atina», en SC^nttms Jn[dmdcend de La Proteía p. 27.

220
grano, El CatddL Llnslséi us nn moeSmicntls de P cibae trabajadora.
Si 0$™^ procederá ir^ns^s^^^i^aéeantie a revolver isa oierras robadas
al p^r^^^hü, a rus legítimop posecdíxc saO oos oira perte, s 1 lema del
Partido P e -rfoTmanL, Líber rad s Justíesa* es Tañado Ipoy do por el de
«Titira y Lite^taaO».
Juan SaraSlu , Armonio Villar-rea i n cnosis ntlitasnsei ás i de la otéela
guardia» bOendoman ai Pdpeido Libnral a h$ adhieren a Madoro. Bajo
el pesoi Pe l a stadóción caudtHieta, veM sn Medero as Mesíes-reforma-
dor capnz Pe arcer cl so (nn Se la igualdad.
El 23 de eppmembsc d1 19 11» apearme un npcvo mogtaira, en el
cual e 1 aParrid» LiOeral» no proclama anasquám ta. Llóié R. Flores
Mogón i «SaPcdlo du una veri derramar ce agra pees llevao el Poder a
otro bandido que oerima ul cuchlo, es nn editen s y eoo rerá lo que
suceda $ i impic sao eao1ps sin noát objeto que dnr «iDan p Díaz, para
ponen em su lugar a un muevo gobernante»9 10.
El 29 Ce entine P e Hl^ se icio áa la ^nrec^cóc ióo i^ToaE^aOsra« sn la
aeoíepuls Ce la Baja CaliiOonnta: uo grupo Ce 15 hombres simados cooCu-
ciCos por Jo^ MiníSa Pyy^aa rccn o upo pa h psablóc ide Mr Mexicali.
Durante cinco meses, la «eusnuiee» dB ta Calif Cal1fomia re con­
virtió enuo pollo de airaaóión pcs a Oss acdvisias a^orqoistai dO mm-
do entcRi. Ec carácter cloramenbe lirio riel- io del prosaam ma-onista -
se prereeiSía, y os modio O e la acción ^iteol^a o evolución aria, crear
formas ihe organlzadón soc^^t yisei^sptiué« qw preOgusaran -a socie­
dad anarquista: abolición de la propiedad, de las leyes y de las autori­
dades, fouerac^^n dc grupeo amónomos do produc toree ^rcr- nte- y el
herhn Ce que este proyeeroi r« inscribiera -esn samo uec cilomaría—
Centro Ce un ope.••intlenio revolucOonario que adq^íre íia rass día soy yo -
nes prcpnrrcco^P5, aotejeron aetStao1Cé dn I IVdiCi c Oe disertos naaionali-
dades euooessis. Hores Maio mismo lanaS, en le pinoso anprqnnca de
otros pa&ssi lSlmcdss a la emr^óae^ de oimpnsrotnt1sll.
Razonen de Ondels roscial, geográfico y milccar contribnyeron, sin
lugsr a Unala s, en la esco.cancea da its Cala Calif•bcoia con-io centro de
npeiracCape«i Depile meaos aisée se harcs scopiuno Or0ormnbrPn sobre

9. A. Ciut 1ChniveSs oO cú., p, p9.


10. Cur CCánoes, op. sc., H3-
11 (XCGuirriiop. eit.l pió?!.

221
loo vías 0(1 O(cpuuluacióic lnlp^aploidsa de leri iiicspiis miiitaius adver'
sorios en I a oona, auntos de apeovitiooalOidnro de agua, eot:, Ppr otra
parts, los mueneistas pretendían, una vez cnntrnladn el terlitnrio, us-
toblscíe r ocmpop pata acu,ger y uec luchar )pr rnnugicdlut me| Uranos, al
mismo rl<cTdno que se utlhuarSan suu meurtos pam ta uísición de
or-mias y psrreecluo detlioados a tos seoolu¡iLooaiüss Jal interior1..
Cuuen de la cprlpeinón de Mexócali, kí duceden divecuru escara­
muzas con les u^opisi vnniadro |X)r Poifirío Díon, sop disipadas - aban­
donados 5ucerit’cmunus los rn)bluciones Se Secute, Ei Almmo yTrjuana-
El 8 de maroo demnrbarca en 001^030’ el octavo B a^^i^^ir fyderal, y
un el mismo uses e’ prnaldento nocseameiicono TaUt enmía 30 mil sol-
ntnos us la frooeeral Por opra parpg, al moiiemo corcueniericado facili­
to o;! eoeslpoetetd du lar propio ^c^^íOsísi^^^ hacia la Etapa Califonua, con-
uunrru en San DMigoi lo tinsy deí Paeífiao y bloqucc d ^00’00 de los
rudn l|llcornol'o.ss ^o^set^mu^canilo y meiícnosss hacia a i sur. Ftoses etadnn
neeunuio lo insevunnción de tos Estados Unidos de /CnérL09,r.
Lusail de la inmune d de PopíI no Díaz íU 5 dy rn 8^0^’ se mtntuma la
nldisidn enera llbo;ealye a ^qp^qtsieIas: teava, Joan Uarabie y (osás Flo­
ros Mlgóen (osas CoTmdno de nipaedo y Enrinhel re adhieren al
moderismo. A mediodos Tu imelo ae laSlan en la Da)’ CaliSnrnia, en
calidad de anaíadod de Mai^epO1 can el obíetc de gestionar le rendi­
ción dea tos aneuquIstaEi Esía ae efectúe a Sida tos de lner| cuando se
evacúa eexxlcah q el alteca Mosby entrega Uiijisana a las
tropas da 1 na,leir^1^lro.
La aplastante Sl]pUiri<:r^iUr d nnii|r i Se tos adue^uii^i(.sr i los diea-miones
rnuológicas en d umpopo do los lneurisretos, ta 051^^1111 ’e infamación
y lo esteecSaz ale Sas S>soe$ dp aooyo al rnrerlor dol o>als m, sin duda,
uircs^ssoanusar que determinaron Io ddarota dd ntovisuiendo liberta'
rio cas le ^a| aCPofon.
Estos cliPan.l1a^ciLas no dnSsrn sin ernbasgo ntsomotpalnod un he­
cho funOmmentaO da deuroía ule Su insudrección maennistp no es un
hacho aisld^ dentro del prsoirso ^evniuciocaTu mejrudno; revela, al
igual que: e I aptesimnSanto de Ssm idocrentnotug agetasstaa (utopvral Villa),
lo orienoición uutottrioep evavaieciensa an toa dOFessnsuc orsteres mcviJi-

12. anCa Kcsarcth Turner, cicct^Q upo Cue SEün>vio. so- eh., p. 31
13. Rtdd•leraa¡ón da! 7 de mano da 1911, diado id>i Crn SCnnoat, op. pcPi p. 55.

222
zados. Esta orientación culminará» como es sabido» en ta instauración de
una nueva dictadura -esta vez a nombre de ta Revolución-,
El rumbo tomado por los acontecimientos evidencia un compon
tamienco de ta sociedad mejicana en su conjunto; no es el resultado de 1a
astucia personal de ral o cual demagogo. La popularidad del caudillo no
es un simple resultado de la «manipulación» o de ta «ignorancia»; el
caudillo es caudillo en ta medida en que concentra y expresa ciertas
tendencias al totalitarismo presentes en el seno de ta sociedad.

3. La Casa del Obrero Mundial

Entre 1a primera y la segunda década del siglo, en momentos en


que el proceso de industrialización recibe un relativo impulso y cre­
ce la proporción de emigrados españoles, aparecen nuevas ideas y
nuevas formas de acción y de organización en el seno del naciente
movimiento obrero. Las formas de organización tradicionales (frater­
nidades, ligas, alianzas), severamente jerarquizadas, basadas en las
ideas mutu alistas y corporatistas, tienden a perder terreno y a ser
substituidas por formas de anarcosindicalismo.
A diferencia de tas instituciones mutualistas, cuyas ideas no apa­
recen necesariamente en ruptura con la ideología dominante14, el
sindicalismo anarquista es duramente reprimido desde sus inicios:
tanto Porfirio Díaz como el liberal Madero o los «revolucionarios*
Carranza y Obregón comprenden inmediatamente el carácter pro­
fundamente subversivo del anarcosindicalismo.
La llegada de Madero al gobierno no modifica la legislación
antiobrera existente bajo el porfiriato (prohibición de las huelgas y de
tas asociaciones obreras); sin embargo, el eclipse del veterano dicta­
dor parece alentar el florecimiento de tas luchas populares. Diversas
huelgas espontáneas estallan durante el año 1911: trabajadores del

14- Como los mutualistas «socialistas» de Colombia, los mejicanos limitan sus objeti­
vos a la obtención de leyes proteccionistas y créditos para los peqveftos artesanos, forma­
ción de cajas de ahorro, cooperativas por acciones y escuelas de capacitación técnica,
dentro del respeto a tas instituciones y a los valores ideológicos dominantes.

223
Pe Méric(p oanaOprn$ o coerureras de ta misuea ciedad, esú-
badones Ce T^impico, etc.
Juan Fronsíoio Moncaioerma, anstaqioLste ^a^tornblano que vivía
exilado en Cubal Haga a Mco ico un o un(1 12 1912o CSs n otras siete
aérpnoap forma el grupo Ce afinidad «Luz»; este grupo, roosrlruldn eo
su mayor patie pon trabtledoree manlralp5 -tratps ootiio spoihpe, mccá-
micos y aarpintem además de un ^neUso n utn maurt^o- funda el
aeiionirn Luz n se propon e farad ar a ns uecuylc oeslona llora; la mujer
del m^^mo Monceaeana parees Pa ser eldo aiu cma Se Francinco Ferrcr
i Guardia ese Barrelooa,5. El primer númeoo de Luz sale el 15 de rutío
de 1912; dos meses eeisprlép rs suprimido -luego de su tercer núnerrom
y Moecaleano es eauliasedo Se Méxícos ocr el rén’escn de Meéeoyi.
La expuisión P c Moncalaono P ace rtSnsr^^r aparente mente el pro­
yecto de pruus1 n rapisnaasral H loeal es uCLhzado como tegar de re­
unióse che tos enrp(PloetcSicalas(ns o poco después, eoSrc br Cesu -Se una
feCéi^s^có^n ocsal P e sindSoppopl su id^s1c^a Cs Casa del ObMuo Mundial.
A su alrededor aanrccnn k>p Lo Lucha, El SbedáaOsaI (1913­
1914) n Emancipación Oboe, (19141 • Cetroo dc ocdirdinóetón eindícal,
lugar Ce encuernoos, ruoniones y pru:upO^n(0 oPrtartns, C (Cea dd ChCoero
Mundcl desamoHa osa in.m!o«a avtividsd, fS^^sri^ade de óneCSre directa
réeoluctonnci, rchaiaza lo tntveoeóe ión del Depertamento Trabajo
(creado ip^( Hecstai en iar s.f:l^rtOcllos ilCpei(itpatsosales.
Desde 7914i sin embargo, es visible íc i^fisei^ccs sjpniida por
Carroñoa oc^rnee una faón idn os loa mosdoalndicelintcs. Carrada la
Casa del Obrero Mundial oapc prepedeo de le manlfcs(actón srevista
pana el 1° Ce mayo de 1914, Carranza interviene s la csída Ce Huerta
y prolnsne a 1 a Case del Obrero ietsnrii.al nomo sede el contento de
Sansa Brígida . El l<re1dirm<(s yarece apodérense S e la mayor parte de
los pioe^icaliosas: re Pealarc cuduca la era Se la róOc üén, sc basca la
proierciOo del Csiano1 peoetiam toda clase Ce políticos -csirsncistss,
marxs¡Sas- peedicaornpet de la peuoliJC ión a os ázoe y de la necesidad
Ce un tutor msaudlloo, partido os Eslad-i fie -starusa cI reino del
miedOj c l morneoto en que itbeTt ad o pntonomrp son consideradas
como peligosrps utocsas, anandn po provocaciononi Porenen le intri-

15. X. Germa, o cc., ,■ 658.


9 Ubi.

224
go, ul arribismoí d opone nio r no y ul rnego de influencias d de dinero.
Los eeppns hegcciónioos cosrsigueic lrileonc^ su leni en odetanre1 todo
trabajador Sale ^^;^|tut^ y ^giiO- ¡no moomos astanleaidet para aociar-
su, hoces ^si^Ío^í discusu non pi nnriooO| sa ilr a la calic en coicctivi-
dodi ecc. El Osudo sc edneie[ee un el eobSsPO nipsemoi é! en quien
du^^^irá en úlmosus si ana Sigolea si lioar o ilegal.
Así, ul 17 de Scbíen) Se Ul 5. se teall zu un pocun enere la Cdía del
Obrero Mendlal y Cerranlc. Lssr ríudioalisias vas a ^i^^r^^j^r Le tro­
pas du Caleanzo por medio de los «Briaoras Sonira reas Antreu^isri^ss o
du los -Bal altanos Rotase. A maroio de os to, Ce^aune unscnUU loca­
les y durl6niuos -como Reeoluceni Snu-i^^lp. Eni csísi CiIpCho Ssi encuen­
tran aloEsmos a Iiss leles il^loodu leo de Ios $heroicos jefes
ui)nsrliec1onalis ty s* y ge il ega a aflemy r qm el «triunfo del
unestitucioealismn es el triunfo de la LrberladsL7.
Esto demoia, aupouii rn ouurre sin eepittenulef| se ctccrúa a lo
loegn de un enridno quv s^a desde L9IO ha1ta ldill ocm ln menos- Los
fueeovlaiOo$, oeirolnsos f srabaíadoees Sa Puchlr c Veracruz
eucClazan la osieupación poillraa ¿ií sindmoll5m0l En ísIí9 du 1915
aparece un llc^ndd r)aro fo fmturae ión do ma conUuderaeiOn de sindi­
catos obseios de la ReneonM ^iiejioeutp cadaz río crear de tradición
ona^corindit:lpiitta: ndodelno te ta acción idrmecUSd de es­
cuelas tueínneitrtas d ato tallereo comunilaelus> niOl Poro Oeepués se
ufu^túa nn corgreso obrero en Vprac^ur, nn donon rn consuma la
ruptura orn luc carranoiscas y fu crea la CNT (tegionci Mejicana),
Esto nuvoa (nooaudeunión anoreopindica1iara no llega u prosperar.
Luug^ díc uta eenrdriva hu lroeiun geneuM en MUniro eo duosto de
1916, es duramen'te remrimipta por gl mUnidían du Ob^ecPn| a cuyo
amparo -s ero o n n 19 ill C CROM.
Eotruchamente ÍO^^sSo al aparado Ee tniap0| ulrliiuita nonro torrea
de l^^^nc^^L.siei'l ele iop pítlincar, dceorl(iiloiero ui. .su suno una fabulosa
buenuracit, lo CROM ueuuu eádinomeetu y su coediuets en la drrmuru
unnfedetucien obrera de Méx ico. Indluciuu oe uchos 0n Iou antiguos
activistas aaapooirinlUlcalistas n au n engrosu^ sao fitauí i0meeaínente se
impuso el -7sl||l.5mo?r.

17. .etdvna.•a■)n SocáC, |1 dd limuy 1^95, ciiriUr oo’’ FEC GcelurJ oi- pc., p. 668-

225
V. Conclusiones

El decline del anarcosindicalismo en el periodo comprendido en­


tre la primera y la segunda guerra mundial se relaciona directamente
con los fenómenos siguientes:
1. El proceso de substitución de las importaciones, común a mu­
chos países latinoamericanos y desarrollado en proporciones diversas
a partir de la primera guerra mundial y la crisis internacional de 1929,
así como la necesidad de atraer capitales extranjeros, plantea a un
sector de los grupos hegemónicos la tarea de estabilizar las relaciones
laborales y de favorecer la apertura y mantenimiento de un mercado
nacional que responda a las necesidades del nuevo capitalismo in­
dustrial. En todos los países del área, la institucionalización del sindi­
calismo se presenta por lo tanto como una necesidad histórica de los
grupos hegemónicos.
La modernización de las normas oficiales que rigen las relaciones
capital-trabajo se hace tanto más necesaria, para estos grupos, en la
medida en que se hallan establecidas en el extranjero. El manteni­
miento de costos de producción y de precios relativamente competiti­
vos en el mercado internacional plantea una redefinición del papel
del Estado, en el sentido de una mayor intervención en la vida eco­
nómica y social de los países.
2. La vitalidad del mito del Estado-nación. Desde la primera gue­
rra mundial hasta nuestros días, un sector mayoritario de individuos y
colectividades se ha adherido al mito del Estado-nación. El fenóme­
no del miedo no es extraño a este proceso: su acción impulsa a indivi­
duos y colectividades a identificarse con una fuente de poder aparen­
temente intangible. El potencial de destrucción, industrial y militar,
desarrollado a partir de la segunda posguerra ha reforzado la aliena­
ción del Estado-nación, El ciudadano tiende, aparentemente más y

226
más, a acetarir y egiy ir la ruaelE y prictóscíen del o-ardó-nación. En
los cuaio:i 0^^ lsi0n<ni:11riicanor qua exornáis amoi es tes anieriorcs
páginas, se roopiaio que la acción ao.tiioprirurinoal Ce las cp^lhctiv1dades
obreras duranie Iíes pnmrpee dScada.s del ¿ojio, ligáis ma mayor (Ato-ento
oa) o menor (CloemO)ai medida ai proyo cao yn^rnctradicalicia1 óedió el
paso a la adhesión eerupiapis a gobiernos hmieenihmenre nrrionalipta.s
que introdujeron importantes modificaciones en la estructura de sus res­
puédaos Estados. Estas modiíiaaaipnep tendfcua, todas, hadia uoy mayor
apoaenlaai00n Pe odeTee en monee «Ed rd^pado u a ena extaneióp de sus
atribuciones . E I yeccinnanto de la aés^caióo soda 1 ro propeetE ng organj.-
zacióo tOmumltUl. ’v^ísHiPi ^enhc sstc peritol ,s se ír^ia^iptei en el dnroirmllo
del rnioi de 1 iSorcPo-nación. Les mtxJi.ac:iPciiSlees intesveniPas en e 1 eol del
Estado y la institucionalización del tSndiaalismo cOiéPspocPen, pors o tan­
to, a las aspirrcOonee Eu ue occioe db tacbapadcres adSerido al mito
del Estado-noción c ^éoso^t de metete neo dentro Sd merco del siste­
ma, un determinado nient co puno1lmo y de a^i^^^t^e^cs^^^^ sociales.
3. La indencia lia cia la es ncentesciSn Oe tender es enu ce nérnt
cia de cotunnie en tosdos kts; seis remo da o^srni¡ESPlóo scgést plgcnces,
tanoo e n los países capipalpsror oonio e n coa prspiaiistas, en aquellos
cecricll^gglrr^eari1a aaan:ndoi no ene en Uts que odintoor denominan del
«tercer munoo». Esta ennPano ia ¡se eppresa ^s^^^^n^o en la oonéentre-
riOo de pedir en le economía, la p<clítieai ni síali_iicaiisiaio. la ciencia,
el aru, occ.
Los efectoos de I a conaonrtcn1ero rconómica sobeo gas osran-zacio-
oes anarcpsindicaitss ae de nrincipios stg o «ski uer fe eeon Pespreciables-
Esos conceniraórón fpvoróeia, por unn paseo ie formación y concen­
tración Pe oexTer en nos nos dg gigaosescas Ceneepcionas oesanizadas
por rama industrial. De esos maméis, los pinCirsros eo solamente se
«aCaprabeo* a hs ice^i^^^^i^dee del capirai(smo em ppcetan1, riño que
reproducían 1 a ornaniración cennseíl«ndé a jut^reju ¡cadc del capitalis­
mo mo^^na^Oi La borracracSa cindicaH pomo ueeta asenntelmente por
una exiesiia red de ^uosions riprpeemenentes y ligadp z ic práctica
Ce pode r P e aaudiUor o orgasctoaiones prapt1 car. desivp cu sn1de^ y al
mismo tiempo r u debilidad du ee Petmnds noia eon resoeEto d Estado
y a las organiaccimnes p<tiltrpaL La renuncia ole lae cojecdeidcdes de
tiabtladoess naoaptfsetaéa en el ^bsodono Su os rusoyomía y de las

225
modalidades ee cccióy d de orgznízac ióo pispíos- oO len íc ntr centra'
ptrtint el euuonouimlunto de un cierto tipo de slediuoli.smn y de un
cierto i^^^o ee rdieindlcnclones. tisras eeivinPieueiopyr| enym dinámi­
co uomplcmnnsaba la ¿^5:0^ dd €3.^1 ismo induencd, oecontra-
ban un copcs de cxpre'elón -notural» en el sindicalismo lnstitpcinetl
y poraetrata l. Lao ernanirnníonct unardoslndleaíir Idec ene decline y
duramente spnrimidas en memenosi nn que ee epñcnd en kss primeoos
einriuai(se píii indllso^la| r*rdlrn dlCcí1^uente rnrpoodor uta domanda
de «eficacia» ^^ie^ini^i^ci^t^d de las eulecrivina dee d proceso de inte­
gración a I mioo del torndcunaeión y ata ldo:iedaU ne m^nsumo.
Por otra |r^rí:e| la tendeo cha 0 acia ta eonceótfaetón in dustrial y
hacia ta dotdparideen do las ^906^$ emptetaSl acel erado de ego de
la gran crisis de I999| tea Ic noíu»eciipnciae cíio eos s ccps^ cieno- inte'
reses de oss asataridooel I a may os renranllidrLd 0e Ivo dsendmp empre­
sas psrmútla .peeram mnjoramien utos raiar.al es c nsoíalci*, ta ompiiación
del régimscu Se psasiacionen rumia Idí, Se engures, de vivIdn do, de la
seguridad «cpial , la exiensión do Ipr momas de rendimiento, etc., fa­
cilitaban les oeisiblridader dp icomonión tocia u ni une o uevm y mayor
nnpnndeucia Stes te o lem prnpreyer y et dot ado. Eu tdsuhado ha sido
uno mayoe esscrcien do los s■^^0^r^i^<^c^rer dedíio ¿cI sietema 0e organi­
zación 5iulrrl viennte.
4. La acc ión del mldo rnbon loe lndleiduos o eolunríutdano$. te
songrientu sppredión sletrtadn por dos Séfusentes misirman de gobierno,
civiles o militares, sobre los sindicatos anarquistas y, en general, con­
tra todo movi^sienlo que reedia o subvett° la racronarídad dcl siste­
mo sornial viemte, nonanbuen eu gran paríe a redneit o destruir el
ponse de las oegaeizuc1oees tntruossindiuallsras. El miudo tiene un
efecto inciovilitdnoel y esie ect^o to ha o ico coerprdndido oser be coher-
nonsei y no ooSrimantur en todas Ipo éeinear de to histeria. Sn cadena
de masacre,, ioprusas q cocarumtaetienrps que reneden a tepta explo­
sión revoluciona^ia rarl,dy, y u1 tapgo peruolo Om ¿€$00^11123000 y
nisp>uesión subrirpríente Si batied para 1^51x01 ta oficida md miedo. El
miedo trae consigo el desaliento, la desconfianza, ta resignación y la
ausoorepsesinn. tos organlennnnillre duitru|dat sóta pl1eOun nco secons-
truidas al usoo Se vaneo olios, y ungonas no vuelvun nunca a reapare­
cer sobre el eieenaris> iPo:Lak
La nieámica Sd miedo, caca^íureadu frucemntempnte oum ics mís­

228
ticos-mahhistas apologistas del *hercismo yde la «homdeía» de las
masas i pudd e rer quedrada por ra lirocioraladad (ió reLalión). Las
relacnnees a eltablec ít entre proo ecío mítico e iTT;idlmalrJ;id podrían
cnnetttuuir pueu un elemonto eenreal. da lua aceuríxs reecniones sobre
la dinámía a oTganliaci<íernrtr^nntaneidad.
5. El no dneaí^orrn de ma di ndmica de poderrenripodnr en ln s
organizaciones anuicoriudicalis tao. son euu secde bu de tiemnratismo
y mi.c)fiuación de la organíacción i deblltrenon b vlrariOrd del pionccto
anarcosindicaltata. Por oero oada , ea nurednia pletilíviirp evolucionista,
que e I noarqei$mo de p^nnlprne de sío¡c oelmuor te mon d marxismo,
asumió con n•ecnunelo Ica caracl:erle de as o e ma va rdcdera dictadu­
ra del cono<cmiento quo consriboyrr a eiejcs a eeucnus edadesividades
-indínnnai n o- o- qm deiarrolla den, dw^p n en^m^s inmemoriales, fon
mas de canucimiento rápimeme cae ccrlíiepde osi'r coo ^^5 como
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t u diversas sociedades de \mrrica l amia, el anarquismo v rl
alianoMiidicalisriK * llegaron a ser, a principios del siglo xx la
expresión más creativa de la crítica social, dejando profunda hucHa
en la historia social, política e intelectual del confínenle
Colombia, las ideas anarquistas, pt exentes desde ki segunda uiiiat
del siglo xix. propon ionaron coherencia v orientación a la protesta
social. hasta la huelga de las Bananeras de 1928, Para establece i < sta
presencia del anarquismo en Colombia, que una historiografía
parcial y parcializada ha intentado tradieionahnenu omita t o
desfigurar, serse tibió este libro hace treinta años.
En esta segunda edición, un nuevo v extenso prefacio propone una
p.n __*2^. -sobre
reflexión . * -
.!_ tr* „ _ i éltm-rxistendal
— _ eli significado • i del
i i .maiquismo, vmio
es, sobre la relación entre la critica anarquista de la cotidianidad v la
reí marión social de senndo v devalóles, más alia de la idcokgj.i \ de
la racionalidad ittsuuinentaL Esta reflexión st orienta hacia el
esclarecimiento del aporte de un anarquismo renovado para la
reconstrucción de la sociedad sobre bases de |tisiicia social,
democracia radical \ pluralismo cultural, en el marco dr un
proyecto latinoamericano y mundial de emancipar ion

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