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Alumna: CATALINA RODRÍGUEZ FUENTES (SICUE, Universidad de La Coruña)

Asignatura: FILOSOFÍA DEL DERECHO (5º DADE A)


Profesor: JOSE MIGUEL SERRANO RUIZ-CALDERON

LA LIMITACIÓN DEL DERECHO A LAS ACCIONES Y LA DEFENSA A LA


LIBERTAD DE OPINIÓN SEGÚN SPINOZA EN EL TRATADO TEOLÓGICO-
POLÍTICO. COMPARATIVA CON LEO STRAUSS

“Concluimos, pues, como en el capítulo XVIII, que nada es más seguro para el Estado
que el que la piedad y la religión se reduzca a la práctica de la caridad y la equidad; y
que el derecho de las supremas potestades, tanto sobre las cosas sagradas como sobre
las profanas, sólo se refiere a las acciones y que, en el resto, se concede a cada uno
pensar lo que quiera y decir lo que piense.

Con esto, he terminado lo que me había propuesto exponer en este tratado. Sólo me
resta advertir expresamente que no he escrito en él nada que no someta con todo gusto
al examen y al dictamen de las supremas potestades de mi patria. Pues, si ellas
estimaran que algo de lo que he dicho se opone a las leyes patrias o constituye un
obstáculo para la común salvación, quiero que se lo dé por no dicho. Sé que soy hombre
y que he podido equivocarme. He puesto, no obstante, todo empeño en no equivocarme
y, sobre todo, en que cuanto he escrito, estuviera plenamente de acuerdo con las leyes de
la patria, la piedad y las buenas costumbres.”
1. Introducción.

El Tratado Teológico-Político de Spinoza emerge como un hito intelectual en la


historia del pensamiento político y religioso del siglo XVII. En esta obra, el autor
despliega un análisis profundo y perspicaz sobre la relación entre la religión, el Estado y
la libertad individual. A través de sus argumentos, Spinoza desafía las convenciones de
su época y propone una visión radicalmente nueva, en la que la libertad de pensamiento
y expresión se concilia con la autoridad política y la estabilidad social. En los dos
últimos párrafos de su tratado, los aquí presentes, Spinoza resume sus principales
conclusiones, destacando la importancia de la práctica de la caridad y la equidad, así
como la necesidad de respetar la libertad de pensamiento en el ámbito político.

Este análisis se propone explorar la limitación del derecho a las acciones y la


defensa de la libertad de opinión según Spinoza, contextualizando sus ideas en el
panorama intelectual de su tiempo y estableciendo comparaciones con otros autores
relevantes de la época. Mediante este estudio, se busca arrojar luz sobre la relevancia y
el impacto perdurable de las ideas spinozistas en la teoría política y la filosofía moral
modernas. Asimismo, se procederá al estudio de la comparativa entre Leo Strauss y
Spinoza en relación con estos temas.

2. La limitación del derecho a las acciones.

Podemos decir que la limitación del derecho a las acciones según Spinoza se basa en
su concepción de un Estado que busca la estabilidad y la paz social mediante la
regulación de la conducta de sus ciudadanos. En el Tratado Teológico-Político, Spinoza
argumenta que la autoridad política tiene la responsabilidad de velar por el orden y la
armonía dentro de la sociedad, tanto en asuntos religiosos como seculares. Para lograr
este objetivo, considera necesario limitar el alcance de las acciones individuales,
especialmente aquellas que puedan poner en peligro la estabilidad política o la
convivencia pacífica entre los ciudadanos.

Spinoza sostiene que la piedad y la religión deben reducirse a la práctica de la


caridad y la equidad, es decir, a principios éticos universales que pueden ser
compartidos por todos los individuos, independientemente de sus creencias religiosas
específicas. Al establecer la moralidad como el fundamento de la religión, busca mitigar
las tensiones y los conflictos que surgen de las diferencias doctrinales y las disputas
teológicas, creando así un terreno común sobre el cual pueden coexistir diferentes
concepciones religiosas.

Si bien, esta reducción de la religión a la moralidad implica que las acciones


humanas deben estar sujetas al control de la autoridad política en tanto estas acciones
afecten al orden público o al bienestar común. Spinoza reconoce la necesidad de una
autoridad legítima que pueda regular y sancionar las acciones que pongan en peligro la
estabilidad política o la seguridad de los ciudadanos, implicando que ciertas acciones
pueden ser limitadas o prohibidas por el Estado en aras del bien común, aunque estas

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limitaciones deben ser razonables y proporcionadas a la amenaza que representan para
la sociedad.

Es por ello que se puede considerar que Spinoza se fundamenta en la necesidad de


preservar el orden social y la armonía política, al tiempo que se salvaguardan ciertos
derechos individuales. Busca establecer un equilibrio entre la autoridad política y la
libertad individual, reconociendo que algunas restricciones a las acciones individuales
son necesarias para garantizar la estabilidad y el bienestar de la sociedad en su conjunto.

3. La defensa a la libertad de opinión.

La defensa de la libertad de opinión según Spinoza se enmarca en su visión de una


sociedad justa y democrática, donde el intercambio abierto de ideas y la diversidad de
opiniones son fundamentales para el progreso intelectual y social. En los últimos
párrafos del Tratado Teológico-Político declara que cada individuo debe tener el
derecho de pensar lo que quiera y decir lo que piense, siempre y cuando estas
expresiones no infrinjan las leyes o constituyan un obstáculo para la común salvación.

Para Spinoza, la libertad de opinión es un principio esencial que debe ser protegido
en cualquier sociedad justa y democrática. Reconoce que la diversidad de opiniones es
inevitable en cualquier comunidad humana y que restringir la expresión de ideas puede
conducir a la opresión y al estancamiento intelectual. Por lo tanto, aboga por la
tolerancia y el respeto hacia las opiniones divergentes, incluso aquellas que puedan
resultar controvertidas o impopulares.

A pesar de lo anterior, Spinoza también reconoce que la libertad de opinión no es


absoluta y puede estar sujeta a ciertas restricciones en aras del bien común y la
estabilidad política. Por ejemplo, considera que las opiniones que inciten al desorden o
la discordia pueden ser limitadas por la autoridad política, siempre y cuando estas
limitaciones sean razonables y proporcionadas a la amenaza que representan para la
sociedad.

En última instancia, la defensa de la libertad de opinión según Spinoza refleja su


compromiso con los principios de la democracia y el Estado de derecho, donde los
ciudadanos tienen derecho a expresar sus opiniones libremente sin temor a represalias.
Al mismo tiempo, reconoce la necesidad de establecer ciertos límites a esta libertad en
aras del bienestar común y la estabilidad política, pero siempre dentro de un marco de
respeto por los derechos individuales y las libertades fundamentales.

4. El escritor secreto: Leo Strauss.

Para poder entender lo que quería expresar el escritor secreto me valdré de Ernest
Fortin, en su análisis influenciado por Strauss en Human rights, virtue and the common
good y Classical christianity and the political order. Reflections of the theologico-
political problem, profundiza en la noción de que solo hay dos aspectos verdaderamente
interesantes en la vida: Dios y la política, lamentando la falta de ambos en la sociedad

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contemporánea. Para Strauss, tanto Dios como la política representan la culminación de
la sabiduría humana, cada uno en su respectivo dominio: "Dios" siendo el terreno de la
sabiduría especulativa y "política" siendo el ámbito de la sabiduría práctica. Este
enfoque distingue la búsqueda de la verdad abstracta de la especulación filosófica de la
aplicación práctica de los principios éticos en la vida cotidiana.

En este contexto, la "teología política" de Strauss adquiere un significado crucial.


Este concepto abarca las enseñanzas derivadas de la revelación divina que tienen
implicaciones para la convivencia política. A diferencia de la filosofía política, que se
basa en la razón humana, la teología política fundamenta sus conclusiones en la fe
religiosa. Strauss destaca la importancia de esta fe en la formulación de políticas y
leyes, ya que proporciona una base moral y ética que trasciende los límites de la razón
pura.

Fortin también explora cómo Strauss concibe la revelación no solo como una
transmisión de verdades religiosas, sino principalmente como un conjunto de preceptos
legales que regulan la conducta humana. Esta comprensión de la revelación como ley
tiene importantes implicaciones para la sociedad, ya que sugiere que la fe religiosa
puede influir en la configuración de las instituciones y prácticas políticas.

Asimismo, Fortin examina cómo la teología política de Strauss se enfrenta a la


filosofía política en términos de la tensión entre razón y revelación. A pesar de que la
teología política utiliza un enfoque filosófico, niega cualquier intento de excluir la
posibilidad de la revelación divina en la formulación de políticas y leyes. En este
sentido, la teología política busca integrar la fe religiosa en el discurso político y
filosófico, en lugar de relegarla al ámbito privado de la vida individual.

En última instancia, Fortin señala cómo Strauss aborda la relación entre Dios y los
seres humanos, planteando la idea de que solo un Dios omnipotente puede ser el
legislador supremo. Esta concepción resalta la importancia de la obediencia religiosa en
la formulación de una sociedad justa y ordenada, donde las leyes divinas guían la
conducta humana hacia el bien común. En este sentido, la teología política de Strauss
busca establecer una conexión entre la ley divina y la ley humana, reconociendo la
importancia de la fe religiosa en la vida política y social.

5. Comparativa entre el discurso de Spinoza y el de Leo Strauss.

En esta comparativa entre Spinoza y Strauss en correspondencia con la relación


entre religión y política, se pueden destacar varios puntos de contraste y convergencia
que resaltan las diferencias fundamentales entre sus perspectivas filosóficas.

En primer lugar, Spinoza aboga por una clara separación entre la esfera religiosa y la
política, promoviendo un enfoque secular y liberal del Estado. Para Spinoza, la religión
debe limitarse a la práctica de la caridad y la equidad, mientras que las supremas
potestades del Estado tienen autoridad solo en cuestiones de acciones, dejando libertad
de pensamiento y expresión en otros aspectos. Este enfoque refleja una visión de Estado
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laico y democrático, donde las creencias religiosas personales no deben influir en las
decisiones políticas ni en la legislación.

Por otro lado, la perspectiva de Strauss en su teología política difiere


significativamente de la de Spinoza. Strauss argumenta que la fe religiosa puede y debe
desempeñar un papel activo en la formulación de políticas y leyes. Para él, la revelación
divina proporciona una base moral y ética que complementa la razón humana en la
búsqueda de una sociedad justa y ordenada. En este sentido, Strauss defiende la
integración de la fe religiosa en la esfera pública y político, lo que implica que las
enseñanzas basadas en la revelación divina tienen un lugar legítimo en el discurso
político y en la toma de decisiones.

Otro punto de contraste se encuentra en la actitud hacia las autoridades políticas.


Spinoza, al final de su tratado, se muestra deferente hacia las supremas potestades de su
patria y se compromete a someter sus ideas al examen de estas autoridades. Por otro
lado, aunque Strauss reconoce la autoridad de las instituciones políticas, su enfoque
teológico político implica una independencia relativa de la política respecto a la
religión, en el sentido de que la fe religiosa no está subordinada a las leyes y normas del
Estado, sino que puede influir en ellas desde una perspectiva ética y moral.

A modo de resumen de estas ideas planteadas, mientras que Spinoza aboga por una
clara separación entre religión y política, promoviendo un Estado laico y democrático,
Strauss defiende la integración de la fe religiosa en la esfera pública y política,
argumentando que la revelación divina puede proporcionar una base moral y ética para
la sociedad.

6. Comparativa con otros autores.

Me gustaría añadir también una pequeña comparativa entre Spinoza y otros autores
que trataron estos temas. Así pues, se analiza en este apartado cómo las ideas de
Spinoza sobre la limitación del derecho a las acciones y la defensa de la libertad de
opinión se comparan con las de otros autores relevantes de la época, como John Locke y
Thomas Hobbes.

Comparación con John Locke

John Locke, en su obra Carta sobre la tolerancia, aboga por la separación entre la
Iglesia y el Estado y defiende la tolerancia religiosa como un principio fundamental
para la paz social y la convivencia pacífica entre los ciudadanos. Locke sostiene que la
religión es un asunto privado y que el Estado no debe interferir en las creencias
religiosas de sus ciudadanos. Esta idea se asemeja en cierto modo a la posición de
Spinoza, quien también aboga por una separación entre religión y política.

Sin embargo, mientras que Locke se centra principalmente en la tolerancia religiosa,


Spinoza va más allá al proponer una visión más secularizada de la vida pública, basada
en principios éticos universales en lugar de creencias religiosas específicas.

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Comparación con Thomas Hobbes

Por otro lado, Thomas Hobbes, en su obra Leviatán, sostiene que la religión es un
instrumento útil para mantener el orden social y la estabilidad política. Hobbes
argumenta que la autoridad política debe tener el control absoluto sobre la religión y que
la religión debe servir para reforzar la obediencia al gobierno.

Esta posición contrasta con la de Spinoza, quien aboga por una separación más
radical entre religión y política, enfocándose en la moralidad y la ética como
fundamentos de la vida pública. Mientras que Hobbes ve en la religión un medio para
mantener el orden social, Spinoza busca establecer un terreno común basado en
principios éticos universales que puedan ser compartidos por todos los ciudadanos,
independientemente de sus creencias religiosas.

En suma, mientras que Locke y Hobbes ofrecen diferentes perspectivas sobre la


relación entre la religión, el Estado y la libertad individual, Spinoza presenta una visión
más radical y secularizada, centrada en la moralidad y la ética como fundamentos de la
vida pública. A través de estas comparaciones, podemos apreciar las distintas formas en
que los pensadores de la época abordaron estas cuestiones fundamentales y cómo las
ideas de Spinoza representan una contribución única al debate sobre la religión, el
Estado y la libertad individual en la era moderna.

7. Conclusiones.

En definitiva, el estudio de las ideas de Spinoza sobre la limitación del derecho a las
acciones y la defensa de la libertad de opinión en el Tratado Teológico-Político revela
su profundo compromiso con los principios de la democracia, el Estado de derecho y la
tolerancia. Spinoza propone una visión radicalmente nueva sobre la relación entre la
religión, el Estado y la libertad individual, basada en la separación entre la moralidad y
la religión, así como en la protección de la libertad de pensamiento y expresión dentro
de un marco de respeto por los derechos individuales y las libertades fundamentales.

Por otra parte, Spinoza y Strauss ofrecen dos perspectivas contrastantes sobre la
relación entre religión y política. Como ya se ha visto, las diferencias entre ambos
reflejan enfoques divergentes que tienen implicaciones importantes para la organización
y el funcionamiento de la sociedad, así como para la comprensión de la libertad
individual y la participación ciudadana en la vida pública.

Al comparar las ideas de Spinoza con las de otros autores de la época, como John
Locke y Thomas Hobbes, podemos apreciar las diferentes perspectivas sobre estas
cuestiones fundamentales y cómo las ideas de Spinoza representan una contribución
única al debate intelectual de su tiempo. Mientras que Locke enfatiza la tolerancia
religiosa y Hobbes ve en la religión un medio para mantener el orden social, Spinoza

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propone una visión más secularizada y centrada en la moralidad y la ética como
fundamentos de la vida pública.

En última instancia, el legado de Spinoza reside en su defensa apasionada de la


libertad de pensamiento y expresión, así como en su búsqueda de un terreno común
basado en principios éticos universales que puedan ser compartidos por todos los
ciudadanos. A través de su obra, Spinoza nos invita a reflexionar sobre los valores
fundamentales que sustentan una sociedad justa y democrática, y nos inspira a defender
y preservar estas libertades en nuestro propio tiempo.

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