Está en la página 1de 2

RESUMEN DEL CAPÍTULO VI, LOS TRES PÚBLICOS DEL LIBRO

¿HABLAR O COMUNICAR?
Este capitulo nos expone las tres características del público a las cuales nos podemos
enfrentar al momento de hablar en público, al igual que nos da recomendaciones para
salir bien librado de una exposición pública.
Las modalidades son las siguientes: visual, auditiva y cinestésica.
Público visual:
El público visual presta su atención en el lenguaje corporal. Sin embargo, hay más de lo
que parece cuando se trata de estar atento a la vista. La atención a la información visual
es un área del procesamiento visual que va más allá de la simple concentración en una
tarea o actividad de inclinación. La atención y la conciencia de la información visual es
una habilidad necesaria para fijarse en los detalles, ajustarse a los patrones, leer y
mucho más del gigantesco paraguas del procesamiento visual.
Público auditivo:
Suelen ser muy buenos para escuchar y prestar atención a lo que les están contando. Por
esta razón tienden a aprender de manera más efectiva a través de lo que escuchan que,
por ejemplo, leyendo o haciendo esquemas o mapas conceptuales, las personas con una
predominancia del canal auditivo suelen ser más relajadas, comunicativas y con grandes
dotes de expresión. Les gusta conversar y recuerdan con gran detalle cada una de las
palabras que han escuchado. Esta relación con las palabras hace que tengan facilidad
para la escritura y la expresión oral.
Público cinestésico:
Este tipo de público tiene la capacidad de aprender a través de ver destrezas físicas
rápida y fácilmente. Además de pensar mejor al estar en movimiento. Los públicos
cinestésicos les gusta ver actuaciones de: Deportes, Danza, Teatro, Actuación, Artes
Plásticas y Fisioterapia.

Sabemos que una presentación oral es la exposición clara y estructurada de ideas acerca
de un tema determinado con la finalidad de informar y/o convencer a un público
específico, a partir de un esquema previo o guion. Es una práctica de gran importancia
en diversos ámbitos. En el ámbito académico está presente en las explicaciones que los
profesores dan en clase o en los trabajos que los alumnos comunican a sus compañeros
y a sus profesores.
Una presentación no se improvisa. Para tener éxito debemos preparar minuciosamente
el contenido de la exposición, así como los recursos y materiales de apoyo y la forma de
expresión, dando respuesta al tema que vamos a tratar, las ideas que vamos a
desarrollar, el orden en que vamos a exponer esas ideas, los recursos y materiales de
apoyo.
Es muy importante cuidar el lenguaje corporal. La posición del cuerpo y la expresión
facial han de ser lo más distendidas posibles. Debemos controlar nuestros gestos,
evitando la gesticulación excesiva, aunque debemos remarcar con ademanes oportunos
aquello que estamos diciendo. La mirada es un elemento fundamental, ya que hay que
mantener el contacto visual con el auditorio, dirigiéndose al conjunto y no a una persona
concreta.
La expresividad de la voz es un aspecto clave. Nuestra pronunciación debe ser clara y el
volumen de voz adecuado para que el mensaje llegue con nitidez al auditorio. Debemos
evitar hablar en voz demasiado baja o gritar. Una entonación modulada, acompasada a
los contenidos, contribuirá al éxito de nuestra actuación. Hay que evitar tanto el hablar
demasiado rápido como la monotonía, ya que el auditorio puede acabar perdiéndose o
aburriéndose, provocando que se desentienda del mensaje.

Finalmente tenemos que demostrar que dominamos el tema, que lo hemos preparado a
conciencia y que estamos en condiciones de comunicárselo a los demás adecuadamente.

También podría gustarte